Las Instituciones
Las Instituciones
Las Instituciones
Hodgson*
University of Hertfordshire, U. K.
[email protected]
O que so as instituies?
*Nota del editor: CS agradece al profesor Geoffrey M. Hodgson, de la University of Hertfordshire, por
conceder y tramitar el permiso para la traduccin y la publicacin de este trabajo en nuestra revista. Este artculo
fue publicado por primera vez en: Jei Journal of Economic Issue, Vol. XL, N 1, marzo de 2006. La traduccin
del ingls al espaol es de Isabel Cristina Tenorio. Revisin final de Rafael Silva Vega.
1 El autor est muy agradecido con Margaret Archer, Ana Cecilia Castro, Ral Espejo, Ronaldo Fiani, Jane
Hardy, Anthony Kasozi, Uskali Mki, Douglas North, Pavel Pelikan, John Searle, Irene van Staveren, Viktor
Vanberg, rbitros annimos y otras personas por sus comentarios y discusiones. En este ensayo tambin se utiliza
material de Hodgson de 2001, 2002 y 2004.
CS No. 8, 17 - 53, julio diciembre 2011. Cali Colombia ISSN 2011 0324
Qu son las instituciones?
Resumen
Aunque el trmino institucin tiene una larga historia en las ciencias sociales, an no existe
consenso en torno a su definicin. El autor primero muestra las ambigedades que presentan
los planteamientos de North al limitar el concepto de institucin a los sistemas de reglas
formales que rigen a las organizaciones. Luego, para superar estas dificultades, propone
un concepto ms amplio que tiene en cuenta la base informal de todo comportamiento
estructurado y duradero.
Palabras clave: Instituciones, Organizaciones, Reglas formales, Reglas informales, Hbito
Abstract
Although the concept of institution has long history in social sciences, there is still no
agreement with regard to the interpretation of the concept. The paper first discusses the
ambiguities in Norths approach, in particular, when the latter limits the concept of institu-
tion to the system of formal rules that govern the organizations. Next, in order to overcome
the difficulties of Norths approach, the author proposes to widen the concept by taken
into account the informal base of all structured and enduring behavior..
Keywords: Institutions, Organizations, Formal rules, Informal rules, Habit
Resumo
Embora o conceito de instituio tenha uma longa histria nas cincias sociais, ainda no
existe consenso sobre sua definio. O autor mostra as ambigidades das colocaes de
North quando restringe o conceito aos sistemas de regras formais que regem as organiza-
es. Para ultrapassar essas dificuldades, prope uma viso mais abrangente que leva em
conta a informalidade que est na base de todo comportamento estruturado e duradouro.
Palavras-chave: Instituies, Organizaes, Regras formais, Regras informais, Hbito
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Qu son las instituciones?
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Introduccin
El uso del trmino institucin se ha generalizado en las ciencias sociales en los
ltimos aos, reflejando el crecimiento de la economa institucional y el uso del
concepto de institucin en otras disciplinas, incluyendo la Filosofa, la Sociologa,
la Poltica y la Geografa. El trmino tiene una larga historia de uso en las ciencias
sociales y se remonta al menos a Giambattista Vico en su Scienza Nuova de 1725.
Sin embargo, hoy en da, no existe unanimidad en la definicin de este concepto.
Adems, las interminables controversias entre distintos autores sobre las
definiciones de trminos clave como institucin y organizacin los han llevado a
dejar de lado las definiciones para centrarse y concretar aspectos prcticos. Pero
es imposible llevar a cabo un anlisis emprico o terico de cmo funcionan las
instituciones o las organizaciones sin tener una concepcin adecuada de lo que
es una institucin o una organizacin.
Este artculo propone que los que renuncian a dar una definicin estn actuan-
do a la ligera, y que s es posible dar definiciones potencialmente consensuadas
de dichos trminos pero que, antes, es necesario superar ciertos obstculos y
dificultades que se presentan en el camino. Tambin es importante evitar ciertos
sesgos en el estudio de las instituciones, para no atribuir las caractersticas de un
tipo particular al conjunto de las instituciones como un todo. El presente artculo
destaca algunos peligros del nfasis, excesivo, relativo a la auto-organizacin y a
las instituciones insensibles a los agentes.
Este artculo plantea aspectos desde diferentes disciplinas acadmicas y
est organizado en seis secciones. Las primeras tres secciones estn dedicadas
a la definicin y la comprensin de las instituciones en trminos generales. La
primera seccin explora el significado de trminos clave tales como institucin,
convencin, y regla. En la segunda se discuten algunos aspectos generales rela-
cionados con el funcionamiento de las instituciones y cmo interactan con
los individuos, sus hbitos y sus creencias. La tercera examina la diferencia
entre organizaciones e instituciones y lo que puede significar el trmino formal
cuando se aplica a las instituciones o a las reglas, haciendo nfasis en algunas
de las afirmaciones de Douglass North al respecto. La cuarta identifica un sesgo
excesivo en la discusin de las instituciones auto-organizadas, para sealar que
este tipo de instituciones hacen parte de un caso especial. La quinta argumenta
que las instituciones se diferencian, tambin, por el grado de sensibilidad ante
los cambios en la personalidad de los agentes vinculados a la misma. Por ltimo,
la sexta seccin concluye el ensayo.
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Geoffrey M. Hodgson
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Sobre instituciones, convenciones y reglas
Las instituciones son el tipo de estructuras que ms importan en la esfera social:
ellas constituyen el tejido de la vida social. El creciente reconocimiento del
papel de las instituciones en la vida social implica advertir que gran parte de la
interaccin y de la actividad humana est estructurada en trminos de reglas ex-
plcitas o implcitas. Sin violentar mucho la literatura relevante, podemos definir
las instituciones como sistemas de reglas sociales establecidas y extendidas que
estructuran las interacciones sociales.2 El idioma, el dinero, la ley, los sistemas de
pesos y medidas, los modales en la mesa, las empresas (y otras organizaciones)
son todas instituciones.
De acuerdo con Robert Sugden (1986), John Searle (1995) y otros autores,
podemos definir, de manera til, una convencin como una instancia particular
de una regla institucional. Por ejemplo, todos los pases tienen reglas de trnsito,
aunque se trata de una convencin (arbitraria) si se debe manejar por la derecha
o por la izquierda. En cuanto al sistema institucional britnico de normas de
trnsito, la convencin especfica es manejar por la izquierda.3
En cierta medida es necesario considerar de qu manera las instituciones es-
tructuran las interacciones sociales y en qu sentido se establecen o se encuentran
inmersas. En parte, la durabilidad de las instituciones es producto del hecho de
que pueden crear expectativas estables sobre el comportamiento de los dems.
Por lo general, las instituciones hacen posible el pensamiento ordenado, las
expectativas y la accin al imponer a las actividades humanas una forma y una
consistencia. Las instituciones dependen de los pensamientos y las actividades
de los individuos pero no pueden ser reducidas a ellos.
Las instituciones limitan y al mismo tiempo permiten el comportamiento.
La existencia de reglas implica unas restricciones. Sin embargo, dichas limi-
2 Jack Knight (1992, 2) por ejemplo, defini de igual manera una institucin como un conjunto
de reglas que estructuran de cierta manera las interacciones sociales. Sin embargo, hay un debate en la nueva
economa institucional sobre si las instituciones deberan ser consideradas esencialmente como un equilibrio,
normas o reglas (Aoki 2011; Crawford y Ostrom 1995). Pero este conflicto interpretativo surge desde la tradicin
intelectual que da por sentado que las preferencias individuales o los propsitos estn dados. Al ser relativa-
mente estables, las instituciones tienen cualidades semejantes al equilibrio, incluso si su equilibrio se puede ver
perturbado. Estos equilibrios se refuerzan a medida que las preferencias o los propsitos se ven moldeados por
los resultados. Mirando las normas y las reglas, no son sencillamente el entorno en el que el actor (racional)
debe decidir y actuar, tambin son internalizadas en las preferencias, y replicadas con el comportamiento del
individuo. Un comportamiento repetido, condicionado por aparentes reglas, adquiere un peso normativo pues
la gente acepta lo acostumbrado como virtud moral y as ayuda a estabilizar el equilibrio institucional. Cuando
se ven los efectos de las instituciones en los individuos o de los individuos en las instituciones, los tres aspectos
de las instituciones se entrelazan.
