Pozner Pilar El Papel de La Supervision en La Mejora Pozner Pilar
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DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIN
Mag. Pilar Pozner
Este trabajo se refiere a algunos de los temas bsicos vinculados con la supervisin y la mejora de
la calidad de formacin todos de los estudiantes en las escuelas. Para ello, en su primer apartado
se refiere a las temticas relacionadas con los actuales y turbulentos cambios mundiales que han
trastocado nuestros mundos de vida conocidos. Se aborda las transformaciones llevadas a cabo
por los sistemas educativos en su afn de descentralizar su funcionamiento, entre otras
bsquedas. El segundo apartado da cuenta de los actuales intentos de apoyar a las escuelas a
avanzar y lograr ms aprendizajes. Los sistemas educativos intentan avanzar aunque no siempre
coherentemente- en generar una mayor gobernabilidad pedaggica que no quede atrapada a los
mbitos puramente administrativistas. Este trabajo se propone considerar una primer visin integral
de las nuevas prcticas de supervisin, lo que nos lleva a preguntarnos sobre el sentido de la
supervisin en este siglo XXI, y sobre sus actuales desafos para impactar en los aprendizajes
dando un giro copernicano de estar orientados a la cspide del sistema a estar trabajando
orientados a la calidad de los aprendizajes de todos los estudiantes de la escuela pblica.
QU NOS CONMUEVE?
El papel de la supervisin en la mejora de la calidad de la educacin. Pilar Pozner, Mxico, 2007. Pgina 1
productiva. Precisamos explorar en la situacin actual sus posible perspectivas futuras,
para comprender el papel de la educacin, el de los sistemas educativos y sus polticas
educativas, frente a los cambios que se perciben en la vida de hombres y mujeres.
De forma bien acotada como hemos venido planteando en trabajos anteriores- puede
indicarse que la revolucin tecnolgica se origina en las innovaciones y desarrollos de la
robtica, las tecnologas de la informacin, la biotecnologa y los nuevos materiales. La
automatizacin de los procesos productivos, la incorporacin de la microelectrnica en el
mbito de los procesos industriales, de las comunicaciones y los servicios, la
manipulacin de las especies vegetales y animales y sus desarrollos, el descubrimiento
de materiales nuevos y su extensa introduccin en diversos mbitos de la vida y de la
produccin, son elementos que han desatado nuevos formatos de organizacin socio-
productiva, que generan un reordenamiento econmico, social y cultural muy distinto a los
anteriores. Pueden mencionarse como los rasgos ms destacables de esta conmocin y
esta revolucin a la que asistimos, los siguientes:
Un primer rasgo es el vinculado a la velocidad de los cambios. Estas tecnologas que se
incorporan, por ejemplo, a las comunicaciones, han causado la aceleracin de las
innovaciones en campos tan dispares como la generacin de nuevas ideas en las ciencias
bsicas (biologa, qumica, fsica), en las transacciones financieras, comerciales y
bancarias, en la circulacin y acceso a la informacin, en la toma de decisiones y la
apertura de nuevos mercados a nivel mundial. Esto genera nuevas condiciones en una
sociedad que vivimos como inconmensurable, incontrolable, inestable y muy voluble.
Como segundo carcter, puede aludirse a la internacionalizacin o globalizacin.
Expresiones como las migraciones internacionales, el impacto de las tecnologas de la
informacin -satlites y su uso por la televisin, por ejemplo- la embestida al medio
ambiente y, en consecuencia, la destruccin ecolgica, son experiencias ms que
irrefutables de lo que podra nombrarse como denominarse el desdibujamiento de las
fronteras tradicionales entre los Estados, que impacta sobre las nociones de Estado,
nacin, cultura, ideologa, identidad, sentido de pertenencia, el sentido sobre la vida
misma. Lo que consiste en que las partes del mismo sean pases, culturas, grupos
sociales, actividades polticas y econmicas- participan de una gran red que condiciona a
cada pieza del todo.
