Delincuencia A Fines de La Edad Media.
Delincuencia A Fines de La Edad Media.
Delincuencia A Fines de La Edad Media.
UN BALANCE HISTORIOGRFICO
I. INTRODUCCIN
Los estudios que de una u otra forma han abordado la delincuencia desde
una perspectiva histrica han proliferado en la historiografa reciente hasta tal
punto que el tema ha podido llegar a constituirse en una de esas "modas" que
cclicamente afectan a la labor del historiador. El desarrollo de esta temtica no
ha sido ajeno a las directrices marcadas por la revista Annales ESC, que en el
ario 1971 le dedic un volumen monogrfico, aunando las aportaciones de desta-
cados especialistas franceses y tratando de hacer bueno el trmino "historia de la
criminalidad", popularizado slo cuatro arios antes por Frangois Billacois '
Pese a la profusin de estudios sobre la delincuencia de diferentes periodos
histricos experimentada en las dos ltimas dcadas, la conversin de esta tem-
tica en una disciplina autnoma dentro del campo de la historia social est an
lejana, si es que es en algn modo posible y/o necesaria. Pablo Prez Garca ha
planteado recientemente una aguda crtica de la historia de la delincuencia enten-
dida como "disciplina histrica distintiva", manifestando las carencias metodol-
gicas y tericas en este campo y llegando a concluir que "una disciplina autno-
ma, destinada al estudio de la delincuencia en el pasado, obligada a enfrentar
asuntos tan variados y dispares, en los que se interfieren, adems, teora y praxis,
conocimiento y accin, ciencia y moral, cultura y poltica, est irremisiblemente
abocada al fracaso'.
Aunque se tome como bueno el criticismo mostrado por Prez Garca, ello
no obsta para que se reconozca que el estudio de la delincuencia con una dimen-
sin histrica ha aportado, y contina aportando, interesantes perspectivas a la
historia social. De hecho, ambiciosos proyectos se hallan en curso en diferentes
1. El trabajo de Billacois era una breve propuesta metodolgica, "Pour une enqu'te sur la
criminalit dans la France d'Ancien Regime", Annales E.S.C., 12 (1967), pp. 340-349, de cuya
favorable acogida informa el hecho de que este mismo historiador fuese el encargado de coordinar el
monogrfico Crimes et Criminalit en France sous l'Anden Rgime, XVIl-XVIll sicles, Pars,
1971. El inters por esta temtica no tard en difundirse al mbito anglosajn, como lo demostr el
monogrfico que le dedic The Journal of Social History, 8 (1975). Y, continuando con este breve
panorama de revistas de historia, podramos decir que el inters sigue vigente considerando la
dedicacin de un nuevo nmero monogrfico a esta temtica en Quaderni Storici, 66 (1987).
2. P. PREZ GARCA: "Una reflexin en tomo a la historia de la criminalidad", en Revista
d'Historia Medieval, 1(1990), p. 16.
[1] 231
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
3. Un primer avance de los resultados obtenidos por el grupo dirigido por Eva STERBERG,
centrado en el periodo de transicin de la Edad Media a la Moderna, ha sido presentado recientemen-
te bajo el ttulo Crime and Social Control in Medieval and Early Modern Swedish Towns, Upsala,
1988. Los objetivos de este trabajo son definidos por los autores con claridad y se inscriben no tanto
en un estudio autnomo de la delincuencia como en un intento de profundizar en el entendimiento
global de la sociedad medieval y moderna, asumiendo que "a society is characterized not least by the
way it looks on the abnormal, the sort of repressin applied against deviants, and the means by which
conflicts are resolved", p. 17.
4. Merece destacarse el intento de Andrew McCALL, que en su obra The Medieval Un-
derworld, Londres, 1981, ofrece un panorama de la evolucin de la delincuencia, de su persecucin y
de su represin a lo largo del periodo medieval (cfr. captulo 3. "Crime and Punishment", pp. 41-81).
Sin embargo, no deja de ser un intento sinttico pero poco esclarecedor, dado el carcter eminente-
mente divulgativo de la obra.
5. La mejor sntesis para el conjunto de Europa Occidental es la realizada por Michael R.
WEISSER, Crime and Punishment in Early Modern Europe, Brighton, 1982, obra con una elevada
reflexin terica sobre la importancia y problemtica del estudio de la delincuencia y que intenta
aunar los aspectos sociales, econmicos y legales del tema, para explicar los cambios en la criminali-
dad y en su persecucin dentro del contexto general de transicin de la Edad Media a la Moderna.
Merece destacarse igualmente el conjunto de ensayos editados por V.A.C. GATRELL, B. LENMAN
y G. PARKER, bajo el ttulo Crime and the Law: the Social History of Crime in Western Europe
since 1500, Londres, 1980. Por ltimo, se pueden mencionar dos trabajos que aparecieron en la
misma fecha y que manifiestan dos vas diferentes de aproximarse a una misma temtica. Por un
lado, un estudio desde el punto de vista legal, el de J.H. LANGBEIN, Prosecuting Crime in the
Renaissance England, Germany, and France, Cambridge, 1974; por otro, un enfoque eminentemente
socioeconmico, el de Bronislaw GEREMEK en "Criminalit, vagabondage, pauperisme, la margi-
nalit l'aube des temps modemes", en Revue d'Histoire Moderne et Contemporaine, 21 (1974), pp.
