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7
I dose a tantos otros que han promovido la misma discusin, la situacin geogrfica de
la colonia focense o masaliota Hemerosk,.opeion y discutir si la misma estuvo un poco
I
i
ms al norte o al sur de detenninado punto, o si debe situarse en Denia, ]vea, ealpe
cualquier otro lugar de la geografa hispnica donde la erudicin ha querido verla.
Si utilizamos repetidamente la voz Hemerosk,.opeion se debe ' a que dicho nombre
I eSt ntimamente ligado a todo trabajo referente a la colonizacin griega en la zona
costera de Denia y ]vea, y en torno a la localizacin de esta ciudad se ha montado
buena parte de la teora del establecimiento griego en estas costas. Pero nosotros 110 .
enfocamos el problema a partir de la existencia o no existencia de Hemerosk,.opeion
como ciudad, sino a partir de las posibilidades que la investigacin nos ofrece para
probar si la colonizacin griega de las costas de ]vea y Denia fue una realidad o,
por el contrario, nunca existi. Y al hablar de colonizacin no nos conformamos con
unos posibles contactos comerciales en fechas tardas, demostrados por hallazgos es'
pordicos que nos ofrezcan una cronologa posterior al siglo v a. de e., ya que la
teora clsica sobre la venida de comerciantes y colonos griegos en gran escala es
que sta ocurri a partir de los siglos VII 'VI a. de e., con fundaciones de colonias
propiamente dichas. Es este tipo de colonizacin el que ponemos en tela de juicio y
para ello vamos a exponer los elementos con que contamos.
En primer lugar, recogemos las fuentes clsicas que pueden referirse a estos con'
tactos griegos y concretamente mencionan la zona que nos interesa. A continuacin
presentamos las teoras que en general nos brinda la erudicin y la investigacin
j cientfica desde el Renacimiento hasta nuestros das; hemos dividido este captulo en
dos apartados: en el primero agrupamos los autores desde el siglo XVI al XIX y en el
siguiente a los investigadores modernos. Dedicamos un tercer captulo a lo que po'
dramos llamar parte positiva del tema, recogiendo los materiales que arqueolgica'
.1 mente pueden apoyar o derrocar uila teora. Este captulo va pl'ecedido de un breve
I
resumen de las investigaciones arqueolgicas efectuadas en la zona.
Contando con los elementos de juicio que estos tres captulos nos proporcionan
elaboramos, finalmente, unas conclusiones que puedan ser aceptadas por la moderna
l investigacin y en las que se deja establecido el estado actual de los problemas.
I
!
'j
1
LAS FUENTES CLSICAS
marlas, en lo que se refiere a ciudades y hechos anteriores al siglo lll, con reservas,
pues son fruto de otras fuentes anteriores, desconocidas, y que en muchas ocasiones
seran simplemente orales, es decir, en gran parte legendarias.
Rufo Festo Avieno, poeta atino de! siglo IV de nuestra era, fue autor de una
descripcin en verso de nuestras costas, la Om maritima, que, segn los investigadores
de fines de! siglo XVIII hasta nuestros das, est basada en un periplo masaliota de!
siglo VI a. C., por 10 que, de ser cierto, sera el testimonio ms antiguo, e! nico, que
tratara de Iberia antes de la llegada de los romanos. Pero la seguridad de los datos
que Avieno nos ha hecho llegar es ms que discutible, pues se sabe que interpol
cn el texto antiguo nombres, hechos y aclaraciones de su propia cosecha, que tuvo
que alterar e! viejo texto, obligado por e! verso, y que sufri errores de transcripcin
en los nombres geogrficos. Hoy el texto de Avieno sufre una crisis entre los investiga-
dores, semejante o de mayor intensidad que la preponderancia que lleg a alcanzar
en la primera mitad de nuestro siglo.
Esteban de Bizancio escribi hacia e! ao 530 de nuestra er~, y .su texto, en 10
que nos interesa, se basa tambin en Artemdoro. De su importancia para ,nuestros
estudios no vale la pena hablar, pues habramos de repetir 10 que hemos dicho para
los dems autores, agravado en este caso por la lejana en el tiempo entre e! autor
y lo que es objeto de sus noticias.
Los textos son los siguientes:
ESTRAIlN 2:
ESTRAIlN 3:
2 l:TPAUON, III, 4, 6~8: {(1\1::TCI.; f"~v ov TO 'E.ov'/(PWJO, X~t T'(; I\(l.PX~~dyo~ Tplv. no),i;(",,(I,I:
l\IaUav.L(OlTWV eiaLv ov 1t'OAj rro.9'ev TOV 7rOT(l.p.I'JV Toun:.1V a'ECTT V'JCdptl'hJT<X.TOV ro
'H~~pOr%07rErO'J7
., . .., - - 'E . 'A ~ ., I~ , T.. ",
C:XOV f:rrt T~ ""le- '..'p:'T/.C(;' pTf"toO~ HpO'J al'0opx nf'.6JfMvo'J, ~) C:XP"r,UfJ.TO epT(JJptO~ Op?YT"lpt~)
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XCl.Tci. .9'&.1"T1"(l.V PUP.'JY 1"P san !:f..<L ).yarpt%~vJ i'.GhO~TO'J ~i ei'. TrOnO TOi'~ rrpolJ'7rJioCTl, ?,<hTC".(L
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3 l:TPABON, III,.,. 4, 10: ... Tole; 1ri.pi 'J).tp3f.(v ?~i OO'"x'.('.I X.CI)ptrHe;, Tal; TCI)'J 'n,!p~/HWV,
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ou 1rol arro::J-ev TOV I~i'poc;. f.V 3i 1"(C; 7rAeut T'<T(/,(C; f.frfJ)'ip-~t TO Ti.).:;Vt"i7.lfJV IepTC:JptfJe; Xi7.
I(U)'&'70Upt OVG(O'"Xc..')VCdV 1rhL Y.t T'e; ,1r"-p(JJ.l~; v 'l'(/,pprY..,..WV( Y.'.f. t'J "~ 'Hp.epOCTy.1J7rc.i,!) p.~Tci. T~V
' K~"Tt,.,"/pC.}V
EX ' f . ' "fXrrTClHTtV, t'n
' ).EUTU
' . , -Oax~.
o e."
10 GABRIELA MARTN
y enfrente [de las Pytiusas y Baleares; versos 470-471} los iberos hasta el
cabo Pirineo extendieron su dominio, extensamente establecidos junto al mar interior.
Surge su primera ciudad, Ilerda. Extiende despus el litoral estriles arenas. Hubo
4 R. PESTO AVIENO:
ESTEBAN DE HIZANCIO 5:
II
LAS INTERPRETACIONES
Basndose en estos pocos textos clsicos, de los que en rigor bien poco ms de lo
que hemos comentado se puede deducir, se han ido formando a lo largo de los ao;
y a partir del siglo XVI una gran serie de opi.niones y teoras sobre las colonizaciones
grecorromanas de las comarcas de Jvea y Denia. El peso de las interpretaciones de
estos eruditos ha sido tal que muchas de sus ideas han llegado hasta nuestros das y
han sido aceptadas, sin ninguna discusin, por investigadores actuales de gran pres-
tigio, los que, estamos seguros, si hubiesen dedicado un tiempo a realizar una buena
crtica habran desechado las localizaciones admitidas o, por lo menos, las habran
dejado reducidas al campo de la mera hiptesis.
Dejando para otro apartado las posiciones que respecto a este problema han to-
mado los investigadores del siglo actual, recogemos ahora, siguiendo un orden cro-
nolgico, las teoras que desde Pero Antn Beuter hasta fines del siglo XIX se han
ido exponiendo. Se excluye todos aquellos autores que no han hecho ms que repetir
las exposiciones ele otros anteriores, sin aportacin nueva de ninguna clase.
La exposicin que sigue se realiza dando una ligera idea del autor y copiando al
pie de la letra los prrafos que hacen referencia a nuestro tema.
Vivi en la primera mitad del siglo XVI (n. por 1490-95 y m. por 1554-55) y
public en 1538 la primera historia de Valencia, obra de gran mrito para su poca
y que en Espaa no tena antecedente alguno, ya que Ocampo y Mariana fueron,
respectivamente, contemporneo y posterior a l. La obra Primera. part de la historia
de Valencia, que tracta de les antiquitats de Espmtya y fundaci de Va.lencia, ab tot
lo discu1's fins al temps que lo Indit Rey Don Jaume Primer la conquist tuvo tal
xito que fue traducida al castellano en 1550 y al italiano, por Alfonso de Ulloa, en
1556, impresa en Venecia. Unos aos ms tarde, 1604, se hizo una segunda edicin
de toda la obra, cuya segunda parte vio la luz en 1551, sin que de ella se hiciera
versin valenciana.
La obra de Beuter representa una sntesis de los conocimientos histricos de su
poca referentes al reino de Valencia, con todas las virtudes y defectos propios del
tiempo en que se escribi. Beuter conoce las historias de Tito Livio, los libros de
Plinio, Plutarco, Pomponio Mela, Estrabn, Polibio, Ptolomeo, etc., y utiliza los
estudios y trabajos de San Isidoro, Jimnez de Rada, Nebrija, el Volaterrano, el
Tostado y, principalmente, y de ah procede su mayor defecto, las apcrifas historias
de Beroso, que compusiera en 1498 el dominico Juan Annio de Viterbo (o Juan
Nanni) s.
Vemos que no habla de Hemeroskopeion, seguramente porque las traducciones
que utiliz vertan este topnimo por atalay.a, pues es extrao que tome solamente la
traduccin al griego de Diana y llame a la ciudad que fundaron los marselleses, con
permiso de Sagunto, la ciudad de Artemisa. As, pues, para Beuter la colonizacin
griega de las costas de Denia y Jvea se hizo por masaliotas.
Vivi en la segunda mitad del siglo XVI y primeras dcadas del XVII (1560 a 1619),
y su contemporaneidad, tanto de vida como de obra, con otro cronista, Francisco
s Despus est Denia, luego Xabea y el cabo Martn, antiguamente llamado Ferraria
(Segarra). (Cap. VIII, fol. VIII.)
Los marselleses quisieron fundar algo por la costa y fueron primeramente a Empories,
pero all no quedaba nada por poblar, .. Siguiendo hacia el sur viaje los marsellanos, llegaron a
Denia y sacrificaron a la diosa Diana, donde se les inform que podran poblar en la misma
costa, hacia la parte del Suero, pasado el ro dicho de Verger y el otro dicho del Molinell,
donde haba muy buen lugar. Y tambin a la otra parte del cabo Martn, pasadas las pea.s del
Albir. Pero para esto necesitaban permiso de Sagunto. Lograda la conveniente licencia, fun-
daron un pueblo entre los ros Molinell y Alcoi, llamndole Artemisa, como se dijo antes Denia,
y hoy es Ademu~ (Atteymus).
... y de Denia escusado es hablar, poniendo aqu los grandes vestigios que hasta hoy
quedan de su magnfico templo .. . (BEUTER, cap. XIII, fol. XII.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 13
Diago, produjo una .serie de incidentes altamente pintorescos, que quedan reflejados
especialmente en la obra de este ltimo.
La obra de Escolano Dcadas de la Historia de la Insigne y Coronada Ciudad y
Reyno de Valencia cvmenz a publicarse en 1810 y existe una segunda edicin
aumentada y completada por Juan Bautista Perales, editada en Valencia en los
aos 1878,79.
Escolano desconfa mucho de aquellas noticias que no encuentra en textos para
l de solvencia, y ademts de utilizar los libros de Beuter recoge tambin los resultados
aportados por Florin de Ocampo, Ambrosio de Morales y Juan de Mariana, los
conocimientos de su poca respecto a epigrafa y numismtica y, cosa importante, la
Ora mari tima de Avieno, que haba introducido en Espaa Abraham Ortelio.
La colonizacin griega de las costas de Denia se hace, segn Escolano, por los
griegos focenses, que edificaron, donde luego estuvo Denia (Dianium), un templo
a. Diana 7, cuya situacin no cree que sea el cap Mart, como en su poca se opinaba,
sino algn otro lugar ms al norte, cerca de la actual Denia, ciudad nacida despus
de fundado el templo, ya en poca romaa, puesto que siempre se refiere a su J10mbre
en latn. '
y tras explicar con todo gnero de detalles cmo era e! templo, sus edificaciones,
sus riquezas y particularidades, entre las que intercala la curiosa afirmacin de que
para el culto y veneracin de su diosa Diala mantenan de! tesoro comn unos
mozos recios y rcllizos como en caponera, y tras explicar las leyes especiales -y
fantsticas- con que se regan los dianenses, pasa a discutir la identidad de Dianium
con Hemeroskopeion. La discusin, empezada unas pginas antes, se basa en la
identidad entre cap Mart, e! promontorio Ferraria y Hemeroskopeion, que Escolano
no tiene por ciudad, sino por el nombre griego de un cabo".
Respecto a Jvea, discute Escolano la afirmacin de! obispo Mieres y del maestro
Jernimo Nez, para los que un pueblo a quien llama Ptolomeo Setabcula o
7 Mientras los griegos de Europa coloni~aban la isla de Sicilia y otras costas de Italia,
los griegos de Rodas se hacan famosClS por sus largos viajes martimos. Siguiendo las huellas
de los rodios) competidores de los fenicios) presentronse tambin en nuestras costas los (ocen'
~es, pueblo griego de la Jonia de Asia Menor, los cuales sembraron de colonias.la parte oriental
de Espaa y parte de Galicia. Erigieron en nuestro pas un templo a Diana, su deidad favorita,
de donde brot ms tarde la ciudad de Dianium o Denia. (ESCOLANO, t. I, p. 22 de la ed.
de 1878.)
... que llaman Denia por la antiqusima pobladn de Dianio que tiene aqu su soJar
conocido, segn Estrabn ... As mesmo refiere haber sido edificada por los marselleses. Pero
el antiguo Estefano Bi~antino, tomndolo de Artemdoro, la hace colonia de los griegos focen'
ses, y es poca la diferencia. Porque ... los focenses primero aportaron en Marsella ... hubo dos
linajes de focenses, unos de la tierra que llaman Beocia y otros de Jonia, provincia del Asia
Menor ... los focenses jonios edificaron 'a nuestra Dianio y el famoso templo de Diana, ' por
devocin del otro que dejaban en Efeso, como lo refiere Estrabn. (ESCOLANO, t. Il, p. 49 de
la ed. moderna.)
