VICTORIA F. JAVIER - La Experiencia Cristiana de Dios
VICTORIA F. JAVIER - La Experiencia Cristiana de Dios
VICTORIA F. JAVIER - La Experiencia Cristiana de Dios
Javier Vitoria
CUADERNOS DE FORMACIN PERMANENTE
PARA RELIGIOSOS
Instituto Teolgico de Vida Religiosa
Facultad de Teologa
Vitoria-Gasteiz
Tfno.: 9451220050
Fax.: 9451246258
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EDITORIAL FRONTERA
Beato Toms de Zumrraga, 67 Apdo. 86
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ISSN - 1138-2325
Instituto Teolgico de Vida Religiosa
Erlijioso Bizitzaren Teologi Institutoa
Impresin: Apdo. 86 - Gasteiz!Vitoria 2003
Gertu Inprimategia
Oati. Gipuzkoa
,
In dice
Introduccin. Dos pistas para orientarse en el barullo existente e
l. Creemos y por eso hablamos (2 Cor 4, 13) ....................................... :::::::::::::::~
2. El hablar sobre Dios y "los basureros" de la aldea global... ............................. l2
AVISO A LOS SUSCRIPTORES
I. Cohabitando con la ausencia y la fragmentacin de Dios......................... .IS
Querido suscriptor/a: l. La insignificancia de Dios en el pensamiento actual... .................................... lE
2. El problemtico acceso a Dios de los hombres y las mujeres enroscados en si
Le recordamos que el presente n 42 es el ltimo correspondiente a mismos .................................................................................................................... l8
la suscripcin del curso 2002-2003. Como recordar, nuestros cuadernos 3. La "muerte" de Dios y la vuelta de la religin ................................................. 22
Frontera-Hegian siguen el ritmo, no del ao natural, sino del curso aca- 4. Del duelo al descubrimiento de Dios ............................................................... 24
dmico: de octubre a junio.
II. La cita en la historia con el Dios de espaldas ................................................ .29
Si no nos advierte lo contrario, entenderemos que sigue interesado/a l. La experiencia como fuente de conocimiento ................................................ .30
en recibir los cuatro nmeros siguientes, correspondientes al curso 2003- 2. La experiencia de Dios, Misterio Absoluto ..................................................... 32
2004 que tratarn sobre el tema: 3. La dilatacin de la experiencia de realidad ...................................................... 38
4. Dios es siempre ms que la experiencia que tenemos de L.. ......................... .49
NUEVA IDENTIDAD Y NUEVOS DESAFOS DE LA VIDA
RELIGIOSA m. El acceso cristiano al misterio de Dios ............................................................ 59
l. La experiencia de Dios a la luz del acontecimiento Jesucristo ......................... 59
Los autores y temas especficos quedan reseados en la solapa de la 2. Seguimiento de Jess y experiencia de Dios ................................................... 64
contraportada. El primer nmero lo recibir el prximo mes de octubre. 3. La paternidad del Dios de Jess de Nazaret... .................................................. 67
La cuota de suscripcin para el prximo curso es de: 4. Cuando la Divinidad se esconde ...................................................................... 73
Espaa: 21 euros. 5. Conclusin: convertirse a la humildad de Dios ............................................... 80
Extranjero: va superficie: 30 euros Y punto final. ....................................................................................................... 85
va area: 44 euros
IV. Bibliografia .................................................................................................................. 87
Le recordamos que el plazo para abonar la suscripcin termina en el
mes de noviembre. RETIRO: "... Pero el saber envanece: slo el amor es de veras provecho-
so" (1 Cor 8, 1b)- Teresa Iribarnegaray ........................................................ 91
Un saludo muy cordial.
La direccin.
La experiencia cristiana de Dios
en la experiencia del mundo
F. Javier Vitoria
r
-7-
"La desdicha hace que Dios est ausente durante un tiempo, ms ausen
te que un muerto, ms ausente que la luz en una oscura mazmorra. Una espe
cie de horror inunda toda el alma y durante esta ausencia no hay nada qu
amar. Y lo ms terrible es que si, en estas tinieblas en las que no hay nad
que amar, el alma deja de amar, la ausencia de Dios se hace definitiva. E
preciso que el alma continue amando en el vaco, o que, al menos, dese
amar, aunque sea con una parte infinitesimal de s misma. Entonces Dio
vendr un da a mostrrsele y a revelarle la belleza del mundo, como ocurr
en el caso de Job. Pero si el alma deja de amar, cae en algo muy semejan!
al infierno" (S. WEIL).
Introduccin
Dos pistas para orientarse en el barullo existente
El lenguaje religioso sobre Dios no el candelero la poco edificante historia huellas dactilares y la sangre de todos intelectuales y tericos del lenguaje.
se funda en la percepcin sensible, sino social de la palabra "Dios". Jos SARA- ellos [... ] Los hombres dibujan un La tarea de regenerar el nombre de
en la experiencia afectiva, degustativa, MAGO ha responsabilizado al "factor 010 nigote y escriben debajo la palabra Dios es una cuestin fundamentalmen-
palpadora de una larga lista de "catado- Dios" de intoxicar el pensamiento, de 'Dios'; se asesinan unos a otros y dicen te prctica y est inscrita en el corazn
res" de Dios. En la tradicin cristiana abrir las puertas de las intolerancias hacerlo en nombre de Dios". mismo de la misin evangelizadora de
Jess de Nazaret se encuentra a la ca- ms srdidas y de hacer del hombre la Iglesia. Dar nuevamente nombre a
beza como iniciador y consumado (cf. una bestia, despus de presumir de ha- Los creyentes -contina el filsofo Dios significa proseguir, recrear y ac-
Heb 12, 2) catador de un nuevo y ex- ber hecho de la bestia un hombre. Co- judo- no debiramos despreciar a quie- tualizar hoy la tarea de Jess de Naza-
cepcional vino (cf. Mt 9, 14). Desde el mo considero que hablar de Dios no nes proscriben el nombre de Dios "por- ret, "el hombre que evangeliz a Dios"
Cantar de los Cantares hasta la tradi- puede ser motivo de soberbia, sino al- que se rebelan contra la injusticia y la (R. LUNEAU). Ahora bien la Iglesia ne-
cin del evangelista Juan y desde Juan go irremediablemente costoso para un sinvergencera de aquellos que invo- cesita conjugar el coraje de la fe, la li-
de la Cruz hasta Ernesto Cardenal sor- creyente (cf. ICor 9, 16), no puedo can a 'Dios'parajustificarse"l Pero tan bertad del Espritu y buenas dosis de
prenden la cantidad de metforas sen- echar en saco roto tan dura denuncia razonada prohibicin tampoco debiera imaginacin creadora para asumir el
soriales y carnales, que usan los msti- con la excusa de que su autor es mar- tapamos la boca. Nuestra fe nos impide riesgo de volver a mencionar a Dios de
cos para hablar de Dios. xista y ateo. El premio renunciar a la palabra 'Dios', aun a tal manera que aparezca vivo y actual,
El lenguaje religioso
Sus lenguajes se atreven a Nobel portugus me pare- sabiendas de que no seremos capaces ni es decir, como Buena Noticia para los
sobre Dios no se funda
proclamar de Dios lo que ce un testigo colosal de de purificarla ni de restaurarla del todo. hombres y mujeres de hoy.
en la percepcin
han escuchado con sus o- una epidemia social que Consecuentemente nos enfrenta con un
sensible, sino en la
dos, lo que han visto con Jess describi como la desafio, seguramente descomunal, que El conjunto Pueblo de Dios est
experiencia afectiva,
sus ojos y han palpado de "ciegos guas de C!e- consiste en "levantarla del suelo" tal y emplazado ante esta misin. Quienes
degustativa, palpadora
con sus manos (lJn 1, 1), gos" (cf. Mt 15, 14). como est, "manchada y desgarrada", por "oficio ministerial" (obispos, pres-
de una larga lista de
a pesar de que Dios no sea "y enderezarla en un momento histrico bteros, catequistas, educadores de la
"catadores" de Dios
experimentable como un Adems sus palabras trascendental". fe, profesores de religin, etc.) han de
objeto del mundo. guardan un enorme parecido con un usar profusamente el nombre de Dios
conocido texto de M. BUBER, con el Contra lo que suele suponerse a han contrado una mayor responsabili-
Soy consciente, sm embargo, de que me siento muy identificado desde menudo, no nos encontramos ante un dad en la bsqueda y cuentan con la
que ni el entusiasmo, ni el fervor son mi juventud: '"Dios' ... es la ms prea- reto meramente acadmico, propio de inestimable gua del Espritu de la ver-
suficientes a la hora de emprender la da de las palabras de los hombres. Nin-
tarea de hablar de Dios. Los tiempos guna otra est tan manchada y tan des- 1 Precisamente esto es lo que ha venido haciendo G. Bush para justificar la guerra contra Jrak, mien-
que corren han planteado de nuevo la garrada. Precisamente por eso no pue- tras ultimaba este texto. Sus pronunciamientos acerca del eje del bien, de la libertad duradera Y de la
necesidad de que no lo hagamos ni in- do prescindir de ella. Generaciones de defensa de los valores cristianos de Occidente nos causan una enorme perplejidad a los ciudadanos de
genua, ni acrticamente. Tampoco las hombres han arrojado sobre esta pala- la Europa secularizada. No ocurre as en Estados Unidos. La sociedad norteamercana, mayoritaria-
mente creyente, proclama su fe en Dios incluso en la misma moneda nacional. Y adems muy fre-
prisas suelen ser buenas consejeras en bra el peso de su vida angustiada y la
cuentemente la fusiona con la fe en el viejo sueo mesinico de que es una nacin elegida para reali-
esta delicada labor. han pisoteado contra el suelo; yace en zar un plan divino sobre la humanidad. Ellos estn permanentemente en lucha contra los malos. El
el polvo y lleva el peso de todos ellos. mundo es un inmenso campo de batalla en el que se enfrentan a la Bestia apocalptica, cuya figura his-
Los trgicos acontecimientos del Generaciones de hombres han rasgado trica la representa hoy el terrorismo internacional y el eje del mal de la misma manera que ayer lo
11 de septiembre de 2001 y la reaccin la palabra con sus partidos polticos; hicieron el comunismo y Rusia. Semejante ideologa poltica explica que el Dios de la guerra se haya
que provocaron han vuelto a poner en han matado y muerto por ella; lleva las convertido en un referente fundamental en las contiendas militares de USA, desde Vietnam hasta la
guerra del Golfo.
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dad (cf. Jn 16, 13 ). Tambin los telo- burgueses e intereses eclesisticos. Y y enrojecida por la sangre" de los po- guno como el de atreverse a hablar de
gos tomamos la palabra para predicar no s si lo consigo. bres. Bajo su inspiracin la teologa va Dios desde "los basureros" de la aldea
el nombre Dios como Evangelio en es- ms hacia (los de) abajo y apuesta de- global. A qu Dios aludimos, cuando
te mundo y no para especular sobre su El acceso al insondable misterio de cididamente, como Job, por arrancar los vecinos de la aldea global, que dis-
significado universal. En este sentido Dios siempre ha estado sometido a la "desde el 'basurero' (cf. 2, 10 la maz- frutamos de los beneficios de un mode-
nuestra contribucin a la crtica de los mediacin cultural e histrica. Es inge- baleh) de la ciudad para encontrar un lo de vida, sostenido por un sistema
nombres e imgenes al uso (y abuso) nuo, por tanto, pensar que es posible lenguaje apropiado acerca de Dios" (G. econmico de "destruccin masiva",
de Dios puede resultar decisiva. E im- articular un lenguaje sobre l sin ha- GUTIRREZ 1986, 53-56). protegido por un ordenamiento jurdico
prescindible nuestra aportacin a la se- blar de la sociedad en la que vivimos. internacional claramente instaurado
alizacin de cules son los menos ina- En los ltimos decenios hemos asistido As lo ha intentado la teologa con- desde "la ley del embudo" (la parte
propiados para expresar lo que Dios a una nueva configuracin de la aldea tempornea ms relevante, tratando de estrecha para los pobres, la ancha para
nos ha comunicado de s mismo en Je- mundial, provocada por modificacio- responder a inquietantes preguntas: los ricos) y defendido por una sofisti-
sucristo y en su Espritu para la salva- nes culturales profundas y cambios tur- cmo hablar de Dios despus de cada e infernal maquinaria militar, nos
cin de la Humanidad. bulentos que han zarandeado la fe per- Auschwitz? o cmo hablar de Dios atrevemos a pronunciar su nombre?
sana] y eclesialmente. En es- desde la pobreza y el sufrimiento del Cmo evocamos la paternidad/mater-
Es ingenuo pensar
Ahora bien, unos y otros, te nuevo escenario, nos gus- inocente? A lo largo del siglo XX todos nidad de Dios -que Jess nos revel y
que es posible
cuando hablemos de Dios, te o no, acaece la experien- los intentos de respuesta se han visto el Espritu nos hace invocar desde
articular un
tendremos que preguntamos cia de lo humano, que es el interrumpidos pennanentemente. Los nuestro interior (cf. Gal 4, 6)- en un
lenguaje sobre
si estamos ofreciendo opio humus donde brota la expe- sufrimientos de las vctimas de un sin- mundo en el que un nmero multimi-
Dios sin hablar de
religioso o autntico fermen- riencia de Dios. fin de nuevos "holocaustos", como llonario y creciente de sus hijos e hijas
la sociedad en la
to de libertad, si hablamos del Hiroshima, Vietnam, Camboya, Biafra, viven hacinados en "los basureros" que
que vivimos
Dios crucificado o de los do- Consecuentemente las El Salvador, Ayacucho, Bosnia-Herze- hay repartidos por toda la geografia
los del corazn; si estamos difundiendo nuevas condiciones socioculturales govina, Etiopa, Palestina, Afganistn, mundial? Podremos evitar el uso vano
fe o supersticin (J. MOLTMANN, 15). han originado importantes e intermina- etc., siguen reclamando que pongamos del nombre de Dios, sin ver, ni com-
bles desplazamientos del discurso so- lmite a tantas "palabras de aire" como partir el atroz sufrimiento de los pobres
2. EL HABLAR SOBRE DIOS Y "LOS bre Dios. Estos nuevos contextos cons- pronunciamos, y que nos convierten en (cf. Jb 2, 13)? Cmo evangelizaremos
BASUREROS" DE LA ALDEA GLOBAL tituyen la "tierra movediza" en la que consoladores tan funestos como los a Dios mientras millones de personas
ineludiblemente ha de asentarse todo lo amigos de Job (Jb 16, 1-2). Necesita- humanas resultan superfluas para la
R. BULTMANN advirti que "el que que habla sobre l, que quiera seguir mos testigos de los nuevos holocaustos convivencia?
quiera hablar de Dios ha de hablar ne- siendo significativo para la actual co- que atestigen, como ErTY HILLESUM
cesariamente de s mismo". De buena munidad humana. Y no puede ser de en Auschwitz2, "que Dios estaba vivo Son cuestiones que no debiramos
gana acepto la observacin del telogo otra manera si nuestro lenguaje sobre incluso en un tiempo como el nuestro". echar en saco roto, a pesar de que nos
alemn, aunque no pueda compartir ni Dios quiere evitar el riesgo de conver- desazonen. Su olvido convierte en cni-
su individualismo, ni su pasmo exis- tirse en "arqueologa". Entre los mltiples desafos que to- co y blasfemo todo intento de nombrar
tencial. No quisiera hablar de Dios ni do lenguaje religioso tiene ante s nin: a Dios. Tenerlas presente nos desplaza
"desde el olimpo" de los espacios aca- Pero todava hay algo que me pare-
2
dmicos y universitarios, ni "desde la ce ms decisivo. Se trata del concurso Estas palabras se encuentran en los diarios conservados de esta joven juda holandesa, que se pre-
luna" de nuestros anhelos pequeo- de "una fe humedecida por las lgrimas sent voluntaria, en 1942, en el campo de concentracin de Westerbork, para compartir el destino de
su pueblo y ayudar a los prisioneros. En 1943 muri en las cmaras de gas de Auschwitz.
r
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El rayo de tiniebla.
