Arteterapia en Las Drogodependencias PDF
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Pilar ORGILLS
[email protected]
Enviado: 19/02/2011
Aceptado: 12/10/2011
RESUMEN
Las aportaciones del arteterapia dentro de los equipos multidisciplinares de atencin a las drogodepen-
dencias hace que cada vez con ms frecuencia las instituciones dedicadas a este tipo de atencin
cuenten con esta disciplina como un recurso ms dentro de sus programas de intervencin.
Los buenos resultados de nuestro trabajo y la preparacin de nuestros profesionales aumentan da a da
la confianza en el arteterapia como mtodo psicoteraputico basado en la utilizacin de los diferentes
lenguajes artsticos
Referencia normalizada
ORGILLS P. (2011). Arteterapia en las drogodependencias. En Arteterapia: Papeles de artetera-
pia y educacin artstica para la inclusin social Vol.: 6. Pginas 135-149. Madrid. Servicios de
publicaciones UCM.
SUMARIO
Introduccin. Arteterapia y drogas. Sobre la intervencin del arteterapia en las drogodependencias.
Conclusiones. Referencias bibliogrficas.
CONTENTS
Introduction. Art-therapy and drugs. On the intervention of art-therapy in drug-dependencies. Conclusions.
References.
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Profesora del Mster de Arteterapia de la Universitat de Girona. Miembro de la Asociacin Pro-
fesional Grefart
INTRODUCCIN
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Ver ms informacin en la pgina web : www.aa.org
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La Comunidad Teraputica nace tras la segunda Guerra Mundial para atender los casos de prisio-
neros y personas que haban sido torturados o haban sufrido tratos degradantes durante el conflicto.
En los aos 50 la OMS la consider como la alternativa ms adecuada a la crisis de los hospitales
psiquitricos, siendo asociada en la dcada de los 70-80 al tratamiento de la herona (Comas, 2010)
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Ver ms informacin en la pgina web: www.pnsd.msc.es
Modelos de tratamiento
Actualmente contamos en nuestro pas con una amplia red sanitaria que da cober-
tura a las drogodependencias. Existen tratamientos pblicos y privados. En los pri-
meros los pacientes son tratados en ambulatorios especializados o derivados segn su
perfil a comunidades o centros teraputicos especializados si se precisa de un ingreso
ms largo. Segn la consideracin del profesional o atendiendo a la demanda que
formule el paciente existe la posibilidad de que este se acoja a programas libres de
drogas5 o a los llamados de reduccin y prevencin de daos y riesgos6
La sanidad actual cuenta tambin con numerosos centros de carcter privado que
realizan tratamientos de desintoxicacin, deshabituacin y reinsercin de todo tipo
de sustancias, incluso para aquellas dependencias no txicas tales como la adiccin
al trabajo, el juego, al sexo, y otras.
En la actualidad tanto en el sector pblico como el privado, salvo excepciones, el
abordaje de las drogodependencias se realiza a partir del modelo de tratamiento
biopsicosocial, que propone incluir factores psicolgicos y sociales junto con va-
riables biolgicas en la comprensin de la enfermedad y tiene por objetivo analizar
las interacciones entre el ambiente y los factores farmacolgicos implicados en las
conductas de consumo de drogas, intentando propiciar a travs del entrenamiento de
habilidades, cambios conductuales y cognitivos que sirvan para afrontar la preven-
cin de recadas.
ARTETERAPIA Y DROGAS
El mtodo de trabajo
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Programas que tienen como objetivo mximo conseguir la abstinencia absoluta del usuario
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Sus objetivos son reducir los problemas ocasionados por el consumo de drogas (higiene, conta-
gio, etc) y mejorar la calidad de vida de los usuarios. A diferencia de los programas libres de drogas en
estos la abstinencia absoluta no es condicin indispensable.
taminado por la realidad que pueda intermediar entre la salud y la enfermedad depen-
dern tambin de que el/la arteterapeuta sepa poner en juego, entre otras cosas, su
propia creatividad, as como la escucha necesaria que permita abrirse a la espera de
no saber demasiado rpido, y la utilizacin de la distancia adecuada que posibilite
(Izuel, 2004) jugar las defensas y las resistencias de las personas acompaadas.