. " Estrabn a este cabo (el cap Ma7t), que Pomponio Mela llam Ferraria por las
minas de hierro, le nombra en griego Hemeroscopio; que en latn es lo mesmo que decir specltla
diurna; y . en romance atalaya de entre da. Porque segn all dice, echando ' de ver el gran
capitn Sectorio, enemigo rlP. 5U pueblo romano, las muchas comodidades de aquel cerro para
GABRIELA ~i<lRTN
FRANCISCO DIAGO
sus guerras ... le escogi para su pla:z;a de armas y le qued por nombre atalaya de Sertoro.
Tambin dice Estrabn que se llamaba Dianio, por el templo fabricado en l a honra de la
diosa Diana ... y que por lo mismo le llamaron A !" temiso, que en lengua griega es tanto como
Dianio.
Con este parecer de Estrabn I:e han ido los que despus escribieron, Abraham Ortelio,
Plorin de Ocampo, Mariana y otros. Pero si por cabo Martn no entendemos todo aquel eriz.o
de puntas y cabos que forman en aquel paraje aquella profunda frente y espoln dentro del
mar, que le viene a cortar Crt dos cerros, sino slo el cabo donde est asentado el castillo de
San Martn, hceseme mal de acomodar mi entendimiento a creer que el cabo que tuvo anti-
guamente 105 nombres de "Pe:-raria. Hemeroscopio, Artemisio y Dianio, por el templo famos
simo de Diana que en l estaba edificado (como dice Estrabn) fue,e este cabo del castillo de
San Martn, si bien es el ms encumbrado y el ms arrojado al mar de todos sus vecinos.
Porql.le segn expresamente lo atestigua el dicho autor, el templo y el promontorio Dianio
estaban tan vecinos a Denia que dellos ,. le peg el nombre a la ciudad. Mas el cabo del
castillo de San :Martn dista por lo menos dos leguas y media della, y corno quiera que entre
l y Denia se levantan tres o cuatro puntas o cabos ... vengo a persuadirme que el cabo llamado
por len' antiguos Perraria, Hemeroscopio, Specula diurna. Artemisio y Dianio Eeda uno de los
ms cercanos a Denia, y no el tan desviado que nosotros llamarnos de San Martn.
A raz. desde cabo Hemeroscopio o atalaya de Sertorio. refiere Avieno Pesto que en su
tiempo (que sera por los aos cuatrocientos del nacimiento del Seor) haba una ciudad
derribada por el suelo y despoblada, de quien slo quedaban loo vestigios junto a un pequeo
estanque. DelIa ni dl no tenernos agora rastro, sino es que sospechemos que lo dijo por la
mesma ciudad de Denia, que pudo ser estuviese entonces destruida ... y que a la parte del mar
tuviese alguna pequea laguna, que sinti de ]a mano del tiempo el mismo rigor que la ciudad ...
(T. n, pp. 47 Y 48 de la segunda edicin.)
Por este mismo templo de Diana se le dio al pueblo el nombre de D;anio ... Florian de
Ocampo y Beuter quieren que su primer nombre fuese Arthemisio ...
... Gernimo Muoz, que en la lectura geogrfica ensea ser el cabo Ma:"tn. el Perraria
y Hemeroscopio de los antiguos, y que en sus laderas y eminencias estaban edificados el famoso
templo de Diana y el pueblo Dianio ... Contra esto dijimos dudas arriba, mas no la tiene que
Denia sea la antigua Dianio ... (ESCOLANO, pp. 49-50.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 15
... este ro Saetabis de Ptolomeo no es el que se refiri arriba (oe refiere al ro Albaida),
porque aqul no desagua en el mar, sino en el ro Xcar, como ya se dijo. y este de quien
habla Ptolomeo tiene su boca en el mar y corre tan desviado del Xcar que, asentndole
Ptolomeo ms ac del de Alona, y tan desviado del de Xcar, no puede dexar de responder al
que agora de~jmos de Altea, como 10 tienen muchos; y por otra, que a cosa de cuatro legua-s
ms ac deste ro de Altea. y no a menos que a ms de siete de Xcar, tiene su asiento la
poblacin de Xabea, en cuyo nombre se halla rastro del de Saetabicula, de la su",te que en
el de Xtiva se descubre el de Saetabis. Que ponderando todo esto de ou peso se cae pensar
que no puede responder Alra a la antigua Saetabicula, sino que se debe este honor a Xabea.
y deste parecer fue el gran gegrapho Hieronymo Mu0 4 , convencido, sin duda, desta ra 4n,
aunque no la toca ni la seala. Ni a esto contradice por ms que 10 afirme el moderno [se
refiere a Escolano] que en esto ,favorece a AI 4 ira, 10 que Ptolomeo escribe, por otra parte, que
Saetabicula es una de las ciudades mediterrnea. de la Contestania, lo cual desdice de Xabea,
que tiene su asiento en la misma costa. Porque aunque le tenga en ella, le tiene desviado del
agua ms de una larga milla. y esto basta y sobra para que pueda Ptolomeo llamar mediterrnea
a Xabea con nombre de Sactabicula, de la suerte que tambin llama mediterrneas a Muxacra,
que es la antigua Murgis, a Valencia y a Sagunto, por ms que est en la misma costa, slo
porque aunque tengan su asiento en ella lo tienen algo desviado del agua. y sin dificultad nin-
guna que los moradores de la ciudad de Saetabis, que es Xtiva, extendindose por el discurso
del tiempo hacia el mar, fundaron en aquel promontorio de Ferraria a Saetabicula, dndole
este nombre para significar que era Saetabis la pequea. Ya estaba asolada Saetabicula cerca del
ao quatro'lientos del Nacimiento de Christo, porque eUa ha de ser la ciudad que Avieno, que
floreci por aquel tiempo, pone como derribada y despoblada en el promontorio de Ferraria,
llamado Hemeroscopeo por otro nombre, y junto a ella un lago que, sin duda, es el que hasta
hoy dura y permanece con nombre de la Fontana en el mismo promontorio, criando muchos
peces. Si un moderno huviera tenido noticia dl, no dixera que no tenemos agora rastro dl,
ni de la ciudad, ni llegara a sospechar por eso que Avieno habla de la de Denia, que pudo
ser estuviese entonces destruida por el estrago de las guerras pasadas y que a la parte del mar
tuviese alguna laguna. Quanto ms que dexando de reparar en este lago de la Fontana, que
hasta agora permanece en el Hemeroscopeo, y sirve de argumento para persuadir que alli
estuvo la ciudad asolada y despoblada de que habla Avieno, que sin duda fue la de Saetabicula
que agora se llama Xabea: cuando todo esto no fuera as, no se pudiera sospechar que hable
Avieno de la de Denia, pues por una parte no se tiene ningn gnero de rastro para poder
formar lSospecha de que entonces estuviese asolada y despoblada la ciudad de Denia, y ror
otra consta que tiene ella su asiento fuera de todo el Hemeroscopeo o promontorio de Perraria
a la parte de Tramontana ... (DrAGO, lib. n, cap. VI.)
16 GAlJRIEL\ MARTN
, Este hijo de Denia, nacido antes de 1570 y muerto el 17 de abril de 1645, pariente
de San Vicente Ferrer, escribi en 1624 la obra Paradoxon classis Salomonis, donde
sent como seguro que la fundacin de Denia fue obra de los fenicios, Pero aos
despus, por 1640, rectific su opinin al redactar su libro ms conocido, Diana
desenterrada, Antiguas memorias y breve I'ecopilacin de los ms notables sucesos de
la ciudad de Denia y su fam.oso templ.o de Diana desde SIl antiqusima fundacin
hasta el estado presente, di1'igidas al Ilustrsimo y Excelentsimo Seol' Duque del
In f an tado y Lerma, Marqus de Del1 ia,
Al parecer, este libro fue redactado antes de 1640, pero al no ser editado aiadi
un apndice y efectu correcciones en 1643, lo que tampoco fue bice para que
continuara permaneciendo indito, en cuya situacin an se halla. No se conoce el
original, por haber desaparecido hace aos del archivo de Denia, pero se conservan
varias copias, una de ellas la que se guarda en la biblioteca del Ayuntamiento de
Valencia, que fue antes de don Teodoro Llorente Olivares y es la que hemos C01l'
sultado,
Su valor, importante en cuanto se refiere a la descripcin de los objetos arqueo'
lgicos romanos que existan en Denia en su poca, es totalmente nulo respecto a su
historia antigua, Tuvo por ciertas las falsas historias de Beroso, como se ve del nico
prrafo que transcribimos lO.
En los captulos nI y IV se dedica a refutar l().~ pareceres contrarios, reafirmn-
dose en la fundacin de Denia por los sagas arameos y en que cuando a sus costas
llegaron los focenses de Massalia la ciudad ya contaba muchos siglos de vida.
BARTOLOM RIIlELLES
10 Vinieron con Tbal otros llamados sagas de la Escitia Aramea, llamada Araxa y
Escitia Saga, y GUS moradores se llamaron sagas, o porque se preciaban ser de la casa y des-
cendencia de No, a quien llamaron Sagam o porque ellos eran gente santa, sabia y entendida
en las cosas de religin y culto divino: estos fun.daron, sin duda, a Sagunto, szgn Beroso y
Anno, porque la fuer~a del nombre no da lugar a opinar otra cosa. Tambin hemos de dar
por asentado que por 105 mismo3 y por el mismo tiempo, o poco despus, ee fund la ciudad
de Denia. (PALAU, cap. 1, nm . 11-13.)
11 Entre las ciudades de la Celtiberia se halla en los escritores antiguos la de Hemerosco-
pio, hoy Denia ... El intrprete latino de Estrabn (Gwgrafa. lib. I1I, p. 159), teniendo por
griego el nombre de Hemeroscopio, lo omiti y puso en su lugar el significado en latn, e-.:to
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 17
es, atalaya del da. Mas padeci en ello una equivocacin enorme, porque la palabra Hemeros
copio, por ms que tenga significado en el idioma griego, no debe etymologizarse por ste,
sino por aquel de quien se tomaron los dems nombres geogrficos de la Hiberia y Celtiberia
Valencianas, cual es el Euscarano. y es cierto que el nombre H emeroscopio tiene en ste un
significado muy anlogo a las circunstancias de la ciudad que lo tuvo. Compnese de las voces
EM E-EROS CO-ODIA, que juntas hacen la palabra Emeroscobia y quieren decir sepulcro de la
mujer alocada. La nica diferenda que media entre Hemeroscopion y Emeroscobia es la de
""tar en aqulla la letra P en lugar de B, diferencia que no puede variar el concepto ni el
significado, segn queda dicho ... Esta etimologa euscarana es muy anloga a las circunstancias
de la ciudad Hemeroscopio, porque sta ten a en un promontorio el templo de Diana, vene~
rada en l con mucha devocin; por 10 cual se le mud el nombre de H emeroscopio en el
Dianio, segn refiere Estrabn (1. 3, p. 159). Y a esto alude sin dificultad el nombre Eme-
roscobia, porque Jos gentiles no slo dieron a dian a [sic) los nombres de Luna, Nctiluna, Juno,
Venus, etc., sino tambin los dictados de loca, furiosa, arrebatada, rabiosa y otros semejantes,
segn escribi Plutarco (De supertitio"e, 1'. 170). As que no extrau que se le diese el de
alocada en el nombre de Hemeroscopio.
Del templo hemeroscopiano de Diana dixo Estrabn que estaba en el promontorio, hoy
monte Mong; pero si se atiende a los restos antiguos que se han descubierto en los contornos
de la ciudad de Denia t al ve~ se vacilara acerca de la exactitud de la Geografa de Estrabn .
Descubrilas don Marco Antonio Palau, den de Orihuela, en sus memorias antiguas de
Denia ... (Rm ELLEs , pp. 130-132, de la ed. de 1911.)
1lI Ob. cit., pp. 136-137.
13 y de aqu es que en la ciudad de Denia no hay monumento ni resavio alguno de
grecismo. Por octubre de 1806 estuve en ella y preguntando a los sugetos ms visibles e ins'
truidos si dentro o fuera de sus muros haba alguna antigedad griega, me respondieron que
se crea ser de es ta clase una inscripcin que ni ellos haban podido leer, ni tampoco algunos
comerciantes griegos ... Fui a reconocerla .. ., es Jimosina, de letra cursiva del siglo 16 [sic ] ,
aunque mal formad a ... ... Reconoc las dems antigedades que restan ... , mas no hall alguna
que mereciese el nombre de griega . (Rm ELLEs , pp. 136138.)
18 GAllRIELA MARTN
nombre a las hibricas, atendida la opinin corriente en aquellos aos de que tales
caracteres desconocidos eran fenicios. 14
De forma que el P. Ribelles, apoyndose en la arqueologa, dedujo que la Denia
primitiva no fue fundacin griega, sino que era poblacin ibrica. Resultado inte-
resante, al que hemos llegado tambin nosotros, pero que queda algo entenebrecido
por no atreverse a romper con las noticias de Estrabn y con todas las teoras nacidas
de ellas.
En Jvea sita Ribelles la colonia de Mainake, que l denomina Maerwca o
Mael1ace y que, sin ningn gnero de dudas, estuvo en la costa de Mlaga, aunque
nuestro autor desecha la opinin de los que decan que sobre sus ruinas se haba
erigido la de Malacha 15.
El error le viene a Ribelles de considerar el Calpe que cita Estrabn, y que corres-
ponde a Gibraltar, con la locaiidad de Calpe y el pen de Hach. y refuerza su
opinin citando los versos de la Ora marLima de Avieno 180 a 182 y 425 a 433,
todos referentes a la costa de Andaluca segn los intrpretes contemporneos (Schul-
ten, Berthelot, etc.). Su razonamiento es muy lgico, tan'o como pueda ser el de
cualquiera de los comentaristas actuales, y nos viene a c.onfirmar una vez ms que
con buena voluntad y sin retorcer el sentido literal del poema, cualquier pasaje de
la Ora martima puede ser aplicado a cualquier pW1to de la costa espaola.