lir de ... para ir hacia" y "atravesar" [ex] El hombre o la mujer que haya he-
cho experiencia con Dios sabe vital-
nuestra sea en verdad digna de los obediencia. A Dios le conoceremos ca- arrostrando inevitablemente los riesgos mente que la trascendencia divina no
hombres y las mujeres. "Al hablar de minando con l en la historia. "Se te ha y los imprevistos de los caminos y el significa que Dios est ms all de to-
Dios estamos tocando fondo. Nos ubi- declarado, hombre, lo que es bueno, lo peligro de un encuentro salvador con das las realidades mundanas, sino que
camos ante el fundamento ltimo de que Yahv de ti reclama: tan slo prac- Dios, que siempre modifica y perturba l y ella no lo podrn descubrir como
nuestra fe y de nuestro ser; as como, ticar la justicia, amar con ternura y ca- no solamente la visin previa que "el Misterio ms que en la medida en que
de nuestras opciones de todo tipo: per- minar humildemente con tu Dios" viajero" tena de s mismo, de las reali-consientan en descentrarse y ponerse
sonales, pastorales, evangelizadoras, (Miq 6, 8). En este constante "trascen- dades del mundo y de los aconteci- en movimiento para reconocer que
espirituales, polticas, etc., segn el dimiento" humano nos haremos cargo mientos de la historia, sino tambin su Dios es su propio centro: "el hombre es
caso. Al hablar de Dios estamos ha- de sus atributos. modo de estar en la vida y de relacio- el ser con un misterio en su corazn
blando de aquello que da sentido a la narse con todo ellos. que es mayor que l mismo" (H. U.
globalidad de nuestra vida personal y Fieles a esta tradicin S. AGUSTN BALTHASAR). Su experiencia con Dios
colectiva" (G. GuTIRREZ). propuso la va del conocimiento por Aludiendo, sin duda, a esta "mu- le habr enseado la verdad que encie-
amor. GREGORIO DE NISA utilizar el tr- danza" S!MONE WEIL afirmar que "no rran las palabras de PASCAL: "No me
Un encuentro personal y amoroso mino "teognosia "para referirse a un co- es el modo como una per- buscaras si no me hubieses
Las personas encontrado". Su encuentro
nocimiento experiencia! de Dios, que no sona habla de Dios lo que
buscamos a Dios y con el Misterio le habr he-
El acceso al Misterio Absoluto re- se agota en ninguna representacin ima- me permite saber si ha mo-
nos encontramos cho vislumbrar que los se-
clama una singular e irreductible es- ginativa o conceptual, sino que expresa rado en el fuego del amor
con un Dios
tructura de conocimiento de Dios, que la certeza de )a presencia amorosa y sal- divino, sino el modo como res humanos se encuentran
buscador nostlgico 1
vamos a describir como prctica y em- vadora de Dios. Y CALVINO afirmar que habla de las cosas terrenas". ya movidos por e mismo
de hombres
ptica. La tradicin judeocristiana ha "conocemos a Dios en la medida en que Sabio consejo que no se de- Dios. Lo buscan porque es-
entendido que este conocimiento es el le prestamos obediencia". biera echar en saco roto, y mujeres ta'n pose1"do por E' 1: "Nos hi-
resultado siempre inacabado de un en- cuando se hacen y se atienden las reco- ciste Seor para ti y nuestro corazn
cuentro personal, dialogante y amoroso Hoy la teologa, gracias a la inesti- mendaciones eclesiales acerca del est inquieto hasta que descanse en ti''
con un Dios personal, relacional, tras- mable ayuda de la fenomenologa, re- anuncio explcito de Dios. (S. AGUSTN).
cendente y comunicativo. Su nombre, curre a la categora "experiencia~'para
Yahv (cf. Ex 3, 13-14), evoca una dar cuenta de este conocimiento emp- El resultado final y siempre provi- Las personas buscamos a Dios l
Presencia que permanentemente hace tico de Dios. Solamente se accede a l sional es una conciencia de Dios cierta nos encontramos con un Dios buscado
posible, antecede y acompaa el xodo por medio de las experiencias que se y oscura: "qu bien s yo la fuente que nostlgico de hombres y mujeres. De
de la humanidad. hagan con Dios, que en realidad, como mana y corre, auque es de noche" (S. cimos para nuestros adentros, "busc:
veremos ms adelante, no es otra cosa JUAN DE LA CRUZ); imperiosa y libre, su rostro" (Ps 27, 8) y si quizs barrun
Los seres humanos anhelamos con- que hacer "una experiencia con la ex- imnediata y adquirida a travs de un tamos alguna vez que hemos entrevist<
templar el rostro de Dios, pero sola- periencia" (E. JNGEL). La experiencia signo de su paso por la historia, que el Misterio de Luz, entonces compren
mente se nos concede ver su rastro, sus de Dios nos remite, por tanto, a un sa- nos permite exclamar con verdad: "Te demos con JUAN DE LA CRUZ qne h:
espaldas en una hendidura de la pea ber concreto, inmediato y personal conoca slo de odas, mas ahora te han sido gracias a "los ojos deseados qu,
(cf. Ex 33, 18-23). El conocimiento de (propio del "perito") acerca de l, fruto visto mis ojos" (Jb. 42, 5). llevo en mis entraas dibujado".
Dios est vinculado a la imagen din- de un itinerario o xodo personal ("sa-
El hombre o la mujer que haya he-
cho experiencia con Dios sabe por con-
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Potencialmente no hay rincn o la experiencia de Dios todo el amplio sencia del Dios que siempre pasa de so a Dios que abren las experiencias de
grieta de la experiencia de realidad que abanico de lo que solemos considerar largo en el ocultamiento de la negativi- misericordia propuestas por Mt 25 o
sea "territorio comanche" para Dios. secular o todos los episodios que confi- dad de la realidad. Siempre "en, con y ms ampliamente las experiencias de
Cualquier espacio humano, desde el guran nuestra vida cotidiana, y no slo bajo" experiencias humanas cotidianas amor humano, pues "quien no ama no
privado e ntimo de la celda hasta el las realidades asociadas a lo explcita- de y en este mundo, los seres humanos ha conocido a Dios, porque Dios es
pblico y social de la plaza, puede con- mente religioso (como, p. e., iglesia, podemos percibir algo ms profundo Amor" (!Jn 4, 8).
vertirse en lugar simblico de la pre- sacramentos, palabra, oracin etc.) por que trasluce la realidad y que revela el
sencia/ausencia de Dios7 y paradigm- muy imprescindibles que stas sean. Misterio que en ella reside: un Dios El mismo telogo alemn nos invi-
tico del encuentro identitario con l. Cuatro dimensiones universales de los que incansablemente busca hacerse el ta a jndagar los indicios de la autoco-
Cualquier momento o acontecimiento seres humanos, la esttica, la tica, la encontradizo con los hombres y las municacin absoluta y radical de Dios
histrico es susceptible de ofrecerse interioridad y la interrelacionalidad, mujeres para hacerles partcipes de su en nuestra propia experiencia: "Nos
como una frgil posibilidad de media- constituyen los espacios no-confesio- Vida. hemos callado alguna vez, a pesar de
cin de la experiencia de Dios. Toda la nales donde cualquier persona puede las ganas de defendemos, aunque se
amplitud y profundidad de la experien- adentrarse en la experiencia de Dios (J. La mstica de la cotidianidad nos haya tratado injustamente? He-
cia de Dios se logra en y a travs de la M' ROVIRA BELLOSO, 186-193). mos perdonado alguna vez, a pesar de
historia del mundo tal y como Segunda. La convocatoria de Dios no tener por ello ninguna recompensa,
Potencialmente tampoco est dirigida exclusivamente a y cuando el silencioso perdn era acep-
acontece, y no orillando sus Este acceso al misterio de
no hay rincn o las personalidades religiosas excepcio- tado como evidente? Hemos obedeci-
ambigedades o sobrevolan- Dios acontece cuando capta-
grieta de la nales, integrantes de la nube de testigos do alguna vez no por necesidad o por-
do sus conflictos, sus desgra- mos en el mundo y en noso-
experiencia de privilegiados de Dios que acompaan a que de no obedecer hubiramos tenido
cias, sus desrdenes y sus os- tros mismos un "plus" de rea-
realidad que sea esta vieja humanidad y cuyos nombres disgustos, sino slo por esa realidad
curidades. Tampoco la vida lidad. Unas veces esta ex-
"territorio -algunos de los cuales salpican este misteriosa, callada, inefable que llama-
misma, con sus complejida- periencia est mediada por la
comanche" para Cuaderno- son sobradamente conoci- mos Dios y su voluntad? Hemos he-
des, posibilidades, peligros, seduccin de (o la admiracin
Dios dos. La nostalgia que Dios siente por la cho algn sacrificio sin agradecimiento
miserias y alegras, necesita y el asombro provocado por)
de ningn sutil "maquillaje" que realce la belleza, la bondad, la verdad y la ale- totalidad de los seres humanos (N. ni reconocimiento, hasta sin sentir nin-
su dimensin simblica para ser la gra de las cosas, y por analoga nos BERDIAIEV) se convertira en una pa- guna satisfaccin interior? Hemos es-
principal mediacin de la presencia ac- desvela la identidad de esa "presencia" sin divina "intil", si el comn de los tado alguna vez totalmente solos? Nos
tuante de Dios en ella. como la del Dios que se acerca. Otras, mortales no tuviese posibilidad de hemos decidido alguna vez slo por el
por la indignacin y el sufrimiento pro- acceso a la experiencia de Dios en me- dictado ms ntimo de nuestra concien-
En realidad lo que los seres huma- vocados por los poderes opresores del dio de su vida cotidiana. K. RAHNER cia, cuando no se lo podemos decir ni
nos percibimos en la fe no es Dios, sino mal, la mentira, el horror y la tristeza; llama "la mstica de la cotidianidad" a aclarar a nadie, cuando se est total-
nuestro mundo y a nosotros mismos a autnticas "experiencias de contraste", esta apertura universal a la experiencia mente solo y se sabe que se toma una
la luz de la experiencia de Dios. Las como las llam E. SCHTLLEBEECKX, que religiosa, que encuentra su fundamento decisin que nadie le quitar a uno, de
personas podemos pasar por el filtro de dialcticamente nos desvelan la pre- en su antropologa teolgica trascen- la que habr que responder para siem-
dental, y que incluso puede no ser vivi- pre y eternamente? Hemos intentado
da de forma expresa o interpretada reli- alguna vez amar a Dios cuando no nos
7 La tradicinjudeocristiana ha dado tradicionalmente el nombre de Espritu a esta presencia del Dios giosamente. Su propuesta guarda afini- empujaba una ola de entusiasmo senti-
vivo que puede ser detectada en y a travs de la experiencia del mundo. De la perspectiva pneumato- dades indudables con las vas de acce- mental, cuando uno no puede confun-
lgica de la exoeriencia de Dios A. GUERRA se ha acunado en el nmero anterior de estos cuadernos.
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dirse con Dios ni confundir con Dios el nosotros, de un mundo que est ah, Quien, por contraste, haya vivido sus limitaciones; quien haya esperado
propio empuje vital, cuando parece que con su entrega y su belleza, su fragili- la angustia producida por las relaciones contra toda esperanza a pesar de lo
uno va a morir de ese amor, cuando ese dad y su exposicin a la amenaza... ha- rotas habr percibido dolorosamente inevitable de la opresin, el sufrimien-
amor parece como la muerte y la abso- br contemplado como en un espejo la las huellas de la ausencia de Dios y to o la muerte; quien haya decidido fir-
luta negacin, cuando parece que se Belleza de Dios creador o la habr to- quizs de su compasin. memente permanecer en la lucha y se-
grita en el vaco y en lo totalmente cado del mismo modo que el ciego gol- guir adelante a pesar de todo ... Todos
inaudito, como un salto terrible hacia pea el suelo con su bastn (S. WEIL). Quien haya tenido el valor de ellos habrn acudido a la cita con Dios,
lo sin fondo, cuando todo parece con- descubrir la propia voz, aunque sea presente y ausente, como Abrahn en
vertirse en inasible y aparentemente Quien se haya extasiado ante la vacilante y de escuchar la llamada de la Mambr (cf. Gen 18).
absurdo? Hemos cumplido un deber belleza del alba, la fuerza sobrecoge- conciencia y de seguir sus profundos
alguna vez, cuando aparentemente slo dora de una tormenta, y conmovido an- impulsos incluso con riesgo de perder Siempre que una comunidad hu-
se poda cumplir con el sentimiento te los espacios que ocupan prados, algo; quien ha tenido el coraje de de- mana se resiste a su propia destruccin
abrasador de negarse y aniquilarse a s montaas y mares, el reverdecer de la gustar la justa clera y de dejar que o trabaja por su renovacin; cuando los
mismo, cuando aparentemente slo se tierra tras perodos de sequa o fro, los motive la resistencia crtica al mal; cambios estructurales estn al servicio
poda cumplir haciendo una tontera frutos de las cosechas, los peculiares quien ha sentido la fortaleza para pro- de la liberacin de los pueblos oprimi-
que nadie le agradece a uno? Hemos estilos de vida de los animales doms- clamar la palabra proftica ... habr re- dos; cuando la ley subvierte el sexis-
sido alguna vez buenos para con un ticos y salvajes, o la multitud de fen- cibido la visita (y el poder) del Dios mo, el racismo, la pobreza y el milita-
hombre cuando no responda ningn menos de este planeta y de su cielo ... que clama y grita. rismo; cuando las espadas se convier-
eco de agradecimiento ni de compren- habr escuchado el pregn de Dios. ten en arados o las bombas en alimen-
sin, y sin que furamos recompensa- Quien haya vivido el gozo y el tos para la gente famlica; cuando se
dos tampoco con el sentimiento de Quien haya sentido indignacin dolor cabales de concebir, dar a luz y sanan las heridas de viejas injusticias;
haber sido "desinteresados", decentes, por la ruina a la que nuestro mo de lo de criar hijos; quien, en el lugar cotidiano cuando los enemigos se reconcilian
etc.?" (K. RAHNER, 104). desarrollo somete a la naturaleza y a de trabajo y en la vida en libertad con tras el cese de la violencia y el domi-
sus cualidades generadoras de vida o se sus decisiones sopesadas, haya acepta- nio; siempre que cesan las mentiras, las
Nosotros ampliaremos este inventa- haya resistido y lamentado ante la des- do con responsabilidad su propia vida violaciones y los asesinatos; cuando la
rio de indicios ayudados por una mujer, truccin de la tierra o la prdida de una Y su impacto sobre la de los dems; diversidad es sostenida por la koinona;
que sabe encontrarlos tambin en lo ne- de sus especies vivas ... habr rozado la quien haya asumido la profundidad del cuando la justicia, la paz y la libertad
gativo de la historia y la existencia hu- experiencia del poder creativo del mis- pecado en la aceptacin del perdn y experimentan un progreso transforma-
manas en un tiempo en el que el pensa- terio de Dios. en el gusto de concederlo; quien .haya dor. .. Entonces se nos est ofreciendo
miento sobre Dios se ha desplazado de sido alguna vez habitado por el miedo, una oportunidad -quizs efimera- de
las cuestiones sobre su existencia (an Quien haya experimentado la hon- la desesperacin y el vaco y no se ha- vislumbrar el paso del Misterio deben-
sit) y su identidad (quid sit) a la de su lo- dura del amor que pueden sentir los se- ya dejado atrapar por ellos; quien se dicin entre las grietas de nuestro mun-
calizacin: dnde est Dios? (ubi sit). res humanos, en las relaciones amorosas haya alegrado en la amistad con el ex- do, y de entregarnos a l como funda-
de donacin y recepcin capaces de re- trao y celebrado la preocupacin por mento de la praxis de libertad que so-
Quien alguna vez se ha sentido crear a las personas, en cada reciente Y quienes carecen de una verdadera ayu- brevive y a veces incluso prevalece
sobrecogido por la contemplacin de la particular descubrimiento de la belleza da; quien haya hecho las paces con su frente a una violencia masiva (E.A.
imponencia del mundo natural tal co- del otro, en la fuerza de la fidelidad per- finitud y mortalidad cuando descubre JONHSON 169-173).
mo existe ms all de nosotros y sin manente, habr sido hallado por Dios.
