El Arte de La Lengua Mexicana y Castellana de Fray Alonso de Molina Morfología y Composición
El Arte de La Lengua Mexicana y Castellana de Fray Alonso de Molina Morfología y Composición
El Arte de La Lengua Mexicana y Castellana de Fray Alonso de Molina Morfología y Composición
* Una primera versin de este artculo fue presentada en el Quinto Congreso Internacional
de Lingstica Misionera en Mrida de Yucatn en marzo de 2007. Quiero agradecer a Karen
Dakin, Pilar Mynez y Mercedes Montes de Oca las sugerencias que me hicieron durante la
redaccin del texto y a Ramn Arzpalo, Thomas Smith Stark y Otto Zwartjes sus comentarios
muy atinados en una etapa posterior. Finalmente doy las gracias a Miguel Len-Portilla por
una esmerada ltima lectura.
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Fray Alonso lleg nio a la Nueva Espaa, tan luego como se con-
quist, dice Mendieta, su primer bigrafo (Mendieta, 1870, libro v,
cap. 48). De su vida en Espaa nada se sabe sino que era extremeo,
que aprendi pronto la lengua mexicana jugando con los nios, que
sirvi de intrprete a los Doce, que llegando a la edad tom el hbito
franciscano. Fue nico en saber la lengua, en la cual predic cincuen-
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Para las citas de Nebrija sigo la edicin bilinge de 1488 de Miguel ngel Esparza y
Vicente Calvo publicada en 1996. Para las de Donato, la recopilacin hecha por Dimedes el
Gramtico (s. iv d. C.) publicada en Venecia por Caesarem Arriuabenum en 1522, que se
guarda en la Biblioteca Nacional de Mxico.
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Esta obra de Quintiliano, aunque de ndole retrica, fue muy consultada por los gra-
mticos. Se sabe que haba un ejemplar de ella en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco.
(Mathes, 1982, p. 64). Aqu sigo la edicin reciente de Carlos Gerhard Hortet, 2006.
Se puede corroborar este dato en Miguel Mathes, Santa Cruz de Tlatelolco: la primera
biblioteca acadmica de las Amricas, Mxico, Secretara de Relaciones Exteriores, 1982, p. 52.
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Apenas dos pginas integran el Prologo [f. 5r-5v], breve pero inten-
so. En forma concisa, Molina describe en l seis rasgos fonticos del
nhuatl: letras de las que carece esta lengua b, d, f, g, r y s; el uso de
la v, consonante slo por las mujeres; la existencia de cinco vocales
como en la lengua latina y castellana; la existencia de una letra hebray
ca que es la tsade y la pronunciacin de la ll como en latn. Finalmen-
te seala las slabas ausentes en esta lengua: ja, lla y a.
A muchos llamar la atencin que fray Alonso comience su obra
sealando las letras y slabas de que carece esta lengua, pero nada
tiene de extrao si recordamos la tradicin latina de aprender una
lengua, segn la cuenta Marco Fabio Quintiliano (c. 30-96 d. C.). En el
libro I de su citada obra De institutione oratoria, afirma que todos los
gramticos se ocuparon de minucias tales como preguntarse si nos
faltan algunas letras necesarias, no cuando escribimos en griego (pues
a aqullos les pedimos prestadas dos letras), sino en las palabras pro-
piamente latinas (2006, p. 34). Recordemos que l escribi su obra en
latn y toma como referencia la naturaleza fontica del griego. Es decir
que l tuvo que codificar su lengua desde otra, lo mismo que hicieron
Olmos y Molina cuando describieron la fontica del nhuatl a partir
del latn y del castellano.
Un fonlogo encontrara muchos datos en este intenso Prlogo:
por ejemplo la informacin sobre algunas sibilantes. En primer lugar
Molina excluye a la <s> del sistema consonntico nhuatl. Tal hecho
nos deja ver que, al menos en el espaol escrito de la Nueva Espaa,
se mantena la oposicin de la <s> sonora // y la <ss> sorda /s / como
representacin de fonemas apicoalveolares. Descartada la <s>, Moli-
na escogi las grafas de las sibilantes dorsodentoalveolares <c, y z>
para representar el fonema sordo del mexicano [s].
Otro dato importante aparece cuando afirma que esta lengua tie-
ne una letra hebrayca que es la tsade, correspondiente a la alveolar
africada //. Dice de ella que se ha de escribir con t. y s. o con t. y z.
y ase de pronunciar como t. y .s. Esta prdida de oposicin entre s. y
z. la corrige en la segunda edicin del Arte, de 1576, donde afirma
que la letra hebrayca se ha de escrevir con t. y z. y ase de pronunciar
como tal. En fin, estos datos, con otros que ofrece en el Aviso se-
Sobre este tema puede consultarse el trabajo de Juan M. Lope Blanch, De historio-
Como ya vimos son ocho las partes del la oracin que Molina reconoce
en la lengua nhuatl y a ellas dedica la primera parte de su obra. Pero
antes de hacer un recorrido por las ocho categoras gramaticales vale
la pena recordar lo que se dijo acerca de la relacin que establecen unas
palabras con otras en el nhuatl, una verdadera fusin de palabras per-
diendo letras, fenmeno llamado composicin. Este rasgo, caractersti-
co del nhuatl y de las lenguas polisintticas-incorporantes, exige un
anlisis morfolgico en el que entra tambin una perspectiva sintctica.