An coloca Ribelles otra ciudad masaliota en las costas de Denia, siguiendo al
pie de la letra la afirmacin de Estrabn de que entre el Sucro y Cartago hay tres
pequeas ciudades de los masaliotas, no muy lejos del ro. Estaba al norte de Heme-
roscopio, segn el P. Ribelles: en la ralda meridional del monte de Segarria, en
donde todava existen res los antiqusimos de ella en el despoblado de Benicadim, al
frente del lugar de Beniarbeig 16. Los restos de esta antiqusima ciudad, segn des-
cribe el propio Ribelles tomndolos por los de la citada por Estrabn, son los de un
despoblado morisco, como tantos haba por esta comarca, que debi de edificarse enci-
ma de una villa romana. Y confirma esta opinin nuestra el que diga que <da fbrica de
los muros tampoco puede llamarse griega, porque no slo se hallaba obra de la misma
especie en un portalejo de Denia, segn refiere Beuter, si que tambin estn construi-
das del mismo modo las pa redes laterales de los pavimentos mosaicos de Calpe y de
las tres casitas que en el ao 1807 vi en el castillo de Sagunto ... 17. Como el nombre
de esta tercera colonia no lo puede encontrar, decide el P. Ribelles denominarla
Masilia, y que de aqu vendra la confusin de Estrabn de considerar las tres
ciudades como de los masaliotas del sur de Francia.
Tras comentar los textos de los principales cronistas del reino que tratan casi
exclusivamente de temas del Pas Valenciano, aunque para ello se remonten a la
descendencia de No, pasamos a citar la parte que para nuestro trabajo interesa de
una historia general: la Historia crtica de Espaa y de la cultura espaola, de Masdeu.
Esta obra monumental, en 19 tomos, publicada primero en italiano, fue traducida
despus al castellano y se public en Madrid e.n 1783.
El abate Masdeu resida en Bo!onia y, segn palabras de! traductor de la versin
castellana, public esta obra en italiano para manifestar a la Italia que la N acin
espaola es digna de un lugar eminente entre los pueblos ms clebres de la Europa
por ingenio, letras, armas, industria; en una palabra, por todas aquellas calidades
que hacen famosa y respetable a una nacin.
La Historia est dividida en dos partes: la Espaa fabtdosa, que tiene por objeto
rechazar todas las fbulas que varios escritores han incluido en la historia verdadera
de Espaa, y a Historia crtica, que no slo cuente los hechos, sino que exponga
tambin los fundamentos y las razones.
Lo ms interesante de la obra de Masdeu es el sentido crtico de su autor, que
le llev a rechazar las historias fabulosas y textos dudosos que circulaban en su
tiempo como verdaderas y que hemos visto reflejadas en los escritos de Beuter, Es-
colano, Diago y Palau, principalmente (as de! falso Beroso de Caldea, utilizadas
o inventadas por Annio de Viterbo, que son el origen de los principios fabulosos que
casi todos los cronistas atribuyen a Espaa ... . Y que calific de un cmulo tan
grande de falsedades. Intent, pues, honradamente, escribir una historia crtica
basndose en los textos clsicos y en datos concretos, lo que significa un gran avance
para su poca y una visin cientfica del objeto de la historia, lo que no impide que
despus, en sus propias deducciones, caiga tambin en los mismos errores de inter-
pretacin que sus contemporneos y otros investigadores posteriores.
Respecto a la colonizacin griega de la zona que nos ocupa, utiliza exclusivamente
los textos de Estrabn, Avieno y Esteban de Bizancio, como l mismo hace constar
a pie de pgina .
Establece e! autor fechas muy precisas para la fundacin de Marsella y Ampurias
por los focenses: e! 550 y 545, respectivamente, mientras que Rosas llevaba ya tres
siglos de ocupacin por los isleos de Rodas. Despus de fundar las dos ciudades
citadas, siguieron los focenses hacia el sur, fundando tres colonias, la ms insigne
de ellas fue Dianio, e! da de hoy Denia. Hemos de sealar que no cita para nada
Hemeroskopeion como ciudad, sino que la hizo clebre una alta torre que fabricaron
los griegos destinada al servicio de observatorio, llamada en su idioma Hemerosko-
pio ... . Se adelanta, pues, a la teora desarrollada por Corts y Lpez de traducir
HllPOOX07.lV por su significaclo comn, o sea atalaya, observatorio, etc. 18.
trae su origen de Castilla la Nueva, y dividiendo en dos partes el reyno de Valencia de'Semboca
en el mar cerca de Cullera, se establecieron en aquel paraje, formando tres colonias. La ms
insigne fue Dianio. e! da de hoy Den,a. La hi~o clebre una alta torre que fabricaron los
griegos destinada al servicio de observatorio, llamada en su idioma Hemeroskopio, y !Su famoso
templo de Diana freqentado [sic) de un gran concurso de adoradores. Se ignoran los apellidos
de las otras dos colonias; pero situndolas E-strabn a corta distancia de! Xcar se puede con
ra~n sospechar que estaban en los territorios de Ganda y de San Felipe. (DI! MASDEU, JUAN
FRANCISCO, Historia. crtica de Espa.;ia. y de la cultura espaola, Madrid, 1783, t. 1, parte se-
gunda, libro V, Espaa griega, p. 96 .)
19 En lo que respecta a Denia, dice Cen Bermde.: DENIA, ciudad del reino de Va-
lencia y cabe.. de partido en la cO"sta del Mediterrneo. Llamronla los antiguos Dianiu""
Arthe1llisiu1ll, He1lleros/{ol,iu111, nombres que hubieron de darle un templo 'famoso erigido a
Diana en esta ciudad y el promontorio Hemero sltoPium que est all cerca, conocido ahora con
el de cabo Martn ... Inmediato a Denia est Mangn, otro promontorio que fue atalaya y Que
se llam Mon s-Agonis.. . Permanecen en ella [Denia) las huellas de sus antiguos edilicios ...
Nada ha quedado de lO", dos templos dedicados a Diana y .."Palas .. . (JUAN AGUSTN CBN
BERMDEZ, S",nario de las Antigiieda.des Romanas que hay en Espaa, en especial las pertene-
cic11tes a las Bellas Artes, Madrid, 1832, p . 73.)
20 Respecto a este cabo dice Cen Bermde.: MARTN (cabo), en la costa del Medite-
rrneo y en el reino de Valencia . Los antiguos le llamaron Promontorium Dianium y Artlte,
111 isfum, acaso por estar cerca de Denia si ya no dio el nombre a la ciudad; y Fer'1'arium porque
haba en l minas de hierro. Tambin le llamaron Hemeros/{opeion por una atalaya que los
griegos levantaron all de la que se vala Sertorio ... Ahora tiene un castillo, y es muy creble
que entre sus cimientos haya antigedades fenicias y romanas. (Ob. cit., p. 91.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEJON 21
21 Entre esta c:udad (Cartagena) y el ro Suero se hallan colocadas tres pequeas ciu'
dades fundadas por los marselleses, que no estn a mucha distancia del ro (del Suero). El ms
clebre de estos tres pueblos es el que tiene una atalaya diurna y un templo muy venerado,
dedicado a Diana de Efeso, en la extremidad de un promontorio de la cual atalaya se aprovech
Sectario ... El nombre de esta ciudad es Dianium, como quien dijera Artemisium; y no lejos
de esta ciudad hay excelentes minas de hierro y dos isletas llamadas la una Planesia y la otra
Plumbaria, y contigua a la primera isleta una albufera que tiene de circunferencia cuatrocientos
estadios. (CORTS y LPEZ, Diccionario Geogrfico'Histrico de la Espaa Antigua. TaTraco"
llcnse, Btica y Ltlsitania, con la correspondencia de sus regiOl'leS, ciudades, montes, ros, cami ..
110S, puertos e islas '4 las conocidas en nuestros das, Madrid, 1835 . 36, t. 1, p. 105.)
22 En el artculo Dianium de su Diccionario explica la fundacin de Denia por los griegos,
pero no de la ciudad de Hemeros~opeio,,:
... pocos aos despus [de la fundacin de Marsella] estos mismos phoceos y otros que
los siguieron de la misma Grecia pasaron a Espaa, y en la costa del mar ibrico o tyrhnico
fundaron varias ciudades, trayendo consigo y comunicando a los espaoles el culto y religin
de Diana de Efeso, como nos atestigua Estrabn, lib. 3, p. 241.
Entre el ro Sucro y Carthago nova fundaron tres ciudades estos mismos marselleses
oriundos de Phocea, no muy di'3tantes todas tres de dicho ro ... El ms clebre de los tres, dice
el mismo [Estrabn}, es el que tiene una atalaya para de da, y en promontorio o punta un
templo de Diana que se venera". Se llama Dianium, como quien dice Arternissillm, y ofrece
su terreno abundantes minas de hierro ... Hasta aqu la descripcin que nos ha dejado Estrabn.
acerca de Dianium, llamada hoy Denia, nombre sagrado y religioso impuesto a la ciudad en
obsequio y veneracin de la diosa Diana y que jams cambi por otro, ni se llam nunca
Hemeroscopium, como han opinado algunO".5.
Resulta de 10 dicho que la fundacin de Denia puede fijarse en unos treinta o cuarenta
aos despus de la de Marsella ...
... aunque tiene un hemeroscopium o atalaya; pero su nombre no es Hemeroscopium,
sino Dianium .. .
... y por 10 tanto, la ciudad Hemeroscopillm es distinta de la que se llamaba Dianium ...
(CORTS y LPEZ, ob. cit., t. 1I, pp. 411,412.)
22 GABRIELA MARTN
PASCUAL MADOZ
vo como ste. y sus dudas quedan de manifiesto cuando termina el apartado con
palabras que, en nuestra opinin, son las ms sensatas que se han pronunciado sobre
la situacin de esta misteriosa ciudad: oo. pero difcilmente se dar en estos sitios
o en otros con pruebas que despejen las dudas con que viene envuelto este nombre,
como otros recordados slo para tormento de los anticuarios.
PAULy-WISSOWA
Iniciamos con este ilustre nombre e! apartado dedicado a los investigadores del
siglo xx, pues si bien su obra data de los ltimos aos del pasado siglo, el cannigo
Chabs no fue ya un erudito, sino un investigador. Y aun cuando su principal dedi-
cacin no fue la historia primitiva ni de la Edad Antigua, sus grandes conocimientos
en epigrafa, numismtica y arqueologa, unidos a su buen sentido histrico y a su
seriedad cientfica, hacen que siempre que hubo de opinar sobre cuestiones algo
apartadas de su especialidad y que rozaban lo que es objeto de nuestro trabajo, 10
hiciera con tino y discrecin. Supo tambin buscar buenas fuentes en las que docu-
mentarse, y podemos afirmar que si en algo no fue por e! buen camino ms se debe
al estado de los conocimientos arqueolgicos e histricos de su tiempo que no a su
propia inteligencia y preparacin.
Adems, siendo objeto de nuestro estudio la ciudad de Denia, no poda faltar
Chabs -que en ella viera la luz- a nuestra cita, ya que a su ciudad y a los
pueblos de su comarca dedic buen nmero de sus escritos.
En la revista El Archivo que empezara a editar en su ciudad en 1886 y cuyos
dos ltimos aos, 1892 y 1893, ya aparecieron en Valencia, y de la que fue director,
fundador y, a veces, nico redactor, fue dando a conocer todas aquellas novedades
histricas y arqueolgicas que no haba incluido en su Historia de la ciudad de Denia;,
aparecida en 1874. As, trat de El sepulcro de ' Severina: Mosaico de los primeros
tiempos del cristianismo descubierto en la ciudad de Denia, de los Templos de Dian.a
en las costas de Valencia?, de La ciudad de Den!a: Bosquejo histrico, del Campa-
mento "onzano en Memtg, del TesoTO griego del Montg y de Un bajo-ulleve de
Svea. Tambin dio a conocer algunas ' lpidas encontradas en Denia, rectificando en
ocasiones las lecturas e interpretaciones publicadas por Fita, a quien sola comunicar
los hallazgos epigrficos que llegaban a su coaocimiento.
26 BALLESTEROS, ANTONIO, Historia de Espa,la. y su. influ encia. C'l la Historia. Ul1it!Ysa1.
Madrid, 1919, t. r, p. 212.
26 GABRIELA MARTN
Z7 Denia empieza a ser pueblo civilizado cuando los jonios de Pcea se establecen en
estas costas y la llaman Artemisin. (eHABS, R., Historia de Denia. 2.' ed., l, p. 4.)
Costeando despus (los masaliotas y otros focenses de la misma Grecia) la Catalua, y
extendiendo sus excursiones por el golfo sucronense, fundaron, no lejos del Jcar, en el pas
de los contestanos, tres pequeas poblaciones, de las cuales la principal era la Hemeroscpea,
llamada por los griegos Artemisin, por los latinos Dianium, y ahora Denia. (lbidem, p. 6.)
Tuvo Denia en aqueJlos tiempos ... , segn insina E'Strabn, el dictado de Hemeroscpea
(atalaya para el dial, por estar situada cerca del cabo que llamamos ahora de San Antonio ...
(lbidem, p. 8.)
... las otras dos pequeas poblaciones que, dice Estrabn, colonizaron los marselleses ...
parece muy razonable la opinin de Beuter, q1,le 'Sita una de ellas en la huerta de Ganda
y quiere que la otra fuese la antigu~ Honosca, ahora VilIajoyosa ... (lbidem, p. 9.)
Sobre e! sitio donde establecieron su colonia los fundadores de Denia se ha disputado
mucho entre los historiadores del reino, pues no es fcil precisarlo .. . No me atrever a negar
que hubiera ya habitantes en esta comarca, y hasta en e! mismo sitio de la ciudad actual y
su arrabal del mar, cuando vinieron los focenses ... Me parece se puede asegurar que los
focenses de Marsella establecieron su colonia en lo que ahora es e! castillo y sus faldas ... Y
digo que en las falda s... porque, en primer lugar, en este sitio fue levantado por los focenses
el templo a Diana de Efeso .. . Dicha altura (e! monte de! castillo) fue la atalaya qu~ dio nom-
bre a la poblacin griega .. . (lbidem, pp. 10 a 13 .)
