Revista Jurídica de LexJuris

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Revista Jurdica de LexJuris

Ao 2004

VIOLENCIA DOMSTICA: MODELO DE ANLISIS Y PROGRAMAS


DE INTERVENCIN CON AGRESORES

Alejandrina Ortiz: Profesora en la Universidad Interamericana. Puerto Rico.


Maestra de Trabajo Social.
Emilio Garca: Profesor en la Universidad Complutense. Madrid. Facultad de
Psicologa y Filosofa.

RESUMEN
La violencia domstica est presente de forma alarmante en las sociedades
contemporneas. El fenmeno es muy complejo, con dimensiones estructurales y
funcionales. Requiere un anlisis sistmico para su adecuado conocimiento y
tratamiento.
En este trabajo presentamos un modelo terico multidimensional e
integrador para comprender y explicar la violencia domstica. Conocer y analizar
el perfil de las personas agresoras es condicin necesaria para desarrollar, aplicar
y evaluar programas de intervencin para maltratantes de violencia
domstica. Analizamos varios programas existentes en diversos pases y
proponemos un programa de intervencin, que estamos desarrollando, dirigido a
hombres agresores en su relacin de pareja.
ABSTRACT
Domestic violence is present in today's society at an alarming rate. It is a
complex phenomenon, with structural and functional dimensions. It
requires an systemic analysis in order to acquire the necessary knowledge and
apply the correct treatment.
We present on this work a multidimensional theory model to encompass; in order
to explain and understand domestic violence. It is necessary to know and
understand the profile of an aggressor (male batterer) in order to develop, apply,
and evaluate intervention program for them. We are analyzing the programs that
are available in different countries and we are proposing an intervention
program, which is being develop to target aggressors in their sentiment
relationships.
INTRODUCCION

La familia, institucin fundamental en la socializacin de las personas,


con la misin de procurar el desarrollo ms pleno de cada uno de sus miembros
y su integracin en la sociedad, atraviesa una etapa crtica en la historia de la
humanidad. La violencia que se vive en los hogares ha obligado a muchos pases
a tomar medidas para su prevencin y tratamiento, desarrollando programas de
intervencin para afrontar este problema.

Nios, adolescentes, personas adultas y ancianos sufren violencia en algn


momento de su ciclo vital. Segn la Asociacin Mdica Americana se estima que
el 25% de las esposas experimentan un acto de violencia domstica en su vida
matrimonial. En el Reino Unido, cada tres das muere una mujer, vctima de la
violencia domstica. En Espaa, cada semana es asesinada una mujer.
Nuestro trabajo pretende: a) proporcionar un marco terico
multidimensional e integrador para conceptualizar la violencia en la sociedad
actual, centrndonos especialmente en la violencia domstica; b) caracterizar el
perfil de las personas agresoras; c) presentar programas de intervencin para
maltratantes de violencia domstica; d) proponer un modelo operativo que
permite estudiar el fenmeno de la violencia domstica, analizando causas y
manifestaciones y ofreciendo un programa de intervencin, que estamos
aplicando (Fig. 1).
El modelo es multidimensional ya que la violencia domstica es un
fenmeno sumamente complejo con dimensiones estructurales y funcionales. Un
anlisis sistmico desde contextos micros, mesos y macros proporciona una
mejor comprensin de este fenmeno. La persona, la familia, las redes de apoyo
social y el contexto sociocultural son los elementos o componentes a considerar
en la estructura de la violencia domstica. Un anlisis funcional implica
considerar la interaccin de la persona con los entornos, cmo percibe, procesa,
elabora y evala la informacin recibida y as mismo desarrolla patrones de
afrontamiento. El enfoque multidisciplinario es necesario porque la violencia
domstica se manifiesta de forma fsica, psicolgica, social, y es tema de estudio
en disciplinas como la Medicina, la Psicologa, el Trabajo Social, la Sociologa,
el Derecho, etc.

Vea FIGURA 1. MODELO MULTIDIMENSIONAL Para ver Figura


Necesita:

1. La violencia domstica

Se ha tratado de comprender y explicar la conducta humana utilizando diversos


paradigmas que estn relacionados con la visin que el terico tiene sobre la
naturaleza humana. Para algunos la actividad humana es dependiente del libre
albedro, para otros es el producto de fuerzas externas que estn fuera del control
de los individuos, y para otros est en funcin de la interaccin entre variables
internas y externas.

La persona percibe el entorno, codifica la informacin, evala e interpreta


la situacin, toma decisiones y acta. Piensa sobre la situacin y sus exigencias,
se mira a s mismo y sus capacidades para afrontarla, se siente ms o menos
competente y afectado emocionalmente. Ocurre una dinmica de
interacciones recprocas entre el sujeto y sus procesos
cognitivos, motivacionales y emocionales, la conducta que ejecuta, y las
influencias ambientales (Bandura, 1986). Losprocesos mentales, cognitivos y
emocionales, desempean un papel fundamental en el pleno desarrollo de los
seres humanos, en su estado de bienestar fsico, psquico y social y en las
relaciones interpersonales.

La actividad humana tiene un base biolgica que es objeto de estudio de


las Neurociencias, desde la Gentica a la Neuropsicologa, entre otras. Estas
disciplinas estudian las ases biolgicas, muy particularmente el cerebro, rgano
principal del sistema nervioso. Conocer la base neurofisiolgica de la actividad
humana nos permite profundizar en el anlisis de las conductas agresivas y
violentas. Pensamientos, sentimientos, motivaciones, comportamientos son
propiedades funcionales de la actividad cerebral. (Garca Garca, 2001). Conocer
estas estructuras y funciones ayudar a tener una mejor comprensin y
explicacin de las conductas violentas en las relaciones de pareja.

Las emociones son necesarias para la supervivencia y estn siempre


presentes en nuestra comportamiento (LeDoux, 1999; Damasio, 1996, 2001). La
experiencia emocional es una experiencia subjetiva, moldeada por el proceso de
socializacin. El ser humano experimenta emociones y expresa emociones. Cada
sociedad ha establecido un patrn de expresin emocional, elaborando
estereotipos y uniformando conductas. Las emociones cobran significado en el
contexto social. Lo que puede provocar un sentimiento en una cultura puede no
provocarlo en otra, pero la forma particular de experimentar y de expresar la
emocin guarda relacin con la cosmovisin del grupo social particular.
El proceso de socializacin promueve que en una sociedad los sujetos
perciban e interpreten las respuestas emocionales de una manera determinada,
emergiendo as expectativas de rol. La cultura hispana tiende a inhibir la
expresin emocional masculina con mensajes como los hombres no
lloran mientras que en la mujer, el llanto se puede considerar expresin de su
feminidad. Las instituciones de socializacin formales e informales se encargan
de formar a sus miembros en las expectativas sociales de expresin, supresin y
represin de emociones.

