La Formacion de Una Contracultura Homosexualismo y Sida en Costa Rica
La Formacion de Una Contracultura Homosexualismo y Sida en Costa Rica
La Formacion de Una Contracultura Homosexualismo y Sida en Costa Rica
~ :. ,,'':.-
''" '\
~~ . (lj
"0 Q
.
~
.i/3
~ro ~
s~
~
~ r:i
O::J ~
.
Cl)ro
+J
f/)
~
.t: ~
~8 c>J ~~
o~
vf/) vs:::= c ~~
s ,.0
c
~
oo
~u
~
0
~
::s
306.76
S-333f
Schifter Sik~ra, Jacobo
Formaci6rr de una contra-cultura (Homosexualidad y
SIDA en Costa. Rica) j Jacobo Schifter~ -.1. ed.- San jose,
C.R.: Ediciones Guayacan, 1989.
p.
ISBN 9977-978-36-0
1. Homosexualidad- Costa Rica. 2. SIDA. I. Titulo.
I Edicl6n, 1989
Apendices . .. . . . .. .. . .. . .. . .. . .. . . . . .. . .. . .. . .. . .. . . .. .. . .. . .. . .. . .. . . . . .. .. . . . 289
.
Sobre el autor
15
Introducci6n
17
I
18
dia campll y sin ..... y DO bald duda Cll qut IIIIo ....... elauiOr a..-
.~iente de que, al menos lXX' el ~. se enc..ara ~una posiciOn mi-
noriW'ia que por ~ b~n ~que est6 en valorea dclibutad, iguali-
tari$mo, justicia y pluralismo ~ y, como.WRmos, e~:lolde.la
mismaciencia ~ ~ rcsi~ias. Deatas.B se~ bien
y, ~.enQDDe audacia y valentfa. w.na
conscienciadc la~.deltqn
ce a nombre prq>io y deqwencs bPe visto hostigados y ~ px
las mayodas prejuiciadas. No es algo que se ventila a IIOilliR o tftulq per-
sonal, sino que ei sistema de ~ que sostieDen el apaqto c!~
actual enOccidentc no de]lesperar.otracosa. Masel bcicho.realde que laco-
ndacidndeesas fUZUsca todavfa~Vuablea . . . .aspiraaaa&..-
yor, liberalizaci6n y t.olerancia, no~ decir que-~'~
ble aceptar el estado de casu actual. ac~ que ...,P. ~.,_. CQS-
tos muy altos en~.~ y &ergi~.de Ia vudad
' . -
En terc lugar, a la par de un contcxto &~ldondc Ia enfermedad
del SIDA se ha constituido mill detonantc de depQables abuaoly pemecu-
ciones en contra de varios sectores de Ia poblaci6n aft;f~ (de~ cua1ea se
vera como no ha escapado Costa Rica ni su actual.gobiemo), en vetdld se
trata en si-de 111 tcma que levanta un gran debate contenlpodneo que no es-
" zanjado. Seria inadecuado que ellector crea_.otra cosa,,ni e1 aq&or persipe
en momento alguno que solo exista una manera "C<rreeta" o "Unica"de en-
frentar el diagn6stico o de manejar e1 problema a nivel terap6utico o poUti-
co-institucional. Atravesamos un perfodo de arch,Ja disputa, con tomas de
conciencia en mucbas direcciones polarizadas y contradictorias. donde el re-
visionismo y la heterodoxUl ban saltado al escenario de Ia ~\611 hislorica
para quedarse un buen rato, reavivando incluso como bien lo deDlQCStra el
Dr. Schiftet, los aportes de cientfficos y ttatadistas antiguos que vistos ala
luz. de nuevas experiencias, pueden todavia ofrecer importantes puntos de
partida. Puntos de llegada casi nadie tiene; porque estamos Jejos de bah
terminado el recorrido critico como para hablar de otra cosa que no sea de
distintas formas de adaptacion (actuales .o potenciales), del bomosexual, Ia
lesbiana o el bi-sexual, unas mas o menos confllctuales o negociadas que
otras. En general, Ja trayectOna-de las luchas anti-Establishmelll de las mi-
norias ha sido muy larga y amarga. como lo atestigua Ja de los esclavos y
el modemo feminismo. Cuando se insertan dimensiones que tienen que v
con fibras tan delicadas como Ja orientacion y definicion de Ja sexualidad, la
cuestion se hace mucho mas sellSitiva y, ademlis de los valores, entran en
juego sentimientos y tendencias que subvierten con mmdiana clari~ los
fundamentos del sistema Occidental (para no citar los de ottos). De modo
19
que mal haria ellector si se enfrasca en un deseo de que le dicten Ia "Ultima
palabra", sea sobre el SIDA, las causas del homosexualismo, 8u naturale:ta
biol6gica 0 cultural, y otra infinidad de remas-problema de gran significa-
ci6n, pero a los cuales estamos apenas acercandonos; aunque los pa8os van
mis nipido y en sentido positivo de lo que muchos imaginan. Ninguna con-
ciencia quedara cornpletan\ente tranquila despues deleer-este libro y'ya eso
s&ia un buen inicio, un excelente sfntoma, de que hay mocha materia en el
p&fareflexionar y eventualmente paraeomenzar a fijarstfnna ubicaci6n tan-
to en el contexto global como en las corrientes que se erttrelazan en fieta
disputa ideol6gica~ Y como ineludiblementeesta ultima se proyecta a Ia es-
fera poHtica, Sera aqtlf donde posiblemente ~- irideci3iendo el qtie hacer o
no baret legfttiflarnente y con cuiDes grados de libertad, en torno a1 di1ema.
Poi esoer autOr nama Ia atenci6n sbbre Ia importanda de los factores de
grupo yde organizaCi6n en Ia formaci6n de una posible "contracultura" que
determirie mejor los campos de la defensa posible y del mas eficaz compro-
miso. Ya apuntaba antes que Ia obra contiene una: muy severa denuncia con-
tra la injusticia y la tepresi6n sextirues y no e8conde en punto alguno que
persigue una fntalid::td'politica: que 'las cosas no se quCden como estin y
quetos afectados explhren y ensayen en terminos valientes y concretos op-
ciones que les perrnitait variar, no su condici6n humaria, sino los terminos
del intercambio que inantienen hoy dia con los sectores dominarttes y me-
jor organitados de 1a sociedad.
20
Toct. las idcolos(u. II mcnos todas Ju modt.rnM. ila~ Ia
ciencia._ Es muy eompra~Sible ya que Ia ciencia ea ea el__.,
de hoy Ia suprema instancia y Jlll'8 muchos el U1limo valor que
aUil queda. Nadie quiere malquistarse con eUa. ~~quo
su fuerzade convicci6n ~ dellado del enernigo, todos quieren
saberla de su lado. ~Y que decir aqui que una ideololfaacabada
puede reelaborar mochas concepciones cient,{ficas, incluso mu-
chos resultados de Ia ciencia; cuantas teorias y crfticas econ6mi-
co-sociales, cuantos conocimientos histOrico-sociales e incluso
cuantos descubrimientos hay, por ejemplo, en el marxismo. El
reflector con que la ideologia recorre el campo de 1a experiencia
en
en busca de argwnentos utilizables puede conducir cualquier
momento a genuinos hallazgos; ya dijimos que todo su interes
estriba en aportar pruebas facticas concluyentes, conexiopes es-
clarecedoras y aclaracionesconvincentes. Pero en su estructura-
.16gica de conjunto, la ideologfa no es ciertament.e ciencia, por
lo menos no es ciencia al estilo moderno, sino justamente su
conuario; en ~ contrario scria una triste ideologia.
21
gico mas ana de cierto sustrato sobre el cual se asientan obviamente. Di-
chas normas son elias mismas una forma de Ia cultura, de autoridad y de
control nuevos, que se requieren para darle una nueva proyecci6n a Ia racio-
nalidad social siempre sobre Ia base del comportamiento humano que es
esencialmente comportamiento social. Los paradigmas para enjuiciar el
compOrtamiento sexual, sean salidos o n:o de Ia comunidad cientifica, pon-
dran por esa raz6n en juego percepciones acerca de un comp(')rtamiento que
s6lo p<>dr3 entenderse y orientarse de manera, repito, social y no puramente
biol6gica, genetica o siquiera psicol6gica en un sentido muy estrecho del
rermino. Deseo recordar esto para sei'lalar que los "etiQuetajes" y "ropajes'"
con que vestimos (y es vestida) Ia realidad interior y exterior de todos noso-
tros, est8n en amplio proceso de transformaci6n; que en cualquier caso so-
mos nosotros los portadores de los significados y lirnites que asignemos a
las cosas y los hombres; y que, si existe una naturaleza humana, esta ya no
puede separarse de Ia cultura y de su suslrato inmediato: el comportamiento
social. Tenemos pues los problemas al alcance de nuestras miras, en medio
de nuestras acciones yen nuestras manos para ser lo que decidamos ser. He
alii el dilema a dilucidar. Estoy seguro que esta obra del Dr. Schifter nos
permite avanzar en esa direcci6n.
22
Presentaci6n
\23
mo por lo que de culpa le corresponde al divulgar la falsa idea de que tal en-
fermedad es "Ia pulmonfa", "el cancer" o "la plaga" gay; y por difundir ine-
xactitudes sobre la manera en que se contarninao
24
social, quiza ut6pico, donde se goce de Ia libertad moral necesaria para reco-
nocer que, como plantea Van Ussel, "nuestros asuntos particulares, nuestra
cama y nuestras lecturas no incumben a nadie, sino a nosotros mismos".
Yadira Calvo
Siempre resulta dificil abordar el tema del sexo en tina sociedad que
conserva los prejuicios instilados por el concepto patriarcal y religioso de
la divisi6n formal y, quiza, poco cientifica de los generos.
Ahora nos llega un valioso libro, con una informaci6n de primer or-
den sobre el tema. El autor, Jacobo Schifter, examina con claridad las cau-
sas y resultados de la intolerancia en contra de las minorias etnicas y reli-
giosas, para colocarlas acertadamente dellado de la mujer y el gay y, asi,
mostrarnos, a Ia manera del fogo so abogado de una causa justa, las vias de
la reparaci6n legal y moral.
'25
por supuesto, con Ia mujer, esa etema vfctima de Ia discriminaci6n de Ia so-
ciedad machista.
Samuel Rovinsld
26
Pr6logo
28
En el capitulo segundo, se estudia el desarrollo y crecimiento de la co-
munidad gay en Costa Rica y su gradual concientizaci6n. Se presta aten-
ci6n al desarrollo demografico y Ia urbanizaci6n del pafs como los factores
que han incidido en Ia formaci6n de esta concicncia. A la vez, se investigan
los obsmculos que han hecho diffcil el establecimiento de instituciones que
representen a esta comunidad.
29
Vale hacer notar que, aunque duro varios aftos, esta investigaci6n no
refleja el desarrollo de Ia contraparte femenina gay. Las lesbianas en Costa
Rica, de Ia misma manera que en otros paises occidentales comparten algu-
nas realidades con los hombres gays y otras no. En nuestro medio, muchas
de las lesbianas se encuentran incorporadas al Movimiento Feminista ya
que consideran que su opresiOn como mujeres es mas importante que Ia que
sufren como gays. Por su parte el SIDA noes una enfermedad que las afec-
te directamen&e y su respuesta ante Ia epidemia las ha puesto en una situa-
d6n diferente a Ia de los hombres. La vida social siempre ha estado polari-
zada en este pais y los establecimientos gays de hombres y de mujeres nun-
ca han sido los mismos. De ahi que todos estos y otros factores hacen muy
dificiles las perspectivas de realizar una investigaci6n que incluya Ia reali-
dad de Ia mujer gay en Costa Rica y, en efecto, en este libro no se preten-
di6 incluirlo.
30
A pesar de este ostracismo, Ia sola existencia de una comunidad gay
representa una negaci6n, consciente o no, de los principales valores de una
cultura patriarcal. El homosexual es un cuestionador de los baluartes del sis-
tema, quieralo o no. Y el dia en que pueda expresar su mensaje sin tener
que disimularlo o distorsionarlo, nuestra cultura tendra su oportunidad de
evolucionar bacia un plano en donde el racismo, el heterosexismo, el antise-
mitismo, la xenofobia y la explotaci6n social oo tengan la prevalencia ac-
tual. Pero para que esto suceda, debe emerger una verdadera cultura gay que
por su situaci6n en un esquema patriarcal, no podrian ser otra cosa que una
contracultura.
31
--------------
,
ElPatriarcado
Jl
Elmito
El sistema patriarcal es tan imponente y esta tan arraigado en Ia cultu-
ra occidental que, para muchos, pasa inadvenido. El patriarcado es un mode-
lode dominaci6n del hombre sobre Ia mujer; un sistema de explotaci6n que
se basa en el genero. Se sustenta en el control, por parte de los hombres,
de los aspectos mas imponantes de Ia economia, Ia cultura, Ia ideologia y
los apararos represivos de la sociedad.
33
uno es del mundo y el otro de Ia casa; uno debe ganar el dinero y el otro de-
pender, uno dominar y el otro soportar. Ambos deben unirse entonces, para
poder complementarse, formando una pareja equilibrada y fe~z. Y aunque
con el advenimiento del movimiento feminista algunas concesiones se le
han hecho a las mujeres, el esquema no ha sido cambiado. Algunas femi-
nas en nuestro medio, especialmente aquellas con menos conciencia, han lo-
grado unas migajasde cuotas de poder,siempre y cuando no cuestionen el
sistema ni hagan mucho bulla al respecto.
35
El sistema matriarcal no implicaba el control de las mujeres sobre
los hombres. Las sociedades tribales no tenfan gobemantes, masculinos o
femeninos. La autoridad de los lideres, hombres o mujeres, se establecia
con base en su habilidad probada y en el respeto voluntario. No existia el
ejercito o Ia policia para Ia dominaci6n de las comunidades.
Manifestaciones de homosexualidad
en la sociedad primitlva
Claude Levi~Strauss, en estudios sobre Ia tribu Nambikawara del Bra-
sil central, indica: "las relaciones hornosexuales son comunes entre hom-
bres j6venes y son conducidas con. una publicidad poco com tin en el caso
de las relaciones mas normales" .2 Levi-Strauss muestra asi sus prejuicios
anti-gays, lo que cuestiona su objetividad. No Obstante, sus observaciones
apoyan elpunto de vista de que Ia homosexualidad era una forma aceptada y
cornlin de expresi6n sexual entre Ia gente primiti:va
36
trop6logo, los Etoros en las montafias de Nueva Guinea tambien practican
libremente el homosexualismo. Los nativos creen que el semen es una
substancia vital que determina la fuerza del hombre. El contacto hetero-
sexual es para los Etoros una forma de perder este liquido de Ia vida y de
ahf que se le asocie con el debilitamiento y Ia muerte. Por eso restringen
las relaciones heterosexuales y estimulan los homosexuales al considerar
que el semen ingerido por el contacto orogenital, ayuda al crecimiento de
los crios.
37
a acumularse en las manos de algunos individuos y a convertirse en una
fuente de poder para una minoria. El desarrollo gradual de Ia propiedad priva-
da, a lo largo. de un prolongado periodo hist6rico, permiti6 el surgimiento
de relaciones de explotac~n entte aquellos que tenian y los que no tenian.
La propiedad prtvada y la
degradaci6n de la sexualidad
La propiedad privada no s61o produjo desigualdades ccooomicas y sen-
tO las bases para crear una sociedad de. clases, sino que reemplaz6 el orden
anterior por uno dominado por los hombres. Las relaciones sexuales libres,
que permitian tanto al hombre como a Ia mujer escoger nuevos compafie-
ros cuando el interes decrecfa o desaparecia, fueron sustituidas. Entonces, las
pnkticas sexuales debfan acomodarse a los intereses de los duei'ios de Ia ri-
queza. Los jefes empezaron a preocuparse por heredar su nombre y su pro-
piedad y por ello demandaron Ia monogamia y Ia fidelidad de sus mujeres;
solo asi podian tener certeza de quienes eran sus hijos.
38
en restringido, pecaminoso y culpabilizante. Los celos y Ia posesividad es-
taban impliciros en un modelo en que Ia mujer y los niftos se convertian
en fuente de riqueza yen propiedad privada de los hombres. El padre no po-
dia estar contento con Ia posibilidad de tener un hijo homosexualquien po-
dria no producirle descendencia Estas actitudes constituyeron, segun Me
Cubbin, las bases para el desarrollo de Ia prohibici6n en contra de Ia horno-
sexualidad masculina.
39
Jane Scherfey, fisica, desarrollo una teoria biologica, basada en los
descubrimientos de Master y Johnson, W~fa explicar el origen del patriarca-
do: 9 estos dos cientiflcos habian descubierto que la mujer es capaz de expe-
rimentar mUltiples orgasmos y que, por ende, su capacidad sexual es supe-
rior a la del hombre. De acuer9<> con Scherfey, la subordinacion de Ia mujer
se realizo con el fin de reprimir esta potencialidad biol6gica. La sociedad
primitiva -contrario a lo que sostiene Engels- inicio la represion de la mu-
jer con el fin de controlar Ia vida sexual feme nina y obligarla, asi, a dedicar-
se a Ia lactancia de los niiios.
10. Susan Browmniller, Against our Will: Men, Women and Rape (New York: Ban-
tam, 1976), p. 6.
11. Shulamith Firestone. The Dialectic of Sa. Tl:e Case for Feminist RevoluJion
(New York: William Morrow, 1970).
40
nifios debcn scr criados mas especfficamcntc por las madres en vista de ser
rcsponsables de Ia lactancia y elias, por su parte debcn depender de los hom-
bres para poder invenir el tiempo en Ia crianza.
41
Los hacendados sureftos en los Estados Unidos, en el Siglo XVIII,
acordaron que Ia mezcla no otorgarla ningtin pasaporte ala cultum dominan-
t.e y que Ia "sangre" negra, sin importar su proporci6n, ubicaba automatica-
ment.e al individuo en Ia posici6n de esclavo. Los pueblos cristianos euro-
peos, por su parte, en los siglos XV, XVI y XVIT, para poderdiferenciar y
discriminar a los jud0s, los condenaron a vi vir en guetos infrahumanos.
De esta fonna, se podia reconocer y atacar facilment.e a los hebreos; lo mis-
mo haria Hitler en el Siglo XX para enviarlos a los crematorios.
14. Ellyn Kalhlk y Sara Sharran, "Los roles 'iexuales c:ompandos: sorpresas en
Costa Ric:a at Rlllffbo CDIIT_,ictllto, 11 11 17 de jUlio de 1985.
43
Esta muestra de estudio puso en evidencia un alto grado de consisten-
cia entre Ia clasificaci6n de los sujetos varones y mujeres. Es decir, ambos
sexos estuvieron de acuerdo sobre cuales atributos son tipicos de los roles
"masculino" y "femenino" en Ia sociedad costarricense.
44
Mientras que una misma proporci6n de hombres y mujeres estuvo de
acuerdo en que estos eran atributos femeninos:
45
La estetica "femenina" es otra manera de lograr el mismo fin. A Ia
mujer se le presiona para que simbolice Ia carne y al hombre, el intelecto.
Las feminas deben luchar contra el peso; teftir sus cabellos, pintar sus ros-
tros, depilar sus cuerpos, jugar con los colores, vestir como objetos, lucir
sus 6rganos, y caminar como animales de presa. AI hombre no se le exige
lo mismo; con llevar saco y corbata se le considera bien vestido.
15. Brovennan et a!., "Sex Role Stereotypes and Oinical Judgments, of Mental
Health en Elizabeth Howell. Marjorie Bayes editores, Women and Mental He-
alth (New York: Basic Books, 1981), p. 86.
46
Los doctores consideran mas saludables para el hombre las caracteris-
ticas masculinas que para las mujeres. Esto significa una visi6n nega-
tiva de Ia mujer, ya que no consideran saludable que las mujeres sean
fmnes, independientes, agresivas, aventureras, poco manipulables y
competitivas.
Se confmna el doble estandar de salud mental: los doctores considera-
ron que una persona madura y saludable y un hombre saludable son
casi exactos, mientras que una mujer sana y saludable dista mucho de
lo que describieron como una persona madura y saludable (sexo noes-
pecificado).
I.afamilia
Algunos te6ricos marxistas, como Engels, consideran que Ia familia
nuclear, en Ia manera que Ia conocemos hoy dfa, es una creaci6n del capita-
lismo industrial. Antes del desarrollo de un sistema capitalista, Ia familia
extendida era Ia norma en Europa. En vista de que Ia economia giraba alrede-
dor de Ia agricultura y que el modelo feudal imperante inmovilizaba los sier-
vos a Ia tierra, Ia familia numerosa funcionaba como el centro econ6mico
mas importante.
47
acentuado el interes social por canalizar Ia energia sexual hacia las formas
heterosexuales y procreadoras exclusivas. Tambien surgiririan las sanciones
mas duras para los infmctores.
16. Kate Millet, Sexual Politics (New Yorlc Avon Books, 1971).
48
El desarrollo de la personalidad
delgenero
De acuerdo con Ja teoria psicoanalitica, Ia personalidad es el resultado
de las experiencias tempranas infantiles de tipo relacional-social. La perso-
nalidad y su desarrollo no es el resultado de un esquema consciente de los
padres. La naturaleza y calidad de las relaciones sociales que el nino experi-
menta son apropiadas, intemalizadas y organizadas por el o ella y llegan a
constituir su personalidad. El consciente a veces ignora muchas de las carac-
teristicas o Ia organizaci6n estructural de Ia personalidad. Veamos, ahora,
c6mo al diferenciar en las experiencias femeninas y masculinas se desarro-
llan distintos psiques.
Separacion e individualizaci6n
(desarrollo preedipal)
Todos los ninos nacen con "dependencia infantil", en Ia mayoria de
los casos, de su madre. AI principio, el bebe no diferencia entre sf y Ia
madre. Siente una uni6n con ella. Incluye un modo oral incorporo de rela-
cionarse con el mundo, que lo hace sentir un fuerte lazo con Ia persona que
lo nutre y lo (Ia) lleva. El hecho que la madre lacte, hace que ella sea a Ia
que se le asigne el rol de criar a los nii'ios, por conveniencia y no por nece-
sidades biol6gicas. El hecho de que sea Ia madre misma Ia que erie a los hi-
jos, fortalece ellazo de estos con ella.
Para el nii'io como para Ia nina, los primeros ai'los son un periodo de
preocupaci6n por los temas de separaci6n e individualizaci6n. Eslo incluye
el rompimiento o atenuaci6n de Ia identificaci6n primaria con Ia madre; el
inicio del desarrollo de un sentido de si misma(o), y la reducci6n de Ia ac-
titud dependiente oral y de conexi6n con Ia madre. Contrario a lo que el mo-
delo tradicional psicoanalitico sosliene, este proceso -nos dice Nancy Cho-
dorow- es diferente para el nifio y la nifia.l7
17. Nancy Chodorow, "Family Structure and Feminine Personality" en Rosaldo et
a!, Women, CulliiTe and Soc~ly (Stanford: Stanford University Press, 1974), p.
43.
49
El niflo vive sus primeros ailos en WJa absoluta fusi6n con su proge-
nitcra. Antes de los primeros tees ai\os, Ia divisiOn fisica y mental entre el
hijo y su madre no es aun clard. Pard que asi sea, el parvulo debeni ser esti-
mulado por su madre para que corte con ella y empiece su leota identifica-
ci6n con el padre y el mundo de los hombres.
De ahi que ser var6n se defma por todo aquello contrario a lo femeni-
no. La masculinidad surge como el desarrollo de un aprendizaje de las cosas
que no hacen las mujeres. El peor insulto para un macho es que se le com-
pare con una hembra. La hombria es una negaci6n; no existe por si mis-
ma.
50
Ia mujer es, por ejemplo, un caso exagerado de masculinidad. Otra forma de
expresi6n es Ia guerra.
En los conflict.os Mlicos, los hombres violan a las mujeres del ene-
migo y prueban su virilidad frente a sus compafteros. A Ia vez, estas lides
sirven para "hacer" hombres. de los j6venes, con lo que se imit,a Ia capaci-
.
dad de procreaci6n de Ia mujer.
18. Evelyn Fox Keller, "Gender and Science" en Pshychoanalysis and Colllempo-
rary Thought/, N' 3 (1978), 409-33.
51
y el socialismo de Estado. Los rebeldes de un modelo han oprimidolucgo a
nuevos grupos de hombres y de mujeres. El enemigo, nos dice Emmanuel
Reynard, esta aden~: es nuestra idea de "hombre".I9
La heterosexualidad compulsiva
Uno de los grandes mitos del patriarcado es hacer creer que Ia mayoria
de Ia gente, si tuviera c6mo escoger, seria heterosexual. En una sociedad en
donde lqs individuos pudiesen escapar de Ia represi6n sexual, Ia realidad po-
siblemente se acercaria al abanico y Ia fluidez de Ia sexualidad que encontro
el reporte Kinsey y que se analizani mas adelante.20 Las mujeres, particular-
mente, como aduce Adrienne Rich, encontrarian en el lesbianismo un refu-
gio contta Ia s1Dllisi6n y Ia dominaci6n por parte de. los hombres. Los ma-
chos buscarian mas apoyo enlre si.21
20. A.C. Kinley, W.B. Pometoy, C.E. Martin, SuuaJ Beltavio~ ill the HllfNJII Male
(PhilecldphU: Sulden, 1948).
52
El patriarcado impone el heterosexismo porque en un sistema de do-
minaci6n nose pueden permitir vistazos de un mundo en donde la sexuali-
dad pueda ser libre. Ademas, es el instrumento para reforzar los roles sexua-
les -ergo Ia dominaci6n de Ia mujer- e implantar el miedo al propio homo-
sexualismo. De ahi que el heterosexismo ensefie que Ia unica via de satisfac-
ci6n permitida es Ia del matrimomo y Ia crianza de los nifios. Todos aque-
llos intentos de librarse de est.e sino son considerados como patol6gicos.
53
cuerpo hurnano ouas zonas er6genas y que, quizas el6rgano sexual masim-
portante es el cerebro. De ahi que Ia actividad homosexual es mas difundida
de lo que permite Ia definici6n patriarcal.
La violencia
El sistema de dominaci6n siempre tiene lDl instrumento de liltimo re-
curso para cuando las vktimas ofrezcan resistencia. El patriarcado integra Ia
violencia para mamtener el sometimiento de Ia mujer y lo hace -<:01'110 lo es-
quemaliza Adrienne Ri~ de varias maneras:
N~ga
0
a Ia mJI.ier s" se.lllllidad
Lo hace lXX' medio de Ia imposiciOO de cinlumnes de castidad ode cas-
tigos sociales para bw mujeres que disfrulan del piKer. Hasaahlce po-
co en nue1110 medio el dnico adaltaio C8ltipble era el comecido por
Ia mujer. La supresi6n de Ia sexualidad femenina ~luye las cJ.ik>ti-..
.54
dectomias e infibulaciones, las histerectomias innecesarias, Ia nega-
ci6n de Ia sexualidad maternal y pos menopausica,la negaci6n psicoa-
nalitica del clitoris y muchas formas de suprimir ode hacer sentir cul-
pable a Ia mujer por su sexualidad.
0
lmpone Ia sexualidod a Ia fuerza
La violaci6n es el crimen con el que Ia sociedad mantiene a Ia mujer
en un estado de inseguridad permanente y es, tambien, una manera de
forzar Ia heterosexualidad en ella. En Costa Rica, en 1984, se dieron
216 violaciones.23 El 50 por ciento de estas se suscitaron en contra
de niftas menores de 14 aftos. Aunque los intelectuales del patriarcado
tiendan a atribuir estos crimenes a dementes y satiros o criminates, Ia
realidad es que el agresor numero uno es el mismo padre o padrastto,
el respetado jefe familiar.
Otras formas de violencia sexual contra Ia mujer son los abusos des-
honestos, estupro, incesto y corrupci6n de menores. Estos represen-
tan el 30 por ciento de los delitos sexuales cometidos en el pais.
Contrario a Ia tesis que dice que los abusadores de menores son los
homosexuales, el mayor agresor es el hombre heterosexual y Ia victi-
ma, Ia nifta. Como sucede con las violaciones, el victimario es gene-
ralmente un pariente o conocido de esta.
Es probable que el incesto sea el crimen mas com lin y menos tecta-
do en Costa Rica. Una primera evidencia que apunta a esa_direcci6n
es el porcentaje de violadores que representa elgrupo familiar inme-
diato de Ia victima. El 40 por ciento de las denuncias de violaci6n a
nii'las menores de 14 ai'los son contra el padre, el abuelo, el tio, el her-
mano o el primo de ellas.24
23. Eduardo Vargas. "La violacicSn en mujeres lld<ilescenleS", en MMil:ina Legal (ene-
ro, 1986). Costa Rica.
24. Jacobo Schifter. "La violac:i<ln de las niiias", en Rumbo Centroameriamo, San
Jose, 18 a1 24 de abril de 1986.
55
Otra manera de violencia sexual es Ia que se esui recopilando en el
hospital psiqnhitrico. A partir de 1985, se ha empezado a reconocer
que de docenas de las mujeres que habfan sido internadas por histeria,
Ia mayoria sufria de relaciones incestuosas. Ninguna habia hablado
del asunto porque no se les ocurria denunciar a su propio padre. A los
doctores tampoco se les habia venido a Ia mente preguntar esa posibi-
lidad.25
25. Jacobo Sd!ifter, "Incesto en Costa Rica", en Rumbo CeiiiT~ricano, San Jo-
se, Costa Rica, 2 al 8 de mayo de 1986.
26. Eduardo Vargas. "Sfndrome de la mujer agredida-" en MlfdiciM Legal, San Jose,
Costa Rica, vol. 4, N!! 1, (enero, 1987).
56
riores masculinos para que consientan tener relaciones intimas. Lane-
gaci6n pone el trabajo y su futuro en peligro, y peor alin cuando se
necesita el sueldo para sostener a Ja familia
El homosexual y su papel en el
patriarcado
Para algunos marxistas onodoxos, la hostilidad bacia el homosexual
se debe a su rechazo de la familia y de la procreaci6n. La oposiciOn gay a la
familia burguesa es un elemento disruptivo para el sistema porque cuestio-
na una de las instituciones basicas del capitalismo industrial. Sin embargo,
los gays siempre se han reproducido y prueba fehaciente de ellos son los
miles de padres gays y madres lesbianas que hay en nuestro medio. La opO-
S1
sicion gay a Ia familia tradicional es mas que todo psicol6gica. Se centrali-
za en Ia problerruitica de escoger y esta es peligrosa en el patriarcado porque
Ia libertad de eleccion es subversiva, principalmente en el cas0 de Ia mujer.