Varios han sido los nombres que se han dado a Denia. La posicin de la colonia focense
hizo que desde un principio se la llamase to Hemeroscopeion (la Hemeroscpea, o sea "la atala,
ya de! di.': specula di""",,). Adquiriendo importancia con e! templo de Diana, a cuya diosa
llaman los griegos Artemis, dieron estos nombre de Artemisin a la ciudad. Con la venida de
los romanos se convirti sta en Dianium ... (Ibdem, 1, p. 13 .)
28 No nos maravilla que aquellos jonios de Fcea lograran establecerse sin oposicin en
nuestro suelo. Presentronse ellos como comerciantes pacficos ... tratando a los indgenas con
dul~ura ... Envuelta en la oscuridad de los tiempos la historia de aquellos primeros pobladores,
no sabemos ms que 10 que llevamos escrito, y lo que diremos... sobre el templo de Diana ...
Por lo dems, slo nos quedan de aquella generacin los grandiosos restos de! templo. (CHA-
ns, R., ob. cit., t. l, pp. 14-15.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 27
29 He procurado consultar el texto griego en el que se escribi dicho libro por Estrabn
y lo he comparado con dos traducciones latinas ... ; las variantes ... me han obligado a consultar
personas competentes en el idioma heleno. (CHABS. R . ob. cit . t. l. pp. 92-93 .)
30 En resumen, viene a decir que Hemeroskopeion ... significa ... atalaya donde se observa
durante el da ... de modo que Estrabn quiso con esto llamar a esta ciudad la Hemeroscpea,
o sea la que tiene una atalaya donde se observa durante el da ...
Del pasaje de E'Strabn se ha originado varios pareceres ... contrarios al sentido del mismo
gegrafo. Escolano y Diago convierten en nombre propio el que no lo es. y aseguran que
Denia se llama por otro nombre Hemeroscopium . Corts y Madoz no conceden, sin embargo,
se le haya apellidado con el nombre de Hemeroscopium.
Sabido lo que significa la palabra. y visto lo que dice Estrabn. a nadie cabe duda de que,
si bien el nombre propio de Denia era Dianium, se la apellidaba. sin embargo, la Hemeros-
cpea.
... cabe tambin suponer. .. que el Mong y todo lo que l domina se llamase igualmente
el Hemeroscopio. como insina Avieno. (CHABS. R., ob. cit . t. l. pp. 99-100.)
31 En su artculo Hispnia de la Realencydopadie de Pauly-Wissowa, publicado en
castellano el ao 1920, encuentra las siguientes localizaciones en territorio de Jvea y Denia:
28 GABRIELA MARTN
Schulten, se encuentra en un lugar indeterm inado de la zona del cabo de la Nao, aun
cuando parece inclinarse a situarla en el calY.) de San Antonio, o junto a l, apun-
tando su identificacin con Dianium.
En 1922 edit Schulten la Ora 'martima, de Rufo Festo Avieno, cuyos versos
474 a 476 interesan a la costa de Jvea y Denia, segn la opinin del investigador
alemn. y a estos versos hace los siguientes comentarios: 474-475. Ilerda, como
que se menciona despus del cabo de la Nao y antes de Hemeroscopion, estara situada
hacia donde hoy se halla Jvea. El nombre lo tiene de la tribu de los ilergetes o
ilercavones, que primeramente debieron de ~.~tar en estas regiones y despus emigra-
ran hacia la regin del ro Sicoris, donde hubo otra Ilerda (Lrida). 3'.l
Su comentario es de gran endeblez, pues Avieno no nombra el cabo de la Nao ni
hace referencia a accidente geogrfico alguno que pueda identificarse con este cabo 33.
Es, pues, pura conjetura que Ilerda se nombre despus del cabo de la Nao, como
tambin es pura conjetura el que los ilergetes estuvieran antes por la zona de Jvea
y emigraran despus hacia el norte. Recurdese a este objeto lo que antes se dijo
de las sospechas de tul error de Avieno en este pasaje, pues es mucha casualidad
que se den agrupados en dos distintas zonas los topnimos Ilerda, Hemeroskopeion
y Sicoris/ Sicanus, estos dos ltimos diferentes, pero muy semejantes de grafa.
Acerca de los verms referentes a Hemeroskopeion, dice Schulten: 476. Heme
roscopion, HI1POOX01tlO', es una colonia de los focenses, situada junto a la ciudad
ibrica de Diniu, llamada Dianium por los romanos, hoy Denia. Del nombre de
Hemeroskopeion, esto es, observatorio, as como por la descripcin de Estrabn,
parece que la colonia griega, lo mismo que el clebre templo de la Diana de Efeso,
estara en el pen prximo a la ciudad de Denia. 34 Esta localizacin de Hemeros-
kopeion la repite Schulten en el tomo Il de lao Pontes Hispaniae Antiquae, al comen-
tar el fragmento de Esteba.n de Bizancio, y en los mismos o parecidos trminos se
pronuncia en su comentario al texto de Estrabn (rIl, 4, 6) 35.
, ,
Promunturium Dianium o 'Hu..!ooaxorn;i.o"J, con el templo de Artemis = cabo de San An'
tonio. Promunturium Ferrarium (Cabo de la Nao) I llamado as por las minas de hie rro.
Promunturium Tenebrium = Cabo de la Nao? (p. 39). Y en lo que respecta a la coloni~acin
griega dice: Partiendo de Marsella, los focenses fundaron en la costa oriental de Espaa una
serie de factoras ... De las Emporias masaliotas conocemos Rhode, Emporion, Hemeroscop~on,
junto al Cabo la Nao; Alone, en el golfo de Ilici (p .. 114).
'" SCHULTEN, ADOLFO, Ora maritima de Rufo Festo Avieno, p. 118 de la 1.' ed.
33 El propio Schulten lo dice unas pginas antes, al comentar los vereos 462463: Des-
pus de las tres islas se omiti, por culpa de Avieno, el cabo Nao (para Mela, Ferrario; para
Plinio y Ptolomeo, Tenebrio), porque hasta l llegan las tres islas y el golfo ilicitano ...
(SCHULTEN, ob. cit., p. 117 de la l.' ed.)
" SCHULTEN, oh. cit., p. 119 de la l.' ed.
a; Hemeroskopio se hallaba junto a la poblacin ibrica de Diniu, hoy Denia, y era una
factora de los focenses, siendo nombrada ya en el antiguo Periplo. (SCHULTEN, Fontes His
paniae Antquae, 11, p. 157.) En los mismos o parecidos trminos se pronuncia en su comen-
tario al texto de Estrabn (IlI, 4, 6), en el tomo VI de las Fontes Hispaniae Antiquae (Bar-
celona, 1952): De las tres ciudades de Massilia, Estrabn nombra slo Hemeroskopeion-Denia.
Las otras dos son Akra Leuke y Alonis.
>} , Hemeroskopein se menciona ya en el Periplo, de manera que debe ser anterior a
/
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE I-IEMEROSKOPEION 29
Identificar el pen de Denia con una atalaya, tal como hace Schulten en los
textos que copiamos en la nota anterior, es bastante exagerado, y as veremos que lo
entendi Carpenter para trasladar Hemeroskopeion a Hach. Los restos que dice
existir en el pen de Denia son, segn propias palabras de Schulten, los restos
de una capilla de uno por cinco metros ... y deben ser los de una celia del templo 3S,
restos que, como veremos ms adelante, di: ninguna manera pueden considerarse
griegos.
Comentaremos ms adelante la afirmacill de Schulten, repetida luego por casi
todos los autores, de la fundacin de la 'colonia focense junto a una antigua ciudad
ibrica denominada DINIU y cuyo nombre se conoce gracias a una ceca que, segn
el propio Schu!ten, tomndolo de Hbner, las monedas que acuaban l1evaban el
epgrafe DINIU. Es imposible, como al1 se ver, hacer derivar el nombre latino Dia-
,nium de esa fantstica ciudad ibrica Diniu, y creemos, a pesar de lo que opinan
Schulten y, como luego veremos, Garca y Bel1ido, que la identificacin de Denia que
hizo Estrabn no es ms que la traduccin griega del nombre latino Dianium, que
Estrabn identifica con Diana y, por lo tanto, con Artemis, relacionndolo entonces
con un supuesto templo a esta diosa fundado por la colonia focense.
La posicin definitiva de Schulten en este problema de las colonizaciones griegas
en las costas de Denia est fijada en su Geogr<l{a y Etnografla antiguas de la Penn-
sula Ibrica (t. 1, Madrid, 1956, y t. II, Madrid, 1963), edicin pstuma, castel1ana,
de la Iberisc11e Landes/{unde, publicada en Estrasburgo (1955 y 1957) 31. No hacemos
comentario alguno a esta cita, pues sera repetir lo expuesto en las glosas a ' otros
prrafos copiados anteriormente. Vemos que se insiste en el error topogrfico de
considerar alto pen a la elevacin inmediata a Denia y en la existencia de la ciudad
520 a. C. El nombre significa <1!<l/aya. del da. lo que corresponde a la altura y a la mucha visi.
bilidad del pen de Denia. El templo de la Art.emis de Efeso, diosa de Asia Menor, adoptada
por los griegos, era smbolo de las colonias de Fcea, y Artemis tena templo tambin en
Marsella y en Emporion. Parece que haya algn resto del templo en el pen de Denia ...
Dianium es el nombre romani~ado de la poblacin indgena) cuyas monedas dicen di1'liu,
y junto a la cual los focenses establecieron su colonia ... El nombre de la ciudad de hoy, Denia,
viene de Dianium, escribiendo los romanos, en lugar de Diniu, Diannn. porque all haba el
templo de la Artemis-Diana.
Las minas de hierro junto a Denia se hallan cerca del cabo de San Martn, al sur de
Denia, y corresponden al nombre prom. Ferrarium del Cabo de la Nao, que est cerca de
Denia.
36 SCHULTllN, Forschungen in Spanien. Archaelogischer Anzeiger, 1927, 2/3, p. 198,
Berln, 1927.
31 La historia de la fundacin de Hemeroskopeion la concibe del siguiente modo: Desde
aproximadamente 650 a. C. jonios de Fcea y Lebedos, en Asia Menor, y los rodios dricos
fundaron aqu factoras: los radios, Rhode en el golfo de Rosas; los focenses, Hcmeroskopeion
en el cabo de la Nao ... Todas estas factoras [se refiere a Hemeroskopeion, Alonis y Akraleukc]
griegas estn situadas ... al lado de una ciudad indgena, lo que es natural a causa del comer"
cio ... Hemeroskopeion al lado de Diniu .. . En tres casos se elevan altos peones al lado de las
factoras griegas de la costa oriental, que se prestan para vigilar tierra y mar: junto aDenia,
Calpe y Alicante ... (SCHULTEN, Geografa y Etnografa antiguas de la PentlSula. Ibrica. t. I,
pp . 321-322, Madrid, 1956.)
30 GABRIELA MARTN
Diniu 38. Y al leer la explicacin del lugar que ocupaba Hemeroskopeion, uno puede
pensar que se confunde el pen de Denia con alguna altura del inmediato Montg,
desde cuya cumbre s que se divisa un extenso horizonte sobre tierra y mar, al
contrario que desde lo alto del pen, cuya visin est cerrada por el sur y por
poniente. Sin embargo, no existe confusin, pues Schulten tambin trata del Montg
y ya trataremos ms adelante de los yacimientos ibricos del Pie efe l' Agu.i la y del
~lt de la B/mimaquia., que nos confirman, precisamente, lo contrario de lo que viene
a decir Schulten: la inexistencia de restos de colonizacin griega en esta zona. Tam-
bin se refiere Schulten al cabo de la Nao 39, siendo curiosa su insistencia respecto
a las minas de hierro, pues a pesar de todo lo dicho en la antigedad y por los co-
mentaristas actuales tales minas no pasan de ser unos pobres yacimientos ferruginosos,
que por su aspecto nunca pudieron tener mayor importancia, aunque, al parecer,
existen en ellos huellas de un laboreo antiguo 40. La etimologa del promontorio
Ferrarium, de indudable localizacin por Mela en estos parajes, no creemos que pueda
aplicarse con toda seguridad a la existencia de minas de hierro, aunque en todo caso
pueda admitirse.
Del prrafo de Schulten copiado en la nota 39 vemos la existencia de una ciudad
o poblado ibrico por donde hoy se halla ]vea. y esta ciudad tiene hasta nombre:
Tenebria. No existe fundamento alguno paril hacer esta afirmacin, que fuera de
Schulten no la hemos encontrado en ningn autor. Su existencia, pues, es an ms
problemtica, por no decir imposible, que la de la clebre Diniu. Se insiste en locali-
zar en ]vea una ciudad antigua, y Schulten se contradice con lo dicho en un prrafo
anterior (nota 32), al tratar de los puertos de nuestra costa en la antigedad, ya que
primero sita la ciudad Tenebria entre el cabo de la Nao y el de San Martn y poco
despus", entre este ltimo y el de San Antvnio, coloca la ciudad de Ilerda, basn-
dose il que existen importantes restos antiguos. De la Ilerda del Periplo ya hemos
hablado antes y los restos a que Schulten se refiere deben de ser los de la factora
38 La roca de Denia. -A sus pies estuvo situada Diniu, la ciudad ibrica. Dianium en
latn, y la factora focense Hemeroskopeion. Por el extenso horizonte que se domina sobre
tierra y mar (Hemeroskopeion = atalaya del da), Denia fue utilizado primero por los griegos y
luego por Sertorio ... En la altura se elevaba un templo de la Artemis de Efeso. (SCHULTEN,
ob. cit., t. r, p. 330.)
39 Prom. Ferrarium o Tenebrium = Cabo de la Nao.-Mela (2'91) dice que el pro-
munturium Ferrarium separa el sinus Sucronensis (baha de Valencia) del sinus Illicitanus
(baha de Alicante). El cabo tiene su nombre de minas de hierro, que Estrabn menciona
junto a la prxima Denia. Las minas estn emplazad~s entre el cabo de la Nao y el cabo de
San Martn. Ptolomeo (2, 6, 12) llama Tenebrion al cabo de la Nao .. Fuera de Ptolomeo lo
menciona Esteban de Bizancio ... El cabo tiene este nombre; al parecer, de una poblacin,
Tenebria, por lo dems desconocida ... (Ob. cit., t. r. p. 330.)
40 Mapa geolgico de Espaa. Explicacin de la hoja n.' 823, Jvea (Alicante), rnstituto
Geolgico y Minero de Espaa. Madrid, 1954.
