Vivir Con Hipotiroidismo Mejorando Tu Calidad de Vida
Vivir Con Hipotiroidismo Mejorando Tu Calidad de Vida
Vivir Con Hipotiroidismo Mejorando Tu Calidad de Vida
1
Que es el Hipotiroidismo?
Cules son las seales de peligro, los sntomas y los factores de
riesgo de la enfermedad?
Qu tratamientos estn disponibles?
Cmo puede el diagnstico y el tratamiento apropiado del
hipotiroidismo resolver los casos de infertilidad?
Cmo podemos resolver los problemas persistentes tales como
aumento de peso, retencin de lquido, depresin, cada del
cabello e irregularidades menstruales que contina a pesar del
tratamiento hormonal?
Parte I:
2
cuerdas bucales. THOMAS WHARTON en 1656 fue la persona
quien le dio nombre a la glndula tiroides.
3
sensible a las variaciones de temperatura conectan o desconecta
el sistema.
El ejemplo es totalmente vlido para comprender el mecanismo de
regulacin de la funcin del tiroides. El papel del termostato
corresponde a una nueva glndula llamada Hipfisis.
La Hipfisis es probablemente la glndula ms importante del
organismo, ya que regula la funcin de muchas glndulas
endocrinas. Se encuentra alojada en la parte inferior del cerebro
protegida por un hueso en forma de nicho llamada Silla Turca.
La hipfisis regula la funcin de la glndula tiroidea, mamaria,
suprarrenal, ovarios y testculos. La hormona que regula la funcin
tiroidea y que se produce en la Hipfisis tiene un nombre singular
llamada hormona estimulante del tiroides, la abreviatura es TSH
(thyroid stimulating hormona), es el termostato que activa o
desconecta la actividad del tiroides. Es un mecanismo muy simple
y de una presicin exacta. Cuando el nivel de hormonas tiroideas
baja en sangre, la hipfisis lo detecta y aumenta la produccin de
TSH que estimula al tiroides para que produzca y libere ms
hormonas tiroideas; cuando el nivel de hormonas tiroideas es alto,
la hipfisis se frena, baja la TSH en sangre y el tiroides realiza su
actividad. Sencillo, sensible como el acelerador de un automvil
que estuviera ajustado a una velocidad fija.
4
lctea (galactorrea), a veces es el signo de un aviso de
hipotiroidismo subclnico o un hipotiroidismo oculto y
enmascarado.
5
a) Produccin excesiva de hormona tiroidea (hipertiroidismo)
b) produccin deficiente de hormona tiroidea (hipotiroidismo)
c) Enfermedad tiroidea benigna (sin cncer)
d) Cncer de tiroides
6
La historia real del hipotiroidismo subclnico se ha evaluado en
algunos estudios epidemiolgicos y en estudios sistemticos que
han estudiado la tasa de incidencia y los factores de riesgo para la
progresin a hipotiroidismo. La progresin a hipofuncin
manifiesta tiene lugar entre un 3,3 y un 11,4% de los pacientes por
ao. Esta tasa de incidencia es superior en mujeres, en pacientes
de mayor edad y en los que presentan bocio, sntomas de
hipotiroidismo o elevacin de la cifra de anticuerpos antitiroideos.
Sin embargo, la concentracin inicial de TSH es el factor de riesgo
ms importante en la evaluacin del riesgo de progresin a
hipofuncin tiroidea. El tratamiento con levotiroxina sodica en
pacientes con hipotiroidismo subclnico evita la progresin a
hipotiroidismo clnico y puede producir mejora sintomtica, en el
perfil lipdico y en consecuencia, reduccin del riesgo
cardiovascular. Dado que el tratamiento es de por vida y tiene
riesgos, debe evaluarse cuidadosamente y de forma
individualizada a los pacientes antes de tomar la decisin de
iniciar la terapia sustitutiva. Actualmente, se recomienda el
tratamiento sustitutivo en los pacientes con concentraciones de
TSH superiores a 10 mU/l. En los pacientes con concentraciones
entre 5 y 10 mU/l, la observacin peridica es un buen mtodo
para conocer la tendencia a la progresin o a la estabilidad de las
cifras de TSH.
INTRODUCCIN
7
considerarse en el diagnstico diferencial del
hipotiroidismo subclnico.
Fase de recuperacin de una enfermedad no tiroidea
Fase de recuperacin de tiroiditis (posparto,
linfoctica, subaguda)
Insuficiencia suprarrenal primaria
Insuficiencia renal
Tratamiento insuficiente del hipotiroidismo
Sobre dosis de tratamiento del hipertiroidismo
Presencia de anticuerpos heterfilos
Hipersecrecin hipofisaria de tirotropina
Mutaciones inactivadoras del receptor de tirotropina
Pacientes que han recibido inyecciones de
tirotropina
Tratamiento con amiodarona, frmacos que
contienen yodo y litio.
Agentes antidopaminrgicos
8
el riesgo de cardiopata isqumica, enfermedad arterial perifrica,
depresin, hipercolesterolemia y alteraciones en la coagulacin.
La necesidad de tratamiento con levotiroxina sodica en pacientes
con hipotiroidismo subclnico es una cuestin sobre la que todava
no hay un acuerdo general. Dado que la mayora de los pacientes
con este sndrome presenta sntomas y signos escasos, el empleo
de tratamiento farmacolgico no se acompaa de una mejora
clnica evidente. Por otra parte, el tratamiento sustitutivo
hormonal de un gran nmero de pacientes de forma
indiscriminada tampoco parece una medida prudente, ya que la
terapia con levotiroxina sodica no est exenta de inconvenientes.
El dilema que se plantea ante un paciente con este problema es
decidir qu casos son merecedores de un tratamiento sustitutivo,
porque es esperable un beneficio claro y qu pacientes, por el
contrario, tienen una probabilidad escasa de presentar
complicaciones y por tanto, pueden ser vigilados sin medicacin.
Una decisin prudente sobre el empleo de tratamiento
farmacolgico o la mera observacin peridica sin tratamiento
activo implica una comprensin adecuada de la evolucin natural
de la enfermedad y de los factores de riesgo que presentan estos
pacientes para el desarrollo de hipofuncin tiroidea manifiesta, es
decir, elevacin de TSH junto con disminucin de las
concentraciones de tiroxina (T4) libre por debajo del valor
de referencia. Estos aspectos se comentan con ms detalle
en la presente revisin.
DEFINICIN
9
una distribucin sesgada con cola a la derecha, por lo que la mejor
forma de definir los intervalos de referencia es mediante la
mediana y los percentiles. Si definimos como valores normales los
que presentan el 95% de los sujetos sin enfermedad tiroidea,
deberan utilizarse los percentiles 2,5 y 97,5 de la poblacin de
referencia estudiada como lmites bajo y alto, respectivamente,
del intervalo de normalidad. Esta definicin de normalidad
implica que el 2,5% de los sujetos de la poblacin tendr
necesariamente valores de TSH por encima del percentil 97,5,
aunque muchos de ellos podrn ser personas eutiroideas y no
autnticos casos de hipofuncin tiroidea subclnica progresiva, lo
que algunos autores han denominado eutiroideos. El estudio
NHANES III (Third National Health and Nutrition Examination
Survey) se ocup precisamente de examinar los valores normales
de TSH en una poblacin total de 17.353 personas de todas las
edades y razas, de las que 13.344 carecan de historia de
enfermedad tiroidea, bocio, anticuerpos antitiroideos y factores de
riesgo de enfermedad tiroidea. Segn estos datos, el lmite
superior de la normalidad de la concentracin de TSH para la
poblacin de referencia se sita en 4,12 mU/l.
10
Poblacin total con cuantificacin de tirotropina (TSH), tiroxina y
anticuerpos antiperoxidasa (incluyendo personas con enfermedad
tiroidea, bocio, medicaciones y factores de riesgo).
EPIDEMIOLOGA
11
claro que existen 3 factores que influyen en la prevalencia del
hipotiroidismo subclnico de forma muy marcada: la presencia de
enfermedad tiroidea previa, el sexo y la edad. En efecto, en el
estudio de Colorado, la prevalencia de hipofuncin tiroidea
subclnica fue del 8,5% en los sujetos que no tomaban medicacin
para el tiroides, mientras que ascendi al 17,6% en los sujetos que
se encontraban en tratamiento con algn frmaco para el tiroides.
Los autores observaron que, para grupos homogneos de edad, el
porcentaje de sujetos con elevacin de la TSH era siempre
superior en las mujeres, incluso en edades jvenes (el 4% para
mujeres y el 3% para varones de edades comprendidas entre los
18 y los 24 aos). De forma llamativa, el porcentaje de sujetos con
elevacin de TSH se increment a medida que aumentaba la edad,
de modo que para sujetos de ms de 74 aos la prevalencia de
elevacin de TSH fue del 16% en las mujeres y del 21% en los
varones. Otros factores que influyen en menor cuanta en la
prevalencia del hipotiroidismo subclnico son la diabetes mellitus
tipo 1, la historia familiar de enfermedad tiroidea y la historia de
cncer de cabeza y cuello tratado con radioterapia externa.