27. Atribuido a Chace Atkinson por Anne Koldt, "Lesbianism and Feminism" en Ra.
dical Feminism, Anne Koldt, Ellen Levine y Anita Rapone, ed. (New Ymk: New
York Times Book Co., 1973).
58
Los hombres gays no participan, con rams excepciones, en Ia violen-
cia del sistellUl palriarcal. No tralall a las mujeres como sujelOS para scr do-
minados, no ti~ por q~ someterlas f'JSica o sexualmente. Aunque mu-
chos hombres gays comulgan con los prejuicios antifemenino&de nuestra
cultura y practiquen Ia discriminaci6n en el ttabajo, las relaciones entre
ellos y las mujeres son siempre de mejor calidad y respeto que las de los he-
terosexuales. Prueba de enos es Ia cantidad de mujeres heterosex~ que
acuden a los bares gays. SOlo alii se sienten libresdel acoso y del abuso y
pueden comunicarse con los :hombres sin tener que jugar los papeles ttadi-
ci~es. cmducta imposible de sostener en otros lugares frecuentados por
los heterosexuales. Las grandes amistades entre hombres gays y mujeres he-
terosexuales son conocidas como parte de Ia Vida homosexual costarricense
y muestra clara de que el homosexualismo masculino no significa odio ore-
chazo bacia lo femenioo.
59
edad. Asf que los factores que inrervienen para determinar Ia sexualidad son
generalmente inconscientes o imposibles de controlar.'No existe una f6rmu-
la m4gica para criar niftos heterosexwlles. Si Ia hubiese, ya el-patriarcadb Ia
habria usado pam liquidar el homosexualismo.
'
De ahi que el sistema patriarcal deba poner una valla a esta cultura.
El instrumento es Ia homofobia: el desprecio y odio bacia el homosexual.
Por medio de la ridiculizaci6n y persecuci6n del gay, la cultura amenaza a
todos los demas que quieran ir mas alla del mundo heterosexual. La homo-
fobia es una obsesi6n en nuestro medio. Los hombres viven hablando de
los homosexuales, burlandose de ellos, haciendoles chistes, deseandoles la
muerte, despreciandolos, pero siempre pensando en ellos. Esta excesiva
preocupaci6n con el tema refleja el miedo inconsciente de su propio homo-
sexualismo. La persecuci6n del gay es una forma de proyectarlo a otro para
asi luego reprimirlo. Esta homofobia funciona en el sistema patriarcal de la
misma manera que lo hace Ia violencia contra Ia mujer: su fin es mantener
al hombre en raya; amenazarlo con el ostracismo si se atreve a actuar segtin
sus deseos; ponerle un limite al deseo de otros hombres y atemorizarlo con
el peor castigo por la contravenci6n.
Susan Griffin dice que la idea de que el odio bacia las minorias es una
forma de reprimir los propios deseos no es nada nueva. James Baldwin en
su obra sobre el racismo, aduce que Ia idea estereotipada del negro que se tie-
ne en los Estados Unidos es un reflejo de los sentimientos reprimidos del
mismo blanco, o sea de aquellos deseos que el blanco no queria aceptar de
si mismo. Griffin opina que lo mismo se da con los otros odios:
61
y Ia supresiOn de Ia creatividad. Todas elias nos demueslra'l cO-
mo ., icleolog'.as nccesitan de chivos cxpiatmos y del 'ocro'
para evitar conttadia:iones y cues&iooamiento" .28
28. Susan Gtift"m, "The Way of,A11 Ideology" en Nanned 0. Keohane y Michelle Z.
of ldtology (O!icago: The Uni-
Rdlaldo, editores, Ftmittist Tlttory: a Critiqllt!
venity of Oli.cago PreS$, 1982), p.m.
62
El Primer intento
2
Antecedentes
La idea de esuiblecer en Costa Rica un curso de concientizaciOp para
hombres gays noes nueva. En 1974, un grupo de aproximadamente ocho
individuos inici6 uno que dur6 diez .~~ En este se tnltaiQO muchos de
los ~~ importantes de Ja experienci8 gay de esa epoca que. al analizarlos
de.manera rettospecti:va, ~ pueden iaferir las fuerzM y debilidadcs de todaJa
nu~va g~i6n que' flo.-eci6 en el d~o de los. sciemas. .
., ~sfe grupo calmpli6 con su meta de convertirse en un foro donde po-
dian expon~e los' problemas emocionales 'Y las inquietudes de los gays
costanicen~. Cada sesi9q hizo evidente Ja necesidad <kihabl8r,de compar7
tir y de expreSfll' Ja C()n~i6n particul.ai del hom~ual.' con su$ opresiones
y alegrias y con sus e~ y frustraciones .. E$U> Iue posible a pesar de
vivir en un pais en que, aparentemente, Ja sociedad no queria Silber Qada del
lema y los mismos gays optaban por callarlo.
Este experimento resulta hoy muy innovad<r para ese tiempo en que
se carecia de material bibli~o sobre el tema. Ja eclosi6n del movim4:o-
to gay norteamericano. era ~ ,muy teeiente, y los pP"ticipantes. conta~
apenas con un promedio de 22 alios de edad, 1o que le ~ mad~z.al ex-
perimento. EstoS tactoies, ksgicamente, incidirian en que este grupo no ori-
ginara otros s~ y en que, a pesar de ser este uno de s~ objetivos, no
s~ese en esta.q,oca una primera organizaci6n gay en el }l8is.
El factor urbano
En un pais subdesarrollado y en vias de un modesto proceso de indus-
trializacion,la clase media habia crecido considerablemente durante las deca-
das de 1950 y 1960. Esto a su vez incrementaria el proceso de urbanizaci6n
del Area Metropolitana y de otras capitales de provi!lfia. El ~lo de
las urbes costarricenses -de Ia misma manera en que se 'su8cit6 durante el si~
glo pasado en Europa- propiciaria Ia concentraci6n de grupos gays en sus
confines; '
' Lo tnismo suCederia en Costa Rica. No quiero deeir con esto que la
vida gay josefina naCieta eri el J)eriOd.o de los setentas. En' esta capital tUm
existido establecimientos para los ~ays desd~ .1920. Sin embargo, en los
l. JohrLBoswell, Christianity,. Social 1[okral1Ce, and Homosexuality. Gll')l ieople
in.. Weste~!l. fiurope from. .l~e Begini'!-g of)/} Christian Era to the FourJee(lth
Century (Chicago: The University of Chicago Press, 1980).
64
anos setentas se produjo una brecha generacional y social en Ia vida gay del
pais: Wl considerable sector de Ia clase media optaba, durante un perfodo
m6s Jargo o en fmna permanente, por este estilo de vida.
EL abanico de la sexualidad
Es importante seftaJar que Ia homosexualidad no se relaciona con Ia
heterosex.uatidad en un contexto psicol6gico en que las situaciones son po-
los opuestos. El repone Kinsey, amplia y respetada encuesta sobre Ia sexua-
lidad estadounidense publicada en 1948 yque se toma como base aplicable
en otras sociedades occidentales, encontr6 que el 50 por: ciento de loS hom-
bres no son exclusivarnente heterosexuales durante su vida adulta. El 37
por ciento ha tenido mas de una relaci6n adulta hOmosexual y entre un 15
o 18 por ciento son predominantemente homosexuales. Cerca de un 10 por
ciento de Ia poblaciOn es exclusivamente homosexual.2
65
.Existe mta gran diferencia entre el concepto antiguo de sodomia y el
modemo de homosexualismo. El primero se veia como una potencialidad
genernlizada de toda Ia poblaci6n que debia reprimirse con el castigo, mien-
tras que el segundo se mira como una particularidad de un tipo de persona.
Las "caracteristicas" de esta personalidad han variado en el tiempo, segun Ia
teoria medica en boga, y asi lo han hecho los supuestos "remedios" prescri-
tos para modificarla.
Esto no quiere decir que aquellos que llevaban una vida predominante-
mente homosexual nose consideraran ellos mismos.como diferentes hasta
finales del siglo XIX. Existen pruebas de la existencia de subculturas homo-
sexuales en Europa desde el siglo XVII, generalmente caracterizadas por Ia
inversi6R y el travestismo. Pero no seria sino basta el periodo decimon6ni-
co, con el nacimiento de la psiquiatria modema, en que Ia ciencia optaria
por crear una categoria de individuo como "desviado" de una supuesta nor-
ma heterosexual. En este contexto, aquellos que tenian fuenes inclinacio-
nes homosexuales empezaron a percibirse a si mismos como un grupo apar-
te. como "uranios", "invertidos", "homosexuales".
66
El desarrollo del modelo medico de Ia homosexualidadestuvo muy in-
terconectado con lasituaci6n legal. Los grandes expertos m&licos sobre ho-
mosexualismo, los especialistas del siglo pasado, estaban JI'OOCupados por
identiftear a los bomosexuales para llevarlos a las cortes y por explicar si
tenian o no sano juicio. Esta nueva actividad reflejO, a su. vez, el nuevo in-
teres del Estado en regular Ia vida sexual y el placer de sus miembros en un
periodo de acelerada industrializaci6n en elcualla familia nuclear se conver
tfa en el instmmento mas econ6mico para Ia reproducci6n de Ia mano de o-
bra. En una sociedad capitalista industrializada, el Estado tenia que estimu~
lar y salvaguardar Ia fabrica biologics de.Juturos obreros .
Michel Jiloucault ha escrito que "tan pronto se da una relaci6o de po-
der, existe Ia posibilidad de resistencia" .4 El modelo medico que empez6 a
analizar el homosexualismo como una enfermedad y al homosexual como a
un enfermo, sentaba las bases para que este nuevo grupo empezara a crear
entre sf lazos de solidaridad y de lucba. Una pequefta minoria de "hoffiose-
xuales" en Inglaterra empez6 a tomar estas teorias de enfermedad para rever-
tirlas y, en desafio, hacerlas parte de un discurso de auto8firmaci6n. Este
pr<X;eso se ini~i6 con las actividades deJ. A. Symonds, ~dward Carpenter y
otros wetas ga:r,s ingleses. Ei movimiento de liberaci6n debe verse como
e
Ia culm'ioaci6n de este largo interminable proceso bacia Ia autodefinici6n,
tema subyacente desde Ia emergencia de Ia identidad txx,nosexual.
En los inicios del Siglo XX, estos poetas--con Ia ayuda del sex6logo
Hav~lock,Ellis- aceptaron solo en parte las teorias medicas de laenferme-
dad.Ellos adujeron que Ia homosexualidad debia verse como una desviaci6n
poco lmportante de )a sexualidad. Carpenter Ia considerab8 una irregularidad
tan poco dafiina como la incapaddad que tienen algunos individuos de dis-
tinguir los colores. Por eso no debiaperseguirse ni insistirse en su "cura".
4. Ibid.
67
Si nos alejamos de este modelo medico ttadicional, eminentemente
ideol6gico y artificial, podemos definir Ia homosexualidad como una practi-
ca que Ia mayoria de Ia poblacioo realiza de acuerdo conla permisibilidad
social para hacerla. No\existe, pues, un mimero mayor o meoor de homose-
xuales en una epoca particular. Lo que sf aumenta o disminuye en lugares
y en epocas distintas es Ia posibilidad de realizar dicha pnictica. En los anas
setentas, en Costa Rica, por< ejemplo, no existia un numero superior de
gays que en las decadas anteriores. Si confiamos en los datos del reporte
Kinsey, .Ia proporci6n debia ser-la misma, pero el desarrollo econ6mico y
urbanistico del pais habia aumentado Ia libertad para su pnictica. De abi que
una mayor proporci6n de personas que en epocas anteriores, en un pais ru-
ral y atrasado; hubieran tenido que reprimir el deseo, ahora podfan expresar-
lo y formar constelaciones mas visibles de hombres gays.
68
El ambiente costarricense giraba alrededor de uno o dos bares en San
Josey de las fiestas privadas. En ambos casos, las conductas que se estimu-
laban y permitian eran muy rigidas. De Ia misma manera que se dio a prin-
cipios de siglo en ciudades como Nueva York, los travestidos tenian una
gran preponderancia. Ellos eran quienes, en mayor proporci6n, acudian a
los ceiltros de reunion y organi.1aban las suntuosas fiestas con espectaculos
travestis. La circunstancia de que de todos los sectores gays fueran estos los
que organizaran Ia vida social en el pais, bacia que sus visiones de la identi-
dad gay y de los roles sexuales sirvieran como pauta para los dermis.
69
se como mujer es una manera inconsciente de huir de los modelos y de de-
mostrar c6mo todo lo masculino y lo femenino es un artificio; es una pro-
testa silenciosa contra los valores tradicionales del patriarcado.
Las fiestas de los travestidos servian, asi, como una catarsis para la
represi6n que se viviaen esa epoca. Los espectadores disfrutaban vicaria-
mente de una representaci6n ostentosa, exagerada y ridicula, las mas de las
veces, de lo que la sociedad esperaba fuese el comportamiento de una mu-
jer. La burla, Ia chota y Ia vulgaridad de estas mujeres artificiales servia co-
mo una critica contra el patriarcado y los valores tradicionales. Aunque se
vistiesen de mujeres, estos individuos hablaban como hombres, con un len-
guaje prohibido para una mujer "decente" en los ai'los cincuentas y sesen-
tas. El1as podian confUU110s sus deseos sexuales mas intimas, sus ambicio-
nes de poder y de riqueza, su hastio con el papel de sumisi6n. En cierto sen-
tido, estas mujeres artificiales eran mas reales que las biol6gicas de su tiem-
po, silenciadas por 1as constricciones del rol femenino.
70
cincuentas y sesentas. Pero no debi6 ser insignificante. Algunos regresarf-
an af'ios despues y muchos otros no. El pais perdia asi a muchas de sus
mentes mas brillantes, ya que s6lo los mas preparados podian tener los me-
diospara establecerse en culturas diferentes.
71
El despertar
Sin embargo, el crecimiento de Ia clase media urbana en el pais y los
ecos atenuadosdel movimiento gay norteamericano, que pas6 en 1969 a su
fase militante y politica, tendrian una gran repercusi6n en Ia vida gay tradi-
cional. Ellevantamiento politico que ocasion6 Ia redada en el bar Stone-
wall de Nueva York se convertiria en una protesta contra los valores inter-
nosy externos de Ia comunidad estadounidense. La nueva generaci6n gay re-
chazaria tanto las explicaciones medicas y politicas de Ia homosexualidad,
como los pattones culturales de los gays de los afios cincuentas. El "orgu-
llo gay" sustituini los conceptos del homosexualismo como una enferme-
dad; opondni Ia violencia a Ia conducta pasiva y resignada de Ia generaci6n
anterior y propiciani Ia masculinidad ante el estereotipo del hombre gay co-
mo travestido o afeminado. La nueva imagen seria Ia del hombre joven,
profesiooal, masculino y agresivo. Con el ingreso al movimiento, despucs
de 1969, de miles de individuos de clase media, el publico norteamericano
se enteraba de que n.o habia en realidad un estereotipo homosexual y que
cualquier vecino podia ser uno de ellos.
72
La fiestas en casas de Ia burquesia gay conlinuarfan <qaniz8ndale
dwante cldoceaio de los setentas, pero cada afto cl desfilc de travestidos per-
dia importancia ante UJi pUblico indiferentc a su mensaje. El tono del espec-
tador em cada vez mas masculino; Ia protesta se realizaba ahora conla pro-
yecciOn de una imagen no estereotipada.del gay.,Poco a poco, Ia critica por
mediode una emuJaci6n de lo femenino se 1Dmaba en humiUante y despres-
tigiada; Ia nueva gaaacDl haria Ia suya, ahcn desde Ja muculinidad.
El germen de Ia rebeli6n
No obstante, en el desarrollo de esta minoria se darian grandes
desfases. En los Estados Unidos, el desarrollo econ6miCodespues de la
Segunda Guerra Mundial crearia verdaderos gu'etos urbanos gays. ron
cientos de miles de individoos. Estos guetos reunian a irimigrantes de otras
ciUdades pequenas y de las zonas rurales que cortaban con sus lazos. con
sus lugares y con las mentalidades de origen. eos bares que servian a estos
grupos empezaron pronto, como lo fue el casode San Francisco, -a brindar
les servicios profesionales por medio de orgartizaeiones como Ia Sociedad
por los Derechos Individuates (SIR). Estas asociaciones -que proveian bol-
73
sas:rle trabajo y de vivienda, clinica antivenerea. tienda, educaci6n, consul to-
ria psicol6gica y legal- irian 6reando un sentido de solidaridad y de comuni-
dad en Ia poblaci6n gay;
.,
El acoso del sistema
En Costa Rica, por su lado, se darian algunas coincidencias con el de-
sarrollo del movimiento gay norteamericano. Con el incremento numerico
y psicol6gico de Ia minoria, el Estado costarricense, de Ia misma manera
que su contraparte estadounidense, acentuaria su represi6n. En los atios cin-
cuentas y sesentas, Ia policia se contentaba con encarcelar a aquellos homo-
sexuales que iden~fteaba en Ia calle, o que acudian a los bares perifericos y
mar~es de San Jose. Estos indiv*duos;eran rnpados t?n las cabezas con el
fm de exponerlos al escrutinio y mofa del publico.. Pero, en vista 4e que el
Estado no conUiba con cuadros poliC~s sofisticados al estilo estad9uni-
~se,la represi6n ak:arlzabaa unos pocos individuos, Como no podia iden-
tificar a Ia mayoria ni contaba con un servicio de inteligencia. el gobiemo
no podia despedir ni acosar a los gays en el trabajo.
74
Con el.advenimiento de los bares de masa, el Estado podia ahora hos-
tigar a un numero considerable de homosexuales por medio de las redadas.
La policfa irrurnpia intempestivamente en estos locales y Ciuciendo que
sos~haba un trafico de dmgas o que las escenas que presenciaban eral;l obs-
cenas,.arremetia en contra de ;liguno~ o tod9s los clientes, llevandoselos a
los centros de detencion. Nadteprotestaba por miedo a un escandalo mayor.
La policia, que legalmente no podia arrestar a una persona con base en Ia
practica de Ia homo~x,ualidad, la.cual noes prohibida per seen el C6digo
Penal, lo bacia por medio del subterfugio y de Ia mentira. El aco~o era _hu-
millante -e irrespetuoso de los derechos ch:iles; Ia represion se asemejaba a
la practicada en los Estados Unidos.
75
La represi6n policial no constituira, al menos durante esta decada, un
detonante para Ia lucha politica, como serfa el caso en los Estados Unidos.
El m6vil del acecho, amen del ideol6gico, era chantajear a los duei'ios de
los locales y a los detenidos. La mordida se convertirfa en un pago obligato-
rio para mantener las puertas abiertas. Muchos inspectores y polician ha-
cfan su agosto con ella y mejomban sus magros ingresos~
Para los gays; el precio de la lucha abierta contra este acoso era dema-
siado alto como para arriesgarse. En una sociedad patriarcal y conservackn,
el sacriftcio que implicarfa oponerse a Ia pOlicia y al Estado era muy gran-
de. Cualqiliera podfa ser expuesto por ello ante el pllblico como homose-
xual y perder asf so prestigio, ttabajo, negocio o familia La vida social
gay, orienlada tinicamente hacia Ia diversiOn, no constiblia un baluarte sig-
nificativo como para luchar por ella y aniesgar Ia embestida del pattiarcado.
16
La nueva clase media se afianza
A pe8ar de su ihcapacidad de locha, Ia nueva clase media contribuy6
al fortal.ecimiento del orgullo gay. La imagen que proyectaria del homose-
xual serfa aqueila mas compatible con IQS valores de los sectores medios y
con los que basta Ia fecha se marginaban delmundode ambiente. Se podfa
ahOra ser masculirio, profesional, exitoso, hem1oso y gay. El nuevo perfil
era lo mas lejano posible del esterootipo. El gay desarrollaba ahora museu-
los, optaba porIa ropa de vaquero, y destacaba como profesional o empress-
rio. Aunque Ia mayoria estuviera lejos de Ia fortuna, Ia nueva clase media
sustituini las plumas y las vestimentas -simbolos de Ia decada anterior-
poe las pesas, los "blue jeans" y el exito profesional, como objetos que
emular por todos.
77
No solaqten~ Ia nueva infraestructura habitacional y econ6mica favo-
reci6 este desarroilo, sino tambien Ia nueva mentilidad sexual. La nueva
clase.media gay cuestion6, como ning"na otra, Ia rigidez de los roles sexua-
les, Ia 9ivisi6Q de lis person<ls en_ activas o en pasivas, y la falt1 de experi~
mentacj6n. ios.hombres nose dividirian mas de ~uerdo con el modelo he-
teros~xual y, por lo tlnto,la flexiblidad sexuai y amorosa se torn6 mas en
hi no.rma. De esia maqera, resultaba. mas fadl establecer una relaci6n (;On
base en uria afinidad emocionalque en un rito rigido. De ahf que mas pp.re-
jas sur~irian ~n ~ste deceni9. .
En la via de concientizaci6n:
un camino de espinas
Con estos antecedentes en perspectiva es que deseamos analizar las
impresiones de este primer grupo .de concientizacioo gay en Costa Rica.
Como lo mencionamos anteriormente, el grupo estaba formado por unos
ocho hombres gays, con un promedio de 22 alios de edad, en el proceso de
obtener su grado profesional, y de clase media o media alta de San Jose.
79
El plan cont6 con una respuesta favorable. El grupo se formaria con
base en los contactos con algunos amigos que se consideraban analfticos y
serios y en las sugerencias que estos harlan acerca del ingreso de ottas perso-
nas. Las reuniones se llevaron a cabo en casas o en fmcas particulares, du-
rante tres horas, una vez por semana.
Una falla que se ha hecho evidente, con los anos, es la falta de es-
li'OOtura. El grupo funcion6 mas como de terapia que de concientizaci6n.
No habia una lista de olns que leer; tem'as que discutir, ni movimiento po-
liticoconocidoqueemular.Laausenciadeinfonnaci6nacademicahaciasen-
tirse a los participantes inseguros; fragiles y confusos. La discusi6p se
orientaba as mas bacia la dinamica personal, lo cual bacia las sesiones ex-
plosivas.
Aiios despues se haria evidente que la rica literatura gay que se desa-
rrollo a partir de 1969 no solo es infonnativa, sino terapeutica El hecho de
leer las teorias, investigaciones y modelos te6ricos de cientos de escritores
e investigadores gays o pro gays, sirve corno una fuente importantisima de
apoyo intelectual y emocional (es impresionante el impacto queun buen li-
bro, publicado por una prestigiosa editorial, puede tener en el lector gay) pa-
ra cualquier grupo de concientizacion o de terapia.
80
En un amilisis actual diriamos que Ia aceptacion en nuestro pais de
Ia identidad gay fluctua por las etapas que Elisabeth Kubler Ross m<xlel6
para explicar el proceso de Ia mu~rte. Los pacientes terminates pasan, sc-
gun ella, por estados de negacion, aislamiento, colera, negociacion, depre-
sion y aceptacion. 6
6. Elisabeth Kubler Ross, On Death and Dying (New York: Mac Millan Publising
Co., Inc., 1970).
81
En un amllisis actual diriamos que Ia aceptaci6n en nuestro pais de
Ia identidad gay fluctua por las etapas que Elisabeth Kubler Ross m<xle\6
para explicar el proceso de Ia muerte. Los pacientes terminales pasan, sc-
gun ella, por estados de negaci6n, aislamiento, colera, negociacion, depre-
sion y aceptacion.6
6. Elisabeth Kubler Ross, On Death and Dying (New York: Mac Millan Publising
Co., Inc., 1970).
81
Pero estos clamores encontraron, las mas de las veces, oidos muy ce-
rrados. Ni las visitas a Ia Virgen de los Angeles en Cartago, ni los ayunos
en el Dia del Perd6n J udfo, ni las panderetas e him nos protestantes, podfan
hacer el milagro. La fuerza de Ia sugesti6n, a veces, ofrecfa un remedio tem-
poral que aparecfa como enviado del cielo. Pero el deseo sexual, como un
agente subversivo y saboteador, socavaria todo escape, todo estado de nega-
ci6n.
Pero esto noes asf de facil. La tesis ignora que reprimir, negar, es-
conder, avergonzarse y culpabilizarse porIa identidad durante 15 o 20 aiios
de Ia vida tiene un enorme peso en el individuo; afecta y dana toda su perso-
nalidad, ya que involucraba no solo lo sexual sino toda Ia parte creativa,
emocional e intelectual.
82
El proceso de aceptaci6n y de sentir. el orgullo gay, pues, debia ser
Iento, delicado, complejo y cuidadoso. No bastaba con llegar a expresar ver-
bal o racionalmente un predicado. Habia que indagar, Uorar, dar gritos, sa-
car la c6lera, patear y estallar primero.
83
tual relaci6n. Muchos de los pleitos, rencores, traiciones, infidelidades y du-
das que caracterizan a las relaciones gays son subtetfugios que esconden una
duda basica acerca de Ia misma homosexualidad. Los gays no creen en las
relaciones porque, generalmente, tampoco creen en si mismos. No se con-
fia en lo que uno es porque se vive en una sociedad que repite todos los dias
que Ia homosexualidad es una aberraci6n.
.Sin embargo, existeD mochas ventajas en una relaciOn gay. Esui fot-
mada, por lDllado, de dos seres iguales, que se conocen y, se entienden, con
maya proflDldidad que entre el hombre y Ia:.mujer y que ninguno tendria,
en teoria;por que dominar y someter al otro. No existe tampoco Ia.rigidez
de los roles que aqueja, y que con justa raz6n critican lasJeministas, ala re-
laci6n heterosexual. No tiene por que.ooo dominar, controlar, agredir. abu-
sar y explotar al otro. No hay por que sentirse atrapado por.el temor del di-
vorciO y de todas las trabas legales para separarse.
84
son. Pero este ocultamiento toma mucha energia que repercute en el. desem-
peilo o exito en el tntbajo. Algunos prefieren pasar inadvertidos y evitar Ia
notoriedad y asi huir del escrutinio de sus vidas privadas. Otros no invitan
a sus compafieros o jefes a su casa para evitar sospechas o ser vistos con
quien viven, lo que les restaria popularidad, promociones y buenas conexio-
nes en ellugar laboml.
85
Pero para ungrupo que pertenecia a Ia emergente clase media en los
alios setentas, Ia visi6n profesional era optimista y prometia coronar todos
sus esfuerzos. En el grupo, pocos trabajaban en esa epoca y la mayoria aun
no experimentaba Ia sutil discriminaci6n, ni tampoco esta parecfa: tan insal-
vable. No existia un convencimiento pleno de que las relaciones no funcio-
naban por culpa de Ia homofobia. Esto tomaria alios en conocerse gracias a
Ia experiencia de multiples fracasos. No era evidente el papel en Ia familia.
Los desesperados "esfuerzos" por alcanzar una aceptaci6n crecerian en Ia me-
dida en que Ia solterui con el paso de los ai'ios, se bacia mas evidente. Toma-
ria tlemjlo darse cuenta de su futilidad.
Sesi6n tras sesi6n hobo que luchar contra una valla de humor, de
chistes, de soma que mas que otra cosa eran formas de detener el cuestiona-
miento, de cesar la duda, y de impedir et'cambio. "1,Para que cambiar --razo-
naba uno'de ellos- si aqui no nos matan o castran por ser gay?". En aquel
moinento no habia una respuesta. Ahora es mas evidente que Sf matan y
castran en Cos~ Rica, aunque no sea ffsicamente:
Esto sucede .con frecuencia en todos los grupos oprimidos. No hay na-
die mas antisemita -deciaArthur Miller- que un mismo judfo. Los negros
tambien lo saben. Cuando no existe una twria y un modelo politico que ex-
"
86
pliquen y orienten la lucha contra el enemigo -y lo identifiquen con clari-
dad- no hay salida para los grupos oprimidos. Estos viviran condenados a
desperdiciar su energia en una absurda locha interna.
Pero las pautas variarian en el decenio de los setentas. Las ideas libe-
rates del sexo como fuente de placer llegaron al medio. La experimentaci6n
con respecto a los roles, Ia libertad de asumir posturas diversas y opuestas,
y Ia busqueda de una definicion sexual, le quitaron mucho de lo romantico
al sexo gay y lo transformaron en una actividad de amplios horizontes.
87
En el grupo de estudio, el sexo vino a convertirse en uno de los esco-
llos mas espinosos. AI principio parecia que se tmtaba de una manera mas
de comunicaci6n. Pero pronto su caracter disruptivo se hizo sentir. Era una
manera de manipular simpatfas ode formar alianza" en el grupo. La intimi-
dad apresurada erigia barreras entre los favorecidos y los que no por parte de
algunos de los participantes.
Estas razones hacen que el acto sexual gay sea tan dificil. En vista
del odio social a lo homosexual, aquellos individuos que desean una cornu-
88
nicacion verdadera deberfan primero luchar y resolver su propia homofobia.
De no ser asf, el acto de amor se transformaria en uno de desamor, y lo que
prometia una union produciria una ruptura.
Mas no todo habia salido mal. El hecho aislado en toda una decada de
que hombres gays se reunierari para hablar, discutir y apoyarse, fue todo un
paso psicologico en la historia de Ia comunidad gay costarricense. Aun dcs-
pues de mas de diez afios, existe un secreto de intimidad compartida entre
los participantes y relaciones amistosas entre si y todavia mas importamc
es el hecho de que se aprendieron valiosisirnas experiencias que ayudarian a
no repetir los errores.
89
La repercusi6n del Sida
33
Elvirus
La enfermedad del Sfndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida)
fue identificada en 1981, cuando cinco hombres homosexuales de Ia ciudad
de Los Angeles desarrollaron un tipo de neumonia -pneumocystis carinii
(PCP}- que ocurria normalmente en pacientes con sistemas inmunol6gicos
disminuidos. Ahora bien, sindrome es un conjunto de sintomas clinicos
que resultan en una enfermedad o una condici6n anormal. En el caso del
Sida, el sindrome desencadenado por un virus -descubierto en 1983 por Luc
Montagnier del Instituto Pasteur de Paris e identificado como H1LV-III o
mv- ataca el sistema de inmunidad de Ia persorui infectada, haciendola vul-
nerable a varios tipos de enfermedades, incluyendo Ia mencionada neumo-
nfa, el sarcoma de Kaposi y otras infecciones oportunistas que, tardeo o tem-
prano -en el caso del Sida declarado- terrninamn con su vida.