El tercer atributo a subrayar es el referido a la complejidad de los contextos en los que se
desenvuelven las personas, como en los se despliegan las organizaciones pblicas como
privadas. Estas sociedades ms abiertas, que no tienen camino trazado, se orientan a la
imprevisibilidad. La complejidad significa lo que est tejido junto. Hay complejidad
cuando son inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo y se dan en un
tejido interdependiente.
Un cuarto rasgo es el vinculado con el valor que adquiere el conocimiento en trminos del
crecimiento econmico y de bienestar social. En la actualidad es la acumulacin de
conocimientos y no la acumulacin de capital fsico, lo que contribuye a explicar cada vez
ms las diferencias en las tasas de crecimiento de los pases; lo mismo ocurre si se mide
el nivel de desarrollo tecnolgico, los niveles educativos de la poblacin o las
calificaciones de la mano de obra. En decir que, se destaca la importancia decisiva de la
produccin, difusin y acumulacin del conocimiento en la potencialidad del crecimiento
de los pases. Las ventajas competitivas de los pases (o los sectores econmicos) no
pasan por la posibilidad de producir ya ms unidades de producto, sino por la capacidad
de introducir mayores conocimientos y tecnologas en los procesos productivos.
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La heterogeneidad es un quinto rasgo de este ciclpeo cambio que es, a su vez, un
elemento que limita las posibilidades de desarrollo con equidad. Es posible verificar este
atributo no slo en los pases donde ms ha avanzado la revolucin tecnolgica, sino
tambin en aquellos que han adoptado un nuevo tipo de organizacin socio-productiva,
basado en nuevas formas de producir, con un paradigma organizacional que descansa en
la mayor flexibilidad, y en formas inexploradas hasta ahora de relacin entre empresas y
organizaciones.
Puede observarse a simple vista que los procesos de modernizacin e innovacin
tecnolgica no han avanzado de manera unvoca, generalizada y universal. En contraste,
estos procesos ha contribuido a recrudecer las distancias entre los pases ms avanzados
y los de menor desarrollo relativo; ha mostrado hasta el presente una reducida y lenta
capacidad de incorporacin de hombres y mujeres al sistema cimentado en el uso
intensivo de conocimientos, ha agravado y extendido modos de exclusin social y de la
pobreza, sellando una nueva divisin del trabajo, en la que se destacan las economas
que ostentan ser altamente competitivas al introducir un elevado contenido tecnolgico y
nuevos conocimientos, a sus productos. En fin, se ha instalado un modelo de hegemona
econmica basado en el conocimiento, que ha resultado en una alta fragmentacin y
desarticulacin de lo social en las naciones, en los sectores econmicos, en las regiones
geogrficas y en los seres humanos en general.
Y en este contexto turbulento y de grandes mutaciones, las organizaciones humanas sin
excepcin se encuentran de algn modo desorientadas porque su norte depende en
buena medida de su adaptacin al entorno en el que desarrolla su quehacer, lo que hace
que con tantos cambios permanentes y veloces, controlar o reducir la incertidumbre del
entorno se ha vuelto imposible. Esto ocurre con todas las organizaciones, las empresas,
las organizaciones no gubernamentales, las instituciones culturales y de servicio, los
aparatos estatales, los sindicatos de trabajadores, las iglesias, los organismos
internacionales. Todas se encuentran conminadas a revisar sus finalidades y la misin
que tienen que cumplir en la sociedad, as como a revisar los modos tradicionales de
organizarse y de funcionar para cumplir con esas finalidades. La educacin tambin vive
estos cimbronazos.