Podramos llamarla morfosintctica, si bien tampoco ste es el nombre
totalmente adecuado ya que ni Molina ni otros gramticos novohispanos
usan el trmino sintaxis. El hecho de eliminar el trmino sintaxis, que
para los lingistas es una cuestin controvertida, puede ser visto como
una novedosa respuesta ante lenguas esencialmente diferentes a la grie-
ga o la latina, en las cuales la relacin y orden que se establece entre las
palabras para formar la frase, nada tiene que ver con la forma de arti-
cularse que tienen las palabras para formar el enunciado en las lenguas
incorporantes. En estas lenguas la relacin es tan ntima, que dos o ms
Molina pueden consultarse los ensayos citados de Daz Rubio y Bustamante, 1986; Surez
Roca, 1992, Manuel Alvar, y Thomas Smith, 2005.
El problema de la existencia de sintaxis en la lengua nhuatl al ser codificada conforme
a la gramtica clsica es objeto de reflexiones en Jos Luis Surez Roca, Lingstica misionera,
Oviedo, Pentalfa, 1992, p. 120 y 55.
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Surez Roca, 1992, Cerrn Palomino, 1994, Hernndez de Len-Portilla, 2003 y Zwar-
tjes, 2006.
La aplicacin de estos dos conceptos al anlisis del nombre es objeto del ensayo de
quien esto escribe Naturaleza y funcin del nombre en el Arte de la lengua mexicana y castella-
na de fray Alonso de Molina, en prensa.
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Tal es el ttulo del primer captulo de la primera parte del Arte que
corre de la foja 6v. a la 20v. En l Molina incluye adems del nombre,
el nombre adjetivo y el nombre infinito, siguiendo en esto la tradicin
clsica. He aqu la definicin:
Pars orationis cum caso, corpus aut rem proprie communiterue sig-
nificans (Donatus, 1522: f. xcvv).
As aparecen los accidentes en las Introducciones, libro iii, p. 101. En el Ars de Donato
del verbo tecua, tecuani. Olmos [ f. 36r] y Carochi [f. 44r] la registran correctamente.
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De los pronombres
Pronomen est pars orationis quae pro nomine posita, tantumdem pene
significat, personamque interdum recipit (Donatus, 1522, f. cxiir).
De los verbos
Parte de la oracion que se declina con modos & tiempos sin caso &
significacion tiene de hazer & padecer (Nebrija: libro iii, p. 109).
Verbum est pars orationis cum tempore, persona, sine casu: aut agere
aliquid, aut pati, aut neutro significans (Donatus, 1522, f. XCIIv).
12Slo una forma del gerundio, la terminada en do, amando, a o para amar, correspon-
diente al gerundio de dativo pas al espaol pero slo como significante, aunque con signi-
ficado distinto que en latn.
13Debera decir de ser amado.
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Del participio
Aquel que es tenido por verbo del qual desciende [f. 69r].
Del adverbio
De las preposiciones
Preposicion se dize ser aquella que se antepone a las otras partes: las
quales son muchas [f. 74r].
De las conjunctiones
De las interjecciones
La que significa el affecto y desseo del alma, por alguna boz confusa.
La qual no tiene propria significacion como yyo. yo. o [f. 81v].
Uah. uh. yoh. tza. xi. y son del que se duele de alguna cosa con com-
passion, asi como ah. eh. yuh. yyuiyaue. o miseria, o desuentura y des-
dicha grande, o desdicha y desastre [f. 82r].
ni, Lyon, 1526, existente en la Biblioteca Nacional en Madrid. En ella, la sintaxis es un trata-
do amplio que despus se public como libro independiente.
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nombre, Nebrija define tal accidente como aquello por que el nombre
simple se distingue del compuesto (Nebrija, libro iii, p. 104).