Objetivo
Tipos de intervencin
La mayor parte de los tratamientos tienen un carcter grupal, cuyo origen debe-
mos hallar en la experiencia de los grupos de Alcohlicos Annimos (AA), de los
que ya hemos hablado anteriormente. Casi todos los drogodependientes coinciden
en resaltar lo que denominan la fuerza del grupo, de la que parece depender el
futuro xito o fracaso de su abstinencia. No obstante el aumento de la comorbili-
dad psiquitrica,7 asociada cada vez ms al consumo de substancias adictivas abre
la atencin de los profesionales a la realizacin de seguimientos individualizados
sobre aquellos pacientes con caractersticas y sintomatologas diferenciadas para
las que el tratamiento grupal en algunas ocasiones puede no ser del todo convenien-
te o no dar los resultados esperados.
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La comorbilidad psiquitrica indica la presencia simultnea de un trastorno mental y el uso de al-
cohol u otras sustancias
INTERVENCIN GRUPAL
Las secuelas del consumo txico hacen evidentes grandes carencias para desarrollar
un discurso y un pensamiento propio sin la supervisin constante del grupo, lo que les
lleva a aprender y repetir discursos de control que no acaban de estar del todo introyec-
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Deseo irresistible de volver a experimentar los efectos de una sustancia psicoactiva que ha sido
probada previamente (Ver Iraurgi J. 2008).
tados. Esta dificultad y la gran impulsividad que suele caracterizar la adiccin hace que
muy a menudo no puedan dejar de actuar conductas que en un principio fueron verbal-
mente desestimadas. Existe pues una disociacin entre el decir y el hacer, actitud esta
ltima que hay que potenciar en su vertiente ms creativa.
No son infrecuentes los casos de pacientes que afirman sin el menor atisbo de
duda en sus palabras ya lo he entendido todo, se trata de mi ltima oportunidad,
tengo muy claro que nunca jams volver a drogarme..., y recaen al da siguiente
e incluso el mismo da de su alta.
En las sesiones de artterapia hay que propiciar pues el marco y el encuadre9 ade-
cuados para permitir que la palabra circule slo en su justa medida. Continuamente
los pacientes tratarn de llevar su historia adictiva a la sesin a travs de la verbali-
zacin, pero nuestra funcin ser velar para preservar la existencia de un espacio
diferenciado - la sesin de arteterapia - donde pueda estar presente la ficcin sin
ser invadida por la realidad que rodea continuamente el da a da de las personas en
tratamiento. Hay que trabajar en la direccin de conseguir que la disociacin cuer-
po-mente tan habitual entre los drogodependientes vaya desapareciendo y que a
travs del trabajo con la creatividad se potencie la subjetividad necesaria que les
permita desarrollar un discurso propio que les pertenezca, otorgndoles la categora
de sujeto nico y diferenciado de sus semejantes, alejndolos de la normalizacin
del ser adicto, experimentada a veces como nica investidura identitaria de soste-
nimiento.
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Es importante encuadrar el dispositivo de trabajo de manera distinta a la acostumbrada para favo-
recer la diferencia respecto de sus terapias de grupo habituales. La presencia arteterapeuta , el tipo de
acogida ,la exposicin de la propuesta a realizar, explicitando las fases y los tiempos del trabajo, una
metdica en el calentamiento, un cambio en la disposicin del mobiliario ( si se trata de la misma sala
de trabajo ) y la visin de los materiales que se usarn para la sesin pueden ayudar a ello.
En las sesiones grupales trato de dar una entidad al cuerpo y a la ocupacin del es-
pacio por parte de cada uno de ellos; propongo a menudo trabajos de interrelacin
donde los pacientes deben conectar primero con su propio cuerpo y despus con el de
los dems. Normalmente y a pesar de que durante las primeras sesiones este tipo de
ejercicios genera en algunos una cierta dificultad, es esta una actividad que acaba
siempre convirtindose en una de las ms solicitadas. Las caractersticas agradables y
reconfortantes de estos ejercicios delimitadores les permite un tiempo de distensin
y de relacin con sus compaeros que les relaja y les ayuda a sentirse ms seguros de
s mismos, predisponindolos al posterior trabajo de desarrollo de su creatividad en
las siguientes propuestas que formulo; diramos que la dinmica de estos ejercicios
marca el lmite entre el fuera y el dentro de la sesin de arteterapia y propicia el
pensamiento de existir relegado al olvido para la gran mayora que habitaba un cuer-
po sin apenas referencias sensoriales desde haca mucho tiempo.
