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EVC / QUBEC MAY 2004 /DRAFT (CHICAGO VERSION)

La Selva de Cristal
Notas sobre la ontologa de los espritus amaznicos

Eduardo Viveiros de Castro


Museu Nacional, Rio de Janeiro

Resumen: Este texto desarrolla algunas hiptesis sobre el modo de


existencia de los espritus en el discurso y las prcticas chamnicas de la
Amazona indgena. El foco de anlisis es una narracin hecha por Davi
Kopenawa, pensador y lder poltico Yanomami, al antroplogo Bruce
Albert. El argumento general del artculo es que el concepto de espritu
se refiere, en el caso amaznico, menos a una clase extensiva de
seres sobrenaturales que a una multiplicidad virtual intensiva donde lo
humano y lo no-humano se relacionan por sntesis disjunctiva.

Abstract: This paper develops some hypotheses on the mode of


existence of spirits in shamanic discourses and practices in indigenous
Amazonia. Its analytical focus is a narrative told by Davi Kopenawa,
Yanomami thinker and political leader, to the anthropologist Bruce
Albert. The papers general argument is that, in the Amazonian case, the
concept of spirit refers not so much to an extensive class of
supernatural beings as to an intensive virtual multiplicity where the
human and the non-human relate to one another by disjunctive
synthesis.

ABSTRACT: Este texto desenvolve algumas hipteses sobre o modo de


existncia dos espritos no discurso e na prticas xamnicas da
Amaznia indgena. O foco da anlise uma narrativa feita por Davi
Kopenawa, pensador e lder poltico Yanomami, ao antroplogo Bruce
Albert. O argumento geral do artigo que o conceito de esprito se
refere, no caso amaznico, menos a uma classe extensiva de seres
sobrenaturais que a uma multiplicidades virtual intensiva onde o
humano e o no-humano se relacionam por sntese disjuntiva.

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Ces citoyens infinitsimaux de cits mistrieuses...


(Esos ciudadanos infinitesimales de ciudades misteriosas...)
Gabriel Tarde

Introduccin

Las ideas esbozadas en este artculo se remontan a mi trabajo con los


Yawalapti y los Arawet en los aos 1970s y 80s, cuando, como
cualquier etngrafo, tuve que encarar diferentes nociones indgenas

sobre la agencia no-humana y la constitucin de la persona.1 Sin


embargo, el acontecimiento que les sirvi de catalizador inmediato el
pretexto, si quieren fue la lectura, mucho ms reciente, de dos
fragmentos de una notable narracin proveniente de otra cultura
amaznica. Se trata de la exposicin que Davi Kopenawa, pensador y
lder poltico Yanomami, le hace al antroplogo francs Bruce Albert
acerca de los xapirip, los ancestros animales o espritus chamnicos
que interactan con los chamanes de su pueblo (Kopenawa 2000,
Kopenawa & Albert 2003). Estos textos forman parte de un dilogo en
proceso entre Kopenawa y Albert, en los que el primero le presenta a los
blancos, en la persona de su interlocutor-traductor, una concepcin
detallada del mundo y de la historia, que es al mismo tiempo una
reivindicacin indignada y orgullosa del derecho a la existencia de los

1 Ver Viveiros de Castro 2002 [1978]: cap. 1, sobre los Yawalapti, y Viveiros de Castro 1992,
sobre los Arawet.

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Yanomami.2 A seguir, transcribo la versin ms corta de la narracin,


publicada en portugus en 2001.

Sueos de los orgenes

Los espritus xapirip bailan para los chamanes desde el primer tiempo y
as continan hasta hoy. Parecen seres humanos pero son tan
minsculos como partculas de polvo centellantes. Para poder verlos,
hay que inhalar el polvo del rbol ykanahi muchas, muchas veces.
Toma tanto tiempo como para que los blancos aprendan a dibujar sus
palabras. El polvo del ykanahi es la comida de los espritus. Quien no
lo bebe permanece con ojos de fantasma y no ve nada.
Los xapirip bailan juntos sobre grandes espejos que descienden
del cielo. Nunca son cenicientos como los humanos. Son siempre
magnficos: el cuerpo pintado de achiote y recorrido de diseos negros,
sus cabezas cubiertas de plumas blancas de buitre rey, sus brazaletes
de chaquiras repletas de plumas de loros, de cujubim [Pipile cujubi, um
galinceo ou cracdeo do mesmo gnero do jacu, a Penelope, outro
cracdeo; em francs seria guan, como o jacu] y papagayos rojos, la
cintura envueltas de colas de tucanes...
Miles de ellos llegan para bailar juntos, agitando hojas de palmera
nuevas, soltando gritos de alegra y cantando sin parar. Sus caminos
parecen telas de araa brillando como el claro de luna y sus ornamentos
de pluma se mecen lentamente al ritmo de sus pasos. !Da alegra ver lo
bonitos que son!

2 El dilogo completo entre Kopenawa y Albert va a ser publicado prximamente. Adems de


los dos fragmentos citados arriba, ver los varios otros textos por Kopenawa y Albert en Albert &
Chands 2003, as como los dos artculos fundamentales por Abert(1988 and 1993).

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Los espritus son as tan numerosos porque son las imgenes de


los animales de la selva. Todos en la selva tienen una imagen utup: los
que andan en el suelo, los que andan en los rboles, los que tienen
alas, los que viven en el agua ... Son estas imgenes que los chamanes
llaman y hacen bajar para que se conviertan en espritus xapirip. Estas
imgenes son el verdadero centro, el verdadero interior de los seres de
la selva. Las personas comunes no los puedes ver, slo los chamanes.
Pero no son imgenes de los animales que conocemos ahora. Son
imgenes de los padres de estos animales, son imgenes de nuestros
antepasados.
En el primer tiempo, cuando la selva era todava joven, nuestros
antepasados eran humanos con nombres de animales que acabaron
convirtindose en animales de caza. Son ellos los que flechamos y que
comemos hoy. Pero sus imgenes no desaparecieron y son ellas las que
bailan ahora para nosotros como espritus xapirip. Estos antepasados
son verdaderamente antiguos. Se convirtieron en presas de caza hace
mucho tiempo pero sus fantasmas permanecen aqu. Tienen nombres de
animales pero son seres invisibles que nunca mueren. La epidemia de
los blancos puede tratar de quemarlos y de comerlos, pero ellos nunca
desaparecern Sus espejos siempre brotan de nuevo.
Los blancos dibujan sus palabras porque su pensamiento est
lleno de olvido. Nosotros guardamos las palabras de nuestros
antepasados dentro de nosotros hace mucho tiempo y continuamos
pasndolas a nuestros hijos. Los nios, que no saben nada de los
espritus, escuchan los cantos de los chamanes y despus quieren ver a
los espritus por s mismos. As es como, a pesar de ser muy antiguas,
las palabras de los xapirip siempre vuelven a ser nuevas. Son ellas las
que aumentan nuestros pensamientos. Son ellas las que nos hacen ver

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y conocer las cosas de lejos, las cosas de los antiguos. Es nuestro


estudio, lo que nos ensea a soar. De este modo, quien no bebe el
soplo de los espritus tiene el pensamiento corto y lleno de humo; quien
no es mirado por los xapirip no suea slo duerme como una hacha
en el suelo.
***

Este narracin de Kopenawa y aqu me refiero tanto al texto citado


arriba como a la versin ms extensa intitulada Les anctres animaux
(Los ancestros animales, Kopenawa & Albert 2003) me parece un
documento realmente extraordinario. Antes que nada, impresiona por su
riqueza y su elocuencia, calidades que se deben a la implementacin
deliberada, por parte de los dos co-autores, de una estrategia discursiva
de un alto contenido informativo y una gran densidad potico-
conceptual. En este sentido, estamos frente a un proyecto de invencin
de la cultura (sensu Wagner) que es al mismo tiempo una obra prima
de poltica intertnica. Si el chamanismo es esencialmente una
diplomacia csmica dedicada a la traduccin entre puntos de vista

ontolgicamente heterogneos,3 entonces el discurso de Kopenawa no


es solamente una narracin sobre ciertos contenidos chamnicos
especficamente, sobre los espritus que los chamanes hacen hablar y
actuar ; tambin es una forma chamnica de por s, un ejemplo de
chamanismo en accin, en el que un chamn le habla a los blancos
sobre los espritus, y as como sobre los blancos a partir de los espritus,
y ambas cosas por medio de un intermediario blanco.
Pero la narracin es igualmente excepcional por su ejemplaridad
cosmolgica. Articula y desarrolla ideas que se encuentran en un estado

3 Viveiros de Castro 1998; Carneiro da Cunha 1998.

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ms o menos difuso en diversas otras culturas de la regin. El texto nos


presenta una versin fuerte, en el sentido Lvi-Straussiano, de la
mitologa (explcita e implcita) de los espritus amaznicos. Es esta
ejemplaridad que me interesa en este artculo, cuyo propsito es llamar
la atencin sobre algunos rasgos relativamente comunes del modo de
existencia y manifestacin de los espritus en la Amazona indgena. El
discurso de Kopenawa expresa una concepcin pan-amaznica en la que
las nociones que traducimos por espritu se refieren a una multiplicidad
virtual intensiva.

