2 Bachillerato. Tema 2 La Generacion Del 98

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TEMA 2. GENERACIN DEL 98. CARACTERSTICAS.

PRINCIPALES
AUTORES Y OBRAS.

1. LA GENERACIN DEL 98: DEFINICIN Y CARACTERSTICAS

1.1. Definicin

La generacin del 98 naci quince aos despus de esa fecha, cuando


Martnez Ruiz, que ya firmaba como Azorn todos sus textos, bautiz de ese
modo, en una serie de artculos para el ABC, a un grupo de escritores que
haban empezado a publicar hacia finales de siglo. Contemporneos de los
modernistas, compartan con stos una misma actitud de protesta contra la
sociedad y contra el estado de la literatura, pero sus preocupaciones eran
otras, tanto en su temtica (reflexin sobre los problemas nacionales, visin
existencial y dolorida de Castilla, temas trascendentales y metafsicos), como
en su escritura (ms reflexiva, sentenciosa y analtica, menos retrica).
Como hechos que permiten hablar de generacin literaria, merecen
destacarse la escasa diferencia de edad (todos nacieron entre 1864
Unamuno y 1875 Machado-); las relaciones personales entre ellos
(frecuentaban los mismos ambientes y tertulias e incluso formaron el grupo
de Los Tres Azorn, Baroja y Maeztu; algunos compartieron posturas
revolucionarias en su juventud), si bien la trayectoria de unos y otros lleg a
ser muy diferente; por ltimo, el desastre del 98 como acontecimiento
generacional que los une y da nombre al grupo. Adems, entre sus
precursores cabe citar a los regeneracionistas, preocupados por sacar a
Espaa de la decadencia en que se encontraba (Joaqun Costa) y a ngel
Ganivet, y como director espiritual situaramos al propio Unamuno.
Aunque no hay acuerdo en la lista de escritores que pertenecen a esta
generacin, discutida por muchos, los nombres ms relevantes son Miguel
de Unamuno, Po Baroja, Azorn, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado y
Valle-Incln.

1.2. Caractersticas de la generacin del 98

Su preocupacin por el problema de Espaa. Coincidiendo con el


desastre del 98, se haba extendido por todo el pas una sensacin
generalizada de crisis y decadencia. Sin embargo, frente a los problemas
econmicos y sociales concretos los autores del 98 buscaron en general
respuestas abstractas y filosficas, y la esencia de lo espaol en el idioma,
en la tradicin, en la literatura medieval, en las vidas de las gentes sin
historia o en el paisaje castellano.

Las preocupaciones filosficas. Cuestiones como el sentido de la


existencia o el destino del hombre son fundamentales en muchas de sus
obras. En estos temas se aprecia la influencia de Schopenhauer, Nietzsche y
Kierkegaard.

Unas mismas inquietudes literarias: crtica del realismo, bsqueda


de un lenguaje preciso y natural, alejado del barroquismo y la retrica de
buena parte de la literatura decimonnica, con un profundo inters por
nuestro idioma (ampliaron el lxico y recuperaron voces en desuso), e
innovaciones en los gneros literarios, especialmente en la novela y el
ensayo.

2. LA POESA DE MIGUEL DE UNAMUNO Y DE ANTONIO MACHADO

Desde el punto de vista genrico, mientras en el Modernismo


propiamente dicho hemos de destacar la poesa lrica por encima de
cualquier otro gnero, en la generacin del 98 suele concedrsele mayor
importancia a la prosa, tanto en su vertiente narrativa (fundamentalmente,
la novela, gnero donde Unamuno, Azorn o Baroja introdujeron novedades
interesantes) como en el ensayo, que resulta la frmula idnea para expresar
las reflexiones de ndole filosfica, poltica o religiosa propias de los
noventayochistas, de su preocupacin por Espaa y por el destino del
hombre.
Sin embargo, no debemos olvidar que dos de los ms grandes poetas
del siglo XX pertenecen a esta generacin: Antonio Machado, en cuya obra
se refleja la evolucin del modernismo a las ideas noventayochistas, y Miguel
de Unamuno.

