Marco Teórico Participación Ciudadana Chile
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Tabla de Contenido
1
Al respecto, las consideraciones del politlogo canadiense C.B. MacPherson, citado por Eberhardt, Mara
Laura, Participacin Poltica Directa en las Democracias Representativas Contemporneas: los Mecanismos
de Participacin Ciudadana en la Ciudad de Buenos Aires, Tesis de Maestra en Ciencia Poltica y Sociologa,
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)-Argentina, Buenos Aires, 2007, pp. 35-36.
2
2
A este respecto, se retoman las reflexiones realizadas en Ferrero, Mariano, Representacin, Ciudadana y
Gobernabilidad democrtica en las sociedades contemporneas. Un marco general de anlisis e
interpretacin, Serie Estudios N 01-08, Departamento de Estudios, Extensin y Publicaciones, Biblioteca del
Congreso Nacional (BCN), Santiago de Chile, 28-02-2008, pp. 32-49.
3
Habermas, Jrgen, Citizenship and national identity, en: van Steenbergen, B. (Ed.); The Condition of
Citizenship, Sage, London, 1994, pp. 20-35, en p. 31.
3
4
Eberhardt, Mara Laura, Participacin Poltica Directa, op. cit., p. 45, in extenso, la revisin bibliogrfica
en pp. 40-57.
5
Ibd., p. 43.
6
Al respecto, se siguen las consideraciones de Hoehn, Marek, La Participacin Ciudadana en los Gobiernos
Locales chilenos, Serie Informes N 49-10, Departamento de Estudios, Extensin y Publicaciones, Biblioteca
del Congreso Nacional (BCN), Santiago de Chile, 30-06-2010, pp. 4-5.
7
Ibd., p. 4; Eberhardt, Mara Laura, Participacin Poltica Directa, op. cit., p. 44.
4
La participacin en los procesos decisorios sobre los distintos asuntos que los afectan
pueden tener estar originados en reivindicaciones desde abajo, de la propia
ciudadana, o ser producto de iniciativas desde arriba, de parte de las autoridades
gubernamentales. En el primer caso, cuando el impulso proviene de los propios actores
sociales, se puede hablar de accin ciudadana que empuja el proceso participatorio;
por el contrario, si el proceso participatorio es iniciado y controlado por el Estado (sus
autoridades y representantes) para obtener apoyo a sus propuestas y decisiones, o
para mejorar sus programas y proyectos, se debe hablar de implicacin ciudadana.10
8
CEPAL, Cohesin Social: Inclusin y sentido de pertenencia en Amrica Latina y el Caribe, CEPAL-
Publicacin de las Naciones Unidas, Santiago de Chile, Enero 2007, p. 91.
9
Como se plantea en parte de la literatura reseada por Eberhardt, Mara Laura, Participacin Poltica
Directa, op. cit., pp. 51-56.
10
Tal como lo define Hoehn, Marek, La Participacin Ciudadana, op. cit., p. 7.
5
11
White, Sarah, Depoliticising development: the uses and abuses of participation, Development in
Practice, Vol. 6, 1996, citado en: Karsten, Andreas, Participation Models. Citizens, Youth, Online: A chase
through the maze, 2nd edition, November 2012, p. 6, disponible en:
http://www.youthpolicy.org/library/documents/a-potpourri-of-participation-models/ [acc. 25/06/14].
12
OECD, Citizens as Partners - Information, Consultation and Public Participation in Policy-Making, 2001,
citado en: Karsten, Andreas, Participation Models, op. cit., p. 9.
6
13
Arnstein, Sherry, A ladder of citizen participation, Journal of American Planning, Vol. 35, N 4, 1969, pp.
216-224, en p. 216, disponible en:
http://www.historyofsocialwork.org/1969_ENG_Ladderofparticipation/1969,%20Arnstein,%20ladder%20of
%20participation,%20original%20text%20OCR%20C.pdf [acc. 25/06/14].
14
Ibd., p. 218.
