Maria, La Bendita Hebrea PDF
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MARA,
LA BENDITA
HEBREA
ISBN: 997844624- 9
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Papa Urbano VIII
8
P. Eduardo Castillo Pino
9
10
INTRODUCCION
Tratar de escribir sobre la figura de la bienaventurada
Virgen Mara, la pequea sierva escogida de Nazaret, Madre
del Creador, ser siempre un reto e intento atrevido, por
tratarse de un tema inagotable. Es como querer reunir y
tocar con nuestras manos las estrellas que uno contempla a
lo lejos, en la inmensidad de la noche. No se puede, y una
extraa sensacin de no pertenencia se siente.
Esto es lo que experimento, cuando uno se concentra y
dedica al estudio relacionado a su bendita figura: est a mi
alcance, ms se torna inalcanzable, la busco y no s como
encontrarla, siento su presencia y de pronto me parece
lejana. Pensamientos encontrados que se desvanecen
cuando la Iglesia fiel a sus preceptos, no cesa de invocarla
como intercesora y mediadora nuestra en el orden de la
gracia 1, cual si fuese estrella luciente que no deja de
enviarnos su rayo de luz.
Considero una gracia del Espritu Santo, que Dios por su
inmensa misericordia me haya concedido una particular
devocin hacia esta buena Madre de los creyentes, y que
bajo su tutela y patrocinio, paso a paso, me vaya
conduciendo (a pesar de mis resistencias y mis pecados), a
su hijo amado, Jesucristo, el predilecto del Padre, y el
salvador de todos los hombres.
Este pequeo escrito, personalmente me ha enseado una
vez ms, a descubrir y profundizar en esa eterna sabidura,
que significa la presencia de la Virgen Mara en nuestras
vidas.
No es mi deseo apartarme del magisterio de la Iglesia. Este
escrito abarca el campo de lo real y asombroso, lo verdadero
e imaginario, lo santo, mas no lo profano, que la tradicin,
11
las Sagradas Escrituras, los libros apcrifos 2 y los msticos
se han encargado de guardar y recoger durante los siglos. Y
como dice el apstol Pablo: examinadlo todo y quedaos con
lo bueno. (1Ts 5,21)
He tratado de realizar la tarea del tejedor que poco a poco y
pacientemente va hilando su prenda, y al unir sus partes va
dndole forma hasta darle el acabado deseado.
Reconozco que el escrito es incompleto e imperfecto y tiene
sus limitaciones, pero solo el hecho de haber intentado
escribir algunas lneas sobre Ella, (por supuesto con su
asistencia y gua) es el mayor premio y consuelo que puedo
recibir. La verdad es que no tena deseos ni pretensiones de
publicar este escrito, (tamaa osada fue publicar el
primero 3), sin embargo una voz misteriosa y oculta que
seguramente proviene de lo alto, me dice lo contrario
tienes que publicarlo tienes que hacerlo y en apego a
ese llamado, y al amor y fidelidad de Dios lo hago, y
tambin por el bien de las almas: gratis lo recibisteis;
dadlo gratis (Mt 10 8, b).
12
Termino esta presentacin dirigindome a la reconciliadora del
mundo con esta pequea splica que el Seor me ha inspirado:
Madre santa y querida, Madre de la gracia, que por inspiracin y don
divino te has manifestado a los hombres, concibiendo y alumbrando a
tu Hijo por obra del Espritu Santo, te suplico que veles y ores siempre
por el universo entero y en particular por tu iglesia, mi familia, mi esposa
y mis hijos. No permitas jams que el mundo, el demonio y la carne,
destruya la obra redentora de tu Hijo. Defindenos siempre del enemigo.
A ti me acojo en todo momento, y me postro humildemente pidiendo tu
intercesin y proteccin. Amn.
13
ISRAEL, EL PUEBLO ELEGIDO
EN ADELANTE YA NO TE LLAMARS JACOB, SINO
ISRAEL (Gn 32,29)
Israel, el pueblo de la bendicin, (la Tierra Santa) escogido y
elegido por Dios desde la eternidad, es la imagen de la tierra
nueva, 4 en donde Dios ha querido manifestar su amor y
realizar una historia de salvacin con todas las
generaciones.
Ya no te llamars ms Jacob, Israel ser tu nombre. Fuerte
con Dios. Israel es el prototipo del hombre nuevo, que
segn las Escrituras, a pesar de su infidelidad rebelda e
incredulidad, confiar y se apoyar slo en Dios, ya no en
sus fuerzas. Este es el nuevo pueblo de la Alianza que Dios
escogi para preparar y esperar la venida del Mesas 5,
misterio inefable y escondido.
Dios, para salvar al hombre del pecado original, ha
empezado su obra salvando a No y su familia de las aguas
del diluvio. Ha elegido y hecho una promesa a Abraham,
nuestro Padre en la fe, confirmada en Isaac y Jacob y en
una serie de personajes bblicos. Ha escogido y hecho
proezas con un pueblo de esclavos, que rescatado por
Moiss 6 del yugo del Faran, los ha llevado al desierto para
entregarle la Ley, mediante el Cdigo de la Alianza
manifestada en el Sina. Ha suscitado a Josu para que
lidere al pueblo, destruya y venza a las siete naciones y los
lleve finalmente hacia la conquista de la libertad definitiva:
la tierra prometida, imagen de la Jerusaln celestial.
La historia no termina aqu, si revisamos las Escrituras,
estamos en los comienzos. Este resto elegido, nunca estuvo
14
desprotegido, Dios siempre suscit caudillos, jueces,
sacerdotes, reyes y profetas que le anunciaron los orculos
de Yahv, y a pesar de ser un pueblo rebelde y de dura
cerviz, Dios no se arrepinti nunca de contar con esta raza
bendita.
Bien podramos unirnos a este pueblo y entonar juntos:
Demos gracias al Dios de los dioses, porque eterna es su
misericordia, su fidelidad dura por siempre. (Sal 136,2)
Antes de entrar en materia, tratar de exponer en forma
muy resumida, los rasgos caractersticos y las riquezas
inestimables que Dios regal a este pueblo bendito.
Para ello es preciso ante todo remontarnos a las tradiciones
de este pueblo que an conserva intacto hasta nuestros
das. Conocer sus races, el entorno, el ambiente histrico, y
las circunstancias que marcaron y rodearon a la Virgen
Mara para que fuese la escogida por Dios entre todas
las mujeres, y otros aspectos complementarios que Dios
en su infinita sabidura le traz y prepar para tan elevada
misin.
Vayamos pues a las fuentes del conocimiento que Dios
dispuso y dot a la Virgen, para que beba, se alimente y se
nutra durante toda su vida.
LA FE DE ISRAEL
COMO DICE LA ESCRITURA: EL JUSTO VIVIR POR LA FE
(Rm 1,17 b)
15
sus descendientes, y radicados en Egipto este resto es
sometido a esclavitud del faran8, pero Dios fiel a su pacto,
ratifica (Ex 24) y renueva (Ex 34) su alianza con Moiss,
entregndole las nuevas tablas de la ley 9, ampliado y
revelado posteriormente por el mismo Dios (Yahv) a Moiss
mediante leyes, ofrendas, sacrificios, rituales, ordenanzas,
preceptos, normas, disposiciones, instrucciones y
prescripciones, que fueron recogidos en los libros de
Levticos, Nmeros y Deuteronomio.
