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GABRIELA MARTIN

LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE


HEMEROSKOPEION: ESTUDIO ARQUEO-
LOGICO DE LA ZONA DENIA-jAVEA

A Enrique Pla BallestC1._..p"rii-~apoyo - comtante


a lo largo de esta investigacin.

La primera pregunta que se nos plantea al estudiar la romanidad de una deter-


minada ~ona geogrfica es cules han sido sus antecedentes histricos. Principalmente
cuando esta ~ona ha tenido una vida intensa durante la prehistoria y tericamente
se considera que ha sido importante centro receptor de corrientes culturales y comer-
ciales llegadas de diversos puntos del Mediterrneo. Este es e! caso que se nos pre-
sent al estudiar los restos romanos de Denia, que siendo abundantes y de singular
calidad no haban tenido, entre los eruditos e investigadores de todas las pocas, el
xito que el mundo de las coloni~aciones griega y fenicia, a pesar de que los hallazgos
arqueolgicos de esta ltima poca no justificasen el inters manifestado. Ello nos hizo
interesarnos por este mundo legendario y nada claro de la venida de navegantes y
comerciantes griegos y fenicios a nuestras costas; y tras los primeros contactos con
los problemas que la investigacin presentaba, llegamos a la conclusin de que para-
lelamente a los estudios romanos vala la pena profundizar en los problemas de las
colonizaciones prerromanas, no como un captulo ms de! estudio arqueolgico de la
regin, sino como tema nico l .
El primer problema que se han planteado los investigadores ha sido la localizacin
de la colonia Hemerosk.opeion, la cual, aparte otros lugares fijados por algn autor
aislado, se ha centrado en torno a Denia y Jvea, localidades separadas ent~'e s por
corta distancia. Nos enfrentamos a la vez con el problema que nos plantea las
interpretaciones que los eruditos han venido dando a los textos clsicos aplicables
a la ~ona que estudiamos en lo referente a las colonizaciones griega y fenicia y que-I
remos dejar bien sentado que nuestro trabajo no pretende fijar una ve~ ms, sumn-

1 N os referimos a nuestro trabajo en preparacin sobre Del1ia romana, que se publicar


a travs del Instituto de Estudios Romanos de la Institucin Alfonso el Magnnimo, de la
Excma. Diputacin Provincial de Valencia.
GABRIELA MARTIN

I dose a tantos otros que han promovido la misma discusin, la situacin geogrfica de
la colonia focense o masaliota Hemerosk,.opeion y discutir si la misma estuvo un poco
I
i
ms al norte o al sur de detenninado punto, o si debe situarse en Denia, ]vea, ealpe
cualquier otro lugar de la geografa hispnica donde la erudicin ha querido verla.
Si utilizamos repetidamente la voz Hemerosk,.opeion se debe ' a que dicho nombre
I eSt ntimamente ligado a todo trabajo referente a la colonizacin griega en la zona
costera de Denia y ]vea, y en torno a la localizacin de esta ciudad se ha montado
buena parte de la teora del establecimiento griego en estas costas. Pero nosotros 110 .
enfocamos el problema a partir de la existencia o no existencia de Hemerosk,.opeion
como ciudad, sino a partir de las posibilidades que la investigacin nos ofrece para
probar si la colonizacin griega de las costas de ]vea y Denia fue una realidad o,
por el contrario, nunca existi. Y al hablar de colonizacin no nos conformamos con
unos posibles contactos comerciales en fechas tardas, demostrados por hallazgos es'
pordicos que nos ofrezcan una cronologa posterior al siglo v a. de e., ya que la
teora clsica sobre la venida de comerciantes y colonos griegos en gran escala es
que sta ocurri a partir de los siglos VII 'VI a. de e., con fundaciones de colonias
propiamente dichas. Es este tipo de colonizacin el que ponemos en tela de juicio y
para ello vamos a exponer los elementos con que contamos.
En primer lugar, recogemos las fuentes clsicas que pueden referirse a estos con'
tactos griegos y concretamente mencionan la zona que nos interesa. A continuacin
presentamos las teoras que en general nos brinda la erudicin y la investigacin
j cientfica desde el Renacimiento hasta nuestros das; hemos dividido este captulo en
dos apartados: en el primero agrupamos los autores desde el siglo XVI al XIX y en el
siguiente a los investigadores modernos. Dedicamos un tercer captulo a lo que po'
dramos llamar parte positiva del tema, recogiendo los materiales que arqueolgica'
.1 mente pueden apoyar o derrocar uila teora. Este captulo va pl'ecedido de un breve

I
resumen de las investigaciones arqueolgicas efectuadas en la zona.
Contando con los elementos de juicio que estos tres captulos nos proporcionan
elaboramos, finalmente, unas conclusiones que puedan ser aceptadas por la moderna
l investigacin y en las que se deja establecido el estado actual de los problemas.
I

!
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1
LAS FUENTES CLSICAS

Artemdoro y Posidonio visitaron la Pennsula hacia los aos 100 y 90 a. e.,

.~ respectivamente, pero de las descripciones que de Iberia hicieron solamente se cono'


cen aquellas partes que recogiera Estrabn en su Geografa., en la que todo lo que
dice referente a la Pennsula ---en la que jams estuvo--- se basa principalmente ell
las noticias de aquellos dos gegrafos. Por tanto, la seguridad de los datos aportados
por Estrabn queda un tanto disminuida por ser noticias de segunda mano en las
que nunca se llega a saber qu queda de la verdadera fuente y qu es aportacin o
cOlnentario del recopilador. Adems, las mismas noticias de Artemdoro y Posidonio,
aun suponiendo que nos hayan llegado tal y conforme ellos 'las dieron, hay que to'
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE IiEMEROSKOPEION 9

marlas, en lo que se refiere a ciudades y hechos anteriores al siglo lll, con reservas,
pues son fruto de otras fuentes anteriores, desconocidas, y que en muchas ocasiones
seran simplemente orales, es decir, en gran parte legendarias.
Rufo Festo Avieno, poeta atino de! siglo IV de nuestra era, fue autor de una
descripcin en verso de nuestras costas, la Om maritima, que, segn los investigadores
de fines de! siglo XVIII hasta nuestros das, est basada en un periplo masaliota de!
siglo VI a. C., por 10 que, de ser cierto, sera el testimonio ms antiguo, e! nico, que
tratara de Iberia antes de la llegada de los romanos. Pero la seguridad de los datos
que Avieno nos ha hecho llegar es ms que discutible, pues se sabe que interpol
cn el texto antiguo nombres, hechos y aclaraciones de su propia cosecha, que tuvo
que alterar e! viejo texto, obligado por e! verso, y que sufri errores de transcripcin
en los nombres geogrficos. Hoy el texto de Avieno sufre una crisis entre los investiga-
dores, semejante o de mayor intensidad que la preponderancia que lleg a alcanzar
en la primera mitad de nuestro siglo.
Esteban de Bizancio escribi hacia e! ao 530 de nuestra er~, y .su texto, en 10
que nos interesa, se basa tambin en Artemdoro. De su importancia para ,nuestros
estudios no vale la pena hablar, pues habramos de repetir 10 que hemos dicho para
los dems autores, agravado en este caso por la lejana en el tiempo entre e! autor
y lo que es objeto de sus noticias.
Los textos son los siguientes:

ESTRAIlN 2:

Entre el Sucro y Carthago hay tres pequeas ciudades de los masaliotas, no


muy lejos de! ro. De ellas la ms importante es Hemeroskopeion, que tiene en su
pen un templo de la Artemis muy clebre. Sertorio emple Hemeroskopeion como
base para dominar e! mar, porque es fuerte y adecuada para piratera y visible desde
lejos para los navegantes. Se llama Dianion, es decir, Artemision. Cerca hay ricas
minas de hierro y las islitas Planesia y Plumbaria, y ms tierra adentro, una laguna
que tiene una periferia de 400 estadios. (Versin castellana de A. Schulten.)

ESTRAIlN 3:

... las comarcas cercanas de Ilerda y Osca, pertenecientes a los ilrgetes, no


lejos del Ebro. En estas ciudades llev a cabo Ser torio sus ltimas acciones de guerra

2 l:TPAUON, III, 4, 6~8: {(1\1::TCI.; f"~v ov TO 'E.ov'/(PWJO, X~t T'(; I\(l.PX~~dyo~ Tplv. no),i;(",,(I,I:
l\IaUav.L(OlTWV eiaLv ov 1t'OAj rro.9'ev TOV 7rOT(l.p.I'JV Toun:.1V a'ECTT V'JCdptl'hJT<X.TOV ro
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o e."
10 GABRIELA MARTN

y en Calagurris, ciudad de los vascones, y la costa cercana a Tarraco, y en Hemeros-


kopeion cuando fue echado de Celtiberia, pero muri en Osca.
Comentario.-Del fragmento copiado en primer lugar slo queda claro que en
la 40na comprendida entre el Jcar (Sucro) y el cabo de Palos (Carthago) haba tres
ciudades masaliotas, una de las cuales se llam Hemeroskopeion, en cuyo monte haba
un clebre templo dedicado a Artemis y que la ciudad era fuerte y visible desde lejos
por los navegantes.
La afirmacin de que Ser torio emple Hemeroskopeion como base militar presenta
ya rasgos de confusin -consecuencia de la poca en que Estrabn escribe-, pues
la destruccin de las colonias masaliotas, caeD de que hubieran existido como tales
colonias y no como ciudades ibricas asociadas a Massalia y protegidas por sta, fue
anterior a Sertorio y es noticia que no pudo recibir Estrabn de Artemdoro ni de
Posidonio, que recorrieron Iberia antes de que Sertorio llegara a ella.
La ciudad en cuestin se llamaba en tiempo de Estrabn Dianium, y quiz al
traducir el nombre de Artemis por su equivalente latino le forzara a situar tanto el
templo de Artemis como la ciudad de Hemeroskopeion en la entonces actual Dia-
nium. Que Hemeroskopeion responda a un nombre de ciudad es muy problemtico,
como veremos despus, ya que heme!'Os~opeio1t es un nombre comn que en griego
significa atalayJ. El mismo Estrabn repite este topnimo al hablar de las tierras de
los ilergetes, situadas entre Huesca y Lrida, sin que se pueda de ninguna manera
considerar que ese Hemeroskopeion que en este lugar cita se encuentre en tierras
valencianas.
Las minas de hierro de que se habla en el texto citado son difciles de encontrar
en ' toda la costa que describe, en la que a lo sumo existen yacimientos, pero de tan
poca importancia que no creemos tuvieran categora para ser explotados.
La laguna puede ser identificada en diversos puntos de la costa de que trata, y de
las islillas ya hablaremos ms adelante.

RUFO PESTO AVIEN0 4 :

y enfrente [de las Pytiusas y Baleares; versos 470-471} los iberos hasta el
cabo Pirineo extendieron su dominio, extensamente establecidos junto al mar interior.
Surge su primera ciudad, Ilerda. Extiende despus el litoral estriles arenas. Hubo

4 R. PESTO AVIENO:

472 Et contra Hiberi in usque Pyl'en[a]e inqum


473 ius protulel'e propter interius mare
474 late locati. Prima eorum civitas
475 Ilerda surgit. Lit[t]us extendit dehinc
476 steciles hacenas. Hemeroskopium quoque
477 habita[ta] pridem hic civitas. Nunc iam solum
478 vacuum, incolarum languido stagno madet.
479 Attollit inde se Sicana civitas,
480 propinquo ab amni sic voc.ta Hibericis.
481 neque longue ab huius fluminis divortio
482 praestringit amnis Tyr:u. oppidum Tyrin.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 11

tambin aqu la ciudad de Hemeroskopeion, en otro tiempo habitada, ahora ya


suelo vaco de habitantes, la baa lnguido mar. Alzase despus la ciudad Sicana,
as llamada por los iberos del ro prximo, y no lejos de la bifurcacin de este ro
baa la ciudad de Tiris el ro Tirio. (Versin castellana de J. Rius y Serra.)
Comentmio.- De los versos de Avieno se puede deducir la existencia de una
ciudad, H fflIC?'OSJ\ opeion, entre el ro Alebo y la ciudad Sicana. Pero estando en
discusin la localizacin de uno y otra, poca es la precisin que la Ora maritima nos
proporciona para la ubicacin de Hemeroskopeion. Adems, si tenemos en cuenta
la agrupacin de los topnimos Ilerda, Hemeroskopeion y Sicana junto a un ro de
nombre igualo parecido que vemos en los versos 475-480, agrupacin que encontra-
mos tambin en e! fragmento de Estrabn copiado (III, 4, 10), donde se ven juntas
Hemeroskopeion e Ilerda por donde hubo un ro llamado .Sicoris, toda posibilidad de
identificacin en Denia de! prrafo de Avieno pasa a ser ms que dudosa.

ESTEBAN DE HIZANCIO 5:

Hemeroskopeion, ciudad de Iberia (Celtiberia), colonia de focenses segn Ar-


temdoro en el segundo de la Descripcin Geogrfica.
Comentario.-N o nos sirve para localizar Hemeroskopeion, pues tomando la
noticia de Artemdoro solamente nos dice que. era ciudad de Iberia y que fue coloni;l
de focenses.

II
LAS INTERPRETACIONES

a) Eruditos desde el Renacimiento hasta el siglo XIX

Basndose en estos pocos textos clsicos, de los que en rigor bien poco ms de lo
que hemos comentado se puede deducir, se han ido formando a lo largo de los ao;
y a partir del siglo XVI una gran serie de opi.niones y teoras sobre las colonizaciones
grecorromanas de las comarcas de Jvea y Denia. El peso de las interpretaciones de
estos eruditos ha sido tal que muchas de sus ideas han llegado hasta nuestros das y
han sido aceptadas, sin ninguna discusin, por investigadores actuales de gran pres-
tigio, los que, estamos seguros, si hubiesen dedicado un tiempo a realizar una buena
crtica habran desechado las localizaciones admitidas o, por lo menos, las habran
dejado reducidas al campo de la mera hiptesis.
Dejando para otro apartado las posiciones que respecto a este problema han to-
mado los investigadores del siglo actual, recogemos ahora, siguiendo un orden cro-
nolgico, las teoras que desde Pero Antn Beuter hasta fines del siglo XIX se han
ido exponiendo. Se excluye todos aquellos autores que no han hecho ms que repetir
las exposiciones ele otros anteriores, sin aportacin nueva de ninguna clase.

5 ITE1>ANO~ BYZANTlOY: 'Hl"poC1?oneov rr).,~ 'I~'1,oI,,~ (cod. K,).n.':"pl~~), <Jo, x"l.,.


tnOly.o\,
,
'A.(Tw,ia~dpO(J'
I
~::uT"p(o)
, T
r(C.YIP~lOou:..tivc.JY.
I
12 GAIlRIELA MARTN

La exposicin que sigue se realiza dando una ligera idea del autor y copiando al
pie de la letra los prrafos que hacen referencia a nuestro tema.

PERO ANTN BEUTER

Vivi en la primera mitad del siglo XVI (n. por 1490-95 y m. por 1554-55) y
public en 1538 la primera historia de Valencia, obra de gran mrito para su poca
y que en Espaa no tena antecedente alguno, ya que Ocampo y Mariana fueron,
respectivamente, contemporneo y posterior a l. La obra Primera. part de la historia
de Valencia, que tracta de les antiquitats de Espmtya y fundaci de Va.lencia, ab tot
lo discu1's fins al temps que lo Indit Rey Don Jaume Primer la conquist tuvo tal
xito que fue traducida al castellano en 1550 y al italiano, por Alfonso de Ulloa, en
1556, impresa en Venecia. Unos aos ms tarde, 1604, se hizo una segunda edicin
de toda la obra, cuya segunda parte vio la luz en 1551, sin que de ella se hiciera
versin valenciana.
La obra de Beuter representa una sntesis de los conocimientos histricos de su
poca referentes al reino de Valencia, con todas las virtudes y defectos propios del
tiempo en que se escribi. Beuter conoce las historias de Tito Livio, los libros de
Plinio, Plutarco, Pomponio Mela, Estrabn, Polibio, Ptolomeo, etc., y utiliza los
estudios y trabajos de San Isidoro, Jimnez de Rada, Nebrija, el Volaterrano, el
Tostado y, principalmente, y de ah procede su mayor defecto, las apcrifas historias
de Beroso, que compusiera en 1498 el dominico Juan Annio de Viterbo (o Juan
Nanni) s.
Vemos que no habla de Hemeroskopeion, seguramente porque las traducciones
que utiliz vertan este topnimo por atalay.a, pues es extrao que tome solamente la
traduccin al griego de Diana y llame a la ciudad que fundaron los marselleses, con
permiso de Sagunto, la ciudad de Artemisa. As, pues, para Beuter la colonizacin
griega de las costas de Denia y Jvea se hizo por masaliotas.

GASPAR JUAN ESCOLANO

Vivi en la segunda mitad del siglo XVI y primeras dcadas del XVII (1560 a 1619),
y su contemporaneidad, tanto de vida como de obra, con otro cronista, Francisco

s Despus est Denia, luego Xabea y el cabo Martn, antiguamente llamado Ferraria
(Segarra). (Cap. VIII, fol. VIII.)
Los marselleses quisieron fundar algo por la costa y fueron primeramente a Empories,
pero all no quedaba nada por poblar, .. Siguiendo hacia el sur viaje los marsellanos, llegaron a
Denia y sacrificaron a la diosa Diana, donde se les inform que podran poblar en la misma
costa, hacia la parte del Suero, pasado el ro dicho de Verger y el otro dicho del Molinell,
donde haba muy buen lugar. Y tambin a la otra parte del cabo Martn, pasadas las pea.s del
Albir. Pero para esto necesitaban permiso de Sagunto. Lograda la conveniente licencia, fun-
daron un pueblo entre los ros Molinell y Alcoi, llamndole Artemisa, como se dijo antes Denia,
y hoy es Ademu~ (Atteymus).
... y de Denia escusado es hablar, poniendo aqu los grandes vestigios que hasta hoy
quedan de su magnfico templo .. . (BEUTER, cap. XIII, fol. XII.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 13

Diago, produjo una .serie de incidentes altamente pintorescos, que quedan reflejados
especialmente en la obra de este ltimo.
La obra de Escolano Dcadas de la Historia de la Insigne y Coronada Ciudad y
Reyno de Valencia cvmenz a publicarse en 1810 y existe una segunda edicin
aumentada y completada por Juan Bautista Perales, editada en Valencia en los
aos 1878,79.
Escolano desconfa mucho de aquellas noticias que no encuentra en textos para
l de solvencia, y ademts de utilizar los libros de Beuter recoge tambin los resultados
aportados por Florin de Ocampo, Ambrosio de Morales y Juan de Mariana, los
conocimientos de su poca respecto a epigrafa y numismtica y, cosa importante, la
Ora mari tima de Avieno, que haba introducido en Espaa Abraham Ortelio.
La colonizacin griega de las costas de Denia se hace, segn Escolano, por los
griegos focenses, que edificaron, donde luego estuvo Denia (Dianium), un templo
a. Diana 7, cuya situacin no cree que sea el cap Mart, como en su poca se opinaba,
sino algn otro lugar ms al norte, cerca de la actual Denia, ciudad nacida despus
de fundado el templo, ya en poca romaa, puesto que siempre se refiere a su J10mbre
en latn. '
y tras explicar con todo gnero de detalles cmo era e! templo, sus edificaciones,
sus riquezas y particularidades, entre las que intercala la curiosa afirmacin de que
para el culto y veneracin de su diosa Diala mantenan de! tesoro comn unos
mozos recios y rcllizos como en caponera, y tras explicar las leyes especiales -y
fantsticas- con que se regan los dianenses, pasa a discutir la identidad de Dianium
con Hemeroskopeion. La discusin, empezada unas pginas antes, se basa en la
identidad entre cap Mart, e! promontorio Ferraria y Hemeroskopeion, que Escolano
no tiene por ciudad, sino por el nombre griego de un cabo".
Respecto a Jvea, discute Escolano la afirmacin de! obispo Mieres y del maestro
Jernimo Nez, para los que un pueblo a quien llama Ptolomeo Setabcula o

7 Mientras los griegos de Europa coloni~aban la isla de Sicilia y otras costas de Italia,
los griegos de Rodas se hacan famosClS por sus largos viajes martimos. Siguiendo las huellas
de los rodios) competidores de los fenicios) presentronse tambin en nuestras costas los (ocen'
~es, pueblo griego de la Jonia de Asia Menor, los cuales sembraron de colonias.la parte oriental
de Espaa y parte de Galicia. Erigieron en nuestro pas un templo a Diana, su deidad favorita,
de donde brot ms tarde la ciudad de Dianium o Denia. (ESCOLANO, t. I, p. 22 de la ed.
de 1878.)
... que llaman Denia por la antiqusima pobladn de Dianio que tiene aqu su soJar
conocido, segn Estrabn ... As mesmo refiere haber sido edificada por los marselleses. Pero
el antiguo Estefano Bi~antino, tomndolo de Artemdoro, la hace colonia de los griegos focen'
ses, y es poca la diferencia. Porque ... los focenses primero aportaron en Marsella ... hubo dos
linajes de focenses, unos de la tierra que llaman Beocia y otros de Jonia, provincia del Asia
Menor ... los focenses jonios edificaron 'a nuestra Dianio y el famoso templo de Diana, ' por
devocin del otro que dejaban en Efeso, como lo refiere Estrabn. (ESCOLANO, t. Il, p. 49 de
la ed. moderna.)
. " Estrabn a este cabo (el cap Ma7t), que Pomponio Mela llam Ferraria por las
minas de hierro, le nombra en griego Hemeroscopio; que en latn es lo mesmo que decir specltla
diurna; y . en romance atalaya de entre da. Porque segn all dice, echando ' de ver el gran
capitn Sectorio, enemigo rlP. 5U pueblo romano, las muchas comodidades de aquel cerro para
GABRIELA ~i<lRTN

Setabsula es el que despus, corrompida la palabra, llamaron Jbea. No acepta esta


localizacin, pues para l Saetabcula es Alcira. Da otras opiniones sobre la fundacin
de Jvea, por pescadores (que la llamaron as de ibega o de xibia) , sin relacin al-
guna con el problema de las colonizaciones que aqu nos interesa.

FRANCISCO DIAGO

Contemporneo de Escolano (n. hacia 1562-64 y m. en 1615), public su obra


Anales del Reyno de Valencia. 'Tomo p"imero, que corre desde su poblacin despus
del Diluuio, hasta la muerte del Rey don Iayme el Conquistador, en 1613, o sea tres
aos despus de la de Escolano, 10 que permiti al erudito dominico discutir muchas
de las afirmaciones de ste. y 10 hizo a conciencia, pues su poca simpata hacia su
competidor le forz a situarse siempre en la posicin contraria, que la mayor parte
de las veces era ms errnea que la que pretenda discutir. La enemistad de fray
Francisco Diago contra Escolano era tal que en toda su obra no 10 cita por su nombre
nunca, haciendo las alusiones siempre usando las frmulas de dice un moderno,
cierto moderno.

sus guerras ... le escogi para su pla:z;a de armas y le qued por nombre atalaya de Sertoro.
Tambin dice Estrabn que se llamaba Dianio, por el templo fabricado en l a honra de la
diosa Diana ... y que por lo mismo le llamaron A !" temiso, que en lengua griega es tanto como
Dianio.
Con este parecer de Estrabn I:e han ido los que despus escribieron, Abraham Ortelio,
Plorin de Ocampo, Mariana y otros. Pero si por cabo Martn no entendemos todo aquel eriz.o
de puntas y cabos que forman en aquel paraje aquella profunda frente y espoln dentro del
mar, que le viene a cortar Crt dos cerros, sino slo el cabo donde est asentado el castillo de
San Martn, hceseme mal de acomodar mi entendimiento a creer que el cabo que tuvo anti-
guamente 105 nombres de "Pe:-raria. Hemeroscopio, Artemisio y Dianio, por el templo famos
simo de Diana que en l estaba edificado (como dice Estrabn) fue,e este cabo del castillo de
San Martn, si bien es el ms encumbrado y el ms arrojado al mar de todos sus vecinos.
Porql.le segn expresamente lo atestigua el dicho autor, el templo y el promontorio Dianio
estaban tan vecinos a Denia que dellos ,. le peg el nombre a la ciudad. Mas el cabo del
castillo de San :Martn dista por lo menos dos leguas y media della, y corno quiera que entre
l y Denia se levantan tres o cuatro puntas o cabos ... vengo a persuadirme que el cabo llamado
por len' antiguos Perraria, Hemeroscopio, Specula diurna. Artemisio y Dianio Eeda uno de los
ms cercanos a Denia, y no el tan desviado que nosotros llamarnos de San Martn.
A raz. desde cabo Hemeroscopio o atalaya de Sertorio. refiere Avieno Pesto que en su
tiempo (que sera por los aos cuatrocientos del nacimiento del Seor) haba una ciudad
derribada por el suelo y despoblada, de quien slo quedaban loo vestigios junto a un pequeo
estanque. DelIa ni dl no tenernos agora rastro, sino es que sospechemos que lo dijo por la
mesma ciudad de Denia, que pudo ser estuviese entonces destruida ... y que a la parte del mar
tuviese alguna pequea laguna, que sinti de ]a mano del tiempo el mismo rigor que la ciudad ...
(T. n, pp. 47 Y 48 de la segunda edicin.)
Por este mismo templo de Diana se le dio al pueblo el nombre de D;anio ... Florian de
Ocampo y Beuter quieren que su primer nombre fuese Arthemisio ...
... Gernimo Muoz, que en la lectura geogrfica ensea ser el cabo Ma:"tn. el Perraria
y Hemeroscopio de los antiguos, y que en sus laderas y eminencias estaban edificados el famoso
templo de Diana y el pueblo Dianio ... Contra esto dijimos dudas arriba, mas no la tiene que
Denia sea la antigua Dianio ... (ESCOLANO, pp. 49-50.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 15

Diago sigui el plan de Beuter, na.rrando los acontecimientos histricos crono'


lgicamente, desde la creacin del mundo en adelante. y da acogida en su obra a
las historias del falso Beroso, contra las que Escolano, con muy buen sentido crtico,
se haba pronunciado. Por lo dems, las fuentes utilizadas por el historiador dominico
fueron poco ms o menos las mismas que las de Escolano, pero la forma de ser inter-
pretadas y acogidas, con muy poco rigor cientfico, hace que la obra de Diago est
ms cerca de la de Beuter que no de las que en la poca del autor se estaban redac-
tando.
En los prrafos de los Anales que en nota transcribimos, vemos que, contra la
opinin de Escolano, sita Saetabcula en ]vea, y que esta Saetabcula estaba junto
al promontorio de Ferraria, llamado Hemeroscpeo tambin, por 10 que el Hemeros-
kopeion de Estrabn lo sita en el cap Mart, y no junto aDenia '.