7
15
En el ejemplo de la propia Arnstein, se los rene para ayudarlos a ajustar sus valores y actitudes a
aquellos del conjunto de la sociedad. Ver: Ibd., p. 219.
16
Las negociaciones fueron gatilladas por ciudadanos que estaban enfurecidos por formas precedentes de
supuesta participacin. Eran personas enfurecidas y lo suficientemente cultivadas/preparadas como para
rechazar ser tomadas por tontas otra vez. Ver: Ibd., p. 222.
8
Como parte de su trabajo con el South Lancashire Council de Escocia, Scott Davidson
desarroll un modelo diferente para definir y presentar los distintos grados de
intensidad participativa: la rueda de la participacin.17 Basado en la experiencia de
generar mecanismos participativos en la planificacin del desarrollo local, y tomando
los aportes hechos por otros autores, propone este modelo para contrarrestar las
limitaciones de la metfora de la escalera. A su entender, estas consisten no slo en
que parece indicar que existe una secuencia progresiva especfica que debe seguirse,
sino en sugerir que el objetivo es siempre subir hasta lo ms alto de la escalera. Por
el contrario, la metfora de la rueda promueve el nivel adecuado de involucramiento
comunitario para lograr objetivos claros, segn el propsito de la autoridad sea
informar, consultar, lograr la participacin stricto sensu -que, para evitar confusiones,
podra denominarse intervencin- o el empoderamiento de los ciudadanos.
17
Davidson, Scott, Spinning the Wheel of Empowerment, Planning, Vol. 1262, April 1998, pp. 14-15,
disponible en: http://www.sarkissian.com.au/wp-content/uploads/2009/06/Davidson-Spinning-wheel-
article1998.pdf [acc. 25/06/14].
9
Una ventaja adicional de este modelo es que permite visualizar los matices en cada
uno de los tipos de participacin, concepto que, en sentido amplio, abarca la
informacin, la consulta, la intervencin y el empoderamiento. En el rea de la
informacin se puede transitar de la mnima comunicacin a la informacin de alta
calidad, con la informacin limitada en el medio. Por su parte, en materia de
consulta se transita de una consulta limitada a una consulta genuina, dejando a
medio camino una forma que denomina preocupacin por el cliente que sigue el
formato de quejas y comentarios de clientes/usuarios/beneficiarios. En el cuadrante de
la intervencin se ubica la existencia de un consejo asesor efectivo y, en el otro
extremo, la transferencia de una capacidad decisoria descentralizada limitada,
quedando entremedio el formato de la colaboracin. En relacin con el
empoderamiento, se piensa en la existencia de un poder delegado, un control
independiente y un control garantizado en manos de los mecanismos participatorios
ciudadanos, como tres variantes. En todo caso, este esquema radial permite visibilizar
de mejor modo los indudables solapamientos, en el margen, entre uno y otro tipo de
participacin, tal como sucede en las experiencias concretas.
Tomando en consideracin buena parte de los criterios antes sealados, la
International Association for Public Participation (IAP2) dise una matriz en que se
identifican distintos grados y tipos de participacin en relacin con los propsitos
10
18
IAP2, Spectrum of Public Participation, International Association for Public Participation, 2007, citado en:
Karsten, Andreas, Participation Models, op. cit., p. 25.
11
19
Prieto-Martn, Pedro, E-Participation at the local level: the path to collaborative democracy, 2010, citado
en: Karsten, Andreas, Participation Models, op. cit., p. 31.
12
Estos distintos modelos permiten reflexionar sobre los tipos y grados de participacin
en que est proponiendo implicar a la ciudadana, calibrando as sus posibilidades y
lmites. Por otra parte, esquemas analticos como los de Davidson y la IAP2 ponen de
manifiesto, tambin, que los diferentes niveles o grados de participacin son legtimos
-no se trata de subir en todo caso hasta lo ms alto, como dice Davidson-,
dependiendo de los propsitos, plazos temporales, recursos y otras circunstancias que
enmarquen la apertura de un proceso participatorio para tomar una determinada
decisin.
