La Muerte PDF

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LA MUERTE

Vladimir Janklvitch
Traduccin)' prlogo de
ili.J...\'UEL RRA\Z

PRE-TEXTOS
r,.,,u uhr:i ~e b.:t1<".c101
Je! ;1po~o dei :Olni:;teno fr:tncb de _'\5unms
o:Xt<:r:un.:~ y dd :'ervk:o Cultur;<i de b Er.,i-JJjJc.b de Fr;1ncu en bparb,
en el m:irco del prugr.im;.i cie P:iniop:ic1n en b Publicacin
(p_ A. P. G.wCI.~ LoKC.~).

PRLOGO

W n:rruduccin iot:il o p:trcial de este lihru. no ;\Ut11riz:.iJ;r por los edicores.


\"Job dered1os n::sen.:1dos_ Cu:ilquier uti!iz:1<:in dehc ser
pre\i;_imente so!icit~1da.

Fnmera ediciU11: jdHer11 de 2!!112

Ttuiu de b ed1cit,n ongln:d ...:n kngu:t tr;inu.:sa.


Lo 111r,,7

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JANKLVITCH INTRPRETE DE LO INEFABLE

La muerte.y la filosofa formaban, para


Vladimir janklvitch, una pareja.
jEAN-)ACQUES LUBR!NA

1Vo tenemos ms que un recurso frente a


la muerte: hacer arte antes de que llegue.
RE.>.J CHAR

La importancia de este libro sobre la n1uerte. de Vladimir janklvitch, no


pasar sin duda desapercibida ni dejar indiferente a ningn lector que se
acerque a l. ~Hermoso y profundo libro", dijo de l Jean Amry. Un libro
sobre la muerte que es tambin. crno no, un libro sobre la. vida. Y esto
no porque janklvitch recurriera al consabido mtodo de explicar las cosas
por su contrario, pues lo contrario de morir no es vivir sino no morir, del
mismo modo que lo contrario de vivir es no vivir. Ya que no hay contra-
diccin en[fe vivir y morir en la medida en que no son trminos del mismo
universo. Es un libro sobre la \"ida porque esti escito en el lenguaje de los
vivos (necesariamente, los muertos no tienen lenguaje), y cu::i.ndo se habla
el lenguaje de los vivos. aunque sea para hablar de la muerte, se est hablando
Je la vida. "La filosofa de la rnuerte es una meditacin sobre b. vida", sola
decir siempre janklvch.
La niuerte es un:.i obr:.i de n1:tdurez. no podia ser menos evidentemente
Liado su te111:.i, no es un te1na este en el que se reflexione a los veinte aiios
(a los veinte aos puede uno quitarse la vidJ, pero no pensar en la n1uerte,
y t::i.! vez sea est:.i la r:1zn de los jvenes suicidas: no piensan lo suficiente
en la 1nuerte, ya que si pensaran segura1nente no se quitaran la vida). Pero
si decimos que es una obr:.i de rnadurez. lo decimos en otro sentido. La pri-
mera edicin de este libro. tan re~ditado como traducido. data de 1966, fecha
en la que janklvitch tena ya a sus espaldas un::i. slida obra filosfica: Tra-
tado ele las virtudes. Lo puro J' lo impuro, o La aL"entura, el aburrimiento y
lo serio. por citar nicamente tres de sus grandes obras que comparten con
I.a muene temas y motivos. Y aunque estos temas no parezcan, con excepcio-
nes, muy filosficos, no es [a .-;uy;:i un;:i filosofa menor o mnima. a no ser
que comp::.i.r[o.1nos la ldea de que hay una filosofa m-3.yor que tratara por

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ejemplo de laS esencias, y otra menor, de las existencias, dicho con otras hipocTesa, de Io puro.,- de Jo impuro? Para qu hablar de la muerte? A..un-
~ palabraS,-ae~rit::slro
arraigo y desarraigo en el mundo. As la aventura, el que se hable de lo que se':;~,,~~ble, siempre es una n1anera de hablar y siem-
aburrimiento, la ifona, la alternativa, la mentira, la hipocresa, el perdn son pre se habla de otra cosa. Y_ C1;,~.ndo quien habla es un filsofo en perma-
-,_.
los temas de un moralista, y no es fcil ser morlis_ta en una poca sin mo- nente equilibrio entre lo inefable y ~.:i indecibie, de lo que se habla entonces
ral, aunque tal vez ms que de una poca-.-sin moral se tra[e de una poca es de lo que nos hace hablar. Y de lo qu~ ;-- 0 s hace enmu<lecer. Para Jank-
desmoralizadora, Su filosofa rrioral est eri-el polo opuesto:-d~. esa moral aco- lvitch lo inefable era aquello <le lo que n~ se 1~da hablar porque ningu-
modaticia cuya primera y nica ley corisiste en obdecer a las,-c.Q_Stu1nbres na palabra era capaz de dar cuenta de ello, no hab1a~~-tf.:.'ralmente palabras
establecidas, esa moral esclava de la razn prctica; la suya es una moral que para definirlo, y lo indecible por el contrario aquello de lo que iio huy ~::i,da
extrae su fuerza del conflicto rnisrno, que no lo juzga desde fuera sino desde o cas~ na<la que decir. Y uno se pregunta si lo inefable tiene su razn de ser
dentro, que no rehuye la responsabilidad sino todo lo contrario. Sus tenias en lo incognoscible, en lo que. no se puede conocer, que no es lo rnismo
tampoco son originales, la mayora pertenecen a la filosofa clsica, pero s que lo <lesconoci<lo. la muerte sera el mejor ejemplo, se la conoce pero es
es original la manera -en que los trata Janklvitch, es decir,..a la luz de los incognoscible. Janklvitch ha escrito un libro sobre lo que no hay nada que
acontecimientos del siglo XX. Pues no es lo mismo hablar de la inocenci~ en decir, sobre lo que no hay nada que pensar, ya que el pensamiento necesi-
el siglo XIX que .en el_ XX (posiblemente en el XX no se peda ya siquiera ta conceptos en los que apoyarse o imgenes con las que expresarse. y unos
hablar de ella, al menos inocentemente\ como no es lo tnismo hablar de y otras, para hacer inteligible el pensan1iento, deben ser cornprensibles,
violencia, de hipocresa, o ele 1nentira. en los siglos pasados que en el nuestro. deben estar referi<los a algo, aunque ese algo sea la diferencia m:s radical
Por eso, al leer a Janklvitch tenemos la impresin de conocer ya la obra, que se pueda inaginar, la rn::.s extrerna otredad. Pero algo s_e debe poder
nos suena la meloda, pero no tardan1os en darnos cuenta de que la letra ha naginar siempre. Y nada puede hacernos naginar la muerte. La 1nuerte es
cambiado, de que el texto es distinto. A.unque tal ':ez sea n15.s exacto decir inin1aginable e inefable, pues tampoco hay pal:ibras que la puedan expre-
lo contrario, nos suena la letra, el texto es el mismo, pero la meloda ha cam- sar. Y sin e1nbargo la muerte es un hecho, un hec..1-io que no tiene nada en
biado cornpletamente. Y tal vez sea esta una <le las razones ele por qu las con1n con el resto de los hechos, pero a la postre un hecho. Y un hecho
causas no tienen siempre los efectos espendos, de por qu pagamos de tan incuestionable.
buena gana un elevado precio por lo que sabemos despreciable o podemos Pero si podemos dudar, panfraseando la primera frase de este libro, que
renunciar a lo mS necesario, pero no en cambio a lo superfluo. hay:i una filosofa en Janklvitch. pues no hay efectivamente nada en sus
En sus libros Janklvitch reflexiona sobre las parejas ele conceptos, sobre libros a lo que pudiramos llan1ar una rnetafsica. de lo que no podemos
las personas (primera, segunda y ten.-erJ persona). sus relaciones y sus combi- dudar en c:.Hnbio es de que sus libros se ocupan <le cuestiones que nos afec-
naciones. sobre sus propiedades. reflexiona sobre lo propio y lo ajeno, sohre tan. o mejor dicho de cuestiones que nos conciernen personahnente. Podra
lo :1bie1to y lo cerrado. y, en La 1n11e11e. ade1nis. _..;:ohre la continuacn y la decirse que la filosofa de Jankl\itch es una .filoso)Ta ele los ln1ites de la
cesacin de la existencia y ele la conciencia, y sohre la conciencia de existir. ji1nsojTa. en el dohle .'ientido :unhiguo, pero no equvoco, del tnnino ln1i-
algo que no les ha siclo dado a todos los hombres junto con l:i \'ida. la inayo- te. l:n;'.]_ filosofa en !os ltnites es una filosofa en permanenre equilibrio, al
ra de sus contradictorios no son, co1no nos explica. contrarios. sino que per- borde <lel precipicio, nico lugar tal vez don<le n1erezca la pena filosofar,
tenecn a rdenes distintos. por lo que la cornparacin no es rn:s que una sobre todo cuando se pi~nsa, con10 es su caso, que la filosofa es una aven-
manera de h~1b\ar, una 1nanera de expresar lo inexpresable o de <lecir lo tura. la aventura del pensarniento. y, una vez n1:5. cn10 no, el pensamiento
indecible. Janklvitch se sirve ele la n1etfora y la analoga 111:.s que para de L1 ;Jventura. Aunque tal vez fuera m5.s exacto definir su filosott1 en los
resoive~ contradicciones, para disolver sus trminos. Podemos imaginarle tnninos unamunianos deji'loso)Ta e:-..:trfnseca "referida a nuestro destino todo.
corno un genial intrprete de temas filosficos. Un genial intrprete ele la in- a nuestra actitud frente a la vi<la y al univerSQn. Pues hay mucho Del senti-
1nanencia no ajeno por completo a la rr.inscendencia. La aventura. por eje1n- 111iento trp,ico de {a vicia en La nuterte. :No en vano as es co1no ll:1111a Una-
plo, po<lra haberse llama<lo perfectamente Variaciones sobre un tema de muno al descubrimiento <le la muerte por griegos y u<los, y, con10 corre-
Simmel, uno de los filsofos, junto con nuestro Unamuno, preferidos de Jan- lato al descubrimiento <le la inmortJ.!i<lad. Muerte e inmorralida<l que seran
klvitch. De sus temas parece que no haya y::i mucho ms que decir, y en los pilares ms firmes de la civilizacin judeocristiana hoy en entre<licho y
todo caso no mueven ya a la ~1ccin. Pues para 4u seguir hablando ele la deLaclencia.

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Los libros de j:.tnk.lv-J[ch es~:n llenos de ob-..:iedades, l mismo lo reco- encontrZtr codas, temJs y variaciones, impromptus y otras formas musicales
noce, de perogru!l:idas inclu.;;o, ese tipo de obvied::ides y perogrull:idas en todo a lo largo de esta magna obra (opera) sobre la muerte, sin olvidar ni
b.s que y1 nadie piensa y que cuando nos !as recuerdan, con10 es el caso, un momento que, como l mismo dice en este libro, "no se trata de admi-
nos parece que no rnerezcJ.n un pens::imiento. Y sin embargo ... Sirr embar- rar el estilo, sino de comprender el sentido~. Por lo dems, y aunque sea un
go c1si siempre la profunddJ.d esti en lo obvio, o en la duda, que es un::i tpico decirlo, Janklvitch posee un estilo que podramos llamar musical.
invitacn a pensar lo obvio. '{ en sus libros, uno ene la impresin de es- en el que las repeticiones de estructuras sintcticas, las bruscas rupturas de
[J.r asistiendo a su propi:.t cre'..lcin. j:J.nklvch no nos da los pensamientos la frase, los desarrollos infintos puntuados, valga la redundancia, con una
y::i hechos, termin:idos, cerrados, sino que nos hace asistir a su proceso de puntuacin totalmente personal, estn supeditados al vuelo de su pensamien-
eb.boracin. Casi, se dira, le oin1os pensar. to, que cuando parece que va a tomar tierra remonta inesperadamente el
Pero si hubierJ. que d;:ir un non1bre ;:i !a filosofJ de Jankl\itch ese sera vuelo y nos regala con alguna peligrosa acrobacia una pirueta final, un rizo
sir1 duda el de )Llosojla ce la paradoja. P::i.r:J.dojas con10 .. morimos de estar filosfico. Y algo que hubiramos pensado in1posible, pero por qu imposi-
vivos~. o "slo vivnos porque un da rnoriren1os", "lo que no muere no pue- ble, no se permiti acaso Scr::i.tes, con10 nDs recuerd::t aqu.Janklvitch,
de vivir, -qu!en es consciente de su libe11:J.d no es libre:~, paradojas mor::des unas notas de humor en l:is puertas mismas de su propi;:i muerte? S;:ilpica
y paradoj;:is conceptuales. ese "casi-n::id::i. que no es nada pero en cambio lo aqu y all:i tambin l su reflexin sobre la muerte con algunas notas de
e.:; [odo~, o e.:;e -no se s;ibe qu .. en el que resi<lc- t;int:.is veces el sentido mis hun1or. Una prueba n1s de que se tomabJ. en serio su ten1a, pues co1no l
proft.tr1do de L1s cosas; pero sobre todo ese concepto. paradjico donde los n1isn10 dice en otro de sus libros, "el humor es una de las cos;:is ms serias
hay::i., que acuii.:i Jank!vitch. del rgano~ohstculo. o ese otro, al que de- del mundo, rnejor an: lo serio es el humor~.
dica tant;:i atencin, ele la verd:.ld como enen1ig::i. de l:i sinceridad, de la verdad y- cmo no, filosofa del casi, de los matices, de los tonos, de las inten-
hipcrit:1. Pues lo misrno que los contr::i.dictorios que pensib~unos n1:1s opues- ciones. Porque finahnente es en torno al pensamiento de !a muerte, o al no-
tos tienen secretos puntos en con1n que convie11en un concepto en su con- pensamiento, al especticulo o al esc:unoteo, y a toda la panoplia de actitu-
tr:iro ::intes ele que nos hayarnos dado cuent:1, los tnninos ms ;:ifines est:n des que se generan en torno :1 ese acontecimiento capital, o moI1al si se
separ:iJos por un:.l in1percep[ib!c bn:ch;i. pero de profundid:id insond:1.ble. prefiere, o incluso vital. coino son esperJ.nzas, desesperanzas. n1iedos, cinismo.
Fi!osofa de la p:iradoj:i casi :J. n1isn10 ttulo que filosof::t del malentendido locur::t. etc., frente J. lo que se define y encuentr;:i su mejor definicin una
que ningn 111alentendido expresariJ n1eor que la Seduccin de la decep- cultura. una ci\i!izacin incluso, aunque sean una cultura y una civilizacin
cin", que segn j;:inkl\itch impulsJ Jl hornbre en sus empresas y rel::tcio- que est:in lleg:J.ndo a su final con10 demuestra, entre otras 1nuchas cosas. el
nes person:.tles. hecho de que se cue."tione sus orgenes. Algo est c1mbi;indo en torno a la
Orr:t de sus :1stu,:L1:-, filosfic:_s con;:;bt:1 en lkcir !o que no son las cosa.<;. 1nue11e. y en consecuenci:t en torno a la \ic.b. :ligo profundo Je lo que ~e
qul' no es lo 1nis1no que decir lo cor1tr:trio dt: lo que son, nica n1~1ner:.l de h:iblJ. en trn1ino:-> dL' rr:1n:-;pL1nte~, 111:.inipu!acin. clona1..in. cJigo genl:-
h:thL1r Je elL1s cuando no :::.e sabe lo que ...;on. Ln c:1so ]!nice. el del ten1a co, o euran~1si~t. curio>:\ renninologa h:.ly que recunocl:'r. algo que parece
de su ltirno cur::;o en la Sorhon:t: el .-;ilencio. todo !o que se pueJe decir del tan inevitable con10 la inuerte n1isn1:.l .
.-;iiencio :;in gu:trdar :;ilencio. \ernos aqu Je nue\o su invet_er::id:1 :tficin ::i '{, ;:intes de empez:.lr con la lectura de este. repitJ.moslo de nuevo, hernio-
la r:1r:1doj:1. Pero por qu habriJ. de _..;er 111js r":'lcit decir lo que no son l::ts so y projiuulo lihro. \':tino~ :.1 tenninar con una ele Lis citJs que enc:1hez:J.n
co:-;a..; que decir !o que son! Por qu~ hahri:t de _..;er n1:_i'i ficil el silencio que el libro pstun10 de Lt e ...;criror:t br:isJea Clarice Lispector. l.:n soplo ele uicla:
L1 pJ.labr:.i? Sin einbargo. dr:.l J:.lnkJ\-\tch. t:1n neces:lri:i es la p:1lJ.br:l par:i ~Hahr un arlo en que bahr un 1nes en que bahr una senlana en que
entender e! silencio. como lo e.s el silencio p:tra entender lJ palal;ira. Y' al bahr un da en que bnhr una hora en que habr un minuto en que ha-
h:1hL1r Je l:J. p:.1L1hra no podernos pa!-iar por :tlro e'! Lstiio <le j:.inklvi[Ch. Su.'::i hr un se/2.undo _l'. dentro {/el sep)t!ldo. hohr el n.o tie1npo sctgraclo ele !a
juegos Je p:.ilabr..i::;, sus retruc:inos. su;; surilez~1::i se1nintic::i.s. sus repeticio- rnuerte trcuz::,figurcu!&.
nes. T:.il vez no resulte ocioso recordar aqui que J:inklvitch fue tambin al
parecer un extraordinario pianisGL y n1usiciogo en1inenre (gran admir::tdoc :\iiANI "EL ARRA~Z
por cierto. d1.. 1:1 rnli.sica de .A.lhniz. sohre b que e.scrihira un penetrante
t:ns:tyo l:'O su libro Ld presencz lejonol. As que no se extr;:ie el lector ele

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i LAMCERTE

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EL MISTERIO DE LA MUERTE
Y EL FENMENO DE LA MUERTE

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Podra dudarse de que el problerna de la muerte fuerd propian1ente ha-
blando un problema filosfico. Si se considera este problema objetivamente
y desde un punto de vista general. no encontramos nada a lo que pudira-
1nos llamar una nietajlsica de la 111uerte; pero en ca1nbio, uno se represen-
ta perfecta1nen[e una ftsca de la rnuen:e -ya sea esta biologa o medicina,
sociologa o dernografia: la n1ucrte es un fen1neno biolgico, como el
nacimiento, la pubertad y el enYejecilniento; la mortalidad es un fenmeno
social tanto como la natalidad, L1 nupcialidad o la criminalidad. Para el n1-
dico. el fenn1eno letal es un fenrneno detern1inable y previsible, segn
la especie consider.ida. en funcin de la duracin media de la vida y de las
condiciones generales del 1nedio. Desde el punto de vista jurdico y legal,
ta 1nuerte es un fentneno con1plet~unente naturJ.l: en los ayunt::unientos, la
ofil:ina de dc-funciones es una ofiLina con10 cualquier otra, una oficina mis,
:: una suhdi\isin del re,t;i.-;tro ci\iL lo mi.sino que la oficina de nacilnien-
tos y la oficina de 1natrnon!os: y Lts po1npas fUnebres son un servicio rnuni-
cip;.i_l, ni n1:s ni t11enos que las obras pblicas, los jardines o el_ alurnbrado
de las c:dli..:'S; l:.i con1unid;icl n1:intiene indistinta1nente sus rnaternidades y sus
ce1nentcrios. sus escuela:-; y sus asilo.s. L1 pohlacin au1nent-a por los naci1nien-
to:-1 y disrninuye por las defunciones: no hay ningn misterio en esto, sim-
plemente una ley natural y un tenmeno emprico normal, al que el carcter

1
r
irnpersonal de las estadsricas y de las- medianas priva de cualquier consi-
deracin tr:gica. Tal es el aspecto rr..tnquilizador y burgus bajo el que Tc\;toi.
al principio de su clebre novela. empieza a exa1ninar la muerte de Ivan
Ilich: esa muerte no es slo la dolorosa muerte de Ivan, sino que es adems

1
,
i
el frdlecrniento del caballero Iv.:i.n Golo\in. magistrado <lel Estado: he aqu
un ~te.to achninistr:.nivo banal y ;.i_b:-;rracto. un acto necrolgico <-iuc. del 1ni:-imo

j l7

rnodu que una sirnp!e jubilacin, desencadena non1bra1nienros. rraslados y


prornocio;1es en c:1den:.i. L:i n1uerte de Ivan es un dr:1n1a privado ;.r una des-
11 capaz de sobrevenir en cualquier mo1nento y no importa dnde, la muerte
es reconocible mediante coordenadas de tiempo y lugJ.r: son estas determi-
gL1cia Luniliar: pero t'l t::illecirniento de! juez es :J.nte todo un acontecirnien-
. to juUiciaL La n1ucrte de f\:in es e! final de un inefable calvario; pero el fa-
l!ccin1icn(o de Gotovin, tal y con10 lo anuncian las esquelas, pone el punto
final al currculun1 del funcionario y a JJ biografa de un sbdito ruso.


naciones circunstanciales, una tempor::il y la otra espacial. !as que el juez de
instruccin trata de establecer cuando interroga sobre el uhi-quando del fa-
llecimiento. Pero al mismo tiempo este suceso no se parece a ningn otro
S.11.{:.eso_de.Ja_ernpiria~ este su_ce_so_ es desmes_urado e_ in.co_nmensura51. en_
relacin con los demiS-feOSrllr?ifeS'.UCT.~1St~-;i~- q~;ee-s,un-a~~= ~
~--<-~----~--~-:~.-....--,e-~ ~---~

tecimiento efectivo, J.Igo retae1nprico que tiene lugar de un modo familiar


l. Jingedia nu?tnenz1'Ji1ico _i necesidad natural_
f en el curso de la empiria, aqu tenemos sin duda todos los sntomas del mi-
lagro .. con esta doble reserva sin embargo: la taumaturgia letal no es una
Las gencr:iliz:1ciones cos111olgicas por una parte, y la reflexin racional
por otra, tienden ya se:1 a banaliz:ir, ya se::i a conceptualizar la 111uene, a
revel::icin positiv::i, ni siquiera una metJ.morfosis favorable, sino desapari-
cin y negacin: contr::tri::i111ente a las J.pariciones mgicas. no es un don.
reducir L1 irnponanci:1 rnet:_i_fsic:1. a h:.:icer de l:.:i tragedia J.bsoluta un fen- . sino un~L..p..uJida: la rnue1te es un vaco que se abre bn1scan1ente en p_l,ena
~aci.n_g.~L_s_t:;.[; el existente, vuelto de repent~--;;i;ib1e--C'O.~o p~; efect~
n1eno reL:.Hivo. Je! Jniquil:uniento totJI una desap:iricin parci~11. del 1niste-
rio un problenLL del esc:nda!o un:1 ley: :iunque esc:i.motee la ce~'iacin 1netJ.-
l:'1npric:1 en una continuJ.cin e1npric1 o en unJ. erernidaJ ideal. la conciencia
!


d-ur:i~1pWdigiosa ocultacin, se ahis111J. en un 3.hrir y cerrar de ojos en la
tr:unpa del no-ser. '{ por otra parre. este nlilagro no es una inteni.1pcin rar-
' , -~
...:.f- filosf!c~c.2.ciso!adq_@: bien n:J.tura!izanJo lo que hay de sobrenatural en
-w~rte, bien racionalizando su irr::icionali<lad. Pero la evidencia de la tra-
1 sirna del orden natural, una claudicacin excepcional en el curso <le las exis-
tencias: no: este tnilagro es al 1nismo tiempo la ley universal de toda vida,
gedi~t protesta :1 su 1:ez contra !:i banJ.llzacin del fenmeno: la n1ismidad ! este milagro es el destino ecu111nico de las criJturas; a su manera. que es
Je la persona desap:irecid:i sigue siendo irre1nplazable y nada puede co1n-
pcnsar !a dcs:1paricin de esa persona; por otra pan:e la nihilizacin irriso-
ri:t del ser pcns:.inte seria cuestionable, incluso si el pensamiento sobrevive al
l 111iL1grosa, la m:igi::i de la n1uerte es una magia completa1nente natur::il; la
1nuerte es literalmente e_-.:tra ordinem, porque efectivamente es de un orden
distinto a los intereses de L1 e1npiria y a los n1enudos asuntos del intervalo:
ser rJUe piens:t. En resumidas cuentJs, h~1y dos e\iclencias conrrJdictorias y sin ernbargo no hay nada por enci1na en el orden de las cosas! La n1uerte
que paradjic:unente son evidentes Jn1h:is :i L1 \ez. ''/sin e1nbargo se dan la c'S por excelencia el orden e_ytraordinano. Es ms hien la suspen;in de la
espalda. El c:1rjcter desconcertante y hasta ven:iginoso de la n1uerte. anali- n1orralid:id :.:i favor de un:J. criatur~L es la inmort:ilidad la que sera el prodi-
z:ido en profundidad por P. L. LanJsberg, 1 pone de rnanifiesto esta conrr:1- gioso prodigio. y la mar::t\-illosJ. n1ar::ivilla. mar~1Yill:J. cJe la que la longevidad
diccin: por un:1 pane es un rnisrerio de din1en.siones met:iernpirica.s. es decir.
'.nfinit:1s. o nk:iur alin -..in Jin1ensione.s ele ningun:t clase. y por orr:1 parte es
1'

de' !o.-; viejos no.s parl'c.e un areritivo .. En re:J.!idad, la inn1ortalidad 111isma
,_.-;a L1 YCZ indL'n1osrr:1hk: y racional. Jt..:l n1is1no 1nodo que !J n1uerte es a la
un :1contcci111iL'ntu Lun1liac un heLho de 1:1 en1pria que tiene !u~:tr en oca- \cz neces~1ria e incon1prensihle. P~ro a diferencia <le !J. inn1ort:1lidacl (y de
-..iunl'.::; :1ntL' nuestro.-.. ujO,'i. l-Lty por supuesto fenn1enos natur:dL" que se Dius). la n1ucrtc es en prin1cr lug:tr una e\-idi.::nci~1 de hecho. una evidencia
ngen pur !eyc:s Ltunque su quidJid:.:id u origen radical se~t. en definiri\J.. ,~h\ia y farnili:1r. Y sin e1nh:irgo Lsra e\iJencia. c:1da vez que nos la encon-
_..;it:.1npre inL'~plic:tblc J. fenrncnos J e.sc:da de L1 e1npiria y .sie111pre Ln reL1- tr:1n1os. nos parece siernpre t:in chocante! >runc~l ha sucedido que un ~Jnor
;_it-1n con urrn-. fc"nn1cnos. y h:ty. por or1;i parre. \erdades n1er:1en1piricas t:tl deje de 111orir. esc~1pc a Li ley cornn. realice i;:>:'e tnilJ.gro de v\ir sienzpre
ri priori. inck:JL'ndienteineni.: de (u:llquier n::diz:tcin bic et 111/JIC. \t:rd:tdes y de no dt:saparecer .J1ns. que la longeYiclaJ. yendo hast:i el ln1ite o ha,'lt~l
que nu .->uce_de11 nunca. Q:='rO (LUe lienen cop}O consecuencia cienQ,t.:n.:. Ll inflni[O. se torne en Llernidad: porque lo absoiuro es de un orden distinto
01~n-~ p~~;~ictJ~~-:-\-~rre-;-;;1~;5:-;;;.,-;;~~~ encuentr:J. este hecho inslo y _:il or~l~.n cle_la __\~~.L1._y entonces por qu !:i muer[e(eCua!quif~~'sie7l~
h:inaL e::;cc 111on.'>rruo en1pirico-rneraen1pirico 4ue !1J.n1J.mo,~- rTierre: por un _i:.!Llj_t__e:'i?~cie__0t:J.:'..':i.c:lndJ..l.u? ~Por que esrc :icontecniento [JI riZit:il1~1rc:1esptei1-;
;J;; !a inut.:TCe L":-i una notici:i periodstica que e! cronista relJtJ.. un inciden- i.:n todos J.quellos que son tesligos tant:.i curiosid:J.d y tanto horror? Desde
re que l'.! forense con.sr:lta. un fenn1eno univers:il que el hilogo ~1naliz:1: qu~ hay hombres. y hon1hres que rnueren cmo e:; que el ho1nbre rnorral
no se b:.:i J.cosrun1hraclo tod:ivi:i a este aconteciiniento natur:.:il y sin en1bargo
1 -.iL1npre accidental? Por qu .-;e Lxtr:t:1 c:icJ:i \ez que un vh'o desaparece.

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__ ;,,__'Como si semejante acontecimiento sucediera por primera vez? De hecho, separa el n1s ac del ms all: por un lado de la mernbrana un ms ac que
-, .. ,~todo el mudo es el primero en n1orir, como dice Ionesco. 1 La siempre est ya mis all, por el otro un nis all apenas ms all, pero tan poco pos..,
-!....-.::~pueva banalidad de cada 1nuerte tiene muchas semejanzas con la viejsirna trero que casi sigue aqu :lbajo: otro-n1un<lo que es otro mundo, absoluta-
.. novedad del amor: el a1nor es siempre nuevo para los que lo viven, y en mente otro y absolu-i:amente en otra parre (un mundo distinto a este y fuera
efecro pronuncian las palabras mil veces repetidas del amor como si nadie de este), y a pesar de todo presente por todas partes; como Dios omnipre-
;~las hubiese dicho antes que ellos, como si fuera la primera vez desde que sent y om-nisapiente; que est en los dos lados a la vez, del lado de ac y
. ~se creara el mundo que uri hombre dijera palabras de amor a una n1ujer, del lado de all, KEl y 2.icaU8a; que es a la vez transcendente e inmanente
. ~orno si esa primavera f,ues la primera primavera y esa maana la prin1era - pues no se necesita apenas nada, un cogulo de sangre en na arteria,
maana del mundo; el -_enamorado, ante ese nuevo despertar y esa nueva un espasmo del corazn, para que el all aparezca de inmediato ac... La
_.aurora, es como un ser insaCiable ante algo inagotable. Aqu cualquier ni- muLTie est a la puerra, invisible y sin embargo tan prxima. La muerte es
-~,_;, iador es un in";entor y un pionero, toda recreacin una creacin. todo re- com3__::_I]_.<:1_~~9-.s~-1~--~J_ 1!1~~--=!lli1__ ~J_;t..Y.L~Jl.J:lJUs_c. T~n cerca y tan lejos!
' ,comienzo un prin1er cOmienzo. Desde que hay poetas que cantan al amor --coo relacin a este organisrno vulnerable donde ~el peligro mortal puede
_cmo puede h:aber algo toda Va que decir sobre el amor? Y sin en1bargo, penetrdr de tantas manerJs. la n1ueite es a la vez algena e intestina. Toda
es un hecho: cada hombre que se enamora tiene algo nuevo, indito que nuestra vida pende de la prxima sstole y de la prxima distole, del mila-
decir. un-a experiencia sin precedentes, algo original que aportar: este es un gro continuo de cada segundo! Tal es la lejana proxin1idad que Nlaeterlinck
dominio en el que todo el mundo es co1npetente. Agatn discute a Fedro ha dejado en suspenso en J;zfenar: enrre la noticia fatal que llega en plena
que Eros sea el ms joven de los dioses, VEITai:oc; 82ffiv;J porque est siern- noche y la apacihle felicid:1d de una familia que -i:odava ignora el drama que
pre naciendo. precisa el Discurso sobre las pasiones del amor, se representa ha cado sobre ella, enrre b conciencia aguda y preocupada y la feliz despreocu-
a Eros con los rasgos de un nio. Por paradjico que esto pueda parecer. la pacin. no hay ms que una ventana y un jardn. Y unas densas tillieblas.
muerte tambin, a su manera, es sien1pre joven. De ah esa n1ezcla de fan1i- La muerte es la tangente entre el misterio metaemprico y el fenmeno
liari<lad y extraeza caractersticJ. de la niuerte: inslita, y sin embargo tan natural; e! fenmeno let:1! es con1petencia de la ciencia, pero el misterio
familiar que el rn:ls torpe de los ho1nbres la reconoce instant:nean1ente. la sobren:itur::il de la muerte requiere la ::ryuda de la religin. El hombre tan
identifica en el moment en que se top:i con ella, - as es esta naturalidad pronto slo toma en cuent:l la ley-natural. olvidndose _de!~. taH-pronto
contr;1 natura y as es esta n~Huraleza sobrenatural de la muerte. Lucrecio se se arrodilla ante el n1isterio. olvid:ndose del fenmeno. Sin embargo la con-
propone de1nostrar la tranquilizadora legalidad fsica de la disolucin tnortal, tradiccin de estas do5 pticas t~1cilita toda clase de escamoteos, generadores
y hace todo lo que puede para convencernos y, sin _duda tan1bin. pact con- <le ~lproxnaciones, de convenciones y de eufemismos que nos ofrecen se-
vencerse l n1ismo (pues este hombre :tpasionado no parece estar rnuy guridad perpetuando lo:-; 1nalenrendidos. Un prvilegio sin fundamento, una
con\-encido ): para ello tiene que ignor:lr la profund;_i e irreductible extr:11l~za excepcin tJcita tanto c(11110 injusrific:ible a n1 t~t\'or \'elan..el escamoteo de
de un hecho c~tsi tan naturaJcon10 la caida de los cuerpos. pero mistl:'rio.'-'O la 111~1~rte:--p_i,:_op.ia, La n1u1.._ni:. todo el inundo lo sahe. es ::ilgo que slo les
l.".n el fondo. La aniquil-::i.cin definitiva de una persona no es m:s quc> t.'l sucede a los de1nJs. Rccon.it:n1os de nu~\o el principio de La rntterte de Juan
cun1plin1iento de unas leyes de no se sabe qu graved:i<l rnet:1fisica? L:.i tra- J!ic:b: gracias a Dios es orro quit'n ha n1uerto; y Piotr IvanoYitch se infonna
ge<li:i de la niuerte personal <lesn1iente ..;;ie1npre el consuelo del ato1nbn10. con inters sohre las circunstancias de esta muerte, como si esta muerre fuera
\Iienrr~L'-' que [)ios es lo absolutan1ente lejano, la 1nuerte es a la \ez lo leja- la n1:il:J suerte personal e.le Iv~1n. cono .., el f:illecitniento fuera una desgracia
no y lo prxitno. y sin duda es esta extrerna proxnida<l la que c:xpiica la reservada :1 otro. co1no .'-'i. por ltno. fuera la rnuerte de alguien que no le
tentacin que siente el candidato al suicidio ante el frasco de veneno: acaso - concernierJ. en ahsoluto. \:1 n1e llegari a m el turno. De momento todava
lo que separa al vivo '<le los grandes secretos del Yls all:t no es 1nis que el es el turno de Pierre. de Elvira, o de la bella Zelinda que tanto he amado."!
grosor tran-.;parente de este vidrio? hos personajes <le Dosro'fevski suelen :-le L1 ley de n101t::tli<la<l, que l'Oncieme :i los honJres en general. no me concier-
propensos a l:i tentacin ... Una rne1nbrana translcida, dice f\.-iaetedinck. ne especiahnente a rn. :lsl cotno w.mpoco el filntropo. que ama al gnero
humano en su conjunto. tampoco me 3.ma a nl con un amor particular y
~ {_(' Rni se ltll'llrf. I'- h"i.
'f-fa1{(/lll'ft'. l<J"i ;1-h ipi:--Uyivfuyfi ryjpu.;. AE\ \'1:-:0\C ...

20
envejecer; porque si el hombre envejece poco :J poco, cada vez n1s, da adquisicin de un conocimiento nuevo: esta experiencia es, sobre el terre-
tc1s <la, la concienci:i de envejecer aparece en cambio de repente y de una no, ei Jescubrimiento de una profundidad desconocida, cuyo descono-
sol:i vez ... Una rn:iana al afeit::i.rse! En el instante semelfictico el enferf1?_0 cimienro nos expona a toda clase de rnalentendidos y de decepciones .
._ descubre, por ciertos snroin:is que se h:.in convertido de pronto en elo- En una palabra, el hombre al que ha alcanzado Ia desgracia se toma en lo
, cuentes y profricos. la gr::ived:.id rnortal de l:i enfermedad que le aqueja; de sucesivo la muerte en serio. Y aunque [o que acaba por aprenderse no sea
pronto, la muerte de un fan1ili:ir nos revela que la muerre no les llega ni- un secreto formulable ni un descubrimiento indito, ni una informacin
c:unente a los dcnijs. y que yo n1is1no soy un c:indidato ms. ~Comprend suplen1ent:iria, ni en general una nocin ms a ar1adir al activo de nuestro
de repente que so:' mort:JI~, dce .A.rseniev en [a admrable novela de Ivan conocimiento, no es imposible describir tres aspectos del enriquecin1iento
Bounine, 0 hablando de la muerte de su hern1:Jna pequea Nadia. Y sin em- que representa par:i nosotros la toma de conciencia del misterio. Vamos a
bargo ya lo s3bas, estar::imos rentados de responder. Pero no nport:i .. ..distingur aqui la Efectividad, la Inminencia y el Concernimiento personal.
Pode111os ifnaginar perfectainente el diario nrin10 de un sabio con esta ano- Ton1ar conciencia de la seriedad de la n1uerte es, en primer_ lug;ir,_JDati.zar.
tacin: est:1 1n:.iana. 21 de novie1nbre. a las once y treinta y cjnco minutos, -entre -e sabei absrro.cto}-noaon;1-ye1az~~tecni~t?~~feri;o. No deci-
he descubierto por fin que e! hornbre debe morir". Nunca lo repetiremos bas- nl.os,-por 16 -deiniis, Realizar? Re::atZ::--es:--p;raJfi~;mente, ::i.lejarse de la
tJnte: la conciencia del liernpo continuo es una conciencia dG-corztinua. Sor- verdad y. pasar de la evidencia razonable, pero no convincente, a una evi-
pres:i prepar:id:1. rnensaje :J l:i vez conocido y desconocido, sabido y apren- dencia opac_~e~?.. ':''_t_~da: )Or ejernplo. conreiplartroscorrUStfOSpf-=:
dido, inn1anente y :idventicio! El descubrirniento del objeto perdido no puede -pros oj6S_L_1_n espectculo del que no sabemos nada ms que.su pOsibilidad
ser mis que sbito. Cmo la discontinuidad de esta toma de conciencia, nocional y nominal. Irrisoria paradoja! En el aniquilamiento y desgarramiento
crno esta col!sin del hombre inform:ido y la mal:J noticia, cmo esta rup- del ser es cuando el hombre experimenta ms intensamente la efectividad
rur:1 en una palabra no iban a ser caus:i de desasosiego? Aquello que ya de la n1utacin. Dejando aparte el n1undo libresco en el que se debate sin
sab:.unos. de pronto empezamos :.i descubrirlo de otro nzodo: lo que ca1nbia a1nargura sobre la condicin de C:J.yo o sobre los animales. el ho1nhre se en-
es l:i n1aner.:I. la rnaner..I cualiutiva y pneumtica, y la ilun1inacin. y la sono- frenta :.i un acontecin1iento destinado a suceder de veras; antes de que el
ridad: en un nuevo contexto n1ent:il, la perogrullada tendr5 sin duda un :icen- :1conteciiniento tuviera lugar, es decir, antes de su realizacin, el lgico
to indiro y un:1 originalidad imprevist:J.; mediremos mejor su mport::i.nciJ., deduca de la morta!id:id universal de los hombres l;:i muerte de Cayo, y su
aprcciare1nos 1nejor el peso reJ.! del :J.conteciiniento. L;:i muerte de nuestros inferencia no abandonaba la esfera irreal y terica de los conceptos, no
parientes no nos h:J enseado pr:cticamenre nada que no supir::1.mos ya; desemboc;:iba jams en el otro-orden de la efectividad; el razona1niento giraba
todo !o que h:.iy que saber en est:.i n1:Heri:.i. y:i lo sabamos: que todos los en el interior de un n1ismo universo de inmanencia; pero hubiera sido nece-
hoinhres son n1ort:1les. ~r que nuestro:-: seres querido:-; deherin morir. fr1!ta- sario. para rc~1Jiz;:r la n1uerte. un:i ET.~acrt;:; EiS ~AAoyvoc,: ya no el paso de
ri:1 1n:"ts'., pue:c;to que tainhit:n son hoinhres. En e.sre sentido. no sahan1os un contradictorio :1 su contc1dictorio. sino. con10 en el argun1ento ontol-
!itr:lln1cnrc n1i-; que el coinn de los n1or1:des. pero !o que .sahe1no:-> a x1r1ir gico. el p:1so discontinuo de la posibilidad a la efectivi_dad o cJe _la esencia a
de :1hur:.t. !o s:1bernos de otro mndo. de~de otro puruo de visr:t. bajo otra !uz, la a
existencia. El descuhri111iento <le una vffdaci_CTn.1'm~:j R~~e- fin 1osni:1Ten_:-.
trasladado a un orden distinto: Jescubrin1os en ello un::i <li1nensin nueva. -,~~os.ficci;~eS}: :o-m:enCioD~;-~;tifi~i~.l~~-gue un ~;no_cimientoi.Efec-
Los lion1bres que esrjn tod:Jv:J. a sah-o de una Jl'.'.sgr::icia. s:ihen todo lo que ti\"' fa'rec:J.:?\ueStra nue,'\-a experiencii de L1 ~~efr~-n'O ~fiade- na<la,- si se
no.'iotros s:1he1nos, pero no s:then c1no lo s:.then. ni basta qu punto [o CU"Iefe:-~liJreconocin1ienro o prenocin pL1tnica que todo hornbre puede
sahen. Qu :1prende Je nuevo, en resurnid:.ts cuentas. este ser de luto. ini- tener: pero elev:.i est:i prenocin :.i otro exponente; en la experienci:.i del
ci:.ido en la verdad inrneinori::d? No h:.t aprendido nada nuevo. y sin embargo duelo o~.l~ enfer~~dQ_D.V~-~t(Q_conosjmien~Q .P_a_:?a ;-se~t~~tiv1d:l4- C55=-
no hay dud:i de que h:.i aprendido a!go. :J.lgo in1palpable e innominable. No tCT-SJbien<lo y:i y por adelantado lo que se conoce es saber con un saber
ha :1prendicJo n:.i<l_:i en :.i.hso!uro. ~pero quin neg:ir:J. el v:.ilor nico Je su vivido, con un:.i gnosis concreta clida <le emocin, intensa1nente y ap:.isio-
experienci:.t? Esca experiencia que no es un::i iluminacin, tampoco es la nadamenre asumicb., :.iquello qy~ .S.~ .5.g.Q_ con ::interioridad pero no se com-
prenda: aquello que J)ea; intuamos. de pronto lo .comprendemos con
1' - \ 'ie ti lrse1111'1. jc11nl':S..W'. l. IH !van .--\kxe:\-ich Runin. F.! (111111r de .Hitia 1 rida de .-lrw11ie1. 8ar~ rOCToer !n1:J.. mejor a Un ..co.nJ:.t_.vJcb.__en1era, 5fv_OA.n 1T Smf. Y as como el
Lc!<J!l;L Ci1nllo de Lcch11e:-. !')<)2 enan1orado refresc:J. y renueva viv!ndo!a l mis1110 La verdad gastada ele los

27
temas eternos, as el hombre de luto, herido en su corazn, revive por su encadenamiento forn1a nuestro futuro. los otros futuros, los pequeos fu-
. ._ cuenta la verdad-inaudita y desgarradora de la muerre, reaviva por su cuenta turos relativos-de la Serie,,est&-1 hechos para ha-cerse:nonnalmente pres_enres
el pattico absurdo de la muerte, experimenta dolorosamente y desde el por el juego continuo de la futuricin: designacin provisional del da_ si~
; interior el sentido trgico de la muerre. la muerte, para quien eersonifica lo guiente, maana es un adverbio vlido nicamente durante veinticatro
.--i..-~_ ~.~i_9.L.~nc~_g__punt(Ule insercin e-;ei ~pacfr:i y en el tjempo la muer- 'horas; el maana slo es Nlaana hoy y ser Hoy maana, del mismo modo
J.e_.es_un.a..cQ..Q!:~flmiento__que....tiene_lugar. que se llamar Ayer pasado maana. Sin embargo el futuro extremo--de- la
?K As pues la inminencia e~Jf!.fgrma ten1poral de la efect1~ad, lo mismo muerre es ,~1~ .pasado-maana que no ser: nunca Hoy, un futuro_ que nu4c~:{
'- ::~.,_, _ que inversamente lainieterminac0.Q Offutliro-reillfell-Ios tericos y los ser pr_esente,_ sien1pre por venir, y que no dejar-nunca de advenir:.y"de
. -::') ' utopistas y la con-?QIJ_c;io_d_~L_Qasado en los hisiO:Oadores son dos formas acerca_rse, -puesto- que toda nuestra vida es por a-? decir el adviento y el
-->L--caracte:rr.suc~-1 irrealidad conceptual. un aco;;reCi~iento efectivo que prel_u~~o. __ Todo l_o que es posible, dice Schelling, debe suceder; y nosotros
'-'i-'-s--t1enerugir:-rea1mentee5-u;~~CiffiTento que tiene lugar ahora; y vice- aiia_dimos: todo lo que tiene que suceder suceder, pues el porvenir efecti-
versa, un aco_ntecimiento pUede~ser~TieteCVO ya Sea -:-porque .ya ha tenido vam_ente est:: por venir; pase lo que pase. el futuro (como su nombre indi-
lugar, ya sea porque todava no se ha producido, porque est por llegar, o ca) _llegar, es_ decir, acabar por ser, ya que no es m:s que un ser aplazado;
porque-se producir ms tarde. El alejamiento del pa'iado es la primera cn- oJo-que es lo mismo: el no-ser del futuro es un simple an no ... , mejor <in
dicin para conocer la muerre abstractamente: siendo el cono_cin1iento casi una promesa regular y constante1nente mantenida: porque la insaciable futu-
por definicin retrospectivo y rezagado, la mUerte del ['i-0 n~--;;-z~~~~ ricin nunca est satisfecha. Tiempo, detn tu curso!, implora el poeta: pero
, '06)etiva~-re.i.co.I:Lt<5da_.:re~r"flTdig_n1asqe a destieffifJ0,e5~decir, cuando el-tiempo se hace ef sordo, y no detiene su curso; al co0trario, contina
ya_- es demasiado__ t?-rde; mejor an: la muerte desdee~te~p-nTO~ se inexorable111ente, sin tener en cuenta nuestros ruegos; es ms, las horas
y-
:-cci_iiOCe._ 1-Orlaim;:,;e, Zon un conoC1In!~nwpCStUm0 onsiguientemente seguirn pasando incluso si todos los relojes del universo se pararan al nllsmo
linico capaz de asegur.lr~aY-h~~b~~T~-!ranq~ilid.~d que transforma la tragedia tiempo, cada uno a la hora que le fija su uso horario, incluso si ya no estu-
en problerna. 'fal es el conocimiento necrolgico del que conservan la n1e- vira1nos all para contar las hora.s y decir la fecha; los aos continuarn
moria para nosotros necrpolis y cementerios~-ECf;oSi(i-visn1--~n este--se-n- sucedindose incluso si nosotros dejamos de envejecer. Au_n cuando el uni-

ll
-naO;-con~~CJ~r:a__qlf~ Ia _Ji1:.1ma_aj_e_d~~Qt~---fu~iad~.Pf .0~~s mue~rros que vivos: verso se sun1iera en una catstrofe ecumnica. arrastrando -al Soi y a la Luna
la his.tOOa es una galera de innumerables difuntos, y estos miSffiOS Clifuntos, que 1narcan los ritn1os astronn1icos, seil:i!an las estaciones, escanden la
a los que la religin positiva rinde culto. estn tan disponibles con10 una alternancia de los das y la.s noches, aun cuando no quedara un solo hombre
coleccin de insectos disecados o una exposicin de monas; el dcil difunto sobre la Tierra para decir en octubre: estamos en ocrubre y el tiempo sigue
se ha converrdo en puro concepto. La perspecti\a del futuro es L1 :-:;egun<la 1i l su cur.so". El fin del n1undo nb e:-; e[ fin del tie1npo. -,[ sin embargo. en
fonna del distanciamiento ohjetivo: pero en lugar de ser el pasado el que se L1 perspt'cti\a dl'I sujeto interesado. la propia n1uerte es un futuro que no
aleje. es el pre.sente el que se 1nantiene a distancia y e1npuia al futuro lejos lkga nunca: 1nejor alln el _futu_ro_ c!_e _la n1uer~e_ se _p~_~s~n_ta sin e.~tar jams
de s; la objetivacin prospectiva y la objetivacin retrospectiva se prolon- = presente.:. al 1nenos para ~1~q_UC csr<jy
)]a_~f~~:do_~y:-per!?.~O:d~ ~-~n-~_s_re.:_ilisPi9-
gan as una a la otra por ambas partes desde el punto cero que <lenor11ina- IITTante:-JJi5CfLiee1 ftJr-Jea P~opi3- -n1uerte no se puede actualizar, reviste
1nos Ahora. en las dos direcciones invers:is del futuro: la espera juega, ro con facliic.Lld un car~tcter abstracto: porque su fecha es indeterminada y por-
abajo, el mis1no papel que, ro arriba, juegan las crnicas de la 1nemoria. que 1~1 1nuerte no es nece:<1ria en ningn n101nento determinado, la diferi-
Pero si Ja objetividad del pasado es vlidJ. nican1ente en la direccin que 1110.s de buena gana a las c~ilendJ.s griegas. El ho111bre lleva a cabo su muerte,
va de m a la muerre de los otros y en relacin con esos otros, la objetividad y la lieva a c:ibo en la angustia cuando comprende que el ltimo futuro, del
futurista o dil::uoria no tiene en cambio sentido ms que en la ptica de la tnismo modo que los futuros menores o;fel intervalo, est hecho l tambin.
muen:e-propLL Pues la muerte de cada cual. en relacin a s 111is1no. pe11e- despus de todo, para tener lugar: cuando descubre que el fin de los fines,
nece al_ futuro: es ms, es por definicin el ltitno fururo de la vida: no es del mismo 1nodo que !os pequeos fines intermedios de las series intra-
una etapa intermedia en el camino de esta vida, sino el fururo ms lejano vitales, podra perfectarnente un da ser su presente. Aquello que no puede
de todos; ni es una parada transitoria ni una estacin ms. sino el final de- ser mi presente est: a punto_ de tener lugar: lo imposible va a suceder: en
finitivo y e! ltimo trmino en la serie Je los n1on1entos sucesivos cuyo un instante sonar la hora ~thsur<-LL Pronro! Crno aceler.J. el corazn este

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:idverbio de la inminencia aptic::ido al ltimo flnuro de l::i vid:J.! El hombre converdo de pronto en amenaza inminente, el quimrico futuro fij;:ido para
es[ des:Jn1fXIr:tdo cuando se encueru:r3. de repe'1te c:in :J. cara con un ft1tu- maana por la maana: no hace falta ms para que sintan1os vrtigo. Cuando
ro que no estaba hecho p::ira advenir en1pric::J.1nente ... 1:1 idea de que el fin el acontecimiento de la muerte, que algn d;:i tendr que llegar, pero un da
del rnundo, objeto de una especulacin esc::J.tolgic:i y libresca, ha sido fijada indeterminado, se fija para una fecha precisa, la desesperacin hace presa
par::i e! do1ningo prxirno, o que la Gran ~oche es esta misma noche, es en el hombre: es el caso de los condenados a muerte, torturados por la 1nons-
enloquecedora. Nuestro desasosiego est:.1 en relacin con la bn1sc:1 cransfor- truosa e inhumana precisin. Todos los hornbres son -'mortales, y Pedro es
n1:icin de b n1uerte en dato inmedia[o: pues J.S con10 el esplendor del Sol un hombre: pero de esto no se desprende que Pedro deba morir el mir-
requiere el crnp!eo de gaf:J.s ::ihun1ad;:is que atenen a nuestros ojos su inso- coles prximo; se desprende simplemente que Pedro deber morir un da
portable brillo. a.:S !as tinieblas de la rnuerte slo se convierten en objeto de u otro.. Pero ms bien otro! La fecha de la muerre no se deduce de estas
eSpeculacin :l tr:1vs de l:i pant::dla de un:i n1editacin discursiva; o si se premisas; estas premisas no determinan un efecto tan preciso, tan contin-
prefiere otr:t cornp::iracin: e[ plazo de la n1ecli:1cin. como los circunloquios gente como el da de la muerte a fecha fija. Por lo tanto slo se toma en
pl1clicos .del lengu:ije. J.morriz::i nuestro conrac[o dem;:isiado directo con l::i serio el acontecimiento del instante <...llando sobreviene, aquello que no es
n1uene; a falta de[ V:'.llor neces:'.lrio para soporr::ir el n1ano a mJno y e[ cara rns que una simple posibilidad negativa o potencialidad latente. pero que
a C:'.lr:l, pensar11os nues[r~l propia nada de fornl:'.l subsidiaria. a travs de suceder en el acto o sobre la marcha. A partir del momento en que el nior-
L1 zon~1 neutra de los trminos medios y los conceptos-::i1nortigu::idores. Esta talis cede st1 lugar al rnonturus y a fortiori al rnon:bundzts. en que el candi-
es Li razn por la que lo::; predic:tdores, deseosos de restablecer la n1or:1to- dato a 13. muerte, susceptible en general de morir, ha escuchado la ltunad;i
ri:1 que nos liber:l. <le :itlojar e! peligroso lazo, n:con1iendan conrinuamenre de la muerte inrninente, en que el nlortal Ilamado :1 una muerte posible se
Lt preporucin :J. l::i n1uerte: Ojo con 1'..ls sorpres:ts! Sed previsores! To1nad conviene en un man.hundo en potencia de muerte o en acto de mu~rte, en
prec:iuciones! C~uJrdad las distanci::is! No esperis a est::ir con el pual en que el destino ha inscrito a la criJtura en la lista negra de los prximos ele-
el pecho~ Cu:.indo corren1os peligro de ahog;irnos, deseara111os hJ.bernos gidos, a partir de ese inon1ento el hombre ha comprendido que la muerte
qued:1Jo en la orilla. Pero el hon1bre pniclente tiene :i gala el prepararse, ya no es una ei'entualidad abstractJ.. sino el acontecer de un acontecilniento.
sin saber por !o de111:.s pasa qu e-x;icran1er1te h:i~ que prepararse: la mue11e Os lleg:J.r: el turno, escribe Georges Friedmann.
que. cuJ.nJo se present:i, se present:.l sie1npre por prin1era vez. nos pilla Realizar" la muerte no es nicamente viYir la amen::iz::i de 1nuerte como
sien1pre desprevenidos; inv::iri:.lblemente. el hon1hre precavido es pilb.do por efectiva y prxima, es ipso f::icto sentirse uno n1is1no personalmente con-
sorpre::;:i. se \'C oblig:J.do J ternn:lr deprisa y corriendo, a revenr:tr <le cual- cernido por esta amenaza: si la arnen:J.z::t, siendo como es inmediata, se diri-
quier fonna: suplic:tnJo J.! verJugo que le conced:1 un 1ninuto n1Js: feliz con ge a otras criaturas, a los n1ortJ.!es en gener:J.l, a un hombre cu~1lquier::i, le
Lt inenor rrcgu:1. cu:inJo la gr:ici:t o rnJs bien Li JesgrJ.cla de es:l rregu:i le fJ.lta un elernento esencial a su efectividad: pero, al revs. lo esencial no falta
e:-- ,_uncLdid:L ;A que \"iene tanLl rris:1. dio:-::1 l"t"~ll'!'. Sorpresa esper~1da. sin n1enos si la :unenaza. concerniendo direct::imente ~ti interesado. slo le con-
L111h:1rgo. y \-i'-'i:t nu\eJad .. El 111:s pn:\isto Je kis aconrecnientos l:'S parJ.- cierne a largo plazo: pue."i k\'i dos c:.J..'iO.'i significan lo mismo; en los dos CJ.sos
Lkijil"J111enre t.'i 1n:is itnpn.::'\"isih!e: ~-ni siquierJ. L1 c>Jad ::;ign!ficJ. naLLt. los vie- !:J. a111enaza es un:.l a111enaza snulada. y el peligro <le 1nuerte es tan pLu6-
iO.'i. lo n1is1no qu(_' los j\cnes, esr:n :.icuci:idos por !:J.s prisa.s. pillaJos por nico con10 el que sentin1os ::il leer relatos de aventuras o novelas policiacas.
_..;nrrne-,:1. oh!i~:1do.-. J. rnorir de cu:dquer forn1:i. corno si no hubiesen teni- Cuando t:>l hotnbrc e::; consciente de que su turno h:.1 llegado, se siente lla-
dn ;ie111po dL' .'iohra p~1r:1 \cr :lCl'rc:irse el fin. DL'tTepiti senes. dicl' e! estoico. rna<lo J. Lt \ez a un:i 1nuene inminente y persona!n1ente concernido . .:-iiencJo
pc.111con1n1 ll1Ii!Or11n1 accesstone111cotL\1nend.:u11f. r en efl.:"cto. J cu:dquier r:1nto el concerniI11iento con10 la inn1inencia <los fonTI:J..'i e.le la efectividad.
c<l:1d uno fr:icas:i :d enfrentarse :.i .su fin. Por \i1.:.io que uno se:t. uno rnuere La n1uerre dejJ. de ser un si1nple ren1a de traduccin del latn o un tema abs-
sic1npre Jen1:1si:1Jo pronto: pues en est:i n1ateri:1. ro<los !os finales son prem:i- tr:.lcto parJ. Jisertaciones filosfic:is. par::i convertirse en una cuestin perso-
rur< L..,. El hun1l)rc _-;e enfrenr:.i ohli)-!~trori:unente :t la n1uerti.: en Londiciones nal. L::i muerte se convierte en algo :-;erio cuando to1namos conciencia dLI
de iinprovis:J.cin o Je indisposicin: el lnpro1np(U Je L1 1nuerte es. !ite- siguiente hecho: !J. muerte no es nicamente unJ. desgracia que les sucede
rahnente, externporrzeo - pues esta circunstancia Je lEi1n::i hora de_sbJ.r::tta a los otros. .J a m 1nismo clentro <le cincuenta J.os, es decir, a m mismo
,_.-u:tlquier cont~mporizacin. LJ. u;:u,encic1 que nos in1pondra la inrninencia en tanto en cuanto que yo tambin soy otro: la muerre no es una eventua-
<:e> por Ltnro un:i <..-~1u.-;:_i Je enloquecinliento_ Lo que fliharno.s ~t !~tr~o pL1zo lilbd lejana en el espacio y en e! rempo: un huen d::i descuhri1nos que el

_-)[
1nisterioso problema que nos figurbamos abarcar tambin nos abarca a nos- ni un Cayo cualquiera, sino una persona inexplicablernente privilegiada_ - Y
otros; un _buen da, al escuchar el L:tiido fnebre, comprendemos de pronto no es este privilegio, como _todos los privilegios_, injus.t-0 y _pasional? La filo-
que lo mismo que hoy suena para el vecino, sonar: tambin para nosotros. sofa, tal y como la entienden Spinoza y Len--Brull.Schvicg,-n empieza pre--
Todo el mundo -escurre el bulto, todo el mundo cede el turno a su vecino: cisamente con la superacin de la parcialidad egocntrica, con la denuncia
A usted le corresponde el honor; comience usted por favor; pase usted de- de los prejuicios que ese egocentrismo cultiva? Del mismo modo que la filo--
lante se lo ruego. Todos estos .cumplidos y estas escapatorias ya no son po- sofa sinptica de la historia subalterniza las ancdotas y los, sucesos de actua-
sibles. Digmoslo una vez ms: el hombre que realiza su muerte-:propia, la lidad, as la razn imparcial corrige la ptica deformante 'del propio placer,
ma para m, la tuya para ti y la vuestra para cada uno de vosotros respec- del propio dolor y de la propia muerte; nos Hbta d la fascinacin del' yo y
ti~amente, difiere por completo del hombre que, mediante el razonamien- nos capacita para la megalopsiquia. No se puede admitir que la primera per-
to, aplica una ley universal a su caso particular. Concluyendo a priori y a sona tenga sus propias verda,des, ni que la verdad en genefal sea relativa al
fortiori de todos a cada uno, la deduccin no llegaba nunca a la persona de nmero de la persona. La filosofa, que es razn, justicia y sabidura, pone
carne y hueso: en tanto en cuanto la consecuencia se derive analticamente en su lugar, en su insignificante lugar, reduce a_ sus verdaderas proporciones
y, por as decirlo, ;:i.utomticamente de la ley general, la muerre-propia es los acontecimientos de la vida personal: mi placer personal, mi dolor per-
necesaria con mayor motivo. Los estoicos, para inducir a la resignacin al sonal, mi felicidad, mi muerte-propia, y en general todos los acontecimien-
enfermo recalcitrante y poco razonable. le presentan su muerte-propia. con tos que designan1os con el adjetivo posesivo de la primera persona; ya que
la ayuda de un as pues. como la consecuencia n;:itural e inevitable Je una es esta clusula del yo lo que constituye para la razn desinteresada el insig-

l
ley; del mismo modo que para consolar a la afligida viuda, subsun1en su nificante detalle; el punto de vista del ego, corno en el conocimiento gen-
duelo en un destino comn y banalizan de este modo la muerre del p_rji- rico" engendra las exageraciones de la filia, de la clera y del terror, es a la
mo: el consuelo hace corr10 si se pudiera pasar insensible1nenre de la n1or- vez obstculo que superar e injusticia que corregir: el placer de los hedonis-
talidad impersonal a la muerte-propia. De hecho, el consolador tiene y no tas, para el sabio, no es n1s que un ridculo cosquilleo de la epidermis; mi
tiene razn a la vez: tiene razn porque su silogismo es impecable; no tie- dolor, expuesto a la objetivacin de Epicteto, deja de ser el cen[fO del mundo
ne razn porque el silogisn10 no nos di.spens:i en absoluto del verriginoso y se reduce a lo que es realmente: la [fansformacin insignificante de un mi-
salto que hay que dar, del desgarrador dolor que hay que afrontar para apli- serable cuerpo-apenas dist-ir1g.uible entre-12 mLi1tiri.id de los cuerpos-que_pue-
carse la ley a uno mismo. Pues es la apl.:acin propi:.imente dicha en lo blan el universo. Somos capaces de distinguir entre lo que es importante para
que consiste la verdadera mutacin y el verdadero trnsito a un orden dis- nosotros nicamente, ttpOs hs, y lo que es imporrante en s, 1Ca8' a:'t o
tinto de la haecceidad. Para deducir de la n1ortalidad en oeneral la n1uerte qrcrEt; del mismo modo, por lo que se refiere a nuestro terna, Epictero, de
de Cayo. de T:.irten1pion. del seflor LTntel o de no i1nport~ qu otro seor, 1 acuerdo con Epicuro. declara que la muerte no es nada: oUOEv ttpi; ftOO;. Es
para deducir de un caso otro caso dentro de lo:-; l1nites dc:l n1isn10 gnero, verdad que una pavesa en 1ni ojo cambia para m el orden del universo, me
no es indi.<;pensahle el \'J.lor. Pero yo no .soy l!Jl caso. ni un ejemplo entre oscurece el color Je las cosas y envenena todos los acontecimientos del da:
otro ...:;. y n1e cuest~l interca1nhiar la transparentl:,' aunque poco convincente pero para un tercero, o par3 una conciencia imparcial. esa pavesa no es ms
evidencia de la mortalidad irnpersonal por la evidencia absurd;I, pero-vivida, que una mora de polvo en un ojo cualquiera de cualquier criarura. Del mismo
que c:.ir:1cteriz:.i 1:.i rnuerte-propia. Lo que es vj\i<Jo para todos los ho1nbres. n1odo mi muerre es para n1 el final de todas las cosas. el final total y defini-
al parecer es vilido para cada uno de ello:-;. P~ro cu:.indo ese . uno ele ellos tivo de mi existencia personal y el final de todo el universo, el fin del mundo
soy yo n1ismo. se in1pone una repentina conversin y hay que fr..inquear un y el final de la historia; el fin de mi tiempo vital es verdaderamente para m
abismo. La realizacin no es un razonamiento. sino una intuicin instant- el final de los tiempos, la [fagedia metafsica por excelencia, la inconcebible
nea. Entre el somos annimo. que es Todos y Nadie, por una parte. y yo tragedia de mi nihilizacin; pero la muerte del otro es para m un incidente
mis1no por otra. parte. la diferencia es reahnente n1etaf:-;ica; a condicin de de los ms ordinarios; y recprocamente mi muerte no es una cat:strofe tan
que por m-mismo ya no se entienda el yo, es decir, el concepto gramatical grande para el universo: es un suceso nimio y una desaparicin indiferente
de la primera persona, sino yo pura y simplemente, yo sin artculo, yo que que no turban para nada el orden general y no interrumpen para nada el
dice _o a.qu mismo y en este mismo instante: yo. la persona que habla, no curso normal de las cosas; el lugar que ha quedado vacante en la plenitud
:-ioy un inorral cotno los <le1ns tnortale.s. ni una criatura entre las criaruras, _universal es ocupado cipiJamente; maana po.r la maana, el carrero traer

52
el correo 3 b hora de cosrumbre; nos morirnos, pero el especcculo contina; - La muerte EN TERCERA PERSONA es la muerte en general, la muene abstracta
cinco minutos despus del accidence, el corro ya se ha dispersado y la cir- y annima, o bien la muerte-propia, en tanto en cuanto se considere esta
culacin. que ~s continu.:icin, ha retom~d~ nor~1almente sucursp_~f. la ~veni de una forma in1personal y conceptual, del mismo modo, por ejemplo, que
da. Lis ocupaciones de los hombres contmuan aenas a esra desolaaon pnvada, un mdico considera su propia enfermedad o esrudia su propio caso o hace
J.jenas a la farnili:i en duelo: rni muerre y la de Cayo no son, desde el punto su propio diagnstico: pues los mdicos tambin pueden estar enfermos,
di::: vista de un tercero o de una justicia imparci3l, exacwn1ente equivalentes? p.ero, sin dejar de esrar enfermos, seguir siendo mdicos, y comprender aque-
Confesn1os!o. est3 ridcula desproporcin hace que experimentemos la amar- llo que les comprende, y conservar la serena supercosciencia de su propia
gur.i de la insignificancia ohjev:i de la muerre-propia y las minsculas pro- tragedia; para este mdico-enfermo en que el enfermo se somete al mdico,
porciones Je nuestras tr:igedias personales. la tragedia no pasa de ser un fenmeno. La superconsciencia juzga a la muene
como si la muerre no la concerniese y la deja de lado como si el asunto no
tuviera nada que ver con ella; la muerte en tercera persona es problemtica
3. La rnuerte en tercera, en segunda, en prirnera persona. sin ser misteriolgica; es un objeto como cualquier otro, un objeto que se
puede describir o analizar mdicamente, biolgicamente, socialmente, demo-
Pc::ro todo esto es trat:J.r demasiado :J. la ligera el hecho de la interioridad grficamente, y que representa por tanto e'l colmo de la objetividad atrgica.
en si rnisn1:i. hecho n1isterioso con un no s qu de irreductible que bien El Yo, en este asunto, deviene sujero annimo y acfalo de una muerte in-
pocira1nos )iicnciar, pero que protesta con10 un sordo remordiiniento con- diferente, sujeto sin suene que le ha tocado por sorteo reventar.
tra el escan1oteo optimist:i y contra la fingid3 buena conciencia de la sabi- Pero puede suceder tambin que el mdico-enfermo, sin dejar de ser un
durJ. anri-[r..gica. Li razn panormica, aplicando las leyes de la perspecti- poco mdico en su desgracia, sea rnucho ms enfermo que mdico: enton-
v:i. pueJ('. ('.fectivan1ente compensar la flni[ud de la mnada - pues la mnada ces no es mis que una miserahle criatura entre todas las criaturas con el
e.:-; puro ~1fuera y tercera persona neutr3 en un mundo de terceras personas mismo destino y el mismo misterio. Si la tercera persona es principio de sere-
intcrcarnbiables. Sin embargo, la existenci:i para s que caracteriza el '{o es nidad. la PRI.i\-1ERA. PERSONA es seguramente fuente de angustia'. Estoy acorra-
del orden de lo irre:np];Jz:i.hle y de lo incomparable; cuando esra existencia lado. En primera persona. la n1uerte es un 1nisterio que me concierne nti-
sc:11elf:crlc1 est: en peligro, la afectacin de serenidad ya no puede dar el mamente e ntegramente, es decir en mi nada (si es verdad que la nada forma
pego. Este hecho sucinto de la interioridad para consigo mismo es un hecho pane de ese todo): me pego a ella estrechamente sn pxier guardar las distan-
rnisterosan1ente objetivo. 1Yli muerte para rn no es por tanto la muerte de cias con respecto al problema. lvlea res agitur~ Se trata de rr, es a m a quien
alguien, sino que es una muerre que trastorna al mundo. una n1uene ini- la muerte llama person;_iln1ente por mi no1nbre, a nl a quien se;:da con el
111:J.b!e, nic:1 en su gnero y que no se parece :i ninguna otra. Cmo negar dedo v de quien tira de la manga, sin darn1e la oportunidad de hacer pasar
entonces quc Lt t.:l:tusula egocntrica de l:i prirnera person:i sea una cl-:usu- delan~e ::tl vecino: no 1ne queda esc:J.patoria. se 1ne hJ.n agotado los plazos:
!a irnican1t:nEc esencial? El prohlen1:i de !:i rnuene puede serYir par:i reha- el aplazamiento para 1ns tarde, lo misn10 que las courladas y las posterga-
bilit:ir un:..1 filosofa Je !a parcialidad. cio11es son ahora irnposihles por n1s en1pei10 que ponga el hon1bre concer-
[)ebernos distinguir cb.ramente entre !:is rres personas, es decir, entre las nido; la tercera persona sin rostro ya no puede servirme de pretexto. OU8Ev
Lres ptic:J.5. la tercer~1 y la segunda person:is que son mis puntos de vista npOc; -fiCic;? Ya no queda n:1da para m? Todo lo contrario! Esa n~1da es toda
sobre el Olro IJ o TJ o !o.s puntos de \53 del orro sobre n1 rnisn10 (yo, enter;:i para nosotros: dicho de otro modo. e.s nuestro o todo o nadJ. lo que
con.sicler:lJo co1110 tercer:i o sc-gunda person:i del otro), hts dos parejJ.s con- est: en tela de juicio ... El 111ea res de Lucrecio es una confesin que desn1ien-
-~
tinan sienJo do.s sujetos monJdicJ.mente y personalmente distintos: la pri- te implcitan1ente el OU8Ev npOc; fiCic; de Epicuro. En ese mea res, encontra-
ji mos a la vez la efectividad, la primera personJ. y la inminencia. Sin embargo,
n1erJ. person:l que es rni pun[o de vista sobre m mismo, tu punto de vista -&
sobre n1isn10, y en gener3l el punto de istJ rejlexivo de c1da cual sohre el jturo to111ado en serio por aquel que lo hace realid:.J.d no es en :ih.soluto
s 1nismo: esrc- punto de vista, que apen:J.s es un punto de vista yo. que renun- un asunto y todava menos un deber; y es e.sra misma imposibilidad de con-
ci:J. a la perspectiv3 y a la distancia ptica. es de hecho la experiencia vi-
viJ3 <le !:J. n1uerte-propia. donde coinciden el objeto de la consciencia y el
sujeto del 1nonr. 11- '
venir este futuro en deber, esta :J.ngustia en preocupacin, esta inminencia
en urgencia. lo que agr.lV:J. [Odava ms nuestro pnico; como mucho tene-
rnos una actud que asunlir - suponiendo que nuestro deher sea morir en

)- -1. i
~!
<! 1
~ t
+!
1

'paz. ~wea res agitur no significa: algo me incumbe~; sino ms bien: "mi suerte comunidad abstracta, ni a una agrupacin cosmolgica;7 no expresa ni la in-
est echada~; slo nos queda rezad. - Pues mi muerte es- para m, la tuya clusin de los-ndi'{_iduos en un gnero com_n,_~i_s.u__ pa~ic-ipacin de una
para ti, y en general la n1uerte de cada tercera persona es para cada una esencia nica, ni su afinidad de origen: pues las personas seran entonces
-de esas personas, puesto que cada persona, considerada respectivament~, mnadas, es decir, terceras personas impersonales; la Simpata que sienten
.dice yo como yo mismo; y lo dice co_mo yo misrno en su fuero interno. La las unas por las otras no proviene, como en Marco Aurelio, de su fraternidad
-Segunda y la tercera personas, que son T y-I para nl no son acaso Yo o de cualquier O[f""d consanguinidad especfica~ ni s.iquiera de un lejano paren-
para s rnismas? Cada persona no es reflexivamente primera para s misma, tesco. Al contrario de toda armona . mondica, el solipsismo de las soleda-
es decir, en cuanto a ella y desde su propio punto de vista? El otro que es des paralelas, encerrada cada una en s misma 1 en su sqliloquio, como en
yo por relacin a l mismo, aunque no sea-yo mismo, ese- otro es senci- una ciudad sitiada,. constituye paradjicamente la unidad desgarrada de ese
e
llamente como yo, instar mei. Ivediante este rodeo, indirectamente, la gran Yo, de esa hidra de mil cabezas que se llama Nostros.-la tiagedia del
mue1te-propia vuelve a ser universal: cada uno ante.s" mismo y por lo que -{o despierta un eco en el Nosotros, pero el Nosotros remite continuamente
se refiere a s mismo como si estuviera solo; y en consecuencia, un reparto a la experiencia solitaria del Yo. El"acontecimiento ecumnico de la muerte,
distributivo entre todos, entre todos sin excepcin! Pero nicamente en con- ecun1nico porque llega a todos los lugares y a todo el mundo, conserva
secuencia... El sentimiento de ser un centro de atencin, un centro egocn- misteriosamente en cada uno un carter ntimo y personal, un carcter des-
trico alrededor del cual se ordenan, en crculos concntricos, las personas hilvanado que no concierne ms que al propio interesado; este destino ecu-
nmero Dos y nmero Tres, con respecto al cual T y l se definen, y por rnnico sigue siendo inexplicablemente una desgracia priYada. "Vosotros,
otra parte la simpata por una alteridad donde hay tantos centros como perso- innumerables. vosotros que habis muerto antes que yo, ay"'Udadme", gime
nas, este egocentrismo y este aloceiltrismo* se contraponen: su confron- el rey moribundo de Eugne Ionesco. "Decidme cmo lo habis hecho para
taCin engendra Ja parad_oja del J.VosotrOs.: Pues la contradictoria idea de una n1orir... Ensedmelo. Que vuestro eje1nplo me consuele, que pueda apo-
primera-persona-del-plural es.una e.Specie de monstruo, si es verdad que el yarme en vosotros como si fuerdis rnis muletas, apoyarme en Yuestros frater-
Yo, por definicin; ;sie_ni.pre est en singular, y si el plural se aplica sie1npre nales brazos. Ayudad1ne a frdnquear la puerta que habis franqueado! Vol-
necesariamente a oirQ. La fraternidad de-la.que nosotros es la frmula no se ved a este lado un instante para socorrerme!. .. Decidme cn10 sucede todo!"
infiere por induccin analgica, sin cjue es vivida por simpata e intuiti- Desgraciadamente aquel que va a morir-mt.ltl-e so!o, afronta solo es'i-muerte
vamen~ n la exper~D.ci_-~ntitn?: es .corno _1:.1na accin a distancia, una espe- personal que cada cual debe inorir por su propia cuenta. da solo el paso
cie de comunica:in tjlgica e inStantnea exclusiva de cualquier comunidad solitario que nadie puede dar por nosotros y que cada cual. llegado el mo-
substancial: mediante una divinizacin iiimediata, el hon1bre provisionalmente 1nento. tendr que <lar por s mismo. Y nadie tampoco nos espera en la otra
protegido realiza, ante la muerte del otro. su fraternidad de destino con la orilla. :\adie vendr a darnos la hienvenida a las puertas de la noche. Tambin
vctima escogida hoy. Asunto personal de cada cual. asunto del Yo multi- Pascal lo dice: ":\torire1nos solos".::; ~Qu otra cosa es la asistencia religiosa,
plicado por Nosotros. la muerte pone al desnudo el rgimen contradictorio :-;ino una especie de tent:Hiva npotente y puramente simblica para aco1n-
del plural Absoluto: por una parte las innurnerables tragedias, tan hiperbli- pariar la soledad del paso 111:..s desesperada1nente solitario de toda la vida,
cas en s misn1as como independientes las unas <le las otras, elevan al grado parJ. despedir al viajero del ltno viaje? No hay que dejar solo a aquel que
n1s alto la esporadicidad del Absoluto plural: y por otra parte este desga- va a n1orir... Sin <luda alguna la idea de socorro en generaL auxiliztm. res-
rramiento no contradice la sin1ilitud del destino que une a todos los hombres. ponde a este deseo de :icomparlar y de estar al lado <lel ho111bre solo. Pero
Este plural de absolutos a la vez separados y asociados responde ms bien desgraciada1nente el in.s[ante supren10 no tolera precisamente co1npaeros
a ufi hecho ecumnico que a una ley sinomnca. Dicho de otro modO, esta de viaje. Se puede ayudar al n1oribundo aisLuJo, dicho <le otro modo, velar
universalidad -deslavazada no se reduce ni a una solidaridad fsica, ni a una
- \"er b impon~intl'. , hr:i de F.mrn:inutl L.:dna~. n,1a/if(' et !11/ini, Li Haye. i'l(1 L -;ohre lo .--\bso-
lutamenLe-Otro. Emmanud Levinas, Tott1/idad e injlnito. Ensayo .mhre la exterioiidad. Salamanca:
Edicione::> Sgue1no::>, 1977.
Allocentrisme: Jank!vitch contr.ipone al egocemri.smo o consideracin de b propia persona-
* .~ Pensees.' III. fr. 211. ecl. Rn_inschvicg. Cf. Maerer!inck. la .Uort. p. 6. Pasea!. Penst1mientos. XII.
licbd como cenrro d~ atencin, d aocentnsmo. del _!:!riego ~- que vendria a .significar algo as fr. <;l. t'd. Lafun1a. Traduccin. introduccin y noras de J. Lbns. t. reimp. ).fadrid. Alianza Edito-
como la consideracin de los otros COlll(J Ct'ntn) de atencin. {N_ del T.) 1i1!. ll)l'il. p. (JH.

j{J
37

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a! ho1nbre en el tr3nce d_e su muerre hasta el penltimo instJnre, pero no se se parece tanto a la desesperacin del morir como la desolacin de esta
le puede t:'\'Wr que ;_fronce el ltirno inst;_inre l mismo personalmente. Tanto madre desconsolada. En cuanto a la muerre de nuestros padres, hace de-
corno !:.i religln, e! rJcion:.i!ismo siente fobia de la soledad ler.al. De acuer- saparecer el lrin10 intermediario interpuesto entre la muerre en tercera per-
do con el esc;_in1oreo de la tr::igedia, en el Fedn, no puede permitirse que sona y la muerte-propia; el ltimo velo que separaba de nuestra muerte
Scrates perrn;_inezc:i un minuto solo rnientras espera la angustiosa soledad personal el concepto de la muerte cae; el inters bioigico de la especie
de L1 n1uerre. no puede pern1irse que Scrates calle un solo minuto mien- nos ha abandonado definitivamente, la solicitud que nos protega de la nada
Jr:.ls espera el gran y definiti\'O mutisn10 de la muene: los ltimos momen- ha desaparecido dejndonos cara a cara con la muerte. Ha llegado mi tur-
tos de Scrates ser:n por tanto un b.rgo dilogo que llena con palabras ra- no, y ahora le toca a la generacin siguiente pensar la muerre a travs de
zonables los .Jgujeros del silencio, que anima la soled:id desnica de la mi efectiva muerte. L;i muerte del padre y de l:.i madre es de este modo pa-
agon:1; el ruido de los di:logos y el plural de la reciprocidad escamotearn ra cJ.da hombre el paso de lo mediato a lo inmediato. - La amada mismi-
t::i.l vez ese s:.ilto 1.ertiginoso que es siempre, con10 la huida de! hombre hacia dad es como si fuera yo 111ismo: pero una vez dicho esto, no es yo n1ismo,
Dios segn Plorino. <pufil vou npCx; ,llvov. :-\qu se reconoce l:.i tcticJ. fami- en el sentido ontolgico del -verbo ser, mi hijo es una parte de mi propia
liar a tod:i filosof:i de L1 [ercera person:i. L3 hipertrofia infla1n::itoria y p:isio- vida - pero esto no es ms que una m.anera de hablar, y la identificacin
nal de L1 propi;_ [r::igedia ~esl:.i perfectamente lenific:J.da por esra sociabilidad del yo y del t no pierde nunca su carcter metafrico; este ser tan prxi-
filosfica? Lt fit>brc h:.i rt'rni<lo definitivamente? Scrates, rode:J.do de an1is- mo es monadolgicamente otro que yo mismo: slo vivo para l, pero mi
rad, prosigue L1 conversacin h:J.st:J. el ltirno 1no1nento nicamente. hasta corazn late para m del misrno rnodo que su corazn late para l; cada cual
e:! inst:intt' del poso solitario, hasta ese umbral final y desconocido q~1e hay vive para s mismo respectiva1nente en su inexpugnable soledad; y ni siquie-
que decidirse :J fr:i.nquear solo, con 1:.1 esperanz:i por todo vitico. rJ. el amor consigue que los dos ncleos mon:dicos se fusionen en un ni-
Entre e!_ anonirn::ito de l:.i tercera person:i y L1 subjetividad tr:.igica de Ja pri- co ncieo, que las dos n1is1nidades coincidan exrticamente: las dos siguen
rner:i. esL1 e! 1.:~1so interrnedio y en cierto niodo privilegiado de !a SEGUNDA siendo nun1ricamente dos, co1no lo exige el principio de i?entidad; y la
PEI~SO:";:\; cncrc !a 1nuertc de otro, le:ina e indiferente, y la n1uerte-propia, esencia del an1or consiste sin1ple1nente en la cornunicJ.cin rnigica que se
que es todo nuestro ser, est la proxin1id::id de la 1nuene del prjirno. El T establece a travs del vaco entre dos Absolutos de ese do, entre las dos
reprsenra en efecto :.i[ prin1er Otro, el otro inn1ediatamente otro y el no-yo n1nadas de esa dad:i. En J;i pena y la tristeza desgarradoras que la des:I-
en su punto Je: intt'rseccin con el yo, e! lmite prximo de b. alteridad. T:J.m- paricin del ser amado nos provoca, vivimos la muerte del prjimo cotno
bien l:.i 1nut'rrc de un ser querido es casi como !:i nuestra, casi tan desga- si fuera nuestra n1uerre-propfa: qu.asi 1nortem propnam; pero recprocamente
rr::i.dora corno l:i nuestra: la n1uerte de un p:.idre o de una madre es casi esta proxin1idad sin coincidencia, esta vecindad familiar sin id.entificacin
nuestr:1 n1uc-rrr:. y en cierto modo es en efeco !:1 muerte-propi:J.: lo incon- nos penniten pensar la n1uerre del otro como una rnuerte extraa. La dis-
soL1bte l!or:1 ~t lo lrren1p!az:.ih!e: la intercan1hi:1hilid:1J Je L1s tercer:.is perso- rancia de! ':r:-o :d T representa la distancia mnin1a sin L1 cu:il el sujeto con-
n:ts es Jesn1cnric.L1 no slo por b se1T1elfr1cticic.L1d de la 'propia existncia. r:1n .suinira el objeto, y a p:1nir cJe !a cual somo:;; capaces de proyectar el obje-
:1ngus(iosa C-il e! Lunento cie un:i viJa perdidJ. (pues slo se \'i\e una vez). to ele conocin1lento: pero con10 esta distanci:.i es nnim:i. el conocimiento
slno incluso por b. inestin1able h;iecceid:J.d . . de 1:1 segund:i persona: la madre simptico del t es lo rn:.s parecido a la pura y snple funcin unitiva. Esta
en duelo :dglin Ji:t cndr: otros hijos. m:.s hern1osos r:il vez y 1neior Jora- gnosis inren11edia entre el tener y el ser, entre el conocin1iento fro y lci-
do.:-; que el h:io que ha perdido. pero ~quin le clc\-oh:er:. ;iJ hijo que h:.i per- do por el que conocen1os a la tercera persona y l:i ceguer:i pasional de
Jido? Pues er.t preci.san1ente ese :ll que ella an1:J:J ... Oesgraci:J.d::i.mente nin- alguien que se desespera en su fuero interno con su propia tragedia, esta
guna fuerz:.i de l:'."stc mundo puede hacer revi\ir :.i e;e precioso, a ese gnosis no es co1no el equilibrio acrobtico de la intuicin? No es la naru-
lncornp:.Irabie bpn:..: !!ceralmente nico en tod:.i !a_hisroria de! rnundo. N:Id:J. raleza encerrad:J. en un inst:Jnte? Aquello que soy, no lo s, dice Angelus
Silesius: y lo que s, no lo soy. Quiere esto decir que grJ.cias a la segunda
Th~ec~culud ,~ [rJO:>lTlh<: h:ibiEu:.ilmc:rHe Je e~to:: modo d 10,:;h\o btino but>cceiflJS usado por
Dun .... f><.:to ;il r<.'knr:><: ;il rnnctp10 Je individuacin. Haecceitas poJri:i. traducirs<! por -esridad.
- d.:<::'' f>t1n. Fo::rr:l!er .\lnr:i
!'1:-:11 nil...'..p, l~..'., ,\
J.,
d~!T.i
Diccin11L1110 de Filnsn/. f n1b.. 2. eJ ...\!:1drid. _--\Jianz:i EJirori:d. I'
3!< !
persona ya no habr: que escoger enrre saber sin ser y ser sin saber? En este
caso los dos incomparables podran sumarse. Slo tendremos que com-
probar si realmente se puede en algn caso s:J.ber siendo, o es preferible
dejar de ser...
Se da por tanto una experiencia privilegiada en la cual la ley universal de O inversa1nente: el nacimiento no est para m nunca en futuro, ni la muerte
mortalidad es vivida como una desgracia privada y una tragedia personal; e en pasado. De su muerte-propia, la primera persona posee una presciencia
-_inversamente esta maldicin personal, confidencial y c1si inconfesable de Ja o un presentimiento, jarns una reminiscencia; como a la inversa tendr de
muerte-propia no es menos, para aquel en-que se cumple su efectividad su nacimiento, si acaso, una rerniniscencia, pero nunca un presentimiento; si
y su inminencia,. una necesidad .de orden general. Qu otra cosa quiere decir la reminiscencia del principio es poco verosmil, el presentimiento de ese
si no que _la muerte representa una especie de objetividad subjetiva? Desde principio sera un absurdo; pero el presentimiento del fin es un hecho co-
~el punto de vista de la primer:a persona, es un acontecimiento desigual y un rriente de la experiencia, mientras que la reminiscencia de este fin forma par-
absoluto; desde el punto de vista de la tercera, es un ferimeno relativo. la te de lo fantstico. Se nos dir sin duda que el seor Perogrullo no se expre-
paradoja de una ley individual, por retomar aqu la expresin de Georg Sim- sara mejor. .. Pero acaso la filosofa no consiste muy a menudo en tomar
mel, se aplicara bastan~e bien a esta confluencia del Concepto y de la propia conciencia de estas perogrulladas, en pensar todo lo pensable en su forma
experiencia. El problema de la muerte nunca es completamente atrgico; la mis elemental? La muerte-propia, como hemos visto, est sie1npre y en todo
tragedia de la muerte nunca es completamente aproblemtic.a. El misterio rnomento ante m, por venir y en curso, y esto hasta el ltimo momento de
problemtico de la muerte no es por tanto.un problema como cualquier otrci. la ltima hora; en cualquier momento que el sujeto se interrogue a s mismo,
Por lo que respecta a la muerte en tercera persona, podemos hablar hasta aunque sea un segundo antes del ltimo latido de su corazn, la muerte-
cansarnos sobre et fallecimiento de X o de Y, disertar a discrecin sobre propia est tod.--iva por n1anr. La primera persona del singular slo puede
la n1uerte de alguien que nos es indiferente: antes de esa muerte, dur.nte esa coniuaar morir en futuro9 e inversamente el presente de indicativo y el pasado
' '

muerte, y despus de esa muerte, todo se presta a nuestra reflexin; aquel del indicativo slo se pueden conjug;ir en segunda y en tercera personas; yo
que, voluntariamente, precede al acontecimiento, o sobrevive al aconte- no puedo decir ms que: morir; pero nunca: yo muero (a no ser como un
cimiento, o se convierte en testigo del acontecimiento, abarca t;imbin el guio a los espectadores n1ientras n1e obse1vo morir); ni a fortiori estoy muer-
acontecimiento como un objeto inmutable; pues lo que sucede en realidad to (salvo que est representando una comedia y n1e desdoble). El que dice
es que la insignificante tercera persona es una persona tan inten1poral con10 f.-Iuero,, est vivo, puesto que cree morir, y por consiguiente. con10 el creten-
impersonal, una persona tan acrnica corno annima: presente, futuro y pa- se Epimnides, se desmiente a s 1nismo. Decir ..r-,[uero" es toda\~;i ms im-
sado son con relacin a ella tres formas de una misma intemporalidad que posi-ble--y contdd-ictorio qt1e----de-c1r .soy -pttr.-,'-Pu;us 5;;.vn; pt;es -es :ilgo que
vuelve intiles todas las ocasiones de la flagrante contemporafieidad; nues- no se puede decir de s mismo m-5.s que en pasado o en futuro; y en pre-
tro conocimiento es en todO momento contemporneo de la eterna muerte sente, slo se puede decir de los dems. Resumiendo, la primera persona s-
de Scrates, en todo momenco en sincronisn10 con una muerte inteligible y lo puede usarse en una conjugacin defectiva, sin pasado y sin presente. Ms
norn1ativa que ha dejado el mundo dramtico de los acontecitnientos por el
0
ex:1ctamente: yo no muero nunca p~1ra m mismo: para m. la n1uerte -no exis-
cielo de las ide;is: incluso en el instante solemne en que Scrates vac;i el te ja111s, o, lo que es lo 1nis1no: nunca soy yo el que tnuere, sie1npre es el
v;iso de la cicuta. ese inst1nre del que los discpulos fu~ron testigos y que orro: la sahidur:i epicrea. co1no e:; sabido. consiste en comprender la v:ini-
p;isa pr.cticamente desapercibido en el Fedn, se convierte bajo el pin.ce! de d:id de la angustia mortal y b. inexistencia del seudo-problema que nos ator-
David en un smbolo normativo y en un gesto eterno. La autenticic.lad de un n1enta. No hay para 1n una muerte realmente rria - ms an: yo slo muero
acontecimiento sorprendido en vivo es sacrificad;i a las convenciones del pJrJ. los den1s, nunca par:.1 m n1isrno, del misn10 modo que ;i mi vez slo
conocilniento: e! instante es sacrificado al inte1vJ.lo. P:ira este conocitniento yo conozco la 1nuerte del otro, que el otro por s rnismo no puede conocer.
pstumo y necesariamente retrasado (pero qu significa a p;irtir de ahora: Lo que nos e.s imposible reunir en una palabra es el presente de indicativo
llegar demasiado tarde?), el tiempo privilegiado ya no es la flagrJncia del por una parte, y la primera person;i por otra. O lo que es lo mismo: yo pue-
presente sino la extensin infinita del pasado. En primera persona, por el con- do concebir esta unin perfectarnente, pero no puedo vivirla nunca efecti-
tr;irio, el tiempo privilegiado es el futuro: en efecto soy sien1pre. por defi- Yarnente. La para<loja de L1 introspeccin se convierte ;iqu en una paradoja
nicin, antes de mi propia muerte: el durante, y a fortiori el tfejpus, me son hiperblica: pues la coincidencia del sujeto y del objeto, siempre instant-
obstinadamente negados. la muerte, durante todo el tiempo que dura nuestra nea v acrobtica. puede :il menos reiterarse en el curso de su continuidad;
vida, estar en futuro, lo mismo que el nacimiento. durante toda nuestra vida,
del principio al fin. formar parte del pasado y de Jo.<; hechos consurnados. ' 1 Je:m C:i.-;sou. Le lit'n! de Luzare. 1<.J'i'i. p. l.

41
-!O
n1ientr:is que el instante de la n1uerte apagJ. de una vez por todas la luz. Aho- sobrevivir a la muerte del T, y la consciencia, naturalmente pstuma y re-
J. y::i no soy yo! ;Ahor.:t es otro! Yo ser mis carde! De todas maneras, la muerre trospectiva. nunca esci tan a su gusto como despus del hecho consumado;
slo puede pensarse :.i distancia: ya Se'cl la distancia en el tiempo, la que per- ;,r en fin, el presente, que sin duda es la especialidad de esta filosofa en se-
1nite pensar la propia rnuerre, se:i la distancia en el espacio, sea la distancia gunda persona: pues nada se opone a que nti consciencia sea testigo de tu
en el esp:::icio y el tiernpo a la vez. lo que perme pensar la muerte de los Jnuerte, desde el momento en que muerte y co:rlsciencia no comparren el
dern:.s. Yo nui.; tarde-, T ahora ; 1 l ahora; T nzs tarde y l rns tarde: tales mismo techo. Tal vez se piense que la filosofa de la tercera persona es com-
ser<'..ln, a cli,stanci:.i crecente, los cinco grados de la objetividad problerntica. petente tambin en los tres tiempos: pero esos tres tiempos tienen en ella
Pero precisarnente la muene slo es inconcebible porque hace coincidir en algo de fantasm:J.tico que los convierre en tres variedades apenas discernibles
un punto e! presente n1::.s lagr:J.nte y b. presenciJ. mis prxim::i. ... Qu digo? del pasado, o, mejor todava, de un tiempo intemporal: basta con comparar
La rnuene-propia es esta coincidencia rnisma, esta mo11al coincidencia. En el los ltimos momentos de Scrates, contados por Platn, y los ltimos mo-
insran~e nlisn10 n1ortal. [Od~1 distancia esp:J.cial y todo alejan1iento ten1poral mentos de Nicols Levin, contJ.dos por Tolstoi, para darse cuenta de toda la
se anudan .. Hay acontecirnientos que se producen en ese rnomento y sobre diferencia que separa la conteinporaneidad abstracta, inte1nporal e imper-
ta n1archa, pero no en nuestra mism:J. vida y en nuestr::t rnisrna c;:irne; hay sonal, de la conte1npor41neidad flagrante: en el }""edn los discpulos estn slo
evenru~1!idades y recuerdos que nos conciernen de una n1aner::i. ntima, pero atentos a la verdad, en Ana Karenina la proximidad del misterioso acon-
que no se nos hacen presentes. La muerre-propa. con10 et dolor-propio, la tecin1ienro que va a concluir para siempre y trgicamente un destino. y del
fe!icJaJ y la einocin en genera!. anula el tiempo y el espacio en la efecti- que el escritor trata de sorprender su llegada. iYiis cerca! Acaso no es esta
vidad ele un aqu-y-ahora: pero el dolor es difuso y tendr un Despus; el la primera exigencia, a un tiempo que la acrobtica dificultad de una filoso-
presente doloroso se contina en el inter,ralo, se n1ezcla a los recuerdos y a fa de la muene?
!:1s ~iprehensiones, desborda sobre el Nunca-n1is y refluye sobre el An-no; Los tres tiempos del Tiempo delnitan en sus grandes lneas el marco gene-
en cuanlo a !a presencia doloros::i, por ntic:i y adhesiva que sea, sie1npre r:il de nuestra investigacin. La n1uerre en futuro es el dominio privilegiado
fonna pane en alguna medida de nuestro haber y, corno todo aquello que de la prilnera persona: pero la filosofa del T puede aqu respaldar a la del
es n1o pero que no soy yo, sigue siendo p~1rtitivo ;; localizable. objetiva- "'{o; puesto que el acto de consciencia se da en todo mornento y por defi-
ble y finaln1ente desapropiable. Pero b. n1uerre-propi;:i, en cuanto :i ella, es nicin incluso antes de la n1uerte, los sondeos de la introspeccin sern, a
un presente instantneo que no tendr.:. fururo, una presencia absoluta. opre- lo !:irgo de todo este proceso, renovables a discrecin. - Si la consciencia
sor:1 y ardiente que coincide en ltima instanci::i con !a mismidad de! yo total; ~lnterior puede ser la propia consciencia. la consciencia conte1npor.:.nea, en
Y est:J. presenci:l presente, est::i. presenci:.i present.sima. tan exent~1 de toda c:1n1bio, no puede ser m:s que l:i tuya ... o la ma para ti: si la primera per-
co:111acb con10 ele tocio :lpL1z:uniento. ton1:.i tJn hit.'n pose.'iin de nuestro ser sona es con1petente antes. la segul<l~1 (r p:ira m. rero t:itnhi~n yo para ti)
toc;d cul' In ni!iiliz:i. !o .-,upL1nra y lo tran:-;fonn~t c:>n :1usenci~L Ll 1nuene~propi:i es co1npetente durante el hecho: cu:1ndo l:i l10r:ttoria. en el grado sur110 de
es e! :Jl."onrecinlil'nto Je\':L<;L1dor que. un:i \ez n...'ducido a puro hecho fururi- Li inminenci:L se reJuce J cero, cu:1ndo el T esti atrapado t"n el torhellino
h!e, es decir. :l L1 cuiddidad \-:.ic:.l del ::iUC<..:'.'i, e.-..;tr;1ngul:.1 [OJo .'iaber de.'ide el de su propi:i rnuerte, con\ene que el testigo del ::icontecin1icnto sea el .ser
origen. :\.'i la n1uerte juega al escondire con l:i consciencia: donde yo estoy, n1:ls prximo: y alguien que puec.b tuteJ.r al moribundo corno yo es el mejor
L1 n1utTtc no e'.'it:t: y cu:1ndo !:1 1nuerie !!eg:i. entonces soy yo el que no est testigo. - Lo que viene {fespus de la rnuerte escapa a forriori al propio yo
:dli. En t:inro que .:;oy. L1 1nuerre estj por \'<.:~nir: 'l cuando b n1uene l!g~t. :tqu que !a n1uerte, precisarnenrc. ha lihilizaJo: la consciencia ulterior o pstuma
Y ahor:i. ~a no qu<:'da nadiL. Cna de las Jos cosas: consciencia o presencia es, forzo.sa1nente, segund:1 o tercera persona: a fa!t;J. de un rnens:J.je in1ne-
rnon:al! _\fuene y conscienci:i se repelen y se excluyen [TIUtU:llnenre. co1no lliato. la n1uene de uno necesita Ll consciencia del otro. y esta consciencia
por efecto de un inrernipror... jimpo.sih!e reunir sus contradicciones! Decidi- epilog:.i esta rnuerte como se epiloga el pas:ido. La Ser/ora se muere.. La
U:1111ence. !:1 alern:1tiv:l h:1 ,-..;ido conjug:1d:1 cuidadosan1enre. ~ En estas con- Se'[ora est nzue11a .. La n1uerre n1:ls ac. L1 muerte en el inst:lnte rnis1no de
diciones. la segund:.l persona se nos ofrece evenrualmente como un n1edio la muen:e, la muerre ms alli: estJ.s van a ser las tres etapas de nuestrJ. in-
de superJ.r l:.1 separ:lcin. Tratindo.se de tu muerte. !os tres tiempos ofrecen vestig:J.cin,
rnateriJ. de reflexin: en principlo el fururo. corno par.:i. !a primer..i per.son:.i; y
con rn;iyor n1otivo el pa:--;ado. con10 par..i b [ercer:1: pues yo puedo evlclenren1ente

~-
_PRIMER.A.. P.-\RTI
LA MUERTE DE ESTE LADO DE LA MUERTE

-"*
~~;~
La filosofa citerior de la muerte p;irece a priinera vista imposible, pero no
en el misn10 sentido ni por las misn1as razones que la filosofa ulterior o la
filosofa del instante morral. Esta es imposible por(ue el instante es prcti-
camente inasequible e inutilizable por el conocimiento; la filosofa nmero
Tres es in1posible porque el ms all, siendo radicalmente incognoscible, se
nos reduce, no ya a casi n:Jda, sino a nada en absoluto. La filoSofa del lado
de ac es iinposible a su vez, no porque su objeto sera impensable como
instante, o incognoscible como el ms all, sino porque este objeto es siem-
pre otra cosa que la muerte: cualquiera que sea la materia de sus pensa-
mientos. esta filosofa de la rnuene piensa la vida; parece condenada a no
poder asir jams la negatividad total, a no poder alcanzar directamente ms
que L1 positividad vital. Cotno la fiJ05ofa del mis all. y por oposicin a la
Je! instante. la filosofa del lado Je aci tiene como motivo ei intervalo; y
este interv:llo no slo ofrece un ;in1p!io margen a nuestras descripciones
y a nuestras narraciones. sino que ta1nhin es una hiografa realmente vivi-
'' da y un:i crnica re::il: y no corno si fuera una escatologa, un no se sabe qu
1nito fantistico o una noveL1 de aventur:i.s irn:iginari:.L Es en el centro ini.smo
Je! insc1nte donde se concentra Lt re:didad concreta de lo vivido y la ulterio-
ridad 111etaernprica: pero esta coincidencia no es rr1:s que un rel::.1npago y
el resto son tinieblas. O dicho con otras palabr.1..s: aqu y all, sobre las dos
,-,_, . vertientes que se cortan en la cima del instante supremo. con relacin a
.:-:;. -
'i7.C
; los dos n1undo:.; - el hajo-1nundo Je[ tiempo y el otro-mundo de lo intem-

11
poral - que se encuentran en el eje del ltimo presente, slo hay sitio para
las alegon-as. Puesto que L1 filosofa citerior de la muene es una filosofa ale-
grica de J;__ vida, no hay que temer que ande escasa de problemas: en lugar
-~: !
Ue tener que 111antener.se t,:;n equilibrio sobre su vrtice, con10 la filosofa_ del

-~
ltimo instante (pero es esta una autntica filosofa?), reposa sobre una su- CAPfTULO I
perficie ms amplia, y sus motivos se diversifican al infinito; pero entre es-
L". MUERTE DURANTE L". VIDA
tos motivos no est la vaca letalidad sobre la que no hay nada que decir.
la muerte semeja un astro que deja de verse cuando se lo mira fijamente:
slo podemos entreverlo paseando la mirada a derecha e izquierda.1 Tal es
la alternativa: encontrar algo que decir aceptando pensar en otra cosa, pen-
sar la muerte misma, mors ipsa, sin encontrar nada que decir; o con.relacin
a la muerte-propia: pensar Cmodamente en la muerte sin morir uno mismo,
y por consiguiente pensar en la vida; pensar la muerte misma muriendo
mientras pe_nsamos, aceptando que nos estrangule, que la negacin mortal
se desplace sobre el sujeto conocedor y cambie su conocimiento en desco-
nocimiento, que la nada de la muerte niegue el ser mismo del ser pensante.
Interpretada en trminos de tiempo, esla alternativa se explica por una mala
cronologa: la filosofa del ms all llega demasiado tarde. como los bom-
beros, y slo es competente en las fabulaciones pstu~as relativas a la
supervivencia; la filosofa del lado de ac llega demasiado pronto y slo l. La meclitacin de la 111ue11e.
habla de la vida; en cuanto a la filosofa del umbral o del intervalo. filosofan-
do sobre algo que es casi nada y tan insignificante que apena~ el cono- Platn tiene razn: no hay nada, literalmente, nada que podamos saber de
cimiento puede reparar en ello, sobre,iene o un instante antes - y entonces la muerte; o'f8c y'.p oU8cls 1v 8.va-rov.1 Nuestro triple problema es u.n buen
tiene una vida infinitesimal, una biografa reducida a los ltimos momentos, testnonio de la dificultad que tenemos para hablar de la muerte, incluso
pero en cualquier caso una plenitud p05itiva - o un instante despus - y en- para pensar en ella. Pero puede uno permitirse pensar continuamente en
tonces se convierte en una escatologa infinitesnal de una supervivencia ella sin hablar jams de ella? En realidad, el pensan1iento mismo de la muerte
infinitesimal. Con adelanto o con retrJso! En todos los casos el . anacronis- es un pensarniento crepuscular, y todava ms a menudo un seudo-pen-
mo" de un saber demasiado lento o dem::isi:ido precipitado nos hace perder samiento. Si no se piensa el "Lugar", como se expresa Platn, ms que me-
la ocasin, nos impide alcanzar la oportunidad del punto crtic, dej::i esca- diante un "razonamiento espurio., Aoytcr(i'J v8cp, y si el Tiempo, como dice
par la fl:igrante circunstancia: as es como la filosofa de la libertad se ant- Aristteles, slo existe de una forma brumosa, Au; KUt ciu8pC~, 2 con mayor
ci pa siempre, o por el contrario se nos da retrospectivamente, filoso- razn todava la muerte es apenas pensable: en el concepto de una total
fia antecedente o filosofa consecuente: lS es con10 la filosofa de la creacin nihilizacin_. uno no cncul'ntra naa a lo que agarrarse. ningn agarradero
se reduce bien a una psicologa del creador. bien :i una fsica de la criatura, al que el entcn<litniento pudiera aferrarse. El pensanliento de L1 nada es un
sin llegar nunca a tietnpo para sorprender in fraganti a la circun:;t;incia pt.:"nsatnicnto de nada, la nada <lel objeto aniquil;indo al sujeto: del misn10
creadora. Despus ser demasiado tarde. Quiere esto decir que antes es de- n1odo que no se ve una ausencia, no se puede pensar una nada; de manera
masiado pronto? Si la n1uerte no es pensable ni antes, ni durante, ni despus, que pensar la nada, es pensar en nada. y en consecuencia es no pensar. El
cundo podretnos pensarla? seudo-pensa1niento de la 1nuerte no e::- n1s que una variante de la soinno-
lencia. En qu puede consistir esta n1eclitaci11 de la muerte, esta co1n-
n1entatio mortis,3 de la que el Fetln, adelanr::ndose a las Tusculanas y a la
~
~11P~
J1nitacin de Cristo, llan1a la ocupacin habirual de los sabios? En qu exac-
ta1nente :;e ocupa el sahio? Pues el c/J-riia --ro 8uv--rou supone, a todas

1 Cf. !van Bollninc, t e d:tr:>enie1, f!L 3. l;1 Rnch<'.'fouc:mkL m;ixlm;i 16. i


~

~
2 Pbtn. Ti!lu.m. -19 a, 52 h ..-'\ri::-![t::!t:s. Fsica, IV. 10. 217 b. 33.

-
~
i8
_ji,~ .9
luce.s, unJ. 1:id:i bien ernplead::i .. t\'Ieditar sobre la muerre se dice pronto! Los hace malabarismos con su objeto. la muerte es, ya no en el sentido gnoseo-
recr:itos e.le S;in jernlrno l!ev:ln :J menudo con10 leyenda esas dos pala- lgico, sino !iterahnente, el a priori del pensamlento: es decir, que el pen-
bra;;: C'ogita nzori! Un cu;idro de Don1enico Feni lla1nado La ,Vfeditazionfit samiento siempre va precedido de la muerte; en cualquier momento en que
nos represenr:i :ilegric:in1enre a l:i Sabidura medit;indo sobre un crneo: ejercitemos el pensamiento, el a priori 1nortal esti ya -all, opaco, impene-
pero 1:.r S:ibidurL1 por rns que se concentre no piensa en nad::i, pues no hay trable y envolvente; el pensamiento por m:s entusiasmo que ponga para
n'..ld~1 que pensar sobre L1 mue:rre; y esta prudenre cabeza parece t:in vaca intentar hacer de la muerte un objeto, no consigue contenerlo, y resbala,
con10 t:! cr:ineo sobre el que rnedita, tan vaca como el cenotafio ante el impotente, sobre ese monstn1oso a priori. En el muro liso y macizo sobre el
qu sirnuL1 recoginzientcr. y su espritu permanece vaco corno est vaco este que est suspendido, busca en vano un agarradero donde aferrarse y hacer
pens~irniento del cuerpo ac:i.ua:roc; vrat;; que llama1nos Dolor. El hombre palanca. la muene es sien1pre solcita, y paradjicamente preesencial! El a
esr:1 :1nre la n1ucne como :.inte !J. profundid:id superficial del cielo nocturno: priori gnoseolgico, que hace posible el ejercicio del pensamiento, no es en
no SJ.bc qu h:.icer, y su reflexin, tano como su atencin, no encuentra un can1bio l mismo pensable~ con mayor motivo todava el a priori letal, que
inorivo. Ll rnsic:l ron1ntica. en sus a.spec[OS elegacos o fnebres, a rnenudo no es siquiera una condicin del conocin1iento, es dos veces incognoscible:
se cnrreg~1 a esta n1edit:.icin va.ca que no Ueg::i a ser todava un pensari1iento, pues mis que una fecunda limitacin. este a priori aparece de buenas a pri-
.sino nic:J111ente un pequeo pens:imieno (Douknza), un pensamiento na- meras co1no un handicap de entrada, como una tara que grava excesivamente
cierHe in:1cabado, y un:i forrn:1 de ensoacin; en resumidas cuen[as, una el poder y el alcance de L1 razn; lo inconcebible de l:i n1uerte escapa a
dL!lce 1neL1ncola. Cn~1 ola en el aimJ. As pues. 1nediten1os, puesto que se nuestros conceptos!
nos reconlienda n1ediw.r. Pero y despus? El ho1nbre que no sabe en qu AJ no poder pensar la n1uerte, p;Jrece que slo nos qued;:i.n dos solucio-
pens:1r se sorprende con horror pensando en otrJ. cosa, y, naturalrnente, en nes: o bien pensar sobre lJ muerte, acerca de la muerte, a propsito de la
algo pensable. L:l n1editacin de la muerte, si no quiere convertirse en medi- muerte; o bien pensar en algo dstinto a la n1uerte, por ejen1plo en la vida.
t:1cin sobre la vida. p;Jrece que no pueda elegir ms que entre l::i siesta y L:J primerJ solucin ahog:l el problema en el ocano de las generalidades
L1 ~1ngustiJ: entre una n1::i.nera de soJ.r despierto que es una manera. de inofensi\as. El eufemisn10 y la perfrasis, con10 veremos, son Con relacin a
dorrnir. y una rnanerJ. agnstic::i de vivir: pues !a :..tngustia es el desasosiego lo indecible lo que es esLl filosofa margnal con relacin a lo impensable:
de un~1 conciencia que ha traado de pensJr en- l:.i muerte con10 se piensa artsticos rodeos parJ. evitar el ten1a. Y en cuanto a la segunda solucin. es
en un conenido finito, pero que refluye. enloquecida y desamparada ante que es siquiera una solucin? Efecth,amente el conocin1iento implica un ob-
seinej:ine monstruo. jeto cognoscible, un algo lrt). un ivls o n1odo de ser. J.unque ese modo de
L:1 in~tnid:1d de un pensan1iento de la n1uerre. vrims 8av:tou, puede expli- ser se:i el no-ser: pues el ~ ov del que h:ibla el Sofista, siendo distinto
carse:- f:lcilinente. Por ernpleJ.r l:J terminologa de Schelling:" la muerte es esa ~- al ser. es un;i negacin positiva. La intencionalidad del pensJ.miento, e! ca-
nacLi (OKvl que cJcsrniye e! fH.:::ns:1n1ienro. L1 n1uerte no es L1 nadJ. {~ v); r:tcter pre.'ien(e )' particuLir de la co."a pensable justificaran el no1ninalisino,
un pens~1nllcnro dt.: nada. Jir;__n10.'i. e:-; un no-pen.-;~1111ienro: aqu la negacin al 1nis 1no tie1npo que aho'.}.an conrr:i L1 posibilidad de una tonatologht. La
rl'horJ de! uhjcto Jl ...,ujeto p:1r~1 inat;irlo. lJ tl1Ut'l1L' es precisan1enre l'Sa n:1d:.1., 111 uene. de."dc: este punto de vist~1. es tan poco pensahle corno Dios, el tien1po.
es~t nc:>gJcin ho1nicida. L;i 1nuerte no es un objeto corno los Jerns! El pen- lJ. lihert:1d o el n1isterio nnisical. :'{o se piensa el tie111po ni el devenir, pero
s;1111ic_:no piensa los conceptos uno con reL1cin a otro. es decir. re!ativ1 y se pien ..;;~tn los contenidos teir1porales cletenninados que devienen en el tieJ11-
p:1nit1\:unerHe: el pen.sainiento. corno Lt n1:1rch:1. pone.: un concepro debn- po: co 1no t~unpoco el ojo Ye. h:th!ancio con propied:Jd. la luz, la cual es tan
fl' de otro: en c.s; cuenta Ll rnuerte. siendo L'On10 es el no-ser toca! de todo in\isihlc con10 las riniehL1s lu1ninosas del Pseudo-Dionisia. el ojo ve ni-
nue.-;tro ser. es tan in1pens:Jble con10 el ser. quizJs todaYa incluso n1Js. pues- can1ente los objetos ilun1inados por la luz del da. Del mismo modo. no se
to que: presupone la toralid;Jd de !a existencia para poder pensar la aniqui- piensa jarns en la tnuertt: {en tanto que L1 muerte es un acusativo del acto
Licin_ El pensainiento de la muerte no :iiensa jan1i-; la muerte a fondo y en de pens:ir. en tanto que Lt 1nuerte es el oheto in1nediato de un punto de
tod:ts sus Jin1en.siones, como Jeber:i h:..t1.:cr un:.i conciencia superior que n1ira y el complemento directo de una operacin transitiva llamada Pen-
;~ san1iento), pues la muerte es exact;:i.mente impensable: en cJ.mbio, podemos
'\enc:u:i \~:1dcm1;t Cf. .-4d111onit;1/i!S ud sp1nl11ah'111 11rc1111 11/i/es.
; f Jun!<"i/1111'.;. des ph1in-.;oph1sche11 F:111p1ns11111s. \\.<:"rh:<:" ( t,-;-';(1- IS-';Sl.
Clf).
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_:}2_
pensar en los seres mort~llLs, y esos seres. en cualquier momento en que se
!os pien.;-;e ..-;on sere.'i vivo:-:. Y JS. quien piensJ la 1nuerte piensa la vida. El

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:hombre est condenado a no poder pensar plenamente, a no poder cono- <le la nada es una complicacin un poco mrbida ... Bergson ya haba repa-
..::.:Cer ms que la positividad afirmativa.de. un muerto 1vivo y coleando! - Ya rado en este carcter destrucv_o: de la inteligencia. Al _parecer el problema
que no podemos pensar y si tratramos de recordar? La obsesin de la en general no estaba hecho para ser planteado, ni a fortiori resuelto, ya que
memoria y de la costumbre suplir tal vez el imposible camino de la refle- es insoluble. El indiscreto que profundiza en el ser buscando no se sabe qu
_i'{in ... Precisamente los predicadores invitan al hombre olvidadizo mediante dimensin de profundidad, pi~Ce que contradice la intencin de la natu-
toda clase de nemotcnicas ascticas y ine'.cante memorndums ddecuados, raleza, que no es otra que suS'traernos nuestro final impidindonos pensar
a- recordar continuamente aquello-que no_ .puede pensar. i'1Jemento man! en l volvindolo insensible 'invisible. El secreto est cuidadosamente guar-
Acurdate ... Sabemos qu intensidad alcanza la angustia de esta obsesin dado', hennticamente sellado, profundamente enterrado, y probablemente
le_tal en Baudelaire. Y de hecho, una vez que nos hemos desembarazado de es seal de sabidura no intelltar conocer lo incognoscible. Es como si la
toda pretensin didctica, qu otra cosa nos 'queda ms que la idea fija, in- naturaleza misma nos apanari de un conocimiento eminenternente contra-
cansablemente rememorada, eternamente rriachacona, infatigablemente repe- rio a los designios de Ia vida, d~ la especie y de la sociedad, as como de
tida, sin cambios ni variaciones, la idea manaca, montona Y. crnica de la las necesidades de la accin .. Efectivamente, hay algo que nos impide tomar
muerte. l-Iermano, tenemos que morir! Esta llamada al orden hace las -~eces conciencia de los latidos del cor_azn y el ritmo de la respiracin ... Se dira
de medltacin en materia de sabidura fnebre. Tratndose <le Dios, tene- que una especie de finalidad protectora impide que el hombre piense en su
rnos, a falta de algo mejor, el recurso de adorar o. como el autor de los propia muerte. En esta finaiidad, Pascal no quera ver ms que un diverti-
Salinos, invocar a aquel a quien no puede describirse, dedicarle intermina- mento. es decir, una frivolid;:id culpable y una huida bastante cobarde ante
bles letanas y alcanzar con esos medios un xtasis bastante parecido a la nuestra cragedia interior: la diversin6 atrae hacia las cosas exteriores al yo
hipnosis. A fortiori cuando se crata del bajo fundamental y lancinante que inquieto y preocupado; para no ver el abismo, para escapar al v.rtigo y al
acompaa con sonido grave los mltiples ruidos de la vida, o mejor toda- tedio, a la angustia y a la desesperacin, el hombre se tapa la cara y se dis-
va cuando se trata del negro silencio al que se reduce todo, qu poden1os trae con futilidades mundanas, -rO: EJCTO<;, con los pasatien1pos tumultuosos
hacer sino repetir el obsesivo refrn, el refrn fnebre de la desesperacin. que llenan el intervalo; deliberadamente se aturde con agitaiones artificia-
Por ejemplo, terminando todas nuestras frases con la exclamacin Por des- les y superficiales. De hecho, se impide a s mismo pensar en ~q~ello que
gracia! ... Un memento no es ciertamente un pensamiento; con tnayor razn no es ms que demasiado evidente: -su \-"acio, su !2.mentab!e rr::i.d2, el inevi-
un tic no es una serie -de pensamientos; una obsesin no es una rneditacin; table final que nos acecha. f..lax Scheler, por el contrario, habla de una des-
el ejercicio puede crear en nosotros hbitos y un automatismo sin que por preocupada metafsica, como si fuera este el problema que dirige nuestra
ello adelante1nos nada en el conocimiento de la muerte. Ningn progreso curiosidad a la vana profundidad ... En El amor bnl}O de Manuel <le Falla, el
de pensamiento hay que esperar por est3 \"a de la reiteracin frecuentativa. beso de CJrmelo. _que siinholiza la evidencia del an1or vivo. exorciza el fan-
tJ.stna del pasado: ya que el gitano celoso representa a la preocupacin que
nos devora y nos impi<le-vhir: liberado de su especrro, de su querido tirano.
~- La niuerte conzo profundidaci y corno jilfuro. de su idea fija, Candelas conjura para siempre los sortilegios de n1uerte Y de
rcn1iniscencia. Pero y si la indiferente metafsica no fuera m::.s que una ne-
Si la rnuerte a partir de la vida.es propian1ente in1pensable. no .ser:.. tal vez glioencia biolgica? Pues es inis bien la ftil negligencia la que vela para
que en gener~ll no est hecha para que se piense en ella? Pero co1no no se ;p~rtar de nosotros la profunda preocupacin, !a preocupacin metaf-
pueJe no pensar en nada, lo mejor es sin duJa pensar en otr:i cosa. Eviden- sica del origen radical y del final definitivo. Lt despreocupacin cura a Can-
te1nente el ser, por lo que a l respecta, no nos ha sido dado parJ- rneditar delas de su obsesin; pero la preocupacin y la buena memoria, a su vez,

.:
sobre el no-ser... del que, a fin de cuentas, no hay nada que pensar; evi<len- atormentan la engail.osa sinecura. Por desgrJ.cia la preocupacin filosfica,
te1nente este pensamiento total, este pensanziento infinito e.s un pensJ.rniento como un re1nordimiento secreto. reavi\a continuamente el problerna del que
la negligencia biolgica nos aparta; la despreocupacin expulsa a la preo-

l
irritante y n1alsano que desprecia perniciosamente todos los intereses de la
en1piria, todos los valores relativos a la continuacin, todas las tareas construc- .~ ' cupacin, pero la preocupacin turba a la bienaventurada negligencia.
tivas de nuestro bajo . -mundo. Sin duda el pensamiento de este aconteci- .
1niento sobrenatural es un pensamiento conrra natura; sin duJa l:.i fascinacin
Bienvenida sea L1 providencial negligencia que nos protege de la preocu- pudieran ver lo que hay bajo la piel, si estuvieran dotados como los linces
p:.lcin de !:i muen::::~ jBienvenida la frivolid:ld que nos J.yud:l J. vi\ir! Pero de Beocia de la cap:icidad de penetracin visual, la sola vista de las n1uje-
n1::i!clJ. sea tan1bin la Ji.:spreucupJ.cin cue dc'spreci;:i la profundid:ld n1orral! res les resuhara nauseabunda ... La joven y la muerte! La belleza de las rnu-
l'v!alditJ. la inconfesable sinecur:i. que disimula la verdad! jeres, es decir, la positividad del ser en aquello que tiene de ms vital, bajo
Los filsofos no sien1pre han pecado por exceso de despreocupacin. Una sospecha y ensornbrecido ya por el manto de la nada... temas familiares a
especie Ue subs[anci:1lisn10 ingenuJ.mente realista les inclina a busc3r la muer- la nigron1ancia masoquista de un Baldung Grien. La Serenata-' de cantos y
te en Lis profundic.L1<les de la vida, de b. mism:i manera, por ejen1plo, que danzas de la nizterte. de JJ. que tvfoussorgski toma prestadas las letras al
. tos artistas r11ac:1bros de !:1 Ed::id 1\.Iedia imaginabJn el esqueleto detrs de la conde Arsnio Golenichtchev-Koutouzov, ha dado a esta relacin blasfema
ap:J.r!enci:1 CJ.rnal, el rasero gesticulante de la muerte detr3s de los radiantes una intensidad turbadora. No slo el rostro arrugado de los viejos, como es
rostros de i:1 vidJ., '/ e! rictus sardnico dc'l difunto tras la sonrisa de la juven- natural, nos habla de la muerte, sino tarnbin la lozana de las jvenes, lo
tud. LJ rnuene est5 encerr:ida en el inrerior de la \id:i co1no ese horroroso que ya resulta paradjico y escandaloso. El viejo lo expresa directamente y
ccinco dentro del rostro del que es b osan1enta? De todos modos ese crineo la joven indirectan1ente. D~1do que la belleza es la pres_encia por excelencia
oculto es nuestr:i preocupacin. Ese cr:neo es en cierta forma f:l idea fij;i de y el grado rns alto de la perfeccin morfolgica. el pesimismo alimentJ. con-
!a radio.scopiJ n1J.c1bra. Quin sabe? J.Vlelanco!ta es quizs el non1bre que tra esta obra de arre un rencor particularn1ente encarnizado, Un odio parri-
Durero d;iha J. esa prcocupJcin inconfesable. La oposicin es diametral en- culam1ente sac~lego. En los clarividentes dotados de la doble mirada fne-
tre la preocupacin Je Durero J' la despreocupacin de R:i.fael: Rafael est bre, y atentos a la segunda .. nautr. .ileza,., el desdobla1niento llega en ocasiones
co1nplt:tJ.n1enre volcado en el nio, en JJ natividad, en la esperanza y las hasta el dualismo: la muerte en ese caso no es ya nicamente un menosca-
pror11esas de futuro, en la positivid::td r..idiance del color y de la luz ni anaus- bo del ser, sino incluso un anticristo y un contra-principio manique.o. En El
tia ni segundJs inter:ciones en este mundo de la prin13veral sin~cura: ~in caballero, la ;nuen-e y el diablo, Durero desdobla al caballero que es el sm-
guna clesconfi:inzJ contrae las sonrisas de las mJ.donas, ninguna inquietud bolo de la energa afinnatiY:J. y de la positividad vital. 8 Sat5.n y la n1uerte re-
en1p:ula el esplendor de las c:.irnes, ninguna preocup:icin vela la serenidad pn::sentan el engrosamiento de la doblez mintica que el cuerpo Y la anima-
de !J. inocenciJ.: la J.ngusti:i de la decadencia no envenena la bienaventu- cin del ser disirnulan habiru:i.lmente a nuestros ojos; la nada que es !a sombra
rada alegra de la vida. Por el contrario, el arrist:i mac:ibro, el artista de las de la vida ton1a entonces cuerpo. As es con10 Gaya confrontar cruelmen-
civili~.:iciones necrfil.Js e.:\.Lrae de la posividad visible una negatividad supra- te a las jvenes con los viejos. El dualismo se convierte en dilogo en la
sensib!e que a su vez hace visible y manifiest:i. Lo ;V1acabro es precisarnenre Fibula de los eres muertos y de los tres vivos. 9 Ante el grabado de Durero,
!J. insignificante intrusin del final n1etJen1prico en pleno intervalo. Y desde Nietzsche pensaba en Schopenhauer, y tal vez tuviera mis razn de lo que
este punto Je \isra no puede consider:::irse Ja pintura filosflc::i. con10 Ja i crea. En efecto. el ro1nanticismo pesimista. Schelling y Nietzsche rnismo
re\'eLicin de nue.srr:1 oh.sesin. la c'pifana Je una solicitud que no tiene se dedicaron a descifrar tras l:i plenirud radiante del paganisn10 una reserva
ningunJ. n..>alidJ.J pListicJ. o c~trn:.il y que conrurha nuestr~1 confiada inge- n1ent~11 de 1nelancol~1 que ensombreca IJ. risuea positividad; pensaban que
nuid:id cuando aflora :t la surcrficic de !::t apJ.rienci:i? La preocup:::icin n1a~:J. 1:1 tragedia griega expresa ha esa preocupacin oculta corno una. filigrana en
bra hace que ernerjan ~t l:.i !uz Je! da las tinieb!J.s que estaban oculr:.is. El el follaje del optimisrno. El pesin1is1no a menudo no es ms que una lectu-
feJi Jbig:1rr:11niento de L1 \'ic..la y Je bs ap:1riencias n1ulticolores y 111ultifor- ra invertida, o incluso per1:ertida del futuro: en !J. positividad ten1poraL_Scho-
n1es no es 111js que un:i _...;<;_'rie Je vari:..lcione.s sobre un nico ren1J. n1ontono: penhauer no quiere ver 111:."ts que negacin y enr.:trecimiento de la existen-
e! sinie.:;tro ten1:1 Je L1 lllLH:::r1e; el negro es el teln de fondo de estJ Jiversi~ cia; la presenci:.1. se transforn1a en ausencia. De una for_n1a n1:.is generaL el
da~ ~olicron1:1: el :.u11orfi.s1no es el fund:J.111ento de esta pluralidad polimorfa. pesimismo cree de::;cubrr en la rnuerte una especie de profundidad invisible
I-{u1z1nga. en el Oto1lo efe fa Edaci 1Vledia.-:- cita una frJ.se Je Odon de Clunv o crptica que se oculta b:1io las apariencias visibles: la muerte es el reverso
rnuy cJ.r:1ctersti<.:a de !J Uohle 1nirJ.cia i1naginJ.riJ. de los .Ylac:.i.bros: .,LJ. hellez;
dei cuerpo esc: tod:i. ella concenida en la piel. Pu~s en efecto, si Jos hombres
:-; Cf. B;ddun~ Gri.:ri. ~La J[1111 t'f /(1 _fe111u! filk.... -Lu _\Ion et lc1 emme- (Mu.seo de Ba.sile:il. Le L/1e-
niliei: sa.Jit1ncl'eet fa mo11. C[ Ernst Rertr:un . .Viet:::sche. E~s,1i de 11~vtbnlo/.ie. Petr:i.rqt1e y ..-\nge Po-
7
Tr:1c.J. 1r. p. ! Huizing:i. lnh:1n. F.! Otn1ln ele la f:dad .\Iedia. Tr.1d. )os Caos. l-'t..1 ed .. _\bdrid. ll!ien h;1n tr:ttado .:stt: tern:i.
-\k111z:1 :'Lii1on.d. !')'!ji
'' Ih1d. .p. l 71.

~-j
... , metaemplrico y la profundidad de la vida; nadie ha visto jams directamente belleza invisible, escuchar la voz del silencio y, a travs de esta voz, la o[[a
. : el misterioso anverso esotrico de este revers_o, pero quiz lo vislumbramos msica, la msica inaudible que se escucha con los odos del alma, percibir
;indirectamente, com hemos podido vislurribrar Ja ofra cara de la luna, esa en fin la verdad interior. Ei jaleo de la Kitezh me;nor es perceptible por 'el
que, desde el origen de los tiempos, permanece oculta a nuestra mirada odo humano; pero las campanas de la Ciudad invisible e inaudible, los celes-
directa. Ms an: la sobrenaturalidad mortal, segn el pesimismo, es como tes carillones de la Kitezh pneumtica se dirigen a los hombres dotados de
un relieve interior de la positividad vital. El sentimiento de la muerte implica la doble audicin. La 1nuerte ronda... Gabriel Dupont da este ttulo a su oncea-
. sin lugar a dudas una desconfianza hacia.la precaria naturalidad: as es como va Hora doliente: de hecho, la muerte ronda en esta vida segada por la tisis
la pyrsona que se preocupa, gracias a una especie de clarividencia radios- a los treinta aos, como ronda .en la habitacin de Melisande, en. _el quinto
;cpica, vuelve difanas las pantallas ms opacas y ve la burla de Ja mscara acto, y en los Cantos y danzas de la muerte <le Moussorgski. El_ hombre camal
. 'sea a travs del recubrirniento carnal y bajo el destello bermejo de las carnes piensa nicamente en lo que ve. Pero el hombre profundo, al ver a los pre-
vivas; ahondando y hurgando bajo la apariencia. perforando la corteza, pene- sentes, piensa en-los ausentes, piensa en lo que no ve, en lo que ya no est
trando a travs de la envoltura, poniendo al descubierto el reverso del anver- aqu, y que quizs ya no exista en ningn lugar, ve por tanto, a su manera,
so Y el otro lado de las cosas, encontrar una espantosa osamenta que la aquello que no ve, ve lo invisible con la visra del espritu: esta vista sobre-
epidermis disfrazaba: por tod~ verdad, lo nico que hallaremos en la oscura natural o suprasensible penetra segn Platn rns all de las apariencias peli-
profundidad es un monstruo agazapado. - Esta negacin hiposttica_, incluso culares y se opone a la percepcin de estas apariencias como la clarividencia
en el interior de la vida, es algo ms que una met:fora o un mito? Lo que supralcida a la sin1ple visin, co1no la intuicin inteligible de la esencia a-la
Bergson deca <le la nada y Spinoza del mal habra que decirlo tambin intuicin sensible, como la vTjm~ a Ja Opacrt~. Gracias a este don_radioscpico
de la muerte inmanente. La muerte domstica, aquella de la cual Rilke dice de la segu_nda visin y mediante un segundo movimiento de su espritu, el
.que habita la vida, slo e~ Un principio en el mismo sentido en el que el clarividente descubre una segunda naturaleza que es tal vez la prirrlera, que
silencio es un lenguaje: uria manera de-:hablar de los poetas que transpor- infiere o reconstruye bajo las apariencias superficiales, que est ya latente y
.t~ndo la posltiv_idad son()r:3 al orden de .las grandiosidades negativas, se ima- como presente en filgrana en la actualidad del dato inmediato. Hay algo ms
ginan escuchar la voz-del 'silencio; del mismo modo que por supersticin el que la actualidad anodina de esas apariencias; hay una dirnensin de pro-
substancialismo hipostasa el No intra-vital de la muerte; ese fantasn1a Inito- fundidad que-el sal.sttalis-ta frvC3lo trata c-Gm.o--si fuera tln-es-pejismo, pero que
lgico de _una muerte literah,nente subyacente n proporcionar jams un el hombre serio toma en consideracin. Lo concebido ms all de lo perci-
contenido a la filosofa del~~::~~S:_ __de Ja merte, puesto que el pensamiento bido, no otro es el principio elemental de la preocupacin. - La forma tem-
de la muerte citerior es- un~:p.ns<imie_nto vaco. La muerte de Brigge que poral de esta profundidad es nuestra aptitud para desbordar el presente, para
clama al cielo no-es-.acasC.i. li-Vida? tener en cuenta aquello que no es todava, pero que ser, par;:i concebir el
La muerte intr:i-vital es por lo tanto un f:inras1na; la plenitud del ser es en futuro, lo posible o lo inactual, para especuL1r sobre un porvenir cuyo de-
todo mon1ento perfectamente densa y posti\a y no se enrarece jarn::s. A venir verificari el a<lvenitnienco: pues la futuricin hace aparecer a su debi-
pesar de ello. negarse el derecho de especular sobre la n~1da de la 1nuerte. do tien1po un::i. verdad que virtuahnente ya estaba presente. En otros trnli-
con el pretexto de que esa nada es impensable) es poner en duela la leo-iti- nos, la previsin es la forn1::i. ten1poral de 1-a clarividencia: la segunda visin
midad <le un pensamiento filosfico en general. Teniendo en cuenta la ~~ra de nuestra doble vista es una visin no ya a traus o por debajo, sino de fren-
positivida<l \ital. el nominalisn10 indiferente es t:ln sirnplista con~o el realisn10 te: es una visin prospecriva <le las consecuencias, ms que una visin pe-
trgico. EJ insulso fenomenismo y el nomin:11is1no hacen poco caso de este netrante de la esenci:.L L:i conciencia penetrante- profundiza su visin, pero
somhrio pote que es el gran golpe <le efecto de la existencia. A su vez. el la conciencia sinptica y previsora extiende su horizonte en torno al instan-
actualismo. que es la forma temporal de este nominalismo, considera nulo te puntual y consigue ver algo ms que la punta de su nariz. En el orden
el futuro. El nominalismo slo estara en lo cierto si la concepcin se redu- -.e prctico. la temporizacin es la consecuencia <le la temporalidad: el hombre
jera a la percepcin y la idea a la imagen. L:i posiblida<l <le sobrepasar los precavido tiene la ventaja que Baltasar Graci:n llamaba mora, 10 es decir, la
datos inmediatos de la percepcin actual no es el privilegio, sino el derecho
del hombre razonable. El hombre razonable y profundo est:l dotado <le un ._ ventaja de la moratoria y el aplazamiento dilatorio. La conciencia previsora,

talento especial que le permite_ ver el entrec;ijo de las cosas, contemplar la l -


-
10 El discrefo(()r:rnlo 1n.anu:il\: <:ncre otras. m:xima l:'\2.

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--~
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!:i concienci:1 frontc:i, es una conciencia preocLipada por el maJ.na. Biol-- igualdad de condiciones con la tempor::ilidad inquiet::i; pero la desconfianza
giz::u11crHe, b prcocup:icin es inherente ::t !a cerebracin como la migraa no puede ser descan:ada con el simple pretexto de que la toma en conside-
al ce:-cbro. Cronolgic:1n1ente, L1 preocupucin es et est:ido de una con- racin de la inexistencia - la inexistencia ten1poral del A. n-no y la inexis-
ciencia ocupada Je anen1ano por aquello que no existe todava, por la pre- - tencia actual de la esencia - es una diablica perversin, una perversin
sencia ausente Je ~tquello que ms tarde seri. Del mismo modo que la visin inquieta. No ser despus de todo la sabidua de la incuria la ms profunda
de !:J. esenci::i. lnvisible es l:i par:J.doja met::ifLslc1 clel sexto libro de la Rep- sabclura? El Evangelio nos pone el ejemplo de la inocencia de las golon-
hlicn. :lS la prev!sln ~1nticipJcl::i. es !a paradoj:J. moral que el Fileho opone a drinas y los pinzones que no atesor..in ni ahonan para su jubilacin de pinzn
!:J. insu.nraneidad hedonista. La preocupacin es el precio que hay que pag:ir o golondrina. Mn 2p1Vllm1"t sli:; TIv a\Jp1ov .11 Mil ucwpi~soBc. 1 '.': Y nos insiste:
par:i. dej:ir de ser rnens n1ornentanea o protozoario mental, o, como deca Cada da trae su afn, que no es por tanto una inquietud puesto que es el
poco n1J.s o n1enos el f'.ifeho, par:i superar el es[adio de molusco. L:i felicidad af:n del da, el af:n de la hor:i pasajera; tengamos hoy el afn de hoy y n1a-
es L1 preocupacin cli.:I p!:icer. Con la condicin ele no pasar por encima del ana el de maflana ~y no hoy el de maana o el ele pasado maana; comed
presenre, el hombre ::>e cornpL.1ce con su plJcer con un:.t complacencia sin cada da el p3-n del da y no os preocupis por el que con1eris maana.
tJcha: pero se inquiera por el 1nar1::ina y por l:.ts consecuencias de ese placer. Esto es lo que repiten, de acuerdo con el EVangelio, los abogados de las
E\iJencen1enle !as consecuencias del placer no estn in1plcitas en el pla- golondrinas, Fnelon y Kierkega-ard. El fabulista, al contrario, aboga por el
cer rnJs que \'irtualrnenre y slo p:J.ra nosotros. Pues por mucho que palpe, insecto preocupado y por la precaucin, por todos aquellos que acumulan
hu.stnce, ~1u,c;cu!re rni placer, no encuentro en su s::ibor afecti\o el nienor cuidadosamente provisiones con \istas a un invierno todava lejano: cruv-
s:J.bor Jnricip;iJo del futuro dolor que, al pJrecer, n1e amenaza, la rnenor alu- youmv ei.i:; 6:rc:6i)Kai:;. Un:i sabidur:i instintiva, .una sabidura de gorrin, no es
sin a la enferrned:.icl que se n1e anuncb.: el dolor ele estmago no esti del todo sabidura. Los gorriones del Evangelio seran rns sabios que los
an:.dticarncnre implcito, ni siqu!era a ttulo de presentiiniento, en la calid:id zopencos del Filebo? Ll condicin parJ. que un nio pueda jugar J!egremente
del pL1cer que experin1ent:1n1os J.] probar un plato nocivo pero delicioso; y sin preocuparse por el Inaiiana es que alguien en s lugar prev y provee
t:.unbin '.l \eces preferiinos irnJginar que este dolor se nos da por ar1adi- el da de n1aii.ana: la condicin par3 que la sabidura ele la inocencia pueda
durJ en concepto de c'.lstigo. El ::igr..ido h:J.bLt el lenguaje unvoco del :igraclo, sobrevivir es que el adulto inquieto que tiene al lado se preocupe de su
sin :-;obrecntendidos .. '{es nic;:in1ente el rienipo el que nos tr::i.er: las re- subsistencia y de su seguridad; despus de todo, es la inquietud la que pro-
percusiones de! pbcer. A.hora bien, precisatnen[e el hombre inquieto y rj_zo- fesa la sabidura de l:i despreocupacin! A decir verdad, una existencia
nab!L' es :1qucl que. expcrimen[anclo placer, no piensa en ese placer. sino rnomentnea o puntuJl apenas bastara para un ser monocelular: cmo se
en t'! Jolor que ese placer pres::igi:i: no piensa en el placer evidente y pre- lJs ib;i a arregL1r el gran n1etazoario pensante que es el hombre? lo menos
sen[e que experirnenta. piensa en e! futuro ineviden[e de un dolor que no que puede decirse es que la profunda \erclaJ racional de la preocupacin
expcriinent:.i: con10 [Odo el n1unclo s:1be. !a buen~ :;alud es un estaJo pre- y la profunJa verdad superfici~t! de la clespreocupacin son Jos vercla<les
c:triu que no presagi:i n:1J'.l bueno: si la s:tluJ es buena. hay que e:npez:ir contra<licroria.'l y por tanto i~ua!tnente \erclader:1s.
:1 prco,:up:1rst:~ Por !a rnisrna razn el pe;;i1nista r:tzon:ible es aquel que, L;_ preocup:1cin por e! futuro e.'::presa en Ldtin1a instancia el presente-
cuando h:ice buen rie1npo. no piens;1 en ese buen tiempo. sino que piensa por-venir ele !a rnuerte. puesto que la 1nuerte es el suprerno porvenir y el
con preocup~1cin en el fururo n1J.l tien1po que ese buen tiernpo anuncia; futuro de todos los futuros. La inquietud que produce la profunclicb.cl secret1
o...'n \c'fJno no pien:->a en el verano, sinu que y~t esr:1 pensando en el otoo tr:1Uuce en ltin1a instancia la pre.:;c'ncia au:ente e invisible de Lt 01uerte,
qut: k :->eguir:'i: la inquietud es e! pen;;:Hn!enro ~1ntlcipado del ocoo en ve- puesro que L1 111uerte es. en nuestro fuero interno, c-1 secreto n1ejor gu::ir:-
rano. All donde una n1ens rnon1entanea .slo oensar:i. en la hora 1no1nenta- <laJ.o. L:i. angusti::i ele! presente se lLuna Futuro; y la angusti::i ele! da ele hoy
nen. en e! tiernpo que hace mon1en[inea1ne~te, en el tiempo ~rnereorol se l!am:i Ma:ina y la angustiJ de 1naana PasaJo maana: pero la angustia
gico .. !a conciencia inquie[:.1 [iene una :J.cepcin del tieinpo crnica en su ele las :ingustias. esa :1ngu:-1ti:1 elev:1da a la mixirna potencia que podran1os
....:unjunto. L1 nube Je la inquietud nos ensornbrecc el cielo sereno del ve- llan1ar :J.nsied:J.cl, !:J angustiJ JifusJ. la angustia ltin1a, en fin, se llarna l'vluerte.
r:Jno: es la .rn:ib. concienci:i Jel placer que rurba !a pureza del goce ingenuo.
La Jesconti:inza puede sin duela ser coinbatida por la confi:J.nza, que es una 11 .\lak'n. 6 ..
Cil~lnci~l !rr:idi:tda :dredeJor de la percepcin '.lton1sti~J.. y que se n1ic.le- en 12 Luc:1s. !2.C''
Y como esta extrema angustia es la ms lejana, es tambin la ms subterr- < determinados ndices sospecho~os y significativos que se trata de descifrar;
':;:~nea, pue~ est~ en_ el fondo de toda profundidad. Es por lo _tanto la angustia - se mantiene firrne contra la dist_raccin que-derrochara su esfuerzo o hara
.de todas las angustias en las dos dimensiones a la vez, por detrs y por de- temblar su puntera. La pesquisa consigue su' Propsito cuando se estrecha .
')ante. Las dos dimensiones son por_ lo derns estrechamente interdependien- se aguza en torno al punto 9_nic_o que constituye el blanco .del hombre pru-
,- _ tes: pues porque la muerte es el futuro ms alejado en el tiempo es por lo :-~ dente. Por ejemplo, el detective que repara en tal o cual circunstancia que
-::que es el secreto tnejor guardado. Este secreto y este futuro es una hipoteca ha descubierro su mirada; el ps.icoanalsta atento a cualquier lapsus simb-
-sobreentendida, inconfesada, informulada, que grava la presencia del presen- lico, a cualquier acto fallido que, pueda facilit;ii:- la interpretacin de un caso;
' te y el presente de la presencia. En cualquier caso la invisibilidad, la ausencia o ms an, e( mdico que trata.: de interpretar-la_ respiracin sospechosa, el
. radical, la inexistencia misma de la muerre en el seno de una vida positiva estertor anormal, el sntoma revelador del que depender su diagnstico.
_no son en absoluto razones para decretar que este problema es uri seudo- El hombre prudente seala con el dedo el lugar exacto del dolor... que no
: problema. Ms bien al contrario, del misrno modo que el tiempo, ese impai- siempre se encuentra donde el paciente lo localiza; la prudencia dice al
' - pable, el no-ser de la muerte, es el objeto filosfico por excelencia. Pero, paciente: es aqu, aqu es donde anida el mal; aqu es donde se aloja el dolor.
como todos los objetos filosficos, y quiz todava ms, es un objeto dudoso, Evidentemente el dolor n1ismo nunca se lcaliza nicamente en el punto
fugaz, evanescente. Evidentemente la tentacin de localizarle en ciertos dolorido y en las terminaciones nerviosas, sino que irradia todo alrededor y
momentos crticos o privilegiados de la duracin vivida es grande. Por ejem- se extiende por superficies n1s o menos ampiias: puntual en su origen, de-
plo, podramos entreverlo aprovechando el envejecimiento, cuando la viene evasivo y aproximativo para el que lo experimenta ... As el clnico
positividad vital es tan transparente y tan delgada que tenemos 1~ impresin sabe, cuando es necesario, renunciar a los sntomas patognon1nicos dema-
de estar leyendo la muerte al trasluz en los rasgos del moribundo, del mismo siado evidentes para tornar en considerdcin la totalidad del organis.mo, in-
modo que se adivina tras un rostro enflaquecido por la enfermedad el cr- cluso si es necesario la totalidad del complejo psicosomtico. A pesar de
neo de muerto disimulado por las carnes. Todo esto es comprensible: la todo, el dolor reside en alguna parre; y la enfermedad, por etrea que pueda
muerte parece ser especialmente reconocible en el umbral de la supre1na llegar a ser, est raramente privada ele todo substrato anatmico. En cuanto
prueba, porque se tiene la impresin de que entonces podr5. captarse su a la muerte hay que decir que co-ncierne al todo de nuestro ser. Y aunque
mens.:tje in fraganti. Ya veremos, cuando llegue el momento, como esta espe- toda enfermedad pueda llevar a la muerte; la iortaliila4 por .s misma, no
ranza es vana. Si hay "revelaciones de la muerre~, para emplear la expresin es una enfermedad; tampoco es, corno la neurosis, una anomala especial
de Len Chstov, estas provienen de la vida misma mucho ms que del lti- ms o menos accidental que aflora, con sntomas y seales caracters_ticos,
mo ~uspiro. El dogmatismo del sentido comn, en su ingenua curiosidad, a la superficie de la psique ... Nonnal y patolgica a la vez, la n1ortalidad es
espera evidentemente resplandores, revelaciones in extremis ms o menos la enfermedad de todas las enfern1edades, tanto la enfermed::id de los enfer-
parecidas ;i las confesiones de ltima hora que puede hacer un condenado rnos co1no la enfenned~1d de los sanos. la enfern1edad de aquellos que tienen
a 1nuerte... Si al n1enos aquel que va a morir pudiera finalmente divulgar algo y la enfermedad de aquellos que no tienen nada y no les duele nada,
el enig1na! De hecho, no es la finalizacin lo que constituye el desvela- la enfenne<l~t<l de los que 111oririn a los treinta aos y la enfennedad de los
miento de un secreto, sino que es la continuacin lo que constituye la reve- que inoricin ele viejos a los noventa aiios; ;la muerte es la enfermedad de la
lacin de un misterio; y ese misterio se nos. est5. revelando en todo mo1nento salud! Cornpleta1nente natural. cotno lo repen a coro Epicuro y i\tlarco Aure-
durante el intervalo, cualquiera que se::i la edad de la vida y por alejado que lio. Lucrecio y Epicteto, y ~1 pesar de todo siempre patolgica. consubstan-
est el instante revelador del ltimo instante. La muene no se oculta. con10 cial a la hon1nidad del hon1bre, y sin emhargo sie1npre extrJOa a l;i esencia
el ladrn, tras una cortina que bastaa con correr... Por eso la reflexin sobre de la criatura: tal es la enfennedad indeterminable que llan1an1os mortalidad.
la muerte no tiene nada en comn con una concentracin de atencin: la aten- Esta maldicin difluente que se derrama sobre el destinO del hombre o, para
cin, y sobre todo la ;itencin sensorial, designa el lug::ir en el espacio: es lla1nar a [as cosas por su notnbrt\ ~sta finitud creadora, exige de nosotros.
<lecir, que seala, localiza, determina con la mayor precisin posible, en abs- no ya propiamente hablando una atencin concentra<la, sino ms bien un
cisa y ordenada, la presencia del objeto o la fuente del ruido; esa es su cua- cieno abandono ;i la intuicin. La meciitacin de la muene, si es que existe,
lidad analtica; al ::icecho de los detalles, espa, acecha, escruta o ausculta; no puede ser ms que e~to: unJ reflexin dispersa y que no teme, como
su vigilancia se ejerce sobre deterrninados ohje~os especiales o sobre teme la atencin, ni !a distr:.1ccin ni e! arrastr:Irse de dispersin en disipacin:
(1()
l:i tensin y contenc!n del espriru '/la inrtensidad de la visin se vuelven la enfermedad constitucional que ll::imamos finitud. Por lo dems, la muerte
secL:nciarias: que no :1os vengan con mirac.b::; inquisitorias, reflectores que no es la desventura excepcional de cienos hombres, ni la eles.gracia de cienos
b:.irren el esp:.icio y cie[ecciones minuciosas de sntomas! i\-o se ;iusculta a de.shereelados, es una n1aldicin comn para todos: el hombre es atacado
un enfern10 en plena s:.dud; en cambio, el oido del alma puede, con su au- no en tanto enfermo o torpe o desprotegido, sino en tanto que hombre, o,
dicin pneurncica, escuchar los sobren[endidos en suspensin en la masa por decirlo de algn otro modo: alrrs Ka8' a-cv; lo que significa: el hombre
de la positi\iciaJ viral. lfna palabra, es verdad, se repite a menudo en las es mortal no ya en tanto en cuanto es esto o aquello, no ya por varios moti-
pginas que Tolstoi consJgra a !:i 1nuerre - y es precis:imente la palabra de vos- y en tales o cu::i.les circunstancias, sino que es mortal absoluta.mente,
l:i ob(etivid:1J: Vnirnani, la Prudencia. En su lecho de muerte, la segunda esencialmente, morral pura y sin1ple1nente: :rrA(;! Las enfermed:::~:..:~--;;_;:.::2W1,
n1uerra de Tres nzuertos es toda prudenci::i.. prudencia severa y majestuosa; J a la manera de ser: la muerte aniquila el ser de las maner::is. Como l:::. ;:::2.~idad,
al describir, en Ana Karenina. los ltimos instJ.ntes de Nico!as Levin, adviene j segn los Apstoles, no quiere saber nada de la -npocrJTtOAT\\j/a, es decir: no
la expresin fij:1n1ente concen[rad;i de 13. nr.J.da. u T3.l vez esta lucidez ana- tiene preferencia por nadie, no torna en consideracin ni el estado ni la situa-
ltica. objer!va y atent:l es efec[ivan1en[e un privilegio del moribundo. del 1 cin social; es inherente a la condicin universalmente human=en. g.f'.neral;
rnoribundo atenro a aquello que, in extren1is. se decide a devenir seal..
Pero p:.lra no.soros, hon1bres del lado de ac:, las seales siguen estando
1 del mismo modo que "la guardia que vigila los accesos al lou_vr.f",._1no pro-
tege a los reyesl Es el ser de la criatura el que est limitado, no _t::-'.! e1 .,hacer"
n1istcrios~llnt'n[ diluidas en el conjun[O del de\enir. Claro que hay una aten-
cin :i la vid:J.: esta es por excelencia L1 positividad vital que exige !:J. vigi-
1 el que es culpable. A ciertos telogos no les molestara en abEol..n.c horrar
toda distincin entre la maldicin y !a rnala suerte, entre la fataliC-.d y el fra-
!
lanci;_i ;_iten!a y L.1 inirada escrutador::i.: es el vigor de la vida lo que nos exige =- l caso, y se representaran de buena gana la mortalidad como la con,.,- '11encia
la lucidez intens~1. Pero no h:.iy atencin a la 1nuerte: hay ms bien una calma ~~--1 de un castigo. Y una vez mis se banalizJ.ra la inuene reducindola.a l..l::> cii-
de todo t'.l espritu. una caln1a concedida nicJ.menre al car:cter evasivo de mensiones de un fenmeno partitivo y emprico. El absurdo del final se oy:-,-
la tar:J. inJetenninad:l. de esa enfern1edJ.d vaga llamada mortalidad. De don- ne a los desengarlos de la continuacin. corno la miseria metafisic.a se opone
de resu!t:1 que b n1eclir:tcin de la muerre no es un1 especi:J.lidad tcnicJ. li- a la desgracia personal. '{ la n1ortalidad, no slo no es nunca en-tanto-en-
n1it:1da :1 Lll clase de[erminada de fenn1enos y reservada a tal c:i.regora par- cuanto, sino que ni siquiera, hablando con propiedad, es la razn de nues-
ticubr d1_: in\estig:1dores: esta meditacin. que no es en definiva m:..s que tra preocupacin: del mis1no n1odo que no ad1nite ningn quatenus. tam-
un:i cierr:t rn:1nerJ. general de considerar !a tot:l!idad de la existencia, es li- poco responde a la pregunt1 Car. Por qu esa frente preocupada? la respuesta
tcr:1!inente. con10 el J.rnor, asunto de todo el inundo; todo el mundo es com- porque tiene una enfern1edad del hgado" es perfectamente una respuesta,
pctence. y n:tdie detenta el n1onopolio. y- si hablarnos de b. preocupacin que ;isigna la causa determinad:i y circunstancial de la preocupacin: el
de b n1th::Tte. e.s un poco por e[ gusto por la n1et:for:i.: la rnuerte. rropia111ente Porque neutraliza efectivan1ente el Por qu y responde a la pregt1nta. Pero
hahl:1nJo. no es ninguna de es:is preocupaciones clererminada.'i que ahru- !a respuesta "porque !\eg~tr: un da en que tendri que rnorir" no es una res-
rn:in nues1ro futuro. nuestros pro\\:'Ctos o nuestra c:11Ter;i. En prin1er !uo;:i.r puesta. pues es una respuesta que responde con la pregunta rnis1na, ya que
la prLocup:H...'in. lo n1isn10 que l;s enfern1edadec> nervios~1s o las enfer~~e e! Porque nos devuelve a! Por qu: acaso no es la necesidad dt; rnorir la
cL1de:) cont:1gios:is, tiene sien1pre un CJ.r:cter 1n:is o rnenos sobre:1adido v esenci:i nlisrna de la vida? Deber 1norir no es por t;:into, propiamente hah!ando,
Jd\enricio: :uJL'lll:is Lis preocupaciones son n10/estias que perturh:in :1 Jlgu'- un n1otiuo ele preocupacin: !a n1uerte es 1n:..s hien la fuente de todas las
nu ..; en LtZ<.>n de su salud. Je :;u oficio. de su pobrez:1. de su:-; sinsabores con- preocupaciones en1pricas y n~lturales: la muerte es la preocupacin preo-
~ug:1!t_..,: \- Ln fin. la prt.ocupacln. [ipo espeL'i:J] de inquietud. coincide tan cupante y lo que d~1 a tocl~1 preocupacin su dimen::;in tr:gica: por eje1nplo
bien con su c:tus:1 que elb. misr11a !lega J. ser Ja caus:.l .. La rnuene por ::;u una tensin alta, un soplo en el cor:izn. un exceso de urea son 1notivos de
p~1rte es Lt Je ....;dicha univcrs:i[ y !a enfermedad difusa. '( anre todo !a muerte preocup::i.cin porque iinplican un~t posibilidad de 1nuerte; pero no es direc-
repn:'.'iLnr:t .;-.:! h:tndicap en cierro modo in1p:dpable o. si :-;e prefiere. L1 i1n- ra1nente !a 1nuerte lo que constituye !a preocupacin. Nls an: las preocu-
ponderahle tara que pesJ sobre la exisrenci;i: es;i deduccin en el origen, paciones empricas que :ilborotan en el escenario para divertir a la galera
esa hipocec:1 de:-;conCJ.dJ. ele J.nternano. y todo ello desde el n~cimiento. es son mis bien la coartad::i. de una angustia [ejanJ y mis profunda: estas son
paracljic::i.mente las preocupaciones que representan la verdadera incuria
de Lt providencia: es el :1jetreo de !a preocupacin lo que nC?s pennite
';.Cubrirnos con el impehneable de "la verdadera despreocupacin. Los reu- de la efectividad de la vida en general, po~ el sirnple hecho de que la vida
. matismos y los impuesto_s. son una-_autntic:a ganga para el hombre ansioso: es la vida, y n_o__ .tiene __nada q_ue _ve~__c:9n tiles _() Cll_ales -~aneras circu_nstan-
'como simples eufemismos, sirven para desviar la conversacin, alimentar la ciales de existencia. El ligero -velo- d 'li melancola~ -que la anguStia morral
. chchara que nos impide pensar-en- nuestra miseria,. localizar en el momento deja caer sobre nosotros, no tiene na<;ia en comn con el-enjambre de preocu-
Oportuno la angustia difusa. LO mismo que la septicemia es ms fcil de com- paciones que acosan a una conciCn_c"ia atosigad_ por las inquietudes.
- batir cuando se localiza en_-un absceso, as la a'ngustia generalizada parece Corremos el riesgo, al_ buscar la muerte.ms c_ de 18: muerte, de no encon-
benigna cuando coagula-y, se deposita- en preocupaciones concretas. ~nver trar nada. A primera. vista, en efecto, -todo ipe hab_la del ser, y nada me habla
samente, la angustia metaen:i_prica -de _1:3. muerte carece literalmente de preo- del no-ser. Todci me ha_Qla de la _vda, hast~ l~. idea :misma de mortalidad;
'.cupaciones o despreo'cupaciones. -Las precupaciones motivadas divierten nada me habla. de _la _muerte, ni_siql!iera l_:i; fils9fa de-la_ muerte. La \rida no
a Ja angustia inmotivada; Y-vicevers;i; la angustia innominada, e incluso inno- pregona Ti)v 'to3' 8av1-ou O~a;v, la vtdi-_n nrra_ Ja, glorii de la muerte, la cual
'minable, es el origen tcito e "invisible de las preocupaciones nornbrables ... no tiene nada _de glorioso, la Cl.,Jal no tiene brillci nt esplendor: la vida slo
., (:No es tranquilizador poder bautizar uno- su enfermedad? El nombramiento cuenta la gloria de la vida, Ti)v 8l;ccv 1:0 ~lou; la--vida slo pregona las mara-
conjura los sortilegios temibles del peligro indeterminado. Como es innomi- villas de la vida y el triunfo de la vida. La vida slo me habla de la vida y
nable, la angusria sin nombre es tambin inconfesable, y por otra parte es de os vivos. Es la positividad obligatoria, y estamos de alguna manera conde-
inconfesable sobre todo porque es inmotivada y porque un ser dotado de nados a la inquebrantable plenitud de esta positividad; por mucho que
razn no confiesa de buen grado aquello que no tiene motivos ideolgicos. nos emperamos en enrarecerla no lo conseguiramos: esa calle ajetreada,
la angustia inconfesable es a las preocupaciones confesables como la mala esos castaos cuyas hojas juguetean con el sol, esos gritos de nios en el
conciencia a los escrpulos asignables y designables. La mala conciencia jardn, todo es continuacin positiva y presencia pura, y la nada, sal_vo para
tiene que ver con los hechos consumados: es el fardo de un pasado vergon- un espritu echado a perder, no es visible en ninguna parte. Se necesita sin
zoso que pesa sobre el presente. La angustia de la muerre, en cambio, tiene duda una cierta dosis de perversidad metafsica para pensar lo contrario. La
que ver con el fururo; apunta no ya a un hecho consumado, sino a un aconte- \id:i, en este sentido, es citerior completamente y de cabo a rabo: s: hasta
cimiento por venir, y por lo tanto a un porvenir; no tiene que ver ni con los bordes, hasta el minuto cincuenta y nueve de la onceava hora, hasta el
problen1as ni con deberes. Habida cuenta de que nuestro ser total est aqu ltimo segundo del itirnolilirlLHO, hasw ci ltimo-instant-e de- ios -ltimos
puesto en tela de juiGio, nuestro ser y no nuestro tener ni tales o cuales de momentos, la vida est aqu abajo: en el 1ns ac en el que nos encon-
nuestros actos, la angustia de la muerte es un pudor de morir y no una ver- trarnos, ninguna seal material viene del ms all ni presagia otro mundo,
genza: se tiene vergenza de haber hecho, pero no hay ninguna vergen- un mundo de ultratumba. Pensar de otro modo es puro delirio de interpre-
za en ser de condicin mortal. La preocupacin se preocupa cuando una tacin, algo propio nicamente de visi_on::irios y de espiritistas ... Es intil
gran nube negra ensombrece la calma del buen tien1po: pero la ~1ngustia se husc::i.r aqu abajo vestigios sirnilares a los 1ne[eoritos que caen de mundos
alarma por !J. relatividad del buen tiempo en general y deplora el carcter Jesconocidos: intil intentar captar en este bajo mundo 1nensajes ele ultra-
provisional de todo cielo sereno. La materia vaca. la materia sin materia de turnba, en este bajo inundo 1nensajes Jel otro. - l:' sin embargo la ausencia
nuestra sorcL.1. y general preocupacin, es pues la negatividad que, en lti- y lo posible, en este caso, deberan considerarse nulos. En realidad, el mi':imo
ma instancia y en definitiva, cierra los caminos del porvenir. borra el lejano texto puede ser ledo al derecho y al revs: basta para ello con una inver-
horizonte. i1npide a lo::; ho1nbres el hacerse serios y vastos proyectos. o aco- sin itnperceptible que, sin descubrir propiamente hablando un te."'<tO crptico
meter proyectos a largo plazo, les impide ernplearse a fondo y sin reservas. oculto bajo el texto visible. corno en los paHn1psestos, sin revelar no s qu
es decir, nos desanima a ir hasta el final y tocar los extremos (pues la n1uerte, n1ensaje misterioso escrito con tinta simptica, cambia completamente el sen-
acontecimiento ltimo, es ella misma ese extremo). O dicho de otro modo: tido de la vida; as como pesimismo y optimismo son dos lecturas inversas
la mortalidad es la sombra del cuadro, y la 1la1namos entonces la Alterna- de un texto nico le<lo bien por el filsofo Psiino. bien por el filsofo
tiva; se dice que no hay felicidad perfeaa, que no hay felicidad que dure, ptimo, lo mismo todo nos sale bien o todo nos sale mal segn la manera
que todo optimismo Eiene un regusto de amargura. Esra limitacin implcita, que tengamos de abordar y de interprecar el libro de la vida. Nada me recuer-
esta secreta insuficiencia, no es una desgracia palpable o accidental que po- da a la muerte, y todo me la re(.""Uerda: nada tiene que ver con ella, y todo
damos acusar expresarnente: parricipan n1s bien de la quiddidad. e:-; decir, tiene que ver con ella: lo que C"n el fondo viene a ser lo n1ismC!! Este es
~-
fr'i
.precis:.in1entc:- el c:i.so de Dio::>. Los telogos nos acostumbr;in ;i la idea de distintivo de la sabidura consiste mis bien en una manera remota Y des-
que si n:.idJ. sob<c L. Licrr:1 h:.ib!:i Je Dios ni pronuncia su non10re (pues cada preocupada de tratar los intereses citeriores de la existencia intramund~na,
cos;i s!o habl:i de s n1isrn:J.). toda !a creJcin, en otro sent!do, da testimonio en una nivelacin desdeosa de las grandezas de aqu abajo, en una c1eCa
sobre el CreJ.<lor, c:J.nta .':iu gloria, enrona sus a!abanz;is, n1anifiesta su esplen- adiafora respecto ;i todo aquello que no sea la nica cosa impoCante; esa
dor. reveb. su invisible presenci:J. ... Qu digo? Cuanto ms ausente est, ms cosa absolutamente innominable tiende a minimizar, incluso a anular .en una
presente est::i.r:. La in\ersin tiene lugar p;iradjicarnenre de un exuemo a vulgar nulidad, los intereses lliputienses de moscas y pulgones. :riinero
otro. e.s decir. to::iJinente. Ll ornnipresencia es una formJ. pneu1n:tica ele la consideramos el descubrin1iento, en la positividad vital. de una realidad ne-
-presencia. Si Dios h:J.btara en a!gun;i paCe, estuviera escondido, por ejemplo gava de la que sera la inversin; sospechamos a continuacin, de acuer-
en el fondo de un:J. gruta de Eriopa, si fuera, en un;i palabr;J, localizable y do con el fenomenismo, que esta inversin bien podra ser el fruto de una
esp:ici:J.lrnente situ:1b!e, en Luirud y longud, los habitantes de la Tierra ten- especie de peroersn 1naniquea; y ahora la realidad citerior de la m~erte se
dr:in !:1 pos!bi!id:.id de: ir a verlo, y se convenceran ripidanente de que este nos aparecer n1s bien co1no una cierta conuersin moral de la vida a su
Dios es uri ch:J.rla[:n o un vulg:J.r fetiche; pues un fetiche, como cualquier propia y secreta interiorid:.id. Paradjicamente, es esta convers.in la_ que
otro objeto, esri all donde est.., y no en otra paCe: como la torre de Pisa nos proporciona serenidad: como era la supersticin de la plen1tu~ Vltal "!
en Pis:i, el toro F:irnesio en l'-Lpoies; etc. A.quello que est.: presente en alguna el rechazo a reconocer la sombra pro_i,:ectada, unidas al brusco descubr1-
parre o c:-o un pun[o deternlin:ido est: ausente en rodas !as <lem5.s. E inver- rniento del enemigo oculto en nosotros, lo que engen.draba el enloque-
sarnenre. est:.. en tod:is p:lncs Jque!!o que no esti en ninguna paCe: ubique- cimiento y el des;isosiego. El vi'>O que ha sido convertido a la muerte en
llltSCJlUlln, ral es !:.i situ:icin desconceC:Inte, contr:J.dictori:i, trans-espacial vida no pasa su tiempo de modo diferente a co1no lo pasa el profano; sus
ele[ :I!rna con re!:.lcin al cuerpo, y de b. vitJ.lidad con relacin al organismo; asuntos no son diferentes, ni tampoco sus ocupaciones: slo el nfasis Y la
tal !a presenci:.i :.iusenre e.le !a tnonalidad con rel;icin a !J. vitalidJd. La furtiva ilunnacin de su devenir ;i parecen transfigurados.
rnuerte no est:. encerrada en l:i vida como el contenido en un continente, la
joy:J. en un cofre o e! veneno en el frasco. No! Ll vida est.: a l::J. vez investi-
da y penetr::id:.i por la n1uen:e; envuelta por ella de c:J.bo a rabo. emp:ip:ida 3. Eufema e inuersin apoj'ntica.
e npregn:J.da por e!!:i. El que e! ser hable nica1nente del ser y la vida de
i::i vid:I es debido nican1ente a una lectura superficial y den1asi:ido lite- Uno no puede evitar el pens<lr en la mueCe ... o el aparentar que se est
r:..11. La vid:i nos habl:i de la muerte, no habl:i de otra cosa m:s que de la pensando en ella; y nos atreveramos a decir que una intuici~n muela de
muerte. Es rn:s; de cu:ilquier cos:.i de que se tra(e, al menos en un sen(iclo esta dimensin mintica t:.il vez no nos est del todo negada. Sin embargo,
se esr: rrar:.in<lo de- l:.i n1uen:e: h:ib!:ir de cualquier cosa. por eje111plo de la uno puede evit:ir hablar de ello. El obsticulo del lenguaje adquiere formas
csper:.inz:J. sgniflL:l hahL1r ublig~ttorian1en(e Je L1 1nuen:e; habL1r del dolor diferentes seg(1n se trate del n1:ts aci ele la n1uerte o del instante 1nortal.
es h:ib!:ir, sin no1nbr.JrL1, Je la n1uene: filosofrtr sobre el tien1po es. inedianre .A.ntes de hablar de lo inenarrable segn el inst:Inte. va1nos a habl~1r sobre lo
el rodeo de Li te111por:tiiJaJ y .:.in lLunar a !:J. n1uerte por su no1nhre. filoso- innominable y lo indecible del ~1c de la muerte. Lo indecible se refiere
far sobre l:..1 rnuerre; rneJirar sobre la :1p~1riencia. que es una n1ezcl:.1 ele ser evidenternente al carcter \ago, confuso y difuso. a la indeterminacin misma
y de no-ser. t:s linplcitarnenre meJir:ir sobre l:i inuerte .. Ac:tso 1:.i ilusin del aconteci1niento que ~1corta nuestro tiempo \'ita!. Hablar significa decir
oo tiL'ne :J.!go Je nintic:i? L:.1 1nuerre es e! clen1c>nto resiJu:J.! ele cualquier alao esto o acuello, sirvindose de vocablo.':i un\'OCOS: el equvoco en cam-
proh!en1a - y:t e:,e~1 e! problcmJ. del dolor. el problen1a ele l:J. enferme<l:J.cl. o bi~ ~s un jueg~ bien p:ironrnico. bien hornonrnico, y se define. por relacin
ci prob!ern:J del rieinpo. cu:J.nclo uno se decide fin;.1.!n1ente a Jl:im:ir a las cosas J. un lenguaje icleahnente no ambiguo. El carcter evasivo de la tinirud morr~l
por su non1bre, sin circunkxuios ni eufemisn1os. ToJo me habla ele la rnuerte .. es como un desafo al lagos, si !:i vocacin del lagos es determinar Y prec1-
pero inJin.::c[:1n1L'nte y con pa!:ibras vel:iLLts. rnedi:J.nte jeroglficos y sobre- s:ir. P:.irece in1posible, o, tnejor :.in, una acrobacia y una autntica proeza.
entenJiJos. L:i \td:i es la epifana Je la mueCe, pero esta epifana es :ileg- ~expresar~ el sentido brun1oso del mortal no-s-qu: acaso est? tiene alg~n
ric:i, y no t:J.utolgic:i: son las alusiones las que hay que saber comprender. significado? En Ja interjeccin Por desgracd. se ;:idivina el depnmente hastro
Ll inteleccin de es:is contr3.seas rncxiifica ele c;Jbo :i rabo el paisaje ele la de esta nostalgia. Los hon1bres pronuncian esas dos palabras cada vez_ que,
\ic.la. Lo que l1:1ni:1n1os rLsign:Jcin J' de !o que h:J.cemos :i menudo el rasgo directa o indirect~unentc. ;;e tract de la muene y de l:.is desgracias ligadas a
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la muerte: el envejecimiento, el tiempo irreversible ... Sin duda Por desgra- sealar la mismidad de la n1uerte, enumerar al menos sus adjetivos,_ epte-
-_-.cia! expresa ante todo el carc_ter incurable de nuestro mal: pero esta enfer- tos y n1odalidades: al no poder alcanzar_ lo inefa_ble d~ la -'~ors_ipsa'. se co~te~-
nedad desesperada es por aadidura Una enfermedad -indeterrninacla e in- - tar con una filosofa adjetiual .o circunstariciil." ACa.So ras Cifcii1fstiI.nC'iS
,nominable. -Por desgracia! es una reticencia y, en cierto modo; un suspiro no esto hechas para el circunloquio que describe su 'prudente circunferen.-
,sin palabras: se supone que todo el mundo comprende instantneamente cia <ilrededor de la mismidad sin jams posarse en el13: ni perierrarell'lla? L~--,
_. estas palabras que son una alusin imprecisa a nuestra miseria~ estas- pala- quiddidad de la muerte, en esto, se parece a la de lCreacin,-de la.-_'liberta_~
,_--,-. Pras despus de las cuales ya no hay nada ms que decir, estas palabras que v de la cualidad: no se puede alcanzar el misterio'-ina1Canzable de la crea~
siendo tan pocas dicen en cambio tanto. Hay al menos tres maneras de-eludir ~in. pero en cambio se pueden contar ancdotas 'y~:ent?S's.obr~~1-~re_~dor,
,el obstculo de la indecibilidad: la primera es el eufeinsmo; la segunda la o describir con complacencia a la criarura; y asiffiisffib se-pueden Contar anc-
inversin apofntica, y la tercera, que ser la nuestra,- la conversin a lo ne-:. dotas sobre los msicos sin penetrar en la esenCia .-de-l ffisica.-Hayuna fi-
j'able. Ante todo, se puede evitar el pronunciar las palabras de ese problema losofa anecdtica de la muerte que dluye el problema en los reliits edifi-
_____ t~b ... Y si por casualidad el discurso sobre la muerte trae mala suerte al cantes y las charlas piadosas: nos habla por ejemplo de'lo:S tnuertos ilustres
ten1erario, al sacrlego que-osa decir lo indecible o slo nombrar lo innomi- y de la vida de los m:rtires; la enu1neracin de los plcits t y de las ltirnas
-r:iable, despus de haber osado pensar en lo impensable? Si aquel que habla palabras hacen las veces de metafsica. Biografa, doxografia, psicologa e in-
de la muerte es castigado precisamente con la n1uerte? Si se muriera por ha- cluso socio!ooa son de este rnodo algo as con10 variedades de la perifilo-
blar de la muerte? Si, en una palabra, el objeto se volviera contra el sujeto sofa. Las perifrasis de esta t~lnaro}oga ....perifric1 representan la flo-r Y nata de
para fulminarlo? Pues el sujeto pensante, el sujeto que habla, despus de la perifilosoffr1: llammosla. puesto que bromea de esto y Je lo otro, la filoso-
todo es mortal! Para aquel que se convierte en persona en el sujeto del ver- fa-a~propsito. *La va indirecta del eufemismo, los rodeos de la pefrasis,
bo "rriorir", la rnuerte, digamos, no es un objeto como los den1s objetos los zigzags de la conversaci_n son otros tantos subterfugios para evitar el
pesto que de repente transforma su discurso en silencio) puesto que la rnovimiento rectilneo que designara, con una designacin transitoria, el co1n-
negacin n1ort?.l deviene efectiva1nente homicida. - Es el eufemismo el que plemerlto directo llamado n1uerte. In1aginemos al desconocido de negro,
nos evita la palabra nefasta. el que esc1n1otea a los odos pudibundos el portador del n1ensaje de la inuerte, que penetrara de repente en un saln
escabroso monoslabo: lo sustirunos por !a palabra de al lado, como aque- abarrotado:-se -abre paso a travs Ge las pacfJ.s-remolfn-eani:es, atraviesa en
llos que carnbian amor por tanzbor, e invocamos, en lugar de a las furiosas lnea recta la pista donde se baila al comp::s del vals, y llega hasta el seor
Erin}as a las benvolas Eumnides de !a muerte. El deseo de Scrates, al final de la casa para transn1itirle lJ. palabr:i faral, la palabra que no han conseguido
del Fedn.1~ no es precisamente morir :v f:<prlio/ A los discpulos descon- esca1notear ni los torbellinos del baile ni las conversaciones superficiales sobre
solados se les recomienda por tanto la eufemia como una condicin de la el destino. Esas conversaciones son el subterfugio de la alegoria Y de la eufe-
eutanasb. La Rochefoucauld dice: La muerre es con10 el sol. no se la puede 1nia: gr~icias J ellas. el ho111bre an1ecJrentado por lo inno1ninable quecJar.'.i al
n1irar de frente. Pero 1nirndola de lado, nr:ncJohi cJe sosl;iyo. quiz.s perci- 1 narg~n de la cuestin. - Pero ha y otro rnecJio, m:is radical todava, de eludir
ban1os algo. E! nf-/(ldo,'~ o el :irte Je tergh-ersar, es la prin1er.L escap-Jtoria la n~isndacl Je !a n1ue11e: ese tncdio es el silLncio; antes que hablar de otra
del hombre ante lo inefable. - 1 esta es l;i segunda: el lenguaje se queda en cosa. de esto y de aquello. el pudor ~1conseja no hablar en absoluto. L:.i eufe-
la periferia, ntpl, como dice Plotino cuando habla de Dios: en su fobia del 1nia no es ~tcaso ta1nhin el fasto silencio y el 1nutisn10 de un recogin1iento
1nonoslabo riefasto, el hon1bre da vueltas alrededor de la palabra en \'ez de sin palahr:1s? El silencio es la n1ala conciencia del hablador. del 1tOf~/i..aAo<;
deslizar.se a su lacio; las perfrasis o los circunloquio::;, describiendo sus crcu- parlanchn y prolijo: el n:rrico se c~1l!a ante el pensJmiento de la rnuerte; lu
los y sus an1bages. ~unortizan el golpe a una conciencia tmida que prefiere n1uerte reprin1e los discursos, ahog::i. los discursos en las gargantas di::;cur-
no recibir de frente la significacin letal. Oblicuidad y gravitacin son una seantes. itnpone silencio, o al n1enos reticencia. al horno loqucL"C. El locuaz,
y otra tctic::is corrientes en el ironistl y en el rebu.scado. Dicho de una forma
ms general, aquel que renuncia a habl::ir Je la tnuerte en s n1isma, o a
l<> Entre , 1rros: l<!S Sllints dCsir~ de fa rf, p<lr d R. P. Ldemant. 'i." eJ .. Bru:;ebs. 1713.
Pbifospf!ie--prr;pu.>. juego de p:dahr:is. La tr:i<luccin de propos por a propsito pierde b-
1-1 Fedn. tl7 d. rnent.thkn\en'"" los otros signiflLtd\l,-; del trmino propos (palabra. d1;1r!a. conversacin. etc. l. a los
1
~ Cf. lgor ~travlnski. (}1r'n11iq11es lt' nu1 l'il'. 11. p. !(12. qu .J:tnkLIL\-itch q~kn:: _-,in dud: :iludir. (N. 1.kl T_)

(1')

'*
fuc r:irnbi2n es un candiJaro :.i l:J. n1uerre, h:1 hecho con la muerte el siguiente en ltimo extrerno, se confundira con la inmovilidad. Aderr1s, un decres-
pJcto: no h:.1bl:u de- :1que!io qu~ roJo el rnundo sabe, hacer como si tai cosa; cendo gr:idu:ll no desembocar: jams en algo distinto. La muen:e, segn los
/-=1s corL1 de r:iz l:i retric:.i de L1 n:uerre_ Ac150 la elocuencia de! silencio filsofos del decrescendo, e.5 lJ sin1p!e in1agen vinual y el plido suplente
no h:icc honor :1 lo indecible? - El pacto de eufeinia, engendr:indo aproxi- de la vida, lo mismo que la nada, segn la filosofa de la privacin, es un
maciones y rnalentendldos, no es, h:ibl'.1ndo con propiedad, ninguna solu- simple dficit del ser. Por eso los artistas de la Edad Media representan con
cin: en realicL1J es rn:is biC'n un:.i consigna, consigna de silencio o de conve- toda naturalid:ld a !~ muerte con10 un espectro o un doble del vivo, con10
nil'.ncia_ y unJ ticcin de la que lJ. r11:1b. fe no est5. nunca completa1nente un sosias del hon1bre de carne y hueso, co1no una irnagen en el espejo. Chas-
ausente, y un :ipujo instig:1do por lo indecible misrno. L.i filosofa apoftica, tellain titula un poema n1acabro El e~pejo de la rnuerte.. .2 La muerte, ahna
por el contrario. es un:.i estratagerna filosfic:i. en pena y leve soplo, acaso no es entre los espiritistas el doble fantasmal
lJ filosof:1 :tpofitica parece conden:::ida a la vez por lJ. imposibilidad en de la forma visible? En realidad, esta filosofa Je la privacin, substituyendo
que nos encontLtn1os Je enunci:Jr direct:imente la negatividad mintica de !;is escalas cuantitativas por las diferencias de n:lturalezJ, es por lo mismo
L1 n1uene y por nuestr:J i1npotencia para expresar otra cosa que oo sea la una filosofa de las analogas antropon1rficas o biC?mrficas que hace de la
positi\iJ-:id vlt~tl. L.1 neg::Hi\id.'.ld .:ibsolutJ. no se prest:t, por lo Yisto, a una fi- supervivencia rnisma una 1nanera de infra-vida. es decir, un::i vida disminuida,
losofa neg:Jti\:1. \"o obsrante no deberarnos confundir la verdadera filoso- atenuada y enrarecida. Tal los infiernos de la Odsea, rplica: mortecina de
fa neg~itiva, que es ::iquelL1 Je la :1nttesis contradictori::1.. con una filosofa L1 existencia terrestre, tal ese infr~1-rnundo subterr5.neo en que un Aquiles
~in~dgic:t de L.1 contr:JrieJ-:id. L:1 1nuerte. :i pesar <le las sin1etr:Js rfic:ts, no apenas esbozado h;J._ce p;irej~ con el Aquiles de carne y hueso del in~s aci,
es lo controrio de !a vida: oo est: en1pricJ.rnente opuesta a la vida, con10 donde todo es bn1ma y hun10, eco n1onecno y pilida sombra: all abajo,
lo son ios dos ex1r-:n1os de un n1is1no gnero: la diferencia que los separa la Jnimacin del mundo de la carne se reduce a un imperceptible estre-
no es en absoluto de sin1ple gra<lo. Era Leiboiz el que considerab:i vilidas n1ecitniento, :l un rnurrnullo. a un piansimo. Ese mundo que no difiere
las gr.1cL1ciuncs csc:tlares: el vi\o y e:! n1ueno dife1an con10 el Wlis y el lYienos, dci n1undo e.le aqu abajo rns que por su dbil exponente es realn1ente otro
o co1no el n1Js gr~u1Je y e! rn:s pequei'io; y en ei Fecln hay generacin n1undo? No, ese otro mundo no es :i.bsoluran1ente otro, sino relativa1nente
(vEatc;) Je un contrario :1 su con[r:trio, siendo los interc:ln1bios entre esos otro: es por tanto rel:Jtiv;:unenle el n1ismo. A fortiori, la inversln del ivis y

e, ,
correJJ.[OS con1p:tr:tble.s :1 un proceso au111ent:ltivo o diminutivo, a wi~Ucnc; v de! iVIenos es compietan1ente metafrica: la n1uene no es en ningo caso el
1
:i c.p t01c; - y resuit:.indo !os con1p:lrativos EaT1ov y t"i:Sovlti de un proceso rnoJelo o el original del que la -..-iralidad sera la copia. Bergsoo in\eaa la
gr:..1ciu~1l. 'EK cZuv Evav-rlwv 10 Evav'!la ;i~rvE1aL. o\ilorir y doblegarset<J son de in\ersin del Titneo, y hubiera sin duda ll:unaJo a la eternidad una .. jmagen
es[e ;nodo, en Platn, dos cambios progresivos Je la misma narur:ileza. Si lrunvil del tiempo", xpvou ElK<.v '.KtVlTI): si la vid:l no es el arquetipo posi-
l .. no-ser. o n1cjor ~uJn e:! inenor-.'ier de L1 inuerre se mezcla aqu :ib:ljo :1 li\o y el parangn que la 1nuerte in1irara. la n1uene :i su vez no es el paradig-
flUt:.'i[fO .'it'L tor_kl g'nt:ro de tr:1nsC01leS COnrinu~ts rueden preludiar a la 111:1 d~l que L1 vida sera un~1 in1:1~c'n. La Jiferencia que los separ~t e.s radical.
extincin con1pk'Ll. El dL\cnir del \i,o e:; l n1isn10 un ser hor:td:1do por el l:1 n1uerte. cue no es el cuntr~\riu t.:'1nprico de b vida. ~es al 1nenos la con-
no-.-;er. un ser v:1'-io y lacun:trio: Li Jens~1 p!enud e.':' interpret~d:i como vacui- tr~1dictoria lgica y la negaciOn di:n11etr~tl? la contrJ.Jiccin. :il 1nenus. JJ.ra
LLtd. u cun1u f':1b:i plenituJ: el ScT te111por:1L con10 un:l pleJra porosa. esti cuenta de l:i difereocia Je n:ttur~tlcza: explic:ir:J. por qu esta con\ersin de
lleno de c:1vid:td'-'S y de posibles qu disn1inu)en ::iu densi<l:ltl: pues est:is rodo a todo (o 111:.s bien de todo a n~Hl:t l no puede ser ms que repentina.
cxc~1v~1clones L"!'! Lt positi\td:1d dl'i ser correspunden a una clis1ninucin En re-::didad, e! no-vivo no es el 1nul:'tT(): el no-\-j\o es 111:.s hil'n Lt 1nateria
pro~re:-ii\:1 Je nue.:i(Cl \irali<l:i(.L - :\horJ bien, no ILty forrn-:i e.Je desconocer blita. que jan1is ha est~t<lo ,iva. \"i\:i. la lll:ltLria no ha csrado nunca. tnientra.'J
n1i.s cornp!era1nerHe 1:1 mec:ibola radical ll:lmada 1nuerte. Aunque slo fuera que el muerto ha cesado de vivir: L1 n1:lteria ya no es. y la tnuerte tcunpoco.
por !1) rl'pentlno de su !leg'.lJ:i. la 1nuene no puede provenir poco :t poco Este .fomnon, sin anul;ir la distJocia infioita. rnetafisica, vertiginosa <le la
dL' un decreSCc'ndo. ni Je un Jirninuendo. ni Je un ral!entando infinito que, 1nuerte :l b. vida, repre:;;enta Lt rl'L!cin 1nisreriu...,~1 y par:ldjic~1 que se establece
a pesar Je todo entre los dos tnninos Je la contradiccin; el 1nueao. para
1- Fn/1;11. - b
IS F,{;!/ - t"
2n CJ. Ci_-.--\ Bn1nellt. Je{/17 <.i1std <'f le-_\fi1n11cr de.< thtme.v 1.[.t" .\loyen .'\ge-, l\J"i. PP- ')(1-l 1'7)_ CJ..>;-
... :,.,,,; - \
1cl t:~ t;1111hln ;1uor dt. .~/;(1..:11fc d('S f>e<.:h,'11!'<
_)~egar a ser lo que- es, ha debido pasar por el terrible umhral del morir": la Serenata, donde la 1nuerte aparece disfrazada de la primavera y del
~orno el nacimiento, la- muerte es en efecto la incomprensible metbasis y a1nor, la i\tfarcha guerTera con la que la n1uer-te celebra su triunfo: la muerte
e_l trnsito a un orden distinto; y es necesario entende'r que la aguda con- es por turno danzarn fflcabro,- "nana", amarlte honiicida, general. .. En las 1

;_ tradiccin de estos trmir:ios_contradictorios, lejos de volver inexplicable la barcarolas lgubres de 1882 que Liszt titul Gndola fnebre, la barca habi-
mutacin cualitativa, la._ condiciona y la hace posible. Mediante esta reserva, tualmente destinada a p'asear a los amantes se convierte en la ridcula gn-
__la muerte es en efecto _ins- bien una vida "'lU_elta del revs que una vida en- dola sbre Ia -que el baiquero Carente hace cruzar la Estigia a las almas de
rarecida, y ms b,ien una no-vida que una infra-vida. Puesto que la muerte los difltos.' Este orden al revs, en la medida en que resulta de una trJ.nspo-
,r r.o...n_o es la sombra proyectada o el reflejo de la vida, puesto que no es su fan- s'ici6n-lteral y\-uxtalineal del or<len al derecho, slo se le puede llamar tro
tasma ni su jcono, _ser;quizs el anverso especular, el reverso y el anverso rden ert fa nifsri:ta medida que al <lesorden se le puede llamar otro orden,
a la vez? En el- ltimo da de un condenado, Victor Hugo iinagin un mundo y al infra-mundo otro n1undo. Contradecir es con frecuencia una n1anera de
al revs donde la luz provendrla del cielo y las esrrellas seran puntos negros irn,it::if: rio pr-ser ms indirecta estJ. fonna de imitacin es 1nenos servil, y
sobre un fondo dorado. .. La verdad es que no encontrarernos la muerte n en su igribrancia de la alteridad del otro no es 1nenos graye. Tanto para el que
los infiernos ni en el Infierno: en los infiernos no hay m_js que nada y no- copia co1no para el que hace lo contrario, el_ inodelo sie1npre es. el 111odelo.
ser, en el Infierno no hay ms que el mal trgico y la desesperacin. El im- No basta con invertir las cualidades positivas de la vida para ohtener. comO
perio del mal en Plotino no es nicamente un mundo subterr:ineo, sino un en un clich, las de la n1ue11e. No: no encontraremos el otro mundo como un
uni,erso al revs y un he1nisferio Je las :i.ntpodJs: el contra-principio de n1undo al revs en las huellas del inundo al derecho; una.inversin 111ecni-
este mundo n1alo, los principios al revs y las jerarquas nocturnas que depen- ca y sin1plista <lel n1s acJ nos hace ir a ren1olque de este ms ac'i. Lo_ rnismo
den de ellos son la inversin del cielo al derecho y del cosn1os al Jerecho. que la contrariedad, la con[radiccin no nos permite entrever nada distinto:
Un principio est contradictoria1nente encargado del no-ser. y el hen1isferio el reverso del <lerecho es del n1is1no orden que el derecho. Y acaso el de-
nocturno don<le reina el prncipe de las tinieblas hace juego con los princi- recho no ha sido sien1pre y en todas partes el nico sisterna Je referencia?
pados de luz. Este dualismo es ms bien un sin1plis1no y un n1aniquesrno. Ya se la re:iflrn1e o se la contradiga, uno no puede elud_ir nunca la iniciativa
Y a<lems el mundo de la noche tarnpoco es el rnundo de la muerte! Si del ins aci. - Si hay por t:1nto una filosof::i apofntic:.i Je la n1uene. esta no
renuncian1os a ver en la n1uerte un plido calco de L1 vida, no es para tratarla consiste en ahsoluto en -pL1nrear prirnero la \.id:.1. y :a continuacin y en se-
ahora con10 si fuera u_na parodia de esa n1is1na ,-ida. L:.i caricatura es en gundo lugar anularla de un golpe por la accin asesin:.i, tajante. nihilizante
efecto el /enguaje habitual de lo 1nacabro: como las danzas rn:.icabras rerne- del n1onoslabo 1Vo: la n1ue11e no es propiamente hablando una 110-uic!a en
<lan las danzas de los vivos, y con10 la burla siniestra <le! esqueleto es una el sentido dogn15.tico en que el no-ser proYiene del ser cuando se le supri-
paro<lia sarcstica de la risa, as el _repugnante Virago que, en la E<lad \'le<lia, 111e la positivi<lad. o en que l:i presencia intnediata111ente percibida. <leviene
pt:Tsonifica a la rnuerte es una in,-ersin grotesca de la 1nuer. Acaso la repul- una ausencia 111e<liatan1cn[ concl:'hida cuan<lo se vaca el lugar que esra pre-
sin no es lo n1isn10 que l-:1 atrJ.ccin pero al revs? Los scherzos y czardos sencia ocupa. Ser:. la n1ucne el lugar que ha quedado vaco un:t ,-ez que el
1nacabros de Lbzt, con su entrechocar de huesos. representan ese juego l- No ha <le.salojado, borr~1du. contradicho al S cornple[an1ente afinnativo de
gubre Je la p:tro<lia sacrlega: los staccatos y los pizzicatos histrinicos de la existencia? Es la rnuerre. pura y s1nplen1ente, un lugar desocupado?
la Danza macabra re1nedan las no~as del Dies irae: J\tiefistfele.s. en la SiJ~/0-
n fa fausto. no tiene reina propio: no hace 1nis que burlarse, ri<liculizar.
defonnar Jos ten1as Je Fau~to y Je J\Iargarit:L <lesa!entar a la confianza y al 4. b'/ 1Vo-sery e! ,\lo-sentido.
an1or con sus muecas; Satn, que representa el espritu de la Burla. reina
aqu sin riv~l, corno reina en las cuatro versiones Je! Vzls 1l--lejl'sto, en la Po/- No po<le1nos sin en1bargo poner en <luda que la muerte se3 un no-ser de
ka _Jfejisto y en el "Infierno" de la Sin}Ollia Dante. Puede suceder que el todo nuestro ser y el no-:-cntido Je la esencia. y qul' esta negativi<lad-ln1ite
n1undo al revs surja ante nosotros no ya con10 una parodia, sino con10 un plantee a- una filosofa negativa Je la muerre dificultades particulares. Una fi-
mun<lo trgico: los sublnes Cantos)' dan:::ns de fa nzuerte de Moussorgski losofa negativa de Dios ,puede concebirse. pues no seda ms que una filosofa
nos harn escuchar sucesivamente el Trpllk de la n1uerte. la Cancin de negativa de la positivida<l suprerna: pero una filosofa negativa de la nega-
cuna. que asocia tr.:gicarnente la cuna y la ruinha, el nacin1iento y la muerte. tividad ahsolur:.L no es en L-~unhio un autnrico desafo( Que el Cn:ador .'il'a
~;.