... este ro Saetabis de Ptolomeo no es el que se refiri arriba (oe refiere al ro Albaida),
porque aqul no desagua en el mar, sino en el ro Xcar, como ya se dijo. y este de quien
habla Ptolomeo tiene su boca en el mar y corre tan desviado del Xcar que, asentndole
Ptolomeo ms ac del de Alona, y tan desviado del de Xcar, no puede dexar de responder al
que agora de~jmos de Altea, como 10 tienen muchos; y por otra, que a cosa de cuatro legua-s
ms ac deste ro de Altea. y no a menos que a ms de siete de Xcar, tiene su asiento la
poblacin de Xabea, en cuyo nombre se halla rastro del de Saetabicula, de la su",te que en
el de Xtiva se descubre el de Saetabis. Que ponderando todo esto de ou peso se cae pensar
que no puede responder Alra a la antigua Saetabicula, sino que se debe este honor a Xabea.
y deste parecer fue el gran gegrapho Hieronymo Mu0 4 , convencido, sin duda, desta ra 4n,
aunque no la toca ni la seala. Ni a esto contradice por ms que 10 afirme el moderno [se
refiere a Escolano] que en esto ,favorece a AI 4 ira, 10 que Ptolomeo escribe, por otra parte, que
Saetabicula es una de las ciudades mediterrnea. de la Contestania, lo cual desdice de Xabea,
que tiene su asiento en la misma costa. Porque aunque le tenga en ella, le tiene desviado del
agua ms de una larga milla. y esto basta y sobra para que pueda Ptolomeo llamar mediterrnea
a Xabea con nombre de Sactabicula, de la suerte que tambin llama mediterrneas a Muxacra,
que es la antigua Murgis, a Valencia y a Sagunto, por ms que est en la misma costa, slo
porque aunque tengan su asiento en ella lo tienen algo desviado del agua. y sin dificultad nin-
guna que los moradores de la ciudad de Saetabis, que es Xtiva, extendindose por el discurso
del tiempo hacia el mar, fundaron en aquel promontorio de Ferraria a Saetabicula, dndole
este nombre para significar que era Saetabis la pequea. Ya estaba asolada Saetabicula cerca del
ao quatro'lientos del Nacimiento de Christo, porque eUa ha de ser la ciudad que Avieno, que
floreci por aquel tiempo, pone como derribada y despoblada en el promontorio de Ferraria,
llamado Hemeroscopeo por otro nombre, y junto a ella un lago que, sin duda, es el que hasta
hoy dura y permanece con nombre de la Fontana en el mismo promontorio, criando muchos
peces. Si un moderno huviera tenido noticia dl, no dixera que no tenemos agora rastro dl,
ni de la ciudad, ni llegara a sospechar por eso que Avieno habla de la de Denia, que pudo
ser estuviese entonces destruida por el estrago de las guerras pasadas y que a la parte del mar
tuviese alguna laguna. Quanto ms que dexando de reparar en este lago de la Fontana, que
hasta agora permanece en el Hemeroscopeo, y sirve de argumento para persuadir que alli
estuvo la ciudad asolada y despoblada de que habla Avieno, que sin duda fue la de Saetabicula
que agora se llama Xabea: cuando todo esto no fuera as, no se pudiera sospechar que hable
Avieno de la de Denia, pues por una parte no se tiene ningn gnero de rastro para poder
formar lSospecha de que entonces estuviese asolada y despoblada la ciudad de Denia, y ror
otra consta que tiene ella su asiento fuera de todo el Hemeroscopeo o promontorio de Perraria
a la parte de Tramontana ... (DrAGO, lib. n, cap. VI.)
16 GAlJRIEL\ MARTN

MARCO ANTONIO PALAU

, Este hijo de Denia, nacido antes de 1570 y muerto el 17 de abril de 1645, pariente
de San Vicente Ferrer, escribi en 1624 la obra Paradoxon classis Salomonis, donde
sent como seguro que la fundacin de Denia fue obra de los fenicios, Pero aos
despus, por 1640, rectific su opinin al redactar su libro ms conocido, Diana
desenterrada, Antiguas memorias y breve I'ecopilacin de los ms notables sucesos de
la ciudad de Denia y su fam.oso templ.o de Diana desde SIl antiqusima fundacin
hasta el estado presente, di1'igidas al Ilustrsimo y Excelentsimo Seol' Duque del
In f an tado y Lerma, Marqus de Del1 ia,
Al parecer, este libro fue redactado antes de 1640, pero al no ser editado aiadi
un apndice y efectu correcciones en 1643, lo que tampoco fue bice para que
continuara permaneciendo indito, en cuya situacin an se halla. No se conoce el
original, por haber desaparecido hace aos del archivo de Denia, pero se conservan
varias copias, una de ellas la que se guarda en la biblioteca del Ayuntamiento de
Valencia, que fue antes de don Teodoro Llorente Olivares y es la que hemos C01l'
sultado,
Su valor, importante en cuanto se refiere a la descripcin de los objetos arqueo'
lgicos romanos que existan en Denia en su poca, es totalmente nulo respecto a su
historia antigua, Tuvo por ciertas las falsas historias de Beroso, como se ve del nico
prrafo que transcribimos lO.
En los captulos nI y IV se dedica a refutar l().~ pareceres contrarios, reafirmn-
dose en la fundacin de Denia por los sagas arameos y en que cuando a sus costas
llegaron los focenses de Massalia la ciudad ya contaba muchos siglos de vida.

BARTOLOM RIIlELLES

Este cronista de la ciudad y del reino de Valencia, de la Orden de Predicadores,


como el ya citado fray Francisco Diago, redact en los primeros aos del siglo XIX
una Leve resea de diferen!'es antigedades y me1nolias valencianas anteriol'es a la
dominacin carthaginesa, obra curiosa que fue editada por Lo Rat Penat, de Vale11'
cia, en 1911.
Ribelles sigui a Estrabn en lo que se refiere a la fundacin de Denia, discutiendo
la traduccin de hemeros~opeion por atalaya, no en sentido de nombre de ciudad,
sino simplemente como accidente geogrfico 11.

10 Vinieron con Tbal otros llamados sagas de la Escitia Aramea, llamada Araxa y
Escitia Saga, y GUS moradores se llamaron sagas, o porque se preciaban ser de la casa y des-
cendencia de No, a quien llamaron Sagam o porque ellos eran gente santa, sabia y entendida
en las cosas de religin y culto divino: estos fun.daron, sin duda, a Sagunto, szgn Beroso y
Anno, porque la fuer~a del nombre no da lugar a opinar otra cosa. Tambin hemos de dar
por asentado que por 105 mismo3 y por el mismo tiempo, o poco despus, ee fund la ciudad
de Denia. (PALAU, cap. 1, nm . 11-13.)
11 Entre las ciudades de la Celtiberia se halla en los escritores antiguos la de Hemerosco-
pio, hoy Denia ... El intrprete latino de Estrabn (Gwgrafa. lib. I1I, p. 159), teniendo por
griego el nombre de Hemeroscopio, lo omiti y puso en su lugar el significado en latn, e-.:to
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 17

La etimologa uscara que encuentra para Hemeroskopeion es muy propia de la


poca, y hasta de pocas muy posteriores. Y tambin es de destacar su amor a la
patria chica, que le fuerza a considerar a Diana como deidad indgena que no tuvo
necesidad de ser importada de Efeso, a pesar de lo que Estrabn dijera.
Al tratar di! la situacin del templo de Diana copia la descripcin que hizo
Palau de unos restos romanos. los cuales, naturalmente, son muy posteriores a los
hechos que se intentan esclarecer. Sigue la elucubracin del P. Ribelles empen-
dose en demostrar que los focenses, que segn los textos clsicos fundaron Hemeros
kopeion, no tenan nada que ver con los de Fcea, sino que eran indgenas, y que
su nombre proceda, naturalmente, del uscaro bucensel'_ que quiere decir del he-
rraje. La legitimidad de esta etimologa estar patente a quien reflexione la indi-
ferencia con que los euscaranos sustituyen la Ph a la B, y la O a la U, segn queda
dicho 12. Para Ribelles, el monte Fen'aria era el Montg, y su nombre tampoco
proceda de los griegos 13.
Busc el P. Ribelles una lpida que, segn Beuter, exist<! en el castillo y que
supuso estar escrita en fenicio. N o la hall, y deduce: Escriba esto Beuter en una
poca en que la escuela valenciana contaba con muchos hombres instruidos en la
lengua griega, y por consiguiente no puede sospecharse que por equivocaclOn o
ignorancia llamase fenicias a las letras griegas. M,s verosmil es que diese este

es, atalaya del da. Mas padeci en ello una equivocacin enorme, porque la palabra Hemeros
copio, por ms que tenga significado en el idioma griego, no debe etymologizarse por ste,
sino por aquel de quien se tomaron los dems nombres geogrficos de la Hiberia y Celtiberia
Valencianas, cual es el Euscarano. y es cierto que el nombre H emeroscopio tiene en ste un
significado muy anlogo a las circunstancias de la ciudad que lo tuvo. Compnese de las voces
EM E-EROS CO-ODIA, que juntas hacen la palabra Emeroscobia y quieren decir sepulcro de la
mujer alocada. La nica diferenda que media entre Hemeroscopion y Emeroscobia es la de
""tar en aqulla la letra P en lugar de B, diferencia que no puede variar el concepto ni el
significado, segn queda dicho ... Esta etimologa euscarana es muy anloga a las circunstancias
de la ciudad Hemeroscopio, porque sta ten a en un promontorio el templo de Diana, vene~
rada en l con mucha devocin; por 10 cual se le mud el nombre de H emeroscopio en el
Dianio, segn refiere Estrabn (1. 3, p. 159). Y a esto alude sin dificultad el nombre Eme-
roscobia, porque Jos gentiles no slo dieron a dian a [sic) los nombres de Luna, Nctiluna, Juno,
Venus, etc., sino tambin los dictados de loca, furiosa, arrebatada, rabiosa y otros semejantes,
segn escribi Plutarco (De supertitio"e, 1'. 170). As que no extrau que se le diese el de
alocada en el nombre de Hemeroscopio.
Del templo hemeroscopiano de Diana dixo Estrabn que estaba en el promontorio, hoy
monte Mong; pero si se atiende a los restos antiguos que se han descubierto en los contornos
de la ciudad de Denia t al ve~ se vacilara acerca de la exactitud de la Geografa de Estrabn .
Descubrilas don Marco Antonio Palau, den de Orihuela, en sus memorias antiguas de
Denia ... (Rm ELLEs , pp. 130-132, de la ed. de 1911.)
1lI Ob. cit., pp. 136-137.
13 y de aqu es que en la ciudad de Denia no hay monumento ni resavio alguno de
grecismo. Por octubre de 1806 estuve en ella y preguntando a los sugetos ms visibles e ins'
truidos si dentro o fuera de sus muros haba alguna antigedad griega, me respondieron que
se crea ser de es ta clase una inscripcin que ni ellos haban podido leer, ni tampoco algunos
comerciantes griegos ... Fui a reconocerla .. ., es Jimosina, de letra cursiva del siglo 16 [sic ] ,
aunque mal formad a ... ... Reconoc las dems antigedades que restan ... , mas no hall alguna
que mereciese el nombre de griega . (Rm ELLEs , pp. 136138.)
18 GAllRIELA MARTN

nombre a las hibricas, atendida la opinin corriente en aquellos aos de que tales
caracteres desconocidos eran fenicios. 14
De forma que el P. Ribelles, apoyndose en la arqueologa, dedujo que la Denia
primitiva no fue fundacin griega, sino que era poblacin ibrica. Resultado inte-
resante, al que hemos llegado tambin nosotros, pero que queda algo entenebrecido
por no atreverse a romper con las noticias de Estrabn y con todas las teoras nacidas
de ellas.
En Jvea sita Ribelles la colonia de Mainake, que l denomina Maerwca o
Mael1ace y que, sin ningn gnero de dudas, estuvo en la costa de Mlaga, aunque
nuestro autor desecha la opinin de los que decan que sobre sus ruinas se haba
erigido la de Malacha 15.
El error le viene a Ribelles de considerar el Calpe que cita Estrabn, y que corres-
ponde a Gibraltar, con la locaiidad de Calpe y el pen de Hach. y refuerza su
opinin citando los versos de la Ora marLima de Avieno 180 a 182 y 425 a 433,
todos referentes a la costa de Andaluca segn los intrpretes contemporneos (Schul-
ten, Berthelot, etc.). Su razonamiento es muy lgico, tan'o como pueda ser el de
cualquiera de los comentaristas actuales, y nos viene a c.onfirmar una vez ms que
con buena voluntad y sin retorcer el sentido literal del poema, cualquier pasaje de
la Ora martima puede ser aplicado a cualquier pW1to de la costa espaola.
An coloca Ribelles otra ciudad masaliota en las costas de Denia, siguiendo al
pie de la letra la afirmacin de Estrabn de que entre el Sucro y Cartago hay tres
pequeas ciudades de los masaliotas, no muy lejos del ro. Estaba al norte de Heme-
roscopio, segn el P. Ribelles: en la ralda meridional del monte de Segarria, en
donde todava existen res los antiqusimos de ella en el despoblado de Benicadim, al
frente del lugar de Beniarbeig 16. Los restos de esta antiqusima ciudad, segn des-
cribe el propio Ribelles tomndolos por los de la citada por Estrabn, son los de un
despoblado morisco, como tantos haba por esta comarca, que debi de edificarse enci-
ma de una villa romana. Y confirma esta opinin nuestra el que diga que <da fbrica de
los muros tampoco puede llamarse griega, porque no slo se hallaba obra de la misma
especie en un portalejo de Denia, segn refiere Beuter, si que tambin estn construi-
das del mismo modo las pa redes laterales de los pavimentos mosaicos de Calpe y de
las tres casitas que en el ao 1807 vi en el castillo de Sagunto ... 17. Como el nombre
de esta tercera colonia no lo puede encontrar, decide el P. Ribelles denominarla
Masilia, y que de aqu vendra la confusin de Estrabn de considerar las tres
ciudades como de los masaliotas del sur de Francia.

JUAN FRANCISCO DE MASDEU

Tras comentar los textos de los principales cronistas del reino que tratan casi
exclusivamente de temas del Pas Valenciano, aunque para ello se remonten a la

14 Ob. cit., p. 138.


15 Ob. cit., pp. 138-139.
16 Ob. cit., p. 142.
17 Ob. cit., p. 142.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 19

descendencia de No, pasamos a citar la parte que para nuestro trabajo interesa de
una historia general: la Historia crtica de Espaa y de la cultura espaola, de Masdeu.
Esta obra monumental, en 19 tomos, publicada primero en italiano, fue traducida
despus al castellano y se public en Madrid e.n 1783.
El abate Masdeu resida en Bo!onia y, segn palabras de! traductor de la versin
castellana, public esta obra en italiano para manifestar a la Italia que la N acin
espaola es digna de un lugar eminente entre los pueblos ms clebres de la Europa
por ingenio, letras, armas, industria; en una palabra, por todas aquellas calidades
que hacen famosa y respetable a una nacin.
La Historia est dividida en dos partes: la Espaa fabtdosa, que tiene por objeto
rechazar todas las fbulas que varios escritores han incluido en la historia verdadera
de Espaa, y a Historia crtica, que no slo cuente los hechos, sino que exponga
tambin los fundamentos y las razones.
Lo ms interesante de la obra de Masdeu es el sentido crtico de su autor, que
le llev a rechazar las historias fabulosas y textos dudosos que circulaban en su
tiempo como verdaderas y que hemos visto reflejadas en los escritos de Beuter, Es-
colano, Diago y Palau, principalmente (as de! falso Beroso de Caldea, utilizadas
o inventadas por Annio de Viterbo, que son el origen de los principios fabulosos que
casi todos los cronistas atribuyen a Espaa ... . Y que calific de un cmulo tan
grande de falsedades. Intent, pues, honradamente, escribir una historia crtica
basndose en los textos clsicos y en datos concretos, lo que significa un gran avance
para su poca y una visin cientfica del objeto de la historia, lo que no impide que
despus, en sus propias deducciones, caiga tambin en los mismos errores de inter-
pretacin que sus contemporneos y otros investigadores posteriores.
Respecto a la colonizacin griega de la zona que nos ocupa, utiliza exclusivamente
los textos de Estrabn, Avieno y Esteban de Bizancio, como l mismo hace constar
a pie de pgina .
Establece e! autor fechas muy precisas para la fundacin de Marsella y Ampurias
por los focenses: e! 550 y 545, respectivamente, mientras que Rosas llevaba ya tres
siglos de ocupacin por los isleos de Rodas. Despus de fundar las dos ciudades
citadas, siguieron los focenses hacia el sur, fundando tres colonias, la ms insigne
de ellas fue Dianio, e! da de hoy Denia. Hemos de sealar que no cita para nada
Hemeroskopeion como ciudad, sino que la hizo clebre una alta torre que fabricaron
los griegos destinada al servicio de observatorio, llamada en su idioma Hemerosko-
pio ... . Se adelanta, pues, a la teora desarrollada por Corts y Lpez de traducir
HllPOOX07.lV por su significaclo comn, o sea atalaya, observatorio, etc. 18.

18 Los focenses, en el 550, desde Calabra se transfieren a Prancia y fundan Marsella.


En 545 entran en Catalua y fundan Ampurias. La ciudad de Rosas, establecimiento de los
isleos de Rodas de tres siglos de antigedad, fue blanco de la ambicin de los fa censes y se
apoderaron de ella. Los griegos de Pcea no se contentaron del pequeo recinto de Ampuras;
tampoco se hallaron satisfechos de la nueva poses:n de Rosas; aspiraron a un dominio ms
vasto. O porque en la dulz.ura de 105 pueblos valencianos hallaron menos resistencia que en el
valor de los catalanes o por el deseo de internarse ms, y de acercarse al manantial de las
rique~as del trfico de los fenicios, costearon toda la Catalua, y pasado el Xcal', ro que
20 G,\BRIELA MARTN

JUAN AGUSTN CEN BERMDEZ

La importante recopilacin que en 1832 publicara Juan Agustn Cen Bermdez


bajo el ttulo de Sumario de las Antigedades Romanas que hay en Espaa, en espe-
cia! las pertenecientes a las Bellas Artes, aun cuando solamente se refiere a materiales
arqueolgicos romanos, contiene por lo general para cada una de las poblaciones o
yacimientos que describe una recopilacin de las opiniones existentes sobre antige-
dad, origen, fundacin, etc. 19 Sus noticias no son ms que la conjugacin de las
opiniones anteriores. Vemos, sin embargo, la atribucin de Hemerosk,.opeion a cap
Mart, de donde tomara nombre -uno de sus nombres- la antigua ciudad que
hubo en la actual Denia. Recordemos a este efecto la discusin que de esta atribucin
haca uno de los autores antes mencionados, basndose en la gran distancia existente
entre cap Mart y Denia 20.
As, pues, segn su opinin, resulta que la fundacin griega por estas costas fue
en cap Mart, llamndose Hemerosk.opeion, de donde pasara el nombre aDenia.
Tampoco seala Cen Bermdez antigedades anteriores a los romanos.

MIGUEL CORTS y LPEZ

Una de las mejores recopilaciones de fuentes geogrficas e histricas referentes


a Hispania, no superada en muchos puntos por las Fontes Hispaniae Antiquae edita-
das por Schulten, fue la publicada en tres tomos, los aos 1835 -1836, por don Miguel
Corts y Lpez con el ttulo de Diccionario Geogrfico-Histrico de la Espaa Anti-

trae su origen de Castilla la Nueva, y dividiendo en dos partes el reyno de Valencia de'Semboca
en el mar cerca de Cullera, se establecieron en aquel paraje, formando tres colonias. La ms
insigne fue Dianio. e! da de hoy Den,a. La hi~o clebre una alta torre que fabricaron los
griegos destinada al servicio de observatorio, llamada en su idioma Hemeroskopio, y !Su famoso
templo de Diana freqentado [sic) de un gran concurso de adoradores. Se ignoran los apellidos
de las otras dos colonias; pero situndolas E-strabn a corta distancia de! Xcar se puede con
ra~n sospechar que estaban en los territorios de Ganda y de San Felipe. (DI! MASDEU, JUAN
FRANCISCO, Historia. crtica de Espa.;ia. y de la cultura espaola, Madrid, 1783, t. 1, parte se-
gunda, libro V, Espaa griega, p. 96 .)
19 En lo que respecta a Denia, dice Cen Bermde.: DENIA, ciudad del reino de Va-
lencia y cabe.. de partido en la cO"sta del Mediterrneo. Llamronla los antiguos Dianiu""
Arthe1llisiu1ll, He1lleros/{ol,iu111, nombres que hubieron de darle un templo 'famoso erigido a
Diana en esta ciudad y el promontorio Hemero sltoPium que est all cerca, conocido ahora con
el de cabo Martn ... Inmediato a Denia est Mangn, otro promontorio que fue atalaya y Que
se llam Mon s-Agonis.. . Permanecen en ella [Denia) las huellas de sus antiguos edilicios ...
Nada ha quedado de lO", dos templos dedicados a Diana y .."Palas .. . (JUAN AGUSTN CBN
BERMDEZ, S",nario de las Antigiieda.des Romanas que hay en Espaa, en especial las pertene-
cic11tes a las Bellas Artes, Madrid, 1832, p . 73.)
20 Respecto a este cabo dice Cen Bermde.: MARTN (cabo), en la costa del Medite-
rrneo y en el reino de Valencia . Los antiguos le llamaron Promontorium Dianium y Artlte,
111 isfum, acaso por estar cerca de Denia si ya no dio el nombre a la ciudad; y Fer'1'arium porque
haba en l minas de hierro. Tambin le llamaron Hemeros/{opeion por una atalaya que los
griegos levantaron all de la que se vala Sertorio ... Ahora tiene un castillo, y es muy creble
que entre sus cimientos haya antigedades fenicias y romanas. (Ob. cit., p. 91.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEJON 21

gua, 'Tarraconense, Btica y Lusitania, con la correspondencia de sus regiones, ciuda-


des, montes, ros, caminos, pue1tos e islas a las conocidas en nuestros das.
En la parte que a nosotros nos interesa hemos de empezar esta noticia de las que
nos da Corts y Lpez con su versin del fragmento de Estrabn IIl, IV, 6, base de
la identificacin de Denia con Hemeroskopeion 21.
A su traduccin hace Corts las siguientes observaciones: las tres pequeas ciu'
dades masaliotas son ciudades de origen focense, como Marsella, las cuales seran
Denia, Honosca y Alone , de conformidad con la opinin de Gregario Mayns. Y al
nombre de la ciudad existente junto al templo hace la siguiente aclaracin: Ntese
que 1).0 dice Estrabn que se llam jams Hemeroskopium, sino Dianium. Con esta
interpretacin, que no es ms que traducir por su significado la palabra griega
/emeros~opeion, se rompe la igualdad HEMEROSKOPEJON = DIANUM = DENIA, pero
no la ascendencia griega de Denia, que para Corts y Lpez es indudable 22 .
Vistos estos textos, est ms que claro que para Corts y Lpez en Denia no
estuvo la ciudad de Hemeroskopeion y que siempre se llam Denia o, en latn, Dia'
nium. Lo que no nos llegamos a explicar es por qu los griegos focenses llegados de
Marsella a fundar la ciudad dedicaron el templo a una diosa con nombre latino, ya
que si la ciudad tom el nombre del templo y se llam siempre Dianium, la diosa ve'

21 Entre esta c:udad (Cartagena) y el ro Suero se hallan colocadas tres pequeas ciu'
dades fundadas por los marselleses, que no estn a mucha distancia del ro (del Suero). El ms
clebre de estos tres pueblos es el que tiene una atalaya diurna y un templo muy venerado,
dedicado a Diana de Efeso, en la extremidad de un promontorio de la cual atalaya se aprovech
Sectario ... El nombre de esta ciudad es Dianium, como quien dijera Artemisium; y no lejos
de esta ciudad hay excelentes minas de hierro y dos isletas llamadas la una Planesia y la otra
Plumbaria, y contigua a la primera isleta una albufera que tiene de circunferencia cuatrocientos
estadios. (CORTS y LPEZ, Diccionario Geogrfico'Histrico de la Espaa Antigua. TaTraco"
llcnse, Btica y Ltlsitania, con la correspondencia de sus regiOl'leS, ciudades, montes, ros, cami ..
110S, puertos e islas '4 las conocidas en nuestros das, Madrid, 1835 . 36, t. 1, p. 105.)
22 En el artculo Dianium de su Diccionario explica la fundacin de Denia por los griegos,
pero no de la ciudad de Hemeros~opeio,,:
... pocos aos despus [de la fundacin de Marsella] estos mismos phoceos y otros que
los siguieron de la misma Grecia pasaron a Espaa, y en la costa del mar ibrico o tyrhnico
fundaron varias ciudades, trayendo consigo y comunicando a los espaoles el culto y religin
de Diana de Efeso, como nos atestigua Estrabn, lib. 3, p. 241.
Entre el ro Sucro y Carthago nova fundaron tres ciudades estos mismos marselleses
oriundos de Phocea, no muy di'3tantes todas tres de dicho ro ... El ms clebre de los tres, dice
el mismo [Estrabn}, es el que tiene una atalaya para de da, y en promontorio o punta un
templo de Diana que se venera". Se llama Dianium, como quien dice Arternissillm, y ofrece
su terreno abundantes minas de hierro ... Hasta aqu la descripcin que nos ha dejado Estrabn.
acerca de Dianium, llamada hoy Denia, nombre sagrado y religioso impuesto a la ciudad en
obsequio y veneracin de la diosa Diana y que jams cambi por otro, ni se llam nunca
Hemeroscopium, como han opinado algunO".5.
Resulta de 10 dicho que la fundacin de Denia puede fijarse en unos treinta o cuarenta
aos despus de la de Marsella ...
... aunque tiene un hemeroscopium o atalaya; pero su nombre no es Hemeroscopium,
sino Dianium .. .
... y por 10 tanto, la ciudad Hemeroscopillm es distinta de la que se llamaba Dianium ...
(CORTS y LPEZ, ob. cit., t. 1I, pp. 411,412.)
22 GABRIELA MARTN

nerada en el templo hubo de ser Diana, en latn, y no Artemis, como lgicamente


debi llamarse. Son problemas creados por la erudicin de tiempos pasados que nos-
otros no podemos resolver.