2.1. La obra potica de Antonio Machado (autor para comentario)


2.1.1. Perfil humano

Hijo del folclorista Antonio Machado y lvarez, pas su infancia en Sevilla, donde haba nacido en
1875 (Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla...), pero pronto se traslad con su familia a
Madrid y estudi, junto con su hermano Manuel, en la Institucin Libre de Enseanza. All tuvo como
profesor a Francisco Giner de los Ros, cuyas enseanzas ejercieron una enorme influencia en el
poeta y, ms tarde, condicionaron su postura ideolgica liberal. En 1899 viaj con su hermano a Pars,
donde trabaj como traductor y frecuent los ambientes literarios de la poca, adems de conocer a
Bergson, filsofo que influy en su pensamiento. En 1902, en su segundo viaje a la capital francesa,
trab amistad con Rubn Daro, y a su vuelta, con los escritores modernistas. En 1907 obtuvo la
ctedra de Francs en el Instituto de Soria, donde conoci a Leonor Izquierdo, con quien se casara en
1909. Tres aos ms tarde la muerte de su mujer lo sumi en una profunda tristeza que se reflejar
en su obra potica: Seor, ya me arrancaste lo que yo ms quera. / Oye otra vez, Dios mo, mi
corazn clamar. / Tu voluntad se hizo, Seor, contra la ma. / Seor, ya estamos solos mi corazn y el
mar. (Campos de Castilla). Se traslad a Baeza, donde permaneci desde 1912 hasta 1919, ao en
que regres a Castilla. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Espaola y conoci a Pilar
Valderrama, la famosa Guiomar de sus poemas amorosos. Defensor de la Repblica, cuando estall la
Guerra Civil se exili a Francia en enero de 1939, acompaado de su madre. Muri en Colliure en
febrero de ese mismo ao. Su hermano Jos encontr en uno de sus bolsillos el ltimo verso del
poeta: Estos das azules y este sol de la infancia.

2.1.2. Su poesa: temas y obras

Varias obsesiones se repiten en su obra: el paso del tiempo y la


nostalgia por la niez y la juventud perdidas, la falta de amor, y la
correspondencia emocional entre los elementos del paisaje y su estado
de nimo. La tendencia introspectiva se manifiesta en una preocupacin
filosfica existencial que le conduce a la contemplacin simblica de la
realidad (las fuentes, los ros, el paso de la maana a la tarde simbolizan el
paso del tiempo). En cuanto a la religiosidad, se entiende en Machado como
una preocupacin constante y profunda por el origen, destino y paradero
final del ser humano, y por el problema de Dios (siempre buscando a Dios
entre la niebla), si bien su peregrinar espiritual fluctu entre escepticismo e
inconcreta creencia, entre desesperanza y esperanza.

Siempre a travs de una conjuncin perfecta entre lo descriptivo y lo


reflexivo, la produccin potica de Machado se desarrolla en tres etapas:

La primera (hasta 1907), de formacin, representada por Soledades


(1903), obra ampliada en Soledades, Galeras y otros poemas (1907),
muestra al poeta de la soledad, de la melancola por la fugacidad de la vida y
los parasos perdidos. El tono es intimista y destacan el empleo de
smbolos y el constante dilogo del poeta consigo mismo y con el paisaje.
La influencia modernista se observa en la versificacin (dodecaslabos,
alejandrinos) pero tambin hay formas ms sencillas, como la silva. En el
libro de 1907 se suprimen rasgos modernistas y se incorporan smbolos
como las abejas o la noria, alusivos a los procesos mentales y los sueos.

