Manual de Intervencion Comunitaria PDF
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SEPTIEMBRE 2013
D.L.: V-2258-2003
Manual de intervencin comunitaria en barrios 3
comunitaria en barrios
4 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
NDICE
Manual de intervencin comunitaria en barrios 5
Premisa
1 Finalidades de la Intervencin Comunitaria 59
2 Qu se entiende por comunitario 59
3 Los protagonistas 60
3.1 La implicacin de los tres Protagonistas en el proceso comunitario 61
4 La participacin 62
4.1 La Teora de los tres crculos 63
4.2 Participacin versus organizacin 64
5 Proceso dialctico y dinmico 65
5.1 La dimensin de proceso 66
5.2 Partir de lo existente 66
5.3 Cada comunidad realizar su propio itinerario 66
6. Comunidad 67
6.1 Recursos comunitarios 68
7 El equipo comunitario 68
8 La metodologa comunitaria 68
8.1 Elementos metodolgicos 70
8.2 Los Espacios y los Encuentros Comunitarios 72
Introduccin 75
1 Sentido de comunidad 75
1.1 El sentido de pertenencia y el proceso de identificacin con la 75
comunidad
1.2 El sentido de comunidad y el proceso de aculturacin en minoras 77
tnicas e inmigrantes
2 Preparacin comunitaria 80
2.1 La implementacin de programas y la preparacin comunitaria 80
2.2 La preparacin comunitaria en la intervencin en contextos de 83
diversidad cultural
3 Coaliciones comunitarias y redes inter-organizativas 85
3.1 Qu son las coaliciones comunitarias? 85
3.2 Contextos de aplicacin 86
3.3 El ciclo vital de las coaliciones 86
3.4 Factores que predicen la participacin 86
3.5 La formacin de coaliciones para promover el desarrollo de las minoras 87
Manual de intervencin comunitaria en barrios 7
4 Participacin ciudadana 90
4.1 Definicin, componentes y resumen de la investigacin sobre 90
participacin ciudadana
4.2 El estudio de la participacin ciudadana: un enfoque centrado en el 91
anlisis costes-beneficios 94
4.3 Aplicacin al caso de las minoras 96
5 Conclusiones 98
Bibliografa
Introduccin 103
1 Entender la Investigacin-Accin Participativa 103
1.1 Breve historia de la IAP 104
1.2 Caractersticas y principios generales que rigen la IAP 105
1.3 Fases y desarrollo de la IAP 106
2 Estrategias para aplicar la Investigacin-Accin Participativa 108
2.1 La coalicin comunitaria 108
2.2 El foro comunitario 113
3 Dificultades y limitaciones de la Investigacin-Accin Participativa 119
4 Beneficios y lneas de futuro de la Investigacin-Accin Participativa 121
Bibliografa 122
Introduccin 125
1 Una aproximacin geodemogrfica al barrio de El Fraile 125
2 El marco terico y procedimental: el modelo de intervencin 126
sistmica breve
3 Los antecedentes del grupo de participacin ciudadana de El Fraile: 127
Juntos En la misma direccin y el grupo de trabajo de
participacin social
4 La iniciativa: el grupo de participacin ciudadana de El Fraile 128
4.1 Descubriendo recursos 129
4.2 Construyendo objetivos compartidos 132
4.3 Planificando conjuntamente el recorrido 134
4.4 Actuando 137
5 Enseanzas del proceso 138
Bibliografa 141
8 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
143 Introduccin
145 1 Mujeres: tejedoras de convivencia
147 2 Mujeres: cuidadoras del sistema afectivo y social de las familias
150 3 La categora gnero: fundamental para analizar el contexto
de intervencin
152 4 Educar la mirada: tomar conciencia de los estereotipos que
condicionan los modelos de intervencin
156 5 Mujeres: tejiendo la convivencia que crea espacios interculturales
158 6 Fortaleciendo puentes naturales y acompaando los procesos
de encuentro-empoderamiento de mujeres
160 6.1 Acompaamiento junto a las mujeres: partimos de su reconocimiento
como constructoras de convivencia
161 6.2 Procesos de empoderamiento
162 6.3 Reflexiones compartidas para acompaar procesos de empoderamiento
163 6.4 El proceso de empoderamiento desde los encuentros
167 6.5 De las dificultades a las oportunidades
169 Bibliografa
175 Introduccin
175 1 Qu son las comunidades de aprendizaje
178 2 Modelo dialgico de prevencin de conflictos
178 2.1 El modelo disciplinar
178 2.2 El modelo experto
179 2.3 Prevencin de los conflictos a partir del aprendizaje dialgico
179 3 Experiencias para la mejora del aprendizaje y la convivencia
179 3.1 La escuela de adultos La VernedaSant Mart
184 Bibliografa
Manual de intervencin comunitaria en barrios 9
1 Prlogo 203
2 Introduciendo el proyecto 203
3 La fase I del proyecto: Conociendo el tejido social del barrio y sus 205
lgicas
3.1 El barrio de Carrs 205
3.2 Los vecinos de toda la vida, los nuevos vecinos y relaciones de 208
convivencia.
4 La fase II del proyecto: Movilizando el tejido social y construyendo la 212
participacin
5 Eplogo y conclusiones 216
Bibliografa 217
INTRODUCCIN
Introduccin:
Dinamizar la participacin
ciudadana en los barrios
dentro de un contexto
de crisis
1
Josep Buades Fuster y Rubn Torregrosa Sarrin pertenecen a la Fundacin CeiMigra.
2
Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones. Universidad Pontificia Comillas
Manual de intervencin comunitaria en barrios 13
3
Disponibles en la pgina Web: http://www.ceimigra.net/observatorio/
Este anlisis se construye especialmente a partir del apartado 3.4.1 del Informe anual 2010-2011, titulado La vi-
sin de los expertos sobre las personas extranjeras y espaolas en el contexto de crisis econmica Pp. 48-51.
14 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
hay familias que comparten vivienda, familias que subarriendan una habitacin.
Aumentan la inseguridad o precariedad econmica, la vulnerabilidad social
y la precarizacin vital, la pobreza sobrevenida. Se rompen las expectativas de
ascenso personal y social. Todos ellos son factores que repercuten en las
condiciones psicolgicas, en el equilibrio personal, en la auto-percepcin y
autoestima. Esos mismos factores, diversos y muchas veces cumulativos,
contribuyen a empeorar las relaciones entre los miembros de la familia. De modo
similar inciden situaciones como el hacinamiento, o al contrario, la separacin
impuesta por las circunstancias. El impacto de la crisis sobre la vivienda incide en
el derecho a vivir con la propia familia de las personas extranjeras: trabas
legislativas, administrativas y econmicas para la reagrupacin familiar, retornos
temporales al pas de origen de algunos miembros como estrategia de reduccin
del gasto en Espaa, etc. Pero la separacin no es un fenmeno circunscrito a las
familias de personas extranjeras: la bsqueda de oportunidades de trabajo en otros
pases afecta a toda la poblacin.
Es fcil identificar algunas categoras de poblacin entre las que el impacto
de la crisis ha sido especialmente intenso: personas extranjeras (especialmente las
que se encuentran en situacin administrativa irregular, tambin quienes no han
podido renovar la autorizacin de residencia, y con independencia de que hayan
recibido o no una orden de expulsin); familias monoparentales en las que la
persona adulta ha perdido el empleo; jvenes (especialmente sin empleo, pero
incluso muchos que lo tienen); mujeres con cargas familiares; mayores con
pensiones exiguas; miembros de minoras tnicas, y hombres mayores de cuarenta
aos con muy pocas expectativas de volver a encontrar un empleo.
Una nueva mirada sobre las categoras de poblacin que sufren ms el
impacto de la crisis dibuja el rostro de antiguas y nuevas pobrezas: las clases
populares espaolas, personas que dependan de empleos ms precarizados. Son
categoras que incluyen una gran cantidad de poblacin y en las que se pone de
manifiesto la gravedad de las situaciones padecidas. Dicho de otro modo, son las
personas que cabe identificar dentro de la categora de trabajadores pobres,
llamados en la Unin Europea working poor, la situacin denominada in-work
poverty: individuos ocupados tanto asalariados como trabajadores por cuenta
propia- durante al menos siete meses en el ao previo a la encuesta y al menos 15
horas a la semana en el empleo principal, y que pertenecen a hogares cuya renta
anual disponible se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. Aumenta
tambin la pobreza infantil en Espaa. Entre las mujeres que haban conseguido
salir de la prostitucin para acceder al mercado de trabajo normalizado, las hay que
se ven de nuevo en el trance de volver a prostituirse cuando se prolonga el
desempleo. Entre este grupo de mujeres en situacin tan vulnerable, las hay que
buscan estrategias alternativas de resistencia: acogindose entre ellas,
compartiendo casa y comida, etc. Una categora particularmente afectada entre las
personas extranjeras, son los hombres subsaharianos. Aunque tambin lo tienen
muy difcil las personas con muy bajas cualificaciones (analfabetos a nivel absoluto
y funcional, personas sin estudios o slo con estudios primarios).
Aunque los efectos de la crisis son inmediatamente ms dramticos en la
poblacin ya en situaciones de pobreza, preocupa la precarizacin de las clases
medias (iniciada por lo dems en los aos 80), en la medida en que tambin
contribuye a trasladar los efectos de la crisis de unos grupos a otros. Personas y
familias normalizadas, instaladas en una precariedad estable, se ven de pronto
desprotegidas y compitiendo por empleos y recursos insuficientes. Ello aumenta
Manual de intervencin comunitaria en barrios 15
4
Este anlisis se construye a partir del apartado 2.2., titulado La situacin hasta el estallido de la crisis (-
2007), Pp. 20-25; y especialmente de su elaboracin de estudios diversos sobre las condiciones de vida de
la poblacin desde la perspectiva territorial, la desigualdad urbana en Espaa, la deteccin y prevencin de
barrios en crisis mediante la identificacin de reas urbanas vulnerables.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 17
5
Estudio sobre deteccin y prevencin de barrios en crisis: identificacin de reas urbanas vulnerables.
BOEZn 97, de 23 de Abril de 2002, p. 3.202. DOCV de 30 de Julio de 2001. BOE del 31 de Julio de 2001, y
DOCE de 4 de Agosto de 2001. El desarrollo del estudio, no su contenido, ha sido descrito detalladamente
por el Centro de Evaluacin Territorial (CVT) en el informe Programa Europeo Interreg III B Medocc, publicado
en Italia por la Editorial Alinea, Florencia, 2004. ISBN 88-8125-833-1. La descripcin del estudio y la
presentacin de algunos resultados aparecen en una publicacin italiana del Centro de Evaluacin Territorial
sobre evaluacin de las polticas pblicas en barrios desfavorecidos.
18 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Quiz convenga reflejar de nuevo las conclusiones del estudio recensionadas por
el Informe Anual:
6
La alerta expresada cuando empezaba a vislumbrarse la crisis econmica padecida hoy, debe mantenerse
con mayor intensidad cuando esta crisis puede prolongarse an ms en el tiempo.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 19
Coma7. Todos ellos (unos como colegiales mayores y otros como directivos) tuvieron
la oportunidad de participar en la vida vecinal de La Coma, incluso en un proyecto
de intervencin comunitaria desarrollado en dicho barrio. CeiMigra tambin se
asoma a la participacin ciudadana y a los proyectos de intervencin comunitaria
en barrios desde otras atalayas: la participacin modesta en la iniciativa Conecta e
integra en el barrio de Nazaret de Valencia8, el contacto regular con tcnicos y
tcnicas de las agencias AMICS, etc.
La visin que CeiMigra ha ido adquiriendo de La Coma a travs de algunos
miembros de su equipo tcnico, de estudiantes becarios y de colaboradores, ha
determinado en buena medida su inters por la dinamizacin de la participacin
ciudadana a travs de proyectos de intervencin comunitaria en barrios. En
CeiMigra, este inters tiene un acento peculiar: sentar las bases para una
convivencia entre personas y grupos con referencias culturales diversas en un
tiempo en el que la inclusin social no puede darse por supuesta.
La Coma es uno de los barrios en los que se ha emprendido un proyecto de
intervencin comunitaria. Este captulo no pretende sistematizar las buenas
prcticas que se estn decantando a lo largo del proceso de planeamiento y
ejecucin del proyecto. En este momento inicial del manual, nos limitamos a
transmitir algo de la mirada sobre el barrio de La Coma, y sobre las esperanzas que
depositan en el proceso generado por el proyecto de intervencin comunitaria.
7
Casos como el de Guillermo Mondaza Canal, Joaqun Garca Roca, Julio Csar Gutirrez Sequeira, Daniel
Zerbo entre otros colaboradores de CeiMigra. Este apartado se debe fundamentalmente a la elaboracin
de Rubn Torregrosa Sarrin, que fue subdirector del Colegio Mayor en el periodo 2000-2007, y representante
de entidades ciudadanas del barrio de La Coma. En CeiMigra fue responsable del programa Liderazgo
comunitario, y actualmente pertenece al equipo responsable de los itinerarios de formacin e insercin socio-
laboral.
8
Iniciativa que vincula algunas entidades religiosas (parroquia catlica de Nazaret, comunidad cristiana
popular de Nazaret, Comunidad Islmica de Valencia, Fe Bah, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
ltimos Das y, ocasionalmente, Comunidad Israelita de Valencia) con la asociacin de vecinos y vecinas,
para la atencin de personas inmigradas en situacin vulnerable, para la sensibilizacin del barrio a favor de
la integracin y para apoyar las iniciativas sociales comunes en la prctica del dilogo interreligioso.
22 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
9
Decreto 157/1988, de 11 de octubre, del Consell de la Generalitat Valenciana, por el que se establece el
Plan Conjunto de Actuacin de Barrios de Accin Preferente. (DOCV nm. 935 de 03.11.1988). Disponible
online el 02/02/2013 en la pgina Web:
http://www.docv.gva.es/portal/ficha_disposicion_pc.jsp?sig=1744/1988&L=1
Manual de intervencin comunitaria en barrios 23
Es un tema que sale en todas las asambleas. Hay mucha gente hacinada
en pisos sin una vivienda digna, en casa de familiares o en viviendas
ocupadas, lo que genera muchsima tensin entre la gente.
Cada vez hay ms viviendas sociales en el barrio sin ocupar, y cada vez hay
ms demanda. Mucha gente est desesperada con este tema, lo que genera
conflictividad con aquellas personas que si disponen de vivienda.
La diversidad cultural del barrio desde sus orgenes hace que se integre en
su propio ADN particular la visin diversa y la celebracin de lo diferente. Desde
finales de los 80 el barrio estuvo compuesto por vecinos de diferentes pases y
culturas, lo que vena a fortalecer las relaciones interpersonales. As lo expresa una
de las personas entrevistadas:
10
S lo hubo en los inicios del barrio, con un equipo de trabajo denominado UIMA (Unidad de intervencin en
medio abierto).
11
Para mayor informacin sobre el programa, consultar la pgina Web (disponible el 04/02/2013) desarrollada
por la Fundacin Secretariado Gitano:
http://www.gitanos.org/upload/71/17/HI_Definitiva.pdf
26 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Los nios y jvenes no tienen que hacer muchos esfuerzos por asumir al
diferente, por encontrarse con los dems.
12
Pgina Web disponible el 31/01/13 en la siguiente direccin: http://www.uv.es/colecoma/principal.htm
28 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
13
Conclusiones de las Jornadas Vivir en el barrio La Coma (1997).