Tenemos que admitir que toda la fe del pueblo de Israel
tiene su fundamento y est basado exclusivamente en los
hechos relatados en el Antiguo Testamento, principalmente
en la TOR 10. En las sentencias del Talmud 11 que la
tradicin judaica ha recogido dice: Nadie debe apartarse de
la Casa de estudio ni de las palabras de la ley, ni siquiera en
la hora de la muerte.
Si revisamos La Biblia hebrea en el que aparece slo el
Antiguo Testamento, sta ha quedado reducida casi a la
mitad de libros 12, en comparacin a la Biblia catlica que
est compuesta por 42 libros.
con seales y prodigios del yugo del faran, hacindolos pasar el mar
Rojo, hundiendo a sus opresores, alimentndolos en el desierto con
codornices y el man: QUIN COMO T YAHVEH, ENTRE LOS
DIOSES? QUIEN COMO T, GLORIOSO EN SANTIDAD, TERRIBLE EN
PRODIGIOS, AUTOR DE MARAVILLAS?
9 El Declogo.
10 La Ley o Tor, conocido tambin como el libro de las alianzas,
luz de la Tor, que ha sido recogido y narrado por los sabios, a partir
de los orgenes, hechos y tradiciones del Judasmo que se ha ido
recopilando a travs de los siglos.
12 Son veinticuatro los libros que conforman la Biblia Juda, dividida en
16
Resumiendo, Los judos solo creen y practican en la ley
revelado por Dios a Moiss en la Tor del Antiguo
Testamento y no creen en Jesucristo, el Mesas prometido
y revelado en el Nuevo Testamento, que no vino a abolir la
ley y los profetas sino a dar cumplimiento (Mt 5,17).
EL CREDO DE ISRAEL
Escucha Israel: Yahv nuestro Dios es el nico Yahv. Amars a
Yahv tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma y con todas
tus fuerzas. Queden en tu corazn estas palabras que yo te dicto
hoy. Se las repetirs a tus hijos, les hablars de ellas tanto si
ests en casa como si vas de viaje, as acostado como levantado;
las atars a tu mano como una seal, y sern como una insignia
entre tus ojos; las escribirs en las jambas de tu casa y en tus
puertas. (Dt 6,4 9)
17
Todo judo varn adulto tiene la obligacin de proclamar el
Shem por la maana al levantarse, y por la noche al
acostarse.
El judo cuando est prximo a cumplir los trece aos es
introducido y acogido en la sinagoga en el Sabat, mediante
un rito que tiene lugar en el recinto del Muro de las
Lamentaciones. Se canta el Shem y se le entrega la Tor. A
partir de entonces pasa a ser miembro de la comunidad, un
Bar Mitzvah (hijo del mandamiento). Desde ese momento
tiene todos los atributos y todos los derechos de Israel,
permitindosele leer por primera vez en pblico la Tor,
realizar preguntas sobre ella, y tambin proclamar a los
profetas (haftarah).
A partir de ese instante el joven 13 judo empieza a colocarse
las filacterias (fefillin) (sujetados por correas) en la frente y
en el brazo izquierdo. Las filacterias son cajitas de cuero en
cuyo interior se encuentra una tira de pergamino con la
oracin del Shem escrito en hebreo.
Existe una antiqusima interpretacin del Shem Israel que
ha sido guardada celosamente en la Midrash Berakot que
reza as:
13 Hay que admitir y aceptar una realidad, hoy las cosas han cambiado.
18
"Es necesario bendecir a Dios por el mal y por el bien, pues
est escrito: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn,
con toda tu alma y con todos tus medios. Con todo tu
corazn: con las dos tendencias, la buena y la mala. Con
toda tu alma: aunque te cueste la vida. Con todos tus
medios: con todo tu dinero.
La fe de Israel se resume en este gran mandamiento: Amar
a Dios sobre todas las cosas y al prjimo como a ti mismo:
Shem Israel. (Dt 6,5; Mt 22,37).
Esta palabra se ha cumplido y hecho carne en la Virgen
Mara, que no dubit ni dud nunca del amor de Dios. La fe
de Israel es la fe de Mara. En cierta forma la Virgen Mara,
una mujer humilde, que provena de un pueblito
insignificante, vino a romper con todos los esquemas y
clculos de los judos, ya que ella fue la primera observante
y practicante de la ley.
LA FE DE LA MUJER JUDIA
MUCHAS MUJERES HICIERON PROEZAS, PERO T LAS
SUPERAS A TODAS! (Pr 31,29)
19
exclua de ir a la sinagoga 15 el sbado, mas si asista, deba
ocupar el ltimo puesto.
Slo estaba dedicada y obligada como dice el salmo a ser la
mujer hacendosa en el santuario de su casa; a sus
quehaceres, a criar y realizar el trabajo ms santo: ensear
a sus hijos a recitar las cien bendiciones de la Berakot 16.
Como se puede apreciar el papel de la mujer juda era
secundario y sin trascendencia. Maldecida si no poda tener
descendencia. Reverenciada y bendecida si solo tena hijos
varones (era quizs una de sus nicas y mayores
satisfacciones). Postergada y relegada en todo, ocupaba el
ltimo lugar como si fuera una esclava.
A tanto llegaba la injusticia que solamente el varn tena
derecho a pedir el divorcio o solicitar acta de repudio. A la
mujer no se le perdonaba nada. En el caso de infidelidad, se
castigaba slo a la mujer, con la pena de muerte: la
lapidacin, si estaba desposada, o el estrangulamiento, si
era casada.
En conclusin, la mujer era tratada como si fuese un objeto
cualquiera. En el libro del (Eclesistico 25, 24) encontramos
esta lapidaria expresin: por la mujer fue el comienzo del
pecado, y por causa de ella morimos todos. Seguramente
este fue uno de los motivos principales para que los
doctores de la ley se ensaaran con la mujer, imponindole
las cargas ms pesadas, siendo implacables con la ley,
hasta el extremo de prohibirle que mostrara pblicamente
su rostro.
20
En este panorama sombro, marcado por una triste realidad
y amargura sin lmites para la mujer juda, aparece e
irrumpe la figura de la siempre bienaventurada Virgen
Mara. Ella es la caudilla de Israel que vino a liberar a la
mujer oprimida de todos los tiempos. Es la nueva mujer,
que vino a rescatar y elevar la dignidad de la mujer, tan
pisoteada y rebajada en ese entonces.
LA ORACION EN ISRAEL
HE BUSCADO A YAHVEH Y ME HA RESPONDIDO (Sal 34,5)
21
Con toda seguridad me atrevera a afirmar que la Virgen
rezaba a cada instante, bendiciendo y dando gracias a Dios
por la creacin, por la naturaleza, por el alimento, por el
trabajo, los frutos de la tierra, al salir de viaje, antes de
dormir, por su familia, por su esposo, por su hijo amado,
por los sufrimientos por las incomprensiones, por las
persecuciones, etc.
El creyente judo es un fiel cumplidor de la ley y los
profetas. Reza todos los das una serie de oraciones, de las
cuales muchas son antiqusimas. Entre las principales
oraciones estn las bendiciones del amanecer, el rezo de los
salmos, el Shem, la Berakot (ya mencionados), el Qaddis 18
y el Alenu 19, la Tefilah 20, las oraciones del sabat 21.