El plano de inmanencia chamnico

Varios personajes prominentes y contextos impregnantes de la


cosmologa Yanomami se encuentran evocados en el texto de arriba: los
espritus, los animales, los chamanes, los muertos, los blancos; mitos y
sueos, drogas y festivales, caceras y selvas. Empecemos por los
xapirip propiamente dichos. La palabra designa al utup, a la imagen,
principio vital, verdadera interioridad o esencia (Kopenawa & Albert
2003: 72 n. 28) de los animales y de los otros seres de la selva, y al
mismo tiempo imgenes inmortales de una primera humanidad arcica,
compuesta de Yanomami con nombres de animales que se
transformaron en los animales de la actualidad. Pero xapirip tambin
designa a los chamanes humanos, y la expresin convertirse en
chamn es un sinnimo de convertirse en un espritu (xapiri-pru). Los
chamanes se conciben a s mismos como siendo de la misma naturaleza
que los espritus auxiliares que traen a la tierra durante su trance
alucingeno. El concepto de xapirip seala, por lo tanto, una
interferencia compleja, una distribucin cruzada de la identidad y la
diferencia entre las dimensiones de la animalidad (yaro p) y la

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humanidad (yanomae thp). Por un lado, los animales poseen una


esencia invisible distinta de su forma visible: los xapirip son los
verdaderos animales pero son humanoides; es decir, los verdaderos
animales no se parecen mucho a los animales que los xapirip,
literalmente, imaginan. Por otro lado, los chamanes se distinguen de los
otros humanos por ser espritus, y an ms, padres de los espritus
(quienes, a su vez, son imgenes de los padres de los animales). El
concepto de xapirip, menos o antes que designar a una clase de seres
distintos, habla as de una regin o un momento de indiscernibilidad
entre lo humano y lo no-humano (principalmente, pero no
exclusivamente, los animales, una nocin que discutiremos ms tarde):
habla de una humanidad molecular de de fondo, escondida por formas
molares no-humanas, y habla de mltiples afectos no-humanos que
deben ser capturados por medio de los chamanes, puesto que es en
esto que consiste el trabajo del sentido: son las palabras de los xapirip
las que aumentan nuestros pensamientos.

***

La reverberacin entre las posiciones de chamn y de espritu se verifica


en diversas culturas amaznicas. En el alto Xingu, por ejemplo, los
grandes chamanes son llamados espritus por la gente comn, mientras
que ellos mismos se refieren a sus espritus asociados como mis
chamanes [Viveiros de Castro 2002a:80-1]. Para los Ese Eja de la
amazona boliviana, todos los eshawa [espritus] son eyamikekwa
[chamanes], o ms bien, el eyamikekwa tiene el poder de eshawa
[Alexiades 1999: 226]. Entre lo Ikpeng del medio Xingu [Rodgers 2002],
el trmino panom designa a los chamanes, a sus varios espritus
auxiliares, y a los pequeos dardos potencialmente auto-intoxicantes

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que estos espritus introducen en el abdomen de los chamanes y que


son el instrumento del chamanismo. Esta observacin de Rodgers es
importante, puesto que indica que, si el concepto de espritu designa
esencialmente a una poblacin de afectos moleculares (ver ms
adelante), a una multiplicidad intensiva, entonces lo mismo se aplica al
concepto de chamn: el chamn es un ser mltiple, una micro-
poblacin de agencias chamnicas abrigadas en un cuerpo (ibid. n.18).
Entonces, lejos de ser un super-individuo, un chamn por lo menos
los chamanes horizontales [Hugh-Jones 1996] ms comunes en la
regin son seres super-divididos: federacin de agentes
supernaturales entre los Ikpeng, cuerpo anticipado y vctima canbal
potencial entre los Arawet [Viveiros de Castro 1992], cuerpo
repetidamente perforado entre los Ese Eja [Alexiades 1998: 221].
Adems, aunque el chamn es efectivamente diferente, como dicen los
Ikpeng (Rodgers ibid.), la diferencia entre ellos y la gente comn sigue
siendo una cuestin de grado, no de naturaleza. Todo el que suea
tiene algo de chamn dicen los Kagwahiv (Kracke, 1987), en cuyo
idioma, as como en muchos otros idiomas amaznicos, las palabras que
nosotros traducimos como chamn no designan algo que uno es, sino
algo que uno tiene una cualidad o capacidad adjetival y relacional
ms bien que un atributo sustantivo, cualidad que puede estar
intensamente presente en muchas entidades no-humanas; que abunda,
va de por s, entre los espritus; y que hasta puede constituir un

potencial genrico del ser (Campbell 1989).4 Por lo tanto, el chamn


humano no es un funcionario sacerdotal una especie , pero alguien
ms parecido al filsofo socrtico un funcionamiento , en el sentido

4 Se puede decir lo mismo de las muchas nociones amaznicas de alma, como Surralls ha
mostrado en el caso de los Candoshi (2003: 43-9).

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en que si todo individuo capaz de razonar es filsofo, amigo potencial


del concepto, como Scrates dira, entonces, todo individuo capaz de

soar es chamn, amigo de la imagen. 5 En las palabras de Kopenawa:


[Es] nuestro estudio, lo que nos ensea a soar. De este modo, quien
no bebe el soplo de los espritus tiene el pensamiento corto y lleno de
humo; quien no es mirado por los xapirip no suea slo duerme
como una hacha en el suelo. (De paso, obsrvese que si el estudio y la
razn en vigilia despierta y vigilante - son la alucinacin propia de los
blancos, entonces, la escritura es su chamanismo: Para poder verlos, [a
los xapirip] hay que inhalar el polvo del rbol ykanahi muchas,
muchas veces. Toma tanto tiempo como para que los blancos aprendan

a dibujar sus palabras.6

***

Como se sabe, buena parte de la mitologa amaznica trata sobre las


causas y consecuencias de la encarnacin especfica a cada especie de
diferentes agentes, todos ellos concebidos como originalmente
compartiendo una condicin inestable generalizada en la que los rasgos
humanos y no-humanos estn indiscerniblemente mezclados. Todos los
seres que pueblan la mitologa despliegan este enredo ontolgico o
ambigedad entre especies, y esto es precisamente lo que los hace
semejantes a los chamanes (y a los espritus):

Los animales de la Tierra de hoy no son para nada tan poderosos


como los originales, y se dice que son tan distintos de ellos como
los humanos comunes lo son de los chamanes. [] La Gente
Primera viva as como los chamanes de hoy, en un estado

5 Para el contraste entre el chamn y el sacerdote en la Amazona, ver Hugh-Jones 1996b and
Viveiros de Castro 2002b.
6 Ver Gow 2001: 191-218 para un anlisis del chamanismo y la escritura entre los Piro.

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polimorfo ... Despus de retirarse de la Tierra, cada una de la


Gente Primera se convirti en un Dueo o arache de las especies
que engendraron (Guss [1989: 52], sobre los Yekuana de
Venezuela).

Ver tambin a S. Hugh-Jones [1979: 218] sobre los Barasana del


Vaups: Los chamanes son la gente He par excellence; donde el
concepto de He designa el estado original del cosmos, al que los
humanos regresan por medio del ritual. Sobre los Akuriy del Suriname,
F. Jara [1996: 92-4] observa que los chamanes humanos o animales,
puesto que las especies no-humanas tambin poseen chamanes son
los nicos seres que mantienen las caractersticas primitivas de antes
de la separacin entre los humanos y los animales, especialmente el
poder de la mutacin inter-especfica (y el poder en la Amazona
indgena es, esencialmente, este poder).

