Aportaciones Del Psicoanálisis A La Esuela
Aportaciones Del Psicoanálisis A La Esuela
Aportaciones Del Psicoanálisis A La Esuela
Investigativas en Educacin"
E-ISSN: 1409-4703
[email protected]
Universidad de Costa Rica
Costa Rica
Resumen: Este artculo se propone como resultado de la prctica educativa de la autora en ambientes escolares
y universitarios. La necesidad de una formacin slida en teora pedaggica a los estudiantes que inician su
formacin en Educacin es importante, pero tambin lo es brindarles herramientas para enfrentar las demandas
que los ideales educativos culturales imponen tanto a los educadores y educadoras como a los nios, nias y
adolescentes. La propuesta aqu esbozada es una reflexin terica acerca de la pertinencia del concepto
relaciones transferenciales, importado de la teora psicoanaltica para la prctica pedaggica. El tema de la
relacin del psicoanlisis y la educacin es retomado a lo largo de este ensayo.
Abstract: This article is intended as a result of the authors educational practice with students from School, High
School and University. The need of a solid background in pedagogic theory is as important as the ability to face
the demands impose by the cultural-educative ideals. This article is a theoretical proposal about the relevance of
the transference concept, for the pedagogic practice. The subject of the education-psychoanalysis relationship is
developed along the essay.
1. Introduccin
La escuela como sistema de relaciones, se estructura alrededor de tres elementos
que la componen, a saber, quien ensea, los estudiantes y el saber enseado, siendo
anudados por el inters primordial de lograr el aprendizaje. Elementos que interactan entre
1
Licenciada en Psicologa. Bachiller en Enseanza de la
Psicologa. Investigadora del Instituto de Investigacin en
Educacin (INIE). Psicloga Educativa en el Centro de
Asesora Estudiantil de la Universidad de Costa Rica.
2
Apreciamos el uso de la distincin genrica en las palabras, sin embargo, para facilitar la lectura de este texto,
recurriremos a los trminos educador o nio comprendindose al mismo tiempo educadora y nia. Extindase
esta consideracin cuando mencionamos el trmino sujeto (concepto importante en la teora psicoanaltica) en el
sentido femenino y masculino.
3
Una referencia que recomendamos para quien le interese profundizar sobre este tema es el trabajo de A. Green
conocido en francs bajo el nombre de Laffect publicado en 1999, sirva esta mencin para subrayar el papel del
afecto para la subjetividad.
educacin e incluso se le recuerda por una frase de sus escritos en "Anlisis terminable e
interminable (1937/1981), donde nos ilustra la envergadura del propsito de educar;
parafrasendolo, psicoanlisis, educacin y poltica tienen al menos esto en comn, que son
tres oficios imposibles.
Los elementos que definen esta Educacin retoman una visin moderna de la nueva
concepcin educativa sobre la conquista de la libertad y de la autonoma del individuo
asociado con su racionalidad. Pero an para nuestros das, afirma Sotelo I. (1999), la
educacin como paideia, tal y como se entiende desde los orgenes griegos, precisa de un
paradigma ideal del ser humano, en referencia a un sistema de valores. Por tanto, a pesar de
la coexistencia de los distintos modelos educativos de nuestras sociedades, la construccin
de la nocin de Educacin se constituir a partir de su paradigma del ideal de ser humano.
Para nuestra reflexin es importante subrayar algunos aspectos que llaman nuestra
atencin. El primero de ellos es la presentacin de un educador cuyo papel es central en el
proceso de aprendizaje, conocemos bien lo fundamental que ste es en la relacin didctica
entre sujeto que aprende y objeto de conocimiento, ocupando un papel protagnico en la
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Revista Electrnica Actualidades Investigativas en Educacin
formacin del nio y la nia. Sin embargo, los y las estudiantes no son individuos pasivos en
este proceso, afirmacin que no es nueva para nosotros. Ellos llegan a nuestras aulas con
un gran bagaje familiar, tanto de conocimiento como en sus modos de interaccin.
Todo ello nos lleva adems a detenernos en la relacin entre educacin y pedagoga
para precisarla. Consideramos en trminos generales que la pedagoga es la tcnica de la
ciencia de la educacin. Este es el arte de la educacin: la puesta en marcha por parte de
cada educador de los conocimientos, de la doctrina y de los principios que la pedagoga con
su base cientfica le ensea. Pero en tanto que la pedagoga como la educacin se enfrenta
con el problema de los fines, esto la hace diferenciarse de otras tcnicas propias de las
disciplinas cientficas.