El contexto sociocultural puede fomentar la prctica de la violencia como


medio para resolver conflictos ya sean intrapersonales e interpersonales. Los
medios de comunicacin masivos pueden transmitir a temprana edad actitudes
favorables a diversos tipos de violencia. Las creencias religiosas pueden aceptar
la violencia dentro de la familia. La escuela tambin puede considerar legtimo el
castigo fsico como medida de enseanza y de correccin.

El sistema patriarcal es un sistema poltico-econmico que propicia


diversos tipos de violencia, pero muy especialmente la violencia contra la mujer.
Una forma de violencia consiste en el menor valor y remuneracin que se le
confiere al trabajo realizado por la mujer en comparacin con el que recibe el
hombre. La divisin de trabajo en estas sociedades obliga a la mujer a
mantenerse en dependencia econmica del varn. En la mayora de los pases del
mundo, el rol de la mujer es de subordinacin (Blumberg,1978; Chafetz, 1984).
Las diferencias sexuales no slo conllevan violencia econmica contra la
mujer, sino tambin violencia fsica. Generalmente cuando un varn experimenta
violencia fsica, sta suele acontecer ajena al mbito familiar. El varn tiende a
ser vctima de violencia en delitos de calle, como el robo, o por peleas callejeras.
Por el contrario, cuando la mujer es vctima de alguna agresin, sta ocurre en el
hogar y generalmente, de parte de su pareja (Echebura, 1998).
La violencia en la familia y el maltrato a la mujer constituyen un problema
social tanto en pases que se consideran desarrollados como para aquellos que
estn en el proceso de desarrollo. Tal violencia no discrimina por credo, etnia,
clase social, preparacin acadmica, edad ni profesiones (Gelles,
1985; Gelles y Straus, 1979; Dobash y Dobash, 1979).
Caracterizamos la violencia familiar como todo acto dirigido a lastimar
fsica, sexual y emocionalmente a cualquier miembro (esposo-a, padre-madre,
hijo-a, abuelo-a) de la familia por otro miembro del mismo grupo. Los lazos
afectivos que une a estos miembros hace que las agresiones en el contexto
familiar generen una dinmica muy diferente a las agresiones en otros grupos
sociales. Son actos de violencia familiar, la negligencia en el cuidado de
menores, el abuso fsico, sexual y psicolgico a menores, disputas, peleas,
agresiones entre los miembros y el maltrato a los ancianos. El acto violento lo
ejerce una persona con un rol marital, parental, o de cuidados hacia otros con
roles recprocos (Stith et al.,1992 ).
La socializacin violenta a que son expuestos los nios de las familias
puertorriqueas qued evidenciado en el Estudio sobre la Violencia. Este tipo de
socializacin se caracteriza por la experiencia de la violencia domstica, el
maltrato hacia menores y el haber delinquido uno o ms miembros en el grupo
familiar. La violencia familiar (entre la pareja y hacia los hijos) estuvo presente
en uno de cada cuatro (20.4 %) hogares de delincuentes juveniles y en el 14.7%
de los hogares de los jvenes adultos. Estos jvenes describieron su vida familiar
como llena de peleas y discusiones ( 15% los jvenes adultos; 19% de los
delincuentes juveniles).

La cada de las Torres Gemelas de Nueva York fue el acontecimiento


histrico que ha marcado la llegada del nuevo milenio. Los gobiernos se
solidarizaron con los Estados Unidos de Amrica para hacer frente al enemigo
invisible del terrorismo internacional. Los gobiernos han entrado en una
colaboracin con la intencin de desenmascarar a este monstruo que atenta
contra la seguridad personal, nacional e internacional. Un despliegue de fuerzas
de seguridad se hanapostado en aeropuertos y lugares estratgicos que puedan ser
objetivos para actos terroristas.

Pero otro terrorismo ha venido socavando las sociedades por siglos sin
que los gobiernos se apoyaran mutuamente para combatirlo. Un terrorismo que
ha cobrado miles de vidas de mujeres, ancianos y nios, que se ha escondido tras
el velo del hogar, de la intimidad y de la fuerza de la costumbre. Este terrorismo
es un crimen solapado, el crimen encubierto ms frecuente de nuestro planeta, la
agresin fsica, psicolgica sexual de la mujer por parte del hombre que dice
amarla. Para erradicar este terrorismo, se necesita que todos los gobiernos se
unan. Pero tambin exige conocer sus componentes, cmo operan y qu
persiguen. Factores como el desarrollo histrico, los cambios polticos y
econmicos, el avance tecnolgico, el desempleo, la pobreza, la socializacin de
gnero, factores biopsicosociales del sujeto, entre otros, han de ser evaluados si
queremos limitar, acotar y propiciar las condiciones para una sociedad libre de
violencia.
El movimiento feminista, las gestas audaces y loables que hicieron las
mujeres en la dcada del 60 para denunciar las condiciones en que la mujer ha
vivido a lo largo de la historia, levant conciencia en organizaciones como la
Organizacin de las Naciones Unidas, obligando que este tema fuera tratado en
las asambleas de la misma. En el 1975, la ONU hizo un llamado a los pases
para erradicar todo tipo de agresin y violencia contra la mujer.
Los hombres han de involucrarse para erradicar este terrorismo, que sigue
siendo el enemigo nmero uno de las familias en cualquier parte del mundo. Es
necesario un llamado a los hombres para que participen activamente en contra de
la violencia contra la mujer. Todos los ciudadanos han de ser conscientes de que
el silencio es el mejor aliado de la violencia domstica.
La Coalicin Nacional Contra la Violencia Domstica (NCADV) report
que cada quince segundos una mujer es golpeada en los Estados Unidos y el
golpeador, es su cnyuge, amigo o compaero. En el 1978, el Congreso de los
Estados Unidos de Amrica defini violencia domstica como todo acto de
maltrato contra la pareja, los menores y envejecientes en el hogar as como el
incesto y la violacin (Law Enforcement Assistance Administrative, 1979).
Violencia domstica, esposa maltratada, violencia conyugal, esposa
abusada o violencia marital son vocablos con que se oculta el dolor de la mujer
que es golpeada por el hombre que prometi amarla (Dobash, 1979). Cuando se
dice mujer maltratada para describir la condicin de la mujer despus de los
hechos, da la impresin que es un atributo personal, como si ella lo hubiera
seleccionado. Esta forma de expresin puede llevar a ocultar al golpeador. El
trminomaltratada enmascara el propsito real de la conducta del golpeador, por
lo cual, Jones (1996) lo considera un eufemismo. Obsrvese que el uso del
vocablo pareja esconde el problema real de la violencia, porque neutraliza el
gnero, y desvincula al golpeador como eje central de accin. La realidad es que
en la mayora de los casos el golpeador es el hombre. La mayora de las
ocasiones en que una mujer agrede al esposo, lo hace en legtima defensa (Gelles,
1979; OLeary, 1985; Silva, 1985; Browne, 1989; Walker, 1984,1987,1989)