Manual de intervencin comunitaria en barrios 29
Este es uno de esos barrios donde hay una crisis econmica histrica: y no
esta situacin reciente. Se puede decir que aqu la crisis est instalada: por
su condicin de Barrio de accin preferente, y su composicin de vivienda
social para familias vulnerables. Obviamente, el contexto general tambin se
ha notado en el barrio.
30 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
A una crisis anterior se ha unido la crisis actual, y la gente est muy mal.
Muchas familias no tienen ningn ingreso, y se percibe que esta situacin
va a ms.
Se ha acrecentado la conflictividad.
muchas veces no solo pasa por el factor econmico, sino por hacer visibles
acompaamientos y servicios que estn correlacionados con las demandas
de los vecinos.
culturas, apunta al empoderamiento de las mujeres para que sean agentes activas
y protagonistas en los espacios de decisin.
La segunda parte del manual presenta experiencias de las que se extrae un
aprendizaje: unas que cabe calificar de buenas prcticas, otras presentando el
aprendizaje logrado en procesos truncados.
Armando Macas, M ngeles Serrano y Bernat Or presentan el proyecto
de Comunidades de Aprendizaje, desde su prctica en la Escuela de Adultos de la
Verneda-Sant Mart, una prctica educativa de xito que, desde la interculturalidad,
est demostrando su efectividad en la superacin de los problemas de fracaso
escolar y convivencia, al aumentar el aprendizaje y la solidaridad.
Ramon Sanahuja i Vlez, Marif Caldern Paz, Cristina Velsquez Traipe,
Rafael Besoli Minguella y Carolina Astudillo Beals proponen la deconstruccin de
rumores y prejuicios. A tal efecto presentan como buena prctica la Xarxa BCN
antirumors del Ayuntamiento de Barcelona.
Tambin se aprende de procesos truncados. Mercedes Jabardo da cuenta
de un proceso prometedor que qued detenido: el proyecto de intervencin
municipal desde la perspectiva de la Investigacin-Accin Participativa en el barrio
de Carrs (Elx).
ngeles Carnacea presenta una buena prctica de intervencin y accin
social a travs de las expresiones artsticas: el jardn Miquel Mart i Pol como
conjuncin de poesa, belleza y comunidad.
Por ltimo, la tercera parte plantea cmo elaborar un proyecto de
intervencin comunitaria. Lo hace en un solo captulo, en el que Graciela Malgesini
proporciona una gua que puede utilizarse como patrn en el proceso de
elaboracin de proyectos.
Casi todos los captulos del libro transitan entre la memoria de prcticas de
las que extraer un aprendizaje, la reflexin suscitada en tales prcticas, y los
referentes tericos que ayudaron a sistematizarlas. Si este manual llega a ser til
como herramienta, ser precisamente por el modo como realiza dicho trnsito.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 33
Bibliografa
De, L., Buades, J. & Melero, L. (2010). Informe Anual sobre Migraciones e
Integracin CeiMigra 2009: Migraciones y crisis econmica
internacional. Valencia: CeiMigra.
De, L., Buades, J. & Melero, L. (2011). Informe Anual sobre Migraciones e
Integracin CeiMigra 2010-2011: Migraciones y procesos de
empobrecimiento, marginacin y exclusin social. CeiMigra, Valencia,
2011.
De, L., Buades, J. & Melero, L. (2012). Informe Anual sobre Migraciones e
Integracin CeiMigra 2012: Nuevos retos para las polticas de inmigracin
e integracin. CeiMigra, Valencia, 2012.
Garca Roca, J. y Mondaza, G. (2002). Jvenes, Universidad y
Compromiso social. Una experiencia de insercin comunitaria. Madrid:
Narcea.
Gimnez, C. (2009). El impulso de la convivencia ciudadana e intercultural
en los barrios europeos: marco conceptual y metodolgico. En: Guide to
good practices in citizenship and coexistence in European
Neighbourhoods. Pisa-Italia: INTI-CIEN.
34 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
I PARTE:
Manual de intervencin comunitaria en barrios 35
La convivencia intercultural
entre personas y grupos de
poblacin en el mbito local
desde el enfoque comunitario
36 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
CAPTULO
PRIMERO:
Promoviendo la
convivencia ciudadana
intercultural en barrios de
alta diversidad. Ideas y
experiencias para una
praxis comunitaria
14
Catedrtico de Antropologa Social y director del Instituto de Migraciones, Etnicidad y
Desarrollo Social (IMEDES) de la Universidad Autnoma de Madrid. Director cientfico del
Proyecto de Intervencin Comunitaria Intercultural de la Obra social La Caixa.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 37
1 Introduccin
15
Esos trabajos tericos y prcticos, de investigacin, docencia y transferencia, y sobre las temticas de la
inmigracin, la polticas pblicas sociales, mediacin, interculturalidad y codesarrollo han sido realizados
desde la Universidad Autnoma de Madrid desde 1989 en el marco del Programa Migracin y
Multiculturalidad, programa que en 2006 dio origen, junto con otros grupos de investigacin, al Instituto de
Migraciones, Etnicidad y Desarrollo Social (IMEDES) de dicha universidad.
16
La Matriz o rejilla fue trabajada en sesiones de trabajo del director del Proyecto con los miembros de los
equipos locales y posteriormente fue utilizada en algunos territorios por los tcnicos y/o miembros de la
sociedad civil del lugar. Dentro del Proyecto de Intervencin Comunitaria Intercultural, un ejemplo destacado
del uso de la Matriz o rejilla es la Monografa Comunitaria elaborada en Tortosa por una larga lista de
participantes, en un trabajo coordinado por el equipo ICI gestionado por la Associaci per la Cooperaci, la
Inserci Social i la Interculturalitat (ACISI).
Manual de intervencin comunitaria en barrios 39
2.1 Espacios
2.2 Situaciones
2.3 Procesos
Junto a los Espacios y las Situaciones, hay que mirar los Procesos que estn
ocurriendo en dichos espacios y que generan dichas situaciones. Si de lo que se
trata es de impulsar un proceso comunitario intercultural en un determinado
territorio de alta diversidad, es de todo punto crucial analizar y de forma dinmica,
no solo al inicio de la intervencin y como estudio ex ante- cules son los procesos
que tienen lugar. Volviendo al barrio de Lavapis, en nuestro estudio identificamos
e interrelacionamos, entre otros, procesos de asentamiento, concentracin
(residencial, escolar, sanitaria, comercial) renovacin demogrfica (rejuvene-
cimiento de la pirmide de poblacin), multiculturalizacin (tiendas, restaurantes,
vestidos, msicas, etc.), gentrificacin, movilizacin ciudadana, mercantilizacin y
transnacionalizacin. Todos ellos conllevan situaciones de inclusin /exclusin, e
implicaciones para las relaciones sociales, interculturales e intertnicas.
Esos son procesos que tienen lugar de hecho: los existentes al comienzo
y durante la intervencin. Hay que distinguirlos, o al menos as lo hacemos en
nuestro proyecto, del Proceso Comunitario Intercultural, ya sea el existente al
inicio de la intervencin y que se trata de reforzar-, ya sea el que hay que ir
generando desde el proyecto. La distincin terminolgica, conceptual y
metodolgica entre Proyecto y Proceso cobra as todo su relieve. Un aspecto
crucial es tener conciencia clara de que el Proyecto cae en buena media en nuestro
campo de control, no as el proceso, que pertenece plenamente a la comunidad
y sus protagonistas.
En trminos del Proyecto de Intervencin Comunitaria Intercultural, y
siguiendo las bases metodolgicas aportadas por Marco Marchioni, distinguimos,
analizamos y promovemos la participacin en dicho Proceso de los tres
protagonistas de la comunidad: las Administraciones (y muy particularmente la
Administracin local), 2) los recursos profesionales y tcnicos, pblicos y privados;
y 3) la sociedad civil organizada y la ciudadana en su conjunto. Cada uno de estos
tres protagonistas tiene su especificidad (posiciones, intereses, necesidades, ciclos
y horarios, lenguajes, smbolos, etc.) a las cuales hay que prestar la debida atencin
si se quiere contribuir a generar espacios propios y compartidos de relacin.
17
Vase Gimnez, 1997, 2005, 2008 y 2011
18
En unas primeras versiones del modelo conceptual de Convivencia/Coexistencia /Hostilidad (Gimnez,
2005) se proponan ocho dimensiones, aadindose posteriormente (Gimnez, 2008), y tras comentarios
efectuados por la antroploga Menara Lube, la Poltica, y sobre todo su expresin local, como una novena
dimensin.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 43
19
Se trata de un proyecto europeo liderado por la Diputacin de Barcelona, en el que participaron entidades
de Suecia, Alemania, Italia y otros pases.
44 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
en Espaa, de Lucas, 1994 y 1998; Martn y De la Obra.; Ortega et al, 1999; Pajares,
2000; Cortina, 2001; Pomed y Velasco, 2003; Surez, 2005 y 2006). Partiendo del
pacto ciudadano inaugurado histricamente con las revoluciones de la Edad
Moderna en Inglaterra, Francia, Estados Unidos, etc., y asumindolo, se trata de
actualizar sus principios en el mundo contemporneo y en plena globalizacin. No
se quita validez, sino todo lo contrario, al ideal de ciudadana para todos sobre la
base de establecer una relacin entre seres libres e iguales, esto es, entre sujetos
ciudadanos (ya no sbditos) que:
Derechos y deberes
Pertenencia
cvicos, etc., que se compartan; y respetar aquellos valores que, sin chocar con los
Derechos Humanos, son propios de cada cual. Todo ello no es en absoluto fcil ni
inmediato, sino precisamente objeto del trabajo comunitario y de las actividades
inteligentes, crticas y justas en pro de la convivencia ciudadana intercultural.
Institucionalidad
Igualdad
Respeto a la diversidad
20
Adaptacin y desarrollo del instrumento metodolgico generado en el marco del Proyecto de Intervencin
Comunitaria Intercultural de la Obra social La Caixa.
21
Esquema propuesto por marco Marchioni partiendo de la consideracin de que la participacin de los
actores nunca lo es por igual o en el mismo grado, sino que se puede clasificar en, al menos, tres crculos de
mayor a menor implicacin, siendo esta ubicacin dinmica pues quien hoy est en el ncleo puede pasar
en otro momento a un crculo ms externo de colaboradores potenciales en determinadas actividades.
52 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Anexo II22:
Indicadores cualitativos de convivencia, coexistencia y hostilidad
Dimensin Indicador(es)
1 Relacional Existen relaciones activas entre las personas que habitan el lugar,
con elementos de reciprocidad, aprendizaje mutuo y cooperacin.
A partir de los intereses compartidos (como vecinos, padres
de alumnos, etc.) existen vnculos ms o menos slidos entre
personas diferenciadas etno-culturalmente.
Es habitual la existencia de espacios de mezcla o mestizaje
(fsico, artstico, asociativo, cultural) sin que ello suponga
asimilacin ni marginacin.
2 Normativa Se respetan y asumen las normas morales y jurdicas,
concretamente las de las comunidades de vecinos, de uso de
los espacios pblicos y en general las normas cvicas.
3 Axiolgica Se respetan y asumen conscientemente los valores bsicos o
(valores) centrales de la comunidad ya sea esta de las comunidad
(estemos hablando de las comunidades de vecinos, las
comunidades de barrio, etc.).
Se es consciente de la existencia de valores diferenciados en
los grupos y comunidades sociales, que se respetan cuando
no suponen una contradiccin con los derechos humanos y/o
el ordenamiento jurdico.
De haber conflictos de valores, estos se abordan de forma
dialogada y pacfica.
4 Participativa Se fomenta activamente, y de hecho se consigue, que la poblacin
de origen extranjero y/o las minoras tnicas participen en las
instituciones locales y en la vida comunitaria.
Se comparten los espacios pblicos de forma normalizada y
pacfica, sin competencia, tensiones, agresiones o segregacin
de grupos etno-culturales en el espacio.
5 Comunicacional Por lo general hay comunicacin intercultural; y esta suele ser
respetuosa y efectiva.
Existe una poltica lingstica exitosa de aprendizaje de la
lengua de la sociedad receptora para aquellos que no la
conocen y dominan, as como de respeto y valoracin de las
otras lenguas presentes en el entorno.
6 Conflictual Hay medidas especficas para prevenir y evitar los conflictos
Cuando suceden las tensiones y enfrentamientos se afrontan
mediante procedimientos pacficos, como la negociacin o la
mediacin.
7 Actitudinal Institucional y socialmente, la diversidad del medio local se
valora positivamente.
Existe un respeto activo.
La tolerancia es entendida y vivida como aceptacin plena del
diferente, incluso del opuesto.
22
Adaptacin y desarrollo del instrumento metodolgico generado en el marco del Proyecto europeo CIEN.
54 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Dimensin Indicador(es)
9 Identitaria Con independencia de otras identidades y pertenencias, hay
una clara identificacin del conjunto de los moradores con la
ciudad y/o sus barrios.
Se tiene asumido un cierto grado de pertenencia local.
10 Poltica En la movilizacin ciudadana local est presente el discurso,
actitud o voluntad mayoritaria de construccin de la
convivencia.
Existen acuerdos bsicos entre las distintas formaciones
polticas locales para el fomento de la convivencia y cohesin
local.
Dimensin Indicador(es)
1 Relacional Las relaciones entre las personas con bagajes culturales
diferenciados no son activas; se vive separadamente.
Hay endogamia relacional.
Escaso conocimiento de (e inters por) la cultura del otro.
Entre quienes se perciben como diferentes apenas hay
vnculos interpersonales slidos; esto es: visitas, asociacin
compartida, relaciones de amistad, de pareja o parentesco.
2 Normativa Se cumplen las normas bsicas de deferencia, vecindad, etc.,
pero en el nivel mnimo de no perjudicarse.
3 Axiolgica Los valores pueden ser divergentes, pero se acepta esa
(valores) situacin mientras no haya conflicto.
4 Participativa Aunque hay una cierta participacin de la poblacin de origen
extranjero y/o de las minoras tnicas en las instituciones
locales y en la vida comunitaria, su participacin principal se
da en espacios propios (tnicos).
Se cohabita en los espacios pblicos porque se coincide en
ellos y por imperativo, pero apenas hay relacin alguna en ellos.
5 Comunicacional La comunicacin queda restringida al propio grupo de
identificacin, nacional, cultural, tnico, religioso o lingstico.
6 Conflictual Se remite la buena relacin a la mera inexistencia de
conflictos, disputas y problemas.
Cuando surgen los conflictos: no se abordan, o se abordan mal.
7 Actitudinal Actitud neutra (ni positiva ni negativa) hacia la diversidad.
Hay respeto, pero ms bien pasivo, de dejar hacer, con nulo o
poco inters por el Otro.
La tolerancia se entiende y practica ms bien como aguantar
y soportar al Otro.
8 Identitaria Predominan la identificacin y el sentido de la pertenencia con
el propio grupo social y cultural.
Se manifiesta un sentido de pertenencia comn a la ciudad, al
barrio
9 Poltica La participacin social se expresa por separado entre los
diferentes segmentos socioculturales de la comunidad.
No hay acuerdos, pero tampoco enfrentamientos, entre los
grupos polticos locales, en cuanto a la inmigracin y la
diversificacin cultural de la comunidad.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 55
Bibliografa
CAPTULO
SEGUNDO:
Metodologa de la
intervencin comunitaria.