91
En estudios que se han realizado sobre pacientes con Sida y su contac-
to con familiares y trabajadores de Ia salud, se ha demostrado que el virus
no se trasmite por contacto casual (no sexual, ni contacto sangufneo) por
lo que es practicamente imposible adquirirlo por medio de Ia saliva, besos,
utensilios de cocina, apretones de mano, estomudos, ropa y otros.l El virus
es, en realidad, mas debil que el de Ia hepatitis en vista de que sus formas
de trasmisi6n son mas reducidas.
El virus, o los virus del Sida -en vista de que se ha identificado otro
similar pero antigenicamente diferente, el HIV2, que tambien causa Ia enfer-
medad-- pertenecen a Ia familia de los retrovirus. Estos son vin.ts con ARN
que poseen Ia "transcriptasa in versa", enzima cap8z de transcribir ARN vi-
ral en ADN viral, dentro de Ia cedula El ADN viral se'incorpora al ADN de
, Ia celula -principalmente Ia T4 del sistema inmunol6gico- como provirus
que pennanece Jatente durarite toda Ia Vida de Ia celula. La inf~i6n es de
por vida y el provirus puede convertirse en virus y atacar en cualquier mo~
mento, aunque se especula que el desencadenamiento de Ia enfermedad osci-
la entre pocos meses basta 10 0 mas ailos.3 Durante este intervalo, Ia perso-
na es asintomatica. o sea, no presenta evidencia de alguna erifermedad, pero
se sospecha que se mantiene contagiosa y que es capaz de infectar a aquellas
con las que sostenga relaciones intimas, en las que se produzca el intercam-
bio de sangre ~ de semen. Es por esto que muchas personas que se sienten
sanas, pero que estan infectadas, pueden diseminar Ia enfermedad sin saber-
h .
1. The Institure for Advanced Sludy of Human Sexuality, Spfe Sex ill the Age of
Aidl. (New Jersey: Citadel Pless, 1986).
2. Raymond Keith Brown. Am, C.C,, Qlld tlte Medicm Est~~blisluMIII (New
York: Rcbea Speliea' P\Jblisber, 1986). .
3. l..eonllldo Mala. "El llliaolcXSpico .mundo del Sida". Rwftbo CeJIII'-rictuto.
(Sin .be, Ccsta Rica, IS al 21 drmayo de 1987).
92
... La incidencia de Ia enfermedad en los,bomosexu3les se ~xplica, J~n
parte, porIa pnktica del sexo anal. Elrecto esQn 6rgaao vulnerable pores-
ta actividad a sufrir heridas y lesiones.por lo que el virus ~ncuentr3 &ran fa-
cilidad de entrar asien el torrente:Sanguineo. Una ;de las fliJlciopes fisiol6gi-
cas del semen es inmunosuprimirJocalmente el tracto genital f~menioo p~
ra que esta SllStancia no sea tratada como una proteina ex~aj'ja. En el c;.tSo
del scxo anal, el,semen iiU]lunos.uprime la mucosa rectal, fadlitando )a ab,-
sorcion del virus.en Ia circulaci6n y perrnitiendo,.de taLs11.erte.J'! inte~ci6n
de las celulas, T4 del sis~ma inmunol6gico. Aunquy en el ~ d~ Jarela-
ci6n vaginal Ia 'fuptura de la mucQS<l es menos fr~u~te, ~ eyide~cia;~pun
ta que Ia infecci6n es tam bien posible y que se esta convirti~ndo el) otra
fuente importante de contagia.
Los antecedentes
El sida apareci6, nos dice Dennis Altman, en' un periodo hist6rico
inuy particular que afectaria Ia tesptiesta social ala enferynedad y que atrasa-
rfa la campaf\a de prevenci6n en 'su contra.4 C~do se hizo evidente que Ia
trasmision del vinis era sexual o sangufnea y que la mejor pnictica para evi-
tarla era protegee al individuo por medio del uso de preservativos, de jerin-
gas individuates y de sangre no contamfnada (El examen para detectar anti-
cuerpos del virus y, por ende, de una J,osible infeccion se puso'en practica
en 1985), el mensaje no,. se disemin6 eri lbs Estados Unidos y en Costa Ri-
4. Dermis Altman, Aids in the Mind of America (Doubleday, Garden City, New
York: Anchor Press, 1986).
93
ca p0r muchos prejuicios y actitudes cUlttfi'ales. El caso seria atin mas seve-
ro en esie ultimo ~ que al ser dependiente cientiftea y econ6micamente
de Ia sooiedad l'iorteamericana, se vetfa expuesto a los prejuicios combina-
dos de am bas culturaS. En vez de baber aptOvechado Ia experiencia y la in-
fonnaci6n:del desarrollo de Ia enfermedad en los Estados Unidos, las autori-
dades deSaludde Costa Rica perdieron tin tiempo que podrian haber utiliza-
do para realizar una campafta de prevenci6n entre los grupos de alto riesgo.
Cuando decidieton; eni 987, iniciar esta tarea; era ya demasiado tarde para
evitar Ia epidemia. En'elaflo 1988 se hooia evidente que: el Sida empezaba a
atacaf'a' individuos de 4a poblaeioh heterosexual no hemofflicos, amen de
urios'60 casos entre homosexuales, bisexuales y hemofilicos.
Esta confianza en los servicios de salud haria que las autoridades en~
cargadas gozaran de una amplia libettad para tomar o no las mcdidas perti-
nentes en el caso de Ia prevenci6n y para que Ia sociedad, en general, tendic-
ra a no cuestionar estas decisiones. En el caso del Sida, los profesionales de
. Ia salud se enfrentarian con un complejo problema que trascendfa su especia-
lidad y sus conocimientos. Pero tales profesionales estaban :defllasiado ~cos
tumbrados a contar con una independencia en este campo como para permi-
tir el aporte y Ia participaci6n de otros ..especialistas. Tam bien existia cicrta
reticencia de los funcionarios acreer q!Jt; .una epide~ia estaba en ciemes.
Alin hasta }986, el Ministerio de Salud no mostn~ba may()r preocupaci6n
por el incremento de casos. de Sida y no scotia Ia necesidad de realizar una
campafia masiva de prevenci6n. Esto probarfa ser peligroso, ya, que en
1987. el Presidente. de Ia Comisi6n del Sida es~imaba que de continuar el
contagio, una de cada cuatro camas de los hospitales principales estaria ocu-
pada por IJil paciente de.Sid& en 1991.6
5. Chester Zelaya, editor, Costa Rica Contemporanea !!. (San Jose: Editorial Costa
Rica, 1979), pp. 85-86.
~. i:'
94
El pais se encontraba, asi, psiquicamente falto de preparaci6n para
afrontar una enfermedad que prometia poner a prueba todo el sistema de se-
guridad social.
Pero tam bien se encontraba sin los recursos financieros. En Costa Ri-
ca, la nacionalizaci6n de los servicios medicos desde 1942, habia creado
una instituci6n gigante: Ia Caja Costarricense de Segura Social, que presta-
ba servicios nacionalizados de salud,7 y que habia incrementado la cobertura
nacional del46% de la poblaci6n en 1970 a 85% en 1978. Estos servicios
se tomaron cada vez mas onerosos para el Estado, al punto que en la decada
del ochenta la Instituci6n afrontaba serios problemas fmancieros para soste-
nerse. Esta precaria situaci6n se pondria de manifiesto dunmte las adminis-
traciones de Carazo Odio (1978-1982), y de Monge Alvarez (1982-1986).
La Caja tuvo que realizar recortes importantes en su.personal y sus servi-
cios medicos. La crisis tam bien habfa afectado al gobiemo central y particu-
larmente al Ministerio de Salud, Ia otra entidad responsable de velar par Ia
salud ptiblica. Esta dificil coyuntura financiera mermaba los recursos dispo-
nibles para cualquier campafia de prevenci6n y, con mas razon, para una en-
fermedad que basta 1985 no cobraba aun ninguna victima en la sociedad cos-
tarricense.
95
contarilinaban Ia sangre y Ia cultura nacional con sus ideas comunistas. Los
negros enm vistos como seres inferiores a quienes se les debia prohibir in-
migrar al Valle Central con el fin de impedir Ia mezcla racial y 'man-
tener Ia pureza de Ia sangre espanola. Lo mismo se suscit6 con los chinos,
a los que el folclore nacional ha identificado con las pnicticas poco higieni-
cas en la com ida, Ia falta de bai'io y Ia suciedad. Estos prejuicios contribuye-.
ron; y contribuyen aun, a que Ia enfermedad se mire como un castigo para a-
queHos grupos que se perciben como inferiores y cuyas practicas son dife-
rentes. La salud se mira como un slmbolo de aprobaci6n divina a las pau~
tas, costumbres )licaracteristicas de Ia mayoria de Ia poblaci6ri. Esta vision
crea;;a la vez, una pel:igrosa dicotomia entre e'llos y nosotros, los sanos y
los enferfuos, y los buenos y los malos. La actitud desacelera asi todo es-
fuerzo nacional para contrarrestar enfermedades que seasocian con las mino-
rias y que aparentan lil1'litarse a estos grupos.
Cindy Patton, en su obra Sex and Germs. The Politics of Aids, sefia-
la que una raz6n adicional parafrenar Ia lucha solidaria contra el Sida ha si-
do Ia' tradici6Q occidental de erotofobia. s Segun ~lla, el termino puede ser de-
finido como "Ia aterradora e irracional reacci6n a lo er6tico". La cultura ju-
deo-cristiana ha desconfiado siempre del seJto, al que ha percibido como una
tentaci6n de Ia carne y de los sentidos para desviar Ia atenci6n de lo espiri-
tual y lo divino. El mismo Pablo opinaba que Ia mejor altemativa para el
cristiano era Ia abstinencia y la segunda mejor, si nose tenia el caracter pa-
ra cont{mer el deSe<>, el sexo procreador en el matrimonio. Todo lo que re-
presentara placer y sexo no procreador era condenado y reprimido.
8. Cindy Pauon, Sex and Germs (Boston: South End Press, 1985), pp. 103-118.
96
ria explotada y dominada. El historiador Stanislav Andreski9 afmna que la
diseminaci6n de la sifilis en la Europa renacentista fue un factor importante
para la aparici6n del puritanismo. El temor a las enfermedades venereas fue
un arma Po<terosa para promover Ia restricci6n sexual, basta el descubri-
miento de los antibi6ticos que con los metodos anticonccptivos ayudaron a
que se diera la "revoluci6n permisiva" de los sesentas y setentas.
El reaganismo
No se podria escribir una historia del Sida que deje por fuera la in-
fluencia de la Administraci6n Ronald Reagan en su campai'ia de prevenci6n
e. investigaci6n. Este gobierno norteamericano seria el primero en Occiden-
te que se enfrentaria con el virus. En vista de que Estados Unidos se ha
mantenido como el pais mas azotadG y el que cuenta con mas recursos tec-
nicos para enfrentarlo, su actitud ante el Sida ha tenido y tiene una influen-
cia inconmensurable en Costa Rica. La politica de ese gobiemo serviria
como ejemplo, tanto en lo negativo como en lo positivo.
97
El reaganismo, mas que un gobiemo, represent6 el auge de una ideo-
logia conservadora, apoyada por Ia nueva derecha y surgida como una reac-
ci6n contra elliberalismo estadounidense de los afios setentas. El reaganis-
mo calific6 al gobiemo federal con su intervenci6n y regulaci6n "excesi-
vas" en el mercado, como una de las razones del declive econ6mico y moral
del pafs. Ademas, culp6 a los liberales "blandos" y "suaves" por las humi-
llaciones en Nicaragua y en Iran, pafses aliados que se tomaron, por Ia su-
puesta actitud pusilanime del Presidente Carter y los liberales, en regime-
nes revolucionarios y antinorteamericanos. Segtin Reagan, elgobiemo esta-
dounidense debia dejar atras sus sentimientos de culpa por Ia intervenci6n
fallida en VietNam y volver a su politica de mano dura para asi ser respcta-
do. Esto solo se lograria por medio de un incremento en el poderio militar
estadounidense y una vuelta a los valores tradicionales. Su lema fue: paz
por medio de Ia fuerza.ll
En vista de estos principios, Ia Administraci6n Reagan empez6 a dis-
minuir el apoyo federal a los sectores mas desprotegidos. Se adujo que las
subvenciones hacen mas dependientes del Estado a los individuos y mer-
man su capacidad creativa. Por eso se establecieron recortes de ayuda federal
para Ia medicina y para otros programas que el Presidente consider6 como
subsidios a Ia poblaci6n. Esto incidiria en que cuando el Sida fue identifica-
do como una nueva y temible enfermedad, Ia ayuda que se le otorgaria a su
investigaci6n y prevenci6n fuese insuficiente. En 1982, el gobiemo otorga-
rfa tinicamente 5.5. millones de d6lares al Center for Disease Control y al
National Institute of Health, las entidades encargadas de velar por Ia salud
publica.l2 Para 1985, Ia suma ascendi6 a 96 millones de d6lares, tambien
una cantidad escasa en vista de que s6lo el presupuesto del National Institu-
te of Health era de 3 mil millones de d6lares. Vale Ia pena sei'ialar que esta
cantidad fue aprobada por el Congreso, en desacuerdo con los deseos del Pre-
sidente, quien atin en 1985 se oponia a mencionar el nombre del Sida y los
peligros de esta epidemia -que ya cobraba mas de 20.000 casos y se estima-
ba en 400.000 el ntimero de infectados-. Si el mismo Presidente de Ia naci6n
mas afectada bacia caso omiso del Sida, l,que otro gobiemo no lo haria?
Pero el reaganismo no fall6 en enfrentarse a Ia epidemia tinicamente
por su abstinenciil fiscal. La ideologia conservadora ponia mucho enfasis
en Ia necesidad de volver a los principios "tradicionales" norteamericanos,
como panacya para fortalecer su economfa y su sociedad. El Presidente de-
ll. Ibid, capitulo 2.
12. Ibid.
98
fendia Ia familia y Ia religion como baluart.es de Ia naci6n. En ra7.6n de
ello, se tach6 como perjudieiales todos los logros alcanzados en el campo
de Ia mujer --como el aborto,Ja igualdad de oportunidades en el trabajo, las
!eyes contra el abuso sexual, y las cuotas de representaci6n-; los avances
en el area de Ia discriminaci6n racial; --como Ia obligatoriedad de integrar ra-
cialmente las escuelas, la de establecer cuotas de trabajos para las minorias
y otros programas de becas y ayudas para los negros-; y los logros en el do-
minio de los derechos civiles, como lo. bacia el movimiento gay estadouni-
dense con su lucha por obtener una protecci6n del Estado en contra de Ia dis-
crimaci6n legal, social y religiosa.
La idea del reaganismo era que el pais debia volver al ut6pico pasado
en el que los hombres eran vaqueros y las mujeres, damas. El Presidente de-
fendfa el principio de que los, nit\os debian rezar en las escuelas, pnictica
que se habia probibido en. vista de Ia separaci6n legal del Estado y la reli
gi6n. Se ati<Pba una epoca mftica en que los valores del trabajo, Ia familia
y de Dios eran los m6viles principales para bacer a Estados Unidos otra vez
fuerte y competitivo.
99
comunistaen Centroamerica. AI mismo tiempo, los "escandalo."'" acerca de
Ia supuesta perdida delos valores:morales tradicionales funcionanlan como
una cortina de humo para disttaer el descontento popular.
Nos dice Cindy Pattonl3 que una de las caracteristicas de los cristia-
nos fWKtamentalistas y de los ide61ogos neopopulistas de derecha es su ob-
sesi6n por el cuerpo. Mientras Ia izquierda se preocupa por el estudio de los
procesos, los derethistas se concenttan en lo corporal. El control de lo fisi-
co es su meta: Ia nueva derecha apoya Ia pena de muerte, se opone al abor-_
to, pide castigos ffsicos contra el sexo "no aprobado '', o sea aquel que ,se ha-
-ce por placer y fuera del matrimonio, y se opone a destinar fondos para Ia
lucha contta-elSida. Esto significadejara los homosexuales y drogadictos
morir por supecado. Estos grupos ideol6gicos juegan con el eufemismo de
que el Sida es producido no por un virus, sino que por un estilo de vida. A
Ia vez, equiparan los derechos civiles gays con Ia destrucci6n.
100
La sistematica desinfonnaci6n y la distorsi6n descabellada de los re-
portes medicos que manipula Ia derecha, borran Ia distinci6n que existe en-
tre la transmisi6n de un agente etiol6gico durante la actividad sexualy los
actos sexuales mismos. Su mensaje es que el hon:wsexualismo produce el
Sida. Una vez que el virus pasa a un segundo plano, Ia en(ermedad se con-
vierte en la prueba calvinista del pecado. ~a muerte es asi vista como el cas-
tigo 16gico para la inmoralidad de los pecadores, pero una horrible parodia
para los "inocentes" que mueren contagiados por "estos" ..
101
gays.IS Quesada aducfa que el virus se trdSmitfa por Ia saliva, un estomudo
o el piquete de un mosquito y Pedfa Ia clausura inmediata de todos los esta-
blecimientos gays. La epidemia se afribufa a los Mmosexuales, a pesar
de
que la inayorfa de los padentes con Sida en Costa Rica hasta Ia fecha eran
hemofilicos y'no seria sino hasta finales de 1987 que el numero de casos de
gays superarfa al de los hemofilicos.
17. Ibid.
102
sistema inmunol6gico y exponen a los individuos a las enfennedades, desde
el resfrio comun basta el cancer y --quiz8s-- el mismo Sida. Se podria hipo-
tetizar que el virus encontr6 en Ia poblaci6n homosexual de Occidente un
puerto de flicil entrada por su condici6n marginal y su estado de aislamiento
cultural. No es desconocioo que los oomosexuales son discriminaoos por el
cuerpo medico y que recur:ren a el como ultimo recurso, especialmente cuan-
do tienen que tratar enferrnedades de transmisi6n sexual. La medicinacomo
instifuci6n es sumamente conservadora y h\s mismas feministils han demos-
trado c6mo las mujeres son discriminadas por esta con respecto al trata-
miento y basta ta medicina que se les receta. Mochas de las operaciones que
se les practica no son necesarias y los doctores tienden a ptestatle mlis im-
portancia a los sintomas de sus paeientes hombres que al <te las feminas.
Ante sintomas iguales, los medicos psiquiatras prescriben callnantes mas
fueites a las mujeres; mochas de las mastectomias radicales que practican
los onc6logos son innecesarias.
Si esto sucede con las mujeres, Ia actitud bacia los gays es aun peor.
La homofobia que tienen los doctores se hizo evidente en Costa Rica por
medio de una encuesta realizada en 1987, Ia que seflal6 que el 25 por ciento
de los galenos consideraba que los homosexuales debian ser puestos en cua-
rentena para evitar el Sida.IS No es de extrai'lar, entonces, que Ia poblaci6n
gay acuda a los hospitales cuando ya algona enfennedad de indole sexual es-
tli deelarada. Con esta actitud, Ia poblaci6n no practica una medicinapreven-
tiva, ni siquiera tiene acceso a Ia Ultima inforrnaci6ri de las enferlnedades se-
xuales. Los gays, asi, tienden a acudir tarde donde el medico y su conducta
no es del todo producto de su irresponsabilidad.
..
18. Mauricio Frajman e~. al., "Conocimiento de los profesionales de Salud sobre el
Sida".
103
El Sida en Costa Rica
Es irnportante sei'ialar el hecho de que el factor principal, segun los
especialistas David G. Ostrow y Jill Joseph,I9 que explica los carnbios en
las pnictic~ sexuales de los gays es tener una actitud positiva y organiza-
ciones politicas que los representen. En las urbes norteamericanas donde
los grupos gays organizados se incorporaron tempranalllente y de lleno en
la carnpafia de prevenci6n, la incidencia de infecci6n sufri6 las bajas mas
drarnaticas. En San Francisco, el contagio entre hombres gays se redujo de
20 por ciento en 1983, 4 por ciento en 1986, a menos .del 1 por ciento en
1987~ En Nueva York, el Blood Center inform6 que la zeroconversi6n
entre.los gays se desplom6 de 6.6 por ciento en 1984 a menos ctel 1 por
ciento en 1987.20 En estas ciudades el contagio entre los gays se habia dete-
nido.
19. Richard Goldstein, "State of emergency". Village Voice (New York, junio 30,
1987), p. 21.
;
20. Ibid.
104
donde se respiraeledio hace que los mismos discriminados aprendan a acep-
tarlo. Por esta raz6n es que los gays desarrollan, generalmente, una baja au-
toestima y muesttan sfntornu de depresi6n, de culpa. de miedo. Estos senti-
mientos no s6lo merman Ia capacidad de resistir w enfennedades, sino tam-
bi~n Ia de protegerse contta ellu. El odio internalizado corroe a Ia vez Ia so- ..
lidaridad con otros. gays que son vistos como seres tambi~n inferiores y IIe-
va a Ia persona a Ia autodestrucci6n por medio de Ia droga, el licor y el
scm compulsivo. Los gays que no se aceptan como &ales y viven negando
o escondiendo su identidad, tendnln una predisposici6n a negar ooas realida~
des como, por ejemplo, el mismo Sida. Cuando alguien reprime los aspec-
tos 4lgidos de su vida se le hace muy dificil discemir el.peligro de su con-
ducta. Por es1a raz6n, es de vital importancia que Ia persona aprenda a que-
rerse a si misma, a respetar su identidad y su cuerpo, a solidarizarse con
otros de su comtDlidad y a defender sus derechos ante Ia sociedad. Solo asi
Ia poblaci6n gay podni defenderse contta una epidemia como el Sida y ~sta
ha sido el mejor rOOtodo pOOado pua combatirla.
105
los sectores gays del peligro del contagio con extranjep o en el exterior.
Entre los temas que se pueden enfatizar, estarian Ja importancia de la fideli-
dad entre las parejas, el fm de las relaciones con extranjeros o con extraflos,
las medidas asCpticas indispensables, la.necesidad de examenes m&licos pe-
.. ri6dicos y ottos relacionados con Ia prevenci6n". Concluian los gays afrr-
mando que "Existe una masa homosexual desinformada, que no sabe lo que
esta pasando y que requiere de programas que Ia gufen" .ZJ.
A pesar de estas sugerencias, el regimen del Presidentc Monge Alva-
rez hizo caso omiso y concluyo su periodo, en 1986, sin haber realizado
una campatla de prevenci6n. El pais tenia problemas graves que solucionar,
como Ia crisis financiera heredada del gobierno anteri<X" y la guerra centtoa-
mericanaque amenazabala seguridadnacional. La percepci6n quecundfaera
que el homosexualismo no tenia canicter endemico en Costa Rica, que no
existian aqui las condiciones para el desarrollo de la epidemia, y que el nu-
mero de casos reportados basta ese aflo, era demasiado pequefto como para
provocar alarma. El Ministro de Salud de ese gobiemo, Dr. Juan Jaramillo,
opinaba que otras enfermedades eran mas graves para el pais, como el caso
de Ia erupci6n del dengue o Ia desnutricion infantil. En cuanro a dialogar
con Ia comunidad gay, Ia homofobia que se acentuaba en el pais por los re-
portes de Ia prensa estadounidense, el panico inicial de que el contacto ca-
sual con los gays causaria el Sida, Ia posici6n antihomosexual de los gru-
pos protestantes y cat6licos, y Ia ignorancia absoluta acerca del homosexua-
lismo, convirtieron el dialogo en un sueno de opio.
106
El reporte Kinsey encontr6 que el 50 por ciento de-los hombres no'
son exclusivamente heterosexuales durante su vida adulta. El37 por ciento
ha tenido por lo menos algunas experiencias homosexuales'que los ha neva-
do al orgasmo, entre Ia adolescencia y Ia vejez. El 18 por ciento tiene por
lo menos tanta actividad homosexual como heterosexual durante tres ai'los
por lo menos. El 18 por ciento tiene mas relaciones hotnosexuales que be-
terosexuales durante un minimo de tres anos. EI 8 por ciento de los hom-
bres son exclusivamehte horilosexuales durante tres alios al menos, micn-
tms queet4 por ciento son exclusivamente homosexuhles durarite toda su
~z , .
Este trabajo evidenci6 que los actos holnosexuales estan muy extcndi~
dos en la poblaci6n y que, ademas, existe un pluralismo sexual en Ia socic-
dad que incluye desde el tipo predOitlinantemente homosexual basta: el predo-
minantemente heteroSexual, y que abarca a aquellos que son basicamente bi-
sexuales.
23. Suwil Beltavior ill tM Humat~ Male. A. C. Kinsey et al. (Saunders; Philadel-
phia, 1948).
107
Represi6n del Gobierno de
Arias Sanchez
En Costa Rica, el homosexualismo se ha mantenido como tema ta-
bU, a diferencia de 10$ Estados Unidos y algunos paises europeos. Estiis na-
ciones inkiaron, desde el afio 1860,. una t{adicion medica que tambien se
prpbaria como infundada de enfocar el homosexualismo como una patolo-
gia y no comqun acto criminal, mien~as que en Costa _Rica ips,medios d~
comunicacion y el gobiemo han insistido en continuar proyectando Ia ima-
gen del homosexual como un drogadicto o un criminal, vinculacion que
cua}quier ~studio cientifico prueba como falaz,.
Estas tacticas fueron precisarnente las que llevaron a loS iupos g~ys .
nortearnericanos, e.n 1969, a instaurar su movimiento de liberaci6n, cuando
la policfa-corno tant.aS veces- decidio hacer una redada en el bar "Stone-
wall" de Nueva York. Esta prometia ser una redada ordinaria porque los
agentes del orden sabfan que los homosexuales, por su miedo a ser expues-
tos, nunca protestaban. Sin embargo, esa noche sf lo hicieron y ocurrieron
disturbios durante tres dias en ese sector de la ciudad. La rebeli6n armada de
los gays estadounidenses fue el detonante que iniciaria Ia lucha polftica
abiena que habria de termimu: con las redadas en ese pais y en ()tros paises
occidentales.
108
La situaci6n se vendria a deteriorar en Costa Rica cuando, a mediados
de 1986, el Dr. Edgar Mohs asumi6 el Ministerio de Salud. La homofobia
de Mohs se haria evidente tan pronto ocup6 el cargo y anunciaba, el 2 de
agosto de 1986 en el peri6dico La Naci6n, que cerraria todos los estableci-
mientos gays. Mas adelante, el18 de febrero de 1987, el Ministro mostra-
ba su subjetividad al hacer Ia absurda observaci6n al peri6dico de que habia
en San Jose mas prostitutos que prostitutas y que las dos terceras partes de
los prosbbulos en Ia ciudad eran de homosexuales.
109
Durante los primeros meses de 1987, el gobiemo inici6 una serie de
redadas contra estos establecimientos. Los primeros bares en sufrir el ace-
cho fueron Julian's y La Avispa. El hecho de que este Ultimo fuese redado
probaba Ia intenci6n politica represora del gobiemo. La Avispa es unbar
de mujeres y las lesbianas constituyen el sector menos expuesto al conta-
gio del Sida. Sin embargo, varias mujeres fueron encarceladas esa noche.
Una de elias, profesional que laboraba para una organizaci6n intemacional,
fue arrestada porno llevar consigo una orden patronal extendida por el Segu-
ro Social. Aunque a nadie se le puede detener en Costa Rica por no llevar
consigo esta orden, Ia vfctima opt6 por no demandar a Ia policia en raz6n
del consejo de su abogado de que podria perder mas con su exposici6n co-
mo lesbiana.
En rnarzo 14, del mismo atlo, La T<ne fue redada. Este bar que sirve
a una clientela de clase media y profesional simbolizaba el centro mas im-
portante de Ia comunidad gay del pais. Pese a su caracter socioecon6mico
importante, 253 personas fueron arrestadas y llevadas a la Detenci6n Gene-
ral, ante Ia presencia de las camaras de televisiOn y del Viceministro Ra-
mos, quien vicariamente observaba el attopello. Aunque se l:levarfa a juido
a la policia por este operativo, s6lo un individuo se atreveria a presentar la
demanda. Esta terminaria siendo archivada por el juez de curso. Esta acci6n
provocaria Ia ira de varios miemlx'os de Ia comunidad y terminarfa sirvien-
do como el factor que organizarfa polfticamente a los pys costarricenses,
aspecto que se ana1izara en Otto capitulo.
Pero esto no serfa lo peor. Las redadas 11iciaon que cieneos de hom-
Ins pys, dispuesaos a pncticarse voluntar:ilmeale los edmenes de ~~~~~~~"
llllpez81811 a desconfiar de Ia Comisi6n Nacional del Sida y del Miniseerio
110
de Salud, al temer que con s6lo presentarse en sus laboratorios serian identi-
ficados, acosados y perseguidos. El mismo Presidente de la Comisi6n, Dr.
Leonardo Mata, reconoceria meses despues la perdida de voluntarios gays
para los examenes de sangre y Ia inconveniencia de esta politica para la lu-
cha contra el Sida.
111
Pero las redadas y los ataques "ideol6gicos" contra los gays de Ia nue-
va Administraci6n avivaban Ia imaginaci6n de Ia poblaci6n acerca de Ia per-
sonalidad gay y del tipo de conducta que se dcsarrollaba en los bares, hacien-
da creer al publico que los gays practicaban orgia<> y bacanales, corrupci6n
de menores y todo tipo de actividad sexual en estos u otros lugares,lo cual
era totalmente falso. La mentira lleg6 al colmo cuando, despues de Ia reda-
da en el bar La Torre, el peri6dico amarillista La Extra informaba que se
descubrieron 300 hombres vestidos de mujer.25 El gobiemo legitimizaba
asi los temores y miedos de Ia sociedad acerca del homosexualismo, raciona-
lizando Ia redada con base en mentiras prefabricadas. Los gays fueron pre-
sentados al publico como animales lujuriosos, irresponsables y supersexua-
lizados, incapaces de autocontrol. El mensaje era que s6lo Ia represi6n po-
dria hacerlos cambiar de practicas. A nadie se le ocurri6 preguntarle a ese
gobiemo si habia hecho ni siquiera el minimo esfuerzo para iniciar un dia-
logo y una campai'ia de prevenci6n en Ia comunidad gay. La prensa, hacien-
dose eco de Ia homofobia e histeria del regimen, aplaudia, por el contrario,
las medidas represoras,la obligatoriedad de los examenes de sangre y Ia mis-
ma violaci6n de los derechos civiles. Si los homosexuales eran presentados
como criminates, Ia democracia costarricense no tenia por que abochomarse
de tratarlos como tales.