Por lo tanto, la interferencia sincrnica entre humanos y animales


(ms generalmente, no-humanos) expresada en los conceptos de
chamn y de espritu posee una dimensin diacrnica fundamental,
remitindose a un pasado absoluto (es decir, un pasado que nunca fue
presente, y que por lo tanto nunca pasa, as como el presente nunca
deja de pasar) en el que las diferencias entre las especies todava no
haban sido actualizadas. El mito es un discurso sobre este momento:

[ Qu es un mito?] Si usted le preguntase a un indio


americano, hay muchas chances que le contestase: es una historia
del tiempo cuando los hombres y los animales todava no eran
distintos. Esta definicin parece ser muy profunda (Lvi-Strauss &
Eribon 1988: 193).

La definicin es de hecho profunda; entonces, zambullmonos en


ella. Pienso que se puede definir al discurso mtico como consistiendo,

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primera y principalmente, en un registro del proceso de actualizacin del


presente estado de las cosas a partir de una condicin pre-cosmolgica
virtual dotada de transparencia perfecta un caosmos donde las
dimensiones corporales y espirituales de los seres todava no se
ocultaban la una a la otra. Este pre-cosmos, lejos de desplegar
cualquier indiferenciacin o identificacin originaria entre humanos y
no-humanos, como suele ser caracterizado, est recorrido por una
diferencia infinita, aunque (o porque) interna a cada personaje o agente,
al contrario de las diferencias finitas y externas que constituyen las
especies y calidades de nuestro mundo actual (Viveiros de Castro 2001).
De donde viene el rgimen de la metamorfosis, o multiplicidad
cualitativa, propio del mito: la cuestin de saber si es que el jaguar
mtico, digamos, es un bloque de afectos humanos con forma de jaguar
o un bloque de afectos felinos bajo forma humana es rigurosamente
indecidible, puesto que la metamorfosis mtica es un acontecimiento o
un devenir heterognico (una superposicin intensiva de estados), no
un proceso de cambio (una transposicin extensiva de estados
homogneos). La lnea general trazada por el discurso mtico describe la
laminacin de los flujos pre-cosmolgicos de la indiscernibilidad al entra
en el proceso cosmolgico: De ah en adelante, las dimensiones
humanas y felinas de los jaguares (y de los humanos) funcionarn
alternadamente como fondo y forma potencial la una para la otra. La
transparencia originaria, o complicatio infinita donde todo da acceso a
todo, se bifurca o se explica a s misma, a partir de este punto, en una
invisibilidad (las almas humanas y los espritus animales) y una

opacidad (el cuerpo humano y las ropas somticas animal)7 relativas

7 Sobre los cuerpos animales como ropas, ver Viveiros de Castro 1998.

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que marcan la constitucin de todos los seres atuales invisibilidad y


opacidad relativas porque reversibles, y reversibles, ya que el fondo de
virtualidad pre-cosmolgica es indestructible o inagotable. Como deca
Kopenawa (2003: 73, 81) al hablar de los ciudadanos infinitesimales
de la arque-polis virtual, los xapirip nunca desaparecen [] sus
espejos siempre brotan de nuevo [] son poderosos e inmortales.
Acabo de mencionar que las diferencias pre-cosmolgicas son
infinitas e internas, en contraste con las diferencias finitas y externas
entre las especies. Aqu estoy refiriendome al hecho que lo que define a
los agentes y los pacientes de los hechos mticos es su capacidad
intrnseca de ser otra cosa; en este sentido, cada ser mtico difiere de s
mismo, visto que inicialmente es puesto por el discurso mtico
solamente para ser substituido, es decir, transformado. Es esta auto-
diferencia la que define al espritu, y que hace con que todos los seres
mticos sean espritus. La supuesta indiferenciacin entre los sujetos
mticos es funcin de su radical irreductibilidad a esencias o identidades
fijas, sean stas genricas, especficas, o individuales (pinsese en los
cuerpos destotalizados o desorganizados que abundan en los mitos).
En suma, el mito propone un rgimen ontolgico comandado por una
diferencia intensiva fluida aboluta, que incide sobre cada punto de un
continuo heterogneo, en el que la transformacin es anterior a la
forma, la relacin es superior a los trminos, y el intervalo es interior al

ser.8 Cada ser mtico, siendo pura virtualidad, ya era antes lo que iba
a ser despus, y por esta razn no es puesto que no permanece
siendo nada actualmente determinado. En contrapartida, las
diferencias extensivas introducidas por la especiacin (sensu lato) post-
mtica la celebrada transicin del continuo hacia lo discreto que

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constituye el gran tema de la filosofa estructuralista9 cristaliza


bloques molares de identidad interna infinita (cada especie es
internamente homognea, sus miembros son idnticos e
indiferentemente representativos de la especie como un todo) separada
por intervalos externos cuantificables y mesurable (las diferencias entre
las especies son sistemas finitos de correlacin, proporcin y
permutacin de caracteres del mismo tipo u orden). El continuo
heterogneo del mundo pre-cosmolgico da lugar, de esta manera, a un
discreto homogneo, en el que cada ser es solamente lo que es, y es
solamente lo que es al no ser lo que no es. Pero los espritus son el
testimonio de que no todas las virtualidades fueron actualizadas, y que
el flujo mtico copntinua correr por debajo de las discontinuidades
aparentes entre los tipos y especies.

Humanos, animales, espritus

Por lo que sabemos, todas las culturas amaznicas poseen conceptos


que describen a seres anlogos a los xapirip Yanomami. En realidad,
las palabras indgenas que se traducen como espritu generalmente
corresponden a una categora fundamentalmente heterclita y
heterognea, que admite un nmero de subdivisiones y contrastes
internos (a veces ms radicales que las que los que oponen los espritu
a otros tipos de seres). Con respecto a los Yanomami, los xapirip o
espritus chamnicos seran solamente una especie del gnero yai
thp, que Albert traduce como seres no-humanos invisibles, una
nocin que incluye a los espectros de los muertos, porep, y a los seres

8 Todo intervalo, pequeo y grande, todos han sido dados alma Enneads, V, 1, 2.

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malficos llamados n wrip (Kopenawa & Albert 2003: 68 n.2). Y


aunque los xapirip son epitomizados por las imgenes de los humanos-
animales primordiales, Kopenawa deja claro que los chamanes tambin
movilizan, entre otros, a las imgenes xapirip del trueno, el rayo, la
lluvia, la noche, el ancestro canbal, el algodn, el fuego, y de los
blancos, as como una multitud de n wrip (ibid: 79-81). Los xapirip
no son siempre bellos y magnficos, puesto que tambin pueden ser
terribles y monstruosos; y comparten la condicin fantasmal de los
muertos, ya que son formas espectrales, es decir, imgenes (ibid: 73).
La nocin genrica de no-humanos invisibles parecera unificar de
manera suficientemente adecuada a la diversidad interna de esta
categora; pero el problema es que estos no-humanos poseen
determinaciones humanas fundamentales, ya sea a nivel de su forma
corprea bsica, o a nivel de sus capacidades intencionales y agenciales.
Es ms, mientras que estos no-humanos son normalmente invisibles
para la gente comn, para los que estn despiertos y los que tienen
pensamiento corto y lleno de humo, en el contexto de la alucinacin
chamnica son supremamente visibles, y visibles en su verdadera
forma humana (son el verdadero interior de los seres de la selva).
Reciprocamente, hay algunas situaciones crticas en que la persona
encuentra a un ser que comienza por dejarse ver como humano en un
sueo, en un encuentro solitario en la selva pero termina revelndose
sbitamente como no-humano; en esos casos, los no-humanos son los
que son supremamente capaces de asumir una falsa forma humana ante
los verdaderos humanos. En otras palabras, mientras son

9 Para un desarrollo de este tema en el contexto de la mitologa, ver Lvi-Strauss 1964: 58-63,
286-87, 325-27; 1971: 417-21, 605. Tambin ver, por supuesto, el excelente estudio de
Schrempp 1992.