41 Tenebrius Lime. -Este puerto, mencionado por Ptolomeo (2, 6, 16), al no.te del
cabo de la Nao, debe corresponder a la baha entre el cabo de San Antonio y el cabo de San
Martn, en cuyas orillas est situada Jvea, con importante,) restos antiguos y que corresponde,
acaso, al Ilerda del Periplo. (SCHULTEN, Geografa y Etnologa alltiguas de la Penn",Ia Ib-
rica. t. r, p. 401, Madrid, 1956.)
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 31
romana de! Arenal 42. Pero aqu slo queremos insistir en la doble denominacin de
un posible poblado ibrico en la cala de Jvea: Ilerda ahora, Tenebria antes. Los
restos encontrados no parecen indicar la existencia de un poblado importante por
esta costa. Aun cuando esta afirmacin no pueda ser definitiva, pues los vestigios ib-
ricos que se encuentran en algunos parajes de la .zona de Jvea, alejados de! mar,
no han sido suficientemente investigados, pero puede descartarse la existencia de
una importante ciudad ibrica de nombre conocido.
Tratando Schulten del puerto utilizado por Sertorio dice: Puerto de Denia.-
Sertorio posey, durante su guerra contra Pompey y Mete!o, en los aos 76-72 a. C.,
un puerto cerca de Denia actual, entonces Diniu y Hemeroskopeion .. . Es curioso
destacar que, segn este comentario de Schulten, en tiempos de Sertorio, es decir,
en tiempos en que la romanizacin de la .zona estaba ya avanzada, el lugar que serva
de base al caudillo democrtico no se llamaba Dianiutll, sino Diniu y Hemerosko-
peion (?). Sin embargo, vemos que todos los autores latinos que mencionan Denia
refirindose a algn momento de las guerras sertorianas la llaman siempre Dianium .
La aportacin de Schulten a nuestra histCJria antigua, interesante desde e! punto
de vista de presentar los textos antiguos bien estudiados y criticados, ya no lo es
tanto en lo que se refiere a su interpretacin, hecha, sin duda, con poco conocimiento
de! terreno, escasos datos arqueolgicos y con prejuicios derivados de las afirmaciones
de los viejos autores clsicos, a los que daba un crdito excesivo.
RHYS CARPENTER
32 GADRIELA MARTN
diga lo que estos griegos hicieron en Espaa. Toda esta pgina de exploracin, co-
mercio y aventura, de contactos entre griegos y brbaros, siempre tan fructferos y
tan interesantes, toda esta pgina de la Grecia colonizadora est en blanco. Pero una
pgina en blanco es siempre una tentacin para los investigadores y hay medios ar-
queolgicos para llenar la crnica perdida ...
Esta confesin de las dificultades de la empresa de escribir un libro sobre la
colonizacin griega en la Pennsula er;\ necesari;\, pues, como venimos diciendo desde
un principio, todo est dentro del campo de las conjeturas.
Al tratar de los primeros contactos de los griegos con la costa mediternea de
la Pennsula describe el puente de islas que los focenses utilizaran, islas cuyas deno-
minaciones terminaban con el sufijo -Ollssa, de las que la ms occidental era Pytyoussa,
o sea Ibiza 43 .
Segn Carpenter, es el pen de Ifach al que los focenses llamaron Hemerosko-
peion, atalaya, guardin del da. Utilizando los mismos textos y argumentos que otros
autores han usado para localizar la colonia focense en Denia, sita este autor en
Hach la antigua Hemeroskopeion, aun cuando declara que los hallazgos de cer-
mica griega y campaniense que se dan en sus cercanas no son anteriores al si-
glo IV a. de C.44 Fre.nte a los argumentos que Carpenter considera positivos para
la localizacin de la fundacin focense en Hach, presenta los que hacen imposible
que Hemeroskopeion estuviese en Denia. De aqu su afirmacin de que si no estuvo
en Ifach no se sabe an dnde pudo estar.
La interpretacin del texto de Avieno le lleva a las mismas conclusiones, siguien-
do el mismo proceso histrico que, aplicado a Denia, hace tambin Garca y Bellido.
A Carpenter se le plantea el problema de la afirmacin de Estrabn sobre la fun-
dacin masaliota de Hemeroskopeion. Lo resuelve, como luego har tambin Garca
y Bellido, suponiendo que, por el tiempo transcurrido desde focenses y masaliotas
hasta Estrabn, se haba olvidado su verdadera fundacin, a pesar que Artemdoro,
segn Esteban de Bizancio, dijera que haba sido colonia focense.
Denia, pues, no es para Carpenter Hemeroskopeion. No se han hallado en ella
ni en sus cercanas restos griegos de ninguna especie, no hay ningwla seal de haber
existido una laguna o estanque, ni indicios de ciudad alguna al pie del pen del
castillo. Este pen, por otra parte, es poco visible y tiene pocas condiciones para
43 ... Conforme se acercaban (las naves focenses) contemplaban una lnea de costa con
acantilados de un centenar de pies, detrs de los cuales una extensin de ondulada tierra verde
se alejaba hacia unas altas colinas. La punta se llama hoy el cabo de la Nao y no ofrece desem'
barcaderos o puertos. Pero siguiendo la costa hacia el sur unas ocho o nueve millas hay una
especie de fondeadero de pescadores (ahora llamado Moraira'), y ms hacia el sur, unas pocas
millas despus, se llega a una recogida baha con una playa de gravillas y una corriente de
agua fra. y junto a ella ... (RHYS CARPENTER, El lIoc dHeme1'os~.ol)eion. p. 19.)
44 Mi identificacin de la antigua Hemeroscopeion con Ifach no tiene antecedentes. Es
sabido que la vieja ciudad focense ha sido buscada en los alrededores del cabo de la Nao, pero
el viejo error de identificarla con Dianium ha impedido hasta ahora que su verdadero lugar
haya sido encontrado. (RHYS CARPIlNTIlR, El lIoc dHemerosl{opeion. p. 23.)
". Hemeroskopeion. si no est donde yo la locali2;o. permanece an desconocida. (Ib,
dem,p. 37.)
/
45 Sera una atractiva conjetura pensar que una de ellas (las colonias), la de Atone, se
encuentre al norte del cabo de la Nao, cas donde Jvea est hoy y donde una preciosa y bien
conocida diadema de oro de estilo greco'ibrico se encontr en 1904, y donde el actual nombre
del pequeo ro de Jvea, el Jaln, guarda un eco de su antiguo nombre. Pero esto no es
ms que andar a t!entas en la oscurldad. una conjetura quiz no muy acertada, aun cuando
Pomponio Mela coloca Allone en algn lugar cerca del cabo, mencionndola despus de
Valencia y antes de Alicante y clasificndola como illicitanus, es decir, al sur del cabo de
San Antonio, y Ptolomco pone Alonai en tierras de los contestan os, que era el pueblo que
ocupaba esta regin del cabo, y el I A i,cJJ'Ji~. Y~aOr; ~~i. 7r Oi,Lt; i\lG<aaG()'i~~ de Artemdoro po'
dra ser justificada, teniendo en cuenta la obstruccin que 105 acarreos del Jaln han ocasionado
y por considerar como una palaiopolis la rocosa barra de la actual desembocadura, Pero es
igualmente plausible, y mucho ms corriente, buscar Alone algo ms al sur, en la costa e
islita de Benidorm. (CARPENTER, ob. cit., p. 55.)
34 GABRlELA MARTN
loga y los textos clsicos (Madrid, 1935); Las relaCiones entre la penmula Ibrica y
el mundo clsico griego vistas a travs de los hallazgos de monedas griegas acaecidos
en Espaa (Madrid, 1935); Los hallazgos griegos en Espaa (Madrid, 1936); Nuevos
hallazgos de objetos griegos acaecidos en Espaa (Madrid, 1940); Sobre la localiza-
cin y los nombres de Hemerosl{opeion (Madrid, 1941); Las primeras navegaciones
g?'iegas a Iberia (siglos IX-VIII) (Madrid, 1940); La colonizacin phol{aia en Espaa
desde los orgenes hasta la batalla de Alale (siglo VII-535) (Barcelona, 1940); La
colonizacin griega en Espaa (perodo masaliota, desde Alale -535- hasta las
guerras ptnicas -218- ) (Barcelona, 1942); Fenicios y Carthagineses en Occidente
(Madrid, 1942); Espaiia y los espaoles hace dos mil aos segn la Geografa de Es-
trabn (Madrid, 1945); La batalla de Artemisin (Madrid, 1947), etc.
Recogemos los prrafos que tratan de Hemeroskopeion de la Histo'ra de Espaa
dirigida por Ramn Menndez Pidal, volumen n, tomo r, por ser el texto definitivo
en lo que se refiere a la historia de las colonizaciones, texto en muchas ocasiones
idntico al de Hispania Graeca ".
La posicin de Garca y Bellido es semejante a la que vimos tena Carpenter: una
l fundacin muy antigua como cabeza de puente, por los focenses propiamente dichos,
.: pasando luego a la esfera de influencia de los masaliotas y ms tarde quedando en
la zona atribuida a los ca rtagineses en el tratado del Ebro. En los mismos trminos,
aunque ms ampliamente, trata estas cuestiones al hablar de la colonizacin grie-
ga 47. Y a continuacin, al tratar de los testimonios arqueolgicos que restan de este
primer momento de la colonizacin griega, no encuentra ninguno perteneciente a
nuestra regin, aun cuando con falta de perspectiva geogrfica (hemos visto cmo
considera Denia en el sudeste de Espaa) cite los bronces de Rollos y llano de la
pueblos indgenas de esta comarca (entre los que, por otros prrafos del autor, sa'
bemos que incluye los yacimientos manchegos de la provincia de Albacete) parece
ser ms bien un reflejo marginal de un foco ibrico situado en la Andaluca alta que
no proceder de los pueblos ibricos de la costa valenciana. y esto es lgico si vemos
que en toda la Marina alicantina no se ha encontrado hasta ahora objetos arqueo-
lgicos que puedan remontar el siglo IV. Con ello el papel tan principal que el pro-
feeor Garca y Bellido concede a esta colonia griega de Hemeroskopeion viene bas-
tante disminuido, por no decir anulado en absoluto ..Veremos ms adelante que junto
a la actual Denia se han excavado dos yacimientos ibricos que florecieron durante
los siglos V al 111 o 11, en los que no se ha encontrado ni un solo fragmento de cer-
mica griega. Si Denia = Hemeroskopeion hubiera jugado el papel que el profesor
Garca y Bellido indica, estos dos poblados, tan inmediatos al foco de expansin de
la cultura griega, presentaran una fuerte influencia helnica que no se encuentra
reflejada en absoluto.
De la localizacin de Hemeroskopeion en Denia, que prefigura mentalmente toda
la exposicin que hasta ahora. hemos transcrito en nota, dice 10 siguiente: Su antigua
localizacin se ha supuesto tradicionalmente, y con razones fundadas, en o cerca de
Dianium (hoy Denia). En las proximidades de esta ciudad, en efecto, levntase 'sobre
el mar un promontorio que pudo ser el que dio origen a su nombre y el mismo que
describen los textos referidos. Otros la han supuesto en el pen de Ifach, algo ms
al sur de Denia. En Estrabn es clara su identificacin con Dianium. 49 Nos remiti-
m05 a. lo manifestado anteriormente, tanto en nuestros comentarios a las interI're-
taciones de Schulten como a las de Carpenter, respecto a la identificacin de la
colonia Hemeroskopeion con Denia y con Hach.
Al profesor Garca y .Bellido tampoco se le pasa por alto la inexistencia de restos
anteriores al siglo VI, a pesar de que incluye entre los aparecidos en la comarca los '
bronces de Rol1os y l1ano de la Consolacin, en la provincia de Albacete, pero nos-
otros nos atreveramos a decir que no hay 'ningn hal1azgo anterior al siglo V 50.
51 El nombre de Dianium que llev la ciudad latina invita a explicarlo por el templo de
Artemis cpheda, la Diana romana, que ya hemos dicho cita Estrabn. El mismo -o sus fuentes,
Poseidonio o Artemdoro-, inducido, sin duda, por esta aparente ecuacin, llaman a Heme'
roskopeion tambin Artemisin, 10 que no parece cierto. En realidad, deriva el nombre de
la ciudad indgena a cuyo lado creci la colonia griega. As, pues, Dianium vendra de Diniu,
que se lee en los epgrafes ib:'icos de las acuaciones locales. (GARcfA y BELLIDO, A., Hist. de
Espaa, pp. 528529.)
5' Debe tenerse por seguro que (despus de Alale) Emporion, Rhode y Hemeroskopeion
permanecieron griegas. An ms, sabemos que su nueva vida cay de lleno bajo la hegemona
de Massalia. Los textos posteriores, sin excepcin, hablando de estas colonias, aunque alguna
ve~ recuerdan su origen directo foccnse, llmanlas siempre colonias massaliotas. lo que indica
claramente el nuevo estado de cosas. (GARcfA y BELLIDO, A., Hist. de Espa,a, p. 539.)
En consecuencia, Hemeroskopeion pudo permanecer griega y massaliota despus de Alale.
(GARcfA y BELLIDO, A., Hisp. Oraeca, II, p . 560.)
53 As, pues, Hemeroskopeion, la colonia entonces (el ao 348, fecha del tratado romano'
cartagins que pona Mastia = Cartagena como lmite de las zonas de influencia respectivas)
ms avanzada del mundo griego occidental, que lindaba con el lmite marcado en el pacto, pudo
vivir fuera de todo peligro. Los hallazgos griegos de esta poca, en efecto, testimonian en esta
zona un aumento considerable de las importaciones griegas, principalmente vis. bIes en los
objetos cermicos, la mayora de los cuales proceden del sur de Italia y de Sicilia. (GARcfA y
BELLIDO, A., Hist. de Espaa, p . 563.)
38 GABRIELA MARTfN
Es posible que Hemeroskopeion fuera una excepcin y lograra vivir fuera de todo
peligro. Lo que s importa es sealar que e! aumento de las importaciones de la
Magna Grecia, principalmente, es algo posterior al 350 a. de C. y que :11 parecer el
momento de mayor intensidad de hallazgos griegos o helensticos en las comarcas
valencianas y alicantinas es precisamente anterior a la fecha antes indicada y que
se interrumpe a partir de esta mitad del siglo IV. Es ste un problema que ha empe-
zado a observarse recientemente y cuyos lmites e importancia an no estn bien
estudiados.