Muchas mujeres comienzan a experimentar los actos de violencia previo a


la vida matrimonial. Cuando nias fueron abusadas por su padre, hermano u otro
familiar. Al llegar a la poca del noviazgo, puede ocurrir que la novia es
amenazada y esta amenaza puede transformarse en realidad
(Hotaling y Sugarman, 1989). El ciclo de experiencias de vida de estas mujeres
registra el abuso fsico y sexual por el padre, hermano o familiar cercano. Al
abandonar el hogar cae en manos de un vividor o chulo de mujeres que la golpea
y somete a la prostitucin. Posteriormente, encuentra en su camino a alguien que
ofrece llevarla con l y resulta que termina casndose con otro golpeador.

El golpeador somete a su esposa o novia mediante un proceso de


seduccin (romance); el chulo de mujeres la indoctrina y recluta para los
servicios de prostitucin; y en el matrimonio o vida marital, el esposo se puede
convertir en un chulo, cuando obliga a la esposa a sostener relaciones sexuales
con otras personas. En ocasiones el hombre maltratante no golpea fsicamente a
la mujer, pero se vale de las palabras y gestos para agredirla emocionalmente.
Son mujeresvictimizadas por el abuso, amenazadas por la conducta agresiva del
hombre, golpeadas en la relacin conyugal, formadas en el ciclo de la violencia,
mutiladas por la hostilidad del esposo y asesinadas por incidentes domsticos
(Jones, 1996).

Considerar el vnculo matrimonial, legal o consensual como sagrado,


ntimo y de carcter privativo entre los contrayentes, es la creencia sostenida por
siglos de historia, que lleva a la mujer vctima de maltrato a las experiencias ms
crueles en la vida conyugal. Es cuestin de matrimonio se sola decir y por lo
tanto, ni familiares, vecinos o gobierno intervenan aunque la vida de la mujer y
de los hijos se fuera en ello. Ha sido un paliativo jurdico para el hombre
agresor apelar a que estaba en estado ebrio o bajo efecto de droga o arrebato de
clera.
Violencia domstica, maltrato conyugal, maltrato de esposas y maltrato
de mujeres o esposas maltratadas son trminos que se utilizan para referirse a un
mismo fenmeno; describe la violencia fsica, sexual o emocional que ocurre en
la relacin de pareja hombre-mujer. En la dcada de 1960-70 se considera
que la violencia del hombre hacia la mujer en la relacin conyugal constituye un
problema de salud pblica. Las agresiones fsicas y el abuso sexual no slo
atentan contra la integridad corporal de la mujer, sino que menoscaban la
integridad moral y emocional tanto de la vctima como del golpeador. La
experiencia de victimizacin a que era sometida la mujer en la relacin conyugal
es trada al foro pblico por Lenore Walker (1979). Mujeres maltratadas o
esposas golpeadas ( wife battering) y hombres maltratantes o golpeadores
(male batterers) salen de los armarios matrimoniales.

La violencia domstica es una conducta dinmica evolutiva. La


experiencia en casos de violencia domstica evidencia que los actos de agresin
ocurren en un proceso cclico. El sujeto hace de tales actos un estilo de vida y
aprovecha cualquier oportunidad para dar rienda a los mismos. Una de las
muchas aportaciones de Walker (1979) para el anlisis e intervencin de la
violencia domstica es el descubrimiento del patrn cclico de la conducta
violenta del agresor. En sus intervenciones con mujeres vctimas elabora el ciclo
que caracteriza a este tipo de comportamiento. El ciclo de la violencia domstica
se caracteriza por factores estructurales, funcionales y procesuales. Este ciclo
ocurre sucesivamente en tres etapas o fases: fase de la tensin, fase de la
agresin, y la fase del arrepentimiento y conciliacin. Vctima y agresor se
relacionan dentro de unos contextos que posibilitan la accin violenta en la que el
agresor logra algn beneficio o utilidad.

1.1. Causas de la violencia domstica


La violencia domstica no ocurre al azar. Es un proceso en el cual
intervienen factores individuales, familiares y socioculturales, cada uno de ellos
constituye un factor de riesgo que puede dar cabida a la violencia en la relacin
de pareja.
Existen factores biolgicos, psicolgicos y sociales que pueden
predisponer, precipitar y atraer a una persona a incurrir en violencia y en
violencia domstica, entre los que podemos sealar:
factores genticos, neuropsicolgicos (debidos a lesiones cerebrales),
capacidades mentales distorsionadas y sesgos cognitivos, enfermedades
mentales, uso y abuso de alcohol y drogas, etc. Al estudiar las familias de
personas que han sido vctimas de violencia domstica y las familias de las que
proceden los hombres agresores, se han encontrado presentes los siguientes
factores: familias con problemas mltiples (alcoholismo, drogas, desempleo,
hacinamiento, abuso sexual); hogares destrudos (divorcios / muerte); rechazo
por parte de los padres o disciplina defectuosa; modelos psicopticos de los
padres ( Corsi, 1994; Nevrez, 1996; Contreras et al. 1996; Dutton y Golant,
1997; Echebura, 1998; Caro et al. 2000; Corts, 2000).

Un anlisis histrico del fenmeno de la violencia familiar y la violencia


contra la mujer constata que se trata de un comportamiento aprendido y
transmitido de generacin en generacin. Adems existen factores en la
estructura social como la pobreza, la marginacin, el acceso limitado a medios
convencionales para alcanzar lo que la cultura dominante denomina el xito
personal y social, que pueden propiciar las condiciones para el desarrollo de estos
tipos de conducta violenta. Otros factores relacionados son los mecanismos de
control social, patrones de socializacin , deprivacin sociocultural, etc.