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El deseo o la nostalgia de Dios cosas sin aislarse y la rehabilitacin nas habitadas, ms bien habra que de- nos de este hecho: el ser humano no se
permanente de los deseos egocntricos cir ocupadas, por un gran tirano que se agota en el nivel de sus deseos. Por de-
Slo las experiencias humanas de y poseSIVOS. aduea de nosotros y convierte nuestro bajo de ellos, como su raz, est un ni-
alta densidad (p.e., el encuentro con la deseo en principio de obcecacin e ido- vel ms hondo. Los autores cristianos
vida y con la muerte, con la felicidad y Quisiera detener mi reflexin bre- latra. Y ello nos revela una grieta en lo medievales lo llamaban el deseo natu-
con la tristeza, con el amor y con el vemente sobre "el mundo sobrecoge- ms profundo de nuestro ser. ral de ver a Dios. S. JuAN DE LA CRuz
desamor, con el sentido y con el sin- dor del deseo humano" (J.I. GoNZLEZ lo ha definido como "deseo abisal", es
sentido de la vida, etc.) son capaces de FAUS) porque si hacemos caso a la tra- El remedio a esta situacin verda- decir, como un deseo que ya no depen-
generar esas situaciones de descubri- dicin mstica, toda bsqueda de Dios deramente dramtica no es la abdica- de del propio sujeto, en el que ste se
miento o desvelamiento. Podemos tiene en el deseo su punto de partida. El cin del deseo, sino abrazarlo como descubre envuelto; anterior a l y que,
acceder a la experiencia de Dios siem- deseo no es carencia, sino superacin propio y aceptar como grandeza lo des- ms que orientarle a la posesin de un
pre que nos encontramos con el mundo de la dinmica ciega de la necesidad, mesurado que encierra en su interior bien mundano, suscita en l una ten-
y con nosotros mismos como realida- que se agota en la satisfaccin o insa- (su trascendencia o su dimensin sim- dencia que ningn bien mundano es
des sustentadas y abiertas a, o lamenta- tisfaccin de lo anhelado. Desear, aspi- blica, en otras palabras). La "locura" capaz de aquietar. Por debajo de los de-
mos la ausencia de, y aoramos algo rar, anhelar, es la respiracin del ni- del deseo, sea cual sea la identidad de seos que el sujeto "produce", existe en
que se hace presente de manera ms in- mo. Los seres humanos somos seres de su objeto (consumo, sexual, poltico, los seres humanos el deseo que lo
descriptible que inmediata. deseo y no slo, como el resto de los religioso, deportivo, etc.), constituye y que tiene su ori-
Por debajo de los
animales, sujetos de necesidades. Sin consiste en su enclaustra- gen en la desproporcin inte-
deseos que el
Pero este hallazgo y este encuentro embargo su carcter indefinido, su ina- miento en lo deseado que se rior, en la incapacidad de
sujeto "produce",
no se producen mecnicamente (cf. Mt gotable plasticidad lo ha convertido en ha absolutizado (con las con- adecuarse consigo mismo, en
existe en los seres
13, 14-17). Necesitan del concurso de la raz de todo lo bueno y lo malo de la secuencias de la esclavitud y el hecho de ser ms de lo que
humanos el deseo es y de ser incapaz de coinci-
destrezas y prcticas humanas. La pre- historia humana. La tragedia humana de la idolatra). Su cordura,
que lo constituye dir con ese ms all de s
sencia del Profundsimo, all desvela- consiste justamente en que el deseo de en la relativizacin del obje-
da, pasa desapercibida para las miradas los seres humanos slo parece encon- to deseado a travs de la referencia y la mismo, al que siempre est abierto, al
dispersas, superficiales, posesivas, do- trar campos de expansin en la lnea apertura al otro y al Otro (con ma- que tiende con todos sus deseos y con
minantes o perdidas en el anonimato y del tener, del dominar y del poder. yscula) y de la integracin de los de- todas las acciones que esos deseos ori-
la multiplicidad. El vivir al acecho de seos en el Deseo (con la consecuencia ginan, pero con el que no consigue
Dios, Misterio del mundo (E. JNGEL), Los ciudadanos y ciudadanas de las de la liberacin del propio amor). Sin coincidir porque es el origen del que
reclama personas diestras en mirar la sociedades satisfechas vivimos en un duda necesitamos reconciliamos con est constantemente surgiendo (J.
realidad de un modo personal, profun- "escenario del deseo" que produce se- nuestros deseos, rehabilitarlos, apren- MARTN VELASCO 1998, 62-72).
do, unificador, oblativo y gratuito. En- res humanos cargados de deseos, pero der a desear de nuevo por muchas ra-
tre las prf_ticas que disponen para se- desprovistos de orientacin. En nuestro zones (X. QuiNZ LLE), pero. tambin Se trata de un verdadero "recuerde
mejantes pericias merecen destacarse clima cultural el deseo se ha converti- porque no podemos olvidar o ignorar con pena" de Dios, de un autnticc
el paladeo de la pregunta por el senti- do en un tirano que nos esclaviza. La que su autntico y definitivo destinata- ''padecer a Dios" que ningn otro do~
do, la vivencia serena de la soledad co- fascinacin que ejerce sobre nosotros rio es Dios. es capaz de clamar. As lo cuenta er
mo mbito de la comunin humana, la la satisfaccin del objeto de deseo es uno de sus poemas una mujer del siglc
escucha atenta de los sonidos del silen- tal que nos ciega y nos pierde en las ti- Todas las antropologas cnstJanas XIII, que ha sido llamada la "trovador<
cio, el arriesgarse por ir al fondo de las nieblas de la seduccin. Somos persa- dejan constancia con diferentes trmi- de Dios":
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"Aqul cuyo corazn es tocado En las actuales circunstancias de igualmente misterioso". Sin esta op- siempre nuevo de un viaje intermina-
por la esencia pura del Amor oscurecimiento cultural de Dios, este cin razonable la posibilidad de la fe se ble: el Misterio de Dios es Abismal e
apenas guarda la calma deseo abisal o nostalgia no se traduce esfuma y "las puertas" de la experien- Insondable y sus caminos irrastreables.
y ninguna gracia encuentra. sin ms en fe explcita. En multitud de cia de Dios permanecern cerradas a Es propio de Dios, a pesar de su auto-
Si Amor no viniera en mi ayuda ocasiones los ciudadanos y ciudadanas cal y canto. rrevelacin, trascender cualquier seme-
me encontrara entre aquellas de nuestras sociedades satisfechas so- janza con las criaturas y no facilitar un
que de sus dones conocen slo el mos incapaces de identificar con Dios Los seres humanos vivimos enca- conocimiento global o esencial sobre
dolor" la Presencia elusiva ah anunciada, pues rados hacia la Tiniebla Luminosa, pero l. La revelacin, como afirma K.
esa palabra ha perdido su genuino sig- su conocimiento experiencia! se ase- RAHNER, no significa que el misterio
Experta en la aventura del deseo, nificado en nuestro vocabulario. El vr- meja a la subida a una montaa escar- sea superado por una gnosis o por la vi-
ella sabe que nicamente la entrega tigo que produce su incmoda compa- pada y de dificil acceso, y est recla- sin directa de Dios, sino que ella mis-
confiada en Dios Amor podr apaci- a puede aconsejamos el inicio del ca- mando una purificacin y desasimiento ma es la historia de la honda percep-
guar su dolor, sin anestesiarlo del todo: mino de la indiferencia y, tarde o tem- total, pues la inteligencia nunca captu- cin de Dios como Misterio.
prano, conducirnos al rechazo y a la ne- ra a Dios: "el conocimiento de la pie-
"Qu consejo dar gacin de una Presencia siempre peli- dad, en el comienzo, se hace luz en As las cosas, resulta fcil com-
a quien Amor abruma grosa para nuestra obsesiva tendencia a quienes lo reciben [... ) Pero al seguir la prender la doctrif!a de la inefabilidad
con sus cargas ms pesadas? enroscamos sobre nosotros mismos. mente avanzando en la comprensin de Dios. Ningn concepto, palabra o
Qu consejo a quien condujo primero del conocimiento de los seres mediante imagen humanos, nada que tenga su
con grandes promesas El encuentro con Dios no podr una atencin siempre mayor y ms per- origen en la experiencia de la realidad
a los altos lugares de luz, surgir sin una previa decisin amorosa fecta, cuanto ms avanza a la contem- creada, puede circunscribir la realidad
para luego arrojar tan abajo por el sentido total en la lnea de lo que placin, tanto ms percibe que la natu- divina, ni ninguna construccin huma-
que desespera por ver de nuevo el da profundamente ha dicho M. SERRAHI- raleza divina es invisible [... ) En esto na ser capaz de expresar con plena
a menos que el foror de Amor MA: "La aceptacin de una Causa y de consiste el verdadero conocimiento de adecuacin el misterio de Dios. DIONI-
cambie su destino? un Origen misterioso resulta para m lo que buscamos, en ver en el no ver, SIO EL AREOPAGITA introdujo una fr-
ms razonable y me satisface ms que pues lo que buscamos trasciende todo mula, que se ha hecho clsica en teolo-
la admisin de una misteriosa ausencia conocimiento, totalmente circundado ga: "En relacin con Dios, las nega-
El mejor consejo de causa y de origen, o que la afirma- por la incomprehensibilidad como por ciones son verdaderas y las afirmacio-
para el alma que Amor cin, igualmente misteriosa, de una ne- una tiniebla [... ) As, pues, cuando nes insuficientes". La vieja prohibicin
mantiene en sus redes cesaria e insuperable ignorancia de to- Moiss se hace mayor en el conoci- juda de hacer imgenes de Yahv (cf.
atada y cautiva, da causa y de todo origen ... Me siento miento, confiesa que ve a Dios en la Ex 10,1-5) signe en pie.
es que se abandone en sus manos inclinado a preferir los Misterios de la tiniebla" (GREGORIO DE NISA).
y acepte sin resistencia Luz a los Misterios de Tiniebla. Por Las experiencias de Dios captan
la angustia del amor tanto, es la misma razn y no slo la fe, 4. DIOS ES SIEMPRE MS QUE LA ecos y huellas "de un no s qu que que-
Amor ofrece una pena, la que en el momento de decidir sobre EXPERIENCIA QUE TENEMOS DE L dan balbuciendo", denotan y hacen
quien la rechaza el fundamento de la Realidad, me lleva referencia a l, postulndolo corno rea-
deber suspirar mucho tiempo en el a admitir una misteriosa pero positiva Quien haya emprendido la expe- lidad absolutamente trascendente a to-
exilio, Existencia absoluta, y rechazar un va- riencia de Dios sabe que tiene ante s el dos los objetos de nuestra experiencia
(HADEWIJCH DE AMBERES, 92-93) co catico que sera, en definitiva, horizonte permanentemente abierto y actual o posible, y como fundamento,
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razn de ser o condicin de posibilidad ignorancia, imagina un vano y ridculo "Son sus violencias lo ms dulce de Amor,
y de inteligibilidad de absolutamente to- fantasma en lugar de Dios". Nuestras su abismo insondable es su forma ms bella,
dos los objetos o realidades. Pero Dios palabras y nuestros conceptos no ex- perderse en l es alcanzar la meta.
es siempre Mayor que las experiencias presan nada que estn en Dios tal como Tener hambre de l es alimentarse y deleitarse,
que tenemos de l y por eso mismo "no lo expresamos nosotros. la inquietud de amor es un estado seguro,
saben decirme lo que quiero". su herida mayor, blsamo soberano,
Tanto la realidad del misterio divi- languidecer por l es nuestro vigor,
Todo intento de comprender plena- no como el tipo de conocimiento que le eclipsndose se revela,
mente a Dios lleva perderlo. As lo ex- pertenece hace inevitable que el discur- si hace sufrir, da salud,
presaba S. AGUSTN: "Si lo que se quie- so sobre Dios sea un lenguaje simbli- si se esconde, nos muestra sus secretos,
re decir lo comprendiste, no es Dios; lo co. El misterio de Dios se indica, se es rehusndose como se entrega,
que t has podido abarcar es cosa bien evoca, se sugiere, se denota, se refiere, no tiene rima ni razn y es poesa,
ajena a Dios. Si, a tu ver, pudiste abar- se implica y se postula a travs de una cautivndonos nos libera,
carlo, te ha engaado tu imaginacin. realidad lingstica cargada con esa sus golpes ms duros son el ms dulce consuelo
Si lo comprendes, no es l, y si es l, no dialctica del simbolismo, que revela y qu privilegio si nos toma por entero'
lo comprendes". oculta al mismo tiempo. Al lenguaje Es cuando se va cuando est ms cercano,
religioso sobre Dios le pertenece la su silencio ms hondo es su canto ms alto,
En realidad y a pesar de nuestros analoga, la metfora, la narracin, el su clera peor, su mejor recompensa,
esfuerzos es inevitable que "aliene- tropo, el antropomorfismo, etc. Pode- su amenaza nos calma
mos" la imagen Dios. Ms an, como mos referimos al Dios Trascendente in- y su tristeza consuela todas las penas:
dijera J. CALVINO, "la mente del hom- manentemente o al Dios Inmanente no tener nada es su riqueza inagotable.
bre [... ] es una permanente fbrica de trascendentemente.
dolos [... ] La mente del hombre, al es- Pero del Amor se puede decir tambin
tar llena de orgullo y temeridad, se Podemos y debemos hablar dialc- que su seguridad nos lleva al naufragio,
atreve a concebir un Dios segn su pro- ticamente de Dios. Demos nuevamente y su estado ms sublime nos hunde hasta el fondo;
pio modelo, y al estar hundido en su es- la palabra al lenguaje del deseo: su opulencia nos empobrece
tupidez y sumergido en una profunda y sus beneficios son nuestras desdichas;
sus consuelos nos agrandan las heridas;
su trato es a menudo mortal;
su alimento es hambre, su ciencia, extravo;
su escuela nos ensea a perdernos,
su amistad es cruel y violenta;
nos huye cuando nos es fiel,
para manifestarse se esConde sin dejar rastro,
y sus dones nos despojan an ms.
en Occidente. Llevados por el fragor inabarcable de Dios, no debemos ha- sobre la certeza de su percepcin y la cin de creerse, en virtud de la revela-
de la contienda quizs no percibimos cerla a costa de rebajar y, menos an infalibilidad de su interpretacin. cin sobrenatural, en posesin de una
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siempre con suficiente lucidez que sea de renunciar al carcter de normativi- visin global del Elefante. Las conse-
cual sea la rplica que le demos, sta dad y de plenitud que para el cristianis- Esta parbola tiene una triple vir- cuencias histricas de este orgullo reli-
solamente ser adecuada a condicin mo posee la revelacin acaecida en Je- tualidad: gioso han sido extremadamente trgi-
de que no renuncie a la singularidad sucristo. Jess, como nos recuerda la cas. Sobre todo para "los otros colegas
cristiana de la experiencia de Dios. Si tradicin jonica, es el camino y la a) Remite al carcter analgico del ciegos" que tenan menos poder que l.