337-375.
6. "Mientras la investigacin sobre la delincuencia medieval ha experimentado avances en
algunas historiografas europeas (...) en la Pennsula Ibrica es muy poco lo que hasta el presente se
ha investigado (...) casi nada hay relacionado con la delincuencia urbana, aparte de los datos aporta-
dos por los historiadores del Derecho sobre aspectos tcnicos de lo penal". Este oscuro panorama era
trazado, no sin razn, por A. COLLANTES en 1984, "Actitudes ante la marginacin social: malhe-
chores y rufianes en Sevilla", en Actas del III Coloquio de Hl Medieval Andaluza, Jan, 1984, p. 293.
232 [2]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
tes ha sido largamente lamentada, no sin razn si comparamos con otros pases
europeos, por los que se han acercado a esta temtica. Dicha escasez ha motiva-
do que hasta la fecha carezcamos de una sntesis global, ni siquiera para los
inicios de la Edad Moderna. En cualquier caso, no han faltado algunas aproxima-
ciones parciales cronolgica, geogrfica o temticamente que han abordado
aspectos diversos relacionados con esta cuestin, y que debern multiplicarse
antes de que podamos tener un conocimiento global sobre la delincuencia medie-
val hispana que nos permita explicar su evolucin, sus causas y sus efectos '.
En las siguientes pginas intentaremos ofrecer, sin nimo de exhaustividad,
un panorama de los temas de debate generados por la investigacin reciente en
torno a la delincuencia de fines de la Edad Media, comentando las perspectivas
que se abren desde distintos campos tericos y el intento de definir un "modelo
de delincuencia medieval" y de explicar su evolucin.
Como resulta lgico, se impone comenzar por una temtica que resulta
previa: por el planteamiento de los problemas que surgen a la hora de definir la
delincuencia como objeto de estudio histrico.
Cualquiera podra pensar que estamos ante un trmino tan claro y asequible
a todo el mundo que no necesita de mayores disquisiciones tericas. Sin embar-
go, el historiador no puede partir de la base de entender un concepto desde la
ptica de su propio tiempo, su obligacin es descargarse de sus propios esque-
mas mentales e intentar acercarse a los conceptos en los trminos en los que los
hombres de la poca que estudia los entendieron'. Esta labor ha sido escasamen-
7. Dentro de los estudios parciales del tema podra encuadrarse el trabajo de S. MORETA,
Malhechores feudales. Violencia, antagonismos y alianzas de clases en Castilla, siglos XIII-XIV,
Madrid, 1978, que ofrece un estudio de una tipologa de criminales y delitos muy concreta. Tambin
parcial, aunque desde un punto de vista geogrfico y cronolgico, es el trabajo de R. NARBONA
VIZCANO, Malhechores, violencia y justicia ciudadana en Valencia Bajomedieval (1369-1399),
Valencia, 1990. Conforme nos adentramos en el siglo XVI aumenta el nmero de trabajos sobre la
delincuencia hispana, debidos en gran parte a investigadores extranjeros. Pueden destacarse los
trabajos de Ruth PIKE, "Crime and Punishment in XVIth Century Spain", en The Journal of Euro-
pean Economic History, 5 (1976), pp. 689-704; y "Penal Labour in Sixteenth-century Spain", en
Societas, 3 (1973), pp. 193-206. Un intento ms sinttico es el de Michael WEISSER, "Crime and
Punishment in Early Modem Spain", en Crime and the Law, pp. 76-96. Muy sugestivo, aunque,
segn reconoce el propio autor, con un margen de error muy amplio, es el trabajo de
I.A.THOMPSON, "A Map of Crime in Sixteenth-century Spain", en The Economic History Review,
21 (1968), pp. 244-267.
8. Resulta interesante el esfuerzo que realiza C. GAUVARD al analizar el vocabulario me-
dieval que define los actos criminales, llegando a la conclusin de que resulta muy difcil conocer si
[3] 233
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
te asumida en el tema que nos ocupa, tal y como lo reconoce el historiador ingls
J.A. Sharpe cuando lamenta el hecho de que la historiografa britnica sobre la
delincuencia ha olvidado lo que para l constituye la dificultad inicial y funda-
mental: definir el comportamiento criminal, ya que ste cubre una amplia gama
de actividades y probablemente es entendido de forma diferente por distintas
personas y en diversas pocas'.
Si nos atenemos al concepto de delito en la poca de transicin a la Edad
Moderna podramos dar por buena la definicin bsica que propone Michael R.
Weisser, segn el cual deberamos calificar como delito "cualquier actividad que
era punible por la ley" '. Esta definicin presupone que si estudiamos el delito
en esta poca debemos considerar todos los comportamientos que eran suscepti-
bles de ser denunciados ante la justicia criminal, perseguidos, juzgados y castiga-
dos. Y cules eran estos comportamientos? Pues bien, la poca de transicin a
la Edad Moderna experimenta en muchos sentidos cambios notables, pero en
cuanto a la concepcin del delito las pervivencias medievales son importantsi-
mas y en los albores de la modernidad an resultaba difcil distinguir entre delito
y pecado ". El adulterio o la homosexualidad, por citar slo dos ejemplos, eran
delitos en toda regla, perseguidos y castigados por la justicia criminal. La mujer
que abandonaba a su marido, por citar otro ejemplo, era considerada, perseguida
y castigada como un criminal ms, y bajo esa ptica aparecer en la documenta-
cin judicial tardomedieval. As pues, antes de comenzar un estudio sobre la
la diversidad de trminos designa una diversidad de hechos concretos. Como ejemplo seala el
campo semntico que define el robo en el vocabulario medieval: furtum, desrobacio, latrocinio, etc.,
sin que podamos precisar si cada una de estas palabras remite a un hecho diferenciado. Cfr. "De
Grace Especial". Crime, Etat et socit en France la fin du Moyen Age, 2 vols., Pars, 1991, pp.