La presencia de subculturas dentro de la cultura dominante es parte del


fenmeno sociocultural, por lo que merece atencin especial la subcultura de la
violencia como factor causal de la violencia domstica. A ello se suman los
medios de comunicacin que legitiman la violencia como medio de control y los
estereotipos de gnero. Entre los estereotipos de gnero en una sociedad machista
se destacan los roles de gnero masculino: machista, egosta, controlador,
dependiente, dominador, competente, celoso, jefe de la casa; y los roles del
gnero femenino: dbil, necesitada de proteccin, sumisa, abnegada,
complaciente con el varn, mujer de la casa, obediente (Contreras, 1996).

Los avances tecnolgicos y los cambios polticos y econmicos han


hecho que la mujer rompa con los estereotipos tradicionales, dejando a un lado
las tareas domsticas para incorporarse al mundo del trabajo remunerado y
exigiendo al varn que asuma responsabilidad en igualdad de condiciones en el
cuidado del hogar. Aunque la mujer ha podido ajustarse a los cambios, para el
hombre integrarse a la esfera del trabajo domstico ha sido mucho ms difcil,
sobretodo, cuando en dicho ajuste se exige un tipo de relacin fundamentada en
la igualdad, reciprocidad y respeto de los derechos humanos.

El patriarcado es un sistema institucionalizado que define las expectativas


de rol de acuerdo al sexo, desarrollndose las ideologas de lo masculino y lo
femenino. La arquitectura del patriarcado conquista la conciencia de sus
miembros y se justifica su existencia en beneficio del orden social. Existen
expectativas de rol tanto para el varn como para la mujer. Cuando el esposo
crece con la idea de que la mujer debe ser responsable de las faenas del hogar y
le exige cumpla con estas tareas, y ella no logra cumplirlas como l ha
demandado, entonces el hombre recurre a diversas modalidades de agresin,
como puede ser la agresin fsica y sexual. Esto se conoce como la dimensin
instrumental de la violencia conyugal.

En la ideologa del patriarcado la hegemona es del varn; la mujer


depende econmicamente de ste y su vida adquiere significado en relacin al
hombre. La organizacin familiar patriarcal, perpeta la diferenciacin en sexos.
Nace as el padre de familia y la mujer ama de casa, esposa fiel, madre abnegada.
La mujer objeto de placer o esclava ama de casa.

En Puerto Rico, el sistema patriarcal es uno de los legados de la


colonizacin espaola. Antes de la llegada de los espaoles, la mujer indgena
tana ocupaba una posicin de respeto y de igualdad como el resto de los
hombres. Poda ocupar el liderato poltico como cacique. Se estima que en Puerto
Rico hubo ms de 10 cacicazgos femeninos. Una vez contraa matrimonio, su
conducta se adaptaba a su status marital, inclusive usaba el distintivo de la nagua,
como smbolo de estar casada; sin embargo, se poda divorciar y reanudar la
relacin con otro hombre. Con la conquista y la colonizacin espaola
desaparece la sociedad indgena puertorriquea y comienza a regir el Derecho
espaol. El sistema coloca a la mujer en una posicin de total subordinacin al
hombre en los respectos jurdicos y sociales. La mujer puertorriquea estara por
siglos sufriendo la victimizacin de un sistema que slo otorgaba derechos a los
hombres y obligaciones a las mujeres.

Olimpia de Gouges, Mary Wollstonecraft, Anne Hutchinson,


Abigail Adams, Lucrecia Mott, Elizabeth Cady y muchas ms, a partir del siglo
XVII, habrn de denunciar las violencias hacia la mujer que el patriarcado
fomenta, reproduce y perpeta. Esta lucha alcanzar su plenitud en el 1960 con la
llegada del movimiento feminista. A partir de 1970, la mujer irrumpe en la
historia hacindose sentir y valer como persona. Su lucha constante contra todo
tipo de violencia contra la mujer llega al seno de la Organizacin de las Naciones
Unidas. Esta lucha sigue vigente contra el acto de terrorismo ms antiguo en la
historia de la humanidad, la violencia domstica.

1. 2. Manifestaciones de la violencia domstica

La violencia contra la mujer incluye actos de maltrato fsico, sexual y


emocional. Incluye someterla a aislamiento, a actos de intimidacin o
destructivos. Incluye toda forma de ejercer poder y control por parte del esposo,
ex-esposo, concubino, compaero, novio, ex-novio, en una relacin de intimidad
(Straus y Gelles, 1980, 1992; Cobo, 1998,1999; Acale, 2000).

1. 2. 1. Maltrato o violencia fsica

La violencia fsica puede definirse como todo acto que tiene la intencin
o se percibe que tiene la intencin de causar dolor fsico o de herir a otra
persona. Se estima que en uno de cada seis matrimonios se experimenta algn
tipo de violencia fsica. Este tipo de violencia es fcil de identificar, por las
huellas visibles que deja. La data cientfica sostiene que es el hombre el que usa
la violencia contra la mujer, de una manera persistente, sistemtica e
intimidante.

Entre las manifestaciones del maltrato fsico se encuentran: abofetear,


escupir, morder, cortar, apretar el cuello con intencin de asfixiar o estrangular,
empujar, halar y arrancar el cabello, patear, pellizcar, quemar o infligir
quemaduras, pegar con el puo, pegar con correas o palos u otros objetos,
amenazar con arma blanca o de fuego, con martillo, tijera, romper costillas, nariz
u otros huesos, etc.

El negarle dinero para su alimentacin es parte del maltrato fsico ya que


la priva de una necesidad bsica as como negarle dinero para ropa, calzado y
vivienda. Conducir el vehculo con violencia, arriesgndose a sufrir un
accidente, abandonarla en el hogar cuando est enferma e impedida de valerse
por s misma durante el perodo de recuperacin, no permitirle usar
anticonceptivos, tambin son formas de violencia que atentan contra la integridad
fsica de la mujer y contra sus derechos humanos. Se desconoce cuntos infantes
nacen con impedimentos debido a las golpizas que sufrieran sus madres por parte
de su pareja-hombre cuando estaban embarazadas (Walker, 1979).

1.2.2. Maltrato emocional

El grado de visibilidad del dao que deja este tipo de violencia es mnimo.
Ataca el orgullo, la dignidad, el autoconcepto y es casi imposible detectarla a
simple vista. Pero sus estragos en la autoestima e identidad personal son
inmensos. El constante maltrato va minando el espritu de la vctima que llega a
creerse merecedora de los malos tratos. La vulnerabilidad al maltrato emocional
tiene sus races en las experiencias de la niez como son las conductas de apego
(Bowlby, 1969, 1988). Entre las manifestaciones comunes de maltrato emocional
estn las siguientes: humillar, avergonzar e insultar mayormente en pblico;
utilizar palabras como estpida, loca, sucia, gorda, flaca, palillo, floja, fleje, fea,
gorda, puta, etc.