Los procesos comunitarios
23
Miembros del INSTITUTOMM. Red de encuentro, intercambio y debate de la democracia
participativa (http://www.institutomm.ning.com)
Manual de intervencin comunitaria en barrios 59
Premisa
24
Es evidente que esta metodologa encontrara obstculos difcilmente superables en sistemas sociales no
democrticos. En estos casos, la metodologa tendra que realizar evidentemente una importante adecuacin
a una realidad que no acepta la participacin de la ciudadana como un hecho normal y necesario.
25
A esta frase no hay que atribuirle un carcter neutral o genrico, ya que la intervencin comunitaria nace
de la concepcin de la participacin como derecho y de la posibilidad para todo el mundo de poder parti-
cipar en paridad de condiciones. Por ello, en esa frase hay que comprender los elementos de solidaridad,
de lucha contra la exclusin y la marginacin de todo tipo y por todo tipo de causas, etc.
60 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
3 Los protagonistas
Administraciones Ciudadana
asociaciones
administracin local
grupos
otras administraciones pblicas
personas
entidades privadas
Administraciones: gobierno
de la cosa pblica
Ciudadana: derecho de
participacin
Recursos Tcnicos Recursos tcnicos: aporte
de conocimiento y elementos
pblicos y privados
cientficos a los otro
protagonistas
LM/MM
2013
26
A causa de la necesidad de sntesis de este trabajo, utilizamos el trmino administraciones para identi-
ficar, tanto las administraciones pblicas y, en particular el Ayuntamiento-, como otras entidades y organi-
zaciones fundamentalmente del Tercer Sector- que de hecho intervienen en los territorios, y que
administran recursos de todo tipo (materiales, humanos, tcnicos, etc.). Todo esto se debe a los impara-
bles procesos de privatizacin y de externalizacin de servicios y programas del sector pblico al privado,
y por el aumento del protagonismo de la llamada Sociedad Civil en la gestin de las polticas sociales (que
no es objeto de este trabajo). Estas entidades y organizaciones toman decisiones autnomas relacionadas
con el territorio; por ejemplo: sobre la posibilidad de participar en el proceso comunitario por parte de sus
profesionales. Por estos motivos, hay que hablar hoy en da de administraciones en sentido ms amplio,
aun teniendo claro que nuestros referentes principales siguen siendo los responsables polticos de las ad-
ministraciones pblicas.
27
En el contexto de la intervencin comunitaria es preferible usar el trmino de ciudadana a poblacin.
Ciudadana implica el concepto de derechos. Reservamos el trmino poblacin a los aspectos ms pro-
piamente demogrficos y socio-estadsticos.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 61
28
No es intil recordar que en muchos pases desarrollados estos recursos existen y actan en el marco de
un Estado Social (o de Bienestar) que ha sido el resultado de muchos aos de lucha de muchas generacio-
nes; y que en muchas situaciones, por diferentes motivos que aqu no podemos analizar, estos servicios
han ido perdiendo intensidad comunitaria y han ido cayendo en una praxis cada vez ms asistencialista.
62 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
4 La participacin
Para que se inicie un proceso participativo, tiene que haber alguien que
tome la iniciativa de ponerlo en marcha, de promoverlo. Este alguien al
que llamaremos Ncleo- tiene que garantizar la voluntad de llevar adelante
la iniciativa y de asegurar el trabajo mnimo inicial para ponerla en marcha:
Crculo n 1 de los promotores de la iniciativa.
Sin embargo, por las caractersticas mismas de la iniciativa, el Ncleo tiene
que dirigirse a mucha ms gente, invitndola a participar. Frente a esta
propuesta de participacin slo puede haber tres tipos de respuesta
posibles:
Crculo 1
Ncleo
Crculo 2
Colaboraciones
parciales
Crculo 3
Informativo
Es dinmico porque:
Es dialctico porque:
29
Con el trmino de recursos tcnicos nos referimos directamente a todos aquellos profesionales y tc-
nicos que intervienen en el mbito de un servicio o de un programa, etc. tanto pblicos como privados- y
que de alguna forma atienden a demandas sociales de la poblacin.
Sin embargo tambin consideramos que la propia comunidad genera sus propios recursos: lderes, dirigen-
tes, representantes, grupos formales o informales, asociaciones, etc. A estos llamamos recursos comu-
nitarios. El proceso comunitario cuenta con ambos aun teniendo en cuenta el diferente papel que
desempean.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 67
cosa, naturalmente, es que la realidad social, econmica, etc. de cada una de las
comunidades implicadas marque luego las diferencias; pero esto es porque la
Intervencin Comunitaria seguir diferentes caminos en cada diferente realidad, y no
porque se haya previamente diferenciado una comunidad de otra. Cada comunidad
realizar su propio itinerario, que ser nico e inconfundible con cualquier otro. En una
situacin, un hecho X podr tener una importancia muy grande; en otra, el mismo
hecho podr tener una importancia mnima. O al revs.
Por lo tanto, en cada comunidad y en cada realidad se pueden desarrollar
procesos comunitarios cuyos itinerarios de desarrollo dependern de factores
locales y variables independientes. Todo ello impide definir un itinerario tipo.
6 Comunidad
El territorio
La poblacin/ciudadana
Los recursos tanto tcnicos (tcnico-profesionales, pblicos y privados,
que intervienen en el territorio) como comunitarios (asociaciones y grupos
formales e informales de la poblacin).
Las demandas/necesidades/potencialidades existentes.
7 El equipo comunitario
30
DRAE: 7 acepcin. Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una
empresa.
31
Nota: Generalmente las profesiones sociales han ido olvidando la dimensin comunitaria y han profundi-
zado en la vertiente clnica, individual y asistencial. En general, desconocen e ignoran las metodologas
comunitarias, el trabajo participativo y con grupos.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 69
El Equipo Comunitario:
8 La metodologa comunitaria
La metodologa comunitaria
70 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
LA AUDICIN
32
Este artculo no es el mbito adecuado para el desarrollo tcnico de los elementos metodolgicos. Aqu
solo se recuerdan los criterios fundamentales de los mismos.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 71
33
En el texto se usa el trmino ciencias sociales en sentido amplio incluyendo: la medicina, la psicologa,
la pedagoga, etc. Todas estas ciencias, ms all de la pura investigacin, tienen la finalidad inmediata de
contribuir a mejorar la situacin partiendo del conocimiento de la misma.
72 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
CAPTULO
TERCERO:
34
Miembros del grupo de investigacin Laboratorio de Redes Personales y Comunida-
des, en la Universidad de Sevilla (http://investigacion.us.es/sisius/grupo/HUM059)
Manual de intervencin comunitaria en barrios 75
Introduccin
1 Sentido de comunidad
con los vecinos se asocia con una mayor identificacin con el barrio.
En el desarrollo del sentido psicolgico de comunidad resultan claves los
espacios de intermediacin. Es decir: aquellos lugares y contextos donde los
vecinos pueden encontrarse, establecer relaciones y desarrollar la conexin
emocional compartida. Por ejemplo: los lderes naturales suelen ejercer un papel
de articulacin comunitaria, facilitando la participacin social y el desarrollo de
relaciones, o bien poniendo en contacto grupos de vecinos que aparecen
desconectados. Tambin hay contextos de comportamiento, diferentes en cada
comunidad, que facilitan el contacto entre vecinos y que actan como espacios
para la interaccin. Puede tratarse del mercado local, una asociacin de vecinos,
la iglesia, una plaza pblica, etctera. Por su parte, las asociaciones junto con
otras organizaciones, tales como escuelas y centros comunitarios- tambin son
estructuras mediadoras que guardan relacin con las dinmicas de cohesin social
en el barrio.
En ltima instancia, el sentido de comunidad resulta beneficioso en trminos
psicolgicos y sociales (Dalton, Elias & Wandersman, 2001). Concretamente, se
relaciona con indicadores positivos de bienestar psicolgico, satisfaccin con la
vida y salud fsica y mental. Las personas que desarrollan una identificacin positiva
con el entorno comunitario suelen disponer tambin de mayor percepcin de control
y mejores estrategias de afrontamiento ante el estrs. El sentido de comunidad se
relaciona con menor percepcin de delincuencia y est asociado con una mejor
situacin del barrio en trminos de participacin, organizacin comunitaria y
necesidades sociales.
Tabla 1. Un caso de agentes de salud con inmigrantes (Meister & Warrick, 1992).
2 Preparacin comunitaria
4 Participacin ciudadana
Beneficios Costes
Materiales
Aprender nuevas habilidades. Encontrar personas que cuiden a mis
Recibir informacin sobre servicios familiares.
comunitarios, eventos, ayudas Excesiva demanda para mi
pblicas, etc. disponibilidad de tiempo.
Aprender ms sobre el alcohol y el Me toma demasiado tiempo que quito
consumo abusivo de otras drogas. de otros compromisos con mi
Apoyar mi decisin de no abusar del comunidad.
alcohol y otras drogas. Exige ms tareas a las ya
Proporcionar una oportunidad para desarrolladas en mi trabajo.
mejorar la manera en la que hago mi Requiere asistir a reuniones o eventos
trabajo. difciles de compaginar con mi
Oportunidades para explorar nuevas agenda personal.
oportunidades laborales.
Solidarios/Sociales
http://www.redesinterculturales.org
5 Conclusiones
Bibliografa
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Manual de intervencin comunitaria en barrios 101
CAPTULO
CUARTO:
La Investigacin-Accin
Participativa como
Estrategia de Intervencin
Psicosocial
35
Miembros de la Coalicin para el Estudio de la Salud, el Poder y la Diversidad
(CESPYD). Universidad de Sevilla.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 103
Introduccin
1 Une teora y prctica (praxis) de modo que las prcticas generan teoras
y viceversa.
2 La IAP interviene sobre situaciones reales en contextos concretos.
Emerge en la realidad social ms prxima de los ciudadanos y est
orientada hacia ella. Por ello, actuar a pequea escala (barrio o regin)
facilita la implicacin de los participantes, el desarrollo del proceso, su
evaluacin y, por ende, el xito de la iniciativa.
3 La ltima meta de la IAP es la transformacin de la realidad social a travs
del empoderamiento de los grupos o comunidad participante. Para ello
es fundamental comenzar abarcando problemas de fcil solucin, que
sean de gran inters para la comunidad. As, el xito acta como
reforzador del proceso, generando auto-eficacia y confianza en los
participantes. Esto facilita avanzar a fases ms complejas.
4 La IAP considera a los participantes como agentes sociales activos en
el proceso de investigacin y cambio. Personas con voz propia, habilidad
para decidir, reflexionar y capacidad transformadora. La dificultad es que
los grupos oprimidos, debido a su historia de exclusin y alienacin,
suelen tener esta capacidad mermada, lo cual no les permite tomar la
iniciativa. Por ello, en muchas ocasiones la IAP parte de agentes
externos a la comunidad.
5 El problema se origina en la comunidad y es definido, analizado y resuelto
por los participantes. La IAP necesita de la participacin activa de la
comunidad durante todo el proceso. Los agentes externos facilitan y apoyan
este proceso, formando coaliciones, ayudando a generar conciencia crtica,
evaluando las necesidades o facilitando la obtencin de recursos.
6 La participacin activa de la comunidad lleva a una comprensin ms
autntica y profunda de la realidad. Parte de su realidad concreta,
definiendo el problema desde la perspectiva de los participantes. La IAP
fomenta el desarrollo del saber popular y enriquece el saber cientfico.
7 La IAP tiene un carcter dialgico. El dilogo lleva al desarrollo de
conciencia crtica de los participantes, facilita la comunicacin entre
106 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Las principales fases para la implementacin de una IAP son (ver Figura1):
Son mltiples las estrategias que permiten articular procesos de IAP. En esta
seccin se ha optado por abordar las coaliciones comunitarias y el foro comunitario
por varias razones: (a) Implican trabajar con grupos de personas; (b) Permiten
compatibilizar los diferentes intereses de los implicados; (c) Proporcionan las
herramientas necesarias para una comunicacin constante entre las personas
implicadas; (d) Estn orientadas a la prctica/ ejecucin de acciones; (e) Posibilitan
diferentes grados de implicacin de los integrantes/ participantes y (f) Posibilitan
relaciones igualitarias entre los implicados, poniendo al mismo nivel el conocimiento
y experiencia de las comunidades, de investigadores y de profesionales (Garca-
Ramrez, Paloma, Balczar & Surez-Balczar, 2009).
Momento de Una vez identificados los lderes del contexto, las personas motivadas
configuracin e interesadas en participar y las personas implicadas en el proceso de
de la coalicin LM, desde el pre-parto hasta los tres meses del beb.
en el contexto
del proyecto de
investigacin
Duracin 24 meses
trabajan en su entorno; (b) Compartir los resultados de las fases previas del proceso
de IAP, como la fase de evaluacin de necesidades; (c) Dar a conocer buenas
prcticas basadas en la evidencia protagonizadas por otras comunidades
semejantes, facilitando procesos de mentora; (d) Discutir las dimensiones de los
problemas sociales que se estn abordando y discutir las estrategias para su
solucin; (e) Facilitar la creacin de grupos de trabajo que intercambien inquietudes
y sugerencias; y (f) Brindar la oportunidad a las comunidades de participar en
actividades organizadas a nivel comunitario.
Los grupos de trabajo se enmarcan como una actividad dentro del foro
comunitario. Su objetivo consiste en facilitar la organizacin de los participantes en
el foro. En estos grupos, los participantes se esfuerzan por reflexionar sobre un
aspecto concreto del fenmeno social sobre el que estn trabajando, las
dificultades para participar activamente en la solucin del mismo y lo que necesitan
para superarlas. Entre los miembros del grupo eligen un portavoz, un secretario y
un lder, roles que pueden rotar de una sesin a otra. Para el buen funcionamiento
de estos grupos es conveniente que el personal investigador facilite una serie de
herramientas que orienten el trabajo.
Hay algunas medidas que se pueden llevar a cabo para facilitar el xito del
foro comunitario, entre las cuales aparece en: (a) Llevar a cabo una adecuada
difusin de la actividad; (b) Proporcionar comida, caf, etc., en los descansos o al
finalizar la sesin; (c) Que en la organizacin del foro se impliquen lderes
comunitarios; (d) Disponer de una espacio adecuado (accesible, espacioso,
confortable, con buena audicin, etc.) y contextualizarlo para la ocasin; (e) Llevar
los materiales necesarios para el trabajo (folios, bolgrafos, pizarras, proyector,
ordenador, etc.); (f) Realizar fotografas, vdeos, etc.
Objetivos del (a) Facilitar el encuentro entre las mujeres del barrio y entre estas y
foro los/las profesionales que trabajan en l; (b) Compartir los resultados
comunitario del proceso de evaluacin de necesidades con la comunidad; (c)
Dar a conocer una buena prctica semejante a la que estaban
desarrollando las mujeres; (d) Discutir las dimensiones de los
problemas de participacin de las mujeres del barrio en cuestin,
identificados desde una perspectiva de gnero, y discutir las
estrategias para su solucin; y (e) Facilitar la creacin de grupos
de trabajo para el intercambio de inquietudes y sugerencias.
Momento de Realizada la evaluacin participativa de necesidades.
celebracin
del foro en el
contexto del
proyecto de
investigacin
Difusin Carteles y dpticos informativos, llamadas telefnicas, boca-oreja.
Participantes - 8 mentoras, 34 lderes comunitarias, 3 investigadores y 4
estudiantes universitarios, 4 profesionales del ayuntamiento y 6
agencias de servicios.