123-124.
9. JA. SHARPE plantea la falta de una definicin clara del delito dentro de la historiografa
inglesa en su artculo "The History of Crime in Late Medieval and Early Modem England: a Review
of the Field", en Social Histoty, 7 (1982), pp. 187-203. Sobre las variadas formas de entender el
delito a lo largo del tiempo habla en su libro Crime in Early Modern England, Londres, 1984, p. 4.
Otros intentos de definir el delito en un determinado contexto histrico pueden encontrarse en G.R.
ELTON, "Introduction: Crime and the Historian", en Crime in England 1500-1800, J.S. Cockbum
(ed.), Londres, 1977, pp. 2-6; y B. HANAWALT, Crime and Conflict in English Communities. 1300-
1348, Cambridge, 1979, pp. 3-4.
10. Crime and Punishment in Early Modern Europe, Brighton, 1982, p. 7. Sin embargo, a lo
largo de su estudio, dicho autor opta por centrarse slo en los fenmenos que han sido considerados
como delitos en cualquier poca, esto es, robo, asesinato, agresin, etc., dejando a un lado los que
con el tiempo han abandonado su carcter delictivo: homosexualidad, brujera, etc. Esta actitud es
criticada por B. CLAVERO, "Delito y pecado. Nocin y escala de transgresiones", en Sexo Barroco
y otras transgresiones premodernas, Madrid, 1990, pp. 57-58. En l recuerda que la eleccin del
primero de los autores margina precisamente algunas transgresiones que a fines de la Edad Media
podan ser las ms tpicas, tenidas por las ms graves y perseguidas con ms saa.
11. SHARPE, Crime in Early Modern England, p. 5. Un buen nmero de ejemplos de esta
problemtica diferenciacin pueden encontrarse en F. TOMS Y VALIENTE, "Delincuentes y
pecadores", en Sexo Barroco y otras transgresiones premodernas, pp. 11-32; y B. CLAVERO,
"Delito y pecado", Ibid., pp. 57-90. J.M. BEA 1 flE tambin demuestra cmo en el siglo XVIII la
opinin pblica inglesa todava distaba de diferenciar claramente delito e inmoralidad, "The Pattern
of Crime in England 1660-1800", en Past and Present, 70 (1974), p. 47.
234 [4]
La delincuencia afines de/a Edad Media. Un balance historiogrfico
12. Por supuesto que la propia calificacin de estos delitos como "pequeos crmenes" es una
apreciacin subjetiva desde nuestro punto de vista de hombres del siglo XX. Utilizo esta expresin
por traducir de alguna forma el concepto de "petty crime", que es bastante comn dentro de la
historiografa inglesa. Cfr. SHARPE, Crime in Early Modern England, p. 7.
13. "Crime can be seen as the quintessence of the activities that bring people together".
OSTERBERG y LINDSTRM, Crime and Social Control, p. 10.
14. Es una comparacin, en ningn modo exagerada si nos atenemos a las cifras, que plantea
WEISSER para significar que el delito no es en ningn modo un hecho "marginal", sino algo
presente y cotidiano en cualquier sociedad y momento histrico. Crime and Punishment in Early
Modern Europe, p. 3.
15. Un buen ejemplo de esta atencin a las cuestiones espacio-temporales en su relacin con el
delito se puede ver en el artculo de M. BOURIN y B. CHEVALIER, "Le comportement criminel
dans le pays de la Loire moyenne d'aprs les lettres de remission", en Annales de Bretagne et des
Pays de l'Ouest, 88 (1981), pp. 245-263. Para el caso del homicidio en particular puede verse el
artculo de Barbara A. HANAWALT, "Violent Death in Fourteenth and Early Fifteenth century
England", en Comparative Studies in Society and History, 18 (1976), pp. 297-320. Esta autora
plantea, en la medida que permiten las fuentes, las horas del da, das de la semana y periodos del ao
con ms incidencia de homicidios, llegando a interesantes conclusiones en tomo a la relacin de este
tipo de delito con el calendario agrcola en algunos casos y con el calendario escolar en el caso de las
ciudades universitarias.
[5] 235
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
De nuevo se plantea una cuestin que para algunos puede parecer obvia e
innecesaria, pero que resulta de gran importancia para entender el mundo de la
delincuencia en su globalidad. Por supuesto, la pregunta que abre este apartado
16. WEISSER adopta esta clasificacin, aun reconocindola excesivamente simple, como es-
quema de trabajo imprescindible a efectos de comparar resultados entre diversas regiones. Crime and
Punishment in Early Modern Europe, p. 15.
17. As por ejemplo, PIKE en su artculo "Crime and Punishment in Sixteenth-century Spain",
p. 692.