Hay que sealar, tambin, que los estudios epidemiolgicos
que han estratificado por concentraciones de TSH encuentran que
la mayora de los sujetos con hipotiroidismo subclnico presentan
concentraciones de TSH por debajo de 10 mU/l. En concreto, en el
estudio de Colorado esto ocurri en el 74% de los sujetos.
En un anlisis conjunto de 14 estudios epidemiolgicos, con un
total de 52.544 sujetos estudiados, el porcentaje de pacientes con
hipotiroidismo subclnico con valores de TSH inferiores a 10 mU/l
fue del 72%6. Ello sugiere que la mayora de los pacientes con
este trastorno slo presenta elevaciones moderadas de
TSH. El 51% de los pacientes con hipotiroidismo subclnico
en este anlisis present ttulos positivos de anticuerpos
antitiroideos.
12
No ha habido muchos estudios que se hayan ocupado de analizar
el curso real del hipotiroidismo subclnico sin tratamiento
farmacolgico. Los datos disponibles proceden, por lo general, de
grandes estudios epidemiolgicos, algunos con seguimientos de
hasta 20 aos, en los que se han evaluado distintos parmetros de
varias enfermedades tiroideas.
Otros estudios, ms restringidos en el nmero de pacientes
y el perodo de seguimiento, se han ocupado de analizar la
evolucin natural de la hipofuncin tiroidea subclnica.
En el estudio poblacional llevado a cabo en centros de atencin
primaria de Birmingham por Parle et al se analiz la evolucin
durante 12 meses de 73 pacientes de edad igual o superior a 60
aos con hipotiroidismo subclnico. Se observ que el 17.8% de los
casos desarroll un hipotiroidismo manifiesto. La mayora
de los pacientes 76.7% continu con valores elevados de TSH,
pero slo en el 5.5% los valores de TSH volvieron a la normalidad.
Kabadi estudi a 30 pacientes con hipotiroidismo subclnico
durante un cierto tiempo de seguimiento de 8 aos. El 53% de los
pacientes, evolucion hacia un hipotiroidismo definitivo, mientras
que el 47% restante permaneci con elevacin moderada de TSH.
Este autor describi la existencia de 2 poblaciones claramente
diferenciadas en cuanto a la evolucin de las cifras de TSH. Un
grupo de pacientes con hipotiroidismo preclnico caracterizado
por una evolucin con descenso claro de las cifras de T4 y
elevacin de TSH y otro con estabilidad en las cifras hormonales.
Los integrantes de este ltimo podran considerarse personas con
reajuste del eje hipotlamo-hipfiso-tiroideo y persistencia de
concentraciones de TSH por encima del lmite alto de la
normalidad sin progresin en el tiempo.
13
encima de 6 mU/l y del 4,3% en las mujeres que presentaban tanto
TSH elevada como un valor positivo de anticuerpos antitiroideos.
Ninguno de estos estudios epidemiolgicos se dise para valorar
la evolucin espontnea de las concentraciones de TSH de una
forma sistemtica, mediante evaluaciones peridicas de los
pacientes sin tratamiento sustitutivo, es decir, para analizar la
historia real del hipotiroidismo subclnico no tratado. El primer
estudio de esta naturaleza fue realizado por Huber et al en
2002. Estos autores estudiaron 82 pacientes con hipotiroidismo
subclnico, definido por valores de TSH superiores a 4 mU/l,
durante un tiempo medio de observacin de 9,2 aos. Sus datos
muestran que el 28% de los casos desarroll un hipotiroidismo
clnico, y slo un 4% de los pacientes retornaron a la normo
funcin tiroidea. La mayora de los pacientes de este estudio
(68%) permaneci en la situacin funcional de hipotiroidismo
subclnico. Las tasas calculadas de progresin al hipotiroidismo
clnico fueron del 3,3% por ao para pacientes con TSH de 6 a 12
mU/l y del 11,4% por ao para pacientes con TSH mayor de 12
mU/l.
14
que 32 haban recibido tratamiento con radioyodo.
Adems, a 23 pacientes se les aplic ciruga tiroidea por el
diagnstico previo de bocio, hipertiroidismo o tiroiditis
autoinmunitaria. En el segundo de los estudios se eligieron slo
pacientes con hipotiroidismo subclnico espontneo, esto es, sin
enfermedad tiroidea previamente conocida, con lo que parece
razonable encontrar un mayor porcentaje de casos con
normalizacin de TSH durante el seguimiento.
15
y los pacientes de 65 aos o ms tambin muestran una tasa de
incidencia superior a los pacientes ms jvenes. La presencia de
sntomas habitualmente asociados a la hipofuncin tiroidea y la
presencia de bocio tambin se acompaa de tasas mayores de
incidencia de hipotiroidismo clnico-
16
estas mujeres tenan un valor inicial de TSH igual o superior a 10
mU/l. Ms de la mitad de los pacientes del estudio de Birmingham
que evolucionaron de hipotiroidismo subclnico a manifiesto tenan
un valor positivo de anticuerpos antimicrosomales.
El estudio prospectivo de Huber et al tambin identific la
presencia de anticuerpos antimicrosomales como uno de los
principales factores de riesgo para la progresin. Asimismo, otros
datos mostraron que los pacientes con positividad para los
anticuerpos antiperoxidasa tiroidea tenan una tasa de incidencia
de progresin a hipotiroidismo declarado de 12,7 casos
por 100 pacientes por ao, mientras que en ausencia de estos
anticuerpos la tasa de incidencia fue de slo 2,6 casos por 100
pacientes-ao. Sin embargo, las diferencias ms claras se
encuentran cuando se evalan los pacientes teniendo en cuenta
sus valores iniciales de TSH. Los datos disponibles en la
bibliografa indican que el incremento de TSH es el factor de
riesgo ms importante y por tanto, el preeditor ms potente de la
evolucin del hipotiroidismo subclnico a clnico manifiesto. En 2
estudios se ha analizado ste y otros parmetros empleando
anlisis de regresin un variante y multivariante de riesgos
proporcionales. En el estudio de Huber et al el riesgo
de progresin para pacientes con TSH entre 4 y 6 mU/l fue de 1 a
5,3 dependiendo del valor de anticuerpos antimicrosomales y de la
reserva tiroidea, evaluada mediante una prueba de estmulo con
hormona liberadora de tirotropina [TRH]). Este riesgo aumenta
a valores de 5,1 a 10,5 para pacientes con TSH entre 6 y 12 mU/l, y
llega a ser de 10,3 a 15,6 para pacientes con aumento de TSH
superiores a 12 mU/l. Segn estos datos, los pacientes con valores
de TSH entre 10 y 15 mU/l presentan un riesgo de progresin a
hipotiroidismo clnico manifiesto de 9,7 veces superior al de los
pacientes con TSH entre 5 y 10 mU/l. Cuando incrementa el nivel
TSH se sitan entre 15 y 20 mU/l, este riesgo relativo se eleva a
27,9 mU/l.
17
quirrgicos y probablemente, sigue un curso natural diferente del
que aparece de forma espontnea. Un estudio de seguimiento a
largo plazo realizado en 1918, en pacientes con hipertiroidismo
tratados mediante diferentes procedimientos, demostr que el
tratamiento quirrgico produca un 2% de hipotiroidismo a los 5
aos y un 28% a los 20 aos. Con tratamiento mediante radioyodo
la proporcin de hipotiroidismo era del 18 al 40%, segn la dosis, a
los 5 aos. Otro estudio de seguimiento de pacientes con
enfermedad de Graves durante 9 aos mostr una incidencia
acumulada de hipotiroidismo del 32% tras ciruga y del 78% tras
radioyodo. De forma anloga, de los 16 pacientes que
evolucionaron a hipotiroidismo clnico en el estudio de Kabadi, 7
pacientes haban sido tratados con radioyodo o ciruga, 2 haban
recibido ciruga o radioterapia externa en el cuello y 1 haba sido
tratado con litio.
1-13 DIAGNSTICO
18
correctamente la medicacin sustitutiva prescrita. Tambin son
frecuentes las elevaciones transitorias de TSH en la fase de
recuperacin de una enfermedad grave no tiroidea, o despus de
una tiroiditis de cualquier tipo. Es necesario tener presente
tambin otras situaciones, como la insuficiencia suprarrenal
primaria no tratada, las inyecciones de TSH recombinante
y la presencia de anticuerpos heterfilos que causan falsas
elevaciones de la concentracin de TSH. El hipotiroidismo central
puede cursar con ligeras elevaciones de TSH bioinactiva, pero
generalmente es fcil de distinguir del hipotiroidismo subclnico
por el contexto clnico y la reduccin de la concentracin de
tiroxina libre.