Otras formas de maltrato son: echarle la culpa cuando las cosas salen mal;
exigirle atencin antes de que atienda a los nios, prohibirle hablar o salir con
amigas, cortar el telfono, llamarla continuamente para asegurarse de que est en
casa o exigirle que sea ella la que continuamente lo llame, relatarle amoros,
mofrsele, criticarle la ropa, el peinado, o su apariencia fsica, compararla con
otras que son ms atractivas, amenazarla con decirle que la va a dejar por otra,
amenazarla con quitarle los hijos si ella lo abandona o que se quitar la vida, la
de ella o de los nios, etc. En ocasiones, si tiene arma de fuego, juega a la ruleta
rusa con ella.

Es muy comn en hombres agresores romper objetos y mobiliario del


hogar como una forma de ejercer coercin psicolgica. Entre otros actos estn:
cortar o pinchar las gomas al coche, matarle la mascota o destruir aquellas
prendas personales que tienen valor sentimental para la esposa.

1. 2. 3. Maltrato sexual

Existen diversas formas de abuso o maltrato sexual de parte del esposo


hacia la mujer victimizada, siendo la violacin una de stas. La violacin ocurre
en el matrimonio cuando se sostiene relaciones sexuales con la esposa sin el
consentimiento de ella, ya sea porque utiliza la fuerza fsica, o algn tipo de
droga, o est en estado de inconsciencia. La violencia sexual es obligar a la
mujer a sostener relaciones sexuales cuando no las desea o sostener relaciones
sexuales de modos que a la mujer no le gustan.
Los testimonios ofrecidos por las vctimas relatan como formas de abuso
sexual, los siguientes: obligarla a tener sexo con otra persona especialmente en
relaciones tros, en el que la tercera persona es una mujer; introducirle objetos
por la vagina, sostener relaciones sexuales con animales, etc. En estudios
realizados con parejas que mantienen su unin matrimonial se encontr que hasta
el 10% de las mujeres reportaron haber sido violadas por sus maridos; en mujeres
divorciadas encuestadas, un 25% report tal evento.

Las manifestaciones menos visibles de la violencia contra la mujer se


escudan tras la desigualdad en la distribucin del dinero y las relaciones de
poder, en la sobrecarga de las labores y responsabilidades domsticas, en el poco
acceso a la realizacin personal ms all de las fronteras del hogar. Son modos de
violencia disfrazados en las falsas creencias de la madre como el centro del
hogar, la madre abnegada, la esposa sabia o virtuosa, la sumisin como don
divino, la mujer sacrificada, etc.
2. El hombre agresor de violencia domstica
El hombre golpeador ( Dutton 1997), el hombre abusador
(Mullender, 2000), el hombre maltratador, el hombre agresor, el hombre que
incurre en malos tratos en su relacin de pareja, el hombre violento con su
pareja, son algunas formas de expresin utilizados de acuerdo a los contextos
socioculturales en los que se han desarrollado estudios sobre el fenmeno de la
violencia domstica.

En la dcada del 50 era inconcebible hablar de violencia domstica como


la conducta de malos tratos fsicos, psicolgico o sexuales del hombre hacia
la mujer en la relacin de pareja. Previo a la dcada del 70 no se reconoca que
este tipo de conducta constituyera un problema social y an menos, una conducta
delictiva. El consumo de alcohol-drogas, el pobre control de impulsos, el estrs,
el desempleo, los celos, la frustracin, la conducta provocadora de la vctima, la
inhabilidad para expresar sentimientos, haber estado expuestos a violencia
durante la niez o ser testigo de ella sirvieron de camuflaje para justificar este
tipo de conducta dentro del mbito familiar. La falta de comprensin del
fenmeno de violencia domstica por parte de los profesionales de la conducta,
as como el silencio familiar fueron obstculo a la intervencin.

Estudios realizados con mujeres vctimas de violencia domstica han


desarrollaron los primeros perfiles del hombre agresor. Hoy da nuevos perfiles
han surgido. En un estudio exploratorio-descriptivo de casos de depresin en
mujeres puertorriqueas y violencia domstica, las mujeres describen al agresor
de la siguiente manera: usuarios de alcohol o drogas, celos obsesivos, culpan a
otros de sus problemas, son crueles, hiper sensitivos, usan la fuerza de alguna
manera en las relaciones sexuales, verbalmente hostiles y agresivos,
experimentan cambios sbitos de humor, con pobre autocontrol y la mayora
usaba la fuerza cuando surga una discusin (Berros, 1997). Adems se encontr
que el hombre agresor estaba desempleado, se sostena econmicamente de
ayudas gubernamentales y su escolaridad era menor de duodcimo grado.

La conducta de este hombre luego de incurrir en violencia domstica se


caracteriza por alejarse del hogar durante un tiempo indefinido e intentar
restablecer la comunicacin a travs de relaciones sexuales. Otras caractersticas
del hombre agresor son: baja autoestima, patolgicamente celoso, no acepta su
conducta de violencia ni reconoce la situacin de violencia, utiliza el sexo como
acto de agresin o para demostrar su dominio, no evala su conducta como
negativa, es persuasivo y manipulador, y fue socializado con patrones de crianza
tradicionales de machismo, muestra un carcter explosivo en el hogar y no tiene
destrezas para al manejo adecuado de la ira, pero se muestra controlado y amable
fuera de casa (Dobash, 1979; Berros, 1997; Dutton y Golant, 1997; Perrone,
1997; Echebura y del Corral, 1998; Lorente, 1998, 2001; Sarasua, 2000).

Los pensamientos de estos hombres en estado de tensin creciente se


caracterizan por distorsiones cognitivas, racionalizaciones, justificaciones y
pensamientos errneos aprendidos. Son hombres poco realistas, que tienen
expectativas muy elevadas sin considerar sus capacidades y destrezas; suelen
minimizar el resultado de sus actos violentos y tienden a culpar a los dems, muy
especialmente a la mujer que los provoca. Piensan que son jefes con el derecho
de actuar violentamente. Cosifican a la mujer, por lo que le niegan sus derechos a
ser persona. Buscan las creencias religiosas que colocan a la mujer en una
posicin inferior y tienden a presumir sobre la inferioridad de las
mujeres. (Walker, 1977;Ganley, 1981; Star, 1983; Brutz y Allen, 1986; Glasser,
1986).