;jh'.
i:ishunhrahle en su cre:icin y en sus cri:i[uras, o que est rns all del ser no una pura y simple nadera! No una nadera de nada! La Superesencia es
e incluso de Lt e::>encia, represcntJsJ. siempre l:i plenitud J.firn1:itiva y el -~v1sH n16.s bien, como dice siguiendo a la Cbal:i Angelus Sile-sius, una Supemada.
de todo lo cre:iJo - pues enc el rnisn10 sentido y es del mismo signo que Para enunciar la Deidad de Dios y la Super-deidad de esra Deidad, se hace
CSl:l positi\idad: en el prirner c:iso, es el principio de todo lo conquistado necesario recurrir a una paradoxologa ms hiperblica tod:J.va que la de
sobre ei no-ser y sobre !a inexstencia; en el segundo, ser:i ms bien el prin- los neoplatnicos. Diferentes metforas pueden sugerirnos esta desconcer-
cipio de todo lo que se rebela conrr~t la no-esenci:i o lo inesencial, que re- tante contradiccin de una nada que lo es todo, de una Supernada que es
siste a la neg:tcin y dice no J. ese no: !o divino serb. en el prin1er caso el Superesencia y potencialicJ::id de tod::is l::is posibilidades: la libertad mintic1,
rechazo de la n:iJa que: Jestruye al ser, en el segundo, el rechazo de la mate- dice Berdiaev,21 es una nada a la busca de un algo; el abismo sin fondo es
ria que nihiiza :1 l:i esencia. Dios. ante todo. es par:i nosotros como la fuen- el fundamento de las esencias; as como el donante metaemprico no es l
te fecunJ~1 de! ser - 111ejor todava: la tierra abonada en que este ser echa mismo el que dcna, del mismo modo el fundamento n1etalgico no tiene
rJlces. Si [)os es no-ser, es en t:into que es Ser supremo. en tanto que est l mismo fondo; Dios es una especie de nada abisal, y sin embargo la ver-
por encima y rn:.s :dij del ser: el Cre:idor del ser debe ser infinit::imente ms dad no se absrna en este abismo, ni se hunde en este precipicio.. El tr-
y n1ejor que e! :;er: no y~1 mi ntico sino hiperntico: ::iquel que da o confiere mino Ungntnd, en Boehme, expres:;i t:il vez esta misterio.Sa coincidencia de
no puede ser r:l n1isn10 !o que da, ni lo posee previamente para a conti- los contradictorios: aquello que funda l:i >-"erdad es ello mismo insondable,
nu~1cin Jarlo (corno un propiet::irio que hicier:i donacin de .sus propie- es decir. sin fundamento: n1eor an: slo es fundarnento primero porque l
d:.idcs): ni siquiera puede decirse que lo posea prin1ero; pues prin1ero lo da, mismo carece de fund:unento. En una palabr::i. el fundainento infundado es
lo d:i ::intes de poseerlo, y !o hJ.ce ser en el Jeto mis1110 por el que lo da; lite- ' principio, u origen: dicho de otro rnodo, es a la vez comienzo y donacin
r:1!111ente, da lo que no tiene~ El f-Iacer-ser no tiene ser en s mismo, pues-
' ele sentido; instaura el sentido, y nos sirve para explicar el origen radical de
o que cre:i el ser. y !o crea d:ndolo. De fonna parecida, la fuenre resplarr- las verd:J.des eternas y de los posibles. Negativo. Dios slo lo es rrpCx; iiCi.c;,
Jccicntc del esplendor es eila misn1a oscura: el principio luinnico que ilumina con relacin a la razn hurn:.ina y al discurso hun1ano, sendo toda deter-
tod:15 las cosas con su luz no es luininoso l n1isn10. H:ibl:indo con propie- minacin sensible o pens::ible una limitacin de su inn1ensidad y un des-
dad. l)ios. siendo con10 es pur:i don:icin. no e_\fste: o p:ir::i repetir :iqu un n1entido a esta inmensidad. En s mism:i. esta positividad ernprica o inteli-
barharisrno Je Lccbniz: slo lo inexistente es c:'xisten[ificable~; el H3cer-ser gible es m:s bien l:i verdadera negatividad: no es por tanto de extraar que
sin ser, el puro din:unis1no sin dimensin ntic::i slo puede pronunciar: Fiat la positivid:id suprema la rechace y reniegue de ella.
Es.,:;r} Que cu;J]quier cosa sea en gener:il! Este blen infinitamente bienhechor, L:i. muerte, por el contr:lrio, supone la transposicin ella rnisn1a negativa
esta generosid;JJ ln:igot;JbJe de! :Jeto puro, est~1 bon<l;JJ n1il::igrosa y entre- ele la negaEividad divinJ: L1 1nuerte es a la vez la negacin pura y simple de
g:1da por cornpleto que hace decir :il Tilneo. cuando hahla del den1iurgo: la e.o;encia y la negacin pura y simple del ser. y en esto es doblernente anti-
'c:.8();; ~v, ~no e:- :1c:1su la definicin 1ni.sn1:1 dt.'l Cre:tdor? Por e:-;o Dios "no di\in:l: no es ni la .\l:lderia fund:tcional ni la .\"adJ creadora. sino el llano rro-
c.->. en e! sencido ntico del \erbo ser Pero en ese l':ISO. la esenci~l r~1n1poco senti<lo <le! sentido y el puro ~ siinple no-ser dt.:"\ .:-;er. Ante todo No-sentido! 22
es - y por lo t:.11110 no es JiYin:i! Co1no t:i.n1poco lo que es po.::>ih!e. por de- La .somhra de la 1nuene no es en nada comp:ir~1hle a J.quello que Etienne
finicin. puede e>:i."tir. ~ l.'no est por tanto :1boc:ido a decir que Dios esti Souriau llJ.111:1 !a soinbra Je Dios: es n1:.s bien la son1bra amenazJ.dora del
n1:.-; all: de !a e."cnci:1 1...01110 c:'Sti n:s a!l: de \;J e:-;:i."tenc!:1. que e.". para ern- no-sentido, la noche del absurdo y de !o ininteligible que oscurece la exis-
p!ear el \'Oc:1hul:trio de Plotino ~-de Dioni:->io el .-\rcopagir:.i. Urrtpo-atoc;, tencia. LJ. n1uerte represent~1 ti prec:iriedad. L1 fun<l::in1enral inconsistencia
_-;ohrel:senci:i!. tncluso i.:n este c:iso. sera toJ~l\a positivid:1d purslrn:l. \- de roJo lo que es hun1ano: lejos de proporcionar ~1 una vida esenciahnente
corno e! Ser supre1no no da e! ser m:s que si ! n1isn10 es ser e.Je nada o no- infunc.Jacla el fundarnenro y la base que le f:dt:.in. J.bre en esta vida. por el
ser. :1s b. Esenci:1 supren1a no fun<l:1ment;J b. esenci:i ms que :.i con<licin contrario. el hueco y el v::ico probtem:tico del no-sentido; l-;i morr~\lidad ter-
de ser ell:1 n1isrn:.1 unJ especie de nada. El :.i priori que nos fr.inque~t la puer- nlina por hacer fugaz, poro:-;o, L1ntas1n:.il. ese de\enir privado de antemano
t::i Je! conocirnienro es en s mismo incognoscible~ es por lo tJnto a la vez
gnstico 'l agn.':itico. del mi~mo modo que la fuence del valor no tiene en ~t Nicob:> Bi::rdbev. E->sai de 111aph)'.~ic11e l'ScfJ,uoriJ!,!l/lll'. !':tris, 19.:;7, <.::d. rusa, pp. 98-104. Cf.
s rnism:i ni valor ni precio ... Lo que confiere et sentido careceri entonces :\.ngelus Slesius. Le Pt;icrin ch(;n1hil11e. Ed. Eugt'nt' Su.~ini. !. !.:'.
de .:entiUo? Lo qut: confiere.:- e! senrJo ser:i J Lt po.:-;rre un:.i "nJ.dera~? ;Pero _'.~ CL d hcrl\Hl_'-.{) lihro dt: .'iirnun Fr.1nk. S!ll_)'S ji~mi ( n >c'll/idl! de !tt /_'il(l). !':tris. l92"i. en 11-ISO.
.- de consistencia. La muerte no es del mismo signo ni tiene el mismo sentido muerte es el fn. jPero menu<lo finl Miserable, chapucero, y lo ms parecido
que la continuicin del ser, sino un sentido y un signo _contrarios: contra- al desconcierto que sigue a la derrota ... El ser no.finaliza elegantem_ente ni
dice esa continuacin, es el i'v'lenos de su lvis, la neg:icin de su psitividad. en un apotesico caldern tomo un nocturrK; Oe-_Gbopin, sirl8---en desban-
La relacin de nuestro ser con su propia nada arruina completamente los ci- dada, como el Final de la Sonata en s bemol menor, serrriones_ y discursos
inientos de este ser. Cmo iba a- poder la muerte cimentar el sentido de 1a concluyen en una gloriosa perorata_ que _resume y r.ec;:pitula el sentido de
Vida? La muerte tiene tan poco de cimiento, que si hay -'algo que riecesite la obra: la muerte comn es n puro y .sirpple; ~_e,s_ar de :ser. que tiene por lo
Cimentarse es precisamente ella misma. Evidenten1ent~ la continuacin del general pocoque ver con los ltim_os.m_7_meTitos Oes.~_yonarola o de Boris
devenir carece de cimientos: pero para Una criatura-.que.vive en el presente Godunov. la muerte, que no es el ogt:!n)eCu.ndo_.y.~;t~~al del ser, [4mpoco
. y con la sabidura propia del presente, es decir, sin h:lcer. guios al ms all, es su corona~in: es ms bien aquello~ l_q,:'q_ue_;_~od0 0 f_etcirna_y_ en lo _ que
esta continuacin tiene al menos un sentido inmanente'; si no tuviera la-preo-: todo desemboca de hecho, con p.Ilico,. deS.OrQen, 9-b<lt.imiento, en uqa de-
cupacin de la muerte, la criarura efmera vivira-en _el inquebrantable por sorganizacin general del organismo. __Slo_ he;mos. -~~v.ido _para _convertirnos
supuesto de lo intemporal. Lejos de que la muerte- confiera su sentido ltimo en polvo y retornar a la indiferenciac_ir;i ciY_ la ..mte_ria_lidad? Tan_ triste final
al devenir, le retira por el contrario el poco sentido que tiene todava para poco tiene en comn realmente con. !Os. fi~es_ i_d~ales y morales de la finali-
. ~na conciencia preocupada. la muerte puede ser, si se quiere, la verdad pro- dad ... El final de la vi<la, <lesgraciada1nente, no.era la meta de la vida, ni
funda de la vida - pero esta verdad no es una verdad esencial o nuclear. ni mucho menos! Es ms bien lo contrario lo que es verdad: el fin de la vida
una positividad inteligible capaz de dar a la vida carnal ia consistencia que reniega Je los fines de la vicia. E1 no-ser, que es el fin del ser, no era en
le falta ... I'To! Esta verdad es mucho mis una contra-verdad, este principio absoluto la razn de serl Esas razones de ser que confieren valor al ser, co1no
es un contra-principio funesto que preside el impenetrable absurdo de nues- los uiuendi causae dan su valor a la vida, el no-ser parece en1peiiado en re-
tra nihilizacin. La vida es paradjican1ente una alusin a esta perniciosa tir:moslas ... El no-ser consagra finalinente el no-sentido de la vida. Li muerte
anttesis que es en definitiva la enfern1edad de finitud; el misterio de nega- no es la explicacin de la vi<la, pero tan1poco es su justificacin, ni su causa
tividad que entraa desmiente nuestra razn de ser y contradice la inteligi- final. Ya se defina al sentido como significacin o se lo defina como direc-
bilidad afirmativa Je! destino humano. La n1uerte es la profundidad de la cin y orientacin intencional, la muerte, en los dos casos, est desprovista
vida, pero esta profundidad no es una profundidad dialctica a la que po<la- Je sentido. El sentido del devenir reside en devolver el ser al no-ser del que
rnos descender interpretando el sentdo crptico de las apariencias esotri- procede? Cuando el punto de llegacLl es el punto de parfida, cuando ei tr-
cas: pues la profundid~-id dialctica es ms bien una altura y una apelacin mino ad quem remite al trmino a qtto, hay razones para hablar de una
al n1ovimiento anaggico del pensan1iento: no, esta profundidad es literal- maldicin. Ahora bien, en resumidas cuentas, es a esta vanidad del trabajo
mente una profundidad nfin1a, una n1ortal profundidad: y la tendencia que y de la existencia a lo que Dios conden a A<l.in; y es esta vani<lad de vani-
nos inclina as hacia lo bajo no debera llan1arse en absoluto levitacin. sino cLtdes la desesperacin del Eclesiasts. T: Tyeyov<;; u-lit'tynrrCJcvov. Kcd.
n1i:; bien gravitacin y geotropismo. El espritu, en lugar de surnergirse en T :O rrE-rrorrvov: alrrO -;Q rro1n8-ricrf\lov.25 Pues un deYenir donde el pasado
un:1 espesura d~ inteligibilidad. se hunde t:n t1s cinagas. Incluso en el h:tce de futuro no es un devenir. sino n1:s bien un ciclo sin teleologa, una
rllf!,f1lllC divino, todo evoca la ascensin y el porvenir: en la inesenci:i y la rueJa Ji.:: Ixin y un sinsenti<lo. C1no para no perder las ganas de vivir! La
inexiste_ncia n1ortales. todo es desesper:icin. hun1illacin. cada. En resu- rnuerte socava retroactivainente la finali<la<l <lel n::.icimiento. y, en general,
men, el fondo n1onat de la vida es todo lo contrario a un fundan1ento o a la utilidad <lt:l minsculo paseo que la vida nos hace <lar por la eternidad
un cinento: la profundidad mortal e.::; un:i profundidad Je no-.'ienti<lo.. Lo de la nada. L1 nluerte nos hace du<lar Je la razn de ser del ser, y tarde o
que se nos revela en claves y en jeroglficos no es el sentido secreto del ten1prano susurra al odo del hombre: Para qu todo este?. El rnultnillonario
sentido de la vida, sino el contrasentido de ese sentido. el absurdo no-sen- anciano acaba por escuchar. a su vez, las cuatro pal_a_bras de esta pregunta
tido oculto en el fondo de eSe sentido: lejos de ser una profundidad llena socarrona e! da en que se pregunta para quin y parJ. qu ha amasado tan-
de sentido, la profundidad mortal es una profundidad vaca. El sentido y ta riqueza en sus colecciones, an1ontona<lo tantas posesiones preciosas,
b esencia de la existencia son anulados a l::i vez. - W. muerte no es el principio
de la vida, es decir, no es ni el fundamento. ni el origen cronolgico: la muer- !.\ Edesi~tstts !'' CF_ G2nesis .~1'_ [f_ Cltm<e"nt RosseL -r.e Se11rimel/t de l:-i.h.w1rde dans la philosophie
te es ms bien la terrninacin. puesto que es el acontecimiento Ciltirno: la r- 66.
de Scbro('<'llhtlll!'I' !aji'a/it;' S({!IS /i'11--. Re/'//C de .1Itt1rli11:,[(11(' et de .\[oro/e. l 96--L
:J.cun1u!:tdo Lln ,r:1ndcs resoros; y comienza a sospechar que todo ese po- Dios, dec3.mos, es el principio metaempico de las existencias, como la Dei-
seer t:Jl :cz no se;:i m:is que un:i v:.ina vanid:J.d y pasto de !os vientos. De
1
dad de Dios es el principio metalgico de las esencias; y no hay existencia
:oJo que p:ir:i qu2' todo esto? iva1.~"' Incluso si 1:.i esencia inteligible y si sin consistencia y sin subsistencia. El principio funda el sentido, y el co-
"l:J.s verd:J.des sobrevivieran etern::imente a la muerte, la muerte seguira ins- mienzo es punto de partida inaugural de un porvenir. No es en cierro mo-
pir:.indo un:i duela sobre el sentido de la vida; pu.es lo que suprime la vida do el porvenir la forma vivida y emprica del sentido? En la medida en que
- Lon1prornere su sentido; !o que aniquila ;:il ser mina y nihiliza L1 esencia de la significacin indica la direccin. implica el ideal y la esperanza, la signi-
ese ser. l:nic:in1en[e de forn1a indirecta, y co1no por casualidad, la rnuene ficacin se llan1a Porvenir; en definitiva el futuro es el sentido del presente;
ci1cuentra un senrido: abriendo en el corazn del ser el vaco del no-senti- y el instante sin perennidad (a condicin de que descubramos ms tarde su
do, l:.i n1uen:e nos obliga J buscar los cimientos originales de ese ser; J;:i in- 1 misteriosa verdad) aparece corr10 una de las formas caractersticas del ab-
rnortaiidad que, :i f:ilta de eternid:.id, negaba la negacin letal, nos sirve pa- .l surdo. El mismo fat inicial slo es creador con la condicin de hacer surgir
ri llenar el \"aco n1intico de la muerte e in[roduce en la vid~1 una plenitud ' criaturas viables y una creacin duradera. La idea de la instauracin evoca
tr:1nscenJent:.tl. El ho1nbre tr::isrorn:.tdo por est:i. barrera ''/ por este porYenir efectivamente un orden estable y perm:J.nente que no traicione nuestra con-
cerrado concibe el otro rnundo. !:.i otra vidJ.. un orden distinto. un .\'Lis ::ill
y un .'vLis adel:.tntc. un De otro modo :i.1 que le cierra el paso el obsticulo
1 fianza. Cuando el fat alun1bra obras n1ortinatas, abortos incapaces de so-
brevivir un instante ms, es porque la negatividad mortal ha anulado en l
infranqueab!c de la 1nuertc. E! muro de ta prisin hace pensar irresisble-
i la positividad diYina: aqu la n1uerte no le da tiempo al recin nacido para
n1t:nrc en el aire libre y en el inundo exterior: 1:1 puerta cerrada hace pensar
' existir y pone trmino a su carrera vital cortando por lo sano: aqu la muerte
en el n1~'ts :.i!!:t que hay tras ella. ,\unque slo fuera por esta referenci:J. a un aniquila en el instante n1isn10 del nacimiento la obra apenas esbozada; aqu
n1:..s alLi. la rnuerte suscita la reflexin mer:ifsica que justificara la absurda la n1uerre interviene casi in1nediatan1ente y reduce la existencia a Ja.mnima
nihlizacin :i l:.i que estan1os abocados. expresin que evoca la apJricin evanescente de la fulguracin. En gene-
Si !a n1uene es no-sentido, entonces es a fortiori no-ser. Dios es no-ser ral, la 1nuerre deja vivir ::i b. criarura m:s o menos tiempo antes de contrarres-
porque cst~l por encin1a del ser, y la n1ue11e es no-ser porque est por debajo. tJr la posivdad instauradora; mejor an: la muerte n1isma slo encuen[ra
En Plotino encontr:in1os dos forn1as de no ser: la del L1no y la de !J. mate- algo que aniquilar porque los seres nacen y viven su periodo vital durante
ri:.i; el divino no-ser y el no-ser del mal son el uno ;:il otro coino e! zenit al un lapso de tiempo apreciable. De n1anera que no podemos concebir ni la
n:J.dir ~ o n1ejor :in representan los dos polos en tos que el cn1an::i.n(isrno nada en estado puro, ni la positi\ic\ad pura de lo eterno: un ser limitado por
esc::.i.lon::.i. sus hipstasis. H:.iy sn duda en esta especie de sin1etr:i algo de la muene que lo define con10 ser, esta es la verdad mediadora de nuestra
ejen1pl:i.r: Dios '/ la muerre no se ::J.frontan con10 el Bien y el [l..l:il. con10 gran- finitud: el principio al derecho y el principio al revs, el principio incoac-
dez:t;; posiri,_is y grandez~1 .. .; neg:.tti\~1s. Sin i.:n1hargo podt'.'111os decir. sin sin1- t\\o y el principio insignificante de la aniquilacin. el principio que inau-
plific:ir de1n:1si:1do. que por oro'ictn a Lt n:u..L1 fecun<l:t i..:n que gennin:.tn gura la carrera de la obra y el contra-principio que pone el punto final a esta
Lis vinu:did:idt'S ck un n1undo futuro. !:1 1nuerre represenr:1 b. e ...;r('ri! inexis- ohra se corresponden el uno ti OtlD. El ~o del rechazo ac~1so no presupone
tc:'ncia. P~ir:1 c1nrez:ir no da el .ser. sino que por e! contr:irio no.. ; lo retira y siernpre la afinnacin priinordial de que su funcin es la contradiccin po-
lo anicu!Li. '{ no es nicarnente la nada de nuestro ser: e.-; el rrincipio de !n1ica? ;i'io hay resign:J.cin sin un Hegancluni! Con est::i.s reservas, el No de
nue~;rro aniquiLuniento. El principio Je! ~1niquilan1iento es :.t L1 n1d:t lo que L1 1nuerte. con1parado al .S de la cre:icin, esti efectiva1nente orientado a
L1 neg:icin :.ictiva. c.' incluso el rech:.tzo . .son ;_[ no-ser. l)e 1nodo que la contrasentido 'l :i. contracorriente: y por si fuera poco ese ~o es radical.
segund:i n:ltur;_Jez:.i que nuestr:i angus[i:.i presiente por debajo de la prne- En cuanto a l:.i retrograd~1cin hay que decir ante todo: la creacin va repen-
ra no es en ;ibsoluto ningunJ. naturaleza: es rr1.s bien una contra-natura- tinamente del no-ser al ser. siendo el no-ser su punto de partida. y la muerte,
!ezJ. del rnisn10 rno<lo que la verdad de L1 n1uerte es un:.i contra-verdad .. r.iun1Jturgia invertida, va de golpe del ser al no-.ser, siendo el no-ser su punto
Porque !a [l1orta!idad l'S de :.i!guna n1aner..1 L1 n:ltur:did:id Je una tl:'ratolog:..i! de llegad:i: es por tanto la <lireccin, e.l sentido de la flecha. lo que en la
Re[orn:.indo to que el Creador ha cre:.ido, la 1nuerte es literalmenre .. Jescre:.i- n1uerte est invertido; el proceso \.'taL poco a poco ralentizado por el enve-
cin". - Esta neg:uividad puede t:irnbin ser fonnulad::i en rrmino.s [ernpor.1les. jecimiento. ac:.iba por pararse en :-;eco y desanda instantne::imente el camino
hacia su origen. En una palahra. la 1nuerte no es el principio, sino el trmi-
no: no nos ~nreven1os a t.h:cir !a conclusin, y~1 que ese desenlace es una

,~- 79
, aniquilacin ... y un deterioro! El final de la vida, decan1os, no es la finali- resumen. Se puede dejar progresivamente de ver e incluso de percibir y sin

1
' -dad de la vida, en el sentido axiolgico, teolgico y normativo de_esta pala- embargo no morir por ello; se puede ver y percibir cada vez ms borrosa-
' bra. El proceso vitai, una vez fracasado, es un con1pleto fracaso que desen1- mente y- cont~nuar -Viviendo~ pero e-n~el.q_u_e,cesa de ser .cesa a.
boca en el vaco de la Nada. Porque la muerte es el fracaso por excelencia. fortiori de ver, de or, de tocar, de sentir. .. pues para sentir, ver, etc., hay que
Los fracasos-parciales engendran decepciones parciales, pero el fracaso ser antes: acaso-no es el ser en cierto modo el soporte fundamen_tal,.l;i con-:-
nxin10 al que llamamos la muerte engendra, en ltin1a instancia, la deses- dicin general y anticipada de todas las actividades y de todas las funcio-'
peracin trgica. El "triunfo de la muerte" del que hablan Petrarca y, a su nes? Una ruptura de aneursn1a, de un solo golpe, borra _esta positividai_ ,
:manera, Nioussorgski y su poeta Golenichtchev-Koutousov, 2'i ese triunfo es en su conjunto; el No de la muerte, de un solo golpe, tacha el S val _eri, . - -
una contradiccin desgarradora y una amarga burla: ese triunfo es el triunfo todas sus_ ramificaciones y en todas sus prolongaciones. La_ muerte es_ pura
de la nada; ese triuhfo es por tanto la victoria de la derrota y el xito del fra- y sin1plemente la nada de nuestro todo - pues efectivamente se:_,trata .._de
caso; ese triunfo es la n1onstruosa inversin de una positividad que est nuestro todo,2' como dice Pascal a los libertinos. La muerte es Ja gran ~qi
hecha ante todo para afir1nar el ser y la vida. La muerte es el punto muerto quilacin de todo: la muerte es por tanto nihilizacin; el nihil que es su t_r_~
o el. .callejn sih salida en los tjue desembocan todos los caminos aggicos rOino no es el no-ser de una parte del se1~ ni el ;nenor-ser de todo el ser (es
abiertos por nuestra libertad; hasta aqu! No iris ms lejos! dice el princi- decir la dis111inucin gener..11 de todo el ser): ese nihil es todo el no-ser de
pio del movimiento. Si el xito es ante todo posibilidad de continuar, de todo el se1: ObYiamente la n1uerte no es una nihilizacin objetivamente y en
sobrevivir, de reannarse, de n1antenerse en el ser. r si el logro rns ele- s: pues los detn:s, los testigos, la naturaleza eterna me sobrevivirn; Y as
mental depende de la prolongacin del insrante. la muerte. que es la va _: como la idea mis1na de cese, idea partith-a y relativa, implica un trasfondo
muerta y la futuricin interrumpida para sie111pre, representa a la perfeccin de continuaci_n con relacin al cual cesa !o que cesa 1 del ntisn10 modo la
el superlativo del aborto y el desastre total: es el fracaso no ya de un futt1- supresin in1plica un fondo de plenitud, y la ablacin supone una referencia
ro cualquiera, sino del futuro ltimo de todos los futuros. al todo del que se suprin1e algo; el final de alguien, abriendo un vaco im-
Ve::imos ahora nuestro segundo punto: la n1uerte es aniquilacin, pero esta perceptible en la plenitud universal, no es literalmente el final de todo. Pero
es una "aniquiL1.cin-lmite", pues es a la Yez total y definitiva. Es ante todo n1i mue11e-propia para m n1is1no es sin duda el fin del mundo y el final de
una calamidad general: la muerte no es la supresin de ciertas funciones vi- la historia. En esto al menos, la negacin mortal, que juzgbamos relativa a
tales con exclusin de otras, sino que es la nihilizacin de todos los fen1ne- un S irnplcito, es realn1enre una negacin absoluta y superlativa.
nos vitales, y esto en- lo que respecta a todo el organismo; no pone fin, con10 La aniquilacin de todo es tan1bin el final de todo. Porque es nihilizacin
una enfermedad o una dolencio cualquiera. a t::d o cual empresa, sino al ser radical del ser, la muerte es. en el tiempo, cesacin de la continuacin: Y es
en general; suprne el pensamiento 1nismo que piensa la supresin. La con- por tanto, sencillan1ente, cese de ser - pues ni que decir riene que ser y con-
tradiccin niega tal atributo a tal ohjeto panicular. la n1ul'.rti: suprin1e la tota- tinuar siendo son una y la tnistna cosa. La :'\ad~1 es, co1no el i'vlal o el Infier-
i
lidad de los ohjetos para el pen.sa1niento que lo~ concihe:.:0 la rnuerte ani- : 1
no, un. absoluto y. un supl"rLttivo, una cumbre. un concepto-lnite y un m-
quila la totaldad de Ja per.:>ona. con1prendiJu t:'l pt:'ns:.1n1ic111u. Y por la 1nL':lnt.1 -,:,j ' xno tnetae111prico al revs. pues no sera la nulidad r::idical si ad1nitiera un~t
razn: la n1uene suprirne infinita1nente 1n; que la sensacin; 1ns alli del -' li1nitacin en el tien1po, si fuera finitJ. en una sola de sus di1nensiones, preci-
lmite de tal o cual campo sensorial. expresa la finitud de la criatura en gene- s~1111ente la 1n:s itnportante . .si estuviera fuera de todas las categoras menos
r.il. Los ltnites que definen el alcance de nut:':'tro:--; rganos no indican el final de una: la 1nenor excepcin basta para hacer de la pura n:lda :ligo relativo
de todo, sino nic:11nenre el final de algo: trazan en dett"nninados punto.-; y no puro. Co1no el blanco no es blanco si el n1enor tomo de gris ensom-
los lmites locales Lle nuestra naturaleza. El grado extren10 rn:t:; alli del cual brece la blancura, tan1poco el negro es negro, y las tinieblas no son las tinie-
el organismo no puede ya sobrevivir representa por el contrario la gran blas al menor r.iyo de luz que haga palidecer su negrura; desde que raya el
Frontera de todas las fronteras. y esto para la tot:didad Je nuestro ser: en es- alba, l:i noche ha dejado de ser noche. Pues lo negro es, cotno la nada. un
ta limitacin general, todos nuestros l1nes particuL1res se renen y se superlativo absoluto. Un~1 nada que no es eterna, es decir, intetnporal es
realmente Ja nada? Una nada temporal (si puede pensarse semejante
lS Canto:; y danzas de la muerte, IV. El general .
.!h Lt" St"n!1<:". f.e Oeroi1: rP hU-(18.

8()
;-;i~'

_;~ontr:icilccin) no es nada, sino algo; una inexistencia provision:il es ms cu:indo toda esperanza de rehabilitacin se desvanece, ha llegado el mo-
- b!en una cxis(enci:J. vinual, es decir, un:.i pomesa de ser. Dei mismo rnodo: n1enro de hablar de Tragedia. No fue acaso precisamente en esta deses-
--n rnal que es un n1ornenro o un est:ldio del devenir no es propi::unente ha- peracin de lo insoluble en la que Job estuvo a punto de caer? Job estaba
Ei!ando el :\!:1!: ese mal ser:J. n1s bien un bien: dig;imos un mal menor o un casi desesperado, al borde de la desesperacin cuando salt acrobticamente
-~fnal neces:.irio, o Jicho Je o[r modo un bien relativo e indirecto media- de la desesperacin a la esperanza. Pero la muerte no sera la mu ene si slo
."(Jn1en-te querido por una bene\"olenci:i que quere el bien de una voluntad consistera en un nionzento.
-~nteceJcnte y el inal de una vo!unL1d consecuente; aqu el mal es senclla- Por lo tanto la \rada es ta1nbin un l'{zuzca-rns, es decir, que no hay nada
n1ente el rnedio que posz"bilitl el bien, y L1 ;.oluntad que quiere un tal medio pura y simple, sino el no-ser de un ser que era; y ese Nunca-ms mismo es
s senci!l:11nente !:i buena voluntad, b. volunt:id seri:l, la voluntad apasiona- tambin un Nunca-jams-nada-ms, un Nada-ms-nunca-ms, una anula-
cJ:.1 del fin y de !os n1edios p:.ir..i ese fin: la m:lb. voluntad, en este caso particular, cin definitiva. Lo que no es anulacin parcial o partitiva. sino nihilizacin
Sera n1is bien no querer el rnal. querer el fin in111ediatamente, y por tanto global, es por aadidura cese definitivo: no slo la muene aniquila el todo
1:1quiavl!c:unente, sin !os n1edios in1puros que lo hacen posible. Por no_ de la vida. sino que aniquila ese todo para siempre; el no-ser de todo nues-
Poder neg;ir J;i evdencia de! n1:.J.L el optirnist:l transforma ese mal en fase -tro ser aniquila ese ser de una vez por todas y para siempre; para siempre
n1ediador::t. Por es:..1. n1isrn:i razn el Infierno ya no es el Infierno si consiste jams! Siempre y Nunca no son adverbios empricos: nicamente la razn
si1nplerncnre en un doloroso periodo, o un periodo de pruebas npuesto al intempor:i.l les confiere un sentido positivo; pues la razn no distingue entre
boinbre con10 c::i.stig: con10 el tit:rnpo Je conden~1 p:.ir:..1. un preso o la est:in- porvenir y h:_isto; en can1bio la voluntad 1noral comb~ue nuestra frivolidad;
cia en un:i clnica quirrgic:i para un oper:ido, es(e infieno provisional es potesta, con su inhumani intransigencia, contra el olvido y el desafecto, con-
n1:is bien un purg:_uorio que un infierno; para soportar ese triste lapso tr:J. la ingratitud y el rechazo, contra el tiempo que debilita !:J. fidelidad, atena
de Eien1po, no hace falt:i 1ni.s que p::i.cienci::i. y saber esperar: pues la rnedia- todas las penas y cicatriza todas las heridas ... Pues qu hornbre de carne y
cin es un:.i especie dt.:: artin1a:i, un fingin1iento y un desconcer(ante disi- hueso puede jurar: Nunc1, o Siempre? Cima supren1a o ridcula siln:J., la n1uene
111ulo cuya rnens 1nonzenanect podra f:cilmente ser burl:J.da. La negacin es un final: este sn1111un1 de tod:J. negacin es tambin una terffiinacin, este
ser:: neg:1d;__1, !a ;__1nttesis .':ier .':iuper::id:l y reconcili:1d:J. a la luz del da. Ac:i- extemo de la muerte (y;:i_ se lo considere como mximo o con10 mnimo) es
so no irnp!ic:i L1 iJea rnis111a Je .. prueba ese lapso de tiempo lin1it:J.do que a la vez suprerno y ltin10. La u!timidad de !a muete no es relativa, sino
no solan1cnte pre~erv:1 el n1is all de !:J. esperanza. sino que tambin :J.se- absoluta. y por consiguiente t'Xcluye cualquier utterioidad. L:.i cesacin de
gur.1 :1 esta esperanza su [:.in elp!Jiano, su \'entil:.icin vital y su valo meri- L1 contnuacn es por tanto tan definitiva con10 toral; mejor an: slo es defi-
torio? Dios pone a prueba a Job a fin de ver si se Jesesperar, es decir, a fin nitiva en la 1nedida en que es total. Evidente1nente la aniquilacin puede ser
ele co1nprohar cue no confunclir: el rn:il te1npora! con el 1nal ;ih;-:;oluto. Y de definith:J sin .'ie total: por ejemplo un;:i :.in1putacin irreversible en los verte-
hecho joh fr~tc~isa ~ti LonfunJr !a eterriicL1d con el 1non1enro. El Infierno s01o hr:tclos que no tienen la L1cu!t:.1d de regeneracin; pero .-;i 1:1 i11Utilacin es
es intl.rn:d :1 ,.-ondicin Je ser eterno: en este conLt'pto-l1nitc:. nuestro terror irrep:.trahle. t~1! \"t'Z sea precisan1ente porque el individuo n1is1no es irre1n-
hipo.'it:1s:..1 el :tb:-;urJo no L1nto lnpens:ih!e con10 in\slb!e de una erern:i des- plazable. '{ por otra parte Lt nihiiiz:1cin. total en apariencia. puede no parecer
dicha. td c:scanJ:doso sin senLiJo de un sufrin1iento sin fin. el 1nonstn_ro de definiti\a: pero entonces se trat:.i de un:.J. pron1esa y de un n1ilagro de esurrec-
un pcrpt.~uo suplicio. En e.':ite sentido no e.:; un:1 especie de sacrilegio 1:1 cin. El cJ.r..cter n1gico de est:i pron1esa no hace n1s que confinn:J.r esa ne-
pen:t de n1uene? L:1 pt:na de 1nuerre es un Jerecho que e! hoinbre e111prico cesidad: toda nihiliz~1cin l'Ornp!et~t es Lnalrnente un cese definitivo: pues si
_-.;,: :trrog:t de intliglr :1 su rin10, un n1al tnet:ie1npiricu. y esco sin enu:.ir :1 e'! inue110 fuer..t capaz ele rt'Yi\ir, y si t1 muene de ese 1nueno fuera una simple
considerar e! pL1zo ~' fuer:.i de roJa re!:iviJad cronolgica: el conJen:ido es suspensin te1npor:i.L eso prob:..1.ra que algunos rg:J.nos h:iban sido perdo-
:iusrr:1do a tas Sc.:cuelas de l:.i continuacin, al en\ite Je la futuricin. :i L1s ri:idos. que la n1uerte era parcial y por lo tanto apaente. en una palabr..i que
\irtudes cur:uiv:1s del devenir: pue.':ito que h:1y poca~ e::;peranzas de ennlt'n- es:..1. rnuene no era en absoluto l:.1 n1uene: con10 mucho un~t l:i.rga hibernacin
d:_ir J.! n1:.ilv~1do, h:.iy que concluir que b. rnaldaJ Je ese malvado es rJ.JicaL

1
o un pequeo de.svaneciiniento. algo a.s como un adormecirniento o un
Los grandes lncrJ.btes estin por tanto destin:idos a convenirse en los infiernos. estado de latencia. De la nada, no puede renacer nada ... Porque el No de !a
en !os conJcnaJos :.1 los erernos trab:ijos forzados. Cuando todo ponenir, tnuerte slo es realmente tnortal a condicin ele ser general. y por consi-
oda pt.:rspecti\-;i h:1 lh-.:saparecido. la Jesesper:.tcin hace pre.s:_i LO el ho1nhrl=": -= guiente irrevoc:ible: en un '"'t:se. no ya gc.:nt:r:iL sino Cl.';i generaL la continuacin
,oa1cci1 de tal o cual funcin permitira a la vida resurgir y al muerto rena- El No cierra la puerta, suspende la negociacin 1 interrumpe (al menos en
.rec el final no sera ya definitivo ni irreversible, sino una siinple interrup- un punto y hasta_- nueva oiden, al menos parcialmente y provisionalmente)
.: -:c~in provisional. Morir- en lo sensible, morir desde tal punto de vista o <les- 13:s relaciones de intercambio y de comunicacin entre los hombres. 1'! es
._,_.:;:~~:fie tal otro es, hablando con propiedad, morir? Esta muerte aderezada de que el rechazo disuada para siernpre de hacer preguntas, ponga trmino de-
.---- -:~~()bservac-iones circunstanciales y de restricciones es una muerte en minia- finitivamente a toda- proposicin nueva, vuelva absolutamente imposible
- --~:-~~ra o una muerte metafrica; el -No de esta muerte es un S, el rechazo cualquier reanudacin de relaciones y Conversaciones: el ..siempre" y el jams"
$Gbreentiende" aqu una promesa: Esta no .es la n1uerte- a secas, la muerte de ios jurameirtos__ humanos, decamos, no tienen ms que un sentido rela-
_'Cnsiderada pura y Sim-)Iemente._ La muerte no tiene nada en comn con tivo, y nada 'iinpide a aqUel que dice "nunca ms. volver- a Ja carga si es l
los n1omentoS supremos, ni- con los :Xtasis - percepcin pura e intuicin, quien hace 1a pr'egUnta, 6 desmentir su rechazo en la respuesta. Sin embar-
-Puro a1nor y decisin heroica - que en ocasiones se producen en el curso go;- el No hace _in.s difcil el resurgimiento del dilogo: _seco y estril, el mo-
e la vida; despus de estos instantes puntuales, vuelve a surgir el intervalo noslabo negativo agota :Sbitamente la floracin de las circunstancias que
en su mediocre cotidianidad: as es como et genio, por gracia de la inspira- animan e impulsan cualquier negciacin; la negociacin se cierra en banda.
cin, logra abrirse paso en direccin al ms all y, un instante despus, se Tal es el no de un novio luntico que, en el ltimo momento, cambia de
encuentra otra vez ms ac ... Pues no se puede tener una experiencia -.acumi- idea y se permite un desaire ante el juez: en lugar de dar el cOnsentimien-
nal.. del absoluto y no morirse! El alma, movindose en lo sensible, culmina to esperado y despus de todo indispensable, Je decir el S ritual y educado
en un instante su propia cima, y luego contina existiendo. Y adems la apa- que permitira el desarrollo normal de la ceren1onia, el Caballero No, el Nein~
ricin fugaz del absoluto puede reaparecer-... para volver a desap_arecer de Sager, elige interrumpir la celebracin del matrimonio, trastornar toda la
nuevo, y as indefinidamente; la ilumina_cin puede repetirse; la esperanza organizacin del da nupcial, sembrar el desconcierto entre los invitados. A
que se ve siempre decepcionada-pero sieffipre tambin renacer compensa la novia le da un ataque de catalepsia fulrninante. El desconcierto es total.
la. decepcin del servilismo,, Tiene el' hombre que estar eligiendo continuamen- En una palabra, el insociable rechazo, deteniendo la liturgia de la continua-
te ntre esta decepcin _y la- dsespe-racin de morir? Quiere esto decir que cin, escandaliza a todo el mundo. Segundo rnovniento, movin1iento retrc-
no conoceremo~ la. perennida(i -en e~ -~s all ms que bajo la forma de la til y secundario, niovirniento con exponente, el rechazo no es siempre hasta
nada? La e_xperielcia_ m~rri-~:que-Corres'Ponde a l:i muerte, la culminacin cierto punto una complic;:icin contra narura? En cuanto a la muerte, que es
de la ernpiria-que es_la: -seal.~_e_~~1a.:muert'e;:'ho_ es, como las arras e."tpe1ien- la suma de todos los 1Voes, que es la forma ms tajante y ms radical de la
cias metampricas. un' finaf ;cte.--sefie den_iro de una serie mayor: pues la dimisin, estrangula de un solo golpe cualquier continuacin con el nudo
muerte, en ese caso, sa:un simple icontecniento intraserial. La merte corredizo de su grandsimo rechazo. En el No radical, en el No puro y simple
pone fin ms bien a la serie de la..., series. Es todo lo contrario t11nbin a una de la 1nuene. todas las negaciones est::n a fortiori contenidas. y sera intil
experi-encia reiterativa: no se rnuere varias Yeces, sino un:i nica vez; cnurnerarlas. De e.ste 1no<lo el gran n1:.il r:J..dical Je l;__ 1nalda<l nos dispensa.
una \ez, y se :icah! L:i rnuerte es por tanto un in..o:L1nte que inaugura la eter- con 111ayor n1otiYo. de di.-~t1llar lo.s \icios secund~1rios del n1:ilva<lo, hipocresa.
nid;id. Acaso no es la muerte 1nis1na, n1ors ipsl1. -por definicin. el instante envidiJ.. 1nezquindad ... A_quel que pronunci:i el tnonoslabo i\rluerte lo ha
que excluye toda posibilidad de renacimiento y de supervivenciJ.? No es la dicho todo en una palabra: el negocio se cierra (si es que haba algn nego-
cesacin mortJ.l una solucin de continuid:id sin ninguna continuacin?, ~o cio), y el dossier se archiva; las dili@;encias se interrurnpen: es el 1noniento
un instante sin n1aana ni prrroga pstu1na? La inuerte es el instante que de l:.i liquidacin tot:il. Desde el 111omenro en que el funcionario fallece, ya
no tiene un de:::.pus! La muerte cierr:i tod~1s 1-as saiid:is y detiene toda futu- no hay que tener en cuenta su existencia: se le da de baja, se le dispensa
ricn. En ningn caso, de ninguna forma. en ninguna circunstancia, bajo de toda obligacin, desaparecen todas sus miserias; todas las deudas son
ninguna condicin, en ningn momento la muerte de:".imiente su gran re- saldad-:is, todas las con1plicaciones zanjadas. todos los prohlemas resueltos
chazo. La muerte no es el horizonte infinito que no.-; atrae. sino el inuro opa- Je golpe; ei enfenno es suprin1ido al misn10 tiempo que la enfermedad, las
co que nos detiene. El hombre, una vez cumplido su tiempo aqu abajo, y contribuciones son suprimidas ::il mismo tiempo que el contribuyente! El
recibido su regalo de existencia, tropieza con esas puertas de hierro cerradas recurso al revlver es desde este punto de vista el ms radical de los recursos
a cal y canto y rodeadas de un silencio despiadado que llenan Je <le:se.spe- (pues no se pueden tener todas las desgracias a b vez, y la ms grande <lis-
l.lcin el Anatem:i de Leonidas Andreiev. La rnuertc es el No absoluto. pensJ. Je [as m:.s pequeas); los inquilinos Je los cernenterios. los ju hilados
de Ja existencia, estJ.n a fortiori exentos ele preocupaciones. Cualquier :iconte- un fururo a la interrupcin del ser, llenan con e! ser el vaco del no-ser, neu-
c'in1lento se h:.i vuelto de repente irnposible. Crac! Se hJ. con::ado la corrien- tr:.J.iizan la negacin mortal por su triple afirmacin, y el No mortal por su
te, se h:i J.pagado la !uz, y toJo en un instJ.nte se hunde en la oscuridad. El triple S. Separada de esta plenitud, la N~1da que llan1amos muerte no es
e.spru que nieg:.t sin cesar, no es iVlefistfeles, es la muerre. La muerte es el ni siquiera la N:i.da! Pues la Nada, con10 el caos cosmognico de Hesodo,
espriru que d!ce no. El invitado n1:.il eJuc:i.do que elige una gran recepcin puede ser al menos principio fecundo, acontecimiento y principio ftindador..
parsina o un:i. so!en1ne inaugur:1cin no menos parisina para su hemorrJ.gia Es en la ms negra oscuridad, dice el Areopagita, donde brilla el divino mis-
cerebr:1!, ese invilJ.Jo insociable Jice no a su inanerJ.: su 1nanera de decr no terio, donde abrasa, segn Boehme, el fuego de la libertad: la misteriosa Ti-
consiste en desploni.arse entre los c:.tnaps. Se desplon1a sin explicaciones niebla (8vtpo<;), similar a una noche transparente, es ella misma riqueza
ni n1otivos. sin prevenir a nadle, sin ton1arse la n1o!estia de disculparse, y el potencial y promesa de innumerables decisiones por venir; la tiniebla del
r:.tyo que cae sobre ! no le da ni tiernpo para pronunciar unJ. palabra que desconocin1iento tiene sed de luz. Tambin Dionisia el Areopagita habla de
pu<liec.l Jtenuar el esc:nJalo. Cmo quirrselo de encitn:J.? se pregunta Euge- .. rayo tenebrosoH, y Gregario de Nysse de un Aarrp0c;yvq:io<;: 28 estas alianzas
ne Ionesco. De este n1odo et seor Je San Francisco. en Ivan Bounine. aca- de palabras contradictorias no son acaso familiares a cualquier teologa J.po-
ba de rnorir de un :.tt::ique en un palacio de Capri. Entre todas las fom1;.is de f:.tica? Decir que Dios es oscuro, o d~cir que su luz es in<;:an,descente, des-
"rne[er la pata~, o de !a falta de t:J.cto, la n1uerte sbita, sen1brando el pnico lumbrante. cegadora hasta el punto de parecer invisible, viene a querer decir
en e! hotel Excelsior. es la m:ls indecente: es ms indecente reventar de una lo n1isn10. La imagen hbrida del claroscuro o de la oscura clJ.ridad concilia-
apopleji:J en pleno saln que hablar de ello J. grito pelado, o en un tono ex- ran tal vez estos contradictorios: pues el crepsculo, que es sntesiS del da
cesiv:Hnenre ped:Jnte. que bostezar ostensible1nente en un concierto. rerse y de la noche, puede ser n1s evocador que la claridad del medioda: el equ-
a c::ircaja<las Jur.J.nte un sermn, u oler mal. Evoquen1os una vez ms la ima- voco de un Dios no ya oculto, como en Isaas, sino como en Pascal; medio
gen del n1ens:J.jero de !:1 n1uerte, del caballero de negro que viene a aguar la oculto, 29 se revela a nuestra visin velada en la penumbra de la media luz.
fiesta e interrun1pe todas las con\ersaciones pronunciando la palabra fatdica. Ac:.iso no es el misterio Jivino semi-incertidumbre, y, por decirlo de algn
El No Je la n1uerte, esa palabra insignific::intc qut: :;.:-. co1no un insulto. y en n1odo, evidencia inevidente? La oscuridad letal no se le parece en nada. La
cierto nodo un:.i paL1br:i. obscena. imp!de :.l !os fri,o!os decir .. Hasta luego .. y n1uerte es oscura con10 es oscuro el lago profundo del que habla la prosa
Iasta pronto~. Ll e1nbolia es un co:gulo que dice ~o~ Al cortar el hilo de de los difunros: por oposicin a las tinieblas transparentes, que permiten
una existenci:.t, la Parca pen:urba e! juego n1undano de la renovacin y cor- adivinarlo todo, la 1nuerte es e! negro absoluto. Alu1nbra la vida como la
ta brutahnente l:.t palabr::i. a esr:i continuacin sin principio ni fin: en1baruI!a tiniebla sobreesencia! alumbra la vida, iluminndola con su oscura luz? Ivls
e! inrerc:i.mbio de preguntas y respuesras e internunpe su resurgir. bien proyecta sobre el vivo, por adelantado, las son1bras ::zn1enazadoras de
la noche. - La Tbo/ogie 11/_l'Sfiqtte no s\o habla de una "Tiniebla n1S lurni-
nosa que la luz,,, sino de L1 "Tiniebla mis que lutninosa del silencio.,) La
-')_ SileJ!c{o i1ulec1h1e_1 silencio i1n~hlc. di.-.;tincin entre la i\'":ida y :'\:1cla"' puede trasladarse de! orden visual :d orden
audi\o. Lo n1ismo que la tiniebla divina es par::i nuestra visin velad:.1 una
Par:1 nihiliz:.tr !a e.senci:J., s!o h:ice faha un genio n1J.ligno. Para aniqui- especie Je penumbra donde innun1erables figuras nacientes se <lesvelan
l:lr al ser. pero no :d SL'r Je! ser o al hecho-de~ser. ni la quoc!diJ.:J.d di:! ser, confusan1ente. as el siiencio divino _.,;e1neja un piansin10 suprasensible donde
sino Ji sl'r finito. ha.-;ra con la 1nuerte. Pues L1 coninuacin del ser. aunque el odo del aln1a percibe los secreros musicales y las campanas misteriosas
teric:unente se J por sobrentenJiJa. sigue .siendo precJ.ria y azaros:J: rnil
caus:.is advencias de intern.1pcin :in1en::izan y ponen en duda a cad:.i mi- .:,; \/ede.lfolse.1!. J63. CL Henri-Charle:-. Pucch. Ll Tiniehb rnistic1 Jel Pscudo-Dionisio d Are-
nuto !:i continu:.tcin del vivo. Si Jebe sobrevivir d:.i J. Ja. el ser necesita. 1)x1gir:1 \' t'n l:t tudili,in p:11rsric:1- Ftrlllcs carnu}!itaine.;;. 19(i8. pp . .l.J~-S3.
Je hecho. ser expresarnente :.lcompaDa<lo: Dio.'>. e! .in1or. !;i !ibenad nos .'." bai.L.'>. -t"i". P:isc:il. Lettre a .l!!!e. De Ro(11111ez. onuhre. t6-S6.
sirven par::i g::zrantizar e.ste acon1paamienro, ;.i l:i \ez que confieren una es- .io Tiiofogie my..;tuue. 102-l B tcap. J{} y 1.y.)-:- B {cap. J_
.Vlt11lf y Rii:11. J;inkkvitch di:-.1mgue entre la :"b.d:i {.Yanl) t'n el sentido filosfico del trmino,
pecie Je positividad :.1 la nada mort:..il. Ll 1nuerte no se convierte en objeto opuesto al Ser. etc. y :"rada (Rienl en d sentido de Yaco. :nisem..:ia. desaparicin. etc. Cuando rien
ele especulacin exciranre y de feclJnda perplejidad 1nis que cuando la espe- :tp:irece en d re~.:to en minscula \' pr~cedido de 11i1 ( 1111 rien) hemos rr.:1ducido por una nadera.
ranz:.i en I)ios. 1~1s pro1nes::is Je] ainur. e! porvenir de la !iben::.lJ restituyen En d ~:1st> de Ri('/l en maylisn1l:1 l1<::'"1110s ()p!;td\> p<ir >:ad~. ( N. Jd. T. l

-~-- K7
~
de la ciudad invisible. E inversamente, del mismo modo que la tiniebla mor- el taido de las Campanas de Kitezh; en el silencio nocturno, escuchando
. tal es el negro absoluto y la noche ciega,., as el silencio m:ort<!-1 ~S _un ~i_le_n los cantos de los ruiseores, _e;sc;uchando el murIJ?:ullo de lbs rs:ibles y_ el rumor
'"Cio absolutamente mudo. - Silencio mortal y divino silencio, se Oponen e1 de las hojas, Li.Szt y Lamanir: perciben con el odo del-ahnala mlisica inefa-- -
' ~-ilo al otro como lo Indecible y lo Inefable: pues "Appryrov y "Aqia'toV sn las ble: a travs de las armonas de la noche, escuchan un cntico distinto, un~
dos formas que tiene un misterio de .ser inexpresabie pOr_q'ue iio.S Jaltan alusin a otra cosa, una voz:v~nida de lejos. las--Armonas poticas y reli-"
las palabras para expresar o definir un_ misterio tan ri_co; .por(Ue h~bia _ nfi- giosas son sin duda esta am1ona invisible,' esta msica del silencio,31 poblada
._---~ nita~ente mucho que decir sobre l, in~ensam-enie ipu~hd -q~e sug;i_~,- Ln- de cnticos y murmullos ..L ~,ica plenitud del silencio divino no propor-
' 1erm1nablemente mucho _que contar; la rriuerte es ill_decibfe P:~rCg.i_~.,ilo-_hay, ciona acaso un contenido COn:creto- al recogimiento :del -hombre? Transpa:-
d~sde el principio, absolutamente nada que de_c"ir Sbre ell<L__ L~_.J~<::fabl eS rente como una noche de verapo, innumerable. carpo el- hormiguee> .sideral,
: ~ne.""<presable precisamente porque es infinitamente_ e_~Presable__ y su'sCi_tara e
el inefable silencio evoca la-vida omnipresente infinitesimal esparcida por
innumerables discursos, pero esos discurs_os torrenciales, neUtraHzn9o:se-re- la inmensidad del universo.::____ El silencio inefable,- respuesta tcita, tiene algo
cprocamente, se nos atragantan; lo inexpresable-inef:ible e_s, :c.OinO 10 inefa- de sublime, en Cambio el silencio indecible no nos inspira ms que temor y
ble de Damasco, lo indeter~nado donde todas las determiriaciones eStn angustia. Por oposicin al siler}.cio de un cielo estrellado, -el indecible silen-
:irtualmente contenidas y se neutralizan la una a la o_tr~; rri~e-nir2;s._que l cio de la muerte e_voca ms bie'.n el mutismo abrumador de los espacios ne-
inexpresable-indecible es puramente privativo. La poesa o la c-rea-ci_n __ que gros que aterrorizaron a Pascal:--aqu nuestra pregunta se queda sin respuesta;
suscita en nosotros la inspiracin de lo inefable nos pron1ete un-ip:is.iona- ~1qu nuestra voz clama en el desieno: rnudo y sordo, el muerto no se hace
do futuro de poemas y meditaciones; pues el misterio alado despierta pen- eco de nuestra llamada, y el dilogo se convierte al punto en la desespe-
samientos alados: esperanza, natividad, comienzo, levitacin exf,resan la rante soledad del monlogo: con aquel que nadie ha visto nunca, que nadie
~aturaleza primaveral <:le lo inefable. En esto la muerte es totaln1ente apo- jan13.s ha probado su existencia ni demostrado su absurdo, con la a1nbige-
t1ca: todos los proyectos, todas las esperanzas chocan contra li pantalla im- dad divina, en una palabr:.i, todas las esperanzas estn permitidas, coffio
permeable de la total apoesa. - Inefabilidad e indecibilidad se rodean un:i todas las decepciories son posibles: pero con aquel que ha dejado de vivir
Y otra de silencio; pero qu contraste entre estos dos silencios! El silencio y que en ningn caso renacer, slo es posible la desesperacin. En lugar
inefable es un preludio a ese estado del verbo que esboza y provoca en s de penetrar cada vez n1s en la profundidad tr:!nsp2rente ..rleLamor, el hornbre
mismo la palabra po~tica: tal es el silencio proftico donde todo queda en tropieza con el muro de la nad:.i. ~ Dios. en tanto que insondable e innomi-
suspenso a la espera de una era nueva, tal es el silencio prernonitorio de nable, por rns que desaliente las prolijas disertaciones, y por ins que se:i
cantos Y poemas innumerables ... Qu estoy diciendo? Ese silencio n1isrno den1~siado ricu para el lengllaje de todos los das, podemos nombrarle balbu- -
e.'l ya poema y in.">ica, n1.sica implcita y poen1a tcito. una v otra envueltas clendo un divino no-s-qu: -balbuciendo~.* con10 dice San Juan de la Cruz.
en la profundidaJ fecunda del caos. la inspiracin que h~1ce h~1blar. la insp- El Areopagita}~ :.id1nirando la concisin relativa del Evangelio, observa que
'.acin que otorga al poeta el pocler lrico del verbo. la in.spiracin que es el catec1neno se va haciendo cada Yez ms lacnico cuando se acerca a
insuflacin del soplo vital contradice por tant la expiracin rnorral: el ltiino Dios: y en ett-cto, :.1 1nedida que uno se eleva hacia la sobreesencia, el volu-
aliento no mJrc:i precisamente el repliegue del ser a un mutis1110 definitivo? tnen ele L1s palabras disn1inu)-'e: y cuando el ahna culmin:i por fin la cum-
Acaso no es la palabra una forn1a de afinnacin ntica y vit~d? Dios y la bre de su ascen,'-lin,. el discurso se adelgaza y se convierte en un simple
111uerte son :i1nhos silencio. e imponen su silencio :l! estrpito del hon-10 punto, un punto que es la extren1idad de una punta: ese_ punto es lo InetJ.-
loquax: en el alt~ir y ante el cacJ.i_ver, los charlatanes .se callan v el locu;J.Z in- ble; el silencio se estableo: entonces cuan<lo la con5triccin del logos alcanza
terrumpe su discurso. ~Hay que hablar en voz bJja ... El :.t!rna h;unana es muy su grado mi.xilno. E invers:Hnente, las palabras- comprimidas, contraid:i.s,
silencosa ... Ahora necesita silencio., clice Arkel en el quinto acto ante el lecho conclensadas en la cima de la doct:l nesciencia slo esperan poderse desarrollar
de la muerta. Dios exige ese 1nisrno silencio. pero con 1niras al recogimiento.
:1 silencio de Dios, como el sublitne silencio de la noche, es un sile~cio pre-
nado de voces lejanas y msicas invisibles que susurran al odo ele! hombre,
'l Fedo:ricn Mornpou. J/1bica tlhui(I . .\!ornpou reconoce 4ue se ha inspiraclo en la eleccin Je
e:-<l tituio en la Soledad sonor.I de San lu:1n Je b Cruz.
en respuesta a sus preguntas, algo imperceptible y confuso: en el silencio 5~ Th'ulog,ie 111,rstique. cap. l. 5.
nocturno, 1nientr..1:-; J.Usculta-la tierra. la Fe\Tonia e.le Ri111ski-Korsakov escucha. ' En c:1 ... rdbnu <'11 d 1 >riginaL ! :\. del T. 1