22
Esta riqueza inestimable que posee el hebreo es un don de
Dios. Este pueblo elegido naci para ser un pueblo orante,
el pueblo de la oracin, el pueblo de la alabanza.
EL AYUNO EN ISRAEL
PROMULGAD UN AYUNO (1 R 21,9; Jl 1,14)
23
Tanto le agrad a Dios la penitencia de Nnive que desisti
del castigo que haba anunciado el profeta.
El ayuno y la oracin se complementan maravillosamente,
no hay ayuno sin oracin, ni oracin sin ayuno. Esta sera
la causa por la cual la Iglesia catlica para evitar excesos y
abusos, fijara exclusivamente la Cuaresma como el tiempo
propicio para la penitencia del ayuno.
Es de imaginar a la Sagrada Familia de Nazaret practicando
fielmente el ayuno. Jess que nos conoce, en forma
magistral cierra esta enseanza sobre el ayuno,
exhortndonos en los evangelios a no ayunar para agradar
a los hombres, sino a nuestro Padre celestial, que vindonos
en lo secreto, nos dar nuestra recompensa. (Mt 6, 18).
24
Era varn humildsimo y puro, de costumbres santas y suma
sinceridad, pero de gran peso y severidad y de incomparable
compostura y honestidad.
La felicsima Santa Ana tena su casa en Beln, y era
doncella castsima, humilde y, desde su niez, santa,
compuesta y llena de virtudes.
Tuvo tambin grandes y continuas ilustraciones del Altsimo
y siempre ocupaba su interior con altsima contemplacin,
siendo juntamente muy oficiosa y trabajadora, con que lleg
a la plenitud de la perfeccin de las vidas activa y
contemplativa.
Tena noticia infusa de las Escrituras divinas y profunda
inteligencia de sus escondidos misterios y sacramentos; y en
las virtudes infusas, fe esperanza y caridad, fue
incomparable.
La tradicin nos refiere que San Joaqun y Santa Ana
pasaron por el oprobio de no poder concebir un hijo.
Transcurrieron veinte aos de sufrimientos y desolacin,
hasta que despus de muchas oraciones y splicas al
Creador, finalmente fueron escuchadas sus plegarias.
Existe en Israel unas ruinas que son veneradas a doce
kilmetros de Jerusaln, en donde existi una antigua
iglesia llamada Nuestra Seora de Theotokos, que segn la
tradicin recuerda el lugar donde San Joaqun permaneci
durante varios das en ayuno y oracin implorando al Seor
que le sea concedida la gracia de tener un hijo.
Dios que siempre escucha a los humildes, le concedi a
San Joaqun y Santa Ana, la gracia ms grande que ser
humano pueda recibir e imaginar: Ser los padres de la
Madre que iba a gestar y dar a luz al Mesas.
25
Si uniramos e intercalramos los evangelios de San Mateo
y San Lucas que narran los acontecimientos y hechos
iniciales de la Virgen Mara, ms lo que aporta la tradicin,
tendramos un relato perfecto, pero Dios no lo ha querido
as, ya que incluso los evangelistas mencionados
complementan lo que le falta a uno y a otro.
Partiendo de la tradicin, y continuando con lo que dice las
Escrituras, intentar situar y comentar los hechos iniciales
que tienen que ver con la Virgen Mara, hasta el momento
de la visita de la Virgen a su prima Santa Isabel, ya que a
partir de la Natividad, los hechos narrados por los
evangelistas en torno a su figura se desarrollan en forma
sencilla, que no necesitan ampliacin ni explicacin.
La Virgen Mara fue engendrada sin pecado original 23 y
durante los nueve meses de gestacin fue favorecida con
todos los dones y gracias del cielo. Llegado el da del parto
de Santa Ana, el 8 de septiembre 24, segn lo revelado a Sor
26
Mara de Jess greda, La Virgen naci pura, limpia,
hermosa y llena toda de gracias.
Segn la costumbre hebrea, a los ocho das de nacida le fue
impuesto el dulcsimo nombre de Mara. Refiere la
tradicin, que siguiendo el mandato de la ley de Moiss,
transcurridos los sesenta y seis das de la purificacin del
parto, Santa Ana, llev en sus brazos a la Virgen Mara al
templo, llevando consigo como ofrenda y oblacin el cordero
y la trtola, no sin antes ofrecerla por completo al Seor.
Al cumplir la Virgen los tres aos de edad, fue llevada por
sus padres a Jerusaln, para ser presentada y entregada al
templo 25, segn la costumbre que tenan de recibir a las
primognitas de la tribu real de Jud y de la tribu
sacerdotal de Lev, hasta que tuviesen la edad para casarse.
27
Iluminado por el Espritu Santo, el Sumo sacerdote
procedi a entregar una vara seca a cada uno de los jvenes
que haba reunido, y despus de encomendarse todos
nuevamente al Creador, slo la vara de Jos floreci. De
esta forma la Virgen fue comprometida con San Jos para
los desposorios.
28
LA ANUNCIACIN DEL NGEL A LA VIRGEN
ALGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEOR EST
CONTIGO (Lc 1, 28).
Fue el saludo sencillo y humilde que el ngel le tribut a la
Virgen Mara. El evangelio de San Lucas narra que la Virgen
se turb ante las palabras del ngel porque no entenda el
significado de aquel saludo. A mi modo de ver estas fueron
las primeras palabras que la Virgen guard y medit en su
corazn. Este saludo angelical fue la expresin de la alegra
y el gozo celestial que Dios senta por su predilecta.
La Virgen, la ms humilde de los humildes, en su profunda
humildad no se resiste y absorta escucha el saludo del
ngel con que fue reverenciada.
NO TEMAS, MARA, PORQUE HAS HALLADO GRACIA
DELANTE DE DIOS (Lc 1, 30).
El ngel tranquiliza a Mara con estas palabras, porque
ciertamente un gran temor la invadi al no poder contestar
al saludo inicial que le present el ngel, quin a su vez
como fiel mensajero del Altsimo, para calmarla, le repite y
recalca estas palabras: Has hallado gracia, es decir, eres
bendita, no ests sola, Dios est contigo. Qu maravilla,
con estas palabras, a travs de Mara, el mal que aquejaba
al mundo entero fue restituido por la gracia. As, como por
uno, Cristo, fuimos salvados y el hombre alcanz la
redencin de sus pecados, as mismo, por Mara, (la nica
que fue hallada llena de gracia), fuimos santificados.
VAS A CONCEBIR EN EL SENO Y VAS A DAR A LUZ UN
HIJO, A QUIEN PONDRS POR NOMBRE JESS (Lc 1,31).
El ngel presuroso le anuncia esta buena nueva. Utilizando
otros trminos pero con el mismo significado de las
palabras del ngel, el enviado de Dios le dice: Vas a salir
embarazada...En ti va a nacer el Mesas, el Hijo de Dios...
Se llamar Jess. Si el saludo del ngel tom desprevenida
29
y por sorpresa a la Virgen, estas palabras tienen que
haberla estremecido por completo y dejado perpleja. En
medio de la angustia, asombro, y miedo, no pierde la calma,
antes por el contrario se arma de valor permaneciendo en el
lugar, y lo que es ms, recibe las palabras del ngel en
silencio.