Esta es, en definitiva, la posicin del profesor Garca y Bellido respecto a las
colonizaciones pnica y griega en las costas de Denia y Jvea. La realidad es la que
con palabras de! propio Garca y Bellido exponemos para terminar: En cuanto a ...
Hemeros/{opeion, no obstante verse citaaa en Estra'b n ... no sabemos ms que lo que l
mismo dice . 64
y lo que dice Estrabn, ya lo hemos visto antes, es bien poco y hasta contradic-
torio.
Aunque la aportacin de este erudito alicantino es casi nula, pues las rectifica-
ciones que hace a la teora tradicional expuesta por Garca y Bellido son insostenibles,
resumimos su posicin frente al problema por su condicin de autor local y porque
sus teoras se han extendido bastante entre los no especialistas alicantinos que desco-
nocen el estado actual de la cuestin 55.
Son varios los artculos que Figueras Pacheco dedic al tema de las colonizaciones
en la provincia de Alicante. Aqu nos referimos slo a su artculo Griegos y pnicos
en el Sudeste de Espaa: Proceso geogr.fico-histrico de la coloniza'c in 56. En las
notas que aadi a la segunda edicin de la Historia de la ciudad de Denia, de Roque
Chabs, obra ya comentada, insiste en los ' mismos criterios del trabajo anterior 57. Y
vemos que al autor la intuicin le dice que por los cabos de San Antonio y de la
N ao llegaron los colonizadores a la Pennsula, y del mismo modo deduce una serie de
idas y venidas de los fenicios, griegos y cartagineses por nuestro litoral, sin ninguna
base arqueolgica en que fundarse e interpretando muy ligeramente los textos cl-
sicos 58,
Tras una primera etapa de indudable colonizacin griega, nos habla de una etapa
de establecimientos pnicos. y como la zona era muy rica, con salinas, grana para
fabricar prpura, esparto, etc., pensar que los cartagineses destruyeron Himerosco-
pio y se cruzaron luego de brazos se parece mucho a volverse de espaldas a la
realidad 59.
Los datos arqueolgicos que aporta el autor para confirmar que los cartagineses
en este perodo ocuparon la llana litoral alicantina son completamente errneos. La
necrpolis del Molar no tiene nada de pnica ni hay estratos pnicos en ninguno
de los yacimientos conocidos. Habla luego de una tercera etapa en que retorna la
colonizacin helnica 60. La reconstruccin de los hechos histricos respecto a esta
tercera etapa no tiene base alguna. La ecuacin Hemeroskopeion = Dianium, hoy
Denia, lo prueban todos los hechos conocidos, hechos que no cita el autor, refirill'
68 Primera etapa. Las p,stinas colonias griegas.-Antes de Alale los helenos navegaban
libremente por el Mediterrneo ... Al norte del pen de Hach, esto es, del mojn de Tartessos,
nadie les puso el veto. All se establecieron, fundando la famosa Himeroscopio [sic], a la
entrada misma de la Pennsula por la va insular, en fecha que desconocemos, pero siempre
anterior a la batalla ... En el perodo siguiente ... los pnicos no 10 habran consentido. (FI-
GUIlRAS PACHIlCO, P., ob. cit., p. 192.)
... en tal supuesto, la primera etapa de nuestra colonizacin se reducira a la exi!" tencia de
Himeroscopio en las inmediaciones de San Antonio y la Nao ... la realidad indudable de la
colonia citada basta para encarnar el perodo. (Ibdem, p. 193.)
Segunda etapa. Primeros establecimientos pnicos.-Terminada la talasocracia de los
griegos en Alala. los cartagineses se d;pusieron a sustituirlos en la explotacin del comercio ...
A la vista de Ibi~a, que ya ocupaban aqullos, estaban las playas de Himeroscopio. Unas
horas fueron suficientes para llegar a ellas. Entonces fue destruida la colonia griega, siendo
reempla~ada por el primer establecimiento pnico. Las magnficas salinas de la baha de Jvea
debieron de ser en aquel momento la presa principal de los vencedores (Ibdem.)
59 PIGUIlRAS PACHIlCO, P., ob. cit., p. 194.
60 Tercera etapa. Reaparicin de los colonos griegos.-El perodo descrito termina al
ponerse en prctica el tratado de Roma con Cartago de 348. En su consecuencia, los pnicos se
retiraron al sur de cabo Palos ... [y] los griegos, aprovechando las circunstancias prop:cias como
amigos de los romanos, aparecen de nuevo en nuestro litoraL., rehabilitan o repueblan las
factoras [antiguas] ... ocupan las que abandonaron los pnicos". y erigen otras .. .
Con ms o menos datos para inducir situaciones, se alude a las colonias griegas de esta
etapa, en los textos de Estrabn, Artemdoro, Ptolomeo ...
Una interpretacin deficiente del conocidsimo pasaje de Estrabn ha hecho suponer que
nuestras colonias griegas no fueron ms que tres: Himeroscopio, nombre que da el propio
gegrafo y que se concierta con los de Artemisin y Dianium, Alone ... y Acra-Leuca. Tal
limitacin ... es arbitraria ...
Creo tambin que entre Himeroscopio y Alicante hubo ... otras factoras ... y que la. hubo
igualmente en las cercanas del Segura.
Cuando stos [los griegos] reaparecieron en nuestras playas ... [se instalaron] ... unas
veces en el mismo solar de 10.5 establecimientos prstinos y otras en cualquier otro sitio de las
cercanas ... La Himeroscopion de Estrabn, esto es, la que se llam tambin Dianium en poca
romana, estuvo sin duda en Denia, como 10 prueban todos los hechos conoc:dos. Pero la
Himeroscopio del Periplo, la que sucumbi en el siglo VI a ra~ de Alala, estuvo en Denia o
estuvo en otro sitio. (FICUERAS PACHECO, P., ob. cit. , pp. 196-199.)
/
40 GABRIELA MARTN
LEOPOLDO PILES
* * *
Frente a todas estas opiniones, que desde el siglo XVI hasta el presente se han ido
sucediendo, se abren ahora nuevos caminos que, basndose ms en los hechos reales
conocidos que en supuestos acontecimientos mal reflejados en los textos clsicos, pre-
64 Tres son los lugares p':incipales en que la mayora de los t!'atadistas vienen a fijar el
empla~amiento de Hemeroskopeion ... Hemos inspeccionado el campo y sobre todo el castillo
de Denia, as como el pen de Hach ... y ... el cuadro que presentan sus vestigios arqueolgicos ...
en nada se diferencian de tantas y tantas localidades costeras de cultura iberorromana ... Frente
a tan escasa apo:tadn material en Denia o en Ifach, aparece en contraste manifiesto la verdadera
rique~a a-rqueolgica del campo y baha de Jvea ...
Recordemos el tesoro de monedas griegas hal1adas en 1891, la mayor parte de fines del
siglo v a. C .... Igualmente sealamos el llamado Tesoro de Jvea ... [que] el seor Mlida l.
atribuye carcter greco-oriental-ibrico y lo data del siglo v o IV Y el seor Garea Bel1ido ....
considerndolo como producto griego importado ... cree que no es anterior al siglo IV .
Otro hal1a~go ... , de antigedad muy discutible, es la lpida o bajorrelieve de mrmol...
[que] ha sido objeto de opiniones muy dispares ...
Otra pa:ticularidad muy curiosa ... es la llamada sequia de la Noria ... [que] tena por
objeto alimentar las salinas, posiblemente de origen pnico ...
Un paraje de inters ... es la llamada isla del Portichol... La cumbre est sembrada de
fragmentos prehistricos ... (SENENT InEz, J. Jos, En torno a Hemeros~opeio". Crnica del
III Congreso Arqueolgico del Sudeste Espaol, Murcia, 1947-Cartagena, 1948, pp. 241-243.)
42 GABRIELA MARTN
sen tan unas perspectivas distintas a las tradicionales. El primero, y hasta ahora el
nico, que ha tomado nueva posicin ha sido el catedrtico de nuestra Universidad,
mi maestro doctor Tarradell.
MIGUEL TARRADELL
doctor Tarradell: Creemos que, tal como estn las cosas, antes de discutir, entrando
en pequeas guerras de erudicin local, a cul de los actuales pueblos de la Marina co-
rresponde la antigua Hemeroskopeion y las an ms delicuescentes funciones griegas
vecinas, el problema que cabe plantearse es si realmente existieron alguna ve2<. 68
Un repaso a la gran cantidad de yacimientos conocidos en la costa alicantina nos
muestra que hay restos de todas las pocas, excepto de la correspondiente coloni2<a-
cin griega; un viaje por el litoral muestra que los lugares aptos para haber sido
elegidos por los griegos como colonia o factora son bien pocos y, explorados, en
ninguno se encuentra el menor rastro de objeto de importacin griega anterior al
siglo IV. Adems, en contra de lo que ocurre en todas las factoras griegas, por peque-
as que sean, l1emeroskopeion no acu moneda. Por ltimo, aun cuando, por im-
posible que pare2<ca, hubieran desaparecido totalmente las factoras griegas, al menos
en las 2<OI1aS prximas a los lugares en que pudieron estar se encontraran cermicas
de figuras negras, lo que t ampoco ocurre 69. Ante la posicin que recoge la ltima cita
a discutir la localizacin de las hipotticas colonias. Los hallazgos arqueolgicos... aqu han
fallado de una. forma radical.
Hemeroscopeion se supone que fue una fundacin vieja dentro del proceso colonial grie-
go. Ida relacionada con la poca en que se abra la ruta de Tartessos. es decir. del estrecho
de Gibraltar. La teora tradicional, heredada de una fuente latina; la sita en Denia ...
(~Pero. a pesar de las continuadas rebuscas que se vienen haciendo desde hace aos, no S~
ha encontrado nunca en Denia ni en sus alrededores objeto alguno que pueda ser clasificado
como de importacin griega, si exceptuamos un escondrijo de monedas encontrado en el
Montg. Y no nos referimos a los restos de una ciudad o de una factora . Tampoco hay ningn
elemento que indique unas relacionen continuadas con el mundo helnico: ni una tumba ni un
solo fragmento de cermica. Ante este hecho surgieron las dudas y nacieron las ilusiones locales
de ot'os pueblos de la misma costa ... Como Jvea est tambin muy cerca del Montg y presenta
igualmente una topografa correcta para haber sido una factora colonial, oe ha defendido que
Hemeroskopeion correspondera a Jvea. Pero el problema es el mismo: no hay medio alguno
de confirmacin arqueolgica. Los hallazgos antiguos son abundantes: todos romanos o pre-
histricos. Excepto un tesoro ... que puede clasificarse como de origen o de clara influencia
griega. Es, sin embargo, elemento nico y de ninguna forma decisivo.
Tambin tuvo defensores el Hemeroskopdon de Ifae, algo ms al sur. El famoso pen ...
sera ... el que habra dado lugar al nombre de "atalaya del da". No hay ningn vestigio obje-
tivo que permita aceptar esta hiptesis. (TARRADELL, MIGUEL, ob. cit., pp. 66-67.)
68 TARRADELL, MIGUEL, ob. cit., p. 67.
69 Se pregunta el autor de la Historia del Pas Valcnci<!: Qu cabe pensar de todo esto?
Nos inclinamos a suponer, con los datos que actualmente se poseen, que las colonias griega~
de la costa valenciana no existieron. Por 10 menos en el sentido en que tradicionalmente se
han concebido. Creemos que no hubo verdaderas fundaciones coloniales, con establecimiento
d\! ncleos de inmigrantes en una ciudad o en un inicio de ciudad. A 10 sumo podemos ima,
g'narlas como una especie de mercados temporales, de lugares que eran visitados con relativa
periodicidad por las naves griegas predominantemente focenses, procedentes de Mass~lia o de
Empo:'ion, o quiz tambin de las lejanas costas de la metrpoli o de sus colonias en Italia.
1vlercados que podramos comparar al sistema de comercio de las naves europeas con las costas
del Africa negra en los ltimos siglos anteriores a la colonizacin del siglo XIX. O al sistema
medieval del buque-mercado, cuando a la llegada de un navo los posibles compradores suban
para saber si les interesaba la mercanca transportada . Sabemos que los griegos utili~aron siste~
mas de esta clase por referencias de Herodoto y otros escritores ms o menos contemporneos a
los hechos. (TARRADELL, MIGUEL, ob. cit., p. 69.)
I
44 GAllRIELA MARTN
y que al principio puede parecer un tanto extrema, pero que en definitiva viene a
explicar los hechos no de conformidad a unos textos, sino de acuerdo con unos datos
reales, la investigacin no se ha pronunciado todava. Es difcil admitir nuevas teoras
que rompen con la tradicin. Pero, como se ver ms adelante, las investigaciones que
hemos realizado en las zonas de Denia y Jvea y la revisin que se ha efectuado de
los materiales conocidos no hacen ms que confirmarla.
III
Los DOCUMENTOS ARQUEOLGICOS
ARCEL0NA
72 Por la mayora de los autores que han tratado e! tema se ha llamado e! lugar de!
templo de Diana a una zona de la ciudad de Denia en la que han aparecido e! mayor nmero
de restos romanos, principalmente inscripciones sepulcrales; el lugar corresponde a las partidas
Marjal, Pont Sec, finca de Morand, etc., situadas al norte del castillo, y es aqu donde la
antigua erudicin ha querido sit!mpre encontrar el famoso templo.
13 CHABS LLORNS, ROQUE, Campamento romano en el Montg?, El Archivo, IV,
cuaderno IX, p. 285, Denia, 1890,
GAllRlELA MARTN
PU N T A
DE
LA ALhlAORAP.
\ \
l .....
PE DREG UE R '~---
o 1 2 K....... "
* * *
A continuacin vamos a exponer simplemente todas aquellas noticias que nos han
llegado de materiales arqueolgicos griegos y pnicos. Todos los datos que aportamos
son conocidos y nuestra labor en este caso se ha limitado a reunirlos para lograr una
visin de conjunto. Personalmente no hemos podido estudiar ninguna de las piezas
que se inventarian luego, por otra parte repetidamente publicadas y estudiadas. He'
mos recogido, pues, la descripcin que nos' ha parecido ms acertada, sealando igual
mente las discrepancias que entre los autores haya podido haber.