HH
~cfiscursi\:.unenre:la avaL1nch:i <le pab.br:Js desciende como descienden los hombre meldicas canciones. El amor no es indecible, es sobre todo inco-
:~:_tprrentes irnpetuosos por !::is pendientes de 13. montJfla: la procesin, en el municable: el atnor es decible, pero es ms gr:;inde, ms rico y ms profundo
:<~_in::1n~1ntisrno plotini:i.no. es una represenl::icin gr5fica <le esta relajacin. Al que cualquier palabra. Si ni siquiera puedo dar una idea del sabor que tie-
tj1isrno tiempo que retiene b.s palJ.bras prisioneras. el glaciar del supremo ne una magd3.lena mojada en t, ms que indirectamente, evocando por la
silencio es l:J fuente de Lis efusiones inagotables. Del ~ismo modo, pero magia de las palabras vuescros propios recuerdos: cmo podra dar una idea
con otras ir11gcnes, lo inefab!e es e! objeto de una muda inruicin: los ra- del gozoso ent1:1siasmo del ;imor, mezclado al perfume inexpresable que tie-
zon:.imienros locuaces se recogen y fin:.1ln1ente se detienen en el foco pun- nen las lilas en flor cuando se tienen veinte anos y cuando la tibieza de l:i
tual. a la vez ardiente y hel:.1do, de la oscura luz: pero el ho1nbre, reducido primavera enloquece a tod:1s las criaruras? Este es un secreto nico, del que
a! silencio por la densidad y !a intensid:id 1nisma de esta intuicin, arde en nadie puede dar una idea a nadie. El secreto de una noche de Praga. En
deseos de hJb!ar y de c3ntar: pues b. intuicin transdiscursiva es posibili- cambio, puedo ayudar a otro a encontrar en su propio pasado sus propios
dad de discurso sin ln1ites: y lo mismo que el instante del fJt inicial est jardines de PrJ.gJ., que bien pudieran ser tarnbin un pequeo barrio de pro-
preilado de un:i continuacin que el inten.ralo desarrolL1r:, as la inruicin vincias: el otro, cautivado por la poesa de !os recuerdos. recrear para s
es[:J. totalmente preil:ida de un lirisn10 potencial que se desarrol!ar:l en dis- 1nismo el hechizo del amor. incompar:Ib!e en cada uno, y anlogo en todos.
curso :.d infinito. E! locu:Jz logos forma por r:into la base de una pirmide de El imor, como la calidad, es inefable porque inspira al amante-comparacio-
l:l que b. silenciosa inruicin es l:i clrna_ Lo inefable es el inexpresable silen- nes, analogas y met5Joras innun1erables que le permiten sugerir J los otros
cio que desata las lenguas y, por un:J infusin o inspiracin inmediatJ, con- su intuicin: aqu, todo alude ;i todo; cada una de las comparaciones, tomada
fiere :1! poeta el don de !os cantos: no hay de qu e:xtrailarse por tanto si por s sola. es insuficiente. unil:iteral e incluso engaflosa, pues puede indu-
Dlos es un tern:i in:igotable de la poesa universal. Acaso no es Dios aquel cir a error a aquel que se 1~1 tomara al pie de la letra, se quedara en ella, y
que bClce. rrotEl? Acaso no es Dios el poeta supren10 en L1 medida en que --:~{...~-- -~
no fuer:i ins all: de l;i n;igen; sin en1b;J.rgo la sucesin infinita de n1et-
i1nprovlsa los 1nundos? Y la PoesJ supren1:i, a su vez, no es el objeto eter- ; foras nos sugiere, en ltin1:i inst:incia, una visin velada del n1isterio, del
no de toda poesa? - L:1 !ibertJ.d. corno Dios, es un inefable objeto de inn_li- ' 1nisn10 n1odo que la acun1ul:Jcin de imgenes contradictorias, en Plotino.
cin. porque es l:J fuente vinuJl de rod3s bs decisiones que brotan de una nos sugiere poco a poco 1:1 intuicin irracional del Uno; a pesar de no ser
voluntad; irnprovisa los actos imprevisibles que se suceden en el curso del "del mismo ordenu, lo con1pletamente-distinto puede ser sugerido a partir de
devenir. Fuente in:Jgorable e !nagotablemente generosa! Pues le hace falta al8o con1pletamente-distinto: el a1naril10 a partir del rojo, el fa sostenido
un:i \ida entera :i la 1nismidad p:lra'"'desarroll:ir los posibles cuya narracin ~. 1nayor a parrir del violeta, el re ben1ol mayor a parrir de una noche de verano!
toinara un t!en1po infinito, cuyJ historia ocuparla interminables relatos. Qu ..:e;.~~ La imaginacin pone en inovimiento a !:J intuicin, y la intuicin completa
estoy diciendo? Esos lnterrninabtes relatos :-;eran incluso demasiado cortos y recre:1 de un solo golpe lo inefable <l:.Indo el brusco salto que le sugieren
p~ir:.i contener los innurner:.ihles :.Icontecin1ienros! - El an1or. en fin. es inefa- as n1et::for:1s. - Aho. .r;i hit"n. no hay intuicin <le la indecibilidad n1011aL ni
ble porque L"S lnl'xauscihli: y porque, si bien e:-> cierro que \ i..1elve :1 los hon1hres con1unin posible con el no-."er. El perfume de un:i rosa es .. incomparablt"
:->ilenciusos. en oc:1:-;ionl'..'i los \uelve elocucnres y h:ice de toJo :1n1:.rnte un porque se parece un poco :1 todo, porque lo relacionarnos con todo, y evoca
poet:.I. El :.unor desenc:.i<len:i un:J especie de ebriedJ<l lric:J. EUrropEl Ayrov el inagotable pasado <le Jo.::; recuerdos queridos. Y la muerte, en cambio, es
rrEpl. pi:tfi;. dice Diori111a c'n el Bancuete. '-' El amor, en la n1edida que im- incotnp:1r~1hle porque no .'e parece absolut:i.mente :i. nad~t. Lo iridecib!e de
r!ica. segn los rrnllno . . de Plarn. e! J!u111bran1iento o KUricrl:;:, no es la l:i n1uerre no tiene an~1log:1 lon nada. no se parece ni se relaciona con nad:J.
C:lUSJ cre:tdor:1 por excelenci:i,:iJ x: -roU T, Ov-roi; Eii; -rO Ov lv1'1 c-rla? En esto no tiene nada en cornn CL)n ninguna experienciJ finita: ni poco ni mucho.
al n1enos el a1nor es !irer:.ilmente una poesa. noiri01i;; y viceversa. los poe- la muerre no es sugerihle J parrir de J;: vi<l:J: nada la J.nuncia. nada la recuerda:
tas son a su manen yEVv~Lope;, es decir. procre:idores y hombres de amor. de este inconparab!e, no tenen1os ni presentirniento ni resenrimiento, ni
El :imor e::; Uen1iurgi:i no nic:Jmente en el sentido ertico. sino incluso en sahor :1nticipa<lo ni regusro. Las experienc;is susceptibles Je ser repetidas
el sentiUo potico: pone en movimiento !J inspir.icin fecunda e inspira al una y otr3 vez comportan una resonancia o una repercusin gracias a las
cuales nos impregnamos de su olor. saboreamos su sabor. degustamos su
q 2!1'-) h. gusto: as es co1no el hornhre puede comentar la guerra una vez terminad;i;
,, _'.:;h.
los a1nores pasa<los. el recuerdo Je sus arrebatOs. Je sus Jifunta.s primaveras . .
'!()
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lugar a interminables comentarios. Pero la muerte no tiene da siiuien- simplicidad fecunda, a la pobreza prdiga del nio Eros, la muerte opone
Cmo comentar un --instante que-no tiene un DespUs? La ultimidad del su esterilidad- ;;in:- remedio. y la.fascinacin embrutecedora de su anti poesa.
:-~_-desastre total fulmna el comentario pstumo, y lo fulmina en el instante mis- Es_ta es la razn por la que la filosofa de la muerte corre el riesgo de redu-
;-~_-mo! La muerte excluye toda retrospeccin, toda reminiscencia, A.simisrno ex- cirse a una tautologa estacionaria: excluyendo cualquier desarrollo, cual-
:>cluye toda anticipacin: no solamente es impo.Sible dar.una idea de ella a quier- progieso dialctico no corre el riesgo de estancarse sobre el propio
'otro, sino Que sobre 'todo es imposible hacerse uno miSmo la menor idea te1Teno? De lo inena17ahle absoluto, no hay nada que contar. Apenas -ha co-
:de ella; ra:muerre no _es: propiamente hablando; una experiencia que yo in- menzado y ya- ha llegado-al firial, nos deja estupefactos en un abrir" y cerrar
: tentara _desesperadamente trasmitir: es ms bien aquello que nadie ha eX- de ojos: cuando se trata de la muerte, el alfa y el omega coinciden, y la-- pri.;
_- :perimentado nunCa, aqu~el-lo que nadie ha probado, ni puede imaginar a for- mera palabra es 'ipso facto la ltima. Al filsofo de la muerte antes de erhpb:
.tiori su tonalidad cualitativa. Si la intuicin de la cualidad es inc~municable zar a hablar ya se le ha acabado la cuerda! La muerte dice no, meJor -an;
es porque no puedo hacer partcipe a nadie del secreto nico que detento~ no responde, pues el mutismo abrumador es su nica respuesta. En todo
Pero nadie detenta el secreto de la rriuerte. Lo -indecible no tiene sabor ni caso, el No mortal no est lleno de matices y de alusiones, como est-llerio
olor, mientras que lo inefable, por el contrario, contiene todos los sabores tje ~lusiones y de matices el No de ese inefable que, a travs de mil reti.;.
Y todos los olo_res: lo que quizs quiera decir lo mismo, aunque el silencio cencias y sobreentendidos, dice finalmente S, o al menos Tal vez, y, _si no
que se desprende de lo inefable difiere completamente del mutismo al qu.e pi_-on1ete nada, dejaesperar algo. El No de lo indecihle es tautegrco y adia-
lo inspido-inodoro-incoloro nos reduce. Lo inefable hace balbucear a lo-s lctico; no necesita ser comprendido ni interpretado, y tampoco est hecho
hombres, mientras que lo indecible, con su v:.i.ca monotona, les hace ms para sugerirnos segundas intenciones positivas: el No de lo indecible s el
bien machaconear. El aprieto en el que lo inefable nos pone es una gozosa No puro y simple; dice No y ya est, y a continuacin cierra la puerta ... O
apora debida al exceso mismo de nuestros recursos y a la dificultad de ele- dicho de otro modo: rechazo categrico, el No de la inuerte pone punto fi-
gir; mientras que lo indecible seca el verbo en su misma fuente. Y mientras nal a todas nuestras disertaciones y deja helado a nuestro discurso.
que lo inefable es una generosidad inspiradora. lo indecible es ms bien Deberamos por tanto pregunr.arnos- si las analogas que, consideradas de
una aridez estril: el misterio del amor poetiza, fertiliza y moviliza el esp- una en una, seran siempre insuficientes, no son capaces de sugerirnos en
ritu, mientras que la Gorgona de la indecibilidad lo petrifica y lo deja esru- ltima instancia algo as -como urla intliicin de la- muene; si ia .muerte no
. pefacto. Podr;J. reconocerse entre ellos la oposicin entre el Encantamiento puede ser, por as decirlo, poetizatfa. Es la muerte el superlativo del dolor?
Y el Ivlaleficio, uno que fecunda al espritu y le hace capaz de crear, otro que Es .la muerte lo simtrico invertido del amor? Es la muerte un gran via-
lo paraliza Y lo fascina como si estuviera bajo el efecto de un narctico: pues je? Es un profundo sueo?5'i Esta ltima analoga es la que nos sugieren las
lo indecible es n1::is bien hechizo que enc:intan1ienro: los 1nisrerios de la ine- "Canciones Je cuna de la muerte" de rvtoussorgski y de Suk. y el poema sin-
fabilidad son a la 1nagia de lo indecible lo que la seduccin del :.unor a los fnico de Liszt De la cuna a In sepultura. Todas estas analogas naturales
sortilegios de la inuerte. L:i seduccin no es acaso positividad fecunda. pro- :-;on refutadas por la filosofa apof:.lntica: a pesar Je todo Eros, .A.lgos y Hyp-
1nesa de futuro y anre todo vitaliUad? Pues es la criatura viva, y pJ.nicular- no:' representan orras tanr~1s aproxirnaciones empric:.i.s, en cuyo horizonte
1nente la 1nujer. portadora de fururo, la que tiene seduccin ... El encanta- podrarnos vislumbrar el n1isterio 1netaemprico de la muerte. - Puede la
n1ientO del de:-;conocirniento, al que lo inefable se reduce, es t::imbin la 1nuerte ser pensada en alguna de las categbrLis ele L.J. enunciJcin? A decir
fuente encantada de todo conocimiento: en este encanc1mienro se ocultan VL'rdad. la palabra categoria est:i aqu especialrnente mal empleada, tenien-
lo incognoscible que hace conoce~, lo irr.icional que deshiela el saber, y, en do en cuenta que las categoras son las formas circunstanciales de la predi-
una palabra, el misterio que slo puede dar sentido a lo inteligible. La doc- cacin, y que la muerte es, como Dios, impredicahle-: la muerte est fuera
ta nesciencia de lo inefable no ser por casualidad aquello llue llamamos de cualquier categora; en el No absoluto de este indecible, todas las deter-
gnosis? A la docta nesciencia de lo incognoscible encantador, oponemos minaciones positivas se encuentran nihilizadas. Las categoras sirven para
ahora la ignorancia sin esperanza y la desesperacin de decir. desespera-
cin en que nos mantiene el maleficio de lo indecible. lo indecible no es, 1 clasificar y para ordenar abstractamente ciertas determinaciones segn las
cuestiones que puedan plantearse al respeao: en cambio la muerte de alguien
como el J1nor segn Diotima, hijo de la Opulencia y de la lndigencia, ya
j
que es ms bien indigenci::i pura, rrEVia rrcx.vtcA~~- y ::ihsoluta pobrez:i: a la ' y; .\lol1~-;orgski. Cautos _l' da11::as de la mor:rll-", !l. _Jo..;cph ~uk. Ckolhtll"ky, op. :\:\, n.'' 6.
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e,-; un :1concecirnicn[o :'iin tv .:nico en su 32-n<::"ro. una monstruosdad so- CAPTULO II
lit:\r:l: csc:i. incL1sific:..1blc :1con1par:tbic neg:ll.:in <lel ser-propio est en EL RGANO-OBSTCULO
un plano con1p!eta1r. .v _:;,tinto a [Odo to Jcn1:s y no ene parangn con
n:lda. Oblig:J.nJor _.dJ. rnon1enro a ir hasr:i el lmite, la nihilizacin ab-
.;;olu['.1 h:1cc .-.: s :Jircs todas las fonnJs categoriales.
Cunf __..;-" :n:.t vez: 1:1 rnuerte no c:ibe en una cacegora abstracta
un:t especie cabe en un gnero al lado de otras especies
i1:-t11L1 g;c::1cru. o con10 un;:i experienciJ singuL1r entra en una especie
:;_o~
:~1Jo Je )tc1.-; experiencias de la 1nism::i. especie: la n1uerte no tiene pa- -"'-"'-_'.:
.-',_~-
rangn con ningn otro acontecin1iento de la continuacin, dado que es- -~~t:
trJngul:l la continu:1cin rnisn1:.i: L1 n1uene es de un orden distinto, de otro ;.~,.__:

~~~
inundo. csti sobre otro pLtno, a di::Jtinta esc:il:.i. La 1nuerte-propia no puede -~.
---~
por t:.into ser sulx.;u1nicL1 bajo una rbric:1 conceptu~1!. y por otra pane, co1no
dc111osuaren1os a prop.-;ito del !nsrJ.nte, la n1uene no es ella misma una cate-
gori:1 :d !aclo ele Li.-.: dl.'n1j . . categorL1s. un:1 c:1tegor:1 en la que se puedan cla-
sific:.ir y or<len:.tr L1::; experiencias. L:.i categor:1 de Li cualidad, pudien<lo ser
:ll inenos concebic!J. permite con1rrender el vncuio que hay entre las cua-
!iJades percibid:1s: y :1unque no se:1 direcrainente \ivida, hace inteligibles la
l l. La uidn breve.

Sin duda bastara con decir que la muerte no es nicamente la nada de


ron:i!i<lad de los sonidos y de !os colores. El lugar :ibstracto no es en s n1is1no nuestro ser son1:5.tico, sino tarnbin el nada, e incluso el nuncJ-jan1:.s-nada
objl:.'tO de cxperienciJ.. pero :i J-'Uda ~1 con1prencler cn10 puede descubrirse de nuestro todo psicosornitico: con esro est:: todo dicho, y las negacio-
en el espacio e! :ngulo Je un objeto loc:1lizJb!e. El ien1po vaco no es perci- nes sucesivas se convierten en superfluas; despus de esto, es intil insistir
bido directan1ente. pero h:1cc que con1prend:1111os. en todo n1on1cnto, el en que el nada rnortal excluye, con mayor rnotivo, la relacin y el ca1nbio,
c:unbio concrero y L1 rnu<l:J. concinu~t del presen[c' ~- 1:.1 sucesin del J.ntes y el tiernpo y el lugar. En cierto n1o<lo. sin ernbargo, no est del todo injustificado
el despus. La n1uene. en can1bio. ~qu es lo qut: n1e hace co1nprender? El h:1blar del priori" letal: el niorta/. 1nucho antes de ser moribundo. es mon-
!u~:lr puede enrenJerse corno un e;;pacio relleno de contenidos concretos, tu nts, es decir, destinado a rnorir: desde ei mismo rnomento de su nacimien-
Lt duracin con10 un tien1po lleno de aconteci1nientos vividos ... Pero la vid~1. to. el vivo es aquel que debe morir: des<le su origen, su constitucin y el
t.:n c~unhio. no 1.:.-; un~i n1uene su.-;Lcptihlc de llenJrse con el ser. L~1 n1uerte ricino n1isn10 de su existencia. 1:1 sucesin de Ja..- etapas de la vida y las
h:1c'- ~dgo n1j.-; qu,_, 11'-g:1r Lt \ida. pue.'-' L1 nihi!izJ_ 1: :dgo n1s que contrade- ~r:u1de::; transfonn:tciones hio!gic:1s del organisino ,:oncuerdan con la dur:.t-
cirl:i. rl\.lL'.'-' Lt n1~1Lt. LJ rcl:1ci{Jn c:nrrc. el .'-'LT '.. Lt n~:li~L o entre !a continuacin cin lin1irada concedida :1 Li e.specie hu1nana. El .'>t'r actual del hon1bre est
y ];1 cc:--~1L'in. nu r:--.. L'Otno L1 rcLtcin dL'l i..k\1.._nir ..._~1nLTeto en e! rit:'tnpo ahs- par:1djic:.in1ente d!=-n1inuido por e! hecho de que un d<1 cesar de 5er: un
tr:tcto. IJ. relacin dL' un .\!:.is con un :\lis. ~ no es un:.t relacin directa: es fin;_il que lleg::ir: d~ntro de treint~t aos n1odifica este ser desde ese mismo
inj.-; bien Lt rcLK'H)n de un .\lis \.de un .\k:nos_ L1 :nuert~. ya lo hen10.:-; \isio. in.:;t~1nte. aunque e.-;e final no esr:i insc:-iio rodav~1 en su n1orfologa actual:
no '-'-" de! 11li;;1110 -.1.~no ni rielll.' el n1l;-;n10 _-;entido que la plenituJ posiciva de tTlejor an: el da de hoy no serla lo que es sin t:sa 111uertL' lej:tna! La 111uerte
Li.-, expericncia.'i \'1\Kl~L'-'. sino que <::'S de ::;i~nu y de .">enrido inversos. Tam- no es la pura y .'inple CLnnin~1cin tenninai de la \"ida. sino rnjs bien la salida
poco .">lrve par:1 h~1cernos entender Sta pleniu<l. :.-.:ino n1s bien para hacerla solcitJ. de esta vida: presenriJo largo tietnpo por :i<leb.ntado, el ltin10 futuro
i ncun1pren.si1 )le! de todos los futuros eierce sobre nuestro presente una especie de accin
retrgr;.ida: L1 :tnticipacic'}n del fin dt: los fines proyecta sohre la continu:.l-
cin que le precede una particul:.tr luz. La idea misma de que la muerte es
el no-sentido de !a vida, la inconsistencia de todo nuestro ser. la precarie-
(_Ltd del devenir y 1:1 vanidad de todo lo humano en general, esta idea. si
hi..:n no hJce la exl.-;rl:'nci:t rn:is irHeligihl!.:', le confiere sin cinhargo una

<_l.
tonalidad y una fisonoma sui. gneris;::unque parezca mentir:a, la vida no residencia y hace su nido, aS .-e'Ltie_mpo c~ncreto es t,~\. tiempo circunscrito,
.. _sera la vida sin una .cierta -dosis de' _ s-trJ.'.' Sentido!_ Esta cn1tJa ..paf:id_c:ja de un circular, estHizado por la cl_ay::;ur~ -~e_ !~-m~el1:~,:.- _P_u_es taru~1n hay. una.po-
. sentido del sin sentido se rodea" sin_e-rllbargo de.uri..1il'iste.rio.qu rio est tica del tiempo! No tenemOS-la--.~ternidJ.d.ctelar' de iiOs0~,')s. No estamos
. implcito en ei a priori. Podemos decirJque el a priori gnoseolgico es lo en medio de una duracin infin-ita, sUmergidOS en Un tiempv;nnro3-nico e
,- ' -_.' ; .-_ _ ; '- o
. incognoscible que nos hace conocer;-:lo:'impensable que es la condicin' de informe cuy:_trmino se.=.pt::f_der:a d .vista.: No! El tieffipo de la \ida. no es
todo pensamiento, la fuente oscura :d-')a luz.. Pero la muerte no es nin- ese tiempo amorf~ ... Tanq.tCrrh:se;nf/er uictun vivitis: aunque Sne;;'l_.est
-guna fuente, ni siquiera-- oscura, de"eS)lt~n_d_of! La muerte no es nie-J.n1ente increpando aqu fantasn1~i$/El _tiempo' de la_-vida es un tiempo limitad6 ~
-lo inconcebible ~ pueS enronces sera. s'.rnpleinCrite aquello que no puede que su finitud misma preSra U-n~ -o~g:~n_izacin;. una- dtermiriacin, una
-:ser pensado: la muerte es---adems lo inyisible, 10 qtfe- contradice -y riihiliza sucesin de momentos:- er-.-ue.mp:C>' de la vida se'- articula en lapsos-' de .. tiempo;
l vida; la muerte es el absurdo. Hay-algo de' irraciOnal en el hecho de que y as como lbs :petiodos _r:tncidenadOs_ y' los PiscidioS sucesivos se: limi-
el sentido de la vida contenga precisa1ne9te esta contradiccin. Puede decirse tan unos a ottds en_ el tiemP_o &Iobal de 13. vid3, as es,e tiempo global a su
incluso que la muerte iinpone una forma a l:i vida, ~on una excepcin sin vez, ese Tienipo-de todos _lb.S tiempos, encajonatjo entre eInacimiento y la
embargo: la n1uerte misma es una forma:sin fonna, y esta forma informe en- muerte, aparece- como un episodio en la eternidad de la nada: las dos nadas
traa ms bien la descomposicin de la -fonna orgnica-, el tono, que mante- que le oprin1en, la nada anterio~ al comienzo y la nada posterior al fin. con-
na en Li. continuacin de la existencia: las estructuras inestables y frigiles ~.- vierten el tiempo global en una: dliracin vertebrada. labrada, estructurada,
llamadas rganos o tejidos, se relaja; en el lugar del cuerpo no qued:i rns donde se articulan entre ellos_ hasta el infinito los tiempos seg1nentarios. As
que un cadver incapaz de conservar' su forma. La muerte es de hecho el con10 la silueta actual de la persona es una especie de recinto recor[ado en
espectro de lo amorfo, cuya an1enaza pesa sobre nuestra existencia. Pero el espacio infinito, as la \ida personal es una carrerJ. de algunos decenios
lo ms paradjico de todo es que esta an1enaz;:i de retorno a lo inforn1e rnan- cirClJnScrita en el ocano de la eternidad sin lmites. La finitud es lo que da
tiene la tensin de la vida! La amenaza de lo infonne no es la forn1a de la un valor al tien1po desnudo, es decir, la cosa ms impalpable y ms neutra
vida, pero mantiene la forma vital. ."'-- riesgo de invertir lo positivo y lo neg.ltivo, del n1undo, la vil duracin! No es el tiernpo lo contrario de una mercan-
Bichat defina la vida con10 uel conjunto de funciones que. resisten a la 1nuerre ca? Aunque si el tiempo no es dinero, s puede ser la condicin elemental
La positividad \'ital puede ser considerada en efecto como la negacin conti- y ;:ibstracta por excelencia de todo enriquecimiento._ A partir-de 5-neca, 1 la
nuada de una negasin intestina: sin en1bargo esta negacin pasa lo 1n:s- a filosofa ton1a conciencia del valor del tie1npo y no desdea regular su
menudo desapercibida en la afirmacin cotidi;:ina de la existencia, y una econom:.i y su buen uso. 1Von exiguio-n temporis bahemus, secl multum
especie de finalida<l biolgica parece veL1r par:.i que permanezca sepul- perdimus. Satis longa rita... Non accepinzus breuem vitam, sedfecimus.~ "i-
tada lo ni:s profunda1nente posible en la inconsciencia. Aquello que Sneca. que reprocha a los frvolos disipar semejante tesoro (~re omniton
generahnenre es insensible puecJe sin etnhargo. bajo el efecto del dolor o pretiosissinro !uclitu11.). nos reconlienda que llevemos la contabilidad de
de la enfennedad. despert:irse e.le pronto: cuanJo la neg:rcin itnplcira se nuestros das: Recense ritae tiuu! dies. Para la filosofa cristiana. el buen
convierte t:n un peligro rnonaL la resistencia a la negacin se transfonn~l en etnpleo del tie1npo consi~te en la preparacin para la vida eterna ...No hay
protesta desesperada: el peligro de 1nue11e. exacerb:indo el instinto de con- nacJa ms precioso que el tie1npo, puesto que con un solo instante se puede
servacin. pone en e\idencia la continu~l J1nenaza de des:igreg~1cin que co1nprar el gozo de una gloriosa erernidad." 2 Regulando el aprovechamiento
:.ibrun1a a las estructuras \-i\-;:_s y acabari por arruinar su fr::igil equilibrio: el de los das por el seYero '-..'1nputo de las hor~1.s. Nicole condena los v:inos
vivo se Uehate i:ntonce.s conrra la aguda :tnttesis y. en el enloquecniento pasatie1npos y to<lo aquello que Sneca lla1naba . fernporis jtu.:tura". "Llegar:J
bolgico de todo su ser. defiende encJ.rnizad:.tn1ente la form:.i orginica un da, cJice Fnelon, en que un cua110 Je hora nos parecer ms precioso
amenazada de repenre.
Dicho de un 111odo rn:is general. la presciencia cJe l:i n1uerre apasiona. pate-
tiza y dran1atiza l:.1 duracin finit:i que el destino nos concede. Un e1npo t De Bre/'itt1te t-'ifae. L j. ll. El comentano de Nicole: Njlexion.> sur le trait de senr!que, De la
IH'i1'et de lr.1 de.
infinito no es ms soportable que un espacio infinito. Y del misn10 inodo ~ El padre Nicobs de Sau!r. .--1dre,,1:e pour cbercher OieH par les toies nat11reles er surnatttrelles,
que el espacio concreto del que habla Bachelard en su Potica llel i:!Spa- lfr'i L. ~it:ole. De tusa.~e d11 rempsi c"nsayn psmmoJ. Ft:ne!on. Rjle:dons saintes pn11r tous fe.'>jours
cio es un lug~tr t."l'rrado. casa y ciudad natal. donde el_hotnhre elige su r/11 111ois, 2- jurnad:i.

l)7
')(
rn:s de.se:ible que lodas las for .i'
Dios. liber:il y ma~':!. lo finito encerrar la intensidad y la profundidad del amor en ese tiempo
en toJo lo den1J.s. nos en'.:' . cconorr::I de su providen-\ irrisoria~erlte ternporal que es la divina estacin de la infancia? Cmo su-
cn10 Jeben1os ser circi ..-
~ ';uen uso del tiempo, puesto plir la eternidad con el fen.ror? A.unque es sobre roda la propia vida la que
no nos d:i nun<..':' ,; :ez, y slo nos concede el segundo ~ se vuelve fecunda por la amenaza apasionante de la muerte. As como el
Je re< - -:_ ;_Jr1;; TJ.rd5.ndose el tercero en la manga, de~( hombre de accin no coronara jams sus empresas si no se viera enfren-
tncerr!Jur:: .'.-.: si lo !legaremos a disfrutar un da. El tado a un plazo fin;:il, as con10 el creador no terminara jam5.s su obra si no
-, c>::i dJ.do p:ira aprovechJ.r L1 e[ernidad; y lJ. eternid;:id nunca ser estuviera limitado por el tiempo, as el ser vivo en general no terminara
'~ larg:.1 corno parJ. lJrneruar l:i prdida de tie1npo si hemos abu- ,.;~~~~. nada si la muerte no fuera pisndole los talones, si no estuviera acuciado
.:1.ldo . . k: r.. L:1 recuperJcin del tiempo perddo tiene desde ahora un sen- por el trmino fatal y por la prognosis intuitiva de su corta carrera: abocado
Lido. :'>Ets in.:pido, mis Inodoro, y n1s incoloro que el agua pura, mis a lo provisional y disponiendo sin en1bargo de ciertos aplaza1nienros, el con-
int::ingib!e e irnponderable que el aire atmosfrico, el tiempo, cuando se denado es capaz de emprender grandes cosas. La invisible negacin que
nos n1ide rneticulosJrnentc, J.dquiere un valor infinito. Por unas gotas de Jbruma !a vida alimenta en nosotros una inquietud, una perplejidad, un
:igua en el culo de unJ bote!lJ. quien se est:. rnuriendo de sed en el desierto est::ldo de incornodid:Jd bast::iOte parecidos a la apora fecunda en que Scra-
dar:J sin dud:1 todo el oro del mundo; por :i.lgunos ins[3.ntes ms de apla- tes suma a sus interlocutores. Quin sabe si la adivinacin de la muerte no
z:.1n1iento de l:i pen:i qu no d:irJ. el condenado J. muerte? As como la concede a las vidas breves su tempo precipitado, su itn10 acelerado y
r~1reza y, cuando se est: :il borde de l::i n:id;:i, JJ unicidad que es el casi nervioso, su intensidad pattica? Tal habra sido la vida fulgurante de un
n3Ja, encJrecen !3s cosas y les confieren un valor. JS la brevedad del plazo Chopin, o incluso tal vez de un Pushkin ... Aunque e.S verdad que el genio
y, en !tn:i instancia, el instante semelf5.ctico que es el casi-nunca, revalori- misn10, en el momento en que vive su .-ida breve, no prev necesariamente
Z:ln el devenir: pues el insr::inte es la casi-inexistencia Y el acontecimiento su brevedad: es con posreriorid:id y en futuro anterior, para los dems en
dudoso por excelencia, lo n1isn10 que el hpax es la aguja rns fina y el una palabra, para un:i conciencia superior y para los supervivientes _para los
super!:Hi,;o r.trsirno el.:- la rJrefaccin. Qu digo? El casi-nada de la dura- que Ja vida breve h:1br5. sido breve ... Pero eso los testigos Y bigrafos no lo
cin, :1p:iricin evanescente, es rn5.s inexistente que cualquier haecceidad s:ibr:n n1s que retrospecti\amente! i\tientras el vivo est en vida, no sabe
inUviJual! La person:i a !::J. que se concede un cuJrto de hora mis de plazo todava que su vida ser breve: la vida, para el vivo, es lo que es, ni breve
no Jebe desperdicar esos quince preciosos minutos: el tiempo urge! Pero ni i"J.rga; y cuando l:i muerre precoz, prerruturamente sobrevenida, ha finalmen-
:J.quel que dispone de un nico inst;:inre cmo lo emplear5.? Qu hJri con te sellado la brevedad de la vida bre\e, cuando la vida breve se revela
es:i rr1or:J.tori:.1 infinitcsirnal para no perder su ltima oportunidad en toda la decididJtnente bre\e. y:i no qued:.i vivo para tomar conciencia del hecho ...
eternidad? Ahor:I bien. puede suceder que un instan re sin duracin concen- y sin en1bargo es co1no si la corta vid::t del genio contuvierJ. en unos pocos
tr~ en s n1is1110 ~l \:J!or de un largo interv:i!o y con[eng:1 el mxin10 fervor :Hlos Ja ohra de un:1 larg:1 carrera: la e\olucin es r:pida. la perfeccin al-
en et nniino tienpo ... Sucede J \.:-ces que un goce continuado y 1n:s o c:inz~1da pronto. el periodo de tanteos reducido al 1nnimo; se dira que una
n1enos diluido SL concen[rJ de pronto en un jbilo repentino. L~1 pasin e.:;pecie Je prisJ cL1ndestin:1 precipita el devenir de esta vid:l ;.irdienre _y acorta
concentr:1da en t:se insrante puntual tiene in:is valor en ese caso que aos las ecL1cles sucesiv:ts.
enteros de tr:1nquila felicidad'. Pero qu es !'.1 vid:i enter::l. perdida en el
oc~ano de la eternicL1d. sino un ,rn11 instante? A n1edid:::i que los milenios
.'iuccden J. !o.-; rnilenius, :i n1ediJJ que el olvido hace su (r:lb:ljo, la biografa 2. El Porque .v el .4u1u11u:': .finitud. co!poralidacl, tenzporaliclacl.
Je] Jes:ipareciJo se h:lce c:::ici:i vez 1n::.s dudosa y tiende :i :::inul:irse: de todo
Jquello que fue una vld:i quedar:i un c:isi-nada. :lpenas una huella .. En Forma parte de las irleJs simplistas, es decir, de todo sistema unvoco y
nuestra.::; re]J.ciones con el prjimo, b caducidad o labilidad Jel devenir es uniLHer~il,el ignor~tr la anfiholia del a priori 111ortaL Y sin embargo este :i
!o que nos hace t:In precioso al ser querido y explic:i nuestra dileccin infi- priori mantien~ con la vida una relacin a la vez causal y concesiva. La vida
nit:J por L1 efnera y fr:igil inocencia del nio. nuestro :1pego casi malsano se afirma a pesar de !a muerte y contra la muerte y a despecho de la muerte,
a su precaried:iJ y :i su ingenua frescurJ. No dispon.:-mos de toda la eternidad pero al mismo tiempo y desde el mismo punto de vista la vida slo es vital
par..1 Jdorar. cuidar y proteger esa inocencial. Cn10 contener !o infinito en porque esti ahocadJ ~1 !a tntH_:>ne: la 1nuerre es el rgano-obst:culo de L1 vida.
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-:-:>_-;,'.:;~ ~~'no es qe 1a 'V_ida, p-J.riaf~tilai:seViva, d la vuelta finalmente al obstculo cuando el obstculo .se endurece y cuando el L"erpo no es ms que un muro
.'.:'.;:--- ]i--Cgativo de Ja iller-!e y ton vierta el in1pedimento en instnmento; tampoco opuesto a nuestra libertad. Generalmente, el 'ro-ano-obstculo_ f:S- princi-
,-;~;;;.'. :;~5 que la muefresea un obstculo en determinados aspectos y un rgano palmente un rgano, un rgano contrariado y-<:'.01~:.>Jlicado: as, etceiebro es
--.--;~if.- :~notros ... No! Es el obstculo entero y verdadero lo que e~ un-me_dio, el _ el rgano-obstculo de! pensa1niento, el ojo, el rgai:,.,,,nhstculo de -la vista,
-s:: :!Tipedimento_que es un instrumento: quanquam y quonfcim expresan,,;-- el lenguaje, el rgano-obstculo del sentido. Georg Siriirllc-;, d.E\5criba en la
. .o- ___Igualmente bien la altern:iti-;a, la insondable cotitradicci~n, a paradjica "tragedia de la cultura..3 una arnbivalencia dialctica del mismo _ord.:~~~-eCe~p
relacin de la vida con su negacin. Como en ef caso en qe la objecin es ritu, si quiere expresarse, necesita de determinados signos que.-sin,embarg'u
)recisamerite 1:1 razn, la irritante razn (credo quia absurdtu_n, y- no q.uam- le desmienten, y que le sirven a la vez de estorbarle; en virtud.de que c'urio-
absurdum, certum quia impossibile y no etsi), el vivo se afi~ma" no so capricho del destino el sentido no- puede expresarse--ms que-en -el males-
Slo a pesar del obstculo de la muerte contra el Que protesta, -sino adeffis tar? Tal es, sin embargo, la acrobacia del estilo... La obra -reniega del:creador-.-
e ipso facto gracias a ese obstculo: y sin embargo ese obstculo c6,n~er-: del que procede, y sin embargo sin criatura tampoco habra habido cre3.:..
t_do en condicin de la existencia, ese obstculo a la vez algerio_ Y.'end&- dor. As es como la ingrata progenitura reniega de su mismo creador. Pero
geno, no deja en ningn momento de irnpedir aquello que_ coh4r~ina. eso no es todo: la retraccin o contraccin de la existencia individual es la
Habra que hablar de un desafio cnico y un poco irnico_ al -prfri.Cfj:>io de condicin de toda vida verdadera y ?eter_minada: condicin contrariante, y
C6ntradiccin? O tal vez de una economa admirablemente irig~~iosa que determinante en la medida mis1na en que es contrariante! No son acaso las
se v:iliera del no-ser para afirmar el ser? A::; es con10 los hombres se sinren lintaciones el precio que h-J.y que pagar por la vida personal? Acaso no
de las cadas de agua para hacer girar sus turbinas y convierten ta fuerza hay que soltar lastre para llevar una existencia plena? -Pues n9 se puede ser
devastadora de los torrentes en fuerza motriz: la violencia domesticada se a b_ vez todo el nlundo y uno n1L.:;1no! Aquel que lo es todo no es nada! La
cnvierte en obediencia ... Pero no, el rgJ.no-obstculo no es un a_rdid de persona es esta paradoja nlisma de la positividad negativa y del infinito fini-
ingenio que hace trabajar al servicio del hombre a las fuerzas h-stiles. to. Aquel que acept3 ser poca cosa, que no quiere ser nls que lo que es,
A decir.verdad,. el equvoco del rgano-obst:.culo es infinito y su dialc- ser "l menos~ un poco_. aqu y ahora, este y no aquel. No s~ disolver en
tiCa no dese1nbocar- nunca en una con-ciliacin; y el espritu est siendo lo indetenninado. Tal es el caso del arte, especialmente de la escultura: la
lanzado constantemente de un contradictorio al contradictorio de ese resistencia de l:i n1ateria es el instrumento-iinpedimento de la fonna que una
contradittor'io sin que pueda fijarse nun_Ca. Si- el obstculo slo nos permite n1ano _de ~1rtista arranca ai tnrn1ol rebeide; PUes no se esculpen {as nubesl
vivir irrisoriarnente, el rgfio.:.t:bnt:ina;trgicamente irnpidindonoslo. En La poesa y la msica, a su vez. inventan mil problemas difciles, se npo-
resumidas cuentas, el-yivo-ne-Cesita el ~~enerto que le mata: necesita morir nen las reglas gratuitas del soneto y las prohibiciones a menudo arbitrarias
para poder vivir! Irona o economa, pocO irllpon:a. El vivo no est en cier- de la fuga y del contrJ.punto, se encierran en la estrechez de un estricto juego
to tnodo intoxicado por su-dulce veneno. por el irritante diletna de una para encontrar su razn de ser. E:-; lo que Nietzsche llama "danzar en las
111uerte :l la \ez vital y ho1nicida? - Por eje1nplo. el cuerpo es el rgano- caJen:L"" Porque el artisr:1 nece.'-'ita encontrar trabas en sus anagramas y en
obstculo del aln1:l. El aln1a a la vez entorpece el f1.1nciona111iento ele los sus caligr:Hnas para ..,entir.-;e lihre. Es la gravedad lo que condiciona, con-
rgano.s al tomar conciencia de ellos, y representa el principio de anirnacin trarindolas, la graca de L1s h::ilarinas y el esfuerzo victorioso de los alpi-
sin el cual la carne inerte no sera ms que c::irroa; inversamente. la carne nistas. Y de 1nanera si111il:1r los triunfos del virtuoso son victorias sobre la
entorpece. desfigura y desn1iente el e:-;pfritu, y al n1is1no tien1po ofrece :il fatiga y la torpeza. sohn: la inercia inuscular '! la pereza de los rganos ..
ahna en pen~l, en y por encarnacin, la oportunidad de una exbtencia perso- Pur un efe1.._"to de balanceo donde se reconoce la Alternativa fncbmental, l:.i
nal y detennin3d:l; :i su 1nanera. el cuerpo e.'.'I por tanto la rnuerre de l_a vida gravitacin es para<ljica111enre el ~sano-obst:culo de l:.i levir:icin. El impul-
del altna y, en cierto modo, la muerte Yi[a de esa vida; el cuerpo es el alma so, Op-f, no exige acaso un contrapeso? Tal vez slo la poesa y la 1nsica
suspendida y- Constreida, para existir. a esa suspensin misma. No obs- silenciosa ele los ngeles ignoren las limitaciones vitales ...
t:inte el rgano-obstculo puede ser, en JeterminaJas circunstancias, ms La p:Ireja A pesar de-Porque se acenta Je forma distinta segn se trate
obstculo que rgano; este es el caso, especialmente, en el fracaso y en la de la muerte o del cuerpo. El organismo y sus rganos son efectivamente el
torpeza, cuando el cuerpo se convierte en una m3sa inerte sometida al
geotropismo de la gnvedad: este es el caso en el dolor y en la enfermedad, -' E-; lo que- Rcrdi~ic-v ll:un:td (J/iicticoci611

10() -~ 101
-..,;::t
rg:ioo-obsrJ.culo del espritu, pero (como su propio non1bre indica) son la experiencia primaria de la negacin y de la privacin, no experimenta
m:s rgano c.ue obsticulo: y J.qu el A_ pesar de es p:lr::idjico, esotrico, ' directamenre la renuncia a ser otro ni la contrari'edad de estar en otra parte,
secund::irio: y es el Porque por el contrario el que, en el caso de la muerre, no siente realmenre la imposibilidad de ser todos los o[ros, de estar en todas
dsaf:1 ;_.] sentido con1n. NegJcin del alrn3, el cuerpo no es m:s que panes, de ser sien1pre: no, la presencia no es de buenas a primeras la negacin
indirecramente y por intermitencias: el cuerpo es una interrupcin provi- de la omnipresencia, ni el presente es la negacin del omriipresente, ni la
sjonal y p:1rCi:Jl de la vida espiritual. El organismo es ante todo el conjunto individualidad de la totalid:id; sino que la presencia es la presencia, y el
<le instrun1t:ntos y herran1ientas naturales que permiren al individuo vivir: Ja presente es el presente, sin ninguna referencia a la ubicuidad, a la eternidad
evidencia esotrica del cuerpo, el volumen que ocupa en e! espacio son y a la universalidad, sn ningn sobreentendido de ninguna clase; la presen-
apJrente1nente la n1arca de un:i positividad no ambigua. Bergson, terico cia presente, desde el primer mon1ento, dice s pura y simplemente, absolu.-
de! rgJno-obst:cu!o, de !o virtu:il y de lo inexpresable, Bergson mis- ta1nente, en virtud de esa especie de tautologa ntica que tal vez sera mejor
n10 pone de r11anificsro la secundariedad de b. negacin y el carcter fan- llamar "tautousia" ... nicarnente una conciencia exageradamente preocupa-
tasrn::il de la poslbilidad, y disipa adems !J angustia de la muene. Sin duda da, puesta en presencia de alguien, piensa en los innumerables posibles que
e! rgJno es, segn Bergson,-; nis bien un obst:culo sorreJ.do que un 0.1edio esta exstencia ha excluido y condenado eternamente a la 'inexistenc:ia,
c:n1pleJdo; y n1s bien una negacin que una realidad positiva; sin duda el reconstruye el teln de fondo de los innumerables otros de los que ese
ojo es una especie de uisin canalizada... No es menos cierro que el aparato alguien es la negacin, in1agina el vaco eh el que ese alguien. se suspend~,.
ptico Jp~trcce en principio con10 un \JJs, con10 un tneclio de ver y una nagina su silueta, concibe todos los En otra parte y todos los De otro modo
concl!cin fsica de la funcin visual, y que ::i primer1 vista slo los esp- a los que ese alguien ha tenido que renunciar para ser alguien, considera
rirus 111al fonnados pueden pretender lo contrario. Del 1nismo n1odo que los las litnitaciones que son el precio de toda existencia concreta. A nadie se le
signos del lenguaje. segn la opinin cornn, expresan el sentido direc- ocurrira decir que el yo es un no-otro! Son n1:s bien los otros los que forman
tJtnente y rnantienen con l una relacin sin1ple y obvia: si hJ.cen desva- el no-yo, los que son la neg:icin del yo ... Cmo ese ncleo tan rico y tan
riJr al sentido y engendran la incornprensin es slo secundJriamente; las original al que llamamos n1nada, cmo ese microcosmos dentro del cosmos,
p:.1Ltbr:is son, en principio, un n1edio de cornunicarse y de hacerse compren- ese universo dentro del uni\erso, cmo no se bastan a s misn1os? Por qu
c!c:r: t:I sen[ido pasa por tanto de un espritu a otro gracias al lenguaje, y no es;:i_ enridad, en su soledad y en su unicid:Jd, no puede manifestarse in-
a pesar del lenguJje: tal es al inenos el postulado de una confianza ingenua dependienten1ente? El yo tiene un rostro. no es nicamente la mancha blanca,
que ignora J la vez la Jistorsin de la mentir:J. y el tormento de lo inexpre- el sitio que ha dejado vaco el no-yo circundante! Evidentemente cuando el
s~iblc:. El lengu:1je est: teric;:i.menre a disposicin del pensamiento hege- hombre se ve forzado, en el curso de su existencia, a hacer expresamente
n1nico con10 el tin1n est: a disposicin del pilo[o, como el violn est a una eleccin. experimenta dolorosamente el sacrificio de otras posibilida-
d:;posicin del vlo!inis[a, el rgano Je! org:J.nisLt. el instrurnento Je! ins- Jes, la prohibicin de sun1arla.s todas y los rigores de la alternativa. Pero
tru1nenti::i(a. Por derecho propio. L.1. posilivid:td sonora Je b.s p;.1.L1br;.1.s debera puede llainarse eleccin J !a gc1n opcin inteligible. me[ae111prica. ahist-
por tanto ser t:1n \eridica coino la posirivi<l:td ptic:.i c.ie !J JpJricncia e:xpre- rica en \inud de la cu~1l el ::;cr finito no es n1is que lo que es? _'.\;aJie recuerd:l
.si\a o Je la n1orfo!oga: pues es p:lr:l un e:::.pru cun1plicaJo y un poco haber elegido deliber:ida1nente su dc'stino o su carcter en una existencia
pe.:rverso, es par:i un poeta o par:1 !a reflexin filosfica para Jos que el prenat~1L. Esa eleccin, en el c~iso de que haya eleccin, no se presenta
pens~trniencu .'ie expresa a despecho del lenguaje y sufre ta Jefonn:icin y nunca, esa eleccin no se h:J. elegido nunca en un momento u otro: en
Lt refraccin de! rg:1no-obsr:iculo: el ino<.:Cn[e no sospecha todavl;1 este cualquier n101nento que se Lonsidere. esa eleccin inmemori:il estaha siem-
equivoco Je! rg:ino-obsrcu!o bajo el rgano un\oco. Dicho Je un rnoclo pre hecha de antemano; en cualquier momento que se la considere, la cria~
rn:is general toJavi;.i, !a existencia personal. en tanto en cuanto se encarna run finita es ya negacin posiva o. disposicin negada. Como por otra parte
en un;.1. presencia. c.'S directa e inJirect:in1enre \iviJa con10 p!enitu<l :lfirma- nos lo recuenla con sorna el pesiinismo. el ser que es no ha teniJo nunca
ti\J: es aquello que permire al ser que sea. , inejor Jicho, que se:i. l rnismo. eleccin entre nacer y no nacer: al ser virrual nunca se le ha consultaJo su
En la finitud de !Js cr!Jturas, una conciencia ngenua no conoce en realidad parecer, por la sencilla razn Je que no ha habido nunca candidato a la
existencia.. Antes del n~tcniento no haba nadie para escoger, y despus
ya era demasiaJo tarde! Por eso !a ..desdicha de ser.. slo es un J.contecimiento

l()j
_,,-{_;;;,-:'
.;~n el lenguaje metafrico de la .mitologa. Lo que es verdad para la existencia exilio y de separacin, consagra el renunciamiento de la criatura a la orllr~~~
-p_erso_nal y--encarnada es verdad a fortiori para la percepcin y la sensacin: pre:Seilcia;-pero ofrece un campo ilimitado a_-_nlli::Str'J.S empresas: p_J: ejempl_i,_ <~-?;:- -_-:_
~cepcin hecha de toda idea preconcebida, la sensacin no- nos habla ms el rnar separa le~; continentes, y al mismo tiernpo es !a va.-de G'8ffiUhitaci~}; ;.;.;: .,. -
que de presencia, inmediatamente presente a la exterioridad, la sens'acin que los relaciona; gracias al obstculo que debera aislarlos (y no ~ p_sr d~:
no constata ms que la particularidad concreta; la ausencia misma, tanto para ese obstculo), los hombres podrn ir de un lugar a otro y, adems-,:irite'rca_rr:}
la desesperanza como. para la esperanza, slo es ausencia por comparaCin biar mercancas, circular y negociar, encontrar un empleo en, 165\\.:'eh_cul~~'-:?~_ 1:--::c,ffj-'-. -
a alguna otra cosa, y es objeto de un sentimiento actual y positivo: pues no de la humana movilidad. Como el espacio, el tiempo_ es :iquello~qe:a la vez-~~< -;:-z
son el pasado y el futuro de la experiencia vivida-ellos r:nismos_mo-dali:... disloca y rene, aleja y acerca. Por otra .Parte, la S~~~~i?'t<d;e:_'f6_5''rtio_m-entoS_-,;.._.- . 4
9ades del presente? Aquello _a lo que la visin renuncia- para. ver_ ri_c;:> :-Se. ve; condena al s_er futuro a-no tener ms que...un _~icO:J?_r~~"efl~e-;:-Urt<Solo_ Ahora_-.,
y las cosas invisibles _que-habra podido ver ~i hubiera sido' i.finit:i, esas- a la vez, y le in1pide acurr1ular uno eodemque t?ntDore;,ef-s~PY''.l l-aber. sid:o_: -
-.c;sas no estn en absolu_to dadas en una presentacin, sino inferidas en un el Siempre de la eternidad le es negado por las ffiisffiah?raZOes_._que el Efl
representa.cin, es decir, en _una presenracin con exponente; el 'cai-TI:lo todas partes de la ubicuidad. Interpretado de for'ljla '._)fiV3.da~ ei-:ser tempo.:.-
mismo y el alcance que limitan .la Visin son vividos como un Mis-y 'no Coffib ral aparece Como despojado de la total presenc'i~ Y'(f~t''_lr(Jtf-1-iUn:z Nunc:"- -
L~n Nienos. Un rgano sin prejuicios ve lo que ve, siente lo que siente ... La sirnultanei<la<l diluiill_ en sucesin, el tiempo impecliria a!-ho~fnbre Ser en acto
evidencia concreta, la obligatoria veracidad de este Aqui-y-Ahor3., no hablan a cada momento todo aquello que puede ser; le impoii'e -fa j)aciencia, qu~
precisamente a favor del nominalismo? "Ecrrt yUp civa1, 1108. 8 oUx Ecrr1v: esta es virtud de la espera. Pero por otra paire el tie111po es poi: excelencia la
sentencia, que parece un genial truismo o una especie de perogrullada me- causa de nuestra libertad: por oposicin al estatuto de Jj intemporalidad
tafsica, resume en ella misma la gran tautologa del Eleatismo: sin duda llana e irre1ne<liable, representa para el ser irnperfecto la esperanza de deve-
podramos invertirla aplicando a la finitud aparentemente privativa de la nir orro; el tiempo es u~ n1edio relativamente positivo de completase poco
presencia personal lo que Parmnides deca del Ser y de la presencia total. a poco deviniendo, de reunir uno tras otro los posibles; en esto al n1enos es
La muerte es rgano-obstcUlo tanto como la individualidad corporal. pero u.na especie de restaur:1cln, y su naturaleza rnix:ta justifica a la vez el Tinzeo
el rgano-obstculo est considerado aqu por el otro extremo: aqu el rga- y Bergson. Economa ingeniosa donde la haya! Este medio infinitamente
no-obstculo es ante todo obstculo, obst:iculo exotricamente y rgano 111:s dcil y rn:s impalpable que el :lire atmosfrico es a la vez abs_o_luja1nente
invisiblemente; obstculo para el sentido comn y rgano para una refle...-Un incomprensible y co1nprensible a discrecin: la te111por.ilidad del tien1po, o
meJiata; es la posirivi<lad del Porque la que es, a su vez. inevidente y para- quod<li<la<l - el tien1po sustancial del aburrimiento. el tiempo desnudo y
djica. La muerte. decfrunos. es el fraude estpido. la molestia ciega. la con- vaco de la pura expecta\a -, es b. parte del destino; sin en1bargo las mo-
rrarie<la<l absurda y- sin contrapartida, para un ser, de realizarse plenamente. dalidades <le ese tietnpo. sus maneras de devenir estn literaln1ente hp filv.
C1no esta negacin que hadie puede vi\ic que n::idie ha vhido nunca, ~1 nuestra tora! <li::;crccin. El hl:'cho de ia futuricin esr abo(a<lo al destino.
puede forrnar parte de la existencia hun1anJ? La desesperacin ,)e produce pero las figuras del futuro serjn aquello que nuestro trabajo haga de ellas:
cuan<lo, en la pareja rgano-ohst:..culo. lo tr:tgico <le.c;YeL1 y pone ~ti dl'snudo dicho dc: otro rnodo, L1 "ft.HuricL1d ... que es el hecho-del-futuro. no <lepc:nde
unilaterahnente el obst5culo n1onJ.l. cuando la muerte se convierte en obs- de nosotros, pero las car:is del futuro dependen Je nuestra libertad. Dios
tculo puro: el trarnpoln, sobre el que la gravedad tomaba irnpulso, ha nos ir11pone la ten1poralidad. que e:-; L'l hecho--del-tie111po. con el consentirriiento
desaparecido; de una situacin dialctica y atrgic~1. el hotnbre ha caldo en de h~~cer de l lo que cp.1i.:-rJ1nos. de realizarnos ten1poraln1en[e, de actualizar
una situacin a<lialcrica y tr5gica .. nuestros posible.-;: sc: nos deja en cornp!eta libertad no slo para ocupar ese
A 1nita<l <le can1i_00 entre la muerte y la finitud personal. el tiernpo repre- tien1po con nuestras ocupaciones y nuestros asuntos. sino incluso para acortar
sent:i un caso intenne<lio donde el rgano y el obsticulo se equilibran. Mez- y acelerar a nuestro gusto el lapso <le_tiempo necesario para alcanzar nuestros
cla de ser y de no-ser. el devenir es preferible al no-ser. Devenir es. lite- fines. La perfecta obediencia del tien1po slo es con1parable a la resistencia
ralmente, n1ejor que nada! Espacio y tiempo, desde esta perspectiva, son infinita de la ten1porali<la<l. -y as aquello que impide es precisamente lo que
cornparables en todo: _el espacio obliga a los cuerpos impenetrables a coexis-- permite. aquello que pem1e impidiendo. lo que une separando y retrasando.
tir pa11es e_,"Cfra partes. a ocupar lugares definidos. y, al mismo tiempo. permite As es la ambigedad incornprensible de la mediacin! El devenir que hace
el movimiento o el desplazanento que los une: el espacio. principio de advL'nir al otro por alteracin conrinua es por tanto :.i. la vez agoga y rodeo.

!(): 10-'i
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,~~
conducror pun[ua! y c:ius:i de rerraso; la sucesin fluida de los n1omentos, del ser, el paso al no-ser repite esta realizacin con un proceso inverso, que
que :ilgunos Hainarin rai vez una dialcrica, representa bastante bien ese es como una lnea subterrnea yuxtapuesta a la primera; continuarriente la
irincr:1rio Je la unificJcin obstacu!izador:t. L1 posibilidad no re:ilizadJ. nos positividad implicJ. una neg:ttivdad y la evolucin una involucin que es
hace experin1enr:.ir dolorosamente la negatividad del tiempo opaco que como su transposicin yuxralineal; el casi~ine"Cistente deviene continuamente
nos cor1J. el c:in1ino :i la reaJidad y nos deniega el goce; pero al mismo [iempo un poco ms existente, sin dejar de encaminarse hacia la inexistencia!
hace brill:ir ante los ojos Jel hombre la esperanza de la tentadora realiza- Destructor y consrructor, el tiempo es una muerte que es una vida, pero esta
cin. En el rrahajo. la futuricin que prepara el ;icontecin1iento del aconte- vida es una vida que es una muerte. Esta contradiccin no es una pn1eba
cer es rnis :.sper;i y 1n:s escabros;i, pero conse0/a e incluso refuerza sus ms <le la interrne<liariedad criatura!?
vi11udes hodegticas. Cuando el tiempo se reduce a la temporalidad desnuda, La contradiccin del qrgano y del obstculo est en cierto modo implcita
es cu:indo el horr1bre esti en situacin trJgicJ., y el obsticulo decididamente en la positividad del cuerpo; y por otra parte se la puede descubrir en estado
se impone :d rg2no: entonces el tiempo inerte, petrific1do, desvitalizado, lqudo en la ambigedad del tiempo. Pero eso no es todo: el tiempo lica
no represenr;i nl~s que l:t !en[irud que re[ras:i nuestro des[ino . .A.s es como la contradiccn corpor:.d misma. Tal vez se:t necesario oponer aqu la trage-
el [!ernpo de l:i desesperacin, el tien1po tr:gico, vuelve a ser <le nue\o obs- dia sirnple de la contr:.idccin a la trageJia aguda de lo imposible-necesa-
tculo puro. El obstculo se in1pone r;imbin. aunque slo accdentalmente rio. Llamamos contradiccin a la desgracad;i situacin en que un odio muruo
y rnon1cntine:ime1He, en el fracaso: el iostrun1ento se vuelve concra el anida en los contrarios ocupados nicamente en negar.Se los unos a los otros:
lnstn.in1encist~t, ;: t:SLi inversin Je la erioiogi:.i nonn<d auinenta J;is dificu!tJ.des porque esta desdichada stu:i.cin no es en absoluto una situ:J.cin insolu~
virtuales que toJo instrumento implic:.i: efecto y causa intercan1bi:in sus ble, porque esta <lesdich;i<la situacin es en el fondo una situacin simple ...
papeles. El fr:.icaso esti aqu considerado no y;_ con10 una derrota de la torpe Y a siru:.icin simple, solucin simple: que Je comn acuerdo los contrarios
corporcicl;_d sino co1no un defecto del devenir. Si l:.i n1uerte aborto toral v se den la espalda y se separen, y que se vayan cada uno por su J;_dol Cuando
definl\'O, es el !n1ile y el superlativo del frac:iso, si ta muc""r~e es el fracas~ J;_ repugnanci:l es bilateral, el tnedio de entenderse est claro.. La situ:J.-
total ~,,. rnxln10 que detiene definitivJn1ente ro<la futuricin, el fraca- cin desdichada no es n15.s trgica en este sentido que la situacin feliz: tanto
so propian1ente dlcho :iparece con10 una especie de"" muerte minscula, o en el caso de la n1utualida<l centrfuga corno en ei caso de la Jtraccin bi-
rncjor an. una traged:i provisional y parci~ll con carjcter sien1pre ad,enti~ later:il. la solucin se ilnpone por s n1is1na! Esta solucin es la separacin.
cio: !o que signific:.i que la disranci:l entre !a muerte y ese lapsus accidental Pero el devenir mismo, en tanto _en cuanto es sucesin del :intes y del despus,
del devenir es infinit:l. no es ta1nbin a su m:Jner.i separ~1cin? Porque aqu es la separacin lo que
E! obst:iculo de una te1npor::ilidatl separ:iJor:.1 y neg:uiva remite;_ un rgano es me<lacin! Es la sep:J.racin la que, en caso de conflicto, mantiene l:.1 con-
n1edi:J.dor y re:1!iz:iJor que es el tiempo propi:trnente dicho. Pero el pen- tinu;icin de la existencia. Como la separacin parcaL l:i sep:ir:.icin tem-
s:u11ienro n_-;ciL1 continu:nentc entre rg:1no y: oh...;t:iculo ... Cuino nos n1os- poral apona un;i solucin al proble1na de la coexis[encia belicosa: los contra-
tr:1r: el c-sc:trnio di:l en\'ciecimienro, el rie1npo por el que el s1:T Se"' Jfirn1a rios po<lr5.n existir en el n1is1110 lugar. pero nunca en el nsn10 1no111ento:
nt~:1nJo el nu-st.:r Ji.: !:i rnuenc e::; 2! ;nisn10 un:1 n1uL:rtr.: progresi,a: el Jeve- los contrarios no se encontrarin nuncJ juntos, y la dificultaJ inhert:ntc: <le
nir que no.'> sirve no .'>lu para acorrar toJos lo.:; plazos de !J. reJliz;_cin vital, su n1utu:.i repugn:Incia queda ;is resuelta: haciendo cornparecer a los contra-
sino inclu:-;o par:1 hacer retroceder J. b n:tc_Lt. no:; encamina, en sun1J.. h:1ci:J. rios sucesi\a o ;iltern;iri,:.i1nente, el devenir hace menos innnente !;is an1e-
esa n;1c_b: el insttl.l!lk~nto 1nisn10 de nuesrr:l rc:lliz:1cin y Je nuc.'..'tro de:-:Jrrollo n:izas de guc:rra que re-sultaran Je la exclusin recproca. La conten1pori-
nos JCcTC:1 c:td:1 Ja n1:s :ti no-sc:r fin:J.: hoy 1ns que Jyer y n1enos que 1na- zacin es la astucia del riernpo! Los contr:irios que no poJran existir
i'i:1n:t: en cu:dquier n1o!nento que se consi<l1:Te, nunca el ser vivo h:.ibri csr:ido snulr-::nea1nente existirin por turnos: Je este 1nodo se suceJen los unos a
mis cerc:i de su rnuerre. Por una contr:id!ccin irnica y re:iln1ente desean~. los otros, en lugar Je destruirse los unos a los otros; uno primero, el otro
cerr:tnte que nos hace p;isar J~ !:i esperanz:1 a !;i Jesesper;inz:.i, la regresin J. continuJ.cin ... Los contrarios n1ismos devienen nio1nentos. Qu Jigo?
esc in.scritJ. en el interior misn10 Je !a progresin, y camin:l ;_ su misn10 Es la rnism:.i imposibiliJa<l que tienen Je soportarse unos a otros y Je coe-
p:lso: !o cual no quiere decir que !a neutr:ilice propiJmente hablando. pues xistir Jl mismo tiempo lo que los proyecta en el devenir: la contraJiccin,
un progre.so y un retroceso, el uno compensado por e! otro, inmovi!iz;iran en lugar <le est;il!ar, se resuelve. La evolucin no es. en suma. una explo-
e! devenir pura y sin1plen1ente: desmintiendo con[inu:.imente la realiz~1cin sil~n :unortigu:.ida y. por dt'.cido as. controlaJa? La sucesin Je lo :lnterior y

Hl!i ]()-:'
de lo ulterior es la nica dimenSin que les est permitida a los contrarios, condicin paradjica del amor;. el amor busca la unin, jpero se a pagaa si
Y la riica va que pennanece abierta.para ellos. Porque el tiempo. lenifica esta unin no _fuera contraf.iadaL S_e apresura por tanto, cuando es demasiado
lubrifica, pacifica la c-ntradiccir;~-grac:ias a la duraCiri (Ge Cic::itriza toda~ .. feHZ, a restablece~ ta--Ji~Lj_i:i.ia_-:qt.;-e hace del aTadO--ni;.-:Ser-cBfilpletamehte
_ . l~s heridas, consuela a los afligido.S, recompone el ser desgarrado, la trage- distinto a nosotros. Pues no: hay relacin sin alteridad. Eso es lo que piensan
, -d1a estacionaria se hace lquida y-fluida. El devenir diluye lo trgico de la
tragedia, es decir, hace de la trigedia_:desesperada un drama cronolgico: .11. .,
--~:-~;(i
no slo los TrobadOres: Si'Oo iricluso Raimundo lulio. Si la Andrmaca de
Racine representa lo tr:i~ic~-en:Primer grado, lo trgico_ del amor sin recipro-
los presentes.sucesivos, presenr:ridose. uno a-uno, pero siempre de uno en cidad, Brnit_~ represent;i:n15.s-._bien la tensin extre~a d la separacin. B-
-uno, acaban por diluir-el antagonisn10.- rnice- y Ttus' se aman y-SiI:i en}bargo se aban_donan,_ invitus invitam; y aun-

:3. Lo trgico de lo impr:sib!e-necesdrio.

El devenir Posibilita la imposible-:coex:istencia de.shacien<lo la sirribiosis de


los incomposibles: es por tanto un modus vivendi con !o trgico. Pero hay
l que los sentim~entos de Brne s~an simples, la' sit.cin es esenci<ilffiente
complea y cO.fusa. Atra_dGs y repelidos. a la vez,_pareCen no saber Ioque
quieren ... :Qu hacer? Adnde-. ir? Sobre qu almohada reposarn su cabeza
los dos coriCT'ris? En re3-1id:icl; les hara falta una tercera solucin, interme-
dia entfe el Sin y_el Con: -pero el principio mism de !3. disyuncin excluye
esta solucin ihtermedia;-.LJ. desesperante alternativa es por tanto un dilema.
algo mejor!, porque lo imposible-, recordn1oslo, es tarnhin necesario. Se-
paracin y siinbiosis son una y otra igualn1ente necesaria;; e iinposibles ... Lo
l "Lv1uero porque no muero... * dice el verso de Santa Teresa: pero esta para-
djica contradiccin in1plica para el optirnisn10 sobrenaturalista un sentido
imposible-necesario no se confunde rli con lo trgico sirnple de la repugnan~ snple y positivo que excluye todo pensa1niento de desesperJ.cin; si la vida
cia recproca, ni con una situacin irrecproca donde el uno busca al otro es la autntica muerte, como <lice un verso de Eu1pides citado por el <;orgias,5
que le huye: porque hay un trgico coinpuesto que se distingue a la vez de entonces la muerte es el autntico nacimiento, y no hay m:s que un puro y
la contradiccin y de una relacin unilateral sin correlacin: la relacin uni- sin1ple intercan1bio de vivos y n1uertos. Pero tan1bin podemos concebir un
lateral est en el origen de una persecucin infinit:i - pero esta persecucin, muero porque no inuero que no irnplique en absoluto un ~vivo porque no
aunque se tome su tiempo, no es una solucin: el destino de esos dos tr- vivo" correlativo: aquel que rnuere, en este caso, muere de verds; pero aquel
minos est:. efectivan1ente en que no consiguen ja1ns reunirse; el odio co- que vive no n:iuere rner1os.:iunque".muera de .otra maner.a:.en los dos casos,
rresponde aqu al am_or y el amor al odio. y estos dos sentitnienros contr:i.rios pue<le decirse el vivo muere. y el margen que se deja a nuestra libertad
estn, en ausencia de toda mutualidad, repartidos en dos cabezas distintas. parece que slo concierne -a la clase de muerte; no se nos pregunta si
lo trgico con1puesto es la contradiccin de una contradiccin: situacin tri- queremos morir o vivir (an ... annon), sino de qu clase de muerte preferira-
gican1ente trgica y correlacin rota llev;:i el ernbrollo al n1.s alto gr.ldo de n1os n1orir. Je qu maner~1: no se nos consulta sobre l:.i quoddidad, sino
la confusin: en e:-:;ta tragedia con exponente. en este crjgico J la ~segunda nica1nente sobre las 1no<.L1li<la<les. Prefiere usted tnorir vhien<lo o n1orir
potencia Jonde la atr:iccin n1utua y b. repulsin tnutua se desn1ienren la n1uriendo? En cualquier c~1so i:l ltiina p:ilabr:.i la sigue teniendo el no-ser!
una a la otra. dos tnninos contr:i<lictorios quieren respectivan1ente dos cosas Peor an: :iquel que n1LH~re por no poder n1orir no pue<le en reali<lad ni vivir
contr:i<lictorias-a !a vez: el amor y el o<lio coexisten aqu en cada trmino. ni morir; su imposible vid:i no es una \ida, pero tampoco una muerte; y ni
Correlathos y contradictorios a la vez, los dos rnninos necesitan. como los siquiera una n1ezcla de vid~1 y de rnuerte: ni, hablando con propied:id. Jlgo
a<licto::; a ~tlguna susranchc aquello que detcst~1n. necesitan t>I venen que intennedio entre 1-a rnuerrc y la vid-:.i.. Es precisa1nente, un in1posible-nece-
les tn:tta. Tal es !a situacin pasional y a1nbivalc:nte de dos :in1antes fren- sario. Por eso el conden:i<lo al que llan1amos vivo no puede ni resignarse ;i
ticos: no pueden vivir el uno sin el otro, ni vivir junto..;.;: no pue<len prescin- su suerte, ni no resign;irse a esa suerte (es decir, revelarse contr:.i ella). -Tal
dir el uno del otro, ni soportarse el uno al otro: lejos uno Je! otro !angui<lecen, es al menos el inconcebible lmite, el lmite a la vez impensable e insoportable
cerca el uno del otro se destrozan: no pue<len ni coexistir (puesto que se que U:.una1nos desesperacin y que la ingenua supersticin sita en el In-
contradicen), ni separarse, y van y vienen Je la ausencia a l:i coexistencia. fierno: el Infierno es lo imposible-necesario eternizado, y por tanto lo absurdo
Conflicto incoherente donde los haya! Es ::i esta situacin de desgarro a la
que llamamos lo imposihle-necesario. La separacn. que es normalmente F.n castellano en el or\g-in:il. ( :-\_ del T. l
un ohsticulo ;ara el encuentro ..se convierte en la pasin novelesca en la '191 <:".

lOS l()'J
rc:dizado. Suposicin literalrnenre imposible, el Infierno es el ln1ite meta- La tragedia de Sfocles no se equivocaba al buscar en los parricidas la esencia
ernpr!co hJc!a el que enden, en l::i empiria, las situ3.ciones casi desespe- de la iron::i trgica. Sin ernbargo no es uno eodenique tempore, ni en el mis-
r:idas: pues una si[uacin ernpirican1ente irnposible y necesaria, es decir mo instante supremo en que el creador engendra a su criatura y se encuen-
. simplcrncnte difcil y casi inevitJ.ble, por ejemplo una confusin trgica, u~ tra finalmen[e negado por ella. Es ms, la vida de uno cede el lugar a la vida
.callejn sin SJ!ida donde !a criatura no pued;i ni a\anzar ni retroceder, ni del otro. El rechazo y la ingratitud n1isma atenan as el escndalo de la
irse ni qued:Jrse. esta suacin nos da un sabor anticipado del Infierno. cntradiccin: la tragedia incluida en el complejo explosivo de la contradic-
Con !a utop:1 de !a felicidad mxirn;i, que es el instante-feliz y la buena- cin no se convierte ac:iso. gracias al propio rechazo, en evolutiva y progre-_
hoc1 e[ern:.i. forn1a p:ireja la inonstruosidad de una eternidad de sufrimientos. siva? Sencillamente es el inters biolgico el que se desplaza del procreador
As corno nos reprcsenLu11os la bicnavenrur.inza prolongando con la imagina- a su progenitura. ~A.qu el contenido trgico es bastante dbil. - Veamos ahora
cin e! instante Je! goce, :1S nos representan1os :J noSOlros n1ismos viviendo un caso en el que la contradiccin no slo aparece paliada por el sedativo
!o suprerno nsoport:Jble y prolongando con !a !n1aginaci-n el instante del de la sucesin, y la paradoja de lo imposible-necesario, milagrosamente, se
extre1no Jolor rnort~1l. el instante de un dolor que ya no es n1omenr:neo y cumple: es el caso del alumbramiento, cuando la muerte del uno es inme-
pro\i.-.;iona! en un proceso n1rbido. sino sufrin1iento hiperblico. Cmo diatamenre (y no prematuran1erlte) la condicin biolgica del nacimiento
puede la exisrencia .ser a la vez negada por una nihilizacin radical, y con- del otro. El procreador debe anularse para que sobreviva el producto, ne-
servad:1 ~1 pcrpeuidad. henchida. sacada a lore por una connuacin infer- garse a s n1isn10 para hacer un nuevo ser; y perece de este modo en la
n~d? In.-.::isra111us: los condenados que cuecen a fuego lento en las n1armitas :J.finnacin de su positividaJ mis cre:i.dora .~la ingrJ.titud diferida se opone
de! di:1blo ('Stin n1uerros o estn vivos? En rea!idad no estn ni lo uno ni lo as, en Tolstoi, la ingratitud fuln1inante del recin nacido que mata a la
orro. Esr:1 existc-ncia conrinuJ.mente destruida. continuamente renaciente, princesita en el instante 1nisrno de su nacimiento. Guerra y paz6 yuxtapone
est:1 cxistenci:1 tr:g!can1ente desg:Jrrada es la absurdidad mis1na. El devenir los dos contrarios - la muerte de la n1adre y el nacin1iento del nio - sin
:1yucL1 a digerir no slo la contradiccin. sino lo in1posible-necesario. Ve- tratar de explicar la injust::i y escandalosa tensin de esta alternativa, ni la
rno ...:;!o en p1i1ner !ug:tr por lo que respecta a !os contrarios: la muerre contra- repulsiva absurdidad de este sacrificio, ni el in1penetrable misterio del mal
dice la \"id:L pero posiividad y neg:Hivich1d no son nunca exactamente radical. La n1uerte-propi;.i, dec:J.mos, es el rgano-obst:culo de la vida-
conre1npor:neos: Li 1nuerre deja vivir ia vida (e incluso la h:1ce vivir. como propia: en b relacin de 1nis1nid:id-propia con otro, y en t:into que el otro
Se' pondrJ de n1~inifiesto de forn1a pstum:1) antes de aniquilarla, la muerte es completamente diferente de esta mismidad. la muerte-propia que es un
Jniqud:1 L1 \"ida de,~pus de haberla dejado Vi\'ir: n1ientras el .'.'lc'r est en vida, obst:culo sirnple ;.i la vida-propia puede ser el rgano simple de la vida del
b nc.'g:iti\id:id k-:i! pern1ant!ce virrual y J;irente. E\~identernente !a \/ida y la otro; o n1ejor an, la n1uerte del uno condicion:i entonces y posibilita la
n1ucne se exdu~en reciprocarnente. pero precis~unente. si dejamos de lado vid:i del otro: pero en tJnto que el otro es un:i parte de nosotros mismos
rotL1 nh..'Lifor:i. nu coh:thit:1n j:1n1Js y nunc:1 se d:in juntas por definicin: la 1nuert~-propia es :i Lt \'l'Z un ob.st:tculo para Lt vida-propia y el rg:ino
:niLnrr~1s que' L! \id:1 estj en .'.'ill plenitud. la n1ut'rrL' es una ."i111ple preocupa- dL l;.i \iJa-propia: pues aqut.! que n1uere re\i\e y se sobrevive en el otro. y
,:in \. unJ ::-unpic l'l'::>en:1 111cn[J.!: y Je"sJe el 1110111eruo en que l:.t n1uerte se s~ afirrna indirect;J_1nentc l'l1 L.'ic otro yo-1nisn10. Puede suceder que el crut:l
prt.':'c.'nLt. de:<doi:i ipso f:1cto :d ser de su ser. y lo desaloja .sobre la marcha ir y venir de 1~1 :1lternariv::1 se 005 presenre hajo !a forma Je un dile1na o de
por c:fccto d;;;' -"U :'o!a aparicin n1ortai: ]J n1uerrc y la vida no son jams un caso de conciencia trgico: ya no es 13. muerte 1nisn1a la que. sin pregun-
LonrL~nipor:lr:c.:t;-; - .-;:1ho quiz:is dur:inrc un insr:1nrc. sJho quizis durante el tarnos nue.-;tro p:lrecer. ."l:' enc:trg:1 Je liquid:1r ~11 creador con10 carente de
UL'111~u inf1n1rc:-.in1:d ck: un dL'.'itelio o de un :1hrir y cerrar de ojos! Por eso toJo inters. es el rndico el que debe s:icrific:1r :ll nirl.o o a la maUre. dando
lo. ; :1nriguo:' pen_..:;;1ban que e! hornbre no se sienre nunca concernido por su por sobrenrendiJo que en cu~t!quier c:Jso el precio de una vid:i es una muerre,
rnu1:.rrc-propi:t. ni .antes pue.o.;ro que es ti \"i\o. ni despus puesto que no que h:iy que c:imbi:ir una por la otra. En ambos casos una fatalidad inso-
quL~d:i n:tdie p:1r:1 .'!.:'ntirst' concernido. ,:Puede concebirse un:l alternativa ms luhle hace del aniqui!:J.n1il:'nro !a condicin del advenilniento. El mito de
nguro..-:t? - Pero es sobre todo cuando se consi<ler:t el rech:lZO de[ procrea- Kronos expresa en su lenguaje iinagin:ino nue~tr.i resistencia J la solucin
dor por :-:u progenitura cuando la contradiccin desgarradora de los snult- temporal de la contra.diccin: el ogro que devora a sus propios retoos nada
neos ."e dilu\c' en ~dternariva temporal. E\identen1ente se tr:1ta de un:l con-
tr:tdlccin. e~ b 11Kdid:1 L'n que e! x1rricid?- ha nacido de aquel a quien mata. '' 1!-' P:int. L \:.1p. '>.

11\1
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ms nacer se resiste locarnente al curso del deyenir; cortando de raz la ingra..:. - consumado de la criatura: sin embargo, puede ser sorprendido en el imper-
, titud venidera, neutralzando por adelantado la emanc.ipacin de su proge- ceptible trnsito de este a aquella; _antes es Q~masiadC? pronto, <lespu_~s es
~rtura, cree oponerse al rechazo del pasado por el futuro y a la negaciO demasiado tarde: pero en ei instante, y durallte el tierr;po~,ae~un -r-df.tmpa-go,
del productor por el producto. No solamente Kronos no es el principio del se nos puede presentar la ocasin de captar el mOmento flagrante de Ia
tiempo, sino que es ms bien la futuricin congelada: Kronos,-deteniendo creacin. Y sin duda se trata de un momento; el ms fugitivo .de los momen-
el devenir, quiere frenar el advenimiento normal del porvenir.--Ahora bien, to.S. En este sentido es decepcionante la culminacin- de una -genialidad
nadie puede nada contra el tiempo; Kronos tarnbn se .deja arrastrar por incapaz de sobrevivirse a s misma ms all del ,mom-entO 'puntual. .. Y Sin
Cronos: Zeus le iecluye en las profundidades del universo y rStabJeCe el' embargo es la desaparicin lo que condiciona el estallido c;ie la ap3:iicin;
-curso normal de las generaciones; las hyotisias de los primeros tiempos no del mismo modo que la extincin hace parpadear-ulla ~hispa, o blillar uri
habrn podido hacer nada contra los parricidas de la Tragedia: la. violen~ relmpago. Aparicin evanescente, la posibilidad s"e-mafchita- desde- el ins-
cia rnoderna se opone a la extincin contra natura del retoo :y pone en tante mismo en que se actualiza; y sin embargo todas-las posibilidades, sin
1narcha ~l advenimiento de lo nuevo; la violencia lleva a buen trrino las esta actualizacin, no seran n1s que sombras impoterites y estriles. Dicho
grandes transformaciones histricas. La negacin crnica. si elude la con'rradic- 'e un n1odo ms general, el coniienzo pierde Su funcin de iniciaC:in y de
cin n acljecto, deja subsistir una contradiccin pneumtica y dilatoria que iniciativa desde los primeros instantes de la continuacin: inmediatamente
es apenas menos chocante: aquel que da Ja vida, en lugar de ser corres- el instante incoactivo se convierte en iteracin y hibito; a pesar de todo es
pondido con tiernos cuidados }' alegras, es escandalosamente rechazado la continuacin 1-a que, repeliendo el co1nienzo, libera despus su prin1aca.
por el ingrato. Esta disimetra entre el don del ser y la aniquilacin no es Del rnisn10 modo que el presente, que es inspido, debe convertirse en pasa-
ninguna absurdidad inimaginable, en el sentido en que la identidad entre A do para tener algn sabor: entre el presente sin encanto y el pasado sin
y no-A es, necesariamente, una absurdidad inin1aginable: esta disimetra es realidad, debe haber un inst~1nte fugaz que conteng..i en s mismo el encanto
cuanto 1nenos un escndalo! A la gratuidad caritativa, que devueh'e bien por y L1 realidad, y que escape as a la alternativa. i.\'fejor an: la continuacin
nial, responde en efecto la gratuidad malvada, que devuelve rnal por bien, ten1poral 111isma es acaso otra cosa que la propulsin de innumer..:i.bles ins-
y que es un desinters al revs. La ingratitud propiamente dicha. pequeo tantes, prorrogados continuamente de presente en presente? Desde siem-
rechazo partitivo, rechazo conforme al tener, y no conforme al ser, es la pre el ser surge de! no--ser. y desde sien~pre el 5-er se <1.niqu_ila. en.eLno-ser...
forma menor del escndalo. El desgarrarniento de lo imposible-necesario se Advenin1iento seguido de un pof\:enir, el devenir es en todo momento la
refleja aqu en la profunda ambivalencia de las dos situaciones: entre el solucin n1otora que desbloquea lo insoluble de la imposibilidad nece-
procreador negado por aquello que le fue consubstancial, coesencial y saria.
consanguneo, y la progenitura todava ligada por un invisible cordn umbi- ;\loviiizado por el efecto del tien1po. lo imposible-necesario (ya sea necesa-
lical a aquello que an1a. pero que le in1pide vivir: se establece una tensin ria irnposihililLtd o i1nposihle nt:cesidadl deviene rgano-ohst~culo. Lo que
pasional. El individuo que. en ei a1nor, cree trabajar l solo, prepara as su no quien.:' ~n :lbsoluto decir: el cuerpo es tall proJI!O rgano. con10 tan pronto
propio descrdito. SchopenlYJ.Uer se dedic a desharatar esta tr:1111pa de la obstculo; ni correlativa111entc. el Lspritu es tan pronto dueo Je los rgano::;
especie, a di:Sipar el malentendido del a1nor y a descubrir el engao. - Si se para realizarse, co1no tan pronto escJa,o de los rg::i.nos para trorezar. sufrir
con..;;idera la_ relacin ambivalente del espritu creador con sus obras, el recha- o n1orr: pues esta alternancia de xito y fracaso significara que el cuerpo a
zo adquiere un aspecto ms rnetafrico: pues no es. corno hace un n1ornento, \"t:'CL'.S rnecliatiza sin i111pedir y a Yeces irnpide sin 111ediatizar. No~ En todo

el ser del creador el que se aniquila en la criatur..1. es sencillan1ente la gene- 111on1L'nto los dos contrarios e1nparl'nt-ados coinci<len en su necesaria e
ralidad del genio lo que e.:-; irreconocible en el opus operaturn; y, en este incon1pren.sible snbiosis psicoson1jticJ.. Pues el vincuftun que los une es
sentido al menos, _es el productor el que expira en su producto. Por otra de naturaleza casi irnperceptible. Evidentemente el devenir es una sucesin
parre, sera tal vez exagerado hablar, corno lo hace Georg SimmeL de una irreversible: el devenir es en principio un flujo donde cada nuevo presente
trJ.geia de la expresin o de la cultura: pues el tiempo, del mismo modo reernplaza y expulsa al presente de la vspera; y en este sentido es nega-
que sustituye al absurdo de la contradiccin por el escndalo de la nega- cin. Pero por otra parte el devenir es preformacin y supervivencia:
cin. suaviza tambin la paradoja inherente a toda creacin. El misterio de supervivencia del pasado y prefonnacin del fururo en el presente; lo concrario
la cre:.i.cin no es detectahle ni antes. en el creador. ni despus, en el hecho sucede a su contrario. -:iern e! devenir. en la rnedida Ln que es con.-;ervacin

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e ininanencia. retiene lo precedente en el interior Je lo siguiente. El devenir CJtsITofe, la realidad irre-.il de lo imXJsible-nece.sario se transforma continuamente
no es por tan[O un slrnplc dcs!iz:lmiento ni un simple luo. Pero t:11npoco en dinarnismo. As se explic::t que en el devenir haya para to<los los gustos.
es una ~unalg:lnLt dt-: vida y de n1uerte, de espru y de corporeidad. Ni y particuJ;irmente parJ. los dus hun1ores opuestos, el pesirnisino y el optinlismo:
tJrnpoco e! descubrinlienro de un tercer trrnino, medi::i.dor entre el ser y el el pesimismo, que justifica el estallido sien1pre amenazador de lo imposible-
no~ser: rnJ.s que ele una conciHacln o de una sntesis, habra que hablar tal necesario, se convierte en optitnismo cuando se considera el devenir como
vez ele un:.i oscilacin vibr:ttoria; y podernos llamar dialctico a este n1ovimiento advenimiento del ser y nacniento continuo; pues en e! devenir podemos
de o:>ciL1cin entre los extren1os, sempre y cu;indo precisemos que no se consider:J.r el reverso, que carece de neg::itivida<l, o el anverso, que es el
tLHa de un progre.'io escJ.lac. Lejos de inn1ovilizarse en un punto muerto, positivo del negativo. Continuamente a punto de hundirse en el no-ser, con-
!a relacin :ln1biv:.ilente de la atraccin-repulsiva engendra un equiiibrio tinuamente salva<lo en el ltimo minuto. salvado in extremis Je la muerte
esenci:.!ln1ente precario e inestable: lo insoluble se resuelve continuamente . que acecha, el ser encuentra en el devenir una solucin tempestuosa a su
y continuamente pern1anece irresuelto. ContinuJ.n1ente L1 mezcla explosiva insoluble problema. Graci::i.s al devenir, lo trgico de la desesperacin ser
que lb.rnarnos in1posible-nccesJ.rio roza la catJstrofe, y continuameni:e: la sin1plemente serio.
defla_gracin es evira<l:l por los pelos y ::iplazada para n1s adel::inte: la anfi-
bologa se sah:a J veces in exrreinis por la t:ingente in1pon<lerable de una
intuicin y .sorprende in frJganti el surgniento del ::ero .. Desgraciadan1ente 4. La eleccin.
:.icto ::iegu!do el ser p.sicoson1:itico cJ.e Je lleno en la rutin:.i Je la continuacin
d!ari:L Pero no es 111cnos cierto que la crisis inrninente, a punto de estallar, Lo itnposible-necesario se resuelve sobre todo en la disy1Jncin <lran1tica
se encuc:ntra n1ilagros~unente apL1zJ.da. Este modo de existencia inexistente Je la eleccin. L::t eleccin, crisis p;_sajer::i., no es en cierto mo<lo una
que !Lun:unos de\enir se n1~1ntiene en sun1a por e! movimiento: como un precipitacin de la altern:Hi,:1 latente? El futuro es una especie de gran elec-
ciclista que en el n1on1ento en que .se p:lra pierde e! equilibrio y cae J. derecha cin continu:1, aunque no dirigid:1, una eleccin espontine:1 pero muy lenta,
o a izquierda, :1s lo ln1posiblc-necesario se Jesinregrar:1 si perm:ineciera en virtu<l de la cual el car.crer y la persona no cesan de deteimin:irse y de
in1n\"il: escoge por Ltnto. con10 el ciclista, rodar, es decir, caer para adeL1nte: precisarse ni un solo instJnte. de p;:irticularizarse y, en cierto mo<lo, Je Jes-
el de,enir c>s una especie ele c:1da connuJ.JJ. A [rompicones y n1:..il que hil:1charse, de especificarse Jeviniendo otros. La alteracin crnica a veces
bien, de rebore en recJ.da y de recada en recuperJ.cin, el que deviene est recogida en es:.is crisis aguda.<; que son la eleccin de una profesin. o
reconduce co1no puede su existencia inexistente gr...1cias :J. algun::l.5 pro<ligios::is la eleccin de una 1nujer. Acaso no h:1 sucedido en la historia, que por efec-
acrob:ici:.ts conrinu:1nlente reno\ad:.i.s; Je .sstole a Jijs[ole y Je Jij::;tole a ss- co Je cualquier decisin reYolucion~1ri:1. se condense en sesenta minutos una
tole'. de 1niLtgro en nliL1,gro. un seguro az:ir pro!ong:.1 los !at!Jo.s de e.se fr5gil t'\'olucin que bahra durado siglo.-;.? El futuro es una eleccin dilui<l:1 y casi
n1.-;-_ulo IL1n1:1do cor:.1z6n: el ser. cojo. conrinl;a rL'nque:tn<lo su ~1fonunado in1rerceptihle: y \ice,t:T.":t. 1:1 eleccin, con sus ritrno_.:; brutales, es un futuro
recoirido entr. .: _K._'ligros de to<l~L-; clases. oc:.1.-;ione.s fr1\orJ.b!es y recuper~1ciones :icelerado y un condens:1do de :1lter:v:iones donde el procl:'.'iO se resun1e Je
dt: Lilri111:.1 hor:t. i\Li.s concretarnente. ]ns dos i11r.:01nparahles que lL11nan1os fonn:1 visible. Opciones repenrin:ts precipir~in as de vez en cu;indo J;i gran
:.dina y cuerpo esr:.ir:.i.n. gracias ::il mo<lus vi\en<li del de\enic perfect:unente opcin gradual ininterrun1pida e inYoluntaria que llaman1os envejecimiento.
:.H.bptados e! uno :.ti otro; fonnan entre los dos, en lne:1s generales. una tnez- Aqu t'l rgano-ohsr:culo ec-;rJ con.-;ider~1Jo Jirect:1n1ente. y en el acto 1nismo
cb 1ni" hitn \i:1h!e y ok:r:.th!e: el conden:.H.lo :.1 la \\Lb cotidiana se de.sen\1..1e!ve de su n:tcin1ienro. !VIientr:.1s que !a exi,-;tencia enc:1rn:1d~1 y L1 finitud de la cria-
sin dud:t hast:trHe hit.n entre los peligros nlona!e.s y L1s escen:.L'i Jon1.stic:.i.s. tura en gerieral n:presentan par,1 no,-;otros una eleccin ya ht:cha y un Jestino
En definitiva, nuesrra insoport::tb!e vida Je\iene, grJ.cias al tie1npo. un:.i \'ida fijaJo por adelantado. el ho1nbrc e1nprico. que es por definicin sietnprc
inuy sopor[~thlc. una \ida casi pasable. una vid:.1 tnilagrosan1ente tolerable y posterior a L1 grJ.n opcin 1netaen1prica de la indi\idualiJacL las pequei1::ts
que se conrinU:1. :1 tr~t,s Je tanL:.is en1ociones y :.unenaz;is, h~1st:t su tt:rnlino elecciones paniculJ.res repn:senran, n1ientras tienen lugar. nuestra contribucin
let:.iL llSlJllU lU 1notten1: en e! rnomento en que !o iinposible-neces::trio se Jes- expresa y personal :l la altcrn:.itiva: y .sin dud::t es la opcin mayor, la opcin
cuhre Jefiniri\:.unente que no era tan neces:J.rio como imposible. en el n10- r:.i<lical la que as se ra111ifica en bifurc2ciones secundariJ.s y en elecciones
1nenro en que la ir11posibiliJaJ prevalece sobre l:.1 necesidad, en ese momento divergentes cJda vez 1n::is especializ::i<las. Como h:.iba que elegir entre la
el cur.tZl>n .-;e p~1r:.i. y el funj111hulo c:.ie fulinin:tJo. Pt:ro 1nientras llt.:.'.-!;:.l est:.i existenci~1 lin1itadJ y !~1 inexistenci~1 llirnit:.iJ:i. co1no la cr(atura no po<la

11 ' 1 l~
(

Jcumular los inconipatibles ni ser alguien sin renunciar a ser todo, el destino el tiempo detenido) vuelve a poner a la historia en marcha y proporciona al
ha elegido por ella, des~e que nace, la determinacin que es negacin; y anfibio humano los rnedios para que contine su camino: como una an1puta-
por lo qi.Je respecta a laS elecciones libres de la e1npiria, son decisiones por .cin quirrgiC qUe, mutilando el cuerpu,--y-a-riesgo- de un constreirriiento
inedio de las cuales la criatura confirma y ratifica ella misma su unilateralidad, del organisffio, nos permite seguir viviendo. Mientras pueda elegir, la tria-
abunda en su propia finitud, asume la p-ialdicin de la alternativa en lugar tura no- est a-Corralada por el fin ltimo - ese fin ltimo que, para todos los
de protestar contra ella desesperadamente; sin duda la criatura acaparadora hombres, es 11" cesacin de ser-; desde el momento en que podemos elegir,
preferir:-a con _n1ucho no tener que elegir; suea tal vez con arrarnblar con _e.StamoS-'salv~dos~ La criatura no tiene todava que jugarse el todo por el
todas las ventajas incompatibles' ... Pero sucede que la coyuntura la obliga a tod! El que elige, mientras espera su turno para desaparecer, confa todava -
apearse-de: su an1bicin inetaemprica y la intima a que elija claramenre: el en su serte te1nporal. La eleccin, a fin de cuentas, es un gesto positivo,
ser finito, encarecido poi su finitud, acenra, al elegir, su disirnetra hertica. una afirmacin en la que la negacin est sencillamente sobreentendid-:i: el
las n1insculas tragedias' <le la eleccin le proporcionan por tanto la ocasin rechazo de otLls posibilidades slo sirve para poner de relieve la actualizacin
de consentir libremente a una situacin -destinal contra la que se hubie-r;a de- de a posibilidad elegida; elegir es en principio totnar; optar es en principio
batido en Yano. De n1odo que la eleccin no cura propiamente hablando el adoptar. cd.pc1cr0cn, a menudo incluso preferir, y por consiguiente dejar algo
mal incurable de la alternativa, sino que por el contrario lo agrava, y, dando fuera: el obst5culo slo aparece en segundo plano, secundaria e indirectamente;
su consendn1iento a la finitud, lo profundiza: pues aquel que escoge se hunde el S triunfa sohre el No y el lv1s sobre el Menos. Pero eso no es todo. En
Y se limita todava ms. La eleccin implic:i el sacrificio y el rechazo de irlu- lugar de aceptar obligado y forzado, de sufrir uole11s nolens la desgracia de
i
1nerables posibilidades que no son elegidas y que, por no haber sido elegidas, 1 la limitacin, el hombre libre y limitado consagra su libertad a hacer una

seguirn siendo potenciales. la eleccin se lleva a cabo a costa de esos sacri- buena eleccin, a elegir una huena limitacin: es libre, si no-de transgredir
ficios. Cu5.nt1s renuncias para una sola eleccin! Cuntas posibilidades per- el veto de la alternativa 1netaemprica, -al menos <le elegir la mejor posibilidad,
n1anecer:n eternamente posibles por un nico acontecilniento efectivo! La lo que quiere decir de hecho la 1nejor unilateralidad; dando por sobreentendido
eleccin es un xito 1ns inquietante, en cierto 1nodo, que cualquier fracaso: que la finitud no puede en ningn caso ser superada, se nos permite al
lapsus o acto fallido, el fracaso, incluso el fracaso vergonzoso, tiene siempre menos alguna libertad en cuanto a las maneras de est:ir li1nitado; la suma
un car:icter fortuito y por consiguiente inevitable; el frac::tso es en s mismo <le tod3s las _posibilida.-ete:; noG -es negacla, pero Ja .eleccin ..de.h_ nl.ejor de
3trJgico. Por el contrario, en la eleccin y por la eleccin, la criatura hace ellas depende de nosotros; la quod<lidad de la eleccin, es decir, el hecho
suya la constriccin que una fatalidad constitucional le impone; la criatura de que en-general hay que elegir. es una necesidad inexorable, &.i::trcEtcrtv
esti perfectarnente adaptada al est:J.tus de la alternativa. Pues si el fracaso im- 11, pero la eleccin adecuada est en nuestras manos: tal es la eleccin
. plicJ la posibilidad de un xito y L1 pen~1 de haberlo dejado escap~tr. la elec- racional en la que Ch. Pereln1an reconoce el ejercicjo cJe la lihertad. li,_ falta
cin, xito relativo del ho1nbre lin1itado. sobreentiende un tnal rnet:J.fisico de una ornnipotencia realinentt' ili1nita<l:.i. la sabidura divina nlisn1a, segn
que nadie puede pretender superar. - Sin t'1nhargo la eleccin aporta. s no Leibniz. :-;e definira por esa eleccin e1ninenten1ente n1oral y selectiva.
un retnedio ;t 1~1 enfern1edJ.d incurable. al 1nenos un:_i_ especie de solucin a Indeliher~1do y [ual como un ultin1jtun1. el de.safio n1etaen1prico de la opcin
la desgr~1cia insoluble. Una solucin constrictva, pero al fin y al cabo una se opone en esto al plural innumerable <le la eleccin: la variedad 1nulticolor
solucin! Fururkin dirigida. la eleccin ahn." unJ salida en er callejn sin sali- y n1ultforn1e de los rnatices; coloraciones, cualidades, n1o<lalidades que se
da Y entorn~l Lis pue1tas atranc:idas: o si se prefieren otras 11:genes: la elec- extienden sobre la rica p:det..'1 de LL.:; 1n-aneras de ser e1npric3s - est:i es la
cin drena el devenir estereotipado y n1antiene . ~1 base de golpes. la fluidez inagotable n1ateria proptu.:':Ha a nue,-.;tr:i e!eccn. esto es de lo que se trata
Y !:J. movilidad <le 11 :ilter.Jcin. devuelve su funcin J.ggica al flujo ternpordl <le escoger. En las proxinliUa<les de la muerte, la eleccin pierde sus posibili-
inmovilizado por la indecisin. ~Una soluci'u no es esenciahnente un medio dades y :-;us e/ep,ihilia: la :1lternati\a-de un condenado a muerre-(si podemos
de prolongar la existencia de algo rn::s :ilL del nstante? ~Un logro. el logro Vl'r aqu una <licoton1a) se transforma en dilema: el ser en ese momento ya
element1L no es la garanta de que el ser en general contina siendo? La no tiene eleccin entre <los o VJrios modos de ser. sino entre dos o varias
e.,peranza. la n1::s hurnilde esperanza. no es la confianza de que el vivo form:is <le no ser, entre diversas rnaneras de reventar: slo .se le pregunta a
sohreviviGi.? Por tnedio de la eleccin preferente y selectiva, el ser se escapa que ten1per:itura quiere ser cocido. de qu enferni.e<lad prefiere n1orir, o qu
para volver a e1npez~1r y vuelve a h:icer proy'-cros. La el~ccin. reparando clase.de ejL'cucin prefiere: b guillotina. el garrote, b. cicut;t, la silla elctrica?

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~

jEsw. eleccin es un::l c;iriC::l[UrJ. de !:1 eleccin. rnejor ::in, una siniestra bro-
n1a! D:ido que !J. n:1J~1 no tiene propieciaJes, y que por consiguiente un no-
ser es indistinguible de otro ilo-.ser, el can<liLLHo a tanas posibles muertes
no [ienl' eleccin: rnientr:is no ha elegido todava su n1ue11e preferida eri la
g;im:i de l:1s innurner:1bles muertes posibles, se representa a s rnisrno apos-
j es una representacin espacial, y si se aplica a la rnuen:e es nicamente por
analoga: pues es en el tie1npo donJe no hay' ni lneas fronterizas ni fonnas
ni figuras, donde la muerte es un acontecirniento-l1nite; la n1uerte pone el
punto final J. l;i sucesin de los acontecin1ientos vividos - y en esto es ms
bien el insta rite ltimo que el lmite. En el espacio, el lmite que cierne y
taJo en un:i encrucijada: pero desgraciadarnente todos tos ca1ninos llevan circunscribe la forma corporal de la persona est siempre y en todo momen-
a! rnisrno !ug:ir... o rnejor dicho no llevan :l ninguna p::i.ne; la eleccin es en 1 to dado, es inseparable de es:i persona, y se confunde con su cuerpo: crea
esr:.is condiciones un::l .:icudo-eleccin, '/ la .s:ilid~1 que aparenta :ibrirnos es el organisrno por una accin centrpeta que se sita fuera del tien1po. Y no
una sa!iJ3 sin1ul:id:1. La in[cncin n1isma de optar no esti siendo desmen- slo el lmite fonna parte integrante de la forma, sino que es la forma mis-
tid3 por el :.irnorfisn10 del no-ser al que :iquel que opw est: irremediablemente n1a, la fonna de hecho. De todo esto la obra de arte es un perfecto ejemplo:
:ibocado? b. belleza que. en el lmite de la perfeccin forn1al. se redondea en su insula-
rid;id encantada, no encarna ac:i.so el rgimen ele la clausura esttica? As
el fragn1ento oval del universo que JL1111amos retrato: trazando el contorno
5. EJ'ec!o re1roC1ctiuo del !tnite. con n gest reahnente den1irgico. la m;ino del dibujante esboza l:i. existen-
ci:.i de un rostro y da el ser a 3que!!o que circunscribe. "y la forn1;i dice:
La n1uert1:.: e.s el rg:tno-obs[:cu!o cJe L1 vida sobre tocio en un sentido SO)'":-; Gracias al arte, un equilibrio annnico se est;iblece entre la positivi-
ten1poral. L:1 n1u~n:e dibuja el delgado lnte sobre el que coinciden la nega- d:id y la renuncia, equilibrio que la sabidura in1nemorial y substancia-
tividad del obst:.cu!o y la posicivid:id del rg:1no; l;i lnea fronteriza de la list:i de los griegos buscaba en la autarqua . .,sapientia rentm ternzzos nouit",
n1uenc sel!:i. en el tien1po, la finitud de !a vida hun1ana: pues ha sido dicho dice Snec1 ... La finitud ele la obra de arte, tO Jptcrvov Kal 1:Af:1ov, fue para
que la duracin conceJicla a! ser vivo e::;t:.lri constrerl.ida entre los trnites de Goethe, Solger y Schelling una representacin fan1ilar. La obra de arte tem-
un lapso de rien1po cletermin:1do. En eso consiste tod:i la anfibologa del l- poral, rnsic~l, poerna, pelcula, clr~una o novel:i, corresponde :.l un caso
inite. en decir :t !3 vez s y no.-:- Este equvoco expresa a su rnaner:i. la ambi- inrenneclio entre la fonna espacial de la obra plistica y la formJ. informe de
gedad de la fecha intcrnpor;il ~:de J.ign !ug:1r que no est en ningn lugar. la vida: pues si la diinensin de la sonata y de J3 novela es la sucesin cro-
El ln1ire :ifirrna y niega, niega af!rn1::inclo y ~1firn1a negando. En L1 medida nolgic:i, esr:i sucesin es sin e1nb:i.rgo previsible: la sinfona puede volver-
en que rnira haci:1 el exterior, el linire excluye la :ilteridad, linta nues- se a toc:i.r y la novela releerse; sobre los sarcasn1os y las violenci3S ele !vle-
rr.1s pretensiones. consagrJ. la resign:icin de un ser que renunci:i a ser todos fi.:;tfeles, en la Sin}Onta Fciusto. plane:in ya los acordes msticos del coro
!o.:> seres: nos c:ncierra en la crcel <le nuesrra flnituU: niega :il ser \ivo todo final. La vida en can1bio no puede recomenzar: en la continuacin de los
!:ltr:i ;d Cjlll:' puJria :tspirar. Peru el !l1nite no e::-.t: l1nica1nenre 111js :t!Li, est al'Ontecinlientos lrre\ersih!e.:; que constituyen nue;-;tro de\enir vi\ido. el l1nite
~tl nlisn10 rie1npu 1n::s ac:1. por el 111ero hecho de .:it'.r instante inici~ll de un es. por definicin 111isn1:i. un an-no: el final ele L1 vida. pard el vi\o. es .sie111-
onJL'n distinto. Lt tnuerte e.-, :unbin el lnst:tnre final Je l:i viJa y. co1no tal, pre futuro, incluso en el ltin10 11101nento .. S. h;isra el ltin10 1ninuto ele
penenece :t est:t \iJa. es por derecho proplo de aqu '.lbajo: la fronrer:i. del nuestra ltin13 hor:i, el lrnite te1npor:1l de la vida sigue siendo un lrnite por
01ro n1undo fonn:1 pane en s n1is111a y por s nli.s1n:1 ele nuestro bajo mundo; \enif. .,{ por consiguiente L1 futura cesacin del .st'.r no est literalrnente dada.
en r:1no que inn1:tnente. \. por su \-t:rrientl:' intc>rior o citerior, encierra y de- ni :1naltican1ente i1nplcit:1 en el presente cJe ese ser: directan1entt'., el ser
fine la fonna pu:;,ili\:t de la exi.'>tenci~l: en la 111edid~t en aue estj vuelto 1acia slo iinplica J3 positivicJ:1d y la plenitud del ser. y es por tanto iinposib!e
el t.:entro Jr.:l ser li1niraJo. el !in11re afinna la inJi\icJu~ldacl org:nic:i, del extraer o deducir de ah la inuerre. Cu::indo. mis :.lci ele la n1uerte, !a positivi-
rnisn10 rnodo que Li fronter:i afinna J3 origin~tli<la<l naclon::d Je un Estado: d:id y la actu:ilidacl del presente nos son clacJ:is. es la forn1a limit:inte lo que
pues tennin:icin -,ignific~t ran1bin Jetenninacin. pue.s el ser !nit:iclo se nos es d:ido: desde este punto de vi:-it:i, '/ puesto que !a tnuerte es :J. l:i vez
ncuentra Jeli1nica<lo por su 1nisn10 !n1e; las nlismas paL1br:is !o dicen: el b forn1a y el fin, el presente vivido puede parecer a la vez informe e infi-
infinito, cin:E1pov. es 13 neg:icin Je lo fino. - 0Io ob.stanre, Ja idea cJe Imi[e nito; pero en !a n1edicla en que el vivo es monturus, destinado a morir.

~_!<.:;in c._lSSOll. 7in1s {!U<'IL'S. P- '"'

t lK ll'J
: puestro devenir admite al mismo tiempo e indirectamente la hipoteca de la la forn1a, consagra definitivamente la miseria de la finitud y de la unilatera-
finitud y la determinacin de la forma: aparece _entonces como una forma lidad de la criatura. Mientras el ser exista, la forma del ser_perma[)_ece en las
informe, o mejor an con10 un presente uniforme; porque 'es -presente est brumas del an-no (nondzun) yde la poSibilidad;-y;C:adUt1-fotma por fin
~1 misrno abrumado, aqu abajo, por la perspectiva de_ nuestra muerte fu- se actualiza, es el ser entonces el que se aniquila en la noche del ya-no-ms
tura; porque ese presente es el Ahora endeble, incompleto y marchito de (jamnon); el ser y la forma juegan al escondite, conio Eugenio Oneguin y
una criatura que hace tiempo comenz a ser y que morir- un da: ese pre- Tatiana Larina en la novela de Pushkin, y no se-dan nunca-juntos. L muerte
sente se resiente indirectamente de los efectos anticipados de una causalidad' estiliza, magnifica, dignific::i. la existencia- pasada ... Pero' esta dignidad, como
retroactiva; es la muerte invisible y presente, la muerte presente-pero toda- todo el mundo sabe, existe sobre todo para los superviventes, lo mismo que
va por venir, la muerte suspendida sobre.la-vida, es-la riluerte la que ex- la dignidad de la guerra es sobre todo par3 ls que no la hacen: lo:S historia-
plica la insuficiencia y la inquietud de nuestro devenir: sin ese futuro vir-'- dores, Jos grandes estrateg::i.s, los novelistas de guerray--los pintores de bata-
tualmente presente, el presente se confundira con la eternidad-purd y simple, llas; el soldado en la refriega seguramente no- opiria lo mismo que los his-
.y su plenitud intemporal sera fuente de bienaventuranza; ahora bien, nues- toriadores militares y los filsofos de la historia. Por qu extraarse entonces
tro eterno pfesente no es ms que una sernpiterna -repeticin. una mon- de que el vivo en la refriega de !J.-inmanencia de "la dualid::1.d, en la mediocri-
tona y aburrida continuacin sin densidad ni consistencia: as es la mediocre dad de la vida cotidiana, permanezca totalmente insensible a esta dignidad?
vida del pobre empleado para quien el presente eterno se reduce a una coti- La verdad. deca Gracian.'J slo ap::1.rece al final de los finales, y siempre
dianidad privada de futuro y de perspectiYa. y- sin emb3rgo, esta vida diaria, en ltin10 lugar. Schelling. por su parte, ll:in1aba renrziscencia (E.'J1:n11enuig!
abocada de hecho al envejecimiento y a la muerte, es vivida al da, como un al efecto retroactivo de! final sobre el comienzo: el comienzo slo apafece
aeternun 1Vunc sin comienzo ni fin: el an1or que dos amantes se juran el claro al final, el antecedenre slo se revela en su consecuente. 10. Esto es
uno al otro es eterno en el momento en que lo juran. pero para los testigos verdad en prnera lnea de la muerte: lo rnismo que lo ulterior, continuamente,
es provisional; precario prirnero y lbil deSpus, eterno para quien lo est interpreta el sentido de lo anterior, as el fin ltimo interpreta, en ltima
viviendo - he aqu la desdichada eternidad de una criatur3 condenada al instancia, el sentido de tod~1 la duracin; ]a tern1inacin, perfeccionando Y
mismo tiempo a la vida perpetua y a la n1uerte! En est3 eternidad amorfa, la redondeando la totalidad. da testimonio del significado general de una vida
forma limitante no est dada-de_ he Cho ... Y viceversa, cuando la forma y con y consagr:i su promocin hist:-icJ.: el -D!"". E. MirJ.::ows!d !9 .dice en trminos
la foril1;J el"ltimo lmite. noS;-srl.dad?S, es- ~i-ser el que nos es retirado: ya adrnirables.11 Olvidamos 1~1s imperfecciones del difunro o las convertimos
no q_uedanada.que linitarlf:l:.~)nformal.,_o bien la forrna que el no-ser ha en cualidades mediante un~l idealizacin y un ernbellecimiento retrospectivos,
vuelto frrisoria - esta alter"ii:-3."d_~,a-despi'_dada no tendr nunca lugar. No del 1nismo n1odo que se asca :1.l cadver para su ltirno viaje; le dan1os :.ilgunos
esperis hacer tran1pas en ella, _ni descuhrir astutan1ente el secreto de la retoques con vistas a una esque1n~ltizacin y a una siinplificacin ejernplares
form<J. ;inles que nos sea sustrado el ser. .. Cn ingenio.so 1necanisn10 npide de su inensae. As es con10 la ausencia ennohlece los Jetalles, los reveses
la ;icun1ulacin. Inflexible, odiosa altern:Hi\;i! La alternativa en general no y las n1ezquindade.s de 1..111~1 rnolesta presencia. La n1uerte tr.insfonna la vida
es acaso el 1novirniento b:.iscular que irnpuls~t y n1oviliza la futuricin? Toda en biografa, proyecta sobre ella un rayo de luz, un orden y ~t veces incluso
::;ucesin. en sun1a. se reduce a est~l disyl.1nriva continua en virtud de la cual un sentido n1oral. La forn1:1 del conjunto slo ap:1.rece en el ltimo mon1ento.
un n1omento no se puede dar nunca con otro. sino antes que el siguiente y y con el ltin10 rnon1ento de ese !ti1no momento: por eso hay que esperar
despus que el precedente: la sucesin nos concede el presente SLLstr::ryndonos al artculo supren1012 par:t juzgar e interpretar una existencia y. por ejempio,
el pasado. haciendo del Hoy un Ayer: y si no nos prohbe percibir y recordar
uno eodenzque tenlpore, no nos pennite en cambio ser y haber sido simul- !) cr. \''.nl<:'T Krauss. GrctC/llllS [/Je11sldire. p. 12-

tneamente; c_uando el principio aparece, el final todava no se ve: y cuando 1() f'hi!osn(Jiiie der .llrrbnlr!gie. kLTn .2.S: ...--1111 F.nde -:::e1/!,f .;fch. !('(IS illl ,11?/ltll.i! ll"ar." Pbilosophie
se llega al final, el principio desaparece ... El se ac:ih es el poso del devenir der ()fj'i! 11 /1(tntll/-.!. leccin .2H: .. f)u> F.11de utl'i!11ht111. 1n1s i11 Anjl111p, 1n1r.- Pbiloso/)bie der .H1rbo/1~~il'.
lecdn 15: .. ( hl!rt:lli a!so il!pJ bier,i<1.' Spiitere Ze11g111ss i'iher die Beder1tu11g des l'!beren l!h. Cf. lec-
que empuja conrinuarnente hacia el pasa<lo :.il an-no. Ahor.J. bien, esta vez
cin 2"'.". Philvsnpbie der U/ji:11ht11~111g. leccin 21.
no se trata ya de pequeas disyunrivas menores que siguen su curso, sino ti li!Tempsa;c11(\l)j:)l, pp. 12.~-!2"i.
de la gran disyunriva superlativa y definitiva que hace cesar para siempre la 12 Cf. ;,_,,nt:!i~n<'. 1. !K. d1:1ndo .1 l)vidi1l: Scilfci!f ultima semper E\pectaiuta dic.\" bomi11i est. F.n
0

continu;:icin misma y que. seilando !a in1posibiliJ:icJ <le acaparar el ser y rto:i!id:1d I; ci!a _de l),idici <!ncdw:::1 d l:1pitulo XIX,- no d lH dd 1il1rn de ]ps F.11sayos. 1N. del Tl

l.2 l
120
p:ir::i s::i.ber si un hornbre fue re:.ilmente feliz, del mismo modo que hay qJ~~~~J~~:'_~]
1 orden inteligible, dibujar constelaciones, descubrir posibilidades de agru-
esp~r_::ir: :il ltimo :icorde de l::t sona~::i p:ira estar en condiciones de emitir :~@! panlien[o, restaurar un:i arn1ona y una legalidad. Bergson, por su p2rte,
un JLUC!O coinpleto .sobre !::i obr:l. Ev1clenremcnte, ::i rnedida que el trmino - --_:.::-::_:- tambin pensaba que un cierto orden es capaz de regenerar completamente
fln:il se acerc::i y que el reloj de aren:i se vaca, las posibilidades de volver -:: ----:-.- el caos ms incoherente. Pero Bergson estaba pensando tambin en el orga-
acrJ.s tienden :i cero; y cad:i vez es m5.s in1probable que la cara del destinO~:,- nismo, totalidad abieri:a que evoluciona en la duracin y se realiza renovn.,.
pue<l:i rnodificar.se_ En l::J.s elecciones, la J.ritmtica, a partir d determinado _ _ ==::;' ______-~:;<_ <lose. Por desprovista de estilo, por informe que sea una vida, siempre tiene,
n1on1enro. prohbe un:i vuelt:i a la siru::icin :i.nterior o un cambio de lama- -~--;";4-:-~~-:- con10 el polvo de las estrellas, su orden y su sentido; pero ese sentido y ese
yor::i: la suerte definitivamente es[: echad::i, y a menudo mucho antes del J orden no aparecerin ms que al final, una vez concluida la carrera vital del
fin::il. 'fr:it:ndose de una obra de arte desconocida que se desarrolla en 4 vivo. Mientras la vida dura, la legalidad y la finalidad permanecen en todo
e! tiempo, y a foniori de un~1 vida humJna. la presencia de la libertad y los l n1on1ento nsensibles ... Sin en1bargo adivinamos enseguida que una ley estar
:.iz:ires ele los que esta liberrJ.d es fuente nos in1piden en rigor formular un -; presidiendo esta evolucin, que esta hi.storia estar trazando una curva. El
pronS[ico antes del ltimo fin de los fines: pues la 1.'ida de cualquiera, incluso l jitturo ante1ior, que es un futuro concebido por anticipado como pasado,
l:.i in::s huinilde. es siempre priinerJ. y ltim:.i audicin. desarrollo indito y J,j - le sin-'e a Bergson U para explicar est:J. paradoja de lo imprevisible previsto
original de una serie de experenci:.is nic1s en su gnero. El testigo slo {;,~-~ a medias: cuando todo haya acabado, est1n1os casi seguros de que el "men-
puede en1ir un juicio con la condicin de ser testigo hasta el final. Quin S:J.je,. de la vidJ. cumplido a partir de ese mon1ento, ser inteligible, y ante
sabe si el lrirno tnomento no devalu:ir de repente una vida aparentemente =~-i todo de que b:J.br:: en general un mensaje; entonces con1prenderemos lo
honorable o por e! contrario no rehabil:ir: una vida execrable?, si entre el que el desaparecido representaba par:i su poca de original y de irreemplaza-
penltirno suspiro y el lrirno, un ltin10 arontecin1iento, una ltima diligencia, ble. Profetas retrospectivos, presentnos que esta vd:i tiene un sentido, pero
un:i sorpres:i. una palabr:i, no vendrin bruscamente a ponerlo todo patas no sabran1os decir cul es ese senrido; presentin1os el qu. sin saber el cul;
arrib:l? C2utn sabe si habr:: que reconsiderarlo todo otra vez?, si l::i. vida o entrevemos la efectividad del quod, pero no podemos asignarle un quid; no
b obr:::i no cobrarJn en el ltimo minuto un sentido imprevisto, una luz nueva puedo predecir lo que suceder, dice Bergson n1ismo hablando del falso re-
que los irnp:::icientes, por irse Jntes del fin::d, no habrn tenido tiempo de conocimiento, .. pero preveo que voy a haberlo sabido. Este reconocin1iento
conocer? Boris Codunou tiene un sentido completamente diferente segn se no es a la vez verdadero y f:J.lso? Pues si se puede aprender aquello que ya
tc:rmine con la rnuerte de! zar. con10 Rin1ski-Korsakov hJba decidido, o con se sabe, y Jescubrir aquello que hJce tien1po se haba descubieri:o, inver-
la n1elope:1 Je! inocence que llora por los sufrin1ienros reservados a Rusia y sarnente se puede desconocer aquello que no se conoca: aqu se produce
profetiz:i sus Jesgr:ici:is, como i\--loussorgski misn10 haba querido origina- un:i especie de f:J.111iliaridad 1netJen1pirica que puede ser cornparada con la
ri:in1enre. En el priiner caso. Boris es una pera tr:idicional que finaliza con :i.n~unnesis de Platn: el hoinbre que cree recordar, y que sin ernbargo no
Lt n1uene de! hl:roe, y que esr: bas:id;__ en un personaje hi.strico; en el ha sabido j:itn:l.s. con1ienza por !:J. segunda vez: para l el n1nero Dos es el
segundo. Boris 1T\eL1 su profunda signiflc:1cin y su conmovedor mensaje, priinero. Si :il n1enos un verdadero profeta 1ne dijer:i el secreto del rn:.1ana,
que e::. el Je.'.)!inu de! pueblo ruso. Y BoJis Goduno1_: es nica preci.sJ1nente lo reconocera. :J.un4ue no Ju conucise~ Por qu entonces no puedo encon-
por esr:1 re,el:icin fin:il. De rnodo que el inst~1nre supremo lo puede cambiar tr:ir yo solo esa p:iiabra del futuro? Cuando el in1previsih!e genio haya es-
todo. j:\Llla ;;ucrte p~ira aquellos que l::i.s pris~1s les b:lcen perderse el ltimo crito su prxi1na obra de arte, reconocer .sin duda.esa obra de arte con10
n1inuto! !)UL':i 1:1 p~llabra de! misterio es quiz::.s la ltin1:J. palabra .. No os si procediera de un::t necesidad orginicJ. coino .si fuera la nica cosa que l
\ay:iis nunc:i :J.11[CS del fln:il! hubiera pudiJo escribir. y tendr L1 irnpresin de haberlo .:;abido siernpre.
De :ih proviene que !:J. finalidad de !:i existenci:J. humana sea necesa- Lo que no quiere decir: yo ran1bin habra podido escribirla .. Del mis1no
rian1en[e rerrospectiva. que no pueda nunc:i ser :inticipada: este es el caso modo, los ttulos que Debussy inscribe J.l final de su.s Prefu,fios expre.'.:lan :J.
Je !:i his(ori:i. que esti sie1npre inacab:td~t. y es t1rnhin el c:iso del vivo: rengln .'>eguido el sentido Je c:J.d:i piez::i. 'f sin en1b:irgo no podemos nunca
pues en t:in(o el vivo e.sr:i en vid::t, las :ivenrur:i.s de la libertad hacen fracasar (a menos de conocerlo por adelantado) anticipar el <lecorado que va a evocar.
cu:.ilquier fin:ilidaJ previsible. Por qu es necesario que el mensaje de una
vida, impreYisible anees de su trmino, se revele sempre :1 destiempo? Leibniz 15 F.sslJi _,-11r fes d1111m!es immt!diiues. p. !59. f11e1:~ie .,p1n-t11elle. p. l.~H_ Lu p1!11se et le 11wucc111f( fe
afirn1:~ que cnffe varo.'i punros en Jesorden siernpre se puede encontrar un f'n_,_,;ihfe d /1 N11/I. P- 1 !(1_ !JI'//.\" .>1111rces. pp. -2. -~ !_~
. Toda vida humana es una improvisacin ms o menos genial en este sentido; anticipado no son completan1ente ajenos al misterio de Vermeer, pero son
. Ei carcter pstun10. y re[roactivo de su finalidad permite explicar el de$~:-,.,_, especialmente fascinantes en la msica y en la poe~a,porqueda'poesa y la
conocimiento del que es casi fatalmente vctima: pues la. vid.a ms mediocre ::;;;;;;;;;.=;; rnsica son artes temprales y-parque: Su.S-oblas son-obras cn'mrttinuo de-
.. siempre es desconocida en cierta medida; es un hecho que el sentido venir, obras fluyentes, obras hechiceras; la msica, desde esteporito de vista,
;.una vida se desprende siempre demasiado tarde, y cuntas veces es un estadio intermedio entre la vida real, siempre :jfiforme-' hasta el -ltimo
grafa,.completa por fin entre las dos fechas fatdicas, se confunde con momento, y el arte propiamente dich. S el -he'Chl:Zo-"presente y el -hechizo
necrologa! Slo despus de muertos h41cemos. justicia a nuestros con tempo-.'. "~~~~l\. ,;, del presente son percCptibles nica~1ente p1f e1 creadr;' el hechizo-del pa-
rneos. Por qu es necesario que el -sentido et-e la vidacno sea .nunca .-eviden- sado se revela en cambio al espectadOf: .. 1 c:i';Loyente.:"Tods los hombres
, te durante esta vida? Por qu eL.hroe y el genio desconocidos deben es.:. son ms o menos esos artistas p-sfu-ni'oS', eSoSpbetaS. retrospectivos del
perar la muerte antes de ser reconocidos? S, pdr qu-este cruel desfase, .por pretrito, esos poetas prosaicos~ 'ct.iJ:ltjiera:es'capa-:;:'..'de-sentirlapoesa pro-
qu este injusto retraso, esta reparacin irrisoria?- La ausencia de toda con- saica de un vulgar puehlo de 'pro1;incias ... con- I"i::ondicin de no vivir en
, temporaneidad, la mala sincronizacin del sent_ido y del ser, la irnicaalter- . ~1, con la condicin de que el insignificante pueblo, con su jardn pblico y
nativa que nos obliga a escoger entre una forma sin ser y un ser sin forffia, sus calles somnolientas, se haya convertido en un recuerdo. El hechizo de
-. o a contentarnos con un futuro anterior pura_n1ente fantasmal - este es el hoy es, hy mismo, tan insensible como el aire; el hechizo de hoy slo ser
principio del malentendido esencial, estos son los elementos de nuestra des- sensible n1aana: la pretericin S lo que da un pe~fume al presente ino-
graca, los trn1inos fundamentales de la n-ialdicin criaturaL Adems siem- doro, un sabor a las horas inspidJs ... As la dulce ricordanza tiene un vncu-
pre hay una especie de punzante n1elancola en el reconocirniento tardo lo natural con la poesa de las lamentaciones: un punto imperceptible de
que sigue al desconocimiento. Han vivido, decitnos a veces; o mejor an: melancola, un frgil hechizo cubren delicadan1ente de reminiscencia toda
"han atnado, con10 al final del Lac de La1nartine. Y no hay algo de lacnico obr:J.; pues es necesario que el presente nos sea sustrado, y por consiguien-
Y reticente en esos pasados definidos, cuya solemnidad aprovecha inmedia- te que se haya hecho pasado p:1rJ s:.iborear su hechizo, como es necesario
tamente a cada cual? Por esta razn las ltin1as palabras" que ha reunido
0
que l:::i. presencia se ausente para que la echemos de menos. La memoriJ nos
Claude Aveline - ulthna verba-, proferidas por un hombre en el umbral del deja la iinagen separndol:.i ele su cuerpo fsico: por eso es en todos los hom-
no-ser, tienen una sonoridad distinta a los farragosos discursos y las elocuen- bres un preludio natural.del est:.ido potico; -el tiempo es 1a f:hrir'.1 dfil pa-
tes conferencias de la continuacin. El sen[ido en pena, el sentido de ultra- sado, el tien1po es pretericin exhalada y por tanto una cierta especie de
tumba, privado de stl ser por la n1uerte, es tan nost:lgico cofno un hechizo: poesa - pero es una poesa inconsistente, una poesa impotente y estril, y
pues el sentido descamado es una especie de hechizo, y el hechizo a su vez que no desen1bocar en el pen1a: el envejecin1iento, que desarrolla el sa-
es como el sentido impalpable y crptico de un rostro, de un3. n1irada o de hor de los vinos y el hechizo pintoresco de los monumentos o de los n1ue-
una sonrisa. El hechizo te1nporal se di.Stingue en esto de la belleza intem- hles, desarrolla el sentido lntil y prl:"cario. \:lno y conn1ovedor de nuestr:.is
, poral que el artisra es el nico c:1paz de captar o de crear: el creador percibe l:'xperiencias \'Yid~ts. Algo nosLlico y frigil exhalan los objetos de la 1ne-
in1nediata1nente y en el acto el bechizo del si.:r. y no necesita para eso que 1noria como si fuera un pt>rfun1t" dt"' glicinas en la noche; la hoja del lbun1
el presente sea pasado~ el creador transciende genialn1ente la desafortunada soi'L.HJoc1 que Liszt titul .fodis1 1 no_-; permite escuchar el eco lejano de una
alternativa qtJe separaba al ser ele su sentido_ Acaso no es el jbilo la emo- felicidad antigua que parece e1nergc-r cie las profundidades de la reminiscen-
cin creadora que inspira a los hon1bres S:ltisfechos la positivicl:icl Je un ser cia. Es algo inc.:xtingih!e e Inefrth\e L'On lo que no saben1os qu hacer. Cmo
lleno de sentido? Lo que llama1no:-> hellez:t no es otra cosa que ese hechizo- igualar o expresar estt: vano enc~1ntamiento? Pero sobre todo, cmo rete-
presente: la belleza perenniza la ocasin oportuna que, para los ho1nbres ner, poseer, acu1nular el ,-.;er con l sentido? O, lo que es lo 1nismo, cmo
no artistas, es tan breve como un relmpago: el An-no del sentido y el revivir lo irreversible? La re1nini.-;ccncia del paraso perdido traduce para
.'\'unc:1-1n:s del ser se resumen en el Ahora eterno del jbilo creador. El he- todo.s !os hotnhres esa nece.-;i<.L1li de unir el ser y el sentido que el tempo
chizo-presente no debe ser confundido con el hechizo del presente, el cual ha desunido. Un p:.iraso puede sr ou-a cosa que perdido? Tan dulce es la
responde a una cierta maner3. nostlgica y pasada de percibir el presente,
como si ese presenre fuera ya pasado: el presente caduco nos inspira en- 11 {. :4rhre de .YnN. !O ... [ )esde his prn~'tmciid:1dt~s de !::i memori; .. este es d tirulo_., rt'!rospectivo
tonces ~1na especie de pena 3nticip;ida; los sortilegios de este pasado por qllL .\11;11ule AILx:indniv cb ~t '-ll i11n1<.:r::i t :.-, 11. ''P .2 l.

-')
melancola del pasado que !a creamos artificia!n1en[e en pleno presente, mismo, aque11o que le falta a su conciencia de adulto: el ser fsico y la realidad
gr:1cias ~1 los rnaleflcios de l:i ausencia y de la separacin: lo novelesco y la vivida.
tragedia se sirven de 1:1 lej:.ina, de la partida. de la rnuerte, del obstjcu!o Del mi.sn10 modo que el bechizo se desprende de las pequeas muertes
p:ira clara la continuJcin una dignld:iJ y un estilo, y para reconocer desde sucesivas que tienen lug1r continuamente en el transcurso de un devenir
esta vid::i ~:i fom1a de lo informe; hacemos como si el vivo estuviera ya muerto, irreversible, as la muerte a secas desprende de golpe el hechizo, es decir,
y nos lo representamos corno si estuviera lejos, en el pasado, anticipando la la forma de la vida en su conjunto. La muerte no es el obstculo relativo que
estiliz1cin retrospecti\:i cuyo objeto es purificar, _iustificar. magnificar, digni- nos impide, en el curso de la continuacin, ;icumular el recuerdo del pasa-
ficar una existencia pros:.iica. Sabore:imos por anticipado aqu abajo !a dig- do con la efectividad vivida. la muerte es el obstculo absoluto que sella la
nid:id que la 1nuen:e confiere a toda criatura. - la irreversibilidad no tiene unicidad o sernelfacticidad de la existencia en general, e impide para siem-
especialmente re111edlo cuando se trata de nuestra inocencia-propia: pues lo pre la reiteracin de esta existencia. El lmite relativo perfila en el interior
1nisrno no puede :1 1:1 vez ser y saber !o que es. Est:J desgrJciada situ:.icin de la continuacin una sucesin de pocas y de lapsos temporales que se
no const![ll~e la altern:1tiva por excelencia? No se puede a la vez ser inocente redondean despus, corno por ejemplo mi difunta juventud, en periodos pa-
y saberlo: la inocencia en presente. b. inocencia en el acto es una simple saJos: el lmite absoluto de la muerte pone fin a toda continu:1cin en gene-
lnconscienci:i 5ubstancial: e !n\ersamente, la cons:iencia de la inocencia y ral y a la posibilidad rnism::i de prolongacione"s y resurgimientos: no son ya
el !de:il de pureza no Jpareccn rns que cu:1ndo l:J. inocencia e.c;t desp:Jbilada series intraseriales las que se Jelirnitan en los intervalos. es h1 Serie de todJs
y desde hace tlen1po p:i.sad:L Y por eso la modesr;a y la consciencia de Ja mo- las series la que se perfila en el no-ser. El devenir irreversible deja al n1enos
desti:i se excluyen gener:.tln1ente l:J una a la otra. En la relacin del n1i mis- -t subsistir en el acto la rrealidad fantasmal del recuerdo, contrapunteando la
mo al s misrno. el ser sin conciencia y la conciencia sin ser son en realidad realid;id fsca de un nuevo presente; la continuacin irreversible dispen-
dos edades sucesiv:1s, dos mon1entos que no pueden darse uno eoclen1que saba al menos una conciencia superviviente, una conciencia-testigo capaz
ternpore. En c;imbio, la presencia a nuestro lado del nir1o y del 111uchacho de con1pensar la presencia por el culto de la ausencia, l::i plenitud de la
parecen re:Jliz:1r es[a conrempor:ineidad; aqu el hechizo presente, que actualidad por l:i amarga delectacin de los das pas1dos, el jbilo del arte
!laman1os infancia o ju\entud. se rex1ne entre dos: aquel que es. pero no por la poesa melanclica del pasado y por la msica atormentada del tie1npo ...
sabe tocL1\a lo que es. y aquel que sabe. pero que ya no es !o que sabe; la n1uene no nos concede ni siquierJ este consuelo: ni el 1nenor aplazan1ien-
por tanto hacen falta sie1npre dos par..t hacer una conciencia-inocente coinple- ro que nos deje ;:il meno.s el tiempo fugitivo del recuerdo: la muerte su-
ta. que sera a la vez una inocencia-conscieJlte. No obst:1nte, la con[e1n- prne no slo las realidades Je la percepcin, sino incluso las posibilidades
por;rneid~1d de t:sras do:-> n1ltaJes independientes ~trascende realinente la y lo.s espectros n1i.s1nos Je la re1nini.scencia. -,{ por consiguiente, si las peque-
alternativa? E! n!o nos es especi:i!inente prt:'l'io...;n cuando nos lo repn:...;ent:1- ~1s ocasiones perJidas del intervalo irreversible. aunque hayan sido perdidas
1nos co1no t:I p;is:ido 1n:'l ...; cerc:1no. con10 el futuro pri.:rl'rito pron1erido a l:'n su fonna original. puedc-n .ser. al 1nenos bajo otras formas, posterior-
nuestra nosr:il~,i. con10 e! prirner c:1ndidaro ~1 l:i pretericin~ ;or ;oco que 111enre recuperadas. L1 Ocasin de las ocasiones. !a Ocasin :ihsoluta no lo
ron1en1ns concienl:i:1 ele es\:1 fr:lil nhr:1 de Jrte. do.:> .:'st:1 inoce-nci:1 ef111er:.i, pucJe ser. .. Una juventud fc1ca.sada e.s una juventud fracasada y punto: pues
tan pronto rn:1rchiL1Ja. :;e no.-; encoge el corazn y sentnos por aJeiant:tdo slo 5e es joven una \ez en !a vid:i. y !a poca de la juventud no puede de
la punz::inte pena de no h:iher s:1hido :tpreci:tr ...;ufic::-ntr.:>menre esr:1 n1:1r:1vi- ninguna n1anera repetirse; pero no es in1posible que aquel que ha echado
Ho...;a pureza que se nos ofn:c:t. '' la jun:-ntud. :1 su \'l'Z. es un hechizo incon1- :1 perder su juventud rcng:t una vejez feliz: no es n1posible hacerlo relati-
pren.o.;ihle cuya re:llid:td no podi.:1110:.; \iyir ni ~1prcciar su valor n1ientr:1s ...;on1os \:unence 111ejor inis tarde; Lis ocasiones no \an a f:Jltar rnientras le queJe a
jvene.s: la ju\encud en presente. la juventuJ incc_\nsciente no est tan s::uisfecha nuestra esperanza una brizna de futuro. En ca1nbio. una vida perdiJa est
Je ser ioven: ;no, ese pasado enc:int::i.Jo. cuando er:i presenre. no era irre1neJi~1hlen1ente perdid~1: si se pierJe la vida. toJo est5. perdido! No es

prccis:uncnte enc:HH:.tdor! Del 1nis1no rnodo que el .Sur fe!iz es un p:tr:tso posihlL ninguna recuperacin. puesto que todo ha :ic:.ibado. Una juventud
f:ihric:ido por los nrdicos. as la juven[ud es una edad de oro inventad:-1 por fr~lca.saJ~1 e.s un frJca.so parcial, y por consiguiente repar:1ble; una vida perdida
!os :idulto.s: a menos que no se::i un:.t neced:iJ par:i aJolescentes profesionales e.s una bancarrota total. y en consecuencia slo da lugar a la Jesesperacin.
o efebos :Jquejados de chochez prennturJ.. En c~unbio. la inf:incia y la juvenrud Es cierro que el ob.st:iculo ;rbso!uto, siendo como es rgano-obstculo,
pueden enc:1rn:tr p:1r:t e! ~1dulro. fuer:1 (k~ -, n1i,-;n1u y i__:n otro di.-;rinto :l s puede SLT considerado por ..:s~1 n1is1na razn corno la condicin n1etaf.sica

l.2(1
ms general ~e nuestra vida; la irreversibilidad de los momentos interme- CAPTIJLO III
dios alumbra e ilumina. de diversos modcis la existencia, en cambio la muerte LA ENTREABERTURA
detennina lo que en la--vida es esencialmente vital. De este modo_s_e verifi--_-
can una vez ms los aforisinos de Pascal sobre la mediocridad humana
af'.orismos profundamente repensados por Georg Simmel. La anfibologa dei
devenir nos ofrece en realidad motivos de consuelo y de desconsuelo, no
por turno sino a la vez: el ser en principio nos es presentado bajo una forma
restrictiva que, mqmentneamente, hara de l una obra de arte llena de sen-
tido; Y despus, cuando la forma ya nos ha sido dada, el ser, al quela forma
hab3: conferido su forma, nos es sustrado; la positividad de nuestro pre-
sente sin forma no es ms que una molesta positividad, una aparente e
informe eternidad; despus de lo cual. .. Pero es que hay algn despus? No
recibimos la forma para disfrutarla ~ pr lo den1s no queda nadie para
recibirla: y en n1ateria de forma, slo nos es dado ver el tajo de la negacin
que corta parJ. siempre la continuacin vital. El hombre pasa as sin transi-
cin de lo informe a la inexistencia: la forn1a de la existenci:J.-propia es un l. La- Quoddidacl del nsterio.
regalo que l hace a los supervivientes; y del que l no gozar jams! No es
de extraar por tanto que los Griegos hayan considerado el devenir como La entre.:ibertura expresa, tanto corno el rgano-obstculo, la profunda am-
un hbrido de ser y de no-ser: de hecho el devenir, renovacin continua de bigedad de la 1nuerte. Entreabertura, entrevisin ... Definitivamente. todo es
lo imposible-necesario, es a la vez un mediador de Ja realizacin vital y un entre cuando se trata del hombre. Despus de haber comprobado que la
escaln ms en direccin a la muerte. Sin e1nbargo, los sentimientos con- muerte es a la vez la imposibilidad de vivir y la condicin fundamental de
tradictorios que nos inspira el tiempo no se con1binan para formar una mezcla la existencia, descubrimos que es tambin una barrera infranqueable y una
bien do.sificad:J. y capaz Je devolver al sabio su serena ecuanimidad; no, fecha indefinidamente aplazada. De la muerte tenemos un conocimiento a
optimismo y pesimismo no componen una especie de desconsolado consuelo n1eJias que es al mismo tien1po una ignorancia a nledias, una docta ignoran-
o desesperada esperanza, en la que la espennz-J. y la desesperanza se neu- cia; sobre la n1uerte tenen1os un poder a medias que es tambin una impo-
tralizaran recprocamente: sera ms exacto decir que el hombre oscila con - tencia a medias ... Ciencia nesciente y poder impotente, gnosis a medias y
una especie Je movimiento vibratorio entre la confianza en el presente y en dbil fuerza - todo va a n1edias y todo es anfibolgico en las relaciones de
el fururo prxitno. y !a desesperanza del futuro -lej:ino. Este aleteo alterna- la criatura rnon:al con su rnuerte -. Situmonos sucesivJ.mente desde un punto
tivo constituye la a111biv;1Jencia nsrna. El .:-;er del futuro alienta l:l nprevi- di: vista agnsrico y desde un punto Je \ista Jrsrico. - Decamos antes que
sin diahlic~1 y la loca dt:"spreocupacin: el nu-_,.;er Je ese n1istno devenir el n1i.ste-rio de la 111uerte e.s inef:J.ble y op;:ico en s 1nsmo, que slo es reco-
hace prevalccl'r l:J. inconsol;ible desolacin qu.:. cuando fondea en el ho1nbre, nocible ~1 contorno Jel n1i:5terio, y slo se pueJen describir los eptetos <le
lo arrJstra todo. El hombre no est don1icilia<lo entre los dos, sino que va de l;1 1nis1nidad. La nihilizacin del ser no es acaso un sin sentido? Y por qu
uno al otro en un continuo ir y Yenir... En e.SH:' sentido cintico, que nos su- la cesacin Je la continu;icin y no la eternidad? Estas preguntas sin res-
giere la in1agen de un incesante ir y venir. y no en un sentido esttico, bien puesta nos ponen en contacto con el fondo oscuro del rrusterio. La distincin
puede hablarse <le intermediaridad criatura!. Esta intern1eJiaridad no ser entre un ncleo oscuro y un contorno claro podra aplicarse a la existencia
por casuali<laJ aquello a lo que solemos ll:J.mar lo Serio? misma. _es decir, al ser del ser. con ms propiedad que al no-ser de e.se ser:
lo que es oscuro es la raz Je! ser, y !o que es claro son sus moJos y maner.as
de ser; no P?demos saber cul es el sentido <le la existencia, ni por qu se
nos ha dado el ser. en vez de la nada, pero pode1nos debatir incansablemen-
te sobre las formas <le existencia y las maneras de vivir. Muchos otros misterios
parecen estar en el mismo caso: la liberrad. la vitalidad de la vida. la unin

l-2H 129
de! :.i.lma y t:I cuerpo, incognoscibles en su origen, p::irecen en cambio obvios conforma lo misterioso del misterio. Del mismo modo, presentimos que hay
en :'>u rnanifc.:s[acln sensible. - Pero tambin puede decirse [o conrrario, y un infinito sin poder determinar si ese infinito e.S un nmer-o par o impar,
con 1n::.1vor r:J.zn: pues l:J. :J.n1biglleJ:id del n1isterio es ell;:i mis1n;:i infini- siendo como es obligaroriarnente finito todo nmero al que se le asigna de
t:uncnce' :in1bigua. L:l cl:Jrific;:icJn del misterio es todJ.va el claroscuro con hecho la cantidad; y aquI es la pregunta Cunto la que no tiene respuesta.
sus contornos crepusculares, pero !os trminos estn invertidos: un misterio, Del mismo modo que la pregunta Cmo queda en suspenso cuando se trata
en estJ. ocasin, es :ilgo cuy2 existencia se sospech2 o se adivina, pero cuyas de la libertad o de la vitalidad.* .Es evidente que soy, dice Descartes, pero no
detenninaciones circunst:Jnci:iles se ignor::in. El ser es de una claridad rr1eri- s ex;:ictamente lo que soy. As como todo el desglose de la temporalidad y
diana. rnicntrJ.s que las n1aneras de ser siguen siendo algo nociurnas y de la movilidad se reduce a las estaciones, as todo el desglose de la vida se
bru111osas. La docta ignorancia de! n1isterio no tiene nada en comn con un reduce a mecanismos fsico-quimicos; y a pesar de todo la evidencia sint-
s:iber enu111er::itivo sencillarnente incornpleto, ni con una ciencia aproxima- tica de la vitalidad se renueva continuamente en nuestros anlisis; todo el
tiva o iinperfect::i que no h::iy::i Jgot::ido tod;:is !:is particularidades modales desglose de la libertad se reduce a determinaciones y a n1otivaciones.. y
de su obje[o, ni con un est;:ido descriptivo :il que LtJra tal o cu3.l precisin, no obstante soy libre! _Soy libre. pero no me preguntis c;no. la libertad
por ejetnplo, el nornbre, o !J. edaJ. o el donlicilo .. No se [rata de ningn y la vitalidad no pueden ser demostradas, y sin embargo su evidencia pro-
p!ur::il colectivo, pero t:.unpoco de dos n1irades si1ntricas, una de las cua- testa contra roda empresa reduccionista. La liben:ad, como Dios, existe sin
les permanecer::i en !:1 so1nbr;:i. T:Hnpoco se puede decir. propiarnente ha- consistir, y es tanto ms existente cuanto ms inconsistente es. El tiempo es
bL:inJo, que el ser sobrepase en in1po11tu1cia a sus modalidades, con10 se algo que, en su quoddidad o en su algo. se nos da al por rnayor y con cre-
dice que las cu::i!idJdes pnrntirias o ms esenci:iles sobrepasan en impor- ces; bien mirado ese no s qu no es nada. Juan Crisston10, en su tratado
r:incia :l las cualidades secundcalas. Pues las cosas que se ignoran y un no De lo ncomprensble (TIEpl ci.KaTaA~TI-cou). se expresa del n1ismo n1odo al
s qu entrevisro no est:J.n en un nsn10 plano, ni son de un n1ismo gnero! hJblar de las formas de unin del ahna y el cuerpo. Lo que vale para la liber-
La ciencia nesciente del n1isterio es una ciencia vaga, scienta uaga: ;:idivin;:i tad, su poder esencialn1enre afinn:Hivo y creador, lo que vale para la positi-
v::ig:unenre que un :i.contecimiento hJ. tenido lug:1r, pero sin ningn detalle vid:id de lJ. vida, vale ta1nbin, en sentido inverso, parJ. la muerte. "Todo lo
::inecdtico y sobre todo sin las coordenadas de lugar y tiempo cuya inter- que s, dice Pascal, 1 es que pronto deber morir, pero sobre lo que menos
seccin perrnitira su localiz;:icin ex::tcra. Ahora bien, si hay n1isterio es por- s. es sobre esta muerte n1ism:i que no podr evitar." El elemento describi-
que las circunstancias ignoradas son, no ya desconocidas, sino incognosci- ble y palpable de la vida es en definitivas cuentas la inercia, es decir, el
bles, no ya desconocidas hasta nueva orden y en el est:J.do :ic[l1:Jl de nuestros n1uen:o; el elemenro pens::i.ble y narr:ible de la muerte es siempre, en defini-
conocin1ien[O.S, sino incognoscibles etern:in1ente y :i priori. Esta es la r:i.zn tiva, el vivo. Lo mismo que la born libertats. el minuto de libertad, el fat de
por la ciue !a teo!ogia es tJn inn1ovilis[a con10 !a t::inatolog:L Pasc::iL por !a decisin. el fuero interno de la volunrad se susrraen ohstinadamente a
t:'en1plo. dce c!t~1ndo :1 Juan Crissron10 que el hoinbre presiente L1 exis- nue.-;tros di:'icursos, as la hora 111011is, esc::imoreada y ahogada continuamen-
tLncia de l)ios, pero que no puede conocer su n:Huralez:1 ni sus propiedn- te. p~1r.1 todo ser vivo, en la plenitud y ia continuacin del devenir vivido.
de ...;. !)i~:J.n1os nosotros ::i nuestra \ez: el hoinbre advin:.i en szt corazn que esr:1 bnra n10J1S se aleja y _-;e oculta en direccin al futuro: diferida de una
Dios e_c-iste. pero no pucde detenninar por el entendimiento aquello en lo hora para orr:J.. apb.zada de un d~1 para otro. la hora de la rnuerte-propia no
que con.~fst<:>. b cc.'rteza de un .-!~(;lo y !a in1po.-.;ibllidad de d~signar esto o aque- est nuncJ ni en ningn 1nomento presente y :1signahle en el pensan1iento
llo Sl' desn1ienten L1 un::i ::i l::i otra. Preciscn1os que ningun:i cienci:.i positv::i. del hon1hre en vida. ;Y :i pesar de. todo. el ser pensante deher inorir~ La
es c~1r~1z de situar a Dio.:; en e! tien1po, loc~1!izarlo en el esp~1cio. inedir .su n1uerte es tot::iln1ente ciert~1 en cuanto hecho, y totahnente incien:J en cuJ.n-
tJrnail.o o describir su :ispecto, responder a l:J.s preguritas Dnde. Cu:ndo y to a la fecha. la quoddidad de Dios no es. ni n1ucho rnenos, t:.1n evidente!
Crno. definir sus predic;:irnentos: y sin en1bargo. el Qzto[f, el hecho de que Por lo que respecta a la incenidurnbre: si l;:i fecha de la muen:e no puede
Dios c:xiste. conserva par-J. P:i.sc:i! una suene de e\idencia, una evidenci:J. t::ln
tot;:il corno sornera y op::ic:.t. Aquel que est:i en coJ:.is pJ.n:e.s y en ninguna
parte, sie1npre y nunca, y que desb;:ir:ira cualquier precisin categrica, se Fifufiti!.Jank2l~vitch usa d tt:-nmno 111<1iid{Jd con d -,1gnific1do de -cualldaJ Je est:ir vivo. y no
d.:: fuerz:t o energa que .'>ugc:re i:.""n .:;i.-.,dbnu. \N. del T. J
revelar.:. :l hon1bre en su pur:i y simple quoddidad. Dios no est: por tanto
1 Pei1ses. !!l. fra. )').-1. Cf. 2)3: ".1hernn.., <!llL' hay un infinit. e ignorarnos su n:ttl!raleza ... No -.;a-
o.x:u][o. sino c:.1si ucu!to. }'ere uhscollclitus. y e:-; i.:sr:1 semi-ocult~tcln !a _que h<Cnios lo (/!/l!L"O:.-. (f:I subr.1yado e.., nu~-.,m> '\J. lk..,ctrit:..,. !/.'" .\J.-diratf1J11. "i.

l.~ll
lj l
ser fijada, como la rbita de los cometas, con completa exactirucl, no se debe del futuro? Sabemos que ele todas mJ.neras habr un futuro, incluso si no
nicamente a que carezcamos de medios rigu_rosos de previSin y. de instru- estamos ya all cuando Mariana sea._hoy;'.,que--.de_ todas .maneras el Domin-
me~tos apropiados, o a que nuestros pronstiCos seran actu3.!me0te-iinPrecisos go que viene vendr, annque ya no esten10s ;:dli:para M-affii.l~ Bofni.ngo; pero
- y proximados, en razn particularn1ente de la compl"ejidad de ls determi- lo que ser ese maana, y si ser un maanaJel-iz_o un maana triste, eso
niSmos biolgicos y del margen del azar: en este caso, -~estra ihc_ertiduffibre no lo sabernos. Recordemos sin embargo que la_ incertidumbre de_ la muerte
se_ra tan emprica co1no la de las previsiones meteorol-gicas; -s-erarrlos de concierne sobre todo a la fecha .. Fenn1eno .completamente cierto si se
he<:"ho incapaces -de fijar la hora, que no es ms-que una_ cifr.i- e~ el cuadran- lo considera en su efectividad metafsica- o -en-su necesidae:J_ na(ural,_ el acon-
te del reloj, e incluso la fecha, que no es ms que n nmero en el calerida- tecimiento de la muerte :Slo es una eventualidad en lo q:qe_, se refiere a s_u
riO'. No!, por lo que la predicci-ri es imposible, es pr ra:iones met_fSicas. fecha y a sus circunstancias. Bilgicamente, estad~ticamentej _puede: Jiaber
No se trata de una imprecisin accidental, sirio de' uria indetermiacili. algo ms previsible que el hecho de la muerte?' Sin embargo ese h_echo es
e.Sencial. Demostraremos que el instante Je la muerte est fuera _d~- calq'~ler en s 1nisn10 el puro y snple advenimiento, o sobrevenimiento de la_ muerte,
categora. Lo que est aqu indeterminado es la respuesta a las pregu'nras ese hecho es el hecbo _de que la muerte en genera-1 l_legar un <la. El hecho-
Pnde y Cmo, y la relacin de la ley general con mi Caso particiJlar;-y-sobre de-que no responde ::i la pregunta de saber quid_sit -mors, Cjuill, es decir,
todo, la respuesta a la pregunta Cundo. Efectivamente, acabaremos por mo- quaHs (o quon1odo) y quanta, quando y ubi, sino que enuncia sencillamente
rir de determinada muerte, como consecuencia de detern1inada enfern1e<lad el hecho quod niors si!. Del mismo modo que la voiunta<l kantiana se siente
o de determinado accidente, en tal o cual lugar, en tal o cual fecha, en tales o obligada en general antes de saber a qu, as la cana pen.sanre de Pa.scal
o.1ales circunstancias, de tal o cual manera ... Pero no lo podemos saber por ade- sabe que muere, z sabe abstr:lctan1ente que es mortal, pero no comprende lo
lantado. La muerte por tanto slo es ir.detenninada como momento por ve- que es la 1nuerte e ignora su natur:.tleza. Segn que el pronombre quid
nir. Nis que indeternnada, la muerte es imprevisible. Dios est, para el inte1Togue, o que la conjuncin quod enuncie, el verbo ser no tiene eviden-
hombre, indeterminac;io desde sie1npre, y el infinito est, para nuestra razn, temente el n1iSn10 sentido: en el primer caso, es copulativo y requiere la
infinitan1ente indetern1inado: pero las circunstancias de la muerte no estn atribucin de un predicado al sujeto: en el segundo, es ontolgico, y expre-
en suspenso n1s que el mismo da de la muerte; el da y la horJ. son la reve- sa un bay forn1al y absoluta1nente vaco Je todo contenido. El Quid pone
lacin del ltimo instante, y es la muerte misma la que los determina in e.'----rre- el acento, y su intencin expres2 es la bs.q1.Jed2 de 1J.!) __prqpiedades .SG:Cun-
mis al sobrevenir; el interesado no conocer:: el secreto de su muerte-propia darias que convienen ::i una -subStancia preexistente: el Quod, fundindose
ms que en el ltimo momento; el vivo slo sabe la hora cuando la muerte con su verbo, anuncia categric:.unente un juicio de existencia: en realidad
se presenta, es decir, cuando ha dejado de vivir; pues no vive nunca el pre- el Qttolf no es una detennin-acin. sino ms bien una detenninacin com-
sente de su rnuerte. y por consiguiente, hasta el instante supremo. ignora la pletan1ente indetenninada. El Quoc{ e:-i inenarrable... L::i.s modalidades pen-
fecha. Porque cuando la muerte haya tenido lugar. es el vivo el que ya no den de las preguntas etern:unente interrogativa5. no pudiendo ser la respues-
tendr lugar! La detenninacin de esta certidu1nbre no puede ser nunca ms ta 111:.s qul'." la repeticin Je la pn:gunta. puesto que plantean preguni::.1s sin
que pstun1a. Despus o retro.-;pectiva1ncnte. L1 n1uerte habri sido un ::icon- respuesta; y la quoddidad. por su p:.111e. es nl:.i bien una re.ipuest~-t sin pre-
tecimiento determinado en todas sus coordenada.s, pero en presente slo lo gunta, unJ. respuesta por decirlo as ya respondida: apenas hernos tenido
es para los superYivientes y para los tercerbs; la hora Je la niuerte-propia ticn1po parL1 preguntaran n-zors sil. cu:Inclo la certidun1bre de que hen1os Je
slo es cierta en futuro anterior! El acontecinento de la n1uerte, en esto. es 1norir un <la viene a taparnos la boca. Pero esta certidun1bre vaga y abs-
con1parable a la prnera ton1a de conciencia y a la prirnera mentira: ya sabe- tracta nO sabe ser. propi:.unente hablando, una intuicin: es <lernasiado sirn-
mos que de todas maneras el nirl.o perder su inocencia, pero no sabernos plista paa eso! C1110 una quod<lidad cu-yas circunstancias quidditativas son
cundo, ni con motivo de qu. Por un lado estn -1os acontecimientos con- inciertas no va a parecer a su vez evasiva y nebulosa? Sabemos que la muerte
tingentes1 de los que no sabemos ni si llegar:n a ser. ni cundo se produci- llegar.. un da, pero no .-;ahernos /o cue es la muerte (quid sit nzors). no sabe-
rn; por otro los fenmenos astronrrlicos o biolgicos. de los que sabemos mos, en definitiva, lo que llegari: y lo mismo que no sabemos cundo, tam-
tanto que llegarn a ser como cundo se producr:n: y entre los unos y los poco sabernos en qu consiste lo que va a llegar, ni por lo dems si aquello
otros, tenemos el no s qu de la muerte, que es sobre todo un no s cundo.
L1 incierta ce11idun1bre de la muerre no es el 1nejor re.surnen Je la a1nbigedad -l VI, :l-17.

1.12
. que va :.i llegar consiste en :.ilgo: el :icontecimienro cien:o y ansiosamente ncertius invenitur?" "l\rif mortalibus ve! marte certius, ve! incertius hora
. (enlido se reduce enronces J.! puro hecho impalpable de la llegJda o de la mortis...3 tl1Vescis quando morenS>, dice la Imitacin.4 Para lo.?. Pa.dres de la
\cnldJ.. Porque aqu el verbo no tiene sujeto! Pues la muerte es una lle- Iglesia y los predicadores, el acento est en la mors certa y no en la hora incer1a:
gad::i sin que llegue n:.ida; y como esta llegada no inaugura un nuevo modo la certeza del hecho prevalece sobre la incertidumbre de la fecha y le conta-
de xistencia, estJ. lleg:ida es rn:s bien una parr:ida! Las circunstancias de la gia parte de su angustioso rigor; la certeza de morir hace que la incertidumbre
r11~erte son '.nciert:is, pero no son completa1nente indeterminadas; y vice- de la hora sea un poco menos incierta, y transforma la esperanza en amena-
\ersa. el hecno de L1 n1uen:e es cieno. pero resta mucho de ser cl:iro ... Nada

~~t 1~~~~'~ t~~;~~~e~~: ~~~~loc~~~r;;~~l~:~~~r:0 ~~;~;~e~:~ao:~:rtue~ '.'.::~ .


1

trio proble1n:Ho!gico. El inisterio de la muerre es por tanto un misterio co-


-:,ii1 za. Incertus no es este el adjetivo de la ambigedad por excelencia? Unas
veces ansiosa, otras indiferente, la inceruoumbre tiene doble filo; aqu la
incerridumbre del Quando no conduce en realidad ms que a duplicar y en-

mo wdos losrnistcriosi b ciencia sabe


vagamente qu, mientras que la
nescienc;a ignora oque/lo cue. As es la cienci:J nesciente que. lla1nan1os En-
':;:F J
;:;_$,;;o;;:-'

-_ :_:~;_ -!
durecer la certeza del Quod, es decir, lejos de atenuarlas agrava las conse-
cuencias de esta trste certeza. Conocis el hecho en s, que es la quoddid1d
de yuestro destino, y no precisamente por casualidad, sino por el colnio del
[fe\isin. Pt::'ro b. entre\isin t:iinpoco es un n1todo de conocimiento: y si -~-- i i1~/011:unio, pero no sabis el da ni la hora. uLa hora es incierw,., esto quiere
los vis!onarios son unos irnpostorcs, los entreuisionanos, cuando se rrata de f}S_~'.~-~~ decir: cualqui'er hora puede ser la ltirna, y en calidad de tal, velut ulti1na,
!a rnucne. no lo ser:J.n 1nenos. ~-1 hay que recibirla. 'Qc; CJ,(TI1. dice lviarco Aurelio. Y Sneca: ~Omnis clies
-----
._....,..:
-~;.::.-:-;_
velut ultinnts ordinandus est"." Pero nicamente "uelutb! Cn10 no! Sobre
,~----1 la esfera solar de la iglesia de Ca1nbo, podemos leer estas cuatro palabr:is:
2. ,\lors cerLt. hora cert:l sed ignota. aDubia omtz.ibus, utirna multis Este sentimiento de que cada hora puede 0

ser la postrer:i arraiga por una parte en una profunda desconfianza sobre la
La n1ucrte c:ri por t.:1nto. como el Dios de Pascal. medio ocult3: Jere abs- continuidad del futuro, y por otra Clo que en el fondo quiere decir lo 1nis1no)
cuutlitn. Heinos hablado a propsito de ella de un claroscuro. Si uno se siWa en la :lprensin que nos inspiran la vulnerabilidad del organismo y 1:1 pre-
de.'>Je el punto de \'SL1 Je:l conociiniento, la muerte, misterio ntido o. al re- C::lriedad de la existencia en general. Nosotros rnisrnos hablamos de n1ila-
\s. e\iJencia nocturna. la muerre situad:l por nosotros en la equvo~a cla- grosas recuperaciones que, de un rninuto a otro, penniten a lo imposible-
riJad de !a penu1nbr:1 parece evidente en su ser e inevidente en sus dudo- nece.sario perpetU::lrse: pero esos rnismos restablecimientos acrobticos,
sas e iinprevisiblt::"s circunsr:.1ncias. Pero 1:.1 relacin del da y la noche se considerados al revs y desde la ptica pesin1i.sta, pueden significar para el
invierre .') uno se .')ita desde el punto de vist:i de la accin y del destino superviviente de ca<l:1 rninuto una perpetua amenaza de aniquilan1iento; la
\-1\ido: L1 evidenci:t diurna de L1 qucxJJid.:1d proyectJ .'iobre la vid:i sus ahrun1a- continuacin del ser no .se da por sobreentendida: est::l continuacin es en
dora.-; tiniehl:i.s y en Ll n1edi:1 !uz Je ];_ -qu~1ndo.sidad se nos ::i.p~trece el pri- lo sucesivo un:.1 ~1zaros~t perennilLlJ, una penn:J.nencia aleatoria an1enaz:.1da
!lll'r re:-pLindor del ~dh:t. L1 prirner::i. esrer:lnza de aflojar !J. picota del conde- por n1il peligro.e;. En Desc~1rtes t:1n1bin la durJcin c:sti teric;unente ~1 n1er-
n:tdn J n1uerre. Y del nlisn10 modo que hay Jos penumbras con inLenciones ced <le una volunt:.i.<l inson<lable que puede t"n cualquier inon1ento hact'r
concrapues[:is. !:i <le! Lrepsculo que esri dirigida h:.1ci:J. la noche y la de !:.J. ce.sJr la continu;icin, <lescreJ.r sus cri~1tur:1s, nihiliz:_1r el ser, poner en <luda
:1uror:i que estj J Lt 1.::~pcr::l <le! <la. JS h;ty dos nterpret::lciones contr::lrias arhitr:.i.ria1nente J;i persistencia del universo: pero aderns de que estJ. hip-
dt.' L1 :1111higeJ:uJ inon:tL que corresponden un:i ;_[ pesiinismo del optin1is- tesis hiperblica de 1:1 descre:icin es una suposicin iJnposible sin ningun:.i
1no. Y L1 ocr:1 al optirnistno ciel pesin1isn10. '/e::unos por lo que respecra al repercu:-;in .sobre L1 sabidur:i activa del filsofo. !;J garanta <livina bast::l
1.:!aroscuro pesunisr:i. dnde !as tiniebbs de b. cen:idumbre prevalecen sobre pard :.isegurar l:.i prolong:J.cin crnic;_ del ser rn:..s all del instante. L;_ gJran-
L1 cLtrid:ic.1 de Li incertidun1bre. LJ rnedio-evidenci;_ de !a muerte es una evi- J nos :.isegurJ que la continu:icin inmemorial e inquebr:intab_le J.el ser no
Jenci:.i lrepuscubr. t:nsoinbreciJa ya por las so1nbr.Js Je !:J. noche. /vfors ce11a, t<.:'nninJrj nunc::l. que el tie1npo no ~eri inrerrumpido, que el universo no se
bora i"ncena. Del Ev:1ngeiio :i. S;in BernJrdo y de la Jrnitacin a los Ensavos
ile n-1oral Je :\icole. est:J. ;intesi.s ha cbdo J la meditacin sobre la muerte,
-'San Bernardo. Open1. Paris. Hi90. L pp. -18--1. 1D9. 36-1 (De conver.:;ione ad clerico5, c;i.p. H. !J,
no nic:uncnte tenl:l.'> <le retrica, sino un te1n;_ c:i.si in:J.gotlble de recogimienro 1 .-ldmillitiol!es ad .'pin'f/{/fl.!m rita/// utifes. ~ap. 2) {De medtatione mortis). '.:i I.
'.'de perpleiJad. "iJ.uid cero in rehu.s /Jun1u111~\ ce11ius 1nor1e. quid ho;a nzor1is ' /) Hrl.'/"I{(/(' l"if!h'_ F.1 .. [.;. [{1 _ .\L!l"l"(l .--\.\trd\tl. Ei; f:o:ui:v. H. "

l.-i-1
-~:. __


ver bruscamente aquejado de una embolia ni fulminado por un ataque de obstruccin de_l ventrculo - no hace falta rnucho para cortar el hilo. La muer-
_-apopleja. Pero esta g::J.rant:i<l contra catstrofes como el fin del mundo o el te puede sobrev_~nir mucho antes de la edad n_i~dia asignada a ese_.g_n~ro ,: ,
:fin de la historia no garantiza en absoluto Ja continuacin de: la existencia
1
de accidentes por las probabilidades estadsticas, mucho antes d lo que
_personal ni-la.supervivencia de nuestras vidas: la vida de alguien no puede ._"~., pensamos, incluso tal vez est;i tarde, a las cinco de la tarde. - Sin duda: la
-compararse a la existencia universal, y todava menos a una verdad eter- inconsistencia del futuro y del efmero edificio llamado buena salud, desarr()-
na; mejor an, la vida de alguien es paradjicamente una verdad etern~ lla a veces en el ho1nbre un sentin1iento de humilde gratitud por 'el re-ga_l~:)
creada o, corno vamos a tratar de demostrar, una verdad eterna mortal; el pen- gra_tuito de la continuacin de la existencia presente: pues-la persSte-hc-a.
samient_o es intemporal, pero el ser pensante es precario, y puede ser aniqui- est siendo continuamente reconquistada a la incoris.Stencia; el -hottib:fe!
lado en cualquier momento; la desaparicin de alguien es una absurdidad da las gracias por cada plazo, por cada suplemento de existencia, pf' cada
que de hecho se produce continumente. Aqu todo exceso de confianza aplazamiento de la muerte, da las gracias por cada nue~ia hora que le-anlirl..:
ser una n1ortal imprudencia. Para aquel que vive intensamente la inconsis- cia el reloj; el hon1bre murmura en su interior: gracias por haberme peTmitidtr
tencia de la duracin, y que lleva a cabo a fondo la discontinuidad, y que vivir.-hasta las cinco nlenos cuarto. Pero con mayor asiduidad tdava, la -
se toma trgican1ente o simplernente en serio, es decir, literalmente, la volun- ausencia de cu?-lquier garanta, por lo que a la continuacin de los rnomentos-
L."ld imprevisible y los oscuros designios del Creador, el vigor y la solidaridad sucesivos se refiere, la ausencia de cualquier promesa sobre el futuro encar-
Je los momentos sucesivos se relajin; la prrroga de la existencia no es ms gado de prolongar el presente, la f:ilta de seguridad que tiene su origen en
que una sucesin de ailadidos azarosos, una serie discontinua de salvamen- la inseguridad, todo estJ hecho par..i alimentar en nosotros la angustia y la
tos intem1itentes; el instante inerte, sin que el genio 1naligno tenga nada que inquietud; el ho1nhre que duda Je la ji:delidad de su .tiempo vital pierde
ver, no tiene fuerza suficiente para sobrevivirse a s mismo. Adis a la segu- toda confianza en la capacidad de la futuricin p-ara provocar realmente la
ridad6 despreocupada, seguridad para la cual la continuacin del intervalo aparicin del futuro; y sohre todo, por poco que tome conciencia de su con-
Y la espontaneidad del .desarrollo hubieran sido las 1nejores garantas. qCras trovertida situacin y profundice su carcter trgico, pierde el sueo. pues
est clies ince11a", reza la Jrnitacin. El Maana no est garantizado ... Et quid el ciego abandono del dunniente es la forma ms simple que reviste nues-
seis si crastinuni habebs?,, Y no es nicamente el 1nal.ana, es el ahora, el tr:i. confianza en la inercia y el automatismo de una continuacin que con-
ahora mismo es una pelig'.osa aventura: Qzuun mane j'uerit, puta te ad ves- tina sola incluso cuando tenemos los ojos cerrados; _el pr~su__pue:stq--b.11pl-ci-
penun non peroentuntm ..:. Una espada est suspendida encima de la c::i.beza to del sueo, consiste en que las cosas familiares estarn presentes en la cita
de Damocles. y Dan1ocles son1os cada uno de nosotros, una espada siernpre del despertar. y que el genio maligno no se aprovechar de nuestra ausen-
a punto de cortar el hilo de la continuaci.n: entre la vida y la mue11e, nues- cia o de nuestra inconsciencia parJ. jugamos una de esas malas pasadas que
tra existencia pende de un hilo. de ese hilo! El hilo del tieinpo es tan del- -'>l.' ll:i1nan ruptura dl:'. aneuri.);TI~L paro cardiaco. t;:"tc. Salud-an1os 1~1 ~1legre ma-
gado. tan fr::gil. que cualquier cosa puede roinperlo. O, si se prefieren otraS ~tn~l que. por l.'ncin1::i del \Jco y de L1:-; tinieblas del sncope nocturno. rea-
ingenes: \hin10.s a la se1nana. pLor :_in: viYi111os al da y al 1ninuto. con el nuda el presente de hoy con el pJsado de la vspera y con.s~1gra la fidelid:i.d
riesgo de ta sentencia de n1uerte agazapada en el fondo de la duracin, corno de l:i continuacin. El insotnnio e:-; ante todo una desconfi~1nz~L La desagre-
un enfern10 que tuviera un pequeo -cogulo en las arterias y pudiera caer gacin de los instantes y la obsesin de la nihilizacin que esta discontinui-
fuhnina<lo al 1nenor' gesto y de un n101nento a otro. ~ La prec1rieJad de la dad itnplica n1:.lntene nuestr..1 atencin despierta. Por eso PiscJ.1. cotnentando
continuacin. considerada bajo su aspecto biolgico. tra<luc:e ante todo Lt fra- 1:1 Noche de C1eths111J.ni, reconlien<la la vigil:.incia: No debere1nos donnir
gilidad de los rganos, fragilidad que expresa ella n1i:-;1na nuestra finitud fun- dur..inte ese tie1npo~". Huizinga'" cuenta cn10 el relato de L:zaro. en los tiern-
da1nental. La 1nue1te es posible en todo mo111e~to. Quin sabe si no seris pos de Chastellain y de las Danzas 1nacabras, provocaba el insornnio de los
fultninados n1aana a primera hora por una congestin cerehral?, arrebata- hombres: Lizaro resucita vivo acongojado y afligido. La meditacin sobre la
dos esta noche por una flehre galopante? Quin sabe si no os ahog:tris Hora inciertll rn:.lntiene a los ho1nbres en estado de alerta. Evidentemente,
esta tarde 1nientr:ls cotnis una fresas? Un vaso sant,:runeo que se rompe, una hay una gran diferencia entre el eAf:tria 8avtou del Fedn y la prepara-
cin para la muerte tal y corno la concibe la Imitacin: el sabio platnico
".!d111mlitir!l1cs. ctp. ~.). :l'i: -1111!!11md:m ... sec11nan.
*
- .--ld111011itiu11es. ,;tp. 2:), 17 y 'J. "' !!f ntn1)0 de !tt Edad .lledfll. p, --'i.

1:16 137

l
. :~\':t~~-: -1

conserv:1 la iniciativa con relacin a los aconrecimientos; y aunque Scrates . -:-~:-[:c.-~~..:~j


;.l~Ki'.i comn de los mortales porque nos pasemos el da repitindonos: Hermano,
espere es:.i noche un'.l n1uerte inevitable:, la scrcnldad y las tranquilas pala- _:~;t.~~.;-~~! un da morirs? Podemos dudarlo. Estor memoro,- repite machaconan1ente
bras le ocu!t::in la huida :J.ngusriosJ. de las horas y convierten el suplicio final cada nlinuto el reloj de Baudelaire. Siguiendo a J\'Iarco Aurelio, Len Chstov
en un suceso insignificante; ese !timo da de un condenado~ es un da como
0
--1 repite tambin: "iMemento mori!,, MVTl_cro ... Pero escuchemos la Imitacin
cu;'.:tlquier otro. Scrates Jp:'.lrenc1 tr:it::ir como un incidente despreciable9 la 1 de Cristo. ~Semper ergo paratus-esto, 11 ut nunquam te imparatum mors inveniat".
... ltima hor:l de ese !tiino da y el ltimo n1inuro de esa ltna hora y, men- "i En !a preocupacin por una prepar::J.cin pneumtica, se reconoce el espritu
tra.s espera L.i CdtiinJ. prueb::i que es, por desgr:ici::i.~ hora certissi1na, Platica de vigilancia del que habla el Evangelio. Velad, dice el apstol Mateo, 3-tt oUK
de unas cosas y otr:'.ls corno si tal cosJ; la resigrocin al destino va pareja con o'l8a-cE Tfiv fipav o-UOE Tiiv pav. Y lviarcos: 'Aypu1CVEi-CE. oUK ola1E yb..p rr'rE
l::i perfecta disponibilidad de la r:'.lzn. '{sin ernbargo la rnuerte, en el Fedn, Katps Ecrnv, T Oo/2 i Eaov-Un1ov 1 Ct.Af:nopo<provro; T rrproi. i) A.8cv Salcpvric;
no es rnJs que un problema considerado de lejos como problem:rico, como EpT] ic; Ka8ciovrct.;.12 Del mismo modo que el Fedn, que descubra en
si fuer:i un objeto J.bst.racto: un plazo breve que iba a vencer inmedi::itamente. la mortificacin asctica una autntica propedutica L~ de la n1uerte, Lucas nos
El crisrb.no de la EdJd ,Vledi::J.. testigo de unJ. his~ori:l dr::J.mtica y turbulenta recomienda: fyEa8E E10101, estad preparados, mantened vuestras lmparas
que transcurre entre c::irJc!isinos y continuas violenci:is, va J remolque de los encendid:ls, para que la luz brille en las tinieblas de b. noche: lligi!ate. Estote
acontecimientos: del misn10 modo que no haca mucho la supersticin del parati~ Porque esta vigilancia que es vigilancia del futuro, aunque no implica
:i.o rnil le h:1b:.i el.loquecido. ::ihorJ esti obsesionado por la incer1idumbre siempre la tranquilid::id del alma, es en cambio inseparable de la lucidez ..A.s
de su ltirna hor:t persona!: 1'irnor y Tre111oc te1nor y te1nb!or conviven en pues, preparad vuestro equipaje y disponed vuestras ltin1as voluntades; con10
:.idelante en un tien1po amen:.izado a caJa minuto por el vaco mintico. Sin los cornbatientes prestos al asalto. estad prestos sien1pre para partir, pues se
en1bargo, hay todo un mundo entre estJS alarmas y- el quietismo pasivo del os puede llarn::J.r de un n1omento a otro ..
desesper:J.do: en lugar de contar los mnutos que corren paso a paso inexo- LJ tranquilidad que nos aporta l:t incertidun1bre de la fecha es por tanto,
. r.ibleinente, en !ugJr de mirar cmo se vaca la clepsidra, en lugar de conside- segn los pesimistas, cornplet::imente aparente: es la prrroga de un conde-
r:1r el lapso de en1po n1ermad0 sin cesJr que le sep~1r::i. rodJ.va del trmino nado a muerte, el n1iser::ible e intil n1inuto suplemenrario que ese condena-
f:.ir:il. el hornbre se sienre apa.sionad:.in1ente ::i.trado por b. :i.n1enaza n1ortal. El do inendigJ a su verdugo. La criatur::i.. dice Victor Hugo, es un condenado a
peligro surge, dice b. Jnzf!acin, inseparate,.suhito y i1nprovfse, to de iinproviso, muerte que gozara de prrrogas indefinidas. 1"' Luchando contra lo inevitable,
y l:is adrnoniciones se propo_I_l:en reducir_ aL.n1nimo 13. parre de esta improvi- enfrentindonos a unJ fuerza invencible, oblig:ndolJ, esta vez, a recapaci-
sacin y ahorrJ.r percurbacl9.ne:s:-y sorpr'es?-s. de forma que, :iunque la fecha tar. nos ase1nej::J.u1os al heroico general que intenr::i ganar tiempo y retrasar
se:i incien:a. el ho1nbre ton1e" 1a delantera a t:.i rnuerre y sorprenda a aquello la inevir:ible capitulacin: vencido de antemano en su luch:i desesperada, el
que pensah:.i sorprc-nderle. De :icuerdo con los estoicos. y a fin de poder hon1hre hurra provisionaln1ente J. la muerte su vctima elegida. disputa a la
co;troLtr e! de.st1no. el hoinbre. que no puede ,'iaher la hor:l. recihiri ca<la muerte unos 111iserahles cuartos de hora ... Pero un da u otro, tarde o tem-
hor:t corno si fuer:l su !tin1:.i hor:J.: se considerari .-;ie:npre co1no un perpe- prano, de rocb.s las maneras y en todos los casos. Lt rnuerte tendr la lrima
tuo n1oribun<lo: !o:-. hutnhres prefieren en\'enen;_r c~tcb. instante <le b. dura- p:1labr.i: el todopoderoso <lesrino tendr;,l. finahnente r~1zn, por mucho etnpeo
cin con un:J. concienci:J. contrJ. nJ.tura de su posible fin:il: sin etnbargo esta que hay:lmos puesto en diferirlo: -ducunt fata uo!entem, nolentem trabunt".
\.."onc!cncia. nece.-;~:riJ.1nenre discontinua. contradice !a intencin natural del So!einos decir tarnhin: todo acaha por arreglarse. todo. el mal tien1po. la en-
.-;er. que es conrinu~1r siendo y consi<lerar todo final con10 un ac<.idenre extrao. ferrne<l:J.<l. e! fracaso, todo. salvo 1:1 1nuerte. que no se arregla j:1111is. En el
Y :'in ernb:J.rgo slo con la con<licin de que el ser :.unenJz:i.Jo crea to111:1r L1 rnejor <le los casos. Dies illcertn representa para e! hombre un plazo n1:s
inciarivJ. sobre !J. ~unenaza, el reconocimento Je l:J. muerte fanliliar mitigJr.: o n1enos l:irgo y un :iplJzan1iento rernporal de la inevitable prueba; pero la
L_ sorpresa. ParJ. no ser sorprendido por la hora. bast::iria como si dijrarnos arnpliacin es-en todos los caso.s insignificante. y por lo dems no puede
con que el \\\o tenga de su n1ortJ.!idad. no ya un conocirniento vago y banal.
sino un:i experiencia viva y apasionada. Pero ac1so estamos mis cerc1 dei
ll .--ldmo11irio11es. cap . .:5. lH 1;- Hl.
12 .'.fat~o. _'..(;.i. Cf. 2--"'- ,\!arcos.!.~-"--'- Lw:.1" !~"---y 21"'). H<.:chos, 1-. I Tht:ss .. -S 1.
-> Fi'cl1in. h5 .:: 8apprlv ,ufMwv 6:rco800tE"icrBal .. (l'i': ~Kov-ro:; 8u\'ii::ou .. 1:1 frie: :tupacrKru.~ccr0at
_!tf111ul/Ulul/l'.~. e;;:' .;_~. ~ :li y \() 1' r:t 1ifrf111n dio ,/e 1111 critfe11odo. ~ 5.

!)')
ciurJr indefinidamente. Largas o breves,, tddas~_ las duraciones una vez acaba- casi feliz, a pesar de la heterOn9ina real de esta situacin. Por desgracia el
das qu queda de ellas si se Jas compara con el infinito y con la eterna nada? hornbre es un ttere- slo a medh1,s--lcido, pero lo suficiente como para ser
un poco antes o un poco despus; Qi.I.-_frnp~orta, si hemos de morir.is As desdichado. Sln duda -1n:J.s-h-ubidJ. ;-aldo que c1 tte-i-c:---rrairubte~ sabido
pues, el superviviente, provisionalmente, Sbrevivir; por esta vez, el enfermo nunca nada de su irrisoria libertad ... Pero para su desgracia, el ttere conoce
se librar. Cu~nto tiempo le. queda to_d3-va_?--Cunto tiempo podremos re- una parte. de la .verdad, _y_ la_: parJ_e :con mucho ms importante, la parte no
tiasar el ineludible final? Qllien se eng.ia-~~on la po5ibilidad de retrasar ambigua, si es; que _hiy:una p;;1:e:as: el ttere sabe que est llamado a morir
indefinidamente la fecha fatdi:a y lucha :contra la- muerte, se encuentra por en general,, _tatyez incluso s::ib'e' _Q~te la fecha est ya _acordada; Y- por lo que
consiguiente en un callejn .-siiL salid,- Una-Va muerta -- tal es, desde el pri- respecta- a la _c\jlta~i_n, slo -se'j:efiere a detalles circunstanciales, informacio-
mer momento, la: -vida-h-umana.-Er hrizorite est bloqueado. La aper- nes necrolgic~:a_s:-Y p~_evisiones '.de calendario; el Jugar,. la fecha y el .nombre
. tura del tiempo vital no es ms.que una engarlosa apariencia. El destino, en de la enfermedad siguen todava sin precisar. Aquello que ignoramos) y cuya
-_I.gar de condenamos a fecha fija, prede"Stinand por -adelantado el da y la ignorancia- no~.: p_er-mite seguir viviendo, es por tanto incomparablemente
hora de la pena capital,- prefiere jugar Con s_~ presa, entreteri.erla con dila- menos e5encia),que- aquello que ya. sabemos) y que nos impide vivir. En la
ciones y abrumarla m:s t-odava' con la hipoteca de la C:on:lusin inevitable. cruel certidun1_bre_ del hecho, el nufrago se aferra a la frgil incertidum-
'Conclusin que ser la misma en todos-los casos, ya que el juego, por varia- bre de la fecha: en nuestra desesperacin por morir. dejamos que todo de-
do que sea, se termina invariablemente de la misma manera desesperante y penda de la esperanza de supervivencia; pero esta es una pequea esperanza,
montor..a. En realidad, nuestra incertidun1bre sobre la fecha. segn los fatalis- una esperanza:- menor... Esper_anza pobre y pobre esperanza! La pequea
tas, disirnula apenas la predestinacin innata de la muerte ... Efectivamente la esperanza' no se corresponde, como las grandes esperanzas, con la efectivi-
muerte puede ser cierta sin necesitar para ello que la fecha est fijada. Pero dad misma, con el hecho de la victoria, de la salud o del xito, y todo ello
y si la hora del trmino fatJ.l estuviera ya escrita por adelantado? 1Vlor:s- cerra, independienten1ente de la fecha propiamente dicha; indudablemenre nuestro
hora certa! Todo sera efectivamente cierto, tanto el hecho, que sabernos deseo es que lo que esper.unos llegue cuanto antes, lo ms rpido posible
cierto, como la hora. que creemos incierta. No pudierJ ser que efectivamente y, si fuerd posible, en el mis1no instante: jpero ante todo y en definitiva de-
el Quanclo, en el absoluto de los consejos divinos, fuera ran cierto como el seJ.n1os que llegue! Despus ya veren1os. No orra es nuestra esperanza vita~
Quod! En ese caso sera slo nuestra ignorancia, nuestra ignorancia psicol- esa a la que l!ar.-:.-:Jre~:_as. !a apci~! des~perfldfl,_s:sa que pende de la. gran
gica de criaturas finitas. la que se forjara la ilusin de una incertidumbre altern:itiva mayor y simplis(a: S o No, Todo o Nada, la Vida o la Muerte. La
objetiva: oUK ola:tc, no sabis el da, y los ngeles del cielo campoco lo saben, pequea esperanza burguesa, por su parte, est relacionada con las preguntas
pero Dios, l s lo sabe. La sentencia ya ha sido pronunciada, y el condenado Cundo? Dncf? Cunto? Su do1ninio de poca 1nonta es el Ms o Menos,
en su angusti:1 ,'iahe nicamente. de una forn1a vaga. que hay una condena la circunstancia cronolgica. los grados del comparativo; su esperanza consiste
contra L y. corno n1ucho. que la fecha y:i h:J. sido fijada. pero no sabe cul en ganar tiernpo. ara:ir algunos tninutos. L:i triste esperanza no esper.J triun[1r
es esa fecha. ni la cL1~,;e de suplicio que le espera. Reventaremos. pero no sohre la 1nuerte. e:-;per..i nicamente retrasarla. En esas condiciones, el ho1nbre
sahen1os cundo ... Hennoso consuelo para nuestra miserable condicin! clari\iJente en cuanto al hecho, pero ciego en cu:into a las circunstanci:is, es
Como en el sisten1a leibniziano de lo preest:iblecido, el que se re es Dios una especie <le nio grande con quien el destino se entretiene ocultndole
cuando ve la n1nada que ha salido de sus rnanos pasar por debajo de la teja cienos n1isterios: por-un lado se le sustrae la mitad de la verdad, y por lo que
que estaba esper::.ndoL1 desde tocia !a eternidad para c:ier sobre ella esa misma respecta a la otra mitad, se presenta nohlen1ente envuelta en eufen1ismos y
niafu1n:i en la esquina de esa calle: seguidarnente los hornbres. con su lamentable p~rfrasis 'i con un aspecto lo n1:..s in1personal posible; pues n1ors certa es
ingenuidad, pensarn que la c:ida <le la teja es;J. rnaOana se ha debido a una un:i generalizacin conceptual ms que una experiencia vivida. El destino se
casualiclad... Si tan siquiera la criatura fuer:i una verdadera marioneta tan asetnej:i :i-un mdico que se acercan al enfermo escondiendo un bistur de-
inconsciente de su 1nort:ilidad con10 ck~ las coordenadas de su inuerte. o si tr:s de la espalda. Lo que en definitiva le <lebemos a la incertidumbre de la
.se asemejara a un sonmbulo en estado de sugestin hipntica totalmente hora no es ms que una falsa tranquilidad: pues existe una quietud engaosa
inconsciente de su verdadera alien:icin, la criatura. creyndose libre, sera que tiene su origen bien en la ignordncia. bien en un malentendido o en la
resolucin de no profundizar. Pero el adulto no est siempre dispuesto a estos
Vi :\bn_o ,\urdi<1. 11, l 1. in[tntlisrnos. y se niega en ocasiones a dejarse vendar los ojos: condenado

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a' una rnedio verdad, se cree lo suficiente fuerre pJra soporrar la verdad entera; boca en el punto cero de la muerte es en s mismo un tiempo muerto. Es el
no con1prende que el conocimien[o de 1:.i verd:.id completa le reducira a la tiempo de los relojes de arenJ. y <le J3s clepsidras. Si cada momento que pasa
desespcracin de los conden:.i<los a muerre. se deduce de lo que nos qued:J. por vivir, es porque la pretericin no puede
ser compensada por la renovacin inagotable de los posibles, ni por la ince-
sante reconstitucin del futuro: los posibles forman un quantum finito, un
3. 011ors cen::.i, hora certa. stock cada da ms menguado, y finaln1ente agotado, una masa que va dis-
minuyendo poco a poco, un margen de esperanz::i. cada vez ms estrecho;
El hon1bre vive en la angus[ia cuando, :.iunque .siga ignorando la fecha, hoy ms que ayer y n1ucho mc:nos que maana; y por consiguiente lo ya
ernpieza a sospechar que esta ya est:i fijada, cuafldo descubre el. tapujo; el vivido no se volveri a vivir. El hon1bre condenado al suplicio de la expecta-
hombre :.1trap::.1do en los desfiladeros del precipicio sabe a la vez que va a cin sin esperanza vive en adelante de su capital de tiempo, y el tiempo
n1orir y que el d:l de su muene ya ha sido fijado: ignora nicamente cul todava por vivir, como en la cronologa de los cronmetros, midiendo inter-
es ese dJ.: el angustiado. por consiguiente. s~1be a la vez el Quod en gene- valos determinados, cuenw las got::J.s de la clepsidra o enumera sobre la esfera
r..i! y el quocl del quando, aunque no sepa el qzuindo mismo ni pueda decir del reloj los minutos que.huyen uno tras otro, pasan del futuro il pasado y
el nrnero: pues no s~1be ni qu d:J ni qu hor:.i. El desesperado sabe lo que desaparecen irreversiblernente detrs de nosotros. O si se prefieren otras
todo el n1undo sabe, algo que apenas tiene importancia: que n1orir un da imigenes: se ha encendido la mecha. ya slo queda esperar a que se con.suma
indetenninado, no irnporta cundo (el Quoc[): y sabe tambin por otra parre h:.ist:i la explosin final. Esta CUJ.ntificacin <lel tie1npo engen<lra en el con-
aquello que no est hecho para ser sabido: que morir t:d da a tal hora (el denado una especie de ::i.v::i.ricia enfermiza y una fobia ansiosa por el tiempo
quando); sabe por tanto sobre su muerre-propia todo !o que hay que saber, perdido. Ya no se puede desperdiciar ninguno de los instantes contados~ El
incluso ~1queUo que mejor ha1a ignor:.ndolo. En esto la desesperacin opre- tie1npo del condenado a rnuerte, consumiendo sus limitados recursos, ha
siva es diferente a las vicisitudes de la angusti::i, es decir, a las ansias de un perdido su eficacia creadora y su poder de innovacin; se acab su esperanza
rernor poco ventilado por la incertidumbre. Si el tiempo de la angustia es de mejorar y progresar. Todo est dado por adelantado, con10 dice Bergson:
un tien1po 01in:ido por l:is a!:innas y po<lrido de inquietud. el tiempo de la el futuro mismo ya est listo, es decir, es cosa del pasa<lo; o dicho 1ns lla-
desesperacin es. por su parte. un tiempo n1uerto y complet::unente espa- namente, el futuro se extiende a r.r;:.ns de un presente inten1poral sin relieve
ciado, un tien1po y~1 pasa<lo; y en !ug:ir de que la ~1ngustia osciie febrilmen- ni perspectiva. Lo que tiene que ser, ya ha sido, gime el <lesesperado del
te entre esper:.inza y <lesesperaoz::i.. es l:.i desesperacin pura y dura. Tal es Eclesiasts; no hay nada nuevo aqu abajo ... De qu nos sirve un futuro que
!a situ::.1cin insoport:Jble del condenado J n1uerte, J.\ que la incertidumbre nos traer ... el pasado, y que no :ilumbra ms que decrepitud? LTna futuricin
\"iL1l del Qucnulo. rn:.s que el :..tire que respir:.11110.s. !e es finalrnente nega<la: congelada, un futuro literalmente destemporaliz::i.<lo - este es el destino del
Victor !--fugo describe e.sL1 an~ustio.sa situ~1cln en El ltinzo fftt de un conde- hornbre acorralado cuando 1:1 prec;cic:nci:J. de l:i n1uerte a fecha fija le cierr::i.
nudo, LeoniJJs :\nJreiev en su Jesgarr:1Jor Re/oto de los siete ahorcados; to<las 1:..ts salidas sobre un n1~1ana re:ll. Pero si no hay futuricin. t~unpoco
i)osto:~\ski que. al cunlrJ.rio JL" Scratc::;. fuL re:d1nente durante algunas hay pn.::tericin: pues un p:tsado :;;in futuro no es ni siquii.:r:.1 un p:J.sado; el
:;ernanas, .uUwv circcr9avtla9cn. que person:d111ente vivi en )iberia ese recuerdo se fija, por la nlis1na razn que el sobrevenir y el advenir se
~tp!;1z:1n1ic:-nro rnonstruoso !i1nirado por una hora certa. !e consagra algunas inn1oviEzan:* entre e:! futuro congei~1<lo y el pretrito.cosificado y minerali-
p:gin:1.s de su flO\cL1 El id foro. El conocirnit:nro de:! Quod y del Quando zado, se ha dej:J.do de oir la inces:1nte circul:icin del de\enir. El buque ha
juntos Jesvic:1liz:1 y di.;;grcg:i. efecti\a1nente _\ tie1npo \c:Ttehr:1do <le la accin qued::i.do ~lprisionado en el hielo. So1nos conscientes de que al <lisin1ular al
cori<liana, hace Je ese tieinpo un tie1npo insostenible e inbu1nano: reducido hombre la presenci:.i <le la hor:.i, Pro1neteo le ha ahorrado un suplicio contra
a !a pura expecL:.ttiv:.i Je un vencimiento ine\lrab!e. e[ hombre se asemeja a un n:J.tur::i.: no tendremos que ~star desgranando uno a uno. ni contando las
:.inn:.11 :tCO!T..i!aJo_ El Jesg:t.'ite progresi\o. conrinuo. implacable Jel aplaz:imiento sLJ.b:Js de los instantes que nos quedan por vivir. Prometeo nos concede.
supre1no obsesiona intolerablemente 1:.i concienci:.i perturb:ida; la vida, aprovechndose <le nuestr:1 ignorancia, una especie <le futuro iluso1io.
carco1nida por e:! insecto <le! tiempo. corroda. co1no en Baudelaire, por el
ric [J.C de los relojes, no es en definitivJ. m::-; que la esper:1 dl. un condenado Jue~o tk palahr:is intraducible al G\S!dbno entre so1u'enir(recuerdoJ y s11nenir(sohrevenir) y
a n1ucn:e. Porque el !ap.-;o dt: tiempo inerre y finito que. agot:'lndose. desea:- ad1tnfr\:1dvLnirl_ (i'<. d..-1 T_)

l-12 ld
4. ~Iors inceri:, llora incerta. la hora es incierta? Perfectamente. Todo puede suceder. Ivfediante una
autntica conversin que -tran_figu_ra__ ,el~.septi<)o. ~:le .la duracin_ sin cambiar
' El Gorgias ns cuenta efectivamente queanteia prosperidad de los,-mal- no obstante una sola pa!ci.-bra a-.::u -t-e~tp, e! pelgrc-_de-Cld-a-minut0 seo.-CD_n-
vado.s, y por orden de Zeus, Prometeo decide robar-a los mortales la prog-' vierte, sobre el terreno, en :la-prolongacin- eje cada minute; la peligrosa re-
nosis de su muerte: 1tctUcrtov cr-clv npoe18:t_ai:; a'toi:; '!Vp-Bvatov. vv )'Up novacin de lo imposibJe--:ne.cesario apa'rece,-leda en su contexto, como una
0

npocracrl. 16 Ptometeo mismo .dice-en :Esqu.Uo: tucpAU;-v cn'yroli:; f.f..niOai:; afirmacin victoriosamente. coo.tinuada...Todo no_s _part:lcia peligro de muerte,
Kct't<J1ctcra~---1 7 Esta esperariza no es quizs completamente ciega, aunque no todo se nos convierte-. en :un plazo.
-,,. Sea totalmente clarividente; Es--preCisa:triente la -cegera-Icida lo que es el La certidumbre:d_e~,he,dh:o,.;-:desde la-_.ptica- pesimist;i., _pareca contagiar la
mejor remedio para- nuestfa' enfermedad,-qi':.pi.l.Kov-vcrou; la nica, segn incertidumbre de:la hora~ . haciendo -G-~-e la-fe-cba_c!-eJa.muerte pare,ciese tan
Hesiodo, que qued en el fondo de:la'. cajade-Pandora cuando.esta-levant cierta com cie~t.,es_'la:_m_e'rte.~.e-0-,general. ,y; ah.o_ra, es-todo lo contrario, es
la tapa:rn mientras qu los negros.presagios y Dn- enjambre de enfermeda- la incertidumbre elpidiana deJa-hora_-1a q:u_e influencia Ja certidumbre del
des mortales - f'\jfa-y(x.p f,y ka:ic'rrrrt ~p1"0l KU1"a."'(llpctm<:On ' ---- sepropagaban hecho y la vuelve:_u_fi--pocoborrQsa-,y--brumosa, de forma que uno llega a ca-
por el mundo, er hada Esperanza se habra quedado entre nosotros para si dudar de la certidumbte-;:jdesp1.,1s de todo, la- certidunilire de ffiorir, quebran-
salvar al prncipe de! Futu-ro. La esperanza inantiene entreabie-rtci el tragaluz tada por la indeterminacin y--el carcter contingente de la fecha, no estan
por donde la llamada de lo desconocido y Ja: luz de 1 futuro llegari hasta el cierta! De este modo la- contingencia de la hora se nos sube por as decirlo
hombre. Entreabieri:o, es decir, entrecerrado. puesto que el hecho es cierto; a la cabeza y proyecta finalmente una duda sobre la cosa nls cierta del
entrecerrado, es decir, entreabierto, puesto que la hora es incierta: as es la mundo: corno nunca es necesario nlorir de tal o cual enfermedad, ni a tal o
vida del hotnbre. Cuando la luz entra a raudales en la cueva de Barba Azul cual fecha, el hombre, ebrio de esperanzas insensatas, empieza a pregun-
por el tragaluz y rornpe la cautividad asfixiJnte, Ariana muestra a las muje- tarse si realmente es necesario morir en general. Esta vez, habr que decir:
res, en el final de la pera de Dukas, el can1ino de la libertad. Las puertas, Hora inceJ1a, Mors incerta: una incertidu1nbre general planea en adelante
se dice, debn estar abiertas o cerradas; sin embargo las puertas del tiempo sobre el conjunto que forman el Quod y el Quando. Aquel que est conde-
estn a la vez cerradas y abiertas, segn consideremos como hace un ins- nado sine die, y con mayor razn sine hora, est realmente condenado? El
cante la barrera de la n1uerte en general o. con10 ahora, la incertidumbre de equvoco concernierue a la_contaminacin de la certeza_a_pena~ inc;r::a por
la fecha. Por lo demis, la menor abertura es y~1 una abertura, e incluso una la incertidumbre casi certa engendra una duda sobre la posibilidad de la
inmensa abertur.i, por delgado que sea el hil_9 de luz que deje filtrar; la puerta muerte en general, duda que nunca es disipada del todo y que alimenta la
de la esperanza. apenas entreabierra, est abiert::i sin embargo de par en par loca esperanza de inxnori:alidad: pues en estos asuntos, una pequea duda
al horizonte infinito. Ylejor an: es la vida enrera l:i que no cesa de abrirse es una duda inmensa: ya que una mezcla de certeza y de incertidumbre es
continu:.unente al futuro. a un en1po que ::;igue atrancada par:.i siempre por una incertiduxnbre. La certeza, con10 la necesidad, es absolut:.i. o no es cer-
su inflexible destino. Hora incerta ya no quiL"re decir ahora: "tal vez antes teza: el nienor nligran10 de contingencia que se le aaJa basta para vol-
JL lo que pensiis~. tal vez enseguida, sino no in1porta cundo, tal vez mu- verla so.spechosa; de la certidun1bre a la probabilidaJ, de ah a la dud~1, y
cho mis tarde, y ... quin sabe?, tai vez nunc:1! Tal vez. tal vez ... Este Tal finalmente a la conviccin contraria, la degradacin se precipita vertigino-
w--ez es una alusin a la ventana entreabierra. T:d es. recorde1nos, la anfibo- san1ente. No, no solemos subestim:.1r el crescendo de la esperanza ;.ipasio-
loga de la incertidumbre. La incertidumbre no tiene el nsn10 sentido si el nada. por puco que un:i 1noc.1toria continua1nente renovada la estiinule.
peligro merodea y la amenaza nos acecha :1 c~1da paso, que si la desgracia Quin sabe? A fuerza de librarse, de ver recular nlagrosan1ente, 1neJiante
se aplaza a un futuro indeterminado. El te1nor. el temblor y el recelo susu- un indefinido aplazamiento, el deseniace fatal, a fuerza Je saltar de peligro
rraban: la hora es incierta, pero como el hecho .es cierto. estad preparados en peligro, tal vez me evite definitivamente pasar a mejor vida; tal vez una
par.i cualquier eventualiJad. Ahora el ho1nbrt: confiado y tranquilo se dice: excepcin especial en rni favor n1e eximir Je! con1n destino ... En todo
hombre, hay un viejo solJado afor1Unado que, habiendo escapado a las balas
111
y sobrevivido a todas las batallas, acaba por creerse invulnerable. Y si la
Gorgias, 5.23 d.
17 Prometeo, 250. muerte me ha olvidado? Despus de todo, tal vez la muerte no quiera saber
11i Los trahajosy los diCls. 96. nada de m. Por supuesto, esta poco razonable esperanza no se .sostiene ni

.'}
:.i.ntc !a rt.:::flexin, ni :J.nte la experiencia. Pero esa no es L1 cuestin. Sin duda fecha ni lt1gar, si est fuera de la historia y de la geografa; un acontecimiento
tengo que 1norir. pero n1J.s t:J.rde y en otro lug:tr; un da. vagJn1enre, uri dJ no es un acontecimiento si no se produce en ningn motnento en el tien1po
sin fech:.i y sin n1:s precisiones, un d:.t en el que no es necesJ.rio pensar; en y en ningn lugar en el espacio ... Es ms: un acontecilniento no es t.1.l vez
cualquier caso no ahora, ni de esr:i. enfermedad; en cualquier caso todava ms que esa interseccin de la coordenada cronolgica y la coordenada to-
no rne hJ. HcgJdo b hora. T~il \ez la siguiente, siernpre la siguiente, siempre pogrfica. Por supuesto, la muerte es una fecha en el registro civil, en las
111:..s t:Jrdc, :-;i~1npre rnafiana .. ;r si no fuer:i nunca? No, mi hora no ha llegado esquelas y en las noticias necrolgicas, en los diccionarios biogrficos: pero
ocJ~n~i. toJa\a no es rni turno. y Lli vez no llegari jan1:..s .. Solen1os decir ese es ei caso de la muerre de- los otros para m, o de la ma para los otros.
que no est prohibido tener esperanz:is, incluso concebir las n1s locas espe- La muerte-propia para el interesado, la muerte en primer::i. persona, es algo
ranz:is. Pero e\itan1os sin einbargo insistir y profundizar en algo que apenas que no sucede nunca, y que literaln1ente oOEv rtpOc; E. Una filosofa nomi-
os:unos pens:J.r: iJ. indeternlinacin n1lsrna de b. amenazJ. nos pennite pasar nalista nos co1npro1netera sin duda a ir todava 1ns lejos. Si la fecha y todas
de puntillas sobre este punto. De: todas rnaner:i.s. !J muerte no es nunca para las deterrninaciones .quidditativas estn fijadas. la quoddidad se plantea a
est:l \'t.'Z. sino sien1pre par:i. la prxint1. Nlorir en general, pero nunca en fori:iori: por ejemplo aquel que sahe cundo y dnde, con mayor razn sabe
pJrticu1:.1r: un da u orro, pc.'ro nunca hoy; en Pascua o a !:is calendas grie- qu. Y t:in1bin es cierto lo contrario. saber qu. sin s::tber quin, es corno
g:ls. pc:ro nunca en este rnornenco. nunc1 hic et nullc. De este modo el vivo r10 saber nada: pof ejemplo el juei de instruccin sabe perfectamente que
clc-cide, para hacer su vicia tolerable. pern1anecer superficial y aproxima- h~ry en general un culpable. pero no sabe quin es el ::iutor del criinen. no
tivo, pcnn~1necer a flor de destino, no ir :i.l fondo de las cosas: pues si pen- .'.i~tbe el no1nbre del que h:1 dado el golpe. ,'\o puede decirse que sepa pre-
sar:t a fondo la verd:1d de la n1uerte cierta y se perc1tara del peligro no podra cisan1ente n1ucho el juez de instn1ccin! Incluso podra decirse que no sabe
ya ,ivir. E-;ra Jesprcocupacin, que respor1de a una especie de finalidad pro- ni una palabra del asunto - o n1js exactamente: no conoce la palabra cia-
tector:1, no es ajt.:n:.i a lo que Pasc:il l1:l!TI3 clire11inzento y Scheler sinecura re: esa palabra clave precisa en la que est encerrado precisan1ente todo
n1e!ojl...-.;icct. El efecto de conjunto que provoca el op1nis1no es el de una el n1eollo del asunto. As pues, aquel que sabe nicamente que hay algo, y
bienhechor:t incuria, graci:ls a L1 cu~tl el ho1nb1e preocupado e\ita tomar- nic:nnente el hecho de que h3y algo, es decir. la desnuda quoddidad, no
se :-;us prt:ocup:1ciones en serio. Y no soL1n1ente nos negan1os a considerar ~ahe nada. o casi nada; por as decirlo, el mundo le trae sin cuidado. Saber
1:.1 inn1inencia Uel peligro, sino incluso la rel:J.cin de ese peligro con mi sin saber qu, cundo, dnde y cn10, es saber? Es m::s bien co1no una bro-
rnuene-propi:i; no solan1ente se relras:t indef!nid~unente la muerte. sino que n1a. '{ del mismo modo, arnar sin saber a quin, es re::drnente ;:unar? Ese
si: la re!aciona sieinpre con la <le los otros; con10 vimos ;J propsito de la arnor evasivo y sin con1plen1ento directo, ese an1or privado <le su acusativo
n1uerte en t.rcer:i persona: son los otros lo.s que n1ueren en este 1non1ento; de arnor. es un amor apasionaJo. sincero y serio? El conocedor a medi:is.
L1 n1uerte concierne ~d ser 1nortJ\ t.:'n \in:u<l de un~1 ley general. pero ~:i. m :1qut.l qu<: conoce el Quod pero no el quid. se p:1rece al an1ante a rnedias. al
p:1r1icuL1nnentc> y pcrsonalint:nte. no n11: concierne: !:.i aplic~1cin p~trticular Jn1~tnrc::" <=' 1n:tla \-o!unr:1d que dic1.. adis en genl:'raL h~t::;ta pronto en gene-
ck Li k'Y J n1i propi:1 n1i.'-';11id:td e:-;[j pdic:tn1ente descartada. La coanada r:d. sin fif:n la fecha de L1 prxil11:1 cita: aquel que no <lice cundo y dej:J. .~in
qui.::: rctnitc Li tnuene de uno :1 otro_ Lt recu1rencia que la difiere de un n10- concreLlr la pr()xin1a vez es qut:' no tiene intencin de que hay~1 prxna
l11L'nto p:tr:1 otro. :H.::tban por Yo!Yer co1npleta1nente i1nprobable un final ya YeZ: dicL': nos \en10.s, en gener:1l. pero C\ira cuidadosamente dt'cir cu.ncfo:
di.: pu1 s pruhll'1n~ico_ Nunc:t e.:> neces:1rio 1norir t:.il o cual dL1: pero p:.ir:.i no parece tenc:r precis~u11e-nte n1uch:i prisa por \olvernos a Yec Esta indeter-
:H.JUL'I que no 1nuere ningn da en particular. ni un tn:i.nes. ni un nlircoles, rnin;1ci()!1 t.s n1:1s c~trJcter ...;ricJ del rgin1en nocional de la i\rnisrad que de
ni el doiningo prxitno. para :1quc_.J que Je-be sencilLunente n1orir en gene- la urgencLl ap~isionacL1 del An1or. :\si1nisrno. un aconrecitnienro que tiene
ra! ;_qu2 .-.;enrielo \lene l:J. 1nuene? :\lejur an: ;_qu Senti<lo tiene un acon- !ug:ir en general. pero i..:n ningun:i fech;i en p:J.rticular. ;i.l n1enos para aquel
teciinil'.rHo virtu:il111ente necesario que no acJb:1 nunca de producirse? Qu ~ll que concierne. es conlO si no tU\'iera lugar nunca: ese acontecimiento es
h:tce que un ~1cunrcci1niento. ~1b.-;rr:tccin hech:J. Je toJo posible ;icon[ecer, una sin1ple evl:'ntualidad: ese :1contt'ci1niento no es nada ah:->o!uta111Lnte. ni
tc:ngJ lugar Jhor:.c n1~is tarde. en un 1no1nenro o en otro? Un :J.contecimiento n:J.da pura y simple1nente. puesto que a la mirada U.e un tercero ~tcabar. por
que puedt: {indt.finiJ::Hnente l no Heg:1r es una simple generalizacin verbal, tener lug:J.r en una fecha precisa y en un lug:ir determinado: pero par:i el
la cxpn.:sin de una !ey absrract:l y vaci~t. una nocin terica desprovista de inreresado n1ismo este futuro indefinidamente ~lplazado es con10 si no fuera
tud~1 efectiviLL1d_ lln ~1COf1tcci111icn10 no e.'.i un acontecin1iento si no tiene n~ida. fs/ctr nihi!i. Resun1a1no:-; . ."i !a n1uerte es cierta, su fecha no lo es

lfl)
ne.ceSariamente; pero si la hora, determinacin concreta, es cierra, entonces aventura? Porque la aventura tambin es una entreabertura. El conjunto del
el ~echo de morir en general es cierto a fortiori. Debe_r morir en general, un curso de nuestra vida est medio cerrado, como estn medio cerradas las
da; disimuladamente, no es ninguna determinacin en tanto no se fiaya - sucesivaS aventuras intra-vitales que lo constituyen: de marrra que--si----hr-vida
dich? dnde, cundo, cno, quin y de qu enfermedad ... Son las circuns- en su totalidad es una gran aventura, cada aventura particular es por dec.irlo
tancias modles las que aportan la precisiri unvoca y la unicidad semel-, as una pequea e intensa vida sintetizada en el interior de la grande. El
fctica; la muerte no es un acontecimiento real ms que porque est estre- hombre tiene en cuenta la muerte en general, to1na sus disposiciones y
chamente ligada a la incomparable situacin de alguien, a la singularidad precauciones para el da en ciue ya no estar, pero nunca tiene en cuenta a
individual del hpax.-Es indisce.rnible de la inmortalidad, algo que no tiene la muerte en sus circunstancias particulares.
que ver conmigo si el.hilo se rompe. De modo que la necesidad de morir, Si A!fors certa, hora certa es )a frmula de la' desesperaci.n,- ..!YO.r~.f..ez:ta,........
fin de cuentas, aCabi por parecer evitable; en otros trminos, aqu116 que hora ce7:1a?eaignOta1ati-muia d~a~anguS~i;--:y;~a1_:o:ntra;i; _1l1ors _incer-:.
'ene_i moment presente parece necesario tiende cada vez ms a parecer -ta, -hoici tnCerta la frffiliI3 de ia espefan-za quirr,ic, "habra que fe~;-~o~-~r
contingente: si no en s rnismo, al menos para s n1ismo, aquel que un da: mo--- _en la frm.lli;i disimtricil.Jwon:--certa;-lior-CeTfaer-1errli:-deunaVOfUntaCI~'
rir, aunque ese da sea un da siempre indeterminado, y para quien el futuro -----;eria y militante, ta~;iej2CGi.Cfe-Ii-Oe:SesperaCD:--coffiO ..de 1a esperinza qu)_-~
de Ia muerte es sietnpre un futuro indeterminado, apenas se distingue de inrica. Pues es l dispanOane~unacerteza quoidil:iitiV-i y de uria J~certi'
un ser inmortal. Una vida pe!-petua sera por tanto, de algn modo, el hori- dl1~S-;e cronolgica lo que da a nuestra vida el impulso y la energa nece.Sa-
- z_onte de ese arrendamiento renovado que nuestra esperanza incansa- rios para emprender cualquier cosa. El hornbre est en una situacin trgica
bl~mente prorroga. En una palabra, no hay diferencia entre la efectividad cuando la fecha de la muerte es t~n cierta como la necesidad general de
de la muene en general y sus modalidades; o ms bien la quoddidad misma morir un da cualquiera: este es precisamente el infierno de la desesperacin.
se ha convertido, como la fecha o el nombre de la enfermedad, en una Experimenta los trances de la angustia cuando la fecha de la muerte, fecha
modalidad ms: as como nunca es necesario morir a tal o cual fecha, de tal desconocida no obstante de todo monal, se supone tan implacablemente
o cual manera, tampoco ser: nunca necesario morir en general; la angustia predeterminada como el hecho mismo de la muerte. Al fin y al cabo la vida
metaemprica ha hecho sitio a los flujos y reflujos del mied emprico y de acaba por disolverse en l::i. indiferencia y el aburrimiento cuando, habiendo
la loca esperanza: pues tengo miedo de morir esta vez, de esta enfermedad, llegado ~ser e! hecho de la- IT111 errP ta!! dudoso corno_ su. fecha-p--llOS ,<;enti-
en el transcurso de esta peligrosa misin ... El hecho-de-la-muerte se ha n1os condenados a-una aparnte eternid-ad. Despus-dei tien1po amorfo del
convertido l mismo, como no importa qu otro peligro determinado, en aburrimiento, despus del tiempo spero de la angustia, despus del tiempo
una cosa perfectamente evitable, a la cual nunc:i es absurdo escapar y con in1potente y estriL llega pr fin el tiempo fecundo del ajetreo; despus del
la cual siempre es posible hacer tran1p~1s. rnrvenir sohreveniclo. viene un rorvenir realmente por venir. La distancia
es la n1isrna entre t:-1 r!e111po expectante. cerrado, ineficaz de la desespe-
r~1cin y et tiempo entreabierto de lo Serio qt1e entre la inminencia pasiva y
5. r.-Iors cerra, hor.:i. in cerra. la urgencia ac..1iva. - Para quien lo ve des<le un punto <le vista drstico, la
disitnetra de la muerte cie11a y de la hora incierta aparece como una disi-
Desgraciadamente, a oiedida que los ~tos pasan, la rnuerte se hace cada 1netra esencialmente excittnte. y en cierto modo rnotriz: aquello que se co-
vez n1s probable y l:i buena salud cada \ez n1s n1lagrosa; el desgaste del noce, en e,".lte caso la quod<lida<l de la mue_~e. es preclsan1ente aquello contra
organ.s1no va en aumento, las posibilidades <le sobrevivr tienden a cero y lo que no podeinos hacer na<la; y vice\ersa aquello que ignora1nos. en este
la certeza de morir al ciento por ciento; es decir, que- a la larga es imposible caso las modalidades circunstanciales. es en gran medida aquello que de-
e0capar al accidente fatal; pues aunque la certeza d.ei hecho ha estado hipo- pende de nosotros; en otros trminos, sabernos lo que no podemos; y po-
tecando nuestro tiempo disponible, tanJe o tetnprano las rnoratorias tocarn de1nos lo que no sahen10,'i; lo que se sabe, es decir, la infranqueable barrera
a su fin. No obstante, paralelamente a esta progresin hacia la muerte, veri- <le la muerte, est5. fuera de nuestro alcance, mientras que lo que se ignora,
ficable por testigos, el sujeto se siente imperecedero: pues efectivamente no es decir, la fecha, est hast:i cierto punto en nuestras manos: depende del r-
h;iy ninguna razn para morir tal da y no tal otro. Esta mezcla de insegu- gi1nen alimenticio, <le la higiene y de nuestra sobriedad; o, para utilizar otro
ridad Y de esperanza no constituye acaso el apasionante rgimen de la lenguaje: lo que est ahierto al conocimiento est:i cerrado a la accin, y
viceversa_ Esrc> irnico qui:isn10 del saber y del poder es una forn1a de la prob'.lr suerre. Lo que no quiere decir que la accin acte independientemente
;i]ternaEiv~1 funcLunental c>n que se expresa la finitud, que slo se puede ex- de las leyes naturales y modifique arbitrari:.imente la faz de las cosas: sigue,
plic:Jr por c::-i -giinen :.linbiguo del corulnenre conteniJo. SJber JJ.s dos cosas, por el contr'.lrio, los caminos del determinismo, y en absoluto los zigzags
poder 1:.is dos cosas, es decir, no nic::unente poder retras:Jr la muen:e pre- caprichosos de su fantasa. Pero rechaza toda fatalidad. Y al menos en esto
vista, sino vencerL1 t:n general, sera est:ir m5.s :ill: de toda alternativa crea- es la incertidumbre, o la contingencia lo que mueve a la accin, corno a la
cona!: pues t>sra sun1a Je la on1nisciencia y de !:l ornnipotencia tiene algo invers::i es la necesidad la que paraliza y adormece al hombre en su quietis-
de sobrehurnano e incluso de increble. Saber !o uno y lo otro, y no poder mo congnito. La libertad encuentra principalmente dnde emplearse en un
ni lo uno ni lo orro, tal es L1 JesesperJnte suene, si no increble, al menos mundo en devenir, o en una sociedad fluida cuyas caras sucesivas son
insopon:::ible, de los condenados a rnuerte. No saber ni lo uno ni lo otro, y po- esencialmente provisionales y se convertirn en lo que el hombre haga de
der lo uno y !o otro, es decir. poder trascender la muerte, y '.l forriori poderla ellas. Hacer! Esta actitud revolucionaria y violenta supone que la situacin
:Hr:ip:tr, sera ser un :lngel. El nico rgin1en c:i_p:i_z de s:i_lv:iguardar la vital podra ser distinta. que no hJ.y por qu aceptarla tal cual, y que el cambio de
entre:ibertura Je i::i existencia es e! rgl1nen irnpar o desparejado que llama- su aspecto debe ser guiado y dirigido. La voluntad coopera sobre todo en
rnos :ilternativ:i: s:lber lo uno (sobre lo que naJa podemos), poder lo otro la operacin del tien1po histrico y, gui:indo la futuricin, modela y modi-
(sobre lo que n:id:i s:Jbernos), poder sin saber o s:J.ber sin poder: v:J.ivn que fica el rostro del futuro. En ocasiones hay en una voluntad dri.Stica J.lgo de
da i.1npulso :l !a ~1ccin; la iinpotenci:i sapiente sir..:e de cincel a la potencia tosco y ele aproxin1ativo que parece excluir las sutilezas del anlisis; y muy
ncsclent. El saber :l rnedias y el po<lc>r :i rneJi:i.:> no c>stn nunc::l en el mis- a 111enuclo es durante la noche de la nesciencia cuando nuestro libre poder
mo bando del rnisterio. El Scio quoci, .:>aber irnpotente, y el 1Vescio quando, n1odifica el destino. Toda decisin re:ilmente valiente, toda opcin por poco
poder ignorante, son en cierto cnodo las dos mit:ides complementarias y aventurada que sea exige unos segundos de obcecacin.. Los Resistentes
sep:lrad;is Je un todopodc:roso conocin1iento tot:il que ninguna razn puede de 1940 nunc:i hubieran en1prendido n:ida si huhier:in evaluado sus posibi-
concebir. - No es que el saber irnpotente se:1 para nuestro poder de aplazar lid:_ides Cinc:irnente en funcin de la situacin gener:il y de la relacin de
la n1uene un obst:J.culo insuperable. pues le impone el ln1ice detenninante fuerzas en conflicto; su peligroso con1promiso no resultaba ele una aprecia-
sin e! cual ese podc>r se disohera en el vrr!go de l:i indiferencia, sino que cin r:icion:ll ele 1as probabilidades; no tomaron las armas porque haban
es 1n:J.::; bien e! rg:1no-obst{1culo. l\uesrro poder slo es eficJ.z porque no es C3-lcul:ido que eran los m5.s fuerres! Tenan una esperanza sin sentido y contra
infino_ '{ del rnisn10 n1odo que !a pal:J.nc:i se :Jpoy:i sobre un punto fijo para todo buen sentido, y tomaron la decisin. ellos tan1bin, por la noche. A..ll
lev:int:_ir peso ''/ ress[encia, as el poder contr:triado se :ipoy:i en un inmodi- donde la luz tr::.gica ele la evidencia, :Jll donde las abrum:idoras certezas nos
fic:ible des[ino p:ira alarg:1r nuestr:i \icl:.i y disrender la esfer:i de nuestr:J liber- aconsejar:1n la renuncia y la capitulacin, la loca esperJ.nza que dice no al
c:1J. Es por ran[o ta negJ.ti1,.id:Jd y la invencihilidad n1isn1a de la muerte lo destino h;ice posible lo in1posible y razonable lo irracional: la irrazonable
que cL1 un Sl'nEiJo, un:t vocacin. un:.i din:ccin dl:'finida a nuestr~t :tcti\iJad quin1era se revela aqu 1nis verdader:i que la :ibsurda verd:i.cl!
tr:1nsforrn:1Uor:1 y progn.:'sisca: LJ. medicina. tJnto corno el :1rte, no pretende
\u!:1tiliz:.ir o :lniquiiar shic.tn1cnte el ob.'it:iculo h:.i.cicnUo curas n1il:igrosJs:
i:sra g!orlosa nihi!iz:1cin es 1n8.s bien L1 espec1:J.!id:1<l de charlatanes y rau- 6. La resignacin a la Quoddidod: nto11aicfad, dolondad, espaciaiicfacl,
n1:uurgos. ...\s que nue::;tro destino n1ort:.il est:i :1 Lts Juras y :i las n1aduras! ternporalidaci.
- Lo que nu quiere Jecir que !:l accin Je los ho1nbres sobre !a 1nuen:e no
e:)r0 genl'.r:d1nente en razn n\ers:i a su lucidez. ,\lientr'.ls no sep:J. lo que lnc>viL1hle es la quoddidad J.e la 1nuerre: aqu el de.stino Uice no y cierra
p:ls:l cs que toJavi:i se pu~de h;_icer algo. La ignor~1ncia en l:.i. que nos en- la puerta. Incierta es la fech:i: :i su vez es el destino el que dice s y entrea-
contrJ.n1os por lo que se refiere J. !a fech:i ventil:i en cierto modo nuestra bre I:i puerta cerrada. Y en un principio la ncleterminacin de la hora (por
\iJ:l y nos pern1ite respir:1r haciendo tn:t::; lle\:1Jer:t la preocupacin por la con1enzar por ella) nos sugiere que todava no hay nada decidido. La criJ-
rnuerte cien::J.. La confu.:;in 4ue reina ::;obre la fecha permite a la voluntad tura, si no es omnipotente, es decir. si no tiene el poder hoy en da infinito
precipit:irse en es:J. indetenninacin p:J.ra influenci'.lrla y para :ipostar por la que l:i pennitirJ. transubstanciar la substancia de l:is cosas, posee al menos
pan:id:J. no jugad:i del J.estino; el hombre de :.iccin utiliza de este modo el el poder indefinido de modifcar los modos y transformar las formas: en los
margen Je esperanz:i que> le queJa. las posihi!iJa<les mismas le invitJ.n J. ln1ites que le asigna su rt>l:itiviJad. _el hornhre es casi todopoderoso: el

;;o l"il
hoinbre, en esos lmites, puede, o podr un da casi todo lo que quiera. as corr10 no hay razn para que el enfermo condenado por los mdicos a
Quiere, luego puede; pi.Iede, luego- har; pue_s todo aquello que puede ser morir hoy-no aguante hasta.maana, y luego hasta el da siguiente de ese_
hecho debe ser hecho; pues Iodo aquello que es posible y factible est maana, y sic in infinitum, ypar liitiffio <ls Con1b cada-mu-erre, ya fuera esta
.permitido, y debe ser interitado; y, un da u orro, suceder. S, en los lmi- la ms natural,- es a su manera una muerte Sbita, nex, una muerte aplazable
' tes del Quod, todo p~ede y por consiguiente debe ser intentado, probado, e imperceptiblemente accidental, se le deja al mdico ente:.-a libertad para
e:Xplorado, emprendido atrVidarriente: n:&v'ta yft.p 'toAr'ttov. El rgano pide prolngar indefinidamente por decirlo as ]a vida de] enfermo; si la muerte
ser empleado, la fun-cin ejercida y la conciencia tomar conciencia. Es coffio en general"-no:.e-S evitable, toda muerte particular, en su aqu y ahora, habra
si la libertad tuviera la obligaCin de ejercer- sus derechos hasta el final - en podido ser- eY-itada: de remiendo en remiendo, y .a__ golpe de reanimacio-
el- caso de qe los derechos-- de la libertad tuvieran un-final; la libertad di.S- nes sucesiVas;: quin sabe si la creciente l9ngevidad no acabar por desem-:-
tiende infinitamente el'_Jlcaiice de su :iCcin rrarisformadora, sin que nada, . boc-ar, en ltima -instancia, en la irunonalidad. A fuerza de curar a los enfermos,
n1en cantidad, ni en d.ricin, ni en velocidad, ni en ninguna relacin cir- de alargar la duracin media de la vida y de retrasar la hora fatal, quin sabe
.. curtstancial, venga a limtar ese poder dilatador o n9s_-impida batir indefini- si nuestra!-) :_terputicas no acabar:.n por eludir la fatalidad misma. A fuerza
damente nuestros propios records. Gracias a la libertad, el hombre Consigue de ganar tiempo, quin sabe si, olvidndonos de morir, no iremos adqui-
amplitud, aumenta su volurrien y las latirudes en que puede vivi, infla el espa- riendo poco a poco la eternidad. Eso es lo que Edgar Morin_ deja entrever.19
ci vital y la duracin vital que -necesita para respirar y asentarse en todas rral vez, despus- de todo, el aplazamiento del Quando tiende, por ~proxima
sus dimensiones, ensancha todo lo que puedelos muros de su crcel. Traba- cin asinttica,- hacia la supresin del Quod en general. Es la Hora incerta
jos innumerables y apasionantes, una larga y gozosa carrera se abren ante lo que justifica el iinperativo nmero Uno de toda deontologa mdica. Impe-
su voluntad progresista: pues en los lrnites que la.s circunstancias y las moda- rativo muy sin1ple, pero tan u_rgente e incondicional como simple! Todo en-
lidades de la continuacin nos imponen, hay mucho que hacer, lnfintamente fermo, incluso notoriamente incurable, debe ser considerado como curable
nlucho que hacer... Aquello que depende de nosotros, -rU fcp 'i)tv no es lo y cuidado como tal; y eso hasta el ltimo suspiro inclusive ... Pues cmo sa-
n1s fundamental - pero tranquilicmonos! Es igualmente la tarea ms varia- ber si un suspiro es el ltimo? Slo cuando no es seguido de ningn otro,
da, la ms interesante, y aquella sobre la que nuesrro trabajo hace ms mella, el ltimo latido del corazn revela ser el ltimo ... Slo pstumamente, .Y en el
porque implica una diversidad por decirlo as inagotable de grados, modali- calendario,---el '...-'ivo habr. sido un mor-ibur1do, -cuandoJa .muerte-.bay.a.sobre-
dades y tonalidades: desde el momento en que se trata de la velocidad de venido por fin y permita retroactivamenre a los allegados reconstruif ago- Ia
los aviones, de la mejora continua del confort material y del prolongamien- na; el moribundo nunca es moribundo ms que en futuro anterior! En prin-
to progresivo de la vida humana ... no hay ms que hablar! Ya tiene en qu cipio no hay moribundo. En principio slo hay un moribundo que est vivo
ocuparse un hombre laborioso, ya est:ln justific~tdos todos los esfuerzos de y que puede sanar. La enfermedad mortal. la enfermedad desesperada, slo
una civilizacin esencialmente filantrpica y optinzadora: si nuestro probie1na se reconocer: n1ortal y desesperada retrospectivamente; un minuto antes de
es el cada vez mis. el Clda vez mejor. cada vez nl:S fue1te. ms alto. 1ns rpido, n1orir, aquel que est t9dava en vida es. en principio, susceptible de esca-
si nuestro problema es aun1entar y 111ejorJ.r continuan1ente el poder hun1ano, par y sobrevivir: mientras haya una posibiiidaJ entre mil de salv11rle, esta
vienen buenos tiempos para los tcnicos dei perfeccionamiento industrial; modesta posibilidad justifica todos los esfuerzos, incluso sobrehumanos,
una perspectiva ilimitada se ofrece a nuestro valor, una larga y prometedora rod:is las apuestas, incluso las rns locas'. -No hemos visto acaso salva1nen-
carrera a la esperJ.nza progresista, un in1nenso taller est abierto cla y noche tos increbles, curaciones prodigiosas, recuperaciones en la ltima fraccin
par.i nuestras actividades mdicas, sociales y pedaggicas, para nues[[a ne- de segundo que parean milagros? Una rregua infinitesimal, una prrroga mi-
cesidad de transformar la naturaleza, horadar las montarlas y corregir el curso nscula es para el condenado a punto de ser ejecutado una inmensa espe-
de los ros. Y por ltimo (puesto que este es aqu nuestro propsito), el hom- rlnza y una ventana al futuro. Tan preciosa es la positividad del estar vivo
bre es casi todopoderoso en lo que concierne 11 Cuindo y al Cmo de la que el rnenor aplazamiento, en este caso. parece realmente una inmensidad,
muerte. As como nunca es necesario morir en tal o cual fecha y no en otra una gracia inestimable, una suerte inaudita graruitamente ofrecida al que se
distinta, y .de tal o cual enfermedad y no de otra distinta, as como nunca es
absurdo ahorrarse tal enfermedad determinad:::i., y nunca es absurdo aplazar
un da el da fatal. una hora la ltima hora y un instante el instante suprerno, t'> l'J-f,,n1me el fll mort duns l'histoire. l<J-"l.

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s::dvJ: el rnodesto aplaz:.Imiento se convierte entonces de J.lgn modo en un ser, con su drarntica urgencia, tiene prioridad absoluta sobre el imperativo
s1nbo!o sobren:.uur;1! de nuestr'.l hum~1n.;1 influencia sobre el destino .. L3. hipottico del bienestar. No otr:i cosa es lo que expresan las evidencias im-
eutanasia que ~L1eterlinck pJrecc justific::tr2o riene tod:.is !as tr:izas de una periosas, categricas, axioniticas del instinto de conservacin. Una vez sal-
renunci:.L No. decidid:.nnente no hay nJd::i decidido [dava mientrJs quede vado, el condenado aqu presente tendr todo el tiempo que quiera para
un dbil soplo de vidJ en los labios o en e! pecho; hasta el minuto cincuen- dedicarse a esos problemas de lujo que conocemos con el nombre de arte
(a y nueve de Lis once horas. n:.1d:.i est decidido nunca! El cor:1zn late de bien vivir, felicidad, paz conyugal, ere. Pero, antes de cuJ.lquier oua cosa,
dbilrncnce? Entonces tod:tva hJY' esperanz:J. Gr:.1cias a la accin inteligente, que el condenado a muerte sea indultado, es decir, dispensado del cadalso:
previsora y diLuoria, e! hornbre perseguldo por !:1. n1uene se pone :.i salvo re- 1
de lo dems ya se encargar l! Que el enfenno, incluso amputado, dismi-
trocede y desb:iratJ la inminencia de l:i hora incierta: el ho1nbre acorralado nuido, mutilado, haya podido salvar la vida! Y de nuevo se abren las puer-
retrasa todo lo posible el vencitniento de un plazo que ningn destino ha tas de la esperanza, por donde se cuela el viento de la alegra ... La alegra
fijado. Al h~b!ar de: b n1uer1e cier1o. se:il:J.bamos crno el ansioso terniendo no es acaso [a exultacin que se apodera de aquel cuya muerte acaba de
ser cogiclo por sorprcs:.i. se preparaba por medio de L1 oracin :.i recibir a la ser diferida? La Hora ince11a es l::i que hace posible esta maravillosa victoria.
terrible visit;:inre. Pero el hornbre precavido no se linlit~l. como Ios Trapenses, Dueilo de la fecha en cierta -medid:i, el hornbre no est sin embargo dis-
a esper.:ir rnienCJ:J.s vela: organiz:1. acriv:.irnente la resistencia contra el enemigo, pensado del quod. Evidente1nente la necesidad de morir no es una necesi-
orna medidas dcfensiv:.is y pren1ediE:l incluso su contr~:ataque. Balt:.Isar Gra- d:J.d lgica; o recprocamente (lo que viene a ser lo mismo) la imposibilidad
ci:.n. en el ()rcufo nuu1ua. dice que .tYlorJ, la 111or:ttoria. es la verdadera de n1orir no es en absoluto, a su vez, una nposibilidad lgica; es decir, que
dignidad del hoinbre razonJble: 3.l estr:.itega, al conesano. al poiltico, Gra- no es absurdo ni contradictorio vivir eternamente, en el sentido en que es
cin recomienda la detencin prudente~. 21 Nunc::i. apresur:J.rse ni apasio- absurdo y con[fadictorio infringir el principio de identidad. En felasin a lo
narse.' L1 prudcnci:i. no es ac::iso esencialn1ente con(e1nporizJ.dora? El hon1- que es el estarus constitucional de todo pensamiento, la resignacin no tendr
brc que contemporiz:1 se ton1:J. su tien1po, ::i fin de conserv:.ir la iniciativa; o razn de sec la resignacin no tiene objeto cuando uno no puede ni siquiera
n1ejor dicho proyecta un futuro. y torna :is sus prec:1uclones contra l:J. deses- concebir otro ;nodo, un Aliter en general. cuando la posibilidad mis1na de
per1cin que el agotamiento de un:J. futuricin co1nplctJ.mente efectuada, otro estatus no es concebible; nadie ha tratado de pensar lo impensable, ni
dev:J.n;:i.Ja. prescnciflc::ida pro\ocara en nosotros. L1 con[en1porizacin es por consiguiente puede en1pezar a hacerlo; no es ninguna necesid:Jd que
to<l:.iva rnis drantic:1 en los c:isos en que el hon1bre :.icorr:1lado se f:J.brica tratemos de satisfacer 3. base de ruegos: pues como dice Aristteles, es
in extrernis un pequeo futuro pJrJ. poder respirar: o bien son los remedios &trnt1mov-r1,22 inflexible e inexorable; y Platn dice tan1bin que ni siquie-
que proporcion:.in al enfern10 un pobre futuro de al~unos das m:s los que ra los dioses pueden h:Jcer n:ida: civci)'!CT16'oU8E8toi. cixov-rcn. Len Chstov,
le :ibren un:.I corta y rniser:ible perspectiva, y \'Uc.'hcn a poner en march:J en ..-!tenas y .fentsaln, gustaba de citar estas lneas. Ahora bien. no es ante
pro\ision:.i!n1c.'nte sus pequenos proyc.'ctos Je enfenno. Porque ese J.pla- la 1nort:.1licJad ante lo que los Jioses. inn1on:ales ellos n1is1nos. se resignan;
z:11nlento 1ninin10. p:1ra e! enfern10 en peli,gro Je rnuerte, es l:.i condicin es ante una necesidad a priori que nadie puede pensar en superar. puesto
viral de rodos los Je:n:'ts ~1pL1z:.i1nicrno:s. la conJicin. sin la cual esos ocros que. en el 1nis1no instante en quL concibiran1os esa esperanz::i, nuestra
:1pL1z:irniencos no Sf\'en par:.i nad:J. Prnero Y\i~: ":_Prinuun essd. '{Juego, si conciencia y~1 esti inrners:.i en esa necesidad y presupone irnplcitan1ente sus
se tiene \;__ oporrunid;1L!. pensar en Lis 111aner~1s Je \-,ir! La prolong;_cin del leyes. Por el contrario, conserv:.Hnos la loca esperanza de transcender l::i
tiernpo \ita] - el tic111po e:-;cueto de la existenci;l suhsc~lncial - precede la n1uerte un da u otro. :i fuerza di.:'. aplazarla: este :.iplaz:.in1iento indefinido
hl1squed"J ele los p;1satie1npos que l!en~1n ese tien1r-:o: la prrrog'.l del ser e1npuja en cierto inodo nuestros dL'seos hacia el lej:.ino horizonte: el hornhre
\egetali\--o precede !a eleccin Je los contenidos ~, tn:.iner:Js de ser que da- lle\a su esper:.Inza h:.ista el l1nite, o 1nejor an, ha.sta el ~1bsoluto. La inn1orra-
r:n consistenci:.i a la exlstencia bn.Ha: pues el i!npcr:uivo incondicional del !idad es efectivarnente 1nis inimaginable que inc?ncebible, y ms insopor-
t:1ble que iniinaginahle. Evidente1nente. h:.iy algo Je absurdo, e incluso de
ligeramente monstruoso en la idea Je una vida internnable. de una exis-
20 La m11l:'T1e. !'JU.
tencia sin fin: pero a fin Je cuentas la muerte no es menos :ibsurda, puesto
:i fblt:1.~:1r Con:n 01udu 111l/1111,tf _r ll!TI.! i<! pn1denc111_ \L\_"\inu L\ H1J111hre de 1spera. p. 212.
Ohr.1:> 1:ornp!ct:is. !L \bdnd: Bihlll!t:ci C:i-.iro. Tu1ner. l'Jl)_-i
l-'1r"..,;11t1Ji. lirc.r.il11k"fHl lic -, lu nn:,cntl. e_, ,kur. :1u:1:tl1 z:tcb 1_"\ dlI T \

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que contradice-de forma-brutal e inexplicable nuestra vocacin de infinito; periferia las cirGUnstancias foITI1an un contorno que nos puede ser indefmidamente
una vida eterna. es algo 'casi tan contradictorio como un cr_culo cuadrado, ahorrado y disj}ehsado. Dios nunca ha dicho que pasado tal o cual plazo,
por supuesto,"pero a-su vez, como vamos a ver, la aniquilacin de la persona cumpliu'u e1 -=:tiernpO:egt-xrnent-a-rio, el ser rri-Ortal----dba- d-esaparecei
tiene algo de incomprensible. NO siendo el ser finito completamente unilateral, obligatoriameTite; sobre todo, Dios no fija la edad, Dis no dice el nmero,
Ia necesidad de sun1u~rte tarnpoco es completamente unvoca. En una en el sentido, ':por ejemplo; en que el reloj indica el nmero de la hora: por
palabra, la mu_erte no es-tanto una necesidad cuanto un destino. lJn destino ejemplo, ~una ha dicho que sef ~s- bien a la hora H, o a cualquier otra
metaemprico,- y n na desgracia emprica. Entre las desgracias evitables de hora ... Ha deci:d-do que la vida-del hombre ser finita, pero no ha determinado
Ja empiria; por u-na parte, y; por otra parte, -la necesidad- analtica que es su duracin~-n,o ha dicho de qu cantidad-de aos se compondr, en total,
positividad-puray pUra:-'plenitud (pues es el rgimen mismo de nuestro esta vida finita_ ... -El destino,_si es que hay_destino 1 no dice tanto y cuanto,
pensamiento), queda un hUeco para la enfertnedad del destino de la muerte. no seala tal o cual ao. Dios. es como lin gran rey que no tiene tiempo de
En esa enfermedad-del destino, ieconoce-moS una vez ms la anfibologa ocuparse en b~gatelas: de minims non curat Deus... Dios no entra en detalles[
paradjica de li 'eriferffi_edad-necesari"a: ninguna enfermedad, salvo en el Los detalles se?los deja a la_criatura, para que la libertad a medias d~l hombre
Infierno, es decir, en:el reino de la desesperacin, es nunca necesaria; ninguna encuentre en tj_u. ocuparse. Dios deja- al hombre las mcx;ialidades y se reserva
neCesidad, salvo en-un mundo absurdo y malvado, podra ser mala. la quoddidadJ De modo que el misterio es aquello que nos- da y nos quita -
Misteriosamente, el destino mortal de las criaturas rene esas dos contradic- a la vez. Tampoco la vida se detiene automticamente con la-excusa de que
ciones: la contingencia trgica de la enfem1edad, el orden natural de la nece- el vivo habra:agot::i.do su vitalidad. o habra corno si dijratnoS desenroll::i.do
sidad; en cuanto que la muerte es el mal y su fecha es siempre arbitraria, el tocia la madeja ... Se nos deja la liberrad de luchar inagotablemente contra el
hombre lo rechaza apasionadamente y, con todas sus fuerzas, lo e1npuja agotamiento de nuestros recursos. de oponer un valor inquebrantable al
lejos de s da tras da y, paso a paso, hace retroceder la hora incierta; el quebrantamierito de nuestras fuerzas. Una vez tenninado todo, la edad elegida
hombre nunca est completamente convencido de su inevitabilidad. En para la muerte de alguien habr sido sin duda una edad determinada: pero
cuanto que ese mal es necesario, dicho de otro modo, en cuanto que la antes, y hasta e1 mismo momento de la muerte, el Cundo y el Cunto siguen
muerte es una condicin positiva de la vida y adquiere su sentido en un estando parc~almente en nuestras manos. Dios ha fijado ios princpios
contexto general donde el mal mismo no es ms que un ingrediente del nicamer::te: Di0.s n-o !!OS h2 .mpue..':ito h obligacin -de morir .en_.general y
bien, nos resignamos a _nuesrro destino n1ortJl. La razn de ser de la resigna- sille die, y por eso mismo se las ha arreglaao para que la indeterminacin
cin es a la vez el carcter irremediable de nuestr:i finitud y la posibilidad de la hora se con,.;erra en campo de accin para nuestra liberrad. E inversamente:
de concebirla vencida, posibilidad que reavivan continuamente la pro!On- todas las enfermedades pueden y deben ser curadas, pero la morlalidad,
gacin de la vida hurnana y la esperJnza de aplazar la boro incerta: nuestra que es a la vez. como decan1os a propsito de la preQ(_upacin. la enfermedad
imperfeccin no nos impide concebir. sin que e:-;to tenga nad:l de absurdo de las <:-nfennedades y la enfern1edJ.d de la salud, la enfer1nedad de los
ni de contr;idictorio, una perfeccin n1ayor: la ilnposihilidad de la felicidad enfern10.:-; y la enferrnedad de los sanos. la mortalidad. que es el hecho de la
no es ningn impednento para que uno se represente el ideal de una feli- entt:nnedad y el hecho ele la niuerre 111isma, es literalmente incurable. Nue'5tros
cidad pura. - El destino del hombre es eldstico, es decir, que puede ser dis- antibiticos y nuestros mtodos de reanimacin pueden retr1sar el da y la
tendido indefinidamente. pero no infinitan1enre: llega un rno111ento en que horJ. de da en da y de hora en hora - pues toda enfermedad, hasta el
ese tien1po elstico se rompe. Y por consiguiente el becho ele que el hon1bre ltrno rninuro. debe ser considerada corno curable; pero la 1nortalidad que
deber morir, es decir, la quoddidad de la tnuerte, es en realidad nuestro -vuelve n1ortales las enfermedades mortales no es ella misma una enfermedad:
inevitable destino, y a l debemos resignarnos. El ho111bre no puede evitar o si es una nfermedad, es un.t enfermedad literalmente desesperada y a
la necesidad de morir en general, un da u otro. tar:Je o temprano, a corto priori incurable. Un trastorno mrbido se define por relacin al es[ado normal
o a largo plazo, pero lo puede todo, o casi todo. contra la fijacin de la fecha; o n1edio que trastorna. Pero !a morr~tlidad de qu seria el trastorno? De qu
todo excepto, por supuesto, lo esencial; la indetem1inacin del Quod escapa norma? Anomala normal y compleran1ente natural, la mortalidad expresa la
a sus conquistas, pero el Quando depende en gran parte de sus esfuerzos finitud de toda criatura. Puesto que la mortalidad no tiene nada de patolgico,
y de su energa. El hecho-en-s. dicho de otro 1nodo, el ncleo del destino la ter.lputlca no encuentra en ella nada que curar: el enfermo, en resumidas
de nuestra desgracia, representa por tanto el l'le111enro indi.spensahle en cuya. cuentas, est bien; si al 1nenos pudiera estar un poco enfermo. tendramo[o;)

L56
;_~-~~~~i~: -
la opurrunidod Je emplc:rr nuestros remedios ... Qu es lo que est enfermo,
que pueda proporcion:lr : n1dico un enemigo que combatir? Qu est
,i'~;-jl!
_-._:::'=--_--:;:_!:..: _i
npresencia mgica y maravillosa que le permitira estar en todas paaes a la
vez, mxvrcr..(O au, como dice Plotino; par..i ir de un lugar a otro, el desplazamiento
t:nfenno, que pued:i finaln1ente ser cur:ido? La morrali<la<l no se presta por sigue siendo neces:J.rio. As pues, si los caminos de la movilidael se prolon-
tanto J. ningl1n interc::tn1bo, a ningn trueque. Se puede evitar que alguien gan infinitamente ante nosotros, si todas las vas estn abiertas, la maldicin
n1ue:-:..1 en t::ik.'s o ru:ilcs circunswncJas d;:iclas sacrificndose por l. ofrecindose del trabajo no deja de ser por eso menos insuperable. Vimos cmo el espacio
corno vcci1n:i en su lugar: pero no se puede morir en lugar de alguien en era a la vez obst::.culo en tanto ~n cuanto separa a los hombres, y rgano
general; esr:1 es un:t de esas cosas que uno tiene que hacer por s mismo, en tanto en cu:.i.nto los pone en comunicacin. Y ahora decimos: es la espa-
una de esas cos:.is en las que nadie puede reemplazar ::i nadie ... Y as como ci::didad lo que es el obstculo, lo que mantiene a los hombres alejados unos
la rnonalid:.td es el ncleo del destino de la n1uerte, as la doloridad es en de otros - pues ella es el principio inerte de la distancia y el impedimento
cierto rnodo el Jestino Uel dolor: todo dolor panicular es contingente; nin- para que dos o varios seres coexistan en el mismo lugar; la espacialidad-
gn Jolor torn:1do en particuL1r es inevitable, pero el hecho-del-dolor era obsrculo significa que c::i.<la ser impenetrJ.ble ocupa su lugar particular, de
:;in dud:1 neces:1rio en generJ.l: sin <lucb es necesario en general que alguien donde des;;iloj:::i. a los otros: es el n1nimo nuclear que no podemos ahorrar-
sufra en algn !ugar en un n101nento u otro, aunque ese alguien no tenga nos; e inversamente es el espacio el que es el rgano y el que relacion:J. a
que ::ier necesariarnenre tli o yo. ni el lug::ir neces:J.ran1ente aqu y en este los seres topogrficamente separados; el espacio nos ofrece. innli~erab!"es
nlis1110 in.stJnrc. Por qu aqu rnejor que :dl, por qu uno n1:.s hien que caminos :l travs de los ~lires. de la tierra y Jos ocanos, para ir Yvenir <le
otro, por qu hic et nu11c, y en fin por qu precisarnente este dolor, de esta un punto a otro.~ Del n1isa10 modo, la te1nporalidacl del tiempo es al tieinpo
fonna y con este grado Ue intensidad? L::i respuest:J. a est:::i.s preguntas de- de esta ternpora!ida<l lo que el obstculo al gano. Qu es la docilielad del
pende" en gr:in p:irte <le nuestras tcnicas y de nuestros esfuerzos: pues se espacio ho1nogneo co1nparada con la docilidad del tiempo? En este rnedio
nos ha dej:J.do la libertad de atenuJ.r, apbz.'.1r o despb.zJ.r et sufrimiento, cam- idealrnente obediente, indiferente y neutro que llaman1os tiempo, la liber-
biar y pennurar un dolor por otro dolor. )'- por ejen1plo transfonnar una mi- tad penetra y se :i.dentr:l :l su guisa; y no es decir n1ucho que el tiernpo esr:
gr:L1 en reu111acisrno o una ci::.tica en dolor de muelas: el destino no se opone lleno y es 1naleable: pues es todava mis imp~tlpable que n18.leable; no es
:1 Lis pern1utaciones, variantes 1no<l:des y re:1jusres qui<lditativos en la esfera soLl!nente obediente: es. para decirlo de una forn1a rnis precisa, perfec-
Je! quocl. pero no nos perrnite extirp:1r hJ.sta la raz la quoddi<lad de ese tamente inexistente! La existencia inexistente <le este medio infinita1nente
quo(/. Cu:i!quier dolor puede volverse indoloro, pero no existen analgsicos n1::.s irnpon<lerJ.ble que el aire attnosfrico implica para la libertad del hombre
con[r:1 la doloriela<l. ?vle<li;inte una perpetua co;irtada y unJ. especie de un;:i invacin tcnica; poco ms o menos significa esto: haced lo qtJe queci.is,
n:currcnci:1 ilin1irada. los hon1bres se pJsan uno a otro la pelota. y el dolor, todo e.'.'t:i pern1itido; todo es posible, todo es lcito y, por consiguiente, ser.
quL p:1n.:ce con,errirse en sufrin1iicnto sin sujeto sufriente. pas:1 a.s de este '{as e.'-' co1110 las n1olLLiid:1des, las caras y las luces del futuro elependen ele
:t :tcuLl. totll:t otr:t.'."i fonnJS. se rcfu~i:1 en orr:1 p:J.rtc: y _...;in en1h:trgo la intJ.ngi- nuestro trahao y de nuestr~1.'i iniciativa:-;: la c:J.ra de! pon:enir esti rea!n1ente
hk t11i ....;c:-ri:t. L1 dolorid:1d en ~t.rl!..::Lll. dolur dl:' todo .. .; y dc n:1dic. dolor de no a nuestr:1 enter:1 disposicin y ser:. co1no quer~unos que :-;ea. Tales son las
i111pu11a quil:n. se convierte a cacLi n10111ento en el dolor enc:irnado de alguien. posibilicL1des que el hon1hre "puede poder". posibilidades que se actualizan
~ Por l:t 1nisnL1 r:1zn conproh:1ren1os que !a e_,pacialidcul es la inextirpa- no con10 las virtuali<lade~ naturales, auton1::tica111ente, sino por efecto ele
hle quodUicL1d del esp:1cio. con10 L1 te:npora!icLtd es la inquehr:J.ntable nue.<.:;tro "poder poder... Por lo de1n:i..;;. todo lapso de tiempo pueele ser ahre-
quoddiJ:1d ch.~! til:'1npo. E! e:-:ip:1clo ofrecl:' \~1 libre a nue~tras tcnicas: el \Jado, todo plazo acortado. todo proceso n1o<lificado o :1celerado. Acaso la
hoinbn: :ie Jesp!az:.i en :1 \e!oci<l:Kles c:1<l:1 vez 1n~1yor~.s. atr..1vies~1 la barrera econon1~l del tie1npo no es p:1ra !as tcnicas del rendilniento el result:t<lo
de-! _-.;onido. e.sc:tp:i J. J:i gra\..-eda<l tt:rre~ltre. sin que parezc1 haber :i priori esencial e incesante1nente perfeccionaelo de nuestro dotninio del obsriculo?
ningn !i!nite J. est:t c:irrera vertigno ....;a. Y sin e1nhargo l:i ubicuidad nos Precisemos sin emb:irgo: el trabajo del hombre rnoelifica los modos ele ser
sigue sii.:ndo inaccesible~ Incluso Lt \"elocid:1<l de !a luz sigue siendo una del futuro. pero no ca1nbi:1 nada <le !:i quod<lidael n1isn1a de !:i fururicin, es
ve!ocid:..1d etnprica. una velocidad finit:l e infinit:i.mente alejada de lJ. omni- decir, del hecho de que en gener..il habr::. un futuro. Y del misn10 rno<lo com-
presencia. ::.Jue::;tro.s inovimientos en el espacio se hacen continuamente ms primimos la duracin Je nuestr..is propias operaciones en el tiempo. pero el
rjr!dos. pero b. e.'ipaci:iliJa<l de! esracio no podra ser tragada ni sorbida tiempo mismo. la mi.'.>mi<la<l del tiempo. la temporalidad e.s un destino in-
de go!re: L1 :dtern~1tiv:i Aqu o .-\!l contin:t prohibiendo :d hoinhre la orn- cun1pren.sible. Los interYak).'."i de tien1po exigielos par~1 llevar :L cabo un tr:1bJ.jo

l'<)
,
d"pei:len de nuestra- raJ)J.ez,_ pero el tiempo de esos intervalos escapa a desnudo. En re.lacin al pasado_,_es_~l_becho <le la pretericin~en-oeneral lo
-- ' - -- - ----- - --

nestros podere_s. El terripo (le llna_ sonata depende del metrnomo ... o del que representa,e.1 destino; aqu la quodclicbd se llama Irreversible e Irreparable:
virtuoso:_ pero el Tiempo liriiversal que encieffa todos los tiemDos de todas lo irreversbl-e.;'~s--G1eGir;.i-a'impo.iibllk1a<l de -revJvirla pascidatl:i..:del-pasado,
_las sonatas no pued_e sef''i~ _ralentii.ado ni acelerado, y camin~ siempre al a no ser bajo -:kt- forma irreal e impotente del recuerdo; lo irrevocable, es
~smo paso. No, la durasJll de un proceso no es nunca totalmente plana decir, la impoSHi>ili<lad de Suprimir el pecado una vez cometido; y lo mismo
o_Hsa; incluso des1nesuradamente acelerada, una evolucin no puectereducirse, que po<lemoS:_:modelar y modificar las modalidades del futuro, pero no
a esa especie de nst:ante punn,Iar,_ a ese _instante sin duracin que_ los metafs- nihilizar la futtfr'icin en general,as podemos neutralizar o borrar las huellas
cs llaman a veCes aetern!-l1_1i fVu1c, el etern Ahora ... Por ejemplo, las veinti- Y las 0 cohsecU~_tic1~se:mJnT1c".:1.s tic la ~cnala accin, y por ejemplo hacerlo
cuatro horas_ que me _ S_epira,n d_e. maana son irreductiblemellte y en todos mejot en_ade_lfnte,. hac:eflo mejor en el futuro, pero en absoluto nihilizar el
ls casos veintic:--i~nro hr2:s, ya las_-p-ase cntan<lo los minutos, haciendo hecho de haberc:ometido e.saaccin; lo hecho,j'actum, puede ser deshecho,
crucigramas, cori 16s bra~Os. CruZ'adcis-.o sencillamente durmiendo; la sema- pero. el hecbok}.e -haber hecho, fecisse, es indestructible: se puede mejorar
na que me separa del domigo que viene tiene la- misma duracin, sea el la. res facta, ff~ro no se puede, sin contradecirse, hacer del Jactum un
que sea el pasatiempo e.legido:_-este es el caso {!el tiempo de expecta- iJzj'ectu1n; "no ~~ puede hacer que la cosa hecha no haya sido hecha. Si ei-
tiva, de la pura temporali;dad substancial del aburrimiento, que exige ni- arrepentimie1l~g, de -cara al futuro, quiere decir que el agente moral sigue
camente paciencia y resignacin: el mayor filsofo del mundo, el ms siendo capaz ,Q:e aprovechar el tiempo y reformar su vida, el lamento por
ocupado, debe esperar a' .que se disuelva el. azcar en su vaso <le filsofo, lo irrever.sible ;y el remor<lin1iento por lo irrevocable traducen ms bien la
que el agua se decida _.hervir, que la llaga cicatrice; y por mucho que irnpotencia y 11 ~desesperacin <lel hombre frente a la temporalidad. Pretender
patalee, el tiempo de fu.Si6n es constante para una temperatura dada y un remontar el cu"rso del tiempo y hacer que el devenir vuelva atrs, querer
cierto grado de saturacin, el tiempo de ebullicin, para una presin dada, presenciar en Un momento el futuro saltndose de golpe todos los mOmen-
e incluso el tiempo de cicatrizacin para una edad determinada. Esta desnuda tos intern1e<lia.$ es, en los dos casos, querer hacer rnilagros; y es confundir
temporalidad de la expectacin, te1npus nudzun et pururn, este tiempo bru- el aprovechari;iento del tiempo con la nihilizacin de la temporalidad, es
to del que experimentamos la incomprensibilidad y la inercia, este tiempo decir, con la quimera d~oraL /
negativo que no podemos ni precipirar ni escan1otear, no es acaso el hecho- El hecho del dolor, __o{.doloridad_ es la muerte; el hecho cfel tiempo, o tem-
del-tiernpo-en-general? .Cuando toda causa suplementaria de retraso ha sido po'fah~_~_?~~~l1!,'G'..tdeit:~t.1~e:LLIIiu_eri'~-~-;;Jg_snort;Htj_~._ Aunque
eliminada, queda todava un mnimo necesario, un residuo de cronicidad nuestra accin sobre el tiempo parezca dirigida en sentido contrario a nues-
tns all del cual no se puede ir y que tiene con10 nica funcin enlazar tra accin sohre la muerte. los dos casos son completamente comparables.
cliscursivamente los momentos sucesivos. A nuestras iniciativas,_ el no-s- Trabajamos para con1primir el tiempo, pero lo que buscamos es alejar a la
qu cuyo no1nbre es temporali<la<l opone un~\ suave y huidiza resistencia: n1uerte: el 111isrno que se esfuerza en abreviar los plazos y reducir la 1ne<lia-
ohe<liente en ~1pariencia, incomprensible e irreductible en el fondo, este cin a lo estrctan1ente necesario, se e.sfuerza en prolongar to<lo lo posible
i1npalpable resiste sin existir fsica1nente y persiste sin consistir en nada: su t:Xistencia )' ~tpL1zar in<lefini<la1nente l::t fecha ele su muerte. Nihilizan<lo
cuando el obst:culo es un casi-nada. nuestra Yolunt~td no encuentra apoyo la ten11~!sJ-~gJ_,__cil1QDJ.b.I~l~1np_Q_ral _y_J!19JJa.L:;;_e._0.i.~1ara ms ali de la morta-
para levantar el peso que se le resiste. Se <lir~1 que el inasequible e invisible HiliCnisma! Pues es una_ sola y n1isn1a c_osa acc~d~r a la instantaneidad
adversario finge ceder en algunos puntos sin i1nportancia para po<ler resistir rneq!_~n_lc;Ja. !~!l.~~,in<le {;- ~~-gatT~~-;f- lL~-qi---;JJTiempo, que- ;cceder a la
con n1ayor obstinacin en lo esencal. La lentiru<l o la rapidez de la den1iurgia et~~!li9:f!~Ln1~J.i:u1t~_Iii._:')~~p~:~~efi.!i-!__f!da TI;-macTa. ;_vn:rene.--uemOdo qUC
humana no tienen nada que ver en este a.sunto: es suficiente cun un intervalo efho1nbre lo puede tocio cont~a el ri~n1po, ta desg;;~:Ti y la ffi"uerte, pero no
de tiernpo infinitesimal, un plazo minscLJlo_ una nlillonsima fr.:.tccin de puede na<la contra ese tiernpo necesano que llamamos temporalidad, p.;i.da
segundo para refrendar nuestra finitud <le criaturas y consagrar nuestra contra esa enfermedad necesaria que es el hecho de la desgracia y la des-
impotencia a esperar el fin instanrnearnente. En relacin al futuro, es en el gracia <le la <le.sgracia en general. Las operaciones mismas por las cuales el
hecho de la sucesin y en el hecho de la mediacin, en la obligacin de hombre acta sobre el espacio y el tiempo empricos, sobre et dolor y la
:itravesar los estadios intermedios y <le ir per8raclu.s dehitos. en una palabra, tnuerte fsicos. tienen un cacicter partitivo y en cierto modo ua~etival: trans-
en l~l lentitud de la .espera. <lon<l<.:: la temporalidad <lel destino aparece al fonnar !as trmas y modlfic:1r las rnodali<la<les. desplazar los cuerpos <le un

161
!6lJ
sitio a otro segn el principio de conservacin, re[ardar o adelantar los nueva tierra: Kal 8.va1oc; oUK Ecri:a1 E11, 23 ... n xpvrn; oUKTl Ecr1at. 24 Pues la
acontcclnlicntos de una fecha para oto segn el principio de continuacin "vid:i. eterna,, no es del mismo orden que la vida indefinidamente prolon-
- esto es a lo que se dedic:in los hombres: y este asunto, corno se ve, slo gada: la vida ererna sera una gracia celestial! La inmonalid:i.d no es el "l1ni-
concierne a !as rnaneras de ser circunstancales. En el espacio, donde de io te,, de la longevidad, como ta1npoco la ubicuidad es el lmite de la velocidad,
que se trat:i es de acortar las distancias y aproximar los lugares alejados, en es decir. de un movimiento gradualrnente acelerado, y tampoco la instanta-
el tiempo, do~de uno-se da por satisfecho de haber ahorrado diez minutos, neidad es el lmite de un intervalo gradualmente abreviado. Ya se trate de
:J.raado :J.lgunos segundos, mejorado un honrio: con qu pobres progre- rapidez o de alargamiento, ningn crescendo escalar, ningn continuo Ca~la
sos nos conforman1os! A.s el hon1bre vence poco a poco la enfermedad y vez 1ns, ningn progreso ernprico nos regalar nunca los favores del ins-
ei dolor recorriendo todos los_ grados del co1np:irativo: limita su ambicin a tante: pues esos favores son repentinos y no se fraccionan; p1:-1es la eternidad
rest;:iblecer hast:l nueva orden la salud de los enfermos, a diferir la hora in- n1is1na es un todo o nada.
cien;i de Ja desgraci:J ciert::i, a prolongar o alargar de d;i en da la continua- In\.'ersamente ta1nbin la mo11alidad, obstculo absoluto, es de un orden
cin Je la existenci;i; la enfenned:J.d. decamos. es un desarreglo que se pue- distinto al orden de los obstculos empricos y las dificultades fsicas ms o
de :irreglar, y IL.un:Jn1os medic:icin al conjunto de !:15 compensaciones que menos arduas que se erigen en el camino de la longevdad. La quoddidad
anuL1n o neu[r:i.lizan ese desarreglo reversible y Yuehen a poner en orden de la muerte por una parre, y las causas fsicas que amenazan nuestra exis-
el desorden. Las oper:iciones :__ flor de destino. las pequeas oper:iciones tencia por otra no son enferrned:J.des co1npanbles, con10 son co1nparables
pclicuL1res que el hornbrc pr:icric:i sobre el riernpo. el esp:icio y !:.i n::itura- l~s enfennedacles 1nortales y las enfennedades benignas: pues si as fuerd, la
!eza se reducen por r;into, p:lr:J decido en et lengu;ije de Bergson, al restable- necesidad de morir en general sera sencillamente un mal entre otros y a su
cirniento del statu quo o de los elementos preexistentes. Un:i operJ.cin me- n1ismo nivel, un inal actualn1ente incurable cornparado con tantos 1nales
tJen1prlca y literJ!n1ente milagrosa sera la nic:I capaz de conferir a la criarura curables; en la enunieracin y, por as decirlo, en el inventario de los ma-
es:l universal presencia que es la ornnipresencia. ese eterno presente que es les que nos asaltan, habra que contar el hecho-del-mal-mis1no! Quiere esto
J:_i ecernid:id_; par;i expres;:ir una operacin sen1ejante, nuestra gram:tica de decir que todos los males son cur.J.bles con una nica y te1npor:il excepcin,
Lts relaciones quidditati\-':J.S ni siquier::i dispone del verbo apropiado: pJ.ra sa!l'o un nico n1al que, en la lista actualizada de las calamidades del ao.
He\arl;i :i c:Ibo, el apren<liz de brujo dei intervalo carece Je las fuerz;is se reconocer:i todava, aunque provisionalinente, incurahle? El optin1isn10
neces:Jri:is. La Inuerte, que cucstion:i el todo o nada, la alternativ:J. del ser Y progresista juzga sin duda que la inn1ortalidad no es definitiva1nente ilnposi-
Je! no ser, y no, corno quer:i Leibniz, el m:::; o menos de las :Jumenracio- ble, sino que es imposible slo hasta nueva orden y en el estado ~1ctu::il de
nes y cie l:J.s disminuciones, l:i rnuerte no tiene n;id:i en comn con nuestros nuestras tcnicas y las condiciones acruales de la investigacin biolgica. es
;irreg!os y nuestros despl:iz;:imientos empricos; la n1uerre. co1no veremos, decir, hasta que se descubra un:t \acuna contra la muerte ... En definitiva. la
no e:-> ni tr~tnsfonnacin ni rneLunorfosis. e:c; decir. rr:insito de un:l fonna a n1ortJJid~td-en-gL'neral se distin~uira de l;is enfern1edades n1ortales con10
otr;t, ::iino nhiliz:J.cin. e:~ decir. tr:ln.-;ito d una fonn.1 a !a :iu.:;cncia de toda una excepcin se di.':itingue de otr~1 excepcin. y la ohllgacin de re.signarse
forr11:1: 1.:: inc!u:,o si fuL:Ll /r{l!IS. scr~l 1ni:; hiL'n rr:1n.--uhst~tnC:lcin quL' tr:tns- 1no1nenrini.:~11nente ;:i e.st~1 :->in re.:;ignarse :l :.ique!Lt otra sera objeto ele un:i
;11utacin: la n1ucrrc cxtirp::i :.tl ser Je su si.:r. y to hace r:idicaln1e:1te, rculicilus. casustic;i ele la resignacin, de un~1 deontologa oportullista. de un empirls-
Slo una creacin e;-c nihilo estara :i la ::dtur:1 de est:i descre:i.cin in nihi- n10 resignado en el que ning(n principio esr: en juego. L:i esper;inz:1 1nisn1a
/;un. de est:J. ~1niquiL1cin ... Tod:1 quin1er..l de re:-.urreccin supone :L'i un pro- Je l'encer a la n1uerte expresa en el lenguaje antropo1nrfico de las relacio-
ce:;o creador: toJa resurreccin. inclu:;o todo n:juYl'necirnlento. y no s!o el nes de fuerza esa tendenc~l :1 quiddificar_l::i quo<ldi<lad. En realidad, la n1ue1te
reu\'enecin1iento parcial y pro\isiona! que clehc:n1os a los tr:lsp!antes. sino no est al 1nis1no nivel que los otros enemigos con los que la humanidad se
!;i revener:i.cin tot;il: esa reo-er:er::icin es un autntico don gratuito si con- enfrent:J; tan ina;;equible co1no et tiempo y m::s invencible todava. la muerte
tr.irr:St:l e! desg:istc fsico yet Jesg;i..,re n1or:1\. si cur:1 el h:Jsto y Lt lasitud no e ..;; nunca par::i el hon1hre un ~tdvers::irio .. Con quin iniciararnos las
t:fecLiv:i pro<luci<los por L1 mernoria y !;i consuncin Je los po.':iibles, si res- hostilidades? ~A quin hariainos la guerra? Contra quin nos enfrentaramos?
tablece el inimo viral del que nuestr.i fatiga biolgica aflojaba los resanes.
T:il es J;_i csper:::lnz;i esca[olgica, ral es el glorioso porvenir que el ~-\poca ~~ Apocolipsis. 21
!ip.si.s hace brill:ir en e! horizonre pron1etindonos un nuevo lie!o y una "' Apout!ipsis. !ll''
El ;e~n1bate contra la muerte es un enfrentamiento sin oponente, y la idea mis- una parte la quoddidad, en que consiste nuestro destino, y por Otra parte el
ma 'de victoria o de derrota no es ms que una metfora. El .trtunfo.de li curso del quid, donde nuestra libertad es infinita y .nuestro _poder ilimitado,
rnue.ri:e es un antropomorfismo, pero-la omnipotencia de la mOrtalidad ex- es realtnente seal de un espritu retf6gfdo', .craritisia-e-:gp,0{:2.ntet Ci~rto
presa la imposibilidad en que nos encontramos de escapar a la inexorable es que hemos criticado la optimizacin filantrpica porque q-uiddilica, cuantifica
ley. la relac'ifi de la quoddidad con las diferentes causas de muerte es ms y califica al Quod .. Pero inversamente el pesirnism resigrtdo,_qoddificando
bien la relacin de la forma meuemprica con los contenidos empricos. Nues- al quid y al quarnlo, reposa a su vez sob.re una faJsa apr_~-~i;aciij del_de.Stino,
tros. poderes estn-lilnitados desde dentro y a priori pof_ utia tara coI_lsti- _ sobre una confusin y sobre una simplificacin :{rn.il'itefal_:- desps .de- la
t_Ucional sin ninguna relacin con los factores contingentes y-las--cir_cu_ris7" demasiado buena voluntad que considera 'a la ri1uerte- com~' ~.na e'nfrme--,
tanias concretas que acortan el hecho'de la existencia. No rhrr hoy, -ni.-~e' dad y al mal con10 una desgrJ.cia, nos encontramos- al~Ora- <::On l; ffiala Voh.inhid
tal o cual enfermedad, es una posibilidad limitada por difiCUltades- locales, que hace de la enferrnedad y de la fecha tnisma .~n _ciesti~9: ,El \Tia(ne~esa~iQ
p~ovsionales y relariY3.s; pero no n1oiir nunca en general es una imposib_ili-= del tiempo y el mal necesario de la muerte. contrarios ap-areritemente; sn,
dad imposible al cien por cien, una imposibilidad.absoluta, desesperante e una vez n1s, exacta111ente simtricos: en contra.Ste c6n la bena voLi..Int~d
insuperable; y nuestra iillpotencia es a esta imposibilidad lo que_ el-reverso apresurada, cuyo 1e1n::1 sera lo antes posible". "lo ms rpidamente posible.
es al anverso, o lo que la cara subjetiva del destino es a la c3.ra objetiva de y ahora mismo si es posible", hay una voluntad sospechbsa, una volu~tad
ese mismo destino. De rnodo que no hay ninguna relacin -rCt. E.re' Eo{ y 't n1aquiavlica que se retrasa y pierde el tiernpo sin rnotivo por caminos
oUJC bt'c~o, entre aquello que depende y aquello que no depende de nosotrs. secundarios, que es partidaria de los n1edios indirectos, y hace del medio
un fin; lejos de acortar al n15ximo el plazo de espera, lejos de reducir al
mnimo el tiempo muerto, esta voluntad malintencionada remolonea n1s de
7. Lo incognoscible, lo ilnposible, lo incurable. lo debido, a fin ele retrasar el vencniento del plazo; y es por tanto no tanto
una veleidad con10 una voluntad terca. o incluso una noluntad; en lugar de
La oposicin entre fech_a y quoddidad nos penuite distinguir dos especies ahorrar el tietnpo intil, ailade y \lJelve a aadir, y repone. yviceversa, la
completamente diferentes de resignacin: una a posteriori o consecuente, y nlala voluntad abandona el co1nbate contr.1 la n1uerte antes de lo necesario;
que nunca est completamente ni definitivamente resignada. y la otra ante- se fJbrica ella tnis1na el destiDo pero-ya no---(,J_:_:irganc_lo intilm_ente)os plalOS
cedente o a priori. Ll resignacin despus, la resignacin que tiene lugar post y haciendo huelg::i ele celo, sino por el contrario porque renuncia de111asiado
renz, es una resignacin inscruida por las ocasiones y las enseilanzas de la pronto, porque tiene de111asiada prisa por fijar los lmites de su poder y
experiencia: saber a qu es a lo que hay que resignarse, a qu cosas, a qu capirular. Evidente1nenre. podemos i111af:_7nar grJ.dos en la resignacin culpable,
n1~lles, hasta qu punto. es una cuestin que depende <le la estadstica y se~n el m01nento del tien1po escogido por la volunrad dimisionaria par:1
que puede tener, segn b. poca y segn las tcnicas consiJeraJas. nl res- detener la lucha y derenninar el ejercico de su.~ po<leres: bien ininediatarnen-
puestas diferentes: no se puede responder en general. pues la situacin po- te y desde el principio. o bien a n1itad de ca1Tlino. o un poco antes de llegar
Jra cambiar la sen1ana prximJ: ms que de una re:;ignacin autntica, se al fatdil'O u111br:11. poco antes del ltin10 lnlire de lo in1posible; pero en
trata en este caso de una serie de renunciarnientos negativos que circunscri- todos los casos la n1ala voluntad. con10 en las capirulaciones de 1940, renuncia
ben indirect1mente la silueta de un destino continuarnente deforma<lo y de1nasiado pronto. clen1asi:1do cotnpletarnenre. y con demasiadas prisas: no
limitado. -Entre la resignacin a priori' y la resignacin J posteriori, la relacin se preocupa de1nasiado por agotar su poder y decide que y:i. tiene bastante:
es la misma que entre un escepticisn10 sistemitico y un:i duda incoa<la por con10 el dog1natisn10, que renunciando a proseguir por el camino de la
los fracasos y las decepciones; resignada por adelantJdo y por principio, la dialctica, liquida las cuenras y decreta autoritariamente: ci.vyKT) ITTTvcn; a
resignacin solcita no saca las consecuencias de un frJ.caso que quiz nunca falta de un i-1npulso suficiente para querer a fondo, para querer apasiona~
ha sufrido: sera ms exacto decir que preceJe ;.il posible fracaso y que, si- Ja1nente y con toda el ahna, a falt:1 de una voluntad sincera y seria, esta vo-
tuado frente al destino, el resignado dimite y renuncia a sus eventuales luntad ablica se para arbirrariarnente en el camino, se para cu:1.nJo todava
poderes. - Resignarse a la mortalidad de la muerte, es acaso una renuncia? tiene fuerzas para continuar. dej:i de querer cuando todava podra -poder!
El hombre que rehuye el combare contra la monaHtl:ld mientras lucha palmo AhorJ. bien pocln-a poder nicamente si lo quisiese! No hay dentro de nuestro
a palmo contra la n1uerte abdica de uno solo de sus poderes? Distinguir por poder ninguna indicacin sobre e~ lmire a panir de! cual la 1nedida sera

164
desmesur:id:.t y el uso abuso; nada seala el Uinbral m:s all del cual comen- realidad, y s_i verdadera~ente lo incognoscible es aquello que no puede ser
z::ira el sacrilegio: no es el poder miscno el que nos dice que n_os detenga- conocido, aquello que es a priori imposible conocer, debemos convenir que
rnos, o ei que in1pliL-J. el crerio de su punto n1i.;,:imo. iEl \erdadero sacrilegio, este incognoscible no es nada Jetermina<lo, pero que es de naturaleza en
~n estos asun[OS, ser:i m:J.s bien no us:Jr hasta ::iLJ agot..'lrnien[o fin:i.l los pode- cierto modo pneumtica: si cualquier cosa determina<la es cognoscible a
res que nos han si<lo d:J.dos~ Pero el supersticioso piensa de otro modo .. cori:o o largo plazo, to incognoscible deber ser de una clase distinta a la de
Con :iyudJ. de la pereza, de la con1placencia y tal vez del cansancio. la esa cosa. Esa clase-distinta no constituye acaso el rnisterio mismo de la
vlUnt:id dcticitaria invoc::i p:ir::t !:is necesidades de la c:ius:i un destino que quod<li<lad? - De la misma manera lo imposible - se sobrentiende aquello
no es rn:is que un sirnple pretexto justificativo; encuentr:i cmodo asign::ir que no pued~ y no podr5. nunca ser de ninguna manera re::i.lizado por el
un in1ire ne ua.netur a su esfuerzo: 2s sern perdonadas por adelantado hombre - se reduce lo ms a menudo a una segunda-voluntad clandestina,
tod::is ]:JS din1isiones y todas las deserciones; la 1,rolunt:i.d <lerrotist::i. traza entre a la subvoluntad del fracaso. Lo nposible es una n1ala volunt::i.d disfrazada
lo posible y lo irnpo.sib!e una lnea de den1Jrcacin infr::i.nque:ible: detiene de destino. De hecho. el hombre intrpido supera las imposibilidades fsicas,
ft:pcntin::J.rnente la progresn de su esfuerzo en un inst:i.nte d:i.do. y. por sobrepasa la velocid3d del soni<lo, escapa a la fuerza de la gravedad, viola el
ejemplo. fija supersiicios:unente tal o cual nrnero, tJ.l o cual c::i.nti<lad ::i.signa- espacio csmico sin que ios castigue al atrevido profanador; l'a barrera
ble, una cieri::i cifrJ. deternna<la que ser el u1nbral fatdico de lo imposible del soni<lo no era por tanto una barrera sagrada, el espacio csmico no era
y que no se podr sobrepasar... bajo pena de mueri:e! .,.\hora bien, J::i. finitu<l por tanto inviolable~ Dios no ve sin <lud::t ningn inconveniente a que pon-
no irnpone :.l nuestros poderes ningn :i.!cJnce definitivo. no encierra nuestrJ. ga1nos el pie en 1:1 luna ... si es que podernos hacerlo[ - Dios tan1poco ha
libertad en ningn c::impo tr:J.Z::J.do de anternano. La decisin por lJ. cuJ! el prohibido nunca a nadie ::i.liviar el dolor supuestamente incurable--, ni prohi-
perezoso cin.1_1nsc1ibe y Jc!iinita la zona de sus poderes es graruita, se prohbe bido a nadie curar hs enfern1edades que pueclen .:;er curadas! Incluso _ cuando
::i. .s n1istno ir 1n:s !ejos y busc-::i.r m:s all:, arroja para siempre 3 [35 tiniebl::ts debemos resignarnos provisionalmente, no es necesario proclamarlo ni
ext~riorc.s 1:.i t:rr:i ignota de lo in1posib!e y de lo incurable. El hornhre tendrj sentirse derrotado, pues una resignacin rpidamente asumida es a priori sos-
doininio sobre el destino bC'.sta ta! o cual \elociciad rcord, tJ.! o cual distan- pechosa. En determinados casos, la no asistencia ::i. un enfermo en peligro
cia lme. t::il o cu:J.i ecbd insuperable ... LJ. responsabilid:id jurJica es quizis de rnuerte no es intencionadamente un asesinato? La .. eutanasia slo es un
respons:.tble hasta un cierto punto: pero el deber y e! amor no reconocen caso de conciencia para los derrotistJ.S que buscan pretextos y para h.s deon-
ningn l1nite. ningun:i ine<lida. El hornbre agradecido infinitamente y h:.i.sta tologas ::il servicio de esos derrotistas. Segn los hon1bres de la Ed:J.d Me-
et ltin10 suspro prefiere decir 1:1 hora. 'i el nmero: hJsta ::J.qu nican1ente, dia, er:J. un sacrilegio intentar cur::i.r l:1s enfermedades sagradas y los sufri-
bacte111L\, y no 01:s :.tili! La volunt:1<l que siente deseos de c:ipitub.r decreta n1ientos virtualrnente enviados por Dios; y los modernos, que no admiten
que c:l desrino co1nienza :.i.qu. que a p:1rtir de :iqu es intil luch~1r. protest:ir ni sufrin1ientos sagr:tdos, ni enfermedades intocables, ni enfermos malditos,
o rebe-Ltrsc. Decide Jesespcr:.irse y procl:iin:ir :i \oz e-n grito que no h:iy los 1no<lernos, que no respetan ningn tab. sanan la lepra y la epilepsia y
s:J!id~1. Cn10 lo s:.ibe e!l:i, b. rnal:.i \'Olunt:i<l. \:.l dbil \olunta<l? 1~Qun se lo curan los n-i.:iles incur:i.hles - y el fuego <lel cielo no desciende para fultni-
ha dicho~ ~~1be ella n1ejor que Dios si un 111:11 es cur:i.bie o incur:1ble'? Lo n:irlos y c~1stig;irlos por su presuncin. - Con ma~y'or r:.izn la injusticia social,
incognoscible, lo in1posible, lo incurable, el m:i.l soci:.il. la falt::i. 1nor..il. estJ.s siendo como es de origen humano, no puede ser considerada co1no un
son _ cn creciente hipocresa, l::i.s cinco grandes 1nala;:-; r:izones Je 1:1 rnal::i. destino: de Descartes 1 Nlarx y los pens::i.<lores revolucionarios de hoy en
voh.JnUd. las clr1co eXLU'l~L'\ c.id:i \ez nenas convincentes Je nuestro incorregible da. la ver<l;.ider:1 filosofa ha si<lo ,..;ieinpre, en esta rnateria, una filosof3 <lel
in:tqui:.i\elistno. Pero J.nte todo, cn10 s~tber si lo incognoscible Je hoy no no-consentirniento: invocado para ju.stific:ir el estado Je hecho existente, el
es sencili.J.111ente Jesconoci<lo de hecho? El da en que lo <lesconoci<lo sea destino es u-na invencin human:i para uso y disfrute <le rnisonest:.:1.s y
finalniente conocido. coinpren<leremos inmedi:.H::i.1nente, es <lecir. a poste- e.-xplot::i.dores; el destino es un pretexto confesable de nuestra inconfesable
riori y J foniori :.i L1 vez. que !o incogno:scih!e er:i perfectamente cognos- compl:1cencia. - El 1nal soci:il es a la vez sufrin1iento en los efectos que
cible. C:.idJ. :poc:J est:i :i.sl rentada a sacrificar por J.de!:int:1<lo. rne<li:inte un ocasiona. y t"ilta moral en lJ. intencin que lo inspira. Con.si<lerar la fu/ta n1is-
<lecreto :.irbirrario, sus momenci.ne:is lgnor.mci:J.S: proclanl:.tmos prem::i.rur::i.men- ma como un destino no es nicamente el colmo de lo imperdonable, es mala
te. hast:i el <la en que !a cxperienci:1 nos !o desmienta. que lo que ignora- vo\unta<l en esta<lo puro; hace un momento la mala voluntad previsora
tnos no poJria en ningn caso ni en ningn n1on1enro ser conocido. En exageraha una dificultad en parte preexistente. y ::i.hor::i. cre:i Je la nada un

i((J
- obstculo absolutamente -inexistente; la mala voluntad necesitaba el obs- destino que e_! -malintencionado se fabrica con sus propias manos y que
tciJlo agran-d<i.-ndoio expre~amente para las necesidades de la _causa, porque _'stiprime:toda r~.5ponsabilidad al suprinr los posibles y los futuros contingen-
la mala voiuntad~s'e: considera a s n1isma malvola. Cuand se tri.ta de l tes. - El nicO,;'destino realniertte -inex--orable del que' se-pl.Jede-hablar J:tjli
lucha contra -el. cnCer,- querer no es inmediatamente ni instantneamente es aquel que se:crea en el interior mismo del querer por el 1nero hechb de
--poder: la monalicad y la rrirbilidad estn precisan1ente para explicar la len- haber Cuerido?ESt2: necesidad inmanente es tan inmanente como el principio
titud dem;:i,siado ieal y la relatividad de cLialquier victoria. Pero ahora se trata de identidad: pues no se puede'- a J::i_ vez haber hecho y no haber hecho. Uii:a:-'- _.-
.- de la inte.i,::in. Ahora n6v.iene al caso decir: lo Imposible no es tico~ vez que la casi:est: -hecha-, haberla-hecho-de-otro-mod_o deber inscdb_i.Lse_ ,.
. Ert un dominiO donde,_queteres -poder, en el que el poder coexiste con un en otro_contex~;-es decir, en la historia de una persona distinra... La ilnp~s.ibill:~_ 1.:-:
querer l mismo infinito, ell el- que la voluntad puede todo lo que quiere,. dad no_ ya de,p.der hacer de modo distinto CPues el futuro de nuestra_s ~d'-ci..:.:--
en.el que la libertad es, por definicin, autocrtica y todopoderosa, la mala Siones- es- cOntirigente), sino de no haber h_echo aquello que sin mbagd,-Se;:-:::.-~-."
voluntad no teme contradeci;rse alegando la imposibilidad de querer lo con- ha hecho librelnente, esta irnposibilidad. tan inflexible al lnomento, .ho e~
tr;irio de lo que_ quiere; l:i: mcila voluntad alega no se sabe qu fatalidad de propiamente hablando _una imposibilidad materi3.l, ni se deriva d.e~un o_bstitlii6'
la mentira, como si- ta_ nlentiia no dependiera con1pletan1e:nte de nuestra libre adventicio: es m.s bien inherente al ejercicio de niJescro poder, ejerciciO.-qU~
Voluntad; la mala voluntad declara: siempre habr~l guerras, y olvida que las siempre es Llll acontecimiento histrico; mejor an. es nuestra libertad mis.fa_;
guerras no son, co1no-los terren1otos y las erupciones volcnicas, cataclis- considerada al revs; es la in1potencia a priori de nuestrd potencia de criatu-
n1os en s a los que el hombre, ,-ctitna impotente o espectador consternado, ras y l:i negatividad de toda positiYidad. Por qu se llama alternativil J.
tendra que resignarse con lgrin1as en los ojos; la guerra es un mal que los esta impalpable maldicin, a esta forma sutilsima de .la finitud? Hablando
,_hombres infligen libre1nente a otros hombres ... LTna erupcin volcnica no de_ la irreversibiiid:id del tien1po, decamos ms o menos esto: la volu11t_ad
es un escndalo: pero la guerra, plaga esencialn1ente hu1nana, s es un escn- puede deshacer aquello que h;i hecho, pero no puede deshacer el hecho de
dalo; pecado libre1nente co1netido por el mentiroso. la mentira es el tipo que ha hecho; aquello que esr hecho no est: nunca hecho. pero el hecho
mismo de mal hecho de encargo. L1 resignacin a la falta no es por tanto ni- de haber hecho, fecisse, es indefectible. La volunt::i_d moral es omnipotente
camente una falta rns: la resignctcin a un n1al que slo existe porque la en la medida en que puede todo lo que quiere. en que todo lo querido,
mala voluntad lo ha querido es el nial mismo; o 1ns sirnple todiva: resignarse infinitamente, -est e11 !3s pc.sibilid:!deS----de su poder: en carnb!0~ !2 ornnipore.n-
a la mala voluntad es ya _mala voluntad: la resignacin a la 1n:i.la voluntad es ca se revela miserablemence- in1potente en Llnto en cuanto no puede nada
ella misma una mala voluntad: es m::s, es la 1n:ila ,o!untad a secas, esa n1ala contra la efectivid::i_d de su propio haber-hecho. Este medio poder la hace
voluntad solcita que es la prin1era intencin. que in\enta n1alas razones y sen1ejante al aprendiz de brujo. trgic:imente sobrepasado y arrastrado por
por la que empieza todo. No es ex::Igerado por tanto decir que la per1-nisi- las fuerzas que desencadena y que .-;orneten su voluntad. IIaber querido_ una
uidall de la falta agrava la prxin1a co1nisi1I. del 1nis1no 111odo que la Yez. to/uisse. sin poder nunc~1 "desquerer". tJ.l es !a nica quoddid3.d de un
pren1edit:icin agrava el crin1en! Ll pen11i.sividad nli.srna es la con1isin mis1na, querer casi tcxlopcxleroso! De hecho. el querer no es str.:to senszt tcxlopcxleroso:
la prnera y originaria con1isin'. ipsa conunL,sfu. y i::-s tan grave. desde el pero eso no le corresponde decirlo al agente, al n1enos mientras acra. al
punto de vista de b. c--ualidad intencional, como el pecJ.do propiamente dicho. n1enos cuando habla de su propia 1ccin: de eso tienen que encargarse ter-
Del misrno n1odo que- L1 compl:1cencia en la tentacin es y::I una tentacin ceros, o bien los testigo.-; del acto. El agente que hace suya ia ptica del fil-
y preludia nuestra cada. as la resignacin hipcrita ~11 pecado e.s una n1ale- sofo y bron1ea con su propia siruacin puede estar tentado en efecto de ail.:1-
\olencia crnplice disfrazada de n1osquica n1uerra y que se hace la SJ.nta. dir lo dispensable a lo indispensable y de pecar por con1placencia ... Por
Crno resignarse a un mal inexistence que slo cornienza a existir por efecto n1ucho que tomemos conciencia de la distincin que existe entre la desgracia
de la resign::Icin misma? Este crculo vicioso de- la rnala fe es el sofisma y el rnal de esa desgracia. no est:treinos corriendo el riesgo de c3.pitul::i_r pre-
111J.quiavlico por excelencia. Pero l:i n1::i_!ici:i esrj cnjs clara que el agua: pues rnaturamence? La inocencia e::-; la condicin que pennite a la buena vo!unt::i_J
slo eng::Ia a quien. p::Ir:.l disculparse por adelantado de la mentira, finge poder lo in1posible.
estar obligado a ella; alegando su impotencia, no hace n1J.s que demostrar su La falsa pnJdencia que rr:ita a la enfermedad curable como slo debe tr.ltar-
malevolencia. El verdadero argumento perezoso, arp,os logos, co1no decan se a la muerte inevirable y se con1port::i_ con la fecha como slo debe compor-
los i\llegiricos, es este: sv'e para ustific1r la resignacin quietbta a un seuc!_o- tarse uno con la quoddidad y L1 n1un~tlidad. e.'Jt:l prudencia resignad:l Je.'.-lcans:i

\()')
no ya sobre una sophia viva, sino sobre un soj/snza. El sofisma substancialista la condicin humana es a la vez dura y muele: dura como un destino, muelle
(pues es d~ ! de quien se trata) no es 3.CJSO una Sophia congelada? El como la suerte; y por tan[O rnaleable. Tante:J.rros los contornos de nuestra
subst:tnci:liismo tiene m:\s fe en !:J. substJncia irunu[able del Esse que en el finitud p:.ira encontrar sus puntos dbiles y penetramos ilimitadamente en un
din~unisn10 infinito del Posse. El substanc!alismo, desdeando el poder-hacer, destino que nunca est completamente nihilizado. Por esta razn la geronto-
considcrJ. :i.I hombre corno :Jlgo esttico cuyos contomos estn traz:.idos por loga progresa sin cesar, mientras que la tanatologa es completamente esta-
!a frontcr::i definitiva de lJ. necesdad y se enc1rga de fijar para siempre los cionaria: la duracin media de la vida humana se prolonga indefinidamente,
lnl[t::.'l y el :1lc:ince de b. ::iccin hun1ana. En esto el substar.cialismo es el autn- y a pesar de todo el hombre, cada vez n1ejor pertrechado contra la enferme-
tico nihi!i.sn10, y !a re...;;gnacin 3. l:i que nos nvita es l:i aut.ntica desespera- dad, sigue siendo impotente contra la rnuerte. Y viceversa: continuamente la
cin. Reific:i !a libertad y no reconoce por eso r11isn10 b. verd:J.d de lo huma- invencible quoddidad de la muerte, continuamente la inexterminable morta-
no: pues Lt persona hum:inJ. no tiene ni fonn:i determinada ni naturaleza en lidad desalienta la esperanza, y continuamente los progresos de nuestras
acro: el hon1brc es por entero no yJ. ser, sino h:lcer-ser y poder-hacer, centro tcnicas despiertan la esperanza adormecida: la resignacin mantiene conti-
di.: (Od:1 accin y liberI:id de J.C[uar. posicin in.tm1e de fom1as continuamente nuamente a la esperanza en los ln1ites del destino, pero la esper:lf1Za, vol-
c!cfonn~1cL1;-;. 1..:1 opencin hurn:ina bril!:i en el espacio y tiene como dimen- a
viendo abrir incansabie111ente la brecha. hace estallJ.r la resignacin y devuel-
sin natur:.il el tien1po, que es el curso v:J.l de (oda :i.venrura: a cada instante ve un porvenir al hombre asediado. El cobarde se desespera antes de tiempo,
in::ic:1baJo. Li person::i es un aCin-no que no cesa de sobrevenir y cuy3. voca- pues tiene demasiado rniedo al futuro del que espera de1nasiado. Esta deci-
cin se re:iliza sie1npre en fuuro. El irnpubo de nuestro poder nos en1puja sin Je dej:1r inexplorJ.d:.is las posibilidades y las oportunidades de la fururicin
sie1T1pre m'i :il15., continuamente 1nis alli y mis lejos ... Pues aquel que apenas es un autntico crimen: es e[ :isesinato del tien1po. Es la desesperacin de la
e::>, puede ili111itadan1ente!, pues aquel que es casi inexistente rechaza ilirnita- esperanza ... Y as pasamos indefinidamente de la esperanza resuelt:J. a la de-
dan1i:nte los lntes del destino. ,\bsoluto en cuanto a l:i fecha. ese poder est cepcin resignad:.i y de la resignacin a la loc::i esperanza; y llega incluso a
por otra p:irre larnentJ.ble1nente desam1ado en cu::i.nto J. los hechos. Cualquier suceder que los dos trrninos conCTadictorios, en lugar de alternarse prolong:indo
lrnite puede ser sobrepasado sin s:icrilegio, pero el hecho-del-lnite-en-gene1J.l el vaivn del espritu, coinciden en un rnis1no sentimiento ambivalente. As es
es Insuperable: pues ese hecho del !rnite no es ni m:s ni n1enos que nuestr::i lJ. an1bivalencia que se desprende de l::i ambigedad, y as el equvoco inter-
finitud .. As es con10 lo.s fenn1enos del uni\erso son -:i.bsolutamen[e expli- no que m:i.ntiene la entreaberturJ. de nuestro devenir. Los maanas gloriosos
c:1blcs~ pcro el unive~o con10 toc1lidad y los ponnenores del ser en general que nos anuncia el hroe de la Resistencia, el canto a la alegra del futuro del
pennJ.necen ocukos. P:Jr:i qu? ,('{desde L-UJndo? '{por qu :J.lgo mejor que que habla Bergson al fin:.il de su resea sobre R:.ivaisson se refieren a la nica
n:1dJ? Est:Js pregunt:is metaf::;icJ.s no sirven n1:t.s. segn Schopenh:.iuer. esperanza quidditativa. Gabriel Pr 1nuere por un futuro nzejor, pero no nos
que p:1ra poner :il desnudo el absurdo de la exisre-ncia. Por nuestra parte di- h:J. prornetido. co1no pron1et:J. el :ngel del Apocalipsis, que l:.i tempor:.ilidad
rL111us: el hoinbre e:;r:i J. l:.i \"ez fuer:i y dentro de 1:1 1nue11e: e::;(; fuer:i por l:.i Jel tie1npo ser:J. Jespleg:1d~l. con.sun1aJa. cun1pliJa, y que [a 1nort::didad de la
concienci;t tr.inscendenre que tiene de elb. '.>' estj dentro en cu:J.nto que el ser n1uen:e ser:1 tr:1nscendida. Ll distincin entre el cuod y el quid explica as esta
ren.s:inte es t:I n1i.sn10 un ser rnon::.il: el pens~unienro de !a 1nuerte se J.poya inezcla ch:: optnis1110 y Je pesin1is1110. :i la que el rgano-obstculo Je! tie1npo
sobre !:1 enfern1eJ:id y ei sufrin1iento, sobre el dJ. y l:i. hor;i: pero l:i mortali- daha todo su sentido: nuestro elstico destino ju~rific::i a la vez la decepcin
d:1J dl'."I ser pens:1nte :1ix1rcJ. de la c:i.bez:i :.i. !os pies :1 este ser pensante que y la an1bici6n insensata. la resignacin del pn.tdente y la ambicin loccunente
no uhst:1nte b tr:i.n.::;cien<le. E! pensamiento pren:dc., :1 b n1uene. pero el :.i prio- ra:::onoh!e del tndico. del tcnico. y del ingeniero.
ri de !:.t 1nuen:e pre\ien~ cu:J.!quier pensainienro. Incluso la resign:J.cin :.l 1:.i
nnicrtc es y:1 un:.i lnici:Itiv::.t esponne:J. y un:1 n1:iner::i. de ton1:i.r la delantera al
dcstino. A pes:.ir de todo, el resign:.ido tendri que morir! De modo que S. La terminacn y el comienzo.

Slo nos queda por habb.r aqu de la terminacin, terminacin que decide
Nn/ii<.11,,1. de rt'3 ~ C<.N y fier.,, f'u.cc:r. L.J .iccin o ekctu de: con,en:r :.J!go en cos:.1 \ferrarer.
!. U1~0011t1n11 ,ie Filosjfrt. :\\:iJriJ. :\]i:toz~ EJitor1;1l. ! ')7\). Cr'. <.Jra11 Luro11se de h1 Lt1n_r..;;11e Fra111,:ai-
por s sola 13. :ipertura o el cierre. El devenir es esencialmente futuricin: es
-'<'\ Hcmo~ pre!<.:ndn d !t'.-rmino culto re1ji"nu:u!n :1! 1rni~ fre~ue1H<.'.' en llllt;""tf;J li1c-r:1tura filo~fic:1 co- un devenir :il Jerecho, es decir, c::ir::i hacia el futuro, el porvenir indica el
qji, d< 11;11. de .lll~ilo~u ~1!.;rul1L:1dn Sl'ntido de 1:1 1narcha, y ese- sentido es en principio orientacin y <lireccin,

l71
voc"acin y finalidad. la conclusin, desgraciadarriente, irnporta ms que el tanto absurda. En cualquier caso la existencia de alguien, por ms que no
comienzo, puesto que tiene la ltima palabra; asimismo, cuando un hombre haya comenzado nunca, est: irre1nediablemente cerrada desde el momento
ha desaparecido, se suelen recordar 1n5.s sus ltin1Cis- das que sus primeros ... en que un da deberi terminarse: pGr muy-sernpit-er-no~qi--.Je sea, .este ser no-
La puerta cerrada es lo que nos impide, ya no volVer al pasado, sino seguir engendrado, pero corruptible, es-un ser condenado! Acabar o no acabar, he
adelante! La vida, por ms que haya-tenido un comienzo, y estar limitada en aqu lo nico que importa. - La: vida vivida-, entreabierta al porvenir por la
ese comienzo por el da del nacimiento, sigue estand entreab-ierta, desde incertidumbre de la hora, est desde' otros' puntos: de vista cerrada por los
el nlornento en que la fecha del firial no est determiriada;: el ffiis delgado dos lados: por el lado de la:Jermnacin, est cerrad por _a certeza del Quod;
hilo de la esperanza, la menor escapatoria baSt'ari Pata aire-dr Una---existencia por el lado delcomienzo, est cerrada bajo doble llave pafia fecha del na-
qe no ha existido siempi-e, y reconstrufr para ella Ta inmensidad del- futllr. cimiento. Determinada en su comienzo y parcialmente-iridetern1inada en su
- Con mayor razn todava: si, estando el cbninib dete'ITrtinado, la l:rniina:.: terminacin, la duracin vivida es aspirada hacia -el-~futUr'o cmo Si fuera una
cin estuviera indeterminada no slo en cuiirit a sli' "fecha:; sino incluso en bocanada de.aire. La disimetra entre el, nacimiento y la' mue11e es lo que e.-..:-
su quoddidad, la vida estara mis que entreabierta~ estari abierta -de par plica la orientacin intencional v- vectoH'.al de nuestra vida. Si, siendo como
en par; tal es, por contraste con la eter'nidaii pura y simple, et c:iso de la es el devenir irreversible, la pu~rta de, salida estuviera hermticamente ce-
i111nortalidad, es decir, el caso de un ser que con1ienza un da -a existir; pero rrada del n1ismo modo que el umbral del camino est determinado, el viajero
que, una vez nacido. contina siendo indefinidamente; que n.1vo ~n el pasado de l::i vid:i vendra a chocar contr.a esta. puerta: tal es la puena cerrada del des-
un comienzo, pero que a continuacin no -dejar ya de vivir; este gnero de tino que Leonidas Andreiev describe al principio de Anatheina: la existencia
abertura no es la abertur::i de un ser completamente eterno, es decir, eterno, sin esperanza se acurruca entre estos parntesis. Si, estando como est el
en cierto modo, por los dos fados y por lo dos l!:f.:tremos-(a parte ante y a parle comienzo determinado, una promesa cualquiera de supervivencia ?-bre la
post), o ms bien eterno pura y siffiplen1ente (la eternidad sin co1nienzo ni puerta de par en par y transforma la cesacin en continuacin, entonces
fin no tiene ~e:xtre111os~, a no ser por referencia al tiempo): no, esta abertura el vivo, atrapado por su inmenso porvenir, se precipita por esa puerta y
es la "abe11ura de un ser relativamente eterno o eterno " medi::is~ (si es que abandona este mundo batiendo las grandes alas de la esperanza. En fin, si
esto puede decirse), la abertura de un ser que ha cfevenido eterno... desde la vida, ligada unilateraln1ente al punto fijo de la fecha de nacimiento, y
el da de su naciiniento! Semejante esperanz:i est: hecha a la 1nedida de ese mortal por el otro e:xi:remo, se_ mantiene .entreabiert-?- grac;_las a l;i contingepcia
ser natural y sobrenatural a la vez, de ese sendis, de ese ser intermedio, de la hora suprema, si por tantO la vida slo es libre a medias, entonces la
en una palabra, que es el ser hu1nano: un ser relatiuan1en~e absoluto, y en renovacin indefinida de nuestros proyectos es posible, aunque la solucin
Jhsoluto absohn~imente absolto, deba en efecto esperarse un destino en final siga siendo, desgr..tciadamente, la misma: la hora incerta mantiene en
:J.bsoluto eterna1nente eterno. sino temporahnente eterno o ten1poralrnente los 1ns decrpitos una corriente de aire que les permite respirar. .. La fecha
inrt'n1poral, un destino a n1edias eterno. Sin en1b:.Irgo, a medida que los dL' nacin1ic-nto es efectivan1ente en tcxlo n1on1ento lo que la fecha de defuncin
nlilenios suceden a los tnilenios. la inn1orta!idad tiende :.i confun<lirse con la ser: una \T:Z pasad;i y de tnanera pstuma: un nn1ero fijo expre-sado en
1...te111i<lad: nada. en ltima inst:J.nci:J., distinguii:.i l~t ete1nidad que ha con1enzado cifr..ts, con10 el n111ero del docun1ento n:.icional de identidad o de !:Js fichas
de la eternid:id que no ha co111enzado nunca: pues un infinito no es ni rn5.s antropon1tricas de la ad1ninistracin; el origen en cierto n1odo predestina,
gc1nde ni 1ns pequeo que otro infinito: sino-que todos los infinitos se puesto que detennina, por su 1nis1no ::idvenimiento, el punto n:Jtal y el insr.ante
igualan los unos ~1 los otros en un;_i 1nis1na infinitud. La inn1orralidad realizara inicial de tod:i existen-ca: el nacirniento es exacta y puntu:ihnente localiza-
'.l:-> la vocacin del eterno-n~tcido, es decir, de una c1iatur:l que es hun1ana hle. tanto en el lugar con10 en la fech:.i, es decir, segn las Jos coordenadas
en su con1ienzo y divina por su apertur.i infinita., - El caso contrario, que de espacio y tiempo; en tod:.l la historia del gnero humano y en todo el
podra1nos llan1ar sen1piternic!acf. no demuestra 1nenos el carcter decisivo universo, un:.i sola mnada, sola en su unicidad individual y en su haecceidad,
d1... la sin1plc tern1inacin: sernidivino con10 lo in1nortaL pero por el otro h:J. co1nenzado a ser hic et 1utnc; un nico curso-vital ha sido inaugur:J.do tal
l'Xtre1no, lo sempiterno es el ser intnemori:.d que. habiendo exisrido dL1 y a tal hora, es en e!:>ta c:isa y en esta cuna: es por tanto :J.qu y ahora,
hipottic:imente siempre, cesara de ser sbitamente, y un buen da se en este mismo instante, donde todo ha comenzado! Por su determinacin
arquilar:i. Hiptesis pur:J.mente terica: pues si un ser ha exiscido siempre, cronolgica y topogrfica, el acontecimiento natal representa el dato un-
t:s porque sin t.lu~a est:i en general fuera Uel [iernpo: !:i nihilizacin es por \oco entre todos y entre todo:-> ina1novih!e de nuestro destino: efectivamente

173
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con ese acontccirr1iento incoacrivo nos vienen dados los handic1ps al _prin-
cipio y los eiemcntos del destino que gravarn l:.t conrinuacin de la exis-
i{ff_
-- 1
-advenimiento al ser de aquel que no era todava y la nihilizacin trgica de
aquel que ya era; la eternidad mintica cambia de sentido segn sea antes
o ({espus de la temporalidad ntica. El da del nacimiento, los contempor-

lenci:.t; fatalidades biolgicas, t:iras anatmicas, herencia, casi todo se deci-
de y se anucia en ese minuto de la Hora ce11a. Y al revs, todo lo que es 't""..t neos piensan en el ser nuevo que surge, y no piensan en la negra noche
elpidi:ino en, nuestr:J. 1,.--ida, lo que no nos es nunca dado en principio, lo que "e"; 1 que esta aurora ilumina, en el silencio que el primer llanto viene a romper,
tod:iva no ::;e ha decidido. !o posib!e, en una pab.bra, gira en torno al fururo en el desierto vaco que la nueva presencia viene a poblar; cuando la apari-
de la ternnacin; L1 fech;i del propio nacimiento h:.t sido siempre un ele- cin del recin llegado, del recin nacido, de la novedad anima las tinieblas
n1ento ele! estado civil. sien1pre ha formado p:ute de nuestro currculum, siem- de la inexistencia, sera una fonna de perversin pesimista, o incluso de
pre ha predestinado nuestro destino; pero slo es retrospectivamente, y para
'' inversin, volver la vista atrs hacia esa inexistencia pasada, en lugar de con-
los supenrivicntes, es decir, en futuro anterior, cuando la fecha de la muerre- siderar ante todo el advenimiento de la nueva existencia. La recta conciencia
propia habr: sell:1do n1i destino. clausurado mi futuro, cornplet:J.do rni esi:ado saluda con jbilo no a la negatividad de la descre::lcin sino al !v1s de la
civil; de rno1nento, y nlientras siga con vida el interes::tdo, la biogrJfa pro- positividad creadora; y en efecto una tristeza que n::i.ciera de la creacin es
pi:i pennanece incon1plet:J.. - L1 disimetra entre el n:icimie~to y la muerte ::tlg~ literahnente contra natura, pues est dirigidJ.. en el sentido contrario y
se i:::xp!ic:J. en genc:ral por la Jisin1etra entre el p:J.sado y el futuro: hay enrre a contra corriente, es decir. segn la iinposible vuelta del devenir. .. El devenir,.
uno y otr~1 un:i circubcin dt: aire irreYersible que es !a futuricin misma: el que hace advenir el porvenir. no es acaso una futuricin irre\:ersible y conti-
pasJJ.o es !o que es. o mejor an: lo que h:J. sido. y el principio de identi- nua? Si el nacimiento fuer::i., como el destello, una aparicin que desaparece,
d:1d fiia para siempre !a c::ir:1 del destino. lJ. detern1ln:1cin del pretro nos si el nacinento se redujera al surgirniento de un ser nacido-muerro, justifi-
ren1iu.:: continuamcn~ a L.1 J.nfibologa del An-no. Entre e! p:lsado ms cara a la vez el optirnismo y el pesin1isn10 segn se considerase el anverso
pas::ido v el futuro n1is tl.1ruro,'-El.~OiSiil':'ti:iCSpOr~ total: pues lo n1ismo o el reverso ... Pero el riacniento es un instante que inicia un intervalo, un
--CUe ~~-!~~lJ-_e__es.__cl__tUrur_o-1u~s_extfS'.fll.Y. . ~.1._p_q_0-_.'..enir siemQ!:~Qor venir y el con1ienzo que inaugura un~1 continuacin de algunos decenios! La nivela-
~.\.n-no (1Vondurn) (__-:__ontjn1,_1:lTJlfJ}!S_~11-~pendido ante nosotro~, _a_s tambin cin sigue a la aparicin, en lugar de preceder a b_ desaparicin-... De hecho,
cl~0~1_cirnfetQe~~l n1is extre!nO__ pretrir9:)-__~_~1iS~~~g~?~_p~_s~do de nues- el coniienzo no es tan tcigicameote anfibolgico como el final: la muerte,
-tra vici::l; la n1uerte-Q!_~pj_a__(l~_Qll.le.I_'[_~Qe_iiJguien__p..1.ra ese mismo alguien) es en el ltimo mon1ento. enuncia l::t forma de la vida, pero debe negar esa
_el_[uf-ui-que 011rl"c~cri__p_;.is:ido, exce to para los supen..ivientes, y n1 s1- vida para poder enunci:ir su forma: dice s y no a la vez. El nacimiento, por
quier.i presente excepro par:~l los testigos: el temor de la muerre. no es - el contrario, dice dos veces s: prirnero afinna, y despus confirma lo que
e1 temor de queeSel'rufo:-heCfiO praPermanecer etern:imenre futuro. nos afirma: enunci~i. por tanto 1~1 1ida por partida doble. primero porque, como la
sc:1 un da actualizado? E inver:>an1enre. el nacin1iento-propio (el ino p:.!ra niuerte. es el lmite detern1iriante. y despus porque hace ser al ser, en lugar
n, el tuyo parJ. rl) e.:; e! pasaJo que no h:.t siclo nunc:i presente. ni :1 fortiori de e::;tr::J.ngularlo. e in~1ugura un~l continuidad viable. El cornienzo dice sL al
fururo .. salvo pai-:1 nuL"~tros p:Jdres: e.-;e ya 11u11ccz nus :Lnterior a roda re- decir s :.t .'-'U prin1er s ... pero es unJ fech:1 fija. L~1 n1uerte clice s, al decir no.
cuerdo no h:.ibr: ::;ido nunc.l rnis que p:i.':i~tc!o e irren1c<li~1b!emente prescrito. pero su hora es indetenninada. De fonna inmedi~ua y en el lenguaje de los
T:d vez podra decirse que el n:J.cjrrlienro es :1 b etemicLd orenatJ.l lo q11e !a ~ conceptos. el co1nienzo y el fin fonnan una pareja con ambas partes del pre-
__ _!!.ll,.!tite___;,Ll~L~te r_0_~s!.~'.~_t:_~~~-l~~al: en '.re__ l~__f!~~sl~~ .i cin:_Jen~~ rL1 ! ~.J-~i:!.!R~~_::~:::-:__:lel sente con10 los ohjetos en el espacio: y slo retrospectiva1nente el nacimiento
no-ser Jnterior :J.! .:;erJ_pues el ser no sen1pre h:1 sido i v la n~1da eterna y la n1u~rtr..:. rodeados cada uno por su nada, ::;e convienen en simtricos
-~ut:_:r-no~;er ulterior 1 put.::S el ser .no__;;~ri_siem.r~)Jiabr;i e.ntonces, err-tr>S'1t-,,c--- co1no derecha ~ izquierda: b irre1ersible continuacin, la irreductible sucesin,
sentido, Uf!:.l__e?pecie de sii~e~b_ __ y- sin embargo nacimiento y m~~~~~W la imprevisible futuricin son trazaJ::i.s entonces corno un:.i lnea rectaen un
[~jo.:> de ser dos rni~r~ri:-; gernelos: ~~~~_se tr~ue de! comienzo o del fin._E__ encerado, o 1nejor an coo10 una novela de ta que se conoce por adelantado
inver::;in de !:is reb_cjon!~s c:n.tre-nD~seLl.o.Clllilii.LW.d.Q~es para empe- el desenla.ce. Pero la vidJ no es e:-;~1 novel-a leda y releda tnil veces; !a vida
z:ir. ~s el ser el que ::;ucede al no-ser v. par.i terminar. ~1 no-ser el que sucede no est grab:.idJ. en un Jisca con10 si fuera una sonata de la que sabemos
al ser: del instante inc:J.l al insi:ante ltimo, de l:J. :.1.lf:J. a !a omega. el orden y de mernoria de la prin1era J la ltirna nora. La vida-propia es un libro que
el sentido de !a rnuracin s~ invierten de arriba ahaio y. literalmente. por cada cual respectiva1nente lee sien1pre por primera vez! Vivido en el instante
cornpleto: no, no hay ningun:.1. hun1ulogla. ninguna z:quivalencia entre el y 1nientras transcurre el rni.sn10. el de\:enir en el rnon1ento de devenir conserva

17"i
es.e_ aspecto inigu_alable y aventu_i:-erQ:_g_l,,l~ __ fi_ene en la hora incierta. Con su CAPTULO IV
mortalidad_ineluctable y su muerte indefinidamente aplazada,_apresado entre EL ENVEJECIMIENTO
su frontera natal, que es definitiYa, y su frontera letal, que_ es elstica y
-fluctuante, el tiempo entreabierto de nuestra vida no es acaso una aventura?

l. El aduenin1ie11to al ser, desm-entido por la cleclinacin.

Solemos ceder a la tentacin de descifrar en el envejecimiento los snto-


mas de la mortalidad y los prdron1os de la muerte misma: para todos los
seres vivq_s. es decir, para todos los mortales, el envejecimiento es efecti-
varnente, a lo largo Je los :ios, la forma que roma en el ms ac un deve-
nir inevitablen1ente lnitado por la muerte. No ser.: el envejecniento una
especie de inuerte diluida, un instante piolongado, agrandado a las din1en-
siones del intervalo? El ralentizador denominado envejecimiento diIUira el
instante inenarrable en un proceso crnico ... Si la n1uerte muestra una his-
toria, esa historia puede contarse con toda tranquilidad! Hay sin embargo en
esta historia una especie de contr.i<liccin interna que la complica, la vuel-
ve a111bigu~1 y p:ircialn1ente inasequible: la cornplica porque la contrarresta
y al rnisrno [it.:1npo la constituye; porque la afinna y b. niega a la vez. En el
c_k:\enir \iraL reconoce1nos L1 para<loxologa del rgano-obsticulo: es un
aJ\eninliento conrinuo al :;er, y al rnis1no tienzpo (no por ariadidura, sino al
n1is1no tie111po), es un c~1mino continuo hacia el no-ser; qu digo? jSlo es
advenilniento en tanro que es ca1nino! Ni sin1ple progreso ni sirnple regre-
sin: as es el rietnpo vivido, a la vez constructivo y de>tnictvo; en l, el enra-
recirniento ininterrurnpido de los posibles viene a coinplicar el proces_o sin
fin gr.icias al cual el siempre incompleto no cesa de co1npletarse; el reflujo
co111pensa el .)rogre.so, y al mismo tiempo neutraliza sus conquistas. A. tra-
vs de !o que se desh:J.ce, algo se h~lce continuamente y se rehace, y recpro-
carnente: la vida demuele a medida que reconstruye. conscruye aquello mis-
mo que dernuele: es a la vez el solar donde se edifica una obra y la escombrera
donde e:-;e edificio se desplotna b:ijo el golpe <le un f::u:d desmantelamiento;

176
1
. ,\~;~,;:~:
l:t recesin es en si rnisma el curso del proceso y_i_tal. De manera que :i.quello . . ...".'. ..-1.
;~~
y en cieno modo homeoptica podra clescubrrse en la inmensidad del sen-
que nos reaiiza ~1 c~1<la rninuto, a cada q1i0uto nos acerca un poco ll1::s a la do; en el anciano por el contrario, cuyo margen de futuro tiende a cero,
n1ucr1e ... \'o e_-: oue !a declinacin sucecla a! crecin1iento co1no una segund:i. son los ltilnos vestigios del sentido los que terminan por perderse en el
fase de la vida ~1,una primera: la actualizacin de los posibles es un adveni- ocano del sin sentido. El sentido de la uida, para aquellos que se encargan
r1iento que es ya en s rnisrno un:i declinacin; los prdromos impercepti- de buscarlo, implica a la vez significacin y direccin. Cmo podra la muerte
bles de! ajan1iento, los slgnos precursores de la lejana decrepitud podran ser expresar este sentido, ella que es la nada de nuestro ser, es decir, no-ser, la
de;;cfr:1dos, en principio, hasta en la prnera inL1nci::t. Irona realn1ente irri- nada de cualquier lugar, es decir, ni siquiera ::tlgun:I parre, sino ninguna parte,
soria del paso JI :lCto! Desde el prin1er latido de su corazn, el recin n:ici<lo y la nada de cualquier continuacin? No, la nada no tiene sentido: la nada
ha dado ya un pa.so en direccin J la nada .. "El prirner dJ de vuestro naci- es ms bien ausencia de sentido, es decir, literaln1ente no-sentido. Y e1 Ningu-
n1iento os pone en el can1ino tanto de la muene como de la vida, dice Nion- na-parte a su vez no es una direccin; sin duda es una broma 1ns bien ao:ar-

l
taignc' de ::icuer<lo con Sneca y San Agustn: "P1l111a, quae citani der:/it. hora, ga llamar movimiento a un movirniento que no va a ninguna pan:e: un n10-
carpsit... " "E! trabajo diario de nuestrJ. \ida consiste en erigir la muerte." Bn1- ;.n1iento semejante es niis bien un c~llninar sin ffleta. un ciego vagabunJ.eac
.lle no se expresa de otro modo.'{ antes de l San Bernardo: "Quid l'ero agi~ \agar al azJ.r, o niejor an unJ. inmovilidad. Lo mismo que un devenir que
1nus e_"\: qua pnnnun incipilnus uiuere, nisi 1no11i appropinquare, et incipere rro deviene en nada es un devenir de nada: la inexistericia de meta (pues
n1orf?., Ouranre la prirnera r11iL1d de su existenci~1. el hon1bre joven que sube
Lt pendiente ascendente se ale):i de aquello :l lo que se acerca: e! ~1ctoles
1 aniquilarse no es ninguna umeta:) nihiliza. por un efecto cbntagioso de la
negacin. el movirniento misrno que se supone nos conduce; pues aquel que
cenre se parece en esto J.! ho1nbre henchido de esper:.inz::t que \e Jespun~ de\'iene sin poder decir qu es lo que deviene . ni qu otro deviene~ no de-
t~1r :1nte sus ojos la r:icliance prima\era; esa pri1naverJ. se aleja del in\ierno, viene - y alguien que ya no deviene no es nadie. Si el devenir tiene un sen-
a! que sin ernbargo el verano volveri :i acerc:1rse: pues e! solsticio est5. ya :1 rido. dicho de otro 1nodo, deviene algo, y si el deviniente deviene esto o
!J vista, el solsticio que es el J.pogeo del ao y la estacin en flor. el solsti- 1 aquello, es decir, relativarnente otro, no puede ser ms que 1:1 inmanencia
cio ms :ilL Je! cua! comenz.'.lr5n el declinar y el acortarse de los d:1s.2 La del intervalo intra-vital y en el interior de !a continuacin finit::t, y tener lugar
vida es por t:tnto a !a vez crecin1iento y Jec1denci:i. pero la dec:tdenci;:i. nos de un n1omento a otro de esJ. continuacin. y con relacin a los intereses o
es ocult:iJ:1 por el crecinliento rnientr:is e\ ho111bre pern1anece n1js :1ci del J los contenidos parciales de la empiria. Sin einbJ.rgo el devenir tomado en
:;obticio Je L1 rnadurez. y el crecimiento por !a dec:1dencia cuanJo inicia el su conjunto no deviene nad::t y no es relativo a nada: y la vida entera, con-
canno <lescenclen(e clel devenir. En otro5 trn1inos: la vida s Iiene un sen- sicler<.1da absolutamente, es 015-s bien absurda. absurda con esa ~1bsurdidad
tido. pero e.:>e senriJo es negado por un sin sentido. que sin ernixlfgo L1 con- ateleolgica que causaba ason1bro y~1 a Schopenhauer y era el desespero de
diclon:t: :1 n1edicb que el tiempo p:1s~L el Conrrasenrido del en\ejecniento !a 1netafsica irr:1cionalist:t. El nico inedio. a pri1nera vi,..;ta . de devolver un
iinp!cico c:n e! .'it.'ntido aflora c:tda vez con 1n:1s insistencia J la .superficiL' del _-;enriJo al sin sentido x1recL' .'it.:T \o!ver a colocar L1 \"ida Individual en el 1nar-
devenir: y !o 1nisn10 que el or~:inisn10 en\eiC"cido rep:1Gt sus prdidas c:tda co de una historia _..;uprainJi'.iJual de la cue .seria. J su vez, un 1non1ento. un
ve7. peor y co111pen~:t cada \ez rn:"t::; lenlJ.lllen[e lo~ efecto:; Je los tr:1L1111ati.s- i;:-.'il:thn o un~1 poca: del n1isrno n1odo que nue.stro inundo de\iene un n1i-
n10;;, as L1 esper:H1za optimista. luchando pahno :1 xdrno concr:1 !o.s de:-1- c~ocosmos dentro clel universo, y el universo un n1icrocosn1os dentro de su
n1t.'ntidos rep<.:rtdo:; connua1nente del fr.icaso y de la. decepcin. se \uehe g:d:1xia . que es universo de uni\ersos y rn:1crocos1os de todo~ los tl1:J.(TO-
c:H.L1 d:t n1cnos con\incente. c:1d:1 :dio m:ts difcil de sostener: sL c:1da dL1 Los1nos. as la biografa de X o de 1 deviene a su \ez un episodio e1Ti.prico
t."." 1nis Jifcil Jec1r por qu se \i\e. ~-en \i:::iras ~1 qu.~- a qu \ient: todo es-
en e.sta super-existencia rnetaen1prica. en esta biografa de Lts hi0graf:1s que
to. El absunJo congnito Je !a vida. terican1ente perceptible desde L1 nl:..s es la gr:incliosa vida perpetua de todo el gnero hutnano; si se piensa que el
tierna infancia. se l1npone :lS con un::i fuerza cadJ. vez n1ayor. En el recin difunto ha trahai:iclo para su posteridad o para las gener:iciones venideras, y
nacido. que tiene Eodu el futuro ante L una Jo."is Je sin sentido infini[esna! n1:is an si la vida ~s el prefacio de una _..;upef\ivencia, !a continuacin se
encuentra reconstituida por debajo del v:ico clel sin sentido moral. Para que
1
Essat.\". !. !'>. el fin en el sentido terminal coincidiese con el fin en el sentido teleolgico,
2 l:i!r:1s:1r Gr:in:.in. Orric11!0 \' ane de pnulc11ou. 1n:i;..:11n:1 '\__'\..\!X: Lis (lhr:is dt. la 1uiur:d<.:1 ro- sera necesario precisamente que dejarJ. ele ser el fin de todo: de lo conrrario
lb.~ lk-~:111 .d unn1ik11~11t<1 ,k ~u pt.rt-c<.<_,,n 11:1,1:1 .1!1i :\1cn111 :--::m:1nd<>: dc.,,d, :illi. pc-i-dil"!ld<i
_-;er: un fin sin finalicl:1d; de lo contrario. el curso de la n1nada. (.:ondenada

-- i
--'---.. .
endefinitiva a la--n~da- eterna, no ser n:unca rns que una aparicin gratui- procesos incesantemente reiterados. Ahora' bien, mi vida para m rnismo no
ta y utl:-vandad de. vani<lides sin ton ni son; el triste desenlace proyecta es un periodo enrnarcado entre el periodo anterior y el periodo pos.terir, ni
Una duda retrospecdya sobre la 5eriedad de la continuacin que le preceda_ tampoco es, coino las edades <lel mundo de las que habi.ar. HerClito y Filo-
. Er envejecimiento--propio, pira el anciano mismo, agrava ya esa duda da tras lao, un ciclo reit_erable culminado por su gran ao y escandido por el eter-
da: la existencia pasada, a plinto de cesar definitivamente, se le aparece no retorno; el Optin1ista de la palingenesia se representa en -efecto la vida in_-
como un sueo irreal.Y tan melanclico como nuestros calendarios del ao dividual como un.periodo circular que rizara el rizo mientras-espera:la prxima
pasado con sus ocupaCioOes prescritas, sus agitaciones microscpicas y: _~us reencarnacin: ;pero esto no __ ~s hacer de_.la muerte un:p_isdio provisional_
difuntas citas. Muy pronto, algunas paletadas _de tierra y i"adls para siem- en el ocano d la eternidad smic3-_? Se_. dic_e-que_ la _vej_:~z-_e? __ el otoo de la
,pre,,[ Vala realmente la pena nacer, pasar esta estancia en la Tierra ,y con.:: vida: pero cada _ otoo, del mismo mo'tjo _que sigue-~- la -p~i_ril.v~_ci preCeden-
cluir este absuido viaje para terminar as? , te, preceder a 1a primaVera siguiente; l hombr_ que ha djidi:rescapar su
El devenir del ser vivo no es por tanto un cambio indiferente, no es- n primavera del (-ltno ao podr hacerlo un poco ffiejor la pfima,.;era del ao
.devenir cualqLiiera: es un devenir que tiene una in'tencin, y una mala. in.: prxno: por {~_ha primavera perdida, cuntas prima_veras e.n perspectiva!__ La
tencin; el devenir vivido est orientado desgraciadarnente en el sentido-del alternancia indefinida de las estaciones mantiene continuamente nuestras es-
no-ser... Tl es la entropa que hace del tiempo vivido una senescencia. En 1 peranzas y nos pennite cada ao recuperar las ocasiones perdidas; cada ao,
Y por el envejecimiento. un impalpable no-se-sabe-qu de la temporalidad i si no se agota antes que la primavera, el hombre puede apr9vechar e~_ta nue-
se hace visible como proceso concreto y car.:icterstico. Este proceso mismo, va juventud. La pritnavera. en una lectura pesin1ista, nos encanlina hacia el
visto des<le dentro, corresponde a la experiencia de una determinada lasitud in\rierno; pero en el corazn del invierno. en una lectura optimista, germina
indeterrninada y parcialmente movada, lasitud que la fatiga biolgica y el
declinar del lan ,ital no bast.t.n para e.-..:plicar; incluso si el secreto del reju-
1 la ms remota esperanza. Cmo es que la repeticin de tos inviernos no ha
desanirnado todava a la infatigable primavera? Digamos ms bien: la dulce
venecin1iento biolgico se hubiera descubierto, yo seguira envejeciendo: in- y potica rnelancola <lel otoo slo es potica y dulce por la esperanza de
cluso si el envejecimiento de los rganos se frenara o se ralentizara, el pe_so la remota pri1navera que nos sonre ya a travs del declinar de todas las cosas:
de los aos y de los recuerdos nos seguiran envejeciendo sie1npre; incluso en la cada <le las hojas, el hornbre presiente vagarnente la pro111esa de los
si el hombre ignorara su fecha de nacin1iento y omitiera contar los aos. ha- brotes, _con10 per-ci~_ya en ia m-elancola d.e.b !:lrde Ja proxim.4.:d.dP Ja-auro-
bra algo que le advertira en secreto de que la vejez se aproxin1a y le susu- ra; el futuro se trasluce a travs del presente, a menos que no aparezca sobre-
rrara su edad al odo; incluso si el anciano no tuviera ninguna nocin del i1npreso por debajo de ese presente; y vamos y veniinos de ese presente a
tiernpo, el tiempo pasado pesara sobre l: pues es el tie1npo en esta<lo puro ese futuro, <le esa tristeza ~t esa alegra, retrasando el placer de la curacin
!o que nos envejece: el tien1po puro. es decir. el hasto progresivo. el marchi- segura. Es como un juego potico. Por el conrrario. ninguna esperanza tci-
tan1iento de toda lozana. la a1nortiguacin de todo itnpulso y de toda con- t:t. al rneno:-; Je! orden natural, viene a :Hcnuar la trstl'Za de en\ejL"c:er: el de-
Yiccin apasionada. el desgaste de toda inocencia. Sin duda alguna. la ex- clinar es desgr:1ci:1dan1ente n1uy serio y carece de tolla poesa: este declinar
periencia del Jeclinar es una e-xperienciJ constante: el declinar cotidiano del no es nica1nente irreversible, es adern.s definitivo y sobre todo sen1elficti-
U:I y el Jeclinar anual de las estaciones. el crepsculo y el otoo propor- co. y carecer en todos los casos de recon1pensa. El envejecimiento es un::i.
cionan ~l L1 melancola hurnana un alirnenro con~tanternente renovado. El aja- decadencia que slo llega una vez en la \'i<la_ y una sola vez por vida. y no
nento que sigue a la flor:Icin y que es el precio del apogeo confln11a in- conoce. al contrario de la fatiga. ningn restablecirniento. ninguna recupera-
cesanten1ente la triste ver<l:.icl Jel Jesgaste 1nort1L Y por ltirno, la fatiga cin de ninguna clase. De 1nodo que es por :.iproxin1acin o por sin1pie ana-
consecutiva al tr.ibajo y al esfuerzo muscular recapitula este proceso en l:I loga por lo que s con1par:.1 el envejecimiento con la fatiga: pui.:s la fatiga,
experiencia propia <le ca<la uno: las curvas <le L1 fatiga, con- su 1nximo si- en condiciones norn1ales. no excluye la refeccin, sino que m5.s bien la im-
tuado entre un:_i fase ~tscendente y una L1se Jescen<lente. no son acaso con10 plic:1ra ... Y si la fatiga n1is1na se hace. al cabo <le los a1lo:-1. ca<la vez 1ns di-
un esquema y un resutnen Je toda <leca<lencia orginica? Los ciclos astron- ficil <le co1npensar. es de nuevo la irre,ersibilidad de ia senescencia la res-
micos y el ajamiento <le las flores, renovndose incesantemente ante nuestros ponsable: pues la senescencia, <le! nlisino modo que lentifica la cicatriz:.icin
ojos, no son sin einbargo autnticas experiencias en primera persona. Por y la regeneracin de los tejidos, repara de forma c::id:i vez m:.s incompleta
otrJ. parte, el Jeclinar astronmico. e! ajarniento y !a fatiga son precisaint:nte Lis prdidas que el organi:-11110 ~1caha Je sufrir: !:1 cda<l acenta el dficit

l.SU
'"'
biolgico: l;i tot:::d!J~1d se recons.tiruye, pero en un pl::ino inferior, como des- 2. La Jnortificacin. Y st la vida juera una Jnuerte continua.
pu.s cie un:l he~norragi;:i cerebr:; :l fin de cuent:.is, p:ir:i. un orgJ.nismo redU-
cido ~1 b defensl\~1. toJo :icci<lente se sal.da con unJ prclid:J o un dficit. Es . 0i.os Jesvel:i. el envejecin1iento poco a poco l:i muerte? Esta ilusin est::
por lo t:ir1to sien1pre !a reinpor::didct<l de[ envejecimiento la que sirve de teln justificada sobre todo en aquellos que, como San Bernardo y Brulle, hacen
de fondo :1 b :igrJ.vacin de l:J f:Jtig::i. L:1 f:.itiga es reparJble, pero el enveje- de la vida una n1uerte. Haec enim vita qua vivilnus n1ors est;., dice San Ber-
cirniento, que es la r:ltig:1bl!icL1d y la f:.Higa de las frnig:ts, dis1ninuye la rep:1- nardo. Recordemos el verso de Eurpides citado por el Corgias_. y que Len
rJbilid~1J 111is1n:1. tnientr:.i.s t'Sper:i. poJcr insta!Jr pJrJ siernpre lo irrep:ir::i.ble. Chsto1. con1enta en su Superacin de"!as evidencias) Tl.:; 8' ol8EV, ti 10 S-TJV
De qu rnodo Lt pequcrlJ. \'t:jez de la f~nig1 y b gr:in t::uga de la vejez se- ,uv 2oTt Ka18avElv, 1Ka18avElv 82ST1v. Sera aqu la inversin un:J. forn1a de
ran dos casos p:irticulares de una rnism::i. ley? ... El envejecin1iento, entropa perversin n1etafsic:i? Entre todas las inversiones con las que pued~ jugar
general dei tit'n1po vi\ido, y !a fatigJ., declinar parcial y panitivo, no son eYi- la par::tdoxologa para contradecir al sentido co1nn, vivires nzorirno es cier-
dt:n[en1cnrc di.:! rnlsrno orden., lo misn10 que el [Ocio y !:1 p:irre no esr5n en t:.in1ente la 1nenos sensacional ni la menos escandalosa. Esta inversin para-
el inismo ni\e!.. E! trabajador puede estar cansado de tr::i.bajar, el jardinero djica de la vi_d~ y de la n1uene, de lo positivo y de lo negativo. con la que
ele cav:1r la ierLl. el herrero de forj.:i.r el hierro: pero L1 criatur;i en general, jugab:i ;,:a la dialctica heracliteana, es, en el fundador del Oratorio, un terna
e! viejo, no c'.:i(6n cnnsados de vivir slo n1etafrica1nente? Propiamente ha- habitual: P:irece que no teng:in1os vida m:s que para morir. .. Esu clase de
hLlndo no es LHigoso ser ni devenir en general, lo n1is1no que tJ.mpoco es vida no es viJa. es muerte. pues viviendo y naciendo 1norin1os, y nues-
dijh:il existir L1 respir:.1cin. en deterrnln:.1d~1s enfern1edacles, puede exigir un tro priiner paso en l:i vida es el priniero en la ir1uene ... Pues desde el n1is1no
esfuerzo, pero !:i continuacin del ser es. en s n1is1n:i, la cosa rnis fcil del n10111ento en que est:imos vivos, e1npez::unos a n1orir. ..... ~ Brulle, siguiendo
n1undo: no es el ser subst:1ncial !o que es difcil o fatigoso, son las maneras a iV!ontaigne, vuelve a n1enudo sobre esta par:idoja de la mors vita/is que
ele ser y los 111udos de t'Xislcncia. Del rnisn10 1nodo que el en1,'ejecimiento es corona una l!ffa n101ta!L<>. .. Qebe1nos vivir n1uriendo y 1norir viviendo, es decir,
el dcc!in~tr dc lo.:; clcclin:.1res, :i.s [:i. vejez es la enfern1ed:id de L1s enfenne- :idiestrarnos en una n1anera de vivir que sea reuln1ente rnuerte y en una
dades: pLrO L1 enfennedad de las enfern1eda<les no es una enfennedad; en- rnanera de rnorir que sea realmente vida. Y en otro lugar, predicando "la
tendlt:ndo por t'!lo: no es una enft'nned:iJ que :1fec[arJ a t:i.l o cu:il rg::i.no, abnegacin de s mi.'.'i1no": "... Hen1os nacido p:J.r:J. morir. .. Quien le huye a
y ni siquier:i es un:t enfern1ed:.1d que :ifect:ir~1 al orgJ.nismo por cornple[O L1 tnuerte le huye a la vid~1. pues la muerte es la vida misma, y esta clase de
de::;Je t:1I o cu:d pun10 de \"ista .. L1 vejez es 1:1 t'nten11ed::i.d de la tempor:.ili- n1uerte es rnuerte y vida a la vez. De rnanera que al :ibraz:ir la rnuerte, es-
cL1d, y por con:-;iguiente e.s a !a vez norrn:i.l y p:uolgic:.1. L:l vejez es lJ. ano- t~l!nos abrazando la vida ... . P:ira el mircoles de ceniza escribe: " Pensa-
n1:lla nonn:!I en t'! n1isn10 sentido en que b. rnue11e es !:l enfem1edJd de los n1os qui.: estarnos vivos y esta111os re:iln1ente rnuertos desde ese 1nisrno ins-
que ticnLn hucn:l _..;:dud~ :\hora bien, e.sta enfennedad rnet:.1fsic:i. y no loc:di- r:1nrc- .. 0Jace1nos 1nuerto.s en Dios ... y slo 1.civin10S con la condicin de inorir
z:u.. b. pn:ci.:<!llll:'nte c"n r.1zn de su carJcter difuso. e.'i un:.i enfermeda<l incu- 1...n no.sutros 1ni.s1nos"." "!\!orir viviendo".* Ueca (,2uevedo. \" C_"';-raci:n. n su
Lth!c .sc Li puedt' rlrr:t.'i:lr o !c:.>ntific:tr. frcnar ~11x1renre1nence su evo!uc:in. pt:'"- C'n.ticl)J!: .. \.i\ir no es orr:1 cosa que l..:"...'itar en [rance dt: rnorir :i cada tno1nento".
ro no se puede in\crrir un proce::;o que ;-;i~ue siendo en todos los c:1.-..;os Y :\lont:iigne: "E:-;t:.iis t::'n la 111uene rnientr:i.s est:ii::; en la vit.Lt. .. Jurante la \id:..t,
incxorahleinenrc progre.:;i\o. Los hon1bres se considerar:in felices si pudie- est:ii.-; n1uriendo". ;\:lont:.iigne. i.:n este punto. hubiera estJ.do de acuerdo con
r:tn en\ejt'CL'r knr:1111t'nte o. n1t'jor :in. si pudicr:1n conserYar el 1nayor tie111- los scnnones de! P. Bourdaloue! Pues toda nuestr:.1 vida mientras en\ejece
pti pu.-..;ihlc l'l .:;r:uu quo .. En cu:dquir c~t.:iO. e! en\ejLcin1iento no se tr:tn.s- es un~t \ida 111orihuntL1; y todo nuestro curso \ir;il es un:i 111uerte perpetu~t
tonn~1c j:un:i:. 1...'n reju\eneci1niento! H:tcer re(rnar e! de\"enir. retnont:lr el
curso del tieinpo rio :.irriba. fue sien1pre p:1r:.i roJos !os rnorr:iies el tipo 1nis- ' -192 ~.CL HLr:idito. fr. 2 (SWvtr:; rv E.,.r\v1t1v 8.va-i:ov. rv Of .,.rv(!)v ~ov n:EtvrWtr:;J_ Lt:tm U1t0-s-
1no Je cur:.1 tniL1,12:1'f.)S:1 y !:J. cur:1cin sobrenJtur:.t! que ningn ho1nhre pued.e to\. '\11r les hr1fo11ces de/nh. l<J21J. pp. T' 1 ~i.~.
conseguir pur tlll'dios hun1:1nos: pues e! retorno :J b.s fuentes Je !J uvenruU ' *
1!{JI1.>c 11 /, s , / /J/Cll' ( <c"d. 1)<:" l'. I\< ll 11 rL:w Ali hicr. ! \) . 52 ): De !11
llflJl"t de f "time l'( d11 c"r!!f!S.

.'ieria. n1~'ts :1lin que Lt eternidad en :.icto. un:J \ictori;.i sobre !J maldicin Je! pp. !-1-:- i-ft> 1.\lig11t:. 1-:-1 J. -Xa.>t:e11res 111ww1111'. dice .\laniliu:-. ~1t;1do por .\!onr;lignt: ( E'sois. l. l'Jl .
jl11Lw11e oh 1>1igi11e pe11dl!11f. XlJ\":tlis ..\linor. lt l lj: -lehe11 isr der .--!1(/(111.'.!. des Ti.xes..
tle1npo: b iJe:1 ini.::;111:.i de un:.1 juventud eterna. verclader:i contradiccin ill *
; ;; l-1-: \-irir1 111"11res lo dirisu de !11soi'slh11ws (ed. Cit.. p. f_~2l: l-!9 (p. -dl: -:;t: De !l1
udjecto (pues tud:t iuventud es por Jefinici"n 1nis1n:.1. provisiun:.i]), ~no es JCJ.- ,,/ilit:.nciri 11 io 1111w11e _del nwnr e11 1111sn/ros n11:~111os 1 p. Hf 1
_-..;o 1:1 rcpn.;:--cnt:1c1L)n por e:-.:celencia de lo in1pus1b!e hecho po.:;ib!c? !-:11 c; ..,,lbll<' vn vl <Hi.~111:11. 1 \_del Tl

lK2 \K:'\
y una extincin continua. Brulle, efectiva1nente, no tiene ojos para la fe- aqu tener lug;ir, sino que adems esta inclusin est doblemente despro-
-cunddad intensiva del devenir, y en estose n1antiene en ta-misrna lnea que vista de sentido cuandO-_el cqntticido _del -continente se llama muerte, pura
--pJitn: la vida qno es ms que un perpetuo flufr hacia fr:i:muerte,,,6 el tiem- negacin preV-farnente hipostasiada, Si.k1-ese-v..cia--d~l alma no se:hace-cada
j)o-Vivido no es orra cosa que descomposicin y catagnesis. Esto es lo que vez ms visible.a-medida qe n1erma la-envoltura corporal, a fortiori el enve-
sui::ede cuando Clesaparece-la confianza en la"continuacin del ser: eI pasa- -jecimiento ncli1ace a la muerte cada Y:ez ms aparente en un organismo -cada
do;ya no es, y el present est en trance de evaporarse; el _futuro, de mo- vez n1::s deteriorado; en ning mo1nent_o la nada de la muerte aparece
mento, no es todava,-y eri seguida-habr . dejado de ser sin haber sido nun- J. tr:ivs de eS~t carne dentacr'adii- que la vida abandona.
ca realmente: estar pasado de moda antes de haber estado de moda. No-ser
del Ya-no, no-ser del An-no, casi-nada del Ahora-- estos tres no-ser nos fa-
brican una existenci'fantasmal; .el tiempo de l:i vida- es uri sueo, un co- -3. El detefioro progresivo. El <;:ondenado_a muerle.
1nienzo continuamente ap)azado, una promesa nunca mantenida; o, para de-
cirlo con las palabras de Herclito: es un fluir que no puede ser deteni<lo y H~tcer del devenir una Yida 1noribunda es- tener en cuenta unilateralmente
que se nos escapa por en~re tos dedos. Tal es la inconsistencia mintica del slo 1nedi~ :verdad; es hact:'r del en\:ejecin1iento un proceso simple Y adia-
tiempo vivido. Ll mortificacin no es por tanto nicarnente un ejercicio lctico en el :que la inortificacin pone a la muerte progresivamente al des-
asctico: representa la obra implacablemente progresiva del envejecin1ien- nudo. Y es por tanto tr~ttar a la ligera la profunda an1higedad del rgano-
to cotidiano; o mejor an, la ascesis es una 1nortificacin sisten1tica: tal es o/Jstcu/o. P'erpetuan1enrc 111oribunda. !a vida est al rnismo tiempo eri.
en el Fedn la Savarv de los filsofos y de los iniciados, por oposicin a perpetuo nacitniento; podr~unos lt;_i_rnarla una progresin regresiva; parecida
la ciJto6vfmc1v de-los profanos. El vivo empieza a 1norir el da misn10 de su a un destello n1omentineo. que es en lo que consiste su reduccin infinite-
nacimiento, y contina a partir de entonces su mortificacin cotidiana da a sin1aL la vida es una desaparicin que se aparece; o viceversa: la aparicin
da y minuto a minuto, hasta el golpe de grJ.cia de la 1nuerte propiamente se con1plica Continu:.unente por la desaparicin de la aparicin; pues la apa-
dicha. Algunas metforas ms o menos 1naniqueas h::in servido a veces para ricin no aparece n1:s que en s propi-a desaparicin. Cmo no iba a jus-
expresar esta funcin lnortificante del envejecniento. Si la nada est ence- tificar el equvoco de un:.1. \i<la naciente-moribunda a la vez el pesimisrno y
rrad;J en el interior del ser como su anttesis hipostasiada. o substanci~1liza el optin1istno? Trate.n1os d~siituir Ja lectu_ra unil;,i.ter::il por .ur:ia _doble lec-
da, si una negacin inmanente esti rea!t11ente oculta bajo la positividad Je tura. En principio es una perogrulla<la. al mismo tlempo que una verdad
los rganos y de los tejidos, si una enfenned:.id mortal habita desde su ori- rriste1nente objetiva: el enYejecimit'nto nos acerca a la n1uerte, y nos acerca
gen en el ser vivo predestinado a no-ser, se explica que la sucesin de los fsica y liter:J.ltnentc; pues desgraciadan1ente estan1os todava lejd's de consi-
aos. extenuando y enrareciendo poco a poco el espesor de la positividad dcr:.1r que el envejeci111ienro sea una sin1pie creencia. la 1nue11e una sin1ple
ntica. Jeje finalrnente traslucir la n1uene contenida en la vida: <le! rnisino r.._nuncia. y l.:"l 1norihundo un silnp\e din1isionario. E\identeinente. la n1uerte
n1odo que la tran1a se hace cada \ez nls aparente a travs de un vestido n1i:-; 1na no sohrl'vendra sin una l'specie de conscntinTiento. sin una capitu-
gast;_i_do y <leterior:JJo por el uso di;_i_rio. as el esqueleto se hace cada vez lacin lk: la volunr:1d de \'\-ir. y J~1cques .\LJ.daule- ha subrayado el cansan-
n1s visible bajo las carnes del viejo enflaqueci<lo (ad1nitiendo que el esque- cio infinito que lleva JI vii.:jo al ;ibandono fina!. Pero el abandono por si solo
leto sea la n1uerte). Porque el p;_i_so del tien1po tiene sobre los seres y Lls 110 harJ 1norir a nall!t.'. El hotnhrl' que envejece no es ninguna vctna de
cosas un efecto de deterioro. El tien1po serLt la ditnl'nsin de l:.1 <lisolucin. una sugi.:stin diablica por n1ucho que queran1os expres:irlo as. No. la es-
No ."ion todas estas representaciones groser~unente 1netafricas? Se in.sinl1~1 clerosis di.: Jos tejidos y lk los vasos sanguneos, la creciente fragilidad de
que la muerte podr:i estar encerrada en ia vi<l:.1. de la mi.sn1a n1anera que el los huesos, y l;_i_ fatiga dLl 1..:orazn. y la preshicia no son sugestiones... Son
-:.ilm:.i est: encerr.1.da en el cofre del cuerpo. lnrpegit in uitam ;nof'S, dice S:ln sin ninguna du<la los signos precursores de la inercia invasora: las funciones
Bl:'rnardo, "et inclusit intra se vita nu;1ten1. et ahsorpta est rnors a vita". Esto \itaks se ralentizan: las c0lulas L'n\i.:jecen: !;is arterias envejecen~ los venenos
es olvidar la absurdidad del inesse por parri<l~t doble: el ser no expresa Lini- y la roxin;is vician a la lar~a. poco ~t poco. y cada Ja un poco tnj_s. la com-
c:imente relaciones espaciales y topogrificJs. loc:.ilizaciones que no podr:J.n posicin qu1nic:J. <le \os hu1nores. Finaln1ente. el cuerpo mismo se encorva,

- r.'r11>i1l<:n1ri,,i1,/(/o1!1,,,-1. llJ~ .. i'I' ~.-; ~,,


corno si un:i especie de geotropismo letJl lo ::ltrJjera hacia la tu1nba, como actualizacin de los posibles pern1anece incompensada, el margen de vicia
si su propio-peso lo inclin:J.r:l ya haci:.i el abisrno y las profun<lid:.ides telt- todava por vivir, consundo por esa vida ya vivida, se reduce implacable~
c1s. El tien1po que pas:i hJ.ce c:.id:l vez mjs prob:.ible ]3 rupturJ. de un vaso rnenre. A.quello que el (reidor da, lo sigue teniendo, pues su gei.erosidad
S:J.nguneo, cad:.i vez rn5s amenaz:i.nte un inf:i.rto, c:i.d::i. vez n1s :izarosa la inagotable est hecha a la n1edi<la de sus recursos ilimitados; pero aquello
super....-ivencia del orgJ.nismo deteriorado, c:i.da vez ms peligrosa la conti- que la criatura ha dado, ya no le penenece: pues el don se inscribe para ella
nu:J.cin de nuestro ser. Porque es un hecho que el envejecimiento :iumen- en e! pasivo de un tener finito. y- por la misma ra:n, si el hornbre viviera
ta la.s prob~1bi!idades de 1nue11e y reduce b. esperanz:i de \'id:.i; a medid:i que eternamente, derrochara su tiempo sin medida. Pero los anos son precio-
los 'aos se suceden, l:J. renovacin de la existenci:i parece 1ns 1nilagrosa; sos, y el tiempo perdido est: perdido sin rernedio ... El futuro por vivir y el
es:i. cxis[enci:i, a rnedida que la degradacin progresa, pende de un hlo: esta pasa.Jo vivido, co1no el faciendznn Cinfection) y el factuni en los objetivos
es la nic:i verdad, continuan1enre confinn:.id:t por las prob:ibilida<les estads- cu1nplidos, forman por decirlo as un total constante y una cantidad determi-
tic:1s y !:1 ley de los gr:1ndes n1ncros. L:is pn.~\isiones pesirnisras estn por nada, pero de tal 1nanera que este no deja de engordar a expensas de aquel,
t:into jusrific.1.das en este punto. Ll irreversib!lidacl y la continuidad ele! deve- de tal manera que el futuro se empobrece continuamente en provecho del
nir finito d:in <:n efecto todo su sen[ido al deterioro in1plac::iblen1ente progre- pasado. Pues el principio de conservacin, v:lido co1_no alternativ:i. para los
sivo que il::iinarnos envejecimiento. Hoy estoy un poco ms muerro que ayer, sistem:.1.s cerrados y las totalidades finitas, exige que el enriquecin1iento de
pero rnenos que n1:Hl:.1na! O, lo que quiere decir lo n1is1110: en cualquier n10- uno tenga como contrapanida el empobrecin1iento del otro ... O dicho con
rnento dt.: nuestra viJ:.i que nos encon[remos. cu:.dquier:i que se:1 nuestro arras in1igenes: el hilo de la vid::i se desenrolla sin intennitencias, la parre
!ugar en !:1 pista se:.iliz:1da y baliz:i.d:i de la c:irrera vit:i.l (y la ventaja en esta enrollada perdiendo poco :.1. poco todo lo que gana la parte desenrollada,
c:.irrer::i. depende para todos y en todo n1on1ento ele L1 fecha de nacimiento), con10 en esas mquinas en las que el hilo pasa de una bobina a.otra. La
nunc:.i hJ.bren1os sido rn::is viejos; cu:ilquiera que se:i el da y la hor::1. de nues- 1nuerte es una viJJ. completan1ente desenrollada. La in1agen de la clepsi-
tro Ahora, nunca ese Ahora habr est::i.do n1js cerca de 11 muene: finalrnen- Jra y del reloj Je arena (p:iLl utilizar n1etforas tradicion:i.les) obsesion sie111-
te cu:.ilquiera que se:tn L1 fecha del c::i.lend::irio, la hor:i y el minuto. nunc:i pre al hon1bre que envejeca; a rnenudo se representa al futuro y al pasado
el fin:1! h:1hrJ. estado 1nis cerca; nues[ra ed:id es por tanto en tocio mon1ento con10 dos recipientes o vasos co1nunicanres, uno llen:ndose poco a poco
l:i rnayor que puede ser. y de este n1odo c:.idJ da acorrJ. y estrech:i un poco de todos !os contenidos de los que se v:ica el otro: el tie1npo vertera los
n1js et interv:ilo que, en esre rnismo instante. nos separ1 de la muene. Ca<l:J. contenidos del continente denonlinado esper:J.nza en el continente llan1ado
da, l:.i pie! Je z::i.pa se contrae inexor:.iblernente, irre1.rersible1nente. El appro~ n1e1noria. con10 si hubiera efectiv:unente simetra entre el pas:ido y el futuro;
pintuare bernardino e~t desde este punto de visc1 con1pletarnente justifi- por transvase, [as esper;inzas se transforman en recuerdos y los proyectos
c:ido. - El principio de identidad ha vuelto n1js inflexible to<lava L1 irre- en !~unentaciones: el devenir fahrica recuerdos con el pon'enir. y estos re-
,-cr:-,hi!iJad dtl de.,enir que seU:.i para sien1prc nuesrro irretncdiah!e desino. cuerdos se deposit:ln J nuestras espa!JJs con10 los sedirnento.s de! r1ujo tetn-
Lo Y:J. \'\ido no pul.:'dt: voherse a vi\"L y est:i en cierto [nodo descontado poral: !a futuricin pierdL d~ este rnodo .'iu fuerz:t viva en beneficio Je un~t
'>Ohre e! or:d de los :uios concedidos a cad:1 ser: [Odo aquello oue ya h:1 si<lo pretericin continuarnente sobrec:irgacl::i que hace ca<la \"c::'Z n1::is irreinedia-
vi,ido, c:1da da, c:td:t hor:J.. cad:i minuto, esrj de 1nenos. es <lecir. hay que ble nuestra degeneracin senil. Tal es por tanto esta irre,ersibie senescen-
deJucirlo de nuesrro rieinpo \"t::il: ;:icuello qu:> y:t h:t sido \"}\ido -es otro tan- ci:1, cuyo tnnino es la senilidad: en principio todo que esperar y nada to-
/o l'izidu! Otro t:intu de ineno.'."i J. \iv!r! CJJ:1 coinicb. que hacerno.-; es un:.i dava 4ue Lunentar, y fin:1lrnentl:' to<lo que 1:1.1nentJr y naJa ya que esperar:
co1nid:1 n1enos :1 ha<.:er_ "Todo lo que \"i\s. diLe .\lont:tigne,-" se lo :1rrebat:tis en principio un 1113.xno de futuro con un 1nnin10 Je pJsado: y p:lr:l renni-
J. !:J. vid:i; lo h:icis :.i cost:.1. suya .. Lo vivido es a cuent:i Je nues(rO cr<lito n~1r un in>::iino de pasado con un rnnimo de futuro. En principio es la juven-
de supervivencia . .Se vive :.i costa de la vid:t: o. en otros trminos: ;los vivos tud, !a ed:id sin pasado: un in111enso futuro aspira y eleva el tiempo juvenil
Vl\en sobre .'iU t'l'l!J[(ll!Jl! Pues c:ida hor:i r~1saJa, JCercindono.'i ~d final. con10 por efecto de no se s:.1.be qu levit:.icin: 1:.i ventilacin Je! porvenir,
:.ibrevi:i otro t~tnto el pl:J.zo que nos queda por vivir: <lesde el rnoinen[O el l:in e!pi<liano, la incitacin de los psibles dinamizan enrgicamente una
en que el tie1npo ya vivido no se renuev:i. Jesde e! momento en que la ed::id con un pasado muy corro y un futuro muy largo: el Ahora de la juven-
ru<l ac:iso no es por entero un An-no? El :idulto es aquel en el que pasado
y futuro se equilibran J nt:.id de c~unino Je los extren1os, ne! nu:z.zo del
cammin di nostra vita; el adulto ha recorrido Ja_mitad del trayecto: atrado y el condenado a muerte, puede tener un pasado sin ningn futuro:-. la futu-
_ hacia -atrs por la fuerza retr,grada-cte 10$ rECuerdos, imantado en_Sentidc ricin, rnediante_ta cual el futuro en todo morr:iento se ):i"esentifiCa;--es--COhi:
-inverso por la atraccin del futuro, aleja~_por igtlalde.los dos e:Xtremos, el la paseidad .del pasado! Y eso no es todo. Cuand -el cleVll:if n -encerit:r
adulto se inmoviliza en cierto modo en- la actualidad del p-i;:esente;- como ms porvenir para inhibir, ya no quedan recuerdos que eVoar: 'pero e_s.que
el s.ol meridiano parece inmovilizarse en el cenit.__ La edad i:rtadura, situada entonces tampoco queda devenir! El devellr nevad6 a sU 'pLID't -cfo',8e pr~
en _el medio de la vida, es declr, tan lejos del firtal como delcominio,_no venir deja pura y simplemente de devenir... -pues Uri:-tieirpo completam~rtte
es entre todas la edad de la ponderacin? Una vez pasido el apogeo de la "pasadizado" est tambin destemporalizado:~u~ te'f.rtpo:C'ue-ya ~o 'tie'rie sus
yida, ef desequilibrio se invierte a favor del pasado:- se -dira_ que 'l tiempo tres tiempos- claros, un tiempo que pertenece p'r Complto'a-1' p'a.S'ado, pU-e--
se petrifica poco a poco bajo el efecto de la esclerosis 'progresiva,- y Qi.ie _el de 11a1narse todava temporal? Un rieffip- de b0''-2>rab -pasado es rilS-
peso de los recuerdos ct11va la conciencia declinante-erl dircC:iri al suelo; bien espacio! No se pueden desn1embrar-los ttes-defupo.i;rdel tiempo vivg;
la fr4nja de esperanza que subsiste todava en el horizonte se adelgaza pro- no se puede concebir ni presente ni pasad O sin "t.iri mnim de anticipacin.,
gresiva1nente: _el margen de virtualidad dejado a nuestros:proyectoS-, nuestra sin una modesta libertad de previsin .. ~ Cada tiempo del tiempo cobra todo
libertad mis1na y_ nuestra independencia para acn1ar son cada. vez ms limita- su sentido en correlacin con los otros-dos. El tiempo-no se completa poco a
dos; -la suerte est echada, o casi, y las partes todava blandas, todava poten- poco por anexin de un momento sobre otro': esl:i ininanencia continua (du-
ciales de nuescro destino, estn a punto de desecarse y endurecerse a su rante la supervivencia como dur~1nte la preformain) de los tres tiempos
vez. El hombre que, al final, fuera todo memoria, me1noria- :Sin esperanza, en cada uno lo que constituye el devenir. En todo momento y en todo tiern-
inemoria desesperada, ese hombre habra-entonces dejado de existir; la po, el vivo no vive ms que con sus tres tiempos solidarios. Lo Trgico, a
muerte llega cuando la ltima brizna de espennza se ha convertido en un este respecto., es el conjunt de circunstancias que ponen al hombre brusca-
lamento, cuando el ltin10 posible se ha actualizado, anulado el ltirno mar- mente en una situacin senil: l:i senescencia, normalmente imperceptible,
gen de renovacin, o mejor an (si se prefieren estas imgenes) cuando la se acelera y se ernbala de repente de una manera fulminante; lo trgico con-
ltima gota de futuro ha cado en el recipiente de L1 clepsidra; as es co1no centra en unos pocos das o en algunas horas un proceso generahnente dilui-
al hoinhre ..se le acaha el tie1npo" en este mundo. En otros trminos. el ho1n- do, repartido en una larga serie de aos; los ritmos lentos del camino hacia
bi-e sera como un reloj que se para cuando la cuerda se le ha acabado. Si el la n1uerte enloquecen vertiginosarnente, y est:::r-n1ons"uuosa precipit-acirrhace
anciano es un largo pasado cercado por un pequesimo fururo, el muerto nacer en el hon1bre la insoport1hle desesperacin; el rgimen de espera
es un ser totalmente reducido a ese pasado. Pero el pasado sin futuro me- difuso que caracteriza a la vida se transforma en ttanos de angustia. Tal es
rece siquiera el nombre de pasado? Si ya no hay un instante ms, ni siquier;:i el caso del condenado a muerte. que resumamos, cuando hablbamos de
el n1inuto inn1ediatan1ente siguiente. ni siquiera el segundo subsiguiente p~1r:.1 L1 entreabertura, en !a frn1ula Jlor5 certa. hora certa. El envejecimiento. que
"sent,, el pasado. y a fortiori para recordarlo o recrearlo. el pasado dejJ de ser se concentra en el Ivan de Tolsroi en algunos 1ne.':ieS de enfern1edad incu-
pasado: pues era la futuricin. ya fuese la n15.s hreve. la que haca del rasa- rable casi sin e:->pl'.r:.tnza. :-;e precipita en lo.s condenados de Vicror Hugo. de
do un recuerdo y una leccin. con10 es la prett'ricin. ya sea la 1nfts leve. Lt Dostoievski o de Leonidas Andreiev en el inteP.ralo de unas pocas horas. Y
que iI11prin1ir5. a la t'speranza l'l i1npulso ascendente del pon.renir. El ago- aqu la tensin alcanza su grado rnixirno. El condenado ve cmo desapa-
t;:unienro de la futuricin pone fin al n1ismo tien1po ~l la pretericin: el pre- rece irren1i,'iible1nente el 1nargen prorrogable y dilatorio que tena por de-
tro. aislado de cualquier renovacin. se hace espeso. inerte y fatal: L1 depo- lante para can1in:H, esperar, en1prender: acaso el poder de !lnticipar no se
sicin que no alitnenta ya ninguna posicin innoYJdora se reduce a un ajusta tanto a la vocacin prospectiva y progresiva de la accin, coino a la
depsito; la consenacin que no enriquece ya ninguna creacin correlati- dignidad de la conciencia? ~.\.l -condenado se le devuelve su futuricin vital
va se reduce a conservas: pues el pasado mis1no slo ha pasado con rela- cu;_indo se abroga la hora certa. Por eso una conmutacin in excremis tiene
cin a un futuro. Esto es lo que sucede cuando lo ya-hecho se aparta de !o para. el Jesesperado en su ltin10 trJnce el carcter milagroso y reahnente
que est-hacindose y de lo que deber-hacerse: lo y:1-hecho sin ohjetivo ni infinito de !a gr~lcia: triste regalo sin duda que la desdichada continuacin
futuro est condenado a la asfixia; incurahlen1ente reificado, el pretrito sin perspectiva concede al indultado ... i\laravilloso regalo sin embargo, pues
muere de inanicin. Si puede concebirse un inmenso futuro casi sin pasa- esa rnorJtoria vital significa que Lt conclu5in dei ser ha sido aplazada inde-
do t acaso no es este el caso Je la infancia?). nadiL'. t:xccp(o el Jcsesperado finida1nente y dejada para 1ns tarde sine die. No.':i hemos librado esta vez~

ll::i')
..\hora bien, la conrinu:lcin del ser tiene un precio inE:;:i.lculable, quienquie- los latidos de su corq.zn, corno el coleccionista cuenta los sellps y las in-
r:t que Sl::J ese ser_ inc!uso si es el ser de un conl_~nJ.do a galeras, un ser en- signias, co1no el avaro cue~~a sus monedas. La enfermedad del escrpulo
fcrn10 y hun1i!L1do, un ser encadenaJo. Es e(Se~ puri-y sirnple el que tene no se convierte ~l 1nenu~lo en arritn1oman:J.? Del nlisn10 modo que la avari-
un v::dor inestin1able, independientemente de todo bienestar y de todo mayor cia, enun1eracin mani5.tica, cuenta y recuenta-sus monedas, as la angustia
bienesr:lL .. Porque unos pocos instantes pueden tener en este punto tanto mortal hace el inventario de sus ltimos instantes: en un caso como en el
\alor corno una vid~1 entera. Poden1os imaginarnos fJ.cilrnente al condena- otro. la atomiz::tcin y la mana del repertorio se explican por un dficit de
do rccul:inJo en el rno1nenro en que llega al !ug:ir de la eecucin; sin dud;:i. vit::didad.. Pues la \"itaiid:id es tambin generosid;:id! La naturalezJ.. en pri-
no se rrat:1 slo de un 1error e1nprico ante el instru1nento espantoso del su- mavera no cuenta sus margaritas ni se preocupa por un capullo de m:is o
plicio, se tr::lt:l de un p::.nico metaernprico: es la conciencia oprirnida por la de menos: lo n1ismo que el adulto que cree tener la eternidad por delanre,
Jnu!acin del futuro que tr~ua desesperad:imente de volver a encontrar un el adulto en su apogeo, no econo1niza los instantes ni se preocupa por una
horizon[c. de reconsti[uir una ren1poralitL1cl y una 1niser:1h!e carrerita: huve hora de 111:.is o de n1enos. Pero para un condenado a quien slo le quedan
haci:l el pasado con Li esper:1nz:i de revertir lo irre\ersihle: tr:it:J. de que, .al un:1s horas de vida, los rnin_utos son tan preciosos como las gotas de agua
recular, se extienda de nuevo ante elL1 una continuacin, ::n1nque estJ. con~ que quedan en el cu!o de un:i botella para un viajero perdido en el desier-
tinu:1cin no fuer:i nt.s que la doloros;i subida del C:ih:ario: pues el carnina to. En otras palabras: un tiempo corripletamente cuantifica.do, un tiempo
h:1cia el suplicio se con\iene en un paseo. si nos es concedido para retr:t- cuy:1s horas y minutos e!'>tn contados. no es otra cosa m-5.s que espacio, Leo-
sar ese suplicio y para prolongar tempor:iln1ente una existencia condenada. nidas An<lreiev nos h:1bla del l:.idrn que. ::i.corralado en un tren, huye de
\Iediante est:i !irnosn:t de una pequefta prolongacin_ todas las esperanzas VJgn en vagn hast:i llegar al ltno vagn y se encuentra as frente a una
!e esrn perrnitdas :1! desesper:ido: h:1 bastado un n1inuto p:ira que la hora muerte inevitable. Su plazo de supervivencia tiene justo la longitud del tren!
cien:t aparecier:1 de pronto corno incierta ... Por eso el desesperado reclan1a Su esperanza rnide cien rnetros! No es cosa de rnalgastar los metros. Ha-
el oxgeno de! futuro grit:1nclo: jaire! Slo un n1inuto. sei'i.or verdugo, un se- biendo terminado su paseo a travs de las distintas edades de la vida, el con-
gundo nad:J. 111js, nada 1n:1s que uno. justo el 1ie111po de fonnular un deseo denado cuya hora es cierta y el anci3no cuy:i hora es incierta se asemejan
o concebir un huini!cle y n1insculo proyecto - y entonces quiz: el gr8n rni- :11 Yiajero que recorre un trayecto lin1itado: el viJjero. a medida que se acer-
lagro en que conf:1 la esperanz:1 se producir:l justo en e! interv:.lio de esa c:i J. su destino, siente que el corazn le late ms deprisa, se pone nervio-
prrrog:1 infini[esin1:1L para con\en:ir el n1inCisculo ap!aza1niento en un in- so: se altera y prepara su equipaje: cuenta las estaciones que faltan y los ki-
rnenso hHuro. Quin s:1he si el ngel de la gu:1rda no interlendri in extre- l1netros que pasan. calcula la distancia cada vez m:s corta que queda por
nlis :1ntes de que el \erdugo haga su irremediable gesto! Pero desgraciJ.dJ.- recorrer. y 1nira cn10 la aguj:.i de su reloj se acerca cada vez m.'i a la hora
n1enre el conclen:ido "t.' dr.:hate en vano: esa liht:TL1d lemenra!. ese poder dt:' !legada. RccorricL1 etapa por et:1p~1. la carrera vira! es igual a la suma de
dt:c!r l)t:ntro de un llH1n1c"nto y continu:ir con un proyl:'cto. por rnec!iocre lo." trarnos que Lt co1npont:'n: no difiere por tanto en nada <le! trayecto
que .'ic':l el proyecto. rndo l:'"0 !e est:.1 \ec!:1do: t.'u:1ndP estj :1 [lllnto ele dl:'Cir de' un n1vil. Reificacin e:-; r:d vez con10 hahra que !Lunar a esta enfem1edad
.\LH~an:1 por !a rn:1ii.:1n:i. '.'>L' c.'itremece: no. no h:ihri .\L1rlJnJ ... ;E! !rin10 dL1 de un de\enir cuL' h~1 qucdaJo in~rte por la Hora cerra. Ka8' Kcmiv ~pav
del condenJdu nu t:'S ;1c:1so cfecriv:uncnte una sun1:1 de instan~es enu1nera- Coravo:).. aKE-Cal O ~los r.:al .upos EAarrov aU-roU Ka-raAEitE'!Ct.l. dice :i.larco
hles C]Ul:' tlu\en guL1 :t <.O[:L se dc:s~rJnan uno ~1 uno. \.. consun1en inexo- Aurelio: 1 d~t tr~1s da con.'-'u1nes tu Yid:1. ;Pero cuidado! las proYisione.s se
cthlernente e.! pbzo .-,upr~tno'.' Las :.it.,11.~j:is no ce.:;:1n de ~ir:i;. el lapso de tiernpo :ig:o(:ln ...
lin1jaJo que ::;cp:1r~1 de! trnlino fat~ti :ti conclen:ido J 1nuerte se aproxin1a
poco J. poco a cero. \cictor Hugo ha narrado en trn1inos ino!vid:J.bles e"sta
progresin de una :in;ustia que crece no ya ele hor:i J hora. sino de n1inuto
:.1 tninulo. c~1da \ez que L1 vicia se reduce a una canriJad predetennin:tda,

predestin:J.da y daJa de Jntemano. el gasto de! inrerv:.i[o todJ.va por recorrer


perrn:inece incompen,..;:1do e in1p!ac:iblemente regular. hJ.sta el momento en
que el pl:izo se anula de repente ... El condenado ;inte la ejecucin cuenta
los re t:J.c Je! reloj co1110 e! inanJ.CO cuenta !o.:; ,..;uspiros de su respiraci(in y

10 l<Jl
4. Las dos pticas qquello que ya vivimos est vivido, conciencia _contempornea del hacindose, una. conciencia sin sobrecon-
aquello qui:j;tJ ViVi,7iOi_-qeda-por vivir. ciencia no S_<!-Q~ na~a del envejecimiento; un presen~~ vi~ido poco a _poco
.es un.present~_ql}e.no _tielle fi~ Cualquiera puede expe_r_im"ehtat eri s mis- .
er
~
El conden'ado a- muerte, enfrentado cruelmepte a lo que le queda por vivir n10 este con.itaste Jel tiempo viv_i<lo con la cronologa objetiva: tie1npo, -
Y al camino que le queda por recorrer1 Se convierte en un espectador ate- Jf. pillado in fr~-g_n.ti, pasa_ lentamente, aunque despus tengamos la impresin
!!"

. rrorizado, enloquecid;~d_esesf>erado por su propia vida. Sin e1nbargo el hom- de que ha p.sado rpidamente; la vida mientras transcurre parece iitermi-
bre en general, condenado a muerte sine die y sine hora, ve su vida-propia
'desde una doble ptiea; y es esta doble ptica la que nos haca hablar de
l1 nable, pero--una vez transcurrida parece ridculamente corta. El tiempo nos
Parece. la_rgo.;. y la vida nos parece breve! Esta contradiccin de las perspec- -~
1 tivas _ue oporie el Adagio vivido' al Presto ligero no explica el car:ctei-airtb-
~_na entreabe\tura: _Considerado sinpticamente, o retrospectivamente, o- en
tercera persona, -el enve"jeCimiento puede siri duda reducirse al agotamiento valente de nuestras lamentaciones? El tiempo, para la Sperco~-i-':ielltia: ofa:
progresivo d Un _stock limitado de posibilidades: para una conciencia aguda re.tro-conciencia, se contraer entre su final y su comienzo; pero illientris
que sobrevuele 'el-Jeverr en su conjunto en lugar de arrastrarse a ras de tanto se extiende ante nosotros hasta perderse de vista. Al principio el hast6,
Suelo tras los aContecimientos sucesivos, el curso vital, considerad~ como e1 tiempo perdido, el eterno presente, y a contin:uacin angustia! Podra
un intervalo segmentario, se consume en efecto poco a poco; para una refle- decirse que); angustia de Baudelaire y el sofisma de Zenn representan los
xin transcendente que substiruye la duracin por la coexistencia espacial dos c'asos lte de un mismo complejo temporal. Por un lado la subdivi-
Y el encadenamiento temporal por el panora1na intemporal, los posibles sin zenoniana; por el otro un l::ipso <le tiempo lirnitado repartido, por des-
actualizados son cada vez ms raros. la retrospeccin, a este respecto, es gr~1cia, entre cada ser. .. El tic tac del reloj rnarca en cierto modo los instan-
del mismo orden que la ptica sinptica: nos muestra cmo en efecto el tra- tes sucesivos que roen nuestra parte de vida; "cada instante te devora una
, yecto recorrido se superpone progresivan1ente sobre el conjunto del reco- parte del placer concedido a cada hombre para todo el recorrido ... De todo
rrido; por lo dems, todo panorama es ya en s n1ismo retrospectivo, como nuestro periodo vital, carcomido por el insecto del tiempo, pronto no que-
toda retrospeccin es en s misma en alguna medida panormica: pues una dar nada! El da se acaba, la noche llega; la clepsidra se vaca. Al hombre,
visin sinptica de la existencia anticipa necesaria1nente la tenninacin de angustiado por el despilfarro de innumerables minutos, le gustarla recobrar
esta e:Xistencia y presupone el ciclo cerr.ido. la biografa terminada, el tiempo el devenir, y suspender el vuelo Jel tien1po. El hon1bre se aferra en vano al
concluido y encerrado en s mismo, el devenir con1pletan1ente devenido: so- n1omento huidizo. Esta angustia arritmomaniaca, disgregando la duracin,
brevolar el conjunto del ciclo vital significa, por adelantado, situarse a des- no es co1no un eleatismo al revs? - Porque dos angustias inversas pueden
tiempo y, adoptando la ficcin del futuro anterior, sumirse en un devenir nacer .de la desagregacin del movimiento, segn que consideremos el mo-
cornpletamente desplegado. Por ltiino. la conciencia volante y psruma virniento como form:_indo un todo agotable o como divisible infinitamente
(.cosa que \iene a _-er lo mbn10J es una conciencia en tercera person:.I:. con- en 1nocione.'> infinitesilnales. La pri1nera angustia es !a del tien1po que pasa
sidera su propia \id:.I <lesde el punto de \isrJ Jel otro, y como si se trarara rjpiJan1cntL. la del d~\enir Je111asiado ripi<lo, de la vid::i dcmasi:.ido corta,
de la vida de otro: lc:jos <lL pennanecer inreiior :ll devenir-propio, el "dt=>\'i- Lh.. la n1tu.:rtL cercana: y la segund~L que e-.s n1js bien una fobia. es la del 010-
niente" se hace a s 1nisn10 espectador o restigo de ese devenir: arroja sobre \-itnicnto <lLinasiado lento y del ca1nino Jen1;isia<lo largo. Pero mientras que
.-
el espectJculo de su propia vida 1:1 mis1n:.1 n1irada que un tercero sobre la la lentitud es experiment:ida en el espacio como la desesperacin de no
nuestra. Ahora bien. es ~l otro el que debe n1orir, con10 todo el rnundo sabe: llegar an1:ts, de ja1n:..s a!cJnzar el fin o siquiera acercarse a l, corno un n1ie<lo
Cinican1ente el otro, y no yo ... El ho1nbre es :is con relacin a l misn10 con10 a hundirse" (e! ideal Jel 111ovilniento no es sobrevolar, y estar dispuesto a
la conciencia e.scn1pulosa con relacin al inocenre que sabe que est; con- espacializar el devenir?), la lentitud sera ms bien vivida, en el tie1npo, como
denado :i 1nuc11e. Sobreconciencia de toda la biografa, conciencia rez:.Igada una vaga promesa Je inmortalidad. Cuando se trata de la vida en general,
del devenir <levenido, conciencia de s contemplando al s co1no un objeto, nunca tenen1os prisa por :.ic:lbar. nunca pedimos ir ms deprisa, ni llegar
las tres conciencias no son ri:s que una nica conciencia; y confirman Jes<le r:.pidan1ente al tnnino Jel recorrido: ms bien desearamos que el paseo
sus tres puntos de vista la reduccin inexorJ.ble de b. trayectoria vital. - Pero no tuvierJ. fin! A partir de aqu los sofismas de Zenn, desafiando al mo-
por otra parte, el ho1nbre es interior a su propio <le.stino. <lestino que vive v-itniento a llegar a[ final, ya no nos dan miedo quierJ el cielo que Aquiles
desde dentro: en un principio. y ah.straccin hecha de todo panor:.I1na. una nunca ;_itrape la tortuga! .Scrates hubiera podido entonces esperar no pasar

192 !9j
J. mejor vid:i ... Si no se tratar:J. de unJ. espera en VJ.no, o de Ja5 ocupacione5 verdugo en fin con un btn de la camisa oxidado; percepciones que se
mis aburridas, no J.Spirararris rnJs qlle i la-perez::i.. O dicho con :mayor amof.ltnJn, un tropel de recuerdos ... Esto es lo que dice Ionesco a prop-
precisin: c:id:i intervalo de duracin ton-iado--aparte es para nosotros una sito de su rey moribundo: Una hora bien cumplida vale m:S que siglos y
especie de tr;J.yecto esp:'.lcial que intentaI}1os engullimos lo J)ls rpidamente _--=--
;;_ ' siglos ... de abandono. Cinc-0 minutos bastan,. diez segundos conscientes.
posible; pero la dur:J.cin de !as. duraciones, es decir, la vid::i. en general, nun- -~, Tiene suerte. Desgraciadamente es un tiempo asqueroso, puesto que es el
_-t;;.::-1
c:J. nos parece demasiado larga. De hechoiavida desembocar un da en la ~~
aplazamieiito de una condena a muerte ... Lo que vale para el aplazamiento
rnueri:e, con10 e! n1vil lleg:.ir a su destino, como un cambio llevar a otro angustioso vale todava ms para la tranquila duracin de todos los das. El
y !:i mutacin :1 la novedad; y J.S como c:ida jornada, cada f3se, cada pe- hombre que renuncia a sobrevolJr su curso vital y se entrega de buena gana
riodo o poca se ac.:iba para dejar sitio a la siguiente, as el Periodo de los a Ja torpeza regocijante del presente podr~ conocer una especie de juven-
periodos, es decir, !J. vid:i, se ac::ib:ir. un da sin dejar sitio a nada. Sin em- tud perpetua: inmerso en ese Nunc que jams tendr fin, en ese Hoy coti-
bJ.rgo un;i concienci:J interior a s n1isma encuentra en cierto modo el pre- diano, en esa sucesin sin forma cuyo centro est en todas partes Y el confn
sente c:terno en el hormigueo de los instantes innumeubles e infinresima- en ninguna, nada sabe de un devenir limitado entre alfa y omega; no ha
!es que con1ponen un de\enir continuo. El tiempo musical es desde esre odo hablar nunca del no-ser que es, por desgracia, el ltimo porvenir de
punto de visr:1 corno una estilizacin ejemplar del tiempo vir::il: para la super- ese devenir: la preocupacin por la muene le es por tanto extraila. En cierto
conciencia que sobrev1Je!a et desarrollo o anticipa el desenlace, o senci- sentido la plenitud afirmati1 a del eterno presente y la positividad de la expe-
!l~unente para aquel que conoce y:i la sonac1. !a sonata concluir:J. al cJ.bo de rienciJ \ivida no son rnenores en el anciJ.no que en e! joven: la vejez es una
un:i rncdia horJ.; pero el :::i.uditorio absor!o en el encantamiento de su 1nedia forma de vitalidad declinante, pero esta vitalidad declinante es a pesar de
hora eterna h:i olvidado todo lo que no es ta sonata y pern1itir.:l. cronoo1e- todo una vitalidad viviente: por eso la vitalidad senil no se diferencia de la
trar su dur:lcin: y:i que un xtasis inocente ignora las preocupaciones y no vitalidad adulta por su densidad cuantitativa, es decir, por su cantidad de ser
sabe nada del cronometraje ni del final clel concierro ... El husped de la Casa y por su peso, no, se diferencia cualitativamente y por la especificidad
de los 1nue11os conoci sirnultineamente las dos pticJs: Dosroievski en Omsk del tono vital; del n1ismo rnodo que para una experiencia nominalista el
cuenu_ los das que !e separan de la ejecucin capital; pero ;:i_l n1is1no tiern- pJsado y el futuro son variedJ.des del presente y modalidades de la pre-
po se refugi:::i, segn el testimonio del prncipe !viychkine, w en l:i profun- sencia, as juventud y vejez son v::i.riedades del tono vit:il y modos hetero-
didad nsondab!e de los det::i.!les y las circunstancias insignificantes, y nos gneos Je existenciJ. Bergson, poniendo J la psicojlsica bajo sospecha,
re\'ela !a visin n1icroscpica. Dios sabe lo que puede hacer con cincO mi- nos invitaba a no confundir la excitacin, que es susceptible de ms o de
nutos bien empleados un condenado a muerre cuyo todo futuro son esos menos, con la sensaci. que vJ.ria en cualidad: pues no hay ninguna rela-
cnco preciosos minutos! Dos minutos para despedirse de sus c~1maradas; cin entre los grados de un crecirniento o de una disminucin y las moda-
dos 1ninuros para pensar un~t lri1na vez en s nlisn10. tnirar a su ~tlrec.ledor licL1des Je unJ 1nodific;__cin; entre el aumento y el carnbio: entre tJ111aos
Li ;1p;iriencia dt.' las cos:1s. conten1pl-J.r !a dor~da cpula Je es:1 iglesia que y 1naner..is de ser: y Je! n1i~n10 tnoJo hay que evitar confundir, cuando se
hri!L1 ;iJ sol ... El !ti1no L'U~trto JL' hora Je un condL'n~1Jo ....;i s'- 111ostrar:Jn h:1hla Je en\ejecniento. L1 ::;crie objet\':J con la serie viviJ:J.: la una se carac-
roJos sus tesoros. no Jurar:J varios siglo::;? Esrc !tin10 cu:lr1o de hur:J.. enlre teriza por la evolucin e:-;'-':tionada de ciertos factores nun1ricos o cuan-
el c::rmino al paredn y el insrante en que resuena la palabra Fuego! no ser~1 tificables. con10 por ejen1plo la prolongacin del tiempo Je _cicatriz:icin o
tan !argo con10 ro<lt la historia Jet n1undo? La dur:J.cin compriinic!a en el de! tien1po Je reaccin, L1 ralenriz:1cin Je los reflejos; la otra cunsiste en
in.:>t:1nre es cornpar:ible a !a energa dormida en los tomos Je un grano Je una ;Jlteracin cualitativa de la experiencia vivida. La alteracin es el pro-
.1rena. [)ostoievski. que hab:i ledo ~1 Victor Hugo. se epre.sent:i JI con- ceso por el que la concic-ncia deviene otra; otra y no 1nenor! Por eso el
dcnJ.clo a muer!e carnina del patbulo al que !e conduce el furgn: tres calles envejecirniento no tiene n:H.la que _ver con un:l raref:lccin del ser, ni con un
le separan solan1ente; y ah esri !a ltima p:J.nader:i, en el rincn Je ia plaza .. agotamiento Je l:i Jensidad viral. L1 vejez es por tanto un modo de ser como
,:Por qu t:intos der:illes insgnific::intes llarn:in la atencin de :ique! que va J:i juventud y la edad rnaJura; y este modo de ser slo es Jeficiente para
a morir? Ese espectador de la primera fila con una verruga en !a frente, el un:.i sobreconciencia sinp[ic:i. y a condicin de comparar. de medir o de
juzgar desde fuera; vivido Jesde Jentro. el presente senil no est: ms vaco
lll El iilfora. L 'i. p~1ra e! hon1hre anciano de lo que est e! presente juv~nil parJ ei hombre

l'lI
. jove,n: tiene solamente otro cariz, otfo ritmo, ()tro tempo;.una tonalidad.di- progreso, en estas materias; est._definitiv:ament~ ~dquirido,_e~_decir, es _irre-
- ~....fererne. Y-1? mismo que el.jubilado tiene los placeres del jbila_do, hac'e pro:. versible; aquello que se ha ganad- se ha_gana-tlo~ -Y no.se vuel~~.-a perder
yieJos .d~ j_bilado, busca d~tracciones a su medida, lo m_i.;;mo ,que los_ en- - como sucede conJos cJ.stigos del infiefno: El-vano ~abrijo de Sstfo, la tarea
f~r~os .~n :loo .hospitales saborea-O los pequeos placeres de hospital y las
0
desesperante de ias Danaides acaso-no rePrese~tan-una- labcir so1?re la que
-atenciones de hospital,..as el-anciano se instala y se arrell:}na.en su manera ha cado una maldicin? -El 'j6rha1efo que cava>tanros-:metros de Zanjas, la
de ser d anciano, en su presente se~il; y ese presente senil,-.a pesar de ser obrera de una fbrica de hilados que fabrica tal-cantidad de hiloshan ade-
vivido a cmara lenta, es un prese.nte vjable y completo y, . en.su gnero, lantado otro tanto en su trea diarLi; pues e1 bftero en tanto que--obrero
Perfecto como todos los prese_ntes; el presente senil _se ~a.sta. a s mismo tan- puede efectivamente llegar al trmino-de su tarea. 'Pero-el obrero en tanto
. to como el presente adulto. "Cuarido .uno se ef1.cuentra bien,. dice PascaJ,11 que hombre, la mujer en tanto que horribre, el hombre en tanto que hombre,
"S pregunta qu es lo que podra hacer si estUYiera enfermo: y es que aa- es decr, el hombre pura y sitnplemente y-no ya-1 hornbre-en-tanto-que, en
dimos "l estado ~n que nos encontramos las pasiones del estado. en Que no una palabra el ho1nbre sin quatenus se realiza sin lmit"es. Vista des<l: fue~,
rios encontramos". Pero una vez que la enfennedad ha hecho.acto de pre- la existencia del hombre se parece a la zanja del jornalero; y esta existencia
sencia, el hombre conforma sus deses a su. presente de enfern10. Nor.:. no es nada ms que lina carrera, o, peor an; un currculu1n jalonado por
inalmente la vejez debilita el gusto por la vida al mismo ti.empo que dis1ni- los grados sucesivos del progreso y limitado por la jubilacin. Vista desde
ntiye la vitalidad. Es a los veinte aos cuando la muerte puede parecer dentro por -el contrario. est:i. 1nis111a existencia se desarr?lla en un presen-
insoportable y la aniquilacin inconcebible, a la edad en que el hornbre te inag~table, inextinguible y literJ!n1ente ndeleble. Tal es la distancia que
joven proyecta su vitalidad juvenil en una cierta anticipacin de la senilidad media entre un tiempo.apen::is rozado y un tiempo vivido poco a poco. Para
y de las posibilidades de muerte multiplicadas por la senilidad. La natura- el vivo mismo, aquello que est vivido no est todava vivido; aquello que
leza parece arreglrselas para 1nantener una proporcin casi constante_ en- est vivido queda todava por vivir; por vivir y por revivir incansablernente.
tre la vitalid~d y el deseo, y para ahorrarnos as cualquier pnico enloque- L1 vida vivida est desde este punto de vista en el mismo caso que el deber
cedor. Si un ariciano qu.e no .ye..jams la vida en su conjunto puede ser 0 el amor. La tarea que nos incun1be, para. empezar por ella,nos incumbe
siempre jo'ien:ignorando .su-e>i~~~,-e~ decir, ignorando su posicin real en t1 infinitan1ente. En la vida inoral. lo que se ha hecho no est nunca hecho,
pista sealizada de la_ carrera--vitaJ;;-un honbre joven puede ser siempre \-ieo sino que se deshace poco a poco; lo- que est-:1 ~ecl-::.c queda--por tanto por
cuando es demasi<l.do. _COns~_ienre:-de lbs_pormenores de su propia carre- hacer y pOr rehacer continua1nente, como si nunca hubier..i sido hecho; el
ra, cuando 'pas~ deinasiadas:\ceceS~por:,_encinia de su propia biografa. Sche- j"czctUffl, en n1oral, es sie1nprefacie11diun ... Aquello que est a la vez hecho
ler Crea iricluso en una esped~-J.e:'ei:iv'efeqiiniento metafsico nclependien- y por hacer es por eso Inis1no un hacindose. El testigo, es_pect.ador o ter-
te de la edad y-del estado ci-Vif:::Se. pUed~sera !os veinticinco aos mis vie- cera persona_ superconcienci:J. liberada o director <le la conc1enc1a de otros,
jo que a los sete~ta y cinco; este es e caso dl' los j\enes chochos: pues sabe que el deber e.s de hecho una tarea lin1itaJa; tiene en cuenta nuestra
puede suceder que un ho1nbre est cronolgic:unentc inuy alejaJo de la finitud v to1n;i en considt'racin L1 debilidad de la carne: tal vez vele, co1no
tnuerte y sea cualir~nivan1ente un anciano: Ll edad pneun1:1rica, con10 f()do el l)ios, ele San Pablo. par~t que no sea1nos tentados rn:.s -..11l <le nuestras
e! inundo sabe, no coincide sien1pre con la cantidad de ao.'.:i ... Poco in1- fuerzas. Pero el agente rnisino en tanto que in1nanente a su propio deber,
porta que la veez se relacione regularmente con la inminenci~1 y la proxi- el agente compro1netido con los hechos hasta la mdula. el agente que _rehu-
nli<lad de la nluerte! Proximidad y distancia no son acaso iin~igenes espa- sa totn::Irse a s 1nis1no corno espectculo no puede entrJ.r en esas considera-
ciales y conceptos sociales? No, el envejeci1niento no est:1 relacion:ido ni ciones: pues entonces estJra de111asiado tentado a usurpar el punto de vis-
con un:i fecha en el calendario ni con un kilmetro en el can1ino! ta objetivo y condescendiente del testigo, dernasiado interesado en hacer
As pues el devenir vivido est descontado y no descontado del tiempo suya la ptica sinptica de la tercera persona; evidentemente el agente .es
que nos queda por vivir. En las tareas acabadas. decainos, e! trahajo he- dbil y pobre en recursos: pero no es l el que tiene que decirlo. Y ni siquie-
cho se superpone progresivamente sobre el trabajo por hacer: pues to<lo ra saberlo ... Esas verdades (pues son eso, despus de todo, verdades), esas
verdades susceptibles de subrsenos a la cabeza no son asunco de un -agente
11 P('nses. JI. l9. Con este texro. Brunschvicg rdadona: Moncli,qne. Fssctis. I, 19: Lt Hruyere. Dt> rnientras est de servicio: n1Js vale Jejar :J. terceros el cuidado de aliviarnos
f"Hmnme. 0 Je calcular nuestro n1eriro. Para el agente inocente slo hay _un:J. cosa que

l<.J(J
-~uenr;i: !o.-ilinJiL:tdo de su deber, [a omnipotencia de su poder, sU incon- pdicamente para no escuchar su bsesLvo tic-tac; el hornbre se abandona
rnensur:ible _qUer_er. l:.I sobreconcienci:l sabe que debe querer ncamente con los ojos cerrados al privilegio ilusorio de-la pfirr:ier:i persona y J. _todos
lo po5fb!c; pero e! agence_cn::e que querer.es Poder- pues un luchador ip;i- los eufemismos, a todos los rnalentendidos tcitos que el ilusionismo le su-
sion:ido pede todo lo qu~ qujere!--.El de-ber, no reconocindose a s n1ismo giere. Pero tan1bin cmo no ser para uno mismo el tercero desengaado
ningun:l lin1itacin_ cronolgic:i o topogrificJ., se reconstituye infinitamente que mide el tiernpo de esta corta vida abocada al no-ser?, cmo impedir al
par:1 un querer :.ipasion:ido. inocente, infa[ig:ible que quiere con todas sus ser consciente to1nar conciencia? Aquel que se excluye a s inismo de la ley
fuerzJ.s y h3-st:i. la ltin1:i gota de su s;ingre, h::tsta el sacrificio total y sin re- comn, se aplica a s mismo un patrn de medida vlido para todos los
serYas ni resuiccones de ninguna cb.se; este querer quiere vivir para el otro hornbres: hace con10 si no le concerniese la muerte, pero l es el primero
hast:1 n1orir por l. Del misrno n1odo el am:lnte que jura fidelidad a la ama- en no estar con1encido del fundarnento de est::i ficcin, el primero en sos-
da puede estar sincerarnente convencido de la eternidad indefecrible e in:il- pechar la verdad ... Si fuera espectador completamente indiferente de su pro-
tcrable de su ::i.rnor: pero el psiclogo, irnico testigo de tanto juran1ento de pia vida. del n1ismo n1odo que es espectador indiferente de la vida de los
borr;icho. no pued~ evir:1r el juzgar esos nue\os a1nores con una sonrisa dems, conte1nplara ]J. finitud con total sangre fra. Si permaneciera en el
:JburridJ. y deseng:u1:1da; sahiendo a lo que atenerse sobre nuestra fri1'oli- interior de su propio devenir sin conte1nplarlo nunca desde arriba, vivira
dJ.d inn;it:l y sobre nuestra incorregible versatilidad, {a conciencia panor- en la perfecta plenitud de la despreocupacin. De hecho oscila entre la
n1ica esc._ panicularrnente bien siruada para juzg:1r todos los pormenores de sobreconciencia y la interioridad, una que le :isegura la serenidad de la indi-
esra crernid:t<l tan provi::;ional, cie este absoluto ren1poral que llarna1nos an1or. ferencia, la otra que le z:unbulle en la noche del cornpron1iso ciego ... El des-
Pues la pa:'iin se :1c:ib:i1j. J. pesar de todos nuestros juramentos; y puede garramiento de una sen-conciencia dividida no es sinnimo de desespe-
incluso desaparecer y reaparecer de nuevo varL1s veces en u na misma vidJ., racin? O n1ejor an, la desesperacin renace continuamente en la esperanza,
graci:1s al resurgimiento de fidelidades sucesiv::is. Sin embargo el amante que con10 la esper:'.lnza en la desesperacin. El animal declina, pero no asiste a
adoptara sobre su propio :11nor el punto de vist::i imperson:il de! telogo o su declinacin; el ho1nbre declina, y al mismo tie1npo asiste a su propia de-
del espect::idor indiferente, ese :1111Jnte ser:J. sin JudJ. un an1:inte bastante clinacin. El hon1bre que se distancia de su deber-propio es incapaz de un
tibio y un lan1ent;ible hipcrita en busc:l de excusas y de pretextos par:.t rorn- distanciarniento con respecto a la muerte-propia: est a la vez dentro y fue-
per. Del misn10 n1odo e! agente 1nor:iL ponindose Je! lado de los espec- ral Aquel que se conte1npla desde fuera no est por ello inenos dentro: aquel
t:1dores, :1caricia !J. i<le:i de protegerse a s rni.smo, de concederse privlegios que est:: dentro no puede, desgraciadarnente, dejar de verse desde fuera.
o dispen:;;:.1rse de tod;i oblig:icin. Sin dud;i una sobreconciencia capaz de La concienci;i de en\ejecer no proviene por tanto propiarnente hablando
desn1or;__ilz;ir :.il :.igente r:nor:.il o Je Jesaniin:.ir :11 J.n1;inte poco convencido es ni de una experienci;i UirectJ ni de un razonamiento. L1 experiencia directJ.,
un:i. pobre y mediocre sobreconcienci;i: sin duda el :in1ante desaniin;ido lo :-;i es sincera, no nos habLt nunca de declinacin: nos revela sola1nente un:i
Cinicu que persigue c.'-i perder :lnlrnos: sin duda el agente de in:.i!a fe .slo plenitud no ya cuantitati\~unente enrarecidJ., sino cuJ.!itat\':ln1ente 1nodi-
husc:t juscific:1r su diinisin o su t"alta Je <li!igenci:i. .Sl:'gura111ente puede con- ficada; la e.'\periencia ngLnua del Jevenir. sin presuposiciones ni recons-
cebir::....: un:1 ::iuper-cunciencia a !a vez lciJ:1 ~ apa.sion;iJa. corno pueJc> tn.Jccionc,s n1e<li:i.tas. L,s \i\-idJ. sien1pre en ia sucesin afinnativa del prc>sentc.
concebirse :1 un s~1hio que pasar::i por encim;i de !a triste verdad de su bre\e ):' en cuanto al r:izonan1iento in1person::d que interpretar;i coino seales de
vida sin perder L1 serenidad del ercrno presenre. Pero h::ibitualn1ente sereni- envejecit11ienro las so111nolencias repetidas. el olvido de los nornbres propios,
daJ y lucidez csrjn c:'n r:tzn in\ers:i. la un:i de Lt orr~L }-fasta ahor.l. tr::i.t::'indo~ la vista cansa<l::1.. la dificult:i<l creciente para subir escaleras. ese razonarniento
se Jcl deber o del :unor. L1 hipocres[:i y el ;11:1quia\ctis1no consistan n1j.:> ;_i_bstracto que da un senri<lo a 1:1s se;iles. no b:.Ist:.iri:i por s solo par:1 con-
bien en adoptar L1 perspecti\:.i :;obreconsciente. en pJ.sar por encin1:i para vencernos. L:l declinacin, desde este punto Je vistJ., es n1s bien un:i inter-
sabotear. A.! revs. cu;inJo se rr::na de envejecirniento. est:.iramos mis bien pret:1cin y un juicio que una experiencia inmediata y sincera. En el estado
interes~1dos en ignor:.ir la verd:iJ -;inptic:.i del JesgJste y en z:.I1nbullir- normal se alza un tabique impenneable, como por efecto de no se sabe qu
nos con !:i cJ.bez:l g;icha en 1-:i inmanenci:i del aeternum .-vunc: en -re\en- sinecura 1netaf.'.!:lica. entre la ptic;.1 objetiva y l:i experiencia vivida, entre una
l:lrnos los oos de buena gana.12 parJ. no ver el reloj, en t.aponarnos los odos biografa que es m:s bien necrologa y la vida misma del vivo, es decir. entre
l:i. biogr:ifa contada despus por el bigrafo (el que cuenta y el contado son
Jos persona:-; diferentes). y la vida vivida :.il da, poco a poco, en IJ. sucesin

!').'"!
~ Ji:ipr~v~sible de los das 1 por el sujeto... !jiiS,.mo: J0::.6p_g<:a.. 9~je~lYa.se_co'nsagra __ La toma-de.:.conciehcia~~recordmoslo, ,consiste ~tj.,e$9~ tR.i;:;tnq:. no __~.i. ton:ia
a la-finitud del l_aps vital, p'ero corivieti~~-.tons_icirar--es_ta. finitud ComOIJli conclen.ci ceJ,tieinp9_rrj:.S que de tiempa en-.ri~mpdf:-O'.'.Ifle:iiPr~iD:,; __ :q.9-?.~ es~
.-_ v~rdi~. yH?~. para los ?en1is solameh-t~;~~1~~:vR~fi~ris~-Yi~ida es vl_idi p_ara t pensando en el tiempo todo el tiempo; pus la CQI)C.r~n~ia_.deX tiempo.__con-
. ~l_; pero no tiene en consideracin a la muerte. -La toncie-nc;::i3: de _~n-VejeC:er tinuo es un Cnciencia discontin_ua._,. -jL<{~aien;:in--~}_,cfe-V~ni_r;--_la _ vigifiinc:ia
surge cuando esta experiencia y esta ptica, normalmente: Se-p;:_radaS, -illterfie~ del devenir estn generalmente adorrllecidas! En ot:>s ~rrni_nos, Ja !:ran.sfor-
ren la una con la otra. El hombre que.se ap!_ica-decididamehte_ a S mismo macin continua del organismo .se revela a la conclenCia de 1!l~cie. e11. tarde,
la triste verdad del tiempo que se agota y se consume :est en- .Ja misma s'itu~~ es decir, a golpes y a tirones: .el envejecirbiento= es -gr.;idual-;-pero . ~a, cpnci,e_ncia
cin del mdico que descubre estar enfermo deIaenferril.eda-d de Ja:. que es que se tiene :de .l no 10 es, y sucede que.-desp~s de. des_cub_rnientQ? de-
especialista. Hay en efecto dos series: et tiempo objetivo- que se encamina primentes el hombreexperimenta la-irona de recup.eracjo_nes _imp_r~vistas y
regularmente hacia la muerte, a un paso uniforme-y con avances diarios~--y de la despfeottipacin par:idjica; en el crescendo _de la_ angustia elflLLjo a
eJ.-presente eterno que se encuentra un .huen-da.'bntSC::Imente-d_e nafic'es n1enudo alterna con el reflujo. Como un enfermo que se- siente s_bita1nen-
con la muerte sin que propiamente hablando se:haya estado- acercando- a te inejor la vspera de su 111uerte, el anciano_ a_veces se siente joven el da
el:a da a da Y hora a hora. Estas dos series son. perfect:.l.Ini::nte, pr decirlo_ siguiente al da siguiente en que ha descubierto en un espejo el deterioro
as1; coexistentes la una con la otr3., en el sentido de que finaln1erite hahr::rr de su rosrro y l~ senilidad de su aspecto._ No estamos exagerando nada. A
durado la 1nism3 duracin: pero su paralelismo no- tiene nada de vuxt3-li- n1edida que los aos suceden a los aos, la conciencia de envejecer _tiende
nea1, Sl'. paralelismo es irregular, decepcionante ycaprichoso; capri~hos y a confirn1ar, en el conjunto y en los detalles, las indicaciones de .Ja edad; a
decepcionante como son el paralelismo del aln1a y del cuerpo, la corres- n1edida que se acenta la decrepitud del organismo, esta toma de concien-
pondencia entre pensamiento y cerebro, la relacin de la sensacin con la cia intermitente y espordica se hace cada vez mJ.s frecuente, cada \.rez ms
excitacin, el contraste del sentido y de los signos, de la msica y de las insistente; es cada vez n1s difcil hacer tra1npas con el tiempo objetivo; nues-
palabras. Bergson observaba que la alteracin cualitativa de la sensacin no tra ilusin de un presente eterno. nuestros bellos eufemisrnos se van ha-
refleja en absoluto grado a grado ni paso a paso el crescendo escalar 'del ciendo cada da ins insostenibles; cada sen1ana, en boca de un anciano, las
excitante; Y de la n1isma manera: la memoria depende funda1nentahnente pal:.ibras hasta el domingo prxin10 suenan menos convincentes. Esta es la
del cerebro, sin que los recuerdos sean literalznente localizables en las dife- triste evidencia de ia edad y esras son ias verdades crueles -del. caferidario
rentes zonas de la corteza; el sentido es inherente a la sucesin de las pala- que h;icen finalmente imposibles las convenciones optimistas, insostenibles
bras en general, y sin embargo no es verdad que a cada palabra corresponda los rnalentendidos corteses, y transforman nuestra falsa seguridad en enlo-
f!u'.it~ por punto un fr:.igrnerrto de sentido. Y tampoco es verdad que el enve- quecimiento. El envejecimiento desarrolla en el hombre una susceptibilidad
ecun1ento cualrati,o del ho1nhre traduzc::i da ::i da ven los n1enores deta- muy particular que le sensibiliza enormemente y hace del menor carnbio
lle.'> su progresin en el ca1nino de la 1;ida: esto no ;s ,-erclad en el det:Ille. una seal criric:i.. un indicio sospechoso. esc:Ibroso e infinitamente cargado
pero es verdad en gener.il e indirectan1enre. Con10 t1 relacin de L1 sen.'>~l dt consecuenci~1s. Del 1nis1no n1odo que el prirner Jienre de leche <le un n1-
cin con el tern1merro. !a relacin del envejeci111iento con el c:Ilendario no i1o es un :i.nuncio p:Ir:I todos los presentes del vasto porvenir del adulto. a~
es ms que una verd:.i<l aproximada. Es en los condenados a rnuerte en los la prirnera cana Je un adulto le anuncia a ese misn10 adulto el a1nenazador
que la angustia esri ::;ometida. de hor:J en hora, a un crescendo regular cada pon:enir de la- n1uerte. Cino una 1nodificacin tan leve y superficial como
vez tn:s insostenible_ Sobre todo, este par:.ilelisn10 bahr sido re~l despus es el can1bio de color de un pelo puede revestir de pronto tanta irnportan-
y, en cierto n1odo. en futuro anterior; este p3r;1lelis1no. continuamente de.s- ci:.i? Tal es la an1arga irona ocult~t en la concencia de envejecer: el sin1ple
rnentido por las efen1rides de la existencia diaria. encontrar a fin de cuen- cambio de color de un pelo est:i c;irgado -de un sinfn de significados, pre-
tas su justificacin retrospectiva. En el intervalo enrre el no.cimiento v la sentnientos y angustias~ ese hilo de plata sobre la sien se convierte de re-
rr1uerte. el encuentro de !as dos crono!ogfr1s es l n1isrno intermitente ..'. El pente en el presagio y el signo precursor <le nuestro destino, el resumen y
devenir, decamos, es una continuidad infinita en profundidad y en intensi- en cierto modo el smbolo de la hu1nana condicin. El grado de profundi-
dad, pe.ro su curso en extensin es finito; la vida es una eternidad tempo- dad de ese indicio sensible, por poco que uno ahonde en l, lleva el nom-
r~l, ~n inagotable que de hecho se agotar: un d-a! Inmerso en el presente bre de la muerte! As es co1no una belleza descubre sbitamente, al mirar-
sin hn, el hombre slo roza esta eternid~1<l provisoria al azar de !as oca~iones. se en el espejo. la peq_ue:I :.im1ga re:'eladora en el rabillo del ojo: un buen
200
20!
- _...,_;~a.la fr\o!a. C:lrJ. a cara consigo rnisma, se ve enfrentada por ~l ~spejo a la descvbrimientol Estamos- tehtados de decif .. Acaso- no lo sabais ya? No,
an1:J.rg~ verdad de su ed:J.d, y :J. 1-a gr:.ivedad de su .nue-v;i. condicin. Y com- no J sabamos! O m&-bien, el conocimiento de esta verdad archiconocida,
: prende-.r:'lplJ:.i1nente_ rodo lo que h:J.~; que con1prendeL .. Tdo el mundo sa- de esta anrqiJsima novedJ.<l, de este_ .iran se~reto a v_oces, era. de hecho un
be en -lo qUe---picnS:J.n las be!L1s n1archit:is cuando interrogan meticulosamente desconocimiento. El desecan1iento de los ojos de que habla el Gnesis no
L';)u espejo: '.sre pensan1iento, :iunque no se :::ttrevan a llamarlo por su nom- es a su rr1:::tnera e1 descubrimiento de lo encontrado? Pues el inocente tena
bre, es un pensarniento sobre !a muene. '{todo el mundo sabe tan1bin lo ojos par:::t n~ ver! illd.Volx&ncrov't'al ffiv o. 6cti8aAoi. .. .dn no aprende pro-
que quiere decir un:i arruga: l:i arruga es unJ. alusin :J. l:i muerte. El 1nudo piamenre hablando algo nuevo, pero h::tce realidad su desnudez y toma con-
lengu~tje de las arrugas es un lengu:Jje universa! que cornprende cualquiera ciencia de la distincin enrre el Bien y el i\-IaL Y lo mismo que el hombre
sin necesidad de haberlo estudi;ido ... Hay alusiones morc1les como hay alu- que envejece no aprende nada que ya no sepa, pero descubre la triste ver-
siones sexuales: en cuanto se trat:i de sexo, h:ist1 los m5s torpes de los hom- dad bajo una dimensin nueva y bajo una luz nueva. Analizbamos antes la
. hres de1nucstran \'V:J.ci<l;id de espritu y !os m:s sordos un odo tan fino que realizacin bajo un triple aspecto: el concepto abstracto de la muerte se re-
nJ.die hubiera in1agin;__do. L!Jrnan1os realizacin a esta torna de conciencia vela de repente al hombre como un acon_tecimiento efectivo; no es de ex-
que es un totnar-en-scrio. a e.st~1 conciencia de envejecer en virtud de la cual trJ.ar que un concepto abstracto sea objeto de un saber quiescente, nocio-
el hornbre y l:i n1ujer reflexion:in por prirnera vez sobre el paso del tiempo. nal y en cierta manera registrado: pues esa es la mariera mnemnica por la
La re:1!iz:icin es la primer:J interferenci:.i del tiempo vivido y del tien1po pas:J.- que conocemos las posibilid::tdes siinples: y no es de extraar tampoco que
do por encin1:i. el prin1er encuentro del hornbre con su destino. Este prin1er un acontecin1iento efecti\o sea realizado en un hecho histrico bastante
C:J.r:l a c:ir:1 de un sujeto desdoblado con su imagen objetiva tiene lugar ante parecido a ese :::tcontecimiento: pues si el saber adquirido ahnacena simples
un espejo. Realiz:ir no es. litera!rnente_. h:icer real !o que era irre:ll (en el sen- posibles, la adquisicin del saber es algo que sobreviene porque s;. la efec-
tido. por eje1nplo. en que ejecutarnos un proyecto), sino descubrir el alcance ti\idad experimental <le la toma de conciencia est a la alturJ. de la efectivi-
y b. gr~1\cdad de cien;__s seales; n1ejor an: es descubrir aquello que ya se d:id monal. En segundo lug~1r, quien envejece no abandonara !J. esfera im-
h:tb:1 enconcrado, y aprender lo que y:i se s;iba, y percibir finalrnente aquello personal de los lugares con1unes y de las piadosas banalidades si no
qu sien1prc hablarr1os visto. Por ejemplo. se tom:::t conciencia de un do- comprendiera. en su realiz:icin, el vnculo con su muerte-propia: un saber
lor que ':o!ucion~1ha .'.iln dud:J. desde haca tiempo, pero que a partir de hoy cerrado es tambin un saber que no concierne :.i nadie en particular; el con-
ha cruzado el un1br::tl de la conciencia ... el dolor de costado que hasta en- cernimfento uivido, y viYido en primera persona, es l::i condicin esencial de
tonce,:; pa:-:;::iba des:.ipercibido. se conviene bruscarnen[e en un signo pro- ton1arse-en-serio, y a fortiori de to1narse-trdgicamente. Sealernos que este
nstico ck! que el enferrno tiene buen:is razones para preocuparse: el enfer- concernimiento en pritnera persona no nos rernite ni a una 1nonadologa
1110 sabt: lo que e~o quiere decir. Del 1ni,'1n10 n1odo que el indiferente descubre ahstr:::tcta. ni :l un person:disn10 i1npersonaL ni ~1 ningn ismo de ninguna
dL rept'r1(C la r~~f\Orl:did:J( cfe Un \ecino :l! que Vena SJ.JuJando deSCUi- clase: pues no se trat:1 del yo ( l'l ~-o i:n s J. sino de .ro: yo-1nis1no que digo
dad:llllO[C Jesdc h:1ce ~di.os, o con10 e! p:1seante se vuelve de pronro sen- yo en este n1isn10 n10111enro. Fin:dtnenre. en el tie1npo e.ste acontecin1ienro
~ihle :1 l:t be!lez;__ de un:t pL1z:1 que :..1tra\iesa todos los d;__s sin siquiera ini- efectivo que es mi person:tl :isunto se n1e presenta co1no prxiino: esto no
r:1rL1: :is corno ese p::ise:inte. sobre ese x1is~1je \isro tnil veces, ech;i de pronto quiere decir que el anci;ino sepa ex:.ictarnente la fecha de su n1uerte-propia
una n1irJcLt nuev:1. :ls el ho111hre que enYe!ece se da cuenta un but:n d:.i de (Ja hon y e! n1inuto, y el d~1 del n1es). sino que experirnenta inrensamenre
Lt e.TUL'! re:llidad: una n1J.:1n;i cu::i!quier:1 descubre ese rostro arrugado que l;i pro:r:n7iclac/; e! \alor se hace e~pecialn1enre necesario cuando se trata de
t:.'s el .'iu!o ;; que h:i.'it:i e.se d::i obser.-':.lba distraid.'.ln1ente: exa1nin~1 pens:.iti- ;ifronr:..1r un:.t n1uerte inrnediata, l'.'i decir un pro_Yi1n1un Je! que ninguna rne-
varnente. cuidadosarnente !a sefia! precursora: cor.ternpla en silencio el ros- ditacin dilatoria, ningn inrermediario interpuesto, ningn tnnino medio
tro :::trrug:ido con10 si nunca lo hubiera visto antes. como si lo viera hoy por no.'.i separ:::tn ya. No es el valor la virtud de las vanguardias? Estos tres as-
priiner:1 \t:z~ '{ efectivainente descuhre b verd::td. en cierto modo, por pri- pectos de la realiz:icin son por ,.:;upuesto Insep::trables uno del otro en !a
nera vez .. redescubre a su vez y por cuenta propia aquello que los hom- experiencia del envejecimiento: la muerte no es para m un :.icontecimiento
bres s:Jb:.in desde siempre ... S, desde que el mundo es mundo, el hombre efectivo m::s que porque es mi :.isunto privado y porque su plazo vence en
que envejece. un da u o[ro, J.nre el espejo, h'..lce esre descubrimiento t:ln un futuro muy prxiino: !:l 1nuerte slo me concierne personalmente en tan-
poc:o iinprL'\i.sto: y. !o que es el co!rno ..'iit'rnpre .'.ie .sorprende .. i\!enudo to que e:-; un acontecin1icnto efectivo y un futuro prxirno: la tnuerte slo

20_:3
es.un futuro p-rximo en>;:>ttn~a..: perSOna-y-cOmo ac_ontecimiento efectivo:
sin todo lo cual sera. el rtts lefano, el .g,.s platrlicb y el :mis_ conceptual de -.~

ls futuros. ~ En tods is c3._ss la 1-E:alliac-iri que de'~ubre el aconteci-


miento en la evenrualidid y ~l muerte-propia -~n-tt mortalidad, y nos hace
de repente perceptibles 'los prdromos'de esta muerre-propia, no es ni un
razonamiento ni propiarnente hablaridO una experiencia simple o una lec-
tura directa de nuestra nada por venir: la realizacin es 1ns bien, a mitad ,e--
de camino del uno y de la otra, una especie de conciencia experimental que.
bien podramos llamar intuicin y que es por decirlo as el vislumbre meti-
fsico de nuestro destino de fiiiitud. Interpretacin inmediata de una seal
precursora, este Yislumbre es tambin previsin y profeca. Y habida-cuen-
ta de que la funcin del ngel, segn la creencia popular, es la anunciacin
del futuro) estan1os tentados de decir: es el ngel invisible de la muerte el
que se manifiest:l en nosotros por medio de esas seales, y nos roza con sus
alas; pues el angiico mensajero ahor;:i ya no anunciJ. el nacimiento ni el co-
SEGUNDA PARTE
mienzo, sino el final.
LA MUERTE EN EL INSTANTE MORTAL

204
LA.MUERTE EN EL INSTANTE MORTAL
--......, -

----- -1
_:;_50 j

El puc!or efe/ instante ineJZllrrable.

El Fedn, como se sabe, no ignora la distincin entre la Cm-08-vrCTKElV y la


-rE8vval, una designa el instante de morir, la otra se refiere a la condicin
de ios muertos, al estado de n1uerto ya muerto y enterrado. Entre los pro-
blernas del Jvis aci y el misterio del JVI:is all, representara el instante de
la muerLe tal vez algo as como el problema misterioso o el misterio problen1-
tico, es decir, la ocasin ms favorable para una visin situada a mitad de
camino entre la vista y la ceguera? Entre el Antes sin misterio. donde el ser
es un presente que pensara en la n1uerte, pero donde la n1uerte est:: ausen-
te, y el Despus misterioso donde la muerte esti cornpletamente presente,
pero donde ya no hay ms ser vivo par;:i_ pensarla, no es el instante n1ort;il
el Durante pillado in fr:iganci a la e.'ipera de la ocasin oportuna? Entre el
pleno U~1 lle la vida y la noche cerr:1da de la 1nucrLe !nuena, la muerte mori-
bunJa ser:. el destello de la chispa reveladora. el rayo de iuz, el rel:rnpago
qut' hace de la noche e! da. que es un n1edioda fugaz en las tinieblas de
L1 n1edianoche? Recordemos en prin1er lug:ir por qu la filosof:i del instante
1nort:il es i1nposib!e, y por qu e.st~t npo.sibi!!Jad e-ne un sentido distinto
en e! rn:is :lC. No es la n1;_Heria lo que !e Ltlt:i :i !a filosofa del n1:s ;:ici: pero
esla filosofa dej;_i co1npletan1ente de- lado la cuestin: la consistenci:i de la
empiria y la continuacin del intervalo se prestan sin duda de buen grado
a nuestros relatos, J. nuestros discursos y a nuestros razonamientos: ahora
bien. es eso algo ms que verborrea filosfic:J.? Por ejen1plo, se puede hablar
sobre la senescencia, diserLJ.r sobre \;1 lasitud creciente y el desgJ.ste que son
efectos del tiempo: pero el presente senil es. en la experiencia del anciano,
tan positivo corno el presente fuvenil en la experiencia del joven: en ninguna

207
--_.,-parr, e 01e~HO_--de _esra- plenitd,-descubrirerrios._la negacin mo_;tal o-el va- manera el- i~srante mortal es _ b_j_et _ pe-.-_c_onoCimi~n_t?_ hi materia de e~pecu
co d~_l_ ~-~_S_er;-1a_ aUS_en:ci'_s ad.etns _u_na-fo~la de_ptes_encia y de presente,' lacin o de razonamiento~ de~nin-gu'na -frYan_eF-<i_ Ia simultaneidd- fulgurante~
y. n-Uestf;-nnitUd misma->si-la,.s.obrecon~ie~ci:l no s"e n1ezcl; en ello, es vivi- que es cor:i.temporaneidad --r-edUC:Jda. a-~la.5--diie-ns-f'O~es .d~I, iris-t3nte; y fi- -
sia cOfuo_~-n:-presenp~~-~ten:o: La :yi~- ri-no_s-habla de--Ia nad, la vida sl nalmep.te inulada, J?uede"serViV-id3'-c~? ,una _expeti_e_ncia psicolgiCa cons-
;nos habla de '1a v_idaf InVii-Sameiite, la "filosofa del iristante;morial apuntara ci~nte - puesto que todi conCi'ericia- es -o-,bin a"f1tipadora- o-- bieri -retarda- -
' dir~ctamente al ceritro-,.del misterio ... si fuer;i psible: per es'imposible por- roria; de niiiguna manera la -~opa ifi5-_tantn_ea _-de tf-ffiuerte eS una cosa,_ Res,
que no tiene---ninguna consistencia y prtjue no ericuentra:" nada que decir pues si fuera 'algo, su masa sei-a qbjeto de visin ci -de discurs; y-entonces
en esa nada de duracin, ninguna conclusin que sacar de ese no-sentido. ya no sera el instante.
La filosofa del ms :_ac;-- tan_ charlatana corno es, _no nos iporta en cambio La especie de pudor que noS inspira la muertes'edebe-en gran parte a ese
riinguna revelacin sobre la-_muerte. La experiencia del. iristante Dos aprta- carcter-inimaginable e inenafrable del instnte-mrtal. flues hay un pudor
. ria tal vez ese nzensaje; pero ,-co_mprobareinos .que rto-nos .Sirve de hada. de la cesaci_n- metaen1priC:a CQmo hay un pudor de -la ontinUaCin biol-
Cmo ibi a captar. la ~ntuicin_del moribundo _un resplandor o una seal, gica: si la repetiCin de las necesidades PeridiC:astiene algo de-indecente,
de la que por definicin no es nunca contemporneo; de la que no es n-Unca el hecho de que un cogulo de sangre interrumpa de repente la vida es tafI1:-
coextensivo? Ciertamente puede concebirse una especie de- simultaneidad- bin indecente. -En la dificultadmisma de des-pedrse descubriremos la fobia
rel:mpago. una coincidencia puntual de la conciencia-de-s con el artculo del Adis y la timidez de nue.Stro continuacioni.Smo natural ante el instante
n1011is: pero esta snultaneidad no nos sirve de nada~ puesto que al instan- ltimo. Aquel que no se atreve ni a empezar ni a termiriar tiene en cierto
te siguiente, o n1ejor an en el mismo inst:J.nte, ya no hay ni concienci::t ni rnodo vergenza de la prnerJ y de la ltima vez~ La palabra tab de la
ser consciente. En la contemporaneidad ntima, que es simbiosis o sincronis- Muerte no es acaso, entre todas las palabras, el escabroso monosllabo, el
mo crnico segn el intenralo, la coincidencia aparece como coexistencia e monoslabo impronunciable, innominable, inconfesable que un hombre resig-
incluso como cohabitacin: pues in1plica la vida comn, es decir, la cotidiani- nado a n1edias a la separacin se ve obligado a rodear pdicamente de cir-
dad del da a da repetida una y otra vez; la conciencia-testigo considera la cunloquios convenientes y adecuados, como se disuelve en perfrasis eufe-
actualidad mientras se desarrolla. la duracin niientras dura, el presente n1sticas el No demasiado brusco de una negativa sin esperanza, como se
n1ientras adviene, las agujas en el nio1nento de girar, la historia mientras se endulz:i la Nada con toda sue11e de matices, como se .escoge una-respuesta
est haciendo ante sus .ojos: pero aqu la conciencia-testigo no es nic:imen- negativa de entre un inontn de modalidades circunstanciales? La fobia del
te contempornea del hacerse, sino que se retrasa por el recuerdo y se ade- n1onosl.bo, la tendencia de las frases a espumar, de los ;idjetivos a engor-
lanta por-la previsin; poco a poco signific:i en este caso (como da a dct) dar, son especialmente perceptibles en el lenguaje popular: esta locuacidad
"un poco antes. y sobre todo ~un poco despus; los dos al nzisrno tie1npo. es a menudo una forma Je timidez. 1-Iablamos mucho y rpidamente para
el de la in1nediarez inminenre o pendi~nte y el de la inmediatez que ~1cab:i ~lturdirnos con las palabras! L_a fobia de la palahrJ. breve y la fobia del ins-
<le pasar. el del 1ninuto futuro y el del n1inuto p~1~ado. dan consistencia y tante son tal \'eZ la misn1~1 fobia: pues es en definitiva la bnHal sin1plicidad
por decirlo de algn rnodo espesor a la in[uicin a~uill. Sin etnbargo Ia inrui- del acontecilniento lo que expic:i esas evasivas y esos rodeos. Circuns-
cin del inst::tnte morral en el moribundo, si existiese, se parecera ms bien tancias y circunloquios no evocan, en un lenguaje que tal vez nos recuerde
a una in1ponderable tangencia que ::t un contacto: ya que necesita roz::tr sin a Plotino y a Bergson. lo;-; arnbages y rodeos de la inteligencia en torno al
tocar. El n1:in:o :J. tnano continuado que es la condicin de un-:i lenta im- punto crtico. :il instante escahroso? Nos asemejamos a un ho111bre de mala
pregn:icin intuith':l, el con1paerisn10 de los cornp:ieros de viaje en el viaje fe que tiene pocos escrpulos de conciencia, o a un charEit5.n que cuen-
del tiempo, las e[apas recorridas juntos, el paralelisn10 horizontal de la sitn- ta sus hazaa::; y su buena suerte imaginarias: corno el falso Don juan que
biosis, y ms todava la retrospectividad del resabio - todo esto le est prohi- habla, en resumidas cuentas, de todo aquello que no ha hecho. El :imor y
bido al moribundo. Aquello que es verdad de la conciencia con relacin a L'l valor autnricos no le h:.1.cen a uno tan charlatn: por el contrario. vuel-
la muerte-propia no es n1enos verdad con relacn a la muerte de otro: los ven a los hombres ms bien silenciosos, o al menos lacnicos; hacer sin
vivos asisten al moribundo durante sus ltimos instantes, y despus acom- Jecir es la divisa natural del ho1nbre dispuesto :i desafiar las dificultades,
paan al mueno hasta su ltima morada: pero al moribundo mismo. nadie pero no a dormirse en los laureles. Estamos acostumbraclos :l ver cmo los
l~ acompaa; nadie le acornpaa mientras J:.i. el paso :-;olitario. No, de ninguna supervivientes, que han \i::;to la muerte Je cerca, se encierran en un mutism_o

208 209
volunurio' y no es que hon-q11e interpretor su
ca prei1a<l;_ de pen.sarnien[os profundos, de aLusiones y de sobr~entendi-
silen~io
como una retiden- :;~- -~ -~_;'.,_.- !

de-:la llegada efectiva e inesperada? El instante de la rriuerte_, en- su -i:;senCi.!J.
sin contelido concreto, se reduce a una fecha en el caendari y a un se-
dos: esre sera ns bien el caso de ls .raciturtis que Saben mucho pero ha- - gunJO" en el cronn1efro. Por eso no hay nada que contar (lcn:optlv) errcese-
blan poco .. :.-.\dcn1::s el superviviente que ha_vistEJ la r'nuerte de cerca no ha ins-tilnre ins-ecable, ninguna extensin discursiva que desarrollar, ningun-a
visto n:ida en :ibsoluto, puesto qu'e_ es un superviviente! Se trata ms bien profundidad comprehensiva que inventariar. Aqu el antes y el despus ,cojn-
ele una especie de docta ignorancia; de una ciencia misteriosamente nes- ciden en un punto: la brevsima narracin del acontecimiento simplicsimo
ciente;. Por otra parte, !o contrario tJ.mpoco puede negarse: cuanto 1nenos terrnina tan r5.pido coino haba con1enzado. El discurso se para inmedia-
saben los hombres, ms hablan. Es la vergenza del instante puntual y pun- tamente en seco. Aqu el intervalo se reduce a nada. No hay ningn mi-
tiforn1c lo que no5 inspira los dscursos destinados a aplastar la punta agu- croacontecmiento en este acontecimiento infinitamente pequeo que es la
d:.i. :1 desg~1srar la cuchilb. afib.da. de la muerre. El escamoteo por la retri- cesacin de ser. Sobre este nada a la vez superficial e inextensible la dia-
c:L la disolucin en la recrica - he aqu tal vez un medio de eludir esta lctica se desliza sin enconrrar donde agarrJ.rse. lo inenarrable desanin1a
braquilog:i suprerna del instan[e supren10. O par:J. decirlo con otr:ls im- cualquier narracin, congel:l por adelantado cualquier fabu)acn. No te-
gene~: el pudoroso arroja ai rostro de la muerte el velo de su discurso, co- niendo ms res.gestae, ni crnicas - anales; efemrides u horarios - que lle-
rno T:utufo :1rroj:1 su pauelo al pecho Je Dorin:i .. Ocult::id esta muerte obs- -:;< varse a la boca, incapaces de rellenar su millonsima de segun<;io, los cuen-
cen:t que no quiero ver! tos y las novelas del insr:inte n1ueren de inanicin-. En la filosofa de la
La prirncra n1anera de escamotear el inst::i.nte de l:i muene consisr:l en nihilizacin, la filosofa de la preexistencia se agudiza tanto que des:J.parece
cli:>olver ese instanle en !os relatos y los mitologemas. Sin embargo la n:irra- a su vez. La novela de la n1illonsima de segundo, a fuerz:.i de reducirse y.
cin cuenr:1 una serie encadenada de aconteci1nientos; e incluso cu::indo adelgazarse, de hacerse tan fina con10 la punta ms extrema del .instante
cuenta un nico :J.Contecin1iento, por eje1nplo la b:.ualla de Borodino. el gran n1ortal, no acabar expirando ella tambin en la nada del silencio? El dis-
:1conteci1niento que cuent:J. se descornpone en pequeos acontecimientos curso sobre el instante se ;:_paga COITIO si fuera un susurro imperceptible; se
succ-slvos, los cuales a su vez se resquebrajan indefinidamente en inciden- apaga, en definitiva, con el ltno suspiro, ese suspiro que Petrarca llama
tes, sucesos y c!eta!!es anecdticos. L'n aconrecinen[o importante de la his- "un bre . . 'e suSpiro", que se esc~1pa de la boca de los moribundos.
toria es susceprible de ser narrJ.do gr:J.cias a esta divisibilidad virtual. Este El u1nbral del ms ac y Jel 1ns all se hurta al discurso y no nos queda
horrnigueo de hi.sroriet1s nfiniresimales es lo que hace la no\'ela histrica: n15.s eleccin que entre el relato del ms aci, que es biografa, y la novela
estJ. divisibilid~td infinita, est:i incoherencia de circunstancias rninscuas y del 1ns alli. que es escatologa y cuento fantstico. Uno est tentado en
de n1inuros absurdos, vistos en conjunro v de lejos, consti(uyen la clebre cu:ilquier caso de susliruir el esudo por el instante y el n1ueno por la muen:e ...
h~tt:ilL1 o L1 jorn:td:1 n_\n!ucion::i.ri::i. Ahor.1 .hien. (lor inis que .:.ina!icen1os e! A E1lta de relatos o de logo:;, la liturgia fnebre nos sirle p;_ira disimul~1r ese
il1S[;1[1{t._' tllrf:d. por !l1i'> que intenrenlOS f't'llt'tr:lr en SU intimidad V :lCt'r- instante que no podernos cer. no ser:"in las conducLts 11ecrolgicas rn:is efi-
C:1rnO.. .; !n rll'I po...;ih!t' :l l. [lOf n1j_...; que Jhr:lfTIO.' de ....;mesur.:1da1nente l~s ojos c:1ces despus de todo que la.s ensoil:.iciones e.scatolgica.s? La ceren1onia
y :1plique1nos el ncroscopio y el ulrra-n1icro~copio mis potente - no descu- perennza el instante inasible en la apoteosis de un c:J.ldern, como en el
briren1os nada nLis que el hecho puro y si1nple Lle morir: el instante de !J final de un:J. oper:i, prolong:indo la grandios:i vibrJcin: el taido fnebre
111uerre es e! :1coruecitniento e!en1ent:1l recJucido a esta quoddicb.d o efecti- seala. saluda e hincha insistente1nente una alusin t:in fugitiva que corre-
\ic.Lld indi\isih!e de! co11p (/'arrilt."* .\lngun:1 ernpresJ reduccionista puede ra el riesgo de p:isar des~tpercibid:i; ArkeL esta vez. no podr decir: No
ir tn:i.s :ill:i de L1 Lon::;r:H:tcin Jese.:-;per:Jd:unenre L1utolgica del /Jecho-que. he odo naJa,.... Cu:.incio de::;de hace tempo ya no qued:i nada, una especie
L1 fi!osof:l cb:JrLHan:i prefiere volverse sobre las ,:ircunstancias de [a efec- de danza fnebre, dirigida por un m:.ies[ro de-ballet fnebre, m:J.ntiene la
tividad: pero pen11:1nece indefecrihlernenre en !os mq.?;enes. No puede re.s- continuacin del acontecniento mucho ms all5. del t'::ital disparo; gracias a
punder :1 Li prt:~tl!1t:l .. ,..,f).zlid esL 1nuerto?- ,.::'-Jo es e! insrante el puro \aco lo.'i di::;cursos que perpetan su resonJncia. gracias Ji sonido majesruoso del
rgano, ei ltimo suspiro se convierte en cierto modo en un suspiro eterno.
:'-!eulogi,.,1110 4ue t'omu _l:inkekvach :1 p:ln1r Je ~IXI:{U~. hrl!ce y. paluhru. ;>-.obre d 12:rmino /Jra- ,l\. la exhalacin furtiva y casi imperceptible de este suspiro suceden. bajo
1f111:!.!,ra/la. <-':-tttdio de b:< :1hre\';Hur.1s i OR..-\E)_ i \_ dd T. l las bvedas de la catedral. las te1npestades y las borrascas Je! Rquiem de
r:,n1p d(1n1;1. ni '".<..:n111~1. ,1!.Jlie de:-<111:.idcJ .1 ;):tr~ir d clel .lJVe1x1nu. 1_'\. del T.l Herlioz. Pero ;_i veces tatnhin l'i instante se retrasa en una aureola de luz.

210 2! l
-~_::gran fiesti fnebre, con sus conejos solemnes y suq,pOmpaS, permite al desmesuradamente de.spus~ie la exhalacn' del ltimo _sus~piro demu~stra~
- ~st:J:nte sobrepasar su instantaneidad, brillar c_omo e1 _SoL.lrededqr de su ante todo nuestra rris~~rabJe impotencia: los supervivientes no saben qu
. ;lfada. punt~-eri lugat :d~_l -instante nperceptible, te,nemo~- e~tonces,_ un ins~ hacer ni en qu ocupurse; rb, nadie podr decii: que se c!1-1zan ,de m_anos,_
ta~~e glor:iG:SO: EJAntaf de Gabriel Dupont muere a cabanO, y su armadura aunque a la ltima expiracin del- ltimo su~_piro suceda _,inevitableITle~te--!~_
resj:)l~pdece. al soI._As ~on, al final' de un da de vera1o, los largos crepscu- nada eterna; aunque la i\!Iuerte haya dicho su No definitivo! "Rpido, r~p_t
loS. -.dOrados qne abarca interminablemente el cielo. Y en.cuanto al insta-nte do ... Se va sin de.cir-nada ... " Los vivos van a emplearse al menos en estirar
1D1Perceptible, qu ha sido de l? No queda ya nada del instante imper- la fraccin de segundo: las ropas de luto sobreviven durante mucho. tiempo_
, CE:p~ible: ese Instante ha desaparecido bajo una montaa de flores y de him- a la trgica .desaparicin. O bien al con_trario, como nunc3- se sabe qu hacer
"fiOs_~ Liszt, gran orquestador de Heroidas fnebres~, era propenso a esos es- ante una tumba, se ponen flores: eso es al menos una ocupacin para los
plendores lgUbres en los que el instante se demora y se eterniza ... Bastara supervivie;ntes extraamente dt-Socupados frente a su difunto; el _arriate per-
sin_~duda con comparar el pomposo "Triunfo fnebre" del Tasso; en Liszt, con fumado, ima8-en del regocijo vital, recubrir el Vaco siniestro de la nada.
. la, ffiuerte de Mlisande 1_esa n1uene tan discreta, tan desapercibida como el Nos demoraruos en actitud meditativa ante ese caldern de mrmol llama-
soplo de Dios, o bien c~r la admirable pgina de Gabriel Dupont tirulada do mausoleo.'. El- luto es por lo tanto un asunto de vivos: son los vivps los
La Jl-!uerte ronda.1 Morir no hace rilido. Un suspiro no hace ruido. Un paro que se agitan, y transfonn~n el instante en un plato e."<quisito; en cuanto al
cardiaco no hace n1ido. Para Debussy, poeta del pianissinzo y de la exrre- muerto, l ya est, cotno se sabe, retirado de la circulacin.
n1a concisin, el instante fue reJ.lrnente el minuto fugitivo; pero entre los
1nsicos rom3nticos que hacen honor sobre todo a 13- majestad de la muer-
te, la inflacin y el nfasis hinchan el instante hasta convertirlo en una eter-
nicitd; hacen crecer desmesuradamente aquello que no tiene ni masa ni vo-- -
lumen. El Inisterio del pianissimo letal es sepultado bajo los grandilocuentes
cnticos. Y como si eso no bastara todavfr1, los supen:ivientes celebran con
una piadosa regularidad el aniversario <le ese instante: gracias a la fidelidad
del recuerdo, aquello que sucede una nica vez se convertir5. en peridico;
el calendario hace del misterio semeifctico un acontecin1iento iterativo y
casi familiar; las ceremonias imitan la repeticin del brevsin10 instante. Por
eso los fieles con1ne1noran incansablemente. cada Viernes santo, el eterno
!thno suspiro de Cristo: y con10 dos das despus celebran no menos fiel-
1nente su resurreccin, el -inst:lnte que debera ser tr:.gico acaba por tnez-
clarse ntin1a1nente con la existencia en la Euniliaridad del culto. La periodi-
cid:lJ re1neJia sin <luda la frivolidad <le los homhres incapaces de hacer durar
perpetuamente el instante, incapaces <le tn::intener por inucho tiempo la su-
h!nidad de su duelo. Fiesta peridica o fiesta pern1anente, la fiesta pern1i-
tt' ai instante mort~Il. en los dos casos, cohabitar fa1niliarmente con la vida
diari:i. El moribundo no acaba nunca de n1orir'. l'na fraccin de segundo
para entregar su ltimo suspiro, toda la eternidad para continuar ese suspi-
ro ... Por supuesto estas conductas simblic:i.s no perennizan el instante sin
Uuracin, no perennizan inis que el estren1ecin1iento social, y .slo por lo
que se refiere a los supetvivientes: sitven par;:i embrollar o para difuminar
la nitidez de la fractura. Los ritos y smbolos complicados que proliferan

1 l.es Her!l'es do/entes, XL Con!Tastt: -.ih~o!utu con d fin;tl de :\11/ar.

212
. .
CAPTUL9 I
EL INSTANTE MORTAL EST FVERA DE L>cS CTEGORAS

l. El instante n1ortal no e::; un rri.Yno cuantitatiuo_

Acontecimiento impar e incomparable, el instante mortal elude cualquier


conceptualizacin. Tratan1os de incluir la muerte en general en una cate-
gora cu;ilquiera, a fin de poder pensarla. Pero en primer lugar la disyun-
cin entre cJ.ntidad y cualidad slo tiene sentido en la empiria, y por lo que
se refiere :1 aun1entos y transforrn::i.ciones relativas. La nihilizacin es a la vez
el ln1ite hiperblico <le h1 disminucin y el ln1ite hiperblico de la modifi-
cJ.cin. '{ co1nproban1os ahora que la categora de la cantidad no es aplica-
ble tampoco al instante n1ortal. Es entonces el instante n1ortal un m:xno?
Se dir: que corresponde al grJ.<lo 1ns agu<lo <lel <lolor o a la intensillatl ms
extren1a de l:.1 enfern1edad: el dolor, por eje1nplo, se convierte en mortal
cuan<lo e:-;:cede un f!:rado n1:.xl1110 <letennina<lo. Correspon<lien<lo a los tr-
n1inos extre1nos de cualquier experiencia, la n1uerte, es <lecir, el hecho de
1norir. representa perfecr:.inienre un liiniLe. L:l inuerte es aquello que se
encuentra cuando se v:l h~1st:l el final de lo que es hun1J.no en una experien-
cia. cuando se profundiz:1 en esL1 experiencia sin p:lr:lrse en el carnina; es
el fondo ltirno Je 1:.i profun<lidad y la ltin1a cu1nbre de la ;_iltura. el tm1ino
extre1110 de roda <lisrancia y el lti1110 gr:.i<lo de to<lo crescen<lo, en una pala-
bra. el lnite infranqueable que una experiencia sober.ina pue<le alcanz:lr;
la muerte est al cJ.bo <le L1 CJ.lle: y lo mismo que si se prolongara un hule-
l'ard de Pars en din.:'ccit.in ~l cualquiera <le {os puntos cardinales acabara-
mos tarde o temprano por encontrJrnos con el ocano, as. cuando se aumen-
ta progresivamente la intensida<l Je una sensacin o <le una emocin, nos
encontran1os con la muerte: una experiencia, hinchada sin contemplaciones,
~tc~th:.i por 1...sta!L1r y se ri1._Tdt.c en la nJ.<la: llt::g~t un 11101nento en que el hilo
_;~-~rompe! Ms all 9e cierto punto ei dglor e'i'ncly_S_o e_l .placer dejan de ser de la vida, __qUe es-jpso'fiCto:el primer instante de la muerte. La abnegacin
~-,S9porrables, y su cont_inl)O au_rnen;to _pD-~de_ rnatarns.-,, No sucede a veces citerior, sien40 flor enr_er~ .de-a_qu{aba_jo, -per~oeGeJuqQ<imeritatment~ ati;:- _
-_que_.-s_~-- muere de placer? _ Tan pre\:aiia- ~S l_a-exisfe-p"t'i-3 P_siCo_sorntica" del gica; grita:~ _ha~tenUs! Hasta_ P:qu_, ..pero no_ ms all, y se queda en el umbr;il
:::~~mort".1, frgil su cbTitinuacin,.vulne~bh~-s~org;:l)fstlo, estfecho..su pecho: de la muerte.,-J::n l~-(:ie-roni;ic_a: _ _ hip_r_bofe del sacrificio, por el_contrario, eJ
---pue_s la rnuerte puede -pentrar en_-"nsotros poctodoS_Jci_s poros-y por todas mriir acep~:i_-~rif-p-pr-el btr_c);_'eSa entrega to_ta! es lo mximo de lo que un
las Junturas del- edificio -~orporal. _Para eI:-se.r inmorr-al, cn_denado por su hombre es -~~,paz: pqtque ning(r_n hrnbr_e pU:ede _dar ms que siJ _ser~pfopio;
invulnerable cota de mallas de inn1ortalidad a Vivir indefinidamente, E:l peli- pues no tef{emoS nada Dl:S grande que entregar que nuestra _ pe-rsona y -
gro no tiene s_entido, ni el valor, ni:_la aventura; tal vez: a los ngeles les gus- nuestra vid.-~ismas. La entrega no_es menos.-total si en el ltimo momen-
tara morir para poder, c6_mo todo el 1nu_ndo; correr aventuras: n1ueren, ay!, to, o int::jr: an en el penltimo insta'nte,_ y d na manera absolUtainente
porgue no pueden morir.":~ Se aburren de no e,srar jams en peligro. La muerte imprevista, tl_ ngel del Seor apartara el ptial del sacrificio: basta con que
es Io doloroso de todo dolor, como es lo peligroso de todo peligro, lo aven- el superviVie'flte en el ltimo segundo, salvado in extremis por ese lance im-
turero de toda avenrura, eJ _dao de toda _desgracia y de toda enfermedad: previsto proVJdencial, haya ac~ptado la rhuerte con toda inocencia y sin ~~n
la enfermedad, ya se tr~te de una siinple__pupa, de' Ja m:s ben_igna de las
-./
gn c:lculoi-- .~l- sacrificio no es_t~ amaado desde el _momento en que el hroe
migraas, la enfermedad slo es una enfefmedad porque la criatura puede ha asumido J6r adelantado ei1'intencin todas !as con.SeCuencias de su gesto,
tericarnente morir de ella; zun fon.'."1nculo no representa acaso una posibi- con1prendida la muerte: y puesto que se ha quedado efectiva y finalmente
lidad de nluerte? El peligro slo es peligroso en la Inedida en que in1plica en este nlundo, habiendo apuntado sinceramente al ms all, habr cono-
un- riesgo de muerte. Un peligro al que la posibilidad misma de morir le cido, durante un instante, la tangencia de los dos mundos; quin sabe? Su
fuera retirado por adelantado no sera un peligro serio, sino un peligro de desesperacin fue tal vez la condicin necesaria (pero no suficiente) del mi-
mentiras; un peligro para aparentar; un juego para intelectuales con1protne- lagro. Dicho ms breve1nente: la 1nuerte es la seriedad en cualquier sacrifi-
t.idos. Y lo mismo una aventura de la que uno supiera por adelantado que cio, lo que est en juego, el grano de sal de toda aventura. El sufrimiento
iba a salir bien libr.J.do no es en absoluto una aventura; es nJs bien una misrno no nos hace sufrir ins que por la dosis a n1enudo apenas percep-
fanfarronada! Lo aventurero de_ la aventura reside en que uno nunca sabe tible de muerte, por la dosis de 1nuerte infinitesin1al y por as decir ho-
hasta dnde le puede llevar;_ o mejor an, Sabernos demasiado bien adn- meoptica que Contiene.--El rie.Sgo rnortal puede ft r-epfeseritar nS que una
de nos puede llevar, a ese extremo que, para todos los hoinbreS rnortale.s posibilidad entre mil: es sin en1bargo la aprehensin de esta pequeil-
sin excepcin, se llama.muerte. Y en fin;-es)a muerte la que hace valeroso sitna posibilidad, -de esta lejana y muy improbable posibilidad, es esta mi-
el valor, heroico el herosmo, y la ge cbnfiere su c-.ir:cter trgico al sacrifi- nscula preocupacin la que hace peligroso el peligro y apasionante la
cio. E! valor apa;-;onado acepta el sactifkio total sin resen'as ni condiciones, lotera ... Esto se puede cotnprohar el da en que el concepto libresco se trans-
sin .segundas intenciones ni disti1lf!.OS. es decir, hasta !a muerte si fuera ne- fonna en an1enaz~1 precisa. el da en que la lej~na y platnica posibilidad se
ce.sario- 1L~que cul nzorten-z! Toda l;i sinceridad. toda la ::;eriedad del hroe esr:i conYierte en prxilna e inn1inente eventualidad. El no-ser de nl1estro ser apa-
contenida en ese hasta. El hroe h~1ce tr~unpa si sabe por adelantado que rece entonces en el ltirno extre1110 de una experiencia extrernada. Pero esta
una mano con1pasiva le salvari de la nada en el ltno rninuto, o rnejor an extreinidad 1nis1na slo es extren1a porque la criatura es finita en su duracin
en el penltirr10, dicho de otro 1nodo en el cincuenta y nueve nlinuto de la y li1nit1da en todas sus <li1nensiones. El crescendodel calor. de 1:1 luz o del
, onceai,,-'a hor:i: entonces el hroe no e:-; un hroe. sino un fars:lnte; y el ruido puede ser fsican1ente indefinido. pero la vida del ho1nhre se termina
heros1no de ese hroe es una figura retrica, o rnejor an una burLL Si rnuy pronto y n1ucho :lntLs de que el crescendo se haya ;iccrcado siquiera
el hroe se sacrifica hasta la 111uen:e e_\x..tusicanzente, deberernos habl;ir de a su apogeo; la frgil existencia Jel aventurero acaba 1nucho antes de que
abnegacin emprica n1:s que de-sacrificio n1eraemprico. Tal es l;i diferen- finalice la aventur..1! En el triple infinito del espacio. del tiempo y de la serie
cia entre la abnegacin cirerior Je una sabidura que se entrega basta la ntu11rica que recubre y rode:l por tod;'.ls partes nuestr;i positividad vital. 11
muerte, pero deja a la muerte fuera. y la abnegacin ulterior de una san- persona se reserv1 un rea lirnir::ida: tal es la zona media reservada a nues-
tidad que se sacrifica hasta [a muerte, n1uerte incluida: las dos son E(l)S tros sentidos en el teclado infinito de las vibraciones, y que representa su
8av.1ou, pero un;i permanece mi_,_, ac~ de la muerte. y la otra, sohrenatur~.d. alcance-, ms J.c y ms all: se extienden hasta perderse de vista los <los in-
apunta rns alli; la ;_ihnegacin ulterior se sacrifica hasta el !tno instante finitos. el infrasensihle y l ultr:i.-.;cnsible. el infra-visible y el supra-visible,
2H1
217
el infra-auclib!e y el suprJ.-J.udible, que lin1iran, encu::icJr.an y definen el ~ampo La desproporcin .es pal- tarito completa entre la continuidad emprica de di-
. se:nsori::d; e! rnjxirno y c:1 mnin10 sensibies dcS-ignan los-dos lmtes a partir mensiones finitas y la importancia metae1nprica y realn1ente infinita de una
de !os cu::dcs, por .:i1nbas parres, cornienz:.i el.infrme _ocan de lo insensi- determinada--g~~d:icin e_~pe,cia-1 que indic~t el lmite entre la vicia y la muer-
ble: en la in1nerisa noche ele- lo invisible _como en ef-Si!encio sin lmites de- te. Por un lado, ta -c:.i.tstrofe de-- la muerte-prOpia, por el otro, una conti-
lo inaUdibie, en !J. tiniebla que es cero de luz y de sonido, el hombr~ se nuacin sin fin. La muerte .de :J.}guien es un incidente, un-eslabn in.signifi-
vuelve ciego y sordo. Dicho ele un modo ms general, la finitud de ta cria- cante en una Gadena indefinida; pero la n1uerte-propia para m es la tragedia
tur:i esri compuesta sobre esta infinitud del tien1po -que se llama, en resu- del ltimo instante; mi muerte-propi::i p:ir:.i 1n es el fin -del mundo y el fin
n1id:is cucnt:is, eternidad: y lo rnisrno que los continentes flotan sobre !os de la historia, en una palabra, el fin de todo: aquello que en s mismo no
oc2::_inos corno si fuer:.in islas, as nuestra finitud est rodeada por la eterni- tiene nada .que ver con el final de los tiempos es para m el fin:il de los tiem-
dad prirnordi:i! y tern1inal: en1ergienclo de la eternidad 3ntecedente reab- pos. No hay en el contraste de estas dos pticas una irona algo amarga?
sorbida por la erernidad ulterior, Ta biogrJf:J histrica de cualquiera e~t en- Estrangulando la continuacin en generJl. et instante nihilizante seal:i nues-
cerr:icla entre e! naci!niento y !:.i rnuerte sobre un fondo de nada. El hombre tra ascensin a un orden distinto. Desde este punto ele vista al menos el
es sobrepasado por tocJ3s parres, desbordado, definido. Cmo es que ese superlativo rnortal, compar:.ido con los con1par:itivos de la empiria, se de-
pequeo intef\-:ilo, ese corto interrnedio que llaman1os vida no nos llama muestra incomparable; desde este punto de vistJ el grado mortal no puede
concinuan1enre a la modestia y J la n1esura? - Anes de ser una profundidad compar::lrse a ningn otro grado. Si por tJ.nto la n1uerte corresponde a tal o
escondida, !J inuerte corresponde J. un cierto n1ixin10; v ese mxin10 se cual canticJacl en una gradacin :1scendente. es en un sentido tot:J.hnente arn-
expresa en una c:inrid:icl numric3n1ente Jsignable: pues ,lo mismo que lo biguo.
ptin10 (por ejen1p!o un clin1a ten1plado) represen[a, a init::ld de camino entre
!o n1-:xi1110 y lo n1nin10. el conjunto ele condiciones medias ms favorables
para la vida, as h:.i.y un grado J.gudo de calor, de sufrimiento, de fatig:i. a par- 2. El instante n1ortal no es ll1l cantbio cualitatiuo.
tir de! cual la vid:i deja ele ser posible. En el colmo del dolor, la existencia
n1isn13 explota. Sin duda ese grado es un grado como los dem:s, una dimen- Por el contrario, en tanto en cuanto es una niutacin, !a 1nuerte parece
sin co1no las dern:s en una continuidad 1nensur::i.b!e, un grado que corres- entrar en la categora del cambio cualit;iti\o. La cualidad slo se clistin-
poncle a una gr:-tcluacin en l:i esca!:i del termn1etro. A. parrir de un nmero o-ue en el cambio pues es por alteracin por lo que se califica la cualidad;
ele got:.is clerern1in~1do, el rnedicJ.mento se con\ierte en un veneno mortal: ~ el cambio clifer~ncial que hace que se sucedan b ..s cu:J.lidades enriquece
pero ese nmero es un ninero coinlin y corrienrc n15.s :Jl!: ele! cual h:ly al tiempo y al rnovimiento: el c:.llnbio cl:J. ele este 111oclo un contenido con-
roc1:1va n1uchos orros en h1 infinit3 escal:i ele la posologa .. _ ;nicamente ese creto ::i.I devenir. L:i muerte considerada co1no c~1mbio sera por tanto m5.s
ninero finito r:1reclclo :t todos lo.-; nlilrteros represent:l L1 dosis 1norral! Con bien inte1;,alo quL instante.:- y 1n:ls bien continuacin que J.conteci1niento
diez go1:1s de \eneno, y :dgunos trastorno.-; m:is o n1enos gcne.s. la vicla conti- datado; lo que se debate y:J. no es L1 cue.:->tin C'11nclo, sino la naturaleza ele
nli~L con once go:is. es decir, por un:.i got:t de n1J;:;. es decir. por una clife- la alter3cin. El principio ele Tr~1nsfonnacin. que confin11:.i n1:J.tizinclolo }'
renci:.1 i1npercep[ib!e y despreciable. e! vivo cae fuln1inaclo. Qu p::i.sa entre ::suavizndolo el principio de Conservacin. clisipari t;il vez el inquietante
i:J clciin:J y la oncea\-a? Once ser:.i la dos;s en-ren .. Do.sis variable. por lo inalest:lr que L1 aniquilacin n1ortJl- despiena continuamente e-n nosotros ...
Uen1js. cll.' un individuo :locro. y. para un 1ni.c;n10 indi\icluo. ele un mornento :>;;icla se pierde. y por consiguiente. con10 Lucrecio tr:.ir:1 de persu:_idirse, "i in
a otro: -un pjj:iro no habra n1ueno". dice el n1Jico que asiste :__ 1\flisan- 11i/Jilun1 ni! potest recertf!,. Pues cn10 cunci.:hir una prclicla J. c:imbio ele
cJe ... As corno una ciena frecuencia ele vibr:.icin sine ele pre[exro fsico para n~1da, una anulacin sin ningn gnero de con1pen.sacin? Ahora bien, no
J3 sensacin aucJi[iva del fa .sosreniclo. :.i.s un detern1inado nmero entre otros se puecle cornp:.irar la nihiliz:.icin morr;il con un carnhio. Evidentemente el
nrneros. un clcternnaclo gr;iclo en !a e.sc:iL1, repre.-;-:nt~1n el inciJenre fsico devenir es, co1no la tnuerte. irre\ersible._ pero es una irreversibilidad en !J.
con10 con.secuencia ele! cual se produce la gr:in muracin metafsica llam;i- plenitud: pues el devenir - maduracin o envejecimiento - es ele todas ma-
d::i inuene. As con10 !a sensacin se modific:.i v modula cualitativamente neras alteracin continua. Por el contr;:irio. J;_i_ aniquilacin morrJ.l, rrinsito
cuJ.nclo la excit:lcin crece cu::inrirarivamenre, :i.s !a existencia en general Je! ser al no-.ser, slo puecle ser repentina y discontinua: esto quiere decir
toca a .su fin cu:.indo sobreviene e! gr:iclo crtico que da !a :;e::ll del naufragio. que [oJ.as l:i.s inuertes, incluso la.s largainentc: :tnunciaclas, son niuer:i:es sbitas'.
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Despus de .l- Cual,_somos libres d_e llamar a la-rriuerte, sin irona, un cam- diferente; si no ha permariec.ido relativa1nente l misri)o, s.i-_la ferina trans-
bio... Pero --ciu extrSl,o y -ID.fl.Stn..ioso cambio_! :cambio ante todo y sobre frmad;i no es ~omp'arabie a la-forfna primitiva, si un hil tenue-; perO co~
- t?"do in~xpresable po~9ue n_o,_ t~ne me~_!_d comUn con-las. relaciones emp- tinuo, no .un_e todava el -Antes y el I)es-pus de la tnet~orfosis . .~9S prefi=-
, .ricas y partitiva~-e_n vistd~-Ja;; :caales _ _ecc'onstruy_e:.f1uestro lenguaje: 1a muta- :jo:S Tra_ns y lVfeta o expresan aCaso_ el carctersObreaadido y secundario
. cin-lmite :-lla_mada muerte ~ri.o ~st_.aJ ni~el- .de):Ienguaje; todos nuestros del cambio c6n relacirt-ai subStr-to d_e_ese mismo cambio? El trnsito de la
verbos, por ejemplo, exp'esan~-6perac'iQries::parttivas y superficiales - una -vida a la superoiv~)1cia implicaf.(fambin 1a permanei.cia, ms ac~y ms_-
transferencia o traslacin .d--u.n-lug<r a.otro, l desplazamiento del rriis1no -all de la n1uerte, .d_e uria Vida substancial. - La paradoxologa ber8Soniana,
objeto de un- sitio- ::i otro, la traduccin o la transtripcin cte un- rilismo texto en sus aspecis ms hiperblicos, fue, en gran parte, una conversin a la
de una lengua a otra, la transposicin de una msica de un tono a otro -, idea-lmite del cambio puro: 1 ffis all de los carribios modales, el cambi<;:>
Operaciones en las que el- Catnbio slo su pone un cambio por referencia a radical representarla la verdadera taumaturgia del deveni~; hay un transfor-
un substrato, en--las que la:mutacin supone un trasfondo inmutable, en las mismo, o ms_.bien un transfrmacionismo adjetival_ que disimula un substan-
que las variables slo. se:definen por relacin.a las nvariables. Dicho de un cialismo apeq~_ . m.~quilla<lo; hay-un mutacionismo aparente que es un inmo-
modo ms general, la trc_liformacin; la tra-iz.Sjlguracin y la n1etanzo1jOsis, vilis~10 Larva~,~~ .EJ. cambio purO:no debe ser confundido con el- concepto
que evocan un trrisito de:.na-'forffia a otra, O_de una figura a otfa, se-redu- del c;in1bio hh:i._)staSiad: pues eL(oncepto de camlio no cambia. Y por otra
cen en definitiva a disfraces:: pues qu otra cosa es el disfraz. sino la metbo- parte el c::i.mbi no debe ser confUndido con aquello que cambia: en aquello
la indu1nentaria que modfica al persOnaje sin n1odific::i.r a la persona? Proteo que c:1111bia, el sujeto o soporte JeI Yerbo precede a la mutacin, dicho de
el polimorfo es s_ien1pre irreconocible. A travs de las diversas reencarna- otro n1odo, la muda es secundari:l en relacin a los substantivos de la gra1n:-
ciones de una c::intante que sera sucesivamente GV\'endolina y Penlope, tica. No, -la concienci::i no es un ser-que-deviene, la conciencia es por com-
Mlis:inde y Ariadna, Iaroslavna y Fevronia, la unidad de un estilo se reco- pleto devenir.como es por completo libertad; si las aguas fluyen pocel lecho
noce siempr'e: la cantante sigue siendo la misma. cantante bajo el transfor- del ro, los contenidos de la conciencia no fluyen en ca1nbio de ningn modo
mismo de papeles y oropeles, como el rey sigue siendo el 1nisn10 rey a pesar por ningn medio vaco que sera la dirnensin del tien1po. Aqu las modali-
de su vestuario de uniformes y su vestuario de incgnitos; en el disfraz Je dades son la substancia misma; y por consiguiente el devenir es nuestro ser
un hornbre disfrazado por turno de gendarme, obispo y pinche, de rana y n1is1110. nuestro nico ser y nuesrr.o se! en!erD. P1-1"'5 no te_')e1nos.ocr-0 Esse
de Prncipe encantado, la metamorfosis sobre una misma esencia tan rnal mis que el Fieri. Y es en Jefiniti\a la persona misma y toda ella entera - la
n1aquillada apenas es vsible; la misn1idad catnbia el color Je su pieL es de- JuaniJaJ .. Je Juan, la "Andresidad,. de Andrs. la mismidad de cada uno -
cir, c::imbia de piel pero sigue siendo substanciahnente la misma. Cosa que lo que significa devenir en carne y hueso. _Tal vez habria que llamar "tran-
indica ms claramente todava el concepto de modificacin: todo can1bio substanciacin" a esta transmutacin integral. a esta evolucin no precisa-
expresable y descriptible es una 1no{lf/icacn: es decir. que 1nodif::l los n1l'ntL' partiti\a ni 1nenor. sino ntica y metaemprica que es. en definitiva.
n1odos de J;i' suhstJncia, pero no afeC-ra a la suhstancia 1ni,Sn1a: L1 e\-oluL'in t.:l ch:\cnir. y gracias a 1a cual el .ser. enucleado de su propio ncleo. se trans-
transfonna las rnaneras de ser sin tocar ~11 ser dL~ L'S~1s nlaneras: cu:llquier:t n1itL' L'Xtitc:itnentL' y por ent~'ro dL' .s<.:r a ser. En esto el devenir es creacin
que sea la in1aginacin Je! rnsico. el te1na \aria<lo sigue siendo el ini.srno e inno\acin continuada. rvias que con una n1odificacin partitiva. no te-
evolucionando a travs de las variaciones multiforn1es que lo modific:ln: !:is ne1no.s que vrnoslas aqu con un:1 modificacin cualitativa? - Y sin e1nbar-
n1eta111orfosb n1s sensacionales. las 1nis in1presionantes, las n1:.s 111:.gica.s. go !a tr:1nsuhstanciacin. por n1et~1fsica que sea, sigue estando emparenta-
aque!l~ts que se adornan con rns faritasa sobre el te111a Je la especie y da con !o:; ca1nbios epitticos de la empiria: se inscribe en efecto en la
transfiguran rns con1plet_:in1enre la apariencia del vivo. siguen siendo toda- continuacin y en la plenitud del existente: n1ientras que la nihiiizacin mor-
va n1odific::lciones adjetivales o, si se prefiere, cambios peliculares y corti- tal retuerce el pescuezo pura y sinlplernente ::1 esa misma continuacin. Si
cales: los 1naravillosos prodigios de los que nos h:.ihlan Ovidio y Charles la tfan~fonnacin es trinsito Je una forra a otra, y si la transubstanciacin
Per":1u_lt no disiinulan tns que las rnodaliJaJes perifricas y :;e 1nantienen es la transfen:ncia del ~er tot:.il :.i <..1rro :-;er nuevo. l:J. histognesis sucediendo
a flor Je esencia: conciernen a la epidermis, pero no al corazn del ser. Por a l::i histoli.si.s. la muerre es a la vez el paso Je l::i. forma a la ausencia de toda
eso para los partidarios de la palngenesia. la rnuerte es un avatar entre otros ..
Aquel que h::t devenido otro no ser ni siquier.i otro. es decir, rel::ttivan1ente 1 U1 !'eruprio11 ,/11 chlll!_~e//1<''111. ~:' confer<.ncia ( 1 Penslit.' et fu mouvant. p. 16'.'\l.

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forrna, o de !:1 figura a la no-figur~, y el paso del ser. al no...:ser; la muerte cuia todas las enfe;medades.suprimiendo al enfermo. Desde' este punto de
supri1ne a la vez l:i.s 1nodalid::ideS y lx subst::i.nci::i, los- adjetivos y el ser que Vista la embdlia es un;__ ~solucin", una- solucin tan insignificante cmo
los soporra. jAqu no se puede decir qu c}ase de magia s~ -ha producido en dec_isiva, ~an sirnplista como radical: fulminando al ser depositari de-todos
el lnren:alo entre el Antes y el_ Despus, puesto que p.ropiamente hablando los probl~mas, resilelve defi~tiv;imente todos los problem;is efe ese set. El ;
no h:iy ningn Despus! L;:i transformacin de! viv_e -en cadver confirma instante-decisivo de Ja rmuert~ resuelve de una vez Io- que un envejecimien-
esta rna~Yirnidad ele la abolicin mor!al,_.rrr;_que invalidJ.rla: pues adems ro indefinid_o fio conseguira nunca. La diferencia que _?epara la aniquilacin
de que concierne sio :11 cuerpo. tr:lnsforrna este cuerpo en algo inforn1e; morral de- las modificaciones inherentes a la ed;id, modificaciones "profun-
;.no es el c:td:lver acJso un espan[OSo C:lOS, un::J. n1asa informe, un cuerpo das como la arreriosclerosis o superficiales como la calvicie, esta diferencia
sin fonna org:nica? E.sta transformacin no es en absoluto una transforn1a..c no es una diferencia de grado, es decir, de ms o de menos, sino una dife-
Cin: ni siquiera una deformacin! Esta tran:::,j"orn1acin es n1s bien una rencia de naturaleza. El ::iniquilarnienro se opone, como los cambi_9S pro-
nihi!izacin .. tvl:s a!!i de la transforrnacin n1odal. que es trnsito del uno flindos, a las modificaciones superficiales; pero no se opone men:Os a ls
al otro (El; U.nu EiS U.0) o :dter;icin del uno en el otro. mis :i!l de la tran- carnbios profundos n1ismos, pues el aniquilamiento no es propiamente ha-
.subst:lnci:ici.n r:idical que es un c:i.mbio total. o transrnutacin del otro en blando un ca1nbio como los de1nis; la m:is revolucionari;i de las mudanzas.
un otro distinto, la nz_utatio in !lihilzun llarnada n1ue11e en1puja al ser del todo la conn1ocin n1is radical no nos dan n1is que una dbil ide;:i. de la nihiliza-
a la naLla y !e precipa en !a ,Valfa total. Lfn cad::ver - est::i es L1 novedad cin! Un sencillo reacomodo o un desplazamiento de las partes no es la ani-
que produce es:1 innov:J.cin sinestr:L :'vEis all:l de Ll reno\acin re!ati\"::t que quilacin 1nortJ.l: pero una transform::icin que conn1ocionar::i. :ll ser de arrba
es l:i transforn1:icin en algo distinto, 1n::s a!L. de la innovacin absoluta ahajo ta1npoco es ese aniqui!Jmento.
que es !a creacin ele un ser completamente nue\o. se produce - innov;i- La muerte, como decan1os, no es ms un asunto cuantitativo que un c;:i.m-
cin al revs - J;i dcscreacin rnortaL El Uno es correlativo del Otro y com- bio- cualitativo: y viceversa. del mismo modo que no es mutacin de uno a
par:i.ble a ese Otro rcl:itivamente otro y re!ativan1ente el n1is1110, as como el otro, ta1npoco es reduccin de grande a pequeo o, como sugiere Leibniz,
Otro es del 111isn10 orden que el Uno; y en cuanto al Otro distinto absoluta- envolvin1iento. En primer lugar la aniquilacin se opone a las supresiones
n1entc otro, no sin1plen1ente otro. sino otro !nfinan1ente otro, otro con ex- parciales: pues si la distancia es infinita entre el todo del ser-propio y una
ponente. es de un orden distinto que e! otro. y sin ningn punto en con1n parte de ese todo, no es n1enos infinita entre el no-ser de mi propio todo y
con ese otro, aunque tan1poco lo contradiga en ningn punto: est::i. nega- el no-ser de cada parte. Un:i parte puede ser mis o menos gr;:i.nde que otra
cin es la nihilizacin rnorraL En re:ilidad hay entre J;i muerte general y las pJ.rte si comparamos las porciones, 1nedimos l::i.s tajadas o pesamos los tro-
muerres infinicesiin:lles o parciales que dan con10 resultado el envejecin1iento zos; y el todo mismo, mediante una instancia neutra y transcendente, es
un:i diferencia reahnenre n1etafsica. Si las [r:1nsfon11aciones minsculas que decir, en tercera persona. es mensurable en c:ida una de sus partes: a los
hacen de\enir e! devenir y athen!r el por.:enir ful:'r:1n otr::i:o; tant:L'> pequeas oios de !a socied~1cL por ejc>n1plo. la vida de alguien es 111:.s in1ponante. pesa
n1uenes. dicho dt.:' otro n10Jo. si la \id:1 cntnp!t:'[~l h.1L'r:1 una n1uerte conti- n1:s. \ale n1j_.., que el brazo o la pierna ele ese alguien: por eso c>l asesinato
nuad~1. la inuertL"" "l su \ez .'-'era un c:1n1hio l"On10 cu:tlquier otro c:unbto. Pl:'rCJ ;.;e ca.stig~t in5s .si:veran1enti: quL las agre::;iones: por ~so el cirujano. cuando
todo e.'-'tO no .son 111j.'-' cue forn1:1s Je- h~1hL1r. E! t._'!1\-ejecin1ie1[0 quL' b!anque:i hay peligro de gangrena. sacrific;__r;i la perna para conservar el ser del su-
!os c.:ibellos, que produce la.s :1rrug:ts. que endurece las arterias. a!ter:t L1 jeto: la ::1n1putacin se con\iene entonces en el mal menor. El propiet:1rio y
cotnposicin di.:- !:i s:1ngre. rnodific:1 ~l aspecro dL !a,:; secreciones y Je! 11e- sus propied:1des son ~1qu con1p:trables. Pero n1i propio todo. para m n1is-
r:1bolisn10 en g':ncr:t!. el en\ejeci111iento. corno el reiuvenecin1iento. apurLt n10, es un inco111parable que est:i fuera de toda coinparacin: n1i propio todo
:1 !J rnorfolo~:t de! org:1nis1no una sucesin continua de reroques imper- no es sola1nen[e rn5s gr.1nde que _cualquiera de sus partes~ es Je un orden
ceptibles "f Je tr:insforrnaclones de det;__lJe. La 1nuerre en cambio. Ja un plu- distinto: pues mi todo es la continuacin de mi ser en gener;it: pues mi to-
n1azo sobre todo eso! La muen:e detiene roelas bs funciones a J;i vez, L1 res- do es mi vida n1isma, mi irremplazable vida. !a cuaL en su c;ilidad de nica
pir.icin. b clrcubcin Je !a s:ingre. lo.-..; latido.-..; Jel :__:or:izn. tcxlo el n1ew.OOlis1no y semelfctic~L tiene un valor infinito; mejor ;:in: mi ser, que es l:i condicin
enrero: b cuchilb_ Je J;i nad:i liquida la cuestin de un solo golpe. Decia- fundamenta! de todos los bienes de la vida y !o nico que da valor a los
mos de la negacin :1 la que Uarnamos i'vluerre que es la liquidacin univer- v::llores, no tiene l mismo v:i.lor; puede decirse :i discrecin (pues las dos
sal, l:i g1.in Ues1noviliz:1cin general. !a cura r:1dical que de un solo golpe cosas significan !o m.ismo ): lo que confiere valor no tiene precio: lo que
)})
confierey cimenta el valor de todos los valores tiene un preci que no tiec .
.;- ne preci-oi n precio infinitamente precio;o, un precio propiamente" inapre-
.1
-_,:.~~.: :'.
la muerte no sera ms que ~l mayor -dol9r posible~ Pero el dolor del :lfum:.
brarriiento, para empezar por l,_ ~O se.- corhparad cori .el doJo( letal-: Si n __
, tia_ble_ e ine?tima~le_; _ es imposJble Cifrado, pOr ms que el hoinbre sociateS.- ,_ -- se adrnitiera, siguiendo con 1a-fil0sofa -deJas CO.plffehsaci0f1eS-tranq'tiiliza-, - '
:-c-iilteieSido~-en fijai convenc}~nlmenr~ tarifas para todo~ .. NJ.di~-se hac ~- _-_ - -.~,- . . :;. doras, h1 sirrietra entre el nacimientc:i y la "muerte.__ Ahora blen/-Ia tr;i.n_sfor-
un.s.egufoconyara p~rdi"d.a de existencia! Correlativamente-la nada de- nues-- _-~ diacin natal no es en absoluto metaemprita: i para el_ ofg-n~Smo_ -nl_ar_effiD
'troSer nO eS":fs_ d'e(ible" de lo que ese mismo ser es cuantificable: mS all ,..: que sufre la violencia transformadora, pero' perpeta Ja cOntirluidad-:de la=
,,. de la atfC:ifia Qe tal o cual tgano, la nada es literalmente la- merre de toda - f:- - especie, ni para la progenie que, antes denacr,._Viv.:J~:.ya Su vida.. pre_nata1;:
v_ida; la muerte no suprime algo del ser, 11 tot Ovto<;, un porcin o un.-sec- revelando, ms ac:: del nacimiento, fa preexistenci;i -de un set todava-,ine..,.
tor, sino el todo del ser, y no es- mortal ms que pr la nihiliz:acin 1Ilis111a- xistente, no contribuye la embriologa a reabsorber eliconteC:imient natal
de ~sa totalidad .. El no-ser de todo el ser o, literahnente, ri_ada en absoluto.' .. - y a restablecer, al menos a parte ante, la_ cntinuidad gentica de cada des-
no 'es esta la definicin" misma de la nada? Esta es toda la diferencia-entre tino? Por otra,_ parte,. la acumulacin de pequeos r_~_toq_ues de_ detalle _Ia.dife---
la an1putacin,. la ablaCin de una parte por motivos de conservacin o de rencian de la -muerte, y la diferencian infinitamente. La nluerte -no- se puede
'supervivenca, y la aniquilacin que es taumaturgia al rev.s y.desaparicin con1parar coril~ amput<1:cin de un mie1nbro,-con 1ae},,_1raccin de una muela;
del existente en la ine~i.Stencia, o del ser personal en lo invi~ible. 'La n1uerte con la ablaciGn' de-un rin, operaciones todas cll~s qu~ retiran al~.de la
rto seala el vaco local abierro en un todo por la parte que falt1. o por la totalidad de la_que forman parte: pues la totalidad sigue slend capaz, de_spus
reseccin que h:.i cre:ido 'esa falta: la rnuerte designa el \aco :.ibsoluto, incon1- de la amputaCin, de readaptarse a una situacin de menoscabo, de adoptar
pensable, dejado por la desaparicin de la persona. Por eso el cad5.Yer no un n1odus vivendi acorde con la iinperfeccin y de regenerar su forn1a org-
es una simple forma incornpleta como el cojo, el manco o el mutilado, sino nica; la ablacin de una parte, el desgarramiento de una totalidad no nos
que es no-forn1a; la muerte entrafi.a la <lescon1poscin total de una fonna dan la menor idea de la muerte; los trn1inos, cualesquiera que sean, de los
privada de su mismidad. Cmo no iba a ser la irreparable nihiliz:icin de que podramos servirnos designan sie1npre divisiones finitas y empricas. La
esta irremplazable mismidad el origen de un duelo inconsolable? Por eso es filosofa de la n1uela del juicio trata de presentar a la muerte como el des-
por lo que el sacrificio de la vida-propia es un sacrificio infinito o. para de- gajan1iento del ser entero de su ser-propio, pero eso no es ms que una for-
cirlo de una fonna n1s simple, un acto heroico: si el gesto por el que dan1os n1a de decir l!s cos.~L5, Pretender oue en la muerte el ser _en _Sll to~alida9 ~ale
algo conservando o reservando otra cosa es un gesto partitivo y e1nprico, de sus goznes, significa reconoc~f la supervivencia y ia sub~ist~nci~ de un
Y por consiguiente un- gesto a la altura de la vida hurnana. el don-de-s, qne ser rns fundamental del que la persona seria extrada; es hacer de la muerte
es don del ser-proplo, hace posibles la paradoja y la contradiccin hiperb- no se sabe qu mutilacin mxin1a que amputara al vivo de su existencia
licas de una donncin-total. Decisin de n1orir por el otro (7ttpruro9v-TcrxEtv). n1isn1a ... Volvemos siempre al misn10 punto: la muerte es el aniquilamiento
el sacrificio pertenece a un orden di5tinto que Lis pequeas ahneg:icionLs y puro y Juro, y por eso es 1netaen1prica! Pues es h1 raz del ser lo que es
renuncias parciales de la subsistenciJ. IJ.S-)equei1as privaciones dL' dlEa- e:-;:tirpado-. -Si roda transfonnacin riene lugar dolorosamente, cmo podra-
lk. Por la nsn1~1 razn L1 rnuerte no es c-1 linitc- Lxtre1no dLI doloi-. ni el inos siquiera naginar el sobrenatural dolor inherente a una tr::insform;:icin
<lu!or es una rniniarura en1prica Je la 1nuerte. Es \-erda<l que el Joior :.icon1- [:lll inconcebible? Este dolor no tiene prece<lentes, como tan1poco dejar re-

parla a todas !:is grJndes transformaciones de 1~1 forma orgnica. v parricu- cuerdo: toda anticipacin, toda reminiscencia nos estn aqu vedadas. Pero
larn1ente las n1utilaciones gra1.es que defonnarjn esa forrn~. de( 1n.is1,no 1110- e,:;to no es todo: no sol:J.n1ente el dolor emprico va a rernolque del traun1a-
<lo que acornpaa las crisis que preludian :1 l:.1s gran<les conversiones y lo:-J tisrno que lo provoca, sino que dur~1 t:imbin algn tiempo en un org::1nis-
gr;indes arrepenttnentos del nuevo Ad::in: las rnetarnorfosis biolgicas. e! n10 en suspenso entre dos foqnas que ha abandonado la vieja sin encontrar
esfuerzo del alumbr.imienro mismo. en el qu~ se condensa la 1neta1norfosis. todava su equilibrio en li nueva: esta transicin biolgica de una forma a
;.no suelen sobrevenir casi siernpre durante las convulsiones del .sufri1~1ien- ou::i. es precisarnente el <lolor. El <lolor duradero se descompone en una suce-
to?, la innovacin revolucionaria no nplic:i siernpre una especie <le inicia- sin <le 1nutaciones infinitesimales que propulsan el trabajo constructivo de
cin dolorosa? Esta es la razn por la que tal vez la trJ.dicin popular repre- Ja cicatrizacin y movilizan el proceso regenerador; el ictus se esuella en el
senta a Herclito. el filsofo del cambio, como un filsofo llorando. Si la intervalo. Qu puede h:iber en comn entonces entre el instante fulminante
alteracin continua que llamamos devenir se recluce a un profun<lo dolor. de Ja n1uene-. que [o deCi<le todo y de una vez por todas, y el presente difuso,

22-+ 22-)
prolongado, interrnin::ible de la dolorosa supervivencia? Estamos hablando,- analgsica., y la suprema .prueba 5era para nosotro.s el test~rnonio de esa
parzi aclararnos, de l!fl dolor absoluto. Tiene sentido esta unin de palabras existencia; promesa tan pronto hecha como cw:npli?a, y_ mantenida en el
casi contradictor!J.s?, puede h:.iber un dolor que no se::i relativo? Acruando acto misffib de la exhalacin del ltno suspiro;-la-nuerte, para un enfermo.
sobre la c:1rne de un organisrno finito que no-soponara traumarismos de- ser:a :~E in_9iviso el dolor superlativo y el prm~r instante de la exiSten_c.ia
masiado .violentos, el dolor es la experencia mediJ. por excelencia; mezcla indolOr<I; para el Fedn, es puriRcacin: el moribundo traspasa e~ efecto el
de :J.ctividJ.d y de pasividad-, el_do!or es, en el mismo intervalo, la desgra- - umbral que separa la pureza mxima de la turbia mediana, y-Ge la vida nor-:-
(i:ida intermediaried:.id;;y por eso es un acontecin1iento del intervalo psico- mal la supervivencia extrema. Pero este franqueamiento no tiene nada de
lgico, o rnejor an un acontecin1iento de !a empirla. El intervalo emprico, transmigracin, ni de transformacin; el bito no tiene nada de trnsito! Si
con !os contenidos finitos que lo rellenan, con sus zigzags y sus vicisitudes, el dolor es sntoma de transformacin, y si la muerte no es una transforma-
sus oscilaciones y sus tribuL1ciones, la alternancia de sus altibajos, el inter- cin, habr que elegir una de las ds cosas: o bien el dolor no nos da la_ me-
valo, con sus peripeci:is sucesivas y sus reflujos, no es lo ms a menudo un nor idea de un sufrimiento mis desgarrador que cualquier sufrimiento, o
sorneterse :1 todas las pruebas y llflJ actualiz::icin constante de los sufri- bien la muerte es de un orden totalmente distinto al del sufrimiento, y en
m!cnros? lJn dolor trJ.e otro, o bien inaugura la convalecencia, en s mis1na ese caso, n1orir no debe doler! Pues sufrir toma tiempo, y aquel que muere
provision:l!, del hon1bre nuevo; como una enfermedad camino d~ su cur:i- no tiene literalmente tietnpo para sufrir.. No, la 1.nuerte no es de ninguna
cin, e! dolor tient:- relacin con el an[es y con el despus, e implic::i todos n1anera una transformacin; ni una transformacin minscula. ni una trans-
los gr:idos y esc:.ibs de inten,:;idad. La muerte por e! contrario es una crisis forn1acin rnavscula; ni unJ transformacin n1enor, ni una transformacin
r11et:1e1nprica que no sabe nada de n13s y de n1enos, y responde nic:in1ente 1nayor, ni siq~iera propiamente h:.iblando la mixima transformacin! La
al todo o nada: la inuerte pone fin pur:i y siinplen1ente a la mezcolanza em- rnuerte no es el abandono de tales o cuales detenninaciones, sino el aban-
piric:.i. Podernos decir que unJ crisis semejante sea e_-:cperinientada o ni- dono de toda form::i; y no es nica1nente el abandono total de la forma, sino
c:1111erHe sufrd:1? L:i rnuerre nos llega, pero !a n1uerte tnisrna, propian1ente el abandono de l::i substancia n1isma que soporta esta forma y del soporte
habL1nJo, no la sufritnos; la mismidad de la muerte, accidente extremo y misn10 de ese sopo11e, y as h-asta el infinito.
ltirno, es el objero de una experiencia naciente bn1sc1n1enre aco11ada. Iv'fejor
an: son sin dud:1 an:1!og:.is en1piron1rficas las que hacen monstruosa la
idl:':l ele la n1uerte pennitindonos apreciarla con10 si fuera la experiencia de 3. El i11stante ele Ja nzuerte no es una alteracin temporal.
un dolor llevado ~1 su gr:ido rnx:imo; si el dolor de l::i cabeza cortad:i es
del 1nisn10 orden que el dolor del dedo rasgu~tdo, y si uno se puede hacer La muerte t:impoco es una tr.insform-acin si se la mira desde el punto de
un:1 ide:l Je aquel :l partir de este, entonces el \'11igo .'ie ~tdue:i de Lt razn. vista de la continuacin temporal. El "continu:icionismo" y el ~tr:lnsfonnis-
En cuan[o :1 !os :tl"h:iques Jel en\ejecirniento. cs_rjn en un nivel distinto que 1110., que estn rclacionaJo.s ,-;egn Leibniz con Lt inrnanencia de 1:1 e1npiri:1.
Li 1nueri:t:'. y por consiguiente no pueden ense:irnos nad:i sobre ella. A:1da- escan1otean unu ;il otro t:l instante LuaL El principio Je continuiJaJ o Je
1110." :tl:o rnjs. qul' no es ni un:i perogrullaLL1. ni un riJcu!o consuelo: :1que! perse\erancia del ser y el principio de conserYJcin del tener no :c;e con1-
que sufre csti tod:t\-:i v!\o. rnientrJ.s sigJ. sufrienJo: n1ientr.Js siga sufriendo, ple1nentan en este punto? Pero !a 1nuerte no es nican1ente inefable .e in-
la vida consef\'a p:1ra l un pequefto n1argen Je superioridad gracias al cual descriptible. es ~tdems inenarrable. puesto que interru1npe tod~1 contrnu:i-
l:L:> fuerz:l pusiti\:1s se !1nponen sobre el no-ser: J Ldta de salud, el dolor es lin ~o ha\ alteracin sin Jlteridad. no hav aconteci1niento sin un acontecer
un~i sc.:1'\al de senc;hililLtJ, y al menos en esto represenL1 un xro rel:.nivo e que .la funcin de! Uevenir est:l precisa1ne~te encargada de hacer :id\enir. Y
incluso una reinota esper:lnza ... El sofism:i pesin1tsta puede por t:1nto_inver- :-;obre el que pende la futuricin, en una palabra no hay devenir sin un atri-
tirs Liciln1ente: sufrir = sentir = vivir! Por eso los tn<licos ayud:in en oca- buto que ese devenir anuncia y que. siendo el resultado de !a muda, lleva
siones ::il enfern10 :1 sufrir p::ir::i facilitar el p:iso a otro e.'itadio Je! que el sufri- .sien1pre la voz cantante; siendo por definicin el devenir tanto continuacin
r111e1Ho es un snroin:J.. En cuanro :1 l::i muerce, no so!an1ente es de un orden de alteridad con10 alteriJad continuad:i, es un verdaJero pleonas1no poner
distinto al del do!or. sino que tendra ms bien el efecto de !ibr::trnos de l; 1 juntos este verbo y este.atributo: devenir otro. La rnuerte, desde este punto
:Y1aeterlinck ha insi:>ti<lo en este :J.specto !iberJ.dor. En las consolaciones reli- de visra, es una :ilteocin fingida - pues es una :ilter.icin sin otro: la muerte
gios:J.s J:_i muerte :tparece :1 menudo como la iniciacin :.i un:i existencia es un devenir que hace c:on10 si Ueviniera algo. es;eci:dinente otra cosa,
1
_:,:}?,e:ro no d~evi_en-e _nada;":Y da -a. luz .. ; a un no-:futuro ... Fal~o 9,e~nir y falso misma, es't::~ieinp_re ~en .pa"sado. y,en l<t muerte, todo lo contrario, la posi-
:---~--;-~_mbarazo! Lejos_ de voIY~-~s~_-hacia- un- pasado- q'ue-~Sefa.-adEffi3's un fururo, tivida<l:-d l~-.Cbntjiluacin se -sita--siempre -detrs y _e_n el_ ser_-preleta1; _la
:;~:.~sta s~udo-futtlri<:in se-malogra; Ja innovacin._no'-Pare ni ia_ novedad que nada perten~i:e-al fulJrq_. -:: Por otra parte, como y hemos dich, la nihili-
-~-::f';{P!ec--e P~?fll-~tff, ni la-antig_edad a la.que vuelv_e ~l -tieIIlPc) cclico-_ del ::cle- zacin no_ e~_:s_olariie'nt_e tbtal~ -es~tambin.-defjnitiva;- 0-unca jams sobreven-
.- ,_~f!st~s:,=_eSta me~morfosis,.-eri-II14teria de morfo_loga,_.desemboca en lo-amorfo; dr nada ~Ihi:S-~-:.ia<mllet1e _es un cambio que Suprime para siempre la posi-.
<e: __:::["'::esta_ risicu]a _inriova_cin, er:1. rnateria de novedad,_ nq_ pare -m_s que. el no= ser; bilidad mish):a. :::d-_ Cambia!-, tjue- C?-mbia la substancia cambiante en general
-,_,~~-el devenir morta_l; si es que, hay devenir, anunca Por supuesto algo, pero y aniqj}---H~s.ta~l _ese"ricia -frnutable-sJ-el :ser .mudable. Y por _cons.i_guiente
-__ -e;se algo es un algo q1,1e no_ advendr, ese J.Igo es un algo que no es nada! la_transforil:J.-Cin: letal, si es qu-e-hay- t-ransformacin;- es ,necesariamente la
--:'La mutacin promete,-Y-al. punto,retira.la promesa .. ; La-vocacin natural del . ltima. Tod~f_transforffiacin emprica deja -abierta la posibilidad de tran_s- .
devenir, que consiste en:- tr_ansformar la cosa pr venir en c_osa devenida, esta fonnaciores_ s~bsiguie.nt~s, enlaz3 _con otras transformaciones que el_la _irli-;"
vocacin se encuentra .bruscamente- desmentida, brutalrlente interrumpida cia e inay_gura:; toda qrei:amorfosis~:desencadena._metamorfos:is en cascada:
~e_n un abrir y cerrar de _ojos._ La muerte, co_1no decan1os, es el fracaso por por e.so' l_os_;n1_1ag_rs, ~ntre los_pagaiis, consisten a menu_do en una serie
