Poesia Nadaista PDF
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POR
Hay muchos nadaismos: cada cual hace lo suyo como puede. Para
unos, el Nadaismo fue de caminos de vanidosos; para otros un crimen
vulgar, bohemia y paranoia; para unos pocos, la puerta de la carcel,
camas, prostitutas, disoluci6n, despilfarro de la pobre vida; para mu-
chos, la ventana del suicidio, un rev6lver desajustado. Los menos toma-
ron el rumbo caliente de las guerrillas. Los peores, quiz-, se dedicaron
a la poesia y a la pintura, o a escribir novelas. Y los mas inteligentes
se convirtieron por una extrafia metamorfosis en arquitectos del obsce-
no hombre domestico contemporineo. S610o son comunes al Nadaismo
la amistad, que resisti6 ya tantas flaquezas, el gusto por el escindalo,
la alianza contra los mismos odios y la coincidencia de los grandes
amores (Eduardo Escobar, introducci6n a Correspondencia violada, Bo-
gota: Instituto Nacional de Cultura, 1980).
Anilogo esfuerzo habria que librar con los modernistas, o con <<Piedra y
Cielo>, y aun con los poetas posteriores al Nadaismo. En este sentido, la
poesia de otras generaciones -romintica o modernista, de los afios trein-
ta o los setenta- esta muerta para los efectos practicos de nuestra cul-
tura. Quien quiera liegar a ella -con la excepci6n de nombres aislados-
tiene que efectuar labores de arque6logo. No importa. No incide. No esta
en el mercado.
El caso actual del Nadaismo es el contrario, y nunca se habia presen-
tado tan patente. Los libros de los nadaistas estan en el mercado. Al hi-
pot6tico -no tan hipot6tico si miro en el vidrio de la ventana que me
refleja- lector de la poesia nadaista le basta simplemente ir a una libre-
ria de cualquier ciudad colombiana, donde encontrari la Correspondencia
violada y la Obra negra de Gonzalo Arango, Extracto de poesia de Jaime
Jaramillo Escobar, Antologia poetica de Eduardo Escobar y Mi reino por
este mundo de Jotamario. Estas obras -que en los casos de Jaramillo,
Jota y Escobar son autoantologias- son las que me han servido de mate-
rial basico de lectura. El recuento no quedaria completo, sin embargo, si
no incluyera a Dario Lemos -de quien el departamento de bibliotecas
de la Universidad de Antioqufa edit6 recientemente un folleto- y a Amil-
car Osorio, quien ha publicado con frecuencia en las revistas de poesia.
No incluyo algunos poetas que estuvieron ocasionalmente vinculados
al grupo, como es el caso de una de las voces mayores de nuestra poesia,
Mario Rivero. Ni tampoco a algunos autores de versos de juventud -oca-
sionales, febriles, iluminados y torpes-, y que luego tomaron rumbos tan
distintos como el comercio, la prosa, la agricultura y la publicidad. Son,
pues, seis mis poetas: Gonzalo Arango, Jaime Jaramillo Escobar, Amilcar
Osorio, Dario Lemos, Jotamario y Eduardo Escobar.
GONZALO ARANGO
Durante muchos afios, uno de los secretos mejor guardados del Na-
daismo fue la fecha exacta de nacimiento de Gonzalo Arango (Andes,
1930?). En todo caso, en 1958 venia de regreso de una vida an6nima,
burocritica, y, ademis, habia casi coronado una carrera parlamentaria
como miembro suplente de la Asamblea Nacional Constituyente, el pseudo-
congreso del general Rojas Pinilla. La diferencia de edad la establece el
mismo Gonzalo, cuando dice que fund6 el Nadaismo en compafifa de
<<diez poetas menores de edad>>. El era el mayor, el guia, <el profeta>>.