Ya repuesta del susto, la Virgen le dice al ngel Cmo ser
esto puesto que no conozco varn? (Lc 1, 34). Maravillosa la
respuesta de la Virgen, (por cuanto a pesar de estar
comprometida con San Jos), sin conocer an la misteriosa
paternidad de la profeca que le hace el ngel, y consciente
de lo que este ofrecimiento le podra significar, no se cierra
a la voluntad de Dios, porque bien pudo haber contestado
no puede ser. Antes al contrario, con estas palabras que
pronunci Cmo ser esto puesto que no conozco varn?,
Desde ese mismo momento la Virgen se puso en una
disponibilidad absoluta, y en una actitud de escucha
impresionante, aguarda pacientemente la respuesta del
ngel.
EL ESPRITU SANTO VENDR SOBRE TI Y EL PODER DEL
ALTSIMO TE CUBRIR CON SU SOMBRA (Lc 1, 35).
Qu inefable misterio y que escondido poder encierran estas
palabras. Es el mismo Dios que quiere descender, cual
roco, y desea empapar de frescura la tierra. Hasta ese
momento Dios por intermedio del ngel haba tomado la
iniciativa y la palabra, pero faltaba el fiat de la Virgen,
faltaba su consentimiento, faltaba el Gran S de Mara, sin
el cual no hubiese sido posible nada absolutamente: ni
cielos nuevos, ni tierra nueva (2 Pe 13). Sin su fiat an
seguiramos desterrados del paraso, viviendo en la muerte.
El ngel le anima y le da una esperanza (porque para Dios
nada es imposible), y le dice: Mira, tambin Isabel, tu
pariente ha concebido un hijo en su vejez, Y este es ya el
sexto mes de aquella que llamaban estril (Lc 1, 36).
30
La Virgen se alegra de esta buena noticia. Su prima Isabel,
la que no pudo concebir, est encinta en su vejez, y est en
el sexto mes...
Frente a todos los acontecimientos que le toc vivir a la
Virgen en esa hora suprema, dira que por un lado se sinti
abrumada y perturbada por su condicin humilde; por otro
lado, asistida por la gracia, hall y alcanz el consuelo, la
seguridad, la fortaleza, la firmeza y confianza en su Dios, el
Dios de sus padres, que hasta esos instantes se haba
manifestado con poder y misericordia.
Pero no todo termina all. Ha llegado el momento en que la
Virgen inspirada por el Espritu Santo se encuentra
preparada y lista para pronunciar las benditas palabras que
han salvado al gnero humano:
HE AQU LA ESCLAVA DEL SEOR; HGASE EN M SEGN
TU PALABRA (Lc 1, 38).
En el instante que pronunci estas palabras, La Virgen fue
fecundada por el Espritu Santo. El Dios eterno tomo
posesin de Ella. Todo se haba consumado: Y la Palabra se
hizo carne, y puso su Morada entre nosotros (Jn 1,14). Dios
en el seno de la Virgen tom nuestra naturaleza humana y
se hizo hombre.
Un esclavo est dispuesto a realizar todo y dar la vida por
su amo. La Virgen al declararse esclava del Seor acepta
que su vida y voluntad no le pertenece. All radica la
grandeza de la Virgen. Cree y est dispuesta a que se
cumpla la voluntad del Seor en su vida, y sea El quien
obre y haga maravillas.
31
SAN JOS EL JUSTO POR EXCELENCIA
SU MARIDO 27 JOS COMO ERA JUSTO Y NO QUERA
PONERLA EN EVIDENCIA, RESOLVI REPUDIARLA EN
SECRETO (Mt 1,19).
Que dilema, amargura y atroz sufrimiento tiene que haber
pasado San Jos, cuando la Virgen seguramente le confes
la verdad, o de alguna manera se dio cuenta de que estaba
encinta.
Que hago Dios mo? Se habr preguntado muchas veces
San Jos. Un mar de dudas y luchas internas habr tenido
en esos momentos. Por un lado tena la opcin de
denunciarla pblicamente, con el consecuente
apedreamiento y muerte de Mara, por cuanto las leyes y
normas que regulaban en ese tiempo la Tor (Dt 22, 20)
eran muy rigurosas y severas en el caso de adulterio. Por
otro lado como relata el evangelio prefiri callar y llevar
consigo el escarnio de la afrenta sin revelrselo a nadie. El
evangelio prosigue diciendo que su marido Jos, como era
justo y no quera ponerla en evidencia, resolvi repudiarla en
secreto (Mt 1, 19).
Qu nobleza la de San Jos, est decidido a vivir
atormentado por el resto de sus das, a que le toquen uno
solo de los cabellos a la Virgen. En el fondo de su ser hay
una voz interna que le dice: Mara es inocente, Mara no es
culpable; adems la conoca perfectamente y saba lo
virtuosa que era y haba sido desde su niez.
32
Es en este momento, el ms crucial de su vida, cuando el
ngel del Seor se le aparece en sueos para consolarlo y le
dice: Jos, hijo de David, no temas tomar contigo a Mara tu
mujer porque lo engendrado en ella es del Espritu Santo.
Dar a luz un hijo, y t le pondrs por nombre Jess, porque
l salvar a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 20 21).
33
compaa, porque Ella est a dispuesta a quedarse con
nosotros en los momentos que ms la necesitemos.
Considero, que por este motivo la Virgen se empea en
entrar y visitar cada uno de nuestros hogares (nuestras
vidas que es lo mismo) con un solo propsito: el de
regalarnos la gracia santificante que la obtuvo por medio de
su Hijo.
Soy testigo de lo que digo y afirmo: cuando la Virgen entra
en una casa, es decir en nuestra vida, se convierte en la
gua invisible que nos defiende del enemigo, y llevados de
su mano, por medio de su hijo Jesucristo, nos conduce de
un modo seguro hacia el encuentro con el Padre.
Y SUCEDI QUE, EN CUANTO OY ISABEL EL SALUDO DE
MARA, SALT DE GOZO EL NIO EN SU SENO, E ISABEL
QUED LLENA DE ESPRITU SANTO (Lc 1,41).
Esta parte del evangelio es impresionante. San Juan el
Bautista, desde las entraas de su madre Santa Isabel,
apenas escucha la voz de la Virgen salta de alegra y jbilo
porque ha reconocido a Jess (que est en el seno de
Mara), como el Mesas, el enviado de Dios, y como narra el
evangelio, inmediatamente su madre Isabel qued
iluminada por el Espritu Santo.
El milagro es doble, la Virgen con su sola presencia
santific a su prima y al hijo que llevaba en su seno. Vuelvo
a insistir que este pasaje debe constituir motivo de gran
alegra para todos los que confiamos y esperamos en esta
Madre soberana, porque as como Jess realiz su primer
milagro en las bodas de Can a peticin de su Madre; de la
misma manera, la Virgen Mara cuando visit a su prima
Santa Isabel, realiz su primer milagro por medio de su
hijo.
34
BENDITA T ENTRE LAS MUJERES Y BENDITO EL FRUTO
DE TU SENO (Lc 1,42).
Santa Isabel llena del Espritu Santo prorrumpe en
alabanzas y aclamaciones con estas inspiradas palabras,
que forman parte del Ave Mara que elevamos a la Virgen en
nuestras splicas.
Venturosa por siempre y ensalzada por los siglos, la Virgen
Mara ha sido predestinada y escogida entre todas las
mujeres para ser la Madre de Dios, y por pura gracia, el ser
que ha concebido y lleva en su seno, es fruto divino por
obra del Altsimo.
En estas doce palabras pronunciadas por Santa Isabel, la
Virgen fue felicitada 29 por todas las generaciones.
