l Universo Maya est compuesto por tres planos o regiones csmicas regidos por deidades no

siempre bien definidas, en cada uno de los cuales se manifiestan diferentes tipos de energa. Los
tres mundos mayas son:

1. La Regin Celeste: dividida en 13 estratos.

2. La Terrenal: es el mundo del medio, el plano intermedio, la corteza terrestre.

3. La Subterrnea: Xibalb, el Inframundo, el reino del ms all y de los muertos, conformado por 9
niveles.

A pesar de esta clara divisin, los tres mundos estn ntimamente relacionados e incluso algunas
veces se entremezclan. Se podra decir que forman un continuum, no hay lneas divisorias claras
y precisas pues los tres forman parte del gran rbol Csmico o eje del universo, que alza su copa
abarcando los cielos y hunde sus races en lo ms profundo del inframundo. A travs de este rbol
de la vida es posible el trnsito de una regin a otra, es la va que comunica y entrelaza todo lo
existente.
Estos tres niveles se diferencian entre s por el tipo de energa que conforma y rige en cada uno de
ellos. Las ener-gas se encuentran en continua transformacin. La energa de la muerte por ej., es
susceptible de transformarse en su opuesto y generar vida. As, los dioses que moran en el
inframundo pueden regir al mismo tiempo en algn nivel de los cielos a travs de su aspecto
contrario.
La cosmogona maya no tiene solamente un carcter religioso o cosmolgico, sino que a la vez tiene
una dimensin interna, su reflejo se encontraba en el interior del hombre, de modo que los mismos
planos energticos del universo maya existan en el mundo psquico del ser humano. All, en la
estructura energtica humana, se podan encontrar niveles.

El plano terrestre o parte ms externa es el relacionado con la vida cotidiana, los hbitos y
costumbres, el carcter, el modo de afrontar los quehaceres y circunstancias de cada da. Es este el
nivel que se encuentra en el punto medio y a travs del cual se conecta con los dems.

En niveles ms profundos se ubican aquellas energas que conforman el inframundo humano. Se

extiende hasta las capas ms profundas del subconsciente donde, al igual que en Xibalb, reinan la
oscuridad y las sombras. Pertenece este aspecto a un mundo interior que no puede ser percibido
sensorialmente. Para los mayas el inframundo era el mundo de abajo, del ms all. Con ello no se
referan solamente a aquello que se encuentra ms all del portal de la muerte, sino tambin al
mundo que se encuentra ms all de lo que consideramos real, ms all de los sentidos y de la
percepcin comn. El mundo de abajo tena un sentido de profundidad y no meramente espacial. El
acceso a esta regin de sombras y oscuridad tena lugar despus de la muerte o durante la vida a
travs de los ritos iniciticos. En ambos casos la gua y el modelo a seguir era el relato de las hazaas
de los gemelos divinos, Hunabp e Ixbalanqu, que haban descendido al inframundo o Xibalb,
haban superado las pruebas del mundo de las sombras, haban muerto y renacido venciendo as a
la propia muerte. Como ya dijimos, en las tumbas de los nobles era costumbre colocar cermica con
escenas del descenso y estancia de los gemelos en Xibalb, como una especie de gua del
inframundo con un papel similar al que cumpla el llamado Libro de los Muertos en el antiguo Egipto.
Otra figura arquetpica era el mismo sol conocido en el mundo maya como el dios Kinich Ahau y cuyo
ciclo significaba para los mayas, al igual que para los egipcios, la plasmacin de un viaje inicitico
con sus etapas de luz y oscuridad. Y por ltimo hay que hacer referencia a Yum Kaax, el dios del
maz, que descendi al inframundo en busca de la semilla sagrada (el maz), muri, resucit y volvi
al mundo de la luz para entregar a la humanidad el conocimiento del maz.

El inframundo humano, como el cosmolgico, es un lugar de muerte y de vida. Representa el

profundo nivel de la psiquis en el que hay que penetrar para superar las pruebas iniciticas que
guardan relacin con la muerte interna, es decir, con la eliminacin y victoria sobre las energas
negativas que moran en este nivel. Slo entonces se produce el nuevo nacimiento o resurreccin,
despus de haber transmutado lo negativo en positivo, las tinieblas en luz. Las pruebas y procesos
del alma en Xibalb son descritas con todo detalle en el Popol Vuh y las veremos con ms detalle
en el captulo dedicado a Xibalb, el Camino Inicitico.