He dicho que no es 6ste el lugar para examinar el Nadaismo como
movimiento o como cuerpo de doctrina. Pero ya desde lejos, y ante los
LA POESIA NADAISTA 761
Sin embargo, formalmente estos versos no estin tan mal y es casi seguro
que el poema no seria tan malo si hubiera conservado este tono declara-
tivo. Pero no se hace esperar el efectismo, el gesto patitico:
Soy cada dia este cadaver que desaparece bajo un torrente de babas,
ruidos ag6nicos y destilaciones de una enfermedad que sofoca al Mons-
truo de mi alma.
Perdido para este mundo y para Dios.
Mi vida es hoy una fortaleza saqueada, la sustancia viciosa, hediente,
que emana el cadaver de mi gran suefio de Poder.
Me sobrevivo como una babosa en su repugnante humedad...
762 DARIO JARAMILLO AGUDELO
Yo
Gonzalo Arango
tirano del mundo
me sentencio a la
PENA CAPITAL
de pasar la vida
frente a una miquina de escribir
escribiendo
la palabra MIERDA
por los siglos de los siglos de los siglos.
Asi comienza este otro vano intento enumerativo, que prolonga el pro-
p6sito de utilizar el recurso oratorio, el dicho ingenioso, mas que la bus-
queda y concentraci6n en el terreno de un lenguaje en si mismo revelador.
En otros poemas se repite ese deseo de escandalizar la moral de la clase
media. Algin poema esta integramente dedicado al tema del primer astro-
nauta que Ilega a la luna y suelta un gas. Solamente que Gonzalo Arango,
con un final que no lo inmortaliza, termina:
EDUARDO ESCOBAR
Si los nadaistas decian por boca de Jotamario que <<nuestro arte in-
contaminado era un rechazo a ciertos cinones esteticos del romanticismo ,
seria casi un descaro por mi parte afirmar que la obra de Eduardo Esco-
bar (Envigado, 1943) es, en varios aspectos, asimilable a paradigmas que
hemos heredado del romanticismo.
El primero es la entrega total a la vocaci6n y al oficio de poeta, en-
tendido como parte fundamental del oficio de vivir: <<Ser poeta es sobre
todo una manera de relacionarse con el universo, una forma de perturbar
el orden riguroso del mundo, de asumir la piel viva. El asedio al len-
guaje para despojar las palabras de la costra inmunda que se les adhiere
en los usos cotidianos no es mas que uno de los aspectos que el oficio
de poeta supone...>>, manifiesta en la introducci6n a Correspondencia
violada.
La simbiosis entre el oficio vital y la respiraci6n po6tica es tal, que
al igual que en los poetas romanticos -y como es, tambien, el caso de
Jotamario-, la lectura cronol6gica de sus poemas es el repaso de una
autobiografia. En este sentido, sin entrar ain en el terreno de la valo-
raci6n de la lectura como poesia, la obra de Eduardo Escobar -como
la de Jotamario- tiene el valor documental de los hechos de la vida de
un hombre de nuestro tiempo y de su propia y disidente (ya que es un
poeta) manera de juzgarlos.
A pesar de que los romanticos entendian la naturaleza como el mundo
visible que no ha sido creado por el hombre y de que el entorno que
rodea a Eduardo Escobar ha sido edificado por el hombre, el papel que
desempefia el paisaje urbano en su obra es el mismo que el de la natu-
raleza de los romanticos. Lo que transmite la descripci6n del mundo que
le rodea es el clima de su espiritu, el estado de su alma. Al respecto de
esto iltimo, el mejor reporte, el mas cercano al menos, proviene de Gon-
zalo Arango: <No conozco a alguien tan supliciado en el espiritu y con
mis necesidad de salvaci6n.> Y aqui tambi6n Eduardo Escobar revela
afinidades heredadas del romanticismo. No obstante esos puntos de con-
tacto en la actitud (,acaso, casi veinticinco afios despues, no podriamos
leer el Nadaismo como un brote romintico?), la poesia de Eduardo Es-
cobar, en terminos de forma, esta en las antipodas de la est6tica roman-
tica y adopta maneras posteriores, inventadas para nuestro tiempo por
LA POESIA NADAISTA 769
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770 DARIO JARAMILLO AGUDELO
Dice Juan Cobo Borda que en estos primeros libros de Escobar el tono
es pueril y que los poemas se interrumpen sin mas para continuar con
otro tono, en otro poema. Su melancolia es tanta, que incluso su alegria
suena sombria, producto de un debate interior que, sin remedio, queda
convertido en verso:
ENVIO
En mi demencia y disciplina
y en el sextivio y en el madroiio
y en las olipandas de estos blancos
martes emergientes -escuchame
Sefior de la tatacoa
e inventor de la catapulta
-del mar risa y gemido- 6yeme
Azuzador de la semilla
feretrador del criminoso
desvahidor de sombras
a mi tranquilidad
y mi botella>>
Dice
Pero atn en este libro persiste esa dispersi6n que me hace pensar a veces
que Escobar estuviera escribiendo dos o mis poemas a la vez. Hay en
ellos una l6gica para mi incoherente, que no logra fijarse concentrada-
mente en el texto. No entiendo la mayoria de los efectos que busca. He
fracasado como lector de Eduardo Escobar.
