Sebastián Vargas Álvarez (Ed.) - Histori (A) Fuera
Sebastián Vargas Álvarez (Ed.) - Histori (A) Fuera
Sebastián Vargas Álvarez (Ed.) - Histori (A) Fuera
Impreso en Colombia
Presentacin ..................................................................... 7
Sebastin Vargas lvarez
1.
El Memorial de las vctimas de la violencia,
la Estela de luz, y las batallas por la memoria
de la guerra contra el narcotrfico en Mxico ........... 29
Blanca Gutirrez Galindo
2.
Cholula: de la Ciudad Sagrada al Pueblo Mgico.
Usos de la historia y la memoria en la construccin
de la identidad turstica.................................................... 67
Cristina Desentis Torres
3.
Arrojo: ftbol, memoria y monumento............................ 113
Juan Camilo Riob Rodrguez
4.
Cuentas pendientes entre prceres y asesinos:
memorias en disputa alrededor de estatuas a
presidentes cubanos......................................................... 159
Mario Norberto Fernndez Damas
5.
Una cartografa histrica: usos pblicos
de la historia en el metro de Ciudad de Mxico............. 209
Sebastin Vargas lvarez
5
Presentacin
1 Por ejemplo Friedrich Nietzche, Walter Benjamin, Marc Bloch y Theodor Ador-
no. Algunos textos de estos autores sobre la memoria aparecen compilados en
Olick, Vinitsky-Seroussi y Levy (2011).
0. Antonio Turok. Derribo de la estatua de Diego de Mazariegos. 1992. Licencia
Creative Commons. 3.0. Tomada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/
File:Derribo_de_la_estatua_de_Diego_de_Mazariegos.jpg
7
chs muri en 1945, en el campo de exterminio nazi de Buchenwald), se culturales como monumentos, archivos, colecciones de museos, sitios
abandonar la problemtica de la memoria como campo de reflexin histricos, textos cannicos, etc.) a modo de repositorios artificiales
e investigacin, hasta su resurgimiento en los setenta y auge en los de la memoria de nuestras comunidades (2008). Ante la angustia de un
ochenta, poca en la que tiene lugar el llamado boom de la memoria. futuro que ya no es nuestro, y el fracaso de los grandes relatos identi-
El boom de la memoria, tambin conocido como giro al pasado o tarios de la modernidad (especialmente el del estado-nacin), nos vol-
giro subjetivo, es un fenmeno caracterstico de la segunda mitad del camos al pasado, queriendo preservar todo, convertirlo en patrimonio.
siglo XX, surgido despus de la Segunda Guerra Mundial y acentuado Mana de la conservacin (SAMUEL, 2008: 167) o era de la conme-
en los aos setenta y ochenta por la creciente globalizacin del mer- moracin (NORA, 2008, p. 61), que no escapa a las lgicas del mercado
cado capitalista y las industrias culturales2. Existen dos tendencias capitalista, en donde el pasado se ha vuelto una rentable mercanca:
convergentes que explican este giro al pasado, especialmente sensi-
bles durante los aos ochenta: la tendencia hacia el presentismo y la [en los aos setenta] la sociedad de consumo an se extenda, al igual que la
irrupcin del testimonio de la vctima/sobreviviente de grandes even- categora de presente, que constitua el blanco privilegiado de esa sociedad
tos traumticos. y que representaba de alguna manera su razn social [] Los aos ochentas
Por un lado, las transformaciones sociales, polticas y econmicas estuvieron sumergidos por la oleada de la memoria y su alter ego, ms visi-
propias de la posguerra generaron en el mundo occidental, y luego ble y tangible, el patrimonio: patrimonio que es preciso proteger, catalogar,
en todo el planeta, una aceleracin, una alteracin en la percepcin valorar, pero tambin volver a pensar. Se erigieron monumentos conmemo-
del tiempo, ocasionando un cambio en el rgimen de historicidad mo- rativos, se renovaron y multiplicaron los museos grandes y pequeos. Todo
derno: si el mito del progreso de la modernidad privilegiaba la nocin un pblico no especializado, que daba muestras de inters o curiosidad hacia
de futuro (horizontes de expectativa), los genocidios, guerras mundia- la genealoga, empez a visitar los archivos. Creci el apego por la memoria
les y la debacle ecolgica entre otros signos catastrficos de nuestro de los lugares, y un historiador, Pierre Nora, propuso, en 1984, la nocin de
tiempo nublaron los horizontes de expectativa, y privilegiaron el pre- lugar de memoria (HARTOG, 2007, p. 25).
sente como categora temporal predominante; un presente y un pre-
sentismo cuya nica garanta de futuro era establecer estrechos lazos Por otro lado, tenemos la irrupcin del testimonio de la vctima/
de dependencia con un pasado, con un espacio de experiencia, cada sobreviviente de los grandes eventos traumticos del siglo XX, que
vez ms escurridizo (HARTOG, 2007 y 2014; MUDROVCIC y RABOT- proclama la singularidad del horror pero a la vez es el siglo de la me-
NIKOF, 2013). moria colectiva, del recuerdo en comn, en trminos estrictamente po-
Un presente desconectado del pasado y rumbo a un futuro incierto lticos (MARTNEZ, 2011, p. 251, 254). Se trata de guerras, genocidios,
es sntoma, segn Pierre Nora, de la prdida de una memoria colectiva dictaduras militares o sistemas de segregacin racial en donde se per-
vital y orgnica propia de las sociedades tradicionales, que obliga, en petraron crmenes contra la humanidad contra poblaciones enteras, y
nuestros tiempos, a multiplicar los lugares de la memoria (artefactos que luego, y partiendo del testimonio de las vctimas/sobrevivientes,
han demandado el diseo e implementacin de polticas de la memo-
ria, mecanismos de justicia transicional, procesos de elaboracin de la
2 Un examen exhaustivo de los debates polticos, acadmicos y jurdicos, as como memoria histrica, bsqueda de la reparacin de las vctimas, verdad
de las implicaciones sociales y culturales de este boom de la memoria est ms y justicia. En estos complejos escenarios se encuentran en disputa di-
all de los lmites de esta presentacin. Se pueden encontrar buenas sntesis en
Huyssen (2002); Traverso (2007); Erll (2012) Jaramillo (2011); y Sarlo (2006). versas versiones sobre los sucedido, que enfrentan a mltiples actores
8 9
sociales como el estado, organizaciones de derechos humanos, de vc- WHITE, 2011) y las relaciones entre historia y memoria como dos m-
timas, sociedad civil, academia, etc. bitos diferenciados de aproximacin al pasado (TRAVERSO, 2007, p.
Si bien el caso paradigmtico en el debate poltico y acadmico (y 21-38; JELIN, 2000, p. 63-78; SILVA, 2007, p. 281-314).
sus ecos en las industrias culturales) ha sido la Shoa o el Holocausto ju- Un efecto importante del boom de la memoria es la dislocacin que
do durante la Segunda Guerra Mundial (ARENDT, 1999; LEVI, 2008; ha venido sufriendo en las ltimas dcadas la nacin como rejilla de
AGAMBEN, 2002), durante los aos ochenta y noventa tambin fueron inteligibilidad de la memoria social, como marco de explicacin del
muy importantes los procesos de dictaduras militares y el terroris- devenir histrico de las comunidades. Las naciones, comunidades
mo de estado (detencin, tortura y desaparicin forzada) en Amri- imaginadas cuidadosamente construidas desde finales del siglo XVIII
ca Latina, especialmente en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Per y a partir de polticas de memoria elitistas e invencin de tradiciones
Guatemala; as como el caso de la Sudfrica post-Apartheid (BUSTOS, (HOBSBAWM y RANGER, 2002), no pueden ya sostener en sus relatos
2010; RUFER, 2010)3. En Colombia, que ha vivido un conflicto armado la hegemona de la representacin sobre el pasado, ante la irrupcin
interno desde hace ms de cincuenta aos, y que actualmente afronta de memorias e identidades antes invisibilizadas en virtud de su condi-
el reto del proceso de paz tras las negociaciones con el grupo guerri- cin tnico-racial, de gnero, clase, procedencia o ubicacin geogr-
llero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el estado fica, etc. en un contexto globalizado donde se valora el patrimonio y
apenas se comenz a preocupar por la construccin de una memoria la diferencia (GILLIS, 1994; WALKOWITZ y MAYA-KNAUER, 2009) 5.
histrica en el siglo XXI, si bien existen iniciativas alternativas desde En Colombia, este giro coincide, por lo menos tericamente, con la
mucho antes (SNCHEZ, 2008; ANTEQUERA, 2011). promulgacin de la Constitucin de 1991, que declara el paso de una
Paralelo al debate poltico y jurdico, corri (y sigue corriendo) el nacin catlica y heredera de la cultura hispnica (carta de 1886) a una
acadmico. Los eventos lmite como la cmara de gas, la desaparicin pluritnica y multicultural. Si bien este proceso de dislocacin de
forzada o la persecucin y tortura, en diferentes latitudes y contextos, la nacin como marco de interpretacin de la memoria colectiva ha
estimularon discusiones en disciplinas como la filosofa, el derecho, el permitido la visibilizacin de sujetos histricos antes ignorados, no se
psicoanlisis, la sociologa, la antropologa, y por supuesto, la histo- debe perder de vista el hecho de que, en el capitalismo globalizado, la
ria4. El debate crucial en la historiografa oscil entre los lmites o po- diferencia y los patrimonios locales son apropiados e incorporados a
sibilidades de la representacin historiadora de eventos traumticos, lgicas trasnacionales de mercantilizacin y consumo, generalmente
tales como el Holocausto (FRIEDLANDER, 2007; LACAPRA, 2008; va turismo histrico y cultural (COMAROFF y COMAROFF, 2009).
Situadas en este contexto especfico de cambio de rgimen de his-
toricidad, las polticas de la memoria tienen que ver con las luchas por
la significacin del pasado que confrontan a diversos sectores de la
3 Francisco Ortega recuerda como la crtica poscolonial latinoamericana ha
cuestionado la (euro)centralidad del Holocausto como paradigma de los estudios sociedad en el presente. Afloran con intensidad a finales del siglo XX
de memoria y del trauma, que se problematiza al contraponerle la experiencia
traumtica y devastadora de la colonialidad que se remonta al siglo XVI (ORTE- y comienzos del XXI, pero siempre han existido en la medida en que
GA, 2011, p. 58). Enzo traverso tambin reflexiona agudamente sobre si la Shoa
es un evento incomparable o no, y sugiere que algunas caractersticas del exter-
minio nazi ya se hallaban presentes en la historia del colonialismo y capitalismo
europeo, en particular en lo que atae a la Conquista del Nuevo Mundo (2012,
p. 175-208). 5 Nora habla del deslizamiento de lo nacional hacia lo patrimonial como una
4 Astrid Erll (2012, p. 53-120) presenta una interesante sntesis de cmo las difer- de las caractersticas de la era de la conmemoracin (2008, p. 181-199). En este
entes disciplinas (historia, literatura, psicologa, sociologa, comunicacin, etc.) proceso de reinterpretacin de la historia es notable la influencia de los estudios
han abordado la problemtica de la memoria individual y colectiva. subalternos y poscoloniales.
10 11
estn estrechamente relacionadas con las polticas de la identidad y el problema con la memoria definida en trminos de poltica y usos polti-
con las relaciones de poder 6 , y por lo tanto, son susceptibles de con- cos es que se convierte en un reflejo ilustrativo del desarrollo poltico, y con
vertirse en objeto de anlisis histrico. frecuencia se reduce a la ideologa [] el resultado de la memoria sacrificada
Si bien la mayora de estudios sobre polticas de la memoria tienen al anlisis de polticas y de usos polticos es, a menudo, ignorar la categora
por objeto las batallas por la representacin del pasado en diversos de lo social. En este caso, las representaciones del pasado derivan de y son
contextos post-traumticos en donde estas batallas se traducen en la usadas principalmente para explicar relaciones de naturaleza poltica, pero
bsqueda de verdad histrica, justicia y reparacin para las vctimas son considerablemente silenciosas acerca del efecto de la memoria en la or-
durante las ltimas dcadas7, consideramos fundamental abordar este ganizacin, jerarquizacin y arreglos de las relaciones sociales y culturales
problema desde una perspectiva histrica de larga duracin, que evi- (CONFINO, 1997, p. 1393).
dencie cmo en el caso latinoamericano existen conflictos sociales y
luchas por la memoria desde la temprana Colonia y el siglo XIX, y que En cuanto al concepto de usos pblicos de la historia, se puede afir-
permita conectar las violencias contemporneas con violencias ms mar que es planteado por primera vez en el ensayo Concerning the
antiguas, tanto en el plano socio-histrico como en el plano del recuer- public use of history de Jrgen Habermas y Jeremy Leaman. Se tra-
do. En este sentido, la colonialidad del poder/saber (QUIJANO, 2000) ta de un artculo en respuesta al historiador conservador Ernst Nolte,
y la construccin del estado nacin moderno pueden servir como ma- que hace parte del debate pblico que se sostuvo en Alemania entre
trices analticas para aproximarse al problema de las polticas de la 1986 y 1989 conocido como Historikerstreit (la disputa de los historia-
memoria desde otras perspectivas y con nuevas preguntas8. Por otra dores), que vers sobre la responsabilidad histrica de los alemanes en
parte, es importante no caer en reduccionismos polticos, es decir, de- el genocidio de los judos y otros grupos durante la Segunda Guerra
bemos evitar abordar las polticas de la memoria y los usos pblicos de Mundial, la singularidad histrica (o no) del Holocausto (y por ende el
la historia desde una comprensin limitada de las relaciones de poder negacionismo o reconocimiento del mismo) y la prdida de identidad
como mera ideologa, desconectadas de las relaciones sociales y cultu- nacional, por lo cual est muy relacionado en su gnesis con las polti-
rales en su conjunto. Como nos recuerda el historiador Alon Confino, cas de la memoria (HABERMAS y LEAMAN, 1988) 9. En dicho texto, los
autores se referan a la imposibilidad de desconocer el acontecimiento
traumtico, de pasar la hoja sobre un pasado que no pasa, y resalta-
ban la imperiosa necesidad de hacerse cargo de dicho pasado, tarea en
la que el papel reflexivo y crtico de los historiadores resulta central.
6 El significado central de cualquier identidad individual o grupal, a saber, es el
sentido de mismidad sobre el tiempo y el espacio que es mantenido por el recu- Aos despus, en reflexin similar, pero situada en el contexto de
erdo; y lo que se recuerda es definido por la identidad asumida [] revisamos la India poscolonial, Dipesh Chakrabarty propona el concepto de
constantemente nuestras memorias para que se adapten a nuestras identidades
actuales. Las memorias pueden ayudarnos a hacer sentido del mundo en el que vida pblica de la historia para designar las conexiones que la his-
vivimos; y el trabajo de la memoria est, como cualquier otro tipo de labor
fsica o mental, atravesado por complejas relaciones de poder, gnero y clase toria como disciplina cientfica puede (y debe) forjar con instituciones
que determinan qu es lo que se recuerda (u olvida), por quin y para qu fines
(GILLIS, 1994, p. 3).
7 Por mencionar slo dos ejemplos, la investigacin pionera de Paloma Aguilar
(2008) sobre las memorias del franquismo y la transicin en Espaa, y el ex- 9 Los principales ensayos que hicieron parte del contrapuneto entre Habermas y
celente libro de Katherine Hite sobre intervenciones artsticas contra-conmem- Nolte aparecen traducidos al castellano en Habermas, Mann y Nolte (2012). Para
orativas en el espacio pblico en pases como Argentina, Chile, Per y Espaa un contexto del debate de los historiadores, ver los captulos Reflexiones sobre
(2012). el debate de los historiadores de LaCapra (2008, p. 59-82) y Los dilemas de los
8 Dos buenas referencias en esta direccin son: Rufer (2010) y Rappaport (2000). historiadores alemanes de Traverso (2007, p. 81-91).
12 13
y prcticas sociales por fuera de la universidad y de la burocracia ofi- En este sentido, la Public History implicara una forma de inves-
cial, para asumir un rol pertinente en los debates sobre el pasado en tigacin y narracin histrica que trascendera los mtodos, objetos
el mundo actual. Pensando en cmo sacar a la prctica historiogrfica de estudio y lenguajes especializados tradicionales de la historia pro-
de su enclaustramiento acadmico, Chakrabarty se preguntaba bajo fesional, y que tendera ms bien hacia el trabajo colaborativo entre
qu condiciones pueden la historia y los historiadores desempear un el historiador y otros actores (comunicadores, curadores de museos,
papel de juicio cuando las disputas relacionadas con el pasado surgen historiadores aficionados, familiares y locales, lderes comunitarios,
en el mbito de la cultura popular en las democracias? (2008, p. 169). etc.) con el objetivo de co-producir nuevos relatos histricos (FINN y
La referencia a los conceptos de historia pblica y/o usos p- SMITH, 2015, p. 124-127; GLOVER, 2008), o en palabras de Sarah Lloyd
blicos de la historia se har ms comn en la academia anglosajona y Julie Moore, historias sedimentadas (LLOYD Y MOORE, 2015).
Estados Unidos y Canad primero; Australia y Gran Bretaa des- En muchos casos la Historia Pblica se encarna en proyectos de
pus en donde la Public History se consolida desde la dcada de los investigacin-intervencin en contextos especficos en donde ciertas
ochenta como un campo de estudio de la historia que se preocupa por memorias e identidades han sido soterradas, en los que el historiador
las producciones de sentido sobre el pasado originadas por fuera de la trabaja en conjunto con mltiples comunidades y actores sociales para
academia y la historiografa especializada, un rea en constante con- auscultar el pasado y aportar as a la comprensin y transformacin de
tacto con la historia oral, la preservacin histrica, la archivstica y el un presente atravesado por la conflictividad poltica. Pero tambin es
mundo de los museos, memoriales y sitios histricos (LIDDINGTON, cierto que sta ha sido utilizada (y contratada) por diversos sectores
2002). Una de las obras pioneras en este sentido fue Los trabajos de la privados y gubernamentales que persiguen sus propios intereses. De
memoria de Raphael Samuel (2008) [1994], y podramos tambin men- ah que en ocasiones la Historia Pblica adopte la forma de una Private
cionar la investigacin de Roy Rosenzweig y David Thelen acerca de los History, es decir, una historia que obedece a los diversos y plurales
imaginarios sobre la historia de la sociedad norteamericana de finales requerimientos de la demanda privada, una client-oriented research
del siglo XX, The presence of the past: popular uses of history in ame- (CARRERAS y FORCADELL, 2003, p. 39; LIDDINGTON, 2002, p. 90).
rican life (1998). Esta mutacin de la historia pblica debera llamarse, segn Franois
El trmino Public History es usualmente atribuido a Robert Kelley, Hartog y Jacques Revel, Applied History, pues representa la aplicacin
historiador ambiental de la Universidad de California, segn el cual de la labor historiadora al servicio de diversas causas particulares: la
sta se refiere al empleo de historiadores y del mtodo histrico afue- historia de una empresa controlada para s misma, la investigacin de
ra de la academia (1978, p. 16). Por lo tanto, la historia pblica tendra un precedente, el desarrollo de un modelo de negocio, o la construc-
que ver con una prctica intelectual que desborda el mbito de las uni- cin de un caso de defensa jurdica, entre otros (2001, p. 17).
versidades y centros de investigacin, a travs de la cual los historia- En los ltimos aos, la masificacin de las nuevas tecnologas y me-
dores profesionales comienzan a vincularse, cada vez con mayor fre- dios de comunicacin, especialmente el Internet, han transformado
cuencia, con pequeas comunidades, o grandes industrias u oficinas radicalmente las maneras en que la historia es producida y consumi-
gubernamentales, no limitndose a las funciones convencionales del da: foros en lnea, blogs, dispositivos mviles, aplicaciones mviles,
oficio (docencia e investigacin, trabajo de archivo, etc.), sino tambin tabletas, redes sociales y una innumerable variedad de plataformas
asesorando campaas publicitarias, promociones culturales o parti- digitales han facilitado un mayor grado de participacin de los usua-
cipando como expertos en tribunales (CARRERAS y FORCADELL, rios (user engagement), donde cualquier persona con acceso a Internet
2003, p. 38-39). puede contribuir a la comprensin del pasado (MALERBA, 2017, p.
14 15
9). Esto ha planteado nuevas preguntas con respecto a la cuestin del sociales disputan en el espacio pblico, y a travs de distintos discur-
acceso y la validez de la informacin, el desdibujamiento de la distin- sos, prcticas y artefactos culturales, los significados del pasado (y por
cin (jerarqua) entre quien produce y quien consume, la autoridad y ende, tambin del presente y del futuro). La voluntad: por un lado, del
evaluacin del discurso histrico, y la investigacin colaborativa (FOS- profesor y algunos de los estudiantes de este seminario de reunirnos
TER, 2014; MALERBA, 2017). ms all del compromiso curricular para trabajar en un proyecto co-
Finalmente, es importante resaltar que en Espaa y Latinoamrica lectivo: escribir, leer y retroalimentar algunos casos de estudio; por
cada vez son ms los investigadores que se preocupan por la problem- otro, de Publicaciones La Sorda, editorial independiente de la ciudad
tica de los usos pblicos de la historia, como resultado del boom de la de Bogot, de confiar en el proyecto y darle vida bajo la materialidad
memoria y los retos que la emergencia de las memorias colectivas han de un libro.
planteado a la disciplina. Prueba de ello, es la realizacin de eventos Los ensayos reunidos en este libro abordan las complejas inter-
acadmicos como el VI Congreso de la Asociacin de Historia Con- secciones entre memoria, historia, poltica y espacio pblico a partir
tempornea en Zaragoza, cuyas memorias se recogen en el libro Usos de casos de estudio atravesados por una reflexin terica implcita
pblicos de la historia (CARRERAS Y FORCADELL, 2003), as como la y constante. Se trata de investigaciones que desde una perspectiva
publicacin de nmeros especiales en revistas de historia y ciencias transdisciplinar exploran contextos concretos (cuatro en Mxico, uno
sociales10 y de libros como el que el lector tiene en sus manos. en Cuba) en donde se articulan espacio, representacin del pasado y
artefactos culturales/dispositivos de memoria que despliegan o acti-
Histori(a)fuera van diversos usos pblicos de la historia. De esta manera, el libro ras-
trea e historiza diversos discursos, apropiaciones y disputas en torno
El presente volmen es el resultado de un encuentro y de una volun- a monumentos, sitios arqueolgicos, avenidas y sistemas de sealtica
tad. El encuentro: el seminario Histori(a)fuera: polticas de la memo- en redes de transporte urbano.
ria y usos pblicos de la historia, ofrecido por 17, Instituto de Estudios En un primer momento, la historiadora del arte Blanca Gutirrez
Crticos en el verano de 2016. En este escenario acadmico, virtual y analiza dos monumentos construidos en los ltimos aos en la Ciudad
transdisciplinar, convergimos un grupo de personas de diferentes de Mxico que materializan el discurso de legitimacin de la guerra
formaciones, trayectorias y oficios, con el inters comn de aprender, contra el narcotrfico adelantada por el gobierno de Felipe Caldern
leer e investigar sobre las diversas maneras en que mltiples actores Hinojoza (2006-2012): el Memorial de las Vctimas de la Violencia y la
Estela de Luz. A partir de un anlisis esttico y de las representaciones
histricas que se ponen en juego en estos dos lugares de memoria,
10 Por mencionar algunos ejemplos: el dossier Memoria, historia y testimonio la autora da cuenta de las batallas por el sentido del pasado reciente
en Amrica Latina de la revista Historia Crtica (nm. 40, 2010); el dossier
Polticas de la memoria y usos pblicos de la historia de la revista Memoria que han enfrentado al estado mexicano (y sus polticas de memoria ofi-
y Sociedad (vl. 17, nm. 35, 2013); el nmero monogrfico Usos pblicos e
polticos da memria: construes, conflitos e representaes de Anos 90 (vl. ciales) con organizaciones de vctimas como el Movimiento por la Paz
22, nm. 42, 2015); el nmero sobre Escritura de la historia y gestin de la con Justicia y Dignidad (con sus contra-conmemoraciones, cuestiona-
memoria en Amrica Latina del Anuario de Historia Regional y de las Fronteras
(vl. 22, nm. 2, 2016); el dossier A histria e seus pblicos. A circulao do mientos y reapropiaciones de los mencionados monumentos). Por un
conhecimento histrico: espaos, leitores e linguagens de la revista Historia da
Historiografia (vl. 9, nm. 20) y el dossier Histria Pblica de la revista Tempo lado, a la durabilidad del acero del memorial, en donde no hay nombres
& Argumento (vl. 8, nm. 19, 2016); y el dossier Public History. La historia en propios sino frases universales y desconectadas del contexto inme-
pblico tambin de Historia Crtica (nm. 65, 2017). Todas estas revistas pueden
consultarse gratuitamente en internet. diato mexicano, se contrapone lo efmero de los nombres y mensajes
16 17
escritos con tiza; por otro, los performances y reuniones, as como las causar al patrimonio arquelgico del lugar; la inexistencia de la con-
placas conmemorativas instaladas en el suelo junto a la estela, desafan sulta previa a las comunidades locales y la expropiacin de predios a
la altura y verticalidad del monumento oficial bicentenario. El ensayo habitantes del lugar para la realizacin de las obras, entre otras pro-
de Blanca es un buen ejemplo de que no siempre y no necesariamente blemticas. A pesar de las reuniones, veladas culturales y manifesta-
los monumentos memoriales cumplen con una funcin de reparacin ciones de los cholultecas que pudieron organizarse, en buena medida
y reconciliacin, y antes bien pueden trabajar a favor de la impunidad gracias al sistema de cargos y mayordomas por barrios que data del
e incluso generar nuevas victimizaciones, adems del hecho de que su perodo prehispnico y del culto a la virgen de los Remedios durante la
sentido nunca se encuentra fijado indefinidamente, sino que es objeto poca virreinal, al parecer con la construccin del parque y la apertu-
de discusin y resignificacin por parte de diversos actores sociales a ra del tren se ha impuesto el poder del gobierno estatal y la neolibera-
lo largo del tiempo (VIEJO-ROSE, 2016). lizacin del patrimonio en Cholula. Pero la ciudadana cholulteca sigue
En el segundo captulo, la arqueloga Cristina Desentis da cuenta dando la pelea, esgrimiendo una historia en comn, una memoria y
de las actuales tensiones y disputas en torno a los usos del territorio, el una identidad propias como armas desde las cuales luchar por un pre-
patrimonio y la historia en Cholula (Puebla, Mxico), la ciudad con ocu- sente y un futuro.
pacin continua ms antigua de Amrica. Cholula fue un importante La relacin entre un espacio geogrfico/sagrado determinado, y los
centro ceremonial durante la poca prehispnica y colonial, teniendo procesos de elaboracin de la memoria y construccin de las identida-
como espacio sagrado central La Gran Pirmide (Tlachihualtepetl, el des colectivas tambin es fundamental en el ensayo de Juan Camilo
cerrito), en donde actualmente est ubicado un sitio arqueolgico al Riob, titulado Arrojo: ftbol, memoria y monumento, que trata so-
cuidado del Instituto Nacional de Antropologa e Historia (INAH) y el bre el Arrojo, escultura instalada en las inmediaciones del estadio
santuario de la virgen de los Remedios, visitados por turistas y feligre- Nou Camp del Club Len (Len, Guanajuato, Mxico). Segn el autor,
ses. No obstante, la zona arqueolgica/sagrada de Cholula viene desde en los ltimos aos el boom de la memoria y la patrimonializacin ha
hace algunos aos sufriendo un proceso de transformacin que ini- permeado tambin al mundo deportivo y futbolstico, por lo que se han
ci bajo la administracin del gobernador Rafael Moreno Valle (2011- construido monumentos, museos y otros lugares de memoria alrede-
2017), quien consigui el nombramiento de la ciudad como Pueblo dor de estadios y otro tipo de escenarios deportivos.
Mgico (2012) y puso en marcha el proceso de dignificacin de los El texto repasa la historia de La Fiera, y de su aficin, as como de
espacios de la ciudad con la construccin del Parque de las 7 Cultu- la ciudad de Len y de la regin en donde queda ubicada, el Bajo Gua-
ras, la construccin de un nuevo museo en la sede de un antiguo hos- najuatense, y se aproxima al monumento y al estadio en tanto lugares
pital psiquitrico y la instalacin de un tren turstico desde la vecina de memoria que cumplen una funcin simblica asociada a la recrea-
ciudad de Puebla. cin de la memoria y la identidad colectiva de los aficionados panzas
Arquelogos, funcionarios del INAH y habitantes de Cholula ali- verdes a travs de las generaciones. Pero adems de fijar y reafian-
neados en asociaciones como Ciudadanos unidos por Cholula Viva zar una identidad deportiva, ligada al equipo de ftbol y su historia
y Digna, el Crculo en defensa del territorio y el Frente municipal de derrotas y victorias, tambin contribuyen a reforzar ciertos ima-
cholulteca, se han pronunciado en contra de estos proyectos, denun- ginarios e identidades regionales caractersticas del Bajo: una tierra
ciando la privatizacin del espacio arqueolgico y la mercantilizacin rica y sencilla, habitada por gente humilde, trabajadora, e industriosa;
del pasado cholulteca va turismo histrico y cultural; la afectacin un pueblo tradicional (conservador), pero a la vez pujante y moderno.
que las nuevas construcciones y el arribo masivo del turismo pueden Concluye Juan Camilo que este caso al interior del ftbol mexicano,
18 19
nos permite analizar un espacio de memoria y las implicaciones de ste Sebastin Vargas. El captulo plantea una interpretacin del sistema
con otras esferas de representacin social como el deporte, el arte, la iconogrfico de sealizacin del metro como un dispositivo urbano de
ocupacin de los espacios pblicos, las identidades regionales, la expe- transmisin de la memoria social a travs del cual los usuarios refuer-
riencia histrica de las personas y la historia del ftbol. zan (o cuestionan) los relatos sobre el pasado aprehendidos en otros
En el cuarto captulo, Mario Norberto Fernndez aborda las memo- espacios y/o soportes (la escuela, la conmemoracin, el museo, los me-
rias en disputa en torno a las estatuas de los dos primeros presidentes dios de comunicacin, etc.) a la vez que se sirven de esta cartografa
cubanos, Toms Estrada Palma y Jos Miguel Gmez, emplazadas en histrica para orientarse en sus desplazamientos cotidianos por la ciu-
la Calle G o Avenida de los Presidentes en el barrio El Vedado de la dad. El texto es un acercamiento a los usos pblicos de la historia en el
Habana. El ensayo muestra cmo G se convirti durante la primera metro de la Ciudad de Mxico, a partir de dos preguntas principales:
mitad del siglo XX en una escenario de representacin del poder en el qu historia de Mxico se narra en la iconografa del metro? y cul
espacio urbano que obedeca a la consolidacin de una memoria y una es la recepcin de esta historia por parte de los usuarios y cmo la uti-
identidad nacional acorde con el proyecto de la Repblica de Cuba. lizan? Precisamente, teniendo en cuenta el problema de la recepcin y
Luego del triunfo de la Revolucin, en 1959, Castro mand a retirar la resignificacin, el ensayo termina presentando el trabajo de Redre-
las estatuas de ambos presidentes por considerarlos neocolonialistas y tro, un colectivo de arte urbano que ha realizado intervenciones en el
subordinados a los intereses estadounidenses, y del primero slo que- metro que dislocan los significados de la historia y la sociedad que se
dan el pedestal y los zapatos, esttica del fragmento que se relaciona pretenden transmitir a travs del sistema de sealtica.
con las heterogeneidades sociales que se apropian de la avenida hoy en Histori(a)fuera se trata de sacar la investigacin histrica y la re-
da. El borramiento no se dio nicamente en el espacio pblico, sino flexin en torno a la memoria, el patrimonio y los heterogneos usos y
tambin en publicaciones sobre arquitectura y urbanismo producidas sentidos del pasado en el mbito pblico de la ciencia historiogrfica,
bajo el rgimen, que cubrieron de olvido a las estatuas. As mismo, la academia y los circuitos especializados. Es un esfuerzo por abrir
el gobierno revolucionario pobl la avenida con nuevos monumentos nuevas vetas de indagacin, para debatir y profundizar el campo de los
a otros hroes, no cubanos, pero s afines a su espectro ideolgico: estudios sobre la memoria desde el dilogo entre diversas disciplinas,
Simn Bolvar (1999), Benito Jurez (2000) y Salvador Allende (2003). saberes y experiencias. Se trata, ante todo, de convertir la investiga-
En aos recientes, intelectuales opositores al rgimen burlando la cin en una intervencin que genere algn impacto en los contextos
censura a travs del uso de blogs y diarios digitales, han iniciado un especficos a los cuales se dirige. Una apuesta por derrumbar los mu-
debate pblico con respecto a las memorias silenciadas en la Avenida ros que nos dividen y devolverle a nuestro ejercicio intelectual una de
de los Presidentes, con la intencin de reivindicar e identificarse con sus caractersticas ms sustanciales: la praxis. Abajo los muros!
el proyecto republicano en contraposicin al gobierno revolucionario;
diversas culturas juveniles se han apropiado de la avenida como lu- Bogot, 3 de mayo de 2017
gar de socializacin cotidiano; y hasta un grupo de rap afrocubano
compuso una cancin en contra del monumento a Jos Miguel Gmez
por considerarlo responsable del genocidio del Partido de los Indepen-
dientes de Color, en 1912.
Por ltimo, el libro cierra con el ensayo Una cartografa histrica.
Usos pblicos de la historia en el metro de la Ciudad de Mxico, de
20 21
Referencias GILLIS, John, ed. Commemorations. The politics
of national identity. Princeton: Princenton
AGAMBEN, Giorgio. Lo que queda de University Press.
Auschwitz: el archivo y el testigo. Homo GLOVER, Nikolas. Co-produced histories.
Saccer III. Valencia: Pre Textos, 2002. Mapping the uses and narratives of history
AGUILAR, Paloma. Polticas de la memoria y in the tourist age. En: The Public Historian,
memorias de la poltica. El caso espaol en Santa Barbara, n. 30, p. 44: 105-124, 2008.
perspectiva comparada. Madrid: Alianza, 2008. GNECCO, Cristbal y ZAMBRANO, Marta.
ANTEQUERA, Jos. La memoria histrica Memorias hegemnicas, memorias disidentes.
como relato emblemtico. Bogot: Alcalda El pasado como poltica de la historia. Bogot:
Mayor de Bogot-Agencia Catalana de ICANH/Universidad del Cauca, 2000.
Cooperacin al Desenvoulpament, 2011. HABERMAS, Jrgen y LEAMAN, Jeremy.
ARENDT, Hannah. Eichman en Jerusaln. Estudio sobre Concerning the public use of history. En: New
la banalidad del mal. Barcelona: Lumen, 1999 [1963]. German Critique, Durham, n. 44, p. 40-50, 1988.
ASHTON, Paul y KEAN, Hilda (eds). People and HABERMAS, Jrgen; MANN, Thomas y
their pasts: public history today. Nueva York: NOLTE, Ernst. Hermano Hitler. El debate de
Palgrave-MacMillan, 2009. los historiadores. Mxico: Herder, 2012.
BUSTOS, Guillermo. La irrupcin del testimonio HALBWACHS, Maurice. La memoria colectiva.
en Amrica Latina: intersecciones entre historia Zaragoza: Prensas universitarias de Zaragoza, 2004.
y memoria. Presentacin del dossier: Memoria, HALBWACHS, Maurice. Los marcos sociales de
historia y testimonio en Amrica Latina. En: la memoria. Barcelona: Anthropos, 2004.
Historia Crtica, Bogot, n. 40, p. 10-19, 2010. HARTOG, Franois. Regmenes de historicidad.
COMAROFF John L. y Jean. Ethnicity Inc. Chicago Presentismo y experiencias del tiempo.
y Londres: Chicago University Press, 2009. Mxico: Universidad Iberoamericana, 2007.
CONFINO, Alon. Collective memory and cultural HARTOG, Franois. El nombre y los conceptos
history: problems of method. The American de historia. En: Historia Crtica, Bogot, n.
Historical Review 102, 5 (1997): 1386-1403. 54, p. 75-87, 2014.
ERLL, Astrid. Memoria colectiva y culturas del HARTOG, Franois y REVEL, Jacques. Les
recuerdo. Un estudio introductorio. Bogot: usages politiques du pass. Pars: Les
Universidad de los Andes, 2012. ditions de lcole des Hautes tudes en
FINN, Margot y SMITH, Kate (Eds.). New paths to Sciences Sociales, 2001.
public histories. Londres: Palgrave-MacMillan, 2015. HITE, Katherine. Politics and the art of
CARRERAS, Juan Jos y FORCADELL, Carlos. Usos commemoration. Memorials to struggle in Latin
pblicos de la historia. Ponencias del VI Congreso America and Spain. London: Routledge, 2012.
de la Asociacin de Historia Contempornea HOBSBAWM, Eric y RANGER, Terence (Eds.). La
(Universidad de Zaragoza, 2002). Madrid: Marcial invencin de la tradicin. Barcelona: Crtica, 2002.
Pons/Prensas Universitarias de Zaragoza, 2003. HUYSSEN, Andreas. En busca del futuro perdido.
FOSTER, Meg. Online and plugged Cultura y memoria en tiempos de globalizacin.
in? public history and historians in Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2002.
the digital age. En: Public History JELIN, Elizabeth. Los trabajos de la memoria.
Review, Sidney, n. 21, p.1-19, 2014. Madrid: Siglo XXI, 2002.
JARAMILLO, Jefferson. El giro al pasado. ORWELL, George. 1984. Barcelona: Destino, 2009.
Reflexiones sobre su naturaleza e impactos. PROUST, Marcel. A la busca del tiempo perdido.
En: Folios, Bogot, n. 33, p. 65-80, 2011. Madrid: Valdemar, 2005.
KELLEY, Robert. Public History: its origins, QUIJANO, Anbal. Colonialidad del poder,
nature and prospects. En: The Public eurocentrismo y Amrica Latina. En:
Historian, Santa Barbara, n. 1, p. 16-28, 1978. LANDER, Edgardo (Comp.). La colonialidad
LACAPRA, Dominick. Representar el Holocausto. del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
Historia, teora, trauma. Buenos Aires: Prometeo, 2008. Perspectivas Latinoamericanas. Buenos
LEVI, Primo. Triloga de Auschwitz (Si esto es Aires: CLACSO, p. 201-246, 2000.
un hombre, La tregua, Los hundidos y los RAPPAPORT, Joanne. La poltica de la memoria.
salvados). Barcelona: El Aleph, 2008. Interpretacin indgena de la historia en los
LIDDINGTON, Jill. What is Public History? Publics Andes colombianos. Popayn: Universidad
and their pasts, meanings and practices.En: del Cauca, 2000.
Oral History, Londres, n. 30, p. 83-93, 2002. ROSENZWEIG, Roy y THELEN, David. The
LLOYD, Sarah y MOORE, Julie. Sedimented Presence of the Past: Popular uses of history
Histories: Connections, Collaborations and Co- in american life. Nueva York: Columbia
production in Regional History. En: History University Press, 1998.
Workshop Journal, Oxford, n. 80:1, p. 234-248, 2015. RUFER, Mario. La nacin en escenas. Memoria pblica
MALERBA, Jurandir. Os historiadores e seus y usos del pasado en contextos poscoloniales.
pblicos: desafios ao conhecimento histrico Mxico: El Colegio de Mxico, 2010.
na era digital. En: Revista Brasileira de SAMUEL, Raphael. Teatros de la memoria.
Histria, So Paulo, n. 37:74, p. 1-20, 2017. Pasado y presente de la cultura
MARTNEZ, Alejandro. La rendicin de cuentas y contempornea. Valencia: Publicaciones
lo imprescriptible. En: ZAMORA, Jos y REYES Universitat de Valencia, 2008 [1994].
MATE, Manuel (Eds.). Justicia y memoria. Hacia SNCHEZ, Juan. Sobre la memoria. El pasado
una teora de la justicia anamntica. Barcelona: presente en los medios de comunicacin. En:
Anthropos, p. 249-266, 2011. Historia Actual On Line, Cdiz, n. 4, p. 153-163, 2004.
MUDROVCIC, Mara Ins y RABOTNIKOF, Nora SNCHEZ, Gonzalo. Tiempo de memorias y
(Comps.). En busca del pasado perdido. Temporalidad, tiempo de vctimas. En: Anlisis Poltico,
historia y memoria. Mxico: Siglo XXI/UNAM, 2013. Bogot, n. 63, p. 3-21, 2008.
NORA, Pierre. Pierre Nora en Les Lieux de SARLO, Beatriz. Tiempo pasado, cultura de la
mmoire. Montevideo: Trilce, 2008. memoria y giro subjetivo. Una discusin,
OLICK, Jeffrey, VINISTSKY-SEROUSSI, Mxico: Siglo XXI, 2006.
Vered y Levy, DANIEL (Eds.). The SILVA, Renn. Comunidades de
collective memory reader. Oxford: Oxford memoria y anlisis histrico. En: A
University Press, 2011. la sombra de Clo. Diez ensayos sobre
ORTEGA, Francisco. Trauma, cultura e historia: historia e historiografa. Medelln: La
reflexiones interdisciplinarias para el nuevo Carreta, p. 281-314, 2007.
milenio. Bogot: Universidad Nacional, 2011. TRAVERSO, Enzo. El pasado, instrucciones
ORWELL, George. Rebelin en la granja. de uso. Historia, memoria, poltica. Madrid:
Barcelona: Destino, 2008. Marcial Pons, 2007.
TRAVERSO, Enzo. La historia como campo de
batalla. Interpretar las violencias del siglo XX.
Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, 2012.
VIEJO-ROSE, Dacia. Memorial functions:
Intent, impact and the right to remember.
En: Memory Studies, Londres, Thousand
Oaks y Nueva Delhi, n. 4:4, p. 465-480, 2016.
WARBUG, Aby. El Atlas de imgenes
Mnemosyne. Mxico: UNAM, 2012 [1926].
WALKOWITZ, Daniel y MAYA-KNAUER, Lisa
(Eds.). Contested histories in public space.
Memory, race and nation. London & Durham:
Duke University Press, 2009.
WHITE, Hayden. Entramamiento histrico y el
problema de la verdad. En: ORTEGA, Francisco
(Ed.). Trauma, cultura e historia: reflexiones
interdisciplinarias para el nuevo milenio. Bogot:
Universidad Nacional, p. 217-240, 2011.
1.
El Memorial de las vctimas de la violencia, la
Estela de luz, y las batallas por la memoria de la
guerra contra el narcotrfico en Mxico1
1 Este artculo forma parte del proyecto PAPIIT IN400417 apoyado por la
DGAPA-UNAM titulado Polticas de representacin y lucha por la memoria
en la guerra contra el narcotrfico en Mxico. Imagen, monumento y accin.
Agradezco la conduccin de Sebastin Vargas lvarez en el Seminario Histori(a)
fuera: polticas de la memoria y usos pblicos de la historia (2016). Igualmente
agradezco el apoyo de Rigoberto Reyes Snchez en el seminario Prcticas
artsticas, museos y memoria de la violencia poltica en Amrica Latina, una
panormica crtica (2016). Este artculo se ha nutrido de su asesora y recomen-
daciones bibliogrficas y hemerogrficas.
29
1. Blanca Gutirrez Galindo. Memorial de las vctimas de la
violencia. 2016. Fotografa cortesa de la autora.
El 5 de abril de 2013 tuvo lugar en la ciudad de Mxico la inau- el Estado ha profundizado su deuda con la ciudadana en materia de
guracin del Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico. Se imparticin de justicia, lo que incluye el lugar que las vctimas ocupan
trata de la primera obra construida ex profeso por el gobierno de la en la historia y la memoria de este episodio de la historia de Mxico.
Repblica en memoria de las vctimas de la violencia. Su construc- Saldar esa deuda ha sido el reclamo de una amplia movilizacin social
cin fue la respuesta del ex presidente Felipe Caldern a la demanda a partir del ao 20113.
de los afectados por su poltica de seguridad conocida como guerra Uno de los agentes ms importantes de esa movilizacin ha sido el
contra el narcotrfico que, al final de su sexenio dej como saldo un Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), fundado y lide-
incremento sin precedentes en el nmero de muertes violentas, des- rado por el poeta Javier Sicilia. El MPJD dio visibilidad a varios grupos
plazados, desaparecidos y en las presuntas violaciones de los derechos de la sociedad civil que le disputaban al gobierno federal el sentido de
humanos de parte del ejrcito y las fuerzas policacas de todos los r- la guerra contra el narcotrfico, tambin llamada lucha o combate a
denes de gobierno, al grado de ser llamado el sexenio de la muerte la delincuencia organizada.4 Al entrar en una disputa por el uso polti-
(PROCESO, 2012). co y pblico de la memoria a travs de la bsqueda de reivindicaciones
Las cifras proporcionadas por Zeid Raad Al Hussein, Alto Comi- y reparaciones materiales para las vctimas, estos grupos han venido
sionado de la ONU para los Derechos Humanos durante su vista en actuando como emprendedores de memoria; para ello han elaborado
Mxico en 2015, permiten imaginar la magnitud del costo humanitario rituales y han participado en conmemoraciones, y tambin han recla-
de la poltica de seguridad de Caldern, continuada hasta el da de hoy mado marcas simblicas de reconocimiento en memoriales, monu-
por el actual presidente, Enrique Pea Nieto: de diciembre del 2006 mentos y museos (JELIN, 2002, p. 48-50).
hasta agosto del 2015 fueron asesinadas en Mxico 151,233 personas, En efecto, en el ao 2011 el MPJD demand al gobierno federal im-
incluyendo miles de migrantes en trnsito. Desde 2007 se contaron al pulsar una ley para las vctimas de la violencia, construir un sistema
menos 26,000 personas cuyo paradero se desconoce, muchas posible- integral de atencin a las vctimas y erigir un monumento dedicado
mente como resultado de desapariciones forzadas. Miles de mujeres y a su memoria. La construccin del monumento significaba el estable-
nias son abusadas sexualmente o se convierten en vctimas de femi- cimiento de un marco espacial para introducir a los afectados por la
nicidio. Y prcticamente nadie ha sido condenado por dichos crme-
nes. (ZEID RAAD AL HUSSEIN, 2015; MEDINA, 2016).
Desde su inicio, en diciembre del 2006, y hasta la fecha, la gue- humanas. Pero tngalo por seguro, sta es una batalla en la que yo estar al
frente, es una batalla que tenemos que librar y que unidos los mexicanos vamos
rra contra el narcotrfico ha sido presentado por el gobierno fede- a ganar a la delincuencia (ASTORGA, 2015, p. 21).
3 El 30 de agosto del 2008 se llev a cabo una marcha en la Ciudad de Mxico con-
ral como necesaria para la seguridad interna del pas, involucrando tra la inseguridad y la impunidad, convocada por varias organizaciones civiles,
a las Fuerzas Armadas en tareas policacas y negndose a aceptar su denominada Iluminemos Mxico. Participaron alrededor de 800.000 personas
en la capital y varios miles en otras ciudades del pas. Otras marchas con deman-
responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos. 2 Con ello, das similares haban tenido lugar en 2004 y 2007 (ASTORGA, 2015, p. 64).
4 A pesar del desmentido del expresidente Caldern, en un conteo periodstico
del 4 de diciembre de 2006 al 12 de enero del 2011 se detect que se refiri pbli-
camente a su estrategia de seguridad como guerra al menos en 58 ocasiones.
(ASTORGA, 2015, p. 83). El problema del uso de trmino se refiere a la partic-
2 En su primer da de mandato, en el Auditorio Nacional el presidente Caldern ipacin de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pblica y atae al tipo
declar que la inseguridad era el problema principal del pas, e inform de las de compromisos que el Estado asume en tiempos de un conflicto armado per-
medidas que tomara: Una de las tres prioridades que voy a encabezar en mi manente. La propuesta de Ley de Seguridad Interior, presentada en diciembre
gobierno es, precisamente, la lucha por recuperar la seguridad pblica y la le- de 2016 por legisladores del PAN y del PRI pretende dotar de un marco legal las
galidad. Y agreg: S que restablecer la seguridad no ser nada fcil ni rpido, tareas civiles de seguridad que viene realizando y en las cuales estn implicadas
que tomar tiempo, que costar mucho dinero, e incluso y por desgracia, vidas las violaciones a los derechos humanos.
32 33
poltica de seguridad de Caldern en la memoria colectiva (HALBWA- eleccin en 2006, por lo que la narrativa con la cual se le dio significado
CHS, 2004). Las acciones del El MPJD como emprendedor de memoria a esta estrategia se convirti para su gobierno en un asunto crucial.5
se han propuesto el reconocimento del valor de sus vidas y su dere- En los dos monumentos mencionados se materializa esa narrativa.
cho a ser recordados. Pero esta ambicin ha enfrentado la oposicin En las pginas que siguen explicaremos la forma en la cual el MPJD
del gobierno que, de diversas maneras, se ha negado a reconocer su ha disputado la narrativa que ha dado sentido a la gestin calderonista
responsabilidad y ha intentando borrar las memorias de las vctimas en materia de seguridad a travs del rechazo y la resignificacin de sus
pues ello significara el reconocimiento del fracaso de su estratgia de dos obras conmemorativas ms importantes: el Memorial de las vcti-
combate al negocio del narcotrfico. Aunque parezca contradicotiro, mas de la violencia en Mxico y la Estela de luz. En la medida en que no
la construccin del Monumento de las vctimas de la violencia en Mxi- cuentan ellos mismos con la legitimidad necesaria para desempear la
co materializa esta neagativa. funcin simblica que dio sentido a su construccin, ambos son mo-
Las discusiones y debates que tuvieron lugar con motivo de la cons- numentos fallidos. Cules son las razones? En el intento de avanzar
truccin del Memorial, inaugurado con retraso en el sexenio del su- respuestas a esta pregunta, en la primera parte de este texto se analiza
cesor del presidente Felipe Caldern, Enrique Pea Nieto, muestran el Memorial en su dimensin esttica como contra monumento. Mos-
que las memorias de los acontecimientos ocurren en escenarios de traremos que la eleccin del proyecto fue inadecuada para responder a
confrontacin y lucha entre actores con narrativas contrastantes y las demandas de justicia y verdad de las vctimas de la violencia, pero
opuestas, originadas en diferentes lugares de enunciacin, y sujetas adecuado para activar, en un futuro, un reconocimiento de la poltica
a diversos procesos de significacin y re-significacin (JELIN, 2002; de seguridad del ex presidente Caldern. En la segunda parte haremos
JELIN y LANGLAND, 2002). un recuento de la discusin que tuvo lugar en torno a la construccin
Como marca material y simblica de la memoria de la violencia en del Memorial para mostrar que su construccin form parte de la ma-
Mxico, el Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico se con- terializacin de la narrativa con la cual el ex mandatario intent legiti-
virti en un objeto de disputa que termin con el rechazo del MPJD. mar su gobierno e igualmente asegurar un lugar positivo en la historia
De ah que, en su lugar, el Movimiento propuso que la Estela de luz, nacional. En la tercera parte sealaremos que las acciones llevada a
el monumento construido tambin durante el sexenio del presidente cabo por el MPJD en la Estela de luz irrumpen en la construccin sim-
Caldern para celebrar el bicentenario de la independencia de Mxi- blica del rgimen calderoniana ubicando el problema de la guerra
co, fuera utilizado como memorial y centro de documentacin sobre la contra el narcotrfico y sus vctimas como un problema central de la
violencia reciente. La propuesta era doble: preservar la memoria de las historia nacional en tiempos del neoliberalismo.
vctimas y dotar a la Este de luz inaugurada con retraso y que para
muchos simboliza la corrupcin del rgimen calderonista de un sen-
tido histrico y comunitario para los mexicanos.
La construccin del Memorial de las vctimas de la violencia en M-
xico y la construccin de la Estela de luz muestran que el ex presidente
Caldern consider la memoria como un activo poltico en el que se
5 La diferencia de votos con su contrincante, Andrs Manuel Lpez Obrador, fue
jugaba la legitimidad de su gobierno. La guerra contra el narcotr- de medio punto porcentual. La eleccin estuvo plagada de irregularidades. Eso
fico fue la estrategia con la que el panista busc legitimarse como hizo pensar que la guerra contra el narcotrfico fue producto de una decisin
poltica orientada a lograr una legitimidad en el ejercicio del gobierno. (ASTOR-
presidente de la Repblica despus de las sospechas de fraude en su GA 2015; AGUAYO, 2010; CHABAT, 2010)
34 35
El Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico se convierten en textos, en nombres; en expresiones de dolor, enojo y
esperanza (GAETA, SPRINGALL y LPEZ, 2015).
Ubicado en el cruce de Paseo de la Reforma y Perifrico Miguel Hi- Por sus caractersticas estticas y conceptuales, este Memorial se
dalgo, en un terreno que antes perteneciera a la Secretaria de la De- ubica dentro de lo que James E. Young (2009, 83-84) ha definido como
fensa Nacional, y construido por los soldados del Ejrcito mexicano, el contra monumento, a saber, un monumento que no conmemora haza-
Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico est conformado as histricas y protagonistas de eventos importantes y que, por tanto,
por setenta placas de acero y un espejo de agua de 1,200 metros. En los no recurre a la representacin figurativa, sino que se propone la reme-
muros se colocaron frases de personajes mundialmente clebres alusi- moracin de las vctimas y los momentos traumticos de la historia a
vas a temas como la violencia, la muerte, la justicia y la paz (TORRES, travs del nfasis en el tiempo, que es donde transcurre la memoria.