Estas dificultades de inicio de las que hemos hablado tienen su origen en la gran
la ignorancia con la que viven las personas adictas las caractersticas de su propio
cuerpo, del que tienen una percepcin distorsionada por la intoxicacin a la que se
han visto sometidos.
En los procesos de desintoxicacin-deshabituacin, cuando el cuerpo no obtiene
la sustancia a la que est acostumbrado, aparecen con mucha fuerza, a veces con
brusquedad, manifestaciones corporales insoportables para ellos , fuertes tensiones
musculares, bloqueos, sensaciones de dolor, angustias, inseguridades y rechazos
importantes de la propia imagen, a veces de origen muy antiguo.
El displacer con el que viven este desacostumbrado sentir del cuerpo, adorme-
cido por la accin de la droga, y la ausencia o prdida de identidad con la que con-
viven la mayora de estas personas desde hace muchos aos, suele despertarles con-
tinuamente el deseo de volver a consumir, al que vulgarmente llaman tirn,
con la finalidad casi siempre de que desaparezcan esas desagradables sensaciones.
Las propuestas de auto-contacto y contacto grupal realizadas desde consignas
delicadas y de respeto por el propio cuerpo y por el cuerpo de los dems suelen
generarles sensaciones desconocidas u olvidadas que parecen devolverles una per-
cepcin distinta de si mismos y de los beneficios que proporciona el contacto con
otros semejantes, contacto necesario e imprescindible para la construccin de la
propia imagen, de una identidad y del lmite dentro-fuera correspondiente al mun-
do interno y al mundo externo con el que deben aprender o reaprender a negociar,
convivir y comunicarse.
Adiccin y creatividad
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Se trata de pequeas creaciones del arteterapeuta. Palabras escogidas en funcin de cada paci-
ente en particular, con la intencin de facilitar su apertura, cuestionamiento, confianza y serenidad.
cen continuamente altas y bajas ), se trabaja con consignas dirigidas que permiten
crear una matriz grupal ms slida y con propuestas que empiezan y finalizan en
una misma sesin, a veces con posibilidad de continuacin en la sesin siguiente.
La simbolizacin
Los cierres
La ltima parte de una sesin grupal tiene que ver con el cierre de la misma. En
este punto los pacientes ponen en comn de manera voluntaria sus creaciones, que
como ya hemos dicho anteriormente suelen estar impregnadas de sus vivencias y
dificultades. Se trata del momento en el que, desde la seguridad que les brinda traba-
jar en la ficcin pueden poner palabras a emociones que normalmente somatizan o
actan, hablar de sus dificultades y restablecer en algo la comunicacin interrumpida.
De la misma manera si lo desean pueden recibir una devolucin sobre su trabajo
por parte de sus compaeros y del propio arteterapeuta. Por descontado pueden
existir casos de bloqueos importantes que precisen de mayor tiempo y de un acom-
paamiento ms personalizado para que esto pueda suceder. En estos casos estare-
mos a la espera.
Por ejemplo muchas personas relacionan el arte y la creatividad, con lo bello, lo
esttico. Sienten carecer de esas posibilidades y prefieren no participar, algunos
incluso no hacer acostumbrados como estn a una educacin basada en lo que
est bien y lo que est mal. Necesitan entonces de un acompaamiento ms cer-
cano, ms sutil, que les permita entender que todo lo que venga ser acogido en la
sesin de arteterapia como material de apertura y de dilogo con uno mismo y con
los dems, en definitiva material para el cambio.