PASCUAL MADOZ

Comentamos a continuacin la obra de este gegrafo poxque la similitud de opi-


nin con Corts y Lpez nos hace pensar que Madoz sigui a este ltimo respecto
a la situacin de Hemeroskopeion.
En 1847 public Pascual Madoz su documentadsimo Dicciona,o Geogrfico-
Estadistico-Histrico de Espaa y sus posesiones de Ult"al/ltar, y encontramos que en
la voz hemeros1(,opeion 23 dice: Estaba en la costa del Mediterrneo prxima al ro
Tyris, que es el de Vinaroz ... De los muchos errores en que se ha incurrido buscando
la posicin de esta antigua ciudad, el ms notable fue identificarla con la antigua
Dianium, hoy Denia. Ms adelante nos aclara el autor que varios gegrafos la
buscan por las inmediaciones del Moncia, hacia Uldecona o hacia la Rpita.
En la voz Jbea del mismo Diccionario comenta que Algunos dicen, refirindose
al poeta Avieno, haberse llamado esta poblacin Hemeroskopium ... y es menos im-
probable esta opinin que la de los que han dado este nombre a Denia. Esta dualidad
de situacin de la ciudad griega entre Uldecona y ]vea la explica Madoz haciendo
ver que la palabra griega /emeros1(,oPium es sinnimo de la latina specula y de la
castellana atalaya o ton'e, y que haba tantas en Espaa de la que se servan los
pueblos para precaverse de las sorpresas de los ladrones... , que muy bien pudo
haber una Hemeroskopium en ]vea y en cualquier otro lugar de la Pennsula 24.
Por 10 que vemos que, participando de la opinin de Corts y Lpez, no es tan taxati-

23 HEMEROSKOPIUM .. Ciudad nombrada por Estrabn, Avieno y Esteban de Vizancio [sic].


Estaba en la costa del Mediterrneo prxima al ro Tyris, que es el de Vinaroz. En tiempo de
Avieno, gegrafo coetneo de Teodoro el Grande, no exista ya, habiendo parado en una
laguna formada por el mar. De los muchos errores en que se ha incurrido buscando la posicin
de esta antigua ciudad el ms notable fue identificarla .con la antigua Dianium, hoy Denia,
porque en ella hubiese alguna atalaya diurna o porque Sertorio hiciera servir de atalaya o
hemeroskopio al templo de Diana; pues la voz hemeros~opu.m no es ms que la apelativa griega
equivalente a la latina speeula y a la nuestra atalaya. Los que mejor han seguido las vagas
noticias que de la situacin de Hemeroskopium nos dejaron los gegrafos citados la buscan por
las inmediacione'S del Moncia hacia Uldecona o hacia la Rpita. (MADOZ, PSCUAL, Dicciona-
rio Geogrfico-Estadstico-Histn'co de Espaa y Sl<S posesiones de Ultramar, t. IX, p. 166,
Madrid, 1847.)
24 JBEA. Algunos dicen, refirindose al poeta Avieno, haberse llamado esta poblacin
Hemeroskopium, siendo antigua colonia de los marselleses, y e'g menos improbable esta opinin
que la de los que han dado este nombre a Denia. No corresponde, sin embargo, la idea topo-
grfica que de aquella Hemeroskopium nos dej el mismo Avieno, pues, segn su expresin,
el mar haba ya formado de ella una laguna, dejando a los habitantes antiguos privados de
su suelo. N"o ohstante, como la palabra hemerosk..oPium es sinnima de la latina specula y de la
castellana atalaya o torre . y haba tantas en Espaa de las que se servan los pueblos para
precaverse de las sorpresas de los ladrones, tanto de mar como de tierra, bien pudo existir una
en este punto, y por ello no nos empearemos en despojar a Jbea del antiguo nombre que
por equivocacin se le ha dado. (MADOZ, PASCUAL, ob. cit., t. IX, p. 480.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 23

vo como ste. y sus dudas quedan de manifiesto cuando termina el apartado con
palabras que, en nuestra opinin, son las ms sensatas que se han pronunciado sobre
la situacin de esta misteriosa ciudad: oo. pero difcilmente se dar en estos sitios
o en otros con pruebas que despejen las dudas con que viene envuelto este nombre,
como otros recordados slo para tormento de los anticuarios.

PAULy-WISSOWA

Realencyclopedie der classischen a!teriumwissenschaft, t. VI, p. 339.


La voz Hemeros/{opdon en la Enciclopedia de Pauly-Wissowa se remite a la voz
Dianitnn 25; as, pues, para Hbner, que es el autor del artculo, Hemeros/(,opeion y
Dianium es una misma cosa.

25 PAULV-WSSOWA, Realelleycloj,edie der classischell altertu"'tvissensehaft, t. VI, p. 339:


2) Au der Ostkste von Hispanien, wird zuerst in Verbindung mit Sertorius in Cceros Ver-
rinen erwahnt (Act. n , 1, 86 von den beiden Myndiern L. Magius und L. Fanius, die der Senat
fur Feinde des romische Volkes erklart hatte: hoe iIli navigio ad OnIl1eS p. R. hostes. usque a
Dianio ad Si110pam '1c1uigavenmt und V 146 van Verres: quiCtt-?Uqlte accesserunt ad Siciliam
paulo pieniores, eos Sertorianos milites esse a tque a Dianio fugere dicebat, namlich um ihnem
ihre Habe abzunehmen). Denn Sertorius hatte sich dort einen I<:riegshafen geschafen auf der
Stelle der alten, wohl von Phokaern gegrundeten Tagwarte H,<'po'l'xorreio>>> di zuer;t in alten
Periplus erwahnt wird. (Av lEN, Oro 11Iar" 476: Hemeroskopium quoque habitata pridem hic
civitaB, nunc iam solum vacuum incolarum languido stagno madet.) Strabon nennt wohl nach
Poseidonius.
III, 15~: rtrpir.A. no),i/..YL'A. l\1~a:(I.).L'Ll'rC.;\I El."1'!") o,j ';to), '((7ralJev TO;:' 1rOTd.P.OV TOVTWV 3i die beiden
anderen \Verden nicht gennant t.aTi ',vr')P'!J.r~T'U.-ro'J 't'o Hutp0'1xorre:ioy fXOY irri -r,; ..xpf.l. -r}1j
'E .\ ~ , .~ 'T ' . l. '. h "
''f;Ut'.<lj i p-,ep.tfJO; UPOy a'f0op~ T'(f-'.6JP.;'Jov, Cd SXf.I. /jCT~"l'O pT'Wp,or; 0Pt..L"/jT'1jptc:,
xu.T'GI: 'JU.I,U.TTG<V
epvp.w;v ",i.J.p a .. ,., x~ ),"IjaTpO~Ov, X~T07r"l'CiY oe
fX rro).),IJ;:' T'oilj 7rpoarr),iour1't, XU),e:i'T( at 4''.<VtOY.
OLf)'J ApTEf..L''1wV, f%O'J at~yp!r':( fU1'UY nAyu'O-J _ (U. S. W., ugL. dazu lB, 161: ... rro)'p.e:t, T'Q
T'e:UT~TOY l:e:"Tc.:Jp~O; ... x'l.i fU TiJ', Hue:p'Ja7.lJrrt.iiJ) . )
'"
Der Name Artemision ist nur eine deutende Ubersetzung des Poseidonios (oder Artemi-
dor), gefhnt hat ihn der Ort nie. Die al te phokaeische Niederlassung, frh verlassen, Bcheint
daher van Massalia aus neu besiedelt warden zu sein . Nun giebt es zahIreiche iberische Mnzen
mit der Aufschrift diniu, die mit grossen Wahrseheinlichkeit naeh Typen und Herkunft hie-
hergesetzt werden (Mon. /inz. Iber, nr. 99). Der romische Name Dianium scheint daher aus
seiner udksetymologischen Umdentung des iberischen im Anschluss an den Tempel der ephe-
sischen Artemis auf Hemeroskopeion ebtstanden zu gein. Vielleicht bestand wie in Emporion
(s. d.) die al te griech'3che Niederlassung auf der Burg ein Kleiner Fund griechidehen mzen
ist in der Nahe gemaeht worden (Mon. /ing. Iber., a. a. o.) neben der iberischen, spater ro-
mischen Stadt fort. Plinius nennt D. in der Kstenbesehreinbung als civitas stipendiaria des
Bezirks von Karthago (nI, 20, 25) und gielt aus derselben Quelle, Poseidonios-Varro, die
Entfernung der Stadt von Karthago und den Pityusen au [nI 76 abs"nt (Pityusae) aDro
n :"o DCC .stadius, totidem Dia:nium per contincntem a Ca.:'tl1agine nova]. Nach den hier gefun.
denen Insehriften (GIL, n, p. 484) mus s die stadt etwa seit Vespasian, Municipium gewesen
sein; seine romischen Brger gehorten zur Tribus Galera (Kubistschek Imp. Rom. trib discr.
198). Leute aus D. (Dillnienses, Dianenses. Dienienszs) werden nicht gelten auf Inshriften
genannt (Mon. /i7lg. Iber" 231) . Ptolemaios (n, 6, 15) teilt sie den Edetanern zU. In der
Nahe d chnte gch des grosse Sumpf, die Albufera, aus (Strab. In, 159), und in der Ebene lagen
zahlreiche Kleinere romische Orte, die zU D. gehorten." (GIL, n, p. 486 ff.). (HBNER.)
3) Dianion s. Diana. Diane, und Dianum N rh.
24 GABRIELA MARTN

Existi, segn Hbner, una colonia focense - Hemeroskopeion- que, abandonada


muy pronto, fue nuevamente colonizada por Massalia. Sertorio construy un puerto
militar junto a la antigua colonia focense, cuyo nombre ya aparece en el antiguo
Peri plo y que Estrabn tom de Posidonio. Como prueba de la existencia de la colonia
griega cita un pequeo hallazgo de monedas griegas en las proximidades de la ciu-
dad ibrica, luego romana. Suponemos que se refiere a1 Tesoro del Montg, del
que trataremos en el siguiente captulo.
Es a partir de Hbner cuando se crea la confusin sobre el origen ibrico de la
palabra Dianium al hacerlo derivar de DINIU, lectura errnea del epgrafe X I N flJ 1-
aparecido en algunas monedas ibricas, de las que hablaremos ms ampliamente en
el prximo captulo. Este error de lectura queda justificado en Hbner, ya que en
su poca no se conoca todava la traduccin exacta de todos los signos del alfabeto
ibrico. Sin embargo, Hbner, en este su artculo de la Enciclopedia de Pauly-Wis-
sowa, se inclina ms derivar la palabra Dianium de Diana que de DINIU, aclarando
que un templo a Diana de Efeso tuvo su origen en Hemeroskopeion.
Esta dualidad del origen de Dianium -Diniu, Diana- a .cambio de Heme,'os-
l(opeion ser aceptada posteriormente por Schulten y Garca y Bellido.
Vemos, pues, que la nica aportacin onginal de Hbner en la Enciclopedia de
Pauly-\V'issowa respecto a la teora clsica sobre la colonizacin griega de Denia
es la ceca DINIU relacionada con Dianium, y hemos de observar que Hbner no deba
de tener una idea mpy clara de la exacta situacin de Dianium, o al nenos no la rela-
ciona con la Denia actual, pues dice que en las ce"canas se extiende el gran pan-
tano de la Albufera.

b) Interpretaciones de los investigadoTes del siglo XX

La posicin de la investigacin contempornea respecto al problema de las colo-


nizaciones griega y fenicia viene a ser, por lo general, despojndola de fbulas y
leyendas, la misma que la mantenida por algunos autores de los que hemos hablado
en el apartado anterior. Se sigue tratando de la colonizacin griega, de las ciudades
fundadas por los griegos y se contina estudiando los textos -los pocos textos que
se conservan- e intentando descubrir en ellos datos suficientes para justificar la
localizacin de las colonias griegas.
Durante la segunda mitad del siglo anterior y los primeros aos del presente
alcanzan los estudios filolgicos un alto nivel, principalmente en Alemania, y las edi-
ciones de los textos clsicos, geogrficos e histricos, recogidos en grandes y cuidadas
colecciones, ponen al alcance de los historiadores un magnfico material para su
trabajo. Sin embargo, esta aportacin de textos nuevos o renovados, al proporcionar
una gran cantidad de datos al historiador de nuestra antigedad, le hizo apartarse del
estudio directo de los problemas sobre el terreno, menospreciar la arqueologa, con lo
que los resultados no fueron tan fructferos como era de esperar. y si en alguna oca-
sin se acudi al trabajo de campo se hizo tan slo con la ntencin de confirm,ar las
conclusiones a que se haba llegado en el gabinete de trabajo, hasta tal punto que,
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEJON 25
obsesionados por lo que los textos clsicos decan, no vieron las contradicciones que
con palmaria evidencia las excavaciones arqueolgicas les mostraban. Esto ha ocurri-
do con las colonias gt"iegas de nuestras costas, como vamos a ver.
La posicin ms corriente es la que viene reflejada en una de las primeras historias
de Espaa de carcter general, desposeda de leyendas, la de don Antonio Balles-
teros (1919), en la cual dice quc los focenses de Massalia, costeando nuestra Pennsula,
siguieron hacia el sur, detenindose en la desembocadura de! Jcar y fundando ms
al medioda de Valencia"e\ centinela del da ", Hemeroskopeion, identificado con
Denia por Mullenhff, pero que T. Reinach quiere hallar ms al norte, en Cullera,
cerca de Valencia 26.
La afirmacin de la colonizacin focense y la discusin de si Hemeroskopeion
estuvo en Denia o en otro lugar es e! tema de todos los investigadores que han
tratado de nuestra protohistoria, como vamc's a ver en una seleccin de textos de
Schulten, Carpenter, Garca y Bellido y otros.

ROQUE CHAIlS y LLORNS

Iniciamos con este ilustre nombre e! apartado dedicado a los investigadores del
siglo xx, pues si bien su obra data de los ltimos aos del pasado siglo, el cannigo
Chabs no fue ya un erudito, sino un investigador. Y aun cuando su principal dedi-
cacin no fue la historia primitiva ni de la Edad Antigua, sus grandes conocimientos
en epigrafa, numismtica y arqueologa, unidos a su buen sentido histrico y a su
seriedad cientfica, hacen que siempre que hubo de opinar sobre cuestiones algo
apartadas de su especialidad y que rozaban lo que es objeto de nuestro trabajo, 10
hiciera con tino y discrecin. Supo tambin buscar buenas fuentes en las que docu-
mentarse, y podemos afirmar que si en algo no fue por e! buen camino ms se debe
al estado de los conocimientos arqueolgicos e histricos de su tiempo que no a su
propia inteligencia y preparacin.
Adems, siendo objeto de nuestro estudio la ciudad de Denia, no poda faltar
Chabs -que en ella viera la luz- a nuestra cita, ya que a su ciudad y a los
pueblos de su comarca dedic buen nmero de sus escritos.
En la revista El Archivo que empezara a editar en su ciudad en 1886 y cuyos
dos ltimos aos, 1892 y 1893, ya aparecieron en Valencia, y de la que fue director,
fundador y, a veces, nico redactor, fue dando a conocer todas aquellas novedades
histricas y arqueolgicas que no haba incluido en su Historia de la ciudad de Denia;,
aparecida en 1874. As, trat de El sepulcro de ' Severina: Mosaico de los primeros
tiempos del cristianismo descubierto en la ciudad de Denia, de los Templos de Dian.a
en las costas de Valencia?, de La ciudad de Den!a: Bosquejo histrico, del Campa-
mento "onzano en Memtg, del TesoTO griego del Montg y de Un bajo-ulleve de
Svea. Tambin dio a conocer algunas ' lpidas encontradas en Denia, rectificando en
ocasiones las lecturas e interpretaciones publicadas por Fita, a quien sola comunicar
los hallazgos epigrficos que llegaban a su coaocimiento.

26 BALLESTEROS, ANTONIO, Historia de Espa,la. y su. influ encia. C'l la Historia. Ul1it!Ysa1.
Madrid, 1919, t. r, p. 212.
26 GABRIELA MARTN

A la obra de Chabs debemos un buen nmero de noticias que sin l se ignora-


ran, pues los documentos (inscripciones, restO$ arquitectnicos o escu ltricos, etc.)
se han perdido en buena parte. A l debe tambin Denia lo poco que conserva, pues
supo valorarlo a su debido tiempo e interesar a sus poseedores para que no lo destru-
yeran o lo hicieran desaparecer.
En lo que respecta al objeto del presente trabajo, poco es lo que se puede recoger
en el texto de su Historia de la ciudad de Denill, cuya segunda edicin, publicada en
Alicante por la Diputacin Provincial (Instituto de Estudios Alicantinos) en 1958
es la que utilizamos, sin hacer mencin de las notas de Francisco Figueras Pacheco,
que en nada mejoran, en lo que a nuestro objeto se refiere, lo que muchos aos antes
escribiera Chabs.
Al dejar de lado toda suposicin ms o menos fantstica y atenerse a los textos
clsicos, lo que Chabs dice de la colonizacin griega en Denia y su comarca es lo que
extractamos en la siguiente nota 2'1. Y vemos que Chabs, con ms o menos amplia-
ciones deducidas mediante razonamiento lgico, pero no basadas en datos suficien-
temente objetivos, interpreta el texto de Estrabn, que es el bsico para la coloniza-
cin griega en las costas de Denia y Jvea. Despus rehace Chabs, imaginativa-
mente tambin, la primitiva historia de Denia 28. Pasando a continuacin a dedicar

Z7 Denia empieza a ser pueblo civilizado cuando los jonios de Pcea se establecen en
estas costas y la llaman Artemisin. (eHABS, R., Historia de Denia. 2.' ed., l, p. 4.)
Costeando despus (los masaliotas y otros focenses de la misma Grecia) la Catalua, y
extendiendo sus excursiones por el golfo sucronense, fundaron, no lejos del Jcar, en el pas
de los contestanos, tres pequeas poblaciones, de las cuales la principal era la Hemeroscpea,
llamada por los griegos Artemisin, por los latinos Dianium, y ahora Denia. (lbidem, p. 6.)
Tuvo Denia en aqueJlos tiempos ... , segn insina E'Strabn, el dictado de Hemeroscpea
(atalaya para el dial, por estar situada cerca del cabo que llamamos ahora de San Antonio ...
(lbidem, p. 8.)
... las otras dos pequeas poblaciones que, dice Estrabn, colonizaron los marselleses ...
parece muy razonable la opinin de Beuter, q1,le 'Sita una de ellas en la huerta de Ganda
y quiere que la otra fuese la antigu~ Honosca, ahora VilIajoyosa ... (lbidem, p. 9.)
Sobre e! sitio donde establecieron su colonia los fundadores de Denia se ha disputado
mucho entre los historiadores del reino, pues no es fcil precisarlo .. . No me atrever a negar
que hubiera ya habitantes en esta comarca, y hasta en e! mismo sitio de la ciudad actual y
su arrabal del mar, cuando vinieron los focenses ... Me parece se puede asegurar que los
focenses de Marsella establecieron su colonia en lo que ahora es e! castillo y sus faldas ... Y
digo que en las falda s... porque, en primer lugar, en este sitio fue levantado por los focenses
el templo a Diana de Efeso .. . Dicha altura (e! monte de! castillo) fue la atalaya qu~ dio nom-
bre a la poblacin griega .. . (lbidem, pp. 10 a 13 .)
Varios han sido los nombres que se han dado a Denia. La posicin de la colonia focense
hizo que desde un principio se la llamase to Hemeroscopeion (la Hemeroscpea, o sea "la atala,
ya de! di.': specula di""",,). Adquiriendo importancia con e! templo de Diana, a cuya diosa
llaman los griegos Artemis, dieron estos nombre de Artemisin a la ciudad. Con la venida de
los romanos se convirti sta en Dianium ... (Ibdem, 1, p. 13 .)
28 No nos maravilla que aquellos jonios de Fcea lograran establecerse sin oposicin en
nuestro suelo. Presentronse ellos como comerciantes pacficos ... tratando a los indgenas con
dul~ura ... Envuelta en la oscuridad de los tiempos la historia de aquellos primeros pobladores,
no sabemos ms que 10 que llevamos escrito, y lo que diremos... sobre el templo de Diana ...
Por lo dems, slo nos quedan de aquella generacin los grandiosos restos de! templo. (CHA-
ns, R., ob. cit., t. l, pp. 14-15.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 27

un captulo al templo de Diana y a explicar cmo eran los restos arquitectnicos y


escultricos que de aqul quedaban. que. sin duda. por su aspecto. demostraban a
Chabs su origen griego. Hoy podemos afirmar que todos los objetos arqueolgicos
descritos. tanto de los que nos quedan dibujo como los que han desaparecido. son de
poca romana imperial y de difcil atribucin. adems. a un templo.
Sin embargo. el problema de la interpretacin de! texto de Estrabn preocupaba
a Chabs. Hasta e! punto de que en unas Aclaraciones a la Primera Parte que pu~o
como apndice a la dedicada a Denia griega, m11l!ana y goda nos manifiesta sus inves-
tigaciones en este terreno 29. Dando con todo esto una nueva versin de! texto de
Estrabn. cuyas pequeas variaciones son ms bien de mati~ y en nada resuelven las
dudas que estaban planteadas.
La palabra lernerosk. opeion tambin plantea problemas a Chabs. y en estas
citadas Aclarllciones a la P1'imera Parte dedica un apartado al Significado de la pala-
b1'a hemerosk. oPium 30. En suma. pues. diremos que Chabs. sin afirmarlo en absoluto.
pero como muy probable. cree en la existencia de una poblacin indgena en donde hoy
se halla Denia. Y siguiendo a Estrabn. que los focenses de Marsella y otros venidos
de Grecia fundaron Artemisin junto a la Hemeroskopea. o sea e! cerro donde
se hallan los restos de un castillo. erigiendo un templo a Artemis. Por la Hemero
skopea cree que se puede tambin entender todo el Montg. Con e! paso del tiempo.
e! templo de Artemis se latiniz - templo de Diana- y la ciudad pas a llamarse
Dianiwm, cuyo nombre. castellanizndose luego. es el que actualmente tiene la ciudad.
Toda esta teora no se basa en ningn dato arqueolgico. pues los restos que se
consideran como del templo griego son en parte medievales y en parte romanos. Y las
esculturas y dems hallazgos son. las ms antiguas. ya de poca imperial romana.

