Textos Interactivos en El Museo

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a INTERACTIVOS EN EL MUSEO CAGE ih SOBRE LOS MODOS DE INTERACTUAR, PROVOCAR, INVOLUCRAR Y “CONVERSAR™ CON LOS VISITANTES POR MEDIO DE LOS TEXTOS, ROTULOS Y CARTELES Hay en el museo un gran conjunto de textos en multiples so- portes, que abarca los catdlogos, los folletos, los materiales co- municativos para usar en sala o para llevar, los textos en la web, el audiotexto y los carteles, cédulas, etiquetas o paneles de sala. Cubren variadas necesidades, como sefializar lugares, decir lo que se puede hacer y lo que no, nombrar las cosas que se muestran, explicar, datar, asignar autoria, interpelar al que lee y mucho mas. La reflexién sobre su uso es muy importante para la planificacién, desarrollo y evaluacién de las exhibiciones, y corresponde a los equipos de educacién y comunicacién ejercerla constantemente. En el Museo de las Escuelas actuamos en este sentido, guiados por un conjunto de criterios que hemos desarrollado a partir de lecturas y experiencias. A continuacién presentaremos una mirada general de esos criterios Palabras en carteles y cartelitos: los textos de sala En este articulo vamos a centrarnos en los textos de sala, que son también el elemento comunicativo més tradicional en las exhibiciones. ¢ Qué tan nece~ sarios son los textos de sala? Ken Yellis nos provoca con esta afirmacién: En una exposici6n, el texto como estrategia interpretativa deberla utilizarse como tiltimo recurso, cuando uno se queda sin ideas, sin tiempo o sin dine- 0 para resolver cud es la forma més poderosa de cautivar al visitante (Yewus, 2004.1) Muchas veces, los textos en la exhibicién son considerados como el unico recurso comunicativo posible. Se iguala “comunicacién” a “palabras escritas” Si las colecciones no hablan por si mismas, équé mejor manera de comunicar algo que diciéndolo con palabras? éY qué mejor manera de asegurarnos que se “diga” lo que queremos correctamente que haciéndolo por escrito? Las ideas pueden comunicarse més alld de las palabras, ya sean dichas 0 es- critas. El espacio de la exhibicién (la luz, el color, la distribucién de los ambientes y las paredes), la disposicidn de los objetos, cada objeto en s! mismo, la musica, los olores también comunican, y de hecho deben ser los elementos principales de comunicacién. Por lo tanto, la pregunta “ZEs necesario poner texto aqui?” ws/ TEXTOS INTERACTIVOS EN EL MUSEO debe ser siempre la primera que debe hacerse un comunicador de museo. Hecha esta aclara~ cién, podemos dividir los textos de sala en dos grandes grupos. Como en otros museos, en el Museo de las Escuelas hallamos textos de sala que nos dicen qué estamos viendo (tex- tos de identificacién) y otros que aclaran dénde es- tamos (textos de orientacién) Muebles del jardin >» Mobiliario escolar de principios del siglo XX del jardin de infantes de una Escuela Normal de la Ciudad de Buenos Aires. ETodo tiempo pasado fue mejor? IN Fotogaleria. Junto con los textos de normativa, como "Permitido sacar fotografias y fil- mar", los grupos textuales mencionados conforman el conjunto de textos que responde, principalmente, a necesidades del museo (como dividir y clasificar los espacios, identificar el patrimonio, establecer reglas para su cuidado). Otra denominacién para estos es textos no interpretativos (Serrell, 1996). Si bien los visitantes utilizan dichos textos para orientarse en su visita, no fueron escritos para responder a sus necesidades mas profundas. Serrell habla de una preocu- pacién que el visitante nunca expresa: "¢Por qué tiene que interesarme esto?” En el Museo de las Escuelas, los textos que mas trabajamos son aquellos que se dirigen a estas necesidades de los visitantes. Textos que comunican algo acerca del tema de la exhibicién y de los objetos que se exhiben, estableciendo un puente de ida y vuelta entre los visitantes y el patrimonio, dichos textos se conocen también como interpretativos. Segiin Beverly Serell (1996), todos los carteles son interpretativos si sirven para explicar, guiar, preguntar, informar o invitar a participar