236 [6]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
podra ser contestada por cualquiera, sin riesgo a equivocarse, de una manera tan
simple como decir que delincuente es toda persona que comete un delito, una
infraccin a la ley vigente en una sociedad y tiempo determinados. El problema
radica en la carga de percepcin subjetiva que encierra la propia palabra, y como
ejemplo podemos considerar el mundo que nos rodea. Si nos atenemos a la
definicin que acabamos de considerar, tan delincuente sera hoy en da la perso-
na que comete un delito fiscal evadiendo impuestos, como el joven de un barrio
marginal que atraca a un transente a punta de navaja. Y, sin embargo, nuestros
parmetros mentales hacen que pocas veces usemos el trmino delincuente en el
primer caso y que siempre lo hagamos en el segundo.
Si nos remontamos a un periodo que queda varios siglos atrs, la necesidad
de plantearnos una definicin de delincuente que capte la subjetividad de esa
poca se hace totalmente necesaria. Eran considerados o definidos todos los
individuos que cometan una infraccin contra la ley del mismo modo? La res-
puesta no puede ser unvoca, puesto que entran en juego factores culturales que
operaban de modo diferente en cada espacio geogrfico. En trminos generales,
podramos decir que en el periodo final de la Edad Media la consideracin del
presunto infractor variaba notablemente en funcin de su rango social, del tipo
de infraccin cometida y de contra quin la haba cometido. De momento baste
con citar algunos ejemplos ilustrativos de estas diferencias en distintos mbitos
geogrficos.
En el siglo XIV, si nos atenemos a los documentos judiciales, la violencia
fsica en las ciudades flamencas era ms una cuestin privada que un delito. Los
arreglos privados entre las partes, y no la justicia civil, resolvan la mayor parte
de las agresiones fsicas, incluido el asesinato. As pues, los ciudadanos que
cometan actos violentos no eran considerados delincuentes, ni perseguidos por
la ley como tales. En palabras de D.H. Nicholas, en las ciudades flamencas no
era delito asesinar a un vecino, sino fracasar a la hora de ofrecer una compensa-
cin adecuada a su familia '8.
Pero si en las ciudades flamencas en el siglo XIV cometer un asesinato
poda solventarse con el simple pago de una compensacin a los familiares de la
vctima, en Francia, por la misma poca, el robo de un pedazo de pan poda
acarrear para el infractor la pena de muerte. Poco importaba que el valor de los
bienes robados fuera insignificante, la justicia parisina consideraba que el reinci-
dente en un delito de robo era un "tres fort larron" y no mereca otro castigo que
la muerte. Sobre 85 acusdos de robo juzgados en el Chatelet de Pars entre 1389
y 1392, 73 fueron condenados a muerte y ejecutados por diferentes mtodos 19.
18. Esta interesante cuestin sociocultural es puesta de manifiesto por D.H. NICHOLAS en su
artculo "Crime and Punishment in Fourteenth-century Ghent", en Revue Beige de Philologie et
d' Histoire, 43 (1970), p. 1176.
19. Datos ofrecidos por B. GEREMEK, The Margins of Society in Late Medieval Paris,
Cambridge, 1987, pp. 49-52.
[71 237
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
Otro buen ejemplo sobre la arbitrariedad con que a fines de la Edad Media y
principios de la Moderna se juzgaba la infraccin de la ley lo podemos tomar de
Castilla. Por una ley de 1539 se estableca que todos los gitanos entre 20 y 50
arios de edad fueran condenados a galeras por un plazo de 6 arios, por ser
hombres sin empleo que vivan sin un maestro. Arios ms tarde se endureceran
aun ms las leyes contra vagabundos y mendigos, constituidos legalmente en
delincuentes por el simple hecho de carecer de trabajo y residencia estables 20
Este ejemplo podra ilustrar muy bien lo que Michael Foucault defini como el
intento por parte de la justicia de criminalizar las costumbres de los pobres en
aras de conseguir una mayor disciplina de trabajo, poltica que se acometi con
fuerza desde comienzos de la Edad Moderna 21.
Otra cuestin que debe ser planteada en torno al carcter de los delincuentes
tardomedievales es la relacin entre marginalidad y delincuencia, trminos que
en muchos estudios sobre el tema tienden prcticamente a identificarse, o, cuan-
do menos, a asociarse en una relacin de causa-efecto".
No es ningn descubrimiento, y el mundo que nos rodea es el mejor ejem-
plo, que la marginalidad social es el medio, el caldo de cultivo, en el que se
hacen, viven y mueren buena parte de los delincuentes 23. As, el comportamiento
criminal en general, y las motivaciones de cada crimen en particular, pueden ser
vistos como la reaccin ante una serie de factores y circunstancias socioeconmi-
cas que conviene analizar en cada caso. Como afirma M. Weisser, muchos de los
delincuentes de fines de la Edad Media y podra aadirse "de cualquier poca"
eran vctimas de fuerzas sociales que escapaban a su comprensin y control 24.
Sin embargo, un problema metodolgico de primera magnitud es el de la propia
definicin de marginalidad, tema que ha ocupado innumerables pginas sin que
por ello se pueda decir que hoy tengamos una idea clara de quines eran los
20. Estas leyes son citadas por THOMPSON en "A Map of Crime in Sixteenth-century
Spain", p. 245.