3 Anota que la escuela de la economa francesa de la convencin adopta una definicin amplia de la conven-
cin que es cercana a la nocin de regla adoptada aqu (Thvenot, 1986; Orlan 1994; Favereau y Lazega, 2002).
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taciones pueden abrir posibilidades: pueden promover elecciones y acciones que
de otra manera no existiran. Por ejemplo, las reglas de la lengua nos permiten
comunicarnos; las reglas de trnsito permiten que el trfico fluya de manera ms
fcil y segura; las leyes pueden aumentar la seguridad personal. La reglamentacin
no es siempre la anttesis de la libertad, de hecho puede ser su aliada.
Como lo plantea Alan Wells las instituciones sociales constituyen un ele-
mento conceptualmente ms general, conocido como estructura social (1970:
3). Los primeros economistas institucionales, en la tradicin de Thorstein Veblen
y John R. Commons, concibieron las instituciones como un tipo especial de
estructura social con el potencial de lograr cambios en los agentes, incluyendo
cambios en sus propsitos o preferencias.
Sin embargo, algunos institucionalistas como John Fagg Foster, de forma
errada, definieron las instituciones como patrones establecidos de comporta-
miento correlacionado (1981: 908).4 Definir las instituciones como un compor-
tamiento nos llevara al error de presuponer que las instituciones no existiran si
los comportamientos asociados a ellas se interrumpieran. A caso la monarqua
britnica deja de existir cuando los miembros de la familia real estn dormidos
y no ocurre ninguna ceremonia real? Por supuesto que no: las prerrogativas y los
poderes reales continan, incluso cuando no estn siendo ejercidos. Estos pode-
res, y no los comportamientos, son los que significan que la institucin existe.
Sin embargo, estos poderes pueden terminar y las disposiciones institucionales
desvanecerse, si no se ejercen con la suficiente frecuencia. Por lo dems, la nica
forma de observar las instituciones es a travs del comportamiento manifiesto.5
No todas las estructuras sociales son instituciones. Las estructuras sociales
incluyen conjuntos de relaciones que, tal vez, no estn codificadas en el discurso,
como las estructuras demogrficas de las especies animales o de las sociedades
humanas antes de que se tuviera conocimiento alguno sobre demografa. Las
estructuras demogrficas pueden limitar las potencialidades en trminos del
nmero de nios o de adultos que requieren cuidado y del nmero de adultos
fsicamente capacitados para cuidar, producir y procrear. Aunque ellos no nece-
sariamente hacen esto mediante el uso de reglas.6
4 Tony Lawson (2003a) hizo un listado de varias definiciones del comportamiento utilizadas en la literatura
institucionalista y las critic acertadamente. La famosa definicin de Walter Hamilton de la institucin como
una forma de pensamiento o accin de cierta prevalencia y permanencia, que est inmersa en los hbitos de un
grupo o en las costumbres de un pueblo (1983: 84) es preferible que algunas de las ltimas.
5 Aunque con fallas, las definiciones de las instituciones en trminos de comportamiento eran compren-
sibles durante la era positivista de la psicologa y las ciencias sociales de 1920 hasta bien terminada la Segunda
Guerra Mundial cuando se defenda abiertamente y de forma errada, que las discusiones sobre fenmenos no
observables no tenan lugar en la ciencia (Hodgson, 2004).
6 La discusin de la estructura demogrfica dada por Margaret Archer, aunque til, se queda corta en la
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El trmino regla se entiende, generalmente, como una orden normativa so-
cialmente transmitida y habitual o como una disposicin normativa inherente del
tipo: en las circunstancia X haga Y.7 Una regla prohibitiva incluira una gran
cantidad de acciones Y, de las que se excluyen los resultados prohibidos. Otras
reglas pueden incluir requisitos para realizar un conjunto menor de acciones en
Y. Una regla tambin puede ser considerada, u observada, sin mucha reflexin.
La oracin inmanentemente normativa implica que si la regla es revisada o
cuestionada, entonces, surgen aspectos normativos.
El trmino socialmente transmitida significa que la reiteracin de estas
reglas depende de una cultura desarrollada socialmente y de cierto uso del len-
guaje. Tales disposiciones no aparecen sencillamente como resultado de genes
heredados o de instintos; dependen de estructuras sociales limitantes y, tal vez,
no tengan una representacin directa u obvia en nuestra composicin gentica.
Las reglas incluyen normas de comportamiento y convenciones sociales, as
como reglas legales. Tales reglas son potencialmente codificables. Los miembros de
la comunidad relevante comparten de manera explcita o tcita el conocimiento
de estas reglas. Este criterio de codificabilidad es importante porque implica
que el quebrantamiento de la regla puede ser identificado de manera explcita.
Tambin sirve para identificar la comunidad que comparte y comprende las
reglas en juego.
El aspecto normativo de una regla no sera tan relevante, y no tendra una
razn de peso para que se pasara de generacin en generacin, si las circunstancias
naturales solo permitieran una opcin Y* en las circunstancias X. Si furamos
obligados por las leyes de la naturaleza a hacer Y* en las circunstancias X, en-
tonces no habra necesidad de compulsiones normativas o de sanciones. Por el
contrario, mltiples opciones, por lo general, se pueden imaginar para la forma
de una regla. Una cultura puede establecer que en las circunstancias X se haga
Y; otra puede exigir que en las circunstancias X se haga Z. Sin embargo, las
leyes de la naturaleza restringen el conjunto de las posibles reglas que se pueden
formular. Una ley posible no nos puede pedir que desafiemos las leyes de la
gravedad o que seamos Julio Cesar. El conjunto de las reglas posibles se puede
aumentar mediante avances tecnolgicos y otro tipo de avances institucionales.
Por ejemplo, la tecnologa de la escritura hace posible la regla de que un contrato
vlido, escrito en papel, debe ser firmado.8
diferenciacin que hace entre las estructuras en general y las estructuras basadas en las reglas.
7 Ver: Ostrom (1986) y Crawford y Ostrom (1995) para un detallado anlisis de la naturaleza de las
reglas institucionales.
8 La definicin de la tecnologa es en s problemtica y no se aborda aqu. Ver: Nelson y Sampat 2001,
entre muchos otros.
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Como lo ha planteado Searle (1995, 2005), las representaciones mentales
de una institucin o sus reglas forman parte de esta institucin, dado que una
institucin puede existir solo si su gente tiene creencias particulares y actitu-
des mentales relacionadas. Por lo tanto, una institucin es un tipo especial de
estructura social que implica reglas potencialmente codificables y normativas
(evidentes o inherentes) de interpretacin y comportamiento. Algunas de estas
reglas se refieren a smbolos o significados, como es el caso obvio del idioma o
de la plata. Sin embargo, como lo sealaba Max Weber en 1907, algunas reglas
son observadas sin que haya una formulacin subjetiva de la regla (1978: 105).
Por ejemplo, pocos de nosotros podramos especificar de manera completa las
reglas gramaticales de la lengua que utilizamos a diario ni especificar, con todos
los detalles, algunas destrezas prcticas. No obstante, las reglas institucionales
son en principio codificables, de tal forma que los infractores de estas reglas se
convierten en sujetos de discurso.
Incluso, con este criterio de la posible codificabilidad, se presenta el problema
de hasta dnde podemos estirar el significado del trmino regla en la defini-
cin de una institucin. Friedrich Hayek, por ejemplo, haca nfasis en que el
hombre es tanto un animal que sigue reglas como uno que busca propsitos
(1973: 11). Sin embargo, su nocin de la regla fue muy amplia. Para Hayek el
trmino regla es utilizado para hacer una declaracin mediante la cual se puede
describir una regularidad en la conducta de los individuos, indistintamente de
si la regla es conocida por los individuos en cualquier otro sentido distinto del
que normalmente le dan para actuar de acuerdo con ella (1967: 67). El autor
(1979, 159) conceba reglas que resultaban del escaso cambio fundamental de
lo genticamente heredado, impulsos instintivos, as como, tambin, de la
razn o la interaccin humana. Para Hayek, por lo tanto, una regla es cualquier
disposicin comportamental, incluyendo los instintos y los hbitos que conducen
a una regularidad en la conducta de los individuos.