a quien lee. Algunos ejemplos de textos interpretativos en nuestro museo: » Cartel junto a un cuaderno de clase en cuyas hojas alguien escribié cien veces "No debo conversar en ausencia de mi maestra”’ No debe... > Cuando se prohibieron los castigos corporales, a veces la escritura era una “tortura’. » Cartel junto a fotografies de nifios jugando en el patio de la escuela: Averigiien las reglas de algunos de estos juegos IN El gallito ciego, El vigilante y el ladrén o el patrén de la vereda, “La Farolera’, La payana, “Pisa pizuela’, "Martin pescador’ o “La vibora del amor’, “Arroz.con leche” “Los fosforitos’ 0 “La Bruja de los Colores’, "El gato y el ratén’, saltar a la soga, saltar al elAstico, el rango. Y ustedes, ca qué jugaban en los recreos? » Globo de didlogo pegado sobre la fotografia de una clase de musica en la que un grupo de nifios canta a coro junto al piano. El globo muestra lo que imaginamos que los nifios estan cantando: la cancién patria “Aurora”, que describe el movimiento de un Aguila que representa la bandera argentina La letra dice “Azul un ala / del color del cielo. / Azul un ala / del color del mar", haciendo alusién a las dos franjas azules de la bandera, Los nifios, estén diciendo "A su lunala'” en lugar de “Azul un ala’ Este era un error muy comin: como las canciones se aprendian por escuchar a los otros nifios y repetirlas en los actos, muchas veces las letras se reinterpretaban con erro res. All mirar esta imagen, los adultos visitantes del museo siempre se rien: .-asulunaaala del color del cieeelo.. pa IN Estos textos invitan a participar, cada uno a su manera. El primero lleva a tomar una posicién con respecto a la afirmacién de que la escritura impuesta puede ser “una tortura”, y suele generar conversaciones. E! segundo establece una pregunta para el recuerdo. Y el tercero invita a imaginar. Esta invitacién a participar es el elemento principal de un texto museal real- mente centrado en las necesidades de los visitantes. Como educadores de museo, siempre tenemos presente que cuando escribimos textos de sala no lo hacemos para mostrar nuestros conacimientos, para que nuestra exhibicién sea més linda ‘0 mas completa, o porque no puede haber exhibicién sin textos. Escribimos para tender puentes comunicativos entre nuestro patrimonio y nuestros visitantes. Palabras para todos: los textos amigables Los textos interpretativos son puentes que dan la bienvenida a intereses, preguntas, necesidades e ideas de los visitantes, para ayudarlos a tener una ex- periencia positiva y significativa. Los textos que tienen en cuenta las necesidades de los visitantes muchas veces son llamados “textos amigables”. Beverly Serrell afirma que cuando hacemos textos amigables esperamos que los visitantes “lean para si mismos, lean en voz alta para otros, lean hasta el final y entiendan lo que TEXTOS INTERACTIVOS EN EL MUSEO leyeron” (Serrell, 1996: 29). Para que un texto sea amigable debe ser legible, debe ser comprensible y debe apelar a motivaciones intrinsecas del lector. Textos legibles: Si un texto no se ve bien, no puede leerse bien. Por lo tanto, deben tenerse en cuenta elementos visuales y estructurales, como su ubica- cién espacial, la luminacién, la posicién del soporte en relacién con los ojos del visitante, el color de las letras, el contraste con el fondo, el tipo y tamafio de las letras, el espaciado entre las letras, palabras y lineas, la alineacién, et. La legibilidad es responsabilidad de los disefiadores gréficos; por lo tanto, el didlogo constante con ellos es vital Textos comprensibles: La lectura en el museo se realiza en condiciones espe- cialmente dificiles, ya que los visitantes suelen estar de pie, en movimiento y con la atencién dividida entre multiples estimulos. Factores que influyen en la facilidad o dificultad de lectura son: la familiaridad del lector con el tema, el estilo de la prosa, el largo de las oraciones y el vocabulario, A continuacién, presentamos un ejemplo en el cual tomamos un texto que no cumplia con el criterio de comprensibilidad e intentamnos mejorarlo. Elrecreo: mente sana en cuerpo