Trabajo de La Verguenza en Terapia Gestalt Teoria y Practica PDF

Trabajo de la vergenza en terapia gestalt.
Teora y prctica.
Autora: Mara Guiomar Miranda G.

Profesor gua: Tatiana Mechasqui V.
Octubre/2012
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Resumen
La vergenza cumple un importante rol en la generacin y mantencin de la
neurosis, sin embargo este es un tema que por su propia naturaleza tiene a
pasar inadvertido en el proceso psicoteraputico, y ha sido poco descrito en la
literatura especializada. En este trabajo se muestra la vergenza como una
emocin que inhibe el desarrollo, as como tambin cumple una funcin
importante relacionada con la proteccin del vnculo social.
Para el desarrollo de los objetivos de investigacin, se presenta una revisin de
los principales aspectos de la psicoterapia gestalt y tambin de distintas
visiones de la vergenza y el trabajo teraputico de esta emocin. La revisin
se centra en los aportes de la psicoterapia gestalt para posteriormente realizar
una reelaboracin personal al respecto, en que se distingue la vergenza
situacional (o proceso de vergenza) y la vergenza estructural (o
autorregulacin basada en la vergenza). Esta ltima se ilustra con tres casos
clnicos. Se concluye este trabajo con una reflexin acerca de como ciertos
elementos culturales presentes en el Chile actual pueden contribuir a mantener
una cultura de vergenza.
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El tercer planeta estaba habitado por un bebedor. Fue una visita muy corta,
pues hundi al principito en una gran melancola.
Qu haces ah? pregunt al bebedor que estaba sentado en
silencio ante un sinnmero de botellas vacas y otras tantas botellas
llenas.
Bebo! respondi el bebedor con tono lgubre.
Por qu bebes? volvi a preguntar el principito.
Para olvidar.
Para olvidar qu? inquiri el principito ya compadecido.
Para olvidar que siento vergenza confes el bebedor
bajando la cabeza.
Verenza de qu? se inform el principito deseoso de
ayudarle.
Vergenza de beber! concluy el bebedor, que se encerr
nueva y definitivamente en el silencio.
Y el principito, perplejo, se march.
"No hay la menor duda de que las personas mayores son muy
extraas", segua dicindose para s el principito durante su viaje.
(Saint Exupery, 1981)
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NDICE
1. Introduccin ................................................................................................... 6
2. Objetivos ........................................................................................................ 8
3. Supuestos de investigacin ......................................................................... 9
4. Metodologa.................................................................................................... 9
5. Marco Terico .............................................................................................. 11
5.1 La Terapia Gestalt .................................................................................. 11
5.2 Qu es la vergenza? .......................................................................... 83
5.2.1 Revisin conceptual de la vergenza desde la filosofa y desde
otras perspectivas psicoteraputicas. ................................................... 83
5.2.2 Revisin conceptual y terica de la vergenza desde una
perspectiva gestltica. ........................................................................... 140
5.2.3 Propuestas de descripcin del fenmeno de la vergenza desde
una perspectiva gestltica: autorregulacin organsmica, interrupcin
del ciclo de la experiencia, mecanismos de evitacin de
contacto/retirada, polarizacin, transferencia / contratransferencia.
.................................................................................................................. 152
5.3 Hacia una salida no neurtica de la vergenza ................................ 175
5.3.1 Aportes prcticos de la psicoterapia Gestltica en el trabajo con
la vergenza. ........................................................................................... 175
5.3.2 Propuesta intervencin con un enfoque gestltico. .................. 197
6. Casos prcticos ......................................................................................... 224
6.1 Presentacin de casos ........................................................................ 226
6.1.1 Primer caso. ................................................................................... 226
4
6.1.2 Segundo caso. ............................................................................... 233
6.1.3 Tercer caso. ................................................................................... 238
6.2 Proceso teraputico............................................................................. 243
6.2.1 Foco n 1.- Crear un espacio para que pueda surgir la
vergenza: desarrollar una relacin de apoyo, emptica y sintonizada.
.................................................................................................................. 244
6.2.2 Foco n 2.- Aumentar el darse cuenta del proceso de vergenza,
liberndose de este proceso automtico y autodestructivo. ............. 249
6.2.3 Foco n 3.- Lograr un sentido de s mismo coherente, seguro,
positivo y compasivo. ............................................................................ 271
6.2.4 Foco n 4.- Buscar o generar espacios de intimidad afuera.. 299
7. Discusin y reflexiones finales ................................................................ 301
7.1 Sntesis ................................................................................................. 301
7.1.1 Sntesis terica. ............................................................................. 301
7.1.2 Trabajo teraputico. ...................................................................... 303
7.2 Algunas reflexiones sobre la vergenza en el mbito social .............. 307
7.2.1 La vergenza en el contexto chileno hoy. .................................. 310
7.2.2 Vergenza y socializacin. ........................................................... 313
8. Bibliografa ................................................................................................ 317
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1. Introduccin
En el trabajo con mis pacientes, he podido darme cuenta del importante rol que
cumple la vergenza en la generacin y mantencin de la neurosis. Si bien
algunos de ellos estn ms dispuestos a encarar aquello que les avergenza,
para la mayora es un tema difcil de llevar a la conciencia y ms an, de
mostrar, ya que sta puede ser tan abrumadora que es apenas soportable a los
ojos del primer otro observador, el yo que se mira a s mismo.
No existe mucha literatura en psicoterapia sobre este tema, pero se dice que a
diferencia del resto de las emociones bsicas que claramente cumplen una
funcin organizadora, la vergenza en un principio es un afecto que desorienta,
frena y paraliza el desarrollo humano, y que incluso en sus formas ms
moderadas interfiere en el proceso de crecimiento (Lee, 1996; Robine, 2005;
Wheeler, 2005; Yontef, 1995).
Kaufman (1994, en Wheeler, 2005, p. 187) afirma que:
La vergenza es el afecto de la inferioridad. No hay otro afecto que sea
ms central en el desarrollo de la identidad. Ninguno est ms cercano
al yo que experimentamos ni tampoco hay otro que sea tan perturbador
(). La vergenza es una herida ocasionada desde adentro que nos
divide tanto de nosotros mismos como de lo s dems.
A raz de esta definicin, podemos pensar en la importancia que tiene el
proceso de la vergenza en la polarizacin de la persona al dividirnos
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internamente y, por otro lado, la soledad que genera al alejarnos de los dems,
ya que lo que llamamos vergenza son vivencias relacionadas a la sensacin
de inadecuacin en algn rea esencial, vivencias en que ciertas cualidades de
la identidad, o la persona en su totalidad, han sido puestas en tela de juicio.
Podemos decir entonces que en el proceso de la vergenza existe una fuerte
conexin con el mbito social, ya que se asocia a la exposicin del s mismo a
la mirada del otro. De hecho, uno de los aspectos funcionales de la vergenza
es la invitacin a la adaptacin social, a la conformidad y a pertenecer a un
grupo (Aristteles, 2001; Block Lewis, 1971 citado en Morrison, 2005; Broucek,
1990 citado Valedn, 2002; Greenberg y Paivio, 2000; Kaufman, 1994;
Morrison, 2005; Orange, 2005; Rodrguez Sutil, 2008; Wheeler, 2005, entre
otros).
De este modo, el presente trabajo podra aportar en describir y analizar el
proceso de la vergenza como un factor que inhibe la integracin, el desarrollo
y, por lo tanto, el autoapoyo1. Lo anterior con el fin de visibilizar este proceso
(yendo en contra a la tendencia natural de ocultar la vergenza), generando
discusin al respecto, para finalmente buscar herramientas que permitan
enfrentar la vergenza en el trabajo teraputico desde un enfoque gestltico.
1
Autoapoyo, es un trmino usado en terapia gestalt para describir la capacidad del organismo
de caminar sobre sus propios pies, solicitando del entorno lo verdaderamente necesario en
una perspectiva de interdependencia, pero no lo innecesario y manipulativo
7
Para alcanzar dichos fines, este trabajo busca responder a las siguientes
preguntas de investigacin: qu es la vergenza y cmo se entiende desde el
enfoque gestltico? cmo se trabaja en la vergenza en psicoterapia de
adultos desde una perspectiva gestltica?
2. Objetivos
Objetivo general:
- Describir y analizar el proceso de la vergenza desde una perspectiva
gestltica, comparando esta conceptualizacin con otros enfoques.
- Describir el abordaje del proceso de la vergenza en psicoterapia de adultos
desde una perspectiva gestltica
Objetivos especficos:
1. Determinar y delimitar el concepto de vergenza describiendo su proceso
desde otras perspectivas psicoteraputicas.
2. Determinar y delimitar el concepto de vergenza y comprender su proceso
a travs del enfoque gestltico.
3. Identificar factores facilitadores y obstaculizadores del trabajo con la
vergenza en el proceso de psicoterapia, incluyendo intervenciones
teraputicas, aspectos relacionales y de setting.
4. Mostrar, describir y analizar a travs de un casos clnicos cmo se trabaja
la vergenza desde una perspectiva gestltica.
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3. Supuestos de investigacin
- La vergenza sera un afecto a la base de la polarizacin y que, por lo
tanto, coartara el ajuste creativo.
- El mecanismo ms habitual para lidiar con la vergenza y el miedo a
sta, sera el ocultamiento tanto de s mismo (se interrumpira el ciclo de
la experiencia en trminos de Zinker, 1979, antes de la conciencia por lo
que esta experiencia se mantiene en el fondo), como de los dems, lo
que generara la invisibilizacin de dicho proceso. En psicoterapia sera
especialmente importante estar atento a este fenmeno y no caer en el
juego de no ver.
- El mecanismo de ocultamiento generara ms vergenza y aislamiento,
formando un crculo vicioso.
- En todas las personas existira un ncleo de vergenza. ste sera un
fenmeno ms cercano a la conciencia en los pacientes en el polo
inhibido, pero no por eso menos importante de trabajar en otros
pacientes.
4. Metodologa
La metodologa de este trabajo es de investigacin terica. Para ello se
desarrolla una revisin bibliogrfica que considera la teora y la prctica en el
trabajo de la vergenza en base a lo que se genera una propuesta de
integracin de las distintas visiones respecto a este tema.
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Posteriormente, se ejemplifica a travs de casos clnicos el proceso teraputico
en el trabajo de la vergenza desde una perspectiva gestltica, analizando los
aspectos del proceso relacionados con el tema de investigacin y los aspectos
referentes al proceso de intervencin mismo. No es el objetivo de este trabajo
el construir teora ni generalizar a raz de estos casos, sino que ejemplificar lo
abordado tericamente y demostrar las habilidades prcticas del enfoque
gestltico, como una exigencia del Instituto de Terapia Gestalt de Santiago.
Los casos clnicos fueron escogidos desde la consulta privada de la propia
investigadora de acuerdo a su disponibilidad y con el criterio de ser ilustrativos
y pertinentes al tema de investigacin. Para obtener la informacin, se solicit
autorizacin a los pacientes para usar informacin de sesiones de sus
procesos teraputicos en este trabajo, alterando sus nombres y datos no
relevantes para la comprensin y abordaje del caso con el fin de proteger su
identidad.
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5. Marco Terico
Estoy confuso:
Quiero jugar mi juego de calzar.
Alrgico como soy a las inconsistencias,
Desordenado como soy
En hbitos mi pieza y mi ropa-,
Necesito del orden en mis pensamientos.
Relacionando trocitos y pedacitos a un todo,
Gestalts y Caos estn luchando.
qu otra cosa es entender? (Perls, 1998, p. 17).
5.1 La Terapia Gestalt
La terapia gestltica es una de las fuerzas rebeldes, humanistas y
existenciales de la psicologa que buscan detener la avalancha de
fuerzas auto derrotantes y autodestructivas presentes en algunos
miembros de nuestra sociedad (). Nuestra meta como terapeutas es
incrementar el potencial humano a travs del proceso de integracin.
Hacemos esto apoyando los intereses, deseos y necesidades genuinos
del individuo (Perls, 1978, p. 11).
11
La terapia gestltica es una terapia fenomenolgico-existencial fundada por
Fritz y Laura Perls en la dcada de 1940 (Yontef, 1995). Sin embargo, Fritz
Perls rechazaba el ser considerado creador de sta: "si me llaman el
descubridor o redescubridor de la terapia gestltica, bien" (Perls, 2002, p. 26-
27). Perls afirma que la gestalt es tan antigua como el mundo debido a la
tendencia de la materia viva a configurarse, a ser lo que es, aunque el hombre
en su necesidad de controlar el mundo y a otros hombres inventa teoras antes
de establecer con claridad o ver los principios slidos que mantienen la
armona de la tierra (Schnake, 2003).
La terapia gestalt se encuadra dentro del Movimiento de la Psicologa
Humanista o de Desarrollo del Potencial Humano surgido en California siendo
sus precursores Maslow, Watts y Rogers, entre otros, los que proponen un
nfasis en los recursos de la persona, el desarrollo y la actualizacin de las
potencialidades naturales del sujeto. De esto se desprende una visin no
patologizadora del cliente2 lejana a los modelos psiquitricos convencionales
y que promueve una relacin horizontal terapeuta-cliente, es decir, no desde
una posicin de saber, sino desde una mirada emptica, interesada en conocer
el modelo de mundo del otro.
La palabra Gestalt (del alemn) se traduce como forma o configuracin y se
refiere a los fenmenos de percepcin, estudiados por investigadores
2
Cliente era la designacin que se usaba desde la corriente humanista para evidenciar esta
idea no patologizadora. Sin embargo en la mayor parte del texto se utilizar la forma usual
paciente
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alemanes de la Escuela de la Forma (o psicologa de la Gestalt: Lewin,
Khler, Koffka, Wertheimer) que demostraron el carcter global de la
percepcin como una totalidad que integra figura y fondo. En terapia gestalt,
esto no slo se aplica a los fenmenos perceptivos, si no que a la totalidad de
las funciones del organismo. As, los principios de la gestalt aplicados a la
terapia tienen por objeto "despertar" al hombre. Darles instrumentos a las
personas para que, en breves lapsos, puedan darse cuenta de aspectos
inadvertidos de s mismos, de "huecos" de su personalidad, de los modos en
que no se permiten crecer y de cunta energa gastan en pelear con otros sin
mirarse a s mismas (Schnake, 2003, p. 29).
En la terapia gestalt el cliente aprende a utilizar el 'darse cuenta' de s mismo,
como un organismo total que es. Aprende a confiar en s mismo y de este
modo obtiene el desarrollo ptimo de su personalidad, dndose soporte a s
mismo o autoapoyo.
La terapia gestltica es un encuentro existencial entre personas que si bien no
procura encajar a las personas en moldes, existen metas implcitas, como por
ejemplo que el cliente avance hacia una mayor conciencia de s misma;
aprenda a asumir la propiedad de sus experiencias, en vez de proyectarlas
sobre los dems; aprenda a tener conciencia de sus necesidades y a
desarrollar las destrezas que le permitan satisfacerlas sin atentar contra las de
otros; avance hacia un contacto ms pleno con sus sensaciones; experiencie
su capacidad de sostenerse por s misma, en vez de manipular el ambiente y
aprenda a asumir la responsabilidad de sus acciones y sus consecuencias.
13
Zinker (1979, p. 83) indica que:
A medida que el trabajo avanza, la persona siente un bienestar cada vez
mayor en la experiencia de su energa y la utiliza en una forma que le
permite funcionar plenamente. Acta sin disipar su energa, aprendiendo
a integrar creativamente, dentro de s misma, sentimientos
conflictuantes, en vez de pujar contra su propio organismo o polarizar su
comportamiento.
Estas son algunas de las metas generales de la terapia gestltica.
Para Yontef (1995), existen tres principios que definen a la terapia gestltica y
la distinguen de otras terapias a pesar de las etiquetas, tcnica o estilo del
terapeuta por lo que si una terapia no cumple con uno de ellos, no es gestalt. A
la vez, cualquiera de los tres comprendido en forma adecuada y plena, abarca
a los otros dos principios:
PRINCIPIO UNO: la terapia gestltica es fenomenolgica; su nico
objetivo es el Darse Cuenta y su metodologa es la metodologa del
Darse Cuenta.
PRINCIPIO DOS: la terapia gestltica se bas totalmente en el
existencialismo dialogal, es decir, en el proceso Yo-T, contacto/
alejamiento.
PRINCIPIO TRES: la construccin o cosmovisin fundamental de la
terapia gestltica es la gestalt, basada en el holismo y la teora de
campo (Yontef, 1995, p.190).
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5.1a Orgenes de la Terapia Gestalt.
5.1.1 Bases filosficas: fenomenologa y existencialismo.
Las bases filosficas de la terapia gestalt son principalmente la Fenomenologa
y el Existencialismo, por lo que es heredera de los aportes de filsofos como
Husserl, Heidegger, Buber, as como tambin de cientficos del nuevo
paradigma como Einstein, Heisenberg, Bohm, etc. Fritz Perls, adscribi a
estas nuevas corrientes filosficas de su tiempo, separndose as de las
corrientes asociacionistas, mecanicistas y positivistas que dominaban la
filosofa y la ciencia en el cambio de siglo y que estaban en la base de toda la
concepcin psicoanaltica freudiana.
Fenomenologa
Yo he hecho del darse-cuenta (awareness) el eje de mi enfoque,
reconociendo que la fenomenologa es el paso primario e indispensable
para saber todo lo que hay que saber (Perls, 1998, p. 66).
La fenomenologa es un mtodo de exploracin desarrollado por Husserl (1859
- 1938) y tiene como objetivo investigar la realidad de un modo diferente al que
usara el mtodo cientfico-natural en que el sujeto que investiga puede ser
objetivo respecto al objeto de estudio. En tiempos de Husserl, la ciencia se
encontraba dominada por el positivismo, que reduce la realidad a hechos o
15
datos explicados por leyes causales. Con ello, para Husserl, la ciencia perda el
mundo real mismo, el mundo de las vivencias ms originarias del hombre
(mundo de la vida); adems, reduca la conciencia a ser una cosa ms del
mundo, eliminando la subjetividad humana, y con esto, la ciencia quedaba en
imposibilidad de captar el sentido de la existencia humana (Tejedor, 1990).
Para Husserl el positivismo no sera fiel a s mismo, ya que sustituye los
hechos por explicaciones (teoras hipotticas) y no se atiende a lo dado (el
fenmeno) en la experiencia. l, en cambio, quiere atenerse a lo dado y poder
describirlo pulcramente. Por esto, renuncia a toda explicacin de lo dado,
limitndose a captar (intuir) y describir su esencia. Este programa de la
fenomenologa de Husserl presupone una concepcin de la conciencia: la
intencionalidad, que es el carcter esencial del acto de conocer (Tejedor,
1990).
La fenomenologa, como alternativa al positivismo, es un intento de constituir la
filosofa como ciencia estricta, rompiendo tambin con la actitud ingenua o
natural. En primer lugar, la fenomenologa es un mtodo consistente en la
descripcin de las esencias: ir a las cosas mismas para intuir en lo que de ellas
se nos da (los fenmenos), sus propias esencias, y describirlas
desinteresadamente. Ello supone tambin la utilizacin de una forma de
reduccin diferente a la del positivismo: poner entre parntesis la existencia
del mundo y de la propia conciencia (la conciencia ingenua cree sin ms);
poner entre parntesis todos los caracteres accidentales del fenmeno, y no
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quedarse sino con su esencias. Es esta esencia la que luego deber
someterse a una descripcin pulcra y desinteresada (Tejedor, 1990).
La mirada fenomenolgica entonces, implica un alejamiento del positivismo
causalista y dualista, para concentrarse en una mirada en el aqu-ahora y una
observacin atenta del sujeto sobre el fenmeno, donde el fenmeno
observado es inseparable del observador. Esta observacin es descriptiva y en
ningn caso es interpretativa (como lo sera el psicoanlisis) y por tanto
tampoco es causalista ni pretende una teora explicativa del pasado (Martnez,
s.f.).
La fenomenologa insta a distanciarse de la forma usual de pensar, poniendo
entre parntesis el conocimiento previo del fenmeno, dejando de lado los
supuestos y juicios, para poder apreciar la diferencia entre lo que se est
percibiendo y sintiendo realmente en el momento, y lo que es residuo del
pasado (Idhe, 1977 citado en Yontef, 1995). Es la bsqueda de la comprensin
basada en lo que es obvio o revelado por la situacin. No se busca estudiar el
objeto separado del sujeto, con sus cualidades objetivas, sino que se busca
comprender el fenmeno tal como aparece ante el observador.
Con la fenomenologa hermutica (Heidegger, Dilthey) se agrega la dimensin
del significado al mtodo fenomenolgico, considerando las interpretaciones
como supuestos y no verdades inmutables, por lo que es posible cambiarlas
por otras alternativas de significado.
17
Una exploracin gestltica entonces respeta, usa y clarifica la percepcin
inmediata ingenua 3, no corrompida por el aprendizaje (Wertheimer, 1945,
citado en Yontef, 1995), por lo que tanto lo que se siente "subjetivamente"
como lo que se observa "objetivamente" constituye informacin relevante
(Yontef, 1995).
El objetivo que tiene la exploracin fenomenolgica gestltica es el darse
cuenta. Cuando el darse cuenta es usado sistemticamente y enfocado es
posible lograr insights, que es modelar el campo perceptivo, de manera tal
que se manifiesten las realidades significativas, es decir, es la formacin de
una gestalt en la cual los factores relevantes se ordenan con respecto al todo
(Heidbreder, 1933, p. 355 citado en Yontef, 1995).
Existencialismo
Pero al menos me haba compenetrado de una cosa: la filosofa
existencial exige que uno tome la responsabilidad de su propia
existencia (Perls, 1998, p. 59).
El existencialismo es un movimiento filosfico que da origen a la mayor parte
de las teoras humanistas hoy en da (Martnez, s.f.) y tal como la
3
La palabra Ingenua es usada en el texto de Wertheimer (s.f. citado en Yontef, 1995) en el
sentido de desprejuiciado, a diferencia de cmo fue usada esta palabra anteriormente en este
mismo apartado al referirse a que la conciencia ingenua cree sin ms.
18
fenomenologa, es una filosofa de una poca de crisis en Europa: la crisis
entre las dos guerras mundiales. As como la fenomenologa de Husserl recoge
la crisis de la ciencia, el existencialismo expresa la crisis de los individuos,
perdidos y angustiados en la catstrofe de la civilizacin (Tejedor, 1990).
El existencialismo niega la supremaca de la racionalidad. Rechaza lo abstracto
o clasificado y hace nfasis en la experiencia vital individual y directa. La
experiencia subjetiva individual es considerada vlida (Martnez, s.f.).
Como antecedente del existencialismo se suele citar a Kierkegaard (1813-
1855), cuya filosofa es una reaccin contra la doctrina de Hegel (1770-1831):
lo real no es lo general y universal, sino el individuo en su singularidad e
interioridad; el mundo no es racionalidad, sino paradoja; y ante la paradoja total
no queda ms salida que el salto de la fe. El hombre vive siempre en
situacin: en ella experimenta la angustia y tambin su propia libertad
(Tejedor, 1990).
Los existencialistas utilizan el mtodo fenomenolgico, pero aplicado a la
descripcin de la existencia humana concreta. Los fenmenos existenciales se
centran en la existencia de las personas, las relaciones entre ellas, sus
alegras, sufrimientos, etc., vivenciados directamente (Yontef, 1995). Segn
Heidegger (1889-1976), el hombre es un ser mundano, Dasein (ser-ah o
ser-en-el-mundo), alguien que se encuentra arrojado al mundo. Para Sartre
(1905-1980) el hombre no es una cosa en s, sino una conciencia, un para s
y carece de esencia o naturaleza: es el hombre quien debe hacerse a s
19
mismo, eligindose libremente en cada acto que realiza y esta libertad genera
angustia existencial (no sintomtica). No hay una esencia humana, sino
mltiples existencias en las que cada persona debe hacerse cargo de su propia
vida, enfatizando la responsabilidad individual. Se define al hombre como
libertad absoluta, y por eso el principio fundamental del existencialismo es que,
en el hombre, la existencia precede a la esencia. Pero la existencia pende
sobre la nada: o bien el hombre es el ser para la muerte (Heidegger) o bien la
conciencia es nada de por s, puro acto intencional o apertura al mundo
(Tejedor, 1990).
La vida humana es sentida como breve, transitoria, por lo que la vida en s
adquiere un valor intrnseco. La inevitabilidad de la muerte viene acompaada
de miedo, miedo al sinsentido (para qu vivo si voy a morir?) y al fin de la
existencia; ante este porvenir, el ser humano debe construir su propio proyecto
existencial, su forma de vivir la vida, que a su vez le da sentido. En este
contexto, lo ms importante es la libertad y su compaero inseparable, la
responsabilidad. Slo somos libres si nos hacemos responsables de nuestras
decisiones.
La psicoterapia gestalt, entonces, tiene una base en el existencialismo:
El existir ah (Dasein) como proyecto, sin esencia determinante, con la
responsabilidad de hacerse a s mismo, radicalmente,
autnticamente, asumiendo la angustia de la soledad; junto a otros,
pero sin instrumentalizarlos: importancia constituyente de la relacin yo
20
- t, pero con tal de tratar al otro como un fin no como un medio (De
Casso, 2003, p.56).
La mayora de las personas funcionan en un contexto no expresado de
pensamiento convencional, que oscurece o evita reconocer como es el mundo.
El auto-engao es la base de la falta de autenticidad: la vida que no est
basada en la verdad acerca de uno mismo en el mundo, lleva a sentir miedo,
culpa y angustia. La terapia gestltica proporciona un camino para llegar a ser
autntico y significativamente responsable por uno mismo. Adems la visin
existencial sostiene que las personas estn interminablemente re-hacindose o
descubrindose a s mismas (Yontef, 1995).
El dilogo existencial es esencial en la metodologa de la terapia gestltica y
una manifestacin de la perspectiva existencial en la relacin. Martin Buber
afirma que la persona (Yo) tiene significado slo en relacin a otros, en el
dilogo Yo-T o en el contacto manipulador Yo-Ello. Los terapeutas gestlticos
prefieren vivenciar al paciente mediante el dilogo que por medio de la
manipulacin teraputica (Yo-Ello) (Yontef, 1995 p. 122).
En resumen, el existencialismo y la fenomenologa dan un marco en que el
organismo en el aqu y ahora se relaciona con el mundo desde la subjetividad y
la responsabilidad, siendo esta relacin, organismo-mundo una relacin
bidireccional e inseparable.
21
5.1.2 Teora de campo.
Kurt Lewin (1890-1947) es el creador de la llamada Teora de Campo. El
concepto de campo procede del concepto fsico de campo electromagntico y
fue aplicado a la psicologa por la Escuela de la Forma (o psicologa de la
Gestalt) desde donde lo tom Lewin (Tejedor, 1990).
El campo es un todo en que las partes estn en relacin y correspondencia
inmediata unas con otras, y ninguna parte queda al margen de la influencia de
lo que ocurre en otro lugar del campo (Yontef, 1995), o sea, el campo es una
totalidad de fuerzas que se influencian recprocamente y que en conjunto
forman un todo interactivo unificado (Yontef, 1995, p.278). Los campos tienen
algunas caractersticas, como son las siguientes:
1. Un campo es una red sistemtica de relaciones
2. un campo es continuo en espacio y tiempo.
3. todo es de-un-campo.
4. todos los fenmenos son determinados por todo el campo.
5. El campo es un todo unitario: todo afecta a todo lo dems en el
campo (Yontef, 1995, p.278)
La teora de campo, entonces, es un marco o punto de vista para examinar y
elucidar eventos, experiencias, objetos, organismos o sistemas como partes
significativas de una totalidad conocida de fuerzas mutuamente influenciables
que juntas forman un todo (campo) unificado interactivo continuo (Yontef, 1995
p. 303). El nfasis est en observar, describir y explicar la estructura exacta de
22
lo que se est estudiando, en vez de en clasificar, interpretar, especular o
analizar aspectos desunidos y formar todos y-sumativos.
Por lo tanto, la identidad y calidad de tal evento, objeto u organismo est slo
en-un-campo contemporneo (es decir, lo que provoca efectos debe tocar lo
afectado en el tiempo y el espacio) y slo se puede conocer a travs de una
configuracin formada por una interaccin mutuamente influenciable entre
perceptor y percibido (Yontef, 1995).
El campo fenomenolgico lo define el observador, y es significativo slo si se
conoce el marco de referencia de ste. El observador es necesario porque de
alguna forma, lo que uno ve es una funcin de cmo y cundo miramos, por lo
que una caracterstica importante del campo es que est siempre en
movimiento, es un proceso continuo de cambio (Yontef, 1995).
Las teoras de campo intentan conseguir insight acerca de cmo opera el
campo, como se ajustan exactamente las fuerzas del campo en una estructura
completa (Yontef, 1995, p. 304). Existen numerosas teoras de campo, y no
hay una forma absoluta de determinar si una es ms correcta que otra. En la
teora de campo, todo es relativo al espacio y al darse cuenta fenomenolgico
del observador, es decir, la realidad no es objetiva ni arbitraria, sino
configurada conjunta y contemporneamente por lo que est ah fuera y el por
el organismo perceptor (Yontef, 1995).
23
En relacin a esto, Perls (1976) seala que a diferencia de otras ciencias en
que se puede abstraer y estudiar elementos separados del campo total, en
psicologa no es posible realizar esa clase de abstracciones, ya que el estudio
de cmo funciona el ser humano en su ambiente, es el estudio de aquello que
ocurre en el lmite de contacto entre el individuo y su ambiente.
De este modo, la teora de campo es una actitud que invade la terapia
gestltica, es la cosmovisin cientfica que est a la base de la perspectiva
fenomenolgica gestltica ya que describe el campo total del que un evento
actualmente forma parte (en vez de analizarlo) y permite conceptos
organizativos dinmicos, como el lmite de contacto, l s mismo como proceso,
etc. (Yontef, 1995).
Para Fritz Perls (1976) ningn individuo es autosuficiente. El individuo puede
existir nicamente en un campo ambiental: en todo momento es parte de un
campo y su comportamiento es funcin del campo total que lo incluye a l y a
su ambiente. El ambiente no crea al individuo, como tampoco el individuo crea
al ambiente. Cada uno es lo que es: cada cual tiene su carcter particular
debido a su relacin consigo mismo, con el otro y con l todo (Perls, 1976,
p.29).
El organismo y el ambiente se diferencian dentro de un todo unificado,
crendose entre ellos un lmite que al mismo tiempo ser contacto. El
organismo crea un lmite que le permite separar y al mismo tiempo contactarse
con el resto del campo que es el entorno o ambiente. Es en el lmite de
24
contacto donde ocurren los eventos psicolgicos. Nuestros pensamientos,
nuestras acciones, nuestra conducta y nuestras emociones son nuestro modo
de evidenciar y enfrentar los acontecimientos de lmite de contacto (Perls,
1976, p.30).
Este lmite de contacto es fundamental para la mantencin del organismo como
tal, si desaparece el lmite no existe organismo pues se confunde con el
campo, es decir, el organismo muere. Pero al mismo tiempo el organismo
necesita mantener ciertos parmetros homeostticos, un intercambio entre el
organismo y el entorno dentro de este lmite para su supervivencia (contacto).
Si no se mantienen estos parmetros el organismo desaparece (Martnez, s.f.).
5.1.3 Perspectiva Holstica.
Uno de los hechos ms notorios del hombre es que es un organismo
unificado. Y sin embargo este hecho es completamente ignorado por las
escuelas tradicionales de psiquiatra y psicoterapia las cuales, sea como
fuere que describan su enfoque, an operan en trminos de la antigua
divisin mente-cuerpo (Perls, 1976, p.23).
La visin de campo permite una mirada holista del entorno y del propio
organismo. La esencia de la concepcin holstica de la realidad es que toda la
naturaleza es un todo unificado y coherente (Latner, 1994; Martnez, s.f.).
25
Una caracterstica del campo es que todo est en todo. As en cualquier
elemento del campo estn contenidos los otros elementos del campo. Cada
uno de estos elementos, en cualquier escala, es en s un proceso integral
coordinado, incrustado en el todo mayor (Latner, 1994; Martnez, s.f.).
Pensando holsticamente, cualquier todo que se examine est ligado el resto
del universo multiforme, por lo que, al estudiar procesos, se debe estudiar
tambin su contexto (Latner, 1994).
Holsticamente no podemos entendernos a nosotros mismos en la simple suma
de nuestros conocimientos sobre las distintas partes. No somos slo una
comunicacin de funciones. El todo es mayor que la suma de sus partes en
este sentido mayor significa de una calidad diferente, por lo tanto, l todo es
un suceso nuevo (Latner, 1994). Esto nos habla de un organismo
completamente inserto en el universo en el que vive y al mismo tiempo nos
habla de un organismo unificado donde todas las partes de este organismo
estn en las otras al mimo tiempo. De este modo cognicin, emocin, energa,
cuerpo, etc., son aspectos del organismo total que estn totalmente
interrelacionados, no pudiendo comprenderse uno separado de los otros, ni
uno antes o causa de los otros (Martnez, s.f.).
En psicoterapia, el concepto de campo unificado (concepto holstico) da una
herramienta para tratar con el hombre su totalidad. Las caractersticas
principales de la teora y la epistemologa gestalt se basan en el concepto de
holismo. Holsticamente, el observador es parte del contexto del sujeto, puesto
26
que debemos entrar en contacto con lo que deseamos saber, para conocerlo.
Un enfoque holista incluye la conciencia de lo que percibimos (Latner, 1994).
Una diferencia importante entre la terapia gestltica y las dems terapias es el
genuino inters por el holismo y la multidimensionalidad. Perls resalta que slo
una psicoterapia amplia puede ser integrativa, y que slo un terapeuta con una
visin amplia puede detectar y abordar las dificultades esenciales, ya que la
gente manifiesta su dolor en su forma de comportarse, pensar y sentir (Yontef,
1995). La terapia y gestltica considera importante el campo biopsicosocial
completo incluyendo organismo/ ambiente (Yontef, 1995, p. 83 y 127) por lo
que se usan activamente las variables fisiolgicas, sociolgicas, cognitivas y
motivacionales, sin que ninguna dimensin relevante quede fuera de la teora
bsica (Yontef, 1995). Perls (1976) aade que
Si la actividad fsica y la actividad mental son del mismo orden, podemos
observarlas ambas como manifestaciones de lo mismo: el ser del
hombre. Ni el paciente ni el terapeuta estn limitados exclusivamente a
lo que dice o piensa el paciente, ambos pueden tomar en cuenta lo que
de hecho hace. Lo que hace es una clave de lo que piensa y lo que
piensa da claves de lo que hace y le gusta hacer. Entre los niveles de
pensar y hacer hay una etapa intermedia, la etapa de jugar a y en
terapia, si observamos cuidadosamente, veremos que el paciente juega
a muchas cosas. Con tan slo conseguir que preste atencin a sus
acciones, a sus fantasas y a su representar roles, l mismo llegar a
saber su significado. l mismo proveer sus propias interpretaciones.
() Por medio de la experiencia de s mismo en los tres niveles
27
descritos; del fantasear, del representar roles y del hacer, ir llegando a
un entendimiento de s mismo. La psicoterapia deja de ser as una
excavacin del pasado en trminos de represiones, conflictos edpicos y
escenas primarias, sino que se convierte en una experiencia de vivir en
el presente. En esta situacin de vida, el paciente aprende por s mismo
como integrar sus pensamientos, sus sentimientos y sus acciones ya no
nicamente la sala de consulta, sino en el transcurso de su vida
cotidiana (p.29).
5.1b Conceptos bsicos de la Terapia Gestalt.
La terapia gestltica es estar en contacto con lo obvio. La simplicidad del
enfoque gestltico est dada por su atencin en lo obvio, en lo que primero
salta a la vista. No se busca ahondar en el inconsciente. Yo no creo en las
represiones. No podemos reprimir una necesidad. Hemos reprimido
nicamente ciertas expresiones de estas necesidades (Perls, 2002, p.65).
La terapia consiste, por lo tanto, en analizar la estructura de la experiencia real,
en el aqu y ahora de la situacin presente, no tanto lo que se est
experimentando, recordando, haciendo, diciendo, etc., sino cmo es recordado
lo que se recuerda, o cmo se ha dicho lo que se ha dicho. Esto acrecienta el
contacto, ampla la conciencia inmediata o awareness de la vivencia, de la
relacin organismo/entorno en el aqu y ahora de la situacin real y energiza el
28
comportamiento, dando lugar a una gestalt fuerte, que es curativa por s
misma, ya que es "la integracin creativa del problema" (Vsquez, 2003).
Tanto el darse cuenta, como el contacto y el presente no son ms que
aspectos diferentes de un mismo y nico proceso: la autorrealizacin. Es en el
aqu y ahora que nos damos cuenta de todas nuestras posibilidades. (Perls,
1976, p. 71).
5.1.4 Concepto de Darse cuenta (awareness).
Sin el darse cuenta, no hay nada,
Ni siquiera conocimiento de la nada (Perls 1998, p. 31).
Sin awareness no hay nada.
Sin awareness hay vaciedad (Perls 1998, p. 66).
A la terapia gestltica le interesa la toma de conciencia (o darse cuenta). Perls
(1978, p. 28) seala que la diferencia entre nosotros y Freud es que l enfatiz
el recordar; nosotros enfatizamos el darse cuenta.
El darse cuenta aqu y ahora incluye el contacto con lo que ocurre, con lo que
est ah y salta a la vista, con lo obvio sin necesidad de buscar en las
profundidades del inconsciente, ya que est implcito el supuesto de que la
necesidad ms urgente, la verdadera necesidad oculta, va a aparecer por s
sola como figura en primer plano y slo hay que saber reconocerla (De Casso,
29
2003). En este sentido, captando lo obvio, lo que salta a la vista, y
realimentando esto al paciente, es posible llevarlo hacia el darse cuenta de s
mismo (Perls, 1974). Si logra llegar a darse cuenta plenamente en todo
instante de s mismo y de sus acciones en todos los niveles fantasa, verbal o
fsico podr ver cmo se produce sus propias dificultades (Perls, 1976, p.
69).
Para Laura Perls (1973 citado en Yontef, 1995), el objetivo de la terapia
gestltica es el continuum del darse cuenta; es decir, la libre formacin de una
gestalt a partir de lo que ms interesa al organismo (o a la relacin, al grupo o a
la sociedad), que pasa a un primer plano donde es posible de evidenciar y
enfrentar (reconocer, trabajar, cambiar, etc.), para luego fundirse en el
trasfondo (olvidarse, asimilarse e integrarse) dejando el primer plano libre para
la prxima gestalt relevante. El darse cuenta eficaz est fundado en y
energizado por la necesidad actualmente dominante del organismo (Yontef,
1995, p. 134). Para Fritz Perls (1976, p.25): la capacidad de darse cuenta
podra describirse como la melliza desdibujada de la atencin. El darse cuenta
es ms difuso e implica una percepcin relajada llevada a efecto por la persona
total, a diferencia de la atencin que implica una percepcin tensa. El darse
cuenta es una forma de experiencia que se puede definir vagamente como
estar en contacto con la propia experiencia, con lo que es, es decir, la
capacidad que tiene cada ser humano para percatarse de lo que est
sucediendo, aqu y ahora, dentro de s mismo y en el mundo que lo rodea y que
ayuda a restablecer el funcionamiento total integrado del individuo (Polster y
Polster, 1980; Yontef, 1995). El darse cuenta significativo no es una
30
introspeccin enfocada hacia adentro, si no que corresponde al s mismo en el
mundo, en dilogo con el mundo y con el darse cuenta del Otro (Yontef, 1995).
El darse cuenta pleno entonces, es el proceso de estar atentamente en
contacto con los eventos ms importantes del campo ambiente/individuo, con
un total apoyo sensorio motor, emocional, cognitivo y energtico. El contacto a
travs del darse cuenta genera totalidades nuevas y significativas, siendo ya
en s mismo una integracin del problema (Yontef, 1995). Por lo tanto, el darse
cuenta es un paso decisivo en el camino hacia el desarrollo de la conducta
nueva, independientemente de cuales sean las revelaciones resultantes de esa
toma de conciencia (Polster y Polster, 1980).
Cualquier negacin de la situacin, de sus exigencias o de los propios deseos y
respuestas elegidas, es una alteracin del darse cuenta. Es importante
destacar que el darse cuenta se acompaa de pertenencia, que es el proceso
de reconocer el propio control, poder de eleccin y responsabilidad sobre los
propios sentimientos y conductas. La persona que se da cuenta plenamente,
sabe qu hacer, cmo lo hace, sabe que tiene alternativas y elige ser como es.
El darse cuenta es una experiencia ntima y privada. Yo no me puedo dar
cuenta de t darte cuenta, lo nico que puedo hacer es participar
indirectamente (Perls, 1998, p. 79-80).
Adems, el acto de darse cuenta es siempre aqu y ahora aunque su contenido
puede estar distante temporalmente. Por ejemplo, el acto de recordar es ahora,
pero el contenido, lo que se recuerda, no es ahora. El pasado y el futuro son
31
entonces conjeturas acerca de lo que precedi al momento presente y lo que
presagiamos que seguir. Todo ese adivinar ocurre ahora (Stevens, 1976;
Yontef, 1995).
Se pueden distinguir tres tipos de darse cuenta, que se denominan "reas del
darse cuenta" o "zonas de contacto" (Stevens, 1976).
- Darse cuenta del mundo interior, de s mismo, que comprende lo que ocurre
dentro de uno mismo, es decir, el contacto sensorial actual con eventos
internos en el presente: lo que ahora siento desde debajo de mi piel,
tensiones musculares y movimientos, manifestaciones fsicas de los
sentimientos y emociones, sensaciones de molestia, agrado, etc.
- Darse cuenta del mundo exterior o zona externa que incluye todo lo que est
fuera, ms all de mi piel. Esto es, contacto sensorial actual con objetos y
eventos en el presente: lo que en este momento veo, toco, escucho, gusto o
huelo.
Estos dos tipos de darse cuenta engloban todo lo que se puede saber sobre la
realidad presente como es vivenciada; es el terreno slido de la experiencia,
por lo que este darse cuenta existe independientemente de cmo sea visto o
juzgando (por s mismo o por los dems) y ningn tipo de argumento o teora
puede hacerlo no-existente.
32
- Darse cuenta de la zona intermedia o zona de la fantasa, que incluye toda la
actividad mental que abarca ms all de lo que transcurre en el presente:
explicar, pensar, adivinar, imaginar, planificar, recordar, anticipar. Todo esto es
irrealidad (Stevens, 1976).
Dentro de esta fantasa hay una realidad encubierta, que se puede descubrir al
concentrarse en la fantasa y al mismo tiempo tomar conciencia de las
sensaciones fsicas, percepciones y otras actividades que suceden mientras se
concentra en la fantasa (Stevens, 1976).
Por otra parte, y como corolario de lo anterior, es importante destacar que el
darse cuenta pleno y el autorrechazo son mutuamente excluyentes. El rechazo
a uno mismo es una distorsin del darse cuenta, ya que es una negacin de
quien uno es, que implica una confusin acerca de quien soy yo, adems de
un autoengao o a actitud de mala fe al sentirse por encima de aquello que se
est reconociendo en forma ostensible (Sartre, 1966 citado en Yontef, 1995).
No es un darse cuenta perceptivo el decir yo soy como si fuera una
observacin de otra persona, como si el yo no fuera elegido, o sin saber
cmo uno crea y perpeta ese yo soy (Yontef, 1995, p.135).
Adems, como terapia vivencial, la tcnica gestltica exige del paciente que se
vivencie a s mismo lo ms posible y tan plenamente como pueda en el aqu y
ahora. De esta forma, mientras ms se de cuenta de s mismo, mas aprender
acerca de lo que es l mismo. A medida que vivencia los modos en que evita el
33
ser ahora (los modos diversos como se interrumpe) tambin comenzar a
vivenciar el s mismo que ha interrumpido (Perls, 1976).
En base a esto, las tcnicas de la terapia gestltica son tareas experimentales
que se usan como medios para expandir la experiencia directa, sin que sea su
objetivo que el paciente llegue a alguna conclusin ni cambiar sus
sentimientos, reacondicionarlos o fomentar la catarsis (Yontef, 1995).
La frase me doy cuenta, otorga al paciente cierto sentido de sus propias
capacidades y de su equipamiento sensorial e intelectual.
El repetir me doy cuenta brinda algo adems de lo puramente
consciente. Al trabajar con lo que el paciente tiene, es decir sus medios
de manipulacin actuales en lugar de aquellos que no ha desarrollado o
ha perdido, se le brinda al paciente y al terapeuta la mejor perspectiva
de sus recursos actuales. Porque el darse cuenta siempre transcurre en
el presente (Perls, 1976, p. 71).
Para modificar rutinas o hbitos, como son funciones establecidas es necesario
traerlos al presente, al foco del darse cuenta de forma renovada. Sin la
capacidad de darse cuenta, no hay cognicin electiva. Es en el aqu y ahora
que nos damos cuenta de todas nuestras posibilidades.
34
5.1.5 Concepto de Aqu y ahora.
Para m, slo el ahora existe. Ahora = experiencia = conciencia. El
pasado ya no est y el futuro no llegado. nicamente el ahora existe
(Perls, 1973, p. 22).
Para Perls (1976) el ahora es un concepto interesante y difcil a la vez, ya que
es una paradoja trabajar en el ahora y ser incapaz de aferrarse a l e incluso
focalizarlo, es decir, slo se puede trabajar y lograr algo trabajando en el ahora,
en el presente, pero en cuanto esto se vuelve una exigencia moralista,
inmediatamente se evidencia que es imposible.
En una terapia fenomenolgica como la terapia gestltica, el poder est en el
presente y el presente, el ahora comienza con el darse cuenta actual del
paciente (Polster y Polster, 1973; Yontef, 1995).
Cuando se habla de ahora en terapia gestltica, se refiere a este mismo
momento. Esto implica alejarse del hablar acerca de, buscando acercase a la
experiencia directa. As, por ejemplo, se habla a la persona como si estuviera
presente, lo que genera una mayor experiencia directa de los propios
sentimientos. Es una terapia experimental en el verdadero sentido de la
palabra: es vivenciarse uno mismo o intentar una conducta para ver si calza,
viviendo realmente un evento (Yontef, 1995).
35
Adems, el darse cuenta sucede ahora. Es en el ahora cuando puedo contactar
el mundo que me rodea, y es ahora cuando puedo contactar recuerdos
pasados o expectativas del futuro. Como ya se haba dicho anteriormente, los
eventos previos o lo que se anticipa pueden ser objeto del darse cuenta
presente, pero el proceso de darse cuenta es ahora. Por esto, en gestalt los
recuerdos o expectativas se traen al presente, con el fin de darse cuenta de
cmo estn repercutiendo en el momento actual.
El no conocer el presente es entonces una alteracin del darse cuenta, pero
tambin lo son el no recordar o no anticipar. A menudo los pacientes no
conocen su conducta actual. En algunos casos, viven en el presente como si
no tuvieran pasado. La mayora viven el futuro como si fuera ahora. Todas
estas son alteraciones del darse cuenta temporal (Yontef, 1995, p. 143).
Es por este nfasis en el aqu y ahora, que la terapia gestltica es una terapia
vivencial antes que una terapia verbal o interpretativa y por esto se le pide al
paciente que no hable de sus traumas y problemas del pasado, sino que
revivencie sus problemas y sus traumas o asuntos inconclusos en el aqu y
ahora (Perls, 1976).
La frase central con la cual se le pide a los pacientes que comiencen su terapia
y que se mantiene durante el transcurso de sta (y no slo en palabras, sino
que en su espritu), es: ahora me doy cuenta. El ahora nos manifiesta el
presente, recalca el hecho de que ninguna experiencia o vivencia es posible a
menos que sean presentes. Y desde luego el presente mismo es una
36
experiencia siempre cambiante. Una vez que se usa el ahora, le ser fcil al
paciente usar el tiempo presente todo el tiempo y podr trabajar desde una
base fenomenolgica (Perls, 1976).
En terapia gestltica, el conocimiento no equivale a lo que se verbaliza, oral o
internamente. El tipo de conocimiento que ensea la terapia gestltica se
refiere a cmo alejamos la atencin de la informacin sensorial en bruto
inmediata de la experiencia. Mediante la recuperacin del darse cuenta de este
mecanismo, previamente fuera del darse cuenta, el paciente en terapia
gestltica puede analizar los procesos por medio de los cuales apoya
conductas insatisfactorias y adquiere las herramientas para aumentar en forma
independiente su darse cuenta en el futuro (). La terapia gestltica comparte
con otras psicoterapias existenciales la fe en la relacin psicoteraputica yo y
t-aqu y ahora (Yontef, 1995, p. 83-84).
Es importante agregar que si bien el momento del aqu y ahora del contacto
vivencial es clave para la terapia, Yontef (1995) seala que tambin debemos
darnos cuenta de gestalts ms amplias, sin que el aqu y ahora sea un lmite en
el conocimiento del paciente. Al respecto explica que las experiencias
fenomenolgicas se refieren a cuatro zonas espacio-tiempo.
1.- aqu y ahora, el campo total persona/ ambiente en un momento particular:
incluye lo concreto e inmediatamente observable, el significado para la
persona; los asuntos inconclusos, deseos y temores sobre el futuro expresados
y representados aqu y ahora.
37
2.- All y ahora, el espacio vital de la persona: incluye lo que la persona est
viviendo en la actualidad fuera y dentro del espacio teraputico, la totalidad de
la existencia actual de la persona ya que l ahora en un sentido amplio no
termina en este preciso segundo.
3.- Aqu y entonces lo que ocurri en este mismo contexto (ej.: sala de
terapia) pero no en este momento. Existe un nfasis en terapia gestltica
acerca de la importancia de la relacin teraputica, incluyendo el
reconocimiento de patrones de transferencia y el creciente dilogo sobre la
relacin teraputica dentro la terapia.
4.- All y entonces, la historia de vida del paciente, sin la cual no existira
posibilidad de dilogo real, ya que los antecedentes que permiten la aparicin
del significado incluyen la historia y desarrollo de la persona.
Por otra parte, conocer mejor al paciente implica hacer discriminaciones
diagnsticas y no todo lo que necesitamos para realizar esta discriminaciones
es observable inmediatamente en el aqu y ahora (Yontef, 1995).
38
5.1.6 Concepto de Necesidad y ciclo de la experiencia de Zinker.
Los psiclogos de la gestalt (Khler, Koffka y Wertheimer) hablaron de figura y
de fondo en relacin con el fenmeno de la percepcin y el conocimiento,
descubriendo que al experimentar el medio visualmente, elegimos un centro
particular de inters que se destaca en un fondo difuso. La figura entonces es
lo que se destaca y el resto es el fondo. En terapia gestltica, la dinmica
figura-fondo tiene relacin con todas las funciones del organismo, no slo con
la percepcin (Zinker, 1979), por lo que se parte del supuesto de que el inters
o necesidad ms inmediato tiende en forma natural a llegar al primer plano de
atencin, o sea, se hace figura4, mientras que todo lo dems tiende a
retroceder al fondo. De esta forma, si se pone atencin convenientemente se
descubre que lo que est en primer plano de atencin es lo ms importante
aqu y ahora (Joslyn, 1978). Es importante destacar al respecto que la
necesidad/figura se me da, no es posible elegir cual necesidad va a surgir,
as como tambin que slo un evento a la vez puede ocupar el primer plano,
ya que de otra forma hay conflicto y confusin con el consiguiente
debilitamiento del potencial que se requiere para completar la necesidad ms
apremiante (Perls, 1998).
El organismo sano, entonces, va satisfaciendo sus necesidades a medida que
stas van surgiendo, y sabe priorizar las ms urgentes y vitales de acuerdo a
4
Es por esto que el trmino necesidad se homologa a figura o gestalt, ya que tiene que ver
con algo importante, que capta el inters, y es en ese sentido una necesidad que se relaciona
con una alteracin de la homeostasis del organismo.
39
una jerarqua de valores dado por el proceso de autorregulacin organsmica
(del que se hablar ms adelante). Al respecto, Perls (1976) seala que
la necesidad dominante del organismo, en cualquier momento, se
convierte en la figura en primer plano y las dems necesidades
retroceden, al menos temporalmente, al fondo. Lo que est en primer
plano es aquella necesidad que presiona ms agudamente por su
satisfaccin (p. 23).
Ciclo de la experiencia.
En todo organismo opera un ciclo psicofisiolgico que se relaciona con la
satisfaccin de necesidades que se denomina "ciclo de autorregulacin del
organismo", ciclo de la experiencia, o ciclo de las necesidades.
Este ciclo viene determinado por una serie de pasos constituyen los peldaos
que nos orientan hacia la satisfaccin de nuestras necesidades. Algunos
autores (Perls, Hefferline y Goodman, 1973; Robine, 2005) describen estos
pasos como un proceso global de pre-contacto, contacto y post-contacto, pero
tradicionalmente se han pautado los siguientes pasos que explicaremos
tomando como punto de partida el llamado punto cero del organismo en su
campo, punto en el cual el organismo se encuentra indiferenciado, con sus
necesidades equilibradas y en un estado de indiferencia creadora. En el
transcurso de este ciclo, el punto cero se ve alterado por un trastorno en el
equilibrio de ese campo (que genera la aparicin de una necesidad o figura)
40
para finalmente resolverse volviendo al punto cero (Latner, 1994). Este ciclo se
recorre en siete etapas5 (Zinker, 1979):
1. Sensacin que emerge desde el fondo: una figura comienza a tomar forma
a partir de una perturbacin en el campo.
2. Conciencia (darse cuenta): Las sensaciones se convierten en conciencia
por lo que la persona es capaz de nombrar y describir esos mecanismos
sensoriales, lo que le permite comprender qu necesita en ese momento y qu
hacer para satisfacer esa necesidad. Se refiere a tomar conciencia de una
sensacin vital prioritaria emergente; es la comprensin en el presente, que es
diferente del pensar o racionalizar sobre la sensacin.
3. Excitacin o movilizacin de energa: La figura est claramente formada y
por consiguiente est cargada de energa o tensin bsica, se hace importante.
El sujeto rene la fuerza o concentracin necesaria para movilizarse y llevar a
cabo lo que la necesidad le demanda.
4. Accin: Se organiza el entorno para dirigirse al objeto que satisface la
necesidad (objeto catexial). El individuo moviliza su cuerpo para satisfacer su
necesidad, concentra su energa en el sistema motor y se encamina
activamente a lo que desea.