Algunos - Sala espaciosa, con buena luz y sonido, y accesible
recursos - Sillas mviles y mesas
materiales
necesarios
Manual de intervencin comunitaria en barrios 117
Objetivos del (a) Revisar y diseminar los resultados obtenidos en las fases
foro anteriores del proyecto sobre las barreras para la integracin que
comunitario encuentran los inmigrantes marroques en las comunidades
andaluzas; (b) Obtener retroalimentacin por parte de la comunidad
de los resultados obtenidos; (c) Elaborar un plan de accin para
promover las fortalezas detectadas; as como prevenir y minimizar
las debilidades que amenazan la integracin comunitaria y el
bienestar de los marroques; y (d) Estimular a las comunidades para
la accin.
Momento de - Al final del proyecto, como mtodo de triangulacin de la
celebracin informacin y estimulacin de un plan de accin coordinado y
del foro en el desarrollado por la propia comunidad.
contexto del - Se celebraron dos foros, uno en Sevilla y otro en Almera con el
proyecto de objetivo de maximizar la participacin y el acercamiento a la
investigacin comunidad.
Estrategias Carteles informativos, llamadas telefnicas, boca-oreja.
de difusin
Participantes - En Sevilla: 6 mentores, 12 personas de apoyo y 40 agentes
(perfil y comunitarios (profesionales de servicios comunitarios, polticos,
nmero) empresarios, lderes religiosos, vecinos marroques y espaoles).
- En Almera: 3 mentores y 11 agentes comunitarios (profesionales
de servicios comunitarios, lderes comunitarios, vecinos
marroques y espaoles).
Algunos - Sala espaciosa con buena luz y sonido, y accesible, con mesas
recursos y sillas mviles. Con buena luz y sonido, y accesible.
necesarios - Materiales decorativos para contextualizar el espacio.
- Pizarras para los grupos de trabajo, folios y lpices.
- Micrfono, grabadoras y cmara de fotos.
- Comida para el desayuno y el almuerzo.
Duracin Sevilla: un da completo, incluido el almuerzo (desde 10:00 21:00 h.)
Almera: una maana (desde 10:00-14:00 h.)
Actividades 1 Bsqueda y contacto con los participantes.
realizadas 2 Convocar a los participantes.
3 Inicio del foro: presentacin del proyecto y justificacin del foro.
Indicar la estructura del da.
4 Presentacin de resultados hallados en el proyecto. La
informacin es presentada mediante poster y la explicacin de
los investigadores. Se crea un ambiente de trabajo interactivo
donde se entablan debates y se responden preguntas. Se
aproxima la teora a la prctica y se empiezan a crear redes en
torno a las temticas planteadas.
5 Divisin de las personas en grupos de trabajo segn la temtica
de su inters.
6 Debate 1 en pequeos grupos. Se aplica la tcnica de debate
Phillips 6/6. Identificacin del problema que les afecta y las
estrategias para solucionarlo.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 119
Bibliografa
CAPTULO
QUINTO:
La intervencin en espacios
de alta diversidad humana y
cultural mediante
procedimientos construidos:
el grupo de participacin
ciudadana de El Fraile
36
Martn Vzquez, Carolina, Psicloga y tcnica del proyecto Puzzled by Policy. Zapata
Hernndez, Vicente Manuel, Profesor Titular de Geografa Humana de la Universidad de
La Laguna y Director Acadmico del Observatorio de la Inmigracin de Tenerife. Mesa
Marrero, Alexis, Gegrafo y coordinador del proyecto Juntos En la misma direccin.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 125
Introduccin
facilitaba el logro de los objetivos en cada fase del proceso que estaba por
comenzar, dada la experiencia previa que atesoraban, as como por la vinculacin
con el objetivo general que se trataba de conseguir.
No obstante, era necesaria la congregacin de ms entidades y personas
en torno a la consecucin del objetivo general que fueran, en definitiva,
representativas de la pluralidad del barrio. Se realiz una primera convocatoria
abierta a todas las personas y entidades del barrio que quisieran participar para
presentar la propuesta y tratar de comprometerlos en su logro. A partir de entonces,
aunque se ira cimentado con el transcurso por las cuatro fases del proceso, se
puede hablar del Grupo de Participacin Ciudadana de El Fraile.
Tipologa Descriptor
Asesoramiento en asociacionismo
Actividades para favorecer el conocimiento del patrimonio y de los
juegos tradicionales canarios
Actividades de dinamizacin intercultural y acompaamiento
Infraestruc - Centro de Salud
turas y Colegio de Educacin Infantil y Primaria
espacios Centro Cultural
comunes Pabelln deportivo
Campo de ftbol
Polideportivo
Casa de la Juventud
Guardera municipal
Plazas pblicas(2)
Locales sociales de la Parroquia
Locales sociales de la Mezquita
Sede social de la Asociacin de Mayores Fraisa
Sede Social de la Asociacin Senegalesa DIAPO
Casa de Senegal de la Asociacin de La Voz de las Mujeres
Senegalesas en Tenerife.
37
Ya sea en representacin de una persona particular o en representacin de una entidad.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 133
territorio. Un procedimiento que ha sido til en todos los encuentros pero, quiz,
de manera especial en esta fase, consista en visibilizar, de forma fija y actualizada
a travs de murales que iban completando el equipo de facilitadores/as, las
relaciones existentes entre los diferentes elementos que se estaban considerando
(recursos, objetivos especficos y actividades) y los acuerdos que se iban adoptando
por el Grupo.
Los resultados operativos obtenidos por el Grupo de Participacin
Ciudadana de El Fraile fueron: haber identificado un conjunto de actividades para
el logro de los objetivos especficos y en especial, haberse reconstruido a nivel
organizacional dada la nueva funcin que se asuma, la ejecutiva, sin perder la
motivacin para seguir trabajando por el objetivo general.
Objetivos
Actividades propuestas Grupos operativos
especficos
4.4 Actuando
Bibliografa
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142 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
CAPTULO
SEXTO:
Mujeres creadoras de
convivencia intercultural
38
Licenciada en Psicologa. Mster en Cooperacin al Desarrollo, Postgrado en Acom-
paamiento Psicosocial, Mster en Estudios de Gnero e Investigadora en intervencin
psicosocial con grupos de mujeres.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 143
Introduccin
Entre una y otra orilla-realidad, las mujeres van recomponiendo con los
distintos elementos, algo nuevo que no rompe sino que enriquece los largos
procesos de integracin. As se va generando la interculturalidad
(adaptacin de Bel Adell, 1996: 104).
Estas son algunas de las cuestiones crticas que nos interpelan, en las que
consideramos importante detenernos si deseamos acompaar procesos de
construccin de convivencia intercultural desde la perspectiva de gnero.
Comenzamos este captulo de lectura, reflexiones y aprendizajes compartidos
inspirados por estas cuestiones fundamentales a las que nos gustara ir creando
respuestas y posibilitando de esta manera, espacios y procesos de
empoderamiento dirigidos a la construccin de convivencia intercultural junto a las
mujeres que viven en contextos de diversidad cultural.
39
Hablamos de MUJERES porque, tal como apunta Carmen Gregorio en su libro Mujeres de un solo
mundo (Gregorio, 2002), queremos: (hacer) referencia a las mujeres en plural a la vez que se seala su
pertenencia a un solo mundo: pretendo poner de manifiesto su diversidad al mismo tiempo que dar cuenta
de su similar posicin de subordinacin a escala planetaria. Nombrando a las mujeres en plural se quiere
huir de la categora esencializadora mujer en singular, para poner el nfasis en los distintos significados
que la diferenciacin de gnero toma en contextos histricos y sociales especficos.
146 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
variable del gnero con otras variables (como la etnia, la clase social, la situacin
de regularidad administrativa entre otras) nos acercaremos a una mejor
comprensin del funcionamiento de sociedades, barrios, culturas y procesos
personales. Este anlisis de las relaciones, de las instituciones y espacios
compartidos ha de ser la base desde la que acompaaremos a las mujeres en
acciones, programas, espacios, etc., que derriben las barreras (segn categoras
de gnero, etnia) que impiden el desarrollo integral de las mujeres y hombres;
desde las que iremos creando una sociedad desde relaciones de convivencia
intercultural e igualdad entre mujeres y hombres de todas las culturas.
Sin embargo, el papel de las mujeres como constructoras de convivencia
sigue siendo ocultado e infra-reconocido. As pues, un inicio fundamental consiste
en visibilizarlo y reconocerlo: Este anlisis desde la categora de gnero nos brinda
claves para entender qu procesos socio-culturales-econmicos imponen que haya
personas que estn sufriendo dobles y triples discriminaciones. Y, desde el
reconocimiento de sus labores de articuladoras de convivencia en espacios
pblicos y privados y de las vivencias que implican estos procesos, podremos
disear y llevar a cabo procesos de empoderamiento y acompaamiento con las
mujeres para mejorar sus vivencias y situaciones.
Apostamos, por tanto, por la construccin de una convivencia intercultural
por la que mujeres de diferentes culturas puedan transitar ms all de estereotipos
y prejuicios que albergamos (cada una de nosotras y de nosotros) sobre otras
identidades culturales. Y esto gracias al acompaamiento y creacin de relaciones
en espacios de convivencia que nos permitan tomar conciencia y derribar fronteras
internas (y lmites mentales), as como hacer posibles procesos de empoderamiento
colectivo desde los procesos identitarios que comparten como mujeres.
En este captulo queremos aportar reflexiones, herramientas, estrategias,
tomas de conciencia de nuestros modelos y categoras sobre mujeres y migracin
(como personas que trabajamos en intervencin social con mujeres); dirigidas a
acompaar procesos junto a las mujeres que tejen convivencia sin sobrecargarlas
de responsabilidades, sino logrando una transformacin que mejore su calidad de
vida y sus relaciones afectivas y sociales.
Mujeres de todas las culturas: no diferenciamos entre mujeres de la
sociedad de acogida y mujeres migrantes, puesto que son todas quienes
construyen convivencia, quienes crean lazos y vnculos que unen como puentes a
las familias y comunidades. Mujeres que comparten los modelos de feminidad del
sistema patriarcal que actualmente caracteriza a las culturas (tanto de la sociedad
de acogida como de las sociedades de origen de las migraciones).
Sin embargo no es sencillo ni fcil para las mujeres adoptar estos roles y
ser mediadoras en estos procesos, puesto que se suman y aaden a las funciones
tradicionales de esposa y madre, cuidadora del hogar y salvaguarda de los valores
de su subcultura a travs de la educacin de los hijos.
No podemos obviar que esto les otorga una fuerza fundamental de cambio,
no solo en la transformacin de su vida y funciones, sino en impulsar y afianzar los
proceso democrticos aportando su singularidad y su visin especfica al conjunto
de los cambios que se van produciendo (p. cit.: 96) pero hemos igualmente de
reconocer la complejidad que entraa, as como la sobrecarga y responsabilidad
que las sociedades depositan en ellas al ser en el grupo familiar un elemento de
estabilidad difcil de sustituir.
De este modo, en el trabajo de acompaamiento a mujeres para que sean
agentes de transformacin hacia la convivencia intercultural, hemos de iniciar
dichos procesos junto a ellas desde lo que significa y supone el que ellas sean
guardianas de las tradicionales, protectoras de las identidades culturales y
nacionales (Bel Adell, 1994; Juliano, 2000).
Estas responsabilidades compartidas que las culturas les atribuyen, facilitan
la articulacin y los encuentros entre las mujeres de diferentes culturas (de sociedad
de origen y migrantes), a la vez que unas y otras se sienten responsables de hacer
que se mantengan y protejan sus tradiciones culturales. Vivencias y experiencias
compartidas de gran responsabilidad y dificultad. Pero ser compartiendo historias,
dificultades, esperanzas, ilusiones donde se generen vnculos y procesos para
que mujeres, desde las relaciones, sigan transformando sus barrios en lugares de
convivencia intercultural desde la igualdad de gnero.
Ellas, como tejedoras de convivencia, como creadoras de relaciones
interpersonales para sus familias, se convierten as en agentes de transformacin
social. A lo largo de este captulo acompaaremos procesos de transformacin
personal que posibiliten aperturas, transitar por espacios interiores que ofrezcan
lugares de encuentro en el contexto de barrios. Desde ah, ellas mismas recrearn
y posibilitarn nuevos modelos de relaciones en unos nuevos lugares donde sientan
que sus identidades culturales no se pierden sino se enriquecen.
Desde el modelo de intervencin que vamos construyendo, dirigido a la
convivencia intercultural desde perspectiva de gnero, tanto mujeres como hombres
desarrollarn nuevas dimensiones de relaciones, responsabilizndose unas y otros
en crear espacios y relaciones de encuentro con familias y personas con las que se
comparten los barrios, ciudades, comunidades.
150 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
40
En la transformacin constante e inevitable que caracteriza el transcurrir del tiempo y los cambios de
modelos socio-histrico-culturales, las relaciones y dinmicas de mujeres y hombres se van transfor-
mando en las diferentes dimensiones (con mayor rapidez e impacto en los dos ltimos siglos). En la ac-
tualidad podemos diferenciar cuatro modelos de gnero: Modelo tradicional, modelo en transicin,
modelo contemporneo y modelo de la igualdad (Sara Velasco, 2009). Hacemos referencia de manera
fundamental al modelo de gnero tradicional
41
Actividades tambin ignoradas por el modelo econmico actual donde la visibilidad y reconocimiento
se relaciona con la ganancia econmica. Por ejemplo: Ejercicio maternidad o su labor de tejedoras de re-
laciones, constructoras de convivencia.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 151
Tu mirada me constituye.
Nos constituimos por la mirada de las otras personas que nos rodean, con
las que convivimos42.
42
(Juliano, 2000).
Manual de intervencin comunitaria en barrios 153
Para ello, nos gustara plantear algunas claves sobre las cuales reflexionar:
En este apartado, inspirados por las palabras de Carmen Bel Adell (1996:
96-97) optamos por acercarnos a las vivencias y experiencias de las mujeres en
sus procesos migratorios, para reflexionar sobre ellas.
Nada ms alejado de nuestro inters que esencializar ni generalizar la
experiencia de las mujeres migrantes. Pero consideramos oportuno conocer
estudios que explican las riquezas, dificultades, incertidumbres y sobrecargas que
las mujeres como claves de la construccin de la convivencia intercultural (para sus
familias, su cultura de origen y la sociedad de acogida).
Comenzar con las palabras de Dolores Prez Grande (2000: 388) nos permite
partir desde la toma de conciencia de la fortaleza que las mujeres despliegan en los
procesos migratorios: La mujer migrante es una mujer que ha abandonado lugar de
origen y est formando nuevas estrategias de convivencia. Esta mujer ha dado pues,
muchsimos pasos en el sentido de lo que podramos llamar de autonoma, de toma de
decisiones, de asumir riesgos y responsabilidades. No estamos ante una mujer a la que
el mundo se le abre la llegar a la sociedad receptora, sino que llega aqu porque tiene el
mundo ya abierto. De lo contrario, no se movera del lugar de origen.
Carmen Bell Adell (1996:102) ha inspirado el ttulo de este apartado: La mujer
inmigrante, como todos los inmigrantes, vive entre dos culturas pero es quien
siente la responsabilidad y es la encargada de establecer un puente entre ambas.
La mayora de los pueblos tiene clara conciencia de que la especificidad de la cultura se
transmite por lnea femenina; de que las mujeres son agentes activos de perpetuacin
cultural aunque, paradjicamente, no se les reconozca pblicamente.
Dolores Juliano (2000) igualmente pone de manifiesto, en la misma lnea,
que la mayora de pueblos tiene clara conciencia de que la especificidad cultural
se transmite por lnea femenina.
