Solo Una Noche - Lucy Morton
Solo Una Noche - Lucy Morton
Solo Una Noche - Lucy Morton
Lucy Morton
Copyright Mayo 2017
Lucy Morton
Registro de la Propiedad Intelectual.
Todos los derechos reservados.
ASIN eBook: B0716ZM6YW
SOLO UNA NOCHE
PRIMERA PARTE
CAPTULO 1
CAPTULO 2
CAPTULO 3
CAPTULO 4
CAPTULO 5
SEGUNDA PARTE
SOLO UNA NOCHE
ELLA
Vi una luz a lo lejos. Achin los ojos para ver de qu se trataba. Una
gasolinera? Una casa? Un bar? Mir el reloj; solo haba caminado media
hora a paso tranquilo, por lo que la moto no deba estar muy lejos. A medida
que me fui aproximando, me di cuenta que se trataba de un pequeo bar en
medio de la nada. Tena un par de mesas fuera; parecan abandonadas. En el
interior, por lo que pude vislumbrar a travs de sus dos ventanas, haba luz.
Haba vida ah dentro. Al fin la suerte se haba dignado a dar la cara. Podra
pedir ayuda, utilizar un telfono y que la gra me salvase la vida. Pero al
entrar y verla, decid que lo dejara para ms tarde. Todo puede esperar,
menos lo que de verdad importa.
A veces, lo urgente, no es lo importante.
ramos dos almas solitarias que, sin estar destinadas a encontrarnos,
tenamos la oportunidad de conocernos justo en el momento en el que ms lo
necesitbamos.
Gracias, maldita moto. Gracias, maldito desierto de Texas, pens,
nada ms fijar mi mirada en esos ojos verdes que, al instante, me transportaron
a otro mundo.
Si el cosmos quiere que se encuentren,
aunque estn muy lejos, se encontrarn.
Si no quiere, aunque estn cara a cara, no se vern.
Alejandro Jodorowsky
CAPTULO 2
ELLA
ELLA
ELLA
El diario de Noa
CAPTULO 5
ELLA
Eran dos locos con el corazn roto, poniendo sus vidas en peligro, en
una carretera en lnea recta, en la oscuridad de la noche del desierto de Texas.
Tom, al que su novia Lisa haba dejado por su afortunado primo, no se
dio cuenta de la velocidad a la que iba su moto; mientras a Laura, a quien su
novio de haca cinco aos la haba dejado plantada en el altar, las lgrimas le
impedan ver con claridad la carretera a travs del cristal empaado de su
coche.
A las dos y media de la madrugada, Laura aceler mientras apuraba un
cigarrillo. A las dos y media de la madrugada, Tom se entretuvo mirando su
reloj de mueca: se haba detenido.
Ninguno de los dos crey que, a las dos y media de la madrugada de esa
noche de junio de 2013, Laura perdera el control sobre el freno y el
acelerador de su coche, que termin con fatales consecuencias para Tom. Su
moto dej de ir a doscientos cincuenta kilmetros por hora, para frenar en
seco debajo del coche destrozado de Laura.
No. No. No repiti Laura, agarrando con fuerza el volante. Solo se
haba hecho un rasguo en la frente; no tena importancia. Pero qu haba
debajo de su coche? Un animal? Un ciervo? Qu haba pasado? Estaba
totalmente bloqueada. Asustada. Muerta de miedo.
Temblando, sali del coche y, horrorizada, vio un cuerpo tendido en el
suelo, aplastado por su propia moto que le haba impedido saltar por los aires.
Medio coche le aplastaba las piernas y un charco de sangre, cada vez ms
grande, inundaba el asfalto de la carretera.
An estaba vivo. Laura fij su mirada en esos ojos de color azul cielo y,
saliendo del estado de shock, llam rpidamente a una ambulancia con la
esperanza de que el hombre an pudiera salvarse.
Eh! Eh! grit Laura. Escchame, no te duermas, por favor.
Ahora viene una ambulancia. Dime. Dime cmo te llamas.
Laura pudo distinguir una dbil sonrisa debajo del casco destrozado del
hombre. Se seguan mirando fijamente. Ella cogi su mano, estaba tan fra
No sobrevivira. Algo le deca que no poda sobrevivir a un golpe as. En esos
momentos, se hubiera cambiado por l.
Tom respondi l, al cabo de unos segundos. Su voz era ronca,
apenas le sala ya.
Tom. Vas a salir de esta.
l neg con la cabeza. En el fondo, le daba igual. Si ese era su destino,
lo aceptara. Qu ms daba. Nunca haba tenido miedo a la muerte; nunca
haba tenido miedo a perder.