5. Contacto: Es el encuentro, la unin, es el proceso psquico por el cual el
organismo se compromete con lo que satisface la necesidad, el self est en el
organismo y el entorno al mismo tiempo (confluencia sana organismo-entorno).
5
Zinker, 1979 slo describe 6 etapas ya que la fase de consumacin est incluida en la fase
de retirada.
41
6. Consumacin: Supone conducir el proceso hasta su plena realizacin. No
quedarse a medias. Es cuando el contacto se ha dado en cantidad y calidad
suficiente para la satisfaccin de la necesidad.
7. Retirada: La plena satisfaccin de la necesidad emergente (o destruccin
de la figura o gestalt) lleva a un periodo de repliegue hacia uno mismo,
relajamiento, recuperacin y desinters hasta que surge otra nueva necesidad.
En el individuo saludable, esta transicin fluye suavemente, no se atasca ni lo
perturba. Se pasa naturalmente de una necesidad figura a otra necesidad que
va surgiendo a medida que la primera desaparece. Cuando es saludable, la
satisfaccin de necesidades se presenta ms o menos en el momento en que
ellas surgen, aunque tambin es importante aprender a postergar
responsablemente la satisfaccin por objetivos de largo plazo (Zinker, 1979).
De acuerdo a esto, el objetivo de la terapia gestltica es que la persona sea
capaz de tomar plena conciencia de sus necesidades e insertarse en el medio
con todas sus aptitudes y recursos para lograr de ste lo que necesita. Se toma
conciencia y responsabilidad sobre s mismo, sin proyectar sobre otros las
propias necesidades, as como se asume la responsabilidad de las acciones
realizadas para la resolucin de esa necesidad o de su postergacin.
La terapia gestltica no postula que vivamos para el momento, sino que
vivamos en el momento; no que atendamos nuestras necesidades
inmediatamente, sino que seamos actuales con nosotros mismos en nuestro
ambiente (Zinker, 1979, p. 81).
42
El proceso del ciclo de la experiencia puede ser interrumpido en forma sana
(o natural), como cuando surge en el campo una gestalt ms importante o
apremiante. En este caso, el proceso anterior queda como figura inconclusa y
la necesidad nueva genera un nuevo ciclo. Sin embargo, cuando las
interrupciones se realizan rgida y consistentemente, en relacin a ciertos
temas, emociones, o en cierta etapa del ciclo, hablamos de interrupcin
neurtica.
A continuacin se describen brevemente las interrupciones del ciclo de la
experiencia segn Zinker (1979):
- Interrupcin entre retirada y sensacin: la persona es incapaz de volver a la
experiencia sensorial a partir de una etapa de retirada, encontrndose, por
ejemplo en un estado somnifaciente o de trance hipntico, o si la persona est
disociada debido a algn trastorno profundo, o individuos profundamente
retrados en s mismos. O, por el contrario, opta por no seguir, o no puede
seguir las insinuaciones sensoriales de su cuerpo y, en consecuencia, puede
comer en exceso, pasar hambre o tornarse incontinente.
- Interrupcin entre sensacin y conciencia: la persona puede experimentar
algunas de sus sensaciones pero le son extraas, no comprende qu
significan.
- Interrupcin entre conciencia y excitacin: cuando la persona si bien tiene
conciencia de lo que necesita pero no est en condiciones de desarrollar
bastante energa como para ejecutar la accin necesaria para satisfacer esa
43
necesidad, ya sea por miedo a excitarse o sentir fuertes emociones. El bloqueo
fisiolgico que acompaa al miedo a la excitacin suele darse en una
respiracin sin profundidad, lo que disminuye la oxigenacin de su cuerpo y lo
despoja de energa. Esa manera de vaciarse de energas no permite una
expresin saludable de los propios sentimientos.
- Interrupcin entre movilizacin de energa y accin: la persona puede
movilizarse, pero no aplicar su energa al servicio de una actividad que le
reporte lo que desea. De esa movilizacin crnica que no se expresa pueden
resultar sntomas somticos, como la hiperventilacin, hipertensin, tensin
muscular crnica e impotencia.
- Interrupcin entre accin y contacto: aqu se trata de una persona con
sentimientos difusos; habla y hace muchsimo, pero no puede asimilar su
experiencia.
- Interrupcin entre contacto y retirada, retirada y sensacin son perturbaciones
del ritmo natural de accin-inaccin, por ejemplo en el caso de un individuo que
no es capaz de retirarse en el punto ms alto o culminacin de su experiencia y
se aferra a sta ms all del punto de rendimiento ptimo, o se atasca entre la
retirada y la sensacin y le resulta difcil retornar al estado de alerta y de
accin.
44
Mecanismos de evitacin de contacto.
La solucin neurtica usa mecanismos de evitacin de contacto para hacer
"desaparecer" el conflicto sin resolverlo. Esto implica una gestalt no resuelta, lo
que a su vez implica un gasto de energa constante del organismo para cerrar
esta necesidad y al mismo tiempo un esfuerzo o energa del organismo (desde
su neurosis) para "no tomar conciencia" de esta figura.
Una interrupcin de la secuencia de hacer y retirarse del contacto es debida a
un estado del self empleado inadecuadamente. Estos mismos mecanismos
posibilitan el contacto (por eso en ocasiones son llamados mecanismos de
contacto) y como se desarrollan en la frontera de contacto organismo entorno
(self) son llamados tambin fenmenos de frontera y son estados temporales
adecuados y necesarios en determinas fases del ciclo de las necesidades. Solo
cuando han perdido su funcin espontnea y se convierten en estructuras
rgidas que interrumpen el proceso es cuando se convierten en disfuncionales.
Estos mecanismos son:
- Confluencia.
La confluencia es el estado de no contacto, no hay frontera del self, es la
prdida de diferenciacin entre el organismo y el entorno, por lo que en el caso
de una relacin interpersonal, no existe diferenciacin entre dos personas. La
confluencia es la ilusin que persiguen quienes prefieren limar diferencias a fin
de atemperar la experiencia desquiciada de la novedad y la alteridad (Polster y
45
Polster, 1980, p. 98). cuando el hombre que est en confluencia patolgica
dice nosotros uno no puede saber de qu est hablando; si de s mismo o del
resto del mundo. Ha perdido completamente el sentido del lmite (Perls, 1976,
p. 49). En gestalt,
la memoria es confluencia; recordar es ruptura de confluencia. Los
hbitos no concientes, los vnculos no concientes del nio con su familia,
del adulto con su comunidad, del Hombre con el universo, son cosa de
la confluencia. Y lo contrario de la confluencia es la conciencia, que
implica una figura de contacto y de diferenciacin (Robine, 2005, p. 148).
La confluencia sana est potencialmente sujeta a contacto (mientras que la
confluencia neurtica no puede contactar); se refiere a un fondo movilizable,
accesible al contacto, accesible a y por la conciencia. En el ciclo de la
experiencia, la confluencia, el apego a la situacin, el temor a parar, a la
quietud, la separacin o la soledad pueden impedir una retirada necesaria para
la elaboracin del proceso (Latner, 1994).
Introyeccin.
En la introyeccin, la energa se invierte en el incorporar pasivamente lo que el
medio proporciona, sin molestarse en aclarar sus propias necesidades o
preferencias (Polster y Polster, 1980). De esta forma, desplaza el propio deseo
potencial por el de algn otro, principalmente para evitar la sensacin de "no
pertenencia". Cuando el introyector dice yo pienso, generalmente quiere
decir ellos piensan (Perls, 1976, p. 45). La introyeccin sana es el paso
46
previo a la asimilacin, necesaria en cualquier situacin de aprendizaje y est
caracterizada por el inters, la motivacin y la conciencia inmediata.
Sin embargo, el temor a la energa, a la excitacin, a la emocin, la inhibicin;
las normas y los debera interiorizados, es decir, introyectados, pueden
generar rigidez, somatizaciones e interrupciones diversas en la movilizacin de
la energa durante la excitacin.
Proyeccin.
En la proyeccin se rechazan aspectos de s mismo, adscribindolos al
ambiente, por lo que se produce una escisin entre sus caractersticas reales y
lo que sabe de ellas. En cambio tiene una aguda conciencia de estas
caractersticas en los dems. Cuando el proyector dice it o ellos por lo
general quiere decir yo (Perls, 1976, p. 47). En general los introyectos llevan
a sentimientos de poca aceptacin del s-mismo y de auto-alienacin que
generan las proyecciones (Perls, 1976). Si el introyector renuncia a su sentido
de identidad; el proyector lo desperdiga, por lo que devolverle los fragmentos
de su identidad dispersa es la piedra angular en el tratamiento (Polster y
Polster, 1980). Por lo tanto, a travs de la proyeccin, borramos la realidad y
destruimos lo verdadero y despus llenamos el hueco que hemos hecho con
nuestra fantasa, pero, de esta forma, al dejar aspectos de s mismo fuera, la
conciencia se va empobreciendo.
En la proyeccin sana, conservamos el conocimiento de que nuestras
fantasas son obra nuestra y de que lo que existe no es lo mismo que aquello
47
que forjamos en nuestras fantasas (Latner, 1994, p. 122). Lejos de ser un
error o un fracaso de la objetividad, en la organizacin de la toma de
conciencia la proyeccin es nuestra destreza orientadora esencial en un
campo intersubjetivo (Wheeler, 2005, p. 124), es nuestra estrategia esencial
para tratar/ negociar con las personas; es decir, es necesaria para poder tratar
efectivamente con el campo total del vivir, compuesto por otros seres con su
propia subjetividad (con sus propios procesos internos, conciencia de s
mismos, etc.). En la proyeccin patolgica, en cambio, el lmite de la distincin
que hacemos entre lo que somos y lo que no somos, se pierde. Esta dispersin
puede dificultar la comprensin de las sensaciones que van emergiendo y
generar impotencia para efectuar un cambio por s mismo.
Retroflexin.
El la retroflexin se abandona cualquier tentativa de influir sobre el medio,
convirtindose en una unidad aislada y autosuficiente, reinvirtiendo su energa
en un sistema exclusivamente intrapersonal e imponiendo severas restricciones
al trfico entre el ambiente y l (Polster y Polster, 1980, p.80). Es cuando las
energas de la orientacin y la manipulacin estn plenamente comprometidas
en el entorno pero el individuo no puede hacerles frente porque tiene miedo a
herir o a ser herido y trata de evitar quedar comprometido con el entorno. Por
esto vuelca sus energas contra su personalidad y su propio cuerpo, los nicos
objetos disponibles y seguros en el campo: vuelve contra s mismo lo que
querra hacerle a otro, o se hace a s mismo lo que querra que otro le hiciera
(Polster y Polster, 1980, p. 89). El entorno tangible del retroflector est formado
nicamente por s mismo. El retroflector hace una serie casi interminable de
48
afirmaciones del tipo tengo vergenza de m mismo, todas basadas en la
comprensin de que l y el mismo son dos personas diferentes (Perls,
1976).
Se incluyen aqu los remordimientos, los arrepentimientos, las
reconsideraciones, las enfermedades psicosomticas, los dolores musculares
sin "causa", el pensamiento obsesivo, la rumia, etc.
Una retroflexin sana, podra ser un acto de autocontrol deliberado durante un
compromiso o la autodisciplina para llegar a un objetivo (Latner, 1994).
En resumen,
el introyector hace lo que los dems quieren que haga; el proyector hace
a los dems lo que l acusa a los dems de hacerle a l; el hombre en
confluencia patolgica no sabe quin le est haciendo qu cosa a quien;
y el retroflector se hace a s mismo lo que le gustara hacer a otros
(Perls, 1976, p. 50).
Adems, algunos autores describen otros dos mecanismos de
contacto/evitacin:
Deflexin.
Para Polster y Polster (1980), la deflexin es una maniobra tendente a soslayar
el contacto directo con otra persona, es un medio de enfriar el contacto rea,l es
la distraccin, la dispersin, la superficializacin que genera obstculos en la
culminacin del proceso de la satisfaccin de la necesidad. As, o no invierte
49
suficiente energa para obtener una retribucin razonable, o la invierte al
tuntn, de modo que se dispersa y desperdicia. Acaba agotado, escasamente
retribuido, en un total fracaso (Polster y Polster, 1980, p. 80). Todas las
deflexiones destien la vida.
Egotismo.
El egotismo es la interrupcin bsica del proceso figura-fondo, precursora de
todo funcionamiento enfermo. En la enfermedad, el egotismo es la deliberacin
empleada contra s mismo y su satisfaccin reside en el control y la victoria (es
decir, el hacer que las circunstancias se amolden a los deseos y dominen el
proceso de formacin de figura), lo que no es una conducta integrada. La
satisfaccin del egotismo es diferente de la satisfaccin de la autorregulacin
del organismo. El egotismo es el elemento comn en todas las formas de
deterioro. Cuando, en las fases de contacto final y de postcontacto debera
haber una relajacin del control o de la vigilancia "hay un esfuerzo por controlar
lo incontrolable y lo sorprendente. El egotismo tambin da una sensacin falsa
y engaosa de s mismo, se pierden las proporciones en relacin con los
dems y con el mundo. En un aspecto sano el egotismo es el funcionamiento
del ego consciente y decidido, indispensable en la elaboracin de cualquier
proceso de maduracin largo, difcil y complejo (Latner, 1994).
50
5.1.7 Concepto de Polaridad y polarizacin.
Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los
semejantes y los antagnicos son lo mismo; los opuestos son idnticos
en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las
verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden
reconciliarse (Tres Iniciados, 2007, p. 19).
El concepto de polaridades ya exista en psicologa antes de que PerIs lo
mencionase. Carl Gustav Jung, considera que una teora psicolgica de la
personalidad debe sostenerse sobre el principio de la oposicin de los
contrarios, ya que la personalidad contiene en esencia tendencias bipolares,
como son introversin/extroversin, pensar/sentir, sensacin/intuicin,
enfatizando que los elementos bsicos psquicos negados por la persona a
nivel consciente, tienden a desarrollarse en el inconsciente. Para Jung las
tensiones creadas por los elementos conflictivos son la verdadera esencia de la
existencia: sin tensiones no existira la energa en el ser humano y por lo tanto
tampoco la personalidad (Castanedo, s.f.).
Perls (1978) seala que la filosofa bsica de la terapia gestalt es la
diferenciacin e integracin de la naturaleza. En cualquier aspecto de la
naturaleza, y en cualquier forma de nuestro organismo todo tiene su opuesto,
noche-da, ying-yang, bueno-malo, claro-oscuro, fuerte-dbil (Alzueta, 2004).
Para que un fenmeno sea perceptible ha de estar en oposicin con otro,
distinguirse de otra cosa. La informacin, en este sentido, es la noticia de la
51
diferencia y la diferencia constituye fundamentalmente la configuracin del
mundo, la forma de los fenmenos (Alzueta, 2004).
La diferenciacin, entonces, es el proceso de separar las posibilidades en
opuestos, lo que en s conduce a polaridades. Si no nos damos cuenta de la
naturaleza polar, no podemos darnos cuenta de las diferencias. Los opuestos
se necesitan mutuamente y estn ntimamente relacionados ya que la
existencia de uno de los polos requiere la existencia del otro (Latner, 1994)
La relacin entre las polaridades funciona como un proceso dialctico; los polos
no son contradicciones irreconciliables, sino distinciones que sern integradas
en el proceso de formacin y destruccin de la gestalt. De esta forma, las
dualidades se distinguen y se oponen, y cuando entran en conflicto, es posible
lograr una solucin que une a ambos polos para formar una figura ms
importante que la simple combinacin de los opuestos: es una creacin nueva
(Latner, 1994, p. 46).
As, las formas polares son parte de nuestra naturaleza, pero sin embargo en el
proceso de conciencia, tras percibir la sensacin que origina cualquier
fenmeno, se elabora un proceso mental de anlisis en el que se separa la
realidad en dos partes y se discrimina sobre la bondad de una de ellas,
eligiendo (identificacin), y rechazando (alienacin), el lado contrario. A travs
de esta discriminacin y juicio, se limita la conciencia ya que se considera
adecuada slo a una de las partes, y se rechaza el todo, la unidad. Lo polar
52
entonces no es el fenmeno, sino el conocimiento que tenemos de l a travs
de nuestra conciencia (Alzueta, 2004).
Para integrar el concepto de polaridades, Perls utiliza la idea de la indiferencia
creativa de Sigmund Friedlaender, en que se plantea que los opuestos existen
por diferenciacin de algo no diferenciado (punto 0, punto medio o de
indiferencia creativa). Este es el punto donde comienza la diferenciacin, el
punto de unin de los contrarios y el lugar en que ambos se neutralizan
(Alzueta, 2004; Perls, 1998).
Por lo tanto, al permanecer atento al centro, es posible adquirir la capacidad
creativa para observar ambas caras de los sucesos y para completar la mitad
incompleta, alcanzando una comprensin mucho ms profunda de la estructura
y de la funcin del organismo. No se trata de aislar los opuestos como
excluyentes entre s, sino de centrarse con flexibilidad en su centro indiferente,
sin dejarse atraer de forma unilateral y sesgada por uno de los polos
respectivos, sino en centrarse libremente en su centro y moverse de la misma
manera hacia ambos lados.
Las polaridades son entonces extremos de identificacin. En la medida en que
uno se identifica con un polo, aliena el otro polo como extrao a s mismo. La
integracin requiere admitir a ambos como propios, y el medio de conseguirlo,
una vez ms, es la identificacin con lo alienado. El resultado esperable es la
instalacin en ese punto cero de indiferencia, que permite identificarse hacia
53
uno u otro lado segn las exigencias de la situacin (De Casso, 2003 citado en
Castanedo,s.f.)
Es importante mencionar que mientras ms fuerte es la polarizacin, es ms
significativa la sntesis y tambin que las posibilidades estn contenidas en los
mismos opuestos, pero es necesaria su interaccin, para que pueda operar la
dialctica (Latner, 1994). Si un polo est presente excesivamente, oculta al otro
reprimido, y en la medida en que esta caracterstica se trata de reprimir, ms se
ir acentuando su fuerza. Es difcil tomar conciencia de los aspectos
rechazados ya que nos disgustan, nos dan vergenza, miedo o ansiedad. Es
por esto que la polaridad no aceptada se sepulta o bloquea por temor a lo que
podra desencadenar. La terapia invita a vivir plenamente cada aspecto de la
polaridad definiendo los opuestos con claridad, extremando sus posiciones
para poder reconocer estos contendientes, para poder establecer un dilogo
entre ambos, donde se reconozcan, se escuchen, se entiendan y puedan llegar
a algn tipo de acuerdo.
De esta forma, los conflictos intrapsquicos o internos, llevados con claridad a
la conciencia, permiten a la persona sentir su propia diferenciacin interna y, en
el plano de la creatividad suponen la posibilidad de integrar el propio
comportamiento, que adquiere as una mayor capacidad de adaptacin, porque
incluye toda la gama de respuestas comprendida entre las situaciones polares
que se experimentaban antes. Sobre la base de toda esa gama, la persona es
capaz de responder en forma flexible a una variedad de situaciones. En cambio,
54
las respuestas polares son por lo general estrechas y frgiles al contacto con
las tensiones de la vida diaria.
Para Zinker, el individuo presenta un conglomerado de fuerzas polares, todas
las cuales se intersectan entre s, pero no necesariamente en el centro. Por
aadidura, una persona no posee tan solo una polaridad opuesta, sino varias
que se relacionan entre s, varios opuestos relacionados creando
"multilateralidades".
Las conceptualizaciones y sentimientos polarizados son complejos y se
entrelazan unos con otros. Como es obvio, se refieren a la particular historia del
individuo y su percepcin de la propia realidad interior. Esta consiste en
aquellas polaridades y caractersticas que son yosintnicas, o aceptables por el
s mismo consciente, y las que son yodistnicas, o inaceptables del s mismo. A
menudo, para evitar el dolor, el autoconcepto excluye la conciencia de las
fuerzas polares que operan en el propio interior. Por lo tanto, mientras ms
alterada est la persona, ms puntos ciegos tendr en su personalidad.
Segn Zinker (1979) para que la persona pueda vivir una caracterstica en
forma genuina, debe permitirse conocer su polo opuesto. Mientras menos
conozcamos partes negativas de nuestra personalidad, ms las podemos
actuar. Es por esto que acua el trmino estiramiento del autoconcepto para
designar la idea de que cuando un lado de la polaridad se estira, tambin se
estira el otro lado, en algn punto, casi automticamente. Esto implica, por
55
ejemplo, que si no me permito ser malvado, nunca ser genuinamente
bondadoso. En un ejemplo de Zinker (1979, p.162):
Si estoy en contacto con mi propia maldad y amplo esa parte de m
mismo, mi bondad, cuando se manifieste, ser ms rica, ms plena, ms
completa. Si no me permito a m mismo tener contacto con mi
femineidad, mi masculinidad ser exagerada, hasta perversa: ser un
"tipo duro.
El conflicto intrapersonal supone choques entre las propias polaridades oscuras y
luminosas, casi como si hubiera dos personas en una. Para crecer como
persona y tener experiencias de conflicto ms productivas con los dems, es
necesario estirar el autoconcepto. En primer lugar es necesario descubrir esa
parte desatendida o negada de s mismo para despus entrar en contacto con
esa parte para crear ms espacio en la imagen que uno tiene de s mismo, de
tal forma que stas se integren. Esta forma de conciencia e integracin permite
al cliente poder tomar ms decisiones y ejercer un mayor control sobre su
propia conducta.
El conflicto interpersonal se deriva a menudo del conflicto intrapersonal. Esto
sucede cuando un individuo reprime su conciencia de alguna zona de su propio
ser y luego la proyecta sobre otro: es ms fcil ver lo malo de otro que lo propio
porque es ms fcil de controlar.
Una de las polaridades bsicas a descubrir y de la que ms habla Perls, es la
llamada: perro de arriba y perro de abajo. El perro de arriba representa las
56
normas, el deber ser, mientras que el perro de abajo se rebela ante dichas
exigencias.
En resumen,
Como dualidades, estas polaridades se pelearn fcilmente y se
paralizarn mutuamente. Por lo tanto, es posible completar a la persona
al integrar sus rasgos opuestos obteniendo una mejor perspectiva que le
permite enfrentar la situacin mediante la movilizacin de sus propios
recursos, sin reaccionar con respuestas fijas (carcter) e ideas
preconcebidas y puede encontrar en s misma el apoyo que necesita y
experimentar con posibilidades que se presenten en la situacin. Por
ejemplo: debilidad y bravuconera se integran como una silenciosa
firmeza. Tal persona tendr la posibilidad de ver la situacin total (una
gestalt) sin perder los detalles (Perls, 1978, p. 18).
5.1.8 Concepto de salud en la terapia gestalt: autorregulacin y
homestasis.
En los sucesos humanos, lo estadsticamente normal dista mucho de ser lo
sano, es decir, del libre funcionamiento en la naturaleza o de los procesos
sanos e integrados normales de los organismos en libertad (Latner, 1994).
La salud desde la visin de la terapia gestalt, tiene que ver con la capacidad de
contactar (con lo interno y lo externo) para conocer la realidad; con la
57
aceptacin e integracin de lo que somos, incluyendo sentimientos,
pensamientos y conductas aunque resulten contradictorios; y con la posibilidad
de ampliar nuestros recursos en lugar de repetir siempre lo mismo que
aprendimos y que en su momento nos sirvi, pero que ahora es excesivamente
rgido. Al respecto, Latner (1994, p. 76) seala que
la salud es la integracin del organismo y el ambiente a travs de
adaptaciones creadoras que se llevan a cabo por formacin y
destruccin de gestalts. Lo que se requiere para la salud es tener una
constante creatividad en estas circunstancias. Ser capaz de permanecer
en marcha a pesar de los obstculos y solucionar la situacin de modo
que nos satisfaga, sin ser necesarias ms normas.
La enfermedad, por contrario, aparece cuando no hay un buen contacto
(interno o externo), cuando negamos caractersticas o aspectos personales y
cuando nuestro comportamiento es excesivamente rgido o repetitivo frente al
comportamiento saludable que tiene mayor flexibilidad y creatividad.
Como se ha sealado anteriormente, el organismo (en interdependencia
continua con el ambiente) requiere constantemente de intercambiar sustancias
y realizar acciones en su ambiente (por ejemplo, si tiene sed, necesita ir a
tomar agua) para mantener su equilibrio homeosttico y sobrevivir. Asimismo,
los cambios en el ambiente afectan al organismo y requieren de una respuesta
de l (ej: si aparece un depredador en mi campo, yo necesito correr).
58
De acuerdo a lo anterior, la teora de la terapia gestltica se basa en el
concepto de autorregulacin organsmica que es el proceso mediante el cual el
organismo interacta con su ambiente y que se refiere a la capacidad del
organismo de darse cuenta de los cambios que se producen en su campo,
capacidad relevante para satisfacer las necesidades y mantener el equilibrio
homeosttico (Perls, 1976). Los cambios relevantes del campo van a ser
percibidos como necesidades del organismo y por ende, la necesidad es la
gua del organismo para mantenerse sano y vivo.
La autorregulacin organsmica es por lo tanto el principal mecanismo del
organismo para mantener la homeostasis y por tanto diferenciarse del resto del
campo, y por tanto mantener la vida y tambin la salud puesto que si el
organismo permanece en estado de desequilibrio con su entorno durante
mucho tiempo enferma al no poder satisfacer sus necesidades. En la salud, el
organismo es capaz de percibir esta alteracin crtica (a travs del sistema
sensorial) y de actuar para regular este parmetro dentro de los niveles
deseados (a travs del sistema motor).
Perls (1976, p. 21) seala que bien podemos llamar al proceso homeosttico
el proceso de la autorregulacin y asimismo, el proceso de autorregulacin es
sinnimo de salud.
Con respecto a esto, es importante destacar que un aspecto del
funcionamiento sano, es el darse cuenta, la conciencia organsmica (no
necesariamente cognicin), es decir, captar con todo al alcance de nuestros
59
sentidos el mundo de los fenmenos que est dentro y fuera de nosotros, tal
como se van presentando (Latner, 1994).
Para que el individuo satisfaga sus necesidades, para crear o completar
la gestalt, para pasar a otro asunto, tiene que ser capaz de sentir lo que
necesita y debe saber cmo manejarse a s mismo y a su ambiente (...)
Todos los organismos vivos son notoriamente capaces de percibir cules
son los objetos externos que les satisfarn sus necesidades (...) el
organismo tiene que manipular el objeto que necesita de tal modo que el
balance organsmico se restablezca, la gestalt se complete (Perls,1976,
p. 23 y 31).
El contacto entre el organismo y el entorno, como habamos dicho, se realiza
en la frontera de contacto, que en gestalt es sinnimo de self y la funcin
esencial del self es el ajuste creativo. El ajuste creativo (Goodman en Wheeler,
2005, p. 147)
es una integracin constructiva del campo interno con el campo
externo, en una organizacin ms funcional que yo, para vivir la vida
en el momento. Tambin puede verse como la operacin de s mismo en
proceso, en el acto de solucionar un problema del vivir de la manera
ms creativa posible, con los elementos dados que tenemos a la mano,
a medida que percibimos e interpretamos las situaciones nuevas que
nos presenta la vida.
De esta forma, es posible distinguir entre respuestas obsoletas y el
comportamiento nico y nuevo que requiere cada situacin.
60
El self, entonces, es la frontera de contacto y pertenece a ambos, al entorno y
al organismo; es la funcin de contactar el presente por lo que no es una
institucin fija, sino que existe en donde y cuando existe una interaccin en la
frontera. Por lo tanto, el self, como proceso de hacer y retirarse del contacto, es
siempre temporal, dinmico y cambiante.
Adems Latner (1994, p. 51) afirma que una conducta sana en los seres
humanos debe ser una conducta integral. Esto implica no permanecer en una
tregua incmoda de nuestras las polaridades, ni que estamos dominados por
los dictmenes sociales, de nuestra mente, cuerpo o de la propia voluntad. Al
funcionar holsticamente todo nuestro ser es una parte de nuestra actividad de
movimiento (Latner, 1994, p. 51).
Es por esto que la persona sana tiene conciencia de su polaridad (o
polaridades), incluyendo los aspectos que la sociedad no acepta, y es capaz de
aceptarse a si mismo de esa manera. En teora, la persona saludable
constituye un crculo completo de polaridades integradas y entrelazadas que
estn disponibles en funcin de la situacin. Esta integracin tambin exige
reconocernos como parte del ambiente, logrando una insercin creativa con el
mundo exterior y una relacin armoniosa con el ambiente del que formamos
parte. En resumen, cuando estamos sanos, estamos en contacto con nosotros
mismos y con la realidad (Latner, 1994).
61
Otro aspecto de la conducta sana es la formacin y destruccin satisfactorias
de gestalts, ya que tenemos que mantener el contacto con lo que es importante
para nosotros, aceptando lo que somos en el momento presente (Latner, 1994)
debido a que cualquier disturbio del balance organsmico constituye una
gestalt incompleta, una situacin inconclusa que obligar al organismo a ser
creativo, a encontrar medios y modos de restaurar el balance (Perls, 1998, p.
75).
De esta forma, la integracin es un requisito previo para el funcionamiento
satisfactorio del desarrollo figura-fondo. En el organismo sano, existe la
capacidad de ver todo el campo, reconocer todas las necesidades, evaluar la
ms importante en este momento, y actuar en el ambiente para satisfacerla.
La formacin figura/fondo ms fuerte ser la que tomar el control
temporalmente sobre todo el organismo. Esa es la ley bsica de la
autorregulacin organsmica, sin necesidad especfica no hay instinto,
objetivo o meta. Ninguna intencin deliberada tendr influencia si no
est respaldada por una gestalt energizante (Perls, 1998, p. 85).
Algunos elementos del campo (ya sea del organismo como del ambiente) van a
tomar mayor relevancia tanto por mostrar la alteracin de los niveles
homeostticos, como por mostrar elementos del campo que van a ser
relevantes para la resolucin de esta necesidad (estos elementos toman el
nombre de "objeto catexial"). Lo que el organismo necesita, comienza a
aparecer como figura, quedando el resto del campo en el fondo y luego de
62
contactar el ambiente, la gestalt se cierra con la retirada y la figura pasa
nuevamente al fondo, quedando el organismo listo para una nueva figura.
Una vez completada o cerrada esta gestalt, retroceder al fondo,
vaciando as al primer plano dndole lugar a la gestalt siguiente que
quisiera emerger o a otra emergencia. Luego que una gestalt es
satisfecha, el organismo puede ocuparse de la frustracin ms
apremiante que sigue (Perls, 1998, p. 85).
Como ya se ha sealado, la formacin figura/fondo implica que slo un evento
a la vez puedo ocupar el primer plano y si surge ms de una gestalt, puede que
se produzca una fisura, una dicotoma, un conflicto interno, debilitando el
potencial que normalmente se invierte en completar la situacin inconclusa ms
apremiante.
Si surge ms de una gestalt, frecuentemente el ser humano comienza a
decidir hasta el punto de terminar jugando el juego de auto-tortura de la
indecisin. () Si surge ms de una gestalt y a la naturaleza se la
permite que obre por su cuenta, entonces no habr decisiones, sino que
preferencias. Tal proceso significa orden en lugar de conflicto (Perls,
1998, p. 85).
De esta forma, para Perls, no hay jerarquas de instintos; la jerarqua est en
que la gestalt ms urgente es la que surge primero y con ms fuerza (Perls,
1998).
63
Por lo mismo, figura y fondo deben ser fcilmente intercambiables, de acuerdo
a los requerimientos de mi ser. De lo contrario lo nico que lograremos es una
serie de situaciones inconclusas, ideas fijas y una estructura de carcter rgida.
Tendremos as confusin, prdida de contacto, incapacidad de concentrarse y
de comprometerse. Si no somos capaces de contar con todas las partes de
nuestro yo, nuestras gestalts sern correspondientemente dbiles. Como la
formacin de la gestalt es la funcin del organismo, la existencia de gestalts
claras y fuertes es el criterio central de la salud (Latner, 1994).
La capacidad de formar gestalts libremente y en forma apropiada significa que
la experiencia de vivir tendr la profundidad y la satisfaccin que son
caractersticas de la salud. La actividad espontnea no consiste en hacer lo
que se nos antoje. Es hacer lo que deseamos cuando estamos centrados, es
decir totalmente en conexin con nosotros mismos y con el medio. Tener salud
es, por tanto, poseer la capacidad de salir airosos con cualquier situacin que
tropecemos.
De esta manera, un organismo sano sera aquel capaz de reconocer sus
necesidades, formndose as una figura clara, para establecer contacto,
desarrollando una conducta apropiada, con el objeto catexial adecuado. Tras
cubrir esta necesidad, gracias a la accin del organismo en el campo, este se
retirar, al tiempo que la figura pierde fuerza disolvindose en el fondo.
Otro aspecto del funcionamiento sano es el estar en el presente, en el ahora,
que es lo que hace surgir todos los dems aspectos que un funcionamiento
64
sano. Vivir en el presente asegura la existencia del proceso figura y un fondo
en todos sus aspectos. En el presente se encuentra nuestras necesidades y los
medios para satisfacer las tan plenamente como la situacin actual nos lo
permita (Latner, 1994). Una parte esencial de la sabidura de vivir es la
capacidad para renunciar, para abandonar respuestas obsoletas, relaciones
desgastadas y tareas que van ms all del propio potencial (Perls, 1978, p.
18). As tambin, para madurar, para encontrar la nueva forma que exige una
nueva situacin, es necesario tomar riesgos razonables.
La madurez consiste en ser capaces de situarnos en este proceso, ser
concientes y vivir dentro de l. Estar consciente es ser responsable y en gestalt
la responsabilidad implica ser conciente de lo que est sucediendo, captar toda
la existencia tal como se presenta, y hacerse cargo de los propios actos,
impulsos y sentimientos (Latner, 1994).
Me parece importante resaltar lo que en gestalt se considera salud en las
relaciones. Se dice que slo cuando todos los elementos del campo existen
como entidades distintas y separadas, puede existir un verdadero contacto, se
pueden relacionar en forma significativa. Solamente cuando las cosas son
diferentes se pueden unir. En la interaccin humana, un encuentro genuino
exige que seamos total y exclusivamente nosotros mismos, no relacionndose
desde las expectativas que hemos proyectado hacia la otra persona. En ese
caso, la persona sera una exteriorizacin de nuestros propios deseos, y por lo
tanto, nos estaramos relacionando con nosotros mismos, por lo que en
realidad no nos estaramos relacionando con un otro (Latner, 1994).
65
El autoapoyo y la generacin de relaciones sin tratar de amoldar a los dems a
las propias expectativas se malinterpreta en ocasiones y se confunde con la
autosuficiencia, la absoluta independencia del individuo de su campo (de las
otras personas y del entorno), con un individualismo que en ningn caso tiene
relacin con los fundamentos de la terapia gestltica.
En palabras de Wheeler (2005, p. 177)
si el proceso de s mismo significa la integracin imaginativa de todo el
campo, basado en la interpretacin evaluativa de las condiciones en
torno a y dentro de nosotros como las percibimos subjetivamente,
entonces el s mismo jams puede separarse de manera categrica/
individualista del campo total. Ms bien, el s mismo est compuesto por
elementos del campo, los cuales son comprensiones construidas
(figuras) de algunas partes y algunas relaciones del campo, as como
nosotros lo experimentamos.
La naturaleza de nuestros procesos del s mismo jams se puede
separar de la idea de movilizacin para la accin dentro del campo y
donde la accin en el campo exterior parece ser imposible, nuestra
energa subjetiva se retrae.
Desde un paradigma constructivista (no individualista) del s mismo, los
criterios de salud y disfuncin estarn relacionados con la fluidez y coherencia
de cada aspecto de los procesos del s mismo, y como en su conjunto hacen
un todo viable, es decir,
66
un ver no prejuiciado dogmticamente; un interpretar o bsqueda de
significados como hiptesis que deben ser dialogadas y corroboradas, y
no como absolutos que deben imponerse al campo; sentimientos y
valores que sirven de brjula de la accin y el significado y acciones
basadas en la organizacin experimental del campo total, incluyendo el
apoyo que puede venir de otros (Wheeler, 2005, p.124).
En resumen el organismo sano es aquel capaz de usar adecuadamente su
capacidad de autorregulacin organsmica, adaptndose creativamente a la
situacin presente en un campo por medio de la totalidad de los recursos que
tiene.
5.1.9 Neurosis y Terapia Gestalt.
El organismo evita dolores reales. El neurtico evita dolores
imaginarios, tales como las emociones que le son desagradables.
Tambin evita correr riesgos razonables. Ambas actitudes interfieren con
cualquier posibilidad de maduracin (Perls, 1978, p. 14).
Para la Gestalt, todos somos ms o menos neurticos, en la medida que no
tenemos actualizadas todas nuestras potencialidades.
El neurtico es por definicin una persona cuyas dificultades hacen que
su vida presente sea un fracaso. () es una persona que est
crnicamente dedicada a autointerrumpirse, que tiene un sentido de la
67
identidad inadecuado (y por lo tanto no logra distinguirse a s mismo del
resto del mundo), que tiene medios inadecuados de autoapoyo, cuya
homeostasis psicolgica est descompuesta y cuyo comportamiento es
el resultado de esfuerzos mal dirigidos orientados a lograr el balance
(Perls, 1976, p. 70).
Un neurtico es incapaz de asumir la completa identidad y responsabilidad de
una conducta madura, haciendo cualquier cosa por mantenerse en el estado de
inmadurez (incluso desempear un rol de adulto desde su concepcin infantil
de adultez). El neurtico no puede concebirse s mismo como una persona
capaz de movilizar su propio potencial al enfrentarse al mundo y por eso busca
apoyo en el ambiente. La neurosis es su tcnica ms efectiva para mantener
su balance y su sentido de autorregulacin en una situacin en la cual siente
que la suerte no le favorece (Perls, 1976, p. 42). Con esto no moviliza sus
recursos ni su energa en su desarrollo, sino que la utiliza buscando medios de
manipulacin del ambiente para obtener apoyo y as mantener el status quo,
aferrndose a la idea de depender por entero del apoyo ambiental. El problema
del neurtico no es que manipule, sino que dirige sus manipulaciones a
preservar y cultivar su impedimento, evitando
Esta evasin es el fundamento habitual de la neurosis, y se basa en una
confusin de la fantasa y la realidad, es decir, se confunde lo que es con las
cosas horribles que me imagino que pueden ocurrir. Ante el miedo a estas
fantasas catastrficas y a la nada (miedo al futuro), la persona aliena aspectos
de su personalidad, se vuelve fbica y comienza a manipular y a representar
68
roles, con lo que impide su propia movilizacin de recursos y, por lo tanto su
propia maduracin (De Casso, 2003). Es por esto que Perls (2002, p. 63)
seala que el enemigo del desarrollo es esta fobia al dolor y que la actitud
fbica bsica consiste en tener miedo de lo que uno es (Perls, 1973, p. 32).
En relacin a esto es que muy pocas personas entran en terapia para ser
curadas; sino que lo hacen ms bien para cultivar su neurosis, buscando apoyo
ambiental en el terapeuta.
Todas las perturbaciones neurticas surgen de la incapacidad del individuo por
encontrar y mantener el balance adecuado entre l mismo y el resto del mundo
(Perls, 1976). El organismo enfermo es el que no usa adecuadamente su
capacidad de autorregulacin. En el ser humano puede ocurrir que teniendo
todas las capacidades fisiolgicas adecuadas (sistemas perceptivo y motor
correctos) puede no usarlos adecuadamente y esto ocurre por la neurosis
(Martnez, s.f.).
Perls afirma que de alterarse este proceso homeosttico, el individuo es
incapaz de percibir sus necesidades dominantes o de manipular el ambiente
para lograr satisfacerlas. (...) El neurtico ha perdido (o tal vez nunca tuvo) la
capacidad de organizar su comportamiento de acuerdo a una jerarqua
indispensable de necesidades. Literalmente no puede concentrarse. (Perls,
1976, p. 31).
69
Esta dificultad se intensifica cuando el organismo se encuentra en una
situacin de conflicto, o sea, cuando hay ms de una necesidad importante a la
vez. En la situacin de conflicto de necesidades el individuo tiene que ser
capaz de tomar una decisin precisa: o se queden contacto o se retira. Si
sacrifica temporalmente la necesidad menos apremiante por la ms
apremiante, ni l ni el ambiente sufren consecuencias muy severas. Sin
embargo cuando no puede discriminar, tomar una decisin o sentirse
satisfecho con la decisin tomada, no hace buen contacto ni se retrae
adecuadamente y tanto el ambiente como sujeto se ven afectados (Perls,
1976). El neurtico tpicamente no sabe qu hacer y termina sin satisfacer
completamente ninguna de las dos.
La tesis de la terapia gestltica es que si se reestablece el funcionamiento sano
del organismo, los sntomas (si los hubiera) desapareceran, ya que stos
muestran necesidades no satisfechas, y en este sentido son aliados del
tratamiento.
70
Origen de la neurosis.
El neurtico no es meramente una persona que una vez tuvo un
problema, es una persona que tiene un problema continuado, aqu y
ahora, en el presente (Perls, 1976, p. 69).
La enfermedad surge cuando de alguna manera el individuo interrumpe
los procesos en transcurso en su vida, cargndose a s mismo con
tantas situaciones inconclusas que llega un momento en que no puede
continuar con el proceso de vivir (Perls, 1976, p. 36).
La Gestalt basa su teora etiolgica de la neurosis en la tesis de que el afecto
es el alimento psicolgico de la persona, siendo indispensable para su
supervivencia y desarrollo. Entonces, cuando hay peligro de perder el afecto
de alguien muy importante, el nio realizar hasta lo imposible por evitar que
eso ocurra. El problema es que muchas veces nuestro entorno familiar - social
condiciona el afecto a ciertas conductas "aceptadas" y lo niega frente a otras
"rechazadas". De este modo podemos hablar de que la necesidad del otro
puede convertirse en nuestra necesidad desde el momento en que el afecto del
otro est condicionado a realizar las conductas que el otro espera de nosotros.
En este sentido, la neurosis sera producto de un conflicto bsico entre una
necesidad organsmica y la necesidad de ser querido (de la cual depende ser
aceptado); o reprimo mi necesidad o pierdo el afecto del otro. Cabe subrayar
la importancia de la subjetividad de la vivencia de la incompatibilidad, as como
de lo imprescindible y condicionado del afecto, pues al ser experienciadas las
dos necesidades como "realmente incompatibles" y el afecto como "totalmente
71
condicionado a un tipo de conducta" es cuando el nio se siente como en un
callejn sin salida (Martnez, s.f.).
La solucin neurtica a este conflicto consiste bloquear la accin del sistema
perceptivo y/o del sistema motor en relacin a alguna de las dos necesidades,
es decir, dejar de darse cuenta de una de las dos necesidades por lo que el
nio puede abocarse a la solucin de la otra, a costa de la alteracin en la
capacidad de autorregulacin del organismo (lo cual es distinto a darse cuenta
y decidir por alguna de las dos) (Martnez, s.f.). Esta es la mejor alternativa que
el sujeto pudo encontrar a su conflicto, pero esta solucin requiere esfuerzo por
evitar, continuamente, el darse cuenta (por ejemplo, si en mi caso la pena
implicaba una prdida del afecto, entonces cada vez que est triste debo gastar
energa para no contactarme con mi pena ni darme cuenta de que siento
tristeza). Adems de dejar de darse cuenta de ciertas emociones y
necesidades, progresivamente el neurtico va rechazando partes de s mismo
que le provocan conflicto, identificndose slo con aspectos de su potencial
total, a raz de lo cual se genera la polarizacin con lo que se desaprovechan
los recursos personales, se entra en conflicto consigo mismo. En
consecuencia, muchas veces el neurtico no puede realizar el camino sencillo
que se expuso antes (reconocer una necesidad y actuar en el ambiente), sino
que requiere soluciones ms complejas, manipulando el ambiente para tratar
de obtener una solucin de su necesidad sin recurrir a sus propios recursos
cuando estos estn en el mbito de su "yo negado". (ej: si rechazo el decir que
no, puedo decir que s pero despus no hacerlo, o hacerlo mal).
72
Asimismo, la neurosis viene siempre acompaada de angustia y cansancio.
Angustia porque cuando la situacin lleva a contactarse con algo que no se
quiere ver, se teme lo que pueda ocurrir, por lo que se deja de estar en el aqu
ahora anticipando alguna consecuencia temida. Entonces, lo que siente el
sujeto es la angustia, no la necesidad primaria, por lo que le es imposible saber
qu necesidad est insatisfecha, y obviamente no puede hacer nada para
satisfacerla. Por otro lado, el cansancio se debe a que la neurosis requiere de
un esfuerzo constante para evitar darse cuenta y esconder una parte; este
esfuerzo pasa inadvertido, ya que siempre est presente.
En conclusin, la cura estara dada por el darse cuenta aqu y ahora, sumado
a la aceptacin y el volver a poseer las partes desposedas o alienadas de la
personalidad, lo que posibilita vivir cada nueva situacin del presente como
nueva que es, y de esta forma, pasando del apoyo ambiental al autoapoyo, es
decir, caminar sobre sus propios pies, solicitando del entorno lo
verdaderamente necesario en una perspectiva de interdependencia, pero no lo
innecesario y manipulativo
73
5.1c Relacin paciente-terapeuta en la Terapia Gestalt.
La relacin entre terapeuta paciente es el aspecto ms importante de la
psicoterapia. La relacin crece a partir del contacto. A travs del
contacto, las personas crecen y forman su identidad. El contacto es la
experiencia del lmite entre mi yo y mi no-yo. Es la experiencia de
interactuar con el no-yo, manteniendo al mismo tiempo una identidad
propia separada del no-yo (Yontef, 1995, p. 122).
Como seala el prrafo mencionado, el nfasis de la terapia gestltica est en
la relacin basada en el contacto, con un enfoque fenomenolgico en oposicin
a una relacin teraputica basada en la transferencia e interpretacin. Si bien
en terapia gestltica la transferencia es reconocida, sta no se incentiva, as
como tampoco se prohbe. y se usan formas alternativas a la interpretacin de
la transferencia (Yontef, 1995).
Todo se observa a travs del lente de la relacin por lo que la persona no
puede ser definida si no es en relacin a otras personas. La relacin es
contacto en el tiempo (Yontef, 1995, p. 256), es decir, la relacin es ms que
la suma de momentos aislados de contacto: es una gestalt que se expande en
el tiempo.
Una buena terapia requiere un tipo especial de contacto de parte del terapeuta,
marcado por la comprensin y la aceptacin del paciente, que muestre al
74
terapeuta como persona y que se entregue a lo que ocurre entre paciente y
terapeuta (no basta slo reconocer las diferencias entre el yo y el t).
La terapia gestltica ayuda los pacientes a desarrollar su propio apoyo para el
contacto o el alejamiento deseado. Para esto, los terapeutas gestlticos
trabajan con el dilogo, en vez de manipular al paciente hace algn objetivo
teraputico (Yontef, 1995, p. 122). El dilogo es fenomenologa compartida,
por lo que en un enfoque dialogal se da un rendirse a lo que se desarrolla y
surge a partir de la interaccin. De esto se deriva, que el terapeuta se ve
afectado al igual que el paciente con lo que suceda en el proceso.
El dilogo se basa entonces en vivenciar a la otra persona tal como es,
mostrando el verdadero s mismo y compartiendo el darse cuenta
fenomenolgico. De esta forma, el dilogo gestltico implica autenticidad y
responsabilidad
La relacin teraputica en la terapia gestltica destaca cuatro caractersticas
del dilogo (Yontef, 1995):
1.- Inclusin (Buber): se refiere a la empata para proyectarse uno mismo en la
visin fenomenolgica del paciente, situndose lo ms plenamente posible en
la experiencia del otro, sin juzgar, analizar o interpretar, manteniendo al mismo
tiempo el sentido de la propia presencia, separada y autnoma (recordando
que es una proyeccin, que no podemos evidenciar verdaderamente la
experiencia de otro).
75
Adems de inclusin es necesaria la confirmacin, o sea, aceptar a las
personas y sus darse cuenta como son, pero tambin confirmar su potencial
para el crecimiento interrumpiendo sus interrupciones. Esta interrupcin de la
auto-interrupcin puede generar una batalla de poder y aumentar la sensacin
de vergenza y la herida narcisista.
2.- Presencia: El nfasis en la presencia de la persona total del terapeuta es
una de las diferencias ms importantes con los enfoques psicoanalticos, ya
que el terapeuta gestltico se expresa al paciente, comparte su perspectiva
mediante un informe fenomenolgico: comparte observaciones, respuestas
afectivas, experiencias previas, creatividad, etc. Esto ayuda al paciente a
aprender a confiar y utilizar la experiencia inmediata para generar el darse
cuenta. Sin embargo, el terapeuta no usa su presencia para manipular al
paciente para que se ajuste a objetivos preestablecidos, sino que lo estimula
para que se regule en forma autnoma. Al hablar de presencia es importante
considerar el tema de la auto-responsabilidad y la contratransferencia para que
el terapeuta pueda reflejar lo ms exactamente posible el darse cuenta del
paciente con una perspectiva clara de los prximos pasos en el trabajo
teraputico, sin imponer sus prejuicios o puntos de vista de acuerdo a sus
propias necesidades narcisistas y lograr generar as una relacin teraputica al
margen del estilo de personalidad de cada paciente, sin contaminar la relacin
con proyecciones sobre el paciente. Esto requiere de fuertes exigencias al
auto-apoyo del terapeuta (Yontef, 1995, p. 259).
76
3.- compromiso con el dilogo. El terapeuta gestltico se entrega a ese proceso
interpersonal, permitiendo que el contacto ocurra (a diferencia de manipular,
hacer contacto y controlar el resultado).
4.- el dilogo es vivo, es decir, que el dilogo es algo que se hace en vez de
ser algo de lo que se habla. Se enfatiza la emocin y la inmediatez del hacer,
por lo que cualquier modalidad que exprese y mueva la energa entre los
participantes, es un modo de dialogar. Una importante contribucin de la
terapia gestltica a la experimentacin fenomenolgica es la expansin de los
parmetros para incluir la explicacin de la experiencia mediante expresiones
no verbales, con el lmite de la tica, propiedad, tarea teraputica, etc.
Actitudes del terapeuta.
Una de las polaridades de diferenciacin que Perls sola alternar en la
intervencin con sus clientes en psicoterapia, era simpata/antipata hacia el
cliente, con la consideracin de que no puede existir crecimiento psicolgico sin
frustracin. Por lo que el terapeuta gestltico debe aprender a manejar el
equilibrio entre simpata/antipata en la relacin con sus clientes.
El rol del terapeuta gestltico es el de un observador-participante de la
conducta aqu-y-ahora, y el de un catalizador para la experimentacin
fenomenolgica del paciente. El paciente aprende experimentando en la
segura emergencia de la situacin teraputica (Perls, 1966, p. 8 citado en
77
Yontef, 1995, p. 52). Los pacientes son aceptados como seres humanos y el
juicio acerca de su comportamiento se deja a ellos mismos y a la sociedad
(Yontef, 1997), por lo que el terapeuta no da consejos ni consignas, no sabe
lo que el paciente debera hacer, sino que brinda herramientas para explorar
la vida y encontrar sus propias soluciones. El trabajo del terapeuta es explorar,
no rectificar, confrontar, o frustrar (Yontef, 1995).
Para esto, como seala Claudio Naranjo (en Alzueta, 2004)
Perls mostraba un grado asombroso de indeferencia creativa como
psicoterapeuta por su capacidad de quedarse en el punto cero sin verse
atrapado en los juegos de sus pacientes. Pienso en el punto cero como
el refugio del terapeuta gestltico en medio de una participacin intensa,
no solo como una fuente de fortaleza, sino como su ltimo apoyo.
Aunque en terapia gestltica el terapeuta no se centra en conceptos
mentalistas, as como tampoco en el pasado ni en el futuro, ningn contenido
se excluye de antemano (Yontef, 1995, p.52). No se enfoca en encontrar el
porqu de una conducta o de la mente ni en la manipulacin de estmulos para
lograr cambios conductuales, sino que por el contrario, subraya el cmo y el
qu hacemos. Atiende al darse cuenta y no a preguntas especulativas; al aqu
y ahora en lugar del all y entonces.
Si bien se desaprueba la interrupcin del proceso de asimilacin organsmica
por medio de intelectualizaciones explicativas, eso no significa que los
terapeutas gestlticos trabajan sin sistemas de creencias. La teora es vital,
78
pero no es el foco de la terapia como lo es el darse cuenta inmediato. De esta
forma, la terapia gestltica desalienta pensamientos que evitan la experiencia
(obsesiones) e incentiva los que la apoyan, favoreciendo el contacto y
facilitando el auto-descubrimiento del paciente. Y excluyendo las enseanzas
narcisistas del terapeuta.
El uso del terapeuta como herramienta de cambio, el que apoya lo genuino y
confronta lo neurtico del paciente. Sus devoluciones oscilan entre el apoyo y
la frustracin.
En resumen, el terapeuta equilibra la frustracin de la neurosis y el apoyo a lo
genuino, manteniendo una relacin yo-tu, aqu y ahora.
En un comienzo, el paciente trabaja duro para evitar su experiencia real
y las consecuencias de su conducta real. Debido a que el paciente ha
aprendido y practicado la manipulacin de su ambiente para obtener
apoyo y los medios para evitar darse cuenta de su experiencia real, es
por lo general bastante experto en esto (Yontef, 1995, p. 53).
En cunto a las tcnicas, Yontef (1995) seala que existe una gran apertura,
pudiendo usar cualquier tcnica siempre y cuando: a) apunte a aumentar el
darse cuenta, b) emerja del dilogo y trabajo fenomenolgico, y c) est dentro
de los parmetros que la prctica tica (p. 126).
Como en la terapia se plantean los hechos de la vida que usualmente se
ocultan (tambin a s mismo), la tarea consiste en ayudar a la persona a
79
aceptarse tal como es (Latner, 1994) a travs del trabajo del darse cuenta.
Cuando nos ponemos en contacto autntico con lo que sentimos, el proceso de
cambio se produce por s solo, al contrario del malestar que se genera al
frustrarse con exigencias de ser distinto de lo que se es.
El objetivo del trabajo de darse cuenta es el insight, es decir, una captacin
simultnea de la relacin entre las parte y el todo, que emerge de la dialctica
entre el paciente (darse cuenta del paciente) y el terapeuta (darse cuenta del
terapeuta), proviene del trabajo conjunto entre ambos (Yontef, 1995).