INTERVENCIN INDIVIDUAL
Sabemos que en todo proceso teraputico del tipo que sea la cura viene determi-
nada por una nueva manera de relacin de la persona con su mundo interno y las
representaciones que esta se hace de la realidad externa. Cuando esta relacin mejo-
ra podemos pensar que ha existido el proceso necesario y una buena direccin en
su acompaamiento.
En el caso del arteterapia el recorrido que permite llegar a tal fin es el resultante
del triangulo formado por el paciente, el/la arteterapeuta y la produccin artstica,
que conjuntamente con la creacin del vnculo transferencial permitir poner en
juego ambas realidades a travs del trabajo con la creatividad y las posibilidades de
representacin que esta ofrece.
Obviamente este proceso necesario del que hemos hablado resulta mucho ms
difcil de llevar a cabo en el caso de un acompaamiento grupal en el que muy a
pesar nuestro al no disponer de la dimensin espacio-temporal adecuada para la
atencin de todas y cada una de las individualidades se incide de manera ms dire-
cta sobre aquellas personas que por uno u otro motivo emergen con ms fuerza.
Los conceptos relativos al arteterapia son comunes para ambos tipos de inter-
vencin, pero solo si contamos con la dimensin espacio-temporal de la que hemos
hablado ms arriba y con una personalizacin de los objetivos marcados podemos
hablar de un verdadero proceso teraputico. Estas son las condiciones que normal-
mente se dan en los acompaamientos individualizados, condiciones por otra parte
imposibles de conseguir en el caso de los acompaamientos grupales limitados al
tiempo de ingreso de los pacientes en los centros.
Pensaba en un caso reciente de un paciente alcohlico de unos 40 aos con fobia
social y grandes bloqueos emocionales, al que el trabajo en grupo le resultaba muy
difcil, requiriendo de una atencin especial por parte del arteterapeuta que cuando
no obtena le obligaba a desplegar todas sus defensas incluso de manera un tanto
agresiva. No obstante su vinculacin al profesional era muy fuerte permitindole
realizar acercamientos que al principio parecan del todo imposibles. Gracias a este
vnculo se consigui que el paciente accediera a realizar un tratamiento individuali-
zado que le permiti ponerse a crear libremente sin sentirse juzgado por el grupo y
realizar el recorrido necesario para empezar a liberarse de sus miedos.
CONCLUSIONES
Sin negar la carga teraputica que contienen algunas actividades de tipo expresivo u
ocupacional, el arteterapia no pretende centrar la atencin en el conocimiento de
las tcnicas que rigen para cada uno de los lenguajes artsticos, ni crear un espacio
para la expresin, ni ocupar el tiempo libre de los pacientes; por el contrario sus
objetivos lo son en la direccin de posibilitar que tenga lugar el proceso de crea-
cin necesario que facilite y propicie transformaciones en las creaciones que vayan
surgiendo, sean estas del tipo que sean y que estas transformaciones transcurran
paralelamente a los cambios que se vayan produciendo en la propia persona.
Delante de las dificultades que puedan presentarse durante este proceso, es ne-
cesario que el profesional arteterapeuta adems de poseer conocimientos tcnico-
artsticos que le permitan acompaar las producciones de sus pacientes cuente con
amplios y profundos conocimientos tericos y prcticos sobre el desarrollo y la gran
complejidad del psiquismo humano as como de su correlato en la conducta. Ambas
condiciones son imprescindibles para poder generar el vnculo necesario sin el que
un proceso de creacin compartido como el que proponemos no sera en si mismo
un verdadero proceso teraputico, nica posibilidad de generar un cambio.
Evaluacin de resultados
Seguramente para muchos de nosotros puede resultar difcil entender como al-
gunas personas convierten la autoadministracin de una droga en su mayor y a ve-
ces nica motivacin de existir o quizs mejor dicho de mantenerse en vida. Esta
paradoja da cuenta de la dificultad que implica reconducir uno mismo este tipo de
actitud compulsiva y tendente a la repeticin, que mantienen algunas personas.