no guardamos esta cautela, el cristia- puerta de acceso que conducen a Dios conocimiento de Dios: las distintas As que bienvenida sea la toma de con-
nismo perder su identidad y tambin y el rostro del Padre vuelto hacia el identificaciones, sin ser descabelladas, ciencia de que tambin el cristianismo
aquella relevancia que es la suya pro- mundo (cf. Jn 14, 6.9; 10, 9). La Es- son siempre del todo insuficientes. La es "ciego". Su identificacin de Mis-
pia, aunque hipotticamente conserva- critura ha afirmado que Jess es la ima- teologa clsica ya deca que la analo- terio es del todo insuficiente y su pro-
ra su institucionalizacin intacta (p.e., gen plena (cf. Col 1, 15) y la revelacin ga sobre el conocimiento de Dios sig- pio acceso al misterio de Dios es de
la iglesia y sus organizaciones) y reco- plena de Dios (cf. Heb 1, 1-2), y la teo- nifica que la desemejanza es mucho carcter condicionado, relativo y par-
brara su prestigio de antao (es decir, loga actual ha subrayado esta singula- mayor que la semejanza. cial. La cura de humildad que esto su-
su relevancia social). ridad proponiendo al hombre Jess co- pone no solo puede favorecer la paz
mo Sacramento original del encuentro b) Muestra el carcter condiciona- mundial, sino situamos en condiciones
Una defensa numantina de la idea personal con el Dios de Vida. do de toda interpretacin: reconocemos ms favorables para acceder al Miste-
Dios en un clima cultural propenso a "un la realidad del Misterio de rio. El Misterio de Dios es
trascender sin Trascendencia" (E. La ceguera del cristianismo Dios a partir del conocimiento Tambin para siempre inabarcable para el ser
BLOCH) y bien dispuesto a recibir la pro- que tenemos de otras cosas, Jess su Padre humano. Tambin para Jess
clama "religin s, Dios no" (J.B. METZ), En los ltimos aos se nos ha he- haciendo que toda percepcin fue Misterio su Padre fue Misterio. Y cuan-
una cierta precipitacin por abrir vas de cho muy familiar la conocida parbola est condicionada por las ex- do los cristianos decimos au-
acceso a la gran Trascendencia en unas budista y oriental del elefante rodeado periencias previas y por los cnones in- dazmente que creemos en Dios porque
sociedades pobladas por "dioses meno- por cinco ciegos como ilustracin de terpretativos que nos proporcionan l se ha revelado, no queremos decir
res", el atractivo de la mstica oriental que las religiones "tocamos" y seala- nuestras propias referencias. que Dios nos haya dado algn cursillo
favorecedora de la experiencia interior o mos lo ltimo, pero solamente pode- de teologa o se haya dejado retratar
la seduccin por un talante religioso ms mos hablar de "lo penltimo" de Dios. Y e) Seala que la Realidad total es por algn telogo intrpido. Mucho
eclctico que facilite el dilogo interreli- Recordmosla brevemente. Uno de los ms, mucho ms, que la prolongacin ms modestamente confesamos: a) que
gioso son todos ellos motivos y prcti- ciegos, tocando una de sus patas, crea o dilatacin de una de sus partes. No se Dios acta en la historia en favor de los
cas, -muy respetables, por otra parte-, estar ante la columna de un templo; trata de relativizar la verdad de cada re- seres humanos y que, en ese actuar,
que pueden hacemos perder de vista lo otro, tomando su cola, crea tener una ligin, sino de creer que hay una Ver- revela algo de l. Y b) que esa actua-
que representa Jesucristo como "el acce- escoba en las manos; a otro, palpando dad ms alta, jams abarcable por cin divina tiene su centro y su cumbre
so divino a Dios" y el cristianismo como su vientre, le pareca estar bajo una nuestras verdades parciales (J. MELLO- en Jess de N azare! (J. l. GoNZLEZ
"la divinizacin de la va de la trascen- gran roca; otro, dando con la trompa, NI, 21-22). FAUS 2002, 95-96).
dencia" (X. ZUBIRI). se asustaba creyendo que tocaba una
gran serpiente; el ltimo, palpando sus Hemos de reconocer que el cristia- Dios se revela y acontece en la his-
La afirmacin de que toda religin colmillos, pensaba en la rama de un nismo, y el catolicismo en particular, toria de aquel hombre de Galilea y en
es un acceso verdadero al misterio rbol. Y se ponian a discutir entre ellos han cado frecuentemente en la tenta- la novedad de "su ser-desde-Dios-y-
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para-los dems". El cristianismo vive modo de hacer la historia. En l las pro- comunidad humana. Su actividad sa- dadera trascendencia- sino que consis-
de su memoria subyugante y subversi- mesas de Yahv se hacen histrica Po- grada no fue el culto, sino su pro-exis- te en una nueva vida, en 'el ser para los
va. El mantenimiento de una praxis se- sibilidad divina de plenitud humana. tencia, su "ser-para-los-dems". El dems', en la participacin en ser de
mejante a la suya, como mbito propio Dios es conocido y anunciado por Jess nuevo "santuario", la Fraternidad uni- Jess" (D. BONHOEFFER).
de acceso a la experiencia de Dios, es como Buena Noticia. Las prcticas de versal, representada por su cuerpo (cf.
una cuestin de vida o muerte para la Jess, realizadas en nombre de Dios (Jn Jn 2, 13-21 ). Su figura sagrada no es ni Precisamos recrear el juego de re-
tradicin cristiana. Sus verdades de fe, 1O, 25), acreditan su anuncio en cuanto la del Sacerdote, ni la del Superhom- laciones que el Profeta galileo traz
su doctrina y su talante moral se que- hacen parcialmente viable y convierten bre, sino la del Siervo; y no est reves- simblicamente entre l y su Padre, en-
dan sin fundamento ltimo, si se quie- en realidades buenas aquella posibili- tida de la belleza del santo, ni del pode- tre su Padre y nosotros, y entre noso-
ren mantener al margen de una expe- dad. Pero al mismo tiempo el modo de ro del vencedor, sino de la fidelidad tros y Dios. Como l hemos de acos-
riencia de Dios como la que se hizo proceder de Jess se convierte en tras- del Justo, y de la impotencia y el dolor tumbrarnos a vincular "la nostalgia de
posible en y por Jess de Nazaret. El parencia de Dios en la historia: "el que de las vctimas. La mstica de Jess Dios" con la expectativa mesinica de
cristianismo audazmente propondr me ha visto a m, ha visto al Padre" (Jn contempla que la ms radical opacidad los pobres (cf. Le 4, 16-21) y acompa-
una "analoga de la praxis", es decir, 14, 9; 8, 19). El contenido material de del mundo no consiste en la limitacin ar nuestra bsqueda de Dios de unas
"la "analoga del amor" o la "analo- la paternidad de Dios solamente se re- de la materia, sino en la cerrazn de la "entraas de misericordia". "Fijos los
ga del dolor compartido", como va velar a travs de "las obras" de Jess y carne, es decir, en el egosmo, ojos en Jess, el que inicia y
Jess "profan"
de acceso a Dios, "la cual, por supues- solamente podr ser reconocido en la fe en el enroscarse sobre uno consuma la fe" (Heb 12, 2),
lo sagrado.
to, sigue dejando a Dios como semper si se comparte el espritu de Jess (Jn 8, mismo ... El advenimiento de habremos de buscar la nove-
Su actividad
maior y el Misterio indecible, pero nos 31-59). Sus prcticas del Reino de Dios Jess supone un cambio. El dad de su experiencia de Dios
sagrada no fue
indica por dnde ese Misterio ha queri- irn desvelando el rostro del Dios del orden antiguo de lo religioso no nicamente en la expresin
culto, sino su
do acercarse a nosotros y hacemos Reino a los pobres y pequeos y ocul- es sustituido por otro nuevo, "Abba" (es decir, en su modo
pro-existencia,
atisbar una chispa de Su Luz" (J.!. tndolo a los ricos y a los sabios (Mt descrito por la carta a los He- de invocar a Dios), sino sobre
su "ser-para-
GONZLEZ FAUS 1994, 107-108). 11, 25; 13, 14-17). breos como un cambio de sa- todo en sus obras y seales (es
los-dems"
cerdocio, de ley, de alianza y decir, en su modo de practicar
La mstica de Jess Jesucristo, segn M. ELIADE, supo- de culto (cf. Hb 7, 12.22; 10, 9). Esta a Dios) que es como revela qu Padre
ne la ltima y la ms alta manifestacin expropiacin por sustitucin provoc es Dios para los seres humanos. Desde
Todo ello hace imprescindible que de la sacralidad en el mundo. Pero esta que la lgica violenta de lo sagrado, l habremos de ser iniciados en la ex-
recordemos la visin de Jess, indague- revelacin no se hizo sin conflicto. Je- presente en todas las mentalidades reli- periencia de ser arrebatados de gozo no
mos en su experiencia de Dios, y vol- ss "profan" lo sagrado. Sus palabras giosas, le hiciera pagar con la cruz el por la relacin inmediata con el Padre,
vamos a su mstica peculiar. Si nos y su modo de proceder sonaron a blas- precio de su osada. sino por la manifestacin de esa mise-
contentamos con buscar y aprender sin femia porque amenazaban el universo ricordia que se comunica a los peque-
ms su doctrina acerca de Dios, nos religioso que representaba el Templo Consecuentemente para participar os y se oculta a los poderosos ( cf Le
adentraremos en un callejn sin salida. de Jerusaln. Su gesto conflictivo (cf. de su experiencia de Dios nec"esitamos 10, 21). Y no deberemos jams eludir
Jess se experiment a s mismo auto- Mt 21, 12-17) dio pie a pensar que su ser fieles a Dios como l lo fue. su invitacin a subir con l a Jerusaln
rizado por Dios para "expresarle" en la accin era una expropiacin en toda "Nuestras relaciones con Dios no son porque all se nos manifestar qu Dios
historia (J. MOINGT). Dios irrumpe, regla de lo sagrado. Los damnificados: ,unas relaciones 'religiosas' con el ser es el Padre de Jess para los seres
adviene e ingresa definitivamente en la el Templo y sus sacerdotes. Jess usur- rns alto, ms poderoso Y mejor que humanos.
historia a travs de su persona y de su paba su autoridad. Los beneficiarios: la Podamos imaginar -lo cual no es la ver-
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se encuentra siempre inserta en una his- hombres. Para Jess Dios es Padre, pe- En Jess hay, pues, una teologa positiva, porque afirma que Dios es Padre y
toria que est toda ella atravesada y sus- ro el Padre sigue siendo Dios. Dios se atreve a afirmar que la ltima realidad de la historia es el acercamiento salvfi-
tentada por el obrar de Dios. Padre era aparece en su vida simultneamente ca de Dios a los pobres, el triunfo de la vctima sobre sus verdugos. Pero hay tam-
el nombre que mejor le cuadraba a este como un Dios Mayor y un Dios Menor: bin una teologa negativa al mantener que el Padre es Dios" (J. SOBRINO, 207).
Dios antes de nosotros (J.L. SEGUNDO). el Padre del cielo y el Padre que est en
lo escondido (Mt 6,4.6.18). En realidad
En la experiencia jesunica de la se trata de un Dios Mayor que, sin de- Dios se hace "menor" un Dios con las entraas materno-pa-
paternidad de Dios se conjugan al mis- jar de serlo, se ha hecho Menor para ternales. Ms tarde vivir, como vamos
mo tiempo Trascendencia e Inmanen- dar de su vida a los hombres. Un texto Jess experimenta e invita a expe- a ver inmediatamente, otros momentos
cia divinas, Inmensidad e Intimidad de de J. SOBRINO nos servir de gua en rimentar a un Dios que en verdad se histricos que le enfrentarn con Dios
Dios, lejana y cercana a la vida de los nuestra reflexin: hace menor. como Seor y Soberano absoluto. Pero
originalmente es del "cara a cara" con
Dios Padre misericordioso de la el Padre de rostro materno de donde
"Quin es Dios para Jess?[. ..] Dios es lo sumamente bueno. Padre, el amor historia. Jess experimenta que el Dios surge su sentido teologal de la realidad
que est en el origen de todo, garante del sentido de su vida y en el que puede des- del Reino adviene en persona de Padre. (la irrupcin del Reino) y su sentido
cansar. Y Jess califica ese amor. Es amor parcial, amor que, en lenguaje humano, El mundo es el templo laico donde per- moral como el de un hombre-para-los
debe ser descrito como infinita ternura. Es un amor condescendiente que no asus- cibe la presencia y el obrar de Dios en dems.
ta por su terrible majestad, sino que se ofrece y se impone por su invencible cerca- los hechos ms sencillos de la vida co-
na a lo pequeo y perdido de este mundo. De ah que Jess, en la tradicin dellen- tidiana como son la cosecha de trigo (cf. El Dios del Reino es un Padre ma-
f5Uaje tierno sobre Dios- 'esposo', 'madre'- lo reformule en el lenguaje de Abba y Me 4, 26-29), los lirios del campo (cf. ternal urgido por la ternura y la bondad
1e alegre de que haya Dios. Mt 6, 28-29), la mujer poniendo leva- hacia los seres humanos. Jess se aban-
dura en !amasa (cf. Mt 13, 33), la comu- dona filialmente en l e invita a hacer
En ese Padre descansa Jess, pero a su vez, el Padre no le deja descansar. Dios nidad de mesa (cf. Le 19, 1-10), etc. Y lo mismo a sus discpulos y discpulas
e le ha manifestado como Dios. Dios sigue siendo misterio, sigue siendo Dios, no tambin en los acontecimientos ms ex- (e f. Mt 6,25-33). Dios Padre es Al-
lwmbre, y por eso distinto y mayor que todas las ideas y expectativas de los hom- cepcionales como en el episodio de los guien en quien se puede confiar. Jess
bres. Dios se le hace tentacin a Jess cuando tiene que discernir sobre el verda- galileos muertos como consecuencia del lo percibe como "el bculo" en el que
1ero poder salvador de Dios. Dios se le hace enigma cuando se reserva absoluta- desmoronamiento de una torre (cf. Le apoyar su existencia, como "las buenas
nente el da de la venida del Reino que Jess crea prximo. Dios se le hace mis- 13, 1-5), en la confianza de un pagano manos" en las que confiadamente hace
~erio cuando su voluntad va ms all de la lgica del Reino y requiere un sufri- (cf. Mt 8, 5-13) o en la curacin de un descansar el presente y el futuro de su
niento impensado y a la postre exige la cruz. Dios se le har escndalo a Jess enfermo (cf. Mt 9, 1-8), etc. propia aventura humana, y el de sus
cuando en la cruz escuche su silencio. hermanos y hermanas, los hombres Y
Jess experimenta a Dios como las mujeres.
En dos puntos, sin embargo, Jess ha concretado el misterio de Dios. Por una Padre '"de entraas de misericordia",
ryarte, el Dios mayor se le aparece como el Dios menor, presente en lo pobre y percibe los sentimientos de Dios ms Para Jess de Nazaret el Dios del
ryequeo -ms tarde como el Dios silente en la cruz-. Por otra parte, el misterio de que sus atributos. En el punto de parti- cielo el Misterio Absoluto, el Dios
Dios ha dejado de ser misterio enigmtico y se convierte en misterio luminoso en da de su experiencia con Dios, Jess creador y sustentador de todo, el Ori-
""punto: el amor. All donde los hombres practican el verdadero amor all est encuentra una relacin de entraas y de gen de la Vida y el Futuro Absoluto de
Dios. ternura en ]a que sobresale el rostro de todo lo creado, se ha aproximado al
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mximo a la historia e ingresado defi- (1 Jn 4,8), y no por necesidad. Ante l satisfechos, etc. (e f. Le 6, 20-23). El lo, se inmiscuye demasiado partisana-
nitivamente en ella, cumpliendo su an- todos los seres humanos somos siervos Dios del Reino actualiza en la historia mente en la causa de los pobres, com-
tiguo proyecto de paternidad que reve- intiles que nada podemos merecer (Le su proyecto de paternidad revelndose parte sus padecimientos y su destino
l en su encuentro con Abrahn. Dios 17,7-10). como un Dios parcial, que se acerca final, calla y desaparece en el preciso
establece con l y con los dems seres como Buena Nueva para los pobres (cf. momento en el que todo parece irremi-
humanos relaciones de libertad a liber- Jess nos invita a experimentar que Le 4, 18 19). As percibe Jess a su siblemente perdido, aunque le coja y le
tad, de persona a persona. Jess experi- esta aproximacin graciosa y amorosa padre: un Dios a favor de los pobres. arrastre con l y hacia l en la estela de
menta que su Dios se revela, no slo de Dios a la historia se hace a travs de "Un Dios cuya salvacin est destinada su venidal sin forzar su consentimien-
por su palabra, sino "conversando con un proceso de "debilitamiento" y "con- nicamente a los pobres". Esta verdad to. Verdaderamente su Dios puede ser
los hombres" (Ba 3,38), haciendo co- descendencia" paterno/materna de sobre Dios (insoportable para los pode- conocido como el Dios de espaldas. La
mercio con ellos, de tal suerte que esta Dios. El Padre del Reino no cuenta con rosos y satisfechos) encuentra su nica cita con su pueblo siempre es ms ade-
historia se vuelve la suya. En esto pre- ms fuerza que la del amor y la ternura explicacin en sus entraas de miseri- lante, el encuentro definitivo con l
cisamente estriba su singularidad: Dios que desarbolan los corazones (cf. Le cordia. Jess de Nazaret en su prctica siempre queda aplazado. En sus cons-
Padre existe por hablar, existe en la re- 15,11 ss); y se goza cada vez que tiene misericordiosa en favor de los pobres y tantes venidas al presente, no se con-
lacin de lenguaje, es la palabra inter- que perdonar a los seres humanos (cf. necesitados, experiment que el Padre tenta con confirmar las expectativas o
cambiada. Ahora bien, esta palabra no Le 15,7). Dios se goza en poder salvar- del Reino ante todo miraba al colmar los intereses huma-
Slo con ojos de
es nicamente la suya, es tambin la de los. Ellos son "su debilidad" y la causa dolor de los pobres y exclui- nos, sino que sorprendente-
pobre y desde
Jess (por eso es el Dios Padre de Je- de la incertidumbre para su futuro. dos, que se le conmovan sus mente los voltea, los renueva
sus intereses se
ss) y la nuestra (por eso es nuestro Pa- entraas divinas y se compa- hacia el futuro y los expande
puede descubrir
dre Dios): es la mezcla de voces que se Si Dios acontece como Padre en la deca de su debilitamiento y hasta lmites insospechados.