La segunda etapa (1907-1919), de madurez, representada por


Campos de Castilla (1912, versin definitiva de 1917). Sus cincuenta y seis
poemas corresponden a un periodo en el que sucedieron graves
acontecimientos personales (la muerte de Leonor), y sociales. Son muy
heterogneos y prestan una mayor atencin al paisaje y a los temas
poltico-sociales, por eso es la obra en la que ms se acerca a las
preocupaciones noventayochistas: Castilla se convierte en smbolo de
Espaa, y Machado expresa su profunda preocupacin patritica. Los
poemas son evocaciones del paisaje real castellano; las descripciones se
convierten en meditaciones en las que se contrapone el esplendor del pasado
castellano con su presente montono y gris. Adems, Machado proyecta sus
sentimientos sobre aquellas tierras, operando una seleccin que prefiere lo
austero y que acenta lo que sugiere soledad, fugacidad o muerte. Su
amor a Castilla no excluye una actitud crtica frente a la realidad histrica
del pas al que ve empobrecido, despoblado, sin cultura, en la lnea
ideolgica del Regeneracionismo: Castilla miserable, ayer dominadora, /
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.

Incluye, adems, una serie de elogios dedicados a hombres a los que


admira y que proponen una va de progreso (Giner de los Ros, Rubn Daro,
Unamuno...); poemas de paisaje, como A orillas del Duero; evocaciones de
Soria o de la esposa muerta, descriptivos, como El tren o A un olmo seco;
y otros que expresan preocupaciones existenciales e inquietudes religiosas
sobre los enigmas del hombre y del mundo. Tambin hay que mencionar los
Proverbios y cantares, serie de poemas brevsimos, que son chispazos lricos
o filosficos, inspirados en formas populares, y el extenso romance La tierra
de Alvargonzlez, leyenda en verso sobre el tema de la envidia (el cainismo)
en una tierra miserable.

La tercera (1919-1939), ms reflexiva an en su libro Nuevas


Canciones (1924), una obra breve y variada donde aprieta su pensamiento
hasta llegar a un tono sentencioso. Predomina la preocupacin filosfica y
los poemas se inspiran en coplas populares. Algunos poemas recuerdan a
Campos de Castilla; otros tratan sobre el campo andaluz, que no sacude su
sensibilidad como lo hizo el paisaje castellano. Lo ms caracterstico de este
ciclo es el centenar de Proverbios y cantares nuevos. Consisten en
sentencias o pensamientos, frecuentemente paradjicos, que parecen
encerrar intuiciones profundas. Sus ltimas producciones lricas son:
Canciones a Guiomar, dedicados a su musa de madurez, Pilar Valderrama,
De un cancionero apcrifo y Poesas de Guerra, que incluyen una elega a
Garca Lorca.

2.1.3. Aspectos destacables de su lrica

Aunque estticamente el modernismo (becqueriano y simbolista) no


desapareci nunca de su obra, Machado depur su estilo hasta la sobriedad
y la densidad propias de la generacin del 98. Algunos aspectos destacables
en su produccin son:

Empleo de smbolos1, elemento fundamental de su visin lrica de


hombre y paisaje: la tarde, el camino, los sueos, el agua; el huerto, el
jardn y la glorieta, las galeras; la colmena, las abejas y la miel, el sol, los
rboles, el ro y el mar En general, suelen relacionarse con la
temporalidad, el recuerdo, la melancola y el ansia de trascendencia.

Tcnica impresionista: Machado, que toma como referente al Jorge


Manrique de las Coplas, nos ofrece una mirada intuitiva, la mirada del
poeta que capta impresiones, momentos fugaces, como en un mosaico.
El impresionismo se manifiesta en el empleo de un estilo nominal, con
enumeraciones de elementos del paisaje que van conformando una
imagen subjetiva y una sensacin de tiempo inaprehensible.
Mtrica y recursos expresivos:

Presenta variedad de metros y estrofas. En su primera obra se


inclin por la asonancia en los versos pares, en forma de romance o silva
arromanzada. La rima consonante (en cuartetas, liras, silvas, etc.) aparece
ya en Campos de Castilla: con ella, la diccin adquiere robustez, frente al
tono melanclico de Soledades.

En cuanto al estilo, adems del simbolismo e impresionismo


mencionados, cabe sealar que su antirretoricismo le llev a ser parco en el
empleo de la metfora (cuando las creaba, sola repetirlas: el Duero = curva
de ballesta, Soria = barbacana). Recursos habituales son el smil, las
interrogaciones retricas (en su constante indagacin existencial), la
personificacin (del paisaje o del dolor), las enumeraciones En su etapa
modernista hace uso de sinestesias, aliteraciones, paronomasias, e
introduce, mediante los eptetos un cromatismo delicado y un marcado
poder de evocacin. El tono sentencioso y la profundidad de sus reflexiones
se manifiestan, en su ltima etapa, mediante un lenguaje sobrio y a veces
crptico.