19
incrementos llamativos de la concentracin de TSH,
por lo que, en general, la presencia o el tipo de sntomas que
aquejan los pacientes con datos bioqumicos de hipotiroidismo
subclnico son de escasa utilidad prctica, aunque deben tenerse
en cuenta a la hora de tomar una decisin teraputica como se
comenta ms adelante.
20
elevadas que los sujetos eutiroideos, pero sin diferencias en las
concentraciones de cLDL ni cHDL. Sin embargo, el ajuste de los
datos para la edad, la raza, el sexo y el empleo de agentes
hipolipemiantes mostr que la hipofuncin tiroidea subclnica no
se relaciona con la dislipemia. En resumen, la asociacin entre
hipotiroidismo subclnico y elevacin de las concentraciones de
colesterol parece insuficiente con los datos de que disponemos en
el momento actual, tal y como ha confirmado recientemente un
grupo de 13 expertos.
21
**Los datos no diferencian entre concentraciones de TSH srica
entre 4,5 y 10 mU/l y ms de 10 mU/l. Adaptada de Surks et al.
1-18 Aterosclerosis
22
pacientes con hipotiroidismo subclnico con respecto a los sujetos
sanos. Otros autores han encontrado que el hipotiroidismo
subclnico se asocia a un incremento de las concentraciones de
protena C reactiva, lo que indicara un estado de inflamacin
moderada que podra asociarse al desarrollo de aterosclerosis.
Este hallazgo, sin embargo, no ha sido confirmado por otros
investigadores que han mostrado que las concentraciones de
protena C reactiva y de homocistena no se hallaban elevadas en
pacientes con hipotiroidismo subclnico en comparacin
con sujetos control eutiroideos. En la revisin a los 20 aos del
estudio de Whickham, el estudio de seguimiento ms prolongado
sobre enfermedad tiroidea de los efectuados hasta ahora, se
registr una falta de efecto sobre el riesgo de dislipemia,
cardiopata isqumica y muerte por enfermedad cardiovascular en
pacientes con hipotiroidismo subclnico no tratado. Adems, en
las mujeres mayores con hipotiroidismo subclnico evaluadas en el
estudio longitudinal de mujeres holandesas de Rtterdam, slo
pudo observarse un incremento no significativo en el riesgo
de infarto de miocardio durante un perodo de seguimiento de 4,6
aos. Por el contrario, el ensayo reciente controlado con placebo
de Monzani et al mostr que, en pacientes jvenes con
hipotiroidismo subclnico, el tratamiento sustitutivo daba lugar a
una disminucin significativa del grosor de la ntima-media
carotdea. Es decir, los resultados de este ensayo indican que la
aterosclerosis temprana que presentan estos pacientes es
reversible si se utiliza hormona tiroidea y se consigue mantener
una estabilidad de la funcin tiroidea. El estudio reciente de
Imaizumi et al mostr que, los sobrevivientes a la bomba atmica
de Nagasaki, haba una asociacin entre hipotiroidismo subclnico
y la prevalencia de cardiopata isqumica de forma independiente
de otros factores de riesgo coronario como la presin arterial, el
ndice de masa corporal, la cifra de colesterol, el hbito tabquico,
la velocidad de sedimentacin y la presencia de diabetes mellitus.
En resumen, aunque hay datos en un nmero relativamente
reducido de pacientes que indican la asociacin entre
hipotiroidismo subclnico y cardiopata isqumica, la cuestin de
si esta hipofuncin no tratada afecta de manera relevante al
desarrollo de la cardiopata isqumica y la mortalidad por
23
enfermedad cardiovascular permanece todava sin una respuesta
clara. Tampoco se ha estudiado si la terapia con levotiroxina
en pacientes con hipotiroidismo subclnico puede disminuir
el riesgo a largo plazo de cardiopata isqumica y si tiene algn
efecto sobre la mortalidad.
24
Algunos autores se han ocupado de estudiar la repercusin
del hipotiroidismo subclnico materno sobre el desarrollo
intelectual de los nios. Su principal conclusin es que los hijos de
madres con hipotiroidismo subclnico no tratado durante el
embarazo presentan un cociente intelectual a los 7-9 aos de edad
menor que el de los nios nacidos de madres eutiroideas o con
hipotiroidismo subclnico tratado con tiroxina.
1-23 Mortalidad
25
No existe un consenso sobre la asociacin entre hipotiroidismo
subclnico y dislipemia. Algunos autores han descrito un aumento
de las concentraciones de colesterol ligado a lipoprotenas de baja
densidad (cLDL) indicativo de producir un incremento del riesgo
cardiovascular en pacientes con hipotiroidismo subclnico. Sin
embargo, en el estudio inicial de Whickham se observ que las
concentraciones de lpidos no se hallaban asociadas al aumento
de TSH. Otros estudios epidemiolgicos han mostrado diferencias
no significativas en las concentraciones de lpidos entre sujetos
eutiroideos y pacientes con hipotiroidismo subclnico.
En el estudio de Rtterdam, un estudio transversal de base
poblacional realizado en mujeres holandesas de ms de 55 aos,
se apreciaron cifras de colesterol ms bajas en pacientes con
hipofuncin tiroidea subclnica. Finalmente, un estudio reciente ha
analizado datos procedentes de ms de 8.000 sujetos evaluados
en el NHANES III (National Health and Nutritional Examination
Survey). Los resultados mostraron que los pacientes con
hipotiroidismo subclnico tenan concentraciones de colesterol
total ligeramente ms elevadas que los pacientes eutiroideos, sin
diferencias en las concentraciones de cLDL ni colesterol ligado a
lipoprotenas de alta densidad (cHDL). Cuando se realiz el ajuste
de los datos para la edad, la raza, el sexo y el empleo de agentes
hipolipemiantes, el hipotiroidismo subclnico no se relacion con
elevaciones del colesterol total, cLDL o triglicridos, ni con
descensos del cHDL. Otros investigadores han encontrado
tambin una relacin entre las concentraciones de lipoprotena
e hipotiroidismo subclnico, pero este dato no se ha confirmado
en otros estudios. Algunos estudios de intervencin han mostrado
una disminucin del colesterol total y de cLDL tras tratamiento
con levotiroxina. Estas reducciones han sido ms marcadas en
pacientes con valores bsales elevados de colesterol y en
pacientes con hipotiroidismo clnico inadecuadamente sustituido
que en pacientes con hipotiroidismo subclnico espontneo. Un
meta anlisis reciente de 13 estudios de intervencin ha mostrado
que el tratamiento con levotiroxina produjo una reduccin
significativa tanto del colesterol total como del cLDL. Algunos
investigadores han relacionado estos cambios lipdicos con una
modificacin del riesgo de enfermedad cardiovascular mediante
26
el tratamiento sustitutivo con hormona tiroidea.
Otros autores, sin embargo, han observado efectos no
significativos sobre los lpidos en pacientes con TSH inferior a 10
mU/l. Por ello, no parece claramente establecido el efecto
beneficioso del tratamiento en pacientes con hipotiroidismo
subclnico y elevaciones moderadas de colesterol srico.
27
deben ser vigilados de por vida por el posible desarrollo de una
hipofuncin tiroidea. Otras situaciones en las que puede estar
justificada la valoracin de la funcin tiroidea para deteccin
temprana del hipotiroidismo son la presencia de fibrilacin
auricular, hiperlipemias, diabetes mellitus, mujeres sanas en el
posparto, mujeres que han tenido tiroiditis posparto previa,
pacientes con sndrome de Down o de Turner, pacientes en
tratamiento con amiodarona o litio y pacientes sometidos a
radiacin cervical externa.
1-26 LEVOTIROXINA
28
20 y 63, y las edades, entre 45 y 73 aos. Los perodos de
seguimiento han sido de 6 a 12 meses. Dos de estos ensayos
encontraron una mejora significativa en los sntomas, y otro slo
un beneficio escaso. Dos estudios no encontraron beneficio en las
puntuaciones de sntomas. La concentracin de TSH se relaciona
claramente con el efecto del tratamiento. Los ensayos que
encuentran efectos beneficiosos incluyen a pacientes con TSH
superior a 10 mU/, mientras que los ensayos que muestran un
beneficio escaso o nulo son los que incluyen a pacientes con
elevaciones discretas en las concentraciones de TSH.
29
tiroxina no parece inducir cambios en las concentraciones del
cHDL ni de los triglicridos. Cuando en los estudios de
intervencin se estratifica los pacientes segn la concentracin
de TSH, la magnitud del cambio inducido por la tiroxina en las
concentraciones lipdicas depende claramente de la gravedad de
la disfuncin tiroidea. En pacientes con TSH inferior a 10 mU/l y
manifestaciones clnicas evidentes, encontramos pacientes con
triglicridos y cLDL elevados y al mismo tiempo disminucin
gradual de la misma por la ingesta a mediano y largo plazo de
tiroxina.