Entre los sentimientos que afloran bajo situaciones de tensin creciente,


los estudios evidencian: la ira; baja autoestima; actitudes hostiles; frustracin
depresin; escapismo-explotacin; ansiedad-tristeza-soledad; sentimientos de
culpa; indefensin; vulnerabilidad; temor; insatisfaccin con la relacin;
celos (Seligman y Rosellin,1975; Ganley,1981; Star,1983; Deschner,1984; Walk
er,1984).

Las conductas llevadas a cabo por hombres agresores varan de acuerdo al


tipo de agresor. Sin embargo, algunas conductas comunes a stos son: actuar
impulsivamente, cambiar de trabajo, amigos, casa (Glasser,1986); vivir aislado
de los dems (Star,1983); ser excesivamente posesivo y dependiente de la pareja,
(Hilberman y Munson, 1978); expresar la mayora de las emociones como
explosiones de ira (Ganley, 1981); controlar y dominar a otros (Straus et al.,
1980;Walker, 1979); comunicarse inadecuadamente, de forma rgida, inflexible
(Star, 1983); tomar decisiones de manera unilateral (Walker, 1984); abusar de
drogas y alcohol (Gelles, 1974; Straus et al. 1980); incurrir en conductas de
malos tratos a nios ( Straus et al. 1980); ser hostil, dominante (Brekke, 1987);
abandonar la habitacin o la casa insultando, maldiciendo, llorando; amenazar
con golpear o tirar cosas, arrojando, rompiendo, golpeando o dando patadas; dar
bofetadas, morder, golpear con el puo o intentar golpear con objetos a la pareja;
amenazarla con un arma blanca o de fuego; emplear una navaja o arma de fuego
(Straus, 1986).

En Puerto Rico, entre 1990 y el ao 2000, 271 mujeres han muerto


vctimas por violencia domstica vs. 53 hombres. En ocasiones tambin murieron
sus hijos, madres y otros familiares cercanos. Muchas de estas muertes se podran
haber evitado con un diagnstico del potencial letal del agresor y adecuado
tratamiento preventivo.
Segn estudios del National Institute of Justice (NIJ)
y Spouse Assault Replication Program (SARP) se han de considerar los
siguientes factores para la evaluacin del potencial letal del agresor: Factores
personales (cognitivos,motivacionales, afectivos, atitudinales). Factores
familiares, comunales, sociales. Creencias, ideas y pensamientos de un agresor
sobre s mismo y sobre la pareja. Sistemas de atribucin causal: a qu o a quin
le atribuye sus xitos y fracasos. Cmo fue su proceso socializador.
Drogodependencia: si consume o no alcohol/ drogas. Grado de satisfaccin con
su trabajo y estrs del diario vivir. Acceso que tiene a armas de fuego o armas
blancas. Ideologas culturales de gnero que prevalecen. Amenazas de suicidio y
homicidio, intentos previos. Conductas antisociales similares por otros miembros
de la familia. Adiestramientos que ha recibido que le han puesto en contactos con
conductas violentas o entrenado para matar (ejrcito, polica, deportes de caza,
etc.)

Este tipo de informacin se obtiene cuando los programas que ofrecen


ayuda a hombres agresores desarrollan instrumentos cientficos eficaces, vlidos
y confiables, que puedan medir su peligrosidad y proveer los mecanismos
necesarios para que la vctima sea alertada de los riesgos a que pudiera estar
expuesta. Esta responsabilidad es parte de la tica del que ofrece los servicios y
estar incluida en el convenio o contrato de ayuda entre agresor y consejero o
facilitador.

3. Prevencin e intervencin con violencia domstica en Puerto Rico.

En Puerto Rico, la Ley #54 (1989), Ley Para la Prevencin e Intervencin


con Violencia Domstica, define relacin de pareja como aquella que existe
entre los cnyuges, ex cnyuges, personas que cohabitan o han cohabitado,
personas que han sostenido o sostienen una relacin consensual ntima y las
personas que han procreado entre s un hijo o una hija. La Ley 54 establece cinco
tipos de delito: maltrato, maltrato agravado, maltrato mediante amenazas,
maltrato mediante restriccin de la libertad, agresin sexual conyugal.
La poltica de esta ley pretende ofrecer alternativas al agresor para que
supere la conducta violenta y le garantiza, en los casos que cualifiquen para ello,
una carta de antecedentes penales en la que esta conviccin no quede registrada,
de manera que no se ven afectadas otras reas como la probabilidad de retener o
gestionar trabajo. Pero los programas de reeducacin para llevar a buen trmino
esta poltica en Puerto Rico son muy pocos. Sin embargo, con el pasar del tiempo
han ido emergiendo instituciones privadas que ofrecen sus servicios sin fines de
lucro en algunos casos y en otros en un mdico precio. La mayora de las veces
la persona maltratante llega a los programas por orden del Tribunal, es decir, le
fue ordenado, requerido o recomendado, pero muy pocas veces porque entienda
realmente que necesita ayuda para superar la conducta violenta en su relacin de
pareja. Estos programas debern cumplir con la poltica gubernamental sealada
a travs de la Procuradura de la Mujer.

El desarrollo de programas para intervencin con hombres que incurren en


conducta de malos tratos en su relacin de pareja no ha constituido un objetivo
prioritario dentro de la poltica pblica del gobierno de Puerto Rico, a juzgar la
carencia de fondos en los pocos programas existentes. Los esfuerzos
gubernamentales estn dirigidos a la proteccin y tratamiento de la vctima
incentivando el desarrollo de albergues y hogares para stas y sus hijos. Pero
tampoco los centros de ayuda cubren la magnitud de este problema social, ni
garantiza la vida de las vctimas una vez abandonan los mismos.

En Puerto Rico hemos identificado varios programas cuyos servicios


estn especficamente dirigidos al hombre que incurre en violencia domstica,
adems de las instituciones penales para los casos de extrema gravedad y
peligrosidad. Los programas existentes tienen como finalidad reeducar y
readiestrar a los hombres que incurren en conducta maltratante en su relacin de
pareja. Entindanse por reeducacin y readiestramiento a aqullas modalidades
de intervencin que ayudan al participante a que se auto examine, que pueda
evaluar su patrn de socializacin a travs del ciclo vital y pueda relacionar el
proceso de socializacin con su conducta maltratante en la relacin de pareja.
Algunos de stos programas son adems programas de desvo, es decir,
programas a que pueden acogerse como un privilegio a los convictos bajo la Ley
Nm. 54 (1989) en Puerto Rico, ya sea como personas en libertad a prueba o en
libertad bajo palabra. El objetivo de los mismos es eliminar la conducta de
violencia domstica en el hombre golpeador.

3.1. Alternativas psicoeducativas en PR. Programa de reeducacin de


agresores.