Y DE DONDE A M QUE LA MADRE DE MI SEOR VENGA
A M? (Lc 1, 43)
Santa Isabel se siente indigna, pequea e insignificante
ante la visita de la Virgen. No alcanza a comprender cmo la
Seora, la elegida por Dios, que lleva en su seno al Seor,
se haya fijado en ella y la haya honrado con su presencia.
Santa Isabel llena de admiracin y asombro le dice a la
Virgen: Y de donde a m que la madre de mi Seor venga a
m?
Al principio Santa Isabel no entiende, pero se repone
enseguida de la sorpresa. Ha sido tan honda y sublime la
experiencia que le ha tocado vivir en ese momento, que no
se calla, sino que de inmediato, rebosante de alegra, le
comunica lo que ha sentido: Porque apenas he escuchado
tu voz, algo se ha movido dentro de m. El nio ha exultado
de gozo (Lc 1,44).
35
EL MAGNIFICAT
Y DIJO MARA (Lc1, 46)
36
"La Escritura nos refiere otros cnticos de mujeres ilustres,
para no hablar de los himnos entonados por los hombres:
Dbora cant su victoria sobre Ssara, Judit a la muerte de
Helofernes, la hermana de Moiss sobre Faran sumergido
en el Mar Rojo, y tambin Ana cant en agradecimiento a
Dios por el nacimiento de su hijo Samuel.
Ms que distinto placer es or el cntico de nuestra Profetisa!
Nos parece escuchar a un hbil arpista que ahuyenta los
demonios con sus acordes armoniosos, tal como en otro
tiempo David ahuyentaba con su canto la ira que agitaba a
Sal. Su misma arpa no era ms que una figura de la de
Mara, y ciertamente aqulla encerraba un misterio y
significaba esto que ahora se ha cumplido, pues debido a los
acordes de Mara el demonio ha sido desterrado, el Precursor
santificado, el nio salta de jbilo y el nio profetiza.
Oh cntico maravilloso! Jesucristo dicta desde el interior y la
Virgen canta. No poda ser menos encantador este himno con
tal compositor y con tal cantante!
Mas el asunto mismo que era objeto del cntico es tan alto
que ningn lenguaje puede llegar a la sublimidad. Mara no
cantaba la victoria de los conquistadores ms famosos, la
derrota de Faran y su ejrcito engullido en el mar o el paso
milagroso de Israel a travs de sus olas suspendidas.
Ella canta prodigios ms grandes, y tiene los ms nobles
motivos para hacer sentir sus acordes; Ella celebra misterios
mucho ms sublimes y reconoce beneficios magnficos; Ella
da gracias no solamente por un hijo profeta, sino por el Dios
y el Seor de los Profetas.
Ella canta al Creador que lleva en su seno; al Verbo que se
ha hecho carne; a las entraas misericordiosas de la bondad
divina; los grandes humillados; los pequeos ensalzados; los
pobres enriquecidos; el poder infinito del amor; la reparacin
del mundo; la derrota del demonio; la destruccin del pecado:
He aqu los nobles asuntos que Ella celebra. Se haban odo
37
de la boca de Safo cantos tan melodiosos? Alguna vez haba
dado la lira de esa poetisa sonidos tan suaves?
El estilo admirable corresponde a la profundidad del
misterio: es suave, breve, florido, delicado, lmpido,
acompasado, adornado, gracioso, amable, rebosante de
uncin y piedad. No sabras a qu cosa dar preeminencia, si
a la elegancia o a la sabidura! Una gracia fascinadora reina
en todo el cntico; el mtodo del discurso es breve; el sentido
que encierra es infinito; las sentencias que contiene son de
las ms suaves y profundas: Jams mujer alguna ha
hablado de tal manera; jams virgen alguna ha entonado tan
bellos cantos. Oh musas de todos los siglos, callad! y
vosotros tambin callad, Oh musas tan afamadas del
paganismo. Que queden en silencio las sibilas furibundas,
que se esconda la poesa, que se calle la dulce sirena, y que
el ruiseor cese en adelante su gorjear. Callad, callad,
alabanzas armoniosas de los hombres y de los pjaros. El
arpa real resuena, La Virgen Madre de Dios canta..."
En el Magnificat, la Virgen poseedora de un conocimiento
profundo de las Escrituras, celosamente meditado y
guardado en su corazn, inspirada por el Altsimo pone de
manifiesto en primer trmino los portentos que el Seor ha
hecho en su pequeez, y a rengln seguido proclama la
ms grande profeca que se ha cumplido y se seguir
cumpliendo a travs de todos los siglos:
DESDE AHORA TODAS LAS GENERACIONES ME
LLAMARN BIENAVENTURADA.
En esta sola frase del Magnificat me voy a detener, porque
estas ocho palabras que la conforman, encierran un
misterio escondido que a mi modo de ver es el centro del
Magnificat: Ella es la excelsa, la nica, Bienaventurada por
siempre y bendita por toda la eternidad.
DESDE AHORA TODAS LAS GENERACIONES ME
LLAMARN BIENAVENTURADA.
38
Parece inaudita esta expresin vertida por la Virgen,
conociendo su perfectsima humildad, pero dira que la
Virgen en un acto de obediencia y sumisin total al Eterno,
(an en contra de su voluntad, como transportada por los
ngeles y sin plena conciencia de lo que deca), llena del
Espritu Santo, pronuncia estas benditas y memorables
palabras que siguen resonando hasta nuestros das y
seguirn resonando por toda la eternidad:
DESDE AHORA TODAS LAS GENERACIONES ME
LLAMARN BIENAVENTURADA.
A partir de ese instante la Virgen fue glorificada y
encumbrada por el Seor, por toda la eternidad.
El trmino Bienaventurado, Jess lo introdujo al comienzo
de su discurso inaugural que dirigi a la muchedumbre, en
el llamado Sermn de la Montaa.
Las nueve bienaventuranzas pronunciadas por Jess y
recogidas por el evangelista Mateo al inicio del captulo 5
describen plenamente lo vivido por su querida madre la
Virgen Mara. Ella es la BIENAVENTURADA POR
EXCELENCIA y con toda justicia, ha sido exaltada y elevada
para ocupar el trono celestial en el reino de los cielos
junto a la Santsima Trinidad.
El Canciller Juan Gerson le dice a la Virgen:
Eres bienaventurada porque has credo, porque ests llena
de gracia; eres bienaventurada porque eres bendita entre
todas las mujeres y porque el fruto de tu vientre es santo;
eres bienaventurada porque el Todopoderoso ha hecho en ti
grandes cosas; eres bienaventurada porque eres la madre
del Seor, porque posees la alegra de la maternidad junto
con la gloria de la virginidad; bienaventurada eres por tu
incomparable realidad; porque como t en el mundo nadie
podr existir.
39
El mstico jesuita, Venerable padre Luis de la Puente
refirindose a la Virgen, hizo una interpretacin formidable
aplicada a las ocho bienaventuranzas que proclam
Jesucristo:
Tambin sois bienaventurada con las ocho bienaventuranzas que
vuestro Hijo predic en el monte: sois pobre de espritu, y es
vuestro el reino de los cielos; sois mansa, y poseis la tierra de los
vivos; llorasteis los males del mundo, y as sois consolada;
tuvisteis hambre y sed de justicia, y ahora estis harta; sois
misericordiosa, y alcanzasteis misericordia; sois pacfica, y as, por
excelencia, sois Hija de Dios; sois limpia de corazn, y ahora
estis viendo claramente a Dios; padecisteis persecuciones por la
justicia, y ahora es vuestro el reino de los cielos, como Reina
suprema de todos sus moradores.