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(normalmente) invisibles, estos no-humanos son humanos; mientras

son (anormalmente) visibles, estos humanos son no-humanos.10


Y para completar el cuadro, antese la naturaleza algo paradojal
de una imagen que es a la vez no-icnica y no-visible. Lo que define a
los espritus, en cierto sentido, es el hecho que son ndices de afectos
caractersticos de aquello de lo que son la imagen sin, por esto,
parecerse a aquello de lo que son la imagen: son ndices, no conos. Y
por las mismas, lo que define a una imagen es su eminente visibilidad:
una imagen es algo-para-ser-visto, es el correlativo necesario de una
Mirada, una exterioridad que se posiciona como el blanco de una mirada
intencionalmente dirigida; pero los xapirip son imgenes interiores,
moldes internos, inaccesibles a ejercicio emprico de la visin. Por lo
tanto, son el objeto de un ejercicio superior y trascendental de esta
facultad: imgenes que son como la condicin de aquello de lo que son
la imagen; imgenes activas, ndices que nos interpretan antes que
nosotros los interpretemos, imgenes que deben vernos para que
nosotros podamos verlas quien no es mirado por los xapirip no
suea slo duerme como una hacha tirada en el suelo , e imgenes
por medio de las cuales nosotros vemos otras imgenes solamente
los chamanes pueden ver [a los espritus], despus de tomar polvo
ykoana, pues se convierten en otros y pasan a ver a los espritus

igualmente con ojos de espritu (Kopenawa & Albert 2003: 77).11


Dichas no-iconicidad y no-visibilidad empricas, en suma, me
parecen apuntar hacia una dimensin importante de los espritus: son
imgenes no-representacionales, representantes que no son

10 Los espritus son no-humanos, y no no son humanos. En otras palabras, la extra-humanidad


de los espritus es un caso marcado (Valeri 2000: 28) con relacin al estatus sin marca de lo
humano como el modo de ser referencial.

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representaciones. Todos los seres de la selva tienen sus propias


imgenes utup En sus palabras, ustedes diran que son los
representantes [en portugus] de los animales (Kopenawa & Albert
2003: 72-73). Albert seala (ibid: n. 29) que el trmino representante
forma parte del vocabulario poltico habitual de los lderes indgenas en
el Brasil. Al introducir en su trabajo Art & Agency (Arte & Agencia) la
idea de smbolos anicnicos como representantes, Alfred Gell (1998:
98) usa el ejemplo de un diplomtico: [E]l chino en Londres no se
parece a la China, pero en Londres, la China se parece a l. De la
misma manera, los xapirip no se parecen a los animales, pero en el
contexto mtico-chamnico, los animales se parecen a ellos.
Ni tipos, ni representaciones. Lo que estoy sugiriendo, en suma,
es que los conceptos amaznicos de espritu no designan una clase o
gnero de no-humanos sino una cierta relacin de vecindad oscura entre
lo humano y lo no-humano, una comunicacin secreta que no pasa por
la redundancia (la comunidad), sino por la disparidad (la
incomunidad) entre ellos:

No hay ms un sujeto que se eleva hasta la imagen, logrndolo o


fallndolo. Diramos ms bien que una zona de indistincin, de
indiscernibilidad, de ambigedad se establece entre dos trminos,
como si hubiesen alcanzado el punto inmediatamente precedente
a su respectiva diferenciacin: no una semejanza, sino un
resbaln, una vecindad extrema, una contigidad absoluta; no una
filiacin natural, sino una alianza contra-natura (Deleuze 1993:
100).

Podramos decir, entonces, que xapirip es el nombre de la sntesis


disjunctiva que conecta-separa lo actual y lo virtual, lo discreto y lo

11 Ver ibid: n. 39, en que Albert observa que el chamn slo puede ver a un espritu por medio
de los ojos de otro espritu.

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continuo, lo comestible y lo canbal, la presa y el depredador. En este

sentido, efectivamente, los xapirip son otros.12 Un espritu en la


Amazona es menos una cosa que una imagen, menos un trmino que
una relacin, menos un objeto que un acontecimiento, menos una figura
representativa trascendente que un signo de un fondo inmanente
universal el fondo que emerge a la superficie en el chamanismo, en
sueos y en alucinaciones, cuando lo humano y lo no-humano, lo visible

y lo invisible cambian de lugar.13 Un espritu amaznico, enfin, es


menos que un espritu por oposicin a un cuerpo inmaterial que una
corporalidad dinmica e intensiva, la cual, como Alicia, no cesa de crecer
y encogerse al mismo tiempo: un espritu es menos que un cuerpo los
xapirip son partculas de polvo, miniaturas de los humanos con micro-

penes y manos sin dedos (Kopenawa & Albert 2003: 68)14 y ms que
un cuerpo apariencia magnfica, a veces aterrorizante,
ornamentacin corporal estupenda, brillo, perfume, belleza, en conjunto
un carcter excesivo con relacin a las especies de las que son la
imagen (ibid. 73 n. 32; ver tambin Viveiros de Castro 2002a). En
suma, una transcorporalidad constitutiva, y no una negacin de la
corporalidad: un espritu es algo que solamente tiene muy poco cuerpo
en la medida en que posee demasiados cuerpos, capaz como lo es de
asumir diferentes formas corporales. El intervalo entre dos cuerpos
cualesquiera en vez de un no-cuerpo o un ningn cuerpo.

12 Ustedes los llaman espritus, pero son otros (Kopenawa & Albert 2003: 68).
13 [L]a afirmacin que alguna entidad no-humana es humana es una marca de un discurso
especfico, el chamanismo, escribe Gow (2001: 67) acerca de los Piro, mientras que Urban
(1996: 222) observa que el arte de la interpretacin de los sueos Shokleng consiste en
identificar una figura soada como un espritu en disfraz.
14 El imaginario de los espritus amaznicos se complace en construir especies invisibles
corporalmente deformes, con miembros invertidos, articulaciones inexistentes o apndices
gigantes, interfaces sensoriales atrofiadas, etc. Un buen ejemplo son los abaisi de los Pirah
(Gonalves 2001: 177ff).

17
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Pero si los conceptos amaznicos de espritu no son


rigurosamente entidades taxonmicas, sino nombres de relaciones,
movimientos y acontecimientos, entonces es probablemente igualmente
improbable que nociones tales como animal y humano sean elementos
de una tipologa esttica de gneros del ser o macro-formas categricas
de una clasificacin ethnobiolgica. Esto me lleva a imaginar, al
contrario, en un nico dominio csmico de transductividad (Simondon
1995), un campo anmico basal dentro del cual los vivientes, los
muertos, los blancos, los animales y los otros seres de la selva, las
personas mticas antropomrficas y terionmicas, y las imgenes
chamnicas xapirip, son solamente diferentes vibraciones o
modulaciones intensivas. Imagnese, entonces al modo humano como
la frecuencia fundamental de este campo anmico que podramos llamar
globalmente de meta-humano ya que la forma humana (interna y
externa) es la referencia aperceptiva de este dominio, toda entidad
situada en una posicin de sujeto percibindose a s misma sub specie

humanitatis15 ; imagense a las especies vivientes y a los otros seres


naturales (incluso nuestra propia especie) como habitando el dominio de
visibilidad de este campo; e imagnese a los espritus, en cambio, como
modos o grados de vibracin del campo anmico que se encuentra por
bajo (pequeez granular, tamao diminuto) y por encima (animalismo,
exceso) de los lmites perceptales del ojo humano desnudo, el ojo no
potencializado [??] por la droga alucingena.

Una nota sobre la nocin de animal

La evidencia etnogrfica disponible sugiere que las cosmologas


amerindias no tienen un concepto general, colectivo de animal opuesto

15 Ver Viveiros de Castro 1998, y abajo, sobre perspectivismo amerindio.

18
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a humano. Los humanos son una especie entre otras, y a veces las
diferencias internas a la humanidad van de la par con las diferencias
entre especies: Los Jvaro ven a la humanidad como una coleccin de
sociedades naturales; la comunalidad biolgica del hombre les interesa
menos que las diferencias entre formas de existencia social (Taylor

1993: 658; cf. tambin Surrals 2003: 111).16 De ser esto verdad,
entonces, por lo menos un sentido bsico de la oposicin estndar entre
Naturaleza y Cultura debe ser descartado cuando nos movemos en
contextos amaznicos y otros semejantes: la naturaleza no es un
dominio definido por la animalidad contrastado a la cultura como un
dominio de la humanidad. El problema real con el uso de la categora
Naturaleza en estos contextos, por lo tanto, reside no tanto en el hecho
que los animales tambin tienen (o estn en) Cultura, sino ms bien en
asumir que existe un domino no-humano unificado (Gray 1996: 114).
Es por cierto raro encontrar lenguas amaznicas que posean un
concepto co-extensivo con nuestro concepto de (no-humano) animal,
aunque no es incomn encontrar trminos que corresponden, ms o
menos, en extensin a uno de los significados informativos de animal
en castellano: los animales terrestres relativamente grandes,
tpicamente no-humanos en oposicin a los peces, los insectos y otras

formas de vida.17 Sospecho que la mayora de palabras indgenas que


han sido traducidas por animal en las etnografas regionales, denotan
algo anlogo a esto. Tomemos tres ejemplos, entre muchos: (1) La

16 Tambin ver Monod sobre los Piaroa: Los Piaroa no se piensan a s mismos como humanos
de la misma manera que lo hacemos nosotros: se piensan a s mismos como una especie entre
otras. Hay todo tipo de especies humanas as como hay todo tipo de especies animales y
vegetales (1987: 138).
17 Estoy consciente que existen categoras encubiertas, i.e. formas conceptuales no-
lexicalizadas. Pero mi contienda es que en la mayor parte (posiblemente en todos) de los casos
amaznicos no hay una nocin submergida que signifique no-human animal (en nuestro
sentido tcnico de animal).