al Dios Padre
interpelan y se responden (J. MOINGT). historia y esta revelacin est indisolu- sus miserias. E igualmente lo Finalmente se encuentra loca-
de Jess
blemente ligada a una promesa, Dios experiment ofreciendo un lizable y disponible en la hen-
El Padre del Reino es un Dios gra- se compromete con un futuro incierto. inslito perdn a los pecadores. Jess didura del sufrimiento del mundo y los
tuito. Ningn esfuerzo ni ninguna con- Su presencia reconocida en la historia tuvo as noticia de que Dios es ante to- pobres son su reverso en la historia.
dicin humana pueden merecerlo o depende primeramente de la obedien- do Dios de ternura para todos los seres
aproximarlo a la historia de los hom- cia y de la confianza de Jess; y ms humanos, sus hijos e hijas salidos de Dios Padre, el enemigo de las jiJer-
bres. Su amor y su misericordia son tarde de la fidelidad del pueblo que ha- sus entraas y fruto de su amor. zas diablicas y de los dolos de muer-
siempre inmerecidos (cf. Le 15,1-7; ba de nacer tras la Pascua. Dios "ex- te. Jess experiment a Dios en medio
11-32), se revelan all donde aparente- pone" su proyecto de paternidad a las Es la voluntad amorosa de Dios, su de una historia en la que las fuerzas ne-
mente menos parece merecerlos: los incertidumbres de la historia y a las gracia, la que convierte la pobreza y el gativas de la creacin (los dinamismos
pecadores, prostitutas, publicanos, etc. negativas de los seres humanos. Su reverso de la historia en el lugar ms diablicos representados por el Malig-
(cf. Mt 11 ,25-30). Jess est empeado presencia en la historia adopta la forma adecuado para contemplar la Buena no) y el pecado tienen poder. Su ingre-
en que los hombres y las mujeres sinta- del anonadamiento (de la knosis ). Nueva del Padre del Reino. Slo con so en la historia como Padre del Reino
mos ante Dios amor y ternura, y no s- ojos de pobre y desde sus intereses se supona contradiccin y conflicto con
lo veneracin y temor. En definitiva si Dios Padre de los pobres. El Dios- Puede descubrir al Dios Padre de Jess. la realidad presente. "Al reino se le
Dios se ha acercado a nosotros, lo ha Padre del Reino adviene en una histo- Jess franquea un paso hacia un Dios opone el antirreino, y al 'Dios de vida'
hecho movilizado por su misericordia ria asimtrica en la que hay pobres por- inslito y desconcertante. Su Dios so- se le oponen las 'divinidades de muer-
fiel y su ternura porque "Dios es amor" que hay ricos, hambrientos porque haY breviene, sorprende, provoca escnda- te'" (J. SOBRINO, 239). Las acciones de
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Jess, sus milagros y curaciones, cons- est exento de realidades diablicas. personas y como voluntad suprema que misterio de Dios ha dejado de ser un
tituyeron autnticas interrupciones del La economa de mercado, la globaliza- ha de buscarse y realizarse (cf. Le misterio enigmtico y se convierte en
circuito del mal que avasalla la vida de cin cultural y la nacin -el dios de la 22,42; Mt 26,42; Jn 4,34; 5,30; 6,38; un misterio luminoso en un punto: el
los hombres y, muy singularmente, de modernidad, como le ha llamado JosEp Jleb 10,9). El otro nombre de la con- amor y la misericordia fiel hacia la
los pobres y de los dbiles. En su expe- R. LLOBERA- son sus representaciones fianza filial es la obediencia y la fideli- humanidad. Pero Dios sigue reveln-
riencia de combate contra las fuerzas pblicas ms actuales. Sus efectos son dad a la voluntad de Dios. dose como misterio inmanipulable y
de muerte, aquel judo marginal perci- los sacrificios de incontables seres hu- santo, que supera los propios concep-
bi que el Padre del Reino y Dios de la manos. Existe un tipo de expropiacin El Padre del Reino, un Dios des- tos e imgenes sobre l. Tambin el
Vida estaba en lucha contra el Maligno de lo sagrado en nuestro mundo secu- concertante hasta la tentacin. La ex- Dios "experienciado" por Jess sigue
y contra los dolos de muerte, represen- larizado que sigue perpetuando el viejo periencia de la soberana divina del Pa- siendo misterio eternamente. Tambin
tado por Mammn. Entre el Abba del mecanismo sacrificial de las religiones dre se fue radicalizando a lo largo de la en Jess de Nazaret se cumple que el
Reino y Mammn (e f. Mt 6, 24) exista tradicionales que, segn R. GIRARD, vida de Jess. El Padre aparece como supremo conocimiento de Dios "es el
una antinomia irreconciliable. Todo desactiv Jess de Nazaret. Adorar y un Dios siempre Mayor que descon- conocimiento del misterio supremo en
aliado de Mammn estaba excluido de servir a Dios en "espritu y verdad" (cf. cierta con su modo de proceder hasta cuanto tal" (K. RAHNER).
la familiaridad con el Padre del Reino Jn 4, 24) en el templo laico de nuestro los lmites de la tentacin (cf. Mt 4,1-
porque "nadie puede servir a dos seo- mundo pasa necesariamente por la lu- 11). A lo largo de su vida Jess perci- 4. CUANDO LA DIVINIDAD SE
res" (Mt 6, 24). La antinomia Abba- cha contra esos dolos como forma su- bi al Padre como un "Dios que no ESCONDE
Marnmn -como repite A. PIERIS- se prema del culto sacrificial cristiano. otorga ventajas", cuya nica fuerza es
inscribe en el interior de la alianza de No habr experiencia cristiana de Dios la debilidad de su amor, y cuyos cami- En su recorrido creyente Jess per-
Dios con los pobres o de la parcialidad sin cargar con el peso de la transgre- nos pasan por los dolorosos senderos cibi la capacidad reveladora del sufri-
de Dios por los oprimidos. El Padre del sin cultural. de la fidelidad hasta el fracaso de la miento y el carcter teofnico de lo ne-
Reino asuna la lucha de los pobres propia vida. La soberana de Dios se gativo a travs de un conjunto de "ex-
contra los dolos de muerte como pro- El Padre sigue siendo un Dios radicaliza de tal manera que coloca la periencias de contraste". Su experien-
pia, de modo que se converta en la Mayor historia de Jess en los lmites de la cia del pobre y la experiencia de sufra-
lucha divina por la vida de los pobres, tentacin. El Dios de la esperanza y de caso, pasin y muerte se convirtieron
la lucha emprendida por el Dios del Jess tambin experimenta e invita la promesa fiel es puesto a prueba por en lugar privilegiado de su experiencia
Reino contra los orgullosos, los pode- a experimentar que el Padre sigue sien- las densas brumas que irn apareciendo de Dios tambin cuando "la Divinidad
rosos y los ricos (e f. Le 1, 51-53). do un Dios Mayor. en el horizonte de la vida de Jess. La se esconde" (S. IGNACIO DE LOYOLA).
experiencia de la ternura y cercana de
La experiencia del Dios de Jess El Padre del Reino, un Dios sobe- Dios deja paso a la experiencia del Los pobres, lugar privilegiado de
no puede hoy tampoco disociarse de la rano. El Padre, a pesar de su cercana "Dios inhspito" que calla y (parece la experiencia de Dios
cuestin de los dolos de muerte frente sigue siendo un Dios soberano, provi- que) no interviene en la historia. Jess
al Dios de Vida. Cualquier realidad dente e incomprensible (cf. Mt 10,16- aprendi a conjugar la confianza en el Jess de Nazaret necesit referirse a
puede pretender dotarse del carcter 31; 19,26), celoso (cf., Mt 6,24), de- Padre con la obediencia a Dios. las gentes que haban quedado en la
absoluto que slo a la Trascendencia nunciador y desenmascarador (Me 7,1- cuneta de la historia, los pobres, para
conviene y convertirse en una realidad 23). En suma, un Dios que en su cerca- El Padre sigue siendo Dios y Jess dar razn de la irrupcin del Dios del
endiablada de efectos mortferos para na se presenta tambin como exigen~ con su obediencia y fidelidad le deja Reino en la historia (cf. Le 4, 14-21).
los seres humanos. Nuestro tiempo no cia que continuamente interpela a las ser el Dios Mayor en la historia. El No fue a ellos porque pensara que as
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encontraba un atajo seguro para hacerse pirituales. Su vereda se adentra en "la das o en los anhelantes de los refugia- cordia cuando nos es regalada) est la
con Dios, sino porque se los encontr experiencia universal de la noche oscu- dos de cualquier "pas en llamas", etc., inapresable positividad de la mstica
arrojados y heridos al borde del camino ra" para contemplar la realidad desde esa experiencia provoca la "infusin que expresan todas las imgenes nup-
en su itinerario vital (cf. Le 10, 30ss). el reverso de nuestras sociedades satis- secreta, pacfica y amorosa de Dios" e ciales de Juan de la Cruz [... ] Porque
Su conmocin por su dolor y su miseri- fechas, y ser alcanzado all por la mira- inflama el alma en espritu de amor. ahora no es la mirada del hombre la
cordia por aliviarlos fue la fuente de da purificadora de Dios en los ojos de Los despojos humanos de la exclusin que ha sido capaz de expresar la gracia
conocimiento que le permiti reconocer los pobres y por su palabra salvadora se perciben cargados con "el peso in- de Dios, sino que "cuando T me mira-
la presencia de Dios en aquellos "nin- en el grito inarticulado de las vctimas. menso de la gloria eterna" de Dios (cf. bas, Tu Gracia en m Tus ojos impri-
guneados" de la historia. Desde enton- El encuentro cristiano con Dios pasa 2 Cor 4, 16). Entre los pobres y la ex- man"" (J.l. GONZLEZ FAUS 1994,
ces la "movilidad hacia [los de] abajo" por la ruptura de la sacramentalidad periencia cristiana de Dios existe un 146-147).
y los pobres resultan respectivamente (J.I. GNZLEZ FAUS) propuesta por Mt "aire de familia". De esta afinidad nos
direccin y cita obligadas para quienes 25, 31, texto que ha de entenderse an- ha hablado con rotundidad el testimo- El cambio de residencia mental y
han sido invitados por l a realizar su tes en clave de revelacin de la presen- nio neotestamentario de la revelacin social y la cohabitacin con los pobres
misma experiencia y a in- cia de Dios en la historia del Dios Salvador. El que tenga odos resulta normativo para los cristianos de
La experiencia de nuestras sociedades satisfechas que
vocar como l al Dios del que de exigencia tica. para or que oiga!
encuentro con este quieran acceder al encuentro con Dios,
Reino como Abba (cf. Mt
Dios se adentra en "el del llanto inconsolable". Slo el
11, 25). Jess experiment El permanente "exilio" Los seguidores de Jess nos encon-
"la experiencia compartir sus causas y sus sufrimientos
que los pobres constituan de Dios no encuentra otra tramos as emplazados en el camino de
universal de la noche les permitir participar del "privilegio
su sacramento, su pala- posada terrena que no sea "una mstica de ojos abiertos" (J.B.
oscura" para hermenutico", que habilita para iden-
bra/presencia ms elo- ese basurero donde se METZ) en medio de "la noche oscura"
contemplar la "que no tiene una lectura meramente tificar la gloria y los rumores del Dios
cuente ("epifana real", los amontonan y ocultan los
realidad desde el de Vida en el rostro desfigurado y los
denominar E. DUSSEL), su excedentes humanos de es- intimista, apoftica o hasta asctica, si-
reverso de nuestras gritos de dolor de los pobres. Esta ex-
llamada inerme a inte- ta aldea global. En la medi- no, sobre todo, una lectura relacional,
sociedades satisfechas periencia mstica, vivida "en medio y a
rrumpir definitivamente la da en que al contemplar so- interhumana y, si se quiere, hasta 'pol-
historia de la violencia y de la explota- mos contemplados y al mirar nos deja- tica': ella es el precio de la misericor- las afueras de la ciudad secularizada"
cin del hombre por el hombre. La glo- mos mirar por el Dios de Vida en los dia. Pero por eso[ ... ] porque es slo un (A. LVAREZ BOLADO, 33-35), les acre-
ria que Dios ha otorgado al ser humano, ojos femeninos de la pobreza, en los precio, no puede uno buscarla, sino que ditar hoy como herederos de la "la
la condicin de imagen divina y de hijo sin-vida de las vctimas de la guerra, en le viene impuesta. Y si, al encontrarla y genuina virulencia de lo religioso es-
e hija suyos, se encuentra en ellos alie- los negros como pozos de los viajeros aceptarla, no os destroza, como sera pecficamente cristiano", que hombres
nada y el mismo Dios de la gloria vive lgico, ello ser slo porque en ese en- como Ignacio de Loyola o Juan de la
de las pateras, en los perdidos de los
libremente en ellos reclamando su libe- nios famlicos, en los vidriosos de los cuentro est la experiencia de un amor Cruz y mujeres como Simone Weil )
racin. En una palabra, el pobre era tal que se revelar ms fuerte que las Etty Hillesum sembraron en la histori
prisioneros de la droga, en los mortal-
lugar de Dios, su lugar teofnico privi- mente heridos de los enfermos del Si- negatividades. Y en esa fuerza mayor de ayer. El encuentro cristiano cor
legiado (V. ARAYA). da, en los sin esperanza de los parados del amor empieza uno a sospechar que Dios solamente ser posible en nuestr!
de larga duracin, en los desbordantes se ha encontrado con Dios: que esa historia en la medida que sea propicia
La experiencia de encuentro con de soledad de los ancianos abandona- fuerza mayor es slo de l Y no nuestra do por el rumor que levantan las histo
este Dios no se alcanza a travs de ex- dos a su suerte, en los inquietantes de [ ... ] Y en la experiencia de ese amor ras intempestivas de solidaridad de lo:
plicaciones de gurs o de maestros es- los indgenas de las culturas minoriza- nuevo (la increble fierza de la miseri- seguidores de Jess.
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Jess y la "noche oscura" de la que la evangelizacin de Jos pobres se bres. Jess se abri dolorosa y confia- un dejarse "ser conducido" por el Pa-
cruz converta en un asunto pendiente. La damente a la segunda posibilidad. En dre, sin conocer previamente ni sus
cruz le arrancaba la vida, pero tambin esas tinieblas en las que no haba nada planes, ni sus cmos, ni sus porqus.
