Las Bienaventuranzas
Las Bienaventuranzas
Las Bienaventuranzas
1 Bienaventuranza: Bienaventurados los pobres de espritu, porque suyo es el Reino de los cielos
El campo de las Bienaventuranzas empieza donde acaba el Declogo. Jess nos invita a un desasimiento efectivo. Pide a los
menos favorecidos que cierren resueltamente su corazn a toda codicia. Ordena a los privilegiados que se desprendan de lo
superfluo en beneficio de quienes no tienen bastante y les invita a superar esta medida obligatoria, pues un cristiano no
practica la virtud de caridad por el mero hecho de socorrer a los dems: tan solo empieza a amar a sus hermanos en el momento
en que se priva l mismo de algo en su favor. Claro que no cabe hablar de desinters, sino nicamente de honradez y de justicia,
cuando la probidad y el respeto de los derechos ajenos provoquen ms de una vez un notable empobrecimiento.
Cundo Jesucristo fue honrado y justo? Con quin?... con la pecadora pblica, con el buen ladrn, pag los impuestos
como un ciudadano
La palabra griega que traducimos por mansedumbre se aplica a los poseedores de diversas cualidades, que van desde la
mansedumbre al aguante. En todo caso los mansos no son los blandos ni los amorfos. La mansedumbre evanglica implica
firmeza de carcter: No se turbe vuestro corazn, dir Jess (Io. XIV, 1, 27), y aadir en otra ocasin: Por vuestra paciencia
salvaris vuestras almas (Lc. XXI; 19). No se trata de un determinado temperamento, de una disposicin natural hecha de
indiferencia y apata, como tampoco de costumbre de capitular ante los razonamientos o las pretensiones ajenas para evitar
incidentes. La mansedumbre es una virtud y, por tanto, un acto de fortaleza. No nos equivoquemos sobre su exterioridad
tranquila y a veces sonriente, pues no se adquiere ms que por severidad para consigo mismo.
Cundo Jesucristo vivi la mansedumbre? Con quin?... con los pecadores, con los fariseos hipcritas, durante la Pasin
3 Bienaventuranza: Bienaventurados los que lloran, porque ellos sern consolados.
A quien confa en Dios, hasta los malos das le traen su pequea alegra: la energa sonriente en la adversidad o, al menos, la
cancin que acompasa el trabajo, el mpetu interior que resiste al peligro y al duelo, o sencillamente la poesa que transfigura
las miserables pequeeces cotidianas, Los hombres se entristecen porque no comprenden o porque no aceptan. Pero el
cristiano se abandona al Padre que sabe y que decide, al Dios que distribuye los das de sol o de escarcha, al delicado Artista
que ha imaginado las espinas para proteger a las rosas; s, sin duda alguna: pero an se abandona ms al Dios que se hizo
hombre para que el hombre llegase a ser Dios. Y con esta frase San Agustn os revelo el gigantesco secreto de la alegra
cristiana.
Cundo Jesucristo manifest alegra? Con quin?... con los nios dejad que se acerquen a mi, con la gente sencilla, con sus
amigos, descansando
4 Bienaventuranza: Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia, porque ellos sern
hartos.
La santidad se caracteriza, en suma, por la unin con Jesucristo. Unin de vida, de gracia, de gloria, que es obra exclusiva de
Dios. Unin de pensamiento, de abalanza, de amor, de obediencia, que es la abalanza, de amor, de obediencia, que es la parte
que en ella nos corresponde. El hambre de santidad es, pues, un tormento irresistible de no ser ms que uno solo con l, un
deseo siempre constantemente renaciente de conformar nuestros pensamientos con los suyos, de identificar nuestra voluntad
con la suya, lo cual implica una resolucin constantemente reanudada de parecernos a l en nuestras acciones. Esta hambre
jams acallada, Cristo tambin lo calma y la mantiene a la vez por su gracia, hasta que lo sacia definitivamente en la unin
eterna del cielo.
Cundo Jesucristo acuda a su Padre? Con quin?... antes de tomar decisiones, ante las dificultades, con sus amigos y
ensendonos a rezar el Padre nuestro
5 Bienaventuranza: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarn misericordia.
Finalmente la misericordia es un acto de justicia para con nosotros mismos. No quiero pensar ms en ello decs: pero no le
perdono. De todos modos seguiris pensando en ello. Os encerraris en una frialdad calculada, llegaris a ser habitualmente
desconfiados y amargos, ahogaris en vosotros mismos toda bondad. Solo se olvida cuando se perdona. Triunfad de la ofensa
negndoos a teneros por ofendido: esa es la manera de Dios, la que destruye el mal. Perdonar es un poder divino.
El cristiano puramente cristiano limpio de corazn es el que obra como cristiano en cualquier circunstancia. Es fiel a su
palabra; llega hasta el lmite de sus convicciones, sin dejarse trabar por ningn compromiso. Sus actitudes, sus decisiones, sus
gestiones lo sealan, lo caracterizan como cristiano.
Esta misma integridad de carcter debe encontrarse en todos los discpulos de Cristo. Choca con lo que hoy se llama
conformismo, para calificar as la costumbre de regular la propia conducta sobre las ideas o los ejemplos de la mayora. Este
defecto ha existido siempre, solo que es ms sensible en nuestra poca, que ha desarrollado un espritu de rebaego
simultneamente con los medios de publicidad. En nuestros das se difunden las opiniones y se imponen las costumbres del
mismo modo que un producto alimenticio o una marca de jabn. Todo se fabrica ahora en serie. No es solo que todos los
habitantes del planeta tiendan a componerse la misma silueta con un vestido de idntico corte, sino que la uniformidad es
tambin de rigor en el campo del pensamiento.