Cuando se producen desencuentros como el mifo con la poesia de
Eduardo Escobar, la pregunta que queda es 6sta: iquien fracasa: fracasa
el texto frente al lector o fracasa el lector ante el texto? Podrfamos decir,
en defensa del poema, que ahi queda, disponible para otra sensibilidad,
dispuesto a otros estremecimientos. Podriamos decir, en defensa del lector
-en mi defensa-, que su momento no era el del texto, que vivid tiempos
que suspiraban con un aire distinto al del poema, que acaso maiana el
lector regrese siendo necesariamente otro, y ahi si, con alborozo, descubra
en el inmutable poema otra raz6n para vivir mafiana. Pues, como Eduardo
Escobar lo ha escrito, <<todos tenemos que decir algo importante y el men-
sajero siempre es mas importante que el mensaje>>.
AMifLCAR OSORIO
Amilcar Osorio tampoco es fiacil de leer. Segin mis datos, Osorio tiene
dos libros de poemas ineditos: Vana Stanza y Umbra et Torsi. Poemas
de estos libros, aparecidos en Golpe de dados y Acuarimdntima, son los
que me sirven para esta lectura, sin contar esos primeros nada torpes e
intuitivos pasos que denotan los poemas suyos publicados en 13 poetas
nadaistas. La poesia de Osorio no esti destinada, precisamente, al consu-
mo masivo. Se diria -nunca sabr6 si esto es un elogio- que se trata de
poesia para poetas. Como todos los pioneros, Pound pensaba que su poe-
sia seria comprendida mucho despu6s. Ernesto Cardenal lo cuenta asi: <<Es
cierto que estos cantos, que para nosotros ahora son tan dificiles, un dia
seran entendidos hasta por los muchachos de la escuela. (...) El mismo
Pound ha dicho que la gente se preguntard un dia: ,Quienes son esta
sefiora Roosevelt y este Stalin de los que habla Pound en su poema?>>
La dificultad de esta poesia, hablo de la de Osorio, hablo tambien de
la de Pound como criterio rector, radica en que expresan de un modo
distinto y nuevo la realidad. Vale la pena contar la historia: hacia 1908
todavia perduraban en la poesia inglesa algunos valores rominticos, con-
vertidos en f6rmulas que agotaron el vuelo de la poesia, ahora en manos
de poetas de segunda, aplicadores de una ret6rica y de unos dogmas. En
aquel afio se publica un poema de T. E. Hulme, <Otofio, <<que tal vez
sea el primer poema moderno de la poesia inglesa>>, como escribe Ale-
jandro Oliveros. Hulme, ademas, dicta las ya clebres conferencias del
Poet's Club de Londres, en las que se propugnaba por un cambio de las
ya exhaustas formas de la poesia inglesa, e introduce un corpus de doctri-
na coherente, parapetado en las innovaciones de Rimbaud y los simbo-
listas, de R6my de Gourmont y de Bergson. Durante los afios subsiguientes
sobrevendrian nuevos hechos y aportes. Hacia 1912 se compacta un grupo
de poetas alrededor de una est6tica imaginista. En 1913, la viuda de
Ernest Fenollosa entreg6 un curioso legado de dste a Ezra Pound: el ma-
nuscrito de <<El caracter de la escritura china como medio po6tico>; en
1915 aparecer Cathay, su antologia de traducciones japonesas de poesia
china. Mientras todo esto transcurre, al otro lado del Canal de la Mancha
se estan publicando, primero, los poemas de Cendrars y, despuds, los de
Apollinaire.