La campai'ia antihomosexual tambien aumentaria los prejuicios de
los profesionales de salud y deterioraria el servicio medico para los sidiati-
cos gays. En los hospitales,la histeria del Sida hizo que decenas de enfer-
meras, medicos y asistentes de laboratorios, rehusaran atender a los pacien-
tes. Aunque el Sida no se contagia por el contacto casual, a los pacientes se
les trat6 como leprosos~ Algunos doctores optaron por no atender este tipo
de casos. Muchos miembros del personal paramedico se negaron a limpiar
a los enfermos y hacerles examenes de laboratorio, o siquiera ~rvirles Ia co-
mida. El mal trato, Ia burla, el chiste y Ia soma acompai'iaron a los gays en
estos hospitales. Los profesionales de Ia salud, envenenados por una prensa
y. gobiemo subjetivos, ventilaron de esta manera sus propios temores y
miedos acerca del contagia del Sida o del mismo homosexualismo. La dis-
criminaci6n se ha hecho tan insoportable que ya, para 1988, varios hom-
bres gays preferian morir en su casa antes de intemarse en estos hospitales.
112
a "revisar" sus membresfas y a expulsar a los gays que hacfan allf sus ejer-
cicios. Algunas familias les solicitaron a sus hijos homosexuales que bus-.
caran casa aparte o cesaran sus relaciones sociales con ellos. Varias institu-
ciones publicas despidieron a sus empleados con base en distintos subterfu-
gios. Lo mismo sucedi6 en los centros de educaci6n, en donde se aducfa te-
mor de que el maestro gay violarfa a sus alumnos. La empresa privada hizo
lo mismo, aunque sin necesidad de recurrir a este tipo de excusas y muchos
individuos se encontraron de subito sin trabajo. El panico y Ia represi6n se
extendi6 mas alia del grupo de alto riesgo. La policfa empez6 a acechar y a
realizar redadas contra las lesbianas, un grupo de bajfsimo riesgo -mucho
menor que el de las mujeres heterosexuales- de contraer el Sida. Costa Rica
y bajo el auspicio del gobiemo de un hombre que ganarfa nada menos que
el Premio Nobel de Ia Paz por sus esfuerzos en terminar Ia violencia y Ia
guerra en Centro America, se tomaba en un campo de concentraci6n para
los gays. El Sida y Ia homofobia no ofrecfarl escapatoria. A partir de Ia se-
gunda mitad de 1987 y extendiendose basta abril de 1988, cuatro hombres
gays fueron asesinados misteriosamente y sin que se haya encontrado al cul-
pable.
113
ci6n pero se insinuaba que los "gays" eran profesionales y artistas y los ho-
mosexuales, travestidos y criminales. El mismo Ministto de Salud, Edgar
Mobs, que en 1987 seftalaba que Ia poblaciOn gay del pais era de 15.000 in-
dividuos, ya para 1988 decia que esta era el 10 por ciento de Ia pobla-
ci6n.z7 Esta confusiOn de cifras y de tipologfa homosexual escondia una rea-
lidad contundente: ni los mas supuestamente informados del tema sabian
mucho de 6l..
114
todo el cuestionamiento que los pys repreaenu en el paiJiln:ado. Ahara
se bacia necesario discutir sabre los roles sexuales, Ia orienllclcSn sexual y
1a homofobia. Las protestas de los mismos pys acen:a de Ia persecuci<in y
1a de los grupos progresistu que los acuerpaban ponfan en evidencia Ia cara
mas fea del palriarcado: 1a violencia. I..as mujea feminislas que gradual-
mente veni'an proteStando oontra su represi6n empezaron a oonsidelw las co-
, nexiones con Ia de los gays. En Ia carla publicada el S de abril en el peri6di-
co La NadOn y que denunci6 1&1 redadas policiacas contra los laa, que se
analizar4 en el capiaulo 9, otros miemlros de las mincrias empez11011 a dar
Ia cara por los homosexuales. Miembros y profesionales deSiaeados de las
comunidades judfas y negru finnaron 1a petici6n, insinuando que Ia perse-
cuci6n de una minoria ponia en peligro a las demu. La misma izquierda
costarricense, reacia a profundizar sobre los vfnculos entte capitalismo, he-
terosexismo y feminismo, daba seflales de apertura al unirse algunos de sus
lideres a Ia protesta y a mostrar su incomodidad ante Ia persecuci6n civil
del regimen. E1 Sida abria una caja de Pandora en Costa Rica. La sociedad
empezaba lentamente a cuestionarse su actitud ante los gays; las familias
se dividian con respecto al tratamiento de sus miembros homosexuales;
tambien en ellugar de trabajo nacia una polemica con respecto a Ia actitud
por tomar con los colegas, y basta en el mismo seno del gobiemo, algunos
ministros se opusieron a Ia mano dum que habia aplicado el Ministro de
GobernaciOO Rolando Ramirez y su Viceministro, Alvaro Ramos, en Ia
campatla de persecucioo contra los gays.
l15
No s6lo el examen obligatorio amenazaba los derechos civiles de los
ciudadanos, sino que era muy oneroso. Varios medicos y microbi6logos lo
consideraron, en carta enviada al Ministro, una perdida de recursos en vista
de que ya, por medio del amilisis de los donantes de sangre, se sabia el por-
centaje de zeropositivos en una poblaci6n amplia del pais.29 Estos profesio-
nales manifestaron no entender para que el Estado gastaba cientos de miles
de d6lares en realizar examenes en grupos abiertos, cuando Ia incidencia de
zeropositivos seria Ia misma y el problema se sabia circunscrito aun a los
grupos de alto riesgo. A estos especialistas de Ia salud se les bacia dificil
creer que las verdaderas intenciones del gobiemo eran mas que todo poli-
ticas ya que buscaban identificar a los homosexuales, aspecto que no po-
dian hacer por Ia dificultad de vincular Ia sangre contaminada con los do-
nantes.
30. El folleto que se envi6 ni siquiera estaba dirigido para los homosexuales. Fue to
mado de las indicaciones preventivas del libro Safe Sex in the Age of Aids. F01
Men and Women, publicado por el Institute for Advanced Study of Human Sexua
lity, Citadel Press, Secaucus, Nueva Jersey, 1986.
116
tadounidcnse contra el Sida giro hacia su "deshomosexualizaci6n" y de ha-
cer consciente ala poblacion de que el Sida era causado por un virus y que
cualquiera podia infectarse. Este proceso fnfluiria en Costa Rica, ya que to-
de la infonnaci6n cientifica de la enfermedad proviene de los Estados Unidos
y de Francia y los dirigentes publicos de Ia salud acuden a todos los congre-
sos sobre epidemias y deben mostrarse mas "civilizados" ante sus colegas
del Primer Mundo, para continuar recibiendo invitaciones, d6lares y tique-
tes aereos, por lo que era necesario realizar una campai'ia acorde. Por esta ra-
z6n, el Ministerio de Salud archiv6 en el armario sus antiguos afiches de
"evite el Sida, evite contacto con homosexuales" por una propaganda mas
cientifica: "No muera por ignorancia", en Ia que se informaba, final mente,
que Ia mejor protecci6n, despues de la abstinencia, era el uso del preservati-
vo o cond6n,31 Esta campai'ia estaba orientada hacia Ia comunidad heterose-
xual en vista de que Ia tinica referenda en el folleto a los homosexuales era
la que indicaba que "los hombres que tienen sexo anal con hombres" tienen
el mayor riesgo de contraer el Sida. Pero en su aspecto positivo, el mate-
rial seftalaba que el Sida noes una enfermedad que afecta s6lo a los homo-
sexuales.
31. Sida: no muera por ignorancia. Comisi6n del Sida, Ministerio de Salud, Costa
Rica, marzo de 1987.
117
El papel de la psiquiatria
4
De Ulrichs a Jung
119
bargo, con Ia reunificacion de Alemania en 1871, bajo el dominio prusia-
no, Ia nueva nacion adoptaria Ia legislacion antihomosexual.
120
disciplina f~mplazarfa a Ia Iglesia como instituci6n de control de la pobla-
ci6n. La psiquiat:ria, de la misma manera que Ia Inquisic:i6n prometia Ia COil"
version de los :inconformes por medio .~ Ia cura que no seria otra cosa
II II,
121
en el exttanjero y de que Ia disciplina psiqui4uica se sustenplba en los mo-
delos europeo y nortalneriamo, las auevastesis que vefan Ia bomosexuali-
dad como una altemaliva no ~nte patoldg:iea y que no tenia por
que modificarse, fueron ganando sustento.'Algunos psiquiatras empezaron a
ofrecer un mayor apoyo a Ia homosexualidad de sus pacientes y a reforzar
am su autoestima.
!.
Ottos pacientes;renterados de las nuevas concepciones europeas, em-
pezaron a demandar mupoyo de sus terapeutas. Esta rettoalirnentacidn en-
tre terapeuta y paciente lograria intensificar cada vez mas Ja consciencia de Ia
opresi6n e injusticia de Ia actitud sociat ante los homosexuales. Quizas sin
haberselo propuesto, algunos consultorios psiquiatricos se convertirian en
semilleros de una consciencia gay mas positiva.
Se inicia el debate
La "m~calizaci6n" de Ia hOmosexualidad en el siglo pasado se ini-
ci6, parad6jicamerit.e, con el intento de varios doctores alemanes, muchos
de ellos homosexuales, de impedir que la nueva naci6n alemana optara por
su criminalizaci6n .. Siguiendo el modelo del parrafo 143 prusiano, a finales
de 1860 se redact6 un nuevo c6digo penal para Ia Federaci6~ Alemana del
Norte que declaraba que los actos homosexuales (entre.hom6res) eran deli-
to. En 1871, esta suposici6n se incluy6 como el parrafo 175 del nuevo c6-
digo del Segundo Reich.
122
nistro de Justicia de Hannover. En esta misiva de 1869, Benlcert utiliz6 por
vez primera el tennino "homosexual" para defender los derechos de Ia mino-
ria, argumentando que "el Estado no debe intervenir en los dormitorios de
los ciudadanos". Benkert inici6, por au parte, Ia discusi6n publica de Ia te-
sis de que Ia homosexualidad era innata, no aprendi~ por lo que era in-
justo perseguir a quienes Ia padecian. El medico, a su vez, advertia que una
sociedad que castiga al homosexual se encuentra en Ia parad6jica situaci6n
de condenar a decenas de figuras capitales de Ia historia como Alejandro
Magno, Napole6n I, Miguel Angel, Catalina La Grande, Luis XVI, Byron,
Shakespeare o Eugenio Sue. Benkert concluia con Ia advertencia de que "si
tales personas han sido merecedoras de Ia carcel, entonces todo lo que nos
han contado acerca de nuestra historia noes mas que una sarta de mentiras".
De esta fonna el medico pedia Ia supresi6n del p8rrafo 175.3
Ahora bien, Ia tesis de que Ia persona gay era una entidad clinica apar-
te, Benkert Ia habia aprendido de otro medico aleman, Karl Henrich Ul-
richs. Sus escritos, que influyeron en el mismo Benkert, constituyen el tra-
bajo mas voluminoso sobre el tema. Entre ios aflos 1864 y 1879 Ulrichs
public6 doce voh1menes sobre Ia homosexualidad, titulados en forma colec-
tiva "Estudios sociales y juridicos sobre el enigma del amor entre hombres.
Vindez e Inclusa" .4
4. Ibid, p. 8.
123
hombre normal o Dioning llamado Uraniaster cuando adquiere las tenden-
cias Uming (homosexuales); b) Umings y c) Urano - dionings, .aquellos
que nacen con Ia capacidad para am bas orientaciones (bisexuales). Los ura-
nios se dividian, a su vez, en cuatro categorias: a) el Mannling, aquel que
es masculino en apariencia y mentalidad; b) el Zwischen-Uming, que es un
tipo intermedio entre los dos anteriores y d) el Urning Virilizante, un ura-
nio que.adquiere el habito "normal", o sea, que deviene heterosexual.6
7. James D. STEAKLEY, p. 2.
9. Ibid. p. 47.
124
vo de acuerdo con Ia tesis de Ulrichs de que Ia homosexualidad era congeni-
ta aunque producto, segtin el, de problemas hormonales. En 1919, Hirsch-
feld fundo el Instituto de Ciencia Sexual, el primero en Ia historia para el
estudio cientifico de Ia sexualidad humana. El lnstituto se convertirfa en un
archivo de toda clase de documentacion relacionada con Ia sexologfa y serfa
el precursor del Instituto de Investigacion Sexual de Kinsey. En vista de Ia
reputacion profesional de su fundador, Ia tesis de que el homosexualismo
era una inversion del instinto, congenito e irnposible de modificar, gano el
peso academico entre los especialistas del tema.
11. HAVELOCK ElliS, Psychology of Sex (New York: A Mentor Book, 1964), p.
161.
125
Ellis, ademas, consider6 el homosexualismo como una anomalia
y desviaci6n del instinto "normal", pero de poca consecuencia. Su tesis era
que "los invertidos podian ser normales y saludables en todos los aspectos
fuera de esta aberraci6n (sexual) especial",l2 y su divergencia no significaba
mas que la que una persona dalt6nica tenia de la normalidad. La mayoria de
los homosexuales, concedia Ellis, nose ponian "en las manos de un medi-
co" y su inteligencia era generalmente "del promedio, o mas quizas, del res-
to de la poblaci6n" .J3 Ellis se esforz6 en demostrar que los "invertidos"
eran gente conuin y corriente en todo, salvo en su conducta sexual. El sex6-
logo reconocia que la homosexualidad era tratada con "reverencia" en otras
culturas antiguas y primitivas y que de todas las aberraciones era la que
"mas satisfacci6n" proporcionaba, por lo que se encontraba mas cerca de la
normalidad.J4 Junto con Edward Cmpenter, el famoso poeta ingles, empren-
di6 una carnt>atla en favor de la liberaci6n gay, que se vio consolidada con
la apertura del Instituto Britanico para el Estudio de la Psicologia Sexual.
13. Ibid.
14. Ibid.
126
ron interesantes y asombrosas; y t.inicamente por el conoci-
miento de sus escritos es que me he dedicado a los estudios en
esta tan importante area.15
16. Jaime SMITH, "Psiquiatrfa y homosexualidad, Desde Krafft - Ebing basta el Ma-
nual -ill (DSM-lllY' en Sexua/idad y Educaciml S~, N2 3 (Bogota, Colom-
bia, 1980), p. 4.
,.
17. Rooal.d BAYER. Homosexuality and American Psychiatry (New York: Basic Bo-
oks Inc., 1981), p. 19.
18. Ibid.
127
1a consulta m6dica".l9 El psiquiatta beelines, a diferencia de Krafft-Eb.in,
opinaba que esta psicopatologfa como las ottas, debfa tmtarse no en asilos,
sino en clfnicas ambulantes.2D
20. Ibid. p. 9.
22. Ibid.
23. Ibid.
128
sos aliados utilizarm,Ja teafa de Ia constitbcionalidad del hombre para ata-
car el discutso punitive del Estado y sus condenas penales: no debia casti-
garse como un crimen algo que estaba mas ana de Ja volici6n de lOs indivi-
duos.
La teoria freudiana
No se ptJede~ enteiuler -nos dice l1i feminista Juliet Mitchell-la tesis
de .Freud aeeri:a de 1a sexualidad y 1a femiindad sin analizar sus dOs teoiias
fundanientales: Ja riatulaleza y' las leyes. que gobiernan el ihconsciente_ y el
SigJ)ificado de-~ sexwilidad en Ia vi<Ja humana2S Tampoco 'podemos apre~
bender las implicaciones 'de Ia teOria freudiana SObre Ia hornosexualidad si
no realizamos esta tarea. Freud, el padre de Ia psicologia tambien drigin6
las tesis, "modemas" de \a homosexualj.~; de alli que su contribuci6n a Ia
(ormac~6n de Ia identid3d gay contetllponinea e8' simplemente inmensura-
ble. Sinem~go, ta.s tesis originates de esie cierif!fico hari sidci tan simpli-
ficad3s y tergive'rsadas pot sus "discipulos" que es crucial anali'tarlas con ex-
trem.o cuidado para sopesar sus implicaciones. '
25. Juliet MITCHELL, Psychoanalysis and Feminism (New Yorlc Vintage Books,
1975).
26. J.A.C. BROWN, Freud and the Post-Frew:lians (Baltimore: Penguin Books,
1961), p. 18.
129
r,.. identifJCaCi6n4e Ia histeria con Ia sexualidad; uno de los pesos im-
portanteS en el desarrollo. de Ia teoria freudiana, JI'OVocaria elrompimiento
entre Breilr y Freud. Este Ultimo reconoceria e1 "disguslO" de su antiguoco-
lega por su tesis sexual acerca de Ia etiologfa de Ia histeria. Seria este el pri-
mero de muchos rompimientos con que se enfrentaria Freud en vista del
repudio general de Ia epoca a todo asunto vinculado con el sexo, lo que se
convertiria en su "inevitable sino".V
Pero para.realizar este salto te6rico, Freud tuvo que entender las leyes
que gobieman el inconscierite. Esta parte (le la mente humana no representa-
ba ninglin. oscuro y lejano munoo, Sino una activi<!ad mental coo~ible y
I}Orplal. l.p que contiepe es un penSil,llliento 110~ ttansfonnado pot sus
plq>ias Ieyes (lo que Freud Uam6 proceso primario) pero .s6io iritelegible
~uimd.o estas se &scifnlian.
- 't'. ; ,
Freud ~scubri6 que muchosdeseos son incompatibles con otias ten-
dencias domin~tes de Ia persOnalidad y que por~ta raz6n son eliminados
del consciente.. La labor del inconsciente es, entonces, transformar e8tos de~
se0s en otros mas tolerables que no amer1acen al conscie~te. Estos pensa-
mientos reprimidos siempre estan con nosotros, hablandonos su maneraa
y no hay forma (le hacerlos desaparecer del todo. Todo lo que se reprime
buscara su foinia de volver 'at consciente, ya sea como un sintoma neur6-
tico, o por mediQ de su satisfacci6n o su analisis.
27. Ibid.
130
Para averiguar cuaUes son los deseos n:primidos en el inconscienfoe,
Freud empez6 a estudiar Ia manera en que se establece el diMogo con Ia
mente consciente y encontr6 que tres son los mecanismos que se utilizan:
los sueftos, los "lapsus linguae" y, principalmente, los sfntom~. El sinto-
ma es una representaci6n altemativa de un deseo prohibido que ha escapado
del inconsciente y que llega a1 consciente de manera "irreconocible". El sfn-
toma neurOtico contiene no solo toda Ia energia del impulso sexual origi-
nal sino tambien Ia que se utilizo para reprimirlo: el sintoma equivale a
una combinaci6n del impulso y los pensamientos que lo reprimieron (las
resistencw).
Entre los aftos 1900 y 1910, Freud empezo a modificar su teoria acer-
ca de Ia etiologia de Ia histeria. El psiquiatra supuestamente descubrio que
muc~ de las seducciones infantiles que narraban sus pacientes mujeres
eran fantasiosas. Aunque algunos investigadores contemporaneos sosten-
drian que Freud mas bien distorsiono y reprimio esta realidad y que 1~ ni-
tlas eran en realidad victimas del abuso sexual, este cambio de opinion ten-
dria importantisimas consecuencias en el desarrollo de Ia teoria sexual.
Freud empezo asia cuestionarse por que sus pacientes "imaginaban" este ti-
po de seduccion, lo que lo llevaria a descubrir dos de sus grandes formula-
ciones: Ia sexualidad infantil y el complejo de Edipo.
29. Sigmund FREUD, Obras Compjetas, VoL ll. (Mexico: Editorial Iztaccihuatl,
1985)..
131
Para Freud, las perversiones son aquellas actividades sexuales que se
desvinculan, ya sea por el objeto o por la zona del cuerpo, de Ia funci6n se-
xual genital procreadom. El psiquiatra consideraba estas "transgresiones" co-
mo de tipo "anat6mico" cuando se utilizaban en el acto sexual zonas del
cuerpo ajenas a los genitales, ode tipo de fijaci6n cuando habia "detencio-
nes en aquellas relaciones intermedias con el objeto sexual que normalmen-
te deben ser r8pidamente recorridas en el camino hacia el fin sexual defini-
tivo".31
32 Ibid. p. 45.
132
Sexualidad infantil
Juliet Mitchell nos dice que Freud descubri6 lo que toda nodriza sa-
bfa: los nii\os tienen vida sexual.35 El descubrimiento de esta sexualidad in-
fantil, sus etapas de desarrollo y sus "resoluciones" vendrian a convertirse
en pilares de Ia teorfa psicoanalitica. El hecho de que las evidencias de esta
actividad er6tica hayan pasado inadvertidas para muchos es debido a Ia "am-
nesia" del adulto respecto de su vida sexual infantil. Y Ia amnesia significa
que el nii\o, en cierta etapa de su desarrollo, debe reprimir masivamente sus
deseos porque estos "s6lo provocarian -nos dice Freud- sensaciones de desa-
grado, haciendo surgir fuerzas psfquicas conttarias ... "36 De esta vida sexual
reprimida s6lo nos quedan entonces las perversiones (Ia pnictica sexual que
pertenece a etapas especificas de Ia vida sexual infantil que, por una u otra
raz6n, han quedado "fijas", o sea, no reprimidas), las neurosis (deseos mal
reprimidos que escapan al consciente como sfntomas neur6ticos), y las su-
blimaciones (energfa sexual desplazada de un deseo bacia otra actividad, co-
mo Ia homosexualidad que se desplaza, porejemplo, a una actividad "acepta-
ble" como el amor por un equipo de fiitbol de hombres).
133
es congenito en todos los hombres".38 El psiquiatra afiade: "La extraordina-
ria difusi6n de las perversiones nos impone Ia hip6tesis de que tampoco la
disposici6n a las mismas es una excepci6n, sino que forma parte de la
constituci6n considemda como normal" ,39
39. Ibid.
134
tiempo conocidos, es Ia de una originaria disposici6n sexual bisexual ... " A
Ia luz del psicoamilisis, continua el psiquiatra, "aparece Ia elecci6n del obje-
to originariamente independiente del sexo del mismo y pudiendo recaer li-
bremente sobre objetos masculinos y femeninos; esto es tal y como se nos
presenta en Ia infancia, en los estados primitivos y en los tiempos prehist6-
ricos".43
44. Ibid.
135
trar otro objeto o meta, secarse, inundarse o ligarse a otra cosa. No hay una
nonnalidad esencial, ni una paz infantil cuando las cosas son como debian
ser. AI contrario, todo en Ia infancia es diverso y perverso; Ia unificaci6n y
Ia "nonnalidad" son el esfuerzo que debemos hacer cuando entrarnos a for-
mar parte de Ia sociedad humana". La nonnalidad es, pues, un punto marca-
do en un continuo: "on ego nonnal ... es, como Ia nonnalidad en general,
una idea ficticia ... cada persona normal lo es s61o como un promedio. Su
ego se aproxima al de un psic6tico en algona u otra parte y en un grado
mayor o menor... "46
136
die, ni a ti madre" .49 El nino utiliza ias excreciones con sus movimientos
de tension y relajacion como nuevo substituto de placer. Las h~es son tan
tibias como Ia lcche y su presion y expulsion por el esfinter producen pla-
cer. Pero Ia madre yla sociedad exigen control. Entonces, j,que sirve para
compcnsar? Un organo que tambien se endurece y se relaja como las heces,
el pene o el clftoris. La masturbacion, frotacion o presi6n sirve para el esti-
mulo y el placer. El nino inicia Ia fase falica. Pero nuevamente Ia cultura
exige control y ei nino reprime ahora, despues de haber tratado estas fuen-
tes de placer y perderlas todas, su sexualidad. Con esta represi6n se inicia el
periodo de latencia infantil que no despertani basta Ia pubertad. Pero el crio
esti consciente de que con cada represion que realiz6 obtuvo despues un pre-
mio. La represi6n tampoco significa el fin. A ningun placer se renuncia to-
talmente; siempre estin con nosotros en el inconsciente.
49. Ibid.
.137 .
Los complejos de Edipo
y de castraci6n
El complejo de Edipo y su relaci6n con Ia sexualidad infantil serfa
otro de los grandes descubrimientos freudianos posteriores. Freud, en su en-
sayo Una teoria sexual (1905), babia postulado que el nii'lo cerca de los tres
ai'ios de edad se encuentra en Ia etapa falica, en Ia que sus genitales se con-
vierten en Ia zona er6gena principal. Mas adelante, Freud postularia que el
interes del nino por su pene iniciaba, por su parte, una atracci6n sexual ba-
cia Ia madre, asociada con sentimientos de celos bacia el padre quiel) se con-
vertia, asi, en su rival en Ia lucba por Ia progenitora. Este es el conocido
complejo de Edipo, nombre copiado de Ia obra de S6focles Oedipus Rex en
Ia que el rey Edipo mat6 a su padre y se cas6 con su madre, sin conocer Ia
identidad de ambos.
138
mas mujeres. Asi surge Ia heterosexualidad.st Pero si el nit'lo, por varios
factores, abandona el objeto femenino, puede "regresar" al estadio anterior
autoer6tico de Ia homosexualidad.
53. Ibid.
139
de pene, buscan otros hombres como objeto sexual. Para Freud, es
tos niftos fallan en pasar de Ia fase autoerotica a Ia mas madura fase
de amor objetal.
4. Ausencia de Ia madre.
Freud siempre le dio mas importancia al papel de Ia madre en la etio-
logia de Ia homosexualidad pero tambien consider6 el del pa-
dre. En los casos accidentales de ausencia de Ia madre, el nino puede
desarrollar una vinculaci6n muy fuerte con el padre u otro hombre
adulto y buscar luego otros objetos masculinos para volver a gozar
su primera relaci6n amorosa.
140
5. Miedo a Ia co/era susciulia por los deseos edipicos.
Un miedo excesivo a ser castigado por el padre en vista de los deseos
incestuosos, pucde llevar al nino a abandonar a Ia madre y a todos los
sujetos femeninos como objeto de atracci6n. S6lo las relaciones
homosexuales pueden aliviar, en estos casos, el miedo a Ia cas-
traci6n.
"Estima senora X:
Colijo de su carta que su hijo es homosexual. Me ha impresio-
nado hondamente el hecho de que usted no mencione este termi-
141
no en su informaci6n acerca de el. i,Plledo preguntarle, por que
lo evita? La homosexualid3d noes seguramente una ventaja, pe-
ro no es nada de que haya que avergonzarse, no es vicio, ni de-
gradaci6n, ni se Ia puede clasificar como enfermedad; nosotros
Ia consideramos una variaci6n de Ia funci6n sexual producida
por cierta detenci6n del desarrollo sexual. Muchos individuos
respetables de los tiempos antiguos y modemos han sido ho-
mosexuales, y varios de los mas gmndes, entte ellos Plat6n,
Miguel Angel, Leonardo da Vinci, etc.. Es una gmn injusticia
perseguir Ia homosexualidad como si fuese un crimen, y es
tambien crueldad. Si usted no me cree a mi, lea los libros de
Havelock Ellis.
..
AI preguntarme si yo puedo ayudar, usted quiere decir, supongo
si yo puedo abolir Ia homosexualidad y hacer que Ia heterose-
xualidad normal ocupe su sitio. La respuesta, en lineas genera-
les, es que no podemos prometer logmrlo. En cieito mimero de
casos tenemos exito en desarrollar los benditos germenes de
tendencias heterosexuales que estan presentes en todo homose-
xual; en Ia mayoria de los casos ello ya no es posible. Es una
cuesti6n que depende de Ia calidad y Ia edad del individuo. Es
imposible predecir los resultados del balamiento.
FRElJDS7
142
Freud reconocia que Ia homosexualidad habia sido estimada en otras
culturas: "No debemos olvidar que Ia mas extrai'la de estas perversiones, Ia
homosexualidad masculina, fue tolerada e incluso encargada de importantes
funciones sociales en un pueblo de civilizaci6n tan superior como el grie-
go".58 Sin embargo, el no se pregunt6 por que lleg6 a cambiarse Ia actitud
bacia el homosexualismo. Mario Mieli nos dice que a Freud "le bast6 que
el amor sensual por el hombre sea juzgado abominable por sus contemponi-
neos para etiquetarlo de 'perverso'."59
143
..
famente perversa, y su orientaci6n bacia Ia monosexualidad es producto
de Ia cultura y sus restricciones, Freud debi6 haber concluido que tanto Ia
heterosexualidad como Ia homosexualidad exclusivas son mutilaciones de
Ja pansexualidad humana. El estado menos abet'r.!d<> debia ser Ia bisexua-
lidad.
144
,
En el caso de Ia homosexualidad, por el contrario, el psicoanalista se
deja llevar excesivamente por las circunstancias sociales que hacen que la
heterosexualidad cmerja como la altemativa normal. De haber evitado esta
influencia en su analisis, Freud hubiese podido profundizar en el significa-
do dela homosexualidad. Asi hubiera podido explicarnos qu~ hace que una
relaci6n estrecha entre madre e hijo tome a este ultimo en homosexual. El
.
psicoanalista nos describe una relaci6n, pero nunca la descifra.
145
como lo califica Mieli, es el pasap9rte para ingresar en grande en el patriar-
cado: Ia promesa del poder. Para la nii'ia, el descubrimiento de que su madre
es un ser devaluado, sin poder legitimo, Ia lleva a buscar en el padre, ahora
como objeto del deseo y como el.patriarcado lo establece, su manera de ob-
tener.poder y reconocirniento: por medio de Ia femineidad y Ia heterosexua-
lidad.
146
La elecci6n del mismo sexo como objeto amoroso implica que, en di-
versos grados y formas, se reprime Ia atracci6n bacia el progenitor del sexo
contrario. La explicaci6n del fen6meno Ia ha adelantado Mieli: por Ia culpa
que se siente de no responder como el patriarcado demanda.63 Pero se podria
agregar algo mas: Como los mensajes de rebeldfa son inconscientes, el pro-
genitor del sexo contrario espera que el nino o Ia nina se haga heterosexual.