Los sistemas educativos en los pases de la regin fueron fundados y desarrollados como
aparatos estatales muy centralizados, con una estructura piramidal con vrtice en la
Secretaria de Educacin o Ministerio de Educacin segn los pases-, que tena
sucesivos niveles jerarquizados autoridades estatales, supervisores, directivos,
docentes-. Desde su origen y casi hasta hoy, la toma de decisiones estuvo concentrada
en el nivel central y sus procedimientos de intervencin y comunicacin operaron en
sentido descendente, valorando fundamentalmente el funcionamiento por prescripcin y
para el control. La autoridad mxima siempre estableci lo que deba hacerse y los
cuerpos de funcionarios fiscalizaron el cumplimiento de la labor estipulada. La gran
mayora ejecut e implement lo resuelto por otros en otra parte ms elevada del sistema.
Este diseo organizacional fue apropiado y eficaz para operar en las etapas de creacin y
desarrollo de los sistemas educativos, cuando se requera crear la infraestructura y los
recursos humanos para cada mbito nacional. Fue pertinente y, aun ms, fue un acto de
creacin revolucionario para esos tiempos. Y lograron ser eficientes en tanto los sistemas
conservaron una dimensin y una escala limitada. Cuando la cantidad de enseantes era
en cierto modo reducida, y contaba con una formacin que garantizaba cierta
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homogeneidad y se poda sostener un estatus social superior a la mayor parte de sus
conciudadanos.
En tiempos en que el mundo era menos turbulento y cambiaba a ritmo ms lento que en
el presente, se era un modelo que funcionaba. El paso del tiempo fue desgastando el
funcionamiento de los sistemas educativos temas centralizados y se desvirtuaron an
ms. La gran acumulacin de normativas a lo largo del tiempo de forma inconexa,
traslapada, sobrepuesta, muchas veces vaca de contenido para regular el sistema y
convierte a los mecanismos de control en rutinas administrativas con escasa capacidad
de intervencin rica y saludable. El funcionamiento del sistema pas a preocuparse ms
por generar una reglamentacin cuidadosa para el amparo de sus funcionarios y para su
control e inspeccin, que para garantizar los aprendizajes fundamentales para la vida en
sociedad.
Aunque los sistemas educativos fueron creados como sistemas centralizados, a partir de
la segunda mitad del siglo XX funcionaron ms bien de una manera desarticulada y
rutinaria, hasta catica. Los rituales formales sustituyeron a los lazos y la interaccin real.
Los establecimientos educativos tenan sus controles, pero stos no siempre ofrecan
apoyo especfico. Las instancias centrales tenan muy poco conocimiento de lo que
ocurra en las escuelas, su preocupacin se centraba en establecer el currculo que se
aplicaba a nivel nacional, con la idea de que garantizaba lo mismo para todos los
estudiantes.
De modo que es posible afirmar que el problema principal del funcionamiento de los
sistemas educativos no ha sido slo el controlar en exceso, de manera centralizada,
impidiendo la libertad y la autonoma, sino que este mismo control le imposibilit generar
capacidad profesional del centro a lo largo y ancho de cada sistema. Por lo que, el desafo
central en la actualidad no se reduce a dar mayor autonoma o romper la centralizacin.
Su mayor reto es concebir un modo de conducir el funcionamiento de los sistemas
educativos cuya orientacin sea el desarrollo de capacidades humanas, profesionales e
institucionales para llevar adelante las nuevas misiones en los actuales contextos sociales
inciertos, cambiantes y crecientemente inequitativos. La actual situacin no permite ms
de lo mismo, no alcanza con un simple ajuste o reacomodamiento de lo existente.
El volumen del cambio a moldear exige contar con iniciativas potentes que reorganicen y
reestructuren la totalidad del modelo organizativo educacional, que posibiliten modificar a
su vez, imgenes y creencias acerca de cmo y con quines conducir esos procesos. De
lo que se trata es de la generacin de una gestin institucional macro- y una gestin
escolar micro- que supere los viejos esquemas de administracin y organizacin. Se
trata de redefinir las competencias de todos los que asumen responsabilidades directivas
en los diferentes niveles de actuacin, supervisores, directores y funcionarios
primordialmente. Hoy es necesario asumir las incertidumbres y dificultades, que lejos de
convertirse en escollos puedan ayudar a vislumbrar apuestas y desafos con creatividad.