213, p. 433). Para los responsables del proyecto, Julio Gaeta, Luby De esa manera, el Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico
Springall y Ricardo Lpez (2015), la idea era crear un bosque dentro se aleja de las formas estticas tradicionales basadas en la monumen-
del bosque de Chapultepec que propiciara la reflexin sobre la violen- talizacin del sufrimiento, propias de los Estados nacin modernos. El
cia y generara un desplazamiento del sufrimiento hacia la esperanza. Memorial es un contra monumento en la medida en que pone las condi-
Ello sera posible a travs del juego de formas y escalas de los muros y ciones materiales que hacen posible una reflexin sobre el tiempo y la
de la relacin entre materiales artificiales como el acero y el hormign, vida a travs de materiales como el acero, un material durable que en
y materiales naturales como el agua, el bosque y el cielo. su diversidad de texturas registra y presenta en su superficie el paso de
Aunque la idea que anim la construccin del Memorial es la vio- tiempo y, en ese sentido, alude a la memoria; el agua como elemento que
lencia en general los responsables del proyecto afirman que se refie- limpia y regenera, y la palabra en cuya sustancia se expresan el pensa-
re a la generada por la llamada guerra contra el narcotrfico: un miento y la reflexin. Todos estos elementos apelan a la imaginacin del
Memorial es un proyecto que materializa ausencias, que construye la visitante que ha de convertirse en sujeto activo de la memoria. Aqu no
memoria de estas ausencias. Las ausencias cuantificadas en ms de se trata de monumentalizar el sufrimiento (para olvidarlo) sino de de-
60,000 vctimas del narcotrfico en los ltimos siete aos; adems de volver la carga de memoria a quienes van a buscarla. (YOUNG, 2009, p.
los familiares de las vctimas directas, los secuestrados y de todas las 93) As, se trata de un monumento que delega en los ciudadanos la tarea
personas que sufren (GAETA, SPRINGALL y LPEZ, 2015). No obs- de recordar e inscribir los nombres de quienes deben ser recordados.
tante, en este bosque los arquitectos no inscribieron ninguno de los En sus cuatro aos de vida, el Memorial ha registrado escasa par-
nombres de esas vctimas sino que sugirieron su presencia en los es- ticipacin de parte de los ciudadanos que deberan haber escrito los
pacios entre los muros, en la inmaterialidad. La responsabilidad de nombres de las vctimas con las tizas o gises que les proporcionan los
escribir los nombres de quienes han sido afectados por la guerra con- vigilantes del lugar. En la actualidad, en los muros han sido dibujados
tra el narcotrfico o de las vctimas de cualquier otro episodio de vio- grafitis de diverso contenido con tiza y a travs de incisiones hechas
lencia que involucre la participacin del Estado en Mxico recae sobre directamente sobre el metal, por lo que se ha considerado que el Me-
los visitantes. As, afirman que el proyecto arquitectnico materializa morial ha sido vandalizado (REFORMA, 2017). La participacin ciuda-
el soporte, pero el verdadero memorial lo hace la gente a partir de la dana ms contundente ha sido la del Comit 68 que a partir del 2013
apropiacin de los muros. Estos se proponen como un espacio abierto lo rebautiz como Memorial de las vctimas de la violencia del Esta-
para la accin de aquellos que decidan utilizarlos y convertirlos en do. Este nombre, en efecto, ancla el sentido general del monumento
lienzos en los que escribe, dibuja y expresa sus sentimientos; estos en la violencia que el Estado ha perpetrado en su ejercicio del poder. A
36 37
partir de esta premisa ha venido colocando plsticos en los muros de nos ocupa, ese sentido es la obligacin del Estado de hacer el recuento
acero conteniendo los nombres de las vctimas de la violencia estatal. de las vctimas y darles un lugar en la memoria colectiva ya que como
Las placas incluyen el nombre de las personas, el ao de su asesinato afirm Javier Sicilia: ese es el principio de un memorial, empezar a
y estn ordenadas a partir de categoras de delitos como la persecu- darle un nombre a todos esos muertos, despus de saber de dnde vie-
cin poltica, las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudicia- nen, quienes son, cmo murieron, y despus hacer un memorial, to-
les, la masacre, la tortura, la corrupcin y la negligencia. Los nombres dos los memoriales que se respeten tienen los nombres (SIMONNET,
se encuentran en un registro que puede ser consultado va internet y 2012; TORRES, 213, p. 433).
que hasta el 2016 alcanz la cifra de 7. 978. (SOMOS EL MEDIO, 2016). Por esa razn Sicilia y el MPJD consideraron que el Memorial de las
Actualmente muchos de estos plsticos han sido daados y estn en vctimas de la violencia en Mxico no cumpla su cometido simblico y
proceso de desprendimiento. lo rechazaron. En 2013, en tono de reproche, el periodista Carlos Puig
De lo anterior se desprende un aspecto importante del Memorial: declar no entender el argumento del poeta, basado en la diferencia
que precisamente aquello que lo hace una obra acertada como contra entre monumento y memorial, en la cual sustentaba ese rechazo. Por
monumento, es decir, su dimensin esttica y potica que lo ha hecho eso, vale la pena recordar que un monumento es una obra arquitect-
merecedor de importantes premios y reconocimientos 6 es tambin lo nica o escultrica notable por su inters esttico, histrico, religioso,
que constituye su fracaso como Memorial de las vctimas de la violen- mientras que un memorial es un monumento conmemorativo que re-
cia en Mxico. La peculiaridad del sexenio calderonista fue, como se cuerda personas o acontecimientos. La vocacin del memorial es hacer
mencion al principio de este texto, una intensificacin de la violencia un llamado o procurar una enseanza al conjunto de la sociedad con
como resultado del combate al narcotrfico. Lo que los emprendedores una justificacin histrica. De ese modo, los memoriales son monu-
de memoria solicitaron al presidente Caldern fue un acto de justicia mentos cuya funcin est ligada a la idea de deber de memoria y por lo
con los miles de inocentes afectados que hasta la fecha permanecan general de la materializacin de una deuda. (SCHLAGDENHAUFFEN,
sin nombre, sin rastro y sin memoria. Los nombres de las personas 2005, p. 27). La comprensin de la significacin de un monumento se
son la marca ineludible de su identidad por lo que su inscripcin en un efecta en dos niveles. Por una parte, la recepcin que se desprende
lugar, como un memorial, es un acto de reconocimiento pblico que, de la relacin entre el monumento y el observador; y por otra, aquella
en el caso de las vctimas, tambin permiten el homenaje individual que corresponde a la relacin entre el observador y su relacin con el
de sus allegados; ayudan a restablecer su dignidad y a humanizar las pasado, o con el futuro del cual el monumento es el testigo o el repre-
cifras abstractas (SCHINDEL, 2009, p. 77; TORRE, 2006, p. 19). En con- sentante. (SCHLAGDENHAUFFEN, 2005, p. 26).
secuencia, un memorial sin los nombres de las vctimas elude el cum- As pues, los contra monumentos pueden fungir como memoriales
plimiento de su funcin simblica y su sentido histrico. En el caso que cuando sitan a los visitantes en relacin con el pasado y el futuro. Tal
es el caso del Monumento a los judos asesinados en Europa, construido
en Berln en el 2005 por Peter Eisenmann, obra en la cual los arquitec-
tos del Memorial de la avenida Reforma declararon haberse inspirado
6 Medalla de oro en la VII Bienal Iberoamericana CIDI de Interiorismo, Diseo y
Paisajismo (2014); medalla de plata en la XII Bienal de Arquitectura de Mxico; (OBRASWEB, 2013). En efecto, el de Einsenmann se ha constituido en
primer premio internacional de diseo urbano y arquitectura del paisaje en la
XIX Bienal Panamericana de Arquitectura Quito; mencin de honor en la Prime- un paradigma de contra monumento, y tambin de los desafos que en-
ra Bienal Latinoamericana y Tercera Bienal Mexicana de Arquitectura de Paisaje frenta el Estado en el intento dar forma a una deuda histrica en materia
(2014), y el premio por la mejor iluminacin exterior del Award of Exellence at
the 32st Annual IALD International Lighting Design Awards (2014). de respeto a los derechos humanos. Los nombres de los judos europeos
38 39
asesinados durante el Tercer Reich no estn inscritos en las 2711 losas
de hormign que conforman el memorial, sino que stos son recordados nosotros, vctimas de la violencia y ciudadanos de paz, creemos [] que un
en el centro de informacin ubicado en el subsuelo del monumento. memorial puede convertirse en una herramienta de paz que, con el poder de
El Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico no solo pre- las metforas del arte, sea capaz de volver a tocar el corazn de los mexica-
senta similitudes con el Memorial realizado por Eisenmann, sino tam- nos, que nos recuerde hoy la urgencia que impone la emergencia nacional y
bin con contra monumentos tan importantes como el Monumento sirva maana, cuando la paz haya sido conquistada, para recordar a quienes
contra el fascismo de Jochen Gerz y Esther Shalev-Gerz en Hamburgo perdieron la vida, as como el valor de la paz, la convivencia, la solidaridad y
(GUTIRREZ, 2011), el monumento a la fuente de Aschrott de Horst la reconciliacin (ADRI, 2012).
Hoheisel en Kassel y el Blake Form de Sol Le Witt. No obstante se dis-
tancia de ellos porque si bien se propone como un lugar para la re- Esto, sin embargo, resulta imposible si en el monumento no se se-
flexin, la contemplacin y el aprendizaje memorial (YOUNG, 2009, p. ala a los responsables de la violencia. En sus explicaciones del Me-
93) no promueve la defensa de los derechos humanos ni hace visible el morial, Ricardo Lpez, Julio Gaeta y Luby Springall no se refieren a la
reconocimiento del Estado de los errores de la estrategia de seguridad funcin que en l desempean la palabra y el pensamiento como ma-
del presidente Caldern. Por esa razn Javier Sicilia consider que el terial de las frases inscritas en los muros de acero. Desde mi punto de
Memorial fue prematuro: los memoriales surgen despus de trage- vista, estos materiales juegan un papel de primera importancia debido
dias, con el fin de que no se repitan. Y reiter que en primer lugar a que restringen su carcter abierto en la medida en que, a travs de la
hay que recuperar la memoria de los muertos, el nmero de vctimas, palabra, se enuncian las narrativas que disputan la interpretacin del
conocer cmo y cundo sucedi la muerte de cada uno de ellos, sa es sentido de la violencia generada por la guerra contra el narcotrfico.
la verdadera memoria (ARQUITECTURA, 2013). Con ello, el activista Volver a ello en el siguiente apartado, por el momento es suficiente
enfatizaba el vnculo entre memorial y deber de memoria o, en otros sealar que la frase de Carlos Fuentes, ubicada en el Muro que abre
trminos, entre memoria, verdad y justicia. el Memorial sobre el Paseo de la Reforma identifica a la muerte como
En cuanto emprendedor de memoria, Sicilia se refiri a la impor- responsable de las perdidas y el dolor causados por la violencia: Qu
tancia de que el dolor de las vctimas se convirtiera en una experien- injusta, qu maldita, qu cabrona es la muerte que no nos mata a noso-
cia culturalmente significativa para el futuro: la posibilidad de que el tros, sino a los que amamos. As, hipostasiada, la muerte sustituye a
artefacto memorial pueda convertirse en un vehculo para una me- los agentes sociales e institucionales responsables de las afectaciones
moria ejemplar (JELIN, 2000, p. 59). Y es que, en efecto, de acuerdo a las vctimas.
con Jan Assmann (1995), monumentos como los mencionados en el
prrafo anterior tienen un papel normativo y formativo que es pre- Las batallas por la memoria
servado por la memoria cultural pues su funcin es educativa, civili-
zadora y humanizadora en la medida en que establecen el deber de no El Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico no fue una
repetir atrocidades, en este caso los horrendos crmenes del Tercer iniciativa de la gestin de Felipe Caldern, sino la respuesta de su
Reich. Se trata, as, de la relacin entre el memorial, como objeto sim- gobierno a la demanda de la poblacin civil que comenz a hacerse
blico y marca espacial, con el tiempo histrico, y las consecuencias visible en el espacio pblico a partir del aumento del nmero de muer-
derivadas de las relaciones ente la gente y sus monumentos. (YOUNG, tes causadas por la puesta en marcha de los operativos militares en la
1993, p. 13). En ese sentido, Sicilia declar: guerra contra el narcotrfico, al iniciar su mandato, en diciembre
40 41
del 2006, pero sobre todo a partir de la creacin en el 2011 del MPJD la conviccin de que sus vidas mereceran ser lloradas (2009).
por el poeta Javier Sicilia a raz de la aparicin de siete cuerpos en la La aparicin de la figura de la vctima en la esfera pblica fue impor-
cajuela de un automvil en la carretera Mxico-Cuernavaca, entre los tante para la elaboracin de una narrativa que contestara la creada por
que se encontraba el de su hijo.7 Si bien esta no era la primera vez que el Ejecutivo Federal. Desde 2006, el gobierno haba venido criminali-
miembros de la sociedad u organismos no gubernamentales exigan zando a las vctimas de los abusos y violaciones a los derechos huma-
a las autoridades honrar la memoria de las vctimas de la violencia, nos, y en el mejor de los casos se refera a ellas como bajas colatera-
s fue la que logr mayor visibilidad8. Sicilia exigi a las autoridades les, lo que las privaba del duelo pblico y las condenaba al olvido. Ms
federales y estatales esclarecer el caso, y al no obtener respuesta, con- an, el presidente Caldern pens que haba una jerarqua entre los
voc a una movilizacin a la que se unieron organizaciones sociales y afectados por su estrategia de seguridad. As, en 2010 consider que
personas que haban surgido precisamente por la violencia asociada al el 90% de los muertos eran personas vinculadas a uno o a otro grupo
combate al narcotrfico. El asesinato del joven dio mayor visibilidad a criminal en esta disputa. Ms o menos un 6% son autoridades que caen
la necesidad de reconocer la existencia de vctimas de la estrategia de a consecuencia del ataque a los criminales. Y el grupo que ms duele,
seguridad de Caldern, y comenz a articular las reivindicaciones de independientemente de que sea el menor, aproximadamente el 1 por
las mismas en una escala nacional (PREZ, 2012, p. 76). ciento, el que ms duele a la sociedad, son las vctimas inocentes (las
As, a raz de las movilizaciones y protestas generadas por el asesi- cursivas son mas, ROBLEDO SILVESTRE, 2015, p.10).
nato de Juan Francisco Sicilia, comenzaron a ser escuchadas las voces En 201l el presidente Caldern se pronunci por el dilogo con el
de quienes haban sealado que la falta de una estrategia adecuada de MPJD. Sus integrantes aceptaron la posibilidad de la interlocucin con
parte del gobierno lo converta en responsable de la muerte y desapa- el Poder Ejecutivo enarbolando seis demandas contenidas en lo que
ricin de numerosas personas inocentes. Otros dos hechos conforman llamaron Pacto Nacional Ciudadano: esclarecer los asesinatos y desa-
el panorama que habra de conducir al reconocimiento de las vctimas: pariciones y nombrar a las vctimas; asumir un enfoque de seguridad
el hallazgo de una fosa comn con 150 cuerpos en San Fernando, Ta- ciudadana en el combate al crimen organizado; combatir la corrupcin
maulipas, el 6 de abril del 2011; y el incendio provocado en el Casino y la impunidad; combatir la raz econmica y las ganancias moneta-
Royale en Monterrey, Nuevo Len, el 26 de agosto del mismo ao en el rias del crimen organizado; dar atencin de emergencia a la juventud y
que murieron 52 personas. (ROBLEDO SILVESTRE, 2015, p. 5). Todo adoptar acciones efectivas de recuperacin del tejido social; y promo-
ello estimul en la ciudadana la conviccin del valor de las vidas per- ver la democracia participativa y la democratizacin de los medios de
didas por la violencia. Dicho en los trminos de Judith Butler, estimul comunicacin (PREZ, 2012, p. 76) 9.
As, la iniciativa para construir el Memorial fue parte de la disputa
entre dos narrativas sobre el sentido de la estrategia para el comba-
7 Este tipo de hallazgos se han convertido en parte de la cotidianidad en Mxico te contra la delincuencia organizada y sobre la forma en la cual sta
desde el 2006, y alcanzaron sus momentos ms lgidos en el ao 2011 y 2017. En
la mayora de los casos se trata de la forma en la cual los grupos delincuenciales
y el Estado comunican a la ciudadana su poder (MEDINA, 2015).
8 Carole Simonnet (2012) explica que, en noviembre del 2009 la Corte Interam-
ericana de Derechos Humanos (CIDH) conden al Estado mexicano por su 9 El primer encuentro tuvo lugar el 23 de junio del 2011, en el castillo de Chapulte-
actuacin en los feminicidios ocurridos en ciudad Jurez contra tres mujeres y pec y concluy con otro encuentro el 14 de octubre del 2014. En medio de los dos
por la violencia estatal en contra de sus familiares y que fij el plazo de un ao se celebraron diversas mesas de trabajo. Ese ao el MPJD se reuni con miem-
para que se construyera un memorial para las vctimas y el gobierno ofreciera bros del poder Legislativo para proponer modificaciones a la Ley de Seguridad
disculpas a sus familias por su responsabilidad. Igualmente refiere el caso de Nacional e impulsar la creacin de una ley para las vctimas de la violencia en el
Rosenda Radilla, cuya desaparicin forzada tuvo lugar en Guerrero en 1974. combate al narcotrfico . (PEREZ, 2012, pp. 72-80).
42 43
habra de ser recordada. La versin de Caldern sostena que su es- impulsar una ley para las vctimas de la violencia, construir un sistema
trategia era un acto de valenta que restablecera la ley y el estado de integral de atencin a las vctimas y erigir un monumento dedicado a
derecho quebrantados por la delincuencia organizada, mientras que la su memoria (PREZ, 2012, p. 76)10.
de las vctimas afirmaba el fracaso de la estrategia, su carcter fallido En marzo del 2012 Sicilia le present a Caldern una propuesta de
debido a una inadecuada planificacin. Revisemos ahora brevemente memorial basada en una amplia convocatoria que inclua la participa-
los pormenores del debate que condujo a la realizacin del Memorial y cin de vctimas y familiares a travs de dilogos y encuentros pbli-
en el cual intervinieron diversos emprendedores de memoria. cos. El proyecto estaba a cargo del arquitecto cataln Miquel Adri y
En el 2010, con motivo de la recepcin del Premio Nacional de De- su empresa Arquine. El costo sera de 30 millones de pesos y estara
rechos Humanos, Isabel Miranda de Wallace, madre de un joven se- ubicado en la Segunda Seccin del Bosque de Chapultepec, frente a
cuestrado y fundadora de la Asociacin Alto al Secuestro, solicit al Avenida Constituyentes. La propuesta fue desechada debido al tiem-
presidente Caldern un monumento para recordar a Hugo Alberto po que requera llevar a cabo los dilogos y encuentros. Al parecer,
Wallace, Silvia Vargas, Fernando Mart, el nio Equihua y todos los el presidente Caldern quera entregar el memorial terminado al fina-
nombres de las vctimas que han sido secuestradas y que perdieron lizar su sexenio por lo que dio inicio a un proyecto que eliminaba la
la vida (SIMONNET, 2012). La iniciativa cay en el olvido hasta que el consulta a las vctimas y familiares, as como los nombres de quienes
23 de junio del 2011, en el Primer Dilogo por la Paz, Julin Le Barn y haban sido afectados por su poltica de seguridad (REFORMA, 2012,
Javier Sicilia, lderes del PMJD y Norma Ledezma, Araceli Rodrguez TORRES, 2013). Por esa razn, el proyecto de Caldern fue rechazado
Nava, Salvador Campanur Snchez y Mara Elena Herrera Magdaleno, por las numerosas organizaciones de vctimas activas el pas, incluyen-
todos ellos vctimas de la violencia generada por la guerra contra el do el MPJD.
narcotrfico, plantearon nuevamente la solicitud a Caldern. Le Ba- A cargo de Provcitma, el proyecto solamente cont con el apoyo
rn entreg al Presidente algunas placas con nombres de asesinados de Alto al Secuestro, Mxico SOS, y Camino a Casa, grupos afines
y Sicilia le coment que estaban pensando en hacer un memorial a las al gobierno y hacia los cuales el presidente Caldern haba mostra-
vctimas: le solicito que se haga un fideicomiso para que se hagan do empata. Las organizaciones participantes firmaron un convenio
las placas y este monumento a la memoria, creo que nosotros esta- con el Colegio de Arquitectos de la ciudad de Mxico para realizar
mos apoyando eso, o prefiere que lo hagamos los ciudadanos?. La un concurso y construir el Memorial en un lapso de seis meses. Los
propuesta fue aceptada por Caldern quien se comprometi a crear el ganadores fueron Ricardo Lpez, Julio Gaeta y Luby Springall por el
fideicomiso y apoyar la realizacin de las placas con los recursos pro- acertado planteamiento de una secuencia de muros simblicos con el
venientes de los bienes confiscados al narcotrfico, en sus trminos, que se obtiene con claridad el sentido de remembranza y renovacin
con la lana que estamos decomisando (SIMONNET, 2012). emocional, solicitados como temas sustantivos para el concurso. El
Durante este primer encuentro entre los representantes del MPJD proyecto se realizara en 6 meses y su coste estimado era de casi 23
y el Ejecutivo Federal, los primeros enfatizaron la dimisin humana millones de pesos. Las organizaciones acordaron grabar en los pane-
y moral de las vctimas de la violencia sealando que la violencia no
slo era causada por la delincuencia organizada, sino tambin por el
gobierno, y exigieron que ste cumpliera con su responsabilidad de 10 La Ley General de Vctimas se conect en la administracin de Enrique Pea Ni-
impartir justicia y pidieron crear una fiscala de vctimas, un memorial eto. La ley fue aprobada por la cmara de Diputados y de Senadores en abril del
2012, pero fue vetada por Caldern a travs de una controversia constitucional
y generar un fondo de indemnizacin. Al final del encuentro se acord interpuesta en la Suprema Corte de Justicia.
44 45
les de acero frases de poetas y filsofos alusivas a la violencia. En ese en su contra haban crecido exponencialmente. En efecto, La Comisin
sentido Luis Enrique Lpez Cardiel, secretario ejecutivo del Colegio Nacional de Derechos Humanos report 336 denuncias en su contra en
de Arquitectos de la Ciudad de Mxico y del concurso para erigir el 2006 y 1666 en el 2011 (LLANO, 2012).
monumento, explic que se trata de un monumento atemporal, que Por ello, se puede afirmar que el Memorial es el rastro material de
no debe restringir el concepto de vctimas a las de este sexenio (SI- la negativa del presidente Caldern a hacerse cargo del costo humani-
MONNET, 2012). tario de la violencia generada durante su gobierno y, por tanto, tam-
El 30 de junio del 2012 fue anunciado el proyecto y dos das despus bin de la exoneracin del Ejrcito mexicano. La frase de Fuentes antes
el MPJD hizo pblico su rechazo (TORRES, 2013, p. 428). En una rueda comentada as lo enfatiza. Ahora bien, si el Memorial no lo es de las
de prensa, Mara Herrera, madre de cuatro desaparecidos, declar: vctimas de la guerra de Caldern, o de los afectados por la violacin
este monumento no representa nuestro dolor. Sicilia acus al presi- a los derechos humanos por parte del Estado en su ejercicio del poder,
dente Caldern de haber traicionado el acuerdo de llevar a cabo un lo que incluye episodios como la Guerra Sucia, la Matanza del 68 en
proceso colectivo y construir una fosa comn porque la construc- Tlatelolco, y los numerosos crmenes contra mujeres, migrantes y pe-
cin del Memorial no estuvo acompaada de un registro de vctimas. riodistas, entonces vale preguntar cul es su sentido, y qu es lo que
En efecto, an hoy, no existe un registro confiable de los muertos y justifica su ubicacin en el Paseo de la Reforma, la avenida que alberga
desaparecidos. Por otra parte, Sicilia seal el simbolismo del lugar en las ms importantes marcas de la memoria de la nacin, y a las cuales,
el cual se ubic el Memorial, el Campo Marte, enfatizando que Marte de manera importante, recientemente se han agregado las marcas del
es el dios de la guerra (LLANO, 2012; PEREZ, 2012, pp. 46-57). poder econmico neoliberal11. Preguntemos pues cul es el significado
La negativa del presidente Caldern a asumir la responsabilidad del del Memorial dentro de esa narrativa histrica que no es otra que la de
costo humanitario de la lucha contra el narcotrfico fue visible desde los vencedores.
el momento en que afirm que el Memorial se construira con dine- Como ya se mencion, en los muros de acerco que conforman el
ro confiscado a los grupos delincuenciales, con lo que reafirmaba su Memorial se inscribieron en metal frases relacionadas con la violencia.
conviccin de que los responsables de la violencia eran ellos y no el As, a travs de la palabra, el Memorial invita a conjuntar dos narrati-
gobierno; tambin se manifest de manera prstina en la eleccin de vas: aquella conformada por las 36 frases inscritas permanentemente
un proyecto arquitectnico que, en el gesto supuestamente democr- en los muros de acero, que han sido extradas de textos de celebridades
tico de transferir a los visitantes el poder de decidir quines han sido literarias o polticas, algunas de ellas annimas; y las que con su puo
vctimas de la violencia, elude la responsabilidad del Estado y su deu- y letra ha inscrito la ciudadana. Aunque esas frases inscritas en me-
da con la ciudadana, y establece una diferencia entre su palabra y la tal son variadas, no es posible desatender el hecho de que algunas de
de aquella. Mientras la primera se escribe con un material efmero, ellas coinciden con la narrativa calderonista que, a partir de la justifi-
el gis o tiza, la segunda se inscribe con letras de acero con lo que se cacin ideolgica basada en la divisin entre buenos y malos, involucr
crea una jerarqua entre lo perdurable y lo efmero, entre memoria y al Ejrcito en una estrategia de combate al narcotrfico mal diseada
olvido. Otro factor que informa la negativa del ex presidente a asumir
su responsabilidad es evidente en el hecho de que la mano de obra
utilizada para la construccin haya sido la del Ejrcito mexicano, con 11 En el ao 2015 se dio a conocer que en los siguientes 3 aos el crecimiento en
lo que simblicamente lo presenta ante la sociedad como constructor, la demanda y construccin de espacios de oficinas en la Avenida Reforma alca-
nzara una demanda equivalente a la construccin de 4 corredores Reforma o 32
y lo sita del lado de las vctimas precisamente cuando las denuncias edificios de las medidas de la Torre Mayor (CENTRO URBANO, 2015).
46 47
y se ubic l mismo como vctima de las gestiones gubernamentales social y al ejercicio del poder, es posible que el Memorial de las vcti-
anteriores, que no hicieron frente al problema de la delincuencia orga- mas contra la violencia en Mxico pueda contribuir a generar y activar
nizada, por lo que l tuvo que tomar la difcil decisin de combatirla. memorias positivas de la guerra contra el narcotrfico.
(ASTORGA, 2015). De algn modo las siguientes frases expresan esa Pareciera, por tanto, que el Memorial se habra propuesto dos ob-
narrativa: Para que triunfe el mal solo hace falta que los buenos no jetivos: por un lado, acallar las voces de las organizaciones sociales
hagan nada (Edmund Burke); Es indudable que acabar por triunfar (ORTIZ, 2013; TORRES 2013)12, y por otro, poner las condiciones para
la causa del derecho, que es la causa de la humanidad (Benito Jurez); monumentalizar la estrategia de seguridad de Caldern. En la primera
El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder direccin se puede decir que, en efecto, en lugar de poner en marcha
que pretende hacerse superior a las leyes (Cicern); Siempre hay que los mecanismos institucionales que permitieran abrir expedientes ju-
tomar partido. La neutralidad solo ayuda al opresor, nunca a la vcti- rdicos, encontrar desparecidos, aplicar la justicia, detener la violen-
ma (Eli Wiesel). Dos frases annimas llaman la atencin: Mxico es cia, juzgar a los responsables, velar a los muertos o al menos hacer una
ms que cada una de las perversas acciones que nos han arrancado a lista seria y pblica de los asesinados y desaparecidos (ORTIZ, 2013
nuestros seres queridos y Este Memorial ser el recuerdo de aque- s.n.p), Caldern quiso silenciar a sus crticos construyendo un memo-
llos que ya no estn y la esperanza para los que estamos construyen- rial en una de las zonas con mayor seguridad en la ciudad de Mxico
do un Mxico mejor. Pecaramos de inocencia si pensramos que las como es el barrio de Polanco.13 En el segundo sentido, se puede afirmar
frases incluidas en el Memorial son desinteresadas pues son las que, que, en todo caso, la ambicin de monumentalizar un evento histrico
en efecto, perdurarn. A diferencia de las inscritas por la ciudadana es propia de los Estados y sus representantes, por lo cual no debera
stas han sido pensadas para la posteridad. sorprendernos. La ubicacin del Memorial junto al Campo Marte y en
As, en el Memorial se alude a las vctimas de la violencia a travs de el Paseo de la Reforma lo sita dentro de la narrativa histrica nacional
los espacios entre los muros de acerco y a travs de la palabra se gua en continuidad con el Monumento a la Revolucin, El Monumento a
una reflexin sobre el sentido del memorial mismo, mientras que los la Independencia (el ngel) y el Hemiciclo a Jurez, con lo que pasa a
nombres de las vctimas se escriben con tiza, lo que no slo alude al formar parte de una continuidad de gestas histricas que han involu-
olvido sino emite un mensaje ambiguo: el hecho de que estos nombres crado la violencia del Estado. (MARTINEZ ASSAD, 2005)
aparezcan y desaparezcan en el tiempo supone que la violencia ser Un dato ms abona nuestro supuesto, y es el hecho de que, a dos-
permanente, que habr ms vctimas y que el Memorial estar ah para cientos metros del Memorial de las vctimas de la violencia en Mxi-
acoger su memoria. La intencionalidad narrativa es muy clara: si bien co, el ex presidente construy un Memorial en honor de los soldados
no se acude a las convenciones del monumento tradicional, si se ponen cados en la guerra contra el narcotrfico en el cual s se inscribieron
las condiciones para una monumentalizacin de la accin de Estado en sus nombres (TORRES, 2013, p. 427). Mientras a las vctimas se les
contra del narcotrfico.
En consecuencia, el carcter abstracto y prematuro del Memorial
deja abierta la posibilidad de que su construccin sea considerada, a
12 Lo mismo se ha afirmado sobre la creacin de la Procuradura Social de
travs del tiempo y de la agregacin de nuevas capas de sentido (JELIN Atencin a las Vctimas de Delitos (Provctima), una dependencia federal creada
el 6 de septiembre del 2011 que atiende y brinda servicios, pero carece de facul-
y LANGLAND, 2002), como el monumento a la guerra que busc un tades para perseguir delitos o impartir justicia (PEREZ, 2012, p. 88).
Mxico mejor, tal y como se asienta en una de las frases annimas del 13 Ello se debe a que en esa rea hay numerosos museos y galeras, embajadas, cor-
porativos, restaurantes y hoteles de lujo. Es un barrio poblado por descendientes
Memorial. En le medida en que la violencia es consustancial a la vida de espaoles, libaneses y judos.
48 49
inscribe en un concepto abstracto y general de violencia, a los solda- La Estela de luz
dos se les ubica como hroes de la guerra contra el narcotrfico. En
la inauguracin, el presidente Caldern reiter su negativa a recono- Con anterioridad a la inauguracin del Memorial contra la violen-
cer la responsabilidad del Estado cuando mencion el Memorial que cia, Javier Sicilia propuso convertir la Estela de Luz, el monumento con
aqu nos ocupa declarando que, al igual que las vctimas inocentes el que el presidente Felipe Caldern pretendi celebrar el bicentenario
de la violencia de los criminales los militares sern recordados por de la independencia, en un lugar del recuerdo de las vctimas de la vio-
la patria, pues su memoria ser un aliciente para que impere la paz y lencia en Mxico. Segn el activista y poeta, la Estela de Luz: lejos de
la justicia (las cursivas son mas ANIMAL POLTICO, 2012). El mo- ser un referente legtimo de la identidad compartida y de los anhelos
numento a los soldados cados se acoge a las convenciones del monu- de justicia social que la fecha de 2010 evoc, ha sido motivo de burla,
mento tradicional de los Estados nacin: es un cenotafio de acero y escarnio y humillacin, una afrenta en el rostro de la patria que hay
mrmol en forma de can empotrado en medio de una fuente de agua, que lavar resignificndola. (PLATAFORMA DE DOCUMENTACIN
en cuyo interior estn grabados los nombres de los militares muertos. Y MEMORIA, 2013). La propuesta cont con el apoyo de numerosos
Se ubica dentro del Campo Deportivo Marte que tiene una extensin artistas y acadmicos. La solicitud apoyada por la Cmara de diputa-
de 6.900 metros cuadrados. Ah se encuentra tambin una escultura de dos y numerosas personalidades del mundo de la cultura se present a
4.5 metros erigida a los hroes de la patria y 32 monolitos de mrmol Enrique Pea Nieto (AJA, 2016, p. 32).
con poesa grabada; un centro cultural digital e interactivo donde se La idea de Sicilia de lavar la corrupcin contenida en la estela
exhiben los resultados, proezas e historia del Ejrcito; y un anfiteatro coincide de alguna manera con el significado del uso del agua en el
con capacidad para 120 personas (ANIMAL POLTICO, 2012). A dife- Memorial de las vctimas de la violencia. No obstante, Sicilia se refiere
rencia del Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico, que se a la accin ciudadana en la emprendimiento de memoria y no al uso de
encuentra rodeado por el trnsito vehicular de diversas avenidas, lo un elemento por su simbolismo de limpieza y regeneracin. Sostendr
que posiblemente no es propicio para el recogimiento y la reflexin, el que, lejos de lavar la Estela de Luz, las acciones del MPJD permiten la
monumento a los soldados se ubica dentro del bosque. Las estrategias visibilidad de uno de los aspectos menos discutidos de la estrategia de
estticas a partir de las que cada uno ha sido construido informan la seguridad calderonista, a saber, la de la relacin entre narcotrfico y el
intencionalidad narrativa del gobierno pues los monumentos encar- flujo de capitales en el sistema econmico mundial. Como se sabe, una
nan y legitiman un rgimen poltico, un orden social, una historia de las caractersticas de la globalizacin econmica es el libre flujo de
(VARGAS, 2016, p. 136). capitales y mercancas, lo cual ha sido posible gracias a la aplicacin
De ah que el Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico de polticas neoliberales. En este contexto, en los ltimos aos, en el
ha fracasado en su supuesta intensin de multiplicar las memorias a negocio del narcotrfico los pases en donde tiene lugar el trasiego de
travs de la intervencin de la ciudadana porque elude el problema de drogas han adquirido mayor importancia que los productores. Por su
la reparacin simblica del dao causado por la violencia del Estado. ubicacin geogrficas y tambin por sus condiciones econmicas, po-
En su carcter abierto contiene las condiciones necesarias para rendir lticas y sociales, Mxico se ha convertido en el terreo privilegiado de
homenaje a la guerra contra el narcotrfico, con lo que marca sim- trnsito hacia los Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas a
blicamente un territorio para una posible rememoracin del valor y nivel mundial (SAVIANO, 2013; MONTERO, 2016).
herosmo de la estrategia de seguridad del ex presidente. En el Paseo de la Reforma se construy la Estela de Luz para ce-
lebrar el bicentenario de la independencia en el ao 2010. Desde su
50 51
planeacin se estableci que la obra deba compararse en magnitud La Estela combinaba contenidos simblicos del Mxico antiguo con
e importancia con la columna de la independencia, un hito en la his- una perspectiva social centrada en la importancia del espacio pblico
toria de los monumentos conmemorativos en el pas y del Paseo de la y el uso de la tecnologa ms avanzada. La propuesta estaba conforma-
Reforma, construida un siglo atrs, con motivo de la conmemoracin da por tres elementos: la Estela de luz o monumento del bicentenario
del centenario de independencia, bajo el rgimen de Porfirio Daz. La de la independencia, una gran plaza pblica y una plaza subterrnea
construccin del monumento se vio envuelta en una ola de corrupcin (CRUZ, 2014, p. 12).
y polmica que ha concentrado la atencin de quienes han reflexionado La Estela de luz es una espigada torre compuesta por dos colum-
sobre ella (CRUZ, 2014; AJA, 2016; VARGAS, 2016). Por mi parte quie- nas recubiertas de cuarzo, cuyo objetivo es representar el bicentenario
ro enfatizar su simbolismo en relacin con los significantes del poder a travs de su forma e iluminacin. Como se recordar, en la cultu-
neoliberal para explicar la importancia de las acciones que el Movi- ra maya la estela desempeaba un papel documental, pues en ella se
miento por la Paz con Justicia y Dignidad ha llevado a cabo en ella. inscriban los datos de eventos importantes. Cada columna mide 104
El 26 de enero del 2009, el gobierno federal, junto con el de la ciudad metros de altura con lo que se alude a los ciclos temporales mexicas,
de Mxico, y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes a travs cada uno de 52 aos, es decir, uno por cada siglo de vida indepen-
del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, lanzaron una convo- diente. El proyecto original se inclua un elevador con dos paradas,
catoria para participar en el Concurso Nacional para la construccin la primera con vista a la columna de la Independencia como recorda-
de un Arco conmemorativo cuya forma deba rematar visualmente el torio del primer centenario de la misma celebracin (CRUZ, 2014, p.
Paseo de la Reforma.14 La convocatoria estableca la construccin de 13). Los diseos verticales del monumento significan la representacin
un Monumento Arco Conmemorativo, cuya forma contrastara con las del inframundo al cielo con los nueve infiernos y los trece cielos en la
edificaciones aledaas cuya caracterstica era la verticalidad. En re- cosmovisin mesoamericana. Asimismo, las columnas que conforman
lacin con su ubicacin, la convocatoria estableca que el Paseo de la la estela representan cada una cien aos y el mestizaje entre la cultura
Reforma era el lugar adecuado para albergarlo, en especfico, la plaza prehispnica y europea, en alusin al origen de la cultura mexicana.
delimitada por la Secretara de Salud, la Puerta de los Leones del Bos- La eleccin del cuarzo como material para el recubrimiento y acabado
que de Chapultepec y el Parque Ariel, a un costado de la Torre Mayor. de la estela se debe a que reflejan la luz (CRUZ, 2014, p. 14). De ah el
El proyecto ganador no fue un arco, sino un prisma rectangular nombre del monumento. Adems, el uso del cuarzo se refiere al poder
llamado por su autor, Csar Prez Becerril, Estela de luz. Aunque la de sanacin de la piedra (AJA, 2016, p. 34).
convocatoria estableca claramente la construccin de un arco, el jura- La segunda parte del proyecto era la construccin de una plaza p-
do escogi la estela debido a su contenido simblico, y as mismo por- blica delimitada por la Secretaria de Salud, el Parque Ariel y la Puerta
que propona la recuperacin del espacio pblico y la regeneracin de de los Leones. Esta plaza recreativa y de convivencia sera sustentable,
espacios muertos resultantes de la construccin del Circuito Interior. ya que sus instalaciones estaban diseadas para captar y reutilizar
el agua por medio de un sistema de cisternas y la energa elctrica
con la implementacin de celdas solares capaces de absorber el sol.
14 El concurso no fue abierto al pblico, sino que estuvo dirigido a un grupo de La tercera parte del proyecto sera una plaza subterrnea en donde
arquitectos cuya trayectoria profesional incluyera la participacin en algn con-
curso nacional o internacional. El concurso fue llevado a cabo de manera conjunta los visitantes podran apreciar la estela desde su desplante a travs de
por el gobierno federal y el de la ciudad de Mxico, el jurado estuvo conformado dos stanos. El primero funcionara como un pasaje para promover el
por profesionistas y funcionarios que en su momento ocuparon un puesto pblico,
adems de acadmicos de diversas instituciones. (CRUZ, 2014, p. 11). turismo y el arte. El segundo sera el sitio desde el cual el monumento
52 53
se desplantaba y sera dedicado a los cados en la lucha de independen- la Revolucin; tampoco devino en un smbolo de orgullo y de unidad
cia. Inclua una pared cubierta de obsidiana como muestra de luto y para los mexicanos de hoy y para los mexicanos del futuro (VARGAS,
respeto a quienes combatieron en estos acontecimientos (CRUZ, 2014; 2016, p. 148). Hasta la fecha no es considerado por un amplio porcenta-
15). Adems, el basamento, un lugar oscuro donde solo se podra ob- je de la sociedad como el monumento conmemorativo del bicentenario
servar la luz de la estela dirigida hacia lo alto, representaba los cimien- de la independencia de Mxico (CRUZ, 2014). Si bien no ha sido vanda-
tos de una nueva patria que los hroes generaron para el nacimiento lizado, como el Memorial de las vctimas de la violencia en Mxico, s
de un pas en libertad. En la mitologa mexica, este lugar significaba ha sido rebajado a la calidad de una gigantesca pantalla donde se pro-
el inframundo, y la direccin de la luz hacia el cielo representaba el yectaron frases ms bien frvolas como I love tlacoyos, una frase que,
camino de esperanza para la conmemoracin. El recubrimiento de los de manera irnica, parece hacer justicia a la ambicin de conjuntar la
muros sera de granito negro, smbolo de lo terrenal, los cimientos y tradicin precolombina con la modernidad electrnica; o a la asocia-
las bases para un mejor futuro, as como un referente de respeto por cin con una galleta barata llamada suavicrema. Este sobrenombre
su elegancia y sobriedad. Sobre este material se inscribira un mensaje no slo se refiere a la forma del monumento, sino tambin a su escasa
alusivo a la conmemoracin del bicentenario grabado en espaol y en densidad simblica.
las 62 lenguas vivas de Mxico como muestra de respeto a la diversidad El 7 de enero en la inauguracin del monumento bicentenario, Cal-
cultural del pas (CRUZ, 2014, p. 16). dern se refiri al escndalo de corrupcin que envolvi la construc-
No obstante, el monumento inaugurado en 2012 se alej del proyec- cin de Estela de luz como naturales controversias que este tipo de
to original despus de que el arquitecto fuera excluido de la construc- obras suelen generar y augur que el monumento bicentenario est
cin. La estela de cuarzo fue construida conforme lo planeado, pero la llamada a iluminar el siglo XXI mexicano y ser un icono de la ciudad
forma del basamento se hizo trapezoidal y no rectangular con lo que capital. Nada de ello ocurri, la Estela dista mucho de haberse conver-
se alter la posicin, orientacin de la estela y la longitud de las esca- tido en un icono de la ciudad, reconocido y apreciado como smbolo
linatas que habran sido utilizadas como gradero. En lo referente a la colectivo (VARGAS, 2016, p. 148).
segunda parte del proyecto, la gran plaza pblica qued restringida a En plena globalizacin econmica y cultural, la Estela sera el mo-
un pequeo espacio insuficiente para funcionar como lugar de recrea- numento que vinculara elementos identitarios anclados en el pasado
cin tal y como se plane. Tampoco fueron realizados los stanos, ni el precolombino con la alta tecnologa, el pasado con el futuro. El resulta-
pasaje ldico con fines culturales. En su lugar fue creado el Centro de do fue un intento fallido por recrear la identidad mexicana en el hori-
Cultura Digital Estela de Luz (CRUZ, 2014, p. 18). zonte de la era digital. As, junto con la Torre Mayor, el corporativo del
La Estela de luz se inaugur con 15 meses de retraso, el 7 enero del BVVA y los numerosos edificios de oficinas y negocios, el monumento
2012 (y no el 16 de septiembre de 2010); cost 192% ms de lo previsto, parece un significante ms de la economa de servicios, si no es que un
y slo se construyeron 8,138 m2 de los 34,877 m2 previstos (VARGAS, monumento en su honor.
2016, p. 146). En suma, el proyecto se redujo en un 75% (CRUZ, 2014). Desde mi punto de vista, este aspecto refuerza y amplifica el signi-
Debido al repudio del cual fue objeto desde el anuncio de su construc- ficado de las acciones de los miembros del MPJD. Movimientos socia-
cin, el escritor Juan Villoro escribi que mereca el sobrenombre de les como Yo soy 132 en el ao 2013 (VARGAS, 2016, p. 150-151), y ms
Faro de las Lamentaciones (VILLORO, 2012). As pues, el monumento recientemente el de las organizaciones civiles que se manifestaron en
no se sum, como prometi el presidente Caldern, a la majestuosidad contra del gobierno de Donald Trump en 2017, la convirtieron en el pun-
del ngel de la Independencia, el Hemiciclo a Jurez o el Monumento a to de partida de manifestaciones pblicas. No obstante, ninguno de es-
54 55
tos movimientos ha logrado lo que MPJD que es, precisamente, poner como quera Sicilia, sino que le aaden una capa de sentido al hacer
en evidencia las contradicciones de un rgimen que, en busca de legi- visibles los vnculos entre poder estatal, poder neoliberal y narcotr-
timidad y de manera deliberada gobern con el terror, y pretendi ce- fico. En ese sentido, las marcas de memoria muestran la guerra contra
lebrar su propia gestin en el monumento bicentenario a partir de una el narcotrfico y sus vctimas dentro de una dinmica que no se cir-
marca espacial comparable al ngel de la Independencia justo cuando cunscribe a la necesidad de hacer prevalecer la seguridad interna del
la debilidad del Estado se intensificaba debido al narcocapitalismo. pas sino que, por el contrario, muestra la debilidad del Estado frente
El MPJD ha convertido el monumento en un memorial ciudadano al poder de lo que tambin se ha llamado narcocapitalismo. (SAVIA-
a travs de la realizacin de reuniones y de la ubicacin de placas en NO, 2013)
memoria de los muertos y desaparecidos en la guerra contra el narco-
trfico. Estas acciones de emprendimiento de memoria tienen como Conclusiones
propsito restablecer la presencia de las vctimas de la guerra contra
el narcotrfico en el espacio cotidiano de los ciudadanos, delante de la El sexenio de Felipe Caldern se caracteriza por la estrategia de
Estela de Luz, precisamente en el paso hacia la puerta de los Leones, en seguridad enfocada en el combate al narcotrfico. Esa estrategia, ini-
el inicio de los paseos en Chapultepec. La importancia de la escogen- ciada unos das despus de su toma de posicin. involucr al Ejrcito
cia de este lugar es mayor si pensamos que las acciones de memoria mexicano en tareas de seguridad pblica y tuvo como resultado un
irrumpen delante de la marca espacial con la que el ex presidente quiso aumento exponencial de las violaciones a los derechos humanos y de
honrar su propia gestin, pero tambin y no menos importante, si pen- la violencia criminal en todas sus formas. No obstante, el Ejecutivo
samos que ese espacio se encuentra delimitado por los significantes Federal se neg a aceptar la responsabilidad del Estado en los daos
arquitectnicos del poder econmico neoliberal y del capitalismo glo- infringidos a la poblacin civil y a llevar a cabo las acciones necesarias
bal que domina por igual al Estado mexicano y a los narcotraficantes. para hacer justicia a las vctimas, lo que supona, entre otras cosas
Las placas colocadas por el MPJD son objetos perennes que contienen gestionar su entrada en la historia y la memoria colectiva.
la nombres y datos de vida de los muertos y desaparecidos y constitu- A pesar de que ya existan grupos y organizaciones sociales que
yen a la vez un homenaje a su memoria y un reclamo de justicia. Jun- venan reclamando al Ejecutivo Federal saldar la deuda con los afecta-
to con las acciones performativas como el bordado de pauelos, que dos por su poltica de seguridad, fue hasta 2011, con la fundacin del
convocan a la ciudadana a construir su aparicin pblica (OLALDE, Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad cuando se hizo visible
2015; TORRES, 2013, p. 433; CHAVEZ, 2015) han convertido el monu- un sector de la sociedad civil que le disputaba al gobierno el uso pol-
mento bicentenario en el memorial vivo de las vctimas de la violencia tico y publico del sentido de la guerra contra el narcotrfico. El MPJD
en Mxico. comenz una serie de acciones orientadas a la bsqueda de reivindica-
As, la obra monumental ms significativa y espectacular de la ges- ciones y reparaciones materiales para las vctimas, que lo sitan como
tin del presidente Caldern alberga las marcas de la memoria de las emprendedor de memoria. En ese sentido, sus miembros negociaron
vctimas de lo que Sayak Valencia ha llamado capitalismo gore, fase con el gobierno la construccin de un memorial para los afectados. Se
neoliberal del capitalismo que produce cuerpos muertos, mutilados trataba de construir una marca perene que hiciera posible la entrada
o vejados como una forma de mercanca que se abre, se mantiene y de las vctimas en la memoria colectiva.
justifica en el proceso de la oferta y la demanda (VALENCIA, 2016, p. Como respuesta a esta peticin, compartida por otros grupos y
96). En este contexto, las acciones del MPJD no lavan la Estela de luz, agentes sociales, y apoyada por grupos allegados a su gobierno, Cal-
56 57
dern construy un monumento en el cual la responsabilidad de la ins- de Mxico, fuera utilizado como memorial y centro de documentacin
cripcin de los nombres de las vctimas recae en los visitantes que, al sobre la violencia reciente. La propuesta era doble: preservar la memo-
penetrar el espacio del memorial, reciben un gis o tiza de los vigilantes ria de las vctimas y dotar a la Este de luz inaugurada con retraso y
que resguardan el lugar. El 5 de abril del 2013, entrado el sexenio del que para muchos simboliza la corrupcin del rgimen calderoniana
gobierno de Enrique pea Nieto -quien continua la poltica de seguri- de un sentido histrico y comunitario para los mexicanos.
dad del ex presidente- fue inaugurado el Memorial de las vctimas de Desde entonces, el MPJD ha venido realizado diversas acciones en
la violencia en Mxico en el Campo Marte, en un terreno cedido por la la Estela de luz, tales como la colocacin de placas y el bordado de
Secretaria de la Defensa Nacional. Construido a partir de las conven- pauelos. Con ello, ha introducido en la Estela y sus inmediaciones, a
ciones estticas del contra monumento, es decir, un espacio diseado las vctimas de la guerra contra el narcotrfico en el seno mismo del
para que sus visitantes realicen una reflexin y contemplacin que les poder neoliberal, significado por los corporativos de empresas globa-
permita llevar a cabo el ejercicio del recuerdo. A diferentes de los mo- les y negocios aledaos. De esta manera ha obtenido dos logros im-
numentos tradicionales, propios de los Estados Nacin modernos el portantes: en primer lugar, poner en evidencia la crisis de legitimidad
contra monumento obliga a sus visitantes a recordar. En los contra de la estrategia de seguridad calderonista y su tentativa de responder
monumentos, y el de las Vctimas de la Violencia en Mxico no es la ex- a las demandas sociales en materia de memoria, verdad y justicia, y
cepcin, la rememoracin de eventos traumticos es referida a travs en segundo, pero no menos importantes, ubicar la guerra contra el
del nfasis en el tiempo. As, en las placas de acero que en sus texturas narcotrfico y sus costos humanos en la perspectiva del capitalismo
registra el paso del tiempo. neoliberal, que, en efecto, involucra por igual al Estado y a los grupos
La negativa a inscribir en el Memorial los nombres de las vctimas, lo de narcotraficantes.
que contribuira al restablecimiento de su dignidad en el reconocimien-
to pblico de su existencia y de su condicin de vctimas, gener el re-
chaz de parte de diversas organizaciones sociales, entre ellas el MPJD.
Con ello pona en evidencia la condicin pblica y poltica de la memoria.
En lugar de la inscripcin de los nombres las vctimas en el Memo-
rial se incluyeron, en letras de acero, frases de escritores y persona-
lidades clebres, que se supone, dan lugar a la reflexin sobre temas
como la muerte, la violencia, la paz y la vida. Estas frases de acero se
han adherido al muro de modo que el contraste con los nombres de las
vctimas escritos por los visitantes es evidente: las primeras perdu-
rarn, las segundas desaparecern. De esa mera se crea una relacin
jerrquica entre memoria y olvido. De diversas maneras esas frases se
relacionan con la narrativa calderoniana por lo que, es posible que, en
un futuro, contribuyan a una valoracin positiva de la guerra contra
el narcotrfico.
El MPJD propuso que la Estela de luz, el polmico monumento cons-
truido por Caldern para celebrar el bicentenario de la independencia
58 59
Referencias GAETA, Julio, SPRINGALL, Luby y LPEZ,
Ricardo. Memorial de las Vctimas de la Vio-
AGUAYO, Sergio. Vuelta en U, una gua para lencia en Mxico. 2015. En: http://arqa.com/
entender y reactivar la democracia estancada. arquitectura/memorial-de-las-victimas-de-
Mxico: Taurus, 2010. la-violencia-en-mexico.html, consultado el 20
AJA, Mara del Pilar. La Estela de luz en el ima- de febrero de 2017.
ginario capitalino de la Ciudad en Mxico. GUTIRREZ GALINDO, Blanca. Despus de la
En: MUOZ, Carmen (Ed.). Pasados pre- utopa: arte, memoria, justicia. EN: Interior-
sentes. Debates por las memorias en el arte grfico, Guanajuato, nm. 11, 2011.
pblico de Amrica Latina. Cali: Universidad HALWACHS, Maurice. Los marcos sociales de
del Valle, 2010, pp. 29-43. la memoria. Barcelona: Anthropos, 2004.
ASSMANN, Jan y CZAPLICKA, John. Collective JELIN, Elizabeth. Los trabajos de la memoria.
Memory and Cultural Identity. En: New German Madrid: Siglo XXI. 2002
Critique, Chicago, nm. 65, 1995, pp. 125-133. JELLIN, Elizabeth y Langland, Victoria (comps.)
ASTORGA, Luis. Qu queran que hiciera? Inse- Monumentos, memoriales y marcas territoria-
guridad y delincuencia organizada en el gobier- les. Madrid: Siglo XXI, 2002.
no de Felipe Caldern. Mxico: Grijalbo, 2015. LLANO, Pablo de. Un monumento a las
BUTLER, Judith, Marcos de Guerra. Las vidas vctimas del narcotrfico crea discor-
lloradas. Mxico: Paids, 2010. dia en Mxico. El Pas, 19 de agosto de
CENTRO URBANO. Existir crecimiento 2012. En: http://internacional.elpais.
inmobiliario en el Distrito Federal. 27 com/internacional/2012/08/04/actuali-
de marzo de 2015. En: https://centrour- dad/1344050105_118679.html, consultado el 8
bano.com/existira-crecimiento-inmobi- de marzo de 2017.
liario-en-el-distrito-federal/, consulta- MEDINA, Cuauhtmoc. Un deslave de imge-
do el 8 de abril de 2017. nes: una historia que no es historia 2014-2015.
CHABAT, Jorge. La respuesta del gobierno de Re-visiones, Madrid, nm. 15, 2015. En: http://
Felipe Caldern ante el desafo del narcotrfi- www.ca2m.org/es/pensamiento-y-debate/revis-
co: entre lo malo y lo peor. En: ALVARADO, ta-re-visiones, consultado 8 de abril del 2016.
Arturo y SERRANO, Mnica (Coords.). Los MONSIVAIS, Alejandro, PREZ, Alejandra y
grandes problemas de Mxico XV: Seguridad TAVERA, Fenollosa. Protesta social, poltica
Nacional y seguridad interior, Mxico: El deliberativa y democracia: un anlisis de los
Colegio de Mxico, 2010. Dilogos por la paz en Mxico. En: Revista
CHAVEZ MCGREGOR, Helena. Pese a todo, de Ciencia Poltica, nm. 3, Santiago de Chile,
aparecer. Re-visiones, Madrid, nm.. 15, 2014, pp. 623-643.
2015. http://www.ca2m.org/es/pensamien- MONTERO, Daniel. Un lugar comn no es mi
to-y-debate/revista-re-visiones, consultado el lugar. Relaciones artsticas entre Mxico y
8 de abril del 2016. EEUU en un mundo globalizado. Re-visiones,
CRUZ DESCHAMPS, Ins Otmara. Estela de Madrid, nm. 6, 2006. En: http://re-visiones.
luz Monumento bicentenario. Complemento net/ojs/index.php?journal=REVISIONES&pa-
plstico. Tesis de Mestra en Artes Visuales. ge=article&op=view&path%5B%5D=186&pa-
Mxico: UNAM, 2014. th%5B%5D=261, consultado 8 de abril del 2016.
OBRASWEB. Inauguran el Memorial de las vctimas SAVIANO, Roberto. CeroCeroCero. Cmo la cocana
contra la violencia en Mxico. 2013. En: http:// gobierna el mundo. Barcelona: Anagrama, 2014.
www.obrasweb.mx/arquitectura/2013/04/05/inau- SCHINDEL, Estela. Inscribir el pasado en el
guran-el-memorial-a-las-victimas-de-la-violencia, presente: memoria y espacio urbano. En:
consultado el 2 de marzo de 2017. Poltica y Cultura, Ciudad de Mxico, nm.
OLALDE, Katia. Bordando por la paz y la memo- 31, 2009. pp. 65-87.
ria en Mxico: marcos de guerra, aparicin SCHLAGDENHAUFFEN, Regis. La Bibliotheque
pblica y estrategias estticamente convo- vide et le memorial de lHolocauste de Berlin.
cantes en la guerra contra el narcotrfico Paris: LHarmattan, 2005.
(2010-2014). Tesis de Doctorado en Historia SIMONNET, Carole. Un memorial sin
del Arte. Mxico: UNAM, 2016. vctimas. Reforma, 20 de septiem-
ORTIZ, Arturo. Un memorial ajeno a las vc- bre del 2012. En: https://reforma.
timas. Nexos, Ciudad de Mxico, nm. 431, vlex.com.mx/vid/memorial-victi-
2013. En: http://www.nexos.com.mx/?p=15546, mas-399984138, consultado el 16 de
consultado el 2 de marzo de 2017. diciembre de 2016)
PEREZ TORRES, Alejandra. Episodio deliberativo SOMOS EL MEDIO. Aumentan nombre en me-
en torno a la violencia en Mxico: El caso de los morial de las vctimas de la violencia del Estado,
Dilogos por la Paz con el Poder Ejecutivo Fede- 2013. En: http://www.somoselmedio.org/article/
ral. Tesis de Maestra en Desarrollo Regional. aumentan-nombres-en-memorial-de-las-v%-
Tijuana: El colegio de la Frontera Norte, 2012. C3%ADctimas-de-la-violencia-de-estado, con-
PROCESO. El sexenio de la muerte. Memoria grfica del sultado el 16 de diciembre de 2016.
horror. Edicin Especial, octubre de 2012. Mxico. TORRE, Susana. Ciudad, memoria y espacio p-
PUIG, Carlos. Por qu Pea Nieto no abre el blico: el caso de los monumentos a los deteni-
memorial de las vctimas?. 2013. En: ht- dos y desaparecidos, en Memoria y sociedad,
tps://www.pressreader.com/mexico/mile- Bogot, vol. 10, nm. 20, 2006, pp. 17-24.
nio/20130305/281775626581655, consultado el TORRES ARROYO, Ana Mara. Memo-
2 de diciembre de 2016. ria(les): signos de poder y simulacro,
PLATAFORMA DE DOCUMENTACIN Y en DRIN Marcela, ESPANTOSO,
MEMORIA. @EPN queremos la #Estelade- Teresa y VANEGAS, Carolina (Eds.).
Paz, memorial de las Vctimas de la Violencia Trnsitos, apropiaciones y marginalida-
en Mxico. 2013. En: https://www.change. des del arte pblico en Amrica Latina.
org/p/epn-queremos-la-esteladepaz-memo- Buenos Aires: Universidad Adolfo
rial-de-las-v%C3%ADctimas-de-la-violen- Ibez, 2013, pp. 425-436.
cia-en-m%C3%A9xico.2013, consultado el 2 VALENCIA, Sayak. Control econmico, violen-
de diciembre de 2016) cia y narcopoder. Mxico: Paids, 2016.
REFORMA, Grafitean memorial, 5 de abril de 2017. VARGAS LVAREZ, Sebastin. Monu-
ROBLEDO SILVESTRE, Carolina Un memorial mento Estela de luz: disputas en torno
sin memoria: exclusin y autoritarismo en el a los usos pblicos de la historia en el
Mxico actual. En: alter/nativas. Revista de Mxico del Bi/Centenario. En: Tiempo
estudios culturales latinoamericanos, Colum- & Argumento, Florianopolis, vl.. 8.
bus, nm. 5, 2015. nm. 19, 2016, pp. 130-161.