La psicoterapia gestltica, por tanto, intentar devolver al organismo la
capacidad de autorregulacin organsmica lo que implica pasar del apoyo
ambiental al autoapoyo (Martnez, s.f.).
El criterio de xito no es la aceptacin social, sino el incremento de la
capacidad de darse cuenta del paciente, que se ve reflejado en un aumento y
recuperacin de su vitalidad y en una conducta ms integrada de acuerdo a
sus necesidades esenciales y a sus posibilidades.
Por lo tanto, algunos aspectos importantes en cuanto a la actitud hacia el
paciente, es que se fomenta la integridad y responsabilidad de las personas en
la construccin de los propios cimientos vitales. En este sentido, el paciente se
considera un colaborador que aprender a aprender acerca de s mismo y a
auto-sanarse (Zapirain, 2004). Basada en esta validacin del paciente como
responsable de s mismo (de sus conductas, de sus cambios de conducta y por
80
el trabajo para lograrlo) es que la relacin paciente-terapeuta est
relativamente libre de jerarquas. Paciente y terapeuta son dos personas
embarcadas en una tarea en la que el foco de atencin es el paciente. El
paciente es un participante activo y responsable, que aprende a experimentar y
a observar, de modo tal que sea capaz de descubrir y lograr sus propios
objetivos a travs de sus propios esfuerzos (Yontef, 1995).
Por esto, el objetivo no es resolver el problema porque el paciente seguir
mutilado mientras siga manipulando a otros para que resuelvan por l y
mientras siga evitando el hacerse cargo de usar su equipo sensorio-motor
completo.
Adems, la terapia gestltica enfatiza que todo lo que existe est aqu y ahora,
y que la experiencia es ms confiable que la interpretacin. Al paciente
entonces se le ensea la diferencia entre hablar acerca de lo ocurrido y
vivenciar lo que es ahora y ese descubrimiento a travs de la experimentacin
es el objetivo ltimo.
Tampoco, desde una posicin de superioridad, se intenta proteger al paciente
del sufrimiento y el conflicto ya que son el ndice de la destruccin (des-
estructuracin) que se produce en toda formacin figura/fondo, para que una
nueva figura pueda emerger.
81
Por ltimo, como el paciente es un elemento activo de su propio proceso y
puesto que es l quien ha acudido a terapia y ha continuado en terapia, debe
ser l quien decida cundo dejarla.
La terapia gestltica es un arte, es el permiso para ser creativo (Zinker, 1979).
Hacer terapia gestltica es un arte que requiere toda la creatividad y el amor
del terapeuta (Yontef, 1995) y que lo implica como persona total, incluido su
saber intelectual y aptitudes cognitivas, su eficacia interpersonal, su conciencia
afectiva y sensibilidad personal, sus valores e intereses, y su experiencia vital
(Fagan, 1973, p. 110).
82
5.2 Qu es la vergenza?
El hombre es el nico animal que se ruboriza. O que necesita hacerlo
(Mark Twain)
5.2.1 Revisin conceptual de la vergenza desde la filosofa y desde
otras perspectivas psicoteraputicas.
La palabra vergenza, del latn verecunda, (R.A.E., 2005) hace referencia a la
turbacin del nimo que suele encender el color del rostro, y que es
ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna accin
deshonrosa y humillante, propia o ajena.
Asimismo, se la seala como una turbacin del nimo causada por timidez,
encogimiento o cortedad para ejecutar algo y que frecuentemente supone un
freno para actuar o expresarse y por otro lado, el obligar a alguien a que haga
pblicamente una habilidad, cuando tiene cortedad o desconfianza de
desempearla bien.
Otra variante de significado, se refiere al sentimiento y estimacin de la propia
honra, autoestima o dignidad; tener pundonor, amor propio (ej.: si tuviera algo
de vergenza, no se presentara por aqu). As como tambin aparece como
sinnimo de deshonra, deshonor, o como un acto o suceso escandaloso e
indignante (es una vergenza).
83
Por ltimo se refiere a la pena o castigo que consista en exponer al reo ante la
afrenta pblica con algn signo que sealara su delito y tambin se llama as a
las partes externas de los rganos sexuales humanos.
Visin desde la Filosofa.
Desde la antigedad los filsofos se han preocupado del tema. As, Aristteles
(2001), en la Moral a Nicmaco, seala que la vergenza es una especie de
miedo a la deshonra cuyas consecuencias se parecen a las que produce el
temor frente al peligro. Sera un fenmeno puramente corporal, como en el
miedo a la muerte (en que la gente se pone blanca), lo que es caracterstica de
una emocin fugitiva, ms que de un hbito o cualidad. Es la vergenza la que
reprime el impulso a violar las leyes y frena la voluntad de corrupcin, por lo
que la vergenza y el rubor se consideran indicios inequvocos de la presencia
del sentimiento tico. Entonces, sentir vergenza es tener un lmite
intraspasable. La vergenza, por lo tanto es til en los jvenes, ya que, como
estn entregados casi exclusivamente a la pasin, les ayuda a no cometer
muchas faltas. De esta forma, la timidez era una cualidad alabada en los
jvenes (Aristteles, 2001).
Desde esta visin, la vergenza nunca se da en el hombre de corazn
completamente recto, ya que ste est seguro de no tener nada de qu
avergonzarse. Es importante destacar que la vergenza as entendida slo se
84
aplica a los actos voluntarios y, por lo tanto, el hombre de bien nunca har
voluntariamente una accin vergonzosa (Aristteles, 2001).
Posteriormente, en su conferencia El existencialismo es un humanismo,
Sartre resalta la dimensin social del hombre, en que la importancia del otro
est dada porque el cgito individual slo tiene una noticia de s mismo en la
medida en que el otro le capta, le valora, le estima o detesta, es decir,
necesitamos al otro para conformar nuestra propia identidad. Siempre
contamos con el otro: necesitamos de los dems, de sus juicios, complicidades
y rechazos para ser conscientes de la totalidad de nuestras dimensiones, para
ser de un modo u otro (Diez de la Cortina, 1997; Echegoyen, 1997).
La ms importante experiencia del otro es lo que Sartre llama la mirada:
cuando el otro nos mira captamos que tras su mirada existe una subjetividad,
no a un objeto del que nada podamos temer o que pueda ser utilizado sin
consecuencias. Es decir, hay un protagonista del mirar, un ser del que se
pueden esperar cosas (complicidad, solidaridad, placer, comprensin,
enfrentamiento, obstculos para nuestros fines...). La mirada del otro nos hace
conscientes de nosotros mismos pues el otro nos objetiva, por esto trae
consigo los sentimientos de miedo, vergenza y orgullo: miedo ante la
posibilidad de ser instrumentalizados por el otro, vergenza de hacer manifiesto
nuestro ser, orgullo al captarnos a nosotros mismos como sujetos. En este
contexto, la vergenza es una vivencia, y como toda vivencia es intencional, se
refiere a algo, y, en este caso, a uno mismo, sentimos vergenza de lo que
somos. En la vergenza se da una cierta duplicidad de protagonistas: es
85
vergenza de uno mismo, pero de uno mismo al ser visto por otro, es por lo
tanto una de las ms importantes expresiones de la experiencia intersubjetiva,
de la experiencia o presencia del otro. Los otros nos poseen, nos hacen su
objeto, nos dominan y alienan: "La vergenza est, en la raz, vinculada con el
hecho de que ca en el mundo" (citado en Diez de la Cortina, s.f., 18).
Segn Sartre, la esencia de las relaciones entre las conciencias es el conflicto.
Ni siquiera el amor escapa al absurdo, ya que mediante l, intentamos cosificar
al otro, acapararlo como objeto cuando lo amamos. Tampoco si somos amados
escapamos del masoquista deseo de dejarnos atrapar y absorber como si
furamos un ser-en-s. Esto justifica la mxima sartreana que afirma que el
infierno es el otro.
En El ser y la nada, aade que las relaciones con el otro son siempre de
conflicto o bien yo intentar apropiarme de la libertad del otro o bien el otro
querr hacer lo propio con mi libertad.
La mirada tiene dos dimensiones: el otro me puede mirar, pero yo le puedo
mirar. Surge as la dialctica de las libertades, la lucha y el conflicto. Ante la
presencia del otro caben dos actitudes: o bien nos afirmamos como sujetos y
en esa afirmacin nos apropiamos de la libertad del otro y cosificamos su ser, o
bien intentamos captar al otro en su libertad, en su ser sujeto, pero a costa de
perder nuestra libertad y convertirnos en meros objetos. De cualquiera de las
dos maneras la relacin entre las subjetividades ser siempre conflictiva, ser
86
una lucha entre libertades. De aqu viene su conclusin de que el infierno son
los otros.
Martha Nussbaum (2004 citado en Orange, 2005), partiendo del trabajo de
Winnicott para el desarrollo de sus ideas, argumenta que la vergenza se
origina a partir de la conciencia de la vulnerabilidad de uno en presencia de los
otros. Aunque la capacidad de sentir vergenza puede tener importantes
ventajas sociales, segn Nussbaum, el dao generado por el avergonzar hace
que sea inmoral utilizarlo como castigo. La ansiedad en relacin a la
vergenza, piensa, crea unos sistemas sociales que valoran la fuerza por
encima de la vulnerabilidad, animando en especial a los hombres a adoptar
para ellos mismos un rgido ideal de independencia y de invulnerabilidad.
El filsofo moral Bernard Williams (1993 citado en Orange 2005) seala que en
la experiencia de vergenza, todo nuestro ser parece disminuido. En mi
experiencia de la vergenza, el otro ve todo lo mo y a travs mo, incluso si la
ocasin de vergenza se da en mi superficie (por ejemplo en mi apariencia); y
la expresin de la vergenza, en general, as como la de la forma particular de
vergenza que constituye la sensacin de embarazo, no hay solo el deseo de
esconder o de esconder mi cara, sino el deseo de desaparecer, de no estar
ah. No es slo el deseo, como se suele decir, de que me trague la tierra, sino
ms bien es el deseo de que el espacio ocupado por m se quede
instantneamente vaco.
87
Agamben (2000 citado en Peusner, 2008, 6) hace referencia a Levinas y
Heidegger, concordando con Lacan:
La vergenza es, pues, una suerte de sentimiento ontolgico, que tiene
su lugar propio en el encuentro entre el hombre y el ser; tiene tan poco
de fenmeno psicolgico que Heidegger puede escribir que el ser
mismo lleva consigo la vergenza, la vergenza de ser.
En Las fuentes de la vergenza, Vincent de Gaulejac (2008 citado en
Peusner, 2008) hace una triple definicin de la vergenza: moral, existencial y
social, en que la vergenza nos confronta con la otredad, es decir, con la
aceptacin de la condicin humana. La vergenza nace entonces bajo la
mirada del otro y es completamente sociopsquica, aunque su raz yace en el
inconsciente.
La vergenza no es un sntoma patolgico, salvo en ciertos casos extremos
donde los sujetos se odian a s mismos. La vergenza es constituyente de la
humanidad y nos liga a la especie humana. Nos permite, cuando podemos
sobrepasarla, vincularnos al otro como un semejante, como alguien que
tambin puede sentir vergenza. Quien no conoce la vergenza representa un
peligro para la sociedad (Peusner, 2008)
88
Historia del estudio psicolgico de la vergenza.
Existe consenso entre los autores en que el estudio de la vergenza fue dejado
de lado por mucho tiempo (Miller, 2010; Middelton-Moz, 1990; Wheeler, 2005;
Yontef, 1995, etc). Middelton-Moz (1990) seala que esto pudo deberse a que
la vergenza es uno de los sentimientos ms difciles de comunicar, ya que nos
avergonzamos de nuestra vergenza.
Segn lo sealado por Andrew Morrison (1997 citado en Paz, 2005) recin en
la dcada de 1990 se ha despertado el inters por la vergenza, el que se
manifiesta en distintos trabajos y publicaciones. Morrison (2005) seala que se
puso como objetivo el mostrar este sentimiento tan escondido, revelando su
fuerza interna tan trascendente, para que ocupara un lugar significativo dentro
del enfoque psicoanaltico, ya que cuando empez su investigacin a finales de
los aos 70 haba pocas referencias pertinentes en este campo. Esto se deba
en parte al supuesto de que el sentimiento de vergenza, al no tener el mismo
rango de profundidad que el sentimiento de culpa, perteneca ms como tema
de estudio al campo interpersonal y social. Adems (Morrison, 1989 citado en
Valedn, 2002), resalta la restringida difusin, en comparacin con otras
teoras (llamadas populares o comunes por Nathanson), de la psicologa del
yo y del self, y especialmente de las teoras de H. Kohut sobre narcisismo,
consideradas como fundamentales para una mejor comprensin de la
vergenza o sus efectos relacionados: mortificacin, humillacin, desespero,
remordimiento, apata, descontento, azoramiento, furor y baja autoestima.
89
Paz (2005) imagina que las razones para no asociar en un principio al
narcisismo y la vergenza, se pueden deber a las resistencias narcisistas
profundas que hay que vencer para investigar empricamente los detalles de un
sentimiento tan primario y no primitivo como la vergenza y adems, a la
dificultad para los psicoanalistas (y al esfuerzo cientfico y acadmico) para
cambiar el paradigma culposo como el gran y nico organizador de nuestra
cultura. Con respecto a este punto, Kuhn (1962 citado en Paz, 2005)
seala que en el desarrollo de la ciencia se suele creer que el paradigma
imperante es la explicacin esencial, sin embargo, la evolucin del
conocimiento cientfico requiere una renovacin peridica de los paradigmas,
pero ante cualquier intento de cambio del paradigma original, aparece una gran
resistencia considerable en las comunidades cientficas.
En los primeros escritos de Freud entre 1886 y 1889 sobre sexualidad infantil,
la vergenza ocupaba un lugar significativo, entre otros afectos, como
precondicin en la movilizacin de los mecanismos psicolgicos de defensa
(Paz, 2005). La vergenza era considerada lo que queda como marca de la
pulsin instaurada en la latencia: un dique ante el desenfreno pulsional, por lo
que, de no existir, no existira la represin que impide el desenfreno (Lozano,
2008; Prez, 2009). Ms adelante, en su trabajo, hace alguna referencia a la
vergenza que lleva a querer ocultar la desnudez en los sueos con este
contenido y seala que el sueo trae la vergenza, como algo que le ocurre a
uno... con uno mismo, con lo que se puede evidenciar el carcter narcisista del
sueo y de la vergenza (Paz, 2005).
90
Sin embargo, en los escritos posteriores de Freud, la vergenza queda
replegada a un sitio de menor trascendencia e inters cientfico primando las
conceptualizaciones vinculadas al conflicto edpico y, por tanto, a la culpa, tanto
para l como para la gran mayora de los autores postfreudianos (Paz, 2005;
Rodrguez Sutil, 2008).
En psicologa del desarrollo, Erik Erikson (1968) postula la teora psicosocial,
que describe ocho etapas marcadas por crisis o conflictos, otorgando especial
importancia al sentimiento de vergenza como fuerza que se opone al logro de
la autonoma en la segunda crisis del desarrollo.
Leon Wurmser en la tradicin psicoanaltica clsica, Francis Broucek desde los
estudios del desarrollo y de la emocin, y especialmente Andrew Morrison en la
psicologa del self y de quien hablaremos ms adelante, fueron pioneros en el
estudio de la vergenza y nos han ido familiarizando con la penetrabilidad de la
vergenza en la vida humana y con sus efectos desastrosos.
Lansky (2008) seala que con la publicacin de El anlisis del self, de Heinz
Kohut, y Vergenza y culpa en la neurosis, de Helen Block Lewis (ambos en
1971), la importancia de la vergenza emergi en los crculos psicoanalticos
tras muchas dcadas de abandono. Las contribuciones de Kohut fueron
ampliamente reconocidas, pero el trabajo de Block Lewis pas desapercibido
en la comunidad psicoanaltica. Sin embargo, Helen Block Lewis fue una
pionera en el reconocimiento de la importancia de la vergenza en la
psicoterapia, sealando que representa una familia entera de emociones, que
91
incluyen la humillacin, sentimientos de baja autoestima o sentirse
empequeecido, estigmatizado e incmodo. Usando sofisticados instrumentos
de investigacin para codificar las emociones, estudi transcripciones de
sesiones de psicoterapia en las cuales podan demostrarse los estallidos de
enfado y las interrupciones o puntos muertos en el tratamiento. Codificando los
estados afectivos manifiestos en estas transacciones, demostr que en un
nmero sorprendentemente alto de casos en los cuales el tratamiento se
interrumpi, lleg a punto muerto o se perturb, el fenmeno clnico
problemtico se produjo debido a una experiencia de vergenza, generalmente
no consciente, que haba sido pasada por alto o no haba sido reconocida. Su
conclusin es que la vergenza, cuando no se reconoce, se transforma rpida
e inconscientemente en rabia.
El trabajo de Lewis fue ampliado por sus colaboradores, los socilogos Thomas
Scheff y Suzanne Retzinger. Scheff elabor la nocin de vergenza como un
regulador de un vnculo social (1990 citado en Lansky, 2008) y ampli los
insights de Lewis sobre los problemas del punto muerto teraputico en las
sesiones de psicoterapia (1987) y la escalada del conflicto, considerando que
perpetuaba el conflicto internacional (como un bando militar victorioso
humillando a los vencidos que desencadena no slo la vergenza, sino tambin
la venganza en el perdedor, como por ejemplo, el Tratado de Versalles
despus de la Primera Guerra Mundial).
Retzinger (1987, 1991 citado en Lansky, 2008), estudi la escalada del
conflicto en las disputas maritales, en las que la vergenza no reconocida
92
instiga el ataque verbal rabioso para devolver la vergenza a quien
avergenza, desencadenando as un contraataque de avergonzamiento
rabioso y una escalada en el conflicto marital. El trabajo de estos dos
socilogos, no explora la nocin de vergenza como tal en toda su complejidad
psicolgica.
Ikonen, Rechardt, y Rechardt (1993, p. 100 citado en Orange, 2005), de una
forma similar, ven la vergenza como una experiencia intersubjetiva: la
vergenza es una reaccin a la ausencia de una reciprocidad aprobadora.
El estudio de la vergenza a menudo ha incluido postulados que muchos ya no
comparten: primeramente, que las emociones son algo fsico llamado afectos
(Malin 1999) un trmino que en s mismo tiende a la reificacin (cosificacin) y
a un reduccionismo neurstico (Brothers 2001 citado en Orange, 2005).
Segundo, estos afectos se consideran estados mentales simples y atomistas
que se caracterizan por manifestaciones fisiolgicas reconocibles. Tercero, se
considera a menudo que pertenecen primariamente o exclusivamente a
personas individuales, a mentes aisladas. Para el terico de los afectos Sylvan
Tomkins (1962-1963 citado en Orange, 2005), por ejemplo, la vergenza
estaba definida como una postura de retirada (con la retirada de la cabeza y
mirar hacia un lado) que se puede observar bastante pronto en la infancia.
Tomkins pensaba que se trataba de una respuesta preprogramada cuando se
produca una interrupcin del inters, y que ello es independiente de la
experiencia relacional. La vergenza es inevitable para cualquier ser humano
93
en la medida que el deseo va suficientemente ms all de la satisfaccin para
atenuar el inters sin destruirlo.
Michael Lewis (1992 citado en Orange, 2005), un investigador en el desarrollo
cognitivo y emocional, ve la vergenza como un desarrollo posterior, que
depende del desarrollo en el nio de la auto-conciencia de s mismo y del
sentimiento de ser visto. La vergenza tambin requiere un sentimiento de
logro o de fracaso en relacin a estndares y reglas, siendo sta equivalente a
un sentimiento global de fracaso.
En ninguno de estos tericos, aparecen muchas referencias a la experiencia de
la persona o a los contextos relacionales de la vergenza que se dan durante el
desarrollo.
Al respecto, Joseph Lichtenberg comenta con respecto a la concepcin que
Tomkins tiene de la vergenza (tambin adoptada por Broucek), que l prefiere
una teora que ve al beb durante el primer ao de vida como alguien que
tiene un espectro de afectos aversivos, uno de los cuales es una experiencia
que est en continuidad con lo que ms tarde puede fcilmente ser
categorizado como vergenza (Lichtenberg, 1994 citado en Orange, 2005).
Este abordaje, aunque retiene la idea de afecto, es ms relacional (ya que
aversivo implica retirarse de alguien o de algo) y es ms sistmico y menos
concreto.
94
Orange (2005) seala que los tericos inspirados por las teoras de los
sistemas, del caos y de la complejidad (Sander 1982; Fogel 1993; Beebe y
Lachmann 2002; Stolorow, Atwood et al. 2002 citados en Orange 2005) han
sealado una manera ms radical de repensar la vergenza en psicoanlisis.
Estos autores han visto las emociones como una propiedad emergente de los
sistemas relacionales, como la implicacin corporal total en estos campos
intersubjetivos. La vergenza, como toda emocin, es una propiedad
emergente de un sistema relacional, y est sujeta a las perturbaciones del
sistema que se dan momento a momento (Orange, 2005).
En cuanto a la escuela francesa de psicoanlisis, se postula que la patologa
est relacionada al sadismo del supery sobre el yo. En este sentido, la funcin
del padre es separar la simbiosis madre-hijo, creando un espacio y es en este
espacio donde entra la cultura. De ah se deriva la importancia dada a la
vergenza en esta escuela. Jacques Lacan (1992) se refiere a este tema con la
primera frase de la ltima clase del Seminario 17: Es preciso decirlo, morir de
vergenza es un efecto que raramente se consigue (p.195). Esto muestra,
segn algunos autores (Miller, 2004; Peusner, 2008) un intento por incorporar
la vergenza en la clnica psicoanaltica. Los psicoanalistas que siguen la lnea
de Lacan sealan que la vergenza es un afecto que no se debe perder
porque es una manera de establecer una frontera con respecto a lo real
(Alemn citado en Ramrez, 2006; Lozano, 2008; Miller, 2004; Ubieto, 2003),
sealando que estamos en una sociedad de la desvergenza.
95
Desde la terapia gestltica se han hecho importantes aportes al tema de la
vergenza en las ltimas 2 dcadas, considerando el cambio a travs de
paradigmas (Wheeler, 2005); la naturaleza y desarrollo de la vergenza; de qu
forma la vergenza generalizada y la culpa neurtica interfieren en la
estabilidad y el crecimiento; cmo trabajar con las expresiones de la vergenza
en psicoterapia (Yontef, 1995); la vergenza en la relacin teraputica (Jacobs,
1995 y 1996 citado en Yontef 1997 y en Orange, 2005) y la vergenza en la
supervisin (Yontef, 1997).
Fenomenologa de la vergenza.
La vergenza es un ingrediente central que representa una familia entera de
emociones (Block Lewis, 1971 citado en Lansky, 2008; Miller, 2010).
Lansky (1999 citado en Orange, 2005) describe el espectro o abanico de la
vergenza que surge de una amplia variedad de disposiciones psicopatolgicas
y de experiencias humanas en las que hay una conciencia de fallo en la
satisfaccin de standards e ideales,
1.- desde quedar en evidencia como inadecuado o insuficiente;
2.- desde estatus de inferioridad, imaginado o real; y
3.- desde la conciencia de que uno mismo es sucio, inadecuado, necesitado,
vaco, dependiente, rabioso, decepcionante, tmido, miedoso social o inepto,
propenso a la humillacin, etc.
96
Para Kaufman (1994), slo somos vulnerables a la experiencia de vergenza
cuando nos importa algo, por lo que la experiencia de la vergenza slo es
posible en la medida que algo nos preocupa. El espectro de las emociones
relacionadas con la vergenza, incluye, a parte de la vergenza misma,
sensacin de embarazo, humillacin (experiencia de vergenza causada
deliberadamente por el otro), inferioridad, replegamiento, timidez, y miedo
social; tambin incluye defensas contra la vergenza (pudor) que es lo opuesto
a sinvergenza: modestia, humildad, y conceptos parecidos. Tambin se
puede ver que la vergenza opera de forma latente detrs de otros fenmenos
afectivos: venganza, envidia, resentimiento, y otras formas de rabia, todo lo
cual podemos encontrar que normalmente est instigado por una experiencia
de vergenza que produce una comparacin que permanece bypaseada o no
reconocida. La vergenza es tambin un acompaamiento inevitable de todas
aquellas situaciones en las que uno queda expuesto (o bajo la amenaza de
quedar expuesto) a una interrupcin de la cohesin de la personalidad, o
fragmentado, o disociado, y desorganizado y ataques de pnico. Morrison
(1989 citado en Valedn, 2002) nombra algunos efectos relacionados con la
vergenza, como la mortificacin, humillacin, desespero, remordimiento,
apata, descontento, azoramiento, furor y baja autoestima. Es decir, los efectos
desastrosos de la vergenza incluyen desde el mal aprovechamiento de las
propias capacidades, auto-odio y suicidio en las vidas individuales, hasta la
guerra, violacin y tortura en los contextos sociales (Orange, 2005; Miller,
2010).
97
Morrison (citado en Orange, 2005) entiende la rabia narcisista de Kohut como
la cara visible de una vergenza insoportable, o sea, en ocasiones la
vergenza puede resultar tan insoportable que se acta en forma de rabia y
violencia tanto en contra del otro como en contra de s mismo: te mato por lo
que haces o me suicido por lo que me hiciste (Velasco, 2005). En este caso, el
suicidio sera una forma particular de vergenza extrema, una sensacin
violenta, embarazosa en que no slo existe el deseo de esconderse, sino el
deseo de desaparecer (Orange, 2005; Ciccone y Molet, 2005).
La vergenza se manifiesta fsicamente en una gran variedad de formas. La
persona puede ocultar sus ojos, bajar la mirada, ruborizarse, morderse los
labios o la lengua; presentar una sonrisa forzada, o inquietarse. Otras
respuestas pueden incluir irritacin, la actitud defensiva, la exageracin o la
negacin. Debido a que el efecto de la vergenza a menudo interfiere con
nuestra capacidad de pensar, el individuo puede experimentar confusin, o
quedarse con la mente completamente en blanco. La vergenza a menudo se
experimenta como la voz interior crtica que juzga lo que hacemos como algo
malo, inferior, o sin valor, que a menudo es una repeticin de lo que se nos fue
dicho por otros significativos (Miller, 2010). Para Fossum y Mason (2003) sta
es la voz disociada que proviene de alejamiento del yo: es la voz interna
crtica supervisora que pregunta qu pensarn de mi?. Esta supervisin es
tan constante que se piensa que es natural y muchas veces est enmascarada
por un falso yo, que acomoda la vergenza y sostiene la ansiedad que impulsa
el mecanismo de la vergenza. Los yo falsos se convierten en fachadas que
protegen la vergenza.
98
Se dice tambin que la vergenza acta como seal que permite reconocer
precozmente el inminente peligro de un fracaso relacional, ya que en su origen
estara relacionada con la falta de respuestas empticas de la madre o de las
figuras de apego (Bonucci citado en Ciccone y Molet, 2005).
Middelton-Moz (1990) seala que los de adultos avergonzados en la infancia
frecuentemente son extremadamente tmidos, se sienten inferiores a los
dems, creen ser el problema (no que ellos causen los problemas), presenta un
bloqueo de la expresin espontnea, se sienten vulnerables y temen
exponerse, temen a la intimidad, tienen bajas expectativas de autoeficacia6, se
ponen a la defensiva cuando se les entrega retroalimentacin negativa, se
disculpan constantemente, tienen un sentimiento pervasivo de soledad (aunque
estn rodeados de personas que los quieren, se sienten outsiders); proyectan
en los dems lo que piensan de s mismos, por lo que se sienten
constantemente juzgados por los dems; pueden volverse avergonzadores
cuando ven en los dems caractersticas propias de las que se avergenzan,
tienen una actitud tan perfeccionista que los puede llevar a actuar
ansiosamente o a la procrastinacin, pueden bloquear la vergenza a travs de
conductas adictivas, tienen lmites emocionales frgiles y se sienten
avasallados fcilmente, por lo que crean falsos lmites a travs de la rabia,
6
La percepcin de la vergenza se relaciona con la percepcin de sentimientos de baja
autoeficacia. Ambas percepciones influyen en la forma en que la persona interpreta, interacta
y afecta al ambiente que lo rodea, pero pocas investigaciones correlacionan ambos constructos
(Baldwin y Baldwin, 2006).
99
aislarse o complacer. Tambin pueden aparecer como grandiosos y centrados
en s mismos.
Por otro lado, se seala la aparicin de la vergenza como un signo clnico
positivo en pacientes que sufrieron experiencias muy traumticas que
provocaron en esa persona un conformismo o adaptabilidad a circunstancias
ms all de lo que l mismo habra esperado. En este caso, los sentimientos de
vergenza pueden ser entendidos como la recuperacin de la capacidad de
conflictuarse en relacin con la alienacin sostenida.
Fossum y Mason (2003) describen los sistemas vinculados por la vergenza
que generan personas que sienten ms vergenza y desesperacin, con
rigidez creciente, alienados, distanciados, que desarrollan una imagen y un
control; en oposicin a sistemas vinculados por el respeto, que produce
individuos razonables con sentido de reparacin y resolucin, que profundizan
y modifican los valores, que sienten una creciente comprensin mutua y cuyo
crecimiento del yo es el de una persona completa. Ambos sistemas que se
diferencian en que:
1.- En los primeros el origen de la vergenza est en la violacin y disminucin
de la persona misma, se siente cualitativamente distinta de otros seres
humanos, a diferencia a los basados en el respeto en que la violacin es a algo
externo: la norma o valores.
100
2.- Sistemas vinculados por vergenza, existe un establecimiento vago o
distorsionado de los lmites personales que inhiben el desarrollo de un yo
maduro, centrados en s mismos, sin desarrollar madurez y profundidad
personal, versus, el yo independiente que se reconoce como parte de un
sistema mayor en los sistemas vinculados por el respeto.
3.- en el sistema vinculado por la vergenza, se da un carcter de absoluto al
perfeccionismo, no permite reparacin. As, slo hay 2 categoras de personas:
perfectas e imperfectas por lo que se puede poner mucho nfasis en el control
y en hacer lo correcto (lo que genera ansiedad). Aunque el modelo es tan rgido
no puede ser empleado como un mapa o receta para tener xito dentro del
sistema de valores familiares porque es muy difcil de descifrar versus el
sistema basado en el respeto en que se exponen y reconocen las razones que
subyacen a las reglas.
4.- en los sistemas vinculados por la vergenza, la experiencia de relacin es
de un rechazo repetido, de abandono y castigo o amenazas que algunas veces
se alternan con sentimientos de contacto intenso, es decir, la relacin siempre
est en riesgo. Es comn que las relaciones no parecen tener sentido, falta un
hilo de continuidad o flujo de emocin. La persona se acomoda a esta situacin
y puede no verla. Versus la experiencia de la relacin en el sistema basado en
el respeto que es el dilogo, de confianza y constancia. El hecho de que toda
persona es diferente se asimila mejor en un sistema basado en el respeto,
como tambin el hecho de que toda persona comete errores. Es un sistema
que tiene un compromiso de largo plazo para abrirse paso y resolver
101
honestamente todo lo que se presente, de aceptar y responder honestamente
sin amenazas de romper el intercambio de la relacin.
Diferenciacin con otras emociones.
La sana tendencia natural humana a desear y perseguir el intercambio
afectivo con nuestros semejantes es generalmente muy sensible al
temor, al rechazo. Estos sentimientos de temor tienen mucho que ver
con lo que hacemos o cmo nos comportamos con los seres de nuestro
entorno, y dan lugar al desarrollo de importantes emociones sociales
como el orgullo, la vergenza, la culpa y el remordimiento (Rojas, 2007,
p. 46).
Como ya se ha sealado, la vergenza suele estar relacionada con otras
emociones y en ocasiones es difcil distinguirla, especial de la culpa.
En cuanto a la humillacin, ambas son manifestaciones de la dependencia de
campo (Wheeler, 2005). La humillacin a veces es descrita como una emocin
distinta, tambin es vista como una forma de vergenza, en que la humillacin
representa la fuerte experiencia de vergenza que refleja un avergonzamiento
externo por un objeto altamente catectizado, un otro significativo (Morrison,
1984 citado en Orange, 2005). Orange (2005) a su vez considera la humillacin
como un proceso intersubjetivo que a menudo est presente en la creacin de
mundos de vergenza, en que se establece un sistema avergonzador. En este
102
sistema, el dominador trata de superar la vergenza a travs de humillar
(avergonzar) al otro.
As tambin, en el lenguaje comn pudor y vergenza son sinnimos y en gran
parte de los textos aparecen trabajados indistintamente, sin embargo, desde el
psicoanlisis no suponen exactamente lo mismo. El pudor estara ligado ms
intensamente a la presencia del cuerpo del otro, mientras que la vergenza
tiene un lazo ms directo con el fantasma7 de cada sujeto, tal como lo plantea
Lacan (Prez, 2009).
En trminos tericos, conviene hacer una especial distincin entre la vergenza
y la culpa, ya que aunque estas dos emociones son diferentes entre s, ambas
se pueden definir hasta cierto punto como emociones morales y suele existir
confusin y dificultad para discernir entre ellas (Paz, 2005).
Medeiros y Valenzuela (2005) sealan que Piers y Singer homologan lo que
definen como estructura de vergenza con el concepto de sentimientos de
inferioridad, en los cuales el yo estara ms preocupado por las
comparaciones con criterios externos, comparacin con otros, etc., a diferencia
de los sentimientos de culpa en que el yo estara ms preocupado por la lucha
entre el yo y el ideal del yo (supery).
7
El fantasma es el modo particular de cada sujeto de lidiar o defenderse de la angustia de
castracin que es dejar de ser uno mismo el objeto del deseo exclusivo del otro (Evans, 1997).
103
Para Laplanche (1980/2000) los sentimientos de inferioridad, y por lo tanto, los
sentimientos de vergenza, conciernen a la instancia del yo ideal (introducida
por Freud en su trabajo Introduccin del Narcisismo). El yo ideal est vinculado
con una idealizacin de la omnipotencia del yo y no es equivalente al concepto
de ideal del yo, el cual se relaciona ms bien con ubicarse frente al yo como su
ideal. Los sentimientos de inferioridad y humillacin deberan ser ubicados del
lado del yo ideal, en cambio, los sentimientos de culpa o de pobreza del yo,
deberan ser ubicados del lado del ideal del yo (Medeiros y Valenzuela, 2005).
Para Paz (2005), ambos sentimientos tienen en comn el hecho de ser
inconscientes y expresarse por sus retoos mortificantes, como el enojo, el
silencio excesivo, la inhibicin o retraimiento, hasta el enrojecimiento de la piel
de la cara y/o en los casos severos, la furia narcisista. Difcilmente se atribuyen
estos retoos mortificantes a la vergenza y no a la clsica culpa. Sin embargo,
en los casos de vergenza lo prototpico es que la actitud psicolgica
preponderante est dirigida hacia uno mismo (el self narcisista) y sus
objetos/self con quienes se constituye un compacto narcisista que tiende, en el
mejor de los casos, a su desarrollo y maduracin con sus posibles logros o
dficit residuales. La vergenza entonces puede ser definida como ms
autoplstica y narcisista, ya que es algo que le sucede preferentemente a uno
con uno mismo.
Otra manera de formular este asunto es decir que la vergenza es un afecto
primario de la relacin al Otro. En este sentido, la culpabilidad es el efecto que
tiene un Otro que juzga sobre el sujeto, un Otro que protege los valores que el
sujeto habra transgredido. La vergenza desde este punto de vista tiene
104
relacin con un otro anterior al Otro que juzga, un Otro primordial, no que juzga
sino que solamente ve o da a ver. Es all, en ese sentirse objeto de la mirada
del Otro, donde Lacan sita la estructura de la fenomenologa de la vergenza
(Mindlis, 2005; Ubieto, 2003).
Para Fossum y Mason (2003), la culpa es la experiencia interna que se siente
al romper el cdigo moral en cambio la vergenza es la experiencia interna de
ser menospreciado por el grupo social. La diferencia esencial es que la
vergenza (as como el orgullo), est relacionada con la fantasa de uno ms
que con el comportamiento real (p.12).
Menesini y Camodeca (2008) sealan que la vergenza y la culpa pueden ser
vistas como precursores de la conciencia, el razonamiento moral, la moral y la
conducta prosocial. El comportamiento moral se desarrolla a partir de
diferentes componentes como el conocimiento de las normas y su
internalizacin, el ser capaz de juzgar lo bueno y malo, de resistir la tentacin,
as como el sentir ciertas emociones, entre ellas, la vergenza. (Berti y Bombi,
2005; Hoffman, 2000; Kochanska, Gross, Lin, y Nichols, 2002; Nucci, 2001
citados en Menesini y Camodeca, 2008),
La vergenza es una emocin sumamente dolorosa caracterizada por la
preocupacin acerca del juicio de los dems sobre el s mismo, la conciencia
de aparecer delante de un pblico de una manera no deseada o no aprobada
(identidad no deseada") y que es tpicamente acompaada de un sensacin
de empequeecimiento, de inutilidad e impotencia, de ser defectuoso,
105
inaceptable, o estar fundamentalmente daado (Bybee y Quiles, 1998; Block
Lewis, 1971; Olthof, Schouten, Kuipers, Stegge, y Jennekens Schinkel, 2000
citados en Menesini y Camodeca, 2008). La vergenza a menudo motiva una
respuesta de evitacin, el deseo de huir o desaparecer de la situacin que la
induce, (Block Lewis, 1971;.Tangney et al, 1992 citados en Menesini, Sanchez,
Fonzi, Ortega, Costabile y Lo Feudo, 2003) y es raramente reconocida a otros
o incluso a uno mismo (Miller, 2010).
De acuerdo con Block Lewis (1971 citado en Menesini et al., 2003), la culpa
suele ser una experiencia menos dolorosa y devastadora que la vergenza ya
que principalmente concierne a un comportamiento particular, algo aparte del s
mismo. La culpa es la emocin provocada por el entendimiento de que la
propia conducta es errnea, ya que causa dao a alguien que est sufriendo e
implica tensin, arrepentimiento y pesar por esa mala accin, provoca un
desaliento al cometer la transgresin y puede dar lugar al pedir perdn y la
reparacin del dao causado (Olthof et al, 2000; Tangney, 1998 citados en
Menesini y Camodeca, 2008). En resumen, la culpa, no se refiere al self (lo que
uno es) sino a lo que uno hace (acciones reales o fantaseadas, transgresiones
o omisiones que daan al otro) (Lansky, 1999 citado en Orange 2005).
La correlacin entre la culpa y la vergenza ha sido abordada una investigacin
dirigida a diferenciar los antecedentes especficos de cada una. Segn este
estudio (Olthof et al., 2000 citado en Menesini et al., 2003), la culpa es a
menudo generada en una situacin en la que un individuo viola la norma de
que una persona no debe causar dao o desventajas a otros de cualquier
106
manera. La vergenza, por el contrario, no slo est relacionada con el valor
moral de un evento, sino que tambin con la sensacin personal de haber
adoptado una identidad no deseada''. Algunas conductas pueden crear una
identidad no deseada en muchos contextos diferentes. As, la falta de
coherencia como de habilidad pueden provocar sentimientos de vergenza, as
como tambin una situacin perjudicial o de transgresin en que el self pueda
ser expuesto a la evaluacin de los dems, puede generar igualmente
vergenza. Segn Olthof et al. (2000 citado en Menesini et al., 2003), un
contexto de transgresin moral puede desencadenar culpa y vergenza,
mientras que en las situaciones en que se ponen de manifiesto la
incompetencia e insuficiencia de una persona puede ser considerado como
inductores slo de vergenza.
Entonces, si bien la culpa se asocia a la transgresin moral, la vergenza
parece estar vinculada a experiencias no morales de inferioridad,
incompetencia o a la burla, tanto as como a la transgresin moral (Smith,
Webster, Parrott y Eyre, 2002 citado en Menesini y Camodeca, 2008). La
connotacin moral de la culpa y la doble connotacin de la vergenza (es decir,
moral y no moral) se ponen de manifiesto en los estudios realizados por Olthof
y sus colegas (Olthof, 2002; Olthof y Goossens, 2003; Olthof et al, 2000 citados
en Menesini y Camodeca, 2008) en los que se desarrolla un modelo, apoyado
por los datos, en que hay situaciones que slo provocan vergenza y se
caracterizan por acciones no morales (situaciones de "slo vergenza" (SV),
como quedarse dormido durante una clase), y situaciones que provocan tanto
vergenza como culpa y se caracterizan por transgresiones morales, porque el
107
comportamiento incompetente causa dao (situaciones de vergenza y culpa
(VYC), como romper el juguete de un amigo). En una revisin posterior del
modelo (Olthof, Ferguson, Bloemers, y Deij, 2004 citados en Menesini y
Camodeca, 2008), incorporaron situaciones slo de culpabilidad (SC), es decir,
eventos que causan un mal moral, sin intencin y sin evaluacin de la identidad
de la persona por parte de otros. Como sealaron los autores, se trata de
situaciones en que la responsabilidad personal no est presente, como los
referentes a la enfermedad fsica (por ejemplo, obligar a la familia a quedarse
en casa por estar enfermo).
Existe acuerdo en que un cierto nivel de culpa es adaptativo, porque la culpa
est ligada a la empata, responsabilidad, internalizacin de las normas, y est
orientada a la conducta prosocial (Aksan y Kochanska, 2005; Bybee y Quiles,
1998; Hoffman, 1998, 2000; Tangney, Wagner, Fletcher, y Gramzow, 1992
citados en Menesini y Camodeca, 2008). La vergenza en cambio, que a
menudo ha sido correlacionada con la humillacin, ira, hostilidad indirecta, baja
autoestima y alto desprecio de s mismo, se consideraba desadaptativa
(Tangney et al., 1992 citado en Menesini y Camodeca, 2008). Sin embargo, en
estudios recientes se afirma que la vergenza tambin podra tener una funcin
adaptativa y promover conductas prosociales (Ahmed y Braithwaite, 2004
citado en Menesini y Camodeca, 2008). Particularmente en el caso de la
vergenza moral, que dara lugar a la responsabilidad y buenas relaciones.
Cuando se consideran adaptativas, la vergenza y la culpa pueden predecir el
desarrollo de la conducta moral y el arrepentimiento, previniendo cometer
108
delitos y promoviendo el comportamiento pro-social (Bybee y Quiles, 1998;
Olthof, 2002; Williams, 1998 citados en Menesini y Camodeca, 2008).
Por lo tanto, altos niveles de vergenza pueden ser adaptativos cuando
expresan la capacidad de darse cuenta del propio sentido de exposicin y dao
hecho y evitar situaciones similares en el futuro. En la misma lnea de
razonamiento, altos niveles de vergenza y culpa que se experimentan cuando
el sujeto es el objetivo del dao intencional de otros, puede ser desadaptativos
y revelar una sensacin crnica de vergenza y culpa sobre el s mismo
(Ferguson, Stegge, Miller, y Olsen, 1999 citados en Menesini y Camodeca,
2008). As, los sentimientos de vergenza en situaciones no morales (SV),
podran indicar la preocupacin por la propia conducta y por situaciones
embarazosas, pero tambin podran indicar un profundo sentimiento de
humillacin y ansiedad en frente a los dems, lo que puede ser desadaptativo.
Es decir, estas emociones en s no son disfuncionales, pero pueden llegar a
serlo cuando se expresan intensa, frecuente e inapropiadamente en relacin
con las exigencias de la situacin, a las necesidades de la persona y el costo
de la respuesta en las relaciones (Clark Y Watson, 1994 y Ferguson et al, 1999
citados en Menesini y Camodeca, 2008).
109
Visin desde el Psicoanlisis.
() la vergenza se instala como una densa niebla, oscureciendo
cualquier otra cosa, imponiendo su impresin amorfa e insustancial. Se
hace imposible establecer caminos u orientarse uno mismo hacia
relaciones con un paisaje ms amplio (Morrison 1994 citado en Orange,
2005).
Las marcadas diferencias que existen entre los autores que hasta ahora se han
ocupado especficamente del estudio de la vergenza, no facilitan una
comprensin y sntesis clara desde el punto de vista terico, clnico o
psicodinmico (Valedn, 2002).
Se ha discutido bastante sobre si la vergenza puede considerarse un afecto, y
de este modo, un sentimiento particular, individual y especfico que se refleja
en posturas, gestos, expresiones faciales, y experiencias individuales o puede
considerarse una manifestacin sistmica, relacional, intersubjetivamente
generada. Morrison (2005), considera la vergenza tanto como afecto o
sentimiento (indistintamente), como seal ante el peligro, como una
manifestacin de la personalidad, como defensa ante sentimientos de rabia, y
como una manifestacin sistmica y destaca que la vergenza al ser
vivenciada a nivel personal por parte de cada individuo afectado es una carga
que influye cada fibra de la experiencia subjetiva (Morrison, 2005). La
vergenza tiende a insinuarse en nuestra vida entera, en nuestro mundo
experiencial en su totalidad, y a estropearlo todo. En este sentido, el
110
sentimiento no es sobre que yo no consigo una meta, sino que es sobre que
yo soy un completo fracaso (Orange, 2005).
Si bien existe cierto consenso entre los autores de la lnea psicoanaltica en
que un sentimiento de s devaluado con el consiguiente sentimiento de
vergenza, se genera en un contexto relacional, se debate acerca de si el
sentimiento de vergenza del self se relaciona slo con uno mismo, o si
siempre est asociado con relaciones sociales, en cuanto a la observacin-
participacin en un grupo.
Existen autores que se posicionan en la lnea de que la vergenza como
sentimiento est involucrado dentro de las relaciones personales, por lo que
requiere una audiencia, un otro observador, un avergonzador ajeno al sujeto.
Entre ellos, Briole (s.f. citado en Belaga, 2002) seala que la vergenza
requiere de un testigo, ya que remite al efecto de la mirada del otro que lo juzga
y lo hace extrao y Orange (2005) que plantea que la vergenza es una
propiedad emergente de los sistemas relacionales, sujeta a las perturbaciones
que se dan en el sistema momento a momento y que es intersubjetivamente
generada en el contexto analtico. Para Velasco (2005) el afecto de vergenza
se experimenta en soledad teniendo en cuenta a la vez un vinculo relacional,
tanto ste sea interiorizado como externo. Se cuestiona la imagen personal, ya
sea en cuanto a quin soy yo ante m mismo y quin soy yo ante los dems.
Por otro lado, hay muchos autores que describen la vergenza como un afecto
primario asociado a la identidad, narcisismo y sentido del self (Erikson, 2000;
111
Lichtentein, 1963, 1964 citado en Valedn, 2002), o como compaera
encubierta del narcisismo (Wurmser, 1981 citado en Lansky) o parte inferior
del narcisismo (Morrison, 1989 citado en Lansky, 2008).
A continuacin profundizaremos en esta lnea de pensamiento, ahondando
preferentemente en el enfoque de Andrew Morrison para luego retomar la
perspectiva intersubjetiva, principalmente desde la visin de Orange y Velasco.
Vergenza como afecto primario.
Morrison elabora la idea de que los sentimientos de vergenza pueden
aparecer ante la evaluacin que uno hace de s mismo, ante nuestros propios
ojos, sin que sea necesaria la presencia de un otro interactuante avergonzador
(Morrison, 1987 citado en Morrison, 2005). En este caso, es el sistema interno
el que est involucrado, constituido por los componentes que han influido en la
creacin y generacin del propio sentido consolidado de quin soy yo, y
reconociendo de esta forma que estamos moldeados, ocupados y juzgados por
la presencia de otras figuras del pasado que viven en nuestro interior. En otras
palabras, la vergenza es algo que le sucede preferentemente a uno con uno
mismo, dentro de un universo de representaciones psquicas que caracterizan
a la psiquis humana pero en la que intervienen, en este caso, unos otros
significativos (objetos/self) que han sido catectizados con libido narcisista
(Paz, 2005).
112
Por lo tanto, en contextos de soledad se genera vergenza, no por sentirse
observados por un otro, sino ante nuestra propia mirada, en la experiencia que
tenemos de nosotros mismos. En este sentido, Morrison (2005) plantea que
cuanto mayor es la discrepancia entre el self ideal y el self real, mayor es la
vulnerabilidad ante la herida narcisista y, tambin, la susceptibilidad ante la
vergenza. La vergenza, entonces, representara la brecha existente entre los
ideales del s mismo (la imagen de s a la que uno aspira) y el sentimiento de s
en realidad (la imagen de uno mismo como es). Cuanto ms grande sea la
distancia entre estas dos imgenes, mayor ser la intensidad de la vergenza
sentida. As, Morrison defini la vergenza como el afecto que refleja el
sentimiento de fracaso o de dficit del self (1984 citado en Orange, 2005), un
afecto de rechazo y condena hacia el propio self que concierne el estado y la
naturaleza del entero sentido de s (Ciccone y Molet, 2005), sealando que
tiene fenmenos narcisistas como base subyacente.
Considerando las definiciones anteriores, la vergenza sera inseparable de las
formas de narcisismo estudiadas por Heinz Kohut y por otros psiclogos del
self, conceptualizando narcisismo en un sentido amplio, como parte del
desarrollo normal y natural del mismo y de la preocupacin por el self. Si bien,
Kohut desestima el papel jugado por el ideal del yo en la aparicin de la
vergenza (pues lo consideraba "psicologa social" no compatible con una
comprensin psicolgica profunda), Morrison, como sealbamos
anteriormente, muestra que el abismo entre el self ideal y el self real que se
expresa en el sentimiento de vergenza es provocado por el fracaso del objeto
del self (Rodrguez Sutil, 2008).
113
En este caso, la experiencia afectiva interna que representa el narcisismo, y
que en algn grado est presente en todos nosotros, es un deseo de ser
especial para otro concreto, significativo, alguien a quien hemos dotado de
significatividad y poder. En su versin ms patolgica, ese deseo de ser
especial a los ojos del otro idealizado, lleva al anhelo por ser absolutamente
nico y, en definitiva, el anhelo por ser el nico objeto de importancia para ese
otro (Rodrguez Sutil, 2008).
La vergenza se relaciona con el sentido de s mismo y con la experiencia del
s mismo e incluye tanto la espectacularidad del self grandioso descrito por
Kohut, como el sentido disminuido y contrado del s mismo que quiere
desaparecer (Morrison, 2005). En relacin a esto, Broucek (1982 citado en
Rodrguez Sutil, 2008) distingue dos tipos de narcisismo: egotstico y
disociativo con sentimiento de inferioridad, lo que se asemeja a la
diferenciacin entre narcisismo de piel gruesa (Thick skin) y narcisismo de piel
fina (Thin skin) que hace Rosenfeld (1987 citado en Rodrguez Sutil, 2008).
Rodrguez Sutil (2008) asocia estos tipos de narcisismo con los niveles del
desarrollo del supery:
El narcisista de piel gruesa presentara un supery primitivo, actitudes
psicopticas, sin sentimientos de culpa (se conocen las normas y no se
cumplen, o si se cumplen es para evitar las consecuencias negativas como la
retaliacin y temores persecutorios). Al narcisismo de piel dura no se le suele
ver en consulta ms que de forma excepcional, cuando ha sufrido una herida
114
narcisista o bien cuando busca un objetivo material concreto: baja laboral,
informe favorable u otros.
El narcisista de piel fina se asocia con el nivel de ideal del yo, en que se ha
interiorizado un ideal de lo que tiene que ser alcanzado, pero cuando no es as,
predomina el sentimiento de vergenza y el temor al ridculo. Se conocen las
normas y se cumplen para no perder el reconocimiento (las normas tambin
pueden estar limitada a la familia o un grupo reducido de referencia, incluso
con actividades delictivas). El narcisismo de piel fina oscila entre la
grandiosidad y la miseria interna, es hipersensible y se siente herido con gran
facilidad.
Como contraparte a esto, en el supery constituido predomina el sentimiento
de culpa, sin que haya desaparecido la vergenza. Las normas han alcanzado
un nivel universal, aunque esto se ha logrado slo para alguna de ellas.
Uno de los aportes ms relevantes de Morrison es lo que llama "la dialctica de
narcisismo", en que las aspiraciones narcisistas se mueven a lo largo de dos
polos que estn en los extremos: la bsqueda de una autonoma e
independencia totales, por un lado y por otro lado, el deseo de realizar un
apego con un otro idealizado. Estas dos tendencias (que Morrison llama
respectivamente expansin y contraccin de los polos del self) son
incompatibles en la totalidad de una misma persona, es decir, no se puede ser
completamente un individuo independiente, ni volverse completamente parte de
otro. Ambos polos generan vergenza, ya que son polos ideales que no se
115
pueden alcanzar, y por lo tanto, la vergenza surge de la incompleta realizacin
de estos dos ideales. Lo normal es que se alternan en la mayora de las
personas, sobre todo en los narcisistas de piel fina, aunque casi siempre
predomina un polo ms que el otro. El autor sugiere, de acuerdo a su
experiencia prctica, que existe el psicpata puro, premoral, en el que la
vergenza no est presente. La dialctica del narcisismo (admitiendo la
existencia de un lado subjetivo y privado de la vergenza, junto con el lado
relacional) constituye un punto de divergencia entre las posiciones tericas de
Morrison y las de Orange, para quien el sentimiento de vergenza se origina
siempre en los contextos intersubjetivos (Ciccone y Molet, 2005; Rodrguez
Sutil, 2008)
Por otro lado, en cuanto a las funciones del narcisismo (no entendido
patolgicamente), se dice que mantiene y repara los vnculos afectivos entre el
self y el otro; est relacionado con la formacin de la propia identidad (Erikson,
1950 citado en Rodrguez Sutil, 2008) y sirve, principalmente, para enfrentarse
a la vergenza (Block Lewis, 1971 citado en Rodrguez Sutil, 2008).
Al considerar la vergenza desde la ecuacin activo-pasivo, es posible sealar
que la vergenza es un reflejo de la pasividad, que a uno lo hace sentir dbil,
frgil e impotente (Morrison, 2005) y contratrasferencialmente vive pasivamente
y como algo que no est tan heterodirigido, por ms mortificante que sea. Se
ha dicho mucho de la vergenza como algo pasivo, femenino y preedpico,
mientras se ha dejado para la culpa las categoras ms activas, masculinas y
postedpicas (Morrison, 1997 citado en Paz, 2005). Se dice que lo activo del
116
culposo lo lleva a confesar, en cambio lo pasivo del vergonzoso lo lleva a callar
y a aislarse (Paz, 2005).
Perspectiva intersubjetiva.