Por ello, es preciso aprovechar la oportunidad de esta coyuntura en que la educacin,
despus de un largo tiempo de letargo, es una prioridad en el debate y en la subjetividad
social, y en que existe la voluntad poltica y la potencialidad para transformarla.
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funcionamiento tradicional; asimismo, el respeto a las reglas del juego instaladas
intentaba reducir las discrepancias y optimizar los recursos, esto es, apuntaban al
mantenimiento, en cierta manera, del statu quo. Su trabajo se orientaba sobre todo a las
reformas menores, aquellas que exigen la resolucin de una parte de las pequeas crisis
cotidianas mediante la adopcin de medidas urgentes. Este directivo no era -en principio-
un innovador de la institucin escolar, sino un directivo con una concepcin de
administrador administrativista.
Las premisas de los procesos de trabajo del modelo Taylorista y las del modelo
burocrtico se apoyaban en la necesidad de generar rutinas de trabajo, de censurar el
desarrollo de criterios propios y explcitos por parte del operador, privilegiando la
organizacin centralizada, la planificacin con detalle de los rituales, y las tareas
individuales que se encadenaban a travs de mltiples procesos de inspeccin y control.
Para administrar lo dado se requieren ciertas certidumbres: de tecnologas, de
mercados, de calidades, certidumbres con las que ya no contamos. Sacudidos por las
fuertes transformaciones de los contextos sociales, polticos, productivos y tecnolgicos
que dibujan nuevas tensiones y desafos; en contextos ms complejos, dinmicos,
exigentes y cambiantes, en tiempos turbulentos donde lo que se sabe no alcanza para
comprometerse con decisin a impulsar y generar cambios, es necesario reconocer la
necesidad de otras prcticas, saberes y competencias.
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enhebrado, sedimentacin, evaluacin y balance. Gestin y liderazgo articulan las
acciones constantes y urgentes, con las prioridades y elecciones de largo plazo cuando
de direccin y de supervisin de escuelas se trata. Esto implica trabajar en el presente,
reconociendo un pasado, pero apuntando a un futuro de mejora sustentable, trabajando
por una vida escolar rica y poderosa para formar a todos los estudiantes de la institucin.
Ahora bien, si las escuelas son instituciones de enseanza, habra que preguntarse
cmo aprenden las escuelas a ser mejor escuela? No indago sobre los aprendizajes que
tiene que realizar cada uno de los profesionales por su cuenta, fuera de la institucin, sino
sobre los aprendizajes de carcter colegiado, realizados en el desarrollo de la prctica;
me refiero a los aprendizajes institucionales que, si bien requieren los de cada uno de los
miembros que la integran, no se limitan a ellos. Ya no se trata slo de que cada docente
aprenda sino de que aprenda la escuela como institucin. Por lo que es urgente
considerar otras cuestiones fundamentales: si no hay tiempo y espacio para aprender
juntos a hacer escuela, los valores sobre los que sustenta el trabajo de formar jvenes y
nios, quedan a la deriva o caern a su suerte, y esto hace difcil formar nios y jvenes.
Se requiere de una cultura de trabajo que valore la conciencia, la reflexin, la coherencia,
la invencin o la creatividad sincera, as como la capacidad de seguir aprendiendo a ser
docente de los actuales estudiantes. Y para ello hacen falta tiempos y espacios
sistemticos para orientar la forma de hacer escuela y los valores que la sustentan.
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AVANZAR EN GOBERNABILIDAD PEDAGOGICA
Para lograr este cambio que se viene concibiendo, ser preciso que trabajemos juntos
para lograrlo: las distintas instancias y niveles del sistema educativo: secretaras de
educacin, funcionarios dirigentes, equipos de supervisin que acten como reales
apoyos muy cercano a las escuelas, para asesorarlas y brindarles orientacin oportuna y
profesionalizante, de acuerdo a sus necesidades y respaldarlas ante los problemas
contingentes, y as orientarlos hacia la mejora continua de la enseanza y del aprendizaje.