Inici servicios en el 1991 como una institucin sin fines de lucro en las
regiones judiciales de Carolina, San Juan, Mayagez, Aguadilla y Bayamn. La
modalidad bsica de intervencin son las sesiones grupales con un
enfoquepsicoeducativo. El proceso incluye una evaluacin inicial con el
propsito de clasificar la conducta de violencia domstica. La evaluacin inicial
abarca: Historial de conducta violenta. Historial psicosocial. Historial de abuso
de drogas/alcohol. Administracin de la escala de letalidad para evaluar riesgo.
Historial de tratamiento previo. Historial delictivo. Versin del participante sobre
los hechos. Versin de la vctima sobre los hechos

En este programa la poblacin es mayormente referida directamente por


el Tribunal General de Justicia a travs del Programa de Comunidad de la
Administracin de Correccin. Para 1996, contaban con 512 participantes; el
35% era indigente y el resto costeaba los servicios mediante una aportacin
proporcional a sus ingresos. El servicio no est determinado por el nivel
econmico aunque la institucin depende exclusivamente de estos ingresos. El
94% de los participantes fue certificado como no reincidente de violencia
domstica (Contreras, 1996).

3.2. Programa Aprendiendo a Vivir sin Violencia

Este programa est adscrito al Negociado de Evaluacin y


Asesoramiento (NEA) de la Administracin de Correccin. El NEA es el
organismo responsable del tratamiento de aquellos convictos que no reciben
servicios del Programa de Salud Correccional, TASC, Sala de Drogas u otros
programas especializados. Los servicios estn dirigidos a los referidos que se
reciben directamente del Programa de Comunidad y de las Instituciones Penales
de la Administracin de Correccin as tambin para personas que disfrutan del
privilegio de Libertad a Prueba, mejor conocido como probatoria de adultos.

Presta servicios a todas las regiones del sistema correccional y judicial de


Puerto Rico, aunque por falta de recursos la poblacin atendida es mnima. El
Programa Aprendiendo a Vivir sin Violencia est dirigido a poblaciones con
problemas de adiccin a drogas/ alcohol, que hayan sido vctimas de maltrato y
abuso sexual durante la niez. El Programa consta de tres fases: evaluacin y
orientacin, readiestramiento y transicin. Los mdulos se desarrollan a travs de
conferencias, talleres y dinmica de grupos.

3.3. Clnica del Norte de Arecibo; afiliada al Hospital San


Juan Capestrano en Trujillo Alto

La duracin del tratamiento generalmente es de tres aos y abarca dos


fases: Fase Psico-educativa; Fase de apoyo y seguimiento. La primera fase
conlleva un trmino de un ao y se renen en sesin una vez a la semana. La
evaluacin inicial consiste en recopilar la siguiente informacin: Datos
descriptivos del participante. Historial fsico. Impresin de status mental.
Historial de conducta violenta. Evaluacin potencial letal y de peligrosidad.
Historial drogas/alcohol. Historial tratamiento psicolgico y/o psiquitrico.
Historial delictivo. Consulta con familiares.

La modalidad de intervencin es la terapia grupal ya que entienden


disminuye la enajenacin personal, facilita la expresin de afectos y
motivaciones y le provee de identidad en el grupo. Por otro lado, se evita la
transferencia tpica que puede emerger en la terapia individual en casos de esta
naturaleza. La terapia matrimonial se descarta por la posible influencia que el
hombre que incurre en conducta maltratante en su relacin de pareja pudiera
ejercer en sta como vctima de violencia.

3.4. Colectivo Ideologa y Vivencias de los Gneros. Proyecto de


Reeducacin y Readiestramiento

El Colectivo no es un programa de desvo sino una institucin sin fines de


lucro que presta servicios gratuitos a voluntarios que quieran participar en el
mismo. No existe una relacin contractual sino ms bien un consentimiento de
participacin en el que el hombre participante se compromete a eliminar la
violencia y el intento de mantener el control y poder sobre mi pareja; reportar
semanalmente todo acto de violencia y agresin; no minimizar las consecuencias
de esas acciones.

Los objetivos del Colectivo en sus reuniones son: a) Identificar


indicadores fsicos, emocionales y cognitivos presentes en las acciones agresivas;
b) Examinar los componentes de una situacin problemtica que pudiera llevar a
la agresin de su pareja; c) Expresar sentimientos relacionados con las
experiencias que estn viviendo; d) Aprender a respetar la opinin y decisin de
su pareja; e) Explorar alternativas para negociar un compromiso en el cual la
pareja pueda beneficiarse; f) Aprender a evitar situaciones estresoras que
desencadenan en agresin.

Se realizan entrevistas individuales y sesiones de grupo. Las


intervenciones grupales estn dirigidas a que los participantes cambien las
cogniciones, motivaciones y acciones en su intento de controlar a la mujer en su
relacin de pareja. La experiencia grupal es el mecanismo para que el hombre
asuma responsabilidad de sus acciones, hable de s mismo y exprese sus
emociones. La participacin es totalmente voluntaria. La programacin de
servicios consiste en: un contacto inicial, una entrevista inicial para completar el
consentimiento, una primera reunin, reuniones regulares, reuniones de baja, de
reingreso y la ltima reunin reunin nmero cincuenta y dos.

Usan la metfora del Pub y se renen los viernes con un happy hour en el
cual se discuten las prcticas e ideologas masculinas con los bartendentes (los
asistentes del grupo). Se brinda especial atencin a los discursos que el hombre
puertorriqueo utiliza para justificar sus acciones ya sea con otros hombres o en
su relacin de pareja.

4. Otros Programas de Intervencin.

Existe una gran cantidad y variedad de programas para agresores.


Mencionaremos algunos de los revisados para nuestro trabajo.

4.1. Programa Pensamiento, Sentimiento y Accin. Daniel R. Clow, David E.


Hutchins y Daniel S. Vogler , Virginia, USA (1992).

La caracterstica principal de este programa es que el maltratante pueda


junto al consejero establecer la cadena de relacin: pensamiento-sentimiento,
sentimiento-accin y accin-pensamiento. Se utilizan diversas tcnicas como la
entrevista estructurada, el autorreporte y las tcticas de conflicto (Straus, 1980).
Consejero y maltratante dialogan sobre los hechos que dieron ocasin a ser
intervenido por la justicia. Se pretende que el agresor medite y relate sobre lo que
estaba pensando y sintiendo previo al incidente de violencia domstica y que
analice las acciones que realiz momentos antes de agredir fsica o
psicolgicamente a su pareja.

4.2. Programa de tratamiento de abuso sexual. Sandra M. Stith y


Karen Rosen, Virginia, USA (1992).