__ excelencia ... La gran contrarieda_d tr:g~ca, 13. decepcin de las decepciones, de meten1psiCsis: .Y reencarn-aciones. Sucesivas. Slo cuesta el priiner mi~
el_desinfla1niento radica1,--illo dependen precsamerire de esta aniquilacin, Ligro! Eri_;-Ia~:plenitud afirmativa de la transfo1'.11acin est permitido- espe-
de este aborto?, de este naufragio del devenir? La nlutacin mortal desem- rarlo todo, todos los retornos, tod;is las compensaciones, todos los resur-
boca en el vaco del no-ser, en el cero de la nulidad de ser: la vertiente cite- giresl Pero cuando la ltn-a n1eta111orfosis se desinfla, es que no era una
rior de la transfonnacin no desembocar en una vertiente ulterior; el Despus metamorfosis ... Pues desinflarse en la nada de la muerte excluye todo resur-
no suceder al Antes pa_ra crear un equilibrio. Aquello que falta en esta falsa gin1iento. _Cmo iban a resignarse las religiones a esta externlinacin abso-
1nutacin es efectivamente l momento decisivo del despus: no se ver la lutamente sin recon1pensa que les retira el pan de la esperanza de la boca?
forma transfor_n1ada, ni ios modos n1odificados, ni el porvenir devenido que El retorn de Zeus a su forma originaria despus de una sucesin de boni-
son la razn de ser de toda futuricin. Esta brusca reticencia, acort~1ndo el tos disfraces, de avatares pintorescos y de divertidos incgnitos sera algo
proceso, inaugura el gran silencio negro del no-ser pstumo. Cambio trun- }_-::;_- casi natural con1parado con la resurreccin de un 1nuerto! Especialn1ente in-
cado, cojo, disimtrico, la fururicin sin futuro se columpia en la nada. En ~~
teresado en esc:nn-ot-ear la ms radical de -todas -las -mHda--s- pBeS la natura-
qu nos convertiremos t~e:;pus de la muerte?" se pregunta el padre Th. Mo- .:; .
reux en una de sus populares obras; sin ernbargo, no hay que hacerse nin-
guna pregunta pues el muerto no se convie11e en naJa de nada: el atribu-

.
.
leza no hace nada per saltum -. Leibniz se propuso descubrir en la muerte
un-a meta1norfosis nls. L:.l carta a Amauld2 en la que, la1nentndose por la
iJu:ofucin de los organismos, se encomienda a Leuwenhoeck y a Swam-
to, que- es inexistencia. el sujeto, que deja de existir. el Despus que no es n1erdam, no tiene en cuenta n1~.s que las entelequias, con exclusin de los
siquiera un cfe..,pus contradicen_ Y. anulan la intencin de devenir! El rni;;te- -esprit11s: pi.: ro i.:st claro que el i.::;pcctro a exorcizar es la discontinuidad n1e-
rio de la nihilizacin y el inister~o de la creacin son por t~nto 1nisterios con- t~1e1nprica d-=: la n1uerte: la n1ett:1npsornatosis mis1ila revehndose den1asia-
trarios el uno al otro: en el misterio Je la posividad creadora, el Antes al do brutal. Ll:ibniz alega una dis1ninucin o un en\olviiniento que caracte1i-
que ll:11nan1os creador y el Despus al que llan1ain9s criatur..i son igualtnente za el retorno del annal a la vicL1 letrgica. Las cataratas de un ro. escribe
tangibles: slo aparece inasequible el instante del Durante. que es creacin Leibniz,.'> no in1piden que su corriente se:i continu8.; se comprende, podra- -
propi~1n1ente dicha; ese presente en la bisagr..i de las dos vertientes. de las n1os aadir. que di.:spus de su pi!rllicla un ro provisionalrnentc subterr8neo
dos continuaciones. Je las do.s subsistencias. no es una nada, sino un ca:-;i reaparezca a la superficie; pero la rnuerte no es. en este sentido. una pr-
nada Y una fulguracin; una aparicin que desaparece. Desde otro punto thcla de la corriente vital: ni es un eclipse del devenir. Leibniz nos habl::i en
<le vista podra decirse que la nada, en la creacin, es siempre antecedente. otro lugar de Cadas de msica. es decir. de cadencias que parecen inte-
Y que el acento se pone siempre sobre el Despus: en la plenitud de la co.'ia rn.unpir la lnea 1neldicJ. No ."t:r la muerte, en este sentido. una cacla ele
creada, la conciencia tendr todo el tiempo que quiera par..i buscar vestigios
de la creacin. Del mismo modo que la creacin, el nacimiento est:: orien~
2- J:.in~r. I. p. ')'}6--')57 (Projet de !ettre .-1rna11ld. 16B6J, 593--610. Considratiou.~ sur la doctri11e
tado al porvenir, y la conciencia que filosofa sobre l es en todo momento *
cl"11n e1prit unicerseL 14. Cf. Jlnnadofq[J.ie. 73.
conren1pornea Je una positividad viva; el no-ser prenatal. por definicin ':Vo1ue1111xcssaL>. !\", 1<1. * [2__ Ct"_ f.l'ftn R. [)e_\fm1tmort. 171')

229
ni,">icd! L1 preocupacin const:Jn[e de Leibniz fue cubrir:con un pdico_ v-e,,.
lugar sealen. En este s~nd9 la defuncin- tiene un lugar, una calle, una
. !o, con un velo de rnoralidad y s:.ibiUura, la nada del origen r::idical, y- po- direccin, y un estado civil, como lo constata el forense, respond_e ranto a
. der encontrar/;__ continudad mis all:i del fin y n1s :ic del principio: esta fi- la pregunta Dnde? como a la pregunta Cundci? Aqu abajo la muerte es
losofi:i csenci:il1ncnce continuacionista protesta por can[O ca"n[fa tod aquello por tanto localizable: aqu la-muene sorprende al viyo en un lugar deter-
que es Jestruccin ~en rigor y reduce la aniquilacin a tin empequeA~ci- __ minado en longitud y latitud; el hombre m~ere entre nosotros y como uno
nlienco. -~'\ pes::tr de tJ.nt2s precauciones, la ruptura que la muene represe-~ de nosotros. Pero un instante despus., o .. mejor an-en el mismo instante
ta no se deja escainote:J.r; la solucin de connuidad no se fundir en el flu- -_ (pues dos instantes juntos no son ms que un nico y m_ismo instinte) se
_jo de bs rnewrnorfosis. El devenir es corno una :i.lteracin supletoria, separacin pierde el rastro del ser vivo. A la filosofa de la continuidad tranquilizadora
continuada, continuamente cornpens:ida por nuev<:LS reposiciones, y eso has- le gustara poder hablar de transmigracin o de translacin del mismo modo
ta el insL1nte mOrt:J.l, que es el ltin10 e irren1plazable.
que habla de transformacin ....Una migracin, dice el Fedn, O:nonla o
nopEa.;--1 un viaje que nos lleva de aqu para all. Ev8v8s Etcilcrc: un simple
c:imbio de residencia, t-roiKT\Oll~. Ser la muerte una apodmia? No, la
4. E'/ instante mortal recusa cualquier topografia.
inuerte no es una apod1nia. La muerte es un exilio que no acabar n_unca.
Y llamarla exilio no es n1s que una m::inera de hablar. Aquel que 1nuere en
L~1 n1ucrte. corr10 no es pensable ni en trn1inos de c::tmbio ni en trminos (l/guna parte emigra a continuacin a ninguna parte. La muene es un niovi-
de n13-s o de rneno.s, es decir. en t2rminos ele posologa, recusa igualrnente nliento que no va a nnguna p~trte, del 1nismo modo que es un devenir que
toda cronolog:::t y todJ topografa. Se obser.,rarJ. sin embJrgo que el ltimo no deviene nada. Qu diferencia hay entonces entre un devenir semejante
suspiro sobreviene en tal fech:J. del calendario, en tJl hora y minutos deter- y la inn1utabilidad? Qu diferencia entre un movimiento semejante y la inmo-
n1inJ.c!os de! reloj: aunque no pod::imos prever el rnomento de la muerte con vilid::id? Acon1paan1os al n1oribundo hasta el ltimo extremo de la vida,
ccnez:i. este ;:icontecin1iento p:irece que responde en todos los casos a la hasta ese artculo mo1tis que es tan1bin el un1bral del no-ser, como se acom-
pregunt:.i Cu:J.ndo; 1~1 n1uerte es un indetern1inable determinado. Pero este paa a los pasajeros basta el lnite de la pista de embarque: rnis all de ese
ltirno instJnte de !os ltin1os momentos inaugur:i. un nuevo en, una era l1nite, el pasajero del gran vuelo nos deja plantados y se eclipsa p:ira siem-
inten1por::il que es la etern!dJ.d pstuma: por esa razn !J muerre es el umbr:il pre. Id a buscar ahora a! pasajero! El pasajero ha desaparecido ... El pasaje-
de! tien1po y del no-tiempo; pertenece :i los dos inundas a la vez. y tiene ro se ha esfumado ante b.:..: harbas de los espectadores sin dejar seas. Pro-
un pie puesto en cad:.i uno de los dos universos. Acaso no es a la vez emp- pal! Se dice en ruso. SubtilizJ.do, volarilizado, desaparecido como por
rica y rr1er:ie1nprica? LJ. n1uerte es un aconteci1niento histrico en las efem- enc:i.ntamiento ... Tragado por unJ. trampilla! Qu clase de truco de pres-
rids, pero esre :1conrecimien[o no es corno los dem:s puesto que es abso~ tidigit:icin es este? :\lir~l hajo !J. can1a. en la chimenea, en el bal: - nadie;
!ut~1n1ente acontecinento Ldtin10_ El instJnte que .oarJ. c~1<la hornbrc inauoura o no ~oUa 1.:ntendLr por dnde baha entrado ni por dnde haba s~tlido. 5
la ;-;i.:n:pitcrnidaU Je L1 inexi:-.tenci;__i_ e.-;e lnstanre e.-; realinente un in.stante ;Se trar:1 de un truco de .Scarbo?. di: un n1aldito juego de prestidigit:J.cin de
in~1ugura! y un co111icnzo inno\:1dor:.. l-11 :1conteci111ieruo Je !:t sucesin que ~se genio rnaligno/ Lo:-: l:'SL':unotcos del ilusionista pueJen ser de:.;cubierros,
pont: fin :J. toUa .suct"sin pucJe forrnar x1.rte siquierJ. de una sucesin crono- con10 pueden desbaratar.se los sofisn1as de los charh.Hanes. Pero quin des-
lgic1? La n1uerre-propia es un rnornento del tie1npo que, :d rnenos para el baratar:i el esca1noteo rnortJI? No es a Eros, sino a Tn::itos a quien deberan
-"UJl".[O, signiflc:t Lt :-;u presin c.ie! tie1npo. ~ LJ. n1uerte adriene en un 1non1ento
aplicarse las palahr:1s de f)iotin1a: 8etv0-; '(vry; Ka.l cpapaKE1)(; Kal. crocptcrT)<;.
dddo. y Uesde e.-;e rnornenro y en e! inisino inst:tnte inaugura para el Jifunto l'n inco 1np:irab[e 1n~t_go. un virtuoso de la prestidigitacin! "\~o no he visto
una t'."[erniJ;__J Jhi:Hric:1 y perfect::unente \'aca Je :1contccimientos. De la n:.1.da ... Estis seguro?,, pregunta Arkel al mdico. "No he odo nada. R:.-pido,
rnisrr1a n1anera la 1nuerte tiene fugarn en aZf!.una pa11e. hic et nunc, y de- ripido .. AhorJ. .. Se va sin decir n::ida ___ .6 ;\1lisande se ha ido sin siquiera
viene en el :icro y .'iohre la m:.1.rchJ. un n1isterio rranse:-;p:tciai. El aconte- decir, con10 todo el inundo. como Clernence:.1.u y Sar::th Bernhardt, su ltima
cilniento de la n1uerte no slo se produce en unJ. JetenninaJa fecha en el
tiempo, sino en un cierto punto en el espacio. determinado por abscisa y
'Fedr11. ti! t:'. 6- :i-h (opflii;:oBatl: >t :1-h: 117 c. Cf. Teetf!ra. 17(1 a-h.
ordenada: b_ interseccin de diversas coordenadas esr.:iblece la. efectividad
' Hoffrn;m. C11e11tos 11uct1ir11us. ,ic. :ipud _-\loysiu:,, 5en:rand. Scarho (Ga.spar do::: ia nodlt:'l.
y perrnire la localiz:1cin de cu:.1.lquier acontecirniento que las palahr.is tiene
'' !'e/feos _1' .lfc'/i.w11u/e. \-. 2

251
___ palabra: as que no tendr Un sitio eip la aritologa de Cl~ude Aveline: Dn- vqlver 1a que .est excluida! Si :el n1uerto, en- lug;If,: c;t. 'hab_~r_se fet~do :i n
;?--e- est i\rflisande y qu ha sld d_ eU?)'v!liSnde e:?t perdida -sin -reme- ~lugar inace-sjf~~. est en _-ninguna parte) necesfra_,-_:_pa_r:._a_ v_olver, _infinit~!.rlle11""" _
_fli0,_ y no se la volver . vei ms. Mlisande _ha de~?-pareCidO- piani::,--sirtio y, te m~s que 'tii. tiempo infii.it"'. Y qu son los in'.hUffirables :_aOs-_ lz com-
-: -por as decirlo, de puntillas: la suerte- est- echad::f, la:eterria- suerte de la parados con u-na distanci~ ~emjante? Los viaj_eros,~~l ;grari viaje n. estarn
_:.-,muerte, que siempre t.oca! El niOrtafJ!eva"::f-c:ibo ~n U:n-fr1~~nt,su.salto mor- ternporalmen~e ausente.$, sino 'te1npor<l;lment_ i_neX_~~er,.~es,- _ y-.eso usque ad
tal; su increble muta~in, y Jo. lleva a cabo: :C~mo- una inspiraCn .divina, la saec-ula safculornm: .. Esta .ausencia absoJuta~.y abAQ~u~gmente_incompe_sa-:
cual es ms ligera que la ms ligera- bris-~';-ES _l ngel de la muerte- el que -- ble (puesto que- slo es compensada-sobrenaturah_il~__te),_esta ausent:ia _ me-
'ha:_ entrado por la ventana abiena, son suS alas las .que baten,:suavemente; taeruprica y, teralmente, estolgica-,-_es_ siqni-era -concebible?- Sin_ ~uda-_
silenciosamente en la habitacin del agonizante. :A partir de-ese -moment~ bastara co_n_ decir que la gran; migracin--rnetafsiCa _es.-ui:ia- nj!)iliza_cin... -Se
la 'pregunta Dnde? ya no tiene r._~spuesta. Pues la muerte, dejando- de lado da_,el non1bre_de 1ns all a ese lugar de-todos los-all !~os-que, a,_pe,s_9-r de
cualquier metfora, no se ha ido de viaje en el mismo.sentido.en que los to.dos nuestr9:s- desplazamientos-;- no estarn:c_nunca b-gu para _ Q@di. !vf.s-all
viajeros dejan su residencia y se desplazan d_e un _lugar _a otro .en- el :esoa- de la ExEl.noti_ca, entre los noplatnicos,- est_)a_:E:rrK:Etva.que est ms
co ... La muerte no se ha.ido ni inconcebiblemente "lejos-. ni"'a:-mil millo~es all de todo.-_Alli-lejoS; este n1::s-:atii no e:s nicarU~nre metaemprico:)r'me-
de millones de aos luz, ni a los parajes de Orin o a la isla. de- los-Biena- tafsico, sino tdfnbin n1etalgico;-este i:nsall e,s_t, :en otra parte di-?.6fnta al
venturados: pues cerca, lejos y aos luz representan todava distancias ern- ::tqu abajo eri general. en otra parte que en otra prte; es un otra parte infi-
pricas! El muerto no est por t'.l.nto relaci-.;;:in1ente ausente: si estuviera rela- nitarnente otra parte, un u!tra-nzs-all absolutamente ulterior. ~a Epekeina
rivatnente ausente, estara en otra parte, tendra su coartada: en otra parte est:: m-Js all no de esto o de aquello, por ejemplo ms all de tal lmite con-
que aqu, no aqu, sino all; en otra parte, pero en definitiva en alguna par- vencional, ms all de ]a atmsfera, del campo de gravedad, del sistema so..,
te; del mismo n1odo que, en virtud de la disyuncin y clarificacin de los lar, ms all incluso de nuestra g:llaxia, sino que est ms all de tdo lmi-
lugares, aquel que est presente aqu est ausente en cualquier otro sitio, y te en general y de toda dimensin ::isignable, ms all del espacio y del
por lo mismo y viceversa quien est ausente de aqu est all donde se en- tie1npo hasta el infinito. En una palabra es el Ms all a sec1s! Por qu no
cuentre ... No, morir no es ausentarse en ese sentido! El muerto est:. abso- lla1nar utopa a este n1::s all de toda topografa donde ningn astronauta
lutamente ausente, es decir, en otra parte. pero no otra parte que pudiera humano aterrizar jan1::s? - Hay sin errilY.i-i:g,0 en la -sul-izacin j_nortal algo
ser aqu o all, sino en otra parte que est en otra parte; que no es otra par- equvoco. El muerto, en un sentido, ha partido, e incluso se ha ido infini-
te sino ninguna parte! El muerto no est por tanto siquiera ausente ... Pues tan1ente lejos; pero en otro sentido se ha quedado donde estaba. Y por lo
+, Cv y ncv son dos cosas distintas. El lmite de la ausencia no es acaso el dem:.s las dos cosas \ienen a ser lo mismo. El vivo se ha ido sin moverse
no-ser? Aquel que ha partido puede vofl'e1~ as lo entienden precisa_tnente de su c:una; sin emb:J.rgo. este prodigio inexplicable es suficiente para que
los espiritbtas. Jen1asia<lo ocupado~ _en prt'sentific~tr,, a sus 1n~1ertos \. con- L'l1 el lug:J.r del vi\'O hava .. un rnuerto! El fantasn1a-en1igrante ha huido-tras
vertir el A<lis- en un Hasta luego ... No i111plica :lcasu el Adis para n.ue~tr:.t - una -cor~ina de hun10 <.iejando tra.'i de s. par;J. d~r el pego y hacer creer que
esperanza un Ha.'iLl luego a largo plazo? El desgarr:1n1il:nto <ll' b_ ,'iepar:.tcin est-: toda\a all, un i11:tniqu inanin1ado. El n1uerto est y no est all. .. -
y la languidez de la espera, en la Sonata de los adioses. no desen1bocan ;ica- ;Qu es lo que h:i pas:ido? Algo subsiste en efecto segn la ley natural y
so en un alborozado pataleo de la Vuelta? L1 creencia en los aDnrecfrfos ~ontinuacion_ist~, algo que pone en relacin la tragedia con el principio f-
de.spus de todo, no es otra cosa que e.sa esperanza de retorn~. de reen~ sico de conservacin. y lo hace cornprensible. Nada se pierde, y la plaza es-
cuentro y de vuelta. Si el ausente hubier.J sin1ple1nente can1biado de lug:tr t: siernpre ocupada, Pues la naturaleza siente horror, si no por el vaco, al
en el espacio, la ausencia de este ausente podra no ser ms que provi~io n1enos por la nada. Literalrnente no puede decirse entonces que el muerto
nal en el tiempo: Pero aquel que ha partido para Ninguna-parte (y del que haya desJ.parecido sin _dejar ni rastro: pues precisamente lo que queda son
por tanto no se podra decir que no se ha ido a ninguna parte) ha partido rastro::,~ quedan ... los resto.s, con10 se dice pdicamente; queda el despojo o
para siempre; el ~'lunuuam y el \'usquan1 est:n por tanto unido.s. Aquel que la envoltura de aquello que fue un ser vivo; estas reliquias son a la vez el
est infinitamente lejos no volver algn da. ha partido para siempre: dicho miserable vestigio de lo que er:t hace poco un organismo, el testigo del
de otro modo, una distancia infinita implica una separacin definitiva; es la
vuelta en general lo que es :1 priori imposible. es !a posihilidad misrna de - F \la urbe Jo11n11/. p. "i_>. ciiado por J'_ L L1ndsherg. op. r..:it.. p. 26.

232 233
esc1rno[eo, el residuo y el ltimo sedimenro o_ desecho :ibandonado .all( del orgariismo privado del principio que le animaba? Ese principio, hay que
n1isn10 por la _mul3cin nihilizadol.1. Lo visible no se h:=t volatiliz:ido mgi- reconocerlo, nUnca fue. visible: y sin embargo es l, l es-el vivo misterio y
c:i.men(e en lo invisible: propiainenci:: habb.ndo el rnqerto no se ha conver- el impalpable no. se sab.e-qu que conserva~ la forma- orgnica; desvelado el
[j~? en invisible, puesto que esa cosa innominable qude]a tras de s__y qli.-e misterio, la forma se defon:na, se hace informe y fluida. la forma informe es
se llama cadver es a! menos perfectan1ente visible-; el despojo es visble, algo que ya no es alguiil.; es algo no es nadie, 0Ut1~. Una vez que Mli-
pero no rnerece ser visto; ni est hecho, hablando COI"} pfo-piedad, para ser sande ha exhalado su ltinlo suspiro, se la trata como a una :iusente; pues
visto: pues si la c;irne tiene un_ sgnificado. la carrofra ya no significa nad3; aquella que a pesar de -todo sigue all ha dejado de ser una presencia. En
L1 carro::i es lirer.I!rnente no-sentido; por eso el vivo se J.parca de ella con dos sentidos opues.tos la vida y la 1nuerte vuelven engaosa, evasiva, etrea
:i.sco: Y por eso cubrimos con un \~elo ese rostro ahora y::!. intil, esos rasgos la separacin entre presencia y ausencia:H el ser vivo era una presencia ya
que est:iban hechos para expres::ir sentin1iento.;;._y que han quedado impasi- un poco ausent_e - ya que la persona lihre dotad:J de memoria y. de imagi-
bles, rnudos e inexpresivos para siempre. Def inismo modo que somos atra- n::icin, capaz de reticencia y de restriccin mental, no est nunca totalmen-
dos y repelidos ;::t b. vez por la ;J_n1biged:J.d de un J.utn1ata. as somos re- te presente en su actualidad fsica. El alma misma no est ::i. la vez ausente
pelidos y J.trJ.dos J. la vez por !J. extrar'ia an1bigedad del rostro sin mir::ida y presente?, inherente en lneas generales a la presencia de un cuerpo y re-
que nos rnir:i sin. vernos, que nos rnir:i. con su mir:ida cieg:i y sus pupilas belde sin embargo a toda localizacin? El pensamiento de mi se1nejante est
n1uertas. '{sin en1bargo, qu es un autniata ~d !ado de un cad:.ver! El au- aqu segn la topografa -en tanto en cuanto es el pensamiento de un deter-
[n1~u~1, ObrJ. de arre de! :i.nificio hurn:.ino, nunL-~l ha estado vivo; y por otr:::l n1in:.ldo ser pensante; pero esti en otrJ parte por telepata e cinfinita1nente
parre su forma es escable y no se alteraci nunca: esr:i ingeniosa in1itJcin en lejos por sus especulaciones; en definitiva, la conciencia capaz de sobrevo-
cer;1 o en trJ.po no es por tanto nJ.d;__ rn:s que unJ. inocente broma: el fabri- lar el espacio no se sta en ninguna parce. El muerto, por su pane, ~_st pre-
cante Je autn1atas, iinitando !:l v!dJ., se diviene Jsustanci.o. Pero e cad:lver sente-ausente en sentido in\erso, y:l que es una ausencia apenas presente.
era h:.ice un instante un ser vivo. Debera atrziernos la apariencia c::irnal de La muerce disocia dos proposiciones contradictorias que est:ba1nos acos-
la person:J.: sin ernbargo la sensacin de que esta persona es una cos::i. inerte tumbrados a considerar inseparables e indisolubles: la naturalidad fsica, v-
nos repele; el in1pulso de con1unicacin se congela instant:lne:1n1ente, frus- sible y tangible del ser corpreo, y el rnisterio itnpalpable que por s solo
trado. decepcion::ido por el aspecto del seudo-oroanismo o v, se convierte en h::i.ca de ese cuerpo "una presencia"; algo ha quedado presente, por decir-
Jsco_ No hay un:J. especie de irrisin SJ.crlegJ en este remedo mac:lbro? La lo as, y desde este punto de vista no hay solucin de continuidad en la con-
mis sanca de l:is J.pJ.riencias. l:i de !:i person:i. imagen de L1 divinidad, est: tinuidad del ser. Pero falt:i lo esencial~ Qu es exactamente lo esencial?
J.qu contrJ.hecha fr.:iudu!entamente: por eso estan1os tan dispuestos a acu- N::i.die puede decirlo, zi pes:1r de que todo el n1undo haya reconocido en ese
:-i:Jr :t s~u:n, Sar:n e! :ngel cado que in1ita lo sobren:irurJ.I. SJ.tn siinu!ador escamoteo sobrenatur~11 la n1isteriosa alusin de la muerre. Los supervivientes
Y prncipe de los JJ!fadores. que es ! misn10 un~1 c1ricatur:t ck! Bien y un se p:irecen ;i[ detective ::itnito que examina el lugar vaco del que los ladro-
:--.plriru :J.1 re\::.. P;tr:.1 ocultarnos ~1 nosocrO.'i 1nis1nos !a estafa de la n1uerte, ne:-1 h~ln birlado una diade111a: el dececti\e slo puede constatar una cos:i: el
rl(l." cornpl:i1.{.'n10" <.::'n l:'n1he!lccer el nistro caJ.1.,rico y en rr:ndtrle culto- el estuche en efecto est \acio. y all no hay ninguna diaden1J. ~"Iedir no .'.il'
a_n1or :i l:is inon1ias, e! fetichisrno Je la n1~sc:1ra tnonu~ria son forn1as e~[le sabe qu. tornar las supuesc1s huellas. :iparen[ar seriedad y preocupacin.
otrJs n1uch::is de piedad nccrfi!:J. en Lts que ~e \e c!ar:.lmente, frente a la L1 const::nacin de l::i ausenci~l lo nico que pone de 1nanifiesto es la riclcula
:unhigeJ:J.d Je Lt 1nuen:e. !;i :irnhi\'J!t:nci:i dl' L1 fohi:J. n1ort~1L L:.i in:inicin dC"cepcin de un detective burlado. Lnga:J.do y frustr:.ldo ... La nlLH.'.'11e es ese
\'Ue!ve lnesL1h!e b forrna or~:tnica. y el e1nh~tl.-<un~uniento nos sirYe par:J fre- ladrn: hace desaparecer un \ivo en l:.1.s 1nis1nas narice:-; de quienes le ro-
nar L1 descon1posicin de es:.i forn1~L La con1hinac!n Je horror v de a[rac- dl.'.'~ln; sin sa.ber qu pensJ.r. <lan1os vueltas y m:s vue!t:Js al n1isn10 inconcc-
cin n1rbid;i que el hombre experiment:J J.nte un:i cosa impur::i s~ debe, en hib!e hecho: esti fro, est: rnis cl;J_ro que el agua, no se mueve, no respon-
el c:L<>o de l:i r11ue11e. :i ese dudoso esc~1t11o[eo: ~dguien .':ie h:i inarchado por de, y adernjs ya no est:l aqu: el que est5. aqu. .. lo que e.st: aqu no es l.
Lt.s bucnJ..::; del n1unJo de !o.s vivo.s . .::;in que p0J;_in1os decir exactamente A esta conscJ.t:icin del hecho se lirnita el mdico forense. La f:J1nilia pensa-
qu es lo que h:J. ocurrido, y :J. qu se debe ~st::i. taumaturgia: es el alrn:i tiva observJ. el lugar donde haba un ser vivo. donde ahora ya no hay nadie ...
la que ha vol;ido. por simple ,,Jesenc:Jrn:.icin-? E! despojo es lo que quedJ.
despus de que e! J.lma h:.iy:i rartido? Ese ~>;uiapo que queda es e! residuo " Cf_ P. L !.:1ncbhe1.;,;. op. cit.. pr l-". 2h.

2:-s''i
. .
jP'erdn! -rray es0: ,cosa jorurtda, -pero esa cosa no es siquiera un no-se-sabe-
'qu ..._.Aqu_ei _(rue . .se _ha-'asentado _se ha quedado en- el sitio, pero lo que .est
ridcula de todo_ __,,. - -
inesse,- de todo ser-en, apareCe aqu
- - .
de forma evidente. El
o:i__i~terio .de 1a-:_presericia ause_nte es un misterio comn _a_ todos los ine[ab!es
en ese_ siti0_.r1o es_ nada. E- lrtversarnente; _aq'ue!lo que nos es sustradO- es casi trans-espaciales:"el ~lma, -decros antes, est presente eiiel -cut'.ipo en gen"e-
nada-, pero :~se_- _Casi ri~d.; ro. es r6do ... ~ar~' dar-fuerza a la ambigua presen- ral;-- puesto qi,J' _s.e desprende de toda la persona, y. sin embarg-[.LQ eS loca-
Ca del aus~nte;_..par_a fija()a~-i4eas. y localizar en el espacio el misterio me- Hzka_ble, ni en _ '.-'~sp1._d=() difuso ni-difluente, en ninguna r~gin determiri:lda d
taemprico, ~legimos_co~-~~~Il_C_ioriaJmente.un lugar.simblico, por ejemplo. el --es~- cuerpo, .~:-:',~ingn rgano _de .ese .organismo, r:ii siquiera e el _organis-
lecho del moriOundO-(p~Ta disimular nuestra irnpotencia para encontrar mQ_ de to<los~_S:~:~rganos; e1 _klma es literalmente_ un no-se-sabe~qw.l~.. __Q,i.O~.
lo. que no -se: p<;de- _eri_Co_p_trar, llevamos a cabO determinados rito-s qlre :. especialn1e_nt~:;=esi3- .en tdaS_partes y en ninguna parte," ubique y ritisqCzJn;,
-sbn otros tantos gestos,ineficaces; los.supervivientes del difunto, toman_do omrpresent: y rnnia~~sente~ y su localizacin en un santua~io esp_~~p~~~--_,.
las riendas.de_ uI1a _hist~_ria.-interrumpida, continan ensimisn1ados anteel mente c;onsa'g:r,~d, o en el s::into de los santos de ese santuario, es ta.~ _t!ie_::- _-._
lugar ocup:i.Q_o~: hasta_ b_act;;._,_p_oco por alguien-y donde todava hay eviden- tafrica con10,:J_4)ocalizacirl del-muerto en el sepu_lcro o la loC:alizain'de
temente algo, s!- se quier~_'.jJero-algo que no es alguien, que no es nada; algo los recuerdci~':B:~. las ci~c~n\-olu~iones cerebrales; Dios no tiene un ;l~gar
{qu poca- cosa!) que es~,>/ahidad de vanidades. A cntinuacin el cortejo un santo" por h-8.'.f5jtctilo; bios o resid"e en alguna parte, y su presencia__ en: eL
poco ridcJJlo que acon1p;a;l esa nada_hasta su supuesta ltima rnor::idaes alfar es ella @smasihiblica; Dios no tiene domicilio! Tolstoi y Ander:Sen
c0mo la repeticin a cniia lenta. estilizada. ceremoniosa de un 1novin1iento dicen que la ~rl'.ftturaleza entera es su iglesia ... A una pregunta del prncipe
vano: el n1o\-niento de n;:i.da en ca111ino J ninguna prn1r?. Por eso la pro- \ 1sevolod Iv:inovitch, FE",ToniJ., en la Kitezh de Rimski-Kors::ikov, responde

cesin es ienta. lenta la inarcha fnebre que la acon1pail::i: pues ese alguien que el bosque es el te1nplo universal de Dios. Kitezh, en esto, es tan ine-
que no es nadie y no va a ninguna parte y que tiene por tanto la eternidad xistente como la celeste Jerusaln del Apocalipsis.9 A decir verdad la trans-
ante l. ese don Nadie no tiene prisa;_ y no solarnente no tiene prisa, sino cendencia inmanente de Dios no evoca t::into la anfibolia del mortal como
que hace que los hornbres con prisas sede1noren a su paso. Ese paso es el la de la mortalidad - pues la mortalidad esr:: a la vez en el _exterior y en el
paso de aquel a quien no esperan_ en ninguna parte, y que acon1paa a su interior de la vitalidad. Dios en efecto nunca ha estado en alguna parte; mien-
hermano. pero no a Ja ~stacin,_ al Ayuntamiento, a la clnica, o a la facul- tras que el mortal, al menos mientras estaba vivo, estuvo presente en algu-
tad, sino a ninguna parte_:. EI.'ce_1nellteriq e~ evidente1nente alguna parte. pero na parte en el f!1u11~-c; !:l n!t!erte rnism.2, -C'...~2nd0 sobreYi~rre, t~en-e.lugar en
la-:nueva direccin-del _i_~existent=e es-ringuna parte, JVusquan1; y ese 110- un punto determinado dd espacio, en el punto precisamente en que ha sor-
lugar.es-- tan ridculo c1no-Ja-.::procesi90:-que se enca1nina a l. La tuinba. prendido a la cr_iatura. Y J continuacin ... a continuacin ya no hay ms
principalmente. en esta fo-pgriifa irii<Ti1::iria se convierte en objeto de criatura. a continu::icin la criatura no est en ninguna parte! Sin embargo
peregrinacin. lugar convenCional de ct;- :y punto de reunin de todos los hay todava algo bajo esa losa - y en este sentido lo impalpable conserva
_ rituales fnebres: los s~1perYivie~ies se aglc:i_1'.'.~'.r~1r; aln:ch:dor dl'.'! rect:ingulo un punto de aplicacin en el inundo de aqu ahajo; sin duda este punto es
vaco - \aco con10 i.:1 111-::s v:icio de los cerlot~1fios. y sirnulan rL'Cogilnie-nru un pretexto t~10 vano con10 sin1hlico - pero poco in1porta: aqu, y no en
corno si _:[ 1nisterio de la n1ueI-te tUYicr~t lug~u L'fcL-ti\a1nente all. asignable otra parte. yace la reliquia de un cuerpo detenninado. Sin en1bargo lo que
y localizable en aquel tnisrno lugar. lJll_i'aCe :llgo que fue alguien; pero un y:ice en este punto no es aquel que fue, pues l:i persona ya no es personJ.~
!nueco. un:i mon1i::i no es alguien. La concurrencia no .sahe hien qu hacer En todos los casos la ambigedad de l:i muerte es una ambigCtedad de es-
ante esa lo,-;:.i de 111jnnol que se supone nos ."e1x1ra del nlisrerio: los super- ca1noteo. puesto ciue la rnuerte es rr5nsito de :J.lguna parte a ninguna parte.
vivientes. Je::.ocux1dos, desesperado:-;, ilnpotcntes, se dirigen J una losa lx1jo puesto que la existencia local y el abandono de todo lugar se suceden. Dios
la cual no hay nada. LJ. inuerte est en el ar~1d con10 el vino en la botell:i? por el contr:Jrio est~ por toda la eternidad en to<las partes y en ninguna: en
El misterio esti realmente contenido en esa cJja?, en esa urna donde unas l ubicuida<l. nusquamit son igualmente inmemoriales; precisamente por-
n1anos pi:idosas depositaron en otro tiempo cuida<losatnent~ alguno.s gra- que no est~ en ninguna parte es por lo que Dios est, en cieno modo, en
1nos Je infonnes cenizas? Creyendo asegur:.lr la reclusin de la indivi<lu:i~ todas partes a la vez! Ubitue es efecti\arnente un modo de no contestar a
lidad desaparee-ida, encerr:imos y ponemos cuidadosan1ente aparte esos res~ !::i pregunta [Tbi. una n1anera de embrollar la dis[fibucin de los lugares y
tos indiscernibles del polvo universaL como si no fueran J. retornar al gran
Todo y confundirse con la tierra. los eten1entos. los 1ninerales. La vanidad
volver equvocJ tod:l !oc:iliz:1cin .. L:i con[radiccin del En todas parres y ajeno a -todos los circuito~ de alocucin, es universalmente-l como tambin
del En ningun3. parte es en efecto h1 utopa por excelencia, l:i utopa que-es -lo es definitivamente. A partir del mome_nto en que Mlisande ha pronun-
J.[opa (ci;:ona). es decir, absurdo Jgudo, y que destruye cualquier to_pogra- ciado sus _ltimas pal::i.br:is. ya slo se habla de ella en tercera persori"a; peror
j'io. Evidenten1ente, en este senrido, l::i. n11:1erteno est on1nipresente - pues no se le ~abla ms a'ella. El muerto no tiene relaciones, n"o evidenter~e
un:l presenci:1 de[erminada que deviene, por efecto de la rriuerte, ausencia en _el sentido positivo en que lo Absoluto no tiene relaciones: l es _m_:s bien
:i.bsolur::i, no es un:1 01nnip_rCsenci::i.; sin emb;irgo la muerre confunde ram- i!Telatiuq.__ Una relacron _partitiva es _psiQI~-~I)_(I:~=tos.. eLementos de -ufl-.t~,
bin las !oc:iliz:iciones, pero no porque ella est uhique-nusquam. sino por- Pero ningu~;-~~ia-ci~9si~!e_ent~; el todo mi_~~~Q_.Q.}_~1~;~;~~~-~~J~~-~-
que CSt: YlllS(j/-l(ltfl-ltSljllClln; S~veJenborg alude a un alguna pa[(e" (rcou) de na_da de ese todo: la relacin -s~- ~-;~:f~ aqu ~0-f;.~i_c!~?-.9~1_ c~rr_e_lato, se
lJ rnuerte. J. un a!gun;i parre que no es ninguna pa[(e pero que ese visio- aiquila en s "nih~~dad,,: pu~ _rc::lacin del ser con el no-se~ ~~ce;-o es
n::i.rio define de buenJ. g~1na corno un sin1p!e no-se-sabe-dnde.lo La muerte, --; d~_J~lJ~iQf1_. Nuestra-Sin1aci~ es ig-u;:1~e;teif'~I;ti;a~Uacto- se considefa~~
'1 el mis al15.),-a no corno nihilida<l radical, sino corno iilteridad absoluta: l
h::iy que repetirlo?', penenece :J. dos n1undos: J. este bajo mundo E{n cuanto ':-';'-. l

fenn1eno l_ocaliz~1ble o simple anot:Jcin det regiscro civiL al otro mun<lo en relacin presupone dos correlatos al menos con1p;:irables, si no conmensu-
cu:1nto que el difunto se_ esfuna en un inst::inte en cuerpo y aln1J.. perdido rables, dos correlatos del 111ismo orden, si no situados sobre el n1is1no pl:.Ino;
casi (pero no con1pleL1n1enH::), perdido parJ. sien1pre y para todos los su- por eje1nplo una reciprocid:l<l de correlaciones es posible entre un en1pera-
per:iv!cnres. En relacin a! espacio como en re!J.cin al tiempo. la muerre <lor y un lahriego. entre un embajador y un pastor, una y otr:l, criaturas n1ise-
cst:1 situ:J.da en e! pun[o de la tangente entre el 1n;:s ~1ci y el n1is :J.!li. rabtes a los ojos de Dios, iguales ante la n1uerte. Pero entre el n1:.s ac5. y el
n1is alli no hay ningn punto en con1n. Con lo relativ::imente otro, a la vez
p:ireci<lo y diferente, y diferente precisan1ente porque parecido, lo n1is1110
5. El instnnte n1ortal 110 tiene relaciones. n1antiene algun;:i relacin: pero con lo completa1nente otro, con lo absolu-
tamente otro, con lo vertiginosamente otro, otro incluso que lo otro, no tene-
E~ decir. par:J ten11in:lr, e~;!_rlte mortal no_p_l!_~e se1.Q~Q0_gdo en la CJ.te- n1os el n13-s rnnimo punto en cornn ni el menor trmino de comparacin.
go:a de !:1 rel:J.cin: El no-ser letal. que es L1 nad:1 de todo nues[rO ser, ex- Este es el caso <le la criatura ante el Absoluto divino. A pesar de todo ciertas
cluye cualquier reL1cin o comunic:1cin con un:1 alteridad. cu;.liquier posi- fonnas de dilogo, de re!Jcin religiosa. mstica o intuitiva, no estn nece-
bilidad de u!ocucin; esta reL1cin exisriri:i nic:ln1ente parJ un sub.stancialismo saria111ente excluidas en el carJ. ::i cJ.ra del hon1bre con la subliine alteridad:
~~1:_p_e_0:~d..Q_t;_Q_bi_pQ~~~1~~LJ.;!_IDUeJ:CC..t:n el interior de b. vida. o par:1 una es- mientrJ.s que ninguna relacin de ninguna clase parece concebirse a priori
c:uo!og:J anrropoinrf!ca que cubra L1 n:1<la <lc sombras. vL1eha la 111orta! ti- entre el ser vivo y el ms a!Li 1nintico <le ese ser. El muerto no est en rela-
niebla tan tr.:1nsparente corno una noche cLir:1. haga del m::s al!i un p:lido cin con nadie: y en con5ecuencia la muerte de e.se 111uerto es ;:i.bsolutamen-
tL' inco1nunicah!e. 'Y:l poJis .'.iacudir al ahogado y 1\~unar!e por SU nomhre.
rL'tlejo dl n1i-; Jcj. in1agine no se sabe qu :1h.sur<los intercJ.n1hios entre -
\"i\os y LSf)eltrus_ A !o que no'."iO(ros dccin1os: uno n<;> ~t'; __cc:_1rtpp_rta <le nin- que el ahogado no responde. ~unca 111:..s el J.Usente est:Jri presente. El "toque
gun~151.!}_s:;:.DLCun__:_tlg.._lli_t,:!lJ].llt;_ncLi.::i.nJ.<-Li~, :1 n1_enos de confunUir ;-neXIS~ dL Jifunto.-; .. qut: .'iL' 1:..'icuch~c en nuL' ...,tra_-. cere1noni~1.<; no tiene eco: e-l 111uerro
te_nciJ. ~?_r:1 -~1~~'._ si1np!.'.:_~~usen~a. con una ause~i:J-~;~~.;~~nre pr~<>e~t~ no responJl:' J la llainada de.:;g~1rradora de la trornpeta: la nora lgubre se
que h:1ce que las conductas Sirnhlicas.o J11er:1f<;)__ricas sei!Q_f9_Q_c~b_ibles. Lfno :lp~lg~t en e-1 si!cncio entre los sollozos <le !as rnujeres.

_ se dir1;r!J' a l:t _;eg--c11Uif)ersona. que es sco,uncia er~ ra7o <~_[e_djrjuirse


-!11lsnlfJ--:- pl..rOUnOSeli'J=1'g"C~I;- [~~e;;r;;:-;;-~ Tod:ivJ.-~-.~-l~~cer~~ -;o
son tt:rC-erOs rn:is que provision:1linente. ''i nic:unenre hoy, .y porque esr:n
ha.st~1 nueva orden fuer:i Jel circuito de l::t alocucin directa: y por otra p::irte
el cree ro que cs l por relJ.cin :1 1n puede ser t por rel:1cin J otros. El
rnuerto es una tercera person:i que no ser nunc:i. segunda: el rnuerto estari
c:ternan1en[e en tercer !ugJ.r; y adein:s el rnuerto no es un T para nadie:
~ CAPTULO II

EI:CAS!-NADA DEL"'-RTCULO MORTAL

. 1

~I
i l. La nzuerte j'l!clouianc1. El zunbral de la ;nue;te es escanzoteado.

Los Griegos, para minimizar el artculo de la 1nuerte, no se tomaban siquiera


la molestia de disolverlo en una tr::i.nsformacin o en un devenir. Platn, que
como hemos ~risto distingue perfectamente entre Un:o8vficrKEtv y 'te6v.vai,1
duda en cambio sobre el instante. El Scrates del Fedn no confunde en
modo :ilguno -fa esperanz:i con el valor, EMiSc:tv y 8appi.:.lv, 2 esperar y afron-
tar: la esperanZa se refiere a las rernuneraciones del nris all) pero hace falta
valor para desatar los lazos del :ihna y del cuerpo, es decir, para afrancar el
momento supremo. Aden1:is cien:is expresionesJ dejan intuir que Platn con-
ceba cl:ir::unente la idea de un orden distinto con1pletamente ulterior J.el
que la muerte es la condicin. "{ a pesar Je todo se nos protnete que habr
:ilgo 1njs all:. de .esta vida. El'vq.t r1 ;ols rc-rEA...C"'\JTilK<n:-i ese algo es el n1othro
d~ nues(ra esper~1nza: la esper:J.nza e1et11ent:il no se funda precisan1ente en
1:1 gar;1nt:.t <l:.: qul' el :>er continu~1rj siendo? La rnuerte no ser: por tanto esa
nihilizacin vertiginosa cuyo solo pensamiento nos llena J.e angustia. Por el
contr:irio, cuando y~1 no st: tr::na de la muerte ya muerta, sino de la _muerte
1norihunda. Platn pensar:.. de acuerdo con Epicuro. que no es nada: ouEV,
pur:i negacin de la pri\acin. Slo hay angustia en el instan[e, y el instan~
te est, en el Fedn, cuidadosa111ente dsitnulaJo: toda discontinuiJ.ad ser
por tanto colmada, todo desg:irr.uniento recosido. El Fedn ofrece un rostro

l Fedn, 67 o;.
e 6.:3 c. Cf. (Ha: n:po9utaea1 \1.f. -: hJ .
'< 6uo:'v e:tEpOV. 66 t'; rcpLfp\' oolJ, - .l.

'h5c IHc

~ il
uniforrne. sin surcos ni arrug::ts, t::tn sereno como e! S6crates perfectamerte mismo ironiza sobre su propia._muette, a_ f_in.cl retirarle todocarcter des-
ecu::inln1e en t~l que Erik Satic se inspira. As corno !:i ejempla~ contiiiuid3-<l garrador: .,j\!Ie n~una el destino, dira u_n aCtor trgico, y es casi l::i hora de que
del recit~Hi\o y el progreso regu:.ir de los :icordes que lo sos[ienen, ~n Sa- me enc:Jmine al bao ... rn Se dira que en .efec[o no va a morir esa misma
tie, excluyen cualquier brusco zigzag, cualquier precipitacin coil'lulsiva, as tarde a las seis, que todo lo que est pasando no va 'en serio. So ltima pala-
la c~drna r_ecit;:uiv:J del Fedn no deja lugar a ninguna pattica disonancia. bra es trivial e insignificante adred~; Scrates.dice: Sacrlficad un gallo a As-
L:Js larne.rtacioncs por la ltinio uez, macov,-5 h:Jcen encogerse de hombros- clepio!"' Este es su test:imenro, sus Ultiras- fJalabras y sus ltimas volunta-
~
un espritu fuerte. Scrates. par::i no tener que escuchar las not:is discor- des! ?vlientras se acerca L1-hora Fatclic:i, es todo lo que se -le ocurre decir? -
dJ.ntes (rc).:r1,u.E}.elv)6 de !Js ah11~1s sensibles y par::i elninar toda no[a falsa La muerte del sabio, en una palabra. es todo lo contrario de Una muerte soli-
reprende al fogoso Apolodoro de Falero y h::tce que acompailen a su c:isa taria. No muri solo, cuenta Fedn, aUK EPTlo:; 8-EAf:'ta. <pi'.Awv, ramos muchos
.:.i su cspos:i cleshech:J. en llan[o. Llor:ir, con10 ]Jnpa, o indignarse (ci-yavaK- los que le rodebamos: JtapTjcr.v -i:1vE<;, JtoUo yE. 11. Se muere solo, dir por
1
. tt:lv),- corno .-\po!odoro, es efecriv:1n1ente ser vctin1a de la ap:J.riencia que el contrario Pascal; y Valry: he nacido varios, he muerto uno solo. Es decir:
represen~1 el instante morral: el pudor nos invitar~l 1n:.'i.s bien a tratar de en-
contr:ir bajo b disconrin,.uiJad tr5gic:J !:1 continuidad profunda entre el n1:S
ac: y el 1n::.s alli. Incluso la indignacin de Apotodoro, tan alejada de la
II
fl
es neces:J.rio, por rodeado que se est. do..r uno solo ese paso angustioso que
naelie ruede dar por nadie y que cad;:i cual debe afront:ir por s mismo res-
pectivarnente; ni siquier::i. el crucifijo, que en el ltimo minuto el capelln
desesperacin y de !a angustiJ.. irnplic:i un:i cierta increelu!id::id con respec-
to J L1 seried:iJ de este csc:1nc!:.ilo. 'HCJV':av iiyELE:s Scrates no::; reco111ienlL1
!i presenta al condenado par::i que n1uera inirndolo, dispensa a ese conde-
nado de la terrible pn1eba person:il; la imagen de la cn1z acotnpaa al n1ori-
.".c. I
es~i trancuilid:ld que provoc::t en nosotros el inar en c::dn1a, la historia sere- f bundo usque ad n1onen1. hasta el un1bral, hasta el ltimo y exrremo punto,
n:J, !os ~1conrecin1ienros sencillos. Pero hay un:i nota jlsa, un:i sola, al final pero no ni5.s all: el u1nbral mismo, se franquea en la ms angustiosa sole-
del Fed11. como hay, en el Scrates de Satie. el choque de un becuadro con dad ... Jess, segn los predicadores, niuri por la salvacin ele los hombres,
un sostc:nido: esta falsa nota es c:i verbo sen1elf5.ctico del insr:Jnte EKtv~fhi.' 1 pero a esos 1nismos predicadores no se les ocurrira decir que jess tnuri
tuvo un estrernecimiento, que seala el sobres:dro morr::d; sucediendo a Lis en fugar de Pedro y de P:1blo, para que Pedro y Pablo no tuvier;1n que morir!
largas discusiones sobre la inn1orr:ilid.::id y en di,:;onanci:i con e1L1s, el aoristo Se ha de1nostra<lo. h:ibL1ndo de la prirnera persona, cmo el au.,,yflfo reli-
.. ruvo un estren1ecin1ien[o~ es sin dud::i el nico acontecimiento del Fedn. gioso no dispensaba en absoluto al moribundo de tener que dar solo el lti-
Pero este J.conreci1niento p:Jsa casi desapercibido ... Apenas la 1nuerre ha n10 paso de la vida ... Cn10 un::.i. experiencia tan grave, tan punzante, y que
entr:1do en L1 celd:J de Scr:ues - y y::t Scr:ues tiene la mirada fija: todo nos concierne en prin1er~1 persona, no iba a ser vivida en el inayor aban-
ha terniinado :ultes de haber co1nenzado; co1no en e[ fin:Jl ele Peilas r Jf- dono y en el n1s angustioso clesan1paro? En las ltirnas obras de Liszt, el
!isnncle. roda h:l pasado furri\'::tmente y por decirlo as de runtillas. ~:1dil' recitati\o so!itJrio, la n1~1no derecha privada de sus bajos evocan al viajero
li:t \i,-;ro n:1<.Lt ni oido n:.id:i. _\:.iJie se ha dacio cuenta de nada. Scrates en sulir~iriu que c~unina .'iuhre la nie\e por la noche. Incluso el barquero de la
dchniti\:1 ::;e hJ n1ueno sin h:Jber tenido que niorir~ Por c:so l:i n1uerte de S- c;1ulola./111ehre, no c~t. .ill para dar conversJcin :i su pasajero~ Scrates
lT:ites es una rllllL'!1L' cternJ.. un in.:it:tnto..:: in1n0n:.iL un :1cun(cciinicnto tan nur- =-- i 1nuere en con1pa11:i: pero To!stol no se qued entre los suyos platicando
rn:nivo corno !a bat:il!a ele Salamina y el juran1enro del Jeu-de-Paume: Scr:t- ,:;obre la intnorta!idad del abna, en 1nedio de L1 reconfortante amistad y !os
tes recibiendo L1 cicut:1 de rn:.lnos de! \'erdugo (con10 en el cuadro de D:1\id l. consue!O.'i espirituales: huy de Iasn~a Poliana por los ca1ninos, con10 un
St'>cT:He~ hehiL'ndo L1 cicut:1 hJ.::il:t ia ltima gur:1 sin n10\1..:T un 1nscu!o de Lt L1drn, y fin~llrnente n1uri solo. lejos de presencias tranquiiiz;idoras, en una
c:1r:1. co111u .'>i echar:1 un rr:igo. Scraces recosrjndo:;e para 1norir - son L'SCL"- pequen.a est::icin de rren. Astpo\o es el sirnbolo de aquella solecl:icl ex-
nas ejernpL1re::; y fias, <lefiniti\'Jmente consagr:.id:is por !:i hisroria. Y Scrates tre1n:i. tJn :tjen::i a los Griegos. As pues. PLttn esca1note:.t el uinbrJ.1 aven-
turero del instante. La 1nis1nidad esti so!:i en e! insrante mortal: :ihora bien

'' l - d. Cf_ ,-.;;1(tl'.. f.t1 11111err1! de S1icrate;;. f)p. ll7-6H. \(I ll"l ;\.
(1_! ,_ ~ id h e: ll! .i: h- t': H h: f\9 d: -d. fr_ 211.
1 t "i8 c-d. P(>f (Jposici(in :1 P:1:-0(:1I. Pe11st'r's. 111.
"\ - <:: En b tr:tdtl(.Yin d1. C. ( O:irc1:1 l;ual. s(1nat<:s dice: Cri!tin. le debemos un g:dlo ;l .-4~-;derio ,-\.si
., ;-.; que p:ig:i>l'i() y no lo d...-.~n1idc- !'b1<"in. !J111lug1'-" [JL .\tidrid; (;rl'.dos. l<J'J:'. (:\. dd T.l

2.-15
hay que dejarla nunca sola; p(Jr eso-los_a_C:ompaantes del ms ac, ha- idelismabstracto que merece ser llamado_-filosofi<i-d.__la c:o_::.rtada:. es~~ r:e-
c,::biendo escoltado a Scrates _ hasta. el ltimo extfemo..deJa vida, to.-dep_osi- mite el- aconte_ci-Irliento de uno a _otro _y, de. u9a_-pqrt~ .a..p~<l p.arte., lo m_ismO ,
-~:~fln_-directamente en las mar:ios de-los cbrnp:i-efo~ del .mas all, todos .ellos que aquella pro_longa _el plazo de un da para otro. La -~u~rte, tdo ha_y- que-
~;justos y sabiOs, de tal manera que' la. h_etair~de los _bien<'!veri.turidos-toma decirlo, se presta a esta-postergacin indefinidar. ptJesto _que la fe<:ha siem-
_--~~Jnmediatamente el relevo de la sociedad terre-h~l~y- se -Ocupa. de;-que-Si:ra..: pre puede-ser Clit"erida:-Sin embarg? una fqo~of.?-:<:feLpi::nltimo instante no_
---_tes~ vivo o muerto, no est nuhca sin compa!J.a. Basra}'.:T final, y.:ms all_in- bas,tarta para exp_lica-r la Serenid~d sin ~acha, la_ -~~raxiJ. _imp:erturbaOle de .
Cluso de ese final, la vida y la supervivecia' d. ScrateS se.-des_envuelven en- Scrates: puesJa postergacin pra el__da:sigu_ienre_gos _sme en, la iIJ_certi:- -"
.::compaa de la amistad y de la conver;acin libre. Lis conversacjones de - <lumbre; el aplazamiento de da en Ja _es tambin_uri _ap4zarrnto de _ da
-.aqu abajo prosiguen ms all de la muerte y sin ninguna solucin de tonti-_ a da, es deci:i"; una moratoria muy_precaria.y una su_er:t~_:rp.ilagrosa ~onti
nuidad con .los dilogos de los muertos=:-:en la isla de los-Bienaventurados la nuamente prorrogada y continuah1ente puesta eo_ tela de juicio. Si la tensi_n
<conversacin que con1enz en la Tier~a'-Podr-prblongatse por los-sigl_os-de trgica -de la _rgencia no existe para Scrates, es porque_ en general -1a insta-
lo$. 6iglos. Desde luego no e.'.) por cobarda p_or lo q_ue.se ahoga.a_l -instante taneidad del ac.ntecimiento le e.~:fljena;.propiamente_-habl~ndo, no SUS'e.fie
--n1ortal entre discursos": pues .en otro sentido S_crates _el ironiSta es..n1s bien nada en el Fedn; y por consigui_~nte 13: rnuerte s .algp'. ql!,e no lleg _nlJI!ca.
un- hroe del laconismo y un enemigo declara(f cie -la retrica. Es-~n hecho No es acaso el' iflstante de la n:Je~te, abstracciri''fiecha de cualquie't Cir-
sin embargo que el destino de Scrates, a ambos lados de la muerte, se pare- cunstancia, el acontecitniento en. est::tdo puro? En el ser, en tanto en cuanto
ce a una filosofa ininterrumpida que pasara por encima de la intern1pcin que surge ef~ctivan1ente dei no-ser, Ja cesacin de ser est nplcita como
del instante; los interlocutores de este perpetuo dilOgo se olvidan de- s posibilidad: la idea platnica, al no ser algO que suceda, no muere; la verdaJ,
angustia; hablan, hablan como si tal cosa, como si el sabio no fuera a morir no teniendo advenimiento, es eterna. Se comprende entonces que el ins-
esa misma tarde, como si ese ltimo da de un condenado no fuera en abso- tante sin verdad, que el advenir efectivo, que la llegada histrica del acon-
luto el ltno. con10 si el condenado tuviera todo el tiempo disponible. tecniento irracional puedan inspirar al filsofo de las Ideas una verdadera
Y en efecto. aunque la rnuerte de Scrates sea una muerte prxima e inrni- fobia. El -.ca.1pc; co1nienza a existir cuando el escultor, como Lisipo, lo ha pe-
nente, aunque Scrates est " punto de12 morir y en trance de muerte, la trificado y convertido en estatua. -
Cu-cstin de la inmortalidad se la mantiene a distancia, como si se tratase de

.~ .1
un objeto abstracto y lejano. Muchos filsofos de la muerte enloqueceri in
extrernis, en cuanto llega su ltima hora, y se dejan sorprender en sus nari- 2. La muerte como jluxin de pequeiias muertes.
ces por el acontecimiento. Ahora bien, un sabio slo es un sabio si se com-
porta e_n la antesala de la muerte. cuando la muerte est: anunciada para es:i ~' Hay natur.iln1ente un n1edio de trivializar. de rnnimizar e incluso de aho-
tarde. con10.se.ba con1portad9 toda su vida n1ientr:1s su-n1uerte estaba toda- rrar comp!etan1ente el _instante Je la 111uene; y todas las filosofas ascticas
\a lejos. Tratando el plazo in1nediato co1no si fuera un fin mediato, el sabio -z ' conocen ese n1edio: cclnsiste en hacer de la vida un3 1nuerte perpetua, y del
I110dera [a urgencia insultante Y humill~lntc: J~f J.Cnte(lentO 'j Se'. L.Ulllprta \"i\o si no tin ser nacido-111uerto, ~ll rnenos un ser naciente-n1oribundo. Qu
de manera que su ltima hor:.i est a la altura de Ja itnagen de su \'ida en- significa vivir, para el ascet:i, sino nlorir '.l fuego lento? Qu es la existencia,
tera. Estar listo parJ. morir, en Snec:i. i\ilarco Aurelio. y entre los cristianos. para el asceta. sino una t"specie de prolongado con1a filosfico? La muerte
consste en vi\ir cada da de la vida co1no si fuera el ltin10; en P!~itn. es en este caso no es ya un acontecin1iento nico que sobreviene a! final de la
rnis bien vivir el ltitno corno si no fuer~l el ltirno. El tien1po apremia y no vida, sino un fenrneno incesante que interviene a cada minuto n1ientras
::;:ihis el da ni la hora: es necesario por tanro est:ir preparado para cu:.il- dura la existencia: i j la n1uerte se encuentra por tanto repartida todo a lo
quier eventualidad; Pascal y Nicole vivieron intensamente estas advertencias !:.Irgo de la duracin, en .tod:.Is las horas y en todos los minutos de esas horas.
del Ev::1.ngelio. ;Para Platn por el cqntrario, el sahio no sabe !o qut> es tener l~t viJa, en resumidas cuent:.is, <::'.'st:.ira cesando sin cesar. El ser del hon1bre
prisas! Hay en efecto una sabidura dilatoria que podra llamarse la filosofa no cesa de cesar, el ser Je! hon1bre cesa incesantemente! Digamos ms bien:
del da siguiente o del penltimo instante, del mismo modo que hay un cierto la continu:icin en generJ.l no es otra cosa m:s que un cesacin continuada:
pues slo hay' un:.i nica cosa que con[ina sin cesar, y es:l cosa es la cesa- la gran muerte_ final vien~ a prodcirse, haca ya .tierhpo que se vena anun-
cin n1isrn:.L ;,\forir (;pero p:1c.1 rnorir no habi:.r ::in[eS que ser?) es por t:lnto ciando mediante las innume_rables pequeas muertes cotidianas,. mediante
- nuestra C1nic:.i consisrenci:.i! En esr:ts condiciones un::i. n1editacin del n15.s ac la sucesiri de ffiinsculos fallcimientos que son el presagio de esta grah
que pretend:i :.ipoder::irse de la muerte antes de la n1uen no podra ser ni
prerr1:itur:.i ni internpestiva: nunc::i esta medir:Jcin se anticip:Jr al aconte-
. "". muerte: la cada del pelo, las" canas_, la d~scarnadura de los dientes son otras
tantas muertes en miniatura, y .estas- muertes en miniatura son o_tros tantos
/ .
ci1nicnto. nunc:1 con1enz:1r6. dernasi:.i.do pronto: por el contrario, en cualquier signos precursores de la muerte general. Como' por casualidad, la dificultad

'
.
n1ot11ento en que interYeng:1, siempre llega a tiempo, pues tiene de sobr:i . que experin1eltamos a veces para determinar con exactitud el_ instante de
d:ide escoger! Pu('sto que el Yivo es un perpetuo n1oribundo y puesto que '.~ Ja muerte gener..ll acaba por hacer borrn y cuenta nueva sobre ese instante;
la \id:J. <le ese vivo es _un:l muerte progresiva y que se extiende lentamente .'}~,- '1 por eso el mdico forense duda a veces cuando se. trata de determinar la
a !o largo de algunos decenios, la nluerte es en todo n1omento legible en
ese Ciltin10 suspiro r:int:.is veces reiterado. Cu~1ndo s profesa que el hon1bre
::fi_J hora del fallecimiento ojtcial. Dastre seala que el acta de defuncin del f9-
rense es n1s bien ~n pronstico ~ ya que determinados vestigios de vitali-
--~:~I _t
n1ucre una nic:i \TZ. en el inst:J.nre ltin10 de su exi.stencia. la 1nuerte debe -~~1 dad pueden sobrevenir al-fallecimiento _aparente del enfermo: todo el mundo
.ser soprc'ndid:J. co1110 un::i oca~in flagr:.inre y Sernelf5.ctica; y hacen fak:.i en- "'o-::: ~ sabe que el pelo y las uas continan creciendo durante algff tiempo e;_n
tonces ::iut~nticos mal:ibarisms p:ir:J. coger en !a cuerda floja a la nefasta el cadver, como si no hubieran odo la ltima seal o no hicieran caso de
oportunidad. Cu:.indo por el contrJ.rio se juzg~t que el vivo esti rnurindose ella. Kouliabko hace latir el ccirazn de un n1uerto varias horas despus
rodo el tie1npo, la 1nuene de ese 1,:ivo pueJe 2iie111pre ser descifrada: siendo del fallecinliento. Los rni!J.grosos logros de la reanin1acin no estn contri-
la n1uerte enronces coextensiva del interv:ilo, el filsofo-testigo serJ. conti- buyendo acaso hoy da a relativizar la importancia de la muerte general?
nu:unentc y en todo mornento con[ernporineo de ella. El vivo tiene todo el Para hacer ms eficaz el envejecimiento espontneo, el ascetismo nos reco-
tiernpo por delante para prepararse. Si esti 1nuriendo durante tod3 su vicb. mienda ese envejeciiniento dirigido y acelerado, ese envejecimiento filosfico
3. pequctlos tirones. si se p:lsa el tie1npo n1uriendo. l:i mue1te propi~1n1ente que se llama n1orrificacin. Platn nllsmo distingue 8ava'!xn y cb-co9vi-crxoum: 14
clich:1 no tiene ya ningn significado excepcion:i.L si l:.i. \ida es un:i rnuerte por un lado la mortificacin de las bacantes y de los sabios, por el otr la
conrinuada. un:i n1uene diluida. el .aniculo supren10 ya no tiene nad~1 de n1uerte vulgar de los profanos, de los narcforos, de todos aquellos que
supren10. no es n1is que el pros:J.ico inst:J.n[e fln~t! y pierde roda sole111nidad; n1ueren no irnporta cmo. Sin embargo no deberamos confundir la sereni-
si nue::itra vid:t es un:J. viJ::i moribund:l. el ltin10 suspiro pierde su privile- d;.id intemporal del Fedn con la filosofa del Poco.,.a-poco: Scrates no se
gio de ltimo suspiro. es un suspiro n13.s, un suspiro con10 todos los suspi- apaga; Scrates no est ms muerro al terminar el dilogo, antes de que entre
ros: nic:in1ente el ltin10 de l:.i serie. Qu'. tiene de ex:[raordinario un lti- el verdugo, que al con1ienzo de ese mismo dilogo: el alma racional es eterna
n10 su2ipiro?. -'.:'por qu ~1 !:1 ltin1:.i hora. con 1:.i excus:i de que es la ltna. en este bajo mundo: en este hajo mundo el hombre notico vive con el pen-
h:thria que d:J.rle t:1nr:1 i1nron:__incia? :\o se encuentr:t nada en el lri1110 ins- san1iento en e! 1n:.s all, aunque su ser de este hajo rnundo est xnezcl:ldo
r:u1tt: que no hay:unus expcri111ent:ido o Yi\iJo cien 1nil n1illone.:-; <le \ece.-; de no-ser; la muerte es por tanto un incidente sin importancia; y en cuanto
e11 el curso Je nue::>tr:t exislenci:i. E~tJ 111uerte JiiuiJ:t en pequeas do.').':i en a la mortificacin, consiste en aflojar lo ms posible el lazo que une el alin:.i.
el tr:H1scurso de! [ietnpo. y pn:-sente virtualn1ente desde el nacin1iento. de\a- y el cuerpo, para que en el ltiino momento el nudo sea ms fcil de desa-
la e'.! in:-Jtanre fin:d propian1enre dicho. Por qu sorprenderse por L1 rnuene t:J.r; la mortificacin prep~1ra el canno a la muerte aislando o purificando.
LuanJo l;_i n1ue!lL' p1L'"existc :1 la n1uLrte? La vid~1 SL'gn el Jscetisrno es unJ en esta vida, la parte racional, aflojando el vinculum: repite la gran opera-
n1ue11e dcstil:tJ:i g0L1 :.i got:l J. conos interv:ilo::>. un:t \eces ru1ni:ida Jngus- cin rnortaL y la gran oper:icin rnortaL llegado el momento, ya no ser ms
tios:iinente por Jque! c.ue se ve en\ejecer, otras secret:i.n1ente sabore:ida y que un juego insignificante. La verdadera a.scesis mortificante consiste
degustada por una concienciJ. compl:iciente: aquel que envejece c.;onsurne ~- rns bien en la extenuacin gradual de la existencia al hilo de las pequeas
:isi su propio Je\enir :.i. cortos tr:.igos: l:.t copa de !:i vicia. con10 L1 clepsi- 1nuertes sucesivas que constiruyen una propedutica a la gran muerte.
Jr:i. se v:ica progresivamente. P:ir:.i decirlo todo. l:i rnuen::e por excelenci:i, La idea de !as innumerables muertes microscpicas de la vida cotidiana
l:i muerte sin rodeos sera el CJ..so pan:icul:.ir de' un:.i :.icontecimiento trivial es algo ms que una met:fora? Mientras tqdo sigue su curso, los pesimistas,
que sobreviene n cualquier momento en el curso de la vid:l; y este caso
p:1nicu!:1r es :1pc:i:is inis gr:.i\c quL Lts tnuLnt:s diariJs y sucesivas. Cu:indo H Fed6n. 6' h.
)eyendo el texto il rev~s., no _qtiieren .ver ms que una multiplicacin de-Cesa-
cioiles continuada_s:- desprecan-la lectuf-J. al derecho, que interpreta en el
timpo no nica~ente eI----proces de desagregacin por excelencia, sfrlo' -
compararse por consiguiente con una transformacin del cntrario en: su
- .
~il.trarib. __ L:a vertiginosa mutacin de algo en nada es_ porJ_anto una ?egaci_il
fadfcal, y acta de un solo golpe .por inversin st.-Ga:1_,.a-que---l_os"ontradit-'
t3.rhbin la edificacin po.sltiva-deLser. La ce?aci6rl.misma no hara-cesar torosin.capaC:es de:c'oexisrr uno eodemque tempore slo puednsuceder-
h~da si no fuera a la vez-un nuev~-_brte :y.Un nuevo comienzo. Nohaypor - se -~in. tranJc{Qn: l-J-no primero y el ~tro a continuacin!- Uno-desp~~:deJ: _, --:(-',
tanto comparacin posi_ble :entre;1as pequeas cesac-ines intra-vitales o intra- o:f,-y riiCa.ffiente despus del otro!' Por eso la mutacin radical excluye:ia.s;: --
-seriales del cu_:rso vita:l;-ce_~_acioh~s inmediatamente y siempre compensadaS U:anSlcioe:~ _y_Jas :escalas: no hay- entre la vida y-la muerte nirigrr;ifiter.tb_~--: ,'' ,,, '
porel iestable_cimiento -de'-a1gur1a otfa- cosa, y la gran cesacin sin comp_-eti~ ---diario,' ninga- zona -mlxra o medianera que fuera -a-la -ve'z. Viral y '1etal:,:r:ii:~:-~
sacin qtie estrangula--to-~a- continuacin en general; no hay :np~_raC:lTI guna,zon-a n~ira tarnpoco que no fuera ni letal niVital. ser,6 ntf-'S\ii?..:En-::--~ ;;-, -.
_posible entreuna muert_,e -~n miniatura instntneamente neutralizada por 13: tre estos d.ds . xtremos incon1patibles, Hamlet nci encontr'J;:i. t_e'rccir:a~-SihJ.tin:'
reaccin o la readaptac-6n -del organismo. y la muerte propiamente' dich; que reun1~_rqi)flS ven~ajas de la existencia y el dt;Scanso -de-:1a-ineXis_tenEia;~-,~:c~i .:? ~--
entre la pequea muerte--de la .herida, barrida pocb a poco por_ la cicJ.rti__:_ que evitara)~~--.doiores de la~vida y el horror deia nada. Si--1.r-vid:oi:'esta-ba -- .
zacin, hasta. que n qeiJ ni seal de ella; y el trau1nasn10 infinito de Li an1asada d~--P-I'ueITe-y: si l:i existencia se redu'ca a:- un:i ci~rta rnezcoi;l~-iza:.d~'-'
gran muen:e. [a .-muerte .-de li -dienr, la atrofia de una glndula difieren de ser y no-s(~_?e:f:nc{;$er prevaleciendo- cada vez rt1s- sobre el Se,r:y,C":,p~ta -ter~:
la-muerte como Iofinito de lo infinito. Dicho de otro modo, decir que 1-as n1inar, transfbrmando el ser in1puro en no-ser puro, se comprende>"p-erfec..:.
pequeas y freuentes n1uertcs que seran la repeticin incesante de la gran t;J111ente por qu una intuicin de la inue1te sera posible en ste -b~tjo 1un.,.
. muerte semelfctica son mortales no es n1s que un n1odo de hablar. 1'."lorir do, y por qu esta intuicin se hara cada vez rns precisa a nledida.:que el
pura y snplemente, y absoluta1nente, sin co1nplen1ento y sin ms precisin, cornponente n1ortal ocupa mis sitio en un compuesto cada vez m:s-shnple;
es algo de un orden distinto a morir sensiblemente1 morir para el 1nu11do, pero se comprende todava mejor por qu no habra ni vida ni n1ue1te: habra
morir ponnenorizadamente, cada da un poco n1s, por renuncia, con\er- una especie de xnuerte viviente, una cierta mezcolanza despreciable- de ser
sin o mortificacin - pues aquel que muere veinte veces cada tarde no y de no-s.er, algo que sie1npre ha estado a mitad de ca1nino entre los dos y
n1uere. Lo que equivale a decir que no hay una gran n1uerte y varias pe- que no es nunca ni lo uno iii lo otro y que nunca se decide a ser o fran-
queasn1uertes, sino nicarrienre la rnuerte a secas, :sin nign epteto. Pues ca1nente le uv.v c-cl:;.;:~-;r,,en.t-e le 0t-ro. Utrurn-que =_.:.\e1!!.,...,..!.ni. A-q_w::Lque .consi-
la muerte es siempre gmnde! y no h;i y ffis rnuerte que la 1nuerte en gene- der el envejecimiento co1no una invasin del ser por el no-ser, ese se repre-
ral, es decir, total. No se muere ms o rnenos, ni cada vez ms; no se muere sent::i el no-ser un poco a la manera del -Y, Ov del SojiSta: la muerte sera otra
un poco o mucho, ni poco a poco ... no se rnuere pasito a pasito. Un decres- cosa que el ser, es decir, relativamente diferente de l y relativamente homo-
cendo continuo e indefinido puede desembocar en la muene? Se parece la gnea a l, y susceptible por consiguiente de rnezclarse con l para fabricar
, \jJa a la agona de una llarna q_ue \'~leila y pierde ntensidJ.d anres Je ~pa un 1nuerto viviente. A.s c>s corno los Antiguos hacen <le! devenir una tnez-
garse Jel todo? No, la vida nO es esa lLuna agonizante. Aquellos que JicL": colanza:. dL ser y Je no-ser, de positividad ntica y Je negati\iJaJ 111intic;i
inorir cacl1 \'t'Z 111:.s, vi\ir cad:i vez n1c>nos, gnuatin1, estin aplicanJo urra o priv:niva, con10 si la l'l~1da fut:ra un ingrediente susct'ptible Je inezclarse
vez L1 categor:i de la cantidad a un proceso no cuantificable. Ahora bien. con el ser. 'l no equiv~ll<lra eso :i hipos(asiar el No? De este rno<lo se vuelve
aqu no se trata p;ira nada de los grados del con1parativo._sino del todo o ::i l:i idea de una presencia mortal que habitara al ser vivo coino un inquili-
nada. No :-;e trata y;i de dosificar ;\lis o i\Ieno.o.;. sino de responder S o :.:o no dc:l cuerpo. Decir que toJa solucin intennedia entre el ser y el no-ser
La muerte o la \iJa! O la una o la otra! Este e:-; el ultin1jrurn. Porque la ~tlrcr esti fuera Je cuestn y que el olor de la nada t'n plena viJa es una sin1ple
n:itiva es taj:inte y rigurosarnenre disyuntiva. Tanto como la oposicin exclu- met:ifora es con10 decir que la vida es vital hasta ,-;u ltimo lrnite: ha:-;ta el
sivist:i de b: existencia y de la inexistencia. la contr3.diccin de la vida sin ltiino segundo de la ltin1a hora y hasta el ltirno instante del ltimo se-
n1uerte y de la muerte sin vida es efecti\a1nente la contr.idiccin :-;uperlati\a. gundo, el vivo e,.., un ciudadano del ms aci. y eso sin !a menor aberrura
c.lian1etral y rnxna. Por eso nos negarnos a consic.ler.ir [a rnuerte co1no una sobre el n1s all; y la experiencia de este vivo, a su vez, es una experien-
transformacin: la mutacin de un contradictorio en su contradictorio no cia citerior de cabo a rabo y sin la menor abenura sobre la ulcerioridad. Slo
puede compararse con la alt~racin del otro en otro distinto, por ejen1plo pode1nos contemplar directamente una nica carJ. de la Luna, pero mediante
de un extremo en otro extre1no dentro de la 1nisn1a serie, y no puelk ingeniosas tcnicas disponemos al 1nenos de inedias para fotografiar
2--H
2-!9
indirecran1~nrc la orr:1 c:ira: aunque despus de todo la cara oculta de la Proximidad L? de la que h:J.sta incluso Platn mismo nos habla y ql}e sugie-
Lun:1 es Je esre rnundo. ni m:is ni n1enos que la provincia dei Pas-de-Calais: re la idea de una aproximacin gradual e.<; por tanto una sin1ple met_fora.
por el conr:1rio, la car:1 ocu!r:1 Je nuestro destino nos ha sido sustrada irre- Estar cronorntricamente tan cerca de la muerte y est:lr de elli metafsi-
rnedi:tb!ernente, y no hay an:irn:ias, por ingenios:is que sean, que nos per- camente tan lejos, y. no sabe de ella ms de lo que sabe un nifo, e? sin
rnitan obser.::1r ese l:.tdo ulterior y n1etaempidco, o descubrir sus secretos. duda una buena leccin de humildad y de sobriedad prosaica para los charla-
E.stos secretos son por tJ.nto un n1isteriq - a menos, por supuesto, que se tanes tan propensos a confundir en1piria y ~netaempiriJ e incapaces de refre-
cre::i en Lt.s sesiones de espir!tis1110: .. De nlo<lo que todo aquello que pode- nar los arrebatos de la esperanza pasional. C1no se puede alcanz2r el _finis-
rnos percibir o conc-..:bir. constJt:1r o concluir. todo incluso ese lmite verri- terre y el lmite ms extremo de la existencia sin estar mejor informado sobre
ginoso ele nuestro b:1jo inundo que bordeJ. el precipicio y que constituye la los secretos del ms all, sin adivinar la contrasea; sin baJTIJn[ar algo?, cmo
!ne:i fronteriza entre e! ser y la n.::ida, todo eso es un elemen[o de la posi- se~puede llegar tan cerca pen11aneciendo tan lejos? En las perogrt;ill~das
tiviJ:1d \j:11. El que busca se consUn1e. est5. J. un rnilmetro de la 1nera. a una ppulares se encontrar] !a respuesta n1s metafsica de todas: un cuarto de
fr'..lccin de segundo del trrrno. est a punto ele descubrirlo, c3.Si lo h::i des- horJ. antes de su 1nuene, el seor Perogrullo estaba todava con vida; Y no
cubierto ... Pl:'ro no! ese casi .se quedJ. en casi. Casi, es decir. n:J.da en abso- slo un cuarto de hora, sino incluso un segundo, una milsirna de segundo
!uto. Quien esLi c:isi inuertO no est: muerto, quien est casi muerto est antes! Esta tautologa no es tari t::iutolgica como parece: expres3. que una
vi\o. ~l--Ia cst:1do siquier:1 :1 punto de s:Jberlo aquel que se ha encontrado '..l rnezcolanz;: de ser y de no-ser sera el coln10 del absurdo., que no hay t"r-
un solo r~1so de !'..l n:1cL.1? De hecho ni siquiera ha l!egJ.do :J saber l:J prilne- n1ino 1nedio entre a vida y la n1uerte, y que por rnucho que rocen1os ~! -
r::i palabr:1 del co1nienzo. Son1os en cierto n1odo prisioneros ele un a priori lmite de la vida, seguin1os est:i.ndo r11:s ac hasta el final. El seor Pero-
inJefonnah!c- de plenitud y de vitJ.lidJ.cl: las crticJ.s que Bergson dirige con- gn11Jo, todo hay que decirlo, haba muerro de muene sbita. Pero el rigor
rra un:1 supuest:t experiencia de la nada se aplican tan1bin a la mueite, que del tercero-excluido no es n1enor para las muertes aparenten1ente gradua-
es el no-ser de nuestro ser-propio, la inexistencia de nuestr::i existencia. y la les. t-.'iientras el vaso no se rompa, ~l pesar de una serie de golpes cada vez
nada Je nue:::;tro todo. La diferencia de'. n:.nuralez:J. entre vida y n1uerte- no n1s violentos, no esrar:i roto, y es idntico a un vaso intacto. y la mutacin
excluye C1nic:1n1ente cualquier co111pron1iso y cu::ilquier an1;ilgam;i, sino que no es menos bruscJ. en- cJso de desgaste progresivo: 1nientras el hilo no se
aderns la cli!nsidn{f ntica dei ser vi\"O es, a pesar dt-1 envejecimiento, nis haya roto por un tirn n1s brusco que los anteriores. no estar5. roto. Por
o int'.nos con:::iL1ntc: con10 hernos visto, el ser que envejece no se conviene eso, de la vida ms enr.lrecid:i ::i la nada. y del ser n13.s disminuido al no-ser,
por eso ni c'n n1:is poroso, ni en m:s livi;ino, ni en n1js inco1npleto: se rno- hay todava un abismo. Cuando la respiracin del viejo se ha vuelto casi im-
dific:i cualirariv:1n1ente sin enr:-irecerse: lejos de Uenarse con el vaco y el perceptible. cuando el aliento vital es ca.si inapreciable. se suele decir que
vil'.nto ele! nO-.'ic'r. e! or~:1ni.-;1no. incluso disnzi111tido. es en todo n1omeno e! morihunJo existe apenas. Pero se trar:J evidenrernente de una met:fora.
una tor:tlid:1d vi:th!e. Por eso Lt iJe:l Je un o:.1seo gr:1Jual hacia L1 n1ut'Tft:' Pues !o n1ls1no que Lt :1usenc1a no es un:J. presencia extre1nadamente ate-
:1penas <.::s ~tl'.J,O n1js que una in1agen esx1ciai. cerc:; o lejo.-; de la n1ueTre. el nu~1<la. as la 1nuerre tan1poco l'S una vida extenuada. tan tenue 'i tan vapo-
vno esti l'.n un .'iL'ntido sie1npre c!ein:.isi:iJo lejos, desde el mornento en que: rosa con10 !a.-; son1hr:1s de! infierno. E:s l:J. Odisee? la que consider::J. al muerto
vive Y en tanto \ive. El olor del no-ser no se hace cada vez 1nis penetrante con10 la so111bra Je! vi\o: y fue Leibniz quien hizo de 1::1 inexistencia una
:1 n1edid:1 que l'I viajL-ro se :iproxirna a Ja frontera, por la sencilla razn de existencia n1nima.
que nu IL1y vi:ljero ni :1proxin1:1cin: por otr:i parte. al C'..lrecer de olor !~1
n:1J:1. su presc:nci:t no se percibe ni de cerca ni Je tejos. Est:i presenci'..l no
es en re:did:iJ una :.1usencia? El viejo que h'..l lleg;.~do :l su penlmo suspi- J. El acontecirniento de la 1nuerte no es una nada, sino un casi-nada.
ro est. si respira tuJ:.iv:J, tan :dei:.iJo de L1 n1uerre co1no un recin nacido:
ciertan1entL no le qued:in in:is que tres segundos de vida. pero eso s!u lu Co1no se sabe la continuidad Je! Poco :.i Poco les pareci absur<la ::i los
sabrernos cuando h:1yan pasJ.do. Los viejos, desde este pun(o de '>ist::i. :Jl Megricos: lo mismo que Zenn de Elea desafiaba al tnovirniento a !legar
n1enos, est5.n tan lejos de !a rnuerre como lo estin !os jvenes. y los jve- ;i su meta, as Diodoro y sus seguidores refutaban la posibilida<l de la
ne.s tJ.n cerca corno !os viejos: cerca o lejos, son tan jvenes los unos con10
los otros: ;jvLnes o viLjos e.srjn tan lejos !os uno::; corno los otro.'il l'..l
_Pre~dica_~in, y de una forr:na rns general.de todo lo que es flu~in y trnsi- de los ,sofismas se encuentfa,_a v_~Ces de .narices con la so_lucin sin saber
:tb. ;Cuntos grahos_hacen falta pard que un montn-de._trigo se convi'erta e~ cmo ha lleg~d_o a ella. TaL e~, precisan1ent~_ e1-_ inil3.grq de la creac~n:, no
;-.ui:i; mor:-tn?, _a partir de q' nillero? '!dado que no se puede asignar nin- vemos ms que el Antes-y -e!" De,spu-_S,.-er readOr y la fiarura; Pero. el mis-
_-g:n n1nero-detenninado, hay que pensa.r entonces que el n1ontn comienza terio del Durante se nos oculta:-La_rri_erte no es una caricanira de creaC:in,
de:4cte el. princip_io, on_:un solo_-grano, o bien que no comienza nunca ni una autntica _descreacin,. ui;la -_iaumatufgia al revs_? En todos los casos la
siquiera -con _m_if rriillones de granos? tos :sofiSmas, de los que la escuela' de ne.gacin del intervalO fu_i;_ p~r~-_los _ Grie_gos un__ eXSe:l_ente antdoto contra
Iviegara hac-a tanto uso, sirven precisamer.te._para presentar como si fuera el _temor_ a la_ Tl_l\i:,e_rte. No. haJ_fase,_:~_1traJ)C~ de devenir, en que la vid_a_,,Y
cont~~Lio un movimientO de _ .penSanlientO diScont-inuo, ocu"ltand el fallo que la muerte se di~_~an-cita. su; e_mbarg? es l:a iUea de-~n ericuentro semej~nt~,.
se _d1s1mula b_ao est~ C<?~ti_nuidad apa_rente. Buscad.el fallo! En_ la continui- y solamente _s_a)dea la que explica nuestro terror:_ la sobr_econciencia ti_eil.de
dad vei.:?orreica y_ capciosa d_e esta retrica, busCad el punto dbil!' Digamos un puehte pof--rcima de_ la mue_rte y r~-tabtece entre el ms ac y el ms
por n.u~-stra parte, recurrie_nd a_l lengu_aje de.Jos enigmas_ -y-la~ adivinanza,s all u_na confi:hldad im_aginarla}J conen"tia-tesJ!go es. en _efecto_ la: _gran
,m~gricas, q_ue la filosofa --~e.la-mortificacin ~sel S9rites.por-xce!encia; el mezcladora, l~\-:qYe. C()n~~mpla su.:,E~<?P_i_a_ niQilizaci_pq,__que es a la vez nufraga
_sofisma rnaestro de los nlae:Strs sofistas. En_ efecto,_ s_i- Scrates-InUere iridefi- _ y espectador~:_;~er nJ.ufr~gio, a 1a_ .V~~ ~-dn-1e~~ _ perS(.),0~1 y te_ry~ra persofi~i.-m
nidamente Por extincin--prgresiva, entonces _t_J~- tas dos cosas Una: ~bien sujeto y s-obJet, -y Ciuese descciniPone, pr no sa_Bf-"cmo -llund-irse inocen-
nunca llegar a estar muerto lo mismo que Aquiles no alcanzar: nunca a la . temen te en ef: n-ser. .. La concencia fabrica un espantajo, -que es la muerte
tortuga, o bien nunca habr:i estado vivo y h:1br:i est;:ido n1uerto desde su vista desde la vida. Contradictoriarnente la conciencia se siente ella misrna
nacimiento; morir perpetuamente sin llegar a morir jan1s, o (lo que viene zozobrar: siri duda Bergson nos dira que cuanto ms cree morir, m:s viva
a ser lo mismo) vivir indefinidan1ente sin vivir una vida digna de ese noinbre. est! La concienci_a del sujeto, que se desdobla en vivo y en mue~o, tiem-
Pues la vida no se convierte gradualn1ente en una muerte, del mismo modo bla de llevar -la muerte dentro de ella misma; se siente, mientras vive, habi-
que la muerte no nace poco a poco de la vid:i ni madura en e11a. Y sin em- tada por esa -lnuCrte mism:i que se supone combatimos durante la angustia
bargo n1uere! '{ sin einbargo Scrates acaba por morir... De hecho el mori- de la agona:~ no evoca la agona precisamente la idea de una lucha contra
bundo alcanza su 1nuerte del tnismo modo que Aquiles alcanza su mera. En no se sabe qu enemigo instalado eri el organismo viejo o enfermo? Aque-
esto. , al menos la apora- no es un 'uego Pero los Meu:iricos , neoando
1 ~ o la evo- llos que niegan la inmanencia del no-ser ai -ser__creen ._qlk _li.an -encontrado
1uc1on Y rehusando cua_lquier gradacin transitoria, conciben el Antes y el un remedio a las preocupaciones ilusorias: la muerte y yo, nunca nos damos
Despus con10 estados yuxtapuestos: primero el grano, luego el montn: pri- juntos; la muerte y yo somos ambos excluyentes y nos evi.ramos recprocamente;
n1ero_ la vida, luego la muerte; y nada entre los dos. Hace un mon1ento, hace mientras yo estoy, la muerte est ausente, y cuando la muerte est presente,
una fraccin de segundo, ScrJ.tes estaba toda\"a vi\o: y de golpe, sin tran- soy yo el que ya no est ... Sohre esta alternativa, Epicuro, Lucrecio, Epicteto
sicin, sin que sepatnos siquier~1 cn10, h_a p~1s~tcj9 Ll! otro lado. Cuando el y el sofista Prdico parecen estar de acuerdo: o-UOkv n:pOc; i,0.c;. la muerte no
n1orihundo est;.. n1ut'rco dsde hace tie1npo. biL"n 111ue110 y enterrado el Nleu:i- es n~ida par:.l -r, lh la muerte no est: nunca pre.sente para m! No, nunc:i il.idie
rico se est: preguntJndo toJava c1no ha podido rnorir. cn10 ha ~asado de se siente concernido, ni ants (pues l:.i n1uertc, por supuesto. no ha sobreve-
vivo a difunto: del n1is1no 1nodo que Zenn Je Elea se preguntaba c1no nido todava) ni despus (pues ya no hay nadie a quien la muerte concerni-
se _las haba arregl~1do Aquiles para alc:tnzJr a b. tortuga ... Este Scrates que ra). Es aquello misino que Jean CJssou expresaba al decir: nadie puede decir
estj prnero \-i\o y luego n1ueno. pero que propiainente dicho no 1nuere. 'fO n1uero": pues quien lo dice est: perfectarnente vivo y se desmiente a s
se parece en .sun1a al Scrates fedoniano: antes incluso de haber tenido tien1po n1ismo al hablar de ello, ya que est: hablando de ello. Los dem:s, a mi alre-
para n1orir. ya e,->tj n1uerto! Para estar 1nuerto. no hJ habido necesidad de dedor, mueren sin duda; pero yo, para rr n1isn10, yo no muero jams. - Sin
morir... Un buen d:.i se despierta muerto sin h:tber n1u;;;rro nunca. Qu buen embargo la lgica espacial. llana. esttica de Diodoro Cronos y de Prdico.
truco nos- ha hecho este genio de la prestidigitacin llan1ado 1nuerte! Un al ,'luprimir el devenir y el c~unbio. la latencia y la virtualidad, la profundidad
verdadero juego de 1nanos Jigno de los 1n:.s hjbiJes prestidigitadores: una
obra de arte del escapismo. Esta nihilizacin 1n~gica es a su manera un sofis-
l Epicuro. Kupiat OO~cu, 2 ( U:-;ener, Epfcurea, 71}: C:J.rt:a llI (a .\lenecio). 12- (U:;ener, 60). Epic-
ma: aquel que pasa por todas las transiciones sabe pertCctamente cmo podra teto, .Han11af. l. ~ (sobre los: oUK: [ljl hlv t::n general) Digent's Laerrio. X, 27. Sobre Prdico: Gom-
llegar a la solucin. pero de hecho no llega nunca: aquel que acepta la magia pcrz, Les Pensnn-:; de fa <r'n'ce. 1r. Fr .. l. pp. 1"i2-f'i_1.
y la perspectiv:i, slo c:ilina :l medi:is nuestn inquietud. La )'UXtaposicin sino que s en s misma un acontecin1iento. Si ser y continuar siendo son una "
inene Je'. los con[r.lrios permite :J. esta sabidura exorcizar di:ilctic.J.mente el sola y misrna cos:i., del misrn modo que el nada y- el nunca ms nada son
L1nt:1sn1:.i de !a muerte y decir: todo este J.sunro no es orob!emJ. mo J.hora una sola y misnl.:i cosa, y s no hay por consiguiente ninguna razn intrn~e
bien, la yuxtJ.posicin de los contr.irios, si bien no es u~a continuidad, no es ca pJ.rJ. que el ser dje de ser, la cesacin debe o bien requerir un _as:to ex,
tJ.rnpoco una :lutntic:.i discontinuid:.id: es rn:s bien una contigidad. Se ha- plcito y Un suplemento de energa, o bien ser el resultado de un accidente
ce con10 sf !a frontera ele la vid:.i fuera una sin1ple interrupcin negava mien- adventicio. El hornbre racional que supera el torr!:Tento que proviene del esta-
rras que es principio_ positivo y fundador: se despreci:i por tanto su poder --.-._ j
dio intennedio, no ha vencido por tanto todava la angustiJ. del instante. Los
reroact!vo para defiDir nuestra finitud_ L1 lnea de dern:ircacin que separa _sabios no hacen ms que tr;:inqui!izarnos: el tr:nsito no es nada, apen:is la
los do::; universos del ser y de! no-ser es p:Ir:i es_ta sabidurJ. un lmite sin espe- travesa ele un ro fnebre en una barca fnebre - y por consguiente el pro-
sor: bast~lnte meno_r que un corre rnuy fino o que unJ. imperceptible costurJ.; blema de este tr:nsito es un problema inexistente, y por i:onsiguiente la angus-
entre el n15.s ~1c:i y J! n1:s all:.1. no hay zon:.i rni..'..1::1, no hay ni siquiera Lln umhral; tia que genera -este problen1a es un temor imaginario; no hacen m:s que in-
y!a muerte no es tJ.111poco una especie de bisagn sobre L1 que la empiria y sistir: ni siquiefa se p;.tsa un mal trago, no dur:i. rns que lo que tarda,mos en
!a rnetJe1npiri~1 .se anicuL1rJ.n .. No! la 1nuene es 1:1 insecJ..ble seccin del \~1ciar la_ copa Je la cicuta. es un ahrir y cerrar de ojos, corno sac:1.rse una_
Anres y el Despus, !a ntersCcin de 1:1 Plenirud vital y del Vaco letal-: uno 1nuela (antes de que nos demos cuenta, la ffiuela ha desaparecido... ). No. ni
cesa donde el otro cornienz:.1 (si es que puede decirse que el no-ser conlienza!} siquiera es cosa de una fr..1ccin de segundo: no es :ibsbluta1nente nada, y
b. tnuerte es e! hnai Je la \ida. y el fin~1l de la vda es el cornienzo de la no- no os dJ.is cuenta Je nacla: no pod-is tener rniedo de algo que no es nacl:1.,
vid:.i .. o. para !os creyentes, el conenzo de la vid:.i eterna. Nada n1is_ Pero ni tratar de comprender aquello que no existe, ni temer aquello que no es
hay todava algo que fa!t:J.! Algo que no es n::id::i, y que es por tanto c1si ele ningn modo ten1ible. Pero por qu todos estos tranquiliz:iclores discur-
n:ida: algo !n1pcrcepble que no es n:ld:L que es todo. que es :i. la vez todo sos nos convencen tan poco?, por qu hacen tan poca mella en nosotros
Y nada. Entre L1 n:icl:.i del n1-:s all:l y el todo del ni:.s ac ele! que Y::l nos hernos todos estos consuelos? La razn es que la angustia, sentin1iento inmotivado
ocupaJo. no es el cJ.si~nacL1 lo que nos ocupa ahora? Este casi-nada es el si se quiere, la provoca no aquello que e.Yiste, sino aquello que adviene; no
fnst~1nte, es decir, el hecho n1isn10 del rr:n.sito y el :iconteciiniento de ese la cosa, sino el advenimiento ele! :1contecimiento. Sin dud:i no hay ni mate-
tr::nsiro. F~lltaba por tanto e[ Instante ~el inst:1.rite que los Griegos, :.ti no dis- rial ni literalrnente nada que ten1er en la pura e impalpablt" quoddidad del
poner ni de paL1brJs para expresarlo ni de conceptos par::l pens:irlo, ignora- advenimiento; y desde este punto ele vista al n1enos, nuestro nerviosismo no
ron totJ.lrnen[e. F:llwba la trJ..nsicin n1isma. no b tr..1nsicin que es intermedi:lrie- tiene jiuulaniento. Sin clud~t est1 fobia del instante supren10 es lgicamente
d:1d ( co1no en la filosofa de las esc:.i!as), sino L1 tr:1nsicin que es lin1in:J.ridad. poco razonable y por lo tJnto estas consider:.iciones abstr:1ctas no ::ifectan a
En cua!quier n1omento que el ,\leg:.rico considere :1. Scr:ite.s. Scrates es un:l nut"stro \er<ladero problen1a. Pues ese in.c;t:inte es para todos el acontecimiento
dL' la:.; dos cos:L:;: o vi\o. o tlllH.::rto: pero s(icr:Hes no hJ. pa:.;:1c.lo nunca di.: un \-i\!Jo por excelencia. Co1110 los enfern1os ~lntes ele l~l intcTYencin quirltr-
e.'it:tUo :d orro: en este .sentido. Scr:Hes no ha p:l.'i:tdo :1 tnejor Yi<..L1 nunca. gica ternen rnjs el n:iufragiu de la concencia en el mon1enro de la ~1nestesia
Y del nlisn10 inodo que la ;nocin quL propub ..1 el 111uvi111icntu er:t unJ. inLg- quL' '--l dolor postoperJ.toru. co1no los hog:1.reos acept:1.n el Jesplaz~unienro
n:1 para !os E!t-:n:ts. :isi e! n1on1enro que hJcC' J\'~tnz:tr :.t! devenir y lleg:1r :1! 1nejor que el traslado, y con10 e! rnisonesrno en general consiste tneno.s en
porenir. y que Jeterrnin:l !a nlhilizJcln n1orr:d. es una incgnita para lo.-; el n1iedo e1nprico y ITlti\ado a Lt novedad que en la fobia 1netaemprica e
.\legjricos: el :1niLu!o fin:tl es esc:u11ore:tdo. tr:t!:tlo \. shit~unente iniun;i- in1noti\:id:1 a L1 innovacin. :is b ~H1gustl:.i de la n1uen:e. :t pesJr de l;is apJ.-
Ltdo: e! corre: que sep:Jra ser y dr.:j~tr de :--;er l:".'i r~do !t; contrario de un:1 f;~-;t: rlencLts. es inucho n1enos 'l terror confes:ib!e del infierno y del castigo eter-
intern1edi:1. o de un !ertitun-quid - pero esto e:-> toJ.\":.l decir poco: 1:1 ces:.i- no, que el p~1nico inconfe;;ahle de la nacla ele! instante supren10. Jacques
cin de! :-;er no es :1bso!ucamente n:.ida. Sin embJ.rgo. nosocros decin1os que ,VlalL1u!e insiste. tJ.1nbi_n !. e-n el espanto del trnsita. 1-:- Pero ei instJ.nte nos
es un C:1::;i~n~td:1.. d:J.no por .'lohr~enri..::ndidn que por 1:1 .~r~1ci~t de e....;e C~L-si hay deja rnuclos 1nientras que bs no\"etas e:'lc::itolgicas son in:igotables; por eso
un inundo y un:l di,'i[:lncia infin1t:irnente infinit:.i entre el Inst:.inte y ia nJ.dJ.. el tradicional terror al 1nis JIJj, a resucitar. :1. la existenci:i pstun1:.i. es el pre-
El inst:inre. que no e.s ni un:1. cos:.i ni un intervJ.lo. por breve que fuer;:_ ese texto con el que di.sfr::iza1nos la :.ingusti;:i del instante: lo que viene Despus,
in[erv:1lo (pues no dur:l ni poco ni mucho). puede ser consider.Jdo sin em-
b:Irgo con10 un inreralo infiniresin1al. L:1 cc:.'i~tcin no c:-: pur~; nlg::ttiviclad.

2"1-!
__sSbre lo que se_ puede hablar, .5iive de coartada aL inst_an_t~-, sob_re lo que no aun1entan ~bjetivame.nte con .el desgast-del organismo, per~ a pesar de
--~se_ puede hablar_.--Nada que tenga que ver conmigo, insisten los sabios ... Ese todo una conciencia iriletior vive su presente con10 un eterno pr~sente:_ -rnJ;en::-
_'instante vaco e mpalpable no es nada entonces? Ni much ffienos! Li muer!~ tras los estragos eO el otganisrn:o son cada vezffis gnr-ves;:-el hombre.que
--; es: casi n~da pata m, crxi::OOv oU8Ev np()(; E- pero uri.a vez ~sese Casi es envejece se ir acercindo poc a pOco a la -muerte;- b-asta moi-ir; pero -en .la.
___ ,.---.-~-~ficient~ .. -La muerte ,es por tanto todo Para
ni.! Nohay._2.sunto que:,me con- medida en que todo preserite es igual a- otro presenie;e_n. que u~- vivo. est .
" .,cierna mas personalmente, ms trgicamente, ni ms de cerca: ri(que exija, en vida mientras no est muerto, y- eso hasta_ el ltimo segun_do;.en ..es3: .fne.,.-~
pa_r:1 afrontado, ms valr; pues si la entereza y -1'.1 _paciei:icia pueden bastar- di da la muerte es siempre una muerte tajante y transcendent_e., E~t_?_-anfib9~
p~ra soportar, en el intervalo, la duracin del dolor, el valor es riec-esri-o, -en Ja permite-.-tal vei-Comprnder mejor la ambigU-eda:d =de; una prepa.racin:_.,
-eJ_u~bral de la -~ada, para afrontar la liminaiid<id del "instante._ I-Iate_ falta- pa- para la mueite, preparacin- que es, Como se sahe, la-prepara,cin.cotidia~,
c1ena~ p~ra sufr~r?' valor para morir. Nadie puede dis:)epsarme de esta prue_:_ rfa del asceta, es decir, d_e:l practicante de eji!rccios espirituales. L'asc_esiS__
. ba1 sohtana. El reg1men :de la extincin gradual, Ja alterilativa tajante del :sef que. el- Fe_1Qrt_ llama illrtia,- cAlrr\ Bavcii:ou ~_Jtpuya:'t:c{a:~,_.pare_ce-jnvitar"
r _Y _del 110-ser (primero uno, y d_espus otro) nos prometan, entr~-Ias dtdzu:.. nos a un :ip[endiz_aje de la muerte, a u_ na propduJica_morrifiCall~e-, _a una
_raS de la anestesia, una muerte autntic;ament~ _eutansica. Puesto ql}e- d- - . especie de .gI_mn3sia ~~piritual que sera la ocup3::qiQn: h-J.b!tuarde,l{iS- f_ii:so-_ .
. .. b~mos pasar obligatoriamente por el umbral de an'gustia, debemos pensar -fs; inclu5o~1'-I~tn llega a hablar- de ufi- itinerario~--::itopc:~ Como lq_~;fi1'6sof~:
qu_e se nos est negando la eutanasia? - Imposible por consiguiente, sin el de la muerte gradual: prepararse (napa:cncruSc:aBa1) consiste esencialmente
- trnsito mismo, acceder a un nuevo estadio: mientras no haya atrJ.vesado en adquirir hbitos nuevo.s (E8icra:1)21 y, en particular. en ejercitarse en desatar
el instante, el ser mudable seguir siendo perpetuamente lo uno o perpe- el vnculo, en ver sin ojos. en percibir sin rganos, en concebir las esencias
tuamente lo otro, sin transicin, pero no pasar de lo uno a lo otro; o ben con el puro pensan1iento y la reflexin pura. Aunque tambin es cierto que
s_~~uir_siendo lo uno sin poder ponerse en marcha, o bien se habr con- el Platn pedagogo defendi a veces opiniones ms matizadas sobre la omni-
v~i?do en lo otro desde_sief'."lpre, y en ese caso el hecho consumado, desde potencia del aprendizaje, y particularn1ente sobre el aprendizaje de la vir-
el principio,_ haa intil: el_ devenr- Es el instante lo que da paso a una nueva tud... Sneca a su vez_dir5. en su De breuitate vitae: ttTotc.rvita discendum est
"continuacin_: _Es en el instan~>,_v.~Ocp, v )utji qJ8aAo, como dice la pri- man;,. 22 Y Nicole, sobre este particular, se har eco de Sneca. En cuanto a
mera Epstola a lds_ C?rinti_oS;J~ donde :~enen lugar las mtaciones efectivas. Nlontaigr:.e, que rrc err-e P....ada de .mlstico, _iilentifica el 3pr~n_izaj.e de la
~ Leoparcli volver a de<:irJ?~_'e_*\.~ITTOs ff!Ipresionantes.19 Reprochabamos nluerte con el ejercicio filosfico en general, y escribe un ensayo sobre este
a los Megricos igno~ hi.s~_m_(J(::_i~_n.~S, nvfr~fi~a, .que hacen prosperar el mo- tetnJ. Filosofar es aprender a morir. Pero del hecho mismo de que uno est
vimiento. -~ora bien_; fnclUS-_O: :ek_Fedn1 -recodmoslo, tiene en cuenta esta aprendiendo a morir dur;:inte toda su vida, de que estos esrudios no acaban
mocin terminal: Envf0rt, ruvo:un.estremecimiento: despus de este aoristo nunca y de que. al contrario de los aprendizajes tmicos, estn siempre ina-
disonante ya no hay dilogo posihle, y las_especulacionessobre la inn1orta- cabados podra deducirse el car5.cter estancado de una tal "preparacin. Si-
lidad no sobreviven al e.spasmo que anuncia la n1uerte del ser pensante; el guiendo el ejemplo de Sneca que, un da que estaba Ins inspirado, escri-
.ser pensante, cuyo pensamiento no tiene en con:-;ider~1cin el tiernpo, da corno bi i.:n una carta ~1 luc_iliu1n: "i'l>lle 110/l di"scitur", podramos decir: 1l1ori non
todo el mundo ese "paso napolenico" que pone fin inexplicablernente al cliscitur. La preparacin para la 111uerre tal vez no sea ms que una simple
ejercici_o eterno de la razn. chanza. Qu podra practicar el aprendiz? No se puede aprender un acto
siinple e indivisible: se aprenden los tnovimientos que se pueden descom-
poner en elementos distintos u obtener sec_uencia a secuencia: pero el acto
4. No se _aprencie a morir. de n1orr, no constando de partes y rechazando cualquier an:lisis, se impro-
visa de golpe y al prner golpe. O lo que es lo mismo: el instante no se
De hecho la relacin del instante mortal con el envejecimiento es una re- aprende; un guio no se-~1prende, un parpadeo no se aprende. Se aprende
lacin anfibolgica. Observamos lo siguiente: las posibilidades de muerte
2o Fedn 64- a. e: G-'i e: {17 h. d. e (circoElvcrKHV VBCiXnvl~ 81 :i.
IH [Corintios, :;'i. 21 ():;e <napaGKEtl[~ccr6a1J. (1- l' (,E8m:nl.
19
Zihaldone, 292-293 ( Oe1wres. Ir.id. fr. UNESCO, l9&-L p. '){)H) 2~ De hretirare l'it{fe. -.

2'56 257
a continuar, y uno se perfecciona d:i a da en la continuacin de movi- o simplemente {como dice Rilke) ~ntre l?- mesa y la ventana? Que la muer-
rnienios enc:1den::idos, forcificando sus msculos: pero no se 3prende a c1nen- te seJ. el dolor absoluto, el dolor infinito, o bien (lo que viene a ser un po~
zar, Jncipere non discitur, pues el comienzo coinienza, corno el amor, por co lo mismo) que no pueda compararse con los dolores e:mptricos, incluso
s nliso10, siendo a b. vez cotn1enzo y fin; y esto es tocbva n1is verdad tratin- indolora la muerre en los dos casos desafa toda preparacin: pue.s el ejer-
dose de! fin de !os fines, cuyo aprendizJ.je termina Lln rpido con10 ha comen-' cicio co~diciona una progresin gradua\ que nos lleva de- un fin .a- otro fin,
zado. Aqu el hombre comienza por el final y termina por el comienzo; .el pero que en ningn caso desemboca en'algo, a~solutamente Distinto. En
hornbre conlienz:i por terminad Fin, apogeo y principio, omega ;,r alfa t:oin- definitiva. uno no se acostumbra a Ja niu.rte; la muerte es el nico aconte-
cic!en. "{del rrlisrno n1odo: uno se ejercit::i en soportar el su.fiimiento, la eriJef- cimiento .biolo-ico al que un ser:vivo no se adapta jan1s. Por eso, cuales-
.rnedad, l:is circuost:incias particulares de la muerte, corno uno se encrena, quiera que sea~ las precauciones qu~ tomemos, la muerre nos pilla siempre
en el tr:x1jo cotidiano, en el esfuerzo atltico; pero n1orir no es ningn trJ- desprevenidos. Bourdaloue,23 no obstante, y lo mismo que. l todos lo_s p:e-
-~ b:ijo: en 1:1 n1iso1idad de la muerte no se encuentr.a ni obsticul9 ni resisten- dicadores, exhorran a los fiele,i.a no dejarse sorprender por la muerte: pero
cia i'1i rn:nt:ria de entrenamiento.'{ hay tod:iva otrJ razn que h3ce que toda no dejarse sorprender significa, en lenguaje teolgico, morir cristian:.1n1ent~,
propecl.uric:i se:i en este c::iso irrisori:i: slo se- muere una vez: el caricrer morir habiendo recibido la extremauncin. Esta preparacin no nos fami-
irrep:l'.::i.ble de la rnuene excluye esos re[oques y remiendos, esas repeti- liariza en absoluto con la avenrura que debemos correr y para la que esta-
cones sucesiv:ls, e.Sos rJnteos, en fin, esos ensJ.yos que son la seal de todo mos totalmente desprovistos; esta preparacin, en lugar de evitarnos sor-
aprendizaje y 1:1 condicin rnisnia de! progreso; no hay perfeccionarniento pres:is, nos abandona en el umbral de la prueba J nuestra angustiosa soledad.
ni, por con::;iguienre h:..tbilidades gr:lduahnenre capit:ili:z~1das; lJ.s lecciones, Por eso, haga Jo que haga, el hombre siempre ser:J. tomado por sorpresa; el
los h5.bitos, Jos recuerdos depositados en nosotros en el transcurso de la enemi o-o Ueo-ar siempre en el momento en que menos se lo esperaba, Y
o d s-
por supuesto, mucho ::intes de lo que se esperaba. Los moralista~, e ene-

exper!enci:i precedente no nos sirven p:ir:i ninguna experiencia nueva. Los
inici:idos que reciben este b:iutismo de ):1 gran ::i.-.entura son y ser5.n eter- c:1 :i. L::i Font::i.ine, desarrollan incansablemente esta irnica y sencilla verdad.
nan1ente y h:ibr:n necesariamente s!do siernpre nefitos e improvis:idores. Hay algo ms previsible que la muerte?, algo ms :irchiconocido qu~ la ne-
\' ftn:ilrnenre: c<no, n1e queris decir, ;ne iba J. preparar yo p:ira un acon- cesdad de morir? Todos los ho1nbres, si creemos en sus palabras, estan con-
"';
tecin1ienro ab_solur:irnente in.azu:lito, nunca -..,.-i,:-:ro. nunc::i vi\ido, par:.i un ins- vencidos de esta necesid::id; pero muy pocos de ellos estn nrnamente per-
rante del que nadie en este rnundo tiene b. n1enor idea ni puede saber por suadidos. Lo mismo que el hon1bre ms prevenido se sobresalta ::il or el
adelanr::ido de qu n:.irur:ilez:..t es? Dejemos a aquellos que mueren supues- ruido de una explosin esperad:.i, as nos las arreglamos para ser sorpren-
tan1ente cad;i d::t su pequea muerte di:.iria perfeccionarse de unJ. mortifi- didos por el acontecirniento mis trivi::il. Y cmo iba a ser de otro modo tr:i-
c:iciJl_ a O(f:J. con10 los pianist:.is concienzuJos se perfeccionan repitiendo tindose de esa trivialidad siempre sorprendente, de ese imprevisto dema-
sus e:-ical:is: esos rnueren una y O[rJ vez sin dud~1 c:1d~1 vez n1ejor: esos. pue_:.;- si:ldo previsto o, corno dice A!ain. de ese inesperado esperado que e:; la
to quC' est:ln bien tnforn1~tdo.s. deben saber pJra qu l..'tlse de prueba se pre- n1uerte? Al hahlar del ton1ar en :;erio de la prin1er.1. persona. y luego del en\e-
p~1r~1n .. Pero no.'iotros. quC' no tenernos nin~una co1nunic:1cin con el rn:l.'i
1 jecirniento. decarnos: se puede aprender aqul'llo qul' ya se sJ.h~, lnc~uso
:ilj ni guarcLunos ningn secreio. par:1 qu \:unos a prepnrnrno~2 P:1r:1 pre- '1
;. 1
podra decirse que est:i es l:i. nica n1aner:.i en que uno puede tnstru1~se.
p:ir:irse. JI n1e[!OS h:1brJ que tener una intu,:in del peligro. presentir \-~1- tanto Ia milsima vez con10 l::i priinera! Si hay en todo :1contecimiento etec-
g:unence por dnde vendr:. ... Ahor:1 b!en. nosotro::; no pre\-en1os n1:s que Lt : 1 tivo un elemento de novedJcl relativamente irnprevisihle, y si este ele1nen-
- 1
cuoJdiJ:1d. e:-; JL"cir. el hecho puro y siinp!e Je deber n1orir. con exclusin to aade sien1pre algo de inim:.iginable. de inesper:ido y de indito a la ide:i
Je L1 fechJ y de cu:dquier otr:..t n1uJaliJad cin.:unstaociai: y esta quocldiJaJ que uno se haca de ello,_con mayor razn esto se pueJe ap!ic:ir 3. la 1nuer-
que: tiene lug:1r en el tie1npo Je un rel:iinpago no se presra. yJ. lo he1nos te. puesto que la muerte-propia. por definicin, no tiene precedentes para
vis(o. a ningun:l propedutic:i; la esc:ila Jialctica del Crnclu.s cut Parnct.s.5111n aquel que muere. De es(e modo se explica que la actirud de los hor:i~res
no tiene :1qu :tplic~1ci()n. Nosocros no tenen1os. con10 los anin1ales. ni pre- se:.i t:ln a menudo reveladora o decepcionante cuando se aproxima la ultuna
sentirniento ni conducta prospectiv::i de nue.str~t propi:.i rnuerte; no sahernos hor:i: el m:s curtido en circunstanci3.s empricas, en las pruebas y dificultades
cmo rnorlremos. ni !a cara que presentaren1os a la muerre, ni dnde nos
sorprencleri el inst:i.nte supremo: acostados?. de pie?, :.i caballo co1no Antar?.
.ae todo5 los. das no ser forzosamente~"el__ms valiente cuando suene la hora .visto. La tica.a i'icmaco demu~stra n;io la apora del aprendizaje Se fe:
"... :'.tjecisiva; e inversamente, _ s_ucede _que_el Pusilnime, cuando ha_llegado al -suelve de h~ch9 y DrStic_amente en la, ;i.ccin ... Toc_~fld_:_ la ~ta~ .- e_~- ~oQJ.o
:.;Jbrde del precipicio sin fondo, m~nifiesta de repente una presencia de ni- Uno se conViei!e-_ en citarist:i? P~O hav que ser ya citarista-para tOcai :la 'ctara;
:.,:~_-}-J:iode la que no se le hubiera credo capaz: la muerte, co_mo mUchas otras y haY_por taii10.que ser ya cit~rista Para convertirse en citarista!. Anl:~ este
--:_:~t:"tstrofes, revela en el ltimo_ momento la mi'c;ro'pSiquis -Innata del falso h~ - dilema, un ultirlli:tim megrico_ nos intin1ara a escoger una. d~ las- dos_- cOsas:
'':'_Jge y el herosmo insospechado-de aquel~a.:quieri seCre'a cobarde. Y de o bien _no sabemos tocar - lY entonces cmo aprender?, y a partir ~~-qu;
:;~:ffiodo similar: el. mejor preparado se xevela, cuando ha llegado el momento, pues!oque ?o-.t~nemos dnde apoyarnos? O bien sa_peros :::-~_y_-::nt,o_nc~s
<extra-a1nente poco prepardo. No estoy pfeparado, pero estoy list, diCe para qu ap_f~tid_er,- puesto que rio hay nada- que aprender? 1:1ab(la. por-tanto
~~n trminos admirables el condenado a rriuerte de Victor Hugo:2' est listo que admitir Ql.J_e. yend_o de la 'nada al todo sin transicin, el .hOmbr~ S"~ pne
Sin haberse preparado, cntrariame_qte a tantos fanfarrones que supues- reRedtinam~ri-t, genialmente, milagtosarriente a tOCar l cta?; Ia gr_ac..--? de
-- tamente estn pfeparados;.:y_ _,no esc'rl.' nurtta listos. jTantas morrificacioneS' - lo~f--arpegio4qf};~"_.dscer:idido sobre l: como por obra del ESp',ritu-:s~nto.
para terminar en un _fracaS.o tan -ffiiserable!- Tal e-s indirectamente ia leccin Y sin en1ba~~\;'.~~--n~gar_la evidencia no querer re~?~_ocer _ni;iguna.eficacia
de humildad que se desp.(~_qde de lciS Dilogos de carnzelitasde Bernanos: a los arpegi~tY_::~_ -las. gan1as, al ~jercicio diario y_ al:-~evenir_~ el aprell,?iz se-.
incluso enCTelos ms apasiqf!adamente sinc~roS; la pi-eparacin para la muerte esfuera a tieb.t~s;en las tinieblas, y un buen.da, :Sin-Que.sepa cn10, el don
no habri finalmente servidO de nada. la improvisacin mortal consagra a divino le hJ. 5"ido concedido: ese da el crculo se ha roto, y el aprendiz con-
n1enudo el fracaso de los ascetas que la preparan y el valor de los autodi- vertido en inaestro escapa a !a alternati\a ~ahora b nunca" que le retena pre-
dactas que la hacen deprisa y corriendo. so. De pronto el aprendiz se pone a tocar la ctara como si no hubiera he-
cho otra cosa: en toda su vida, como si su torpeza anterior hubier~ sido un
vulgar malentendido; la \-irruosidad se ha convertido en algo tan natural
5. La repentinidad progresiva. cono el dar los buenos das o las buenas tardes. Y as la gracia de los arpe-
gios es contrariamente a una gracia provocada, una jgracia nierecida'. Pla-
En una materia donde todo es ambiguo, no podra decirse sin en1bargo, tn, que cree a la vez en el aprendizaje y en el don de los dioses, presinti
de una manera srtple y unvoca, que- el ca111ino que toriduce a la muerte en seguila este equvoco de una repenrna progresirL Diotirna de Manti-
no nos acerque un poco a esa muerte. Sin duda el hombre avanz:i por el nea, h:iblando el lenguaje anfibolgico de los misterios, nos dice que los
c:imino de la vida a empujones y a golpes, retrocediendo a veces; irregular, peldaos de la dialctica deben ser subidos uno a continuacin del otro,
discontinuo. imprevisible es el camino, caprichosa la meta. Pero en lneas cp~l~. es decir, per gradus dehitos, pero que al trmino de esta ascensin
generales el hombre se acerca! Sera por tanto exagerado pretender que la hay que saltar sbitamente. E~aicpvn~.26 El continuacionismo. que tiende a
1nanera de morir _no tiene relacin :ilguna con L1 1nediracin sobre la tnorta- reahsorber cualquier discontinuidad en la in1nanencia de una continuid'..ld
lidad. El equvoco carac[eriza en definitiva tocL1 cla.-;e de aprendizae. Este invisible. interpr~tarJ tal \ez este instante sbito como el re.Sultado de no se
equvoco era y:i un problen1a platnico: no se puede busc~tr ni !o que se sabe qu proceso oculto: a riesgo de :iparecer finalmente a plena luz del
tiene (por qu ba1nos entonces -a buscarlo?) ni lo que no se tiene, y de lo d~l, todo un trabajo de incubacin o de maduracin se llevari a cabo en las
que no se tiene por consiguiente ninguna idea: a rnenos que. se adn1ita el profundidades del inconsciente. Esto es simplificar demasiado la relacin
di!en1a de una erern:i indigencia o de una opulencia eterna. no deheren1os con1pleja y :unbigua que se establece enrre la progresin gradual y el salto
pensar lo siguiente: el ho1nbre a la vez rico y pobre adquiere lo que y:i posee discontinuo. entre Eph.Ys y E\aipbns. La repentinidad a\enturosa de la
virtualinente y. a su manera. aprende lo que ya saba? La ~-\.narnnesis o re- E.x:arphniJs no es anulad3: por L1s gradaciones de la Ephxi!:::i"":. no, estas gra-
miniscencia consiste sin duda en este saber pre\io, esta ciencia nesciente. daciones no nos dispens;in de esa aventura! Ms all de toda dialctica y
compuesta de saber y de amata. Se puede por ranto buscar aquello que ya n15s all de todas las etapas, la E:Jt1CE1va que el sexto libro de la Repblica
se ha enconcrado. _::; y volverlo a encontrar co1no si nunca antes :;e lo hubiera nos deja entrever es sin duda ei objeto de la suprema conversin; un impul-
so hiperblico y necesario para alcanzarla. Es verdad que Platn condenar
21 Le Dernierjo11r t1u11 condc11111u?. ~ 21.
~~Pascal. Pe11ses. \-ll . .:;-:;5 (_\f:-.ri>redeJs11s1. :;-;-=_ l(i H!llU/ll<'ti:. 21() e.

260
ni:s r::1rde, en el Pilebo, L.t.s an1biciones JdialcticJ.s de los charlo.tanes tjue eficacia mercen~ria del tr:ibajo. Para decirlo todo, la gracia imprevisible de
, __pf~rcnJen irnponerse de golpe e inmedi:J.tamenre (ED6-U;)27 sin pasar por la intuicin_ eXige en- el investigador una cierra inocencia: .. ~A.hora bien, a esta
!s .gr:idos inrern1edios .. Sin embargo l:::i medtacin misma slo es eficaz gracia no le gusta que la fuercen. como-en el ltimo acto de los miste~ios,
por el peligroso s:ilcu que ella n1isn1:i preludi:L El hombre esc:lla la montaa la revelacin final, reservada a -los ucelestes", aporta algo completamente
ha.sea la cirna, y despus se lanza de un salto al n1is all: meraemprico. Con nuevo que la iniciacin .nQ dejaba suponer, que no est incluido en el mis
lJ: niediacin nic:.inierue queda por hacer lo esencial: con fa mediacin ni- ac, que est completaniente de .ms, que es por tanto de un orden com-
can1cnte todo queda por hacer. Sin la decisiva prueba- que corona nuestra pleta-mente distihto. Aunque tambin es verdad que la iniciacin no siempre
:iscc:sis, no se h:J. hecho nada. Con la rnediacin sol:l, la J.venrura propiamen- es tiempo perdidO, sin einOargo ... Qu irritante y paradjica irona sustrae
te dicha est tocla\":J. por correr, el peligro supremo todava por venir: por de este modo a la iniCiacin un no se sabe qu de indeducible, convirtiendo
rnucho que el aprendiz prepare cuidadosamente _sus clJ.ses y recorra con- a esta iniciacin en- un purgator_io a la vez intil y necesario?
cienzuJ:J.n1enre el ciclo de s"u propedutica, de_sde el mon1ento en que en el Sin duda la-mUerte es todo lb contrario de una gracia imprevisible; sin
!tin10 1ninuro no se :irroje :J.! vaco con los Ojos cerrados, con10 un ciego, duda es mis bien una maldicin que una inspiracin; y resultar: extrao tal
desde el mon1ento en que v:J.ciJe y ren1blc al borde del precipicio, es co1no vez que comparemos la muerte con la inruicin, que con1pJremos la d2sapa-
si no hubiera hecho na<la: es como Un aprend.iz de parac:iidisra que hubiera ricin en las tinieblas con la aparicin a la luz. Sin embargo la relacin de
estudi::i.do la teorL1 en los libros, in abstracto, pero que, J. la hora de saltar, la preparacin con el instante final es la misma en los dos casos. Del misn10
no se decidier::i. :.i d:ir el s:llto. Sin ese ltimo sJ.!to. 1:1 mediacin no es ms rnodo que el peligroso s::ilto rem:J.t::t la ascensin dialctica sin estJr no obs-
que un intil sueno. un~l sucesin hiporrica, libresca y nocional. Kierke- tante implcito en ella, as el salto mortal, salto moHale, consume el enve-
gJJr<l dijo que el salto cua/itatiuo, y solan1enre l, es lo que confiere a la jecimiento rematando de un golpe aquello que el mismo envejecirniento
posibil!J:::id onrica y fantasn1al el grado de efectivid:J.d;Zs esta mediacin no conseguira terminar nunca, incluso al precio de un interminable plazo.
espectral. difrente de l:.i aventura que h:lrJ de ell3. :ilgo serio, no es n1:is El continuacionismo trata de ahorrarnos ese salto decisivo que lla1nan1os,
que un estril juego y una dialctica p:1ra :J.parentJ.r; esta preparJcin eter- con palabras de Saint-Simon, el paso napolenico, tendieTido una pasarela
n;in1ente prep:.trJtorL1 es un:i preparacin para nada. Slo el salto disconci- entre el m:s ac5. y el mis :dl; pero los artificios continuacionistas son fr5-
nuo es condicin necesari:l y suficiente de la mutacin: slo l por consi~ gi1es como esos puentes de nieve que sobre los ventisqueros recubr~n las
guiente es L1 condicin sine qua non, !:J. condicin categrica, directa y grietas abiertas ... Aqu tenernos dos verdades que parecen desmentirse la
dcternlinante. l:1. di:ilctica grJ.du:J.L por el contr.irio, que no es jam:s con- una a la otra y que son sin embargo las dos verdad: por una parte el des-
clicn suficiente de ia rnut:J.cin, t3mpoco es siempre su condicin necesa- gaste del organismo envejecido aumenra sin ces:ir las posibilidades de muerte,
ri~l: pues puede suceder que l:.i n1ud:i se lleve :.i c:J.bo sin ninguna dialctic.L hace a la rnuerte c:ida vez n13s probable: tal es el trabajo irifinitesima! del
~1 foniori e~r:1 cortdicin. cuando es necesaria. consen:t siempre un carcter que hJhla _facque.'1 0A:J.daul~, el trabajo que desgasta las fibras y l:J.s rompe
nc:g:tti\"O: la in.-.ufilic:-nte condicin necesit~l un in1puLso sup!e1nenrario que un:i rr~ 1 s olr:i:2') pero por otr;1 parte si no se produjl'ra un hecho nuevo, un
ohtlent con10 dir:1 Renouvier. del inst:J.nre pu!s!f/. T:d es precisamente la ~1ccidentt:" t'n ocaslonc-s 1nnin10 y apenas apreciable. la rotura de un pequeo
rel:1cin c-quYoc:1. ck la intuicin con el tr:1b:1.jo discursivo. E\"identemente capil:J.r, el ho1nbre envejecera indefinidamente sin morir j:Jn1is; :J. f:J.lta de
e:-; certo, en tne:i gener:.i!es. que Ja intuicin recon1pensa nicJ.mente J. aque- una mocin efectiva. e[ n1ovimiento del elat:l A. quiles no a!canzJ. nunc:l su
llo:-; que h:.in tr:1h:ii:1do :1 concienci:i y buscado Je fon11:i ap:.isionada; pero nieta: a. f:J.lta de un lrin1n traun1:uisrno. el n1oribundo no acabar: de n1orir
t:tr11bln es \'enJ:iJ que nunc:J. se h:.i entreuado w;r:iciosamente J todos aque- nunca. y su agona se eternizar en los preliJnin:ires. en la agona de L1 :igona
llo.:-; que se !:l han rnerecido por su rr-;iba]o: pl~es n:J.die llene derecho a la y en e! exordio de esta :J.gona de agona: " la n1anera de un comienzon. es-
inspir:1cin. n puede quejarse si ha trabaado en v::i.no. La inruici~ recom- cribe Satie ... una prolongJ.cin de lo msmo y un De ms. seguido Je u na re-
pens:1r:i sobre tocio J :.iquellos que no han credo de1nasiado en esta re- peticin intil .. .:\ Es neces:1rio por tanto que .una conclusin expresa ponga
co1npensa. :.i :1quellos que no han especulado desagradablemente sobre ta el punto fin:J.1 :J.. los pre:rnbulos y precipite l:J.s cosas forz:lndo ai penltimo

~- Fi!eho. ! - ~l ( -.C:r. Ot fau u Uro D.; iK~EYEI J. 29 Co11sidi"'rario11 de la mon, p. 32.


~s le_,- .l1tetft'S ph1/,"1:ohu11es .l<l .llurn'(/l/Xeir_tiinne de poire. Od mismo: .\1011t-den1iL'res penses.
,:rilihuto a .de~lararse lTimo'. Ese hecho nuevo-que no-est en absolutQ pre- perfectamente v:ivo,-e incluso recuperable (puesto qu,e viday muerte, en
. ~ente en la vida de este bajo-mundti riuestro;se produce niGimente al final definitiva, no: puedE:n frnccion;:i.rse y.5on absolutamente contrarias la_ una a
_ deJos finles. El envejei:imiento m-isino, -mientras ese accidente terminal no la otra), qued por recorrer una_distancia infiniti; y.para f;anquear esa Elis-
: haya descubierto ~u intencin mortal, ~s- una si.mple posibilidad hipottica tancia hace falta un ltif11o sobr_esalt, un ltimo golpe ;:- . como se suele de-
-,de_:.enveje-cimiento; o; mej~--an, un simple concepto de envejecirnienco ... cir, un go~lpe-d~ gracia,...-..~- comO-:hace_falta.un ltimo tirn para q.1-!e. el hilo
Desde_ este punto de vist tda muerte;_ -incluso la ms insensible, es una desgastado se:;(ompa del. todo; -,sin-ufi __;ltimo esfuerzo no se podi:: concluir
muerte relat-Vame_nte sbita:_ y accidental;- toda muerte es en algn grado la obra virtui:ttmente_acabada/_.es- decir, absolutaniente-fnacabada.(lo _que
muerre violenta ills an: Ja muerte es 1:-i vio1encia misma; pues as cn10
----0
quiere- =decir l~:'miSf110). "lltdnerd.t-'onilies, ttltima _ne_cafi: :Louis Auber~. ley
el_ Fat creador-hace ser,a_l Ro-ser, as la n1uerte es el instante-que 'deshace: es~s cuatro p:Jabras sobre la e_Sfera-del reloj de Urua, en el Pa-s Va,s.co;_3 1-:--
fat al revs o f?t-'1 derecho; acsb no es cl instante lo que decide el cam- todas las ho~"<nos ,l,iferen, pe_r~.-ia ltima nos mai:~_. Tinto_ va -el cntaro a la
. bio? Se ha dicho:ha"S'ra-la SaCi_edad que _el Tnstante nihilizador no-era--l misaio, fuente, que, fiixulare.nte: se )lna,~-:-~_-:e rompe. Uii .bugb da, se colma ia_ me-..
propiamente hablando, _r;la:.traI)Sfo_nnacin,'y_ que la contingenci de la hora dida, _Una bz?}_~_ niari:ana, el c5~p~~r()< e~t lleno._- ~-ir~un momento dado, la
era_ el fesultado -de ese c_idcrer sbito. La_mUerte, cualcluieri___ que sea. es cuerda derna~~d<_=i -i~n_ acaba,_:gcJr romperse. Pe~~el punto crtico poda
sien1pfe J\'ex, bru;stTI final~y no hay desde este punto--de Vista niguna dit'e- h:iber sido afQhftzado,,Jhucho . an;t,es., incluSo antes--,de la- ,suma de todas _las
rertcia esencial entre una ''J'Ualada y la lenta extincin de un Viejo cargado pequeas n1Jbjficaciones que cfe1erminan finaln~ectte la ruptura; y la crisis
de aos, encre la n1uerte fulminante y el Adagio de las muertes graduales. poda tambin estallar mucho 111:..:> tarde, a pesar del desga.'5te del organis1110:
Incluso Nflisande, que se apaga tan lentamente al final del quinto acto, in- inedia minuto antes de esa crisis. el candidato a la apopleja, que va a de-
cluso Mlisande muere en un determinado momento; incluso la lenta muerte m1mbarse dentro de un nlornento. pero no lo sospecha, estaba todava vivo
de Nilisande es una muerte invisible1nente sbita. Esta es tambin la razn y poda, salvo accidente, sobrevivir todava meses y meses: del rnsrno modo
por Ja que toda n1ue1te es en algn sentido prematura, incluso la eutanasia que a punto de ceder, el cable usado est todava int::icto un segundo antes
del centenario que est muriendo lenta1nente, interminablen1ente su rard::i de la traccin fatal, y podra seguir as indefinida1nente. Y sin enibargo, en
n1uerte. Pues el centenario, a su manera, ta1nbin muere de muerte sbita! otro sentido, el envejecimiento de las arterias es lo que facilita la ruptura del
.La. longevidad n15.s- fablosa atena apenas el c::ir.cter precoz y arbitrario de Jneurisn1a, y haceq:.i.e ::~d-::;, her::! q~352 el p~ligro s~-a m:J.s -!n-nlint:::Dte. -
la n1uerte; la muerte m~s natural no es_ tan natural co1no parece: las actas As que toda afirmacin sobre la relacin del instante fatal con e1 envejeci-
forenses lo atestiguan claramente ... Siendo vivida la vida al da como una rniento debe ser desmentida or la :J.firmacin contraria. El hombre acaba por
tor-J.lidad abierta, y eso hasta su ltimo minuto, el final de esta vida puede n1orir a fuerza de envejecer: y sin embargo la n1uerte, si es el trmino de la
ser en principio constantemente aplazado: no, no hay ninguna absurdick1<l decrepitud senil, no es en cambio literalmente la conclusin. puesto que se
en que un enfenno tenninaL deshaucia<lo por toos los tndicos. \i-.:a una puc-de pennanl:'cer en estado Je dt.:'crepitud dur.1nte n1ucho tien1po sin mo-
hor:1 mJs y, progrcsivan1c:nte. una sen1ana n1:is: pe.s a decir verdad toda rir. y 1norir 1111.fcho antes de llegar a est1r decrpito:--el corazn <leja de -latir
Yida habr sido de hecho y despu:; de todo una \cid:1 liinitada: y :ti 1neno.s purque est~l hecho una n1inJ. pc-ro t:unbin dt'.'ja de latir aunque no est
en esto, el fenn1eno accidental es el resultado Je un proceso naruraL Pero hecho una ruina: Je rnanera que'.' propian1ente habLindo nadie 1nuere de vie-
si !:1 prolongacin de la vida no puede ser indefinida, la fecha de la n1uer- jo. Por la 1nis1na razn, la gota de agua que hace que el vaso se clesborde
te. en can1bio, con10 hernos visto. siiue siendo indetern1inada. vesta inde- es una got~l con10 todas L1;-; dern:s. y :J.! 111ismo tie1npo no es un;:i gota corno
tenninacin. que auroriza toda cla.se de esperanza. es el funda~1ento de la !:1s de111s. puesto que dett'.'rn1in:t un aconreciiniento nuevo: e-s l:i gota crti-
deontologa 1ndic:L Por tarde que la 1nuen:e interveng::i, siempre llega detna- c~l y decL-:iva sin la cu:il el <lesborda1niento no se habra producido tal vez
siado pronto; sien1pre viene a interrurnpir un trabajo. siempre llega en n1e- nunca. Esa ltima gota que se aade a las de1ns e incluso se confunde con
dio de un;i empres:i inacabada: el escritor no lo haba dicho todo todava (o ellas no es nican1ente el grado n1xirno Je una accin homognea y conti-
al n1enos as lo cree l>; la obra del artista no estaba terminada. el hombre nua. La ltrna gota tiene P~r tanto toda la in1port:incia y toda la solernnidad
n1:is .sencillo tena todava algunos proyectos que quera realizar... En otros del ltimo instante. El ltimo instante es efectivamente un instante como los
trminos: para hacer n1orir a un moribundo muerto en ms de sus cres cuar-
tas partes. par::i hacer morir a un n1oribuno apena.s vivo, y sin en1b~1rgo .11 Sila.ws. l!: SoconJ'.
dern:.is, y no e~ un insrante con1 los dem5.s: es un insrante que no se dife- a !os ojos de los vivos que se han quedado en la orilla citerior. Hora in-
rencia en n:1da de los dcm::s y que ningn reloj nos sea!:i particularmeil- - certa? Pero la hora no seguir: siendo incierta indefinidamente: la hora eS in-
re; pero por orr:i parte ese 1ninuto f!nal que no se distingue en nada de los cier~a hasta el_ minuto fulminante en que se convierte sbitamente, vertigi-
precedentes es un nnuto corr1pletan1ente ::iparre y, si puede decirse as, un nosamente. en cierra: entonces ya no hay aproximacin que valga, y .todo
minuro privilegi::id: y algo debe de tener ese instante de particular, puesto se ha coqsumado. Hasta la n1uerte, E:o.:x; 8av:rou, no significa, C-O!TJ.O en. el
que lo llamamos el instante supremo. No es ms que los otros, y es infini- devoionario secular de los sabios, "hasta la muerte., excluida la mu~rt-e:
tan1ente rn:J.s. Todo esr-:. en J.rmon::i en el orden de la ambigedad: el si-- basia fa-muerte significa, con10 en el sacrificio de los hroes, de los n1rti-
1encio en el que desernboc:l el pianissinio proviene de un decrescendo, y res y de los santos, "n1s all de la muerte; hasta la muerte -incluS:ivamente.
sin embargo es Je otrJ. cl::1se; las .tinieblas son y no son el resultado de un En el Usque ms ac: la n1uene misma, mors ipsa, no est comprendida;- ese
dinlinuendo, pues una at~nLJ_cin o extenuacin de la 'luz conducir ni- basta es un casi! En el Usque ms all, por elcontrario, la ltima _3.proxin1a-
-cJ.1nente :luna iuz atenuada oextenuada: la inrnovilidad proviene y no pro- cin es sbitamente anulada: cuando ya no se trata de una mue~e para-pasar
viene de un rallenrancfo, pues un n1ovin1jen{O c:1d-:i v'.ez ms lento es siem- el rato, sino de una muert:e efectiva y seria, la ::infibolia del Sque ad se re-
pre un n10\in1lenro. Finalmeiite_, el no-ser es. por decirlo as, el ltimo grado suelve de golpe y para sie1npre. Aquello que asurnimos eh el sacrificio su-
de! n1nimo ser. pero ese mnno-ser slo es un ser como el cero es una can- premo no es un ltin10 momento que tengamos que p<isar con10 tantosofros,
tidad. y ese ltin10 grado no es ningn gr..ido. Y del msn10 1nodo que la dis- un cuarto de hora de ms, un 1ninuto de ms: es el salto mortal de la aven-
1ninucin no desemboca en la nada, :1 pesar de que le abra el camino, as tllr:l propia1nc:>nte dich:l.
la n1ortific::icin rarnpoco desen1boca en la n1uerte_, aunque la facilite: de aqu
proviene la de:i Je que a rnorir se ::iprende y no se aprende, segn el pun-
to de vista que se adopte. Parzi. tener en cuenta esta verdad de dos caras,
b;Jy que conjugar la filosofa de la extincin sbita ''/ del cese brusco con b.
filosofa de !a penumbra, de la medi:i luz y de l::i.s mil gr::idaciones; conjug:ir
el di!e111:1 de la conciencia y del inconsciente con la doctrina leibniziana del
subconsciente. Je la serni-conscienci::i y del cu::i.rto-de-consciencia; conjugar
el s;J!to discontinuo de Kierkegaard con la continuidad bergsoniana; admi-
r a !a vez c:>I todo o nada de la nihilizacin y e! arco iris de las transicio-
nes. L1 inrerminahle peroracin es efectiv:imcnte un;i inici:icin a la muerte.
pero la 1nuerte 1nisma, en un :i.hrir y cerr:Jr Je ojos y como por encanta-
nento. ha \uc:>!to superfluos ::i fon:iori nue:-:rro.-; di.-;cursos. Es neces:1rio por
tanto. para tc..-rn11nar, que nuc'.':i(r:J. .1proxi1n:1Lin :1 l:i rnuerie se tennine con
un tlt1nzo trnsito. sin c:>i cu:d ei envejeci1n1enro dur:.ira has[:l el final Je los
tiernpos. EsL:l precipiL1cin o Jceleracin final del proceso juegzi. el mismo
papel que la coda :.d final Je las variaciones " 1nlisic::i. Cuanro ms ha pre-
rneJit:ido el hon1brc su \ejez. m5s se prc:-cipira e! fin:il: ha n1editado lar-
garnt.ntL' su ltirno suspiro par:J., :J. fin Je cuc:>nL1s. n1orir de cualquier 1nane-
ra y deprisJ y corriendo. Llegar h::i.sta el ln1lle no slgnific:i queJarse mis ac.
de ese lrnice y borde::irlo. ni siquier:i recorrerlo de :irriba abajo. como tam-
poco signifi<.::1 rozarlo corno un :.rcrbcita que se rnanruviera en equilibrio so-
bre el invisible hilo de la !nea. de demarcacin y la recorriera sin poner el
pie en ninguno Je los pases limtrofes .. No!, llegar al lmite es cruzar la
frontera. y penetr:i.r efectivamente n1:.s all de ese Rubicn que m5.s bien es
una E.'itigia! .. Por e.so fr;Jnc_uear el infr.inque:1h!e !n1ire tiene algo de s:icrilego

2f)
.CAPITULO III .
0

"l IRREVERSIBLE

l. La Ida J' l/ueta en el espacio es una ida sin vuelta en el tienrpo:

Laminado entre el ser del 1115.s ac y el no-ser del ms all, el casi nada del
instante n1ortal es el un1bral entre los dos mundos; como una sola exhala-
cin pertenece a esos dos n1undos, y al mismo tiempo no pertenece ni a
uno ni a otro: es a la vez utnnnque y neutru1n; es una fecha en nuestra bio-
grafa, pero que consagra el aniquilamiento de toda crnica. No selo debe
por tanto considerar' co1llo una- sntesis de vida y de muerte, puest qi.:tevida
y muerte no coexisten jam3s. Es, como la intuicin, una aparicin que se
esfuma: no algo intermedio entre la aparicin y la desaparicin, sino una
aparicin que desaparece en el acto, y de tal manera que la desaparicin
tenga 1~1 ltima palabra. Sin en1bargo la instantaneidad por s misma no basta
para caracterizar el artculo 1norral. Una gran nn1ero de acontecimientos-se
producen de forma repenrin~1 y se repiten una y otra vez, sin tener en cam-
bio nada en cornn con la 1nuerte ... Cuntos resplandores evanescentes apa-
recen, desaparecen y reaparecen en el curso de la vida! Lo que hace ex-
cepcional la repentinidad letal es-su car:cter irremediable y semelfctico. Lo
que hace angustiosa h1 repentinidad letal es la imposibilidad en la que nos
encontrarno;<; de invertir ;;u :-;entido. llamaren1os a esta imposibilidad unas
veces lo 11Tel'ersihle y otras lo Irretocahe segn el aspecto considerado. Se-
guran1ente la irreversibilidad, lo rnismo que la instantaneidad. no es mortal
en todos los casos. Es inherente ~ll tien1po en general. Ni siquiera puede
decirse que la irreversibilidad sea con relacin al tiempo una propiedad ms
entre otras, cotno si pudiera concebirse un tiempo que no tuviera ese
carcter. El devenir no es una n1odalidad de nuestra substancia, pero es
todo nuestro ser y nuestra nica manera de ser: y de forma parecida la
. )rreversibilidad es el tiempo mismo, tempus ipsum, la misrnidad temporal _y- determinado re;>ultado o concluir una determinada tarea. Se ahorran los _.pla-
]:1 esencia de la Eernpor:ilidad: n1ejor an: la irreversibilidad es la ternpor::i- zos de tiempo dispensables, y uno se resigna- a la temporalidad indispen-
lidad misma de! tiempo. LJ. rnisrna paL:ibra decenir in<lic::i ya la direccin sable: la quoddidad inacelerable de la futuricin exige ante todo paciencia!
;irreductible del tien1po vi-...ido: .::1 devenir en efecto va siempre hacia delan- Lis t~cncas son por tanto todopoderosas en la zona limtrofe entre el e_spa-
te, del p:isado a! futuro; equvoc::i en sus efectos (pues y::t hemos visto que cio y el tiempo, y parricularmente cuando se trata de acelerar al mxirrio la
_er;__ J. !a vez J.firmativ;__ y regresiva). esta intencin general del tiemPo es velocidad de los trayeaos o de abreviar lo ms posible.el tempo de un r~co-
re:1ln1enre, por su orientacin. un sentido nico; y ese sentido nico y dis- rrido. Pero esta posibilidad tcnica n posibilita en absoluto la imposibili-
p:irejo nunc;__ es neutralizado ni contr::uresu.do por !a corrlenre inversa. ;La dad metaemprica de una velocidad absoluta que ser-a, en ltima instancia,
'\,oc:1cin del devenir no es acaso la J.lter:icin en virtud de la cual lo ~is- la ubicuidad misma: el"intervalo casi plano sigue siendo un intervalo, y sus
010 deviene otro? La vocacin del devenir no es la futuricin que, median- dos extremos no se aproximan jams hasta concidir en un nico punto;
te un ;1dveniiniento corHinuo. hace advenir al porvenir? Es sobre el ot~o, mejor an: la idea misina de velocidad impHca ese mnimo irreductible que
sobre el ~Hrlburo del devenir-otro. sobre quien recae el acento tnico! Un nuestra finitud nos impone y que nos impide estar a la vez aqu y en otra
tiempo que pudiramos in\'enir a voluntad o a discrecin, no es eso el parte; la magia de la instantaneidad nos ha sdo por tanto negJ.da. Siempre
esp:icio? Los .objetos, sir11tdcos o no, pueden tener un senticio en el espa- habr un tiempo rnimo necesario para que el terrn de azcar se disuelva,
cio, es decir que su fon11a e.:;paci:ll supone :i veces un derecho y un revs para que los procesos de cambio natural se realicen, para que el tiempo por
un;i derecha y una izquierda: y no son por c.1nEo siempre indif~rentes J 1; -i;enir se haga presente ... N1:5.s all: de cualquier proceso comprensible. la
incomprensible ternporJ.lidad en que los trabajos <le los hombres se suceden
maner::i en que se !os :iborda en el espacio: sin ernbargo el senticfo slo es
aqu un:i car:1cterstic:i mis. El sentido <lel de\enir, por el contrario, es el represenla ella misrna el ncleo incomprensble de la espacialidad. Esta pura
nico sigrziji"cado de ese devenir.. Pero tod:i\':1 h;iy n1s: el objeto en el es- temporalidad, podernos volverla insensible gr:icias a nuestros entreteni-
pacio se ofrece por con1pleto y de una vez a lJ vista, y excluye por tJ.nto la 1nientos, o p::i.sar por encima de ella con el pensa1nento y la previsin racio-
experienca ele l::.i sucesin vi\ida ..;\horJ bien, !:i Jutntic::i irre\ersibilidad o nal, pero no podemos nihilizarla. Por otra parre, y sobre todo, no podemos
es un:i prop!eciJ.d exclusiva y especficamente tempor:il. o no es nada: ante invertirla. Del mis1no modo que no es posible hacer <lel futuro un presente
todo consiste en 1:1 iinposibi!idad de volverse atrs. y por consiguiente i1n- inmediato nihilizando la duracin pura <le !a expectativa, tampoco es posible
p!ica la prohibicin de realizar un de[errninado n1ovimient: o m8s bien de volver al pasado co1no si el tiempo vivido <lesde entonces fuera un tiempo
vivir (:i! revs) un::i. de(ermin:'.ld:i experiencia: esrJ. es la car~1cterbtiC:'.l crono- nulo y no hubiera sobrevenido nunca. Desde este punto <le vista la disimetra
lgica de un orden JI revs en que consiste rodo el J.bsur<lo de la .. inver- entre el tiempo y el espacio es coxnpleta. El recorrido de la aguja alrededor
sin. Lo cierto es que la espacL1lidad de! espacio es inco1nDrensihle sin ser de la esfera, recorrido que es un inovimento visible y espacial, puede ser
irrererxihle. l:t e."p:tl.'i:didad no L'S nihdiz:1hlc: ;H.in1irlr esta ~ihilizacin .serJ in\ertido: pero el tiempo vivido de una jornada de -...einticuatro horas. tiempo
:tlnhuir J. l:i cri~Jtur:.i e! don Je L1 ornniprest:nci:1. S!n duJa son posih!t's ve- que es invbihle e ln1p:llpahle. no pue<le .serlo: y el rie1npo necesario para
locid:1des indl:'finicLunente LTecienlL'S, que p:ir..:<..:c'n :1corLtr cada \l:'z n1:L" la h~1cer volver a la aguja de derech:1 :1 izquierda es un tiempo que corre hacia
c.iistanciJ. de! punto ck: partidJ JI punro dL l!eg:1cLt. Pero sobre\oJar los Lt derecha. en et sentido del tiempo vivido_ Aquel que va de Pars a Rouen
lug:1rcs. \-olver prx:irno lo lci:1no. no es lo 1ni.sn10 que tr::ig::ir."e el espaco! puede, si ha tornJ.do un billete de ida y \uelta, volver a su punto de parri-
Por L'l concr:irio, !:1 \uelr~1 arrjs es posible :t di.:>crecin en este 1nt>dio dciL c1a. la vuelta retrocede sohre la id:1 para neutralizarla. Pero en el tiernpo la
y:1 que e! esp:1cio es cotalrnence indiferl'nte :t !os rr:tyecto." que, en todos los \-uelta sucede a lJ ida :1 continuacin sin anular el becbo de haber realizado
sen(!Jos. !o recorren y lo :itr:i\iesan. L:.i ren1por:ili<lad Jel tiempo es irre- ese viaje: pues si los efectos <lel despL1z:imiento son borrados, 1:1 quiddi<lad.
c.luctible no slo. corno la espJ.ci:ilid:.ld det espacio, en cuanto que es in- en c::imbio, es fmborrab!e. La v1Jelta compensa el efecto de la ida. y no supri-
cornprensihlC' sino c:n cuanto que es irreversible. Lo clue es coinpn:ns!h!e. me su efectivid::id. Nuestro viajero. de vuelta a c:1.sa, es como s no hubiera
no es el rieinpo n1i.sn10 (el liempu c:n efecto no fluye nunca ni n1:1s deprisa partido nunca.. Pero como s nicamente! Pues entre e! vi:iiero <le vuelta
ni m:s c.lespacio, y nuesrrJ.s [cnicas se deslizan sobre l sin encontrar dnde <le Rouen y aquel que no se ha ido nunca. como entre el hijo prdigo y el
agJ.rr:irse). son b.s operaciones hum:1nJs en el rie111po. el tien1po emple:i<lo hijo hogareo, hay una diferencia inapreciable, aunque fundamental, un no
en recorrer el e."r:1cio. ~,r [;__ Jur~1cin de! tr:thao nece::;ario para llegar a un se sabe qu cuy:i huella indeleble est inscrita si no en la memoria (pues el
-~olvido la puede borrat),al menos en el inconsciente; en la. paseidad secre- rectilneo; in~cluso si el viejo se volviera milagrosamente joven, una especie
t - ._.- -_ : f
ta de la persona. en la:temporalidad e-r1 general. Desde el punto de vista del <le lasitud s"eiiet3 le advertira si embargo de que su segunda juventud no
,espacio el hijo prdigy el hijo n pfdigo se encuentran, finalmente, en es la' reprodUCCin textual- de-la-primera, (ue es una-juventl1d labor~osamente
el misino punto, y en eso no- se distinguen ei -uno <lel otro; pero si se_ consi- recalen-tada;.-c:iriflada, prolongada: los recuerdos acurnulados entre tanto no
' <<lera el tiempo, aquel_:que ha cerrado el crculo de la avehtura-no encontra- le permiten-:irl:' cualquier caso, a _ese viejo milagroso, recomenzar su vida
T ya en su hogar el s.ratu- que anterior a esa aventura.- Las pruebas de la tri- desde cero. Ek-nueva Uventud,.no es una juventud un poco senil? No, un
bulacin, como dicen:-los testigos, le han rnarcCrdo. .La _ida y vuelta, en relacin viejo rejuV:e1\1:'.:q_dO no se -convierte en joven como por encanto, un viejo re-
al-tiempo, es siempre;'_se-haga lo que.se-hag-a y se vaya donde se vaya, una juvenecid s>Sithplerr1~nte un joven viejo rev9cado! Una vieja coqueta reno-
simple ida; una ida sfn_"_.fetorno. Qu otra cosa qiere decir esto, sino que vada es simpJ-inente una fachada-bien que mal revocada. -E incluso s las
todo est en el tiei:np-o/ es intrnSec al tiempo,' todo incluso los despla- aguas del L_e;reo:-1e. facilira-r3.n el _olvido <lel pasado Y- de lo ya vivido, incluso
,_ zamientos en el espac;?? Algunos filsofa~ G .la Antigedad, Aristteles, San si l lograi:a ~Ji;i-3.r toda huella- di:. su .pritnera vida, y las hlJellas mismas de
1 Agustn, Plotino sobry_---todo,1 .vislumbraron _esta paradoja. Ilcra E1"aPoA~ Kal esta huella, i{'.ia.--piS_cina <le un_ .npeva inocencia y de un nuevo nacimiento,
ncra Kvrcrtt; E\i_xpvq):f(n_{V: estas son las palabrJs de Aristteles. 'Ev xpvcp, el retomienf&:,.S'e.r~ de hecho eJ-c91nienzb <le otro hombre. Pero si-se trata
. en el tiempo, -es un-_t~'m- obsesivo en_ PJ'tino, algo as como-un refcin: el realmen-te d~\fda 'ica y rnisrha_-:persOna-1 la merrio.ria garantiza necesari~
tiempo es realmente "CCJ Ev w. el universal' continente. el medio omnipresente mente la cor\tlriuidad del pasadO y~ del presente: como en las repeticiones y
que baa todas las cosas y envuelve al 1novniento: nJdJ es por consiguien- el Da capo d__e un desarrollo rnusicai, la reiteracin o la reexposicin reto-
te E~co aU-co! Incluso si las revoluciones celestes se detuvieran, y con ellas 1nan la suit'e;~: y el hecho mismo de la secundariedad renueva su significa-
todos los relojes del universo, incluso si los aos y las estaciones se hun- cin; la segunda vez por n1ucho que sea como la primera no es sin en1bar-
dieran en la nada, el tiempo, que no deja nunca de fluir, proseguirla su ca1ni- go idntica a la primera, puesto que es precisamente la vez nmero Dos, la
no; el tiempo interrumpido e irreversible sobrevi\ira a los hab:Jntes de ]a que sucede :.a la prin1era y que tiene ya una tradicin tras ella y que, enri-
Tierra, a los calendarios y las crnicas <lel gnero humano; el tien1po vaco quecida por 'Ia quoddidad del de\enir, es todo lo contrario de una reedicin
proseguira entonces simplemente el curso de l:.i historia. Mejor an: esta litera!. Decir-que la segunda vez es como la primera, no quiere decir nica-
universal interioridad priva finalmenle <le sentido a lo que los Antiguos llama- n1ente que Ia segt~rrda vez se ~__rezc:l.2. la primer<::!. o_reedit~imera, quie-
ban Evilvat(ine..<."Se),. es decir, al ser-en, pues el adentro slo tiene sentido si re decir adems (e ipso facto) que no es literaln1ente la primera vez: preci-
se lo compara con- un afuera y con un:.i exteriorid:.id posible, con10 sucede samente porque es segunda, la segunda vez ella misma no puede ser la
con las relaciones entre continente y contenido. Ahor.:l bien, el a priori te1npo- primera vez ella 1nisma, ipsa, pero ella misma es una primera vez, prima
ral es aquello que presupone todo; es Jbsoluta1nente previsible y precede, L-'olta. una segunda prin1era vez! Esa vez es en un 1nomento posterior lo que
seg(1n Aristtt:les. al ahna rnis1na que lo inide: pues todo :iquello que _tiene er.i la vez precedente en su mon1enlo . .sin ser .sin e111bargo esa ve_z precedente
lug:.ir en esre b~ljo mundo tiene lugar te1nporalrnente~ Por eso cualquier Jefi- 1ni.sn1a. E incluso si. milagrosan1e-nte. )-' ol\id:ln<lonos inocenten1ente del
nicin del tie1npo gira casi necesaria1nente en un crculo vicio:-;o .. pa::;:i.c\o, la seguncb. vez fuera punto por punto idntica a la prilnera. seguira
\iniendo despus, y est:ira en re1:1cin con otro contexto de circunstancias:
incluso si llega a repetir textuahnente, servilmente, instante por inst-:lnte, la
2. Rejuuenecer? Revivr? Dejar de e!luejecr? iniciativ:i. a la que sucede. o de la que se h::ice eco. esa nueva prirnera vez
es ya otra vez; o s se prefiere: e::>ra otra prin1era vez es ya otra uez distinta
La irreversibilidad <lel devenir es ante todo la rnposibili<l:.i<l Je regresar. a la prin1er::i vez ... A.unque slo fuera por la fecha (pues no se produce :i.ca-
Tal es nuestra impotencia ante la no-reversibilidJd de ese sencido nico que so en otr momento del tiempo?), aunque slo fuera porque la temporali-
incluso si el tiempo girara en redondo. trayn<lonoS-<le \LJelta pe1idicamente chd pur.i, interponiendose entre tanto, ba..c;ta parJ. diferenciar irreductiblemente
poc:.is ya vividas, los ciclos seguiran :iii:idin<lo.-;e ~t los ciclos en un tie1npo el nnuto precedente del n1inuto ~interior. la segunda vez tendra ya la apa-
riencia de la novedad. Una nueva Edad Yle<la*, dice Berdaev? Esa E<lad
t Ellneadas. III. '7. 8. San Ag-ustin. Cf11(/';xio11es. XI. 2-t _-\risttek->. Fisica, IV, 225 a. l"i: cf. ;10-51: Nle<lia ninero Dos es sin duda m:.s nueva que rnedieval. .. Hablamos aqu
yVEL(tt iiv xpvqi Kni cpElpi::-rat 1a:d a-Vz;ve-rat !((l_t ci:M.u10-rat i:v XP\"(~ i.;:al tppE-CUl.. de un elemento diferencial que di:-;rlngue para siempre al hijo prdigo despus
del regreso Jel hijo prd!go ::i.ntes de !a parrida ... Por t;so ef Eclesiasts no contra direccin. La imposibilidad de regresar no es otra cosa que la impo-
tiene razn cu:1ncio dice: ",Vil sub sale noul~ .. Al contrario. todo es siempre sibilidad de revivir, en el doble sentido del prefijo re: no se puede ni vivir
. huevo bajo el .:;ol, inclu.:;o l;is repe[iciones! Lo que par::i.djicanenre deses- andando hacia atrs, desanCandO [o andado (puesto Que toda regresin es,
per:i ~it Eclesi:J..)ts, es b. rnonotona de b.s reiteraciones peridicas, y ,no en lo quer::imos o no, progresista), ni vivir por segL_Inda'-vez la vida vivida ya
c;imbio la irreversiblid:.ld: y sin embargo las reeraciones nos curar:n la una primera vez (pues la segunda vida, aunque no fuera ms que porque
angusri:1 que el tr::i.nscurso un!\"ersal nos inspira! Por rnuc:ho que' las cosas presupone la precedente, es ya una_vida. nueva). Y en primer lugar no se
que re:1p:irecen sc:i.n gr:..1111:.uic:i.lrnente !:is mismas, la n1anera que tienen puede retroviuir o desvivir la vida ya vivida como se enrolla al revs la pe-
pneu1nitic:irnente de reaparecer no ces;i de c::imbiar: e! vino es sie1npre lcula que se desenrolla al derecho. ;,Que el tiernpo vuelva sobre sus pasos.
nuevo ::i.unque e! odre sea el n1isn10. Todo ya ha sido dicho?, visto, odo, - Que estemos veinte aos atrs. - Una semana atr:s. - .Ayer por la noche.
escrito? Sin ernbargo cu:.in<lo voh'en1os J. ver las n1isn1:.Is cosas, las vemos Tiempo V1Jelve, tiempo vuelve ... " As es como el rey Berenger_ y la reina Mara
siernpre de otro n1odo: !a 1n-anera de Yer, que se expresa en el adverbio, es suplican al tiempo en El Rry se muere de Eugene Ionesco. 2 Pero el tiempo
.~
un asunto 1n:J.s in1port:inre que L1 uniforrnidad superficial del objeto visto. no quiere saber n:ida! No, nunc::i. ha sucedido que un hornbre deS<J.nde lo
~Acaso no solcn1os decir: rodas los das se aprende aquello que ya se s;ib-a, andado sobre el C3.n1ino del tiempo y recorra en sentido inverso el curso
coino si se ignorar::i.? Un ho1nbre cornp!etJ.rnente,._ en:.unor..ido de una mujer, vital volviendo sobre sus pasos; nunca ha sucedido que un viejo e:St cada
cuando se en~unor..1 de otra. l::i :un:i corno si fuera la primera vez que amase, da menos plido. menos gris, m.5.s lozano: y sin ernbJ.rgo es en esta inver-
y celc:hr:1 !:1 lleg:1d:1 de !a prirnavera co1no si fuera 1:1 prin1era prin1avera del sin literal del en\ejecitnienro en lo que se piens<.1 cuando se sue::i. con reju-
inundo. '{ !o 111isn10 un gran artista que toc:i por milsima vez una pieza ''enecer: cada n1aana una arruga menos, cada n1a.ana la mirada n15.s viva.
de su repertorio, la toca corno si nunca antes la hubiese tocado ... No, nunca Que los ros remontaran su corriente sera un milagro vulgar y un juego de
se ba:1 uno dos veces (i;_) en el n1smo ro, y et que se b::i.a tampoco es n1agia corriente, co1nparado con la vuelta del tiempo hacia sus orgenes!
el n1isn10 de un:1 vez a otra. Se suele decir. para prevenir !a decepcin de la Pues la victoria sobre la grJvedad es al menos concebible; n1ientras que la
repeticin: ver \.'enecia y n1orir .. Es intil n1orir en este caso: la Venecia que ide:.i del tiempo reversible es una contradiccin y casi un absurdo, no ni-
h:1bis vi.seo. de todas 111aneras no !a ,otveris a \er nunca n1:s, e incluso si c:.irnente algo iinpensable. como l::i. cuadratura del crculo, sino incluso inso-
L1 \ohis a ve-, es otro hotnbre el que la volvera :.i \-er. portable; y por-otra parte una cronologa vivida al re\'S. como una melod:.i
De nodo que el ro/uet: se hag:i lo que se hag:1, se inscribe a continuacin tocada al revs, no sera m:s que un g-alnatas ininteligible y una despre-
del devenir: el recuerdo n1isn10. lejos de ser un pon:enir :.il revs, sobreviene ciable cacofona; esta taun1aturgi:i del tiempo -al revs, esta teratologa de un
n el curso de! devenir: el recuerdo no es ac~1so un :1contecimiento de nues- de\enir que con1enzara por el ltimo suspiro y tenninara por el prin1ero es
tro presente? El r-:cuerdo, en es(e sentido. es tambin un~l maner8. de uso- re:11rnente una suposicin irnposihle, una utopa hiperblica al estilo de \'Vells,
hrevenir.. _ Regresar. en c-src :-;enldo. es t:tn1hin un:.1. n1:inerJ de suceder. jPue.'> o h!en una di\erric.b p:tyas~1d:.l corno el Hin lfJl[/ :zunlck de HinJen1ith. n1ejor
L'I p:1s:tdo sucede. inclu:.;o cuando regres(!!~ Si. el tit.:'n1po est: ."ien1pre :ti de- alin un sinsentido y. liter:.ihnenre. un cunrr-ascntido. De hecho aquel que cree
1l'cho. incluso cu:tndo uno se in1::i.~in:1 recorrerlo :ti re\s: siernpre dirigido
:1 in,-ertir el conlienzo y c.! final inYierte el urden de las .'ierie.'i o .'iecuencias
h:tcia ckL1nre. incluso cuando se cret: e:-;Ltr recorri2ndolo h:1cia atris. Por 7' i
,;;,.1
cuy~1 suci:sin con1ponen lo \'i\ido - pero en el interior de cada f:.ise, de
;;;.
cjen1p!o el p;1:-;:1do de! rr:tdicion:ilista es r:.in1h!n un futuro. aunque sea un c:1da bloque de clur~1cin las experiencias siguen estando ~ll derecho; una
futuro sin !t1Jl. 1 ~1.::. coino todo ei inundo c:unina oblig:trorian1ente en el
-l paciencia sohrehun1ana sera necesaria p:ira hacer retroceder el deYenir ins-
-,entido de 1:1 l1i.-,rori:1_ ]n;-; progresis:1.-; Je IJuen:1 g:1n:t. y !os retrgrados de r:1nte por instante de n1:1nC"ra continua y. en cierto niodo. contra-reloj. No
1n:t!a g:.in:1 y contr:1 su \o!unrad, :.is todo 1narcha en el sentido del devenir. hay ~1lgo de \ertiginoso en esta <lnacron:.l" del riernpo que vuelve? - Pues-
incluso :tquello que 1n:.irchJ en el sentido contrario, todo est.i orientado en to que no es posible voher :.ltr:s, tampoco es posihle recomenzar L_tna vida
el sentido ,J.:l JeYenir. e! porYenir directamente. que indiCJ. el sentido na- al derecho y empc.:z:tf de nuevo. y:.i se::i despus de haber previa1nente re-
rur:d Je la fururicin. el recuerdo indirectan1ente. que p:irece que vaya en ju\enecido, o .salt:.inJo a pies juntos desde el presente al pasado: no es posi-
ble. convertido otr..i vez en nio, recorrer reiter:.J.d:.i1nenre toda5 !:.is edades
J1nkc!t:\"i!Ll1 itil.!.!:l :tqlll un:l 1ez m~s con !;1:- i:1bhr;1s: sm11e111r1 rt'Ctlt:rcioJ. sunc111r!sohri:ve-
del T.)
n1rl 1 rc1111r1 r<'_'..!rL,.,;1rl. (li/l"('//lrl.~uced(:'r '- l \-. ~ ll' Ro1 se me//n. P- '>"i.
,}~pe Ja vida a partir de esa infancia ninero Do.9; no Se puede ni retroceder, independiente de nuestra V-6luntad. N' se h-~e- en el tiemp lo que se 1

-<'~ni
.volver a cont.inuaci_~ empezar e_l _camino! -- Y, en fin;-taipco .se-pue.:. quiere. U:i-i objeto manej:ible ::~s _ante todo uri -Obj_f+,tO que -pu_e~_ponerse del
'.l>de estabilizar el devenir en la eternidad de un_ deterrninado presente, elegir revs. -fo- que deviene no Se_ pasea -libtemente de- n lado para otro por el
-,~.:;~_por. ejemplo la mejor edad posible para permanecer pe-rpetuam-ente en ella, interior del-devenir, y en esro. no se parece <i.l-rorista que recorre la Toscafia
-'::,,,Sin . .envejecer ni rejuvenecer... Nos glist~ra tal vez poderd~cidir-que ya te- o el Delf}nado, yendo y vinie'ndo, vol-V-iendc{sODresuspasos,-detenindose,.
;,>4ernos bastante y que a partir de hoy. e-1 devehir'ha devenid'por complet; ac o-all, y volviendo a en)prender- el ca:mino.-a- su antojo; _es_ el esp~cio
1nchos hombres se diCen sin -_duda que \raldra la pena .11egar:a_:octogena- efectivamente, con sus tres dimensiones, Sus--c~a_tfo- ptihto.S-cardnale.5 y ~us
-~i9 si uno pudiera mantenerse ah, dejat a continuacin de ellv'ejecer, y per- innumerables direcciones lo que permite al mYil.-la'. Hbeitad de-movimiento.
manecer siempre octogenario; muchos h9mbres se cohsiderafan felices de El tiempo, en cambio, no adrllite, como la lnea r~cta,- ms que dos direccio-
librarse a ese precio y pensaral)"tal' vez que han salido-bien,parados! Peto nes contrarias: el tiempo sl_ tiene ds sentids posibles, de J~s .cuales
_:--,:-d~sgraciadarnente el tiempo, 'qu'e nos prohbe volver <itr.s 1 no.:-nos permite uno est prohibido, puesto qu_e no se--Puede te-m6ntar stf corriefite;,~lo que
- -~s.iquiera detener el paso de laS- horas; como m_ucho tolera, y_ slo-:aparen- equiv_a_le a. decir por consiguiente_ que este dey'_~-iji_r incapaz de rev:~0ir no
remente_, que se retrase Prov~i~ionalmente e.?e p~sO_;--e1- tiemp h_a.ce imposi- tiene n abS01uto_dimensione$.:-Es Efectivimentf~:e1 espacio recorrif!rno el
:-.-.. ble.no' slo la contrabfen.Siva, sino incluso la simple defensiva',~-Oh tiempo! tiempo.recotrid, lo que in1pli:i un Se~tidO y url;<:ontra:SentidO eq-JValeii:Cs,
Detn tu vuelo ... y vosotras, 'horas propicias, detened vuestra carrera ... Pero coextensivos-y superponibles ... El que deviene est atrap~do en u"n proceso
no, el tiernpo no detiene su vuelo; prosigue por el contrario impern_;rba- de sen(ido nico que es al mismo tieinpo futuricin y pretericin: no tiene
blemente, incluso cuando parece aminorar la marcha. El tiempo hace odos eleccin. No se toma al devenir indiferentemente por no importa qu ex-
sordos! El tien1po se va, el tiempo se va - y nosotros tambin durante ese tremo: sino que nos impone en cualquier circunstancia su sentido obligato-
tiempo: pues es la n1isn1a cosa. - No pudiendo ni volver al principio, ni reco- rio y su orden inflexihle: por eso el principio y el fin, el alfa y el omega, el
menzar su \ida, 'ni in1novilizarse para siempre en el presente que acaba nacin1iento y la mue1te no son ni intercambiables ni simtricos ni homlo-
de_ alcanzar. el hombre es a fortiori incapaz de nihilizar la temporalidad en gos: pues del tnismo modo que el pasado no es un futuro al revs, ni el futuro
gen_eal: incluso si con1pensara el desgast~ _biolgico producido por el enve- un pasado al derecho, ni el crepsculo una aurora invertida, tampoco la
jecimiento. n.o podfa h:icer nada :coriir,:l- ei .-d~sga.Ste metafsico inherente al n1uerte es un nacimiento invertido, la-er:itre---abe:ftura del --t-empO Vita1~ nos
tiempo mis1no; sabra-a<lelnS_S . ~dad 1 corara con espanto los aos acu- lo ndicaba ya. Evidenten1ente la primera y la ltin1a vez no puede decirse
mulados eh su longevdad i:nf~i.ta - pOrcl~e ~ devenir no deja jams de que sean tal para cual! La <lisparid:id de estas dos veces desparejas y cuali-
devenir~ El hombre puede- prclamar cffitnto quier.i que el tiempo transcu- tativamente incomparables es tan absoluta como la que existe entre el espa-
rrido no ha transcurrido: nunca conseguir qne los acontecinentos que h:.rn cio y e! tiempo.. PasaJo y futuro no hacen juego a los dos lados del pre-
tenido lug:.rr de:-;aparezcan y no hayan tenido lugar: nunca con.seguir Cjllt! Sl:'nte con10 los dos c1ndelabros hacen juego J uno y otro laJo del pnJulo ....
las cosas que han .:;ucedido no hayan sucedido: slo puede jhzgirlo. Esta di- In1age11 espacial y con1binacin ptica, no se percibe la simetra instanti-
ferencia nos pennir;_i, recordeinos, establecer los l1nitt:-s de una resignacin nea1nente cun una sola 1nir~1J;i? La i1nagen Jel juego de chirnenea, del 1nis1110
a la quoddidad ... El hombre puede anularlas consecuencias e incluso el re- 1nodo que los esquen1a.s grficos. no resulta de una proyeccin espacial, es
cuerdo de un acontecinento. pero no puede 11ibilizar el hecho de que el decir. de una transposicin que es la funcin rnisma de la metfora? En esto
acontecniento haya tenido lugar. La identidad de los contrarios no es ms la 1ner:for~1 hace poco ca:-;o del tie1npo. al que ignorJ. y trata co1no una v;iria-
1nilagrosa que esta nihilizacin rngic1. ble prescindible. Pero no se prl:'scinde del rie1npo impunemente: el tie1npo
es no se sabe qu que n;.idie ve con sus ojos ni toca con sus manos, que ni
siquiera el odo percibe directamente su flujo, que no tiene forma ni color
3. Objetividad destnal ele lo irreversible. ni olor. que ningn pensJrnienro puede concebir. que no es ni una din1en-
sin, ni una forma, ni una categora, que es por tanto casi inexistente, y que
Lo irreversible es L1 verdadera objetividad del tiempo: es efectivamenre es, no obstante, la cosa ms esencial de todas las cosas esenciales; por no
aquello que se resiste obstinadamente a nuestros esfuerzos y no se deja do- tomar en consideracin ~se factor invisible e impalpable al inismo tiempo
blegar, aquello que es. como dijo Ari.sttele.s. cic.r:n:i::1crrov y que es por tanto que inefahle, uno .c;e Lxpone a lo~ 1ns graves desengai'los. El principio y el

276 277
fin no :;;e d::in nunca junros: de uno 1 otr_o se exende un:J. sucesin tempo- ni abolir _la quoddidad; en el tiempo, como en la muerte, no haynada que
ral. de rnaner:i que cuando experirnenrainos ta priinc:ra vez, la segunda vez pensar; el tiempo no est hecho para que se piense en l, sino a Iosumo
tod:iva no existe: v cu::indo vlvimos l:i !tin1:i, es l:J. prirner::i la que ha desapa- pa--a que se piense tempo.raln1ente; el tiernpo no es nunca el complemento
recido (pero que ~in en1b:irgo ha sucedido). La sucesin es esta alternativa
risrn:i! D1tcunt )'ata uolentenz, nolentem trahunt - !o que signific:i, en defi-
'{'17..
~;:z;:;,.:

directo del verbo pensar, el tiempo nihiliza el pensamiento para que ponga
c::ira de pensar.. Asimismo, ilo _es nunca el acusativo de nuestras tareas coti-
nitivas cuent~1s: la irreversibilidad es sin duda alguna nuestro jatum", el a -.~.;,~<=- _ dianas, y no obstante ofrece una perspectiva infinita a todas nuestras empre-
priori del Jestino de nuestra condicin: y por !o que se refiere al uolens-no- sas; no existe ninguna tcnica pari revertir lo irreversible, pero s la hay para
lens. distingue nic:iinente la rn;__nera de :Jvanzar y el modo de progresin;
pero y:i :iv:.ince vo!untari:irr1ente o :1 su pesar, en los dos casos el hon1bre
debe :1V1nzar: de buena gana o de mal::i gana, acompaado o arrastrado, el
hon1bre debe seouir l::i co-rriente ''/ b.ajar por ta pendiente: que envejezca
11
'~J
hacer retroceder a la n1uerte y retrasar el envejecimiento. Una n1ano de hie-
rro en guante ?e terciopelo: podra servir este contraste para caracterizr ]a
elasticidad de un medio tan dctil como resistente? En el tiempo todo est
penniido; pero el tie1npo misrno, el tien1po vaco;-es ineXterminable: .-
"bien .. o .. n1al", es decir. _serenamente o ~nsiosa1nente, de todas rn;:i.neras Y de
gr::i<lo o por fuerza en\ejece;. que ;J.bunde en .eJ sentido e la hisrori:l confir-
-.i~f
"'...-80!
n1:1ndo ese senti<lo, o que i-'funfue y se vuelv:.i ,contra l, Lt historia no .~,i 4. La irreversibilf({ad relatia.
sigue menos irnperrurbablernente su curso, del mismo :nodo que el tren con- :~~-~-
~
lina su rn:uch:i sin tener en cueittJ pJ.rJ n:1dJ Li mp:icieilcia o L1 angusti::l A partir Je est:i irreversibilidad e1npric:i. vivida dur.inte su transcurso, pue-
.
de! viajero irnpotente crisp:ido en su :J.slento; l:J. buen:J. y la tnJ.ta volun- de uno representarse la irreversibilidad tenninal de l:i muerte? Pueden medirse
.
t:td del hombre, la resignacin y !J rebelin no can1bi::in n::i.d:i de lo esen- por el misrno rasero las experiencias pre-letales de la empiria y el salto ver-
cial, y nuestro consenrniento no ::icelera rn:is el devenir ele lo que nuestro ~~1 tiginoso del :J.contecin1iento supren10? Sealen1os en prner lugar que la irre-
discntin1iento lo rerrasa. J)e hecho el ho1nbre n1odifica los modos del tiem- versibilidad e:nprica es una irre\ersibilidad reL1tivJ., pues la pretericin est::
po cotiJiano sin extirpar !a quoddicL1d o L1 te1npor:ilid:id de ese tien1po, sin con1pensando continuamente la futuricin. haciendo del devenir un tiempo
\encer, como dira Leibniz, l::i Esligi:i de la irreversibilidad; por eso nues[fa tan conservador como innovador: el devenir es un porvenir en parte pasa-
!ibert~1J en relacin :d tienipo es pur:unentc- adjetiDa y pelicu!:J.r. Las repeti- dizado~ por el recuerdo; l:i preformacin de un futuro ya presente en con-
cionc:-; 1nic;n1J.s que a veces r::ilen(iz:Jn el devenir histrico concreto son re- cepto de posible, la supervivencia de un pasado todava actual en concepto
peticiones superficl:i.les: se definen por rel:1cin a un tiempo n1:s general de recuerdo atenan el c:1r.cter nprevisible. inestable y fug::iz del empujn
que fluye sieinpre en e! n1isn10 sentido y ::i. la misn1J. velocid:id. y no desanda h:Jcia delante; gracias ;:i est:i ininanenci:i l:i duracin ser:, efectivamente, rela-
nunca lo andado: son rnontona.s rnachaconeras Lis que repiten un:i. y otra tiv::unente durable: gracias a esta inmanencia el otro ser: rel:itiv::imente el
\'t'Z !os 1nis1nos n:fr:1n1..::; y que. sin :1fl.'.ct:1r x1ra na1..Lt al :1 priori inexorable n1isn10. de! 1nisn10 1nodu que e! n1ismo er:1 rel:tti\~unente otro! As es este
de !a tetnporaliJ:1J. no pueden Jispcn.-,;trnu~ nunc:1 de envt:'jecer. T;in nti- tietnpo arnhiguo. i.:ste de\enir dt' Joble filo que es a la vez cre:1cin y reco-
rn:t!l1l-'ntc constituLion:tl. tan C(Jn.-,u);-,L1n1.:l:1! :1 nuestr:l \'id:! o.:.'." ese :1 priri de tnienzo. huid:t y perennid~tJ: qui.: es por consiguiente continuidad. Acaso
lo irre\ersib!e que su nLcesiJ:..tJ. con1u e! pc::;o de>! ~lire ::it1no.:;frico. puede Lis enfenneJades Je! tieinpo no tienen su origen en una visin unilater:il ele
p:isar de.'i~1percihid:1. Pues e! inflexih!e dcsrino es. en otro sentido. e[ curso esta ;:un_higedad? El ahurrin1iento tiene lugJ.r cuando se consider:i. la_tnono-
de nue.:;rr:1 lihert:td. f111punder:.ib!e e irnp:tlp:1hk. e>[ dc:"\enir no pe:.<l. :1unque tona sin renovacin: L1 angu.'.'tia cuando se considera lo irreYersible :ip::ute
su pe.'iO .'iL rnanifestl' indin:c[:unente en e! peso de los aos. la :icun1td~1cin de toda repeticin. Nad~1 es .-;in einbargo ni con1plet::i.mente nuevo, ni co1n-
del p:isado. !a pes:1cL1 111e1nori:i. El de\enir e::. in\encib!e con10 !:i n1uerte, y plet::i.mente viejo. Despus Je haber demostrado ele qu manera la reiterJ-
sin e1nbargo infinira1nenre dcil: d!cho de otro modo. es un 1neclio en el que cin es siernprt' en algun::l n1ediJ:J. :Junque slo fuer:i por su fech::l, una inno-
no se h~1ce lo qu1.:: se quiere. pero en el l]lll! se puede h::icer todo lo que se :acin. Jeberen1os ahor:i explic:tr cmo l:i novec.b.cl misma es nuev:.i en nzn
quier~L i'io tenernos :.iqui, en re::;unJ:.LS cuentas, toJ:J. la :.imbigeJ:J<l del;__ Je su fiJeliJ:iJ a! pas:iJo y:i vi\ido; de.':ipus Je haber insistido sobre el vino
priori? El :i priori es lo incognoscible que nos hJce conocer, lo impensJb!e nuevo. deberemos recordar que el odre es siempre el mismo. El hombre
que inoviliz::i y posibilitJ. el pensarniento: y el tiempo, por su parte, es aquello est:'i continuarnente :iprenJicnJo aquello que yJ. s:ibe? Por eso mismo, e in-
en cuyo interior ruede h;__cerse [000. aunque no pueJa ni perL'):J.rse la mis1nid~J versarnente, sieinrre baha sahi<lo. con un pre-s:iber implcito. aquello que
ac3-b9 de aprender. ES cqmpletamente in1p0Sible remontar el curso del- "ciempo, modo: es nostlgicamente imposiblf, es~ ci~cir,;)de:lrgt:,qt~~,p9si_blei: reunir la
completamente "imposible- acumular presente y pasado; aun_que el recuerdo lozana de la infancia con la concencia del_3:_cju_lto,);:T_-n_9S~l-gico no slo se_
atene aparentemente esta dobie imposibilidad.- Aquello-que es :desespera- queja de la -irreversibilidad de la sucesin, s~o9-_ <le)~-;diSy1iil.Tiya _:'pueS la
'clamente imposible, se convierte p_of, tai-tto, gracias al recuerdo,.en_algo nostl- disyuntiva slo nos concede el rninutO p_re_S~fl_te-_ cua-ntj._o_ :P,9s _ha retirado el
-gicamente i_mpo~ible; es decii, idealmente-posible. Pues si la deseSperaCin precedente: el nostlgico no pretende-u1,-nto_.r~c_or~j:;::i.r:-~ll_-vi~,_co1110 rete-
~traduce n~estra impoten_cia ante la imposibilidad absoluta:;--la--nostalgia y la- ner el pasado en el presente; ,al -fios~~lgicq le,-gu,s~'!-(~,:-~~-~r} .y~ defirlivas
lamentaci_n expres'.ln ms bien nuestra melancola-frente-a la,imposibilidad cuentas, todas l_as ventajas a-l_~:-Yc~~,-!n.ch~-50J2-_v.~r:i,t;lj_?2-:~fl:<;:O_~patibl~s, y no
relativa. Y-en efecto; el -retorno mnemnico al pa.Sado._ puede compensar sim- dejar nada, c:::onse.nrar las tiquezaS__Q~f p _ a$-;;i,qq:-sjJ:l_---~fliJ~<;:i-<iT:_<i _la_s ?-v'enturaS
-blicamente l_o irreverS_ible; la acumulacin -de pasado y preserite_--pl!de com-- y las sorpresas -de la,futuricin, \;~oh\yj~----~e-(.j~y~-9 sigui_~rido,siend9cadult,,
pensar idealmente la disyUntiva.-Para empezar"-por-Ia reversibilidad:- el pasa- acu1nular la. experiencia y _la ino_c:C11cii~- quii~ra ~)a."-Y~z: S_ef_,)r-h3.ber sido,
do, si ya_ri-es ms-la carne viva de la realidad vivid~;- si es uri si.ibprodct Qu digo? A_.cc:;::_ptara incluso _ dey~ni-e:Y-_~-D_yjt3c;~r: s~ c-bnotie_~e-:el ._n1e_dio~ sin
:~- -~nca,nsistente de. esa realid_ad, e:I -pasado reconociJ0.1:o;no pasado levanta dejar de evolUc~:ona~;- de reunir)is--_-~-9~"4-~_S _pr:ec~.<;l~~i~~,_,on _la s_iguk~/lt_e_'. de
~;.-_si~ embargo testirnonio. E~ recuerdo e.5 evidentemente una man"ra rnetilf- acaparar lo a_nteriOr _y lo ulterio(/${pl.Adck~s~ '-YQiV~,(~{IlluJtnes los_ qiQ_nen.'.:
. rica: y esp-ectral de retornar, pero a pesa~-de---tod:totripefl.Sac;y rerrasi- en tos sucesivos:::-y--hace_r coe.">'.lstii-~t-gye;:t\c9n -ei-hCjx:-~;ffillp~Sible ernpi-~S-?);-Los
cierta medida la futuricin: triste compensacin - pues el reflujo- no es-nunca mornentos nO son acaso sucesivos_ por det1nicin?.;iL~ sucesin no_ esi hecha
equivalente al flujo, y el recuerdo es ms bien un consuelo q\1e una corn- precisan1ent~ -para que p~t.se una-_co.sa despus de-0tra. una prirnero y otra
pensacin; la memoria nos devuelve el plido fantasm;_:_ de aquello-que hemos a c_ontinuacin, cosas que se niegan.a coexistir, pero qe- acept~ran co1n-
vivido, pero el plido fantasma es a pesar de todo una especie de presen- parecer por turno? Envejecer consiste en reernplazar _aquello que se fue por
cia. Las bocanadas repenti_nas del recuerdo y de la evocacin nos transpor- lo que se es ~hora, renunciando a aquello. El enYE'jecinento es esa renun-
tan de golpe en pleno pasado sin que sea necesario retroceder hasta l. Por cia o no es enve_jec'11iento! Y en cuanto a la conservacin de los recuerdos.
una parte el 10 pasadismo~, la <lesrealizacin, la insuficiencia explican la dulce no nos permite literalrnente reunir lo que la disyuntiva ha separado: pues
melancola _de la lan1entacin: la nostalgia es efectivamente una . algia", y la nos suscrae la realida<l carnal <le lo vivido no dejndonos n1s que la na-
lamentacin una- languidez; no reside precisamente en la--natur'aleza irreal. gen ... No es acaso el olYido ten1pora1 lo que-::_n-85 !imib los -pl-3-Ce-+eS .de la
impotente y soadora d_e la ~Anamnesis" todo su encanto? En todo recuerdo n1e1noria? La in1agen sin einbargo puede coexistir con el presente, sobrevi-
hay un sentimiento an1argo de inacabamiento y como un deseo de revivir vir en J3 densidad polifnica de ese presente, fabricar para nuestro disfrute
plenamente y de verdad el pasado que se rememora. Pero por otra parte los los fantas1nas poticos de la presencia ausente y del presente-pasado: el con-
recursos de la ren1ini.scencia explican todo lo que en la la1nentacin ha y ele trapunto de la presenci~l y de la ausencia. la presencia de un pasado sobre-
riqueza concreta, enc;into nostlgico y pattico: los rnatices cualit;itiYos entendido y suhyac~nte. :-;ubtL'rr:tneo y-subconsciente representan a pesar
cJe la lan1eriucin son posibles gracias a! recuenJo que conservarnos u~ la <le to<lo una especie Je \-ictoria sobre Lt disyuntiva: al no poder acutnular
felicidad difunta. de !a juventu<l per<li<l~l y de las prin1~ner:1s pasadas: en e-! los 111on1i.:ntos SUCl:'Si\os c.n un L'tl:Tno Ahor::i., n:unin,n1os ~tl ser con esa son1-
vaco de una sucesin .sin rnen1oria la conciencia inocente. incapaz <le co1n- bra del ser que .se lla1n~1 h~lber sido.
parar el :intes con el despus, no sabra nada <le la Ricordanza ni de su
potico regusto: el olvido de los aos lejanos. <le! da <le ayer, del n10-
1nento precedente nos enfrentara a la disyunti\a <le la <lespre~cupacin o 5. La prin1eru J' la ltiJ110 rez en cun;o de co11tinuacf11.
la siesesperacin. Por lo tanto. si la quod<li<lad. es decir. la te111poralidad del
tiempo y la pa.seida<l del pasado, s el hecho en general de haber si<lo y <le La irreversibilidad del <levenir en1prico tiene sien1pre una carcter rela-
haber vivido representan el lmite e:xtren10 de lo irreversihle y <listinguen L1 tivo. Lo irreversil)!e expresa que cada instante es nico, es <lecir. a la vez
lan1entacin rnetaemprica e inconsolable, inn1utivada e indeterrninada. Je pritnero y lti1no. Sin e1nbargo. en las series hotnogneas hechas de golpes
las lamentaciones <lererminadas y motivadas, consolables y empricas. no repetidos, hay una pri1nera vez que es primera sin ser ltima, una lti1na vez
podemos sin embargo extraer de todo ello la conclusin de que cualquier que es ltilna sin ser pri111e-1:i., y ntneros intern1e<lios que no son ni primeros
acceso al paraso perdido de la juventud nos .est:: prohibido. - Del misrno ni ltilnos. Fu>::an1inetnos p1i1nero Lis veces intern1edi;is. aquellas que prolongan

280 2Hl
iciefinida1nente L1s repeticiones mcc:nicas ... u orgnicas con su tanamu- U.el nacimiento, la prin1era vez debe ser considerada corno una vez reiati-
d-eo y su chocher:l. Dcncro de !J. fila. c:i.d:i una de !:ls veces est sencilla- vameGte sin pasado o como una vez absolutarnent virgen de todo pasado.
renre en1n:irc:1d:i cnErc un ;lnt:::s y un despus, precedid:l ;,r seguida de orr2
La relativamente primera vez, estando co1no est casi desprovista de me-
v~z; de es:Js otras veces di.srributi\J.s, que se diferencian nicamente por su
moria, no tiene n1s que el recurso de la futuricin, y para ella el conrrapeso
0

f1?n1ero ordin:.il, pocle:nos decir sin vJ.cilar: cualquier sstole, cualquier dis- de los recuerdos est reducido al mnin10: as son los primeros p;J.sos del
. tole. es igual a cu:ilquier otra!-,{ de hecho, las periodicidades bioloicas de nio maravillado de mantenerse en pie y no obstante un poco_ intimidado
. b
l:i exlstencia estn fundadas en esa:-; repeticiones: la sucesin rtmica de los por esta inici;1cin al n1qviffiiento; as tambin el primer pliegue de la con-
latidos del corazn y el ritn10 :.1herl}ativo de la resoiracin llenan todo el in- ciencia que inaugurJ., despus del primer desengao, la larga historia que
terv~llo cornprendido entre el nacin1iento y la mu~rte. y tejen desde lo ms se inicia al Sali; del jardn <;:le la inocencia y de la felicidad; as es en fin el
recndito de la \-i~:i .5LI rnontona trJ.ma; el hon1bre se deJ. J.rrullar por es- prin1er n1ovilniento que interpela sin segunda intencj.n al prximo, antes
t;i n~1na sctnpitcrn de la iter:icin con10 se deja adorrnecer por e( tic tac de que el arrebato no haga retroceder la impulsiva espontaneidad de ese a1Tanque
un pndulo: -} si to111a coq_<.)enci;i de este tiernpo unifonne y hon1ogneo. generoso, es-decir, antes. que la ingenuidad ceda s_u lugar a los srdidos reco~
:-i!o sale de s_U __esr~ido hipii<'.>.tjl::o p;ir:i volver J. caer en el tedio: los filsofos vecos del inters propio. Pero Si la prin1era vez est. a parte cinte, liberada
de l:.t n1on:ific:1cin, corno :~,-e Sabe, slo conciben la muerte desmenuzad::t en de todo pretrito ab_.ruITTador, est orientada, a parte post, hacia n largo
pcquer1os instantes por el tic tac del pndulo y las pu!s:i.ciones del corazn. fururo de repeticiones y-de recon1ienzos: por eso es toda lozana, toda lige-
~ Pero sucede que en esa sucesin de n1inutos indiscernibles unos de otros
reza, alada levitaci11. areJ. aspiracin; la prin1era vez, corno 1~1 prin1avera
e interc3n1bi:ibtes, cienos 111inutos un poco 1115-s sole1nnes se destacan: son del ao, o corno la aurora de un largo da, rebos:J. de-pr0111esas y esperan-
los que corresponden al con1ienzo y J.! fin:i.l y recortan los periodos, fases, zas. PrivaJJ. de pasa<lo, o casi, y con un protnetedor futuro - as es esta pri-
lapsos de tiernpo. series segn1enr:1ri::is entre las cuales se articula la duracin rnera vez de la que dec;in1os que es a la vez extra~serial e intra-seral; y por
vi\id:J.. Estos :iconrecimientos pri\ilcgLrdos so11 J. !;1 \ez intra-seriales y ex- el conrrJ.rio es el futuro 3.l que se echa de menos en la relativamente ltna
rra-ser!ale:->: intr:i-seria!e.s puesto que son !nreriores a la serie vital y vividos vez, en la que pesa un vasto y profundo pasado; la ltin1a vez no tiene por
en curso de continu:.icin_ y extr:i-seri:.iles no obst~lnte, puesto que inaugu- as decirlo n1:.s que recuerdos sin posibilidades, como la primera, con sus
r:in o cl:.i.u.suran un episodio, un <leter11lin:.1Jo ciptulo Je la existenca, una tr::idiciones enrarecidas. no comportaba ms que posibilidades poco m:is o
sccuenci:.l de tien1po detern1inJJ:.1. De hecho la priineLt vez nunca parece n1enos desprovist:J.s de recuerdos. L::i primera vez coloca los cnientos de la
ser una vez corno !as den1::s ~pues el coraje p:J.r:J. einprender algo, la :ingus- serie, n1ientr:is que la ltitna despeja. despus. el sentido gener:J.l; la prime-
ti:i de con1enz~1r y, luchando contra esa Jngusti:.1. Lt ::tp:J.siona<la curiosid:td ra vez es por t:into fun<lador.:i. con10 la prirn:iver.:i. es fund:1dora, es el priniun-z
surgen con[radictori:.11nente en nosotros segn !J. oc:1sin en el n1otnento ele ternpus de l:is cuatro estaciones y la pron1esa del verano: t:il vez el comienzo
ro1n:1r la dtcisin y LTuzar e:! Rubicn del fi:tt. El \'erho osar ;no expre'.<l prin1a\eral h~tr: poca - :1unque esta "poca" no se:i neces~triarnente una t'TJ
:tc~1so e! sup!en1enro Je energa que se necesir~1 sien1pre parJ. ron1rer un hj-
nue\'~\: y por lo que resp1.."cta a 1~1 ltiina vez, ella define retrospecti\a1nente
hitv y ~tfronl:u- cl v~rtigo Je L_t iniciari\a? LJ. [ertnin:1cin. c.iue es ella rn.'illl~l
co1no un (odo la serie dl Lt que es cl:Ju~ura y conclusin; a~ !:t ckK't_;i\:1 dt
e! co111lenzo de u!r:1 cosa. \'l1elve a colocar :1! tn1idn frente a los pelgroso-; !:is doce can1pana<las sella y sanciona el hecho Je la inedianoche. y signifi-
in1pron1!ll,"i de Lt i111provis:Jcin: :1penas hl'111os franqueado el urnbr::il de Lt
ca el final Jc:l <la: ~1s 13. Ulti111a leccin Je! profesor cons~1gra. en una bio-
c.:n[r:td:t. tene1no:::; que fr:1nque:ir la puen;i que:-;(_ jbre a L1 siguil:'nte secul:'nc1:t. gr:1fa to<la\ia inacaba<la. el hecho consurnacJo Je un:J. cdrrera. Si la priinera
Por <.::'.-;u tnu!iplil:nos los :1rcJiJL's para pennanecer en el 1nis1nsno cenrro ~:ez plantea el futuro que L1 seguir. la !tin1a depone el pasJ.Jo qui..'" la pre-
del inrerY:t!o, en es:J zun::i medi:l y te1np!:.Id:J. que es[: a igu:Jt distancia Je cedi y le confiere a ttulo pstun10 la cons:Jgr:icin histric:J. del pretrito.
H:iy a pesar de todo un:J cierta homologJ. entre estas dos vece3 inversas y
!os dos horde.s extren1os y de 1:.is dos JVenrur:1s. - La rrirnera y 1:-t ltirn:J. vez
no son nic:u1H:::ntc privilt:g:i:1d~1s: sus pri\i!i:gios respecrivos son ;:i.de111:t:-; in- sin en1hargo disirntricas y despareias: 111uy a 1nenudo la prirnera vez es pri-
versos el uno del ocro. L1 irreversibilid:Id Jel devenir explica esta Jisiinerra mer:J. con10 la ltim:J. es liltitna. <lespus y en futuro anterior, es decir, desde
fund.Jo1enal: segn se tr:J.te Je priori<l:J.J co1npararivJ. o de prn:lca super- la ptica [f:J.nscen<lente Je un testigo que ech:l una mir:ida al devenir; en un
L:Hiv::i. segUn se considere el simple con1ienzo de una serie o la primersinLt
principio, el Jeviniente en curso de devenir no sabe siempre que la prime-
vez de las prirner:1:-; veces en L1 Serie de roda:.; l:L-; si:ries. con la excepc.)n ra vez es \:1 prilnera: puc":::; el pre.-;ente. cuando no se rasa por encima. sino
-~q'-:1e es vivido _corr:io-a_lg9 que se est haciendo ei1 el momento,' no tiene nin- este punto, _s-~:-qpone a lo ind~,c:ible.,. En resumidas cuentas, comienzo o fin,
gn nmero ordin.al. .. .g_S necesario, en este caso, e-Sperar a} menos hasta la todo-)nstante:-privilegi?do com.porta su <!-ntes y su c:J.espus; a la_ vez _rem_e-
- .se_gun~a vez para s3.beri. :etrospectivamente, -que la preedenre-era la pri- ei
morado y _pr~lmJ.ginado, .inStan.r punrual,_ en 1a Plenitud del intervalo,
m~ra. Del misrno _in_odo _n.o podemos saber siempre, en el a-ero, que la ltima irradia una 6Specie de halo. ~l comienzo es prime.fo sin ser ltimo, y ni
v~z es ltifna:. s_lo desp_lls lo.habr sido: despus la conciencia reconstru- siquiera es prime_ro; el final eef ltimo s-in ser primero, y hi siquiera es lo lti-_
ye la secuericia completa,, cuyo ltimo mornento es a la vez su fi:rial. _D~ca"" mo. El. comi~nzQ-, por una parte, n es nunca completamente imprevisto:
mos que la primera vez, _ e;n el n1omento eh que se preserita por -pr~era ve;?:, para-gu_ien a_ri~Iiza los dete{~ini;:;n1os hist~icos, el comienzo se disuelve,~n
no. tiene casi memoria;_p_~t~ inversamentt;:_se convierte; p6co a-_ poco en pri- la _cofrinuida:cf:gr=:.neral del dev~n_ir; l<;i prirn_era_ vez se anticipa a s misma,._y.
mera ms ta_rde, grac~a~: a,: _ n_uestrbs -recuerdos; a-quella que file primera su a_bsoluta pf,irrJ_aca, cons.ider~da_ sin tener en _cuenta la .confusin .ct:_ Ioy. -
en el primer momento <;le)a sqfpresa. se demora a contin_Uacin en el ada- tantes; no e:~f~.rhs-que~una-"pfiOtidad muy relativa. Dicho de otro modo, -eL:
gio de.la re~iniscencia;-.}a_.primera vez- no _.fue prnera nis que una vez, comienzo e.n:-~sta vid<,i' ro_es-0:u11ca un primer comie_nzo. sino, en_el __01ej9_ r'
.P_ero ese instante, que hqcern.os _re~rocder a:l pa_sado, nos deja un. duradero -de-Jos cas,os.}~}_..se_~~-~do con1ie_~io o__ uil_ recomiep~:._ Y del mism _fiiodo.' _ .
recuerdo de. su _pfiorida'~-~-:-Ufia ye"z- dejatj.o a-~i:,s el_comienzo,' tenemos ante el C~mienzo2~:fn_p_o._~ /;su~ fip_~l_, pves.se repetir:::~::tpar~ntemente_, __ ,?tras.
nosotros toda-Ja .continu_:3~1Qn_para impregninos del recuerdo del n1inuto muchas vece~/,fnvel:Samente; e1Jirial- ae. -una era que- toca a su fin -:es d--
inicial, para saborear y deSiar su sabor, para prolongar su repercusin, para fin~i de tod~-~,i~o una ltima ~e~ ms o menos diluida: la ltima vez de la
perennizar la perdurable emocin: una vez pasado el instante innovador. serie preced~nte se sobre1,-\-e a s misma en las primeras veces de la serie
nos encontran1os en plena plenitud, con todo el tiempo para entregarnos a siouiente dl' m.ismo modo que la primera vez preexista a s misma en las
o '
las cavilaciones pathicas y a la lenta irnpregnaci6n pasadista. Por obra y ltnas de la CPoca antecedente; y as co1no el comienzo no es nunca el pri-
gracia de esta dilacin, la primera vez, que es una vez sin pasado, estar: el mer comien":?:o, ta1npoco el final es nunca el ltimo final, sino 1n.S bien el
~esto del tie111po en pasado; y viceversa, la ltima vez, que es una vez sin penltin10. Ya que si nada en este n1undo ha tenido un principio, tampoco
tuturo, ser ya por siempre la ltima vez por venir; la ltna vez es hasta el nada ha terii_do un final. Por otra parte el final no es menos un comienzo,
ltno da algo que se deja para n1ar1ana; hasta el ltimo mon1ento la lti- al menos ap..1-rentemente: la ltin1a vez, antes de sobrevenir, no haba te-
ma vez es un 1Vonclum; la ltitna vez slo pertenece al ayer por anticipJ.cin nido ya lugar. en aig-n semido, cientos de-veces? De modo q_-ue-eS!_a. ~+t-ima
Y cuando uno la recuerda por adelantado. vez, que ni siquiera es realmente ltima, tampoco es primera ...
As pues el comienzo y el final en curso de conrinuacin no est::n soL1111en-
te fuera de la serie, sino que son aden1s inrra-seriales. Aunque el comienzo
tenga sobre todo una continuacin, tiene de hecho tambin algunos prece- 6_ La pn"rflultitnidad relatila (sernelj'acticiclac[): secundaridad
dentes; y la conclusin :l su vez, o.unque tenga sobre todo preceJe-ntes. tenc!rj y penultin1 ir/acl.
to.n1hin urt~t especie de rn:lii.an:i. S-i enunci:J. un futuro, la priinera vez no
est en cierto modo por eso 1nenos o.nticipada y prei111agino.Lb: y sl e! final Si en1bargo en otro sentido la irrever;;;ihitidad del devenir hace que cada
de la serie, producindose durante el interYalo, habo. sido anticipado. no prin1era vez sea ta1nhin una lti111J. vez y cada ltna vez una prirnera vez;
por eso es n1enos una forma de eco o de n~~sonancia. Gracias a una previ- 111ejor an: la absurdidad de un retorno del devenir hace que cada instante
sora sobreconciencia, es decir, a una preconscienci'a. el co1nienzo de la sere de ese devenir sea a la \-ez prin1era y ltirna vez: cada vez (segn se mire
siguiente puede ser efectivan1ente un prxin10 futuro. El principio suele st'r hacia atr:s o hacia delante. hacia el pasado o haci:J. el flituro) es lo. ltiina
presentido. aunque sobre todo es sentido; porque si degustan1os con delec- de la serie precedente y uno eodemque tempore la primera de la siguiente.
tacin el regusto que nos deja la prnera vez, tambin somos capaces de Decamos :Jntes que los comienzos se repiten despus de haber comenzado,
presentir su S:lhor anticipado: y viceversa, la U!tiina \ez se presiente rnucho que Jos fin::I!es se repiten despus de haher finalizado: hubiera sido rris
tien1po antes. pero el presentilniencu del que es objeto no sofoca por :Jde- exacto decir que el comienzo conlienza incluso la ltima \ez, o vicevers;:i
lantado el sentimiento pstumo que nos dej:iri: el sabor anticipado del fin.:1.l, que todo finaliza desde la primera vez: pues el final ha comenzado desde
cuando este final no es el final de los finales, sino un final de serie cualquie- el principio - o lo que es lo mismo: el comienzo no cesa, hasta el final, de
ra, tendr: su prolongacin en un regusto. Recorde1nos que lo inefJ.ble. en co 1nenzar. Acaso el devenir no es. segn qu aspecto se considere. una
284
_tkrminJcin continu:ida o una continu:icin del comienzo? No-son por tant cia, con la lozana de su novedad, nos parecen n1s primeras que ltimas: 4

q:nic:i.mente e! fin:ll del co1nienzo y el comienzo dei fina!, no son nicam~nte y sin embargo no las experimeiltams acaso, en esa forma, por ltima vez?
l l_rii:1:.i de !:is priineras veces y L1 primera de: b.s Cdtin1as las que son prime- L:i ltin1J. leccin del profesor antes de su jbilacin, los adioses antes de la
r;i.s-u!t1mas 1.:eces: sino que c:id:i \'ez es est:i. primera-ltirna vez; s, cada vez, separacin definitiva nos parecen ms ltin1os que primeros: pt;ro acaso n
ya se:1 1ntens:i. y so!emne con10 el comienzo y el final de un captulo, o sea son, en otro sentido, cosas que Se hacen por_ primerJ. veZ, el da en que se
n1ediocre con10 !as hun1ildes veces del intervalo y de la.trivialidad cotidia-,-- las hace?
fl~l. c:idJ vez es nica en su gt'nero y lerJlmente pnrn(iltna, en razn de Ahora bien, esa primultimidad de las primeras-ltimas veces es relativa
qlie c1c.b conlienzo es un final y c:1d:i. fin:il un comienzo: y tanto el comien20 --~-:-;;__,~
con10 erJ.n relativas b. prim.:ica de la primera y la- ultimi<lad de la ltima. En
cuino e! fina! st1lctu sensu, Jquel sobre todo inicial. veste sobre todo termi- ~:~;}~ la plenitud de la continuacin lo irreversible expresa simpleinente la unici-
n~d. :ipen~ts gozari de un privilegio n1:iyor que todos os instantes igual-mente --~-~; dJ.d cualitativa de cada n1odo de ser y.la no\edad rel:itiva de cada instante;
'.; eXcepcion:i.!es y originales de !a continuacin. L1 vez prin1ltim:i nO- es nica~ _-,~~-. el devenir es una semelfacticidad co'ltinuJd::i: pero, atravesando el tejido del
incne un. hpax. ;ues un hp;ix es un:1 cos:i de la que no existe en el n1uri- inter1.ralo vivido, apareciendo ::i. tr::Ys del espesor de contenidos sucesivos,
do n1:.s que un nico ejen1pl::ir: y Ja vez prin1ltin1J. es. en el tien1po un 3Con:.. e.sa semelf:icticidjd- es ta!}. frecuentJva_ como sen1elfctica. Lo irreversible,
tecin1ii.:nto que no sucede n1:1s que una sol:i~vez. L:i vez primltima es un en curso de continuacin. impii-a que cualquier :iconte-cin1ient6, por banal
suceso serne!j(lctica: lo que es nico es la efectividad y no el ejemplo! Por que sea. es en su gnero una prin1era vez y una ltima vez. es decir, una
t:jernplo !a unicicbcl o haecceid:td de la persona es un hp<lX. pero cad~t una vez nica, pero :il n1isrno tien1po t:"sa prin1er~t-in1J vez. por original que
ele Lis expcrit:'ncias de cJ.da UnJ de lJ.s person;is es semelf:lctica; y en defi-
--
:.~
sea, ha tenido y:i lugar en otro tiempo y voher a tener lugar muchas veces
--7_'.2":--
niti\:1 la quodd!dad de !J. vida personal, siendo nica por roda Ja eternidad n1is: la prnera-ltn:i vez es por tanto, desde otros puntos de vista, la en-
t:ene en s misrn:i la unicid:icl infinitJ.menre preciosa del hpax y 1:1 semel~ sin1a vez. Y en prin1er lug:lr l::i. pri1nera vez del intervalo es priiner~i porque
L1cticidad de! :icontecinliento prin1Cdtin10. Incluso una serie hon1ogne:1. en no ha h:ibido nunca una exactamente parecida antes. y ltna porque no
t:into que sucesin vivida, es vi\Jda coino un:l conlinuidJd cualitaZivan1ente habr nunc1 otra ex:ictan1ente p:irecida en el futuro. Diga lo que diga y haga
heterognea en L1 que l:i rnemoria, reteniendo lo :i.ntguo en lo nuevo y el lo que hag:l. lo hago y lo digo, en un senrido, por primer::i. vez: cualquiera
p:t:":.ido en el p~serite. modific3- concinu:unente la forma de cada n1inuto y que sea la cosa vista o viYida. por humilde que esta sea, no la habamos
clitcrenciJ en todo n1ornenro !o ulterior de lo :interior. Bergson nos :iyuda a visto ni vivido nunc::i antes. y no l:t \eremos ms adelante, al menos en esta
co111prender esr:is cosas_ Si l:is doce c:1n1pan~1d:1s Je 1nedi:inoche son indis- forma, en este contexto circunstancial, bajo esta luz y en este decorado: pues
cernih!es las un:is de L1s otrJ."i. y aparenren1ente interc::imbi:ibles, cada una no h::ty ni una sola posihilid::td entre un milln de que se reproduzca la situa-
ele e!L1s. sonando despus de !:is precedentes e integrin<lose en el recuerdo cin ex;J.cta de los vehculos y los tr:1nsentes que hay en la plaza de la pera
que nos dej:tn, indlL:1 una hor:t rn:.-; y 1n0Jific:1 e! signific:ido tot:i! del can1- en este preciso n1inuto: ;1:1 n:reticin de una consrelacin idntica serJ un
p:1neu: Y cu:indo L'l .-..nnido <le la doce:i\a c:u11p:tn:JJ:t. :intes ele lacua! h:1h~1 n1iL1gro o un:t fahulosa cuincidenci~1! El tiernpo eterno enva e:'! retorno <le
onL-i.: ~; dL'spuC:--. lit' l~i ,_.u:il no h:ihrj rn~i.s. :'ie h:1 :tp:tgJ<lo en el silencio. 1:.i lo irre':L'.'rsihlc :d infinito. ,:---\c:tsu no es l:i n1u!.'.'rte de :tlguien, en s n1.sm~1.
n1oribunJ:1 \i!Jraci{in de Lt c:in1p:tn~1 e\i<lencia el sentido global de la serie: e.sta tri\ialicL1<l sie1npre nuL'va? El ~1n1or y la carid~tU son casos privilegi:.idos:
c.'i~) ror no hahl:tr ck' Li direccin del \iento y los ni idos d~ la calle que n10- un prin1cr a1nnr e.'-i tarnhi0n un Cdtno :unor. pues e;; la lti1na \"eZ en su vida
ditic:1n el tn1bre y 1:1 ton:di<laJ de LL'-i doce not:1s. As pue.s. a cada 1non1en- que el ena1noraclo ~1n1a con ese an1or.. L1 iniciacin ;no es acaso nica e
tu. L1 nu(.:'v~1 concienci:1 sa!e dr.:J i:trdn de la inocencia v recibe el bJLJ[."!110 irrl'pet!ble par:t .'llen1pre? _\!ejor :1n: aquel que SC' c:'Oan1ora por cent.sirna
de [;1 novecL1J . .-\ c:iJ:i n1inuto e! :i!L1 y el ornega. Lt lni~iacin y el :J.dis se \cz ~una co1no si fuer:.1 la prilnera \ez:. corr10 .si no hubierJ amado nunca de
confunden. Prlinero y C!rin10. en el ti~n1po concrero. se juntan p:ir:.i coinci- es:i manera, y como, en cierto sentido. no volveri a a1nar n1:S. Por eso cad:.i
dir !"' no fon11~tn rn:.-; que unJ. nica oc:1sin. una nic:J coyuntura sernel- rriinavect es sien1pre p:ir;1 n.'>Otros l:J. primera y !a !tin1a prin1averJ. del
Lctic:t. un~1 nic:t rr:in:-;p:irenci:i: entonces l:.i oc:1sin nica vale lo que una n1undo, y nos Jespiert:i indefectib!e1nente la rnis1na en1ocin ... As es ta1n-
.sl:r!e con1pleta: e! co1nienzo y e! fin:i!. sohrein1ponin<lose el uno sohre el bin el primer-ltimo mecanismo de la caridad: por oposicin al egosmo
orro. se idenrific:1n en un punto.. Incluso en !os extremos de !J vidJ. to<lo par:iliz:inte de la filautJ. por oposicin al mecJ.nismo secundario del J.rre-
instante ics pri1ner:t-!ti1na vez: t:'Videntemente !:1.'> i1npresiones de b infan- hato y de\ egotropisn10..._ l.:'! fu_giti10 y henfico rnecanisn10 de l:i inocencia
es a su manera un mecanism.o sin_me:moria-ni Rrevisin. El-devenir es por reStituirn.a la primaca de -~~Primera vez sus ~n_tepasados invir_ibles, aJa
tanto una perfecta. <:_ontin_uacin de p_r:imera.5-l(imas _veces, primeras si se novedad sus_ precedente~,_. _y .;g_ue revel_arn l_o's_'. pfeurso-r_eS derprecursor.
- considera el an-no, ltirnas Si se tien en cuenta el ya-:no-mas: .-Nidos ve:ces Pero_ sobre tod - la prirriE:i--i,~1/ez enui1cia eI: eiicaeriaffiienlo~de las irtnu:-
; -seguir;las, ni dos veces consecutivas se_.f)uede baar un en las mismas aguas: merables veces sigtiientes, enca:denaffiient qe es~1a-Cdn'secuencia y el resul-
- pues ninguna vez se parece a riin_guna oJra .. Bergson,._qe negaba el fan- tado de toda iniciativa. La __:priiliera-ltiri1a 'v~z se-d~elVe as en la_ continui-
tasma de la riada y la invencibilid_ad de la mert_e, Bergson: que s~ re)re-, dad de los condiciOnamieh_tQ$: temprales-: esra:.pdmeravez, que no es tal
sentaba el devenir co1no u_na-co.tin:u_~-<in.Qe-plenitu-0 y_-cmo Una indes:.. vez- absolutamehte la pri_fn~@;:no es: sob_:r~- tOd(?Ji--ltin_a: -~---:r: cor_relati-
: . tructible positiv!dad, Bergsoq hab~- en5erradb :li!---.erDerge"nCia diScontinUa, e"l --vamente la_ tiia-primera,_,_veZ_, -que o _es-~tal.,-Vez' :al?slutaine!}-_te _ Ia . ltima_,
_-, s\lrgmiento del instante y_la novedd:.cr~<i.d~ra,en l ~spesor.-"mismo-de1 tem- - no es en cualquier caso la._p_rime_ra; _ n?d~ ffi~: fejC?S de -_es<?! Cuarid_G;fi~almen-
po vvido. El devenir;- at1-adirarncis-nostros:~ rio es ii.icamente una'primul-- - re tiene tuga-f, toda clase -de-prueba$ la preparabn;--t_da-:clase -de- presagios'
timid~~d continuada: el de_venjr no_ Q_e~ene,ms tjue _poi la ~ucesin .de las la anunci-aba_:t::_~-~ -Si 1a ltiin4:.pfr~~-ra ve_z :haCe-_s\!,}!~i~ia_{iaril_ejlte alusirt_-.. a-un~- _
primeras-ltimas veces; es.os irn,:i_rnei;abl_es i(lst_nte:S,-i.la vez primetos y l- futuro, ante _:i:~d_o -presupone_~el:)~~go: p~'sado- d:_}<J-s'. vece_s--anreriore_s: Evi-
timos, hacen _del_ deveif--irna npf?vjSac_i_-fl _q_o~starttemeri_te innovadora: -y dentemente-:ifa~ _.des ped_id_3s_-_hU:IIi~-:5 IT~ _s_on nun~;-~:~3:-:tal p_Unto:-~~s~s.
una perpetua aventura. Pero por otta pan; e_ eSas- primeras-ltimas ve Ces no per.idas que~_ti encierren la s_e~r~;:t. esp~rnza.de:.-v:ry.a_-_c-qnrinuacin:,~f~-.lti
~son nunca radicahnente nuevas ni comp-letarr;iente ltimas: 1a _jn'm.era-lti- ma esperanza .de una pequea_.bntinuacin: [rasa ultimidad, hay algo as
nta uez y la ltma.prin1era vez est5n atnbas recortadas en el tejido del inter- con10 el horizonte quimrico de una n1oratoria que prlongara la conti-
valo; a1nbas retniten al espesor de una continuacin que a,carrea esperanzas nuacin o aplaz~ra el final. Preada de promesa~ e incluso de citas futuras,
Y lamentaciones, profecas y recuerdos, presentimientos y resentimientos. La la separacin nunca es definitiva. Hasta nueva orden. Primero el hombre
primera-kima vez, aunque sea una vez" inocente y casi sin recuerdos, puede dice Siempre y Jan1s en un Adis que se pretende eterno; pero a conti-
contener una dosis infinitesimal de reminiscenca y de nostalgia: no hay no- nuacin el Adis se revela ten1poral y permite la reanudacin de los pro-
vedad, por indita que sea, que no pueda aparecer como una reedicin rns yectos y la renovacin de las pro1nesas. El pudor de la Despedida no se
o menos parecida de ediciones anteriores. Pero sobre todo - no hay nove- deber a la fobia que a veces nos inspira la solemnidad de la ltima vez? El
dad que no_ presagie un largo futuro .de . repeticiones; no hay innovacin sin hombre, presa del pnico de--ic _pcstrero JT- d-e1- 6-!tirno lL.~ite me-t-3--mpirico,
una promesa infinita de renovaciones. El comienzo ms inaudito evoca siem- el hombre aterrofizado por la ultima linea rerum hace todo lo -que puede
pre hasta cierto punto algo odo antes, visto antes, vivido antes y dicho antes. para que la ltima vez no sea la ltima, sino como mucho la penltna: se
Pero sobre todo - el cornienzo anunC:ia e inaugura la interminable serie de esfuerza por permanecer ..muellemente-, framente, en el centro de la continua-
los recomienzos; el comienzo inicia una continuacin; la prin1era vez desen- cin, al abrigo de tocLt aventura, tan lejos con10 le sea posible del alf;i y del
caden~t L1 C3.tarat:1 de las detns \eces~ si esta \ez es la prirnera, habr al oinega. Pero sohre todo. la ltilna vez de la en1piri~1. puesto que es la lti-
paiecer tod~i\'a n1uchas otras: e[ prnr pecado, la primera rnentira inician 1na. supone toda na tr~tdicin de: Yllelras :J. cn1pezar sucesiva5: 5i esta vez
la avalancha de las innu1nerL1b!es 1nentirL1s y de los innumerables pec~idos 1 e>-" ti lrin1~1, es porque utr~1.'i rnuchas la han precedido. porque montones de
que fonnan la historia: pues slo cuesta en1pezar~ El deslun1brainento es a 1 veces herno.s pronunciado esa palabra antes de decir la ltirn~l palabra.
veces reconocniento y sorpresa in1percepble1nente preparada. Pero sobre El devenir no es por tanto ni una explosin de novedades que estallan en
todo~ el Jeslun1branento misn10 se con\ertir, por la reirerJcin, en hbito., el aire - pues una continuidad Je explosiones sera pura genialidad, ni una
la sorpresa es una banalid:.iJ incipierue. As corno la creacin, si es en cierta repeticin literal - pues un tart~unudeo sen1ejantt' de la duracin no sera
rnedida reproduccin, es todaYa n1:s fundarnento <le futuro: Ja iniciativa ins- 1
nis que psitacismo, es decir, puro 3utomatisn10. O Oo que quiere decir lo
taur:i. l:i larg:i posteridad de las in1itJciones. Sin duda B~rgson explic~ria por mismo) las dos verdades contrari:.is son verdaderas juntas: haga lo que haga.
la metnoria y la anticipacin esta preexistencia de la novecbd a s 1nisma. ya lo he hecho antes y lo volver ~l hacer m:s veces. Todo ya ha sido dicli6;
esta supervivencia o resonancia del instante en la perennidad del intervalo. sin ernbargo, a su n1anera, la trivialidad m:is rnanida es algo nunca dicho an-
No es acaso la memoria un compromiso para con el futuro canto como una tes.- Esta contradiccin pone al descubierto, una vez m5, la ambigedad del
fidelidad al pasado? En la inmanencia del devenir el historiador siempre devenir; hemos visto cmo optimismo y pesimismo eran dos lecturas inver-
puede encontrar parentescos, trenzar relaciones de sentido, asociaciones que sas de un 1nismo texto: ahora tendramos que aadir que la unicidad y la

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tr~vi::didad son dos pun[os de vista sobre un mismo tiernpo irreversible! A tnni.qos excremos, nos {efugiamos en. el intervalo de la continuacin; para
m.edio c:unino de la primer:'.1-lrirn:i y de Ja ensima vez, la segunda vez y alejar la ultimidad y_ eliminar la urgencia, la filosofa del }.1aana se rodea
:l penultima resumiran tal vez, un;:_ en su secundariedad v la orr::i en su del alacis de los trminos medios. Aquel que no se atreve elige por domi-
penuJ[irnid:.icl, todo el equvoco de una origi~alidad rriv.l; p'~r eso :l segun- cilio0una zon:J. intenne<lia donde cualquier acontecirniento es secundario y
d:i persona rene !a trivi::did;:id de la tercer::i y la originalidad d~ la primera. penltilno, donde lo ltimo se co_nvierte en penltimo, y, si es posible, en
,AcJ.so no es la segunda persona, exceptundome a m mismo, el primer antepenltimo, donde no hay.: nunca ni ltima ni primera vez. - Pero por
otro, e! otro n1:s inn1ediato y tambin el ms prxin10? No es exagerado otra parte, si ~a segunda vez se parece a la precedente. y la penltima a .la
decir que toda sere comienz~l m:s o nenas por ]:1 segunda vez: lo que sig- siguiente, no es n1enos cien quela segunda vez es casi primera, del mis-
nifica :l! nlis1110 ticrnpo que la primer:::i vez es siempre segunda, y la segunda 1no modo que.la penltin1a es casi ltima. La segunda vez es, a su manera,
siempre prin1er:J.! Por una parte, las primeras veces arrastradas por la conti- casi primera. El Casi de 1a secundariedad, con10 el Casi de la penultimidad,
nuacin unruosa del devenir slo son relativamer:He pritneras: y por tanto debe entenderse no o_mo una aproximacin negativa,_ sino como una tangen-
son m:is bien segundas. La segund:t vez slo sigue a la precedente porque cia: el ~contecin1iento tiende hacia el lnte de la semelfactici_dad o (si se
es. en Jefiniri\'J., del misrno orden: la segunda vez es una vez como l:t pri- prefiere esta otr~ imagen) se afila hasta coincidir con la fina. punta de la u~ici_..,
n1i.:r:.l, de la qtJe slo se difere:ncia por su nmero ordinal v, por su luo-ar en dad. Corno la p1ln1era vez. decan1os, no quiere decir repetirse: conzo la pn-
b

l:i. serie: !a segund:.l vez, en ste sen(ido, no tiene ms privilegios ciue la ui- mera vez quiere decir ~otra pn'n1era vez. [ Slo el tiempo impedir a la nueva
g2:sin1a vez o que cualquier otra vez consider::ida en un mon1ento cualquiera vez reiterar exactamente :1 la precedente: a falta de cualquier diferencia rna-
y en no irnporra qu orden en la serie cronolgica: l:i segunda vez y L~s de- terial, Ja cruda quo<l<lidad del tiempo es lo nico que garantiza en todos_ los
rnis veces son abso!urarnenre comparables. como son comparJ.bles los dos c::lsos la primariedad de la segunda vez. El recomienzo o segundo comien-
cornp:irarivos pnus y posterius dentro de b. serie comn que los engloba; zo, incluso cuando es indiscernible del prin1er con1ienzo, deja de lado un
dicho de otro inodo: si los superlativos rrpWtov-ECJ,(a-cov (pnmuni-ztltiniunI), residuo que nunca ms se repetir y que es en cierto n1odo nuestra mala
que son los dos extrernos de un::.r serie, se oponen el uno al otro, los compa- conciencia y nuestra queja metafsica. La rnelancola del recuerdo tiene que
r:Hivos rrp-rEpov-t-l"Epov, que son dos momentos intra-seri::i.les, no se distin- ver con ese dficit, con esa insuficiencia: pues lo irreversible es el princi-
guen rn:ls que por e! adjetivo nun1er.iL b segunda vez recucrd::i a la priinerJ, pio de lo inconsolable. LJ men1oria, decamos, retiene el pas~do que huye:
y se reconoce a l::J. prirner:i 'eh la segunda. Est:imos h:iblando de un conti- pero tambin graba en ella el i1nborrable color del haber sido; y de _este
nuisnzo tmido y c.Jilacorio que, en su fobia de !a urgencia, de la inminencia modo, sell::i el car:cter irre\ersible de! pretrito que la pretericin repnme.
Y de ]:J. inn1edi:.ltez, :.lplaza una y otra vez para mJ.s tarde la efectividad: por Mejor an: al n1ismo tien1po que retiene el pasado, la n1emoria retiene las
esta razn Leibniz. terico del envo[vinliento, se dedica a buscar Ja conli- n1o<lific:iciones temporales acaecidas desde entonces; la memoria no con-
nu:J.cin del ser b:1jo !as ap:J.riencias de la cesacin. a pasar sobre el .'-'alto serv:i nican1ente. sien1pre en el pasado. el pluscua1nperfecto de su nostal~
discontinuo el Jifurnino Jt" l_as tr:1nsiciones y lo.s cj]cu!o.s infiniresin1ales. Del gi:1. sino que conserYa adcn1:.s. inn1ecli~ttarnente dl:'.spus del da de hoy, un
1ni:;n10 1110Jo que hay un siscern:J. de renov:1cin gr:icLts ~ cual e! final st' pasado reciente que fue no hace 1nucho el futuro de ese pluscuan1perfect~
sobrt:\i1,:c a s 1nisn1u. h:..1y t:unbin un :11!soneisn10 gr:icias al cual L1 no\e- cuando ese rluscu~unpt'rfc::cto era nuestro presente: cadJ presente, repn-
daJ preexiste a s n1isn1:J.: Lt preformacin de lo in1pre\isible nos sirve para n1iendo as su propio prelriro co1no si lo segregara por el solo acto de su
eludir !:t inici:Hi\a y !::.r niciacin. y para :tn1orti2Jr ei choque. del misn10 a<lvenirnientO. deposita. tr:1s s un prin1er pasJ.<l y un ms-que-pas::ido que
rnodo que Lt n1or:icoria nos sir,:e para esc:unote:1r t'! brusco fin:d ;,; su~niz~1r. es el p:.i.'ia<lo de ese pasado. Ese p~tsJ.do en profundida<l. organiza<lo en varios
1ne<li~1nte un:1 concienci;J perturb:icl:.i. el \"nigo Jel ins[:tnte LSC:J.to!gico r planos, ~no confiere al recuerdo el n<leleb!e perfu1ne de algo ca<luco? Yln~10-_
l:i :.ingusti:.i del ulrim::tum. De rn3nera que la filosof:i de la penultinzidad syna confin11~t y profundizJ ast \J irreversibilid_ad ms de !o que la Jtenua.
que evit:i terminar por el ltimo fina! y ]:J. filosofJ. Je L1 secundariedad que A paair de aqu a)enas hay diferenci:is entre la irreversibilidad de la te1npo-
ev1r:1 L01nenz:ir rore! prirner con1ienzo. esta llegando dt:.'ipus de! t'xorJio r:J.li<l:.i<l uener:J.l y la irre\ersibilidacl moaaL Todo puede ser retoma<lo, repe-
.
y :.ique!L1 p:J.rtiendo anres de J::.r conclusin, son las dos hijas del mismo pini- ti<lo. recomenzado en esrJ vida; pero la vida misma, la vJ<la en su conunto
co: pues h:ice f31ta valor para h:icer frente a !a repentinidad inicial y ::ll sacri- no puede ser revivida: L1 imposibilidad misma de repetir literalmente ~na
ficio final! Por no :1froncar las eSC::lrpaduns del telos y de! arf, es decir, los experienci:.t muy parcial proviene de esta unici<la<l gloh~d <le nuestra v1<la:

291
i __ un-sentid@--r~lativo. Porque ahora no se trata dePriridad ni de .u:l-t~i:for,iP:id
pves cuando- .dos exp_eriencias sucesivas son idnticas e indiscernibles, se
. diferencian sin embargo pt _su fecha _ y _su momento en_ la duraci?J1; la_ disi- 1 intra-vitales;-_sino, de Ja 2ri_ma_ca sl!pedativ~ Y. de la ultlmidad s_up~erlativa~- no_
.mllitud de los_s'errlej:i'Btes se explica <iS ella tambin pr ese element irre-
,'.'(IUcbiemente cron6igico que hay en toda biogrifa. Aquello que no suce-
l -se trata- <le, la priI~era ni de 1; ltima vez de un;i_ serie, sino de Ja,-o~pJ~.:
tamente.l-tima d . las ltimas veces que, poniendo el punto final_a-la.sene;.,
:cte ms que_ una vez _durante la vida tiene un precio incalculable - o_ mejor
an, no tiene pre!cio; y-la .existe1cia misma tampoco tiene precio. Ahor3. bien,
aquello que es Inestiffi,able- ii.o-se devuelve. Esto no representa riica_men_te ' -
i1 de_ las seri~S y-al intervalo de los intervalos, se presenta adems:por:primera
vez-el ftnal'de los finales de la serie de las series, presentnQose de:una.vei
~or' toclaS, 'n_~se -revela nicamente, com9 los- fines. IIlen_ores-, dis.tinto-a Jo.s-
.:_: 1a se1nelfactci<lad d!= -cada- experienci;: sino que es 1a unicidad de_ Ja_ ViQa ! otros rnofri~_~to~,.sino con-zple1amente_ distilzto. -Aqu, por tons~guie~te,. Ia:pr1~
.' efitera -lo que vuElve er.rjuv:enecimienro absurdo, . - _ - -- -J __ mera_ve_z _e;?_;ti_luch-mS que !a -prin1era-ltima vez, la ,primera vez_ e?.1a: c_am,
'La irreversibilidad em-P.fica, como" tal, no implica necesariamente la muene 1 i pletarnnt~~~ltima, siendo eSTa vez ltima tambin -la-pritnera-; la __ m_uene es
-ni siquiera prOp-iame;_nre-__-h:;iban<lo la t~ndencia al decaimiento _que_ 11aill_amos efectvameD~ -algo que se. hace siempre por -primera vez:, cuando;,-se-_- hace.,
_~n.\rejecimi"en~o; el de\:erur, rericaillente, podra ser irreyersible .sin de~_em
-_bQcar en el no.::Ser. PueSLe-1 setimi'ento de la irre\:efsibilidad no es_ nicamente
la-ngusti:r--de Id~ miri_0.tbq' C'e huy~IJ y la existencia que se d~sgasta:-~l s~n
t
!
- -y la primeJ~?i::~i e~~ ipso fact_ y por ~e_finicin-Ja_ D:ltirri; .la ms n_u~;~~<l~_Jas.
novedade::;\~_:_.~d mistnd ti-empo el-m_s definitivo de los finales,. lvlo(~,:;_.,~~--algo
que el ino:Q~b~1ndo no ha-hecho nunca. antes y_ qe no volver' a h~~er ja~1s,
- timiento de lo irrever~fble es tambin la sorpresa de lo imprevisible; irre- algo sin p~cedentes y sin porvenir. La muerte es un fen1neno b_iol~1co,
vrsibilidad quiere decj_r igualmente, si no reju,:enecilniento, al menos reno- universal '}/' ilatural donde los haya, y en consecuencia la n1uerte-prop1a es
vacin; renovacin inagotable y nuevo correnzo continuado. Evidentemente un acontecinllento tan irreversible corno imprevisible. Ya que si la muerre,
el envejecimiento implica siempre lo irreversible (pues incluso detenida en desde el momento en qt~e hay vivos, que se renuevan incansabl~mente, Y
determinados puntos, o retrasada durante un cierto tiempo, la senilidad no se suprimen invariablemente, se repite millares de millones de veces, la muer-
cesa, en lnea generales, de progresar en el mismo sentido) - sin embargo te-propia, pam el moribundo mismo, es siempre la primera-ltima vez Y la
lo irreversible no implica siempre una senilidad en aumento. Si nuestras ex- nica vez en toda b. eternidad. Ahora bien, este es tambin un poco el caso
periencias, co1npletamente nicas en su gnero, se diversificar:in al infinito, del alumbrainiento: la n1ujer que va a sufrir a su vez esos dolores viejos como
y si la con.tinuacin de nuestra existencia se prolong:ira hasta el infinito, la el mundo no-puede de ningU-na manera.. prete-Hder originaldid; pero--sie~te
duracin vital sera a la vez irreversible y perpetua. Una duracin irreversi- oscuramente que en ese hecho trivial e inmemorial por el_ que todas las cna-
ble, pero infinita. ofrecera, aunque irreversible. posibilidades sie1npre nue- turas sin excepcin deben nacer y perpetuarse el gnero humano tiene lugar
vas en cada ocasin perdida. Es la finitud lo que hace angstiosa la irrever- un profundo n1isterio de novedad: ese acto tan poco parecido a un comi~nzo
sibilidad; el sentiiniento de lo irreversible slo es angustioso porque nuestro tiene un n1nero cualquierJ. de l:l irimensa serie, y sin embargo algo de inau-
tiempo vital es una carrera de dur:J.cin lin1itaJ~1. .. La irre\er:-;ibilida<l fuln1i- dito y de nico le sucedt; a la rnujer que lo protJgoniza; por eso __l~s muje-
nante de la 1nuerte es un con1pen<lio <le Ja irreYLrS)ihda<l gcner:il del de\e- res hablan de ello con10 ya hablaba la Biblia y los poeinas ho1nricos, cada
nir vivido: sella su car:'cter irrep:ir:ible. Si el hornhre no ;-;e apl:rcihera de 1:1 una de ella;; sntiC:n<lose la prirnera y la nica. desde que el rnundo es mundo,
rnolesta irreversibilidad del tiernpo coticli;ino, 1;1 111uerte <le alguien se encar- ; en experin1ent~lr esos indecibles dolores y en vivir ese hec~o trivial siempre
r

gara <le recordarle el carcter irrepar::tble de la huid:i de las horas. En esto t


: priinero. El alu1nbr~uniento, cotno el an1or y la n1uene, tnsc1end~ as1 la alter-
Ja- muerte nos ayuda a to1narnos el tie1npo en ,-.;erio. nariv:.i entre la trivialicbd v la originalidad. Al menos el alumbramiento puede
repetirse; y con10 lejos ce negar la vida. 1:1 anuncia, es esencialmen(e anti-
tr5gico. L:i 1nuerte, en carnbio, excluye cualquier reiteraci~ .c~mo exclu-
7. La pnmultilnidac/ mortal. La aparicin que descparece.

Como cada aconrectniento <le la continuacin, como todo n1ornenro de


1 ye cualquier ensayo-prep::iratorib. La primera vez morral no 1n1c1a una nue-
V:.l serie, sino que es !::t Ciltima; !:J ltin1a vez mortal no es el desenla~e de

una serie de ensayos. y por lo tanto es primera. Por una parte, la prrmera
la separacin, como todo eslabn del enca<lenarnienro emprico, como todo vez monal no es. :il menos en el plano emprico, el principio de un rebrote
episodio del intervalo, la muene es una primer.i-ltima vez: pero la primul- ni el co1nienzo de una renovacin: y por otra pane no se progresa en el ane
timidad monal debe entenderse en un sentido absoluto y tajante, y no en

292
1i de rnorir intentndolo varias veces, volv~endo a empezar la muerte cada
293

i
m:iii:J.n:.i parJ perfeccionarla, reniuriendo cadJ ::Hardecer con mayor ele-
ganci:1. con10 un piloto de prueb:is que multiplica los vuelos en un proto-
1 1
I
La muerte, en can1bio, le llega a alguien que es una persona ya constituida,
que existe desde hae tiempo y que ha tenido toda la vida para prever y
tipo supersnico con el fin de perfeccionar su dominio. Slo se muere una i aprender el final de esta vida. Aquel que muere exist::i ya, puesto que mue-
vez! 1Von pu cfuna volt a., dice Pe[r:ircJ. .. ) El Bis, en estJ. materia no es re! Si no el final de qu sera el final? La plenitud de la continuacin vuel-
t:in :ibsurdo corno imposible? La rnuerre es de un orden distinto al de la mor-
fic:icin: no hen1os insistido ya bastante en cmo L1 ideJ. de un ejercicio
y de unJ J.scesis es irrisori:J.mente inconmensurJ.b!e a la muene? Por oposi-
t' ve ms caro el desgarramiento de la cesaci~n ... Un instante para comenzar,
y a continuacin toda la vida para hablar de ello y para epilogar: tal era el
l futuro de la completamente primera vez. Y este es el estatuto de la ltima:
cin a los inst:1nres intrascria!es, instan[es suspendidos los unos sobre los toda la vida para esperar, con angustia, la consumacin del intervalo - y a
otros en la nrn:inencia de una sucesin, inst:intes comparables empotrados continuacin no queda nadie para mirar atrs retrospectivamente.
a medio camino ele los extremos, la completan1ente ltima vez parece unJ La prin1era vez es completamente-primera, es decir, natal, cuando su pro-
n1onstruosidad. Evidentemente la prirnersirna, que es el instante natal, esr pia posibilidad no la preexiste o bien cuando el ser para el cual es primera,
en el n1isn10 c.1so. Y sin embargo, !a EnrreJbertura nos lo haca suponer y hastJ ese mon1ento inexistente, con1ienza a existir el rnisn10 da de esa ini-
lo Irreversible nos lo ha confirm::ido, no hay ninguna simetra entre est::is dos ciacin; y l::i kilna es completamente-ltima, es decir, letal, cuando su vir:..
veces igu::dnH:nte desp:irej:J.s y desiguales. Pues !J. con1pletamente primera tualidad misma ha sido abolida, o bien cuando el ser preexistente par;i el
vez es aquelb. J.ntes de lJ cu::il no haba ningun::i y despus de la cual habr cual era ltin1a cesa l misn10 de existir el da de esa ltima vez. Precisando
muchas ocr:1s: y \ice\ersa, !a con1pleran1ente ltin1a es la vez Jntes de !J. cual todaYa 111:..s: los aconteci1nientos del intervalo son primltimos no y;i en su
hubo rnuch:J.s otras y despus de ia cual no habr ms. Ahora bien, no es quoddidad, sino en su cualidad o modalidad, en el sentido de que cada uno
en absoluto lo n1isrno tener el vaco detrs, co1no en el :J.rr<..Lllo del n::i.cnien- de ellos es de un orden distinto a los otros. El nacimiento es ltimo porque
to, que del::inte, como en el :.irculo de la 111uerte: segn se trate de una es de un orden cornpletarnente distinto que los acontecimientos Ulteriores;
n:J.da post-let~1! o d~ un no-ser pren:J.tal, de una nad::t posr-rermin::il o de un pero es completa1nente-pri1nero ntic:J.mente porque es el comi~nzo de todos
no-ser pre-inici:il, l:i situ:.icin carnbi::i por con1pleto! Si el no-ser antecedente los comienzos. Y viceversa, la muerte es primera porque es de un orden
y el no-ser consecuente no son equivalentes ni intercan1biables en nada. es completcunente distinto que las peripecias anteriores; y es completamente-
porque el dc\enir tien~ un sentido, porque l:i sucesin del Antes '/del Des- ltin1:i rninticarnente porque es el final de los finales, porque no es la modi-
pus es una sucesin con un:i orientacin irreversible, y porque el tiempo ficacin de un cierro modo de ser, sino el no-ser de todo nuestro ser. Hay
vivido es futuricin y el devenr es Jdvenin1iento conlinuo de un por1/enir. que distinguir, en esta primultimidad, la parte de la primaca y la parte de la
Sin duda la !tiin:.i vez est respaldada y sosrenid:i a tergo por la preexis- postrin1erJ. Si la muerte, desde el punto de vista del m5.s ac y a parrir de
tencia de un:.i existencia completa. mientras que l:i primera vez, iniciando el lJ vida. es primera. es porque es imposible preimaginar su inimagin:ible
proceso, pernL1ncce por decirlo as en el :tire: :->in en1h:.irgo la voc:icin r:1rez~L El inst~tnte ltin10 no es ni~amente inslito e indito e Inaudito en
fururist:1 del de\enir h:1ce que el fin:J.l seJ in:.'i \cniginoso y nl:s desgarr:l- el sentido Je que no ha habiJo nunca en el curso Je !a vida nada parecido
dor que el 1:.xordio. Pues el hon1hre que esrj ln c:unino esti inclinzi.do h:H_'ia ni :J. foniori n~1da !iter:..1l1nente idntico: pues esto rarnhin es verdad <le cual-
dcl::i.ntc. y 1nir:1 h:lci:1 deLtnte. y es all, en el urnbr:d Je l:.i n1uerte, donde se quier hecho trivial y cotidiano; el inst::inte final es inaudito sobre todo en el
cncuenrr:.1 el v:1clo: ~l viceversa, la regocij::inte plenitud que se extenda hasta sentido de que no se puede cornparar con ninguno de los acontecimientos
perder.:;-e de \"l:->Ll ;Jote los ojos del debutante. e! 1noribundo la deja tras s de 1:1 en1piria. Ya hen1os vbto que no era ni un:i cuestin de forn1ato, ni un~t
co1no un roso de! de,:cnir: el ilin1itado por:enir de Lt prin1er:i vez se h:i con- cuestin de escala. ni siquerJ. propi:imente hablando un:i cuestin de cuali-
\cnido en p:is:1Jo y en :ilgo ya sucedido: el pas:.ido de l:i prii11er:1 \ez es d:id. Pero todava poden1os ir .mis lejos: es que el arrculo morral es siquiera
Jhor:i el futuro de l:.i ltirn:i. O en otros trn1inos: el nacimiento !e sobre- una nol'edad por sorprendente e imprevista que sea esa novedad? Lo nuevo,
viene ::i :dguin que no exista todav:.i: :ipen:.is el que comienza a ser h:J. ten.i- en \a plenitud de la continuacin emprica. se define slo por referencia a
do cien1po Je recuperarse .. y L.i continuacin del cornenzo ya h:J. ernpe- lo viejo: slo la.comparabilida<l de lo anterior con lo posterior perrnite medir
Z:J.do; el recin nacido se encuentra arrojado brusc:J.rnente en plena vid:i!

.'.I Tnonfodd!o 111nrtl". ,;ir !.


t la importancia del cambio. Por ejemplo la primavera, que es la gran renova-
cin anual. el rejuvenecimiento y el remozamiento peridicos de la natura-
leza. la pri.111:..1ver..t trae al hornbre la mis esper..tda de las agr.idables sorpresas:

il
. i
~
#
cada ao nos sentimos tan maravillados por esa renovacin incesante que expresa aqu sencillamente la imposibilidad de revivir un acontecimiento
J1abarnos preyisto ele ar1temano y des~e siempre, cada ao acogemos la pri- plenamente, es decir, de. una manera concreta,_c.onJos colores; el calor y la
mavera como si fuese l<i primera primavera del n1undo. lo nuevo es en de- intensidad de la vida: pero si uno se contenta con los fantasmas del pasa-
-_finitiva la vieja renovacin por excelencia, la innovacin trivial y montona do, una reviviscencia es posible, y se llama precisamente recuerdo. Lo irre-
_(;:!.onde las haya, el recu_erdo_ de las primaveras difuntas mezclando con la versible de la muerte significa la iinposibilidad de renacer en general. la uni-
,_ .alegra de la sorpresa -la familiaridad de lo ya vist y la paz del recono-
cidad del gipe mortal concierne no tanto a la manera'. de ser, como al ser
cimiento. El_inStante ni_onal, por el contrario, no se parece a nada de lo que mismo de todas las maneras: La muerte, decamos antes, no es _tan inefable
. -~emos vivido; hablar de siiiios precur~ores o prdromos no significa nada como indecible! La .vez ltinia de la muerte no es nicamente la 6ltima vez
en este caso: por eso slo rlos ,queda el _recurso o bien de_ anticipar ese an- en su gnerq; es la_ ltma a secas; la ltima y punto fmal, sin repesca n:i post-
no del ltimo instante con gra~ acompaan1iento de analogas antropomr- scrptum; nilgn resurgiiniellto, ni siquiera condicional; ni la ms mnima
ficas o biornrficas, o bien de poetizado_ transforn1ando el Nada en la Nada clusul~ de r~scate! Esta vez es. la ltima no hasta nueva orden, y provisio-
y lo indecible en lo inefable.
nalmente, c~o un jubilado qLl:e volviera a inc_orporarse al servicio despus
El instante:morral es primero porciue riunca antes hemos vivido nada pare- de su jubiJa-iri y-que por Con,s-guiente ha hecho una salida en falso; esta
cido, Y es ltimo porqe despus del ~t_a_nte de la rnuerte-propia el sujeco vez es la lt;na, n' porc"ue parece que sea la ltima, o porque se dira que
ha cesado de ser en general., La vez absoltamente primltima de la n1uerte
no tiene ningn sabor a~ticipado, y J. foriiori excluye cualquier regusto; pues
es la ltin1a,.:.;Sino porque Je .
verJ.s es la ltima; porque es el fin definitivo;
est:i vez es clefiniciVamente la _ltirna: porque despus de ella no habr otra
si l:i ltima completamente p_rimera vez Qa vez del nacimiento) no tiene rela- nunca ms l;asta el final de los tiernpos, es decir, por toda la eternidad; por-
tivamente regusto y absoluta.mente sabor, anticipado, la prirnera con1ple- que despus de esa vez no habr ya ms vez en absoluto, porque.despus
tan1ente ltima (la vez de la.muerte) no_ tiene relativamente sabor anticipa- de ella no habr nada. La itima por siempre jams! La ltima no ya segn
do, Y absolutamente regustO. Antes .d~l hecho, el completa1nente-distinto la cu::ilidad circunstancial, sirio segn la quoddidad ... Es la futuricin del
oi:den de la muerte es totalmente irrepresentable: al n1enos tenen1os oponu- devenir en general lo que es zanjado y nihilizado, lo que se hunde para
nidad de tomar conciencia, ja. qu_e est_amos todava ,-ivos y que un vi,o tiene, sien1pre en el no-ser: la n1ueite es la cesacin d~ ser, y__ ~o ya en tanto que
en- principio, tiempo d_e ._Yer _y!=nii-sU j-nuerte_. Despus ... No! no hay despus, es esto o es aquello (quatenus... ) ni desde tal o cuai punto de vista, sino
~o-hay jams ~plogo p_u_~-~tO::q~~:-_.por d~t}nicin, no queda nadie para epi- pura y simplemente, .nA.Ox;, es decir, absolutamente. Por eso la muerte es a
logar; no- hay jams plogb;?~irio_'nfc~.mente un brgo prlogo o. corno es- menudo, par::i. aquellos que sobre,-iven, una prdida irreparable y una pena
cribe-Franz Liszt siguier1do_::~;iiTfirr~Il~,:JJna cadena de Preludios: -NuestrL1 inconsolable. No, nadie puede consolarse de sen1ejante desolacin! La Alter-
vida es otracosa que .una sere-de Pfeludfos a ese canto desconoci<lo del nativa--1 a veces nos priva de una felicidad y nos resarce. aunque se:i al precio
que la n1Uerte enrona la primer:! y soletnne nota?". La n1uerte, .:.;iendo con10 de un dficit por 1nedio de algn pequeo regalo: esa compensacin de las
es inin1aginable, no pue<le ser presentida: y toda,a se resiente 1neno.s de ganJ.ncas y ele las prdidas. ese intercan1bio continuamente prorrog.J.do por
lo que -"t' presiente. pues :Jquel que po<lr:1 resenrirla ya no existe~ Aqu es el devenir no responde acaso a la iey de las co111pensaciones Je la que ha-
donde aparece la diferencia entre la primultirniJaJ moJ;il de los instantes bl~1ba h~1ce tiempo Az::iis? La aboliCin de una pane de la existencia, rele-
intennedios y la prin1tiltin1idad substancial de la rnuerte. Los aconteciinien- gada-a la inexistencia en provecho de otra parte. promovida a la existencia
tos de L1 continuacin son nicos en ser tales o cuales, en ser esto o ~lquello: ~n detri1nento de [a pritnera - as e,s el principio de la reno\acin continua
nunca n1:1s ver una prima\era con10 veo la prin1a\era este aiio y en este que l13.1na1nos devenir. as es el principio Je esa abertura hacia delante que
lug:ir, en el decor.J.do y el contexto vital que n1i edad y las circunsrancia.s le ILunarnos arrepentimiento: habr otra cosa, habr algo mejor. y la esper.in-
confieren; pero primaveras, en general, habr muchas otras; cada una de za de la continuacin llev:i implcira la certidumbre del consuelo. Y correla-
l:is veces del intervJ.lo es primltima y sen1elf5.ctica. porque c:.1.d;.i. una de esas tiva1nente, aquello que lamentarnos en la cosa pasada es la cualidaJ irre-
veces no cierre igual, sola en su especie y nica en su gnero, porque con versible y e! sabor nico de una experiencia: pues no hay lamentacin sin
esa forma y con esa iuminacin nunca habr otra igual. .. No habri nunca esa comparacin de dos partes. dos tonalidades, dos matices diferentes
parecidas ni comparables, pero habr:!, claro que habr prxima vez! ... Ya
que la alteridad de lJ. orra slo es otra en relacin a la misma. Lo irrever.'iible 'H. ,\z;i"is. Des comf:x'11.w1tio11s dons les il<'.'fi111es h11mai11es. P:iri~. 1809.

196
29-:
confrcnt:Jdos el uno con 'el otro en la plenirud de la continuacin. Ll muerte- 8. La completamente-ltrna vez: nunch ms por nunca j{1.rns.
prop!a, en cuan[o a ella, es el no-ser del ser completo: no slo ya no hay
n:.id:i J. lo que se puedJ con1par::ir el insrante ::interior, sino que ni siquiera La ultimidad misma confiere al ltimo instante esa disimetra angustiosa
h:.iy nJ.die p:lrJ h:J.cer la comparacin, n:ldie p::ira. echar de rnenos el pasa- que !a caracteriza. El instante natal es disimtrico a su manera, pero en un
do, nadie par::i. decir por lrima vez .. r eres la ltna. No se crata nicJmen- sentido inverso, ya que no teniendo pasado ::inuncia un inmenso futuro. Las
te del anciano que ha perecido (pues el anclano podra llegar a conocer una dos di.simetras son por tanto entre ellas disimtricas! Cmo descubrir al-
nueva juventud) - se trat:l del hombre a secas que ha sido nihilizado para guna homologa encre creacin y nihilizacin? El sentido Vectorial del deve-
siernpre~ L:1 prirnultirnid::id reLuiva nunca se conoce como tal en un princi- nir, y la irreversibilidad de ese sentido vectorial es lo que explican el carc-
pio, pero al rnenos es conocid:.i despus, en la retrospectividad de la lamen- ter decepcionante, e incluso desgarrador de la disimetra letal: pues el devenir
tacin: por tanto el reconocirniento del pasado compensa en parte el desco- es fu:ruricin yadvenimiento de futuro. Ahora bien, ya hemos mostrado cmo
noci1nienro del presente. L'l prnultin1icbd de la muerte no puede ser conocida el instante mortal es un::i. alterid:id sin Otro, un:i futuricin sin futuro, un
de otra n1~u1erJ: o rnejor an, si los supervivientes pueden hablar sobre la advenin1iento sin porvenir: rnorir es stn'cto sensu "devenir inexistente, y por
n1uerre del otro, ese otro en cambio y:.t no est: para hablar de su muerte- consiguiente es devenir n::i.Ja: pues aquel que no deviene nada deja en gene-
propia. ral de devenir; la negacin de toda alteridad, de esa alteridad que sera el
El acontecirnil'.nto sernelfcrico, es decir. primltitno, es un presente ina- desenlace de la ::ilterac'in supre1n;l, anula retroactivan1ente la ::i.lteracin mis-
sequible del que naJie es nunc::i conte1nporjneo. Ese presenre est en cierro tna. la rnu(acin n1ort:il contr:idice por tanto la intencin misn1a de la n1uda.
inodo pasado Je n1oda sin haber tenido tien1po de estar de n1od::i. y sin haber La postrimera n1ortal es un advenniento que no da a luz a ningn aconte-
conocido el tnotnento oportuno. Antes era demasiado pronto. despus es cin1iento, un adveni1nienro que finge advenir, y sbitamente aborta y se para
dc1n:.tsiado t:irUe ... Sin emb:irgo, la posibilid:1d de un sabor anticip:ido y de en seco~ o si se prefiere: [a postriiner:i morial es una futuricin sin salida:
un regu.sto :icaba por conferir una ap:J.rienci::t de sabor al presente de Jos la fururicin nicamente finge; finge llegar a algo, o continuar algo ... Incluso
acoruecinlientos in[I'Jseria!es. En lo que concierne al comienzo de los con1ien- en presencia de la ltima \ez no puede e\Jtar murmurar: y despus qu?
zos. e! :1nacronisn10 m:.s grave es aquel de! conocimiento pren1aturo: pues Ahora bien, no hay despuc;: la futuricin se cae de plano inmediatamente!
si de ....,pus de! nacirniento el inst:.inte n:H::d ya ha pasado, antes de! nacimien- Dirige su nlirada haci:.i, pero ese bacia es des1nentido sobre la m::ircha por
to el ser no h:i n:.icido tod:iva. En lo que concierne :d final de los finales, el la nada que da a luz. La fab.J. futuricin a punto de desembocar en un futuro
J.n:.icronisn10 1n:'1s tr:gico ser:l :lquel de !a concienci:.i rezag:lch1: antes de la retoma instantneamente su pro1nesa, y aviva por consiguiente en nosotros
rnuerte es dein~1si:1do pronto pJ.ra tomar conciencia de la 1nuerte, pero so- un deseo decepcionado en el :J.cto. De ah viene es::i. mezcla ambivalente de
bre todo es dern:.isiado tarde despus! En e! de1n:.tsiado tarde" de una con- curiosidad pasional y de horror que la postrimera letal inspira a veces a los
cic::nct:t p{)."tllln~1 se :1di\in:1 Jigo de cJesconsol:ic.lor y Je ::ingustioso que ex- .~:: hornbres. La co1npletan1entc-liltirn:1 vez c.lesn1iente su vocacin de "vez, que
pn:'-" L1 oc:tsi<>n Jefiniti\:1n1ente perdida, perdicLt para sie1npre. erernan1ente consiste en sugerir o anunc!Jr otr:1s: est;.t -.-cz. como todas las veces, presagia
i111po.-.,ihlt: de recupL'r~1r. Deci;unos que !a n1uerte-propi;.t es[:.i en el futuro una continu;.tcin. cuando 1..s clLt inisrna el final. Pues qu otra cos:i es el
duLtntl' tOlLt l:t \jd~i; pero ese futuro nunc:1 ser:. presenre y. excepto para .fO. co1nienzo del no-ser. sino el fin:li del .ser? Desen1bocar sobre Lt nada es no
!us supcr;ivlcntes_ no ser :l foniori nunc~1 p:1:-;:1clo ... En relacin con !a ptica de.sen1boc:lr en nada. y por con.siguiente no desernbocar. L:i cesacin de una
d~ Lis r1.::rcer:1s person:.is. efcctiv:.trnence e! futuro se COn\icne repentinamente continuJ.cin brusca y definiti\':unente- pri,::iJa de un maan:l es sernej:u1te
en pasado sin h:iher sido nunca presente; el ~1Cin-no_ sin tr:lnsicin. se con- :ti finisterre :tguclo de un continente cortado a pico sobre el vaco del oca-
\"erte en un nunca-in::.s: :-;in transicin. es decir. en el instanre brevsimo de no: el instan[e supren10 no es ese borde extrerno? Nlejor :lil: el umbral Jel
un :.ihrir y cerr.lr e.le ojos! El inst:.inte escatolgico. como todos los demis ins- ser y del no-ser se parece a un halcn sobre la Nada; los balcones estn
t:intes_ c.s por t:into !:J concienci~t-reli111pago Je un \fonr.lunz y- un .fan1-non, hechos para conte1npl;.tr una visLt. un panorama, un paisaje: pero [;.t nada
y en este senr1Uo poden1os !la111J.r!o un:l aparicin-que-r.lesaparece: sin em- no es un paisaje, y la nulic.bJ <le esa nada anula el acto mismo Je contemplar.
bargo esr::i vez !a cles:lparicin se irnpone ~1 [;.t aparicin, puesto que hace Un umbral da acceso a :l!guna parte: pero el ms all no es alguna parte,
iinposiblc cu:.ilquier re:1paricin posterior. cu:dquier reiteracin y, a forriorL y e! instante ltimo no dJ acceso :1 nada. Cna vez ha llegado al camino de
cualquier rernernor:1cin. Ainargo es el :-;ahor de lo irre\ers!h!e~ las crestas que corre; entre la:-; do:.; \'ertiente."i de .su destino. la citerior y !a

2lJl)
ulterior, cl moribundo, por l que se dice, tiene una visin sinptica del con- el nacimiento y la muerte come- acontecimientos iterativos, hacen del Adis
- junto de su vida pasada;- pero sobre la otra vertiente-, no hay nada ms que un }lasta luego. Hasta el ao prximo, hasta el domingo _prximo! La es-
un negro abismo. La seudo-fururicin de la que el instante ltimo finge ser peranza misma de una supervivencia gloriosa trivializa-fa so.1enmidad que
. el principio desemboca por consiguiente en un futuro nacido-muerto, enun- la separacin patetiza, y por eso es consoladora: Scrates, por ejemplo, no
cia y niega ese fururo simultneamente y en la instantaneidad del mismo ins- se toma en absoluto trgicamente la escatologa del adis, y se cita cn sus
tante, consagra de ese modo el fracaso del devenir que prometa ese por- amigos en el otro mundo. Scrates, evitando dramatizar su pequea partida,
venir: el devenir se arruina y cae sbitamente en la inexi-stencia. dice a los que se quedan Hasta pronto, y ese flastapfonto no es ms-Solem-
Recordmoslo una vez ms: lo que anuncia la completamente-ltini.a vez ne que un Buenas tardes o Buenas noches mientias st espera la mafiana si.:.,
del completamente-ltimo instante no es nicamente Nada. ms, es -Nunca guiente. El Fedn, como se sabe, es una larga conversacin-apenas inte.,
ms nada, y es Nada ms pOr nunca jams, ~Y al finaf tierra sobre la cabe- rrumpida por el incidente de la cicuta; Scrates. s -edipsa teinporalrrtnte
za~, dice Pascal, ~y se acab para siempre... 5 Nunca ms es efectivamente la despus de haber pronunciado, a guisa de ultitna verba; la ltima paJabra -
frmula intemporal de la nada ... Una nada que dejara tarde: o tempra'no de ms insignificante que un sabio a punto de morir haya pronunciado-jams.
~nelon misn10, 6 a pesar de que predica el desinters. invoca para consolar
ser nada, una nada de la que al cabo del tien1po algo acabara por renacer,
no sera una nada en absoluto. Al contrario, se demostrara en seguida que a los afligidos la esperanza de prximos reencuentroS: " Hay una patria, a
ese no-ser haba sido, con10 en la doctrina leibniziana de la involucin un la que nos acercamos cada da ms. que nos reunir: a todos ... Aquellos que
ser larvado o letirgico, un ser latente y reducido al estado infinitesirnal: ~i la 1nueren no estn ... aus_entes 1ns que por unos pocos aos,- quiz incluso
muerte se convierte en una especie de hibernacin. la resurreccin J su vez slo meses. Su prdiJa aparente debe sen-"irnos para hacernos aborrei::er el
sera todo lo contrario de un milagro; la resurreccin, en este caso, no es lugar donde todo se pierde, y hacernos amar el lugar donde todo se encuen-
tra~. El adis es por tanto provisiorial, y el luto del superviviente, compen-
ms sobrenarur::i.l que el despertar despus de un sueo ... Pero la n1uerte no
es ni la intern1pcin provisional ni la supresin temporal de determinadas sado por esta esperanz'.1, se convierte en algo mucho menos trgico. Esta
funciones: la n1uerte no es una cesacin panitiva y perifrica con un fondo promesa no constituye ac1so el consuelo religioso por excelencia? ~ Y sin
de continuacin: ninguna invisible continuacin viene a taponar la abierta embargo, nunca se repetir: bastante: la ltima vez es una vez completarnente
solucin de continuidad mortaL La Nada que resulta de la aniquilacin, el aparte puesto que es aquella de.Spus -de !a.-cn-:tl___;y::l-no hbr ms Veces,
Nihil en el que desen1boca el aniquilamiento es aqu un su per!ativo -abso- puesto que la serie de las veces que forma la continu::i.cin est5. ahora detrs
luto. Para que la ruuerte sea realmente la muerte, la nihilizacin n10rtJl debe y no delante, puesto que esta sere est en pasado y no en futuro, y puesto
excluir cualquier continuidad subterrine:i. cualquier conservacin clandes- que el instante ltimo estJ al borde extremo de la cesacin Je ser. No tiene
tina; y en-consecuencia la nada debe ser. si no eterna (puesto que h;1 co1nen- nada de extrao que los ho1nbres se esfuercen por h:icer un recibimiento_
zado), al n1eno:-; definitiva {puesto que no acabari nunca). La nada cornenza ~
especiJl ::i. e.st:l vez precosa entre todas. Hernos \isto c1no e! caldern de
esta noche. y durarj para siernpre! Slo se 1nuere un;i vez. y se acab para la ceremoni:i serva para a1nplific~1r el inst;inte ltirno, cn10 Ja ltin1a vez
sieinpre! CoinprendL"n lo que significan es:.i.::; cuatro slabas: para sien-zpre? se eternizaba en una intenninable y 1noribunJa apoteosis ... El ltin10 ins-
La razn puede concebirlo sin demasiado trabajo; y sin e111bargo uno no tante es un instante pareci<lo a tantos otroc-5. y sin e1nbargo difiere de todos
sabra cmo llevar. a cabo semejante pensanliento, es decir, tornrselo en los otros. El ltirno latido Jel corazn es un latiJo corno todos los otros,
serio. sin te1nbL1r.. Pues en ese punto es en el que la imposible eternidad pero no es un latido con10 todos lo.-: otros. puesto que en efecto es el lti-
1110! El ltiino suspiro es un suspiro co1no ios otros. un suspiro de lo ms
penetra en nuestr~ls relaciones personales con los vivos para disloc:lr estas
relaciones y rornper los crculos pasionales. Por eso !a pattica experienci:.i vulgar, y sin etnbargo no es un suspiro como tocios los suspiros, puesto que
del never more y del tiempo irreversible expresa ese sentimiento tr:gico de es precisamente el ltimo: y adem:s, por caracterstico que sea el estertor
'\;o
la vida en que consiste nuestra modernidid por excelencia. Qu no habr:n supremo, se reconocer:i que es el postrero nicamente Jespus, al constatar
inventado los ho1nbres para eludir Ja alternativa de la resignacin a la nada ue no es seguiJo Je ningn otro. Todo est relacionado: no se ecogeran
Y a la angustiosa desolacin! las doctrinas de la palingenesi;i, al considerar
"Lettn.'_,. -'Pirituelle:;, n.'' 21-~. 12 de: novkmhre de 1"'"01: Oeiwres Cornpli!tes. Pars, Lille-Res:im:on.
'-;-"; l, t. \'!JI, p. 9)1_
""III. i"r. 210.

~ -~ !
jOO
~!
piados:1n1cr1re las ltin1as pal:.ibras del moribundo, por vulgares que sean, si el minu1:o encantado?, qu poemas, qu besos, qu lgrnas podrn com-
no se presintiera que son las ltimas. si esis insignificantes palabras no pre- pararse nunca a la incomparable unicidad? La separacin, y sobre todo la
cedieran lnmediat:irnente a! gr:in silencio ererno; pues el silencio, en un ins- muerte de nuestros allegados, concentran sbitamente en determinados ins-
t:inte, va a instJl:irse para sien1pre sobre los labios mudos del moribundo, y tantes privilegiados el inigualable valor de la ltima vez. Sin duda el pre-
la p:il:ibra fin::d est: ella misma suspendid:1 :il borde de ese abismo de si- sente est convinindose en pasado continuamente: pero en su transcurso
lencio. Y del rnisrno rnodo: si las ltimas voluntades de un n1oribundo nos tenemos ocasin de rememorar ese pasado, de lamentar o comparar, y de
parecen sagr:idJs, y si la vio!J.cin de esas voluntades es considerada un s:i- volver Ja mii-ada hacia el vasto futuro que se extiende ante nosotros; pero si
crilegio, es porque se refieren a b. ltima cosa que un hombre ha querido por el contrario se trata de la muerte-propia, futuro, pasado y presente se
arues de dejar p;:i.ra sien1pre de querer; por eso aquel que se ha pasado la hunden juntos en la nada; y si se trata del completamente ltimo instante
vid:J contr:iri:.Jndo los deseos de sus sernejantes, respeta religiosamente sus de otro, el carcter definitivo de la ruptura y la irremplazabilidad de aquel
c:lprichos psrun1os. por la nic1 razn de que esos caprichos son los lti- que se va hacen el adis p:irticularmente mis desconsolador y amargo;
n1os; es corno si el tesr::u11ento sanEificara por encim:i de la tuinba Ja ltima cuando nos separan1os de un ser querido. tenemos todava la sensacin de
voluntaJ del desaparecido. )lo es algo cmico de ver cmo los hombres la presencia amenazada y el sabor anticipado de la amenazJ.dra ausencl.a,
n1c-nos escrupulosos se \.lJelven supersticosos en cuanto se trata del tab las dos a la vez~ Lo mismo es para nosotros a la vez presente y ausente,
de las !rir11:.:is \oluntades? L:.1 fidelidad manL1ca es nuestra nica forma de mientras su presencia empiez:i ya a oscurecerse con la sombra de la ausen-
honrar esa \o!unr:.1d !tirna que lo irre\ersible nos impide en adelante honrar cia. Frgil presencia J. punto de ~lusentarse p::i.ra siempre!
de otro modo. las lgrin1as que el :idis nos hace derramar tienen por tanto
su razn de ser. Antes de que la lrilna vez se nos escape p:.1ra siempre, antes
de despedirse pJra siempre del ltin10 instante, deseamos apasionadan1ente 9. El Adis. Y del hreue reencuentro.
:i.goL1r todo su fervor. Cmo hacer para luchar contra el no-ser al cu::.il el
Ldtiino insrane est inevitablemente abocado. cn10 hacer para comharir el Cuando habl:ibamos de la continuacin irreversible, se:Jlbamos el carc-
olvido que r:1rclc o temprano acabar: por devor:irlo?, cn10 puede compa- ter irreparJ.b!e y disirntrico de una ida sin \.L1elt;i: pero aunque esta huida
r:trse su plenitlld intensi'.'a con L1 eternidad extensiva que la suceder? El irreparable deje al hon1hre desconsolado, ei envejecimiento no est carente
vi:1jero cJel gr:in v~::.ije quisier:i llev:.irse la presencia en la etern:l ausenci;:i., o de alguna con1pensacin: la plenitud del cambio hace que continuamen-
al re\s c:nccrr:1r b inmensidad del infiniEo ulterior en un supremo vi:.tico; te est sucediendo algo; el devenir. que pasadiza incesante111ente al presente,
el pasajero en:p!rico del p:1SJ.je metaen1prico. a punro de fr.:inque:J.r la entraili. no cesa de presentificar un nuevo fururo. El ltin10 instante de un ser querido,
encon1ienda J Dios su !tin10 instante. Pues el silencio eterno y el negro por el contrario. no nos dej~1 nic~unente desconsolados. sino incluso desola-
ocC:1no Je Ju:-; ini!enios sin fin con1ienza en ese rnismo niinuto! En e! ins- dos: pues 1~1 conrinuacin irre\c:rslhle de la ida sin uueta se aguza en grado
L1ntc: de L1 s<:..p:trJcin. y 111i'i rod:1vi:1 en el lnnhct! en1prico-1net:1en1prico su1no en la :1fiL1da punra dl:' b pcntidn sin retorno. la sucesin permira espe-
de !:t 1nuent.'. <:..! :-\t.lis t1! r11unbundu y. a \eces ta1nbin. Jo.-.; adioses dt.'! 1nuri- rar a uno en el lugar del otro. y al otro a ca1nhio del uno, por irremplazJ.-
bundo prescnu.n un detennin;ido n1odo de inter:-;cccin: e! A.dis es b. 1nanera bles que fuesen ese uno y ese otro. La n1uerre e.'i un por ltin10 que no anun-
en que los l:..ip:>o.s ele tiernpo finitos se destacan en e! interior de la etc.::rnidad cia ningn clesp11f!s: o rnejor an el 1ns all que :lnuncia no e.s propi:imente
inflnitJ. PUL"."' se tr:n:1 de conserYar e! infinito c:n un ltno abr:1zo, un !ti- h~1h!ando un de.,pus. de:-;de el punto ele \isra Je l:.i e1npiria. la nihilizacin
1110 hc'SO. un riino :tpretn ele n1;inos. un:1 supre1n:1 entrevist;i. en un;i ltin1;:i tnorral nos propone otro que es con1pletarne11te orro, o n1ejor ;in, que es ..
frase '"/ en L1 lti!na p:il:1hr:i de es:i lti1na fr:1se. E\identemente, es el de\e- n;ida de n~1da, y por consiguiente no nos propone nada. Incluso en el des-
nir misrno ei que es. de cJ.bo :1 rabo, un :1dis continuado: :i c:.ida instJ.nte pegue de la prin1era nave esp:icial con destino :d planeta iV'larte, el regreso
c:l hornhre .'ic scp:tr:i de un hirax que, si cun1pla :1 fondo 1:1 se1nelfJ.crici- l:'srar previsto. aunque sea .tlc~Horio, incluso en b.s tnisiones suicidJ.s de los
dad. ten:1 que p:1recerle inc:srin1ab!e y Je un valor infino; .si. cada minuto mercenarios de la tnuene. una n1inscu!J. reserva mental de regreso est
que pas;.i nos :i!t.j:.1. en definitiva, de algo infinir:unente precioso: y ese Jiga, siempre sobreentendida: bs ;ivenruras ms peligrosas y las ns parecidas :.il
corno la inocencia Uel niiio. tiene lugJ.r una sola ..,-ez en toda Ja eternidad. y suicidio itnplican tan1bin una infinitesim:.il esper:i.nza - aunque slo sea la
por tanto no trenc precio. :\o rendren1os otras oc:1siunes. ;_C1no rerendrernos <...'spcran1.:1 Je una gloria pstu111:1. Todos los hroes, ya partan p.J.r.i volver..

j{)j
como Ulises, o para no volver, corno Cristbal Coln, hacen mentalmente a no para unos.cfas, sino para siempre; ni para algunos aos, __<>ino para siemQ_r~_
:sus allegados una vaga _pequea promesa _ms o menos implcita: un <la vol- jams. Brnice va a partir, Brnice parte finalmente; Antoco tambin, por
ver, escribir una vez al ao .. etc. Slo la aventura de la muerte es una 10 dems. Pues aqu todo el mundo se pasa el tiempo parti,endo, y no
aventura absolutamente abierta: y por con.siguiente el adis que se abre paso por cierto para hacer el parip! ~Por qu ests diciendo siempre que te vas?
en nosotros en el momedto de la separacin ~orresponde a un pensamiento pregunta Mllsande a Pellas en el cuarto acto del drama de Maeterlinck.
casi insostenible; y soportarnos ese pensamiento con_' la nica condicin de Partir, siernpre partir! No hay ms que partida y.separacin en esta Brni-
no profundizar en J, pero sobre todo de no llevarlo a cabo. Se compren- ce centrfuga cuyos hroes no pueden quedarse juntos y deben necesaria-
de ahora por qu el Ad-iS ha sido sien1pre un tema elegaco y lrico:7 por- m_ente dispersarse. "Vengo para deciros adis para siempre. Debo partir, se-
que el Adis es una alsin a: la rniJerte; porque las pequeas muertes de la ora." _.,Recofdad al menos que cedo a vuestra orden, y que me estis
separacin son una elipsis <le -la gran separacin que es a 1nuerte. El Adis ~scuchando por l_tima vez. Y Titus a su vez: \loy a hablarle por ltima vez.
apasiona las relacione? humanas y les confiere la alta tensin de lo nove- "Para siempre. ir a alejarme de ella ... Y ms adelante contina: Partid, y no
: -Iesco o de lo trgico. Ya que si la ausencia que se desprende de la separa- me veis ms~. "Sin en1bargo hoy, prncipe, hay que dejarla." "Debis sepa.:.
-cin puede llamarse tr:gica, la separacin que prelu<liaba a la ausenciJ. es raros, y debfs partir maana". "Adis para siempre. Para siempre ... ~ "Parto .
lo tr.gico rnisrno; lo trgico <le esa tragedia. Acaso no es la tragedia, en cier- .Qu horrible:-y cruel palabra cuando se ama! No volver a veros ms ... " Y
: ta medida, la instalacin del hombre en lo trgico? La relacin de la partida en fin: ..Adis,:- seor, por ltima vez, adis" ../\ lo que Antioco responde ni-
con la ausencia es en efecto la relacin-del ::tcontecimienro con el estado o catnente . Ay-;de m!,, que son las ltimas palabras <le estas ltimas fr_ases.9
del instante con el rgimen crnico.- Antes de la tragedia de la ausencia ya Esa es la ltiriia vez que Brnice dice . por ltima vez". La despedida es la
haba tenido lug:Ir por_ tanto lo trgico del Adis; antes de la languidez de obsesin de sta tragedia <le la postrimera en la que cada frase es una lti-
las existencias separadas, haba teni<lo lugar el desgarran1iento quirrgico n1a palabra, en la que todo lo que se dice y se hace, se hace y se dice por
de la separacin. Antes del duelo y el culto del mue1to, ha tenido lugar el ltna vez, en la que todo lo que sucede, como en el final de la desgarra-
violento dolor del desgarramiento del ser. Los adioses que anuncian la par- .:,,, 1 dora pelcula de David Lean, Breve encuentro, sucede por ltima vez: esa
"' 1 cita de los amantes es la ltima cita, ese paseo es el ltimo paseo. Adis:
tida, la ltima cta_ que precede a la n1ptura, la ltima leccin del profesor .}' 1
'~- .
que va a jubilarse, y que ya no vuelve a decir: hasta el aci prximo (pues este es ei estribillo- clescoi.soladv. de-}.;:. solemne separacin.-Tit-us y Brni-
no habr ao prxin10), y que tiene el corazn encogido, toda estas ltimas ce no se dicen nunca Hasta pronto, no se Permiten ningn .eufmlsrrio refi-
veces son anticipaciones melancliC:J.s de la ltiina ltima-vez. S, to<las es- nado ni consoladora perfrasis, ni siquiera se 1nolestan en fingir, ni se enga-
tas ltimas veces son penltimas ::il lado de la gran postrimera del gran ulti- an con ningn proyecto de volverse a ver, volverse a encontrar, o retrasar
mtum. Eurpides fue uno de los primeros en clescuhrir la trdge<lia <lel Adis. l::i partida; l;is citas convencionales que, reanudndose en la intermedia-
Cosa rara.. es la Sonata rornntica . Je los Adioses la que tern1ina con el rieda<l. prolongan y enc:.i<lt:nan la continuacin tranquilizador:.l <lel intervalo
reencuentro y iJ reunin de los a1nantes que L1 ausencia h:iba separa<lo. y y prorrogan in<lefinidan1ente la ltirna vez, esas citJs no son de recibo en la
con la esperanz~l satisfecha; y es Racine, en Brllice, quien destila doloro- rragedia de lo insoluble. l. sin en1bargo la filosofa optimista del d:i siguiente,
sarnente la Jn1argura de la despedida. RJ.cine, dice Jean Cassou, .. !Je\;i la frase de la penu[tirniclad, ele la prx11~1 vez hubiera ofrecido a los amantes toda
a su punto ms extremo, tan pronto corno ha sido proferida expira": y en suerte ele pretextos dilatorios y fingidas rnoratorias; la pareja que se despi-
esa frase de la despedida, el a1nor n1isn10 es llev:l<lo hasta el extren10.t> Se- de hubiera po<lido fingir que cree (con10 el enfern10 en su lecho de rnuerte)
ilalernos a nuestra vez que Brnice es to<la ell;J por as decirlo una tragedia en un aplazamiento de su separJcin, en una prrroga <le la ltima vez: por-
de la ltim:.i vez en cinco actos~ Titus y Brnce se despi<len aquella noche; que la ltitna vez, como todo el mundo sabe, nunca es la vez que se dice,
sino la prxima, y siempre la siguiente ... Pero no!, ellos no intentan siquiera
retrasar l:i inminencia, dulcificar la clesesperJ.ci.n de una separacin que
Cf. Entn: otros: Liszt, .Heiodus. n." -t2 1Icb scbeidel. n:-' -t ( Ldw1n;bll. Hizet, Adieux de J"brlresse
arcthl! (V. Hugol. Tchaikovski. AdiOs, op. 60 (Nekr:issov). Rac-hm;lninov, Los do.~ adiose~-. op. 26-1
lKoltzov). V. Cheh;iline. Une note triste. op. '-O (A. Kov:ilenkovl. Gust:iv Mah!er. Das Lietl 1nn der '! Brnice. I. 4: Il, 2; III, 3; IV, 5; V, 5; V.-. Jean Cassou ciw por su parte Andromaque, !V, 5 (Her-

Erde. VI <Der AhscbiedJ_ Gahriel Faure. A.dieu ( Poh11f! d'ttn jour. op. 21-11. etc. mlone ;l_ Pyrrhu.'il, Bn"tannicu.5, V. 1 (Presst:ntimt'nts dt' juniel, Jlitbridate, II, 6 (Monime: Hah\:J.r
s Pants pri.\~ Rocine et fe secret des trri//hado11rs, p. -tL pur rrimera y ltima vez).

j()4
t.ene !ug:ir sobre la marcha y en .ese mismo minuto... Adis par;:i siempre] .. ltimo n1inuto del breve encuentro, en este supremo instante de tina felici-
El enc:iden:Hnicnto del inrerv:ilo se rompe bajo el golpe de esta despedida d~ld que nunca ms volver:l. los amantes no se dicen Hasta el dorningo pr-
que ningun:l pron1esa an1onigu~1 ni cornpens3. la ltima palabra se pro- ximo, sino que pronuncian la frase metaemprica que excluye ~oda apl:.iza-
nunci;i dcrnasi:.tdas veces! Pero nunca se reper: lo bastante CU:lndo el abismo miento: ..Adis para siempre". los amantes no vivirn hasta el fmal eso que
de la eternid:.id comienza inmedi:itamente despus del ltimo instante del el Trobador llamaba el Alba; las puertas, al cerrarse, sellan para siempre su
(llrin10 moinenro, cuando e! p:.iuelo de la despedida ha desaparecido tras destino. lvllisande y Pellas han cado en la trampa de su irnposible amor~
el giro de la v:.i y nos encon[ran1os solos en la est;:icin vaca y en las c31les El cielo nocturno zozobra por encima de sus cabezas ... Qh~ Todas las estre-
des!ertas. j.Ay~ .. suspira A..ntioco ... EstJ. palabr;:i vaca pronunciada, como una llas c:ien ... El firmamento de las estrellas, con sus co1netas y sus constela-
dison:inci:J., al final del ltirno verso es por decirlo as un eco del sombro ciones, se desploma sobre el ltin10 abrazo.
no-ser que conienza una vez que c:i.e el teln, y no terininar: nunca, y durar
por los siglos de !os stglos ...-i)"es l::i. p::i.labra sin consuelo y desesperada de
la posrrin1eria sin mar1ana. A..l fina! de El jardn de los cerezos de Chjov, 10
Lioubov Andreevn:J.. ahog:J.do por !:.is lgrin1as, se lamenta: .. Qh n1i cierno
:.irdn, rni hennoso ardn~, juven[ud. felicidad, adis!. .. Por ltima vez con-
templo tus n1uros. l::i.s vent:in:J.S ... . As es como Lioubov y los suyos se se-
paran de su antigu:1 vida: y cuando se h:1n ido tocios, sobre ]J. CJS3 desierra
se h:ice un gran silencio.
Situado entre la prln1er:i y \3 ltin1a \"eZ, todo breve encuentro se presen-
;':
ta corno un resurnen de esa avenrura sen1elfictica en que consiste la vid::i. li~
initada por sus dos e:xren1os por et completarnente primero y el ltimo l-
timo-instante: la corra \ida de !a aventura rec::i.pirula incesante:nente la larg:i
aventura de la vida. Chjov y IvJ.n Bounine 1 1 encontraron palabras inolv-
cb.bles no solJ.n1enre p~1ra !a ultimic.J:.id del adis, sino incluso para el c:.ir.:lc-
ter arbitrJrio y n1isterioso e.Je! encuentro fugitivo. En esto Pellas y J.Jlisan-
de, rr;igedi:i centrfug:.i. tragedia de los amores iinposibles, se opone J. !:J.
Pnlope de Faur que es l:.i pera del retomo y de los reencuentros: de este
moJo b. separacin de !os reunidos hace juego con la reunin de los sep:.i-
raclos. l'li.se..,; y f\.:n!op~ c~ln[:tn: \";1n1os :l \[vir. Pero ,\Jl..,;~1nde y Pei!:ls no
pueden \'i\'ir jun.ro.".. :\!lis:lnde y Pcll:is esr:ln conJen:1dos ~ la Je::;e.sper:1-
cin ele !:1 !tirn:1 hor:1. Pe!li!os y J!i'lisande e'." por lon1pll:ro el dran1:1 de la
;1hsurcb :1ventur:t: t'! LHdico c>ncuentro entre GoL1ud y ,\flis:.inJc en el bos~
que de! prln1er a(t y. ~d final del cu:.irro. respondiendo como un eco. la lti-
111:1 c'ntrevista Je .\!li:.;;1ndc y Pel!:1s: el :1rrelxHo trjgico de la Cdrirna ,-ez res-
ponde :t l:t exrrai1cz:1 de !a priinc'r:L .. Esti es !a ltl1na noche la lti1n:.i noche ..
>Jecesito n1ir:.lr una Cdtiina \'t:Z en el fondo de su :1ln1a .. Y luego inne p:ira
siempre. Los an1:.inres se J.br;:izan por ltin1a vez. En esta esc:.itologa del

:Uf."{ Jrd1 <f! /) Cl'Tl.':::u.,. !Y Cf. F./ 1U \ nw. firul.


11Ch2-iov. f_L/ dam11 del pe1ntn. flounine. f./ raro de sn{; Jda: leianit.1. fin:d: (1tilll!I l!!lfn'listo: El
ltimo dr En Pon:.;. CI. Turgut"mev. Tres e11cuentrns. f:iure. Pni!me (/"1t11 n11r. op. ~ !: Reconrre. To11-
;0111> . ld1e11
CAPTIJLO IV
LO IRREVOCABLE-

_f

l. Lo irreuersible del haber-siclo, lo irreparable del hecho de haber-becho:


Factum y. Fecisse.

Lo que dijimos del Haber-sido es ta1nbin vlido para el Haber-hecho;


aquello que es verdad para lo irreversible no lo es menos para lo irrevo-
cable: pues el Fecisse es tan irreparable corno el Fuisse es irreversible.
W continua<;in del devenir es en todo momento irreversible, pero el hecho
consu1nado del devenir vivido constituye en su conjunto un irreparable.
Lo irreversible expresaba que, al correr el devenir siempre en el tnismo sen-
tido, no pod:unos ni volver atrs. ni revivir otra vez la vida ya vivida; no
podemos ni remontar el ro del tiempo recorrindolo al revs, ni remontar
a continuacin nuestra prirnera existencia o un segmento de ella: lo irrever-
sible. que es el carcter de un carnbio que est c~1111biando conrinu:imente,
implica por definicin n1i..-n1a la prohibicin de voher sobre sus pasos. A la
irreversibilidad natur.il del tieinpo. el Hacer :11'ia<le un suple1nenro <le co1n-
plicaciones: las decisiones hu1nJ.nas desvian o precipitan artificialmenre el
curso de la historia: lo.s inici3tivas hu1n:inas. las opciones hum:.Inas, impri-
1nen a la cronolog:i una desviacin \iolenta o una aceleracin suplemen-
taria: con10 si el ca111ino <le vuelt:.i no fuera ya bastante irre\ersible sin lo
irreparable. nuestras decisiones expresas levantan libremente obstculos
artificiales que redoblarn la imposibilidad: con nuestras propias manos, es-
pont:J.ne:in1ente, escandalosa1nente, sin estar obligados por el devenir, fabri-
c~unos lo irreparable que volver. lo' irreversible to<lavia mis irremediable y
nos cerrar el paso al pasado irrevocablemente. Como la relacin del ser
con el hacer, a.s es la del devenir irreversible con la accin tr::insformador:i.
El devenir tran.scurrir. solo. incluso si el hombre no hiciera nada: el futuro,

509
y:J se:l el don1ingo prxi1no o el Jr"10 dos mil veir1Ce, llegari l solo incluso es irreparable; y sin embargo el Fecisse es relativan1ente reparable. El pasa-
,~ el h(J1nbre .'le pasar:.i t:! tiernpo durmiendo: l:J futuricin y JJ. pretericin
do es reversible para la memoria si no efectivamente y fsicamente, al me-
p:1.':<1<li7.:1r:n de todas n1~1ner:Jci el presente, !o misn10 si [r:ibajis que si nos en c:.ilidad de imagen y de sueo: el recuerdo nos ha sido dejadc1 para
os p~l::ijis el tt..::~npo con !os br;izos cruz:.idos esperando el final. P_ero el fururo revivir espectralmente aquello que jarnis se vivir dos veces. Pero si todo
se eriz:1 por :i:_iJidur:i con todJ.s Lis pas que nuestros actos estn provo- puede ser evocado, rememorado e incluso recomenzado, no est en cam-
cando continuan1en[e: lo irreparable se con1p!ica con Jo irreversible! Evi- bio en nuestra 1nano recuperar la lozana de nuestra juventud y nuestro
denten1ente lo irre\'ersibie J. su vez provoc1 lo irreparable. Entre la conti- espricu de los veinte aos, como tarnpoco que el haber sido se convierta en
nuacin irreversible J' e! instante lrrep::ir:1ble se dan toda clase de [[;lnsiciones, nuestro ser acrual. Lo que es absolutamente irreversible es la temporalidad
y lo rrepar::ible rnisn10 no es rnis que la condensacin de una irreversibili- del tiempo: no podemos revivir el pasado como si fuera el presente, ni la
d:td difusa; y recprocarnente. el intervalo irreversible no es l misn10 irre- segunda vez como si fuera la primera, ni la ree<licin como si fuera una no~
versible tn:s que por efecto de los inst:Jn[es n1insculos, de Lis mociones \edad; y tampoco podemos invertir la totalidad global de la existencia para
infinite.sin1:iles y de !as decisiones ln1perceptibles que propulsJn el futuro yivirla de nuevo_ De n1anera que L1 conservacin misrna de los recuerdos
reprin1ienJo el pas:ido, y Jan lugar continuan1enre al hecho consurnado o dentro de una experienciJ. personal, adornando con una cualidad sui gene-
a !a experienL'i~t ~1dquiriJJ: ta nzutoc1n es a n1enudo por tanto una 1noc{11 ris esta experiencia diferente de todas las otras, nos impedira ya revivir en
virtu:iL Pero hJbL1n1os niis especfic::i1nente de lo irreparable cu.:i.ndo la trans- su literalidad fsic:i la vida Y:l vvida: la huella perdurable del pasado es pre-
fonnacin y l:i prccipir:icin re\olucion~1rLts. que son de inici:Hi\:1 hu1n:in:.i, cis::in1enre lo que consJ.gra la iinpo::>ibilidad de la vuelta atrs! Y lo 1nis1no
g:in;_in por L1 111Jno ~1 Lt pretericin propia111ente dich:l y a lJ huid;:i de las por lo que se refiere al fecisse. Lo irrepar::ible-irrevocable est env-uelto en
hor;:is; enroncc:s es el jC-Zcert! y el jlnt los que !lev:in l;:i voz cantante, y no el una especie de excipiente que constituye la parte blanda y asnilable del
j{1ctu1n, ni e! j/11\se. Si l:1 1ne!:incolJ. de la irreversibilidad, fuente de nostal-
destino y que sirve para insensibilizar el amargo y duro hueso de aquello
gi:.i, nos provoc:1 el deseo de re~1nin1:.ir el p:.isado, de revivir lo vivido, y de que es irreparable. O si uno prefiere otras in1genes: rodeando el misterio
\"ohcr ~1 ser de nuevo lo que funos, la desesper::icin de lo irreparable. nos :';,;
de lo irreparable, est el taller ilin1itado de las reparaciones que es tambin
h:_ir:: 1njs bien dl'sear 1:.i :tniquilacin del pretrito: no se trata de presenti- el taller del trab:Jjo transfom1ador y activo, como est, rodeJndo lo irremedia-
fic:ir un;_ ~1usencia, se tr~tta de aniquiL1r un:J presenci::i Jern;:isiado presente; ble de Ja mortalidad o quoddidad 1nortal, la zona de la teraputica meliora-
Je rcvoc~1r, no de repetir: el culpable separado de su inocencia original tivJ que ::ipo11a remedio :i todJs las enfermed:.ides; la desesperacin de no
por el doble ob.'it:cu!o Jel en\ejecirniento y de la f::dtJ. querr:.i ::inular el vencer jam:s el hecho de la muerte-en-general, no nos es escamoteada
pJ.s:.ido inrnedi:Ho que contiene el pasJdo anterior en el pluscu::imperfecto :IC:lSO por l::i esperanza infinit:.i de curar el sufrimiento y prolongar la vida
de una edJ.d dor:1d:l: e! hoinbre con ren1orJi1nientos querra liquid;:ir el de !os ho1nbres? No hav desastre humano que no pueda ser hun1anamente
p:1:<1do rc-cicnrc~ cue hace (_h_'. su p:1ra.-;o un pJr:t.'iO perdido por p~1rtid:.i doble: rcparaJo. Todo lo que ,ha sido hecho pueJe ser deshecho. Todo lo que ha
pu." L1 conli>1z. l1 dt: Li LdL1 t'.':i e.'ic p:i:-;:ido prxlnHJ n1:s actl Je! pas::ido !e-
1
sido de.'ihecho puede ser rehecho. Y tan1bin se pueJe hJ.cer mejor, hacer
i~ino. L:i \erguln1.:1 puc..dc n1js qul' !:1 pJsin por n:vi\ir y 111:::; que la fideli- otr:i co:-:;;L .. Pero el hecho-Je-haber-hecho. ese hecho, no pue<le ser deshe-
dad. Lu irre\L'r:-;ih!e. en r:1nto que JesgracLt o 1na!Jicin 111et~1fsic:L tiene su cho. El hecho-de-hJ.ber-hecho es rigurosan1ente indestn1ctible! En otros tr-
orlgen en el puro hecho Je L1 .sucesin: pero lo irreparable. esc:ndalo con- 1ninos. se puede anular eljctun1, pero en absoluto anular elj'f:cisse... Desha-
tingente. n:tz.'L' :il n1~1rgen de l~t !ihert~1d.
cer la cosa hecha, no significa haci.:r de! jct!lnl un inj'ectunl, incluso si se
En lo irrep:lLthk co1110 en icJ irrl'versih!e puede dbtinguir:-;e un contorno ~1nul;in los resultaJo.s. incluso si .-;e horran [Odos los vestigios y h:.ista el mi.sino
en1prico y un n<-.:leo n1i.::L1c1nprico. RecorJen1os que l:i hor:.l incierta de l;i recuerdo. El hecho de h:.iher-tenido-lugar es liter:.iln1ente inexrenninable. L:i
rnuerte cierta. qu !:.i fech:i :iplazJble de];_ inevi[:.ibie 1nuerte se car:.icteriz:.in n1::i.ncha de s:.ingre en la mJno de IvfJ.cbeth puede .ser [avada: pero la mancha
por l:.i 1nis111:1 ~1nfiho!i:i, y que !Lun:bamos e11treohe11ura ;l ese rgin1en inter- Invisible que L~ com!sin del critnen dej;_ en e! :.ilma del cri1ninal l:'S imbo-
nieJio qui.:: h~ty c:ntre si~o y Je'.'.tino: cu:into n1:is indispensable ~s la rnuerte rrable.~ Wbat~ done i.s cioJZe-. <lice lady "-'lacbeth. Y no dice: lo que e.sti hecho
en su quoJJiJ:.iJ. n1:::i infinit:.irnente clispenc;able es en sus modalidades cir- no esc hecho! Es el hecho de haber heC:ho e incluso el mero hecho de
cunsrancia!e::;. Y esto es lo que :.ihora renen1us que repetir un:.i vez mis. Del h:iber pensJ.do hacer, lo que es irrevocable. B:.ista con que se piense en ello
rnisrno rnoJo que el f'uis,\e es :1 la vez irrever.">ihle y reversible, :.is el Fecisse una so]:l vez. Incluso el h~therlo pensado yJ es demasiadci! "V7hnt:'I clone
.f.-
',[ l
_...,...
-~
.:4c:tnnot be undone.1 Se dir que las heridas cicatrizan, que los accidentes devolver nuestra juvenrud perdida? No se nos devolvern los aos perdi-
-~dventicios son, a la larga, perfectamenre asimilables y digeridos: pero su
1
dos, aunque puedan devolvernos nue5tras funciones, nuestro empleo y nues-
~ntegracin misma en una totalidad-- nueva, en una sntesis pacfica y concilia- tros bienes. Ninguna justicia humana puede devolver el pasado a nadie. El
dora den1ostrara una vez ms la imposibilidad de la vLJelta al statu quo. Los ciudadano indemnizado seguir siendo un hombre eternarnente perjudica-
tqumatismos, incluso compensados y reparados, incluso en ausencia de toda do, aunque slo fuera porque la prdida y la restitucin no se producen en
s~cuela perceptible, se inscriben en caracteres imborrables, aunque invisi- el mismo momenco del riempo, porque ese statu quo ser restablecido ms
bles, en la historia general del desarrollo personal; por eso decamos que no o menos tiempo desplls del acto injusto, y porque en definitiva ya no es aL
~-s--lo mismo haber sufrido la tentacin y despus haberla expiado, como el mismo hombre al que se le devuelve la misma cosa y en la misma forma.
p_ijo prdigo, que no haberla experiinentado nunca, como el buen hijo; El acto de devolver por ms que repare la injusticia y compense la despo-
el.pecado redimido, desaparecido sin dejar rastro, se convierte en el arre- sesin mediante una restitucin que es en realidad un cambio radical, y_que
pentido en un elemento inalienable y, por as decirlo, eterno de la expe- desemboca en definitiva en una operacin de . blanqueo, el acto de devol-
~iencia moral. Por eso todas las marcas del envejecimiento pueden ser rns ver, que ostenta una fecha distinta en la historia, no puede ocultar ni su pos-
o menos borradas: tindose el pelo, revocando, parcheando o dando una teridad ni su secundariedad ... Fray Luis de Len, 2 retomando sus cursos des-
mano de pintuia a la_ vieja fachada, re1lenado las grietas, nivelando los plie- pus de haber pasado cinco aos en las crceles de la InquisiciQn, prosigue
gues, se compensan pasablemente los estragos producidos por el tiempo ... (fanquilamente con estas palabras: Decamos ayer... "* .. como deca en mi l-
Pero ay! Nada se puede hacer contra ese hecho consumado que es haber tima leccin ... ~ La n1iserahle contingenci:1 llan1ada Tien1po contaba poco a
vivido, ese hecho que es a los estragos de la edad lo que el fecisse a la res los ojos Je Fray Luis. Evidentemente el filsofo de lo intemporal puede hacer
Jacta: ni los institutos de belleza especializados en los retoques de detalle, como si cinco aos de c;rcel no conraran. Pero qu fueria en el mundo
ni los injertos, ni las hormonas cambian el nn1ero de los aos; la anciana podr hacer jams que ese tiempo no haya pasado? En 1944 el gobierno
no se convierte en joven como por encanr:imiento; la vieja se convenir: en provisional de nuestra Liberacin declaraba nulas y sin valor todas las leyes,
una adolescente ajada; una ninfa en ruinas, Para aligerar el peso de los re- decretos y decisiones que se haban promulgado en Francia durante aque-
cuerdos y devolver su impulso vital al anciano renovado, para curar la lasi- llos cuatro aos de pesadilla; un solo decreto haca tabula rasa de un montn
tud y el hasto, hara.falta un n1ilagro ... '{ n1enudo milagro! Se puede repa- de iniquidades~ retcmanclo las cosas da cqpo se ha-ca -como s~ na.da hu hie-
rar todo lo reparable en la mquina usada: pero el irreparable ultraje de los ra pasado entre tanto: pero no se poda hacer, en cambio, que nada entre
aos, es decir, la ten1poralidad desnuda, no se revoca. La irrevocabilidad de tanto no hubiera pasado: no se poda hacer que cuatro anos de vergenza,
la continuacin global es, en este punto. tan incurable e inexorJ.ble como de humillaciones y de sufrimientos no nos hubieran dejado una huella hn-
la irreversibilidad metaemprica de la muene, Insistarnos una vez ms. Todos borrable. Los hombres pueden decretar que lo que ha sucedido no haya
los fracasos son reparables. todas la.s desgr..1cias cornpensables. todas las pr- sucedido nunca: si tient:'n L1 ful'rz:l. pueUen h:icer t:lhula ras:i de las conse-
didas reeinplaz:1bles, todas las pen;.1s consolables: slo el tien1po perdido es. cuencbs de un aconteciiniento; pero no est:i en n1anos de nadie el poder
en su conjunto. irrernplaz:ible e inco1npensahle. Pues :iquel que vive, slo abolir o .'.'illprnir el iJecho nsn10 Je ese ;icontecin1iento~ Eternamente, y por
vive una vez. En vano intentaren1os sac:ir parrido de la prdida del tiernpo, Jos siglos de Jos siglos. e incluso en el c~1so de que todas l:ls consecuencias
con intencin de cornpensarla. Se puede con1pensar el perjuicio con una in- 1nateri:iles hubieran sido hoy en da reparJ.das. los crmenes inexpiables de
den1nizacin equi\'alente, res:ircirsea hase de daos y perjuicios de un h:iber i\lemani:J. fueron co1netidos una vez: aquello que no tiene no1nhre fue posi-
n1:is o n1enos da~tdo, es decir. J.nular sin dejar rastro el da:i'io sufrido: puede ble una vez. Ntientras sc:- tr~lte del contorno repar:J.hle de lo irreparable, se
devolverse al ciudadano expoliado aquello 1nisn10 que haba perdido, y de- puede decir, corno decian1os cuando hablbamos de1 deber: aquello que
volvrselo incluso con intereses; devolvrselo exactamente en la misma for- est hecho, no est nunca hecho, aquello que est hecho est todava por
ma, teniendo en cuenta la nueva situacin.:.-,:Pero ,<;u juventud perdida. quin hacer y por rehacer. .. por reh::icer o por deshacer! El tiempo, gr~cias a su
se la devo!ver:.? Por eso el tiempo perdiJo est:. perdido. Por eso una ju- funcin sinttica, permite que aquello que ha sido hecho sea posterionnente
ven[ud perdida es una juventud irrernecii~1blemente perdida. Quin nos
2 Citado por .-\bin Guy, Les Phifusopbes espa,'lnols d'hieret d'aujourd' bui. Tou!ouse. 19'16. p. 66.
l ,}[acheth, V, 2; JIL 2. Cf. :\-filton, Parafro perdido. 1:'\. En <>:L-;tdbno en el ori~in~1l. \ ".;, d,,;\ T. l

312
rehecho o deshecho. Pero si de lo que se tr;1[a es de la quoddidad, debere- eternamente inquieto, no consiste en esto precisamente la nostalgia por ex-
n1os decir por el con[rario: lo que esLl hecho est hecho; irrevocablemente celencia? Esta mezcla a1nbigua de duro destino y destino m::i.leable nos ha
hecho: o.qu Perogrullo tiene tod;:i l:i razn; aqu la perogru!L1Ja es una ver- permitido definir los contornos de una resignacin filosfica: lo Teparable
dad tr:gic:i: no .:;e puede J [J vez h:i.ber hecho y no h:i.ber hecho; pues el a lo que el hon1bre se resigna es aquello que, en ningn caso, de ninguna
principio de idendad prohbe que aquello que ha sido hecho no haya sido manera, bajo ninguna forma, en ningn grado, y en ningn momento puede
hecho! No se puede afirmar al n1ismo tiempo el ser y el no-ser Je algo. afir- ser reparado; la imposibilidad de este imposible no se fracciona ni se dosi-
m:i.r y neg:1r uno eoden1que ten1pore el ser de algo. El tiempo diluye la con- fica: pues la quddidad excluye cualquier matiz. La reparacin resulta de la.
tradccin haciendo p:1s:ir ;_ los contradictorios uno [f:lS otro en el trJ.nscurso ley del n1s-o-n1enos y del progreso escalon:ido.
de una sucesin acornodadiza: uno prirnero, orro a connuacin: de este C3.paz de hacer, pero no de deshacer el hecho de haber-he!=ho, el hom-
n1oclo es corno se hacen cornp3.recer alternativamente Jos enemigos morra- bre es por tanto un semi-cre::idor. Dios es libre por su propia libertad; lo que
les cuy'.1 presencia al 1nisn10 tien1po ser:l explosiva. Podemos por tanto ele- quiere decir: el Creador ;.ibsoluta1nente creador es libre exponencialmente,
gir en[re l:i :.;o!ucin ten1poral y la desesperante, la indestructible tautologa libre a la segunda potencia, libre al infinito. Pero la criatura creadora, pero
Jc:l haber-hecho ... L'.1 nica cosa que nos e.st: prohibida en todos los casos el creador creado, si.es libre, se convierte en seguida en el esclavo de esa
es b. rcversibilid:1d: pues la revers!bilidaJ, negando el futuro, hara todava n1isma libertad, que sin en1b;:irgo es la suya; y no nic:imente porque las
rns patente la absurdidad de un acontecirniento sucedido y no sucedido a consecuencias de su libre decisin se vuelvan contra l. le sobrepasen y le
la V:z. P0Je1nos por t~lnto h;iccr. JeshJcer y reh:.icer a voiuntaJ, pero no arrastren: b. cri:uur.i e:.; libre Je querer. y tan1bin de no querer las consecuen-
podernos deshacer el hJ.ber-hecho; poden1os modfic::i.r y n1odeb.r las n1oda- cias de su voluntad. pero no es libre, una vez tomada la decisin, de no
liJadcs, pero en absoluto nhiliz:i.r la quocJdid:id. la disparidad en[re este haber querido alguna vez aquello que ha querido; el hombre no es libre de
poder Y e:.;t:1 ln1potenca no :i.barca acaso tod:i la distancia que hay entre el hacer que aquello que. por su voluntad, ha tenido lugar no haya tenido lugar;
arrepenrin1iento y el reinordimiento? Pues el arrepentimiento desc:1nsa en Ja dicho de otro modo, el hon1bre es libre de querer o de no querer, pero lo
p:i.ne que se puede deshacer de aquello que se ha hecho. o en la parte que .. queridon, desde el mon1enro en que h:i elegido, se inscribe eternamente en
se puede reh:1cer de lo que se ha deshecho. 13. reparacin es la especiali- Ja historia corno un con1ponente indestructible de su pasado personal; la
d:id Je] ~1rrepenti111iento. El arrepenti1niento se arrepiente del j'actum, en decisin, convertida en irrevocable, se convierte en duea y seora de su
can1b!o e! ren1orclirniento tiene pocas esper.inzas de extirpar el j"ecisse. De seor; o bien es el seor el que es hecho prisionero por su propio prisio-
este 1n0Jo, cu~tndo hen1os reparado todo !o repar:ible, queda todavJ. una nero; en tinto que el destino es de fabricacin hun1;:ina y co1nienza tal da
irnposibilicJad residual. un lrreductih!e excedente que esr: relacionJ.do con a Dl hora por decreto de su seor, el seor sigue siendo el seilor; por el con-
el hecho Je! tie!npo tr~1nscurrido entre t:J.n[o y en lo que consiste precisa- tr.irio en tanto que ese destino es destinacin, que es;:i necesidJ.d-creaJ;:i es
n1enre nuestro re111ordi1niento: ;nuestro incurable n~1nordin1iento! 0.'o se pu<.:- neces~1ri:1 J su vez. que ll fat sL enre<la en la resfe1cta. el :.;eilor es un si111plc
de ignor:1r es~ residuo, Je 1n:1nera que ei pcca<lor arrepentido no se pued:1 aprendiz. Por l:'SO !J. reLtci{)n del hon1bre con Dios es Je la rnisn1a clase que
distinguir del inolen[e: !:1 concicnci:1 resr:1uraJ:1 y l:i concienciJ. preL1ps:iri~l !a rt:!L1cin Jel apn~ndiz d"'' brujo con el brujo. El sen1i-brujo, subyugado por
po<lran s1:-r entonces con.siJerad:.is prjcrican1ente intercambiables. Pero su progenie, no posee n1:s que un poder di:.;in1trico y desc1balado: lo puede
.. Jiacer corno si,. por conveniencia . .si1np~tt:1 o cansancio. no llega :i. ;:;er tod:l- todo, pero nica1nente al derecho, y en el sentido del futuro: en e[ sentido
vi:t h:1cer queo: t:n l'..'.ic' Jesf:J.'.ic' del con10 si con reL1cin al que se clistingue del retorn~tr e.::; por el contr~irio i1npotente: no puede <l~tr tn~trcha atrs al tie1n-
el c:1r:icrer ficticio e insignific:inte. 1net~1frico y ;11iserablen1enre sin1b!ico po. Instaura L1 eternidad - pero una eterniJ~1J eterllal. una eternidad que ha
ele las con1pens:i.ciones hurnanas, la ineficacia innata y la irnpotencia J.c:s- comenzado (y no terrninar: jarns) y que es por tanto rn:s inn1ortal que
conso!aJor:i de i:1s consolaciones hurnanas: t:!l como-si haciendo caso omiso ererna. La cri:ltura, ahandon:ndo:.;e a un futuro infino, pero no pudiendo
Je la quodJiJaJ. es decir, ignorando e_:.;e irnpa!pab!e no se :.;abe qu en lo rl.'voc~ir!o. esrj pri\.'ada del bi-poder que la igualara a Dios; y en esto es
que consiste la ten1por:ilidaJ del cien1po. Jeja :.il nosrlgico insatisfecho y semi-divina. Si el juego consiste en divertirse haciendo y deshaciendo a vo-
descon.-;o!ado frente a coda rencaiiv;_ de restitucin o Je reinregracin. de luntad, entonces <ligarnos que est:i prohibido jugar con el tieinpo.
repeticin o Je reversin. El infinito de:.;contento del consol:ido inconso-
lable. resJrcido y sin embargo perjudicado p:1ra siempre. satisfecho pt:!ro

.il"i
? Lo irrevocabl&-irreparable de la muerte. El cepo y la vlvula. Lo irrevocable de la muerte _puede compa~rse Con un cepo, es de'Cir. un
dispositivo Ce utiliza la librtad a medias del hombre para escl3YZJrlo: la
En la continuacin emprica del intervalo, lo irrevocable. si bien no puede posibilidad, cuando se actualiza, pierde en efecto su potencialidad y deja de
.ser revocado, puede al menos ser asimilado. Slo la muerre es radicalmente ser un poder; nuestra liberta_d de eleccin, al elegir, se convierte en un des-
.ina-?irnilable: no se puede no hacer caso, por la sencilla razn de que ya no tino. La voluntad del hombre es libre de querer o de no querer, pero no de
habr ms caso ... la muerte es la condensacin de lo irrevocabl-irrepara- no haber querido, la ~_stucia del cepo consiste en obtener por persuasin
ble, condensacin extrema que hace irre,v6-sible.la totalidad de la vida trans- esa primera palabra que es la palabra del libre consenrimiento; pues el des-
c_urrida: pues es de la vida entera de lo qu.e la muerte nos. separa, sin damos tino se encarga de lo dems! El hombre seducido siente la tenracin de meter
tiempo siquiera a echarla de menos. Toda modificacln del organis1no, cual- el dedo en la ratonera: el cebo, la aagaza atrayente, le decide a ese. gesto
quiera que sea, es en un sentido irevocable puesto que se inscribe en el sin el .cual el destino no puede hacer nada. Quien ha entrado en el crculo
_tie1npo desnudo y vaco que engloba la existencia universal; pero lo irre- mgico ya no puede volver a salir: o inversamente, quien lo ha abandona-
\rocable no es necesariamente irreparable en. todos los casos, pues la rege- do, una vez cruzado el l1nite fatdico, ya no puede volver a entrar: aYentu-
neracin, que es seal de juventud y de vitalidad, colabora en la reconsti- r~;o forzoso, el aprendiz Je brujo ha perdido el control de la aventui:.1 en la
tucin de la fonna mutilada. A pesar de ello, los traumatismos que afectan que se ha embarcado. Se han cerrado las puertas._.. Ya no podemos entrar!
a los tejidos nobles son ms difciles de remediar y compensar: por ejemplo No oyes los cerrojos ... las cadenas? De1nasiado tarde! No poden1os hacer
la alteracin del centro respiratorio cortical es sie1npre irreversihle. y por nadJ aunque quisiramos!. .. As cuchichean Pellas y Mlisande en b. noche
otra parte lo irreparable, particularmente en los seres muy personalizados, al final del cuarto acto cuando han comprendido que la vuelta es ya irnpo-
tiende a agravarse por efecto del e!lvejecimiento: el proceso de cicatrizacin sible, que la suerte est echada y su <lestino sellado. Cruzad el lrne si que-
se vuelve laborioso y lento, la curacin de las fracturas se hace tambin cada ris - porque el hombre lo pue<le todo antes de haber elegido; pero una
Vez ms lenta. Jean Rostand nbs hace r;iotar qu pocas veces los injertos de vez hecha la eleccin ser de1nasiado tarde para cambiar de opinin. de1n~1-
rganos tienen xito en el hombre. Al trmino del envejecirniento, lo irrevo- siado tarde para desdecirse: todo era posible, y ahora todo est consun1a-
Cable y lo irreparable colnciden ep la n1uerte. Lmite extremo, agudo, absoluto do; se han quemado tocias. !as n.?_YCS, ~l'.'.'.. han_rot0 tod0s !c>5 p 1P-ntes.: bs retr.1c-
1

~e la n1odificacin. Ja- muerte es- irrevocable en su quoddi<lad como cual- taciones ya no son de recibo. T:.o.l es, ms o menos. el tema que Bohuslav
quier accidente del devenir; pero adeinS los-efectos fisiolgicos <le la muerte Martinu aborda en la Comedia sobre el puente. La disi1netra entre esta liber-
no pueden ser reparadQ,5_,- Iinagnen un: traumatisn10 muy violento, un ltimo tad y esta servidumbre representa nuestra .responsabilidad". Y las decisio-
golpe 1ns fuerte que los anteriores:-f Organismo, esta vez, no puede sobre- nes que, en un instante, deciden to<lo nuestro futuro, las decisiones Je tan
vivir. y la restauracin del statu quo anterior se convierte a partir de ahorJ graves consecuencias c1no es que no nos dan vrtigo? jUn fat inoportuno
en una rarea npo.s:ible. Por eso n1i.sn10 lo ilTevocable-irreparahle se!Lt y con- puede can1biar el curso del mundo! Por eso A<ln. expulsado del Paraso
sagra el carcter irre1nplazable. inco111parable. iniinitable del h3pax que no . cotno consecuencia de un:i lihre y ctilpJhl<.:' decisin. ve cmo se Je corta el
\oher5. J aparecer n1::.s. Pues la inuerte no perdona. y en esto es, corno 1J cJn1ino de regreso: y los querubines de fla1nantes espadJs, apostados por
necesidad segn Aristteles, inflexible, es decir. que no se la puede con- Dios a la entrJda del Par.iso, est:in ali para hacer respetar la uniLirerJ!idad
vencer p:.1ra que _de n1archa atr:is y deshaga su obra. El hombre vivo perdo- v [a irreversibilidad de la expulsin, para i;igilar por si acaso lo irrevocable.
no.. para no .Jer inflexible con10 su enernigo ia n1uerte: porque el perdn, Esa espac}J inflan1JdJ, para la cri~Hura condenada a los trabaos forza<lo.:> de
perecido en esto :.11 arrepentimiento. hace posibles nue\os con1ienzos rela- la. histori:i, expresa !J itnposibilicl~1<l de volver a recuperar lo. inocenca per-
tivos y pennite toda suerre de renacin1ientos; el acto Je fe Je la esperanza dida. Del 1nismo modo el hombre es libre en todo momento de mutarse,
expresa que nada es Jefinitivo en el futuro; y del mismo modo la su1nisin pero no de renacer a continuacin ... como tampoco de nacer: Es raro, no
<le! perdn, a<lelantin<lose a la esperanzJ. es una apuesta contra lo irrerne- ohst:inte, que se sienta tentado :.i ejercer ese poder: por eso el n1oribun<lo
Jiable ... Pues nada .se pue<le do.r por tern1inJ.Jo nu~ca en este bajo mun<lo! no se abandona en general tanto a la seduccin atrayente de una trampa
La pena Je muerte. que niega toda posibilidad Je enmienda y niega roda como a la irreversibilidad de un mecanismo sin ningn atractivo; porque Ja
brote Je esperanza. no desalienta por :.ideL1ntado la futuricin restaurado~ muerte. por regla generaL no nos pide nuestra opinin. Suhestimar esta
ra y n1eliorativa? suprema irrctn<.'.<liahili<laJ es ase1nejarse a un verJugo estpido que. dos
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rninutos despus de la ejecucin capital, cambiara de parecer .. Todo el a[ otro mundo; pero en sentido inverso nada se filtra ni transciende, ni un
.. rnunclo le dira: vue.'itrJ.s l:irncnLJ.Ciones SCJn intempesrivas, ten:i qut.:: habr- n1urmullo, ni un hilo de luz. Pensar que .. a humanidad est: form::ida por
selo pensado J.ntes: ahorJ e:-; algo t~irde p:ir:i c:unbiJr <le opinin: demasia- ms muertos que vivos., que los dos mundos cohabitan desde toda la eter-
do tarde para revocar la condena 1 EstJ. retractacin pstuma es una bromJ. nidad, que nuestros vecinos los muertos duennen en medio de nuestras
siniestr3. La n1utacin n1ortal. siendo con10 es de sentido nico, nos recuer- ciudades, a pocos metros bajo nuestros pies, y que no sabemos nad:J de
da a algn ingenioso sisten1:1 de '.-'hula. ?\'o hasra con decir que una mem- ellos! Vivir en el misterio, y no saber nada de l, es un extrao tormento ...
br3na in1pcrnh~able scpar:J. el n1:s .1c <le! 111:.s alli, que la sep;:i.raci~ es per- Desde que el hon1bre es hombre, desde que los hombres n1ueren, es decir,
fectarnentc estanca, que cualquier s1nosis es imposible entre este mundo y desde el origen de los tiempos, cmo es que el secreto no ha acabado por
el otro-nzu.ndo .. Porque precisamente la exsmosis es posible, cu::indo l:i divulg;:i.rse? _;\ l::i larga, a fuerza de sobrepasar los lmites, los vivientes-muer-
enclsinosis no lo es! El paso. en efecto. s!o est libre en una nica direc- tos .tendr::in que acabar por sospechar algo ... t;Jrde o temprano, las posibili-
cin: de 1:.i vidJ. 1 1~1 n1uerte. pero nunca \iceversJ.. E.'.-ite es el aspecto m:'is dades de div1Jlgacin aurnentan cada vez ms, la criatura mona! habra po-
n1olc.sro de esta alrerna[iva tan riguros::ifnen1e, t~1n cuida.dosamente. t::tn ineti- dido encontrar la clave del enigm::i, captar el mensaje. Pero no, no sabremos
culos;imente conjugada que !Lunamos !a mu~nc. Efectiv:i.mente e! hombre n;id:J.. Nad::i de n:icla. jSi se piensa hasta qu punto la 1nuerte nos es familiJr,
p;:1sa :i! otro l:ldo de !a frontera. y !::i frontera. en este serirido. no tiene nad;:i. y que nuestra ignorancia :.il respecto es total, sin fisuras, hay que reconocer
dt:: hern1tic1: la rnut:1cin Je este hJjo inundo en !J. u!teriorilLlc! .. :;e logra" que el secreto esr: bien gu:Jrd:ido!
- en la n1edicL1 en que el no-ser e.s un resulr:1<lo. Si se pudiera estar seg:iro
de que esa rnutacin desen1bocJr en algun:1 pJrte, podramos decir que lo
irre\er.siblc es t:11nbin irrecproco. El n1oribundo se encuenrr::i en la n1isma 3. Renaciniiento. reencarnacin. reanimacin.
siLu:icin que un hon1bre que salicT:1 de su c:1sJ. sin 1::1 ll~1ve y no pudiera :ol-
\er a c-nrrar porque la puert:J. cerrad:i slo se abre desde dentro: slo est: L:J. unilateralid::id y la sen1elfacticid;Jd de lo irre\oc::ible nos despiert::i una
perrnirido Ja salid:t .. por \uestra cuent;i y riesgo! E;-i definitiva la verja de curiosid:id apasionada: curiosidad incansablemente reavivada y continuamen-
hierro que in1pide :1 !:1 Anathen1J e.le Leon!c.1:1s Andreie'. el ::icceso a! m::.s all. [e decepcion;:i.d::i.! Despus de todo - el senrido nico, por nico que sea, es
esa Vi':J:.i esr:1 cerrada con cJndado slo p;:ic1 los candid:.Hos al regreso. Pero :ll menos ztJl sentido; y nuestro espritu es n;ituralmente solicitado en el sen-
precisamente el regreso es !o que nos in1porta! Son los resucitaclos los ni- r!do de ese sentido, es decir. en el sentido de l:J mutacin. con10 es, en el
cos que nos pueden [f:ler no[iCiJs del n1:s all::! Ay ... los vivos tJl vez cont:.i- interv::do. ::itr::ido en el sentido de la futurjcin. El sentido nico nos con-
r:.in en el n15..s .J!!:1, cuando inuer..tn. los cotilleos y secre[OS de este hajo inundo J.uce b:J.ci:i el n1:s J!Li.: todas las esperanzas estn permitidas: pero no hay
nuestro: pero nin~n n1uerro ha \1-1e!ro j;trn:l ...; 1 des\e!~1rnos lo ...; misterios del n:tnrno. y 1:1 relacin es irrecproca: todas las angustias esr5.n por tanto jus-
1ni-., :ilL: ninglin ho111hre. con1pkL1ndo L! \i:tle de ida y '.~Je!LL es decir. fran- rlficad:1s. _-\ngustlas consr:1nren1ente superad::is por la esper:inza, esperanzas
que:1ndo t_>! Lnidico U!l'-.hr:il L'n Lis dos dirt:cciones. hJ \uelto ja1n:is a este conrinuan1enre enso1nhrecicLts por l:J. angustia~ El rgilnen ele irre\ocahili-
h:tju rnunJo nue~rro pJr:l infonn:tr :1 sus ;1111i~os: rue,-; !J n1L"n1hr:1n~1 que se- dad 1nonal poUra deflnir~e de !:1 1n:1nera siguiente: uno de los dos senticlos
p:1r:i la \ida ele L1 n1uerte. pcrme:ihle :1 1:1 id:t nic:11nenre. pennL~able peru nic:unente (el otro est:i prohibido); pero no: ni uno ni otro: y menos to-
no !ran.-;p:irenre. es i1npcrn1c:1hle :1 L1 ,uelt:t. :.'\o se o\e n:1d:t del otro Licio dav:L uno y otro. Si el 111:.~ :J.C: y el inis ::i.ll5. no formaran dos 1nundos eter-
del c:1hiquc. no se \t: n:1d:t :t trJ,C" h L'.'it:tnquid:id y L~ oracidad de !:1 sep:1- n:tn1enre x1r:delos. etern:uncnte sep;Jrados. etern.:unenre inco1nunicable.s. y
r:1cin son plrft.'Ct:1s. En su ~1dn1irah!C" Refuto d !us sir!te ahorcados-' Lconi- si J;i co111unic:1cin unilater:1! lla1na<l:i. muerte (pues unJ. v:lvula es igu:ilrr1cnte
d:is Andreie\ nos h~ib!a de! ,elo que. por ro<l:1 la eternid:ld. recubre el 1nis- un~1 especie de sJ.lida) no existiera de este ;:i aquel. nunc:i :-;e nos-hubiera
terio e.le ]J vida y el rnisrerio de la n1uerte, y que un:l mano sacrlega ::irranca ocurrido la ide:J. de inrent:1r :;;.ber lo que p:is3 J.! otro lado: en e:-;t:i orilla hahi-
en honor de Serge Go!o\in. Pc:o Scrge Guio\'in va a rnorir el<.: un 11101nento r~1ran \ivos inmortales que no cruzaran nunca el ro fnehre. en !a orr:i. ori-

a otro, y no sabre1nos nunc:i lo que h~l vis[o. Y de este mallo, millones de lla un pueblo de muertos que nunca hJ.br::in estado vivos: J. un J3do los
millones de vivos pasan. siempre en e! misrno sentido. de este bajo mundo vivos que no moririn jant.is, y enfrente un reino de muertos cuyos habi-
r~1ntes e.':it:.n 1nuertos J.esde sieinpre sin haber n1uerto jams. los unos y los
orros ignor:ndose 1nutu:1111ente. C_ad:i cu:J.! en su casa! -ToJ.o lo con(rario,

.-il')
la filosofa de la palingenesia, para conjurar el espectro de lo irrevocable, ~tanto una sutil presencia, enrarecida y pneumtica. El filsofo de la plenud
imagina un intercambio y,. en cierto rnodo, idas v venidas continuas entre. la no se gui en todas las circunstancias por la fobia de las disco.ntinuidades
vida y la muerte: las almas cruzan y vuelven a. cruzar ese umbral fatdico y los saltos, por el horror a los hiatos donde la continuacin ntica hubiera
que ya no tiene nada de fatdico, y circulan libremente de un mundo a otro. corrido el riesgo de hundirse? La discontinuidad es la apariencia superficial
Se entra en el pas de los muertos como en una noria y se sale de la misma bajo la cual un anlisis ms sutil descubre la profunda continuidad de_ todo
manera. En el lnguaje de los rficos, el Fedn nos habla de una antapo- lo que es; la perpetuacin, la perseveracin y la preservacin del ser, son de
dosis o compensacin 4 cuya finalidad es compensar la muerte con e1 rena- este modo salvaguardadas. Hay que pensar por tanto que el muerto no esta-
cimienro: el camino hacia la muerte da media vuelta (tcanTv notEt), y la ba tan muerto, sino que lo pareCa- sin llegar a estarlo reahnenter y que:sim.:.
entropa general que amenaza a la existencia se encuentra neutralizada. Sin - 1 plemente haba entrado en un estado de letargo, con10 la Bella durmiente
este proceso generativo Cffix:Alpncp11va1), como dice Platn! o, como nos- de los bosques. N:idie sabe si la hora del desperrar sonar pronto ... "9 Y sin
Otros preferiramos decir, sin este movimiento de vaivn, la muerte no hubie- ! ernbargo un da se despierta la Princesa dormida de su secular sueo!, revi-:-
ra tarda_do nada en destruir toda vida en este bajo n1undo nuestro, y, habiendo vir. un da este muerto-vi\riente en estado de hibernacin! Pero-renacimiento
dejado de renovarse la vida. pronto reinara u inarasmo sobre nuestro pla- y resurreccin, eso es harina de otro costal! - las reencarnaciones sucesivas,
neta; una gnesis que caminara siempre recta y en el mismo sentido, y nun- para determinados tericos de la palingenesiJ, no forman ms que una nica
ca volviera sobre sus pasos (E'-8Ela... EK to t:pou vov ci.i; t icataVnKp),S continuacin, ya sea patente, ya est disfrazada y como e filigrana en todo
una gnesis sin palingenesia sera, en definitiva, una especie de relacin sin el interregno de };_is dos vidas; la 1nuerte se disueli:e y se difu1nina en el inte-
correlacin, una relacin desigual CxroA~),6 y dispareja. Pues lo mismo que rior de la gran vida universal e inrnortal que engloba a las pequeas vidas
el Bien, segn el Teeteto, llama necesariamente al Mal como su contrario individuales. - En la reanilnacin el muerto da la sensacin de estar atravc~
(rccvav'Cov), 7 as la vida y la muerte, segn el Fedn, estn necesariamente sando en sentido inverso el un1bral que acaba de atravesar a la ida. Y sin
en una correlacin bilateral. Tal vez era en esta oscilacin pendular en la ernbargo, del n1is1no aioc!o que b. resurreccin~ de la que hablaba Leibniz,
que pensaba Herclito cuando escribi: nuestra vida nace de su muerte su la rean11acin, a cuyos increbles xitos estamos asistiendo hoy, slo tiene
vida. nace de nuestra muerte; y de este modo sornos a la vez n1ortales e' in- de resurreccin la ::i.pariencia: ]3 reanin1acin resucita a un vivo, y es por
mortales. La muerte del mortal inmortal no es por tanto nunca ms que una tanto lo -contrario c._le una resurreccin: este rrii!agro:-fe~nhn~1d 10 inani-
muerte-en-espera; la Despedida no es nunca mis que un acontecin1iento n1ado, no h::i.ce n1is que desbloquear la vitalidad entun1ecida. Pretender estar
frecuentativo, y el preludio de una pequea retir:ida nada rns que tempo- realizando un milagro cuando se reanima a alguien que no escaba muerto
ral. - El continuacionisrno leibniziano da un contenido a este interme- no es caer en l::i. fullera o en la charlatanera? La reanim::i.cin de1nuestra
dio entre nacimiento y renacimiento: al ser las n1n::i.das indestructibles. la nicamente que el corte de la rnuerte no se encuentra en el momento pre-
rnuerte es 111:..s enl'oluirniento que ~1niquilanlier.to: rns di.'>n1inucin que ni- ciso que t~nenios por costun1bre asignarle y que. por ejeinplo, no coincide
hilizacin, n1is reduccin a lo infinitesirnal o a una forrna microscpica con el ce.se de los LHidos del corazn: este cese no es n1s que el smbolo
que retorno a la nada; la desaparicin se difunn~t desv;inecindose poco a n1js patente de la Yita!ici:ld suspendida: las sei't1lcs que pen11iten cronoine-
poco, Y la substancia se vuelve ya no inexistente sino invisible. El eclipse trar el instante de la tnuerre estn a menudo ocult::l5 y son ms sutiles; por
mortal es por tanto una simple n1edia luz. O con otras palabras, si se prefie- eso la rnuerte general es 1116s tarda de lo que se cree comnmente. LTn cora-
re: Leibniz llen el vaco del no-ser con la plenitud del mnimo-ser; una exis- zn pJrado puede volYt:T a ser puesto en 111archa si la intern1 pcin no ha
tencia latente sobreviene a la muerte aparente. La ausencia 1nortal es por sido de1nasiado larga: pero un 111uerto no puede ser resucitado. Lo que
sucede nicarnente es que un ho111bre cuyo cor:izn ha dejado de latir pue-
'Fedn. 71 <::, 72 a. Cf. Marco Aurelio. IL de no estar muerto: pues entre la n1uerte y un sncope la diferencia es enor-
~72 b. 111e: y el cotna t~1n1poco es la niuerte. Puede suceder, cuando la degene-
'' 71 e.
: Teeteto. 176 a.
r:icin del tejido cerebr~tl es toda\a reversible, que el ltimo suspiro no haya
HDiel.s. 77: Sv hCi:;-r6v Eia:ivwv S:vu-rov 11:a'i ~Tjv Eru:ivro;-rOv ~-rt:pov 96.va-rov: 62: utkvatot Svritol.
sido finaln1ente el ltimo y que haya todav::i. otros despus de l; pero eso
Svritol ci0vato1. ~Wv-rE;-rOv Ex:~vwv S:vcnov, t6v 8E fxrvcov ~iov uitvEWte<;. je:1n Brun. Hroc!ite. pp.
152~133: y la nota 21 de _kan Bntn. '' Akxam.k:r Rorodin. llf prill'Sll ilorm:,lu. lbb<l:1.

320 521
slo se s:ibr::i re[rospectiv:ln1ente .. Nos.damos demasiada.prisa por consta- muerte de acuerdo con la tragedia. Despertarn y exultarn los habitantes
tJ.r el deceso! De hecho ]J.s tcnicJ.s modernJ.s de reanimacin, por impre- del polvo!lO L:i resurreccin milagrosa que Rirnski-Korsakov glorifica en la
sionantes que se:in, no superan en :lbsoluto !:J. in1posibilidad met:ifisic::i. de Gran Pascua nt.Sa difiere en esto de !::i primavera que Stravinski saluda en
!:i resurreccin: lo imposible, hoy corno :lyer, sigue siendo in1posible - y sa- la Consagracin de la priniavera y que es el despertar anual de la impere-
bemos que en esre caso ese in1posible se llam:l irrevocable. Pues lo mismo cedera naturaleza despus del sueo. invernal. Por oposicin a la naturali-
que la gerontologb., !a higiene y la n1edicin::i social aun1entan la longevidad dad de una juventud eterna, la resurreccin seta un resurgir fuera de la nada
de los hornbres sin conferirles la inn1ort:i.!idad y sin reventar el a priori de ms profunda: una pal"J.bra mgica la desencadena de repente, una orden
la finitud, :i.s el re:inirnadoc en el ltno minuto. salv::i. de la muerte al mo- absurda - Lzaro, levntate~ Y el difunto emerge de pronto de la noche. r\y!
ribundo sin resucltar j:im::is un muerto de entre los muenos; por suene, y No hay ms niilagro en este mundo nues[fo que el misterio de l:::i natalidad
provision:ilinente, hernos esc:ipJ.do de momento a lo irrevocJ.ble; una peque- al comienzo, y el escamo(eo letal al final; y este segundo milagro nunca es
:l pro!ong::i.cin ernprlca de la vida hum:J.na no puede compararse con el ex ~iihilo puesto que es, por el contrario, una nihilizacin; y el orden de su-
infini[o n1ec1emprico de 1:1 inmorta!ld::id: y t:11npoco puede compararse la cesin de los dos n1iSterios, el misterio inicial y el misterio terminal, no po-
reanimacin. que es un:1 proez:i. con b. resurreccin que es una magia y una dra en ningn c:iso. invertirse: la nada a la que el vivo retorna y el no-ser
t:iun1arurgia. L1 re:1nin1acin reanin1a ;ij n1oribundo in extren1is con L1 condi- de donde proceJ.e no son en reJ.JiJ.ad completamente disimtricos?
cin de que ese n1oribundo no est toda\:i. n1uerto. con la condicin de que De hecho los filsofos de la palingenesis no logran escapar al siguiente
el 1noribuncio, por prxin10 que se encuentre y:i del exrren10 lmite de l;i dilern:::i: o bien una especie de continu<lad liga entre ell:.ls las existencias su-
\.'lela. se encuenrre tod:.iva en !a p:J.ne de :ic: del f::Hdico un1bral. Tangen- cesivas, y en ese caso L:i rnuerre ya no es la muerte, sino un simple periodo
re, pero n1is :i.c5.! El inoribundo que revive estaba y::i casi n1uerto; haba ago- de bJ.rbecho, y la resurreccin estara amaada; o bien el vaco abierto de
nizado hasc1 la rnuene, pero con exclusin de la rr1uerte: a punro de rnorir. la muerte se interpone con10 un corte irreductible entre la nueva vida y la
esc:lpa por los pelos :d golpe de gracia. Un segundo m:s o un ini!metro antigua, y, en ese cJ.so, habra efectivan1ente un n1ilagro: pero entonces, por
nlis :i.!l:i - y el g:ittl!o de !o irrevocable se hubiera disp::irado, Ja re:inimacin qu llamarlo renacimiento? Nad:i permite aqu distinguir el renacin1iento de
hubier:.i sido nposible .. o rnil:::igros:1. Qu :::ip:lsionado Suspense" par::i las un puro y simple n::icimiento, corno tampoco hay ninguna razn para hablar
J\cntur:is tr:igic:1.s~ E.se imperceptible urnbrJ.L es:J. fr::i.ctura infinitesiinal de lo aqu de segunda vez ... Este segundo nacimiento es en realidad absolu-
irrl:'.l/OC:J.bk: es lo que d:J. su sen[ido emocion:.tnte :1,!a ocasin, su patetisn10 r::imenre primero, y el susoJ.icho resucitado (pero por qu resucitac/d.) es
:d mon1en[o opon:uno: :i.ntes de la fr:ictur:l tocl:..Iv:..I hay riempo: por un se- un hornbre con1pletamenre nuevo; alguien ha nacido en efecto, pero ese
gundo de retr:iso l destino de la mismidad y t:il vez toda la faz del mundo alguien no es el 1nismo, es otro~ Y el recomienzo a su vez no es el reco-
-~
podr:.tn ser c:.inibi:.ldos.. En la re:.1.nirnacin corno en !:is 1netamorfosis. en 1nienzo J.e lo n1is1no, sino que es un verdaJ.ero primer comienzo. En la hip-
!:1s rnearnorfosis .,_-on10 en L..1s 111eternpsco.-;i.". odo -;ucedc: confonne :.il prin- tesis anterior. el resucit:tdo era el inismo hon1hre que ::i.ntcs, y no haba por
cipio d<::" Ll con_-;c.rY:1Li(Jn ;: de la continu~1cin. L~t re:.tnim:1cin t:':i un rest:L- ranro "resurreccin,,~ en i.:-ste segundo C3.SO el resucit:1J.o es efectivamente un
h!ecirniento :1crn(1:irico t'n el hordi.::' di.:! no-sL'r: pLro este n:sL1hk,-"11nieno. hoinhre distinto: ;.por quC entonce.s ese re J.e la n:iteracin? Ahora bien. los
f:J\"Orccido por la .-.;ucnr.: y por L1 \inuosid:id rcnicJ. no tiene nJd:.t dt' un filsofos de la p~dingenc::>i:t atribuyen a menudo una gran importanci:i a la
1nd:1gro: :::;i la 1n:quina puede \oher :1 _..;;er puesta en n1:.irch:1. es porque en di5continuidaJ 1nortal y ~1 lo irn~\ersib!e: resucitar. para ellos, no es nica-
el fondo n.o h:t Jci:tdo nunca de funcion:tr: _.., el :1hog:1<lo puede ser devuelto inente des111orfrdespus dt: h:1her cruz:ido el un1bral de la 1nuerte, ,<;;no re-
:1 ia \id:1. es porque en n:alidaJ no Lt h:1hi:1 dei:1do ..\Ijor :1n: Lt reanirna- nacer con vistas ~t una exstenci:1 nue\a: resucit:lr. no es nic~1n1ente. con10
Lin e,<;; un resc:Hc Je L1 oncea\;. hor:1: pero no se re:-;;car:.i al rnueno una \ez Lzaro o con10 un ahogado que abre los ojos y vuelve a la vid;i, re[o111ar el
que se ha hundido en el lJgo negro. Ahor::i. bien. es estJ. re;.1.paricin e.Y ni- hilo de L1 existencia all donde se h:::iba dejado: Lz;iro resucitado vuelve a
hi!o lo que constiruye e! rnilJ.gro por exce!encia: lo;; pr::ivo.s!avos !a reciben respirar y su corazn a Luir: o rnejor an. !os !:.ttidos del corazn de Lz::iro.
con el beso pa:-;cua!. corno :d :lCOntecinlien[o irnposib!e e inco1npren,<;;ible despus Je! J.es\"anecin1icnto. continan !J serie de los latidos anteriores ...
gracias J! cua! el n1uerto revoca lo irrevoc:.ih!e y \uelve :. 1 atravesar ese um- LJ. p:::ilingenesiJ. es otrJ cosa disrinta: renacer, aqu, es comenzar de nuevo
br;il f::i.t;il que no ...::e cruza nunc;i en los Jos sentidos ... El ..1...leluy:l del jbilo
no ce!ebr:i nic:1mcnte un:..1 creacin. sino un:..1 recreacin <le! salir de Lt

~I
toda una vida despus del comienzo, y volver a nacer de nuevo como la v slo Dios se acuerda de ellos en m! La vida anterior es por tanto -er re-
)fimera vez. El renacimiento no es por tan ro ~una simple prolon'gacin de ~uerdo quimrico y onrico, el recuerdo inme"!orial que re~uerda ~es.ta anam-
la-antigua vida. Por eso hay que suponer que las almas, antes <le su reen- nesis: vida absoluta e infinitamente anterior, es decir, antenor no un1camente
carnacin, han dejado olvidada esa antigua vida en las aguas del Leteo. Pero al presente, ni siquiera a tal o cual pretrito, sino anterior a toda expe~rien~
e_Sto no es ms que aquello que nos gustara que fuera: esperamos sentir- cia vivida el Antes de esta anterioridad no es antes de esto o despues de
nbs resucitar, gracias a esa funcin de la memoria que es la nica que nos aquello, ;orno son los antes relativos Yempri_cos de la conti~uacin: ~na
garantiza nuestra continuidad personal; en el transcurso de la nueva vida solucin de continuidad superficial e incluso una profunda grieta no senan
poder recordar la antigua, y gozar de la superposicin, qu delicia, y qu n1s que pequeas interrupciones temporales al lado de.est: abi~mo sin
enriquecimiento para el resuCitado!_Ay1 El ro del olvido y ia inocencia, de- fondo y realrnente insondable que es la muerte; pues es el vac1.o ~b1erto de
jndonos limpios de nuesti:os recuerdos, nos retn el placer-de superponer la nada el que hace retroceder a la vida anterior hacia una antenondad ante:-
y la dicha de comparar. Por es_o buscam"os confusamente alguna cosa inter- histrica y Pre-te1npo:rJ.L La vicL--i anterior est ms ac <le todo ms ac. co~o
mediaria entre el comienzo y la continuacin que fuera, literalmente, rec.o- la vida ulterior est ms all de todo ms all. Pero en lugar de que la vtda
mienzo; mejor an: el hombre desea por encin1a de todo la recre3.cin. pues ulterior sea directamente objeto de Ur1a esperdnza de. inmortalidad Y de super-
ella sera una mezcla <le creacin y de continuacin. y poco in1pona si el vivencia definitiva, la ilusoria supervivencia y la ilusqria memoria de una vi-
lle y el comienzo, si el Re y la creacin, si el Re y el nacimiento se contra- da anterior en pleno presente funda indirectamente la dudosa esperanza de
dicen - puesto que tal-es precisaznente la irnposibilidad que se lleva a cabo la palingenesia. Esperanza dudosa. pues la vida presente bien podra ser ~a
gracias a la resurreccn; con10 en los renacirnientos intra-virales acu1nula- ltna en la rueda de los nacilnientos! En cualquier caso proyectamos hac1a
1nos, pero esta vez imaginariamente, el confort de la antigedad y la alegria el futuro nuestra rerniniscenci:t: la nostalgia <le un paraso perdido donde
de la novedad; nos gustara disfrutar, en efecto, de todas las ventajas a la todo es orcien y belleza se confunde, en ltin1a instancia, con el prese~
vez: por una parte de las ventajas de la continuacin, y por la_ otra de la ale- tin1iento de un fururo escatolgico. Por eso, por enciina de la muerte, afir-
gra de una prirnera vida, ctryo car:cter inicial e ingenuo se encuentra minu- marnos desesperada111ente la continuidad de lo discontinuo y la perennidad,
ciosamente preservado por la ruptura nJortal y por la an1nesia que resulta no ya de una existencia especfica, sino de una vida perso;al que ~o es
de ella. nican1ente Dios, tal vez, sera la superconciencia, el testigo y la nunc~1 ni co1npletamente ia misma, ni comp4etam't:"ni:e otra. r,n la pal1~ge
memoria transcendente de esas vidas sucesi\as que la 1nuerte sepa:rJ.: espec- nesia el final no sera el final: simplemente una pgina pasada, un capitulo
tador y al mismo Uempo sujeto substanci::il de las reencarnaciones conse- terminado, una peripecia entre otrJ.s, un episodio que sucede a los prece-
cutivas, el hombre siente que se ha convertido, como Dios, en una super- dentes y que precede a los siguientes. S, todos los medios son buenos para
memoria, y saborea el delicioso vrtigo de un yo que es a la vez s mis1no escan1otear lo irrevocahle que no se volver..1 a repetir jams ...
y otro. Surgen aqu en efecto los agradables \itigos <le la aproxi1nacin: tal
vez la.s aln1a.s no lo hayan olvidado todo de~pus de su b;:ii'l.o en el ro de!
olvido ... '{si la colada se qued inco1np!etJ?. ~si algunos vagos recuc.:.rclos 4. Lo ,Yada corno nibili:::cu/orct.
nos han queda<lo Je nuestra vida anterior? El 111iro de un pas~1do prenatal,
1nuy antiguo y 1nuy lejano, se convierte J. 111enudo en la ilusin Je h:iber \i- Ha llegado el 1no111ento Je confesarlo: el artculo supremo sella irrevoca-
\ido ese pasJclo. A n1odo de la 1nernoria n1erJp.-;colgica que PLttn llan1a- blen1~nt,e L1 in1posibili<l~1d de-! retorno al ms ac. Aquel que renzuf!re, es
ba ren1iniscencia. in1Jgina1nos unJ. especie de rnen1oriJ rnetacn1prica sin re- que no estah~1 n1uerto! Pues slo se rnuere un:.i vez ... Co1no dice lonesco,
cuerdos ernpricos. Esta n1enioria vaca de recuerdos datado5 y localizados, aqu no hay "repeti<lore~! Tan verdad es que los muertos. una vez inuerto.s,
esta 1ne1noria que no con1porta ni con5ervacin ni recuerdo. es la meinoria estn bien n1uertos, y definitivamente muertos, muertos de una vez por to-
reducida al puro hecho del reconocin1iento. y de un reconocimiento sin pa- Ja.s: cpna~. dice Schelling de acuerdo con el Ev:ingelio. oponi_endo el s~1cr~
.'iado reconocible: o znjs bien. el pasado reconocible se reduce a s misn10 ficio Unico ele fe.s.s :t l:is inuertes sucesivas y reiter..idas ele D1ony.so.s. De}I--
a una pasadidad sin aqu y ahora. Y como los acontecimientos Je esta his- nitiuamente ;~ztertos... Pero era necesario semejante pleonasmo, despus
toria prenatal son acontecimientos "inteligibles" y. para el hombre actual. no de to<lo Io que se ha uicho sbre la na<la rnortal? Pues es precisamente en
han tenido lugar nunca. es como si dijran1os: Jos he olvidado etern~unenre. esta_ in1posibili<lad de supervivencia en lo que se reconoce a la verd::i<lerJ.
'i2"i
muerte. L1.<,> m:lyorc:s cacsrrofes adr11iten excepciones, conspiran con la suerte y eso en el acto, como si fuese fulminado por el instante ltimo: en ese ins-
par:t s:llv::rr rnib.gros:in1ente J J.lgunos supervivientes. ,-\_hora bien. iam:s ha tante en efecto vive y muere a la vez; por ltima vez suspira, y al mismo
habido. y jJ.n1js l1abr. supervivientes de la nada. A la salda de la nada (pero tiempo muere. El hombre 1nuere ai tocar la muerte y cotno consecuencia, y
es que ac~1so hJ.y una SJ.!id::i?) uno ya no se levanta n1s. Despus de la nada, literaln1ente, muere de morir... Esto, se dir5., es una verdad de Perogrul1o:
enfenneda<l incurable, uno no se repone nunc:i. 0Jo se reaparece por enci- morir de morir, no es sencllamente morir? Sin embargo, debemos prestar
rna de la nacL.1, sino que por el contrario uno se hunde cada vez m:s en eila. atencin a la diferencia entre estos dos monr, uno designando el golpe ins-
:'\ue:str::r t:i.ngenci::i con la muerte es ella misma morral, como es mortal el tantneo de la nihilizacin, otro indicando la eternidad del Nihil; la coinci-
conu.cro fulrn!n:inte de un c:ible de alo tensin: :iquel que, :iunque slo sea dencia de esa nihilizacin con este Nihil es precisamente a lo que hay que
el instJ.nte de un instante, roz:.i la muerte, est5. avocado irrevocablemente al llamar irrevocable. Pero inversamente tJ.mbin la Nada que llan1amos muerre
no~ser: est en cieno modo electrocutado por ese no-ser que le ha tocado; es ella Inis1na nihilizadora. El no-ser motal no es simplemente una nega-
un mi!rnetro de 015.s, un segundo de n1:s, la n1s ligera, la ms iinpondera- cin platnica, ineficaz o quiescente: es un no-ser destructor y asesino. Pues
b!e tangencia con l:1 N:1d:1 rnorral - y toda cornunic::tcin entre aquel que del mismo modo que la libert::id es esenci::ilmente liberadora, y el dar el ser
acab:.i de rnorir y el 111:.s ac-J. se rompe insrant5.ne:in1ente; no se suspende. es un::i operacin creado"r::i cuya toda esencia consiste en enunci:.ir el ser.
ni se inrcrrurnpe, sino que se rornpe para siempre. Si el xtasis del que nos as el no-ser mortal, leas de ser principio o hipstasis, se. reduce por com-
h:1bla Plotino. y si !:l intuicin bergsoniana se con.vinieran, milagros:J.mente, pleto a una operacin aniquiL1dora: esa nada anonada todo lo que toca, e
en definij\as. !:1 irrevoc~1bilidad Je b. niuerte podra, en cierto 111odo, con1- incluso el pensarniento que la piensa, con10 un apest;:i.do doblemente conta-
p;:irjrseli.:s: el n1Js J.!l de la esencia, E.7tKctva i:~c; olicrlm;, que constituye el gioso que propaga l;:i. nluerte a su alrededor; L1 muerte con10 objeto de pen-
horizonrc !ej::i.no de la di::dctica p!J.rnic:i, se conviene en efecto en el punto samiento se v11elve contra el sujeto y deviene la muerte efectiva de ese su-
de rnira conslJ.nte del neopLitonisrno; el xtasis es evidentemente siempre jeto ..A.qui no hay un hoinbre que ha matado a otro hon1bre, sino el no-ser
intcrn1ircnte, co1no la intuicin bergsoniJ.na es siempre puntiforme y sien1- rnortal que detiene la continuacin del ser, y la detiene p;:ira sien1pre. Por-
prc ins:inr:ne:i ... Un;i vis!n borrosa est:.'i. tcxJava muy lejos de ser una visin que la esencia del hombre no es ser homicida; 1nientras que la mu erre es
clar:i.! Pero v:r:::in1os hasta el final,;/ supongan1os que ese salto haciJ. Lis altu- tod:.i ella supresin y nihilizacin. El LVihil mortal, la nihilizacin que es su
.
ras ::i.bso!uras :icabe en visin eterna y en Jiviniz:icin transfigurante: no operacin y a la que el ;Vihil se reduce, el LVihil eterno o nulidad de ser que
h:J.br: recaJa ni viaje circular! Un dios puede \enir de excursin :l la Tierra, es la obra definitivJ. y neg:itiva de esa operacin, la obra irrisoria de esa irri-
p:tse:irse por ella de incgniro, y 1:oherse :i conEinu:1cin a su Olnpo: puede soria operacin. todo eso form:J. una sola y mism3. Nada; y en esa Nada es
volver a b:.iar Ue nuevo, y ::is una y otr.l vez indefinidamente: pero una cra- el inst3.~te irrevocable el que decide desde toda la eternidad.
rura. supuesL1n1enre divinizJ.d:i que :lterriz::J.r:.l aqu abajo pretendiendo venir
de! otro n1undo. est:ir:1 confesanJo :d n1isn10 tieinpo que no se h:th:i ido
nunc:i: y bii.:'n pudcrnus estJ.r seguros e.le que el \i:ije Je e::;e .'it"tnidis es una S. El n1ensaje eta;u.!scenre ele lo ultnillad.
hud:l: c-1 senlidis ni siquiera h~t oc:1do o Jleg~1du J. enrre\er los linires Jel
111:i.s a!LL Si huh!L'r:1 esrJ.Jo :.lll, ya no podrJ. \'Olver: pues es precis:.lmente Con10 Jecan1os, lo irreYoc:ible, ::il no pennitir el paso n1Js que en un ni-
en esto en lo que ."'.ie reconoce :1 Ja inuerte. De:spus ele haberse :ilej:ldo del co sentido, agudiz::i y apasiona ~11 1115.xiino nuestra curiosid~1d: continuamente
c:1n1pu Je ~r:nt:cL1d y de arr:iccin terrestre. el cosn1onaura que gr~rvit:l J.lre- !~1 cil:spierta y continua1nentl'. la decepciona. Y por aJ.Jiduc1 est:l curiosi-
dedor c.lc_I globo pueJe !nici:tr su descenso :1 !:1 :Hmsfera: pero despus de J:td tiene sic:n1pre un suplen1cnro de angustia. Qu digo? Se .siente exul-
haberse :dej:icJo de! c:irnpo Jel ser, el inueno no puede en ningn c1so volver. tJ.nte Je angustia. La :J.mbiv;:i.Jencia de nuestra curiosidad refleja la arnbige-
El viajero Jel esp:1cio. mientras est:i introducindose en su nave. piensa ya dad de la tangenci.::i, es decir, de nuestro contacto con el lnite: no encontramos
en la glorio,'iJ. \ue!tJ.: pero el morbunJo nuncJ. ser:i, como Er el panfilio, un acJ..so en el [Jsque ad 111orten1 l:i anfibolia del ms :ic y Je! ms :1115.? Evi-
resucit:tdo. La n1ue11e reriene a ese n1ueno, se ag:irra ;i l y no sueltJ. su pre- dentemente la disyuncin que hace que se sucedan lo :.interior y lo poste-
sa. De este n10Jo el vivo 1,.ive su 1nuene en un insr:inte nico, y :.icro seguido rior, e~ta disyuncin es un sabor :inticipado de la irrevocabilidad mortal: pero
muere: pues no se puede vivir l::i n1uerte sin morir en el mismo instante! Se nicamente un sabor anticipado: pues la inocencia del joven con relacin
la vive rnurinJoL1. y se rnuere :JJ vivirla. El hombre rnuere de vivir !:1 muerte. a! viejo es tnuy relativa: el joven puede presentir la vejez. y e! viejo recuerda
:_-_ s juventud. S,, el devenir fuera reversible, es decir1 si el doble recorrido los nicos en acechar el disparador del instant~ irrevocable. Dosto'ievski, al
rodeara, midiera y verificara el camino recorrido, podramos t~ner cono- principio de El idiota, felicita al retratista_que-h<i, sido_ Sll_t)cientemente <\gH
cimiento del tiempo, y un conocimiento totalmente objetivo._ Ahora bien,: el para reproducir con toda precisin el rostro del _condenado a muerte, un
tien1po huye sien1pre en el mismo sentido> y nuestro conocinento no puede segundo antes de que la cuchilla de la guillotina le _corte la c_abeza, una mil-,
Y
cerrarse para abarcar al objeto; la presteza el sentdo de la oportunidad no sima de segundo antes de que la cabeza cajga al cesto,. unjp.s~nte antes-del
son por tanto necesarios; pero al menos el recuerdo, al menos la previsin instante fulgurante de la muerte sbita: si reprodujramos, cOn suficiente
- pueden suplir la falta de agilidad de un espritu que no siempre es-contem- intensidad los rasgos Je aquel que va a .morir, s_Ltuyi_ra~nos Ja fuerza sufi- _
porneo del hacerse, ni capaz de recuperar la ocasin_perdida.-Lo irrevo- ciente para interpretar su expresin, tal yez _podri_an1os,: _no :digo ya apren-
cable de la nihilizacin mortal extiende una cortina hermtica entre el -Antes der, y to<lava menos co1nprender, pero s:atmenps s9rpr_ender algunas mi-
Y el ~espus, hace del primero un Ms ac y del segundo- un-,t;Is all) -y gajas del gran seaeto? Tolstoi tambin _intent ese descifr:i!J1iento escrutando,
pr~h1be tod!l comparacin entre ellos. Con esta ingeniosa combinaciri'" que., en AnaKarenina y en Tres muertos, el rostro de 1os-agoniz:l_ntes. b-lenos tr~
recibe el no1nbre de lo irrevocable, con esta trampa especiahnente dispuesta, gicamente tal vez, nosotros tan1bn viglarnos las ltim_as palabras, acecha-
al parecer, par::i impedirnos saber, el hombre siente la tentaciQn de- hacer n1os a(entamente las voluntades supre111as de aquel que- toca al tnnino de
tran1pa l tan1bin; ese secreto que no podemos arrancar por la fuerz:i. -tal su existencia y que est en trance de morir: las itimas pal;ibras no son
vez podan1os obtenerlo de contrabando y como quien dice "deprisa y co1Ten- ac:iso el paroxisn10 de toda esa palabrera insustancial que es la vida? Al
do", si s;:i.ben1os ser ms astutos que la astucia: de este 1nodo es corno, pJra c:ibo del interminahle torrente de palabras, cu::i.ndo llega al_ final l:i existen-
.rran_car e~ secreto <le su muerte-propia, el hombre. intentando una expe- Ci3 locuaz de aquel que, hasta la tu1nba, no ha pardo de hablar, la ltima
nenc1a peligrosa don<le las haya, se acercar al inst:1nte fatdico todo lo mis p:1labra al menos deberiJ tener una sonoridad panicular y algo extraa~ la
?osible, a riesgo de caer l n1ismo en la e111boscada - y el riesgo, para quien ultflnuni uerbunz est ciertamente ms cerca del otro mundo que un tes-
Juega con la n1uerte, no es un fracaso nis o n1enos reparable en el trans- tan1ento! C1no no esperar que, tan cerca ya del final, a slo dos p:Jsos del
:urso de :anteos ms o n1enos repetidos, el riesgo es el ictus irreparable, el En<lico urnbr::i.l, a un pelo del in:is all. el hombre a punto Je.morir no per-
1ctus fulrn1nante de la nihilizacin: el instante de la n1uerte-propia es en efec- ciba algn mensaje. algUn eco del misterioso mundo? Por eso los vivos perma-
to un Kafros nico por todo la eternid;:id. Quiz lJ captura de L1 oc:1sin necen, con el conzn palpitante y el Uo .arento-~ :a_ b escucha dei mensaje
flagrante fuer:i n1:.S frcil si se tratase de la muerte de los otros? El observa- supre1no de los n1oribundos. Sen1ejantes a aquellos que no tienen pasapone
dor acompa-a al rnorih{1ndo hasta el 1nomento en que la vida, pendiente ya para el extranjero y se :_icercan lo m:.s posible a la frontera para po<ler ver
de un solo hilo. va J. hundirse definitivamente en el no-ser: el observador al menos los postes. los aduaneros. y ese misterioso puehlo a! otro lado del
se arrin1a to<lo lo que puede al artculo supren10 de esa agona con el fin de puente. donde se habla ya un i<liomJ Jesconocido: del otro lado del puente,
captar, quin ;;ahe? algn e\entual in.en.saje. Todo lo que es extn..:'1110 \. su- e:-; dc-cir. en el otro tnundu. en la ot-ra orilla .. Asi el paseante :'iin p~1sapor
pre1no. el ltn10 susp_iro. 1:.1 exrre1nauncin. y en general los ltno.~ ins- tt.'. n:'.teni<lo J ...:.ste lado de la frontera. conten1pla derenid:1111ente el lej:Jno
tantes, los rn:ls prl'ciosos n1on1entos. porque estin cunL1dos. rodo lo qui.: su- pui.:hlo donde h~lst~1 los g~nos :-;on 1nisterioso.'i. Tobtoi. en Guerra y Paz. habla
:ede ~n las proxilni<lac!es de !J rnuene tierle p:ira nosotros una particular de ese no nutn s !cuul inquiet:.inte que separ:l al soldado en el puesto avan-
1ntens1Jad Jr..1111jtica. El arte barroco h;i perseguido :lpasiona<lamen[e esos Z:.ldo de las posiciones enemigas: entre las priinerJ.s lneas y esa lnea enig-
inst;ints. fugitiYos: el rostro ele Cristo expira-ndo. sorprendido en e1 inscante n1jtic1 a cien 111ecros, donde se encuentran los uniforn1es de un ejrcito
de su lti1110 suspiro. el hon1bre suspenJido en el \Jco en el instante ver- extranjero, ronda L1 n1LH:11e. Puede cornprenJerse que una fronter:l sea per-
tiginoso <le la cada, las forrnas en equilibrio ine.st:.ible al borde Je una cor- n1e:J.ble, y franqueable en los dos sentiJos. y que los fronterizos. viviendo
nisa y a punto Je caer a las profundidades: C;i_r..1vaggio sorprende a L:~::i.ro cerca de esa frontera, sean los que estn mejor infonna<los sobre el pas de
en el instante fl~tgrante de su resurreccin, e inYersan1ente, r:_unhin a A.bra- enfrente. Pero el instante repentino de la muerte no es ningn lmite: el ins-
ha1n en el 1ninuto n1is crtico del sacrificio, cuan<lo el cuchillo iev:inrado va tJ.nte de la n1uerte es el punto de interseccin de dos contradictorios, a los
a abatirse sobre IsaJc, y un segundo antes de que el :ngel Jetenga el hrazo que no queda m:s rerneclio que llamar ser y no-ser. Se argumentar que el
ase.<;;ino; el "suspense" rr:gico y la tensin Jgu<la son la especialicl::id de un instante mortal no ~.s ni la vida Je los vivos ni la muerte de los muertos. que
arre al acecho de todo :iquello que es in exrre1nis. Pero los Barrocos no son es precisan1ente la 1nue-rrL~ Je !o,-; 1noribunclos en trance de morir. que es
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t:1rnbln Lt vida y !a muerte :1 l:i vez, la vicl:.i de los moribundos y la muerte Desgraciadamente la dificultad menor ha sido sustituida por una dificu1-
de !os vivo.s. Ahor::i bien es(e en-[rance-de es un:1 caracterstica repenEina ex- t3d mayor, y esta es insoluble. El instante de la muerte no es un instante
clus!v:1 de toda continuacin. Aquel que cae fulminado por una embolia, en como los dems, puesto que es un instante nihilizador. No, no hay intui-
el rnorncnto en que cJ.e eslS. vivo o est 1nueri:o? Sin duda ni lo uno ni lo cin de la muerte! Cmo la nihilizacin fulminante de todo ser iba a ser
otro, o (lo que quiere decir lo misrno) las dos cosas a la vez; est todava objeto de intuicin? El guio de la intuicin, decamos, no est hecho acaso
vivo y ya esrj rnucno. ;Qu hennosa :.1pora parJ los sofistas de \'Iegara! Pero para el parpadeo de l;:i aparicin evanescente? Sin embargo en el instante
!os sofist~1s de ivlegJ.rJ, que no sab:in nada del instante. hubieran mirado al de la muene es la desaparicin la que prevalece infinitamente sobre la apa-
rnuerro-vi\'O corno si se tr:itara de un hbrido monS[TIJOSO. Ese instante es un ricin, puesto que ella es definitiva: no hay nada en con1n entre la quiddi-
in:is ac3 :ipenas rnis :ic: y ya casi n1is :il15, un ms all apenas ms all y dad desvaneciente de la muene y esos fulgores evanescentes continuamente
toc!:.iv:.i c1si m:'s ac:J.. La muen:e est tan cerc1!, ;tan lejos!" \Vie u;est so nah! apagados y avivados que, en curso de continuacin, desaparecen para rea-
. _so nah zoie zueftJ.. como se dice en Ttlstdn. La proximidad lejan:1, la cerc:in- parecer de nuevo, y nos dan sien1pre la oportunidad de hacerlo mejor otra
.. sirn;:i longuincuid:Jd, ese es el l:.ldo 1n:.is desconcertante de la muene. EstJs vez y de recuperar ins tar<le la oc;:isin perdida. Ciencia nasciente, la intui-
p:Jr::ldjic:Js conrra<licciones no se resolver::in con una especie de miligro- cin est totalmente orientada haciJ el nacin1iento, la esperanza, y el adve-
sa sin1p!icid:JJ por rnedio de una entrevisin del instante? i'vls J.ll de la cosa nimiento de un porvenir; la intuicin en esto es una promesa. Pero en el fat
por hacer !' r115.s :1c:. de !:1 cos:i hech:1, Bergson 3drnite la nr:uicin del bacin- monal algo se hace y se deshace a la vez, y fmJ.lmente se deshace par:i siem-
dosr.?. por qu enlonces et bucindose, n1s ail5 del ser y 1115.s ac de l::i cosa pre. La n:ida tiene por tanro la ltin1J. p;:ilabra. Qu_ puede ser el adveninlien-
deshecha. no ib:1 a ser a su vez objeto de intuicin? El instante, en los dos to de un acontecimiento que vuelve a caer en seguida de plano y para
cJ.sos, es J. l:.i \ez ntico y rnintico, aunque las intenciones de los dos par- siempre? Antes habamos opuesto lo indecible de la muerte a lo inefable del
ticipios pn.:'sentcs si..:-:tn inversJ.s. Entre el contacto extensivo v Ja ausencia de misterio potico ... L3 <lesap:lricin n1onal, sin ninguna esperanza de reapa-
todo cont:1cto, hay cierr:irnenre algo corno una tJngencia imPonderable que ricin, sin ninguna promesJ. de fururo ni de retorno, seria indecible en este
roza e! lrnire inL1ngib!e sin llegJ.r a rocJ.rio. Si !os ultim:rums megiricos han sentido; no inaugura ninguna ciencia, no instaura ningn discurso. El hon1-
ignorado el !nstane, Plotino en cambio h:iba entrevisto esa :i.cerada punr;:i bre ab:1tido desaparece por una trainpilla, y se acJ.b para siexnpre. -Cmo
de no '.:ie sabe qu con !J. que coincide, el rien1po de un reln1pago, la ::ice- podra la intuicin conseguir su propia coincidencia con l::i aparicin que
r:ida punt~l del alina. Pens:imien[o bJ.sr::i.rdo. dirJ el lgico, esa tangencia en- desaparece para siempre? En la 1ne<lida en que lo inmediato tiene un sen-
tre un punto y una punta! Digamos rn-:.s bien: pensamiento acrob:tico gra- tido ten1poral, la filosofa de lo in1nediato supone una obligacin <le opor-
c_ia.s :i.! cu:1! b inrllicin fotograf:J :il vuelo una axuicin evanescente, sorprende tunida<l y, si fuera posible, de contempor:::ineidad l:.i cu:1l slo llega a satis-
en !:i cuerd:1 floja J. !:.i ocasin fug:iz. 0io.s pregunL1mo.s c1no. en la intros- t1cerse por sorpres;:i. '{a es bastante difcil 3puntar bien, no llegar, en general.
peccin. lo 1ni'.'in10 pueJe ,-;e1 a L1 vez .suietu y objeto? Sera tanto corno pre- ni <le1nasi:1<lo pronto ni de1nasiado L1rde. conseguir una sincronizacin per-
guntar por que el hon1bre pueJe entre\erse y sorpren<lerse :1 s misrno en fecta, coincidi; con el punctzun suliel!s Je la liberta<l, alcanzar, entre el crea-
e! csp'.'.jo lon los ojos cerr:1dos: si se \e :.i s rni;-;010 es que tiene Jos ojos Jor y la criatur::l, el misterio de la cre:1cin. Se necesita n1ucha sutileza y una
abiertos; y si tiene los ojos cerrados. no ve n:tdJ: ta! es al inenos !a alterna- celeridad sin igu:il para !legar siernpre ::i tiempo. Pero esto todavJ. no lo dice
l\a norn1:1!; iinposihle aparenternente desliz:1r el menor trmino n1e<lio en todo. Aqu no b:.ista con record:.ir que una intuicin puede ser anacrnica o
esL1 disyunti\:l. Y sin c111h:1r,go. en el n1on1ento en que cierr:.i los ojos. el inten1pesriva: aqu el inst:1nte en cuestin es lo irrevoc:.ible Je la n1uerte, y
ho111bre enrre\, o 111i.::ior an. presiente e! ro::;rro que rendri en un ir.st:1nte no se llega jamis a tien1po. A..qu por consiguiente. el peligro de una filosofa
con los ojo.s cerrJ.Uos: en un abrir y cerr:lr de ojo.s resuelve et <lilen1::i! En el Je lo inrnediato ya no es nicamente que, :i.1 buscar m::is Jll de toda propin-
C:Jso de un:1 intuicin de la muen:e, y si ::il 1nenos no se traca de la muene- cuidad la proximidad m:s prxirn:i_ el conocimiento anule la distancia gno-
propi:1. CJe puede incluso decir que !:1 :i.crohJci:.1 cuentJ con un:.1 Jificu!rJd seolgic~l y se confunda con lo conocido: Y:.l no es nic::imente que la intui-
rn~nO.'i: pueCJ :.1qu el objeto conoci<lo y el sujeto. el moribunJo y el testigo cin, carente de agudez::i. no alc:ince el punto ptimo, ese punto en el cual
del n1oribundo . .son dos. Sorprender. si es que puede <lecirse as, a la muer- la mayor proximidad y la mayor distancia coinciden: ya no es nicamente
te sobre el l'it:o. no sera eso la proez:1 por excelencia de un:J filosofa de lo qlle uno se encuentre <le.'.'garr::i<lo entre una necesidad de realidad que, a
inn1eJi:1to? expensas del s:iher, no.s ~1rrastra c~1d::i vez ms cerca. y l~s necesidades de

_--\jl
'Un saber que, a expensas de lo re:il, nos empuja hacia atrs. Aqu el peligro
se llan1a muerte, y es nihilizacin definitiva. Un segundo-antes-del instante
crtico, un segundo antes del in1perceptible Kettpc; mortal, no conoce-
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misma ~n llama: a fuerza de acercarse al fuego, tal vez se _acaba po~ cono-
cerlo -y cuando por fin se conoce, se:rnuere._d,e con_ocerlo. _A_rde.Y. 5!..~cum
be. Buscarnos la piopincuidad ms all de la -<liS-ianCia, l _pr-)i'.:irhl"ia(:I ms
; mos ms que la vida y la positividad del ser; un segundo despus y es. la all: de la propincuidad, y finalmente la coincidencia ms_ aJl. cie' la proxi-
inada: en el preciso instante en que se realiza no ya la cuasi-contempora- midad; nos encontra1nos por tanto cogidos enrre. Carib.dis. )/" .Es<;:ila: _ el_.C_arib-
~neidad, que siempre es aproximativa, sino ]a simultaneidad crti_ca y punn1al dis del conocimiento abstracto y lejano, y el. Escila .de la .ci4cidericia...mortal.
de la intuicin y del acontecimiento, ya no hay nada ms. La acrualdad de Conocer de lejos e impersonalmente>_ o perece_r.qo;:ot1:9~_f0sros y:vi"endo
la n1uerte, y el Ahora del artculo letal, y el Hoy de ese -~-'\.hora; y_ el n1inuto la muerte desde dentro, tal es -el dilema.- El-al~;;i.._q~_'r,-?e. h_a,_qu~_ffi3.d_9 mor-
presente de ese Hoy no pueden por tanto ser sorprendidos-nunca in fra- taltnente al tocar el fuego de la muerte, e.l al1~a_ ,qu-.~ha,_e~fl~rimerit~do la
ganti, E-:-t' a-U-ro<pCpcp, como diran los Griegos, es decir, con las manos en -la quemadura nihilizanre, el alma redu_cida a ceni~a's._rena ,o- nq__tena algn
n1asa. en el momento de hurtar su ser al ser vivo. Distingamos aqu_ Lin:i vez mensaje que transmitirnos? Por supuesto, nu~ca._lo_ po_~re_l:-nos s3.be_-f... l 1 el
ms la n1uerte-propia de aquel que n1uere, de la rr1uerte del otro para un moribundo, tal vez sabe algo de dentro (con la_ condi_ciqn. p_e q~~ Ji.aya to-
testigo. Aquel que vive su propia n1uerte, decamos anieS, cesa de ser, o dava alguien para siber algo); pero con10 no saba ncida _en el ri-iomento en
n1ejor an, se anula en el rnismo instante en el no-ser. La dificultad no estri- que todava poda hablar. y con10 a partir del n1omento. en que tendra tal
ba por tanto en saber aquello que se es o ser aquello que se sabe: pues esa vez algo que ensearnos pierde todo contacto con los s_upervivienres, su
dificultad, para un hornbre que interioriza su problen1a pt..:r-'ional, es Je-'iput:s tnensaje es de todas maner~1s incomunicable y por consiguiente inutilizable;
de todo superable: es una dificultad de lujo para los vivos ... Citbamos antes. suponiendo que una n1i1lonsirna de segundo an-tes de morir, el n1oribundo
al hablar de la segund:i persona, a Angelus Silesius: aquello que soy no l~ tuviera, estando toda\a Yi\o, la repentina revelacin de la muerte, que se
s, Y aquello que s no lo soy. Ahora bien, no se trata ahora de aadir la le concediera, el tien1po de un relmpago, esa intuicin suprema, no podra
gnosis al ser... Aadido seguramente difcil, pero no in1 posible! Se trata de hacer que. lo aprovechar::i. n~1die; pero lo n1s probable es que no exista nin-
una iinposibilidad doblemente imposible, de una imposibilidad con ex- guna intuicin de ese gnero: pues si el moribundo pudiera recibir, ante
ponente: se~trat~ de aadir la gnosis al no-ser. A panir de ahora hay que nio11e1n, una revelacin fugitha de la n1uerte, los hombres, desde que el
escoger: 8uotv8a.TEpov. 11 una de las dos cosas, corno dice el Fedn, o saber. inundo es inundo, habran tenninado por sospech_ar algo. De medo que, a
o no ser. Nunca las dos a la vez! Y ad.de Platn: 7tp'tEoov 8" o Antes n~ punto de encontrar (pero realrnente est a punto ele encontrar?), el mori-
sabrs nada. El ser-propio es una dificultad superable, Pero el ;o-ser pro- bundo se hunde en el lago negro, y se lleva consigo su descubrimiento. Si
pio es un obstculo insuper.ihle: es difcil saber aquello que se es, pero es es que ha habido algn descubrimiento. Y nosotros, los supervivientes, que
iinposible saber cundo se deja de ser: aquel que no es a fortiori no sabe; reflexionatnos sobre la rnue1te dL los dem:s, haremos. lleg~tdo el 1no1nento,
pues la nihilizacin que anula al ser npide con n1avor rnoti\o conocer! l'a lon10 todos los n1uerto.o.; qul:' han rnucrto desde el principio de los tien1pos:
no hay nada que saber. ni naUie para saber. NadJ ~ nadie. naJa en roda di..:jarernos Ut: ser te.stigos xu-a conve1tirnos a nucstr:i vez en n1oribundos, y
n:gla~ ;LTna intuicin que Jesi.:1nhoca en ninguna p:1rrc! Qu tn:i.s hace fal- a! 1norir un da nuc.str:.i nlllLTtc-prpia, nos llevaren1os a la tu111ha el secreto
ta para bloquear la encrevisin? La ciencia naciente e.stranguladJ. en I:.i cuna; dt: esa n1L11.::-rte.
la ciencia de la inuerte ahogada nada n1Js nacer por la n1uerte misrna. O si rt p1urto de entregar un 1nensaje, el moribundo muere l rnisn10 su n1uer-
se prefieren otras imgenes: el moribundo :.\ido de s~1hcr se :1cerca ansio- tc-propi:1: no habr n1c~_..,ajt' ja1ns; o bien el n1ensaje es inutilizable. A punto
.san1ente :i su inuerte-propia corno una n1ariposa enloquecida que d:i vuel- de recibir ese mensaje. el testigo superviviente lo deja esc:ipar: el mensaje
ta.':> alrededqr de l.'.1 llarna de un:i vela; para conocer ntitnan1cnte lJ esencia inutilizable es por tanto ~ por lo demJs imperceptible; nuestro moribundo
de esa lla1na, hara t~1lta estar dentro: pero entonces las alas del alma se abra- nos ha sido escan1oteado sobre la marcha; el objeto de nuestra curiosidad
saran. El alma deber:: por tanto . .si quiere continuar conociendo, pern1ane- es sbitainente atrapado por Lls garr.ts de la muerte. tragado de golpe por
cer a distancia y contentarse con una irn:.igen fra y dbtante de la 1Ian1a :.ir- la muerte; el instante y:t est lejo.s de m! O 1nejor an: el mensajero del
diente. o perecer abrasada en el objeto Je su gnosis, convirtindose ella rnisterioso mensaje se ha esfumado ante las narices del observador en el mo-
mento en que el obsef\ador se encontraba precisamente ante sus narices.
El ohservador iba p_~r fin ~l saber. .. El observador est a punto de saber.
- Qu estoy diciendo? El obser1.rador sabe yJ.,.... Pero no, no sabe nada! S- adjetivo ordinal; la excepcionalidad del ltimo instante es em cierta manera
lo cre:i saber. SabJ., un segundo :::inres, c::i.si todo lo que hay que saber: casi adjetival. nicamente estn privilegiados el nmero de orden de esa ltirna
todo, es Jecir, todo sah'o, precisamen[c, !o esencia!. El Casi, aqu, no indica vez y el lugar que ocupa dentro de la serie. Qu otra cosa quiere decir si
la proxilnid:id, sino la ;ipro.ximJ.cin; ni la inminencia del xito, sino el fra- no que l:i serie vital est completa en el ms ac? Completa citerior, incluidos
C3SO. Finalmente, el observ:idor no consigue su objetvo: la palabra miste- los ltimos suspiros, s, completa de cabo a rabo, incluso el ltimo latido del
riosa no llegari a saberla nunc:i: en el momento en que la palabra iba a ser corazn! Por retomar algunas expresiones ya empleadas: hasta la muerte~,
pronunci:ida, 1:1 transnlisin es sbita1nente interrumpida, 1:1 con1unicacin usque ad, no significa, como en la muerte efectiva, hasta el umbral fatal y
corr:lda, y par:.i. sien1pre. En el n1on1ento en que la gnosis iba por fin a sernos n1s allJ. de ese urnbral; cusquc-ad mortem", cuando se trata del mensaje, sig-
. concedid::i, se nos retir::i para sie1npre. No es esto una especie de suplicio nifica hasta la muerte, pero ms ac de la muerte misma; hasta la muerte,
de T:..nlalo? No era por anto en absoluto la gilosis! Pues no ha sucedido ja- pero ipso facto durante la vida. As que la muerte es entonces el lmite sin
n1J.s que un::i gnosis sen1cjante le fuera concedid::i :i un moribundo. Cmo grosor ni extensin, el punto sin prolongacin, el instante sin situacin es-
pode1:1os saber por tanto, si no es por un:i suposicin arbitraria y tor:iln1ente pacial y sin duracin que separa algo de nada, el corte afilado y la lnea cua-
inveritic:i.b!e, que el inensaje esrab::i :i punto de sernos cornunicado? La muerte .;o. s inexistente donde coinciden el ser y ei no-ser: pero entre el uno y el otro,
Jjcn:i, parecidJ en esro l lJ n1uerre-propia, no implic:l por tanto ni Antes ni no se filtra ninguna luz reveladora. Aquellos que meditan sobre el lmite
Despus ni Durctnte; pero sobre todo no tiene presente; no puede ser sorpren- entre e! m::s ac y el rnis all estn ellos mismos rnis ac; y nosotros mismos.
did1 in fr:1g:inti. E! lti1no segundo no ser;J tal ,ez tJn decepcion:inte con10 en este rnon1ento, esr::unos del lado de ac; y todo lo que conocemos. todo
es, si las CJ.rctctersticas de un ser fuerdn modific:.id:::is por el lugar que ocupa lo que ven1os y on1os y palpamos del no-ser forrna todava parte del ser y
este .ser en !J. duracin, si dependieran de !a cronologa; lo que, por muchos de la positividad vital. Y esta positividad misma, como el estudio del enve-
n1otivos, parece ser el caso: segn se:i. viejo o joven, est o no :ldelantado jecin1iento nos ha mostr:ldo, no se hace cada vez ms transparente a 1nedi-
el curso de su vid::t. un ser no es el mismo ser. Entonces por qu el lugar da que nos acercarnos a la.orilla suprema y al supren10 finisterre; la proxi-
privilcgiacJo que ocup::i el instante liltimo no es, en s rnismo, revelador de mid:id. en est:lS 1naterias, no nos ensea nada, Decir cerca y lejos no es ms
un n1isterio?, ~por qu l::t ul[jmidad de ese llirno instante no nos ensea que proyectar la ten1poralidad en el espacio! Aquel que est a una fraccin
n:1d:i?, por qu las ltim:i.s pal.:i.br.is y el ltin10 suspiro de los ltirnos n1omen- de segundo de la muerte puede estar m:s alejado de ell:i que el joven ms
tos no son porrador::is de un mens:.ije, y por qu ese mensaje, si es que hay alejado: y el n1s alej:1do sabe tanto con10 el ms prximo.
alguno, no se h:.i.cc c1da vez rnis preciso :1 rnedicJ:.1. que se aproxirn:in la hora
H, Y despus el_segundo S, y finalmente el ltimo instante de ese ltimo se-
gundo, el supre1no instante de los ltimos n1on1entos? Ya lo hemos dicho: 6. La ltinia vez no oculta ningn secreto.
:lunquc tocios !os in.stantes de l::i continu:1cin sean, en su gnero, reL1-
tiv:u11enre l1lci111n.". uno .solo, y nad:.i 1nis que uno. to l'S co1np!etan1ente; ese Para que el adelg~1z:uniento y !a disn1inucin progresiva de nuestro ser :J.!
instanre nico es el l1nico. en este sentido. en ser !tin10. :\o hay por Jefi- fi!o de los a:os pennitan lt':er solapad;in1entc los secretos del mis ;iJL. se-
n1c1n. rn:is que un nico Cdtin10 iiv:.tante: pues s hubiera otro d~spus de ra neces::irio en prin1er lugar que el 1nisterio met:i.e1nprico elegido se ins-
l. no ::;er:J rnjs que el penlrj1no ... En Lt 1nedid:1 en que !:J. !tl1na vez no talara en la ernpiria. que lo sobrenatural fuera reconocible en abscisa y orde-
e~ un:1 vez co1no LL-, Jen1is. debcr:J por t~tnto ensei1:1rnos :.J.!go. Ella es en nJ.cla dentro de la naturalid:td. y rn:s p3.rticularmenre que e! mensaje del mJs
efecto el J-Lqxtx Je: !os h:1pJ.x: el f--L1p:1x por c:xcelenc!:i. Es el punro rr1s ex:- al15. corno el tesoro Je los Albigenses. estuviera escondido en alguna parre.
tre1no de e::;:i zon:1 fronteriz:i que Len Ch.:->tov ILtn11 los con.f"itzes de la L'- aci o all. en un escondite-. L1 fobia de.Jas loc.dizaciones. es decir, la trans-
da: y no es :.J.c:iso en est:l zona proftica donde e! hombre esti :i punto de posicin en el esp:J.cio de los misterios pneun1iticos, responde a un tenaz
rnorir. donJe b. inminencia es m:s rensJ. \' la :J\'enrur;i 1ns inn1inente? - Pero prejuicio. El microscopio y el ultr::imicroscopio, que nos permiten penetrar
t:.i.1nbin se puede dL:cir lo contr;__irio: ese ,in::-.cante 4ue no es corno los dem:.s en lo inflnitJ.mente pequen.o de la substancia viva. no disuaden sin embar-
es un instJ.nte corno todos los dernis. Y Jnte codo e! ltimo insr:inte por mJ.s go de es:l necesidad de asignar o designar el foco de la vida: si no es la
que sea el ltirno. o precis;imente porque es el ltimo, es despus ele todo clula. es el ncleo de e.sa clulJ.. o son los cromosom:Js de ese ncleo, o
.. un instante: cosa que expresa ror lo dem:is e! .'iuhsr::intivo mismo con su hicn lo.s genes", o ;ilguna de !;is suhstancias qumic:i.s de !as que estJ.n hechos;
_-\j-
,y el hombre no parar_ hasta que no pueda sealar con el dedo el lugar di- contempornea del observaclor: esta progenitura del misterio cread0r se llama
' :ciendo: ah est. Ahora bien, los saJ;:io-? saben que nunca ser qah: -la vita- -la criatura; y cuando el insiante de la creacin se sobrevive a s misrno en
)idad de la vida esci sierppre ms all, siempre en otra parte; y sin einhargo una obra, tenemos todo eLempo para consultar esa obra, mirar por todos
, no se podra vivir sin la materia y sin los-fenmenos fsico-qumicos que son lados el abjetoc.testimonio; leer y releer la novela-testimonio, volver una y
)a condicin necesaria (pero en absoluto suficiente) de su manifestacin. otra vez sobre._nuestra meditacin, e incluso quedarnos dormidos mientras
Bergson asest golpes __ decisivos al mito de una topografa cerebral que pre- meditamos:.-potque ese misterio siempre disponible hace ompaa al hom-
tenda repartir los. recuerdos entre las diferentes zonas del crtex: los recuer- brede la continuacin, del mismo modo que el misterio de la cot_idianidad
:- dos no anidan literalmente en tales o -cuales neuronas del tejido cortical, a es.coextensivo.a la vida entera. Pero el misterio del instante mortal, por' lo
pesar de que la memo1:ia dependa- en su conjunto de un substrato anat- que a l respecta, no nos deja tiempo para meditar: pues el moribundo desa-
mico. De la misma manera: el sentido no se prodUce palabra a palabra en parece de repente sin cambiar de lugar, y en la- ms perfecta inmovilidad;
_Ja frase, ni el hechizo musical puede ser deletreado nota a nota en la melo- el mensaje del-moribundo se nos escapa de las manos! El nacimiento, tanto
-~- da, a pesar de que uno y otro.deban necesar8.n1ente encarnarse uno en los como la muerte,. decamos, es a la vez un fenmeno biolgico y un miste-
. fonemas grinlJticales y otro en. las sonidos acsticos; una topografa del sen- rio metaemprico; ambos llegan a un punto en que lo natural y lo sobrena-
tido y un n1apa del hechizo son tan _metafricos como lo sera una geogra- tural coinciden. Pero tend-ren1os que volver a repetir lo que la entre3.ber-
fa de la memoria ... Vayamos ms leos todava: la genialidad del genio no tura, b. irreversibilidad y la disparidad de las dos primultimidades nos haban
puede ser dt.>scifrad~1 plenan1ente en ningun~ de .'::iUS 1nanifestaciones: n en enseado? En el nacirniento es el ins ac el que es sustrado a cualquier
l_a escritura del genio, ni en el aspecto de sus manuscritos, ni en los rasgos precisin -circunstancial; es por lo tanto el ms ac el que era no ya nada,
de su rostro, ni en la conformacin de su crneo; el arte de leer los signos sino m:s bien no-ser, y por consiguiente esperanza de ser e incluso promesa
--Y los sntom~s, ya.se llame grafOloga. frenologa o fisiognoma. parece un de ser: el nacimiento ocurre en alguna parte y en una fecha Concreta, des-
arte ms bien titubeante y arbitrario. la contemplacin minuciosa del por- pus <le lo cual todo el futuro pertenece a la continuacin del ser y a la posi-
-taplumas que siivi para escrlbir Le Pe-e Gonot no nos descubrir nls sobre [i-vidad de la existencia. En la muerte, por el contrario, es el ms all el que
el misterio de la creacin nov~elesca._que lo que nos puede descubrir la con- est abocado a la nada; y decin1os bien nada, ms que no-ser: esa nada ps-
.templacin de un slex ta-1Jad9:enco1trado en Lascaux sobre los nlisterlos ele tuma o a parte po:;t, -es-.i n:idJ. -qae fl.D es -anul:l-:::in, -sino renun<:.-:icin, es el
la prehistoria. Y en fin Cp?~.i~~)iiac.Con el misterio de los n1isterios): el futuro de la muerte, del nlismo modo que el no-ser era el pasado de! na-
hon1bre no lee__ la. _preS.~#Ci_~'::_~e _bios_ ~_J::_h1s esrrellas parpadeantes. ni en cimiento; y del nlisn10 n1odo en que el no-ser erJ un an-no. la nada debe-
el grandioso" silencio rl:tti~b.del untverSO, ni siquiera dedicndoles Ja ~tten ra llan1arse un nunca nis. De 111odo que tenemos toda la \'ida para medi-
cin n1s extre1nada y Ia' m-editacin n1i.~ profunda. ni siquiera abrienJo des- tar sobre el misterio del nacimiento, misterio que <leja en la persona del vivo
n1esur~H.Ltn1enrc los ofos. ni .-;iquiera tensando toda,<:; las fuerzas Je su t:sn- un perdurable testin1onio. En carnbio la n1uerte no deja tras s a los super-
riru: y sin e111bargo la va lctea y la inn1en.'iidad del cielo nocturno son. la vi\ienres rn:.'::i que cifras dudosas, signos ilegibles y jeroglficos ininteligibles.
n1ejor prucb~1 de la gloria de Dio.s 01nnipn_..'::ienrc y on1niausente. El nlisterio Qu vienen ahor~l a rnendigar las precisiones circun,<:;tanciales?, sen1ejantes
de la n1uerte. tle,sd~ este punto de vista. est en el 111is1no e-aso que el n1i.s- precisiones no llegan lastimosa y ridculamente demasiado tarde? Tan tarde
terio de Dio,<:; o el tnisterio de L1 creacin en general:- no se ouede.!C"er en con10 una cruz de la legin <le honor concedida a ttul pstumo: esa cruz
los signos sensibles. Descifra1nos. con c.! cor~tzn en un ou'fio v l~iurin1as es tn:s bien una satisticcin parJ. los vivos y un medio de quitarles un peso
en los ojos. la suh!i111e c:1rta que Lucien Legros. :iquel jove~ <le L~ R~:L-;ren de la conciencia. Pero oor lo que se refiere al rnuerto, qu lejos est ya! Y
cia fusib.do por lo.s a!ernanes, escribi a sus padres antes de morir. Es(a escri- as el ltin10 suspiro d~l rnoribundo por mucho que ,<:;ea la ltima seal de
tura es la de un joven q_ue va a morir dentro de una hora y media. '{ sin em~ vida del vivo, par..i un tercero no es ms que un mensaje perfectamente va-
hargo esta escritura no encierra en s 111sn1a e! secreto de la rnuerte: v co: v en cu:lnto a nosotros, por rnucho que analicemos incansahlemente el
queJa111os fascinados por la profundi<laJ superficial de una .seal trJ.gica qu~ recu~rdo de ese estertor. que profundicemos interminablemente en esa seal
no ofrece ninguna pista a la_ meditacin sobre !a muerte. El misterio 1nortal sin profundidad, no encontraremos nada ms que lo que es: un suspiro como
es incluso doblemente ilegible, doblemente indescifrable. Porque la crea- tantos otros, un suspiro ms; el hecho de que ya no haya otros suspiros des-
cin, por misteriosa que .'ie:J., deja al rneno.s tras s una posteridad que es p_us <le l no le confiere ninguna tonalidad especial: y todJva habr que
esperJ.r ~:dgunos minutos para comprobar (una vez acabado todo) que aquel estaba a,Ja altura de Scrati;:s vivo, que su ltimo segundo no era digno de
suspiro er:.i rea!n1enre el ltin10. 'i sin embargo el supremo suspiro debera su lti1no atardecer, y que los ltirnos dilogos eran pompas de jabn? Di-
ser un suspiro in:ls so!c::1nne que los demis, m:s elocuente, m:J.s cargado de gamos m:is bien que al salirse por la t::i.ngente Scr::i.tes se tornaba con hu-
se~Hido y Je :i.lusiones di\ersas ... Pero no, no hay suspiros metafsicos'. No, mor la solemnidad del momento: interrogado sobre el ms all, se vuelve
el secreto de !a muerte no se encuentrJ. en el contenido del ltimo instante. hacia el ms ac, y da a sus amigos los consejos ms triviales, los ms pro-
En prln1er lug:ir porque el instante no tiene ningn contenido. Y adems saicos y los ms vulgares. Aunque a decir verdad, tampoco haba que es-
porque a p:trtir de ese instante sin conteniJo, el secreto se vuelve irr1posi- perar otra cosa del sabio. No es esa precisamente la eterna decepcin que
blc de encontrar. De manera que el insr:inre lti1no es mis bien et ltimo la niue11e nos reserva en el ltin10 momento? La muerte no se esconde en
so pone y en cieno n1odo el tr:in1poln que le sirve par::t saltar y desaparecer ese instante privilegiado que es el instante ltimo; y los instantes penltimo
p:lra sicrnpre en la nad:i.. Pero el antropomorfismo del sentido comn cree y antepenltimo a su vez no son, con10 en las iniciaciones, el apocalipsis
supcrstic!os~unente en !:.is virtudes reveladoras de !a ultimida<l, y no quiere gradual de un misterio que se desvelar completamente al final. Y por lo
desdecirse. ~o se renuncia ::i. la idea de que el lri!no apoyo del 111oribun<lo que se refiere a los aficionados a las ejecuciones capitales, ellos ta1nbin ha-
sobre Li Tierra es precis:1111enre e! ncleo morfolgico del morral mensaje. brn perdido el [ien1po: aquellos que hanvisto ahorcar a alguien no habr:J.n
L:J. idea Uel secreo que el tnoribundo se lleva para sien1pre con l a la turnb:i, visto nad;i en absoluto; su curiosidad malsana se habr: visto defraudada. jLa
est:J. ide:.i es ap::isionante y seduce fuerren1ente ::i. !::i. in1aginacin: todo nos 1nuerte se ha burL1do de ellos!
in\ira :1 apro\ech:tr L1 fraccin de ~egundo que no5 es concedid~1. a coger Sin duda nuestrJ pregunta SLrJ n1enos decepcion::i.nte si ,':iupira1ns dis-
la oc~1.sin excepciona! por los pe!os. Por eje111plo. el opus ultinuun de Ser- tinguir mejor entre secreto y misterio. Pero solemos tomar f:cilmente el 1nis-
ge Prokofil'\. 12 nos revelari un secreto con el pretexto de que fue escrito tcrio pneun1tico de la n1uerte por uno de esos secretos m~neria!es que se
e! da en que le sorprendi la f::n:d congestin? Ser:1 pura supersticin creer descubren escuchando tras las puertas, mirando por el ojo de la Cerradura
:llgo se1nej~1nte. El 111oribundo morir:i sin haber h:1bb.do?, <lid su frJse hist- o registrando cajones. Si el tnisterio, como el secreto en su secret~r, fuera
ric:i en el li!tirno n1ornenro?. Jir5. o no dir:, un segundo antes de niorir esJ localizable, es decir, si tuviera un soporte sensible, se acab::i.ra tal vez por
liltin1a palabr~i que es tarnbin !J p:t!:lbr::i. de !J. o~uerte?, esa ltim::i. d~ lJs descubrirlo concentr:indo sobre l una atencin apasionadamente analtica:
!ti;n;1s p:1L1bras. e.sa p:::tL1bra del ltin10 final que r:into he~os esperado. que aquellos que espan. acechan, vigilan los menores indicios; aquellos que per-
recoger:1n10;:; cuici:ic.Josa1nenre. y que arrapara1no.-> por los pelos en el borde n1anecen a la escucha, aquelios que abren desmesur;idamente los ojos y se
y~t del precipicio? ;\cudid. reponeros. forgrafos ~ filsofos, acudid, colec- pasean por todas partes, corno Sherlock Holmes, con un:l nlirada inquisi-
cionist:Js ele !tin1as palabras y dt palabras fin:ile::i. y haceJ un crculo alre- dor~l v escrutador:i. todos est:.n !L1mados a descubrir tarde o teinprano el
cJedor del gr:in n1oribundo. el gran n1orihundo v:t J h:Jbl:::tr! '{todos acuden, secre;o escondido. Los detectives est5.n especializados no slo en el descu-
con el corJzn p:t!pir:1ntl'. y todo." contienen L1 re.,p!r:icin. y presLtn odos hrin1lento de los .'-'t'CTt'fO.'i. sino r;nhin en e! c.lt'scifr~uniento di..:'." lo.'i enig1nas:
,111sio.'i;trnentl' p:1r:t recibir 1..:l or:culo ... Pl'ro ;Ay'. E! gran n1orihundo !es dice pue~ pucde succdt:r qUt.' 1..'! n1en . . _1ie e:-;t cifrado y presente Ll fonn~1 sihilin;l
:t lo., hon1hres :inheL1ncc -.~:1criflc:1d un g:dlo :1 A., . :l<::'pi ... V'a!a !a pcn:1 con- d~ un criptogr:un:t o de un oscunl ~tpOtL'gn1a: si hil'n. cuando :.;t' h;1 cnLon-
tt'ner L1 n:spir:1cin?. \:d:1 !:t pcn:1 estar pendientes de los labios <ll'l s:lbio? tr:1Uo la cLt\e, el n1ensaji.: cifr:J.Uo sueli..: estar 111:ls claro que e! n1ensaje sin
Dehniti\:unentc el s:1bio no saha n16s que usted o que yo. Lo.'> super,:iyien- cifr:.ir. .A..quellos que husc:1n encontrarn: el hallJ.zgo es J. la \'ez la reco1n-
tt'.". con Lt:-i 1n:1no.' \:1c:t.'i. sc~uir:u1 en :-iu ignor:1nci:l: la lti1n:1 p:1L1bra era pensa y la conquista al fin:d de 1~1 bsqued:t. ofrecida en cieno inodo coino
un:t nlixrifc:1cin. F! n1orihundo. in extre1ni;-;. no.' dlce Buena.-s noches y nos una especie de pn:sa o botn al c>sfuerzo heursrico. Por el contr:irio. :iquellos
di.:a con Li:-:. n1:1no.s \:1c:1s. Habr:1 que pensar cue Scrates nioribundo no ~ que busquen la cl:.ive del n1istt-rio no la enconrr:1rn ~pues el 1nisterio. Jl

1
~ i~! .id;1:-:u de L1 jl<.."tlwll:! ~u1t:" l:11;1 11;1n<' ~xtr:1id:1 del h:dlct ~d f]ur de Dicr/r(I.
L: rr:1dulv1on d<.: l.;. (;.1rcu t;u,d d.: <..~te- ulmno 1r:1grnc11to d<:i .~hJ11 Jifi~rc not:ihl!llt:"rH de' b
1 no ser nada crptico, no tiene clnl'e: habra que decir ms bien. si el tniste-
rio no fuera iinposible de encontrar. que se husc::i. porque en cierto 1no<lo ya
se ha encontrado, o tal \ez incluso que se encuentra sin h:.iberlo busc:i<lo.
El secreto se tlesuela a aquellos que. habindolo buscado, tienen algn dere-

1
qu<.: d:t .1qu1 .f:u1!.~k\11di. :\<', ih-.,urne ~u ~.:nudo ll!lno. ironia. hu;~1ur. di~1:.mci:1m1enro ~on los rni:-,-
mo~. \..~.1n:i;1 Cu;d 1r:1du1"c Cri!<m. !e- dehem"~ un g:dlo :1 .--\.,clq11P ..-\;-, que p;'t.~;1~elo y no lo d<.:s- cho sobre l. Pero e! misterio. en determinados cJ.sos, se revela, siempre de
ni1de..;- np. ur. ;i ! i!. 1\;. ,Id T.l un:i forma dudosa e inef:thle. a Jquellos que no pretenden saher pues no

i
hay efectivamente nada que saber. }ilarte, vjsto de cerca-, nos -1'evel;;tr sin y esa mirada de! alma que es la intuici6ri, y adems un-:cierto _;:balldono_ al
duda datos c_ada yez ms _precisos: pues es posible accedyr ptogrs_ivariente hechizo del inst'ante, del que slo la intuicin es_capaz~ _ ____ , . __ ,-
conocimiento de un pl~neta mal conocido. En can1bio la muerte, vi:Sta de El empeo que ponemos en tonsultar los augurios_,de' ]~~ho de _ rnUerte_,
c~rca, no nos revela literalmente nada de ella misma, -Y n~ _es mejor:conb- en arrancar al ltimo suspiro no se sabe qu arcano ipaginari?S~,es,_ c;fes-
c1?~ de cerca que de lejos ... Imaginemos sin embargo la expefieilcr-h:ipe'r- pus de todo, comprensible: la exhalacin de_ e_se.4ltipl_9_._s~-~-Pi_ro _.e.S -_el jJlti-
bolica de aquel que, como Dosto"ievski, ha estado a punto de morir, pero mo testimonio de un ser en el espacio y en _el- tie111pO,; eL,lti;rn, ser::de un
a punto nicamente, y en el ltimo segundo del ltimo minuto _escap~ mi_la- ser inrnediatamente antes de no-ser; sosp_ec_hamos:,que~_~n:. ~p_ax:rap_-4~_90~
.. g:osa~enre de sus terribles orillas: vuelve, como.se suele d_ec;;ir:;; de muy--ljos_, so, tan ambiguo es nuestra ltima esperanza; y, qqs,aga-rr_amos de~e.SJ)eq~--- _ .
_. y casi ha llegad_o a ver a la muerte cara a cara. 0-m~jbt--a(ln-,nci h>vfsto <lamente a ese minsculo pedacito de existencia.. e~p_a~i,oTteP1pora,l_ Cppi.? e~ - ~
- nada de nada; en el sentido gmmatical de la palabra saber,_n6 sabe Dada:_ no naufrago se agarra a su salvavidas perdido en n1edio:-~el .9"c~an(J,:. unas pocas
trae ~nnguna informacin. -Los periodistas, .acostuf4brados- a rec0gef_ 1a--p~la tablas de madera de toda la inmensidad de )os_ el_ementos. inhum.ano_s es _lo
brena de los exploradoi"es y las impresiones de los cosmonautas- sufrirn que queda de vida, de esperanza y de hu~anid~d_--a_~,rll3-~ino e-n apuros; ese_
'.Una decepcin: los supervivientes de los ca1npos de la-n1ue-rte,_-en general, - ltimo instante es tal vez el nico agarradei:-o. que tenemos sobre la inu~rte
no son nada prolijos, ms bien aI contrario, suelen ser e:Xtraiiirnente--silen- antes de que la nada eterna lo su1nerja todo; y fingi~~s cr~er que en la exis-
ciosos; pues si los hennosos viajes y las apasionantes aventuras vuelven lo- tencia infinitesin1al del instante hay todava materia. en la que pensar. Ay!
cuaces, el via_ie a Auschwitz, que es lln viaje a las puertas del infierno, hace Ese trocito microscpico de existencia, ese grano de arena. esa mota de
en1nudecer para siempre. Es intil asediar al viejo deportado con10 se ase- polvo, ese tomo de duracin, esa nadera es todava una fraccin del n1s
d!aru? da al viajero que vuelva del planeta Marte para saber lo qe ha ac. Por aadidura, el lti1no instante del ms ac, que no es en absoluto el
visto alh Y escuchar los tpicos que refiere: pues el terrible n1isterio del odio, primero del ms all, no ilumina en absoluto ese ms all, sino de una for-
d.e~ sufrirniento y de la n1uerte no tiene nada en coinn con los secretos pro- ma alusiva, ambigua y casi inexpresable. No slo el ltin10 instante del mJs
v1s1~n~ln1ente desconocidos de un planeta. E incluso cuando el superviviente ac forrna parte del 1ns ac, sino que slo ilumina el ms ac. No es esto
del 1nf1erno consiente en contar lo indecible, no hay que escuchar tanto sus una especie de fatalidad? La muerte misma evita que podan1os ~on1prender
palabras con10 sus silencios. Aunque no sepa nada sobre el otro n1undo, ha la muerte, la muerte nos hace co1nprerrder L~. 1.dda; -n sl se prefiere: el ins-
conocido la tangencia ms extre1nada de la vida y de la muerte: no sabe tante de 1.a muerte nO dice nada del destino dei -n1uertO, ef insta.te de la
lo que sabe, y ni siquiera sabe lo que sabe. No hay 1nensaje, pues es todo muerte no habla nada m:.s que de la vida vivida, O.e la que extrae su senti-
su ser lo que constitu~/e el nlensaje; es su n1isn1a persona la que da testi- do; explica lo que ha sido. pero no anuncia lo que ser. Si a pesar de todo
monio, con10 es la persona del hroe. segn Bergson. !a nica leccin de el instante final aclara alguna cosa, no es en absoluto la ulterioridad meta-
herostno. No hay por tanto que interpretar lo que dice. sino coinprender e1nprica que comienza 1ns Jlli de la ultin1idad e1npric1, sino la vida cite-
lo que es. tina detennin~1da transparencia. un no se .sabe qu Je e\a.'.-iiYo v rior misn1a. de la que es L1 conclusin: la ilunnacin es retrgrada. la luz
de le_itno. un:i indifi'.:-n.:nci~t algo ciesdel'ios~1 rLspecro J los nti.:rcscs de la con~ retrospectiva: y aunque t.'.Sta retrospectividad no hJ.ga las veces de retroac-
tinuacin. una deten11in~1da clase ele seriedad que. sin rnoJificar 1nateriahnentc tividad, y tod:iva meno~ Je reversibilidad, atena en cierto rnodo !os efec-
los rnodos de la existencia, simplifica sin ernbargo su espriru. un inisterio- tos de la irreversibilidad recapirulando en el ltimo minuto aquello que haba
.so ca1nhio del sentido <le-la vida aparecer td \ez entonces ante nuestr~t 1ni- siclo a! principio imprevisible e ininteligible. De este n1odo ei ho1nbre, cual-
rada. Esa rniracla no es la nrada escrur~1dnrJ. fisgona v n1inuc!osa de una quiera que sea el objeto de su especulacin. es devuelto a este lado que es,
JtL'ncin puesta en los detalles: pues el u1nensaje" Je la ~uerte no es ni cro- segn los c:isos, su crcel o su patria. y al qL't' est unido para !o rnejor y
no1netrable en el tiernpo ni localizable en el espacio~ ese nlensaje est en para lo peor. Cindose todava ms al instante de la muerte. la vida sigue
todas partes y en ninguna parte;- y con10 no es ni un cuchicheo impercepti- .siendo, siempre, aquello de lo que somos contemporneos: desde el prin-
ble. ni un pit.1n~:\fn1.o apenas audible, ni un rayo casi invisible. es necesario. cipio, no he1nos Jejado de consider:i.r !:l muerte a partir de !a vida. ni hemos
para captado, un odo infinitamente ms fino que el odo ms fino y unos dejado de mirarla con los ojos de la vida. Nunca hemos estado ~durante",
ojos infinit::in1ente 1ns penetrantes que los ojos m::is penetrJ.ntes; hace falta sino siempre ..delante". y as giramos en crculo. Ll luz se refleja de este lado
mucho rn:.s que unos receptores ultrasensibles: hace falta ese odo del alina en el ltimo instante: e.se ltimo instante que no es sin emhargo el cristal
5-1()
tr:.insp:.iren[e :.i trJ.vs del cu: podrJ.rnos con[ernplar los paisajes del otro especie de continuidad en !a discontinuidad ms absoluta, para tender un
n1undo 1/ !:1 c:.ira oculta Je nues(rO destino, sino que s. ms bien el espejo puente entre el ms ac y el ms all, es para lo que nos servimos de Dios:
que nos devuelve ::.i esre b:ijo n:undo nuestro, nuestra propia itTiagen; pues Dios envuelve lo narur:il y lo sobrenatural en una misma inmanencia, en un
en rng1Jn c~1so !o irrevocable Jej'J que se filrre a S[J. vida la luz de la otra misn10 ter divino; en Dios por lo tanto, el ser vivo se comunic:i con el ms
vidJ. .. suponienJo que tal luz exista. all; pero se comunica indirectamente con el ms all porque comulga di-
rectamente con Dios - y es esta comunin la que funda esta comunicacin.
Que Ja criatur:i est inmersa en lo divino, o que se dirija transitivamente a
7. L'11 ore/en completarnente distinto. Dos a travs de la oracin, Dios, en los dos casos, n1ediatiza la relacin de
esta criatura con el misterio transletaL Por tanto, el verdadero vnculo entre
Lo irreversible, y n1:s tod:i\::i. lo irrevocable son para el hombre un:i arnarga el ms ac y el ms alli es la religin. Porque el filsofo, si hace abstraccin
y dur:.1 invitacin a lo serio. Lo irrevocable concentra en efecto en un acon- del medio divino en el que una y otr:i estn sumergidas, no puede ms que
te_cin1iento o un :.iccidente, en una decisin o una opcin, la in1posibilidad constatar la irremediable separacfn de vida y muerte. ivlejor an: el espri-
de la vuelt~l :.itr:is, y eso no de un:i mJ.ner:.i diluida, ni a travs de cu:dquier tu rnerafsico no existe sin el valor de renunciar en este punto a toda ana-
c!ast: de graJacione.'.:i o de escalas transitorias, sino sbitamente y en form:.t loa:.i ni sin el reconocirniento de la J.bsoluta desemejanz:J.. "Desen1ejanza
o '
di.::;continu:i: el ab:.lndono del ser o el renunciarniento a la antigua vida re- da ev{dentemente una leve idea de la contradiccin dristica y diametral que
ciben J.! instante y en el J.C[O su consagr:lcin definiriva. To1narse en serio opone la inuene a la \i<la: pero J;is palabras del lenguaje corriente estn he-
!a propiJ. c!eccn no es acJ.so aceptar l:J.s consecuencias irreparables que chas p::i.rJ. expresar oposiciones relativas y no la incotnparabilidad radical:
entr:iJ., scnrirse responsable <lel infinito o de la eternidad que instaura? En las desernejJ.nzas dese1nejJ.n una de la otra porque se asemejan un poco una
efec\o, unJ. de !:.is fonnas mis comunes <le la frivolidad y de la psicasrenia a l:.i otra; la disin1ilitud se define con relacin a una similitud al menos vir-
filosficJ consiste en esc::i.mote:.ir el car:cter irrevocable y semelfctico de la tu::tl, y la beterogeneidJ.d con relacin a una hon1ogeneidad latente; el otro,
n1uerte: una de las ::;eil.:.iles n1is significativas de la f:ilt:i de seriedad rnetJ- en definitiva, es reLHiv::unente el n1ismo puesto que se le compara con el
fislc:.i consiste en confundir [a ernpiri:i con el or<len 1netaemprico co1nple- que difiere, y del que slo se aparta dentro de los lmites de un mismo g-
t:.u11c:nte dist!nto de J.qucll:J., en ::i.<lrnitir un co1nn denominador entre la vid:i nero_ Por eso decan1os: la muerte no es distin[a de la vida ('Ei:Epov) sino com-
y la rnuerre, hacendo posibles una con1unic:.icin o concinuos interc:in1bios plet::imen[e disrinta. :ibsolut:i.mente distinta. Esta n1onstruosidad de una al-
entre lo natur..tl y !o sobrena(ur:i.l - pues !:.t cornunicacin supone l:.i comu- teridad-:.ibsoluta que opone no ya el ser al mnin10-ser, sino el ser al no-ser,
nidad: l:.i idea <le! n1ecliurn encargado precis:in1ente de relacionar el nlis :ic: est hecha para <les:inin1:.ir cu:ilquier discurso y derrot:.ir cualquier predica-
con el [n;:s :.i!U., de h~1cer voJ\er J. los resucitJ.<los y evocJ.r el f:Jnt:isn1:J de cin. Si la inuerte y !:J \id:.t no fuer:.in n1s que Jese1nejanres, el discursea-
los difuntos es buen:1 prucb:.i de a qu extren1os se pue<le lleg:1r cua:1<lo se dor tendr~i con qu di ...;c-ursear: no ..:; <le1nostrara. por ejernplo. que lo.s muer-
ignor:1 !a Sl'ric:cbJ d-_ la n1uLr(e: el espiri(is1110 y !:Js pricric:is supersticiosas tos est6.n to<la\':l vi\os, pero que su substanciJ.. con10 la de Jos espectros.
esLin J. un p~1so. C/r:1ndes espiritus. finnes, profundos y lcidos en to<lo !o es 1njs iigera: o por el contr.irio. que los vivos estn ya 1nuertos (pues la
Jc1nj::;. h:in subestiin:idu :.i \-eces. al 111enos en e::;te punto. [:J sole1nniJa<l <le Yid~1 est:. toda ella i1npregnad:1 de rnuerte y enrarecida por el no-ser). pero
lo irre\oc:1b!c-: y sin ernbargo ser:Jn !os primeros en coinbatir el antropo- que son unos n1uerro.s un poco torpes. unos groseros f:.inta.sm<ls. L:.i fobia de
n1orfisn10, e[ bion1orfisn10 y el ego1norflsn10 que son habiru:J!inente los lns- L.1.s df<:renci:is de n~ltur~llez:i es lo que inspirJ. a los hon1bres sen1ejantes pue-
piradores ele e'."'I...' desc-uhriiniento. L:1 re!J.cin entre n1ueno.s y \'i\os no es rili{_Ltdes. Leibniz. preocupado por encitn:.i de todo por l:.i continuid~1d. 1nul-
siquier:t una tt.:.'.:ii:-i oprirni::>Lt: es un deseo 111:gico. Puc.:<le concebirse que Lts tipllcJ. 1:.is trJ.nsiciones L'ntre e[ ser y l:.i nad:J.: corriendo un pdico velo so-
telecon1unicacio11es. que los inensJ.jes teledin"gidos y teleconzunicados ha- bre el corte <lel inst:.tnte. dej que se esfumaran :.i la vez la afirmacin vital
gan algn <la posible !os inrerc:Jmbios con pL1netJ.s lejanos o nos pennitan y la neg:.icin morr:11.
recibir sus serl.:.iles. Pero e! otro rnundo no es un inundo lej:Jno. y el tn:is all: L:i irrevoc:J.hili<l:.id Je! Liltirno instante es lo que gar:.intiz~t la sohrenaturali-
no es el lirnite extre1no Jel J.iej:J1niento ... .N<l<lie h:J recibido nunca telegra- dad <lbsolura de la 1nuerte. Lo irrevocable esi: maquinJ.do de tal suene que
rnas, nadie, y aquellos que pretenJen esl3r en cont~tcto con el rnis all menos el misterio de la muerte permanezca parJ. siempre fuera de nuestro alcance
todav!a. Para eso, en cieno sentido. par:.t restablecer irracion:J.lmen(e una y p:.lra siempre invisihle. El 1ns-all:-de-la-muerte es el ln1ite de la ausencia,

:1-d
Cbmo el Adis en el instante mortal es el lmite del Hasta luego. Esta ausen-
~ia del ausente ya no ser temporal, sino eterna; el ausente se ha ausentado ~
~lo que significa lo mismo) hasta el final de los tiempos. Bajo una forma ten1-
Poral precisamente, esto es lo que expresa la imposibilidad del retorno. El
J;(etomo o 1Vostos en la epopeya griega indica una victoria relativa del hom-
()re, si no sobre el tiempo-irreversible, que no p1.i1ede ser invertido, al menos
s:Obre el espacio: el hombre deshace lo que el destino :ha hecho; despus
de haber perdido el tiempo en guerrear por nada bajo los muros de Troya,
vuelve a su patria y encuentra a su mujer, a la que no deba haber dejado
.tjunca; vuelve viejo, pero vuelve. Por el contrario, aquel que ha auavesado
13. laguna de los muertos no ser repatriado; no volver a encontrar ni a su
-~sposa ni sucasa. Por eso decimos que lo irreversible es inflexible: no puede
ser ni infligido por la fuerza, ni reflexionado por el pensamiento, ni ablan-
dado con plegarias: tal es la-amarga y seria verdad a la cual los 3-dultos deben
hacer frente cuando abandonan para siempre las dulces ilusiones y los cuen-
tos de hadas de los nios. TERCERA PARTE
LA MUERTE MS ALL DE LA \!LERTE

-~-

~-
CAP[TULO I
'
EL PORVENIR ESCATOLGICO

Ser~'i
inril explic:.ir de nuevo por qu, desde el punto de vista de los vivos,
l~1 diferencia entre el inst:.inte mortal y el rn:is all es la misn1a que hay en-
tre el casi nada y el nada. Podra decirse que entre el nada y el casi nada la
diferencia es un simple Casi: pues efectivamente no hace falta C;JSi nada para
que el Casi-nada se convierta en nada; 1\<"ihil o Quasi-nihil es pr:ictica1nen-
te lo misinol Ahora bien, lo que can1bia todo es precisamente el Casi - pues
es la ltima oportunidad del ser antes del no-ser y marca, con un ltin10 des-
tello, la infiniGl diferencia entre uno y otro ... El casi rr::ida en efecto no es nad::i,
pero es con10 nJd::t: e inversarnente no es ;:ilgo, pero sin e1nbargo es alguna
cosJ.: y por n1:s que sea el instanre de la nihilizacin, ese instante no es
1nenos un acontecimiento y un advenimiento; es, en el lmite del ser y del
no-ser, la circunstancia infinitesin1al que ll:.in1J.1nos destello o aparicin eva-
l1L\...;cente. En las negr:is tinieblas de la nad::i. el C:isi deja filtr~1r un r::iyo de
~ I-
esperanz:i, un delgado hilo Je luz ... Si nuestro espritu fuera lo bastante sutil
~~' J
y libre. y nuestros sentidos lo b:1st:1nte :giles p:1r:1 captJr el reLhnpago. tal
\ez pudir:in1os tener :icceso a :ilgun:is rnlgajas de la verdad. Pero cuando
la ltin1a rendij;J se ciena; cuando el ltno resplandor parp;iJe:1nte se J.paga
p~1ra sien1pre: entonces y~1 no qued~1 nJd:l. sino precis~tmente lo N:1Ja y la
oscuridad. ;;\egro sobre negro! L~1 nada pri,:a<la de ese casi es la nada ~t secas
que cort::i por lo sano la cienci:i naciente: en presencia de esa nada-Je-n::id;J
sec~1 y brutal no se puede Jecir siquiera que la ciencia nacieTite h~lya estado
:t pUnto de s~ther en ningn n1ot11ento: la ciencia Je !J muerre est tnue:n:a
desde el misrno inst:inte Je su nacniento.
Nunc:l habremos podido pensar la muerte sin1ult:irreamente a e!IJ_ Del
Antes :ll Durante y del Durante :il Despus nuestr;i gnor.inci;i si111plemente
ha can1bi::ido Je fonna. Antes. es decir, durante toc.b nuesto. vicla. es demasiado
e~

#.. '
~
'\~,:J)ronto; Durante es o bien todava demasiado pronto,_ o bien ya demas~ designa un estaclo. De hecho 1 13. condicin de_lOs muertos es nicamente
-~'':-}arde; Despus es demasido tarde. El_hombre_n_o_- es_nunc;a contemporn'~ un estado y un status?. G1=1arc%mqnos de p_ensa_r qu_e-la mu_ert~ d~ los muer-
:::1--: .Cf.e su muerte-popia: el A.rttes es eif ef~Cto nuestro presente, pefo ese pre ,_ tos se opone al morir (1nori) conJO el estado al instante, y cons1gu~entemente
:v' _sente es el pasado de la muerte; por eso la ciencia que pretende interpre de representarnos el aconte~lmiento mortal en fo~ma de una ansta afilada
't,~~_.),a muerte durante la vida es una ciencia de la anticipacin. ,El Durdnte se--c ue separa la perennidad de-'la vida de la perenrudad de la muerte. Ya lo
:--)S_in duda el presente de la muerte, pero eSe 'presente es nuestro futuro ;ibemos: el Antes Y- el Despus no son los dos lados simtricos del Durante,
:_~-:fues la ffiuerte-propia est en futur dli_rante _toda.la_ vic!~-propia: _estas~:-' como tampoco el pretrito y-_.e(futuro son los ~o_s lados. del presente .. Se
:_-: gunda ciencia, lo mismo que la primera, est siempre adelantndose o- p Uede hablar en efecto de una perennidad
. . vital en -la 1nedida en que la . vida
.
:~;~jetrasndose cuando se trata de-la ~uefte aj_ena ~ p_ues o bie.n nos anticipa~-: es plenitud de continuacin Ydevenir concreto pre~ado de a_contec1n:1en-
'>,)llOS a esa muerte, o bien tenemos noticia de ella_taide y_pstumamenre. En_ tos que la animan y la diversifican continuam~nte: solo el e~cadenam1ento
-'.~-;--.:cuanto al Despus, es necesariamente_:-~,~estO pluscuamfuturo: el conoci-:'? cronolgico de los an;1les, efemrides y horanos da un sentido a. l~a p~r~~
'.:,:'.miento que pretendemos tener es por lo_ tanto, en todos_ los casos, un cono-_~-: nidad. Pero dnde encontrdr, ms all de la muerte, una suces1on hxslo-
cimiento que se anticipa a su objeto. SObi"e .el- 4_fes :hay mucho que deci;--:-~ rica de aconteciinientos? Ese Despus en el que no sucede absolutamente
: _ con tal de que se hable de otra cosa y alUsivamente, es_ decir, jndirectamen-_ nada est todava mucho ins vaco de incidentes y de sucesos que la ab~
<-:-~e; por eso se habla de la vida cuando se cree est~r hablando de la muerte, 'i rrida felicidad del Paraso antes del pecado! Lo que da comienzo despues
del mismo modo que se habla de !;is maravillas de la naturaleza con el de la inuerte -desde el punto de vista de ]os vivos, no es por tanto.una peren-
-'-pretexto de que nos cantan las alabanzas de Dios y de que Dios -est pre- ,- nidad ;irticul,ada en periodos 'y en episodios, sino una eternidad a:norfa: una
- sente en todas ellas. Tan afilado como la punta de una aguja, el inenarrable . eternidad de no-ser. A parrir de ahora todos los calendarios estan ~nncua
instante excluye tQdo discurso: nicamente una intuicin acrobtica podra dos. - El Ms All a secas, el !v1s All estrictamente hablando no est, co~o
mantenerse en equilibrio sobre esa vertiginosa punta. Si el Antes es conoci- los pequeos ms all relati\'OS de la continuacin, 1ns all de esto o mas
do, Y demasiado conocido, y si el Durante es a la vez conocido y descono- all(l de aquello: pues en este bajo mundo nues~ro .. en la z~na ~e las catiSas
cido, y por consiguiente apenas conocido, o, lo que significa lo mismo, casi puras, todo lo que es ulterior es igualme"nte c1tenor; a~:u ab:o_~~d?. ulte-
desconocido, deberemos decir entonces que el Despus es totaln1ente des- rior encuentra sien1pre a1g-1.:in---Ulterior que le gana ... E1-1Yl5 AJl;i__a15so1uto n~
conocido: tendra que morir uno mistno para entrever, y a fortiori para cono- est a su vez ms ac: de cu:llquier otra cosa: este mJs all5. de todo no esta
cer desde den[fo eljf>re ignotum; pero hay que estar completamente muerto, nls ac: de nada! En Aristteles la metafsic:i es una sitnple sublimacin de
pertenecer uno mismo al reino de los muertos para poder conocer una tierra la fsica; pero no as en Piarn. Y sin embargo, tanto para Pl::itn como para
absolutan1ente ignota de la que ningn vivo tiene la menor idea. Y ;:is nos Plotino, aqu y all. Ev1'aU8a-EKtl. se dan juntos intemporalmente para u.n
enconrramos. a las puertas de nuestra ltima aventura, mis desvalidos filsofo que sepa leer el arquetipo en la iin::igen y que dispong~1 del~ escala
que nunca. y dispuestos sin embargo a cinprender el viaje. Ya hen1os me- diJ!~cricJ para ascender de- uno a otro: entonces, aunque la distan~ra de la
rodeado bastante. ,.:_Con qu pretexto poclr:in1os retr~1sar todava 1ns el Ti'--rra al cielo i111pong:1 Ji ~1hna la prueba de la cOn\ersin, ese_ ~A..ll:i _que no
mornento crtico? El captulo de circunloquios y n1or:itorias se ha terminado. est eI1 absoluto n1s alL1 es todava accesible desde aqu. El 0.--l;:is alla de l?s
La silenciosa, la n1isteriosa selva de las cosJs postreras se extiende en la otra cristianos se alej:1 infin~1n1t"nte hacia un futuro aleatorio: el tiempo de la h1;;;-
orilla. toria se interpone entre l y nuestro presente. . .
As coino la gravedad derern1in;.i sobre la Tierra la polarid:l<l uel Arriba Y
del Abajo aunque no hay:i Arriba ni Abajo en el univer~o, ::is~la tempora-
1. El Jtfs a/ld es un futurc?. lidad vectorial de la vida y el sentido general del devenu, o dicho de otro
inodo la futuricin, hacen del ms all postletal un futuro, porque en efec-
Habiendo rr;itado ya, a propsito Je la vida, del 1no11a/is que expresa una to esa ~era .. nueva con1enzar:. despus de la muerte y porque la muer.re-pro-
propiedad abstracta, y del morituniS que designa un futuro y una vocacin, pia representa para cada hornbre el futuro ms extremo de tod?s los fu_rur_os.
Y despus, a propsito del instante, del mori.hunclus " punto de" morir y y sin en1bargo. el ms all:. no es propiamente hablando un futuro. ~1 bt~n
del manens "en trance de~ morir, debemos trat;ir ahora del mortuus. que es cieno que los tres tleinpos c~el Tiempo son correlativos a roda conc1enc1-a,
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y que el fuQiro e.s una derermin:ld:1 mod:l]idad !m:Jginaria del presente, u aventura siempre t-iene algo en comn con los acontecimientos de la empi-
cierta rnaner:l de representarse :.ll no-ser del J.n-no y de anticipar el ser de- ria cotidiana: en sus ensoaciones ms fantsticas y ms des\ergonza<las, la
- ese no-~ec n1ientr:i.-.; que la . futurid:.ld,, dei mis all: es un::i sin1ple proyeccin' imaginacin del visionario construye sin embargo la aventura a partir de su
bion1rtic:1 y biocnrric:J, y es unJ prueba no ya del ms al15, sino de1 ms prosaica existencia: Gulliver, en lilliput, no descubre otra cosa que el gnero
ac:i. Por lo dem:J.s, e! futuro slo es futuro porque ser presente rnis tarde; - humano, aunque sea un gnero humano en miniatura: las dimensiones han
je] fur~ro es el hoy de ~i:ian_a! Pero cmo llamar futuro a un futuro qu~ c:1mbiado, pero no las proporciones relativas; en definitiva, se trata de una
no sera nuncJ. preserHe?. un h_auro que no tendri nunc1, en- definitiva, uri-~-' simple cuestin de formato o de tamao: ampliacin o reduccin, gigantis~
Ahora? Po~que cuando ese fururo hJya !leg:J.do, no h:Jbr ya conciencia que - mo o enanismo - la fantasmagora ms barroca es en resumidas cue1tas un
p_ueda decir Hoy, 1\'unc, .-\hora: no habci y:i. conciencia para recordar el pa- simple fantasmagora cuantitativa, una exageracin o una inflacin, y por
S.'.ldo Y cor11p:1r::ir!o con el presente; no habr: y:i conciencia para prever el consiguiente nunca llega a dJr el sako cualitativo a un orden completamente
ft~[uro siguien[e. Los futuros de la en1piria son futuros que se dej:1n de un distint y a un absoluto desorden. La excepcionalidad de la aventura con'-
d1:1 para otro. que se protong::i.n y se pro!ongJn indefinicJJ1nente: nuestros firma las reglas de l::i. cotidianidad. En el mon1ento en que !a avenrura cree
proyeco_.;; \uehen un:1 y orr::i. \ez interrninablcn1ente en ese de\enir. AJ revs ser la cosa ms extraordinJ.ria es cuan<lo es la cosa rns ordinari~i', la ms in-
de esos tlHuros intra-[e1npora!es, el futuro escJ.tolgico que ll::i.inarnos ms traordinaria. Por el contrario, entre la extraeza y el ms all de .la. experlen~
J!l: est::ri eternan1en:e por llegar. Visto desde aqu abajo, ese futuro sin pre- cia cotidiana [odos los vnculos han sido rotos. No hay pab.bras para desig-
sente ni p:ts:1cio. ese fururo sin arnJrr:1s flor:1 corno un barco a Ja deriva sobre n~i.r esa extraeza ni p::i.ra describirla. Porque, de:spus de todo. lo extrao-y
!os n1J.res ulteriores. jEs un n1onstruo del tie1npo! El fururo finalmente, cuando lo fan1iliar no estn separados lo uno de lo otro 1n::.s que dentro de un n1isn10
se hace in1necli:uo, se presenrific:i en e! :ld\,enimienro; y el advenin1 iento orden, como los contrarios <lentro ele un n1isn10 gnero. - Por eso los hon1-
n1sn10, .qu otrJ cosa es que el :tcontecilnienro a punto ele ;:icontecer, el bres se esfuerzan tanto por in1aginar lo iniflktginable! Por eso todas las es-
acontecuniento aconrecldo. el acontecin1it:nto n~1ciente todava en JJ.s fuen- peculaciones son lci[as, las 111:1.s fantstic:is f:.1bulaciones, las noveL1s n1:s
tes bautisn1:ilcs? En el ~tdvenirniento el futuro n1:s manifiesto se aouz::i. v se dispar::i.tadas. las ficciones 1n:is absurdas: los muertos no nos desn1enrirn,
' 1 ~ '
co_noens:1_ 1ast:1 co~venirse en un punto. el punto preciso en que Jos posi- los rnuertos no volver:n par:i. protestar contra las ocurrencias de los boca-
bles ele! tururo devienen la :JCtualidJ.d di:'.'! presente. ).iunca se puede estar zas. Cuanto n1eno.s se sabe de :tlgo. ms se h:i.bl::i de ello. Desde el descenso
seguro de que e! aconrccin1ienro en trance de aconrecer ser un autntico a los infiernos en las obras de Hn1ero y \/irgilio hasta la epopeya de Dante,
acontecinuento, con10 nunc:1 se puede e:-:rar seguro de que ta coronacin de cuntas precisiones y minucias. cuJntas fantsticas arbitrariedades!, cunta
un rey inaugure un verdacleo rein:1do. Sin en1hargo. el advenimiento es Ja abunclancia de detalles en la ignorancia! 'Ava~to<; s EAzytv a Kel 't'.801. lee-
prornesa de! acontecin1ienro prxiino. lo rnisn10 que. \ice\ers:J. el :lcon- rnos en el dcimo libro de la Repblica a propsito de Er el panfilio: ha-
recirnil'nto c._"." e! :tchcnin1ientn que ~:i hJ re-nido !u::;:1r. Pero ele qu ;iconte- biendo re:-;ucitado. cuenr:t lo que \io all:L ahajo. Ahora hit:n. no h:1bJ \-i~ro
cirnie11to-..; podr:1 .-..;er Lt 111uc-rtL' L'! :iLhenHEliLnru:. L:t eternidad inintic:i no n:tda <le n:ttLt. porque nunca haba e:-;tado :dl: in\ent:1 sobre la 111:.i.rcha to-
e~" :1c:'." un tk.-..;ieno ciL :1contL'cin1iento."'. un:t ininensid:id negr:1 y un g;an do lo que \:.1 cont:in<lo.. Y precis:unc:nte por esa razn. el panfilio e.) ina-
...;denc~o clc.-..;conocdo en el qur: n~1d:l suc:...lk ni _-;obn::Yiene. un en .sin de- goL1ble. Platn al rnenos contaba un 1no. es <lecir. una al-:gori:.1. Los hon1-
veni~ ni r~cuerl~O:-; ni allccninliento de nin.un:t cl:1se? Aquellos que \'en en hres fabrican novelas esc::Holgicas o dibujan el m:1pa1nundi del otro inundo.
~l nL1s ~i11_:i un .1:1uu:u_,:tunque fucr:.1 t.'! n:.i~ glorio.'io de los futuros. :iunque se rcpresenu.n el orden n1ct:1cn1prico a in1agen de la e1npiri:.1 y constn..1yen
tuer:t un fu1l1ro !!HL!iginlc. consider~1n '-.:'! ~!rnhr~d de l:.1 n1uerte coino el ad\e- un n1js :i!L que es un n1:1..i:; ac: sublirne: como e.sos uropi.-..;tas ingenuos quL
niiniento c.n1pinco de ese tlicuro. Pero si el n1js ~t!L no es 1111 Jltturo v 5 no irnaginan el futuro en funcin del presente. Ja escatologa antropornrfica
suce{/e n~1d~1 en_ !:.1 etern!cb.d minric:J. el ~tcce.-;c_) :1 csJ eternidad no Podra proyecta en el mis all las lineas ntidas <lel ms ac y naturaliza <le ese
de.sernhoc~1r n1:.i.s que en una \a muerr:t: en ningn c:Jso et :.1chenln1iento n1odo lo sohrenatura!. Y sin e111hargo ese otrn 1nun<lo siempre <lisrinto a ro-
lnici:.i ~tqu un:1 .-..;erie de ~1cunteciin!entos. Con10 r:in1poco preludia ninguna J.o. no es propiamente hablando ni orro ni siquiera. un 1nun<lo! 1\ veces se
ru.:entura. ~Acaso no repre.-;enr:i. la avenrur:1 el gr:1do mis alto de inrensicJad represent:.1 tan1bin la vi<la ulterior como un :.1rreglo ms o menos extr::io
pJ.sional Y novelesc:i en el acl\"enin1iento Je un :1con[ecimiento? y sin en1- de e!ernentos tom:i<los prest~1dos a este bajo mundo, pero dispuestos sin pies
bargo_ por r:tr0tic:.i. por inslit:J. por in:1udlr~1 t.' indita que pueda ser. la ni cabeza_ Por eso e! condenado ~t muerte de Victor Hugo imagina una
--o;,-,

, '' , , ;:~;Jc!!1'tm1etr".' inversin de las relaciones habituales: el otro mundo, como-~ fro[\tera nos inspira an,gustia, pero los peligros que nos esperan en un pas
Plo_tlpo, ~~ ~n mundo_ al revs. Este mundo al revs, es u_n _ofden _ c~' ,e:xtrdnjero nos llenan de temor. De este modo se oponen. en cada hombre
pk:tam<or.1te 1st1.nto, o es ms bien el rnismo orden boca abajo?""Parece ~( - ~13. angustia de morir y el terror a estar muerto. La artgasta es el pnico que
esencia. del cielo sea luminosa y que los astros son manchas oscuras . se apodera de nosotros y nos enloquece ante la inminencia del instante
.> zi~''l'ique en Jugar de ser como brillantes lentejuelas de oro sobre terciopelo ne~ mortal; pero la vida ulterior, tal y como nos la imaginamos en este mundo,
puntos negros sobre una sbana de oro.~1 El ms all es.en de . Ia vida ulterior objeto de nuestros temores, es evidentemente una amenaza
.. . >i]ict~ ~;;;~,~l~~ del ms ac. Pero, por supuesto, aquel a tjuien-Victor Hug: lejana puesto que comienza del otro l_ado del umbral de la muerte:. Pero
_ estas palabras es todava vivo, y habla el idio1na -de los' Vivos. Pre sbre todo, la angustia del instante es un sentimiento inmotivado. Y en efecto,
.cupado por encontrar en la vida ulterior peripecias y una sucesin de acon~ el instante sin duracin ni densidad ni contenido no es propiamente ha-
'f0>tiocimier1tc1s. el vivo se la representa a veces corno un viaje; un fabiiloso via" blando una razn para tener miedo, con10 ya saban los Megricos: no hay,
que no es necesarian1ente in Paraclisinn! "Eri qu- nos convertirem6i literalmente, nada que temer en el instante: como mucho, un mal trago que
;(.d<OS>mi's de la muerte?" Aquello en lo que nos convertire1nos despu:S de la p:isar! La ablacin de la vida se parece, si nos olvidamos de la forma de pro-
mm:me, Dostoievski trata de cor:tarlo en el Sueiio de un bonihre ridculo;2 y ceder, a la extraccin de un diente: antes de que os deis cuenta, el diente
a _ral ~f~~to todas las fuentes ~e unJ. fancasa pur:tmente- antropo- ha desaparecido! ... Nada que tenga que ver con nosotros, y casi nada ~n s
y b1omor~1ca: el muerto, suponiendo que se convierta en algo, re- nlis1nol De hecho el hombre, animal racion_al, no reconoce de buen .grac!o
.-_ c~rre despus ~el S\1icidio -una sucesin de abismos sin fin semejante a 05 ",_ que tenga n1iedo de casi todo. Es indigno de un aniriial raconal tener rhiedo
circulas ~el Infierno dantesco; su vida ulterior prolonga su primera vida en" de casi todo, no es razonable temer sin _razn! La angusria de lo inrnoti-
un desphegue de fantsticos paisajes. __ .-_.- vado seci por tanto inconj'esable. El angustiado ten1e en efecto algo, pero
algo que no es nada en cncreto que pueda confesar, un no sabe bien qu
que es un casi nada y que no puede explicar: por eso finge te1ner aque1lo
2. La angustia del instante J' el medo al rns all. que no teme; camufla su inexplicable angustia desviando la atencin hacia
un miedo explicable que pretende sentir. Y poco itnporta si l mistno no
.Si el casi nada, si el mniino-ser del instante 1nortal es el objeto cuasi ine- est: muy convencido de ello ... Aquel que ne quiere c0r1fes:!.LSU f., lt:J de valor
xistente de nuestra angustia, el ms ali:, concebido de una n1anera antro- Jnte un mal segundo, aquel que no quiere que parezca que teme al inexis-
pomrfica Y como una variante del ms ac:. el m:s all con sus an1enazas tente segundo de angustia, puede decentemente manifestar la mayor in-
Y sus p~ligros de~c.onocidos es el objeto de nuestro n1iedos. EI helenismo y quietud sobre su destino pstumo. Semejante preocupacin le honra. El
determinadas religiones de la salvacin han reconocido, tanto el uno como angustiado, para tranquilizarse a s mismo. camba la preocupacin vaca del
la.s otras, 1115.s bien e.sto.s rniedos que aquella angustia. La fohia del instante insrante por los sustanciosos peiigros del .YI:s all:: corno los judos per.'ic-
es al 1niedo del rn:J.:-; all: lo que el valor es :il aguante. \l~tlor para cornenzar (Juidos duc1nte la guerra trataban en oc:lsiones de no pensar den1asiado en
o valor p~1ra t<.:"rn1inar, el \"J.lor por excelencia c>s en los dos casos b. virtud .~l inconfesable n1iseria, en Lt n1aldicin que pes.'lba sobre ellos, en la espan-
del homhre que osa. e.s decir, que afronta L1 repenrina mutacin del instan- tosa y desconocida suerte que les ~speraba. y reivindicaban para s-mismos.
t~. El _va~or_ e~ u~ estado de ale:ra ant.e la inn1inencia del peligro prximo. sin gran conviccin. las valientes y confesables preo<..Lipaciones de todo el
l.or e<-;o Lt tu111clez. que no osa, tiene tanto que 1er con la angu.sti-J. L:i angus- inundo y las honradas preocupacion<.>s de los dems pueblo.':l en guerra: difi-
tia. en esto. es el elen1ento con1n a la rin1idez y al pudor. ;\caso no existe cultades de aviruallan1iento. falt1 de calefaccin y alertas aereJs: ellos ta1n-
un pu~or <lcl instante? Por ejen1p!o. la inno\acin es mis bien objeto de bin ca_1nbidb:ln la inexpresable :lngusria del extem1inio por una muy ex-
angustia y l~ ~ovedad ob_jeto de temor: pues s~ experimentamos a las puertas presable y n1uy confesab!e preocupacin, por una preocupacin fundada
l'.el acontecin11ento una aprensin ansios~l. ternen1os. con un ten1or sin angus- que pudiera explicarse discursivJ.n1ente y justificar el miedo. Un hombre
tia, el nuevo orden que ese carnbio instaura: y por eso misn10 atr::tvesar una digno de ese nombre slo debe ten1er io temible . .Lvlejor an: cuando un
hombre siente un terror legtimo, lgica o etiolgicamente motivado, es la
1
le Dernier_io11r J'11n 1.:r>1tu1nne. .-t. cosa terrible la que causa el terror. A la cosa terrible Platn, Aristteles y los
l S11e1io de 1111 hnmhre n'dic11/r, i Rdato f:mt:istico. !K--1
Estoicos le dab:ln el non1bre de bElvv y de q>o~tpv . .'\.s pues, si utilizamos

j'j
''" .b d dr eludir el afilado cor-
- ;~~1 lengu~1je ele! Fer:ln, JJ cos:.:i ternib!e es JJ suerte d~l difunto (tc6vva'.ii),, y choque_ con ella fro~tal.mente, e~:;~~ o~~e~ ~~:;letamente distinto sea la
.::'.en cu;_into a !J :.:ingustL1 de fallecer (Cc.rco&vfcrKc1v) no es nada. Del mis te d_~1c, ,"o-~rtn_~/pe~~~~~ ;~~:~~s a~i,
el sabio ms sensato estar exdpuesto al
--s- ,.,::;-~"'--iiricdo, k1s creenci:_L.;; popul:1res '.f los terrores religiosos tienen habitualment __ neg~'
1 ~ pues el or en com-
~ --<-_;:;f?'pr objeto no yJ. el c:isi nad:i del ins[ante, sino !J. preocupacin por nue_ enloquecedor y desgarrador instante de a tran~~~:; ante todo completa-:. -
--~--fr_o eslldo ulterior y !::i Jmen:J.za de los castigos eternos reservados a los co
-"_;1,~:en:idos. No tiene ac:iso el pec:idor buenas razones para temer la:S sancio.:
pl:1;~~~n~:t~:~Je~s~u;~~t~~: ~~:t:~t:erro; al ms all se cotn~e
ni .. , . e seala su comienzo; desde este punto e vtsLa
-:;'.'fi_es sobrc:naruraies que ha merecido? A l::i gr:iruidad de una angustia sin razri: con la angustia del limtte qu , d 'b'da y recpro.,--
-;;;_:( contc:nido se opone el c:irjcter .rico del temor y del temblor, y al pudof_ la ex iracin del ltimo suspiu no podra pasar esap~rc1 i . e uiere
-p 1 filosofa del instanteo si no hay Des pues .o (lo qu q
.~:-)nrnotivado L1 vergenzJ. rnori\ada. La salvacin del alma y su destino des-~ cainente, para a . ~ ada la n1uerte no es seguramente
-_'.::1".Pl.12-s de /3 n1ucrte, Ja altern::tti\"'1 del P:ir:iiso o del Infierno - J.qu tenemoi--. decir lo misn10) s1 ese Des~:ies .no es n ' . n es decir una creacin al
-~ Jno es cierro? una buena Jpuesta. Tod:is las diinensiones circunstanciales de-~-- nada ms que una nihilizJ.cto~- sin ~0:11pensac1 ' atreve~os ni a imaginar
revs, es decir, unJ. desap:iri~1on ~ag~c~ y ~~~r~e un ser. y viceversa,_ la
-.s -
nue::.tr.1s preocupaciones empiric:is se encuentran en esta seudo-inquietud
:'."~spiriru:il, pero :i escala colos:il: dnde nos encontr:iremos?, cunto tiempo_, ese inconcebible desgarr::i1~1ento e ~r ~ dar se confunde con el ten1or de
'.'pasaren1os en el purg::itorio?, qu va a ser de nosotros? Ubi, qua1ndiu et quo- aprehensin angustiosa del instante ni. iza t a dada roela en-
niodci! fIay n1ucho cJe que h;_ibl:ir y mucho que ref1exionJ.r. As como la edu- :---. 1; eternidad mintica qu~ ~se instante r~a~J~~~:u;t~l~s~s corno es si se redu-
. cacin rnoral nos acosrun1bra a poner por encin1J. del placer de un instante tcr:l en ~se instante; _es~ instJ.ntee~~ns~~~ un ac~ntecimiento en curso: apre-
la feficiJJd ele toJa una vid:i, :is Ja educacin religios:i nos ensea a poner_ 1.er::i al simple adven1m1ento rep .d d d no ser de la que
cia una etern1 a e - ..
por encima incluso de b. felicid:id !a permanente preocupacin por nuestra hendemos el i~stante ~o-rt.:i plor::~~ sucede con los sentimientos e1npri-

~~:~i~~~7~?:~~~:::~:~~t~:~~: ::~~:~:~~~~;~~:~~:~~'.~:~~~~~~
felicidad eterna. EstJ. preferencia por la salv:icin eterna, incluso aleatoria,
cor rch1cin a una felicidad terren:il, incluso cierra, esta inconmensurabili-
dad de Jo infinito y lo finito, es el ner:io n1isn10 de la apuesta de Pascal.
hender la desgarradora ltima vez p~r l~ qule .h:q~~~~n;~:~: a~rehen~ido
~J
Nues[ro infinito fururo es incluso lncon1nensur.ible con el instante que abre:
el inst:inre no dura. prccisan1enre. rn:s que un instante; nuestro futuro ps- ta [odava. - Dicho de un:.1 fonna ma~ s1mp e~n miedo motivado ni el Ins-
turno es infinita111cnte rr1:s irnportante y n1:J.s voluminoso que ese casi nada, 1"-- -
> en la muerte no es ni el Infierno, obeto de . . el
e es obero de
t-:J.nte mortal, objeto casi inexistente dte ltaemane~~:~1a~:r:%b~~to es la nalda que
,':-
~l iene rn3s peso, pues llevJ. consigo !os intereses superiores de un destino
--


. d 0 de una angus ia,-.
espiritual. Quin no Jceprara, como un momento des:igradable, el dolor ' . un m1e o angus I 050 .1 . se prenere 1a n1h - que desemboca
l 1zac1on
rnis agudo del ins[anre 1nortal, si pudiera :iJivinar en ese dolor brevsimo y resultJ. del aniqu1 amiento. s1 . ', ,h1'l1'zacin :;upon<lr:.in cierta
L . -. r o-os eternos sin a n ~
casi inexistente el pnco de un:.:i eterna fe!icid;id? - Sin ernbargo la fobia del en el eterno ,\ t -71 " <....1" 10 - . .. . ] t pero supervivencia Ji
_ .- , .-. unt -;upervnenc1a o 1en e,
Dur:trHe y el ten1or ;_ l)e::;pu~.s ::>e cont:igi<ln un;_[ :.il otro. Evidenren1enre el onn:.i de _,.;upef\ J\ enc1.t ~. la n1<l1 sera todava in:i.-> in-
"in y ~1! c::ho: la nihilizJClt~n sin la ctern1d:id de
L. ,

c~1r:cter cu:i.-;i en1prico del n1is ;:lJ:.. en cien:1s religione."> soterio!gic:::rs, - ~ 1 - ~ que no
i . . .. , . un breve corte de corriente. Pero una ni 11 izac1on
puede inn1uniz:tr J.l inuribun<lo contra l<l :ingusti:1 de morir: :il esr:ir el ms s1gn1.hc:inte que .. , l" de corra duracin no es una
~ill todava un poco n:J..s ac:. del misn10 n1odo que el 1n::s ac-5. ya relati- c:s definiti\~1, una nihiliz:i.c;_on q_ue e.s un ec 1pi:11ediatan1ente la n~~da. En el
v:irr1enre n1Js all::. !a n1ut::tcin rnorta! no es una mur:1cin inconcebible y nihilizacin. El ca.si n~1dJ in1phc:i pbor ~::intoh d el no-ser eterno implcito
n1on:;ruosa. sino un can1bio corno cu:dquier otro y apen:.:is m:s profundo n1iedo y la angusti~1 juntos. el ho'.11 re J.pre en e
que cu:dquier otro: !a tr:in.sfori11:1cin de! ,.\o en 1nuerto supone, como lJ.s en el innitno-ser de \a nihilizJcion.
rr.in.sforn1:icioncs insensibles, un anres y un desp1Js relativamente compara-
bles: l:i sobren::itur:::diz:icin del hornbre natur.i!. por mucho que sea discon-
inu;_i, nos :iyuJa a cruzar sin :ingusri:i el fatdico un1braL Pero inversa1nenre 3. La e:::.peranza y el optatil:o dese:::.peraclo.
[.Jrnbin, las religiones rnenos biomrflc:is y las mis profundas :idmiten gene-
raln1enre un3 eternidad inconmensurable a ]J. vid:i hum:ina: mientras que la
eterni<l:id n1et:iernprica contr;1cliga violent:Jmente !:i continuJ.cin empiric:i

_\-:;_!
ti =.
, 11'
El ms all, si est reahnente mas a a, com
pletamente ms all de todo
_. . t debera
.- . , - o es propiamente h:iblando un futura; y por cons1gu1en e
mas aca. n
Ci'}ii<;Xc'.]uir tanto-la esperanza m . d l -__ -_<-
:<o't:<leJ Infierno: pues el Para<.:o ~~cenan~ e Paraso como el terror inter~~~- extingue~ D-eseo i-?"eprimible :Y ardiente entre todos los deseos! Pues el deseo
sublimado - d l . . ~ d es _mas. qu~ un rnundo Corrio el de aqu a
r- e I)11mo. mo o--que-'--e!~-Infierno es un mundo mo t ,_.,, de tOdQS !_os deseos es_ ~UC /lUestra insficiencia_fundamentaJ s6 compen-
grosero y deforme y po l d r , ns ruos sada, q~el'Oeseo m=~tJ:fi~~O'.p=;;'f ex-celer{cia,-~se-deseo de in1nortalidad d-l
incluso del fut -= r o. en1as, como el ms all, que esr m'
que hab_lab~:)iotna_ . Y del .qi.:ie 'tambin habl Miguel de Unamuno, sea fi-
.
u.ro_. que es un pluscuamfuru "b _ --- _,
.. \<j~v, esperado?'Landsb . -G- b. ro, I a a ser, en senrido_pr nalment~_. sati-?fecho, _qe ei ,ici.Consolable .sea finalmente consolado; desea-
. . ~-rg y a ~1el_ Marcel han hablado en trminos ta . , ._ -, ..
1a d1stinc1on entre e.Spe an d _ na mos ~,,.bi_n e[e~~izat el tfeu1-Po. de la vida, dicho de Otro modo, no morir
tenemos nada U. - - - . - __ :_r za cerra a y esperanza abierta qu- jams;,p :_b~-~n .prslongar la ,yi'.ct<;L. ms all de Ja mu~rte, ya_ sea inmediatamente
propias palab~s~-~:d11~ :~r~e~to._Preciser~os sin e111bargo, con nuesi.:
por me;cliq_de.algn tip_de,s.~tJ~_rviven_ci_a', ya S~a, desJ?~s_ de algn tie1npo,:~ ,-,,.,,."
felicidad n}isma qtie~ ,- p ---~ espe_-ra siempre algo concreto (res);
spera .es un_ s,1mple eudemonismo am liad . : por uJ!;:,reBaciiiento. Per?}~9i de es~~s-ser posible_ P?ra _ el hombr~ desd;~~f.,~:::c.-q
un s~~~o rrierclenaria,~ anexi()f\i:~~a y pleonstica ... Se p~1~de ~n:: 1:.:. el mome~_~o en qu~ est -m~-r..to! Aqu se oporien como el da a_la goc;he.e}::~-::-:--
cJJ<ornnza ener e corazon transfigurado p 1 . - _. _: - activis_~c\ facional y rrU}it~T;\\4jie l~ actitud elf!'.idiana. jr el q_uiet!s~o_-!fras:i~~.~~i.:-~;.~:'
:;eso<ora sien1prtfu.n futuro temporaJ.y' or a esperanza! La esperanza na_l de}~l::?-Ctitud optativa:,.!;::b~.ho1nbre esperai;zfi!-do_ se recon_oce,a_s n1isn:i_<?}},j.,
.- por otra parte la espera z - .
twndado Y r.elativamente razonabl~-'--:no se d . J . n a, senturuenro - en la fin?+l_fdad y la transp~.f'i*c;ia_..de un futurorel_ativ~mente in[eligible qqi~~~~'1 ,
po a sin as razones de la e -
res.o supo_ne el riesgo calcu!i~O y la torna .de p t'd . J spe~, nuestrQ -trabajo puede n1odJb;ir_ y que da un' Sentido a nuestra colaboracin;:,;f
.,,.,urna parr1do en lo que Se refiere a-f,. -.- . .. . ar r o, a esperanza y nues_t_rO~ deseos por el c?~~Ji_o se proponen_ no modificar, sino smeter~,e~l'.
a la posibi!idad'de ~p. :t_ probabr11d..ld de un acontecimiento y
a un d_e~t~no opaco y abstJrct:~o .a 1.1na voluntad_ insondable de la que qepen~i'~J.
_ _

- - exrto: Juega aventUr:.i.dan -~


;._-:juego optimista de Ja eventualidad--fi:VOrabl 1ente, pero razonablemente, el; de nues.tro futuro: la confict!:Jza ha cedido su puesto a la espera humilde. ;}~
e.aventura vale la pena Por e 1 _--' e, desde el momento en que la pasiva y fatalista de la conce~:?n;. Los obje[QS priv.ilegiados de nuestros deseo~:~-~
ne la eva. luacin de l~s -J~bm!pdod, ~~ ~sper:inza_de recobrar la salud s_upo- sern pr tanto preferenten~hte -c2x oK E<p' f\l v; las_ cosas fuera del alcan~,~~},f
posi 1 l a es de curacin p 0 .
'-esas posibil_idades la _
. . esoeranza concede crdito
.,. _ ' r m1n1mas que sean
- d.d de nuesto libre arbitrio y q;~: nuestro trabajo:- la loca felicidasi inmereci:cf~-,
~: c.undidad del tietnpo h , -- _- - , por an_a t ura, a la fe-
. c.td d _, ay _que tenerc;onfianz~1. en ocasiones contr:a t d que el determinismo y el cu.~'.o n:itural "de la _futuricin no con.Seguiran nqf;-~~~~
u-.J. t t a . en I~s _vrrrud f . _ o a pro- malme_n_~e .nunca, el encuen~O .con la muier afnada_y las cO:lncidencias no;v~:~}
cuando 1; victoria es-r:: ru6~' ~cantes _del futuro y de _la_ evolucin. Incluso
_
-realidad que una racio 7~ d_ err:en~~ i.J!iprobable, la .es_perJ.nza- plantea en
!escas de _la vida 1 i-a increble Serte, el gordo de_ Ja lotera, los reg:.ilos deJJf.:'?fa
dos al azar y las sonrisas de fltfortuna, en' uri:)x,tlabra tdo lo que no sus:e9~~~-~.
car: un da su: te~erida~-.~1 a ~ma~i'-~r-?fu~da. pero to~ava invisibl_e, justifi- nunca, ._y finaln1ente la victo}ia- sobre la murt~;)::sa muer~ ql;e semp~ec-_:;s;};'~
e.s desesneradain. / d- -: _ .__,m_as ~ . ,__ pqr su parre. no siendo nada.racional . -_,~ : _- , ' ,_ ' - ' " ._-.,_
''c;-l.'\'~l.-'

r en e eseauo mas que- .an~ - - - 1 ' evitable Ysin embargo siernpre inevitable; esa n_1uerte que.nu.nca es,ne:c_,sa..:,:::~1;'.,
momento el . d- - . , r_ '>Zona{ amente esperado. En ese
optativo esesper.ido se funde , I - . . .. - ria en ningn mon1ento dete'rminado y: sin eihargo es \1ec~saria Sierri'P'i~~~;c
P~ri-nza espera l con esperanza 1ntrn1ta. La es- En la n1edida en que \:.i. hora es incierta. la n1uerte puede ser objetO de
, o que espera ::.peratzun e - 11 .
ticipio po.stdo _ . _ ' _ s e a n1t'i1na ese objeto, ese par-
,' p.1s1vo, en cambio eJ oi)[ati\o 1 . . . 1 . esperanza. En la rnedida en que el hecho---cle-la--n1uerte es c_ierto, 1:1 n1()rt~~li-_.-f.- ";,--
naUa de :irticu1ir. d . I t e e."C'spera< o. que no espera dacJ es L'I objeto de un de:-:i:o. Ll e.spcranz;i esti-iba en uria c~tinuacin _i,rlrTI3_::~~
' es1gn:i e acto de espe . .
que debe ren -. , r.tr. ~"fJerare. en. general. Aquel
unc1ar a una esperanza se :irreal- . . nente prolongadJ. de super::icin en super3ci6n:-Pero el lan del opt:1tiv9~; r~
r~1ndo otra cosi se . d - ~ ,1ra con otra, se consolar: es pe-
' a aptara a "U peguei de. 1n:s all _de _tal o cl1::1.l fururo_ y desea el eterno advenimie_nto del P~rvll_lr _f-~
aquel que debe - ! . d d .,
a Jan onar to a esper1nzt no
- sesperanza anecdtica. Pero
, . . . general. E-.;pero 1norir lo 111:.is tarde posible, y en cualquier \~.i.so nO esta ,'t1rde:;~ _
desesperad:i es 0 que q d . el ' ' put: e e Ya v1v1r. La esperanza ni el verano prxiino, ni en- ningn n101nento eil partfr:ul~lr, puesto .qu~ ~in_ f
diendo una rr1s ot a 1 ue a cuan o todas las esperanzas se han ido per-
. ' r 1 a esperanza desespertda no eS t duda todo depende de l::i 1nedicina, de la higerie, de la plidencia Y'le' \:na J.'
sin espeonza1 El hombr - . ' ora cosa que esperar concienzuda disciplina. Pero por lo que respeCta a vencer a la muerte en-fi
. e so o vive para el futuro v .- 1 11
no puede enfrentarse al t ' f . , s1~ ern )argo e 1ombre general y a la tempor::llidad. slo puede ser objeto de deseo: b. pro1_nesa- del '.
horizonte. en d - ex remo uturo: el extren10 futuro se pierde en el
es1erros de s1 f Apocalipsis, :i este respecto. es una demoniaca hiprbole que slo tiene sen-:':
que la futuricin se rolon , I e~c10; .. . inttud de nuestra existencia impide tido para nosotros en optativ.o. Tales son los dos sentidos del adverbio qui- t
al futuro cuando est~ falt _gue 1nde~1n1damente. El _optativo sirve para suplir
zs; puede se~ tanto el adverbio de la esperaqzi razona~le, y entonse~_ex-1
. a. e~ optativo es una proyeccin del futuro que se
J"i(
presa la esperanza en una buena salud y una.1.aga vejez, como _el a4Verbio ~-
ele una loca esper::inz- .
~b . d - a que so o nuestros deseos ponen lmite 1
. _.ra ~~ a_voss tr::i u.~e es:::i_ insensata esperanza que apenas osa fo; a
CAPTIJl Il

s'. ~,os quiere ... i:qu1en sabe? Quiz:s el hombre ac3be venciendo a ~ul ,. ABSURDIDAD DE LA SUPERVIVENCIA
t~~ .Co~1-10 no exis~e ningn rnedio racional de somererse al destino mlu
tauvo solo nos dea el ,.., , . ,e o
_, . ., e51r entre 1as practicas supersticiosas y la oraci ~~
recurnmos a la t:ium:i.curgia, o esperamos h "Jd 1 . !!:::
ren1os con !o - f ' f um1 emente a gracia; o carga
. -~ : ueoos J.tuos de nuestras gesriones con el destino o . _-_
rarcmos ::i.l Cielo suplic::indo que nos ayude El , l - , unplC:-:
propiarnente h:ibl:J.ndo ob.eto de un :ico de ,e masl a la n(ol es por tantq _ -
. 1 1 aven urero a ave tu -'
s1en1p~~ de_ este '.1:-n~o), sino ms bien el objeto de una apuesta ar~i ra .e:.
y no es unJ. opc1on libre, sino un:J opcin cie 'l hav CTan~,
lJ. probamos, en cierro modo a pesar del J.bsugr~d. o L, que]F~obar suerte, y.
y ~1 r - ' - as re I!Ones pagan
.. e mora rsmo quisieran [fansformar el deseo en esoeranza y darle u fuas "-
d amento razonable In . PI . , .. . n n.,..
'-r - c U.'jo Jton en el riceda,,, ~
v nr1stote es en a Et
i _zcorntlco, nos prometen un futuro de felicid::id ~n las islas de Jo B:ca a.-
ventur:'.ldos y - . . . ::; 1ena-
, , l . , , por con.::;1gu1enre quicld~fican !a bienaventuranz;:i No tra
l. J111no11a!idad, Resurreccin, Vida perpetua.
~irenc en '.~~tanto _una especie de eudemonismo esc:uoloico. Incl~~o Pas~-
no nos ~t prop1an1enre hablando razones ara cr ~ '
J!LernativJ. rnor::il el inters que d b - p , eer, fundamenta en una La ambigedad infinita del ms all reside toda ella en el hecho de que las
n:i,_ Por otra parre aquello ue e~ he empuarnos a apostar por la vida eter- dos soluciones contr.:tdictorias de la otra vda y de la nihilizacin son igualmen-
pec1r ju.stificJ. b promesa dequn fu o~b_re tiene mor~lmente derecho a es- te absurdas: tenen1os que poner de manifiesto, una tras otra, estas dos ab-
:\I::::; alli del pequeo mJ. - . d rul_ro etico que ha de1ado de estar ms all. surdidades antes de verlas coincidir irracionalmente en un mismo misterio.
::> J. a e a esper::inza hay quizs fu d
dos los futuros un horizonte le.J.n . un curo e to- No acabaramos nunca si hubiera que clasificar todas las quimeras que el de-
do coincidir. c~n !:i esper" . !nf_o_J. parrlf del cu:J.! el optativo desespera- seo de oCTa vida, que el gr:in optativo apasionado ha producido en la imagi-
._,_nzJ. 1 m1t:i.
nacin de los hon1bres. La esperanza filantrpica de no morir jams, para em-
pezar por ella, puede ser considerada como un deseo de inmortalidad? La
generosa esperanza progresista, tan justificada como est po.r el continuo per-
feccionamiento de los procedimientos teraputicos, por b_ posibilidad de apla-
z:.ir indefinidamente la rnuerte, por l::i. indeterminacin del da y de la hora,
esta esperanz:.r. no tiene pretensiones metafsicas. La inmort:didad no es el
..-- .. ;e cohno o el lnlite de lJ. longevidad. ni se encuentra en su horizonte; y no se
'"~~ llega a ser inmortal a fuerza de llegar a vejo, y ser cada vez ms viejo; una
~-~ ~
larga vida bien puede p::irecer, en ltima instJ.ncia, prcticJ.mente indiscer-
nible de l;i inmortalidad, la diferenci:J. entre la inmortalidad y la vida ms larga
seri siempre una diferencia infinita. y un salto vertiginoso no basta para fran-
quearla. Y por lo dems, el supen'iviente, en esas condiciones, no sera m~
que un supervivief!:te continuamente salv;:ido ele un continuo naufragio; y a
su vez la supervivencia de ese superviviente no sera mis que un precario
aplazamiento yendo y viniendo continuamente de un peligro a o(ro; una
especie de milagro continuo. Cada vez que se rescata a un ahogado habra
que decir: la nada. una vez ms, ha dejado escapar su presa. Y eso es todo
lo que se puede decir. Sin embargo este peligroso juego con la muerte no

Yi9

:~
--~~'
."~uede durar demasiado; no se pueden esquivar indefinidamente los es~gt-. Pero debe ser posible tomar ma~ ~n ser.i~ ~ql~:~~~sp:~~i ~e:~e;r~~;e~
' ::Q.,-)a larga, y rnientras los efectos del envejecimiento se agravan, las posibi cuenta e l P rinc~pio univer?-lsle,,f9!1senra~ion
- -_________ ,_ _,_,_-.----.. :-. T. _--~~. . _se
olticiones _.; - ; a.s.
" nos ofrecen.
.. - - de un ser vivo. 1es s
~::-_tfy.des de muerte no cesan de auri'(enta'r, ::miennis quelas psibilidades:" la desapar1c1on magica 1- _. "d d de la v.ida- y la otra 1a eternidad
;~_Scapar de ella tienden a cero, y el milagro de la_supeIVivencia resulta ca
. do jn una a:.perenn1 a -. ' . .
dOS pnn1eras, a egJ.n, a , : . . {~ tercera ilegando la supeIYl-
: _~_:Y,?z ms inimaginable. Se sabe perfect3.~ente cmo acabar todo. Lo qU'~ de la esencia, ms bien son co?~Q-_~c1oneas,esper~nza '. 'ia. primera sus.trae el
~ ~-scamos .no es una vida perpetua que-_ ?.s.t a merced de C11-al_quier rasgu ~ . d l l a es mas: bien un .
venc1a persona e m ' .. . : d .. d 1 s y la sEgun<la sustrae la esen"'
--~~lho una vida literlmente imperecederiz;-_',La inmortJlidad_ no es ni la suert ser de todos los seres a l_as muer\~5;-ll1 1v1. ua e 'i -D:~Ci~ u-e la: ~nu~ert supri'-
,~haudita que nos permite escapar a la-rnU-erte, ni el ta~is-rnTI'-_qu_e nos pemU_,. cia del ser al aniquil-am1ento-pe~,'.~er-en-gen;~ro~ ~rn' ~nular el ser'deesOs
''.tira, en general, no morir, ni siquiera .el d0_n milagroso ,que- iios permitira n:o. me distributivamente a todos los seres pe~e .. rar 'la esencia de ese ser;
~~orir jams: Ja inmortali<l::i<l consiste r:{no poder rriorir.. Pero cmo est3. seres, o bien que anula al.s~~ ~~~tente s1n~n~~~ en supresn.parciaL Las
-~bsoluta imposibilidad iba a resultar de 1,Jn progreso indefinido? LTna vida,~ equivale a transformar la n1hil1zap__on metae ~one' 1new.empricas trivializ.an
. 1- as y lascornpensac1 ._,
Jnmo.rta1, en este mundo y en toda pienltud, es una vida que no llegara a-~ consoL1c1ones cosino ogic -,-":_- . i"d d trgica d'e la mueite. Veamos
conocer siquiera Ja muerte. Una vida si:r\/in. Una yida :il abrigo del desgaste as par.i nuestra angustia la. ::xc~:i:'.c1on: l._ La mu~rre nos impone la evi-
#el tie1np6. El vivo, segn este confiadO:.-Optnisn1o;roza n1s de una vez la en primer lugar la consola_c1_~n Jd:_osl1nol.og:cao.rga'n.-ico transformado primero
. d oosic1on- e cuerpo . ' ' . , .
ni.uerte, pero escapa enseguida, como un_ yaliente soldado qe escapara por:: denct~l de una escon1i - .- - les 1n1ner1les elementos qunn1-
, d -~s en osamenra sa '
los pelos a todas las balas y a rodos kis -'Obuses. EI vivo permanece ms ac en cadaver inerte, espue. : ' .r se l1a convertido? Si la
. b ese cuerpo ,en que ..
<l_e lJ. vida Propia, y no necesita por tantO-:de ninguna otra vida que sera un:-=: cos. Pero la Yida que ~~1~n;:i. .afl . y un; incomprensible nihili?.acin, y
aadido escatolgico de esta vida: es 1n.S--bien la vida inisma la que se sobre-:~-:~~ muerte no es una abolic1on_1ndet 1s1cd~ . o'n mort:tl aquello que exista
d 'spues e a 1soc1ac1
' vive a s m_isn1a continuamente; hay por tanto una supeIYivencia continuada,;;,, si debe encontrarse, e.. . . d do plrece natural admitir un
sea dispuesto e otro mo .
pero en absoluto otra vida; o mejor dicho, al estar todo junto en el ins ac, antes de e 11 a, aunque l .d . . sal esto es lo que nos sugiere
' . . rral a a VI a un1ver
ya no hay ni mis ac: ni ms all. Pero a menos que la 1nuerte misn1a se haga retorno de l pnnc1p10 vi_ - : oetas r a !os soadores. En esta
imposible, quin puede impedir a la _conciencia de un hon1bre libre que se un cierto vitalisrno panb1or1co caro ,~os p r=r~1)l be.her. c-0n."'.-istas a reen-
. - na I-1 natura eL.a -rrYdn,.11 ._,
pregunte, infnita1nente, sobre el ms all de su presente? n1asa u.n1versa y an__.onn .. .s iVfi~helet, que e.~cibl La Fe1nme, y Victor
Lo que los in1norralistas llarnan en general otrJ vida es, Como se sabe, algo carnaciones y metemps1cos1 .h del otro la muerte es mera-
d e , e i se 1cen eco uno
totalinente diferente:es otra vida, una segunda vida. una vida posterior que Hugo, autor e cu1cu' . . .. t . descomposicin y germinacin, putre-
to1na el relevo de la primera por encima del vaco de la muerte. Pero esto morfosis. la n1uerre es renac1m1en. o, . . J. grea::i.rse aqu para renacer
hay mis de un;i manera de entenderlo, desde el 1no1nenro en que se rechaza ., floreci1niento pues monr es reviylf, rs..... .::- ,
facc1on y . ... f .. "iua nzutatur. noil tol!itur." No hay mas
por irracional la idea de una nihilizacin. es decir. de un retorno incom- en otra parre y bao ot1J.'> orn:.1s. bl . d 11 ,-d-1 universal y e! retorno
. .1 . . ur'>OS 1navota es e ,
pensado in nibi!ttJJl_ El rele\o puede producirsl" despus de' una solucin inn1ortai1 0 .u. que o,-:; It'l -:_:' - .' -e el ncirniento y el fin, tpum;
. d 1 . : . -_, .. 1.., Ernpl:'l1oc e:-;- n1 g . t -t
de continuiclaU 1njs o rnenos iarg:.L Esta inrerrupcin ran sen1ejante a un le- inLttig:tble e a.s ptinlJ\t:i_ .. ~ ! 1 "nnbio Je Jos elen1entos 1nez-
targo. este interregno de .silencio. esta Inisreriosa hil_-:iernacin donde :t!go y 1'EA.Eun'J, y ad111ite nic:unente ,1~t inelzcL. l ~nepecr.son1l eternidad de los rena-
,,. 8 'U 'f..' - !E UlYEVTCV :l 11 "
parece con.servar.se preparaban la resurreccin personal: n1ilagrosa resu- ciados (l_c;t; 1'E ta a-,l~ , d .. rnicl1d que la rn:iaia de la resu-
. .. de l''>te 111 0 o un.t con 1 ' 0
rreccin puesto que resucita al ser con1pleto. cuerpo y ::Iln1a a l::I vez, y pues- cin1ientos exp 1g.:a ,_ l d . perecedera no tiene por tanto
., , 1 , 1ndont il azar. a \ 1 ~l 1111 ,
to que el vivo todo l .se despien::I de la rnuerte. Por encna del abi:-;n10 de rrecc1on person.1 J J, ~ ! per'luo la inrnorralidad espec1-
d . t do anac 1c o es su 1 -
la nada, !::I resurreccin supone la sahacin de toda la person:J.; no es que necesidad de otra v1 .t. o l'd d. d. 'du'i El v;vo es mortal, pero la
d J1 norta I a in iv1 "" . '
la persona haya salvado una grieta o JJ hay::I fr.inqueado por un puen[e: la fica ton1a e 1- re 1evo e :-- I. ~a vida son indestructibles e incorrup-
person:l ha cado efectivamente hasta el fondo del abismo, para resurgir a vida de ese vivo. y 1.:1 \1tahcLtd de~ es . l final de la vida, sino nicamente
continuacin 1nilagrosarnente. Tal es la victoria sobre la inuerte de J;i que tibies; y por cons1gu1enre kt inuerte no es e
nos hablan los profetas y el apstol.Pablo. Supone, al menos, que ha habi-
do efectivamente n1Uerte - cosa que negarn. por razones diferentes, el trans- "l. 1.-i 1\"i1.:wr Hugol; f.a Ff!mme. !!!. () (Michd~tJ
1 {.es Contemplotfons, v

formacionismo de Leibniz y el actualismo de Spinoz:L ~ Fr. 8-<I .

. .~:
el final dl vi\'O: b. rnuer1e clausura Ja carrera individual 1 .. --
versal. , pero no a vida para1nuestra inconsolable pena: para el sabio, o para una razn que est
L1_ n1ucrtc: no iene por Llfl[ n:.Hla de trJo-ico "o -e u - . . ,.. por encima del problema, la muerre afecta solamente al orden y a la dispo.-
, . .::i . >; t."w n JUICIO 1~ln 1 . -

n:.iutra? 1 gent.:rai o un CJ.Ltclisrno geo!lrico que e "'"l ji' ru u ' sicin de las partes dentro de un conjunto; aqu el p:intesmo cosmolgico
;_ft~ctJ.ria :i tod:.is las cdJ.turJ.s vivas :1 la ve;: e inclu~o o~o .__ . zn de_! mund9 no evoca ya la plenitud bergsoniana (pues esta plenitud irnplica creacin),
n1en:ca_ ~e io~ _hornbres desapareciese de golpe, !a sp1 o:i~~\~~~adl1dad e ___ _ sino por el contrario las combinaciones de la combinatoria intelectualista: la
hurn;.intu:..id v 1v 1enre represent . e que. muerre es la ocasin de un nuevo arreglo entre los elementos agrupados en
_ _ _ J.ra una especie denrro de un a-~ . - -'~
- [Ll!nente rnas v~tsto seguira siendo fJ.ctible- . or u~ . enero infi una forma distinta, pero en el que el total permanece siempre constante e
Jos vivos de este rnundo 3.igunos seres de~~~no~d~s~~~b~~c~ solbrevivir, ~- incluso cada vez mayor. As corno la Administracin tapa los agujeros deja-
no es nunca el no-ser del ser tor:il . 1 . o a muert_e, dos por las defunciones a medida que se producen, as, en la economa ge-
, sino e no-ser de un se . -
rnuenc: no es b. nada rnet:J.em , . . r part1cu ar; la"" neral del Ser, una especie de adn1inistracin providencial parece velar para
. . .. p1nca, sino una desaoaricin s 1 1 . .-.
un:.i supres1on parcial surrid:.J. de det . - , . ,. ingu ar y ocal, reemplazar las plazas evacuadas por los muertos. La simetra de muertes y
erm1nJc1ones c1rcunstanc- 1 .
za 1)1e en :ibscis:.is V ordenadJ.s a!m . .1 l:.l. es y 1ocah- n:icimien(OS ha sido siempre el tenaz dolo del optimismo cclico: el Fedn,
. . - a~11en en a guna parte alaue j
.11orJ.. . iPue::i siernpre se- trat:i d e I:J n1uerte Je a1au . -enr Bru ' i n en a guna -_ - como hemos visto, alegaba que sin una compensacin mutua (civTarc8omi;_)
1
vac10 un Juoar co1no un s1110 d ;:;- . scamente queda - y un reCTcx:eso alternativo (civa.x:\jflJ;) la naturaleza ira direct:lmente al maras-
' n que a v:ic:i.nte por l . d d .
l.o ocupab:i. Por ei.:o J-1 rnuene es alao . a reura a e aquel que .. n10; sin una ida y vuelta la naturaleza estara coja. La mortalidad rio es a
. . ~ ' ... :iccesono por eso se l:.i d
( l 11nens1ones cie un incidente :inecct'-,. . re uce J. 1as rnenudo proporcional a la natalidad en las especies prolfic:is? Las epidemias
. . O JCO, un SUCe<:o parricula ' f' .
en 1:t 1nn1ensidaJ de l:.i vid1 :'\,,d .. d" ~ r J super letal . providenciales en periodo de superpoblacin. la sobrenatalida<l que tan a
e '--' e e5 1n !Spensab]e no d
_\!J.dauJe 3 ;(~IU ~ ". 1 _ . e S recuer a Jacques :
menudo sigue a !:.is guerras de exterminio dan testimonio de una especie de
. . - < e es ..l muerre de :ilguien compJ.rJd:i I . . .
existencia en o-eneraP -1re _ . '"" - con a inmensidad de la finalidad secreta o, si se prefiere, de una regulacin teleolgica bastante
e- .-i.. nJ.s a 1O n1as que un1 i,
hicrb:::i :irr:inc1da, en este inisrno !~st:J.nr , noa seca o una brizna de sin1ilar a la justicia: porque esta regulacin parece estar fundada, como la
L1 muerrc L!e Pedro o el" p bl, , e, en :ilgun~1 pradera del lejano Oeste
-. t.:: .'.l o es un engorro 1non 1e t' justicia, en el equilibrio y en el intercambio conmutativo; y lo mismo tam-
hnitcsirnal en l:.i his(ori::.i d 1 d _ n Jneo, un::i n1ancha in- bin que l:i justiciJ. compensa la debilidad con un pequeo suplemento de
. e n1un o un r:iso-uno o un -
ticie del ser. Es:is tr'ioeJi::i- -, -~ . ' ~ :iran;:izo en a super- fuerza, y n1odera el abuso de la fuerza con la proteccin legal de la debili-
'~ ' m1croscop1cas ni rurban n1 t
del st:r en su profu J"d- d . , _ r;1stoc::in e 1 destino d;:id, as todo sucede como si un ingenioso mecanismo compensara, y con
- - n l el y en .su perenn1d:i.d oener::il . - ,
perc1bidJs. LJ ex;st"n" 1., del .. _ ~ es, es mas, pasan desa- creces, los golpes sornbros de la muerte con una fecundidad proporcional
.' .... '-- .__,_ unl\erso cont d
del Ciltin10 L:uido de ese COLlZn - s J 1nuara 1n etinid:imente despus a la letalidad. En esas ocasiones el sacrificio mismo reviste un carcter racio-
- 1 :1 rnuerte es en cu:.into . .
exrenor. lo contrario ::i toda nhl-. _.. d. experiencia n;:il carente de todo hero.::;n10 y se impone con una especie de necesidad
1 1 1z ..1<. ion r1 c1l no e
se reduce J un:i tnue.-sc~i ininli:scul Y i u~ \"'.t ~-. , :" un1ca1nente porque lgica, con10 una consecuencia del principio de identi<l:i<l: el to<lo es igual
.)cr. sino ponJut: !:i L1~'1n1 no 11 ~ ."- .1 1 . cio p:1rcial en l:i toralid:Jd del a la sun1a Je sus p~1nes. el ro<lo es 111:1;.or que la p:.irre: dentro de una tota-
, '-, - 1 crm.ir.1; a :iuuna o.;e 'l.Jeh-" ll
corno ::iL' \ici:i Lt c:iJ . 1 . . :-. e ::i enartan pronto liJJ<l mecnican1ente adiri\~1", con10 Jira :\l:Jx Scheler. 1 la p~1rre 1nuere para
' - ' en:J. ue VJ\ o.s puede con1pir1rse :.l. ,1
ineno.'> percibidos r:JI V corn , 1 -. - a rrama ue los ten- que el todo sobreviva, el uno se S:.J.crificJ. p::lrJ. que viva el otro; tal es ~d
~ .
1..i p 1cn1rucJ .
de e'iCe con
. o .se :J representa e! i.:n1)irisn10 . . .
non11n.11s[:.i: en menos el c::iso en las sociedades n1:s parecidas a los poliperos y tJ.s colo-
znuzun. 11:.Iy en oc1..;ione-- t -
pero nunc:t ~iuujero..; En ,. n:ci . d ~ _., :--; t )S(l[uc1on o suplc:ncia,
;:> '. -
1 L L1 e un J1ll..-:'C:Jn1.sn10 ro -"d , 1 ' ni:.is :.inim::tles. Cuando el indiviJuo inuere por !a especie o !a rnadre por b.
en \inud de un:i czc1\-ft11! l11 ---- t . 'I
L '>t...:nc:.1n;iooa:.iLia r \ i ,enc1J. ~ue. ree1nplazo,

- -.. progenie. el sacrificio tiene algo Je autorntico. y la 1nuerte de 1:1 victin1a
gnegos. rod;_ Jes:Jp;.iric;o- n e. ,. - ~d vr1rreptcrracr11,, de Jo.s hs1cos ejerce una espece de funcin supletori:.i. La mano. dice P. Rousselot,"' no
:::i con1pen.s:.i ;.i por u .. -
sin neutr:::i!iz::ici:i por una cre:Jcin. t J- . - ..~ ap~nc1on, [Oda supre- se expone a s niism:.i par.l defender la cabeza? Morir en lugar de otro es en
cia: slo h;_v pt-rdidJ.s re!tri\a - \. -l .\l~~ :.l. :.l.U.':i~nLu _,-:,upl1da por unJ. presen- este caso un:J forma de con1nut:icin, y el sacrificio, lejos de ser un don sin
._ .'> . .' t: : .Js equ1 tbr:i s1en1pre j VI r ..
so 1;.icion ;.inu!:ir:i ];__ ciesol::.tc L- . . . ;.i , enos. w. con- recompensa o una ofrenJ:.i desg:.irrJ.dor:i, se encuentra finalinenEe con la
1 n. ;. :.iusenc1:.i no er;.i irren1plazahle ms que

i Op. l"H . P- 23
' le Sens di! la so1!0innce. Ir.Id. r;:1o~sowski. pp. 17<?.1.
' P. Rous.-;doc. Po11r lhistoirl! i/11 prnhli!ml' de /ltmo11r uu J!o\'l'!l .-lge, ll)(F
i:,ii.'.Jtisticia._ La inmolacin-de la ''ctima ct d - ,-f_ -La evidemci_::_:;j~~l aniqilamiento indvi<lual y la evidencia df:' la supervi-
';';.Y1.d.. d d d , " " ispensa e monr a otro hombre di
___ ,,=~--: --_- - epen e e esa muerte y el su "" - , .
.
__ _,__ _'c:'''"'fr,-- .,,-_. > <--- - __ :. ~ _ _ perv1v1ente a su vez suplantar -a-.a vellcia espe_cf;:'_a-_s_e_-s:ontradicen,_.Y~.si~_ embargo estas dos ev!.cten~ias, con-
. .'::;;~re
. ...;'\1yaerretirada d 1le perm1_te sobrevivir.
' . L:J ant1 erista. Yi.;;
p
., de 1'as' g,enerac1ones
. qu u jUD:tas, explican:J~__ paradoja del de\e-nir: el devenir es esa ren\~3-Cin conti.:.
--~-:~'.~;::Y;~ _ ie~-- o a otra, _ t:;s lo que garantiza la continuacin del ser en ' nUa de un ser _ que cesa Continuamente de ser en particular y contina siendo'
-;~.-;~.:-.:~.-,-~s~alla_
: /'la . dd_e la cesacip . del sef individual contt'numente " e1 ser en parti
gene .- en. general; el-:seriest ~uriendo en todo momento pero conseJYa su cuerpo
. .-)'iJ,::/ ces_a _e ser, Y conttQl}amente el ser en general se reh - ~ - cambiando de--pii::L Cesar de ser en el instante y continuar siendo en la peis-
;?JfQ-racis al. - d e - .b ace Y conunua s1end
;,'{i]/?----. ;.':.,,_ . - re evo.Jn e1__,ec_9 le de las generaciones que se van tr . . . de la-his-!-oria,1as dos cosas a ia vez, no consiste en eso devenu'?
----'-<-:unas
:,.-_::::'.~: -- _._,,..-_.
-a otras -. e l testrgo;_.ep
resumdas cuenta~ el t .. d d 1 ansmit1end --:_
:-_-'.fnQf:a:spob! . ~ . ~ . ~ :;,_, eJ1 o e ser no se vuelve as con10 el_.deYenir iridivdual es indisolublemente- preteritin _y futuri- ,
c-i1:"'--:._.- : _ ._-- ac1on, nLrnas delgado n1 mas transparente
:0::00 jaffi.S l d. . .~ ' Y no se 1a constata~ '.:.CVri,;n siendo la represin del pasa<lo por el recuerdo i-pso faCto_el adve-
;{~-.-- _-_:-....- a me~or rsm1nuc1on de su_ densidad total. Desd~ ue 1 . . --'. 1t1im1ien1to de un .YU'turo, as la muerre y el nacimiento son, en la histor~a colee_~
-~:::}~~t~ren_,. es decrr, desde. el origen del_ mundo c 1q os vivos .-r\a, el reverso y- el.anverso de un mismo cambio: nna misma gnesis aparece
:;::'deLSe'r no ha de b d d ~ . ' l mo es que a extenuacin
'cy __ -.",:'.:>.: - sem o.ca o to av1a en la nadJ.? La respuesta es ue la re catagnesis,,o- anagnesj~ segn se descienda no abajo o se remonte
,:;~~-d~.<;_~I()_n de la vida pn~yale_ce con mucho sobre el viaor 0
de la ~uerte pDro-l.--~- arriba. Si se da el_ nombre-,_de Ahora a es~ movimiento contnuo que. es_ ..
'.:_m1::mo 1nodo
... - _, ____ ;-_. . c. ___ que el tierr
. 1 po
- no se agota a fuerza de durar 13 ,,1 cta no d - e . a1 n1ismo tiempo pretericin d~l presente y presentlficacin del futuro, por -.
. -,-rece-a 1L1erz ct , i ' esapa-
"h .. --r- -
_: : _- - , a e ,,_
~1pagarse_en cada oraanis1110 no el t1.em
~
.:~.-: _)s.c:__uto a una hohina que se de\'anara cad1 Y"'Z 1 ~ - , . 1 1. . e en;;
po no se paree no reconpcc la positivicL.1.d 1nisma del devenir vivido en esa sustirucir:i:
Je- aciba nunc l d _.. e n as, } a a 11stona no se continua del pasado rno1tal por el futuro natal? La 1nuerre rechJ.:zando la vida.
-~:-'carO d :.i ~ c_uer a; a pesar de todo, y al contrario de las reservas de 1:1 \'ida con1pensando la tnuerte - esto es lo que in\pulsa la sucesin, hace
,_Ja vid~ y e petroleo de la correz~ te_rrestre, la vida es un tesoro inagotable- _, progresar el deyenir y adven_ir el acontecimiento. Y todava hay algo ms:
no se ,.seca n_unc_a, y los millones de n1uertos que deberan cada - ' - esta alternativa de vaco y de lleno no slo repara-y activa e_I proc-eso, no
~g~ta~la no arectan de torma visible su curso. La substirucin en el espa~:o .. slo la muerteasegura el flujo de algo lleno en demasa, pa~ que el vaco

~:~~~a~e~~-~~n;l:~e~;de;=~~~~;~:n~~~::i:~:~ e~p~=~~~:p:~;;:;~e~~~~
. r }- e a v1 a. Pero todava hav n11s a pesar de 1 . d'
que se crea-as pueda ser llenado de contenidos nuevos, sino que tambin
1~1s desapariciones individuales 1novilizan la acc6-n. Si en efeCto la mortali-
d:.id, al 1nenos en cuanto necesidad indetern1inada, sella nue~frro deStino, la
v1dualid1d d ct '" que a rn 1-
esaparec1 a ser irren1plazable, lo irremplazable en lt' . nat:ilidad, .al menos con relacin a los dems, concierne en cie\ta inedida a
tanc1a. tender siempre a ser ee r d
4

' . < 1ma ms- la destinacil. Ivfejor an: eL_vaco de la muerte es una llamada al libre arbi-
invocar un r 1 . I~~ ~za o; sin que ni siquiera sea necesario
prano. una ne,:r~od_-re_todr~o. la _1nhn1tud del tien1po har surgir tarde o -tem- [rio y a nuestra faCultad de _escoger; la muerte, desde todos :.los puntos de
on:.i a in 1scern1hle de la d . \ista. desencadena el mouil~iiento: 1novimiento _del personal. prof:i1ociones y
hilid:id ! ' . . ., . - n1ona a e esa parecida. y las posi-
olvido ~~ e_~ ,c;uh.~rituc1~n tenderan al cien por cien. I)el l11isn10 n1odo q~e el tnutacine.s. relaciones y rnigr..tciones. reagrfxin1ientos y re!x1sanlicntos.
re h
t.JO,-;ron~l- \ sua\'17.:.i cualquier de u
h . . . . , . ,-, .
~.-.r..lCJ.l. con.-;ue a cualqu11.:T desol:.1cin rr:1nsaCclones e iniciativas de roda clase. L:.i int.1te. haci~ndo i.:>}_\aco, :itr..Ie
d ~. ~0 r e l't~~llcu1er tra'.ged1a en L1 co_ntinuacin gLneral. a.~ la pena que no~ a la accin que se hunde en el \aco para colin~1rlo. La acciq._ necesita esta
d ~JI~ ~ :nu_e'.re
de alguien acahar:. inevitablen1enre por anu!Jrse en elseno rnortal anttesis, pues su vqcacin es precisa1nente contradecir y negar: la
e a et~m1Jad: la rnuerre de ese alguien no contar:i pronto niis ue la r . "" accin no tiene en cuenta :l~Ja muerte, y. hablando-Con propie~~1d_. ni siquiera
~~un v_ia~_da~tc inuerto por la cada_de un~1 piedr~l en Tarei1to i1ace d~~:~1 :-iente preferencia por elL1_;,ia accin pasa por .:tl.ci1na de la i1l~ee. con10
.tnos. L-1 \ 1t;1hdad es con1par~1hle ~1 Ja leullidtll .1 ., 1-1nalct-: d _ . los gran<les hon1bres de e111presa que especulan -Sohre el fururO sin consi-
d1d . d .~ 0' "' '
1
a \ a a nece:S1-
f;nra1~1.':i_r~a -~- L1 ev0Juc1on. :-rue se cornprobar:in enseguid-; a. pesar de las derJr pira nada ese episoc-tio v:tco y hacen proyectos rns ;_i,lli de su pro-
s1as ind1\ idu~des y !os z1gzags nprevistos de la coyuritura. :.1 " d pia desaparicin, trabajand(( con vistas -a un 1nundb del que eJJDs ya no for-
que la muerte o-olp e- re -d, ~ . . _ . _ _ pesar e
lidaJ e.-;). ~ ..;::. . e. p~~1 arnente.a l~s lndniduos. la pleriud de la vita- rnarjn parte. La J.ccin es la _pasarela tendida entre el agente y s descendencia ...
r ec1hcJ ILtbr.1 ten1Clo. retro.-;pecnv::unence
de un efect d . . . ..
1a 'lt" . ! b
u 1ma pa a ra; se tr.ita
..\ f:.!lta de poder sobrevivir:- esta supentiliencia dl bornbre Je :\ccin en l:.i
rior. A o e <..on~1nt~ que se 1nan1hesta. grosso modo, en-jltturo ante- posteridad no es en cierto modo inmortalizante? ~El 'Soji'Sta de- P-iatn expli-
los la el
pesar de toJo.s los e.strauos de la muerte y de l .
ct . bl
os 1nnun1er..I es due- c~1ba por qu el no-ser relativo, es decir, la <llteridad. repara 11- predicacin
., ensi au1 general del ser. por regla .... vener:ll n h
'" o ace mas que crecer.' - y hace posihle la ciencia proporcion:in<lo materia a los juiclos: la nada.

5(Jf
frJ.ctur::i
_ a relaci-~~t~
del. pens::Hniento ' J.ire.:i el pensarnieno ,Y mov11za conciencia la que afirma su propia eternidad. Por eso el pensamiento que
_ rn1.:irno rnoClo, el no-::>er de l:i rnuerre q ue, en ,ugar
' d e .:;u.;;:pend""r on_: piensa l:l muerte se nos ofrece como un segundo medio de disipar su carc-
~e,.1 pens:1r11iento. roralid 3 J Je nuestro ser v1v1:d~
5
_ ..
nihiliz:i_l:.i
__ .
'
o y anua1 la
am - ter tr5.gico: la muerte no es ms que un fallo episdico en la perennidad de
n.1, este no-ser 1n1c1a la tecundJ. mur-;icin L:i mue.-r-e d d' d pe la vida universal, pero es un concepto a la altura de los dems Conceptos y
. . e 1n 1v1 uo es tal
para a especie to que es el sueo pJ.ra el individuo mism . l - -~: susceptible de entrar en relacin con los dems conceptos. Entre la perpe-
J..~cgu_r:J.la alternanci:.i de J3 exis[encia y de la inexistencia ~~1 :esuene.' .- - tuidad negativa de la especie y la eternidad positiva de la razn, la diferen-
ser.
. _ :J.Jrea
, . nuestr:J
. vida ahond-:indo en ella n oc h e rr;1s r y del_
. noch e el vac d P-. cia es la misma que entre lo indefinido y lo infinito: por una parte una con-
incon.sc1~nc1:i nocturn::i: est:1 z.:i.rnbul!id:i cotidiJ.na en la os - o e. tinuacin de hecho y por la otra una continuidad de derecho, aquella sien1pre
- ]::. ;:iuscnc1:J. pern1ite L1 reactiv:lcin y el resuroimiento del
,,_ o
. _cunLdad
a acc1on a m ert
y-~ precaria, siempre amenazada, siempre puesta en duda, esta definitiva y de
~~ :b-~~ho un adonnecmiento del ser, un parcial, provisional y b~enheuc.h.,,._ una vez para siempre intemporal; por una parte los mortales se relevan y
. -,c::c o que prep:ir:i 0 .:.. renac1m1entos
:.u "' .
y las supervivencias! Po o
- . -'~ hacen la cadena para asegurar trabajosamente la perpetuacin de la vida: la
acc1on,
d. . 10 el pens:.in 1 ien~o
con t ' so- o resp!:i . b.ren en l:i zona tern la 1 r eso _a-:. vid:.1, constante1nente suspendida y constantemente continua_da, se sobre-
ia: ~ niit.:iJ cJe c:unino de Ja :i.sfrxiante identidad eie5.tica p aa m~:- ? vive a s misn1a de muerte en muerte como si rebotara, y se contina a s
ccncia her:Jc!ite:Jna a rn:id de . d 1 . y de la dehcue misma indefinidamente; por otra parte la verdad y el v::i.lor estn en princi-
- _, . . camino e o \f1sn10 y de lo Otro de
~ue, corno :\ledu::.a, p:iraliz:i y petrific:i la atribucin y d ' aq~~ pio fuer2 del tiempo; y mientras el ser emprico sobrevive con una superv-i-
t~tnro, ~todos !os dein:is, infinit:imente distinto. v que d~suel~ee;~e que e~ d1~ vencia ::tle~uoria, por una suerte siempre renovada y, en cierta m:inera, por
en e1 _r1uo_ <le Li inJerennin:J.cin, hay un si(io 'p:lr:l la D"f - . pensam1~ntg un milagro continuan1ente reiter:J.do, la esencia subsiste en virrud del carc-
ble. Y de torm;i sirnil;ir h.:iv sirio par::i una comb - -, di erenc1::i derermma- ter irnperecedero de su naturaleza, no porque su consistencia no se pueda
. . d - rnac1on e muene d -d .
:i rnit:i de ca111ino de la d1'sol uc1on .-- 11erJ.c ttean 3 y de . y . .ev1_a.
. ' desgastar, sino porque su subsistencia es intemporal; la eternidad de la idea
parn1enide:-inJ.: si una huida v una , rd . . :J. eterna pos1nv1dad
n:icLt un1 . - - "" , . perc i .J. irreparables dese1nbocan en Ja no es el resultado de un aadido o de una prolongacin indefinida, ni de
. . :. : p enicud que nunca ve:ntd:Jra la vi[;J.1 discontinuidad de l _-, -. un plazo sien1pre revocable, y no debe nada a la moratori:.i gratuita de la
;;:,;;..~---
s1gn1hcan:i a su \ez la nlueri:e .e-. . . . . a muerte_ -',','.@'?e buena suerte; no! es a priori como las verdades inrnortales se sustraen al
l " por :J.SiL'<JJ. pues un::t vida inmortal es ta b:'
.1 rnuerte! L:i vercbcler:J vid::t no es otra co.~:J que el deven ( l dm !en ._:~_:
~-~~
devenir: quisier;:in nlorir pero no pueden! Su eternidad es por tanto com-
interrupciones provLsion:Jles y continu::tdo de o-e ., ir ar ic~ a o por

1
pletamente positiva. Propiamente hablando las pal:.tbras intnortal e intem-
tro tr:J.b;_jo de hori1bres no .. nerac1on en generac1on. Nues-
consiste acaso en t:ipar los 3 -
<'.'. poral, que son palabras neg::ttivas. no pueden convenirl::i: pues no han te-
de !a n1uerre afiin'r la co . ._ gueros, negar la nada
' ... ntinuac1on por ene d -- nido ni que vencer a la muerre ni que vencer al tiempo. No saben nada de
r.:
p~r _encima del \"JCO relativo !::t relativ::i pleni:~~~ a cesac1on, restablecer ....~. un:.l inmon:alidad de un~1 semana o de un d::t. No es porque la hora de su
~~~~1~~t:~~ ;~:ec~11~::~~ 0u~:n~~~itJL~1_n1 il~tcralquequ~pu.'ioign:~~e~tf:~u~~ ~~;:~an~~
~-
"~ 1nuerre sea ndettTn1inada por lo que son inrnorta/es. pues no hay hora
. . __ . i )OJZ. t:inro cuiJ:JJo .. para la,.., \ercLtJe.s. L~t hura inciert~l .slo ~s inciert:J con relacin a u11a n1uer-
n112:ir esta ele cr .. en m1n1-
t<: cierra: y ~lqu L,'i Lt nposihilid:tJ de la ces~1cin la que es ciertJ! Por la
1nu~en:e en el ;;~~(~~J~el~soe~1~stennc~:~
1
ens_e_aral e! arre ~le \'oher :_ co!oc:ir J. la
e'> '--'- '- Cl.l un1\.ers1 La 1 'C ( . d - 1nisn1a razn hay una disc1nciJ. infinitJ. entre la inn1ort::i.lidad inquebr.int:ible
co .-\urelio. cae bC"ndiciendo l:i tierr:J que .,'h'., l , .' r un.t ina ur:i, dice !vf:Jr- ele b, esencia y la in1norralizacin por la accin: la :-iccin emprende a pesar
... _,_ lec 10 n"J.cer v d:l d
:1 1 arbo! que !a hi, 1,c'io . . p ero por qu e .
'"' crec..er. d d' , n o gracias Je la 111uerre. pero su ~1lcance y su potencia prospectiva siguen siendo de
:1c~1ha Je con\- _ ;.. . ) ; _ S.l gratiru e a .:iceituna no
en(ernos. ,) or qu toJa.s esa.s hern1os:Js - . l- , _, hecho li111it:idas: no tiene en cuentJ a la muerte pero est:: lejos de nihilizar-
puco consoL1dor:1.-;? H:J llea;_do ~J " d canso aciones son tan Li: mira mis :.lll, eso es todo. sie1npre m:s all. h:.lcia un futuro siempre
5 <::: n1ornen(o e que lo ex:Imine1nos.
:.lbierto que aplaza de un da para otro mediante una incansable renovacin
ele su proyecto: la accin en1prende :.1 despecho de! Jccidenre despreciable
2. t:1ern1cfad /f::' fez esencia pensante_ !l:Jtnado 1nuerte. pero ;_iqucllo que desdea contina :.lbrum:ndola como una
maldicin, y su desdn tiene a veces la aparienci:J de una protesta deses-
L1 vid:i univers"i
... es en s1 m1s1n'J.
un canee , i t"l _ .,_ . . perada e in1potente. La voluntad hace como si !a muerte no existiera; y ese
versil es e . -. .. . pto. } 1 o:-;oh:J de l:i v1d:J un1-
n ~1 1nisn1~1 un:J hlosot:.t de b. i<le::i etern:i . En esr:i. t"Ii oso
, < - . t"1:i es 1a co1no si. que resulta Je un e.scJ.n1oteo. esti basado en un malentendido. Pero
5(;(
!0kir1e,viestr:edantd<ee;~ eternas no hacen como si: la muerte, para ellas. es r~~..;-
la vida lo que individualiza la mismidad. Si no somos capaces m.s que de
-~
.. , .::::''i"ada: sino
. hteralm
.muerte, en el mundo de las esencias"no es co'-rrz .
r d b ' o si no
- en e na a, a solutamente nada. OUv L l - -. . ver al hombre vivo en estado de vigilia, no tendremos entonces ninguna po--
l
a muerte si h avo untad sibiHdad de distinguir en l substancias pensables aparte, ni de considerar-
n 01 11zar a. Por eso se enfrenta con u f t '/'.e,
la voluntad u . ~ n u uro tan reall... . le como un compuesto psicosomtico: vemos inmediatamente un cuerpo
{':conoi<:moa q tere en e tiempo, y la accion se toma s ti :.'<
-,: conlanr d l d uempoy significante, un sentido incorporado, un rostro expresivo, pero no vemos
. 1 1c1a tva e a ecisin y se articula a continu -;' .,
sucesivas: por eso est expuesta a la desafeccin a la a_c1on e_ - jams ni un alma ni una dualidad de alma y cuerpo; vemos un vivo, pero
::::'""'1u humano habr e ' renuncia y al no venias jams un anfibio que estaria viviendo dos veces a la vez y en
cados p l ' mpresas que queden inacabadas y proyecto.
. or e contrario, si a la verdad y al valor no les co . s a planos distintos: esta dualidad abstracta es 111s bien la conclusin de una
mu"e1te es
el enveje~imjtn~~~e :n nv1ene para na
gene~al el fu~ro no llega a rozarlos: el desgast,
relatividad tem . 1 denen ni~guna influencia- sobre ellos; la idea de i{
inferencia. Mejor an, la muerte nos proporciona la experiencia de la sepa-
racin: ofrecindonos el espectculo de un cuerpo inanimado y privado de
vida, disocia del cuerpo, mediante la reflexin, algo distinto que haca
n~das circunsta~~~:l~~ ~ee~~~~~a~ ~e un cond~i~namiento p~r las coo-~9- de ese cuerpo, hace un segundo, una presencia viYa y personal. Eviden-
- n11sma de la verdad - 1 . . ~ e_JueiaJ, esta idea contradice la esen _temente, naditt ha visto j:.uns un alma sin cuerpo! Pero ya que vemos ahora
para ironizar sob:e :na ;n~;r~~1~Jn i;1s~a del v~Jo~ - ~~lvo si la utilizaffi (o creemos ver) un cuerpo sin alrna en el lugar mismo en el que haba un
mente de una . 1 . ~ ~ . :a e una 1tmnac1on temporal o sola cuerpo annado, de cuerpo presente, y ya que la forma del cuerpo subsis-
ni en el valer ~::1~c1on ~o e~t~ 11:1~hcita en el concepto racional de verda.
te di.:spus de la 1nuerte durante algunos instantes.6 nada nos impide creer
pende de un ctpora y a i1stonco del valor. Valiente verdad que de
men 1ano! La verdad verdad . ' que el otro cotnponente del aqu-presente conipuesto contine tambin exis-
de la estupidez total d d era, contranamente a los dolO tiendo. La disociacin n1ortal, en el dualismo, no es ms que una simple sus-
. , no es ver a era tempor-:i Jrnent d .
namente El h b . "' e, es ecJr tempor traccin aritmtica: el alma animadora, que no vemos, representa. la dife-
pero las ~~rdad:sr::~ i~~rato Y. ve~stil es a inenudo infiel a las' verdadeS; rencia entre el cuerpo anirnado que vea1nos hace un instante y el cadver
Por eso la nada de raiaondandJam~s la confianza de un hon1bre razonable inanimado (caput mortuzun) que ahora tenemos delante; recproca1nente:
._ estas ver a es solo puede re, It d . ~,
posicin 0 de una fice" . b su ar e una imposible su-' este cad.iver residual, que llama1nos con inucha propiedad los restos o reli-
ion 11per o rc1 con10 el e t d 1 . ..
para nihilizar aquello aue d , uen o e genio maligno: curio. es el cuerpo de hace un 1no1nento, organismo vivo y complejo psi-
no pue e perecer es nece
sondable de n d e ' sano o un capricho in- coson1:tico, excepcin hecha del alma animadora. Por eso el alma es como
Las verdades ~~s~oo un . ecretlo iulrr:inante de! demonio, ni ms ni menosl
n "cnatura es,. n1:.is que e , . una carne viva desembarazada, aligerada, purgada de su desecho cadavri-
tencia que se conr . d n su ongen radical. Una exis-' co: y el cadver es una carne viva a la que se le ha e.\'.trado el alma. Y vice-
inua pue e cesar Pero pa - . . b . .
comenzado 1-uns r . . . ra una su s1stenc1a que no ha Yersa, como nada se pierde y corno la misma cantidad de ser debe encon-
L e 1na no tiene senttdo Q
< L 1 r ' 10- <