Autores como Hubert (1965) y Lerbet (1980) han destacado esta complejidad con la
cual el especialista se tropieza al respecto de la nocin de pedagoga lo cual le conduce a
conformarse con una definicin que podramos denominar semicientfica,
la pedagoga tiene por objeto elaborar una doctrina de la educacin, a la vez terica y
prctica como la doctrina de la moral de la cual ella es la prolongacin y que no es
exclusivamente ni ciencia, ni tcnica, ni filosofa ni arte, sino todo esto en conjunto y
ordenado segn articulaciones lgicas (...) La accin pedaggica est subordinada a
la consideracin de sus fines, lo que no es asunto de la ciencia, ni de la tcnica, sino
de consciencia y por consecuencia, de filosofa (Lerbet, 1980, p. 14)
La accin del educador se propone como fundamento del proceso, quien posibilita
que el nio desarrolle sus capacidades y habilidades para ser parte de su grupo social. Un
educador cuya mediacin se efecta entre la naturaleza primitiva y la esencia de lo cultural.
Pero en este intento, el nio de la realidad parece haber sido olvidado en la abstraccin del
ideal educativo.
descontextualizado de las realidades particulares que vivencian sus actores como Sujetos4.
Lerbet, G. (1980) subraya que, definir qu es pedagoga tomando como base a las
ciencias positivas, nos conduce a la objetivacin, segn un modelo fisicalista, de aquel que
aprende, caracterizndose por el acento en la tercera persona (impersonal). En cambio,
poner el acento en el "arte del educador" o sobre el contenido de su discurso (su saber),
corresponde a una centralizacin sobre el polo magistral o sobre el educador;
transformndose en una pedagoga que funciona en primera persona. Esto ha dado origen,
afirma el autor, a diferentes corrientes que llevan como apelativo pedagoga tradicional, o
4
Para el psicoanalista R. Steichen (1997) existe una diferencia entre sujeto de la razn consciente y Sujeto del
pensamiento inconsciente, como producto simblico.
pulsiones", lo contrario, es decir la libertad sin restricciones, es imposible. En tono jocoso dir
que eso sera interesante para los psiclogos pero no para los padres ni para los propios
nios. Las consecuencias se veran tarde o temprano en el desarrollo, (y contina) reprimir e
inhibir las pulsiones es precisamente lo que origina el peligro de una enfermedad neurtica.
Motivo por el cual Freud considera la importancia de una preparacin apropiada para
cumplir con el oficio de educador, es decir, un conocimiento de la teora psicoanaltica, y un
tutor que conociendo de psicoanlisis pueda apoyar y supervisar su trabajo. Y en este
sentido sera mejor si el educador ha realizado un anlisis personal, pues sin experiencia
sobre su propia persona no podra apropiarse de la teora analtica.
Freud asegura, "el anlisis de maestros y educadores parece ser una medida
profilctica, ms eficaz que la de los nios ellos mismos, pero tambin hay menos obstculos
que se oponen a su ejecucin" (1932/1979, pp.139-140). He aqu la profilaxis de las
patologas de la relacin educativa, educar al educador en el "sentido de lo ineducable" (la
pulsin). Principios que fueron retomados por muchos de los primeros psicoanalistas de los
aos de 1930 que trabajaron los fundamentos para una pedagoga psicoanaltica (Moll, J.
1989).
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Pero tampoco proponemos una sustitucin del ideal pedaggico por una especie de
ideal psicoanaltico, lo que adems no sera posible, pues la teora analtica devela
claramente la constitucin del sujeto por su falta (por su fractura narcisstica). Con Freud
presentamos una reflexin tica, es decir, ni ideales imaginarios personales, ni imaginarios
sociales.
Para Freud no caba duda que la educacin con orientacin psicoanaltica poda
influir en la "salud" del sujeto, lo cual entenda en el contexto de una realizacin de ste que
no lo ubicara jams del lado de la reaccin (acting) ni de la represin. Para este autor, el
psicoanlisis tiene un imperativo en relacin con la confrontacin del sujeto a un cierto
"orden social" pues el psicoanlisis, segn Freud, contena suficientes factores
revolucionarios para asegurar que lo que ste haba develado no cambiara.
En particular, la teora deber tomar en cuenta todo lo que distingue las prcticas
educativas de la prctica de la cura en tanto que relacin dual; aquellas son en efecto-,
prcticas de grupo, trtese de la educacin un grupo familiar o institucional sustituto, o de
prcticas de enseanza en el grupo-clase o de la formacin en el grupo de formacin. Una
teorizacin de estos fenmenos supondr, entonces, un llamado a los investigadores que
procuran elucidar desde un punto de vista psicoanaltico todo lo que se desprende de los
fenmenos de grupo (Mosconi, 1986, p.77)
ambas teoras de conocimiento, implicando que el investigador (a) conozca ambos campos
de aplicacin.