Ocupar un lugar ideal en la mente de otro es, en realidad, no tener
lugar (Velasco, 2002 citado en Velasco, 2005).
Los ideales (que son influenciados por el universo intersubjetivo en el que
habitamos y que se forman a partir de las relaciones con nuestras familias,
compaeros, cultura subyacente, valores y costumbres) son interiorizados y
juegan un papel importante en la formacin de las emociones y sentimientos
que tenemos acerca de nosotros mismos, incluyendo especialmente, nuestra
vergenza y nuestra sensibilidad ante la vergenza (Morrison, 2005). En
contextos que tienden a la idealizacin, los esfuerzos para existir con luz propia
se acompaan del sentimiento de vergenza, por lo que Velasco (2005)
relaciona el afecto de vergenza con la iniciativa que cuestiona el ideal y las
iniciativas que cuestionan el ideal conllevan fragilidad, dudas y vulnerabilidad.
Existe entonces una relacin entre los ideales que se transmiten de una
generacin a otra y el sentimiento de vergenza que surge cuando el
sentimiento de ser uno mismo amenaza con romper ese ideal. En este
sentido, ocupar un lugar ideal en la mente del otro es en realidad no tener lugar
(Velasco, 2002 citado en Velasco, 2005) y por lo tanto, considerar el
117
sentimiento de vergenza es primordial en el tratamiento de lo que Velasco
llama patologa del no ser que deriva de ocupar un lugar ideal en la mente de
otro (Ciccone y Molet, 2005; Velasco, 2005).
As, la vergenza es la expresin del miedo a decepcionar que obstaculiza el
emerger de la autenticidad (Ciccone y Molet, 2005). Como decamos, Velasco
(2005) relaciona vergenza e iniciativa (entendida como la capacidad de
diferenciacin del otro), entendiendo la vergenza como la emocin que
podemos sentir cuando nos atrevemos a expresarnos con libertad y
autenticidad. El miedo a decepcionar y los peligros inherentes a la toma de
iniciativa, conciencia o expresin de aquellas observaciones que pueden
amenazar ciertos lazos relacionales, no permiten que salga la autenticidad, ya
que existe la posibilidad de ser rechazado y aislado, y sentir vergenza de
quien soy. Brandchaft, en un trabajo no publicado (s.f. citado en Morrison,
2005) habla de la acomodacin patolgica mediante la cual el individuo
entierra sentimientos intolerables con el fin de preservar relaciones. Tales
decisiones se toman con el fin de evitar aquellas iniciativas que podran
generar vergenza (ser avergonzado por aquel que uno necesita). En relacin
a esto, un aspecto importante y tpico a considerar en el tema de vergenza, es
la tendencia a esconder, debido a la incomodidad que ocasiona el miedo de
que alguien pueda descubrir algunos secretos de nosotros mismos (Ciccone y
Molet, 2005) y alejarse.
Lansky (2008) muestra que en los ciclos vergenza-rabia aparece el
instigador inconsciente o efecto desencadenante de dinmicas inconscientes
118
de vergenza, no slo la experiencia del afecto manifiesto. La vergenza no
reconocida o pasada por alto (Block Lewis, 1971 citado en Lansky 2008) puede
considerarse como vergenza inconsciente o la evocacin de una vergenza
seal o angustia seal que anticipe un conflicto con el ideal del yo generando la
experiencia de una vergenza de rechazo insoportable, ostracismo o
relegacin a un estatus despreciable. As, la vergenza no reconocida o
pasada por alto es el resultado de la anticipacin inconsciente de lo que ha sido
juzgado como insoportable, bajo la influencia de las fantasas inconscientes de
vergenza. Lansky plantea la vergenza no reconocida como instigadora de la
escisin y seala que cuando la vergenza se siente soportable, puede vivirse
conscientemente y est considerablemente ms dispuesta para ser elaborada.
En otras palabras, el conflicto de vergenza, o la anticipacin de la vergenza
insoportable debida a la conciencia de una discrepancia masiva entre la visin
que uno tiene de s mismo y el ideal del yo, el sentimiento que uno tiene de las
condiciones para el autorrespeto y la autoaprobacin ante uno mismo y los
dems, instiga la escisin y puede derivar a menudo en rabia.
Por otro lado, se dice que la vergenza es un fenmeno que ocurre en
presencia de un testigo, primero en el plano imaginario de la intersubjetividad,
pero sobretodo como efecto de la mirada del Otro. Es la entrada en escena de
esa mirada ntima, lo que puede llevar a la persona al ocultamiento de su
deseo, ya que es una mirada que lo juzga y lo hace extrao entre los suyos
(Belaga, 2002).
119
Para Lansky (1999 citado en Orange, 2005) la vergenza es un sistema
emocional complejo que regula el vnculo social, sealando trastornos en el
estado del self dentro de un orden social: lo que uno es ante s mismo y ante
los otros; el estatus de uno mismo, su importancia o falta de la misma: el ser o
no querible, sentirse aceptado, inminentemente rechazado, tanto ante el ojo del
otro o ante el ojo auto-evaluador del propio self. Para Ikonen, Rechardt y
Rechardt (1993 citado en Orange 2005) la vergenza es una reaccin a la
ausencia de una reciprocidad aprobadora.
Para Orange (2005), y Velasco (2005) la vergenza en el sistema analtico no
pertenece al paciente o al analista sino que es intersubjetivamente generada,
mantenida, exacerbada, y, esperablemente, mitigada dentro del sistema
relacional. Como toda emocin, es una propiedad emergente de un sistema
relacional, y est sujeta a las perturbaciones del sistema que se dan momento
a momento. Para Orange, el mundo emocional es el resultado de mundos de
experiencia relacional, y emociones o sentimientos son palabras que
implcitamente contienen la idea de que se generan intersubjetivamente.
Incluso en los mundos experienciales de la vergenza, que parecen tan
aversivos y aislantes, estamos intrincadamente implicados en sistemas
intersubjetivos (entendidos como cualquier campo psicolgico formado por
mundos de experiencia nteractuantes) sea cual sea el nivel de desarrollo en
el que este campo est organizado.
Los contextos de la vergenza son los mundos de experiencia sobre los que se
puede organizar el sentimiento de s de la persona. Un sentimiento de s
120
devaluado surge de mundos de experiencia en los que uno se ha visto
expuesto a ser considerado defectuoso (Velasco, 2005). Siempre que
pensamos una diferencia propia como un defecto significa que nuestro
sentimiento de s est devaluado (soy alguien defectuoso), una secuela
emocional derivada de alguna de nuestras relaciones significativas (Velasco,
2005). En el campo intersubjetivo de la vergenza, sentimos que somos
deficientes en comparacin con otros, sentimos que tenemos fallos ante los
ojos nuestros y de los otros, nos sentimos tan expuestos al escrutinio crtico de
nuestra desesperada miseria que queremos que la tierra nos trague y
volvernos invisibles (Orange, 2005). Es extraordinariamente terrible pensar en
recibir un comentario machacante y avergonzante en lugar de la validacin y
legitimacin de un sentimiento tan ntimo como el amor (Velasco, 2005), por lo
tanto, hablar de vergenza significa que estamos en la habitacin de lo ntimo
(De Juan, 1999 citado en Velasco, 2005)
Existen muchos matices emocionales del sentimiento de vergenza en clave
relacional, como sentirse humillado, ridculo, diferente, defectuoso o pattico, lo
que Morrison conceptualiza como lenguaje de la vergenza a travs de su
pregunta: a ojos de quin te sientes pattico? (Ciccone y Molet, 2005). En
relacin a lo anterior, Velasco (2005) hace una reflexin sobre el cuento de
Hans Christian Andersen El Patito Feo y seala que el estudio de la
vergenza ayuda en la comprensin del problema que plantea este cuento, que
es finalmente quin soy yo?, adems de cmo me ven los dems? y cmo
me veo yo a m mismo?. Ella plantea la pregunta acerca de quin le dijo al
121
Patito Feo que l era feo y concluye que su verdadero trauma fue sentirse
distinto de los dems al verse reflejado en el agua.
Orange (1995 citado en Orange, 2005), seala adems que la vergenza no es
ni afecto ni cognicin sino ms bien un proceso emergente que invade el
mundo experiencial entero, pudiendo incluir la familia, escuela, cultura, las
esperanzas y posibilidades, la rabia y desesperacin, hasta el punto de no
poder vivir ms en ese mundo o no poder permitir que este mundo viva ms en
s mismo. En este sentido, se necesita un mundo en el que sentirse incluido y
donde est presente un testigo compasivo. Al tener un testigo, lo insoportable
se hace soportable y lo escandaloso, menos humillante (como el hallazgo de la
manada y la dicha de la pertenencia en la visin de El patito feo realizada por
Pinkola, 2001).
Origen de la vergenza.
Miller (2010) seala que en el origen de la vergenza es posible que la persona
haya sido condenada al ostracismo por sus pares en la escuela, humillado por
los profesores o tratado con desprecio por sus padres, pero, paradjicamente,
la vergenza tambin podra ser generada por las altas expectativas sobre la
persona, y las crticas que surgen cuando no se logra el nivel de perfeccin
esperado. Estas crticas se internalizan, por lo que la vergenza es a menudo
experimentada como una voz interior que juzga lo que hacemos como algo
malo, inferior, o sin valor. Otra fuente de la vergenza se asocia con la
122
inhibicin de la expresin de ciertas emociones (como la ira, miedo, tristeza,
vulnerabilidad e incluso el orgullo) que cultural o familiarmente se controlan con
reproches avergonzadores (Contrlate", "no seas nio chico, No tienes nada
que temer", "Quin te crees que eres?"). As, ante la aparicin de dichos
sentimientos, sentimos vergenza y tratamos de controlarlos, ocultarlos o
disculparnos por ellos.
Estas voces internas de vergenza pueden hacer un dao considerable a la
autoestima, ya que estas autocrticas, se convierten, en mayor o menor
medida, en cmo nos vemos a nosotros mismos. Para algunas personas, el
juez crtico interno evala negativamente en forma continua lo que est
haciendo, momento a momento, llegando a hacer imposible hacer nada bien.
En la teora psicosocial del desarrollo (Erikson, 2000) la vergenza es sealada
como la fuerza opuesta al sentimiento de autonoma en la segunda crisis del
desarrollo, llamada Autonoma vs. Vergenza y Duda (desde los 18 meses
hasta los 3 aos aproximadamente). En esta etapa, a medida que aumenta la
confianza del infante en su madre, en su medio y en su modo de vida,
comienza a descubrir que la conducta que desarrolla es la suya propia,
afirmando un sentido de la autonoma y realizando su voluntad. Sin embargo,
su dependencia permanente crea al mismo tiempo un sentido de duda respecto
a su capacidad y libertad para afirmar su autonoma y existir como unidad
independiente. Esta duda se acenta a causa de cierta vergenza generada
por la rebelin instintiva contra su dependencia anterior, que le complaca
mucho, y por el temor quizs de sobrepasar sus propios lmites o los del
123
ambiente. Entonces, el tema fundamental de esta segunda fase, es resolver la
lucha entre estas presiones contradictorias en el nio: afirmarse y autonegarse
el derecho y la capacidad de realizar dicha afirmacin. En esta lucha, el nio
experimenta un impulso interior a demostrar su propia voluntad y su movilidad
muscular, a la par que una renuencia intrnseca a experimentar con sus
cualidades y potencialidades. Es por eso que en este momento el nio necesita
una gua sensible y comprensiva, as como un apoyo graduado, pues de lo
contrario puede sentirse desorientado y forzado a volverse contra s mismo,
con vergenza y dudas acerca de su propia existencia. En esta etapa, las
actitudes de los padres pueden dificultar al nio crecer hacia su independencia
en una madurez y autocontrol responsable. Esto sucede cuando se marca el
camino a una propensin duradera hacia la vergenza y duda, deterioro de la
autoestima, base de situaciones emocionales conflictivas. Una autoconciencia
rgida precozmente alertada ser la base de excesivos temores a equivocarse,
duda y de inseguridad en s mismo. El nio debe aprender a querer lo que
puede ser y a convencerse de que el quera lo que tuvo que ser.
Por su parte, Morrison (2005) se muestra de acuerdo con la postura de que el
sentimiento de vergenza frecuentemente es generado y ocurre como producto
de interacciones relacionales, y que es intensificado dentro de sistemas
intersubjetivos, ya sean constituidos dentro o entre familias, matrimonios,
culturas, grupos tnicos, y clases sociales. Rescata tambin la utilidad del
concepto de Orange (2005) de sistemas avergonzantes y la centralidad de la
nocin de que a travs de la aceptacin se pueden atenuar los sentimientos
de vergenza.
124
Morrison (2005) seala que la vergenza es una respuesta innata del infante
ante la falta de respuesta parental respecto a sus iniciativas o expectativas y
tiene su propia secuencia en el desarrollo: desde la falta de selfobjects
adecuados en la infancia hasta el desarrollo de auto-conciencia objetiva
(Broucek, 1982 citado en Morrison, 2005) con respecto a las diferencias con los
otros alrededor de los 18 meses, la soledad, y la diferencia (Velasco, 2002
citado en Morrison, 2005). A esto seguira la formacin de ideales y la
interiorizacin de la capacidad de formar juicios auto-vergonzantes, y
terminara con la importancia de poder generar ideales.
Sin embargo, marca una diferencia entre la gnesis de la vergenza y el
sentimiento de vergenza en el momento que se experimenta. Para l, en la
mayora de las situaciones, el sentimiento de vergenza surge en el contexto
de los sistemas relacionales intersubjetivos, o sea, el sistema social es el que
inicia e instiga la vergenza, sin embargo, quienes experimentan y sienten la
emocin de la vergenza, son las subjetividades participantes ante sus propios
ojos y dentro de sus cuerpos. En este sentido se opone a la postura
intersubjetiva de Orange y sus colegas donde est implicada la ausencia de
sentimientos y experiencias individuales a nivel subjetivo (Morrison, 2005).
Existe cierto consenso entonces, entre los autores en la lnea psicoanaltica, en
cuanto a las causas o factores que producen e instalan el sentimiento de
vergenza en la persona. La vergenza sugiere sus orgenes en la familia, por
una falla en el suministro de las capacidades autorreguladoras que se
necesitan para enfrentar la humillacin y donde se inhibe activamente el
125
desarrollo de la capacidad de tomar otra perspectiva de s mismo y, por lo
tanto, el mundo de experiencias se va organizando alrededor de un
sentimiento de s mismo como sin valor, lo que genera un sentimiento de
vulnerabilidad de uno en presencia de los otros, y de la conciencia de dicha
vulnerabilidad surge la vergenza (Orange, 2005).
Los contextos de la vergenza para Orange y para los tericos de la
intersubjetividad en psicoanlisis (Stolorow et al., 2002 citado en Velasco,
2005) son los mundos de experiencia sobre los que se puede organizar el
sentimiento de s de la persona. Un sentimiento de s devaluado surge de
mundos de experiencia en los que uno se ha visto expuesto a ser considerado
defectuoso. Si en un contexto particular se ha considerado la expresin de
vulnerabilidad como un defecto y no como algo valioso, las vivencias de
fragilidad estarn condenadas a esconderse y disimularse, generando una
vergenza extrema (o sentimiento de s devaluado: yo soy alguien
defectuoso). Por lo tanto, debajo de un sentimiento de s devaluado
existieron desencuentros emocionales insuficientemente considerados
(Velasco, 2005; Ciccone y Molet, 2005).
Velasco (2005 citado en Morrison, 2005) describe cmo el crecimiento del self
y la experiencia relacional estn siempre en relacin entre s, y cmo los
sentimientos de vergenza permanecen como una de las heridas principales en
un proceso de desarrollo imperfecto dentro de una matriz de figuras centrales
en la niez.
126
No se entiende el afecto de vergenza o ridculo y sin un otro que avergenza
o ridiculiza, por lo que se considera que la vergenza no es una respuesta
innata, sino cultural. Desde ah se entiende que haya culturas de la vergenza
como Japn (Benedickt, 1946 citado en Rodrguez Sutil, 2008) o la Grecia
homrica (Dodds, 1951 citado en Rodrguez Sutil, 2008), frente a la cultura de
la culpa de la sociedad occidental industrial y avanzada (Rodrguez Sutil,
2008).
Para explicar el origen de la vergenza, Morrison introduce el concepto de
dialctica del narcisismo (Morrison, 1989 y 1994 citados en Morrison 2005;
Ciccone y Molet, 2005), relacionado con las vicisitudes y la distancia entre self
real y self ideal. El narcisismo para Morrison representa todos los aspectos
del sentimiento de s, teniendo su base en el anhelo de ser considerado nico,
especial para alguien significativo. Los fenmenos y la vulnerabilidad
narcisistas se mueven a lo largo de dos polos que estn en los extremos: el
polo expansivo y grandioso que busca y enfatiza la independencia y la
autonoma total; y el polo contrado y pequeo con el deseo de realizar un
apego con un otro idealizado, en el cual el self se vuelve diminuto e intenta
desaparecer. Estas dos tendencias son incompatibles en la totalidad de una
misma persona, es decir, no se puede ser completamente un individuo
independiente, ni volverse completamente parte de otro. La vergenza es el
afecto que resulta de la incompleta realizacin de estos dos ideales. Para una
persona, predomina el polo grandioso mientras el contrado se queda en el
fondo; para otra persona, el polo contrado est en primer plano mientras el
grandioso queda en la sombra. Pero es ms usual que los dos alternen de una
127
posicin a otra en la misma persona, a menudo, durante la misma sesin
teraputica. La naturaleza de la vergenza vivida es diferente segn el polo y
requiere diferentes nfasis empticos de un terapeuta sensible (Morrison,
2005). La dialctica del narcisismo, admitiendo la existencia de un lado
subjetivo y privado de la vergenza, junto con el lado relacional, constituye un
punto de divergencia entre las posiciones tericas de Morrison y aquellas de
Orange, para quien el sentimiento de vergenza se origina siempre en los
contextos intersubjetivos.
Vergenza como protector del vnculo social.
El orgullo es un valor social, como la dignidad o el honor. Pero sentir
vergenza cuando maltratan a un ser humano, cuando lo
instrumentalizan, expresa un signo de humanidad, la interiorizacin de
los ideales de humanidad. La vergenza pertenece, para decirlo
rpidamente con conceptos freudianos, al ideal del yo y no al yo ideal
que se confunde con el supery. La vergenza est ms del lado de la
depresin, cuando no estamos a la altura de las expectativas que hemos
interiorizado respecto de lo que tenemos que ser (De Gaulejac, s.f.
citado en Peusner, 2008).
Hay autores como Block Lewis (1971 citado en Morrison, 2005), Broucek (1990
citado en Valedn, 2002), Morrison (2005), Orange (2005), Rodrguez Sutil
(2008), Valedn (2002) que rescatan alguna utilidad a la vergenza como
128
controlador social y creador de opinin, como un efecto protector del vnculo
social y de importantes valores individuales y sociales: un aviso de que el self
debe ser reforzado para preservar sus conexiones relacionales e incluso
algunos (Schneider, 1977 y Schneiderman, 1995 citados en Morrison 2005)
han sugerido que la vergenza es un sentimiento til en cuanto a su
contribucin al proceso de crecimiento, ya que las respuestas del self para
sobreponerse a sentimientos de vergenza generaran un crecimiento general
y del self en particular. Morrison (2005) se opone a este ltimo argumento
sealando que an cuando esto podra ser cierto, tambin es cierto que
cualquier tipo de trauma podra conllevar a la promocin del crecimiento, sin
que estas experiencias sean necesariamente positivas o generadoras del
crecimiento del self y que se confunde la experiencia dolorossima de sentir
vergenza con el fenmeno de auto-conciencia (un estado relacionado) que
podra ser tambin til y positivo (Broucek, 1982 y Lewis, 1992 citados en
Morrison, 2005).
Morrison (2005) rescata el argumento de Velasco (2005) en favor a la
vergenza como experiencia positiva que conlleva el crecimiento del self
cuando se refiere a la vergenza de existir, al dolor de estar solo, a la
mortificacin de verse a s mismo a travs de los ojos propios como a travs de
los ojos del otro (Sartre, 1956 citado en Morrison, 2005). En este sentido, se
compara el dolor de sentir vergenza que hace afirmar la propia existencia con
los pacientes que necesitan inflingirse una herida para sentirse vivos (Morrison,
2005).
129
Para Valedn (2002) la funcin sana o saludable de la vergenza promovera
la proteccin del yo cuando hay riesgos de que pueda hacer el ridculo (temor
al ridculo) al no exponerse a situaciones para las que no se siente preparado,
evitando as heridas narcisistas y que en algunos casos pudiera conllevar un
riesgo de muerte. Tambin seala como una funcin sana de la vergenza
cuando impulsa a superar una dificultad y/o obtener una habilidad o una meta,
que transforman al sin vergenza en hombre de vergenza, con pundonor,
que trata de realizar y cumplir las promesas que se ha hecho a s mismo y a los
dems en funcin de sus ideales y que contribuyen a su insercin en la
dinmica y valores de su entorno social (socializacin) con una disminucin
significativa de sus conflictos externos e internos al lograr sentirse bien dentro
de su propia piel.
Consideraciones desde la psicoterapia psicoanltica.
No hay esperanza de escapar de este encierro en este mundo si no a
travs del encuentro con otro con quien tengo que entrar de nuevo en el
mundo de la vergenza (Orange, 2005).
Orange (2005), cita a la psicoanalista y psicoterapeuta gestltica Lynne Jacobs
(1996) cuando seala que la situacin analtica es en s avergonzadota, dado
que usualmente el paciente necesita al analista/terapeuta ms de que lo que
ste necesita al paciente; que el acercarse a un analista/terapeuta significa que
algo est mal en s mismo; que el terapeuta se arriesga a un fallo humillante en
130
la profesin; que ambos corren el riesgo de que queden al descubierto
vulnerabilidades dolorosas y situaciones personales que pueden ser sentidos
como el sentimiento vergonzoso de ser malo, repulsivo, o un completo fracaso
como ser humano. Adems de que las terapias tradicionales han convertido al
analista/terapeuta en una autoridad experta que pretende conocer al paciente
mejor de lo que el paciente se conoce a s mismo, creando as una cultura de
vergenza. De manera similar, Ikonen, Echard y Echard (1993 citado en
Orange 2005) han apuntado que slo el admitir la necesidad de ayuda puede
ser insoportablemente humillante.
Por lo tanto, no es concebible un tratamiento psicoanaltico en el que no est
presente la vergenza y la no inclusin de la vergenza, como sentimiento
primario (como se considera a la culpa), puede llevar o haber llevado a
innumerables fracasos psicoteraputicos (Paz, 2005). Dependiendo de la
habilidad de cada pareja paciente-terapeuta se va creando un clima adecuado
en el que se van dando sucesivos atrevimientos (iniciativas) que pueden
generar vergenza y que la nueva experiencia del anlisis transforma: lo
sentido desde siempre como un defecto propio se puede sentir como algo
valioso a tener en cuenta ahora. De esta forma, se considera la vergenza
como un invitado esperado, no como un defecto de la persona a resolver o a
curar, un invitado esperado que recibirn juntos, analizado y analista, en la
medida en puedan ser ellos mismos (Orange, 2005).
La vergenza entonces, cuando puede ser compartida, se vuelve un factor
teraputico importante para la delineacin del self y para la reorganizacin de
131
los principios organizadores patgenos del paciente. El tratamiento
psicoanaltico trata este sentimiento de s devaluado a travs de la relacin,
atravesando la vergenza (Ciccone y Molet, 2005). El sentimiento de
vergenza, siempre que sea tolerable, puede, y debe, ser compartido en la
relacin analtica. Desde un punto de vista teraputico, la experiencia de la
vergenza, en un contexto relacional, puede representar un factor de
individuacin, una ocasin de crecimiento mental y de cambio, en cuanto que le
permite al paciente acercarse a la percepcin de ser (sentimiento de s), de ser
un sujeto con su propia especificidad. Considerar el sentimiento de vergenza
es, por lo tanto, primordial en el tratamiento la patologa del no ser: Ocupar
un lugar ideal en la mente de otro es, en realidad, no tener lugar (Velasco,
2005).
As tambin, hablar de vergenza significa que estamos en la habitacin de lo
ntimo (De Juan, s.f. citado en 1999 en Velasco, 2005) y la habitacin del
anlisis es un espacio adecuado para tratar de aquellas intimidades que van
con uno, que forman nuestra particular forma de ser (Velasco, 2005).
Este proceso es facilitado o impedido por la capacidad o propensin a la
vergenza del analista. Sin contacto con su propio universo de vergenzas no
es posible alcanzar el del paciente en forma suficientemente profunda. La
resonancia con el paciente puede generar vergenza en el terapeuta y tambin
la conviccin del fracaso del tratamiento. Adems pueden aparecer
sentimientos de vergenza en el analista frente a su comunidad profesional de
pertenencia y del analista frente a s mismo, considerando condiciones como
132
la enfermedad y el envejecimiento como posibles e importantes causas de
vergenza (Morrison, s.f. citado en Ciccone y Molet, 2005). La resonancia
intersubjetiva entre paciente y analista en relacin a los sentimientos de
vergenza no implica que el analista y el paciente creen juntos un universo
basado en la vergenza y la cupabilizacin y si esto sucede, es necesario
supervisar el caso.
La idea, ms bien es entrar de nuevo en el mundo de la vergenza con cada
paciente para salir de l (paciente y terapeuta) con nuevas capacidades
autorreguladoras para enfrentar la humillacin (Velasco, 2002 citado en
Velasco, 2005)
Por otra parte, cuando emergen sistemas de vergenza, buscamos a alguien a
quien culpar, por lo que el paciente y el analista pueden culparse uno al otro
por una vergenza no identificada ni reconocida en ese momento o retraerse
mutuamente evitando la vivencia, lo que puede paralizar el tratamiento y
destrozar la bsqueda de entendimiento, (Orange, 2005; Cicone y Molet, 2005)
Por esto, se sugiere el permiso8 como una salida para escapar del ciclo
vergenza culpa. El paciente suele sopesar constantemente las intervenciones
del terapeuta para calibrar si tiene permiso de tener esos sentimientos, metas y
necesidades que tiene, y cuando no encuentra ese permiso, a menudo asume
que no son adecuadas, por lo que se articula la vergenza.
8
El concepto de permiso desarrollado por el terapeuta gestltico Beisser en 1970, es tomado
por Jabobs (1996 citado en Orange 2005) quien seala que esta permisin es el permiso de
ser quien se es.
133
El generar permisin requiere que el terapeuta tolere su propia vergenza. En
general los pacientes se sienten avergonzados con el terapeuta en
determinados momentos, por lo que si el terapeuta puede comunicarse de
forma relativamente no defendido, estar alerta de su propio efecto
avergonzante y trabajar consistentemente para vislumbrar sus actitudes
defensivas cuando est impactando en el paciente, entonces puede aparecer
en escena un proceso de cambio (Jacobs, 1996 citado en Orange, 2005).
Por su parte, Morrison (2005) seala que el antdoto de la vergenza es la
aceptacin, as como el perdn lo es de la culpa. Como se dijo anteriormente,
la vergenza es la expresin del miedo a decepcionar que obstaculiza el
emerger de la autenticidad. La necesidad de aceptacin es inherente a la
condicin humana y es una de las necesidades ms primarias, que incluye la
necesidad de formar parte de un grupo, as como la necesidad de que nos
acepten con nuestra propia especificidad (Velasco, 2005). En terapia, el
paciente no est seguro de cmo le vamos a responder si es realmente
autntico, pero si consigue tolerar la vivencia de vulnerabilidad que surge
cuando se atreve a ser l mismo y se experiencia la vergenza es posible
investigar el bloqueo de la iniciativa a travs de esta experiencia de vergenza.
Entonces el paciente puede explicar su experiencia porque intuye y anticipa en
el terapeuta una respuesta que considerar sus vivencias como legtimas y no
como extraas y negativas otorgndole una valoracin negativa de su s
mismo. De sentirse el patito feo pasa a sentirse aceptado y validado en su
diferencia (Velasco, 2005).
134
Es relevante, entonces, tener iniciativa y poder estar solo, como un acto de
asertividad, de expresin de uno mismo y como fuente de orgullo para
contrarrestar la vergenza (cuando estar solo y mostrarse distinto a los dems
genera respeto a uno mismo) (Morrison, 1997 citado en Morrison, 2005),
aunque existe el peligro de que la iniciativa por s misma genere vergenza.
Como la vergenza es un reflejo de la pasividad que a uno lo hace sentir dbil,
frgil e impotente (Velasco, 2005), el esconder sentimientos que la persona
cree que podran traer problemas relacionales (por acomodacin patolgica, es
decir, inhibicin de la iniciativa), puede generar que se sienta avergonzado
(Morrison, 2005).
De acuerdo a la consideracin de la vergenza como un elemento central en la
terapia, la tarea analtica consiste en ayudar a los pacientes a moverse desde
la postura de evitacin o disociacin de los sentimientos de vergenza hacia la
postura de conciencia y manejo de este dolor en particular.9 Este paso
representa implcitamente un movimiento hacia la aceptacin y la toma de
conciencia del dolor y de la realidad que implica el participar en el mundo
(Morrison, 2005; Valedn, 2002; Velasco, 2005). Esta nueva conciencia es un
paso til para el manejo de la vergenza y constituye una contribucin
importante a la literatura psicoanaltica sobre la vergenza (Morrison, 2005),
porque la misma vergenza, as como el material que la causa, quedar
frecuentemente escondida y retirada del analista, particularmente por aquellos
pacientes con patologa narcisista. La vergenza debe ser buscada con
9
En trminos kleinianos, ste seria un ejemplo de cambiar de la posicin esquizo-paranoide a
la posicin depresiva.
135
paciencia por el analista-selfobject respetuoso, irla desanudando,
especialmente de la rabia narcisista del individuo vulnerable y disminuido
(Morrison, 1984, p. 501 citado en Orange, 2005 y Valedn, 2002). A esto aade
Valedn (2003) de que la tendencia al ocultamiento sucede con igual
intensidad y frecuencia en pacientes neurticos.
Al mismo tiempo, como decamos anteriormente, es importante considerar la
propia vergenza del analista, teniendo cuidado de no generar una mutua
colusin con el paciente para evitar enfrentarse con la vergenza (Ciccone y
Molet, 2005), retrayndose el uno del otro o culpndose mutuamente por una
vergenza no identificada y reconocida insuficientemente en ese momento.
(Velasco, 2005).
En este contexto, la flexibilidad y la empata se destacan como caractersticas
esenciales del analista para facilitar el hablar de aquello que no se acostumbra
a hablar con nadie en ningn contexto y que estaba incrementando
internamente el substrato de vergenza (Velasco, 2005). Dado que debajo de
un sentimiento de s devaluado existi un desencuentro emocional
insuficientemente considerado, una actitud de respeto hacia el paciente (tanto
como hacia s mismo), junto con una validacin mutua son antdotos para los
substratos de la vergenza (Velasco, 2005).
La escucha emptica y comprensiva hace que la vergenza sea ms tolerable
y no se tenga que actuar en forma de replegamiento (Winnicot, 1945 y Stern,
1997 citados en Velasco, 2005) o en forma de rabia (Kohut, 1984 citado en
136
Velasco, 2005, se refiere a esto como la rabia narcisista). Entonces se
desarrolla la subjetivacin en el paciente, que se siente ms lleno de s, con
ms afectos conscientes, ms integrado, por lo que los momentos de
vergenza experienciados en una relacin confiable son momentos de
progreso, no retrocesos, ni impedimentos, ni resistencias. Al contrario, los
momentos de vergenza son una seal de que el sistema intersubjetivo
analista-paciente amplia los horizontes experienciales (Velasco, 2005).
Orange (2005) seala que tal vez el ms sutil, pero a la vez el ms poderoso
caza vergenzas es el incansable inters en la experiencia del paciente, ya que
sin explicitarlo se le manifiesta que es merecedor de una mirada respetuosa
por parte de los dems y que el ser quien se es no es una vergenza, sin
importar lo mucho que se haya organizado en torno a sus sentimientos de
inadecuacin, maldad o fracaso.
Entonces, a travs del sentimiento de vergenza vivido en la relacin confiable
del anlisis, es posible reconstruir un sentimiento de s devaluado, teniendo en
cuenta el contexto relacional de donde surge este afecto.
Hasta este punto, el enfoque analtico es relativamente semejante (aunque con
conceptos distintos) al enfoque gestltico. Sin embargo, desde el enfoque
analtico es til diferenciar el momento de vergenza experienciado en la
sesin teraputica de los mundos de vergenza que lo han podido originar (lo
que Orange (2005) llama el substrato de vergenza). La vivencia que se abre
a la relacin a travs de la vergenza tiene valor teraputico, pero se prioriza el
137
substrato del paciente adems de identificar el propio (el del analista) para
comprender el origen de esos momentos de vergenza (Velasco, 2005).
Una de las metas en el tratamiento de los sentimientos de vergenza es el
ayudar al paciente a entender la fuente de este sentimiento de impotencia para
que pueda revertir este impasse frente a un otro que puede responder con
compasin y aceptacin (a diferencia de las experiencias tempranas en que la
prdida del amor y el fracaso dejaron como secuela un dao permanente del
sentimiento de s, en calidad de cicatriz narcisista), llevando al paciente a la
conformacin de estructuras complementarias o compensatorias de los dficits
que quedaron en el desarrollo original (Paz, 2005).
El reto es que el paciente se arriesgue a tomar la iniciativa y emprenda la
accin que le permita expresar sus necesidades. Esto le dara la oportunidad
de darse cuenta de que, al contrario de lo que esperaba, su deseo no es slo
entendido y validado, sino que tambin por el hecho de haber corrido el riesgo
de expresarlo puede sentirse orgulloso (Orange, 2005; Paz, 2005; Velasco,
2005). El despliegue de necesidades, que antes poda generar burla, ahora es
aceptado con respeto y con el tiempo, este tipo de experiencias ayudara a que
el paciente pueda erradicar sentimientos de vergenza previamente asociados
con la expresin de necesidades (Morrison, 2005).
Para terminar este apartado y por su relacin con la dialctica de polaridades
me parece conveniente retomar la idea de Morrison (2005) de que el
narcisismo representa todos los aspectos del sentimiento de s, teniendo su
138
base en el anhelo de ser considerado nico, especial para alguien significativo.
El narcisismo se expresa en dos polos: el polo expansivo y grandioso que
enfatiza la independencia y la autonoma; y el polo contrado y pequeo en el
cual el self se vuelve diminuto e intenta desaparecer. Estos polos al ser ideales,
son imposibles de alcanzar y por lo tanto generan vergenza. Lo ms usual es
que los dos alternen de una posicin a otra en la misma persona y a menudo,
durante la misma sesin teraputica. La naturaleza de la vergenza vivida
ser diferente segn el polo narcisista en que se encuentre el paciente y
requiere diferentes nfasis empticos de un terapeuta sensible (Morrison,
2005).
139
5.2.2 Revisin conceptual y terica de la vergenza desde una
perspectiva gestltica.
Creo que ningn tema clnico individual podra tener un efecto tan sano
en la prctica de la terapia gestltica como el concepto de vergenza, si
fuera asimilado a la actividad de los terapeutas gestlticos (Yontef,
1995, p. 455).
Para Yontef (1995 y 1997), la vergenza es una de las experiencias ms
comunes y menos comprendidas en terapia. Muchos clnicos no saben
reconocerla ni en los pacientes ni en s mismos, pese a que acta como una
fuerza intensa, que socava la confianza y la identificacin con el propio self;
debilita la autoestima, inhibe la interaccin social y acenta la rigidez y las
posturas defensivas.
Al trabajar el tema de la vergenza, una de las primeras dificultades que surge
es el uso del vocabulario, ya que an cuando hay muchas palabras que
describen aspectos del proceso de vergenza, la palabra clave "vergenza" no
se usa con frecuencia y los aspectos conocidos de la vergenza no se
conectan preceptivamente con el proceso central del s mismo. Las personas
que tienden a la vergenza comnmente se dirigen muchos insultos a s
mismos que denotan procesos de vergenza con palabras como: sin derecho
a, debilidad, humillacin, incompetencia, inadecuacin, tontera, estupidez,
torpeza, estar expuesto, desnudo, insuficiencia, etctera (Yontef, 1995, p.
456). Estas autoacusaciones no son percibidas como una expresin directa y
140
notoria de vergenza, sino que son tratadas como hechos comprobables. Los
sentimientos de vergenza se pueden deber a un defecto o sentimiento de
inferioridad basada en casi cualquier aspecto de la vida, ya sea aspectos
especficos o generales, como por ejemplo, un criterio de competencia
sumamente alto, un s mismo ideal neurtico perfeccionista u obsesivo, o una
grandiosidad narcisista (Yontef, 1995).
La vergenza es indicativa de la dependencia del campo, es una reaccin a los
afectos y necesidades primarias, como el amor, aceptacin, atencin,
reconocimiento o desarrollo y desde un paradigma individualista, donde se
valora el autosoporte o la autosuficiencia, esa dependencia del campo es
considerada como debilidad. Por lo tanto, el slo hecho de tener y/o expresar
esas necesidades y afectos implicara que la persona es inadecuada,
incompetente, defectuosa, no querible e indigno de respeto (Wheeler, 2005).
Desde un paradigma individualista, la vergenza era considerada vergonzosa
en si misma, tanto si se interpretaba como un fenmeno de transferencia
regresivo en psicoanlisis, o si era vista como fracaso en el autoapoyo y una
manipulacin (Yontef, 1997) En ese contexto, aunque el logro del aparente
autosoporte estaba en gran parte motivado por la vergenza, sta en si misma
pasaba inadvertida (Wheeler, 1995).
En contraste, el campo de aplicacin de la terapia gestalt considera a todos los
organismos vivientes como interdependientes y existiendo en marcos de
interrelaciones configurados, a su vez, por necesidades (Yontef, 1997). En este
contexto, la necesidad de ser visto, aceptado y comprendido desde adentro por
141
otra persona es un elemento dinmico crucial del s mismo en el campo
vivencial. Sin un otro que brinde el apoyo necesario, las soluciones adaptativas
son menos atractivas, ms constrictivas e intiles como plataforma para una
futura flexibilidad y crecimiento (Wheeler, 2005).
Para Lee (1995 citado en Wheeler, 2005) la vergenza siempre est asociada
con el deseo, ya que cada vez que una necesidad o anhelo importante del
mundo interior no encuentra ni logra una solucin, resonancia o
correspondencia satisfactoria en el mundo exterior, sentimos vergenza o
humillacin.
Segn este modelo, la vergenza no es tanto la sensacin de un fracaso
personal (aunque desde luego lo incluye), como el afecto y la seal de un
campo que se resiste a ser integrado (Wheeler, 2005, p.193-194). En otras
palabras, no logramos que la otra persona nos vea, confe en nosotros o nos
comprenda: es una situacin en que nuestros mundos interno y externo no
pueden integrarse porque el campo externo se aparta, dejndonos expuestos y
con la sensacin de que nuestra necesidad o estado interior no es deseado ni
aceptable (a diferencia del modelo antiguo que seala que la ruptura se
relaciona con la propia incapacidad de hacer algo). Por lo tanto, la vergenza,
fenomenolgicamente hablando, ser sentida no en la medida de nuestro
fracaso objetivo, sino en proporcin a cunto nos importa la revelacin en
cuestin, la resonancia e integracin particular que estamos tratando de lograr
(Wheeler, 2005, p.195). De este modo, el yo vivenciado se empequeece y el
142
potencial para nuevas exploraciones y expresiones se limita. Por eso se habla
de la vergenza como una inhibicin del proceso del yo.
Adems, por definicin los sentimientos de vergenza se relacionan con
soledad, con partes del s mismo que buscan ser atendidas y acogidas en el
campo para usar ese campo y ese encuentro en la organizacin de la nueva
experiencia del s mismo, que es el crecimiento del s mismo. Para Wheeler
(2005) no es necesario que estos aspectos sean aceptados, sino que basta con
que sean atendidos y acogidos, que sean vistos, conocidos, y que se
enganche con ellos de alguna manera, aunque sea por diferenciacin u
oposicin.
Si bien se habla de que ninguna emocin es tan desorganizadora como la
vergenza, y de que a diferencia de otras emociones, pareciera no ser
funcional, los estados menos intensos de la vergenza (timidez, negatividad,
frustracin, rechazo, etc.) pueden servir en ciertos momentos para organizar
nuestras experiencias y conductas al sealarnos que debemos detenernos,
reevaluar, encontrar ms fundamentos o base para la figura de nuestra accin
o deseo, buscar apoyos, esperar, etc. En otras palabras, el aspecto funcional
de los estados de vergenza es la informacin en el campo, es el ser una seal
para detenerse y rearmarse cuando la necesidad o deseo no puede ser
satisfecho en el momento (Wheeler y Lee, 1996 citado en Wheeler, 2005).
Entonces, los aspectos fundamentales e incluso necesarios de la vergenza se
pueden considerar un componente ms de nuestro equipamiento afectivo que
nos permite sobrevivir como seres sociales. La vergenza emerge como
143
nuestro barrido afectivo esencial para detectar y medir el apoyo disponible del
campo (Wheeler, 2005, p. 205).
Relacin con la culpa.
Desde la gestalt, se considera que ambos sentimientos, culpa y vergenza, son
reacciones negativas al s mismo frente a la aculturacin. Como se ha dicho, la
vergenza es el sentimiento que acompaa a la experiencia de no estar bien"
y/o "no ser suficientemente apto", en cambio la culpa es el sentimiento que
acompaa a la experiencia de hacer mal, herir a alguien, o violar algn cdigo
moral o legal. En otras palabras, el sentimiento de culpabilidad est vinculado
al acto, mientras que el sentimiento de vergenza est vinculado al ser. La
sancin por la culpa es el castigo, que en trminos arquetpicos es la
mutilacin. En la situacin de vergenza, en cambio, si hay amenaza de
castigo o al menos una proyeccin de amenaza de castigo, es la de una
privacin emocional, es decir, el abandono, que vara desde el alejamiento de
personas significativas, al abandono fsico o incluso el destierro (Yontef, 1995;
Robine, 2005).
Robine (2005) rechaza la idea de que la vergenza pudiera suponer la
ausencia o cuasi ausencia de un otro (por oposicin a la referencia a un
prjimo herido en la culpabilidad). Para l, tomando la idea de Sartre en El ser
y la nada, el prjimo es el mediador indispensable entre yo y yo mismo. En ese
sentido, tengo vergenza de mi tal como me muestro al otro. La vergenza
144
supone ser visto y estar conciente de que otras personas nos miran: en una
palabra, que uno estorba. Uno es visible y no est preparado para ser visto,
(Robine, 2005, p. 154).
Tanto la vergenza como la culpa pueden basarse en un sentido maduro y
asimilado de uno mismo, que podra llamarse autntico; o basarse en normas
introyectadas que provocan reacciones ms o menos inautnticas o no
organsmicas. La culpa autntica, es decir, un sentimiento de responsabilidad,
arrepentimiento y remordimiento al herir a alguien, requiere empata con otros y
un sentido ms maduro de valores personales integrados. Si la culpa es
autntica e intensa, a menudo se llega a la vergenza, ya que realizar actos
que generen culpa significa ser el tipo de persona que se comporta
ofensivamente (Yontef, 1995).
Yontef (1995) plantea un nexo vergenza-culpa que consiste en que si una
persona evita los sentimientos de culpa, al no expresarlos ella misma y los
dems la considerarn inadecuada (vergenza). A menudo la experiencia de
culpa se usa para evitar la experiencia de vergenza, y viceversa. Algunos
pacientes se quejan de ser sexualmente inadecuados, pero prefieren morir que
admitir que tienen actitudes moralistas, puritanas o victorianas acerca del sexo.
Despus de todo, se supone que uno debe ser liberado (Yontef, 1995, p. 463-
464).
145
Dentro del sistema culpa-vergenza frecuentemente no hay otra salida que
interrumpir, exponer e interferir el sistema que deja al individuo sin otra opcin
que sentirse mal o inadecuado.
Orgenes.
Toda forma de amor no correspondido genera vergenza (Yontef,
1995, p. 459).
Para Humberto Maturana, (citado en Vaccani, 2009), nacemos amorosos, pero
la confianza bsica dada por el amor, en el proceso de crecer se ve traicionada
con exigencias, expectativas, juicios, mandatos y la persona se va encontrando
restringida en el no ser visto. Yontef (1997) seala que un sentido de
vergenza que permanece a travs de los aos (una autorregulacin basada
en la vergenza) se desarrolla en un contexto ambiental donde el nio no es
reconocido, aceptado, amado y respetado por ser quien realmente es,
incluyendo sus reas ms deficitarias.
Existe un acuerdo con la visin psicoanaltica en que la vergenza se basa en
los primeros esfuerzos y experiencias interpersonales de la primera niez y la
infancia, remontndose a una edad previa a la memoria clara y se basa en los
primeros esfuerzos y experiencias interpersonales del nio. Yontef (1995 y
1997) agrega que como el proceso de la vergenza empieza antes del darse
cuenta verbal, estos sentimientos de vergenza no estn en la conciencia, no
son parte del darse cuenta verbal o slo lo son difusamente.
146
Como es sabido, la familia transmite las expectativas culturales, tnicas,
religiosas y familiares y tambin expresa qu afectos son adecuados y
bienvenidos en ese sistema, adems de los estilos emocionales y de
comunicacin preferidos. Este proceso de formacin social puede hacerse con
un mensaje de amor, respeto y aceptacin por la persona total del nio o, por el
contrario, este proceso de aculturacin puede generar un sentido patolgico de
vergenza o culpa personal (Yontef, 1995). Cuando las interacciones con los
padres son agobiantes (ya sea demasiado fras o tambin demasiado efusivas)
los nios se sienten confundidos y abrumados y construyen una explicacin,
normalmente no articulada en la conciencia, por la que ellos mismos se creen
la causa del problema por ser defectuosos, gravosos y/o indignos de ser
amados o respetados, y solamente podran cambiar la situacin si se
esforzaran ms y lo hicieran mejor. El nio se desva y se identifica con un self
ideal y no con el que realmente posee (Yontef, 1997).
Principalmente hay dos tipos de sistemas familiares que inducen vergenza. En
el primer tipo la vergenza se induce en forma abierta y severa, con sistemas
castigadores de regulacin que prestan poca atencin a las necesidades
emocionales de sus miembros y cuyos lmites son inflexibles o bien
extremadamente viscosos y permeables. A menudo este sistema familiar
genera un paciente adulto con serias alteraciones narcisistas o limtrofes (El
trabajo con la vergenza en este caso se subordina al tratamiento de estas
alteraciones). En el segundo tipo, el proceso de vergenza es ms sutil e
indirecto, con un mensaje encubierto en que la vergenza est enclavada en
147
interacciones que supuestamente expresan preocupacin, existiendo una
discrepancia entre el mensaje verbal (positivo, objetivo, ej: "por tu propio bien")
y el no verbal subyacente que induce vergenza ("s que puedes hacerlo
mejor" lo que podra estar expresando que "no es suficientemente apto"). En
este tipo hay un sutil abandono, una desconexin del vnculo que conecta al
nio con sus padres y que le permite saber que l est bien, que es querido y
que est a salvo (Yontef, 1995).
As, a medida que el nio va creciendo, esta matriz interpersonal puede apoyar,
intensificar o interferir con las propias funciones del nio. Desde el punto de
vista del desarrollo, la estructura del campo interactivo de la infancia se
convierte en el mundo interior de la persona, es decir, la estructura del campo
de la familia se convierte en la estructura inconsciente del nio (Mc Conville,
1995 citado en Wheeler, 2005). As, las primeras interacciones familiares
pueden apoyar la formacin del s mismo para que el nio pueda identificarse
con su figura formadora, figura que valora el contacto y las diferencias (un
testigo compasivo para Wheeler, 2005) o pueden interrumpir el sentido total
de formacin del s mismo, dejando al nio con una reaccin negativa frente a
s mismo como un todo (Yontef, 1995). La escisin del campo interno/externo
no puede ser superada, al menos por el s mismo del nio, y se integra al
desarrollo del yo y del proceso del yo en transcurso como una escisin en el
mundo interior (Wheeler, 2005, p. 208). La vergenza existencial se desarrolla
entonces cuando el nio aprende a no identificarse con su self manifiesto para
as alcanzar alguna forma de vnculo interpersonal (Yontef, 1997). Es
importante destacar en este punto que para Wheeler (2005), la sensacin de
148
vergenza, inadecuacin y soledad se hubiera subsanado teniendo a alguien
que cumpliera el rol de testigo compasivo y que brindara el soporte necesario
(Wheeler, 2005).
Tipos de vergenza.
Vergenza situacional.
La vergenza en una determinada situacin (momento de vergenza para
Orange, 2005) se caracteriza por ser una reaccin instantnea, asociada a una
situacin especfica de fracaso, debilidad o comportamiento inadecuado. De
acuerdo a Levy (2000), en una situacin de vergenza, siempre aparecen los
siguientes componentes funcionales:
a) Una performance, en el sentido de la habilidad con que se lleva a cabo
una accin o una tarea.
b) Una imagen valorada que la persona siente que el grupo ya tiene acerca
de ella o bien ella aspira a producir. Esto puede corresponder al ideal del yo o a
la polaridad que se valora.
c) Se produce un fallo en la accin que, de forma imprevista, muestra
pblicamente un aspecto muy alejado de esa imagen, es decir, un hecho que
haga que la persona piense que ese aspecto ha quedado expuesto.
d) Un avergonzador que al enterarse de ese fallo, lo difunde, se burla y
marca el contraste con el rol valorado.
149
e) El avergonzado que no puede integrar esos dos aspectos. Su accin, el
hecho o performance aniquila el reconocimiento y el cario que haba logrado
y su autovaloracin10.
Sin embargo a menudo, reacciones de vergenza especficas, y tambin de
culpa, son slo el hilo conductor de reacciones ms permanentes intensas y
profundamente arraigadas al sentido total del s mismo (Yontef, 1995, p. 455).
Vergenza existencial o autorregulacin basada en la vergenza.
Hay personas que presentan una orientacin a la vergenza, en quienes las
situaciones puntuales de vergenza conllevan automtica e instantneamente
a una vergenza existencial o primaria (semejante al substrato de vergenza
de Orange, 2005). En este caso, la vergenza en situaciones puntuales es slo
la punta del iceberg de una reaccin del self ms global, profundamente
asentada e intensa, en las que se ve cuestionado el derecho a ser, as como
son los dems (Yontef, 1997). De acuerdo a Wheeler (2005, p. 198):
Cuando intentamos permanecer con la sensacin de vergenza, sta,
rpidamente se transforma en una afirmacin sobre uno mismo, desde
10
Levy no considera explcitamente en este texto las manifestaciones ms sutiles de
vergenza, en que, por ejemplo, el elemento avergonzador puede ser una proyeccin de un
juicio interno; o que la falla en la ejecucin no sea pblica y sea gatillada a raz de un juicio,
comentario discriminador que haga manifiesto lo que la persona no se permite: el polo negado
que es mejor ocultar y que genera avergenza.
150
algo que hago a algo que soy. As, inevitablemente llegamos a la
afirmacin fundamental del s mismo que significa la vergenza primaria,
esencial, que subyace a todas las experiencias ms momentneas de
vergenza: este no es mi mundo. No nac para l ni de l, no hay lugar
para m, mis sentimientos, mis vivencias y necesidades.
La vergenza existencial entonces, es aqulla que no est limitada a un
comportamiento, debilidad o situacin particular, sino que es una atribucin
esencial de la persona. La vergenza existencial se activa cuando un hecho
particular se convierte en una imperfeccin que a su vez se torna en yo soy
imperfecto. Para las personas orientadas hacia la vergenza, cualquier
exposicin y especialmente cuando es percibida como inadecuada o negativa,
hace surgir una intensa energa afectiva que es casi intolerable. De esta forma,
una falta llega a ser una imperfeccin especfica, que a su vez se transforma en
una cualidad de la persona total: soy una persona defectuosa. Esta conducta
es virtualmente automtica en gente orientada hacia la vergenza, y es
profundamente preverbal, procesndose en la conciencia en un segundo plano
de manera rudimentaria (Yontef, 1997).
Tambin se puede encontrar vergenza mezclada con otras emociones.
Wheeler (2005) seala que la vergenza puede desorganizar de varias
maneras nuestra experiencia y conducta, a diferencia de los dems afectos
bsicos que por lo general funcionan para organizar y orientar nuestras
respuestas en el campo, aunque cada uno de ellos tiene el potencial de llevar a
la desorganizacin (Tomkins, s.f., Kaufman, s.f. y Lee s.f., citados en Wheeler,
151
2005). As, por ejemplo, la rabia, que moviliza y organiza nuestra energa para
acciones importantes, cuando se acompaa de vergenza profunda, se
convierte en ira, la que moviliza sin organizar. Wheeler (2005) seala que la
desorganizacin extrema de una emocin, se activa combinando sta con
sentimientos de vergenza profunda.
Adems, como la vergenza es un medio de control social que protege los
lmites de lo privado para el self y para otros, podemos hablar de una
vergenza ms apropiada, razonable y socialmente productiva, como por
ejemplo, cuando es situacional ms que global. La vergenza existencial
exagerada o su opuesto, la desvergenza, crea dificultades en el entorno
(Yontef, 1997).
5.2.3 Propuestas de descripcin del fenmeno de la vergenza
desde una perspectiva gestltica: autorregulacin organsmica,
interrupcin del ciclo de la experiencia, mecanismos de evitacin de
contacto/retirada, polarizacin, transferencia / contratransferencia.
As, desde la aurora mitolgica de nuestra condicin de Seres Humanos,
estn asociados con la experiencia de la vergenza: conciencia,
conocimiento, mirada del prjimo, seduccin, deseo, desnudez, ruptura
de confluencia, introyeccin, proyeccin, culpabilidad fenmenos que
el Hombre llama vivir. (Robine, 2005, p. 152).
152
5.2.3.1 Vergenza en proceso: interrupciones en el contacto y
mecanismos evitacin.
En el enfoque gestltico, la vergenza puede servir como una seal de que el
estado de conexin y los lmites entre yo y mi mundo estn amenazados o
necesitan atencin (Lee, 1996). La culpa y vergenza sanas, como todas las
emociones, son experiencias que pasan por el ciclo figura fondo (ciclo de la
experiencia o ciclo de las necesidades). En otros casos, sin embargo, el
proceso de autorregulacin se basa en la vergenza, por lo que la persona
finalmente se estructura en base a ella.