ADOLFO SCHUL TEN

Este sabio alemn. cuya actividad cientfica se desarroll principalmente en Es-


paa. trat en muchas de sus obras el tema que nos interesa 31. Hemeroskopeion. para

29 He procurado consultar el texto griego en el que se escribi dicho libro por Estrabn
y lo he comparado con dos traducciones latinas ... ; las variantes ... me han obligado a consultar
personas competentes en el idioma heleno. (CHABS. R . ob. cit . t. l. pp. 92-93 .)
30 En resumen, viene a decir que Hemeroskopeion ... significa ... atalaya donde se observa
durante el da ... de modo que Estrabn quiso con esto llamar a esta ciudad la Hemeroscpea,
o sea la que tiene una atalaya donde se observa durante el da ...
Del pasaje de E'Strabn se ha originado varios pareceres ... contrarios al sentido del mismo
gegrafo. Escolano y Diago convierten en nombre propio el que no lo es. y aseguran que
Denia se llama por otro nombre Hemeroscopium . Corts y Madoz no conceden, sin embargo,
se le haya apellidado con el nombre de Hemeroscopium.
Sabido lo que significa la palabra. y visto lo que dice Estrabn. a nadie cabe duda de que,
si bien el nombre propio de Denia era Dianium, se la apellidaba. sin embargo, la Hemeros-
cpea.
... cabe tambin suponer. .. que el Mong y todo lo que l domina se llamase igualmente
el Hemeroscopio. como insina Avieno. (CHABS. R., ob. cit . t. l. pp. 99-100.)
31 En su artculo Hispnia de la Realencydopadie de Pauly-Wissowa, publicado en
castellano el ao 1920, encuentra las siguientes localizaciones en territorio de Jvea y Denia:
28 GABRIELA MARTN

Schulten, se encuentra en un lugar indeterm inado de la zona del cabo de la Nao, aun
cuando parece inclinarse a situarla en el calY.) de San Antonio, o junto a l, apun-
tando su identificacin con Dianium.
En 1922 edit Schulten la Ora 'martima, de Rufo Festo Avieno, cuyos versos
474 a 476 interesan a la costa de Jvea y Denia, segn la opinin del investigador
alemn. y a estos versos hace los siguientes comentarios: 474-475. Ilerda, como
que se menciona despus del cabo de la Nao y antes de Hemeroscopion, estara situada
hacia donde hoy se halla Jvea. El nombre lo tiene de la tribu de los ilergetes o
ilercavones, que primeramente debieron de ~.~tar en estas regiones y despus emigra-
ran hacia la regin del ro Sicoris, donde hubo otra Ilerda (Lrida). 3'.l
Su comentario es de gran endeblez, pues Avieno no nombra el cabo de la Nao ni
hace referencia a accidente geogrfico alguno que pueda identificarse con este cabo 33.
Es, pues, pura conjetura que Ilerda se nombre despus del cabo de la Nao, como
tambin es pura conjetura el que los ilergetes estuvieran antes por la zona de Jvea
y emigraran despus hacia el norte. Recurdese a este objeto lo que antes se dijo
de las sospechas de tul error de Avieno en este pasaje, pues es mucha casualidad
que se den agrupados en dos distintas zonas los topnimos Ilerda, Hemeroskopeion
y Sicoris/ Sicanus, estos dos ltimos diferentes, pero muy semejantes de grafa.
Acerca de los verms referentes a Hemeroskopeion, dice Schulten: 476. Heme
roscopion, HI1POOX01tlO', es una colonia de los focenses, situada junto a la ciudad
ibrica de Diniu, llamada Dianium por los romanos, hoy Denia. Del nombre de
Hemeroskopeion, esto es, observatorio, as como por la descripcin de Estrabn,
parece que la colonia griega, lo mismo que el clebre templo de la Diana de Efeso,
estara en el pen prximo a la ciudad de Denia. 34 Esta localizacin de Hemeros-
kopeion la repite Schulten en el tomo Il de lao Pontes Hispaniae Antiquae, al comen-
tar el fragmento de Esteba.n de Bizancio, y en los mismos o parecidos trminos se
pronuncia en su comentario al texto de Estrabn (rIl, 4, 6) 35.

, ,
Promunturium Dianium o 'Hu..!ooaxorn;i.o"J, con el templo de Artemis = cabo de San An'
tonio. Promunturium Ferrarium (Cabo de la Nao) I llamado as por las minas de hie rro.
Promunturium Tenebrium = Cabo de la Nao? (p. 39). Y en lo que respecta a la coloni~acin
griega dice: Partiendo de Marsella, los focenses fundaron en la costa oriental de Espaa una
serie de factoras ... De las Emporias masaliotas conocemos Rhode, Emporion, Hemeroscop~on,
junto al Cabo la Nao; Alone, en el golfo de Ilici (p .. 114).
'" SCHULTEN, ADOLFO, Ora maritima de Rufo Festo Avieno, p. 118 de la 1.' ed.
33 El propio Schulten lo dice unas pginas antes, al comentar los vereos 462463: Des-
pus de las tres islas se omiti, por culpa de Avieno, el cabo Nao (para Mela, Ferrario; para
Plinio y Ptolomeo, Tenebrio), porque hasta l llegan las tres islas y el golfo ilicitano ...
(SCHULTEN, ob. cit., p. 117 de la l.' ed.)
" SCHULTEN, oh. cit., p. 119 de la l.' ed.
a; Hemeroskopio se hallaba junto a la poblacin ibrica de Diniu, hoy Denia, y era una
factora de los focenses, siendo nombrada ya en el antiguo Periplo. (SCHULTEN, Fontes His
paniae Antquae, 11, p. 157.) En los mismos o parecidos trminos se pronuncia en su comen-
tario al texto de Estrabn (IlI, 4, 6), en el tomo VI de las Fontes Hispaniae Antiquae (Bar-
celona, 1952): De las tres ciudades de Massilia, Estrabn nombra slo Hemeroskopeion-Denia.
Las otras dos son Akra Leuke y Alonis.
>} , Hemeroskopein se menciona ya en el Periplo, de manera que debe ser anterior a
/
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE I-IEMEROSKOPEION 29
Identificar el pen de Denia con una atalaya, tal como hace Schulten en los
textos que copiamos en la nota anterior, es bastante exagerado, y as veremos que lo
entendi Carpenter para trasladar Hemeroskopeion a Hach. Los restos que dice
existir en el pen de Denia son, segn propias palabras de Schulten, los restos
de una capilla de uno por cinco metros ... y deben ser los de una celia del templo 3S,
restos que, como veremos ms adelante, di: ninguna manera pueden considerarse
griegos.
Comentaremos ms adelante la afirmacill de Schulten, repetida luego por casi
todos los autores, de la fundacin de la 'colonia focense junto a una antigua ciudad
ibrica denominada DINIU y cuyo nombre se conoce gracias a una ceca que, segn
el propio Schu!ten, tomndolo de Hbner, las monedas que acuaban l1evaban el
epgrafe DINIU. Es imposible, como al1 se ver, hacer derivar el nombre latino Dia-
,nium de esa fantstica ciudad ibrica Diniu, y creemos, a pesar de lo que opinan
Schulten y, como luego veremos, Garca y Bel1ido, que la identificacin de Denia que
hizo Estrabn no es ms que la traduccin griega del nombre latino Dianium, que
Estrabn identifica con Diana y, por lo tanto, con Artemis, relacionndolo entonces
con un supuesto templo a esta diosa fundado por la colonia focense.
La posicin definitiva de Schulten en este problema de las colonizaciones griegas
en las costas de Denia est fijada en su Geogr<l{a y Etnografla antiguas de la Penn-
sula Ibrica (t. 1, Madrid, 1956, y t. II, Madrid, 1963), edicin pstuma, castel1ana,
de la Iberisc11e Landes/{unde, publicada en Estrasburgo (1955 y 1957) 31. No hacemos
comentario alguno a esta cita, pues sera repetir lo expuesto en las glosas a ' otros
prrafos copiados anteriormente. Vemos que se insiste en el error topogrfico de
considerar alto pen a la elevacin inmediata a Denia y en la existencia de la ciudad

520 a. C. El nombre significa <1!<l/aya. del da. lo que corresponde a la altura y a la mucha visi.
bilidad del pen de Denia. El templo de la Art.emis de Efeso, diosa de Asia Menor, adoptada
por los griegos, era smbolo de las colonias de Fcea, y Artemis tena templo tambin en
Marsella y en Emporion. Parece que haya algn resto del templo en el pen de Denia ...
Dianium es el nombre romani~ado de la poblacin indgena) cuyas monedas dicen di1'liu,
y junto a la cual los focenses establecieron su colonia ... El nombre de la ciudad de hoy, Denia,
viene de Dianium, escribiendo los romanos, en lugar de Diniu, Diannn. porque all haba el
templo de la Artemis-Diana.
Las minas de hierro junto a Denia se hallan cerca del cabo de San Martn, al sur de
Denia, y corresponden al nombre prom. Ferrarium del Cabo de la Nao, que est cerca de
Denia.
36 SCHULTllN, Forschungen in Spanien. Archaelogischer Anzeiger, 1927, 2/3, p. 198,
Berln, 1927.
31 La historia de la fundacin de Hemeroskopeion la concibe del siguiente modo: Desde
aproximadamente 650 a. C. jonios de Fcea y Lebedos, en Asia Menor, y los rodios dricos
fundaron aqu factoras: los radios, Rhode en el golfo de Rosas; los focenses, Hcmeroskopeion
en el cabo de la Nao ... Todas estas factoras [se refiere a Hemeroskopeion, Alonis y Akraleukc]
griegas estn situadas ... al lado de una ciudad indgena, lo que es natural a causa del comer"
cio ... Hemeroskopeion al lado de Diniu .. . En tres casos se elevan altos peones al lado de las
factoras griegas de la costa oriental, que se prestan para vigilar tierra y mar: junto aDenia,
Calpe y Alicante ... (SCHULTEN, Geografa y Etnografa antiguas de la PentlSula. Ibrica. t. I,
pp . 321-322, Madrid, 1956.)
30 GABRIELA MARTN

Diniu 38. Y al leer la explicacin del lugar que ocupaba Hemeroskopeion, uno puede
pensar que se confunde el pen de Denia con alguna altura del inmediato Montg,
desde cuya cumbre s que se divisa un extenso horizonte sobre tierra y mar, al
contrario que desde lo alto del pen, cuya visin est cerrada por el sur y por
poniente. Sin embargo, no existe confusin, pues Schulten tambin trata del Montg
y ya trataremos ms adelante de los yacimientos ibricos del Pie efe l' Agu.i la y del
~lt de la B/mimaquia., que nos confirman, precisamente, lo contrario de lo que viene
a decir Schulten: la inexistencia de restos de colonizacin griega en esta zona. Tam-
bin se refiere Schulten al cabo de la Nao 39, siendo curiosa su insistencia respecto
a las minas de hierro, pues a pesar de todo lo dicho en la antigedad y por los co-
mentaristas actuales tales minas no pasan de ser unos pobres yacimientos ferruginosos,
que por su aspecto nunca pudieron tener mayor importancia, aunque, al parecer,
existen en ellos huellas de un laboreo antiguo 40. La etimologa del promontorio
Ferrarium, de indudable localizacin por Mela en estos parajes, no creemos que pueda
aplicarse con toda seguridad a la existencia de minas de hierro, aunque en todo caso
pueda admitirse.
Del prrafo de Schulten copiado en la nota 39 vemos la existencia de una ciudad
o poblado ibrico por donde hoy se halla ]vea. y esta ciudad tiene hasta nombre:
Tenebria. No existe fundamento alguno paril hacer esta afirmacin, que fuera de
Schulten no la hemos encontrado en ningn autor. Su existencia, pues, es an ms
problemtica, por no decir imposible, que la de la clebre Diniu. Se insiste en locali-
zar en ]vea una ciudad antigua, y Schulten se contradice con lo dicho en un prrafo
anterior (nota 32), al tratar de los puertos de nuestra costa en la antigedad, ya que
primero sita la ciudad Tenebria entre el cabo de la Nao y el de San Martn y poco
despus", entre este ltimo y el de San Antvnio, coloca la ciudad de Ilerda, basn-
dose il que existen importantes restos antiguos. De la Ilerda del Periplo ya hemos
hablado antes y los restos a que Schulten se refiere deben de ser los de la factora

38 La roca de Denia. -A sus pies estuvo situada Diniu, la ciudad ibrica. Dianium en
latn, y la factora focense Hemeroskopeion. Por el extenso horizonte que se domina sobre
tierra y mar (Hemeroskopeion = atalaya del da), Denia fue utilizado primero por los griegos y
luego por Sertorio ... En la altura se elevaba un templo de la Artemis de Efeso. (SCHULTEN,
ob. cit., t. r, p. 330.)
39 Prom. Ferrarium o Tenebrium = Cabo de la Nao.-Mela (2'91) dice que el pro-
munturium Ferrarium separa el sinus Sucronensis (baha de Valencia) del sinus Illicitanus
(baha de Alicante). El cabo tiene su nombre de minas de hierro, que Estrabn menciona
junto a la prxima Denia. Las minas estn emplazad~s entre el cabo de la Nao y el cabo de
San Martn. Ptolomeo (2, 6, 12) llama Tenebrion al cabo de la Nao .. Fuera de Ptolomeo lo
menciona Esteban de Bizancio ... El cabo tiene este nombre; al parecer, de una poblacin,
Tenebria, por lo dems desconocida ... (Ob. cit., t. r. p. 330.)
40 Mapa geolgico de Espaa. Explicacin de la hoja n.' 823, Jvea (Alicante), rnstituto
Geolgico y Minero de Espaa. Madrid, 1954.
41 Tenebrius Lime. -Este puerto, mencionado por Ptolomeo (2, 6, 16), al no.te del
cabo de la Nao, debe corresponder a la baha entre el cabo de San Antonio y el cabo de San
Martn, en cuyas orillas est situada Jvea, con importante,) restos antiguos y que corresponde,
acaso, al Ilerda del Periplo. (SCHULTEN, Geografa y Etnologa alltiguas de la Penn",Ia Ib-
rica. t. r, p. 401, Madrid, 1956.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 31

romana de! Arenal 42. Pero aqu slo queremos insistir en la doble denominacin de
un posible poblado ibrico en la cala de Jvea: Ilerda ahora, Tenebria antes. Los
restos encontrados no parecen indicar la existencia de un poblado importante por
esta costa. Aun cuando esta afirmacin no pueda ser definitiva, pues los vestigios ib-
ricos que se encuentran en algunos parajes de la .zona de Jvea, alejados de! mar,
no han sido suficientemente investigados, pero puede descartarse la existencia de
una importante ciudad ibrica de nombre conocido.
Tratando Schulten del puerto utilizado por Sertorio dice: Puerto de Denia.-
Sertorio posey, durante su guerra contra Pompey y Mete!o, en los aos 76-72 a. C.,
un puerto cerca de Denia actual, entonces Diniu y Hemeroskopeion .. . Es curioso
destacar que, segn este comentario de Schulten, en tiempos de Sertorio, es decir,
en tiempos en que la romanizacin de la .zona estaba ya avanzada, el lugar que serva
de base al caudillo democrtico no se llamaba Dianiutll, sino Diniu y Hemerosko-
peion (?). Sin embargo, vemos que todos los autores latinos que mencionan Denia
refirindose a algn momento de las guerras sertorianas la llaman siempre Dianium .
La aportacin de Schulten a nuestra histCJria antigua, interesante desde e! punto
de vista de presentar los textos antiguos bien estudiados y criticados, ya no lo es
tanto en lo que se refiere a su interpretacin, hecha, sin duda, con poco conocimiento
de! terreno, escasos datos arqueolgicos y con prejuicios derivados de las afirmaciones
de los viejos autores clsicos, a los que daba un crdito excesivo.

RHYS CARPENTER

Las interpretaciones de Adolfo Schulten han tenido fuerte reperCUSlon en la


historiografa de Espaa. Bosch Gimpera, Pericot, Aguado Bleye, etc., siguieron al
pie de la letra sus opiniones, hasta e! punto que podemos decir que la postura oficial
en este aspecto era la del investigador alemn. Sin embargo, ya en 1924 se oy una
voz divergente, la del norteamericano Rhys Carpenter, que estaba preparando una
obra sobre los griegos en la Pennsula y que dio a conocer las primicias de su opinin
respecto a Hemeroskopeion en la revista Butllet de I'Associaei Catalana d'Antropo-
logia, Etnologia i Prehistoria (ao n, Barcelona, 1924, pp. 187-193), en un artculo
que titulaba El lloe d'Hemerosk.opeion. Este artculo no era ms que un resumen de
10 que sobre este tema se trataba en e! libro, que apareci el ao siguiente, 'rile Greel{s
in Spain (Bryn Mawr Notes and Monographs, VI, Bryn Mawr, Pennsylvania,
U. S. A., 1925).
Repasa este autor la historia de los viajes de los griegos a la pennsula Ibrica,
suponiendo que los primeros fueron hacia los aos 620-540 a. de C. Pero al carecer
de noticias concretas, no slo de este perodo, sino de! siguiente, confiesa con sinceri-
dad que ... cuando Massalia sustituye a los focenses ... no hay historiador que nos

42 Nos referimos a la factora romana de garum y sa lazn de pescado excavada por


nosotros en punta de "Arenal, de Jvea, que proporcion materiales nunca anteriores a la
poca de Augusto. La memoria de esta excavacin \~er publicada en la serie de trabajos varios
del Servicio de Investigacin Prehistrica de la Excma. Diputacin Provincial de Valencia.
/

32 GADRIELA MARTN

diga lo que estos griegos hicieron en Espaa. Toda esta pgina de exploracin, co-
mercio y aventura, de contactos entre griegos y brbaros, siempre tan fructferos y
tan interesantes, toda esta pgina de la Grecia colonizadora est en blanco. Pero una
pgina en blanco es siempre una tentacin para los investigadores y hay medios ar-
queolgicos para llenar la crnica perdida ...
Esta confesin de las dificultades de la empresa de escribir un libro sobre la
colonizacin griega en la Pennsula er;\ necesari;\, pues, como venimos diciendo desde
un principio, todo est dentro del campo de las conjeturas.
Al tratar de los primeros contactos de los griegos con la costa mediternea de
la Pennsula describe el puente de islas que los focenses utilizaran, islas cuyas deno-
minaciones terminaban con el sufijo -Ollssa, de las que la ms occidental era Pytyoussa,
o sea Ibiza 43 .
Segn Carpenter, es el pen de Ifach al que los focenses llamaron Hemerosko-
peion, atalaya, guardin del da. Utilizando los mismos textos y argumentos que otros
autores han usado para localizar la colonia focense en Denia, sita este autor en
Hach la antigua Hemeroskopeion, aun cuando declara que los hallazgos de cer-
mica griega y campaniense que se dan en sus cercanas no son anteriores al si-
glo IV a. de C.44 Fre.nte a los argumentos que Carpenter considera positivos para
la localizacin de la fundacin focense en Hach, presenta los que hacen imposible
que Hemeroskopeion estuviese en Denia. De aqu su afirmacin de que si no estuvo
en Ifach no se sabe an dnde pudo estar.
La interpretacin del texto de Avieno le lleva a las mismas conclusiones, siguien-
do el mismo proceso histrico que, aplicado a Denia, hace tambin Garca y Bellido.
A Carpenter se le plantea el problema de la afirmacin de Estrabn sobre la fun-
dacin masaliota de Hemeroskopeion. Lo resuelve, como luego har tambin Garca
y Bellido, suponiendo que, por el tiempo transcurrido desde focenses y masaliotas
hasta Estrabn, se haba olvidado su verdadera fundacin, a pesar que Artemdoro,
segn Esteban de Bizancio, dijera que haba sido colonia focense.
Denia, pues, no es para Carpenter Hemeroskopeion. No se han hallado en ella
ni en sus cercanas restos griegos de ninguna especie, no hay ningwla seal de haber
existido una laguna o estanque, ni indicios de ciudad alguna al pie del pen del
castillo. Este pen, por otra parte, es poco visible y tiene pocas condiciones para

43 ... Conforme se acercaban (las naves focenses) contemplaban una lnea de costa con
acantilados de un centenar de pies, detrs de los cuales una extensin de ondulada tierra verde
se alejaba hacia unas altas colinas. La punta se llama hoy el cabo de la Nao y no ofrece desem'
barcaderos o puertos. Pero siguiendo la costa hacia el sur unas ocho o nueve millas hay una
especie de fondeadero de pescadores (ahora llamado Moraira'), y ms hacia el sur, unas pocas
millas despus, se llega a una recogida baha con una playa de gravillas y una corriente de
agua fra. y junto a ella ... (RHYS CARPENTER, El lIoc dHeme1'os~.ol)eion. p. 19.)
44 Mi identificacin de la antigua Hemeroscopeion con Ifach no tiene antecedentes. Es
sabido que la vieja ciudad focense ha sido buscada en los alrededores del cabo de la Nao, pero
el viejo error de identificarla con Dianium ha impedido hasta ahora que su verdadero lugar
haya sido encontrado. (RHYS CARPIlNTIlR, El lIoc dHemerosl{opeion. p. 23.)
". Hemeroskopeion. si no est donde yo la locali2;o. permanece an desconocida. (Ib,
dem,p. 37.)
/

LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 33


ser considerado como atalaya. Avieno tampoco dice que Hemeroskopium sea
Dianium. Que Estrabn dijera que 'se llama Dianium es un error semejante al
que hizo confundir en la antigedad Gade.s con Tarte.ssos y Mlaga con Mainake
(contra cuyo error el propio Estrabn, III, 4, 2, se pronuncia). En todos estos casos
- sigue Carpenter diciendo-- la ciudad desaparecida fue confundida con la ciudad
nueva que haba .tomado su puesto, tanto comercial como polticamente.
Para Carpenter el nombre de Denia deriva de Artemis, pero tambin, . como
Schulten, Garca y Bellido y tantos otros autores, cae en el error de considerar las
monedas de DABANIU como de DINIU.
Por ltimo, p:'eserita la posibilidad de considerar que una de las colonias masa -
liotas cotadas por Estrabn, la de Alone, se halle en Jvea ".
La postura disidente de este investigador norteamericano tampoco aclara en nada
el problema de las colonizaciones, y excepto el cambio de localizacin de Hemeros-
kopeion, que no pasa de ~er una conjetura ms, su aportacin a la historia de nuestra
antigedad es bien poca. El conoca las limitaciones de su tarea, como hemos visto al
principio, y los resultados de su obra confirman la imposibilidad, por ahora, de hacer
ms seguras afirmaciones.

ANTONIO GARcA y BELLIDO

La extensa obra del profesor Grca y Bellido se ha dirigido principalmente al


estudio de las relaciones hispnicas con el mundo clsico. La puesta al da de una
serie de problemas planteados por las influencias de fenicios, griegos y cartagineses
ha sido el resultado de sus trabajos, .y hoy no se puede tratar de las colonizaciones en
nuestra Pennsula sin contar con los estudios de Garca y Bellido.
Desde su trabajo Factores que cont'ribtlyeron a le, helenizacin de la Espaa pre-
rromana: los ibel'os en la Grecia propia y en el Oriente helenstico (Madrid, 1934),
hasta la aparicin de su gran obra Hispania Graeca (Barcelona, 1948) y su aporta-
cin a la .Historia de Espaa dirigida por Menndez Pidal (vol. JI del t. I, Madrid,
1952), son muchos los artculos que sobre el tema que nos interesa ha publicado:
Contactos y relaciones entre la Magna Grecia y la pennsula Ibrica segn la Arqueo-

45 Sera una atractiva conjetura pensar que una de ellas (las colonias), la de Atone, se
encuentre al norte del cabo de la Nao, cas donde Jvea est hoy y donde una preciosa y bien
conocida diadema de oro de estilo greco'ibrico se encontr en 1904, y donde el actual nombre
del pequeo ro de Jvea, el Jaln, guarda un eco de su antiguo nombre. Pero esto no es
ms que andar a t!entas en la oscurldad. una conjetura quiz no muy acertada, aun cuando
Pomponio Mela coloca Allone en algn lugar cerca del cabo, mencionndola despus de
Valencia y antes de Alicante y clasificndola como illicitanus, es decir, al sur del cabo de
San Antonio, y Ptolomco pone Alonai en tierras de los contestan os, que era el pueblo que
ocupaba esta regin del cabo, y el I A i,cJJ'Ji~. Y~aOr; ~~i. 7r Oi,Lt; i\lG<aaG()'i~~ de Artemdoro po'
dra ser justificada, teniendo en cuenta la obstruccin que 105 acarreos del Jaln han ocasionado
y por considerar como una palaiopolis la rocosa barra de la actual desembocadura, Pero es
igualmente plausible, y mucho ms corriente, buscar Alone algo ms al sur, en la costa e
islita de Benidorm. (CARPENTER, ob. cit., p. 55.)
34 GABRlELA MARTN

loga y los textos clsicos (Madrid, 1935); Las relaCiones entre la penmula Ibrica y
el mundo clsico griego vistas a travs de los hallazgos de monedas griegas acaecidos
en Espaa (Madrid, 1935); Los hallazgos griegos en Espaa (Madrid, 1936); Nuevos
hallazgos de objetos griegos acaecidos en Espaa (Madrid, 1940); Sobre la localiza-
cin y los nombres de Hemerosl{opeion (Madrid, 1941); Las primeras navegaciones
g?'iegas a Iberia (siglos IX-VIII) (Madrid, 1940); La colonizacin phol{aia en Espaa
desde los orgenes hasta la batalla de Alale (siglo VII-535) (Barcelona, 1940); La
colonizacin griega en Espaa (perodo masaliota, desde Alale -535- hasta las
guerras ptnicas -218- ) (Barcelona, 1942); Fenicios y Carthagineses en Occidente
(Madrid, 1942); Espaiia y los espaoles hace dos mil aos segn la Geografa de Es-
trabn (Madrid, 1945); La batalla de Artemisin (Madrid, 1947), etc.
Recogemos los prrafos que tratan de Hemeroskopeion de la Histo'ra de Espaa
dirigida por Ramn Menndez Pidal, volumen n, tomo r, por ser el texto definitivo
en lo que se refiere a la historia de las colonizaciones, texto en muchas ocasiones
idntico al de Hispania Graeca ".
La posicin de Garca y Bellido es semejante a la que vimos tena Carpenter: una
l fundacin muy antigua como cabeza de puente, por los focenses propiamente dichos,
.: pasando luego a la esfera de influencia de los masaliotas y ms tarde quedando en
la zona atribuida a los ca rtagineses en el tratado del Ebro. En los mismos trminos,
aunque ms ampliamente, trata estas cuestiones al hablar de la colonizacin grie-
ga 47. Y a continuacin, al tratar de los testimonios arqueolgicos que restan de este
primer momento de la colonizacin griega, no encuentra ninguno perteneciente a
nuestra regin, aun cuando con falta de perspectiva geogrfica (hemos visto cmo
considera Denia en el sudeste de Espaa) cite los bronces de Rollos y llano de la