Esta definicin, excesivamente amplia, incluye regularidades comportamenta-
les como respirar o el ritmo cardaco. Esto ampla la nocin de la regla llegando
a extremos inaceptables (Kley, 1994). A pesar del nfasis general de Hayek en
el comportamiento intencional y su rechazo de la psicologa conductista, l
termin dando una definicin de regla que depende mucho de las regularidades
comportamentales, desconociendo la ontologa de las reglas y los mecanismos
implcitos en su creacin y replicacin.
Las reglas sociales son, esencialmente, replicadas mediante mecanismos dis-
tintos de los genes. Sin embargo, aunque las reglas no estn en el ADN, sera un
error ir al otro extremo y considerar la observacin de las reglas como algo com-
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pletamente deliberado. Michel Polanyi (1967) plantea, de manera convincente,
que siempre hay, y es inevitable, un substrato tcito de conocimiento que nunca
se puede articular de manera completa, ni siquiera con el ms deliberado de los
actos. Las reglas, para que sean efectivas en el contexto social, nunca pueden ser
un asunto de pura o total deliberacin consciente.
La dimensin tcita del conocimiento crea un problema cuando tratamos
de establecer un lmite entre lo instintivo, o lo automtico, con las regularidades
comportamentales, por un lado, y la regla genuina, por el otro. Algunos auto-
res se refieren a esta ltima, y no a la primera categora del comportamiento,
como intencional. El problema aqu es que el concepto de intencionalidad se
amplia, algunas veces, para cubrir casos de comportamiento que no son delibe-
rados (Bhaskar, 1989; Searle 1995; Lawson, 1997). Planteando que este estado
inconsciente de intencionalidad, que tiene que ser, en principio, accesible a la
consciencia (Searle, 1995: 5), crea lmites al amplio concepto de intencionalidad
pero aumenta su cobertura a algunos comportamientos automticos o instintivos,
como respirar o parpadear (pero no a los latidos del corazn), lo que, en cierta
medida, en algunas ocasiones se puede considera como control consciente. El
criterio de Searle sugiere, as, que respirar o parpadear siempre son intencionales.9
Una estrategia alternativa, preferida por este autor, consiste en dos elementos.
El primero, el concepto de intencionalidad es reservado para la prefiguracin
consciente y el razonamiento auto-reflexivo, con relacin a eventos o resultados
futuros. Como lo seala Hans Joas, la intencionalidad consiste en un control
auto-reflexivo con el que ejercemos nuestro comportamiento habitual (1996:
158). Los actos no intencionales carecen de deliberacin y prefiguracin cons-
cientes. El segundo, es que las reglas se consideran como disposiciones transmi-
tidas social y culturalmente, con un contenido normativo real o potencial. Un
test til sobre la transmisin socio-cultural, ms que la gentica, es la existencia
potencial o actual de diferentes sistemas de reglas, incluso en entornos naturales
similares.
Raimo Toumela (1995) estableci una diferencia entre las reglas y las normas,
dependiendo de la forma de su imposicin. Para poder establecerla, desarroll
una nocin de intencionalidad colectiva semejante a la de Searle (1995).10 La
intencionalidad colectiva se presenta cuando un individuo atribuye una intencin
9 Roy Bhaskar (1989, 80, 85, 112) escribi el comportamiento humano intencional es siempre pro-
vocado por razones y la razn para el comportamiento es en s una creencia. Pero, entonces se admite, [las
creencias pueden conscientes, implcitas o tcitas. Por lo tanto, el concepto de la intencionalidad es ampliado
para cubrir el comportamiento inconsciente y no tenemos ningn criterio para poder decidir cuando una forma
de comportamiento es una accin o un mero movimiento.
10 Para una discusin crtica del tratamiento que da John Searle a la intencionalidad colectiva ver:
Vromen (2003).
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al grupo al que pertenece, aunque este individuo la tiene y cree que los dems
miembros del grupo tambin la tienen. As, actuamos porque creemos que otros
miembros del grupo tienen un objetivo similar. Es claro que muchas de las regu-
laridades comportamentales se desarrollan en la sociedad por estas intenciones y
expectativas de reciprocidad. Toumela describi estas regularidades como normas.
Ellas incluyen una red de creencias mutuas, ms que convenciones reales entre los
individuos. Las normas incluyen aprobacin o desaprobacin. Por el contrario,
para Toumela, las reglas son el producto de acuerdos explcitos elaborados por
una autoridad y que implican sanciones. Las reglas y las normas se diferencian
en virtud de las distintas formas de imponer las tareas a los individuos.
Sin embargo, esta diferenciacin tan rpida y dura es difcil de mantener. Las
creencias recprocas se convierten en acuerdos explcitos con la adicin de signos
individuales y compartidos o con palabras de ratificacin. Algunas regularidades
en el comportamiento pueden surgir, de manera original, sin una imposicin
externa, aunque, posteriormente, alguna autoridad imponga sanciones. La di-
ferencia entre la imposicin de estas sanciones y la amenaza de desaprobacin
percibida por los dems se desvanece cuando uno considera que ambas implican
cierta incomodidad para el individuo en cuestin. Sugden (2000) fue ms all
planteando que ambas se pueden explicar en trminos de las preferencias. Pero,
incluso si rechazamos la combinacin utilitaria de valores y preferencias, ni las
sanciones externas ni la reprobacin social estn exentas de cuestionamientos
sobre el valor. Las sanciones externas y las leyes tienen la capacidad de promover
su propia autoridad moral, y la transgresin de stas tambin puede implicar una
desaprobacin social. Por lo tanto, la gente obedece las leyes no solamente por
las sanciones que conllevan sino, tambin, porque los sistemas legales pueden
llegar a tener la fuerza de la legitimidad moral y el apoyo moral de los dems.
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artculo, hay ejemplos de leyes que son ignoradas y que no han adquirido el es-
tatus de costumbre o disposicin que tiene una regla. Las leyes ignoradas no son
reglas. Para que las nuevas leyes se conviertan en reglas, tienen que ser impuestas
hasta el punto de que la evasin o la realizacin de la conducta en cuestin se
convierta en costumbre y adquiera un estatus normativo.
Los economistas institucionales de la tradicin vebleniana, as como los mo-
dernos e iniciales filsofos pragmticos, plantean que las instituciones funcionan
slo porque las reglas implcitas se encuentran inmersas en los hbitos compar-
tidos, tanto de pensamiento como de comportamiento (James, 1892; Veblen,
1899; Dewey, 1922; Joas, 1993, 1996; Kilpinen, 2000). Sin embargo, ha habido
cierta ambigedad en la definicin de hbito. Veblen y los filsofos pragmticos
consideraban el hbito como una capacidad o disposicin adquirida, que se puede
expresar, o no, en el comportamiento habitual. El comportamiento repetido es
importante para establecer un hbito. Pero el hbito y el comportamiento no son
lo mismo. Si adquirimos un hbito no necesariamente tenemos que utilizarlo
todo el tiempo. Un hbito es una disposicin para adoptar un comportamiento o
unos pensamientos adquiridos previamente y que son activados por un estmulo
o un contexto apropiados.11
Por consiguiente, los socilogos pragmticos William Thomas y Florin
Znaniecki criticaron el uso indistinto del trmino hbito para indicar cualquier
uniformidad de comportamiento [] Un hbito [] es la tendencia a repetir el
mismo acto en condiciones materiales similares (Thomas y Znaniecki, 1920:
1851). William McDougall (1908), tratando el hbito como una propensin,
escribi sobre los hbitos adquiridos de pensamiento y accin como resortes
de la accin y vio el hbito como una fuente de impulso. Como John Dewey
(1922: 42) dijo: [l] a esencia de la costumbre es una predisposicin a adquirir
formas o modos de respuesta. Muchos hbitos son inconscientes. Los hbitos
estn sumergidos en repertorios de pensamiento y comportamiento potencial
y pueden ser activados o reforzados por un estmulo o contexto apropiado.12
La adquisicin de hbitos (o habituacin) es el mecanismo psicolgico que
forma la base de gran parte del comportamiento de observar las reglas. Para que
un hbito adquiera el estatus de regla, debe adoptar un contenido normativo
inherente, debe ser potencialmente codificable y prevalecer dentro de un gru-
11 La interpretacin que da Lawson (2003b, 333) a Veblen es diferente, sin evidencia textual, al utilizar
el trmino hbito para indicar ciertas formas (repetidas) de accin. Por el contrario, hay varios apartes en los
trabajos de Thorstein Veblen que sugieren una visin de los hbitos como propensiones o disposiciones (ver:
Hodgson 2004, 169).