30
1-32 Tirotoxicosis iatrognica: masa sea
31
1-34 Recomendacin y observacin peridica
1-35 CONCLUSIN
32
con TSH inferior a 10 mU/l presentan riesgo de progresin a
hipofuncin definitiva ciertamente discreto. En estos casos, no
se recomienda iniciar tratamiento con tiroxina pero s realizar un
seguimiento clnico y bioqumico a intervalos variables para
valorar los cambios en las concentraciones de TSH (tabla 3). El
riesgo de progresin a hipotiroidismo clnico parece superior en
presencia de anticuerpos antitiroideos, por lo que los pacientes
con ttulo positivo para estos anticuerpos requerirn una vigilancia
ms estrecha que los pacientes con autoinmunidad tiroidea
negativa. Algunos pacientes con concentraciones de TSH
inferiores a 10 mU/l pueden presentar sntomas de hipofuncin
tiroidea que justificaran un ensayo teraputico con tiroxina que
debe ser explicado al paciente. En las mujeres embarazadas o que
estn planificando un embarazo y presenten elevacin de TSH es
recomendable el tratamiento con tiroxina con el fin de evitar los
efectos adversos del hipotiroidismo materno sobre el desarrollo
fetal. El mdico debe ser consciente de que otras situaciones
clnicas pueden modificar estas recomendaciones generales. Por
ejemplo, en los pacientes con elevacin de TSH por hipotiroidismo
clnico insuficientemente tratado se debe ajustar la dosis
sustitutiva. Los pacientes que hayan sido sometidos a tratamiento
con ciruga tiroidea o radioyodo y presenten elevacin de TSH
son tambin subsidiarios de tratamiento. Se recomienda tambin
una especial atencin en sujetos con hipotiroidismo subclnico
que presenten tambin dislipemia, diabetes mellitus tipo 1 y otras
enfermedades autoinmunitarias.
Concentracin Circunstancia
Decisin
de TSH (mU/l) modificante
> 10
Tratamiento con tiroxina
33
5** a 10 aTPO positivos
Revisin anual
5 a 10 aTPO negativos
Revisin cada 3-5 aos
>5 Embarazo
Tratamiento con tiroxina
>5 Sntomas de
Ensayo teraputico
hipotiroidismo
con tiroxina
PARTE DOS:
34
son agrupaciones celulares que segregan sustancias que pueden
verterse al exterior (glndulas exocrinas), o directamente a la
sangre (glndulas endocrinas), ejemplo de exocrinas: las glndulas
mamarias secretorias de leche materna, sudorparas, sebceas, y
lagrimales. Las endocrinas son las productoras de hormonas que
circulan en el torrente sanguneo, los chinos fueron los primeros
en percatarse de la importancia de las hormonas que en griego
significa estimular en la actualidad sabemos que nuestro cuerpo
produce por lo menos ms de doscientas, la ciencia que estudia
las distintas funciones de las hormonas se llama endocrinologa,
el mdico que se especializa en el estudio de los trastornos
hormonales se le llama endocrinlogo y la neuroendocrinologa es
una nueva ciencia que estudia los efectos de aproximadamente
45 hormonas separadas que se encuentran en el cerebro. La
glndula tiroides se localiza en la parte anterior del cuello, bajo la
nuez de Adn. Tiene forma de mariposa y abraza a la traquea. En
el sujeto adulto la glndula tiroidea pesa entre 10 y 20 gramos.
Este tamao puede ser menor en reas del mundo que tienen una
dieta enriquecida con yodo. Consta de dos lbulos unidos por una
porcin denominada istmo. Normalmente su tamao es
discretamente mayor en las mujeres que en los hombres, tiene un
crecimiento transitorio durante la pubertad, embarazo y lactancia.
Tiroides: Irrigada por la arteria tiroides superior de cartida
externa, inferior de arteria subclavia, junto a la glndula pasa el
nervio recurrente larngeo responsable de la movilidad de las
cuerdas bucales. THOMAS WHARTON en 1656 fue la persona
quien le dio nombre a la glndula tiroides, esta glndula es
esencialmente para el metabolismo y tiene un papel importante en
el crecimiento, produce tres hormonas llamadas tiroxina,
triyodotironina que su accin es regular el metabolismo, aceleran
la actividad de todos los rganos corporales excepto el cerebro,
testculos, bazo y pituitaria anterior y la calcitonina evita que los
niveles de calcio en la sangre se eleven anormalmente.
35
primario) o por ausencia del estmulo de la TSH (hipotiroidismo
secundario). Una tercera condicin que deriva en hipotiroidismo es
el dficit de TRH hipotalmico, que genera disminucin de TSH y
secundariamente de las hormonas tiroideas (hipotiroidismo
terciario). Otra forma de hipotiroidismo, poco frecuente, es el
perifrico o celular, en el que, a pesar de concentraciones
circulantes normales o altas de hormonas tiroideas, el defecto
celular, asentado generalmente en los receptores, se manifiesta
como resistencia a la accin de las hormonas y
consecuentemente como hipotiroidismo.
36
mercaptoimidazol, ambas usadas en el tratamiento del
hipertiroidismo. En estos casos, el hipotiroidismo aparece debido
a tratamientos con sobredosis, prolongados en el tiempo y a
glndulas especialmente sensibles a su accin.
37
ruptura del equilibrio hormonal altera el metabolismo y el
desarrollo infantil. Un nuevo estudio realizado por investigadores
de la Texas Tech University y publicado en la revista de la ACS,
Environmental, Science and Technology, ha encontrado altos
niveles de perclorato en muestras de leche materna.
38
alteracin, la prevalencia de tabaquismo es casi ocho veces
mayor a la de la poblacin general. De igual manera, la
oftalmopata es mucho ms severa en los fumadores, en
comparacin con los no fumadores. A la numerosa informacin en
este campo, alguna de ella contradictoria, se aaden ahora los
resultados de una investigacin muy reciente, en la cual se
analizaron los efectos del hbito de fumar en mujeres con diversos
grados de hipofuncin tiroidea y se comparan los resultados con
los obtenidos en mujeres enfermas no fumadoras y mujeres
normales. La investigacin, realizada en el Hospital Universitario
de Basilea, Suiza, incluy 273 mujeres, de las cuales 138 eran
normales, 84 tenan hipotiroidismo "subclnico" definido con una
TSH > 6 mUI/L, con T3 y T4 normales- y 51 pacientes con
hipotiroidismo franco, en el cual la TSH elevada se acompaaba
de una disminucin en la concentracin de hormonas perifricas.
Adems de los datos acerca del tabaquismo, se estudiaron otros
hbitos, como consumo de alcohol, estado menopusico, toma de
medicamentos, factores todos que pueden modificar el resultado
de las pruebas funcionales tiroideas. Las manifestaciones clnicas
de hipotiroidismo fueron clasificadas de acuerdo con escalas
basadas en la severidad de los sntomas, en tanto que la accin
perifrica de las hormonas tiroideas fue estudiada mediante la
determinacin de la velocidad de respuesta del reflejo aquiliano y,
determinacin de concentraciones sricas de colesterol y creatina
cinasa. Finalmente, se administr suplencia tiroidea a las
pacientes hasta lograr niveles hormonales compatibles con
eutiroidismo, y se compar la respuesta entre las fumadoras y las
no fumadoras. 23% de las mujeres estudiadas fumaba cigarrillo. El
anlisis de las mujeres sanas revel que no haba diferencias en la
TSH, T3, T4 y T4 libre, ni en los marcadores de funcin tiroidea
perifrica, cuando se comparaban las fumadoras con no
fumadoras. Cuando se compararon los resultados de las
determinaciones hormonales de las fumadoras con hipotiroidismo
subclnico, con las no fumadoras que presentaban el mismo
sndrome, pudo establecerse que las primeras tenan una TSH ms
elevada, en tanto que la triyodotironina y la T4 libre estaban
disminuidas. As mismo, las fumadoras presentaban
concentraciones de colesterol LDL mayores que las no fumadoras.
39
Finalmente, las pacientes que consuman cigarrillo y tenan
hipotiroidismo franco presentaban niveles hormonales semejantes
a los de las mujeres que nunca haban consumido cigarrillo, pero
los sntomas clnicos del hipotiroidismo eran ms severos. En
estas mismas pacientes tambin se encontraron niveles de
colesterol LDL y de creatina cinasa mayores que en las no
fumadoras. La respuesta a la terapia de suplencia hormonal, por
su parte, no se vieron afectadas por el hbito de fumar, y el
tratamiento se asoci con beneficios similares en todos los
grupos. Este trabajo permite comprender, al menos en parte, las
discrepancias entre los diferentes trabajos reportados con
anterioridad. Parece, entonces, que la influencia del consumo de
cigarrillo sobre la funcin tiroidea est ntimamente ligada al
estado funcional de la glndula. En las mujeres sanas no se
encuentra influencia alguna, en tanto que en las mujeres con
alteracin leve del tiroides se presenta un deterioro significativo
de la secrecin de las hormonas tiroideas, demostrado, en este
caso, por el aumento en la TSH, con disminucin de las hormonas
perifricas (figura), lo que conduce a una menor accin perifrica
de las mismas. Finalmente, en las pacientes con compromiso ms
severo de la funcin de la glndula, el dao parece ser ms
importante sobre la accin perifrica de las hormonas, como lo
indican los marcadores clnicos y bioqumicos de accin de la
hormona sobre los rganos blanco. Aunque no se conoce de
manera precisa la forma como el cigarrillo bloquea la funcin
tiroidea, se sospecha que, adems de la accin de los tiocianatos
sobre la captacin de yodo, tambin pueden existir alteraciones
directas sobre la accin perifrica de las hormonas, que podran
impedir la unin de triyodotironina a sus receptores nucleares.