Habr que generar una accin integral para apoyar escuelas y elevar su ambicin de ser
ms autnomas e interdependientes de su entorno y ms atentas a los desafos que tiene
que enfrentar. Habr que habilitar culturas democrticas en la participacin de los sujetos,
que se abran al juego de nuevas perspectivas de interaccin con otros actores
profesionales. Para ello es condicin intervenir en la globalidad de las situaciones
institucionales, recuperando la intencionalidad pedaggica y educativa e incorpore a su
vez, a los sujetos de la accin educativa como protagonistas del cambio educativo.
En ese sentido, ha cobrado importancia dentro del campo de la educacin, la nocin de
gobernabilidad. Este concepto hace referencia al:
conjunto de medidas y de dinmicas sociales que se desencadenan en un marco
democrtico y de amplia participacin social cuando se busca asegurar que el
sistema educativo se organice y funcione de un modo eficaz y eficiente para lograr
los objetivos y las metas polticamente establecidas (A. Rivas 2004:82)
Esta gobernabilidad remite a lgicas de trabajo ms horizontales e interactivas, desde una
perspectiva que contempla la complejidad de las actuales funciones de los diversos
actores educativos y de las propias escuelas.
La potencia de apoyo de los diversos niveles se ampla cuando se asume esta
gobernabilidad educativa en cada institucin y cuando docente en sentido extenso- se
asume personal y profesionalmente como actor estratgico, con capacidad de imprimir
direccionalidad y sentido al cambio que es su reto fundamental.
Para ello, si nos focalizamos en este trabajo con directivos y supervisores tendrn que
considerar integralmente la escuela y la zona e intervenir de manera global en cada una
de las acciones que se realicen. La nocin de gobernabilidad implica asimismo el
reconocimiento y utilizacin de estaos protagonistas de asumir el poder de eleccin y de
accin para mejorar las cosas; el poder de impulsar y ayudar a los equipos docentes a
transformar con la red de profesionales que entrelaza su zona en organizaciones
educativas con capacidad de seguir aprendiendo permanentemente.
Vale la pena revisar, ahora las potencialidades no exploradas en las prcticas de la
direccin de escuelas que promoveran desarrollo profesional, mayor autonoma y criterio
que logren ms aprendizajes. La cultura de trabajo de races burocrticas, racionalista y
mecanicista nos ha llevado a creer muchas veces, que es suficiente con elaborar
objetivos y programas para desempear una buena gestin; por lo que la comprensin de
los fines de los proyectos por parte de los numerosos actores que participan en la gestin
no fue ni lograr ser un proceso axiomtico ni hay posibilidad alguna de adhesin
inmediata. El liderazgo asume el complejo desafo de convocar a participar a los docentes
en equipo y en extensas redes de trabajo orientadas por el desafo moral de influir
positivamente en la vida de los estudiantes, en el decir de M. Fullan (1993:16).
Para que las instituciones sean eficaces requieren de liderazgo y de gestin frtiles. En el
actual mundo dinmico se requiere de liderazgo que ponga en tela de juicio el estado de
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las cosas, que desarrolle visiones de futuro, e inspire a los integrantes de los equipo a
lograrlos; as como tambin se requiere, que la gestin tenga planes claros de accin,
cuente con estructuras eficientes y asesore y evale las prcticas que se realizan.