VILLORO, Juan, Esquela de luz. Etctera,
2012. En: https://www.facebook.com/notes/
prof%C3%A9tica-casa-de-la-lectura/esque-
la-de-luz-de-juan-villoro/350730534939982/,
consultado el 16 de diciembre del 2016.
YOUNG, James. The texture of Memory. Holo-
caust, memorials and meaning. New Heaven/
Londres: Yale Univesristy Press, 1993
YOUNG, James. Cuando las piedras hablan.
Revista Puentes, nm. 2, 2000. En: http://
www.memoriaenelmercosur.educ.ar/wp-con-
tent/uploads/2009/04/puentes01.pdf, consul-
tado el 16 de febrero del 2017.
ZEID RAAD, Al Hussein. Declaracin del Alto
Comisionado de la ONU para los Derechos
Humanos con motivo de su visita a Mxico,
7 de octubre de 2015. En: http://www.ohchr.
org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.
aspx?NewsID=16578&LangID=S, consultado
el 17 de diciembre de 2016.
2.
Cholula: de la Ciudad Sagrada al Pueblo Mgico.
Usos de la historia y la memoria en la construc-
cin de la identidad turstica
Walter Benjamin
67
69
70 71
movimiento y pensamientos a la sucesin de imgenes materiales que como a nivel de actores sociales de acuerdo a proyectos culturales y re-
ofrecen los objetos exteriores con los que se relaciona en el espacio en laciones de poder que encuentran sus cimientos en la estructura social
que se hallan inmersos. La vida social se va traduciendo en espacio ha- y en marcos espacio-temporales, dndole un contenido altamente sim-
bitado. Vistos desde la antropologa, lugares como el solar familiar, el blico (CASTELLS, 2004, p. 7). Estos fenmenos de filiacin pueden
barrio, las plazas pblicas o los centros de culto, encierran un conjunto tener un carcter ms abstracto en una dimensin donde se articulan
particular de posibilidades, prescripciones y prohibiciones de conteni- sentimientos de pertenencia socio-territorial, apego afectivo, arrai-
do a la vez espacial y social (AUG, 2000, p. 58). go, estructura de la colectividad y distintos niveles de autorrecono-
Los espacios se reconocen y perciben de diferentes maneras. Por cimiento. Los actores individuales interiorizan progresivamente esta
un lado, estn las connotaciones geopolticas que definen territorios, variedad de elementos simblicos a travs del proceso de socializacin
lmites y fronteras, pero que constituyen categoras externas consti- hasta adquirir un sentimiento y status de pertenencia socio-territorial
tuidas y establecidas por el estado, las cuales por lo general no coin- (GIMNEZ, 1999, p. 37).
ciden con reconocimientos culturalmente modelados a partir de la l- Dentro de estos territorios existen puntos geogrfico-simblicos
gica interna de las comunidades (BARABAS, 2003, p. 20-21). De este emblemticos o sagrados, que resultan centros referenciales a partir
modo, la apropiacin del espacio puede realizarse desde una ndole de los cuales se trazan caminos y se establecen fronteras comunales,
instrumental-funcional ponderando su carcter utilitario en cuanto tnicas o regionales; Barabas (2003, p. 23) los denomina <<lugares>>
a explotacin econmica y estrategias geopolticas, o desde su condi- y en conjunto con la simbolizacin de territorios y marcas sagradas
cin simblico-expresiva, sustentadora de identidades individuales y crean un sistema de cdigos con los que se representan las concep-
colectivas (GIMNEZ, 1999, p. 28-29). ciones del cosmos en el espacio. Para su estudio, Marc Aug (2000, p.
Alicia Barabas distingue de manera muy pertinente entre estos 58) menciona que los lugares antropolgicos se caracterizan por ser
conceptos partiendo del entendimiento de cultura como sistema de identificatorios, relacionales e histricos. La relacin de los grupos hu-
smbolos. Para ella, el espacio constituye el mbito ms amplio don- manos con la materialidad de sus lugares no es tan sencilla de moldear.
de se inscriben tradiciones, costumbres, memoria histrica, diversas Ya Halbwachs (2004, p. 137) puntualizaba que si esta relacin fuera
creencias, rituales y formas de organizacin social cuyos profundos accidental y de corta duracin, el cambio y destruccin de ciertos lu-
contenidos emocionales se entrelazan y proveen la materia prima para gares sera indistinto, de no ser por el pasado y los lazos de memoria
el territorio, siendo ste un espacio culturalmente construido y delimi- colectiva inscritos en ellos.
tado a travs del tiempo y socialmente habitado y apropiado (BARA- A estos lugares sagrados de reconocimiento y convocatoria co-
BAS, 2003, p. 23). El territorio puede ser entonces visto como entidad lectivos Barabas (2003, p. 23) los denomina <<santuarios>>, centros
poltico-administrativa, medio de subsistencia, paisaje, entorno eco- complejos y polifacticos que marcan emblemticamente el territorio
lgico objeto de apego afectivo, lugar sagrado, tierra natal, o lugar de donde se ubican y que son focos importantes de interaccin y articu-
inscripcin de un pasado histrico y memoria colectiva (GIMNEZ, lacin social. De este modo, existen santuarios naturales como cerros,
1999, p. 29). En ellos se conjugan tiempo, espacio y sociedad. cuevas, montaas o barrancas, cuyo profundo simbolismo puede re-
Las relaciones sociales con el espacio se vinculan con procesos crear deidades u otros significados que pueden expresarse tambin en
identitarios de los grupos humanos. La construccin de identidades la construccin de edificios religiosos y en elementos que distinguen y
se hace a partir de la historia, la geografa, las instituciones, la memo- reproducen la identidad de los habitantes de una regin, ya sea a travs
ria colectiva, etc., ordenando sus significados tanto a nivel individual, de la msica, danza, fiestas, trajes regionales, formas de produccin y
72 73
comercio, etc. (GMEZ et al., 2016, p. 23). A stos acuden los devotos a historia (JELIN y LANGLAND, 2002). Una buena generalizacin sobre
reconstruir pensamientos y recuerdos comunes creados y mantenidos las maneras en que los actores construyen identidades de acuerdo a
en pocas anteriores en esos mismos lugares; podran an distinguir- su grado de pertenencia es la siguiente (Bassand citado en GIMNEZ,
se entre lugares sagrados y profanos, lugares que evocan recuerdos 1999, p. 43):
religiosos y lugares poblados por los enemigos o donde pesa alguna
maldicin (HALBWACHS, 2004, p. 143, 154). Los apticos y resignados: con actitud pasiva y que no se identifican
Para aproximarse al valor simblico y poltico de estos lugares de con los intereses de su municipio ni con los de su regin.
conmemoracin colectiva es necesario conocer los procesos y luchas Los migrantes potenciales: esperan el momento para emigrar por
mediante los cuales los actores sociales o sus antecesores inscribieron considerar irrealizable su proyecto de vida personal dentro de la
sentidos en el espacio para convertirlos en lugares, ya sea a travs de regin.
la construccin de monumentos, conservacin de ruinas, definicin de Los modernizadores: bien integrados social, econmica y poltica-
lmites, etc., logrando (o fracasando) la semantizacin de los espacios mente, son partidarios a ultranza de la modernizacin en todas sus
materiales; esto implica necesariamente la agencia y voluntad humana formas, despreciando el patrimonio y la historia regional por consi-
de sujetos activos emprendedores de la memoria preocupados por derarlo como tradiciones obsoletas.
enlazar el pasado y el futuro en sus escenarios polticos del presente Los tradicionalistas: con una fuerte identidad histrica y patrimo-
(JELIN y LANGLAND, 2002). La cultura internalizada por los actores nial, interesados en destacar su regin o en reconstruirla segn un
sociales puede definirse como la imagen que se forman de s mismos; modelo antiguo de carcter mtico.
Gimnez (1999, p. 43) retoma tres tipos de identidades: Los regionalistas: trabajan por el desarrollo autnomo de su regin
luchando contra el centralismo estatal.
1. Identidad histrica y patrimonial: construida en relacin con acon-
tecimientos pasados importantes para la colectividad o con un pa- En suma, la territorialidad resulta un importante organizador de
trimonio socio-cultural natural o socio-econmico. la vida social articulando la frontera entre individuo y colectividad,
2. Identidad proyectiva: basada en una representacin del futuro de construyendo la nocin de pertenencia, ya sea de maneras abstractas y
una regin tomando en cuenta su pasado. simblicas como las identidades nacionales, o de modo ms fuerte y
3. Identidad vivida: reflejo de la vida cotidiana y que puede combinar vivencial con el territorio como las identidades tnicas (BARABAS,
elementos de las anteriores. 2003, p. 24-25). Sus sentidos simblicos y usos potenciales entran ex-
plcitamente en los proyectos conmemorativos que pueden adoptar un
Las marcas territoriales son entonces soportes de la memoria para carcter dinmico y mvil no necesariamente en un territorio especfi-
la accin colectiva, poltica y simblica, pero construidos por actores co, sino en un trayecto o itinerario expandiendo sus campos de accin
en escenarios especficos, a veces de confrontacin, otras de comn y reconocimiento (JELIN y LANGLAND, 2002).
acuerdo, y unas ms con el rechazo de la legitimidad demandada por En las siguientes pginas se expondr el caso del popularmente co-
el estado, muchas veces sin la intencin de construir algo nuevo, sino nocido cerrito de Cholula, que forma parte de una zona arqueolgica
aadiendo un nuevo sentido a lugares ya cargados de historia, me- y alberga en su cima el Santuario de la Virgen de los Remedios. El
morias, significados pblicos y sentimientos privados, pudiendo un cerrito milenario bien puede considerarse un lugar de memoria en los
mismo lugar remitir a memorias de periodos diferentes de una misma tres sentidos que apunta Nora (1984): material por su contenido de-
74 75
mogrfico; funcional por materializar recuerdos y seguirlos transmi- atrados por lo que otrora fue una cinaga, aprovecharon los recursos
tiendo; y simblico por caracterizar numerosos hechos o experiencias hdricos, as como la tierra frtil, y el suelo arable para la agricultu-
vividas por un grupo pequeo de personas y que han trascendido en ra (LPEZ et al., 2004b; MOUNTJOY y PETERSON, 1973; PETERSON,
el imaginario de una gran mayora que no tuvo lugar en los hechos. 1987, p. 97). Sin embargo, los vestigios de esta primera etapa ocupacio-
Actualmente constituye un objeto de administracin de la presencia nal son escasos debido a las actividades modernas que a lo largo de los
del pasado en el presente y de la potencial explotacin econmica del aos han destruido las estructuras ms antiguas.
patrimonio cultural. La evidencia ms temprana de estructuras habitacionales corres-
ponde al Formativo Tardo (400 a. C.-100 d. C.) y al final del primer siglo
Antecedentes de nuestra era se registran los inicios de construccin masiva, entre
ellos los de la Gran Pirmide, adems de un incremento poblacional
Cholula se localiza en el Valle de Puebla-Tlaxcala, unos 10 km al oes- por la llegada de refugiados provenientes del occidente del Valle de
te de la ciudad de Puebla. En el pasado prehispnico fue un sitio de Puebla-Tlaxcala que sufrieron de manera directa los estragos de una
gran importancia cuyos vestigios ms antiguos corresponden al For- erupcin del volcn Popocatpetl a mediados del primer siglo de nues-
mativo Medio (1100 a. C.-400 a. C.) (LPEZ et al., 2004a; MOUNTJOY tra era (PLUNKET y URUUELA, 2006b, p. 161-162). Con ello se pro-
y PETERSON, 1973) y ha mantenido una ocupacin continua hasta el dujeron cambios sociopolticos que propiciaron un proceso acelerado
presente. No obstante, el desarrollo histrico y cultural de la antigua de urbanizacin en Cholula cuyo desarrollo de complejidad se eviden-
ciudad es apenas entendido: su persistente crecimiento demogrfico y cia en mecanismos adaptativos polticos y religiosos que respondieron
urbano ha moldeado por siglos el centro ceremonial y sus alrededores al impacto ecolgico, social, econmico e ideolgico generado por este
donde conviven construcciones prehispnicas, coloniales y modernas, desastre natural (PLUNKET y URUUELA, 2006a, p. 21). Las eviden-
de modo que hay pocos datos sobre sus orgenes fundacionales debido cias materiales de esta temporalidad muestran una mayor compleji-
a que la evidencia arqueolgica ha sido destruida o yace bajo las cons- dad cultural asociada aparentemente con la instauracin de un nue-
trucciones posteriores. vo programa ceremonial y de prcticas sociales relacionadas con el
El sitio ha sido objeto de diversas investigaciones mayormente enfo- desarrollo de Cholula como centro regional importante (PLUNKET y
cadas en su monumental pirmide, como fue el caso del Proyecto Cho- URUUELA, 2006b, p. 162-166).
lula (MARQUINA, 1970). El resto de las intervenciones arqueolgicas
en la ciudad han sido motivadas principalmente por actividades cons- La Gran Pirmide como montaa sagrada
tructivas modernas, por lo que abundan salvamentos y rescates (ej. Para muchas culturas de Mesoamrica la montaa sagrada consti-
LPEZ et al., 2002a, 2002b, 2004a, 2004b; MAURICIO 2010; MOUNT- tua el centro csmico ms importante, el axis mundi que una tierra
JOY y PETERSON, 1973; PLUNKET y URUUELA, 2002), pero pocas y cielo, y que por tanto resultaba una zona liminal de transicin entre
intervenciones sistemticas (MARQUINA, 1970). El carcter de estas dos mundos (BARABAS, 2003, p. 71). Las pirmides, as como cual-
exploraciones aunado a que sus resultados suelen quedar en infor- quier otro templo, santuario o rbol en su cima, tuvieron una gran car-
mes tcnicos, dificultan la integracin e interpretacin de los datos ga simblica al asimilar y emular las cualidades del cerro o montaa
(PLUNKET y URUUELA, 2005, p. 101). sagrada. Fray Bernardino de Sahagn fue uno de los primeros frailes
Las condiciones geogrficas y ambientales de Cholula fueron de- en documentar las creencias y costumbres de los pueblos prehisp-
terminantes para el asentamiento de los primeros pobladores que, nicos y por l sabemos la importancia sagrada de las montaas: los
76 77
altos cerros donde se juntaban las nubes, neblina, truenos y rayos que que, aunque para la traza urbana colonial el Tlachihualtpetl qued en
atraen el agua y descargan la lluvia; su cima desde donde se dominan el sector sureste de la cuadrcula, su importancia era tal que adems se
los cuatro puntos cardinales y los meteoros atmosfricos; las cuevas instituy en el escudo de armas de la ciudad que mostraba una mata de
que se consideraban portales de entrada al inframundo, donde mo- tule junto a un cerro de adobe hecho a mano coronado por una trom-
raban los antepasados; histricamente el cerro y el agua formaron un peta (SOLS y VELASCO, 2006, p. 43). Tambin durante esta poca, el
smbolo para el territorio, la identidad y las costumbres de los pueblos lado norte de la pirmide fue severamente daado por la construccin
(BARABAS, 2003, p. 71; URUUELA et al., 2006, p.186). del Camino Real a Puebla; mucho ms tarde, su lado oeste tambin fue
El monumento ms representativo de buena parte de la historia de afectado por la instalacin de una lnea de ferrocarril (SALAMANCA
Cholula ha sido la Gran Pirmide o Tlachihualtepetl cerro hecho a y JIMAREZ, 2015, p. 507).
mano, que en el segundo tercio del siglo XX fue el foco de atencin de
arquelogos y otros estudiosos. Los datos producidos por stas y otras El Santuario de la Virgen de los Remedios
investigaciones alrededor de la Pirmide han permitido conocer de Una de las primeras referencias escritas a la pirmide fue la Rela-
manera fragmentaria el desarrollo histrico del basamento de mayor cin de Cholula, de 1581, donde el corregidor Gabriel de Rojas asegu-
volumen del continente americano, que en su ltima etapa construc- raba que:
tiva alcanz los 400 metros por lado y entre 62 y 65 metros de altura
(MARQUINA, 1990, p. 123-124). haba en toda la ciudad bien ochocientos dolos menores en sus Iglesuelas o
Durante el Posclsico, hacia el ao 800 d.C., con la llegada de otros Ermitas por todos los barrios y estos dolos tenan tambin unos cerrillos
grupos tnicos como los Olmeca-Xicallanca y ms tarde los Tolte- menores hechos a mano a modo del sobre dicho de Quetzalcatl de estos
ca-Chichimeca, los cambios en la dinmica social hicieron que la Gran cerrillos duran hoy dos, que estn cerca del cerro grande y hay por toda la
Pirmide quedara prcticamente en el abandono; el paso del tiempo ciudad reliquias de otros muchos edificios menores (De la Maza, 1959, p. 20).
la revisti de vegetacin dndole apariencia de un cerro. El culto se
desplaz entonces a un nuevo centro ceremonial, el Templo de Quet- Adems, deca que la pirmide estaba dedicada a Chiconahui-
zalcatl, erigido medio kilmetro al oeste de la pirmide (PLUNKET, quiauitl, dios del agua (de quiauitl, llover y chiconahue, nueve o mucho),
2012, p. 47). A la llegada de los espaoles la ciudad presentaba una se- es decir, el que llueve mucho (De la Maza, 1959, p. 23). Para erradicar
rie de parcialidades internas generalmente de carcter tnico cuyas los cultos paganos que continuaban realizndose en la cspide de la
expresiones territoriales en la poca colonial se conocieron como ca- Gran Pirmide, la estrategia evangelizadora de los franciscanos con-
beceras agrupadas alrededor del nuevo centro de culto, mismas que a sisti en reemplazar el culto de deidades mesoamericanas por catli-
su vez se dividan en calpullis posteriormente barrios formados por cas, como qued patente en el testimonio de fray Toribio de Benavente
grupos emparentados con autoridades propias y posesin de tierra en (MOTOLINA, 1969, p. 52):
comn (BONFIL, 1988, p. 164).
Sin embargo, las crnicas coloniales cuentan que la cima de la Gran En lo alto estaba un teocalli viejo y pequeo, y debastronle, y pusieron una
Pirmide segua siendo punto importante para rituales de pedimento cruz alta, la cual quebr un rayo, y tornando a poner otra, y otra, tambin las
de lluvia y siempre fue un referente en la ciudad como lo revelan diver- quebr, y a la tercera yo fui presente, que fue el ao pasado de 1535, por lo
sos documentos indgenas, como el Mapa de Cuauhtinchan y la His- cual descopetaron y cavaron mucho de lo alto, a do hallaron muchos dolos e
toria Tolteca Chichimeca (SOLS y VELASQUEZ, 2006, p. 34-35). As idolatras ofrecidas al demonio; y por ello yo confunda a los indios, diciendo:
78 79
que por pecados en aquel lugar cometidos no quera Dios que all estuviese acaudalados que costeaban grandes fiestas para alcanzar una posicin
su cruz. Despus pusieron all una gran campana bendita, y no han venido social privilegiada (BONFIL, 1988, p. 168).
ms tempestades ni rayos despus que la pusieron.
San Andrs y San Pedro Cholula
Posteriormente, la antigua cruz fue sustituida con la construccin Durante el proyecto colonizador Cholula qued subalterna a la fun-
de una ermita en 1594. Como seala Francisco de la Maza (1959, p. 102), dacin de la ciudad de Puebla de los ngeles en 1531, y su territorio y
sobre el ms imponente y famoso teocalli indgena de Mxico se coloc habitantes al servicio de los espaoles; el 27 de octubre de 1537, San
la ms importante Virgen espaola, la conquistadora Virgen de los Re- Pedro Cholula recibe el ttulo de ciudad cabecera de repblica de in-
medios. En el siglo XVIII la ermita se fue ampliando y adornando, cons- dios y centro de doctrina, incorporando a San Andrs como cabecera
truyendo rampas para su acceso, pero en 1864 qued prcticamente independiente. El poblamiento y administracin del territorio colonial
destruida tras un terremoto y tuvo que volver a erigirse conservando se basaron en el despojo de las tierras indgenas, ya que el derecho
su estructura y disposicin original, pero ya con una ornamentacin castellano los consideraba rsticos o menores (GMEZ et al., 2016,
neoclsica por lo que la iglesia actual muestra elementos arquitect- p. 41-43). El diseo urbano y el modelo administrativo en estos centros
nicos tpicos de la segunda mitad del siglo XIX; finalmente se bendijo de poblacin adopt la caracterstica traza en cuadrcula hispanoame-
el 24 de agosto de 1874, apadrinada por el gobernador de Puebla don ricana, en la que la ubicacin de la plaza mayor constitua el elemento
Ignacio Romero Vargas (DE LA MAZA, 1959, p. 102). Esta iglesia situa- central urbano con acentos prehispnicos (Yez, 1994, citado en G-
da sobre el Tlachihualtpetl tuvo y sigue teniendo un culto, al igual que MEZ, 2016, p. 45).
el de sus predecesores nativos prehispnicos, asociado al agua y a la Para mediados del siglo XVI, se habla de seis barrios o cabeceras,
propiciacin de lluvia (SALAMANCA y JIMAREZ, 2015, p. 507). a su vez divididas en estancias, que eran las unidades asentadas al-
De igual forma, donde estuvo el Templo de Quetzalcatl los francis- rededor del Templo a Quetzalcatl. De estas seis cabeceras adscritas
canos levantaron el Convento de San Gabriel cuya fecha de edificacin a la jurisdiccin de San Pedro Cholula, San Andrs Colomochco, la
es inexacta (entre 1530 y 1539), aunque otros datos sugieren que la cabecera ms grande de San Andrs con ocho estancias Tequepan,
primera piedra fue colocada en 1549 por el obispo de Puebla-Tlaxcala, Colomochco, Matalcingo, Xicotenco, Xalotle, Aquiauaque, Tepetitln y
Fray Martn de Hojarasca y consagrada por l mismo en 1552 (BER- Tlaxcalanzingo, logr separarse; estas poblaciones posiblemente es-
NARD y SEGU, 2012, p. 75). A un costado se erigi la Capilla Real taban emparentadas con los olmeca-xicalancas cuyas pugnas con los
entre 1560 y 1570; dedicada a San Jos, sirvi para el adoctrinamiento tolteca-chichimeca se remontan a los siglos XII y XIII, y que al verse
de los pobladores aprovechando elementos de la antigua estructura sometidos por estos ltimos, se refugiaron en la parte sur de la pirmi-
social y manteniendo ciertos privilegios de la nobleza indgena, pero de manteniendo su identidad cultural y cierta autonoma (BERNARD
reorganizando el gobierno con el ttulo de ciudad cabecera de repbli- y SEGU, 2012, p. 74).
ca de indios y centro de doctrina (BONFIL, 1988, p. 169-170). La cabecera de San Andrs Colomochco construy en su territorio
La importancia religiosa y comercial de Cholula se mantuvo an un pequeo convento franciscano bajo la advocacin de San Diego de
despus de la llegada de los espaoles, por lo que puede hablarse de Alcal, autorizado por Cdula Real en 1557, para dar servicio a los in-
su impacto ritual a nivel regional como centro ceremonial de ferias y dgenas que habitaban la parte sureste del valle. Fuera de la Ciudad
peregrinaciones; a nivel local sostenido por la jerarqua religiosa cen- de Mxico, la construccin de dos conventos franciscanos a menos de
tral y las parcialidades; y a nivel individual mediante los mercaderes un kilmetro de distancia uno de otro, fue un caso excepcional que se
80 81
justific por la alta densidad demogrfica de la zona y las diferencias Entre lo rural y lo urbano
tnicas de la poblacin (BERNARD y SEGU, 2012, p. 76). En 1558, San
Andrs era una doctrina separada administrada como vicara por los Los barrios y el sistema de cargos
dieguinos descalzos para evangelizar a los collomochcas, descendien- Este breve recorrido histrico-cultural permite atisbar que el denso
tes olmeca-xicalanca y mixteco-popoloca (GMEZ et al., 2016, p. 48). calendario de fiestas religiosas de la actualidad, no es sino una conti-
En 1640, el clero secular lleg a Cholula y ocup la Capilla Real que nuacin con sus debidas transformaciones de los ritos y tradiciones
fue objeto de disputa entre ellos y los franciscanos, permaneciendo ce- indgenas que se han practicado a lo largo de los siglos. Bonfil Batalla
rrada por ms de una dcada; en 1651 las autoridades piden la capilla (1988, p. 117) ya sealaba que estas actividades no son un aspecto ms
al clero regular y en 1661 se inici su reconstruccin techndola con de la vida social, sino el eje mismo de la vida de la comunidad debido
81 cpulas, tarea desmedidamente costosa para los indios quienes su- a la cantidad de tiempo, esfuerzo, recursos e inters pblico y general
fragaron la obra. Desde mediados del siglo XVII la cabecera de San que demandan. Para hablar de estos eventos multitudinarios, es nece-
Andrs se encontraba en proceso de separacin de las otras cinco, con- sario antes conocer la forma de organizacin de estas comunidades y
virtindose en parroquia en 1645 y para 1714 constituyndose en rep- los cambios que estn atravesando ante el acelerado crecimiento de-
blica de indios con cuatro pueblos Cacalotepec, Nalacatepec, Ocoyu- mogrfico y urbano dentro del contexto de globalizacin.
can y Tlaxcalantzingo (GMEZ et al., 2016, p. 49-50). Ya para el siglo El barrio como entidad social tiene algunos criterios de pertenen-
XX se convirtieron en cabeceras municipales quedando el cerrito en cia, como el lugar de nacimiento, la adscripcin religiosa, relaciones
la zona limtrofe entre estas dos, del lado del pueblo de San Andrs. de parentesco y la residencia dentro del permetro del barrio (BON-
A pesar de estas divisiones internas, Cholula sigui siendo un cen- FIL, 1988, p. 218-219). La persistencia de este tipo de organizacin te-
tro milenario de gran importancia para la organizacin de fiestas reli- rritorial ha resultado en que las relaciones al interior de los barrios
giosas y rituales de tradicin indgena mediante los cuales se relaciona y pueblos estn formalmente ritualizadas y estructuradas con cierto
la poblacin, los seres sagrados y el territorio. Actualmente, se pueden grado de asimetra debido a jerarquas definidas, mismas que propi-
notar algunas diferencias entre San Pedro y San Andrs como una cian procesos de diferenciacin identitataria entre la poblacin local y
distincin entre los centros y los barrios, mucho ms marcada en el los nuevos habitantes que est atrayendo el auge inmobiliario (HER-
primero que en el segundo; San Andrs es una localidad ms campesi- NNDEZ, 2016, p. 44).
na y econmicamente depende ms de San Pedro y Puebla, no tiene un Cholula se encuentra organizada en barrios, una institucin de la
mercado fijo por mencionar un ejemplo (GMEZ et al., 2016, p. 59). Los poca colonial cuyo antecedente se puede remontar an ms atrs al
procesos histricos de la ciudad dual de Cholula la han dotado de un calpulli prehispnico, pero que hoy en da puede entenderse de tres
carcter sagrado que se ha transformado desde la poca prehispnica maneras: 1) como referencia a la iglesia donde reside una imagen pro-
hasta la actualidad: desde el culto a Quetzalcatl y deidades asociadas tectora; 2) el grupo de familias protegidas por el santo patrono de una
al agua, la agricultura y la fertilidad, hasta la devocin a la Virgen de iglesia y los responsables de la organizacin de su culto y celebraciones;
los Remedios y las festividades de todos los santos patronos que se y 3) el espacio fsico, es decir los terrenos, donde habitan estos grupos
celebran a lo largo del ao en los distintos barrios. (BERNARD y SEGU, 2012, p. 80). San Pedro Cholula est conformado
por 10 barrios: 1) San Miguel Tianguisnahuac, 2) Jess Tlatempa, 3)
San Matas Cocoyotla, 4) San Juan Calvario Texpolco, 5) Santa Mara
Xixitla, 6) La Magdalena Coapa, 7) San Pedro Mexicaltzingo, 8) San
82 83
Pablo Tecama, 9) Santiago Mixquitla y 10) San Cristbal Tepontla. Por encargados del cuidado y festividades de las diferentes imgenes; 3)
su parte, San Andrs Cholua se forma por ocho barrios: 1) San Pedro los mayordomos elegidos por la hermandad de cargadores, a cargo
Colomoxco, 2) Santa Mara Cuaco, 3) San Juan Aquiahuac, 4) Santiago de diversas festividades relacionadas con la liturgia catlica; entre San
Xicotenco, 5) La Santsima Trinidad, 6) San Miguel Xochimihuacn, 7) Pedro y San Andrs guardan sus particularidades y jerarquas, pero
Santo Nio Macuila y 8) San Andresito (GMEZ et al., 2016, p. 66-67). cuentan al menos con los cargos de fiscales, mayordomos, salva co-
De la mano de la organizacin barrial tiene que hablarse del siste- hetes, castilleros y floreras (GMEZ et al., 2016, p. 70-71; VELASCO,
ma de cargos o mayordomas. Esta organizacin y prcticas fueron 2011, p. 134).
aprovechadas desde la poca colonial, quitndoles su carcter herti- El ciclo anual de festividades religiosas organizadas por las ma-
co, para utilizarlas como mecanismo de evangelizacin masivo (HER- yordomas funge como mecanismo de reproduccin y expresin de la
NNDEZ, 2016, p.45-46). El sistema de cargos puede definirse como identidad barrial cholulteca y donde la poblacin interacta con los
una institucin social de matriz agraria de funcin cohesionadora a seres sagrados santos y vrgenes de los barrios y con la deidad prin-
nivel social, familiar y parental que integra a la comunidad y reprodu- cipal de la regin que es la Virgen de los Remedios, haciendo de cada
ce su identidad cultural; sobre las mayordomas recaen muchas de las festividad una especie de tiempo de excepcin, no contrapuesto a lo
obligaciones institucionales relacionadas con la vida religiosa, fiestas cotidiano, por ser un tiempo de trabajo ritual socialmente necesario
y trabajos comunales (GMEZ et al., 2016, p. 68-69). Al ser un sistema para la reproduccin de la comunidad (GMEZ et al., 2016, p. 74, 76).
de organizacin interna, para ocupar alguno de sus puestos se debe de
ser hijo del barrio, adscripcin que se tiene si se ha participado efec- De cara a la globalizacin
tivamente en la organizacin religiosa tradicional, ms all de haber Parte de las transformaciones que ha experimentado el territorio y
nacido y residir en l; los cargos son anuales y nominales, los designan la sociedad cholulteca resultan de los procesos globalizadores. En su
los principales a solicitud o a juicio (BONFIL, 1988, p. 219-223). estudio sobre la construccin de formas actuales de ruralidad, Paola
Sobre el trabajo de Bonfil Batalla, Hernndez (2016, p. 46) seala Velasco (2011) presenta algunos de los efectos que la urbanizacin, la
que sus mayores aportaciones fueron primero, mostrar que el vnculo disminucin de las actividades primarias, el auge en los sectores se-
prehispnico entre centro religioso y ceremonial, lejos de desapare- cundarios y terciaros y una transformacin o urbanizacin de los
cer, recre una concepcin religiosa propia distinta al dogma catlico estilos de vida; estos factores han generado nuevas preguntas sobre la
tradicional, donde el pueblo dominado hizo de la fiesta y de las insti- relacin campo-ciudad donde an se reafirman elementos sociocultu-
tuciones que la hacen posible el espacio de expresin de los barrios rales, relaciones comunitarias, fiestas patronales y una identidad que
dndoles continuidad histrica, identidad y sentido de pertenencia, diferencia a los cholultecas de los habitantes de la ciudad de Puebla o
marcando la frontera con los otros, los dominadores, los extranjeros, de los que han llegado a residir a Cholula.
los turistas, los forneos, los recin llegados, quienes quedan exclui- En el ltimo tercio del siglo XX Bonfil Batalla (1988, p. 252) ya abor-
dos de estas celebraciones a no ser como meros espectadores; y por daba la cuestin de la coexistencia entre lo moderno y lo tradicional en
ende, considera que el segundo aporte fue ver en el sistema de cargos Cholula, notando la importancia de la intensa vida ceremonial organi-
una institucin de resistencia ante la globalizacin. zada por el sistema de cargos religiosos, y por otro lado la diversifica-
De manera general, en Cholula existen tres tipos de mayordoma se- cin de la economa en cuanto actividades industriales y mercado por
gn la funcin que realicen: 1) el mayordomo del santo patrn, a cargo su conexin con la ciudad de Puebla. El crecimiento de estas activida-
del templo y las festividades de su barrio; 2) los mayordomos menores, des comerciales y de servicios muestra algunas diferencias entre las
84 85
dos Cholulas: por ejemplo, San Pedro es un centro importante para las nicacin del gobierno morenovallista con los habitantes de Cholula
comunidades rurales de las faldas del volcn y su entorno se sigue uti- respecto a los objetivos, ejecucin y finalidad de las obras de cons-
lizando mayormente para el cultivo de hortalizas, mientras que en San truccin y dignificacin de la va pblica; por otro lado, la arbitrarie-
Andrs el cambio ha sido ms drstico, ya que el uso agrcola del suelo dad de los procesos, la ausencia de un dilogo consensuado donde se
se ha abandonado aceleradamente para dar paso a la construccin de atendieran las preocupaciones y necesidades de los pobladores, y el
fraccionamientos (GMEZ et al., 2016, p. 82). uso de la fuerza pblica para reprimir protestas en otras partes de la
La rpida transformacin rural a un entorno urbano puede sinte- entidad poblana como los enfrentamientos ocurridos por el cierre del
tizarse con estos factores: 1) la idea mal entendida de <<moderniza- Registro Civil en julio de 2014 en la junta auxiliar de San Bernardino
cin>> por parte de los gobernantes poblanos; 2) la falta de inters Chalchihuapan, municipio de Ocoyucan, donde la polmica Ley Ba-
del gobierno estatal por el sector agrcola, provocando la reduccin la1 ocasion la muerte del menor Jos Luis Tehuatle (SIN EMBARGO,
de estas tierras en pos de proyectos industrializadores; 3) la presin 2017) empeoraron las ya de por s desgastadas relaciones entre la so-
urbana de una ciudad en expansin; quiz ms notoriamente en San ciedad y las autoridades municipales y estatales.
Andrs, pero tambin en San Pedro, esto ha generado una reformu- Son varias las problemticas que surgieron o se acentuaron a partir
lacin de la identidad de sus habitantes en un contexto de abandono de estas acciones e incluso se han adherido otras causas de poblacio-
del campo, diversificacin ocupacional y cambio en las expectativas nes aledaas en el transcurso de los aos. Sin embargo, para fines del
laborales de la poblacin ms joven sobre todo hacia la prestacin presente trabajo, me centrar en los usos, re-usos y abusos que se han
de servicios, inmigracin y conflicto territorial (VELASCO, 2011, p. hecho de la historia, la memoria y el patrimonio cultural para dictar
114, 133). Las consecuencias en el paisaje se perciben a simple vista en dos agendas de trabajo a la vez pblicas y contrapuestas para, por un
un reemplazo de reas verdes y de cultivo por construcciones habita- lado, promover la identidad turstica de la ciudad milenaria a manera
cionales o comerciales con materiales y estilos diversos, apertura de de marca, y por otro, salvaguardar una identidad cholulteca autnti-
nuevas vialidades, pavimentacin de antiguas veredas y ampliacin de ca con raigambre en la tradicin. En ambos, es interesante ver las na-
la red de servicios de agua potable, luz, etc. rrativas que se hacen de Cholula a partir de elementos que han estado
largo tiempo en el imaginario del pueblo que se convierte en ciudad
Usos pblicos de la memoria, la historia y el patrimonio cultural y que sigue siendo un centro de atraccin importante para la gente
de la regin, actualmente con una marcada tendencia a la proyeccin
Para pasar a la expresin de las dinmicas globales en escenarios lo- nacional e internacional.
cales, el caso aqu presentado es el de la transformacin de Cholula du-
rante la gubernatura de Rafael Moreno Valle (2011-2017), a partir de su
declaratoria como Pueblo Mgico en el ao 2012 (SECTUR, 2014) y ms
especficamente los cambios y la resistencia social a ello, consecuencia
de un proyecto turstico estatal que ha afectado directamente el rea
1 Su nombre oficial es Ley para Proteger los Derechos Humanos y que Regula el
limtrofe entre los municipios de San Andrs y San Pedro, que al mismo Uso Legtimo de la Fuerza por parte de los Elementos de las Instituciones Poli-
ciales del Estado de Puebla. Aprobada por el Poder Legislativo el 19 de mayo de
tiempo es icnica y comprende la zona arqueolgica y sus alrededores. 2014, prev mecanismos para hacer prevalecer el orden colectivo facultando a
Las causas que han desatado las diversas manifestaciones de des- los cuerpos de seguridad pblica el uso de armas no letales contra manifestan-
tes; Moreno Valle present la iniciativa para abrogarla el 22 de julio de ese ao,
contento han sido, por una parte, la falta de transparencia y comu- arguyendo una errnea percepcin de la misma (CAMACHO, 2016).
86 87
La zona arqueolgica se hallan cubiertas con vegetacin y rboles. Nos encontramos pues,
A 85 aos del inicio de la primera gran etapa de excavaciones ar- ante un lugar donde se articulan actividades civiles, religiosas y un
queolgicas (1931-1956) que posteriormente diera paso al Proyecto creciente desarrollo comercial y turstico. El cambio de los usos de los
Cholula (1967-1971), abruptamente interrumpido hace 45 aos, la aten- espacios a lo largo de los siglos fue transformando el paisaje de una
cin la ha acaparado la Gran Pirmide. El atractivo de semejante mues- ciudad que nunca sufri un abandono total, por lo que conviven ejem-
tra de arquitectura monumental de la antigedad, as como la persis- plos arquitectnicos de la poca prehispnica, colonial y del Mxico
tencia de numerosas festividades religiosas que generan un constante contemporneo que continan modificndose de acuerdo a las necesi-
trnsito hacia el Santuario de los Remedios durante todo el ao, hi- dades de infraestructura de la poblacin actual.
cieron que para 1993 el Instituto Nacional de Antropologa e Historia Muchas de las manifestaciones territoriales de Cholula tienen re-
(INAH) emitiera la Declaratoria Federal de Zona de Monumentos Ar- ferentes donde se mezclan elementos mesoamericanos, coloniales y
queolgicos de Cholula, Puebla para su salvaguarda (CRUZ y VILA, contemporneos (GMEZ et al., 2016, p. 79). La zona arqueolgica y
2006, p.190). El documento seala que la expedicin del decreto se hizo en especfico el cerrito coronado por la iglesia, son un smbolo de refe-
considerando que es de utilidad pblica la investigacin, proteccin, rencia para esta ciudad tanto por su carcter milenario, como sagrado.
conservacin, restauracin y recuperacin de los monumentos y zonas stas y otras representaciones del paisaje natural y cultural como los
de monumentos arqueolgicos como parte integrante del patrimonio volcanes Popocatpetl e Iztacchuatl, o las iglesias han sido utilizadas
cultural de la Nacin (DOF, 1993). para expresar la dimensin territorial en lugares u objetos cotidianos,
Para finales del siglo XX la Gran Pirmide y sus alrededores in- como la sealtica vial, el transporte pblico, nombres de negocios y
mediatos no slo seguan siendo un atractivo para los visitantes, y el escuelas y mltiples manifestaciones artsticas.
santuario que la corona un lugar importante de culto para los locales,
sino que adems qued legamente protegida por el INAH, organismo Pueblo Mgico o Pueblo Trgico?
que se ha encargado del mantenimiento, conservacin y administra- El Programa Pueblos Mgicos es una iniciativa del gobierno federal
cin de la zona arqueolgica. Actualmente, cuenta con tres reas ha- para impulsar las dinmicas econmicas locales mediante la captacin
bilitadas para su visita pblica: 1) un recorrido de aproximadamente de un turismo cultural que valore los pueblos tradicionales que se lo-
280 m dentro del tnel al interior de la pirmide; 2) el rea abierta de calizan fuera de los circuitos tursticos establecidos (SECTUR citado
la zona arqueolgica donde se pueden apreciar estructuras expuestas en Valenzuela et al., 2012). Este concepto de la Secretara de Turismo
plataformas, estelas, altares en los patios ceremoniales sur y ponien- (2014, p. 5) se define como:
te de la pirmide; y 3) el Museo de Sitio, con tres salas de exposicin
permanente que exhibe piezas de cermica y otros ejemplos de cultura Un pueblo que a travs del tiempo y ante la modernidad, ha conservado,
material prehispnica. valorado y defendido, su herencia histrica, cultural y natural, y la manifiesta
Recordemos que en la cima de la Gran Pirmide se asienta el San- en diversas expresiones a travs de su patrimonio tangible e intangible. Un
tuario de la Virgen de los Remedios, el cual tiene sus puertas abiertas Pueblo Mgico es una localidad que tiene atributos nicos, simblicos, his-
todo el ao con acceso libre y al que se accede por el costado poniente torias autnticas, hechos trascendentes, cotidianidad, que significa una gran
mediante un camino ascendente de lajas dividido en rampa y escalo- oportunidad para el aprovechamiento turstico, atendiendo a las motivacio-
nes, bordeado con una reja perimetral que restringen el paso hacia nes y necesidades de los viajeros.
el cerrito, es decir, hacia las partes no expuestas de la pirmide y que
88 89
Adems, aquellas localidades potenciales requieren una certifica- algunas temporadas se ofrecen recorridos en tranva y en caballo; se
cin distintiva otorgada por el estado enfocada en la habilitacin de in- ha dado limpieza y mantenimiento a los centros de San Pedro y San
fraestructura estandarizada bsica de provisin de servicios tursticos, Andrs; ha habido grandes movimientos de remocin y reubicacin
as como adecuaciones para cumplir ciertos lineamientos de imagen de comerciantes y vendedores de la va pblica, mientras que a los que
urbana para atender a un gran nmero de visitantes, bajo el supuesto se les permiti quedarse fueron homogeneizados pintando sus trici-
de que el potencial econmico del patrimonio cultural est siendo su- clos o casetas y cubrindolos con sombrillas o toldos con la leyenda
butilizado o desaprovechado (VALENZUELA et al., 2013, p. 650). Cholula Pueblo Mgico en un mecanismo sutil para disimular la po-
El 30 de octubre de 2012, durante la administracin del gobernador breza. Como sealan Villalobos y sus colegas (2016, p. 186), mientras
del estado de Puebla Rafael Moreno Valle, se otorg a Cholula la deno- que distintos medios difunden el programa de Pueblos Mgicos como
minacin de Pueblo Mgico, incluyendo a San Pedro y San Andrs; el modelo para superar la pobreza y la desigualdad, la realidad es otra y
nombramiento implicaba una inversin de $58,610,000 pesos mexica- los habitantes se debaten entre el empobrecimiento, el desempleo, el
nos (USD$2,930,500) para su incorporacin y permanencia en el selec- autoempleo y la migracin ante la imposibilidad de competir.
to grupo (VILLALOBOS et al., 2016, p.185). De entrada, esto implicaba No es raro encontrar a Cholula como destino de esparcimiento y
rehabilitar la zona aledaa a la pirmide en una primera etapa de me- cultura en guas tursticas con el plus de ser uno de los Pueblos M-
joramiento de la imagen urbana, con lo que se inici formalmente la gicos de Mxico. Su cercana con la ciudad de Puebla ha potenciado
implementacin de una poltica cosmtica para componer y adornar la afluencia de visitantes y la inscripcin en este programa fue slo el
la zona arqueolgica y sus alrededores inmediatos en beneficio del tu- primer paso para incluirla en un circuito turstico ms grande que se
rismo, es decir, manejndola como un recurso, pero sin contemplar su desarroll durante la administracin morenovallista y que se presen-
potencial cientfico o como bien social. tar a continuacin.
Las polticas de estos programas suelen llevar a una cierta homoge-
neizacin de los destinos y a una revaloracin potencialmente explo- Cholulandia
table o privatizable de los recursos naturales y culturales de pueblos Dado que Mxico carece de espacios para que los organismos de
con historias de larga duracin y de sus atributos tnicos, rurales, gobierno tomen en cuenta la participacin social y slo hay entidades
indgenas u originarios por organismos, gobiernos y empresas que sociales institucionalizadas para dar cobertura legal y justificacin a
operan bajo una lgica plusvalrica del capital (Adame s.f. citado en las polticas pblicas, se deja campo abierto para que la autoridad ac-
ESCALANTE y CARROL, 2013, p. 254). Desde una perspectiva crti- te impunemente en beneficio de intereses econmicos de otros agen-
ca, lo mgico se logra a partir de la explotacin e injusticia, pues se tes sociales, personales o de imagen poltica (MONTERO, 2015, p. 347).
juega con la ilusin de que con la transformacin urbana se sanean ar- La transformacin turstica Cholula es slo una pequesima parte de
quitectnicamente los espacios y se acaba con la marginacin, lo cual un gran proyecto poltico de este tipo.
evidentemente no ocurre, pero se implementan estrategias para dar Poco antes del final de la gestin de Rafael Moreno Valle, la perio-
esta impresin y construir la imagen y escenarios tursticos deseados dista mbar Barrera (2017) escribi: Y aunque apenas est por hacer-
(Lagunas s.f. citado en ESCALANTE y CARROL, 2013, p. 253). se oficial, para el sexenio que termina ha quedado claro que Turismo y
Actualmente es notoria una mayor extensin de caminos de con- Cultura no slo es la misma cosa, sino dos reas que sirven al mismo
creto donde antao haba senderos de tierra; comercios y estaciona- propsito: la promocin espectacular de una ciudad y su gobernan-
mientos han reemplazado antiguos terrenos y campos de cultivo; en te. Lo anterior, en su artculo referente a la poltica cultural que se
90 91
implement en Puebla del 2011 al 2017 donde predomin la opacidad San Pedro (GMEZ et al., 2016, p. 95-96).
y la desaparicin del patrimonio cultural frente a obras espectacula- Ante el inminente decreto de expropiacin y las inquietudes que esto
res de relumbrn, resume en cierto modo los resultados en materia de desat entre la poblacin, el gobierno intent comprar los terrenos al
cultura, sin olvidar adems las controversias en que se vio envuelto el ridculo precio de $6.80 pesos mexicanos (USD$0.34) el metro cuadrado
ex-gobernador al final de su periodo debido a la propaganda poltica (AGUIRRE et al., 2014, p. 19). En una accin oficial, el 26 de agosto de
en medios nacionales donde destap sus intenciones de lanzarse como 2014, el ayuntamiento realiz la delimitacin de los predios a expropiar
candidato a la presidencia del pas para los comicios del 2018. mediante la colocacin de malla ciclnica y letreros librando el predio
Con el claro objetivo de detonar el turismo en la entidad, se empren- donde se ubica la casa de Leoncio Paisano, alcalde de San Andrs los
di bajo los distintos ttulos de Parque de las Siete Culturas, Parque cuales, despus de una alerta a la comunidad hecha mediante un llama-
Intermunicipal, u Obras de mejoramiento urbano, deportivo, de es- do de campanas de la iglesia, fueron retirados por pobladores de San
parcimiento y sustitucin de calle, banquetas y andadores en espacios Pedro y San Andrs Cholula y colocados de modo simblico alrededor
pblicos de Cholula, una iniciativa porque en sus inicios careca de de la casa del sndico y unos ms quemados frente a las presidencias
proyecto ejecutivo para hacer de Cholula un atractivo destino con municipales en seal de protesta (AGUIRRE et al., 2014, p. 28-29).
una amplia oferta cultural y comercial, pero que desde la perspectiva Por su parte, en septiembre de 2014 un comit de trabajadores del
de un sector de la poblacin no era sino una amenaza de privatizacin INAH Puebla solicit el proyecto de obras a desarrollarse en Cholu-
de la zona arqueolgica y la destruccin del patrimonio cultural, natu- la para realizar un dictamen acadmico-interdisciplinario sobre las
ral, tangible e intangible (CUAUTLE, 2016). Uno de los trminos que se consecuencias y afectaciones que tendra sobre el patrimonio edifica-
utilizaron para describir las primeras acciones fue el de dignificacin do y el espacio simblico; para octubre del mismo ao, la respuesta
de los espacios pblicos, principalmente en la periferia del cerrito, lo del Consejo de Arqueologa fue no aprobatoria (SUREZ et al., 2015).
cual fue controversial desde el inicio porque, como sealan Ramrez y De esa fecha en adelante se realizaron atropelladamente trabajos de
sus colegas (2016, p. 165), se trat de un discurso poltico de lite que despalme y nivelacin de predios, as como algunas excavaciones pro-
reflejaba una nocin capitalista y privatizadora del espacio colectivo fundas con maquinaria pesada que se suspendan temporalmente por
que pretenda apropiarse de l por considerarlo descuidado, des- presin ciudadana o por su denuncia en medios periodsticos. No fue
perdiciado o desaprovechado. sino hasta abril de 2015 que, ante la exigencia al INAH de ejercer sus
Sin una presentacin del proyecto para la poblacin y sin la autori- funciones, se declara que slo se haban autorizado trabajos prelimi-
zacin del INAH, pero con el respaldo de los presidentes municipales nares en las obras de las calles 14 poniente y 5 norte, mientras que el
de San Pedro y San Andrs Cholula, Jos Juan Espinosa y Leoncio Pai- resto por carecer de proyecto se consideraban ilegales y consecuente-
sano, respectivamente, en 2014 se iniciaron las obras que muy pronto mente tuvieron una suspensin provisional, aunque en la prctica se
se vieron interrumpidas por diversos motivos y que han sido foco de siguieron realizando (SUREZ et al., 2015).
controversia en numerosas ocasiones. El conflicto que surgi puede Debe recordarse que el decreto de 1993 por el que Cholula fue de-
resumirse en una lucha por el control del territorio que para unos clarada zona de monumentos arqueolgicos la incorpor al rgimen
constituye las tierras de la virgen o el lugar sagrado (cerro-pir- de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueolgicos, Arts-
mide-santuario), mientras que para otros era un espacio susceptible ticos e Histricos. El cerrito se encuentra dentro de lo que el INAH
de ser declarado de utilidad pblica e inters social, que implicaba la denomin Zona 1 y que en el Reglamento de Construccin (MUNDO
expropiacin 21 hectreas de cultivo, doce de San Andrs y nueve de NUESTRO, 2015) de dicha declaratoria define que:
92 93
espejos de agua, un foro al aire libre y jardines (MASTRETTA, 2014).
En esta zona se restringe totalmente el uso del suelo y por tanto debe ser El parque se complementaba adems con la apertura de un nue-
adquirida por la federacin, Estado o Municipios e incorporada a la actual vo museo, para lo que se expropiara el inmueble del antiguo Hospital
zona ceremonial. En el caso de las construcciones existentes, stas podrn Psiquitrico Nuestra Seora de Guadalupe que cerr sus puertas en
continuar en su uso pero no ampliarse, de tal manera que a largo plazo los septiembre de 2013 despus de 103 aos de operacin y una ruta de
predios se puedan anexar al rea ceremonial. En esta zona no se permite tren turstico desde la ciudad de Puebla con una inversin preliminar
ningn tipo de actividad que no sea el rigurosamente arqueolgico y lo que de 300 millones de pesos (ASHWELL, 2014; MASTRETTA, 2014). De
en s conlleva, es decir, restauracin, exhibicin, difusin, etc., as como la igual forma se denunciaron irregularidades legales en la apropiacin
agricultura en los lotes que en la actualidad se encuentran destinados a tal del edificio histrico, as como alteraciones en su fisonoma arquitec-
fin y los deportivos y de esparcimiento en los campos deportivos ubicados en tnica y destruccin de sus elementos porfirianos en su proceso de
el entorno inmediato a la Gran Pirmide. remodelacin (CUAUTLE, 2016).