En estados sanos los sentimientos de vergenza y culpa son ms bien
situacionales y no globales, se generan a raz de condiciones actuales en el
campo organismo/ambiente, no son negados, ni se sufre la autoaniquilacin.
De esta forma,
la persona como un todo no es condenada por transgresiones pequeas
y la autoestima no se pierde por completo debido a debilidades
personales especficas. Al intensificarse el contacto, se toman medidas
adecuadas y plenamente comprometidas (contacto final). Esto incluye
reparar los daos y reconocer los lmites (Yontef, 1995, p. 471).
La vergenza puede surgir por una sensacin de rechazo real o imaginaria, por
la sensacin de exposicin de un anhelo que creemos inapropiado o ms de lo
que merecemos, ante otros o ante nosotros mismos. La vergenza puede ser
gatillada por decir algo que consideramos estpido, que evoca un juicio
153
autocrtico o cuando queremos contacto (ntimo, sexual o de otro tipo) y
descubrimos que nuestro compaero no, o viceversa (Lee, 1996).
A continuacin, se ilustra a travs de un ejemplo lo que podra ser el ciclo de la
experiencia a raz de una situacin de vergenza, y que por lo tanto, es
integrada como experiencia, es decir, una vergenza sana para el organismo:
Un buen alumno11 debe hacer una disertacin en el ramo en que le va mejor,
delante de sus compaeros y profesora que reconocen su manejo del tema. l
se siente confiado. Luego de la presentacin, la profesora le da
retroalimentacin frente a los dems y le seala que se nota su falta de
preparacin, ya que se tom muy relajadamente la actividad y que ella
esperaba ms de l.
1.- Sensacin: sorpresa, presin en el pecho, angustia, rabia.
2.- Conciencia: Vergenza por haberlo hecho mal delante de mis compaeros.
Rabia por que no saba como hacerlo. Me importa lo que piense de m. No
quiero dejar de ser bien evaluado por mi profesora.
3.- Energizacin: aumento de energa emocional, enrojecimiento, sube la
temperatura, contraccin, cae la cabeza, esto es importante, necesito hacer
algo
4.- Accin: empiezo a movilizar mis recursos para resolver esta situacin
5.- Contacto: con mis lmites y recursos. voy a aplicar todo esto y mejorar
para la prxima. Me hago responsable, me importa lo que piensen ellos de m
11
Buen alumno en el sentido de alguien que es bien evaluado por sus profesores y cumple con
sus deberes en el mbito acadmico.
154
(pertenencia). Tengo confianza en mis recursos para hacerlo. Si no me preparo
puede que lo haga mal, pero la prxima vez me preparar bien y har una
buena presentacin (testigo ntimo interno). Explico que no saba qu se
esperaba de m en la evaluacin, pero que para la prxima vez lo har mejor.
La profesora acepta esto, no cuestiona ni devala (testigo ntimo).
6.- Consumacin: Con esta resolucin baja la activacin y es posible cerrar la
experiencia ya que no hay un compromiso del self.
Si la vergenza, a pesar de todos sus efectos potencialmente devastadores,
pasa por el ciclo de autorregulacin, corresponde entonces a una experiencia
adaptativa, organsmica y da cuenta de algn tipo de necesidad que se puede
satisfacer a travs del contacto-retirada. De este modo, la vergenza responde
a la necesidad social de proteger los lmites de lo privado para el self y para
otros, definiendo el comportamiento adecuado y el lmite de lo privado y lo
pblico. Desalienta al fracaso, gratifica y anima la consecucin de xitos, los
aciertos, el sacrificio en la consecucin de objetivos, y preserva la dignidad
(Yontef, 1997, 37). De esta forma, la vergenza puede ser razonable,
apropiada y socialmente productiva.
En el ejemplo, el sujeto toma contacto con sus lmites, al reconocer que si no
se prepara bien, ser mal evaluado (no es omnipotente, no es inmune a la
crtica). Al mismo tiempo, toma contacto con sus recursos, al darse cuenta de
que tiene las habilidades necesarias para resolver bien la situacin la prxima
vez. Finalmente, toma contacto con su deseo de pertenencia, al darse cuenta
de que le importa el ser bien visto por la profesora y estar en el grupo de los
155
mateos. Entonces, la vergenza se resuelve tomando contacto con un sentido
de s mismo con lmites y recursos, y con un campo interpersonal que por un
lado ofrece reconocimiento y valoracin, pero por otro lado exige ciertas cosas
para poder pertenecer.
Todas las personas, entonces, pasan por momentos de vergenza que pueden
desorganizar su vida un tiempo, pero son capaces de integrar esta vivencia sin
mayor compromiso del self, segn la tendencia natural a moverse para integrar
el campo en su totalidad de la manera ms coherente y til posible. Cuando
existe un rea que no es posible integrar o que no sirve, no se permanece en
eso y se generan estrategias para evitar contactarse y, por lo tanto, no entrar
en un proceso de vergenza. Si se permaneciera en esta experiencia tan
dolorosa sin el apoyo intersubjetivo (real o imaginario que sera lo que marcara
la diferencia), el resultado, como se ha dicho anteriormente, sera desastroso,
pudiendo ser que estos sentimientos incesantes, inevitables y sostenidos de
vergenza y humillacin intensas pueden estar en la raz de la mayor parte de
los suicidios (Wheeler, 1996 citado en Wheeler, 2005).
Mecanismos de evitacin de contacto.
Como ya se ha sealado, algunas personas se estructuran en base a la
vergenza, en los que a veces los mecanismos de evitacin son tan fuertes
que los pacientes descubren su vergenza indirectamente en lugar de sentirlo
directa y conscientemente (Yontef, 1995, p. 456). La rigidizacin de estos
156
mecanismos podra dar cuenta de una persona tendiente o estructurada en la
vergenza.
A continuacin describiremos algunos mecanismos de evitacin de contacto y
como funcionan especficamente en el caso de la experiencia de vergenza.
Introyeccin.
Al exigir identificacin y sumisin a una autoimagen, las expectativas
neurticas de la sociedad disocian an ms al individuo de su propia
naturaleza. El primer y ltimo problema para el individuo es integrarse
por dentro y, con todo, ser aceptado por la sociedad (Perls, 1978, p.
12).
Perls designaba a la vergenza, al apuro, el malestar y el miedo como los
Quislings12 del organismo, ya que estos afectos restringen las expresiones
del individuo y se transforman en represiones (al igual que este poltico que se
identificaba con el enemigo y no con su pueblo) (Robine, 2005, p. 162).
Los ideales culturales que son transmitidos por la familia, pueden ser
introyectados y transformarse en deber ser, en un ideal del yo con que se
compara al propio self (Morrison, 2005; Yontef, 1995).
12
Quisling: poltico Noruego que solicit a Hitler la ocupacin de Noruega, lo que le permiti
posteriormente proclamarse 1er ministro.
157
Al responder a los debera, el individuo juega un rol que no se basa en
sus necesidades genuinas. Se torna falso y fbico. Se resiste a ver sus
limitaciones y representa roles que no responden a su propio potencial
() Construye un ideal imaginario de como debera ser y no como
realmente es. El concepto de perfeccin es uno de esos ideales. Las
exigencias de perfeccin lo limitan en su capacidad para funcionar
consigo mismo, como en la situacin teraputica y en otras situaciones
sociales (Perls, 1978, p. 13).
Entonces, si la comparacin del yo real con el ideal perjudica al yo real, se
estara hablando de una vergenza basada en la introyeccin. Las personas
con tendencia a la vergenza se comparan con este s mismo ideal y se
identifican ms con l que con la experiencia real de s mismas, es decir, se
experiencia la vergenza en la medida en existe una discrepancia con el ideal.
Sin embargo no es raro que por medio de la terapia, los pacientes descubran
que no les agradan las personas que se ajustan a su s mismo ideal (Yontef,
1995, p. 466). La autoimagen ideal de las personas con tendencia a la
vergenza generalmente es rgida y permite slo una estrecha gama de
rasgos.
Desde el enfoque gestltico de la vergenza es necesario entonces considerar
el origen pasado (all y entonces) como fondo que matiza la figura de la
experiencia actual de vergenza, ya que durante la infancia la vergenza es
producida por personas del mundo externo que adoptan la actitud de
avergonzadores y que al crecer se internaliza ese rol, se introyectan los deber
158
ser y comienza a instalarse como un avergonzador interno (Levy, 2000); el
juez que devala a la persona pasa a ser ahora una voz interna (Miller, 2010).
Es importante destacar tambin, en cuanto a los ideales culturales, que las
sociedades orientadas a la vergenza a menudo ensean que el control es
digno de orgullo y la falta de "autocontrol", motivo de vergenza (Yontef, 1995,
p. 460). Por lo tanto,
si valerse por s mismo es el ideal, cualquier apoyo o apuntalamiento
que provenga del otro, del ambiente estar asociado a debilidad o
incluso fracaso: el fracaso de no poder hacerlo completamente solo, el
fracaso que significa necesitar a otros en vez de lograrlo en forma
completamente independiente (Wheeler, 2005, p. 160).
Se genera as el deseo que produce ms vergenza si no ha sido legitimado
que es: tengo vergenza de que se advierta mi deseo de expresarme, de
mostrarme y de hacerlo bien, para lograr que me acepten, me reconozcan, me
quieran o me admiren (Levy, 2000, p. 142).
Proyeccin.
La capacidad de percibir e interpretar los propios mundos subjetivos es propia
de los seres humanos y as evaluamos y predecimos continuamente qu apoyo
o soporte estar disponible en el campo, lo cual se transforma en una gua para
159
actuar de acuerdo a lo que creemos idneo para tener xito y satisfaccin
(Wheeler, 2005).
Por lo tanto, de acuerdo a estas expectativas de apoyo en el campo es que se
esconde una parte de uno mismo, ya que si se permitiera que ese rasgo sea
visto, sera tomado por lo que es y eso no es lo deseado. Mis expectativas
son: ser enjuiciado, desdeado, rechazado o, en todo caso, no ser acogido y
sostenido en el campo, lo que significa que ser considerado como parte ma
(Wheeler, 2005, p. 228).
Como ser visto implica exponerse, las personas con tendencia a la vergenza
proyectan sus propios ojos crticos y esperan ser consideradas deficientes. Ser
visto significa no tener un escudo, no poder esconderse, no tener mscaras ni
privacidad. Por esto a los individuos con tendencia a la vergenza les
incomoda mirar o ser mirados, desconocen lo que sus ojos ven, generalmente
mediante la proyeccin. Naturalmente esto empeora en un ambiente inseguro,
crtico, es decir, inductor de la vergenza.
Para Robine (2005), puede parecer que la proyeccin es el fenmeno de
frontera ms utilizado en la vergenza, ligada a una proyeccin del asco del
otro, siendo el posible contenido de esa proyeccin algo as como:
tal como soy no podr ser introyectado por el prjimo. Ya sea que el tal
como soy ataa al grano en la nariz, a la exposicin de mis genitales o
a un sentimiento de no-valor de m mismo (lo que cubre experiencias de
vergenza extremadamente diversas segn casi todos los autores), yo
160
considero que no puedo ser introyectado por el otro. (Robine, 2005, p.
160-161).
Lo insuficientemente bueno que soy o pienso ser, se convierte en
insuficientemente bueno para ser introyectado, o sea, apropiado apreciado,
querido, etc. (Robine, 2005). De esta forma, las personas con tendencia a la
vergenza a menudo se sienten indignos de ser tocados, o sienten que si una
persona los toca, descubrir que son agobiante, desagradable o incluso txico.
Por lo tanto, se sienten perturbados al ser vistos o tocados, o al darse cuenta
que desean ser vistos o tocados (Yontef, 1995).
Cuando las personas con tendencia a la vergenza se autojustifican, son
hipcritas y atacan o desprecian a los dems, se estn defendiendo mediante
la proyeccin de un sentimiento de vergenza ms profundo e importante. Esta
proteccin se construye debido a la falta de confianza en s mismas y a la falta
de identificacin afectiva con su actual s mismo, pero es ineficaz porque
usualmente no disminuye el sentimiento de vergenza, no ayuda a enfrentar la
situacin y aliena a las personas (Yontef, 1995).
Retroflexin.
A falta de no poder forzar al mundo a que no lo mire, a falta de no poder
destruir los ojos del mundo, el avergonzado desea ser invisible (Robine,
2005, p.162).
161
Block Lewis (1971 citada en Robine, 2005) seala que la vergenza aparece
muy ligada a la hostilidad dirigida contra s mismo, mientras que en la
culpabilidad, la hostilidad poda estar dirigida tanto hacia s mismo como hacia
el exterior.
La vergenza es preferentemente algo que le sucede a uno con uno mismo
(Paz, 2005) y esa energa volcada hacia s mismo, en gestalt nos habla de
retroflexin, es decir, que hay un yo que discrimina, no acepta, rechaza, odia,
oprime, descalifica, oculta y daa a un s mismo. Como se dijo anteriormente,
este autorrechazo y el darse cuenta pleno son mutuamente excluyentes, ya
que no es un darse cuenta perceptivo el decir yo soy como si fuera una
observacin de otra persona, como si el yo no fuera elegido, o sin saber cmo
uno crea y perpeta ese yo soy (Yontef, 1995, p.135).
La reaccin de vergenza al estar en una situacin en que se es el foco, ya sea
de crtica, o de una atencin neutral o positiva, usualmente implica una
contraccin indiscriminada y una agresin contra el s mismo. As,
para ocultarse, se utiliza en parte la retroflexin, que consiste en
sustituirse uno mismo por el ambiente, y la persona con tendencia la
vergenza lo usa para evitar su exposicin y sentido de vergenza que
vienen con el contacto social. Los sentimientos autodirigidos se
retroflectan, sustituyendo al contacto interpersonal (Yontef, 1995, p.
468).
162
La retroflexin se manifiesta usualmente en la vergenza por el marcado
aislamiento, el deseo de desaparecer del campo del otro (y de s mismo) y por
tanto la negacin de la propia necesidad de amor y aprobacin externos,
adoptando a menudo una defensa de autosuficiencia. Una de las ironas de la
vergenza es que la tendencia natural a ocultarse, aleja a la persona de la
posible sanacin, que es un encuentro afectivo (Yontef, 1995, p. 469).
Al ocultarse, la persona se asla y se crea un crculo vicioso interminable,
porque, al no tener interaccin con otros ni retroalimentacin, no tiene potencial
para contradecir el sentido de vergenza. Entonces, al percibir la sensacin de
vergenza, se produce el sentimiento de vergenza de estar avergonzado.
Cada darse cuenta conduce a la vergenza, la vergenza conduce al deseo
de ocultarse, luego la vergenza lleva a la vergenza de sentir vergenza y a
sentir vergenza de querer ocultarse. Mientras ms necesitamos o deseamos
contacto, ms intenso es el sentimiento de vergenza (Yontef, 1995, p. 467),
mayor el deseo de esconderse y mayor aislamiento.
As, en esta forma de retroflexin,
en esta desaparicin de s mismo ligada a la vergenza, se puede
descubrir la epignesis de la desaparicin de s mismo, que se
encuentra en las personalidades con perturbacin del narcisismo:
cronificacin del recogimiento en s mismo, retirada del afecto,
desaparicin de ciertas funciones del yo en beneficio de una confluencia
generalizada en el fondo y construccin de lo que Winnicot llama un
163
falso self, ofrecido a la vista y susceptible de colmar las proyecciones o
expectativas del otro (Robine, 2005, p. 162).
Confluencia.
Block Lewis (1971 citada en Robine, 2005) seala que los sujetos
dependientes del campo estn ms inclinados a la vergenza que a la
culpabilidad en los primeros encuentros teraputicos, situacin que se invierte
en los sujetos independientes del campo que son ms propensos a la
culpabilidad que a la vergenza. Robine (2005), declara que esta dependencia
del campo es una forma de confluencia y lo contrario de la confluencia es la
conciencia, que implica una figura de contacto y de diferenciacin (p. 148).
As, la vergenza es la ruptura de la confluencia debido a que la vergenza
aparece a raz del darse cuenta, de la conciencia de s mismo asociada a la
exposicin del s mismo, a la desnudez y a la mirada del otro.
La vergenza revela un peligro vinculado a la diferenciacin en el
campo. El peligro estriba en la organizacin del campo, entre la
conciencia de s mismo y la crtica proyectada. Entonces, la tentacin
podra ser, volver a encontrar la confluencia o una pseudoconfluencia
destruyendo uno de los polos del peligro (Robine, 2005, p. 162).
164
Es decir, la persona se ve tentada a volver a confluir con el entorno para evitar
el peligro que genera el quedar expuesto a travs del darse cuenta en un
entorno que se proyecta como crtico.
En un campo indiferenciado en que la confluencia se mantena por medio de
otros mecanismos de evitacin (como por ejemplo, retroflexiones), la presencia
de un otro gatilla un darse cuenta, una conciencia de s mismo y surge la figura
del self en su insuficiencia. Esta figura o conciencia de s mismo es certificada
ante la mirada del otro, es sostenida y energizada por el otro. El darse cuenta
introducido por la presencia del otro rompe con la confluencia previa
(semejante al concepto de acomodacin patolgica de Brandchaft citado en
Morrison 2005) y deja al sujeto con sus retroflexiones.
Entonces, desde este punto de vista, la vergenza en cuanto a ruptura de
confluencia es igual a la conciencia.
En cuanto a un momento de vergenza, cuando alguien avergenza a otro, se
marca la ruptura de la confluencia en la diferenciacin de un nosotros que
antes era indiferenciado, ya que se hace evidente que yo soy ms (en esto o
aquello) que t (Levy, 2000). As, una de las formas de evitar la aparicin de la
figura de la vergenza, es mantenerse indiferenciado del grupo, o mantenerse
en confluencia. La persona, con el fin de evitar la ruptura de la confluencia y la
subsecuente experiencia de vergenza por ser quien es, prefiere mezclarse en
un grupo, camuflarse en la masa a costa de la expresin de s mismo y del
propio proceso de autorregulacin.
165
Por lo tanto, en el ciclo de la experiencia, podran aparecer interrupciones del
contacto que, sabiendo reconocerlas, podran dar cuenta de un proceso de
vergenza en curso, por ejemplo:
- Entre consumacin y sensacin: Se destina mucha energa y cuidados a
evitar las situaciones en las que se podra quedar expuesto a volver a sentir
vergenza (Levy, 2000). Se evita la ruptura de la confluencia que implica la
vergenza (Robine, 2005): confundirse indiferenciadamente en la masa,
buscando ocultar el self, sin mostrarse para no quedar expuesto a la mirada del
otro o de s mismo, as como el esfuerzo por no cometer errores13
- Entre sensacin y conciencia: Normalmente el proceso de sentir la vergenza
se sustrae de la conciencia a base de maniobras automticas que funcionan
para evitar experimentar la exposicin del self a otros, y tambin aspectos del
propio self hacia uno mismo (Yontef, 1995, 1997). Tambin una actitud
prejuiciosa y discriminatoria podra hablar de una proyeccin del sentimiento de
vergenza (o discrepancia con un ideal), ya que al proporcionar un sentimiento
de superioridad social, el prejuicio puede ayudar a ocultar los propios
sentimientos de inferioridad (Myers, 1995). Emociones como el orgullo y la
envidia tambin podran dar cuenta de una interrupcin en esta fase.
- Entre conciencia y energizacin: confusin, bajar el perfil, ganas de arrancar o
que me trague la tierra, justificaciones, excusas. Es decir, en base a una
13
Si bien el esfuerzo por no cometer errores remite ms bien a la evitacin del sentimiento de
culpa por los actos realizados, se relaciona con el sentirse avergonzado por ser la persona que
podra cometer ese acto, lo cual es llamado nexo vergenza-culpa en Yontef (2005) o
situaciones de vergenza y culpa en Menesini y Camodeca (2008).
166
proyeccin de lo que considero adecuado, de acuerdo a mis introyecciones de
lo que est bien, deseo volver a la confluencia con el entorno.
- Entre energizacin y accin: excesivo darse cuenta que inhibe la accin
(Polster y Polster, 1980, p. 198), timidez, disimulo, ocultamiento, o cuando se
manifiesta directamente la sensacin de estar inundado por la vergenza y
deseo de no ser visto: no queremos que nuestra vergenza sea expuesta al
mundo (Yontef, 1995, p. 467). En este caso se retroflecta o deflecta la energa.
- Entre accin y contacto: explicaciones, criticar, enjuiciar, culpar (retroflexin,
proyeccin).
- Entre contacto y consumacin: conductas autodestructivas, resentimiento,
autoexigencia (lo que habla del mecanismo de retroflexin) o sentimientos de
grandiosidad, perfeccin, deseos de devolver la vergenza a quien avergenza
(Retzinger, 1987 y 1991 citado en Lansky, 2008) (proyeccin de los
sentimientos de vergenza en un otro).
5.2.3.2 Vergenza como estructura.
Si bien hay procesos de vergenza que son considerados sanos, se describen
tambin personas que tienden a la vergenza, es decir, que se estructuran y
autorregulan en base a esta emocin14. Como subjetivamente el ser visto
implica el mostrarse inadecuado, desagradable e inaceptable, lo ms frecuente
es que las personas orientadas hacia la vergenza no quieran ser vistas y
14
Ejemplos en la seccin 6: Caso prctico
167
usan gran variedad de formas de disimularse a s mismos, y a la
emocin de la vergenza, y esto es lo que normalmente ven los otros. El
disimulo incluye el aislamiento literal, el estar aturdido o confuso, el
esconderse detrs de las palabras o la confusin, ser autoexigente o
mantener una actitud despectiva hacia los dems y as
ininterrumpidamente (Yontef, 1997, 42).
Wheeler (2005) seala que construimos adaptaciones caractereolgicas,
estilos para evitar la vergenza, que se consideran destructivos cuando son
crnicos y encubren estados ms problemticos: criticar, enjuiciar, culpar,
evitar las relaciones, enmascarar y romper el contacto, destructividad hacia los
dems o s mismo, conductas adictivas. Todo esto incluso se puede traducir
por momentos en sentimientos de grandiosidad aparente debido a una
integracin falsa del campo.
Para Wheeler (2005, p. 205 y 206)
probablemente la vergenza y la humillacin estn enterradas en la
estructura dinmica de todo aquello que se encuentra estancado en el
proceso del s mismo, cada adaptacin efectuada bajo condiciones
adversas y no sustentadoras, cada estructura rgida del carcter o estilo
de contacto que se resiste al crecimiento y al cambio, todo aquello que
mantenemos de manera demasiado solitaria, que misteriosa y
dolorosamente sigue apareciendo tanto en nuestras vidas como en
nuestras relaciones.
168
La vergenza funciona entonces como un proceso de fondo que parece tan
natural que es muy difcil contactarse y quedarse con esas sensaciones y se
requiere apoyo y resonancia extra para hacerlo. Todo esto generalmente no
pasa a primer plano sin un trabajo teraputico especfico (Lansky, 2008,
Wheeler, 2005, Yontef, 1995). Adems, si consideramos que el origen de la
polarizacin, y por lo tanto de la neurosis est dado por la bsqueda del afecto
y que desde ah se deriva la identificacin con la polaridad digna de afecto y
el dejar fuera la parte de uno mismo que se considera no merecedora de
afecto, es posible decir, entonces, que los procesos de vergenza inciden en
forma relevante en el origen de la polarizacin en todas las personas.
Polaridades.
Como ya hemos dicho, la apariencia de la vergenza se caracteriza tanto por el
sentimiento de vergenza como por el impulso de esconderlo, con el esfuerzo
por evitar reconocerlo o mostrarlo. Cognitivamente, el paciente se siente
confuso y torpe, necesitando negar la crtica externa para proteger su
autoestima. No obstante esta tendencia a la negacin, en algn lado en la
persona, esos sentimientos y necesidades que fueron escindidos siguen vivos,
sujetos a los procesos integrativos bsicos, pero siempre condicionados y
tenues (Wheeler, 2005).
Como dice Yontef (1995), habra una experiencia de "yo debo tener razn y ser
adecuado y t debes estar equivocado y ser inadecuado para que yo no me
169
sienta avergonzado" (p. 464). La experiencia de la vergenza, entonces, se
desarrollara de forma polar, vinculada, por un lado, a una vivencia de yo tengo
razn y t ests equivocado, mientras que por otro lado, a una experiencia
escindida o negada de inadecuacin. En palabras de Yontef (1995)
el opuesto polar de la vergenza es el orgullo. La persona orgullosa de
s misma tiene un sentimiento bueno, brillante, clido, confiado. () La
reaccin a la vergenza es contraerse y esconderse; la reaccin al
orgullo es expandirse, ser odo y visto (p. 465).
Desde el psicoanlisis se habla de otro opuesto polar relacionado: la dialctica
del narcisismo de Morrison (2008) en que por una parte aparece la bsqueda
de autonoma, autosuficiencia e independencia totales (polo expansin) versus
el deseo de realizar un apego con otro idealizado (polo contraccin). La
vergenza se genera, en este modelo, al no alcanzar estos polos ideales, a
diferencia de Yontef (1995), en que la vergenza es en s un opuesto polar
(polo devaluado) de la parte que se identifica con el yo ideal.
Para Levy (2000) el conflicto se relaciona con un polo avergonzador que hace
sentir vergenza en la medida en que se burla, humilla y descalifica a un polo
avergonzado lo que, en trminos de Perls (2002), podra ser comparable con el
perro de arriba, que juzga y ataca implacablemente al perro de abajo por
sus fallas, que ponen en evidencia su inadecuacin.
Sin embargo, en ocasiones, debido a la introyeccin de que el orgullo no es
bueno, cuando las personas comienzan a sentirse orgullosas, reaccionan con
170
vergenza o culpa (Yontef, 2005). As tambin, cuando la persona se identifica
slo con el polo orgullo y sus sentimientos grandiosos, es necesario no perder
de vista el polo vergenza y sus dinmicas subyacentes (como los mecanismos
de ocultacin).
Para Levy (2000) es importante discriminar en el mensaje del avergonzador (ya
sea el polo interno o alguien externo) su componente de razn y de error para
comenzar a desarmar la cualidad destructiva del avergonzador.
El aspecto avergonzador acta como si la vida fuera una serie
ininterrumpida de escenas de examen, y ante cada situacin que a uno
le toca protagonizar, l funciona como un severo profesor que no
ensea, sino que slo toma examen y aprueba o reprueba. () Lo que
el avergonzador necesita incluir es el componente de aprendizaje que
existe en la vida, en el que cada uno ejercita su condicin de aprendiz
que continuamente ensaya, explora, acierta y se equivoca. Y
comprender que ese movimiento nunca cesa (Levy, 2000, p. 139).
5.2.3.3 Despatologizando la vergenza.
Si hablamos de trabajar con la vergenza y siendo sta una emocin tan
dolorosa, me parece imprescindible sacar las etiquetas y despatologizar esta
emocin de la categora afecto que desorienta, frena y paraliza el desarrollo
humano y comenzar a ampliar la mirada para revisar su funcionalidad para el
171
organismo como ser social. Adems, en la integracin del polo indigno de
afecto o polo vergenza, esta connotacin negativa en s potencia la
evitacin e interrupciones del contacto. Es por esto que es importante tener en
cuenta en qu aporta la emocin de la vergenza al desarrollo del organismo,
incluyendo en este polo al fenmeno de la autoconciencia relacionada a la
vergenza (Broucek, 1982 y Lewis, 1992 citados en Morrison, 2005).
Se ha hablado anteriormente de algunas de las funciones de la vergenza
como emocin social, es decir, en relacin a la experiencia con los otros en un
campo social: como un sentimiento tico (Aristteles, 2001), un dique ante el
desenfreno pulsional (Freud citado en Lozano 2008 y Prez, 2009), como
promotora de conductas prosociales dando lugar a la responsabilidad y buenas
relaciones (Ahmed y Braithwaite, 2004 citado en Menesini y Camodeca, 2008);
como la necesidad social de proteger los lmites de lo privado para el self y
para otros (Yontef, 1997), reguladora y protectora del vnculo social (Scheff
citado en Lansky, 2008), como seal para reconocer un inminente fracaso
relacional (Bonucci citado en Ciccone y Molet, 2005) como aviso de que el self
debe reforzarse para preservar sus relaciones y como un barrido afectivo
esencial para detectar y medir el apoyo disponible del campo (Wheeler, 2005,
p. 205). En este sentido, la persona en el polo de vergenza, podra ser alguien
perceptivo de los cambios en el entorno social, sensible para captar las claves
sociales de lo que es adecuado en cada contexto (considerando lo que hay de
proyectivo en estos juicios), conciente de su necesidad de afiliacin y
pertenencia a un grupo social y de la dependencia de campo. Al contrario, una
persona polarizada hacia el orgullo, podra tener una tendencia a negar su
172
dependencia del campo, sintindose autosuficiente, autnomo y a la vez
solitario.
Por otra parte, es relevante la importancia de la emocin de la vergenza en el
desarrollo de la identidad (Erikson, 2000; Sartre citado en Echegoyen, 1997),
ya que es en el encuentro con otro, con la mirada del otro (y sus juicios,
complicidades y rechazos), donde se conforma la identidad y es posible
conocer la totalidad de las propias dimensiones y lmites (Sartre citado en
Echegoyen, 1997) y tener as un sentido exacto del self (Yontef, 1997). De esta
forma, el polo vergenza permite la autoconciencia de quien soy yo, cuales son
mis posibilidades y cuales no, captando la propia vulnerabilidad (Nussbaum,
2004 citado en Orange, 2005) y debilidad (por lo que, por ejemplo, podra pedir
ayuda en caso de necesitarlo) y podra vincularse con un otro como un
semejante que tambin puede sentir vergenza (Peusner, 2008), y por lo tanto,
empatizar con su vulnerabilidad. Desde el polo orgullo, en este caso,
aparecera ms bien una falta de lmites, omnipotencia, sobre-exigencia,
sobrecargo y dificultad para reconocer las propias falencias.
Ligado a lo anterior, al ser conciente de los lmites, la vergenza tambin
impulsa a superar las dificultades, gratifica y anima el sacrificio por lograr los
propios objetivos e ideales, cumplir las promesas hechas a s mismo y a otros,
preserva la dignidad y desalienta el fracaso (Valedn, 2002; Yontef, 1997) y de
esta forma, implicara tambin una motivacin al cambio, lo cual es ms difcil
de visualizar desde el polo orgullo.
173
Por su parte, el polo orgullo, estara ms ligado a la autoestima, aceptacin,
sentido de competencia y eficacia, de ser valioso para otros, a la iniciativa,
creatividad, posibilidad de romper la confluencia con otros para expresar la
propia individualidad, etc. (Bucay, 2000; Haesussler y Milicic, 1995; Rojas,
2007). Sin embargo, tanto la vergenza, como el orgullo, estn relacionados
con la fantasa de uno mismo (a diferencia de la culpa que se relaciona ms
con el comportamiento real). El orgullo es mantener la fantasa, el delirio de
grandeza, la fantasa de ser la envidia de otros (Fossum y Mason, 2003) y
Rojas (2007) advierte de los peligros de la autoestima exacerbada o inflada que
fomenta el narcisismo y que finalmente no es auto-estima porque no est
basada en la realidad.
174
5.3 Hacia una salida no neurtica de la vergenza
5.3.1 Aportes prcticos de la psicoterapia Gestltica en el trabajo
con la vergenza.
Si uno encuentra las polaridades correctas y se produce el cambio de
un reirse a un escucharse entre ellas, entonces la integracin va a
ocurrir. Siempre es un asunto de pelear versus escuchar. () Si tienes
odos el camino a la integracin est abierto. Entender significa
escuchar (Perls, 2002, p. 227).
La eficacia de la psicoterapia reside en la calidad de la relacin y en la
adecuada comprensin e intervenciones del terapeuta. La identificacin con la
propia experiencia y situacin actual es una caracterstica de sanidad y debe
ser primordial en el tratamiento del paciente.
Especficamente,
el tratamiento de la vergenza neurtica requiere que el terapeuta tenga
una conexin emptica con el paciente, un sentimiento clido y positivo
hacia l, y trabaje la vergenza de una manera tcnicamente apropiada.
Esto significa un trabajo gradual a largo plazo donde se refuerza y ajusta
el funcionamiento de la autoestima del paciente a sus virtudes
personales actuales y se desarrolla una auto paternidad positiva (Yontef,
1995, p. 487).
175
La terapia como instancia generadora de vergenza
Como ya se haba enunciado anteriormente, la situacin de terapia en s es
vergonzosa, ya que desde un paradigma individualista que sobrevalora la
autosuficiencia (Wheeler, 2005), el hecho de estar en una circunstancia en la
que se necesita ayuda es signo de debilidad. Adems, el hecho de mostrarse
provoca vergenza en muchas personas, lo que se exagera por el valor social
que se le concede a la extroversin en algunas culturas. Si se considera a la
vergenza slo como una debilidad a ser superada por personas animosas,
se provoca turbacin, por lo que la vergenza queda escondida, y de esta
forma es ms potente y destructiva que cuando se reconoce y se contacta, es
decir, cuando es aceptada. Esto se acenta si se considera que la terapia (o
supervisin15) es slo para los dbiles (Jacobs, 1996, 1997 citado en Yontef,
1997).
Yontef (1997) comenta ciertas condiciones que incrementan la probabilidad de
reacciones turbadoras en alumnos, que se pueden homologar a algunas
situaciones de psicoterapia:
15
Yontef (1997) se refiere especialmente al tema de la vergenza en la supervisin y seala
que si se considera como slo para los dbiles, terminan siendo como un recital de historias
sobre las victorias de los formadores, en que pocos comparten sus dificultades personales
como terapeutas.
176
- Un terapeuta/formador de estilo autoritario o que sea visto como el hroe u
hombre sabio que facilita el camino, ya que aumenta la idealizacin y
exigencias esperadas o proyectadas por el paciente/alumno.
- Un ambiente que resta importancia a la disensin, a las diferencias, lo que
incluye la actitud de que nicamente existe un estilo o regla que por supuesto
no pueden ser criticados.
- Un proceso en que se pasan por alto el desacuerdo, el conflicto o la crtica,
merced a la actitud autoritaria del formador, o por la presin del propio grupo.
Wheeler (2005) sostiene que existe una dinmica de reciprocidad donde la
vergenza y la humillacin son los opuestos del apoyo y la aceptacin en el
campo, y que impiden establecer la intimidad necesaria para un desarrollo
pleno del yo. Dado que tanto el paciente como el terapeuta son vulnerables con
sus imperfecciones como seres humanos, y tienen su sentido del self afectado
por la experiencia subjetiva del otro, si la vergenza y la humillacin estn en
el campo, estarn en todo el campo, es decir, no podemos hablar ni escuchar
sobre ellas sin vivenciar en cierta medida nuestra propia vergenza (Wheeler,
2005, p. 199). Entonces, si bien la vergenza suele ser inherente al contexto
teraputico, sta podra ser minimizada en un ambiente de cuidado y respeto.
177
Aceptarse, enfrentar, no resistir.
Uno nunca se sobrepone a nada resistindolo. Solamente se puede
sobreponer a algo metindose ms adentro. () Sea lo que sea, si uno
se mete lo suficientemente adentro, entonces desaparecer, ser
asimilado. Ninguna resistencia sirve de nada () Utilicen todo lo que
combaten y desposeen. Jctense! Jctense de los buenos
saboteadores que son. Si en la guerra pasada hubieran pertenecido a la
resistencia, seguramente habran llegado a ser hroes (Perls, 2002, p.
226).
La identificacin con uno mismo tal como es, especialmente la identificacin
con la propia situacin y experiencia, es lo opuesto de una autorregulacin
basada en la vergenza (Yontef, 1995), al igual que desde una perspectiva
psicoanaltica, la aceptacin de ser quien se es es trascendental en la
autorregulacin. El paciente con tendencia a la vergenza, que fue
considerado por sus padres una tarea ms que un regalo, necesita que el
terapeuta se sienta feliz con l, que realmente lo aprecie (Yontef, 1995, p.
479).
Yontef (2005) llama al sistema de autorregulacin relacionado con como fueron
los padres, la autopaternidad y una de las tareas de la terapia es llevar este
sistema autorregulatorio al darse cuenta, para que no siga operando
automticamente. En el entorno que gener la vergenza, una exposicin
mayor habra significado que continuara la interaccin que provoc o mantuvo
178
la vergenza. En trminos ideales, el ambiente teraputico es mucho ms
afectivo y no avergonzante que el ambiente interno del paciente, el cual se
basa en experiencias infantiles (especialmente introyecciones y asuntos
inconclusos).
Autosuficiencia v/s apoyo.
Para Perls (2002), crecer significa ser slo (alone, al-one= todo uno), y eso es
el prerrequisito para la madurez y el contacto. La soledad, el aislamiento, el
sentirse solo, es an tener aoranza de apoyo (Perls, 2002, p. 167).
El mito de la autosuficiencia slo puede ser mantenido dejando a la vergenza
en un segundo plano, en parte gracias a la idea de que el individuo puede ser
entendido objetivamente. As, cuando la sociedad aun crea en el mito de la
confianza en s misma, y cuando el pensamiento teraputico enfatizaba la
interpretacin terica y fenomenolgica y se soslayaba, relativamente, el
sentido del self del paciente, la vergenza poda ser asimilada y escondida. La
relacin teraputica clsica era conceptualizada generalmente en trminos de
la distorsin que presentaba el paciente en la misma relacin (ej: transferencia
y contratransferencia). Pero con el estudio de la vergenza, que es un
particular apartado dentro del rea del self, que se crea y a su vez es
mantenida en el entorno organismo/ambiente, que habla de la dependencia del
campo, se llega a la conclusin de que las personas nicamente pueden ser
entendidas cuando el observador puede respetar e incluso experimentar el
179
sentido del self y del mundo de aquel a quien observa. La psicoterapia,
entonces, funciona con la relacin y sta se centra en el sentido del self
(Yontef, 1997).
El paciente con tendencia la vergenza no puede sanarse si no es en un
contexto de apoyo, de contacto persona a persona (Wheeler, 2005, Yontef,
1995). Para pasar a travs de la vergenza, sta se debe expresar en
presencia de otros que acepten a la persona con una actitud genuinamente
horizontal, en que los pacientes se sientan respetados y que sepan que el
terapeuta, a su vez tambin tiene sentimientos de vergenza y est dispuesto a
exponerlos.
Actitudes del terapeuta.
Trabajar la vergenza requiere tiempo y espacio, no presin (Yontef,
1995, p. 479).
La generacin de la vergenza puede ser minimizada si cuando aparece la
turbacin, el ambiente es de cuidado y respeto. En terapia existe el peligro de
la activacin iatrognica de la vergenza, es decir, de una vergenza
innecesaria, que es inducida y no es inherente a la situacin, sino que est en
funcin de intervenciones particulares.
180
Yontef (1997) seala que los profesionales normalmente ponen en juego su
ego en hacer las cosas bien y parecer saludables y competentes. Esta actitud y
la competitividad que a menudo la acompaa (algunas veces sin ser
manifiesta), incrementa la posibilidad de que surja la emocin de la vergenza
cuando aparecen errores que son la esencia del aprendizaje.
Como ya se ha expuesto, para Yontef (1995) gran parte de este proceso de
vergenza no es conciente, y slo llega al darse cuenta a travs de la terapia,
con una buena relacin y cuando el terapeuta introduce gradualmente el darse
cuenta de la vergenza. En sus palabras, una buena relacin significa un
terapeuta que:
1.- Tenga una comprensin emptica precisa del paciente
2.- Exprese esta comprensin de tal manera que el paciente pueda
corroborar su exactitud o inexactitud
3.- Acepte y respete al paciente, manifestndolo de manera reconocible
para l
4.- Sea congruente y autntico (Yontef, 1995, p. 465).
El terapeuta, adems, tiene la responsabilidad de asegurarse de que el trabajo
no est ms all del lmite soportable por el paciente, y que el paciente se
sienta entendido, confirmado y honestamente acogido despus de tal trabajo.
El buen contacto teraputico debe ser honesto, incluyendo lo negativo pero con
discrecin, tacto, calidez y amor; si el contacto no honra y respeta al individuo
como es, entonces se origina y se potencia la turbacin. Cuando la vergenza
181
y el disimulo se hacen explcitos, existe una alta probabilidad de reaccin
turbadora a la exposicin de la vergenza, y con ello el deseo de disimular. Es
importante que el terapeuta tenga cuidado en identificar la vergenza y la
necesidad de disimular en un ambiente en el que tales sentimientos son
aceptados y que el paciente sea aceptado con empata, calidez y respeto. As
tambin, despus de un intenso trabajo de autorrevelacin, el paciente no debe
ser dejado sin reintegracin o establecimiento de la necesaria cohesin
interpersonal, especialmente con retroalimentacin acerca de como la persona
es percibida por los otros que estn presentes y cmo esos otros se sienten
hacia l (Yontef, 1997).
Adems, el paciente necesita que el terapeuta tenga una buena perspectiva de
la duracin y progresin gradual trabajo. Necesita que el terapeuta realice una
autorrevelacin y una conexin emptica. Se aconseja por lo tanto que los
terapeutas comprueben con el paciente lo que se est evidenciando, y no que
asuman saber. Y sobre todo, el paciente necesita que el terapeuta reconozca
todos sus aspectos, lo acepte y respete en forma global.
Al respecto, es importante que el terapeuta discrepe respecto a la vergenza
con el paciente (y sea por tanto ms compasivo y respetuoso de lo que el
paciente es consigo mismo), pero no que intente disuadirlo de sus
sentimientos, ya que probablemente esto genere ms vergenza ante el
fracaso en librarse de ella.
182
Todo lo anterior implica el acoger la vergenza de alguna manera implcita o
explcita con nuestra propia vergenza, sin distanciarnos de la experiencia
avergonzante, ya que no es posible ser parte de un campo donde se enfoca la
vergenza con conciencia del otro sin poner a prueba la propia capacidad de
procesar y confirmar las propias vivencias de vergenza y humillacin
(Wheeler, 2005).
Vergenza del terapeuta.
Dado el clima cultural y profesional, es probable que muchos terapeutas no
estn al tanto ni comprendan su propia vergenza, ni lleguen a mostrarla. Slo
despus de un ntimo conocimiento de que su propia vergenza forma parte de
su propio sentido del self, el terapeuta puede desarrollar la sensibilidad para
detectar y comprender el proceso de vergenza de sus pacientes. As,
sin esta autoexploracin, los terapeutas tienden a relacionarse con sus
pacientes sin que esta emocin se ponga de manifiesto, o bien hacen
que su expresin no sea saludable, o incluso en relaciones en las que el
paciente la sienta en exceso (Yontef, 1997, 21).
Yontef (1995 y 1997) seala que los terapeutas son ms efectivos cuando
llegan a comprender el proceso de la vergenza en general y de la suya propia
en particular, ya que gran parte de los pacientes es proclive a la vergenza o
se encuentra en algn momento de la terapia en esta situacin.
183
Por lo tanto, el tratamiento efectivo con pacientes orientados a la vergenza
requiere un ambiente de relacin entre un terapeuta que entienda como es
creado el sentido del self en ese entorno, incluyendo la vergenza, que
conozca su propio proceso respecto a la vergenza, y est bien informado
acerca de la induccin de la vergenza y su correccin en terapia (Yontef,
1997).
Relacin teraputica.
Wheeler (2005) se refiere especialmente a la necesidad de apoyo de todo el
campo, tanto una resonancia en el campo social/externo como apoyo interno
/privado para consolidar y mantener energizado un cambio o aprendizaje. Es
decir, para realizar cambios exitosos es necesario continuamente movilizar el
apoyo y apuntalamientos de todo el campo relevante, no slo del mundo
interior de la fuerza de voluntad, imaginacin, deseo etc., sino que tambin
especficamente el mundo externo social de otras gentes en forma
significativamente nutricia, sustentadora y aceptable a sus propias
necesidades, objetivos y relaciones. El solo hecho de ser escuchado por
alguien que pueda estar sintiendo cosas parecidas, alivia la sensacin de
aislamiento que suele acompaar a la vergenza. El que un otro ofrezca una
resonancia sentida, cambia la experiencia y la forma en que nosotros mismos
somos impactados por nuestra propia vergenza. Sin embargo, en la vida
cotidiana rara vez se exploran y negocian plenamente los temas en torno al
184
apoyo y al apuntalamiento externo/social o surgen como una peticin
disimulada por temor a mostrar debilidad o incomodar al otro.
Wheeler (2005) indica que
hay algo podemos hacer con la vergenza profunda: compartirla, pero
en un tipo de ambientacin especial, con apoyos y bajo condiciones
especiales. Se trata especficamente de que esas condiciones de apoyo
incluyan un proceso de acoger la vergenza con vergenza, antes que
con reafirmacin u otros tipos de arreglo que el individuo que escucha
pueda tener para distanciarse de la evocacin de material avergonzante
(p. 199).
Cuando se contacta la vergenza del otro con nuestra propia vergenza y nos
unimos a la experiencia del otro, se ofrece en el ahora el tipo de campo
conectable cuya falta produjo o fue en s la experiencia de la vergenza. La
compresin del campo que se basa en la conclusin de que hay algo
irremediablemente errneo en m, es significativa, pero disfuncional ya que no
sirve para incrementar la integracin al campo e ir ms all en mi proceso del s
mismo. Entonces, el ofrecer un campo interpersonal diferente donde mis
mundos interno y externo, puedan acoger e integrar la experiencia actual de la
vivencia humillante del pasado, interrumpe ese viejo ciclo que se vuelve a
repetir, satisface las demandas del proceso del si mismo en otro nivel, y por lo
tanto, libera para seguir desarrollndose en la vida.
185
En resumen, la clave para que surja algo nuevo en los viejos ciclos de
sentimientos de vergenza y humillacin es estar menos solos con ellos,
compartirlos de una manera que vaya ms all de relatar y escuchar porque en
cuanto aparecen las condiciones de campo favorables para la integracin
renovada del s mismo, este comienza a trabajar para integrar el campo
relevante en su totalidad y una condicin importante es la intimidad.
Intimidad.
La intimidad, es esa sensacin de que mi mundo interior puede ser revelado y
explorado, es un proceso o evento que se origina y brota desde condiciones
particulares de campo (Wheeler, 2005).
Para sentirse inclinado a confiar la experiencia que genera vergenza a otra
persona (sin demasiado temor) se presenta el problema de como el sujeto
interpreta e imagina lo que significa esa conducta acerca del estado y
motivaciones internos y los sentimientos o juicios del escucha (Wheeler, 2005,
p. 219), es decir, lo que se proyecta en el otro que escucha, por que ni siquiera
el preguntar directamente las intenciones reemplaza a este paso interpretativo.
Este proceso de construccin de significado es nuestra nica gua.
La tarea del escucha es estar empticamente con el otro que en este momento
est ingresando a un espacio de sentimientos de vergenza y humillacin, y
entrar al mundo subjetivo de la otra persona, sentir su espacio vital, sentir un
186
poco lo que el otro est sintiendo. De ser as, esta misma comprensin de la
situacin se transforma en la mejor gua para saber cuando hablar y cuando
callar, cuando tenderle la mano y cuando dejar sola a la persona. En sentido
inverso, la intervencin usual desde un paradigma individualista (que considera
que la vergenza equivale a inferioridad, debilidad, etc.) es el intento de
tranquilizar y reconfortar al otro para eliminar la amenaza de la inferioridad. Una
intervencin de ese estilo genera una asimetra en la relacin en que quien
reconforta queda en una posicin ms segura o superior, dejando al hablante
enfrentado con sentimientos de inferioridad.
Desde una perspectiva fenomenolgica, la vergenza (y la humillacin o
sentimiento de apocamiento) es ms una cuestin de aislamiento que un juicio
o la constatacin de una diferencia. Es estar demasiado solo con la propia
experiencia lo que no permite integrar el campo vivencial libremente.
Si intervenimos para promover condiciones del campo que apoyen
directamente el apropiarse de, de sentir y dar voz a la vergenza y
humillacin y si se apoya al escucha para que deje de intentar arreglar
al hablante y se centre en recibir y unirse a los sentimientos- entonces el
discurso cambiar. Y ese discurso la articulacin de mi mundo interior
y el tuyo- es el discurso de la intimidad (Wheeler, 2005, p. 229).
La tarea del escucha entonces, es el ser un testigo ntimo, que con frecuencia
es el apoyo que falt y restaura el campo resonante del yo. La intimidad, en
este sentido, aparece como la condicin esencial del campo para un pleno
desarrollo creativo del s mismo. El mximo aprendizaje no resulta de
187
arriesgarse y estresarse al mximo, sino de sentir un apoyo adecuado. En el
campo relacional intersubjetivo, la atencin e inters en nuestro mundo
vivencial interno por alguna otra persona interesada, nos permite aprender que
ese mundo interno est plenamente ah como algo en lo cual podemos centrar
nuestro inters (Wheeler, 2005, p.233-234), es decir, el contar con un testigo
ntimo posibilita el desarrollo de la conciencia de s mismo y por lo tanto, la
autorreflexin.
Para entrar de lleno en una experiencia de vergenza
se requiere de apoyo extra que podemos encontrar en el campo ms
seguro y manejable de otra persona, antes de irnos al nivel ms
arriesgado de un grupo, donde mis proyecciones sobre todas las de ellos
pueden volar demasiado rpido como para manejarlas cmodamente y
permanecer abierto (Wheeler, 2005, p. 223-224).
La verdadera intimidad requiere de una negociacin del proceso relacional en
el momento, es decir, plantearme: qu necesito?, cmo me siento al hablar?
cmo me llegan tus respuestas? cmo imagino tu estado interior?, etc., ya
que existe la tendencia a desconectarse del otro y de la propia experiencia, con
lo que no se recibe el apoyo, ni se incluyen elementos nuevos y se vuelve a
enterrar intacta la experiencia (Wheeler, 2005).
Sin una verdadera intimidad, la exploracin de nuestro mundo interior es
restringida y superficial, no se establecen nuevas conexiones, lo que limita la
integracin del campo vivencial. Con intimidad, se pueden aprender cosas
188
nuevas acerca de s mismo, ya que se cuenta con el apoyo para soportar la
angustia, la vergenza de la vergenza, y otros sentimientos difciles que
surgen durante esa exploracin y con la destruccin de la antigua defensa. Ya
slo el hecho de contar una experiencia jams revelada, produce cierto alivio
emocional.
En resumen,
la intimidad es ms que un mero acto, momento o sentimiento: es la
condicin de campo esencial para articular y conocer el yo interior y el
apoyo esencial para utilizar esa articulacin para el nuevo crecimiento
creativo del yo en el campo total (Wheeler, 2005, p. 237).
En este contexto, la psicoterapia (que es el proceso intencional de articular el
mundo interno) ocurre siempre en la relacin, aunque puede enriquecerse con
otros medios posteriormente, como la lectura o la reflexin. En terapia
entonces, la mayora de las intervenciones se centran en la construccin y
apoyo de ese campo sustentador, para que el proceso ntimo, desde donde se
construye el yo, pueda desarrollar plenamente su potencial creativo.
Cuando el yo trata de integrar el campo de un modo creativamente nuevo, esa
receptividad se vuelve a hacer necesaria, ya sea en la realidad, o al evocar el
recuerdo sentido de una historia de haber vivido y crecido en un campo de
recepcin ntima. Sin esa recepcin (real o evocada), tendemos a repetir lo
mismo. Para contar y vivir una nueva historia, con nuevos significados y una
nueva apertura hacia destinos creativos, se requiere de apoyo ntimo, estar
189
sostenido mientras deconstruimos la historia antigua, soportar los sentimientos
del pasado que caen sobre esas viejas creencias y expectativas, y traspasar la
angustia que acompaa nuestros primeros pasos en cualquier mundo nuevo16.
Objetivos teraputicos.
Para Yontef (1995, p. 469), los objetivos en terapia gestltica son:
1.- Conocer identificarse con la experiencia personal primaria estando en
contacto con el resto del campo organismo/ambiente
2.- Tomar medidas basadas en esa identificacin
3.- Confiar en que el crecimiento emerge de la interaccin
Y especficamente en el trabajo con la vergenza, los objetivos son
aumentar su darse cuenta de y alternativas al proceso de vergenza y
culpa, ayudarlos a liberarse de este proceso automtico y
excesivamente autodestructivo, lograr en ellos un sentido de s mismo
coherente, seguro, positivo y compasivo, y finalmente lograr un sentido
de culpa y vergenza que sea dirigido en forma racional por su propia
espiritualidad, valores y necesidades, en un proceso de contacto s
mismo-otro, darse cuenta y epoch (Yontef, 1995, p. 470).
Parte de este objetivo es el darse cuenta y aceptar la necesidad de ocultarse,
para transformar este ocultamiento defensivo automtico (y neurtico) en un
16
A esto se refiere Wheeler (2005) con la idea de narrativa del s mismo.
190
alejamiento sano. Adems, no es la idea slo el eliminar la vergenza, sino que
tambin el paciente crezca con un sentido ms afectuoso, razonable y
productivo del s mismo, que sea funcional, realista, positivo, reconociendo los
lmites inherentes del campo del si mismo y del si mismo-otro, con un proceso
de discriminacin razonable (no con un sentido grandioso del s mismo, que
entrara en la misma lgica anterior).
Como se mencion anteriormente, esto requiere un trabajo largo, reiterado y
gradual, en parte debido al sentido pre verbal condicionado del s mismo, que
es muy difuso, omnipresente, primitivo y ego sintnico.
La especial lentitud en el trabajo con la vergenza est determinada por lo
inherentemente gradual que conlleva alterar actitudes tan arraigadas, porque la
vergenza se sigue actualizando en la vida cotidiana, y adems del hecho de
que la terapia en s evoca vergenza.
Proceso teraputico.
Los terapeutas que no entienden la vergenza o cmo trabajar con ella, a
menudo la pierden de vista totalmente, ya sea cognitiva o afectivamente o sin
darse cuenta toman parte en un ciclo iatrognico compulsivo de vergenza,
que aumenta las defensas del paciente (Jacobs, 1996, 1997, en imprenta
citado en Yontef, 1997).
191
La iniciativa de identificar la presencia de un proceso de vergenza reside en
gran medida en el terapeuta, por lo que es importante que est atento a los
signos (muy sutiles a veces) que sugieran que este proceso est operando, por
ejemplo, cambios en la coloracin de la piel, repentinas lagunas, reacciones
defensivas repentinas, afirmaciones tmidas, disculpas, etc. (Yontef, 1995).