Tambin en el mundo interior humano, como fiel reflejo del cosmos, se ubican las regiones
celestiales a las que se ascenda una vez superadas las pruebas del inframundo. El camino del alma
desde los planos terrestres era muy preciso. El mundo del medio no llevaba directamente a los cielos,
sino que obligatoriamente haba primero que descender al inframundo y desde all, superadas las
pruebas, se produca el ascenso a regiones celestiales. Para la psiquis humana, este proceso
significa una transmutacin. Se trata de ingresar en el propio Xibalb o mundo de abajo, en niveles
profundos de la psiquis y llevar a cabo una transformacin energtica, o dicho de otro modo, eliminar
las energas densas o negativas, es decir llevar a cabo la muerte psicolgica, para renacer purificado
en estratos ms sutiles, de vibracin energtica superior.

Decamos que los mayas subdividen el cielo en trece niveles horizontales, lo imaginaban como una
pirmide escalonada que se asienta en el nivel terrestre donde tiene su base, y cuya representacin
es la montaa sagrada. Entre los mayas yucatecos el cielo era regido por Oxlahuntik, que significa
"Trece dios", una deidad que es una y trece simultneamente y que representa la energa opuesta a
los Bolontik, los seores del inframundo. Aunque exista una deidad para cada uno de los estratos,
en el nivel ms alto del plano celeste reside el dios supremo, principio vital del cosmos, el dragn-
serpiente Itzamn, que impregna con su energa todos los mundos, el celeste, el terrestre (donde
adquiere otro nombre y caractersticas: Itzan Kab o Tierra-Iguana), y el inframundo. El grupo de
divinidades denominado Oxlahn-Ti-Ku, "Trece Dioses" o energas sagradas que rigen el mundo
superior, podan entenderse como otras tantas personalidades separadas, o colectivamente como
una nica fuerza. Contrastan con los Boln-Ti-Ku o "Nueve Dioses" que regan el inframundo;
alegricamente tienen entre ellos la misma relacin que la luz con las tinieblas. Cada uno de los
trece niveles celestiales tiene sus propias caractersticas y en conjunto forman los mundos
espirituales superiores. Las trece energas superiores eran invocadas en las plegarias en su aspecto
de divinidades. Los Nueve Dioses del inframundo y la oscuridad gobernaban en interminable
sucesin sobre un "ciclo" o "semana" de nueve noches. En muchas inscripciones de fechas se
pueden ver los glifos correspondientes a ese ciclo de los Seores de la Noche.

Como citbamos en un captulo anterior, en el libro del Chilam Balam de Chumayel se habla de la
creacin del mundo y de una lucha entre los dos grupos de dioses, interesante paralelo de la guerra
en que San Miguel y las huestes celestiales vencieron y expulsaron del cielo al dragn de tinieblas
y a todas las potestades del mal y la oscuridad. Realmente, la lucha entre Luz y Oscuridad es una
constante en todas las teogo-nas y mitologas, tanto de oriente como de occidente, dndose tambin
como reflejo en el interior del ser humano, donde moran ambos tipos de energa.

En cuanto a la Tierra, los mayas la imaginaron como una plancha plana cuadrangular, dividida en
cuatro sectores o regiones, tambin cuadrangulares, idea que deriva de la observacin de la
trayectoria solar y que los mayas compartieron con los nahuas y con muchos otros pueblos antiguos
del mundo. Las cuatro regiones correspondan a las cuatro "casas" del Sol. Dos en el Este y dos en
el Oeste, tambin tenan en cuenta los puntos intercardinales que representaban los extremos que
el Sol alcanzaba sobre el horizonte durante el ao, los cuales correspondan a los equinoccios y los
solsticios.