19
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palabra G del norte mbru o mru, que es usualmente traducida por


animal y a veces utilizada como una sinecdota de Naturaleza (Seeger
1981), no es, ni lo uno ni lo otro, porque no subsume estas formas de
vida: se refiere prototcamente a los mamferos terrestres, y tiene el
sentido pragmtico y relacional de vctima, presa, animal de cacera,
y en este ltimo sentido puede tambin aplicarse a los peces, las aves,
etc. (Seeger com.pers). (2) La palabra Wari (Txapakuran) aplicada a los
animales, karawa, tiene el sentido bsico de presa, y como tal puede
ser aplicada a enemigos humanos: el par contrastivo wari/karawa, que
en la mayora de los contextos puede ser traducido por humano/animal,
tiene el sentido lgicamente envolvente de depredador/presa o
agente/paciente. Los humanos (Wari, i.e. wari) pueden ser los karawa
de depredadores, animales, humanos y espirituales, quienes en su
funcin o momento depredatorio son definidos como wari (Vilaa
1992). (3) El tercer caso es precisamente el del idioma Yanomami, en el
que yaro, un trmino encontrado en el concepto yarorip a la vez, los
seres humanos con nombres animales que fueron transformados en
animales, y las imgenes chamnicas animales xapirip significa
esencialmente animal de cacera (gibier en francs; cf. Albert in
Kopenawa & Albert 2003: 73 n. 32); es decir, cuerpo-carne definida por
su destino alimenticio:

Las huanganas Yanomami [i.e. humanas] se convirtieron en


huanganas, los venados Yanomami se convirtieron en venados, los
agut Yanomami se convirtieron en agut, los papagayos
Yanomami se convirtieron en papagayos. Tomaron la forma de las
huanganas, los venados, los aguties, los papagayos que viven en
la selva hoy en da. Son estos antepasados transformados los que
cazamos y matamos [] Los animales que comemos son
diferentes [de sus imgenes chamnicas]. Eran humanos y se
convirtieron en presas de cacera. Nosotros los vemos como
animales, pero ellos son Yanomami Son simplemente habitantes

20
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de la selva; no son otros. Somos semejantes a ellos. Nosotros


tambin somos animales de caza. Nuestra carne es idntica, slo
que llevamos nombres de seres humanos. Antes ramos todos
humanos... Despus estos antepasados se transformaron en
animales de cacera. Sin embargo, para ellos seguimos siendo
siempre los mismos, tambin somos animales; somos los animales
que viven en casas, mientras que ellos son los habitantes de la
selva. Pero nosotros, los que quedamos, nos los comemos, y ellos
nos encuentran asustadores, porque tenemos hambre de su
carne (ibid: 75-6).18

Pero aunque lo que ha sido llamado animal significa primero y


antes que nada presa, animal de cacera o simplemente carne, en
algunos casos significa exactamente lo opuestos: espritu incomestible.
Los Yawalapti (alto Xingu Arawak) usan la apelacin apapalutapa-mina
para una variedad de animales, la mayora criaturas terrestres y
todos, sin excepcin, considerados inadecuados para comer por los
Xinguanos (Viveiros de Castro 2002a). La legtima dieta Xinguana es el
pescado, y algunas especies de aves. La palabra apapalutapa-mina, que
est en el mismo nivel de contraste que el trmino para ave o pez, es
muy probablemente un compuesto de la palabra apapalutapa, espritu,
seguida por un modificador que denota algo como miembro no-

18 Sobre las huanganas Yanomami que se convirtieron en huanganas etc., comparar con el
mito de origen animal Shokleng (Urban 1996: 181-2), a ms de tres mil kilmetros de distancia
al sur de los Yanomami: Mientras tanto, algunos de los que se haban convertido en humanos
[lit., convertirse en emparendados a nosotros] se fueron [como animales]. La huangana se
convierti en una huangana, y se fue. Despus la huangana que haba sido humana [lit.,
nosotros los vivientes] se fue etc. En el verso #88 de este mito, la palabra como animal es la
nica palabra en portugus empleada por el narrador: el genrico bicho. A parte de la
fascinante tautologa de la huangana se convirti en una huangana, identica al ejemplo
Yanomami, llamo la atencin hacia dos expresiones que Urban traduce como humano:
convertirse en emparentado y nosotros los vivientes. La primera parece implicar que si
ser(convertirse) humano es convertirse emparentado, entonces convertirse animal es
ser(convertirse) no-emparentado (ser afines potenciales, cf. Viveiros de Castro 2002b). La
segunda sugiere que ser(convertirse) animal es ser(convertirse no-nosotros los vivientes por
lo tanto convertirse en muerto? Si nosotros los vivientes es la expression Shokleng para
humano, como Urban traduce el trmino varias veces, entonces: (1) todos los vivientes son
hasta cierto punto humanos; (2) todos los no-humanos vivientes son hasta cierto punto muertos
(i.e. espectros, como diran los Yanomami) .

21
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prototpico de una clase, smbolo inferior de un tipo, pero tambin de


la misma sustancia/naturaleza corporal que [el concepto modificado].
Por lo tanto, los animales terrestres y los mamferos son semejantes a
espritus, casi-espritus, sub-espritus. Esto se parece a la concepcin
Barasana segn la cual los animales de cacera son referidos como viejo
pez (Hugh-Jones 1996b) el trmino viejo (o maduro) connota
aqu el superlativo del exceso. Si los Tukano conciben a los animales de
cacera como super-peces, implicando por lo tanto que los animales
terrestre son un tipo de pez particularmente potente y peligroso, los
Yawalapi conciben a los animales de cacera como sub-espritus; y
mientras los Tukano pueden reducir eufemsticamente (pero tambin
chamansticamente) a los animales de cacera que comen a peces, los
Xinguanos, que no comen animales de cacera, no pueden des-
espiritualizar a estos animales, y, por lo tanto, estn empricamente
reducidos a comer (principalmente) pescado. Podemos, entonces,
extender el mbito del continuo amaznico de la comestibilidad (dentro
del dominio de la carne) propuesto por Hugh-Jones, para que abarque
desde los peces hasta los espritus, no solamente a los seres humanos.
Los Tukano comienzan conceptualmente del polo pez, definiendo a la
cacera como una sub-clase de los primeros; los Yawalapiti empiezan
desde el otro polo, tomando a los animales de cacera como una sub-
clase de espritus. Esto sugiere que los espritus son tipos de seres
supremamente incomestibles lo que los hace ya sea supremos
canbales del universo, o, como en el caso de los xapirip en el relato
Yanomami, seres que viven de anti-comidas (la droga alucingena
ykoana y tabaco) y de anti-excreta radical (comidas dulces,

22
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pefumadas y no-poluidas que no se pudren dentro del cuerpo, como la

carne que comemos Kopenawa & Albert 2003: 81, 84-5).19

Perspectivas

Mi referencia, ms arriba, a los espritus y animales como remetindose


a un campo anmico universal del que seran, respectivamente, los
modos visibles e invisibles de vibracin, no es una analoga visualista
enteramente arbitraria. La narracin de Kopenawa habla, con efecto,
sobre los ojos de fantasma de los no-chamanes. Aqu hace alusin a los
espectros de los muertos (porep), y a la inversin perspectival entre
diferentes modulaciones ontolgicas de lo meta-humano un tema
clave en las cosmologas amerindias (Viveiros de Castro 1998):

Cuando el sol se eleva en el cielo, los xapirip duermen. Cuando


comienza a ocultarse, en la tarde, para ellos la madrugada
comienza. Entonces ellos despiertan a todos los innumerables
seres de la selva. Nuestra noche es su da; mientras nosotros
dormimos, ellos se divierten y bailan. Y cuando hablan de
nosotros, es llamndonos de espectros. A sus ojos parecemos
fantasmas, porque somos parecidos. Nos dicen as: ustedes son
extranjeros y fantasmas puesto que mueren (Kopenawa & Albert
2003: 68).