Remei Sipi (2000) ha identificado dimensiones y experiencias que las
mujeres migrantes han tenido que desplegar para dar respuesta a los
requerimientos y necesidades que sus familias, y culturas, necesitaban:
Haber tenido que ser ms tolerantes ante la pluralidad de valores sin sentir
amenazados los suyos, para desarrollar las dimensiones anteriores.
Mostrar una mayor capacidad y aptitud para manejarse en la vida diaria
en nuevos contextos socioculturales, y tener mayor facilidad para
desarrollar comportamientos aceptados en las nuevas sociedades.
Mostrarse ms decisivas a la hora de facilitar la integracin en los nuevos
contextos socioculturales, al jugar un rol en las familias relacionado con la
formacin de opiniones, actitudes y comportamientos en los hijos.
Los resultados de los citados estudios muestran cmo las mujeres hacen
posible la riqueza del encuentro intercultural gracias a su papel como agentes de
integracin cultural.
Sin embargo, en nuestro compromiso por acercarnos a las experiencias y
vivencias de las mujeres, as como por ofrecer claves para la reflexin que nos permitan
acompaar procesos de participacin, sentimos que hemos de profundizar en estos
roles y vivencias y encontrar igualmente las dificultades a las que se enfrentan las mujeres
migrantes a la hora de dar respuesta a las demandas que se les plantean por su rol en
los modelos tradicionales de relaciones (Bel Adell, 1996: 102):
interrogante como resultado y parte de los procesos con mujeres en los que
deseamos participar y acompaar.
Nos situamos de este modo, desde una conviccin personal, en la
construccin de convivencia desde el aprendizaje mutuo y participativo. Una
conviccin personal, porque partimos una premisa: que si deseamos acompaar
procesos participativos en los que las mujeres sean agentes reconocidas de la
construccin de convivencia, debemos pensar el mismo acompaamiento en un
proceso participativo. La participacin comunitaria se aprende desde procesos que
de por s son participativos y van posibilitando que las mujeres se reconozcan en
esos roles y funciones (que como hemos visto, debido a las sociedades patriarcales,
no han podido desarrollar esa dimensin del individuo).
Procesos de acompaamiento desde el paradigma del empoderamiento que
realizaremos junto con todas las mujeres que conviven en los espacios colectivos
para que se reconozcan y desarrollen, de manera ms participativa, su rol de
puentes de encuentro de comunidades diversas culturalmente.
Mujeres de diferentes orillas que se encuentran en los puentes que unen sus
culturas y en estos espacios simblicos de encuentro, donde sus roles de
mediadoras y tejedoras de convivencia son compartidos, articularemos los procesos
personales y colectivos de empoderamiento.
Los siguientes encuentros, una vez que el grupo se ha constituido,
permitirn que las mujeres se reconozcan desde los lugares sociales que ocupan
como colectivo que comparte un mismo modelo de gnero, puesto que hemos visto
que el modelo tradicional de feminidad articula mandatos y estereotipos que
trascienden y unifican las culturas. Desde el grupo que vamos acompaando se
hace posible compartir vivencias, a la vez que se proporcionarn espacios para que
las vivencias individuales puedan ser tomadas en consideracin. Esto debe
articularse con el respeto a la diversidad y a la singularidad de la posicin de cada
mujer, puesto que tiene unas demandas concretas fruto de su cmo la cultura
mediatiza y entiende el modelo tradicional.
En este proceso por el que el grupo se identifica como tal por experiencias
y dificultades compartidas, Silvia Tubert (2003) pone de manifiesto la importancia
de reflexionar colectivamente sobre la construccin de la alteridad; puesto que,
muchas veces, aquello que impide la normalizacin y convivencia entre personas
de diferencias culturas son las categoras explicativas y definitorias que tenemos
para considerar y entender lo otro, la otra, lo diverso y diferente de otras
culturas.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 165
Desde estas reflexiones colectivas sobre las categoras con las que nos
relacionamos con la alteridad, creemos interesante que el propio grupo tome
conciencia del desmesurado inters por insistir en los aspectos que diferencian a
los grupos de mujeres ms que encontrar los posibles elementos que las unen
(Agrela, 2002: 363). Como apunta la autora, existe un inters implcito que radica
en que, si insistimos en que son las diferencias e identidades culturales las
responsables de los factores de exclusin, la cultura de origen no tendr que realizar
un proceso de introspeccin para reconocer los factores socio-poltico-
econmicos-culturales que realmente provocan que mujeres migrantes se
encuentren en los niveles ms bajos de la estratificacin social.
Estos espacios de reflexin y conocimiento que se va generando de manera
colectiva, nos permitirn ir construyendo relaciones equitativas y de encuentro en
los espacios vecinales y comunales compartidos.
Desde estos espacios nos abrimos y conocemos la otredad y podemos
transitar conjuntamente senderos que hasta entonces podan estar limitados por
fronteras y desconocimientos.
Consideramos que hay otras dimensiones relevantes que el grupo de
mujeres podra trabajar grupalmente para seguir encontrndose, y desde ah,
construir convivencia intercultural:
Desde las problemticas que se han vivido en los barrios, en los espacios
vecinales, en los de convivencia, etc., acogemos y partimos de las necesidades
sentidas por las mujeres. El grupo se hace cargo de ellas y buscan vas para poder
solucionarlas.
Las transformaciones que realizan las mujeres, en las que asumen nuevos
roles y participan activamente en espacios pblicos y asociativos, pueden
generar inseguridades y miedos en el sistema familiar ante los cambios de
los roles, lo cual dispara a menudo tensiones y conflictos.
Estas problemticas y vivencias se elaborarn de manera grupal con las
mujeres, desarrollando habilidades para la gestin de conflictos as como
fortaleciendo los procesos personales para la deteccin temprana de
situaciones violentas.
Por otra parte, desde nuestro compromiso con la transformacin desde la
igualdad de gnero, nuestro reto, y el horizonte al que aspiramos, es la
construccin de relaciones de convivencia en las que las mujeres puedan
ir ms all de los roles tradicionales, en las que los hombres puedan
desarrollar dimensiones sus dimensiones ms afectivas y emocionales
(puesto que son dimensiones que el modelo tradicional de masculinidad
no las contempla como manera de relacin).
Es oportuno que el grupo tome conciencia, a partir de la reflexin grupal, sobre
la transformacin de roles como un proceso personal que se realiza de manera
introspectiva, en el que revisamos cmo se relaciona nuestra manera de
entendernos y entender nuestro mundo con los modelos de gnero existentes
en la sociedad y cmo estos se van incorporando en nuestra identidad. El
conocimiento de los procesos permitir que puedan ser agentes de
transformacin de sus familiares, posibilitando (en hijos, hijas, parejas) que
reflexionen y tomen conciencia sobre el modo como trascender los modelos
de gnero tradicionales posibilita un desarrollo ms integral.
desarrollado en este captulo) en espacios vecinales en los que los hombres puedan
tener la oportunidad de transformacin.
Estimamos oportuno que se puedan elaborar las vivencias, problemticas
y procesos relacionados con la violencia (en su significado ms amplio) en estos
espacios reflexivos y comunitarios. Se trata de fomentar relaciones familiares,
afectivas, comunitarias, vecinales, etc., desde la igualdad, el respeto a la dignidad
de las otras oportunidades y la libertad para que la otra persona pueda desarrollarse
de la manera elegida es una de las claves fundamentales para conseguir nuestro
reto de una convivencia intercultural desde la perspectiva de gnero.
El proceso de Empoderamiento desde los Encuentros sobre el que hemos
estado reflexionando y que hemos estado construyendo a travs de estas pginas,
es una propuesta que requiere ser transformada por los grupos de mujeres. Ellas
transformarn este proceso a medida que se va desarrollando, de manera que
pueda facilitarles a ellas sus procesos personales y colectivos.
Espacios como las Asociaciones de Padres y Madres de los centros
educativos, asociaciones surgidas por diferentes motivaciones (asociaciones
culturales, vecinales, de mujeres, de espacios de ocio, de incidencia poltica, ONG),
espacios creados y posibilitados por los Servicios Sociales o Centros de Educacin
de Personas Adultas son algunos, de los muchos, lugares donde podemos
acompaar estos procesos de Empoderamiento desde los Encuentros.
Nos gustara acabar este captulo desde una inspiracin de Paulo Freire que
nos permite seguir teniendo viva la utopa de reconstruir nuestras sociedades,
barrios y comunidades desde unas relaciones afectivas con las que desarrollarnos
y desplegar, mujeres y hombres, todo aquello que vamos deseando de sus vidas:
No somos seres de adaptacin sino de transformacin (Freire, 1997:26).
Manual de intervencin comunitaria en barrios 169
Bibliografa
II PARTE:
Manual de intervencin comunitaria en barrios 173
Experiencias
de las que extraer
un aprendizaje
174 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
CAPTULO
SPTIMO:
El papel de las
comunidades
de aprendizaje y
de la escuela intercultural
43
Armando Macas, presidente de la Asociacin de Participantes gora; M ngeles Se-
rrano, educadora de la Escuela de Personas Adultas La Verneda-Sant Mart y profesora
de Sociologa de a Educacin en el Departamento de Teora Sociolgica, Filosofa del
Derecho y Metodologa de las Ciencias Sociales de la Universitat de Barcelona; y Bernat
Or, coordinador de la Escuela de Adultos de la La Verneda Sant Mart
(http://www.edaverneda.org)
Manual de intervencin comunitaria en barrios 175
Introduccin
44
Para ms informacin, consultar: http://utopiadream.info/ca/
176 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
con todos las personas actoras sociales implicadas: tanto el claustro como el resto
de agentes de la comunidad (si es posible), para debatir y trabajar sobre los
conocimientos que los nios y nias y las personas de hoy necesitarn para superar
las situaciones de desigualdad social en el nuevo contexto informacional, y
desenvolverse con xito en las distintas esferas de su vida personal y laboral.
Tras la fase de sensibilizacin, es preciso que la comunidad tome una
decisin antes de iniciar el proyecto de transformacin del centro en Comunidad
de Aprendizaje. Esta decisin supone un debate entre todos los miembros de la
comunidad educativa sobre lo que implica la transformacin de su centro en
comunidad de aprendizaje; haber alcanzado un acuerdo mayoritario; no nicamente
del equipo directivo y del claustro del centro, sino tambin del consejo escolar y
los familiares; adems de contar con el apoyo de la comunidad (entidades del
barrio, agentes sociales, asociaciones, etc.) y de la administracin educativa.
Una vez tomada la decisin de transformarse en Comunidad de Aprendizaje,
el primer paso es el sueo. En esta fase, todos los agentes sociales del centro
(familiares, profesorado, alumnado, personal no docente, asociaciones, entidades)
piensan y acuerdan qu modelo de escuela quieren bajo el lema: que el aprendizaje
que queremos para nuestros hijos e hijas est al alcance de todas las nias y nios
y escoge la forma de representar esos sueos para visibilizarlos a toda la comunidad
educativa. Hay escuelas que los representan a travs de un tren de sueos, nubes,
en un gran rbol donde cada hoja es un sueo, en un jardn de sueos, etc.45
A travs del sueo compartido se establece un proyecto conjunto de
igualdad que tiene el mismo objetivo: que el aprendizaje que queremos para
nuestros hijos e hijas est al alcance de todos los nios y nias, y no solo de unos
y unas cuantas. No se trata solo de ver qu les podemos dar a unos nios y nias
(quizs inmigrantes, por ejemplo) sino de conseguir la igualdad de oportunidades y
de resultados para todos el alumnado. Slo con una pedagoga de mximos
podemos trabajar para conseguir contextos educativos ms igualitarios y resolver
los problemas de convivencia que genera la falta de igualdad.
La escuela no puede conseguir por s sola hacer realidad tal escuela soada.
Tampoco lo puede conseguir nicamente con la implicacin del profesorado. En
estos momentos continuamos funcionando con una escuela heredera de una
sociedad industrial, y que tiene muy poco que ver con la sociedad de la informacin
(Aubert et al. 2008). Ante esta situacin, tenemos dos posibilidades: la primera
opcin es dejar la escuela como est, perpetuando la exclusin social del alumnado
con menos recursos y que sufre ms desigualdades. La segunda opcin consiste
en plantearnos la transformacin de la escuela en comunidad de aprendizaje,
logrando superar la exclusin y el fracaso escolar. Elegir esta ltima opcin es hacer
los sueos realidad.
A continuacin, partiendo del conocimiento de la realidad y de los medios
con los que se cuenta, se establecen las prioridades del sueo. Mediante una
asamblea en la que participa toda la comunidad educativa se consensuan las
decisiones sobre la planificacin, y se forman las diferentes comisiones mixtas de
trabajo. Las comisiones de trabajo estn formadas por representantes de la
comunidad educativa, y son responsables de ejecutar las prioridades establecidas
tras la fase del sueo. Cada Comunidad de Aprendizaje establece sus comisiones,
45
Para ver ejemplos de sueos que se han llevado a cabo en escuelas que ya son Comunidades de Apren-
dizaje, consultar: http://utopiadream.info/ca/?page_id=865 (consultado el 30 de noviembre de 2012)
178 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
lugares donde acudi, fue a la Escuela, para aprender cataln y castellano. Desde
el primer momento se implic en el Grupo Multicultural de la Escuela y a partir de
aqu, el ao siguiente ya se ofreci a participar como voluntario en los cursos de
ingls inicial, donde contina. O Naumon, paquistan tambin, que despus de un
curso de castellano oral y de participar en diferentes actividades que organizaba la
Escuela, se anim a colaborar en las clases de informtica, porque es la carrera
que haba estudiado en su pas.
Esta realidad tan diversa es la que nos encontramos en nuestras entidades
y escuelas, la tenemos que saber aprovechar, porque es un recurso que puede
ayudar mucho a la mejora del aprendizaje de todos y todas. Es un buen ejemplo,
como el que las personas participantes en la tertulia literaria dialgica hayan
animado a Antoine (un chico senegals que empez con las clases de cataln y
despus sigui con la tertulia) a ayudar en las clases de francs, como modo de
poder ensear lo que sabe, y reforzar a la vez su aprendizaje del cataln y del
castellano. Las tertulias literarias dialgicas son encuentros de personas adultas
sin ttulos acadmicos, que leen, discuten y comparten los clsicos de la literatura
universal: desde el Romancero gitano de Lorca al Ulises de Joyce. A travs de un
dilogo igualitario, los participantes en estas reuniones desarrollan interpretaciones
nuevas y ms profundas de los textos clsicos; algo que no podan hacerlo solos,
transformando su proceso de aprendizaje y su vida personal (Serrano, Mirceva, &
Larena, 2010).
Y es que, igual que Vinod, o Antoine, muchas personas inmigrantes tienen
como segunda lengua el ingls o el francs, y este es un elemento muy interesante
que tener en cuenta. Desde hace tres aos, tiene xito el proyecto de intercambio
lingstico entre los participantes de castellano y cataln oral, y los participantes de
ingls y francs. As, por ejemplo, una persona inmigrante de Marruecos que quiere
aprender el cataln comparte una hora de conversacin con una persona
catalanohablante que quiere aprender el francs, y las dos desempean al mismo
tiempo los papeles de voluntarios y de aprendices, crean un vnculo de relacin
intercultural y consiguen acelerar ms el aprendizaje de la lengua.