Cuando esto no sucede, el infante entonces teme el castigo, el complejo de
castraci6n, por parte del progenitor "abandonado". De ahi que el nino homo-
sexual tema las represalias por no haber renunciado a su padre como objeto
amoroso. La madre se torna, asf, en el caso del homosexual masculino, en
un ser capaz del castigo o de castraci6n.
Jung y la heterosexualidad
Mario Mieli se pregunta por que en el transcurso del desarrollo onto-
genico "el mdividuo pasa de Ia disJ)osici6q erotica 'indiferenciadai dirigida a
ambOs sexos propia de Ia libido infantil a una ftjaci6n (de tipo heterosexual
u homosexual) sobre un tinico sexo como 'objeto' del deseo"64 Segtin el, Ia
respues,ta "inmediata" es que se debe a Ia "educastraci6n", o sea, "a Iain-
fluencia de Ia sociedad, del mundo externo en e1 cual rige una norma mono-
sexual, que Ia represi6n transmite de generaci6n en generaci6n sobre el indi-
viduo. La norma monosexual es decididamente heterosexual".65
65. Ibid.
147
otto, a ocultar Ia naturaleza verdadera del individuo. A veces Ia m&.<icara se
vuelve tan rigida, que el individuo cree que el yo y Ia m8scara son Ia mis-
ma rosa. "exislen gentes que creen a lo que representan".67
71. Ibid.
148
El homosexualismo como mito
SegUI'I Jimg, los mitos se pareeen a 'los sueflos en que ambos son
mensajes de nuestro inconsciente. Por medio de los sueilos se nos comuni-
caJl ideas ~e las que no eslaQlos conscientes. Para eqtenderJps, debemos
aprend.er a interpretar sus simbolos. Seg(m el, el sueilo es un mito indi,vi-
dual: es Ia comunicaci6n del psique inconsciente con el consciente.72
' . .
~1 m1.io, por su parte, es un suefio colectivo, o sea, el mensaje del in-
con.sciente c~lectivo. J~u'lg creia en Ia existencia de Ia mente colectiva, que
posee t.anlbien su p~e consciente e inconsciente. _Cuando se crea un mito,
una especie de sueilo de ioda Ia poblaci6n, se transmite un mensaje pesde
las profundidades del psique de grupo.
Para el., eleoosciente del ser, o sea el ego o el yo, es como una pe-
quefta isla de ooralnacida en Ia. vastedad delmar que es el inconsci~nte. Esta
pequetia isla, Ia parte. que esta consciente de si misma, tiene !a-noble mi-
si6nde crecer, de hacer que mas y mas de las fuerzas psiquicas que estan en
el inconsciente salgan a Ia luz a formar parte de nuestro ego.
149
de estos atributos si desea alcanzar una integraci6n espiritual. Cuando se lo-
gra, Jung llam6 a esto el "ser" o sea Ia soma de "todas las fuerzas,las ener-
gias y las cualidades divergentes qqe viven dentro ylo hacen auno lo que
~~ .
150
La tesis de la enfermedad
5
El discurso de Ia psiquiatria con respecto al homosexualismo sufriria
varias modificaciones despucs de Freud. Para el padre del psicoaruUisis, Ia
homosexualidad no constituia una enfermedad y tampoco Ia veia suscepti-
ble a Ia modificaci6n. Freud siempre Ia mir6 como parte intrinseca de Ia
psique individual y como una etapa en el desarrollo bacia Ia heterosexuali-
dad. En cambio, para sus discipulos, esta posici6n era demasiado liberal o
radical para satisfacer las aspiraciones de poder y prestigio. La disciplina de
Ia psiquiatria prometia un espacio muy importante para sus practicantes en
Ia sociedad industrializada del siglo XX, como para arriesgarlo con tesis
contrarias a los valores patriarcales. El precio por pagar consisti6 en aban-
donar, de man era consciente o inconsciente, las teorias freudianas mas pole-
micas, especialmente aquellas relacionadas con Ia homosexualidad. De ahi
que muy pronto los "neo"-freudianos empezaran a postular Ia tesis de que
Ia homosexualidad constituia una psicopatologia necesitada de tratamiento
psiquiatrico (labor que a Ia vez le proporcionaria buenos ingresos a los tera-
peutas). Los seguidores de Freud y los que se independizarian de su escuela
psicoanalitica se pondrian asi a tono con Ia hostilidad general bacia el ho-
mo,sexualismo. Esta posicion llevaria a ms psiquiatras a elaborar, despues
de Ia Segunda Guerra Mundial, una serie de "tecnicas de modificaci6n de Ia
conducta" para "curar" el homosexualismo. Estas nuevas formas de tortura
moderna, como Ia calificaria Thomas Szassl incluyeron desde Ia Iobato-
mia, los choques electricos y Ia castraci6n, basta Ia terapia de aversion, o
sea, las inyecciones de hormonas o de drogas que hacian vomitar o desma-
yarse al homosexual cada vez que se le presentaba en pelicula a un hombre.
I. Thomas Szass, The Myth of Mental Illness, rev. ed. (New York: Harper and
Row, 1974).
151
La psiquiatria, en Ia decada que se inicia en 1950, colaboraria con el
Estado norteamericano en Ia persecuci6n de homosexuales, comunistas, so-
cialistas y disconformes en el triste periodo del "macartismo". Miles de
homosexuales serian despedidos de sus puestos por considenirseles "enfer-
mos mentales" y, por ende, una amenaza para Ia seguridad de los Estados
Unidos. La psiquiatria se convirti6 en una aliada del Estado yen una podc-
rosa fuerza de control social gracias a su prerrogativade "clasiticar" la enfer-
medad mental. El privilegio que se arrog6 de determinar Ia normalidad y Ia
anormalidad en la sociedad y el monopolio con que lo ejerci6, mostrarian a
tirios y troyanos que Ia profesi6n se convertiria en un poder inconmensura-
ble. Los abusos empezaron a hacerse evidentes: los psiquiatras -o "psico-
nazis" como los denomina Mario Mieli2 podian decidir a quien intemar en
un asilo, a quien practicarle una lobotomia, a quien despedir del trabajo y a
quien quitarle sus hijos.
152
La escuela de la psicopatologia
Sandor Ferenczi, amigo y discipulo de Freud, seria el primero en
cuestionar Ia tesis de que Ia homosexualidad no constituye una psicopatolo-
gia. En su ensayo, ''La nosologia de Ia homosexualidad en el hombre", pre-
sentado ante el Tercer Congreso de Ia Asociaci6n Psicoanalitica Intemacio-
nal, en Weimar, en el aflo 1911, Ferenczi se distanci6 de su maestro.3 En
este trabajo, el psiquiatra aduce que el termino homoSexual se habia aplica-
do basta Ia fecha en forma confusa. Para el, existen dos tipos de homose-
xualidades que se han confundido en un mismo sintoma: "La homosexuali-
dad es un sintoma y este sintoma puede ser Ia forma en que apareeen los
mas diversos trastomos psiquicos y disturbios del desarrollo, asi como en
Ia vida normal".4
4. Ibid., p. 21.
5. Ibid.
6. Ibid.
7. Ibid.
8. Ibid.
\ 153
sexo masculino, Ia inversi6n (homoerotismo subjetivo) hade ser considera-
da como condici6n incurable mediante el analisis (o por ninguna clase de te-
rapia conocida)".9
9. Ibid.
10. Ibid.
13. Ibid.
154
Pero Ferenczi trata de salvar Ia contradicci6n con su teoria y Ia de
Freud. Ferenczi nos dice que el homosexual masculino es en realidad un he-
terosexual reprimido, ergo neur6tico, que vivfa "atormentado y plagado de
obsesiones" y que es posible tratar y basta curar.l5 El opinaba que los ho-
mosexuales activos buscaban en sus relaciones con los hombres afemina-
dos un sustituto de Ia mujer: "EI activo sabe amar a una mujer en un hom-
bre: 1a mitad posterior del cuerpo de un hombre puede significar para ella
mitad anterior del de una mujer, donde el omoplato o las nalgas adoptan Ia
significaci6n de los senos de 1a mujer".l6 Para este autor, 1a homosexuali-
dad abierta es una neurosis cuando implica una represi6n de Ia heterosexuali-
dad y este es el caso de los homosexuales masculinos y activos. Ferenczi
no podia concebir 1a existencia de la homosexualidad por sf misma sino
que 1a percibia como. una replica de Ia heterosexualidad. Segun el, no exis-
tia un deseo sexual de un hombre por otro hombre. Si un homosexual era
"masculino", y Ferenczi asumia que todo homosexual varonil era "activo",
o penetrador, entonces su deseo por otro hombre, que debia ser afeminado y
pasivo, constituia una sustituci6n del unico objeto posible del deseo, Ia
mujer. Si el homosexual era afeminado, y segun el autor pasivo, entonces
su deseo de otro hombre partia de que afioraba ser mujer. En este esquema
no habia espacio pam Ia posibilidad de que Ia homosexualidad implicara Ia
atracci6n sexual de una persona del mismo sexo como tal. Este modelo se
trastomaba facilniente con Ia realidad de la diversidad sexual de Ia vida ho-
mosexual, aspecto que algunos seguidores de Ferenczi seftalarian luego.
155
de Ia popularidad que ganaria esta tesis, ella misma se mostraria contradicto-
ria: Ia heterosexualidad tam bien podria definirse como una neurosis por re-
presi6n de Ia homosexualidad.
20. Ibid.
156
camente" superior en cuanto al placer sexual y que su rechazo no podfa de-
berse a otra cosa que problemas interpersonales. Nadie en su sano juicio,
piensa ella, podia rechazar el coito heterosexual. -
157
ciar a la madre como objeto amoroso, lo sustituye por el padre.26 Ernest Jo-
nes puso enfasis en que ciertos factores constitutivos como un fuerte erotis-
mo oral unido a un sadismo intenso contribufan a la homosexualidad.27 An-
na Freud hizo hincapie en el conflicto entre los deseos por el papel activo o
pasivo como el mecanismo de identificacion determinante.21 Para Melanie
Klein, psiquiatra inglesa, la fase oral-en vez de la edipal- es la determinan-
te en el desarrollo homosexual.29
Seglin Klein, la fijacion oral no s6lb influye sino que detennina c6-
mo se organiza la fase genital posterior. Un nino que sea privado de satis-
facciones orates desarrolla un deseo canibalista bacia el pecho de la madre y
bacia ella como un todo. Estas fantasias son luego proyectadac; al mundo
que sc pcrcibc tam bien como canibalista. Esto produce el miedo a ser devo-
rado por el objeto amado. La vagina, que inconscientemente se le mira co-
mo una boca, se convierte asf en un 6rgano castrante y devorador. El nii'io
elegini entonces el pene como substituto de la vagina y a otro hombre co-
mo objeto sexual. Para Klein, los origenes de la homosexualidad se remon-
tan, pues, a etapas mas tempranas de las que Freud consider6.
27. Ernest Jones, Papers on Psycho-AIIalysis. (London: Bailliere, Tindall and Cox,
1912).
29. Melanie Klein, Paula Heimann, Isaacs Susan y Joan Riviere, Developments in
Psycho-Analysis (Londoo: Hoganh Press, 1952).
30. Hany Stack Sullivan, TM Interpersonal Theory of Psychiatry, Helen Swick, ed.
(New York: Norton, 1953).
158
fluido por las tesis constitutivas acerca de Ia homosexualidad; De Freud en
adelante, Ia psiquiatrfa aceptaba que los individuos poseian algunos rasgos
hereditarios, como su actividad o pasividad, su precocidad o no, su lenden-
cia a experimentar con mas fuerza alguna etapa del desarrollo, y otras carac-
teristicas que los podia hacer mas o menos proclives a Ia homosexualidad.
A Ia vez, Ia orientaci6n invertida se miraba como parte de Ia naturaleza hu-
mana y un estadio por el'que todos debiamos pasar. Esto bacia que los psi-
quiatras miraran con cautela las posibilidades de revertir el homosexualis-
mo ya que siempre es mas diffeil de modificar lo quees intrfnseco at indivi-
duo. Pero Rado cambiaria todo este pensamientoy so influencia en Bieber,
Socarides, Ovessy, Morgenthaler y muchos mas tendria repercusiones enor-
" mes en las tesis de Ia etiologfa y el tratamiento del homosexualismo.
31. Sandor Rado, "Un punto de vista 'adaptacional' de la conducta sexual" en La ho-
mosexualidod en Ia sociedad moderna, p. 127.
159
dijo el, "era un salto arbitrario de lo embriol6gico a lo psicol6gico.33 Se-
gun Rado, la evidencia contraria a la bisexualidad se encontraba en la dife-
renciaci6n de los 6rganos reproductores. 34
34. Ronald Bayer. HomosexUIJlily and American Psychiatry (New York: Basic
Book$, Inc. 1981), p. 23.
35. Ibid.
37. Ibid.
160
tomia reproductora como base~considem que el unico patnSn natural d'ebia
ser Ia heterosexualidad ya que "el aparatoreproducrordellt0mbre.y el apara~.
to-reproductor de Iamujer son reciprocamen~.exclusi:vos':,39 ''i
. .. . 'f. , .. " L
. S~ no existen factores co_nstitijtivos. qu,~ predispongan a1 in<Ji~iduo. a ..
1a homosexuali~. n.i una .b~xualidad cong~nita, y la uni~a orientaci6n
sexual n$urales Ia heterosexual, tcuai podiaser la ~~9e 1a exi~Ui de.
Ia ~omose}{uali~? P11a Rado, de 1a misma manera que para sus, dit;cipu-
lo$, ~,(espuesta no podia serplra que.)~ll{jlCt.or del.,anlb~ abruJ:M@r"
q~ repnmi~ra m
beterosex~.40 ~~~$ :~~~"no exisW\.nun;
ca un triunfo dei. jnstintp homosexqa}, ~ siempre ~:ta destronaci6n de Ia
naturaleza heterosexual" ,4} .. , . , . .. '
40. Ibid.
42 Ibid., 161.
--
161
concJusiones en contra de Ia' bisexualidad, con base en las caracteristicas, de
los ganos reprnductores. Freuci-pudo haber utilizado un ejemplo insatis-
factorio panl probar. una conducta psicol.Ogica que el obServaba, pero esto
no significa que su tesis de Ia conducta bisexual congenita sea por ello nece-
sariamente delezliable. MientraS que 'RadO, sin Siquiera investigaf Ia posi-
bilidad de una conducta bisexbal innata, Ia desecha coo base en su "hallaz-:
go" de (lUe los 6rganos reprodlictores son inutuamente excluyentes; Este
"descubti.miento" debi6 haber sido tornado en cuenta por Freud que tambie~
observo las mismas diferencias gMirales. No ObStante; Ia escuela aQptaOOra
-de'unplumaro- desech6 una de'laS.tesis inas-importantes delfuildador del
psicoarialisis: Esto a f)esar de que Freud advirti6 claramente que 10 impor-
tante es Ia expresi6n psiquica de Ia bisexualidad y que Ia exptesi6n libidinal
no depende de ~ caracteristicas ffsicas. ,
Bieber.
Irving Bieber fue el primer Psiq. que realiz6 un ~tudio sobre Ia
homosexualidad masculina en los afios cin~uentas. La New York Society
of Medical fsychoanaly~ts i{lici6, bajo su direcciOn, una e~uesta l;ie pacien-
tes psiquiabicos homosexuales. El proyecto involucr6 a 77 psiqqia!:ras quie-
nes dieron informacion de 106 pacientes homosexuales y 100 heterosexua-
les. A cada uno de ellos se les envi6 un cuestionario de 450 itemes y sus re-
sultados,~ publicaron, en.J962, bajo el titulo Holf)OSexuality, a Psychoa-
nalytic SIHdy (Homosexual~gap. Un estudio psicoanalitico).43
i
.. 44.
45.
Ronald Bayer, p. 90.
Ibid.
162
"... el ser humano tiene potencialidad para 1a homosexualidad,
pero tendencia bacia 1a heterosexualidad. La capacidad de res-
puesta a 1a excitaci6n heterosexual es innata. El cortejo y Ia
tOCnica copulativa se aprenden. Por otto lado, Ia homosexuali-
dad es adquirida y descubierta como un regreso adaptador para
enfrentarse a1 miedo de 1a heterosexualidad".46
Bieber, de Ia misma forma que Rado, considera que los rasgos homo-
sexuales estan ausentes en los individuos heterosexuales: "No estamos de
acuerdo con Ia tesis de que en todos los hombres adultos existen deseos ho-
mosexuales reprimidos. De hecho, Ia mayorfa de los adultos carecen de Ia
potencialidad para una adaptaci6n homosexual".47 El psiquiatta propone
que, con base en sus datos, Ia homosexualidad se mire como un producto
de relacior:tes patol6gicas familiares y que "debe considerarse como una en-
fermedad que como tal requiere tratamiento psiquiattico" .48
47. Ibid.
163
Para el psiquiatra, este patr6n clasico forma Ia homosexualidad duran-
te Ia etapa edipal. El nino es sobreestimulado sexualmente por una madre
posesiva que a Ia vez intenta sofocar su masculinidad. El padre, distante y
hostil, rechaza por su parte al crio, lo que le impide a este Ia identifteaci6n
con otro hombre. El hijo empieza asi apercibir a su padre como agresivo y
asfixiante. El nino interpreta entonces los genitales femeninos como fuente
de calera y de peligro y desplaza, para protegerse, su deseo objetal bacia el
masculino.
164
Bieber advertia a Ia sociedad que toda ella debia involucrarse en Ia lu-
cha contra el homosexualismo:
53. Ibid.
165
Finalmente, Bieber mezcla en su estudio pacientes homosexuales y
bisexuales. Muchos de los pacientes analizados tenian tantas relaciones he-
terosexuales como bisexuales. El "gran exito" que el psiquiatra adujo tener
en cambiar la orientaci6n sexual del 27 por ciento de los casos, se debi6 a
que lograron evitar las relaciones homosexuales de muchos de los pacientes
bisexuales. Noobstante, el grupo bisexual es en sLdistinto en muchos de
los aspectos del homosexual e:~tclusivo, y ningun trabajo cientifiCO serio de-
be contar naranjas yperas como si todas fueran,naranjas.
Socartdes
Charles Socarides, otro psiquiatra neoyorltino asociado con Ia Univer-
sidad de .Columbia, gan6 mqcho prestigio durante los decenios de 1960 y
1970. Para este psiquiatra, la heterosexualidad ~ Ia norma sali.Jdable "deter-
n:tiflada pOi" dosy medio bi~lones de a.i\os de evoluci6n y pro<lucto de Ia dife-
renciaci6n
. . . sexual".ss Socarides tambien consider6
.
que tanto
. Ia beterosexua-
- . .
'
54. MaJtj.n, Hoffman, The Gqy. 'W.or/d. Male l:l.omtexlu:Jlity and the Social Creati.qn
of Evil-. (New Yolk: Bantam JJook, 1968), p. 154.
55. Ibid., pp. 155"156..
56. Ibid.
57. Ibid.
166
lidad como Ia homosexualidad eran "conductas aprendidas". Pero Ia cultura
que guia a Ia poblaci6n hacia Ia heterosexualidad nolo hace en forma "arbi-
tnuia"~ Cualquier intento de subvertirla invita a Ia persona y a su sociedad
al desastre. 59
59. Ibid.
60. Ibid.
61. Ibid.
62. Ibid.
64. Ibid.
167
''La homosexualidad se basa en el miedo bacia la madre, en el
ataque agresivo contra el padre y esti llena de agresi6n, destruc-
ci6n y autoengafio. Es una mascara de Ia vida tras la cual se
mantienen neutralizadas y atrapadas ciertas energias psfquicas.
Sin embargo, las manifestaciones inconscienres del odio, des-
trucci6n, incesto y miedo siempre amenazan con salir a la
luz".6S
65. Ibid.
168
morales inapropiados para Ia disciplina psicoanalitica. El objetivo del psico-
amilisis "noes hacer a todos heterosexuales", sino ayudar a Ia persona a de-
sarrollar relaciones objetales satisfactorias.67
El sexo sirve asi como una forma de defensa para el homosexual con-
tra el fen6meno de disoluci6n mental y de desintegraci6n. Esto es asi par-
que el individuo "perverso" no tiene estructurada una organizaci6n defensiva
a su disposici6n (debido ala madre narcisista que no le permiti6 Ia indi-
vidualizaci6n) "que le permita combatir contra los em bates emocionales de
otra manera que con su perversion, o sea, Ia actividad homosexual" .70
169
poblaci6n homosexual. Como esto silo hacen Bell, Weimberger y Ham-
mersmith, lo analizaremos en el apartado de la escuela contestataria Huel-
ga mencionar ahora que no se ha encontrado evidencia de que las reJaciones
entre las madres y sus hijos homosexuales sean diferentes de las de los hete-
rosexuales,lo que refuta Ia tesis de Socarides, Bieber, Morgenthaler y Dan-
necker.
170
fuera asf, razona el, en sociedades mas "tolerantes" deberfa haber indices me-
nores de promiscuidad homosexual. Pero el autor encuentra en los estudios
de Giesey Schmidt sobre "promiscuidad" homosexual y de Weinberg y Wi-
lliams que analizan estos indices en sociedades distintas (Estados Unidos,
Holanda y Dinamarca), que este noes el caso. De ahf que Dannecker conclu-
ya que "Ia dificultad de establecer una relaci6n emocional tiene su origen en
el aspecto mental de Ia existencia homosexual ... La tolerancia,no termina
con este impacto subjetivo" .12
171
Ovesey
Lionel Ovesey es otro de los psiquiatras vinculados a Ia Clfnica Psi-
coanalitica de Ia Universidad de Columbia y asociado con Ia escuela adapta-
dora. Ovesey contribuye al desarrollo te6rico de esta corriente con su tesis
de que el homosexual' no solo es un canicter neur6tico sino tam bien depen-
diente.
75. Ibid.
76. Ibid.
77. Ibid., p. 17 I.
172
en la vida adulta de una adaptaci6n de dependencia" _78 El individuo depen-
diente vive su vida obsesionado por "recuperar el pecho matemo" o, en el
caso homosexual, el pene que sustituye como simbolo a Ia teta.79 De ahi
que cada amenaza a Ia personalidad, o cada contlicto, se perciba en terminos
de castraci6n y que cualquier fracaso sea interpretado como una perdida de la
masculinidad:
Para Ovesey cualquier individuo que "no puede tener sexo heterose-
xual" es un "fracasado", ergo todo homosexual es un fracasado que busca
"la teta en el pene" y por lo tanto, dependiente. La "escuela adaptadora" lle-
ga asi a dar un circulo completo en el psicoamilisis para quedar en posicio-
nes similares a las de Krafft Ebbin y sus discipulos. En este caso no debe-
riamo~ siquiera interpretarlo como un ruptura con los postulados freudia-
nos, sino mas bien, como una prostituci6n de ellos.
'"
78. Ibid.
173
. . .
(6)
La corriente contestataria
175
la sociedad primitiva juega un papel determinante en la vida social de la co-
munidad, igual como cada organa del cuerpo viviente desempefia un papel
c11la vida general del organismo".2
176
' El monopolio ejercido por Ia psiquiatria en Ja,defmici6n deJa nonna-
lidad en sociedades.capitalistas, patriarcales, racistas y sexistas empez6.a
ser escrutado, ad:versado. cues.tionado y repudiado. Los mismos, psiquia-
tras vieron Ia necesidad de refinar sus teorfas, corroborar sus observaciones,
y probar cientificamente sus hip6tesis; La santidad del consultorio. psiquhi-
trico empez6'8 verse amenazada poruna imponente. turba de homosexuales,
feministas, cientificos sociales, politicos y miembros de la sociedad civil
que perdieron Ia fe y la paciencia en Ia objetividad de esa c.tisciplina..
l
Kinsey
Alfred C. Kinsey, zo61ogo nortearilericano, reanz6 eri 1948 el primer
gran cuestionamiento de Ia tesis de Ia enfermedad mental de los homosexua-
les. Su inten!s foe realizar un estudio general de las pnicticas sexuales en su
sociedad. Para realizarlo, distribuy6 una amplia encuesta 'entre miles de indi-
viduos que representaran Ia diversidad etrtica, social, geognifica, sexual y re-
ligiosa de su pais. Los resultados que obtuvo, los que han sido analizados
en el capitulo segundo, fueron una sorpresa para el y sus ayurumtes: "Noso-
tros mismos no estabal'nos preparados para encontrar estos datos de inciden-
cia cuando esta investigaci6n se llev6 a cabo".3
4. Ibid.
177
Ia epoca habian tenido, al menos durante un periodo de su vida, un predomi-
nio homosexual. La cifra podrfa ser a1in mas amplia, razooo Kinsey, si Ia
homosexualidad no fuese vista com.o un tabU estigmatizado~
6. Ibid., p. 637.
7. Ibid., p. 661.
8. Ibid., p. 660.
9. Ibid.
178
uatar con caregorfas netamente separadas y contrarias. En el caso de Ia se-
xualidad. existfa tambien Wl "continuum" entre Ia heterosexualidad y Ia ho-
mosexualidad exclusivas.
II
10. Ibid.
179
bre "homosexuales" se limitaron a tm pequeflo grupo no representativo que
a Ia vez inclufa homosexuales exclusivos, bisexuales y basta individuos
predominantemente heterosexuales.
12. Oeveland Ford y Frank Beach, Patterns of SeXUiJ/ Behavior (New York: Harper
and Brothers, 1951).
180
Maricopa, Menomini, Na~. Navaho, Omahaj Oto. PaJ)3go,.Poma, Qqi-
nault, Ojibway Y~ma. El.antagpoisJno occidental baci~tta homo.sc}XJ.lali-
dad, conchlyeron louutores, era una particularidad cultural y DQ una regia
uniVersal. "i ,: . " . <~
('.. :~g
Segtin nos dice Jonathan Katz, autor de ia Obia Gay Am'erican' fus_
tory, "ellibro de Ford y Beach fue inmediatamente adoptasiQ por el movi-
miento a~eqcano de emancip~i6ii hOJDoSextW,, que 4tilii6 su l~vestiga,;-
15. . Ibid. "
16. Ibid. ..
17. Ibid.
. 181
ci6n inter-cultuml y sus conclusiones para situar Ia antihomosexualidad de
Ia sociedad occidental contemporanea en una perspectiva social e hist6rica-
mente' relativa" J.9 No s6lo el.trabajo contribuiria a concientizar a Ia po-
blaci6n homosexual, sino que tambien ayudaria a que una psiquiatra, Eve-
lyn Hooker, continuara el proceso de desmitificaci6n.
Hooker
Fue Evelyn Hooker quien inici6 Ia iarea de atacar directamente, y con
losmismos. instrumentosde su profesi6n, Ia teoria de.la enfermedad mental
del homosexual. Hooket conocfa a varios homosexuales que le 8olicitaron
realizar un estudio sobre el tema. La psiquiatra decidi6, con base en su co-
nociiniento de h(,mosexuales que no estaban en ter'apia, realizar un estudio
entre 68108 y un grupo de heterosexuales.
A las 60 personas que formaron parte de los dos grupos se les pidi6
que tomaran tres "test" cl&sicos que se usan como instrumentos para el diag-
la
n6stico'de eflfelrnedad mental:elTat, Roschach y Maps. Entre estos, el
Rosch8ch :...i.m test que le pide a Ia persona inteipretar cuadros de manchas-
se considera uno de los mejores para evaluar Ia personalidad y hacer un diag-
n6stico d? Ia homosexualidad.
19. Jonathan Katz, Gay American History. LesbiDns and Gay Men in IM U.SA
(New York: HliiJler Colophon Books, 1976), p. 326.
182
-
lidad para ser analizadas. Los objetivos de este procedimiento eran: "1) obte-
ner un juicio insesgado (evitar los medios para una facil identificaci6n) y 2)
evaluar la eficacia de los tests para reconocer a los heterosexuales y a los
homosexuales" .21
183
- antes que Ia represi6n. Salvo un poco de exceso de enfasis acer-
ca de las conquistas en sus relaciones heterosexuales, es un ti-
po bien adaptado y tranquilo. Sus impulsos agresivos se expre-
san en satisfaci6n faiica. Tiene que ser heterosexual. Tendria
que realizar un esfuerzo para concebirlo como no heterose-
xua1".23
24. Ibid.
2S. Ibid.
26. Evelyn Hooker, "Male Hornasexulll and their Woddsm en Judd Mannor (ed) &-
xuallnveniort (New York: Basic Books, 1965), p. 92.
184
Pant Ia psiquiatra, el proceso de estigmatizaci6n em el principal fac-
tor pat6geno y las implicaciones eran muy claras: los homosexuales necesi-
taban Ia libertad y el apoyo contra Ia estigmatizaci6n;
Szasz
Thoinas Szasz fue el primero en cuestionar Ia psiquiatrfa y su prerio-
gativa de categorizar Ia salud y Ia psicopatologia. Aunque sus trabajos so-
bre el homosexualismo fueron posteriores, su critica a Ia disciplina ten<lria
una repercusi6n inmediata en el tema. Szasz 'empez6 su ancilisis de Ia psi-
quiatrfa para demostrar c6mo, disfraza:da de disciplina medica, empez6 aarro-
garse el papel de Ia Iglesia para castigar a los disconformes. El psiquiatra
atac6, pues, no Ia metOdologfa 'lltiliZa(Ja, sino Ia misma teoria de Ia enfer-
medad mentaJ.27
28. Thomas S. Szasz, ld6ology and I11Sanity. (New York: Anchor Books, 1970), p.
13.
185
Cuando Ia medicina -contintiael-se refiere a un disturbio fisico, se
habla de setlales (como Ia fiebre) ,o sintomas (como el dolor). Pero cuando
hablarnos de sfntomas mentales; nos estamos refuiendo a Ia comunicaci6n
del individuo con el mundo. Y para categorizarlo como enfenno, se necesi-
ta una valorizaci6n moral que implica una comparaci6n entre las ideas, con-
ceptos y creencias del individuo y de Ia sociedad en que vive. La noci6n de
enfermedad mental, seglin Szasz, esta ligada inexorablemente al contexto
social, y particularmente etico en que se realiza. Un sfntoma psiquico de en"
fennedad no existe sin Ia valorizaci6n que haga de el un tercero.
Szasz fustiga Ia tesis de. que las conductas aberradas son enfermedades
mentales. Para el, Ia "enfermedaq mental" es un leng03je en que el paciente
.expresa sus escogencias en Ia vida. Este lenguaje debe ser entendido y ex-
plorado, pero nunca r:eprimido. La funci6n de Ia terapia es "traducir" este
lenguaje para su mejor comprensi6n. Pero categorizarlo como patol6gico
es fungir como instituci6n moral, actuar como Ia Inquisici6n y hacer el pa-
pel de Dios.