La pregunta sobre quin deber poner en prctica esta aplicacin tiene una respuesta
formulada en paralelo con la prctica clnica, es decir, quien realiza la prctica educativa,
puesto que hay una construccin personal y del objeto de conocimiento dentro del espacio
educativo. Siendo fieles a las enseanzas del psicoanlisis esto supone un Sujeto en re-
flexin en el sentido de quien gestiona personalmente un saber y una simbolizacin sobre s
mismo y su prctica, lo que le proporciona los elementos para poder descifrar e Interpretar
aquello que surge en el encuentro con el otro del par educador-educando.
Esta propuesta implica un comprometerse consigo mismo y con lo avanzado por otros
al respecto de la aplicacin del psicoanlisis a la educacin en la experiencia prctica.
Posicin terico-reflexiva que permite un compromiso con una prctica educativa que
reformula a su vez el ideal de la pedagoga tradicional porque el psicoanlisis devela las
ilusiones y evidencia las fracturas (de este ideal).
Ya desde los inicios del psicoanlisis Freud se refera a este aspecto en una
conferencia que imparti bajo el nombre La psicologa de los Colegiales en 1914. Para Freud
el educador no slo acta en el proceso de aprendizaje, el educador adems evoca en sus
estudiantes la idealizacin primitiva con su propio padre, l observ,
(de estudiantes) transferimos sobre ellos el respeto y las expectativas del omnisciente
padre de nuestros aos infantiles (...) Les salimos al encuentro con la ambivalencia
que habamos adquirido en la familia, y con el auxilio de esta actitud combatimos con
ellos como estbamos habituados a hacerlo con nuestro padre carnal. Si no
tomramos en cuenta lo que ocurre en la crianza de los nios y en la casa familiar,
nuestro comportamiento hacia los maestros sera incomprensible, pero tampoco ser
disculpable. (Freud, 1913-14/1997, p. 250)
Por esta razn, nos interesa sobre manera cmo generar mejores condiciones en el
saln de clase para el desarrollo de nios, nias y adolescentes. Como seal Freud
(1937/1981), nuestro nico inters, es lograr las condiciones psicolgicas mejores posibles
para las funciones del yo, con esto (el psicoanlisis) ha cumplido su tarea. (p. 3362)
Al respecto queremos subrayar aqu los riesgos que se pueden generar debido al
establecimiento de una relacin entre educador y estudiante donde el primero sea sentido
como un padre o madre. Esto puede desencadenar una serie de identificaciones o
desplazamientos de conflictos psquicos sobre el educador, quien debe ser percibido como
un gua, como un mediador en el proceso.
Pero si el maestro logra ganarse, por as decir, la confianza del nio, que no se deba
a una compensacin narcisstica mediante la cual el maestro-adulto obtenga como prioridad
satisfacciones personales. El adulto deber conservar su mirada en el horizonte del proceso
y no en la inmediatez de la satisfaccin de sentirse bueno y querido.
Esto requiere un profesional con una importante maestra personal. Esto es una
persona que reconoce sus deseos, sus carencias y sus fragilidades, que se permite re-
flexionar sobre su prctica y que permite la crtica positiva acerca de lo que hace. Un
educador abierto al dilogo con sus estudiantes, con sus colegas y consigo mismo.
5. Conclusiones
Para nosotros son dos las conclusiones fundamentales que podemos extraer de esta
reflexin al respecto de la relaciones transferenciales en el aula.
Aqu puede parecer que somos tentados a caer en una especie de idealismo acerca
de la posibilidad de brindarle a estos profesionales espacios para el anlisis de sus
vivencias, no obstante, a partir de nuestra prctica, es una certeza la necesidad de que
nuestros estudiantes universitarios tengan la oportunidad de realizar esta revisin personal
sobre sus patrones de interaccin y acerca de los ideales educativos con los que se enfrenta
cotidianamente en su prctica profesional.
Para nosotros la teora psicoanaltica es una fuente para iniciar este proceso de
reflexin, cierto es que desde esta propuesta terica los ideales quedan cuestionados pero
ya lo hace la realidad misma. Por esto, invitamos a construir visiones a futuro ms realistas,
no por ello menos satisfactorias. El reconocimiento de la propia imposibilidad de conquistar el
ideal educativo nos permite acercarnos con mayor claridad a la realidad del aula, a la
realidad sobre nosotras mismas (os) y sobre nuestros estudiantes. Todo ello puede generar
un aprendizaje ms humanizado donde se permita el encuentro mutuo entre los que
participan de este proceso al que llamamos educativo.
Referencias
Bowlby, J. (1989). Una base segura. Aplicaciones clnicas de una teora del apego.
Buenos Aires: Paids.
Berk, L. (1999). Desarrollo emocional. Captulo 10. En Desarrollo del nio y del
adolescente. Madrid: Prentice Hall Iberia, p. 514-569.