Tampoco puede descartarse que el cigarrillo, o mejor, algunos de
sus componentes, tenga efectos postreceptor que impidan a la
hormona llevar a cabo su accin fisiolgica con precisin.
Referencias
New England Journal
of Medicine
333: 964-969 (October
12), 1995(1001-1002 )
40
Muchsimo ms raro es el bocio por ingesta de sustancias
bocigenas, como los piones, frutos de la araucaria, y que forman
parte de la dieta de poblaciones indgenas. Los tiocianatos que
ellos contienen son capaces de inhibir la captacin y la
organificacin del yodo, generando bocio y eventualmente
hipotiroidismo. El dficit de yodo, que significa falta de materia
prima para la sntesis hormonal tiroidea, puede producir
hipotiroidismo, ms an si concomitantemente existe algn
defecto en la organificacin. Esta situacin de carencia es casi
inexistente, dada la obligatoriedad legal de yodar la sal de
consumo humano. A la inversa, el exceso crnico de yodo, como
sucede con algunas drogas como la amiodarona, muy ricas en el
halgeno, explica que pacientes con enfermedad inmunolgica
tiroidea basal, no puedan escapar al efecto Wolff-Chaikoff,
derivando en disminucin de las hormonas tiroideas.
41
Cuadro clnico
42
proveer ideas para la caracterizacin de la patognesis
subyacente y para el desarrollo de nuevos abordajes teraputicos
para el sndrome de fibromialgia. La polimialgia Reumtica es una
enfermedad que se caracteriza por dolor y rigidez de los msculos
del cuello, hombros y caderas y es ms frecuente en mujeres
mayores de 50 aos. No es lo mismo que la fibromialgia que es una
enfermedad crnica que ocasiona dolor en los msculos y en el
tejido fibroso, que se manifiesta en mltiples localizaciones del
cuerpo, y se acompaa de cansancio generalizado y otros
sntomas. En mujeres se puede agregar (hipermenorrea o
amenorrea), disminucin de la libido, piel seca, depresin
emocional, ansiedad nerviosa, mareo o vrtigo, encanecimiento
prematuro o cada del cabello, cuadros gripales al menor cambio
de temperatura atmosfrica, dolor de cabeza tipo migraa por
inflamacin de las meninges endocraaneanas, gastroparesia por
deficiencia del sistema endocrino gastrointestinal que se traduce
en digestin lenta por hipofuncin de la hormona gastrina,
secretina, colecistoquinina, polipptido y motilina. Trastorno del
metabolismo lipdico por aumento de colesterol y triglicridos,
sndrome de ojo seco clnicamente se expresa por sequedad
ocular (xeroftalmia y queratoconjuntivitis seca) y oral
(xerostoma), lo que constituye la base diagnstica. Afecta a todas
las etnias y su distribucin geogrfica es universal. Predomina en
las mujeres (9:1) y se manifiesta entre la cuarta y la quinta
dcadas de la vida, aunque es posible su comienzo a cualquier
edad. Tambin puede asociarse a la cirrosis biliar primaria, la
hepatitis crnica autoinmune, la miastenia, el hipotiroidismo
primario.
Artrosis de mano es una degeneracin del cartlago de las
articulaciones de las manos, benigna, aunque puede producir
dolor, dificultad para mover los dedos y deformidad. Suele
presentarse en personas de ambos sexos aunque tiene un
marcado predominio en mujeres. Suele comenzar a la edad de 30 o
50 aos, aunque hay casos de comienzo ms tardo.
Hombro doloroso Se define como aquel dolor que se sita en la
regin del hombro y aparece con algunos movimientos del brazo.
El hombro doloroso es una de las consultas mdicas ms
frecuentes, y llega a afectar al 25% de la poblacin en algn
43
momento de la vida. Es ms frecuente en personas de edad
avanzada o que realizan trabajos pesados. SNTOMAS el dolor
aparece con los movimientos del hombro, en la cara superior y
externa de la articulacin. Generalmente, limita poco la movilidad,
aunque en ocasiones impide realizar ciertos movimientos. Este
dolor suele ser ms intenso por la noche, sobre todo al dormir
sobre el brazo y mejora despus de moverlo suavemente. En otros
casos, el dolor es muy intenso y agudo, pudiendo sentirse el dolor
en la zona cervical, antebrazo y mano. Incluso puede presentarse
una prdida casi completa de la movilidad. El hecho de que haga
hincapi o aborde el tema de dolores hostiomusculares es que hay
mucha similitud del padecimiento de FMS con los pacientes
hipotiroideos y que la causa principal se debe a un trastorno
metablico muscular por falla de produccin adecuada del
organismo de hormona triyodotironina (T3), lo han documentado
peritos en la materia de investigacin mdica que al incluirles en
la prescripcin T4 combinada con T3 modifican los umbrales del
dolor.
44
La presencia de estas reas geloides puede aumentar la
incomodidad y la prdida de funcin del paciente, contribuir a
prdida del rango de movimiento, y complicar el tratamiento
incluso ms de lo habitual cuando estn presentes tanto CMP
como FMS. Es importante que los terapeutas estn concientes de
la existencia de estas masas y que las busquen especficamente,
ya que se pueden escapar en el curso rutinario de la terapia, y
pueden ser una de las razones por los que los TrPs responden
pobremente a la terapia habitualmente efectiva.
En el examen fsico sobresalen la facies vultuosa, con expresin
desganada y depresiva y palidez variable. Las cejas disminuyen su
concentracin pilosa en los extremos laterales, la lengua crece y
la voz es grave; el pelo es grueso y de poco brillo y el vello axilar y
pubiano ralo. Las uas son gruesas y frgiles. En el cuello, el
tamao del tiroides, o su ausencia, depender de la etiologa del
hipotiroidismo. El pulso arterial se caracteriza por baja frecuencia;
slo en casos muy avanzados puede haber hipertensin arterial
derivada del hipotiroidismo. En el examen cardaco los tonos
suenan lejanos, con secuencia regular y bradicardia; algunas
veces el hipotiroidismo puede producir fibrilacin auricular, y no
infrecuentemente se aprecia cardiomegalia por infiltracin
mixedematosa o, ms raramente, por derrame pericrdico.
En las extremidades es frecuente encontrar edema duro,
claramente distinguible de la insuficiencia cardiaca congestiva u
otras formas de hipertensin venosa. Es de ayuda el reflejo
aquiliano, cuya velocidad de relajacin postestmulo est
claramente alargada en el hipotiroidismo avanzado. En el plano
psicolgico debe interrogarse con cuidado al paciente, ya que es
fcil hacer diagnstico de demencia o depresin por el bajo nivel
de funcionamiento cerebral. Los pacientes hipotiroideos con
frecuencia pueden presentar apnea peridica del sueo (derivada
de la macroglosia) y sndrome del tnel carpiano es la neuropata
compresiva ms frecuente. Se caracteriza por ser una patologa
crnica y evolutiva que afecta, principalmente, a las mujeres
despus de la cuarta dcada de la vida. Desde el punto de vista
anatomopatolgico, es causado por las alteraciones que se
producen en el nervio mediano que est sometido a compresin en
la regin del canal del carpo (zona IV de Verdan). Se considera que
45
los siguientes factores predisponen a la patologa o estn
relacionados a ella: alteraciones hormonales (poliquistosis
ovrica, menopausia, diabetes, hipotiroidismo). Insuficiencia renal,
heptica, artritis reumatoide, amiloidosis, secuelas de
traumatismos en la regin de la mueca (fracturas o luxaciones),
tumores en la regin, entre otros.
46
secretoriamente al ascenso de prolactina, la mama requiere
estar sensibilizada por estrgenos, lo que en la mujer en edad
frtil sucede espontneamente, mientras que en otras edades,
por estrgenos exgenos. Los niveles de prolactina que se
alcanzan debido al hipotiroidismo son en general moderados e
inferiores a 100 ng/dl. Una situacin especial puede darse en el
hipotiroidismo primario de larga evolucin, donde la conjuncin
de hiperprolactinemia, amenorrea y crecimiento hipofisiario por
hiperplasia de los tirotropos, puede simular un prolactinoma
genuino. Por ello, ante una hiperprolactinemia siempre se debe
medir TSH.