12 Dicho concepto del hbito como una propensin o disposicin tambin se encuentra en trabajos
modernos como Camic (1986), Margolin (1987), Murphy (1994), Ouellette y Wood (1998), Kilpinen (2000),
Wood y otros (2002), y otros autores.
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po. Los hbitos persistentes y compartidos son la base de las costumbres. Para
Williams James (1892, 143) el hbito es la enorme rueda de la sociedad, es su
agente conservador ms preciado (James, 1892: 143).
La estructura existente de la regla ofrece incentivos y restricciones para las
acciones realizadas por los individuos. Canalizando el comportamiento de esta
forma, se desarrollan y refuerzan hbitos acordes entre la poblacin. De esta
forma, la estructura de la regla ayuda a crear hbitos y preferencias congruentes
con su reproduccin. Los hbitos son el material que conforma las instituciones,
y les ofrece poder y autoridad normativa con una mayor durabilidad. A su vez, al
reproducir los hbitos de pensamiento, las instituciones crean fuertes mecanismos
de conformismo y aceptacin normativa. Como lo seal Charles Sanders Peirce
la esencia de las creencias es la creacin del hbito (1878: 294). Por lo tanto, el
hbito no es la negacin de la deliberacin, sino su fundamento indispensable.
Las razones y las creencias son, con frecuencia, la racionalizacin de sentimientos
y emociones fuertemente arraigados que surgen de los hbitos establecidos por
comportamientos repetidos (Kilpinene, 2000; Wook, Quinn, y Kashy, 2002).
Esta interaccin de comportamiento, hbito, emocin y racionalizacin ayuda
a explicar el poder normativo de la costumbre en la sociedad humana. As, la
costumbre nos reconcilia con todo como Edmund Burke escribi en 1757 y
las reglas consuetudinarias pueden adquirir la fuerza de autoridad moral. A su
vez, estas normas morales ayudan a reforzar an ms la institucin en cuestin.
Los hbitos se adquieren en un contexto social y no se transmiten gentica-
mente. Al aceptar el papel fundamental del hbito en el comportamiento del
acatamiento de la regla, podemos empezar a construir una ontologa alternativa
de las instituciones en la que evitemos los problemas conceptuales basndonos
principalmente en la intencionalidad. No es para negar la importancia de la in-
tencionalidad sino para considerarla como una consecuencia, al mismo tiempo
que una causa, y ubicarla en un contexto ms amplio y ubicuo, de otros com-
portamientos no deliberados.13
As como las instituciones pueden estructurar, restringir y promover los
comportamientos individuales, tambin tienen el poder de moldear las capa-
cidades y el comportamiento de los agentes de una manera fundamental, pues
cuentan con la capacidad de cambiar las aspiraciones en lugar de simplemente
promoverlas o restringirlas. Los hbitos constituyen el mecanismo clave en esta
transformacin. Las instituciones son estructuras sociales que implican una causa-
lidad reconstitutiva hacia abajo, pues actan de cierta forma sobre los hbitos de
13 El tratamiento de disposicin que se da aqu al hbito es bastante consistente con el concepto de
Viktor Vanberg (2002) de la actividad basada en programa, en la que insisti para que se la hiciera consistente
con nuestro conocimiento de la evolucin humana.
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pensamiento y accin de los individuos. La existencia de una causalidad recons-
titutiva descendente no significa que las instituciones acten directa, completa
y uniformemente para determinar las aspiraciones de los individuos, sino que
simplemente pueden provocar efectos descendentes significativos. Hasta ahora,
dado que las instituciones conducen a unas regularidades en el comportamiento,
se establecen hbitos concordantes entre la poblacin, generando unas creencias
y propsitos que van en la misma direccin. En este sentido, se refuerza an ms
la estructura institucional.14
Dado que las instituciones dependen al mismo tiempo de las actividades de
los individuos y las restringen y moldean, con esta retroalimentacin positiva las
instituciones cuentan con unas caractersticas fuertes de auto-reforzamiento y
auto-perpetuacin. Las instituciones se eternizan puesto que delimitan y moldean
las aspiraciones de los individuos y crean una base para su existencia entre las
muchas mentes individuales que afectan, con sus convenciones.
Esto no quiere decir, sin embargo, que las instituciones estn separadas del
grupo de individuos vinculados; las instituciones dependen de los individuos para
poder existir, de sus interacciones y de sus patrones compartidos de pensamiento.
No obstante, un individuo nace en un mundo institucional pre-existente que lo
confronta con sus reglas y normas.15 Las instituciones con las que nos enfrenta-
mos residen en las disposiciones de otros individuos pero tambin dependen de
las interacciones estructuradas entre ellos, en las que se ven implicados ciertos
artefactos materiales o instrumentos. La historia proporciona los recursos y las
limitaciones, tanto materiales como cognitivas, en las que pensamos, creemos
y actuamos.
De esta forma, las instituciones son al mismo tiempo estructuras objetivas all
afuera y fuentes subjetivas de agenciamiento humano en la cabeza humana.
Las instituciones nos ofrecen un vnculo entre lo ideal y lo real. Los conceptos
gemelos de hbito e institucin nos pueden ayudar a superar el dilema filosfico
entre el realismo y el subjetivismo en las ciencias sociales. El actor y la estructura
institucional, aunque diferentes, estn as conectados en un crculo de interaccin
e interdependencia mutua.
Commons sealaba que algunas veces una institucin parece semejarse a un
edificio, una especie de estructura de leyes y reglamentaciones, dentro de la cual
los individuos actan como reclusos. A veces parece significar el comportamiento
14 Para la discusin sobre el concepto original de causalidad descendiente, ver: Sperry (1991). La
causalidad descendiente reconstitutiva se discute aun ms en Hodgson (2003 y 2004), y el proceso se modela,
con un mecanismo de formacin del hbito, en Hodgson y Knudsen (2004).
15 Consultar Hodgson 2004 para una discusin de los recuentos histricos de su visin, desde Comte
hasta Archer 1995, pasando por Marx, Lewes, Durkheim, Veblen y otros.
31
de los mismos reclusos (Commons, 1934: 69). Este dilema de puntos de vista
persiste hoy en da. Por ejemplo, la definicin de North de las instituciones
como reglas de juego [] o [] restricciones concebidas humanamente
(North, 1990: 3) hace nfasis en las restricciones de la prisin metafrica en la
que actan los reclusos. Por el contrario, la descripcin de Veblen (1909, 626)
de las instituciones como hbitos de pensamiento establecidos y comunes para
la mayora de los seres parece arrancar no desde las restricciones objetivas sino
de los mismos reclusos. Sin embargo, como lo insinu Commons y lo plante
Veblen (1909, 628-30) de manera ms profunda, el hbito de comportamiento y
la estructura institucional estn entrelazados y se refuerzan mutuamente: ambos
aspectos son relevantes para el panorama completo. Se requiere hacer un doble
nfasis, tanto en la agencia como en la estructura institucional, para entender que
las instituciones, en s, son los resultados de las interacciones y las aspiraciones
humanas, sin que sean diseadas de manera consciente con todos los detalles
por algn individuo o grupo, y sabiendo que histricamente las instituciones
han precedido a todo individuo.
32
mi definicin, pero yo creo que es necesario agregar algo ms. En cuanto a las
instituciones en general, North escribi:
Las instituciones son las reglas del juego en la sociedad o, ms
formalmente, son las restricciones humanamente concebidas que
moldean la interaccin humana. Por lo tanto, estructuran incentivos
en el intercambio humano, ya sea poltico, social o econmico []
Conceptualmente, la diferencia clara que es necesario hacer es entre
las reglas y los jugadores. El propsito de las reglas es definir la forma
como se juega el juego. Pero el objetivo del equipo dentro de ese
conjunto de reglas es ganar el juego [] Moldear las estrategias
y las habilidades del equipo a medida que se desarrolla es otro
proceso separado del moldeamiento de la creacin, la evolucin y
las consecuencias de las reglas (North, 1990: 3).
