La interioridad es el núcleo de la personalidad y consiste en cinco aspectos: 1) la unidad sustancial que hace que la persona sea indivisible y no esté compuesta de partes separables, 2) la autoconciencia o capacidad de conocerse a sí mismo como centro y totalidad del ser personal, y 3) la autonomía o libertad con la que se hace persona de manera única e irrepetible.
La interioridad es el núcleo de la personalidad y consiste en cinco aspectos: 1) la unidad sustancial que hace que la persona sea indivisible y no esté compuesta de partes separables, 2) la autoconciencia o capacidad de conocerse a sí mismo como centro y totalidad del ser personal, y 3) la autonomía o libertad con la que se hace persona de manera única e irrepetible.
La interioridad es el núcleo de la personalidad y consiste en cinco aspectos: 1) la unidad sustancial que hace que la persona sea indivisible y no esté compuesta de partes separables, 2) la autoconciencia o capacidad de conocerse a sí mismo como centro y totalidad del ser personal, y 3) la autonomía o libertad con la que se hace persona de manera única e irrepetible.
La interioridad es el núcleo de la personalidad y consiste en cinco aspectos: 1) la unidad sustancial que hace que la persona sea indivisible y no esté compuesta de partes separables, 2) la autoconciencia o capacidad de conocerse a sí mismo como centro y totalidad del ser personal, y 3) la autonomía o libertad con la que se hace persona de manera única e irrepetible.
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1.
El ncleo de la personalidad: la interioridad
Entendemos por ncleo de la personalidad aquel elemento central en el que
la persona condensa el germen o virtualidad con que desarrolla su personalidad. Por tanto, se trata del punto de partida de la temtica que nos ocupa en este captulo. Esa interioridad o intimidad ser explicada en cinco aspectos: su unidad que hace que la persona sea una sustancia en s, su autoconciencia, o capacidad de conocerse a s mismo, de ser centro y totalidad del ser personal, de su autodominio o libertad con la que se hace persona, y finalmente de su unicidad con la que hace nica e irrepetible.
a) La interioridad como unidad sustancial
Vimos en el cuarto captulo que el hilemorfismo nos daba el sentido
profundo de la unidad del hombre, al mostrarnos que no es compuesto de dos sustancias (alma y cuerpo) y que las tres funciones humanas (corprea, psquica y espiritual) procedan de una estructura sustancial. Y precisamente all, en toda la primera parte de nuestra antropologa, encontramos que yo soy ser material o corporal, y al mismo tiempo psquico y espiritual, y que no me compongo como una colonia de tres seres, sino de tres principios de una sola sustancia.
La misma reflexin me llev a verme como unidad de ser, entendida como
unidad ontolgica, y por consiguiente, en s indivisible, es decir, no compuesto de partes separables. En conclusin: como sustancia soy un ser que existe en s y por s, no soy accidente como si existiera en otro y no tuviera consistencia en s y por s; y finalmente encontramos que soy sustancia porque permanezco el mismo a travs de los cambios. Por tanto, es hecho incontrovertible que yo me capto como identidad o mismidad, o sea, conozco mi yo presente a m o en m mismo. As tenemos la primera y bsica relacin, a partir de la cual, todas las dems se dan y sin ella ninguna otra se comprende.
En efecto, mi estructura o forma de ser en s es la que me hace ser
para otro. La reflexividad propia de mi yo como sujeto me constituye en la ipseidad o mismidad, no slo como unidad estructural de su ser en s, que me hace indivisible, sino tambin que me separe o diversifica o distingue ontolgicamente de todos los dems. En otras palabras, mi reflexin me lleva a considerarme como un ser que permanece el mismo, que es indivisible o uno, de lo cual se sigue, como veremos en otro acpite, que es nico por cuanto distinto de todos los dems hombres y de los que no son humanos.
b) La interioridad como yo autoconsciente
Aquellos que llamamos nuestra intimidad, porque es lo ms interior y secreto
de nuestro ser, ya comenz a vislumbrarse cuando encontrarnos que nuestro ser es espiritual. Esa interioridad, que es lo ms profundo de nuestro ser mismo, consiste en que el yo se capta o experimenta como la fuente, principio u origen de sus actividades, y si stas son libres, me aprehendo o percibo o experimento responsable de las misma.
La primera relacin del hombre consiste en que mi yo se remita a s
mismo, es decir, se relacione con su ser ntimo, donde el mismo es el cognoscente y el conocido. Esta radical experiencia la expresamos lingsticamente con YO, que significa mi propio ser consciente, nico, singular e irrepetible, y con ello respondemos a la pregunta que nos hicimos sobre qu es el hombre, y que se reduce a saber quin soy yo. Aqu como toda pregunta filosfica se implica ya ese subfondo de respuesta, pues todo lo que hacemos y decidimos est reclamando como implcito ese YO. Con razn, el punto de partida y la meta de toda filosofa, como ya apuntaba Scrates, consiste en concete a ti mismo.
Esta peculiar manera de interiorizar el hombre su ser lo define como
persona, es decir, como capaz de pensar, de obrar conscientemente y de decidir autnomamente, o sea, libremente. La interioridad, por consiguiente, implica autoconciencia y autodeterminacin.