La centralidad de lo pedaggico constituye su rasgo fundamental en la actual gestin de
las escuelas, esto significa asumir desde el conjunto de los actores institucionales, la
responsabilidad de garantizar aprendizajes para todos con equidad, calidad, pertinencia y
en funcin de esta meta, establecer una plan de accin que nuclee a la institucin toda,
con vistas a una mejora en los aprendizajes. La gestin estratgica consiste en la puesta
en marcha de una racionalidad creativa que preside la labor cotidiana. Por lo tanto, llega a
ser un proceso prctico, de elaboracin y toma de decisiones que gua la accin diaria en
funcin de metas y objetivos claros. Sin profundizar en esto, puede decirse que toda
prctica de gestin implica una combinatoria dosificada de una ecuacin previsora y sabia
que se nutre de la anticipacin constante del futuro. Sin gestin centrada en lo
pedaggico, no hay posibilidad de liderazgo y cambio. Y es en funcin del juego de
interaccin entre el pasado, presente y futuro de la institucin se plantea un proyecto
focalizado en la realidad y ajustado al contexto, rasgo en el cual radica su carcter
estratgico. Este posicionamiento colabora con un mejor ejercicio cotidiano de la gestin,
que a veces, no deja tiempo para la previsin, demandando toda la energa para la
resolucin de problemas urgentes, la satisfaccin de las necesidades inmediatas y el
cumplimiento de las normas burocrticas.
El corazn del liderazgo tiene que ver con lo que una persona cree, valora, suea
y se compromete con (): la cabeza del liderazgo tiene que ver con las teoras
sobre la prctica que cada uno ha desarrollado a lo largo del tiempo, y con nuestra
capacidad para reflexionar sobre ello (y actuar apropiadamente en)
situaciones con las que nos enfrentamos a la luz de estas teoras; la mano del
liderazgo tiene que ver con las acciones que llevamos a cabo, las decisiones que
tomamos, las conductas de liderazgo y de gestin que utilizamos cuando nuestras
estrategias se institucionalizan
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niveles de complacencia e indiferencia predominantes frente a las oportunidades
socialmente disponibles a las potencialidades humanas no desarrolladas.
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Ahora bien, el problema abordado por la tensin creativa puede atenderse de dos formas:
subiendo la realidad actual hasta la altura de la visin de mejoramiento, o bajando la
visin hasta la realidad actual, lo que es igual a dejar las cosas como estn. Lo que
muestran diversos autores, es que la energa para el cambio proviene del arrojo y el
deseo por salir de una situacin o aspecto indeseable o insatisfactorio de la realidad
actual, por lo que en la tensin creativa la energa para el cambio mana de la visin de
futuro de lo que queremos crear confrontada con la realidad actual que no alcanza y llega
a frustrar. Es en este proceso que impulsa la tensin creativa donde la motivacin
intrnseca del sujeto contribuye a generar y liberar sentido, compromiso y voluntad para
modificar las cosas aprendiendo; el aprendizaje de carcter generativo, de reinvencin ,
de riegos nuevos que se asumen que llegan al podio de los desempeos.
Desde esta perspectiva, las personas y las organizaciones no se sienten slo motivadas
al cambio cuando los problemas los obligan, este modelo que se agota prontamente
cuando los problemas dejan de ser muy urgentes e inexcusables, y que lleva igualmente a
una gran prdida de calidad y una cultura aplastante hacia el cambio. Ms bien estamos
proponiendo utilizar la visin de futuro como una anticipacin del futuro que se desea y
que vamos a procurar conseguir, as la visin el proyecto se convierte en una
interpelacin, en genuinas interrogaciones, que jalan el afn de saber y cambiar. Con esta
visin que implica un proyecto, buscaremos desde las practicas de liderazgo que sean
ms que deseos decididos, buscaremos que envuelvan una cultura de trabajo que habilita
un plan de accin compartido. Este ser un logro de la inteligencia compartida, prever
juntos lo que queremos que suceda y orientar la accin, la meta pensada, evaluada,
resuelta. Es esta destreza la que posibilita contemplar y reorganizar nuestro mundo de
modo diferente, con significados inditos y nuevos en la realidad. Esta capacidad para
pensar en cosas que podran existir, pero que an no existen, nos permite descubrir o
inventar posibilidades. No nos contentamos con aceptar lo que hay. No nos basta con
conocer o tener lo que hay y es esta insatisfaccin la que nos pone en movimiento. La
visin como proyecto acta taladrando la realidad y amplindola lo ms posible.