sano. Con la constitucién de los sistemas educativos nacionales a fines del siglo XIX se instituyé el recreo en las escuelas para romper la suce- sién de clases y evitar la fatiga mental de los alumnos. En 1884 la Ley 1420 para la capital y los territorios nacionales establecié la educa- cién laica, gratuita y obligatoria. Su articulo M4 especificaba que “las clases diarias de escuelas piblicas seran altermadas con intervalos de descanso, ejercicio fisico y canto” IN En nuestras observaciones, vimos que pocos visitantes se detenian en este car- tel, y que, de aquellos, la mayoria segula su camino sin haber terminado de leerlo. Lo acortamos lo més posible, para que su lectura requiriera menos tiempo. Separamos la informacién en parrafos cortos (para evitar que el lector “pierda" la linea). Coloca~ mos en primer lugar el tema del parrafo, lo ms importante, y agregamos variantes tipogréficas (negrita, itdlica) para enfatizar conceptos principales. El cartel quedé ast: El recreo: mente sana en cuerpo sano Elrecreo se instituyé en las escuelas al formarse los sistemas educativos nacionales a fines del siglo XIX. Su funcién fue romper la sucesién de clases y evitar la fatiga mental de los alumnos. ‘Las clases diarias de escuelas ptiblicas serén alternadas con intervalos de descanso, ejercicio fisico y canto’. Ley 1.420 para la capital y los territorios nacionales, 1884. » Estos cambios resultaron positivos: la gente que se acercaba al cartel lo lela hasta el final. Sin embargo, no logré atraer a mas lectores que el anterior: la gente no sentia el impulso de leerlo. Aunque lo hicimos mas comprensible, no apelaba a motivaciones intrinsecas del les Palabras tentadoras: textos que motivan la lectura Chandler Screven (1995) caracteriza la conducta del visitante en el museo como auto-dirigida, con su propia velocidad, no-lineal, exploratoria y general mente social. La lectura no es el foco principal de la visita, sino que ocurre @ partir de un deseo o necesidad. Por lo tanto, para que haya lectura, el conte- nido, la estructura y la presentacién de los textos deben prover razones posi- tivas para justificarla y estar relacionados con los deseos y necesidades de los visitantes, Quiza el cartel sobre el recreo no daba suficientes razones para ser leido. Decidimos observar a los visitantes en este espacio. Qué cosas miraban, qué decian, qué preguntaban. Identificamos, en chicos y grandes, una tendencia a naturalizar el recreo, como si siempre hubiera existido. Aunque para nosotros quedaba claro a través del texto, que el recreo habia surgido con los sistemas educativos nacionales, esta informacién no llegaba a los visitantes. Y si un edu- cador del museo les daba esta informacién, siempre se generaba gran asombro. Decidimos hacer una prueba con un texto nuevo cue apelara 2 este asombro Elrecreono existié siempre ni fue siempre igual IN Hubo escuelas en las que se estudiaba de corrido, En otras, mientras el maestro ensefiaba a algunos alumnos, Jos demas jugaban. También habia maestros que observaban jugar a sus alumnos para detectar “malas conductas’ éCémo son los recreos en Ja actualidad? ¢Se imaginan una escuela sin recreos? Este nuevo texto llamé mas la atencién que el anterior. El titulo motivaba a la lectura, porque referia a un interés de los visitantes. Observamos que, entre los visitantes adultos, quienes leian este nuevo texto muchas veces leian tam- bién el anterior, porque seguian motivados. Los adultos que estaban con nifios les leian en voz alta Unicamente el texto nuevo, Palabras interactivas Mas alla de la legibilidad, la inteligibilidad y la motivacién, un texto amigable que sea realmente potente se caracteriza por generar un didlogo, una interac- cin entre el visitante y la exhibicién. Queremos que el visitante se sumerja en un tema, que participe en una conversacién sobre algo especifico que le esta~ TEXTOS INTERACTIVOS EN EL MUSEO mos mostrando; invitarlo a cruzar el puente, a construir con nosotros el sig- nificado de lo que esta viendo. Un buen texto interactivo permite que el lector participe en la creacién del sentido de lo