En este sentido, tambin se debe considerar la distinta naturaleza de la participacin
en el diseo e implementacin de programas y proyectos (experiencia que ha inspirado
los modelos de Arnstein o Davidson, entre otros), respecto de aqulla que tiene lugar
en la decisin sobre legislacin, polticas pblicas, e incluso planificacin local o
sectorial, que tienen un alcance general, lo que incidir en los mecanismos de
participacin ms adecuados y en los grados de redistribucin del poder que pueden
ser alcanzables y deseables en trminos de legitimidad democrtica.
13
2.1 Introduccin
Cada cierto tiempo la participacin vuelve al centro del debate, ya sea por los bajos
niveles de participacin, especialmente poltica, o por el repentino aumento de los
esfuerzos de la ciudadana por influir en los procesos de toma de decisin. 20 En un
primer acercamiento al concepto de participacin, este podra ser definido como: un
conjunto de actividades voluntarias mediante las cuales los miembros de una sociedad
participan en la seleccin de sus gobernantes y, directa o indirectamente, en la
elaboracin de la poltica gubernamental. La participacin es tomar parte activa.21
Estas actividades voluntarias han tenido las ms diversas caractersticas y valoraciones
a lo largo de nuestra historial social y existen dificultades inherentes al concepto de
participacin, no slo porque no hay una concepcin unvoca de su relacin con el
poder poltico, sino por que el vocablo se refiere por igual tanto a los efectos globales
del poder como a ciertos mbitos del poder sectorial, espacial o funcional. Es indudable
que no siempre son claras las diferencias entre la participacin ciudadana, la
participacin poltica la participacin social o la comunitaria. Menos an cuando esos
trminos se recubren de nociones ms amplias como participacin popular o cuando,
como es usual, son utilizados como sinnimos.
Durante la dictadura militar chilena (1973-1990), la participacin se relacionaba con la
externalizacin de la responsabilidad social del Estado por lo que el concepto de
participacin estuvo relacionado al de despublificacin22, es decir, al traspaso de
funciones desde el Estado a manos privadas bajo criterios de eficacia econmica,
situacin que se dio en nuestro pas en el contexto de rpido proceso de reduccin del
aparato estatal. Esta ltima situacin es una muestra de la inexistencia de consenso
terico en relacin al concepto de participacin, cuya ambigedad se torna peligrosa
debido a que esta posee [...] una carga valorativa de carcter positivo que la
convierte en una plataforma de fcil uso para construir artificialmente consensos y
legitimar desigualdades.23 Esta situacin es producto de la presencia de varias
corrientes de pensamiento que tratan el tema de la participacin y que le conciben de
forma particular la relacin existente entre el Estado y la sociedad civil.
La explosin discursiva sobre la participacin se ha acrecentado durante los ltimos
aos y su uso lo han hecho propio los ms diversos actores sociales: El Banco Mundial,
los organismos multilaterales, los Estados nacionales y diversas organizaciones de
base, entre otras. Chile no estuvo al margen de este proceso y el gobierno chileno
desde hace dcadas presenta un discurso valorativo de la participacin al indicar que
[...] la existencia de una sociedad civil fuerte y provista de legitimidad, es un objetivo
20
Consultar por ejemplo el ndice de Participacin Ciudadana 2005 elaborado por la Red Interamericana
de la Democracia (RID), que muestra a Chile como uno de los pases con ms baja participacin poltica.
21
Ministerio Secretaria General de la Presidencia. Participacin Ciudadana en la Gestin Pblica. Marco
Conceptual. [en lnea]. Gobierno de Chile, 2001. [Fecha de consulta: 15 de marzo de 2007]. Disponible en:
http://www.modernizacion.cl/1350/articles-48014_pdf.pdf.
22
Cunill Grau, Nuria. Participacin ciudadana: dilemas y perspectivas para la democratizacin de los Estados
latinoamericanos. Caracas, CLAD, 1991.
23
dem Pg. 9.