Quizs sea este el motivo de la importancia del grupo que se convierte para los
adictos en una especie de nuevo tero donde refugiarse, protegerse y recomenzar. El
grupo se ha convertido as en el pilar bsico de los tratamientos sobre todo durante los
procesos de desintoxicacin y deshabituacin, donde se sufren con ms fuerza los
envites del deseo de consumo al no poseer todava recursos personales para enfrentar
una nueva vida. En este sentido los arteterapeutas que trabajamos con estos colectivos
en dinmicas de amplio grupo tenemos la obligacin de rentabilizar nuestras inter-
venciones desarrollando e investigando aquellas formas de intervencin que no trai-
cionen nuestra tica profesional ni distorsionen la esencia del mtodo.
Por otra parte y pensando en el futuro de las personas adictas es bien cierto que
actualmente la mayora de tratamientos adems de enfocar el trabajo sobre el com-
portamiento de la conducta adictiva tratan cada da ms de trabajar sobre las carac-
tersticas que rodean al sujeto adicto, ya que con el tiempo se ha demostrado que
cada perspectiva por si sola no pueda explicar la adiccin. Se trata de que puedan
encontrar o reencontrar una identidad propia que les permita pensar y tomar sus
decisiones una vez reinsertados en la sociedad fuera de la sobreproteccin grupal.
El arteterapia contribuye as con su estrategia de lo indirecto, su escucha abierta
y el uso de una distancia adecuada (Klein 1992: 49-61), a explorar sus conflictos
sorteando sus resistencias. Es entonces cuando el sujeto al no sentirse juzgado y
casi sin darse cuenta se permite ir aumentando la confianza en sus semejantes y en
si mismo contribuyendo a rentabilizar su paso por el tratamiento. Solo en esa con-
fianza, en esa construccin del si mismo encontrar la fuerza necesaria para poder
afrontar todas aquellas vicisitudes futuras que puedan presentarse.
En este sentido el trabajo con la creatividad y las producciones resultantes les
procura figuraciones de s mismo menos estereotipadas, permitindoles experimen-
tar las vivencias de una creacin nueva, nica y desconocida, de la que son sus pro-
pios autores y a la que pueden acogerse con una nueva implicacin que sin embargo
no los pone en peligro.
Un caso que ejemplifica algunos de los conceptos metodolgicos del arteterapia
fue el de un joven paciente al que le gustaban mucho los pjaros, animales a los que
era muy aficionado y en los que depositaba gran parte de sus afectos, dando mues-
tras sin embargo de un gran bloqueo emocional y mucho miedo a todo aquello que
lo haca sentirse vulnerable en la relacin con sus semejantes. Durante mucho tiem-
po rehuy cualquier referencia a su historia personal, rechazando cualquier tipo de
ayuda que se le ofreca por parte del equipo teraputico, rechazo que se produca a
veces con una cierta carga de agresividad y otros de manera lesiva hacia s mismo.
En este caso el enfoque dispuesto desde el arteterapia consisti en respetar sus resis-
tencias y mantener una escucha constante y abierta de sus dificultades sin forzar
ninguna situacin, buscando aquellas palabras-arte de las que hemos hablado ante-
riormente y el uso de la distancia prudencial (ni demasiado lejos, ni demasiado cer-
ca) que permitiese abrir la posibilidad de realizar un trabajo con su creatividad sin
que se sintiera amenazado. Era prioritario conseguir que sus miedos no le hicieran
abandonar el tratamiento, cosa que as sucedi.
Este caso sugiri a la autora un breve relato al que titula El chico de los pjaros
Ere muy joven, tan solo 21 aos. Casi toda tu vida drogndote
Llegas como un nio asustado, no quieres hablar. No puedes
Cuanto miedo hay en ti Se puede oler
Que no se me acerquen!, No os acerquis! Pareces pedir a gritos por miedo ti
mismo
Todos pensamos que poco a poco lo conseguirs, lo conseguiremos, pero cada
vez que hay un avance hay un retroceso todava ms grande
Y entre tanto dos llamadas de atencin que casi te cuestan la vida
Qu te sucede? me pregunto constantemente
Tratamos de ayudarte, pero parece que no lo conseguimos
Qu, quin o quines son tus enemigos?
No quieres hablar, no puedes
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
TIRAPU, J., LANDA, N., LOCA, I (2004) Cerebro y adiccin. Navarra, Ed. Go-
bierno de Navarra