Ante la amenaza de despojo, la comunidad cholulteca empez a
La desarticulacin entre los rganos de gobierno, el INAH, la po- ejercer su derecho a la manifestacin, buscando intilmente entablar
blacin de Cholula y los mismos encargados de las obras que por lo un dilogo con las autoridades. En vista de ello los movimientos civiles
general declaraban desconocer la agenda de lo que estaban realizan- Ciudadanos unidos por Cholula Viva y Digna, el Crculo en defensa
do, muestra claramente los diferentes intereses respecto al proyecto del territorio y el Frente municipal cholulteca de manera pacfica
turstico, as como la diversidad de interpretaciones y valoraciones del comenzaron a convocar asambleas informativas, actividades cultura-
patrimonio de distintos sectores de la sociedad. Cuando se excluye a la les y acadmicas, marchas, protestas pblicas y foros ciudadanos para
comunidad y la toma de decisiones se hace de manera vertical desde or- manifestar sus inconformidades, exigir espacios para ser escuchados
ganismos oficiales y grupos de poder el resultado es una imposicin y y defender su identidad, libertad de culto y derecho de posesin, uso,
un despojo, a veces violento, donde no se toma en cuenta a los ciudada- trnsito y reunin en los terrenos donde por aos lo han hecho, como
nos, sino slo a los intereses del capital (Conde, s.f. citado en Escalante lo registr Aguirre y su equipo (2014, p. 17-18 y 22): Los cholultecas
y Carrol, 2013, p. 250-251). La premura y falta de claridad con que se somos un pueblo originario, no estamos en contra de la moderniza-
realizaron las primeras acciones gener un conflicto de tierra y terri- cin, solo queremos ser consultados y que nuestras verdaderas necesi-
torio, mxime cuando el proyecto apuntaba ms a la construccin de dades se plasmen en cualquier proyecto.
un parque temtico que a la conservacin de usos y costumbres de los Estos desencuentros ejemplifican cmo las polticas folkloristas gu-
dueos de los terrenos y de los cholultecas (AGUIRRE et al., 2014, p. 20). bernamentales, bajo la etiqueta de mgico, generan una desarticula-
El portal de periodismo narrativo Mundo Nuestro (2015) por va del cin del tejido social y comunitario suprimiendo el significado histri-
Instituto Federal de Acceso a la Informacin (IFAI) accedi al proyecto co de un territorio considerado por siglos como sagrado, mediante
del parque cuyos planos procedan del Comit Administrador Poblano la escenificacin de algo para ellos muerto pero que en realidad sigue
para la Construccin de Espacios Educativos (CAPCEE); sus especifi- vivo y actualizndose, teniendo como consecuencia un alejamiento y
caciones generales comprendan excavaciones, compactaciones, pavi- transformacin de la identidad de los habitantes mientras se busca am-
mentados de concreto y asfalto, cableados y drenajes, estacionamien- pliar el sector de servicios comercializadores de la cultura (AGUIRRE
tos, reja perimetral, canchas deportivas, ciclopista, reas de picnic y et al., 2014, p. 26-27).
andadores. Tambin se deca que entre los espacios recreativos habra
94 95
Lucha por Cholula mn de la defensa del territorio sagrado, San Andrs y San Pedro deja-
Como se mencion anteriormente, ante tal escenario los movimien- ron de lado sus diferencias centenarias para subir juntos por la Virgen
tos de protesta no se hicieron esperar. A principios de agosto de 2014, y bajarla a los terrenos en disputa en una fecha distinta a sus festivida-
algunos habitantes se organizaron y convocaron por medio de Face- des (AGUIRRE et al., 2014, p. 23-24). Las bajadas extraordinarias de la
book, volanteo y voz a voz a participar en el Crculo en defensa del te- Virgen se han registrado histricamente slo por causas graves, por
rritorio el da 24 de ese mes, una accin pacfica que consista en crear ejemplo, en el barrio de Santiago Xicotenco la celebracin se remon-
una cadena humana alrededor de la pirmide en seal de protesta a las ta a una procesin a inicios del siglo XX cuando la poblacin rog la
obras constructivas del proyecto turstico y exigiendo informacin al proteccin de la virgen ante una epidemia de gripe espaola, gracias
respecto; se sugiri vestir de color blanco y llevar pancartas que ex- a la cual segn se dice, no sufrieron efectos devastadores (BERNARD
presaran el descontento social, llevar flores o instrumentos musicales, y SEGU, 2011, p. 146); tambin se rememoraba una procesin de este
pues entre las manifestaciones hubo cantos y oraciones; participaron tipo hace ms de 100 aos cuando se haba pedido el amparo de la Vir-
alrededor de 2000 personas y bajo el lema de Nos mueve el amor y gen ante una sequa (RAMREZ et al., 2016, p. 121).
no el miedo se consolidaron las primeras acciones de defensa donde En lemas como el del ayuntamiento de San Andrs Cholula Mo-
concurrieron pobladores, propietarios, artistas, avecindados, entre dernidad con identidad, quin define los trminos? La idea de <<mo-
otros (AGUIRRE et al., 2014, p.22; RAMREZ et al. 2016, p. 117). Dos dernidad>> se ve traducida en concreto, plazas comerciales, parque
das despus los trabajadores del municipio delimitaban y exigan el temtico y hasta un tren turstico, mientras que la <<identidad>> que-
desalojo de los predios para su expropiacin. da ms bien caricaturizada con la incorporacin de algunos diseos
Con el antecedente pacfico y solidario del Crculo en defensa, pos- prehispnicos y coloniales en la sealtica urbana y las cada vez menos
teriormente se convoc a organizaciones civiles, religiosas, tradicio- denominaciones en idioma nhuatl de algunos sitios pblicos. Los dis-
nales, colectivos, lderes de opinin e intelectuales a participar en la cursos opositores a las flagrantes violaciones legales y a esta banali-
denominada procesin de rogacin, acto ritual que, presidido por la zacin de la cultura local se han servido del rescate y reapropiacin
Virgen de los Remedios y los santos patronos de los barrios, buscaba de elementos prehispnicos, histricos, religiosos y alusiones a la me-
reafirmar la apropiacin del territorio bajo la proteccin de estos seres moria colectiva a veces de manera romntica para legitimar la lucha
sagrados; adems de expresar las inconformidades ante las iniciativas desde la estructura social comunitaria por una visin muy distinta de
estatales y municipales, lo significativo de esta manifestacin social la <<identidad>> y por una revisin crtica de la <<modernizacin>> y
era que se realizara bajo la tutela de la Virgen de los Remedios con el el <<progreso>>.
fin de proteger con su bendicin los terrenos en disputa (RAMREZ Para ejemplo, como sealan Ramrez y sus colegas (2016, p. 122) en
et al., 2016, p. 117-118). Cabe recordar que otro de los aspectos que se su estudio de la procesin de rogacin, este movimiento colectivo
criticaba del proyecto turstico era que las modificaciones en el cerri- puso de manifiesto la fuerza y capacidad de convocatoria de la estruc-
to alteraran el paisaje patrimonial dificultando la movilidad y libre tura barrial, los vnculos existentes entre la poblacin y los santos
trnsito de las 46 bajadas de la Virgen que realizan durante el ao los como defensores de la tierra, as como la importancia del cerrito-san-
pobladores de San Pedro y San Andrs Cholula (CUAUTLE, 2016). tuario al ser constantemente visitado por las diferentes imgenes reli-
La procesin de rogacin tuvo un carcter altamente simblico, giosas, y servir como marco de procesiones, ritos y fiestas populares y
pues reuni tanto a habitantes de Cholula como a gente de fuera que paso de fieles, es decir, un lugar sagrado que de acuerdo a la tradicin
apoyaba la causa, en un acto memorable donde a raz del inters co- oral, es resguardado por una gran serpiente que custodia los teso-
96 97
ros de la Virgen contenidos en las profundidades del cerrito. La ruta to encarcelamiento en marzo de 2015, los Xicale, pese a estar sujetos al
procesional toc varios puntos significativos del sistema territorial: las mismo proceso judicial y haber ganado la revisin del amparo, fueron
parroquias de las Cholulas, pas por las presidencias municipales y mantenidos en prisin debido a la notificacin del Ministerio Pblico
por el edificio del antiguo hospital psiquitrico, la zona arqueolgi- de una nueva orden de aprehensin bajo los mismos hechos y acusacio-
ca, avenidas principales y los terrenos en riesgo de expropiacin (RA- nes; despus de ms de un ao, fueron absueltos de siete de los nueve
MREZ et al., 2016, p. 133-134). cargos que les fincaron mantenindolos en proceso por los supuestos
delitos de motn y dao en propiedad ajena a la presidencia municipal
Represalias y finalmente liberados bajo caucin la noche del 30 de noviembre de
Las protestas por las obras del proyecto turstico se hicieron p- 2015 en medio de una algaraba de los pobladores de Cholula (HER-
blicas a travs de marchas, manifestaciones en las plazas pblicas y NNDEZ, 2015).
acciones pacficas que invitaban a la reapropiacin de los espacios con-
vocando mediante redes sociales, posters y volantes a asambleas infor- La cultura como espectculo
mativas y foros ciudadanos en diversas sedes en Cholula, siempre con El clima agitado de los ltimos dos aos, aunque de manera atrope-
la intencin de entablar un dilogo con las autoridades y revisar tanto llada y con interrupciones temporales, no impidi las obras del llama-
el proyecto turstico como las consecuencias inmediatas de las obras do Parque Intermunicipal o Parque de las 7 culturas, tambin lla-
que se hallaban en curso. Sin embargo, el 6 de octubre de 2014 las cosas madas Obras de mejoramiento urbano, deportivo, de esparcimiento
cambiaron de tono y se impuso la fuerza para acallar estas demandas. y sustitucin de calles banquetas y andadores en espacios pblicos de
Ante la toma simblica y pacfica de la presidencia municipal de San Cholula que no slo modificaron el paisaje inmediato del cerrito, sino
Andrs Cholula, varios activistas instalaron un plantn en la expla- que mostraron que esto no acabara con la administracin saliente y
nada de las instalaciones en seal de protesta, pero en el transcurso en cambio las obras continuaran al oeste de la pirmide, ahora hacia
de la madrugada fueron desalojados de manera violenta por fuerzas San Pedro Cholula.
policiacas municipales y estatales, deteniendo en el acto a cuatro per- El 17 de enero de 2017 el movimiento Cholula Viva y Digna denun-
sonas Adn Xicale, abogado que haba asesorado a varios propieta- ci al edil Jos Juan Espinosa, mediante un documento entregado a la
rios de los predios en disputa para ampararse ante la expropiacin, presidencia municipal de San Pedro Cholula, el incumplimiento de los
su hijo Paul Xicale y los hermanos Primo y Albino Tlachi, adems de acuerdos a los que haban llegado el ayuntamiento, la ciudadana y el
emitir 10 rdenes de aprehensin en contra de integrantes del movi- movimiento social respecto a las obras en la zona del Parque Soria, el
miento de defensa que tuvieron que ocultarse o dejar sus hogares en Recinto Ferial Xelhua y calles aledaas, ahora del lado de San Pedro.
Cholula para evitar su encarcelamiento (AGUIRRE et al., 2014, p.33; El documento reprocha el adoquinamiento de calles alrededor de la pi-
ASHWELL, 2015). Lo anterior agudiz las ya de por s tensas relacio- rmide y de los campos de flor donde slo se dej un carril de trote sin
nes entre la poblacin y las autoridades locales, adems de que alert pavimentar; la tala de rboles y reas verdes; el uso de concreto para
a los activistas y a la gente en general sobre las medidas de represin dichas obras y no de basaltex como se haba acordado, impidiendo la
y persecucin que amenazaban este tipo de manifestaciones y que ya permeabilidad de los suelos, endureciendo la fisonoma del paisaje y
se haban visto en otras partes del estado de Puebla, por lo que Rafael afectando el medio ambiente; finalmente, la remocin de los artesanos
Moreno Valle se haba ganado el mote de Gober Bala. para la realizacin de obras constructivas (MASTRETTA, 2017).
Aunque los hermanos Tlachi fueron absueltos y liberados del injus- Das despus, el 23 de enero, a una semana del trmino de su guber-
98 99
natura, Rafael Moreno Valle inaugur dos de las mayores atracciones minutos y un costo de $390 pesos mexicanos (USD$19.5) por persona.
del proyecto: el tren turstico y el Museo Regional de Cholula. El acto Por si fuera poco, este ao durante la Feria de Puebla, celebrada del 16
cont con la presencia del presidente de la Repblica Mexicana, Enri- de abril al 10 de mayo, se ofreci una promocin de temporada que
que Pea Nieto, y transcurri en aparente calma, pues das antes se inclua por el mismo precio el boleto a la experiencia nocturna, la en-
realiz un fuerte despliegue policiaco y blindaje de vialidades por par- trada a la feria, un acceso VIP Illusion y una cerveza o refresco.
te del Estado Mayor Presidencial para evitar la irrupcin de cualquier Entre los nuevos usos que ha tenido la periferia remodelada del ce-
protesta (LLAVEN, 2017). Los mandatarios inauguraron el tren tursti- rrito han destacado los conciertos musicales. Del lado de San Pedro, al
co con un recorrido que tuvo como destino Cholula; sin embargo, al da oeste de la pirmide, en el recin remodelado Parque Soria, se llevaron
siguiente en las puertas de la estacin haba letreros que indicaban No a cabo durante los das 1, 2 y 30 de abril diversas presentaciones gra-
hay horarios ni tarifas definidas; posteriormente, se anunci que el tuitas como parte del Festival Internacional Jazzatln 2 (CARRIOZA,
tren tendra un periodo de gratuidad hasta el mes de marzo y la reserva 2017), que en ediciones anteriores se celebraba en la Plaza de la Con-
de los pases de abordaje tendra que hacerse a travs de su sitio web. cordia, el zcalo de San Pedro. En el extremo opuesto, del lado de San
De igual forma, Pea Nieto y Moreno Valle encabezaron la inaugura- Andrs, en la explanada de concreto al este del nuevo museo, ahora
cin del Museo Regional de Cholula, ubicado en el edificio del antiguo denominada Foro Museo Regional, se mont un escenario donde el
Hospital Psiquitrico Nuestra Seora de Guadalupe. Sus ocho salas de pasado 6 y 7 de mayo se realizaron un par de presentaciones artsticas
exposiciones permanentes y temporales albergan piezas arqueolgi- gratuitas una de ellas el espectculo DJ Prehispnica Electrnica
cas, pictricas y artesanas tradicionales de colecciones privadas y de como parte de la sexta edicin del Festival Internacional 5 de Mayo,
otros museos, tanto de Cholula y Puebla como de otras procedencias que este 2017 llev el ttulo de Encuentro de las siete regiones del
(PREZ, P., 2017). Adems del rea museogrfica, el recinto cuenta con Estado3 (PREZ, C., 2017). En el evento protocolario de inauguracin
jardines, una sala multiusos y espacios aparentemente destinados a en la ciudad de Puebla, el actual gobernador del estado Jos Antonio
fines comerciales. Este recinto es independiente del Museo de Sitio del Gali4, declar que: en cada Festival 5 de Mayo, se invitaba a un estado
INAH que forma parte del recorrido de la zona arqueolgica y que est a que participara, es muy bonito pero primero est Puebla, primero es
cruzando la calle. Cabe mencionar que la remodelacin y el acondicio- nuestra gente, nuestras siete regiones, nuestras siete etnias, los cam-
namiento para su nueva funcin no contempl muestras de memoria pesinos, los artistas de Puebla; ellos tienen que estar en primer lugar
grfica o escrita in situ del antiguo uso del edificio, ejemplo claro en (PREZ, C., 2017). Este y otros eventos en distintas sedes tuvieron lu-
este nuevo lugar de memoria como lo es un museo, de lo que s se
debe y lo que no se debe recordar.
Para cerrar su gestin el ltimo da de su gobierno, Rafael Moreno
2 El FIJ cont con el apoyo de la Secretara de Cultura, el Fondo Nacional para la
Valle realiz un evento privado la noche del 31 de enero donde inau- Cultura y las Artes y el Municipio de San Pedro Cholula (LADO B, 2017).
3 Sierra Nororiental, Mixteca, Valle de Tehuacn y Sierra Negra, Ciudad Serdn,
gur la atraccin terminal de Cholula: el videomapping en la zona ar- Huauchinango y Angelpolis (PREZ, C., 2017).
queolgica, que ahora se vende como Experiencia Nocturna Cholula. 4 Relevo panista de Rafael Moreno Valle, fue Secretario de Infraestructura del
Gobierno del Estado de Puebla (2011-2013), puesto que dej para buscar la
El espectculo se realiza los viernes y sbados a las 20:00 horas en el presidencia municipal de la Ciudad de Puebla (2014-2016); posteriormente, gan
las elecciones del 5 de junio de 2016 a la gubernatura del estado con el respaldo
Patio de los Altares, que es parte del rea abierta de la zona arqueol- de la coalicin Sigamos Adelante conformada por los partidos PAN, PT,
gica; consiste en proyecciones de luz y sonido donde se narra la histo- Nueva Alianza, Pacto Social de Integracin y Compromiso por Puebla; tendr
una gestin de un ao y ocho meses con el propsito de empatar las elecciones
ria de la ciudad milenaria; tiene una duracin de aproximadamente 20 estatales con las federales del 2018 (REDACCIN, 2017; REDPOLTICA, 2017).
100 101
gar del 5 al 21 de mayo en el marco de un festival que despus de varios agendas gubernamentales. As mismo, secunda la cuestin de cul es
cambios y sustituciones de nombres, en 2012 se denomin Festival 5 la lgica retrospectiva de la conservacin, siendo que el patrimonio
de Mayo con motivo de la conmemoracin del 150 aniversario de la contina formndose consciente o inconscientemente con la participa-
Batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo de 18625. cin de la sociedad todos los das.
Este tipo de conflictos sociales da continuidad al debate sobre qu
Discusin es el patrimonio cultural, quin lo reconoce, para qu se estudia y por
qu genera tanta controversia, por un lado su comercializacin, y por
Entre los visitantes asiduos provenientes de la ciudad de Puebla, o otro los intentos de conservacin; pone de manifiesto la necesidad de
entre gente que regresa a Cholula despus de algunos aos, es comn mediar quin vive el patrimonio. En este sentido, tambin es inevita-
escuchar frases como Ya arreglaron, Qued bonito, y ver mues- ble voltear a ver a los organismos encargados de la salvaguarda de
tras de curiosidad y entusiasmo por la apertura del nuevo museo y el los sitios y monumentos histricos nacionales, en este caso el Institu-
funcionamiento del tren turstico, lo que efectivamente, como local o to Nacional de Antropologa e Historia, y deliberar sobre qu tanta
avecindado, se percibe a simple vista en una mayor afluencia de visi- capacidad jurdica y poltica tiene verdaderamente frente a proyectos
tantes, sobre todo los fines de semana, y en la multiplicacin de ofertas nacidos de polticas neoliberales con carcter consumista e individua-
comerciales para satisfacer la demanda de servicios alimentos, hos- lista que subestiman o ignoran por completo los procesos de consenso
pedaje, compras en general a la que empuja la experiencia turstica. social y la inclusin y beneficio de la poblacin residente.
Desde una ojeada superficial, el proyecto ha ido cumpliendo con la en- Pese a todo, la situacin ha servido para evidenciar la gran capaci-
trega de las nuevas atracciones con las que ahora se promueve Cholula dad de organizacin de los cholultecas para coordinar distintos actos
como destino turstico; sin embargo, impera el desconocimiento de las de protesta, algunos aprovechando la estructura barrial para la con-
implicaciones y consecuencias sociales que este desarrollo de infraes- vocatoria y creando alianzas con los avecindados, donde nuevamen-
tructura tuvo y sigue teniendo para sus habitantes. te el cerrito resulta el eje articulador de diferentes grupos vecinos,
Una de las consignas ms perdurable que surgi con el movimiento migrantes, acadmicos, colectivos con una identidad comunitaria
de protesta por las obras es Cholula no se vende, se ama y se defiende, dotada con un carcter instrumental para liderar una lucha poltica
frase que encierra muy bien el conflicto de intereses generado a partir en defensa de un territorio al que estn adscritos por sentimientos de
de la mercantilizacin del territorio y del patrimonio cultural, lo cual pertenencia. De parte de muchos habitantes existe un inters autntico
obliga a dar un paso atrs para reflexionar cules son las dimensiones por el pasado prehispnico, el legado histrico y por la vida ritual que
de valor patrimonial cientfico, econmico, esttico, social que estn sigue siendo de suma importancia en la ciudad como una prctica de
en juego para diferentes sectores de la poblacin, la academia y las apropiacin simblica del territorio.
5 En el sitio web del festival se afirma que dentro del imaginario colectivo de los
habitantes del Estado de Puebla, hablar del 5 de mayo es hacer un llamado a la
IDENTIDAD LOCAL que ha traspasado fronteras y que se ha convertido en
SMBOLO DE LA MEXICANIDAD en otras latitudes. (CINCODEMAYOPUEB-
LA, 2017) (nfasis en el original). Sin duda, tanto la fecha 5 de mayo como la
Batalla de Puebla, podran ser objeto de otro trabajo en esta lnea de los usos
pblicos de la historia.
102 103
Referencias BENJAMIN, Walter. Tesis de filosofa de la
historia. En: Ensayos escogidos. Mxico:
AGUIRRE, Ana, GUZMN, Grecia y LPEZ, Ral. Ediciones Coyoacn, 2008.
Cholula Viva y Digna. Los habitantes se unen BONFIL, Guillermo. Cholula. La ciudad sagra-
en la lucha por conservar su Ciudad Sagrada, da en la era industrial. Mxico: Universidad
su tierra y nuestro patrimonio. En: Anuari del Autnoma de Puebla, 1988.
conflicte social 2014, Barcelona, 2014, pp. 9-37. CAMACHO, Mnica. Puebla, dos aos bajo el
ASHWELL, Ana. Las expropiaciones y dominio de la Ley Bala; el Congreso desatiende
los expropiados en la zona arqueolgi- iniciativa para abrogarla, 2016. En: http://www.
ca de las Cholulas, y no por razones de lajornadadeoriente.com.mx/2016/07/11/264518/,
utilidad pblica, 2014. En: http://www. consultado el 4 de mayo de 2017.
lajornadadeoriente.com.mx/2014/08/14/ CARRIOZA, Paula. El jazz y otros gneros reuni-
las-expropiaciones-y-los-expropia- dos en el Festival Jazzatln inundarn San Pedro
dos-en-la-zona-arqueologica-de-las-cholu- Cholula, 2017. En: http://www.lajornadadeorien-
las-y-no-por-razones-de-utilidad-publica/, te.com.mx/2017/03/29/jazz-otros-generos-reuni-
consultado el 16 de marzo de 2017. dos-festival-jazzatlan-inundaran-san-pedro-cho-
ASHWELL, Ana. Adn y Paul Xicale, un ao en lula/, consultado el 8 de mayo de 2017.
la crcel por defender el patrimonio cultural CASTELLS, Manuel. The Power of Identity. Reino
de las Cholulas, 2015. En: http://mundo- Unido: Blackwell, 2004.
nuestro.e-consulta.com/index.php/cronica/ CINCODEMAYOPUEBLA. El Festival, 2017.
item/adan-y-paul-xicale-un-ano-en-la-carcel, En: http://cincodemayopuebla.com/elFestival,
consultado el 24 de marzo de 2017. consultado el 8 de mayo de 2017.
AUG, Marc. Los <<no lugares>> espacios del CRUZ, Martn y VILA, Elisa del Carmen.
anonimato. Una antropologa de la sobremo- La Gran Pirmide de Cholula: estrate-
dernidad. Barcelona: Gedisa, 2000. gias para la conservacin integral de un
BARABAS, Alicia M. Introduccin: una mirada sitio arqueolgico. En: SOLS, Felipe
etnogrfica sobre los territorios simblicos et. al. (Eds.). Cholula: la Gran Pirmide,
indgenas. En Barabas, Alicia M. (Coord.). pp. 190-191. Mxico: Grupo Azabache,
Dilogos con el territorio. Simbolizaciones CONACULTA-INAH, 2006.
sobre el espacio en las culturas indgenas de CUAUTLE, Andrs. Cholula viva y digna,
Mxico, v. 1, pp. 13-36. Mxico: Instituto Na- 2016. En: https://arkeopatias.wordpress.
cional de Antropologa e Historia, 2003. com/2016/03/26/de-la-casa-96-cholula-viva-y-
BARRERA, mbar. 4 puntos para entender la poltica digna-ac/, consultado el 16 de agosto de 2016.
cultural de Moreno Valle, 2017. En: http://ladobe. DE LA MAZA, Francisco. La ciudad de Cholula
com.mx/2017/01/puntos-entender-la-politica-cultu- y sus iglesias. Mxico: Instituto de Investi-
ral-moreno-valle/, consultado el 11 de enero de 2017. gaciones Estticas, Universidad Nacional
BERNARD, Alicia I. y SEGU, Miquel. El en- Autnoma de Mxico, 1959.
frentamiento entre lo global y lo local en la DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIN. Decreto,
comunidad mestiza de San Andrs Cholula, 1993. En: http://www.dof.gob.mx/nota_deta-
Mxico. Espaa: Universitat de les Illes Ba- lle.php?codigo=4809609&fecha=06/12/1993,
lears, 2012. consultado el 26 de octubre de 2016.
ESCALANTE, Mara de la Paloma y CARROL, Ivn. presentado al Consejo Nacional de Arqueolo-
Antropologa y turismo. En: Cuicuilco, Ciudad ga, Archivo Tcnico del INAH, 2002b.
de Mxico, vl. 20, nm. 56, 2013, pp. 249-259. LPEZ, Aurelio, et. al. Patricia. Rescate arqueo-
GMEZ, Alejandra, RAMREZ, Rosalba y VILLA- lgico UA-03A. Informe tcnico de campo y
LOBOS, Leticia. Las Cholulas: historia, cultura anlisis de materiales. Mxico: Informe pre-
y modernidad. En: GMEZ, Alejandra y sentado al Consejo Nacional de Arqueologa,
RMIREZ, Rosalba (Coords.). Territorio, fiesta Archivo Tcnico del INAH, 2004a.
y ritual en las Cholulas, Puebla, pp. 21-108. M- LPEZ, Aurelio, et. al. Sondeo arqueolgico
xico: Facultad de Filosofa y Letras, Benemrita UA-04A. Informe tcnico de campo y anlisis
Universidad Autnoma de Puebla, 2016. de materiales. Mxico: Informe presentado al
GIMNEZ, Gilberto. Territorio, cultura e Consejo Nacional de Arqueologa, Archivo
identidades. La regin socio-cultural. En: Tcnico del INAH, 2004b.
Estudios sobre las culturas contemporneas, LLAVEN, Yadira. Despliegue policiaco en
Colima, poca II, vl. 5, nm. 9, 1997, pp.25-57. Cholula para reprimir protestas por inau-
HALBWACHS, Maurice. La memoria colectiva. Es- guracin del tren turstico, 2017. En: http://
paa: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004. www.lajornadadeoriente.com.mx/2017/01/23/
HERNNDEZ, Gabriela. Liberan a defensores despliegue-policiaco-cholula-reprimir-pro-
del patrimonio cholulteca, 2015. En: http:// testas-inauguracion-del-tren-turistico/,
www.proceso.com.mx/422161/liberan-a-de- consultado el 15 de enero de 2017.
fensores-del-patrimonio-cholulteca, consulta- MARQUINA, Ignacio (ed.). Proyecto Cholula.
do el 23 de marzo de 2016. Mxico: Serie Investigaciones no. 19. Institu-
HERNNDEZ, Jos A. Cholula y su sistema de to Nacional de Antropologa e Historia, 1970.
cargos. Una propuesta para su estudio. En: MASTRETTA, Sergio. Cholula: Una vez ms la ex-
Elementos, Puebla, nm. 102, 2016, pp. 43-48. propiacin como despojo, 2014. En: http://mundo-
JELLIN, Elizabeth y Langland, Victoria (comps.) nuestro.e-consulta.com/index.php/reportaje/item/
Monumentos, memoriales y marcas territoria- cholula-una-vez-mas-la-expropiacion-como-despo-
les. Madrid: Siglo XXI, 2002. jo, consultado el 13 de diciembre de 2016.
LADO B. El Festival Internacional Jazzatln MASTRETTA, Sergio. Denuncia Cholula Viva y
vuelve a llenar de msica a San Pedro Cholu- Digna incumplimiento y mentiras de Jos Juan
la, 2017. En: http://ladobe.com.mx/2017/03/ Espinosa en el Parque Soria, 2017. En: http://mun-
el-festival-internacional-jazzatlan-vuel- donuestro.mx/index.php/autores/item/711-denun-
ve-a-llenar-de-musica-a-san-pedro-cholula/, cia-cholula-viva-y-digna-incumplimiento-y-men-
consultado el 8 de mayo de 2017. tiras-de-jose-juan-espinosa-en-el-parque-soria,
LPEZ, Aurelio, et. al. Sondeo arqueolgico consultado el 30 de enero de 2017.
Rancho de la Virgen. Informe tcnico de cam- MAURICIO, Natalia. Celebraciones y parafer-
po y anlisis de materiales. Mxico: Informe nalia ritual en cinco basureros del Formativo
presentado al Consejo Nacional de Arqueolo- Terminal-Clsico Temprano en Cholula. Cho-
ga, Archivo Tcnico del INAH, 2002a. lula: Tesis de Maestra en Estudios Antropo-
LPEZ, Aurelio, et. al. Sondeo arqueolgico Co- lgicos de Mxico. Puebla: UDLAP, 2010.
legio Coley B. Taylor. Informe tcnico de cam- MONTERO, Carlos. La defensa del patrimonio
po y anlisis de materiales. Mxico: Informe mundial por las personas y comunidades de
Puebla, Mxico. En: Actas del II Congreso PLUNKET, Patricia y URUUELA, Gabriela. Recent
Internacional de Buenas Prcticas en Patri- Research in Puebla Prehistory. En: Journal of Ar-
monio Mundial: Personas y Comunidades, pp. chaeological Research, v. 1, n. 2, pp. 89-127, 2005.
346-354, 2015. PLUNKET, Patricia y URUUELA, Gabriela. Social
MOTOLINA, Toribio de Benavente. Historia de los and Cultural Consequences of a Late Holocene
indios de la Nueva Espaa. Mxico: Porra, 1969. Eruption of Popocatepetl in Central Mexico. En:
Mountjoy, Joseph y PETERSON, David. Man Quaternary International, 2006a, pp. 151:19-28.
and Land at Prehispanic Cholula. Nashville: PLUNKET, Patricia y URUUELA, Gabriela. Testimo-
Vanderbilt University Publications in An- nios de antiguas formas de vida. En: SOLS, Felipe et.
thropology 4, Vanderbilt University, 1973. al. (Eds.). Cholula: la Gran Pirmide, pp. 157-176. Mxi-
MUNDO NUESTRO. Pea Nieto y Moreno co: Grupo Azabache, CONACULTA-INAH, 2006b.
Valle, de la mano en la Pirmide de Cholula, RAMREZ, Rosalba, GMEZ, Alejandra y
2015. En: http://mundonuestro.e-consulta. SNCHEZ, Daniel. La procesin de roga-
com/index.php/reportaje/item/pena-nieto-y- cin, en defensa de un territorio sagrado.
moreno-valle-de-la-mano-en-la-piramide-de- En: GMEZ, Alejandra y RAMREZ, Rosal-
cholula, consultado el 16 de marzo de 2017. ba (Coords.). Territorio, fiesta y ritual en las
NORA, Pierre. Entre memoria e historia: la pro- Cholulas, Puebla, pp. 109-178. Mxico: Facultad
blemtica de los lugares, 1984. En: http://comi- de Filosofa y Letras, Benemrita Universidad
sionporlamemoria.org/bibliografia_web/histo- Autnoma de Puebla, 2016.
ria/Pierre.pdf, consultado el 6 de mayo de 2017. REDACCIN. Rinde protesta como gobernador
PREZ, Constanza. Gali inaugura Festival In- de Puebla Antonio Gali. 2017. En: http://www.
ternacional 5 de Mayo, 2017. En: http://www. excelsior.com.mx/nacional/2017/02/01/1143593,
diariocambio.com.mx/2017/zoon-politikon/ consultado el 8 de mayo de 2017.
item/9639-gali-inaugura-festival-internacio- REDPOLTICA. Jos Antonio Gali Fayad, 2017. En:
nal-5-de-mayo, consultado el 8 de mayo de 2017. http://www.redpolitica.mx/yopolitico/perfil/jose-an-
PREZ, Pilar. Museo Regional de Cholula abre tonio/gali-fayad, consultado el 8 de mayo de 2017.
sus puertas, 2017. En: https://www.elsolde- SALAMANCA, Juan y JIMAREZ, Luz. El san-
tulancingo.com.mx/cultura/museo-regio- tuario de Nuestra Seora de los Remedios en
nal-de-cholula-abre-sus-puerta, consultado el Cholula, Puebla: impacto regional y turismo.
25 de enero de 2017. En Topofilia Segunda poca. Revista de Ar-
Peterson, David. The Real Cholula. En: Notas quitectura, Urbanismo y Territorios, Puebla,
Mesoamericanas, Puebla, nm. 10, 1987, pp. 71-118. vl. V, nm. 1, 2105, pp. 500-525.
Plunket, Patricia. El Patio de los Altares en la SECRETARA DE TURISMO. Gua de incor-
Gran Pirmide de Cholula: La violenta destruc- poracin y permanencia Pueblos Mgicos.
cin de los iconos. En: Arqueologa Mexicana, Mxico: Secretara de Turismo, 2014.
Ciudad de Mxico, nm. 115, 2012, pp. 42-47. SIN EMBARGO. El legado de Rafael Moreno Valle
PLUNKET, Patricia y URUUELA, Gabriela. en Puebla: opacidad, represin, deuda, corrup-
Antecedentes prehispnicos. En Plunket, cin, 2017. En: http://www.e-consulta.com/
Patricia y Gabriela Uruuela. Cholula, un medios-externos/2017-02-05/el-legado-de-ra-
vnculo de sabidura y fraternidad, pp.19-27. fael-moreno-valle-en-puebla-opacidad-repre-
UDLA-P, Cholula, 2002. sion-deuda, consultado el 3 de mayo de 2017.
Sols, Felipe y VELASCO, Roberto. Cholula develada
por los ojos de los occidentales. En SOLS, Felipe, et.
al. (Eds.). Cholula: la Gran Pirmide, pp. 39-53. Mxico:
Grupo Azabache, CONACULTA-INAH, 2006.
Sols, Felipe y VELASQUEZ, Vernica. Cholula en
las crnicas y cdices indgenas. Relatos mticos
de la Ciudad Sagrada. En SOLS, Felipe, et. al.
(Eds.). Cholula: la Gran Pirmide, pp. 19-35. Mxi-
co: Grupo Azabache, CONACULTA-INAH, 2006.
SUREZ, Sergio et.al. Crnica de un atentado
al patrimonio cultura. El caso de Cholula.
2015. En: http://mundonuestro.e-consulta.com/
index.php/cronica/item/cronica-de-un-atenta-
do-al-patrimonio-cultural-el-caso-de-cholula,
consultado el 13 de diciembre de 2016.
Uruuela, Gabriela, PLUNKET, Patricia y
ROBLES, Mara. Nueva evidencia sobre los
inicios de la Gran Pirmide de Cholula. En
SOLS, Felipe, et. al. (Eds.). Cholula: la Gran
Pirmide, pp. 179-189. Mxico: Grupo Azaba-
che, CONACULTA-INAH, 2006.
VALENZUELA, Alfonso, SALDAA, Mara y VLEZ,
Guillermo. Territorios rebeldes: la puesta en valor
del patrimonio cultural en Tepoztln, Mxico. En:
PASOS. Revista de turismo y patrimonio cultural,
Tenerife, vl. 11, nm. 4, 2013, pp. 649-660.
VELASCO, Paola. Cambios, reacomodos y
permanencias en San Andrs Cholula, Pue-
bla: la construccin de una forma actual de
ruralidad. En: SALAS, Hernn, RIVERMAR,
Ma. Leticia y VELASCO, Paola (Eds.). Nuevas
ruralidades. Expresiones de la transforma-
cin social en Mxico, pp. 109-138. Mxico:
UNAM-IIA, Juan Pablos Editor, 2011.
VILLALOBOS, Leticia, CABALLERO, Gabriela y
GUERRERO, Denisse. Sistema de cargos y fiesta
patronal en San Andrs Cholula. En GMEZ, Ale-
jandra y RAMREZ, Rosalba (Coords.). Territorio,
fiesta y ritual en las Cholulas, Puebla, pp. 179-239.
Mxico: Facultad de Filosofa y Letras, Benemrita
Universidad Autnoma de Puebla, 2016.
3.
Arrojo: ftbol, memoria y monumento
113
3. Juan Camilo Riob Rodrguez. El Arrojo y familia. 2016.
Fotografa cortesa del autor.
El sbado 12 de mayo de 2012, el delantero colombiano Hernn so del equipo ese mismo ao; despus del pitazo final, los hinchas se
Daro Burbano, marcara tal vez las dos anotaciones ms importantes agolparon en el estadio esmeralda del Nou Camp, abarrotando las
de su trayectoria deportiva. Ante casi unos treinta y dos mil espectado- principales arterias de la ciudad de Len, como el boulevard Adolfo
res, Burbano vencera la portera de los Correcaminos de Tamaulipas, Lpez Mateos, el centro histrico y el Palacio Municipal, donde hin-
en una final trepidante que terminara dndole el ascenso a los panzas chas sin importar su sexo, clase social o pertenencia religiosa se su-
verdes,1 el Club Len (DEPORTES TERRA, 2012). Tuvieron que pasar maban al festejo del ttulo de ascenso. Los cnticos y gritos de vivan
diez aos, para que la escuadra felina pudiera volver a la mxima ca- los panzas verdes, los rugidos del len y la msica del cantautor local
tegora del ftbol mexicano, despus del angustioso descenso del 21 Jos Alfredo Jimnez, acompaaban la singular caravana de los nue-
de abril de 2002, cuando el Puebla y el Necaxa sellaran la suerte de un vos inquilinos de la mxima categora del ftbol en Mxico (PERIDI-
Club abandonado por sus dirigentes (MEDIOTIEMPO, 2012). CO DEL SUR, 2012).
Fueron diez aos en segunda, la fiera lo intent, pero los resulta- Este acontecimiento, significara no solo el resurgimiento de un
dos finales no acompaaron al equipo, perdiendo su oportunidad de equipo de ftbol a una categora profesional, iniciaba una etapa de
ascenso contra los Dorados de Sinaloa en 2004, los Indios de Jurez en identificacin y consolidacin de una identidad y memoria regional
2008 y la ms dolorosa, jugando el clsico del Bajo ante los Freseros alentada por Matosas y sus dirigidos, demostrando la incidencia so-
de Irapuato en 2003 (CRONICA, 2003). Pareca que la suerte estaba cial y cultural de un espectculo deportivo, en una ciudad como Len,
echada para el equipo leons, representante de una regin animada reconocida por su industria zapatera y el comercio de cuero, donde la
por el ftbol y enaltecida por la obtencin de cinco ttulos profesiona- expansin industrial y el reconocimiento como potencia econmica en
les antes del debacle del 2002 (1947-1948, 1948-1949, 1951-1952, 1955- el pas, haba configurado una idea de productividad y desarrollo para
1956 y 1991-1992) (EXELCISOR, 2002). Ennegrecido por los malos re- esta zona (NAVARRO, 2014, p.119-123). No solo se tratara del ascenso,
sultados, el equipo entr en una etapa negativa de 10 aos, debido a las el equipo lograra afianzar una slida base de jugadores, cuerpo tc-
psimas campaas deportivas y el distanciamiento de la aficin con el nico y directivos, que se encargaran de entregar el bicampeonato a la
equipo y los dirigentes. hinchada, con sus triunfos en el 2013 y 2014, venciendo respectivamen-
Para el ao 2012, el Club repuntara. A los cambios financieros, ad- te al capitalino Amrica y el hidalguense Pachuca.
ministrativos y deportivos, se suma la llegada del estratega uruguayo Al respecto el clebre tcnico Gustavo Matosas, artfice del ascenso
Gustavo Matosas, quien respaldado por los buenos resultados en cada y el bicampeonato, afirmara:
partido, animara a los hinchas, que atrados con el nombre de juga-
dores como los mexicanos Carlos Gullit Pea y Nacho Gonzalez, el Esta aficin es maravillosa, ama a su equipo, ama a sus colores, ama lo que
uruguayo Sebastin Maz, el brasileo Eder Pacheco y el colombiano representa el equipo en la ciudad. Es una aficin que se entrega, es una afi-
Burbano, asistan semanalmente al renacer del ftbol profesional gua- cin maravillosa, no la comparara con nadie porque es nica y exclusiva []
najuatense (RADIO FRMULA, 2012). El clmax llegara con el ascen- el amor por los colores, la identidad que tiene el equipo con la ciudad, lleva
el mismo nombre la ciudad, Len [] la identidad que tiene la gente con el
equipo, la lucha, el trabajo, el dicho que hay en la ciudad de que el trabajo
1 Se aclara que la denominacin de panzas verdes, felinos, esmeraldas y todo lo puede, y bueno, el Len, con trabajo, todo lo puede tambin (PADI-
la fiera, hacen parte de los nombres con que se reconoce el Club Len en el LLA, 2014, p. 5)
argot futbolstico mexicano. Igualmente, se seala que los hinchas del equipo se
designaran con los siguientes sinnimos: fanticos, hinchada y aficionados.
116 117
De esta historia de esplendor y reconocimiento deportivo, un acon- El anlisis se realiza a partir de una observacin de campo, obte-
tecimiento llama la atencin de los aficionados al onceno y habitantes niendo un registro fotogrfico del monumento y las zonas aledaas.
de la ciudad, la instalacin de una figura en metal que representa la Estas visitas fueron efectuadas en la cotidianidad de la ciudad y se in-
atajada de un portero. Se trata de la escultura Arrojo inaugurada el tercalaron con la asistencia a partidos de ftbol de Copa y Liga, re-
12 de febrero de 2015, por las autoridades locales, miembros honora- copilando testimonios grficos de los aficionados locales y visitantes.
rios del equipo y jugadores del plantel. El objetivo de la estatua era la Adems se realiz una bsqueda hemerogrfica en la red, para com-
realizacin de una instalacin que sirviera para recordar la historia y plementar el material de estudio. Las referencias tericas utilizadas
el pasado glorioso del equipo, resaltando los ttulos y artfices de los para la interpretacin, se organizan de la siguiente manera: para re-
logros deportivos. La presencia de este monumento al frente del esta- construir el panorama histrico del ftbol en el Bajo y los inicios del
dio Nou Camp, supuso un interesante elemento de anlisis, desde la profesionalismo del Club Len, nos remitimos a los aportes del histo-
popularizacin del ftbol en la ciudad y la regin del Bajo, la escultu- riador Csar Federico Macas (2009). Del mismo modo, para la proble-
ra concreta la emergencia de un espacio memorial, en una dimensin matizacin de la memoria dentro del espacio pblico y el monumento,
representativa de la identidad regional para los seguidores esmeral- nos apoyamos en los trabajos de Susana Torre (2006) y Anthony D.
das. Arrojo sienta un precedente particular en el ftbol mexicano, Smith (1998). En cuanto al significado de memoria, las vetas tericas
permitindonos analizar las implicaciones de la memoria y los usos en de Pierre Nora (1984) y Maurice Halbwachs (2004), son cardinales en
el espacio pblico; la proyeccin de un pasado colectivo y emotivo en la lectura propuesta. Finalmente, el concepto de identidad regional,
comn, asociado a la identidad de los aficionados y su experiencia del es construido tomando las contribuciones tericas de Manuel Castells
tiempo histrico. (2001), identificando los elementos culturales y los factores de expe-
Este texto pretende analizar el Arrojo y la operacin memorial riencia de pertenencia en los fanticos.
que representa su creacin, la hiptesis que se procura dilucidar es El texto se organiza en cuatro ejes temticos que orientan la in-
cmo este tipo de monumentos en espacios pblicos se han erigido con terpretacin del objeto de estudio: en primer lugar, una descripcin
un propsito de transmitir un mensaje social; la idea de una memoria histrica y regional de la ciudad de Len y el Bajo guanajuatense, su-
colectiva que se articula con un cdigo de identidad del ser trabaja- mado a la reconstruccin de la historia del ftbol en esta regin en su
dor. En este caso, el monumento como lugar de memoria se conecta la etapa amateur hasta el profesionalismo; despus se elabora una his-
escultura y el estadio Nou Camp de manera paralela -uno no exis- toria mnima de la fiera, enfatizando en su importancia deportiva a
te sin el otro-, teniendo la funcin de propagar esta identidad con los nivel regional. En un segundo momento, se realiza una descripcin del
smbolos locales, concertando un medio de informacin anclado por monumento, sealando la historia de la instalacin y las autoridades
el recuerdo del pasado victorioso y sus expresiones de sociabilidad en que facilitaron su edificacin, recogiendo en la prensa algunas impre-
las identidades regionales; tematizadas por la permanencia, los cata- siones sobre el montaje del Arrojo. En tercer lugar, se desarrolla la
lizadores culturales y la supresin de la fragmentacin social. Su fun- argumentacin de la escultura como monumento, integrando las con-
cionalidad se vuelve externa con el rito del partido de ftbol, donde sideraciones tericas de los especialistas, demostrando el papel de la
las simbologas afloran dentro y fuera del espacio memorial, pero se memoria y la identidad. Por ltimo, se efecta el anlisis del monumen-
interiorizan en la cotidianidad, cuando los aficionados se valen del re- to, recurriendo a los conceptos centrales del estudio, interpretando los
cuerdo y los testimonios para su significacin, instancia en la cual el componentes memoriales del Arrojo como su campo de significacin
mensaje del monumento impacta con mayor resonancia. y la reproduccin de un mensaje social.
118 119
A inicios del siglo XIX, el cura Miguel Hidalgo proclama en Dolo-
Identificando el territorio: el Bajo guanajuatense y la ciudad res, Guanajuato, el grito de Independencia, provocando que la regin
de Len fuera declarada en 1824 un estado soberano y libre. Su reconocimiento
como estado, configur un nuevo panorama organizativo, en la que las
Segn datos del Instituto Nacional de Estadstica y Geografa (INEGI, minas se constituyeron como sostn econmico de la regin. Luego de
2015), el estado de Guanajuato ubicado en la zona centro de Mxico, afrontar la invasin norteamericana hasta 1848 y recibir en calidad de
cuya capital es la ciudad de Guanajuato, tiene una poblacin total de perseguido al presidente Benito Jurez entre 1858 y 1860, Guanajuato
5.853.677 habitantes, segn la densidad poblacional estas son sus prin- se consolid como estado, su destacada arquitectura y su potencial co-
cipales ciudades: Len (1.578.626), Irapuato (574.344) y Celaya (494.304). mercial, la llevaron a destacarse econmicamente frente a los estados
El estado se reconoce como uno de los principales aportantes del PIB en vecinos (MARTNEZ, 2003).
el pas, empleando un total de 1.067.292 personas, su eje econmico se Para la primera mitad del siglo XX, en algunas ciudades del esta-
centra en el comercio de calzado y la industria mecnica (INEGI, 2015). do, se llev a cabo uno de los movimientos religiosos ms importantes
Geogrficamente el estado forma parte de las provincias sierra Ma- en Mxico, la denominada Guerra Cristera, movimiento armado de
dre Oriental y Mesa del Centro (INEGI, 2015). Guanajuato tiene por milicias religiosas, que se enfrentaron a las polticas seculares de la
frontera los estados de Jalisco, Zacatecas, San Lus Potos, Quertaro Constitucin mexicana de 1917 y las Leyes de Reforma, que limitaban
y Michoacn. Cuando en la zona un lugar tiene por condicin 1.800 me- la participacin poltica del clero y restringan la propiedad privada de
tros de altura sobre el nivel del mar, se le confiere el nombre de Bajo, la Iglesia. El movimiento impactara la regin, a consecuencia de su
aunque cabe aclarar que no todo el estado es considerado Bajo, pues carcter conservador, desafiando al Ejrcito mexicano y oponindose
se refiere a una condicin fsica. Reconociendo este aspecto geogrfi- por vas de hecho al garante de la Constitucin de 1917, el presidente
co (INEGI, 2015), se denominar histricamente Bajo guanajuatense Plutarco Elas Calle (BUTLER, 2013, p. 11-29)
(MACAS, 2012, p.143-146), a las ciudades de Len, Irapuato, Salaman- Con relacin a la historia moderna de Guanajuato, se reconoce la
ca, Celaya y Silao dentro del estado de Guanajuato, lugares que identi- importancia de la construccin del ferrocarril, el mejoramiento en la
ficamos como puntos neurlgicos para entender las implicaciones de la infraestructura vial, el crecimiento industrial y el impulso turstico
memoria en los aficionados del Club Len. en ciudades como Guanajuato capital y San Miguel de Allende (MA-
Histricamente el estado de Guanajuato fue colonizado en 1552, CAS, 2011, p. 15-70). Estos factores han potenciado el estado como
por el poder Virreinal espaol, la regin estaba poblada por indios foco econmico y cultural, festivales artsticos como el Cervantino que
chichimecas y purpechas. El atractivo de Guanajuato se concentraba se celebra anualmente desde 1972, han animado su reconcomiendo a
en la riqueza de minerales que hacan parte de su constitucin fsica, nivel local e internacional, sumado a su arquitectura y la emergencia
los espaoles iniciaron la explotacin de minas principalmente de pla- cultural en pelculas, documentales, exposiciones fotogrficas y festi-
ta, estableciendo un organigrama poltico y de control social. A par- vales cinematogrficos como el Aurora dedicado a pelculas de serie B
tir del auge de la minera, se construyen importantes edificios civiles y suspenso.
y religiosos, caracterizando el territorio como una fuente de riqueza Por su parte Len, casa del combinado esmeralda y la escultura
comercial, preferencial para las actividades eclesisticas y un centro Arrojo, es la ciudad ms grande en extensin territorial y nmero de
econmico para los conquistadores (ENCICLOPEDIA DE LAS DELE- habitantes del estado de Guanajuato, con una poblacin por encima del
GACIONES Y MUNICIPIOS DE MXICO). milln de habitantes, a pesar de no ser capital estatal, su comercio e
120 121
industria la convierten en fuente de empleo, convirtindose en la mxi- de los panzas verdes, esto con el fin de sealar los acontecimientos
ma referencia del Bajo a nivel comercial y econmico (INEGI, 2015). que dieron cabida a la profesionalizacin del Club y, su transformacin
La ciudad se fund en 1576 por el poder virreinal (NAVARRO, 2014), en elemento de identidad para los habitantes de la ciudad de Len en
inicindose la formacin de los primeros pueblos y posteriormente ba- un primer momento, despus, como referente del ftbol para la regin
rrios. Se caracteriz por ser epicentro de congregaciones religiosas del Bajo guanajuatense. En esta lectura, es importante destacar el pa-
y la gran influencia de prelados y sacerdotes en la vida pblica de la pel de diferentes fenmenos que motivaron la emergencia de equipos
ciudad. Durante los aos de la independencia Len fue impulsada por como el Len, bajo un panorama social que influenciara el desarrollo
las ideas insurgentes de destacados lderes militares y polticos, sus futbolstico amateur en la zona.
plazas se convirtieron en escenarios de denuncias y acalorados deba- Para Csar Federico Macas (2009, p. 1-14), el ftbol como prctica
tes, dando origen a tensiones polticas con el poder eclesistico. Hacia deportiva no fue prioridad para los habitantes del Bajo hasta la pri-
1869 toma fuerza el carcter conservador de la ciudad, con el triunfo mera mitad del siglo XX, pues su atraccin se consagraba al beisbol
del general Miguel Miramn, alentando la opinin pblica y la pobla- y la asistencia a los diamantes que pululaban por los terrenos baldos
cin del Municipio. Para finales del siglo XIX, la ciudad inicia un proce- de las ciudades en formacin. El deporte de la pelota caliente, hizo
so de modernizacin, inaugurando plantas elctricas y el ferrocarril, suceso en los guanajuatenses, que agolparon los estadios en compaa
dando paso a la industria telefnica, textil, entre otras; igualmente, se de sus familias y alentaban los enfrentamientos entre los vecinos de
construye el Teatro Doblado y se exhiben las primeras piezas cinema- Irapuato y Len. Producto de esta enconada pasin, los equipos del
togrficas (NAVARRO, 2014, p. 195-199). Bajo se convirtieron en animadores de ligas estatales y nacionales,
Durante el siglo XX con la Revolucin, Len mantiene vigente su obteniendo resultados sobresalientes en diferentes campeonatos.
herencia conservadora, el triunfo de los constitucionalistas contra los Pero el maridaje entre el beisbol y el Bajo, se rompe segn Macas
villistas es prueba de ello, donde todos los brotes de rebelin seran (2009), por tres factores que incidieron en la profesionalizacin del de-
sofocados por las lites locales. Mientras se frenaban los amagues de porte rey en la regin: la influencia de los inmigrantes espaoles de la
los sublevados y se afianzaba la idea conservadora, la industria segua Guerra Civil de 1936, que animaran la creacin de equipos amateur
creciendo; para 1945 empresas internacionales se instalan en la ciu- en la zona; igualmente, el encarecimiento en los elementos para el beis-
dad, asimismo, la construccin de escuelas, avenidas y barrios eran bol, gener que los habitantes se vieran obligados a migrar su prctica
una constante. A la par del desarrollo industrial y la vigencia conser- deportiva al ftbol; finalmente, la modernizacin del siglo XX con el
vadora. Len contino su proyecto de industrializacin en el siglo XXI: corredor industrial entre Celaya, Len, Irapuato y Salamanca, facilit
edificacin de carreteras, centros de negocios, mercados, plazas co- la masificacin del deporte y el florecimiento de los grandes clsicos
merciales, entre otros, son ejemplos de un slido desarrollo comercial regionales (MACAS, 2009, p.5-15).
caractersticos de la ciudad (NAVARRO, 2014, p. 199-206). Estos tres factores facilitaron que el ftbol se convirtiera en un de-
porte de masas para los guanajuatenses, pero no se trat de un proceso
El ftbol ha llegado. Apuntes histricos del juego en el Bajo y el exabrupto, su desarrollo fue pausado y transitorio, relacionado con el
proyecto deportivo del Club Len (1944) nacimiento de los proyectos deportivos: la creacin de oncenos dedica-
dos al ftbol y los intentos por la profesionalizacin del deporte, que los
Para introducirnos en el Arrojo como monumento memorial es llevaron a reconocer oficialmente la prctica y sobrepasar el escenario
indispensable analizar los componentes que consolidaron la historia local, para enfrentarse con otros oncenos y trascender a nivel nacional.
122 123
La efervescencia del ftbol iniciara a principios del siglo XX (MA- tos, Quertaro y Michoacn, al mismo tiempo, la rivalidad se extenda
CAS, 2009, p.7), cuando los inmigrantes espaoles afincados en Ira- contra los clubes tradicionales como el Cruz Azul, Universidad Nacio-
puato y Celaya, gestionaron la creacin de conjuntos deportivos para nal (Pumas), Amrica (de la capital) y el Guadalajara (Chivas Rayadas).
canalizar la experiencia amateur de los deportistas. Estos intentos or- Se puede afirmar que la aparicin del Club Len en el profesionalis-
ganizativos, fueron funcionales para la aparicin de los primeros clu- mo, representa la incidencia cultural del ftbol en esta regin, el inte-
bes en Irapuato, donde se destacaba la presencia de lites en los juegos, rs de los guanajuatenses por participar en el juego como espectadores
en el que el ftbol significaba un encuentro para las familias prestan- y practicantes, la distincin de reconocer en este deporte una forma de
tes de la regin. Paralelo a esta popularizacin animada por las lites, socializacin y por ltimo, la concrecin exitosa de un proyecto depor-
las ciudades pequeas unidas por el ferrocarril, se sentan atradas por tivo en un espacio productivo y movilizado por la industria.
este deporte, iniciando la formacin de escuadras que seran la batera Con la profesionalizacin del Len y su consecuente ingreso en el tor-
para una liga, que reuna los ya nacidos equipos de Irapuato y Celaya. neo mayor del ftbol mexicano en 1944, se escribe una etapa de prota-
Este torneo sui generis enfrentaban distintas clases sociales: las lites gonismo del equipo, que en sus primeras presentaciones sorprendera a
y los trabajadores (MACAS, 2009, p.6-7). oncenos de mayor arraigo, logrando situarse en los puestos principales
Con la prctica amateur del ftbol, las escuadras iniciaron el cami- de la competicin. El punto culmen de su participacin se alcanza, cuan-
no al profesionalismo, se crean ligas y surgen los equipos ms reco- do de la mano de jugadores de renombre los panzas verdes logran
nocidos de este periodo: la Unin de Curtidores (1928), Club Irapuato despus de tres aos de profesionalismo un campeonato, premio al es-
(1930) y Club San Sebastin (1944). A la par del inicio de los denomi- fuerzo del onceno y el apoyo de los aficionados. Los felinos iniciaran
nados clsicos entre ciudades de la regin, el salto al profesionalismo una poca dorada en la mitad del siglo XX, en la cual ganaran cuatro
se da con el impulso del corredor industrial y el fortalecimiento de las certmenes: el bicampeonato de 1947 y 1948 y los torneos de 1951 y 1955
empresas del Bajo, las ciudades industrializadas se vuelven abandera- (LEN GUANAJUATO PORTAL). Sus victorias los distinguen como
das de los proyectos futbolsticos, como ocurrira en Veracruz, Monte- uno de las escuadras revelacin del torneo, incubndose la concepcin
rrey y el Distrito Federal; del mismo modo, Len tendra su combinado de un joven Club que desafiaba a los tradicionales (MACAS, 2009).
para participar en el rentado nacional (MACAS, 2009, p.7-13). Esta poca de reconocimiento, fue producto del arribo de futbolis-
Entre 1944 y 1945, la Unin de Curtidores logra asociarse a la ca- tas extranjeros, en su mayora argentinos, que lograron dinamizar la
tegora mayor del ftbol mexicano, cambiando su nombre por el Len estrategia de los jugadores locales, la injerencia de estos forneos tuvo
FC, mote que le ayuda a identificarse con la ciudad de mayor trayecto- implicaciones en la direccin tcnica de los esmeraldas y la obten-
ria en este deporte. A partir de este periplo profesional, otros clubes cin de triunfos. Los espaoles animaron la profesionalizacin del ft-
como el Celaya y los Freseros de Irapuato, seguiran su trayectoria en bol en la regin, pero fueron los argentinos debido a su conocimiento y
la mxima categora. La aventura de los esmeraldas fue sobresalien- estrategias sobre el deporte, que afianzaron la competencia y los resul-
te, obteniendo dos ttulos profesionales y un subcampeonato, a su vez, tados positivos de la fiera. Otro elemento a rescatar del dorado esme-
coronndose campeonsimo del ftbol mexicano en la dcada de 1950 ralda, 2 fue la contratacin de estrellas mexicanas como el guardameta
(LEN GUANAJUATO PORTAL). Para Macas (2009, p.13-14), la llegada
del profesionalismo al Bajo, desencadenara el auge del ftbol entre los
guanajuatenses; las rivalidades superaron a los vecinos, ahora los clsi-
2 Se reconoce al dorado como la poca gloriosa de los esmeraldas, periodo que
cos se libraban contra los estados de la zona centro como San Lus Po- abarca las dcadas de 1940 y 1950. (MACAS, 2009)
124 125
Antonio La Tota Carbajal y el delantero Adalberto Dumbo Lpez, Estas ms de siete dcadas de crisis y superacin, le dieron la popu-
figuras notables del balompi del pas y referentes del Club Len (EL laridad a la escuadra con ms fanticos del Bajo. Una historia recono-
UNIVERSAL GUANAJUATO, 2013). cida por su dorado entre 1940 y 1950, pero sus innumerables problemas
Luego de los aos de gloria el equipo se sumi en cinco dcadas financieros, lo convertiran en un onceno inestable en la competencia.
sin mayores logros, falta de resultados, complicaciones econmicas, Sin embargo, el reconocimiento de la hinchada en las calles y el esta-
descensos y contrataciones poco exitosas, fueron los detonantes de un dio, significaba que pese a las dificultades organizativas, los aficiona-
periodo difcil para hinchas y directivas. Pese a que la popularidad de dos continuaban propagndose; el recuerdo generacional del dorado y
la escuadra se increment con los triunfos de la dcada de 1950 y la la profesionalizacin de los esmeraldas, los distingua como un Club
creacin de un escudo en 1964 diseado por el arquitecto Armando a seguir en la zona. Con el ascenso en 2012, se concretara el pice de-
Ruiz (LEN GUANAJUATO PORTAL), que resaltaba la importancia portivo, erigindose como un escenario propicio para el fortalecimiento
del ftbol para la ciudad de Len, la ruptura de los aficionados con comercial del combinado y el reconocimiento a los hinchas fieles.
la dirigencia del Club era inevitable. Los felinos haban ganado una
identidad de equipo revelacin amalgamada por el trabajo y el esfuer- El monumento: la escultura Arrojo y el estadio Nou Camp
zo colectivo, pero los malos manejos administrativos y los resultados
adversos en materia deportiva, provocaron que el equipo estuviera va- La estatua Arrojo se divisa desde la entrada oriental de la ciudad,
rias veces al borde de la desaparicin, sin embargo, la hinchada segua caminando por el Boulevard Adolfo Lpez Mateos, donde se puede ad-
confiada en el renacer del dorado. mirar la fachada del Nou Camp, pintado en color verde esmeralda,
Pero la realidad era otra, para 1999 el presidente de la fiera Valen- en el que se aprecia los barandales de entrada, la taquilla y una de las
te Aguirre, intenta vender la franquicia a la ciudad de Puebla, los fan- puertas de acceso al recinto. Caminando por los alrededores del esta-
ticos enfurecidos reclaman airosos que la transaccin no sea realiza- dio a unos cincuenta metros de la zona de boleteras, se distingue la
da. Fruto de la presin de los esmeraldas, Aguirre vende otro club de estatua; se aprecia una figura humanoide de un arquero suspendido en
su propiedad, la Unin de Curtidores, que a la fecha continua jugando el aire que atrapa un baln, la estructura se encuentra en la superficie
como representativo de los poblanos (ESPN, 2015). Con el descenso de un pedestal cubierto de un bao metlico.
del 2001, los felinos se enfrentaban a otra problemtica, su presiden- De cerca, Arrojo, es una estructura metlica que entre hierros
te Roberto Zermeo hunde al combinado en su crisis ms profunda: enlazados construye la imagen de un arquero, su textura es corrugada
cambio de jugadores, contratos sin renovar, escndalos deportivos y y formada por una serie de varas de acero que componen la escultura.
distanciamiento de los aficionados. Ante la crisis, Zermeo abandona Sobre las manos del portero, los hierros moldeados recrean el baln,
y da paso al empresario Carlos Ahumada, el equipo sigue en declive, es una escena de juego, donde el golero atrapa el esfrico de una ataja-
opacado por los malos resultados y un imposible ascenso, hasta que el da, su pie izquierdo se posa en el suelo, mientras su pierna derecha se
presidente Ahumada cae preso y queda desvinculado de los panzas impulsa para atrapar la bola. La escultura es soportada, por un atrio
verdes(EL ECONOMISTA, 2009). Cuando la franquicia se encontraba que tiene unas pequeas placas metlicas en su cara superior, las lmi-
en decadencia, los empresarios del Grupo Pachuca, sumado a la in- nas que componen la figura dan informacin sobre la obra. La imagen
yeccin econmica del multimillonario Carlos Slim, le devolveran al es usualmente materia fotogrfica de visitantes: nios, jvenes y fami-
equipo la confianza deportiva, cuyo resultado sera el ascenso y la ob- lias, quienes se llevan de recuerdo una foto junto al Arrojo. Para los
tencin del bicampeonato (ESPN, 2015). das en el que el Nou Camp, abre sus puertas para oficiar partidos,
126 127
los hinchas con su vestimenta de color verde esmeralda, se agolpan en Len, sus esculturas la Fuente Fundadores y La victoria Alada
alrededor de la estatua. (MOTILLA, 2010), hacen parte del memorial en la ciudad. Para la cons-
De esta observacin y descripcin de la escultura, dos cosas llaman truccin del Arrojo, Montilla tard cuatro meses en moldear el acero.
la atencin: la primera, obedece al carcter ambiguo de la figura y la Finalmente, cuando se realiz la instalacin de la escultura, fue tallada
segunda, la informacin que poseen las placas que complementan el a mano la frase: AL PUEBLO LEONS (DEPORTES TERRA, 2015). Al
portero metlico. En primer lugar, el Arrojo no destaca la figura de respecto, Montilla afirma en entrevista al diario AM:
un jugador histrico o un personaje memorable para el Club, como es
habitual en las esculturas que han sido levantadas en honor a impor- Es para la gente, ellos son los que siempre compran un boleto para asistir a
tantes jugadores referentes a nivel local e internacional, como el caso los partidos, dan vida y gloria al equipo cuando pierden y ganan, no solo los
de Carlos Valderrama (Santa Marta, Colombia, 2002), Eusebio da Sil- jugadores son los importantes y siempre gracias a su gente es posible lo que
va (Lisboa, Portugal), Laszlo Kubala (Barcelona, Espaa, 2009), Bobby Len es (DIARIO AM, 2015).