dicho. Cuando hablamos de interaccién lo hacemos en términos cognitivos, inte~ lectuales y emotivos, y no necesariamente considerando aspectos motrices o conductuales. No buscamos necesariamente que el visitante toque botones y palancas, sino que haga comparaciones, formule o responda preguntas, haga elecciones, note relaciones, haga conexiones personales y altere sus estructu- ras cognitivas existentes. Algunas posibles funciones de los textos interactivos son las siguientes. > Generar atencién activa, hacer mirar y volver a mirar. El siguiente texto esté al pie de una gigantografla que muestra a un curso en su aula en 1959. Surgié a partir del trabajo con grupos en las visitas guiadas, buscando una manera de profundizar la observacién de la imagen. En este caso, nos en focamos en las emociones y aprovechamos para hacer evidente que se trata de una foto posada y no esponténea: {Cual es el alumno més sonriente? IN {Quién esté distraido? {Quién estd enojado porque no quiere que le saquen la foto? El texto que sigue se ubicé junto a un grabado que ilustra el momento de lectura en un aula lancasteriana de la primera mitad del siglo XIX. Ambos elementos estan en la ambientacién del aula, junto al espacio de lectura compuesto por un semicirculo marcado en el suelo y cartillas en le pared Al leerlo, los visitantes miran el piso, leen, miran la pared, vuelven a leer, y algunos hasta intentan repetir o deletrear de memoria los contenidos de las cartillas La ensefianza dela lectura: IN Los nifios se distribuian en grupos de hasta 9 alumnos, guiados por un monitor, El grupo se ubicaba en semicirculo alrededor de cartillas que contenian letras: abecedario; sflabas: silabario; palabras: vocabulario; y frases: ensefhanzas morales. La actividad de lectura consistia en ejercicios: — 30 minutos para leer mirando la cartilla, — 8 minutos para repetir de memoria sin mirar y — 8 minutos para deletrear sin mirar. Referirse a preguntas comunes de los visitantes. Observando a los visitantes en el espacio del aula lancasteriana, detecta- mos que la primera fila de pupitres con arena en su interior llamaba sien pre la atencién. En visitantes de todas las edades se repetia la misma pre- gunta, Por esta razén, decidimos fragmentar el texto en un cartel para cada fila, e incorporar un cartel con una pregunta que dialogara con las dudas de los visitantes: JA fila:arena. IN 24 fila: pizarvas. 34 fila: plumas. Los alumnos comenzaban a escribir usando varillas para trazar las letras en la tierra o el dedo en superficies con arena. Luego de aprender las primeras letras y niimeros, pasaban a la fila siguiente, para escribir en pizarras individuales. La tiltima fila era para los alumnos més avanzados, que ya podian escribir con pluma de ave y sobre papel. Qué hace esta arena adentro del pupitre? IN Los alumnos empezaban a aprender a escribir en superficies de arena, dibujando con sus dedos la forma de las letras. Usar el cuerpo, generar sensaciones, activar la memoria sensorial. £ cartel a continuacién esta junto a varias fotografias de nifios en formacién Cuando los visitantes siguen las instrucciones, suelen expresar que se sien- ten incémodos, y muchas veces preguntan durante cuanto tiempo debian los alurmnos estar parados asi FIDIMIIMIR - MES!!! Prueben pararse asi: IN Talones unidos, Las puntas de los pies separadas formando un angulo agudo. Abdomen hundido. Pecho saliente. Brazos a los costados. Las manos con los cinco dedos unidos. Las yemas de los dedos apoyadas en los muslos. Codos ligeramente hacia afuera. Cabeza en alto, vista al frente. Otro ejemplo de emociones corporales: Recuerden los olores del patio de su escuela >» Tierra mojada, baldosas lustradas, querosén con aserrin, mate cocido. TEXTOS INTERACTIVOS EN EL MUSEO > Generar empatia e identificacién. La pregunta siguiente esta junto a la fotografia de una nifia en ropa interior en el consultorio médico escolar. La nifia esté sentada en la camilla de espaldas a nosotros, el doctor la esté revisando. En el fondo se divisan otras dos nifias, cuyo peso y altura son medidos por enfermeras. La pregunta intenta