46 Al tratar de la coloni..cin fenicia, habla de la fundacin de lbi~a y aade: Al linal


del P-!l.ente insular y en tierra firme, frente a Ibiza precisamente, los griegos haban "fundado una
factora, la de Hemeroskopeion. (GARciA y BELLIDO, A., Historia de Espala. 1, p. 339.)
'Por entonces (654, fecha de la fundacin de Ibi~a) o poco despus, los griegos ... no
pudiendo establecerse en sus cercanas (de Tartessos) ... se asentaron ... en ulla colonia que
llamaron Mainake y a la que llegaban por el puente de islas ya aludido, y Hemeroskopeion,
colonia griega ,frontera a las Baleares. (Ibdem, p. 340.)
Todo ello equivale a suponer que a los griegos no les quedaba por entonces (entre las
batallas de Alale e Himera) en el lejano Occidente ms que la Proven~a y dos o tres factoras
en la Pennsula: Emporion y qui~ Rhode al nordeste y Hemeroskopeion al sudeste. (Ib-
dem, p. 349.)
... es decir, que (a consecuencia del tratado del Ebro del ao 226) las colonias griegas
de Hemeroskopeion, Alonis, Akra Leuke y la ciudad de Sagunto quedaron virtualmente ' en
manos de los pnicos. (Ibdem, p. 371.)
47 A fines del siglo VIll Mainake deba de estar ya fundada . Otra colonia conocida
tambin por los textos y tan vieja si no ms que Mainake fue Hemeroskopeion, cerca del
cabo de 1~ Nao y en el extremo oriental de la gran confederacin tartessia. Dada su situacin
estratgica, al fin de la ruta interinsular y al comienzo de la que conduca al gran emporio del
Ba~tis. sus principios pueden muy bien retrotraerse a la poca prefocense. De todos modos.
es gracias a los focenses por lo que entra en la historia. (GAncfA y BELLIDO, A., ob. cit.,
p. 516; Hisp. O:aeca. r, p. 131.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 35
Consolacin, en la provincia de Albacete, como testimonio de las influencias griegas
entradas por Hemeroskopeion 48.
La reconstruccin que hace el profesor Garca y Bellido de la vieja historia de la
colonia de Hemeroskopeion (cuyo texto copiamos en la nota anterior) es una exhaus-
tiva util2;acin de los textos clsicos, tanto los que directamente hablan de esta
colonia como los que dan noticias de la cololllzacin griega en general. Algunas de
sus ideas las hemos visto ya expuestas por Carpenter. Solamente hemos de hacer,
por ahora y respecto al texto transcrito, una objecin : el desarrollo artstico de los

48 ... aunque en Hemeroskopeion no hay testimonios arqueolgicos como en Emporion


para poner base /ir'me a una reconstruccin similar de su historia ... (GARcfA y BELLIDO, A :,
Hisp . Graeca, 1, p. 201.)
Pero, valindose de los textos y de las consideraciones generales sobre los acontecimientos
histricos de la poca en la Pennsula afirma que Mainake y Hemeroskopeion deben tenerse,
ya lo hemos dicho, como las ms antiguas colonias griegas de Occidente, datables en su origen
en fecha anterior al 600. (GARcfA y BELLIDO, A., Hist . de Espaa, p. 519; Hisp. Graeca.
1, p . 149.)
Y al tratar de las distintas colonias griegas en particular dice lo que sigue de Hemerosko-
peion: La ms conocida de las colonias focenses de la mitad meridional de la Pennsula fue
Hemeroskopeion, 'Hp.tpoa;:r..mov. El haber sobrevivido a su metrpoli, hasta confundirse despus
con la ciudad romana Dianium, permiti que su nombre no cayese en el olvido. Ctala la
Ora maritima de Avieno, en aadido suyo (verso 476, por tanto del siglo IV d. de }. C.) como
ciudad ya desaparecida y situada en las proximidades del cabo de la Nao, aunque sin dar ms
detalles (Hemeroscopium quoque habitata pridem "ic civitas). Artemdoro de Efeso - hacia el
100 a. de C.- recurdala tambin, aadiendo el dato de haber sido colonia focense, lo que
era forzoso deducir del texto de Avieno. Estrabn -siguiendo a Poseidonio o Artemdoro-
es la nica que menciona, como ms importante, entre las tres colonias massaliotas, que coloca
en estos parajes (las otras dos se ha supuesto, con razn, seran Alonis y Aha Leuk). Estrabn
describe Hemeroskopeion como una atalaya; as indica tambin su propio nombre, visible
para 10& navegantes desde muy lejos y provista de un puerto bien defendido, apto como pocos
para nido de piratas, y que fue utili~ado por Sertorio. En ella menciona un templo muy
venerado y dedicado a la Artemis efesia na, lo que demuestra tambin el origen jnico oriental
- sin duda focense- de sus morado~es. (GARCA y BELLIDO, A., Hist. de Espaa, pp. 526-527;
Hisp. Graeca, n, pp. 51-55.)
Por su situacin debi de ser el primer puerto de escala en la tierra firme peninsular para
aquellos navos que siguiesen la vieja ruta trazada por el puente de islas. Su origen, pues, hay
que suponerlo en tiempos bastante remotos, incluso prefocenses. Posteriormente, dada su
excelente posicin geogrfica, pudo prosperar hasta el punto de convertirse en una colonia
focense, firme y de asiento. Cuando la nta interinsular .f ue abandonada, quiz hacia fines del
siglo VII, Hemeroskopeion no perdi por ello su importancia, pues vino a convertirse en base
intermediaria entre las colonias del sur de Francia y los emporios metalferos del sur y sudeste
de Espaa. Desgraciadamente, desconocemos su historia, pero a juzgar por el desarrollo artstico
de los pueblos indgenas que habitaban en la comarca, en el que la impronta griega, tanto de
tipo arcaico como clsico, qued fuertemente impresa, es casi seguro que su importancia sobre"
pasase entonces a todas las de las dems colonias griegas de la Pennsula. PO" lo menos cabe
hacer esta afirmacin : que su labor, como propagadora de la cultura griega, ue la ms fecunda.
En cuanto al dicho de Estrabn de que era fundacin massaliota, se explica por el papel que
Massalia jug entre las colonias de Occidente desde la cada de la metrpoli en manos de los
persas y la desgraciada batalla de Alale. Ya hemos visto q\1e con Mainake hubo una confusin
parecida. (GARCA y BELLmo, A., Hist. de Espaa. p. 52.7.)
36 GABRIELA MARTN

pueblos indgenas de esta comarca (entre los que, por otros prrafos del autor, sa'
bemos que incluye los yacimientos manchegos de la provincia de Albacete) parece
ser ms bien un reflejo marginal de un foco ibrico situado en la Andaluca alta que
no proceder de los pueblos ibricos de la costa valenciana. y esto es lgico si vemos
que en toda la Marina alicantina no se ha encontrado hasta ahora objetos arqueo-
lgicos que puedan remontar el siglo IV. Con ello el papel tan principal que el pro-
feeor Garca y Bellido concede a esta colonia griega de Hemeroskopeion viene bas-
tante disminuido, por no decir anulado en absoluto ..Veremos ms adelante que junto
a la actual Denia se han excavado dos yacimientos ibricos que florecieron durante
los siglos V al 111 o 11, en los que no se ha encontrado ni un solo fragmento de cer-
mica griega. Si Denia = Hemeroskopeion hubiera jugado el papel que el profesor
Garca y Bellido indica, estos dos poblados, tan inmediatos al foco de expansin de
la cultura griega, presentaran una fuerte influencia helnica que no se encuentra
reflejada en absoluto.
De la localizacin de Hemeroskopeion en Denia, que prefigura mentalmente toda
la exposicin que hasta ahora. hemos transcrito en nota, dice 10 siguiente: Su antigua
localizacin se ha supuesto tradicionalmente, y con razones fundadas, en o cerca de
Dianium (hoy Denia). En las proximidades de esta ciudad, en efecto, levntase 'sobre
el mar un promontorio que pudo ser el que dio origen a su nombre y el mismo que
describen los textos referidos. Otros la han supuesto en el pen de Ifach, algo ms
al sur de Denia. En Estrabn es clara su identificacin con Dianium. 49 Nos remiti-
m05 a. lo manifestado anteriormente, tanto en nuestros comentarios a las interI're-
taciones de Schulten como a las de Carpenter, respecto a la identificacin de la
colonia Hemeroskopeion con Denia y con Hach.
Al profesor Garca y .Bellido tampoco se le pasa por alto la inexistencia de restos
anteriores al siglo VI, a pesar de que incluye entre los aparecidos en la comarca los '
bronces de Rol1os y l1ano de la Consolacin, en la provincia de Albacete, pero nos-
otros nos atreveramos a decir que no hay 'ningn hal1azgo anterior al siglo V 50.

49 GARcA y BELLIDO, A., Historia de EsjJa,"a, 1, pp. 527-528.


50 Hasta ahora no se ha dado con restos indudables de la Hemeroskopeion antigu. Cree-
mos que esto hay que achacarlo a falta de atencin en los halla~gos, principa1mente cermicos.
En Ifach, los ms antiguos testimonios hallados son -segn dicen- unos fragmentos de vasos
griegos no anteriores al siglo v. Entre los dems testimonios arqueolgicqs de 'la regin tampoco
hay nada que pueda retrotraerse por su fecha a una ms antigua que la de mediados del
siglo Vl. .. De halla~gos monetarios de esta fecha no ha dado nada cierto la regin. En Denia
mismo se hallaron dos monedas griegas. de las que nada lD:s que la noticia conocemos, El
tesoro de Montg, localidad (?) cercana de Denia, no contena monedas griegas anteriores al
520. De los dems halla~gos de moneda griega procedentes de Benisa, punta de Hach y barranco
del Arc no lejos todos de la misma Denia, nada conocemos de -su contenido, pues perdironse
sin llegar a estudiarse ... En compensacin, para tiempos posteriores, son muy abundantes los
testimonios, indicando, segn ya dijimos- antes, la gran importancia que como foco comercial
y cultural tuvo Hemeroskopeion y sus dos . colonias hermanas y vecinas - pero muy poste ro'
res- de Alona y Akra Leuk. Es curioso que, a pesar de lo dicho, Hemeroskopeion no
acuase moneda como Emporon y Rhode. Al menos no se conoce ninguna atribuible a su
ceca griega. (GARcfA y BELLIDO, A., Rist. de Espa,ll, p. 528.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 37
La ecuacin Hemeroskopeion = Dianium es explicada tambin por este autor 51.
Ya hemos planteado con anterioridad las dudas que tenemos sobre la existencia en
la antigedad de un templo griego en las proximidades de Denia; a pesar de no existir
rastro alguno, el profesor Garca y Bellido insiste en su posible realidad. La deriva-
cin de! topnimo Dianium de! de la ciudad ibrica Diniu es una reiteracin en e!
error de lectura de! epgrafe monetal X I N f(l1- = Dabamiu, y es una demostracin
de que en historia antigua y arqueologa el criterio de autoridad no sirve y que toda
noticia o dato ha de ser revisado y comprobado antes de ser admitido.
En la interpretacin histrica que hace de la situacin de Hemeroskopeion des-
pus de la batalla de Alale (ao 535 a. de C.) la hace entrar slo a su criterio inter-
pretativo de las fuentes escritas que dan noticias generales de los acontecimientos,
pues en ninguna se cita expresamente a tal localidad 5'. Es curioso que e! autor hable
de los textos posteriores a la batalla de Alale cuando sabemos que no hay ningn
texto referente a Hemeroskopeion anterior al siglo II a. de C., ya que hasta la refe-
rencia a esta colonia en la Ora ,maritima, segn Schulten y admitido por e! profesor
Garca y Bellido, es interpolacin muy tarda (de! siglo IV d. de C.) en e! periplo
masaliota 63.
Las objeciones que se pueden hacer a esta ltima afirmacin anotada son muchas
y de una extensin superior a la que pretendemos dar a nuestro trabajo. El conoci-
miento actual de la arqueologa ibrica nos viene a demostrar que hacia la mitad del
siglo IV la parte septentrional, al menos, de la Contestania sufre los efectos de una
catstrofe, posiblemente poltica, reflejada en la destruccin y abandono de la mayor
parte de los poblados indgenas, muchos de los cuales ya no volvieron a ser habitados.

51 El nombre de Dianium que llev la ciudad latina invita a explicarlo por el templo de
Artemis cpheda, la Diana romana, que ya hemos dicho cita Estrabn. El mismo -o sus fuentes,
Poseidonio o Artemdoro-, inducido, sin duda, por esta aparente ecuacin, llaman a Heme'
roskopeion tambin Artemisin, 10 que no parece cierto. En realidad, deriva el nombre de
la ciudad indgena a cuyo lado creci la colonia griega. As, pues, Dianium vendra de Diniu,
que se lee en los epgrafes ib:'icos de las acuaciones locales. (GARcfA y BELLIDO, A., Hist. de
Espaa, pp. 528529.)
5' Debe tenerse por seguro que (despus de Alale) Emporion, Rhode y Hemeroskopeion
permanecieron griegas. An ms, sabemos que su nueva vida cay de lleno bajo la hegemona
de Massalia. Los textos posteriores, sin excepcin, hablando de estas colonias, aunque alguna
ve~ recuerdan su origen directo foccnse, llmanlas siempre colonias massaliotas. lo que indica
claramente el nuevo estado de cosas. (GARcfA y BELLIDO, A., Hist. de Espa,a, p. 539.)
En consecuencia, Hemeroskopeion pudo permanecer griega y massaliota despus de Alale.
(GARcfA y BELLIDO, A., Hisp. Oraeca, II, p . 560.)
53 As, pues, Hemeroskopeion, la colonia entonces (el ao 348, fecha del tratado romano'
cartagins que pona Mastia = Cartagena como lmite de las zonas de influencia respectivas)
ms avanzada del mundo griego occidental, que lindaba con el lmite marcado en el pacto, pudo
vivir fuera de todo peligro. Los hallazgos griegos de esta poca, en efecto, testimonian en esta
zona un aumento considerable de las importaciones griegas, principalmente vis. bIes en los
objetos cermicos, la mayora de los cuales proceden del sur de Italia y de Sicilia. (GARcfA y
BELLIDO, A., Hist. de Espaa, p . 563.)
38 GABRIELA MARTfN

Es posible que Hemeroskopeion fuera una excepcin y lograra vivir fuera de todo
peligro. Lo que s importa es sealar que e! aumento de las importaciones de la
Magna Grecia, principalmente, es algo posterior al 350 a. de C. y que :11 parecer el
momento de mayor intensidad de hallazgos griegos o helensticos en las comarcas
valencianas y alicantinas es precisamente anterior a la fecha antes indicada y que
se interrumpe a partir de esta mitad del siglo IV. Es ste un problema que ha empe-
zado a observarse recientemente y cuyos lmites e importancia an no estn bien
estudiados.
Esta es, en definitiva, la posicin del profesor Garca y Bellido respecto a las
colonizaciones pnica y griega en las costas de Denia y Jvea. La realidad es la que
con palabras de! propio Garca y Bellido exponemos para terminar: En cuanto a ...
Hemeros/{opeion, no obstante verse citaaa en Estra'b n ... no sabemos ms que lo que l
mismo dice . 64
y lo que dice Estrabn, ya lo hemos visto antes, es bien poco y hasta contradic-
torio.

FRANCISCO FIGUERAS PACHECO

Aunque la aportacin de este erudito alicantino es casi nula, pues las rectifica-
ciones que hace a la teora tradicional expuesta por Garca y Bellido son insostenibles,
resumimos su posicin frente al problema por su condicin de autor local y porque
sus teoras se han extendido bastante entre los no especialistas alicantinos que desco-
nocen el estado actual de la cuestin 55.
Son varios los artculos que Figueras Pacheco dedic al tema de las colonizaciones
en la provincia de Alicante. Aqu nos referimos slo a su artculo Griegos y pnicos
en el Sudeste de Espaa: Proceso geogr.fico-histrico de la coloniza'c in 56. En las
notas que aadi a la segunda edicin de la Historia de la ciudad de Denia, de Roque
Chabs, obra ya comentada, insiste en los ' mismos criterios del trabajo anterior 57. Y
vemos que al autor la intuicin le dice que por los cabos de San Antonio y de la
N ao llegaron los colonizadores a la Pennsula, y del mismo modo deduce una serie de
idas y venidas de los fenicios, griegos y cartagineses por nuestro litoral, sin ninguna

64 GARcfA y BELLIDO, A., Hist. de Espaa, 1, p . 582.


55 Invasors heHenics i pnics, dice Jos VICENTE MATEO en Alacant a part, Barcelona,
1966, p. 28.
56 PIGUERAS PACHECO, P ., Griegos y pnicos en el sudeste de Espaa: Proceso geogrfico-
htrico de la colonizacin. Crnica del nI Congreso Arqueolgico del Sudeste Espaol, Mur-
cia, 1947-Cartagena, 1948, pp. 187-201.
57 Dividiendo los Senos Sucronense e Ilicitano avan~a mar adentro un imponente macizo
de montaas, cuyas rocas colosales se quiebran y hunden en las olas, bajo los cantiles de San
Antonio y de la Nao. cabo este ltimo que marca el punto ms oriental de nuestra costa. Desde
ambas eminencias se ven las Baleares entre los dos azules del horizonte. Ibiza representa la
ltima estacin en el camino de islas que conduce a Iberia. La intuicin nos dice que por aqu
entraron en la Pennsula todos 105 viejos pueblos mediterrneos, que no pudieron o no quisieron
perder el tiempo costendola ... (PIGUI!RAS PACHECO, P., ob. cit., pp. 188-189.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 39

base arqueolgica en que fundarse e interpretando muy ligeramente los textos cl-
sicos 58,
Tras una primera etapa de indudable colonizacin griega, nos habla de una etapa
de establecimientos pnicos. y como la zona era muy rica, con salinas, grana para
fabricar prpura, esparto, etc., pensar que los cartagineses destruyeron Himerosco-
pio y se cruzaron luego de brazos se parece mucho a volverse de espaldas a la
realidad 59.
Los datos arqueolgicos que aporta el autor para confirmar que los cartagineses
en este perodo ocuparon la llana litoral alicantina son completamente errneos. La
necrpolis del Molar no tiene nada de pnica ni hay estratos pnicos en ninguno
de los yacimientos conocidos. Habla luego de una tercera etapa en que retorna la
colonizacin helnica 60. La reconstruccin de los hechos histricos respecto a esta
tercera etapa no tiene base alguna. La ecuacin Hemeroskopeion = Dianium, hoy
Denia, lo prueban todos los hechos conocidos, hechos que no cita el autor, refirill'

68 Primera etapa. Las p,stinas colonias griegas.-Antes de Alale los helenos navegaban
libremente por el Mediterrneo ... Al norte del pen de Hach, esto es, del mojn de Tartessos,
nadie les puso el veto. All se establecieron, fundando la famosa Himeroscopio [sic], a la
entrada misma de la Pennsula por la va insular, en fecha que desconocemos, pero siempre
anterior a la batalla ... En el perodo siguiente ... los pnicos no 10 habran consentido. (FI-
GUIlRAS PACHIlCO, P., ob. cit., p. 192.)
... en tal supuesto, la primera etapa de nuestra colonizacin se reducira a la exi!" tencia de
Himeroscopio en las inmediaciones de San Antonio y la Nao ... la realidad indudable de la
colonia citada basta para encarnar el perodo. (Ibdem, p. 193.)
Segunda etapa. Primeros establecimientos pnicos.-Terminada la talasocracia de los
griegos en Alala. los cartagineses se d;pusieron a sustituirlos en la explotacin del comercio ...
A la vista de Ibi~a, que ya ocupaban aqullos, estaban las playas de Himeroscopio. Unas
horas fueron suficientes para llegar a ellas. Entonces fue destruida la colonia griega, siendo
reempla~ada por el primer establecimiento pnico. Las magnficas salinas de la baha de Jvea
debieron de ser en aquel momento la presa principal de los vencedores (Ibdem.)
59 PIGUIlRAS PACHIlCO, P., ob. cit., p. 194.
60 Tercera etapa. Reaparicin de los colonos griegos.-El perodo descrito termina al
ponerse en prctica el tratado de Roma con Cartago de 348. En su consecuencia, los pnicos se
retiraron al sur de cabo Palos ... [y] los griegos, aprovechando las circunstancias prop:cias como
amigos de los romanos, aparecen de nuevo en nuestro litoraL., rehabilitan o repueblan las
factoras [antiguas] ... ocupan las que abandonaron los pnicos". y erigen otras .. .
Con ms o menos datos para inducir situaciones, se alude a las colonias griegas de esta
etapa, en los textos de Estrabn, Artemdoro, Ptolomeo ...
Una interpretacin deficiente del conocidsimo pasaje de Estrabn ha hecho suponer que
nuestras colonias griegas no fueron ms que tres: Himeroscopio, nombre que da el propio
gegrafo y que se concierta con los de Artemisin y Dianium, Alone ... y Acra-Leuca. Tal
limitacin ... es arbitraria ...
Creo tambin que entre Himeroscopio y Alicante hubo ... otras factoras ... y que la. hubo
igualmente en las cercanas del Segura.
Cuando stos [los griegos] reaparecieron en nuestras playas ... [se instalaron] ... unas
veces en el mismo solar de 10.5 establecimientos prstinos y otras en cualquier otro sitio de las
cercanas ... La Himeroscopion de Estrabn, esto es, la que se llam tambin Dianium en poca
romana, estuvo sin duda en Denia, como 10 prueban todos los hechos conoc:dos. Pero la
Himeroscopio del Periplo, la que sucumbi en el siglo VI a ra~ de Alala, estuvo en Denia o
estuvo en otro sitio. (FICUERAS PACHECO, P., ob. cit. , pp. 196-199.)
/
40 GABRIELA MARTN

dose en este caso a la Hemeroskopeion de la cita de Estrabn. Pero la de Avieno,


que, como dijimos antes, es, al parecer, interpolacin del siglo IV d. de e., poda -se-
gn Figueras- no estar en Denia en la fecha que supone este autor que se hizo la
mencin (siglo VI-IV a. de e.). Y, finalmente, siguiendo el proceso histrico, aade
Figueras un nuevo perodo pnico 61.
La presencia de los cartagineses por la zona de Denia y Jvea, al menos de paso
en sus operaciones militares, no ha quedado de momento reflejada en la arqueologa.
Estos restos pnicos que el seor Figueras, con su colega Lafuente Vidal, encuentra
un poco por todas partes no son, ~egn la arqueologa, cartagineses, sino ibricos o
importados de la Magna Grecia. Hasta ahora la arqueologa no ha llegado a poder
aislar los estratos correspondientes a los aos 237 a 217 a. de e., entre cuyas fechas
el territorio estuvo sometido a la hegemona cartaginesa en virtud del pacto romano
cartagins.
La reconstruccin histrica de Figueras Pacheco no tiene, pues, ningn valor, por
falta de base tanto textual como arqueolgica.

LEOPOLDO PILES

El profesor de esta Universidad, en su trabajo monogrfico presentado al grado


de licenciatura en Historia, trat de las Investigaciones arqueolgicas en busca de
Hemerosk"opeion, trabajo que permanece indito y del que se public un resumen en
SAITAB/, t. l, ao IV, nm. 4-5, Valencia, 1942, pp. 62 y 65.
Ante la dificultad de situar Hemeroskopeion en Denia por falta de restos arqueo'
lgicos que lo justifiquen y en lfach por carencia de adaptacin de sus condiciones a
lo expuesto en los textos, el seor Piles considera que parece coincidir ms exacta-
mente la situacin de la 'actual Jvea". Y tras exponer sus exploraciones por los
cabos de San Martn, Negro y la Nao y de tratar del relieve de Jvea (que segn
Garca y Bellido puede ser romano) y del tesoro de la Lluca, termina su trabajo con
esta negativa conclusin: En estas primeras investigaciones no ha sido hallado el
menor indicio de cermica griega que permita situar en la baha de Jvea el empla-
zamiento de Hemeroskopeion. 63
La sugerencia del profesor Piles fue recogida por un erudito valenciano, gran
prospector de yacimientos arqueolgicos, del que nos ocupamos a continuacin.