29. Thomas S. Szasz, "Legal and Moral Aspects of Homosexuality" en Judd Marmor
ed, Sex:ua/ Inversion, p. 132.
186
mosexualidad es mal vista;no.porque produz ninguna patologia. sino por-
que Ia berencia judeocristiana ha sido hostil .a toda sexualitiad no :repro-
ductom. ..
"La preocupaci6n ~iquiatrica con el .e<oncepto de 'enfermedcid . .
mental respecto a Ia psiquiatria -de Ia misma manera que con
el cpncepfO de e:n{ermedad de las otras suwestas enfermedades
mentales ... escondeJa realidad de que los hornosex~es son Ul} ,1
. grupode in,dividuos estj.gmatiza4os medicamente ysociaJmente .
. perseguido. El ruido.ge~rado PQC su pe~uci6n y sus angus"
tiantes gritos.de prot~ta son ahogados por la re~ca de ~ tera.
pia- asi conw la ret6rica de la,~lvaci<.m aca116 elruido ge~ra-
do por Ia persecuci6n de las brujas y sus gritos angus~~ de .
protesta. Es una hipocresia despiadada preten<kr que los medi-
cos, psiqujatras o los civiles realmente esten preQCu~s por
Ia sal1.1d pel enf~rmo .mental en general, o ~del ~osexual eq
particular. Si les preQCupara, habrian dejado de torturarlos .con
su.~upuest\ aYI.lda".~I ,
'~
;;; Marmor
Judd MarmoNuvo una gr.m .influencia en"la decisi6n de Ia Asocia-
ci6n aePsiquiatrfa norteamericana de desechar Ia tesis de Ia enfermedad. Es-
le psiquiatrarepresent6 un vf~teulo entN.la psiquiatrfa oficial y laeotriente
contestataria Su pensamienro. no fue tarnadical como el de ,Szasz yws.se-
. guidores, ni comoel!de Bieber y.su gnipo. El tetmino mediocque Marmor
impuso ~iria como plataforma de consenso para dar el,aso hist6rioo en
1973. :
31. Ibid.
187
. Mamtor dio evidencia~ de su posicion con tespecto al homosexualis-
mo en Ia irttfoducoiOn que escribi6, en t965, en ellibro que edit6 sobre el
tema, Sexual Inversion (Inversion Sexual).32 Influido por Rado, este psi-
quiatra rechaz6 tambien Ia tesis de Ia bisexualidad constitutiva. Para el, el
homosexualisnio -Conio el heterosexualismo- era tina conducta: aptendida.
=' :AI psiquiatra creia que la heterosexualidad era la nonna eultural, pero
I nt> el fui de una teleologfa cultural. La homasexualidad, por su parte, no
I
era ni una fijaci6n ni una regresi6n, sino una elecci6n 110 6j>tima. La fui'l-
ci6n de los psicoterapeutas no era restablecer a los homosexuales dentro de
I
un estandar determinado de salud, sino mas bien ayudar a aquellos que se
desViaban de las demandas y valores de los tiempos.
188
Mas adelante, en su ensayo "Homosexuality - Mental Disease or Mo-
ral Dilemma" ("Homosexualidad- Enfermedad Mental o Dilema Moral"),
Marmor se divorcia mas claramente de Ia tesis de Ia enfermedad. AQlli nos
dice que su clasificaci6n como enfermedad noes ni semantica ni medica, si-
no moral. La homosexualidad permite una buena adaptaci6n por lo que es
inapropiado clasificarla como patol6gica Mas bien -continUa el- esto alen-
taba "Ia agresi6n interventora en Ia vida de estos individuos" .33
Hoffman
Martin Hoffman con Ia publicaci6n de su libro The Gay World (EI
mundo gay) en 1968, reforz6 muchas de las tesis de Hooker y asent6 el po-
der de Ia "escuela de Ia etiquetizaci6n" en Ia psiquiatria.34 Este psiquiatra
fue el primero en su medio en utilizar Ia palabra "gay" en vez de "homose-
xual" con lo que admitia que Ia homosexualidad era una cultura diversa que
trascendia Ia practica sexual. Su tesis, como lo sostuvo Hooker, consistia
en que el homosexualismo era un fen6meno estigmatizado y que los proble-
mas que generaba al individuo se debian no a algo intrinseco de Ia sexuali-
dad, sino a Ia discriminaci6n social. El problema era la "etiqueta" que se le
ponia a Ia persona por ser homosexual.
36. Ibid.
189
Pero Hoffman iria mas alia de una simple objeci6n al concepto de Ia
enfermedad. Anticipando mochas de las criticas de las corrientes feministas
y radilales, el autor omite Ia naturalidad y condici6n optima de Ia hetero-
sexualidad. Para el, Ia diferencia basica entre Ia heterosexualidad y Ia homo-
sexualidad es que Ia primera es Ia que Ia s~iedad promueve. Existe toda
una cultura orientada a presentarnos Ia heterosexualidad como t.inica opci6n:
"los hombres buscan a las mujeres como objeto sexual porque nose les da
ningt.in otro modelo altemativo. A nadie se le presenta Ia altcmativa homo-
sexual".
190
"Entre todos los pueblos del mundo, es aceptado que el hombre
desee mas
relaciones sexuales COR diversas personas que Ia mu~
jer. Se ha seftalado que Ia mujer tiene una capacidad mayor de
sostener una relaci6n de fidelidad con una sola persona ... "38
Prueba de esto, nos dice el autor, es que "los psiquial:ras que han tra~
bajado con homosexuales femeninos tienen un consenso de que estas muje-
res desarrollan relaciones duraderas e intimas con mas facilidad que los hom-
bres" .39 Otro factor probable es que exista un grado mayor de disturbios
emocionales entre Ia poblaci6n homosexual, en vista de los problemas. para
relacionarse con otras personas. Pero esto en si se debe ala represi6n social
que impide, con todos sus medios, Ia posibilidad de que dos hombres man-
tengan una relaci6n intima.
39. Ibid.
191
ba con este diagn6stico, los homosexuales seguirian siendo perseguidos,
acosados, despedidos, torturados y basta asesinados con Ia complacencia y
con Ia colaboraci6n de Ia psiquiatrfa.
192
John Money y los sociobi6logos
Para John Money, del Hospital John Hopkins y'autor dellibro Man
and Boy, Boy and Girl, el debate acerca de Ia constitucionalidad o no de Ia
homosexualidad esta acabado.41 El propone una tesis mas compleja de Ia in-
teracci6n entre Ia biologia y Ia cultura para explicar el fen6meno de Ia orien-
taci6n sexual. Su tesis es que el proceso de formaci6n de genero y de orien-
taci6n sexual se establece muy temprano, a los 18 meses de edad, y que en
el intervienen factores hormonales (lo biol6gico) y el proceso de socializa-
ci6n (lo cultural). Pero una vez que el genero y Ia orientaci6n se establece,
durante esos 18 meses, es imposible modificarlos.
41. John Money y Anke Ehmardt, Man and Woman, Boy and Girl (Baltimore:
Johns Hopkins University Press, 1972).
43. Ibid.
193
En esta misma linea se encuenttan las teorfas de Ia sociobiologia,
asociadas con los trabajos de E. 0. Wilson (Sociobiology: The New Synthe-
sis) publicado en 1975, en que el autor infiere patrones de conducta cultura-
les con base en las !eyes de Ia genetica y Ia sobrevivencia del mas fuerte.44
La primera de las teorias "geneticas" acerca de las causas de Ia homosexuali-
dad fueron propuestas por G. E. Hutchinson en 1959, pero esta tomaria vue-
to con el apoyo de Wilson, profesor de Ia Universidad de Harvanf.4S Hut-
chinson propuso Ia tesis de que Ia homosexualidad podia ser causada por un
gene, que se ttansmitia en vista del fen6meno conocido como "Adaptaci6n
Heterozigota Superior Balanceada". Esto quiere decir que existe una mayor
capacidad de sobrevivencia ante ciertas enfermedades para las personas hete-
rozigotas (genes diferentes en el mismo alelo) en los pares alelos que deter-
minan supuestamente Ia identidad sexual. En vista de ello, el gene "homo-
sexual" continUa transmitiendose porque su combinaci6n con el gene hete-
rosexual produce una persona mas resistente, pero el "precio" por pagar por
esta superioridad heterozigota es que un pequeflo porcentaje de individuos re-
cibiran dos genes "homosexuales", lo que determinaria su orientaci6n se-
xual.
194
mosexualidad es el precio que se paga por Ia superioridad heterozigota. En
otras palabras, el "ideal" seria que los dos genes heterosexuales fuesen tan
resistentes como los genes heterosexual y homosexual combinados, y asi
prescindir de que una pequefia proporci6n de Ia humanidad se hiciera homo-
sexual. Hutchinson, obviamente, no considera que Ia mitad de Ia poblaci6n
masculina ha practicado o practica Ia homosexualidad y que no podria expli-
car esto con su teoria genetica, a menos que existiese un gene homosexual
en "particulas", distribuido como polvo que varia de individuo a individuo.
195
cuestas, publicadas en 1981 en su libro, Sexual Preference. Its Develop-
ment in Men and Women (Preferencia sexual: su desa"ollo en hombres y
mujeres), son sorprendentes y destruyen mas de un mito.47
48. Ibid., p. 4.
196
l..al autores procedieron, asi, a analizar cada variable independiente.
Contrario a todas las expectativas, Ia relaci6n madre-hijo no evidencio tener
un impacto signiftcativo en que un individuo se haga o no homosexual.
Los homosexuales y heterosexuales no variaron de manera signiftcativa en
el tipo de relacion particularmente estrecha con ella, ni tampoco mostraron
haber sido criados por madres seductoras, sobreprotectoras, controladoras,
hostiles o distantes. La "cercania con Ia madre" como variable para predecir
Ia homosexualidad se encontr6 que era Ia mas debil de las quince estudiadas.
Los investigadores concluyeron en este aspecto, que "contrario a los desarro-
llos te6ricos, una relaci6n estrecha entre madre e hijo en general no parece
importante para explicar el desarrollo de Ia homosexualidad entre los hom-
bres de este estudio ... De ahf que una relacion estrecha, positiva o negati-
va, entre madre e hijo no puede ser considerada como importante en el desa-
rrollo de Ia homosexualidad de nuestros entrevistados masculinos".49
197
pero tambien que muchos heterosexuales no lo hacen y que Ia identifica-
ci6n con el padre "es debit en su conexi6n con Ia homosexualidad adul-
ta".S2
198
Sin embargo, las conclusiones de los autores desmerecen la riqueza
de Ia informaci6n que recabaron. La premisa que Bell y su grup:> comparten
es que paraqueexista una "disconformidad infantil con el genro" es necesa-
rio que las relaciones interpersonales familiares sean negativas. Para obje-
tar, por ejenlplo,las actividades masculinas, el nifio supuestamente -seglin
su anQisis- deberia tener una relaci6n distante con su padre. Como esto no
lo encuentran en su estudio, los autores concluyen que la disconformidad
con el genero debe ser hereditaria o biol6gica. l,Peroacaso noes .posible
que un nifto rechace Ia mutilaci6n de Ia personalidad que signffica un rol se-
xual sin que medie una experiencia negativa con el padre? l,NO existen pa-
dres que inconsciente o conscientemente desean que los niftos sean libres y
que si desean jugar con mui\ecas, lo hagan, sin que esto signiflque que no
sean cariftosos, cercanos e involucrados en su desarrollo? l,Tiene una madre
que ser dominante, castradora, manipuladora, agresiva, infeliz o sedtictora
para enviar un mensaje a alguno de sus hijos de que los roles estereotipados
y Ia relaci6n heterosexual clasica no son saludables? Esta es la idea de los
autores, aunque no necesariamente lo que se desprende de la informaci6n.
DeCecco
John P. De Cecco, investigador y profesc:r del Center for Research
and Education in Sexuality (CERES) de Ia Universidad de San Francisco
State, conlribuye a la discusi6n de .la homosexualidad con su cuestiona-
miento acerca de Ia viabilidad del termino. De Cecco advlerte que ha existi-
199
do una gran confusiOn en el discurso psiquialrico acerca del fen6meno.56 Ul-
richs opinaba que los homosexuales eran un 'tercer sexo, una subespeeie hu
mana. El psiquiatra aleman confundfa entre orientaci6n sexual y roles socia-
les; noconcebia que pudiese existirun homosexual verdaderamente masculi-
no. Hirschfeld tambien creyoque los homosexuales eran una especie relati-
vamente l31'a y que representaban un cuatro por ciento de Ia poblaCiOn.
200
clones que involucran varios grados de amor y de confianza con compai'le-
roS de trabajo, amigos, amantes o socios maritales. Estas relaciones no ne-
~ente incluyen o excluyen el contacto fisico.
Con este modelo se resolverian las contradicciones que los otros mo-
delos presentaban. En el caso de los homosexuales se podrfa tomar en cuen-
ta que, como se revel6 en el estudio de Master y Johnson, el 44 por ciento
de ellos admitieron sentir atracci6n sexual por el sexo opuesto y que un 70
por ciento habia sostenido relaciones sexuales con mujeres.ss Con respecto
a los heterosexuales, el modelo tomaria asr en cuenta que casi Ia mitad de
ellos siente atracci6n por su mismo sexo, que un 40 por ciento o mas tiene
contacto fisico homosexual, y que Ia mitad suefla er6ticamente de manera
homosexual.
201
CONCLUSIONES
203
1973, de su politica homof6bica y renunciar a Ia tesis de Ia psicopatologia
del homosexualismo. El paso que dio Ia mas importante asociaciOn de psi-
quiatras del mundo marco un hito histOrico tanto para los psiquiatras como
para los homosexuales. La decisiOn de eliminar Ia homosexualidad de la lis-
ta de enfennedades mentales puso ala disciplina a Ia vanguardia de Ia refor-
ma sexual. Los homosexuales, por su parte, interpretaron correctamente es-
ta decisi6n como una reafmnaci6n de su cultwa.
Pero mas impor:tante min seria que coo el fm del consen_so psiquiatri.-
co acerca de Ia homosexualidad,la sociedad moderna perdia la ultima carta
que legitimaba su iepresion. Co~ la erosion de su discurso y Ia evidencia
contraria al dogma oficiai psiquiatrico, se .hizo patente que las verdaderas ra-
zones paraIa persecuci6n y represi6n de ia homosexualidad eran politicas y
que elmovil principal era 1a sobreviveilcia del patriarcado como sistema de
oominaeioo.
204
,,
Relectura de la Biblia
1
,,, ' ' I
205
preta el <,:ontexto moderno, de manera que para ser fiel al mensaje permanen-
te del teXto biblico es ineludible vivir Ia tension entre estas dos actitudes.I
Se puede afmnar que Ia Biblia resume Ia fe de una naci6n que interpre-
t6 su vida a Ia luz de un concepto de alianza entre su divinidad Yahveh y
ella como pueblo y como sujeto de su historia. Como los personajes plas-
mados en este resumen (Las Sagradas Escrituras) nose comportaron en con-
cordancia con el modo de vida que llevan los lectores actuales del texto (se-
gunda mitad del siglo XX) ya que estos actores, llevaron e interpretaron su
vida de acuerdo con su epoca, resulta un tanto dificil poder deslindar en el
Texto Sagrado lo que es cultura delo que seria Palabra de Dios, ya que
"Dios eligiO unos instrumentos humanos imperfectos, que vivieron en dis-
tintas ~pocas y no. es facil enttfnder el mensaje biblico con las categorias
mentale~ occidentales, heredados dJ! la lOgica helenica" .2
..
Dicho de 01ra manera, en Ia :Siblia se encuentta una voluotad de libe-
raciO.n que Dios h~o manifiesta para el hombre y Ja. mujer por medio deal-
guno~ congeneres; estos amarraron esaa voluntad de liberaci6n con palabras
y con categorias mentales de su epoca, de ahi que.para permitirle.al Texto
mostrar su intenci6n primigenia habra que deslindarle a este lo que fue pro-
ducto de ~ 9'JltQra, lo c.ircunstancial, para peJ:"mitir que salga a flote "el
mensaje permanente que si tiene vigencia para todos las edades".3
Las difenmtes ramas del saber humano, sin duda, ayudanin a e~'traer
del Te)tto el Kerigma y a no tomar lo circunstancial como voluntad divina.
De estos errores tan frecuentes cometidos por las Iglesias, previene el te6-
logo Rene Padilla:
1. Rutschman La Verne, ANT/GUO TESI'AMFNIO 1 (Guatemala: Seminario Anabau-
tista Latinoamericano, 1987). p. 1.
206
El esfuerzo por dejar que las Escrituras hablen sin imponerles
una interpretaciOn elaborada de antemano es una tarea herme-
neutica obligatoria para todo interprete, sea eual sea su cultura.
A menos que Ia objetividad sea su objetivo, todo el proceso in-
terpretativo esta condenado al fracaso desde su comienzo.4
Por ser tan dificil hacer este deslinde, cuando el mensaje cristiano fue
llevado a otras culturas y a otras latitudes, la Iglesia de Ia Cristiandad lo
que hizo fue aculturar la civilizacion invadida, esto en el mejor de los ca-
sos, ya que en otras oportunidades preftri6 exterminar y destruir la otra cul-
tura (v. gr. la evangelizaci6n en America Latina en tiempos de la Colonia).
207
Cuando el cristiano se ha enfrentado a una disyuntiva de canicter etico
doctrinal o de interpretaci6n de su realidad, ha recurrido a la Biblia comp li-
bro esclarecedor, bajo el supuesto de que este contiene un parrafo que habla
explicitamente sobre el asunto en cuesti6n; sin embargo, en numerosas
oportunidades y sobre diversos temas, el texto sagrado no contiene ese apar-
tado, por lo que la Iglesia de la Cristiandad ha recurrido a otro sistema: tor-
cer el texto o sea poner a decir al texto lo que este no dice.
208
El hecho de que Atonfuera saludodo como el Ullico dios, crea-
dor de todas las cosas, junto al cual no hay otro dios, autoriza
a decir que el culto de Aton fue, cuando menos algo que se
aproxima mucho al monotefsmo.6
6. John Bright, HISTORIA .DE ISRAEL (Bilbao: Desclee de Brouwer, 1970), pp.
132-133.
209
Con el surgimiento de las Teologias de Ia Liberaci6n se logra Ia libe-
raci6n de este campo del saber humano, que ya no sera el producto de Ia es-
peculaci6n propia del pasado, sino Ia sintesis de Ia interpretaci6n de Ia fe
mediante las luchas del hombre y de Ia mujer por llegar a ser personas.
210
Los que leen el texto biblico son seres con problcmaticas muy con-
cretas, en un Iugar y en un tiempo especifico; tienen cuerpo, comen, aman,
suei'lan; tienen sufrimientos, apetitos; viven una expresi6n de su sexuali-
dad; estan ubicados en un sitio determinado de Ia sociedad, con una situa-
ci6n econ6mica determinada y una situaci6n de aceptaci6n o rechazo social
muy especifico, y estan inmersos en una realidad a Ia que ha de llegar el
mensaje liberador:
10. Ibid.
211
guro; sin embargo, Ia Iglesia de Ia Cristiandad hace todo lo contrario, ha
aplicado el'mayor rigor posible (Ia expulsion de su seno) al que cae fuera de
lo que Ia letra muerta del texto expresa.
Se puede inferir que, actualmente, son millones los que sufren algl1n
grado de marginaci6n y esta se da porque alguien decide que tal o cual perso-
na queda fuera del ambito del Reino de Dios. Se ha utilizado Ia Biblia para
descalificar a diestra y siniestra, se ha aprovechado el Texto Sagrado para
agredir, para disminuir al otro y para juzgar con el recurso de que Ia Biblia
dice tal cosa y se pretendejustificar con un fragmento descontextualizado.
Esta falta de lucidez para recetar sin licencia divina ha deparado mu-
chos sinsabores, porque por esta causa muchos cristianos descubren que las
palabras del salmista son su exclamaci6n cotidiana: "has alejado de mi a
mis conocidos me has hecho para ellos un horror, cerrado estoy y sin salida
mis ojos se consumen porIa pena''. (Salrno 87:9. Versi6n Biblia de Jerusa-
len).
Los que escribieron el texto eran hombres que sabian, obviamente, le-
er y escribir. Es un texto que data en sus partes mas antiguas de unos 2000
aiios antes de Cristo, producto de una civilizaci6n poco desarrollada como
Ia hebrea y en una zona que no era considerada como culturalmente domi-
nante. Se puede sospechar, asi, que estos pertenecian a una elite intelectual.
212
Si se piensa en Ia enonne influencia que pudieron ejercer estos cuatro
factores en Ia redacci6n del Texto Sagrado, se puede concluir que el texto, a
pesar de revelar la intencionalidad de Dios, que tiende a liberar al hombre y
a la mujer de todo lo que es opresi6n y regit las relaciones por medio de la
paz, la justicia, la equidad y el amor, tambien estani infiltrado de una acti-
tud que reflejani los intereses de la clase econ6mica, politica e intelectual-
mente dominante, ademas de tener un caracter patriarcal y sexista.
213
ron. 'iD6nde estan los hombres que han venido donde ti esta no
che? Sdca/os, para que abusemos de ellos'.
"Si alguien se acuesta con var6n, como se hace con mujer, am-
bos han cometido abominaci6n: moriran sin remedio; su san-
gre caeni sobre ellos".
214
1.3. Leviticos 18:22:
Estamos ante otro de los chisicos textos que se han esgrimido para
atacar al gay, solamente que en este caso se menciona al prostituto masculi-
no y se equipara el tennino al de homosexual.
Comentario de 1.1
11. Derrick Sherwin Bayley, Homosexuality and the Western Christian Tradition
(London, 1955).
215
"El pecado de Sodoma y Gomorra fue el orgullo, La voracidad,
La indolencia de vida,fue que no socorrieron al pobre y al indi-
gente, que se enorgullecieron y cometieron abominacwn ..." y
termina diciendo que por eso las hice desaparecer". (Versi6n Bi-
blia de Jerusalen).
Tambien el profeta Isaias retoma esta y nos arroja luz cuando en el ca-
pitulo primero: vetso 10, dice:
216
los extranjeros y no Lot quien justamente es un huisped de Ia
ciudad. Se debe recordar que los extranjeros son los angeles del
Senor que han venido a juzgar a Sodoma.12
Para esclarecer atin mas esta idea de que Ia destrucci6n de las ciudades
fue causada por los actos violentos y faltos de amor u opresores, y que no
se debe buscar en ellos una connotaci6n homosexual o heterosexual, sino
el acto violento per se, se sugiere cambiar el genero de los visitantes en Ia
narraci6n para ver c6mo atin en las relaciones heterosexuales el hecho puni-
ble permanece.
217
sea de huerfanos, viudas o inmigrantes. El C6digo Mosaico
constantemente hace referencia a estos grupos con elfin de brin-
darles protecci6n.14
218
De nuevo, encontramos que el hombre, el anfitri6n, estuvo deseoso
de ceder a su hija virgen en vez de su hu~. Esta actitud representa preci-
samente el mismo pensamiento que se establece en Ia historia de Sodoma,
donde es totalmente indiferente Ia importancia de Ia mujer como persona.
Las mujeres fueron consideradas como mobiliario y como tales carecian de
importancia para los hombres. El huesped prefiere sacrificar a su concubi-
na, una mujer de rna~ bajo estrato en la escala social. Nada, sin embargo,
puede alegarse para justificar Ia acci6n. Es una s6rdida historia.
Por otta parte, los dos pasajes del Levitico (18:22 y 20:13) que conde-
nan el sexo entre hombres estan localizados en un C6digo de Santidadt6
219
La intenci6n de estos c6digos em proteger Ja identidad del pueblo he-
breo ante las costumbres contaminantes de los pueblos vecinos. No es difi-
cil sospechar que en tales textos exista una intencionalidad de condenar lo
ex6geno a esta cultura:
Sin embargo, otras condenas en Ja Biblia, atin mas severas que las
que se utilizaron contra los actos homosexuales, han sido convenientemen-
te olvidadas o superadas. Segun Ja Biblia, Ja emisi6n de semen ensucia a
un hombre y asi se mira tambien el acto sexual (Levitico 15:16-18). No
obtante, hoy dia ningtin hombre que se "ensucie" con este acudiria a una
limpieza ritual. Pocos aceptarian ahora que Ja menstruaci6n ensucie a Ia
mujer y todo lo que ella toque y que de asi hacerlo, debe de limpiarse ritual-
17. John Bright, Historia ... pp. 132-133.
220
mente (Leviticos 15:19 ff). Las Sagradas Escrituras sostienen que los adUI-
teros deben ser asesinados (Lev. 20:10); el deseo sexual es puesto a Ja par
del adulterio (Mateo 5:27). En Mateo 5:32 se indica que el divorcib no se
justi.fica a menos que exista adulterio y que casarse con una mujer divorcia-
da equivale a cometer adulterio. En Corinti.os 14:34 ff se dice que las muje-
res deben mantenerse calladas en Ja iglesia.
Una mas de las leyes que ha quedado olvidada ha sido "EI Levira-
to". Esta ley ordena el matrimonio de una viuda sin hijos con uno de sus
antigllos cutlados (Genesis 38:3). Lo que se persigue es garantizar que Ia
mujer continue teniendo hijos, o sea no dejar una matriz improductiva. Sin
embargo, pocos hoy dia desposarian, en caso de Ia muerte del hermano, a
su cuftado. Esto a pesar de que en el Genesis se nos dice que su incumpli-
miento desagrad6 tanto a Dios que le seg6 Ia vida por ello a Onan (Genesis
38:3).
221
Comentario 1.4
222
El origen de est.e pueblo esta fundamentado en una promesa de Dios
hecha al patriarca Abraham, en la cualle promete descendencia tan numero-
sa como las estrellas o las arenas del mar. Despues del Exodo se encuentran
en el desierto unas tribus diezmadas en gran manera, sin unidad cultural,
sin organizaci6n social, y pr6ximas a su tierra prometida, que ahora esta ha-
bitada. Estos habitantes estan mas desarrollados, mas organizados y con
mas condiciones para una guerra que los mismos hebreos. De ahi Ia raz6n
de los 40 afios en el desierto, un periodo 16gico para que se organizaran y
nacieran muchos hombres que pudieran hacer Ia guerra. Esta,la que se bacia
cuerpo a cuerpo, de manera que el grupo que mas hombres llevara al campo
de batalla sin duda contaria con mas posibilidades de salir victorioso. En es-
te momento es necesario velar por que el pueblo hebreo crezca en mimero;
habra entonces que legislar contra todo acto que tienda a evitar el crecimien-
to demografico, ya que lo que se busca es tener came de guerra para veneer
y expulsar a los amorreos, a los eteos, a los cananeos, a los fllisteos de esa
tierra Se citan entre estas leyes las siguientes:
223
No se puede evitar al contextualizar estos p8sajes observar que si
bien el fm ultimo de ~stos es hacer crecer en numero el pueblo de Israel,
ahora y para el Cristianismo el alarmante aumento de Ia poblaci6n mundial
puede incluso tener una repercusi6n negativa. El mundo esta bregando en
este siglo con Ia desmedida explosi6n demognifica. Esto sf es un factor que
a todas luces sera perjudicial para el ser humano en el planeta y no los ac-
tos de amor entre dos mujeres o entre dos hombres.
2. NUEVO TESTAMENTO
Por eso los entreg6 Dios a pasiones infames; pues sus mu.jeres
invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturale-
za; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de Ia
mujer; se abrazaron en deseos los unos por los otros, cometien-
do Ia infamia de hombre con hombre. recibiendo en si mismos
el pago merecido por su extravfo.
224
a) i"Lasdosciudades(Roma y Corinto) enJD en esemomento SURlamente
cosmopolitas; poseian Wl sincretismo cultural enorrne, lo que sin du~
da Pablo,llamado comtimnente ~'el estratega del Cristianismo", inter-
pret6 comosumamente iiesgoso para mant(mer laidentidadjudeo<ris
tiana. A diferencia de Cristo que no dijo nada del tema gay, Pablo de
Tarso se ocupa de este en dos oportunidades, asf, como de multiples
aspectos de Ia sexualidad de su tiempo. No podemos negar que Pablo
esta muy interesado en el tema de Ia seJr~~idad pero desde su perspec-
tiva patri.arcal, tanto asi, que mucllOs estudiosos ven .en el actitudes
mis6ginas.,
.225
LQOO era esa espina o aguij6n de Ia came? Pablo no insimla nada. Se
podrfa sugerir Ia epilepsia, Ia artritis, Ia ceguera, o alglln problema sexual.
Esta ultima condici6n, o predisposici6n, podria haber sido un problema
inconsciente de Pablo. Esto no quiere decir que se entregara a practicar
estos deseos irtconscientes pero que si los tuvo, pudieron haber influido en
su deseo de perseguirlos en los demas.l9
El mismo Pablo admite que sus reglas son enteramente propias (I Co-
rintios 7:25). El va mas alta de cualquier cosa que Jeslis dijera sobre el se-
xo, lo cual, incidentalmente, fue muy poco. Pero, en este caso, Pablo refle-
j6 Ia cultura de su ~
La otra fue Ia influencia que ejerci6 el Gnosticismo que, con sus ide-
as asceticas, comenzo agimar terreno y adeptos,lo que oblig6 a los cristia-
nos primitivos a asumir una posici6n contestataria.
226
Como el Cristianismo competfa con el Gnosticismo, tuvo que
considerar lo que esta religion sostenfa. Muchas de las comuni-
dades cristianas primitivas trataron de ganar adeptos tomando
posturas alln mas asceticas que las mismas paganas.
Los gn6sticos eran ascelas' estrictos. La abstinencia sexual era
una de las maneras de salvarse. Algunos de ellos se considera-
ban cristianos. El sexo se asociaba con el demonio''.']J)
Era tal el desprecio que se lleg6 a sentir por el sexo, que uno de los
padres de Ia Iglesia, Origenes, se castr6 para evitarlo. Es importante desta-
car que si a estas actitudes se lleg6 en los primeros ai'los con respecto al se-
xo procreador, mas repudio pudo llegar a sentirse contra el sexo entre per-
sonas de igual genliro o no procreador.