North insiste en que las reglas se deben diferenciar claramente [] De los
jugadores. La diferencia entre jugadores y reglas es semejante a la diferenciacin
entre agentes y estructuras, como se ha planteado en otros contextos (Archer,
1995; Lawson, 1997; Hodgson, 2004). Las estructuras dependen de los agentes,
pero ambos son distintos y diferentes. North tambin escribi:
Lo que moldea la evolucin institucional de una economa es
la interaccin entre las instituciones y las organizaciones. Si las
instituciones son las reglas del juego, las organizaciones y sus
empresarios son los jugadores. Las organizaciones estn hechas de
grupos de individuos unidos por un propsito comn para alcanzar
ciertos objetivos (North, 1994: 361).
North ve justamente que las organizaciones incluyen partidos polticos,
empresas, sindicatos, colegios, universidades, y otros. La gente ha interpretado
a North como alguien que dice que las organizaciones no son instituciones.
Pero de hecho, North no escribe esto. l, sencillamente, define su inters pri-
mario en los sistemas econmicos ms que en el funcionamiento interno de las
organizaciones individuales. No se interesa en las reglas sociales internas de las
organizaciones puesto que quiere tratarlas como jugadores unitarios y centrarse
en las interacciones a nivel nacional o a otros niveles ms altos.
No hay nada de malo, en principio, con la idea de que bajo ciertas condi-
ciones las organizaciones puedan ser tratadas como actores aislados, as como
cuando hay procedimientos para que los miembros de una organizacin puedan
expresar una decisin comn o mayoritaria. Como lo plante Barry Hindess
las organizaciones pueden ser tratadas como actores sociales siempre y cuan-
do tengan los medios para tomar decisiones y actuar sobre algunas de ellas
(Hindess, 1989: 89). James Coleman (1982) lleg a una conclusin similar. De
forma interesante, los criterios que nos permiten, en ciertas ocasiones, tratar las
33
organizaciones como actores requieren que entendamos las organizaciones como
sistemas sociales con lmites y reglas.
Sin embargo, se plantea un problema si definimos las organizaciones como
actores. Esto llegara a ser una combinacin no garantizada de agencia individual
con organizacin. Las organizaciones como las empresas y los sindicatos son
estructuras hechas de actores individuales, que tienen, generalmente, objetivos
conflictivos. Incluso si los mecanismos para alcanzar decisiones y para actuar
sobre algunas de ellas (Hindess, 1989) estn en todas partes, el tratamiento
de una organizacin como un actor social no debe pasar por alto el potencial
conflicto dentro de la organizacin. El tratamiento de la organizacin como
actor social se abstrae de esos conflictos internos, pero la abstraccin no debe
convertirse en una definicin o un principio fijo que pudiera bloquear todas las
consideraciones sobre la estructura o el conflicto internos.
La abstraccin y la definicin son procedimientos analticos completamente
diferentes. Cuando los matemticos calculan la trayectoria de un vehculo o un
satlite en el espacio, por lo general, lo tratan como una partcula nica. En otras
palabras, ignoran la estructura interna y la rotacin del vehculo o del satlite.
Pero esto no quiere decir que el vehculo o el satlite sean definidos como una
partcula.
North no es suficientemente claro cuando define las organizaciones como
jugadores o cuando considera las organizaciones como jugadores, como una
abstraccin analtica. Esto ha generado mucha confusin, con otros autores que
insisten en que las organizaciones deberan ser definidas como jugadores. Sin
embargo, North lo aclara, en una correspondencia que mantuvimos (septiembre
10 de 2002 y octubre 7 de 2002),16 explicando que trata a las organizaciones
como jugadores sencillamente con el propsito del anlisis del sistema socio-
econmico como un conjunto y que no considera a las organizaciones lo mismo
que los jugadores en todas las circunstancias. Al decir que las organizaciones
son jugadores, North hace una abstraccin ms que una definicin de las or-
ganizaciones.
De esta forma, cuando North escribi que las organizaciones estn hechas
de grupos de individuos ligados entre s por un propsito comn (North, 1994:
361), se estaba olvidando sencillamente de instancias en las que no se cumple esto.
No est tan interesado en los mecanismos internos con los que las organizaciones
ejercen coercin en los miembros o los persuaden para que acten, hasta cierto
grado, juntos. De manera crucial, estos mecanismos siempre implican sistemas
16 Nota del editor: esta correspondencia esta consignada, a manera de apndice, en la parte final de este
artculo.
34
de reglas inmersas. Las organizaciones utilizan estructuras o redes, y stas no
funcionan sin las reglas de comunicacin, membresa o soberana. La existencia
inevitable de las reglas dentro de las organizaciones significa que, incluso con
la definicin de North, las organizaciones se deben considerar como un tipo
de institucin. De hecho North ha aceptado que las organizaciones, en s,
tienen jugadores internos y sistemas de reglas, y de all que, por implicacin, las
organizaciones sean un tipo especial de institucin (carta al autor en octubre 7
de 2002).17
Como North lo reconoce, es posible que las organizaciones sean tratadas
como actores en algunas circunstancias y, generalmente, sean consideradas como
instituciones. Los agentes individuales pueden ser tratados como actores dentro
de otros sistemas paralelos de reglas institucionales. Existen muchos niveles en
los que las organizaciones plantean reglas institucionales para los individuos y,
posiblemente, las organizaciones, a su vez, puedan ser tratadas como actores
dentro de unas estructuras institucionales ms amplias. Por ejemplo, el individuo
acta en la nacin, pero la nacin, a su vez, puede algunas veces ser tratada como
un actor dentro de una escena internacional de reglas e instituciones.
Se presentan ms ambigedades con la diferenciacin que hace North entre las
reglas formales y las restricciones informales. Es importante establecer alguna
diferencia entre lo formal y lo informal, pero esta diferencia ha sido hecha de
diversas y confusas formas por varios autores. Algunos identifican lo formal con
lo legal y ven las reglas informales como no legales, incluso si estn escritas. A su
vez, si formal significa legal, entonces no es claro que lo informal signifique
ilegal o no legal (por ejemplo, no expresado en la ley). Otra posibilidad es hacer
la diferencia entre lo formal y lo informal como reglas explcitas versus reglas
tcitas. Adems, otra variante en la literatura consiste en identificar lo formal
con las instituciones diseadas y lo informal con las instituciones espontneas,
de acuerdo con la diferenciacin famosa de Carl Menger entre las instituciones
pragmticas y las orgnicas. Contamos as, al menos, con tres diferenciaciones
importantes, y no slo una. North, como muchos otros autores, no plantea su
diferencia entre formal e informal de manera suficientemente clara.
El panorama se complica an ms con el uso que da North a los trminos
regla y restriccin. North (1990, 1991, 1994) escribi sobre todo de las
restricciones formales e informales, ms que de las reglas formales e informales,
pero no indic por qu dej de utilizar la palabra regla y tampoco si las res-
tricciones son o no reglas. North escribi con frecuencia sobre reglas formales
pero no sobre reglas informales. Aunque algunos autores interpretan a North
17 Ver el apndice para la correspondencia con Douglass North sobre este asunto.
35
como alguien que hace la diferenciacin entre las reglas formales y las informales
(por ejemplo, Schout, 1991). Los ejemplos que da North de las restricciones
formales es que son reglas, leyes, constituciones y de las restricciones infor-
males: normas de comportamiento, convenciones, cdigos auto-impuestos de
conducta (North, 1994: 360).
Esto le crea un problema ms a North. Si todas las reglas son formales, y las
instituciones son esencialmente reglas, entonces todas las instituciones son formales.
No obstante, North, posteriormente, redefini las instituciones en los siguientes
trminos: las instituciones son las restricciones que los seres humanos imponen
en las interacciones humanas (North, 1995: 15). Al redefinir las instituciones
bsicamente como restricciones, ms que reglas, plante la cuestin de una
posible diferencia entre restricciones formales e informales. Esta definicin de
1995, de lo que es una institucin, niega el aspecto potencializador de las insti-
tuciones al hacer nfasis nicamente en las restricciones. North regresa luego a
una concepcin de las instituciones como las reglas de juego de una sociedad
(North, 1997: 6).
North identific las reglas formales con las reglas legales impuestas por
los tribunales (octubre 7 de 2002; ver apndice). Por el contrario, las Normas
informales son impuestas, generalmente, por los colegas u otros que nos impo-
nen costos si no vivimos con ellas. A pesar del persistente nfasis analtico del
trabajo de North sobre el poder de las relaciones informales y acostumbradas,
sus definiciones le llevan a identificar las reglas y las instituciones con las regla-
mentaciones formales (legales).18
Esta limitacin del concepto de institucin a los sistemas de reglas legales se
puede criticar puesto que excluye los rdenes sociales que no estn expresados
legalmente desde la categora de una institucin. Un nfasis exclusivo en las
reglas legales puede minimizar el significado de la existencia de las reglas y de
las instituciones que tambin pueden restringir y moldear el comportamiento
humano de manera significativa.