poner a los visitantes en el lugar de la nifia Qué estara sintiendo esta nena? IN El cartel que sigue se ubica junto a varios cuadernos de clase abiertos para mostrar su contenido. Al decir “mi cuaderno” y no simplemente "cuader- nos", nos referimos a una experiencia personal de los visitantes, generando curiosidad, volvigndolos mas interesantes y provocando una mayor co- / nexién entre ellos y los objetos: Micuaderno de clase. IN > Motivar a responder una pregunta, resolver un problema, dar una opi- nién, intercambiar ideas con otros. La pregunta a continuacién se encuen- tra en el sector Con olor a libros, sobre los cambios en los libros de lectura 2 lo largo de la historia argentina. La vitrina corresponde al momento de la ’ dictadura militar, cuando los libros de primer grado no ensefiaban todas las letras del abecedario. El alcance de la restriccién, que petmitla Uni- camente la ensefianza de 13 letras, se comprende mejor con este ejercicio Qué palabras se pueden formar solamente con estas 13 letras? IN En la misma vitrina, una fotografia registra una quema de libros prohibi- dos. La pregunta busca generar un debate ético: Quemarias un libro con el que no estas de acuerdo? iN El cartel siguiente est en una de las vitrinas que tratan el higienismo escolar, junto a una ficha médica que detalla datos de los alumnos, como forma y tamafio de la cabeza, nariz, orejas, ojos, etc. Se dirige especificamente a los nifios, y busca generar una conversacién entre diferentes generaciones: Pregunten a los adultos por qué se pensaba IN que la forma de la cabeza tenia que ver con la inteligencia. El préximo texto aparece escrito en un pizarrén colgado en la pared. Los vi- sitantes se quedan pensando, muchos nos preguntan sino hubo un error 0 nos dicen que olvidamos poner una palabra: "por NO saber leer y escribir", Ante la negativa, muchos se sorprenden, y varios hasta se indignan: En tiempos de la colonia, Ambrosio Milicay, un mulato, >» fue azotado en la plaza publica por saber leer y escribir. > Generar juego poético. La siguiente propuesta se ubica junto a colec~ ciones de utiles escolares de diferentes épocas. El juego postico busca provocar asociaciones de palabras o de ideas que disparen la imaginacién: éCual de tus utiles es el mas initil? > Inventa un util multiuso combinando dos o mas; h» por ejemplo: lapizjera, cartupunta, plumador. Cred un poema inspirado en tus utiles escolares. >» > Activar la imaginacién. Este texto se ubica junto a maletines, valjas y mochilas escolares de distintas épocas. Busca que los visitantes proyecten sus ideas sobre el futuro, enfocdndose en un objeto en particule: Imaginen qué llevaran los chicos del futuro ala escuela, y cémo. IN TEXTOS INTERACTIVOS EN EL MUSEO Recabar la narrativa del visitante. E! texto a continuacién acompafia uno de nuestros dispositivos participativos, Las llaves de la escuela, y est orientado a recoger historias y anécdotas escolares de nuestros visitantes. Las voces de nuestros visitantes son materia prima para nuevas exhibicio- nes y dispositivos: Combina un lugar y una experiencia iN y contanos tu anécdota escolar. Escribir, modificar y volver a escribir Los textos de sala son sélo una de muchisimas herramientas para construir puentes entre el museo y sus visitantes. Para que estos puentes de palabras fun- cionen es necesario seguir algunas reglas basicas: escribir sélo cuando es absoluta- mente necesario y escribir pensando en el otro, para que quiera leer, lea, entienda y participe. Hacer textos amigables no es nada facil; requiere de una constante reevaluacién y modificacién, para ir adaptandose cada vez mejor a las necesidades de los destinatarios. Se trata de un proceso en espiral: probar, modificar y volver a probar. Es dificil, pero creemos que vale la pena. El secreto est en darse cuenta que no es factible escribir el texto perfecto, y que los textos que se produzcan no deben considerarse definidos e inmodificables. El texto en el museo es como el museo mismo; si esté abierto al mundo, nunca est terminado; es movimient

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