Apoyndonos en lo dado intentamos ir ms all de las situaciones dadas. En el decir de
Jos Antonio Marina (2002: 42):
Nuestros proyectos, nuestras necesidades, nuestras aspiraciones chocan contra
la realidad. Unas veces podremos, o deberemos, cambiar nuestras metas, pero en
otras ocasiones habr que cambiar la realidad. Los griegos tenan una palabra an
ms dramtica para designar estas situaciones. Las llamaban aporas, lo que no
deja ni un poro por donde pasar. Lo intransitable. La inteligencia ha de entrar en
accin para buscar una salida, una solucin, una posibilidad.no podemos
separar la inteligencia de la accin, de los sentimientos, de la voluntad , del
empeo.La valenta, la decisin, el nimo forman parte de la inteligencia
humana
Para convocar a otros a cambiar y cambiar nosotros mismos, para realizar acciones de
mejora y de transformacin ser preciso entonces considerar los siguientes principios de
trabajo:
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4. Ponerlo en prctica, realizarlo, y
5. Reflexionar observando las consecuencias y los impactos de la solucin probada.
6. Y sin duda, continuary continuar, y continuar continuar.
Entre las fortalezas visibles en los integrantes de los equipos de supervisin que la
conceptualizan como asesora, se destacan:
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establecer niveles de aspiracin para luego utilizarlos con metodologas no
invasivas y con procedimientos reconocidos por toda la comunidad. Tambin
observaron la presencia de actitudes de respeto hacia el criterio de los
directores y el personal de la escuela.
Capacidad de reconocer el buen funcionamiento de un centro escolar y no slo
sus errores, a la vez que, demuestran capacidad para interpretar datos e
identificar debilidades y fortalezas.
Trabajan por el desarrollo de culturas colaborativas y reconocen la importancia
de tratar cada escuela como especfica, sin recetas iguales para todas.
Orientan el cambio paso a paso para que sea profundo aun en circunstancias
complejas. Alientan el cambio para que llegue a ser realidad.
Gran capacidad de comunicacin, apertura a la escucha, y simultneamente
abren espacios a pedidos y demandas.
Reconocimiento de que su funcin es colaborar con la escuela, con sus
directivos, con sus docentes a generar ms y mejores aprendizajes para los
estudiantes en los aspectos curriculares, en los aspectos ligados a la misma
vida escolar, y a la textura de coherencia tica que la misma conlleva.
Garantizan un plan de apoyo organizado y sistemtico para la mejora.
Supremaca de lo administrativo.
Respuestas homogneas a situaciones, problemas y asuntos diversos.
Predominio por trabajar siempre sobre lo urgente.
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El cortoplacismo, lo instantneo.
Devaluacin del criterio personal.
Incompetencia para trabajar con otros.
Acento en las ancdotas y no en los problemas.
Ocultamiento de los conflictos, por ser inoportunos y porque no se ajustan al
funcionamiento esperado.
Falta de focalizacin en el apoyo a lo pedaggico.
Sobrevaloracin de la visita en la creencia de que esta resolva por si sola la
misin de la supervisin.
Falta de devoluciones profesionalizantes.