Moore (Londres, Inglaterra, 2007), Ferenc Pusks (Budapest, Hungra,
2013), entre otros. Finalmente, las placas que se encuentran pegadas Junto con el monumento, fueron ubicadas algunas placas conme-
en el atrio, contienen la informacin de los precursores y realizadores morativas, donde se resalta el escudo oficial del equipo, un baln de
de la escultura, igualmente, se seala los campeonatos obtenidos por cuero y un len; la Direccin General de Desarrollo Urbano, ayunta-
los panzas verdes, detallando el ao de la victoria y los nombres de miento 2012-2015, el escudo de armas de la ciudad cuyo emblema es
los jugadores y el cuerpo tcnico que se han coronado campeones. un len y el santo patrono de la ciudad San Sebastin; el eslogan del
Institucionalmente Arrojo es una escultura diseada en homena- ayuntamiento 2012-2015: Len es uno; finalmente los campeonatos
je a los ttulos y campeonatos ganados por el Len, construida por el de la escuadra, sealando el rival que fue derrotado: Primer Ttulo
escultor Ricardo Montilla. Su instalacin fue auspiciada por la presi- Temporada 1947-48, Len 2 Oro 0; Segundo Titulo Temporada 1948-
dencia municipal, bajo el programa de Esculturas y Monumentos del 49, Len 3 Atlante 0; Tercer Ttulo Temporada 1951-52, Len 1 At-
Espacio Pblico que se lleva a cabo desde el 2014, bajo la Direccin lante 0; Cuarto Ttulo Temporada 1953, Len 4 Oro 2; Quinto Ttulo
General de Desarrollo Humano, donde fueron instalados por toda la Temporada 1992, Len 2 Puebla 0; Sexto Ttulo Apertura 2013, Len
ciudad diez obras diferentes, con el objetivo de mejorar la imagen ur- 5 Amrica 1 y Sptimo Ttulo Clausura Len 4 Pachuca 3. Igualmen-
bana del municipio en el corredor turstico que va desde el Poliforum te, se incluyeron las placas de los dos equipos que ganaron el ascenso
hasta el centro histrico (DIARIO AM, 2015). La figura de Montilla, se a primera divisin: Primer Ascenso Temporada 1990-1991 y Segundo
consagra como un homenaje al equipo y los jugadores campeones de Ascenso Temporada 2011-2012, Len 5 UAT 0.
la liga, enfocada en los aficionados leoneses y su pasin por el juego El Arrojo fue inaugurado el 12 de febrero de 2015. A la ceremonia
(LEN GUANAJUATO PORTAL). asistieron algunos jugadores de la plantilla titular del Club, el cuerpo
Para la elaboracin de la estructura, el artista utiliz placas de acero tcnico encabezado por el estratega Juan Antonio Pizzi, el presidente
de cuatro toneladas, que miden 7.85 metros de ancho por 4.5 metros del equipo Jess Martnez Murgua, la alcaldesa de la ciudad Brbara
de alto (DIARIO AM, 2015). Asimismo, placas con el nombre de los Botello, el director de Desarrollo Urbano de Len, Oscar Pons, el sin-
jugadores y directivos que han hecho parte de los siete campeonatos dicato del Ayuntamiento y el presidente de la Comisin de Desarrollo
ganados por los panzas verdes, incluyendo el apertura 2013 y clau- Urbano, Leonel Charnichart Celi (SINEMBARGO.MX, 2014). En un
sura 2014. No es la primera vez que Montilla realiza una instalacin evento institucional y conmemorativo, se mencion la importancia del
128 129
equipo para la ciudad, los logros deportivos, los resultados positivos goleador histrico del equipo, su figura de dos metros de altura frente
de la presidencia municipal y significativamente, se felicit a los aficio- a una de las tribunas del Camp Nou, tiene por objetivo sensibilizar a
nados de la escuadra, que con tambores y cantos celebraba el montaje los aficionados sobre la grandeza del equipo y rinde tributo a uno de
de la estructura. Al respecto la alcaldesa Brbara Botello en entrevis- sus jugadores insignias (DIARIO MARCA, 2009).
ta a Televisa del Bajo, seal que: Pero este fenmeno no expone el pasado como logro deportivo, del
mismo modo, involucra factores comerciales y econmicos, una utili-
Los leoneses no olvidamos a nuestros hroes ni a quienes nos hicieron vi- zacin de la memoria para adquirir el merchandising de un equipo o
brar con el triunfo. Hay nombres y hay episodios que valen la pena recordar un jugador, la rememoracin se convierte tambin en una herramienta
una y otra vez. Por eso me da mucho gusto presentarles esta bonita escultura, comercial, donde los clubes o personalidades se valen de la escultura,
motivo de orgullo leons, un reconocimiento al arrojo del futbolista y a la para asegurar la venta de productos, souvenirs o insumos deportivos.
aficin (LEN GUANAJUATO PORTAL, 2015). Bajo esta dinmica, que denominaremos de capitalizacin producti-
va (AGUIRRE, 2013), la escultura en bronce del delantero madridista
Mientras tanto el arquero bicampen, William Yarbrough, daba sus Cristiano Ronaldo en el puerto de Funchal, en Portugal, sus estatuas
impresiones a Televisa del Bajo: de cera itinerantes por toda Espaa (EXPANSIN, 2014), demuestran
como el futbolista comercializa su imagen, con la intencin de capita-
Se me puso chinita la piel- es un orgullo, pero s que para estar en este lizar sus logros deportivos.
equipo tienes que dejar el alma en la cancha, tienes que trabajar con mucha
humildad, este equipo te exige humildad y garra, y bueno mientras pertenez- El Arrojo y el Nou Camp: Memoria e identidad en los aficio-
ca a este equipo es lo que voy hacer, dar lo mximo de mi dentro y fuera de la nados del Club Len
cancha (TELEVISA BAJO OFICIAL, 2015).
La mayor parte de la literatura especializada acerca de la fabrica-
Si bien la escultura del Arrojo, es la primera de su caracterstica cin de monumentos se relacionan con la formacin de memoriales y
en Len, dedicada al tema futbolstico, no es la nica de su gnero, sus efectos dentro del espacio pblico (JELIN, 2012, TORRE, 2006 y
hace parte de un fenmeno contemporneo de estructuras creadas SMITH, 1998), haciendo nfasis en problemticas sociales que ataen
para glorificar futbolistas o instituciones futbolsticas, significando a la posibilidad que el monumento contribuya al recuerdo y conmemo-
escenarios como estadios y gestas deportivas. Se trata de monumen- racin de fenmenos traumticos y violentos en la sociedad. El trabajo
tos que contribuyen a la rememoracin de sucesos histricos, a travs de Susana Torre, a partir de experiencias memoriales como el monu-
de los cuales los aficionados pueden recordar los triunfos, el hroe de mento erigido en Washington en honor a los soldados cados en la Gue-
la jornada (Antonio Puerta, Sevilla, 2010), el gol de ltimo minuto, el rra de Vietnam, el monumento al Holocausto en Berln y el Museo de la
jugador estelar (Hugo Snchez, Veracruz, 2006) y el triunfo ante el ri- Memoria en Santiago de Chile, son muestras fehacientes de espacios
val ms odiado por la aficin. Son lugares de difusin de memorias, que se organizan con el propsito de representar el evento traumtico,
que combinan la adhesin a una entidad deportiva, con la emotividad para impulsar la construccin de una memoria crtica y colectiva (TO-
del momento vivido por el espectador, la gloria del triunfo y la identi- RRE, 2006, p, 18-19).
dad del fantico. Por ejemplo, la estatua de bronce del mtico jugador En estos casos la referencia al hecho traumtico es sobresaliente,
Ladislau Kubala, figura del Ftbol Club Barcelona, es un homenaje al configurando una jerarqua de la memoria en el espacio pblico, do-
130 131
tando de significacin el lugar del suceso, pues la mayora de estos me- parafernalia de la conmemoracin, que dota de significado la interpre-
moriales tienen su lugar de instalacin en los mismos escenarios del tacin del pasado que desea la institucin y el estado. Bajo la marca de
trauma (TORRE, 2006, p, 18). Estos monumentos se organizan con la las comunidades imaginarias o imaginadas, las instalaciones oficiales
finalidad de sealar al observador cules sern los temas y conteni- como un sepulcro o un altar, dan valor al papel del personaje, creando
dos de su recuerdo, organizar la memoria para que pueda dotar de re- puentes con los participantes del acto cvico y permitiendo al hroe
flexin el pasado desde un ejercicio didctico. Haciendo la distincin, erigirse como cdigo de identidad.
entre un memorial oficial y no oficial, es decir, que el primero goza de Apoyados en la propuesta de Torre y Smith, se define la escultura
la convalidacin institucional y sus garantas de perpetuidad, mientras el Arrojo como un memorial dentro del espacio urbano cuyo objetivo
el segundo, puede ser una grafa crtica, generalmente itinerante y de es rememorar la historia del onceno, rescatando la tradicin futbols-
poca duracin fsica (TORRE, 2006, p. 19-20). Esta cardinal diferen- tica en la regin y orientando la interpretacin histrica de la ciudad y
cia, anima una memoria permeada por los objetivos institucionales y del equipo. Este monumento tiene como objetivo comunicar un pasado
el poder poltico, en cambio, en la no institucional, la oposicin y la colectivo, enfatizando en los triunfos y logros deportivos de la fiera,
subalternidad sern sus referentes funcionales. tarea respaldada por la concepcin de una identidad local y una memo-
Para Torre (2006, p. 19), el binomio memoria y monumento, desem- ria emotiva. Las tesis de Torre (2006) y Smith (1998), nos acercan a la
pea para la sociedad dos papeles estratgicos: por una parte, signi- identificacin de los usos pblicos del memorial, asimismo, las mane-
fica una tumba simblica para encerrar los sucesos traumticos del ras en que se construye la significacin histrica desde la estructura.
pasado, contar una historia de duelo que permita a los visitantes cons- Si bien el Arrojo, no puede definirse como una estructura alusiva
truir un relato reflexivo; por otra parte, a diferencia de los memoriales al trauma o la conmemoracin de episodios dolorosos, puede enten-
antiguos que buscaban olvidar los hechos con las estatuas de sus h- derse como un memorial que busca enaltecer los triunfos deportivos
roes, estos nuevos monumentos buscan representar y conmemorar de los panzas verdes, ubicado en un espacio pblico e institucionali-
todo lo relacionado con su temtica, hacer viva la historia de las vcti- zado por los poderes locales. Esta figura posee ciertas caractersticas
mas (TORRE, 2006, p. 23). que la llevan a constituirse como un espacio de reconocimiento, inclu-
Ms all de la relacin entre monumentos y eventos traumticos, yendo elementos adicionales como las expresiones de identidad regio-
Anthony D. Smith (1998, p. 61-80) aborda el carcter conmemorativo nales y la memoria histrica. Se debe mencionar que esculturas como
en los escenarios memoriales como principal rasgo del discurso hist- estas hacen parte de una visin del pasado de los creadores y artfices
rico del pasado, resaltando que estos artefactos simblicos hacen par- del proyecto, pero en ningn modo representan la veracidad, son la
te de una cartografa fsica, que tiene implicaciones con la emotividad reinterpretacin de un pasado (LEGOFF, 1991, p. 227 - 239).
del pasado y la experiencia de los visitantes en el presente. Su hiptesis Entendiendo el monumento como una operacin memorial, donde
es que el auge de estructuras de la memoria obedece a la consolidacin se busca que el observador recuerde y conmemore un episodio hist-
de identidades nacionales, que integran las comunidades en un solo rico, la escultura Arrojo, intenta que los habitantes de Len aficio-
crisol poltico, un lazo simblico que tiene el objetivo de unificar las di- nados al equipo, rememoren el sacrificio y la entrega de un grupo de
sidencias y forjar un pasado en comn, ayudando a reforzar el imagi- trabajadores (futbolistas), que han salido victoriosos, rememorando la
nario social y poltico de una nacin dentro de los ideales del Estado y unin de la ciudad con la entrega de sus deportistas, el avance indus-
la invencin de prcticas culturales a modo de tradiciones. Para Smith trial con los campeonatos obtenidos y el tributo al trabajo, el ejercicio
(1998, p. 63), el monumento no funciona de manera aislada, acta con la econmico que representa la identidad de los leoneses en la fabrica-
132 133
cin de calzado y la industria mecnica. Esta necesidad de reconoci- felinos, representa el inicio de la pasin por los panzas verdes.
miento en trminos institucionales, es desbordada por los aficionados Con la preocupacin de garantizar el aforo de los hinchas y la in-
esmeraldas, que han avivado los significados del monumento como tencin de capitalizar el inters deportivo, se inicia la edificacin de un
una manera de vivificar su pasado e identidad con la regin del Bajo. nuevo recinto futbolstico en agosto de 1967 (DIARIO AM, 1992). Tras
Para analizar el Arrojo y entender la significacin de la estructura, ocho meses de incesante trabajo, se termina de construir el emblem-
habra que distinguir, como lo seala Torre (2006, p.18), el monumento tico Nou Camp (NAVARRO, 2014, p. 203), la guarida de los leones. El
como un todo entre el espacio pblico y la obra, en este caso, concebir proyecto fue edificado por el ingeniero Xavier Vallejo Aceves y Jaime
la totalidad espacial que integra la esfera pblica y el estadio leons. de Obeso, bajo la mano de obra de la constructora Arba, S.A., adems
Es decir, que Arrojo es una estatua en un espacio, transformada en del apoyo del Gobernador Juan Torres Landa, quien dona los terrenos
monumento en su conexin con el Nou Camp; un conjunto de sen- para el desarrollo del proyecto (PERIDICO AM, 1992). Una vez inau-
tido entre el estadio y la escultura. Se afirma que el memorial como gurado en 1968, el estadio se convierte en la casa de la fiera.
monumento, funciona en la conjuncin de ambas construcciones, es Para 1970, en vsperas del primer mundial organizado por Mxico,
una mirada que potencia todo contenido histrico desde la institucin se realizaron en este estadio los partidos amistosos entre el Santos de
y sus hinchas. Pel y el River Plate argentino, masificando el gusto por el ftbol en
Enfatizando que el monumento se consolida con el recinto deportivo la zona. Finalmente, el Nou Camp se convierte en un estadio mun-
y la escultura, es principal identificar algunos aspectos sociohistricos, dialista en 1970, recibiendo a los seleccionados de Alemania Federal,
concernientes al Nou Camp como catalizador del teatro memorial. Este Per, Marruecos y Bulgaria, asimismo, en el mundial de 1986 aco-
estadio no sera la casa definitiva del Club Len, hasta el 4 de febrero de giendo los equipos de Blgica, Canad, Francia, Hungra y la Unin
1967 (PERIDICO AM, 2014), pues el primer gran escenario deportivo Sovitica (PERIDICO AM, 1992). Con algunas adecuaciones para la
sera el clebre Estadio La Martinica, que acompa al equipo por va- prctica del deporte y la asistencia de los hinchas, este escenario en la
rios aos en el profesionalismo, en el que ganaron cuatro campeonatos actualidad alberga un poco ms de 30 mil espectadores, distinguido
iniciando el reconocimiento del equipo en la ciudad y la regin. por el color verde esmeralda de su fachada.
La primera casa de los panzas verdes se ubic en la populosa co- El Nou Camp representa para los panzas verdes el escenario de-
lonia La Martinica (NAVARRO, 2014, p.202), construida en 1950, con portivo, una edificacin arquitectnica que impacta el espacio pblico;
una capacidad para unos 2 mil espectadores. Luego de un ao de su su historia refuerza la colectividad de los hinchas, asociando la estruc-
edificacin, la escuadra del Len lograra entrenar en sus instalacio- tura con el lugar social del Club y la trasmisin efectiva de la memoria.
nes. Para el ao de 1960, el estadio es comprado por el equipo Unin La concertacin de este espacio en su trayectoria histrica, permite
de Curtidores, que luego de un convenio econmico se mantiene como la existencia total del monumento, su funcionamiento didctico entre-
la casa de la fiera. En este estadio no solo jugaron los esmeraldas, cruza la experiencia festiva de los espectadores con el equipo, accin
tambin el Club San Sebastin y Los Bravos de Len (PERIODICO que se refuerza con la cotidianidad de los transentes y visitantes al
AM, 1992). Pero la masificacin del deporte y la creciente demanda reciento; los receptores del mensaje memorial.
de aficionados, hacan que la Martinica se fuera estrechando cada vez Al entender el Arrojo y el Nou Camp como monumento en su
ms, los clsicos nacionales y locales abarrotaban las graderas, con- conjunto, es indispensable adentrarnos en uno de los factores que
virtindose en una necesidad la edificacin de otro estadio. Si bien La hace parte de la construccin de identidad regional y memorial como
Martinica, solo dur un poco ms de una dcada como hogar de los cdigo de significado del monumento. Anthony D. Smith (1998, p.63)
134 135
muestra los efectos de la masificacin de este tipo de memoriales al el punto crucial de sus valores de identidad y tradiciones. Durante el
concentrarse en conmemoraciones y eventos institucionales, agudi- partido, el mensaje es latente, su difusin alcanza la connotacin de
zando el alcance de los efectos simblicos del objeto y la narrativa me- la memoria colectiva, en la emergencia de los smbolos como los colo-
morial. En este caso, el monumento opera de manera continua debido res, la msica y la comida, textos culturales que permean el significado
a su puesta en escena en el espacio pblico, sin embargo, su mayor memorial. Se trata de lo que Claude Levy Strauss, llama la eficacia
alcance se concreta durante encuentros deportivos, cuando se ampli- simblica (LEVY STRAUSS, 1995), cuando la inmanencia del presente
fican el sentido histrico y cultural de la estructura. En este sentido, el se evapora en su produccin textual, transformndose en un producto
partido de ftbol acta como una conmemoracin del presente vivido, que simboliza el tiempo desde el presente, esta eficacia concede la con-
una disputa dramtica entre equipos que a travs de la teatralizacin crecin ms superficial del monumento el Arrojo y el Nou Camp,
y el performance, montan un ritual de significacin (TURNER, 1999). mientras su propagacin interior se expande durante la cotidianidad
Este intercambio de sentidos entre espectadores y jugadores, es lo del espacio pblico.
que el antroplogo Vctor Turner (1999, p. 5-16), llama una dramtica
social, que obedece a la puesta en escena de un ritual teatralizado, don- Memoria, identidad y ftbol en el Bajo guanajuatense
de los participantes mediante smbolos (objetos), expresan la compleji-
dad de su contexto, bajo un panorama de tensiones y problemticas so- Para entender la funcin de este mensaje memorial (GEERTZ, 1987)
ciales. Este tipo de ritos tienen una estructura que obedece a los deseos como elemento de identidad para los leoneses y los habitantes del Bajo,
y necesidades de la comunidad, relativo a las sociedades conflictivas, es indispensable profundizar en los debates del concepto de memoria
cuyas caractersticas no lineales y complejas las convierten en un canal y as comprender la significacin y funcionalidad de la escultura en los
de escenarios rituales. Para Turner (1999, p. 21-30), la prctica ritual pue- hinchas esmeraldas. El debate que centra la intencin en el estudio,
de entenderse como un punto de unidad de sociedades conflictivas, una se ubica en el campo historiogrfico, terreno que permite desde una
esfera que comprende la expresin performativa (la representacin) y la perspectiva terica, abordar las tensiones y lmites del concepto en la
creacin de una metfora social (la produccin) en smbolos. representacin del pasado y su valor simblico.
Cuando se llevan a cabo los partidos como un montaje ritual, el Se distingue el abordaje de Pierre Nora (1984, p.16), que problema-
mensaje de la escultura amplifica su horizonte de sentido, los aficio- tiza el concepto dentro del campo histrico, sealando que la memo-
nados movilizados por la ruptura cotidiana, conectados por un marco ria acta como un espacio de arquitectura del pasado, fundamenta en
espacio temporal preciso y asistentes a un escenario colectivo com- eventos conmemorativos a travs de la fabricacin de espacios memo-
puesto por individualidades (RIVERA, 2005), se lanzan a la celebra- riales, lo que denomina los lugares de la memoria. Para Nora (1984,
cin del ritual: sus bailes, gestos y cnticos, son una red simblica que p.21-22), estos espacios operan como signos del pasado, son concerta-
los une en la emotividad. Particularmente, supone una socializacin dos por los testimonios y la oralidad popular, su edificacin obedece
masiva del espectculo (GONZALEZ, 2009, p.1), donde emergen las a la produccin de unas visiones del pasado (en plural), con el objetivo
representaciones frente a la alteridad social, las disputas regionales, de vivificar el tiempo presente y arroparse con una historia propia del
las tensiones polticas y, surge la accin comunicativa ms profunda y tiempo pasado. Esta argumentacin se relaciona a la concepcin de
eficaz: la violencia. Reinhart Koselleck (2001) acerca del tiempo histrico, como un campo
Este ejercicio ritual motiva la produccin de sentido del memorial, la de experiencias que articulan un horizonte de expectativa, idea capital
fusin entre escultura y estadio, es asociada por los seguidores como en el planteamiento de Nora.
136 137
Desde esta operacin memorial en la invencin de lugares, para Ro- la memoria, nos enfocaremos en los aportes de Pierre Nora (1984) y
ger Chartier (2007, p. 26-31), la memoria es un discurso histrico que Maurice Halbwachs (2004), para la interpretacin del objeto de estu-
construye un relato del pasado, su intencin en el caso de la escritura, dio. Estas perspectivas abordan los efectos culturales y sociales de los
es convencer al lector de un pasado concreto, una explicacin histrica discursos memoriales como significacin del pasado, en este sentido,
que determina un saber histrico,desde la representacin testimonial. la existencia de los lugares de la memoria y la recepcin emotiva de
En Chartier (2007, p. 39), este saber orienta las memorias, favoreciendo la misma, nos brindan las herramientas precisas para explicar cmo
la institucionalizacin de estos lugares y sus implicaciones en la cul- Arrojo se ha convertido en una figura de produccin histrica que
tura: como festividades y conmemoraciones; una memoria existencial ha impactado en los aficionados. Tanto Nora como Halbwachs, nos
que posibilita la presencia de un ser colectivo. remiten a la construccin de un pasado que puede operar dentro del
Esta formacin colectiva de la memoria, es ampliamente discutida espacio pblico, un memorial amplificado por la ritualidad de los en-
por Maurice Halbwachs (2004, p. 55-65), sealando que el concepto cuentros deportivos, que ha significado una experiencia histrica te-
se desarrolla en la interseccin de memorias individuales y colectivas, rritorial vinculada al sentimiento colectivo de pertenencia a una re-
como una historia vivida y emocional, constitutiva en recuerdos como gin y un equipo de ftbol.
actos de memoria que son edificados en los vnculos generacionales El caso del Nou Camp y el Arrojo es un monumento que ope-
entre familias. Halbwachs (2004, p. 71 89) afirma que este parentesco ra una memoria colectiva en los aficionados esmeraldas, su funcin
con el pasado es elaborado con las experiencias cotidianas, una histo- es trasmitir los triunfos deportivos del Club, resaltando cada uno de
ria particular y emotiva, que proyecta un pasado emocional alrededor las nminas que han logrado ganar el campeonato local. Este mensaje
de las relaciones sociales y los impactos en las tradiciones culturales. se fortalece institucionalmente, pues los poderes locales facilitaron la
Esta memoria vivida se renueva y codifica en el tiempo, no es fija, su instalacin de la escultura junto al estadio, misin que tiene la tarea de
mensaje se intensifica de acuerdo a las necesidades colectivas, pues profundizar y masificar el recuerdo social, propagando los xitos fut-
su funcionalidad ocurre en el campo de los recuerdos y testimonios, bolsticos posibilitando un reconocimiento pblico de la ciudad como
como reconstrucciones permanentes del pasado. potencia en el deporte. Pero estos efectos van ms all del valor depor-
Otra perspectiva que nutre la definicin de memoria es la de Eliza- tivo, se trata de organizar la significacin del desarrollo industrial en
beth Jelin (2004, p.66), entendiendo el concepto como una construccin la regin del Bajo, darse un espacio de distincin como artfices de un
testimonial que contribuye a la creacin de una memoria social ante proyecto econmico consolidado, resaltando su podero local frente a
los acontecimientos histricos traumticos. Esta versin testimonial se otras ciudades como Irapuato, Salamanca y Celaya.
apoya en la historia oral para enfrentar episodios crticos en las deno- A pesar de erigirse como un monumento edificado en Len, su
minadas historias hegemnicas, su lugar de enunciacin es la invencin mensaje intenta vincular a los seguidores de la fiera a nivel nacio-
de un pasado comunitario que cuestiona el horror del poder, las llama- nal, valindose de la emotividad para amplificar la significacin de su
das cajas negras (2004, p.74) o relatos histricos ocultos por los inte- mensaje, en este sentido, los hinchas del Bajo guanajuatenses son el
reses del presente de grupos polticos y lites. Para Jelin, la memoria es principal receptor de la trasmisin de memoria, representando la con-
un artefacto social que emplea los lugares pblicos, como un escenario solidacin del deporte a travs del tiempo. El afianzamiento del ftbol
de resistencia colectivo las mltiples voces, cuyo objetivo es superar con el profesionalismo en la regin, manifiesto en la industrializacin
el oficialismo en los discursos sobre la historia (2004, p.66 -74). y los procesos de inmigracin, donde el monumento debe entenderse
A partir de estas corrientes que han impactado los estudios de como una estructura que complementa el ciclo de un equipo profesio-
138 139
nal y su relacin con los fanticos, pues la historia del ftbol, ocurre en tre los aficionados. Una de las figuras que captan la atencin de esta es-
la misma direccin que sus hinchas. cultura es la del guardameta que atrapa el baln, interpretndose como
Esta historia del Club y la formacin de su reconocimiento social, un homenaje a la tradicin de guardametas como Antonio Carbajal, el
brinda el material para la creacin del monumento, un lugar de la me- polmico ngel Comizzo3 y William Yarbrough, jugadores icnicos del
moria como lo distingue Pierre Nora (1984, p.18), cuando los acon- Club. Esta semblanza puede tratarse del papel del jugador dentro de la
tecimientos histricos permean la construccin de un recuerdo que memoria, generalmente se pretende que el espectador identifique los
funciona en un sentido simblico. La historia de los panzas verdes, artfices con la personificacin del hroe, estableciendo un cdigo de
desde la prctica amateur hasta el profesionalismo, comunica una eta- identidad entre los seguidores y los jugadores. Es decir, que el carc-
pa que debe recordarse como parte activa de la memoria de los fan- ter annimo del Arrojo, proyecta una significacin del atleta, donde
ticos, junto a la obtencin de campeonatos y la rememoracin de los se desempea como un trabajador incognito, tal como se distingue la
rivales vencidos. Este lugar de memoria escenifica esta visin del pasa- poblacin leonesa en sus relaciones sociales: trabajadores acrrimos y
do, recopilando hechos y totalizando una historia particular, acentua- cumplidores (NAVARRO, 2015, p. 119). No se trata de una figura que
da en una cronologa de los episodios que es relatada mediante las pla- busca homenajear un jugador referente del equipo, tampoco la venta
cas que se encuentran ubicadas en el atrio del Arrojo. Estos objetos de un producto ligado a la marca de un atleta para su comercializacin.
sirven para organizar el monumento y brindar informacin sobre el Esta imagen del portero trabajador e incgnito se asocia con la in-
pasado, su tarea es que el visitante tenga los elementos necesarios para terpretacin de Fernando Carrin (2006, p.15), quien seala que la ad-
recrear el pasado y reconocer la historia del equipo: las conquistas y hesin colectiva a un equipo y sus jugadores, nace de la misma forma
los jugadores de mayor trascendencia. que el valor por los factores culturales y distinciones territoriales, por
De estos materiales histricos que componen el relato del monu- ejemplo: el tango y los equipos del Rio de la Plata en Argentina y la
mento, es la memoria del segundo ascenso del Club en el 2012 el que samba con las escuadras de Rio de Janeiro en Brasil, son aliteraciones
mayor trascendencia tiene en la propuesta del lugar de la memoria, que median en las caractersticas del juego y el jugador; los porteos,
pues constituye el hecho motor de la remembranza deportiva e histri- recios y fuertes en la confrontacin deportiva; los cariocas alegres y
ca. El ascenso signific para los aficionados el sentimiento de apropia- pasionales en el espectculo. El sistema se puede aplicar al Bajo y la
cin por el ftbol y el creciente inters por los alcances deportivos de ciudad de Len, que privilegiar en sus jugadores el trabajo annimo
la fiera. Este acontecimiento es la idea generadora del memorial, la y efectivo, fiel a su concepcin cultural y su idea de sociedad indus-
que condensa los atributos histricos de renovar la profesionalizacin trializada. Este ideario es plasmado por el Arrojo desarrollando una
del equipo, aglutinando las memorias colectivas entre las generaciones adhesin con los jugadores y propiamente un estilo de juego: el del tra-
de fanticos que perdieron su protagonismo con el descenso del Club. bajo y la responsabilidad. Esta referencia es denotativa en los lugares
Volver a disputar la principal categora del ftbol en Mxico, sirvi de memoria del monumento, sujeta a la asociacin cultural del portero
para reactivar la identificacin colectiva, volviendo visible las repre-
sentaciones sociales del onceno y la ciudad (CARRIN, 2006, p. 10-14),
palpable en la emergencia de utensilios deportivos asociados al equi- 3 El guardameta argentino ngel Comizzo, representa una relacin de amor y
odio para los aficionados. En la final del campeonato de 1997, el portero le da una
po: camisetas, volantes, banderas, entre otras. brutal patada al atacante del Cruz Azul y goleador del torneo Carlos Hermosil-
La revitalizacin de estos smbolos con el ascenso, se vio sintetizada lo, el rbitro no duda y marca la infraccin. El delantero con el pmulo abierto
patea y le da el ttulo a la Mquina. Ver https://www.youtube.com/watch?v=z-
con la instalacin del Arrojo, el texto cultural de mayor resonancia en- vaojCWtPT4.
140 141
con el trabajador: imagen representada fielmente por la escultura. generacional cuyo sustrato es visible en las familias de los aficionados
Este espacio memorial configurado por los relatos del pasado en (2004, p.53-71). Estos recuerdos en conjunto ayudaron a fomentar tes-
las placas y la figura simblica del guardameta tienen una intencin timonios que se convirtieron en referencias histricas, memorias de
emotiva, interiozando la experiencia histrica de los fanticos con su acontecimientos que fueron organizadas para tejer un pasado propio.
equipo, que representa una vivencia regional y de identificacin con Este monumento es funcional de manera indistinta al gnero o la
el pasado, entendida por la apropiacin de los esmeraldas a su once- procedencia social, una memoria emocional para hombres, mujeres,
no, la puesta en marcha de la significacin que concierta la distincin pobres y ricos, que conjuga el horizonte histrico con los rasgos cul-
colectiva de los aficionados con su territorio. Este es un proceso de turales de los fanticos y tiene como lo afirma Halbwachs (2004, p.88),
eficacia simblica, que implica la participacin y accin de los hinchas, una fluctuacin en el tiempo, permitiendo que el monumento sea re-
los receptores del mensaje y aquellos que reproducirn la transmisin valorizado constantemente en sus smbolos, pero su significado se
del mismo. Esto se evidencia en la intervencin que realizan los segui- mantenga vigente: la proyeccin de una identidad regional. Si bien el
dores en los espacios pblicos a travs de murales y diferentes expre- memorial, es una creacin institucional de los directivos y los dirigen-
siones artsticas (VARGAS, 2015), donde se resalta la emotividad por el tes polticos de la ciudad, el monumento no ha sido institucionalizado,
equipo y los cdigos caractersticos de la ciudad: el len, las tonalida- los fanticos a su modo han revalorizado el mensaje, propagndolo de
des verdes y el imaginario del trabajo y lo cooperativo. Por ejemplo, los forma colectiva y volvindolo parte de su entorno pblico.
murales en los alrededores y al interior del estadio, el primero un len Pese a que el proyecto de los dirigentes del Len fue reactivar la
que conmemora a seguidores del Club y el segundo, un homenaje ge- importancia del Club en la ciudad tratando de consolidar la marca de-
neracional de los hinchas. Expresiones que aunque parecen exclusivas portiva y el merchandising, con la edificacin de la tienda oficial La
de las porras o grupos organizados, no son controvertidos por el resto Guarida del Len en 2013 y la construccin del Arrojo, los aficiona-
de los aficionados, al contrario, se erigen como fuentes de identidad dos al margen del proyecto econmico, recibieron el mensaje como un
con el equipo y la regin de su adhesin, debido a que profundizan el cdigo histrico, transformando su recepcin y trasmisin, resaltando
valor memorial del monumento. una memoria de la fiera, basada en la confluencia regional y la emoti-
Estas expresiones complejizan la produccin de sentido del memo- vidad de los logros futbolsticos. Esta reinterpretacin es visible en los
rial, al masificar el simbolismo dentro del espacio pblico y su accin murales del estadio, que han significado un indicio del tipo de mensaje
ritual durante los partidos de ftbol. Estos elementos logran que el codificado por la hinchada. Aunque es invlido afirmar que los fan-
monumento transmita el mensaje, contribuyendo a la emergencia de ticos se oponen a la idea de los empresarios y las autoridades locales,
una memoria colectiva que se rene en el contubernio entre la historia se puede sealar que la memoria colectiva ha desbordado la intencin
del equipo y su legado regional. Para Maurice Halbwachs este tipo de comercial propuesta por la institucin.
memorias son colectivas, ya que implican la representacin de un pa- Pero cul es el mensaje que trasmite el monumento? Cules son
sado en comn, entre miembros de un grupo de indistinta clase social, los mecanismos de su difusin? Qu caractersticas tiene esta memo-
cohesionando su individualidad bajo un acto de memoria (Halbwachs, ria colectiva? Para abordar el mensaje configurado por el Arrojo y
2004, p.62). Este monumento se define como una memoria emocio- el Nou Camp, en la ptica del memorial que representa la visin del
nal, construida por las generaciones de visitantes al estadio, que se pasado y su apropiacin por medio del recuerdo, es pertinente hacer
transformaron en hinchas y vieron con el Arrojo la concentracin nfasis en los dos polos que rodean la construccin de sentido del mo-
de sus recuerdos individuales en colectivos, estableciendo un vnculo numento: la identidad y la referencia territorial. Ambos factores hacen
142 143
parte del mensaje producido por el memorial, en lo que se denomina su libro Lo sagrado del rebao: el ftbol como integradora de identi-
una identidad regional. Para Manuel Castells (2001) esta nocin, se de- dades (2001), sugiere explorar el concepto como un catalizador cultu-
fine como un catalizador de permanencia y experiencia para la socie- ral de los seguidores de las Chivas con la regin de Jalisco, resaltando
dad, un eje de articulacin del sentido que funciona en la accin de las el antagonismo con su rival de patio, el Atlas. Este proceso de identi-
prcticas culturales, una serie de procesos que relacionan lo cultural ficacin es ubicado por Fbregas como un regionalismo que moviliza
a la experiencia histrica, que tienen por finalidad la comunicacin de los aficionados, donde aspectos como la gastronoma son factores de
sentimientos sociales y la apropiacin del sentido territorial (CHONG, identidad, por ejemplo, la venta dentro del estadio de birria y otras
GAVALDN y AGUILAR, 2009, p.3). Esta identidad es plural, mani- comidas tpicas de los jaliscienses son indicios del reconocimiento re-
fiesta en los lazos memoriales colectivos y los espacios culturales vi- gional. El autor menciona cmo esta construccin de identidad supera
vidos, donde lo regional vincula la conexin de las sociedades y sus la fragmentacin del estado, no se trata del rebao como un equipo
diferentes expresiones. de Guadalajara, su valor supera el centralismo y se esparce por todo
De la definicin propuesta por Castells (2001), algunas indagaciones Jalisco y el resto del pas (2001, p.11-33).
se relacionan con el autor y ayuda a ampliar el panorama de interpre- Al respecto, Fbregas refuerza su tesis con la interpretacin de la
tacin sobre las identidades y sus implicaciones culturales en el futbol, identidad de los aficionados de los Jaguares de Chiapas en el sur de
abonando terreno a la comprensin del tipo de mensajes que trasmi- Mxico (FBREGAS, 2006, p. 152-154). Como en el caso de las Chivas,
te el monumento en la ciudad de Len. Para Enrique Rivera Guerrero la hinchada chiapaneca ha reflejado su permanencia regional a travs
(1999, p.6), la permanencia y las manifestaciones simblicas son ejes de la escuadra, alimentando la unidad colectiva de los habitantes que
articuladores entre los aficionados de Los Tiburones de Veracruz con han valorizado la experiencia deportiva como una actividad propia y
esta ciudad, una identidad construida por los cdigos de arraigo entre ligada a los Jaguares. Cuando se celebra el rito futbolstico, los asis-
los seguidores del equipo y las expresiones de establecimiento con la tentes se valen de los rasgos culturales del estado para catalizarlos
regin, principalmente la relacin con el puerto. Rivera en su estudio (CRDENAS, 2008, p.108), intentando mediante smbolos sealar la
de campo, logra comprender que esta identidad modula un sentido del diferencia y lo que los identifica como contrarios a sus rivales; crear un
ser, complementada con un pasado en comn y trasmitida por las ra- sentimiento regional que los hace nicos dentro del ftbol. Fbregas
ces generacionales de los hinchas (1999, p. 163). (2006, p.154 159) ejemplifica cmo funcionan los smbolos que dotan
Otro estudio que nos permite conocer la percepcin de la identidad la identidad regional. Durante un partido el goleador paraguayo Sal-
regional dentro del ftbol mexicano, es el trabajo de Blanca Chong, Eiko vador Cabaas, al anotar un gol, festej la anotacin ponindose una
Gavaldon y Gabriela Aguilar (2009), que sealan cmo se configura la mscara de parachico realizando el baile tpico de la fiesta grande de
identidad de los aficionados al onceno del Santos Laguna. Los autores Chiapas, mientras los fanticos respondan al simbolismo con bailes y
proponen que dicha identidad se codifica cuando la sociedad logra inte- la alegra de los danzantes chiapanecos, un episodio que demuestra las
grar un sistema de smbolos como una accin valorativa y de pertenencia implicaciones de las tradiciones culturales en el ftbol.
regional. En esta indagacin, se explica cmo los smbolos son una sim- En estas interpretaciones, la idea del simbolismo cultural, la per-
biosis de los hinchas, que se asemejan a las tradiciones y costumbres del manencia territorial y la superacin de la fragmentacin estatal, son
lugar donde oficia el equipo, integrando elementos como la musicalidad y referentes de la formacin de identidades en los aficionados. Para el
las referencias idiosincrticas de la regin: himno y escudo (2009, p.1-11). caso de la identidad regional establecida por el monumento pblico
En este sentido, el destacado anlisis de Andrs Fbregas Puig en del Arrojo y el Nou Camp, se consolidad dos ideas predominantes:
144 145
la de un ambiente de permanencia social con la regin (RIVERA, 1999, modo que esta hinchada transfronteriza (ARIAS Y DURAND, 2009),
p.6), y por otra parte, la concepcin colectiva de resaltar las prcticas nos sirve para ejemplificar cmo opera la identidad de los aficionados
culturales que los reconoce como miembros de un estado (FBRE- a un club de ftbol fuera de su lugar de presencia, los fanticos de la
GAS, 2001). Estos dos elementos son propios del mensaje trasmitido fiera no se limitan a una zona predeterminada, su interaccin social y
por la memoria emotiva y colectiva del monumento, los hinchas esme- los lazos culturales les permiten existir y significar su experiencia con
raldas condensan la permanencia al Bajo guanajuatense catalizan- el equipo y la proyeccin de identidades. Esto ha permitido que el mo-
do las referencias culturales, concibiendo un espacio de interaccin y numento se consolide como un texto cultural que integra la mayora de
participacin que supera las disputas locales. aficionados esmeraldas.
Aunque el monumento se encuentre situado en la ciudad de Len, El mensaje funciona articulando los sistemas culturales con la me-
la propagacin de su mensaje es funcional en toda la regin guana- moria, valindose de las experiencias individuales que alimentan los
juatense, aglutinando a los seguidores del equipo por toda la zona. Es atributos culturales, en el cual smbolos como el len cono de la ciudad
decir, que no se trata de las expresiones territoriales de los habitantes y protagonista del escudo del equipo, es retomado como signo para
de Len, aunque el monumento habite en su espacio pblico, su sig- los fanticos que reconocen el animal como estandarte de la ciudad e
nificacin tiene un alcance mayor; el de todos los fanticos del Bajo integrador de los esmeraldas. Otros elementos colectivizados por la
que manifiestan su simpata por la fiera, sealando una pluralidad memoria son las diferencias con otras regiones como Michoacn, Ja-
de experiencias conectadas por la vivencia territorial que es la misma lisco y en general el centro de Mxico; el monumento ha contribuido a
para todos: ser guanajuatenses. Si bien, el memorial aparentemente es profundizar estas divergencias, apoyndose en las rivalidades futbols-
un mensaje destinado a los leoneses en el espacio pblico, sus impli- ticas, que han derivado en el afianzamiento de las identidades grupales
caciones son regionales; un mensaje aglutinador del imaginario social (MACAS, 2012). Esto ocurre en la totalidad de los aficionados, pero
y las prcticas culturales en toda la zona (CRDENAS, 2008, p.108). se agudiza al interior de las porras organizadas. Por ejemplo, la barra
Pese a que este sentido totalizante del monumento puede ser con- Los Lokos de Arriba fundada en el 2002, es una demostracin clara
trovertido en su naturaleza regional, cabe destacar cmo algunos de los antagonismos futbolsticos desde lo cultural, el grupo viaja por
aficionados al equipo colombiano Amrica de Cali, habitantes de la diferentes partes del pas, transmitiendo su pasin por los esmeral-
ciudad de Antofagasta en el norte de Chile, han organizado desde su das, recalcando su adscripcin regional que sobrepasa la ciudad, iden-
estatus como migrantes una serie de actividades que los mantienen tificndose con la zona del Bajo y sus rasgos culturales. Esta porra es
unidos con su equipo, se renen para seguir los partidos y han conver- un referente del Club, mezclando a su permanencia regional un papel
tido la ciudad chilena en un referente de su identidad cultural desde la crtico de los conflictos sociales en Mxico, cuestionando la capitaliza-
filiacin con La Mechita.4 Como resultado de esta distincin y reco- cin del ftbol y denunciando las irregularidades de los directivos del
nocimiento a los fanticos, las autoridades locales y los directivos del equipo; el eslogan de Los de Arriba es vivir un ftbol comunitario con-
equipo caleo, acordaron jugar un partido amistoso entre el Amrica tra el monopolio y el negocio de los dirigentes: El orgullo del Bajo.5
y el Deportes Antofagasta con el objetivo de inaugurar el Estadio Re- Como lo sealamos estas identidades regionales son mltiples y no
gional de la ciudad costera (RADIO COOPERATIVA, 2013). Del mismo tienen una nica manifestacin, su eje es el arraigo con Guanajuato,
4 Denominacin histrica del equipo colombiano Amrica de Cali. 5 Los Lokos de Arriba es una barra brava del Len. (TORRES, 2012).
146 147
que puede expresarse de diversas maneras a partir del tipo de colec- reconocimiento del pasado, en sntesis, la historia del equipo y sus im-
tividades formadas por los aficionados. Esto es, que los catalizadores plicaciones en la cotidianidad de esta zona. Tanto el Arrojo como el
culturales son una multiplicidad de contenidos que corresponden a Nou Camp, cumplen un ejercicio simblico, la recreacin del tiempo
las necesidades de los grupos sociales, teniendo presente los valores histrico en las victorias de la fiera, un espacio que facilita la movili-
de pertenencia regionales, transmitidos por el monumento. Para los zacin social y el recuerdo colectivizado del pasado, una identidad en
hinchas organizados puede tratarse de una identidad crtica con la so- constante construccin y la rememoracin generacional de un sentir
ciedad, materializada por contraculturas y el empleo de la violencia. local: la vida en Guanajuato.
En otros hinchas se manifiesta en la conexin discursiva con el pasado
futbolstico y econmico, recalcando la importancia del deporte en la Consideraciones finales y futuras lneas de investigacin
regin y el valor social de la industrializacin. Para otros aficionados,
el constructo obedece a una esfera poltica, enfatizando las races con- Es difcil despus de interpretar un monumento, intentar mencio-
servadores del Bajo, donde los triunfos deportivos son equiparados nar una conclusin que pretenda sintetizar los argumentos expuestos
a proyectos de gobierno y logros institucionales. En todas estas iden- durante el texto. A nuestro juicio esta observacin no busca un nico
tidades opera una memoria colectiva que refleja la permanencia y la campo de investigacin, procura que sirva como documento explora-
simbiosis cultural, son formas distintas de sentir un espacio, en el que torio acerca de los impactos memoriales en la historia del ftbol mexi-
los seguidores construyen sus redes de sentido y las intercambian en cano. El inters fue recuperar algunos de los trabajos que se han de-
sus experiencias cotidianas. dicado a estudiar este deporte, en los que se resalta a Csar Federico
Frente a estas identidades de permanencia y catalizadores cultura- Macas, Andrs Fbregas Puig y Enrique Rivera Guerrero, intentando
les, viene la instancia de cesacin de las diferentes manifestaciones, analizar uno de los fenmenos recientes, la creacin de monumentos
sta se logra mediante el rito futbolstico, la mxima expresin de las deportivos en plazas y en estadios de ftbol. Por tal motivo, estas con-
identidades regionales. Cuando el juego emerge, los aficionados pro- sideraciones finales tienen por misin que el lector debata las ideas
pagan sus visiones locales, superan los diferentes discursos y cada propuestas, desafe el aparato crtico utilizado y cuestione la hiptesis
uno de los elementos que los fragmenta (FBREGAS, 2006, p.152), planteada, deseando que esta exploracin pueda contribuir a multipli-
cohesionando el arraigo como medio de significacin en contra de lo car los trabajos sobre la memoria y las representaciones sociocultura-
antagnico. Aqu la hinchada es un todo con su equipo y la regin, el les del deporte rey.
cdigo que los organiza y aglutina como espectadores, una sola his- Lo primero que se puede remarcar es que la instalacin del Arro-
toria que los representa como colectividad dentro de otros grupos, el jo hace parte de un programa institucional de la municipalidad y los
teatro apropiado para que la memoria circule y produzca la emotividad directivos del cuadro felino, un proyecto que pretendi reforzar la
de los fanticos. identidad de la ciudadana leonesa, motivado por el ascenso y los cam-
La visita al memorial en el espacio pblico es a su vez permanencia, peonatos esmeraldas. Su construccin busc que los habitantes de
catalizador y supresor de las variaciones, es un texto cultural que se Len reconozcan la importancia deportiva del equipo, sus triunfos y
articula con la significacin de los espacios de la memoria, una fuente los logros alcanzados. Si bien el mensaje transmitido es eficaz, ha sido
que rene a los aficionados bajo el mensaje identitario. Este monumen- alimentado con otros elementos como la memoria colectiva y las iden-
to representa una manifestacin regional, que es asumida por los es- tidades regionales. El primero es un actor protagnico, logra la accin
meraldas, un lugar patrimonial que fortalece la conmemoracin y el social del mensaje y su trasmisin de sentido, en el cual los aficionados
148 149
socializan sus interpretaciones histricas y las comparten entre las co- de horizonte que ayuda a los hinchas a conocer y rememorar su pasado
lectividades. En cuanto a las identidades regionales, estas constituyen desde el presente, acercndolos a una visin interpretativa que vincula
una pluralidad de expresiones, todas orientadas a resaltar los rasgos su cotidianidad con la historia, en el que dos campos son referentes
culturales, sociales y polticos del Bajo guanajuatense. de su vivencia histrica, el trabajo y la industrializacin, sumados a la
A pesar de que el monumento parece determinado por la signifi- profesionalizacin del deporte de mayor adeptos en la regin: el ftbol.
cacin del Arrojo, no funciona individualmente, este memorial se En definitiva, al abordar este monumento desde el enfoque de la
configura con la escultura y el Nou Camp, juntos poseen la red de memoria histrica, sugieren ms preguntas que respuestas definiti-
significacin que simboliza la produccin de memoria del texto, son vas, alargando un camino investigativo que puede servir de inters a
inseparables y su dualidad los convierte en una estructura conjunta. los estudios histricos y culturales. Es importante mencionar algunos
El anonimato de la figura y el rito de las celebraciones futbolsticas, elementos sin profundizar en la indagacin, abonando terreno para
expresan la profundidad simblica del monumento, son los elementos prximas pesquisas y trabajos dedicados al ftbol. Estos temas sueltos
que visibilizan las identidades regionales y la memoria colectiva de la giran alrededor de tres cuestiones: la memoria, la identidad y el monu-
porra. Enfatizando que en este caso, los hinchas organizados en ba- mento. En el primero no fue posible la realizacin de una etnografa,
rras y los seguidores sin filiacin, no son opuestos, se complementan dejando libre un panorama de las representaciones e imaginarios de
en las incidencias rituales y las visitas al monumento. los fanticos a viva voz, conceptos que intervienen en la construccin
El Arrojo y el Nou Camp se deben al espacio pblico, su signi- de sentido del memorial. En segundo trmino, queda sin explorar las
ficacin procede del escenario y el lugar de emergencia, sin embargo, redes de identidad en la cultura, por ejemplo, las prcticas gastron-
como tratamos de demostrar, el mensaje del monumento sobrepasa micas y la musicalidad en el ftbol (DELGADO y GONZALEZ, 2012, p.
las delimitaciones urbanas, su trasmisin es por todo Guanajuato, los 153-177), indicios que vislumbran la codificacin de estas identidades
hinchas son los encargados de transportar el mensaje, articulando sus en Guanajuato. Finalmente, existe una ausencia en la reconstruccin
experiencias sociales con una multiplicad de expresiones de identidad. hemerogrfica que asista a comprender los acontecimientos de mane-
Esta vehiculizacin, desencadena la existencia de identidades mlti- ra global, sealando cmo la construccin del monumento hace parte
ples, que producen una representacin de aspectos culturales en m- de la experiencia histrica de los habitantes de esta parte del Bajo.
bitos como la poltica y lo social; emergiendo una idea regional desde
distintos polos que se conecta en los momentos rituales y las disputa
con los seguidores del equipo contrario.
La connotacin pblica del monumento involucra la memoria como
un garante del tiempo histrico, el memorial se transforma en la fuente
que permite a los hinchas un instrumento de veracidad, donde la infor-
macin de las placas cumple la tarea de posicionar los datos y por ende
las victorias. El monumento enlaza los testimonios y los relatos gene-
racionales, los convierte en acontecimientos palpables por los hinchas,
complementando la circularidad del mensaje, reforzando el recuerdo
emocional de los hinchas a travs de los hechos demarcados. Esta es
una memoria definida por un valor colectivo de la realidad, una suerte
150 151
Referencias CRNICA: Irapuato logra ascenso a Primera; vence
3-1 a Len. En: http://www.cronica.com.mx/no-
AGUIRRE, Carlos Antonio. Immanuel Wallers- tas/2003/71088.html, consultado 15 de febrero de 2017.
tein. Crtica del sistema mundo capitalista. DELGADO, Efran y GONZLEZ, Jaime. De
Mxico: Ediciones Era, 2013. Los de arriba a Los hijos de la mermelada:
ARIAS, Patricia y DURAND, Jorge. En: Migracio- barrismo y msica en el Bajo. En: MAGA-
nes y Devociones transfronterizas. Migracin y ZINE, Roger, MARTNEZ, Jos y VARE-
Desarrollo, Zacatecas, nm. 12, 2009, pp. 5-26. LA, Sergio (Coords.) Aficin futbolstica y
BUTLER, MATTHEW. Devocin y disidencia. rivalidades en el Mxico contemporneo. Una
Religin popular, identidad poltica y rebelin mirada nacional, pp. 153-177. Mxico: Univer-
cristera en Michoacn, 1927-1929. Mxico: El sidad Iberoamericana, 2012.
colegio de Michoacn, 2013. DIARIO AM. Colocan escultura en honor al Len.
CRDENAS, Jorge. El ftbol nos une: socializacin, En: https://www.am.com.mx/leon/superdepor-
ritual e identidad en torno al ftbol. En: Cultura- tivo/colocan-escultura-en-honor-al-leon-179589.
les, Mexicali, vl, IV, nm. 8, 2008, pp. 101-140. html, consultado el 20 de febrero de 2017.
CARRIN, Fernando. Biblioteca del Ftbol DIARIO MARCA. El barca descubre estatua
Ecuatoriano. Quito: FLACSO, 2006. de bronce de Kubala de dos metros de altura
CASTELLS, Manuel. La era de la informacin. Econo- frente a la tribuna del Camp Nou. Disponi-
ma Sociedad y cultura. Mxico: Siglo XXI, 2001. ble en: http://www.marca.com/2009/09/24/
CLUB LEON OFICIAL: Muchas historiasuna pa- futbol/equipos/barcelona/1253803700.html
sin En: https://www.youtube.com/watch?v=ad- Consultado el 20 de febrero de 2017.