14
24
Ministerio Secretaria General de la Presidencia. Gobierno de Chile. Proyecto Ley de Bases sobre
Participacin Ciudadana. [en lnea]. Santiago de Chile, 2004. .[Fecha de consulta: 15 de marzo de 2007].
Disponible en: http://www.modernizacion.cl/1350/article-58426.html.
25
dem.
26
Cunill Grau, Nuria. Participacin ciudadana: dilemas y perspectivas para la democratizacin de los Estados
latinoamericanos, op. cit.
27
Sabucedo, Manuel, |Psicologa poltica: Articulacin y desarrollo de una nueva disciplina. En: |Revista de
investigacin psicolgica. 4 (1): 55-81. 1986.
28
Fernndez de Mantilla, Lya . Algunas aproximaciones a la participacin poltica. En: Reflexin Poltica. [en
lnea].Marzo 1999, n 1. [Fecha de consulta: 15 de julio de 2007] Disponible en:
<http://editorial.unab.edu.co/revistas/reflexion/rev11.htm>.
15
29
Cunill. Op. Cit. Pg 56.
16
30
Ministerio Secretaria Gral. de la Presidencia. Op. Cit. Pg. 15.
31
Serrano Op. Cit. Pg. 12.
17
cabildos o consultas locales, las que abren espacios de conversacin y consulta sobre
temas a los que convoca la autoridad.
La participacin ejecutora y administradora es la participacin de los interesados en la
gestin pblica que busca romper el formalismo burocrtico por un tipo de solucin,
ms directa. Este tipo de intervencin ciudadana incluye desde la participacin en el
diagnostico hasta la ejecucin y evaluacin de las polticas pblicas. Desde esta
perspectiva se proponen acciones de perfeccionamiento de la descentralizacin en la
toma de decisiones sea esta regional o local, simplificacin de tramites, mediciones de
productividad, mejoramiento comunicacional, mejoramiento de los servicios pblicos,
mejoramiento de los recursos humanos, cumplimiento de parmetros de eficiencia,
cobertura y calidad. La participacin ejecutora y administradora combina la
participacin asociada a la toma de decisiones en la gestin pblica y la satisfaccin de
necesidades bsicas. Esta modalidad considera a los beneficiarios como gestionadores
de programas pblicos para dar respuesta a problemas que los afecta. Debe existir
tambin liderazgo social e informacin para actuar como interlocutor de las agencias
estatales. Es, adems, un incentivo para una gestin pblica eficiente y eficaz, ya que
surge en el contexto de los problemas derivados del formalismo. Esto es, al predominio
estricto de una racionalidad formal que dificulta que la gestin de la administracin
obtenga los objetivos perseguidos entre las deficiencias detectadas, se sealan en el
personal, en los recursos, en los procedimientos independientemente de la significacin
poltica que pueda tener el no logro de los objetivos propuestos, lo cierto que la falta
de eficiencia y eficacia de la administracin pblica impacta negativamente en los
intereses de los involucrados.
La modalidad de la participacin instrumental rene la participacin que tiene por
propsito la satisfaccin de necesidades bsicas, y por ende, la relacin con la
administracin pblica, interesa slo en cuanto permita acceder a estos recursos. Este
tipo de participacin instrumental utiliza la oferta tal cual viene predefinida desde los
canales institucionales correspondientes. En este tipo de participacin el sujeto acta
fundamentalmente como un usuario-cliente, no buscara incidir en la gestin pblica en
tanto obtenga los resultados deseados.
32
Ibidem Pg. 56.
18
33
Garcs Op. Cit. Pg. 21-22.
34
Huntington, Samuel: The Third Wave: Democratization in the Late Twentieth Century Norman and
London: University of Oklahoma Press 1991.
19
Para el cientista poltico alemn Klaus von Beyme35, la cada del Muro de Berln y el
colapso del bloque socialista constituyen una cuarta ola democratizadora. Actualmente
est en debate si la llamada Primavera rabe es parte de una transicin desde
regmenes autoritarios en el Medio Oriente y el norte de frica y por ende de una
quinta ola democratizadora.