El programa est dirigido a la pareja si as lo contratan o puede ser


individualmente, vctima o maltratante. El propsito principal es eliminar todo
tipo de violencia. El Programa trabaja competencias para manejar coraje,
resistencia a las frustraciones, relaciones adecuadas de pareja,
habilidades sociales .

4.3. Programa de tratamiento para maltratantes. Enrique Echebura y Paz


de Corral, Espaa (1998).

Es un programa muy completo que recoge aspectos psicopatolgicos y


utiliza tcnicas teraputicas muy diversas. Entre los temas tratados incluye:
manejo de coraje, tcnicas de relajamiento, programa de bebida controlada,
reestructuracin cognitiva para sesgos como celos patolgicos, entrenamiento de
solucin de problemas, educacin sobre la sexualidad en la pareja, manejo
de dficits de autoestima, etc.

En general, todos los programas procuran combinar diversas


modalidades y estrategias de tratamiento. La terapia individual trata de crear una
relacin entre los problemas actuales de los sujetos con otras personas y con ellos
mismos, por una parte, y sus sentimientos conflictivos hacia personas o
situaciones importantes de su pasado, por otra. Mediante la exploracin de las
respuestas del sujeto es que se van estableciendo las relaciones mencionadas. La
crtica que se hace a esta forma de ayuda es que slo enfatiza un sector de las
experiencias de la persona.

La terapia de grupo provee a las personas la oportunidad de implicarse en


una interaccin dinmica con otra gente. La experiencia emocional y correctiva
es mucho ms significativa porque se enfrentan a diferentes personas,
generndose conflictos y as se van corrigiendo pensamientos distorsionados. Las
situaciones que se dan en el grupo les permite reconocer sentimientos que
posiblemente se originan en sus vidas pasadas y que se desplazan a los miembros
del grupo. Esto permite la confrontacin entre los mismos miembros, no
permitiendo mecanismos como la racionalizacin y la justificacin; adems, los
libera de pensamientos errneos.

4.4. Programa de intervencin con hombres maltratantes, Ponce y Yauco,


Puerto Rico (2002).

Como se coment en la Introduccin de este trabajo, proponemos un


modelo operativo que pueda conceptualizar el fenmeno de la violencia
domstica as como ofrecer estrategias para afrontarlo. Nos dirigen los siguientes
objetivos: 1) eliminar la conducta violenta en hombres que agreden de diversas
formas a sus esposas o parejas, y 2) que estos hombres puedan desarrollar estilos
de conductas no violentas en sus relaciones de pareja.
Por cuanto, en Puerto Rico, existe una gran poblacin afectada por
problemas de salud mental, quedar claramente establecido que stos podrn ser
admitidos al Programa cuando estn activos en tratamiento con otros
profesionales de ayuda, previa autorizacin por el profesional que les presta el
servicio y mediante su consentimiento por escrito. Cuando el hombre maltratante
que solicita servicios est activo en drogas y alcohol, ste es responsable de
realizar las gestiones de servicios necesarias para superar la condicin y
mantener informado al Programa de los ajustes y progresos alcanzados. Sin
embargo, queremos sealar que todos los participantes tendrn la oportunidad de
beneficiarse de mdulos relacionados a los temas de Salud: fsica, mental y
emocional; Alcohol/drogas/juegos : usos, abusos y dependencias.
El marco terico parte de la premisa de que la violencia es aprendida y que
la cultura acepta y perpeta la misma a partir de las ideologas imperantes en
sociedades de trasfondo patriarcal. Se pueden aprender nuevas pautas de
comportamientos mediante tcnicas y estrategias diversas como la
reestructuracin cognitiva y la terapia racional emotiva. Descubrir ideas
irracionales o distorsionadas sobre los roles de gnero y su gnesis es
fundamental. La modalidad de tratamiento en el programa incluye sesiones
individuales para evaluacin, clasificacin y ubicacin as como sesiones de
consejera grupal. Los procesos mentales (cognitivos, motivacionales, afectivos)
son el blanco de intervencin. La interaccin del sujeto con el entorno constituye
otro nivel de intervencin, ya sea como factor de riesgo o como red de apoyo
social.

El Programa tiene una duracin de un ao, dividido en dos semestres. Un


semestre de intervencin compuesto de cuatro etapas y una quinta etapa de
seguimiento (dos trimestres). Las sesiones sern semanales y en grupo, para un
total de 26 semanas. En las primeras dos semanas, se realizan entrevistas de
evaluacin individual para propsito de admisin y ubicacin. A partir de
entonces, comienza el tratamiento grupal con una duracin de dos- tres horas por
sesin.

Las condiciones para incorporarse al programa son: a) Estar motivado y


comprometido para eliminar todo tipo de conducta violenta, firmando contrato de
no violencia. b) No estar activo en substancias controladas o bebidas alcohlicas
y de ser paciente activo de salud mental, gestionar las oportunas autorizaciones y
permisos. c) No haber violado rdenes de proteccin y de haberlo hecho, que no
haya incurrido en conducta violenta ni de maltrato a menores durante la violacin
a la orden expedida. d) Presentarse voluntariamente a las autoridades pertinentes
en los casos que sea requerido. e) Convenir en que se abstendr de molestar a la
vctima y si sta fuera la que se acercare lo notificar a la mayor brevedad
posible, ya sea telefnica o personalmente. f) Entregar pruebas de Hepatitis B,
HIV y certificado de salud al momento de la evaluacin.

Las fases de intervencin son: a) Evaluacin inicial y consentimiento a


servicios que incluye: Historial social. Consentimiento a servicios. Inventario de
ideas distorsionadas sobre la mujer. Escala de depresin. Escala de autoestima. b)
Sesiones de consejera grupal que incluye: Ciclo de conferencias y ejercicios en
grupo y tareas para el hogar. c) Cierre provisional que incluye: Informe especial
de ajustes y progresos durante los primeros seis meses. d) Seguimiento y cierre
final que incluye: Administracin de pruebas e Informe final de cierre por haber
completado servicios. Se rendir un informe provisional a los seis meses si ha
cumplido con las condiciones del programa. El cierre final se rendir seis meses
despus tras completarse el seguimiento.

Tenemos el propsito de hacer entrega de un certificado de


responsabilidad ciudadana a los que hayan completado los servicios de una
manera excelente. El criterio de responsabilidad incluye asistencia, puntualidad,
completar tareas asignadas, no incurrir en conductas desviadas ni delictivas,
cumplir con la paternidad responsable en los casos que as fuese y evidenciar red
de apoyo.

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