Es decir, que como colofn a la parte que podramos llamar puramente terica
aadimos lo que de real y prctico, positivo, hay en este problema.
HALLAZGOS GRIEGOS
En primer lugar nos vamos a referir a los materiales griegos que, encontrados en
Denia y Jvea, nos han llegado noticias. Aun contando con los hallazgos que podra-
mos llamar dudosos, el panorama que se nos ofrece es elemlador y totalmente incapaz
de sustentar la teora sobre el pasado helnico. y en este caso no se puede achacar la
carencia de noticias a la falta de investigacin o a la escasez de las prospecciones
arqueolgicas, pues desde la poca de Beuter, la zona ha sido prcticamente batida.
Hoy contamos, para el conocimiento de la arqueologa protohistrica de la zona
que estudiamos, no slo con los hallazgos reunidos por 105 eruditos ele siglos pasados,
sino tambin con los de las efectuadas por el Instituto Arqueolgico Alemn citado,
con los resultaelos de nuestras propias excavaciones y prospecciones y con los de
tantas rebuscas clandestinas, ele las que conocemos, en los trminos de ambas ciuda-
des, multitud de casos.
He aqu los objetos griegos, o que se han considerado como tales, con los que se
puede contar:
Bajorrelieve en mrmol, de ]vea.-Este fragmento ele placa de mrmol se encon-
tr a principios de siglo en el M,mtanyar o punta de I'A,-enal, de Jvea , en circuns'
tancias que desconocemos. En el mismo lugar hemos realizado excavaciones de los
restos de una factora pesquera romana, cuyos resultados tenemos en vas de publi-
cacin.
El bajorrelieve representa un jinete precedido de una figura de varn togado y
seguido de un soldado con la lanza al hombro. La composicin est incompleta,
faltando la mano derecha del primer personaje y las piernas de los dos que estn de
pie, as como las patas del caballo.
Segn Garca y Bellido, la pieza fue dada a conocer en 1912 por Pierre Paris,
aunque con anterioridad hablara de ella Albertini 75, Garca y Bellido dice de la
misma: Segn la opinin de Pierre Paris, que coincide con la de Collignon y Pottier,
se trata de una obra griega del siglo IV. No conocemos el relieve ms que por la
reproduccin deficiente del Jahrbuch Anzeiger, a la que remitimos, reservndonos
nuestro juicio. 76
Pero esta reserva del juicio del profesor Garca y Bellido desaparece en 1948, al
publicar su Hispania Graeca, donde dice: La misma exclusin hemos de hacer del
llamado relieve de Jvea, que en mis Hallazgos griegos en Espaa ya di como dudoso,
a pesar del dictamen favorable de ciertos arquelogos franceses. Sigo sin conocer el
original, pero el examen atento de una fotografa me ha convencido que no se trata
de un relieve griego, sino romano, como lo est proclamando el modo torpe y falso con
que el jinete se sienta sobre su caballo, cosa que es inconcebible en una obra griega
del siglo V-IV, fecha a la que el aspecto general del relieve conducira de ser, como
se ha pretendido, un original. 77 Y refirindose el profesor Garca y Bellido al lugar
del hallazgo, nos dice que se encontr en el Montaar, donde se ven huellas de una
antigua ciudad y a sus pies las de un puerto hoy cegado.
Las huellas de esta ciudad a que se refiere el autor son los restos de la factora
pesquera de poca romana antes mencionada. El puerto cegado es La. Fontana, brazo
antiguo del ro Gorgos, hoy cegado, que debi de ser utilizado como fondeadero en
poca antigua indeterminada, posiblemente medieval a juzgar por los restos que he-
mos encontrado.
La clasificacin del relieve, desde el siglO IV a. de C. hasta de plena romanizacin,
hace ms que dudosa la pieza. No la hemos podido ver, pues aunque Garca y Bellido
dice que perteneca al barn de San Petrillo, las oportunas gestiones nos han hecho
saber que se conserva en Jvea, en propiedad de la familia de don Carlos Aracil,
de la que recabamos permiso para estudiarla y fotografiarla, sin conseguirlo. N o obs-
tante, e! archivo fotogrfico del S. 1. P. de Valencia posee una fotografa de mejor
calidad que las publicadas hasta ahora de este relieve y que podremos incluir en la
publicacin correspondiente a la factora de! Arenal.
A pesar de slo conocerla por malas reproducciones fotogrficas, dada la autori-
dad del profesor Garca y Bellido en la clasificacin de escultura griega y romana y
el hecho positivo de que en el lugar en que apareciera slo se ha encontrado material
no anterior a la poca de Augusto, nos hace inclinarnos por la romanidad del re-
lieve.
'T eSQ1'O del Montg. - En la primavera de 1891 tuvo lugar, cerca de Denia, el
hallazgo de un recipiente con diecisis monedas griegas, dando Roque Chabs in-
mediatamente noticia en un artculo, 'Tesoro del Montg, publicado en El Archivo,
tomo V, cuaderno r, Valencia, 1891, p. 50 y SS., reproduciendo en dibujo las mone-
das y los dems objetos que formaban el escondrijo. El tesoro debi de perderse pos-
teriormente, pues siempre que se ha publicado ha sido con las reproducciones de los
dibujos de Chabs, ignorndose en la actualidad el paradero del conjunto.
El hallazgo se dio, segn Chabs ..., en lo alto del Montg, en la pendiente que
hay sobre el collde Pous, frente al casero de Jess Pobre . La detallada clasificacin
que Chabs hizo del tesoro ha sido repetida y admitida por casi todos los autores
que han tratado del hallazgo, difiriendo los ms modernos (Garca y Bellido y Beltrn
Martnez) en algunos puntos. Reproducimos en nota lo que estos dos autores dicen,
por representar la clasificacin con criterio moderno de las piezas 78.
Para el profesor Beltrn Martnez se trata de un escondrijo de platero, por lo
que no es necesario que las monedas estn en curso oficial, lo cual es muy importante
para su datacin. Segn Garca y Bellido, la moneda de fecha ms moderna -dejando
aparte las ampuritanas, de cronologa discutible- es la siciliana de Messana (490-
390); y segn Beltrn, el tratarse de monedas fuera de uso corriente les da una
cronologa ms baja, que podra llegar hasta principios del siglo IV, no parecindole
ms antiguo el momento de la ocultacin.
De toda' formas, este tesoro no nos sirvc para justificar unas colonias griegas
cercanas al Montg, no slo por ser hallazgo singular, sino tambin por la fecha, tan
tarda, que no coincide con las que deben darse a tales colonias, segn los textos
clsicos y sus interpretaciones.
Francisco Danvila y Collado, en su artculo titulado El teS01"O del Montg (El
Archivo, t . V, cuaderno III, p . 168, Valencia, 1891), que pudo ver los objetos que
aparecieron con las monedas, dice que son restos de arneses de caballo, de factura
indgena, no griega. Lo que, junto a la descripcin que hace Chabs de las vasijas
que acompaaban el hallazgo, nos hace pensar en un poseedor indgena, no forastero.
Otros hallazgos de rnonedas.- Para no interrumpir el tema de los hallazgos numis-
mticos, y sin tener en cue.nta los acaecidos antes de 1914 en Benisa e Ifach, de los que
apenas se tiene noticia, nos referimos a los siguientes:
1. Dos monedas griegas, sin ms detalle, que don Francisco Martnez y Martnez,
erudito valenciano, vio en poder del capitn de Carabineros don Mariano Tucharte
Samper, en la misma Denia, y de las que dio noticia en su artculo A1'queologa
Valenciana. Hernerosl~opeion e [[<lch, publicado en el tomo XCII (1928), pgina 757,
del Boletn de la Real Academia de la HistOli,t.
2. Una moneda griega, de Ampurias, descrita en el tomo III del Mernol'ial Nu-
mismtico Espaol (p 68), pi!rteneciente a la coleccin de don Francisco Caballero
Infante.
La imprecisin de estas noticias no las hace aptas para sacar de ellas consecuencia
alguna. Pero la escasez di! hallazgos que de estas nicas noticias se desprende s n05
da una base, pero negativa, para el pr"blema de la colonizacin griega en nuestra
comarca.
'fesoro de Jvea 79._A fines del ao 1904, al realizar labores agrcolas en la par-
tida de La Lluca, del trmino de ]vea, un labrador encontr, a unos 50 cm. de
profundidad respecto a la superficie del campo, una vasija de barro conteniendo una
79 La bibliografa sobre este tesoro ha sido muy numerosa, y de ella damos a continuacin
unos cuantos ttulos, seleccionados) desde la primera noticia publicada en 1905, o sea un ao
aproximadamente dt:spus de su hallaz;go:
BALSA DU LA VEGA, R., Una alhaja. Las joyas de Jvea. en La Ilustracin Espaola y Ameri-
cana, Madrid, 1906, p. 206.
MILlDA ALlNARI, J. R., El tesoro ibrico de Jvea. en ~Revista de Archivos, Bibliotecas y
Museos, vol. XIII, Madrid, 1905, p. 366 Y ss. (Trabajo incluido cmo apndice en la
obra dd mismo autor: Las esculturas del Cerro de los Santos. Cuestin de autent'cj.dad.
Madrid, 1906.)
PARIS, P., Le tTesOT de JvCtl. en Revue Archologique, VIl, Pars, 1906, p. 424. (Dos
artculos con el mismo ttulo y parecido contenido public este mismo autor en J ahrbuch
des K. Deutschcn Archaeologischen Institut. Archaeologischen Anzeiger, XXI, Berln,
1906, p. 111, y en Comptes-rendus de l'Acadmie des Inscriptions, Pars, 1906, p. 116.)
TORMO MONZ , E., El tesoro ibl"ico de Jvea.: Descubrimiento y adqUl'sicin, en Cultura Es-
paola, V, Madrid, 1907, p. 256.
SANDARS, R., Pre'r'oman bro'nze votivc offerings from Despei'iaperros, en Archaeologia, LX,
Londres, 1907, suplemento.
SENTENACH, N.) Bosquejo histrico sobre la orfebrera. espaliola, en Revista de Archivos. Bi ..
bliotecas y Museos, XVIII, Madrid, 1908, p . 96.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 51
serie de joyas antiguas. Este tesoro, sin la vasija que lo contena, de la que nunca
se dieron detalles, pas al Museo Arqueolgico Nacional gracias a las gestiones
que hiciera don Elas Tormo, al que comunic la noticia don Roque Chabs.
El tesoro estaba formado por las siguientes piezas de oro: una diadema o frontal.
una flbula con cadenilla unida a ella, dos cadenas y otra ms fina y las siguientes
piezas de plata: un brazalete serpentiforme, tres cintas sin decorar y varios frag-
mentos de otras cintas.
La joya principal, la diadema, ha sido detalladamente descrita por el profesor
Garca y Bellido, y de la que dice que frontales o diademas semejantes (pero con
muy otras labores) aparecen en ciertas figuritas cermicas carthaginesas de Ibiza y
en algunas esculturas del cerro de los Santos. A pesar de estos parecidos, Garca
y Bellido considera, tanto por la finura de su labor como por la pureza del dibujo
de sus adornos, que es pieza de origen griego ms bien que greco'oriental -ibrico,
propuesto por Mlida- . En joyas genuinamente griegas se ven --segn el propio
Garca y Bellido-- recursos tcnicos semejantes y hasta la misma tcnica, la misma
finura, la misma calidad del trabajo y hasta los mismos temas y motivos estilsticos.
Encuentra paralelo en los objetos nmero 1.240 y 2.113 del Catlogo de Joyera del
British Museum, y dice, en conclusin: Por todo ello, segn nuestro parecer, este
frontal es un producto griego importado, quiz sud glico o siciliano, y de poca no
anter:or al siglo IV. Y aade que aboga esta conclusin la intensa helenizacin de la
regin, la existencia de las colonias griegas de Hemeroskopeion, Alonai y Akra
Leuka, enclavadas en la misma zona costera donde se hallaron las joyas, y la relativa
abundancia de tesoros monetales con numerario griego (total, decimos nosotros, un
tesorillo nico con diecisis monedas), procedentes de sus inmediaciones.
La fbula de oro, dudosamente fbula, lleva adornos semejantes en arte y tcnica
a la diadema.
85 PLA BALLESTER, ENRIQUE, Diniu., trua ciudad ibrica. inexistente, SAITADI, XVIII, en
prensa.
86 DELGADO, ANTONIO, J\{ucvo mtodo de clasificacin de las 'monedas au.tnomas de Es'
pllll, t. I1I, Sevilla, 1876.
LA SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEION 55
que dio origen al nombre de Dianium. De tal manera que la palabra Dianium pro-
cede conjuntamente del epgrafe ibrico DINIU y de la latinizacin del nombre griego
de la diosa Artemis. lo que resultara una coincidencia histrica sin precedentes.
Antonio Beltrn Martnez. en su Curso de Numismtica, dice: dabaniu, en los
Arvacos. quiz Devanos (Soria) .... absurdo Denia. Pero sin aclarar la razn de
que tal moneda hubiera sido identificada con Denia.
Vemos. pues. que queda totalmente descartada la posible existencia de una ciudad
ibrica llamada Diniu en las proximidades de Denia. y a la vez la arqueologa viene
a darnos la razn: los nicos yacimientos ibricos cerca de Denia son el alt de la
Benimaquia y el Pic de l' Aguila, ambos estratgicos por su posicin defensiva. pero
sin extensin ni categora para haber sido ciudades donde se acuase moneda. El
d:lto cronolgico n os es tambin negativo. ya que la acuacin de monedas con
leyenda ibrica no es nunca anterior al siglo II a. de C. y los dos poblados ibricos
mencionados fueron abandonados. con toda seguridad. a principios del siglo II.
CONCLUSIONES
De toda nuestra exposicin anterior son slo los datos arqueolgicos los que
nos pueden llevar a las conclusiones menos equvocas respecto al problema de las
colonizaciones de nuestras costas y los que pueden confirmar las noticias que los
textos clsicos han dejado. si es que alguna de ellas se refiere exactamente aDenia
o Jvea.