1
Podis encontrar en otro documento una breve explicacin de la simbologa machadiana que os puede ser til
para entender mejor su obra y para el comentario de textos.
Para Machado la poesa es palabra esencial en el tiempo, dilogo del
hombre, de un hombre, con su tiempo. Con estas palabras sintetiza su
objetivo lrico: captar la esencia de las cosas a la vez que el tiempo fluye en
ellas. Nos transmite en sus versos una profunda y sincera emocin, la de un
hombre en el buen sentido de la palabra, bueno.

2.2 La obra potica de Miguel de Unamuno

2.2.1. Perfil humano

Unamuno fue, sin duda, uno de los grandes intelectuales de aquel tiempo. De ideas personalsimas y
a menudo contradictorias, intervino en todos los debates de su tiempo, cultiv grandes amistades y
enemistades, fue profesor de Griego en la Universidad de Salamanca y tambin su rector, sac
adelante una familia muy numerosa, escribi, todos los das, dos o tres artculos y varias cartas a los
amigos, y libros de ensayos, de viajes, novelas, teatro, poesa... Intervino en poltica, sufri
persecucin y destierros, y consigui que sus opiniones fuesen tenidas muy en cuenta. Muri el
ltimo da del ao 1936, confinado en su casa tras una violentsima discusin con Milln Astray, uno
de los generales de Franco.

2.2.2. Su poesa: temas y obras

Fueron muchos en su tiempo los que no le concedieron demasiada


importancia a su poesa. Pero no Rubn Daro, ni los hermanos Machado o
Juan Ramn, que se dieron cuenta desde el principio de la importancia que
tenan las tardas poesas de Unamuno, un hombre que empez a
publicarlas a los 47 aos.

Esto fue as porque su poesa fue anmala en el panorama de fin de


siglo: quiso liberar la lengua del nfasis retrico del romanticismo, pero no
se dej influir tampoco por el modernismo, de cuya preocupacin por la
musicalidad se siente alejado. Algo que no es msica/es poesa, dej dicho
en su primer libro. Sus temas son prcticamente los mismos que
encontramos en sus libros de ensayos: la intimidad, la familia y la
religin, adems del paisaje y la angustia existencial, en la lnea del 98.

Unamuno escribi ocho libros de poesa que contienen miles de


poemas que se caracterizan por una gran paradoja: al lado del afn por la
claridad y la sencillez, Unamuno no se puede resistir al juego de palabras, al
golpe de ingenio verbal, ms o menos afortunado. En su poesa siempre hay
algo conceptista y complicado al lado de composiciones de una limpia y
emocionante sencillez.

El primero, Poesas, de 1907, es el ms extenso junto a su


Cancionero. Son poemas donde aparece ya lo ms sustancial de su obra en
verso: una voz ntima, solitaria, oscura casi, y una bsqueda apasionada por
armonizar expresin y ritmo. De Rosario de sonetos lricos, de 1911, son
algunos de los mejores sonetos de nuestra lengua. Son sonetos con grandes
arranques y finales que causan honda impresin. Muy conceptistas a
menudo, tanto que es difcil no recordar a Quevedo. Tras estos dos libros,
dio a la imprenta un largo poema: El Cristo de Velzquez (1920). El poema,
lleno de referencias al Nuevo y al Antiguo testamento, es un largo monlogo
en el que el poeta pregunta a Dios, a un Dios muerto, sobre la vida.
Despus, Rimas de dentro es tal vez su obra ms completa. Aparecen en l,
como en el resto de toda su obra -ensayos, novelas, teatro, cartas-, todas
sus obsesiones e ideas: habla en ellos de su intimidad, de los recuerdos,
del miedo a morir y a no dejar huella de su existencia, de la fe, tan
problemtica siempre en el escritor bilbano, de la soledad Como seala
Andrs Trapiello, Unamuno siempre hablaba de s mismo y casi siempre
saba hacerlo porque parece que lo hace de nosotros mismos.