21. M. FOUCAULT, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisin, Madrid, 1990, pp. 31-32.
SHARPE opina que la tendencia hacia la criminalizacin de los menos prsperos debera remontarse
a la Baja Edad Media, como lo demuestran los estudios sobre comunidades rurales inglesas en dicho
periodo. Cfr. "The History of Crime in Late Medieval and Early Modem England", pp. 194-195.
22. Sirva de ejemplo el artculo de Giorgetta BONFIGLIO-DOSCIO, "Criminalit ed emargi-
nazione a Brescia nel primo Quattrocento", en Archivio Storico Italiano, 495-496 (1978), pp. 113-
164. Despus de ofrecer un estudio tipolgico y estadstico del delito en Brescia, la autora relaciona
su importancia con la presencia en la ciudad de un colectivo importante de inmigrantes poco o nada
integrados, con la crisis estructural de la organizacin corporativa del trabajo y con la penuria
econmica de un amplio sector de la poblacin.
23. Una pintura impresionantemente vvida de la relacin entre ambientes marginales urbanos
y delincuencia puede hallarse en NARBONA VIZCAINO, Malhechores, violencia y justicia ciuda-
dana, especialmente captulo 6, "La violencia al margen de la sociedad", pp. 127-144.
24. WEISSER, Crime and Punishment in Early Modern Europe, p. 3. El caso de los gitanos
condenados a galeras en Castilla a comienzos del siglo XVI sera un buen ejemplo de la casustica a
que aludimos.
238 [81
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
La Historia del Derecho es, desde hace largo tiempo, una rama de la Histo-
ria o, si se prefiere, del Derecho con una personalidad, objeto y metodologa
bien definidos. Dentro de su campo de estudio, la Historia del Derecho Penal ha
gozado desde siempre de una atencin preferente, y fue esta lnea de investiga-
cin la pionera en atender a temas relacionados con la delincuencia desde una
perspectiva histrica ". En la actualidad, los estudios sobre la historia del Dere-
29. WEISSER, Crime and Punishment in Early Modern Europe, p. 7. Sobre la definicin de
"criminal profesional", "clase criminal" y "criminal amateur", tambin puede verse SHARPE, "The
History of Crime in Late Medieval and Early Modem England", p. 199.
30. SHARPE, Crime in Early Modern England, p. 7, seala este carcter pionero de la Histo-
ria del Derecho en el estudio de la delincuencia. C. LVAREZ ALONSO critica de Sharpe que, pese
a su reconocimiento de la importancia del marco legal, finalmente hipervalora los aspectos econmi-
cos y sociales del delito. Cfr. "Tendencias en la investigacin del Derecho Penal histrico. Los casos
de Gran Bretaa, Francia e Italia como excusa", en Sexo Barroco y otras transgresiones premoder-
nas, p. 202. Esta crtica es tan fcil como intrascendente, pues no se puede criticar a un historiador
que se propone realizar un estudio social y econmico del delito el no adoptar criterios propios de los
historiadores del Derecho.
240 [10]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
[11] 241
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
35. LANGBEIN, Prosecuting Crime in the Renaissance, analiza los cdigos criminales que
desde comienzos del siglo XVI comienzan a establecerse con carcter estatal en el Imperio (Lex
Carolina de 1532), Francia (Ordenamiento de Villers-Cotterets de 1539) e Inglaterra (Manan Statutes
de 1554) y destaca el intento de racionalizacin y agilizacin del procedimiento criminal que supu-
sieron. Sin embargo, si por un momento abandonamos nuestro marco cronolgico para analizar un
desarrollo a largo plazo, podemos contemplar cmo en el siglo XIX, en la Inglaterra victoriana, el
funcionamiento supuestamente racional de la justicia criminal condenaba a las clases trabajadoras a
una casi total y amarga desproteccin, como demuestra D. PHILIPS al estudiar Wolverhamptom,
donde de 59 robos conocidos en un ao slo 1 fue encausado, por carecer en el resto de los casos los
agraviados de medios para pagar los gastos de la causa. Crime and Authority in Victorian England.
The Black Country, Londres, 1977, p. 114.
36. As lo considera P.A. PORRAS ARBOLEDAS, "El Derecho castellano a comienzos del
siglo XVI. Notas sobre Derecho Penal, Privado y Laboral", en Revista de la Facultad de Derecho de
la Universidad Complutense de Madrid, 75 (1990), pp. 789-790.
37. El conjunto es bastante desigual, tanto en lo que a metodologa se refiere como en cuanto a
los resultados de cada trabajo. As, el libro nos lleva desde las narraciones detalladas de casos
especficos por parte TOMS Y VALIENTE ("Delincuentes y pecadores") a los planteamientos ms
tericos de CLAVERO ("Delito y pecado"), para pasar luego a estudios basados en a fuentes litera-
rias ("Justicia penal y teatro Barroco" y "Duelos y desafos en el Derecho y la Literatura", de J.L.
BERMEJO CABRERO) y sobre la Inquisicin.
242 [12]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
En definitiva, los datos que la historia del Derecho aporta sobre el Estado, la
concepcin y ejecucin de la ley y la determinacin de lo que es delito son
imprescindibles a la hora de abordar un estudio global de la delincuencia en un
periodo concreto, siempre que se puedan y sepan engarzar en anlisis multifacto-
riales que desenmascaren los intereses socioeconmicos y polticos que la ley
defiende en toda poca y lugar".