Entre los ejemplos importantes podemos citar el lenguaje y las poderosas
costumbres sociales como las que pertenecen a la clase britnica, la casta en la
India, el gnero en muchos pases, y muchos otros fenmenos. Algunas reglas e
instituciones como el idioma y las convenciones del trfico pueden surgir de
manera espontnea como equilibrio de coordinacin, se reproducen principal-
mente porque es conveniente para los agentes ceirse a ellas. Hasta cierto punto
18 Al igual que North, John R. Commons adelant una concepcin, sobre todo legal, de lo que es una
institucin (1934) y por mi parte la critiqu en otro momento (Hodgson 2004, captulo 13). Ver Fiori 2002
para una discusin sobre el papel de la diferenciacin entre reglas formales y restricciones informales en el trabajo
de North.
36
las creencias morales, las sanciones y las restricciones operan en todos estos casos.
No todas las instituciones o las reglas potentes son decretadas por ley.
North hace nfasis acertadamente en las restricciones informales pero no
admite la categora de reglas informales, aunque todas las restricciones que se
derivan de las acciones humanas (ms que las leyes de la naturaleza) son reglas
esenciales. Por consiguiente, no existe una separacin clara entre las reglas y las
restricciones, como lo sugiere North, las restricciones sociales son esencialmente
reglas.
Adems, al hacer gran nfasis en los aspectos formales y legales se puede pasar
por alto la dependencia que los sistemas legales tienen de las normas y reglas
informales. Como lo plante Emile Durkheim en 1893, en un contrato no todo
es contractual (Durkheim, 1984: 158). Cuando existe un contrato, hay reglas y
normas que no necesariamente estn codificadas en la ley. Las partes del acuerdo
estn forzadas a basarse en reglas, instituciones y patrones de comportamiento
estndar, los cuales, por razones de practicidad y complejidad no se pueden
establecer completamente como reglas. Los sistemas legales son incompletos y
toman las costumbres y la cultura para poder hacer su trabajo (Hodgson, 2001).
North acepta totalmente la importancia de la esfera informal y discute con
frecuencia los aspectos informales de las instituciones formales (por ejemplo, lo
legal). Hace nfasis, por ejemplo, en los papeles de la ideologa y las costumbres,
aunque no reconoce con suficiente fuerza las instituciones informales que no estn
decretadas por la ley, incluyendo las que surgen de manera espontnea, como un
equilibrio de coordinacin. North hace mayor nfasis, de manera correcta, en
las restricciones informales (North, 1990: 138) y en la transmisin cultural
de los valores pero no limita necesariamente su definicin de instituciones a
las reglas codificadas en la ley.
Tratando con reglas formales o informales, debemos considerar las maneras
cmo las reglas son decretadas. Aunque no necesariamente se tenga que entrar
en la definicin de institucin o de regla, se tiene que dar cuenta en cierta
medida de la manera como los sistemas de reglas afectan el comportamiento
individual. Sealar las sanciones y los incentivos que estn asociados a las reglas
no es suficiente, puesto que no explica cmo los individuos evalan las sanciones
o los incentivos relacionados. Tambin debemos explicar por qu los individuos
pueden o no tomar en serio los incentivos o las sanciones.
Es claro que la simple codificacin, legislacin o proclamacin de una regla no
es suficiente para que afecte el comportamiento social. Puede que sea ignorada,
de igual manera que los conductores sobrepasan los lmites de velocidad en las
carreteras y muchos europeos del continente ignoran las restricciones legales
37
sobre fumar en los restaurantes. Al respecto, el trmino no apropiado de regla
puede inducirnos en error.
North reconoce ampliamente que la simple proclamacin de la regla no es
suficiente, pero al tratar de entender de qu manera el comportamiento se fija o
se cambia, algunas veces cambia y se fija en las restricciones informales de la
vida cotidiana. Por supuesto que la esfera informal es vital, pero irnicamente,
de acuerdo con las propias definiciones de North, las restricciones informales
no corresponden para nada a instituciones. Yo prefiero una concepcin ms
amplia de las instituciones que tenga en cuenta la base informal de todo com-
portamiento estructurado y duradero. Por esta razn defino las instituciones
como sistemas durables de reglas sociales establecidas e inmersas, ms que de
reglas como tal. En pocas palabras, las instituciones son sistemas de reglas so-
ciales y no sencillamente reglas.
La ambigedad de los trminos formal e informal con relacin a las
instituciones y a las reglas sugiere que estas palabras deberan ser abandonadas
o utilizadas con sumo cuidado. Sera mejor utilizar trminos ms precisos como
legal, ilegal y explcito.
Pavel Pelikan, reconociendo ampliamente las definiciones de North, compa-
r las reglas de North con el genotipo dentro del fenotipo de la estructura
organizacional.19 Si las reglas son como los genes, entonces es importante
tener en cuenta los mecanismos de supervivencia y replicacin y la forma
como pueden afectar a los individuos o a las organizaciones. Las reglas no
tienen la capacidad de copiarse a s mismas de manera directa; se replican
mediante otros mecanismos psicolgicos. Desde una perspectiva pragmtica,
las entidades como genes que estn detrs de las reglas son los hbitos de
los individuos, puesto que estos hbitos son las disposiciones condicionales
como reglas que ponen en orden el comportamiento. Las reglas, generalmen-
te, funcionan slo porque no estn inmersas en los hbitos compartidos de
pensamiento y comportamiento. Por lo tanto, es mejor tratar a los hbitos
como genotipos sociales y no como reglas.
19 Las definiciones de Pavel Pelikan (1988, 1992) son similares aunque no idnticas a las de North. Para
l, las instituciones son reglas pero tambin considera de manera explcita las instituciones internas (reglas) de
las organizaciones.
38
presupone a todas (1995: 60). La lengua es clave porque todas las institucio-
nes implican una interaccin social y una interpretacin de algn tipo. Es por
esto que todas las instituciones implican, por lo menos reglas, interpretativas
rudimentarias.
Esta literatura sobre la auto-organizacin y las rdenes espontneas permite
comprender mejor que las instituciones y otros fenmenos sociales pueden
surgir de una forma no diseada mediante interacciones estructuradas entre los
agentes. El nfasis en los aspectos de la auto-organizacin del sistema social se
puede encontrar en David Hume y Adam Smith, y es un tema esencial en la
escuela austraca de economa, desde Carl Menger hasta Hayek. Esta literatura
muestra que el orden social puede emerger, que no es en s una interaccin o la
propiedad de un solo individuo o de un grupo de individuos.
Sin embargo, incluso las instituciones auto-organizadas requieren un lenguaje
(rudimentario) de tal forma que, a excepcin del lenguaje en s, el concepto de
auto-organizacin debe ser cualificado por el reconocimiento de la organizacin
previa y extrnseca de las reglas de comunicacin e interpretacin.
Adems, los conceptos de auto-organizacin o de orden espontneo no son
suficientes para entender todas las instituciones. El mismo Menger (1981) reco-
noci una diferenciacin entre las organizaciones orgnicas (auto-organizadas)
y pragmticas (diseadas). Aunque muchos autores posteriores ignoran el
ltimo concepto para centrarse en el primero.
De hecho, mucha de la literatura existente sobre instituciones muestra un
nfasis exagerado en la idea (aunque) esencial de la auto-organizacin, en de-
trimento de otros mecanismos vitales sobre el surgimiento de las instituciones
y su mantenimiento.
Con las instituciones que no se auto-organizan, existe una fuerte dependencia
de otras instituciones para hacer cumplir las reglas internas. Primero miraremos
algunos de los mecanismos tpicos de la auto-organizacin para luego pasar a
citar algunos casos en los que se presenta tal dependencia.
Una configuracin arquetpica de auto-organizacin es un juego de coordi-
nacin. Las reglas de coordinacin siempre ofrecen incentivos para que cada uno
cumpla con los acuerdos. Por lo tanto, un equilibrio de coordinacin puede ser
auto-policivo y bastante estable. El lenguaje es un ejemplo. En la comunicacin,
tenemos grandes incentivos e inclinaciones para utilizar las palabras y los sonidos
de una manera que nos ajustemos lo ms cerca posible a la norma percibida.