47
9) Las manifestaciones depresivas pueden corresponder a un
cuadro de hipotiroidismo, ya sea ste la nica explicacin o
acompae a una depresin genuina y la haga de mayor
profundidad.
Diagnstico
48
en el adulto, y especialmente en la mujer postmenopusica avala
esta postura.
49
hipotiroidismo. Esta situacin puede durar en general hasta un
mes.
b) Cuando existe sobrecompensacin teraputica que suprime el
TSH en hipotiroidismos antiguos, y se suspende el tratamiento
para corroborar el diagnstico.
c) Por el efecto supresor sobre TSH de algunos medicamentos
psiquitricos, corticosteroides en altas dosis, y drogas
dopaminrgicas.
50
1.5, si es ms alta hay que subir un poco la dosis de Levotiroxina.
Pero adems, los controles de TSH, no se hacen una vez al ao, se
deberan hacer cada seis o doce semanas. Si los diabticos se
controlaran la glucosa una vez al ao sera un desastre. Ellos lo
hacen casi a diario. Adems en las diferentes estaciones del ao a
lo mejor el organismo necesita un poco ms o un poco menos de
Levotiroxina. Pero hay un segundo factor y es que todos somos un
poco dependientes de la TSH. Hay una polmica abierta
actualmente en el British Medical Journal, que es una Revista
mdica inglesa de muchsimo prestigio, en donde se dice que hay
que hacer tambin caso a los sntomas. La TSH sirve para hacer el
"ajuste fino" de dosis, pero el "ajuste personal", quiz haya que
hacerlo en funcin de los sntomas. El sntoma fundamental de que
se est quiz un poco bajo de dosis es el cansancio. Si te
encuentras cansado (a) puedes probar a subir la dosis (de 12.5 a
25 microgramos).
El problema del sobrepeso es diferente. El peso que se gana
durante la fase de Hipotiroidismo sin tratamiento es bastante
difcil de perder y hay que seguir una dieta muy estricta. Y
concretndonos a tu caso: 1 repite la TSH y si est por encima de
1.5 es que tiene que subir la dosis.
51
algunos das de la semana, de modo de obtener un
promedio semanal acotado a las exactas necesidades del
paciente. Los requerimientos de tiroxina exgena
disminuyen con la edad por menor metabolizacin de ella.
Para controlar el tratamiento se usa TSH, idealmente
medida por un mtodo sensible como el IRMA
radioinmunomtrico. Es muy til agregar la cuantificacin
de T4 total o libre, segn corresponda. La cuantificacin
de T3 tiene limitaciones, ya que estar supeditada a los
cambios que ocurran en la conversin perifrica de T4 a
T3.
2) Una Hormona o Dos? Si bien es cierto que la inmensa
mayora de autores consideran a la hormona tiroxina (T4)
como el tratamiento especfico y de eleccin, hay tambin
quienes estn en desacuerdo con esa postura; la glndula
tiroides segrega T4 y T3 en proporcin de 14:1, con una
secrecin fisiolgica de T3 de 6 mcg por da. Hoy
conocemos que la T4 plasmtica es necesaria para
desyodarse en la neurona a T3 pero otros rganos diana
como el msculo o el hepatocito necesitan disponer de T3
circulante como se ha expuesto anteriormente. Para
lograr el eutiroidismo de todos los tejidos; ha sido
demostrado por el grupo de la Dra. Gabriela Morrale de
escobar en animales de experimentacin, la necesidad
fisiolgica de tratamiento combinado con T4 / T3.
(Escobar Morrale et al). 1996; 1997.
3) Efectos y Causa de (T3) en el S. N. C. Recientemente se
postul un novedoso mecanismo de accin de de las
hormonas tiroideas en el S N C, el cual se expresara
modulando la concentracin de serotonina intracerebral.
Estudios en animales han demostrado que la
administracin de triyodotironina (T3), aumenta la
concentracin de serotonina intracerebral. En humanos se
ha establecido una correlacin positiva entre los niveles
plasmticos de serotonina y la concentracin circulante
de T3. Por otra parte, se ha demostrado que la serotonina
disminuye en el hipotiroidismo y aumenta en el
hipertiroidismo. De esta forma, los cambios en la
52
concentracin de serotonina intracerebral podran
explicar la sintomatologa depresiva de pacientes
afectados por disfuncin tiroidea y en particular por
hipotiroidismo. Referencias: Howland RT triroid
disfunction in refractary. Depresin: Implications for
pathophysiology and treatment. J clin psichiatry 1993; 47-
54.
4) Anales Espaoles de Pediatra vol.56 suplemento 4, 2002.
En pacientes con sntomas de carencia de T3
(fibromialgia) se ha utilizado, con resultados positivos T3
a dosis 5 mcg /12 hrs. Combinada con L. T4 oral.
5) En pacientes de edad avanzada, cardipatas, coronarios,
etc., el inicio del tratamiento con tiroxina debe ser
cuidadoso en cuanto a las dosis y a la progresin de las
mismas. En estas circunstancias se recomienda empezar
con dosis no mayores a 25 g/da, y efectuar ascensos de
dosis cada 4 a 6 semanas, vigilando la respuesta y las
repercusiones clnicas. En personas jvenes y sanas se
pueden iniciar el tratamiento con dosis mayores y
aumentarlo en plazos menores. El hipotiroidismo debe ser
entendido como una enfermedad de por vida y requiere
controles cada seis semanas hasta encontrar la dosis
apropiada de compensacin hormonal, midiendo los
valores de TSH y T4. Cuando el paciente este en estadio
eutiroideo debe de hacerse los anlisis de perfil tiroideo
cada tres a seis meses. En el caso de hipotiroidismo
secundario o terciario se controla con T4 y T3
solamente.n el hipotiroidismo secundario o terciario debe
considerarse la posibilidad de una eventual insuficiencia
suprarrenal, que al aumentar el metabolismo con tiroxina
podra ponerse de manifiesto. Este punto debe ser
aclarado antes del tratamiento.
6) La hormona tiroidea no debe usarse para tratar la
obesidad en aquellos pacientes con una funcin tiroidea
normal. La levotiroxina es ineficaz para la reduccin de
peso de los pacientes con una glndula tiroides normal y
puede causar graves problemas para la salud o ser
53
potencialmente mortal, especialmente cuando se toma
con anfetaminas.
7) Cmo se debe usar este medicamento? La levotiroxina
viene en forma de tabletas para tomar por va oral.
Generalmente se toma una dosis nica antes del desayuno
todos los das. Para controlar los sntomas del
hipotiroidismo, probablemente necesites tomar este
medicamento por el resto de tu vida, tomar este
medicamento al menos por 2 semanas antes de que notes
cualquier mejora en los sntomas. Sigue cuidadosamente
las instrucciones en la etiqueta del medicamento y
pregntale a tu doctor cualquier cosa que no entiendas.
Usa el medicamento exactamente como se indica. No
uses ms ni menos que la dosis indicada ni tampoco ms
seguido que lo prescrito por tu doctor. Sigue tomando este
medicamento aunque te sientas bien. No dejes de tomar
levotiroxina sin antes conversar con tu doctor.
8) Cules son las precauciones especiales que debo
seguir? Antes de comenzar a tomar levotiroxina: dile a tu
doctor que eres alrgico a la levotiroxina, hormona
tiroidea, otros medicamentos, povidona de yoda,
tartrazina (colorante amarillo presente en algunos
alimentos procesados y medicamentos), o en alimentos
como la lactosa o el almidn de maz. Levothroid y
Eltroxin contienen lactosa, mientras que Synthroid
contiene tartrazina y povidona. Eltroxin contiene almidn
de maz.
9) Cuntale a tu doctor qu medicamentos con y sin
prescripcin ests tomando, especialmente anfetaminas;
anticidos; anticoagulantes como warfarina (Cumadina);
antidepresivos o agentes ansiolticos; medicamentos para
tratar la artritis; aspirinas; betabloqueadores como
metoprolol (Lopressor), propranolol (Inderalice) o timolol
(Blocadren); sustancias quimioteraputicas para tratar el
cncer; resinas para reducir el colesterol como
colestiramina (Questran) o colestipol (Colestid);
medicamentos para tratar la diabetes (insulina y tabletas);
digoxina (Lanoxin); estrgenos; hierro; metadona;
54
anticonceptivos orales; fenitona (Epamin); sulfonato de
sodio de poliestireno (Kayexalate); sucralfato (Carafate);
esteroides; teofilina; y vitaminas. Si tomas colestiramina
(Questran) o colestipol (Colestid), tmalos al menos 4
horas antes o 1 hora despus de tomar levotiroxina. Dile a
tu doctor si tienes o alguna vez has tenido diabetes;
endurecimiento de las arterias (aterosclerosis);
enfermedades del rin; hepatitis; enfermedades
cardiovasculares, hipertensin, dolor en el trax (angina),
arritmias o ataques cardacos; si ests embarazada,
tienes planes de quedar embarazada o si ests
amamantando. Si quedas embarazada mientras tomas
este medicamento, llmale a tu doctor de inmediato. Si
vas a ser sometido (a) a cualquier ciruga, incluida la
dental, dile al doctor o dentista que ests tomando
levotiroxina.