Estos rasgos de las prcticas de trabajo, llevaron a la desvalorizacin del propio oficio de
la inspeccin. La creencia de que sus acciones tenan poco impacto en el cambio, fue
minando su potencia y lleg a sostener que nada puede hacerse desde su puesto de
trabajo. Para superar estas huellas habr que ser conciente y cambiar el imaginario
acerca de que los problemas, se solucionan con una sola intervencin. En todo caso, el
cambio de aquella cultura de trabajo se realiza con intervenciones sistemticas,
sistmicas e integrales; concretado paulatinamente. Por otra parte, es necesario, superar
lo anecdtico y no trabajar siempre sobre situaciones urgentes. De la superacin del
modelo de control, comienza a surgir una supervisin comprometida con la orientacin y
acompaamiento de los procesos de desarrollo educativo, una supervisin ms que
controlar, promueve el desarrollo de las personas y los colectivos escolares o de la zona o
regin escolar, lo que contribuye a que sean ms dinmicos, las prcticas pedaggicas y
los resultados acadmicos. La funcin de asesora en supervisin de escuelas consiste en
influir en la mejora de las escuelas, proporcionando ayuda y sostn en los procesos de
toma de decisiones. Se trata de facilitar el aprendizaje con otras escuelas y otras
instituciones sociales de la comunidad, de facilitar el acercamiento y el acceso a
novedosos temas conceptuales acerca de las prcticas educativas.
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intermediacin entre los distintos niveles jerrquicos del sistema; se presenta como un
apoyo y respaldo en decisiones de vital importancia para el logro de la calidad educativa;
busca el trabajo en colectivo para el desarrollo de programas conjuntos; su trabajo
terico-prctico se vincula al logro de su misin que se orienta al aprendizaje de los
alumnos.
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base, sus aproximaciones y el sustento de su informacin. Estudie cules son las
acciones que promueven el aprendizaje en asesora a colegios.
2. Inicio y desarrollo
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Potencie la autorrevisin crtica de la escuela e identificacin de mbitos de mejora y
movilice saberes y experiencias no contemplados, propiciar el reconocimiento del
propsito moral para liderar el reconocimiento del cambio deseado y posible de
alcanzar y en qu plazo.
Genere los acuerdos institucionales para el logro del cambio buscado; la puesta en
marcha y desarrollo del plan, la evaluacin peridica y sistemticamente del proceso.
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Por ltimo para concluir sin cerrar estas reflexiones, es relevante marcar un aspecto no
menor, en los actuales grandes cambios paradigmticos, es el de incorporar y comunicar
reglas de juego claras y reconocidas por la totalidad de la comunidad acadmica y de la
comunidad escolar, esto exhorta a impulsar transformaciones legales y normativas que
posibiliten las mudanzas organizacionales y de estructuras que se demandan. Sin olvidar
de generar las condiciones necesarias para fortalecer la supervisin y los equipos de de
direccin de escuelas.
La responsabilidad que nos asigna este momento y salto evolutivo de los sistemas
educativos demanda ser abultadamente claros, a la hora de considerar los requisitos para
apuntar a una cultura profesional de los funcionarios pblicos de los sistemas educativos.
Alienta asimismo a no pensar en seguir depositando en los espacios de formacin todo el
esfuerzo a realizar. Habr que reflexionar otras dimensiones de la bsqueda de la
profesionalidad y la valorizacin de la cultura docente, como el desarrollo de polticas
culturales que eleven los niveles de aspiracin y de logros, los sistemas de incentivos, de
salarios, revisar profundamente las condiciones de trabajo y la propia carrera profesional.
La nueva profesionalidad en la supervisin de la educacin, incluye el desarrollo de
competencias como la reflexin, creatividad, capacidad de decisin y accin, abstraccin,
pensamiento sistmico, experimentacin y capacidad de trabajar en equipo; a su vez
estas deben ser capaces de transferirse y aplicarse a todas las situaciones, problemas y
procesos de accin, es decir deben vincularse con su contexto e incluso con el
desempeo colectivo de una profesin. Y convendr considerar los puntos crticos que
aparecen en el trnsito de modelos centralizados a otros ms flexibles. Su identificacin y
anlisis obliga a pensar la necesaria reconfiguracin de los sistemas educativos, sin la
cual las iniciativas de cambio pueden fracasar o paralizarse.
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