Pero no todos son antiguos o actuales alumnos y alumnas. Gracias a la
difusin del boca-oreja, muchos vecinos se enteran de que muy cerca tienen un
espacio dnde colaborar. Por ejemplo, Amina es una chica marroqu de Vinars que
ha estudiado la carrera de Traduccin e Interpretacin, y que desde hace unos
meses vive cerca del barrio. Mientras estaba en el paro tena ganas de hacer
voluntariado, y a travs de una participante de la Escuela vecina suya nos conoci.
Y desde entonces ha colaborado en alfabetizacin y en la clase de terica del carn
de conducir: los chicos y las chicas marroques te preguntan y puedes traducir
bien. Ellos se sienten ms seguros y con ms confianza; ves que siempre quieren
que ests a su lado para poder aprender ms las cosas. Ahora est colaborando
en las clases de ingls: me gustan las clases, la gente, la multiculturalidad y la
participacin que hay.
Tambin es importante que nuestros proyectos educativos y sociales estn
abiertos a la participacin de todo el mundo. Desde el primer da en el que llegan a
la Escuela un participante o un voluntario, ya pueden participar en sus espacios de
decisin y aportar como uno ms en su funcionamiento. En todos estos espacios,
adems, intentamos que haya personas voluntarias que traduzcan simultneamente
lo que se va diciendo, para que todo el mundo vaya siguiendo las reuniones,
pudiendo tambin aportar y participar en igualdad. Nos encontramos as, Consejos
de Centro con intervenciones en cinco lenguas diferentes, y cmo esta diversidad
184 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
no es una dificultad ni una barrera, sino una oportunidad para tener ms riqueza de
argumentos.
Es en este sentido, que creemos y apostamos por reflejar en todos los
rganos de gobierno de nuestra Escuela la diversidad que nos encontramos en las
aulas y en la calle. Desde hace muchos aos, en las Juntas de las dos asociaciones
que gestionan la Escuela, gora y Heura, hay personas de diferentes culturas. Y en
estos momentos, por ejemplo, tenemos un presidente ecuatoriano y una
vicepresidenta marroqu.
Las personas colaboradoras, pues, tienen voz y voto en todos los rganos
de gobierno de la Escuela. Ser voluntario va ms all de colaborar en una clase.
Llegas y ya puedes participar activamente en todo. Es un funcionamiento que
genera mucha creacin de sentido.
Como hemos visto, el voluntariado genera mucha riqueza, y sobre todo un
mayor aprendizaje para el alumnado. Y la incorporacin de voluntariado inmigrante
adems, tiene un efecto muy importante hacia el entorno inmediato, que debemos
tener muy presente en la poca en que vivimos: las personas de otras culturas no
son vistas como un problema, sino como una ayuda para aprender ms.
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Comunidades de Aprendizaje. Revista Interuniversitaria de Formacin del
Profesorado, 14(64,1), 11-15
186 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
CAPTULO
OCTAVO:
Deconstruccin de
rumores y prejuicios: la
Xarxa BCN antirumors
del Ayuntamiento de
Barcelona
46
Programa Bcn Interculturalitat. Direcci de Serveis dImmigraci i Interculturalitat.
Ajuntament de Barcelona.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 187
47
Pla BCN Interculturalitat. Ajuntament de Barcelona. Disponible online el 12 de noviembre de 2012 en la
pgina Web: http://www.interculturalitat.cat
48
Ibd. P. 17.
49
Ibd. P. 50
188 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
50
Com Abordar els rumors. Manual per comprendrels i dissenyar estratgies per contenir-los. Diputaci de
Barcelona. 2010. P. 29
51
Ibd. P. 57
52
Guia Prctica per a lAgent Antirumors. Com combatre els rumors i estereotips sobre diversitat cultural a
Barcelona, Ajuntament de Barcelona. 2011. P.31
Manual de intervencin comunitaria en barrios 189
Los jvenes: para los que se han creado actividades anti-rumores ad hoc,
como por ejemplo el taller de hip-hop Rimando rumores.
Los trabajadores de la administracin pblica: se ha incluido un mdulo
anti-rumores en la formacin que se les ofrece sobre gestin de la
diversidad cultural.
2.1 Antecedentes
53
Cfr. http://bcnantirumors.cat/quisom/materials-de-la-xarxa/guia/manual-combatre-rumors-i-este-
reotips-sobre-diversitat-cultural-bar
190 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
2.2 Evolucin
5 Convivencia
5.1 Integracin social
5.2 Cumplimiento de leyes y normas
6 Mercado laboral
7 Estereotipos sobre mujeres migradas
8 Estereotipos jvenes de origen inmigrado / hijos e hijas de personas
migradas
9 Estereotipos sobre las religiones, en particular el Islam.
10 Datos sobre la aportacin econmica de los inmigrantes al sistema
social y econmico de acogida
54
http://www.bcnantirumors.cat/quisom/xarxa-bcn-antirumors
Manual de intervencin comunitaria en barrios 193
La Estrategia ofrece:
Formacin. Curso gratuito para Agentes Anti-rumores:
La interculturalidad, una respuesta a los rumores y estereotipos
55
Guia Prctica per a lAgent Antirumors. Com combatre els rumors i estereotips sobre diversitat cultural a
Barcelona. Ajuntament de Barcelona. 2011. P.113
56
Material disponible online el 12 de noviembre de 2012 en la pgina Web:
http://www.bcnantirumors.cat/quisom/materials-de-la-xarxa
Manual de intervencin comunitaria en barrios 195
La web www.bcn.cat/antirumors
Es el canal principal de difusin de las campaas para combatir rumores y
estereotipos
57
Material disponible online el 12 de noviembre de 2012 en la pgina Web:
http://www.bcnantirumors.cat/quisom/materials-de-la-xarxa
58
Material disponible online el 12 de noviembre de 2012 en la pgina Web:
http://www.bcnantirumors.cat/quisom/materials-de-la-xarxa
59
http://www.bcnantirumors.cat/quisom/materials-de-la-xarxa
196 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
4 Evaluacin
Reflexiones:
5 Conclusiones
CAPTULO
NOVENO:
Proyecto de intervencin
municipal desde
la perspectiva de la
investigacin-accin
participativa en el barrio
de Carrs (Elx)
60
Universidad Miguel Hernndez (UMH).
Manual de intervencin comunitaria en barrios 203
1 Prlogo
2 Introduciendo el proyecto
El proyecto surgi de una forma ms bien vaga. En mayo del ao 2005 fui
invitada a participar en un proyecto colectivo que, en el marco de la Comunitat
Valenciana, pretenda impulsar el diseo de polticas municipales de integracin
desde un enfoque de investigacin-accin que planteara un modelo de
participacin vecinal en los barrios en los que se hubiera concentrado un volumen
mayor de inmigracin. Yo sera la responsable tcnica del proyecto en Carrs, el
barrio que con un 37% de poblacin extranjera se estaba transformando en el barrio
multicultural de Elche.
En la primera reunin que tuve con mis interlocutoras en el Ayuntamiento
de Elche la concejala y la responsable tcnica de la Concejala de Cooperacin y
Migracin, que asumira el proyecto desde la institucin municipal- tuvimos que
redefinir mi participacin y el propio proyecto, ya que la entidad que haba
impulsado su ejecucin (y el grueso de su financiacin) se haba desligado del
mismo. La Concejala de Cooperacin y Migracin quera aproximarse al fenmeno
de la inmigracin en el municipio de Elche desde un enfoque cualitativo que fuera
ms all de la mera descripcin. Y queran que a este enfoque se incorporara la
participacin de los vecinos. Por eso insistan en rescatar los tres ejes
metodolgicos del proyecto original: investigacin-accin-participacin. Por mi
204 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
parte, dado mi bagaje como especialista en migraciones y con una cierta trayectoria
en el campo de la antropologa aplicada, un proyecto como este supona un reto
personal y profesional. Por una parte, me permita re-pensar desde una metodologa
ms colaborativa (Greenwood, 2000) el proceso de multiculturalizacin en Elche,
que yo vena investigando de forma ms convencional desde que me incorpor
como docente a la Universidad Miguel Hernndez de Elche. Por otra, me permita
contribuir a la visibilizacin de la antropologa aplicada en el campo de la
intervencin social. Cont para ello con la valiossima ayuda de las entonces recin
licenciadas y hoy ya antroplogas, Nadia Lpez y Beatriz Casado, que fueron un
apoyo permanente en todas las fases del proceso.
Dedicamos semanas a la redefinicin del proyecto y a la elaboracin de un
discurso compartido entre los dos mini-equipos que liderbamos el mismo: el
equipo del Ayuntamiento (integrado por Nieves Lillo, tcnica de la concejala; y la
entonces concejala de Cooperacin y migracin, M. Carmen Bueno) y el equipo de
la UMH (que integrbamos quien esto escribe, Nadia Lpez y Beatriz Casado).
Partamos de objetivos compartidos. Ambos equipos queramos apostar por una
metodologa de carcter cualitativo y participativo que permitiera tener un
conocimiento ms profundo, no tanto del volumen de la inmigracin, sino de las
distintas lgicas y voces que se escondan detrs de los nmeros; y queramos
hacer copartcipe a la poblacin de los planes de integracin que se pudieran
disear en el mismo. Por utilizar una expresin de Villasante, pretendamos crear
zonas de decisiones compartidas despus de un conocimiento con tiempo
suficiente y mecanismos claros de los problemas y de las alternativas, y hacerlo
con metodologas que implican procesos de profundizacin y concrecin (entre
polticos, expertos y ciudadanos), con medios, tiempo y posibilidades reales para
tomar decisiones operativas y sostenibles (Villasante, 1996). Lo cual se traduca
en fomentar la participacin ciudadana desde la Investigacin-Accin Participativa
(a partir de ahora IAP), mediante la creacin de un Plan Integral para el barrio de
Carrs, que paliara los problemas de coexistencia/convivencia entre autctonos y
extranjeros, y hacerlo desde una metodologa en la que los propios vecinos (todos
ellos) se convirtieran en protagonistas.
La cuestin que se planteaba era cmo construir la participacin.
Desde que la IAP se incorpor como una metodologa de participacin-
accin en los contextos occidentales, hay una amplia bibliografa que delimita
conceptualmente los pasos y caractersticas de la misma. A m me interesaba ms
su planteamiento ms clsico, el de la escuela latinoamericana. Regres a sus
orgenes. Para incorporar a la gente hay que dar poder a la gente para que pueda
asumir acciones especficas para el mejoramiento de sus condiciones de vida (Fals
Borda, 1985). Dar poder no es dar espacios, o delimitar espacios de participacin.
Desde este planteamiento, nuestra referencia, nuestra base terica e ideolgica, no
poda ser otra que la de Fals Borda. Como l, veamos la IAP como una metodologa
dentro de un proceso visceral en busca de poder y no tan solo de integracin
para aquellos que carecen de l, un proceso que incluye simultneamente
educacin de adultos, investigacin cientfica y accin poltica y en el cual se
consideran el anlisis crtico, el diagnstico de situaciones y la prctica como
fuentes de conocimiento. Desde aqu tratamos siempre de recuperar el carcter
transformador de la IAP. Tomando de nuevo las palabras de Fals Borda la IAP
implica adquirir experiencias e informacin para construir un poder espacial el
poder popular- que pertenezca a las clases y grupos oprimidos, con el fin de
defender los justos intereses de stos y avanzar hacia metas compartidas de
Manual de intervencin comunitaria en barrios 205
Los espacios abiertos y la vida fuera de las casas han sido fundamentales
en las relaciones de vecindad que se han ido tejiendo en el barrio y que, todava
hoy, dan a estos distritos un carcter especial. Nos deca uno de nuestros
informantes, hablando de San Crispn, dentro de este distrito:
En estos aos las puertas de las casas siempre estaban abiertas; los vecinos
era gente que, ms o menos, haba llegado en las mismas condiciones.
Haba sobre todo: andaluces, murcianos, manchegos y gente de aqu, de
Elche
Era una casa de planta baja donde vivamos los cuatro. A la entrada haba
un recibidor, como en todas las casas de entonces. Luego haba unas
columnas que separaban el recibidor del comedor, las habitaciones, una
cocina pequesima Y la parte ms grande de la casa era el patio o corral,
con una zona cubierta y otra al aire libre. El suelo era de cemento, donde
bsicamente se haca la vida, y donde estaba el bao o letrina. (M.S.
15/9/2005)
Vivamos en una casa que tena 40-50 metros, y nos metimos a vivir 9
personas (6 adultos y tres nios). Yo era una nia, tendra 10 y 11 aos, pero
recuerdo perfectamente que haba 3 habitaciones: una para cada hermana
y su familia, y mi ta soltera la comparta con el abuelo. El bao estaba en el
patio. S que tenamos agua corriente y luz en la casa. Lo que no haba, era
agua caliente, ni luz en las calles. Recuerdo que la recogida de basura, la
hacan en carro. En la cocina, que era muy pequea, tenamos una mquina
de aparar y un hornillo para cocina. Una cocina separaba la cocina del
comedor, donde tambin tenamos otra mquina de coser. (M.11/10/2005)
Manual de intervencin comunitaria en barrios 207
Esta imagen del barrio era tambin la que tena una de nuestras informantes
que se enfrent al mercado de la vivienda en el ao 1996, cuando busc piso de
alquiler entre la plaza de Barcelona y el parque 1 de mayo:
Est claro que si vives de alquiler pagas todos los meses, pero la casa nunca
es tuya. Pero, si la compras: sigues pagando todos los meses, pero al final
la casa es tuya. Est claro: no?. (Buba, senegals).
1 Por un lado, haba que guiar la investigacin hacia los cambios que las
nuevas migraciones haban generado en los usos del espacio.
Distinguimos entre: espacios privados, espacios pblicos y espacios
multiculturales. Y era preciso analizarlos sealando las situaciones de
tensin y las posibilidades de cohesin que se daban en todos los
mbitos. Nuestros objetivos: disponer de herramientas que nos
permitieran diagnosticar las situaciones problemticas, aquellas que
podan llegar a generar o provocar conflictos; entender los conflictos
para, desde su comprensin, aprender a resolverlos.
2 Acercarnos a los nuevos vecinos para incorporar su forma de vivir el
espacio y el barrio.
3 Abrir el proyecto a todos los agentes sociales que trabajaban y/o vivan
en Carrs y que, adems. tenan ganas y capacidad para seguir
construyendo el barrio. Recuperar aquel espritu de los que hicieron el
barrio porque se sentan orgullosos de vivir en l. Y hacerlo entendiendo
que el barrio, lo forman los habitantes que residen en l, que todos tienen
la misma voz y todas las voces tienen el mismo peso. Si el barrio era
plural y multicultural, el proyecto tambin deba serlo.
212 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Imaginar. Eso fue lo primero que pedimos a todas aquellas personas con
las que contactamos en el barrio para ir dando los pasos en la formacin del grupo
desde donde se trabajara el proceso de participacin. Imaginar el barrio que
deseaban, cmo les gustara que fuera vivido. E incorporar a esas imgenes otras:
las de la convivencia, las de la creatividad las que podan reflejar un barrio plural
no dicotomizado.
Desde ese contacto (y en el contacto) se fue conformando el grupo. Tal vez
fue el proceso que exigi ms tiempo y ms paciencia. En los proyectos de
antropologa aplicada, los tiempos de la administracin y los tiempos de la
antropologa suelen entrar en conflicto. En nuestro caso, el tiempo de creacin del
grupo fue largo (para los tiempos del Ayuntamiento, que se limitaba mucho por la
necesidad de rentabilizar polticamente las acciones, o sea, dar publicidad a las
actuaciones); y fue reducido, para los tiempos que exigen las dinmicas del cambio
social. Pero fue un tiempo negociado entre las presiones de la administracin y
las relentizaciones que siempre trataba de imponer quien esto escribe-. En este
tiempo de negociaciones conseguimos crear una autntica relacin de confianza.