Independiente del resultado de este debate y de las posiciones que podemos tener
respecto de la propuesta analtica de las olas democratizadoras, la imposicin de la
democracia como only game in town36 y el repudio masivo por parte de la opinin
pblica internacional frente a eventuales recadas autoritarias, constituye un hecho
poltico muy relevante, tal vez el ms relevante de la historia de la humanidad.
En 1921, James Bryce haba publicado la obra 37 ms completa y ms reconocida
acerca de las democracias contemporneas que fueron seis, a parte de su propio pas,
Inglaterra: Francia, Suiza, Estados Unidos, Canad, Australia y Nueva Zelanda. En
1996 ya eran 118 pases que disponan de democracias electorales, es decir, un
61,8% de los pases del mundo. Probablemente las democracias de la primera ola no
cumplan con nuestros criterios actuales de una democracia. En Suiza, por ejemplo, el
sufragio universal se hizo realidad recin despus de 1971. As que podemos afirmar,
que durante el siglo XX no solo aument la cantidad de pases democrticos sino
tambin la cualidad democrtica.
El optimismo acerca de la estabilidad institucional de las democracias electorales junto
a un aumento cualitativo de la democracia como mecanismo de seleccin de
autoridades, de toma de decisiones y de resolucin de conflictos no es unnime, tal
como lo refleja una serie de publicaciones 38, entre las que se encuentra el informe de
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) La Democracia en
Amrica Latina. Hacia una Democracia de Ciudadanas y Ciudadanos 39 publicado en
2004, as como el Anuario de Derechos Humanos 40 publicado en 2010 por el Centro de
Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Estas
publicaciones coinciden en que, a pesar de notar un avance sostenido y
aparentemente irreversible de las democracias electorales, hay que constatar una baja
calidad o baja intensidad de las democracias, lo que genera no un malestar con la
democracia sino un malestar en la democracia. Hoy en da, probablemente los riesgos
de sufrir golpes de Estado hayan disminuido, pero acechan otros peligros: Ha crecido
la desconfianza en la democracia y en su capacidad de mejorar las condiciones de vida
para la mayora. Los partidos polticos tienen hoy su ms bajo nivel de confianza. El
mpetu democrtico se ha debilitado. La sociedad civil est movilizada prescindiendo
de las instituciones clsicas de nuestra democracia.
35
Von Beyme, Klaus: Systemwechsel in Osteuropa, Frankfurt am Main 1994.
36
Expresin anglosajona que se usa para indicar que la democracia se ha establecido como nico
mecanismo de seleccin de autoridades, de toma de decisiones y de resolucin de conflictos aceptado por
los pueblos. Su traduccin al espaol dice: nica regla del juego aceptada en el pueblo.
37
Bryce, James: Modern Democracies, Kessinger Publishing 2005 (primera edicin 1921).
38
Arce, M./ Bellinger, P. jr: Low-Intensity Democracy Revisited. The Effects of Economic Liberalization on
Political Activity in Latin America, en: World Politics, No 60 (Octubre 2007), pp. 97-121; Weylandt, Kurt:
Neoliberalism and Democracy in Latin America: A Mixed Record, en: Latin American Politics and Society,
Vol. 46, No. 1 (Spring 2004), pp. 135-157.
39
PNUD: La Democracia en Amrica Latina. Hacia una Democracia de Ciudadanas y Ciudadanos, Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo, New York 2004.
40
Couso S., Javier: "Los desafos de la democracia constitucional en Amrica Latina: entre la tentacin
populista y la utopa neoconstitucional", en: Centro de Derechos Humanos: Anuario de Derechos Humanos
2010, No. 6 (2010), pp. 33-47. DOI: 10.5354/0718-2058.2010.11480
20
mostrado ser una relacin viciosa: La combinacin entre libertad poltica y libertad
econmica en contextos de pobreza y desigualdad puede no generar como resultado el
fortalecimiento de la democracia y el desarrollo econmico.42
42
Idem, p. 41.