Los espritus ven a los no-chamanes bajo la forma de espectros:


igualmente, la invisibilidad usual de los espritus a los ojos humanos
(no-chamanes) es expresada diciendo que estos ltimos poseen ojos de
espectro. (los blancos, por lo tanto, son todos espectros, y siempre
espectros, puesto que son supremamente incapaces de ver a los
espritus). De igual manera, es muriendo bajo el efecto de la droga

19 Por cierto, los xapirip se alimentan de sus pedos dulcemente olorosos, que suelen inhalar
recogindolos en la cuenca de sus manos (loc.cit.).

23
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alucingena ykoana que los chamanes son capaces no solamente de


ver a los espritus, sino de ver como espritus (ibid: 68 n.2, 84 n.64):
ver, precisamente a los humanos como espectros. En este sentido, por
lo menos, los chamanes son muertos, i.e. espectros, o por lo menos,
humanos que han dejado de ser completamente humanos: los Ikpeng,
por ejemplo, los conciben como ex-gente, tenpano-pin (Rodgers 2002:
112). Los xapirip, por su lado, comparten la condicin espectral con los
muertos, desde el punto de vista de los humanos comunes: son

fantasmas.20 En cuanto a los animales, ya vimos como ellos nos ven


como a sus semejantes, pero extraos: animales al mismo tiempo

domsticos (habitantes de casas) y canbales.21


En suma, los espectros de los muertos son, desde el punto de
vista ontogentico, como los animales en trminos de filognesis:
ambos son ex-humanos, y por lo tanto, ambos son imgenes de
humanos. No es sorprendente, entonces, que como imgenes definidas
por su disyuncin de un cuerpo humano, los muertos estn lgicamente
atrados por los cuerpos de los animales; es por esto que morir es
transformarse en un animal, como tan a menudo acontece en la
Amazona. De hecho, si se considera que el espritu de los animales
tiene una forma corporal humana, parece ser lgico que se considere
que el alma de los humanos tiene un cuerpo animal, o entre en el

20 La expressin n porep, en forma espectral es a menudo usada como sinnimo de


utup, imgen-essencia chamnica (Albert en Kopenawa & Albert 2003: 73 n.33).
21 Albert (en Kopenawa & Albert 2003: 68 n.2) sintetiza: Los espritus ven a los humanos bajo
la forma de espectros, los animals los ven como semejantes convertidos en habitantes de
casas, los seres malficos los consideran presas de caza y los espectros de los muertos los
ven como parientes abandonados.

24
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cuerpo de un animal para poder ser posteriormente cazado y comido

por los vivos.22


Todo lo anterior puede ser interpretado como que, en la
Amazona, la dialctica primaria se da entre el ver y el comer, como
coloc Mentore (1993: 29) con respecto a los Waiwai. Lo crudo y lo
cocido no pueden ser separados de lo visible y lo invisible. Las culturas
amerindias muestran un fuerte sesgo propio hacia lo visual que no
debe de ser confundido con nuestro propio visualismo (ver Smith 1998,
Ingold 2000). La vista es a menudo el modelo de percepcin y de
conocimiento (Mentore 1993; Alexiades 1999: 239; Alexiades 2000;
Surralls 2003); el chamanismo est cargado de conceptos visuales
(Chaumeil 1983; Gallois 198485; Roe 1990; Townsley 1993; Kelly
2003: 236); en la mayor parte de la Amazona los yanomami son un
caso sobresaliente las drogas alucingenas son el instrumento bsico
de la tecnologa chamnica, y son utilizadas como un tipo de prtesis
visual. De manera ms general, la distincin entre lo visible y lo invisible
parece jugar un papel principal: la distincin fundamental de la
ontologa Cashinahua [es la existente] entre visibilidad e invisibilidad
(Lagrou 1998: 52; tambin ver Kensinger 1995: 207; Gray 1996: 115,
177). Recurdese tambin el fuerte nfasis puesto sobre la
ornamentacin y la exhibicin de superficies corporales y de objetos
como un proceso epistemolgicamente cargado y ontolgicamente
eficaz. (ver Gow 1999, 2001 para un anlisis completo de la visin en

22 Sobre las relaciones entre los muertos y los animales, ver algunos ejemplos en:
Schwartzmann 1988: 268 (Panara); Vilaa 1992: 24755 (Wari); Turner 1995: 152 (Kayap);
Pollock 1985: 95 (Kulina); Gray 1996: 15778, 178 (Arakmbut); Gow 2001: ch. 5 (Piro);
Alexiades 1999: 134, 178 (Ese Eja); Weiss 1972: 169 (Campa); Clastres 1968 (Ach).

25
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una cultura amaznica).23

El brillo de los cristales

Mi caracterizacin de la ontologa de los espritus amaznicos en clave


visual se debe no solamente a la presencia, en el discurso Kopenawa,
del tema del perspectivismo como un proceso de cambios discretos de
puntos de vista entre las diferentes formas de agencias que pueblan el
cosmos. Al contrario: el elemento ms importante de su discurso es, a
mi parecer, por un lado, el funcionamiento de un poderosa e intensa
imagstica del centello y el reflejo luminoso, y por el otro lado, la
indefinida multiplicacin-divisibilidad de los espritus.
Primero, la luz. La narracin de Kopenawa est literalmente
constelada de referencias a la luz, el brillo, las estrellas y los espejos. En
la versin que hemos reproducido arriba, vemos a los espritus como
polvo centellante, vemos a sus caminos como tan finos como los de
telas de araa se les ve brillar, innombrables, con una claridad lunar;
vemos inmensos espejos en los que viajan, y que siempre florecen de
nuevo. En la versin ms extensa (Kopenawa & Albert 2003), la ferie
luminosa prolifera: durante doce pginas, en casi todas las frases
figuran los xapirip brillantes como estrellas, emitiendo una

23 Entre muchos otros ejemplos de las implicaciones privilegiadas entre el ejercicio de la visin y
las determinaciones alimenticias, destquese a: (1) Gow (2001: 139): Cuando le pregunt a la
gente Piro por qu les gustaba tomar ayahuasca, me dieron dos respuestas caractersticas.
Primero, me dijeron que era bueno vomitar, y que el ayahuasca limpiaba el cuerpo de los
residuos de la carne de monte que haban comido Estos se acumulan a lo largo del tiempo,
causando un malestar generalizado y cansancio, y finalmente el deseo de morir. [Aqu
comparar: La carne de las presas que comemos se descompone dentro de nosotros. Por otro
lado, los cuerpos de los xapirip no contienen nada de carne podrida Kopenawa & Albert
2003: 85] Segundo, la gente me dijo que era bueno tomar ayahuasca porque te hace ver: como
dijo un hombre, Puedes verlo todo, todo. (2) La observacin de Alexiades (1999: 194) segn
la cual los espritus edosikiana de los Ese Eja son invisibles para los humanos excepto el
chamn, puesto que quien ve a un edosikiana es devorado por l.

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luminosidad impresionante, una luz resplandeciente, una claridad


enceguecedora. Cuando bajan a la tierra, agitan hojas frescas de
palmeras en fleco que brillan de un amarillo intenso; sus dientes son
inmaculados y resplandecientes como vidrio, cuando son muy
pequeos, o cuando faltan, los reemplazan con fragmentos de espejos.
El suelo sobre el que bailan parece vidrio y brilla de una luz centellante.
As, la calidad primordial asociada a la percepcin de estos
espritus es su intensa luminosidad. Esta es una experiencia
frecuentemente descrita en la Amazona. Los Ma, espritus canbales
celestiales de los Arawet, son descritos con un profuso vocabulario de
centellas de fuego y relampagueos enceguecedores, y su ornamentacin
corporal es famosa por su intenso color y luminosidad (Viveiros de
Castro 1992). Los espritus de los Hoti, los Dueos de Afuera, o de la
selva, son detectados en el mundo de los despiertos en el trueno y el
rayo, que son sus almas y los relmpagos de la punta de sus lanzas, o a
veces se les ve, o escucha, como jaguares. Son percibidos en sueos
como relucientes seres antropomrficos, pintados de brillante rojo onoto
[annatto] (Storrie 2003: 417). Como los xapirip Yanomami, por lo
tanto, los Ma Arawet y los Dueos Hoti nunca permanecen grises, sin
pinturas; estn cubiertos de tinte rojo de achiote y dibujados de
ondulaciones, de trazos y manchas de un negro reluciente...
Indudablemente gran parte de esta fenomenologa de intensa luz
puede ser asociada a los efectos bioqumicos de las drogas (Reichel-
Dolmatoff 1978). Por ejemplo, as es como los Piro describen la
experiencia de ingestin de to (Datura): [S]bitamente, todo se
ilumina, como si hubiese amanecido (Gow 2001: 136). El etngrafo
observa que la metaforizacin de la experiencia alucingena del to
como luz del da es comn [o]tros informantes enfatizaron lo rojo