corno consecue .. d ~ . _ ~ ue es que podna rerminar? ; ' t1~1rse antes y de5pus de la !isL<; (/...m<;) o anlisis morral, no hay razn para
sobreente~dida 7.~1,-, e ~dued" inconc~b1ble cat:istrofe~ Por eso !:1 razn da po; que no ~e pueda ohtener de nuevo el compuesto a;idiendo el cuerpo sin
e ern1 .1 esenc1tl de J- 1 iJe
pariciones partJ."tilire. . .
. . '- s m1entras te1e el -0 r
en das apariciones y <lesa- aln1a a t.:l ~1il11.'.l sin cuerpo. La carne inannada y el alina desencarn;ida seran
personai-bao 1-i d-- ' . . c.: ll /Jiuuni e una subsistencia im- -~-:;~. .
1.scont1nu1c1ad y J1s l:inunas el, . -c..;,~;; Jos co1nple1nent::irios susceptibles de encajar de nuevo la una en la otra y
beran1os p n _ ._ ' :::> e a muerte mdividual. .. De- --~~ reconstituir as! el vivo cornpleto - ahna incorporada o cuerpo anin1ado. La
inuene per;~~~lnr.1~~os sd1 esta eternidad ideal. futilizando la tragedia de la ----.,, .
' , respon e a nuestro probi . reversibilidad de la adicin y de L.1 sustraCcin no refleja aqu la sin1etra de
de lo que lo h:Ice !1 in - d l d 1 . en1.t y a nuestra angustia mejor b n:encarnacin con la ~excarnacin? Sea con10 fuere, el sin1plis1no dualis-
1
inorta 'J(_ e a v1Ja concreta.
L