La experiencia de la paternidad de pretenda robarle el sentido con el que que amar, l no dej de amar y evit lo Entre la experiencia del fracaso y la
Dios se fue haciendo crtica a lo largo quiso vivirla: la causa del Reino de) ms terrible: que la ausencia de Dios se reaccin creyente se abri paso la ex-
del recorrido histrico de Jess hasta Padre. La desdicha se aduea de su vi- hiciera definitiva (S. WETL, 77). periencia de la tentacin (cf. Mt 4, 1-11
alcanzar su mxima agudeza y radica- da, y obliga a Jess "a suplicar que se y par). De sta da cuenta la palabra so-
lidad en la cruz. La tristeza, la angustia, apartara de l el cliz, a buscar consue- Su reaccin creyente manifiesta bre el abandono de Dios (cf. Me
el miedo, el abandono y la soledad ha- lo junto a los hombres, a creerse aban- toda su hondura cuando se sita justa- 15,34). Jess se ofrece a s mismo a
bitan su alma. Es su noche oscura y la donado de su Padre" (S. WETL, 77). mente en el centro de su experiencia de Dios con "espritu inquebrantable"
hora de la angostura de la fe. Solamen- fracaso, abandono y "noche oscura". (cf. Heb 9,14), continua amando a Dios
te acertaremos a captar toda la hondura Esta desaprobacin de su causa te- Jess haba ido aprendiendo progresi- y sus hermanos en el vaco y deposita
y todo el carcter crtico de su expe- na como reverso la negacin radical vamente a integrar activa dolorosamente en las ma-
riencia religiosa, si somos capaces de
La historia del nos de Dios la propia vida
de la paternidad de su Dios. Su muerte y conscientemente el ca-
contemplar al unsono el carcter im- cristianismo cuenta con como grano que se entie-
parece ser el no que Dios, por medio de mino de la pasin no co-
pugnador de la cruz para su vida, su
un incontable nmero rra para que produzca
sus representantes oficiales, da a su mo meta de su vida, sino
causa y su propia fe en la paternidad de de testigos que, como fruto. Su apurar el cliz
pretensin filial. Estamos ante una vi- como un acto supremo de
Dios y su reaccin creyente contra esa
Jess de Nazaret, han de la fidelidad hasta las
vencia radical del abandono de Dios fidelidad al Padre y de
interpretacin. hecho experiencia de heces (cf. Me 14,36) es la
por parte de alguien, que ha vivido y servicio a su Reino. Aho-
Dios en los lados expresin final de su per-
centrado su vida a partir de una singu- ra en el momento culmi-
Jess experimenta la proximidad oscuros de la existencia sonalidad referencial y
lar y nica experiencia de cercana de nante de su vida har ex-
de su muerte corno un fracaso, corno
o en situaciones proexistente hasta el
Dios. As lo recogen las palabras que periencia de Dios y de su
algo negativo. Desde su experiencia re- insoportables de final. Las palabras luca-
Jess pronuncia antes de morir: "Dios Reino con la experiencia
ligiosa Jess haba vinculado de tal
sufrimiento nas, "Padre, a tus manos
mio, por qu me has abandonado?" de su vida rota y del fra-
manera la irrupcin del Reino del Abba (Me 15,34). caso de su proyecto. La impotencia hu- encomiendo mi espritu" (Le 23,46), a
al destino de su propia historia, que su mana, el sufrimiento solidario con las pesar de no ser histricas, expresan la
crucifixin tena toda la apariencia in- El trance de la cruz le haba condu- vctimas de la historia, la derrota de la reaccin creyente de Jess de la misma
mediata de que el Reino de su Abba y cido de forma inexorable a una alterna- justicia, la negacin de la verdad, la manera que el texto de Marcos respon-
el Abba de su Reino eran vencidos y tiva abismal: estaba engaado y Dios libertad crucificada y hasta la propia de a su experiencia de abandono con
expulsados por otros reinos y por otros no era su Padre o tena razn y, enton- muerte constituirn el boquete histri- fidelidad histrica. Esta apuesta con-
dioses. Jess vivi su muerte corno la ces, qu Dios era su Padre? O acepta- co por donde paradjicamente irrumpe fiada de Jess le permite recuperar no-
refutacin de su pretensin. La cruz ba su error, y Dios no era su Abba, ni y se hace presente el Dios siempre ma- vedosamente el carcter paterno de su
cuestionaba profundamente su espe- su causa el advenimiento del Reino de yor, que sigue siendo Padre con entra- Dios, y restablecer histricamen~e su
ranza. Con su muerte pareca que tam- Dios o apostaba contra todas las apa- as de misericordia. relacin con l. Tras la resurreccwn de
bin su causa mora irremisiblemente. riencias histricas por un Dios que si- Jess, la tradicin neotestame~taria
La irrupcin del Reino del Padre que- gue siendo Padre en la cruz, y por sta Jess vivi el momento crucial de recordar esta experiencia de Jesus en
daba definitivamente desmentida, y pa- como camino por donde llegaba defini- su itinerario de fe desde una apuesta trminos de aprendizaje espiritual:
ra confirmarlo bastaba con constatar tivamente la salvacin para los hom- confiada por el Dios del Reino, desde "habiendo ofrecido en los das de su
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vida mortal ruegos y splicas con po- mentado que "es en la desdicha misma Todos ellos son testigos agraciados "antes de tiempo", vctimas de la injus-
deroso clamor y lgrimas al que podia donde resplandece la misericordia de de la solidaridad compasiva de Dios ticia, la violencia, la intolerancia y la
salvarlo de la muerte, fue escuchado Dios, en lo ms hondo de ella, en el padre que abraza visceralmente, con indiferencia. Algunos han llegado in-
por su actitud reverente, y aun siendo centro de su amargura insondable. Si, entraas de madre, la situacin y los cluso a escuchar la voz suplicante de
Hijo, por los padecimientos aprendi la perseverando en el amor, se cae hasta sentimientos de su Hijo, Jess, en la Dios: "Ruega, Seor, ruganos, esta-
obediencia" (Heb 5, 7-9). el punto en el que el alma no puede ya cruz y de todos los crucificados de la mos cerca" (P. CELAN). La "impoten-
retener el grito "Dios mo, por qu me historia. Todos ellos han experimenta- cia" de Dios la han experimentado co-
Creer desde la noche oscura has abandonado?", si se permanece en do a Dios como "el compaero de via- mo una oportunidad de echarse sobre
ese punto sin dejar de amar, se acaba je, el colega de sufrimiento que por las espaldas la tarea humana de hacer-
La historia del cristianismo -y de por tocar algo que no es ya la desdicha, ello nos entiende" (N. WHTTEHEAD). se cargo del dolor de Dios en el mundo:
las dems religiones- cuenta con un in- que no es la alegra, que es la esencia Todos ellos han hecho carne de su "Si Dios cesa de ayudarme, ser yo
contable nmero de testigos que, como central, intrnseca, pura, no sensible, carne las palabras de un testigo excep- quien tenga que ayudar a Dios. Poco a
Jess de Nazaret y en solidaridad con comn a la alegra y al sufrimiento y cional de nuestro tiempo: "slo el Dios poco, toda la superficie de la tierra no
l, han hecho experiencia de Dios en que es el amor mismo de Dios" (S. sufriente puede ayudarnos" (D. BoN- ser ms que un inmenso campo de
los lados oscuros de la existencia o en WElL, 55-56). HOEFFER). concentracin, y nadie, o casi nadie,
situaciones insoportables de sufrimien- podr quedar fuera de l. Es una fase
to. Tenemos algunos relatos de esas ex- Todos ellos se han sentido acucia- Todos ellos han tenido que hemos de atravesar.
La "impotencia" Aqu los judos se cuentan
periencias. Desde madres de familia dos por la pregunta, dnde est la experiencia de que, entre
de Dios la han cosas de lo ms divertidas,
con los problemas de la enfermedad, el Dios?, y todos ellos le han encontrado las brumas del horizonte,
experimentado como mientras que en Alemania
paro y la muerte de los suyos ... hasta presente tiernamente vulnerable en los "el Amado" se insina en
nna oportunidad de los judos son emparedados
luchadores como Luther King o Rigo- rincones oscuros o en las cruces de la su inexpresable alteridad
echarse sobre las vivos o exterminados con
berta Mench preocupados por !ajusti- historia. Todos ellos han experimenta- como Sagrado y Profano,
espaldas la tarea gases asfixiantes[ ... ] Adop-
cia en sus pueblos. Desde los habitan- do que Dios "no es un Dios omnipo- Sublime e nfimo, Absolu-
humana de hacerse tar como principio el
tes de los campos de exterminio nazi tente", sino "un Dios amenazado, un to y Condescendiente, Voz
cargo del dolor de "ayudar a Dios" tanto co-
como E. Wiesel o E. Hillesum ... hasta Dios con un riesgo propio", que si y Silencio, Inaccesible y
Dios en el mundo mo sea posible, y si lo con-
los habitantes de "los infiernos" de la Dios no intervino en el Calvario o en Disponible, Intangible y
exclusin. Todos ellos apuntan a un Auschwitz o en su propia historia de Violable, Don y Desmesura, Ley e In- sigo, entonces estar ah tambin para
mismo Misterio, indecible e inabarca- sufrimiento no es porque no quiso, sino sumisin, Comunin y Disidencia, los dems" (E. HtLLESUM).
ble, siempre falsificado por nuestras porque no pudo (H. )ONAS). Todos Verdad y Heterodoxia, Bondad y
palabras -tanto las sabias como las sen- ellos podran hacer suya la mxima, Transgresin, Refugio y Peligro, Paz y Hoy que tanto solemos insistir so-
cillas- pero que puede ser descubierto Dios es "aquello menor que lo cual Rebelin, Salvacin y Juicio, Rehabili- bre las condiciones adversas en las que
como sorprendentemente cercano, y nada puede pensarse", y expresar con tacin y Desahucio, Buena Noticia y hay que emprender la marcha hacia el
como Fuente de una fuerza y una segu- ella su experiencia de que Dios les ha Mal Presagio. encuentro con el Misterio, estos testi-
ridad desconocidas (CRTSTIANlSME 1 trascendido por su capacidad de empe- gos nos recuerdan que Dios, el deseado
JUSTICIA 1994 y 1998). queecerse, de vaciarse a s mismo pa- Todos ellos han experimentado "la y esperado por cuarenta y dos genera-
ra dar y hacer que la vida sea posible ya muerte" del Dios todopoderoso. Mu- ciones (cf. Mt \, 1-17), ni fue recibido
En esas situaciones de oscureci- en la noche oscura del sufrimiento y la ! chos, que Dios aparece unido "ncon- por los suyos (cf. Jn 1, 11) ni hospeda-
miento de Dios todos ellos han experi- injusticia. ~: !use et indivise" a todos los muertos do en su pueblo (cf. Le 2, 7). El en-
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cuentro personal con l ha sido proble- tos mismos cuadernos Frontera-He- tas exigen carta de naturaleza para un culino excluyente por otro incluyente
mtico en todo tiempo, con indepen- gian J. Lms ha dedicado unas lumino- nuevo lenguaje sobre Dios desde el (p.e., la reiteracin de "los/las", la ne-
dencia de la ruta elegida y de los cli- sas pginas al significado estrictamen- mbito de su propia experiencia, que gativa a utilizar el trmino "hombre"
mas culturales soportados, aunque se te teolgico de la resurreccin de Je- genere condiciones para la creacin de para referirse a la especie humana y el
deba reconocer sin ambages las dificul- ss. A ellas remito a los lectores y lec- una comunidad caracterizada por rela- recurso absolutamente heterodoxo a la
tades aadidas del presente. El encuen- toras de las mas. ciones de reciprocidad, de amor y de @ en los plurales incluyentes, etc), ni
tro con el Absoluto en la experiencia justicia (E.A. JONNSON, 17-21). Incluso la feminizacin de las imgenes de
religiosa se las tiene que ver de un Quisiera concluir abriendo tres l- alguna de ellas considera necesario teo- Dios (padre/madre) en un contexto de
modo permanente con el hecho de que neas de reflexin sobre la experiencia lgicamente desestabilizar visiblemen- lenguaje patriarcal y androcntrico
lo sagrado, "mysterium tremendum et de Dios que me parecen sumamente te nuestra manera de pensar y hablar de sobre Dios, ni el descubrimiento de la
fascinans", no solamente seduzca, importantes en el presente de la teolo- Dios y propone con este fin un cambio existencia de lo femenino en Dios (el
atraiga y encandile sino tambin disua- ga y de la accin pastoral de la Iglesia. en la forma de escribir su nombre: Espritu Santo). Todos estos esfuerzos
da, distancie y aparte. Pero esta para- "D**s" (E. SCHSSSLER FIORENZA). dejan sin corregir el smbolo total de
djica condicin se reviste con las ca- "La que es": la experiencia de las Dios y sus opciones metodolgicas po-
racteristicas singulares de lo cristiano, mujeres La produccin teolgica de las mu- nen de manifiesto que no escuchan las
cuando la aventura religiosa se acome- jeres me parece una novedosa, enrique- propias autodefiniciones de las muje-
te en el seguimiento de Jess crucifica- "El lenguaje religioso comienza cedora e inquietante (para los varones) res, sino que desarrollan un punto de
do, fuerza y sabidura de Dios y locura con una metfora vital, balbuceando aportacin al esfuerzo por dar creativa- vista unilateral de "lo femenino".
y necedad para los hombres (cf. 1Cor una visin, estallando en xtasis, edu- mente "nombre aproximado
1, 22-25). Lo sagrado cristiano se sigue cando a la colectividad humana" (G. a Dios" en los nuevos con-
Si el evangelio del Las telogas feministas
ofreciendo hoy all donde al unsono el RAMSHAW). textos socioculturales. Aqu
Dios de Vida ha de sealan constantemente que
silencio y el compromiso de Dios con solamente quisiera dejar
hablar en el siglo los smbolos religiosos fe-
la pasin humana alcanza su vrtice En el siglo pasado el movimiento constancia de que este es-
XXI el anlisis de meninos de lo divino estn
abisal. de las mujeres ha irrumpido en la his- fuerzo arranca de la propia
las telogas infradesarrollados y son pe-
toria pblica del mundo y ha tomado la experiencia de las mujeres,
feministas debe ser rifricos, y que su importan-
5. CONCLUSIN: CONVERTIRSE A LA palabra. Tambin en las iglesias cristia- sin necesidad de recurrir a
tomado en serio cia (si es que se le concede
HUMILDAD DE DIOS nas. En las ltimas dcadas las mujeres aadiduras y calificativos tan del gusto alguna) es secundaria en el lenguaje
creyentes han puesto al descubierto la del lenguaje patriarcal eclesistico. Sus cristiano y en la praxis que ste confi-
La experiencia cristiana de Dios no exclusin generalizada y sensacional- vidas, sus luchas emancipadoras, sus gura. Ms an, la forma tradicional de
termina en la cruz. La tradicin cristia- mente efectiva de la mujer del mbito deberes en la vida cotidiana, su amor a hablar de Dios ha sido humanamente
na ha sostenido desde sus inicios su de la formacin del lenguaje sobre s mismas, a otras mujeres y a los hom- opresiva y religiosamente idoltrica.
conviccin de que, sin la resurreccin Dios. De manera gradual o de improvi- bres de manera no subordinada, etc. No solamente ha utilizado una imagi-
del Crucificado, todo lo aqu dicho so, pacficamente o irritadas, con entu- constituyen una autntica metfora de nera y un lenguaje exclusivamente
sobre la experiencia de Dios en la cruz siasmo o con angustia, tranquilamente Dios y dan origen a experiencias de l masculino, sino que adems ha tenido
quedara sin confirmacin definitiva y o gritando, miles de mujeres y algunos bajo nuevas condiciones. un efecto destructivo en la imagen es-
la cuestin de cmo est Dios en la hombres estn ya de vuelta del restric- piritual que las mujeres tienen de s Y
noche oscura del sufrimiento y de la tivo legado de la exclusividad del len- El resultado no es ni la simple sus- ha pervertido las relaciones de estas
injusticia quedara sin respuesta. En es- guaje sobre Dios. Las telogas feminis- titucin de un lenguaje teolgico mas- con los cristianos varones y Dios. La
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plena realidad de las mujeres, igual que aquellos primeros testigos que recono- gunta si la relacin entre experiencia puesto que es el ncleo ms ntimo de
la de los hombres, ha de entrar en la cieron la presencia salvadora de Dios humana y conocimiento en general de toda realidad. De ah que planteen una
simbolizacin de Dios junto con sm- mismo en Jess de Nazare! y creyeron Dios, tal y como aqu la hemos expues- hermenutica trinitaria con el objeto de
bolos procedentes del mundo natural, que Dios mismo actuaba salvficamen- to, puede tener continuidad para la fe desvelar "huellas trinitarias" como es-
si quiere "romperse la fijacin idoltri- te entre los hombres y las mujeres por en la Trinidad. La respuesta ha estado tructuras fundamentales y dinamismos
ca sobre una sola imagen y ponerse de la accin de su Espritu. A tientas, co- muy condicionada por una doctrina originarios de lo creado, que, por su-
manifiesto para nuestro tiempo la ver- metiendo errores, rectificando, corri- teolgica, con una larga y compleja puesto, slo llegan a su plena manifes-
dad del misterio de Dios, juntamente giendo, fueron encontrando y asumien- historia, que ha desembocado en la en- tacin a travs de la revelacin neotes-
con la liberacin de todos los seres hu- do determinadas expresiones teolgi- seanza de que la experiencia de la tamentaria de la Trinidad (G. Gresha-
manos y de la tierra entera". Si elevan- cas y frmulas doctrinales coherentes criatura en cuanto tal tiene que ver con ke, 6-49).