38. Desgraciadamente, no parece ser sta la linea que ms interesa a algunos historiadores del
Derecho espaoles, como se intuye por las crticas que LVAREZ ALONSO hace de algunos
investigadores ingleses como SHARPE, del que parece lamentar que se dedique "no tanto esclarecer
categoras o a efectuar anlisis de Derecho como a contribuir al conocimiento de una determinada
sociedad en una forma ms totalizadora, su mentalidad, el medio cultural en definitiva, sirvindose
de recursos jurdicos, s, pero hipervalorando el medio econmico y las relaciones sociales en gene-
ral". "Tendencias en la investigacin del Derecho Penal histrico", p. 202.
39. Como estudios de este tipo podran citarse, entre otros, los de J. GIVEN, Society and
Homicide in Thirteenth-Century England, Standford, 1977; HANAWALT, Crime and Confiict in
English Communities; y BONFIGLIO-DOSCIO, "Criminalit ed emarginazione a Brescia".
40. El problema surge cuando las fuentes disponibles para el estudio de la delincuencia medie-
val son tan parcas que apenas permiten otra cosa que proceder a la cuantificacin de tipos delictivos.
Cfr. J.B. POST, "Crime in Later Medieval England: Some Historiographical Limitations", en Conti-
nuity and Change, 2 (1987) p. 212.
[13] 243
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
41. As lo advierte A. SOMAN, cuando afirma que "on ne sauraint surestimer les consquen-
ces de l'analyse prcedente sur l'etude de l'histoire de la criminalit. Elles imposent de srieuses
restrictions sur les nombreuses tudes quantitatives de documents judiciaires et illustrent la vanit des
extrapolations qui prtendent valuer la criminalit relle partir de tels documents. En effet les
proces entarns devant les tribunaux ne reprsentent qu'une fraction indetermine de la criminalit
apparente". "L'infra-justice a Paris d'aprs les archives notariales", en Histoire, Economie et Societ
(1982) p. 369.
42. Tambin avisa SHARPE de que la cuantificacin "naif' es una de las trampas en las que el
historiador de la delincuencia puede caer demasiado fcilmente. Cfr. Crime in Early Modern En-
gland, pp. 10 y 15. Este mismo historiador manifiesta sus dudas con respecto a los trabajos que
pretenden caracterizar, en uno u otro sentido, la delincuencia del periodo tardomedieval exclusiva-
mente mediante a series demasiado cortas y aisladas de documentacin de los archivos judiciales.
Cfr. "The History of Crime in Late Medieval and Early Modem England", p. 190.
244 [14]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
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JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
campo y la ciudad, y, en fin, sobre tantos aspectos que las fuentes tradicionales
utilizadas en estudios sociales dejan en el lado oscuro".
Otro tema que ha interesado a los historiadores que han optado por un
acercamiento a los aspectos sociales de la delincuencia es el del papel jugado por
la ley y la justicia en la evolucin histrica. Desde una ptica marxista, historia-
dores como el propio M. Weisser, D. Hay 45 o E.P. Thompson 46 han tratado de
desenmascarar los objetivos perseguidos por los defensores de la ley y el orden
en diferentes momentos histricos, para concluir que el control de la justicia y de
los mecanismos represivos ha sido un factor clave en la imposicin y defensa de
los intereses de las lites sociales que controlaban igualmente los resortes econ-
micos y polticos.
Qu nos puede enseriar un estudio sobre la delincuencia sobre el desarrollo
econmico de un periodo? Si queremos responder a este interrogante deberamos
prestar atencin fundamentalmente a delitos como el robo, fijndonos en aspec-
tos tales como los bienes que se roban y los lugares en que se llevan a cabo esos
robos. La abundancia de robos de productos manufacturados, artculos de lujo o
dinero nos situara claramente en una regin con una economa desarrollada y
con centros urbanos pujantes. Si esos artculos de lujo no son producidos en la
regin tendramos un nuevo indicio de que actan corrientes comerciales ms o
menos importantes. Si, por el contrario, el robo se reduce mayoritariamente a
productos primarios, artculos de primera necesidad, de uso cotidiano y escaso
valor, podemos imaginar que en la regin estudiada predomina una economa
rural, escsamente desarrollada y ajena a corrientes comerciales de importancia.
Para finalizar, el conocimiento de los caminos y rutas donde actan bandidos y
salteadores nos acercar, con toda seguridad, a las vas de trfico y flujo de
mercancas de la regin, a las arterias que comunican entre s a los principales
centros productores y redistribuidores.
Estos son slo algunos de los aspectos de carcter social y econmico que
un estudio de la delincuencia serio y alejado de la mera ancdota puede y debe
ilustrar. El filn es inagotable y depende en gran medida de la imaginacin con
que el historiador se acerque a la documentacin.
246 [16]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
47. Estos temas fueron la principal preocupacin de PAVN en su artculo "Violence, societ
et pouvoir Venise (XIV-XV sicles): forme et volution des rituels urbaines", en Melanges de
l'Ecole Franaise de Rome, 96 (1984), pp. 903-936.
48. Testimonio de esta lnea progresiva de investigacin son sus artculos "Police des moeurs,
societ et politique Venise la fin du Moyen Age", en Revue Historique, 244 (1981), pp. 241-288;
y "Recherches sur la nuit vnitienne la fin du Moyen Age", en Journal of Medieval History, 7
(1981), pp. 339-356.