Finalmente, conseguimos dedicar el tiempo suficiente para ir delimitando al tiempo
que conformbamos el grupo- los espacios, los ritmos y las posibilidades de
participacin. Fue, en definitiva, un tiempo necesario para conocer los latidos del
barrio, sus dinmicas, sus voces, su historia No tanto para traducir ese material
en un texto cientfico, sino ms bien para devolvrselo re-elaborado a los miembros
del grupo para, a partir de l, ir construyendo, creando una historia colectiva.
El grupo que queramos conformar era uno que tuviera representatividad en
el barrio, que fuera el ejemplo de la composicin plural que el barrio estaba
adquiriendo; un grupo en el que aparecieran reflejados todos los barrios que
estaban integrados en un distrito tan amplio como Carrs, y donde (adems) se
reflejaran distintas maneras de habitar, de vivir y de crear en el barrio (profesiones,
sexo, edades, orgenes geogrficos). En nuestro grupo ideal deban hallarse:
individuos significativos del barrio (por su conocimiento de la realidad local, por su
grado de implicacin y compromiso); asociaciones de vecinos (muy significativas y
combativas en la poca de la transicin, con apenas peso en la actualidad, pero
aun as, uno de los referentes municipales como interlocutores); asociaciones de
comerciantes (importantes en un barrio en el que la cuestin del comercio se estaba
convirtiendo en uno de los temas de confrontacin entre los antiguos y los nuevos
vecinos); asociaciones de fiestas (por su capacidad ms o menos abierta de
inclusin del otro); vecinos antiguos (dado su conocimiento de las lgicas y
prcticas barriales); nuevos vecinos (por las aportaciones que pudieran volcar sobre
Carrs); entidades de apoyo (Elche Acoge61, Critas interparroquial62, asociacin
Wafae63, asociacin gitana); asociaciones de inmigrantes (que introducan un nuevo
dinamismo al barrio, junto con una pluralidad de visiones).
Pero nos enfrentbamos a otras dificultades: las que se derivaban de los
hbitos y vicios de las formas de participacin que ya existan. Nos plantebamos
que, para crear el grupo, haba que partir del tejido social existente y haba que
61
Para ms informacin sobre la entidad, consultar la Pgina Web: http://www.elcheacoge.org.es
62
Para ms informacin sobre la entidad, consultar la pgina Web: http://www.caritaselche.com
63
Para ms informacin sobre la entidad, consultar la pgina Web: http://www.wafae.org
Manual de intervencin comunitaria en barrios 213
movilizarlo. No se trataba tanto de crear una nueva red, sino de crear las
condiciones para que se dieran los espacios de interseccin entre las redes que ya
existan. En primer lugar, porque cada nudo de red tena su funcionamiento, sus
hbitos y sus propios discursos. Desde cada uno de los puntos a los que nos
acercbamos re-interpretaban la propuesta en sus propios trminos. Se les haca
extraordinariamente difcil salir de su espacio para entrar en ese otro de interseccin
que plantebamos crear entre todos. En segundo lugar, por el propio perfil de las
personas implicadas. La mayora tena detrs una gran tradicin como activista
social, lo cual era muy positivo en el proyecto, pero tena implcita una dificultad.
Todos tenan detrs una gran trayectoria en grupos y reuniones y la mayora tenda
sobre todo en los primeros encuentros- a repetir discursos o planteamientos
desarrollados en otros foros o en otros encuentros. En tercer lugar, porque, pese a
la aceptacin de la invitacin para participar en la IAP, pocos de los participantes
confiaban de verdad en la propuesta. Pocos crean que pudieran surgir de ese
espacio experiencias, discursos o propuestas diferentes a las que habitualmente
surgan (o se negaban) en otros mbitos. No es muy habitual, y en Elche tampoco
lo ha sido, que los ciudadanos fueran invitados a participar en un proyecto de
cambio social como agentes protagonistas y no meramente como interlocutores.
Por eso, incluso aquellos que estaban comprometidos con el mismo desde
asociaciones, movimientos solidarios- acudieron a la convocatoria asumiendo un
papel de interlocucin y no tanto de protagonistas. Esperaban propuestas, limitaban
su tiempo y moderaban su grado de implicacin.
En las primeras sesiones se dibuj una estructura que mostraba dos redes
claramente diferenciadas: una que articulaba a los miembros de la poblacin
autctona; otro que ligaba a las asociaciones de inmigrantes. Adems haba
individuos aislados que haban establecido relaciones con unos y otros. Aquellos
que ya formaban parte de las redes ms o menos establecidas tenan discursos
compartidos, alimentados a travs de imgenes estereotipadas de los vecinos de
toda la vida sobre los inmigrantes, de estos sobre la sociedad y las instituciones,
de unos colectivos en relacin a otros-, una determinada forma de relacionarse y
de presentarse. Pero pocas veces, antes de esta ocasin, haban tenido
oportunidad de compartir un mismo espacio y contrastar con el otro las imgenes
que cada uno haba elaborado previamente. Algunos de los imaginarios construidos
comenzaron a cuestionarse. Desde lo que se presentaba previamente como
colectivo inmigrante surga una multiplicidad de discursos y posiciones:
percibir y vivir el barrio entre los inmigrantes y los autctonos. Finalmente, y desde
un enfoque ms global, tambin poda hablarse de una distincin entre los tcnicos
del grupo, los que tenan planteamientos ms ideolgico-reivindicativos (que
insistan en distinguirse), y los que tenan dificultad para pasar de una visin
individual a una ptica ms colectiva.
En cada una de las sesiones se hacan evidentes estas tensiones, as como
la oscilacin entre el grado de satisfaccin e insatisfaccin de cada uno de los
miembros en funcin de los vaivenes que se dieran en la sesin. Prcticamente
todos tenan prisas y la necesidad de materializar en algo concreto las charlas, los
debates y las discusiones que tenan lugar en las reuniones. Pero, dado que las
expectativas eran dispares (sobre todo al principio), la decantacin hacia una
temtica concreta o un problema especfico pareca expulsar del grupo a aquellos
miembros que no se sentan implicados en dicha problemtica particular. Y al revs.
El grupo que pretendamos crear era especialmente heterogneo. El inters
y el grado de implicacin de cada una de las personas que lo podan conformar
eran diversos. Y a menudo, incluso entraban en conflicto con los de los otros. Por
eso, en esta primera etapa, le dimos especial relevancia al dilogo: a que los
individuos que conformaban el grupo se fueran manifestando, descubriendo y re-
conociendo. Intentbamos que los espacios fueran abiertos, porque lo que
pretendamos era que las personas que acudan a nuestra llamada se sintieran
liberados para que pudieran pensar y construir sin referentes. Pretendamos que
estas reuniones se diferenciaran de otras donde cada uno sola participar. Nuestro
objetivo era que dejaran de sentirse interlocutores, que fueran copartcipes y
ejecutantes en el desarrollo del programa. Y, al mismo tiempo, que personas tan
dispares fueran descubriendo algn punto en comn; o mejor, que pensaran
conjuntamente en el distrito. As nos dimos cuenta de que tenan que pensar
primero en el barrio. Estas reuniones, que a veces tenan apariencia catica en cierta
medida, fueron posibilitando que cada uno se expresara sin cortapisas y sin
armaduras, que cada uno sintiera que ese lugar le perteneca. Era importante
saltarse en algn momento ese lenguaje polticamente correcto que le distancia a
uno de sus emociones. Pretendamos que se verbalizaran prejuicios y estereotipos
para desde esa visualizacin poder trabajar con ellos.
La consolidacin del grupo como tal grupo se dio a partir de la organizacin
colectiva de las primeras actividades dirigidas a la poblacin del distrito. La
planificacin de estas actividades (un t de mujeres, el I Encuentro de convivencia
multicultural de Carrs) sirvi de nexo de unin, nos permiti ir consensuando los
objetivos, las prioridades, a travs de las discusiones (y en las mismas discusiones)
ir conformando grupo. Se necesitaba aglutinar una diversidad de intereses
individuales en torno a una actividad comn; ir creando un discurso colectivo en el
que se pudiera reconocer cada uno de los integrantes del grupo. Haba que buscar,
pues, puntos de convergencia entre experiencias e intereses diversos.
Esta bsqueda se realiz mediante la organizacin de dos actividades que
respondieron al formato de mesas redondas asamblearias: una Mesa de sistemas
de participacin y una Mesa de urbanismo. En la primera, se buscaba dar cuenta
de todo el potencial asociativo y organizativo que se encontraba en Carrs. No solo
contaba con una gran tradicin en el movimiento vecinal (haba que recuperar el
empuje de aquellos aos donde la presin de los vecinos consiguieron las ms
importantes reformas en el barrio) sino que, adems, los nuevos vecinos portaban
una gran experiencia en formas de organizacin. Se trataba de visualizar la riqueza
de saberes que existen en el barrio. De ah nuestros objetivos: buscar las sinergias
Manual de intervencin comunitaria en barrios 215
entre unos y otros y pensar de forma conjunta la reactivacin social del barrio.
El eje temtico del segundo encuentro nos lo proporcionaron las tensiones
que se estaban viviendo en el barrio como consecuencia de la iniciativa municipal
de poner en marcha un nuevo plan urbanstico para Carrs (Proyecto de Reforma
Interior, conocido por sus siglas: PRI). Los distintos encuentros que haban tenido
lugar entre los vecinos afectados por el plan de urbanismo de Carrs haban puesto
sobre la mesa algunas cuestiones que retomamos en nuestras reuniones: la gran
dimensin del distrito y las visiones parciales que del mismo tenan los vecinos; la
dificultad de los vecinos de ligar los intereses particulares con los intereses
colectivos; la visin que planteaba el PRI sobre el barrio de Patilla y la visin que
tenan los vecinos sobre el mismo y su ubicacin; la oportunidad que ofreca el PRI
de incorporar las voces de los vecinos (su participacin) en las transformaciones
que se podan dar en su propio barrio. De ah surgi el objetivo que nos planteamos
en el segundo encuentro: crear un espacio para incorporar una visin integral de
Carrs. Nos plantebamos hablar del barrio desde diferentes visiones y reas
geogrficas, obtener una visin ms completa de cada una de las zonas que
componen el distrito, y tambin de todas ellas en conjunto.
A partir de la organizacin de ambas mesas redondas asamblearias
tratbamos de incorporar a los vecinos ilicitanos del distrito a travs de
asociaciones, especialmente las asociaciones de vecinos- al grupo promotor de la
IAP e ir creando una red de carcter multicultural en el distrito, que terminara
traduciendo lo que en algunos mbitos se planteaba todava como problema esto
es, la coexistencia forzosa entre autctonos e inmigrantes- en una ventaja, en el
reconocimiento del barrio como un espacio de creatividad.
En cada actividad se consigui convocar a cerca de un centenar de
personas residentes en Carrs, de muchas de las procedencias geogrficas que
entonces convivan en el barrio. Las actividades comunitarias consiguieron visibilizar
el grupo dentro del barrio, lo que dio pie a nuevas incorporaciones, y a una mayor
implicacin de las asociaciones de vecinos, que se resistan a entrar en el mismo
como miembros. Se fueron dejando algunos discursos previos y se fue creando un
discurso compartido (se hablaba de convivencia en lugar de integracin, de los
nuevos vecinos, se reconocan las aportaciones de los inmigrantes en el barrio, se
vean con curiosidad algunos de los nuevos locales). Se fueron creando nuevos
vnculos entre los miembros que conformaban el grupo, que se iba tejiendo en forma
de red. Se modificaron algunas de las relaciones previas. En ese proceso quedaron
reforzadas las asociaciones de vecinos, que se fueron abriendo a nuevas
incorporaciones de personas de origen extranjero que, con otro bagaje y otra
formacin, se fueron sumando.
Segn se fue decantando el grupo hacia el fomento de la participacin
dentro del barrio, se fueron desligando de l aquellos miembros que se haban
incorporado a la IAP como representantes de asociaciones que no residan
directamente en Carrs. Tambin fueron diluyndose algunos discursos de
representantes de asociaciones de vecinos que no se haban introducido
completamente en la dinmica del grupo, y que se incorporaban a las reuniones
reproduciendo los mismos argumentos que planteaban al comienzo de la IAP.
Pero la actividad que puso a prueba la capacidad de organizacin del grupo
fue la I Fiesta Multicultural de Carrs. La organizacin de una fiesta comenz a
plantearse en las primeras sesiones de la IAP. No adquiri consistencia hasta que
el grupo IAP no se consolid como tal grupo, despus de la organizacin del II
Encuentro de convivencia vecinal. La idea era celebrar una fiesta de carcter
216 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
multicultural, abierta a todos los vecinos del barrio, capaz de atraer a personas de
todas las edades y de todas las procedencias, que fuera un referente para todos
los vecinos de Carrs, pero que tambin fuera capaz de atraer al barrio a vecinos
de otros barrios de Elche. Con esta fiesta se pretenda situar en Carrs la referencia
ldico-comprometida de Elche. Y hacerlo con una impronta, un sello. Se quera que
con esta fiesta se presentara tambin la idiosincrasia de Carrs dentro del
municipio: su carcter multicultural, comprometido, participativo y creativo. No
puedo entrar en detalles, pero lo cierto es que la fiesta fue un xito y se aproxim
a los objetivos que se propona cuando se planific. Todava hubo ms. La red
creci con gente nueva que quera implicarse en nuestro funcionamiento. Puedo
decir que Carrs, en septiembre de 2007, era un distrito donde se haban abierto
amplios caudales de participacin.
5 Eplogo y conclusiones
necesidad de realizar actividades que tuvieran resonancia. Y, si bien fue una buena
forma de penetrar en el barrio, termin condicionndonos.
Tambin nos veamos empujados por los ritmos del propio convenio, los
electorales, nuestras propias prisas por dejar el peso del proyecto (la implicacin
tambin pesa extraordinariamente), las propias imposiciones acadmicas que
marcan sus propios ritmos y que ya nos estaban empujando hacia nuevas
investigaciones.
Tal vez habra que pensar cmo poder sentar las bases para otro tipo de
participacin, con nuevas formas de conexin entre la Universidad con las
instituciones pblicas y con la ciudadana. Imaginar cmo se pueden vincular los
intereses acadmicos, con los institucionales Pero tambin, y ms especialmente,
con los de los ciudadanos y, cmo desde ah, podemos encontrar la manera de
contribuir tambin a la transformacin de la sociedad.
Bibliografa
CAPTULO
DCIMO:
64
Antroploga social, miembro del Instituto de Investigacin sobre Migraciones,
Etnicidad y Desarrollo Social (IMEDES). Direccin de correo electrnico:
[email protected]
Manual de intervencin comunitaria en barrios 219
El poeta Miquel Mart i Pol (que durante aos vivi con la esclerosis mltiple)
y sus versos inspiran este jardn que lleva su nombre en la Universidad de Vic (UVic).
Salvador Sim, coordinador del proyecto y profesor de Terapia Ocupacional en la
UVic65, defiende que la Universidad debe estar al servicio de la sociedad, mxime
viendo las complejas situaciones sociales actuales, y apostando por que esta se
involucre en trabajar con colectivos como los que acuden al Jardn. El poeta, dice
Salvador Sim, fue un maestro para los profesionales de la salud, en especial para
los terapeutas ocupacionales. A travs de la poesa, una ocupacin significativa,
fue ms all de su enfermedad y cre un jardn de belleza para todos nosotros a
travs de sus versos, recuerda Salvador.