ta parece hacer casi aceptable 1:.i idea de una supervivencia hech:l posble
gracias al desempeo del principio pneumtico: el alma alada, rompiendo
~

J''
3. Supervive 11 l-la
-
e e a 1na Se{!,un el dua/L,;no. sus ligaduras. escapa volando con10 una mariposa: es to que Cicern, con-
su lenguaje .. fedoniano". llan1a .. e custot.lia vinculisque corpons evo/aren. El
El dualismo de alma cu . alma. es decir. la vital diferencia entre un cuerpo vivo y un cadver, se despoja
. Y erpo. co1no el de vida y mar .-,
p lrc::ir !:i supervivencia d, d _ . ena, permu1na ex-
1
an o e un sentido personal: ya que es el alma y no
"Edrncind FIL"g. o::n sus <:!ntrevistas. gustah;1 de h::tcer <::Sta observacin.
,;
,,.~;- i J9
en otros planetas donde no se dE!n las condiciones biolgicas y fsicas ne.-
de su despojo_ y ab::i.ndona :Jll mismo ese residuo informe - r -_-:.o
corno ce.sJ.ri:l-::. para el organismo, forn1as de existenci;:i sin relacin con la vida hu-
_ dira
_ Leibhiz.- ese andr::io que !e servia
-- d e ves[ldo
. ' esamuy
v que re iqu1a--
no ::;era y:1 n:lda: un monroncito de ceniza.s b!anquecin:l , . pro_, n1ana, modos de ser Je los que no tenemos ninguna idea. Con mayor razn
c1 de polvo E! d - s, una miserable p todava la muen:e, suprirniendo la vida, la hace aparecer con10 uno de ls
~- .". - - u:.i isn10 parece en[onces resolver sa[isfactoriame t
-~e[erno acert10 de l:.1 muerre: hace un instante :iqu haba un e n_<=:-
rnodos posibles de existencia, mentras que l_a existencia misma aparece co-
do; y ahor~L .. Ahor::i sigue habiendo un cuerp
A