10) Cules son los efectos secundarios que podra
provocar este medicamento? Aunque los efectos
secundarios de este medicamento no son comunes,
podran llegar a presentarse. prdida de peso, temblores,
cefalea (dolor de cabeza), malestar estomacal tipo
gastritis, vmitos, diarrea, nerviosismo, irritabilidad,
insomnio, transpiracin (sudoracin), aumento del apetito,
fiebre, cambios en el ciclo menstrual, sensibilidad al calor,
cada temporal del cabello, dolor en el trax ( tipo angina
de pecho), palpitaciones rpidas o pulso irregular.
11) Qu debo hacer en caso de una sobredosis? Se pueden
realizar todos o slo algunos de los siguientes
procedimientos: Llevar el paciente al hospital, administrar
carbn activado y un laxante, controlar los signos vitales
(presin sangunea, pulso),monitorear con ECG (funcin
cardiaca), tratar los sntomas, obtener una muestra de
sangre para realizar un examen del nivel de hormonas
tiroideas.
12) Marcas comerciales: Levotiroxina T4; vida media siete
das, con una hormona (Eutirox tab. de 100, 75, 50 y 25
mcg. Con dos hormonas (Novotiral tab. de (T3) 20 mcg.
55
(T4) 100 mcg. Liotironina; con una hormona, vida media
y potencia hormonal dos das (T3) Cynomel tab. 25 mcg.
56
hormonal personalizada, resolver en las mejores condiciones el
vivir con hipotiroidismo mejorando tu calidad de vida.
57
Medicina Biolgica y Cientfica por Laboratorios Soria de
Espaa.
CARTA DE DESPEDIDA:
BIBLIOGRAFA
Libro Hormonas DR. Brian L. G. Morgan y Roberta Morgan
Editorial Diana 1 edicin 1996.
58
1. Bastenie PA, Bonnyns M, Neve P, Vanhaelst L, Chailly M.
Clinical and pathological significance of asymptomatic atrophic
Thyroiditis: a condition of latent hypothyroidism. Lancet.
1967; 1:915-8.
2. Evered DC, Ormston BJ, Smith PA, Hall R, Bird T. Grades of
hypothyroidismo. Br Med J. 1973;1:657-62.
3. Ross DS. Serum thyroid-stimulating hormone measurement for
assessment of thyroid function and disease. Endocrinol Metab
Clin North Am. 2001;30:245-64.
4. Cooper DS. Subclinical hypothyroidism. N Engl J Med. 2001;
345:260-5.
5. McDermott MT, Ridgway EC. Subclinical hypothyroidism is
mild thyroid failure and should be treated. J Clin Endocrinol
Metab. 2001;86:4585-90.
6. Chu JW, Crapo LM. The treatment of subclinical hypothyroidism
is seldom necessary. J Clin Endocrinol Metab. 2001;86:
4591-9.
7. Surks MI, Ortiz E, Daniels GH, Sawin CT, Col NF, Cobin RH,
et al. Subclinical thyroid disease: scientific review and guidelines
for diagnosis and management. JAMA. 2004;291:228-38.
8. Hollowell JG, Staehling NW, Flanders WD, Hannon WH,
Gunter EW, Spencer CA, et al. Serum TSH, T4, and thyroid
antibodies in the United States population (1988 to 1994): National
Health and Nutrition Examination Survey (NHANES
III). J Clin Endocrinol Metab. 2002;87:489-99.
9. Laboratory Medicine Practice Guidelines. Report of the National
Academy of Clinical Biochemistry. Thyroid. 2003;13:33-7.
10. Stephens PA. Current issues in thyroid disease management:
leading experts discuss new JAMA and JCE&M reports during
endocrine society audioconference. Endocrine News.
2004;29:17-20. Disponible en: http://www.endo-society.org
/news/endocrine_news/2004/thyroid-april2004.cfm
11. Fatourechi V, Klee GG, Grebe SK, Bahn RS, Brennan MD,
Hay ID, et al. Effects of reducing the upper limit to normal
TSH value. JAMA. 2003;290:3195-6.
12. Tunbridge WMG, Evered DC, Hall R, Appleton D, Brewis M,
Clark F, et al. The spectrum of thyroid disease in the community:
The Whickham Survey. Clin Endocrinol (Oxf). 1977;7:
59
481-93.
13. Canaris GJ, Manowitz NR, Mayor GM, Ridgway EC. The
Colorado
thyroid disease prevalence study. Arch Intern Med.
2000;160:526-34.
14. Rivolta G, Cerutti R, Colombo R, Miano G, Dionisio P, Grossi
E. Prevalence of subclinical hypothyroidism in a population living
in the Milan metropolitan area. J Endocrinol Invest. 1999;
22:693-7.
15. Sawin CT, Chopra D, Azizi F, Mannix JE, Bacharach P. The
aging thyroid: increased prevalence of elevated serum thyrotropin
levels in the elderly. JAMA. 1979;242:247-50.
16. Rosenthal MJ, Hunt WC, Garry PJ, Goodwin JS. Thyroid failure
in the elderly. Microsomal antibodies as discriminant for
therapy. JAMA. 1987;258:209-13.
17. Bagchi N, Brown TR, Parish RF. Thyroid dysfunction in adults
over age 55 years. A study in an urban US community. Arch
Intern Med. 1990;150:785-7.
18. Parle JV, Franklyn JA, Cross KW, Jones SC, Sheppard MC.
Prevalence and follow-up of abnormal thyrotrophin (TSH)
concentrations
in the elderly in the United Kingdom. Clin Endocrinol
(Oxf). 1991;34:77-83.
19. Lindeman RD, Schade DS, LaRue A, Romero LJ, Liang HC,
Baumgartner RN, et al. Subclinical hypothyroidism in a biethnic,
urban community. J Am Geriatr Soc. 1999;47:703-9.
20. Hak AE, Pols HAP, Visser TJ, Drexhage HA, Hofman A,
Witteman
JCM. Subclinical hypothyroidism is an independent risk
factor for atherosclerosis and myocardial infarction in elderly
women: the Rotterdam Study. Ann Intern Med. 2000;132:270-8.
21. Vanderpump MPJ, Tunbridge WMG, French JM, Appleton D,
Bates D, Clark F, et al. The incidence of thyroid disorders in
the community: a twenty-year follow-up of the Whickham Survey.
Clin Endocrinol (Oxf). 1995;43:55-68.
22. Huber H, Staub JJ, Meier C, Mitrache C, Guglielmetti M, Huber
P, et al. Prospective study of the spontaneous course of
subclinical hypothyroidism: prognostic value of thyrotropin,
60
thyroid reserve, and thyroid antibodies. J Clin Endocrinol Metab.
2002;87:3221-6.
23. Dez JJ, Iglesias P. Spontaneous subclinical hypothyroidism in
patients older than 55 years: an analysis of natural course and
risk factor for the development of overt thyroid failure. J Clin
Endocrinol Metab. 2004;89:4890-7.
24. Meier C, Staub JJ, Roth CB, Guglielmetti M, Kunz M, Miserez
AR, et al. TSH-controlled L-thyroxine therapy reduces cholesterol
levels and clinical symptoms in subclinical hypothyroidism:
a double blind, placebo-controlled trial (Basel Thyroid
Study). J Clin Endocrinol Metab. 2001;86:4860-6.
25. Caraccio N, Ferrannini E, Monzani F. Lipoprotein profile in
subclinical hypothyroidism: response to levothyroxine
replacement,
a randomized placebo-controlled study. J Clin Endocrinol
Metab. 2002;87:1533-8.
26. Monzani F, Caraccio N, Kozkow M, Dardano A, Vittone F,
Virdis A, et al. Effect of levothyroxine replacement on lipid
profile and intima-media thickness in subclinical hypothyroidism:
a double-blind, placebo-controlled study. J Clin Endocrinol
Metab. 2004;89:2099-106.
27. Bakker SJL, Ter Matten JC, Popp-Snijders C, Slaets JPJ, Heine
RJ, Gans ROB. The relationship between thyrotropin and low
density lipoprotein cholesterol is modified by insulin sensitivity
in healthy euthyroid subjects. J Clin Endocrinol Metab.
2001;86:1206-11.
28. Bindels AJ, Westendorp RG, Frolich M, Seidell JC, Blokstra
A, Smelt AH. The prevalence of subclinical hypothyroidism at
different total plasma cholesterol levels in middle aged men
and women: a need for case-finding? Clin Endocrinol (Oxf).
1999;50:217-20.
29. Hueston WJ, Pearson WS. Subclinical hypothyroidism and the
risk of hypercholesterolemia. Ann Fam Med. 2004;2:351-5.
30. Vanderpump MP, Tunbridge WM, French JM, Appleton D,
Bates Clark F, Grimley Evans J, et al. The development of ischemic
heart disease in relation to autoimmune thyroid disease
in a 20-year follow-up study of an English community. Thyroid.