Vinieron luego Teresa (1924), de tono becqueriano, y De


Fuerteventura a Pars (1925), donde retoma de nuevo el soneto y sobresale
el tono satrico y burlesco. Termin su labor potica con el Romancero del
destierro (1927) y el Cancionero, ya pstumo. Son, ambos, una especie de
diario potico, en los que Unamuno va reflejando las confesiones del da, del
momento. La emocin fugitiva y las impresiones de lo fugaz y pasajero.

3. LA PROSA (NARRATIVA Y ENSAYSTICA): PO BAROJA, AZORN,


VALLE-INCLN Y MIGUEL DE UNAMUNO

Del mismo modo que sucede con el gnero lrico, la prosa demuestra la
crisis del realismo, que va dejando paso a tendencias innovadoras. La prosa
narrativa busca nuevas frmulas y convive con formas ms descriptivas,
lricas o, sobre todo, ensaysticas, de manera que hasta las fronteras
genricas comienzan a difuminarse.

Cobrar particular importancia el ensayo. Los jvenes escritores se


convierten en intelectuales que toman partido y reflexionan sobre los
problemas de la sociedad, y lo hacen con una prosa cuyo ideal es muy
semejante al de la prosa narrativa: antirretoricismo, casticismo, claridad,
sencillez

3.1. La prosa ensaystica

Entre los autores del 98, aunque todos probaron el gnero, destacan
como ensayistas, dos: Azorn y Unamuno.

Del primero sobresalen sus peculiares ensayos literarios: Lecturas


espaolas, Clsicos y modernos, Al margen de los clsicos, son libros
originales y muy sugerentes donde nos ofrece sus personales impresiones
sobre autores y obras. Sus lecturas de los clsicos son el motivo a partir
del cual Azorn reflexiona sobre el peculiar carcter espaol, y dan lugar a
la descripcin de los rasgos humanos de aquellos autores, a todo tipo de
ancdotas, etc. Destacan tambin sus ensayos sobre Cervantes y el Quijote:
Con Cervantes, Con permiso de los cervantistas o La ruta de Don Quijote,
que es, este ltimo tambin un delicioso libro de viajes. Libros todos ellos
escritos con su peculiar prosa impresionista, de frase corta y sincopada.

Unamuno, por su parte, encontr en el ensayo un vehculo ms,


quizs el ms adecuado, para la expresin de sus ideas, obsesiones y
pensamientos. Sus preocupaciones polticas, sociales, filosficas y
religiosas, hallan en este gnero una salida natural. En En torno al
casticismo (1895) analiza la decadencia del pas y acua su concepto de
intrahistoria: la vida cotidiana de los hombres corrientes es ms importante
que los hechos histricos. Vendrn luego los ensayos religiosos y agnicos
sobre el miedo a la muerte, la necesidad de creer en un Dios que
garantice la inmortalidad y la certeza racional de que ese Dios no
existe. Las contradicciones y las paradojas sern un rasgo principal de esta
clase de ensayos entre los que destacan Del sentimiento trgico de la vida
(1913) y La agona del cristianismo (1925).

Son tambin sobresalientes su lectura cervantina en Vida de don


Quijote y Sancho (1905) y los libros que podramos llamar contemplativos,
sus libros de estampas y viajes, como Por tierras de Portugal y Espaa
(1911) o Andanzas y visiones espaolas (1922).

3.2. La prosa narrativa

En lo que respecta a la narrativa, la nmina del 98 se suele reducir a


cuatro autores: Azorn, Baroja, Unamuno y Valle-Incln. Podemos sealar
algunos RASGOS GENERALES, aunque cada autor presenta caractersticas
peculiares:

En cuanto a sus actitudes ideolgicas y estticas, quiz su rasgo


ms destacable es la ruptura con el realismo decimonnico. La quiebra
del racionalismo y positivismo y el sentimiento de absurdo vital que embarga
la poca provocan que el escritor no tenga como prioridad la plasmacin de
la realidad. De hecho, pretendieron acabar con la forma galdosiana de
novelar, mostrando una actitud claramente subjetiva e idealista, opuesta
al realismo y a su afn por convertir la novela en un espejo de la vida.