El terapeuta puede iniciar esta exploracin preguntando acerca de la
experiencia del paciente, reflexionando, compartiendo observaciones y su
propia reaccin del momento o alguna experiencia pasada relevante. Si el
paciente no tiene un vocabulario de vergenza, o es muy diferente al del
terapeuta, es necesario buscar un lenguaje que permita la comunicacin (tal
vez enseando sobre el proceso de la vergenza lo que le sirve al paciente
para clarificar estas vivencias tan desorganizadoras). As, con la relacin
teraputica se va esclareciendo la experiencia del paciente y aumenta su
habilidad para distinguir la experiencia inmediata de las expectativas pasadas.
Es importante considerar que al trabajar la vergenza en pacientes con
patologas de carcter serias, se debe enfatizar la principal patologa como
centro. Si bien la reaccin a la vergenza siempre disminuye la autoestima, la
diferencia es que en el neurtico no hay un colapso del sentido del s mismo, ni
del sentido de coherencia personal. Debido a la reaccin de vergenza y slo
momentneamente queda reducido a un estado negativo total perdiendo su
habilidad para reflexionar y funcionar (Yontef, 1995).
192
Las manifestaciones del aqu y ahora.
Segn Yontef (1995), an cuando el paciente sea propenso a sentir vergenza,
algo del presente proporciona el contexto para esa reaccin, pero slo cuando
el paciente es capaz de reconocer que est presentando una reaccin de
vergenza se puede saber qu aspecto del campo actual llev a esa reaccin.
Es til que el paciente sepa distinguir que se observ, se dijo o se hizo con
respecto a l que lo condujo a la reaccin de vergenza; que reconozca los
componentes sensoriales, cognitivos y afectivos que su reaccin para
comenzar una toma de conciencia que detenga el funcionamiento automtico.
A grandes rasgos, los aspectos cognitivos tienen que ver con el no ser
suficientemente apto, ser indigno, inadecuado, compararse desfavorablemente
con otros o con ideales, etc., es decir, un proceso de autorrechazo que tiene
como correlato signos fisiolgicos como sonrojarse, tensarse, adems del
deseo de desaparecer, estar en silencio, oculto, ser pequeo, etc.
Trabajo evolutivo en relacin a la vergenza.
Para Yontef (1995), una terapia gestltica completa respecto a la vergenza
requiere explorar las races de este proceso en las experiencias infantiles de
relacin. Este trabajo tiene tres objetivos principales:
1.- Explorar la induccin de la vergenza en la familia de origen, con el fin de
tener un antecedente (es decir un fondo, no una causa) para comprender el
presente.
193
2.- Cerrar asuntos inconclusos, es decir asuntos abiertos y vivos en el presente
basados en el pasado, con lo que se libera al paciente de la energa emocional
no descargada. Se incluye adems, deshacer retroflexiones, especialmente
expresando las emociones suprimidas, reprimidas, y desviadas.
3.- Revivenciar y asimilar/rechazar figuras parentales introyectadas y creencias
de la infancia en el presente.
Tcnicas y experimentos de contacto.
- Enfoque en la cognicin: Es extremadamente til para el paciente aprender a
darse cuenta de los primeros signos del proceso de vergenza y luego hacer
una pausa para permitir el darse cuenta y no continuar automticamente hacia
una vergenza ms profunda. La pausa puede ser algo tan simple como
respirar profunda y lentamente, y luego exhalar (Yontef, 1995).
- Movimiento: de un lado a otro entre la energa de expansin (polo orgulloso) y
de contraccin (polo vergenza) da al paciente una sensacin de actividad, no
de parlisis, y de ser capaz de aceptar la vergenza como el sentimiento de un
momento y no como un proceso caractereolgico (Yontef, 1995, p. 482).
- Ocultar y enmascarar: experimentos con el fin de expresar el deseo de
esconderse para convertirlo en algo menos pesado y molesto (Yontef, 1995).
194
- Si mismo ideal: con el fin de explicitar la comparacin del s mismo real con el
s mismo ideal. Esto puede llevarse a cabo mediante una conversacin
contactada u otorgar una expresin simblica ms concreta para el s mismo
ideal. Por ejemplo, imaginar en frente un s mismo del cual no se avergonzaran
y una vez que pueden describir esa imagen se indaga en cmo se siente frente
a ella (Yontef, 1995).
- Deshacer retroflexiones: a veces se puede hacer slo despus de que el
paciente expone y comprende sus sutiles conductas de vergenza y puede ser
til un periodo de tcnicas expresivas (Yontef, 1995).
- Una buena autopaternidad: Primer paso: se le pide que imagine un "padre
bueno metafrico" (PBM) de fantasa (descrito en detalle para que sea ms
evocativo emocionalmente), que sea un smbolo que represente los ideales
para responder a sus necesidades de la primera infancia (ahora, del "nio
interno"), Se pone a los PBM en la silla vaca, y el terapeuta le da voz (te amo
tal como eres estar siempre para ti). Se indaga en cmo se siente el
paciente frente a esto. Segundo paso: cuando el paciente puede ejercer bien
esta funcin receptora, se le pide que represente a los PBM. Al paciente con
tendencia la vergenza le cuesta recibir en forma pasiva el mensaje de los
buenos padres, pero le resulta an ms difcil enviar l mismo el mensaje.
Tercer paso: finalmente se pide el paciente que sienta estos buenos
sentimientos sin realizar los dos primeros pasos (Yontef, 1995).
195
- apropiacin de las proyecciones: En el transcurso de la terapia, el trabajo de
la vergenza se aborda esencialmente por la reintroduccin del prjimo y en
particular, del calumniador (Robine, 2005, p. 162). Las proyecciones que estn
alimentando la vergenza, dan paso al resentimiento, que es una forma
proyectada de culpabilidad (Perls, 197617 y 200218), es decir, desear que el otro
se sienta culpable. Este resentimiento hacia el calumniador, hacia el prjimo
avergonzador puede convertirse en un reproche directo, reemplazando el
contacto interrumpido por proyecciones o retroflexiones con un contacto
agresivo. Perls (2002) agrega el aceptar lo malo que hay en ti (p.174) y da
cuenta como el paciente se relaja en el momento en que se deja de luchar
contra eso. El majaderearse a uno mismo origina una contrafuerza. Esta es la
base de los juegos de auto-tortura: tratar de ser algo que uno no es (Perls,
2002, p. 174).
- polaridades (Levy, 2000). Se trabaja con el polo avergonzador y el
avergonzado. Es importante revisar cmo es el avergonzador interno de cada
uno. Para Levy (2000) este aspecto necesita aprender que su funcin es
informar de los errores con el fin de capacitarnos, no de destruirnos; necesita
aprender a transformarse de examinador en colaborador del aprendizaje,
pudiendo reconocer la falta o inadecuacin siendo un testigo amoroso, que
puede aprender y eventualmente divertirse con aquello que le toca vivir.
17
En Perls (1976, p. 85 y 86) se describe un trabajo con una proyeccin de la actitud
avergozadora.
18
En Perls (2002, p. 172 174) se describe un momento de vergenza en que Perls trabaja de
esta forma.
196
Adems, para Levy (2000) el objetivo es percibir que mi yo no se agota en el
aspecto que fue inadecuado por lo que puedo desidentificarme de l. Al
comprender esta realidad, y habiendo desarrollado una actitud asistencial
(Levy, 1999) hacia m mismo, es posible mirar amorosamente al lado
inadecuado y encontrar incluso los aspectos graciosos o simpticos del
evento avergonzante. As, la vergenza comienza a curarse cuando uno est
dispuesto a correr el riesgo de fallar en la performance sintindose con
recursos para sobrellevar esa situacin en el caso de que ocurra.
5.3.2 Propuesta intervencin con un enfoque gestltico.
Mi objetivo como terapeuta y como persona es considerar la totalidad
de mi vida- la manera en que me muevo, trabajo, amo y vivo- como arte,
como un proceso creativo (Zinker, 1979, p. 11).
En esta seccin se presenta una integracin a modo de resumen de las
maneras de intervencin antes descritas, adems de otros aportes y
propuestas, de acuerdo a una reelaboracin personal de los objetivos de
Yontef (1995) en el trabajo de la vergenza.
197
Foco 1.- Crear un espacio para que pueda surgir la vergenza:
desarrollar una relacin de apoyo, emptica y sintonizada.
Los pacientes que presentan profundos sentimientos de vergenza tienen
dificultades para responder a terapias de corto plazo, sin embargo, la
vergenza puede ser trabajada en terapias de largo plazo. En este caso, una
de las mayores tareas es el establecimiento de una relacin teraputica en que
el paciente se sienta a salvo y aceptado, pudiendo de esta forma internalizar un
sentimiento de s mismo como aceptable y valioso. El desarrollo de este
sentimiento en el self puede tomar tiempo y requiere paciencia de parte del
terapeuta, quien puede querer cambios rpidos en el paciente (Watson, 2011).
En el trabajo de la vergenza en un proceso de psicoterapia, que es en s un
contexto generador de vergenza (Jacobs, 1996 citado en Yontef, 1997 y
Orange, 2005; Greenberg y Paivio, 2000), es importante la actitud del terapeuta
y su experiencia personal con este sentimiento, lo que posibilita que la terapia
pueda transformarse en la habitacin de lo ntimo (De Juan, s.f. citado en
Velasco, 2005) que permita que la vergenza pueda emerger y pueda ser
compartida (Ciccone y Molet, 2005).
Por esto, es esencial que el terapeuta trabaje a nivel personal el contacto con
su propio universo de vergenza, ya que si no, no es posible alcanzar el del
paciente, o bien, puede evitar quedar expuesto a estos sentimientos frente al
paciente, por lo que podra evitar que aparezcan en sesin; o potenciar la
generacin de vergenza a travs de sus intervenciones. Se requiere que el
198
terapeuta no est tan defendido frente a su propia vergenza para que pueda
captar sus actitudes defensivas y los posibles efectos avergonzantes en la
interaccin teraputica. Como sealan Polster y Polster (1980), el terapeuta es
su propio instrumento para el trabajo teraputico, y por lo tanto, es importante
que ese instrumento est afinado.
Se indica tambin el generar permisin (Beisser, 1970 citado en Orange,
2005) en las intervenciones para que el paciente sienta, a travs de este
permiso, que sus ideas, conductas, sentimientos y necesidades son
adecuados. Adems, se resalta la importancia de la aceptacin19 (Morrison,
2005) como actitud del terapeuta frente al miedo a decepcionar que frena la
autenticidad y la iniciativa, asociado a la necesidad de pertenencia y de ser
aceptado tal como es (Yontef, 1995). Al respecto, Greenberg y Paivio (2000)
sealan que los pacientes internalizan la aceptacin del terapeuta, con lo que
aumenta su capacidad de aceptarse a s mismos. Estos autores enfatizan que
una relacin comprensiva y de apoyo no es una condicin previa al trabajo en
este tema, sino que es la esencia del tratamiento en s mismo.
Se requiere paciencia y respeto en la bsqueda y trabajo de la vergenza
(Morrison, 1984 citado en Orange, 2005); un incansable inters en la
experiencia del paciente (Orange, 2005); flexibilidad y empata para facilitar el
exponer lo que no se habla con nadie (Velasco, 2005). Esta comprensin
emptica se puede expresar dando espacio a que el paciente pueda estar de
19
En trminos rogerianos, la aceptacin incondicional de la persona, no implica una aprobacin
incondicional de lo que ste hace.
199
acuerdo o no con el terapeuta; que el terapeuta tenga un sentimiento clido y
positivo hacia el paciente, se sienta feliz con l y que realmente lo aprecie, y
que sea capaz de manifestar esta aceptacin y respeto en forma reconocible
para el paciente; que sea autntico, congruente y honesto, disintiendo en la
apreciacin que la persona tendiente a la vergenza tiene de s misma,
acogiendo esos sentimientos, pero sin tratar de disuadirlo o tranquilizarlo para
eliminar la amenaza que representa el enfrentarse a la vulnerabilidad (Yontef,
1995 y 1997); que sea un testigo ntimo, es decir, que ofrezca una
resonancia sentida, centrndose en recibir y unirse a estos sentimientos,
acogiendo la vergenza con vergenza y no con reafirmacin o distanciamiento
de lo que avergenza, sin intentar arreglar al paciente (Wheeler, 2005);
creando un sistema vinculado por el respeto con un compromiso de largo
plazo para abrirse paso y resolver honestamente todo lo que se presente ()
de aceptar y responder honestamente sin amenazas de romper el intercambio
de la relacin (Fossum y Mason, 2003, p.43), es decir, que pueda brindar un
contexto de intimidad en que la relacin no est en juego.
En este punto, me parece importante destacar la actitud fenomenolgica del
terapeuta al acercarse al proceso de la vergenza. Como se ha dicho, en un
acercamiento fenomenolgico se ponen entre parntesis los conocimientos y
teoras previos con el fin de acercarse desprejuiciadamente al fenmeno: la
persona. Esto no implica que no existan esos conocimientos previos, en este
caso, el conocimiento sobre la vergenza y su proceso. Es especialmente
relevante tener la actitud ingenua fenomenolgica (desprejuiciada), pero no
caer en la actitud ingenua del que cree sin ms, ya que esto podra ser
200
perjudicial y potenciar la neurosis, mantenida por la tendencia a mantener
oculto este proceso, lo que resulta conveniente a la neurosis del paciente y
podra convenir neurticamente al terapeuta por el temor a la posibilidad de
verse enfrentado a su propia experiencia con la vergenza y su capacidad de
hacerse cargo de ella.
As, como dice Orange (2005), vergenza y crtica van juntas, por lo que es
importante un acercamiento libre de juicios y prejuicios, con el fin de ver lo
obvio que se est dando en la sesin, en este caso, el proceso de la
vergenza-ocultacin. Es decir, poder captar las seales que aparecen y no
caer en la invisibilizacin de este proceso.
Adems, los juicios y prejuicios son la base de la discriminacin que genera en
s procesos de vergenza. Los exmenes y las evaluaciones de todo tipo son
fuentes que generan turbacin (Yontef, 1997). Al respecto, Lichtenberg (citado
en Sas de Guiter 2003; Lichtenberg, 2006) ha hablado de la importancia de la
vergenza (o ese malestar que aparece) como una seal ante los
comentarios discriminatorios20 y las conversaciones difciles y la necesidad de
20
Para Lichtenberg (2006), la discriminacin es una forma de opresin. Al mismo tiempo,
tambin de acuerdo con Myers (1995), constituye un modo de cohesionar un grupo de
personas (endogrupo) a partir de suponer que hay un enemigo afuera de este grupo
(exogrupo). Lichtenberg (2006, 2007, 2008) seala que la base para esto es una dinmica
psicolgica y psicosocial actuando en personas que han sido obligadas a introyectar la
autoridad, fusionndose con ella sin haber podido definirse a s mismos como personas. De
este modo, se identifican con el agresor (usando el trmino de Ferenczi) e idealizan el grupo en
el que se encuentran y como no pueden diferenciarse dentro de este grupo, necesitan crear
201
romper el vnculo opresivo que se produce a raz de stos, dndose cuenta de
lo que provoca este tipo de juicios (reacciones de vergenza que son
retroflectadas). Sentirse intimidado es decir que el otro es un intimidador, pero
no es decir qu nos sucede en el interior ante la presencia de un intimidador
una atribucin comn de un proceso interno a una relacin social (Lichtenberg,
2006, 14). Para esto, esboza una propuesta de realizar un juego dialctico de
definicin de s mismo y de unin con el otro, para comunicarse profundamente
con l, sosteniendo las afecciones intensas de uno y del otro, es decir,
promover el dilogo a travs de la inclusin de la experiencia interna de
vulnerabilidad de cada uno, pero sosteniendo tambin el propio poder e
influencia en el mundo. Esto en el caso de la terapia es especialmente
importante para evitar un quiebre en la relacin teraputica (o para captar este
tipo de dinmicas en la experiencia del paciente) y permitir que aparezca un
Yo ntido y un T ntido en el contacto. Es importante considerar tambin de
que si bien es un riesgo el exponer socialmente la vulnerabilidad, existe
considerablemente ms espacio para la intimidad de lo que se piensa.
La actitud libre de juicios y prejuicios permite entonces, generar el espacio de
aceptacin de la persona como es, y posibilita as un contexto de intimidad en
que el vnculo no est en juego y por lo tanto en que la vergenza puede ser
expuesta y validada (Fossum y Mason, 2003; Morrison, 2005; Yontef, 1995).
una diferencia con los que estn afuera. La opresin entonces, es un intento tanto de definirse
a s mismo, de diferenciarse a uno mismo, y a la vez de fusionarse con el otro.
202
Foco 2.- Aumentar el darse cuenta del proceso de vergenza,
liberndose de este proceso automtico y excesivamente autodestructivo
Darse cuenta del terapeuta sobre s mismo.
Para frustrar la neurosis en el caso de la vergenza, es necesario no avalar los
mecanismos de evitacin, por lo que es absolutamente relevante el darse
cuenta del terapeuta de un proceso de vergenza incipiente en la terapia (aqu
y ahora) o evocados en el relato del paciente de sucesos fuera de la sesin
(all y entonces), que podran estar evidenciando una autorregulacin basada
en la vergenza.
Si bien, siempre es conveniente centrarse en los procesos de transferencia y
contratransferencia, en el caso de la vergenza, es necesario atender
inmediatamente cuando el terapeuta pudo haber avergonzado al paciente o
viceversa, por esto, es relevante la capacidad del terapeuta de darse cuenta de
sus propios procesos de vergenza, ya que la vergenza no reconocida genera
un ciclo vergenza-culpa21 (Yontef, 1995) o puede instigar a devolver la
vergenza (escalada del conflicto en Retzinger 1987 y 1991 citado en Lansky,
2008). El terapeuta entonces, tiene como tarea personal el conseguir un ms
refinado y exacto sentido de su propio self (Yontef, 1997) para que sus
procesos personales no interfieran negativamente en el proceso teraputico del
paciente o que pueda utilizarlos para el trabajo teraputico.
21
Descrito anteriormente en la pgina 138
203
Darse cuenta del terapeuta sobre el paciente
El terapeuta debe ser capaz de captar y reconocer las manifestaciones y
seales que sugieren un proceso de vergenza subyacente y los mecanismos
de evitacin, siendo capaz de visualizar lo que se oculta: comentarios
autocrticos explcitos, baja autoestima, timidez, desesperanza, sentimiento de
no ser elegible, autoboicot, auto-odio, falseamiento, repliegue social, corte de
vnculos a raz de juicios o discriminacin, actitud prejuiciosa, perfeccionismo,
autoexigencia, rabia, culpa (vergenza de ser yo quien actu en determinada
forma), resentimiento, envidia, etc. Adems, cuando aparece el impasse en
terapia, es necesario considerar que puede estar involucrado un proceso de
vergenza (Block Lewis, 1971 citado en Lansky, 2008).
Conviene tambin estar sintonizados a captar y apoyar la parte del s mismo
del paciente que no cree totalmente o que se rebela a la autocrtica y
devaluacin, es decir, focalizar y apoyar las fuerzas que van emergiendo que
se oponen a la vergenza y de este modo fortalecer el autorrespeto (Greenberg
y Paivio, 2000), considerando, como ya se ha mencionado, que slo despus
de haber logrado un vnculo estrecho con el paciente, es posible realizar una
conjetura tentativa emptica acerca de la experiencia subyacente (Greenberg y
Paivio, 2000; Yontef, 1995).
204
Darse cuenta del paciente en el aqu y ahora:
La iniciativa de identificar la presencia de un proceso reside generalmente en el
terapeuta, por lo que una vez que la vergenza del paciente se ha hecho figura
para el terapeuta, es necesario considerar si el paciente presenta patologas
serias del carcter, en las que la vergenza implica un colapso global del
sentido del s mismo y enfocarse preferentemente en ellas (Yontef, 1995). Por
su parte, Greenberg y Paivio (2000) sugieren evaluar la fortaleza del ego del
paciente para que la intervencin no resulte una intromisin, sino que se
respete la fragilidad y necesidad de retirarse del paciente. Por esto, en
ocasiones es necesario trabajar primero aspectos como la autoestima antes de
exponerlo a la vergenza. Es decir, se requiere lograr un equilibrio que
considere por un lado el respeto y la no intromisin, y por otro lado el enfrentar
y frustrar la neurosis. Greenberg y Paivio consideran tambin:
- Reconocer la experiencia interna de inferioridad y normalizar el deseo de
proteger la propia dignidad.
- Animar a los pacientes a expresar los sentimientos reactivos a la humillacin,
pero reconocerlos como un modo de afrontamiento, destacando los
sentimientos de vergenza subyacente.
- Proveer al paciente de explicaciones razonables para entender la utilidad de
focalizarse en estas experiencias dolorosas, pudiendo rescatar que el impulso
a ocultarse y bloquear el contacto social, pone en riesgo las necesidades
205
primarias de pertenencia y conexin. Para Yontef (1995) tambin es necesario
buscar un lenguaje que permita la comunicacin y expresin, as como tambin
ensear sobre el proceso de la vergenza con el fin de clarificar estas vivencias
desorganizadoras. Personalmente tambin me parece importante que los
pacientes tengan cierto conocimiento sobre el ciclo de la experiencia
(autorregulacin organsmica y autorregulacin basada en la vergenza) con el
fin de dar herramientas cognitivas que les permitan estar atentos a cmo se da
ese proceso en su propia experiencia y descubrir as cmo y cundo se estn
interrumpiendo.
Como en el trabajo con la vergenza es importante que el paciente tome
conciencia de su proceso, ya sea que la vergenza aparezca como figura para
el paciente o para el terapeuta, se pueden utilizar tcnicas clsicas de terapia
gestalt para aumentar su darse cuenta, como las siguientes:
- Continuum de la atencin: se pide al paciente que atienda a aquello que
entra en su campo presente de la atencin y que lo exprese, suspendiendo el
razonamiento por la pura auto-observacin (Naranjo, 1990, p. 30).
- Enfoque en la responsabilidad (renombrando el llamado enfoque en la
cognicin de Yontef, 1995, p. 481): implica el trabajo de aprender a reconocer
los primeros signos del proceso de vergenza y luego hacer una pausa para
permitir el darse cuenta y no continuar automticamente hacia una vergenza
ms profunda (Yontef, 1995) lo que permite hacerse cargo de dicho proceso.
206
- Aumentar la conciencia de los mensajes implcitos y de los procesos
cognitivo-afectivos subyacentes que generan vergenza. Cuando aparecen
seales de vergenza subyacente, se le pide que represente como se
abochorna a s mismo, qu cosas se dice para avergonzarse y de esta forma,
expresar y simbolizar los mensajes internalizados o las creencias sobre lo que
no funciona en m (Greenberg y Paivio, 2000).
- Reflejar y exagerar: cuando aparecen comportamientos no verbales que
trasmiten autodesprecio, asco o alguna seal de las expuestas anteriormente
(Geenberg y Paivio, 2000).
- Ocultar y enmascarar: experimentos con el fin de expresar el deseo de
esconderse para convertirlo en algo menos pesado y molesto (Yontef, 1995).
- Tcnicas expresivas (Naranjo, 1990), como son la repeticin, exageracin, la
traduccin (por ejemplo: ponle palabras a tu movimiento o sensacin, si tus
lgrimas pudieran hablar, qu diran?, etc.), la actuacin o el ser directo al
hablar pueden ser de mucha utilidad para aumentar el darse cuenta y la
expresin de la vergenza.
- Por otra parte, como receptor de su propio desprecio y asco, se fomenta la
conciencia experiencial del dao a s mismo, lo que moviliza la parte
autoprotectora que no acepta un tratamiento hostil: si te lo dijera otra
persona? o si le dijeran esto a otra persona? cmo te gustara responder?
(Greenberg y Paivio, 2000).
207
Darse cuenta en el presente del all y entonces: origen y trabajo
evolutivo con la vergenza:
Yontef seala que es importante llevar al darse cuenta el sistema de
autorregulacin relacionado con cmo fueron los padres (autopaternidad) que
ahora se relaciona con cmo es el ambiente interno del paciente (Yontef, 1995)
para frenar su actuar automtico. Para esto sugiere:
- Explorar la induccin de la vergenza en la familia de origen como un fondo
para comprender el presente.
- Cerrar asuntos inconclusos basados en el pasado, deshaciendo retroflexiones
y liberndolo de energa emocional no descargada.
- Revivenciar y asimilar/rechazar figuras parentales y creencias introyectadas.
- Presentificacin del pasado (futuro o fantasa en general de ser el caso):
llevar al presente la situacin pasada y revivirla o reactuando escenas con
participacin gestual y postural as como tambin oral (Naranjo, 1990, p. 30).
- Buena autopaternidad: a travs de la generacin en imaginacin de los
Padres Buenos Metafricos, capaces de responder a las necesidades (de
amor, aceptacin, proteccin, buen trato etc) del nio interno vulnerable, para
luego desarrollar o activar la capacidad del paciente de responderse de esta
forma a s mismo.
208
Foco 3 - lograr en ellos un sentido de s mismo coherente, seguro,
positivo y compasivo.
a) Trabajo con los mecanismos de evitacin de contacto.
A continuacin algunos ejemplos del trabajo con mecanismos de evitacin en el
caso especfico de la vergenza:
Introyeccin.
Como se ha dicho anteriormente, el origen de los mensajes avergonzantes es
interpersonal, generados en el ncleo familiar. En terapia gestalt, estos
mensajes son vistos como introyecciones que pueden ser asimiladas, por lo
que se puede animar a la persona a verlos de este modo y, por lo tanto,
aduearse de ellos, dejarlos ir o quedarse con la parte de contenido que le es
til: la vergenza, ahora, se genera internamente y el problema se ha
convertido en una lucha intrapsquica por la autoaceptacin (Greenberg y
Paivio, 2000, p. 316). Para esto se fomenta el darse cuenta de su actitud con
respecto al material introyectado, por ejemplo, en el caso de la autocrtica: de
dnde viene eso? de quin es esa voz?, etc. Con esto, la condena global del
s mismo se convierte en evaluaciones negativas implcitas y se pueden
cuestionar las creencias desadaptativas negativas, reestructurando la
sensacin desadaptativa de s mismo basada en la vergenza (Greenberg y
Paivio, 2000).
209
Dentro del trabajo con las introyecciones, puede ser importante tambin el uso
de la tcnica de la silla caliente, ubicando las figuras introyectadas en la silla
opuesta al paciente para fomentar as el dilogo con ellas. Esto, con el fin de
que pueda asimilar los contenidos, pudiendo distinguir cuales elementos siente
como propios y cuales no en relacin a su experiencia de la vergenza.
Adems, como en la vergenza juega un papel trascendental la comparacin
con un yo ideal (en cuya base est la introyeccin), es importante poner
atencin a la regulacin basada en deber ser (debesmo, en Naranjo, 1990, p.
66) y asimilar lo que es propio y coherente con s mismo y desechar lo que no.
En este caso, pueden ser tiles experimentos del tipo tengo que y elijo que
(Stevens, 1976, p. 84).
Proyeccin.
Perls (1998) seala que el ser tmido (un aspecto de la vergenza) o
autoconciente (self-conscious) es en realidad conciencia de un auditorio
crtico, en que la persona no se da cuenta verdaderamente de su auditorio, el
cual se torna borroso y se transforma en un teln donde proyecta sus propias
crticas, hostilidad y atencin (y por lo tanto se siente el foco de esta atencin).
La cura es simple: identificacin con la proyeccin. Ser crtico con el auditorio.
Poner atencin a la realidad. Despertar del trance de las expectativas
catastrficas (Perls, 1998, p. 188). En el caso de la vergenza, entonces, la
210
sensacin de exposicin implcita, implica a un observador o testigo
enjuiciador, cuyas actitudes pueden ser exploradas mediante la representacin
de l o ella (Naranjo, 1990). En el desarrollo de esta exploracin es posible
utilizar la tcnica de la silla caliente como un medio para que el paciente logre
identificarse vivencialmente con los aspectos que deja fuera de s mismo. De
esta forma, a travs del dilogo con las figuras proyectadas que lo enjuician y
critican, puede revisar cul es su experiencia frente a ellas, expresar la rabia u
otros sentimientos interrumpidos y finalmente experimentarlas como parte de s
y hacerlas propias, es decir, de cmo l mismo es crtico y enjuiciador.
Greenberg y Paivio (2000) tambin apoyan la idea de aumentar la conciencia
experiencial del proceso de no reconocer como propios y de rechazar aspectos
del s mismo y los efectos negativos que tiene sobre la persona. A raz de esta
conciencia se movilizan recursos y fortalezas como el orgullo, el autorrespeto y
la compasin, aceptando los errores como slo una parte del organismo en su
totalidad. En este sentido, tambin es necesario el trabajar apropindose e
integrando un juicio amoroso (no slo un juicio castigador) hacia s mismo,
autoemptico, es decir, aduearse un poco del rol o actitudes del testigo ntimo
externo o de los padres buenos metafricos.
Perls sugiere que si el paciente habla en trminos de it (ej: eso me molesta),
es necesario conseguir que se asocie a s mismo a eso, de modo que ya no
sea algo, sino parte de s mismo. As tambin, si expresa opiniones de otros
que son proyecciones (ej: yo no les gusto a ellos), se le pide que invierta la
211
afirmacin: ellos no me gustan, y de ser necesario, que lo repita hasta que
emerja como expresin del s mismo.
Tambin, puede ser til utilizar tcnicas como me resulta obvio que - me
imagino que (Stevens, 1976, p. 170), con el objetivo de fomentar el darse
cuenta del paciente sobre qu, cmo y cundo est proyectando un auditorio
crtico en los dems.
Retroflexin.
Para Wheeler la vergenza es ms un asunto de aislamiento que de
constatacin de una diferencia. La vergenza, como emocin social, es una
llamada a buscar la aceptacin en intimidad con un otro, que ayude a integrar
la experiencia en el campo vivencial, pero con el mecanismo de ocultamiento
(retroflexin), la persona se asla. Este es otro punto en que la relacin
teraputica en s, como es descrita en el objetivo 1, es de vital importancia.
Por otra parte, al aumentar la toma de conciencia de la necesidad de ocultarse
ligado a la vergenza, este mecanismo puede dejar de funcionar en automtico
ante las vivencias de vulnerabilidad (Yontef, 1995).
Perls (1998, p.189) dice que la persona que se tortura a s mismo en presencia
de ustedes, tambin los est torturando a ustedes, por lo tanto, la cura es:
hacerle a otros lo que te ests haciendo a ti mismo (Perls, 1998, p.189), por lo
que se pueden utilizar tcnicas en que el paciente pueda expresar las
emociones suprimidas, reprimidas y desviadas en sesin y pueda dirigir esa
212
energa (tortura, odio, crtica) hacia fuera, o aumentar la toma de conciencia
realizando intervenciones del tipo a quin te gustara decirle estas cosas?
(Greenberg y Paivio, 2000).
Confluencia.
La vergenza es catalogada como ruptura de la confluencia (Robine, 2005),
ya que se relaciona con la conciencia del quiebre del estado de fusin con el
entorno, en que aparece una figura de contacto y de diferenciacin, gatillada
por la presencia o mirada de otro. En otras palabras, es inevitable y necesario
que suceda este quiebre con el entorno que genera vergenza, es decir, que la
persona tenga iniciativa, que pueda diferenciarse y reconocer sus propios
lmites.
Lichtenberg (2006) habla de la importancia de lograr una confluencia saludable.
Sin embargo, esto se ve dificultado por el temor a la cercana (o intimidad)
generado por la experiencia de una confluencia defectuosa en que el otro (o lo
externo) domina al s mismo que se sumerge en el otro perdiendo la
individualidad. Para una confluencia sana, es necesario estar cada uno
abiertamente particularizado, es decir, que exista tanto un yo como un t
ntidos y ambos validados. Es por esto que en este punto puede ser til trabajar
la identidad, reconocer los propios lmites y cuando son traspasados (por
ejemplo en conversaciones difciles con contenido discriminatorio, ciertos
juicios, etc.), adems de trabajar con la iniciativa para ser autntico de un modo
creativo.
213
Lichtenberg (2006, 22) propone cuatro vrtices en el contacto si es que se
busca un dilogo completo, entre un yo y t ntidos.
1.- Esto es lo que yo quiero y quien soy yo.
2.- Yo quiero que t me digas qu quieres y quin eres.
3.- Dime cmo ests reaccionando a lo que he dicho o hecho,
4.- as es cmo yo estoy reaccionando ante ti.
E ir completando los componentes que faltan, siendo respetuosos de las
resistencias a ser uno mismo de verdad en forma totalmente abierta, ya que no
es posible estar seguro de cmo el otro va a usar nuestras revelaciones.
Martnez (2006) da un ejemplo de trabajo de ruptura de confluencia en la
vergenza, en que se le pide al paciente que exponga aquello de s mismo de
lo que se avergenza, y que le es propio, frente a un otro a travs de la
imaginacin.
Adems puede ser importante el trabajar con el paciente la capacidad de
aceptar al otro en sus diferencias (lo que incluye el trabajo de expectativas,
actitud enjuiciadoras hacia fuera, etc.), para posibilitar que tambin aparezca
un t claro y ntido al que le sea permitida la unicidad, autenticidad y
creatividad.
214
b) Vergenza y creatividad.
Amigo, no seas perfeccionista. El perfeccionismo es una maldicin y un
esfuerzo. Por qu tiemblas al errar la fama. Eres perfecto si te dejas
estar y ser.
Amigo, no temas equivocarte. Los errores no son pecado. Las
equivocaciones son maneras de hacer algo de un modo diferente, tal
vez en forma novedosa y creativa.
Amigo, no le tengas temor a tus equivocaciones.
Amigo, no te arrepientas de tus equivocaciones. Ponte orgulloso de
ellas. Tuviste el coraje de dar algo de ti (Perls, 1998, p.93).
El tema de la creatividad, a mi parecer, cobra especial importancia en el trabajo
de la vergenza, por lo que ser tratado a continuacin.
Un tema que ocupa al terapeuta gestltico es el de lograr la permanencia de la
creatividad, an cuando existan pautas o consensos, es decir, transitar desde
la seguridad a la incertidumbre (donde se pueden aprovechar condiciones an
desconocidas o negadas, que estn en el fondo); ir de la adaptacin y lealtad a
pautas ya carentes de significado, hacia la diferenciacin y originalidad y desde
all a la adecuacin creativa para as organizar nuevas lealtades (Sas de
Guiter, 2005).
El miedo a tomar el riesgo de equivocarse o de ser mal evaluado si tengo la
iniciativa de expresar quien soy, de manera autntica, implica un
215
distanciamiento (y tal vez un bloqueo) de las propias capacidades de ser
espontneo o de hacer un ajuste creativo con el entorno. En el documental La
invasin de las ideas (Vaske, 2005), se trata el tema de las ideas y la
creatividad a travs de la opinin de muchos expertos en el rea de la filosofa,
ciencias, y arte entre otros. Aqu se seala que las nuevas ideas, la creatividad,
se ve coartada por la intolerancia, el fundamentalismo, los prejuicios, la falta de
aceptacin, la idea de uniformidad, las ideologas, censura, etc.
En este sentido, romper la confluencia con el entorno, el atreverse a la
posibilidad de quedar expuesto y ser muy visible en mis divergencias, es decir,
el pasar a travs de la vergenza, permite que surja la creatividad.
Yontef (1997) seala que la creatividad requiere independencia y resistencia.
Cuando no se est de acuerdo con la mayora (o con quien ensea), cuando se
muestra pensamiento crtico o creativo, la persona se siente expuesta y esta
ruptura de confluencia es esencial para un buen aprendizaje. Sin embargo,
cuando la respuesta obtenida es demasiado enrgica, crtica a los esfuerzos
que implican el generar un pensamiento independiente, cuando se pide ser
conformista (por ejemplo, con el estilo de la enseanza) o se trata de ridiculizar
al individuo, se aumenta la induccin a la vergenza. Esta es otra razn de por
qu es trascendental establecer una relacin teraputica de aceptacin del otro
en su diferencia y unicidad.
Para Zinker (1979, p. 11)
216
la creatividad es la celebracin de nuestra propia grandeza, el
sentimiento de que podemos hacer que cualquier cosa se vuelva
posible. Es una celebracin de la vida, mi celebracin de la vida. Es una
afirmacin ardiente: Estoy aqu! Amo la vida! Me amo! Puedo serlo
todo! Puedo hacerlo todo!
Para este autor, la creatividad no es solamente la expresin de la totalidad de
la experiencia y el sentimiento de unicidad de cada persona, sino que tambin
es el acto social de compartir con otros esa celebracin, lo que especialmente
en el caso de personas con tendencia a la vergenza, es facilitado por un
contexto de intimidad en que el vnculo no est en juego.
Por esto, todas las intervenciones que posibiliten expresar esta unicidad,
podran de alguna forma trabajar la vergenza. Sin embargo, si no est
presente el contexto de aceptacin (incluyendo al paciente con respecto a s
mismo), esta ruptura de confluencia podra generar o fomentar la aparicin de
una reaccin de vergenza.
c) Exacto sentido del self: autoconocimiento, autoaceptacin y
autoestima.
El orgullo no es la satisfaccin por algo cumplido, sino la glorificacin de
algo soado. Es por esa caracterstica que tanto el orgullo como la
217
vergenza le impiden al individuo ser realmente l mismo (Fossum y
Mason, 2003, p. 13).
En terapia gestalt la toma de conciencia incluye tanto el conocimiento del self,
es decir, el autoconocimiento, as como la aceptacin del self o
autoaceptacin22. Un sentido del self que sea un mero ajuste o acomodacin
a una norma externa sin validacin por el propio sentido del self, o cuando se
empareja con el autorrechazo no sirve para construir el sentido del self23
(Yontef, 1997, 28). As como tampoco servira de la forma contraria, es decir,
un ajuste sin validacin externa o autoengrandecedor. En este sentido, el
objetivo ha de ser lograr un equilibrio personal entre la necesidad de ser
aceptado por otros y el ser uno mismo. As tambin, me parece importante el
conocimiento (e incluso la aceptacin) de las propias rigideces neurticas.
Para Yontef (1995), la identificacin con uno mismo tal como se es, con las
propias circunstancias y experiencias, es lo opuesto a una autorregulacin
basada en la vergenza. Desde ah, se condice que aceptar la propia
experiencia de vulnerabilidad y/o tendencia a la vergenza tenga el efecto
paradjico de aliviarla, ya que el solo hecho de aceptar la experiencia subjetiva,
disminuye la angustia.
22
Es importante recordar que el self o s mismo en gestalt es la frontera de contacto y que
por lo tanto es mvil.

23
En este artculo Yontef se refiere a la vergenza en la formacin de terapeutas, por lo que
este prrafo est referido al sentido del self de un buen terapeuta, pero es posible aplicarlo en
forma general.
218
Para que el paciente se asuma a s mismo tal como es, lograr la aceptacin y
no caer en la ocultacin o autoboicot por evitar quedar expuesto, puede ser
importante la connotacin positiva del polo vergenza, es decir, los aspectos en
que sta puede ser funcional al organismo, es decir, la conciencia de s mismo,
el contacto con los propios lmites y la importancia que tiene el campo
interpersonal para la persona. En este sentido, como sugiere Wheeler (2005),
esto implica el cambio paradigmtico desde el individualismo que ensalza el
orgullo (semejante a la omnipotencia en trminos de Schnake, 2001, p. 122)
generalmente autosuficiente y que no reconoce los propios lmites ni
dependencia del campo, para dar paso a un paradigma de campo.
En este trabajo, son de gran utilidad las tcnicas de integracin (Naranjo,
1990), como por ejemplo:
- ante expresiones de autodenigracin (momento de vergenza) se puede
realizar un dilogo de partes entre una parte crtica o juez que dirige
acusaciones despreciando a una parte receptora que se avergenza de todo
ese desprecio y asco. Esto incrementa la conciencia de mensajes
internalizados especficos, de la cualidad expresiva y del impacto experiencial
de este desprecio y asco, del dolor y dao a la autoestima (Greenberg y
Paivio, 2000, p.316).
- trabajo de polaridades: Es importante destacar que, como desde la gestalt
nos situamos desde la fenomenologa, se trabaja con el paciente para generar
219
las categoras polares que tienen sentido para l, desde su propia perspectiva y
realidad nica, es decir, las categoras no vienen dadas a priori y por tanto no
son generalizables en ningn caso. Especficamente en el caso de las
personas que tienden a la vergenza, se describen dos tendencias polares que
podran servir como gua para el trabajo, pero en ningn caso como verdad
irrevocable, que son el polo orgullo: expansivo, sin lmites, omnipotente,
grandioso, que se siente autosuficiente y que generalmente toma el rol de
avergonzador; y por otro lado el polo vergenza: contrado, autoconsciente de
los propios lmites y dependiente de campo (Morrison, 2005; Yontef, 1995).
El trabajo en la silla caliente implica la aceptacin final de ambos polos, por lo
que es importante tener cuidado con como se nombran estas categoras para
trabajarlas en la silla caliente o al hablar de ellas, ya que la vivencia que tiene
el paciente con una de las dos (o con ambas), puede ser desagradable para l.
Por tanto no es trivial que el nombre en s enjuicie o denigre a ese aspecto del
s mismo, ya que dificulta la aceptacin y la toma de contacto con los recursos
que existen en ese polo. Por ejemplo, si en terapia denominamos a un aspecto
polar el perdedor o el idiota, lo ms probable es que el paciente no quiera
tomar contacto con ese aspecto de s mismo y lo evite.
La idea integracin y aceptacin en el trabajo de polaridades en la silla caliente
es que, a travs del dilogo (guiado y energizado por el terapeuta cuando es
necesario), el paciente logre captar vivencialmente lo positivo de ambos polos,
es decir, los recursos personales que tiene a su disposicin si se permite actuar
desde esa polaridad y a la vez, que ambas polaridades logren reconocer
220
aquello que le es til y es positivo de la otra parte. Esto permite que prevalezca
internamente la aceptacin en vez de la crtica, elemento central en el trabajo
de la vergenza. Por lo tanto, es importante rescatar la utilidad del polo
vergenza como el lado que es capaz de aceptar los lmites y la necesidad de
intimidad, ya que el dejar al paciente contactado slo con el polo orgulloso
implica la desvergenza, que para Yontef (1995) es carecer de un sentido
adecuado del contexto y de los propios lmites. Adems, si slo se identifica
con el orgullo, y se devala al otro, se plantan las bases para la vergenza a
futuro.
Es importante destacar que el que la persona acepte ambas polaridades, no
implica que stas tengan que estar presentes en su vida la mitad del tiempo
cada una y que tenga que mantenerse en un punto intermedio, en un equilibrio
esttico que sera insostenible en el tiempo y generara a la larga ms neurosis.
Significa que logre transitar ms o menos cmodamente, utilizando los
recursos de ambos lados cuando lo requiera, aqu y ahora, es decir,
acercndose as ms al autoapoyo y a la salud.
- S mismo ideal: con el fin de explicitar la comparacin del s mismo real con el
s mismo ideal, por ejemplo, a travs de una conversacin contactada o
expresando en forma simblica ms concretamente al s mismo ideal e indagar
en las sensaciones que aparecen frente a esa imagen (Yontef, 1995).
- Movimiento: de un lado a otro entre la energa de expansin (polo orgulloso) y
de contraccin (polo vergenza) (Yontef, 1995, p. 482).
221
- En este punto pueden ser positivas para el paciente tcnicas como el hombre
sabio (Stevens, 1976, p. 163), que es un viaje en imaginacin que sirve para
contactarse con la propia la sabidura interna.
En el trabajo con la vergenza, adems de autoconocimiento y autoaceptacin,
es importante el mejorar el sentido global de autoestima del paciente. Yontef
explicita que la autoestima sin un exacto sentido del self no sirve, por lo que
una autoestima equilibrada (no orgullosa ni vergonzosa) incluira el saber
quien soy, aceptarme y estimar eso que soy.
Wheeler (2005) seala que la autoestima es el producto final de la estima, la
aceptacin y la valoracin por parte del entorno. Por lo tanto, la falta de apoyo
por parte del entorno tiene como consecuencia la vergenza y en el otro
sentido, si hay suficiente apoyo adecuado por parte del entorno, se podra
obtener autoestima como resultado.
Algunos autores (Bucay, 2000; Milicic, 2001; Rojas, 2007; Vaske, 2005)
proponen algunas ideas al respecto, que llevados a intervenciones en terapia
gestltica, tienen que ver con la aceptacin y afecto incondicional, el escuchar,
respeto por los procesos, promover la autonoma, darse cuenta de lo que
admira en los dems e identificacin con la proyeccin, trabajar en las
exigencias de acuerdo a la propia persona (teniendo cuidado en la
comparacin con ideales).
222
Foco 4.- Buscar o generar espacios de intimidad en el afuera.
How y Abrams (1988 citado en Myers, 1995) sealan que el autoconcepto
completo no contiene slo la identidad personal, es decir, el sentido de los
propios atributos y actitudes personales, sino que tambin la identidad social.
Por lo tanto, el tener un sentido de nosotros favorece el autoconcepto y, por lo
tanto, podra contribuir a aplacar la vergenza. Estroff (1995) agrega que la
autoestima es ms bien un reflejo de nuestra relacin con los dems, una
especie de un medida construida en nosotros para detectar y as, evitar la
amenaza del rechazo social.
En este sentido, me parece importante el incentivar al paciente a buscar
espacios de intimidad o espacios en los que se sienta valorado tal como es (en
contraposicin a los espacios donde importa esforzarse por calzar o que se
ridiculiza o discrimina lo diferente). Como en el cuento de Patito feo, o en el
videoclip de la cancin No rain (Bayer, 1992), es la alegra de encontrar la
manada (Pinkola, 2001), la confluencia sana (Lichtenberg, 2006) y el sentido
de pertenencia en un espacio abierto a la intimidad. Al respecto Wheeler
(2005, p. 171) describe: Quizs todos conocemos esa sensacin de frenes y
energa que surge cuando inesperadamente encontramos una comunidad o
una persona que nos corresponde, que se aviene con nosotros en reas donde
nos creamos completamente solos.
223
Como resultado de todo este trabajo, es posible alcanzar la ltima parte del
objetivo planteado por Yontef (1995) que es, lograr un sentido de vergenza
que sea dirigido en forma racional por la propia espiritualidad, valores y
necesidades de la persona, en un proceso de contacto s mismo-otro, darse
cuenta y epoch24.
A modo de conclusin, considero importante destacar que adems de que la
terapia sea un contexto que en s genera vergenza, este sentimiento tambin
puede influir en el desarrollo exitoso de los experimentos gestlticos, ya sea
por la dificultad de exponerse o porque lo ms probable es que a la base de la
polaridad no permitida, exista un gran sentimiento de vergenza, lo que, de no
ser considerado, podra boicotear trabajos que impliquen jugar a ser lo que no
me permito ser porque me avergenza (como en la silla caliente o juego de
roles), lo que requiere un manejo sensible entre la aceptacin del paciente y la
frustracin de su neurosis.
6. Casos prcticos
El hombre moderno vive en un estado de vitalidad mediocre. ()
Pareciera que siente que el tiempo de pasarlo bien, de placer, de crecer
24
Epoch o enoj: trmino usado por Husserl para referirse a la reduccin fenomenolgica
muy distinta a la reduccin positivista y que se refiere al poner entre parntesis la existencia
del mundo y de la propia conciencia (), poner entre parntesis todos los caracteres
accidentales del fenmeno y quedarse slo con su esencia (Tejedor, 1990, pp. 296 y 297).
224
y aprender es la niez y la juventud y al llegar a la madurez, abdica de
la vida misma (Perls, 2003, p. 11).
A continuacin se presentan casos clnicos de pacientes, que desde este
enfoque, se comprenden como personas cuya autorregulacin est basada en
la vergenza, ya que me parece ms trascendente para la prctica clnica. A su
vez, se han elegido casos con algunos factores en comn como es ser adulto
joven, profesional, soltero y con trabajo estable, con el fin de homogeneizar la
muestra. Posteriormente, se ejemplificarn los aspectos de la comprensin y el
trabajo de la vergenza, tomando episodios del caso que ms represente el
aspecto a tratar 25.
Es importante destacar que como aspecto tico han sido alterados el nombre y
algunos datos no relevantes para la comprensin y abordaje del caso, con el fin
de proteger la identidad de la persona. Adems, se ha pedido autorizacin al
paciente para escribir sobre su proceso teraputico en este trabajo.
25
Las frases en letra cursiva y comillas corresponden a expresiones textuales del paciente o
terapeuta.
Las frases o palabras entre parntesis corresponden a comentarios de mi autora.
225
6.1 Presentacin de casos
6.1.1 Primer caso.
Andrs es un joven de 29 aos, soltero, de profesin agrnomo y que trabaja
en produccin agrcola.
Conducta observada.
A las primeras sesiones llega bastante inquieto, habla atropelladamente, dando
mucha informacin: la idea es que t lo sepas todo, toda mi historia. Pide mi
opinin para contrastar sus propias ideas y percepciones. En ocasiones se
contacta emocionalmente con lo que habla, pero sigue adelante con el relato.
Motivo de consulta inicial.
Andrs llega a la consulta por una crisis de nimo depresivo que tuvo en la
semana, en la que se cuestion si era capaz de generar vnculos con otras
personas. Seala que cada cierto tiempo su nimo flucta en lo que l llama
mana: ando hiperactivo, alegre, despreocupado, impulsivo y estados
depresivos: ando denso, tirando mierda, irnico, sin ganas ni de levantarme.
Ante estos episodios depresivos, la solucin intentada es principalmente
distraerse con otra cosa, escuchar msica (que es su pasin) y leer libros de
autoayuda (Bucay, de Melo, etc.). No quiere seguir cayendo en esos estados
depresivos porque son muy fuertes para l y lo hacen dejar todo de lado. Por
226
esta sintomatologa, fue diagnosticado con trastorno bipolar en una sesin con
un psiquiatra hace 3 aos, pero no sigui ningn tratamiento.
Est motivado para un trabajo teraputico, sin embargo, llega con la idea de
ser evaluado en qu est bien y qu est mal y as, ser guiado en qu hacer
para cambiar.
Se describe a s mismo como simple, desordenado tratando siempre de ser
ordenado, olvidadizo, solitario, ms bien de pocos amigos, pero a la vez dice
que s agradar, s caer bien.
Agrega tambin que siente que no se conoce, se siente mediocre e
insatisfecho consigo mismo: soy un ser comn y corriente, mediocre. Yo
siempre digo: no soy feliz, pero estoy tranquilo.
Desde el ao pasado, despus de que termin su tesis y se puso a trabajar, ya
no practica los deportes a los que era aficionado y se siente mal consigo mismo
por eso: me siento gordo.
Antecedentes biogrficos.
Es el hermano menor de una familia compuesta por ambos padres y su
hermana, que actualmente est casada y tiene 2 hijos. Andrs vive solo hace
dos aos, cerca de su trabajo a las afueras de la ciudad, pero tiene planes de
cambiarse a un sector ms cntrico y acomodado, aunque tenga que viajar
227
ms tiempo para llegar a su trabajo. Se proyecta construyendo una familia, lo
que es un tema central y sagrado en su vida.
La mam de Andrs fue diagnosticada como depresiva endgena. Andrs dice
de su padre nunca ha sido carioso, pero mi relacin con l se quebr cuando
me enter hace 7 aos de que tena otra pareja hace mucho tiempo. Cuando
se descubri esta situacin, la madre hizo un intento de suicidio y al ver lo que
sucedi en su familia, Andrs se propuso no ser como su padre: no quiero ser
como mi viejo. Cuando yo me decida a formar familia, cuando me case, va a
ser en serio, de verdad, no para andar gorreando. La familia es sagrada para
m. Ahora no quiero formar familia con mi polola, no todava, pero es algo
importante que quiero hacer. La importancia que Andrs da a su futura familia
se refleja tambin cuando relata que cuando era adolescente y pasaba por
malos momentos, empez a escribirle cartas a su hijo futuro, contndole acerca
de sus vivencias.
Andrs ha pololeado desde que tena 14 aos, sin grandes periodos de soltera
entre un pololeo y el siguiente y han sido relaciones largas (9 aos, 3, aos, 2
aos y un ao con su actual polola). Mis amigos me dicen que tengo que
aprender a estar solo, pero yo no creo que sea tan malo o s? No s, se me
ha dado no ms. No soy guapo pero siempre me va bien con las minas, s que
decir. Igual uno aprende hartas cosas en pareja tambin. Seala que en todas
estas relaciones ha sido infiel y que una polola le fue infiel a l, sin embargo en
su relacin actual tengo oportunidades, pero ya no quiero portarme mal.
228
Andrs se declara catlico y tiene una relacin muy cercana con Dios, pero no
as con la iglesia. Detesta ser llamado catlico a mi manera, pero considera
que es mejor hacer buenas obras que ir a misa: de buenas intenciones est
pavimentado el camino al infierno. Andrs es categrico al respecto: no le
basta con ser un hombre de buenas intenciones si resultan cosas malas a
raz de sus actos. Es por esto que se esfuerza por ser buena persona (ej: una
vez a la semana va a repartir comida a la gente que duerme en la calle), buen
pololo (ej: pone una alarma para recordarse de llamar a su polola), buen amigo
(ej: llama casi a diario a sus mejores amigos), etc.
Profesionalmente se siente frustrado, ya que no le gusta la carrera que estudi
y piensa que nunca se esforz mayormente para que le fuera bien. Se compara
con sus compaeros y se encuentra en falta: a esta edad yo debera tener
algo; un ttulo ms, debera estar comprndome una casa, o tener un negocio y
estar ganando plata, o tener una familia, pero lo nico que tengo es el auto.
Relata que sus amigos y su polola le dicen que es inmaduro (y l lo cree as)
porque, por ejemplo, gasta mucho dinero y tiempo en asuntos relacionados con
la msica: asistir a conciertos, comprar discos, etc., en vez de dedicarse ms a
trabajar, estudiar, hacer negocios o producir de alguna forma.
229
Comprensin del caso (darse cuenta del terapeuta sobre el
paciente).
Desde la psiquiatra tradicional, Andrs fue diagnosticado con trastorno bipolar
del nimo, probablemente con episodios hipomanacos, pero sin embargo en la
actualidad no aparecen sntomas que me hagan pensar en un episodio
depresivo mayor ni en un cuadro relacionado con la mana, sino que presenta
cambios de nimo relacionados con la situacin que vive y que no constituyen
cuadro psiquitrico que requiera de una derivacin.