61 Cuarta etapa, Reaparicin de los pnicos.-Nuestro tercer perodo colonial acaba en


237 con la invasin de los brcidas. Los cartagineses ... se apoderaron del territorio y pusieron
fin a la autonoma o la existencia de nuestra.s colonias griegas ... Todo el litoral tard poco en
ser cartagins ... Sera prolijo resear aqu los halla~gos arqueolgicos. La costa est llena de
restos de aquel perodo ... La ltima etapa del proceso termina al concluir la segunda guerra
pnica. (PIGUERAS PACHECO, P., ob. cit., pp. 199-200.)
62 PI LES, LEOPOLDO, Investigaciones a.rqueolgicas en busca de Hetneros~ope;on. en SAl'
TADI,I, ao IV, n. 4-5, Valencia, 1942, pp. 6265.
63 Ibdem, p. 65.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 4\

JUAN JOS SENENT IBEZ

Aficionado a la arqueologa, fue un buen conocedor del Pas Valenciano y reco-


gi multitud de datos y noticias de los yacimientos de las provincias de Castelln y
Alicante, en las que ejerci su cargo de inspector del Magisterio. Se plante tambin
la cuestin del emplazamiento de Hemeroskopeion en su comunicacin al Congreso
Arqueolgico del Sudeste celebrado en Murcia 64.
La indudable falta de testimonios arqueolgicos, que impide encontrar Hemeros-
kopeion en Denia o en Hach, no es compensada, a pesar de los esfuerzos de Senent
Ibez, con los que dice haberse encontrado en Jvea, pues entre todos stos, en su
mayora romanos de poca imperial o de fines de la Repblica, tampoco se ve posibili-
dad de testimoniar la presencia de una factora griega que, de hacer caso a los auto-
res clsicos, pervivi cinco o ms siglos.
Termina su aportacin el seor Senent presentando tres conclusiones: l.', la
intensidad de hallazgos concede prelacin a Jvea, con un panorama ms congruente
y propicio a las culturas griegas y pnicas; 2.', si bien se carece de datos positivos
de los primeros contactos griegos con el litoral, son tantos los objetos del siglo IV,
que no se puede explicar este fenmeno sin contar los nuevos habitantes con la
tradicin griega, y 3.', a pesar de todo lo dicho, es necesario nuevas investigaciones
que confirmen o desechen el debatido emplazamiento de Hemeroskopeion.
La vaguedad de estas conclusiones en nada vara las teoras expuestas por otros
autores y a las que nos hemos referido antes.

* * *
Frente a todas estas opiniones, que desde el siglo XVI hasta el presente se han ido
sucediendo, se abren ahora nuevos caminos que, basndose ms en los hechos reales
conocidos que en supuestos acontecimientos mal reflejados en los textos clsicos, pre-

64 Tres son los lugares p':incipales en que la mayora de los t!'atadistas vienen a fijar el
empla~amiento de Hemeroskopeion ... Hemos inspeccionado el campo y sobre todo el castillo
de Denia, as como el pen de Hach ... y ... el cuadro que presentan sus vestigios arqueolgicos ...
en nada se diferencian de tantas y tantas localidades costeras de cultura iberorromana ... Frente
a tan escasa apo:tadn material en Denia o en Ifach, aparece en contraste manifiesto la verdadera
rique~a a-rqueolgica del campo y baha de Jvea ...
Recordemos el tesoro de monedas griegas hal1adas en 1891, la mayor parte de fines del
siglo v a. C .... Igualmente sealamos el llamado Tesoro de Jvea ... [que] el seor Mlida l.
atribuye carcter greco-oriental-ibrico y lo data del siglo v o IV Y el seor Garea Bel1ido ....
considerndolo como producto griego importado ... cree que no es anterior al siglo IV .
Otro hal1a~go ... , de antigedad muy discutible, es la lpida o bajorrelieve de mrmol...
[que] ha sido objeto de opiniones muy dispares ...
Otra pa:ticularidad muy curiosa ... es la llamada sequia de la Noria ... [que] tena por
objeto alimentar las salinas, posiblemente de origen pnico ...
Un paraje de inters ... es la llamada isla del Portichol... La cumbre est sembrada de
fragmentos prehistricos ... (SENENT InEz, J. Jos, En torno a Hemeros~opeio". Crnica del
III Congreso Arqueolgico del Sudeste Espaol, Murcia, 1947-Cartagena, 1948, pp. 241-243.)
42 GABRIELA MARTN

sen tan unas perspectivas distintas a las tradicionales. El primero, y hasta ahora el
nico, que ha tomado nueva posicin ha sido el catedrtico de nuestra Universidad,
mi maestro doctor Tarradell.

MIGUEL TARRADELL

Su primera aportacin al problema que nos interesa aparece en 1962 en un pe-


queo libro titulado Els grecs a Catalunya, cuyos resultados en lo que respecta a
nuestra zona se han reflejado en su reciente Historia dd Pas Va len cid, vol. r, Pre-
historia i Antiguitat, Barcelona, 1965.
El profe~or Tarradell traza la historia de la colonizacin griega, y al hablar del
carcter que tuvieron las navegaciones griegas diferencia, primero, aquellas que re-
presentaron una emigracin en masa de gentes helnicas (caso de la Magna Grecia)
de las que slo tienen un carcter comercial: El litoral de Provenza y del Langue-
doc, as como el del Principado y el del Pas Valenciano, constituy para ellos (los
griegos) un incentivo exclusivamente comercial. Los establecimientos fu eron escasos,
y excepto Massalia (Marsella) y Emporin (Ampurias) no puede decirse que llegaran
a crear verdaderas ciudades. ss
Al plantearse el problema del papel que jug la costa de Valencia, previamente
distingue, como ya lo hicieron Carpenter y Garca y Bellido, las dos etapas o fases
de la historia de la colonizacin o de los contactos greco-hispnicos; pero, frente a
los autores citados, acorta las fechas : el primer perodo ocupara slo los siglos VI-V
(excluyendo, por tanto, todo contacto espordico), yel segundo, desde mitad del v
hasta el III 66.
El punto de contacto martimo sera la consecuencia del camino de las islas, del
que ya hablaron Carpenter y Garca y Bellido, el cual, caso de haber existido, hu-
biera dado un papel importante al litoral valenciano como cabeza de puente 67. De
este repaso al problema que acabamos de citar extrae las siguientes conclusiones el

G5 T ARRADELL, MIGUEL, Hisc(;'ia. del Pas Va.lencia, vol. 1, Prehistoria i Antiguitat,


Barcelona, 1965, p. 66.
66 Durante la primera etapa ... el litoral valenciano, al parecer, no fue especialmente
codiciado. La accin griega tena en el extremo occidente dos polos de atraccin: la zona del
Estrecho, que significaba el control del metal, y el valle del R6dano ... Si se ven as las cosas.
no resulta sorprendente que hasta ahora no se haya realizado ningn hallazgo griego co.-res"
pondiente a todo este perodo en territorio valenciano. Es evidente que un comercio, por lo
menos algo intenso, no lo hubo. Equid istante de los dos focos bsicos de atraccin, podemos su'
poner que se quedaba ligeramente al margen. A no ser que exista otra pos:b;Iidad : que hubiese
constituido un importante punto de contacto martimo. (TARRADELL, MIGUEL, 0b. cit., p. 66.)
f)1 Considera necesario el doctor Tarradell hacer referencia a esta posibilidad para
tratar ... otro punto, mucho mt conocido y discutido: el de las supuestas colonias de la costa
valenciana meridional.
Unos cuantos -no muchos- textos grecolatinos, lacnicos y vagos, dan noticia de tres
o cuatro colonias griegas que habra que situar entre el Jcar y el Segura. La ms d~stacada
es la llamada Hemeroscopeion. La tradicin erudita que viene de tiempos del Renacimiento
y se ampla y concreta con la Ilu.stracin, jams dud de la veracidad y exactitud de estas refe-
rencias. Los estudiosos posteriores hasta nuestros das heredacon el problema y se limitaron
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 43

doctor Tarradell: Creemos que, tal como estn las cosas, antes de discutir, entrando
en pequeas guerras de erudicin local, a cul de los actuales pueblos de la Marina co-
rresponde la antigua Hemeroskopeion y las an ms delicuescentes funciones griegas
vecinas, el problema que cabe plantearse es si realmente existieron alguna ve2<. 68
Un repaso a la gran cantidad de yacimientos conocidos en la costa alicantina nos
muestra que hay restos de todas las pocas, excepto de la correspondiente coloni2<a-
cin griega; un viaje por el litoral muestra que los lugares aptos para haber sido
elegidos por los griegos como colonia o factora son bien pocos y, explorados, en
ninguno se encuentra el menor rastro de objeto de importacin griega anterior al
siglo IV. Adems, en contra de lo que ocurre en todas las factoras griegas, por peque-
as que sean, l1emeroskopeion no acu moneda. Por ltimo, aun cuando, por im-
posible que pare2<ca, hubieran desaparecido totalmente las factoras griegas, al menos
en las 2<OI1aS prximas a los lugares en que pudieron estar se encontraran cermicas
de figuras negras, lo que t ampoco ocurre 69. Ante la posicin que recoge la ltima cita

a discutir la localizacin de las hipotticas colonias. Los hallazgos arqueolgicos... aqu han
fallado de una. forma radical.
Hemeroscopeion se supone que fue una fundacin vieja dentro del proceso colonial grie-
go. Ida relacionada con la poca en que se abra la ruta de Tartessos. es decir. del estrecho
de Gibraltar. La teora tradicional, heredada de una fuente latina; la sita en Denia ...
(~Pero. a pesar de las continuadas rebuscas que se vienen haciendo desde hace aos, no S~
ha encontrado nunca en Denia ni en sus alrededores objeto alguno que pueda ser clasificado
como de importacin griega, si exceptuamos un escondrijo de monedas encontrado en el
Montg. Y no nos referimos a los restos de una ciudad o de una factora . Tampoco hay ningn
elemento que indique unas relacionen continuadas con el mundo helnico: ni una tumba ni un
solo fragmento de cermica. Ante este hecho surgieron las dudas y nacieron las ilusiones locales
de ot'os pueblos de la misma costa ... Como Jvea est tambin muy cerca del Montg y presenta
igualmente una topografa correcta para haber sido una factora colonial, oe ha defendido que
Hemeroskopeion correspondera a Jvea. Pero el problema es el mismo: no hay medio alguno
de confirmacin arqueolgica. Los hallazgos antiguos son abundantes: todos romanos o pre-
histricos. Excepto un tesoro ... que puede clasificarse como de origen o de clara influencia
griega. Es, sin embargo, elemento nico y de ninguna forma decisivo.
Tambin tuvo defensores el Hemeroskopdon de Ifae, algo ms al sur. El famoso pen ...
sera ... el que habra dado lugar al nombre de "atalaya del da". No hay ningn vestigio obje-
tivo que permita aceptar esta hiptesis. (TARRADELL, MIGUEL, ob. cit., pp. 66-67.)
68 TARRADELL, MIGUEL, ob. cit., p. 67.
69 Se pregunta el autor de la Historia del Pas Valcnci<!: Qu cabe pensar de todo esto?
Nos inclinamos a suponer, con los datos que actualmente se poseen, que las colonias griega~
de la costa valenciana no existieron. Por 10 menos en el sentido en que tradicionalmente se
han concebido. Creemos que no hubo verdaderas fundaciones coloniales, con establecimiento
d\! ncleos de inmigrantes en una ciudad o en un inicio de ciudad. A 10 sumo podemos ima,
g'narlas como una especie de mercados temporales, de lugares que eran visitados con relativa
periodicidad por las naves griegas predominantemente focenses, procedentes de Mass~lia o de
Empo:'ion, o quiz tambin de las lejanas costas de la metrpoli o de sus colonias en Italia.
1vlercados que podramos comparar al sistema de comercio de las naves europeas con las costas
del Africa negra en los ltimos siglos anteriores a la colonizacin del siglo XIX. O al sistema
medieval del buque-mercado, cuando a la llegada de un navo los posibles compradores suban
para saber si les interesaba la mercanca transportada . Sabemos que los griegos utili~aron siste~
mas de esta clase por referencias de Herodoto y otros escritores ms o menos contemporneos a
los hechos. (TARRADELL, MIGUEL, ob. cit., p. 69.)
I
44 GAllRIELA MARTN

y que al principio puede parecer un tanto extrema, pero que en definitiva viene a
explicar los hechos no de conformidad a unos textos, sino de acuerdo con unos datos
reales, la investigacin no se ha pronunciado todava. Es difcil admitir nuevas teoras
que rompen con la tradicin. Pero, como se ver ms adelante, las investigaciones que
hemos realizado en las zonas de Denia y Jvea y la revisin que se ha efectuado de
los materiales conocidos no hacen ms que confirmarla.

III
Los DOCUMENTOS ARQUEOLGICOS

Si se compara la brevedad ele los textos clsicos referentes a la colonizacin griega


y fenicia en nuestras costas con el derroche de erudicin que han producido, puede
llegar a creerse que la creciente extensin de las interpretaciones se basa en otro ele-
mento ajeno y complementario al textual, es decir, en los datos que nos proporciona
la arqueologa. Sin embargo, como veremos, la fuerza de las argumentaciones de
eruditos y cientficos queda por completo debilitada ante el nmero de objetos p-
nicos y griegos con que podemos contar, y an ms ante la baja cronologa de stos
por 10 general.

L1 investigacin arqueolgica en Denia y Jvea.


Aparte de las abundantes teoras sobre el establecimiento pnico y griego, nunca
basado en elementos materiales, hemos recogido las noticias sobre diversas explora-
ciones y excavaciones arqueolgicas efectuadas en los trminos de Denia y Jvea
para dar una visin sobre la intensidad de la investigacin en la zona que estudiamos,
en contraste con la pobrez.a de materiales de importacin que estas exploraciones han
proporcionado, y que de este modo no se pueda achacar la escasez de restos a aban-
dono o desconocimiento arqueolgico del terreno.
La investigacin arqueolgica en la zona que nos ocupa ha sido intensa y ha
proporcionado abundantes materiales, no siempre bien interpretados.
Desde los tiempos de Palau se realizaron excavaciones, y 10 mismo este dianense
que el P. Ribelles prospectaron personalmente en el trmino de Denia. Los numerosos
hallazgos arqueolgicos -de poca romana- acaecidos en tiempo de Palau se recogen
en su Diana desente-rrada. La investigacin ms sistemtica e intensa la llev - sin
dudar--- Chabs, participando en todas las excavaciones que en su poca se efectuaron
en Denia. Por el mismo Chabs sabemos de las excavaciones de 1848 y 1874 70 cerca
del castillo. En 1928, Martnez y Martnez 71 hace referencia a unas excavaciones
realizadas en el mismo lugar, de las que se sacaron restos de una necrpolis romana

70 CHABS LLORNS, ROQUE, Historia de la ci"dad de Deni". t. 1, Denia, 1874.


71 MARTNEZ y MARTNEZ, F., Arqueologa. valenciana. Hemerosltopeio"ll e Ifac, tirada
aparte de BRAH, Madrid. 1928.
/
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 45

ARCEL0NA

con inscripciones. Se han efectuado asimismo excavaciones clandestinas en los alre-


dedores del castillo de Denia en todas las pocas hasta nuestros das, proporcionando
siempre materiales romanos. Aparte de estos trabajos en el lugar del templo de
Diana 72, Chabs explor intensamente el trmino de Denia, visitando sus cuevas
y haciendo la primera descripcin detallada de las fortificaciones ibricas de! Mont-
g 72 (pie de 'Aguila. y alt de la Benimaquia). Junto a Chabs trabaj tambin en
estrecha colaboracin Pide! Pita, principalmente cuando se trataba de materiales
epigrficos.
Don Jos Oliver, gran aficionado a la arqueologa de Denia y acrrimo defeniOr
de la teora griega, realiz hasta su muerte, en 1965, numerosas prospecciones en
todo el trmino e incluso lleg a explorar los fondos submarinos del puerto de Denia.
Colabor asimismo con e! Instituto Arqueolgico Alemn y el S. l. P. de Valencia
en las excavaciones de las fortificaciones ibricas del Montg.

72 Por la mayora de los autores que han tratado e! tema se ha llamado e! lugar de!
templo de Diana a una zona de la ciudad de Denia en la que han aparecido e! mayor nmero
de restos romanos, principalmente inscripciones sepulcrales; el lugar corresponde a las partidas
Marjal, Pont Sec, finca de Morand, etc., situadas al norte del castillo, y es aqu donde la
antigua erudicin ha querido sit!mpre encontrar el famoso templo.
13 CHABS LLORNS, ROQUE, Campamento romano en el Montg?, El Archivo, IV,
cuaderno IX, p. 285, Denia, 1890,
GAllRlELA MARTN

PU N T A
DE
LA ALhlAORAP.

\ \
l .....

PE DREG UE R '~---

o 1 2 K....... "

Respecto a Jvea, prescindiendo de las referencias de Escolano y Diago, de los


que no sabemos si la exploraron personalmente, conocemos las prospecciones de Ribe-
lles (as como sus pintorescas deducciones), las de Schulten a su trmino y a la isla del
Portixol y las numerosas efectuadas por los eruditos alicantinos, t:lles como Senent,
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMERO,KOPEION 47
Lafuente Vidal, Figueras Pacheco, Jos Belda y los trabajos de Piles y Bover Berto
meu ". Finalmente, contamos con las excavaciones realizadas en la cava Ampla o del
tio Gil por el profesor Tarradell y su Laboratorio de Arqueologa de Valencia y las
efectuadas por la autora de estas lneas en la factora pesquera romana de p,mta de
l' Aren,,!. Asimismo hemos llevado a cabo una amplia prospeccin arqueolgica de
todo el trmino de Jvea.
Como colofn queremos hacer constar que, gracias a la colaboracin de Joaqun
Saludes, se han explorado intensamente los fondos submarinos de la costa de Deni"
y Jvea.

* * *
A continuacin vamos a exponer simplemente todas aquellas noticias que nos han
llegado de materiales arqueolgicos griegos y pnicos. Todos los datos que aportamos
son conocidos y nuestra labor en este caso se ha limitado a reunirlos para lograr una
visin de conjunto. Personalmente no hemos podido estudiar ninguna de las piezas
que se inventarian luego, por otra parte repetidamente publicadas y estudiadas. He'
mos recogido, pues, la descripcin que nos' ha parecido ms acertada, sealando igual
mente las discrepancias que entre los autores haya podido haber.
Es decir, que como colofn a la parte que podramos llamar puramente terica
aadimos lo que de real y prctico, positivo, hay en este problema.

HALLAZGOS GRIEGOS

En primer lugar nos vamos a referir a los materiales griegos que, encontrados en
Denia y Jvea, nos han llegado noticias. Aun contando con los hallazgos que podra-
mos llamar dudosos, el panorama que se nos ofrece es elemlador y totalmente incapaz
de sustentar la teora sobre el pasado helnico. y en este caso no se puede achacar la
carencia de noticias a la falta de investigacin o a la escasez de las prospecciones
arqueolgicas, pues desde la poca de Beuter, la zona ha sido prcticamente batida.
Hoy contamos, para el conocimiento de la arqueologa protohistrica de la zona
que estudiamos, no slo con los hallazgos reunidos por 105 eruditos ele siglos pasados,
sino tambin con los de las efectuadas por el Instituto Arqueolgico Alemn citado,
con los resultaelos de nuestras propias excavaciones y prospecciones y con los de
tantas rebuscas clandestinas, ele las que conocemos, en los trminos de ambas ciuda-
des, multitud de casos.
He aqu los objetos griegos, o que se han considerado como tales, con los que se
puede contar:
Bajorrelieve en mrmol, de ]vea.-Este fragmento ele placa de mrmol se encon-
tr a principios de siglo en el M,mtanyar o punta de I'A,-enal, de Jvea , en circuns'
tancias que desconocemos. En el mismo lugar hemos realizado excavaciones de los

H PILes, L~OPOLDO. Investigaciones arqueolgicas en busca de Hemero:;i{opeioH, SAlTABl,


n,2 4,5. p. 62, Valencia, 1942; BOVER BERT01IEU. JUAN, Yacimientos arqueolgicos de jvelL R
S~lict )' catlogo de los objdos hallados en los mismos. SAITABI. n.!.! 13, p. 263, Valencia, 1943.
/
48 GABRJELA MARTN

restos de una factora pesquera romana, cuyos resultados tenemos en vas de publi-
cacin.
El bajorrelieve representa un jinete precedido de una figura de varn togado y
seguido de un soldado con la lanza al hombro. La composicin est incompleta,
faltando la mano derecha del primer personaje y las piernas de los dos que estn de
pie, as como las patas del caballo.
Segn Garca y Bellido, la pieza fue dada a conocer en 1912 por Pierre Paris,
aunque con anterioridad hablara de ella Albertini 75, Garca y Bellido dice de la
misma: Segn la opinin de Pierre Paris, que coincide con la de Collignon y Pottier,
se trata de una obra griega del siglo IV. No conocemos el relieve ms que por la
reproduccin deficiente del Jahrbuch Anzeiger, a la que remitimos, reservndonos
nuestro juicio. 76
Pero esta reserva del juicio del profesor Garca y Bellido desaparece en 1948, al
publicar su Hispania Graeca, donde dice: La misma exclusin hemos de hacer del
llamado relieve de Jvea, que en mis Hallazgos griegos en Espaa ya di como dudoso,
a pesar del dictamen favorable de ciertos arquelogos franceses. Sigo sin conocer el
original, pero el examen atento de una fotografa me ha convencido que no se trata
de un relieve griego, sino romano, como lo est proclamando el modo torpe y falso con
que el jinete se sienta sobre su caballo, cosa que es inconcebible en una obra griega
del siglo V-IV, fecha a la que el aspecto general del relieve conducira de ser, como
se ha pretendido, un original. 77 Y refirindose el profesor Garca y Bellido al lugar
del hallazgo, nos dice que se encontr en el Montaar, donde se ven huellas de una
antigua ciudad y a sus pies las de un puerto hoy cegado.
Las huellas de esta ciudad a que se refiere el autor son los restos de la factora
pesquera de poca romana antes mencionada. El puerto cegado es La. Fontana, brazo
antiguo del ro Gorgos, hoy cegado, que debi de ser utilizado como fondeadero en
poca antigua indeterminada, posiblemente medieval a juzgar por los restos que he-
mos encontrado.
La clasificacin del relieve, desde el siglO IV a. de C. hasta de plena romanizacin,
hace ms que dudosa la pieza. No la hemos podido ver, pues aunque Garca y Bellido
dice que perteneca al barn de San Petrillo, las oportunas gestiones nos han hecho
saber que se conserva en Jvea, en propiedad de la familia de don Carlos Aracil,
de la que recabamos permiso para estudiarla y fotografiarla, sin conseguirlo. N o obs-
tante, e! archivo fotogrfico del S. 1. P. de Valencia posee una fotografa de mejor
calidad que las publicadas hasta ahora de este relieve y que podremos incluir en la
publicacin correspondiente a la factora de! Arenal.
A pesar de slo conocerla por malas reproducciones fotogrficas, dada la autori-
dad del profesor Garca y Bellido en la clasificacin de escultura griega y romana y
el hecho positivo de que en el lugar en que apareciera slo se ha encontrado material

75 ALBERTINI, EUGENE, BasreJief grec trouv d Javea.. en Comtes rendues de l'Acadmie


des Inscriptions et Belles Lettres, Pars, 1911.
76 GARcfA y BELLIDO, A., Los Itallazgos griegos de Espaiia, Centro de Estudios Histricos.
Fichero de Arte Antiguo, Madrid, 1936.
71 GARcfA y BELLIDO, A., Hispaniae Graeca, t. I1, p. 129, Barcelona, 1948.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 49

no anterior a la poca de Augusto, nos hace inclinarnos por la romanidad del re-
lieve.
'T eSQ1'O del Montg. - En la primavera de 1891 tuvo lugar, cerca de Denia, el
hallazgo de un recipiente con diecisis monedas griegas, dando Roque Chabs in-
mediatamente noticia en un artculo, 'Tesoro del Montg, publicado en El Archivo,
tomo V, cuaderno r, Valencia, 1891, p. 50 y SS., reproduciendo en dibujo las mone-
das y los dems objetos que formaban el escondrijo. El tesoro debi de perderse pos-
teriormente, pues siempre que se ha publicado ha sido con las reproducciones de los
dibujos de Chabs, ignorndose en la actualidad el paradero del conjunto.
El hallazgo se dio, segn Chabs ..., en lo alto del Montg, en la pendiente que
hay sobre el collde Pous, frente al casero de Jess Pobre . La detallada clasificacin
que Chabs hizo del tesoro ha sido repetida y admitida por casi todos los autores
que han tratado del hallazgo, difiriendo los ms modernos (Garca y Bellido y Beltrn
Martnez) en algunos puntos. Reproducimos en nota lo que estos dos autores dicen,
por representar la clasificacin con criterio moderno de las piezas 78.
Para el profesor Beltrn Martnez se trata de un escondrijo de platero, por lo
que no es necesario que las monedas estn en curso oficial, lo cual es muy importante
para su datacin. Segn Garca y Bellido, la moneda de fecha ms moderna -dejando
aparte las ampuritanas, de cronologa discutible- es la siciliana de Messana (490-
390); y segn Beltrn, el tratarse de monedas fuera de uso corriente les da una
cronologa ms baja, que podra llegar hasta principios del siglo IV, no parecindole
ms antiguo el momento de la ocultacin.