40
la misin que Dios le haba encomendado. A su retorno a
Nazaret regresar convertida en toda una mujer.
En el libro apcrifo llamado El Evangelio secreto de Mara 30
hay un prrafo, dira mejor un tesoro, dirigido a todas las
madres y padres del mundo, que el apstol San Juan recoge
de los labios de la Virgen, en la que le confa sus ms
ntimos sentimientos y lo que signific para ella todo el
tiempo que permaneci en la casa de su prima Santa Isabel:
Pero mi prima no despreciaba la ley. Al contrario. Ella me
ayud a entender su importancia, mejor an que mis padres,
porque, como mujer de sacerdote, conoca bien todos los
detalles de la misma. Pero del mismo temple que mi familia,
me ense a darle a cada cosa su justo valor.
41
De ella aprend que el corazn de la ley es la alianza y que el
corazn de la alianza es el amor y no el negocio, el trueque,
el te doy algo a cambio de algo. La palabra amor la escuch
muchas veces de sus labios, sobre todo cuando me recitaba
al profeta Oseas, que era su favorito: Cuando Israel era un
nio, yo lo am, y de Egipto llam a mi hijo, me deca,
recordndome que Dios me quiere aunque no lo merezcamos
y que es fiel a su amor por nosotros, a pesar de nuestras
reiteradas traiciones.
Tambin me ense cosas sobre los hombres. Ella no
conoca a Jos, as que no saba la gran suerte que a m me
esperaba. Pero me advirti que, en general, los hombres
tienden a perderse en teoras, a tener extraordinarias y
grandes ideales, pero que luego se olvidan de los detalles
concretos. Se pasaban el da me deca- arreglando el
mundo con los amigos, mientras que es la mujer la que tiene
que solucionar las cuestiones cotidianas, sin las cuales la
vida sera insostenible. Y esto pasa hasta entre los mejores,
aada, y me pona como ejemplo a su Zacaras.
De ella aprend que se puede servir al Seor tambin en la
cocina y haciendo los trabajos ms humildes de la casa.
Que, si lo que importa es el amor, es grato al Seor servir una
buena cena tanto como recitar una haggada, un largo salmo
sin equivocarse, un fragmento extenso de un profeta o
incluso guardar estrictamente un ayuno. Y aun me ense
que hay momentos en los que el Seor prefiere que se sirva
al prjimo la cena ms que recitar el salmo, aunque en otras
ocasiones sea la oracin la que deba ocupar nuestro tiempo.
Los hombres me dijo un da- son, casi siempre como nios.
Estn pendientes de la recompensa, de la palabra de elogio
que de pequeos les deca su madre. Siempre quieren
averiguar el porqu ocurren las cosas, cuando en realidad lo
que importa es saber cmo se puede vivir una vez que han
ocurrido, pues pocas son las desgracias importantes que se
42
puedan evitar. No saben convivir con el misterio y quieren
tenerlo todo claro en su cabeza, como si esta fuera tan
grande como para contener a Dios y a todas las cosas que l
ha creado. Les encanta hacer planes y se sienten satisfechos
cuando los han hecho, aunque luego stos no sirvan para
nada. No tienen miedo a la guerra, por ejemplo, pero no
saben mucho del sufrimiento cotidiano, de la angustia que
pasamos cuando ellos, maridos o hijos, se han ido a luchar, o
de lo que significa sentirse botn para el ejrcito conquistador.
Por eso querida Mara aadi-, t y yo tenemos una misin
especialmente importante. Tenemos que educar a nuestros
hijos para que, aun siendo hombres, tengan algo de nuestra
alma femenina. Intenta que tu Jess, el futuro Mesas, lleve
siempre la paz en la mirada.
Ensale a valorar las cosas pequeas, a comprender que a
Dios le importa el amor que se pone en lo que se hace y no
slo lo que se hace.
Ensale tambin a valorar a las mujeres; que comprenda
que no somos animales, ni burros de carga; ensale que
valemos para mucho ms que para parir hijos y que podemos
ser tan fieles o an ms que los hombres, porque estos con
facilidad tienen la boca llena de promesas que olvidan
cuando las cosas vienen mal dadas.
En fin, querida Mara, por tus pechos pasar la sabidura
que instruir al mundo, que salvar a Israel, que rescatar el
autntico mensaje revelado por Dios a nuestro pueblo.
43
Zacaras, el esposo de Santa Isabel tiene una visin cuando entra
al santuario del Seor para quemar el incienso. El ngel le
profetiza que l e Isabel sern padres. Zacaras no cree el anuncio
del ngel porque su esposa es estril y los dos de avanzada edad,
y por haber dudado el ngel lo deja mudo hasta que se cumplan
los das de la promesa. Cuando nace Juan y van al templo a
circuncidarlo, en el momento de ponerle el nombre 31, (le quieren
poner Zacaras, su padre si lo saba porque se lo haba dicho el
ngel), le preguntan a Zacaras por seas que nombre le ponen, y
en el instante que escribe en la tablilla "Juan es su nombre", su
lengua se solt y lleno del Espritu Santo empez a bendecir a
Dios.
44
obra sus prodigios y santas son las paredes en donde
entras, santos se hacen los odos que oyen tu voz y santos
los cuerpos que tocas. Santos los corazones porque
dispensas gracias, Madre del Altsimo, Virgen Profetizada y
esperada para dar al pueblo de Dios el Salvador".
HA NACIDO EL SALVADOR
OS HA NACIDO HOY, EN LA CIUDAD DE DAVID, UN
SALVADOR, QUE ES EL CRISTO SEOR (Lc 2,11)
45
Cumpliendo los designios de Dios, Jos y Mara se
encaminaron a Beln, atendiendo al llamado de Csar
Augusto que ordenaba el empadronamiento de todos los
habitantes del lugar, y como relata el evangelio de San
Lucas sucedi que, mientras ellos estaban all, se le
cumplieron los das del alumbramiento, y dio a luz a su hijo
primognito, le envolvi en paales y le acost en un pesebre,
porque no tenan sitio en el alojamiento. (Lc 2, 6-7)
Es una pena que tan singular acontecimiento no haya sido
descrito con ms lujo de detalles. Y es aqu donde entran en
escena los llamados apcrifos que relatan la Natividad de
Mara o el Nacimiento de Jess.
El evangelio del Pseudo Mateo 33 narra el prodigio en los
siguientes trminos:
El ngel hizo parar a la bestia porque el momento del
alumbramiento haba llegado, y le dijo a Mara que
descendiera y entrara en una gruta subterrnea en la que
jams haba habido luz, estaba siempre oscura porque no
penetraba la claridad del da. Pero al entrar Mara, la gruta
se ilumin y resplandeci totalmente, como si el sol se
hallara all, y la luz divina ilumin la gruta como si fuera la
hora sexta del da; y mientras Mara estuvo en esta caverna,
tanto de da como de noche, sin interrupcin estuvo
iluminada con la luz divina. Y trajo al mundo un hijo que los
ngeles adoraron desde el momento de su nacimiento y le
46
rodearon diciendo: Gloria a Dios en el cielo y paz en la
Tierra a los hombres de buena voluntad.