En terminos de teoria, me referird a algunos puntos que significaron
cambios importantes durante este periodo y que Amilcar Osorio incorpora
con sorprendente intuici6n y coherencia a la poesia colombiana. En pri-
mer lugar esta el 6nfasis de lo visual. Ni qud repetir que el ideograma
chino <se basa en una vivida imagen taquigrtfica de las operaciones de
la naturaleza>, que es un <jeroglifico visual , como dice Fenollosa. En los
iltimos terminos que nos interesan, Pound dii: <<En la poesia visual,
778 DARIO JARAMILLO AGUDELO
cada palabra debe ser una imagen vista>; pensando en esto leamos a
Osorio:
STANZA
esta vanagloria
del creptisculo
encima de los montes,
all- en el limite
que se ve por la ventana,
destrozada como una imagen
sorda, verdadera.
Habria que decir que Amilcar Osorio ha escrito muy dignos textos sobre
artes visuales. El tiene no solamente el ojo, sino los recursos tecnicos para
analizar las sensaciones de la visi6n. Y posee tambidn la sensibilidad para
esta poesia que expresa imigenes concretas, unas como finas transparen-
cias sobre las que puede repetirse o10
dicho por Remy de Gourmont:
<<Escribir bien, tener estilo... es pintar. La facultad principal del estilo
es la memoria visual. Si un escritor no ve lo que describe -paisajes y
figuras, movimientos y gestos-, c6mo puede tener estilo o, lo que es lo
mismo, originalidad?>>
TORSO
Decia Pound que la lnica manera como logr6 expresar algo que habia
visto era con <sibitas manchas de color>>. Leamos, para hacer evidente
la analogia, este poema de Amilcar Osorio:
INTERIOR
DARfO LEMOS
Tu rostro es un paisaje
Sabes a perejil
Hueles a mamey
Miras como Rimbaud
Llevas en la nariz a Dios
Tienes siete ajios amarillos
Inventaste la risa
y vuelas
'784 DARIO JARAMILLO AGUDELO
CABALLITO DE REY
Con Lemos, las cosas van bien cuando escribe sus poemas y cartas
pensando en que tiene que decir y no en cdmo decirlo. Pero cuando se
<<pone>> a escribir, cuando se sienta a caligrafiar sobre un tema mas ajeno
a su infierno, es artificioso, recargado, repetitivo. En eso de la filigrana
son mucho ms hitbiles algunos posteriores poetas malditos entre comi-
LA POESIA NADAISTA 785
JOTAMARIO
POETA DE SALON
crimenes atroces y con orgias, veinte afios despues -ain sicaliptico y ma-
16volo- expresa su mala leche y su humor negro en situaciones mis
domesticas:
DESAGRAVIO A SIMONE
te ame! (SARTRE).
jy
<<iAmor! Todos los dias te visto y te desvisto, veo tu
ombligo, los dedos de tus pies, tu trasero, quieres que
RENUNCIAMIENTOS
2
Por ti yo lo haria todo
venderia por dos pesos la ceniza de mi familia
traicionaria a mi patria en el campo de muerte de las banderas
ejecutaria con los ojos cerrados a mi mejor amigo en una calleja
792 DARIO JARAMILLO AGUDELO
TRANSMIGRACION
lento para contarnos su vida en unos poemas en los que un lector vicioso,
maniatico, perfeccionista y prejuiciado -como yo- se la pasa tachando
lo que cree exceso de locuacidad o brillo initil, y tambi6n gozando con
el refrescante desparpajo de este poeta rebosante de emoci6n <con>> (y no
<<por>>) la vida.
en la que todos, los veinticinco poemas, con una (nica excepci6n, proceden
de Los poemas de la ofensa y en la que esttn, inclusive, seis poemas que
tienen por lo menos veinte ajios de escritos, pues figuran ya en 13 poetas
nadaistas. El hecho de que esta selecci6n provenga del autor pone de
manifiesto los aspectos que, hoy por hoy, mas le interesan al mismo Ja-
ramillo Escobar en su breve y, par lo visto, cada vez mas reducida obra.