gelio del Dios de Vida ha de hablar en con aquella experiencia originaria, y el Dios uno, pero no con Dios en su ser
el siglo XXI, el anlisis de las telogas rechazando otras que no lo eran. y obrar tripersonal (SANTO TOMS DE Nada de esto ser posible mientras
feministas debe ser tomado en serio y AQUINO). predominen entre nosotros aquellas ex-
la cuestin de la experiencia como Sin embargo, a lo largo del tiempo, periencias humanas emperradas en re-
fuente de conocimiento ha de ser exa- la doctrina trinitaria se fue separando de Frente a esta posicin siempre ha lacionarse con todo lo que existe como
minada con atencin por todas la teolo- las experiencias humanas, ricas y plura- habido telogos que bus- si fueran cosas (manipu-
La buena noticia del
gas (E. WAINWRJGHT, 113-115). les, que la dieron vida en la mente hu- caron y encontraron en la lndolas, dominndolas,
Dios Comunin
mana. Esta escisin entre frmulas de creacin "vestigia trinita- apoderndose de ellas,
trinitaria solamente
Misterio trinitario y experiencia fe y experiencia religiosa convirti el tis" y que afinnan que las poseyndolas, utilizndo-
podr ser proclamada
humana smbolo trinitario ms en la expresin experiencias humanas de las, etc.). La buena noticia
en el siglo XXI en la
de un rompecabezas divinomatemtico Dios son ya inicialmente del Dios Comunin trini-
medida en que se
La fe en un Dios trinitario proviene que en la formulacin de la experiencia experiencias trinitarias. propicien experiencias taria solamente podr ser
de una experiencia anterior a la expli- de la salvacin de Dios desencadenada Obviamente quienes man- humanas aferradas al proclamada en el siglo
cacin de cmo un slo Dios puede ser por Jess de Nazaret y su Espritu. La tienen esta consideracin XXI en la medida en que
propsito de que es
Padre, Hijo y Espritu Santo. La doctri- consecuencia es que el smbolo trinita- no pretenden que la reali- se propicien experiencias
posible relacionarse
na trinitaria surgi como consecuencia rio se ha convertido en algo ininteligi- dad de la Trinidad se pue- comunionalmente con humanas aferradas al pro-
del esfuerzo de inculturacin de la fe ble y religiosamente irrelevante para la da probar o demostrar sin psito de que es posible
todo lo que existe
que la iglesia primitiva realiz en el mayora de los creyentes. En realidad ms a partir de la expe- relacionarse comunional-
mundo grecorromano. No fue producto mucha gente piensa, aunque no lo diga riencia. Pero s sostienen que, si el mente con todo lo que existe: entregn-
de la especulacin de unas mentes pri- pblicamente, que, en un tiempo en el Dios nico, el fundamento, el centro y dose, perdindose, respetando y aco-
vilegiadas, capaces de penetrar en lo que existen tantsimas dificultades para la meta de todo ser, no es un Eterno So- giendo el misterio de la diferencia, etc.
que puede ser Dios en s mismo, sino creer en Dios, son ganas de complicar litario, sino Comunin y Amor (inter-)
de la necesidad misionera que tuvo las cosas seguir manteniendo la fe en un personal, entonces, este principio lti- La Iglesia, comunidad mistaggica
aquella iglesia de expresar razonable y Dios uno y trino. mo "comunional", ms profundo y ms
fielmente su experiencia de Dios en un elevado ha de estar tambin inscripto En este asunto de la experiencia
marco cultural diferente al judo. La La teologa no slo est preocupa- en lo ms ntimo de todo ser y devenir cristiana de Dios resulta imprescindi-
doctrina trinitaria ser posterior, pero da por reivindicar el origen salvfica de creado. La Trinidad se habr dado a s ble el concurso a la Iglesia como co-
no exterior la experiencia de Dios de la doctrina trinitaria, sino que se pre- , tnisma expresin y figura en lo creado, munidad hermenutica. El reconoc-
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miento de la presencia de Dios no pue- La cuestin es sumamente inquie- de este tiempo puedan exclamar de l. Tambin en esta poca incierta, ma1
de ser obra de un solo individuo que lo tante. La preocupacin eclesial por la nuevo: "Est Dios en este lugar y yo cada por el malestar religioso de nuestr
encuentre en su camino, sea cual sea la experiencia de Dios y su cultivo es no lo saba!" (Gen 28, 16). Las incle- cultura, Dios canta en la noche e invit
experiencia que realice. Es sobre todo muy grande, pero no encuentra expre- mencias temporales ms que confinar a a salir en su bsqueda y a su encuentr<
un acontecimiento de lenguaje y de co- sin en una decidida opcin pastoral Dios en su refugio celeste, reclaman A los requisitos de despojarse de la
municacin. La presencia de Dios slo que genere propuestas novedosas de una Comunidad de testigos experta en "prendas de abrigo" y caminar "desnu
puede ser "entre-dicha", dicha en di- iniciacin a la experiencia religiosa, distinguir y reconocer su Voz y la "m- do" para poder alcanzar a Dios, Jess h
logo entre aquellos que le han encon- promocione prioritariamente maestros sica callada" en medio del estruendo aadido algo que choca ms que cual
trado en Jess, anunciada de nuevo a y maestras espirituales que acompaen ensordecedor de nuestras sociedades quier otra condicin contra el orgull
los que le haban conocido y perdido su y guen en los itinerarios de la expe- secularizadas, y ducha en iniciar a humano: la necesidad de convertirse ,
rastro y reconocida en el dilogo inte- riencia de Dios, suscite comunidades otros en los secretos de su escucha jus- la humildad de Dios y de caminar co1
rior con Dios. cristianas que organicen el conjunto de tamente all donde los gritos inconteni- los crucificados de la historia.
su vida en tomo a la experiencia cris- bles de dolor de las vctimas parecen
En la Carta Pastoral de Cuaresma- tiana de Dios y ensaye nuevos modelos hacerla imposible. Y PUNTO FINAL
Pascua, 2003, los obispos de las dice- de articulacin de esta experiencia con
sis vascas y navarra escriben nada ms los otros aspectos de la vida cristiana, Desde la senda del sufrimiento se Para finalizar quiero hacer ma:
comenzar lo siguiente: "Para muchos el servicio, la tica, la lucha por la jus- percibe a Dios de modo diferente a co- unas palabras de Ricardo de San Victo
de nuestros conciudadanos "la expe- ticia, la opcin por los pobres, etc., sin mo caba imaginarlo y el xito de todo en su tratado sobre la Trinidad, que
riencia predominante en el contexto re- los que aqulla no sera digna de reci- intento de aproximrsele pasa inevita- con mucha mayor razn, se puede!
ligioso de nuestro tiempo es la de no bir semejante nombre. blemente por estar dispuesto a "sacrifi- aplicar a este modesto texto sobre 1
haber tenido ninguna experiencia reli- car" los conocimientos previos, sobre experiencia de Dios en el mundo:
giosa, de no haber sido afectados, ni La cuestin conecta directamente todo los ms seguros, que sobre l se
mucho menos transformados, por algo con el problema de las condiciones pa- traan a la travesa de la fe. Quienes "Ante el propsito de mi libro po
que puede ser denominado Dios"". ra la nueva evangelizacin. La expe- hoy aoran tiempos culturalmente des- dr rer el que quiera, y hasta podn
riencia cristiana de Dios en el siglo pejados para la ascensin cristiana al burlarse de m. Lo har, por cierto
Creo no pecar de pesimista si afir- XXI est reclamando una Iglesia ms Misterio y gozar all de su hermosura, con razn! Quiero reconocerlo directa
mo que mi experiencia personal me lle- diestra en el oficio de la mistagoga haran bien en no reclamar climas idea- mente: no es tanto la ciencia el acicate
ve a extender esta constatacin al inte- que en el de administrar la Verdad, ms les para proponer a otros y emprender que impulsa este acto de arrojo; es m:
rior mismo de la comunidad eclesial. experta en el lenguaje de la imagina- ellos mismos la empresa de la fe, si no bien una brasa ardiente en el corazn
Recientemente he participado en una cin religiosa que invita a cruzar fron- quieren terminar confundiendo a Dios Qu pasar, pues, si no se me otorgl
investigacin interdisciplinar sobre la teras e ir ms all de nuestros deseos con sus propias representaciones. el alcanzar lo que pretendo? Qu, s
creencia y la increencia en mi dicesis que en el viejo oficio de resolver pro- me desplomo en medio de la carrera~
de Vizcaya a partir del mtodo sociol- blemas morales, ms ducha en suscitar En el proceso de aproximacin cris- Bueno, pues habr tenido, no obstante
gico cualitativo de historias de vida. El maestros y maestras espirituales que tiana al Misterio se har inevitable tran- la alegra de haber corrido segn m
dficit de experiencia de encuentro administradores y gestores del "tingla sitar por parajes inhspitos y luchar dia- fuerzas en bsqueda del rostro de m
agraciado con Dios es enorme en las do" pastoral. Una Iglesia capaz en su- riamente con Dios (que se revela en la Seor, de haberme esforzado y entre
diversas identidades creyentes que en ma de iniciar en el Misterio para que, historia y, no obstante, parece retirarse gado hasta el agotamiento. Y si el ca
el trabajo se perfilan. como Jacob, los hombres y las mujeres siempre de ella) para ser alcanzados por mino ha sido demasiado largo, dema
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siado spero, demasiado empinado, y Por supuesto: el misterio es tan 4. BIBLIOGRAFA
fracaso, algo habr alcanzado, sin em- abismal, que un hombre dificilmente o
bargo, si es que puedo decir, en verdad: nunca jams encontrar las palabras AA. VV., Revelacin y experiencia, Concilium 133 ( 1978)
hice lo que pude, lo busqu, pero no lo apropiadas para explicarlo. Nadie se
encontr, lo llam, pero no me respon- admire o se enfade si, a ejemplo de la A. LVAREZ BOLADO, Mstica y secularizacin. En medio y a las afUeras de le.
di (ver Can! 5,6). Y he aqu que aque- Madre virginal, envuelvo, al nacer, la ciudad secularizada, Santander 1992
lla extraa asna de Balaam, que impi- verdad recibida en los paales del len- H. U. BALTHASAR, Gloria. Una esttica teolgica. 1 La percepcin de la forma
di a su jinete proseguir su camino, me guaje, ya que no dispongo de las tni- Madrid 1985, 199-375; El camino de acceso a la realidad de Dios, MyS IIII, 41-7"
impulsa de algn modo, me insta a cas de seda del arte de la presentacin.
apresurarme en el camino iniciado. Co- Y si algn pensamiento es comproba- CRISTIANTSME I JUSTClA, Creer desde la noche oscura. Testimonios, Barce)o.
mienza a hablar nuevamente y escucho damente incorrecto, quedar a cargo na 1994; Creer desde la noche oscura II. Testimonios, Barcelona 1998
que me dice: aquel que pudo hacer que del sabio lector encontrar las palabras J. A. ESTRADA, imgenes de Dios, Madrid 2003
yo hable podr hacer, por cierto, que adecuadas para expresarlo, por lo que
hables tambin t. Es tiempo, pues de, le estar enormemente agradecido". B. FORTE, La experiencia de Dios en Jesucristo, Concilium 258 (1995), 87-96;
que nos pongamos a trabajar con todo C. GEFFR, Sentido y contra sentido de una teologa no metafsica, en Conciliun
empeo en nuestro propsito ...
76 (1972), 406-418.
J. VIVES, "Si oyerais su Voz ... " Exploracin cristiana del Misterio de Dios,
Santander 1988.
Teresa Iribamegaray
SUGERENCIAS METODOLGICAS
Este retiro est concebido como una larga meditacin. No hay pun-
tos que lo dividan, ni preguntas que detengan la reflexin. Cae en la
cuenta de que Dios est en ti, de que inicias un dilogo con L
Comienza a leer. Detente cuando quieras. Y contempla. Ojal tu oracin
de este da terminara dejando en tu corazn un poso de escucha, de
pobreza, de adoracin. Una confianza honda en que el Amor viene de
Dios, que te mueva a esperar este Amor como don suyo.
Para terminar los retiros de este ao, seria bueno hablar del amor. Porque
el amor es "ms que lo necesario para vivir, ms que lo necesario para exis-
tir". Vivimos siempre pendientes de cosas: de sueos, de amores, de tareas,
de proyectos o de nuestro propio camino. Pero, por qu lo hacemos? Cul
es la razn, si en todos ellos hemos experimentado alguna vez el sinsentido,
o sospechamos que podr darse, puesto que algunos, alguna vez, lo han vivi-
do as? Tenemos a veces la sospecha, ms fuerte a medida que pasan los
aos, de que todo se muere: se mueren, del modo que sea, los trabajos en los
que estbamos implicados, las personas con las que hemos entrado en rela-
cin; se muere lo que ambamos y se muere lo que temamos. Todo va sien-
do vencido por el tiempo.
no llegamos a reconocer, est en el fondo de la realidad , movindolo todo , captarlo encamado en lo real. Quiz nos haga bien preguntamos si reconoce-
impulsando todo desde s. mos ese Amor y dnde, en qu personas o situaciones. O si no lo reconoce-
mos, cuestionamos por qu es as.
Dios es Amor, y ha creado todo imprimiendo en ello su sello, su ser. To-
das las cosas y todas las personas llevamos en nosotros la marca del Amor. En esta contemplacin de lo que nos rodea, intuimos tambin que se nos
Esta impresin es lo ms profundo de nosotros mismos, hasta el punto de im- escapa casi todo: que lo que vemos es hermoso, pero que, al ser slo una ex-
primir ese signo del Amor en todo lo que tocamos. Olvidamos a menudo el presin (palabra) parcial y limitada de un Amor fabuloso, infinito, tan des-
poder de Dios, y sin embargo, con qu claridad se descubre ah: en que todo bordante que lo abarca todo y lo excede todo -esa criatura o ese paisaje o ese
lo que es, todo lo creado, se mueve -se une o se separa- por esta realidad l- misterio que estamos contemplando-, por muy hermoso que sea o por mucha
tima que es el Amor. La debilidad de Dios, ms fuerte que nuestra fuerza , riqueza de matices que podamos captar, no ser nunca capaz de expresar, si-
aparece como dbil slo a nuestra mirada oscurecida. no slo de sugerir, y dbilmente, a la Belleza, al Amor que manifiesta y del
cual es imagen. Ojal aquello que contemplamos produzca en nosotros, no
Los humanos estamos marcados tambin por otra realidad, que sin ser tan obstante, su obra, su misin: llevamos al desbordamiento, a la admiracin
profunda como el Amor, se revela como una fuerza inmensamente poderosa gozosa, gratuita, a aquel punto en que, fuera de nosotros mismos, pobre-
-y que tampoco captamos como es-: el pecado. El pecado, no como lo sole- mente, balbuceemos nuestro estupor. Cuando con nuestro silencio admirado
mos ver, como una realidad negativa que lastra ciertos proyectos, o ciertos -fuera de nosotros mismos-, experimentemos gozo, adoracin por el Crea-
esfuerzos, que se reconoce en tales y tales hechos. Sino como realidad en- dor. As, pobremente, momentneamente, seremos amor.
frentada al Amor, tan poderosa como para haber vencido al Hijo de Dios, que
es Amor, al menos temporalmente 1. El pecado como la realidad que invierte
nuestra llamada esencial al Amor, y es capaz de afectarla hasta el punto de Y entonces lleg. Era feroz, aguda brillante y cruel, dispuesta a
impedir que una buena parte de las manifestaciones del Amor, de nuestro matar, dispuesta a morir; ms veloz que la luz: era la Caridad, no
amor en el mundo, sean de hecho muestra de des-amor. No ignoremos, por como la imaginan los mortales, ni siquiera como ha sido humani-
tanto, el pecado, si es capaz de oscurecer, emponzoar o destruir el Amor. zada para ellos desde la encarnacin de la Palabra, sino la virtud
translunar, cada sobre ellos en forma directa desde el Tercer Cie-
Dios ha invadido el mundo con su Amor; nuestra mirada est en tinieblas lo, sin mitigar. Se vieron cegados, chamuscados, enmudecidos.
por causa del pecado y lo reconocemos slo a tientas, de modo confuso. Y Crean que iban a arder hasta los huesos. No podan soportar que
an as, lo podemos reconocer: en la naturaleza, con todo su poder, fuerza y continuara. Nopodan soportar que cesara. C. S. Lewis, Una
belleza (belleza manifestada de mil modos, algunos comprensibles y otros horrible fuerza.
incomprensibles para nosotros), en su infinita variedad y fecundidad, que
nos ensea, mejor que mil discursos, que el Amor es Vida (vida que a menu-
do nos parece intil, o autodestructiva, o innecesaria ... pero que es la pala- No tenemos ni idea de qu sea el Amor, de qu significa que Dios es
bra del Amor pronuncindose en lo creado), y en su realidad aprendemos que Amor. Slo sabemos que temblamos hasta el tutano, si se acerca. Que nos
el Amor no es una Palabra "majestuosa", "hermosa", "gloriosa", "imperio- escondemos del Amor cuando sospechamos que se interesa por nosotros (es
sa" ... ; no es el trmino para definir a Dios conceptualmente, de modo teri- nuestro pecado, y aqu vemos qu poderoso, qu r~dicalmente daino es). Y
co. El Amor Es, y lo podemos reconocer en sus manifestaciones, podemos como tambin dice el texto, no podemos vivir sin El. El problema es que, co
mo estamos hechos para el Amor, slo vivimos para conseguir amor, pan
atesorar tanto amor como nos sea posible, o bien rechazarlo absolutamente
1 Que no se entienda esta referencia al pecado dualista: el Amor es infinitamente ms poderoso. Pero destruyndonos as. Pero como nuestro ser de pecadores nos impide vivir de
el pecado est, y se enfrenta a Dios.