Las normas del lenguaje y de la pronunciacin son por lo general auto-policivas
(Quine, 1960).
39
De igual manera, algunas (aunque no todas) las reglas legales tienen un fuerte
elemento auto-policial. Por ejemplo, existen incentivos evidentes (salvo evitar
las sanciones legales) para detenerse en el semforo cuando la luz est en rojo y
manejar por el mismo lado de la calle que las dems personas. Aunque puedan
ocurrir infracciones, estas leyes en particular, pueden ser impuestas por los mismos
conductores, puesto que las infracciones pueden aumentar los riesgos personales.
Un equilibrio de coordinacin puede ser auto-impuesto dado que no slo
cada uno de los jugadores carece de incentivos para cambiar de estrategia, sino
que, tambin, cada jugador desea que los dems jugadores conserven su estrategia
(Schotter, 1981). Si los agentes cuentan con preferencias y estrategias compa-
tibles en este sentido, las reglas de coordinacin pueden surgir con frecuencia
de manera espontnea y ser auto-impuestas. Incluso, si yo prefiero manejar por
la izquierda, cuando estoy en un pas en donde manejar por la derecha es una
convencin, entonces manejo por la derecha, y los dems prefieren que yo lo
haga. Un equilibrio de coordinacin tiene caractersticas de estabilidad y auto-
imposicin, incluso cuando el equilibrio no es lo ideal para todas las personas
involucradas.
Sin embargo, los juegos de coordinacin son un caso especial. Para contras-
tar las configuraciones es necesario incluir el famoso juego del dilema de los
prisioneros, que presuntamente representa varios tipos de situaciones sociales,
incluyendo el uso, socialmente no ptimo pero individualmente ventajoso, de los
carros privados en lugar del transporte pblico (Best, 1982), la famosa tragedia
de la Cmara de los Comunes (Hardin, 1968) y los aspectos del contrato de
trabajo (Leibenstein, 1982).
Al menos en una escena de la obra del juego del dilema de los prisioneros,
cada jugador tiene que desertar de un incentivo. La situacin de cooperacin
mutua no es un equilibrio de Nash, puesto que cada jugador puede ganar una
ventaja pasndose de cooperacin a desercin. El equilibrio de Nash se da cuando
ambos jugadores desertan pero cada uno tiene menos de lo que obtendra si
ambos jugadores cooperaran. Una orden espontnea podra surgir, pero es claro
que no es lo ptimo, por cualquier criterio razonable.20
Las reglas de coordinacin son observadas por la conveniencia. Por el con-
trario, los resultados no ptimos en el juego del dilema de los prisioneros gene-
ran preguntas normativas de una manera ms precisa. Aunque todas las reglas
implican costos y beneficios, hay una gran diferencia entre seguir una regla
sencillamente porque es conveniente hacerlo y seguir una regla porque hay una
20 Aunque la cooperacin mutua pueda resultar en los juegos repetidos del dilema de los prisioneros,
la estrategia de la represalia de Robert Axelrod (1984) puede ser rebasada por estrategias alternativas (Kitcher
1987; Lindgren 1992; Binmore 1998).
40
creencia normativa. Viktor Vanberg (1994) seala correctamente que los autores
de la tradicin del orden espontneo de Hume y Smith, pasando por Menger
hasta Hayek reconocen, de manera incorrecta, los mecanismos morales y legales
adicionales que se requieren para hacer cumplir los juegos de no coordinacin.
Walter Schltz (2001) hizo una diferenciacin similar en su fuerte discusin sobre
el problema de la imposicin de las reglas sociales.
Hasta hace poco, el problema de la imposicin haba sido olvidado en la lite-
ratura. Como se dijo anteriormente, algunas reglas son bastante auto-impuestas,
mientras que las leyes que restringen el comportamiento, cuando se perciben
ventajas substanciales en la transgresin, son las que requieren ms factores
policivos. De ah que la gente infrinja con frecuencia el pago de los impuestos,
o los lmites de velocidad. Sin la actividad policial, es muy probable que la ley
en s sea infringida, viciada y caiga en descrdito.
Por ejemplo, hay incentivos para viciar el dinero. Si pueden evitar la detec-
cin, los agentes individuales tienen un incentivo obvio para utilizar versiones
menos costosas, de mala calidad, o ilegales del medio de cambio. Si se permite
que persitan tales falsificaciones o vicios, entonces el dinero falsificado se mezcla
con el bueno. El dinero no es auto-policivo en el mismo sentido del lenguaje y
puede requerir una autoridad externa que imponga las reglas, como lo reconoci
el mismo Menger (Latzer y Schmitz, 2002).
Los mecanismos auto-policivos pueden ser minados si existe la posibilidad
de que no se detecte una variacin de la norma y de que el incentivo sea lo
suficientemente fuerte para ejercer dicha variacin. El dinero y el lenguaje se
diferencian en este sentido. El argumento de la imposicin por una tercera parte,
como el Estado, es mucho ms fuerte en el caso del dinero y de algunas leyes
que en el caso del lenguaje. Algunos intentos por explicar la evolucin de los
contratos y de la propiedad privada en trminos completamente espontneos no
han tenido xito. Algunos autores tratan de explicar la imposicin de los derechos
de propiedad mediante algunos dispositivos como las coaliciones del comercio
(Greig, 1993). Itai Sened (1997) mostr que los derechos de propiedad no son
completamente auto- impuestos y se requiere alguna institucin externa, como el
Estado, para hacerlos cumplir. Con un nmero mayor de actores, es mucho ms
difcil para los individuos establecer arreglos mutuos y recprocos que garanticen
el cumplimiento del contrato (Mantzavinos, 2001). Si las coaliciones comerciales
surgen, stas adoptan caractersticas semejantes a las del Estado para imponer
los acuerdos y proteger la propiedad. En un mundo donde la informacin es
incompleta e imperfecta, los costos de transaccin son altos, las relaciones de
41
poder asimtricas y los agentes con visin limitada, las instituciones con poder
tienen que necesariamente imponer los derechos.
Esta es una pregunta que queda abierta: si otra institucin fuerte, fuera del
Estado, podra cumplir a cabalidad con este papel. Slo quiero anotar que una
clase importante de instituciones existe y que unas instituciones dependen de
otras para poder imponer de manera efectiva sus reglas. En el mundo real, son
muchos los ejemplos de algunas instituciones que son apoyadas y mantenidas
por otras. El papel del Estado en la imposicin de la ley y la proteccin de los
derechos de propiedad es slo un ejemplo. Un mayor ejercicio sera explorar el
alcance de tales complementariedades y entender bien estos mecanismos.
42
nes. Un comportamiento ordenado del mercado puede resultar de la existencia
de restricciones institucionales o de recursos y pueden ser muy independientes
de la racionalidad o tambin de los agentes. Las limitaciones estructurales, no
individuales, hacen mucho del trabajo explicatorio. Vemos as la posibilidad de un
estudio de los mercados con nfasis en las instituciones y las estructuras, en cierta
medida independiente de los supuestos hechos sobre los agentes.22
Estos modelos sugieren que el comportamiento ordenado, y algunas veces
predecible, puede a veces ser producto de las restricciones institucionales. El peso
es llevado por las estructuras de sistema ms que por las preferencias o la psicolo-
ga de los individuos. Describo casos correspondientes a instituciones de agentes
insensibles porque los resultados son relativamente insensibles para la psicologa
o la personalidad individual.
Philip Mirowski (2002) basado en parte en los resultados de Gode y Sunder
(2002) plante que para entender los mercados no es necesario poner mucho cui-
dado a las psicologas, los procesos cognitivos o a las capacidades computacionales
de los agentes vinculados. l consider al mercado como una entidad computa-
cional. Sus argumentos aplican para un cierto tipo de estructuras institucionales,
incluyendo algunos mercados, y, en ese sentido, son importantes y vlidos, aunque
no constituyen una estrategia terica general a menos que el agente insensible sea
un aspecto general entre las instituciones.
Lo que es comn a los modelos de Becker (1962) y Gode y Sunder (1993) es
que existen restricciones duras e insuperables (presupuesto) que ponen a los agentes
en posicin y les ofrecen pocas alternativas, para cualquier inclinacin que tengan.