El concepto de figura es muy viejo en la reflexin lingstica y est
muy presente en la tradicin gramatical desde Dionisio de Tracia. Es
pues muy explicable que Molina lo escogiera para aplicarlo a la po-
testad de las palabras en mexicano de juntarse, ya que, en esencia, el
significado del trmino es el mismo en la gramtica clsica que en la
nhuatl, aunque el proceso de la composicin es diferente en ambas
pues en el nhuatl hay prdida de letras. Adems, inclusive el voca-
blo es en s compuesto y en l entra el signo de cum, juntamente, idea
que se acoplaba muy bien a la facilidad de ayuntarse las palabras for-
mando, como ya se ha dicho, un nuevo signo lingstico. El hecho es
que Molina usa el trmino composicin desde las primeras pginas de
su obra, al hablar de la funcin del nombre: los diminutiuos se hazen
o componen [f. 15v]; cada y quando que un nombre se compone
de dos nombres pierden entonces algo los nombres en el fin [f. 17r].
Este rasgo de prdida de letras era nuevo respecto de las lenguas que
l conoca y lo resalta siempre que lo describe. En suma, el trmino
composicin implica la conceptualizacin de un artificio morfosintc-
tico propio, tan frecuente en el nhuatl, mediante el cual se relacionan
las palabras entre s y se estructura la oracin. Era pues, un trmino
mucho ms apropiado que el de construccin y gozaba de linaje en la
tradicin clsica.
En realidad, Olmos ya haba usado este mismo trmino para des-
cribir este mismo proceso lingstico, aunque slo a partir de la se-
gunda parte de su obra, cuando describe el verbo. Al principio de su
obra utiliza otras palabras como de los pronombres que se juntan con
verbos [f. 24v)]; combinacin de pronombres con nombres [f. 27r];
estos [los nombre verbales] no reciben mas de las particulas tla. te.
[f. 35v]; estos no toman partculas [f. 39v]. Slo al hablar de los
verbos entra de lleno en el uso del trmino para explicar la variedad
de los compuestos [f. 76r-80v].
Puede decirse que Olmos y Molina consolidan el uso del trmino
composicin y este hecho es importante, pues al eliminar el concepto
de sintaxis, se produjo una ruptura de paradigma ante una lengua
totalmente diferente. Vale recordar que tanto en latn como en griego,
el vocablo se aplicaba a la relacin y orden de palabras basada en la
concordancia de gnero, nmero, persona y caso por declinacin, lo cual
implicaba un rgimen verbal. Tal cosa no encajaba en el artificio grama-
tical del nhuatl donde la concordancia es slo en nmero y la ausencia
de declinaciones elimina el rgimen latino. En mexicano los casos, o
si se quiere ms exactamente los argumentos regidos, se marcan con
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Ytem es de notar que quando los tales pronombres no. mo. y. etc. se aa-
den a los nombres, pierden entonces algo los nombres en el fin: aunque
no ygualmente ni de vna misma manera para lo qual es de notar.
Los verbales acabados en ani los quales son semejantes a las terceras
personas del preterito del optatiuo de la voz actiua, quitado el ma. o
el matel. que son particulas de aquel tiempo y modo, tienen la signi-
ficacin actiua: y a esta causa tiene al principio te. o tla. Exemplo
tetlaotlani. amador. temauiztiliani. honrador o el que tiene respecto y
honra a otro porque significan de la manera que los verbales de la
lengua latina acabados en or. Los quales, tomando el no. mo. etc. mu-
dan en el singular el ani. en cauh: y en el plural en caua. Exemplo
temaquixtiani. saluador. notemaquixticauh. mi saluador. notemaquixticaua.
mis saluadores [f. 13r y v].
15Vale la pena recordar que en esta forma de posesin Olmos registra siempre el ensor-
16El ttulo de su obra sobre la lengua kavi es ber die Verschiedenheit des Menschlichen
Sprachbaues und ihren Einfluss auf die Geistige Entwickelung des Menschengeschlechts, Berln,
Dmmler, 1836. Sobre las diferencias estructurales en el lenguaje humano y su influencia en
el desarrollo mental del gnero humano.
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17Molina pudo inspirarse en la citada gramtica de Nicolavs Clenardvs donde son des-
critas en la p. 47.
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[La sillaba es] como vna llaue vniuersal para conocer la rayz del verbo,
a la que hay que estar atento, porque algunas vezes se hallara mas silla-
bas seruiles del verbo que de su rayz [] Pongamos un ejemplo: anne-
chmocxipaquilizque. que quiere decir lauarme eis los pies. Donde parece
que de la rayz deste verbo paca. que quiere decir lauo no quedan sino
dos letras que son p. y a. todas las demas son seruidoras [f. 32r y v].
Conclusiones
18Dwigth Bolinger, Aspect of Language, New York, Harcourt Brace and World, 1968,
p. 56-57.
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Material consultado
Fuentes
Bautista, fray Juan, ofm, A Iesu Christo nuestro Seor ofrece este sermonario
su indigno sieruo, Mxico, en casa de Diego Lpez Dvalos, 1606.
Carochi, Horacio, Arte de la lengua mexicana con la declaracin de los ad-
verbios della, Mxico por Juan Ruiz, 1645, edicin facsimilar con estu-
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Estudios