801lOW6hM, consultado el 15 de febrero de 2017. EL ECONOMISTA. La verdad de Carlos Ahu-
DEPORTES TERRA: Len asciende a la pri- mada. En: http://eleconomista.com.mx/
mera divisin al golear al Correcaminos. politica/2009/05/07/verdad-carlos-ahumada,
En: https://deportes.terra.com.mx/futbol/ consultado el 29 de marzo de 2017.
ascenso/2012/leon-asciende-a-la-primera-di- EL UNIVERSAL GUANAJUATO. Club Len: 6
vision-al-golear-a-correcaminos,517d6f97a- hroes del equipo esmeralda. En: http://archi-
1447310VgnVCM3000009acceb0aRCRD.html, vo.unionguanajuato.mx/articulo/2013/11/07/
consultado el 15 de febrero de 2017. futbol/leon/club-leon-6-heroes-del-equipo-es-
CHARTIER, Roger. La historia o la lectura del meralda, consultado el 15 de marzo de 2017.
tiempo. Barcelona: Editorial Gedisa, 2007. ENCICLOPEDIA DE LAS DELEGACIONES
CHONG, Blanca, GAVALDN, Eiko y AGUILAR, Y MUNICIPIOS DE MXICO. Historia de
Gabriela. Identidad regional y ftbol, los aficio- Guanajuato. En: http://siglo.inafed.gob.mx/
nados al Santos Laguna. En: Razn y Palabra, enciclopedia/EMM11guanajuato/historia.
Ciudad Lpez Mateos, nm. 69, 2009, pp. 112. html, consultado el 15 de marzo de 2017.
COOPERATIVA: Amrica de Cali venci a Antofagasta ESPN. El Club Len 71 aos de vida. En: http://www.
en la reapertura del Estadio Regional. En: http:// espn.com.mx/news/nota/_/id/2452169/el-club-leon-cele-
www.cooperativa.cl/noticias/deportes/futbol/antofa- bra-71-anos-de-vida, consultado el 15 de marzo de 2017.
gasta/america-de-cali-vencio-a-antofagasta-en-la-re- EXCELSIOR. Club Len. En: http://www.ex-
apertura-del-estadio-regional/2013-03-21/023519. celsior.com.mx/topico/club-leon, consultado
html, consultado el 17 de marzo de 2017. 13 de febrero de 2017.
EXPANSIN. El futbolista Cristiano Ronaldo inau- MAGAZINE, Roger, MARTNEZ, Jos y VARELA,
gura estatua en su tierra natal. En: http://expan- Sergio (Coords.) Aficin futbolstica y rivalidades en
sion.mx/deportes/2014/12/21/el-futbolista-cristia- el Mxico contemporneo. Una mirada nacional, pp.
no-ronaldo-inaugura-su-estatua-en-su-tierra-natal, 143-153. Mxico: Universidad Iberoamericana, 2012.
consultado 13 de febrero de 2017. MACAS, Csar. El futbol y el Bajo en la
FBREGAS, Andrs. El ftbol en Chiapas (M- primera mitad del siglo XX. En: Razn y Pa-
xico): Smbolo de identidad?. En: Revista labra, Ciudad Lpez Mateos, nm. 69, 2009.
de Dialectologa y tradiciones populares, MACAS, Csar. Nuevos aspectos de la historia Moderna de
Madrid, vol. LXI, nm, 2, 2006, pp. 145-161. Guanajuato. Guanajuato: Universidad de Guanajuato, 2011.
FBREGAS, Andrs. Lo Sagrado del rebao: el ftbol como MARTNEZ, Juan Antonio. Guanajuato en la
identidades. Guadalajara: El Colegio de Jalisco, 2001. Guerra de Independencia. Guanajuato: Archivo
GONZLEZ, Miguel. Estructura social y sistema General del Gobierno de Guanajuato, 2003.
simblico en el ritual de los grupos de anima- NAVARRO, Carlos Arturo. Llegar a ser. Monogra-
cin de un equipo de ftbol. El surgimiento de fa del municipio de Len. Len: Ediciones del
la Ultra 1901 como movimiento contestatario Archivo Histrico Municipal de Len, 2014.
al orden social hegemnico. En: Razn y Pala- MEDIOTIEMPO: Len, el dramtico descenso. Dis-
bra, Ciudad Lpez Mateos, nm. 69, 2009. ponible en: http://www.mediotiempo.com/futbol/
HALBWACHS, Maurice. La memoria Colectiva. Za- editoriales/carlos-calderon/2012/04/leon-el-drama-
ragoza: Prensa Universitaria de Zaragoza, 2004. tico-descenso Consultado el 15 de febrero de 2017.
INEGI, 2015. En: http://www.cuentame.inegi. NORA, Pierre. Entre memoria e historia: la pro-
org.mx/monografias/informacion/gto/ Con- blemtica de los lugares, 1984. En: http://comi-
sultado el 15 de marzo de 2017. sionporlamemoria.org/bibliografia_web/histo-
JELIN, Elizabeth. Los trabajos de la memoria. ria/Pierre.pdf, consultado el 10 de mayo de 2017.
Madrid: Siglo XXI, 2002. PADILLA, Alejandra. Ftbol como necesidad:
KOSELLECK, Reinhart. Los estratos del tiempo: es- el equipo Len smbolo de identidad. Entre-
tudios sobre la historia. Barcelona: Paids, 2001. textos, Len, vol. 6, nm.16, 2014, pp. 1-7.
LE GOFF, Jacques. El orden de la memoria. El tiem- PERIDICO AM. La Martinica se desmorona. En: https://
po como imaginario. Barcelona: Paids, 1991. www.am.com.mx/leon/local/la-martinica-se-desmoro-
LEN GUANAJUATO PORTAL. Debela escultura na-93376.html, consultado el 19 de febrero de 2017.
Arrojo en el Estadio Len. En: http://www.leon- PERIDICO AM. Len Antiguo, Historia de los
guanajuato.com/debelan-escultura-arrojo-en-el-es- Estadios en Len. En: http://www.leonanti-
tadio-leon-aficion-y-campeones-club-leon/ Con- guo.com/historia-de-los-estadios-en-leon/,
sultado el 20 de febrero de 2017. consultado el 19 de febrero de 2017
LEVY-STRAUSS, Claude. Antropologa Estruc- PERIODICO EL SUR. Len desfila por la ciudad
tural. Barcelona: Paids, 1995. para festejar el ascenso. En: http://www.ex-
LOKOS DE ARRIBA. Los lokos de arriba es la ba- celsior.com.mx/topico/club-leon, consultado
rra y la hinchada del Club de ftbol Len de M- el 15 de febrero de 2017.
xico. En: http://barrabrava.net/leon/los-lokos- RICARDO MOTILLA. Artista. En: http://www.ricardomoti-
de-arriba/ Consultado el 17 de marzo de 2017. lla.com/untitled-cl8d, consultado el 20 de febrero de 2017.
MACAS, Csar. El clsico del Bajo? Algunas con- RADIO FRMULA. Jbilo por el triunfo del Len
sideraciones histricas sobre un rival social. En: y ascenso a Primera Divisin. En: http://www.
radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=243188,
consultado el 18 de febrero de 2017.
RIVERA, Enrique. Los tiburones Rojos como identifi-
cacin sociocultural en los aficionados al ftbol del
Puerto de Veracruz. Tesis Maestra en Comunica-
cin. Veracruz: Universidad Veracruzana, 1999.
ROBLEDO, Jess y ARMIENTA, Wendy. El Es-
cuadrn Aurinegro: identidad y representa-
ciones en una barra de ftbol (Equipo Dora-
do de Sinaloa). En: Razn y Palabra, Ciudad
Lpez Mateos, nm. 69, 2009, pp. 117.
SINEMBARGO MX. Brbara Botello y la
decepcin del PRI en Len. En: http://www.
sinembargo.mx/opinion/10-04-2014/23042,
consultado 20 de febrero de 2017.
SMITH, Anthony. Conmemorando a los muertos,
inspirando a los vivos. Mapas, recuerdos y mora-
lejas en la recreacin de las identidades naciona-
les. En: Revista Mexicana de Sociologa, Ciudad
de Mxico, vol. 60, nm. 1, 1998, pp. 61-80.
TELEVISA DEL BAJO OFICIAL. Develan Escultu-
ra. En: https://www.youtube.com/watch?v=-Ie-
fu8gmxLY, consultado el 20 de febrero de 2017.
TERRA. Len devela estatua del Nou Camp. En:
https://deportes.terra.com.mx/futbol/liga-mx/
leon-devela-estatua-en-el-nou-camp-che-
ca-en-honor-a-quien,c07639479ff7b410Vgn-
VCM4000009bcceb0aRCRD.html, consultado
el 20 de febrero de 2017.
TORRES, Juan Pablo. Los de Arriba. Len: Insti-
tuto Cultural de Len, 2012.
TORRE, Susana. Ciudad, memoria y espacio p-
blico: el caso de los monumentos a los deteni-
dos y desaparecidos, en Memoria y sociedad,
Bogot, vol. 10, nm. 20, 2006, pp. 17-24.
TURNER, Vctor. El proceso ritual Estructura y
Antiestructura. Madrid: Taurus, 1988.
TURNER, Vctor. La selva de los smbolos. Aspec-
tos del ritual Ndembu. Mxico: Siglo XXI, 1999.
VARGAS, Sebastin. Trpido: historia, construccin de ver-
dad y violencia. Bogot: Publicaciones La Sorda, 2015.
4.
Cuentas pendientes entre prceres y asesinos:
memorias en disputa alrededor de estatuas a pre-
sidentes cubanos1
159
4. Annimo. Estatua de Toms Estrada Palma. Tomada de: http://caosycosasdecuba.
blogspot.de/2014/01/los-zapatos-de-estrada-palma.html
2 222 pasos, cifra del ejrcito nacional. la narracin, la temporalidad del relato, la multiplicidad de actores, el
2 137 pasos, cifra de Roberto, con medio pomo de agua para luchar poder, la heterogeneidad de los sectores subalternos y la veracidad de
contra el medioda. los enunciados. Se trata de evidenciar las disputas por el significado de
Se extiende la Avenida de los Presidentes o Calle G, como todo en estos monumentos, captando as todo el peso que sobre la isla causan
Cuba, partiendo del agua y culminando en una obra grandiosa. En ese distintos sentidos de la existencia an no realizados o sometidos.
rin de La Habana que es el reparto Vedado, esta calle se planifica
durante la segunda mitad del siglo XIX y comenzarn a poblarla varios El poder de representarse en espacios pblicos
monumentos a presidentes de La Repblica, un complejo deportivo y
la Casa de las Amricas, un hospital para la maternidad y uno orto- En una ciudad habitan distintos grupos con dismiles experiencias
pdico, bares como Casa Balear, un caf literario y el cine Riviera, la de vida cargadas de traumas y victorias, producto de enfrentamientos
Facultad de Periodismo y la Alianza Francesa y el Instituto Lincoln, la sociales la mayora de las veces. Estos mltiples sentidos acerca de la
crcel El Prncipe y la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de existencia, lo vivido y el porvenir, no implican que la sociedad no se
La Habana. pueda cohesionar en un sentido comn o en uno que supedite al resto
Pero no menos variados sern quienes habiten esta calle y los usos de los grupos. Para lograr esto, aquel sector que ostente el poder ne-
que le den: exhibicionistas que muestran sus sexos erectos a jvenes cesitar desplegar recursos en el escenario social -militares, legales y
universitarias, graffiteros irreverentes, gays que gozan de encuentros simblicos-, con el fin de que las memorias sometidas y pendientes de
clandestinos, masturbadores, disidentes y revolucionarios, una flor irrupcin no afecten su hegemona.
para Camilo y, cada noche con su madrugada, sabrn emborracharse En El poder en escenas: de la representacin del poder al poder de la
o andar cuerdos los integrantes de tribus urbanas: rockeros, raperos, representacin, Georges Balandier despliega en el primero de los ac-
reparteros, mickys, emos, vampiros, bohemios. Esta vereda insular pites algunas formas dramticas que han organizado a las sociedades
resulta un escenario privilegiado donde se muestra la flora y fauna di- y la manera en que estas narraciones aparecen en el terreno social. La
versa de La Habana nocturna! tensin que sostiene su escritura est dada por vincular dos dimensio-
En el recorrido de estas pginas, se acomoda un inters tico de nes influyentes entre s: un orden simblico que se registra en un rela-
mostrar una trama social cubana abundante de intrigas y contradic- to y sus puestas en escenas, y el ordenamiento de las relaciones huma-
ciones, unidad y fuerza. La complejidad de este escenario ser abor- nas y sociales. Su inters es destacar que la dimensin simblica tiene
dada con el anlisis de las formas en que diferentes sectores de la so- efectos performativos en el mbito social mediante una teatralizacin
ciedad se apropian de los smbolos colocados en los espacios pblicos en el espacio pblico que otorga sentido a los lazos de los individuos
de Calle G. En particular, se registrarn los distintos significados que entre s y con el mundo (BALANDIER, 1994, p. 15-43). En palabras de
han tenido los monumentos a los dos primeros presidentes de la Re- Stuart Hall, se trata de apuntar al carcter constitutivo de la cultura:
pblica de Cuba situados en la avenida: Toms Estrada Palma y Jos
Miguel Gmez. [] desde el giro cultural en las ciencias sociales y humanas, sabemos que
Para ello se interrogarn distintas fuentes como revistas de po- el significado es producido -construido- ms que simplemente encontrado.
ca, peridicos oficiales, canciones, cadenas de email, libros y reseas, Consecuentemente, la representacin es concebida como integrando el pro-
documentales, conciertos y sitios de internet, desde una red de con- ceso de constitucin de las cosas, y as la cultura es conceptualizada como
ceptos conformada por la historia, la memoria, el lugar de memoria, un proceso primario o constitutivo, tan importante como la economa o la
162 163
base material en la conformacin de sujetos sociales o hechos histricos, y Por otro lado, no todo el espacio urbano representa un escenario
no simplemente una visin del mundo que sucede despus de los hechos. donde el poder pueda legitimarse, sino que slo ciertos lugares son
(HALL (ed.), 1997, p. 5-6) (cursivas en el original). depositarios de estas caractersticas. El intelectual francs Pierre Nora
definir a estos sitios como lugares de memoria. Haciendo un recorrido
Advierte Balandier que segn las formaciones sociales y el momen- por la historiografa francesa a travs de los grupos de historiadores
to histrico, el formato de los relatos puede ser el mito, la revelacin, que participaron en diferentes momentos del proyecto Annales, surgi-
la razn y sus lgicas ordenadas por valores; de igual modo, tambin do en 1929 y coordinado inicialmente por Bloch y Febvre, la investiga-
varan la estructura y los elementos de la puesta en escena, desde ritos dora Eugenia Allier contrasta el surgimiento de este concepto con los
y conmemoraciones, hasta el despliegue de los mass media. Situado en paradigmas precedentes.
este enfoque, el autor propone un quehacer acadmico que evidencie Luego de explicitar a los principales autores y las perspectivas des-
los artilugios de los cuales el poder, en un contexto determinado, se de las cuales abordaron a la labor historiadora, en dependencia de los
arma para establecer un orden ante la diversidad de formas que co- giros que el contexto francs fue propiciando, la autora sita el surgi-
existen en la heterognea trama social. El espacio urbano lo concibe miento de la categora lugar de memoria en los aos ochenta y destaca
como un escenario en el cual los diferentes regmenes de poder, que dos cualidades que Nora recupera de enfoques anteriores: la predilec-
han gobernado una ciudad, levantan o derriban smbolos que preten- cin por el aspecto poltico y el acento en el anclaje espacial. Cita Allier
den cohesionar lo social en una unidad de sentido: palabras de Nora en su texto:
Lo que se encuentra siguiendo esas progresiones [de las ciudades fundadas Me haba parecido que la rpida desaparicin de nuestra memoria nacional
en historia], pertenece siempre al poder y a lo sagrado; cada poca inscribi llamaba a un inventario de los lugares donde ella se ha encarnado efectiva-
su manera de unir una cosa y otra y mostrarlas en lo que sus predecesores mente y que, por la voluntad de los hombres o el trabajo de los siglos, han
haban edificado. [] Toda ciudad se va enriqueciendo, a lo largo de su histo- permanecido como los smbolos ms resplandecientes: fiestas, emblemas,
ria, de estos lugares a los que puede serles atribuida una funcin simblica, monumentos y conmemoraciones, pero tambin elogios, diccionarios y mu-
que reciben de manos del destino o que obtienen de los acontecimientos. [] seos. (ALLIER, 2008, p. 175).
Ciertos sitios expresan el poder, imponen su sacralidad, mejor de lo que po-
dra hacerlo cualquier explicacin. (BALANDIER, 1994, p. 26). Ciertamente, este concepto contiene una sensibilidad compleja que
se ir discutiendo en la extensin de los diferentes acpites de este
De este fragmento me interesa destacar que, no slo el poder para artculo. Por lo pronto, dado que nos estamos enfocando en el poder
establecerse y dominar en la sociedad tiene que acudir al espacio p- como fenmeno social especfico, baste quedarnos con la apuesta me-
blico y realizar una puesta en escena que transmita a los espectado- todolgica del lugar de memoria como fuente espacial de investigacin,
res el ordenamiento social de su inters, sino que dicha construccin en la que diferentes regmenes de poder significan y alteran sus senti-
del sentido debe estar sujeta de algn modo a los proyectos polticos dos, segn la propuesta poltica que sostienen.
previos que rigieron. El poder, que hace referencia a un grupo social Una indicacin sugerente, como bien sostiene Achugar, es que nuestra
dominante que tiene la capacidad para intervenir en el espacio pbli- mirada no debe descuidar que el mismo gesto que establece en el espacio
co, dispone entonces de una narrativa en la que se representa como pblico un lugar de memoria, est administrando la visibilidad y deja fue-
continuidad o ruptura con el pasado. ra de representacin a las propuestas alternativas u opuestas a la erigida:
164 165
Inicia entonces un proceso de ocupacin norteamericana, el cual cede
Pero, al mismo tiempo, la representacin es un borramiento, una tachadura, ante presiones internas y culmina con la aprobacin de la Constitucin
una cancelacin pues el monumento [como lugar de memoria] borra, tacha, de 1901 por los delegados a la Asamblea Constituyente.
cancela toda otra posible representacin que no sea la representada por el Entre algunos estatutos de dicho documento y la Enmienda Platt
monumento. La visibilidad del monumento vuelve invisible todo aquello y aprobada por los Estados Unidos, la nacin norteamericana quedaba
todos aquellos que el monumento niega o contradice. [] de ese modo realiza con el derecho de intervenir en los asuntos internos del pas; mientras,
el mayor efecto del poder de la representacin y la celebracin: condena al desocupara militarmente la isla. De este modo, el 20 de mayo de 1902
olvido, a la invisibilidad, a la no presencia de aquello o aquellos que no tienen se constituye oficialmente La Repblica de Cuba, resultando electo To-
el poder para representarse o ser representados. (ACHUGAR, 2008, p. 155). ms Estrada Palma como Presidente.
El perodo que sigui resulta una etapa muy compleja para el pas,
En especfico, comencemos atendiendo al monumento como lugar pues se parte de un contexto devastado tras aos de guerra y se apues-
de memoria en dos contextos. Primero, como cristalizacin del sur- ta por una construccin poltica sin precedentes en Cuba, adems bajo
gimiento de la Repblica de Cuba a inicios del siglo XX y del proyecto cierta tutela norteamericana. No obstante, para las discusiones que
nacional que este suceso implicaba. Luego, atenderemos a las trans- pretende este trabajo, rescatemos que durante el gobierno de Estrada
formaciones que experiment dicho monumento tras 1959, contexto Palma se firmaron diversos tratados comerciales y de arrendamien-
de ruptura con la poltica que los gobiernos anteriores venan desarro- to que desfavorecan al pas y beneficiaban al gobierno y empresarios
llando en el pas. norteamericanos, lo cual caus un grave descontento en algunos sec-
Ante ello, es prudente hacer una advertencia metodolgica segn tores nacionales, como el Partido Liberal.
el modo en que se realiza y expone el rastreo de los hechos: lejos de El malestar cvico y la sublevacin de este partido opositor, fue cau-
una descripcin histrica, cuidada de la cronologa y de la comproba- sa declarada por los Estados Unidos para realizar una segunda inter-
bilidad de un dato, este trabajo privilegia el formato del enunciado y la vencin en el pas desde 1906 hasta 1909, amparado en los artculos
estrategia de divulgacin utilizada, especificando al sujeto de enuncia- de la Enmienda Platt. A fines de 1908, se organizaron unas elecciones
cin. La intencin es coherente con lo antes expuesto, dado que el in- en las que result ganador Jos Miguel Gmez, el cual era miembro
ters est depositado en el aspecto perfomativo de los actos culturales del Partido Liberal. Finaliza entonces la ocupacin estadounidense,
desarrollados en determinados sitios del espacio pblico y la propues- no sin antes dejar establecido al Ejrcito Permanente Cubano: rga-
ta poltica que le subyace, incluso en detrimento de su verosimilitud no represor que debera garantizar que fueran innecesarias futuras
como enunciado. intervenciones.
El gobierno del segundo presidente del pas dur cuatro aos y
La vereda y el Estado tropical, plenos de inquietud se caracteriz por la corrupcin, concesiones econmicas al gobier-
no norteamericano y por el hecho de, con la fuerza del ejrcito, haber
En la Isla de Cuba, que comenz un proceso de colonizacin por dado muerte a alrededor de 3 000 afrocubanos que, afiliados al Partido
parte de Espaa desde inicios del siglo XVI, se desarrolla en 1895 una Independiente de Color, se enfrentaban a la discriminacin social en
guerra de independencia que contara con el apoyo del ejrcito nortea- la nacin y luchaban por la igualdad de derechos -este acontecimiento
mericano. Tres aos despus, con la firma del Tratado de Pars, cesa no es citado de modo balad, pues en posteriores acpites se retomar-.
la guerra y Espaa cede sus colonias de ultramar a Estados Unidos. En adelante, hasta 1959, la realidad del pas se caracterizara por una
166 167
gran inestabilidad poltica, golpes de estado frecuentes y el estableci- sidentes. El monumento en homenaje pstumo al Primer Presidente de
miento de criminales dictaduras. La Repblica, Toms Estrada Palma, fue construido en 1921; mientras
Este breve bosquejo, que slo pretende situar algunas figuras y fe- que el correspondiente al Segundo Presidente de La Repblica, Jos
chas que se retomarn, muestra que comienza a inicios del siglo XX una Miguel Gmez, en el ao 1936. Con estos homenajes se aseguraba la
realidad poltica diferente en el pas, articulada a la formacin de la na- presencia en un espacio pblico del proyecto republicano ejercido por
cin y plasmada en la Constitucin de 1901. El establecimiento paulatino dichos polticos, lo cual constituy a esta vereda como un escenario
del Estado-nacin constituy una labor que ocasion, desde diferentes privilegiado de representacin del poder.
sectores del pas, interrogantes e intentos de respuesta alrededor de la En un artculo de la revista habanera Carteles, de gozosa reputacin
apuesta instaurada: qu es ser cubano, diferente de ser espaol? en su tiempo, en el nmero 48 del 12 de noviembre de 1950, cuyo ttulo
Desde las artes plsticas, por ejemplo, surgieron distintas formas es En qu ao naci Don Toms Estrada Palma?, pueden registrarse
de abordar esta pregunta, sea enfatizando paisajes rurales con mo- los sentidos que para el poder de la poca tena el primero de los mo-
tivos y coloridos propios, o representando el establecimiento de las numentos. En el texto, unos periodistas hacen pblica una demanda,
industrias y la pobreza en ciertos grupos sociales, o acentuando una solicitada al Historiador de la Ciudad3, para que sea corregido el ao
voluntad de experimentacin en tcnicas para establecer estilos pls- de nacimiento del Primer Presidente de La Repblica, tanto en el monu-
ticos originales (WOOD, 2012, p. 23-147). En cuanto a los mecanismos mento situado en la Avenida de los Presidentes como en el mausoleo a su
que el poder, en sus sucesivos regmenes, despleg para la construc- nombre del Cementerio de Santa Ifigenia, provincia Santiago de Cuba.
cin de la nacin, veamos su expresin a partir de dos monumentos en A partir de haberse hallado la partida de bautismo de Estrada Pal-
contextos diferentes. ma en su expediente de la Universidad de La Habana, se revela que
El surgimiento de la Calle G o Avenida de los Presidentes est an- el ao de nacimiento fue 1832, quedando expuesto el error en la base
clado al diseo del reparto habanero El Vedado en 1860, cuya mayo- del monumento que indicaba 1836, as como el del mausoleo que tena
ra de las calles quedaron nombradas por letras y nmeros. Duran- inscrito 1835:
te algn tiempo, pasadas las dos primeras dcadas del siglo XX, se
tuvo la intencin de colocar monumentos a los diferentes presidentes Fue seguramente este dato equivocado [unas palabras en su defuncin que
que tuviera La Repblica, de los cuales slo se llegaron a construir expresa la edad con que fallece] el que hizo incurrir posteriormente a todos
los correspondientes a los dos primeros. Este proyecto fue abandona- los crticos y bigrafos de Don Toms en el error de decir que este naci en el
do paulatinamente tras diversas dificultades, encontrndose entre las ltimo citado ao [1835], error que fue constantemente repetido en diarios,
primeras un fuerte debate entre los arquitectos de la poca acerca del revistas y libros, por quienes se ocuparon en estudiar la vida y obra del gran
formalismo del monumento al segundo presidente y los valores arqui- patriota que tuvo la gloria de ser el sucesor de Mart como delegado del Parti-
tectnicos y urbansticos2.
A pesar de ello, bastaron ambos monumentos para que popular-
mente la Calle G comenzara a ser nombrada como Avenida de los Pre- 3 La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana fue fundada en 1938 por
Emilio Roig de Leuchsenring. En 1967, tras su muerte, le sigui como Histori-
ador de la Ciudad Eusebio Leal Splenger. El objetivo principal de esta institucin
es la restauracin integral del Centro Histrico de La Habana y es importante
citar que, en 1993, el Consejo de Estado aprueba el Decreto Ley No.143, con el
2 Los detalles del conflicto entre los arquitectos de la poca y las resoluciones cual se otorga facultades excepcionales a la Oficina del Historiador de la Ciudad
tomadas por el Colegio de Arquitectos, puede revisarse en (GMEZ Y CABRE- para crear y explotar fuentes econmicas propias que financien el proyecto de
RA, 2005). restauracin.
168 169
do Revolucionario Cubano en el exterior durante la guerra de independencia de aquella repblica mediatizada por la poltica injerencista estadounidense y
de 1895, y el primer jefe del Estado que tuvo nuestra patria al constituirse arquetipo del moldeable funcionario que se somete a los dictados de la vecina
Repblica en 1902. As, por ejemplo, uno de los ms fieles amigos y sinceros potencia, cual as sucedi, a la luz del juicio riguroso de la historia de Cuba.
admiradores del prcer bayams [] fue el 9 de julio de 1835 el da en que De aquel importante monumento [debe referirse a la estatua] hoy slo pueden
la esposa de Don Andrs Mara Estrada, Doa Candelaria Palma y Tama- apreciarse los cascos de la bestia que sostena la figura de aquel personaje,
yo, bayamesa de pura cepa como l, lo obsequi con el regalo del primer que fue smbolo del pasado.
hijo, varn por ms suerte, futuro perpetuador del apellido paterno y digno [] Este monumento [el dedicado a Jos Miguel Gmez] se termin en 1936
seguidor de la obra terrenal de sus progenitores. (67) (las comillas son del y est dedicado a quien fuera general del Ejrcito Libertador, en la lucha in-
original, mientras que mas las cursivas) dependentista, al que le han sealado manejos turbios del erario pblico. La
estatua de Jos Miguel Gmez, que originalmente estaba colocada en un sitio
Pero todos los mritos que adornaron y honraron los pasos terrena- prominente del gran conjunto artstico, fue tambin quitada de este lugar al
les de este ilustre personaje de la historia nacional, prcer de La Rep- inicio de la Revolucin de 1959, conservndose el resto de esta obra monu-
blica de Cuba, no fueron suficientes ante la mirada crtica del gobierno mental que es considerada una de las ms importantes de La Habana por sus
instaurado tras 1959, el cual decidi borrar del espacio pblico la es- valores arquitectnicos y escultricos. (89) (las cursivas son mas)
tatua levantada en homenaje. En efecto, junto a la estatua del monu-
mento al segundo presidente de La Repblica, a inicios del gobierno de Antes de comenzar el anlisis del texto de Dvalos, es importante
Castro, la de Don Toms tambin fue quitada de su pedestal, quedando situar algunas coordenadas acerca del autor y del medio por el cual
el resto de los elementos del monumento y sus zapatos. publica. El libro del cual se han extrado las citas es una publicacin de
Otra instancia de borramiento es que en el libro Mi Habana Queri- la editorial con sede habanera Si-Mar, la cual tiene una fuerte vertiente
da. Crnicas de Fernando Dvalos, su autor describe distintos sitios de en produccin de material turstico (ECURED), misma que tambin le
la capital que se destacan por sus valores urbanos o arquitectnicos, ha impreso este texto en ingls y otro, en el mismo idioma, cuyo ttulo
siendo que no se haya un espacio para ambos monumentos. No obstan- podra ser traducido como Cuba se te ofrece: gua turstica del nuevo
te, el autor los cita cuando dedica un apartado a La Calle G, por medio milenio. Es importante destacar que la fotomecnica e impresin de
del cual podemos captar las resignificaciones de que fueron objeto di- este libro fue realizada en Sevilla, Espaa; as como que el libro puede
chas personalidades: ser adquirido por compra electrnica con pago en dlares y por medio
del portal de AbeBooks.com (ABEBOOKS) 4.
[] pero su notoriedad casi olvidada [la de calle G] es que durante aos se Adems, este autor cuenta con un libro titulado La Frontera en Ma-
le conoci tambin como Avenida de los Presidentes, ms que nada por las riel, impreso en 1983 por la Unin de Escritores y Artistas de Cuba,
estatuas de dos controvertidas personalidades nacionales que ocuparon tan institucin oficial cubana que responde a los intereses del gobierno y
alto cargo a principios del siglo XX, en poca de la repblica neocolonial. ejerce censura a material disidente o de artistas opositores5. Incluso,
Las dos figuras escultricas -de Toms Estrada Palma y Jos Miguel Gmez-,
fueron desmontadas de sus pedestales en los primeros momentos del triunfo
4 No se descuide que, en cuestiones del embargo econmico, este dato resulta muy
revolucionario de enero de 1959. En los segmentos iniciales de la calle G se importante tratndose de una institucin estatal.
mantiene todava el primero de estos homenajes pstumos, con sus valores 5 Para encontrar un anlisis de cmo la UNEAC comenz a representar a la cen-
sura gubernamental, puede consultarse el libro de Guillermo Cabrera Infante
artsticos, pero sin la imagen ecuestre de Estrada Palma, primer presidente con ttulo Mea Cuba.
170 171
podemos prestar atencin a que le citan en un artculo del 20 de ene- Rafael Montalvo Morales
ro del 2007 publicado en Juventud Rebelde, rgano oficial de la Unin General del Ejrcito Libertador, no haba hecho poltica y nadie lo considera-
de Jvenes Comunistas, halagando la justeza y lrica de sus crnicas ba con capacidad de reflexin suficiente para el cargo de Secretario de Obras
(ORTA). Basten estos elementos para tomar los sentidos que se expo- Pblicas, el que comenz a desempear en marzo de 1905 en el Gabinete de
nen en el texto de Dvalos como representativos de la institucionalidad Combate de Estrada Palma. (441) (las comillas son del original)
cubana actual.
Pero an antes de destacar los diferentes elementos que se aprecian Mientras que de uno de los Secretarios del gobierno de Jos Miguel
en el texto, tomemos otro documento como muestra de la resignifica- Gmez, expresa brevemente:
cin que recibieron las figuras de estos primeros presidentes. Se trata
del libro 500 aos de construcciones en Cuba, por el fallecido autor Joaqun Chalons Snchez
Juan de las Cuevas Toraya, en una coedicin de La Habana-Madrid, de Ingeniero civil. Mientras fue Secretario de Obras Pblicas se construy la
junio del 2001. presa que hoy lleva su nombre para abastecer de agua a Santiago de Cuba, la
El investigador, quien fund el Ministerio de la Construccin y el cual no resolvi el problema debido a la mala calidad. (441)
Ministerio de la Industria de los Materiales de Cuba, galardonado con
la Medalla por el 40 Aniversario de las Fuerzas Armadas, fue una figu- Por otra parte, un extracto del comentario que acompaa a la des-
ra oficialista del gobierno posterior a 1959 que en dicho libro hace un cripcin del monumento a Jos Miguel Gmez, expresa:
admirable recorrido por siglos de construccin en Cuba, explicitando
donde fue posible acerca de los materiales utilizados, las tcnicas y la Roig de Leuchsering dice que: todo esto forma un conjunto sumamente re-
formacin de los ejecutores (BIANCHI, 2013). cargado, anticuado y pretencioso. (264) (las cursivas son del original)
Dado el carcter enciclopdico, preferira decir que por torpeza no
encontr informacin acerca del monumento a Estrada Palma, siendo Son varios los datos curiosos que se evidencian. Primero, es de des-
que a diferencia del libro de Dvalos, se inclua la informacin explcita tacar que el estilo que utiliza el autor para resear a los funcionarios
referente al de Jos Miguel Gmez. Me interesa destacar del texto un que se desempearon bajo el mandato de los dos primeros presidentes
apartado dedicado a informar brevemente acerca de los funcionarios de La Repblica, es muy distinto al utilizado en el resto de las breves
que, a partir de la constitucin de La Repblica, ocuparon los cargos descripciones que realiza hasta el gobierno de 1959. Por lo general, de
de Secretarios o Ministros de Obras Pblicas. En cuanto al perodo de cada Secretario de Obras Pblicas apenas describe sus estudios y aos
Estrada Palma, se dice de sus funcionarios: de formacin, los cargos previos y mritos; a diferencia de cuando se
dirige a los funcionarios citados que se nota un esfuerzo por no decir
Manuel Luciano Daz Sosa nada de vala o slo cualidades o acciones que puedan resultar dem-
Nombrado Secretario por Estrada Palma, se rumorea que era agente del ritos (en ocasiones basados en rumores que se estaran haciendo, un
Ministro yanqui Squiers, a quien informaba de lo tratado en las reuniones siglo despus, de un funcionario que apenas estuvo cuatro aos en el
del Consejo de Secretarios. Era copropietario de las minas de cobre de Ma- cargo). Cuestin similar ocurre con los comentarios al monumento a
tahambre. Jos Miguel Gmez, en el cual se leen juicios valorativos arbitrarios y,
fundamentalmente, que se trata de un gesto que no se repite en la gran
mayora de las descripciones restantes.
172 173
Por ltimo, un detalle no menor que retomaremos en breve: en el dicha resignificacin tuvo un impacto inmediato en el espacio pblico
listado que realiza de los Secretarios de Obras Pblicas en los distintos retirando su estatua del monumento creado como homenaje pstumo
gobiernos de La Repblica de Cuba, cada seccin tiene un ttulo donde e invisibilizndole en medios de difusin o acadmicos.
se explicita el nombre del gobernante de turno y el perodo en el poder. A nivel de los trminos empleados, en estos ltimos artculos se tra-
La nica excepcin es con el gobierno posterior a 1959, del cual slo ta de Estrada Palma y no de Don Toms como en la revista. Asi-
se lee: Gobierno Revolucionario y no Gobierno de Fidel Castro, alte- mismo, Dvalos lo describe como un maleable funcionario, mientras
rando nuevamente el estilo por una nica ocasin (DE LAS CUEVAS, en Carteles se refieren a l como prcer y patriota. En cuanto al pe-
2001, p. 444). rodo histrico, si con Carteles le llambamos la poca de La Repbli-
Pasemos a mostrar las consecuencias de los puntos de encuentro de ca, con Dvalos se nombra como la repblica neocolonial, haciendo
ambos textos citados. Antes incluso de hablar del proceso de resigni- alusin a la relacin de Cuba con Estados Unidos por esa poca. Inclu-
ficacin a que se ven expuestas las figuras de Toms Estrada Palma y so, no podra determinar si cuando dice el periodista de Mi Habana
Jos Miguel Gmez, y por tanto sus monumentos en el espacio pblico, Querida que an estn en el pedestal los cascos de la bestia, se trata
enfatizara que hay un intento de borramiento. No slo evidenciado del error de suponer que Estrada Palma anteriormente se encontraba
por el retiro de las estatuas en los monumentos durante los primeros sobre algn animal o si con la bestia se refiere al mismsimo Don To-
aos del gobierno posterior a 1959, sino por la dificultad con la cual se ms, tomando a sus zapatos por cascos.
hacen visible en los libros citados. La mutacin del sentido, si continuamos con la apuesta inicial de
Por ejemplo, en el recorrido por monumentos de La Habana que que bajo estas intervenciones en los lugares de memoria subyace un
hace Dvalos, este no les dedica un apartado especfico, cuestin que proyecto poltico, queda enlazada como consecuencia al proyecto del
s realiza con el monumento a Calixto Garca -el cual se encuentra en gobierno de Fidel Castro, el cual se construy poniendo en el lugar
uno de los extremos de la Avenida de los Presidentes, y cuyos valores del enemigo a los Estados Unidos, con el cual no se podra tener ni
escultricos y arquitectnicos son bastante menores. Dentro del apar- concesiones ni negociaciones. En efecto, Toms Estrada Palma fue una
tado que los menciona, titulado Calle G, de la avenida en s slo escribe figura poltica que negoci mucho con el gobierno norteamericano, en
una oracin en la que explica que es de doble va y posee rboles en el detrimento muchas veces del propio pas, y hasta declaraba pblica-
centro de la vereda, pasando de inmediato a hablar de los monumen- mente la conveniencia de supeditarse a los Estados Unidos temporal-
tos intervenidos en el resto de la pgina. Por qu entonces no puede mente en beneficio cvico.
llevar el apartado explcitamente el nombre de dichos monumentos si No obstante, quizs valga hacer un llamado de atencin pues en el
el texto en su extensin es para hablar de ellos? contexto del 1898 cubano, devastado el pas por la guerra y los efectos
Este juego que simultnea entre visibilidad y ocultamiento, tam- de campos de concentracin, con el ejrcito norteamericano estable-
bin se encuentra en el texto de Juan de las Cuevas, pero en esta oca- cido en el territorio, quizs esa capacidad de negociacin fue lo que
sin apuntando ms hacia el demrito. Hay tal negatividad alrededor permiti mantener la desocupacin militar de la isla y la consolidacin
de la figura de Estrada Palma, que se terminaron reduciendo las rese- como repblica; destino que no tuvo Puerto Rico, por ejemplo.
as de sus funcionarios a meros rumores o acciones negligentes. En Aunque la intencin de este trabajo es slo captar las resignifica-
comparacin con el artculo de la revista Carteles, se aprecia notable- ciones y apuestas polticas implcitas, no dejemos de mencionar que la
mente que el significado de la figura del primer presidente de La Re- etapa republicana pre-59 fue un proceso muy complejo para la nacin
pblica, desde el nuevo poder, experiment una transformacin, y que que difcilmente pueda reducirse a ser maleable o poseer convicciones
174 175
inquebrantables de independencia radical. Incluso, en el caso espec- proponerse como marco de pensamiento comn a todos. Rescatemos
fico de Estrada Palma, su gobierno result el menos corrupto de este para esto a la frase del artculo Mi Habana Querida que dice a la luz del
perodo y, pese a las condiciones histricas, logr elevar considerable- juicio riguroso de la historia de Cuba, as como que en la seccin de
mente el tesoro nacional e invertirlo en innumerables obras pblicas. los Secretario y Ministros, del libro de 500 aos de construcciones en
Pero la operacin del gobierno post-59 no slo aplic un efecto de Cuba, se nombra al gobierno post-59 como Gobierno revolucionario.
borramiento y resignificacin sino que adems, sobre la misma Aveni- Entiendo que en estas elaboraciones hay un esfuerzo de unicidad
da de los Presidentes, coloc nuevos monumentos. Las figuras elegidas que responde a la intencin de eliminar discrepancias de opiniones
para habitar el espacio pblico fueron hroes latinoamericanos como y establecer homogeneidad de sentido. En concreto, Dvalos parece
Simn Bolvar emplazado en 1999, Benito Jurez en el 2000 y Salva- asumir que la historia de Cuba es la interpretacin de la historia por
dor Allende en el ao 2003 6 (una posible interpretacin de por qu la parte del gobierno posterior a 1959, descuidando que en otros tiem-
eleccin de estos aos para la construccin de los nuevos monumentos pos las percepciones fueron diferentes e, incluso, que en los actuales
citados, ser tratada posteriormente). existen sus querellas en torno al modo de apropiarse de estos smbo-
Quizs aqu sea aventurado hacer una interpretacin respecto a los. Mientras, en Juan de las Cuevas la no explicitacin del nombre del
este gesto de levantar nuevos monumentos, pero no nos detengamos presidente y su sustitucin por un adjetivo, puede entenderse como un
por ello. Por un lado, en tanto la avenida estuvo descuidada por mu- artificio de anonimato que permitira la identificacin de todos los ciu-
cho tiempo como escenario de representacin del poder, esta accin dadanos, supuestamente tratndose de un proyecto de cambios para
le devolvi a la vereda dicha cualidad. Por otro, que el gobierno de todos y no de un sistema especfico con un proyecto social concreto
Fidel Castro se constituya, desde su propia enunciacin, como la cul- que puede coincidir con los intereses y anhelos de muchos, y con el
minacin y realizacin plena del proyecto nacional, articulado a que rechazo de otros.
las nuevas figuras desplegadas a lo largo de la avenida no sean per-
sonalidades cubanas sino latinoamericanas con las que hay similitud El subalterno contra-ataca: multiplicidad, temporalidad
de valores, puede entenderse como que en la historia de la isla no hay y veracidad
precedentes en cuanto a la gobernacin: el proyecto revolucionario
es algo totalmente novedoso dentro del pas.7Para cerrar este acpite, Cuando en acpites anteriores introdujimos el concepto de lugar de
enlacemos otro par de enunciados a algunos de los aspectos tericos memoria se utiliz con mucha simplicidad en pos de viabilidad metodo-
indicados inicialmente. Se trata de un gesto que se encuentra tanto en lgica. En aquel momento el inters era subdividir la extensa categora
Dvalos como en Juan de las Cuevas: desde el poder, la presentacin del el espacio pblico en fragmentos significativos donde se concentran los
proyecto poltico se esforzar por cohesionar al resto de la sociedad y sentidos sociales: los lugares de memorias. Como en el anlisis del estu-
dio de caso que le sigui slo se atendera a las intervenciones desde el
poder, nos bast con tomar de este concepto la referencia a la conden-
6 En el entronque de la avenida con Malecn, se haya un monumento en homenaje sacin espacial mediante el monumento. No obstante, nuestro inters
a Calixto Garca, figura con la cual se identifica el gobierno actual, pero el cual
fue propuesto y diseado durante el gobierno de 1955, aunque inaugurado luego ahora es apreciar cmo se complejiza la trama cuando reconocemos la
de 1959 (GMEZ Y CABRERA, 2005).
7 Obviamente, se trata de una interpretacin extrema, pero desde la cual se emergencia de sectores subalternos, aquellos grupos sociales que no
vislumbra algo de la esencia del fenmeno; pues por supuesto, el gobierno actual ostentan el poder y que sostienen con ste una relacin de subordina-
se identifica con muchas figuras previas, con la usual condicin de que se hayan
enfrentado al poder espaol o a las dictaduras de Machado y Batista. cin. Para el tratamiento de ello, abordaremos diferentes problemticas
176 177
que se caracterizan por debatir las articulaciones de estas relaciones de Mientras, en el caso de los relatos de tragedias, se apunta melancli-
poder y sus consecuencias: los vnculos entre historia y memoria, el uso camente ms al retorno continuo del trauma que a un inters de inter-
de temporalidades diferentes en las narraciones del pasado, la cuestin vencin en el porvenir.
de la verdad ante divergentes interpretaciones a hechos de antao, as Luego, entendiendo a la contemporaneidad como marcada por la
como la naturaleza misma de los grupos subalternos. fugacidad y la masificacin, Nora caracteriza a la poca actual de la
Cuando diferentes autores realizan un bosquejo acerca de las varia- historiografa como dominada por el presentismo: antes que un n-
ciones de intereses y perspectivas que ha experimentado la disciplina fasis en lo utpico o en la conservacin de una tradicin, se trata de
acadmica de la historia, se coincide generalmente en considerar di- un marco interpretativo que privilegia un conflicto actual como mvil
ferentes paradigmas. Primero, se suele asociar el surgimiento de la organizador del pasado y proyector de futuro.
disciplina a la formacin de las naciones -la francesa en particular-, Es en este panorama que surge el concepto de lugares de memoria
que en tanto producto de la modernidad, mediante la razn debera con toda su complejidad: la multiplicacin de memorias particulares
conducir un puente entre el pasado y el futuro que guiara el destino que reclaman su inclusin en la historia; el sentimiento de que no hay
del grupo humano en cuestin (en este caso, la memoria se le opondra memoria espontnea, lo cual implica una voluntad de crear archivo,
por representar lo vago y relativo) (NORA, 2008, p. 23). celebrar conmemoraciones y otras prcticas, pues se reconoce que es-
Es destacable como Nora indica que, al contrario de cierta tendencia tas operaciones no son naturales; su componente espacial y tangible
que piensa a la labor historiadora como una suma acumulativa de todos para que tenga por existencia un soporte, cuyos significados variados
los hechos del pasado, en el ncleo de su quehacer siempre estuvo la se- truncan las intenciones de sus fundadores; el acento en las discontinui-
leccin cuidadosa de aquello que se recordara y los modos de hacerse. dades de la historia nacional pues implic el abandono o sumisin de
Adems, se encuentra en esta labor una pretensin en la enunciacin de ciertos grupos y valores (NORA, 2008, p. 26-39).
estar escribiendo una historia general y no especfica a una clase o cre- De esta manera, queda recuperado aquello que habamos metodo-
do. Entrando en crisis este paradigma a inicios del siglo XX, comienzan lgicamente dejado pendiente: el lugar del subalterno y las estrategias
otras articulaciones entre la historia y la memoria. Rabotnikof comenta de que se vale en sus disputas con el poder. En palabras del historiador:
que Huyssen destac dos momentos en que emergen unos discursos
diferentes acerca de la memoria: los procesos de descolonizacin y el El lugar de memoria es material por su contenido demogrfico; funcional
debate en torno al Holocausto. A partir de estos procesos, la memoria por hiptesis porque garantiza la cristalizacin del recuerdo y su transmi-
no continuara siendo un discurso secundario y poco veraz respecto a sin al mismo tiempo; pero simblica por definicin, ya que se caracteriza
la historia, sino que el acceso a ella permitira el rescate de otras his- por un hecho o una experiencia vivida por un nmero pequeo, una mayora
torias jubilosas pero subsumidas por el poder en el contexto colonial, que no ha participado. () Si es verdad que la razn de ser fundamental de
o bien la coleccin de relatos que daban cuenta de historias trgicas o un lugar de memoria es parar el tiempo, bloquear el trabajo del olvido, fijar
momentos crticos de fractura social (RABOTNIKOF, 2003). un estado de cosas, inmortalizar la muerte, materializar lo inmaterial para
Indica la autora un aspecto interesante respecto a que la naturaleza el oro es la nica memoria del dinero- encerrar el mximo de sentidos en
diferente de estas experiencias pasadas produce un vnculo distinto un mnimo, est claro y es lo que los vuelve apasionantes, que los lugares
con las expectativas futuras. En el caso de la recoleccin de perlas de memoria viven de su aptitud a la metamorfosis, en el incesante rebote de
de memorias durante la vivencia colonial, se organizan proyectos po- sus significaciones y el bosque imprevisible de sus ramificaciones. (NORA,
lticos alternativos que incorporan lo recuperado por estas visiones. 2008, p. 35).
178 179
Para comparar diferentes relatos que se narran alrededor de un Hemos dicho que hay que distinguir tantos tiempos colectivos como grupos
mismo lugar de memoria, una categora apropiada para el anlisis es separados existen. Pero no podemos ignorar que la vida social en su conjunto
la temporalidad. Este concepto presupone que en la manera como un y en todas sus partes se desarrolla en un tiempo que se divide en aos, meses,
colectivo trata a su pasado se hallan elementos de la conciencia que das y horas. [] Decimos que un mismo acontecimiento puede afectar a la
tiene de s mismo. De este modo, comprender en qu difieren distintas vez a varias conciencias colectivas distintas; por lo que concluimos que, en
narraciones acerca de un mismo hecho puede ser identificar cundo ese momento, dichas conciencias se acercan y se unen en una representacin
comienza la historia, quines son los responsables, cules fueron las comn. (HALBWACHS, 2004, p. 108)
causas y los momentos de discontinuidad del espritu de tal relato.
Hartog lo define de este modo: Previo a retomar el estudio de caso para interrogarle desde estas
categoras, queda por introducir otra postura intelectual: ante tanta
Si partimos de diversas experiencias del tiempo, el rgimen de historicidad variedad de memorias en conflicto demandando su verdad histrica,
intenta brindar una herramienta heurstica, que contribuya a aprehender dnde apoyarse para declarar la veracidad? Pues este trabajo asume
mejor no el tiempo, ni todos los tiempos ni el todo del tiempo sino, princi- un enfoque benjamiano en lo que al tratamiento de la verdad refie-
palmente, momentos de crisis del tiempo, aqu y all, justo cuando las arti- re, siendo que la vala de lo verdadero la depositamos en la intencin
culaciones entre el pasado, el presente y el futuro dejan de parecer obvias. poltica que articula varios momentos histricos. Resulta vital sealar
Acaso no es eso, antes que nada, una crisis del tiempo? (HARTOG, 2007, que entendemos a este aspecto poltico como aquello que ocasiona las
p. 38) (comillas del original) resonancias entre distintos grupos, creando alianzas o disputas.
Es decir, que no se trata de escudriar la veracidad de una narra-
La criticidad temporal suele observarse, en las manifestaciones al- cin del pasado, ni la pertinencia de una interpretacin del suceso ac-
rededor de un lugar de memoria, cuando un hecho del pasado es evo- tual que le despierta, ni la viabilidad de la propuesta de futuro que trae
cado por sectores subalternos y remiten a un relato en el que que- implcito el relato. Aquello que nuestro enfoque persigue es vislum-
da inconcluso un proyecto poltico. Esta discontinuidad se fija en los brar la manera en la que se enlazan estos momentos, acentuando la
miembros identificados a dicho grupo y retorna con vehemencia en el exigencia poltica que sostiene un grupo especfico que se encuentra
mismo sitio en que otros sentidos se evidencian, como remarcando la sometido y sus formas de causar eco en otros sectores. Este enfoque
presencia de ese espritu en espera de encarnacin y continuidad que que prioriza el enlace o la actualizacin de una discontinuidad, es lo
el poder subsumi en otra poca y hasta la actualidad. que en el pensamiento de Benjamin se nombra como los pliegues:
Pero dentro de esta perspectiva es importante reconocer que aun-
que cada colectividad tenga tiempos narrativos diferentes, tampoco se Quien alguna vez comenz a abrir el abanico de la memoria no alcanza ja-
trata de temporalidades que nada comparten (el mismo lugar de me- ms el fin de sus segmentos; ninguna imagen lo satisface, porque ha des-
moria es muestra de la posesin de algo comn). En efecto, sea tras cubierto que puede desplegarse y que la verdad reside entre sus pliegues.
fenmenos de dominacin o de fusin temporal, las experiencias de los (SARLO, 2006, p. 33)
grupos suelen tener intersecciones y, por tanto, elementos similares
del relato. Halbwachs refiere a ello en su texto La Memoria colectiva:
180 181
Levntenlo! tales (una minora trabaja para el sector privado que ofrece mejores
ingresos), hay poca accesibilidad (los usuales lugares para consultar
La relacin entre el gobierno cubano posterior a 1959 y la oposicin Internet son sitios pblicos, no siendo regular que se pueda consultar
en la isla, es una cuestin compleja que incluye procesos de exilios, en las casas o empleos) y que el gobierno tiene imposibilitada la entra-
de migracin masiva, de eliminacin de los medios de informacin a da a algunas pginas.
posturas disidentes, de represin y deslegitimacin. Limitmonos a las Por este tipo de vas alternativas, en marzo del 2003 publica Miriam
maneras en que la oposicin en la actualidad reacciona contra el go- Leiva, en el diario de noticias Cubanet, un artculo con nombre Don
bierno y los mecanismos que emplea para ello alrededor del lugar de Toms Estrada Palma merece respeto. De la autora baste citar que fue
memoria que tratamos en acpites anteriores: los monumentos a los funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba hasta que
primeros presidentes de La Repblica de Cuba, Toms Estrada Palma la expulsaron en 1992, y que es una de las fundadoras en el 2003 de Las
y Jos Miguel Gmez, situados sobre la vereda de la Calle G. Damas de Blanco 9. En su artculo, escribe:
Entre las demandas comunes de distintos sectores disidentes en Cuba
que sostienen posturas diversas, est que en la Constitucin y la admi- El primer presidente, Don Toms Estrada Palma, fue degradado al extremo
nistracin que lleva a cabo el gobierno actual no hay libertad de prensa de derribar su estatua en la Avenida de los Presidentes en La Habana y otros
(pues todos los medios de comunicacin masiva pertenecen al Estado), lugares. () La pretensin de borrar de la memoria histrica a Don Toms Es-
ni libertad de asociacin (la Constitucin lo establece, aunque el gobier- trada Palma se sita entre las acciones ms deplorables contra las generacio-
no no lo cumple), ni reconocimiento legtimo de otros partidos distintos nes de cubanos que han recibido instruccin deformada y adoctrinamiento
al Partido Comunista de Cuba8. Pero desde hace ms de una dcada la ideolgico para desvirtuar los hechos y trocar los prceres y dignatarios. El
oposicin ha encontrado una plataforma de accin que logra evadir, en maestro a quien Jos Mart distingui como persona sacrificada y honrada,
parte, estos mecanismos de control y censura gubernamental. y a quien leg la presidencia del Partido Revolucionario Cubano, haba sido
Se trata del uso de blogs y diarios digitales por medio de Internet presidente de la Repblica en Armas entre 1876-1877, y el primero al instau-
(con servidor fuera de la isla), lo cual ha posibilitado que la prensa y la rarse la Repblica el 20 de mayo de 1902. Procur lograr lo mejor para el
opinin internacional tengan otras narraciones, que la oposicin ha pas y su pueblo en las difciles y complejas circunstancias de su poca. No
podido volver pblicas, acerca de los sucesos en la nacin. Los forma- se corrompi ni rob, sino que impuso la austeridad para procurar mayores
tos usuales van desde crnicas y reportajes, denuncia de violacin de ingresos que gastos. (LEIVA, 2003) (las cursivas son mas)
derechos y detenciones arbitrarias, hasta comunicados de huelgas de
hambre por parte de presos polticos en protesta.
Una limitante de este medio de accin es que el mayor pblico de
estos sitios no son los residentes en el pas. El motivo de esto es que
todava en Cuba el Internet tiene un alto costo para los salarios esta- 9 Tras una ola represiva en el 2003 contra ciudadanos que ejercan la libertad de
opinin pacficamente en Cuba, se organizan Las damas de blanco, mujeres que
elevarn nacional e internacionalmente el abuso cometido contra sus esposos,
hijos o familiares indirectos. Dentro del pas su visibilidad la alcanzan realizan-
8 Pueden revisarse el Artculo 5 del Primer Captulo donde se declara al Partido do una marcha dominical en silencio por alguna avenida notoria, vestidas todas
Comunista de Cuba como la fuerza superior dirigente; mientras que en el de blanco y con una flor en la mano, manifestacin pacfica a pesar de la cual son
Captulo VI, el Artculo 52 establece la libertad de palabra pero a los fines de la reprimidas. Por ejemplo, este domingo 16 de abril fueron arrestadas 40 damas
sociedad socialista y se declaran a los medios de difusin como propiedad estatal de blanco, antes de celebrar la misa previa a la marcha, en diferentes iglesias del
(PORTAL CUBA). pas (DAMAS DE BLANCO).
182 183
Otra reconocida figura de la oposicin dentro de la isla, que tambin nunca ms se instalara en Cuba un rgimen tirnico. (ESCOBAR, mayo
se pronuncia sobre este tema, es Reinaldo Escobar. Este se desenvuel- del 2005) (las cursivas son mas)
ve activamente como periodista independiente y es el jefe editor del
diario 14ymedio; tambin reconocido por ser pareja de Yoani Snchez, Por ltimo, citemos a otros dos comentarios que explicitan cmo
una bloguera que alcanz reputacin internacional como opositora al interpretan a la accin gubernamental de quitar las estatuas de los
rgimen castrista. En un artculo publicado, escribe Escobar acerca monumentos algunos sectores de la oposicin. Publicado en Diario de
de estos monumentos y sus destinos: Cuba, leemos:
Una es la dedicada al exmandatario Toms Estrada Palma, colocada en 1921 La Avenida, en su etapa republicana, solo cont con los monumentos de dos
en la interseccin de la Avenida de los Presidentes y la calle Calzada, que fue presidentes: el de Toms Estrada Palma, el primer presidente, a la altura de
arrancada de su pedestal tras el triunfo revolucionario de 1959. Hoy quedan la Calle 5ta, y el del General Jos Miguel Gmez, el segundo, a la altura de la
solo los zapatos. La otra, una colosal obra levantada en 1936 en la misma Ave- Calle 29. Sobre el pedestal en que se ergua la figura del primero, solo quedan
nida para homenajear al expresidente y mayor general Jos Miguel Gmez. sus zapatos, cercenado el resto por algn extremismo vandlico en 1960, uno
La primera humillacin que sufri este enorme monumento fue que, en la de los primeros sntomas de la revisin de la historia que vendra despus.
misma poca en que arrancaran a Don Toms, se retirara la figura de bronce (DMASO, 2014). (las cursivas son mas)
que representaba al homenajeado. Por esta causa, durante aos el lugar se
convirti en un urinario pblico, zona de tolerancia sexual y, ya a finales de Mientras, el segundo se encuentra en Caos y cosas de Cuba:
los ochenta, en el palacio habanero del grafiti.