As. pues. vamos a exponer seguidamente los resultados a que hemos llegado.
siguiendo el camino que consideramos ms sencillo. es decir. estudiando aquellos
datos positivos que tenemos a nuestra disposicin.
Seguiremos para nuestro estudio el camino rido. pero efectivo. que nos brinda
la investigacin cientfica actual. y con l alcanzamos unos resultados bastante menos
espectaculares que los que nos han precedido en estos trabajos.
As. nos encontramos que. por encima de tanta teora. la investigacin arqueol-
gica slo nos ofrece. durante los aos en los que deban de estar los griegos ocupando
esa famosa colonia de Hemeroskopeion. una poblacin indgena. es decir. ibrica. bien
fortificada en el alt de la Benimaquia, en el Montg. con un sistema defensivo de
muy buena tcnica y que debi de asentarse en este lugar hacia el siglo V-IV 87 a. de C .
desplazndose luego. en parte. durante el siglo III. a un punto ms alto. ms inacce-
sible y de mayor extensin. al vecino pic de 'Aguda, que aun siendo un ncleo de
poblacin de superior importancia posee un carcter defensivo ms acentuado 88.
En este lugar permanecen los iberos hasta el siglo Il a. de C., o sea hasta la conquista
romana, cuando se abandonan los lugares altos e inaccesibles. Los habitantes de esta
localidad ibrica, ya romanizada o en perodo de romanizacin, debieron de descender
entonces hacia las tierras que hoy ocupa Denia.
Es decir, que durante los siglos V al Il, en e! Montg, junto a la actual Denia, la
investigacin arqueolgica slo nos ha proporcionado un dato seguro: la sucesiva
ocupacin por iberos del alt die /,a Benimaquia. y de! pie de I'Aguila. De las excava'
ciones realizadas en estos dos poblados por el Instituto Arqueolgico Alemn, Schu'
bart (loe. cit.) dice: Ni en el alto de la Benimaquia ni en e! pico de! Aguila hay
hallazgos de cermica griega. Este resultado, si bien negativo, es un argumento de
importancia contra la existencia de una posible colonia griega en la comarca de
Denia, aunque slo pueda considerarse como un dato y de ningn modo argumento
decisivo.
Ciertamente que los datos negativos no son suficientes, pero las investigaciones
de campo por la comarca de Denia han sido 10 bastante intensas para, aun cuando
slo hubiera sido un ejemplar, se hubiera encontrado cermica griega.
Es posible que las vertientes de! Montg, en alguna de sus estribaciones, hayan
estado ocupadas con anterioridad a estas poblaciones ibricas, pero no por griegos,
sino por gentes de la Edad del Bronce, ya que son numerosos los fragmentos de cer-
mica de esta poca que pueden recogerse, dispersos, por las vertientes que miran a
Denia. Lo que no se ha encontrado an es e! poblado.
La primera noticia que tenemos sobre estas fortificaciones de! Montg la propor-
cion Roque Chabs 89, considerndolas romanas. Si bien Chabs no siempre acierta
al hacer un juicio arqueolgico, no se deja tampoco llevar excesivamente por la
fantasa, a no ser que siga e! texto de otro autor. Dndonos cuenta de una simple
excursin realizada al alt de la. Beni,maquia. que, en el artculo citado, vemos que se per-
cat claramente de la 'importancia de estas fortificaciones, describiendo su situacin.
Cualquiera de estos dos yacimientos ibricos hubiera podido ser la ciudad de
Diniu, caso de que esta ciudad ibrica hubiera existido, como algunos autores han
opinado al deducir por la lectura de unas monedas la ceca de dicho nombre y atri-
buirla a un lugar prximo a la Denia actual. Pero ya hemos visto que el epgrafe
X 11\1 ~ 1', es decir, DABANIU, fue mal ledo, antes de la fijacin de! alfabeto ibrico
por Gmez Moreno, y despus, en virtud del principio de autoridad, se ha seguido
repitiendo la errnea lectura sin buscar e! epgrafe original que, sin duda, cualquiera
de los autores antes citados hubiera transcrito correctamente. De todas formas, aun
cuando hubiera existido esa ceca Diniu_ tampoco hubiera sido fcil localizarla cerca
de Denia, a no ser por e! parecido fontico -relativo-- de las palabras Diniu y
Dianiwm, pues ninguna moneda con el epgrafe X 11\1 ~ l' se ha encontrado en las
proximidades de Denia, ni los hallazgos arqueolgicos que han proporcionado los
yacimientos del Montg presentan caractersticas que nos hagan pensar en una ciudad
lo suficientemente desarrollada y con una actividad econmica bastante para acuar
moneda, sino que, por el contrario, corresponden a poblaciones de una sencilla eco-
de losas de mrmol. Yace en el suelo enorme capitel de traza drica que hace suponer
posible templo en dicha isla 96.
Aparte de la imprecisin de los datos aportados, que slo indican la existencia de
uno o varios yacimientos arqueolgicos, podemos aadir que en nuestras prospeccio-
nes solamente hemos encontrado materiales tardorromanos, excepto un fragmento de
campaniense A, nunca anterior al siglo IJJ a. de C. El capitel (se trata en realidad
de una basa) se conserva todava y es igual que las basas encontradas en la factora
de punta de l'Arenal:, fechadas en el siglo 11 d. de C.
Junto a estos datos en que se apoya Senent Ibez aadimos nosotros otro, igno-
rado o dejado aparte por este arquelogo. Nos referimos al tesorillo de monedas p'
nico-ebusitanas del que antes hemos hecho referencia, del que se ignora lugar y forma
de hallazgo, compuesto por un nmero indeterminado, pero al parecer bastante nu-
meroso, de monedas de pequeo tamao con el Bes (enanillo grotesco o cabiro segn '
Beltrn) en anverso y reverso y que. pertenecen a la cuarta serie cronolgica de
acuaciones de Ebusus (Ibiza), de incierta fecha, pero posteriores indudablemente
al siglo IV. Este dato, que pudo tambin ser esgrimido por los defensores de las colo-
nizaciones en nuestras costas, y que hubiera sido de gran provecho para Figueras
en apoyo de su sube y baja colonizador, tampoco es base suficiente para apoyar
ninguna de estas teoras, no slo por su singularidad -como ya hicimos destacar
respecto a los tesoros del Montg y de La Lluca- , sino tambin, igual que ocurra con
las joyas de Jvea, por su baja cronologa. Recordemos que se habla de fundaciones
del siglo VII-VIO poco ms.
Siguiendo a Senent, que es quien ms hincapi hizo en la localizacin de Heme-
?'os/{opeion en Jvea, pasamos al cap Mmti, donde encontramos la siguiente afirma-
cin : ... encontramos el lugar donde siempre hemos supuesto que deba estar el
ncleo ms denso e importante de la factora griega titulada Hemeroskopeion, etimo'
lgicamente atalaya del da ... En aquel lugar del cabo de San Martn, al que atribui-
mos con mayor suma de probabilidades la sede de la factora griega, lugar situado
en la parte superior de dicho cabo ... All, con motivo de un desprendimiento de te-
rreno ... , pudimos observar el fondo negro y ceniciento de aquellas tierras repletas de
cermica variada, que clasificamos de final del Bronce o comienzos del Hierro .
Y a consecuencia de existir cermicas consideradas por Senent de finales de la
Edad del Bronce o principios de la del Hierro, el propio autor deduce que all debi
de estar la colonia o factora griega de Hemeroskopeion. La contradiccin propia es
tan grande que no merece comentario.
La realidad de los hallazgos de cap Mart o cap Prim nos seala un estableci-
miento ibrico continuado durante la romanizacin. Las cermicas que Senent tom
por ejemplares de la Edad del Bronce o de los comienzos del Hierro no son ni ms
ni mei10S que las tan corrientes en poblados ibricos y romanos, llamadas por Ballester
Tormo arcaizantes o de facies arcaica ffI. No cabe duda, pues, que si por las
proximidades de este lugar hubiera existido establecimiento griego alguno, las gentes
iberas que sin duda poblaron el cabo hubieran posedo objetos de importacin abun-
dantes, que hasta ahora no han sido hallados. N os encontramos en una situacin
semejante a la que ya hicimos ver respecto a los poblados fortificados del Montg.
Para terminar, diremos que a nuestro juicio los elementos griegos con que
contamos en Denia y Jvea no pueden de ninguna manera demostrar la existencia de
un establecimiento griego en sus costas durante los siglos VII al IV a. de e., lo que no
excluye la posibilidad de unos contactos comerciales, poco intensos -por no decir
inexistentes-, con la metrpoli y mayores c.on los griegos de la Magna Grecia y de
Marsella.
No existiendo, pues, ninguna base cientfica en la que sustentar la existencia de
Hemeroskopeion como factora griega en Denia o Jvea, queda tambin dentro de
lo hipottico la sugerencia de Munro sobre que la batalla de Artemisin, citada vaga-
mente en un papiro conservado en Wurzburg, se diera en las proximidades del cabo
de la Nao o del de San Antonio. Esta batalla, segn la hiptesis de Munro, recogida
por Bosch Gimpera 98, se debi de dar durante la segunda guerra pnica entre la
flota cartaginesa y la romano-masaliota, frente al cabo Artemisin, que se identifica
con el de San Antonio o con el de la Nao, junto a Dianium-Hemeros/{opeion. Garca
y Bellido 99 considera esta tesis muy forzada y poco convincente, siendo muy probable
que la batalla se diera -como parece deducirse del texto total del papiro- en el
Mediterrneo oriental entre griegos y persas.
* * *
En definitiva, se puede afirmar que, a pesar de la tradicional creencia de una colo-
nizacin griega en las costas de Denia y Jvea y de la localizacin desde tiempos de
Estrabn hasta nuesos das de Hemeros/{opeion en Denia o, como otros pocos han
hecho, en otro punto del litoral norte de la provincia de Alicante, no hay base
cientfica alguna que nos sirva para suponer tanto una cosa como la otra.
Los textos clsicos, ya lo hemos visto, son insuficientes y tardos, de forma que
slo una comprobacin arqueolgica puede darles el valor de fuente histrica que
en ellos han querido ver los investigadores. Pero, tambin lo hemos visto, esta com-
probacin en nuestro caso no se ha dado. Los pocos materiales encontrados de im-
portacin griega son de ninguna utilidad para nuestro trabajo, por su singularidad
y por su fecha, que es siempre muy tarda respecto a las posibles fundaciones focenses
y masaliotas. No negamos que existieran contactos comerciales, pero tambin se da
el caso -que nos permite suponer que tales contactos no fueron muy intensos-- que
los poblados indgenas existentes por esta comarca durante los siglos V al III no
presentan tampoco materiales griegos, lo que contrasta sobremanera con lo que ocu-
98 BOSCH GIMPERA, p" Una guerra. entre cartagineses y g"fiegos; la. ignorada batalla de
Artcmisin, en Cuadernos de Historia Pdmitiva, V, 5, Madrid, 1950, p. 43.
99 GARcA y BELLIDO, A., La batalla de Artemisio>1, en Arch. Esp. Arq., XX, 67,
1947, 147.
l.A SUPUESTA COLONIA GRIEGA DE HEMEROSKOPEJON 63
rre en otros yacimientos valencianos contemporneos, tanto de la costa (Tosal de la
Cala de Benidorm, Albufereta de Alicante, Alcudia de Elche, La Escuera y el Mo'
lar de San Fulgencio) como de! interior (La Bastida de les Alcuses, de Mogente; El
Puig y La Serreta, de Alcoy; El Puntal de Salinas, etc.).
Es indudable, pues, que si la colonizacin griega hubiera sido una realidad te1l'
dramos restos de vasijas ticas de figuras negras en los yacimientos de esta zona,
lo que apenas si ocurre en todo el Pas Valenciano. Y si los contactos griegos poste'
riores, a travs de la Magna Grecia y de Massalia, hubieran alcanzado en tierras de
]vea y Denia la intensidad que se ha venido diciendo, los poblados del alt de la Be'
nimaquia y de! pic de l' Aguila de Denia y el que quiz estuvo en el cap Mart nos
habran proporcionado vasos de figuras rojas, de barniz negro, ticos o precampa'
menses.
Si los textos fueran ciertos respecto a la comarca de Denia' ]vea es seguro que
se hubiera encontrado una comprobacin. Pensemos en el caso de la fundacin de
Valencia, en e! que las excavaciones arqueolgicas han dado plena validez al texto
de Tito Livio y han descartado la creencia en una ciudad prerromana, Tyris l!lO, va'
gamente citada por Avieno en su Ora 1IU11itima.
Se nos podr decir que estos argumentos en contra de la realidad de unas colo,
nias griegas en la costa de Denia y ]vea y de una ciudad prerromana en Valencia
son negativos y que algn da se encontrarn los restos de aqullas y de sta. No lo
creemos as, pues tras tantos aos de investigaciones algn rastro se hubiera encon'
trado. De todas formas, y aun cuando algn da se encuentren estos testimonios, lo
que hoy podemos afirmar, sin ningn gnero de dudas, es que en e! estado actual de
la investigacin no se puede mantener la existencia de colonias griegas en Denia y
]vea ni la de 'fYlis como ciudad ibrica anterior a Valentia. En un caso la arqueo'
loga confirma un texto clsico. En el otro nos dice que la vaguedad de las noticias
transmitidas no era ni ms ni menos que un reflejo de su falta de realidad.
Esta conclusin, a la que hemos llegado respecto a la pequea zona objeto de
nuestro estudio, confirma la posicin, que ya sealamos a su debido tiempo, de
nuestro maestro e! doctor Tarradell respecto a toda la costa del Pas Valenciano.
Antes de entrar, viene a decir e! profesor Tarradell, a discutir si las colonias men'
cionadas en los textos clsicos estuvieron en uno u otro punto de las costas valen'
cianas, hay que resolver el problema de si tales factoras existieron o no. Dadas las
condiciones geogrficas de nuestras costas, los puntos a explorar son bien pocos y,
explorados intensamente como han sido, sin resultados positivos, parece lgico con'
cluir su inexistencia.
100 Vase a tal fin, TARRt\DELL, M .; LLOBREGAT, E.; FLETCHER, D.; PLA, E.; MARTfN, G"
y LLORe/\, J., La c:Hdad romana de Valencia: estudios va.rios, en Papeles del Laboratorio d~
Arqueologa, 1, Valencia, 1962.