Andrs, como adulto joven, siente que no est pudiendo cumplir con las
expectativas que la sociedad espera de l. Si bien lo que la sociedad espera
de m es una proyeccin de lo que yo espero de m en esta etapa basado en
la introyeccin de lo que debo ser para sentirme aceptado por mi grupo,
desde el punto de vista de Erikson (2000), en la adultez joven se asume el
trmino de la moratoria psicosocial, por lo que se debe insertar activamente
en el mundo laboral y social, y a la vez se espera la formacin y consolidacin
de relacin de pareja.
Este es un caso en que la autorregulacin podra estar basada en la
vergenza, aunque a primera vista pueda no parecer tal, ya que implica la
dinmica interna de cuestionar la propia vala, sentimientos de devaluacin y
autorrechazo, por lo que no puede tomar contacto con sus recursos que
posibilitaran el ajuste creativo en el campo organismo/entorno. La interrupcin
230
en este proceso de autorregulacin involucra una dialctica de polaridades,
desde mi punto de vista, entre los polos:
A.- Jinete26: deber ser, perro de arriba, responsable, grave, autoexigente,
racional, que es con lo que se identifica en este periodo de su vida.
B.- Caballo: impulsivo, alegre, despreocupado, considerado, infantil y que le
genera vergenza.
Posteriormente en el trabajo, nos damos cuenta que si bien el polo A
avergenza constantemente al polo B, el polo B avergenza constantemente al
polo A tambin por ser pesado, calculador, derrotista.
En cuanto a los mecanismos de evitacin de contacto que bloquean su
proceso, es importante destacar:
- Introyeccin de valores e ideas que obstaculizan su desarrollo (por ejemplo,
sobre la bondad y maldad; cmo se debe comportar una persona madura; a
esta edad debera; etc.) y que involucran vergenza al verse como
realmente es y, por lo tanto dificultan la autoaceptacin y bloquean la
autenticidad y creatividad. Desde ah su sentimiento de no conocerse a s
mismo, que en mi lectura implica ms bien algo as como si no soy como
espero o debo ser, es mejor no mirarme y en ocasiones no merezco ser visto
ni siquiera por m mismo.
26
Llamados as de acuerdo a una polaridad que describe Levy (2000) en el captulo sobre
Exigencia y excelencia.
231
- Proyeccin de falta de soporte en el campo y juicio crtico basado tambin en
crticas y expectativas sociales manifiestas en algn momento e introyectadas,
que no le permiten conocerse, aceptarse y exponerse.
- Retroflexin que se da en forma de autoexigencia, criticarse a s mismo,
invalidarse y ocultar gran parte de s mismo, llegando a mostrarse como un
prototipo de lo que le parece socialmente aceptable (especialmente por una
pareja).
- Confluencia especialmente con las expectativas que sus seres queridos
tienen manifiestamente o proyectadamente sobre l; as como tambin en la
falta de conciencia de s mismo (confluencia que se rompe en ocasiones
cuando es conciente de s mismo en su diferencia, por lo que se siente
avergonzado).
En este caso, los objetivos teraputicos a trabajar con el paciente tuvieron que
ver con el autoconocimiento, el trabajo con los juicios internos y el descubrir el
sentido de los episodios depresivos
232
6.1.2 Segundo caso.
Marcela es una mujer de 34 aos, soltera, ingeniero comercial y que trabaja en
una empresa.
Conducta observada.
En las primeras sesiones, Marcela se muestra muy conectada emocionalmente
con lo que relata (ocasionalmente lbil), aunque cuando habla de emociones
ms negativas para ella, no permanece en eso y se interrumpe esa experiencia
a travs de bromas o se reta a s misma.
Marcela consulta porque ya no se soporta a s misma. Dice que anda muy
irritable y agresiva con la gente, con episodios de ira descontrolada, de mal
humor, amarga, oscura, no disfruto de las cosas. Ha intentado ponerse ms
buena onda, pero no le resulta. Adems se describe a s misma como tmida,
poco dcil, poco espontnea, muy mental: no doy puntada sin hilo, soy mala,
grave todo para m es grave. Una vez que me traicionan, no doy pie atrs y
chao.
Est motivada para un trabajo teraputico y se muestra comprometida a ello.
233
Marcela es la hermana menor de una familia compuesta por ambos padres y
sus dos hermanas, de 39 y 41 aos que viven fuera de Santiago. Seala que
siempre fue la regalona, mimada, y que siempre lo tuve todo en la vida. La
familia es originaria de Concepcin y tuvieron muy buena situacin econmica
hasta que la empresa de su padre quebr cuando ella tena 20 aos, por lo que
debi trabajar y estudiar paralelamente. Sus padres, en opinin de Marcela,
nunca se pudieron recuperar y aceptar esta nueva situacin. Actualmente ella
aloja a sus padres en su departamento y adems contribuye a pagar el
arriendo de un local con el que ellos se ganan la vida. Se siente culpable, ya
que la presencia de sus padres le molesta y si bien le gustara tener ganas de
compartir con ellos, no quiere pasar tiempo en su compaa.
En cuanto su vida sentimental, Marcela tuvo una pareja hombre y
posteriormente acept su homosexualidad. Ha tenido dos relaciones de
pololeo, por cuatro aos la primera y por dos aos la segunda con quien
termin hace ya un ao medio. Actualmente quiere encontrar una pareja
estable, sin embargo considera que el mundo homosexual es muy alocado e
inestable: no quiero encontrar a la tpica lesbianita loca. Es siempre as. Las
minas se gorrean entre ellas, se meten con las amigas, transgreden los valores
por dejarse llevar por una mina, son sper pasionales, sper escandalosas.
Siempre hay entuertos, shows, locura. Yo no soy as, no me gusta agarrarme
minas por deporte. Para ella, esta situacin no se da o se da en menor
proporcin en el mundo heterosexual. Al momento de las primeras entrevistas
234
su grupo social estaba compuesto totalmente por personas homosexuales, y se
imagina que no se sentira cmoda con personas heterosexuales. Tiene un
grupo de amigos cercanos con quienes se rene frecuentemente y van a
fiestas, pero considera que pronto ya va a estar muy vieja para este tipo de
pasatiempos.
Si bien ella declara que ha aceptado su homosexualidad y que es una realidad
con la que no se pelea mayormente, sus padres y una de sus dos hermanos
an no saben su condicin. Detesta la etiqueta lesbiana porque est muy
connotado negativamente y prefiere cualquier otro apelativo.
Profesionalmente, se siente exigida ya que en su trabajo la estn preparando
para su nuevo cargo de gerente, en el que debe hablar en pblico
constantemente e intervenir en las reuniones semanales que se realizan.
Adems de esto considera que no est preparada para asumir una gerencia,
aunque sea pequea.
paciente)
Me parece que el caso de Marcela, corresponde a una autorregulacin basada
en la vergenza, marcada por un fuerte rechazo a s misma, que es gatillado
por diversas situaciones: al sentirse perteneciente a un grupo minoritario y
socialmente rechazado, al no tener pareja, al sentirse no apta para las
expectativas que sus jefes tienen de ella, al sentirse socialmente poco
235
amigable y afable, etc. Asimismo, en cierta medida, ella cree que es una buena
persona y buena pareja, pero en un principio no es capaz de tomar contacto
con esta parte de s misma.
En la dinmica de polaridades en conflicto, visualizamos estos polos:
A.- El Grinch27: exigente, crtica y dura con el resto y tambin con ella misma,
rgida, seria, irnica, poco amigable, grave: todo es muy importante para m,
enrollada, analtica, consecuente: no puedo desdecirme, soy capaz de
manipular a las personas y a las situaciones, pero siempre estoy en funcin de
los dems. Este es el polo del que se avergenza, pero es el que est ms
presente en su vida.
B.- Linda: amorosa, tierna, frgil y vulnerable, pero sin miedo a mostrar
debilidad, dcil, preocupada por el resto y se nota, sonriente, confiada, volada,
preocupada de lo que es realmente importante. Ella seala que este polo slo
est presente en un 10% en su vida, pero le gustara que sea 100%, es decir,
es el polo ms parecido al s mismo ideal.
En cuanto a los mecanismos de evitacin de contacto que bloquean su
proceso, es importante destacar:
- Introyeccin: aparecen ideas como el que ser homosexual es malo, que la
vida heterosexual es ms acorde a los valores de lo que est bien: fidelidad,
pareja estable, etc.; de lo que es adecuado para su edad: imagnate que sigo
yendo a fiestas y carreteando mucho, si ya voy a tener 35! y si sigo as, la vieja
27
Ella verbaliza que este personaje tiene una connotacin positiva en su forma de ver.
236
pattica; de los requisitos que debe cumplir una futura pareja: no puede ser
menor de 30 y no me gustan las viejas con una de 40 no!, no quiero a la
tpica lesbianita loca; de lo que es adecuado para s misma: consecuencia,
valores, seriedad sin posibilidad de hacer el ridculo porque es tonto, etc.
- Proyeccin de juicios sobre su identidad sexual, idealizando el mundo
heterosexual, excluyndolos de su vida social. Adems proyecta en los dems
fortaleza, espontaneidad, asertividad, entretencin, buen genio, liviandad, etc.
- Retroflexin que se da en forma de autoexigencia, excesivo automonitoreo y
crtica negativa hacia s misma y por lo tanto, el ocultamiento o irritacin
consigo misma por ser como es.
- Confluencia con su grupo de amigos cercanos: se refugia en su grupo de
amigos que son como ella. Para mantener la confluencia con ellos, calla su
incomodidad cuando hablan de ciertos temas o cuando le hacen bromas
acerca de temas delicados para ella (retroflexin).
Con Marcela, los objetivos teraputicos a trabajar en relacin con la vergenza
se relacionaban con el lograr una actitud espontnea en la vida, dejarse fluir
(necesidad de ocultarse), y a la vez, en relacin al sentirse tan irritable y mal
genio (necesidad de protegerse).
237
6.1.3 Tercer caso.
Javiera es una joven de 29 aos, soltera, gegrafa.
Conducta observada.
En las primeras sesiones, Javiera aparece con un estilo muy original de vestir,
habla relajadamente de sus cosas, aunque por su lenguaje no verbal me
imagino que interrumpe la expresin emocional cuando habla acerca de lo
que la trae a la consulta: el bloqueo que le produce su timidez.
Javiera llega a la consulta porque est muy descontenta con su trabajo, se
aburre y considera que sus jefes no le dan muchas responsabilidades, por lo
que siente que su trabajo no aporta. Se considera tmida y quiere trabajar esa
situacin, ya que siente que constantemente se est boicoteando las cosas que
podra hacer: siento que todo el rato estoy molestando, me siento disminuida
frente a mis compaeros frente casi todo el mundo en realidad, ni siquiera
me atrevo a hablar con mis jefes para pedirle ms trabajo. Este sentimiento de
estar molestando la acompaa frecuentemente, casi todo el tiempo: si tengo
que pedir algo o si llamo a alguien por telfono siento que le estoy puro
quitando tiempo a esa persona. Adems, le molesta que siempre considera
mucho lo que las personas puedan pensar de ella, y que, aunque en general
las personas tienen una imagen de ella como alguien sociable, entretenida y
238
habladora, ella se considera a s misma aburrida, rutinaria, enojona, alegona,
pesimista. Javiera piensa que la vida de los dems es sumamente entretenida
en comparacin con la suya y esto le genera mucha envidia.
Est motivada y comprometida para un trabajo teraputico, sin embargo me da
la impresin de que muchas veces no confa en la posibilidad de cambiar y al
contrastarlo con ella, seala que es as y esto es parte tambin de sus
dificultades.
Javiera es la hermana mayor de una familia compuesta por ambos padres que
son muy estructurados y dos hermanos. Seala que yo soy la responsable
de la familia, en cambio mis hermanos son sper impulsivos y hacen los que
quieren. Siempre fui niita buena, buena alumna, responsable, me portaba
bien, no molestaba. Mis paps eran exigentes conmigo, pero siempre pude
cumplir bien con esas exigencias.
Cuando entr a la Universidad, consider que ya era tiempo de ser ella misma
por lo que se dio permiso para ir a fiestas, llegar tarde, pololear, tomar alcohol,
etc. Al fin pude ser un poco ms yo, lo que le gener serios problemas con su
madre.
Javiera actualmente tiene una pareja hace un ao pero estuvieron separados
un par de meses. En ese tiempo su pareja tuvo algunas citas con una
239
compaera de trabajo de ambos. Esto genera mucha inseguridad en Javiera
actualmente, y le dificulta la relacin con su pareja y la hace dudar de la
perspectiva de irse a vivir juntos a la casa de l. En el tiempo que estuvieron
separados, ella tambin estuvo saliendo con otra persona, y a pesar de que
entiende de que la situacin es la misma y no tiene mayor importancia para
ella, no puede dejar ir el recuerdo de su pareja saliendo con esa otra mujer.
Socialmente, Javiera es quien organiza las reuniones entre amigos y
compaeros de trabajo. Seala que casi siempre tienen alguna actividad social
que hacer, pero an sabiendo esto, siente que su vida social es aburrida y no
tiene nada que hacer.
paciente)
El caso de Javiera es ms tpico de alguien a quien la vergenza se le hace
figura en su experiencia (aunque no con esos trminos en un principio). Ella
manifiestamente seala el sentirse disminuida, tmida, una molestia,
autoexigente, coartada por lo negativo que los dems puedan llegar a pensar y
restando valor a los juicios positivos que emiten de ella.
En este caso, aparece un fuerte rechazo a s misma la mayor parte del tiempo
sin gatillantes en el entorno: aunque estuviera en una isla desierta, igual me
sentira as, y que a la vez es potenciado por diversos tipos de situaciones
como: que no le encarguen trabajo en su oficina, hablar por telfono, algn
240
motivo que le haga recordar que su pololo sali con una compaera, que sepa
que alguien habl de ella, incluso si le dicen que ella es muy sociable,
entretenida, etc.
En Javiera se pueden distinguir los siguientes polos en conflicto:
A.- La nia: disminuida, tmida, oprimida, constreida, atrapada, incmoda,
insegura, tensa, nerviosa, floja. Este es el polo de la vergenza, que domina en
su vida y que quiere que desaparezca.
B.- La adulta: extrovertida, abierta, espontnea, chistosa, suelta, confiada,
deja pasar los errores, conversadora, sabe lo que quiere y puede conseguirlo,
expansiva, libre. Ella seala que slo en algunas ocasiones, como con algunos
amigos, cuando debe defender una injusticia o cuando ha tomado alcohol
puede vivenciar esta polaridad, pero le resta importancia: pero es que es con
mis amigos cercanos, pero haba tomado, as es que no sirve. ste
correspondera al polo del orgullo, el polo del s mismo ideal.
En cuanto a los mecanismos de evitacin de contacto que interrumpen la
vivencia ms sana de la vergenza, es importante destacar:
- Introyeccin: En el caso de Javiera, la introyeccin central que marca su
vivencia con la vergenza es la etiqueta yo molesto, lo que habla de una
introyeccin importante que fue generada en base a una educacin familiar que
repeta constantemente el mensaje no molestes. En la experiencia de Javiera,
que era la responsable de la familia y no se cuestion ni se revel a este
241
mensaje hasta sus aos de universidad, este no molestes se lee como si
haces lo que quieres, sientes o piensas, ests molestando. Si te muestras o
apareces como eres, molestas, por lo tanto t eres una molestia.
- Proyeccin: en base a lo anterior, Javiera anticipa un juicio negativo hacia s
misma, es decir, proyecta su propio rechazo hacia s misma en los dems.
Adems, proyecta que las cosas entretenidas y buenas"28 de la vida le pasan
a los dems: a mis compaeros los veo seguros y ocupados en cambio yo
estoy sin nada, sin lograr visualizar lo bueno que tiene su vida o lo que podra
ser motivo de orgullo para ella, descalificando los comentarios positivos que los
dems hacen de ella.
- Retroflexin, aparece como autoexigencia, miedo al fracaso, culpabilizacin,
esconderse en reuniones sociales, enojo consigo misma por ser tmida,
autotortura.
- Confluencia: seala una fuerte dependencia de los dems, de su pololo y sus
amigos especialmente dependo mucho de l dependo mucho de todos en
realidad, en que Javiera intenta mantener la confluencia con los otros a travs
de mecanismos como el no mostrarse, el evitar quedar expuesta en su
diferencia. Adems aparece una marcada confluencia con los ideales familiares
de cmo se debe ser.
28
En su forma de ver.
242
Los objetivos teraputicos con Javiera van en la lnea del autoconocimiento,
autoaceptacin, autovaloracin y autoestima, adems de trabajar la exigencia
tanto hacia s misma como hacia los dems, que la lleva a irritarse y en
ocasiones a descontrolarse.
6.2 Proceso teraputico
La comprensin inicial (el darse cuenta del terapeuta sobre el darse cuenta del
paciente) es una herramienta que sirve como gua en el trabajo teraputico,
pero no es la nica forma inamovible de entender cada caso, y slo en el
dilogo yo-t, aqu y ahora, en la relacin teraputica, se puede lograr una
comprensin fenomenolgica que permita abordar el caso sin prejuicios.
Si bien hay distintos objetivos teraputicos en cada caso, con el fin de hacer
ms didctico el abordaje de los aspectos importantes del trabajo con la
vergenza en psicoterapia, estructurar las intervenciones relevantes de
acuerdo a los objetivos formulados en el punto 5.3.2, ya que los objetivos
particulares de cada caso confluyen con stos. As mismo, dejar fuera del
anlisis los elementos del trabajo teraputico con estos pacientes que no se
relacionen con el tema del presente trabajo.
243
6.2.1 Foco n 1.- Crear un espacio para que pueda surgir la
vergenza: desarrollar una relacin de apoyo, emptica y sintonizada.
Este foco es transversal y el ms importante en toda terapia, especialmente
cuando se trabaja sobre la vergenza, por lo que es necesario estar alerta a las
seales que aparecen tanto desde el paciente como desde mi propia
experiencia como terapeuta y de alguna manera evaluarlo en todo momento. A
mis pacientes, con el fin de tener un lenguaje comn y de dar un marco de
referencia, en la primera sesin les comento la importancia de lograr un buen
vnculo teraputico para que la terapia pueda avanzar y les explico que es
difcil que una terapia tenga resultados si no existe un vnculo, y que en caso
de que aparezca alguna dificultad o algo que altere este vnculo, es importante
que lo conversemos.
En el caso de Andrs (29 aos), en un principio l establece una relacin de
confianza basada un deber ser, ms que en lo que se estaba dando: t eres
mi psicloga, se supone que te tengo que decir todo. Frecuentemente
realizaba comentarios del tipo yo ya te cont, ahora dime t qu opinas, no
s, t eres la psicloga, con lo cual, desde m, me surgi la figura de mi
incomodidad, que luego dio paso a sentirme enjuiciada, generndome poco a
poco un sentimiento de incapacidad, de no ser buena profesional y no estar
cumpliendo lo que se espera de m, enganchndome en como debe ser una
buena psicloga, es decir, mi proyecciones sobre este tema, adems del deseo
de adaptarme a sus expectativas. Y por otro lado, las ganas de contrarrestar
sus mandatos con un deber ser ms humanista, es decir, un mandato de no
244
al deber ser (crculo vergenza-culpa de Yontef, 1995). Entonces, me di
cuenta de que con los comentarios de Andrs, surga ante m la figura de mi
propia vergenza. En esos momentos an no senta la relacin teraputica tan
afiatada como para exponer un poco estos sentimientos y dar espacio a que la
vergenza sea aceptada y un invitado esperado (Orange, 1995) en la terapia.
El hecho de pensar en exponerme, me generaba un fuerte sentimiento de
inadecuacin y deseos de seguir ocultando esto (vergenza de sentir
vergenza), sin embargo sta era mi figura, lo obvio para m y tal vez poda ser
un primer paso para empezar a generar una relacin de intimidad, ms genuina
donde la vergenza pudiera ser expuesta y aceptada. As es que me permit
mostrar un poco de lo que me estaba pasando, aceptando tambin la dificultad
para expresarlo, es decir, exponer la experiencia de vergenza y cmo se daba
aqu y ahora en base a las exigencias y al verme enfrentada a mis lmites (no lo
s todo, no soy experta en su experiencia, etc.). Hablamos un rato acerca de
esto, enmarcando el tema de la vergenza como ha sido descrito en este
trabajo con el fin de manejar un lenguaje comn y se genera un espacio donde
l tambin puede compartir su experiencia ante las exigencias externas, y
frente a los propios sentimientos de vulnerabilidad o inadecuacin y sobre los
deseos de ocultar este tipo de vivencias, con el aislamiento que conlleva. Si
bien consider que esta intervencin fue muy temprana para m, la relacin se
torn ms real y ms relajada para ambos. Ms adelante en la terapia, se dio
cuenta que l siempre buscaba maestros que lo guiaran y que ahora ya no
quera eso, sino descubrir su propio camino. Con el paso del tiempo considero
que generamos una relacin clida, honesta, de aprecio y aceptacin.
245
En el caso de Marcela (34 aos), la relacin teraputica se gener y se
mantiene afiatada, sin mayores dificultades. Por la misma forma de ser de
Marcela, ella puede hablar si hay algn punto en que se siente incmoda. A lo
largo de la terapia, poco a poco se ha ido generando la permisin necesaria
para que ella pueda mostrarse, sin sentirse tan vulnerable.
En el caso de Javiera (29 aos), la relacin teraputica se ha ido generando
paso a paso. Como su experiencia con la vergenza es ms abierta, ha sido un
punto importante a considerar el tener cuidado al hacer cierto tipo de
comentarios o reflejos, ya que cuando escucha de m lo mismo que ella puede
estar diciendo, sobre todo en el caso de lo que considera virtudes, manifiesta
cierta resistencia, expresada a travs de comentarios el tipo s, pero. Por
ejemplo:
J: Yo s que mi vida igual es entretenida, que hago hartas cosas, salgo con
amigos
T: Consideras que tu vida es entretenida(interrumpe)
J: S, pero los dems lo pasan bien y hacen cosas, en cambio hay das en que
yo no tengo ganas de hacer cosas y no quiero salir (comparacin con un ideal
en que los dems siempre tienen ganas de hacer algo o salir).
()
T: Entonces para ti un logro en la vida es haber salido de la universidad
J: pero igual cualquiera termina la universidad (comparacin con ideal) s
que es un logro para algunas personas, pero para m no es tan as o sea, a
veces s, pero igual no me fue taaan bien.
246
T: era importante para ti el tener buenas notas en la U?
J: no, si me dediqu ms a carretear que a nada.
T: qu era lo importante para ti en esa poca de tu vida?
J: s en realidad no me importaba tanto eso, las notas, o sea, pasar los
ramos s, pero igual debera haber tenido buenas notas o hacer ayudantas o
conocer a los profesores (comparacin con un ideal).
En este caso, entonces, es importante aceptar y validar la necesidad de Javiera
de sentirse disminuida y poco optimista, lo que implica transmitirle el mensaje
de que es aceptada como ella es. Este punto me parece importante de
destacar, ya que implica por un lado el frustrar la neurosis, lo que puede ser
visto por una paciente tendiente a la vergenza como el terapeuta me quiere
cambiar, es inadecuado ser como soy, y por otro lado, la aceptacin de la
paciente como es aqu y ahora.
Posteriormente, conversamos sobre el que yo vea que ella deca una
afirmacin sobre s misma y luego agregaba s, pero..... Trabajamos entonces
en el darse cuenta acerca de su experiencia cuando hablaba con pero y luego
cambiando el hilativo pero por y (Stevens, 1976, pp. 109 y 110).
Ej:
Soy buena amiga, pero no me gusta llamarlos yo, me gusta que ellos me
busquen.
Me gusta defender lo que me parece justo, pero soy muy picota.
Salgo con amigos, pero a veces que me quiero quedar en cama sin hacer
nada.
247
Estudi en la universidad, pero no he seguido especializndome.
S, soy inteligente, pero no entiendo lo que hablan los otros profesionales en mi
pega.
Despus de probar con varias frases semejantes, le pido a Javiera que se
centre en su experiencia, cmo se siente: me siento apretada, como que me
bajonea un poco. Yo, por mi parte, me doy cuenta que despus del pero
viene una frase en la que se compara con un ideal. Luego le pido que sustituya
los pero por y: bueno, no es mentira me siento mejor. Como que le suma
algo como que no est mal ser as no s soy sociable y mal genio
tambin inteligente y no s lo que hablan mis compaeros de otras
carreras me gusta ms. En la reflexin posterior acerca del darse cuenta
con este ejercicio, Javiera comenta que nunca pens que cambiando algo tan
mnimo pudiera sentirse tan diferente. Por mi parte, le comento sobre mi darse
cuenta y acordamos trabajar acerca de cmo ella se compara constantemente
con ideales.
248
6.2.2 Foco n 2.- Aumentar el darse cuenta del proceso de
vergenza, liberndose de este proceso automtico y autodestructivo.
Darse cuenta del terapeuta sobre s mismo.
Mi propia experiencia con la vergenza es muy cercana y ha sido un tema
transversal en mi vida, con diversas manifestaciones y emociones que ahora
tengo conceptualizadas como relacionadas a ella. Despus del trabajo personal
que sigo desarrollando, he podido darme cuenta de diversos episodios en que
se desencadena en m un proceso de vergenza en la terapia, en mi rol de
terapeuta. As, por ejemplo, como la intervencin comentada en el objetivo
anterior, ya pasada la mitad de la terapia con Andrs, se dio otra situacin de
vergenza en la terapia, cuando le coment en forma divertida cmo yo vea
que l volva a repetir un patrn de eleccin de pareja, pero sent que no fue la
forma correcta (de acuerdo a mi deber ser de un terapeuta ideal) y que tal vez
lo estaba avergonzando porque para l era algo serio, pero Andrs se ri y me
devolvi un oooohhh, mi propia psicloga me hace bullying y ambos nos
remos al respecto. De todas formas contrast con l lo sucedido, me disculp
por si esta intervencin pudo avergonzarlo, pero la experiencia qued cerrada
ah para Andrs.
T: Andrs, necesito conversar sobre algo que me est interrumpiendo me
pasa que es decir, para m es obvio que considero inadecuado lo que te dije
con respecto a las parejas, es obvio, desde m experiencia, que estoy
incmoda, entre culpa y vergenza y me imagino que esto pudo generarte
vergenza en algn sentido
249
A: ok con lo obvio e imaginario me es obvio que para m no es nada, algo
que dijiste no ms es obvio que te sientes incmoda, t dijiste me imagino
que se te va a pasar pronto.
T: jajaja, ok, para m es obvio que igual te quiero pedir disculpas, y te pido que
me avises si pasa algo as en el futuro, pa que lo conversemos y as
protejamos el vnculo, ok?
En este caso, considero que fue positivo para el proceso el haber expuesto mi
vergenza/culpa ante la posibilidad de haberlo avergonzado.
Darse cuenta del terapeuta sobre el paciente
Tanto en el caso de Andrs (29 aos) como de Marcela (34 aos), la
vergenza no apareca manifiesta, ni en la forma de ser de los pacientes, ni en
el motivo de consulta inicial, sino que pudo ser vista a raz de manifestaciones
como el sentirse mediocre, la autoexigencia, actitud prejuiciosa, el sentirse en
falta ante las expectativas sociales, etc. En ambos casos, a poco andar,
aparecieron manifestaciones ms evidentes de procesos de vergenza como
sentimientos de inferioridad, enjuiciamientos y devaluaciones de s mismos.
En el caso de Javiera (29 aos), como ella habla desde la primera sesin
acerca de su timidez y de cmo siente que se bloquea sus posibilidades, desde
un principio surge para m la importancia de trabajar con ella el tema de la
vergenza y el apoyar la parte de ella que se rebela a la autocrtica, que
aparece muy poco.
250
Como se ha dicho con anterioridad, la vergenza es un invitado esperado y al
ser vista como tal, puede ser una buena herramienta teraputica. Un momento
de vergenza por los que atraves la terapia con Andrs, fue ante la ruptura
de su relacin de pareja. En el trabajo de esta prdida apareci fuertemente
como figura la comparacin con un amigo de su expolola (que l se imagina
que est saliendo con ella), al que ve (proyectivamente) como ms exitoso,
guapo, inteligente, etc., comparacin que le gener fuertes sentimientos de
devaluacin y envidia, adems de sentimientos de soledad, el sentirse no
elegido y no elegible.
En los dos extractos a continuacin, se ejemplifica el trabajo de mi darme
cuenta sobre el paciente, como el darse cuenta del paciente sobre su proceso
de vergenza (tema a tratar a continuacin):
Extracto 1:
A: El otro da pas por fuera de su casa (de la expolola)no s, quera ver si la
vea por casualidad (silencio).
T: qu te pasa mientras dices esto? paras de hablar
A: no s bueno, o sea me siento como un imbcil. En realidad es estpido,
qu tengo que ir a hacer all si ya se termin todo? Cmo tan pattico.
T: Corrgeme si me equivoco Esta forma de hablar me recuerda un poco a
esa parte de ti de la que habamos hablado
A: s, es que de verdad. El jinete todo el rato (risa desganada y pausa).
T: en qu ests ahora?
A: sigo sintindome idiota
T: entonceste criticas, haces un juicio sobre ti mismo en el que sales
psimamente parado
251
A: s, eso
T: te avergenzas a ti mismo
A: s (inquieto)
T: contctate ahora con esa parte tuya que te est avergonzando, cmo lo
hace?, qu dice?
A: qu esperabas encontrar? Obvio, la camioneta que estaba fuera de su
casa es la de Rodrigo el loco con plata, buena pega, tremendo auto, guapo
Obvio que se quiere quedar con l. qu le puedo ofrecer yo? qu hubieras
hecho si te hubieran visto ah? qu lindo! (irnicamente) () Te apuesto a que
ahora va a encontrar al amor de su vida y se va a casar. Siempre pasa lo
mismo. Las dejo listas. Es como un don: termino con mis ex y al tiro encuentran
al amor de su vida estoy enojado triste como que me estoy dando pena.
T: puedes ahora ver sentir tomar contacto con esa parte que recibe todo
esto?
A: pucha, psimo me dan ganas de no s mal
T: trata de centrarte un poco en tu cuerpo dnde est ese malestar?
A: en el pecho
T: cuntame cmo es
A: apretado, como desesperado, atrapado no s
T: qudate un poco ms ah aparece algo ms?
A: negro, apretado, sin salida pero sabes?... me empieza a dar lata tambin
T: lata cmo? lata en el sentido de aburrimiento, pena, rabia, flojera?
A: lata aburrimiento, como que igual es injusto
T: si esto se lo dijeran a otra persona, a un amigo qu te gustara decirle?
252
A: que igual no es para tanto super mala onda y qu tiene si todava
quiere a su ex? Y qu importa que lo vean? Dems que el otro loco tiene ene
virtudes, pero no es para tirarse al suelo tampoco
T: cmo te sientes mientras vas diciendo estas cosas?
A: Ya no tan poquita cosa jajaja en realidad po qu tiene de malo? Me
siento harto ms buena onda
T: algo as como un amigo interno buena onda? Jajaja
A: todo el rato es harto mejor as
T: se te ocurre ms o menos para qu el jinete se pone criticn en mala?
A: mmm yo creo que para no cometer errores para corregirme pero se
va muy en mala y as no me sirve tanto
Extracto 2:
T: y cuando te vienen este tipo de sentimientos, qu haces? le has contado
a alguien acerca de esto?
A: o sea, mis ms amigos saben un poco en la que estoy cmo tan pattico!
Ando dndole la lata a todo el mundo ya no los quiero molestar ms.
T: alguien te ha dicho algo as? Has sentido algn tipo de rechazo de parte
de tus amigos, de tu familia?
A: en realidad no potodos han sido super receptivos se han preocupado
ene siempre me escuchan cuando los llamo igual me llaman ellos. No, no
me han dejado solo.
T: o sea, es como que a pesar de que tu gente est ah para ti, algo en ti te
lleva a querer ocultar esto que te pasa (Esta situacin implica mostrarse a
253
todos sus conocidos como el pateado por otro mejor, dejando al descubierto
su estado emocional de vulnerabilidad, vivido por l como un defecto).
A: aj mmmm
T: si a un amigo le pasa algo semejante
A: obviamente estara pendiente de l pueh jajajaja
T: y qu te dira el amigo interno buena onda?
A: jajaja, obvio que no molestas! Incluso me siento bien apoyndote.
Explorando estas ideas, Andrs reconoce la relacin con su polaridad caballo,
siendo refrenada por el jinete a la cual le resulta difcil aceptar las propias
necesidades como vlidas, en este caso, la necesidad de contencin y cobijo
social. A raz de esto fuimos descubriendo el mundo de vergenza que estaba
encubierto hasta ese punto: el sentimiento de vaco, de no existir, de no
importar a nadie o no ser merecedor de amor.
Darse cuenta del paciente en el aqu y ahora.
En el caso de Andrs y Marcela, la iniciativa de identificar la presencia de un
proceso de vergenza fue ma. En mi experiencia, casi nunca los pacientes me
han hablado de sus sentimientos de vergenza, y slo a veces, cuando estn
ms contactados con su timidez e inhibicin, este tema aparece desde ellos.
En estos tres casos, los pacientes no presentan patologas serias del carcter,
por lo que hemos podido trabajar sobre la vergenza poco a poco (respetando
su fragilidad) sin que ello implique un colapso global de su sentido de s
254
mismos. A travs del dilogo teraputico fue posible ir reconociendo la propia
experiencia interna de inferioridad e ir reconociendo los mecanismos utilizados
para no enfrentarse a esta experiencia tan dolorosa, redefinindolos a su vez
como un intento de proteger su dignidad o tambin con la necesidad humana
de pertenencia a determinado grupo. Adems, a travs de ejercicios centrados
en el darse cuenta aqu y ahora, pudieron hacerse ms conscientes de cmo
se da el proceso de la vergenza en ellos mismos.
Como se ejemplific en el apartado anterior, Andrs se dio cuenta de que a
travs de no mostrarse, se estaba alejando de su grupo de amigos y de su
familia. Marcela se dio cuenta que esta tendencia a esconderse era muy
automtica en ella desde que empez a considerar que sera juzgada y
rechazada al ser como es y del profundo temor que senta al expresarse
genuinamente. Para ella, esto se manifestaba en forma de cototo en la
garganta, un apretn en el pecho y que los ojos se llenaban de lgrimas en los
momentos en que se senta conectada consigo misma. Javiera, por su parte,
habl directamente de toda la gama de sentimientos asociados a la vergenza,
por el que al hablar un poco con ella acerca de este sentimiento, pudo tener
una visin ms clara sobre su proceso. Sin embargo, este manejo cognitivo
slo es un primer paso, y an persistan fuertemente los sentimientos de
autorrechazo, rabia y vergenza de tener vergenza.
Para Andrs, el trabajo con el continuum de atencin, fue sumamente
complicado en un principio, ya que para l era muy difcil sustraerse a lo que l
255
consideraba que yo como terapeuta esperaba de l, sintindose muy
vulnerable al no poder cumplir esas expectativas.
T: te voy a pedir ahora que pongas atencin al presente, aqu y ahora. La idea
es poner una pausa al razonamiento, a los pensamientos, para que puedas
concentrarte slo en la auto-observacin, en lo que est pasando en este
momento, aqu y ahora, aqu y ahora, aqu y ahora (muevo la mano)...
A: aj
T: entonces, para esto, te voy a pedir que empieces las frases diciendo ahora
me doy cuenta de y termina la frase con lo que te ests dando cuenta en ese
momento.
A: mmm (silencio) ya empiezo as no ms?
T: s
A: mmm por ejemplo?
T: quieres que te ejemplifique
A: s, es que no cacho bien (excusa)
T: ok ahora me doy cuenta de que la taza est sobre la mesa ahora me
doy cuenta de los ruidos de afuera ahora me doy cuenta de que estoy
sentada sobre el silln ahora me doy cuenta que lo siento cmodo ahora
me doy cuenta de que me siento cmoda ahora me doy cuenta de que me
miras No hay una respuesta correcta mientras describas tu experiencia
inmediata de aqu y ahora.
A: a ver ahora me doy cuenta de que tengo los brazos cruzados ahora me
doy cuenta de que no me siento tranquilo ahora me doy cuenta no s
(silencio)
256
T: intenta continuar
A: ahora me doy cuenta de que tengo el cuello tenso, ahora me doy cuenta que
tengo la espalda chueca, ahora me doy cuenta que estoy pensando en que no
s que decir () o sea, entiendo la idea, pero no se me ocurre nada, me
quedo en blanco (pasa un tiempo, se ve inquieto).
T: a ver cntrate en esa sensacin de estar en blanco, de no saber qu decir
qu me puedes decir de ella? cmo es? est en alguna parte de tu cuerpo?
A: es esa cosa como de apretado que te comentaba la otra vez, me siento
encerrado, es en el pecho, la mandbula tensa s, es otra vez como sentir
que no puedo, pero si esta cuestin es fcil! tus otros pacientes tienen que
hacerlo bien al tiro por qu no puedo hablarlo!
T: te imaginas que las otras personas que hacen este ejercicio lo hacen
fcilmente
A: o sea s, es imaginario
T: qu ms te imaginas?
A: no s, que hablan de corrido, porque es fcil
T: te imaginas
A: S, me imagino que es fcil, que se dan cuenta de cosas importantes.
T: en mi experiencia, o sea, lo obvio desde mi experiencia, cuando lo he
trabajado, parece ser fcil en un principio, pero es difcil para varias personas
A: mmm otra vez eso de que me imagino, me comparo jajaja, yo y el deber
ser.
T: claro, como habamos conversado el tema de compararse, con quien me
comparo, los ideales y la vergenza que puede aparecer al sentirme en falta
257
(Este trabajo continu en lo obvio y lo imaginario, descrito ms adelante en el
trabajo con proyecciones),
Para Andrs este tipo de experimentos sin respuestas correctas en s mismos
eran generadores de momentos de vergenza, por lo que la vergenza se hizo
figura frecuentemente en el trabajo teraputico.
Para Marcela fue muy til el enfoque la cognicin, ya que a travs de conocer
las seales fsicas y los signos de que estaba generndose en ella un proceso
de vergenza, pudo en la mayor parte de los casos, hacer una pausa y frenar
el desarrollo automtico de la vergenza ms profunda y a su vez tomar esta
emocin como un aviso de su necesidad de expresarse, contactarse y ser
aceptada o de proteger su dignidad, por ejemplo, cuando tena la sensacin de
cototo en la garganta, haca una pequea pausa, chequeaba qu le estaba
pasando, y si se senta vulnerable en esa situacin y qu necesitaba hacer, en
vez de ocultarse, y descalificarse a s misma: super ridcula, no puedo ser as,
no puedo andar con este cototo, con ganas de llorar por todo, incluso si son
cosas lindas con todo me emociono. Se dio cuenta de cmo se dan en su
vida diversos bloqueos relacionados con la vergenza, con el enmascararse y
ponerse freno para evitar que las personas piensen que es ridcula, o la vean
frgil.
M: El otro da mand a la mierda a mis amigos (triste). Ya sabes que dej de
juntarme con el grupo de amigos con el que me juntaba antes. Con ellos
siempre nos hacamos burla unos a otros super en mala onda. O sea, est
258
bien un rato, puede ser pero todo el tiempo!. No, no quiero eso para m.
Ahora que soy ms Marce linda tengo otros amigos. Pero a veces me junto
con algunos de ellos y siempre me molestan. Les da conmigo, les da con
tirarme tallas de que soy vieja (enumera el tipo de burlas que hacen de ella)...
si soy dos aos mayor que ellos no ms ellos po, los jvenes (su voz suena
enojada).
T: tu voz me llega como que ests enojada
M: enojada s bueno, tambin me da ene pena. Juan sabe mi tema con la
edad Pucha, yo s que estoy evitando una conversacin con l hace
tiempo pero bueno, la cosa es que este sbado en un carrete se me par la
pluma, ya era mucho y le dije y qu te cre vo si te ve mucho ms viejo y
carreteado que yo y yo no te ando molestando con eso chan todos se
quedaron mudos. Fue re fuerte cost ene que se relajara el ambiente.
T: aqu y ahora, cmo te sientes al hablar de eso?
M: mal pens que se me haba pasado, pero me siento mal, ene culpa
T: si te centras en el cuerpo aparece alguna sensacin?
M: el cototo!... no haba estado el cototo en harto tiempo o sea chuta, en
realidad hace rato que vena sintiendo esto, pero cmo tan ridcula de no poder
entender las bromas mmm otra vez eso de qu van a pensar de
mpucha, no dije nada antes eso estuvo mal
T: cmo es eso para ti?
M: es que prefer quedarme callada pero parece que necesitaba protegerme.
Uno no debera tener que protegerse de los amigos.
T: Prueba con decirlo en primera persona
259
M: No debera tener que protegerme de mis amigos no quiero tener que
protegerme de mis amigos.
T: Dilo una vez ms, ponle nfasis ve si te puedes apropiar de esas frase
M: s, no quiero tener que protegerme de mis amigos (ms fuerte). No quiero
que me ataquen cuando algo me duele. S es as.
T: saben tus amigos qu te duele?
M: no eso es lo que estado evitando: hablar con Juan
T: te gustara decirle algo de esto?
M: s
T: cierra los ojos, respira e imagnate que lo tienes al frente qu te pasa al
verlo ah? cmo te sientes frente a l?
M: pucha, mal l se preocupa ene de cmo se ve y yo le dije que se vea
viejo y carreteado
T: intenta hablarle directamente
M: uf, me cuesta.
T: Si quieres, puedes partir hablndole de eso no s, algo as como Juan,
hace tiempo que quiero hablar contigo, pero no me atrevo. Ahora mismo me
cuesta empezar
M: Pucha Juan, no s como empezar a hablar contigo. Me cuesta empezar
Es verdad que nunca te he dicho nada de esto y te debe parecer super raro.
Hace rato que tengo ganas de hablar contigo. No s, el ao pasado nunca te
ped perdn cuando nos peleamos y ahora esto me da mucha pena haberte
dicho eso porque s que te puede doler Me da pena que slo te quedes con
la idea de que yo soy pesada y punto (pausa larga)
T: cmo te sientes diciendo esto?
260
M: al tiro se me pone el cototo me dan ganas de no hablar y decir filo, pero
por otro lado me dan ganas de que me vea
T: quieres decirle algo de esto?
M: para m no es fcil hablar acerca de esto pero tengo ganas de que me
conozcas jajaja, y cmo me vas a conocer si yo no te digo nada. Bueno, no
es fcil, se me aprieta la garganta, y me imagino que debes estar pensando
que soy latera, que soy grave pero s a veces soy super grave todo me
importa mucho y no me gusta sentirme as, frgil(pausa)
T: te sientes frgil ahora?
M: sabes qu? Slo un poco por otro lado me siento bien power
T: contina no me gusta sentirme frgil
M: s, no me gusta sentirme frgil, pero no puedo evitarlo. Hay cosas que me
duelen. Me duele que me digas vieja. Qu no dara yo por no estar carreteando
a esta edad como quinceaera, tener una pareja y estar ms relajada, pero no
se ha dado y me duele mucho. Yo s que esto tendra que habrtelo dicho
antes, pero es as. No quiero que me digas esas cosas (pausa, momento en
que expone su vulnerabilidad, lo que la avergenza. Se va haciendo cargo de
los aspectos que oculta).
T: cmo te sientes diciendo esto?
M: un poco la garganta, pero bien. Es verdad. O sea, es verdad para m.
T: puedes retomar lo que decas antes? Eso de no protegerte de tus amigos
M: Juan, quiero que sepas que tus bromas sobre mi edad me duelen mucho.
Me qued callada en un principio porque creo que no me tengo que defender
de mis amigos, pero ahora me doy cuenta que no tienes cmo saber esto. No
me quiero defender de mis amigos No me quiero defender de ti eres mi
261
amigo. Y si para ti esto no es importante, tal vez no es este el momento para
seguir nuestra amistad y es posible que decida tomar distancia, porque lo que
pas el otro da me parece grave. No es lo que quiero para m en estos
momentos.
En otras ocasiones exploramos esas vivencias de qu van a pensar de m?,
trayendo algunas experiencias al presente, como por ejemplo, el no querer
aceptar una invitacin a una fiesta con ms personas porque quien la invit
puede pensar que a ella le interesa como pareja. Al pedirle que se contacte con
sus pensamientos, reporta que giran en torno a sentirse ridcula si no tiene un
feedback de la otra persona, pero adems, como en este caso no est
interesada como pareja, aparece un sentimiento de orgullo del tipo: cmo a la
Marcela le va a interesar fulanita? cmo YO voy a estar interesada en ella?
Ah no Y luego seala quin mierda me creo?, como si yo fuera quizs quien
que no me puedo fijar en otra persona. Y si me gusta qu importa! Y si no me
gusta, qu importa! Y si ella piensa que me gusta y no es as, no me voy a
caer de ningn trono por ir. Si es slo ir y s quiero ir.
Posteriormente trabajaremos en la expresin del deseo de esconderse,
validando la necesidad de ocultarse y enmascararse (como sugiere Yontef,
1995). Hasta ahora, Marcela reconoce como positivo el esconder ciertas cosas
en ciertos contextos, como su orientacin sexual en el trabajo, pero falta
trabajar el que no se rechace a s misma cuando pierde oportunidades por esta
tendencia a esconderse.
262
Para Javiera fue muy importante el tomar conciencia de qu mensajes se dice
a s misma y de cmo ella misma se genera vergenza. Aparecen muchos
debera y ante no poder cumplir estos mandatos, se descalifica o, en sus
palabras: me hago bullying. Cuando en la sesin aparecen seales de esto
(momento de vergenza):
T: Javiera, cntrate un poco en cmo te sientes ahora y descrbemelo
J: mal, siento un nudo, apretada, me doy rabia angustia s, siento
vergenza de ser as
T: si esas sensaciones tuvieran colores, formas o se parecieran a algo qu
sera? cmo sera?
J: es como una pelota, grande roja, apretada, atorada encerrada, entre
muchas pelotitas ordenadas
T: cmo la sientes? qu necesita?
J: con ganas de salir de ah, de soltarse, de mandar todo lejos y de repente
estar con pelotitas que se muevan pa cualquier lado, sin orden o sea, sin
orden claro, pero tranquilas, sueltas.
T: Tiene algo que ver contigo esto?
J: uff todo que ver! Me siento as, apretada, sintindome fuera de lugar,
tratando de calzar mal, me cargo.
T: cuntame qu dice esa voz avergonzadora, usa un tono de voz que te
parezca acorde
J: Sera mejor nacer de nuevo, as como eres no tienes vuelta. Desaparece.
Cmo eres tan estpida? por qu te importa tanto lo que vayan a decir de ti?
cmo tan dependiente? No haces nada por salir adelante, te sigues
boicoteando.
263
Expresa esa rabia e impotencia a travs de su voz y gestos, lo que a m me
llega como un tono despectivo, estricto, ms bien de rabia contenida en ese
momento. Al reflejar y exagerar estos comportamientos no verbales que
trasmiten autodesprecio, se conecta ms con la rabia, aumenta la energa y la
sensacin de desesperacin. Al repetir lo que estaba diciendo y exagerar los
movimientos, se da cuenta de que est cansada de decirse esas cosas, y que
no le gusta ser as consigo misma.
T: De qu te das cuenta con este ejercicio?
J: pucha Me trato psimo, por qu soy tan dura conmigo misma!. Con los
dems tambin soy as, estricta, pero nunca tanto como yo sola. Y no hay
caso, debera poder controlar esto, dejar de tratarme tan mal, dejar de
compararme
T: ojo ah cmo te ests avergonzando aqu y ahora?.
J: jajaja, s, es como que ahora me reto por no dejar de retarme
T: algo as como avergonzarte de avergonzarte?
J: s
Se contacta emocionalmente con la pena de no poder dejar de tratarse mal y
con la conciencia del dao que le provoca esta hostilidad. Para movilizar un
poco su parte autoprotectora, trabajo con lo que plantean Greenberg y Paivio
(2000):
T: si te lo dijera otra persona?
264
J: Me dara rabia, pero se sumara a esta voz interna y me sentira mucho peor.
Nadie me trata tan mal como me trato yo, pero si me lo confirman, me muero.
T: Si vieras que alguien le dice esto a otra persona, por ejemplo a una amiga
tuya qu te gustara decirle?
J: Ah no, super mala onda. Le dira que qu se cree, que hay formas de decir
las cosas. Me dara ene rabia.
T: qu le diras a tu amiga?
J: Parece que yo soy as (se le quiebra la voz). Soy as tambin, ruda, exigente,
dura con mis amigas bueno, con mis amigas que considero fuertes
T: con todas tus amigas, siempre?
J: No en realidad cuando las veo realmente mal, soy super mami con ellas
(llora) cuando las veo como yo estoy ahora.
T: qu les diras si una de esas amigas estuviera as ahora?
J: Que estoy con ella, que s como se siente estar as. Por qu no puedo ser
as conmigo? (llora).
Est sumamente triste y enojada consigo misma por ser as, por maltratarse
tanto, es decir, se avergenza de avergonzarse a s misma, por no poder
aceptarse en su fragilidad y dependencia del resto.
T: dirige tu atencin ahora hacia ese otro polo, el lado tuyo que ahora es
avergonzado
J: aj igual me da lata
T: cmo lata?
J: es que es injusto
265
T: cmo es eso de que es injusto?
J: pucha, si lo nico que quiero es avanzar en la vida vencer estos bloqueos
T: esa es tu intencin desde el polo que no puede parar de corregir?
J: s claro, lo que quiero es no quedarme pegada por eso me corrijo y no
me dejo tranquila
T: cmo te sientes al verlo de este modo?
J: mejor no haba cachado que s, que es importante para m, en la vida, el
seguir adelante y no es de masoquista no ms el tratarme as, sino que la
intencin es no quedarme pegada, vencer mis bloqueos y eso me gusta ms.
T: o sea, ests de acuerdo con la intencin que se acomoda a lo que t quieres
para ti misma
J: s, pero no con la forma ah se me va la mano no me haba dado cuenta
(se emociona y llora)
T: en qu ests?
J: sabes? Nunca lo haba visto as es heavy ver que no es de mala.
Para Javiera este es un gran avance en la terapia, ya que es primera vez que
puede ver de una manera diferente a esta voz autoexigente sin descalificarse
por tenerla, lo que permite el avanzar en el proceso de aceptacin. En este
sentido, me parece importante como terapeuta el no caer en categorizar como
negativo en s al polo avergonzador con un debesmo ms hippy, ya que al
rechazar este lado, se fomenta que el paciente tambin rechace a esa parte de
s mismo. A travs de esto fue posible apoyar las fuerzas que se oponen a la
vergenza y de este modo fortalecer el autorrespeto. Posteriormente, hablamos
un poco de la autoempata con el fin de ampliar el vocabulario para referirse a
266
este tipo de experiencias de autoaceptacin. Con posterioridad, realizamos un
dilogo entre ambas polaridades, trabajo que ser relatado ms adelante.
Darse cuenta en el presente del all y entonces: origen y trabajo
evolutivo con la vergenza.
Yontef (1995) seala que es importante llevar al darse cuenta el sistema de
autorregulacin relacionado con cmo fueron los padres o autopaternidad que
ahora se relaciona con cmo es el ambiente interno del paciente para frenar su
actuar automtico.
En el caso de Javiera, al trabajar sobre las introyecciones que estaban a la
base de su sentimiento de inadecuacin y autorrechazo, me cuenta que su
mam fue sumamente estricta con ella, la hermana mayor. Su madre la
describa a ella como una niita amorosa, cariosa, inteligente. Javiera le
pregunt si la vea feliz y su madre le dijo que no, y se culpa porque siempre
tuvo miedo de que si ella mora, nadie se iba a querer quedar a cargo de sus
hijos si eran nios molestosos. Javiera cuenta que antes de aceptar nada en
casa de sus tos, primero miraba a su mam a ver si tena la autorizacin de
recibir o de hacer algo. Yo igual era nia buena y no recuerdo el haber tenido
ganas de portarme mal porque me importaba mucho no hacer rabiar a mi
mam, pero me hubiera encantando haber hecho tantas cosas, como hacer la
cimarra en el colegio, portarme mal, pero nunca hice nada.
267
Javiera seala que si bien no est resentida con su mam sino consigo misma
(retroflexin por trabajar) por no haber sido ms rebelde o tener iniciativas
propias. Posteriormente se trabajar en el punto que sugiere Yontef sobre la
generacin de autopaternidad positiva, rescatando la capacidad que describe
que tiene con sus amigas de ser super mami, amorosa y protectora.
Considero importante tambin el que Javiera, una vez fortalecida una postura
ms autntica y autoaceptadora, en que la vergenza no la invada
completamente, pueda enfrentarse a las vivencias de ser una persona que
molesta en ocasiones y en ocasiones no, frente a la figura de su madre a
travs de la tcnica de la silla caliente u otra.
Por su parte, Marcela creci con un sentimiento de ser distinta y esto la
avergonzaba delante de los dems, ya que esta diferencia fue significada como
un defecto. En un momento en que apareci una frase descalificatoria hacia s
misma en su diferencia, pudimos hablar acerca de los orgenes de esa voz
interna que le deca que era ridcula, o que se tena que esconder.
M: () cmo tan ridcula!
T: quiero que escuches esa voz interna que te dice ridcula cuando haces
algo que se sale un poco de lo esperado, que ve lo diferente como un defecto
que es mejor esconder la reconoces como tuya? de dnde viene?
M: (silencio) chuta heavy (sube el tono de voz) claro que no era yo! Yo
antes no era as cuando chica. Qu mal! Cuando chica yo no tena ninguna
de estas cosas, no era tmida, me senta regio conmigo misma, era super
lder no me costaba hacer las cosas, tena nimo no andaba nunca
amargada
268
T: qu pas entonces?
M: s, cuando chica era un niito era ver un niito, con jardinera, jugando
futbol. Lo pasaba super bien era la lder y todos me seguan las tonteras que
se me ocurran era toda libre, espontnea, me importaba una raja lo que los
dems pudieran pensar qu fuerte no lo haba asociado nunca
T: qu cosa?
M: Pta, mi ta empez a decirme esto de que pareca hombrecito le deca a
mi mam y mi mam se preocupaba obvio y las dos me decan que no
poda jugar futbol, que era feo que los dems iban a pensar cosas malas de
m (llora) Fue un quiebre tremendo ().
T: al hablar de esto, cmo ests aqu y ahora? te das cuenta de algo?