En los primeros meses de 1959, cuando la revolucin encabezada por el tira-
() Un buen da de finales de los aos 90, el seor Eusebio Leal, historiador de no Fidel Castro trataba de tomar el control absoluto en Cuba, se destruyeron
la ciudad, tom cartas en el asunto. Para sorpresa de muchos se recoloc la ul- los smbolos ms visibles que haba dejado la Repblica. Comenzaron por las
trajada figura en su pedestal [la de Jos Miguel Gmez], hicieron una limpieza mquinas tragamonedas y siguieron por las estatuas entre otros muchos. ()
a fondo, pusieron un sistema de luminarias y contrataron vigilantes. Varios La de Toms Estrada Palma (quien sustituy a Jos Mart como Delegado del
medios criticaron tardamente el pillaje ya superado y a partir de entonces Partido Revolucionario Cubano y luego se convirti en el primer Presidente
proliferaron los llamados a la disciplina social para evitar que se repitieran de la Repblica) tuvo un final tragicmico. Cuando lograron tumbar al hom-
los hechos vandlicos. (ESCOBAR, abril del 2015) (las cursivas son mas) brecito de bronce, sus zapatos se quedaron asidos al mrmol. (LVAREZ,
2014) (las cursivas son mas)
Mientras, en una publicacin de Gabitos: Cuba Eterna, narra Esco-
bar en modo de crnica un relato que nos permite conocer los sentidos Al retomar el estudio de caso con estas citas, y vincularlo con las
que le atribuye a la poca que representa Estrada Palma: anteriores cuando se mostr el modo en que el gobierno posterior a
1959 haba resignificado los lugares de memoria correspondientes a
El 20 de mayo de 1902 decenas de pases de todo el mundo hicieron pblico las estatuas de Estrada Palma y Jos Miguel Gmez, queda evidencia-
reconocimiento del advenimiento de Cuba como nacin independiente. La do que en la actual sociedad cubana coexisten una multiplicidad de
alegra fue masiva, sincera y desbordante. Y no digo irrepetible porque 56 memorias que reclaman una intervencin en la historia distinta a la
aos despus hubo un primero de enero en el que los cubanos creyeron que establecida por el poder del gobierno. Una de las maneras en que se
184 185
diferencian estos relatos radica en las opiniones acerca de la pertinen- siquiera impresa o por vas de acceso general a la poblacin que radica
cia de que las estatuas sigan ocupando su lugar, el sentido que posee en el pas, ni por algn otro medio de divulgacin que no sean los blogs
que hayan sido desmanteladas y el significado que se les otorga a las y diarios a consultar va Internet (por no citar la represin que pueden
figuras homenajeadas y sus perodos de gobierno. padecer al expresar su opinin)11. No obstante, ello no impide que estos
Los ejemplos de significaciones contrarias son variados. Si recurri- sectores sientan la urgencia de visibilizar sus relatos y sentires acerca
mos al texto de Dvalos, para comentar que las estatuas de los presi- de la manera en que se narra oficialmente la historia nacional.
dentes no se encuentran, utiliza el trmino desmontadas, mientras Coincide este tratamiento disidente de las memorias, por las signifi-
que desde los artculos de la oposicin citados se habla de tumbar, caciones con que revisten a las figuras y los hechos, con lo que Rabot-
destruyeron, arrancada, humillacin y ultrajada. De esa mane- nikof identificaba como un uso del pasado que rescata a las perlas de
ra, se desplaza el sentido de una accin juiciosa y serena del gobierno, memoria, es decir, que estos colectivos entendern como momentos
hacia una violencia descarnada (que muchos de los opositores expe- de gloria mayor a los de antao que a los actuales. Por tanto, puede
rimentan de distintas formas sobre sus cuerpos por parte del gobier- esperarse que en cierta forma su apuesta social reestablecer algunas
no)10. de las lgicas polticas y cvicas de aquel tiempo.
Por otro lado, desde la postura oficial de Dvalos, Estrada Palma Respecto a la temporalidad en las narraciones de la oposicin, pue-
era un arquetipo del moldeable funcionario que se somete a los dic- de analizarse cmo la presencia de las discontinuidades equivale a
tados de la vecina potencia, un smbolo del pasado y esto se demos- un conflicto que experimentan en la actualidad con relacin al poder.
tr a travs de la luz del juicio riguroso de la historia de Cuba. Pero Ciertamente, pueden interpretarse estas memorias de la oposicin
no resulta de esta manera para la oposicin, pues el mismo hecho de como una reaccin: en tanto me opongo al gobierno y l se contrai-
la redaccin de los artculos da cuenta de que se trata de un smbolo dentifica con la etapa de 1902-1958, entonces glorificar aquello que se
vigente, adems de devolverle el modo de nombrarle Don Toms, y le opone. Pero ms interesante resulta si buscamos qu tendra aquel
catalogarlo como exmandatario, prcer, dignatario, persona sa- perodo que no continu y que favoreciera a su postura poltica actual.
crificada y honrada. En efecto, en diferentes plataformas algunos grupos opositores han
Incluso, la disidencia hace explcita, dada su identificacin con la manifestado su inters de retorno a la vida poltica tal como se mani-
poca republicana, la asociacin entre destruir las estatuas y el ata- fiesta en la Constitucin de 1940, mxima expresin de la formacin
que a ellos como colectivo: destruyeron los smbolos ms visibles que de La Repblica12. Las ventajas que ofrece dicha estructuracin legal
haba dejado la Repblica y los primeros sntomas de la revisin de
la historia. Siendo que adems hacen partcipe a otras naciones de la
legitimidad de aquel tiempo y sus gobiernos: pases de todo el mundo 11 Es importante citar algunos de los artificios de que se ha valido la disidencia
para divulgarse entre la poblacin interna de la isla. Por ejemplo, a pesar de
hicieron pblico reconocimiento y la alegra fue masiva. la poca accesibilidad a internet y sus altos costos, una parte de la poblacin
considerable tiene acceso a cuentas de correo electrnico. En base a esto, dis-
Este cohabitar de memorias tiene implcitas asimetras, pues la ac- tintos diarios de noticias interceptan direcciones de emails para hacer circular
cin de grupos disidentes no se desenvuelve en la prensa oficial, ni las diferentes publicaciones que realizan los periodistas independientes, sea
como denuncia o como crnica inconforme. Cumpliendo as el propsito de la
divulgacin de la informacin, se hayan diarios como Cubanet, Diario de Cuba y
HavanaTimes.
12 Valga comentar que a partir del perodo republicano hasta la actualidad, Cuba
ha cambiado en tres ocasiones de constitucin. Nace La Repblica con la Consti-
10 Algunos artculos en la red dirn que se destruyeron a puro golpe de mandarria tucin de 1901, luego reemplazada por la Constitucin de 1940, para la redaccin
(CRNICAS DE RAL). de la cual intervinieron nueve partidos diferentes, cuatro de ellos pertenecientes
186 187
del pas, a diferencia de la constitucin vigente y redactada en 1976, mismo querellas que adulaciones. Esta capacidad de crear resonan-
es el pluripartidismo. Puede entonces comprenderse que, en el reco- cias, hasta el punto de que en muchsimos blogs se actualiza el mismo
nocimiento parcial de la etapa republicana, encuentra una parte de la problema y citando similares argumentos, indica que aquella incon-
oposicin su propia legitimidad, en tanto parte de sus procesos eran formidad que hace tal uso del pasado resulta comn o contraria, pero
las asociaciones libres, distintos partidos legtimos y con diferentes nunca indiferente, siempre problemtica: veraz.
proyectos polticos enfrentndose y realizando sus campaas en for- Caso distinto es el artculo Profe, quin era por fin Don Toms?,
mal competencia. En fin, el reconocimiento y no el borrado de la con- publicado en el blog Cuba Ahora (SANTIESTEBAN, 2014). Este sitio se
tradiccin social dentro de un mismo territorio. identifica con el gobierno actual de Cuba, evidenciado esto por las rei-
Por ltimo, se quisiera atender a dos cuestiones. En cuanto a la hete- teradas frases en la extensin de la pgina que dicen Hasta la victoria
rogeneidad al interior de grupos subalternos, se puede apreciar cmo siempre, Fidel y por estar coordinado por el Centro de Informacin
la investigadora Margarita Garca, radicada en Estados Unidos, pu- para la Prensa, organismo financiado por el Estado Cubano. Dedicado
blica un libro titulado Antes de Cuba Libre. El surgimiento del primer a contar ancdotas donde la figura del primer presidente de La Rep-
presidente de Cuba: Toms Estrada Palma, por Editorial Betania en el blica queda como una personalidad grosera y vil, es de notar que a
2015 (CONNOR; DIARIO DE CUBA). En un gesto que difiere de las in- pesar de la cantidad de ellas, muy pocas hallan eco en otros artculos,
tenciones del gobierno actual de Cuba (por el simple hecho de investi- por no decir que slo tuvo dos comentarios.
gar una figura vetada por su ideologa), la autora toma accin mediante A lo que se quiere apuntar es que ni siquiera basta con vituperar
la investigacin, publicacin impresa, ruedas de prensa y presentacio- para que grupos con similares intereses se contagien de un relato o se
nes de libro. Esto evidencia que ocupar la categora opositor no es su- desate la furia para ripostarle desde sectores que se le oponen. Hay un
ficiente para describir las distintas actuaciones que se desarrollan en vaco en este artculo que da la impresin de noticias gratuitas, siendo
contra de un poder, sino que en dependencia de las variables sociales que no causa impacto la apuesta poltica en juego y, por tanto, decimos
que atraviesen al grupo -para el caso, no padecer la censura editorial que no posee los efectos de la veracidad.
por residir fuera de la isla-, se dispersan intervenciones diferentes.
Mientras, en lo referente a la verdad, podemos apreciar que aun- Tmbenlo!
que demeritemos la comprobacin de los hechos, no por ello cualquier
enunciado est cargado de veracidad. Cuando anteriormente sostena- Del artculo de Reinaldo Escobar en 14ymedio que citamos, surge
mos que encontrbamos los ndices de la verdad en las maneras en que un hecho que merece nuestra atencin. Se trata de que a finales de
se articulan los hechos, ello se materializa en los efectos que causen los los noventa, el Historiador de la Ciudad Eusebio Leal declar que el
ejes de las narraciones. Por ejemplo, pueden revisarse cualesquiera de monumento a Jos Miguel Gmez era prioritario de conservacin, por
los blogs citados y se encontrarn, en la seccin de los comentarios, lo pertenecer al patrimonio nacional. Como parte de este proyecto de
restauracin, la estatua del segundo presidente de La Repblica fue
devuelta a su pedestal. Es importante destacar que este ejercicio del
al bloque de la oposicin y el resto al gubernamental. Tras 1959 se declara la poder no fue acompaado con discursos acerca de la figura del anti-
Ley Fundamental, documento por el cual se empieza a regir el pas durante su
transicin hasta que fue elaborada la Constitucin de 1976, todava vigente. Para guo presidente, sino nicamente bajo las argumentaciones de restau-
conocer algunos debates y diferentes posturas recientes alrededor de cmo racin del patrimonio.
relacionarse con la Constitucin reformarla, volver a la de 1940 con reformas,
entre otras-, puede revisarse el (DOSSIER, 2009). Pero este hecho fue registrado de una manera crtica por el grupo
188 189
cubano de rap, fundado en 1996, de nombre Obsesin. Los integran- []
tes del grupo, el matrimonio conformado por Alexey eltipoeste y Ma- Porque esta estatua representa la muerte de tantos
gia Lpez, realizaron en el 2012 un disco titulado El Disco Negro, el negros inocentes,
cual constituye un documento etno-sociolgico acerca de las dismiles Esta va por los Independientes. (TMBENLO)
maneras en que se manifiesta el racismo en Cuba y los modos de ex- (JOS MIGUEL GMEZ EN CALLE G, 2012) (las
perimentar la negritud (OBSESIN). El tema llamado Calle G, aborda cursivas son mas)
cmo para la poblacin negra de la isla restituir dicha estatua consti-
tuye una falta a su memoria negra de dolor. Reproduzcamos algunos En efecto, el grupo de rap est haciendo referencia a cuando, en
fragmentos del tema musical: 1912, el Presidente Jos Miguel Gmez convoc al ejrcito para hacer
frente a los negros que exigan sus derechos desde el Partido Inde-
Y no me digan que eso patrimonio pendiente de Color, ocurriendo una matanza de alrededor de 3 000
Que no se pue tumbar porque es de Eusebio. personas negras. A partir de la publicacin de esta tema, diferentes
Esta solicitud no es pa escritorio. intelectuales de la isla, que no necesariamente pactan con el gobierno,
Es una exigencia del pueblo! comenzaron a hacer circular su opinin respecto al destino ms apro-
[] piado para la estatua restituida. Citemos algunos comentarios:
No entiendo que hace ese tipo ah, despus de una
Revolucin que se hizo aqu. Mario Coyula
Qu fue lo que pas con la memoria de este pas? La historia no se puede cambiar, y mucho menos demoler; pero s interpretar.
No s a ti, a nosotros no nos representa! Para eso estn los ensayos y libros, los debates y polmicas. Si empiezan a
(Que no me den muela!) bajar del pedestal a prceres dudosos, dnde detenerse? Esos mismos mo-
Que para m est claro que est glorificando el racismo numentos, incluso los inmerecidos, son parte de una historia. Hay que expli-
al descaro carlos. Nuestra historia y la del mundo est llena de personajes que tuvieron
Hago un llamado al graffiti cubano una ejecutoria hermosa por un tiempo y despus la ensuciaron con abusos
Si no la tumban vamo y la graffiteamo! y hasta crmenes. La terrible represin sobre los Independientes de Color,
Redonda falta de respeto en el medio del Vedado incluyendo la ejecucin, ms bien linchamiento, de Quintn Bandera, merece
Qu hacemo nos callamo? un monumento aparte.
No, nunca! Desiderio Navarro
[] Y no se podra, dejando la estatua en su lugar, colocar a su lado una tar-
Tmbenlo!! Urgente!! ja como las que tienen tantos monumentos, a veces ms habladoras sobre
Por los Independientes!! los financiadores del monumento que sobre la personalidad recordada por el
[] mismo en la que un sucinto texto aludiera tambin a los lados oscuros del
Yo no he hecho na, homenajeado, con lo cual el monumento no slo recordara a ste, sino tam-
Solo dije lo que haca falta decir. bin a la sociedad o segmento de ella que fue capaz de homenajearlo acrtica-
Es la verdad mente a pesar de (en ocultacin de) esos lados? De ese modo, el monumento,
Y la historia a m no me permite mentir. a travs de esa tensin entre estatua y tarja, podra ser productor-transmisor
190 191
de saber histrico, o incitador de la bsqueda de conocimientos histricos, Esto nos permite ubicar otras dos plataformas de accin por la cual
sin dejar de ser la misma obra escultrica de mayor o menor calidad arts- grupos subalternos, en Cuba, exponen en el espacio pblico sus usos
tica. (JOS MIGUEL GMEZ EN CALLE G, 2012) (las cursivas son mas) del pasado. En el caso de los intelectuales, la va de hacer circular emai-
ls con contactos de numerosas personalidades tiene un antecedente y
Al recibir tantos comentarios, los integrantes de Obsesin hicieron una cualidad que vale comentar. Hace unos diez aos comenz una ca-
pblica su respuesta acerca de las opciones dadas por los intelectuales: dena de emails entre figuras acadmicas y del arte donde se exponan
los criterios acerca de lo sucedido en Cuba en el perodo denominado
Nuestra peticin de demolicin de la estatua (no del mausoleo) de Jos Mi- como quinquenio gris13. Tuvo tal repercusin y expansin dicho debate
guel Gmez, peticin que no se reduce o digamos no se detiene en el acto de que se termin organizando una mesa, en la cual algunos intelectuales
demoler, si no que propone adems erigir en su lugar una estatua a Mariana hicieron una presentacin, que resulta una coleccin de testimonios
Grajales, quien no fue presidenta pero nos representa (rima y es verdad) en de experiencias de censura y represin vividas personalmente o que
toda la dimensin de la palabra . mujer, cubana, negra, madre [] No es sufrieron algunas personas que les fueron cercanas a los ponentes.
el caso de Jos Miguel con todo y la lgica cultural implcita. Por favor, en Que el canal de divulgacin fue bajo el formato de los emails no es
nuestro pas hay muchos ejemplos ilgicos de lgica cultural. No vamos a arbitrario pues, an ms en aquellos aos, la conectividad a Internet
respetar un patrimonio con el cual no nos veamos representados. [] Desde en Cuba es muy limitada. No obstante, existen diferentes servidores de
nuestro punto de vista la permanencia de esta estatua es una total falta de empresas estatales que le otorgan una cuenta de correo electrnico a
respeto a Eloy Alfaro, a Salvador Allende, a Benito Jurez gente cuyo de- sus empleados, siendo que no precisan stos de acceso a la red en tanto
nominador comn fue el decoro en todo momento, la limpieza, la vergenza. es el servidor quien se conecta. Adems, habra que tener en cuenta
[] Dicen que no hay una sola verdad, pero nosotros tenemos la nuestra y es que dicha temtica jams hubiera aparecido en los medios de difusin
la que echamos pa alante. (JOS MIGUEL GMEZ EN CALLE G, 2012) (las masiva que controla el gobierno, otro elemento que hace a la va de los
comillas son del original, las cursivas mas) emails atractiva para estos grupos.
192 193
En cuanto al grupo de rap, contar con estudio en casa les libra de que coinciden los aos en que se restituye la estatua a Jos Miguel
verse supeditados al control y censura de las instituciones de msica. Gmez y aquellos en que se erigen los nuevos monumentos a figuras la-
En caso contrario, es altamente probable que El Disco Negro no hu- tinoamericanas con valores comunes a los gubernamentales. Entonces
biese podido concretarse. Para calcular la potencia de su estrategia, quizs podamos aventurarnos y plantear que, si bien posterior a 1959
habra que recordar que si bien dentro del pas no hay amplia ven- la Avenida de los Presidentes cay en el descuido y perdi sus cuali-
ta de discos de msica, debido a sus altos costos y los bajos ingresos dades de ser un escenario donde el poder realiza sus performances, a
salariales, al contrario existe una fuerte cultura offline donde mucha finales de los noventa este aspecto fue retomado.
informacin se hace circular transmitindola entre amistades median- Pero esto no se dio sin una dosis de enfrentamiento entre los intere-
te memorias usb, sin fines lucrativos. Por otro lado, el grupo efecta ses de distintos sectores en el poder, siendo que de la negociacin re-
frecuentes conciertos que cuentan con abundante pblico y, en varios sultaron polticas de memorias dispares pero que, en vez de excluirse
videos colgados a la red que muestran la reaccin del pblico cuando por contradictorias, ambas acudieron al mismo espacio pblico para
cantan Calle G (CALLE G EN EL RIVIERA), puede observarse al pbli- representarse. Por supuesto, habra que aadir el pequeo detalle de
co gritando al unsono. que, tras una estatua levantada por la Oficina del Historiador, el go-
La multiplicidad de memorias implicadas en la estatua de Jos Mi- bierno elevara varias.
guel Gmez debe ser apreciada no slo evidenciando los diferentes Pasemos a recorrer las distintas formas en que nombra cada ac-
sentidos que le otorgan a dicho monumento los actores mostrados, tor al segundo presidente de La Repblica y el sentido que tiene de su
sino tambin aquellos que se ponen en juego desde el poder. Es cu- perodo de gobierno. El grupo de rap se le referir como lo opuesto a
riosa, primeramente, la manera en que se encuentran dos discursos las figuras latinoamericanas representadas con valores de decoro,
diferentes desde el mismo poder: el gobierno desmonta una estatua limpieza y vergenza; mientras que de los actos de su gobierno que
que no representa los valores del nuevo sistema y luego el Historiador significan a la estatua y viceversa, dirn que est glorificando el ra-
de la Ciudad la vuelve a colocar por sus valores como patrimonio. Cier- cismo y representa la muerte de tantos negros inocentes. Ante este
tamente, habrn pasado cerca de cuarenta aos, pero resulta intere- desvergonzado racista y asesino, el reclamo de Obsesin respecto a la
sante esta resignificacin dentro del mismo poder -pues las instancias estatua es que debe ser tumbada.
gubernamentales seguan siendo las mismas desde 1959. En cuanto al grupo de intelectuales que responde a la polmica des-
Valga entonces retomar dos datos que quedaron dispersos en ante- atada por el tema musical, refieren al presidente como prcer dudo-
riores pginas para complejizar el anlisis de esta situacin. En la Nota so, cuyo gobierno fue hermoso por un tiempo y luego con abusos y
3 de este texto se cit cmo en 1993 se aprob un Decreto Ley que le da hasta crmenes, con lados oscuros; y proponen respecto a la estatua
a la Oficina del Historiador de la Ciudad una independencia econmica colocar una tarja que haga las veces de productor-transmisor de
para la gestin de recursos, beneficio que no es usual en la isla y que saber histrico. Mientras, si nos remitimos el texto de Dvalos, al pre-
vuelve a esta institucin un par del gobierno. Por otro lado, las fechas sidente se le reconoca por sus manejos turbios del erario pblico.
indicadas de la construccin de nuevas estatuas sobre la avenida, de- Resulta notable que, a pesar de que en diversos medios se cita la
dicadas a prceres latinoamericanos, rondan los finales de los aos matanza orientada por Jos Miguel Gmez, desde el poder guberna-
noventa y el inicio del nuevo siglo. mental se enfatizan ms sus actos de corrupcin. Por su parte, el grupo
Aunque no existe un acto manifiesto que enlace estos hechos, me de rap representante del afro-pensamiento, en dilogo con el poder y
parecen coincidencias que sera luminoso hacer converger. Refiero a los intelectuales, no parece dispuesto a versatilizar la figura del presi-
194 195
dente con cualquier acto positivo durante su mandato, pues el asesina- estigmas respecto a la raza.
to de tantos negros ensombrece todo su gobierno. Por ejemplo, con el tema El loco se interpela al Instituto Cubano
En este debate pblico resulta muy interesante lo explcito que apa- de Radio y Televisin en cuanto a que, en la produccin de novelas,
recen los significados que le otorgan a la historia ambos actores. En los personajes que se le otorgan a los negros y las negras los dejan
el caso de los intelectuales, la historia no se puede cambiar, y mucho en un prestigio demeritado respecto a los papeles blancos. En el intro
menos demoler; pero s interpretar. Para eso estn los ensayos y libros, Eduardo en talla, la puesta en escena de un contexto escolar donde
los debates y polmicas. Mientras que para Obsesin, despus de una los estudiantes desconocen hechos de violencia contra los negros o
Revolucin que se hizo aqu, qu pas con la memoria de este pas? No movimientos suyos de emancipacin, parece una apuesta para inter-
s a ti, a nosotros no nos representa! y traen la verdad, y la historia a venir en los planes educativos a fin de favorecer una mayor conciencia
m no me permite mentir, No vamos a respetar un patrimonio con el cvica respecto a las consecuencias de la racializacin. Mientras, en los
cual no nos veamos representados. temas T con tu ballet y Abaku se evidencian los estigmas que se sos-
Segn el decir de los intelectuales, hay una sustancia en la histo- tienen alrededor de las religiones yoruba y abaku, y su relacin a la
ria que es a la vez fija tanto como mvil, y una intervencin legtima negritud; as como en Mi belleza y Me afroconozco se representa a un
sera por medios acadmicos (los suyos, por dems), modificando los pensamiento decolonial y emancipatorio acerca de la condicin de ser
sentidos que tenga algn smbolo sin dejar de entenderlo como pro- negro o negra. Propuestas stas que, aunque no apuntan a derrocar
pio ni afectar sus efectos performativos en los espacios pblicos (con un gobierno para instaurar otro, s estn en sintona con tomar accio-
excepcin de la utilizacin de la tarja). Mientras, Obsesin representa nes que modifiquen el actual contexto cvico cubano.
a un sector negro que, no slo no entiende al smbolo como propio, En cuanto a la temporalidad, se halla en las narraciones de las que
sino que le atribuye los sentidos de su propia muerte; pidiendo inter- se hace Obsesin una desidentificacin a la construccin de los rum-
venir directamente en el espacio pblico, tumbndolo el poder (ellos bos actuales de la nacin en el tema racial y la insistencia de un ncleo
no!) o graffiteando el monumento, mecanismo de accin bien distinto traumtico de exclusin, discriminacin y estigmatizacin. La alusin
al acadmico propuesto por los intelectuales. Por dems, valga apuntar al Partido de los Independientes de Color puede interpretarse, en tanto
a que la postura de los raperos, que se deduce, no pareciera en contra constituy una apuesta poltica legtima en forma partidista, como un
del gobierno, sino antes bien como perspectivas que indicaran otros movimiento social que fue truncado a travs de una matanza. De esta
cambios que an precisa esa voluptuosidad de transformaciones que manera, aquella cantidad de cuerpos violentados contina como fan-
es la revolucin. tasmas por la ciudad que reclaman, para empezar, el reconocimiento
Si seguimos las letras de Rabotnikof, otra de las vertientes que sue- explcito de sus muertes.
len presentar los trabajos con la memoria son aquellos que hacen re- Dicha discontinuidad con un proyecto poltico formal del pasado se
tornar momentos trgicos o de fractura social. Del fragmento citado articula en un presente por medio de su veracidad, es decir, un con-
de la autora anteriormente, remarcbamos el carcter recurrente del flicto perenne que constituye en la actualidad, de alguna forma, una
momento traumtico y la usual falta de propuesta poltica de estos usos muerte cvica puesto que los sentidos comunes acerca de la negritud se
del pasado. En el caso de Obsesin, su tratamiento de las memorias encuentran monopolizados por el racismo. De este modo, el tiempo del
coincide con ste, pero a diferencia de lo descrito por la intelectual, en relato desde la negritud no podra ser el tiempo revolucionario pues
toda la complejidad de su disco pueden encontrarse diferentes accio- cierta dimensin mortfera contina. Cuestin que, al haber desatado
nes desde las cuales intervenir en contextos discriminatorios y alterar tal polmica entre diferentes actores sociales en Cuba, devela que en
196 197
su ncleo radica una verdad, en tanto la habamos definido como aque- ticas, muestra que la subalternidad es heterognea en s misma: nos encon-
lla conflictividad que enlaza momentos del tiempo y que despierta el tramos a veces con luchas intermitentes y tambin con reacciones conser-
nimo de quienes se le identifican e interpela a quienes se les oponen. vadoras y excluyentes en las proclamaciones de la diferencia. () Hay una
poltica de la definicin y de la clasificacin; y una potica de la inclusin y de
Ni el poder ni la subalternidad son un lugar de descanso, pero G s la invisibilidad, tambin dentro de los escenarios subalternos de los mun-
dos del pasado. Slo una perspectiva que tome al presente como tiempo
Mario Rufer es un intelectual que en varios de sus trabajos insiste imperfecto podr dar cuenta de las mltiples lecturas que pueden hacerse
en la alerta investigativa de no esencializar o idealizar a los sectores de estas situaciones. () En todo caso estamos ante procesos de significacin
subalternos. Es una precaucin pertinente en tanto es usual que, al complejos que debemos leer en clave de detalles, los cuales revelan mu-
identificarnos con un grupo subordinado a un poder, dejemos deteni- cho sobre los mecanismos de poder, la exclusin y las polticas de identidad.
da nuestras herramientas crticas, pues se desvanecen entre la estu- (RUFER, 2009, p. 97)
pefaccin por el encadenamiento de injusticias que han padecido y la
conmocin ante la voluntad de emancipacin que suele permanecer en Pues en la extensin de este trabajo se ha intentado hacer una ma-
estado ms o menos latente. Como es obvio, se trata de la eleccin de peo de los diferentes actores sociales en disputa y de las estrategias
una postura tica, que en este trabajo se inclina por evidenciar que al de que pueden valerse condicionados por su ubicacin en la sociedad,
interior de la subalternidad se crean o reproducen relaciones asimtri- aunados todos alrededor de un lugar de memoria. Este recorrido per-
cas de poder, invisibilizaciones, opresiones y hasta pactos eventuales miti notar que los enfrentamientos no son nicamente un modo de
con el mismo poder que les subordina. relacionarse el poder con los sectores subalternos. Como se mostr,
Por un lado, habra que reconocer que no suelen tener los mismos ni dentro del poder ni al interior de la subalternidad hay acuerdo en
efectos las relaciones asimtricas entre grupos subalternos que con si levantar estatuas, tumbarlas o dejarlas a medias, pues la manera en
el poder. Por ejemplo, los estigmas entre stos no tienen la capacidad que se articulan sus conflictos actuales a momentos del pasado y ex-
de institucionalizarse y por tanto carecen de poder para discriminar pectativas futuras, no develan con certeza ms que sus malestares y
y excluir de la vida social a sus alteridades. Por dems, nuestra mi- contingentes modos de enfrentarlos.
rada puede ser ms cauta y, antes de preocuparnos por localizar al Para el caso, la heterogeneidad en la estructura del poder se eviden-
grupo bondadoso y siempre oprimido para defenderle, o desacreditar ci con la toma de acciones dispares por parte del Historiador de la
al emancipado por poseer naturaleza similar al opresor, podemos sa- Ciudad y el gobierno. Resulta interesante destacar, no slo que los pri-
tisfacernos en mostrar un escenario social en perenne conflicto y con meros recolocaron la estatua de Jos Miguel Gmez quitada por el go-
diversos grados de opresin y solidaridades, sosteniendo disputas o bierno, sino que dicha accin no se llev a cabo sin la toma de otras me-
estableciendo alianzas. didas paralelas que amortiguaran los efectos inconvenientes que esto
En un libro en que Rufer aborda cmo se pone de manifiesto la podra ocasionar a los intereses gubernamentales. De tal complicidad
memoria pblica y los usos del pasado en los contextos de frica resultaron intervenciones segn los mecanismos del poder que osten-
post-apartheid y Argentina post-dictadura, se refiere a esta postura tan la capacidad de representarse en espacios pblicos: la estatua repu-
del siguiente modo: blicana fue restituida, pero otras que refuerzan los valores del proyecto
poltico revolucionario fueron erigidas en otros sitios de la calle G.
La experiencia de narracin de los mundos del pasado, en sus propias prc- Tambin apreciamos distintos escenarios de los sectores subal-
198 199
ternos y cmo se reactualizan en stos las opresiones del poder, ma- grupos declarados abiertamente opositores. Sera ms conveniente
nifestado por la indiferencia ante demandas de reconocimiento e in- sospechar que resulta un mecanismo de defensa ante las polticas de
clusividad de ciertas memorias que an andan flotando sobre la isla censura y represin que padecen estos grupos por parte del gobierno.
reclamando por un destino diferente. Caso paradigmtico de ello fue Aqu enfatizara un segundo aspecto que apunta a la existencia de
la polmica entre intelectuales y los integrantes del grupo Obsesin, distintas maneras de experimentar la subalternidad. En efecto, acaso
pues aunque los primeros no deslegitimaban el reclamo de los raperos, en los conciertos que realizan los raperos, o en las presentaciones de
si nos atenemos a los hechos descritos en la Nota 13 de este trabajo, un nuevo nmero de la Revista Criterios de Desiderio Navarro, tanto
acaso lo que despert la furia entre estos intelectuales en el 2007 no los asistentes como los organizadores padecen de detenciones arbi-
fue la aparicin pblica de la figura de Pavn? Por qu entonces se trarias o cualquier otra forma de represin, como as sucede con las
siente tanta distancia en las propuestas negras si han experimentado Damas de Blanco cuando realizan una marcha dominical -por apenas
previamente la potencia que posee una imagen en el espacio pblico decir un ejemplo citado en la Nota 9 de este texto?
que representa la fuerza opresiva de la censura y la exclusin?
Esto nos devuelve una lgica curiosa que anima estos mecanismos Las memorias continan, y t exhibirs un verso
del poder y las polticas de identidad implicadas. Se trata de que den-
tro del poder ocurren ligeros enfrentamientos que son resueltos con No se quisiera terminar sin aludir a un sector especfico que hace
altas dosis de complicidad y segn los mecanismos de accin que les un uso peculiar de estos lugares de memoria. Se trata de un grupo
son propios -como la situacin entre el gobierno y la Oficina del His- extremadamente mixto que se compone por homosexuales que tienen
toriador de la Ciudad, con la elevacin de estatuas. Mientras, entre encuentros clandestinos dentro de la torre donde se coloca la estatua
sectores subalternos se establecen dilogos sensibles a las prcticas de Jos Miguel Gmez, exhibicionistas que muestran (desde lo alto de
de representacin que les afectan, estando stos marcados por irreso- los elevados de tierra que estn en ambas aceras de la parte trasera
lubles enfrentamientos que se desenvuelven en los trminos y medios del monumento a este presidente) sus sexos a las jvenes transentes,
alternativos que caracterizan sus acciones -como el caso descrito entre masturbadores en pblico que se suben a los rboles que se encuen-
intelectuales y el grupo de rap, con las cadenas de emails. tran en la extensin de la vereda para eyacular sobre las chicas que
Adems de estas poticas de la invisibilizacin al interior de la sub- estn sentadas en los bancos de abajo, y de vampiros, emos, reparte-
alternidad, y de las negociaciones en la representacin de diferentes ros, mickys, raperos, hippies, rockeros y una amplia variedad sin cla-
instancias del poder, no habra que descuidar las distintas rutas viven- sificacin que utilizan las noches para encontrarse en distintos sitios
ciales que siguen los subalternos como consecuencia de las clasifica- de la vereda14.
ciones a que estn sujetos segn su vnculo con el poder. Primero, ha- Lo comn de estos actores es la irreverencia ante los modos de reco-
ra referencia a que difcilmente se encuentran reacciones en medios rrer un espacio pblico designado al homenaje. Si bien es cierto que no
pblicos alternativos, ni por parte de los intelectuales citados ni por el se encuentran en sus discursos una utilizacin de cualesquiera de las
grupo cubano de rap, ante cualesquiera de las muchas problemticas estatuas como lugar de memoria, quizs su impacto poltico haya que
en torno a las polticas de representacin que plantean los diversos
grupos opositores que desafan explcitamente al gobierno.
Tuviera mucho cuidado de suponer que este silencio entre subal-
14 El documental Close up de Damin Sanz recopila esta diversidad de tribus
ternos es un ndice de ausencia de veracidad en los enunciados de los urbanas en las noches habaneras (SAINZ).
200 201
apreciarlo en los valores por los que se rige cada grupo y la voluntad de ros, en tanto por un perodo de casi cuarenta aos pareciera que la ve-
ir a exponerse como tribu urbana o marginal a una arteria capitalina reda perdi su cualidad de ser un lugar donde el poder representarse.
tan cntrica. Una de las maneras de enlazar estos elementos hasta ha- De modo similar, se deben rastrear las maneras en que el movimiento
cer emerger una articulacin respecto al poder sera considerar que, de rock en Cuba, censurado por un tiempo, fue el primero que comen-
en tanto la avenida ha sido desde el nacimiento de La Repblica un z a hacer un uso de la avenida como lugar nocturno de encuentro
escenario donde se representa el poder, la exhibicin pblica de estos -un espacio para la diferencia excluida-, y que luego prolifer con las
sectores en la extensin de la vereda es un modo de atentar contra los restantes tribus urbanas. De esta manera, enfocando dichos modos
efectos coercitivos que persiguen los lugares de memorias instalados. de hacer presencia en el espacio pblico, se conservara el mismo esp-
Esta furia de cualesquiera de las tribus urbanas o marginales de ex- ritu investigativo que ha dirigido este proyecto: evidenciar una trama
hibirse como diferencia en el mismo lugar donde el poder se repre- social compleja que se enfrenta y hace alianzas, siempre inestables, en
senta, la entendemos como voluntad que conlleva implcitamente una contradiccin y compartiendo smbolos mediante los cuales actualizan
resistencia al borramiento de la mixtura y las contradicciones sociales su inters poltico.
producto de la convivencia de mundos de vida distintos.
Incluso, el valor de esta convivencia a lo largo de la vereda puede ser
interpretado como que este escenario que se construye en G corres-
ponde a una puesta en escena de diversidad y multiplicidad de gru-
pos, incluso contraidentificados entre s, que constituye y evidencia un
fracaso de la poltica gubernamental de homogenizar en valores a la
sociedad. Acaso no se encuentra como reclamo primordial de grupos
opositores y disidentes el reconocimiento legtimo de partidos alter-
nativos al oficial, o sea un lugar para que se coexista con la diferencia?
Se propone que la investigacin que prosiga este tema realice una
bsqueda de conceptos emparentados al espacio pblico y sus usos, a
fin de poder enfrentar grupos cuyas maneras de hacer impacto en lo
social difieren y hasta parecieran proyectos que no se intersectan ni se
reconocen. Por ejemplo, es posible articular la eyaculacin vertida en
un encuentro clandestino entre dos hombres al interior de una torre
sobre la que se eleva una estatua, con las polticas de conservacin del
patrimonio nacional que protegen el monumento dentro del cual dicha
estatua se ostenta?
Tambin se sugerira localizar temporalmente los momentos que
orientaron los usos actuales de este espacio pblico por estos grupos
marginales y tribus urbanas. Por ejemplo, habra que ahondar en la re-
lacin entre el desinters del gobierno por el monumento a Jos Miguel
Gmez y la intervencin por homosexuales, exhibicionistas y graffite-
202 203
CRNICAS DE RAL. Monumentos extraos.
Referencias Desde La Habana,. 2010. En: http://www.
desdelahabana.net/monumentos-extranos/,
ABEBOOKS. (n.d.). En: https://www.abebooks. consultado el 15 de abril de 2017.
com/book-search/author/fernando-davalos/, DAMAS DE BLANCO. En: https://www.damasde-
consultado el 12 de abril de marzo de 2017. blanco.org/, consultado el 17 de abril de 2017.
ACHUGAR, Hugo. El lugar de la memoria. A pro- DMASO, Fernando. Una avenida sin presiden-
psito de monumentos (motivos y parntesis). tes. Diario de Cuba. 2014. En: http://www.
En Planetas sin bocas. Escritos efmeros sobre diariodecuba.com/cuba/1404596772_9391.
arte, cultura y literatura. Mxico: Trilce, 2004. html, consultado el 10 de abril de 2017.
ALLIER MONTAO, Eugenia. Los Lieux de DVALOS, Fernando. Mi Habana Querida. Crnicas
mmoire: una propuesta historiogrfica para de Fernando Dvalos. La Habana: Si-Mar, 1999.
el anlisis de la memoria. Mxico: Historia y DE LAS CUEVAS, Juan. 500 aos de construc-
Grafa, nm. 31, 2008, pp. 165-192. cin en Cuba. La Habana: Chavin, 2001.
LVAREZ, Engie. Los zapatos de Estrada Palma. En DIARIO DE CUBA. Antes de Cuba libre: El surgimien-
Caos y cosas de Cuba. 2014. En: http://caosycosasde- to del primer presidente Toms Estrada Palma,
cuba.blogspot.mx/2014/01/los-zapatos-de-estra- presentacin en Nueva York. 2016. En: http://www.
da-palma.html, consultado el 10 de abril de 2017. diariodecuba.com/cultura/1463588302_22463.html,
ARENAS, Reinaldo. Leprosorio: triloga potica. consultado el 10 de abril de 2017.
Madrid: Betania, s/a. DOSSIER SOBRE LOS DESAFOS CONSTITU-
BALANDIER, Georges. El poder en escenas: CIONALES DE LA REPBLICA DE CUBA, Re-
de la representacin del poder al poder de la vista Espacio Laical, La Habana, nm. 4, 2009.
representacin. Barcelona: Paids, 1994. ECURED. (n.d.). En: https://www.ecured.cu/Edito-
BIANCHI, Ciro. Mi amigo Juan. Juventud Re- rial_SI-MAR, consultado el 10 de abril de 2017.
belde. 2013. En: http://www.juventudrebelde. ESCOBAR, Reinaldo. Palacio del grafiti. 14ymedio. 2015.
cu/columnas/lectura/2013-03-16/mi-amigo- En: http://www.14ymedio.com/nacional/Palacio-grafi-
juan/, consultado el 10 de abril de 2017. ti_0_1756624326.html, consultado el 15 de abril de 2017.
CALLE G EN EL RIVIERA. En: https://www. ESCOBAR, Reinaldo. 20 de mayo, ese agujero en la
youtube.com/watch?v=lMbBi7s4QNU, con- memoria. Gabitos. 2015. En: http://www.gabitos.
sultado el 10 de abril de 2017. com/Cuba_Eterna/template.php?nm=1463757101,
CHAKRABARTY, Dipesh. Al margen de Europa. consultado el 15 de abril de 2017.
Pensamiento postcolonial y diferencia histri- GMEZ, E. Y CABRERA, T. Los monumentos
ca. Espaa: Tusquets. 2008. de Calle G. Arquitectura y Urbanismo, La
CONNOR, Olga. Vida del primer presidente Habana, vl.. XXVI, nm. 2, 2005, pp. 89-94.
de Cuba: Toms Estrada Palma. El Nuevo HALBWACHS, Maurice. La memoria colectiva. Es-
Herald. 2016. En: http://www.elnuevoherald. paa: Prensas Universitarias de Zaragosa, 2004.
com/vivir-mejor/artes-letras/article75194227. HALL, Stuart (ed.). Representation: Cultural
html, consultado el 10 de abril de 2017. Representations and Signifying Practices.
CRITERIOS. La poltica cultural del perodo revolucionario: London: Sage Publications, 1997.
Memoria y reflexin. En: http://www.criterios.es/ciclo- HARTOG, Franois. Regmenes de historicidad. Presentismo y expe-
quinqueniogris.htm, consultado el 17 de abril de 2017. riencias del tiempo. Mxico: Universidad Iberoamericana, 2007.
JOS MIGUEL GMEZ EN CALLE G. Negra cubana tena que
ser. 2012. En: https://negracubanateniaqueser.com/debates/
el-ciberdebate/jose-mig/, consultado el 17 de abril de 2017.
LEIVA, Miriam. Don Toms Estrada Palma merece respeto. Cuba-
net. 2013. En: https://www.cubanet.org/articulos/don-tomas-es-
trada-palma-merece-respeto/, consultado el 15 de abril de 2017.
NORA, Pierre. Pierre Nora en Les Lieux de m-
moire. Montevideo: Trilce, 2008.
OBSESIN. El Disco Negro. En: https://www.youtube.
com/playlist?list=PLuDEG-H7LFCeIogfPXfU3CM-
Js4BoH9K8a, consultado el 15 de abril de 2017.
ORTA, Yailin. Recobra La Habana Vieja su secreto
encanto de intramuros. Juventud Rebelde. 2007. En:
http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2007-01-20/
recobra-la-habana-vieja-su-secreto-encanto-de-in-
tramuros/, consultado el 12 de abril de 2017.
PIERA, Virgilio. La isla en peso: obra potica. La
Habana: UNION, 2011.
PORTAL CUBA. (n.d.). En: http://www.cuba.cu/go-
bierno/cuba.htm, consultado el 15 de abril de 2017.
RABOTNIKOF, Nora. Poltica, memoria y melancola.
Fractal, Ciudad de Mxico, nm. 29, 2003.
REVISTA CARTELES. La Habana: nm. 48, 12
de noviembre de 1950.
RUFER, Mario. La nacin en escenas. Memoria
pblica y usos del pasado en contextos postco-
loniales. Mxico: El Colegio de Mxico, 2009.
SAINZ, Damin. Close up. En: https://vimeo.
com/82460882, consultado el 19 de abril de 2017.
SANTIESTEBAN, Argelio. Profe, quin era Don Toms
Estrada Palma?. CubaAhora, 2014. En: http://www.cu-
bahora.cu/blogs/hablando-en-cubiche/profe-quien-era-
por-fin-don-tomas, consultado el 15 de abril de 2017.
SARLO, Beatrz. Siete ensayos sobre Walter Benjamin.
Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, 2006.
VICENT, Mauricio. El recuerdo del quinquenio gris movili-
za a los intelectuales cubanos. El Pas. 2007. En: http://el-
pais.com/diario/2007/01/13/cultura/1168642801_850215.
html, consultado el 16 de abril de 2017.
WOOD, Yolanda. Islas del Caribe: naturaleza-ar-
te-sociedad. La Habana: Editorial UH, 2012.
5.
Una cartografa histrica: usos pblicos de la his-
toria en el metro de Ciudad de Mxico1
Carlos Monsivais
1 Agradezcoa los dems autores de este libro, as como a mis colegas del grupo
de investigacin Imaginarios, Representaciones y Prcticas Culturales por sus
comentarios y observaciones a este texto.
209
5. Carlos Marn-Campos. Paisaje Onrico I. leo/Tela.
1.85 x 1.20. 2013. Cortesa del autor.
Introduccin El texto se divide en cuatro partes. En la primera, sito al lector en
la historia del Sistema de Transporte Colectivo Metro (Stcm): su reali-
Una de las condiciones necesarias para la existencia y transmisin dad actual, sus fases de construccin, y las caractersticas de su siste-
de la memoria social es que se desarrolle dentro de un marco espa- ma de sealizacin. La segunda parte es un anlisis de la cartografa
cial (HALBWACHS, 2004, p. 144). No podemos comprender los pro- histrica, en donde estudio las representaciones del pasado plasmadas
cesos de construccin y transformacin del recuerdo/olvido colectivo en el sistema de sealizacin y el discurso histrico que vertebran. En
sin atender a sus anclajes en el espacio (HOELSCHER y ALDERMAN, un tercer momento, presento los resultados del trabajo de campo, en
2004; SAID, 2002). El pasado se inscribe en el espacio pblico a travs donde indagu con respecto a la recepcin y los usos de la cartogra-
de diferentes marcaciones territoriales que se transforman en luga- fa histrica por parte de los usuarios del metro. El ltimo apartado
res de memoria (NORA, 2008): los ms comunes son los monumentos presenta el trabajo de Redretro, un colectivo de arte urbano que ha
y las placas conmemorativas, pero tambin podramos pensar en otro realizado intervenciones en el metro que tienden a dislocar los signifi-
tipo de registros, como por ejemplo el graffitti o el performance. cados de la historia y la sociedad que se quieren transmitir a travs del
En el presente ensayo, pretendo analizar un caso concreto en donde sistema de sealizacin.
convergen representacin del pasado y marcacin del espacio pblico: El presente ensayo es un ejercicio transdisciplinar que se sita en
el sistema de sealizacin del metro de la Ciudad de Mxico, elaborado un espacio donde convergen la Public History (por su preocupacin
por el diseador estadounidense Lance Wyman a finales de los aos por los usos pblicos de la historia y las polticas de la memoria), la
sesenta del siglo XX. La propuesta de Wyman incluy una iconografa historia cultural/los estudios culturales (por su pregunta por las re-
para que los usuarios del metro pudieran identificar las estaciones a presentaciones y las prcticas culturales) y la antropologa (por su
partir de smbolos grficos. La gran mayora de las estaciones (y sus enfoque metodolgico). As mismo, debo reconocer una deuda con
respectivos conos) refieren a acontecimientos, sitios o personajes his- el proyecto intelectual de la sociologa de la imagen, impulsado por
tricos (Cuauhtmoc, Constitucin de 1917, Hidalgo, Chapultepec, L- la intelectual boliviana Silvia Rivera Cusicanqui. La iconografa del
zaro Crdenas, etc.) por lo que no es exagerado plantear que el metro metro puede considerarse como un objeto de estudio pertinente den-
se constituye en un dispositivo urbano de transmisin de la memoria tro de este campo, interesado en la totalidad del mundo visual, desde
social, a travs del cual los usuarios refuerzan (o cuestionan) los relatos la publicidad, la fotografa de prensa, el archivo de imgenes, el arte
sobre el pasado aprehendidos en otros espacios y/o soportes (la es- pictrico, el dibujo y el textil, amn de otras representaciones ms
cuela, la conmemoracin, el museo, los medios de comunicacin, etc.) colectivas como la estructura del espacio urbano y las huellas histricas
a la vez que se sirven de esta cartografa histrica para orientarse en que se hacen visibles en l (RIVERA CUSICANQUI, 2015, p. 21-22. Las
sus desplazamientos cotidianos por la ciudad. Me interesa, entonces, itlicas son mas).
explorar los usos pblicos de la historia en el metro de la Ciudad de
Mxico, a partir de dos cuestiones principales: qu historia de Mxico El metro en la historia
se narra en la iconografa del metro? (la pregunta por la cartografa) y
cul es la recepcin de esta historia por parte de los usuarios y cmo El Stcm es el principal medio masivo de transporte de la Ciudad de
la utilizan? (la pregunta por su lectura). En este sentido, coincido con Mxico: es utilizado diariamente por 4,4 millones de pasajeros que se
el antroplogo Marc Aug, para quien hablar del metro es hablar ante
todo de lectura y de cartografa (1987, p. 21).
212 213
movilizan por sus 12 lneas2 y 195 estaciones, extendidas a lo largo de asustan, a veces agradan y a veces agreden a los dems (DOMN-
226 kilmetros (Stcm, 2015a). GUEZ, 2010, p. 163). Como adverta Aug en su conocida etnografa
El metro satisface la necesidad de transporte de los 8,9 millones de del metro de Pars, en el metro los signos de la alteridad inmediata
habitantes de la ciudad (que aumenta hasta 22 millones si se tiene en son numerosos, a menudo provocativos y hasta agresivos (1987, p. 28).
cuenta la poblacin total de la Zona Metropolitana del Valle de Mxi- Estos otros (o mismos!) con los que el viajero subterrneo se topa
co3). Dadas las grandes distancias de la urbe y su rea conurbada, los a diario, con los que compite por el oxgeno y el milmetro, consti-
desplazamientos entre origen y destino de los usuarios del Metro se es- tuyen una extensa fauna urbana: trabajadores, estudiantes, pensiona-
labonan generalmente con la utilizacin de otros medios de transporte dos, ninis 4 y tambin, como se menciona en la investigacin de Olivia
colectivo, como microbuses (peseros) o taxis colectivos; no obstante, Domnguez sobre los msicos de la L3, aquellos sobrevivientes en
los tramos de viaje en el metro suelen ser los ms largos, llegando a busca del sustento diario como vendedores (vagoneros), poetas, faqui-
representar casi la cuarta parte de todos los traslados diarios en la res, msicos, discapacitados, payasos, indgenas, activistas, sordomu-
capital (NAVARRO, 1993, p. 178). dos y mendigos (2010, p. 163-176).
El metro es usado principalmente por los sectores de menores re- En sus casi cincuenta aos de existencia, el metro ya ha entrado a
cursos y la clase media, es decir, por la mayora de la poblacin. Segn formar parte de la cotidianidad y la cultura popular de los capitalinos.
el estudio de Bernardo Navarro, ms del 90% de los usuarios del trans- Preguntas como Qu estacin queda cerca de? y Te vas a ir en
porte pblico obtienen ingresos inferiores a los tres salarios mnimos metro? se han vuelto cada vez ms frecuentes. As mismo, comenz
y prcticamente la mitad del total de usuarios recibe ingresos inferio- hacerse un hbito popular concertar citas en las estaciones del Metro:
res al salario mnimo (1993, p. 10). Esto se debe al bajo costo del servi- Te veo a las 5, en la estacin Centro Mdico, direccin Indios Verdes,
cio, que cuenta con subsidios gubernamentales: actualmente, un viaje abajo del reloj. Muchas historias de negocios, trabajo, romance y rela-
en el Stcm vale 5 pesos mexicanos (0,25 Usd), en contraste con los 2,50 jo tienen su origen en los andenes del Metro (Gdf, 2014, p. 30).
Usd que cuesta un viaje en el metro de Nueva York o los 2.200 pesos co- El Stcm naci en una coyuntura econmica favorable para el pas
lombianos (casi 1 Usd) que cuesta un pasaje de Transmilenio en Bogot. y la ciudad, el milagro mexicano5. Si bien la construccin del metro
En la Ciudad de Mxico, el metro es uno de los espacios de sociali- se decret durante el gobierno de Lpez Mateos (1958-1964), a par-
zacin por excelencia, el lugar del encuentro con el otro, del desdibu- tir del proyecto liderado por el arquitecto Bernardo Quintana de la
jamiento como relataba el cronista Monsivais de las fronteras entre empresa Ingenieros Civiles Asociados-Ica y un equipo multidiscipli-
los cuerpos y los individuos para fundirse en un nico cuerpo social. nar de la Unam, sta no se materializ sino hasta el mandato de Daz
Se trata de una ciudad subterrnea en la que se entretejen historias, Ordaz (1964-1970). La L1 fue inaugurada en septiembre de 1969 y la
interactan millones de personajes da con da, el usuario podr entrar
en contacto durante todo su trayecto con personajes que rompen con
la monotona cotidiana, personajes que a veces conmueven, a veces 4 En Mxico, se utiliza esta expresin para designar a personas, por lo general
jvenes, que se encuentran sin empleo y tampoco cursan estudios: ni estudian
ni trabajan. Es equivalente al acrnimo ingls Neet, que significa Not in
employment, education or training.
2 En adelante, se usar la convencin L para designar una lnea de metro 5 El milagro mexicano se refiere al modelo econmico proteccionista conocido
(ej. Lnea 1 = L1). como desarrollo estabilizador vigente en Mxico entre 1946 y 1970, y que per-
3 La Zona Metropolitana del Valle de Mxico es un rea de 7.954 kilmetros que miti un importante crecimiento econmico durante las presidencias de Adolfo
comprende a la Ciudad de Mxico y a sesenta municipios aglomerados, uno de Ruiz Cortines, Adolfo Lpez Mateos y Gustavo Daz Ordaz (ABOITES, 2008, p.
ellos del Estado de Hidalgo y el resto del Estado de Mxico. 495-500).
214 215
L2 en agosto de 1970. El objetivo principal del metro era unir puntos Una de las caractersticas ms interesantes del metro de la Ciudad
importantes del centro de la ciudad con las periferias, para lo cual las de Mxico, y que lo distingue de otros metros del mundo, es su imagen
primeras tres lneas deban interconectarse y configurar un crculo en corporativa y su sistema de sealizacin visual, obra de Lance Wayman
torno al centro. Debido a la crisis econmica de la primera mitad de los (1937), un diseador industrial estadounidense formado en el Instituto
setenta, las obras fueron interrumpidas, y slo se reanudaran hasta Pratt de Brooklyn, Nueva York. El primer trabajo de Wyman fue con
1977, gracias al boom petrolero durante el gobierno de Jos Lpez Por- General Motors, diseando el logo de la empaquetadora Delco. Luego,
tillo (1976-1982). En esta segunda etapa, se construyeron las L4 y L5 y en 1962, realiz los logos de los stands de Estados Unidos y Francia
se ampliaron las L1, L2 y L3. Adems, se crearon la Comisin Tcnica para la Feria Internacional del Comercio en Zagreb (Yugoslavia). All
Ejecutiva del metro y la Comisin de Vialidad y Transporte Urbano, utiliz por primera vez el modelado de logos en 3D y su despliegue
entidades encargadas de la regulacin, diseo y ampliacin de la red monumental. Entre 1963 y 1966 trabaj en la oficina de George Nelson
(Gdf, 2014, p. 26-30). y dise los logos y el pabelln de Chrysler para la feria mundial de
En los ochenta, se construyeron las L6, L7 y L9, se ampliaron las ya Nueva York. En el despacho de Nelson conoci al arquitecto mexicano
existentes, y se articul el sistema con la red de autobuses de la ciudad. Eduardo Terrazas, con quien empez a interesarse por la relacin dise-
Con estos avances, el metro de Ciudad de Mxico era considerado por o-planeacin urbana y a travs del cual tuvo sus primeros contactos
los especialistas como uno de los proyectos ms importantes de Am- con Mxico. Adems de trabajar para diferentes marcas comerciales
rica Latina en cuanto a su desarrollo tecnolgico. Era un smbolo de en varios pases, Wyman ha dirigido proyectos como la sealizacin
modernidad como lo fueron los ferrocarriles durante la poca porfi- del metro de Washington, los pasos peatonales de Edmonton y de Cal-
riana y de eficacia (Domnguez, 2010, p. 76). gary, los zoolgicos de Washington y de Minnesota, el Washington
Entre 1988 y 2000 se extendi la red hacia el Estado de Mxico, con Mall, la estacin de trenes de Pennsylvania y la terminal del transbor-
la construccin de las LA (que corre de Pantitln a La Paz) y LB (de dador de St. George en Nueva York (GARCA, 2014).