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Amor que Es, el Amor de Dios, nos fabricamos nuestros propios "amores", Cuando intentamos vivir esta pasin que es el amor en nuestro beneficio
expresiones adulteradas del amor que nos procuramos para hacer el Amor de -"manejar" el amor-, para obtener algo de ella (cerrarte sobre ti para obtener
Dios soportable sin que la vida nuestra, sometida al pecado, al dolor, a la el amor de otro ser por la adoracin, el chantaje, el dominio, el odio ... a nivel
muerte, se haga insoportable. personal, social, mundial), ese amor alejado de su verdad nos esclaviza. Si
intentamos vivir esa pasin que es el amor segn el Amor es (apertura de s,
Tenemos experiencia, sin embargo, de que la vida es a menudo insoporta- pobreza, don), como le hemos visto amar a Dios, entonces es el Amor quien
ble. Y no lo es porque sea una carga, sino porque el desamor es tan patente me conduce, y yo quien se somete. Entonces el Amor te dinamiza, y se con-
en ella y las formas en que se manifiesta tan variadas y temibles, que a menu- vierte en Fuente de la vida. Se revela como dinamizador y fuente de toda po-
do y para muchos se hace muy dificil vivir. A la vez, amar en esta situacin sibilidad, porque hemos aceptado vivir segn el Amor es. Porque hemos
resulta tan hiriente, tan crucificante muchas veces, que nuestro corazn se re- aceptado la verdad, y al amar segn la verdad se restablece el orden de lo
siste, y nos revela nuestra impotencia, nos escandaliza. Esto es lo que hace, real, de lo que me rodea.
finalmente, difcil la vida: padecemos el desamor, pero no podemos respon-
der a l desde el amor. La clave de nuestra fe, que la resurreccin vence a la Es necesario que nos preguntemos sobre nuestro modo de amar. Sobre si
muerte, que el amor es ms poderoso que el pecado, no es verdad en nuestra nos dinamiza o nos repliega, nos da vida o nos lleva a cerrarnos y encerrar a
vida, con lo que nos quedamos a merced de la muerte. A menudo no llega- los dems en la imposicin, en la obligacin, en la muerte. Piensa en formas
mos a plantearnos siquiera esta intemperie, sino que nos protegemos del des- demuerte -la memoria detenida, los juicios inamovibles, 'justificados", con-
amor con nuestra "burbuja" de amor, que nos protege del exterior y nos crea tra ti o contra otros, el aislamiento, los distintos recursos para huir de la rea-
una ilusin de vida. lidad, la falta de esperanza en lo que te rodea, el aburguesamiento, la menti-
ra, consentir en la muerte de los pobres ... -, y pregntate en qu amor ests
Sea como sea, vivir se hace difcil. Y no es porque ignoremos el amor, si- creyendo, en qu Amor has dejado de creer.
no porque, sea como sea, el amor lo hace todo ms difcil. Cmo ha podi- Nos har bien preguntarnos acerca de nuestras relaciones -las que son
do ocurrir esto?! ms significativas, y tambin sobre nuestro modo de relacionarnos en gene-
ral-, para reconocer esclavitud u obediencia, o tensin que pasa de una a otra.
Descubrimos as, manifiestamente, que el Amor es una Fuerza. Lo hab-
amos intuido al contemplar las acciones de Dios. Ahora tenemos que pade-
cerlo. Esa fuerza que es nuestro ser, nos la hemos apropiado para usarla en Vivimos slo, slo suspiramos
nuestro servicio -pensemos aqu en todas las formas de desamor: hacia una consumidos por un fuego o el Otro fuego.
misma, haca los dems a nivel personal, social o mundial, que hemos cons- T.S. Eliot
tatado o padecido-, de modo que dicha fuerza se ha vuelto contra nosotros y
ha amenazado con destruirnos -o lo ha conseguido. Descubrimos as que el
amor es una pasin, un modo de estar en la realidad, un modo de ser -ima- Reconocemos que la seal de Dios, su Amor, la llevamos con nosotros
gen de Dios-, que llevamos con nosotros por todas partes, pero que slo da por todas partes. Por ello, porque la pasin es ms poderosa que nosotros, he-
vida cuando se vive segn Dios, y si no, se vuelve ocasin de muerte. mos de aprender cmo nos relacionamos con ella para hacer, de nuestra v1da,
Vida. Aceptar que es preciso someterse: por la pasin que te esclaviza, o por
Aprendemos que esta pasin que creamos poseer, que tenamos, nos tie- la pasin a la que aceptas obedecer, por la que aceptas ser conducido.
ne sin embargo a nosotros. Que somos posedos, que vivimos en esta fuerza.
Que siempre vivimos posedos. Y que, segn cmo nos relacionemos con La mayora de nosotros hemos experimentado las consecuencias de esta
ella, viviremos esclavizados o liberados. esclavitud que nos somete. Todos -casi todos- hemos intentado hacer del
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amor nuestra arma -para dominar o ser compadecidos, para ser valorados o No es fcil el camino para confiar, para abandonarse como Jess. Si para
ser obedecidos, para atraer o para rechazar ... -. Y todos hemos experimenta- l, el camino ha sido el dolor, se ser tambin el camino para nosotros. La
do que el ltigo se volva contra nosotros, de distintos modos: el balance fi- obediencia se aprende a travs del dolor, porque el pecado, la miseria huma-
nal ser en todos los casos tristeza, desengao, resentimiento, violencia o na por excelencia, es lo que necesitamos que sea asumido. Y el dolor no se
clculo ... formas de no-vida. asume sino dolorosamente. El pecado, para ser redimido, necesita ser cono-
cido, padecido.
A la vez, someterse a la pasin, atreverse a creer en el Amor y dejarse
conducir por l, produce tanto miedo que tampoco resulta una posibilidad
atractiva. Cunto miedo a Dios hay en nosotros ... Y cunto miedo a los hom- Despreciado, rechazado por los hombres, abrumado de dolores y
bres. No sabes a quin temes ms. Y te dejas conducir por el miedo, que te familiarizado con el sufrimiento;
propone acorazarte, buscar sucedneos del amor que sabes necesario para vi- como alguien a quien no se quiere mirar, lo despreciamos y lo esti-
vir, pero que no te tengan en tensin, que te dejen controlar tu vida y, sobre mamos en nada.
todo, que no te hagan sufrir. Sin embargo, llevaba nuestros dolores, soportaba nuestros sufri-
mientos.
Probablemente, tambin lo has probado. Pero, si llevas en ello lo sufi- Aunque nosotros lo creamos castigado, herido por Dios y humi-
ciente, sabes tambin que no llena, que no compensa: que si no sufres ni llado, eran nuestras rebeliones las que lo traspasaban, y nuestras
amas, no vives. Por ah tambin descubrimos que estamos hechos para el culpas las que lo trituraban.
Amor. Y que el Amor es Vida. Pues cuando no amas, cuando bloqueas la do- Sufri el castigo para nuestro bien y con sus llagas nos cur.
lorosa entrega, no vives.
Is 53, 3-5
Hay Uno, uno de nosotros, que vino al mundo e hizo en todo la voluntad
del Padre. Uno que obedeci y se dej en todo conducir por el Amor. Su his- Jess ha padecido por nosotros, y ste es el camino de la salvacin que
toria, la ms seductora y temible de todas, queda entre nosotros como mode- hoy disfrutamos, la salvacin que nos permite tener esperanza, la esperanza
lo de vida. En l, en Jess de Nazaret, sabemos qu es lo humano: creer que que confia en que, tambin para nosotros, como para Jess, el Amor puede
lo que te fundamenta es el amor del Padre y responder haciendo su voluntad, ser la forma de la vida.
por la fuerza del Espritu. Dejarte conducir por el Amor, te lleve a donde te
lleve. Fiarte. Sabiendo que no vencer la muerte. Ms all de lo que temas o El camino de la purificacin pasa por la muerte de todo lo que dice "yo":
padezcas, la Vida, una vida nueva y para siempre, ser la ltima palabra. Co- ese yo que quiere esclavos a su alrededor, ese yo que quiere tener al amor a
mo l, sufrirs, temers, desears no verte en algunas situaciones de aquellas su servicio, ese yo que no entiende ni desea el bien del "t", del "nosotros",
a las que el Amor te ha conducido. Pero El ha pasado primero, y en El, con del "todos". Y no hablamos de purificaciones extraas a la vida: porque el
l, tenemos certeza de que el Amor vence. Esta pasin segn Dios no la VI- Amor es para la Vida, ser renunciar, en la vida, a todo lo que nos quita vida.
ves sola: la vives como Jess, con la fuerza de Dios (la otra, s la vives pro- Y no de modo sistemtico, calculador, sino confiando en que Dios, que es
fundamente sola, solo). Amor, que quiere que vivas, te ir mostrando el camino si no vives cegado
por tu pasin, por tus amores; si vives abierta -fuera de ti- deseando acoger
Y aunque era Hijo, aprendi sufriendo lo que cuesta obedecer. la Vida. '
Alcanzada as la perfeccin, se hizo causa de salvacin eterna
para todos los que le obedecen. Abrirte al Amor se descubre as como el modo apropiado de vivir la vida,
Heb 5, 8-9 esa vida de la que huimos para hacer nuestro proyecto. Descubrimos, desde
l
- 100- - 101 -
esta nueva mirada, que el obstculo no era el amor, ni siquiera el pecado, amor tan hiriente, tan confuso, tan oculto, que incluso a ti te sabe a fracaso.
pues ya ha sido vencido. El obstculo para amar es mi yo que no quiere re- Que slo puedes vivir si tienes a Dios por testigo, si confas en que l est
nunciar a nada de lo suyo a favor del amor, sino que procura, por todos los dando sentido a algo tan pobre, tan intil (tan intil que slo la confianza en
medios, poner la realidad a sus pies, someterlo todo tirnicamente a sus pies. Dios te permite encontrarle un sentido, pues todos los dems sentidos han
Por eso hace falta que el yo se someta: porque su supremaca no pertenece desaparecido). Un amor despojado de su gloria, de los ideales y de las ilusio-
al orden de la verdad, sino al de la mentira. nes. Si le buscaras un rostro, una imagen con la cual representarlo, slo val-
dran las mujeres oscuras que nunca escrben la historia; los rostros y las vi_
Puedes detenerte ahora, y mirar tu vida real: qu personas hay, las que te das de ciertos encarcelados, de ciertos castigados -en el anonimato de las ciu-
atraen y las que rechazas; qu situaciones ests viviendo, todas; qu tareas dades, en la soledad de los desiertos, en el bullicio de los mercados o las fe-
tienes entre manos; qu sentimientos encuentras en tu corazn. Someterse al rias, en las colas del cine o durmiendo en un banco, quiz en alguna mirada
amor significa abrazarlos todos. No permitir que tu yo elija aquellos que le pura que recuerda la infancia. Para las situaciones extremas, para los casos
agradan, le embellecen, le facilitan la vida, sino que el amor elija: y el amor de extremo amor, el icono es ese "despreciado, varn de dolores, ante quien
elige amar tu yo entero, -ms atrado por tu pobreza, por lo que no puedes se vuelve el rostro" de Is 53. Y el amor ah est tan desfigurado, que slo
amar-, para abrazarlo y acogerlo as. Renuncias as a la mentira que supone Dios sabe reconocer su poder de salvacin.
no reconocer la parte de tu yo, de las situaciones que te tocan, del mundo que
es que no te gusta. Aceptas, desde el Amor que te sostiene, el orden de la ver- Mientras tenemos vida, podemos ponemos en camino. Podemos recono-
dad, que es reconocer la realidad como es. Crees en que el amor que te sos- cer nuestro desamor, nuestra muerte, y elegir la vida. Hay mucho camino por
tiene tiene fuerza para abrazar la realidad, incluso la ms pobre, la menos so- andar hasta que nuestras manos estn libres, hasta que queden vacas. Hasta
portable. Actualizas la verdad de que tu yo no domina, no se hace fuerte - que puedan dejar pasar por ellas, sin apresarlo, al Amor.
pues no lo es-, sino que reconoces su puesto, necesitado del amor para vivir,
y renuncias a todo lo que no responda a la verdad, a la vida. Un largo y duro camino, es verdad. Pero, podemos elegir?
Quiz lo primero sea reconocer la propia esclavitud, y pedir ayuda para Os doy un mandamiento nuevo: que os amis.unos a otros como yo
liberarse; o escoger la obediencia, si es lo que te toca vivir, aunque tu vida os he amado ( .. )
siga yendo por otro lado -pero entender que hay un norte hacia el cual poner- Vosotros sois mis amigos si hacis lo que yo os mando.
se en camino-. O reconocer, en medio de la vida, a qu proyectos hay que re- Jn 15, 12.14
nunciar, de qu personas o cosas necesitaras liberarte, o despedirte, o acep-
tar; qu vacos se han de crear en ti (tan llena de ti!), para acoger el Amor.
T vers. O djate ayudar, que es otro modo de abrirse a la obediencia, a la Mucho camino, e imposible para nosotros. Es verdad. Pero, pudimos so-
escucha, al Amor. ar una vida as para nosotros? Que nuestra pequeez pudiera amar, que pu-
diera salvar?
Del amor, del modo como vas a concretar el amor en la vida, apenas se Aceptar un mandamiento implica estar sometido. El amor no es facultati-
puede decir nada. Casi siempre se mueve como algo cotidiano, discreto, tan vo. El amor es el mandamiento por excelencia. Lo nico desde lo que somos.
escondido como la sal en el alimento. En la mayora de las ocasiones, no se Lo nico que nos da sentido. El mandato de Jess, el que ha muerto para que
reconocer: no se reconocer como amor, ni ser perceptible el dolor que nosotros tengamos vida, y vive para manifestar la fuerza del Amor, la fuerza
conlleva amar: esas situaciones con las que humanamente no puedes, esas de Dios. Es el mandamiento nuevo, el de la vida nueva que brota de la re-
personas que son para ti un martirio, o un reto, pues el amarlas. te obliga asa- surreccin. Una vida que nace de otra fuente, una vida habitada por el Esp~
lir profundamente de ti, a vaciarte de un modo que resulta mhumano. Un ritu. Es el Espritu quien hace posible que nuestro yo cerrado sobre s se
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pueda abrir a la novedad que es el Espritu y pueda comenzar a vivir segn COLECCION FRONTERA-HEGIAN
Director: Juan M' Mtz. de llarduia
el amor. Esta vida no se sostiene desde nuestras fuerzas, sino desde nuestra
debilidad apoyada en el poder de Dios. Nmeros publicados