Cada regin tena como smbolos un color, una ceiba (enorme rbol con el tronco muy recto y
abundante ramaje) con un ave posada sobre ella, un tipo de maz, y diversos animales. Las ceibas
sostenan el cielo al lado de dioses con forma humana o animal llamados Bacabs, que tambin
aparecan como destructores y ordenadores de mundos. Tanto ceibas como pjaros eran del color
de la regin: negro para el oeste, blanco para el norte, rojo para el este y amarillo para el sur. Otros
dos puntos esenciales en la cosmologa maya son: el ms alto en el centro del cielo, el cenit, y el
ms bajo en el centro del inframundo, el nadir. Estos dos puntos eran los dos extremos del eje vertical
del mundo, por lo que el centro de la tierra, por donde pasa el eje, era el centro del universo, la quinta
direccin, el punto de unin entre el cielo, la tierra y el inframundo.
Otra imagen simblica del nivel terrestre era un cocodrilo o lagarto que flotaba sobre el agua y sobre
cuyo dorso creca la vegetacin. Los mayas yucatecos lo llamaban Itzam-Kab-Ain, "Dragn-tierra-
cocodrilo". El inframundo era el vientre de ese monstruo, por lo que adems de ser lugar de la muerte,
contena semillas de nueva vida. En la superficie terrestre los mayas asociaban las entradas al
inframundo con las cavernas como representaciones del vientre de la gran madre tierra. Tambin
los cenotes o lagos sagrados eran accesos al mundo de abajo.

Las cuatro regiones celestes y las infraterrestres, compar-tan los colores de la tierra. En las cuatro
regiones celestes se ubicaban los Itzamnes o Dragones, que eran la cuadruplicacin del gran
dragn Itzamn, el dios supremo; adems de cuatro Chaacs, o dioses de la lluvia y cuatro
Pahuahtunes, deidades de los vientos.

La existencia de esos tres planos: celeste, terrestre e inframundo, tuvo su plasmacin en distintos
mbitos mayas: en la mitologa, en la arqueoastronoma, es decir en su peculiar forma de estructurar
sus ciudades de forma que constituyeran recintos sagrados a imagen del universo, y en la psiquis
humana, que es el espacio interior donde tienen lugar los procesos que conducen a niveles de
conciencia diferentes, y ello, como hemos sealado, mediante el descenso al propio inframundo para
ascender a las esferas celestes una vez superadas las pruebas correspondientes. Este viaje interior
tena lugar bien despus de la muerte fsica, o durante la misma vida mediante el ritual de la iniciacin
y sus procesos.
En cuanto al aspecto de la arqueoastronoma, ya vimos que los mayas dejaron plasmada su
concepcin del universo en la arquitectura de sus ciudades y edificios, como por ejemplo en las
pirmides, verdadera representacin de los tres mundos y en las que se concentra la energa
necesaria para comunicarlos. El principal lugar de enterramiento subterrneo estaba alineado con el
eje piramidal que formaba el camino a travs del cual el alma del difunto descenda a Xibalb para,
una vez vencida la muerte, iniciar el ascenso hacia esferas superiores. En la construccin de las
pirmides mayas se sigue el esquema de distintos niveles escalonados y una escalinata que conduce
a la parte superior, donde se encuentra el templo que es el vrtice energtico ms poderoso. Varios
de estos basamentos tienen trece niveles, simbolizando los trece estratos celestes, como en el
Templo de la Cruz de Palenque, dedicado precisamente al dios celeste creador. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que los mayas no siempre ubicaban el inframundo hacia abajo en sentido
espacial. Ms bien daban a este plano un aspecto de profundidad que a veces era representado
como lugar hacia abajo y otras como pirmide con los nueve niveles del inframundo. As se puede
observar que algunos basamentos piramidales tambin representaron el inframundo. Por ejemplo,
(adems de la pirmide de Kukulkn en Chichen Itz que estudiamos ms arriba) tenemos el Templo
de las Inscripciones de Palenque, bajo el cual se hall la suntuosa sepultura del Seor Pacal, que
consta de nueve niveles como representacin de que los espritus de los muertos deban recorrer
nueve estratos para llegar a las profundidades de Xibalb. El ciclo de vida iba de la tierra al
inframundo y del inframundo al cielo. La vida en la tierra terminaba para pasar al inframundo, el lugar
de los muertos, para luego ascender al cielo. El mismo camino deba recorrer el hombre que
anhelaba el paso a niveles superiores de conciencia durante su existencia humana: Deba primero
bajar a su propio inframundo donde tiene lugar el autodescubrimiento y diferentes pruebas, para
poder ascender energticamente a sus propios cielos. Los distintos planos tambin son niveles
psquicos, es decir, diferentes estados de conciencia.