78 GARcfA y BELLIDO, en H ispania Graeca, Barcelona, 1948, t. n, p. 224, reproduccin


de 10 que dijo en Hallazgos Griegos en Espalia, Madrid, 1936, p. 156, nm. 152, y reproducido
exactamente en Historia de Espaa, dirigida por Mennde~ Pidal, vol. n del t. 1, Madrid, 1952,
p. 629: Cerca de Denia, la antigua Hemeroskopeion, fue hallado, en la primavera de 1891,
un recipiente con 16 monedas ... Entre las monedas haba estas griegas exticas: a) Una
tetradracma de Zankle o Messana, en Sicilia, con la leyenda MEll.HHllN , de 490390; b) Otra
tetradracma de Leontinoi, Sicilia, del 460420; e) Un fragmento de moneda de Syrakussai,
Sicilia, del hacia el 480; d) Una moneda de Selinous, Sicilia, del 460-410, y e) Una moneda
arcaica de Korinthos, del 520-480,
Haba adems monedas de Massilia y Emporion, de las ms antiguas, que componan la
mayor parte del tesoro, y un bolo de Carthago. Es de inters para la fecha del tesoro que se
encontr con l una fbula del tipo llamado "ibrico" de arco y aro y un jae>; de caballo.
El profesor BELTRN MARTNEZ, en un trabajo actualmente en prensa que se titula Eco)1o~
ma monetaria de la Espaa a.ntigua, dice con referencia al tesoro del Montg: Se trata de
un escondrijo de platero y, por tanto, de metal para fundir, por lo que no es necesario que
las monedas estn en curso oficial, lo cual es muy importante para su datacin. Las monedas
son: cinco anepgrafa~, una de Emporion con cabeza femenil, E,M, y toro derrotando cuatro
bolos masaliotas, un tetradracma de Messana, una estatera corintia, un tetradracma de Seli~
non te, un trozo de tetradracma de Siracusa, una monedita de Tarento (supuesto bolo fenicio
por Mller, Chabs y Garda y Bellido) y un tetradracma de Leontinon. Sin entrar en la
consideracin de cada una de las monedas, que puede verse en los autores que han tratado
del tesorillo, es indudable que todas las monedas llevan su datacin a la segunda mitad del
s glo v, como ya vio Hill, siendo por lo tanto la fecha de su ocultamiento un siglo anterior a
la supuesta po; Amors, que lo data entre el 350 yel 300 . A lo sumo podra llevarse la fecha
a principios del siglo IY, cs decir, hacia el 400.
/
50 GABRIELA MARTN

De toda' formas, este tesoro no nos sirvc para justificar unas colonias griegas
cercanas al Montg, no slo por ser hallazgo singular, sino tambin por la fecha, tan
tarda, que no coincide con las que deben darse a tales colonias, segn los textos
clsicos y sus interpretaciones.
Francisco Danvila y Collado, en su artculo titulado El teS01"O del Montg (El
Archivo, t . V, cuaderno III, p . 168, Valencia, 1891), que pudo ver los objetos que
aparecieron con las monedas, dice que son restos de arneses de caballo, de factura
indgena, no griega. Lo que, junto a la descripcin que hace Chabs de las vasijas
que acompaaban el hallazgo, nos hace pensar en un poseedor indgena, no forastero.
Otros hallazgos de rnonedas.- Para no interrumpir el tema de los hallazgos numis-
mticos, y sin tener en cue.nta los acaecidos antes de 1914 en Benisa e Ifach, de los que
apenas se tiene noticia, nos referimos a los siguientes:
1. Dos monedas griegas, sin ms detalle, que don Francisco Martnez y Martnez,
erudito valenciano, vio en poder del capitn de Carabineros don Mariano Tucharte
Samper, en la misma Denia, y de las que dio noticia en su artculo A1'queologa
Valenciana. Hernerosl~opeion e [[<lch, publicado en el tomo XCII (1928), pgina 757,
del Boletn de la Real Academia de la HistOli,t.
2. Una moneda griega, de Ampurias, descrita en el tomo III del Mernol'ial Nu-
mismtico Espaol (p 68), pi!rteneciente a la coleccin de don Francisco Caballero
Infante.
La imprecisin de estas noticias no las hace aptas para sacar de ellas consecuencia
alguna. Pero la escasez di! hallazgos que de estas nicas noticias se desprende s n05
da una base, pero negativa, para el pr"blema de la colonizacin griega en nuestra
comarca.
'fesoro de Jvea 79._A fines del ao 1904, al realizar labores agrcolas en la par-
tida de La Lluca, del trmino de ]vea, un labrador encontr, a unos 50 cm. de
profundidad respecto a la superficie del campo, una vasija de barro conteniendo una

79 La bibliografa sobre este tesoro ha sido muy numerosa, y de ella damos a continuacin
unos cuantos ttulos, seleccionados) desde la primera noticia publicada en 1905, o sea un ao
aproximadamente dt:spus de su hallaz;go:
BALSA DU LA VEGA, R., Una alhaja. Las joyas de Jvea. en La Ilustracin Espaola y Ameri-
cana, Madrid, 1906, p. 206.
MILlDA ALlNARI, J. R., El tesoro ibrico de Jvea. en ~Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, vol. XIII, Madrid, 1905, p. 366 Y ss. (Trabajo incluido cmo apndice en la
obra dd mismo autor: Las esculturas del Cerro de los Santos. Cuestin de autent'cj.dad.
Madrid, 1906.)
PARIS, P., Le tTesOT de JvCtl. en Revue Archologique, VIl, Pars, 1906, p. 424. (Dos
artculos con el mismo ttulo y parecido contenido public este mismo autor en J ahrbuch
des K. Deutschcn Archaeologischen Institut. Archaeologischen Anzeiger, XXI, Berln,
1906, p. 111, y en Comptes-rendus de l'Acadmie des Inscriptions, Pars, 1906, p. 116.)
TORMO MONZ , E., El tesoro ibl"ico de Jvea.: Descubrimiento y adqUl'sicin, en Cultura Es-
paola, V, Madrid, 1907, p. 256.
SANDARS, R., Pre'r'oman bro'nze votivc offerings from Despei'iaperros, en Archaeologia, LX,
Londres, 1907, suplemento.
SENTENACH, N.) Bosquejo histrico sobre la orfebrera. espaliola, en Revista de Archivos. Bi ..
bliotecas y Museos, XVIII, Madrid, 1908, p . 96.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 51

serie de joyas antiguas. Este tesoro, sin la vasija que lo contena, de la que nunca
se dieron detalles, pas al Museo Arqueolgico Nacional gracias a las gestiones
que hiciera don Elas Tormo, al que comunic la noticia don Roque Chabs.
El tesoro estaba formado por las siguientes piezas de oro: una diadema o frontal.
una flbula con cadenilla unida a ella, dos cadenas y otra ms fina y las siguientes
piezas de plata: un brazalete serpentiforme, tres cintas sin decorar y varios frag-
mentos de otras cintas.
La joya principal, la diadema, ha sido detalladamente descrita por el profesor
Garca y Bellido, y de la que dice que frontales o diademas semejantes (pero con
muy otras labores) aparecen en ciertas figuritas cermicas carthaginesas de Ibiza y
en algunas esculturas del cerro de los Santos. A pesar de estos parecidos, Garca
y Bellido considera, tanto por la finura de su labor como por la pureza del dibujo
de sus adornos, que es pieza de origen griego ms bien que greco'oriental -ibrico,
propuesto por Mlida- . En joyas genuinamente griegas se ven --segn el propio
Garca y Bellido-- recursos tcnicos semejantes y hasta la misma tcnica, la misma
finura, la misma calidad del trabajo y hasta los mismos temas y motivos estilsticos.
Encuentra paralelo en los objetos nmero 1.240 y 2.113 del Catlogo de Joyera del
British Museum, y dice, en conclusin: Por todo ello, segn nuestro parecer, este
frontal es un producto griego importado, quiz sud glico o siciliano, y de poca no
anter:or al siglo IV. Y aade que aboga esta conclusin la intensa helenizacin de la
regin, la existencia de las colonias griegas de Hemeroskopeion, Alonai y Akra
Leuka, enclavadas en la misma zona costera donde se hallaron las joyas, y la relativa
abundancia de tesoros monetales con numerario griego (total, decimos nosotros, un
tesorillo nico con diecisis monedas), procedentes de sus inmediaciones.
La fbula de oro, dudosamente fbula, lleva adornos semejantes en arte y tcnica
a la diadema.

DECHCLETTE, J., Clll"onol ogie IJrhistorque de la Plll'l1,<;lIle Ib riquc, e n Rcvue A rcholo'


gique, XIII, Pars, 1909, p. 21.
GARcfA y BELLIDO, A., Hallazgos griegos en Espaa, Madrid, 1936, p. 139 Y ss., n.' 145. (Con
el mismo contenido. con pequeas variantes, E.e incluye esta descripcin en Ars Hispa''IIiae.
H/.spania Graeca, vol. II, y en el vol. II del t. 1 de la Historia de Espaa de R. Menndez
Pidal.)
ALVAREZ OSSORIO, P., Una visita al Museo Arqueolgico 7'{acional, 2. ' ed., Madrid, 1925,
p. 16. (Con el contenido ligeramente variado, a consecuenda de los estudios de Garca y
Bellido, se incluyo! descripcin en el libro del mismo autor 'fesoros espaoles antigu.os en el
Mu.seo ATqueolgico 7'{acional, Madrid, 1954.)
BLANCO PRElJEIRO, A., Orienta!ia. Estadio de objetos fen :'cios y orientalizantes en la pellnSltla
Ibrica, en Archivo Espaol de Arqueologia, XXIX, Madrid, 1956, p. 3 Y ss.
Adems se incluye fotografa y descripcin en casi todas las obras que tratan de historia
antigua espaola, de arte o de arqueologa, como, por ejemplo, en la Arqueologa espai'iola. de
J. R. MLlDA, Madrid, 1929, yen HistO>"a de E spa'-ia, t. 1, ln.eituto Gallach, po:' L. PElUCOT
GARCfA, Barcelona, 1934, y ediciones posteriores.
Tambin en las recopilaciones de materiales arqueolgicos de la ~ona, hechas por BOVER
BERTOMEU. Yacimientos arqueolgicos de uea. Resea y catlogo de los objetos hallados en
los mismos, SAlTABI, n.'1 13, Valencia, p. 263 Y ss., Y por FIGUERAS PACHECO. Pa'lOrama
arqueolg'co de Jvea y sus cercana . , en Archivo Espaol de ArqueoJogia, XVIJI, Madrid,
1945, p. 1 Y ss.
5'2 (;AIlRIELA MARTN

El brazalete de plata, de tipo serpentiforme, semejante a los que se conservan


en el Museo Arqueolgico Nacional procedentes del tesoro de Cheste, es de tipo
corriente en el Sur de Italia y en Sicilia, durante el siglo IV (necrpolis de Montefor-
tino, Italia septentrional, con materiales hasta del siglo 111; Morgancio, cerca de
Catania, en Sicilia; Leontinoi, tambin en Sicilia; Gela, igualmente siciliana, etc.).
Para poder averiguar ms detalles de las circunstancias del hallazgo y de las ca-
ractersticas del lugar, realizamos una prospeccin en la finca La Torre, de la partida
de La Lluca, donde exactamente apareciera el tesoro, a la derecha de la carretera de
Benitachell, donde, segn otras noticias (Anales del Centro de Cultura Valenciana,
1930, p. 74), se haban encontrado restos de una necrpolis. Lamentablemente, los
campos, cultivados desde antiguo y dedicados a viedos, estn en la actualidad trans-
formndose en huertos de naranjos, para los que se construyen elevados bancales que
han enmascarado todos los indicios arqueolgicos que pudieron tener. Slo pudimos
observar, a la izquierda de la carretera de Benitachell, no lejos de la finca La Torre,
un muro de unos 20 metros de largo por 2'50 de alto, construido de piedras prism-
tico'rectangulares, de buen tamao, unidas por una fina capa de argamasa y posi-
blemente ibrico. Este muro ha quedado cortado por la carretera en un extremo,
mientras que por el otro termina en un desnivel brusco del terreno. Se utiliza hoy en
da como horma de un viedo, pero es posible que antiguamente sirviera de muralla
o muro de contencin.
Estas joyas, cuyo conjunto puede situarse hacia la segunda mitad del siglo IV a, C.,
son de procedencia griega, del Sur de Italia, segn las opiniones ms autorizadas.
Pudieron ser producto del comercio o haber sido tradas por algn mercenario ibrico
de los que lucharon en la Magna Grecia por aquellas fechas. Como sea, lo mismo que
nos ocurre con el tesorillo de monedas de Denia, la cronologa tampoco nos sirve para
justificar una colonizacin acorde con los textos.

HALLAZGOS FENICIOS o CARTAGINESES

El panorama que presentan los hallazgos pUI1lCOS en los trminos de Jvea y


Denia an es ms desconsolador y para nada nos habla de la intensidad de contactos
que pudo haber entre nuestras costas e Ibiza en una primera poca a partir del si,
glo VII, cuando los fenicios fundaron en esta isla su factora y su puerto de base de
operaciones en la Pennsula, ni de fechas ms recientes, posteriores al tratado del
Ebro, cuando la mitad meridional de Hispania qued bajo la hegemona de Cartago.
Hay que advertir que la erudicin alicantina ha visto restos fenicios y cartagineses
por todas partes, no slo en la costa de la zona que excavamos, sino en todo el litoral
alicantino, incluida la desembocadura del Segura, Figueras Pacheco -ya lo vimos al
hablar de las interpretaciones histricas-, Lafuente Vidal y, recientemente, el epgono
de ste, la arqueloga sueca Solveig Nordstrom, consideran la mayor parte de los
objetos encontrados en la provincia de Alicante (incluso, en algunos casos, la cer-
mica tica de barniz negro o cualquiera de sus imitaciones campanienses) como
fenicios o cartagineses. En lo que respecta a las comarcas que son objeto de nuestro
estudio, la realidad es bien otra, como se va a ver a continuacin, donde damos nota
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 53
de aquellos objetos que, sin duda, son de procedencia pnica. y creemos que son
los nicos que pueden considerarse como tales entre todos los que se han venido
publicando.
En Denia.-Roque Chabs, en la lmina V, nmero 1, del tomo 1 de su tantas
veces citada Historia de la ciudad de Denia, publica el dibujo de un nfora de perfil
y caractersticas indudablemente pnicas, tipo E de Ma.
Hallado en el puerto de Denia y dado a conocer por don Francisco Martnez y
Martnez 80, un vasito de barro gris, de 14 cm. de altura, del tipo de los de la necr-
polis de Ibiza.
A estos dos hallazgos cermicos se reduce toda la arqueologa pnica de Denia:
un nfora y un .vasito.
En Jvea.-Un nfora de tipo pnico, sacada del mar, frente a la costa de Jvea,
tipo E de Ma, perteneciente hoya la coleccin Navarro Rubio.
Un centenar de monedas pnico-ebusitanas con figura de Bes en anverso y reverso,
encontradas en el trmino de Pedreguer. Hemos podido ver veintiocho de estas mone-
das, que pertenecen a la coleccin del seor Bover Bertomeu, de Jvea. No se especi-
fica, en ninguna de las publicaciones donde se habla de este hallazgo, el lugar exacto ni
la forma en que se produjo 81.
Una cuenta de collar de pasta vtrea de color azul, con 'decoracin en ojos,
procedente de nuestras excavaciones en la ptmta de I'Arena~ en un estrato con mate-
riales romanos del siglo !II d. de C.
y entre el material que no hemos visto, pero del que se dan noticias en varias
publicaciones, tenemos dos nforas que Bover Bertomeu B2 describe del siguiente
modo: Un nfora fenicia, propiedad de don Fernando Albi; altura, 1'20 m. por 0'85
de circunferencia, sin incrustaciones. Un nfora fenicia de idnticas dimensiones y
caractersticas que la anterior, propiedad del seor Segarra Llamas. No hemos po-
dido ver ninguna de estas dos nforas. De la primera no conocemos dibujo ni foto-
grafa. Por las referencias, debi de encontrarse en tierra firme. Respecto a la segun-
da, la que pertenece a la coleccin Segarra Llamas, se trata, al parecer, de la misma
que publicara Figueras Pacheco 83 y que es, indudablemente, pnica, por lo que la
clasificacin que de ella hiciera Bover la consideramos correcta.
Hemos de hacer una aclaracin necesaria respecto a estas nforas pnicas reco-
gidas en los trminos de Denia y Jvea. Todas ellas pertenecen al tipo que Ma
ha llamado ibicenco 84 y que al parecer han sido fabricadas en Ibiza e incluso en algn
lugar de la provincia de Alicante y tienen una cronologa de los siglos I1I - 1 a. de C.,
siendo un tipo que no aparece en Cartago. Sin embargo, no aparecen en la zona que

80 MARTNllZ y MAR TNEZ, F., ob. cit., p. 756.


81 Las han mencionado: BELDA DOMNGUllZ, J., vea (Alicante), en Noticiario Arqueo'
lgico Hispnico, 1, 1952, noticia n. 97, p. 188, Madrid, 1953; BOVER BERTOMeu, JUAN,
ob. cit., p . 263; FIGUERAS PACHECO, F., ob. cit., p. 1, y SENENT IOEz, J. Jos, ob. cit.
a> BOVER BERTOMEU, JUAN, ob. cit., p. 270.
83 FIGUERAS PACHECO, FRANCISCO, ob. cit., lig. 14.
84 MA, Jos MARIA, Sobre tiPologa de nforas pmicas. VI Congreso del Sudeste Es-
paol. Alcoy, 1950-Cartagena, 1951, p. 203.
54 GABRIELA MARTN

estudiamos nforas pnicas con boca de embudo, consideradas como de impor-


tacin cartaginesa.
En resumen, tenemos en Jvea los siguientes hallazgos pUl1lcos: un tesorillo de
monedas ebusitanas, un nfora pescada en el mar, otra en la coleccin Segarra Lla-
mas y una cuenta de collar. Esto como hallazgos pnicos seguros, de los que habra
que descartar el nfora pescada, que slo nos habla de la existencia de una navegacin
pnica por nuestras costas.
Basa;' sobre estos pocos datos positivos una o varias teoras sobre la colonizacin
pnica de Jvea es absolutamente imposible. Slo nos sirve de testimonio del paso
de estas gentes por nuestras tierras, 10 cual, por otra parte, deducindolo del contexto
general de la historia antigua, ya se saba.

LA SUPUESTA CECA IBRICA DE DINIU

La lectura errnea de un epgrafe, en una poca en que todava no se conoca


bien la transcripcin del alfabeto ibrico, hizo creer a muchos autores que haba
existido una ceca ibrica -DINIU- que, por su semejanza fontica con Dianium,
relacionaron con esta ciudad. El tema ha sido tratado con amplitud recientemente por
E. Pla Ballester 85 y no 10 repetiramos aqu si no fuera porque est ntimamente
relacionado con nuestro trabajo y una vez ms se puede demostrar que una mala
interpretacin, a fuerza de ser repetida y no comprobada por distintos autores, pasa
a ser teora clsica. Es preciso un investigador con el sentido crtico de Pla Ba-
lIester para que un error mantenido durante tantos aos quede al fin aclarado.
Resumiendo, pues, el trabajo mencionado, vemos que Delgado 86 tradujo el ep-
grafe ibrico XI f'J ~.,. por DIANIU, leyenda que aparece en un tipo de monedas
ibricas (se conocen tres ejemplares o pocas ms) encontradas, al parecer, solamente
en la provincia de Soda: y, desde luego, nunca en Denia ni sus alrededores. Delgado
las identific con Denia, y tambin Hbner .. que ley DINIU, siguiendo a este ltimo
en la atribucin. El error, justificado en las fechas en que Hbner public su Mo-
numenta, ya no 10 estaba cuando Schulten redact sus comentarios a Estrabn ni
cuando Garca y Bellido -que cae en e! mismo error- escribi sus diversos trabajos
sobre este tema.
Despus de los estudios de Gmez Moreno sobre el alfabeto ibrico sabemos que
e! epgrafe XI f'J ~ l' no se traduce por DINIU, sino por DA-DA-N-I-U, y as lo hubiera
ledo cualquiera de los autores modernos que han tratado el tema si se hubieran pre-
ocupado de comprobarlo. Pero vemos que autores de la categora de Schulten y
Garca y Bellido reconocen la identidad de DINIU-DIANIUM- DENIA, y esta identifica-
cin resulta todava ms compleja y contradictoria en cuanto que dichos autores no
rechazan por ello la existencia de! templo de Diana (siguiendo la cita de Estrabn)

85 PLA BALLESTER, ENRIQUE, Diniu., trua ciudad ibrica. inexistente, SAITADI, XVIII, en
prensa.
86 DELGADO, ANTONIO, J\{ucvo mtodo de clasificacin de las 'monedas au.tnomas de Es'
pllll, t. I1I, Sevilla, 1876.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 55
que dio origen al nombre de Dianium. De tal manera que la palabra Dianium pro-
cede conjuntamente del epgrafe ibrico DINIU y de la latinizacin del nombre griego
de la diosa Artemis. lo que resultara una coincidencia histrica sin precedentes.
Antonio Beltrn Martnez. en su Curso de Numismtica, dice: dabaniu, en los
Arvacos. quiz Devanos (Soria) .... absurdo Denia. Pero sin aclarar la razn de
que tal moneda hubiera sido identificada con Denia.
Vemos. pues. que queda totalmente descartada la posible existencia de una ciudad
ibrica llamada Diniu en las proximidades de Denia. y a la vez la arqueologa viene
a darnos la razn: los nicos yacimientos ibricos cerca de Denia son el alt de la
Benimaquia y el Pic de l' Aguila, ambos estratgicos por su posicin defensiva. pero
sin extensin ni categora para haber sido ciudades donde se acuase moneda. El
d:lto cronolgico n os es tambin negativo. ya que la acuacin de monedas con
leyenda ibrica no es nunca anterior al siglo II a. de C. y los dos poblados ibricos
mencionados fueron abandonados. con toda seguridad. a principios del siglo II.

CONCLUSIONES

De toda nuestra exposicin anterior son slo los datos arqueolgicos los que
nos pueden llevar a las conclusiones menos equvocas respecto al problema de las
colonizaciones de nuestras costas y los que pueden confirmar las noticias que los
textos clsicos han dejado. si es que alguna de ellas se refiere exactamente aDenia
o Jvea.
As. pues. vamos a exponer seguidamente los resultados a que hemos llegado.
siguiendo el camino que consideramos ms sencillo. es decir. estudiando aquellos
datos positivos que tenemos a nuestra disposicin.
Seguiremos para nuestro estudio el camino rido. pero efectivo. que nos brinda
la investigacin cientfica actual. y con l alcanzamos unos resultados bastante menos
espectaculares que los que nos han precedido en estos trabajos.
As. nos encontramos que. por encima de tanta teora. la investigacin arqueol-
gica slo nos ofrece. durante los aos en los que deban de estar los griegos ocupando
esa famosa colonia de Hemeroskopeion. una poblacin indgena. es decir. ibrica. bien
fortificada en el alt de la Benimaquia, en el Montg. con un sistema defensivo de
muy buena tcnica y que debi de asentarse en este lugar hacia el siglo V-IV 87 a. de C .
desplazndose luego. en parte. durante el siglo III. a un punto ms alto. ms inacce-
sible y de mayor extensin. al vecino pic de 'Aguda, que aun siendo un ncleo de
poblacin de superior importancia posee un carcter defensivo ms acentuado 88.