Con todo, los noventayochistas son deudores de algunos logros del Realismo, como el inters por la
profundidad psicolgica del personaje o la intencin antirretrica en el manejo del lenguaje.
Adems, algunas de estas nuevas novelas recogen posturas ideolgicas de sus autores (anarquismo,
idealismo, etc.), lo que las acerca al concepto de novela de tesis, de la etapa anterior. Tambin se
refieren a la realidad poltica y social de Espaa (aunque fuera la suya una visin literaria), como
ocurre con las novelas esperpnticas de Valle-Incln. Mencionemos, por ltimo, la presencia de
elementos narrativos que nos remiten al naturalismo: los personajes marginales de Baroja, con el
panorama de los barrios ms mseros de Madrid, son herederos de una visin decadente de un
mundo en descomposicin. Ahora bien, el objetivo del novelista del 98 no es explorar las lacras
sociales o los mecanismos de la herencia que determinan la conducta del individuo, sino indagar en
los procesos mentales que le conducen a la angustia, a la agona (lucha); la psicologa del personaje
interesa, pues, en funcin de su conflicto espiritual.

Y ya que hablamos de influencias, no podemos olvidar tampoco cierto carcter neorromntico de sus
actitudes: el afn de rebelarse contra una esttica y un mundo que les angustiaba o la creacin de
personajes que se alzan contra la sociedad o se paralizan por la falta de fe en ella (el hombre de
accin, y su opuesto, el ablico, a veces un mismo personaje, en Baroja). Recordemos, finalmente,
algunos elementos simbolistas (en Azorn, al plasmar las ideas de Nietzsche sobre el eterno retorno, o
en Unamuno, con smbolos como el sueo).
En lo que respecta a los temas:

El entronque con las corrientes irracionalistas europeas (el


voluntarismo de Schopenhauer, el existencialismo de raz cristiana de
Kierkegaard, la visin del tiempo de Bergson, el vitalismo de Nietzsche, etc.)
est presente en diferente medida en estos escritores, y nos permite hablar
de novela de corte existencial: los personajes confusos, agnicos,
luchan por su dignidad en el sinsentido de una vida perecedera, sin un dios
al que acceder por la razn. Pero tambin hemos de sealar el tema de
Espaa, que, siguiendo la estela de Larra, a quien admiraban, es tratado
con dolor y escepticismo. El desengao de estos hombres que buscaron
una esperanza en el regeneracionismo y en la europeizacin del pas, les
conduce, en su madurez, a un patriotismo no exento de nostalgia.

Se recogen en sus pginas los paisajes de Castilla, tomada como


reflejo de la decadencia y, a la vez, de la nobleza y la gloria que alcanz en
tiempos pasados. De ah el gusto por la Edad Media o el Siglo de Oro, en
pasajes de Azorn, o la crtica punzante del caciquismo y la ruina moral
de algunas pginas de Baroja. Combinacin de los dos temas citados sera,
por poner un ejemplo, Camino de perfeccin (1902), del propio Baroja,
donde el protagonista, Fernando Ossorio, encarna la angustia existencial, y
adems se ofrece una visin muy noventayochista de las tierras de Castilla.

Respecto a las novedades tcnicas, podemos mencionar las


siguientes:

La concepcin de la novela difiere de la tradicional: ya no se estima


que deba ceirse a un argumento o trama cerrados, o a la caracterizacin
detallada de personajes y ambientes. La novela ser abierta, permeable, a
menudo sin un argumento definido, y rebasa la frontera con el ensayo,
unas veces, y otras se hace dramtica o tiene una dimensin simblica,
como en La ta Tula, de Unamuno.