uerpo aru mo la forma concreta de la esencia. LJ. vida carnal es un caso particular de
"s"n r"d _. . o, pero un cuerpo sin a la existencia, de una existencia que puede estar viva o no viva; y la exis~
.a n~1d:e. cuyo . bl e-~ }'J.
,; 1 \ a, ::;1n rniraci:.i. un cuerpo inene cuy:as u iL1s muert..,s
i. .
rencia a su vez es una mod::i.lidad circunstancial de Ja esencia, de una esen-
rostr0 trrlpJsr . no expresa
P Pnada un cue. ,. no pueden v
sin en1bargo ausente ... Este cuer 0 . _ ' _ rpo presente ~ cia que puede ser existente o inexistente. Del mismo modo el de\:enir, rr1ez-
, . ; . _ . P ausente-pre::iente, que ha hecho c . .-
cla de ser y de no-ser, es una fonna particular del ser a secas. Aflojado el
que, es 1o que 11a encontrado el don 1Sll.: existen~ia
a 1n1J. iid ahora
:;.. -.i . . .
;:_ busc:ir el :iln131 '/
_ _ -'
l-'illclllun1. que ligaba la una a !a otra, la existencia somca a la
'nlO .. t.:, VJ\-O, ~
sin ninl1un oo-enero d"'"
e d uda::;,. cesa d e vivir. . _ y sin b Uas-:,
no se ::;abe qu q _, r h - . . . em argo ese pneun15.tica, y h:iciendo de esas dos existencias una nica vicia, una sim-
. . ue ,e ac1~1 vtvtr no puede ser aniquil1do lo f d
connnu:ir siendo. Es preciso por t::i.nto que el -ilma esr . n '1 que ue ebe: biosis psicosomica. i:i muerte libera la gratui<l:id y la contigencia de ese
le os __. 1 ' e :1 guna pJrre muy l'illcuhtm y hace aparecer, por decirlo as, un Ali ter insospechado bajo _la
, pero en ::i. guna p3rte. quizj en Ja::; islas d l - B. . . ' _-
ele. Scrates inisrno tiene pen.sado reu . el o.s i~na\enrurJ.dos don~~ in,eterada simbiosis: h:iber podido ser de otro niodo, poder ser un da de
J,. - . - 1 1 . . n1rse con os sab1os de otras po .. _, otro rnoJo - t:il es \J posibilid;:id indita que_ l;:i rnuerre nos sugiere a partir
- c.:ipue::;
- . -1e e 1:1 )er bebido !a cicura . El \,,. 18.)e d e !as ::i,m:'.ls
1
puede po r cas' del da en que la adherencia psicosomtica no da rn5.s Je s. Esta es nues-
c(Jn::;tar e e 1nuchas etapas y _ , . . d ] . . ._ r anto_.
contarnos los inerarios y ,1:'.ls ;:r;;~~~ts. e a trans1n1gr:ic1on se recrean en tra n1ayor esperanza! La n1uerte, que estrangula el devenir suprirniendo la
\ida, no nihiliza sin embargo al ser de ese devenir, ni a la existencia de
L'.l n1uc.rte. seon el du-il'1
inn1 orr:~, erernid~d ~~~~,h~c;r~ud:sl: 1 : ~~::~/~ m_or~~l eterni~ad ~.,
!"b d 1. .
dei a!rnJ l_a esa vida. El devenir, en el valle de ligrin1as en que vivimos, era la forma me-
lJ n1ucne misni:1 p , "" ., . . - e on !u111tad;J de la vida; -~-. nesterosa, rastrer:'.l y renque~1nte de un ser que despus de la muerte no pedi-
one en c.:v1Jenc1::i. un;: inrnonJ.Jidad que L1 . b. .
c!~ye. Pero_ !:1 inuerte no :i.n:iliz;: nic:in1ente e.::;ta sirnbiosis s~1m ios1s ex- rJ otra cos:i que devenir. La n1uerte no es quiz el fin3l de todo, es decir, el
n1:1s. y al rnisn10 [iempo, disocia ]1 existe c d 1 ct 1 , ino que ade- fin:.Il definitivo, es sencil!;:i1nente el final de la vida, el fin~d de un periodo
\l -' !" n i:i. e J v1 :i, e ser del Jev transitorio y el con1ienzo de una erJ perperua. - Y no slo la n1uerte pone
, ec r:'.lnte a ruptur:'.l repentin::i Je1 , , I l enir.
cione:) vitdes J1 muene - - . iu1c.u lon y a parada definiv::i. de las fun- el punto final ;:i un:.i estanci~1 temporJi, sino que nos libera de un~l vicia im-
- . no.s sugiere que !:.I vida no coincide
!:1 existencia: pur:L El ser es lherado por la muerte del devenir, que era una n1anera de
. . ;no
. er;: la vid::i un1, forn1 ;: concret:J d e existencia~ . por enterouna con .
.ser abarrotada de no-ser: n1ejor an. es la esencia misma la que es liberada
tencia
-. . d. con. nr1nos
- - biolgicos circu1:1ci n J e l .s.3 ngre, aiternanci:1 via- ~~~--
. . .:de Ia ex1s-.
dl.".1 ser. .. Quin sabe si el :-;er no 'S el ser preci~:unente porque est:t n1ez-
~
Lt y e .sueno: De forn1:'.l p;:irecid;i hav que decir d ]
nir no es h Ctniet forma Je ser. ,. qte se puede e ".mu~rre que el deve-
ol
-? } LLIJo con el no-ser?. ~;recisan1enrc- porque se refiere a su negacin? Des-
iazn no h1\ Cille )reo - 1. ,-;er sin e_ e\ en::: por esta -_,e~-r- t pus de L1 rnuerre esa nccesid:i<l de la contr:iciiccin y de la alterid:1d y:t no
.~un[J.r~L' o que clel'e11cfrf'n?n~ de-; pu-; Jc- . -~-~, l
- plH.:'.'i el n1ul.".no Jespues de .->u rnuerre no clefiene .naci~ ,1 -~~ ?
, . ! .1_.1nuerre
existe. Al ser !a esencia po.)itiviciad pur:i, la nihiliz:icin inortaL si es esen-
::;e llCttrir "t d <l--' J . - - , .ue. n.tL a. ::,no que -~-~~ . ci:izacin, no podr:. ser otra co.s:J. 1n:s que un;:i condensacin afirmativa.
. ~.-3~. !
'" - 1 pro1no,1 o ;:i ser ces;:ind
n1uene no es n , .. _ ,..,., , 1 o e e\-en1r. :::iuos1stlr despus de la
. ~ c,__e,.r:lmenreso)rel'irir.L11nuerr l . J .. . - - !.
Put'.S la n1uene slo nihiliz:1 el cotnpuesto in1puro: todo lo Je1njs lo snpli-
cenn_..;1110 y e! eg:ucen[risrno !!e,- . - . . e. l.tL1en o e.sr.1!L1r el b10- f!cJ. lo purifica y !o concentr:1. Est:l ide:i de una inversin de Lts re!:1ciones
los progresos de fu co11c1i1u;1 v 1a" ~~~~~;~~c~:~e;''P:.ura de costumbres que ' enrre negatividad y positi\'iciad. haciendo de la 1nuerte un ;.:idvenimiento. es
tualrnen[e: ~t.s es conio el !en. . . . . d JU i::;t;:i no.s 1111ponen h;:ib1~ IJ par~1Joj;: n1s fan1osa Je l_a asctic;:i pl~unica y del orfisn10. Si el cuerpo
.. gu 3 Je arr1cu 1'J o se nos p
rorn1;_ P'trricu!::ir d, _ ._ . resenta corno una e.s la tun1ba (s1ntt sen1al. la 1nuerre es la cun;:i. En el ltiino poe1na sinfni-
corno u~ len ' 1 e_. :i ex~res1on en ~eneral: c-l_ sistem;: diatnico de R.:uneau co Je Liszt, De la cuna ll la sepultura. la nanJ. balbuce:inte Je! comienzo
merr;_ Je Eu~~J'"~e .entre! Otros Y" un'J. rorn1:_t parncuL1r Je la inod:dicLtcL Lt 0O"eo~
no se convierte, para tern1inar, en la nana Je la vida futura?
1 e::. Y e esp;J.c10 de Newtons r .
e! c:1so pJrricuL1r de una mJrem:icJ n1s g e coln\ ien:en p_ar:i no.sotros en
n1etr:.i J L b h k. ener::1 que admire tanto la geo-
e o He evs i como el esp:icio de E.inste1n.. . :::ie ~ pueden concebir,

-"~' i
~t
: :~:~}
, .-~'0:) _4. Contra el principio de conseroacin. ninguna parte durante la vida. El ser-eu, el inesse (f:vlvCt.J..), que. indica la
' ' relacin de continente a conre!}iq_(),. aqu est. desprovisto de sentido. Berg-
;-<~~~":::_ La supervivencia que el dualismo ofrec-e a nuestra esperanza es rea~ son sealaba que los recuerdos no estn contenidos en el. cerebro co1no en
':}/Un orden-completan1ente-distinto? Ese orden-completamente-distinto un recipiente; y Faur-Fremiet aada que ni siquiera estn c~nser:iados
::-'--~-~l~a sola no es tan completamente distinto, ese completan1ente--distint6 dentro del tiempo; ni el cerebro es un almac_n de imgenes, ni el tiempo
-3~;.cunosamente el misrho, y el ,espirirualismo que parece hacer honor 0
es un conservatorio de recuerdos. Dicho de un modo ms general, el alma
--.,~;-inconcebible es ms bien un espiritismo, o como mucho un animi~~ no es localzab1e aqu o all en el cuerpo que ella aniina, como tampoco la
_,- _.. De hecho los que ms hablan de un modo de ser sobrenarura1 no est muerte est, literalmente, agazapada en alguna parte en algn rincn es-
,.-:~5;real1:1e.nte convencidos de su sobren'.lturalidad. Nuestro apego a la ~ubi condido del organismo vivo. Hemos renunciado ya a esas formas de hablar
};tanc1ahdad de la cosa palpable hace insoluble el dilema de la nada de la metafricas. o lo que viene a ser lo mismo: el alma est a la vez d:ntro Y
, );''.::supervivencia y nos lleva a creer que esta es el nico medio de esc~ar de fuera, ell todas partes y en ninguna parte, inherente co~o un ~echtz~ a la
;-:'.:_aquella: o nada de nada (pues la nacla borra y anula la cosa), o la supervi_- presencia fsica, presente y ausente a la ve.z. P~r esta 1.Jzon .Plotino aph~aba
\'v:ncia. biomrfica y biogrfica, si no biolgica (pues Ja cosa tapona el va~--' a la vida del alma preposiciones contrad1ctonas: las relac:ones es~~c1ales
t:c10 abierto por la nada). Y ante todo, como el ahna alisma, por ms que le'. metafrcas implcitas en esas preposiciones sugieren, haciendo.se an1cos la
'<pese al substancialismo, es lo contrario de una cosa, el principio de con-_- una contra la otra, un modo de ser especficamente espiritual. Los recue~
~- servacin al ~u~ s.e recurre para justificar su supervi\enciJ no Je es aplica-:: dos segn los localizaclores, estn encerrados en el cofre de la 1nemona
ble: no, el pnnc1p10 espiritual no es una substancia de la que se tratara de co~o u~ perfume en su frasco: una vez roto el cofre, .l?s rec.uerdos en pena
de1nostrar, a travs de sus formas sucesivas, la conservacin y la persisten-:.: revolotean corno 1nariposJs en pena; o bien se volatilizan hbre1nen~e en el
ci~; Y 1~s.inn1~or~alistas deberan ser los ltimos en in1.rocar aqu un principi':-.c aire libre. Lo mismo que si el alma estuviera prisionera en su cuerp? com?
fis1co v;:ilJclo .un1camente para la materia. Si no hay por qu buscar lo que el' el pjaro en su jaulai la abertura de la prisin deber_ t~ner por efecto li-
alma ha ?od1do devenir despus de la muerte, ta111poco hay por qu pregun--, -> berarla. El uinculunz no evoca acaso la idea ele la cautividad y del encade-
tarse .que for;11as ha .podido tomar, ni a dnde ha podido ir, a qu cielo o qu- nainiento? De hecho la prisin, residencia forzosa, no es un domicilio donde
gala-...;:1a, a cuantos millones de anos luz. YJ he1nos con1probado que la n1uerte sea natural alojarse. Pero si el alma es realmente cautiva de ia carne, por
no perteneca a ninguna de las categoras ele la enunciacin, que las pregun- qu no liberarla 1o nis r:..pido posible, y sob~e la ma~c~a si fuera posibl~?,
tas dJZ(fe?, cn10?, cundo?. vlidas en los procesos empricos, perdan por qu esperar a la 1nuerte narur::il?, por que no anttc1par por el contra.n?
todo sentido inteligible cuando se trata del aniquilamiento mer~iemprico: lo esa muerte? El horror del suicida demuestra al menos que nuestra caut1v1-
que_ llaman1os transmutacin. transforn10.cin o transn1igracin. n1etbasis, LLld no es en realidad una cautividad .. sino q.e tiene ms bien no se sabe
n1ethole o rnet::unorfosis, se aplicJ. dt'c~1n1os. ~1 1~1 conrinuaci()n. pero no a qu rni:-;terioso sentido. Considerar el cuerpo nicani.ente c~n10 un ohst~c~lo
la nihilizacin r:ldicJI; k1 1nuene no es ni un c:l1nbio Je c.st~1do, ni un cJmbio y una carg~l que arrJ.~trar es una concepcin sin1plista, unilare.ral Y adtale~
Je fonn:l, ni un c:Hnhio ele don1icilio, !:1 rnuerre no l"S un carnhio .:n absoluto< tica dL: la siinbiosis, y es c>n definitiva. una fonna frvola y punst~l de cons1-
Con10 tampoco podra pensarse la cantidad de ser ~lntes y despus ele la dt"rar las re\aciones de S6n1n y P;o;,~vch; dig::unos que es en cie1to rnodo un
muerte con la esperanza de encontrarla constante. Los hombres en part_icu- recado de angelismo. E in\-ersamente, la .idea de ~In J.lma en pena de~uestra
l::ir han perdido n1ucho tietnpo intentando localizar los lugares topogrficos que el p::ijaro liber:J.do no haba sido realmente liberado, o al 1nenos que su
reservados ;l las alinas; sie1npre han tenido la pretensin de encontrar una libertad no era tan en\idiah!e; el ah11a sin cuerpo de la que nos hablan los
asignacin a e.se lugar. al lugar donde [as sotnbr~t"I :-;e renen. 'J la nuev::i di- espiritist~ls es un ahna desdichada. un alma vag.~bunda, u~ alma sin hogar
reccin del difunto; estos ridculos juegos excita.a la curiosidad y divierten que anda errante por e! esp<.l(:io como un hurfano per~1do :~~la noche;
a la imaginacin espacial. El mnimo-ser del c~1.si nadJ. no es localizable apenas liberada, el aln1a hurfana echa de menos su quenda pns1on, ! nada
deca1no.s, porque el instante puntual es a la vez ta neo-acin clel luuar y l~ le urge 1nis que encontrar otr.J, y no parar hasta que haya puesto .fin a su
negac1on " dela duracin: y el no-ser no es localizable bpor la sencillab razn desdichado errar y haya \Uelto a la crcel del cuerpo; por eso no importa
de que est pura y simplemente en ninguna parte. Si el alma no va a nin- qu ahna en pena puede \isitar y Jnimar no importa qu. cuerpo en pena.
guna parte de.spus ele la_muerre. es porque a decir verdad no estaha ya en El alina. tr:..gicainente di\idida entre dos nostalgias ~ontranas, ya no sabe lo
37:)
quiere, no es feliz ni en su prisin ni fuer3. de ella; no puede~~~-- es G:>tro misterio; el nacimiento no es un milagro menos as~m~~:~e~e~~~
br~natural que la muerte! En este caso, no nos que J. .. ~
su cuerpo ni .sobrevivir sin l, y pasa del Con 3J Sin alternativam~
nos ~~c~~~cerlo la aparicin milagrosa de toda la persona, su transpos1c1on
.-:, ;'':'';,;icsro siruJcin tJ.n insolL!blc como J.p:.isionante: no esr: muy cerca de la_-
'';:1;)sesper:i,cim' En sU cuerpo no se siente en su casJ, no se reconoce coma_-._
;~~ plano corn;leta1nente distinto, y su ascensin a un arde? co~p~eran:i:~;~
n:.itucil de ese h::i.bitculo; semejante a la conciencia de los:;R diferent~ e incon~ebible: ~or much~ i~~s~~~:~~:;~~ ~u;;~~~e~:~ del
m:nl:ie<:is, se encuentra a s 1nisma demasiado grande para esa pequea ~--~ previo. del s_er ~~1c~so;:~~o~~; ~: i:Con1prensible nihilizacin del alma-
;':!"''"' y tir:i de sus caden:1S, y tJsc1 su freno mientras observa a travs de iQs al n1a s1:s:~q~~~:~e~n incornprensible hecho, por qu el restablecimien-
barrotes el cielo de L1 libert:JcL Pero tJn pronto como se J3 pone en libertad; cuerplo d 'n1.hilizando a su vez esta nihilizacin, negando esta ne-
c:.iutiv:.i convertda en espectro o fantasn1a languidece cada vez ms: pie~3: to de ser n1 11 1za o,
.. d
~ F
sta muerte no iba a ser posible? Faure- rem1e , q
t ue
su dulce vincuhan, e;'l sus adorables cadenJs y en la prisin que le se;~ o::icion matan o a e ' .~
e- . ' b- i" tfora de la conservacin mnemnica, adm1t1a una e~?ecre
va de abrigo. Esto es lo que sucede cuando los lazos del alma y del cueq) rechaz::i a.~ me . recuerdos expresamente sac~1dos en cada oc::is1on de
se afloj::in. se convierten en supcrfici:.iles y en definitiva en J.rtificiales; dU de recreac1on lde 1~::. a n d~ 1~ nada no es ms dificil de co111prender, ni
rante estJ vida. un:.i simbiosis forzos:J, Jrb!tr:.iria y gr:icuit:.i; despus de es~ JJ nada: pues a an1qu1 c1 . . . - del pas::ido sin solucin de conti-
vid:.i. otra vid;l errante o continu::is reenc:1rnJciones contingentes. Pero todo.. n1is prodigiosa, que una supervivencia el -recuerdo:
ct- d Se tJ.ta. dirarnos, de la persona co1npleta, y no ya d
c:unbia si se tiene en cuenta la necesidad orgnic:J del compuesto y el carc. nu1 a . l do de L1 maoia ... Pero en el punto en que nos
, ter indiviso de l::i siinbiosis. E! :::drr1a n1isn1a slo es ahna en y por esta sim-. Jc1bamos de entrar en e rnu~ .
encontran1os, qu in1portanc1a tiene un m1 agro
1. de rns o de rnenos? Un mi-
biosis: pues un Jlina en \ilo, fue1.l de esta simbiosis, es un alma en pena:
Pero se puede h::iblJ.r de simbiosis? El ser-con (crv) supone la posibilidad_ 1:.tgro tainpoco significa tanto ...
del ser-sin: los asoci:.Idos, disociables de derecho, pueden convenir sepa~.,.
rarse y, despus del divorcio, rnarch:Jrse cJd:.i uno por su lado; la cohabita-
cin, una vez disuelta. da lug:ir a dos existenci'.ls separadas, y esas dos exis-
tenci:is esr:n tan complet:is como la coexistencia de la que proceden. Y ;':.~~:
>-0_;:~:
puesto que l::i rnuene, ca;/endo sobre el con1puesto y dej;:indo tras s, sobre .,....
el lecho, un cuerpo sin :.drna, nos deja presun1ir la supervivencia de un alma ;~-.>
sin cuerpo: l:i c:irne inanim3.da (que poden1os ver) y el alma desencarnada -~~- :
(que no pocle1nos ver) deberan seguir dos destinos par3.lelos. De hecho, *~~
podemos decir re::ilrnente que cstan1os viendo un cuerpo sin ahna?, que lo ~~"
que vernos es nicamente un cuerpo? No. lo que vemos no es n:1dJ de nada: _.-,~-
.-.-~-:
pues un cadJ\cr no e.-, un cuerpo: lo que \en1os es un innornin:1ble dese- _.....o;;,,;,.
cho. un residuo in1nundo y por lo den1:; inconsistente puesto que est en :,Ey
prou.::so Je dc.-,co111posicin y no tiene por consiguente ningunJ fom1a esta-
ble. De esre n10Jo el pzi.r:1!elis1no de Jos Jos destinos corre el riesgo de ser
una ht:rrn:1nJ:1J no en !:i supervivencia. :>ino en el aniquilan1iento. El alma
;
i
1
sin cuerpo no hJ perdido slo ,:;u recho y su n1orada. ha perdiJo .:;u ser. '
Por e::;te rnoti\o (e! cnc:u!11nz no e::; en ahsolu10 :iccident::iL sino esencial) i'
se con1prenJeri ineior la nihilizacin glob:.d del vivo que la supervivencia
del alma. Pero por qu el milagro de la nihiliz:icin nos extraa tanto?, p6r
qu no aJn1iri111os que el :tlni~t y el cuerpo sean abolidos pro indiviso?, t
por cu :.i4uello que un d:i tuvo un cornienzo no iba ;:: terminar? Despus
de todo !a desaparicin de alguien no es el nico misterio, y ni siquiera el
mayor: J;i :ip::ircin gratuita de ese alguien. que ;J nadie se le ocurre discutir,

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CAPITU!.O III
ABSURPIDAD -PE LA
- ' NIHIL!ZACIN
>""'~-,.,- -

l. iVo s qu otra cosa.

Sera sin ernbargo ex:igerado decir que el argumento de la conservacin


no demuestra nada; y tampoco se lo ha eliminado de una vez por tod3-s con
el pretexto de que la conservacin es una n1etfora. La cuestin desdeo-
sarnente descartada vuelve a surgir constanten1ente con10 un escrpulo, y
nuestra iI).Satisfaccin, nuestra inquietud, nuestro remordimiento siguen siendo
igual de grandes. Si se consider:i, y con razn, el principio fsico de con-
senracin incapaz de justificar la supervivencia del alma, no se puede tratar
sin embargo con un total desprecio el instinto de conservacin; la tenden-
cia a perseverar en el ser protesta incansablemente, desesperadamente contra
la absurdidad de la nihilizacin. Y nuestra irreprimible protesta ta1nbin es
un hecho. Sin esta per.5e\erancia del ser en su positiviJ:id, n1s vale renun-
ciar a con1prencler y a pensar la 1nuerte. La nihilizacin. en este sentido, es
un autntico pase rn::gico: n\oc~lr la nihilizacin es rendirse ante el miste-
rio; y t::il vez en efecto deberan1os poner aqu punto final. Antes de hacerlo,
considere:n1os no obstante lo que sigue. Evidenten1ente el cuerpo es la con-
dicin vitJ.! deJ ahna, no es ni el v:i.'io, ni el recipiente, ni el hahit:culo: al
perder su cuerpo, el a!ina ha perdi<lo su condicin vital y no puede por tanto
sobrevivir. Ya que el aln1a no erJ el aJma rn:s que gracias a su cuerpo. Pero
precisa1nente en esto el ~l!rna es algo distinto a su propia condicin: no otra
cosa, puesto que e.\ a!ina no es una cosa. sino algo distinto, pero no s qu
otra cosa. La vida slo es \isible si est ligada a un substrato :inatn1ico, teji-
dos y clulas; y no obstante la vit:i.li\lad de esta vida, aunque de una forma
impalpable, siempre esti 1nis a!L de ese substrato. La memoria no es posi-
hle. en las condiciones en que se plantea la vida hutnana, ms que ligada :i

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un cerebro: ::;i no hJ.y cerebro, se ac3b l:i memori:i; pero por eso mis~ conatur;'.1 La muerte es por tanto una violencia hecha al imperativo ab~o
-.'.:~~zon~1ble~11cnte.' b. rnern~r!J. es :J.l~O distinto al cerebr~ del que depend~'. lutamente ca[egrico de la prt'servacin. Bergson, a veces tan extraamen~
-<Si no, 1.quc sen[1Jo rendn:J.n el ,erDo depender y el substanrivo condici;; te prximo al spinozismo cuarido p<1reca estar tan lejos de l, estaba pen:..
cino podr:i dJrse siquiera un:i rel:J.cin entre condicin y condicionad~ sando tal vez en esa nadJ. de l:i nada cuando dijo de la inmortalidad: la
:1 _pens:J.n1iento s.lo existe con10 ser pensante, enc:J.rnado en un:i presen
- hs1c~1: el pens:in11enro es un pensador. Pues no existe el pensamiento en SL
prueba corre a cargo de aquel que la niega. Quiz los partidarios de la l~
berlad podran responder lo mismo a los deterministas ... Pero tal vez sea ir
no obsr:inte el pensa1niento es distinto del ser: l:i prueba es que un 5 ~: demasiado lejos querer devolverles la pelota, es decir, la onus__ probancli a
p.ucde s~r ~in ser p_cns:i.nte. Por ejernplo un rinoceronre. '{para tenninar, e{-~ los negadores de la superYivencia: ya que la inmortalidad es todo menos
:lt~1a est~1 s1crnpre 1ncorpor:J.da :i un ser so1n5.co que es !a condicin de s' cierta y no se demuestra una tesis connllnando al adversario a probar lo con-.
ex1stenc1J. pcrsonJ.l; no obstante !o cual el alma est siernpre m:s all:: de esa-~ tr:i.rio ... Qun impedir al ::ibogado de la nada devolver este onus probandi
corpor:'..didad. Quin SJ.be si no se encontrar: J s mis1na, despus de la,-_ del que nadie despus de todo quiere hacerse cargo? Y sin embargo Berg-
n1uenc. arras condiciones de existenca de IJ.s que no podemos hacernos son no se equi\ocaba: la interrupcin del ser. del mismo modo que supone
u.n:..1 ide:i? De c.ste 1nodo ]J. ingenu:i cuestin que h:J.b~1n1os descanado ini~ ~ un suplemento de energa, requiere un suplemento de explicacin:'.~ qu~
ci:ilrnenre conserYa roda su fuerza: el J.ln1J. y JJ. diferenci:J. entre el hombre - es necesari:J. una causalidad suplernentaria para explicar la ?~tenc1on de
Y el rinoceronre en qu se han convenido despus de Ja rnuerte? o senci- '~ todas las funciones vitales: ya puede la muerte estar fuera de cualquier cate-
lla1ne~re ~ puesto que ~l a!n1a ha dejado de de\enir cualquier cosa y ya no ::r gora, que el aconrecniento rnonal. puesto que tiene lugar en a~guna p~r
va :.i n1ngun:1 p:.irte: que p:i:Sa con el :iln1:.i Jespu.s de Ja disolucin del com----~ te y en alguna fecha, implica determinaciones explcitas que se anade~,~ lrsa
pu~sto psicoso1n:.rico? v llanainente, al ser: lo que sucede representa un excedente en relac1on a
o que es; el acontecniento es un pliegue ... o una falla en la trama del s.er
no circunstanciado; incidente o accidente histrico, la aniquilacin gratuita
2. El supuesto de fez continuacin)' el escndalo de !a cesacin. de alguien requiere una justificacin. Aquello que e.xpresb:imos cuando de-
camos: toda muerte, incluso la 111uerte natural, es a su 1nanera una muerte
A ~ecir .\:erd:H.l no es el principio de consen:icin. sino el principio de violenta, 1\Tex. y una anon1ala in1previsible: morir, en ltima instancia, es
c~ntin~:1c1_on. -~que hace que nos sea in1posible cornprender nuescra pro- siempre ser muerto, si no por la b:..1!J. de un asesino, al menos por un~ co-
pia J.n1cu1L:ic1on. Pues la conrinu:icin se d:J. por supuesta. Ser, deca- gulo de sangre, por la ruptur:i de una arrerla, por la rotura de un ventnculo.
n1os, es neces:Jriarnenre conrinu:J.r siendo y existir n1s all del instante. Todo El sncope y la embolia son evideltemente un excedente, un excedente dra-
sucede. con1~- si hubiera un:J. especie de inerci:J. n1erafsic:J. propi:J. del Esse: m5.tico y tajante con relacin a la continuacin uniforme de nuestro Esse bio-
L1 conrinuacion Jel ser es en s n1is1n~1 una conrinu:1cin indefinida y per- lgico. El fallecniento del centen:uio. 111:.s nonnal sin en1bargo que su super-
p1...ru:t. Lo que quiL'r_e decir: no h:1y nin:_un:i razn intl:'rna p:ir:i que el \i~enciJ. e::; un problen1a: y el forense se sigue poniendo nervioso Y concecle
:-.cT cese lk St.''. ni ~1 torr1ori p:tra que cese- <lt' ser hoy nu_)or que 111 aana 0 (
0
no concede) e! pl..:'rrni.-;o p:1r.l inhumJr - con10 si fuer:i algo extraordina-
lJLH.:' en ctulquicr utro 1no1nento: !:J cesacin no esr:l np!cir:i an:::;_lricJ.menre rio n1orir a los cien aos. J." e-fccri\a1nenre. sie1npre es extr:1ordin:irio morir.
en el ser, y no se la puede deducir de l; el :-er no es de ninan modo Tal vez se replic:iri, con10 lo hemos hecho nosotros n1is1nos: la n1uerte,
un:1 pr~!ong:1ci.n de su propio no-ser: ese no-ser. no dndose ~or sobre- despus de tocio. no es n1js e-xtr:1ordinari:i que el n:.lcirniento, p:1ra el _que
t.'ntc11d1do. es s11.:rnpre simrrlco. siernpre :1d\cnticio y contin-ente con n:ldie sin en1bargo husca un:l ju:-;ificacin: ni el nacniento es n1enos irra-
r1...!acin :1 Lt postiv!d:J.cl de! ser. Est:J.s e\\Jencias- t1utolgicas 'que pare- cional que la n1uerte. E ilcluso :-;i fueran dos ini.srerios en lug:J.r de uno, la
~en ~crogrulL1d:1s y que son sin duda fornt1s c.lisfr:izad;__.s del principio de i<le:J. del :iniquilan1iento no sera. m:.s comprensible. La sobren:J.tur.Ilid:id del
~.~enttJad nos \:1n :1 pern1itir decir. a pt's:tr Je L1 :ib.'iurd:1 aparienci:J. de la n1ciniiento no disminuye IJ. irracionalidad de l:i muerte. sino que la vuelve,
:orrnu!:t: el no-si:r t.:st~l siempre de 1ns. Porque en e.':ite punto. ]:J. p::irado- p~r el contr:J.riu, tuda;a rnis Jhsurda. Os preguntiis por qu lo que h:J.
~ y !a. verd:..1J de Perogrullo son un:J. 1nisma cosa. Esto es lo que Spinoza, comenzado no iba a terminJ.r. Es que acaso lo que comienza tiene recursos
tdosot~ Je l:i indi\isib!e plenitud ntic:i y de !:J. perseueratio in Esse, nos
Jyudar:i J. coinprl'nder n1ejor: Venzo suutn Esse nltenus rei causa consen.Jare 1 f;'fica. !V. 2:'1.
, .... 1 ;:'.i'.~l~a~ot~bles para durar eternamente? Sin embargo todo es posible si ~l~' de toda terminacin. Nuestra eternidad es una eternidad que ha tenido un
,_ ;j1~~-c1m1ento es una creacin milagrosa. Prguntaros entonces+ ms bien: . _comienzo. Y por los Sig1cis de los siglos esperamos seguir bebiendo de esta
-----~_,.;-~~;qu haber con1enzado? Es decir: -por qu quien con1ienza- a ser no ha;- Copa inagotable.- Los h6mbres en genera+--ne encuentran- tan escandaloso
,_ -::~t'rido sieillpre? Esta pregunta no hace ms que reforzar nuestra preguntas que'.;-io que hoy existe no haya existido siempre: el escndalo es cesar de
: _;~~~fbre la muerte: por qu aquel que ha comenzado a existir no habra de -_ existir; lo que nos parece-inadmisible no es que la historia pasada no haya
_. ;I~?ir s~empr_e? O ._como se pregunta, en Ioneco, -el rey que muere: --Por qu i{ ~ido hecha por nosotros; -sino que habr un da un mundo del que no for-
~~,nac1d~, _,-s_1 no ~b_a a_ ser para_ siempre?~. Aunque hay que reconocer que _j maremos parte. Porque nuestra vocacin est por delante! - __ Por otra parte
~~-,-angu~t_1a:metafi~1.ca :ios sugiere-a veces la pregunta inversa: por qu era ne-.:- el_'nacimiento, por n1'uy- matavilloso milagro que sea, es esencialmente un
-!fl'cesano _ 9_ue lo inexistente empezara a existir?.; por qu no ha perm3.necido piceso biolgico: -el embrin convirtindose en recin nacido y el recin
:;'.i:_eterna_m~nte en el no-ser? _Esta es una pregunta que se plantean Pascal ,_ ,_, n3.cido en adulto a travs de- una serie de imperceptibles transformaciones.
{'.~Schopen,hauer~ Aqu~l_ que habra podido no nacer podr tambin retoma~-: 1enemos todo el tie1npo para restablecer la continuidad de lo discont_inuo
;;;,-a la nad~_! Pero recordemos a_qu que la nadaprenatal y la nad:i postletal no~ y i.Signar a Ja novedad un;i preexistencia: lo discontinuo se refugia sin duda
'-~_-son en absoluto simtricas ni homlogas. -Porque el tiempo de la vida tie -~ eri los misterios de la-fecundacin, pero l;i transmisin de la vida puede ser
'\ u_n sentido: ~~ti orientado hacia el futuro; es advenimiento inagotable, irrev~r~' reconstituida; el instante natal se disuelve en u~a gnesis, es decir, ~n el
s1ble futuncion; camina continuamente del no-ser al ser. El maravilloso mi- encadenamiento general de los procesos de concepcin' y de reproduccin,
lagro del nacimiento es, ni que decir tiene, lo misn10 que la creacin. el don y se acaba por no saber con exactitud en qu momento el nuevo ser ha_ na-
del ser, puesto que est: dirigido en el sentido de la afinnacin fundamen- -~ cido. El instante de la muee general. por el contrJ.rio, si bien es 1nenos f-
, tal. Por _qu aquello que ha con1enzado un da no iba a acabar? Pues bien :: cil -de establecer de. lo que se crea antiguamente. llega siempre sbitamen-
jhablemos de e~lo! Precisamente, lo que ha co1nenzado no debe acabar. Argti2 te. Li muerte suprime de una sola vez un vivo completo y consciente, capaz
n:enta~ el .c~mtenzo para que consintamos en el final es invocar una espe- de sufrir y de pensar, de ser feliz o desgraciado ... Es un asesinato! C1no
cie de JUSt1c1~1 de conmutacin sin relacin alguna con lo irreversible. La vida una riihilizacin tan brusca no iba a ser traumtica?
de alguien poda no haber comenzado; pero desde el n101nento en que ha Por ms que la nihilizacin mortal se haya demostrado cien rnillones de
c?n1enzado, debe continuar y no cesar jams; no h;:ibrnosla dado si no! El 1nillones de veces, desde que los mort~i.les mueren, sigue siendo siernpre
v_ivo, habiendo recibido el ser. quiere retener y conservar aquello que Je ha igual de escandalosa. Y un;i filosofa que se niega a filosofar sobre ella, o a
sido dado_ una vez: se aferra desesperadamente a su regalo y ya no lo suel- darla por sobreentendida 1 es sencillarnente una filosofa al derecho; una filo-
ta;_ no se siente en :ibsoluto obligado a devolverlo: el ser slo es un don gra- sofa orientada en el sentido de la continuacin; un;i filosofa del si No es
ttuto en la~- 1netforas de los poetas y de los metafsicos: para todo hombre el ser el que se define sobre un fondo de no-ser, es el no-ser el que, a pesar
de buena fe, vivir es por el contrario un derecho inalienable. v la inera idea de todo. se nos presenta con10 una suspensin del .ser. y se define por re-
u~ renunciar a l nos p:1rece esc:J.ndalosa. Por n1:s que nos, exhorten los t b.cin al ser y en referenci:t al ser. O m:\s hien el ser flota sohre ~[ ocano
sabios paganos Y la lrnitncin de Cn~vto a restituir por !:is buenas esra vida 1 del no-.ser. que es l 1nsn10 la negacin del ser,\' que tiene en detinitiva (o
que nos h~ sido con10 si dijramos prestada ( nul!i 1nancipio. onznihus usui), debera tener) la lti1n:1 p~ilahr::L

t
no nos dean1os convencer. Esta es nuestra n1aner:i de honrar lo irrevocable y no obstante es un hecho: J-;.1 cesacin del ser 1nortal desafa irnicatnente,
de-r::itificar la disilnetra del tiemp, de aceprJ.r el ~llti y rechazar el on1ega~ inexplic:1ble1nente el suptll:'.'itO de la continuacin. 1L1blba1nos del car:crer
1:f:ther comenzado a ser i1np!icar~t una especie de con1pro1ni.-;o y ca.si un adventicio. indefinid:tn1ente pronogable. esencialn1ente evitable de la cesa-
aerecho: estan1os. deca Pasc:i.l. e1nbarc:idos; :;e ha acabado para sie111pre el
'
cin; por qu en un detenninado n1on1ento y no mis hen en otro? Son las
no-ser del que el naci1niento nos ha sacado: el ser que nos ha sido conferi- circunstancias y el az;ir los que deciden. Pero la continuacin no estara a
do deberi durar eternamente. En esto e.s en lo que consiste precisamente merced de las circunstancias si no estuYiera afect;ida por una especie de
nue~tr:J. vocacin Je in1nortalidad: un ser innlo11t1/ es un ser que se ha con- def<.:=cto y de maldicin constitucional: sufre. bajo el efecto de la durJ.cin,
uertlclo en eterno: no es infinito por sus dos extren1os, sino nica1nente en una degradacin cualitativa. una degeneracin que se llama envejecirr:ien-
la direc~in del futuro. 1\.1s all de la entre:lbertura. hemos visto lo quitnrica to: ser, parJ. un vivo, no consiste en continuar siendo inmutablemente Y fuera
que sena !a abertura par;i una vida cerrada en su comienzo. pero liherada del tiernpo: ser es envejecer: su precariedad consubstancial hace a la

381
coo[inu:.icin vulner:ible y frgil. 1::1 expone ;i los mil peligros qu-~'a desde toda la eternidaJ, al pens:imiento que las piensa, y le sobrevivirn,
chan conrinuamenrc :i un ser vivo y le hacen depender de los encUe- no ya indefinidamente, sino eternamente; preexistir y sobrevivir_ rio son por
CJsu:i!es. L:i conrinLL1cin circunstanci:idJ. es por tJnco una continuad"" tJnto aqu ms que maneras empricas de expresarse. Las verdades no -en-
:11nen:1z::icJJ.. Lb.111en1os sencill:1n1ente finitud :J. esta to.r::i original, a esteba~ vejecen ni se degradan; el tiempo no influye sobre ellas. El ser pensante est
t!icczp J. priori que gr:ivJ. !:i continu;:icin y comprornete el futuro. La fill(':'.: en una situacin ambigua. Por una parte la permanencia intemporal de las
representa Js par:l tod::i continuacin un:i. posibilidad de cesacin. La 6 verdades caracteriza tambin al pensamiento que las piensa: este pensa-
~- tinu:icin Jel ser se da por aadidurJ, pero !J supervivenci:t del organism' miento, .despus de todo, no es rnis1no una verdad? La intemporalidad
(pues se [r:n:1 pr::ctican1ente de no sucu1nbir) es una continuacin aleatoria:~ define a la vez la verdad-objeto y la verdad-sujeto, la Verdad pensada y la
. '{ pr !o dernJs. la idea rnisma de continuacin no in1plica acaso virtuaf verdad pensante, la idea y el cog-itans, este que es a su vez objetivamente
rnente la ~esacin? L:1borios:.imenre reconducida de instante en instante e:: vlido, aquel que es cognoscible y sin embargo nunc:i. es una cosa. Y as el
tre los peligros de n1uerte, la sospechos:i. !a aventurer:i continuacin tiend~ pensamiento que piensa la intemporalidad de las normas y de los axiomas,
haci~t !:i continutclad inten1poral sin lleg::i.r J. J.!c:inzarla nunca: demasiadO. de la justicia y de !:is verdades rnatemtic;:is es lo primero de todo en sus-
ocurxHJ~1 est: re!lenando las disconrinuidades de lo continuo! Preservatio i~ traerse al tiempo! El agente morJI, en cuanto portador de la ley, y en razn
ex,e. deciJ Spin~z~t: t1nt? b consenac1n, corno 1:1 preserl'acin implican el de su dignidad de ser razon~tnte, no es l inisrno la primer3. verdad eterna?
Conatus. es U.ecir. el esfuerzo p:i.1.1 m:i.ntenerse en vida a pesar de los peli~: Puesro que es en su noinbrey en su persona en los que hay. que respe-
gro.'i. Y !:1 resr.-;rencia a las pulsiones ele n1uerte. y aclen1:1s Ja desesperad? tJr la libertad y lo:i Yalores: el nico fin del hon1bre es lo huma_no n1is1110, y
pro[CSt~l contrJ._ la n~lcia. La tensin es natu1.1!n1ente nl:S sensible todava en- no lo hun1ano en s, sino la dignidad humana encarnad;i en alguien. Cn10
el fdsofo del Elnn vita! que en el filsofo del Conatus: Bergson no nos daria".;;;~M~iF esr:i libertad que es a la vez sujeto y objeto depender de l;is vicisitudes del
espcranz:is de \'encer ~1 !:i rnuerte, corno hace J! fin~i.l del tercer captulo de-~:~~ devenir? Iv1ejor an: el pensamiento que piensa la inmortalidad de la vida
~ Ecal1tci-11 ~re(fr/ora o cuando se dirige :1 los panidarios de 1:1 metapsiquia, ~--~~~ _ J_- universal y del ser universal esc:ipa l mismo ~1 la muerte; el pensarniento
St la inuene tuer:1 :1bsolut:J.n1ente invencible: pero tampoco tendra necesi- j de la sempitern:i continuacin vital es todava ms intemporal que esa con-
cL1d de dcprnos esperar esa vicrori:i si L1 n1ueri:e no existiera, si la prueba .:::~~:"- tinuacin mis1nJ; l es el Cogito que transciende a b. historia y a la evolu-
de car~o !ncun1blera ~nic:unente J los sofistas ele IJ n.ad:i y si rni nada-propia, ::o*~; cin y que engloba J la una y :1 la otra. Y finahnente (no es esto ya el col-
~s <lec 1r. la 111uene. tuer::i, como es la n:.id~i en general. una seudo-idea. ~-f-~1: 1110?) una filosofa de la n1uerre que concluye con la mortalidad de la criatura
1 1
a es :t hura 1 de la rnucrte. La cesacin de !a continu:.icin es una especie J.~~~-~~": ___. e.S ella misrna independiente de la 1nuerte y tr~1nsciende a la muerte, pues-
de suceso. pero este suceso tiene una profunda significacin metafsica. La ~ to que utiliza principios racionales y una lgica que no tienen en cuenta
n1uerte es ile~tlina y no debera tener lugar: y la muerte es el mis rea! de -~ par:i nada la temporalidad: el concepto de la n1uerte presupone un pen-
todos !os hechos. L~1 ff1uene es un escjncL!lo. \- es sin e1nharuo un fenme- ----~ s:1n1iento al que e.'ita 1nul.:'rte no concierne. ~Cn10 podra tnorir a su vez l~t
no norn1:1I. Lt1 irrl:'\oc:1h!e de un:i e.xi.-;tcnci:t o~:c hJ. con1enz::!u y no debe- l Lonciencia <le Lt intH.~rte? Todo n1ue:Te. excepto el pcn.sa1niento que pien,sa

l
0

ri:1 tcnnin:ir i:trn:s choc:t con la :1hsurcL1 irrc\( )l"JhilicL1d LIL Li nil~i1izJcin. la intH.:'.rte y que no puede 1norir. .. No. la concicnci:1 de 1norir no n1uere! ?\ro.
[;1 muerte no concierne ~ti subconsciente transcendente, al subconsciente

3. FI pensdnuf..1110 ele In n1ue11e J' la n1ue11e d!! -~erp(:'nso11te. l que la contiene y la toma con10 objeto o prob!ctn:l 1nientr:is la 1nantiene en
.-;u pode:-. Esta concienci:J. no e::-t5 evidenrernenre en el rnisrno plano que las
Lo ccrdud eternt1-11zortal.
cosas n1onales dl' l:.1s que elL1 ton1~1 conciencia: no es ella rnisrna lo que ella
conoce y no est:. por tanto .-;o metida al destino de la cosa conocida: as como
E,-;re cieh:tte irt-;oJuble entre la eternJ. conrinuJ.cin y!;_]_ cesacin. esta iro- ,-~ b conciencia est en un plano completamente distnto que !os seres de los
n:1 de b n1ue1Tt ton1~1 un:i form:i parricuL1rmente :igu.da cu:1ndo se e.x::unina que es conciencia, asl el pens:1rniento es de un orderl comp!etJ.1nente distin-
el c:.i.-;o del c;cr pensante - porque este es el c:iso de aqui.:l que e_s a la vez to :.il <le !-;is existencias perecl'deras: el pens-;i111ienro que piensa la tnuerte
un pens:.trnienco y un ser. A.l hab!:ir de l:::is verdades eternas y de los valores permanece fuera del destino ecun1nico de !as criaturJ.s, no porque l se
lde:t!es. deci:unos que !as palabras comienzo 1; termi11aci11 no tienen sen- excluya a s n1ismo J.rbitrJriarnente. sino porque !o transciende: es incompren-
tido ni p~!f:l l:'SfOS ni pa1.1 ;lqueJlas: preeXSt:tn .. nO ya inme1nori~iJmente. sino sible que este pens~uniento cese de pensar. Su privilegio no es nicamente,
'C?mo h~ce la accin voluntaria, prever el ari-no y el ms-tarde,. sino"\:
s1clerar todas las -cosas clesde el pu11_10 de vista de la eternicla_d- sub- -- de la nada, segn Bergson, te_s el pensamiento Be- una plenitud, la na~ mis-
cie aeternitatis, y por ejemplo,_ espet.liildo sob-re la muer'te, -dsidefar I ma es un cero de pensarrellto y Uni absurdidad: Ahora-fep,:, precisamen-
temporal 1nten1~oraln1ente. Si el pensamiento es rnortal, los pensamient - te el ser pensante, no ya co1110 pensante sino como-ser y como realidad
de este pensarruento est:n aquejados~de una tara, y no tenemos siquier"- ntica, est abocado personalmente a esa nada que no-puede pensar; nit;:"_:
cle~re~ho de deducir. su ~ortalidad! Estamos dando vueltas al crculo de.Ep ga esa nada, despus de lo cual s~ anula a s mismo incomprensiblemente
rnentdes.: La conc1enc1a, en .esto, es-bastante ms-inmorta_l, si cabe, qu y se hunde en esa Nada inimagirtible. --La rriuerte hace -manifiesto el lazo
el alma sin cuerpo cuya supervivencia nos promete el esprlt:ilisino: por ~rgnico y-vital.que anuda parad6Jicim'en1 el pensan1ientb .pensante a -las
~ue ell~ hace de puente entre la vida- y la supuesta supervivencia, y p:is :. contingencias de la carne. Se pteJe, si' uno est acostumbrado, pensar a
por enc1~1a ele la una y de la otra;- mejor an, engloba vida y supervivencia pesar del_dolor, como un matemtico se mantiene en'forma haciendo cl-cu~
en un m1sn10 acto espiritual, transciende con un nlismo desdn los in.ter~~: Ios a pesar de una jaqueca, o como un estoico que trata 'su cuerpo ._con
s~s eg~stas de la vida y del porvenir intresado O n1erceriario que la super~: desprecio: la razn, a fuerza de valor y de ascetismo, se independiza de esas
v1~enc1:l nos hace esperar. El inrnortalis1no pron1ete a la criatura un futuro - ridculas trabas y desmiente la irona tan humillante de Pascal. la anestesia,
n1as alla de la muerte; pero para el eternalismo presentista; la n1uerte es un: la analgesia y la apata no son milagros sobrenaturales que Dios hara por
detalle in5ignificante que el pensamiento trata con desprecio. El umbr.if._. consideracin al mstico, sino victorias fsicas que la sabidura consigue sobre
~e la n1uerte? Lo. ~ranquea sin tener par;:i nacla en cuenta la 1nutacin qu~"' ,~~.,.. la carne. la muerte, por el contrario, es el no-ser ele nuestro ser en general
se produce en el instante del artculo n1ort11. La cesacin de la continua_~?' y la nada de nuestro todo - es decir_, la muerte anula la totalidad del ser pen-
c~n?~ Ni siquie~a la percibe. 1Vfea res agitla; decs ... No, este negocio, no es-~;;.~ sante, pensamiento incluido. Con ia copa de cicuta del ao _399 fue Scra-
~1ngun negocio. El pensamiento es ajeno a los pequeos negocios del -~~t::: tes quien dej de pensar, y fue el n1isterio de U!1 mnada excepcional, de
t1.e111~?: jn1:.s bien est, en este sentido, retirado de los negocios! Las in=- -~~-~~2-:- una mis1nidad realmente nica en el n1undo, la que se aniquil para siem-
~1gn1hcanres contingencias clel estado civil, muerte y nacimiento, no le pre. Sin duda alguna el mensajero hizo todo lo que pudo para desaparecer
incumben.
tras su mensaje: Scrates, el amante de la verdad, quiere que los discpulos
Y sin en1bargo el ser pensante n1uer~! A despecho. de la nposibilidad, ~l se interesen no ya en el portador de la verdad, sino en J3 verdad que porta
absurdo de la ni~ilizacin se cumple: la n1utacin radical desemboca en la ese portador: lo que importa es escuchar la palabra, y no mirar al portavoz;
nada. "Sabe que 1nuere~, dice Pascal de su caa pensante. Sabe que muere no se trata de admirar el estilo, sino de comprender el sentido ... Scrates
pero muere sabindolo! ... El ser pen.sanre tiene conciencia de la muerte ir; 1nismo pone a sus adniradores en guardia contra la subordinacin de los
niza incluso sobre su propio fin, se toma el cuerpo a burla y trJ.ta a la eci'er- rnedios a los fines. Se con1porta con10 si las icleas impersonales hubieran en-
n1edad con10 si no le concernil'ra: dicho lo cual. eI ser pensante n1uere; des- lontraclo en l un portavoz para ser expresad;:is histricamente: pues son
pus de h:1her filo.-;0L1do a placr.:r ;;obre Ia tragedia. de.'ipus de haber dado independientes de las vicisitudes dramticas ele la biografa. Todos los das
vueita.'i Y 1njs vueltas al proble1na en rodos los sentidos. se presenta a su n1i!lones ele escolares repiten el teoren1a de Pit[igoras sin preocuparse para
vez personalin~nte. en cuerpo y ahna. al borcle ele Ja suprenTJ. prueba; n:ida de la existencia de Pitgor.ts que lo descubri, con10 si ese Pitgoras
su no1nbre ha sKlo requerido para el peligroso salto que cacla cual. tarde o no hubiese existido nunca. como si ese nombre fuera un sn1bolo par.1 1nen10-
te111prano. deber hacer en persona; despus ele haber reflexionado a placer rii'"ar las ideas que contiene. Sin en1bargo. en la prisin de .--\tenas donde
.')obre la n~uerre, ~esp:i.s de haber :_ilejado el acontecimiento gracias al expo- SLT.:ttes espera \.'.l inueitr.::-. se desarrolla un dr:.un..'1 pdica111ente velado. la
nente ele Ll conc1enc1a y tneclianre tcxla suerte de operaciones mediticas, desaparicin de Scrates [ras el socratisrr10 es de lo rns significativo. Tal es
se converre l rnismo en el sujeto personal, efectivo y primario del verbo la leccin que nos ensea la modestia de Sc:ates, la nesciencia fingida de
i~an1~ de~pus de haber hecho hermosos sermones, jurado por todos los Scrates, la aversin ele Scrates por toda ser..-il complacencia. su desdn
dioses que la muerte no le impresionaba en absoluto, el sabio sucumbe a por las actitudes y por hts posturas estticas; Scrates no esti all para hacer
s:1 vez co1:10 todo el mundo. y la rnuerCe le quita la palabra de la boca para ele pantalla entre la inteligencia y la verdad: Scr:ites est: atl ms bien para
,'Hernpre. El sabe ... menudo negocio!, sabe y no muere menos! y la muerte permanecer transparente y en cierto moclo inexistente. Scr:aes es buen
pone punto final a su saber por las buen:.1s. Protesta y muere ... El pensamiento conductor! Alcibac!es ms1110, sobrecogido de admiracin por el per::;onaje
de Scrates, reconoce su carcter desconcertante y por decirlo as fundente,

385
la_ atopia, con10 l dce, pues[o que le cornparJ. a los sle , verdad racional habra sido el mismo, y que Platn y Brunschvicg hubieran
:~i!!as divinas lncrus(ad:is en esos si!enos. Scr~ues sio-ni~ic~~~!a adl.as sido tambin posibles. La toma de conciencia misma es un acto histrico
,)ol:rJces. nos conduce a otra Dn 11e: v quien est J.peo ct
1 e .
o a 1a apanencia
ife:- que tiene lugar en tal o cual fecha de la efemrides. Si Scrates, si un in- -
DJ., q.uien. Se ilJa en la letr:J olvidando eJ ecp'1r1t -- ventor, si un gran hombre, si alguien en una palabra es necesario para en-
. . . _ _, u, quien se complace r
n1e el to.s descuidando los hnes para los que esos mecto ct co~:.,. carnar y comunicar la verd;:id, es menos frecuente que una determinada cla-
. i s son me 105 es --
nicg:'.l -dejarse conducir; seguir a Scrates or amor J. " - _ . ' e::,._ -:-- se de verdad desaparezca con la muerte de ese alguien. Lo que se aniquila
vocacon agoic:J de la a/eaora" pa .p d. -?erares es ignorar_ -_-- " es la misteriosa verdad mortal de la persona.,, La muerte del sabio, en este - ,
_ _ _ -- o o 1 'rarse :1 me ro c:im1no e - ct -"' ___
t1c:i. El 100-enuo qu-"' d . - - _ n a via 1alec:- -;""-""'' sentido, es un fracaso parcial de la sabidura puesto que consagra la impo-
" .""- _e. 1v 1n1za a Socraces )' nnde culto a Socr::l[es - _ y se qu da _. --~'"'
;!c57::.-
en 1a reo1on exo[enca de l:i.s a h . e "'':;.-:$; sibilidad en que se encuentra el sabio de armonizar totalmente su verdad
, ~.,. . " ~ . panenc1Js a tenido una iniciacin inc :_~[~<
pleta. Ese ing~nuo es v1crim:i de la ;ron1" La . ~ om~"'"":::.:r~~__. personal con la verdad ideal: por qu es necesario que la verdad de la per-

n11ento en !J ido!:1tra y ridiculizJ el culto J la


. ., . . .
tJc1 nos in\.1L.l J. pasar del s1ano al sendo a co ~ct
' LL. 1ron1a se opone al
, 1ct d
l .
.
persona 1 a . La ironia so ~ ...:--;;:~
-
:m
b <.-- /-~~
~~7:~:.:
era~
sona sucumba al veneno, y que la verdad de la idea sobreviva a ese mismo
veneno? Pues porque la cicuta no tiene efecto sobre las verdades. A la iro-
de !:ts p:tlJ.bras J . , _<::::>.. ' n::>l erar a intenc1on a travs-.'.,,~,,
, , . a1nar tr::insitivamente al arnado, que es el ob"eti . -~ na racional le sigue la bu.ria trgica. Evidentemente hay algo de burla y
~10~:.il del :.i~nanre, en lugar de a1nar complacientemente la filos J_ vo mren-..~~~,~ de chocante en esta falta de sincronizacin, s, hay una burla medianamen-
,1 n11rJ.r en fin en !a direccin indicada v no el dedo l . d_ofia de~ amor,,.: te amarga en esta disimetra entre las. dos verdades, la verdad a s~cas y la
so q .. J,I . . .- , que a in ica. -51 el pa- ."$'""$::~
- ue\1_ e signo al signrlic:J.do constituye Ja esencia de. - . .~:;;.::.t. verdad del portador de la verdad, una abandonando a la otra y disociando
..::l 111ov1n11ento que nos lleva del me . . l . d interpretac1on, ~i.: su suerte de la suerte de la verdad impersonal y despegndose para siem-
ve d , . "i . .; . ns.'.l.ero a mensae y de lo verdico a la-~~-
rL ::i es e pnnc.p10 de toda consolacin; dicho de d . - ~;;Y$.,;:.-. pre por efecto de la nluerte. Los discpulos inconsolables, en el Fedn, expe-
Ja rnedicin::i de todas !:.Is penas. el sedante de t d , 1 otro ~o o, la l~n1a es -~Ej _ rimentan sin duda la sensacin de esta disparidad, de esta colisin entre dos
, ~ . , _ o as Js pasiones. Es ev d ':.::::.~-
que e 1 n1en.:<lje socra[lco sobrevivi a Scrates: Scr-1tes esta- 1 ente - verdades insolidanas, y en esto se muestran a la vez razonables e irrazo-
su 111ecnona -
v1\1r:.i erernan1en[e c:cr-:ites e 'ta
1nuerto pero
, nables: irrazonables por conceder tanta imporranci:t a la muerte de un solo
._, '" -':i muerto pero su h
inn1orr::i.l y sus fr:J.ses pern1anececin eternainente con10 ,norma de c~:sr es hombre que sobrevivir eternan1ente erl sus propias ideas, y no obstante
par:i [Ocios los hoinbres. ucra r::i.zonabies en la medida en que Scrates, o el mismo Scrates o la haeccei-
1'oJo esto est:: muy bien, pero A.polodoro Crtn Y Fed - dad de Scrates, es efectivamente irremplazable. Y es precisamente pen-
~r:in_ in_consol_ab!es. p:J.recen ser de otr:J. opi~in! Es~J llan~~d;~el~ev:r~:~ sando en lo irremplazable cuando el inconsolable llora su triste suen::e, 2 su
consol..1dor.'.l r.no es :J.c1so una rev::incha metafrica . . inconsolable desgn1ci:t: el inconsolable se desespera pensando en el incom-
sobre el lrrep:.irahle duelo que ::i.flae a los d. - - 1 Y, Htnsteinente impotente parable, en el inimitable, en el irremplazable que desaparece ... Tambin es
_ , . <::::> iscipu os. :iv [an poca relaci
entic un -'>OLf-lC1::.;n10 noc1onJ.l v el Scr-H ,.., J .. . l. n cieno que los discpulos se n.1borizan3 por sus l:grimas. Entre los Griegos la
j. . . - - ' ' t:., e C:.11ne V lUeso Co1no Ja q
1.1;.. se~u.". K:.iru .. entre L1 ide~t Je cien Cderos v cien ,.,1
. .. . .
) .'>Un..tntc,..,. \u ::.e pueJe contJr p:ira nada con e! S - . , .
.
. I ,
-- ero~ re.1 es contantes
.
ue
j vergC1enza ante lo pattico est relacionada sin dud:i con el desconocimiento
de lo trgico: en ellos la r:izn n1~nemtic:t no est preparad:J. para com-
no \ohcr:i a ser :J.l1L.s
. -- . ., .;
. . , . . . ocr:.Ites encarnado que
, y cu:--o naun11ento conr1ngenre, cuva aparicin hist-
! prender, y ni siquiera para expresar_ las sutiles verdades infinitesimales de
r_i_c.t )~ _enL~r~.:i~1on f:.irni!iar pern1iteron sin <lud:.I que se re.unieran las cond- la unicid::td y de la misrnid:ld; b. irrisoria verdad del hpax personal se les
L1_0'.1cs nece:-i.1nas p:.Ir:.I que en ciena poc~1 ven cierra alde1 c'e G~ , fu I escapa. coino se tes escapa ran1bin la verd:id puntual del instante o del
J1c11 ! 1 , 1 el t. J
, - - \ erc.~t . y uer:.1 ich;.i precisa111ene en ]'1 foro ,
, recia era
., acontecimiento sen1elf:ctico. P::i.ra el puri~mo dei Fecfn no hay otr:J eterni-
enunci. y rrecis:.11nente en el mo1nento ' 1e 1~1. _en que .':Jocrates la dad que la de la idea, y l:i existencia psicosomtica es un snple episodio a
J- d ' en que enuncio. De hecho Ja ver-
.1 , por rnuy verdaJ que se::t, tena necesidad d S, . . flor de destino. La ecu:J.nitnidad ser por tanto la actitud natural del sabio
, . e ocrates no V8. para ser
L"r1 si n11s111~1 la verd~td { ya que siernore ser:J verdad :J. i ' 1 . ,". . ante el incidente de la muerte. Algo nos dice sin embargo que esa sereni-
[iJo nunc:.i 1 , . , ., . . L nque no 1uLJ1era ex1s-
. n1ngun :::ioc1 ates), sino par:.i ap~1recer ante !os hombres en la for- dad es fingida y que Platn se esfuerza un poco: si no se esforzarJ. l mismo
n1~ en que la conocemos y para dej:.ir de ser un:.i verdad en en . .
Una :i.segur.Jr que si :.iquel atenien""" d 1 , 1 . p J, nadie po-
~ . ,._,,,_. e sigo quinto no hubiese -d l 2 fedUn. 117 e (Tu;cri;.
pensan11ento occidental hahra -;eu . 1 1 . . ex1stl o, e .i 117 ~ ( aiaxvi::oflat J.
. ...... Ull o e in1.-,rno cur.<;o, que el pe::io de la

387
- . 'd d de la duda7 mientras que el pen-
por qu nos iba a recomendar mprir Ev cicpllf? 4 La e_ufemia es el
teo verbal de Ia- tragedia: puesto:que _no podis cambiar nada del~desfin. el h~c~o ~~:~c~~e~~::;:r~~{;:-_: la niuerte, I1_9 ~vit~ ~~l~~ ~l-~e;r _pens~n-
sam1en o, p . . - _._,-~~-.::"titfuatin por el pensftffHento no es acJ.so
observad al" menos Ia c:ompos_tura .en vUestro lenguaje; eviiad dar Una -~ te sucumba.de_ hecho. La inmo_ ' -_ -~ l deslizamiento del senti-
impresin y ocultad la inde-Cente_ muta_cin desagradable a la vista, la un sofisma de la esperanza b~sa<lo por enter~ :n~etforas al pie de la letra?
nante mutacin desagradable al' odo: :(va~ ... rcA:rEAolEv! Un leri .. do figurado al enti<lo propio, y que-se tomla a
s. . , ma"" al pensamii::-hto.
llanc--disimulara quizs la_ abierta disContinuidad del bit; un rostr'.= l muerte pero a muerte si '--"'-
-El pensa1niento no mata . .. ::~ . . uello ue no implica
penurbable-contribuira a desdibujar Ia_ brusqued3:d escandalosa:del aC"; En cierto modo, la injuriosa 111p1ta~;1on t~pues_ta a aq -d -<laq-obre la 1fifli.:. .
tecimiento. '_EKlv~Efii, tuvo un estren1e~i_miento: apenas se sospecha, al le ningn ln1ite de tien1pO arroja retroisdpejct1V~lmente -~~~deu aq--~ello ~u.e-- e. 5 Ja
ese pretrito indefinido al final del _Fed_On, que hci pasado algo, que una ii~ . t cierto mo 0 a n1 11 1zac10 -_ _- -- ,
tu<l del pensam1en o; en . _--_ d da sobre l~ positi-Vid:id de la con-
parable desgracia se ha producido y qe el sabio ha dejado de existir p;{ , 5 extrail.a a la n::i.da arroa ll':- u d
siempre.- No he visto nada._Ests seg_~o? ... No he odo nada ... I-Ia sido ta~
rt les pero todavta mas 1 a muer e
~~:~~:~-Si~ duda la inn1~rtali~,a d _Je. s. m~enpt~~: ~~~ci~~~~~e~~~ t:~~7~7:ulo~
rpido.-.. De repente-. __ ,,s Un"a piadosa y -pudorosa reticencia es el precio de- .- .
ser n10 . .' .. , 1 de-'.eJegir entre el error y la irrisoria an1qu1-
la consolacin. s esta ataraxia slo es c_on\incente j_ medias, es porque slO 1~1 conc1enc1a de monr eso o p~te, ._:,: .. d pero entonces est:1 instalada
nos da cuenta de media verdad, dando__por sobrentendida la otra.mitad: la , , o esta conciencia continua pensan o,
1;ic1on. n
- , . como es e1 caso v co
nlitad ignorada, inexplicable, indigesra-:subsiste como un remordirnient.0' h ierte o esfa en 1o cierto. ' .
en el error, Y no ay m~ . ' . . muerte confinn:.indo Ja conciencia
un escrlipulo en el fondo de ese fingido optimismo; se hace como si nada: r:tzn. pero entonces de1a Je pensJr. 1a f l erte no es un objeto
hubiera pasado, pero no se puede hacer que no haya pasado nada. El iri _." . . . , unen te En e ecto a rnu
de morir, la su~r.1n1e Irn:;or~L to aue. estrangul~ndo al ser pensante, pone
tante, como decamos, ha sido escan1oteado ... y no obstante se abre pasOf con10 los dernas. es un ob1e \ : .. . . del pensa1niento. L'1 muerte se
La fecunda apora nace en el hombre con ocasin de una contradiccin sU;.:_ punto final y cona por_ lo s_~n~e ern~J~;~;~~que aqu tenen1os el colmo de la
perficial y refutable: pero la insoluble conrradiccin que opone la verdad reYuelve contra la conc1en_c1:i - . l h nor ina's negro: no slo, como
in1nortal a la nihilizacin de la persona engendra en nosorros un trastorno . . ., . , , negrJ. que e u1
1n1s1on, de una 1fns1on mas . L 'f est a merced de una jaqueca,
inconfesable y una desgarradora perplejidad. ensenaba Pascal. el razon:u111ento 1l11ate~n1a ico ced4 de un sncope. Un hombre
La vocacin de eternidad del pensamiento es brutalmente desmentida de nsante en o-enera e.cta a iner
sino que e l ser pe , o <l d d pendencia parcial y pro-
este modo por la muerte del pensador. La conciencia de morir no inmuni- . c entra en un esta o e e
que tiene sueno se en u 1 . b'o del mundo, presa Je
za contra la muerte; esta conciencia nesciente_, esta ciencia impotente con- t a su cuerpo pero e mayor sa J -
\isiona l con respec 0 . d ar Cmo es posible que
cibe la negacin mortal, pero no nos curJ. de la enfermedad fsica llamada d , opleja deja par~1 siempre e pens . t. ,
un ataque e ap . . <l d <l Je una congestin cerebl.11?, corno
muerte; no posee el poder mgico y casi n1ilagroso de inmortalizarnos efec- la sabidura Je !os sabios pue 1 e_penl ern ado cor-1zn pueda detenninar
tivamente: porque para tr.tnsfigurar una nocin gener:tl en existerica in- . 1~ ll'.' un1 1ar-1d:.t de inu.scu o :.trn . .
1:.'S pos1) e qt . <l , Jen-..::.inliento que piensa
mortai, hace tdta algo n1s que un~t c-cci~acr1c; tis AAo yvoc;. hace falta una 1 1 . , .. ~nto orec1sa1nente e ese .,
una para e a e el pLns.un1c.: , . .. . . . ., J as v descubre los inedias de
trJ.nsub.srztnciacin ntica y casi un hechizo. La conciencia de la rnuerte no l o..:.' lniJos Je1 corazn. L1s insuhc1enc1as car u.c<l. , , no es pos1.ble que
- , a. to t\TI cor ,
es in1nortalizante en el ~enlido en que el ~nnor. segn Diotima, es inmorta- cur:lrlas? O dicho Je una f<?nna rnas in gen u l . ch~-'- el mayor especialista
lizante; y por lo dems. lo mismo que el pensan1iento y la voluntad, el amor , . 1 es r
't"l entenno Porque es un Je
un medico pueu~l _ . . le la 111isinJ enfennedad
no posee literahnente el poder de vencer ~t la 1nuerte. La conciencia en ge- f r - J- 1111 ente en ocasiones l
de L1s artt:_'ri~1s en enna e5 u1 ~ . 1 , z descubra l n1is1110: la enfer-
neral no es un rnedicarnento de nuestra finitud con10 pretende serlo el eli- , cJ" nJo y ClJ"l;O re111el !O t,l \e ~ '
que estJ e-stu t:l ' r _ ,, ct <l d ~la que era especia tsr;i
xir de longc\clac!. .. El ho1nhre sigue siendo rnortal a un tie1npo que es cons- - .l su vez 11 e::;pcc1a l a e
111eJad de ese 111ec lCO e~ ~ r, ~ te hast:l que un da una ruptUf:l
ciente de que debe morir, y el pensamiento no le confiere ninguna inmunidad v de la que ahora no es rna~. que un pa~~enbl.en1ente ., ;;:lle ,nve.stig:lciones.
clandestina. La duda presupone el indudable Cogito del niismo modo que - f J f t"v:i y m1~erJ. J '--'-
" .__

de Jneurisn1a pongtt tn e 1n1 <l1 H. , 'r'ltes ]1ahiendo curaJo a una grdn


la idea de la muerre presupone el pen.sanlien[o inrnorral: pero el Cugilo, por r 1
:-.Iarco Aure to <? rep1 e .1 I ,
't ' nenu o"
. ."
1poc..... .
1
f, mo y muere: los astrlogos que
cantidad Je entermos. cae el mismo en er
~ 117 d.
5 Pelfas et Jflisande. V, 2 . "!11. _-'\.?.: !\". 1K< ... rro-otin:rpo\.ii1toi:c0v~;.:uotl.