En el mismo afio 1982, el nimero 55 de la revista Golpe de Dados estuvo
integramente dedicado a traducciones del poeta brasileiio Geraldino Brasil
realizadas por nuestro poeta. Me limitar6, sin embargo, a los poemas ori-
ginales de Jaramillo Escobar.
Existen varios equivocos con la poesia de Jaramillo. Una primera lec-
tura desprevenidamente hallara, de entrada, repasando titulos y epigrafes
de los poemas, un trasfondo donde estan Walt Whitman, William Blake,
la Biblia y los Evangelios Ap6crifos. Estas son apariencias explicitas pero
falsas de los contextos reales de una poesia profundamente original, origi-
nal en el sentido mas verdadero, que alude al origen, pero que esta inscrita
en un modo de conocimiento y en una tradici6n tan ativica y secreta
como aquella que reconoce un orden distinto de la percepci6n <<que se
encuentra al borde de los suefios y el poema no es ajeno a esa posibilidad,
entre la bruma de la creaci6n. Dios hizo al mundo cantando>, para decirlo
con las palabras del poeta. Lo nico que une a Jaramillo con Whitman
es el gusto y el dominio del canto versicular. Pero el mismo poema que
nuestro poeta le dedica al autor del Canto a mi mismo establece con cla-
ridad las diferencias:
CONVERSACION CON W. W.
Viejo no te burles,
que Dios hizo lo que pudo.
Ademis, el sapo no es la medida de Dios, evidentemente,
pues el elefante es un monstruo mas grande con su larga nariz,
y el hombre un monstruo todavia mas grande, portador a dos manos
de su alto falo,
de cuya punta beben las jirafas del crimen,
y quien, no contento con su estatura,
ha levantado estatuas suyas gigantescas sobre altisimos pedestales,
pero entonces se han levantado tambien estatuas de Dios igualmente
altas y arrogantes,
ya que El no quiere ser menos que el hombre.
Y has visto en cambio a los sapos u otros animales
levanttndose a si mismos monumento alguno o siquiera una tumba?
LA POESIA NADAISTA 795
LA LLAGA INCURABLE
Hay un animal que tiene que estar siempre con el dia. Si lo coge la
noche, muere.
Este animal corre con el sol, para 61 es siempre medio dia y no conoce
la oscuridad.
Le da vuelta a la tierra con el sol; corre, vuela, nada; est6 hecho asi a
su necesidad de luz.
Atraviesa las selvas, las montafias, los mares, siempre con el sol.
796 DARIO JARAMILLO AGUDELO
EL CUERPO
<iQu6 farsa!>> (J.-P. SARTRE).
He aqui, de esto se habla.
El cuerpo nos goza y lo sufrimos.
Lujo de la naturaleza, pagamos por 61 nuestra alma.
Esclavo de los dioses, el hombre es un ser aterrado,
y s61o en el usufructo de su cuerpo deposita su aspiranza.
Su cabeza afiadida luce su conversaci6n como un pavo real,
y sentado en un tapete de luna su lengua salta delante de si como una
serpiente encantada.
Orgullo de alma, el cuerpo es regocijo y alimento,
y baila ante los dioses como el arbol frente a la tormenta.
El cuerpo toca otro cuerpo y no percibe sino otredad.
(Rosa>, decimos, y la rosa es un mito del alma, porque la camrne del
cuerpo no se reconoce sino a si misma.
El cuerpo, Devorador, todo hecho para devorar,
el alma de este cuerpo no puede ser sino tambien devoradora.
798 DARIO JARAMILLO AGUDELO