87 SCHUDART. HERMANFRIED. Excavaciones en las fortificaciones del Montg, cerca de


Denia (Alicante), VII Congreso Nacional de Arqueologa. Barcelona. 1960. p. 346: ZaragOl;a.
1962. Untersuchungen an den iberischen befjestigtmgen des Montg. bei Denia (Prov. Ali-
cante). Madrider Mitteilungen. Segn Schubart. los materiales ms antiguos del alt de Ben,-
maquia. pueden fecharse en el siglo VI, pero el anlisis de los materiales procedentes de estas
excavaciones hace afirmar a LLOBREGAT CONESA. E. (tesis doctoral todava indita sobre la
Contestani.), que no se puede alargar la fecha ms all del siglo IV a. de C.
88 SCHUDART. H . ob. cit . nota 87.
56 GABRIELA MARTN

En este lugar permanecen los iberos hasta el siglo Il a. de C., o sea hasta la conquista
romana, cuando se abandonan los lugares altos e inaccesibles. Los habitantes de esta
localidad ibrica, ya romanizada o en perodo de romanizacin, debieron de descender
entonces hacia las tierras que hoy ocupa Denia.
Es decir, que durante los siglos V al Il, en e! Montg, junto a la actual Denia, la
investigacin arqueolgica slo nos ha proporcionado un dato seguro: la sucesiva
ocupacin por iberos del alt die /,a Benimaquia. y de! pie de I'Aguila. De las excava'
ciones realizadas en estos dos poblados por el Instituto Arqueolgico Alemn, Schu'
bart (loe. cit.) dice: Ni en el alto de la Benimaquia ni en e! pico de! Aguila hay
hallazgos de cermica griega. Este resultado, si bien negativo, es un argumento de
importancia contra la existencia de una posible colonia griega en la comarca de
Denia, aunque slo pueda considerarse como un dato y de ningn modo argumento
decisivo.
Ciertamente que los datos negativos no son suficientes, pero las investigaciones
de campo por la comarca de Denia han sido 10 bastante intensas para, aun cuando
slo hubiera sido un ejemplar, se hubiera encontrado cermica griega.
Es posible que las vertientes de! Montg, en alguna de sus estribaciones, hayan
estado ocupadas con anterioridad a estas poblaciones ibricas, pero no por griegos,
sino por gentes de la Edad del Bronce, ya que son numerosos los fragmentos de cer-
mica de esta poca que pueden recogerse, dispersos, por las vertientes que miran a
Denia. Lo que no se ha encontrado an es e! poblado.
La primera noticia que tenemos sobre estas fortificaciones de! Montg la propor-
cion Roque Chabs 89, considerndolas romanas. Si bien Chabs no siempre acierta
al hacer un juicio arqueolgico, no se deja tampoco llevar excesivamente por la
fantasa, a no ser que siga e! texto de otro autor. Dndonos cuenta de una simple
excursin realizada al alt de la. Beni,maquia. que, en el artculo citado, vemos que se per-
cat claramente de la 'importancia de estas fortificaciones, describiendo su situacin.
Cualquiera de estos dos yacimientos ibricos hubiera podido ser la ciudad de
Diniu, caso de que esta ciudad ibrica hubiera existido, como algunos autores han
opinado al deducir por la lectura de unas monedas la ceca de dicho nombre y atri-
buirla a un lugar prximo a la Denia actual. Pero ya hemos visto que el epgrafe
X 11\1 ~ 1', es decir, DABANIU, fue mal ledo, antes de la fijacin de! alfabeto ibrico
por Gmez Moreno, y despus, en virtud del principio de autoridad, se ha seguido
repitiendo la errnea lectura sin buscar e! epgrafe original que, sin duda, cualquiera
de los autores antes citados hubiera transcrito correctamente. De todas formas, aun
cuando hubiera existido esa ceca Diniu_ tampoco hubiera sido fcil localizarla cerca
de Denia, a no ser por e! parecido fontico -relativo-- de las palabras Diniu y
Dianiwm, pues ninguna moneda con el epgrafe X 11\1 ~ l' se ha encontrado en las
proximidades de Denia, ni los hallazgos arqueolgicos que han proporcionado los
yacimientos del Montg presentan caractersticas que nos hagan pensar en una ciudad
lo suficientemente desarrollada y con una actividad econmica bastante para acuar
moneda, sino que, por el contrario, corresponden a poblaciones de una sencilla eco-

89 CHADS LLORNS, ROQUE, C"m/)mento ro",,,"o en el Mo"tg?, oh. cit.


LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 57
noma agraria, preocupadas en primer lugar en buscar proteccin, sobre todo en e!
siglo 111, contra la ocupacin ms o menos intensa de los cartagineses, razn que les
obliga a ocupar en este siglo el lugar mejor defendible del Pic de r Aguila.. Es, pues, la
proteccin ante la presin exterior, como dice Schubart 00, la principal caracterstica
que nos ofrecen estos dos poblados ibricos de Denia, y de aqu e! contraste entre la
humildad de los objetos de uso y la excepcional categora de sus construcciones defen-
sivas que las excavaciones han puesto de manifiesto.
Los contactos de estos poblados del Montg con los traficantes griegos (de Massa-
lia y de la Magna Grecia), si es que los hubo, debieron de ser de muy escasa impor-
tancia, puesto que no encontramos entre los materiales del alt de la Benimaquia ni
del Pic d I'Aguia ni un solo fragmento de cermica griega, elemento corriente en
otros poblados ibricos de los siglos V-IV a. de e., no muy lejanos, como La Seneta y
El Puig de Alcoy, La Bastida de l.es Alcuses, en Mogente, etc.
De forma que se ha de descartar la afirmacin, tan repetida, de la existencia de
la ciudad ibrica de Diniu junto a la ciudad griega de H ememslt apeian, que Schulten
y sus seguidores se imaginaron en e! monte del castillo, donde e! investigador alemn
lleg incluso a ver los muros de un antiguo templo.
Schulten, que conoca muy bien los textos griegos y latinos, se equivoca en muchas
ocasiones al facilitarnos datos arqueolgicos, ya que su preparacin bsica no fue la
de un arquelogo, y cuando actu como tal lo hizo siempre sugestionado por los
textos y buscando -y lo que es peor, creyendo encontraI'-- confirmacin de lo que
en aqullos se contena. Tal era su ap ego a los textos, que no duda en encontrar yaci-
mientos griegos en lugares donde los hallazgos arqueolgicos slo han dado materia-
les de poca imperial, como le ocurri al localizar la Ilerda de la Ora maritima en
]vea. Esta actitud es la que le hizo ver la celia. de un templo en lo alto del monte
del castillo, donde no hemos encontrado ms que muros medievales y una especie de
sala rectangular, excavada en parte en la roca, que debi de servir de cisterna en
poca romana y que debe de ser lo que tom por parte de un templo.
Lo dicho hasta ahora y lo que exponemos a continuacin no pretende ir contra
la idea de Hemeroskopeion = Dianium = Denia, sino que intenta situar el proble-
ma en sus verdaderas dimensiones, al menos en e! estado actual de nuestros conoci-
mientos.
El nombre Hemerasltopeian (atalaya del da) resulta harto literario y grandilo-
cuente para el espritu prctico y comercial de los navegantes griegos que se arries-
gaban a visitar las tierras del lejano Oeste. Emparin (mercado), por ejemplo, resulta
mucho ms convincente y acorde con la mentalidad de estos comerciantes. El nom-
bre Hemerosltapeian no aparece nunca en fuentes anteriores al siglo I a. de e. que
hayan llegado a nosotros. La Ora mmitima que conocemos es un texto del si-
glo IV d. de e. y nada asegura que su mencin no sea una interpolacin posterior al
periplo masaliota. El propio Schulten reconoce que los versos 476,478 de Avieno se
puede probar que fueron interpolados en el siglo I a. de e., cuyas interpolaciones,
ad ems, parece que fueron hechas por uno de aquellos maestros de escuela de!

90 SCHUBART, H., oh. cit., nota 87 .


58 GABRIELA MARTN

siglo ltimo a. de C. que, siguiendo e! ejemplo de Apolodoro, ponan en verso las


obras antiguas de geografa porque de este modo eran ms fciles para la memoria de
los nios 91, los cuales, por otra parte, introducen en el periplo errores y unas cosas
unas veces eruditas y otras ineptas, que nada tienen que ver con el asunto y que
saben a maestro de escuela. De forma que nada asegura que el topnimo Hemeros-
/(.opeion figurara en el periplo que sirvi de base al poema latino del siglo IV de
nuestra Era. Avieno o e! interpolador de! siglo I a. de C. pudieron tomarlo de Estra-
bn, que al parecer utiliza la palabra como nombre comn, al menos en e! pasaje que
se refiere a Dianium, y con su afn de dar al poema un aspecto arcaico convertir la
atalaya en e! topnimo Hemerosl{opeion. No sabemos si en realidad Artemdoro
nombr la ciudad de Hemelos/(.opeion o fue tambin su introduccin en los textos obra
de Esteban de Bizancio, a travs del que nos ha llegado la noticia de Artemdoro.
y cuando Schulten dice que HenreTos/(.opeion, junto a la poblacin ibrica de Diniu,
era una factora de focenses cuyo nombre ya aparece en el antiguo periplo, no slo
lo afirma gratuitamente, sin base cientfica donde apoyarse, como ya hemos visto, sino
tambin contradicindose con respecto a lo dicho en otra parte de su obra, que
anteriormente acabamos de comentar 92.
De forma que e! nombre Hemeros/(.opeion, como e! de una ciudad fundada en la
costa mediterrnea de la P ennsula, pudo muy bien ser inventado posteriormente,
pudo ser un nombre creado cuando ya nada quedaba de la tan admirada civiliza-
cin griega, y es bien conocida la falta de escrpulos de los historiadores antiguos,
que no se detenan ante una laguna de sus fuentes e inventaban lo necesario para
completar e! vaco de sus narraciones.
La palabra Hemeros/(.opeia ('lJliEpOOXQ"JtEW), empleada como nombre comn y
en un sentido determinado, la encontramos en Eneas e! Tctico, autor del si-
glo IV a. de C., en una Poliorctica, en cuyo captulo 6 dice ser un puesto de viga
utilizado por los exploradores o vigilantes, eme1"Os/(.opos UWEpOOXO"Jto~), un puesto
militar sobre un alto paraje, visible desde la ms grande distancia 93. Y en este
sentido se ha empleado, desde tiempos muy antiguos, por Herodoto, Esquilo y Sfocles.
As, pues, la traduccin que anteriormente hemos transcrito de Corts y Lpez,
considerando que la colonia focense se instal junto a una atalaya, que en tiempos
de Estrabn se llamaba Dianium, parece bastante ms sensata que no la forzada para
considerar Hemeros/(.opeion como nombre de la fundacin griega. De esta misma
opinin se ha manifestado el profesor Dol<;: y Dol<;: cuando le hemos consultado este
punto, parecindole muy probable la interpretacin que ahora aqu damos.
El texto de Estrabn que cita hemeros/(.opeion afirma que se trata de un punto
elevado, dominando la costa y visible desde e! mar al mismo tiempo que fcilmente
defendible. Precisamente estas caractersticas ofrecen las localidades fortificadas del
Montg: desde los 225 m. sobre e! nivel del mar de! alt de la Benimaquia hasta los

91 SCHULTEN, A., Fontes Hispaniae Antiquae. r, 1922, 40-44.


92 SCHULTEN, A., Fontes Hispaniae Antiquae. n, Barcelona, 1925, 157-58.
93 ENEAS EL TCTICO, Poliorctica. cap. 6, 1: r.p", ai r.~i. }P.EpOO'XO.10V; Tf po -rpo TY,~ 1TOX,t~.tl;
(~ taT(:.'II~t ~1Ti. TOrr~j v'}"fjX~ xc W, 'EX r.Xeia.ov o/GCLVOfA~V~)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEJON 59

338-484 del Pie de I'Aguila. La descripcin de su excavador H. Schubart nos da una


clara idea de su situacin". Este es e! nico punto de la costa de Valencia, desde
Cunera al cabo de la Nao, elevado y frente al mar, con condiciones defensivas na-
turales, que haya sido habitado por gentes de los siglos Y-IY a. de C., pero no por
griegos, sino por iberos del "ncleo de la Contestania, caso que se repite en el pen
de Hach, donde, como hemos visto, otros defensores de la colonizacin griega han
querido situar Hemerosk.opeion.
Por todo 10 dicho sera posible suponer que la noticia de la factora-atalaya haya
negado a los autores clsicos que la mencionan a travs de algn derrotero o periplo
que hablara de un hem:erosk.opeion como punto de referencia geogrfico para
marinos y comerciantes, y cuyo dato, apoyado en la fantasa y en la necesidad de
llenar lagunas histricas, se fue convirtiendo en una factora comercial, en una colo-
nia, a la que hasta atribuyeron fundadores.
La cuestin de! templo de Artemis puede ser tambin producto de la imaginacin
de los historiadores clsicos, que seguiran un razonamiento lgico tal como hemos
visto utilizar a Schulten, Garca y Bellido y otros autores: Si en poca de Estrabn,
o en la de Artemdoro, o quien fuera el primero que citara e! nombre de Hemeros-
k. opeion como ciudad, la que all exista se namaba Dianium, no era difcil inducir
que este nombre latino fuera derivacin de la existencia de un templo a Diana ~de!
que, por otra parte, no se conocen noticias-, el cual anteriormente debi de ser griego
y dedicado a Artemis.
De los datos positivos que poseemos no se puede afirmar ms que la poblacin
estable anterior a la negada de los romanos en la comarca de Denia fue la ibrica
establecida en las dos ciudades fortificadas del Montg, la cual si alguna relacin
tuvo con elementos griegos espordicos fue escasa y simplemente comercial, sin ca-
tegora de asentamiento definitivo. Una prueba de estos contactos comerciales sera el
tesorillo de monedas del Montg, cuya cronologa coincide perfectamente con la
poca en que fueron habitadas las citadas fortificaciones.
Hasta aqu lo que se puede decir de Denia, Hemerosk.opeion y los colonizadores
griegos y pnicos. Respecto a Jvea, la cuestin es mucho ms simple. Hemos explo-
rado detenidamente su trmino, que se nos ha presentado carente de todo resto aro
queolgico anterior a Augusto, excepto algn que otro elemento accidental, que no
tiene ms significado que su singularidad, pero que no puede de ninguna manera in-
dicarnos la presencia de grupos de gentes extraas al pas que convivieran con los
elementos autnomos de los ltimos tiempos de la Edad del Bronce --<ue sabemos
ya que perduran hasta muy entrado e! primer milenio antes de nuestra Era~ o de
los portadores de la cultura ibrica, de los que s quedan abundantes testimonios
inconfundibles, naturalmente, con nada que pueda parecerse a lo griego ni a 10
pnico.
Sin intentar discutir ~ya hemos visto que no cabe discusin cientfica seria-
las cuatro etapas de colonizacin propuestas por Figueras Pacheco, ni la entusiasta
defensa de Senent Ibez sobre la antigedad de Jvea y su propuesta de situar
60 GABRIELA MARTN

Herneros/{opeion en su baha ante la escasell de restos de colonizaciones en Denia e


Ifach, afirmamos que el estudio de los objetos hallados en Jvea, y sobre los cuales
estos autores montaron sus teoras, nos muestran una base tan dbil o m~s que la
empleada por los que han sustentado la opinin de situar la colonia griega en Denia.
En primer lugar, y para seguir el orden establecido por Senent, tenemos el tesoro
de monedas del Montg, que para este autor debe considerarse de Jvea y no de
Denia. Sea el lugar del hallallgo del trmino de Denia o de Jvea -delimitacin de
tipo poltico-administrativo que no tiene valor en arqueologa ni en historia antigua-,
ya hemos visto antes que no nos sirve para demostrar el establecimiento de unos ca-
lonilladores griegos en esta costa, por ser la ocultacin de un tesorillo -16 monedas-
un acto individual, espordico, no producto de una comunidad ni demostracin de
que tales monedas estuviesen en curso normal por estas tierras. Su halla ligo, sin ir
unido a otros elementos de juicio, no puede indicar poblamiento permanente de un
grupo humano. y menos si pensamos en la posibilidad de haber sido trado del
Sur de Italia por uno de los muchos mercenarios ibricos que tomaron parte en las
guerras de la poca.
Las mismas consideraciones pueden hacerse respecto al tesoro encontrado en
La Lluca, otro de los pilares en que Senent se apoya para fijar Herneros/{opeion en
Jvea y tantos otros para probar la helenillacin de nuestras costas. Senent dice que
el topnimo La Lluca es el nombre de un antiqusimo poblado enclavado en la
cuenca geogrfica javiense, pero sin dar ms detalles ni decir qu clase de poblado
fue, y sin embargo, Bover Bertomeu 95, al tratar de los dems hallazgos que se hacen
en esta partida, habla slo de cermica de diferentes clases o procedencias, princi-
palmente de barros saguntinos, es decir, terra sigillata.
El bajorrelieve de mrmol, considerado en principio del siglo IV a. de e., ya vimos
que ltimamente Garca y Bellido lo clasificaba obra romana, afirmacin que viene
reforllada por los resultados de nuestras excavaciones en la factora romana de salazn
de pescado del Muntanyar, lugar de donde procede la pieza. Vemos, pues, que tam-
poco nos sirve para fundamentar una colonillacin griega.
El canal llamado squia de la :J\[oria, que atraviesa el Muntanyar hasta llegar a
una llanura plantada de vias, considerado por Senent como una conduccin que
tena por objeto alimentar las salinas, probablemente de origen pnico, no hay
razn alguna para considerarlo de tal antigedad, pues ni en su interior ni en sus
alrededores se ha encontrado resto arqueolgico alguno que pueda servirnos para
su clasificacin y cronologa. Unicamente la necesidad de unas salinas cercanas para
una industria de salalln y el topnimo El Saladar con que se conoce esta zona nos
aseguran su utilizacin en poca romana.
La isla del Portitxol es otro de los lugares aportados por Senent en apoyo de su
tesis, pues tiene rocoso varadero que inicia el camino cmodo para la ascensin. La
cumbre est sembrada de fragmentos prehistricos: cermicas variadas, restos de
viejas construcciones que han sido aprovechadas para mrgenes de cultivos. Entre
stas, una construccin rectangular cuya traza est formada por asientos revestidos

95 BOVER BERTOMEU, J., oh. cit., 263-,


LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 61

de losas de mrmol. Yace en el suelo enorme capitel de traza drica que hace suponer
posible templo en dicha isla 96.
Aparte de la imprecisin de los datos aportados, que slo indican la existencia de
uno o varios yacimientos arqueolgicos, podemos aadir que en nuestras prospeccio-
nes solamente hemos encontrado materiales tardorromanos, excepto un fragmento de
campaniense A, nunca anterior al siglo IJJ a. de C. El capitel (se trata en realidad
de una basa) se conserva todava y es igual que las basas encontradas en la factora
de punta de l'Arenal:, fechadas en el siglo 11 d. de C.
Junto a estos datos en que se apoya Senent Ibez aadimos nosotros otro, igno-
rado o dejado aparte por este arquelogo. Nos referimos al tesorillo de monedas p'
nico-ebusitanas del que antes hemos hecho referencia, del que se ignora lugar y forma
de hallazgo, compuesto por un nmero indeterminado, pero al parecer bastante nu-
meroso, de monedas de pequeo tamao con el Bes (enanillo grotesco o cabiro segn '
Beltrn) en anverso y reverso y que. pertenecen a la cuarta serie cronolgica de
acuaciones de Ebusus (Ibiza), de incierta fecha, pero posteriores indudablemente
al siglo IV. Este dato, que pudo tambin ser esgrimido por los defensores de las colo-
nizaciones en nuestras costas, y que hubiera sido de gran provecho para Figueras
en apoyo de su sube y baja colonizador, tampoco es base suficiente para apoyar
ninguna de estas teoras, no slo por su singularidad -como ya hicimos destacar
respecto a los tesoros del Montg y de La Lluca- , sino tambin, igual que ocurra con
las joyas de Jvea, por su baja cronologa. Recordemos que se habla de fundaciones
del siglo VII-VIO poco ms.
Siguiendo a Senent, que es quien ms hincapi hizo en la localizacin de Heme-
?'os/{opeion en Jvea, pasamos al cap Mmti, donde encontramos la siguiente afirma-
cin : ... encontramos el lugar donde siempre hemos supuesto que deba estar el
ncleo ms denso e importante de la factora griega titulada Hemeroskopeion, etimo'
lgicamente atalaya del da ... En aquel lugar del cabo de San Martn, al que atribui-
mos con mayor suma de probabilidades la sede de la factora griega, lugar situado
en la parte superior de dicho cabo ... All, con motivo de un desprendimiento de te-
rreno ... , pudimos observar el fondo negro y ceniciento de aquellas tierras repletas de
cermica variada, que clasificamos de final del Bronce o comienzos del Hierro .
Y a consecuencia de existir cermicas consideradas por Senent de finales de la
Edad del Bronce o principios de la del Hierro, el propio autor deduce que all debi
de estar la colonia o factora griega de Hemeroskopeion. La contradiccin propia es
tan grande que no merece comentario.
La realidad de los hallazgos de cap Mart o cap Prim nos seala un estableci-
miento ibrico continuado durante la romanizacin. Las cermicas que Senent tom
por ejemplares de la Edad del Bronce o de los comienzos del Hierro no son ni ms
ni mei10S que las tan corrientes en poblados ibricos y romanos, llamadas por Ballester
Tormo arcaizantes o de facies arcaica ffI. No cabe duda, pues, que si por las

96 SENENT InEz, J. Jos, ob. cit., 1948, pp . 242-43.


97 BALLESTER TORMO, l., Las cermicas ibricas arcaiZa?ltes 'Valencianas, en Trabajos
Varios del SIP, n.- 10, Valencia, 1947.
62 GABRIELA MARTN

proximidades de este lugar hubiera existido establecimiento griego alguno, las gentes
iberas que sin duda poblaron el cabo hubieran posedo objetos de importacin abun-
dantes, que hasta ahora no han sido hallados. N os encontramos en una situacin
semejante a la que ya hicimos ver respecto a los poblados fortificados del Montg.
Para terminar, diremos que a nuestro juicio los elementos griegos con que
contamos en Denia y Jvea no pueden de ninguna manera demostrar la existencia de
un establecimiento griego en sus costas durante los siglos VII al IV a. de e., lo que no
excluye la posibilidad de unos contactos comerciales, poco intensos -por no decir
inexistentes-, con la metrpoli y mayores c.on los griegos de la Magna Grecia y de
Marsella.
No existiendo, pues, ninguna base cientfica en la que sustentar la existencia de
Hemeroskopeion como factora griega en Denia o Jvea, queda tambin dentro de
lo hipottico la sugerencia de Munro sobre que la batalla de Artemisin, citada vaga-
mente en un papiro conservado en Wurzburg, se diera en las proximidades del cabo
de la Nao o del de San Antonio. Esta batalla, segn la hiptesis de Munro, recogida
por Bosch Gimpera 98, se debi de dar durante la segunda guerra pnica entre la
flota cartaginesa y la romano-masaliota, frente al cabo Artemisin, que se identifica
con el de San Antonio o con el de la Nao, junto a Dianium-Hemeros/{opeion. Garca
y Bellido 99 considera esta tesis muy forzada y poco convincente, siendo muy probable
que la batalla se diera -como parece deducirse del texto total del papiro- en el
Mediterrneo oriental entre griegos y persas.

* * *
En definitiva, se puede afirmar que, a pesar de la tradicional creencia de una colo-
nizacin griega en las costas de Denia y Jvea y de la localizacin desde tiempos de
Estrabn hasta nuesos das de Hemeros/{opeion en Denia o, como otros pocos han
hecho, en otro punto del litoral norte de la provincia de Alicante, no hay base
cientfica alguna que nos sirva para suponer tanto una cosa como la otra.
Los textos clsicos, ya lo hemos visto, son insuficientes y tardos, de forma que
slo una comprobacin arqueolgica puede darles el valor de fuente histrica que
en ellos han querido ver los investigadores. Pero, tambin lo hemos visto, esta com-
probacin en nuestro caso no se ha dado. Los pocos materiales encontrados de im-
portacin griega son de ninguna utilidad para nuestro trabajo, por su singularidad
y por su fecha, que es siempre muy tarda respecto a las posibles fundaciones focenses
y masaliotas. No negamos que existieran contactos comerciales, pero tambin se da
el caso -que nos permite suponer que tales contactos no fueron muy intensos-- que
los poblados indgenas existentes por esta comarca durante los siglos V al III no
presentan tampoco materiales griegos, lo que contrasta sobremanera con lo que ocu-

98 BOSCH GIMPERA, p" Una guerra. entre cartagineses y g"fiegos; la. ignorada batalla de
Artcmisin, en Cuadernos de Historia Pdmitiva, V, 5, Madrid, 1950, p. 43.
99 GARcA y BELLIDO, A., La batalla de Artemisio>1, en Arch. Esp. Arq., XX, 67,
1947, 147.
l.A SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEJON 63
rre en otros yacimientos valencianos contemporneos, tanto de la costa (Tosal de la
Cala de Benidorm, Albufereta de Alicante, Alcudia de Elche, La Escuera y el Mo'
lar de San Fulgencio) como de! interior (La Bastida de les Alcuses, de Mogente; El
Puig y La Serreta, de Alcoy; El Puntal de Salinas, etc.).
Es indudable, pues, que si la colonizacin griega hubiera sido una realidad te1l'
dramos restos de vasijas ticas de figuras negras en los yacimientos de esta zona,
lo que apenas si ocurre en todo el Pas Valenciano. Y si los contactos griegos poste'
riores, a travs de la Magna Grecia y de Massalia, hubieran alcanzado en tierras de
]vea y Denia la intensidad que se ha venido diciendo, los poblados del alt de la Be'
nimaquia y de! pic de l' Aguila de Denia y el que quiz estuvo en el cap Mart nos
habran proporcionado vasos de figuras rojas, de barniz negro, ticos o precampa'
menses.
Si los textos fueran ciertos respecto a la comarca de Denia' ]vea es seguro que
se hubiera encontrado una comprobacin. Pensemos en el caso de la fundacin de
Valencia, en e! que las excavaciones arqueolgicas han dado plena validez al texto
de Tito Livio y han descartado la creencia en una ciudad prerromana, Tyris l!lO, va'
gamente citada por Avieno en su Ora 1IU11itima.
Se nos podr decir que estos argumentos en contra de la realidad de unas colo,
nias griegas en la costa de Denia y ]vea y de una ciudad prerromana en Valencia
son negativos y que algn da se encontrarn los restos de aqullas y de sta. No lo
creemos as, pues tras tantos aos de investigaciones algn rastro se hubiera encon'
trado. De todas formas, y aun cuando algn da se encuentren estos testimonios, lo
que hoy podemos afirmar, sin ningn gnero de dudas, es que en e! estado actual de
la investigacin no se puede mantener la existencia de colonias griegas en Denia y
]vea ni la de 'fYlis como ciudad ibrica anterior a Valentia. En un caso la arqueo'
loga confirma un texto clsico. En el otro nos dice que la vaguedad de las noticias
transmitidas no era ni ms ni menos que un reflejo de su falta de realidad.
Esta conclusin, a la que hemos llegado respecto a la pequea zona objeto de
nuestro estudio, confirma la posicin, que ya sealamos a su debido tiempo, de
nuestro maestro e! doctor Tarradell respecto a toda la costa del Pas Valenciano.
Antes de entrar, viene a decir e! profesor Tarradell, a discutir si las colonias men'
cionadas en los textos clsicos estuvieron en uno u otro punto de las costas valen'
cianas, hay que resolver el problema de si tales factoras existieron o no. Dadas las
condiciones geogrficas de nuestras costas, los puntos a explorar son bien pocos y,
explorados intensamente como han sido, sin resultados positivos, parece lgico con'
cluir su inexistencia.

100 Vase a tal fin, TARRt\DELL, M .; LLOBREGAT, E.; FLETCHER, D.; PLA, E.; MARTfN, G"
y LLORe/\, J., La c:Hdad romana de Valencia: estudios va.rios, en Papeles del Laboratorio d~
Arqueologa, 1, Valencia, 1962.

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