47
LA PROFECA DE SIMEN
Y A TI MISMA UNA ESPADA TE ATRAVESAR EL ALMA.
(Lc 2,35 a)
Cuando se cumplieron los das de la purificacin de la
Virgen Mara, Jess fue llevado a Jerusaln por sus padres
para ser presentado al Seor en el templo. Lejos estaban de
imaginar San Jos y la Virgen Mara los acontecimientos
que el Seor les tena reservado para ese da.
El anciano Simen movido por el Espritu Santo aparece
justo en el momento en que Jess es introducido por sus
padres en el templo y tomndolo en sus brazos pronunci el
inspirado cntico 34 que todos conocemos (Lc 2, 29-32).
Simen despus de bendecir a San Jos y la Virgen Mara,
dirigindose a la madre le anuncia lo que acontecer con su
hijo: ste est puesto para cada y elevacin de muchos en
Israel y como signo de contradiccin (Lc 2,34b). A
continuacin, la Virgen sobrecogida, escucha de los labios
del anciano las palabras ms dolorosas de su existencia:
Y A TI MISMA UNA ESPADA TE ATRAVESAR EL ALMA.
(Lc 2,35 a)
Cuanta impresin, angustia y congoja debe haberle causado
estas palabras a la Madre Dolorosa. Ella conoca
perfectamente las Escrituras, y que todo lo relacionado al
Mesas deba cumplirse. Cuantas veces habr evocado en
su mente la figura del Siervo Doliente descrita por el profeta
Isaas en el captulo 53 y que en lo profundo de su corazn
saba que se referan a su hijo. Las palabras de Simen
48
tuvieron esta misin, la de prepararla para sufrir la pasin
de su hijo en su corazn.
La palabra de Dios tambin se ha cumplido en la Virgen El
salmo 21 EL, EL (Dios mo, Dios mo) por que me has
abandonado. Es uno de los salmos que la Virgen debe
haber recitado durante la pasin de su hijo, mas an en el
momento supremo, al pie de la cruz habr repetido este
lamento: Dios mo, Dios mo, porque me ha abandonado?
Ests lejos de mi queja, de mis gritos y gemidos... No te
alejes de m que la angustia est cerca, que no hay quien me
socorra!
La Virgen Mara fue realmente mrtir en el alma. Lo que
sufri su hijo en el cuerpo, ella lo sufri en su corazn. La
pasin de su Hijo y lo que presenci en el calvario fue la
espada que traspas su alma.
LA PRDIDA EN EL TEMPLO
MIRA TU PADRE Y YO, ANGUSTIADOS TE ANDBAMOS
BUSCANDO (Lc 2,48 b)
La vida de la Virgen Mara, estuvo llena de sobresaltos y
sufrimientos. Con su esposo San Jos, tienen que huir
apuradamente llevando a Egipto al nio, a los pocos das de
nacido, porque el rey Herodes lo quiere matar. All tuvieron
que permanecer algn tiempo en el exilio, hasta que Jos
avisado en sueos por el ngel del Seor recibi la orden de
regresar para establecerse en Nazaret, lugar en el que Jess
vivi de una manera oculta como reza el evangelio.
Cuando Jess cumpli los 12 aos fue llevado a Jerusaln
por sus padres para celebrar la fiesta de la Pascua 35 segn
49
la costumbre juda, y al regresar en caravana, despus de
una jornada de camino, Jos y la Virgen se dieron cuenta
que Jess no vena con ellos, y despus de buscarlo
afanosamente entre amigos y parientes, decidieron regresar
a Jerusaln para proseguir en su bsqueda.
Hasta aqu cunta contrariedad, ansiedad y susto habr
pasado la Virgen, tomando en cuenta que era la primera vez
que su Jess sala de su pueblito Nazaret. Habrn sido das
y horas de completa angustia, el mismo sentimiento
(aunque en una mnima dosis) el que sentimos y
experimentamos los padres, y sobre todo las madres,
cuando nuestros hijos empiezan a crecer y no llegan a casa
a las horas habituales. Cuntos pensamientos vienen a
nuestra mente: Dnde estar? Qu har? Con quin
andar? Qu le habr pasado? Dios no quiera... Protgelo
Dios mo...
Tres das de verdadera zozobra tuvo que pasar la Virgen
junto a San Jos, buscando a Jess por todas partes, hasta
que finalmente lo encuentran en el templo en medio de los
doctores.
Cuando hallan a Jess, la Virgen es la que da rienda suelta
a ese ahogo contenido, y en el nico reproche y reclamo
pblico que se conoce, le dice: Hijo, por qu nos has hecho
esto? (Lc 2,48 b). La Virgen en su infinita sabidura, como
para aliviar la tensin, lamentndose, le dice a rengln
seguido: Mira tu padre y yo, angustiados, te andbamos
buscando.
50
Qu bella y corta frase la que pronuncia la Virgen. En
primer lugar le rinde pleitesa a San Jos, reconocindolo
como la cabeza de su familia, y en segundo lugar le expresa
su dolor, traducido en amor, que toda madre siente por un
hijo.
El desenlace ya es conocido, con la no menos sorprendente
e inslita respuesta de Jess: Y por qu me buscabais?
No sabais que yo deba estar en la casa de mi Padre?. (Lc
2,49)
En el eplogo de este episodio la Virgen comprendi y qued
grabado como un sello en su corazn este misterio: No slo
era la madre de Jess, sino que Jess era el hijo de Dios.
51
significado y una enseanza profunda. Aplicndolas a
nuestra existencia, es como si la Virgen estuviera siempre y
constantemente presente en nuestras vidas, y sin que nos
demos cuenta, ni sospechemos e imaginemos siquiera, y
ms an sin que muchas veces se lo pidamos, Ella callada y
silenciosamente siempre est intercediendo por cada uno de
nosotros ante su hijo, dicindole: No tienen vino No tienen
vida. No tienen alegra. No tienen la fiesta... No tienen la vida
eterna... Les hace falta ese vino que eres T... Apidate de
ellos.
En las bodas de Can, la Virgen se da cuenta de lo que
acontece en ese momento en la fiesta: se ha terminado el
vino; y sin que nadie se lo pida: ni los novios, ni los dueos
de la casa, ni el maestresala, ni los invitados, ni sus
parientes, ni los criados, ni los discpulos de Jess que lo
acompaaban; presurosa y agitada se dirige a su hijo con
estas conmovedoras palabras: NO TIENEN VINO.
Es la Virgen la que toma la iniciativa. Ahora podemos estar
seguros de que Ella siempre est intercediendo y abogando
por cada uno de nosotros.
NO TIENEN VINO. Jess, como dice el evangelio, le contesta
a su madre: Qu tengo yo contigo, mujer? Todava no ha
llegado mi hora. Lapidarias palabras. No obstante, La Virgen
imperturbable se dirige a los sirvientes y se limita a decirles
HACED LO QUE EL OS DIGA.
Esplndidas palabras. La Virgen no le pide explicaciones a
Jess sobre lo que ha manifestado; no insiste, ni le dice lo
que tiene que hacer... Dirigiendo su mirada a los sirvientes
con soberana autoridad les dice HACED LO QUE EL OS
DIGA.