[17] 247
JUAN MIGUEL MENDOZA GARRIDO
49. "La violencia au quotidien, Avignon au XIVe sicle d'aprs les registres de la cour tempo-
relle", en Melanges de l'Ecole Franoise de Rome, 92 (1980), pp. 325-371.
50. Violence in Early Renaissance Venice, New Brunswick, 1980; y The Boundaries of Eros:
Sex Crime and Sexuality in Renaissance Venice, Oxford, 1985.
51. MADERO, M., Manos violentas, palabras vedadas. La injuria en Castilla y Len (siglos
XIII-XV), Madrid, 1992.
248 [18]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
importancia y valor del objeto atacado, la honra personal, "un valor hecho de
orgullo y vanidad" 52 Todos estos temas nos acercan de un modo riguroso a
algunos tpicos de la mentalidad medieval y nos permiten interpretarlos en cuan-
to a su importancia como configuradores de la sociabilidad de la poca. Sin
duda, el trabajo de Marta Madero abre interesantes perspectivas para un posterior
acercamiento al tema de la injuria a travs de fuentes judiciales, que permitiran
conocer el funcionamiento prctico de lo que ella estudia en un nivel esencial-
mente terico.
Son bastantes ms los autores que, en uno u otro momento, intentan asumir
enfoques semejantes a los aqu mencionados en sus trabajos sobre delincuencia
medieval, pero, pese a su mayor o menor logro, ninguno ha asumido este enfo-
que y temtica de un modo tan constante, reflexionado y consecuente como los
autores citados. La historia de las mentalidades, cuando se practica con conven-
cimiento, aporta dimensiones importantes para el conocimiento de las causas y
repercusiones de los comportamientos delictivos; pero, en ocasiones, bajo su
bandera slo se han imprimido toscas pinceladas difcilmente integrables en una
visin global del fenmeno.
Hasta aqu se ha tratado de dejar constancia de algunas de las lneas de
trabajo ms importantes que se han seguido a la hora de abordar la delincuencia
como objeto de estudio histrico, sin que se haya tratado de realizar un comenta-
rio exhaustivo de toda la bibliografa sobre el tema ". Si alguna conclusin
debera surgir despus de esta breve exposicin, esa sera sin duda la necesidad
de adoptar un criterio metodolgico flexible, abierto a las sugerencias y alternati-
vas que se ofrecen desde puntos de vista y disciplinas diferentes y que no tienen
por qu ser encontrados. En el tema de la delincuencia, como en cualquier tema
que pueda merecer la atencin del historiador, la comprensin global del fen-
meno es enemiga de planteamientos exclusivistas y de creencias en la infalibili-
dad de una teora, mtodo o fuente en solitario. Si a la hora de concretar un
estudio regional sobre el delito tardomedieval la realidad de una parca disponibi-
lidad de fuentes fuerza a dejar de lado determinadas aproximaciones al fenme-
no, eso debe asumirse desde la discordancia entre lo que se hubiera deseado
hacer y lo que finalmente es posible hacer, pero estando alerta siempre de que los
resultados nunca sern definitivos y s abiertos a las modificaciones que algn
da el recurso a nuevas fuentes puede proporcionar.
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250 [20]
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59. Cfr. L. STONE, "Interpersonal Violence in English Society, 1300-1800", en Past and
Present, 101 (1983) p. 30; y P. DEYON, Le temps des prisons: essai sur l'histoire de la dlinquance
et les origines du systme pnitentiaire, Pars, 1975, pp. 77-78.
252 [22]
La delincuencia afines de la Edad Media. Un balance historiogrfico
fuentes los documentos judiciales cuyo ndice de ocultacin del delito real que
pudo existir en la Edad Media es ms que elevado y, an ms, esa ocultacin
puede cebarse en unos tipos delictivos ms que en otros. Por otro lado, puede
argirse que, en su intento globalizador, este modelo terico ha olvidado matizar
las diferencias que, tanto en la tipologa de delitos como en sus causas, se daban
entre el medio rural y el medio urbano, dos marcos que a fines de la Edad Media
estaban an lejos de contemplar desarrollos unidireccionales. Veamos cada una
de estas argumentaciones.
Las estadsticas sobre la delincuencia medieval, ya se ha dicho, adolecen de
grandes lagunas e innumerables peligros. Si se intentan convertir unas estadsti-
cas tomadas de documentos judiciales en paradigma definitorio de lo que fue la
delincuencia medieval, corremos el riesgo indudable de caracterizar todo el pe-
riodo exclusivamente sobre la base de los delitos que fueron procesados, dejando
de lado no slo los delitos que no llegaron a denunciarse, sino tambin todos
aquellos que, aunque denunciados, nunca se vieron en un tribunal por no captu-
rarse al presunto delincuente.
Si esta ocultacin se debiera a circunstancias aleatorias no invalidara la
deduccin de un modelo a partir del delito registrado, pero lo cierto es que el
azar parece bastante ajeno a las ocultaciones de las fuentes judiciales. En efecto,
una serie de factores que no podemos considerar casuales pudieron operar para
que los delitos contra la propiedad fueran sistemticamente menos registrados. El
temor a un sistema represivo que puna el robo con ms dureza que la agresin
personal motivara que un ladrn tuviera sobrados motivos para poner pies en
polvorosa y dificultar su captura por parte de la justicia, mientras que un ciuda-
dano "honrado" no abandonara hogar, familia y propiedades para evitar un
procesamiento, digamos por agresin o insultos, que bien poda saldarse con una
simple multa. El robo, supuesto patrimonio de los desheredados en los trminos
en que lo definen las leyes, sera ms comn en personas de vida poco estable, de
una movilidad extrema y, por abundantes que fueran las denuncias, si slo conta-
mos con datos de delitos encausados ante la justicia, siempre ser infravalora-
do 6.