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de [la] experiencia, igualito al mundo al amanecer, o, al ponerse el


sol (ibid). Pero otras drogas menos violentamente alucingenas que el
to de los Piros o el ykoana de los Yanomami, como el tabaco, y otras
tcnicas de manipulacin sensorial (cf., por ejemplo, Rodgers 2002),
como la deliberada semi-ceguera por medio del uso de mscaras, la
aplicacin de gotas custicas en los ojos, la inmersin, la falta de sueo,
y otras, tambin pueden estar involucradas en estos procesos de
desterritorializacin de la vista. Es ms, la experiencia perceptiva de
luminosidad intensa es buscada por el chamn, no solamente sufrida por
l (como un efecto segundario de las drogas tomadas por otros
motivos), lo cual sugiere fuertemente que posee un valor conceptual en
s. No es necesario ser un chamn para percibir la relacin entre
conocimiento e iluminacin; sin embargo, mi impresin es que, en el
caso amaznico, esto no involucra una concepcin de la luz como un
distribuidor de relaciones de visibilidad-cognoscibilidad a travs de un
espacio extensivo (pienso aqu en ciertos pasajes de Les mots et les
choses) sino de la luz como pura intensidad, intenso e intensivo
corazn de la realidad que establece distancias inextensivas entre los
seres (i.e. su mayor o menor capacidad mutua de devenir). La conexin
con la idea de la invisibilidad de los espritus me parece crucial: lo
normalmente invisible es tambin lo anormalmente luminoso. La intensa
luminosidad de los espritus indica el carcter supra-visible de estos
seres, que son invisibles a los ojos por la misma razn por la que la luz
lo es es decir, por ser la condicin de lo visible.
Entre los Arawet, como probablemente entre otros pueblos de la
Amazonia, la luminosidad y el brillo estn asociados a una otra calidad
visual, la transparencia y la diafanidad. Ikuyaho, transludicez o
transparencia pero tambin el ser de fuera, la exterioridad (cf. los

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Dueos de Afuera de los Hoti, supra) , es un estado que el chamn


buscan alcanzar por medio de la ingestin masiva de tabaco (masiva y
mortal, puesto que induce un periodo de choque catalptico). Un
estado asociado a la calidad de ligereza (wewe), la translucidez es
producida por la separacin entre el alma y el cuerpo (i.e. por una
exteriorizacin del ser de un ser), que retira del primero su peso (ipohi)
o su opacidad (la opacidad ordinaria del cuerpo humano Gow 2001:
135), permitiendo de este modo que el chamn vea a travs del cuerpo
de sus pacientes, y ms generalmente, que pueda discernir el lado
invisible del mundo (Viveiros de Castro 1992: 131, 219-20; cf. tambin
la luminosidad chamanstica de los pay Tukano en Reichel-Dolmatoff
1975: 77, 109). Fue este concepto de ikuyaho que me llev a la imagen
de la transparencia pre-cosmolgica desarrollada arriba. La otra fuente
de esta imagen es el pasaje proto-Leibniziano de Plotinus sobre el
mundo inteligible, el cual me parece comparte muchos puntos con el
relato de Kopenawa:

Toda cosa en el cielo inteligible tambin es cielo, y all la tierra es


cielo, como tambin lo son los animales, las plantas, los varones y
el mar. [...] Cada cual se mira en los otros. No hay cosa en ese
reino que no sea difana. Nada es impenetrable, nada es opaco y
la luz encuentra la luz. Todos estn en todas partes, y todo es
todo. Cada cosa es todas las cosas. El sol es todas las estrellas, y
cada estrella es todas las estrellas y el sol. Nada camina all como
sobre una tierra extranjera.
(Borges 1971: 18-19)

Solamente sera necesario (por as decir), cambiar la metafsica


platnica molar y solar del Uno por la metafsica indgena de lo multiple
estelar y molecular. Los espejos son precisamente los instrumentos de
pasaje entre las experiencias de la intensidad luminosa y la
innumerabilidad de los espritus, es decir, su infinitud cuantitativa.

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Imgenes de la imagen, los espejos se multiplican en la narracin de


Kopenawa, como los signos y medios de transporte podriamos decir,
a la vez signos-vehculos y vehculos-signos de los xapirip:

Los xapirip tambin bajan hasta nosotros sobre espejos, que


mantienen por encima del suelo, sin jams tocar tierra. Estos
espejos vienen de sus casas en el pecho del cielo. As, en la
habitacin de los espritus de un chamn, estos espejos estn
colocados, apoyados, colgados, empilados y puestos lado a lado.
Cuando la casa es amplia, los espejos son grandes, y cuando el
nmero de los espritus adentro aumenta, sus espejos son
empilados poco a poco los unos sobre los otros. Pero los xapirip
no se mezclan entre ellos. Los espejos de los mismos espritus se
siguen los unos a los sobre las mismas estacas de la casa. As se
siguen los espejos de los espritus guerreros, espritus de pjaros
rapaces, y los espritus chicharras; los de los espritus truenos, los
espritus rayos, y los espritus tempestad. Hay tantos espejos
como espritus, son verdaderamente innumerables, empilados
hasta perder la vista. [] Al pie de la Montaa del viento, donde
se encuentra mi casa, hay, as, grandes espejos en la selva.
Nosotros, no hacemos sino vivir entre sus espejos [los chamanes
Yanomami] saben que nuestra selva le pertenece a los xapirip y
que est hecha de sus espejos [ibid: 78-9]

Los espejos y los cristales desempean un papel importante en


todo el vocabulario chamnico amaznico (particularmente en el norte
amaznico): pinsese en los cristales chamnicos de los Tukano y varios
grupos Caribe de la Guyana, y en las cajas de cristal de los dioses de
los Piaroa, en los espejos warua que cubren al chamn Waypi, y, de
manera ms general, en la simetra especular dual interna caracterstica
del arte y la esttica alucingena de la regin (see Roe 1993; Overing

1985; Gallois 1996).24

24 Ver el mito Shipibo analizado por Roe (1988; 120; 1993: 139-40 n. 12): los espritus chaiconi
(Incas / cuados) voltearon el espejo y de esta manera oscurecieron la habilidad humana
primordial de ver a los animales de caza y a los peces que buscaban para coger en las aguas
claras como cristal de los lagos del comienzo de los tiempos. Ahora, puesto que el espejo ha sido

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Antese que virtualmente todos los ejemplos dados en esta


seccin con la posible excepcin de la observacin de Roe sobre
simetra especular, que merece una discusin que no puedo desarrollar
aqu no enfatizan la propiedad que tienen los espejos iconicamente de
reproducir imgenes, sino, ms bien, su propiedad de brillar, centellar,
relampaguear. Los espejos supernaturales amaznicos no son aparatos
representacionales extensivos (espejos que reflejan), sino
multiplicadores intensivos de la experiencia luminosa (objetos
resplandecientes). Por cierto, la palabra Yanomami que Bruce Albert
traduce como espejo no denota nuestros espejos iconofricos. En un
comentario sobre una versin anterior del presente artculo, Albert
gentilmente me comunic la siguiente explicacin adicional de Davi
Kopenawa, que recibi en respuesta a sus preguntas sobre los espejos
chamnicos-espirituales. Este pasaje es una retranscripcin de lo que
fue publicado en Les anctres animaux:
Los xapirip no se desplazan jams sobre la tierra. La encuentran
demasiado sucia y llena de excrementos. El suelo sobre el que
bailan parece vidrio y brilla con una luz centellante. Est formado
de lo que nuestros antiguos llaman mire kop o mire xip. Ustedes
diran espejos. Pero no son espejos para mirarse, son espejos
que brillan.25

volteado para mostrar su lado apagado a los humanos, estos no pueden ver a los animales que
cazan excepto si es que estn cerca de la superfcie [] Puesto que el chamn, por medio de
visions alucingenas, puede regrezar al comienzo de los tiempos, tambin es capaz de voltear
el espejo y ver claramente. Por lo tanto, los chamanes son asociados a los espejos y los usan
como accoutrement
25 Nota de Bruce Albert (com. pers.): De hecho, los espejos industriales son
designados por los Yanomami orientales por el trmino mirena (mire para los
Yanomami occidentales), el cual se distingue, aunque est formado a partir de la
misma raz (mire-), del que denota a los espejos de los espritus, mirekop o
mirexip. Por lo dems, mirexip designa tambin a los bancos de arena mezclados de
mica que brillan em las guas claras de los riachuelos en las tierras altas del territrio
Yanomami... Enfin, xi significa luz, rayo, emanacin.