En Romanos 26 y 27 leemos:
"Por eso los entreg6 Dios a pasiones infames, pues sus muje-
res invirtieron las relaciones naturales, por otras contra Ia natu-
raleza igualmente los hombres, abandonando el uso natural de
Ia mujer, se abrazaron en deseos los unos por los otros, come-
tiendo Ia infamia de hombre con hombre, recibiendo en sf mis-
mos el pago por su extravfo". (Biblia de Jerusalen).
20. William Barclay, Comentmio a los Romanos (Editorial Aurora, 1971), p. 23.
227
de no habia estado,la mayor ciudad del m4s grande imperio del
mundo".21
228
a aquella conducta que es poco com lin o inesperada desde el punto de vista
de lo acostumbrado. El quizas tuvo la misma idea en mente cuando se refi-
ri6 a la homosexualidad.
Es peligroso, eso si, adjudicarle a las palabras de Pablo sobre lo natu-
ral, el sentido que le darian las posteriores teorias de "la ley natural", de la
que el no tuvo conocimiento. Como tampoco debemos reducir nuestro con-
cepto de lo natural a funciones unicamente fisicas o biol6gicas (los sexos
son biol6gicamente complementarios ergo solo Ia heterosexualidad es natu-
ral). De acuerdo con los conocimientos modemos del desarrollo humano, de-
bemos tambien reconocer los componentes personates y psicol6gicos (la
atracci6n emocional entre los individuos es tambien natural y por consi-
guiente asi debe ser su expresi6n fisica).
Un popular juego de los romanos era uno en el cual se ponian mime-
ros de un lado de una mesa, con una lista de virtudes y vicios en el otro la-
do. No sabemos precisamente c6mo era desarrollado el juego, pero en lo
que queda de este se ve que los vicios -o cosas que los romanos consideran
"picaros"- preponderaban sobre las virtudes. El que estuvieran escritos en
el latin mas vulgar indica que el juego debi6 haber sido popular entre Ia
gente.comun.
229
Tenemos ahora el pasaje de Ia Ia. Corintios 6:9 en donde aparecen va-
rias de las palabras del juego: "iNo sabeis acaso que los injustos no hemia-
ran el Reino de Dios? jNo os enganiis!, ni los impuros, ni los id61atras, ni
los adulteros. ni los afeminados, nilos homosexuales, ni los ladrones, ni
los avaros, ni los borrachos, ni los maledicientes. ni los extorsionistas,
han de poseer el Reino de Dios".
Pablo pudo haber sido influido por este juego para atacar una serie de
practicas extendidas entre los griegos -consideradas como vicios por los ro-
manos- pero teniendo en mente su relevancia a Ia ciudad de Corinto. Las
palabras claves de "malokoi" y "arsenokoftai" que se han traducido ideol6gi-
camente como "homosexuales" o "afeminados" no reflejan el sentido que
Pablo les dio. Pablo querfa atacar las pnkticas sexuales vinculadas con Ia
adoraci6n de dioses paganos, como lo era el culto comun en Corinto a Ia
diosa Afrodita Urania. En el templo de Corinto, como en otros en Ia epoca,
230
~ra com tin la presencia de prostitutos y prostitutas que, como parte del rito
de la fertilidad, realizaban orgias con los creyentes. Son seres dedicados a Ia
prastitucion que Pablo tiene en mente en su carta a Corinto:
Es necesario ver la Biblia como lo que es: un libra que contiene pau-
tas divinas para el hombre y la mujer, a fin de que sus vidas esten.enmarca-
das en una dimimica de justicia, equidad, paz, amor y libertad, en su rela-
cion con Dios y con sus congeneres. Es imprescindible tambien very com-
'
prender lo que no es la Biblia: no es un libra de historia, aunque posee o
cuenta con algunos hechos hist6ricos; no es un libra de ciencia, tinicamen-
te interpreta teologicamente algunos hechos de esta; no es un libro de psico-
logia ode sexualidad, aunque toea temas de sexualidad, eticos y psicologi-
cos pero cincunscritos a un momenta hist6rico, a una situacion especifica,
a una cultura dada, y todos estos con perspectiva de fe. Lo pertinente para
buscar la trascendencia de este Libra es apreciar como Dios manifiesta su
voluntad liberadora a fin de que las vidas sean mas armonicas, mas integras
y reflejen la imagen de Dios, mas no imagenes mutiladas por los prejui-
cios heterosexistas de los fundamentalistas o de los homofobos.
231
T. Homer en su obra "Jonathan loved David. Homl)sexuality in Bib/f!
cal Times", nos dice que entre el Rey de Israel y el hijo de Saul se desarro-
llaria una relaci6n amorosa que se incluirfa en Ia misma Biblia.25
"AI punto que David acab6 de hablar con SaUl, el alma de Jona-
tan se uni6 estrechamente con el alma de David, y ami5le Jona-
tan coml) a su propia vida. Desde aquel d{a quiso SaUl tenerlo
siempre consigo, y no le permiti6 volverse a casa de su padre.
Y contrajeron, entonces, David y Jonatan, una grande amistad;
pues que amaba este a David como a sf mismo. De aqui es que
se quit6 Jonatan Ia tunica que vestfa, y di6sela a David con
otras ropas suyas, hasta su espada y arco y aUn el tahalt. (1 Sa-
muel 18: 1-4).
232
por el otro supera su amor por las mujeres, y como todo esto
esta presente en La vinculacion de David con Jonatan, creo que
tenemos suficiente evidencia para creer que Ulla relacion homo-
sexual se estableci6" .'lh
"Y asi que este hubo marchado, sali6 David del sitio en que es-
taba, que miraba al mediodfa, .e hizo por tres veces una prcfun-
da reverencia alonatan, postrtindose hasta el Slll!lo y besdndose
uno al otro lloraron juntos; pero David mucho mds". (I Sa-
mpel 20:41-43).
26. Ibid, p. 28.
233
Jonatan no ha sido el primeroen quedar destrozado en Ia lucha senti-
mental entre su padre y su amigo, y no sera el Unico. Homer pregunta
si podria afmnarse que David am6 verdaderamente a Jonatan, o sino lo uti-
lizaba para sus designios de poder. El mismo David, enterado de Ia muerte
de Jonatan, en una de las mas hermosas elegias en Ia Biblia, nos da una po-
sible respuesta:
"Angustia tengo por ti, hermano mio Jonatan que .me fuistes
dulce. Mas maravilloso me fu.e tu amor que el amor de las mu-
jeres". (IT Samuel1:19:27).
En lo que respecta a Costa Rica, en los primeros dias del ai'io 1987
se organiza un grupo de reflexi6n biblica integrado por lesbianas y homose-
xuales de diferentes credos que buscan vivir una espiritualidad desde su con-
dici6n de oprimidos, de marginados, pero de cara al compromiso que como
cristianos y como homosexuales o lesbianas se debe asumir en Ia Construe-
235
ci6n del Reino de Dios aquf en Ia Tierra. Este grupo logra expresar su fe
desde una perspectiva ecumenica, recurriendoal modelode las Comunidades
Eclesiales de B..VSe, toda vez que parten de Ia Teologia de Ia Liberaci6n, por
Ia apertura al duUogo de esta teologia con las Ciencias Sociales, las que sin
duda han dado su gran aporte a Ia comprensi6n mas acabada de Ia problema-
tica de los homosexuales y las lesbianas. Se considera de fundamental im-
portancia este grupo de reflexi6n pues esta permitiendo a hombres y muje-
res gays tener una expresi6n mas real de su fe y ser tambien un punto de en-
cuentro y de partida para lograr una apertura mas concreta de Ia sociedad cos-
tarricense a Ia comunidad gay.
Han colaborado en todas las actividades que realizan las diferentes or-
gani~ciones gays del pais, con Ia finalidad de recaudarfondos para luchar
contra el flagelo del SIDA. En este campo se puso de manifiesto Ia necesi-
dad deponer en acci6n una pastoral al enfermo que vive con Sida, por lo
que algunos de sus miembros se capacitai:on en consejerfa pastoral y tanato-
logfa.
Otros son los proyectos que iniciaron, pero que a medio camino tu~
vieron que desistir de ellos, como una bolsa de empleo paraJos miembros
de menos recursos y un boletin que proporcionara informacion veraz y des-
contaminada a las lesbianas y a los gays costarricenses.
236
niendo dentro de tres meses, toda vez que para ello ticnen que contar con Ia
hospitalidad que les brindan los grupos de mas apertura y solidarios en el
pais. Sin embargo, estos ya cuentan con un estigma muy grande en una so-
ciedad conservadora como Ia costarricense como para cargar con un grupo
gay. b) La homofobia que esta intemalizada en los miembros, pues noes
de esperar que despues de anos y anos de marginar, humillar y segregar al
gay, este pueda andar porIa vida sin haberse afectado por estas actitudes. Al-
gunos de los miembros nunca tuvieron voz en ninguna organizaci6n antes
de esta, ahora que Ia tienen y pueden hablar incluso sin ocultar su condi-
ci6n gay, desean cuotas de poder, lo cual va en detrimento directo del gru-
po.
237
--- --- ---- ------- ------
El modelo norteamericano
B
Resulta sorprendente que en una sociedad pluralista como Ia norteame-
ricana, con una tradici6n de organizaci6n politica y de grupos de interes sin
par en Ia historia occidental, Ia minoria gay haya sido reprimida a tal escala
que no haya logrado formar grupos politicos que Ia representen sino basta
Ia decada de 1950. Esto se toma mas particular porque en Europa, a partir
de fines del siglo XIX, un movimiento politico de liberaci6n homosexual
se habia consolidado y ejercido una influencia importante en la discusi6n de
Ia homosexualidad.
2. Ibid., p. 14
240
A pesar del holocausto gay, el deseo de rebeldfa no moriria en Occi-
dente. De las cenizas de Ia Segunda Guerra Mundial surgiria en los Estados
Unidos una segunda ola revolucionaria que repercutiria en todas lasjocieda-
des industrializadas.
3. John D' Emilio, Sexual Politics, Sexual Communities. The Making of a Homo-
sexual Minority in the United States, 1940-1970. (Chicago - London: The Uni-
ven;ity of Chicago Press, 1983).
241
Pero, como sucederia en Costa Rica con el Sida, Ia represi6n tam-
bien servirfa como estimulo para Ia organizaci6n politica. El nacimiento de
Ia Soci;dad Mattachine, en 1951, marc6 el infcio del movimiento norteame-
ricano. Este primer modelo se prestaria mucho para aplicarlo en Costa Rica
porque emergia en un medio sumamente hostil y represivo, similar al que
se viviria en esta naci6n centroamericana en los ai'ios ochentas y por ello
sus enseftanzas influirian en los activistas costarricenses.
4. Ibid.
242
Un evento cambiaria su vida. El Partido Comunista estaba apoyando
a Henry Wallace en su campai'ia presidencial y Hay trabaj6 en esta mientras
continuaba con sus investigaciones sobre mtisica En una reuni6n con los
musicos se dio cuenta de que todos eran gays y en la conversaci6n surgi6 Ia
idea de que los homosexuales apoyaran a Wallace a cambio de Ia promesa
de pasar una legislaci6n que respetara Ia privacidad-de la orientaci6n sexual.
Aunque esto qued6 como s6lo palabras para los otros, no fue asi para Hay.
Este conserv6 Ia idea y la sensaci6n de que su vida como un seudo-hetero-
sexual llegaba a su fin.
Henry Hay, nos dice D'Emilio, se mantuvo trabajando dos aftos con
este proyecto. Primero lo expuso a miembros de su partido y a otros profe-
sionales, pero pronto se dana cuenta de que el movimiento tenia que nacer
de los mismos gays.
243
La Sociedad Mattachine,nos dice D'Emilio, naci6 con todas las carac-
teristicas de un partido de izquicrda: secreta, jenirquica, y compuesta por ce-
lulas. Su organizaci6n respondi6 a que surgia en un periodo muy represivo
como lo fue el decenio de l95Q.,Los comunistas eran perseguidos en Esta-
dos Unidos y, para setiem bre de 1950, podian ser encarcelados por "razones
de seguridad". La intolerancia social era igualmente grave. Cualquiera podia
ser arrestado y acosado por su orientaci6n sexual. Pronto los homosexuales
serian tambien senalados como un peligro para Ia seguridad nacional. La
imagen de estos como enfermos mentales o delincuentes -Ia misma que se
proyecta basta ahora en Costa Rica- intimidaba a los mismos gays a siquie-
ra reunirse socialmente y mucho menos politicamente.
Esta premisa te6rica de Hay fue revolucionaria y tam bien serviria pa-
ra aplicarla luego a Ia realidad costarricense. Esta permitia desechar de ante-
mano los argumentos contrarios a Ia movilizaci6n de los gays y Ia apatia
que siempre serviria como valla u obstaculo. Los gays forman parte de una
minoria cultural -razonaron estos activistas- a pesar de que ni ellos mis-
mos lo acepten.
244
El instrumento para movilizar a la comunidad gay serfa los grupos de
concientizaci6n. Los lfderes empezaron a invitar a discusiones sobre homo-
sexualismo a mas y mas personas. Las charlas empezaron a afectar ala gen-
te que asisti6. Al principio, todos tenian terror de que el gobiemo los apre-
sara o descubriera y basta daban nombres falsos. Poco a poco, el miedo dc-
crecia y las defensas bajaban. Personas que vivian aisladas, por vez primera,
aceptaban su homosexualismo frente a decenas de compai\eros como eUos.
La solidaridad ofrecia un sentido de orgullo de ser lo que eran; la Sociedad
empez6 a ofrecer una altemativa positiva y cultural en la vida gay.
245
Hay decidi6 romper, en 1948, con el Partido Comunista que nunca
vio con simpatia a los homosexuales y con su matrimonio de 13 ailos. Sin
estos lazos, el dio toda su energia a Ia Sociedad.
Con los grupos trabajando bien, D'Emilio nos dice que Ia sociedad
empez6 a ponerle atenci6n ala politica En febrero de 1952, Dale Jennings
fue victima de Ia represi6n policiaca aliser arrestado por hacer proposicio-
nes a un policia vestido de civil que se prest6 para tenderle Ia trampa. La
Sociedad decidi6 pelear en Ia Corte el asunto. Los homosexuales empeza-
ron a donar dinero para pelear el caso; se les infonn6 por medio de panfle-
tos que se distribuian en Ia calle. Jennings, en el juicio, no neg6 que era ho-
mosexual pero si 1o hizo con los cargos en su contra de realizar actos inde-
centes en publico. Despues de 36 horas de deliberar, el jurado ~ mantuvo
empatado y Ia Oficina del Fiscal decidi6 retirar Ia acusaci6n. Este fue el pri-
mer gran triunfo politico de Ia Sociedad.
6. Ibid., p. 65
7. Ibid., Capitulo 5
247
bilidad de los fundadores.-Otro pidi6 que se exigiera Ufljuramento-de lealtad
a los Estados Unidos. Para apaciguarel furor, elliderazgo se vio en Ia nece-
sidad de convocar a una convenci6n "democnitica" para adoptar una constitu-
ci6ri y elegir a los nuevas dirigentes.
8. Ibid., p. 76
9. Ibid., p. 79
10. Ibid.
248
El resto, opina D'Emilio, fue anticlimatico. La convenci6n aprob6
una tinica membresia jefeada por un Consejo de Coordi~i6n, con Ia auto-
ridadde establecerdiferentescomites de trabajo. Las filialesregionales elegi-
rian a sus propioslideres y tendrian representaci6n en -el Consejo Central.
Burns fue electo como jefe del Consejo de Coordinaci6n.
Esto fue visto como una calamidad por los fundadores. Hull, Gruber
y R. renunciaron para siempre. Jennings concentr6 su energia en Ia revista
One que el editaba. Stevens y Rowland se quedaron un ai'lo mas tinicamen-
te. Hay fue el mas afectado. Despues de20 afios en polftica radical, se vio
sin partido comunista, Mattachine, ni esposa. Casi comete suicidio y aun-
que afios despues volveria al movimiento gay, nunca ocuparia un papel cen-
tral.
La convenci6n de mayo propici6 cambios en la Mattachine que fue-
ron mas alla de una simple transferencia de liderazgo. Durante los meses si-
guientes, los nuevos dirigentes imprimieron su sello en Ia organizaci6n,
nos dice D'Emilio. Los nuevos lfderes rechazaron el concepto del homose-
xual como miembro de una minoria y aceptaron Ia idea de que lo tinico que
variaba era el objeto de atracci6n sexual. No aceptaron Ia necesidad de crear
una cultura gay. Mas bien aconsejaron a los gays adaptarse lomas posible
a las instituciones soc.iales y llevar. su vida lo mas compatible con el ho-
gar, Ia Iglesia y el Estado. Como identificaron el prejuicio por inform~io
nes falsas acerca del desviado, se propusieron trabajar con cientificos recono-
cidos, clinicas e investigadores que estudiaran el homosexualismo. Su de-
pendencia de los "profesionales" los haria dejar a un lado Ia acci6n militan-
te politica. En resumen, Ia nueva filosofia era de acomodo y de esperanza
en que los "expertos" les ayudarian a los homosexuales a interpretar su con-
dicion. Se cambi6 de una politica de movilizaci6n a una de dependencia de
los profesionales. Se le deleg6 a otros una lucha que nadie iria a emprender.
249
y militante que caractetiz6 los tresprimeros aiios de Ia Mattachine. Para ju-
lio de 1953, gran parte de los miembros habian ya.renunciadoy el declive
continuO. Se acus6 al Consejo Central de no querer dar ninguna lucha con-
tra Ia discriminaci6n .. Para Ia convenci6n de 19~. s6lo asistieron 40 miem-
bros. En vez de dar una batalla frontal y luchar conlra Ia opresion, Ia Mana-
chine termino recogiendo comida y ropa para hospitales, haciendo donacio-
nes de sangre y de libros para demosu. que los homosexuales eran "bue-
nos ciudadanos" .11
11. Ibid., p. 80
250
Antecedentes de Stonewall
Elliderazgo de la Sociedad Mattachine, de las Hijas de Bilitis (lacon-
traparte femenina) cay6 en un letargo con su polftica integracionista y de-
pendiente de los medicos y psiquiatras.l2 La masa gay, nos dice D'Emilio,
continu6 indiferente a las actividades de ambas organizaciones y la descon-
fianza era mutua. Los lfderes consideraron que tos clientes de los bares eran
una masa poco educada, cfnica y frivola que no serviria al movimiento.
Curtis Dewess de la Sociedad Mattachine neoyorklna decia, en 1952, que
no era aun el tiempo para una organizaci6n gay de masas y que la sociedad
norteamericana la rechazaria con indignaci6n.
Sin embargo, los eventos de los aiios 60 empujarian la causa gay por
los senderos que los antiguos lideres no soi'laban. El espiritu de la epoca,
que se asocia con el ascenso ala presidencia de John F. Kennedy, seria radi-
cal. La rebeli6n negra que se conoce como el Movimiento en pro de los De-
rechos Civiles iniciaria en los Estados Unidos un periodo en que la protes-
ta, las posiciones contra el "establishment" y la rebeldia serian la norma.
El pacifismo, el feminismo, ayudarian tambien a gestar el levantamiento
gay. Uno de los impactos de los nuevos tiempos se sentiria en Washing-
ton, D. C. Ahi Franklin Kameney, un judio de Nueva York, se integraba a
Ia Sociedad Mattachine y cambiaba su caracter conservador de manera ines-
perada. Kameney, un astr6nomo doctorado en Harvard, trabajaba para el
Ej~cito de su pais. En vista de su arresto en 1956, por "conducta lasciva",
Kameney fue despedido del gobiemo y se le prohibi6 -por su homosexuali-
dad- volver a trabajar para el.13
251
a los homoscxualcs por prcstarlcs ofdos a los "expcrtos" de Ia profcsi6n me~
dica y por esperar que fucran ellos quiencs los liberaran. "La mente prejui-
ciada no va a ser convencida con Ia informacion y no es educable", dijo.l 4
La ignorancia no era Ia razon unica del prcjuicio y Kameney vcfa como los
negros, en cientos de ai'ios, no habian Iogrado ninguna igualdad con sus tac-
ticas pacifistas. Tambien estuvo influido por su vision clara de lo que los
judios pasaron en Alemania por su pasividad. "No veo como vamos a ga-
nar Ia batalla con lideres que nos hablan de Ia posibilidad de hacemos hetero-
sexuales como si Ia respuesta al antisemitismo fuera Ia conversion del ju-
daismo al cristianismo" _IS
16. Ibid.
252
1957) que ningtin acto sexual entre adultos que consienten se podria consi-
derar criminal y se opuso a Ia exclusi6n de los homosexuales de los pues-
tos de gobierno.
253
Aunque los radicales empezaron a ganar Ia batalla en Ia costa Este,
con su posicion contra Ia teoria de Ia enfermedad, contra Ia dependencia de
los profesionales yen pro del activismo por medio de demandas en las cor-
tes y demostraciones, Ia Mattachine no pasaba de unos pocos cientos de ac-
tivisras y alejada de las masas gays. El radicalismo en Ia costa Este del pais
se encontraba desligado de Ia cultura de los bares y mas bien seria Ia costa
Oeste (California) donde empezaria a fermentarse Ia politizacion de los ba-
res y sus clientes gays.
El movimiento y la subcultura
convergen
D'Emilio nos dice que aunque el movimientp de Ia costa Este de su
pais se habfa fortalecido con su nueva militancia, todavia se encontraba di-
vorciado de Ia masa gay .11 Las asociaciones gays atraian mas individuos,
pero llegaban a elias uno por uno, en forma individual. El mundo de los. ba-
res, donde Ia masa se concentraba, segufa inafectada. Los activistas gays se
mantenian alejados de ellos, con Ia excepcion de Wicker en Nueva York. A
ninguno se le ocurrio movilizar y politizar a esta poblacion.
254
Su libro, sefiala D'Emilio, fue prohibido por obsceno, pero Ia ACLU
lo llev6 a Ia Corte y gan6 el caso. El escandalo hizo que "Howl" y otros
poemas se vendieran en todos los Estados Unidos y el poeta gay alcanzara
una enorme notoriedad. La contracultura de San Francisco empezaba asf a
mirar al homosexualismo con otto lente, diferente del resto del pafs.
Vale sefialar que los "beatniks" y los gays tenfan mucho en comun.
Ambos grupos se oponfan al concepto tradicional de Ia familia y de~eaban
experimentar sexualmente; eran perseguidos por Ia policfa y discriminados
como desviados. Por medio del ejemplo de los bohemios, los gays empeza-
ron a verse como un grupo de disconformes en vez de desviados, y como re-
beldes contra las normas, en vez de seres patol6gicos. Ambas culturas esta-
ban unidas geograficamente y por eso influyeron recfprocamente en so vi-
sion del mundo. Ademas, los dos grupos compartian los mismos bares y
cafes y se protegfan juntos contra el sistema.
255
contra la opresion gay. Su candidatura obtuvo 6.000 votos, pero su notorie-
dad ayudo a concientizar a muchos mas. En 1961, otro grupo gay -La Liga
pro Educacion Civil (LCE)- surgia en Ia ciudad y, siguiendo el patron de
Sarria, empezo a reclutar gente de los bares. Su revista LCE fue Ia primera
que trat6 de involucrar a los clientes de los bares gays. La orientaci6n de Ia
revista era militante y sus articulos le pedian a Ia gente que luchara por sus
derechos.
256
bautista surefio gay, opt6 por establecer una iglesia gay para todas las deno-
minaciones cristianas. Perry hizo que Ia Iglesia (MCC) luchara en pro de
los derecbos civiles por medio de ayunos. Mucha. gente compara a Perry
con Martin Luther King, por su estilo y sacrificio. AI fmal de Ia decada, Ia
Iglesia daba servicios a mas de 300 personas en esa parte de Califomia.
Una de las cosas interesantes es que, basta 1966, las diferentes organi-
zaciones trabajaban independientemente, con poco contacto entre sf. En ese
afio, en Kansas, naci6 NACHO (Conferencia Norteamericana de Organiza-
ci6nes Homofilicas) que empez6 a coordinarlas a nivel nacional. Su la-
bor dio inicio con Ja coordinaci6n de protestas simultaneas contra el gobier-
no, y sus conferencias anuales sirvieron como aliciente para fundar capitu-
los en ciudades donde no los habia. Ademas, NACHO le dio a los militan-
tes su foro para diseminar su mensaje radical por los derechos y su rechazo
del modelo medico, Poco a poco, mas y mas regionales se fueron conven-
ciendo de que Ja unica opci6n era Ia confrontaci6n. Ya para Ia conferencia
de 1968, los delegados apoyaron Ia consigna para el movimiento: "Gay is
good" (Lo gay es bueno), y una carta de derechos gays. Si en 1966 existian
solo 15 grupos en Eslados Unidos, para 1969 habian aumentado a 50.
257
entre Iglesias de Ia ciudad de Kansas estableciem un grupo de trabajo sobre
homosexualismo. El activismo tambien se oriento a pamr Ia represi6n con-
tra los bares y establecimientos gays. Guando en 1968, en Filadelfia, Ia po-
licia hizo una redada en Rusty's, el bar mas popular de lesbianas, las de
DOB llegaron con su abogado a Ia policia. La ciudad decidio no hacer car-
gos contra las mujeres arrestadas. Guando en Houston pas6 algo parecido,
las presiones de los grupos gays hicieron que el Alcalde prometiera termi-
nar con la represion. Estas pequeiias victorias permitieron ver que poner re-
sistencia a Ia opresion era posible. Otro aspecto que pele6 el activismo gay
fueoponerse a Ia exclusion de los homosexuales de Ia Fuerza Armada; En
1966, en San Francisco, se establecio una organizaci6n para pelearla:
GFEAF.
Sin embargo, las dos gmndes comunidades gays. opina D' Emilio, Ia
de San Francisco y Ia de Nueva York, no pasaron al activismo de masas.
En San Francisco, los exitos de Ia SIR pam tenninar con Ia represi6n en
los bares, ir6nicamente, le quit6 fuerza a Ia organizacion en vista de que Ia
calidadde Ia vida gay mejoraba. Su dependencia econ6micade los dueftos de
los bares; hizo que Ia SIR adoptara pronto una posicim acomodaticia En
Nueva York, sin tradici6n de "beatniks", las organizaciones gays lograron
algunas victorias importantes, como Ia aceptacion por el Estado de Ia legali-
dad de los bares gays y que Ia policia terminara con sus trampas. Pero oo
pudieron captumr a Ia gran masa. En toda Ia Union Americana, Ia membre-
sia en las organizaciones gays no pasaba de los 5.000 para 1969.
258
Para 1969, escribe DEmilio, el consenso medico contra el homose-
xualismo habfa terminado. Mas y mas psiquiatras y legos condenaban las
tesis tradicionales y atacaban Ia teoria de Ia enfermedad. En San Francisco,
y otras ciudades, los clerigos protestantes iniciaban una ruptura en Ia vi-
sion de Ia religi6n sobre el homosexual. Aunque los Hderes gays aun no
movilizaban a las masas, sus victorias contra Ia represi6n de los bares au-
mentaba el numero de bares y sus clientelas en varias urbes del pals. La
prensa se ocupaba mas de los temas del homosexualismo y gracias a las tac-
ticas de Wicker en Nueva York, los enfoques eran cada vez mas positivos.
Una verdadera comunidad, con varias instituciones polfticas y sociales, sur-
gia en San Francisco. Las demostraciones contra el gobiemo y la policfa
llamaban Ia atenci6n de los gays y de los no gays y ponfan en el tapete Ia
1discriminaci6n. S-in embargo, algo faltaba para provocar una verdadera revo-
luci6n. En teoria polftica, ese evento se conoce como un "acelerador". Es
Ia chispa que prende la mecha Y el honor de ese suceso le toc6 a Ia ciudad
de Nueva York. Aunque podamos decir que ya para 1969 Ia suerte estaba e-
chada, o sea que Ia conciencia habia crecido y Ia situaci6n estaba madura,
un evento se volverfa el detooante. Sus participantes no serfan Ia "elite" del
activismo ni miembros del grupo etnico blanco y saj6n y de clase media
que dominaba el movimiento gay. De ahf que nadie anticip6 lo que pasarfa
y a todos tom6 por sorpresa. El 27 de junio de 1969, en el barrio Village
de Nueva York, un evento transformaria, de pies a cabeza, Ia historia del ho-
mosexualismo en el mundo occidental.
27 de junio de 1969
El 27 de junio de 1969, escribe D' Emilio, unos pocos minutos an-
tes de Ia medianoche, dos detectives de 1a zona sexta de Manhattan, salie-
ron, junto con otros oficiales, a realizar una redada en el bar "Stonewall
Inn" localizado en el coraz6n del barrio Greenwich Village de Nueva
York.19Los policias anticiparon una redada de costumbre. La ciudad de Nue-
va York estaba en plena campaila electoral para elegir a su Alcalde, lo que
siempre significaba un mal rato para los ho~osexuales y John Lindsay,
quien ocupaba el cargo de Alcalde y habia perdido las elecciones para enca-
bezar de nuevo Ia papeleta, tenia sus razones para aprobar una acci6n de
"limpieza".
259
La zona sexta de Manhattan habia cambiado de oficial de Ia policia
pocas semanas atr.is y este nuevo comandante inici6 su cargo con una serie
de redadas contra los bares gays. El bar Stonewall era un blanco vulnerable.
Operaba sin una licencia de licores, tenia Ia reputaci6n de estar vinculado
con Ia mafia, y mostraba como atracci6n a muchachos semidesnudos que
bailaban el "go-go". El bar poseia una clientela "rebelde" que acudia a Sheri-
dan Square, una intersecci6n muy bulliciosa del Village. Los clientes del
bar eran j6vennes y no blancos. Muchos eran travestidos y otros eran fugiti-
vos de los tugurios del East Village, sector pobre junto al West Village.
260
lanzado, desde una ventana, contra un carro de policfa. Cerca de ahi, en Wa-
verly Place, un ladrillo vol6 el vidrio delantero de otro carro de Ia policia, y
decenas de hombres gays empezaron a bailar sobre su techo y su joroba.
Hobo que enviar al contingente mas especializado en motines para disper-
sar a los gays que se mofaban de Ia policfa, bailando en media calle e inte-
rrumpiendo el trafico. Cuando unos policias empezaron a golpear a un tipo
gay, cientos cayeron sobre ellos bajo el grito "Salven a nuestro hermano".