Llegando an ms lejos, la diversidad de jurisdicciones existente en cual-
quier mbito geogrfico de la Baja Edad Media origina que para una misma
poca y regin a veces se cuenten con dos o ms cortes judiciales cuyos datos no
siempre se asemejan. El ejemplo parisino puede ilustrar estas divergencias. El
historiador polaco Bronislaw Geremek bas su estudio sobre la delincuencia
parisina en los fondos de cinco archivos judiciales: el Chatelet de Pars, sede del
preboste que ejerca la justicia real, y los archivos de las cortes seoriales de
60. Eva OSTERBERG avisa de lo arriesgado que es cualquier intento de establecer un modelo
terico general de la estructura de la delincuencia medieval a partir de unos materiales empricos que,
pese a su multiplicacin en poca reciente, continan siendo slo la punta del iceberg. Sin embargo
aplaude estos intentos en la medida que crean un debate que origina nuevos interrogantes y sirve de
base y sugerencia a nuevas interpretaciones. Crime and Social Control, p. 42.
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61. Los datos de GEREMEK estn tomados de The Margins of Society in Late Medieval
Paris, pp.49-61. Curiosamente CHIFFOLEAU cita los datos de Ntre-Dame en su propuesta del
modelo de delincuencia de "Ancien Rgime", obviamente porque se ajustan perfectamente, pero se
olvida por completo de mencionar los datos del Chatelet, omisin imperdonable porque desvirta la
caracterizacin global que GEREMEK ofrece de la delincuencia parisina en aras de encontrar apoyo
para su tesis.
62. J.M. SNCHEZ BENITO: Santa Hermandad Vieja de Toledo, Talavera y Ciudad Real
(siglos XIII-XV), Toledo, 1987, p. 276.
63. J.M. MENDOZA GARRIDO: Sociedad y delincuencia en el Campo de Calatrava afines
de la Edad Media, Memoria de Licenciatura defendida en la Universidad de Granada en diciembre de
1992.
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vestigarores franceses como el paso "de la violence au vol" '', y ha contado con
bastante aceptacin, no exenta de un debate polmico".
En su aspecto social, la delincuencia evolucion hacia una "especializa-
cin". El delito, se nos dice, iba siendo cada vez menos un aspecto cercano a la
vida cotidiana de cualquier individuo, para convertirse en el atributo de una
"clase" especfica de personas que hacan de la delincuencia su medio de vida.
Si nos fijamos en los ambientes crimingenos, otra innovacin aparece en la
delincuencia europea a medida que avanzaban los siglos. La ciudad, durante la
Edad Media un ambiente ms seguro que el despoblado, se fue convirtiendo en
el medio propicio para las actividades delictivas, el caldo de cultivo que propi-
ciaba y amparaba la delincuencia. El "boom" urbano, sobre todo en las grandes
metrpolis, conllev una acumulacin de poblacin desmesurada, cada vez ms
difcil de controlar. La emigracin de los desheredados del campo cre en las
ciudades esas bolsas de pobreza ntimamente relacionadas con la delincuencia,
barrios "delincuentes" que, de una forma o de otra, han formado parte del paisaje
urbano hasta nuestros das ".
Y en lo que concierne a la lucha contra la delincuencia el nacimiento de los
Estados modernos tambin produjo innovaciones. Cada vez ms, la seguridad era
una cuestin de Estado que requera medidas especficas. La aparicin de los
cuerpos de polica estatales y de cdigos criminales que acabaran con la multipli-
cidad de jurisdicciones fueron medidas tendentes a centralizar los esfuerzos en la
lucha contra la delincuencia. La seguridad pblica se converta en uno de los
ndices cruciales para el mantenimiento de la credibilidad de los gobernantes y la
ley vena a suplir a la religin como cemento ideolgico cohesionador de la
sociedad ".
Planteada la posible cronologa y rasgos de la evolucin de la delincuencia
en Europa, slo nos queda tratar las causas que motivaron esta evolucin. Una
vez ms, no hay acuerdo unnime entre los especialistas y son diferentes las
interpretaciones sobre los factores clave que influyeron sobre la delincuencia y
explicaron sus cambios.
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75. ELAS, N., The Civilizing Process: The History of Manners, Nueva York, 1978.
76. Cfr. OSTERBERG y LINDSTROM, Crime and Social Control, p. 14; y WEISSER, Crime
and Punishment in Early Modern Europe, p. 71-77.
77. LANGBEIN, Prosecuting Crime in the Renaissance. Como trabajos ms especficos en
tomo a los efectos del fortalecimiento estatal en Inglaterra sobre la delincuencia pueden verse: G.R.
ELTON, The Tudor Revolution in Goverment: Administrative Changes in the Reign of Henry VIII,
Cambridge, 1953; y del mismo autor, Policy and Police: the Enforcement of the Reformation in the
Age of Thomas Cromwell, Cambridge, 1972.
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