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Luz, no imgenes. Los xapirip son por cierto imgenes (utup), pero
sus espejos no son dispositivos productores (reflectores) de imgenes;
son puramente objetos luminosos estn del lado de la luz pura; no
son rigurosamente espejos, sino cristales.

Tamao e intensidad

Adems de su luminosidad fulgurante, los xapirip, como perceptos,


desplegan dos otros rasgos determinantes, pequeez e innumerabilidad.
En el discurso trascrito arriba, ya vimos que parecen seres humanos
pero son tan minsculos como partculas de polvo centellante [] miles
de ellos llegan para bailar juntos sus caminos parecen telas de araa
Los espritus son tan numerosos porque son las imgenes de los
animales de la selva Como es natural, en la versin extensa, el
nmero de veces que se dice que son innumerables es
proporcionalmente mayor. El narrador se complace en enumerar esta
proliferacin innumerable:

Sus imgenes son magnficas. No piense que solamente existen


unos cuantos. Los xapirip son verdaderamente muy numerosos.
Nunca acaban de llegar hasta nosotros, incontables e
interminables. Son las imgenes de los animales que habitan la
selva, con todas sus cras, que bajan uno tras otro. Acaso no son
innumerables, todos las oropndolas, los papagayos rojos y
amarillos, los tucanes, los heron [= o que se chama em francs
hocco e em ingls heron, uma espcie de pssaro pescador], los
trompeteros, los guans [=os jacus, pssaros da famluia Penelope,
galinceos comuns na Amaznia], los loros, las falcones, los
murcilagos, los buitres y despus las tortugas, los armadillos,
los tapires, los venados, los tigrillos, los jaguares, los aguties [=
Dasyprocta acouchi, o roedor que em ingls se chama agouti e em
francs acouchi ou agouti; no sei o nome em espanhol
amaznico], las huanganas y los monos araa, los monos
aulladores, los monos capuchn, los perezosos ... y ms todos los

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pescados de los ros, las anguilas elctricas, las piraas, los bagres
kurito, las rayas y los pececillos? (Kopenawa & Albert 2003: 72).

Diminutos, estos espritus poseen, no obstante, una intensa


vitalidad (cf. los animales descendiendo con todas sus cras) y una
superabundancia de ser: cuando era joven, sola preguntarme si es que
los xapirip podan morir como los humanos. Pero ahora s que, aunque

minsculos, son poderosos e inmortales (ibid: 81).26 Los espritus son,


literalmente, intensos: el sufijo ri que generalmente acompaa el
nombre de los xapirip denota una extrema intensidad, o una calidad
no-humana/invisible (Albert en ibid: 73 n.30; mi nfasis). Es por esto,
por ejemplo, que los ancestros de los animales mitolgicos y sus
imgenes chamnicas posteriores son yarorip, es decir, yaro (presas),
-ri- (excesivo, sobrenatural), -p (pluralizador). Intensidad,
ejemplaridad, alteridad en relacin a lo meramente existente:

El iro mono aullador que flechamos en los rboles es otro que su


imagen, que el chamn hace bajar como Irori, el espritu mono
aullador. Estas imgenes utup de las presas de casa son
realmente muy bellas. [] Comparas a ellas, los animales del
monte son feos. Existen, sin ms. No hacen sino imitar a sus
imgenes; no son sino la comida de los humanos (ibid: 73).

El intensificador-espiritualizador ri parece, por lo tanto, funcionar


exactamente como el modificador kum en las lenguas Arawak del
Alto Xingu, que los Yawalapti me tradujeron como enorme, otro, feroz,
supernatural, forneo y que yo interpret (Viveiros de Castro 2002a)
como uno de los operadores conceptuales bsicos de su cultura, el
operador de la alteracin-spiritualizacin o de la exponenciacin

26 Estas ideas Yanomami sobre la innumerabilidad e inmortalidad de los espritus animales me


parecen tener una profunda relacin con la cuestin de la regeneracin indefinida de las
especies, famosamente discutida por Brightman con respecto a los the Cree (1993: ch. 9).

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ontolgica. Interesantemente, el despliegue dimensional de imgenes


de los seres-kum los vuelve versiones ms grandes, o a veces gigantes
y monstruosas, de los seres del da a da: un mono-kum Yawalapiti no
es minsculo como un Irori Yanomami. Sin embargo, pienso que nos
vemos frente al mismo mono, o ms bien, frente al mismo otro del
mono, tanto entre los Yawalapti como entre los Yanomami. La
pequeez de los espritus xapirip no impide de ninguna manera su
carcter excesivo o extremadamente intenso, como dice Albert; al
contrario, me parece un signo decisivo de la multiplicidad designada por
el concepto de un espritu en particular. Cuando uno dice el nombre de
un xapirip, no es slo un espritu que invocamos, es una multitud de
espritus semejantes. (ibid: 73) Los espritus son cuantitativamente
mltiples, infinitamente numerosos; son la estructura molecular
fundamental de las formas animales molares que vemos en la selva. Su
pequeez es funcin de su infinitud y no lo opuesto. De igual manera, el
carcter generalmente gigante de los seres-kum Yawalapiti no los hace
menos invisibles a los ojos desnudos y los determina como
cualitativamente mltiples, puesto que un ser-kum es a la vez un
arquetipo y un monstruo, modelo y exceso, pura forma y reverberacin
hbrida (humana y animal, por ejemplo), belleza y ferocidad en una sola.
En otras palabras, la diminuts de los xapirip enfatiza su
caracterizacin como un grupo, banda, multitud y enjambre, mientras
que la naturaleza gigante de los seres-kum seala hacia la dimensin
de lo anormal, lo excepcional representativo de las especies, el mega-
individuo indicando una multiplicidad animal (Deleuze & Guattari

1980).27 En suma, la pequeez de los xapirip y el carcter

27 La determinacin conceptual de los espritus como multiplicidades tiene implicaciones


sociolgicas fascinantes, que no tengo el espacio para desarrollar aqu. Simplemente cito lo que

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frecuentemente magnificado de los espritus (de los Dueos de los


Animales, por ejemplo) son como el frente y el reverso de una sola idea,
la de la excesiva intensidad de los espritus. Aqu nos vemos frente a
dos esquematismos extensivos (espaciales) complementarios de la idea
que un espritu es una multiplicidad intensiva y anmala.
Para concluir, djeme decir que la problemtica del infinito en las
cosmologas amerindias me parece mantener otro problema para el
anlisis. Nos hemos acostumbrado a contrastar el mundo cerrado de
los llamados primitivos con el universo infinito de nosotros los
modernos, y a atribuir a los pueblos indgenas una mirada
fundamentalmente finita, combinatorial y discretizante, que aborrece el
continuo como si viese en l al peligroso camino laberntico (el laberinto
del continuo) que inexorablemente engaa al pensamiento a caer en el
siniestro emporio del sin-sentido. Me refiero, obviamente, al logos
estructuralista que nos instruye a pensar en la diferencia
exclusivamente en el modo totmico de la diferencia extensiva, para
concebir el movimiento de la diferenciacin como una pura sntesis de
especiacin limitativa, y comprender lo real como una mera
manifestacin combinatoria de lo posible. Pero los espejos moleculares,
imgenes innombrables e incontables espritus de la narracin de Davi
Kopenawa, sugieren fuertemente que el componente propiamente
infinitesimal, intensivo, disjunctivo y virtual del pensamiento amerindio
requiere mayor atencin por parte de la antropologa.

Gow (2001: 148) dice sobre la naturaleza esencialmente colectiva de las interacciones con los
espritus: Cuando un chamn canta una cancin de un kayigawlu [la visin chamnica de un ser
poderoso, i.e. un espritu], se convierte en ese kayigawlu, Pero el estado de los seres
poderosos es intrinsicamente mltiple. [L]a imitacin de los cantos de los seres poderosos es
menos una forma de posesin que una entrada en otra socialidad. [] El otro toma al chamn
como parte de su multiplicidad

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