El rbol de ginkgo biloba que abre la entrada al jardn simboliza la resiliencia.
Fue tambin un ginkgo biloba el rbol que qued destrozado en Hiroshima tras la
explosin de la primera bomba atmica y que en la primavera siguiente brot de nuevo.
Cuando Salvador Sim hablaba de diagnstico psiquitrico en sus clases,
le preocupaba que sus alumnos y alumnas se quedaran con el diagnstico y con la
parte clnica, y les costase ver que esa era slo una dimensin de la persona.
Desde esa preocupacin, y con la voluntad de hacer algo por invitarles a
cambiar la mirada y por implicar a la comunidad, surgi su inters por crear un lugar
de encuentro con el Otro, con su mirada, con su rostro, para que comprendieran
que el encuentro es con el ser humano. Y que ese ser humano puede tener una
patologa mental, otras veces una situacin de exclusin social, pero que no tenan
que quedarse slo con la visin del diagnstico.
La Universitat de Vic cedi 1.000 m2 de espacio para crear un jardn, como
servicio a la comunidad. El proyecto Miquel Mart i Pol naci en 2005,
inaugurndose en 2006. El jardn es una metfora de la sociedad inclusiva, de
igualdad de oportunidades y de respeto a la diversidad.
Hoy, el proyecto, adems de encargarse del mantenimiento del jardn,
tambin se ocupa de la creacin de nuevas zonas ajardinadas en la Universidad. Y
sigue creciendo su influencia en el mbito de proyectos de desarrollo comunitario
en toda Espaa y fuera de nuestras fronteras.
65
Tambin codirector de: Terapia ocupacional sin Fronteras. Aprendiendo del espritu de supervivientes.
220 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
como seres capaces de accin, segn palabras del antroplogo y filsofo Paul
Ricur (2005), y la sociedad les reconoce como tales.
Vuestras manos sern de viento y de luz. Miquel Mart i Pol tena
discapacidad fsica e hizo cosas importantes me dice Paco, uno de los jardineros-
y en una de las narrativas que recoge la investigacin que ha realizando Salvador
Sim, piensa que l, con una discapacidad mental, tambin puede hacer cosas
importantes, como trabajar en el Jardn.
La tercera dimensin tiene por objeto educar la mirada que la comunidad
tiene de estas personas, a travs de lenguajes artsticos como la fotografa, el
videoarte, etc., y con acciones como la exposicin Educando Miradas (que ha
viajado a msterdam y a otros lugares); el blog del jardn, etc., y la participacin en
diferentes redes nacionales y europeas.
Una comunidad inclusiva es aquella en la que toda persona puede participar
como lo que es, un/a ciudadano/a de pleno derecho, con deberes y a pesar de
cualquier situacin compleja de origen social, fsico o psicolgico.
El jardn es una metfora, un lazo de interdependencia entre todos/as.
Todos/as somos capaces de crear belleza y de crear una sociedad ms inclusiva.
La Universidad de Vic apoy a Salvador para la puesta en marcha del Jardn.
Salvador defiende una Universidad que sea la vanguardia en la alianza con
profesionales del mbito social, de salud, polticos y empresarios. La Universidad,
como profeta de la democracia, debe comprender la realidad para transformarla, si
no, la educacin es estril seala-.
4 Convergencias y alianzas
5 La formacin es accin
Una vez al ao, los jardineros/as realizan un viaje para seguir la trayectoria
de formacin continua que tiene el proyecto y tomar contacto y generar red con
proyectos de caractersticas similares en Espaa. La reforestacin y la recuperacin
de espacios naturales es una lnea de formacin y accin muy importante.
Entre los jardineros/as, alguno ha ido logrando incorporarse al mundo de la
empresa normalizada u ordinaria en estos aos. Esto nos habla de inclusin, de
un esfuerzo contenido en el proyecto hacia la insercin laboral.
Una escuela de ciudadana ecolgica: eso es tambin el Jardn Miquel Mart
i Pol. Aprender e implicarse en el respeto y cuidado de la naturaleza es otro de los
aspectos que ponen en valor el proyecto y que hacen que siga creciendo.
6 Arte y redes
Las bubdelias llaman a las mariposas. El ginkgo biloba habla de resiliencia. Los
cipreses dan la bienvenida al jardn. Y as, cada una de las plantas y rboles que habitan
y viven el espacio tiene un sentido. Han sido elegidas por el director tcnico en jardinera,
Joaqun Fit, segn criterios climticos y de sostenibilidad ecolgica.
El arte es una parte fundamental del proyecto desde su origen. Un jardinero ha
ejercido el rol de fotgrafo, y ha ido recogiendo el proceso de creacin de belleza,
registrndolo en imgenes. Una estudiante de Bellas Artes ha diseado el blog. Hay
fotgrafos que han hecho retratos de los/las jardineros/as. Se ha hecho vdeo arte y
performance.
En esta sociedad, en la que se conoce el precio de las cosas, pero no su
valor como dice Salvador- es bsico alimentar la mirada artstica de los estudiantes
y la Universidad no debe reducirse exclusivamente a las competencias acadmicas
y tcnicas. Es clave la transdisciplinariedad entre los mbitos de las ciencias y las
artes. Y, cada vez ms, es justo y necesario estar en red. Por ello forman parte de
la Red Atenea, constituida principalmente por terapeutas ocupacionales,
psiquiatras, y otros profesionales del mbito de la salud y de lo social, que estn
desarrollando proyectos pioneros en Espaa y sobre todo en Latinoamrica. Esta
red naci a partir del jardn y sigue creciendo.
A nivel europeo, forman parte del proyecto Incrementado la educacin y la
inclusin social a travs de la ocupacin, una red europea formada por 4 pases
(Grecia, Blgica, los Pases Bajos y Espaa) e integran tambin la Red Competence
for Poverty Reduction, con 14 instituciones, que son redes de conocimiento, con lo
cual al final la representacin total son ms de 500 instituciones. Durante estos aos
han participado en proyectos Intensive Programs de la Unin Europea y, adems,
el proyecto est reconocido como buena praxis europea en Terapia Ocupacional
por la European Network of Occupational Therapy In Higher Education (ENOTHE).
Manual de intervencin comunitaria en barrios 223
Salvador Sim.
Bibliografa
Kronenberg, F., Sim, S. & Pollard, N. (Dir.) (2007) Terapia ocupacional sin
Fronteras. Aprendiendo del espritu de supervivientes; Buenos Aires;
Madrid: Editorial Mdica Panamericana.
Ricur, P. (2005). Caminos del reconocimiento. Madrid: Trotta.
224 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
III PARTE:
Manual de intervencin comunitaria en barrios 225
CAPTULO
DCIMOPRIMERO:
66
Doctora en Historia Econmica. Investigadora y consultora. Miembro de IMEDES.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 227
1 Marco introductorio
67
Existe una especializacin en este tema en disciplinas concretas como la Psicologa, que ha inspirado
bastante el reciente desarrollo de la intervencin social de base comunitaria. La Psicologa Comunitaria es
un campo de especializacin de la psicologa en el que se privilegia una ptica analtica, que considera los
fenmenos de grupos, colectivos o comunidades a partir de factores sociales y ambientales, a fin de reali-
zar acciones orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida de los sujetos. La metodologa que uti-
liza privilegia un enfoque territorial, participativo para quienes estn involucrados en sus procesos de
intervencin, intentando generar cambios de largo plazo en los sistemas sociales en los que estn insertos
esos grupos.
Manual de intervencin comunitaria en barrios 233
Prespectiva
dinmica
Protagonismo Integralidad
de la persona
Prevencin y
Rotura de atencin de
etiquetas las causas
2 El proceso de intervencin
Edad
Gnero
Orientacin sexual
Origen (nacional, tnico-cultural)
Religin
Condicin bo-psico-social
El proceso participativo tiene que ser obra de todos los actores que se van
a implicar en el proyecto. Posteriormente se debe llegar a una puesta en comn.
Es conveniente que los acuerdos y desacuerdos queden plasmados por escrito y
que dicho documento est en poder de los diferentes actores implicados.
69
Hostilidad, coexistencia y convivencia son tres ideas clave que desarrolla Carlos Gimnez (2005).
238 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Ese documento constituir la base del convenio, que deber ser firmado
por todos los actores que participen en el proyecto, en cualquier grado. Los
convenios escritos y firmados por todos los actores son mucho ms que una
formalidad.
14.2.4. Preguntas-gua
1 Quines somos los que pretendemos realizar la intervencin a
travs de un proyecto?
a - Caractersticas de la entidad (fecha fundacin, socios,
misin, trayectoria, relacin objetiva con el tema propuesto).
b - Se trabaja en red y en coordinacin con otras entida-
des/autoridades? (En caso afirmativo, presentarlas).
2 Qu tipo de intervencin nos proponemos realizar y por qu?
(reproductiva, paliativa, empoderadora)
3 Cmo es la comunidad con la que vamos a trabajar? quines la
integran?
a - Perspectiva sociolgica: anlisis socio-demogrfico, te-
niendo en cuenta los factores transversales; anlisis de su
participacin poltica (ciudadana)
b - Perspectiva etnogrfica: elementos simblicos ms desta-
cados, mecanismos de control y de poder, conflictos y
acuerdos, tabes.
c - Perspectiva de la desigualdad: en trminos de rentas, de
acceso a bienes y servicios (educacin, sanidad, cultura,
vivienda), de entorno espacio-natural (rural-urbana; comuni -
cada-aislada; deteriorada-conservada; concentrada-abierta,
entre otros)
4 Cmo nos relacionaremos con la diversidad existente en esta
comunidad? (identificar nuestros prejuicios y estereotipos)
Manual de intervencin comunitaria en barrios 239
3 El proyecto
Una serie de actividades dirigidas a alcanzar unas metas claras y unos objetivos
especficos en un tiempo dado, con un presupuesto determinado y unos
criterios de calidad de los resultados alcanzados. Otras caractersticas son: su
singularidad y su elaboracin gradual; es decir: avanzar mediante pasos
coherentes entre s, previstos desde el inicio hasta el fin.
Ahora que sabemos cules son los fines, debemos explorar los mejores
caminos para llegar a ellos. Es decir, trabajar en la identificacin de las alternativas
para conseguir ese objetivo principal.
Una vez trazado el panorama de las posibles alternativas/soluciones en un
grfico, como veremos, es el momento de identificar nuestra alternativa de
intervencin. De todas las opciones que nos ofrece el rbol de objetivos, algunas
son potencialmente ms factibles y viables que otras a simple vista. Por ello es
importante valorarlas todas cuidadosamente, y decidir cul o cules tienen ms
posibilidades de llevarse a cabo exitosa, eficaz y eficientemente.
3.3 Preguntas-gua
4 La planificacin
A la hora de plantear una posible actuacin hay que tener en cuenta tambin
los supuestos: aquellas condiciones que tienen que darse para que el proyecto
pueda llevarse a cabo y se alcancen los objetivos planteados. Los supuestos
identifican claramente lo que est fuera del control de los actores y preferentemente
deben ser formulados como condiciones positivas.
4.3 Preguntas-gua
4.7 El seguimiento
4.8 Terminacin
4.10 La evaluacin
Integralidad
Se trata de valorar: si se han tenido en cuenta todos los aspectos que
intervienen en las principales causas detectadas (y luego, si se han
jerarquizado correctamente); si todos los aspectos de las principales causas
detectadas se han traducido a alternativas de las que se siguen acciones
concretas; finalmente, si las actividades ejecutadas han reflejado los
aspectos integrales que conducen a la resolucin de los problemas
planteados al comienzo.
Participacin
Como se ha explicado, la cuestin de la participacin se ha vuelto crucial
para determinar la calidad de la intervencin y el nivel del impacto, ya que
las acciones pueden estar guiadas por estrategias paliativas (sin
participacin), reproductivas (con un nivel bajo de participacin) y de
empoderamiento (con un nivel alto de participacin). Pero no basta con
incluir ese tema en el momento del diagnstico, olvidndose despus al
optar por una ejecucin en la que primen los criterios prcticos, como: el
que subyace a la frase no vamos a andar consultando cada decisin con
la gente; o al argumento de que como tenemos prisa, tomemos las
decisiones y, en todo caso, las validamos ms adelante con la gente.
Argumentos de este estilo, hay muchos y son variopintos.
Pertinencia
La pertinencia de un proyecto puede medirse con arreglo a las siguientes
cuestiones:
1 Responde el proyecto a las prioridades incluidas en los documentos
de programacin de la institucin responsable de su gestin?
2 Responde el proyecto a las prioridades de la institucin financiadora?
3 Responde el proyecto a las prioridades de las polticas de desarrollo
del socio local?
4 Constituye el proyecto una prioridad para el grupo beneficiario?
5 Estn bien definidos los beneficiarios del proyecto y forman estos un
colectivo prioritario?
250 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Eficacia
La eficacia del proyecto puede medirse con arreglo a las siguientes
cuestiones:
Eficiencia
La eficiencia no coincide enteramente con la eficacia, y puede medirse con
arreglo a las siguientes cuestiones:
1 Los medios para la ejecucin del proyecto: estn bien descritos y son
necesarios para la realizacin de las actividades?
2 Los costes previstos: se encuentran claramente justificados y son
razonables?
3 Todas las actividades: son esenciales para la consecucin de los
resultados?
4 Los tiempos de ejecucin de las actividades: resultan adecuados?
5 Las responsabilidades para la ejecucin de las actividades: estn
asignadas con claridad?
6 Los factores externos situados al nivel de las actividades: tienen un
grado aceptable de probabilidad?
Manual de intervencin comunitaria en barrios 251
Impacto
El impacto de un proyecto puede medirse con arreglo a las siguientes
cuestiones:
Sostenibilidad-viabilidad futura
La sostenibilidad y viabilidad futura de un proyecto pueden medirse con
arreglo a las siguientes cuestiones:
Buena prctica
Conviene definir qu se entiende por buena prctica:
Para que el proyecto que hemos ejecutado pueda llegar a ser reconocido
como una buena prctica ste tendr que tener una serie de caractersticas, como
las siguientes:
Bibliografa
Ander Egg, E. (1995). Diccionario del Trabajo Social. Buenos Aires: Lumen.
Disponible online el 03/06/2013 en la pgina Web:
http://www.trabajosocialmalaga.org/html/PROFESION_funciones_trabajad
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Garca, F (2008), La intervencin integral: intervencin por colectivos o
intervencin por problemticas en Cruz Roja Espaola (2009), Acciones
para la inclusin: La metodologa en inclusin social, buenas prcticas y
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online el 30/01/13 en la pgina Web:
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Gimnez, C. (2005) Convivencia: conceptualizacin y sugerencias para la
praxis. En Puntos de Vista. Cuaderno del Observatorio de las Migraciones
y de la Convivencia Intercultural de la Comunidad de Madrid, Volumen 1.
pp. 7-32. Disponible el 03/06/13 en:
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Homar, C. (2008) La intervencin integral: intervencin por colectivos o
intervencin por problemticas, en Cruz Roja Espaola. Acciones para la
inclusin: La metodologa en inclusin social, buenas prcticas y talleres
de participacin. Madrid: Cruz Roja Espaola. Disponible online el
30/01/13 en la pgina Web:
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254 Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
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Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable
Hagamos de nuestro barrio
un lugar habitable
Manual de intervencin
comunitaria en barrios
Josep Buades Fuster y Carlos Gimnez Romero
(Coordinadores)