El inters por expresar el complejo mundo interior de sus


protagonistas, que sustituye al deseo de plasmar la realidad externa, les
lleva a relegar la descripcin a un segundo plano. Sin embargo, los
ambientes llegan a estar muy logrados en ocasiones, como en Las
inquietudes de Shanti Anda (1911), donde Baroja recrea con maestra el
ambiente marinero. Y, para expresar el mundo interior del personaje, qu
mejor que el empleo del dilogo (...dilogo, mucho dilogo, deca Vctor
Goti, un personaje de Niebla), con la autenticidad conversacional de un
Baroja, o incluso del monlogo interior y el famoso monodilogo
unamuniano. El uso del discurso indirecto libre les permite tambin hacer
aflorar la conciencia de sus criaturas literarias.

Otro aspecto novedoso fue la ruptura de la relacin autor-


protagonista. Si bien los protagonistas de estas novelas son a menudo un
alter-ego del autor (Andrs Hurtado, Augusto Prez o Antonio Azorn son
muestras de ello), se permite el escritor enfrentarse a ellos.
Valle-Incln, por ejemplo, desprecia a sus personajes, como en Tirano Banderas; Unamuno
polemiza con ellos (En Niebla se convirti en un precursor de obras posteriores, con un
enfrentamiento autor-personaje inaudito en 1914, ao de publicacin de la obra). Este
conflicto es expresin de ideas existencialistas: la bsqueda de una identidad del individuo,
que aparece como una marioneta en manos de su creador.

En lo que atae al estilo, la voluntad antirretrica de los


noventayochistas, que se opusieron al estilo declamatorio y ornamental de
algunos antecesores, se compagina con su amor al lenguaje. Hay un deseo
de ir al fondo, a las ideas, de modo que de ellas surja el estilo. Pero tanto en
la prosa rpida, vivsima, de Baroja, como en las visiones simblicas de
Azorn o en el forcejeo constante de Unamuno para ajustar la lengua a su
pensamiento, encontramos muestras suficientes de una preocupacin
estilstica que les conduce a recuperar vocablos en desuso, a emplear la
palabra justa, incluso jergal cuando es necesaria, a crear neologismos o a
recuperar el significado etimolgico de muchas palabras. Todo ello confiere a
su prosa una riqueza lxica incuestionable. En cuanto a la sintaxis, si bien
se suele destacar en sus obras el empleo de la frase breve, punzante, cuando
el texto se remansa en disquisiciones filosficas o en momentos lricos son
habituales los periodos sintcticos complejos (intermedio filosfico de El
rbol de la ciencia o retrucanos de Unamuno, por ejemplo).

El lirismo, la ternura o el sarcasmo de algunos pasajes de Baroja, el manejo de la adjetivacin


precisa o el lxico evocador en Azorn; el uso de la paradoja, del paralelismo, incluso de la
sinestesia en algunas pginas de Unamuno, o la prosa rtmica, refinada y de efectos
sensoriales de las Sonatas de Valle, son algunas muestras de su preocupacin artstica.

3.2.1. La novela existencialista de Unamuno

Unamuno utiliz el marco de la novela para expresar sus


preocupaciones existenciales y filosficas: el sentido de la vida, el ansia
de inmortalidad, la identidad, el sentimiento trgico derivado de la certeza de
la muerte. En cuanto a su carcter renovador, su deseo de alejarse de los
presupuestos realistas lo llev a inventar un nuevo gnero, la nivola, que
pretende ser el relato de un conflicto de conciencia. Para ello se eliminan o
reducen las referencias ambientales y se simplifica la accin externa,
centrando todo el inters en los problemas del personaje; es fundamental el
dilogo (o el monodilogo), se difumina la frontera entre realidad y ficcin y
se incluyen reflexiones sobre la vida o sobre la propia novela en el
pensamiento del personaje y del narrador. El mejor ejemplo es Niebla.
Otras novelas destacables son La ta Tula, San Manuel Bueno, mrtir,
Amor y pedagoga o Abel Snchez.