1996;6:155-60.
61
31. Imaizumi M, Akahoshi M, Ichimaru S, Nakashima E, Hida A,
Soda M, et al. Risk for ischemic heart disease and all-cause
mortality in subclinical hypothyroidism. J Clin Endocrinol Metab.
2004;89:3365-70.
32. Biondi B, Palmieri EA, Lombardi G, Fazio S. Effects of
subclinical
thyroid dysfunction on the heart. Ann Intern Med. 2002;
137:904-14.
Dez JJ. Hipotiroidismo subclnico
258 Endocrinol Nutr 2005;52(5):251-9 80
33. Kahaly GJ. Cardiovascular and atherogenic aspects of
subclinical
hypothyroidism. Thyroid. 2000;10:665-79.
34. Monzani F, Caraccio N, Siciliano G, Manca L, Murri L, Ferrannini
E. Clinical and biochemical features of muscle dysfunction
in subclinical hypothyroidism. J Clin Endocrinol Metab.
1997;82:3315-8.
35. Monzani F, Caraccio N, Del Guerra P, Casolaro A, Ferrannini
E. Neuromuscular symptoms and dysfunction in subclinical
hypothyroid patients: beneficial effects of L-T4 replacement
therapy. Clin Endocrinol (Oxf). 1999;51:237-42.
36. Misiunas A, Ravera HN, Faraj G, Faure E. Peripheral neuropathy
in subclinical hypothyroidism. Thyroid. 1995;5:283-6.
37. Beyer IW, Karmali R, DeMesester-Mirkine N, Cogan E, Fuss
MJ. Serum creatine kinase levels in overt and subclinical
hypothyroidism.
Thyroid. 1998;8:1029-31.
38. Monzani F, Del Guerra P, Caraccio N, Pruneti CA, Pucci E,
Luisi M, et al. Subclinical hypothyroidism: neurobehavioral
features
and beneficial effect of L-thyroxine treatment. Clin Invest.
1993;71:367-71.
39. Baldini IM, Vita A, Maura MC, Amodei V, Carrisi M, Bravin
S, et al. Psychological and cognitive features in subclinical
hypothyroidism.
Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry.
1997;21:925-35.
40. Ganguli M, Burmeister LA, Seaberg EC, Belle S, DeKosky
62
ST. Association between dementia and elevated TSH: a
community-
based study. Biol Psychiatry. 1996;40:714-25.
41. Gussekloo J, Van Exel E, De Craen AJM, Meinders AE, Frlich
M, Westerdorp RGJ. Thyroid status, disability and cognitive
function, and survival in old age. JAMA. 2004;292:2591-9.
42. Haddow JE, Palomaki GE, Allan WC, Williams JR, Knight GJ,
Gagnon J, et al. Maternal thyroid deficiency during pregnancy
and subsequent neuropsychological development of the child.
N Engl J Med. 1999;341:549-55.
43. Mitchell ML, Klein RZ. The sequelae of untreated maternal
hypothyroidism. Eur J Endocrinol. 2004;151 Suppl 3:U45-8.
44. Parle JV, Maissonneuve P, Sheppard MC, Boyle P, Franklyn
JA. Prediction of all-cause and cardiovascular mortality in elderly
people from one low serum thyrotropin result: a 10-year
cohort study. Lancet. 2001;358:861-5.
45. Cooper DS, Halpern R, Wood LC, Levin AA, Ridgway EC.
LThyroxine
therapy in subclinical hypothyroidism. A doubleblind,
placebo-controlled trial. Ann Intern Med. 1984;101:18-24.
46. Nystrom E, Caidahl K, Fager G, Wikkelso C, Lundberg PA,
Lindstedt G. A double-blind cross-over 12-month study of
Lthyroxine
treatment of women with subclinical hypothyroidism.
Clin Endocrinol (Oxf). 1988;29:63-75.
47. Jaeschke R, Guyatt G, Gerstein H, Patterson C, Molloy W,
Cook D, et al. Does treatment with L-thyroxine influence health
status in middle-aged and older adults with subclinical
hypothyroidism?
J Gen Intern Med. 1996;11:744-9.
48. Kong WM, Sheikh MH, Lumb PJ, Freedman DB, Crook M,
Dor CJ, et al. A 6-month randomized trial of thyroxin treatment
in women with mild subclinical hypothyroidism. Am J
Med. 2002;112:348-54.
49. Tanis BC, Westendorp RGJ, Smelt AHM. Effect of thyroid
substitution on hypercholesterolaemia in patients with subclinical
hypothyroidism: a re-analysis of intervention studies. Clin
Endocrinol (Oxf). 1996;44:643-9.
63
50. Danese MD, Ladenson PW, Meinert CL, Powe NR. Effect of
thyroxine therapy on serum lipoproteins in patients with mild
thyroid failure: a quantitative review of the literature. J Clin
Endocrinol Metab. 2000;85:2993-3001.
51. Diekman T, Lansberg PJ, Kastelein JJ, Wiersinga WM.
Prevalence
and correction of hypothyroidism in a large cohort of patients
referred for dyslipidemia. Arch Intern Med. 1995;155:
1490-5.
52. Miura S, Iitaka M, Yoshimura H, Kitahama S, Fukasawa N,
Kawakami Y, et al. Disturbed lipid metabolism in patierns with
subclinical hypothyroidism: effect of L-thyroxin therapy. Intern
Med. 1994;33:413-7.
53. Biondi B, Fazio S, Palmieri EA, Carella C, Panza N, Cittadini
A, et al. Left ventricular diastolic dysfunction in patients with
subclinical hypothyroidism. J Clin Endocrinol Metab. 1999;
84:2064-7.
54. Monzani F, Di Bello V, Caraccio N, Bertini A, Giorgi D, Giusti
C, et al Effect of levothyroxine on cardiac function and structure
in subclinical hypothyroidism: a double blind, placebocontrolled
study. J Clin Endocrinol Metab. 2001;86:1110-5.
55. Parle JV, Franklyn JA, Cross KW, Jones SR, Sheppard MC.
Thyroxine prescription in the community: serum thyroid hormone
stimulating level assay as an indicator of undertreatment
or overtreatment. Br J Gen Pract. 1993;43:107-9.
56. Watsky JG, Koeniger MA. Prevalence of iatrogenic
hyperthyroidism
in a community hospital. J Am Board Fam Pract.
1998;11:175-9.
57. Greenspan SL, Greenspan FS. The effect of thyroid hormone
on skeletal integrity. Ann Intern Med. 1999;130:750-8.
58. Uzzan B, Campos J, Cucherat M, Nony P, Boissel JP, Perret
GY. Effects on bone mass of long term treatment with thyroid
hormones: a meta-analysis. J Clin Endocrinol Metab. 1996;81:
4278-89.
59. Sawin CT, Geller A, Wolf PA, Belanger AJ, Baker E, Bacharach
P, et al. Low serum thyrotropin concentrations as a risk
factor for atrial fibrillation in older persons. N Engl J Med.
64
1994;331:1249-52.
60. Fatourechi V, Lankarani M, Schryver PG, Vanness DJ, Long
KH, Klee GG. Factors influencing clinical decisions to initiate
thyroxine therapy for patients with mildly increased serum
thyrotropin
(5.1-10.0 mIU/L). Mayo Clin Proc. 2003;78:554-60.
61. Danese MD, Powe NR, Sawin CT, Ladenson PW. Screening
for mild thyroid failure at the periodic health examination: a
decision and cost-effectiveness analysis. JAMA. 1996;276:
285-92.
62. Ladenson PW, Singer PA, Ain KB, Bagchi N, Bigos ST,
Levy EG, et al. American Thyroid Association guidelines for
detection of thyroid dysfunction. Arch Intern Med. 2000;
160:1573-5.
63. Glenn GC. Practice parameter on laboratory panel testing for
screening and case finding in asymptomatic adults. Laboratory
Testing Strategy Task Force of the College of American
Pathologists.
Arch Pathol Lab Med. 1996;120:929-43.
64. American College of Physicians. Screening for thyroid disease.
Ann Intern Med. 1998;129:141-3.
65. Periodic Health Examination: summary of AAFP policy
recommendations
and age charts, revision 4.0. Kansas City, Mo.:
American Academy of Family Physicians; 2000.
66. American Association of Clinical Endocrinologists. American
Association of Clinical Endocrinologists medical guidelines for
clinical practice for the evaluation and treatment of
hyperthyroidism
and hypothyroidism. Endocr Pract. 2002;8:457-9.
67. Vanderpump MP, Ahlquist JA, Franklyn JA, Clayton RN.
Consensus statement for good practice and audit measures in
the management of hypothyroidism and hyperthyroidism.
BMJ. 1996;313:539-44.
Dez JJ. Hipotiroidismo subclnico
Endocrinol Nutr 2005;52(5):251-9 259 81
65
66