Resumen de Capítulo 4 y 8 Amoris Laetitia
Resumen de Capítulo 4 y 8 Amoris Laetitia
Resumen de Capítulo 4 y 8 Amoris Laetitia
El cuarto captulo trata del amor en el matrimonio, y lo ilustra a partir del himno al amor de
san Pablo en 1 Cor 13,4-7. El captulo es una verdadera y propia exgesis atenta, puntual,
inspirada y potica del texto paulino. Podramos decir que se trata de una coleccin de
fragmentos de un discurso amoroso que est atento a describir el amor humano en trminos
absolutamente concretos. Uno se queda impresionado por la capacidad de introspeccin
psicolgica que sella esta exgesis. La profundizacin psicolgica entra en el mundo de las
emociones de los conyugues positivas y negativas- y en la dimensin ertica del amor. Se
trata de una contribucin extremamente rica y preciosa para la vida cristiana de los conyugues,
que no tiene hasta ahora parangn en precedentes documentos papales.
A su modo este captulo constituye un tratado dentro del desarrollo ms amplio, plenamente
consciente de la cotidianidad del amor que es enemiga de todo idealismo: no hay que arrojar
sobre dos personas limitadas escribe el Pontfice- el tremendo peso de tener que reproducir de
manera perfecta la unin que existe entre Cristo y su Iglesia, porque el matrimonio como signo
implica un proceso dinmico, que avanza gradualmente con la progresiva integracin de los
dones de Dios. Pero por otra parte el Papa insiste de manera fuerte y decidida sobre el hecho
de que en la naturaleza misma del amor conyugal est la apertura a lo definitivo ,
propiamente al interior de esa combinacin de alegras y de fatigas, de tensiones y de reposo,
de sufrimientos y de liberacin, de satisfacciones y de bsquedas, de fastidios y de placeres
es, precisamente, el matrimonio.
El captulo se concluye con una reflexin muy importante sobre la transformacin del amor
porque la prolongacin de la vida hace que se produzca algo que no era comn en otros
tiempos: la relacin ntima y la pertenencia mutua deben conservarse por cuatro, cinco o seis
dcadas, y esto se convierte en una necesidad de volver a elegirse una y otra vez . El aspecto
fsico cambia y la atraccin amorosa no disminuye pero cambia: el deseo sexual con el tiempo
se puede transformar en deseo de intimidad y complicidad. No podemos prometernos tener
los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, s podemos tener un proyecto comn
estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir
siempre una rica intimidad.
El captulo octavo es muy delicado. Para leerlo se debe recordar que a menudo, la tarea de la
Iglesia asemeja a la de un hospital de campaa . Aqu el Pontfice asume lo que ha sido fruto
de las reflexiones del Snodo sobre temticas controvertidas. Se confirma qu es el matrimonio
cristiano y se agrega que otras formas de unin contradicen radicalmente este ideal, pero
algunas lo realizan al menos de modo parcial y anlogo. La Iglesia por lo tanto no deja de
valorar los elementos constructivos en aquellas situaciones que no corresponden todava o ya
no corresponden ms a su enseanza sobre el matrimonio.
En relacin al discernimiento acerca de las situaciones irregulares el Papa observa que hay
que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y es
necesario estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condicin . Y
continua: Se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia
manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia
inmerecida, incondicional y gratuita. Todava: Los divorciados en nueva unin, por ejemplo,
pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas
en afirmaciones demasiado rgidas sin dejar lugar a un adecuado discernimiento personal y
pastoral.
En esta lnea, acogiendo las observaciones de muchos Padres sinodales, el Papa afirma que los
bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser ms integrados
en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasin de
escndalo. Su participacin puede expresarse en diferentes servicios eclesiales () Ellos no
slo no tienen que sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros
vivos de la Iglesia () Esta integracin es tambin necesaria para el cuidado y la educacin
cristiana de sus hijos, que deben ser considerados los ms importantes.
En la ltima seccin del captulo: la lgica de la misericordia pastoral, Papa Francisco, para
evitar equvocos, reafirma con fuerza: Comprender las situaciones excepcionales nunca implica
ocultar la luz del ideal ms pleno ni proponer menos que lo que Jess ofrece al ser humano.
Hoy, ms importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar
los matrimonios y as prevenir las rupturas. Pero el sentido general del captulo y del espritu
que el Papa quiere imprimir a la pastoral de la Iglesia est bien resumido en las palabras
finales: Invito a los fieles que estn viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con
confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Seor. No siempre
encontrarn en ellos una confirmacin de sus propias ideas o deseos, pero seguramente
recibirn una luz que les permita comprender mejor lo que les sucede y podrn descubrir un
camino de maduracin personal. E invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con
el deseo sincero de entrar en el corazn del drama de las personas y de comprender su punto
de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia. Sobre la
lgica de la misericordia pastoral Papa Francisco afirma con fuerza:A veces nos cuesta
mucho dar lugar en la pastoral al amor incondicional de Dios. Ponemos tantas condiciones a la
misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significacin real, y esa es la peor
manera de licuar el Evangelio .