.388
predicen orgL;!losamente !a muere a los dems, n1orirn como 0 d _ii~ sobrevenirle de un mo1nento a otro; pero no se lo cree por mucho que lo
l ' d s emas '
' sobre l esa misma
_i_os?ios q_ue ebatcn sobre l:.1 inrr1orr::ilidad morir5.n como 05 dems.'-;'-- diga!, no cree realmente que la muerte pueda abatirse
dcsrino , rnas_hurnill::inte _ par:i la dionidad
:;. del pens::imiento'- 1.nmarga .' b ur-a!7 noche! A la inconsciencia relativa de este enfermo podra co1npararse la del
cre:1uor
- _ esrJ.
. sorne[1do a Lts leves
biolgicas naturales cuya \' ocac1on co -
- . -- condenado a muene convencido de que le van a indultar: sin ernbargo todo
s1ste precis:.irnenre en sobrep:lsar Goet.he muri h"ce tiem
., " ._ , _. . ~ . po, pero no a
--"'- el mundo sabe en la crcel que la ejecucin tendr lugar maana; nicamen-
1
mera- oel ..1rdtn bot:ln1co de P::idua a cuv:J. sorr1bra medi'taba sob -,:; te l no sabe nada, 'y ul ve~ est incluso haciendo proyectos para el futuro.
. ~ , reameta
rnorfosis: (joethe. es decir, !::i conciencia de la p;:iln1era, no existe, perO li~ Una admirable escena de Nlaeterlinck, Interior, confronta la inconsciencia
paln:era de ~:1duJ. resiste b:1st::inte bien. La reflexin que, guardando las df con la conciencia de esta inconsciencia, del mismo modo que confrontamos
t:lncia.s,
. ,. .~ __conuraba
_ _ la, n3da de. la n:ida ' es :.i su vez anulada - - y sin - b
em argo
' la conciencia de la muerte con la rnuerre de! ser consciente; pero de lo que
l.i re1 1ex ion no es n.1da. Cog1to, ergo surn: oorque el .E,;;e es todo po '( -dacL-' se trata aqu es de la muen:e de un prjimo y no ya de la muerte-propia:-por
p j " S! IV!
it..ns~. uego e_y1sto, y punto. El no-ser de ese ser no est: en absoluto corii'- un lado la familia reunida, ignorando todava la noticia de la muerte; pasa
prendido en la p.erfecta p!enituJ ntic1 dcJ :J.CtO de pensar eJ C 1 h ' la velada tranquih11nente a la luz de un:J. limpara, en la inconsciencia, la des-
. . . - , ogiono ace
en J 1\'>O!uto " ,
alus1on

:.i l::i ces:.ic1on de e'ie s.... ~ 1
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l\ .,J
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_..._,_ i-..... 1e 0
ra' n
1
.
unca: ptenso, uego preocupacin y la .ignor;1nca ms completas ele la terrible. desgracia que ya
1
rnuero.
.
Sr L1 pctln1er:i 1nconsc1ente puede sobrevi,ir a]aunos 0 -
. . . v nos :i ser cons..,-- ha tenido lugar; al otro lado de la ventana, en la impenetrable noche, el
crente, la conc1enc1:1, en c:i.mhio, sobrevivjj toda la eternidad a la palmera.-!. Extranjero, el ngel de h.t muerte, el diligente Mensajero, portador de la fu-
inconscicncc. nesta noticia que destnlir en un instante esa felicidad familiar, se pregunta

:~r:.- c1no va a anunciar la desgrJ.cia a los inconscientes: "No saben que otros les
est:n observando ... Y yo s algo, una minscula verdad, que ellos no saben
,.f_ Fuern _ve/entro. La sohreconciencia englohnnte _V la inocencia englobad::~-~-:,;!} todava ... . Y en efecto, la sobreconciencia, el ngel de la muerte, sabe algo
que la serni-nesciencia no sabe. Confesar su secreto?, cmo lo har?,
Co_~,,~~1 -~nfinita agilid::id el
pen.::in1iento ton1:1 concienciJ de !a n1uene y, :~~~-~ cmo despabilar a la bienaventurada despreocupacin? i'viedio incons-
P'. .teto, _la :tbarca en su coniunto: pero, :i! ser! inismo el pensamien-
t.:-;e: -~.4.~~ ciente, el condenado cree estar bien informado porque conoce, en general,
.- - d
. .. . de. un ser pensante n1ortd
,to _a1111orr::i.! nicrde esa
~ . . . . po s1c1on 01111nante y es -. -- la esencia n1ortal ele las criaturas: pero m:s bien es una marioneta del des-
.t su\ ez don11nado por aqucllo que Jo1nin:i o (p::ir:::i urilizar orras metforas) ---~,k tino; y aqu es la muerte la que sugestiona y maneja los hilos de la semicons--
englo!~1ad~1 po1r :iquelio que eng!ob::: t1 conciencia de Ja muerte est: ella mis- ../.~.~- ~.~~.-.i.::'; .. ciencia.
ma roue:1ua ce niuerte. inmers:J. en 1:1 rnuenc: se mueve en la muerte vive :.o:-~- Esta paradoja de una conciencia englobada por aquello que ella engloba
en 1:1 n1uerte. El hoinbre [r:tnsciende !:1 rnuerte. y al niiso 1o tien1po p~rma- ~ no caracteriza nicamente a la equlvoca situacin del hon1bre en el a prio-
nl'ce clcntro de t:'.'<t _inuerte: estj ~1 b \ez fuer:t y dentro: y por tanto est den- ri n1on:ii: fsica1nente, el hombre es arrastrado. con todas las cosas intra-mun-
r_ro: ;.-,(\hrL' rodo e;-;r:i Jcnrro~ Lo L'n!uh:tnre engloh~1Jo acaba finalinenre por c.L1nas, por el 1novi1niento gener,1! de la TierrJ; incluido. como todos los habi-
"l'f c:ng!nh:td(J ... f)1..'sdt..: e:'! n1nn1Lnru t'l1 que _-;u rr:1n.'icendencia no es ura 1 tantes del planeta. en la aln1sfera terrestre; in1nanente, corno todos los
su tLlll-"CLndc:nci:t es una rnort:d in1n:1nenci:L El .ser pen:-;ance. inniort~l e~
t~nto _que t..:s pens:tn[e. rnorral en r:inro que es un ser. es fina!rnenre mortal.
't 1.:..... r: tJn hiLn L'n~!ohado por su rnucTrl' qut' inclus cuando adopta sobre
e!L1 un punto de \1sr:1 rr~1nscenLknr(.:. es. co 1110 !Jeinns pocliclo \er. p:tr:i ver-
l
!
cuerpos. al campo ele gravecl;ic.L '{ al misrno tien1po el m:Jterntico sigue
siendo capaz ele detennin:J.r su posicin en el uni\'erso, c:ipaz de calcular,
en anos luz, la clist:tncia ele los planetas y de las estrellas, capaz de conce-
bir el inilnaginable polvo de l:is galaxias. capaz de pensar al infinito. Sobre
"~ 1..n\.L'fL'cc..r: lo que h~1 siJo vivido nu quec.L1 por vivir mis que en el iluso- esta di::;pariclad de la imaginacin y de la razn se sabe que Kant fundaba
rio pres~nt Je !a de.spreocupacin: sin e111h:1 1go !os despreocupados mue-
ren !o !il!Sl1lO que !o:.; rreocupados. ;inL-lLi . . . o ~lO[t'.'>'. El hotnhre sobreconsciente

l 1
el senrniento ele lo sublime. Sea corno fuere, !:l reciprocidad de la inma-
nencia y de la trJ.scendencia no es aqu fuente ele confusin, sino de relati-
~1hru111~1_do por la n1utTte. por n1ucho que: ronie concienci:.I de la necesidad vidad: es por tanto una relacin inteligible. Sin embargo, \:l in1nJ.nencia en
Ue tnt~nr en ~ener:il, perm:inece. :1nte su propia n1uerre, relativamente in- este c::iso no tiene nada ele irremediable. puesto que el hombre, sobrecar-
co~s~1enre. Se ~1~e1nej:1 :i un enfen110 del L'Or~tzn di:.-;J 1 ~1 ucia<lo por todos los gado por e! peso ele la gr:J.vedad, puede en determinadas condiciones es-
n1ed1cos: (.:! c.~ntern10 .'iahe ;.: repik no sin lninior. que .'iu inuerre puede capar a la gravedad terrestre. Y por otra parte la inmanencia se refiere

391
'~<-:exclusivamente al dominio del hombre. En el caso de la.muerte, por-~f es ella misma una transcendencia precaria: pues hara f~lta que la muerte ,
;~-'.:' trario, la inmanertcia es a la vez inevitable .Y total; prime_ro es un dci fuera, a semej~nza del cielo estrella_c:fo o de la ley__0f!I~ral, un ~~jeto lmpido~
----'-_'jneluctable que ningn progreso -tcnico podra modificar: y luego- eS'1~
nuestro ser el que esti sumido en la muerre: la muerte es el campo de ;<,
vedad de nuestra razn y el a priori ntimo de todo pensarniento; e~": 5. TriunjO de la muert,e. La muerte_todopoderosa.
?'; p:tlabr:i, es nuestra condicin de criaturas: en absoluto una limita ci~'<
lateral, sino una finitud ntica. -Al_guien dir que.esta ambigedad es i~ """- Quin en definitiva tendr!~. ltir:na palabra?, el pensarm.ento o la muerte?,
ma a111bigedad de_ nu~stra sitU~cin mo_ral: el hombre que cumple-~on_- ld irond racioOal qu~ trivializ~- .el i~cidente de la muerte, o la burla mortal''
deber, co1no el fil-?ofo de la __ muerte, esti dentro y. fuera; el sujeto agen~e ~ue toma'la -tevini:ha sobre-la irona?, la sonrisa de la irona que se toma
pensante. en cuanto pensante, pasa por encima del de"ber; pero en Ja ~e con humor la tragedia, o la burla trgica que pone en ridculo al sabio?~ el
di da en que es sujetO agentei es d~cir, est comprometido c6n Ja- accin, -' - humor -o el sarcasmo? la fuerte.debilidad, o la dbil frtaleza? El pensarruen-
el deber por el contrario lo que pasa por encima de _l; el deber .incumb- - to pie~sa ms all de la muerte, a la que sin e1nbargo no sobrevive y de la
tambin al elocuente terico que lo predica; .aquel que habla no est d~-~ que depende virtualmente, es decir, mortalmente. Piensa en este- mundo . el
pensado de actuar bajo pretexto de lo bien que habla! El imperativo ufii' ms all de la muerte, pero no sigue pensando despus de la muerte!
versal es i1nperativo para todos los hombres, moralistas incluidos; el imp" El ser pensante no tiene- ningn ascendente sobre aquello sin lo cual ni
rarivo no se suspende con10 un favor especial en beneficio del predicado~-; siquiera sera capaz de pensar. El pen:amiento piensa al infi~ro, Y la ~olun
en non1bre de qu,. aquel que tiene la n1isin de aconsejarla a los dem~ tad, por su parte, puede querer al infinito; pero el pensamiento no supera
iba 3. estar exento del cumplimiento de esa n1isma ley v:ilida para todos?i fsicamente a la muerte) y la voluntad, por su parte, no puede querer lo
en virtud <le qu injustificable privilegio? Desde el mornento en que todoS-, imposible. El pensamiento toma conciencia de la muerte hasta el penlti-
los ho1nbres estn concernidos, tan1bin rne concierne a rn. No es neces~ mo instante inclusive; pero en el instante suprerno el ser pensante muere, Y
rio ningn silogismo ni ningun;i deduccin par.i que cada sujeto agente-pen- el pensamiento, al mismo tiempo, deja de pensar; despus de h:ber pen-
sante experiinente inmediatamente en s 111is1no la interferencia de la teora sado la muerte toda su vida, el pensador muere l mismo un buen d1a cuando
Y de la prictica. El deber, co1no la muerte, es a la vez englobante y probie- le llega la hora. Otros, es cierto, le su.cedern: -0tro~ __pe~sa?n .la muerte _en
m:J.tco: h:.i llegado el 1nomento de decirlo - el uno no r:ne evita la otra! Se lugar del difunto: pero su supervivencia y la renovac1on 1ndefiruda de la v1~
puede al n1isn10 tien1po tener conciencia del deber y deber cumplir uno mis- no hacen m:s comprensible la nihilizacin de un ser pensante. De que
n10 su deber; los sabios que piensan en la obligacin no est::n menos obli-
siive haber pensado la muerte durante toda la vida. para sucumbir en el
gados ellos 1nismos: los sabios, en esto, estin bajo la mistna bandera que ltimo momento? El ltimo minuto lo vuelve a cuestionar todo: esperad por
los hotnhres de rango, los veteranos del iinperativo categrico. y Jos solda- tanto al ltimo 1ninuto J.nte~ de pronunciaros! Porque el que cuenta es el l-
do." dt:" :il..'gunUa clase de I-.1 oblig~1cin 1noctl. 'Aquel que da Lt cara con el rilno instante. el nico que es decisivo y serio, el nico que puede cambiar
ejen1p!o. resuehe con ese n1isn10 gesto el ci.-;n1a entre la accin y Ia con- cotahnente el sentido de nuestr..1s relaciones con la mueri:e, hacer del :.1 pos-
ten1placin. i\u es estJ, la m:inera 1ns convincente de tun1arse el deber en teriori un a priori, y convenir la superioridad en inferioridad. Qu pe~o tie-
serio~ - ;\lucho n1s agud:1 es l:.i contradiccin que opone la 1nuen:e a la con- ne una vida entera, desde su prin1er momento hasta el penltimo, s1 es el
ciencia y Lis obliga a negarse b. una a Ja orra! La n1uerte su:-;pende por enci- 1 ltinio el que sella definitivarnente y para toda la eternidad nuestro. d~stino?
n1a del .'ier la e:;pada del no-ser: y lo que esr~ en juego es 1,_l todo-o-nada de i Admitir que la 1nuerte es p:tra el pensamiento de la muerte un a pnon hasta
e.se ser; inn1:1nencia aqu no quiere decir subordinacin a la ley, inmanen- el artct~lo penltimo, aquel que precede irunediatamence al gran salto, pero
cia :lqu significa nada. La conciencia. hipotecada por la n1uerte futura que no ms all, -es por tanto una irona ligeramente amarga: admitir que el hom-
acecha al ser consciente, parece ell:.i niisn1a un poco meno.s con.scienre. Ade- bre es siempre mis fuerte que Ja rnuerte. salvo e~ el mom.ento s~premo, es
111:1s el deber. :.iunque englobe al ser 111ortal, deja intacta su libertad. e in- admitir que es ms dbil. Petr..i.rc1. en sus Tn"unji1 nos muestra c~n10 Laura,
cluso slo es obligatorio con esa condicin. Y hace falta recordar que la 0
la Castidad, triunfa sobre el amor, y despus cmo la muerte triunfa sobre
muerte no es una obligacin, sino una necesi<lad? La inmanencia del ser vivo Laura. ~'\unque es Dios, es cierto. el que en Petr.irca tiene la ltima palabra ...
inrnerso en la muerte es un duro desrino. Pero !a conciencia de la muerte Sin einhargo slbemos el pJpel que juega el tema del "triunfo de la muerte"
393
en la iconografa rnediei:J.!:7 ante la muerte rriunfante, todopodero.S~ todo se resuelve siempre gracias ::il tiempo que resuelve las dificultades y
venciblc, se inclinan papas y en1perJ.dores. eles nudos y desarmados; un h. pacifica los debates, todo excepto la muerre que no se resuelve jams. jTodo
bre fue11e enclH:'.:ntr:1 sien1pre ;.i Jlguien rns fuerte que l, pero la mu ic::iba necesariamente mal, incluso lo que mejor sale! Un optimismo que ha
on1nipoterHe es n1s fuen:e que todo: es e! ln1e supremo y el superla sido optimista durante toda su vida excepto en el ltimo mon1ento de esa
de la fuerz::.t, el rey de reyes, el vencedor de [dos los vencedores; venc vida no representa acaso el ms desesperado de los pesimismos? Esa peque- -
dores 'l vencidos, a todos pone de acuerdo, pues todos son iguales-[i--: sima excepcin, slo porque tiene lugar en el momento supremo, c::imbia
presenci:.i. La Danza efe los rnztertos de Kas par i'vleglinger que adorn~~ nuestra sueI1e completamente. Haba que haber empezado por ah! La muerre
puen[c de los 1no!inos en Lucerna nos represent::i. a la rnacabra triunfadoci personal es en cierto modo la inversin de la duda cartesiana; en Descarres
arr:1strando al obispo y al duque, al soldado y al sabio, al pintor y al escultc::;< todo est perdido, salvo el pensamiento indudable; y ahora por el contrario
al :::irn:Hlte j' :J. l:i esposa ... Contra ella los remedios del mdico y el dinei~ todo est, gracias a la sobreconciencia, a salvo del naufragio, todo salvo pre-
del banquero no pueden nada. LJ. muerre es por tanto para las cria-turas iri~' cisamente lo esencial. .. La conciencia no es la ms fuerte, pero es casi la
finitJ.rnente n1s que un:.i. flaqueza evitable: la muerte es ta fl1queza inevi~_:, 1
ns fuerte ~ porque se trat::t de un nico instante de inconsciencia. de un
ble y universa! de [odos los fuertes sin excepcin; contra todos los fraca;o -- desmayo infinitesimal y de una minscula distraccin del pensamiento. Ape-
1/ derror:is de !a existencia uno puede revelarse, ;y una batalla perdida no es nas un abrir y cerrar de ojos! La conciencia est a salvo, pero en c::imbio el
sien1pre un::i guerra perdiciJ.! Pero contr:.i. ]J. muerre es intil revelarse - ser consciente ya no est.
\'icrorias provisionales y !as derrotas re!:.Hiv~Ls de la continuacin desembo:..~=-
c~in en es~1 derrota absolut:.i. y definiti\a que es la tern1inacin. La muerre,:-ai_
estJr n1s aUi de nuestros poderes. pone los ln1ites a tocia tcnica; la muerte 6. La rnuerte es 1ns Jue11e que el pensamiento; el pensan1iento
es aquello contra lo que la tcnic::i. es i111potente; nuestros procedimientoS-': es 1ns fuerte que la rnuerte.
Et~r~1puticos pueden mejorarnos rnucho la salud y prolongar !a vida huma_--
na; pero l:t 1nuerre es l::i enfermedad que ningn remedio curar, que nin- Si hay que creer a los n1acabros, y con la condicin de ignorar las pro-
guna 1nedicina vencer:i. Lo incurJble absoluto. Al final ele sus Cantos y dan---"~: :e-o::, j 111esas sobrenaturales representadas en i\1eglinger por la profeca de Eze-
zos de fa 1nuerte, ,\1oussorgsh:i y su poe[a Ars2ne Golenichtchev-KoutousoV .-,.;::_.;,:. i quiel anunciando la resuneccin de los muerros y el Juicio final, la muerte
nos rerresentan ::i. ta n1uerre coino un genero! irresistible y todopoderoso,'-.::~, tendr:.i. efectivamente la lrim::i. palabra: slo el Juicio final ser ms final que
un e111peraclor del no-ser, un generalsirno ele la nada cuyo infinito poder .~ ,~-~ _:k.=~-~-~ ~ esa palabra final de la muerte. Pero quin sabe si la conciencia encarn::ida
destructor !1npone silenco a todas las cosas finitas para tod::i. la eternidad. ;~ en una "tnismidad no tiene a su vez esa ltima palabra? Esa sera entonces la
Poder absoluto o (lo que es lo 1nis1110) victoria de ltima hora, inv~cibi- ~'J--1f!~ ltima fY.!labra de la Cilt1na frase. El crculo vicioso. la ambigedad. es decir,
lid:1d de !::J. n1uerre o triunfo fin~1! ele !a n1uerte en el Jrtculo supremo nos l el regi111en de la doble vercL1d de los con[r:_irios. nos sugiere 1n;s bien esto:
in1riden rens:ir en !a rnuerte a fondo. El cleh:tte ele la !ibert::id y de !a nece- i la 1nuerre '/ L1 conciencia tienen una y otra ia l!!ti1n~1 palahf:l. la cual (!o que
sid:id es efecriv,11nence un deb~1te
nfiniro. :-;i bien es cierro que en todo mo- ~ \iene a ser lo 1nis1no) es sil:'1npre la penliltin1~t. Lt conciencia prevalece .:-;obre
n1ento !a liberG1d se dispone en ta lcg:t!id:td de un cletern1inisn10 ins ::i.mplio, -- jl la n1uerte con10 la 1nuene prevali:ce sobre !a conciencia. El pen.sa1niento
que en todo n101nento el derenninisn10 se encuentra clesb:.i.rarado por el tiene conciencia de la supresin total. pero l rnismo sucu1nhe a esa surre-
c:1pr!cho de un:1 opcin i1npre\isib!e.. Pero el deb:.He de la sobreconcien- sin. que piensa. y que no obstante pensarl::i lo supritne. O recprocan1ente:
cl~1 }' de !a inuerte no es un delxire infiniro: porque !a sobreconciencia no sucu1nbi: a la supresin. ). a pesar de ello L1 piensa. La potencia de todo
c::st:i 1ns a{L de la 111uene 1ns que en e! !ti1no n1omento exclusivamente; concebir. ell::i n1isn1a inconcebible, se encuentra desannada ante su propia
en ei cincuent::t y nueve segundo clel cincuenra y nueve minuto de la oncea- terminacin tambin inconcebible, ante su impenetrable aniquila1niento: y
v~1 hura !as relaciones c::imbian r:.i.dic:i.lrnente en un ahrir v cerrar de ojos en sin ernbargo acusa y denunciJ e! e:-:;c5ndalo y protest::i contra L Ins()fuble
el liltiino insrante de! ltimo n101nento !a sobreconciencia ~e encuentra en~lo- es en verdad el. choque de estos Jos indecibles! Sabe que es 1norral, la caa
b:.i.da par~1 sle111pre por ::iquello que ella englobaba siempre. De este modo pensanre; y aiiadimos :.i.l punto: no por eso moriri menos. Y he :.i.qu que
hemos vuelto a nuestro punto de parrida: muere. pero sabe que muere: el
7
C. Gut:rrv. Le Thl!nw du Tnomphf' de fa mnrt dons fa pnlure itt1lienne. P:iri:s. 1950. crculo se cierra. y nos voheinos a encontr::ir con la tesis cartesiana de Pascal.
Lo UI?O remite a lo otro, y al revs, hasta el infinito. Como un columPio el hecl"\o brutal y drstico. de la muen:e sigue siendo ilegtimo. Por eso la
va y viene. Esta reciprocidad contradictoria es una ley general que la ventaja de la .conciencia no es t_ot_almente aniquilada_ por la muerte: una em-
''"'~'ih',, salidad circular viene timbin a -confiimar: lo mismo que la libertad pr bolia hace fracasar el desarrollo -de_ _Un gran pensamiento, pero el pensamiento
lece sobre la ne:esidad y la necesidad sobre 1a libertad, el perdn sobre sobrevive a la embolia. mienrras que el ser pensante sucumbe a ella. Y es
mal y el mal sobre el perdn, la voluntad resuelta sobre la tentacin irt~,. que una alternativa inevitable nos impide gozar de todas las ventajas a la
tible, y la tentacin irresistible (con sus irreversibles cons!ecuencias) so:_;. vez. En la filosofa de Pascal, por ejemplo, el hombre y el universo se re-
una voluntad a pesar de todo ine..1:pugnable, as el pensamiento y l~ mueJ~ parten los papeles que slo Dios pu_ede acurnular: el universo tiene una fu~r
considerados cada uno respectivamente; prevalecen el uno sobre la otra>Ya. za que ignora, pero:a{~s,re:;-.uw:::-~~.--ef:-=:z; _el-hombre pensante,-~n
no s~ puede seguir hablando de la superioridad unilateral de un venced~'~:. cambio, conoce_ra su fuerza si l fuera el ms fuerte; pero _siendo_ como -es
que slo sea vencedor sobre un_vencido que slo sea vencido. La-parad'j dbil, slo tiene conciencia-de su debilidad y de sus lmites, del mismo modo
de la reciprocidad circular no se refiere.ni a una alternancia, ni a Una inver.'.:'\ que Scrates slo es consciente de su nesciencia: incapaz de acumular cien-
sin dialctica de los primeros y de Jos ltimos que hara finalmente del ven~ cia y conciencia, ser por tanto consciente ... consciente ay! de su ignorancia,
cedor. un vencido y del vencido un vencedor: la irnica revancha de la .con..:.:. y ser rgnorante, gracias a Dios, de la conciencia de ignorar. El morral co-
ciencia sobre la muerte que ella piensa. el irrisorio triunfo de la muerte sobre- noce su lmite, y gracias a ese conocintiento lo transciendes pero sin dejar .
la concienci~_que ella mata, representaran unilateralmente una ltima pala':":. de estar limitado; la conciencia de morir es su tabla de salvacin. Qu es
bra y un triu'nfo definitivo, el de la conciencia indestn1ctible o el de la muerre-,.-:.-.,=: ;: 111ejor, una fuerza sin conciencia o una conc~encia sin fuerza? En resumidas
invencible. No, de lo que se trata a partir de ahora es de una reciprocidad~~ cuentas, no hay ltima palabra. Len Brunschvicg, meditando sobre un escrito
completamente contradictoria. A.s el amor y la muerte son cada uno verl~ de Georges Simen,9 habla en trminos admirables de una intemporalidad
cedor y vencido, superior e inferior al inismo tiempo. Omnipotencia contra\ del acto espirual: la sabidura spinozista, para la cual la muerte no cuenta,
omnipotencia! Debate ms qe con1bate! En efecto, este debate no es en- encuentra gracias a Brunschvicg su sentido ms sliblime. Pero la queja de
absoluto un combate singular, en que las fuerzas estaran distribuidas por . Gabriel Nlarcel no est menos justificada. Decamos de la caa consciente:
igual entre las dos partes, c_omo tampoco es un indeciso duelo en que los Y sin embargo muere. Cuando se trata de arbitrar el debate entre el pen-
participantes se neutralizaran el uno al otro: se trata de un debate equvoco samiento y-1-a -m_;.-.erte, todo el mundo tiene razn, y nadie tiene razn uni-
e ir-.Jinito que deSde ~oda la t'e-tnidad hace que prevalezca la muerte sobre lateralmente. No, no hay ltima palabra!
la conciencia y.]a_ ._ C(Jfciencia -scibre 1::1 muerte. Esta irracional reciproci- Esta doble contradiccin de una muerte a la vez englobada y englobante,
dad. engendr.ando una desgarf:id?ra e insoluble tensin no viene a expre- de una conciencia a la vez englobante y englobada tiene que ver con la
sar el Carcter espordico de do.S e'idencias separadas? Por eso Prevalecer naturaleza ambigua del ser pensante: si el ser pensante fuera un pensamiento
no tiene el mismo sentido en los dos casos: estas dos preponderancias sin ser. un pensamiento puro, una esencia inexistente, conte1nplara y juz-
incomparahles y contradictorias, oponindose como dos absolutos, son radi- gara a la 111uerte con10 un espectador irnparcial; si fuera un ser _sin pen-
c:llmenEe disin1tricas: no son del 1nis1110 orden, ni estjn en el mismo plano, san1iento. un autinat:_i inconsciente. estara hundido hasta las cejas en la
y no tienen preponderancia la una sobre la otra desde el 1nismo punto de n1uerre y se entregara, cuando le llegara el da, con arrnas y bagajes. En el
vista. La preponderancia del pensa1niento es racional mientrds que la de la primer ca.so un espectador que no es ms que espectador, un_ espectador no
n1uerre es fsica: la preponderancia ideal de la conciencia no tiene efecto concernido: en el segundo. un naufragio total. Sin embargo, el .ser pensante,
ninguno sobre la prolongacin de 1:1 vida: y viceversa la de la muerte no el pensatniento hecho persona es paradjic::unente las dos cosas a la vez: a
tiene efecto sobre el pensa1niento y no hace_ de la nihilizacin algo menos la vez libre y comprometido; a la vez espectador en las gradas y actor en la
absurdo, sino que anula de hecho la existencia del ser pensante. El pen- arena - actor o mejor an agente. pues el actor representa la accin pero
samiento ignora el paso del tiempo. y la rnuerte no significa nada para l; no esti seriamente con1pro1netido en ella: e incluso agente a secas, si el
es fisic1n1ente ineficaz e incapaz de sahar de la n1uerte al organismo pensan-
te, incapaz de inmortalizar al morral: y al revs, la muerte es invencible, pero
~ Georg Simmd, Die Transzendenz des Lehens {Lebesanschauung, 1).
su poder absoluto es slo una superiorid:J.d ciega y sin rransparencia. sin ver- ') De fa vraie et de la fausse conierc;tn-. pp. I 5.:i-155. Cf. Revue de ;Wtaphysique et de J1orale,
dad racional. Ya que si la pro(esta de L1 conciencia sigue siendo pl::itnica, 1929.

396 397
:.igente rnor.ll es ::iquel que a la vez conten1pla y acrq. E1 hombre e~fi su agona, su soledad, el ser pensante se convierte en un pobre hombre. Por
tanto :J. la vez deruro de:- l::i. muerte y fuer:i de ella: pues la concr::i.dicci el espacio. el universo con1prencle y engulle la conciencia; por el pensamien-
dentro '.i de! fuera. del misrno rnodo que regula inco1nprensiblemente l to,- es esa noble conciencia la que comprende el universo, to en el doble
bcione.s del cuerpo con el :.i.ln1a, regu!a las de la muerte con la concie sentido de co1nprender y de intelligere. El hombre, encarnado el misterio
Cna de las [esis esenciales de:-! Tratado de metajlsica de jean \Vahl se de lo absoluto-relativo no es acaso una especie de semidis? Esta mismidad
cuc:-ntr:t ::iqu confirmada: transcendencia e inmanencia remen la urii."i abocada a la muerte, y que protesta sin ernbargo en nombre de su vocacin
otra biatc:-raln1ente. Para en1plear aqu la terminologa de Gabriel .l\.Jarc~l,;; sobrenatural contra el escndalo de la cesacin, la llJ.marnos la verdad eter-
rnfsferio no consiente c:-n pl:.inte::irse totalmente con10 problema, pero el J; no-niortal. A mitad de can1no de una super-conciencia todo-pensante que
blerna rehuye diluirse completamente en un mistena. El pensamiento qu:- la muerte ni siquiera rozara y de una inconsciencia inocente abrumada por
picns:.i la rnuerte proh!enuiticamente est nzistenasamente en\!Uelto en el destino y condenada a rnuerte sin saberlo, hay sitio para un pensantiento
objeto de su especulacin. En tanto que transcenden(e. la sobreconcien _., preocupado: esr.a preocup.:J.cin es h preocupacin de la seml-sobreconciencia,
apen:lS roza ese objeto; en tanto que inmanente e incrustado en la carne~ de la conciencia desdichada llevando a cabo su mortal eternidad, la preocu-
est nortaln1ente concernida por !. En el dolor incluso la sobreconcienci pacin del ser-pensante que, con una vocacin infinita, pasa por encima de
esr:i siendo concernido.: con el dolor la sobreconcencia n1antiene una re ~ una carrer..i li1nada, la preocupacin en finde la verdad pensante enc3.r-
cin si no rnlsteriosa. ::i.i 1nenos misteriolgic::i. Pero entonces se trata de u nada en una mnada. Es L1 preocupacin de la positividad interiormente ne-
eng!oh:irniento rarcial que no sie1npre nos itnpide. a costa de una cruel aS: a::ich v el connento ele la conciencia interorn1ente contradicha.
Alt~rnativarnente el pensan1ento pasa por encin1a del accidente de la
0
ce.sis. con(nuar pensando ... T:.u11bin es posib!e. segUn Pascal. hacer un buefi.
uso de bs en.fennedades. Pero no hay ningCrn uso de la muerre, aunque slo'. muerte y se desliza, sin co1nprencledo, sobre un n1i.S:terio que es la nada de
fuera porque el uso y L1 ascesis suponen al menos la continuacin del nuestro ser y la nacl:i de nuestro todo: el misterioso contorno clel problen1a
)' porque la n1uene, co11anJo por lo sano la existencia en general, no nos ~ eso es lo npensable por lo que nuestro pensamiento queda reducido al
ck:j:.i siquiera e! tie1npo de sufrir. ~Vlisteriost1 y sin ernbargo proble1ntica, la s!encio. Estamos por tanro n1uy lejos ele no saber nada sobre nuestra muerce:
niuene es el n1sterioso problen1a al que falta siempre una determinacin conocen1os su Quocldidad ignorando hasta nueva orden el Cundo, el Dnde
para poder ser realn1en[e un objeto cie pens::unlento; o lo que es lo mismo: y c.l Cmo de ese Qiiod: de n1oclo que disponernos de los n1eclios de plan-
la 1nuenc es e! rnisterio problein:.tico del que nuestro pensanento est to- tear el problema, pero no de resolverlo; pues la solucin responde ::t la pre-
n1:.indo conrinua1nente conciencia. Ll 1nuerce es casi lnteligibte. pero hay en gunta Que? "S:.ibe que ha ele n1orir", la caa pensante de Pascal: precisamente
el!a un no se s:.ibe qu 3.mbiental. un residuo irreductible que basta para ha- sabe que. pero no sabe por adelantado cundo, ni clncle, ni cmo morir5.;
cerla in:tsequible. Lo inasequible. !o in:Jgotab!e. lo insoncl::i.ble de la muerce ignora la fecha. el lugar y la naturaleza de su enfermedad; sabe que ha de
requicn.: dr.: no.'iotros un:i necesi<.bd in.saciable de profunJiz:.tr 4ue es en cier- 1norir como sabemos. sien1pre segn Pascal, que hay un infinito o un Dios
to n1odn nue.'itr:t n1:.da conciencia. Tenen10:-; :-;obre Li 1nuene e! punto de vis- 1 sin saber cu es ese Dio,..; o ese infinito. Je! 1nisn10 1nodo que "el corazn
tJ del ~'-"f)t:'lt:ldor. y estJn10....; sin e:nh:irgo innier."">os en eiLt corno en un des- 1 siente" (jlfl.! h:ty tres di1nen...;iones en el e.-;paciol l sin s::iber nada de su natu-
[ino ,.-:1rcnte de rersp~cti\a: el cenrro es:'! en todas parces y la circunferencia j raleza. El hon1bre no se concibe a s 1nis1nu ni siquiera con10 nzori.turus. si-
en ninguna. L~1 muerte es por t:lruo a la vez objeliva v trgica. Si la con- 'j no si1np!en1ente con10 tnurtali~~ no se ve en trance ele n1uerte, ::iunque se
ciencia tuer:1 totaln1ente :1jena a la 1nLk'Tte. l:t n1uene set:a u~ obc:-ro natural reconozca susceptible de 1norir en general. en una fecha incleterniin:ida. tns
Jl:" Lt c-xperiencia. un curio."io ohjero. pero un objeto. o un concepto para re- tarde o quizs nunca. a las calendas griega:;, en cualquier caso no ahora;
flc:xiun:tr. un objeto entre otros. un concerro entn: oros, un proh!e1na como porque la rnuerte-propia nunca es inrninente; el hombre no vive la rnuerte-
lo.s de1njs. Pero la n1uene. :.idn1iendo incluso que no nihilice al pensamiento, propia co1no se vive el futuro de una futuricin concreta. nicamente con-
suprin1e !:J exi.stenct:.i person~1l y p.sicoso1n~ic1 del ser pensanre. Esta aboli- cibe b. posibiliclacl universa! y abstr~1cta ele la rnuerte y, incluida en esa posi-
cic"Jn de [oJa !a persona es el inisrerio engloh:uHc por excelencia. bilidad, su propia n1orcalicltd: se sabe mortal, pero hablando con propieclacl
;_E:s por tanto superior o inferior a la muerte. este ser intermedio que se
ll:.i111:.i. hornbre? Por su dignidad el ngel-demonio pasca!:.ino vence a aquello !O Pasc1l. Pr.>nsi!es. VI. fr. :-\-11'. \' b not::i. de Len Brunschvicg.
que lo rn:.ita. y que no sahe siquier:i que mata: por .'>U rniser..1hle debilidad, ti Pen.>t;c~. 111. 2.93 <Dios. d lnriniro/; [\l. 202. (despacio [riJimension:i.D: V[. 3'1.7 <b muerte).

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no sabe que morir: Por una parte, en tanto que mortal conoce en ge cena-?- nicamente un pensamiento puro sera capaz de englobar la efecti-
su _JI10rtf1lidad, engloba la muerte con la conciencia y parece tener ~~~ v_idad_:de la muerte sin que le conciernan las circnstancia.s espacio-tem-
trol esta muerte; pero en tanto que ignora las determinaciones circuri""- ---prls de esa muerte. A falta de una Super-conciencia semejante, sigue
ciales de su muerte-propia, es juguete del destino, y el acontecimiento-fu siend nuestro saber a medias lo que mejor preserva nuestro poder a medias.
conserva con,respecto al condenado a muerte la ventaja de la iniciativ Pero :no se trata ms que de un saber a medias. El hombre sabe que mo-
beneficio' de la sorpresa, la superioridad de la posicin dominante. cOri; rir, pero no se explica por qu debe desaparecer, ni cmo puede ser nihili-
la quoddidad, o dicho de oto _modo el hecho-de-que, y se sita graciasa-~~ zad:;--- piensa y concibe la muerte, pero no la comprende; es decir, que no
concicimlento ms all del_ lmite; ignora ese que, y particularmente el qua caiib-ra_ nunca la muerte en todas sus dimensiones a la vez: por intensamente_
do, 'que:es un quod temporalmente circunstanciado, y permanece por tan~ que -profundice en el problema, por lejos que le lleve el curso sle sus pen-
fL'1almente ms ac. Por otra parte, sin embargo, como conoce el Quod, samientos, siempre hay una dirnensin que se le escapa; siempre el miste-
no e-1-qztid de ese Quod, como sabe qtte sin saber qu, como no puede reS~ rio aparece ms all del problema: el a priori opaco se ha adelantado a la
ponder <:la p~egunra qu? y como su conocimiento no tiene por consiguien conCiencia. La conciencia de la n1uerte, no reteniendo de la muerte ms
objeto ni complemento directo, la conciencia de la qlioddidad no es ms qu que una efectiVidad vaca. se queda sin contenido y nos deja en un estado
semi-englobante. Paradjicamente aquel que conoce el Quod no tiene nn de_ precariedad total.
gn pocfer sobre ese Quod: saber que se ha de morir no nos hace mgic.l~
n1ente inrnortales!, pues un saber sen1ejante ten<lr rpidan1ente que cedei
su sitio a la conviccin contraria! De hecho el saber aqu no confiere ningn'~ 7. El Amor, la libertacl y Dios son 1ns fuertes que la muerte,
poder; el saber va acompaado aqu de cierta impotencia. Y al contrario, I. Y recproca1nente.
ignorancia en la que nos encontramos de las determinaciones circunstancia~~
les aumenta nuestro poder en vez de disminuirlo: porque si ignoramos la5. Un debate infinito Opone por tanto, como trminos iITeconciliables, el pen-
circunstancias de la n1uerte-propia (el quid del quod), poseemos en cambio - samiento de la muerte y la n1uerte del ser pensante. La misn1a ambigedad
una ciencia indefinidan1ente extensible de los mecanismos nosolgicos; el se encontrar en todas las formas que tenemos de protestar contra el escn-
proceso de la enfermedad, los prdron1os de la muerte, la interrupcin de dalo del aniquilamiento, de rellenar el vaco del ms all, de cimentar a des-
todas las funciones vit:ales son cada vez mejor conocidas. Se dira que se tra- pecho de la muerte la perpetuidad de nuestro ser. As el amor. segn la Dioti-
ta de un conocimiento puramente atijetival y que nos da acceso no ya a un 111:1 del Banquete y segn los Trobadores, podra hacer frente -,_ictoriosamente
misterio vivido, sino a signos exteriores o precursores. a eptetos, a frusleras a la mu_rte, no porque sea, co1no el pensamiento, la conciencia engloban-
en definitiva: sin embargo esta ciencia nos permite entablar la lucha, aplazar - te. sino porque le opone su energa drstica y su dinamisrno. ~Si sientes un
el fatal Jcsenlace. alargar la vida, atenuar el ;-;ufr1nienro y cur.ir. si no la muerte, a1nor loco. si amas desesperadamente. si an1as absolutamente. la muerte se
al menos las enfermedades: hasta l:i ignorancia <le la fecha (bora incerta!), aleja", dice lonesco. l~ El an1or es "aquello que dice S, y J.quello que res-
lejos <le agravar nuestra irnpotencia. ex:.i!ta nuestra esperanza, y preserva la ponJe no al no de la rnuertc. y que a continu:icin responde s al s. respon-
apertura de ese porvenir que es la carrera del hon1bre activo y militante; de afin11ativamente a la afinnacin y vitalmente a la vida, y se hace eco de
la vida todava por vivir seguir: siendo hasta el final, para el vivo, una dura- [a positivicLtd del ser. El Cre:idor, siendo el Hacedor absoluto. dice }Jat al ser
cin elstica e indefinidan1ente eA'tensble ... quien consigue prolongar su vida que todava no ~s. y se afirma en ello como la po.Sicin tn:s milagrosa de
cree a 1nenudo que si pensar;:i en la niuerte a fondo, podria l!egar a vencer- la rns total positividad. El an1or, que es sencilla111ente recreador, responde
-la, y que la clarividencia agnstica tiene necesariamente una eficacia drs- s a la continuacin de un ser preexistente: su i1nprovisacin. si puede de-
tica: para eso necesitaramos conocer no nicamente la quoddidad, sino las cirse, es por tanto menos genial. Evidenten1ente el amor, a su manera, es
circunstancias, las caractersticas y la naturaleza del n1isterio, y en fin saber tan1bin fundador. pues su funcin es inaugurar e instaurar: est presente
todo lo que hay que saber. Pero <lesgraciadamente en la condicin real de en el nacimiento y en la generacin; si no crea un mun<lo. ji1nda en cambio
la criarurJ., este saber total, lejos de elevamos por encima de la muerte, abo- -
cara al condenado a los tormentos de la desesperacin. No es este el rgi-
rnen inhumano, pasmoso. paralizante, que !lamha1nos J4ors certa, hora 12 Jonesco. le Rni se me11rt. p. l 12 ( M:iria. ~d rey)_

'-tl
100
una f:uniii:L Aunque nGsotros preferi1nos decir: si no garantiza la conti~'"" un intermediario en su propia posterioridad, y eso para todo tiempo futuro,
cin <lel .ser. :.iscgur:.i L1 perpe[ti;1cin de l:i especie y b renov:icin de la> Ele; tOv EnEtLa xpvov 7tV'ta. 16 Pero como la g~neracin a su vez' deber pro-
d:t: penque e! ainor, de !:.echo, es sobre todo unJ respuesta. y n1s bien ,-,. crear para salvar algo de ia nada de su mortalidad, podemos concluir que
recornienzo que un co1nienzo: el :in1or Uernuestr.l que nada se Jcaba nun es la generacin misma la que es sempiterna, ci.c:1yc:v8; Ecrtt Kal Ct.8va'toV ci:x;
y que to<lo, por el contrJrio. vuelve a co1nenzar de nuevo, como cuar{- 8vrit"~l y8/VT\mi;. 17 - Y esto no es todol No slo el amor dice no al no de la
\ue!ve !J rrin1;i\er:1, y se iniciJ un nuevo ciclo, y un nuevo verano,--f'.~ muerre, sino que es capaz, por amor, de decir S a ese ro. N~o slo el amante
scgu.ndo r:rt:lCcT. El J111or es l:i pron1esa de un futuro, ya sea el efmer~y_ sobrevive en sus supervivientes por procreacin continua, sino que a veces
tllt.'d1ocre tuluro de:: !a a\cntura g:1lante o el v:isto por\'enir del marrimoruO:~~t rf?uive y renace en ellos despus de la interrupcin abierta de la muerre-pro-
Cortsisriendo en la fururicin, el :.unor desata el freno de la duracin y fa'~'"C;~1~I;: : pia: el individuo muere dando la vida a su prole y vuelve oi:ra vez de la nada
rece !a :tctu:tlizacin de los posibles: :_icelerando la lleg:.i<la de un futuro, e(~j-~- al ser; la muerte nihiliza a la persona, pero la vitalidad de la especie supera
::_i11or va en el 1111sn10 sentido que el devenir, abunda en ese sendo, y rati~:;~~ -/ a la muerte: en la muerte de Snegourotchha, el hada de las nieves, aniqui-
he~. s~ vocicin: gr:1ci~1s :il :.tn1or el ho1nbre experin1entJ.r5 :iventuras, e.xpl~-~-~ ._; lad::l por los primeros rayos de sol de la primaverJ., afirma al misrno tiempo
r:1r:_ \'Hlu:t!id:tdcs no\elesc:1s. i111pro\isar unJ \ida intensa Je !J que de otro--;~' - : su in1perece<ler:1 juventud. El sacrificio biolgico apenas es un sacrificio,
n:o~<~ ~os~ _i:ubiera he_ch~ siquiera un:i iJe:1: el a111or. de.sb!o~uea el adve-_.\;:~: pues no es expresamente querido. Pero sucede tambin que el- amante, por
nnniento dt .t!go - pues :tcept;_i que algo :1cheng:l y e.s[n11td:1 J. tondo la apa.:. :_:-}(;.. amor, consienta deliber.idarnente a la muerte. Irona de la paradoja hiper-
2'ton:tnle c:.ucc:-,!t)n de lo.'> :tcontt:ciiniento:-;. 'r" son e.sos :1contecnientos los -:o,-;:.;~' blica! Extre1nJ. contr:idiccin y supremo desafo! L:1 absurdidad misma del
qut. nos proinere !:_i fccundJcin: L1 fecuncL1cin supone que el comienz6 :;:;~" sacrificio mata a la muerte (tal es al n1enos nuestra insensata esper:inza) y
tenJrj un~1 conrinuacin '/ el ;.Jior:t un Jespus, y la acru:ili<lad una poste~ .._,_. hace vivir al hroe ms all: de esa muerte que afronta y que parece n1s
rid:1J, que el inst:1nte esti pn.:i1:1Jo del intervalo, que el encuentro tiene toda fuerte que l. El morir-por-otro del que habla Platn 18 no evoca acaso la
suerte de: consecuenci:1s esc:iion:1cLts en el curso de la evolucin: el instante idea de una milagrosa ho1neopata? El obstculo. segn los poetas, sufre una
feniliz:1nre n10\i!iz:1 las tr:1nsfonn:1ciones biolgicas - gern1inJcin. eclosin, transfigurJcin mgica y se convierre en n1edio: por efecto de una inversin
rlor:tcin. fructific:1cin - graci:1s a Lts cu:tles !o 1ni.s1no de\'iene siempre otro; ' cuasi-dialctica, la muerte, que es el ilnpedimento absoluto, sirve para nihi-
L'n urta p~d:thr:1 el :unor ::in111a y :1criva la :dteracin de lo n1isn10 v vuelve a lizar el obst:culo de nuestra finitud; la abnegacin, cuando renuncia a la
poner en 1n:irch:1 :_il ser JonniJo: principio Je incerc:unhio vele irculacin vida por amor a otro, es literalmente la negacin de todas la negaciones; de
Yita!. e! :unor d:t un:J oponuni<l:J<l .sup!ernenraria de reali;acin a la con- n1anera que la inmortalidad resulta del exceso mismo de dolor! El inortai
ciencia p:1r:tliz:td:1. El tern::l de 1:1 n1ujer e,'itri!. tan obse'>\'O en Lorca. sirve cree neutralizar su muerre cuando va al encuentro de esa muerte, cuando
quiz:ls de lo:11TJd:1 :1 !a ohs('sin ror L1 1nuerte: est:_i n1:l!dicin de la .mujer
qul. hahilndli l . . . pcr:tdo L.:n \;1no L"! :1n1or. no loL;-r:t re:diz:1rlo ni 1nadurar sus
1 la anticipa y la escoge. Ese sacrificio es la muerte de la n1uerre. El Alcestes
de Eurpides, muriendo por Adinero, entra en una vida i111perececlera. La
:--Ln1ilLt...., ~ se 111:trlJ1t:t ->in h~ther d:1do ;t luz. <..:'~,un anticipo de L1 1nuene: la conciencia moderna, que descubre lo novelesco. el a1nor-pasin y la exi:-o-
lllth.;rtc..:. L'!l L'>t:i \'llLt. lk::,...:c:t L1 fururicin \' llLH:1 la rL'cundid:1d del s vit:il. tencia irreductible del otro. :1adirJ. tod:i\a algo 1ns: e! an1ante vuelve a en-
L1 .~cnvr:tLin r.: .. ., cn efec[o la obct:_; durajera por l:t que el instante se so- contrar en la n1uerre al an1ado del que la vida le separaba. la n1uerre rene
hrL'\ivt. :i -.; n1is1110. Por e.->o Dioi111J. l.:'n el Ba11c11cte. dice que el :unor es a aquellos que la vida h;. 1nantenido alejados el uno del O(ro. El hon1bre se
tlrn-'UCTlet...; p0>-;. 1 ' ;11nor dL:' b in1norr~tlilL1d: por n1eJio Je Li nrocre~tcin (Jtal.- eir1briaga con esa nada que le pro1nete el cumplniento de sus deseos ... \:en.
80-rovul Lt n~ttu1:d..:z~1 n1un:d quiL'n: pl_rpetu:1r:.;e. .El Elvat:;; proLn:ando. gra-
0

rni pequefla 111uerte qucrid:i. n1i pequea invitada dese:td:i, condcerne a la


ci~t...., ;1 c:.-;L1 pulop,0111. ~t otr:1 cri:Hur~1 que la relev~1r:.L aspir:1 :__ existir por ciu<lad encantada donde rcpos~1 1ni :unado: asi habla la fC\-TOnia de Kitezh
mientras da por terminado sU peregrinaje en la Tierra y se :lbisn1a en el

[Ju1 !,t p.1!,1in.: .... 1., en ~i :Ju11111 ..h . .'t1J l. 1!':1r:1 lo,., Jr:tt.(!llcnH'~ del fj11 11 ,ut'fe hemo:; se-
_<.:ud<i b lr:1du,-,-1u11 ,k _\!_ \l:1rlrnc1. f--krn:rndc7. L'll: f'ft1l<ill_ l)i:;I()~" _ \!.tdrid:.l;reJo.s. 1997). 1r1 20K <.::. C. L': 8; tv Cu:i xpvov.
\' dd T.l
r7 206 e.
1 ' 20- .\.
lH Banq11ete, 207 b, 208 J. Cf. i-9 h, 180 a. Sobre los muerros Je :imor: San Francisco Je Sales,
! '._'- d
Trawclo d<!I amor de Dios. Vil. 9-1-1

10:3
xtasis de la muerte por arilr ante~ d- alcanzar la ciudad invisible ci. Al final de la admirable serie. de- Goyescas21 que Goya inspira a Granados, la
tezh reboS-ante de camParias dondt:: la e~pera el prncipe Vsevolod. Aq ;'-: Balada del Amor y de la Muerte se termina con la muerte del majo; y todo
que es en este bajo-- mundo 'irh:p'diihento se collverrlcl en-cumplimiento termina con li Serenata deJ.Esp~-~Q('gue _desape_rece-plHzcando las cuer-
el oCTo mundo: Ivan Ilich, al final de la novela de-Tolstoi, se convierte -de das de su gUitarra ... En realidad el arllor eS a la vez m~fuer1:e y menos fuer-
repente a la muerte y, all donde estaba la noche, descubre una' gran -Cl : te que la muerte, es por tanto tan fuerte coillo ella. O ms bien es la con-
dad; as es como el alma de la muerra~-segn -las palabras de Charles v ciencia la que es fuerte como la muerte: pues ia concfencii pasa por encima
Lerberghe,19 renace en Uf1 cailto esplendorOSo .. El jovenjasager.de Kurt w~fil de la muerre, mientras que el amor p_r,otesti contra ella-. En el indeciso com-
acepta la muerte en nombre de un _ideal absuido y gratuito: pero median(~ bate entre el Ainor vencedor y- la Merte' triunfante, la victbria- def amor es
su aceptacin heroica confiere un-Sentido a 'la iljustiia escandalo_sa de eii a menudo la victoiia de un vencido. ;El am3-nte es en
oca.Sine.S fiel hasta la
muerte. Sin embargo es la transfiguracin por amr lo que la mstica conSi1 muerte inclusi'amente: pero nJ.~ere-.- Y ;al menos en e.Ste seiltido, el Siem-
<lera ms milagroso: la muerte dejar de sef un obStculo insup~rable y un~:~ pre del amante no mantiene su palabra. Slo la muerte mantiene siemp.re
barrera infranqueable para volverse transparente y unitiva. El_ s del am'o/- su palabra. Por qu embriagarse con esa ambrosa del amor?
pronunciado desde esta vida, vuelve a\lbrir la puerta cerrada, o la manrie~ La Ubertad, a su vez, es una protes_ta contra el escndalo incomprensible
ne enCTeabieI!-a o lista para ser abierta del-todo. Pero nue.Stra esperanza exi- y ridculo del aniquilamiento. Kant habla de tres postulados de la razn prc-'
ge algo ms: queremos que el amor se precipite en el vaco de la muerte> tica, que seran la libertad, la existencia de Dis y la irunortalidad del alma: -
Y reproduzca por encima de ese vaco un horizonte infinito, rellenando de'; en nuestro discurso, Dios y la libertad serian ms bien, como el amor mismo,
repente la eterna nada donde las tinieblas han estado a punto de reinar. El garantas de inmortalidad; un seguro contra el no-ser. Pues el hon1bre tiene
amor es, en nuesCTa opinin, como una pasarela lanzada sobre el precipicio tres maneras de rellenar el vaco de la nada. Contrarrestando el mortal final,
Y sobre la vertiginosa discontinuidad abierta entre este Bajo mundo y el Ms la libertad plantea el con1ienzo: sus decisiones son inaugurales e i11sraura-
all. El amor es sobre todo el que hace que los hombres sientan deseos de' doras; la libertad es tambin principio de vida puesto que detenta) en todo
gritar) como el apstol Pablo: muerte dnde est tu victoria? - Todo esto trabajo y en toda empresa, la iniciativa voluntaria de la accin, ya que es
est rnuy bien. Pero adems de que la supervivencia de la prole es para el ella la que pone la primera piedra. Es como la aurora perpetua de un da
condenado a muerte una compensacin muy relativa y apenas un consuelo 1 sin fin o la prolongada natividad de una existencia interminable. Y la liber-
la eficacia anti-mortal del amor se reduce quizs a una manera potica de tad no slo es incoa:Ctivi, -5-ino--~ue--ade::m-S a-segui.!, ~o~-!a prolcrigacin d~l
hablar. El amor rio vence literalmente la muerte-propia, y en este sentido el inrenralo, el resurgimiento perpetuo, la incansable repercusin y la renova-
Banquete no aade al Fedn ninguna prueba nueva de la inmortalidad: cin indefinida de nuestros actos; fuente inagotable de acontecimientos in-
el amor vence nicamente la muerte de la especie, el amor perpeta la vita- numerables. la libertad apuesta contra la muerte. La muerte es el punto
lidad en general. Sobre todo el an1or que arna hasta el sacrificio total, el amor muerto y el callejn sin salida. A la desesperacin de la situacin sin salida.
que am;i hasta la n1uerte. el amor hiperblico no triunfa sohre la muerte f- la liben:ad opone el principio de la movilid..ld infini(a - porque ella tiene el
sicamente. sino pneumtica y simb!icunente: la inmortalizacin por la muer- poder <le ir siempre n1s lejos. de estar siempre 1ns all. Por lo dems el
te por :in1or es desde este punto de ,ista una hermosa metfora y una pro- deseo tiene una fuerza casi infiniw. una omnipotencia casi sobrenatural que
yeccin n1gica de nuescros deseos.~-\ veces se compara, con10 si esruvieran le permite eternizar una promesa, un rechazo o una renuncia. Inexpugna-
en un n1is1no plano, la invencibilidad de la rnuen:e y la -irresistibilidad del ble,- segn Epicteto, 2xvav--(Kam:ov. ciKJu't'ov 22 es la- ciudadela de la volun-
amor: pero el amor slo es irresistible con10 la AfrodiL:i initolgica. en sen- tad autocrtica; una voluntad hege1nnica (rnJ't'oel;omov) que se encierra en
tido figurado, mientras que la n1uerte es invencible en sentido propio. El la crn::ira acorazada de la restriccin mental no puede ser forzad:! ...Quin
Cantar de los cantares20 dice que el a1nor es fuerte como la muerte, Kpa't'at& podra vencer nuestras voluntades, a no ser nuestra misma voluntad?" Zeus
x; Sva't'o<; ciy7tf1: no dice que el an1or sea m:s fuerte - pues nacia en este nos ha otorgado la voluntad, y Zeus no puede revocar el don. A la tentacin
sentido es m~i') fuerte que la muerte. ni m.s poderoso que la todopoderosa. irresistihle. la voluntad opone su resistencia infinita: por eso el torturador no

11 Goyescas. 2.~ parte <le Los Maios enamorados.- V. El Amor y la .Muerte.


l9 lnscnpciones sobre la urena ( Entreuisiones: fuegos v sueos).
2.0 Cantar. 86. - - 2.2 Dilogos. rv. 1 l CTr:pi. fu;f:pirn;).

--i04 --10'
podr:i arrancar su sc-creto a l:i volun(ad que n~hus::i confesar y contesi~_:, continuacin~y la perennidad del tiernpo. La esperanza fundamental espera
sespcrad:_in1erHc no, no h:i.-;t:.i L1 muerte. .Vunquarn! ...\ ningn precio, _b'. esencialmente la continuacin del ser, por miserable que ese ser sea; .y por
ninguna circunsLtnci:t. Epicleto p~1rece estar hab!:J.ndo de esos hroes de.._ consiguiente la esperanza en Dios es ante todo la e.c;perinza de una prrr:-
l\csis(enci:.i. que gu:trd:1ron siii::"nc!o bajo las lOrtur::is n1:s atroces y murier - g1 y b. confianza en el aplazamierno de la cesacin. Tal es tal vez la voca-
sin haber habLHJo. ~ Esta \o!untad fuerte con10 la rnuerte es n1s fuen:e 4 cin de la grande y hermosa esperanza, rro:U.11 Vdc; Kal KM, de la que habla
L1 rnuene? E::;rari:t bueno que l:.i rnuen:e resultase de un debilitamiento de en varias ocJ.siones el Fedn. EEAn1c; ci.1civa1"11oli:;-rc't"EAfutr]Kcr1 ... Platn
ctIUStl sui. Je un consentinliento Je nuestr:J. porest:J.<l discrecional.. Ay[" nos est prometiendo la felicidad ulterior en el lenguaje de la mitologa. Pero
hroe h~1 ,enciJo ~1! verdugo, puesto que no ha cedido, pero est muertoi~~:~.::' ::inres de esperar las recon1pensas celestiales, y el lujo de un ser ms per-
El ht:roe cun1ple heroica1ncnte su pal:.1bra. ';' n1uere. Querer es en efecto P_. " fecto, el ser finito espera snplemente que el fin no sea el fin y que la muerte
dl~r. Pero ~;o no quiero 1norir, y sin e1nbargo no puedo sobrevivir. El Siem:
no interrun1p3 definitivan1ente la continuacin. Que los buenos puedan ser
pre de nues[rOs ur:unentos. de nuestras prornesas, Je nuestra fidelidad pue;_z., recompensados en el ms all, pero sobre todo que pueda haber algo en
de ub:-irin:ir.-.;c u.\<jlU! ud 111orte1n. el J:1n1:.s del \eco rnonal puede resistir 1~: gener;:d, 11, no in1porta el qu, pero algo: ese algo ;no representa :1C:1SO el
prueh:1 sup~cn1a: p~ro el Sienipre de la ,-olunt:1<l no sobre\ivir en ning~ 1nniino ele1nentJ.l y literalrnenrevital de una esperJ.nza euelpidiana? Este es
c:i:;o :d f:l!nj:; de L1 n1uertc-! \- por (Ct p~ute. tanto cotno Dios o el arnor, la tJ.l vez el senrido de lo que se dice en el Deuteronotnio: la Eternidad es tl,l
liben:tL! no.;::-; !itef:tlinc-nte un re1ne<lio contra l:i muerte ni un eli."'<ir de lon~ \id:1 v Ja duracin de tus db.s. Y el profetJ Isaas excla111a: Son los vivos los
gc\id:1cL Diu:-i. nll:-itt:'rio e:_-;enci:1hnente equYoco. no puede co111pararse ni.::_,. __ _ que ~antJ.n tus alabanzas. y no los h::ibir::i.nres del Infierno. 2 1 Cristo, .segn
~':-iLtr en el n1isn10 pbno tn:1tcri:d que el desastre trisren1ente irrefutable d~~~~---:~. S:1n Juan, dice de s 1nisn10 que l es l:.i vida y el pan de la vida o. dicho con
que se :-:u pune nus proege. \'en cuanto al :.unor, que pertenece por com:..;~~- - nuestr:1s palabr::is, et pan de la continuacin. El pan de la cotidL1nidad. 'Ec.
p!l:'to :i e_-,e bajo inundo. que es c:1rn:d y sensible al corazn, su vinud in.: ,.-:_.-:;:. - Ei1 ~ civcr1a11c; Kcd ~ Sro-r1. ntcr1Ecov el:; Ef: x{X.v cino8v11 ~lcrE1CXL. cli:; 1"v
'"'::i'.~'.'-
n10 ct:d i z: 1nte es un deseo y una quin1er:i de nuestra esperanza: la inmor-
al'Wva. PkHn co111pJ.ra el Bien con el Sol. y estJ. n1et::fora da a entender que
t:diz:icin por el :unor es .-;in duda una niet:.fora, corno ta1nbin son metforas !o divino es plenirud vital y que Li. eternidJ.d es otra 1nanera de 1L1111ar a esa
Lt in1norr:did~1<l debida cd :irte y L1 in111ortalic.lac.l debida a la fan1a. Y las co- plenitud sin eclipses. La Deidad, dice A...ngelus Si!esius, es L1 S:l\-i:J. que h:ice
~~1s no :'On difrc:ntl'S parJ la libert:id. Cienan1ente !a liberrad es algo ms reYerdecer y florecer al \'ivo. La infinitud positiva de Dios nos parece la nic3
qut: una >pt:.r:tnz.:1 pL1tnic:.t, un Je.seo n1jgico o una ebriecL1<l lrica: pero cos:i cJ.paz de co1npensar la infinitud negativa de la nada: Sin Dios. la nadJ.
t~1n1hin " h:1sr:u1ce 1nenos que una :1ccin eficaz; la rnuene 1na[a al hombre no podr;i ser compensad:1. Slo Dios :1segur;:i nuestr:i salvacin. Y por otra
libre. y e! de,-;afo que e! hoinhre libre lanza :i la rnuerre es un desafo deses- parte es el tennino medio entre este n1undo y el .'vl:s all. relacionJ al hom-
pcr:1do. L.t idea n1is111J. Je L1 pro[e::;Lt lo t'xpresa bien: contra el hecho bru- hre n~ltura! con el ho111hre sobrenatural. ~Tener que recurrir a Dios par3
Lt! e illltnnprLn:-.ihk dl L1 rnut.:Tte. contr~1 la nihilizacin tJn inevitable como ~-nnjur:tr la nad:l. no cqt1i\:1k' C"sto :1 bautizar con un non1hre nuestra incer-
inju.-.,ttfil~thk ....:l hu1nhrl.' liht\_. no pueJe por tlll.'nu:-> que prore.'\tar. Protestar:
tidu111hrl:'? S:1hc111os. dil'l' Pascal. que h~1:; un l)ios. pl'ro no sahLn1os lo que
. ._.-. udll !(i qu . . _.. ,. ._, pu..._d..._ h~tL"LT ct.undo el dl_-,tino es :1 !a \-ez ~1bsurdo e in- .... ...,: [)u ...; .-.,l:'r:t por t:tnto. co1no Lt n1ucrte. cierto l'Il su quoddiLLtd l:' incicTtO
tlcxihk-. l'n sus Ji:tl:'rtl1in:.iciones. Pero :tnte todo. !::1 nica t._speranz:L que pt:n11:1nece
Por lilt1tnu. iu...; .'>cra xtr:t ..._. ser en pt'!i~ro Je 1nuertl'. una posibilidad de ~1h!ert:L en nuestra de;-;esperacin e:-; precisan1ente Lt indetl:'rr11in;tcin del
:ttnp!i:t<.."H.1!1 u p1( Jion:.::tlicin indefinid:t 1ni-., :i!Li del naufra~.;io. _...\ngelus Si- t11a11clo de la n1uerte. E.'iper:tn?..a por Lien:o ha.'it:lnte neg:Jti\-:.t t' indirecta. es-
k ...,iu . . . UI)( 1..._ el L>io:--. que dice S al Di~th!o que dict..' No.~-; Porque Dios afir- per~1nza de puhn.' ..'ii .'iL' quiere. Sin e1nh~1rgo no e-s a J)io.'i ..'iino ~t la Horo in-
nia lo L{u . . ..._. :un()r lunfinn:1~ Cn:::indo al ser e insutL.ndoie la est'.ncia, esta certa a la que deben1os la nica posibilidad de apenura ~11 porYenir. Pero
Jfirrnacin nil:'~a ;1ccc:sorian1Lnte e! sin-::il:'ntido y el no-ser. Si Dios puede ser :iden1:s la quoddidad de Dios dista inucho de ser tan evidente con10 la cer-
p:tr:l nuL>ir:t r:1z<'in una g~1r:tnr:t con[r:t la nihilizacin 111alvoia de las ver- ridt1111hre de <leher 1norir. T...nernos buenas razorle.s par~1 creer t:n L1 necesi-
d~tdcs t:[lrn:1:-.. :t fortiori puede .ser para nuestra vi<la un seguro de reno-
JaJ Je !:.i rnuene, y rlingun:t para concluir l'.n !a existc-ncia di.: un Dios irre-
\acin. En L1 hipcire::;i:-> c.lL'l in:;tante continuJ.do. Dios nos garantiza la n1ediablen1ente oculto: est:1 existenci:i es objeto de una 1n:s que dudosJ.

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adivinacin~ La muerte es una triste certeza, mientras qu-e Dios d'~ intemporal. Pero la inmortalidad es todava ms milagrosa pues si es la ni-
apuesta. La rnueite, necesidad biolgica .y fsicamente inelUctabie;~~ c; cosa que se avie~e al valor-intemporal de las verda_d~s,-slipondra que
tecimiento 1ns real del mundo, mientras que Dios es obstinadam~rift;~ todas las leyes cte la biologi:l y deia firiitud orgnica haf'-5-fdo- tr3.ScerididaS::
guo, desconcertante, nYisible; oTE cpffiv!iv ai'rtoU rcffin:oi-c &.KT]Ka'tE oh~-Ef as como la levitacin pretende ignorar las leyes de la gravedad, as como
aUi-oU ffipK:ai-s: ningn vivo ha odo nunca su voz ni visto su ro~tr{~- - la omnipresencia niega la espacialidad, y en fin, as como las mgicas me-
no e~ ni una evidencia, ni una certidumbre apodctica~ ni un he<;:hO~'t~ ~amorfosis y el don de la invisibilidad no tienen para _nada en cuenta la f-
table;. Dios no es ni de1nostrable ni verificable. Se p~ede poner en d{i''-'~ sica de los carnbios de estado, del mismo modo la iflmorralidad desafa la
saly'.1dor no est a la altura del naufragio. Pero precisamente por _esta ra'- ley de la senescencia que se desprende de nuestra temporalidad; _y de Cste
la plenitud suprasensible que nos sirve para colmar la nada-del ms lli-- modo conjurara la maldicin por excelencia que pesa scibre-_ toda ~riatura:_
rece ser llan1ada- un ponrenir, pues tiene en efecto la naturaleza eq-V ya que .si el don de la ubicuidad anula la fatalidad derespaC:io y del pno:..
alea_t:~ria e incierta del porvenir. Dios es apasionadamente espera.do, afc so movimiento, el don de la eternidad suprime la fatalid~.J.d invisible e im-
temente deseado, inc1nsablen1ente invocado, y cuanto ms incierto es nt1-'--- palpable por excelencia, la sutil.fatalidad del devenir... acaso no es er de-
tro poncenir, n1:.S lo es l tod:.:i.va: a falta de garantas concretas recur-; venir nuestra desdich:ida intin1_~dad? Aquel que vive en un eterno presente,
a no se sabe bien qu pro1ne::;:!"I y suplic::unos su bondad para que nos~. - a forriori no se cansa nunc:i. trasciende el desg:iste el esfuerzo v el trabajo
gue la breve vida, para que perpete el ser :i travs del no-ser, para q posee la gracia de la creacin y del desplazamient~ instantneo'. La criatur;
llene la nada p:-;tuma con la que todo ternlinar. Dios ... o nada - a esf est de este modo atrapad;:i entre dos rnilagros tan incon1prensibles el uno
:iltern:J.tiva se reduce en sun1;J. l:i apuesta de Pascal. Cuando se deja de cr'' co1no el ocro: porque si su aniqtlamienro- es inconcebible, su inn1ortalidad
en Dios. la n1uerte se convierte en lo que literalmente es, obstculo abS. no lo es menos! Las dos tesis son igualmente irracionales ... Las an.tinonas
luto y tnuro infranqueable: el futuro se hunde en la nada, y la desespeWCiCl' , que Pascal aplica a su Deus absconditus.~-6 sirven t::in1bin para la.muerte:
por continuar adelante se aduea del hotnbre. Y al revs, cuando se vuelViS por incomprensible que se:i la muerte o por incomprensible que no sea. Es
a creer en Dios una posibilidad entre un n1illn hace que el corazn vuer la doble evidencia de los, tm1inos contradictorios lo que constituye en PJ.scal
va a latir y 111antengi al ho1nbre en suspenso: no .seremos empujados al lago el n1isterio y requiere lCt opcin dristica y ciega de la apuesta; se opone,
negro: definitiYamente bnhrd algo, cuando poJa no h::iber nada... No, las como se sabe, a la e\idencia unvoca de Descartes. v nos invita ::t un acto
ca1npanas de la Resurreccin nunca repicarn lo bastante fuerte para anun- de J'e que. antes de ser fe, es acto. Cuando se trata de 't::i n1uerte. es la absur-
ciar esta buen~1 nueva! didad y la evidencia sin1ult:ineas de los dos contradictorios lo que h::icen el
n1isterio infinita1nente arnbiguo: aqu. como en las antinomiJs ;natemticas
de Kant. la tesis y la anttesis son igualn1ente falsas; o !o que es lo misrno,
8. E't]l!l'nco de fa n1ortaldntl y de fa in n1orta{itfnl!. si los dos contradictorios son igualrnente fa!sos . .-;on tatnhin igu~1\n1ente ver-
daderos: si uno de los dos contradictorios es un sin sentido. :.il~excluir la lgi-
Entre !a conciencia y la 111uerte. enrrl' e! ~1n1or v L1 rnuerte, entre la liber- ca raciona! el tC:'nnino nlt..\_lio. el contradictorio de e.o.;e contradictorio tiene
t:id y L1 n1uerte el debate es insolubk:. cac.L1 uno ~le los dos rrmnos es a la necesariatnente un sentido: no son -ahsurdos los dos a !a vez. sino que ni-
vez n1:is fuerte y 111::s dbil que su contrario; la solucin <le este debate se- ca1nente uno de ellos !o es. En realidad l:.i absurJidad de la nihilizacin nos
r por lo tanto sicinpre y ncce..;;arlan1enn:: equ\oca. No l:'S cierro que el hom- rente a la necesid~id de una consenacin por sureryivencia. del nlismo
bre .5L~a inn1ort~d. pero tan1poco es cierto que no lo sea. En realidad la muer- 1110Jo que L1 absurdidad d~ la supen:iYC"ncia nos rernite a la e\idencia obvia
te y la in1nortalid~1d son tan inco1nprensibles !a una co1no Ja otra, pero por y sensible de la de:-;aparicin: la falsedad de un:.i re1ni[e a la verdad de la
razones n\ersas: la 1nue11e es sobrenatural porque, si bien es absollitamente otra, cuya falsedad renlit~ a su vez a la verd~,d de la prirner.I. La in1norta-
universal e ine\ir~lhle. no por ello desafa 1nenos a la razn; la cesacin del lid:id es con mucho razonable cuando se pensa en la :tbsurdidad de !:i ani-
ser des111il:'ntr.: la verdad del pens~uniento y pone en ridculo nues[r..1 dignidad quilac.in: y el hecho de b aniquilacin es lon n1ucho irrefutable cu:indo
se piensa en la imposibilidad de l:.i supervivencia. Las dos tesis opuestas, en
~; Ju:in . .:;i-. 1 ~. t-)F{v u6Ei<; fb1pat:EV mn:orE. r F.[!.: _Juan. 1" (-)fv lifi:;: Jn:OTE Tf0ctn:tt. Cf. I, Ti-
lllOl<:O, (1 1 :_lt1;111. (1': l::-.;<1d(J. :)_-L, ~ 11 l':isc:il. 111. fr. 2.~o

\)lj
P;Jscal, slo sun igu:J!inc:nte pt:1usibles para el entendimiento hUffia-
re::tlid:.i.d un:.i. soL1 l.'.S \crcL1Jer-1, per~ e! hornbre no pu~de demos[far'JJ.-i- Hermoso negocio tener una gloria pstuma! La gloria, dice Jacques Madauie:
de !a supeni1,cnci~1 n1J.s que !:.t de la n:idJ.. L::r J.mbigedad infinita e~d- es ei SJl ele los n1uerros .. Pero entre ese Sol v el Sol ele los vivos que ilu-
por el conrJrio. J nues[rO parecer, todo sistema de referencia: la nihili.Za~-- mina y calienta, hay un::i dist::tncia infnica: la r~ism:i distancia que ~epara el
que con::;rotaino.'i. pt:ro que es absurda, y la inmortalid:J.d, que la raz .... concepto de cien ducados de cien ducados de oro contantes y sonJntes, la
gir:i, pero que c:s quirnricJ, la na por Jmpenetrable y la otra por-. idea de una batalla de una batalla ele verdad, un acontecimiento de una
mostr:1b!e, son Lis c!os a l:.i vez 1;erdaderas y falsas; no nos queda ms-;e figura retricJ.. Esta inmonalidad del non1bre no resuelve nuestro doloroso
dio que profl.'.sar :1 la \c:z el .\'eutntJn )-' el L'tru1nque. Imposible no ~~m problema. Y en cuJnto ::t la vida viva y carnal, que es la nica que nos in-
in1posibk: aniquiL1rse para s!en1pre; pero por eso mismo: necesidad de teresJ, esa est conden:J.da a tenninarse un da. Con10 escrib r.1iguel ele
cer, neccsicL1J de sobrevivir. Lo que ton1:unos por una alternativa es a IJ. Un::ununo en trminos adrnirables: ni el sentimiento llega a hacer del con-
un Jilen1a y un equ\oco. L:.i 1nuerte es por tanto a L1 vez imposible y nece~ sueio. una verdad, ni L1 razn ;i hacer de la verdad un consuelo.27 Una eter-
sari:L Je! rnisn10 1nodo que !a nmort::didad es a la vez necesaria e ~;;5~- ni<lad pura1nente ideal no nos sirve ele nada ni nos aporta el menor con-
ble. L.i mut'rtc' lnflise la brut:i.I, L1 ciega refuracin de los hechos indifereru~ suelo, ni con1pensJ una \ida perdida ni nos resarce de la ruina de nuestro
a !:1 concinu:lcin que se d;i por supuesta: Lt exigencia de continuacin prct" futuro humano; tal vez sea el mo1nento de recordar las palabras que Aqui-
testJ desespcrJd:unente contr:i la absurdidJd de la nihlizacin. Recordem -~ les, prncipe de los 1nuertos, dirige a LTJises: ele qu sirve la eternidad, si
que ese dcsg:t;T:1n;ic:nro de- una su:1cin inconcebible y sin embargo naru..--: b::iy que estar nluerto? Cien rnillones de siglos n1s, e incluso un tie1npo in-
ral cs. n1:il quL' k' pese :l Scheler, !a esenci:i 1nisn1J de lo trigico. Nuestro eS::--:.=::~.'.~~~ finito no aadir~ln nada a esta existencia inforn1e e inanirnada. incolora e
pritu o.sciL1 indcfiniJ:1n1enre entre la necesidad i1nplacab!e y la exige~cfi'.'--~;,~f~ inspida: ya que una sucesin ele ceros, por muy larga que sea, siernpre dar
in:perios:1._ enrn:_ Lt k:y inle~ible y lJ protesta ir~eprirnible ... Pero por es-<2_~~-~:~j con10 resultado cero. Qu vale ms, una vida corta pero intensa o esa espec-
n11s1no !o 1111plx,1h!..:-neces:1no nos hace concebir esperanzas. Estas espe.._.,_;~";:_.:.:.'.::--1 tral eternidad? A decir verdad, no se pueden co111parar esos dos ;ncorn-
r:inz~1s no se1::n nvcesar.ias si 1~1 iLle~t de la inrnorta~ida.d f~~ra perfectamente--.:::~>'
r;:i.zonahle; _.-;,.:n:1n 1111pos1bles s1 la certeZ'._l de l:i an1quilac1on nos condenara - ~ ---- -
l parables. Pero se puede aducir que una milsna de segundo de existencia
re-:11. en determinadas circunstancias. es infinita1nente 1ns valiosa que toda
a la Jesespt.-r:tcil-in: t:d \ez incluso. siendo corno es la condenJ inapelable, una eternidad de inexistencia, del 111ismo rnoclo que un ton10 de blanco
ternlin~ir:uno.-; por resignarnos J est:l existenci:i lirnic1cl:i, sin mis Jlli ni pers- puro, segn el Fileho, es infinitJn1ente 1ns valioso que rnontallas de grises
peciv:1: el in:is :t<.."j no tendr:1 nlis a!L. senci!Lunente: el ms ac no sera y blancos nlezclados: pues es la ca!idJ.d lo que :J.qu irnpona, y no l:i canti-
n siquiera un tn:i..., :1c. sino que ser:i nuestro nico universo y nuestrJ. ni- ---~ d:id, ni el peso, ni e! n1nero de los arios. Qu n1:1ldita alternativa nos da a
ca poslrivid:id: y el huju n-1u11do no sera ei bajo mundo, sino el mundo a elegir entre la eternidad en la inexistencia y la existencia en la finitud?, por
..;lc:is: y L\_..; p:1l.1hr:_-.., aqu ohuo no rendri~tn sentdo. Felizn1ente para nos- qu no poden1os acunndar lo infinito y [o re:il? LTna eternidad que no sea la
otros L\ :iniquil:tl-( 'n r:unpoco e:-; un:1 e\ickncia: por fonuna la aniquilacin l:'[~nli<l:iJ de un Sl:T eterno. una eternidad en s no ine concierne per.so-

no es lll:t cnisn1:1 un:1 ick:1 c'L1r~1. ni una solucin . .atisLtctoria. Por eso no es nalinente ni n1e J.pa:;ion;t: el corazn no es sensible a ese tipo de eternidad.
c-xa~erado dL'-rr qu'- Lt inlnte!ighi!idad de" Lt nacL1 es nuestr:1 nayor suene, Jfeu res ap,iur. se dice de la 1nuene: pues soy yo quien \':l a tnorir. y es de
nuestrJ. n1i:.;tL ri( )."~l _-;u ene. Altern~tv:unene !a absurdidad de los incom- 111 de quien se trata; y nadie puede d;ir ese paso en ini lugar. Por qu es

rn:nsibk:--; t.ks'iLn~1 Lt inquieru<l en Lt e:-;pcr:tnZJ. reanin1a !:i esperanza en necesario que ese concernnienro finalice con la n1uerte?. por qu es ne-
Lt inquietud ce:-.ario que !a tnuerte en prin1er~1 persona desen1boque en una e[ernida<l
J-L1y por t:itH(J un .tnt~i;2:0nistno en Li situ:tcin Je! :;er rnorta! frente a la iinpl:'rson:d( }.y! :>e dicl:' que !:l lllULTte :::ieri sieinpre el precio que se cobre
n1uene. quL' :i pri111cr:t \'St~t no puede ser resuelto. Al pens;i1niento con el la intensiclaJ de la 1i<la, que !a finitud seri sie1npre el tributo de b. plenitud.
que eng!oh~t!Hl >.., Lt inuene no le ~1fecta sin <luda ni el envejecimiento ni la y que viceversa la disolucin infinitJ. del c:J.lor_ vit~ll es ohlig:itori:i1nente el
1c1npor:didad: _-..,in vrnh:irgo. L1 Lternid:1<l qut. nos espera si devenin1os esp- rrihuto Je la eternid:id in1persona! e inteniporal. Fe!izn1ente l:.! :unhigedad
rirus puros. L'.:<t L'tLrnida<l no nos inreres:i: esa ererni<lad slo Eiene que ver puede clebilit:ir aqui el rigor exclusivista de la alternativ:i: puesto que en esta
con lo lJUL' Lt." r1..li."-:1ones con::;i<ler:1n !:l sah:1cin personal de c1da uno; e.s vidJ el ser pensante es a !J. vez englobante en cu:into pensante y englobado
con10 _.., ."L' pro111<...ti1..-;e a un n1oribundo que su inemori;i vivirj eternamente.

" 1
las <lesa pariciones indivi<luales-_-la_ -coq_tinuidad del ser, la perpetuidad de la
en cuanto ser, la disyuntiva no sei- sii(duda irremediJ.ble tampo_c9_ especie y el relevo de las gene_r:icion_es: su Diario _ ~escribe la vida inmon.al
eternidad descarnada y la finitud .carnil. esparcida entfe la_ hierba )r""las~:'_y~m:a.S_.:de los rboles, entre las flores, entre
!os-insectos y los pjaros: "Den[[O de __cuarenta aos los jvenes abedules se-
rn viejos, pero Otos jvenes abedu_le_s crecern en su lugar". Kbolstomter
9. 1Vi la palingenesia, ni la panbi{>tica-.son c,onsoldoras. habla del caballo muerto conv~:rtldo ~n carroa que sirve de alimento a los
lobos; sus huesos son devu_eltos_:a _la. vida universal, y la _vi<la universal pro-:- .
El mismo desgarr:1n1iento, rris _tr_~gic s-i cabe, lo encontfamos- en las_ sigue -in1perturb_ablemente su- curso sih preocuparse por el animal desapa-:-
dichas consolacion_es_,,que la _vitaliQad de la vida se sup_one aporta al ig recido. En la ad_mirable trlloga_~n miniatura titulada Tres muertos, Tolstoi
viduo mortal. Si_las consolaciones vitali_SLLS son hasta_ese punto irrisorias} yuxtapone la tra.gedia de la per.Sna y_la inmortalidad de la naturaleza: des-
porque la v;i<li un_iversai' n6 e,s_ eg!obante con10 lo es la conciencia/~:~... pus de la <lesan1parada n1u_erte ~e la rica bLlrguesa y Jel pobre cochero, la
simi)lemente enYolvente; la concit;:nci_a pasa _por encirna de su destino,_y~_ cada de un rbol turba n1rnentineamente l::i. intensa y profunda vida del
lcida en la clardad: en can1bio fa_ vid~ Je la que habla la panbitica .a. ___ - bosque: el rbol cort:i.do al alba por el nzoltjik cae con estrpito, mientra.<;; la
viesa a los in<liYiduos y enlaza entre_ ellas a las generaciones, siendo ella curruca canta alborozada al salir el sol y la savia a.sciende impetuosa pr el
ma ciegamente inmanente a la naturaleza. En la conciencia y por la conci_- _ tronco de los rboles vivos: el h6mbre muere abandonado a su angustioso
cia es la persona personabnerite la que es engfobante: al contrario que la.,;~~,.,=: de:-;a1nparo. pero la prin1aYera hace que la nieve se fund::t. como to<los los
vida en la que son los in<li\~i<luos lo~ ~ue est:n englobados ellos mi~m~~.:-:~~~~,~~~.~. :los, y la tibia brisa acarici:i Jos rbole.s y los setos; las tragedias personales
la vi<la es el elemento comun y genenco que transpo11a a las especies, J'!~. pasan desapercibidas en me<lio de esta exuberancia vegetal. La muete del
corriente que Je~osita a los organismos. Como ~i conciencia es ms m:i~~' ':f 5.rbol hace que nos sobrecoja ms toda\:a la perennidad de l::i inrnortal natu-
que y~ 1:1is1no. f::i.cilm.ente. se cor:ipre~de de que manera.la esper~nza ~~~_i?~:-- raleza. Un J.rbol cado es reemplazado por otros rboles que apenas se dis-
sobrev1Yl por l:i conc1enc1a podna mas o me~~~ concernir al. desttn~ pet-" 1
j tinguen de los prin1eros ~ pues to<los los rboles son interClmbiables entre
son~11 de cada cual. Pero si se adopta l::i 1netahs1ca Je la corriente vital, la ,-e-_-
ellos; Ja vitalid:id se traspas:1. eso es todo. Sin e1nbargo, la n1isn1idad perso-
persona se descubre Joblen1ente englobada y Joblen1ente alienada: durante nal es irren1plazable. '{ de hecho la J.ll:ernati\'a parece--.rns angustiosa, ms
su vi<la. -por la vi<la misn1a, y despus. en tanto que individuo, por la muerte. aguda y nJjs tr:gican1ente insoluble cuando la vi<la se tr:::tns1nite de una per-
Con tal Je que no conced:unos den1;isi:l<la itnportancia a nuestra inmo11ali- sona a otr~t persona. y cuan<lo la 1i<la de est otra tiene con10 condicin la
dad personal. la eternidad de la vida cs1nica y el despertar anual de la pri- rnuerte de la pritnera. El Je:-;garr::ldor grito Je la niia ante la muerte, en J1lfC!n-
n1avera nos ofrecen roda suerte Je f:lciles con1pensaciones. Sin embargo, la cia. tiene su eco. diez ao::' despus. en Guerra y paz: 2"' un grito sobrena-
crueldad del .-;acrificio revela en los n101nentos crticos-Ja contradiccin des-- tural .se e.'>cuch~1 en la hahiL1cin donde la princesa Bolkonsk~a Ja a luz ~t
g:trr.tdora que opone un::.i ;__ la orr..1 la e:->pecie y la persona: la C'onsagracin \icoLs ,.\ndrlttch: e.si.:'. grito en ta noche expresa c.::! doble nlisterio del na-
de la pri111ctL'eru no ce[eha nican1ente el renaci1niento prin1a\eral Je la ciiniento r Li n1uertc-: s. ll):-; dos 1nbterios n1:is itnpenetrahles del inundo
n~nuraleza. sino ade1ns el n1isterio del sacrificio sangrienro que es el tribu- e:-;r::n teni.l'ndo lugar sitnu!r:..ne~unente aquella noche. Sin du<la el prin1er
to de ese renacin1iento; e incluso all donde la tragedia es 1nenos cruel, como llanto del re-cin naci<lo sucede sin interrupcin al ltimo grito de la n1a<lre: .
por ejen1plo c:n .Sne,_rourotcbka. tt n1e!ancolJ de la n1uerte. por una alter- y desde e:-;te punto de vist~1 al rnenos. las -cul"ntas cuadran: no h:lbri un ser
nati\a inevit~1h[e. enso1nhrece in1pen:eptihlt.~n1ente la alegra de la primavera. \'i\o 1neno..; ;-;obre L1 Tierr~1: el gnero hurnano no hahr:: perdido ni una sola
El nzorir-.por-otro. UrrEpa7to6vhcrKE:1v. no es acaso el te111a central de la tra- de las alrnas que lo co1nponen. Sin einbargo un~1 no reen1plaza a la otra! El
ge-dia de -Euripides? 1\lorir por otro .significa que l:i rnisn<laJ se niega a s grito Je Jolor proviene de una voz qwe ha en1n~1deci<lo para sie1npre ... No
1nisn1~t al coloc:lrse en el lugar del otro, o. en el lenguaje de Hegel, que el se encuentra entre la vi<la \. la muerte. est:: surgiendo Je aquella_ la resbaL:1-
otro es la n1uc'rte del 1nisn10. La autopdusis Je la que habla el f'ecn impli- diz~1 continuidad de !a qu~ hablaba el Fedn: el grito Jesgarrador anuncia
cJba va esta J!ternariva: la vida procede de la muerte, pero la muerte pro- un desgarro que no podr ::'er reparado: el nacniento Je! pequeo prncipe
cede ~le la vi<la. Pero sin <luda es en la an1bivalencia tolstoiana donde este
~1nt1gonsn10 se prcsent:l en unJ forma rn~."ts JesgarrJ.JorJ.. Tolstoi se emp~-
1\1 en crccr tn !:l plenitud dt: una \itJ!idad inagotable que asegurara ba10

i 15
l !.2
Nicols y !a muef1e de su m:idre est:n u:gic:imente yuxtapuestos en sUln esperanza en una palihgenesia con la natla del yo, testimonios todos ellos
plic::ib!e. su itnpiacabie crueldad, y su insoluble contraste. Hacer m,__;-;.;~ ele ::::s-=: L:;-;:_3ico antagonismo. l esti vivo, luego yo estoy vivo-tambin, dice
m:J.dre p:ir:.i qut: viv::i el nio no es una soluc:n. pero lo contrario tam el seor refirindose a su sirviente, como si Nikita y Vassily Andritch fueran
1 lo hubier:i sido. Sin dud:i ia concili:Jcin y la sntesis dialctica no pre una nica persona. Pero lo cree en verdad? la trgica muerre del seor des-
p:iron nunc:i. :i Lev Nicol:ivitch! Qu es lo que habis hecho conmigo?~.--_ miente esa con1unicacin de vida! Y, en fin, en La muerle de Juan J!ich el
puede leer en !a rnir:1CL1 sup!ic::inte de la moribunda. Por qu este sacnfici carcter irreparable de la nihilizacin, y por consiguiente la desesperacin
t:in e\-i(:ib!e, y tan p~1recido a un p:irricidio?, qu fin::didad tiene esta ig_._-;,,__,,__.~-, inconsoL1ble del hombre frente al absurdo son llevados al extremo, pues
gr::icia?, za tchto? S, qu teodice::i podr5 justificar nunc:i una justiciatafi\~~~:~~~ aqu se agudiza al mximo la unicidad incomparable e irremplazable del
cruelrnente injust:i? 1'al vez, con10 dice Victor Hugo, Dios hace "cosas ncorn-~~~~':-:-~ -~---"~:--
H5.pax personal. Despus de las 1liemorias de un loco, el opsculo titulado
prensib!s en l:.is que el dolor humano es un elen1ento In::.s.-.~- La perpetu.'.:'-:~~~.t." .,.,,,,,,.,_ De la vida resun1e con tod:l clarid;id la contradiccin: por un lado una vida
cin de !:1 \i<la. por i1nport:inte que se::i., no hace inis admisible ni m'.s' . . ?'.P'.:-_,.- inn1ortaL pero no inmediatatnente vivda por la persona, pues es la vida de
cornprensib!e el repu!Si\o escind:ilo que consiste en sacrificar a un ser irrem.:~;:;_. la especie. por el otro una vida personal e inmediatamente evidente, pero'
pL1zable e infinir:nnente precioso. El grito del inocen[e s::i.crificado resonar,~-~~~,::-~ abocada a la muerte. Tal es el dile1na!.3l Tolstoi era demasiado personalista.
co1no un re1nordin1iento, hasta el fin del n1undo. como resonaba, en los Slf-<~.ii'. an1:.iba demasi::i.do ap:Isionadamente la singularidad irreductible y la origi-
pue.stos iinposih!e;-; de Bergson y de Ivan K~1ran1azo\. el grito del nio con--:_:~~;~:---~ n:.ilid:.id pl:sticJ. de c:i<la individuo como p:i ra no larnentar su confusin en
den:.ido :i sufrir p'..lr:i que el n1undo subsista. Sin e1nhargo. se puede dar el._:~~: la.s tinieblas universales del Fseedinstvo. La forn1:i concreta de l:.i rnnad:.i
c1so ele que !:.i eleccin del ser condenado nos incu1nb:i personalmenre. la~j,~~: aparece detnasiado claran1ente a L1 luz del da corno para que su reabsor-
n1adre o e! nio? L:i deontologa rndica se encuentra a Yeces frente a est" cin en el seno del cosmos no se:l una desgarradora tragedia! Claro que
caso de conciencia ch:-sg:irr:idor. Pero el caso ele conciencia desgarrador es sie1npre habr5. una pritnavera, y sie1npre habr n1ujeres jvenes: pero como
una insoluble :iporia: pues !as dos n1is1nidJ.des entre las que hay que esco- el desf:ise no cesa de aumentar entre la infatigable naturaleza y Ja fatigable
ger son dos :.ibsoluros con un Yalor infiniro c:i.dJ. un:J, dos absolutos iguales cri~uura. entre la potencia infinita de las primaveras y nuestra irnpotencia
.:n dignidad y cu:i!ir:iriv::in1cnte incon1p:lf:1bles, re:1cios por consiguiente a crecente p:tr.1 renovarnos. el especticulo <le la eterna juventud es para el
cu:J.!quer con1nensuc1cin, :.l cu:J.!quier sopesa:niento de motivos, a cuai- hon1bre que envejece una fuente de ~1margura 1115.s que <le consuelo: el indi-
quier evaluacin cuancit:lriv:.i. Qu puede haber en con1n entre aquel que \-\Juo. en su lasitud, se siente no ya prolong.:i.do por l:i especie, sino repri-
es toJ:.iva un recin n:Ici<lo inconsciente. pero que ya lle\a dentro el futu- 1ni<lo por ell:.i. y pierde el ;:_liento queriendo pennanecer a l:.i altur:.i <le la
ro tn:is proinetcdor, las n1:.iyores posibilid:J.Jes. !:is n1~1s grandes esperanzas, etern:J n:iturJ!eza. "Todo es nuevo hoy: los prJ<los, el sol y las flores, todo
y :1qut:'lL1 que.' y:1 ha disfrut:1do ele su p:1rte de existencia. pero que es un ser seuir siendo nuevo 1naana. Slo el hombre se hace viejo, pero todo lo
LonsciLnrc- y sufrientc. c:ixt7.. de fL:!icid:td y Je desdich:1? :\ Jecir verdad los Lk111:ts :.i su :drdedor rejuYenece L-~1da cl:..L."2 Qu Llase de co1npen.sacin
derechos del uno y los dcn:chos dL b otr:i son igu~tln1cnre sagr:1dos e ines- p0Ur~1 ~1port~1r la in1no11aliJ~1J de Lt especie-;:' al individuo acech:1do por la
ri1n~1h!i.:.o.;. y no se puede dLcidr entre eHus n1is que 1neJi:1ntl:' una opcin 1nuerte? El BtllU]llt!ft! de Pl:1tn ~1nunci:..L l:.i buena nueva del a1nor in1nort:.ili-
gordicuu1. dr:\sticJ y nocturn:1. Del n1isn10 n1odo cue t:unhln habra que z:1nte - pero eso slo es un:1 n1:1nera <le h3hlar: pues el !an viral. despus
eleulr cit..u:unente entre e! etl!rHolisn10 d Pii:rre lezoukho\ Y el pesimismo dL todo. no soy _)'O: y el nl.u ta1npoco soy 1:0. el nitl.o es orro di:-itinto :i mL
pt_.1:~un:di~r:1 '-L Andr Bo!konski.~ c:1d:1 uno rcprc>'."L'nt:1ndo .un:t de las dos el nir1o n1t: sobrevi\e, pero yo no 1ne .'iobre\ivo literahnenre. fisic~unl:'nte a
1nit:tdl:.'-" de un~1 fi!u:---.uf:t Ji\idid~t y J111hi\":1lt:n[L' .. Cuanto ini,o.; \iejo se hace 111 tni.:;n10 en la persona del nio: el inuerto y el superviviente no :-;on un:.i
Tu!stoL tni:; iinposib!e le p~1rece rccon1poner la Jesg:.irrJdur:t: en Seorysir- nica y mi.s111:i persona. l""o rel'il'ir, segur:i1nente. en 1ni posteri<l:.id. Pero
11/ente cuent:.i crno :.ilguien rnuere par:i consenar l:.i vida de otro, en Ana e:-;o, de qu n1e sirve?. qu n1e :Ipon::i. J. m. esta .-;upervivenci;i Je un mundo
A:oreJ11no confron:1 !a n1uL'rfL' de \"ico!is Levin con el c1nbarazo de Kitty
Levin.-' y en Lo clicino J' lo hununzo no s:.ibe cmo poner Je acuerdo la
'I l1!/(111cia. !K'>2: Tres 11111ertris. \;->(11J: f{/"'l-'r111111er. 1:-5(11: G11enu _1 p(/z. 1X<H- \H(i9; .lfemrwias de
1u1 /ncu. !HH-f: Ltt 11111erre t.!e lean f/icb. l8-'-'": De !tt 1fda. lHH7
~" (;llt"/"111 r(HI~ 11. .2. 1.2 -'~ .\lu.-;s~t. Andr del Sr:1110, L ')_
lild .!\ 1 11,111u,1_ \- __'.! 1 ' ' i1 ,,. r ':1r:1 u11_ ;: " "_.\pttk\o. ,it. .1pud .'\:111 :\gu.~im. c"ft1ros fld. :\[!. \11

ti i \"i
futuro.del que estar ausenre?, qu salgo ganando?, en qu me-cona La tragedia del Hipax desap~arecido continuar 1sangrando ... - Sin embargo
I\Iorimos, pero la sesin contina. Ay! la sesin,_ es cierto que cont" - tenemos que repetir una __vez:rriis lo que decamos de la sobreconcie-ncia
pero sin m. A la historia le da. igual! Ni la palingenesia personal, ni la pensante: la ambigedad es tJ'.rYez;-en cierra medida, el paliativo de-1i'alt~r
talidad annima de la vida tienen relacin alguna con mi mismidad. - n::itiva. En esta vida la mismidad es capaz, por amor, de vivir por otro y en
consuelo que se adquiere a costa de renunciar a toda parcialidad eioc el otro, de ser ese otro misrno que no es! Y por qu no el otro, a su vez,
no iba a ser ~isteriosainente el mismo?
1

trica es realmente consolador?, responde verdaderamenre a mi probf".7'


a mi torrnento, a mi pregunta? En realid.ad todas esas respuestas resp9ndtll
con subterfugios, tdas son maner.Js de hablar: no es de eso de lo que-:~
trata ... La panbitica que considera a los individuos intercambiableS-b1i~
poco caso de lo i_rremplazable-; cualquier vivo vale por otro ... a condici"ii
de que se considere no la misn1idad, sino la funcin. a condicin de igilO-:
rar ese residuo inexpresable e _irreparable, ese inco1nparable no se.sabe qu.,
en que consiste nuestro-ren1ordimiento y que es el rnotivo inmotivado -d;;:-~;E2
todas nuestras queas. El principio de conservacin parece que est aq1.i"(~~-: ~''.
::i.usente. Tal es la secreta insuficienciJ del reenzpfazo: el muerto es reerl-~~:f )
plazacfo, o dicho de otro 111odo e-1 ree1npL1zante. en razn n1isma de qu:Z::~--. --i.
viene a ocupar el lugar, es siempre otro distinto a su predecesor; la funcinf~-~ 1
est asegurada, pero no es el n1isn10 quien la ejerce; dos individuos indis>;:;~:-~ 1
cerni~les en cuanto a sus aptitUdes y en cuanto a su aspecto fsico diferirll '--~--"
en cambio completamente por el mero hecho de ser irreductiblemente dos !
haecce-idades impenetrables la una por la otra. dos n1nadas irremedia-
ble_rilente sepr:i.d_a~;:':_-cada_ unO' _de ells es para s 1nismo ilnpen'um in im-
peno. y no t:iay mi)agr6 que puea1: unificar su dualidad; e incluso en el ca-
so de ciue_. el. s1:l~e56f fu_tp1-:)a_' _;e~nc_~aciu del predecesor, seguiran siendo
dos- person_S---~is_~hiS:_~'.f~~~Qu~ sl''.fu_era por los dos n101nentos sucesivos
de s aparic_in en I~.-hiStO~i:i: LT_na~sih1ilitud, tan grande como se quiera, no
puede ser nnca (1na'-i?entid::id niic~;:la analoga pertenece ::i un orden dis-
tinto que la taulollsiu. L;i especie hu1nan~1 slo es un organis1110 o un enor-
n1e :-ler \i,o con10 1net:.fora de la panhitica .. !Ji.: hecho slo es el indivi-
duo :f quL es ese organb1no vi\o, ese 1nic..Tocos1no.-; perfect~unente autnomo.
"'{ cn10 no lba a significar e! sacrificio para l una dura y desgarodora prue-
ba?. crno no iba J. ser el dolor la consecuencia de .su autJrqua y en ciem:i-
n1L'did~1 dl:' su ahsolutisn10 rnon:dico? Se suele decir: la ascendencia es recha-
zada por ,'ill dc.:scendencia del n1isn10 1nodo que el pres1..:.'nte es. por efecto
del devenir. relegado al pasado. Pero el presente, 1no111ento siempre cadu-
co y siempre nuevo. continuamente superado. continu~unente resucitado no
tiene nada en con1n con este indi\iduo de carnt: y hueso que la tragedia
de la rnuerte aboca ;l la riada. El devenir. que va sien1pre por del:inre, com-
pensa los muertos reen1plazndolos: pero no puede reemplazar esos abso-
lutos de los que cada cual respectivamente es un fin en s, un fin del deve-
nir_ 1net~t y tnnino de la historia, dL''.'enl:1ce dt:" toda la evoluc..'in humana!
CAPTULO IV

LA Ql.:ODDIDAD ES IMPERECEDERA.
LO IRREVOCABLE DE LO IRREVERSIBLE

l. .Aquello que 110 n1uere no l'il'c.

1 Del mis1no n1odo que la inuerte r l:.i inn1ort:.ilid;:id son la una y la otra a la
1 vez imposibles y necesarias. as L1 1nuerre es ;:i, la vez el medio de vivir y el
11pedirnento de vivir. Hen1os llan1ado rgano-obstculo a esa forma inex-
tric::iblen1ente dialctica de lo in1posible-necesario: la rnuerte es l;:i, condicin
de 1:1 vida, en tanto en cuanto que es paradjicamente la negacin de esa
vida: esta neg:icin positiv::t. recordcn1os que es la funcin del lmite, el lmite
d:1ndo forma a lo que lirnita ... O dicho de una forma m::s general: el no-ser
precede a L1 instauracin o a la fundacin del ser! TJl es la alternativa fun-
cL1n1ent;:il, en la que est:n contenid:is tod::is las den1:s: el vivo slo est5. vivo
a condicin de ser n1ort:t!: y no hay ma~or verd:1d que lo que no vive no
1nuere: pero e.'i e:-; porque lo que no n1u<.:re nu \'i\e. l'.na roca no rnuere.
c~na flor artificial no :-;e lllltSriJ !1llr1l:L Pero 1.:'S que \:i \-ida eterna de un:.i flor
artificial o ele una roc:t es tarnhin una n1uenc .:terna ... Pues slo est Yi\o
lo que n1uere: o coino dice Je:in \\.~thl,l lo (j_lll'. \h-e es lo que puede n1orir..
Sin l:i muerte L1 vid~1 no 111erecer:i ser Yi\ida. lvlaldita sea la vida sin n1uerte!
Son paL1bras de Epicteto: Kccrpa fcrrt ;: ~ 6:n:o8avtlv:..:' una dur~tcin sem-
perna.. una existencia indi.:finid:nnl'nte prolong:J.da .'ieriJn en cieno rnodo
L1 fonn:J. 1n:is ca.racterstic~t de la c()nJenaciOn: pues es en el infierno donde
las criaturas est:in condenadas a un insomnio perpetuo y ;:i,l suplicio del abu-
rrin1iento .sin fin: el infirno es [:1 ln1po-;;ihilidad de n1orir. Por eso tenemos
que escoger entre la plenitud de e::>a finitud o la ererniUad de la inexistencia.

l Tnnh; d!! Jh'f!![Jhysit11e. p. 'i\l-1.


~ !)ftif,,g,os. lf. h. l_'i
La muerte vital es lo que hace apasionante la vida mortal. Dos SimP~da- morir rpidamente y de una vez para libra~s~ de la ~uert~. No es este un -
inversas y complementarias hay que despejar aqu; pues hay dos_mane - poco ei mtodo de Abundio? Podemos comprender a los condenados que
igualmente optimistas, igualmente unilaterales, igualmente.-adialcticas--'d se n1atan para evitar 10:-angtistij-y l:istorturas. Pfo cmo calificar al hom-
gnor:ir- l:i paradoxolog:i del rgano-obst:culo: cada una de ellas represe bre que rehusa vivir en general? Nada ms cierto que el mejor n1edio de no
media_verdad, y h:iy que unir por lo tanto las Jos initades si se quiere.. cO. mor_ir es no vivir'. En-efecto, quien no vive, no-tendr que morir: pues no se
prend~_(_ no solamente la contradiccin incomprensible de la muerte', siUc:> pue~en tener toda~ las desgracias a la vez ... Aquel que no vive, a fortiori no
las desconcertantes relaciones. de la carne con el alma. Nadie.ha.dicho nu:rlci. slrfre. no conoce ni la enfern1edad, ni el envejecimiento, ni las angustias de
que la. rnuette fuera nic::unente rga_no, sin embargo el sentido comn adrr- la agon:i, ni el desgarrJ.rniento supren10; no est virahnente- concernido por
te que _el cuerpo sea el instrumento del alma, y por _consiguiente que '-'~"'"' la muerte! Es necesario por tanto estar ya mttHo para -no tener-que -J?zorir?
person. est completarnente adaptada a su est..1tuto de encarnacin, que la per- Nis-vale no esperar.nunca nacl'1 para no ser decepcionado nunca, no entu-
sona se realice por entero en el transcurso de su curso 1nortal. Esto 'E;rnuc,;c~'-' siasrnarse jrns para no tener nunca nada de qu lamentarse, no haber si-
ca olvidar que si el aln13- tiene necesid.id de su cuerpo, ese cuer-po es un do an1ado nunca para no correr el riesgo de que nos dejen de amar, y reci-
cuerpo de muerto: el :iltna; par:i vi\ir, necesita ese cuerpo de muerto que proca1nente. no arnaf nunca p:ira no conocer nun:ca el desgarramiento de la
perecer y la har morir; el ;ihn:i in1nort:il nluere Je tener un cuerpo! El separ~tcn, eyitar la dulzura del cariiio parJ ignor:ir el dolor de la indife-
cuerpo en efecto no es nican1ente un 111edio que tiene l:i persona de expre- rencia. huir eri_ fin del afecto por n1iedo al desafecto. Sin duda alguna, los
.-;arse. de co111unicar, Je ser alguien. e::-; tan1bin fuente de enfermedades, ob- 111uerto:-; son iiunorta{es a su 1naneGI, en el senti<lo de que no pueden si-
jeto de sufrniento y principio de finitud y desgasre person:il. Literalmente quier.1 n1orir. .. -Pero quin querra para s una inrno11alidad tan poco envi-
el \-ivo n1uere por culpa Je su cuerpo! Por eso la simplicidad del obstculo, di:ible? Poder sufrir, poder inorir son a su rnanera seales de vit::ilidad, sn-
a su vez, aleg:i con razn la otr::i rnedio-verd:id: el cuerpo es a pesar de todo ton1as de can1bio viral y de n1ovin1iento vital: una rnotnia er11balsaril:ida no
un obst5.culo, y el ojo es a pesar Je todo, en cierta rnanera, un irnpednen- n1uere. y por consiguiente no ca111bia. Las flores artificiales tan1bin conser-
to de la vista; en cuanto a l:i 1nuerte. esta no nplica ninguna positividad de van indefinidan1ente sus colores; pero son eterna1nente inodoras e inn1uta-
ninguna clase: el vivo se enfrenta con la estril y rnortal anttesis y se de- ble1nente secas, puesto que no viven. Va!e la pen:i no vivir a fin de no mo-
fiende Jesesperadan1enre contra el no-ser; h1 nluerte es el puro, el absoluto rir nunca. o aceptar n1orir un da a fin de haber conocido, aunque no sea
in1pedin1ento par:::i re:ilizarse. Por eso llega a suceder. por ui:::t absurda con- 1ns que durante :::ilgunos decenios, el goce incomparable de vi\ir? Es pre-
tradiccin. que el vivo acoj:i a la rnuerte p:ira libr:ise de l:i n1uerte, ya sea ferible. con10 dir;i Herclito. tnorir de la vida (es decir. tnorir a fuerza de no
n1ortificndose, ya se:i n1atndose; unas veces poco a poco y otras de un so- querer nlorir. nlorir de inmort:ilidad) o vivir de la muerte? Observaremos que
lo golpe. la tnuerte nos sirve para conjurar la rnuerte} Es un:i especie de ho- la :ilternariva es un dile1na. pue.s l::.1 rnuerte es. inn1ediatamente o al final. la
1neopata: par:i estos extraii.os ho1nepatas. !a 111uen:c, que es la verdadera nica s:t!ida c:n lo.'i do.-; casos ... Pero pue,..;to que h~ty qul'.' 1norir dl'.' toda.-; 111~1-
\'id~i. no." lihcr~t dt.' una \ida qui.:_' er:1 Li \erdJder~i n1uLrtr.:; la esencia se des- nects. 111ejor es haber probado. al n1enos una \cz. el .-;abor nico di.:: la exis-
rn.=nt..IL de un ser que era en realidad no-ser. que tT~I devenir. envejecimiento tLncia. Pul'sto quL' no hay \cntaj~t sin conrr~ipartid:L resp_ond~unos sin vaci-
y Lunenr~1hle insuficiencia. A.quel que Yive n1uril:ndo. o que se pasa toda la lar: s. 1nil \i.::ct:s s. par:t conocer el inestiinable tesoro de la vid:r, vale l;i
vida Inuriendo, desactiva sin duda el instante supren10, pero no conocer pena aceptar ~1 la vez !a a111arga prueba Je la rnuerte. El rech;:izo de! rgJ-
de hecho ni la \id:.t ni i:J rnuerte~ conocer:i 111:i~ bien un';.t n1ezcolanz:.i de no-ohst:iculo tiene rnucho en con1n con el purisrno del fin-sin-los-n1edios:
rnuertt: y de \'id:i. un~t papi!Lt infonn1..'. un l..'Stado neutro l' !ntenneciio que f.:'! purisn10 que no ad1nitL' de ningun~t rn:iner~t el 111~1! 111<.:nor es. bajo la ap~1-
es el dLl n1ut-rto vivicnte o el del ,-vience rnedio 111uc1t(): l:i n1uerte ya no es rienci:1 de rigor o de intransigencia, una 1n:::iquiavlica empresa de sabotaje:
el lnlire que exalta una vicl:i inren.sJ: la 1nuerte es el vaco intrnseco que y lo 1ni.s1110 un:i vida que no acepta en absoluto la n1uerte y qu pretende
enrarece !a densidacl del de\enir. Ja111uerte es el ingrediente tnintico ser .sit..1npre eterna es enen1iga de !a vida: esa vid::1 e.~ un s::thotaie a la exis-
cUL' n1t.:nna la substanci:i ntica de Lt \ida; c:l ho1nbre ni-vivo-ni-rnuerto es- tenci:1 real. l. a! revs no es 1nenos cierto: hay que acl'ptar el rn:il necesario,
t: reducido al est:iclo Je cad:ver a1nhulante. El vivo puede t:irnbin preferir que es un hlen en potenci:i. para s:.Ilvar ::i.queHo que se puede salvar: y lo
1nisn10: para 1:j\ir. hay que dej:ir paradjicamente un d:i de vivir. El absolu-
-; Cf. :.!;tt:\t'r!indc !.a ,\lort. l. 19!:). tista del suicidio no quiere pagar el tributo de una vida re~tl1nente viva:
J.nticipindose a s.u propia-muerte, n;iJ.tJ. J. la vida de un solo golpe~~~ 2. Hriber sido, haber vivido, haber amado.
de dej:1rb rnadur:ir y morir rempor:ilmen[e; en su desesperacin, no da tieffi ,_, _
J !:1 fecunda neg:Hividad para que acte e impregne con su mensaje Ia_p1 '?,,.,,"'-'""; Por lo tanto, va a ser finalinente en la vida misma, en la alegra de vivir y
nitud \[tal. Es neces:irio que todos los posibles tengan lugar. La finitud.n _:__ en la sobrenaturalidad de la naturalidad vivda donde vamos a encontrar la
es nic:1rnenre !J. hipo[ec:1 que grava el devenir y lo lfl!elve ms frgilt~~-- prueba de una existencia imperecedera. Sin embargo los filsofos necrfilos
adem:.l.s el principio de la fecunda inquietud que empuja al espritu cre:idQr._,_-. hacen precisamente lo que no h::ibra que hacer nunca: buscan el no-ser en
J. expres:J.rse a trav.s de sus obrJ.s. y_- de este rnodo volvemos al equvoc;~;;-;,~ el ser y rechazan lo que se les ofrece: desconfan! Prefieren lo que les es
d~!-_rg:ino-ob::;t:..~uio. del rg?no-molesto. Esr: equvo~o no debera ser siro- .f.
neg::ido, y no quieren saber nada Je l:i vida y de la luz que les ofrecen. Decir
p!it1cado, es decir, no clebena ser \rue!to univoco, n1 en un sentido ni no a ese s de la bienaventurada plenitud no es una forma de perversidad
otro. - '{sin en1bargo, a pesar de que la n1uerte impida o mediatice la rea>-:.- fiiosfica? Nos negamos a reducir el envejecimiento a una 1nortijlcacln, a
lizacin de ta persona. la vocacin de es;i persona es en s misma una cosa-:--~ 1 identificar el instante mortal con las pequeas n7.uertes de la continuacin:
distinta :i! rg:1no, distin[:i al obsticu!o; la arnbicin met;:ifsic:i. de esa per- pues ::t.s co1no 1:1 vida no es un~t continua n1uerte, el instante n1ortdl tam-
son:J. super::i ininens:irnente :ique!lo que b. n1edi:iciza, sobrepasa infiniramente poco es la ltima rnuerte de esa continuidad. Ahora bien. si la -vida fuera
:iquello que !:i obst:iculiza. L:i n1uerte pennite la realizacin de nuestros po-- __ una connui 1nu~rte, la n1ue11e sera una super-vivencia en el sentido n1s
slbles, pero no crea esos posibes. L.:1 1nuerte. contndonos parsimoniosa--_ !L1namente biomrfico: y p::is.:ira1nos Je l::i vida moribunda a la n1uerte viva,
rnente los ao.-;, impicle la re:1lizacin ntegra de !J. 1nisn1idad. y la mismidad - de und vida aderezada de rnuerre a un:1 n1uen:e aderezada de \ida sin casi
irre:iliz~1da se qued:.i fuer:i y n1:s ail:. de una rnuerte siempre prematura. darnos cuenta. mediante un::i n1ut:icin ::tpenas ms grave que las den1s.
Qu \:i!e 1115.s: una efmera flor fresca en un j:irdn o una eterna flor seca Esta especie de trJnsfonnisn10 n1etafsico, si bien 3-Segura la con[inuidad de
en un herb:1rio? El hotnbre siente la tentacin de eludir la alternativa y con- la esencia-existente, ignor:i a la \ez el n1s aci, el ms alli y el umbral que
test:.ir: un:t etern:1 frescura~ Nuestro deseo sera en efecto tener las dos co- sepJ.ra a a1nbos: ya que no hay ni vida ni muerte, sino una inezcla fofa
sas, eternidad y vid::i. acceder literaln1ente d un:i uicla eterna; es esa eterni- de muerte y de vida. Para que el n1:1s aiL tengJ un sentido, h::iy que honrar
dad de \ic!a !o que Plotino deja entrever en su tr::ttado De la eternidad)' del la plenitud. la intensidad. el sabor incon1pJ.rable del mis ::ic:. Henos aqu
tien1po: el alrna en\ue!tJ de eternidad, l:i eternidad envolvente hecha felic- por tanto devueltos ;:i esta plenitud afirn1ariva.
d;,iJ, ter espiritual. est:ldo o cat:isr;,isis ( KaTcr-racr1.:;) nos trdnsportan ms all Pues la continuacin, atrap:ida entre el con1ienzo y la tenninacin, no es
de la :dternativ;_t de un:i vid:1 sin eternidad y de una eternid:id sin vida: y es n1enos sobrenatur;:il que :tquel o que estJ.. Ya hernos dicho que la muerte
ran1bi0n esa eternidad viviente y vivida. esa eternidad de supervivencia la liberJ retroactiva1nente el sentido de l::i vidJ.. Desde luego tunbin hay en
que P:tsc:i! propone a nuesrr.i esperdnza: por n1ucho que !::i J.puesta nos esta vida un sentido de la continuac!n que. por el contrario. h:ice estallar
planrt.:'t.' una di.-;yunti\:1. l:i e\entualidad elegida no trasciende rnenos la alter- 1..l :.;in-sl.:'ntido de l:J. ces:1cin; pt:ro ~1 su \-l:'z el sin-.-;entido de la cesacin hace
n:tt!\:1 . .h.: un:1 \.:'ternidad cornpler:unente nocionJ.! y de un:1 \ida ;;ensible ::tbo- ;:1:1nific:-;to el sentido de L1 continu:1Litln: L1 Lhoc:1nrc absurdidad de la inuerre,
c:1d:1 :i Li n1uertL" \. de hecho. si Lt sun1~1 de t.::terniJad y de \'ida es irrepre- 1..l t:':;c:tnda!o de la nihi!iz:icin dLfiniti\:1 consagran par:idjic:unente el sen-
:-ient:1hlc p~1ra nuestra condicin de criarur:1.-;. !a sun1a de b exi:-;tenc.ia consciente rido p.stun10 de la vida \"i\ida. Propian1ente hablando, este sentido pstumo
y de l:1 \ic.L1 constituye nuestra rea!iJ:1J coridi;_in:.L El hon1bre vive pensando no es realrnente inteligible: este .-;cntido pstun10 es l n1isrno el :;entido de
la \id:t. y plens:i \i\it.nJo su pens:1n1iento: e incluso no hJce O[ra cosa. un sin-sentido. El St'ntido 1111~u1L'nte de !:i existencia, del tjue dec~uno.s que
,\'o. b . \.ilb de! pcn.san1ien(o .. nu es unJ sin1p!e frase! A.hor:.1 bien. el pensarniento h~1ce estalL1r l:i ahsurdid:id de !:1 renninJcin. era sobre todo negativo, nega-
<.le b_ \iJ:1 y dL' L1 rnuerte e.sri l n1isn10 \ivo sin ser n1orra!: porque la con- ti\o corno un h:ihito. neg:irivo corno la inercia del movirniento adquirido:
cienci:i del tien1po es una conciencia internporal: y la concienci:l de la finitud, signific:iba sencilla1nente: por que J.quello que h:i comenzado no habra de
en t:ino que conciencia, no e_sj !in1ir:.id:i ella 1nisrn:i por e.sa finitud, puesto continuar indefinidamente? No h:iy razn para que e! ser cese de ser..: Como
que l:i .:ng!oha. l\o h:ihra que concluir que una cierta fonn:.i de eternidad Bergsun, desafi:unos a los :tdver:<trios de la in1nortalidad :t que de1nuestren
esti ya pre.sente en esa vld:l psico.son1:tica que !J. muerte inco1nprensiblemente la aniquilacin, y dejamos que .-;e~1n ellos los que aporten la prueba. Pero
nhiliz:.ir:? :.irgutnentos positivos a L1vor de l:i inrnortalidad no tenemos. El sentido inma-
nente exrresJ que Ja continuacin . . . r.: Ja por :iadidura. ni rn~s ni inenos. y
que la renovacin .de_! pre~eqte=-no_plantea ningn prob1erria:,f~~I:~ de carne y hueso que reinar; ..c61no Aquiles, sobre el inmenso r~ino de las
tanto de una _general~da'4 f-o_r_mal y_ de una 'abstraccin vaca de tdo- ..."" sotnbras inexistentes_. I:ue_s_._ql_l son las maneras de ser sin el ser de esas
nido. Por el ~ontrario,_ el iniSteii.So-inensaje retrospectivo de la muerte' 1naneras?, el bienestar; Ciri'db--se carece -del estar, no es acaso un lujo de
una alusin a_ algo que sobreP:a~a. infinitamente la rutina cotidiana: no , inconsistentes fant;J.sn1as? Es.e mnimo substancial no es nicamente el valor
la muerte libera y sella el significado histrico de una biografa por lo( ,, por excelenc;:ia, es ade1125~-!;':fuente de todo valor. Esto es lo que importa
acabada, sno que aderns ayU9a_ a_ .Jos ms inconscient~s a tomar cO:n'.~f::. ahora que co1nprendamos,. Y que
Pascal ya haba entrevisto: la semelfacticidad
cia de la gratuidad y de la prpfunda extraeza de la vida, exrraeza y ' '. de la existencia personal y la ,qu<?ddidad del universo, la 1nismidad de la per-
tuida_d que p~t?a_r~n ~?-1 -vez desaper_cibidas al sentido comn ... si no eXis.;:'''~~~ -,-__ ._ _ son"l.. "; :!-1 q.:_~di.-.:L~ -Ge: -~e=---~, . ;__--;-;-, -,J.1ico y ITJismo problen1a, una nica y
tiera, ~~.ec~saqi~pt<=,. la viuert~- Para_ la mayora de los hombres, la mu~ri~:l~\~~: misma interrogacin. Por qu-en general algo? Por qu en general alguien?
del PIOJ!IDO es la' revelacin de' esra contingencia; -no slo el final pone ae~-:~~;T.:_:i_' "Siento que poda no haber sid-o ... Yo que soy un ser pensante poda no ha-
relieve retroae,:tivarpente lo. in_slito del comienzo y lo fortuito del nacimen~ ':.~'~'r.:.',:-> ber sido si 1ni madre hubiera ffiuerto antes de que yo hubiera sido anima-
to, sino _que adems, ql]_~brant_ando nuestra confianza en la continuacin -- . 1
indefinida del intervqlo, nos sugiere_ que lo que se da por supuesto no estaba
tan supuesto; :on su brutalidad inexplicable, la-muerte arroja luz sobre la
.
;i
i do: por tanto no soy necesario.(-, Por tanto la filosofa podra ser una nzedi-
tacin sobre la 1nzte1te, y la n1uerte n1is1n:i podra ser ji'losjlca. '{a hen1os
visto c1no el arte v la filosof:J. den1uestran, tanto el uno corno la otra, el
gratuidad del nacimiento y, de rebote, sobre la naturaleza arbitraria del inter..'. -_l efecto retro~lctivo d,el ltnite: el a11i.sta despeja en el acto la inslita origina-
:'J
valo mismo; la muerte despierta de golpe en los supervivientes facultades lid:1d de L1 trhialict1J cotidiana sin esperar, con10 el resto de los ho111bres, a
de ason1bro einbotadas y adormecidas por el a1Tullo de la continuacin coti- "-'.".:.:~~'."' que el presente se haya convertido en pasado para expernentar retrospec-
dana: arrojando una duda sobre la razn de ser radical de esa continuacin, ti\an1ente la dicha pstun1a; la filosofa, a su vez, hace sensible el asombroso
nos fuerza a sacudirnos nuestro torpor continuacionista. La muerte sustituye curso vital n1ientras el hon1bre est vivo, sin esperar a la muerte que de todas
a la metafsica para aquellos que no son n1erafsicos. Siguiendo a Platn y a n1:tneras un da despejar ese aso111bro. pero que lo despejar de golpe
Aristteles, Shopenhauer-i demuestra que la capacidad de asombro es la seal y cuando ya sea de1nasiado t;_irde. Esto es quizs lo que Sneca quera decir
por e..-xcelencia del espritu meta.fsico. A lo que nosotros aadimos lo siguien- cuando nos aconsejaba vivir cada hora de nuestro tien1po corno si fuera la
te: el espritu metafsico consiste en asornbrarse Je lo que no tiene nada de ltiina. quasi ultin1a. El .sabio no HL"Cesita. pard eso. .sentirse acorralado por
asombroso. No es necesario ser filsofo para asombrarse por una aventura el peligro n1ortal. arnenazado en :-;us r:ices ntic::is. concernido en su ins-
extraordinaria, por un acontecniento fuerJ. de lo normal o por un e~cuen- tinto de preservacin o de perseveracin ms eleinental y 1ns inn1ediato.
tro inslito; pero es necesario ser filsofo para encontrar asombrosa la exis- 1~1 s::1bidura comprende con toda .serenidad aquello que los atolondrados
tencia cotidiana ms trivial, la quoddidad del ser desnudo en general, Esse descubren generaln1ente 1nucho n1s tarde. en el ltiino minuto -y con el pu-
nudtun, y la realidad c!CI rnundo exterior. p~1ra preguntar.--;e por aquello que iia 1 1.:n i.:! pecho. ~tcos:u.Jo.-; por el fll'Hgro y pn:sas del p:..nico enloquecedor
Leibniz llama e-1 origen rJ.dic~:d y por el potius quanl, es decir. para experi- 1..k la:-> pu:-;trnera:--, .. Et ~bt.nnhro filo:-ifil:O no es por tanto un aso1nbro re-
mentar el :iso1nbro ante el hecho de que ~ligo exista ;nas bien que nada.5 t:Lrd~1do cuino l't dll "l'ntido co1nn. e_-; una to1na Jl' conciencia oportuna,
Schelling ha hablado de esa quoddidaJ del ser con10 nadie lo haba hecho sin nada de anacrnico ni de intL'inpcsti\o. El aso111bro- nos cxirne de la rne-
antes que l. Y aadarnos que la metafsica no es en absoluto indispensa- lanco!a de la lan1ent~:.cin. \- ck! rnisrno modo la filosofa v~ielve la n1uer-
ble par:l apreciar esos modos de ser - feli'cid:lJ, riqueza o belleza - que son tc intil! A Lt!ta do:: fi]o:-;of~1. ta n1u1.::rtt: ck:scubre el ;nfsterio de la continua-
los objetos o contenidos intencionales Je! deseo. que son Jos complementos cin. :\acin1ienro \' 1nuene. corniL'nzo \' fin son, en s misrnos, 1ns bien
directos del verbo clesear y el :lcusativo de_ un:l tendencia transitiva; pero la n1ilagros, n1ientr:J.:-:. uno plante~t l:'I rnisrc,rio. el otro rnilagrosa1nente lo ani-
metafsica es quizs necesaria para apreciar el ser de esas modalidades. Ms quil;.i. ~No es el rnilagro. acontecin1iento creador o descreador. unJ _e_specie
vale gobernar. como Ulises, una minscula isla re:ll poblada de pescadores dL' JJlisterio drjsrico? L~t continuacin es un n1isterio entre dos 111il~tg:ros Je

Teetf!'!o. l'l"i U. Aii.sttdcs. ,iJetafsica. !ni ..-;hopenhau<.:r. ~tpl:ndice.s a \VWV', <.::ap. 17: herdas
4

metapbys1~~che Bedl11fnfss des i.[enscben ( P:1.-.;c1!. VIL -!(19. L. Brun><ch\'I<.~ n.ladon;t ~-.!<:" fr:J.i!Jllt"ntU con un texto hastantt" extraordinario
"i Cf. Pasea!. Pen.~e.\~ Ili. 205 '! 20H. ~k Ll l\n!\'..:.rc 1f_l{'S esw1ts/i11sl

i2i
signos opuesros que, flanqueando el inten:alo, sac;J.n a la luz su quodd~~-~-:?_ remordirr1iento; y viceversa, lo que hace nuestro duelo inconsolable es pre-
la efic:icia Jel 1nilagro desvela la efectividJ.d del misterio - cisam~nte aquello que Permitira !J. redencin del culpable. En cualquier
Cu;:inJo trar:ibarn;s de! insran[e supren10 y de su ven:igi~osa ultirnid;d--h ___ ~ caso esta es la revancha, el consuelo y la esperanza de los mortafes: la muerte
pliciban1os su c1r:cter abrupto por !o irre\ersib!e del fitisse y lo irrevocable ~.~?f.f: destruye al ser vivo por con1pleto, pero no puede nihilizar el hecho de hJber
del j"ecisse. Pero, pens:in<lolo bien, la eternidad de lo irrevocable no se_ re~~ vivido; la muerte reduce a polvo la arqutecrurd psicosomtica Jel individuo,
fiere nic:i.111c:nte a _l:i rnuerte: se refiere tatnbin al hecho de haber vividO~.~~ pero la quoddidad de la vida vivida sobrevive a las ruinas; todo aquello que
Tambin, o n1ejor :i.n! Si la quoddidad completJ.mente negativa de Ja nihi~ -"".:.-=---. forma parte de la naturalez:i del ser es destructible, es Jecir, ofrece innume-
li::1cin es en s rr1isn1:1 un hecho irreparablemente consumado. no hay ra- r:ibles flancos a la demolicin, a la desagregacin, a b. descomposicin: ni-
zon p:_1r:1 que l:i positiviciad del rnensaje vital sea la nica excepcin a la ley camente ese no se sabe qu invisible e impalpable, sin1ple y metafsico, que
de lo 1rrcvoc:1ble. la nica sobre la que recaiga la maldicin de la nada; si - ll:imamos quoddidad escapa a la nihilizacin. Aqu ;i! menos hay un impe-
e:! hecho de IJ nihilizJcin no puede ser nihiliz:ido, a foniori el hecho de la recedero al que las garras de la rnuerte no alcanzan ja1n:s; aqu al menos la
vicia vivid:1 t:unpoco puede serlo: serJ den1as!J<la mal:i-suerte; sera un in- todopoderos3 no lo puede to<lo! La vida mientr3-s envejece es miserJ.blemente
creble an~nen1a! Insistamos una vez 1115.s: no se pueden tener rodas las des- 15.bil y ca<luca. pero L1 indeleble posicividad de su n1ensaje se rehace infini-
gr:ici::is a la vez. ni sufrir to<l~1s las n1a!Jiciones juntas: es neces.'.lrio, tenien- ra1nente el da n1ismo Je L1 inuerte, a espa_ldas de esa muerre y como por
do en cuenta que L1 ;_iJrernativa juegJ. t:into c:n nuestro favor cmo en nues[fa efecto de esa n1uerte; y cuinto m:s furiosa seJ la nihilizacin, corno en los
contra. [enien<lo en cuent:l L1s vent~1j::i.s y l:ts Jcsvent::i.jas. que experimente-'- reg1nenes raci.stas que querran no slo aniquiL1r la existenci:i sino incluso
n1os t:unbin l:t suene ele Ll mal:l suerre: ::;i no. esta alternativa de sentido aniquilar L1 esencia de esa existencia, y que se encarnizan incluso con el re-
nico no sera Un;J :dtern::i.ti\'.'.l. sino una pura y siinple condena. En otros tr- cuerdo de los hon1bres libres, que exterminan su descendencia, quen1an sus
1n~nos, hay un irrel-'ocahle de lo lTel'ersiblt?: e! jlti:sse rnisn10 (es decir, espe- escritos. prohben Jesesper:i<larnente pronuncjar su nornbre, n1::s indiscuti-
ctic:in1ente. el vLYisse) es un:l especie Je }6'ciss(?', ya que e[ Jevenir tal v co- ble ser:i tod:iva la evidencia pstun1a del mensaje. La vi'olencia s5.dica J' l.1
n10 se ha vivido y rnodelado en el v!vo es. a su n1anera, un acto. Expliqu~mos n1alJ:icJ consiguen. con las c:.11narJs Je gas y los hornos cren1atorios, hJ.cer
es.to. El Jolor del ren1orclin1iento, siendo por Jecirlo a.s !:l otra cara del do- la existencia inexistente, pero no pueden hacer que lo que hJ. existido no
lor que senirnos por la n1uerre ele un ser ~tn1:1do. in1plic;:i la disociacin de las h:iya jam:is existido, no pueden extirpar la raz de L1 r:idical quo<ldidad. Es-
consecuenci:.1.s fsicas y de Lt quoJJid:1<l rnet:if.sica: pues lo que se ha hecho cipin el Africano, despus de su 1nuerte, es como si no hubier,_ existido
puecJe ser deshecho. pero el hecho Je h:1ber hecho no: o corno Jecamos: nunca - "lfll{!Si natus non esset, dice Cicern en el Lae!ius... 7 Pero quasi
el hecho de baher hecho no puede ser des/Jecho. el pecado cometido puede Llnicamente! O, p:ira Jecirlo en nuestro idioma: la inuerte h:ice co1no si, pero
ser perdon:1Jo. pero no l:1 comisin de e.->c' recado: e incluso si se evita la no hace que... Fsicainente o grcnnaticalniente, tal ,ez sea lo mis1no que Es-
prxi1n:1 \"t.:'7.. el hecho clt h:iher con1etidn un:t \ez e! rec::ido seauir:: sien- cipn haya desax1recido del inundo de los vivos despus de haber pasa-
do lrrl'p:1r:1hle: el arrepenri111ienro .->LJCl'th: J 1:_..,-rc irrep~1L1hie sin ~onseguir do una te111por~1d:1 ~iqu ah:1jo. o que no haya habi<lo nunca un Escipin el
h.1cer Cjl!t.:' .que!lo que h:i >ido hLcho n<1 h:iy:1 -,ido bl~cho. -,{ :d revs, la _..1,Jric:1no. que' ningl1n niilo con est:' nnn1hre hay:1 :txl!"ecido un huen d:.i so-
1nucrtc: nihiltz:l ~] ."icT \"\'O. de.->put.'.-s de lo ,:uaL c'l ohido. re1natando el tra- hre 1:1 L1z ele L1 Tierra: porque un:t na<la. para el ojo hu111ano, no se distin-
h:1jo Je L1 inu-:ne. borra roco :1 poco !o que la 1nuene ha deja<lo~ pero in- gue de otr~1 nad:.i: y sin en1hargo inclu.so si la batalla de Zaina no hubiera te-
1..:!u,..,-o t'n t:! c:1.-;o de qui..:' el liltin10 recu1..:rd0 del difunto y L1 liltin1a huella de nido !ug~1L ni la dLrrOLt dt.: r\nbal. incluso si se n.nier.ln por nulas y sin \:ilor
...,-u fXl.'iO por b Tierr:i. ~- h:1sL1 su non1hrL' h:t~an des:qxin:c:ido ele la 1nemo- bs con_...:ecuenci:1 ..,- histric~L" incalcul:tble.s de la \"ctori:1 Je Rona sobre Car-
ri:1 de !os lioinhres. qued:1rj rod:l\a en c::<l oscura exi::irencia uhiJJJa, Jes- r:.tgo, el hecho de que hubo una \ez un E.'.-icipin seguira sienJ.o inextirpa-
conocicla. :1niquilJ<la. ~tp!a.-.;t:tJa por el peso Je Jos siglos. que<lar: algo in- blt::: Escipn 1nuri hace 1nucho tiempo, y hoy en da to<lo sucede corno si
desrrucihk_ e inex[ermin:thle: y nada. :1h.-;olurainente nada en el mundo :1quel so.~pechoso E.scipin no huhier:l existido j:ln1s - y sin einbargo el he-
pul<.k: ;1bolir t:"Sc ~ligo_ El Linit._nt(J qui.: L1 11~uLrrL no.'> inspir:1 e.'i la otra clf;J. chu-de-Escipin res penn:1nente, dc>finitivo. eterno. De moJo que podrarno.-;
del !J1neno de !;_i f:llt:.i: en prin1er lugar porque la vi<l:i lJ.menc:iJ:i no es ni decir: la vida eterna, es decir, e! hecho indeleble Je haber sido, es un regalo
un inal ni una f;_iJta, sino to<lo lo contr-Irio: \. ~tdems porque lo que nos con-
sue!J. a s;iher. ia incorl1prih!e quocJJdaJ. es lo que hace inconsolahle al - De .-!micitic1. 1 ( \- mj.-.. ;1rrih:1 non uin1lia 1111111e iieferil.

1_:,
. que la muene hace a la persona viva_ El hecho de haber-sido es #~+r~t_
literahnente, un instante eterno, y se comprende por qu eternidad e::~" -;:.'
un casi! Era necesario un cas, 1un pelo!. Pero ese casi es _un rilundo_-que de-;-
- cide por tod~a_la eternidad.- AqueHo_ que ha _estaclo_a.punto de no ser-~xisti
0

tante cesan aqu de contradecirse: et" naCimient_o y la rriuerte eStn .cirCuilS.~ r siempre, aquello que habra podido quedar eteinamente .rnexiSrent~ so-
critos con la eternidad de fondo, perfilan en el infinito la insularidad brevivir para siempre. Por eso e.s por lo que hablamos de un instanteeterno ...
grfica de una existencia. Olvidado continuam_ente _en el o_cano uc "'"-' La ms frgil fulguracin, frgil como .un fuego fatuo ell la -noche, funda la
continuas eras, el periodo delimitado por una vida pasada tiende; de .ao_ en ms imborrable quoddidad: porque si la vidaes:efmera, el :hecho -de haber
ao y de siglo en siglo a anularse: Nfarco Aurelio e;cha una mir;da de gui~ vivido una vida efrnera es eterno.
la sobre esta insignificancia, poco a poco an1or,r-afada por la inmensidad; el Esto, por lo den1is, no significa en absoluto-que;algo de- la mismidad ha.
cero sera, al infinito, el horizonte o el lmite de semejante nivela.miento ... sido milagrosamente preservado del naufragio: .-hablarcas nosconducira
El Cero? Diga1nos ms -bien el_ punto, o n1e;jor aiJn el inStan!e. Por lo demiS, directamente al' espiritualismo del Fedn; poi-riodecirya.al espiritualismo
esra afilada punta del instante es nica por tqda la eier.nid<:i-d; n() slo la vida de ias Tusculana,..,-! Algunos admiten en.efecto la idea de unasalvacirien
de cualquiera es bre\e como un sueio, que es tan'to como dcir inexisten- Ja que slo se salva quien puede ser .salvado. Sin duda hacen una distincin
te, sino qll;e adems no sucede m::is que -una IJ.i.ca vez, y en ningn caso entre nihilizacin y aniquilacin: la aniquilacin, a su juicio, aniquila a toda
ser renovada; no slo el hecho-de-haber-sido se,reduce a u.o instante fugi- la persona, scilvo el aln1a de es:.i persona; todo es suprnido, salvo una nica
tivo, sino que adems es un fI:'ip:.tx! Olvidada de todos, perdida en la leja- cosa que es la excepcin a J ley comn, que se sustrae a la nada Y a_ la que
na del pasado, la vida de no in1pona quin hJ. sido para siempre, por los L1 n1uerte no alcanza: con la excusa de que el aln1a es indivisible, y por lo
siglos de los siglos y hast:J el fin:Jl de los tien1pos, la nica posibilidad de tanto indestructible. el Jln1a ser:J la nica en escapar a la 1nasacre general,
realizacin de ese no importa quin. Pero por otrJ parte esa e.;;:istencia casi del n1is.1no n1odo que la schztilla conscientiae, segn los telogos, ~s la ni-
inexistente es ms bien quasi-nihil que 11ibil, y ms bien mnimo-ser que C3. que escapa al desastre del pecado original, que es el gra1_1 naufragio mo-
no-ser. Ahora bien, entre nada y casi nada hay una distancia infinita~ .. Ese ral de la criatura; del n1isn10 1nodo que la sintresis, el alma sera la nica
casi no est anunciando el otro inundo? El instante infinitesin1al est casi superviviente de la catsrrofe! Esto significa silnplemente que el ahna tiene
anulado por la inmensidad de la historiJ, pero no est nihilizado por ella. Ja vida dura, y que al contrario que los tejidos del organismo se conserva
Reducido a ese n1nin10 que es e! advenniento del acontecniento, reduci- bastante bien y durante n1ucho tien1po. Pero aca-s<rel c1-r~t-er emprico Y
do al puro hecho de lo sucedido sin perennidad crnica, el n1ni1no-ser salva fortuito de sen1ej.inte excepcin no es manifiesto? Ese salvo es un favor es-
el principio de la efecti\.;idad. Esta efectividad no est completamente hun- pecial hecho al alma, una feliz coincidencia y una suerte muy precaria: ~o
dida en la noche de los siglos y de los n1ilenios. sino que emerge de ella expresa en <lbsoluto b. in1posibilid:J.d a priori de morir. Al condenar a la cna-
con10 un delgado hilo luminoso; ninguna tiniebla puede apagar este mi- tura a 1~1 mortalidad. e! destino, por descuido, se habr olvidado <lel ahna,
nsculo resplandor. ni la n1uerte que lo horr:i todo. ni el ohido que mata t.'SO es rudo. El c.:ogitu 111i,-;1110 es un ~uperviviente n1ilagrosa1nente protegi-
por seguncb. Vl:'Z al tnuerto. El 1nin.-><.:u!o resplandor parpadeante del haber- do por el genio 111:digno. cuino si fuer;_i un recin nacido que hubiera esca-
sido, lJ incierta chispa <lel h:1her-\i\ido exisrLn :tpen:ts. pero l~xisten. o ms pado l solo :i. la cxtennin:icin de :;u raza .. __ El alin~t. ::;egn el espirituali:1no,
hen se aparecen .. L~1 nic~t. !:i rri111L!lti111:1 :1paricin de !a 1nisr11id::id se c:s la excepcin de la ~tniquilacin. con10 inversainente la 111uerte. segun el
vol:Jtiliza a la larga en una :1parlcin que desaparece. Pero es la aparicin hun1anis1no progresista . .se niega hasta nueva orden a dejarse curar; sin duda
lo que finahnente es la positi\ida<l ~- ..._. si:-;tc1na de referencia <le la aparicin porque tod:l\a il.O se h:1 descubierto la v:icuna ... Responda111os por nuestra
qui.:' desaparece: el .suhstant\'O prL\-~dccl..:' sobre el epteto'. Lo !1J1n:barnos pJrtl': L1 1nuerte no es una enfennedad con10 las den15.s: y !a quoddidad de[
el Gran Instante: no e.s la vi<la Je! hon1brc una e:-;pecie de instante, un ins- baber-vi\:ido tampoco es una cosJ como cualquier otra cosa. Ojal la mor-
t~lnte de setenta o ele ochenta aos? De esta carrerJ slo queda. al cabo de talidad de la 1nuerte siga siendo incurable. pa.ra que_ la quoddidad de haber
algunos siglos, el 1nero hecho filifonne de h:iher vivido. Este hecho infini- ,,:]vido .'iiga siendo inde;tructible! E:-i preferible. a esre respecto. que la muerte
te.siina1 e~ el nlagro por el que. por los pL!o.s, la n1i.s1ni<l;id SL' saiv:i de la .'ie:l no yJ. la na<la <le nuestra nica corporeidad, sino la nada de nuestro
nada: ese casi-nada que es un instante, e:-e cJ.si nadie que es un H::ipax ini- rodo; es preferible que no se salve nada! "Todo est perdido y todo esr sal-
cnitable e nposible de encontrar. e.s~ c:lsi-nunca que tiene lugar una sola y va<lo e.stJ noche!" se !a1nenta Pellas al final del cuarto acto. cuando las
nica vez en toda Ja eterni<lad e:-;rjn separados del Nunca y del Nada por pue11~1s (h.::'! c1.stillo se cierran e in1piden irrevo_c:.l.blen1ente su vuelta se!lando
!nexor:.iblcn1cnte su destino. '( Fnelon a su ve~z, hablando del pl(rO 3.~Q~~ ese teneren ningn caso nos ser devuelto. la ocasin se ha perdido par;:i.
desesperado:~ " Todo est perdido, y por eso mismo todo est ganado-. Si siempre, y especialmente esa ocasin de ocasiones que es nuestra vida, nue.S-
la n1uerte cons:igr::i la eternidad del haber-vivido, no es sin embargo sal- tra nica esperanz:i en la eternidJ.d. Pues ese es el infinito precio de la po-
v:1ndo esEo o :1quello, por ejemplo s:.icrific1ndo :::d individuo para salvar el sitividad vivida: si semejante dilerna no fuera fctico, ms valdra, a cambio
pensamiento de ese individuo, olvidndose de aniquilar la obra del gran ~- d~ algunos instantes de una vida verdadera, renunciar a la eterna semi-na-
hornbre, preservando, entre tantas cos::is pereceder::is, el imperecedero re- --:e-::_ da, a la sempiterna subsistencia que los telogos nos prometen. Ser, aun-
c..L1erclo de su nombre, s:Jlv::iguard:indo en rnedio del ser corruptible un ncleo ~-._ que sea por un instante, algo y ~lguien, pero serl_o fsica y realmente! Por
quodclit:Hivo de incorn1ptibilidad, arro:.indo lastre p~1r::i salvar lo esencial haber vivido el alborozo de una alegre maana, el encanto de un l:irgo atar-
jOO! si lo irrevocable de !a muerte debe hacer irrevocable la vida de alguien: decer en el campo, que parece que se haya parado el tiempo en medio del
es salvndolo todo; salvando :i.l ser que se pierde y en el acto mismo de per- cielo, por haber conocido la inmensidad silencios::i de una noche de agos-
derlo. EstJ. sera tal vez la salvacln que las religiones. como de comn to, bien vale la pena renunciar a una eternidad de inexistencia. ~or eso
:1CUerclo, llarn:.in ];i SalYacin. La Salv::icin ::i sec:is. Est:i. salvacin no tiene Proudhon. h;:ibb.ndo de Jess, ini.:ierre la opcin infinitista de Pasc:d: El sacri-
si1_1 duda que pagar el precio de una alternaci\a. y cJ.eri en la Jesesperacin fica su propia eternidad a fin de ser, durante un instante, algo ... Que yo
m:s extrem:'.l de la rnis profund:i nad:i. \'uestro apego J [a cosa, res, y nues- n1uera pJ.ra la eternidad, pero que al 1nenos sea un hon1bre dur::i.nte un da.
tr:i incapacidJd de concebir otra cosa que no sean cosas. explica a la vez la Si las cosas rar2s son preciosas, la persona que es a la vez un Hpax Y una
fobia de !a nada y e! deseo de sustr:1er a la rnuerte. en esr:i vida, una zona ~lfl;:iricin semelf:1ctic2 debe ser consider2da algo inestimable: pues no exis-
reserv~1d:J. y proregidJ donde el enen1igo no pued:i entrJr: ei hon1bre tmido t~ ms que un nico eje1np!ar en el rnunclo. y f!. ap2rece n1s que una sola
y ansioso, el hornbre conservador, :l\aro de su h:iber. rechaza la eternidad \ez en la historia; porque es nica en el universo de los mundos y en la
de aquello que no existe ni consiste: por eso pone bajo lla\e, mientras vive, g~tlaxia de los universos y en lo. gal::ixia de las galaxias, y es nica tambin
el resoro de esa preciosa ahna in1nort:il que cree poseer. L1 generosidad y en todo. Ja eternidad! Es que puede cornpar;:i.rse un ms alli nocional con
e"! ,a!or nos sugeriran n1:s bien lo contr:i.rlo: es necesario no guardar nada, algunas docenas de aos de una vida real vivida aqu abajo? No est im-
pJ.r::i que todo nos se:i dc\L1elto ... y n1:s Jn, para que el in.finito nos se::i plcita ]a disin1etr::t de sen1ej:inte :ilternariva en el carcter incomparable de
concecliJo. h:iy que aceptar. pero inocenren1enre, y sin la esperanza merce- L1s dos eventu~1lidades? Felizn1ente la altern;:itiva es sin duda J.rtificial: sin
naria de una recon1pensa. el sacrificio de todo nuestro ser. duda hay que pensar que el ins aci mismo. en su extraa y misteriosa gra-
El rnisterio de la nihiliz:icin es por t;..1.nro paradjic::in1ente nuestra espe- tuidad. es ya sobrenatur::il. el 111:5.s ac: y rodas las vidas que lo habitan. que
rJnz:..1., a pesar de que no se:i en :ibsotuto una razn par:.i esperar (pues no describen su curva de fuego y luego se apagan para siempre en las profun-
tiene prueb:..1.s ni razones par::i ello). L:1 consJ.gracin del inten':ilo vivido, didades de l::i. eternidad. P:..1.ra la muerte cada ser de aqu abajo es un ser
cons:t~r:1cin que resulta de !a n1ue11e. nos rerni[e en clefiniri\J J la vida mis- sobrenatural. incluso el c:unarero de Lt esquin:t. Y ese ser sohren~nur~li por
nl:t. Put.'s no h:1v nJcL1 n1js precioso que b \icL1. L:t inn1incnci:1 ele !a muer- su dignic_bd y su conciencia. por su unicid::id y LL irreversihi!id:.id punz::i.nre
re pone ~1! descubierto c.-;te infinito ,~1lor del .'1er que clurantt: el transcurso lk st7 \id:1 p.erson:tl ;iba :l ser infinito en todo n1enos en dur.1cin? )Jo. la
cll' .'ill continuacin rerm:inece gener:t!1nente insensible. 1 e:~te \:ilor infinito ji"nit11d es in.fiuitcunente preciosa! Hay algo inexplicable en el arraigo de
es indepenclier:te del gnero de vid:..1. que se haya \-j,ido. Cos:.i que resta con- L1 vic.L1 que hace de la vida n1isrna un misterio y liga la vida ::i la rnuer1e como
\iccin :1 L! apuest:1 de P:i. ..:;ca!: repos:1ndo :-;ohn: una :dtLrn:lti\:t teolgico- su condicin. algo que hace a los dos contradictorios tr:igic:1n1ente solid:1-
n1oc1l. L1 opcin que ::ie nos proponi.: i1nplic:t !:1 prefcrihi!ic..L1J de un infinito rios el uno del otro. De 111~1nera que la \id:..1. y la inuerte son un nico 1ni-
incierto en \"t:Z de un~t fnucl ciert:1: pero e! sabor inco1nparable. irree1n- L1gro que tene lugar en una n1is1na noche. Esta es t:J.l vez la .. revelacin de
pL1z:.ib!t:, ininlitable de 1:. 1. positivid:.iJ \ivida y la unicid:..1.d tnism:i de nuestra L1 n1uerte" que Leonidas A.ndreiev nos descubre en su Relato de los siete
exisrenci:i-propia hacen Jel rn:s :ic: algo Jbsolutamente precioso: pues slo uhorcndos, en 1:1 :-;inopsis ...;uh!itne que \?erner. uno de !os siete condenados.
.se vive un:1 \ez: y l.:'! 1enerque .'ie habr~l s:tcrific:.ido a un tendrs. si nuestro hace en el instante ele rnorir. De pronto fue consciente de la vida y e.Ir.: la
sacrificio se revela como un mal c:lculo y una especulacin de1na.si:ido hbil, n1uerte y se qued absorro ante el esplendor del prodigioso especticulo. Er.i
con10 si ca1ninase por la cre:-Jt~l de una alta cadena de monta2s. tan estre-
ch:1 corno el filo de un cuchillo: hacia un lado vea ia vida, y hJcia el otro
la 1nuerte 1 -_y-la_ :I11),J~rte y la vida eran semejantes a ,<los- ocanos reluc~entes es sobrenatura-J..:,Alguien !Ja sido-trado al mundo sin haber_podido opinar,
Y profundos, que :se fundan en el .horizonte en una nica extensin ilimi- y luego retirad6 del mun<l_o, con~inado a hacer el equjpaje, de nuevo sin
tada ... ~ Aboliendo_-los muros, el eSpaciO y el tiempo por la impetuosidad d~ haber sido con~ultado; alguien- ha recibido el ser sin haberlo- pedido (-y quin
l'.na .mirada que .p~netraba todas las cosas, estuvo mirando durante mucho hubiera podi<lO .pedirlo cuando no haba nadie para pedir?), y luego ha sido
tiempo '-:In punto all-abajo, _en la profundidad de la vida que dejaba.~10 .- 0, invitado a dev01ver -ese .regalo que no h~ba buscado pero al que ha acaba-
r Una vez viv.ida 13: vida, concluida, cumplida, uno- se pregunta: Y para qu?, do por Coger a.pego; alguien ha aparecido para ~esaparecer a continuacin
s1, para qu _es_te. pequeo paseo del seor Fulano de Tal por el firmamen- para siempre-; alguien ha sufrido, esperado, lamentado; y despus ha desa-
to del dest_ino;_esta-_estancia_de- unos pocos decenios en el-valle de la fini- parecido sin-. dejar.rastro. Alguien ... "Era un pobre y pequeo ser misterioso
tud~?, _esta_~emporada.sin pies_ ni cabeza en las praderas del ms ac?, y por como.todo el-.mundo." As se expresa Arkel al final de P.ella.s et }lflisande
que despues .de- todo el seor Fulano de TaI naci un buen <la, en vez de ante el -lecho de la muerra, mientras el teln cae sobre este de_stino ya cum-
quedarse eternamente inexistente?, por.qu, una vez nacido, debe otro buen plido. No hay nada mis que decir. en efecto. Y tampoco.nada ms que pen- -
da cesar de ser,_ sin que nadie le d ninguna explicacin sobre las razones sar. Y sin e1nb_argo, desde el momento en que el presente se ha convertido
- de este absurdo viaje -Circular? Qu finalidad tiene todo esto? Porque no se en pasado y-la-presencia en ausencia_. el' misterioso destino cumplido ofrece
puede ha91ar de finalidad -cuando la existencia se tern1ina por donde ha em- a los hombres un inagot:ible ten1a de 1neditacin; por eso a todo el inundo
pezado, ~uando el futuro es el pasado ntisino y cuando el- o1nega se rene se le encoge el cor.azn y se recoge en silencio ante este misterio si0 profun-
con el alfa en un solo y nico no-ser... Ante este desesperante ciclo no ape- didad. Pues se reconoce la quoddidad del haber-\i\ido y del haber-sido sn
tece hablar de finalidad, sino gritar, con10 en el Eclesiasts: Vanidad de vani- co1nprender el por qu.
dades! Y sin embargo una lectura opuesta del texto de la vida nos parece
ahora posible; es el 1nis1no texto, coinpuesto de las misn1as slabas y las mis- Que todo lo que se oiga, se vea, o se respire,
mas le.tr~s, pero la iluminacin lo ha transfigurado. El einpirismo frvolo y Que todo proclame: han an1ado/
superf1cra] haca gala de la finalidad in1nanente, es decir, intra-viral, de los
1no1nentos sucesivos que forman una biogrJ.fa. El pesinlis1110 semi-profun- Haber a1nJ.<lo y nada n1s. A;naverunt, Vi::ferunt: co1no los amantes de
do del Eclesiasts nos enseaba cn10 el sentido intra-vital se encuentra futi- Lan1arrine y de Maeterlinck. No es acaso todo el n1isterio, de la existencia lo
liza<lo por el sin-sentido global del haber-vivido: si hay que terminar por que exhala, corno un hechizo, de esos pasados nostlgicos? Triste consue-
donde se haba e1npezado, no vala la pena empezar. Y sin ernbargo, vala lo_. se dir. y n1agra pitanZJ.. Y sin e1nbargo esa inagra pitanza es el 1ns pre-
la pena! En la circularidad ateolgica de la vida. como en la circularidad de cioso de los vi:iticos. afn niagnis et voluisse sat est~: Liszt escribe estas pala-
ciertas sonatas. una tercera lectura nos descubre la sobrenaturalidJ.d pro- brJ.s en el cncal:ez.:uniento de su n1~1rch:i fnebre {X)r la me1noria de lvfa."<imiliano
funda del haber vivido: LJ. gG1tuidad 1nisn1a de esr~ haber \hido es trans- de Mxico. Porque el hecho de h:1ber sido. al 1nenos. es inalien:1hle. 0l"a<lie
forn1ada, por una sbit::t conversin. i:n n1en:-;~1je sohrenatur:tL En el interior pucJe pri\arnos de ello, ni neg:11"k1. na<lie pueJ'-" rehus:rselo a naJie: se 1ne
de la continuacin in1nanente, el hecho dL' hahi:r p~1rtido y Juego vuelco al puc.::c.k: 111ati:rL1!111ente arrancar e! :--c>r. pero no se rne puede nihilizar el haher-
punto de partida, como el hijo prdigo, no significa neces:irian1ente haber sido. El 1nuerto no puede ya voher J la vida, pt::ro aquel que ha vivido no
perdido el tiernpo: slo desde un punto <le \ista exotrico ese rodeo es in- caer ja1n:is en la nada prenatal: lo irre\ersible, que npide su resurreccin.
til: si se tiene en cuenta el tetnpo, 111js bien :1po1ta un.enriquecin1iento con- irnpide su nihi!izacin. Desde el 1non1ento en que alguien ha nacido. h::t
creto Y una invisible experiencia. Con relacin al \aco <le L1 eterni<lJ.d infi- \'i\ido. sien1pre quedar algo, inclL~so J.unque no pod:unos decir el qu; no
nita, donde la vid.a se repliega sobre s tnis111a. no podrJ.1nos hablar de podemos hacer en absolu~o co1no si ese :Ilguien fuer:i inexistente en gene-
enriquecimiento ni <le recuerdos empricos: b creacin es aau <le un orden ral, o nunca hubiera sido. Por los siglos <le los siglos h:ibr que tener en
~ompl~tamente distinto. Aquello que con1ponc la continuaci~ ernprica del cuenta ese tnisterioso ha her-sido. El jam-non no es nunca n1is en efecto.
intervalo es natural. pero el hecho 1nerae1nprico <le la continuacin en general Pero no se dira }'z no est si no hubiera estado nunca! Entre el Ya no est
y el no est h:ty una diferencia n1erafsica: el 1Vunca ms es algo comple-
9 ta1nente distinto a la nada pura y simple: se ha librado de la inexistencia
Tol.stoi se expresaba en !ns mi.,mns trminos: JlemfJrws de 1111 foi. 1:-;H-~.
\( Leonidas Andreiev, Rekitu ,/e lus siete abornulos. ~ l!l 1ius muros Cil('//)_ Dedic;1lhl :1 Tohtoi. eterna, lihrado para toda la eternidad. E:;te haber-sido c>s con10 el fant::isma
de una nia dessonocida, torrurada y aniquilada en Auschwitz, un mundo,-,~;) las soluciones de la vida y del amor 9 como esas intuiciones del, genio que
1
donde el breve p:.:iso de esa nia sobre la Tierr3 ha tenido lugar, difiere com--,::,_?~' -1 nos hacen exclamar: era evidente. Pero para ver lo evdnte hace falta saber
plc:ta1nente ~ p:.ir:i siempre de un mundo donde eso no hubiera tendo lugar. . ~ ver! "Qu herrnoso y qu sencillo, murmura Ivan Ilich antes de expirar. Nata-
Lo que ha sido no puede no haber sido. cha y la princesa N1ara lloran, pero no por su desgracia, sino pensando en
Lo que represenr:i par:.i nuestro destino personal la eternidad del haber~ ese sublime n1isterio tan maravillosamente simple, en ese misterio no cifrado
vivido, nadie puede decirlo ni tiene la menor idea Je ello; y en cuanto a los y ,que ninguna criatura es sin embargo capaz de adivinar. El hombre estar
hombres inforn1:J.dos que pretenden poder responder J. la pregunta qu? tal vez ante la muerte con10 estaba ante el sentido retrospectivo de la vida
son, como SJ.bemos, unos charlatanes. Pues l:i :nuerte no es ni una adi"'i- de un sen1ejante. No s, dice Bergson, pero a veces sspecho que acabJr
n:inz:.1., ni siquier::i un enigrr1a. Je:in Cassou ha ledo en Iviaeterlinck Ja pala- sabiendo. La docta ignorancia adquiere aqu un sentido profundo, Ya s,
bra secreta que obsesion:i a todos los seres: ese gran secreto (pero no se lo aunque todava no sepa nada. A punto de terminar en la. noche su misterio-
digis a nadie) es que no hay ningn secreto. iA.. lo que nosotros aadimos: sa existencia iniciada en la noche, 1Yilisande murmura: No s lo que s. 12
por eso rnisino ta rnuerte es un msterio. Este n1isterio es tJmbin nuestro Vassily Andreitch sabe lo que sabe, y i\[lisande no lo sabe; sin embargo,
diario 1nisrerio, el n1isterio de una mirJdJ an1iga o de una abierta sonrisa de consciente o inconsciente. su ci~ncia es la ciencia Je un mismo misterio; y
un sollozo repriinido o de una furriva connivencia, el rnisrerio de las c~sas es una ciencia nesciente, que sabe algo ignor.'.ldo: antes de saber qu, aptes
fa1ni!i:1res y benvolas que nos acampanan de la cuna a la sepulrura. Cier- de s::i.ber algo, saben1os que ser algo simr.)le, extraordinariamente simple y,
ta.-; an1biguas frases nos inducen a pens:1r que Tolsroi, el n1ayor genio de la a la 1nanera hergsoniana. silnple de una respLtndeciente sin1plici<la<l: sirnple
objeti\1d~1d, tu\o la intuicin de este p:itente nsrerio: ".No he descubierto con10 decir buenos das o decir buenas noches: tan sirnple que nos pre-
nada, Jice Levin. niedir:indo sobre el sentido de la vida, at final de Ana guntaremos, el da que lo sepJn1os, cmo no se nos haba ocurrido antes.
Karenino: no he hecho m:s que reconocer aquello que ya saba. y Vassily
Andrei1ch, al fin.Jt de Setlor y seroidor: -S por in misrno lo que s ... Ahora
s". EsL1 r:1utologa expresa la idea de un s:1ber que, en lugar Je referirse a
su objt.'tO, remite a s inisrno 1nediante un:i especie de atencin que rnira ha-
cia denrro. Qu sabe por tanto o qu ha :ipren<li<lo aquel que va a n1orir?
Nada que .:;e pued:J. decir sin dud:J., o ca.:;i nadJ.. Sin ernbargo Ivan Ilich. al
trn1ino de su calvJ.rlo, entrev l tan1bin ese casi nad;i: -Co1nprender,
aque! qut: deba con1prender. .. Y 13 n1ue11e ... dnde esti? Buscaba su ante-
rior Y habitual te1nor a la muene y no lo encontrJ.ba. Dnde est?, qu
muerrc? \:o h:lh:.i ternor aiguno porque t:unpoco haba niuerte. Estas son
Lts penlli1n:ts palabr:1s de lvan. Y Le\ \'ikoLteYirch a:tde: En lugar Je la
n1uene h:ib:t luz,.. i. L:is tnieh!:ts, esr:i \'c'7.. se h:1n i!un1in:1Jo l'n:1 oran luz
Gr:uH.le corno el cielo Jespej:1do que e! prncipe I3olkon.'\ki. tendiJ'o sobr~
la llanur;.1. Ji.: Austerlitz, conten1p!:J. por encin1:1 de su cabeza y que h:.ice que
parezc:1 [:ln n1i.scr.'.1ble Lt in.'iignificanciJ de L1 1nuerte. \'u existe nada n1is
que t:.se cielo. Qu cielo!. y qu !uz'.. y qu2' 1nezquinu p:J.rece todo lo de-
n1:is con1p~1rado con e.'it:l .<:iublnc e\idenLia: E\iJenre y sin ernbargo obsti-
nadatne~He ev:J.sivo, :.lS es para los ho1nbre.s el misterio Je !a 111uene. ~.\fgunas
veces nos p~1rece que lo n1isterioso <le t:'-"te n1isterio re:;ide en un na!enten-
di<lo. '' que el 111alenten<llUo lo produce nuestra coinplic:icin: sin s:J.ber en
qu consi::>tc, presentin1os que debe Je ser ~ligo 1nuy sirnple, sin1ple como

1
: ..!1/11 f..i1n'1111u1. \"[!!. 12. Se1iur l'Sl:'r1"id111: ') Lo 11111enc de /u111 Jlfch. l2. :~,\no\"

1..:.1
,__ :1_

NDICE
PRLOGO
_frnrk!cftch: Int1prete tic lo f1u!j(1hle _.

EL ;\ll~TEK.10 DE LA ;\ll:EirrE y EL FE;'\_\Jf:\O DE L.\ _\ll.ERTE .. 15


l. Trap,edia 1netaen1pricn J' necesillad natural 18
2. El to111ar en set1:0: Ej'ectil:idod. Inn1inencfn.
Concernin1iento personal. ............... . 25
3. La nlue11e en tercera. en segunda. en pn1nern perso11a _ 34

L\MLERTE

Pl~l.\JERA P..\RTE

LA \ll'ERTE DE E~TE L\DO DE L\ Ml'ERTE

.\l'ITI "!_e i [. L.-\ \l!-FJnT l)l 'I\ \_'\"Tf L-\ \ 11)_-\

l. Ln n1editaci1Z ele /o nn1e11e.. 4-9


2. La ;nuerte conuJ prc4luu/hlt1d .i co1no /turo .. .. 52
3. E1!/en1fu e inze1xin dpr!/ntica .. 67
-1. El ,\'1J-ser y el ,\'o-sentido. 73
"l . .Yifl!ncio indl!cih/e J' silencio inljh/e. 86

(_\PiTl"L!) ll. Et. c)RC:\:\0-0!t'iT..Cl"l.\J


l. lu cilla hrere .. 95
) t.1 f_)ortue .v el ,ilzuujlll!:}lnilltd, cu1poralidad, ten1porciiidad.. 99
3. Lo trgico t!e lo fnlposihle-11ecesat1o. 108
-t. [{{ e!ecci11.. 115
--.. !:f('clo retrnacti10 del !nlitc 118
CAPTIJLO IIL LA. Emll.EABERTURA (APfTULO III. lo IRREVERSIBLE
l. La Quoddidad del misterio ..... . 129 Lf La Ida y v_uelta e1; ~I espacio es una icia sin vuelta
2. Mors certa, hora certa sed ignota. 134 en el tienzpo ... ... ....... ....... ...... . 269
3. Mors certa, hora certa. 142 2. Rejuvenec(!r? Revivir? Dejar de envejecer? ..... .............. . 272
4. Mors incerta, hora incerta......... . ............ . 144 3. Objetivitiad clestinal de lo irreversible................. ............. . 276
5. lv1ors certa, hora incerta ................. :... ; ............. . 148 4. La irreuersihilidad relativa. ............... ' 279
6. La resignacin a la Quoddidad: mortaliclad, doloridad, 5. La priniera )'la lt.itna vez en curso de continuacin .... 281~

espacialidacl, tenzporaldad..... .... ............ . 151 6. La priJnultiniidad relativa (semelfacticidad):


7. Lo incognoscible, lo imposibie, lo incurable ..... . 164 secund.andad y penzt!timidad....... .................. . 285
8. La terminacin y el comienzo.. . .... ......... ............. . 171 7. La prirnultimidad -rno11al. La aparicin. qite desaparece ....... . 292
8. La corniD.letamente-ltrna vez: nu;zca 1ns por nunca jam_s 299
CAPTULO IV. EL Ei'\i-VEJECrMrE:-:To 9. El Adis. Y del brel'e reencuentro. 303
l. El adve11nento al ser, desnzenthlo por la declinacin 177
2. La n1ortijlcaci6n. }"si la uida fuera una rriue1te coniin ua .. 183 C.-1.PfTULO IV. LQ IRREVOC.i...BLE
3. El deterioro progresiuo. El co11denaclo a nzuerte. ............ . 185 L Lo frreuersih!e del bober-sido, lo irreparable del becho
4. Las dos pticas: que!lo que ya viuin1os est ril'ido. ele baber-becbo: Fc1ct1nn v Fecisse .. 309
aquello que )'et uiui1nos quecfa por oicir 192 2. Lo rrevocable-irreparabl~ de la n1uerte. El cepo y la vluula 316
3. Re11aciniiento, reeJlcnrnacin, reaninzacin .. 319
4. La 1Vacfa co1no nibilizaLlora . ................ . 3:25
SEGl-~D.-\ PARTE 5. El nlensa)e evanescente ele la ultJnfdad .. 327
LA MUERTE EN EL INSTANTE MORTAL 6. La lti1na vez no oculto ningn secreto ... 335
7. UJI orden _con1pletan1ent1? d istilltO - 342
L-\ l\Ji:ERTE E"'\ EL INSTANTE '.'>IORTAL

El pudor del ilrstante inennrrab!e 207


TERCER.\ PARTE
CAPTULO I. EL INSTAi\TF. :..rORTAL ESTA Fl'ER.-\ DE L-\S c-1.TE<..;ORAs LA illl'ERTE MS ALL. DE LA MUERTE
l. El instante 1no;1al no es un JlU.\fnzo Ctt<uuitatil'O ... 215
2. El instante nio;1ctl no f!S un can1hio cualitatil'n .. 219 C_\i'iTl ui l. Er. >r lf\\T\!I\ 1>~ .\T( lU i< ;reo

3. El iHsta11! de la 11u1e11e 110 es una alteracin tcn1porol.. 227 l. ;El Jics cdi< es lUl jlauro?. :)48
-L El i11stallt! 1JUJ11ul recus([ cualtJitier topugr{{/Ta. 250 ) [(/angustia del i1;stuntc y el nzicdu ui ll[{S u!l ... 352
J. El insta11te ;nortal JIO tiene relaciones. 23H J. La e.\peran:za )'el uptatil'u dese.\peradu ... 355

C_-\PiT1r.o IJ. EL C\ ...,!-.\iAJ),\ l)EL ,\RTicl-lt) \Jt)l\T.\l. CAi'iTI-l.\) 11. AB'>l "\.1)[1) ..\Jl ! l\" l..\ '.>l "!'l'.J\\"J\'F.\CI:\
l. La nzuf.!rte j""edonia JICl. El u 1nh1nl de lc1 11u1erte es escanu/teado .. _ 24 l L /11nzortlfic!ud. R.eszurecc1"1Z. t7da p1:!1petua .. -. 3)9
) La 11uu:;1e con1ojltt.Yi11 de petue1las 111ue1tt!s... ?_.:f) ) t:ternit/cu{ de la ese ne fu pensonte. 366
3. El aco17tecirniento e.le la 1nuerte izo es una nada, :). Superz1fl'if!ncict del aln1n segn el <lualisn10 368
.\fno un casi-1u1cla.... 2S l t. <.:ontra el p1l;1cijJin de co11senacir5n .. 372
-L .Vo se apre;Hle a rnorir .. 2-')()
5. La repentinidacl progresila. 260
C.-\f>[TULO IIL A!3S\:RD!D:\D DE L-\ \"THfUZ;\C!L\
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1 _ ;Va s qu otra cosn, .. ~ ..,.~77
2. El supuesto (/e la continuacin y el escndalo ele !u cesacin.. 378
.3. El pensc1n1u1nto de la rnuene )'Ja rnuerte del ser pensante.
La l'erdacf eterna-1norta!.. 382 Esr.i. edicin de
4. Fuera)' dentro. Lcz sobreconciencia englobante L-l J1"CERTE
)'lo inocencia englobacln .... 390 de Vbdimr JanklYitch.
J. TtlunjO de la 1nuerte. La 1nuerte todopoderosa ... 393 se rermin de imprimir
6. La n1uerte es nusji_1erte que el pensainiento-, el pensamiento el da 14 de febrero de 2002

es n1s jl1e11e que la nnrerte.. 395


- El Arnor. la lihertcu! y Dios son 1ns.fue1tes que la n1uerte.
V recFprocnn1en1e. 401
S. Equitoc:o de/{{ n1011a!iclady de In in111orh1/ic!ad .. 408
9. .Yi la pa!i11genesia. ni la pal!hftca sun consoladoras. 412

e \I'[-;- Lo f\' L:\ 1)1 " il ll!!I l\ll :.:-, i\tl'\-Tf_,:_\)F_':\.\

Lu ml\E\.OC.--1.BLF. UF. LO !Rf\f\-FR."IHl.E


L Aquello }lle no n1uere no l'jfe __ . 419
2. J~(c1her sido. h{/!Jcr ciciclo. ha her cunodo .. 423

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