Por lo tanto, estos modelos tienen agentes insensibles y las restricciones hacen gran
parte del trabajo explicatorio. Tales restricciones existen en la realidad pero son en
realidad un caso especial. Otras restricciones institucionales actan imponiendo
trabas o sanciones penales. En estos casos, puede ser posible traspasar la barrera o
infringir la ley. La propensin a la transgresin de las reglas o de las restricciones
depende en parte de las preferencias y disposiciones de cada agente individual. Si
las restricciones fueran ms suaves, entonces los agentes tendran ms discrecin y
sera posible que las personalidades de los agentes se tuvieran que tener en cuenta.
Al sugerir fuertemente que la insensibilidad de los agentes es el caso general, la
estrategia de la investigacin de Mirowski tiene el peligro de una combinacin de
agenciamiento en la estructura institucional.
22 Para discusiones sobre estos resultados, consultar Denzau y North (1994), Mirowski (2002), y Mirowski
y Somefun (1998). Jean-Michel Grandmont (1992) demostr de manera similar que la demanda agregada se
puede comportar bien bajo ciertas restricciones de distribucin, solo asumiendo que el comportamiento indivi-
dual satisface las restricciones presupuestales, sin ninguna referencia a la maximizacin de la utilidad. Consultar
tambin Hildenbrand (1994).
43
Tomemos la posibilidad alterna de que haya grandes incentivos para hacer
respetar una convencin. En un juego de coordinacin los agentes son muy insen-
sibles puesto que los jugadores tienen un incentivo para respetar la convencin en
vigor, incluso aunque no sea la opcin ms apetecida. Los conductores britnicos
manejarn por la derecha en los Estados Unidos y en el continente europeo,
incluso si les parece ms fcil manejar por la izquierda. En cierta medida, dichas
convenciones de trnsito son de agentes insensibles. Sin embargo, una convencin
puede ser anulada si hay un nmero suficiente de personas que la desafe. En la
medida en que los beneficios de la coordinacin sean finitos, existe la posibilidad
de que un tipo de personalidad relativamente extrema se sienta inclinada a desa-
fiar la convencin en vigente. En el caso opuesto de fuertes restricciones, todos
los agentes deben cumplir la convencin, cualquiera que sean sus inclinaciones.
En oposicin a un sistema con fuertes restricciones, un gran nmero de con-
figuraciones tienen agentes sensibles. Tomemos el caso por ejemplo de un patrn
de cooperacin en el juego del dilema del recluso que se produce en una poblacin
dominada por unidades que juegan la estrategia de la represalia. No obstante,
pueden verse invadidos por la influencia de otros que siempre cooperan. Si esto
ocurre, entonces la poblacin resultante de cooperadores podra ser vulnerable a
la invasin de una especie que deserta todo el tiempo. Al mismo tiempo, si esta
invasin fuera incompleta, o estuviera sujeta a un leve grado de error, entonces
una nueva invasin de jugadores de represalia podra sacar ventaja del hecho de
que esa desercin constante no fuera absoluta. Cada uno de estos resultados es
inestable (Kitcher, 1987; Lindgren, 1992). Las convenciones vigentes son algunas
veces sensibles a los tipos de jugadores que estn involucrados. Otra posibilidad
de sensibilidad en los agentes se produce por la existencia de equilibrios mltiples
(Nash). La poca diferencia entre las personalidades de los agentes puede ser im-
portante si hay una opcin entre dos o ms posiciones ptimas (cerca).
Si se introduce una gran variabilidad en las personalidades y observamos la
estabilidad de las convenciones vigentes, entonces podemos calibrar la sensibilidad
del agente del escenario institucional correspondiente. Las instituciones tienen
distintos grados de sensibilidad e insensibilidad de los agentes y las investigaciones
no deberan limitarse a los tipos particulares o extremos.
44
Las instituciones son sistemas de reglas sociales establecidas o inmersas que
estructuran las interacciones sociales.
Las reglas en el presente contexto se entienden como rdenes normativas
socialmente transmitidas y acostumbradas o disposiciones permanentemente
normativas tales que en la circunstancia X haga Y.
Las convenciones son instancias particulares de las reglas institucionales.
Las organizaciones son instituciones especiales que implican (a) criterios para
establecer sus lmites y diferenciar sus miembros de los no miembros, (b)
principios de soberana relacionados con quien est a cargo y (c) cadenas de
mando que definan las responsabilidades con la organizacin.
El hbito es el mecanismo psicolgico por el que los individuos adquieren
disposiciones para adoptar un comportamiento adquirido (semejante a una
regla) con anterioridad.
Parte de la discusin en el presente ensayo implic agregar un poco de carne
en las definiciones desprovistas de todo, como unos huesos limpios, sobre
todo en el caso de las reglas y las instituciones. Esto incluye el concepto clave
de hbito que se considera como un elemento clave para comprender cmo las
reglas estn inmersas en la vida social y cmo se sostienen las estructuras sociales.
Muchos autores tratan de establecer la diferencia entre las instituciones o las
reglas formales y las informales. Sin embargo, estos trminos han sido utilizados
de manera errada y de muy diversas formas. Lo formal implica legal, escrito,
explcito, codificables o algo ms? Las ambigedades que rodean estos trminos
significan que no se puede dar por sentado su significado. Es necesario especificar
de manera clara la acepcin que se quiere dar en cada caso o de lo contrario,
utilizar trminos ms transparentes como legal, ilegal, explcito.
Por lo general, la idea de que existe una lnea divisoria entre las instituciones
que son completamente formales por un lado, y las completamente informa-
les por el otro, es falsa, puesto que las instituciones formales (en cualquiera
de los sentidos antes mencionados) siempre dependen de reglas ilegales y de
normas no explcitas para su funcionamiento. Si las leyes o las declaraciones no
son costumbre o no estn inmersas en las disposiciones individuales, entonces
formales o no tienen efectos insignificantes. Son simples declaraciones o
proclamaciones, ms que reglas sociales efectivas. Algunas de las declaraciones
codifican las costumbres existentes, otras pueden, dado el caso, llegar a convertirse
en reglas efectivas pero slo mediante poderes adicionales, como la persuasin,
la legitimacin o la imposicin. Dicho de otra forma, las instituciones legales o
formales que no cuentan con fuerte respaldo informal son solamente decla-
45
raciones legislativas no apoyadas, ms que instituciones reales. Esto no quiere
decir que las reglas legales no sean importantes, sino que se vuelven importantes
cuando se integran a las costumbres y los hbitos.
Se ha hecho un intento por tratar de evitar las generalizaciones relacionadas
con la naturaleza de las instituciones. Y, en particular, dado que la auto-organi-
zacin es un fenmeno supremamente importante tanto en la naturaleza como
en la sociedad, sera un error sugerir que todas las instituciones son de este tipo.
Se ha demostrado que algunas reglas institucionales necesitan del apoyo de otras
instituciones para hacerlas cumplir.
En segundo lugar, aunque haya casos en los que las reglas y las restricciones
institucionales sirvan para explicar mucho y, por lo tanto, los resultados institu-
cionales sean relativamente insensibles a las personalidades y las psicologas de los
agentes, estas instancias no son universales. Considerar a todas las instituciones
como insensibles a los agentes es conducir al mayor error al combinar a los
individuos en la estructura institucional, en la que se requiere la interaccin de
ambos para entender cmo se forman y sostienen las instituciones.
Apndice A
Extractos de la correspondencia entre Douglass C. North y Geoffrey M. Hodgson
46
que el punto es realmente las preguntas que estoy planteando y que me hacen
enfocarme de cierta manera.
47
Me gustara tratar un segundo asunto con el cual no estoy todava muy claro.
El punto est relacionado con la diferenciacin entre lo formal y lo informal.
Pienso que este aspecto es importante pero hay mucha confusin en la literatura
sobre el tema []
(c)La dicotoma formal/informal se refiere a la diferenciacin entre legal y
no legal, o a las reglas o restricciones explcitas o tcitas?
(d) En el caso de la respuesta (c) existe algo como las reglas informales?
(e) La restriccin social, organizacional o comportamental es tambin una
regla? []
Yo s que lo estoy presionando un poco, pero pienso que es importante alcan-
zar el mximo de claridad, y un conceso tal vez, en esta rea [] Mi esperanza
es que podamos aumentar nuestro acuerdo para seguir adelante.
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