Cundo Jesucristo acta sin doblez ni engao? Con quin?... con sus Apstoles, amigos y enemigos
7 Bienaventuranza Bienaventurados los pacficos, porque ellos sern llamados hijos de Dios.
Las Bienaventuranzas anteriores no han puesto en la mano la espada para que cortsemos en lo vivo de las pasiones humanas.
Si nos hemos liberado de las trabas del dinero y del orgullo, endurecido en el sufrimiento y arrancado de la mediocridad, de la
dureza y de la duplicidad, entonces la paz de Cristo puede desarrollarse ya en nosotros e irradiar a nuestro alrededor.
A ser posible, y cuanto de vosotros depende, tened paz con todos (Rom., XII, 18). Cuando San Pablo exhorta a los fieles de
Roma a que se muestren pacficos, no les promete que sus manifestaciones amistosas hayan de ser siempre pagadas con la
reciprocidad. A ser posible, y cuanto de vosotros depende. Para vivir en paz con el prjimo hace falta que sean dos quienes
lo deseen. Y eso es que el Apstol no tiene presente ms que las relaciones ordinarias de su vida. Qu ser cuando se trate
de mantener la paz pblica, sea de los diferentes pueblos de la tierra? Sin embargo, los temores, las mismas posibilidades de
un fracaso, no dispensan a los cristianos de intentarlo todo, de atreverse a todo para hacer reinar la paz en el mundo; pues
solo bajo esta condicin merecern ser llamados hijos de Dios.
Cundo Jesucristo transmite la paz? Con quin?... Dialogando incluso con sus enemigos, ante las discusiones de sus
Apstoles, en los momentos de tensin y de sufrimiento
8 Bienaventuranza: Bienaventurados los que padecen persecucin por la justicia, porque suyo es
el Reino de los cielos.
Jess interroga a su auditorio: Estis decididos a luchar por los derechos de Dios y por los derechos de vuestros hermanos, a
oponernos al mal bajo todas sus formas?. Porque para extender el reinado de Dios le hacan falta unos discpulos valerosos.
Los que vinieran tras l no deban contentarse con ensear y con practicar la justicia lo cual implica ya, ciertamente, serios
esfuerzos, sino que haban de comprometerse a defenderla y a sufrir por ella.
Esta exhortacin al valor hace or Cristo a los hombres de todos los tiempos, a todos los que quieren ser cristianos. Recordemos
que nos alista para un combate cuyo desenlace no es dudoso: Yo he vencido al mundo, nos ha dicho. Sintmonos, pues,
dichosos, a pesar de la fatiga, del recelo y de los tratos injuriosos, pues, que tenemos la seguridad de la victoria del Evangelio.
Cundo Jesucristo fue valiente? Con quin?....ante el mal, ante el dolor y sufrimiento
9 Bienaventuranza: Bienaventurados seris cuando os insulten y os persigan, y con mentira digan
mal contra vosotros, todo gnero de mal por M. Alegraos y regocijaos, porque grande ser en los
cielos vuestra recompensa, pues as persiguieron a los profetas que hubo antes de vosotros.
Nosotros, los cristianos, tenemos todava algo ms que a Moiss y a los profetas. Alguien ha regresado de esas esferas eternas
donde los hombres no vuelven. El hijo de Dios se hizo hombre para compartir su filiacin divina. Toda su predicacin estuvo
orientada hacia esta vida nueva y eterna otorgada a los que creyeran en l. A los escpticos que lo intimaban a que suministrase
las pruebas de lo que afirmaba, les respondi que no dara de ello ms que una sola. l mismo pasara por la muerte y regresara
vivo con esta Vida de la cual hara participar a los hombres regenerados.
Los acontecimientos se produjeron tal y como los haba l anunciado. Nuestra fe, observadlo, no descansa sobre unas teoras,
sino sobre unos hechos histricos. Y el hecho capital es la resurreccin de Jess. Sus apstoles empezaron por apartar la
realidad de tal prodigio. Vacilaron y dudaron. Finalmente, ante las repetidas apariciones del Salvador, a ellos mismos y a otros
-en una ocasin estaban reunidos ms de quinientos hermanos-, se rindieron a la evidencia. Y desde entonces proclamaron
hasta su muerte aquello de lo cual haban sido testigos. Nosotros lo hemos visto con nuestros ojos, tocado con nuestras
manos; nosotros hemos vivido y comido con l, despus de su resurreccin de entre los muertos. En vano se us de amenazas
para que se callasen, pues replicaban: nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y odo. Pero tanto Pablo como
los dems apstoles dedujeron las consecuencias del triunfo de Jess sobre la muerte. Su resurreccin es la prueba suprema
de su divinidad y, por tanto, de la verdad de su doctrina; y adems implica la certidumbre de nuestra propia resurreccin. As
como las primicias son el testimonio de la futura cosecha, la victoria de los cristianos se haya contenida en la victoria de Jess.
Cundo Jesucristo vivi el optimismo profundo? Con quin?...ante aparentes fracasos, con los traidores