Buenavista a Ciudad Azteca), incorporando municipios densamente A finales de los sesenta, Wyman particip en dos grandes proyectos
poblados como Ecatepec, Ciudad Nezahualcyotl y Los Reyes La Paz. en la Ciudad de Mxico: integr el comit organizador de los XIX Jue-
Adems, en 1994 se termin la lnea 8 que conecta la delegacin ms gos Olmpicos y fue director de diseo de Ingenieros en Sistemas de
poblada de la ciudad, Iztapalapa, con el centro (Gdf, 2014, p. 35-42). Transporte Metropolitano (Istme). En ambas instancias, estuvo a car-
Finalmente, la L12 fue inaugurada en octubre de 2012, y atraviesa go de la creacin de logos y sistemas de sealizacin, tanto de Mxico
el sur de la ciudad de oriente a occidente, desde la delegacin Tlhuac 68, como de las estaciones del recin creado metro.
hasta Mixcoac (AGUIRRE y FLORES, 2012). En el 2014, sta lnea es- La realizacin de los juegos olmpicos en territorio mexicano repre-
tuvo envuelta en escndalos por una serie de fallas, cambios en el pro- sentaba una oportunidad inmejorable para dar a conocer al mundo
yecto original y sospecha de corrupcin, y en parte de ella se suspen- el milagro mexicano, proyectando la identidad de un pas que re-
di el servicio hasta el 2015 por peligros de descarrilamiento (Gdf, puntaba econmicamente y se consideraba heredero de una cultura
2014, p. 42-44). Si bien existe un Plan Maestro para 2020 que contempla ancestral. A la vez, serva para desviar las miradas del conflicto social
la construccin de 2 lneas ms de metro, 3 de metro frreo y 10 de tren que representaba el ascenso del movimiento estudiantil y su conse-
ligero, para alcanzar una red de 297 kilmetros y transportar a 12.8 cuente represin por parte del estado. De tal forma que el gobierno
millones de usuarios al da, lo cierto es que estas cifras estn lejos de quiso aprovechar para mostrar un Mxico fuerte, moderno, capaz de
volverse realidad (NAVARRO y BACELIS, 2000, p. 383). captar los ojos del mundo, seducir al turismo y atraer inversiones ex-
216 217
tranjeras. Todo ello demandaba un sistema contundente y original de tambin en el logotipo del sistema, una letra M (de metro), que hace
comunicacin y diseo, que en gran medida emergi del trabajo de referencia a las primeras tres lneas, en sus barras verticales y a un
Lance Wyman (GARCA, 2014, p. 17). El xito de estas creaciones el tren circulando, con la barra curva superior que se incorpora a esas
recordado logo de Mxico 68 a partir del uso de lneas concntricas, tres (Stcm, 2015b).
y los pictogramas (sin el acompaamiento de textos) para representar Este cdigo o sistema basado en imgenes permite que las estacio-
cada una de las disciplinas deportivas, catapultaron a Wyman al fren- nes estn identificadas de un modo que puedes describir visualmente
te del diseo visual del metro 6. y cada una tiene un significado que te ayuda a tener una sensacin del
El sistema de comunicacin ideado por el equipo de Wyman para el lugar en cada contexto especfico (ORENZANS y DURN, 2014, p.
metro tiene dos caractersticas principales: por un lado, la asociacin 34). El nio Jos Roberto Lpez confiesa que le gustara ser operario
de referentes histricos y culturales a lugares especficos; por otro, la del metro, y recuerda: cuando no saba leer me fijaba en la imagen de
configuracin de un cdigo estrictamente visual basado en colores y la estacin en la que vamos parando y preguntaba a mam cmo se
logos figurativos fcilmente identificables: llamaba la estacin y me aprenda su nombre (MEDINA, 2013, p. 25).
218 219
pacio urbano, una gua para moverse por la ciudad; pero tambin una mos, y 8 estn relacionadas con personajes y eventos. Adems, hay dos
cadena significante de smbolos que recuerdan, en cada trayecto, el estaciones cuyo logotipo hace alusin a la prctica del juego de pelota,
devenir colectivo: costumbres y prcticas ancestrales, lugares histri- pero que no designan lugares prehispnicos, sino complejos deporti-
cos, personajes insignes o acontecimientos relevantes del pasado. En vos-recreativos contemporneos (Deportivo 18 de marzo en la unin
su relato titulado La serpiente naranja, la nia Vianey Alans apunta de las L3 y L6; y Ciudad Deportiva en la L9). Al perodo de la Conquista
que el metro es un medio de transporte casi totalmente seguro, eficaz corresponden 6 estaciones (p. ej. Isabel la Catlica en la L1 y Villa de
y econmico [] Adems, si quieres aprender sobre la cultura de los Corts en la L2); 4 al perodo colonial (p. ej. Salto del Agua en el cruce
mexicanos, es el lugar ideal (MEDINA, 2013, p. 59). de las L1 y L8 y Balbuena en la L1); 10 a la Independencia (p. ej. Morelos
Cmo se articula esta cartografa histrica? Cules son los ele- en la interseccin de las L4 y LB e Insurgentes Sur en la L12); 8 al pero-
mentos que la componen? Lo primero que habra que indicar es que do de las intervenciones extranjeras y la Reforma (p. ej. Zaragoza en la
todas las estaciones (195) toman sus nombres de avenidas, plazas, ba- L1 y Jurez en la L3); y 12 a la Revolucin Mexicana (p. ej. Zapata en la
rrios, pueblos, monumentos o lugares preexistentes. Es decir, la es- unin de las L3 y L12 y Aquiles Serdn en la L7).
tacin de metro es nombrada a partir del lugar donde se encuentra, Adicionalmente, 6 estaciones deben sus nombres y/o logotipos
por ejemplo la estacin Tlatelolco (L3), que se ubica en el conjunto ha- a monumentos ubicados cerca, encima o incluso al interior de la es-
bitacional Nonoalco-Tlatelolco, o la estacin Perifrico Oriente (L12) tacin, remarcando as la importancia de estos lugares de memoria
que se ubica sobre la vialidad del mismo nombre. Ahora bien, muchas emplazados en el espacio pblico. Tales son los casos del monumento/
de las denominaciones de estas plazas, avenidas o barrios, que a su museo Cabeza de Jurez en la estacin Guelatao (LA), el monumento
vez sirven para nombrar las estaciones, remiten a personajes, cosas a La Raza en la estacin del mismo nombre (L3 y L5) y el adoratorio al
o eventos del pasado (p.ej. Hidalgo en las L2 y L3; Constituyentes en dios Ehcatl en Pino Surez (L1 y L2).
la L7; Tezozomoc en la L6, etc.), por lo que el modelo iconogrfico y de De las 73 estaciones que tienen una referencia directa a la historia
orientacin del metro refuerza un dispositivo de memoria ya existente: mexicana, 34 remiten a personajes histricos (p.ej. Nios Hroes en la L3,
la nomenclatura de vas y espacios pblicos, que como cualquier relato Fray Servando en la L4, Guerrero en las L3 y LB, Cuauhtmoc en la L1,
o representacin del pasado, es selectivo: incluye ciertos elementos a la etc.) y 6 a eventos o acontecimientos (p.ej. Revolucin en la L2; el rbol de
vez que desconoce o marginaliza otros. la estacin Popotla de la misma lnea que simboliza la derrota de Corts
Si bien todas las estaciones remiten, en sentido amplio, a algn as- en la noche triste; Constitucin de 1917, terminal de la L8, etc.). De los
pecto de la historia o la cultura de la ciudad y/o del pas, 73 refieren 34 personajes histricos, nicamente dos son mujeres: la reina espaola
directamente a acontecimientos, lugares o personajes histricos, in- Isabel la Catlica (L1) y la filntropa Eugenia Ojeda de Castell (L3)8.
cluidas aquellas que toman sus nombres de antiguos asentamientos
o reinos prehispnicos, como Coyoacn en la L3 o Iztapalapa en la L8
(sin contarlas, seran 49). 8 No obstante, existen otras estaciones que de alguna u otra forma represen-
En cuanto a la representacin de los perodos de la historia de M- tan al gnero femenino: Candelaria (L4) y Rosario (L5 y L6), que remiten a la
advocacin la Virgen de la Candelaria y del Rosario, respectivamente; La Villa
xico en las estaciones del metro, vemos una clara preeminencia de la Baslica (L6), cuyo cono es la Virgen de Guadalupe; Santa Anita (L4 y L8), que
le da nombre al barrio y a la estacin de metro; Santa Marta (LA): otra santa;
poca prehispnica, seguida por las dos gestas fundacionales del esta- Tasquea (L2), en homenaje a la belleza femenina de Taxco (Guerrero); y Mix-
do nacin moderno: la Independencia y la Revolucin. De las mencio- ihuca (L9), que en nhuatl significa lugar de parto y cuyo logotipo representa
una mujer con un nio. Como se puede observar, la mayora de referentes tienen
nadas 73 estaciones, 30 corresponden a este perodo: 22 son topni- que ver con la cultura catlica o con roles y estereotipos de gnero tradicionales.
220 221
En sntesis, puede afirmarse que en la cartografa histrica del y, de paso, mostrarnos algunos de los tesoros que haba guardado du-
metro se reiteran algunos de los lugares comunes y las verdades da- rante siglos (Gdf, 2014, p. 19).
das por estables propias de la historiografa patria, tal como ha sido Teniendo en cuenta que el rea de construccin de la primera etapa
transmitida por la enseanza escolar de la historia y otros medios de del metro coincida aproximadamente con el rea de la antigua ciudad
divulgacin oficiales (como por ejemplo los museos, los monumentos, de Mxico-Tenochtitln y del casco histrico de la ciudad virreinal, des-
la nomenclatura de calles y espacios pblicos, y los medios masivos de de el comienzo de las obras, a mediados de 1967, el Instituto Nacional de
comunicacin). Dentro de esta narrativa patria se destaca la centrali- Antropologa e Historia (I nah) integr un equipo de 12 arquelogos y
dad de algunos perodos histricos, como el pasado prehispnico (sin 35 peones, encargados de vigilar los trabajos de la constructora y reali-
atender claramente a su complejidad y heterogeneidad), la Indepen- zar la excavacin de pozos de prospeccin, para as encontrar, estudiar
dencia, la Revolucin y en menor medida las intervenciones extranje- y restaurar vestigios arqueolgicos correspondientes a la prehistoria,
ras y la Restauracin de la repblica (Reforma), en detrimento de otros los primeros asentamientos de la Cuenca del Valle de Mxico, la cultura
como la Conquista o la poca virreinal (GORBACH, 2012; SNCHEZ, mexica y la poca colonial (PERALTA, 1996; ARDN, 2012). Entre los
2002). Esta jerarquizacin de perodos coincide en algunos puntos con hallazgos registrados en los diarios de campo, fotografas, croquis y
el programa oficial de construccin visual de la nacin a travs de la planos estratigrficos (historial que se conserva en el Archivo Tcnico
pintura histrica. Segn Toms Prez Vejo, de los cuadros de histo- de la Coordinacin Nacional de Arqueologa del I nah) se encuentran
ria exhibidos durante el siglo XIX en las exposiciones nacionales de la piezas, muros o estructuras, osamentas y textiles (ARDN, 2012).
Academia de Bellas Artes de San Carlos, el 35% representan temas En muchos casos, estos hallazgos fueron incorporados al proyecto
inspirados en el mundo prehispnico, 35% en la Conquista, 16% en la arquitectnico del metro, as como a la propuesta visual desarrolla-
Independencia, y el restante 14% en otros perodos (2012, p. 254-255). da por Wyman y su equipo. De esta forma, la cntrica estacin Pino
Otra caracterstica del discurso histrico oficial, reproducido en el Surez, en donde se intersectan las L1 y L2, conserva en su interior el
metro, es el protagonismo de los grandes personajes (generalmente templo a Ehcatl, encontrado entre 1968 y 1970 por el arquelogo Ral
masculinos) y acontecimientos histricos como elementos que dan Arana lvarez; mientras que en la estacin Talismn de la L4, se exhi-
unidad y sentido al relato del pasado comn; un culto a los hroes que be la reconstruccin de un Mammuthus colombi, cuyos restos fueron
deja por fuera o pone en un segundo plano la agencia histrica de las encontrados cerca de all. Los logotipos de Pino Surez y Talismn co-
mujeres, los nios y muchos otros sectores subalternos. El metro, por rresponden al templo y al mamut, respectivamente (VELA, 2012, p. 46).
lo tanto, puede interpretarse como un espacio en donde operan ciertos De esta manera, una vez ms, es sobre las ruinas del pasado (prin-
discursos y usos pblicos de la historia, como un medio o soporte ms cipalmente prehispnico) que se busca erigir la ciudad moderna, tra-
en donde se despliegan lecturas y versiones oficiales sobre la memo- tando de establecer una sutura del tiempo justo all en el metro, con-
ria social. Sin embargo, como veremos en el siguiente apartado, stas siderado como uno de sus mayores emblemas. La serpiente naranja,
lecturas y versiones no estn exentas de sufrir las apropiaciones, re- capaz no slo de transportar a los habitantes de un punto a otro de la
significaciones o an la indiferencia de quienes transitan por el Stcm. ciudad, sino tambin de conectar un aorado pasado ancestral con la
Por ltimo, no podra terminar este apartado sobre la manera en pujante urbe moderna. Conviene no obstante recordar que la ruina, si
que la historia se hace presente en el metro sin referir a los hallazgos bien posee su propia historicidad y contexto, es ms una reelaboracin
arqueolgicos derivados de la construccin del Stcm. En medio de este del presente, un artefacto contemporneo que obedece a los intereses,
proceso, la urbe abri sus entraas para proveerse de sangre nueva expectativas e ilusiones de identidad del momento en que se estudia,
222 223
restaura, y exhibe. El papel de la arqueologa en tanto ciencia moderna e interpretacin (CHARTIER, 1995, p. 137, 131).
que estudia lo antiguo, ha sido clave en esta produccin de las ruinas y Partiendo de esta idea, a lo largo del segundo semestre del 2016
su aparente aura de autenticidad (CASTAEDA, 2001, p. 47-48). descend a las estaciones, los pasillos y vagones del metro para realizar
el trabajo de campo y hablar con las personas que se movilizan en el
La recepcin de la cartografa sistema. Adems de la observacin etnogrfica, la tcnica de investi-
gacin escogida fue la entrevista basada en imgenes, bastante cerca-
La historia, entonces, est en el metro. Los monumentos, los hallaz- na al mtodo de la foto-entrevista9: dise un cuestionario a partir de
gos arqueolgicos, y especialmente todo el sistema iconogrfico de imgenes (logotipos de distintas estaciones del metro y fotografas de
comunicacin y sealizacin, elementos que fueron deliberadamente las intervenciones de la Redretro en el Stcm10) para detonar en los en-
incorporados al Stcm por quienes lo disearon y construyeron, nos ha- trevistados recuerdos, experiencias y opiniones que permitieran acer-
blan de cierta cultura, identidad y pasado compartidos por los mexica- carme a algunas respuestas a las preguntadas anteriormente formu-
nos. Pero, cmo es leda esta narracin histrica por parte de los usua- ladas. Estas exploraciones abarcaron las 12 lneas y la mayor cantidad
rios del metro, aquellos ciudadanos que, con cierta frecuencia, utilizan de estaciones de la red en diferentes zonas geogrficas de la ciudad,
el sistema para moverse por la urbe? Se la apropian tal cul, la resig- privilegiando las de correspondencia, esos empalmes en donde, segn
nifican, o simplemente la ignoran? Por otra parte, cabra preguntarse Aug, el investigador debe concentrarse, pues es all donde se cruzan
por la efectividad del sistema diseado por Wyman, es decir, si ste en mltiples caminos, vidas y ritmos (1987, p. 100)11.
realidad contribuye a que los usuarios se orienten y movilicen con ma- En el cuestionario participaron 50 personas. Teniendo en cuenta
yor facilidad dentro del metro y, lo que ms nos interesa en este ensayo, la cantidad de personas que se movilizan diariamente en el metro, la
si sirve para que aprendan la historia o refuercen los aprendizajes muestra puede resultar relativamente limitada. No obstante, considero
obtenidos en otros espacios y momentos (escuela, museos, conmemora- que su heterogeneidad, dada tanto por la diversidad de los entrevista-
ciones etc.), as como su identidad y sentido de pertenencia a la nacin. dos como por la multiplicidad de puntos en donde se realiz el trabajo
Estas preguntas hacen referencia al problema de la recepcin, que de campo, la hacen representativa. La edad de los entrevistados oscila
implica entender la cultura como una prctica no slo de produccin
de sentido sino tambin de constante apropiacin. Es decir, desde la
historia cultural no basta con analizar nicamente los discursos o re- 9 La foto-entrevista emplea fotografas para acceder a las narrativas identitarias
de diferentes actores sociales. Desarrollada en el marco de lo que se conoce
presentaciones y sus significados (en este caso la cartografa histrica como antropologa visual, esta metodologa estuvo originalmente ligada a
aquellos desarrollos tericos que, provenientes de la psicologa social, hacan
del metro de Ciudad de Mxico), sino que debemos intentar rastrear hincapi en cmo la percepcin de lo real est guiada por prejuicios y estereoti-
aquellas prcticas especficas mediante las cuales los sujetos usan, pos que inevitablemente sesgan la percepcin fotogrfica (VILA, 1995, p. 125).
10 Los conos utilizados en la entrevista corresponden a las estaciones Insurgentes
cuestionan o resignifican dichos discursos y representaciones. De lo (L1), Cuauhtmoc (L1), Pino Surez (L1 y L2), Popotla (L2), Hidalgo (L2 y L3),
Nios Hroes (L3), Zapata (L3 y L12), Villa-Baslica (L6), Constitucin de 1917
que se trata es de comprender la tensin que articula las capacida- (L8), Ciudad Deportiva (L9), y Nezahualcyotl (LB). Las fotografas de la Redret-
des inventivas de los individuos o de las comunidades con las restric- ro corresponden a las intervenciones en Constitucin de 1917 (L8), Iztapalapa
(L8), Normal (L2), Lzaro Crdenas (L9), Patriotismo (L9), Salto del Agua (L1 y
ciones, las normas, las convenciones que limitan con mayor o menor L8), Nios Hroes (L3) y Guerrero (L3 y LB).
11 Las estaciones en donde realic trabajo de campo fueron: Centro Mdico
fuerza segn su posicin en las relaciones de dominacin lo que les (L3 y L9), Chilpancingo (L9), Chabacano (L2, L6 y L9), Zapata (L3 y L12), San
es posible pensar, enunciar, hacer, puesto que la imposicin de un Antonio (L7), Calle 11 (L12), Tepito (LB), Guerrero (L3 y LB), Morelos (L4 y LB),
Etiopa-Plaza de la Transparencia (L3), Tacubaya (L1, L7, y L9), Balderas (L1, L3),
modelo cultural no anula jams el espacio propio de su recepcin, uso Hidalgo (L2 y L3), Instituto del petrleo (L5 y L6), y Pantitln (L1, L5, L9 y LA).
224 225
entre los 10 y los 65 aos. 24 son hombres y 26 mujeres. 32 habitan en indicar que es ms fcil orientarse en el sistema de transporte a
en la Ciudad de Mxico (1 en la delegacin Azcapotzalco, 9 en Izta- partir de los logotipos de las estaciones que a partir de sus nombres.
palapa, 2 en Cuauhtmoc, 2 en Gustavo Madero, 3 en Coyoacn, 5 en Varios de los ms jvenes recordaron cmo aprendieron a utilizar el
Benito Jurez, 3 en Venustiano Carranza, 1 en Tlhuac, 3 en Tlalpan, metro cuando eran nios apoyndose en la iconografa, incluso antes
1 en lvaro Obregn, 1 en Miguel Hidalgo, y 1 en Xochimilco) y 18 en de aprender a leer y escribir. As mismo, resaltaron cmo este sistema
el Estado de Mxico, en municipios como Chimalhuacn (1), Ciudad facilita el uso del metro a aquellos que no saben leer: yo creo que
Nezahualcyotl (4), Chicolapa (1), Ecatepec (4), Tecmac (2), Caracoles la simbologa ayuda mucho porque al menos antes, como cuando era
(1), Tlalnepantla (1), La Candelaria Tlapala (2), Tultitln (1), e Iztlapa (1). pequea y aprenda a usar el metro mi mam me deca, y si es cierto
En cuanto a la ocupacin, encontramos diversas profesiones y/o acti- porque ellas siempre han tenido un puesto en La Merced, deca: pues
vidades: empleados, abogados, estudiantes (de primaria, preparatoria, es que los smbolos ayudan a la gente que no sabe leer y escribir, y
licenciatura y posgrado), secretarias, vendedores, artistas, albailes, entonces ah se guiaban (Ivone, 29); [es] una forma muy simblica
tcnicos y profesionistas, administradores de empresas, amas de casa, de representar entradas, salidas, desbordes y dems. Yo creo que una
msicos, e ingenieros. La mayora, 34, utilizan el metro diariamente, persona que tenga algunas capacidades diferentes podra guiarse vi-
algunos de ellos incluso los das sbado y domingo. 10 lo usan una o dos sualmente con estas seales (ngel, 33).
veces por semana, y tan solo 6 una o dos veces por mes. Los principales El carcter visual de la cartografa del metro no solamente sirve
motivos para utilizar este medio de transporte son: para dirigirse al a la gente que no sabe leer ni escribir, sino en general a todo aquel
lugar de trabajo, para dirigirse al lugar de estudio y para esparcimien- que no est familiarizado con el cdigo escrito del idioma castellano
to (asistir a actividades culturales o ldicas) o realizar compras. Esto (o nhuatl), como los hablantes de diversas lenguas indgenas o los ex-
confirma la tendencia analizada por Bernardo Navarro, en donde se tranjeros no hispanoparlantes (turistas o residentes). As lo manifies-
describe el metro como motor de la fuerza laboral y de consumo de tan los testimonios de dos extranjeras, Catalina (36) y Slenka (25): soy
la ciudad, pues posibilita a los trabajadores satisfacer las necesidades extranjera y los nombres me costaban [] los logos son sencillos. El
de movilidad que la compra-venta y reposicin de su fuerza de traba- sistema de colores por lneas ayuda a ubicarse en el sistema; [el me-
jo les exige. Les permite, asimismo, enlazar especialmente el consumo tro] es mucho ms accesible visualmente que las palabras [] para los
productivo que el capital o patrono hacen de su fuerza de trabajo con extranjeros creo que tambin es ms fcil. Esto mismo aplica para los
su consumo individual verificado en el lugar de vivienda (1993, p. 20). mexicanos de diversas provincias del pas que han migrado a la capital
Lo primero que puede constatarse luego del trabajo de campo, es por razones de estudio o trabajo. Por ejemplo, Mauricio, un estudiante
que los usuarios consideran que el sistema de sealtica ideado por de sociologa de 28 aos, asegura que una forma para identificar las
Wyman contribuye a que se orienten y movilicen con mayor facilidad estaciones y no perderme era principalmente reconocer las imgenes.
al interior de la red del metro. Esto se debe a que los conos repre- Pero incluso si el usuario est en capacidad de leer y comprender
sentan algo emblemtico de los lugares donde estn las estaciones las palabras que designan el nombre de cada estacin, generalmente
(Raimundo, 27); simbolizan algo del lugar de donde est esa estacin, suele apoyarse ms en los logotipos que en las palabras para orientar-
entonces tu relacionas ese smbolo con ese lugar [] es el lugar, pues se en el sistema. Es ms fcil captar a primera vista una imagen que
donde est la zona, el nombre de la calle, como la va, pues porque est un texto. Entonces pues es ms rpido visualizar donde te vas a bajar
la virgen ah, est la Baslica (Aketzali, 18). viendo la imagen que tratando de buscar el nombre (Nemesio, 19);
Salvo una excepcin, todos los entrevistados estuvieron de acuerdo muchas veces te guas ms por la imagen. Porque por ejemplo viene
226 227
el nombre chiquitito entonces dices ah no, me voy a bajar en tal. En xico. Como por decir, sta es de la revolucin, sta es la constitucin
el arbolito [] yo as lo hago (Aketzali, 18). Alejandra, de 61 aos, que hicieron, ste es nuestro luchador que fue Hidalgo [] sta de los
asegura que sabe leer, pero por problemas de visin y la velocidad del Nios Hroes (Dafne, 30).
tren, no alcanza a leer con claridad los nombres de las estaciones, por Como vimos en el apartado anterior, la historia narrada en el metro
lo que confa ms en las figuras. coincide con la historia oficial que es transmitida en otros espacios
Con respecto a la pregunta sobre la apropiacin de la narrativa his- sociales, como la escuela, y algunos de los entrevistados identificaron
trica presente en la cartografa, es importante sealar que la mayora esta conexin. La mayora de personajes, dice Santiago (20), si se
de entrevistados reconocieron los logotipos del cuestionario y los iden- ven en las materias de la escuela y no se, siento que hay muchos datos
tificaron como elementos propios de la historia y la cultura mexicana, histricos que aunque no sean del lugar en el que est la estacin, te
aunque, como explicar ms adelante, esto no implica un conocimien- hacen recordar tus races, tu cultura. Recordemos que, desde el siglo
to a profundidad sobre los personajes y acontecimientos histricos XIX, ha sido precisamente la escuela la principal institucin encargada
que stos representan. de la transmisin de la memoria nacional, de hacer circular represen-
Para los usuarios, la iconografa del metro se asocia con la cultura taciones, argumentos (explcitos o no), un repertorio de signos y for-
mexicana (Miguel, 25); la identidad (ngel, 33; Mauricio, 28; Ana mas que, a travs de los aprendizajes escolares, quedaron profunda-
Beln: 27); el patrimonio (Ema, 18); la raz [] la historia del Mxico mente incorporados en la cultura comn (HARTOG y REVEL, 2001,
milenario (ngel, 25); los smbolos nacionales (Daniel, 22); un ori- p. 16). Adems de la escuela, la familia desempea un importante rol
gen histrico, lugares/sitios histricos (Felipe, 65; Griselda, 58; San- en estas pedagogas de la nacin, pues los paps les dicen [a los nios]
tiago 20); hechos trascendentes y hroes (Leopoldo 57; Jorge 50); vamos a tal, vamos a tal [estacin]. Eso significa, los personajes son tal
monumentos que se encuentran ah (Brenda, 27); y la cultura po- (Elizabeth, 50). En cierto sentido, puede afirmarse que la iconografa
pular y mesoamericana (Catalina, 36). Estos signos de la comunidad del Stcm reitera o refuerza los conocimientos histricos que han sido
imaginada, del devenir colectivo, en ocasiones fueron asociados a per- adquiridos con anterioridad por los usuarios:
sonajes especficos, hroes nacionales cuyo reconocimiento se debe a
que lucharon por Mxico (Alejandra, 61): pues vienen siendo parte si tiene una relacin con lo que has aprendido en la escuela y un poco tam-
de la historia de Mxico, como Hidalgo que es padre de la libertad bin de la cultura mexicana. De lo que vas aprendiendo conforme vas cre-
(Aketzali, 18); est Zapata, est Hidalgo. Son smbolos que represen- ciendo y la historia oficial mexicana, y te ayuda tambin a que sea ms fcil
tan lo mexicano (Margarita, 43). la lectura del smbolo [] toda esta simbologa se est repitiendo en billetes,
En general, los entrevistados identifican la Independencia, la Revo- est en los movimientos sociales, no se, en la televisin tambin. Todo ese
lucin Mexicana y el pasado prehispnico como los tres perodos ms tipo de simbologa es muy fcil de reconocer que es de Zapata, lo sabes por-
relevantes de la historia que se representa en el metro. Para ellos, los que tiene el bigote; o la baslica porque sale la Virgen; a Hidalgo lo reconoces
logotipos de las estaciones remiten a la historia, desde prehispnica claramente porque tiene el pelo ms largo atrs y es peln. Como te lo van
que es Cuauhtmoc, Popotla (la noche triste), Pino Surez que ya esta- repitiendo tanto, ya es mucho ms fcil reconocerlos (Luis, 33).
mos hablando ms de la historia, pos qu es, contempornea?, lo de
Insurgentes tambin tiene que ver con la Independencia de Mxico [] De acuerdo a este testimonio, la efectividad del relato patrio estara
son como relacionados con la historia de Mxico, o algo que represente cifrada en su reiteracin constante en diversos medios, soportes y con-
a la ciudad (Lourdes, 65); a nuestras cosas que pasaron aqu en M- textos. Una especie de actualizacin de la amplificatio barroca de los
228 229
acontecimientos fundacionales, cuya funcin es persuadir, a travs
de mover los sentimientos, para que el ciudadano se comprometa a Pos no creo que le demos mucha importancia. O sea, ms bien es como ah
favor del bien comn (CHINCHILLA, 2000, p. 139). En este proceso me bajo, ah tengo que llegar, pero como que no es algo que lo relacionemos
de repeticin y sedimentacin del significado histrico, la iconografa, tanto con nuestra historia (Griselda, 58).
la configuracin de un repertorio visual cannico durante los ltimos
dos siglos, ha sido central (FLORESCANO, 2005; PREZ VEJO, 2012). La gente lo recuerda ms por la estacin y no por lo que pas, o sea, como
Una de las principales razones por las cuales el mexicano promedio que no la relacionan. Yo si, pero la mayora de la gente es voy a la campanita,
distingue a Hidalgo de Zapata o de Morelos, es porque diversas repre- pero no saben por qu se llama Insurgentes (Nadia, 33).
sentaciones visuales (aunque tambin textuales) lo han retratado a uno
calvo, al otro con bigote y bandoleras, al ltimo con un paliacate (pao- Pareciera que en la ciudad subterrnea predominara un rgimen de
leta). Edgardo (32), recuerda cmo la efigie de Hidalgo utilizada para el historicidad presentista, fraguado al ritmo del tiempo acelerado del ca-
logotipo de la estacin del mismo nombre, es prcticamente la misma pitalismo12. El pasado est ah, en cada uno de los conos, pero en reali-
que apareca en la portada del libro de texto con el que estudi cuando dad no es una presencia importante. Lo que importa, para la mayora,
era pequeo: ponen la silueta de Hidalgo, la representacin tal cual. es el presente inmediato: la gente va a trabajar y como que va pensan-
Lo interesante es que los testimonios recabados durante el trabajo do en otra cosa [] yo creo que la gente va ms centrada en lo que va a
de campo, de hecho, permiten cuestionar dicha efectividad del relato hacer en su da que realmente en pensar en la historia del logotipo del
patrio, en su versin de cartografa histrica del Stcm. Si bien la mayo- metro (Carlos Javier, 20). La gente vive a prisa [] demasiado rpido
ra de usuarios reconocen los smbolos y a qu o quin hacen alusin, (Nadia, 33), y viajar en el metro se convierte en una costumbre que
muy pocos dan cuenta de los personajes, lugares y acontecimientos implica memorizar unos recorridos de los cules los logotipos son se-
histricos de una manera precisa, e incluso crtica. En otras palabras, ales, pero no necesariamente hacer una reflexin consciente sobre el
la historia oficial mexicana se encuentra ampliamente difundida in- significado de los mismos (Edgardo, 32; Brenda, 24).
cluso en el metro, pero el conocimiento que tiene la gente sobre la Algo similar apuntaba Aug para el caso del metro parisino. All,
misma es vago. los nombres de las estaciones no evocan ni con suficiente fuerza ni
An ms: la mayora de entrevistados cree que el usuario prome- con suficiente regularidad la historia que celebran, como para que
dio del metro no interpreta los logotipos de las estaciones en tanto pueda nacer, necesariamente, algo que se parezca a una emocin co-
representaciones histricas, es decir, las utilizan pragmticamente lectiva del cruce de su presunto referente comn y de la diversidad de
como seales de orientacin en sus recorridos cotidianos, pero rara los recorridos singulares (1987, p. 35-36). Ms bien, en el metro, el
vez atienden a la historia que estn contando. No suelen reflexionar lugar de la colectividad sin el festejo y la soledad sin el aislamiento, lo
sobre su sentido: que habra sera una relacin personal, individual, tanto con el espacio
como con la memoria:
Mi pensar es que en un principio lo hicieron como para recordar, no se,
como para mantener en la mente de las personas los hechos que sucedieron y
todo eso. Pero pues en realidad la gente lo toma as como que es simplemente
una imagen que tu ves y la tomas como que ah voy, a ese lugar. No tanto 12 Rgimen de historicidad es un concepto que permitira comprender las
relaciones y disposiciones de una sociedad determinada hacia la temporalidad y
como lo que pas, lo que significa la imagen (Nemesio, 19). la historia (HARTOG, 2007).
230 231
No es pues absolutamente cierto que los viajeros del metro no tenga nun- cia a las representaciones histricas desplegadas en el Stcm es algo que
ca nada en comn o que no tenga ocasiones de percibir que comparten con preocupa a varios de los entrevistados. Consideran importante cono-
otros algunas referencias histricas o algunos restos del pasado. Slo que cer y apropiarse de stas, pues son nuestras races, o sea, es de donde
esta experiencia rara vez es colectiva. El metro no es un lugar de sincrona, vengo, sino cmo voy a tener una identidad como mexicano (Juliana,
a pesar de la regularidad de los horarios: cada cual celebra por su cuenta sus 30); se han perdido las costumbres, pero en el metro est la historia
fiestas y sus cumpleaos, cada biografa es singular y el humor de un mismo y las races. El metro ya hace parte de la historia (ngel, 25). Incluso,
individuo es bastante variable para que una efervescencia colectiva tenga la uno de los participantes sugiri que se trata de un problema genera-
posibilidad de producirse en las estaciones [] Pero sobre todo, hay que ad- cional, ya que hay chavos que hasta ya van en la universidad, pero no
mitir que cotidianamente los individuos toman, como se dice, itinerarios que conocen la historia de personajes como Zapata o de Hidalgo porque
no pueden dejar de tomar, atados a los recuerdos que nacen de la costumbre estn ahora ms enfocados al internet, a los telfonos, a vivir lo que les
y a veces la subvierten; los individuos rozan, ignorndola pero presintindo- llama la atencin (Jorge, 50).
la a veces, la historia de los dems, y pasan por los caminos marcados por una Finalmente, hubo otros, pocos, que sostuvieron una postura crtica
memoria colectiva trivializada cuya eficacia slo se percibe ocasionalmente a con respecto a la narrativa histrica presentada en el metro, por consi-
la distancia (AUG, 1987, p. 45, 46-47). derarla un mero reflejo de la historia oficial, con sus nfasis y silencios.
Para Aurelio (50), los personajes que dan nombre a las estaciones del
Esta idea de la trivializacin de los avatares de la memoria colectiva metro son comnmente reconocidos, en las escuelas, desde la prima-
en el metro tambin se percibe en la Ciudad de Mxico. Para Raimundo ria, te muestran no? Los libros de historia, te muestran la historia de
(27), el problema no es que los usuarios no vean o lean los conos Mxico. Que no siempre es la adecuada, no? La historia oficial nunca
(que los pasen de largo en sus veloces recorridos diarios), sino todo lo te va a contar realmente como sucedieron las cosas. Donovan (32), por
contrario, que los vean y lean constantemente, es decir, el proble- su parte, considera que los logotipos son parte del cdigo cannico
ma sera su sobreexposicin: yo creo que se banaliza, ms bien. Por- de la representacin nacional. Son iconos calcados del calendario c-
que ya saben que Zapata es el de bigotes y ya, pero en realidad tanto lo vico, de los relatos oficiales de la historia que fijan una interpretacin
ves que menos te interesas por investigarlo. Te saturas. Adems de la relativamente estable de los sucesos nacionales, y apunt que la inte-
saturacin, otra posibilidad de recepcin por parte de los usuarios es gracin del pasado indgena en el relato oficial de la nacin [] forma
la resignificacin, es decir, la variacin del sentido original asignado a parte de la especfica manera de patrimonializacin del pasado en los
cada uno de los logotipos a partir de nuevas lecturas, apropiaciones o objetos y ruinas que conserva el Estado14.
invenciones. Como sucede en el caso de la nia que lee en el cono de
Pino Surez no la pirmide del dios Ehcatl sino unos hot cakes13 o en
las intervenciones de la Redretro que abordar ms adelante.
El hecho de que la mayora de pasajeros no le den mayor importan-
14 Este tipo de opiniones fueron ms comunes en participantes con estudios
profesionales o de posgrado. Al parecer, la educacin superior permite formar
juicios crticos que trascienden los lugares comunes de la enseanza histrica
de la primaria y la preparatoria. Esta tendencia coincide con los hallazgos de la
13 Yo digo que si [se orienta en el metro gracias a los logotipos]. Porque al menos investigacin de Andrea Snchez sobre enseanza y percepcin de la historia en
mis hijos van reconociendo. Por ejemplo ella [seala a su hija de unos 4 aos] le Ciudad de Mxico. Segn esta autora, una mayor preparacin acadmica y una
digo vamos al centro, y ella dice que son hot cakes en Pino Surez. Vamos con tu mejor ubicacin socioeconmica orienta a una mejor percepcin del sentido de
abuela, ah nos vamos a bajar en la campana (Anabel, 31). la historia (2002, p. 231).
232 233
La cartografa dislocada: la propuesta de Redretro la virgen de Guadalupe por uno de la diosa Coatlicue, y en Tepito (LB)
cambiaron el guante de boxeo por la efigie de la Santa Muerte, rindien-
Redretro. Sistemas de Transporte Onrico es un colectivo de arte do homenaje a la cosmovisin prehispnica y a la religiosidad popular
urbano creado en 2006 en Madrid, Espaa. Su objetivo es plantear (2015); a la estacin Viveros-Derechos Humanos (L3) le agregaron unos
sutiles intervenciones de carcter potico y crtico en los sistemas de smbolos de interrogacin (?) poniendo de realce su vulnerabilidad en
transporte de ciudades de todo el mundo. Por ejemplo, trabajan con Mxico (2015); Salto del agua fue cambiado, en un mensaje ecolgico,
la sealizacin de estaciones de metro cambiando temporalmente en por Salven el agua (2015); Sevilla (L1) fue momentneamente Semilla
algunos lugares estratgicos nombres y narrativas pblicas, buscando (2016); y Constitucin de 1917 (L8) pas a ser Destitucin, con el logoti-
as ofrecer otros significados y estmulos frente a la jerarquizacin del po representando la efigie de Enrique Pea Nieto con su caracterstico
entorno urbano (REDRETRO). copete y banda presidencial (2016).
Este trabajo de subversin semitica (cambiar letras, logotipos Desde mi punto de vista, lo interesante de estas acciones, que pueden
o colores) se hace de manera colaborativa con simpatizantes y vo- considerarse golpes de memoria en el espacio pblico (EL COLECTI-
luntarios que desarrollan las acciones y sugieren nuevos proyectos, VO, 2009), es que hacen irrumpir en el metro problemticas, ya sean de
y teniendo en cuenta algunos principios bsicos, como no realizar larga duracin o propias de la historia reciente, de los que la cartogra-
ningn dao permanente, evitar provocar un caos explcito y man- fa histrica del metro no se haba hecho cargo, interfiriendo en y resig-
tener una perspectiva crtica (REDRETRO). El colectivo ha realizado nificando los tradicionales cdigos visuales de la historia patria. Y todo
acciones en sistemas de transporte de Madrid, Berln, Buenos Aires y esto, a partir de lo performativo, lo clandestino, lo efmero que provoca
Ciudad de Mxico. resonancias, ondas, ecos capaces de alterar la cotidianidad:
En el metro de la Ciudad de Mxico algunas de las intervenciones
realizadas por Redretro han sido: el cambio del nombre de la estacin Queremos que la gente se divierta, reflexione, se enoje, y que voltee a ver un
Patriotismo (L9) por Matriotismo, y la sustitucin del logotipo (la ban- mundo diferente. Queremos quitarle el trono de la atencin a la publicidad. So-
dera nacional) por un tero, para llamar la atencin sobre la violencia mos annimos, nunca dejamos marcas duraderas, somos efmeros y abrimos
de gnero y el machismo, tambin presentes en el espacio/transporte puertas que pueden dar acceso a otras dimensiones por un tiempo limitado,
pblico y la representacin de la historia (2013); la transformacin de portales que desaparecen como desaparece una huella en una playa de are-
Normal (L2), Guerrero (L3 y LB), Nios Hroes (L3) e Iztapalapa (L8) na. Alteramos la cotidianidad desde el punto de vista de que abordamos otra
en Normalistas, 43 Guerreros, 43 Nios Hroes, y Ayotzinapa, con el realidad al mostrar otra versin, de ese plano de lo real (MENDOZA, 2015).
objetivo de denunciar la desaparicin de los normalistas de Ayotzina-
pa (2014, 2016); el cambio del logotipo de la estacin Lzaro Crdenas Y, qu piensa la gente de estas propuestas? Para comenzar, habra
por el cono de la petrolera Shell, para cuestionar la privatizacin del que sealar que varios de los participantes en el cuestionario no reco-
petrleo agenciada por la reforma energtica del gobierno de Enrique nocieron las fotografas de la Redretro como intervenciones artsticas
Pea Nieto (2014)15; en la Villa-Baslica (L6) reemplazaron el cono de y las confundieron con obras de mejoras en las instalaciones del metro,
y por lo tanto estaban de acuerdo con stas, o bien con vandalismo, y
las rechazaban. No obstante, la mayora las identific como acciones
15 El presidente Lzaro Crdenas es recordado porque llev a cabo la expropiacin artsticas que representan una forma de protesta y sensibilizacin le-
del petrleo a las empresas extranjeras y nacionaliz la industria petrolera en
1938 (ABOITES, 2008, p. 481-483). gtima, creativa, y necesaria (Ana Beln, 27; Miguel, 25). Varios expre-
234 235
saron que la importancia de estas acciones radica en que se hacen en lo tanto pueden resultar crpticas o difciles de comprender para la
un espacio pblico ampliamente transitado, donde confluyen perso- mayora de los usuarios (Carlos, 20), o bien que debido a su carcter
nas de diferentes contextos y procedencias (Slenka, 25; Raimundo 27). efmero resultan poco trascendentes (Catalina, 36). Para el filsofo Do-
Otros, como Mauricio (28) apuntaron que causan gracia, son diver- novan (32), es problemtico el concepto de matriotismo pues supone
tidas, [usan el] registro de la irona para cuestionar el mal gobierno. la utopa de una inversin del poder patriarcal, a la vez que el logotipo
Tambin fueron bastante frecuentes las alusiones a que el metro se del tero enfatiza un carcter esencialista de esta protesta, creo, pues
convierte, a travs de estas prcticas artsticas, en un medio de infor- fija la identidad femenina en el rgano reproductivo y la enlaza con la
macin que funciona como alternativa frente a la desinformacin de idea de madre.
los medios de comunicacin hegemnicos, en particular de los noti- Otro grupo de entrevistados, menos numeroso, reconoci la impor-
cieros (Aurelio 50; Aketzali, 18; Griselda, 22). tancia de las problemticas abordadas por Redretro, pero no consi-
Para Ema (18), estas intervenciones son relevantes porque hablan de dera que la manera ms adecuada de expresar el descontento social
situaciones recientes que tambin constituyen la experiencia histrica sea modificando el sistema de sealizacin del metro. El argumento
mexicana: tambin es historia [] la gente nada ms lo ve en las noti- principal de estas personas es que la alteracin de los nombres y logo-
cias, pero ya cuando viaja en metro servir la historia. Es decir, el mis- tipos de las estaciones puede generar desorientacin y confusin en los
mo metro te lo recuerda que la gente seguir pidiendo una respuesta usuarios (Nemesio, 19; Carlos Javier, 20).
de lo que pas con Ayotzinapa. A Alejandra (61) le llam la atencin Por ltimo, una minora de participantes, de tendencia conserva-
particularmente la accin de Salven el agua, pues est relacionada con dora, rechazaron las intervenciones, tanto porque representan una
una problemtica que la afecta directamente, pues en Ecatepec, donde alteracin (ataque) al sistema de sealizacin del metro y la narrativa
reside, la poblacin no cuenta con agua potable y tiene que comprar histrica que presenta, como porque sostienen posturas polticas radi-
garrafn para beber y baarse. Finalmente, Ivone (29) coincide con mi calmente diferentes a las expresadas por los artistas. No me agrada la
apreciacin: para ella, lo ms interesante de estas propuestas es el tra- deformacin, coment Elizabeth (50), mientras que Juliana (30) deses-
bajo de resignificacin que operan: tim las intervenciones relacionadas con los normalistas de Ayotzina-
pa, desconociendo (e incluso justificando) su desaparicin: Yo no estoy
Una forma como de expresar el malestar social. Y entonces que vengan en de acuerdo. Y menos con esto. Se me hacen como muy grotescas. Bueno
el metro, es bien interesante, porque vas como resignificando los momentos yo no participo en nada de esto. O sea, se que si murieron, pero a mi
histricos y las cosas culturales en Mxico. Es como una intervencin que no me consta que existieron. Porque tambin era gente que era muy
yo creo que todo el tiempo se va a dar, como que es inevitable, no podra mitotera16. Bueno, es que yo crec en una familia muy conservadora,
pasar un movimiento social sin que se exprese en esta parte de la ciudad entonces a mi me ensearon: si tu te metes en problemas, que esperas.
que adems es sper importante, no slo por la cantidad de personas que se El ingeniero Felipe (65), desde una postura similar, considera que
transportan a diario, sino por la simbologa. no deberan cambiar los nombres de las estaciones, pues no se respe-
Sin embargo, algunos de los que manifestaron estar de acuerdo con 16 Mitote (del nhuatl mitotiqui danzante, de itotia bailar) es un trmino colo-
estas propuestas, tambin sealaron algunas limitaciones o crticas. quial en Mxico para designar un problema, tumulto o vocero. Mitoteros son,
entonces, los que causan problemas.
La ms comn es que las intervenciones son demasiado sutiles y por
236 237
ta su origen histrico. Por ejemplo, para l es una pendejada que variante ms de la historia oficial; por otro, las diversas prcticas de
hayan agregado Derechos Humanos a la estacin Viveros (L3), pues recepcin (apropiacin, indiferencia, resignificacin y cuestionamien-
derechos humanos se dedica a defender delincuentes. Y si esta es su to) de dicho relato por parte de los usuarios del metro o de colectivos
reaccin frente a un cambio oficial del Stcm, su percepcin de las ac- artsticos como la Redretro.
ciones clandestinas de Redretro es an ms negativa, especialmente El estudio de esta cartografa histrica y de sus lecturas es un buen
aquellas relacionadas con los normalistas, unos cabrones revoltosos ejemplo de que la historia puede comunicarse de muy diversas mane-
que ni estudian ni nada, chamacos echando desmadre y la de Matrio- ras, y de que, en tanto forma de representacin del pasado, siempre
tismo: digo, si los seores salieron del closet, pues que bueno. Pero lo est abierta a una reelaboracin constante por parte de mltiples su-
que no me parece, si quieren casarse que se casen [] pero por ejem- jetos y actores sociales. Considero que es fundamental que los histo-
plo, a los nios no tienen porque perturbarles en su moral y en su sano riadores nos mantengamos alerta frente a estos procesos de comuni-
desarrollo. Debe tenerse en cuenta que, para los entrevistados que se cacin y reelaboracin, pues, como tuve la oportunidad de aprender
alinearon en esta postura, las propuestas ms moderadas o aparente- de una maestra, al parecer, lo apremiante hoy, no slo, pero tambin
mente apolticas, como la de Salven el agua, si resultaron aceptables. para los historiadores, es la reflexin de la historia en trminos de la
vida cotidiana (CHINCHILLA, 2000, p. 130).
ltima parada
238 239
Referencias GORBACH, Frida. La Historia Nacional mexica-
na. Pasado, presente y futuro. En: Rufer, Mario
ABOITES, El ltimo tramo, 1929-2000. En: (coord.). Nacin y diferencia. Procesos de iden-
Nueva Historia Mnima de Mxico Ilustrada. tificacin y formaciones de otredad en contextos
Mxico: El Colegio de Mxico, p. 469-539, 2008. poscoloniales. Mxico: taca, p. 105-122, 2012.
AGUIRRE, Nydia y FLORES, Rafael. Historia de una HALBWACHS, Maurice. La memoria colectiva. Za-
Ruta. Lnea 12, Lnea Dorada, Lnea del Bicentenario. ragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004.
Mxico: Sistema de Transporte Colectivo Metro, 2012. HARTOG, Franois. Regmenes de historicidad.
ARDN, Carlo. Arqueologa en el metro de la Presentismo y experiencias del tiempo. Mxi-
Ciudad de Mxico, 2012. En: http://www.me- co: Universidad Iberoamericana, 2007.
tro.cdmx.gob.mx/arqueologia/titulos.html, HARTOG, Franois y REVEL, Jacques. Les usages
consultado el 3 de marzo de 2017. politiques du pass. Pars: Les ditions de lco-
AUG, Marc. El viajero subterrneo. Un etnlo- le des Hautes tudes en Sciences Sociales, 2001.
go en el metro. Barcelona: Gedisa, 1987. HOELSCHER, Steven y ALDERMAN, Derek.
CASTAEDA, Quetzil. Aproaching ruins. A Memory and place: geographies of a critical
photo-ethnography essay on the bussy intersec- relationship. En: Social & Cultural Geogra-
tions of Chichn Itz. En: Visual Anthropology phy, Londres, nm. 3, 2004, pp. 347-355.
Review, Arlington, nm. 16 (2), 2001, pp. 43-70. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADSTICA Y
CHINCHILLA, Perla. Aprender historia o GEOGRAFA, Analfabetismo. 2015a. En: http://
aprender de la historia?. En: Historia y Grafa, cuentame.inegi.org.mx/poblacion/analfabeta.
Ciudad de Mxico, nm. 15, 2000, pp. 119-150. aspx?tema=P, consultado el 3 de marzo de 2017.
DOMNGUEZ, Olivia. Trovadores posmodernos. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADSTICA Y
Msicos en el Sistema de Transporte Colecti- GEOGRAFA, Hablantes de lengua indgena
vo Metro. Mxico: Unam, 2010. en Mxico, 2015b. En: http://cuentame.inegi.
EL COLECTIVO, Declaracin. En: E-MISFRICA org.mx/poblacion/lindigena.aspx?tema=P,
6.1, 2009. http://hemi.nyu.edu/hemi/es/el-colecti- consultado el 3 de marzo de 2017.
vo-declaracion, consultado el 3 de marzo de 2017. MEDINA, Roberto. Un transporte de aventuras. El
EL ECONOMISTA, Turismo de la Ciudad de Metro a travs de la mirada de los nios. Mxico:
Mxico super expectativas, El Economista, Sistema de Transporte Colectivo Metro, 2013.
8 de febrero de 2016. En: http://eleconomista. MENDOZA, Christian. Redretro. En: La Tempestad,
com.mx/distrito-federal/2016/02/08/turis- 2015. http://latempestad.mx/entrevistas/Redre-
mo-ciudad-mexico-supero-expectativas-2015, tro-performance-accion-arte-urbano-acto-poe-
consultado el 3 de marzo de 2017. tico-sistema-de-transporte-colectivo-manifesta-
FLORESCANO, Enrique. Imgenes de la patria a cion-politica, consultado el 3 de marzo de 2017.
travs de los siglos. Mxico: Taurus, 2005. MONSIVAIS, Carlos. La hora del transporte. El
GARCA, Pilar. De ida y vuelta. Lance Wyman: metro: viaje al final del apretujn. En: Los ri-
conos urbanos. En: Lance Wyman. De ida y tuales del caos, Mxico: Era, p. 111-113, 1995.
vuelta: conos urbanos. Mxico: Museo Univer- NAVARRO, Bernardo. Ciudad de Mxico: el metro
sitario de Arte Contemporneo, p. 6-19, 2014. y sus usuarios. Mxico: Uam-Xochimilco, 1993.
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL. El me- NAVARRO, Bernardo y BACELIS, Sandra.
tro es de todos. Mxico, Gdf: 2014. El metro como sistema de transportacin
masiva. En: Ciudad de Mxico en el fin del
segundo milenio. Mxico: El Colegio de Mxi-
co/Gdf, p. 378-383, 2000.
ORENSANZ, Felipe y DURN, Rodrigo. Encon-
trar el camino. Una conversacin con Lance
Wyman. En: Lance Wyman. De ida y vuelta:
conos urbanos. Mxico: Museo Universitario
de Arte Contemporneo, p. 32-39, 2014.
PERALTA, Araceli. Hallazgos en el Metro de la ciudad
de Mxico: arqueologa y acervos. Mxico, I nah, 1996.
PREZ VEJO, Toms. La representacin de las revoluciones
de la independencia en la pintura oficial hispanoame-
ricana del primer siglo de vida independiente: entre la
memoria y la historia. En: BUTRN PRIDA, Gonzalo.
Las Espaas y las Amricas: los espaoles de ambos lados
ante la crisis de independencia. Cdiz: Servicio de Publi-
caciones de la Universidad de Cdiz, p. 251-274, 2012.
REDRETRO. Sistema de Transporte Onrico. En:
Redretro.net, consultado el 3 de marzo de 2017.
RIVERA CUSICANQUI, Silvia. Sociologa de la
imagen. Miradas chixi desde la historia andi-
na. Buenos Aires: Tinta Limn, 2015.
SAID, Edward. Invention, memory and place. En: Mit-
chel, W. J. T. (ed.). Landscape and power. Chicago y
Londres: Chicago University Press, p. 241-259, 2002.
SNCHEZ, Andrea. Reencuentro con la historia.
Teora y praxis de su enseanza en Mxico.
Mxico: Unam, 2002.
SISTEMA DE TRANSPORTE COLECTIVO ME-
TRO. Cifras de operacin. 2015a. En: http://
www.metro.cdmx.gob.mx/operacion/cifrasope-
racion.html, consultado el 3 de marzo de 2017.
SISTEMA DE TRANSPORTE COLECTIVO ME-
TRO. Lance Wyman y la comunicacin visual
en el metro. 2015b. En: http://www.metro.
cdmx.gob.mx/red/iconografia.html, consul-
tado el 3 de marzo de 2017.
VELA, Enrique. Catlogo visual. Lo prehispni-
co en el imaginario mexicano. En: Arqueolo-
ga Mexicana, Mxico, nm. 46, p. 24-87, 2012.
Sobre los autores
Aturdido por las peleas con sus memorias personales y los modos en
que stas abusaban de sus azares, comienza a estudiar Psicologa en
la Universidad de La Habana y Psicoanlisis en la Nueva Escuela La-
caniana Sede La Habana. Dicha formacin acrecent las disputas y
el autor se aboc a los estudios sociales como recurso para tratar su
interioridad a partir de los usos de las memorias pblicas. Varios di-
plomados en ciencias sociales con distintas universidades y semina-
rios virtuales con CLACSO, le introdujeron a pensarse entonces desde
las herramientas de la antropologa cultural y los estudios culturales
aplicados a Latinoamrica y el Caribe. Pero los conflictos continan
245
Blanca Gutirrez Galindo Sebastin Vargas lvarez
Doctora en Historia del Arte por la Facultad de Filosofa y Letras de Historiador y Magster en Estudios Culturales de la Universidad Jave-
la Unam. Es profesora titular de arte del siglo XX, arte contempor- riana (Bogot). Doctor en Historia por la Universidad Iberoamericana,
neo y teora del arte en el Posgrado en Artes y Diseo de la Facultad Ciudad de Mxico. Ha sido profesor e investigador de la Universidad
de Artes y Diseo de la Unam. Forma parte del Sistema Nacional de Minuto de Dios, la Universidad Javeriana y de la Universidad del Rosa-
Investigadores. Su campo de investigacin es el arte contemporneo. rio, en Colombia; y de la Universidad Iberoamericana y de 17 Instituto
Sobre la relacin entre arte y geopoltica durante la Guerra fra realiz de Estudios Crticos, en Mxico. Algunas de sus reas de inters son la
la AntologaEl arte en la Repblica Democrtica Alemana 1949-1989y teora de la historia y la historiografa, los estudios culturales, y las re-
el libroEn la Repblica Democrtica Alemana la pintura es ms alema- laciones entre historia y memoria. Es autor de los libros Desentonando
na. El arte de la RDA en la Alemania unificada(ambos en proceso de el himno de Bogot. Historia y crtica de un smbolo 1974-2010 (Bogo-
publicacin). Ha colaborado en publicaciones como Exit, Art Nexus, t: Universidad Javeriana, 2014) y de Tripido: historia, construccin de
Anales del Instituto de Investigaciones Estticas, Alzaprima, Interior verdad y violencia (Bogot: Publicaciones La Sorda, 2015).
grficoyDisearte MM1.En la actualidad investiga la relacin entre
prcticas artsticas y movimientos sociales en el contexto de la llamada
guerra contra el narcotrfico en Mxico.
246 247