Durante las pr6ximas horas, los tarros de basura ardieron, las botellas y las
piedras volaron en el cielo, y los gritos de "Poder Gay" se oian por doquier:
400 policfas lucharon contra una muchedumbre que se calcul6 en 2.<XX>.
22. Frances Fitzgerald, "A Reporter at Large" en The New Y01ker (julio 21, 1986),
p. 51.
261
9)
Hacia la organizaci6n
Sin embargo, aflos despues, Ia situaci6n creada porIa epidemia del Si-
da terminaria con el anonimato gay. La enfermedad se present6 como un
"acelerador" para la organizaci6n. No obstante, ninguna situaci6n revolucio-
naria, de rebeldia o de insurrecci6n, surge en el vacio. Es necesario que las
263
condiciones materiales y culturales esren presentes y hayan abonado Ia con-
ciencia de los lideres y de las masas insurrectas. En Costa Rica, precisamen-
te, muchas de estas condiciones existian desde decadas atras.
264
so. Y para hacerlo, contarian con el apoyo de otros tantos no homosexua-
les que cuestionaban las razones ideol6gicas de Ia opresi6n. Ademas, como
analizaremos mas adelante, la insurrecci6n homosexual de Nueva York en
1969 y cl auge del proceso de lucha en los Estados Unidos serviria como
sustento ideol6gico para muchos; de Ia misma manera en que las luchas
norteamericana y francesa del siglo XVIII sirvieron de guia ideol6gica para
los movimientos de independencialatinoamericanos.
' ~o obstante,~ represi6n J'IO disimulada .del Es~do ~p6 con senos
obstacl,llos a raiz; de_ Ia crisis de la region. En vista del aislamiento interna-
cionalque~ufri6 el pais durante la,administraci6n.de Luis All?Crto ~onge.
(1980-.1984) deb.do a su incondicional ayuda a Ia "contra" nicaragiiense, el.
nu~yopresidente Oscar Ari~ (1986-19QO) busc6 elapoyo.de los pafses so-
265
cialistas de Ia Europa Occidental y de otros regimenes democraticos en su
afan de fortalecer el pais y su imagen de sociedad respetuosa de los derechos
humanos, en contraposici6n a una Nicaragua marxista y totalitaria.
266
bien seria un grupo vulnemble porque estaba formado por hombres solteros
mayores de 30 aftos, quienes ya levantaban sospechas 'y les em dificil escon-
derse en el anonimato.
267
tros. La situacion es similar, nos dice Kramer, porque aunque muchos ju-
dios intuian que su destino era los campos de aniquilamiento, prefirieron c~
llar o intentaron hacer algo "arreglado, por debajo de Ia mesa" .2
Otto tanto de hombres gays, por su parte, ante Ia amenaza del Sida,
han optado por esconder su cabeza coino el avestruz o negar Ia realidad de Ia
enfennedad. Esto, nos dice Kramer, "no funciona, nunca funcion6. La uni-
ca manera de obtener resultados es luchar".3
2. David Black, Tlu Plag1111. Years. A ClvOflic/e cf Aids. Tlu Epitkmic cf OIIT Ti-
mes (New Yodt: Simon and Shuster, 1986), pp. 133-165.
3. Ibid.
4. Ibid.
268
Pero la reacci6n de los mismos gays seria tambien lenta. Aunque era
ya evidente para 1985 que el virus estaba en el pais y que cobraria victimas
locales gays, mucl10s de los patrones sexuales continuaron normalmente.
Los individuos negaron Ia realidad con frases como "de algo hay que mo-
rir", "esta enfermedad nova a azotarnos aqui porque somos menos promis-
cuos", "todo eso es una invenci6n de Ia prensa", y otras salidas emociona-
les del problema. Otros prefrrieron huir de Ia comunidad. El numero de ma-
trimonios de hombres gays con mujeres heterosexuales aument6; tambien
creci6 el porcentaje de aquellos que optaron por buscar una novia, abstener-
se del todo de las relaciones homosexuales o de salir del pais en busca de co-
munidades mas politizadas que los cuidaran en caso de enfermarse. La pri-
mem reacci6n de Ia comunidad gay fue, como siempre, esconderse.
Pero el Sida avanz6 y con su paso hizo mas dificil el escondite. Con
cada nuevo caso, era menos facil negar Ia realidad. Si al principio se podia
aducir que el Sida afectaba a personas aparentemente promiscuas, poco a po-
co sucumbian gays que no lo eran y que por su caso seftalaban que cualquie-
ra podia ser el pr6xirno. Entre mas casos se presentaban, mayor era el nu-
merodemiembrosdelacomunidadqueestabariafectadosdirectaoindirecta-
mente. La tecnica del avestruz se bacia cada vez mas dificil; Ia negaci6n psi-
col6gica de Ia realidad tambien.
Pero lo mas grave del Sida era que ponia fin al anonimato de mu-
chos. Pronto el Ministerio de Salud empez6 a rastrear los ligues sexuales
de las personas enfermas e infectadas, con el fm de ponerlos sobre aviso y
recomendartes que se hicieran el examen. En vista del periodo largo de incu-
baci6n de la enfermedad, a cada persona se le pedia los nombres de sus con-
tactos durante los ultimos 8 o 10 aftos. En un pequefto pais como Costa
Rica, esto irnplicaba que Ia mayoria de los homosexuales sexualmente acti-
vos saldria en estas listas "confidenciales".
269
El hecho de que varias personas participaran en el proceso de rastreo,
entrevistas, tomas de Ia prueba de sangre, examenes y resultados, hacfa im-
posible garantizar una total confidencialidad. Para muchos hombres gays,
el asunto de ser llamados a una entrevista por sospechas de infeccion del
Sida, se convertiria en el factor psicologico que los sacaria del anonimato.
Otros se adelantarian a esta posibilidad y se realizarian el exam en como par-
te ya de un proceso de autoafmnaci6n ante ias autoridades de salud.
5. Christine Riddioogh, "Culture and Politic.s'' en Pam Mitchell, ed. Pink Trian-
gles. Radical Perspectives on Gay Liberation (Boston: Alyson Publications,
Inc., 1980), p. 16.
6. Ibid., p. 16.
270
gunos el sexo promiscuo. El peligro de Ia extorsi6n, del asalto, de Ia carcel
y del ridfculo han sido siempre parte de Ia vida homosexual costarricense.
La epidemia se convertiria en una amenaza mas contra Ia identidad. De ahi
que algunos responderfan ante ella con los mismos patrones. Que el gobier-
no persiguiera a los gays y condenara el homosexualismo mas bien intensi-
ficaba lo que supue~tamente pretendia parar: Ia diseminaci6n del virus.
El5deabril
La carla abierta dirigida a los Ministros de Salud, de Seguridad y de
Gobernaci6n, publicada el5 de abril de 1987 en el peri6dico de mayor circu-
laci6n, La Nacion, constituye un punto algido en el desarrollo hist6rico
gay en Costa Rica.? La carla no mencionaba siquiera que se protestaba en
contra de las redadas de los gays, ni que quienes Ia firmaban apoyaban los
derechos de estos. Sin embargo, su mensaje era contundente: el gobiemo,
con la excusa de luchar contra el Sida, podia caer en "fanatismo" y amenaza-
ba Ia libertad de "pensar distinto" en nombre "de Ia moral, de Ia salud o del
derecho" y habia practicado una serie de redadas noctumas indistrimina-
das, vejatorias o infamantes que no constituyen ninguna medida preventiva
del Sida y sf lesionan garantfas constitucionales blisicas de los costarricen-
ses". La misiva advertia que "Ia igualdad de todos ante Ia ley, no adrtlite ex-
cepciones" y que "distinguir a los costarricenses con etiquetas infamantes,
atenta contra todas nuestras tradiciones de civismo y democratia y es una
peligrosa puerta abierta a Ia arbitrariedad y al terrorismo de Estado."
271
fesionales destacados, exMinistros de Justicia, familiares de exPresidentes
de Ia Republica y otros costarricenses de renombre. Era imposible no to-
marla en cuenta.
272
sentaran un protesta. Algunos me dijeron que se sentian como
los judios que iban para el matadero. Las risas irOnicas de los
policias; el trato como si fueran criminales, el Viceministro
de Gobernaci6n, Ramos, dirigiendo y observando los aconteci-
mientos y disfrutando del espectaculo bochornoso. La gente
gay prefiriendo callar antes de armar un escandalo. lEra esto
San Jose o Awschwitz?
Una vez que ya contarll con unas treinta frrmas, empece a sen-
tirme mas seguro y a actuar mas agresivamente. Me sorprendi6
que los comunistas de Ia Universidad no respondieran. Pero a
sus lideres los interpele y les adverti que, en este caso, parecian
emular a Ia derecha con su homofobia. Dos de ellos frrmaron y
sus nombres aparecerian en Ia carta del 5 de abril. En realidad,
el apoyo en Ia Universidad fue considerable. Creo que existe u-
273
na tradici6n mas mdical en esa instituci6n y aunque mucl10s no
conocian sobre el tema, intuian el peligro de que lo que estaba
haciendo el Gobiemo podia repetirse luego con otros grupos.
274
gay estaba mas en el "closet". Creo que una diferencia era que
en 1a Universidad Nacional habfan empezado con los cursos fe-
ministas y que 1a gente estaba mas preparada emocionalmente
para dar 1a cara. Nosotros no. Sin embargo, cuando fui a pedir-
les el apoyo a varios compafleros de nuestra escuela, ya senti
que me estaba revelando como gay ante ellos. Sin haberlo pen-
sado, habia dado un paso fuera del "closet". Ellos finnaron y
contribuyerm a aumentar el peso de Ia misiva.9
275
cialistas, incluso por miembros de las subcomisiones de Ia Comisi6n Na-
cional de Sida.l2 Esto era cierto porque varios microbi6logos habian objeta-
do tal procedimiento, jefeados por el doctor Mauricio Fmjman, reconocido
inmun6logo que a Ia vez defendia los derechos gays. La prueba Elisa em un
procedimiento oneroso que implicarfa un costo de medio mill6n de d6lares
de practicarse a todos los empleados publicos, y que no brindaria una infor-
maci6n diferente de lo que ya se sabia: el 0.025 por ciento de los donado-
res de sangre mostraban anticuerpos y ese porcentaje debia ser similar al de
Ia poblaci6n en general.
10. Entrevista con A. V. C., 9 de jtmio de 1988, San Jose, Costa Rica.
11. "Limitarin prueba de Sida". Peri6dic::o La Naci6n, 7 de abril de 1987, San Jose,
Costa Rica, p. 7 A.
12 Ibid.
276
La Nacion en su editorial ''El desafio del Sida" mantuvo una posici6n
salom6nica respecto a los act.ores en pugna.14 Por un lado, reconocia como
responsable Ia actibld del Ministerio de Salud "al organizar una campafta
ilustrativa" sobre el Sida y "hacer conciencia sobre Ia magnibld del proble-
ma". Tam bien apoyaba Ia campafia de los Ministerios de Seguridad y de Go-
bemaci6n por "su labor de adecentamiento y saneamiento, moral y fisico,
de nuestras ciudades, en especial de San Jose". Esto ultimo incluia Ia vigi-
lancia ejercida sobre patentes, higiene, horarios y actividades en general en
los centros noctumos en el pais. El diario reconocia, asi, que era necesario
controlar Ia vida cabaretera, como lo habia realizado el Gobiemo tanto en
los centros heterosexuales de sexo facil como en los homosexuales.
Pero este peri6dico tambien atac6 al Gobiemo por las redadas "indis-
criminadas", el mismo eufemismo que utilizaron los signatarios de Ia carta
del 5 de abril para referirse a las que se hacian contra los gays. Segtin el edi-
torial, ~stas "simples redadas efectuadas indiscriminadamente en estas se-
manas, las cuales, al practicarse sin sujeci6n a directrices claras podrfan
afectar derechos o gamntias basicas de las personas". El matutino opinaba
que Ia labor preventiva contra el Sida debia basarse en una estrategia que no
fuese "lesiva a los derechos individuales". De esta manera, este peri6dico
conservador y de corte anti gay, concedia que Ia politica de redadas era injus-
tificada.
14. "El desafio del Sida", Peri6dicio La Naci6n, 7 de abril de 1987, San Jose, Costa
Rica, p. 14 A.
277
Los gays que participaron en el movimiento que culmina con Ia carta
del 5 de abril encontraron lo que Simmel describe como poder latente. Sin
haberselo propuesto, habfan logrado.algo mas que protestar: ante sus ojos,
el Gobiemo tuvo que retractarse. El golpe politico que esto represent6 sir-
via para poner Ia mira en el futuro. Las reacciones fueron diversas pero to-
das demostraron que disfrutaban de este pequefio exito.
16. Entrevista con M. V. V., 2 de julio de 1988. San Jose, Costa Rica.
17. Entrevista con M.A. V., 3 de setiembre de 1988, San Jose, Costa Rica.
278
Las organizaciones
Aunque el canicter clandestirio de los lideres y organizaciones gays
costarricenses hace diffcil conocer y narrar su historia, para finales de 1987,
cuatro asociaciones habian surgido. La primera, nacida en febrero de ese
afio, se dedicaba a proveer apoyo espiritual y promover una pastoral para Ia
gente gay de clase popular. La segunda, en orden cronol6gico, seria ;)a" vin-
culada con los sucesos del5 de abril y los grupos de concientizaci6n. Su ca-
racter es mas eminentemente politico y esta conformada por una clase me-
dia gay profesional. Los dueftos de establecimientos homosexuales, por su
parte, formaron su propia asociaci6n para defenderse de las redadas y el aco-
so de Ia poliCia. Luego, las lesbianas se organizaron en un grupo radical fe-
minista. Finalmente, surgi6 una entidad para Ia lucha contra el Sida
279
Pero no menos importante sera que las politicas a seguir, influidas
por los acontecimientos que sirvieron de marco para Ia publicaci6n de la car-
ta del 5 de abril y por Ia lectura de Ia experiencia hist6rica, prueben ser las
mas adecuadas para Costa Rica.
La necesidad de la clandestinidad
Aunque en Costa Rica -a diferencia de los Estados Unidos en el dece-
nio de 1950- no existe una ley que prohiba Ia ori~ntaci6n y practica homo-
sexuales,la ex posicion publica es aun una .amenaza severa para todo aquel
que desee participar en un movimiento gay. Es por esta raz6n que los inten-
tos de organizaci6n anteriores -muchos fomentados por heterosexuales- no
hayan tenido exito. Es muy dificil encontrar a un individuo que no tenga al-
go que. perder si sll orientaci6n sexual se hace publica En general, muy po-
cos gays costarricenses han revelado su identidad en el hogar y atin menos
en el Iugar de trabajo, La amenaza de un despido pende de sus cabezas y
muy pocos estariandispuestos a correr ese riesgo. Ni siquieraaquellas per-
sonalidades politicas gays que son conocidas y que nos haria pensar que es-
tan menos expuestas a1 acoso de este.tipo, Una de las particularidades que
relatan los individuos que recogieron las firmas para Ia carta del 5 de abril
era que el temorde firmar y verse expuesto no parecia correlacionase con el
poder del signatario. El miedo a dar Ia cara era de por si enorme, indepen-
dientemente de Ia posicion econ6mica, politica o academica.
280
El itistrume:pto de los grupos de
concientizaci6n
'~ \
19. Ibid.
282
donen esta orientaci6n sexual. Lo que nosotros hacemos es in-
sistir en que como parte de nuestra mejor estima y conciencia
gay debemos protegemos a nosotros mismos.20
20. Entrevista con R. M. L., 10 de octubre de 1987, San Jose, Costa Rica.
283
La masa gay no puede ser
abandonada
Uno de los aprendizajes de Ia historia norteamericana es que las de-
mandas de Ia masa gay no pueden ser desatendidas en aras de obtener un gra-
do de "respetabilidad" en el patriarcado. El elitismo que caracteriz6 a Ia So-
ciedad Mattachine cuando los "integracionistas" tomaron el poder, Ia pusie-
ron en contra de su misma cultura. Los lideres perdieron el aprecio y Ia esti-
ma cuando insistian en que Ia mayoria homosexual lucfa y actuaba como
cualquier vecino y que los afeminados, travestis y promiscuos eran una ex-
cepci6n, lease vergtienza, en vez de Ia regia. Su temor a verse vinculados
con los amanerados los hizo huir de ellos y perder asi su apoyo.
En Costa Rica, Ia comunidad gay -aunque sin con tar con Ia diversi-
dad propia de Ia norteamericana- esta tam bien dividida en grupos diversos
que se caracterizan por su clase social, su educaci6n, su sexo y su conducta.
Las actuaciones de los lideres norteamericanos ayudaron en ciertas ocasio-
nes a unir estos grupos disimiles, y en otras, a desunirlos. Los activistas
costarricenses intuyeron que para lograr un apoyo mayor era necesario evi-
tar Ia politica "liberal" y despreocuparse, en parte, de lo que opinarian los
heterosexuales. De ahf que organizaran, desde el principio, las actividades
sociales en diferentes bares, que corresponden a clientelas diferentes, y que
incluyeran el tipo de actividades sociales que a Ia masa le gusta. A Ia vez,
se integraban otros aspectos culturales y politicos adicionales.
El papel contradictorto de la
represi6n
Los primeros pasos de organizaci6n se dieron en ambas culturas en
un periodo sumamente represivo y ciertas acciones policiacas detonaron Ia
bomba de tiempo que ha sido Ia comunidad gay. Sin embargo, el papel y el
caracter de Ia opresi6n variaron en ambos paises. En Estados Unidos, Ia
Mattachine naci6 durante Ia histeria anticomunista del ma:cartismo y en
Costa Rica, duiante el Sida. De ahi que las tacticas hayan tenido que ser di-
ferentes y sumamente dificiles en ambos lugares. En Estados Unidos~ el Si-
da atac6 cuando existia una decada de organizaci6n y movilizaci6n homo-
sexuales; en Costa Rica, se tendria que dar una lucha contra el Sida y con-
tra Ia opresi6n politica en forma paralela. Los lideres costarricenses ten-
drian que especializarse en aspectos politicos y medicos, lo que dificultaria
su labor y reduciria sus energias.
285
La sitpaci6n qel Sida. en Costa Rica, sin embargo, pone en peligro
mayor a la,s organi,zaciQnes gays. El miedo aJa enfennedad, la homofobia
que ~lCentli<l y ~ manipulaci6n iqeol6gjca qe la infonnaci6n hacen quda ex-
periencia: tlomosexual en (::osta Rica se viva boy mas como sucedi6 en el
periodoprenazi. Los activistas nacionales estan conscien.tes de que pende so-
bre $US cabezas tma. seria amenaza. .
Las alianzas
Los lfderes costarricenses aprendieron tambien del modelo norteameri-
cano que ciertas alianzas podian resultar beneficiosas. Para la carta del 5 de
abril, se busc6 Ia ayuda' de ciehfoslle'pro(esionales no gays con el fin de de-
mostrar fuerza. El proceso consistfa en hacer ver -de Ia misma manera en
que los gays ayudaron en Estados Unidos a romper el consenso antigay de
Ja r~ligi6n y de la.psiql!iatria- .que no ~xistian bases cient,ifi~as para Ia dis-
criminaci6n. .
. .. ~
Esta politica ha continuado despuc~ de la publicaci6n de esa mi~iva.
Los activistas busqufan espacios en los gremios profesionales liberales pa-
ra obtener un rcconocimicnto de Ia discriminaci6n gay. Tambien se ha tra-.
bajado encasos individuaJescon figuras notabl~s.que con su reputaci6n pue-
~n,pr:estar apoyo a las org;mizaciqnes gays costarricenses.
286
ro de profesionales costarricenses dispuestos a apoyar a los gays. Aunque el
Sida ha incrementado Ia hostilidad de muchos, tambien ha obligado a otros
tantos a tratar, como nunca antes, directamente con personas gays y esto
ha ayudado a disipar los estereotipos.
287
- - - - -~- ---- --- ----
ApendiceA
Carta abierta a los senores Ministros de Salud, de Seguridad
y Gobernacion, Sr. Edgar Mohs, Sr. Hernan Garron
y Lie. Rolando Ramirez
PorIa fuerza de las armas o del poder polftico, ode ambos combina-
das, se reprimen las ideas, Ia libertad y la dignidad de los seres humanos.
En Costa Rica han aparecido casos y las autoridades oficiales han di-
sefiado campafias para evitar la proliferaci6n del SIDA dentro de nuestra po-
blaci6n.
291
dos los grupos organizados, son las unicas que han dado resultados positi-
vos en otros paises.
292
Lie. Gabriela Fernandez T. M.S. Rafael Cuevas Molina
Dr. Jose A. Camacho Zamora
Dra. Helga Jimenez y cien finnas mas ..
Finna responsable
JACOBO SCHIFfER SIKORA
Cedula N2 1-412-539
293
ApendiceB
Resoluci6n de Ia Asociaci6n Psiquiatrica Americana
(A. P. A.)
Aprobada en 1973 por el Consejo de Administraci6n
294
ApendiceC
lnforme final del Equipo de Estudio sobre Ia
Homosexualidad como Tema Social
295
6) La evidencia biol6gica demuestra que las orientaciones homosexual y
heterosexual son igualmente naturales desde una perspectiva cientifi-
ca. Esta conclusion es cqnsistente con la teoria evolucionaria moder-
na.
12) En los Estados Unidos de hoy; lagente gay 'constituye una minoria
que sufre de discriminaci6n y odio injustificables. Sin embargo, exis-
ten importan~s diferencias entre la gente gay como minoria y los
otros grupos etnicos o religiosos minoritarios. Los homosexuales
constituyen una minoria'cultural y religiosa, en el sentido de que son
atacados por una serie de taMes y, ademas, por disentir del sistema de
creencias religiosas dominante.
296
El grupo de estudio pudo comprobar las siguientes irregularidades a
las que se enfrentan los gays en los Estados Unidos:
7) Existe una gran necesidad de una educaci6n libre que le permita al pu-
blico el acceso a la informacion correcta sobre el tema, la cual le ha
sido basta ahora censurado y reprimido. La renuencia de los medios
de comunicacion y del sistema de educacion a tratar el tema impone
..una barrera para el acceso publico a la informacion.
297
El grupo de estudio fue fonnado, en 1977, por profesores y estudian-
tes graduados de Ia Universidad de Harvard y Ia asesoria de tres profesores de
Ia Universidad de Yale. Sus objetivos fueron estudiar Ia evidencia cientifica
acerca del homosexualismo para aplicarla a temas sociales pertinentes. La
Sociedad para el Estudio Psicol6gico de Temas Sociales (SPSSI) formal-
mente le encarg6 al Grupo de Estudio la misi6n de estudiar la naturaleza de
la homosexualidad y sus temas relacionados, para lo cualle ofreci6 una sub-
venci6n econ6mica. La Universidad de Harvard, por su parte, proporcion6
fondos de laFundaci6n Mark De Wolfe Howe a William Paul para que estu-
diara el aspecto de los derechos civiles.
Los editores y sus capitulos son los siguientes: Salud Mental - John
Gonsiorek (Universidad de Minnesota), Biologia- James Weinrich (Johns
Hopkinks), Estilos de Vida- Mary Hotvedt (Universidad de Arizona), y As-
pectos Sociales, legales y culturales - William Paul (Universidad Estatal
de San Francisco).
298
ApendiceD
Documento de Ia Iglesia Reformada Holandesa
299
3) El encuentro en el marco del ministerio pastoral
300
5) Aceptar a/ otro tal como es '
6) As[ pues, el otro es un ser humano "con p/enos derechos", como no-
sotros
301
raJ. Porque no es posible, para emplear una formula algo anticuada, "amar
al pecador y odiar el pecado". Efectivamente, entonces partiriamos del prin-
cipiode que la homosexualidad es unpecado, y esto no podemos admitirlo .
.En un.principio se trata de una condici6n, como la heterosexualidad; de una
condici6n que puede,ser aceptada como tal, asumida con toda libertad o com-
batida con todos los medios disponibles. Ademas, si procedemos de este
modo, disociamos al ser hum;mo de su existencia; ya no se trata de aquel
ser huq1ano, sino de una construcci6n intelectual.
302
homosexual vive como persona responsable ante Dios y ante los hombres
s6lo si vive en Ia abstinencia? Tambien estan los problemas que plantea
una relaci6n con un compailero o compatlera estable.
303
sonales. y cuando de culpabilidad? 1,06nde se sinla Ia responsabilidad de los
otros? z, Que se ha hecho de Ia omnipotencia y de Ia soberana sabiduria de
Dios? No puede ser cuesti6n de borrarlo todo o de relativizarlo odo. En el
fondo, como cualquier persona, el homosexual tiene un handicap y este han-
dicap reviste una determinada forma. Es tarea del pastor con veneer al homo-
sexual de que con su destino especifico participa en el todo, en el conjunto,
y que puede vi vir como hombre con plenos derechos ... Dicho de otro mo-
do, que con su manera de ser, es hijo de Dios, que en el presente puede vi-
vir en Ia alegria y en libertad.
304
heterosexual, un handicap puede transfonnarse en una adquisici6n, que este
handicap puede ayudarlo a vivi( 21 vida profundamente, .de una manera muy
personal, entre sus semejantes a los que asi podni descubrir.
305
su realizaci6n en el seno de Ia parroquia es o imposible o parcial o siempre
lleva condiciones aparejadas. El pastor y el hom6filo deben ser conscientes
de ello y aceptarlo.
14) La soledad
15) La amistad
306
sar juntas su vida, asumirse plenamente Ja una a Ja otra, es nonnal que dese-
en,no solamente que Ja parroquia reconozca esta relaci6n sino que, adem&s,
asumasu acto. El pastor, ante una petici6n de esta clase, tendra que refle-
xionar sobre Ja actitud a tomar. Si rechaza Ja petici6n debeni dar los moti-
vos de su rechazo. Si no consigue hacer valer sus argumentos, la acci6n
pasta'al estam en peligro. Contrariamente, si el pastor esta fntimamente
convencido de que la petici6n esta bien fundada, el homosexual ha de estar
seguro de que bani cuanto estC a su alcance para darle salida. La cohabita-
ci6n homosexual tambien lleva consigo y suscita muchas dificultades que a
menudo son el resukado del constreftimiento impuesto por Ia sociedad. Ade-
m&s, es probable que un gran nUmero de parejas, que hubiesen podido for-
mar un lazo estable, se separen justamente per las presiones sociales. Asi
pues, el pastOr debe jugar el mismo papel que juega allado de las parejas
heterosexuales. Su tarea consiste en ayudar a los dos cornpafteros a ver cla-
ro en sus problemas y discernir sus causas, para que puedan reanudar la vida
en comlin, asumiendo sus recfprocas responsabilidades, a partir de bases
mas s6lidas y mU realistas. La misma tarea pastoral puede llevarlos tam-
bien a decidir SCil8I1U'SC con tristeza, pero tambien con serenidad.
3CT1
pastor nunca debe inducirlos a tamar una decision u otra. El pastor, poe Ia
realidad espiritual que representa, tiene Ia tarea de aclarar al maximo Ia situa-
ci6n, los sentimientos que han conducido a ella, las responsabilidades que
de ella se derivan para los compafferos, para los otros y, eventualmente, pa-
ra los hijos, para que Ia decision que se tome sea tan realista como sea posi-
ble y constituya el punto de partida para una nueva vida.
17) La pastoral entre los horru)filos, l debe ser confiada a un pastor homO-
filo?
lEs deseable que .Ia acci6n pastooll dirigida a los hom6filos sea con-
fiada, en Ia medida que sea posible, a un hom6fiJo? Se sentini una cruel ne-
cesidad de hacerlo si en Ia parroquia nose encuentran heterosexuales que ten-
gao una libertad espiritual suficientemente grande como para poder asumir
Ia tarea de Ia pastoral. Creemos que es lamentable que se llegue a este pun-
to, tanto para los homosexuales como para Ia parroquia. Los homosexuales
ya estan marginados y ya sufren bastante esta situaci6n. La parroquia pres-
cinde de ellos, no puede recoger el reto que representan.
\
308
esquematica, ya que nadie es homosexual o heterosexual al 100%. Ambos
elementos pueden estar presentes en una misma persona, de modo que esto
plantea problemas muy graves. Sea como sea, con algunas excepciones,
cada persona se siente homosexual o heterosexual. Le corresponde vivir su
vida de manera que pueda realizarse plenamente y ser util a los otros. El
hombre, por asi decirlo, esta encarado a si mismo y hade aceptar su natura-
leza. Naturalmente, podemos luchar contra nuestta naturaleza e intentar
cambiarla.
309
lectualmente, sino tambien visceralmente. Antes de comprometernos en es-
ta clase de trabajo, hemos de examinar bien estos datos para no encontrar-
nos desprovjstos ante las personas afectadas.
310
ApendiceE
Recomendaci6n al Consejo de Ministros de los Estados
Miembros del Consejo de Europa sobre Ia discriminaci6D
bacia los homosexuales (Parlamento Europeo)
LaAsamblea
311
i) Exhortar a los Estados miembros donde los actos homosexua-
les entre adultos de mutuo consentimiento son susceptibles de
penalizaci6n, a abolir esas leyes;
312
ApendiceF
Resolucion del Consejo de Europa (Parlamento Europeo)
invitando a Ia Organizacion Mundial de Ia Salud a
suprimir Ia homosexualidad de su Clasificacion
Internacional de Enfermedades
(fexto adoptado porIa Asamblea Parlamentaria del
Consejo de Europa el dia 12 de octubre de 1981)
La Asamblea .....
2) Estimando que todos los individuos que hayan llegado a Ia edad legal
prevista en el pais en que viven, tienen derecho a Ia autodetermina-
ci6n sexual;
313
ApendiceG
Posici9n de algunos colegios profesionales estadounidenses
314
La Asociaci6n Nacional de Trabajadores Sociales:
315
El Consejo Nacional de Profesores de Ingles:
316
ApendiceH
Posicion de algunas organizaciones religiosas
en Estados Unidos
"... apoyamos Ia legislaci6n que revoca las !eyes que tratan co-
mo un crimen los actos homosexuales entre adultos que con-
sienten y I~ que prohibe Ia discriminaci6n contra los homose-
xuales como personas .... " (convenci6n de 1977)
317
El Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos:
1974)
~~y deseo que quede claro ... que Ia di6cesis de Nueva York, Ia
Convenci6n Nacional Episcopal y Ia Conferencia Lambeth de
Obispos Americanos, estan todas a favor de los derechos gays.
Esto tambien es aplicable a las principales congregaciones pro-
testantes". (1981)
318
~~-----