La Virgen no tiene la menor idea de lo que va acontecer,
solamente espera y confa en que se haga y cumpla la
voluntad de su hijo. Con esta actitud una vez ms la Virgen
52
ha reconocido en su hijo al Hijo de Dios, al enviado del
Padre: Haced lo que l os diga.
En forma imperativa, la Virgen pide a los sirvientes ponerse
a disposicin de Jess: HACED LO QUE EL OS DIGA. Para
nosotros esta frase constituye un verdadero mandato,
porque en nuestra fragilidad humana, ciertamente,
Jesucristo es el nico que tiene palabras de vida eterna y es
el nico que puede transformar nuestra vida en vino
bueno.
Despertemos! La Virgen, en tono suplicante nos pide
hacer lo que Cristo nos diga. Y que nos ha dicho Jess:
Convertos y creed en la Buena Nueva (Mc 1,15c)
Convertos porque ha llegado el Reino de los Cielos (Mt 3,2
Yo soy la resurreccin (Jn 11,25a) Yo soy la luz del
mundo (Jn 8,12) Yo soy el pan de la vida (Jn 6,35) Yo
soy la puerta (Jn 10,9) Yo soy el buen pastor (Jn 10,14)
El que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios (Jn
3,3) Si alguno tiene sed que venga a m, y beber (Jn 7,37)
Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6) Si alguno
me sirve, que me siga (Jn 12,26) Si alguno guarda mi
palabra no ver la muerte jams. (Jn 8,52b) Que os amis los
unos a los otros (Jn 13,34) Pedid y recibiris (Jn16,24b)
Pedid lo que queris y lo conseguiris (Jn 15,7b) Amad a
vuestros enemigos, haced bien a los que os odien (Lc 6,27)
No podis servir a Dios y al dinero. (Mt 6,24c) No juzguis
para que nos seis juzgados (Mt 7,1) No andis
preocupados por vuestra vida, (Mt 6,25) Venid conmigo y
os har pescadores de hombres (Mt 4,19) El que no lleve su
cruz y venga en pos de m, no puede ser discpulo mo. (Lc
14,27) Y para terminar con esta serie de citas bblicas,
cerrar con estas maravillosas frases de Jess que resume
todo: Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el
que vea al Hijo y crea en l, tenga vida eterna y que yo le
resucite el ltimo da (Jn 6,40).
53
As, como las bodas de Can fueron santificadas por la
presencia de la Virgen Mara y Jess; que sus presencias en
nuestras vidas nos santifique, y el Altsimo nos encuentre
dignos de participar algn da de las bodas eternas.
Y lo que sigue relatando el evangelio es conocido por todos:
Jess convirti en vino, el agua que estaba recogida en
seis tinajas de piedra.
Gracias a la peticin de su madre (la Virgen), Jess realiz
su primer milagro pblico para manifestar la gloria de Dios,
dando as inicio con esta seal a su misin evangelizadora,
salvadora y redentora.
54
grande y preciado de su existencia: a Mara, su Madre,
nuestra ltima esperanza.
Sorprende la forma como Jess llama nuevamente en esta
ocasin a su Madre. Le dice Mujer, como en las bodas de
Can (una expresin aparentemente dura, considerando el
trance tan doloroso y emotivo en que se desarrolla el
hecho), en el cual la cruz aparece como el nico y principal
testigo.
Sin embargo esta forma singular de llamar Jess a la
Virgen MUJER, denota un sentido de universalidad
absoluta y seoro sin lmites (profetizada en las
Escrituras 36), que Jess le otorga y confiere a su madre, y
que a mi entender es el significado que Jess da a esta
palabra cuando la emplea.
A continuacin, Jess, como tomando aliento pronuncia las
dos frases que han alegrado al hombre a travs de todas las
generaciones, porque a partir del momento en que Jess le
dice a su madre AH TIENES A TU HIJO, y dirigindose a
San Juan le dice AH TIENES A TU MADRE, la filiacin de
madreHijo, e Hijo-madre que los une de una forma
entraable, trasciende y se funde maravillosamente, y en
una especie de parto mstico, la madre de Dios ha pasado a
ser tambin, la madre de todos los hombres, la madre de la
iglesia, la madre de los cristianos, la madre de los
creyentes.
Ha ocurrido lo que la Iglesia ha llamado con sabidura, la
maternidad espiritual de Mara. Es como si Jess le
hubiese dicho a su madre: Mara ah tienes a tu iglesia...
Iglesia ah tienes a Mara. O empleando otras palabras,
tambin en forma figurada: Madre, cuida a mi Iglesia...
Iglesia, cuida a mi madre.
36 Un gran signo apareci en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la
luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.....
55
Al pie de la cruz, la Virgen nos gest y alumbr
milagrosamente... Y DESDE AQUELLA HORA EL
DISCPULO LA ACOGI EN SU CASA. (19,27b)
56
SU GLORIOSA MUERTE Y ASUNCIN A LOS CIELOS
Si bien es verdad las Santas Escrituras no refieren
absolutamente nada sobre el trnsito de Virgen Mara de este
mundo a los cielos37, la tradicin de la Iglesia a travs de los
santos padres y los escritores eclesisticos antiguos se han
encargado de escribir y recoger los testimonios tradicionales
sobre la Asuncin de Mara, los cuales se reflejan incluso en
algunos apcrifos marianos.
57
De este escrito, tambin recojo, los momentos que precedieron a
su partida, incluida la ltima plegaria que a peticin de los
apstoles, la Virgen dirige a Jesucristo:
58
Y para terminar, San Gregorio Tours en su escrito De la Gloria
de los Mrtires recoge este testimonio de la tradicin que
resume brevemente su trnsito de este mundo a la eternidad:
59
NDICE
INTRODUCCION _________________________________________ 5
ISRAEL EL PUEBLO ELEGIDO _________________________ 14
LA FE DE ISRAEL ___________________________________________ 15
EL CREDO DE ISRAEL _____________________________________________ 17
LA FE DE LA MUJER JUDIA ________________________________________ 19
LA ORACION EN ISRAEL____________________________________ 21
EL AYUNO EN ISRAEL ______________________________________ 23
MARA SEGN LA TRADICIN Y LAS ESCRITURAS ____ 24
LOS VENTUROSOS PADRES DE LA VIRGEN ________________ 24
VIDA DE LA VIRGEN MARA ________________________________ 25
EL DESPOSORIO DE LA VIRGEN CON SAN JOS ___________ 27
LA ANUNCIACIN DEL NGEL A LA VIRGEN _______________ 29
SAN JOS EL JUSTO POR EXCELENCIA _______________ 32
LA VISITACIN DE LA VIRGEN A SU PRIMA ISABEL _______ 33
EL MAGNIFICAT __________________________________________________ 36
LOS DESIGNIOS DE DIOS ___________________________________ 40
UN SACERDOTE DEL TEMPLO LLAMADO ZACARAS _______ 43
DOS ALMAS GEMELAS: JESS Y MARA ___________________ 45
HA NACIDO EL SALVADOR _________________________________ 45
LA PRDIDA EN EL TEMPLO ___________________________ 49
LA VIRGEN EN LAS BODAS DE CAN __________________ 51
AL PIE DE LA CRUZ FUIMOS ALUMBRADOS ________________ 54
MARA EN LA IGLESIA NACIENTE __________________________ 56
SU GLORIOSA MUERTE Y ASUNCIN A LOS CIELOS _______ 57
DESDE EL CIELO NOS CONTEMPLA ___________________ 59
60