3.2.2. La novela abierta de Baroja

En la concepcin barojiana, la novela es un gnero multiforme y


abierto, en el que caben tanto la reflexin filosfica como la aventura, la
crtica mordaz, el humor, la descripcin de ambientes Y, como la vida, ha
de carecer de estructura previa: el escritor puede detenerse en lo que llame
su atencin (un personaje, un ambiente, una ancdota). Todo ello con un
objetivo: entretener al lector. Las novelas de Baroja suelen girar en torno a
un personaje central, inconformista o aventurero, que viaja de un lugar a
otro. Multitud de personajes secundarios contribuyen a matizar su
personalidad y a introducir temas como la visin desengaada de la
sociedad (algunos crticos han hablado del mundo social de Baroja).

Su estilo es claro y sencillo, antirretrico, con predominio de frases


cortas y prrafos breves, lo cual, unido a la abundancia de los dilogos,
donde los personajes defienden sus puntos de vista (a veces filosficos)
contribuye a crear la sensacin de naturalidad tan caracterstica de sus
obras. Destaca, adems, la maestra en la descripcin, basada en detalles
significativos de personajes o ambientes. Sus novelas se organizan a menudo
en trilogas, pero destacaremos algunos ttulos concretos: Camino de
perfeccin, Zalacan el aventurero, La busca (que junto con Mala hierba
y Aurora roja ofrece un fiel reflejo de la sociedad madrilea de principios de
siglo) y El rbol de la ciencia, donde el protagonista, Andrs Hurtado,
manifiesta, tanto en su actitud vital como en sus reflexiones filosficas, un
hondo pesimismo al observar la naturaleza egosta del ser humano.

El ttulo de esta ltima alude a la confrontacin entre actitud intelectual y voluntarismo, dos
formas de enfrentarse a la vida entre las que oscila el protagonista, mdico desengaado
como el propio Baroja.

3.2.3. La novela impresionista o renovadora de Azorn

En las novelas de Azorn, en general, el argumento y la accin tienen


escaso inters; son, ms bien, fragmentos de vida, a menudo
autobiogrficos, y las descripciones detallistas de personajes y ambientes
sustituyen a la intriga. Sus primeras novelas, en las que se observa su
rebelda y su conciencia social vinculada al anarquismo, se caracterizan por
la tcnica impresionista (La voluntad), los personajes contemplativos,
que buscan la ataraxia (Antonio Azorn), y los elementos autobiogrficos
(Confesiones de un pequeo filsofo). Posteriormente, con una actitud ms
renovadora y vanguardista, publica Don Juan o Doa Ins, que
incorporan minuciosas descripciones del ambiente y se centran en la
sensibilidad de los personajes. Es inconfundible el estilo de Azorn, basado
en un vocabulario preciso, con abundantes trminos en desuso (rasgo que
comparte con Unamuno), as como su capacidad para evocar impresiones,
sensaciones y paisajes, y para percibir el detalle de las pequeas cosas
cotidianas (los primores de lo vulgar, en palabras de Ortega).

3.2.4. La novela modernista y la novela esperpntica de Valle-


Incln

Toda la obra de Valle obedece al rechazo del realismo tradicional,


que se manifiesta de formas muy distintas: Magnfico ejemplo de prosa
modernista son sus Sonatas, protagonizadas las cuatro por el marqus de
Bradomn, donde al mundo aristocrtico y decadente se une el lenguaje
cuidado y musical. Su tema dominante es el amor pecaminoso (Bradomn es
un seductor). En la triloga La guerra carlista brinda una visin de la
Espaa tradicional enfrentada a la liberal. Ms interesantes, por su carcter
renovador, son sus novelas esperpnticas: Tirano Banderas,
ridiculizacin de un dictador hispanoamericano, es un experimento en el
gnero de la novela histrica; El ruedo ibrico es una triloga inconclusa
cuyo protagonista real es el pueblo, una Espaa, la de la poca de Isabel II,
sin perspectivas de futuro, que se presenta como un coso taurino. Cabe
recordar que con el esperpento, tanto en teatro como en novela, se produce
una deformacin sistemtica de la realidad en forma caricaturesca para
subrayar las contradicciones existentes entre las conductas de la sociedad y
los valores que postula. Por ello, la forma de expresin se basa en lo
grotesco: animalizacin, cosificacin y muequizacin de los seres son los
rasgos ms destacados.

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