M: Sigo haciendo lo mismo me siento quebrada tengo pena en serio, era
super feliz, bueno un poco desconsiderada eso s, pero cero rollo. Ahora
ando todo el tiempo con eso de qu van a pensar
T: chequea tu cuerpo
M: tengo el pecho apretado y la garganta como con un cototo. Me da pena
me da pena el que me haya pasado esto era chiquitita!... y haber vivido tantos
aos as (se emociona) con el qu dirn tratando de ser lo que no soy y si
no, de hacerla piola, escondida bueno, t sabes que mis paps an no saben
que soy torta aunque en eso creo que todava no quiero que sepan me
da nostalgia ya no sentir eso en mi vida, ya no ser as de libre nunca. Me da
como nostalgia eso, ya no lo tengo en mi vida
T: en ningn momento?
M: noooo, ohh, si hay veces en que tengo un poco de eso cuando animo los
eventos de la empresa o cuando me siento en confianza con ciertos amigos
269
T: ves algo en comn en eso?
M: s cuando no me tengo que estar escondiendo, protegiendo cuando
siento que est bien ser as y cuando tengo una buena respuesta de la
gente.
A raz de este trabajo, Marcela se dio cuenta de que hizo suya una voz que no
le era propia y se refugi en ella para sentirse aceptada, con el costo de tener
que esconder quien es e incluso rechazarlo abiertamente. Por ejemplo: yo
cuando chica era un niito, un hombrecito repitiendo y haciendo suyo el juicio
discriminador de su ta. Poco a poco se ha ido dando cuenta de esto y
separando qu es lo que ella siente sobre s misma de esa imagen impuesta
desde afuera e introyectada. Adems, se da cuenta de que en ciertos espacios,
de intimidad, o cuando se siente acogida, puede expresarse dejando de lado la
vergenza. An falta por trabajar ms en profundidad los temas de la gnesis
de la vergenza en la familia.
270
6.2.3 Foco n 3.- Lograr un sentido de s mismo coherente, seguro,
positivo y compasivo.
6.2.3.1 Mecanismos de evitacin.
Introyeccin.
El trabajo con los mecanismos de evitacin de contacto es algo transversal en
la terapia gestltica. En el caso del trabajo de la vergenza, cobra especial
importancia el poder darse cuenta de las creencias introyectadas y de la actitud
respecto a estas creencias que estn a la base del rechazo a s mismo.
En el trabajo con Andrs (29 aos) fue muy relevante el aprender a distinguir y
asimilar de entre todas las exigencias sociales (su proyeccin de las exigencias
sociales y tambin las manifiestas) lo que le es propio, o importante para l o
en lo que l est dispuesto a prestarse a s mismo por aceptacin. En una
primera instancia, trabajamos con el tema de la madurez, revisando lo que le
comentaban sus amigos y familia con respecto a como debe ser alguien
maduro, lo que lea, lo que l mismo pensaba y con lo que l se quedaba de
todo esto. Con el fin de que Andrs se hiciera responsable de lo que quiere y/o
necesita, trabajamos con una tcnica de Gengler (2006) que tena que ver con
reflexionar acerca de a qu le quiero dedicar mi vida, lo que implica el
reflexionar acerca de a qu le quiero dedicar mi tiempo, de que la vida que
tengo es el tiempo que tengo. Para l, cada persona le puede dedicar la vida,
por lo tanto el tiempo en algn determinado periodo de la vida, solamente tres o
271
cuatro temes29. Con esto, Andrs se dio cuenta de que con eran importantes
para el en este momento su vida, por lo que si reciba alguna crtica por no
cumplir ideales que para l no eras tan trascendentes para su vida, poda
reconocerlos como ajenos y dejarlos pasar sin conflictuarse.
T: entonces, a cuales tres o cuatro cosas, o temes, le quieres dedicar tu vida,
por lo tanto tu tiempo, en este periodo de vida?
(Vamos dialogando acerca de las diversas opciones)
A: entonces, yo creo que lo importante para m en este momento es lo primero,
mi familia, armar mi ncleo
T: cmo lo ves eso en concreto?
A: yo a futuro quiero tener una familia y ahora quiero trabajar por eso... ahora
es el momento de empezar a sentar las bases. Incluso ganar plata tiene ese
sentido para m adems de mi ncleo que ya est, me refiero a mi familia y
amigos. Segundo, estar bien conmigo escuchar mi msica, ir a conciertos,
leer, venir para ac desarrollarme espiritualmente aprender a conocerme
quiero quererme ().
T: bien hay algn otro?
A: mmm podra ser lo de ganar plata, generar proyectos, pero no lo veo
como un fin en s o sea, claro que le voy a dedicar parte de mi tiempo, y por
lo tanto energa parte de mi vida a trabajar, pero eso tiene sentido en relacin
29
Posteriormente se insta al paciente a que corte trocitos de madera a modo de monedas en
que por un lado anot el propsito y por el otro lado dibuja una forma de concretarlo. La idea es
andar trayendo estos tronquitos, con la idea de hacerse cargo de ellos.
272
a los dos puntos anteriores o sea, tener plata para poder estar bien conmigo
y para tener una familia a futuro pero s, sera otro tronquito ().
Posteriormente me dijo que para l esta intervencin fue sumamente relevante,
ya que al tener claridad sobre a qu quiere dedicar su vida en estos momentos
se senta seguro y firme consigo mismo si era confrontado con ideales que no
se relacionaban con lo que l quera para s mismo, por lo tanto, empez a
sentirse maduro, pero en su propio estilo. Por ejemplo, cuando va al aeropuerto
a ver a un artista de sus favoritos, ya no le parece inmaduro de acuerdo al
deber ser desde la opinin de otras personas como si eso fuera algo que
hacen los quinceaeros, si no que lo significa como que se est dedicando a s
mismo y a lo que a l lo hace feliz.
En el caso de Marcela (34 aos), como se mencion anteriormente, se dio
cuenta de que gran parte de lo que se criticaba o rechazaba de s misma, tena
que ver con ideas que no le eran propias y poco a poco ha ido asimilndolas y
quedndose con lo que s le es propio y dejando ir lo que no. A raz de esto,
logr contactarse mejor con el lado de s misma que tena que ver con lo ldico,
la espontaneidad y el darse permiso para esto: ahora el decir chaaao es la
clave qu tanto si es lo que yo quiero, no le hago mal a nadie es como
yo soy y chaaao s, ahora tengo permiso. Obvio que no es con todo, hay
cosas en que prefiero mantenerme piola, pero en otras chaaao. Y si en la
pega se enteran que soy gay, chao, hago bien mi pega y ya obvio que si
estuviera en otra pega, no s, algo donde abiertamente me pueden discriminar
por eso, ok, puede ser pero ahora na que ver antes me hubiera muerto,
273
hubiera inventado un pololo, no s, como cuando chica con lo que me deca mi
ta.
Javiera (29 aos) por su parte, desde un principio reconoca que vive con el
mandato no molestes la mayor parte del tiempo. Si bien Javiera reconoce
este mandato como externo a s misma, para ella a raz de la educacin
recibida de su madre, ste an funciona automticamente. Seala que
ltimamente ha podido liberarse relativamente de l en algunas situaciones
donde se siente cmoda y no enjuiciada, principalmente despus de hacerse
conciente de la autocrtica y aprender a frenar ese automatismo.
A poco andar de la terapia, se da cuenta de que tambin tiene incorporado un
mandato introyectado a ser entretenida, original, habladora, etc. que ella
distingue como la voz de sus compaeras de su curso que le decan que era
oa y fome, pese a que en el trabajo de contactarse con ella misma de
adolescente, no considera que su vida fuera aburrida, sino que simplemente
era diferente de sus compaeras y que lo que haca era lo que quera hacer en
ese momento.
T: Ahora te voy a pedir que cierres los ojos, tmate un minuto para centrarte en
la respiracin () y poco a poco, gradualmente, a tu ritmo, anda retrocediendo
en el tiempo hasta llegar a esa poca de la estbamos hablando cuando
estabas en el colegio, en cuarto medio.
J: ya
T: en qu ests?
274
J: en mi casa, escuchando msica grunge.
T: trata de contactarte con cmo es tu vida en este momento qu es
importante para ti, qu cosas te gustan
J: la msica lo que ms me gusta es escuchar mi msica, estar en mi onda,
tocar guitarra, aprenderme canciones, traducirlas... me gusta estar en mi pieza,
con mis cosas
T: cmo te sientes estando ah?
J: Bien, todo est bien adems estoy pololeando jajaja, me va super bien
con los chicosno me considero especialmente bonita mi amiga es mucho
ms bonita, pero a m me va mejor
T: te complica esa situacin?
J: no, no mucho en realidad
T: hay cosas que te preocupen?
J: el colegio tener buenas notas me importa que me vaya bien tambin
me importa mi familia y mis amigos, aunque no salgo mucho, no carreteo tanto.
T: te gustara carretear ms?
J: mmm no en realidad. Est bien para m as mi mam igual me deja salir,
pero se preocupa harto cuando salgo, pero a m no me gusta que ella lo pase
mal.
T: Es importante para ti eso el que ella est bien?.
J: s, es de las cosas ms importantes para m, me gusta que mi familia est
bien, contenta yo soy bien casera tambin, me gusta.
T: cmo ves a los dems chicos de tu edad?
J: mis amigas son parecidas a m somos como las oas del curso
T: y cmo es para ti ser parte de las oas del curso te sientes oa?
275
J: no, no me siento oa nosotras estamos en nuestra onda no ms, nos
entretenemos con nuestras cosas ellas ni nos conocen a lo mejor me
gustara que me conocieran pero es ms como una idea, porque en realidad
no tenemos mucho en comn. Ellas fuman en el bao, se curan, se meten
pastillas, cualquier cosa que les pasen hacen la cimarra (Silencio).
T: y t?
J: no me interesa, en realidad no me interesa faltar a clases yo no soy as
no es lo que quiero para m
Proyeccin
En el caso de Andrs (29 aos), aparece la crtica y descalificacin hacia s
mismo, hacia su lado frgil, dependiente y necesitado, proyectada una
audiencia crtica la molestia. A travs de ejercicios como lo obvio y lo
imaginario, logr apropiarse de la esta voz crtica, y hacerse cargo de cmo
pone en otros esta voz crtica.
T: te parece que trabajemos en un experimento ahora?
A: s
T: Se llama lo obvio y lo imaginario. Para esto vamos a hacer una distincin.
Vamos a considerar lo obvio, como lo que ambos podemos constatar con los
5 sentidos por ejemplo: es obvio que el silln es rojo me parece obvio que
afuera hay ruido Adems de esto, vamos a considerar obvia la propia
experiencia personal, lo que cada uno siente me resulta obvio que tengo fro,
es obvio que me siento cmoda.
A: aj
276
T: y todo lo dems es imaginario
A: oh ah, ya jajajaja
T: la idea es que establezcamos un dilogo, usando esto: me es obvio que
me imagino que Por ejemplo: Me es obvio que siento fro, me imagino que t
tambin Me es obvio que me ests mirando, me imagino que me ests
poniendo atencin o me imagino que tratas de pensar qu vas a decir
despus
A: jajaja s pensaba eso
T: dilo en estos trminos
A: ok, me es obvio que estoy pensando en qu decir me imagino que me
imagino que no s, me cuesta
T: me es obvio que me cuesta me imagino
A: s, me es obvio que me cuesta, me imagino que para las otras personas es
fcil, como te deca antes.
T: para m es obvio que a muchas personas les cuesta, igual me imagino que
ya vas entendiendo como va el ejercicio.
A: me es obvio que me complica un poco menos que antes, me es obvio que
estoy ms tranquilo, me imagino que t igual.
T: es obvio para m que estoy tranquila y cmoda, y es obvio que ya ests
menos complicado me imagino que podemos hablar, por ejemplo, de lo que
pas con tu ex de esta forma
A: a ver es obvio que fui a verla, es obvio que estaba la camioneta de l
porque tiene el logo de la carrera y todo me imagino que estn saliendo
juntos me imagino que l es mejor que yo o sea, es obvio que su auto es
277
ms caro que el mo que tiene un depa me imagino que ella prefiere esas
cosas.
T: puedes continuar un poco integrando tu experiencia interna?
A: a ver es obvio que me siento mal, es obvio que me siento de lo peor,
como un pobre huen
T: es obvio que te sientes mal con esto, me imagino que te imaginas que todos
van a pensar que eres un pobre huen
A: s yo me siento mal y me imagino que los dems me van a ver como un
idiota
T: qu es lo obvio en eso?
A: que cada vez que he llamado a un amigo, est ah para m que me llaman,
que me dicen que los llame cuando necesite algo s, es obvio que yo me
siento latero, que me dan ganas de no contar nada, me imagino que los voy a
latear pero lo obvio es que estn ah y que cuando yo he estado en el lugar
de ellos no me molesta, de hecho me gusta que cuenten conmigo es obvio
que me gusta que estn conmigo ()
Fue capaz de reconocer como obvia, propia y vlida su necesidad de
compartir con otros su dolor, lo que sumado al darse cuenta de que el auditorio
crtico era imaginario, lo llev a pasar a travs de su crtica interna de sentirse
pattico, y comienza a abrirse y pedir ayuda, es decir, a procurarse el espacio
de intimidad necesario para hacer la vergenza ms soportable. Andrs retoma
el contacto con un amigo que no ve hace mucho tiempo, con quien puede
compartir sus problemas, lo que a su vez, abre la posibilidad de que el amigo
exponga su fragilidad y as, se estrechan los lazos con este y otros amigos,
278
con lo que puede expresar estos sentimientos avergonzantes en un clima
adecuado que permite la autoaceptacin mediada por un otro. Tambin en este
proceso se da cuenta (lo obvio), se apropia, valida su vulnerabilidad y puede
satisfacer tambin la necesidad de protegerse, de no sentirse expuesto a los
juicios de las personas con las que no tiene un vnculo cercano.
En el caso de Javiera (29 aos) tambin se hace manifiesta la autoconciencia,
que para Perls es la conciencia de un auditorio crtico. Como primer paso
trabajamos con lo obvio y lo imaginario, con el fin de que pudiera ir
diferenciando su experiencia inmediata (lo obvio) de lo que se imaginaba que
pensaban los dems acerca de ella. Asimismo, se da cuenta que ella se
imagina que la vida de los dems es entretenida, y que en base a esta
imaginacin ella siente envidia (obvio), pero que tambin es obvio para ella
que su vida tambin es entretenida, pero se imagina que los dems deben
pensar que es fome. Adems se da cuenta de que para ella es obvio que no
siempre quiere estar haciendo cosas, que se cansa y que le es importante
tener tiempo libre, sin hacer nada: para quedarse en pijama, descansar, ver
televisin, etc. En esta experiencia con lo obvio y lo imaginario surge desde
Javiera: s, yo tambin hago muchas cosas entretenidas en mi vida, pero no lo
logro valorar. Aparece fuertemente un sentimiento de aoranza de lo que ella
podra ser o hacer, pero que no es o no hace por su timidez o flojera, lo que la
avergenza mucho y proyecta un yo ideal que no tiene este tipo de conflictos.
En este caso creo que tambin proyecta que los dems no tienen ese juez
interno que los critica y los castiga, sino que se juzgan amorosamente y se
279
aceptan a s mismos, por lo que es necesario trabajar a futuro en apropiarse
tambin de esta proyeccin.
Posteriormente, trabajamos en la representacin de este testigo enjuiciador, a
travs de la tcnica de silla caliente con la imagen de quien representa la
esencia de su proyeccin en los dems, que para Javiera era una compaera
de trabajo, Paty.
J (como Paty): soy ingeniero, tengo un magster en Espaa, vivo en el depa
que me compr con mi pareja y estamos super bien en la casa me va super
bien en el trabajo, siempre tengo ene pega. Me gusta harto hacer deporte: en la
semana voy al gimnasio y los fines de semana salgo a andar en bici, me gusta
participar en competencias o tambin organizo salidas a distintos cerros con
mis compaeros de pega y subimos fotos a Facebook por eso tambin soy
super amiga de casi todos all. Tambin carreteo harto, me gusta viajar
T: hay algo que te moleste, que te preocupe?
J (como Paty): no, nada me da pena ni rabia o sea, obvio que hay cosas que
hay cosas que me complican a veces, o que me dan pena o rabia, pero se me
quita al tiro, porque no me hago problemas por nada no s, el ao pasado
falleci mi pap y estuve triste, pero no es tan malo Yo soy bien alegre,
relajada, inquieta, no me hago problema por nada ()
T: cmbiate
J: (como ella misma) Paty, igual tengo que reconocer que admiro tu forma de
ser no s como lo haces para perdonar tan fcil no s, si a m me hacen lo
que te hizo tu pololo de embarazar a otra mina cuando estaban en un
tiempo (silencio).
280
T: cmbiate
J (como Paty): s, t te quedas pegada con puras leseras si lo que te pas a
ti no fue nada no puede ser que sigas sufriendo por algo que pas hace
como mil aos vives con tu pololo por qu no eres capaz de valorar lo
que tienes? Al final te echas a perder todo por este tipo de tonteras supralo,
aprovecha el momento no seas tan grave () viste que te pones fome? A
nadie le van a dar ganas de juntarse contigo si andai as, todo el rato con el
rollo reljate, no pesques y chao no ms
T: cmbiate
J (como ella): pucha, sorry, yo no puedo ser como t as tan relajada y
suelta no te das cuenta que con tu forma de ser, as, tan despreocupada,
no te das ni cuenta cuando daas a los dems?
J (como Paty): viste? Ya te ests enrollando otra vez te enrollas ms t que
los que dices que quedaron mal por lo que yo hice eso ya pas
De esta forma se va desplegando la proyeccin y Javiera se da cuenta que
proyecta su propia voz crtica en las personas que ella considera ms
entretenidas, seguras y desenvueltas.
Tambin trabajamos en el invertir la frase yo les molesto a ellos por ellos me
molestan a m. Ej: yo les molesto a mis jefes mis jefes me molestan s,
piensan slo en s mismos o slo son capaces de ver a los chupamedias y no a
los que tenemos mrito pero somos piola. De esta forma se apropia de lo que
a ella le molesta en los dems y se hace cargo de cmo la mayor parte del
281
tiempo est tambin enjuiciando a los dems, lo que la pone en un rol ms
responsable y activo.
Con Marcela tambin se trabaj la integracin de un juicio ms aceptador y
autoemptico, lo que le permiti el darse permiso cada vez en ms espacios
para ir mostrndose de forma cada vez ms espontnea, sin tanto temor al
ridculo, permitindose tambin la iniciativa para ser creativa y autntica, lo que
finalmente se tradujo en orgullo de s misma. Por ejemplo, hacia mitad de la
terapia, Marcela comenz a ser la animadora designada de todos los eventos
de su empresa, recibiendo muy buenos comentarios de los dems. Ha logrado
exponer ideas en comits, hablar y hacer chistes en ingls en reuniones
internacionales. Tambin se ha ido dando permiso para mostrase interesada y
coquetear con algunas mujeres.
Retroflexin
Una parte importante del trabajo con Marcela ha sido el ir conociendo y
desarmando retroflexiones, relacionadas a su deseo de mantenerse oculta o
enmascarada. A raz de un trabajo de contacto en el aqu y ahora, se dio
cuenta de que constantemente tena una sensacin de opresin en la garganta,
lo que se haca ms intenso cuando senta que deca cosas lindas a las dems
personas, o de alguna forma se senta a s misma como linda. Al explorar la
sensacin de cototo en la garganta, se dio cuenta de que haba muchas
cosas que ella no estaba expresando la mayor parte del tiempo, por sentirse
ridcula o pensar que no sera aceptada. Posteriormente a travs del dilogo,
282
conversamos acerca de la necesidad de ocultarse con el fin de ser aceptados y
las consecuencias que esto tiene para uno mismo:
T: a ver, haz el experimento de transformarte en ese cototo imagnate que
toda t eres ese cototo cmo te describes? cmo es tu vida siendo ese
cototo?
M: soy dura, apretada, preocupada defendida me siento incmoda,
atrapada no me gusta nada
T: desde ac, desde esa sensacin qu necesitas?
M: quiero abrirme, salir de ac a veces necesito explotar pero no todo el
rato cuando es mucho s o a veces quiero disolverme no ms, soltar no
me gusta estar aqu aguantando todo el tiempo conteniendo (sigue
explorando sensaciones relacionadas).
T: imagnate es pudieras empezar a soltar cosas
M: se siente bien no de una eso me pone ms nerviosa de a poquito
como un chorrito pequeo... como un drenaje ya no estoy tan tensa. Me
gusta ms estar aqu
T: imagnate ahora que pasa todo el tiempo que necesitas para estar as, con
ese drenaje ms suelta, menos tensa (despus de un tiempo finaliza el
ejercicio).
T: de qu te das cuenta con este ejercicio?
M: ufff creo que he estado juntando muchas cosas hay ene cosas que no
he dicho
T: que te impide hacer eso?
M: no s, mil cosas una cosa o la otra que no vayan a pensar que soy
lesbiana, que soy sensible, que me gusta alguien, que algo me duele me es
283
super difcil mostrarme no andar poniendo caritas, con mscaras todo el
rato
T: me acord de una cosa jajaja la palabra persona viene del griego y
significa mscara la mscara que se usaba en el teatro de alguna forma es
como si ser persona equivale a andar ponindose distintas mscaras
dependiendo de cmo quiero mostrarme ante los dems cmo quiero que
me vean no s, desde la ropa que elijo para adelante
M: Te imaginai que todas las personas se sacaran las mscaras? Te
imaginai que nadie se guardara nada y que la gente se mostrara triste si est
triste? Quedara la crema. Nos daramos cuenta de que todos andamos igual.
A partir de esas reflexiones, Marcela se da cuenta de las dificultades que est
teniendo al impedirse constantemente expresarse si considera,
proyectivamente, que va a ser inadecuada y por iniciativa propia empieza a
mostrarse ms y a dirigir hacia fuera el impulso de decir las cosas en vez de
guardrselas, tomando una actitud ms conectada consigo misma, de permiso
y de menos gravedad y seriedad: y qu importa, si es MI vida?. Seala que
pronto piensa contarles a sus padres y hermana acerca de su homosexualidad.
En el caso de Javiera se trabaj dirigiendo hacia fuera la crtica, el odio y como
resultado apareci una sensacin ms empoderada, expansiva, y se contact
un poco con el orgullo de s misma que est detrs de esta actitud.
284
Confluencia
Como la vergenza es ruptura de confluencia, al trabajar la conciencia del
paciente, especialmente en sus diferencias y deshaciendo confluencias deja
expuesto al paciente a sus sentimientos de vergenza. Es esencial entonces el
permitir la ruptura de confluencia y ayudar al paciente a tolerar poco a poco el
quedar expuesto a la vergenza de la diferenciacin e ir permitiendo que surja
la iniciativa de ser autntico, o al menos hacerse responsable de su necesidad
de mantenerse en confluencia.
En el caso de Marcela, este punto fue central, ya pudo reconocer ciertas
diferencias que tena con su grupo de pares gay. En un principio para ella era
muy difcil relacionarse con otras personas porque muy pocas personas podan
pasar por el tamiz de sus exigencias (tendencia sexual, de la misma edad,
profesionales, sector donde viven, intereses, etc.). A la base estaba el supuesto
de que si alguien la viera genuinamente, no la querran o bien, la daaran.
Se dio cuenta de que cuando ella se mostraba un poco ms ante ellos, expona
un poco su vulnerabilidad, sensibilidad, sus ideas romnticas, etc., no era bien
recibido por los dems, por lo tanto, constitua un foco de vergenza para ella.
Posteriormente pudo tomar un poco de distancia con respecto a este grupo,
asumiendo que cada cual era de la forma que es y que, de alguna forma, no
poda esperar a que sus amigos se adaptaran a sus expectativas. Sigui
manteniendo un contacto con ellos, pero a su vez se abri a relacionarse con
amigos heterosexuales y a conocer nuevas personas homosexuales, valorando
285
las diferencias de cada uno, hacindose cargo de sus lmites y siendo capaz de
mostrarse un poco ms en su diferencia con ellos.
Adems, con el tema del cototo que le generaba el no poder darse a conocer
autnticamente, trabajamos en exponer estas cosas en imaginacin y de esa
forma, ir tolerando poco a poco momentos de vergenza al mostrarse y
deshaciendo as el intento de confluencia con los dems mantenido por medio
de retroflexiones (por ejemplo el ocultarse). En este ejercicio se mostr frente a
su hermana contndole acerca de su homosexualidad y frente a uno de sus
mejores amigos contndole su necesidad de validacin y atencin de su parte.
A travs de este ejercicio, tratamos de cubrir en lo posible los cuatro vrtices en
el contacto, entre un yo y un t ntidos (Lichtenberg, 2006, 23)30.
T: imagnate que frente a ti aparece alguien a quien quieras decirle estas cosas
M: mi hermana mayor
T: ok cmo te sientes ante ella?
M: bien tranquila. Quiero hablarle
T: cmo la sientes a ella?
M: bien, super bien, interesada.
30
Los cuatro vrtices del contacto yo-t ntidos para Lichtenberg son:
1.- Esto es lo que yo quiero y quien soy yo.
2.- Yo quiero que t me digas qu quieres y quin eres.
3.- Dime cmo ests reaccionando a lo que he dicho o hecho,
4.- as es cmo yo estoy reaccionando ante ti.
286
T: ok, empieza a hablarle de estas cosas que habamos estado conversando
M: Carola quera que vinieras porque quiero contarte algunas cosas
(silencio) En realidad no s porqu no lo haba hecho antes mi primer
impulso es decirte lamentablemente soy gay pero no es eso lo que quiero
decir si no que Carola, quiero que sepas que soy gay y por mucho tiempo
me pareci lamentable pero lo real es que es algo que ni puedo evitar ni lo
eleg. Soy asy estara mal para m ser de otra forma
T: cmo te sientes al decirlo?
M: pens que me iba a costar ms bien
T: el cototo?
M: me emociono, s, pero yo soy as, me emociono fcil
T: te gustara decirle algo de eso?
M: s Carola, puede parecer que yo soy super dura, fuerte, pero en realidad
soy LO sensible ahora mismo me emociono ene al hablar contigo me
guardo mucho las cosas y me cuesta hablarlas a veces y bueno, a veces no
me gusta ser taaan sensible, pero tambin me gusta tener esto y de a poquito
lo he empezado a mostrar (me imagino que queda conforme con esto).
T: cmo te sientes al decir esto?
M: bien, es rico haberlo dicho
T: Te gustara decirle algo de esto?
M: Carola, me siento super contenta de haberte dicho estas cosas de m.
T: est bien para ti?... quieres decirle algo ms?
M: no, est bien s, bien por ahora
T: ok, despdete de ella, deja que se vaya y trae a otra persona a la que le
quieras contar algo de esto ()
287
Trabajamos del mismo modo con su amigo, pero no quiso seguir en el ejercicio
porque estaba muy cansada, pero desde ah comenz a darse cuenta de lo
que quera decir y a hacerse cargo de si quera exponerlo o no, lo que trajo
como resultado una sensacin de mayor libertad.
6.2.3.2 Vergenza y creatividad.
Si bien para todas las personas el lograr un ajuste creativo es un equivalente a
salud en terapia gestalt, para los pacientes con tendencia a la vergenza
(inhibicin de la iniciativa) es especialmente importante el fomentar que se
vayan contactando poco a poco consigo mismos y con la actitud de permitirse
una apertura mayor, considerando todo el sufrimiento que conlleva el
autoboicot a la realizacin personal y a su propio desarrollo, el cortar
posibilidades de ser quien puedo llegar a ser.
En la terapia con estos pacientes, la creatividad no ha sido un objetivo
especfico, sin embargo, transversalmente hemos ido trabajando la expresin
de la unicidad, a veces incluso a travs de tcnicas que usualmente se usan
con nios (como dibujar emociones, autorretratos a travs de collage, etc.). Me
parece sumamente relevante y sanador cuando aparece una manifestacin
creativa de la persona y la puede compartir con otro en contexto de intimidad,
que el paciente pueda contactarse con esa sensacin de celebracin y goce
ante su propia grandeza (en trminos de Zinker, 1979).
288
J: sabes qu no s si digo primero lo malo de m por el tema de la autoestima
o porque me imagino que es medio arrogante decir cosas positivas de m en
realidad no me encuentro tan mal as como digo no me creo tanto esas
cosas. O sea, tengo ambas cosas, no me gusta mucho ser cambiante, pero
cuando digo, soy pesada, al tiro pienso que no soy pesada tambin
T: cuntame un poco ms cmo es eso, desde ese lado que me hablabas,
desde donde no te crees tanto estas cosas malas entre comillas o que sean
tan malas
J: me creo un poco la muerte jajaja
T: eso de creerse la muerte, me imagino que es para ti algo malo
J: no me gusta un poco me gusta en realidad, jajaja, se siente bien.
T: te puedes permitir quedarte en esa sensacin, centrarte ah ver dnde
est
J: en el pecho abierta es como sentirme cmoda con como soy orgullosa
tal vez, aunque no s si esa es la palabra.
T: te la puedes imaginar qu colores y formas tendra?
J: s... amarillos, naranjos, amplio
T: te voy a pasar estos lpices pastel para que pintes esa sensacin. El nico
criterio es que represente lo que ests sintiendo, ni ms ni menos Si
consideras que es muy personal para ti, puedes no mostrrmelo o darte un
tiempo sola.
J: no, est bien no s dibujar muy bien
T: permtete pintar, rayar la hoja, lo que sea como cuando nia, cuando uno
dibujaba sin pensar en la nota
289
J: ok, a ver qu sale (toma los lpices, empieza a dibujar).
T: cuntame cmo fue tu experiencia dibujando
J: bien como que me hace bien darme esos permisos hace aos que no
dibujaba
T: y qu tal?
J: bien, me sent bien hacindolo como con el autorretrato que hice con
trocitos de canciones. Es mo es as me gusta.
*El dibujo realizado en esta experiencia, as como otros trabajos expresivos del
mundo interno y privado de los pacientes no se adjuntan en esta tesis por
motivos ticos de confidencialidad y, adems, con el fin de respetar la intimidad
de esos momentos de iniciativa y de autenticidad generada en el contexto de
psicoterapia que es especialmente relevante en el trabajo con pacientes cuya
autorregulacin se basa en la vergenza.
6.2.3.3 Exacto sentido del self: Autoconocimiento, autoaceptacin y
autoestima.
En este punto se incluyen todas las intervenciones que ayudan a tener un
exacto sentido del self, a lograr una autoestima equilibrada (no orgullosa y
narcisista ni vergonzosa), es decir: saber quien soy, aceptarme y estimar eso
que soy. En las personas tendientes a la vergenza este es un trabajo largo ya
que tiene que ver con cambiar el paradigma vivencial de que al ser como son
no son queribles y con el rechazo a s mismos. En estos tres casos, como se
290
ha descrito en los ejemplos relatados anteriormente, cuando en las sesiones
apareci una parte crtica que acusaba y despreciaba a otra parte que se
avergonzaba, se utilizaron estrategias para fomentar la conciencia de los
mensajes internalizados y se trabaj en la expresin desde ambos lados,
rescatando lo til de cada uno, sin caer en el silenciar al acusador y salvar al
lado que se siente indigno de amor, ya que eso implica seguir en el mismo
juego neurtico que genera vergenza.
A continuacin, describo un dilogo de polaridades realizado con Javiera, entre
los polos que design nia (vergenza) y adulta (orgullo, juez). Javiera, pese
a lo vergonzosa que se describe, es capaz entrar en la actividad sin mayor
dificultad, es decir, no interrumpe el contacto con excusas, preguntas o
justificaciones ni aparecen signos de bloqueo o inseguridad por no hacerlo
bien.
A travs del dilogo es capaz de conectarse con cada uno de estos lados y
tomar contacto emocional con ellos.
T: en qu silln sientes que est cada una?
J: (seala uno de los dos) ac est la nia.
T: con cul de estos polos te sientes ms conectada aqu y ahora?
J: justo ahora?... con la nia
T: ok empecemos primero con el polo adulta entonces bien sintate ah,
cierra los ojos y te voy a pedir que te centres en lo que habamos conversado
acerca de este lado. La idea es que aqu va a estar cien por ciento el polo
adulta y al frente estar cien por ciento el lado nia como lo hemos hecho
291
antes, ok?. Y bueno, vamos a intentar de armar un dilogo entre ambos polos
y para eso te voy a pedir que te cambies de silln, con los ojos cerrados y que
te transformes en el polo que corresponde bien? Bueno, y si es necesario,
puede ser que yo tome la voz como uno de los polos en algn momento para
hacer ms dinmico el dilogo.
J: vale parto con la adulta entonces?
T: s. Cierra los ojos y toma contacto con lo que llamamos el polo adulta...
aydate con la postura corporal cmo estara sentada? qu tono de voz
utiliza?... Cuando te sientas lista, empieza a contarme cmo eres ah
J (polo adulta, se sienta erguida y relajada): a m me encanta hablar, soy
extrovertida, abierta, suelta as es que caigo bien. Disfruto harto lo que est
pasando tengo como una sensacin de poder, as es que me siento
confiada s que puedo y lo disfruto por lo mismo dejo pasar los errores.
Soy alegre conversadora, sociable jajaja y media gritona ().
T: Bien cmbiate al frente. Y cuntame cmo eres desde ah, desde el polo
nia
J (polo nia, se sienta un poco cabizbaja, hombros cados, voz suave): me
siento pequea, nerviosa, tensa me cuesta hablar, siento una presin en el
cuello siento que voy a molestar porque mis cosas son tonteras para los
dems soy tmida, vergonzosa conformista igual mmm me siento
incmoda, disminuida, atrapada no tengo ganas de n ().
T: manteniendo los ojos cerrados, date un tiempito para mirar a la adulta que
est frente tuyo cmo la ves? cmo te sientes ante ella? Recuerda que si
le quieres decir algo, decirlo directamente
292
J (polo nia): te veo ms grande segura pero sabes? Te veo super
tiesa
T: cmo te sientes ante ella?
J (polo nia): ms chicadisminuida me da envidia siento que no me ves.
T: ok cmbiate () Ahora te voy a pedir que observes a la nia, al frente
cmo la ves? qu te pasa? cmo te sientes ante ella?
J (polo adulta): mmm me da pena la veo tan chiquitita te veo tan chiquita
y desprotegida me dan ganas de abrazarte s, me dan ganas de abrazarte,
darte nimo
T: cmbiate
J (polo nia): me sorprende que me digas eso pero no entiendo mucho que
me quieras abrazar o sea, como que me da un poco de rabia no me
entiendes
T: cmbiate
J (polo adulta): pero quiero cuidarte, ayudarte a salir adelante qu no
entiendes?
T: cmbiate
J (polo nia): yo quiero que me vean, que me veas tan difcil es? no
quiero que trates de sacarme adelante t tan grande, tan segura no me
entiendes!... bueno, tpico, como todas las personas con personalidad, slo nos
critican a los tmidos y piensan que todo lo que nos pasa son tonteras y que
todo es fcil de superar y que es llegar y cambiar tpico entonces que
pienses que mis cosas son tontas y no quieras verme
T: cmbiate
J (polo adulta, se queda en silencio)
293
T: qu te pasa ante esto?
J (polo adulta): me siento cohibidayo no creo que tus cosas sean tonteras
pero se me quitan las ganas de hablar porque tampoco me pescas s, no
creo que tus cosas sean tonteras, pero s creo que eres super floja y cmoda
te quejas no ms y no te gusta hacer nada por arreglar en lo que ests en
cambio, ok, yo puedo ser super tiesa como me dices t, pero yo salgo adelante,
yo no me quedo pegada en lo malo como t.
T: cmbiate.
J (polo nia): a m me gusta estar as, quedarme quieta, descansar me carga
que todo el da me ests obligando a hacer cosas, y si no te enojas no te
importa lo que me pase, no me das espacio.
T: cmbiate.
J (polo adulta): todo el tiempo estuviste t ahora he empezado a hacer ms
cosas yo, pero toda la vida has estado ah! Toda la vida me bloqueas cuando
quiero hacer cosas estoy super enojada contigo eres como una cabra
chica consentida, dictadora que en realidad no te quieres enfrentar a nada
por pura flojera
T: cmbiate
J (polo nia): y qu si soy floja?
T (voz de polo adulta): no me dejas hacer las cosas que quiero
J (polo nia): es que las quieres hacer todas! Y a m no me gusta as me
gusta descansar, entindelo no quiero andar todo el rato metida que en el
gimnasio, en fiestas, tomando caf con amigos, en el cerro, andando en bici,
siendo entretenida todo el rato para qu? para quin?
294
T (voz polo adulta): me bloqueas, no me dejas avanzar en la vida (tomando
palabras y frases que haba dicho anteriormente)
J (polo nia): t me bloqueas a m ni siquiera te importa lo que yo necesito
T: cmbiate
J (polo adulta): estoy super triste contigo ok, ahora has cambiado un poco y
he logrado algunas cosas pero no te puedo perdonar todo lo que me hiciste
perder en el pasado he perdido muchas oportunidades por ti.
T: cmbiate
J (polo nia): pucha, si igual me da lata haberte hecho pasarlo mal y qu
quieres que haga? qu puedo hacer ahora?
T: cmbiate
J (polo adulta): mmm no s en realidad no s pero esta pena o
resentimiento contigo no se me quita tan fcil
T (voz polo nia): qu quieres que haga? hay algo que yo pueda hacer?
J (polo adulta): djame un poco sola, dame espacio, no te quedes todo el
tiempo pensando en qu van a pensar los dems, en qu te equivocaste o en
qu te hicieron dao dame espacio para salir y disfrutar del ahora sin
estarme enrollando
T: cmbiate
J (polo nia): igual me gustara, si igual te encuentro razn en eso que si no
fuera por ti no hara nada o estara todo el rato tirndome pa abajo pero igual
me da susto
T: quieres hablar sobre eso?
J (polo nia): es que ya lo dije y no me pesca me da miedo que te
dediques tanto a ir pa fuera, a hacer tantas cosas, que no te fijes en lo que yo
295
necesito como descansar, o mamonear y bueno, tambin me da miedo
que te transformes en oh, qu heavy que te transformes en una mina
arrogante desconsiderada con los que son as como yo
T: como las personas con personalidad que critican a los tmidos y que
piensan que lo que les pasa son fciles de superar?
J (polo nia): s
T: Podras contarle a la adulta como se siente eso?
J (polo nia): mal sola, no me gusta ser todo el tiempo as y t todo el
tiempo me criticas por qu te cuesta aceptar tanto que soy as?... de ms
que de tanto que peleas conmigo, de tanto que tratas que cambie que menos
me das confianza para hacer algo
T: podras contarle qu necesitas de ella?
J (polo nia): necesito que me veas que me escuches no necesito que me
aconsejes o critiques, no al tiro sino que entiendas que para m, cuando ando
con la cosa (proceso de vergenza) es terrible y no veo salida y me da
rabia que pienses que la hay bueno necesito que ests, nada ms que
aceptes lo que me est pasando que no me hagas pensar que es tan malo
que estoy tan mal por ser as
T: cmbiate
J (polo adulta): mmm chuta, es que igual me parece malo no me gusta
T: cmo sera tu vida si la nia no existiera?
J (polo adulta): mmm igual s, de repente me volvera insoportable s,
sera media parecida a la Paty mal
T: hay algo entonces que ella te aporta?
296
J (polo adulta): s, me aporta como para estar ms sensible con mis cosas
cuando no quiero no hacer las cosas como porque hay que hacerlas todas
y tambin como para no pasar a llevar a otras personas con eso de que dejo
las cosas pasar como que igual est bien limitarme a veces no s, para
cuidar a otros, o como t dices, para ver a los tmidos verte a ti sin intentar
cambiarte o que andes arriba de la pelota todo el rato o sea, s, me aportas
en sensibilidad, en profundidad en que las cosas me importen
T (voz polo nia): necesito que ests, que me veas, que no trates de que
cambie, no al tiro al menos, cuando estoy en momentos oscuros que no me
hagas pensar que estoy tan mal por ser as
J (polo adulta): ok, s, eso puedo intentar hacerlo no me haba dado cuenta
de que te haca sentir as de mal
T: cmbiate
J (polo nia, silencio)
T (voz polo adulta): no me haba dado cuenta que te haca sentir as de mal
s, puedo intentar hacerlo.
J (polo nia): bien ok, entonces tratar de no robarme toda la pelcula y que
puedas hacer tus cosas pero no te aproveches
T: hay algo ms que te gustara decir?
J (polo nia): no est bien as
T: cmbiate () hay algo ms que te gustara decirle ahora?
J (polo adulta): no est bien por ahora como para empezar.
T: ok, ahora te voy a pedir que te pongas de pie, dejando una mano hacia cada
silln, manteniendo los ojos cerrados, s, as ahora, desde arriba, haz el
gesto de mirar a cada uno de esos polos, de esas partes de ti cmo las ves
297
desde ah?... Ahora, como estos polos, estas fuerzas son tuyas, te voy a pedir
que hagas el gesto tomar a cada uno, de llevrtelos contigo donde t los
necesites o los quieras llevar. Date el tiempo para cada uno (Javiera toma al
lado adulta y lo pone en su corazn) para sentirlo (Javiera toma al lado
nia y lo guarda en su corazn tambin) ahora tmate un tiempito para
guardar esa sensacin de estos dos polos en ti
En la conversacin posterior, al preguntarle de qu se da cuenta con este
ejercicio, Javiera comenta de que a diferencia de lo que ella pensaba, no es tan
difcil el dilogo entre ambas polaridades y efectivamente no aparece tanto
rechazo, si se toma el tiempo de mirarse y escucharse, sobre todo, porque ya
haba empezado a aceptar un poco ms la voz crtica del polo adulta,
rescatando la intencin que tiene de avanzar en la vida. Adems se da cuenta
de que a ella le acomoda y le gusta estar en una posicin ms de nia, sin salir
tanto al mundo, y que muchas veces se exige demasiado por ser sociable y
estar afuera. Esta vivencia de estar conforme y tranquila con el polo vergenza
es nueva para ella. Sin embargo queda pendiente el trabajar la aceptacin de
los problemas que este polo le gener en el pasado.
Posteriormente le reflej mi impresin (que se hizo figura para m) de que me
pareca que la vergenza no la haba interrumpido en la realizacin de este
trabajo, y si bien Javiera se excusa diciendo es porque estoy ac,
aprovechamos de comentar acerca de las exigencias personales, las
expectativas de hacerlo bien (lo obvio e imaginario) y el cmo en ciertos
contextos no aparece en ella la voz crtica que la paraliza.
298
6.2.4 Foco n 4.- Buscar o generar espacios de intimidad afuera.
Como se deca en este punto en las propuestas de intervencin, la autoestima
es el producto final de la estima, la aceptacin y la valoracin por parte del
entorno.
Si bien este foco puede quedar fuera del alcance de la psicoterapia, es posible
validar la necesidad del paciente de pertenecer a un entorno social donde se
sienta valorado y apoyar la bsqueda de la manada (Pinkola, 2001). En estos
tres casos, a raz de algunos de los trabajos realizados, los pacientes fueron
buscando espacios de aceptacin y respeto fuera de la terapia, en donde
tienen la sensacin de que est permitido el mostrarse un poco ms y que el
vnculo no est en juego por eso.
Para Javiera (29 aos), que desde un principio est ms contactada con los
sentimientos de inferioridad, siente cierta seguridad en s misma al exponer
ante sus amigos lo que le pasa.
Andrs (29 aos), como resultado del trmino de su relacin de pareja, busc
apoyo en su familia y en su grupo de amigos ms cercanos y contrariamente al
rechazo que imaginaba: ando puro dando la lata, se encontr con espacios de
intimidad, confianza y pertenencia, afianzando los lazos con ellos.
Marcela (34 aos), por su parte, se dio cuenta que no se senta bien con su
grupo de pares con el que comparta la mayor parte de su tiempo libre, ya que
299
hacan bromas pesadas sobre temas sensibles para cada uno del grupo y para
ella. Adems, con algunos de ellos pudo mantener la relacin y conversar
sobre la vulnerabilidad de ambos, entablar dilogos tendientes al contacto yo-t
ntidos, y acercarse de este modo a relaciones desde una base ms genuina.
Por otra parte, dejando de lado el estilo de descartar a la primera instancia a la
gente y aceptando las diferencias, fue conociendo ms personas y grupos
donde se siente valorada y le proporcionan la sensacin de libertad y apoyo
para poder desplegarse y mostrarse sin temor a los juicios.
300
7. Discusin y reflexiones finales
En este punto, se realizar una sntesis de lo expuesto anteriormente en cuanto
a la teora y al abordaje psicoteraputico para el trabajo de la vergenza.
Posteriormente se realizarn algunas reflexiones en torno a la vergenza
desde una perspectiva ms amplia en el contexto chileno y como un factor
inherente al proceso de socializacin.
7.1 Sntesis
7.1.1 Sntesis terica.
La vergenza, sus manifestaciones y consecuencias no han sido tema de
estudio hasta el ltimo tiempo y an ahora, pocos psiclogos tienen
conocimiento del proceso de la vergenza y como reconocerla tanto en s
mismos como en el trabajo con pacientes. Por eso, la vergenza pasa muchas
veces inadvertida, gatillando o agravando este sentimiento en el paciente (o en
el terapeuta), lo que puede generar estancamiento, impasse o fallas en el
vnculo teraputico, llegando a ser causa de fracaso teraputico o abandono de
la terapia (Watson, 2011).
En el estudio de la vergenza se destacan algunos autores del enfoque
psicoanaltico, que aportaron ideas importantes como la gnesis interpersonal
de la vergenza, la relacin con el narcisismo y la discrepancia entre el self real
y el ideal, as como posteriormente, la idea de vergenza como el bloqueo de la
iniciativa y la consideracin como un invitado esperado en la terapia.
301
Desde la terapia gestalt se suman aportes en relacin a la vergenza
interviniendo en todo lo atascado en el proceso del self, como ruptura de la
confluencia dada por la conciencia, y de la soledad que deviene del paradigma
individualista ante el sentimiento de vergenza.
En el campo de las terapias humanistas y del desarrollo personal, el trabajo
con la vergenza es especialmente relevante ya que esta emocin bloquea el
desarrollo e interfiere significativamente con integracin de la persona
(polaridades), la autorregulacin, la autorrealizacin, la autenticidad,
autoaceptacin, etc. Especficamente desde una mirada gestltica, podramos
decir que la vergenza se encuentra a la base de la polarizacin, en que la
persona deja fuera una parte de s mismo que no es aceptada por el entorno.
Esta falta de aceptacin, al ser introyectada, genera el autorrechazo y la
tendencia a ocultar que es propia de la vergenza (a travs de la retroflexin).
La vergenza entonces remite a la necesidad de enmascarar ciertos aspectos
del s mismo en base a introyecciones. A raz de esto, se proyecta un juicio de
los dems (no soy digno de ser introyectado), por lo que se retroflecta la
energa a travs del ocultamiento para quedar en confluencia con el medio. Por
lo tanto, una mirada a los mecanismos de evitacin del contacto/retirada puede
ser de utilidad para descubrir procesos de vergenza que estn siendo
ocultados y a la vez para desatascar las interrupciones en el ciclo de la
experiencia de esta emocin. Con algunas personas, estas interrupciones no
nos hablan solamente de algo situacional, de un proceso de vergenza que se
302
genera en el momento, sino ms de la estructura de la persona, es decir, de
una autorregulacin basada en la vergenza, en que esta emocin est
presente y motiva gran parte de su vida. Por ejemplo, personas tmidas
(autoconscientes) o autoexigentes, que pueden o no tomar conciencia de la
vergenza subyacente.
Finalmente, es importante rescatar la funcin protectora del vnculo social que
tiene la vergenza, lo que habla de la necesidad de intimidad, de aceptacin en
un grupo social, de ser elegible y valorado por un grupo de referencia. Si bien
esto muchas veces puede bloquear la iniciativa, el ajuste creativo y aceptacin
de quien soy yo, es una necesidad humana que es importante de considerar.
7.1.2 Trabajo teraputico.
Orange (2005) reconoce que el psicoanlisis ha tenido su cultura de la
vergenza, especialmente en la formacin, idea que es apoyada por Yontef
(1997) desde la terapia gestalt. Este ltimo autor hace hincapi en la necesidad
de que los formadores conozcan la vergenza y cmo trabajar con ella,
adems de reconocer su propia vergenza, compartirla con sus alumnos, y
ms an, el reconocer su parte de responsabilidad en la induccin a la
vergenza en sus interacciones sin ponerse a la defensiva.
Es importante tener en cuenta en la terapia la necesidad de aceptacin de la
que habla la vergenza, para evitar avergonzar al paciente con mandatos (a
303
veces inconcientes para el terapeuta) del tipo: debes ser t mismo, no debes
censurarte, debes decir todo lo que sientes, etc.
La concepcin de salud mental y enfermedad se relacionan con un ideal de lo
que es estar sano versus el estar enfermo. Especialmente en el mbito
psicolgico, la comparacin con este ideal, es decir, los diagnsticos y
evaluaciones de quien y como soy yo, pueden ser un punto complicado para
las personas con tendencia a la vergenza, considerando adems de que la
psicoterapia como tal es un contexto generador de vergenza, ya que con el
slo hecho de acudir a ella en busca de cambio, implica la idea de que algo
est mal en m.
En psicoterapia, al igual que suceden en otros sistemas sociales, cuando se
tiende a la idealizacin, puede que el paciente realice esfuerzos por calzar en
esta concepcin de salud o que al tener la iniciativa que cuestiona el ideal,
pueda abandonar el proceso teraputico al igual que se abandonan relaciones
significativas a raz comentarios discriminadores que generan vergenza.
Si bien la terapia gestalt se mantiene al margen de los diagnsticos
psicopatolgicos, es importante mantenerse conciente de los ideales o metas
inevitables con los que comparamos al paciente que tenemos en frente, es
decir, mantener la actitud fenomenolgica que no niega la teora, sino que
intenta ponerla entre parntesis para mirar ingenuamente al paciente en su
unicidad. Para los pacientes con tendencia a la vergenza este tema es crucial,
ya que en s tiene que ver con su neurosis: calzar versus ser quien soy. Por
304
esta razn, algunos pacientes tendientes a la vergenza, desde su misma
neurosis, pueden intentar calzar en una categora ideal dada por un terapeuta
experto (tambin ideal) o buscarn compararse todo el tiempo con ella (como el
caso de Andrs), o tal vez buscarn que este mismo terapeuta experto les diga
quienes son.
Desde ah, juega un rol importantsimo el trabajo personal del terapeuta, con el
fin de reconocer sus propios lmites a travs de conocer en s mismo sus
procesos de vergenza, as como tambin sus aspectos ms narcissticos u
orgullosos (como el otro polo de la vergenza), que puedan surgir en la
contratransferencia con algn paciente.
Por lo tanto, en el camino para lograr el concepto de salud de la terapia gestalt,
es decir el autoapoyo a travs de frustrar la neurosis, es importante tener en
cuenta el cuidado de no avergonzar al paciente, poniendo un nfasis en crear
un contexto donde la vergenza pueda surgir, ser vista, experienciada y
consumada. En ningn caso esto implicara el evitar frustrar la neurosis, ya que
en cierto nivel, la vergenza es un estmulo para el cambio y esta no
aceptacin es inherente al deseo de cambiar y avanzar. Por lo tanto, es un
desafo para el terapeuta que se encuentra ante un proceso de vergenza, el
poder equilibrar la aceptacin con la frustracin de la neurosis. Un enfoque que
slo considere el frustrar la neurosis, puede hacer que un paciente vergonzoso
deserte o puede ser iatrognico para l. Es decir, el camino del desarrollo
personal no ser sustentable si se descuida la otra gran motivacin del ser
humano que es la necesidad de afiliacin y de pertenencia.
305
De todas maneras, la terapia gestalt bien llevada, al ser una terapia de
autenticidad, en s ya trabaja la vergenza, pero el desafo para el terapeuta es
poder darse cuenta de cuando aparece en la sesin, ver la vergenza a travs
de los mecanismos de ocultacin inherentes, a diferencia de las otras
emociones con las que estamos ms familiarizados.
Es til tener y manejar conocimiento sobre la vergenza para no caer en la
ingenuidad del que nada sabe, sino en la ingenuidad como actitud
fenomenolgica que permita visibilizar al invitado esperado de la vergenza,
para que pueda ser expuesta en el contexto de intimidad, es decir, de apoyo en
el campo necesario para integrarla y evitar sus consecuencias devastadoras
para el self.
Hay muchos indicadores que pueden hablar de procesos de vergenza a los
que habra que prestarles atencin, por ejemplo, cuando hay momentos
atascados en la terapia, impasse o cuando el vnculo teraputico est
debilitado. Tambin puede surgir vergenza cuando se aplican tcnicas en que
el paciente pueda sentirse expuesto si an no est preparado el espacio
emocional para hacerlo o en algunos trabajos que impliquen contactar la parte
del s mismo que la persona no se permite habitualmente.
En los casos presentados y en mi experiencia como psicloga con adultos
jvenes, generalmente profesionales, me encuentro con casos de vergenza
en relacin a no calzar con el propio ideal o expectativas sociales, en general
306
relacionados al xito laboral/profesional que se traduce en la compra de una
vivienda, auto y viajes, y al establecimiento de una relacin de pareja/familia, el
desarrollo personal, vida social, imagen corporal, estudios, etc. El slo hecho
de reconocer la falta, el deseo o necesidad de acercarse a ese ideal ya es un
gatillante de vergenza, ligado a la idea de que algo anda mal en m por lo que
no puedo tener pareja, dinero, hijos, etc. Todo esto, genera vergenza y es
vivido en mucha soledad, adems de que se suman situaciones como la
dificultad para encontrar nuevas redes sociales en los contextos ya
establecidos, los sentimientos de desesperanza que esto conlleva y muchas
veces la sensacin de sentirse discriminados en su entorno al no seguir los
parmetros establecidos. No es extrao encontrar adultos jvenes que evitan a
los amigos con los que se comparan y que les recuerdan que estn en falta con
ese ideal. Esta comparacin con otros como medida del propio valor (Alberoni,
1999) les lleva a invalidar las propias elecciones personales de cmo quieren
llevar su vida, es decir, de lo que s se pueden hacer responsables de su vida y
pueden sentirse orgullosos.
7.2 Algunas reflexiones sobre la vergenza en el mbito social
No lo habra visto si no lo hubiera credo! (Hamilton, 1981 citado en
Myers, 1995).
En psicologa social hay muchos temas que se pueden vincular al estudio de la
vergenza en los individuos. En estudios posteriores, se podra abordar en
profundidad los efectos de la vergenza (sus manifestaciones, proceso,
307
consecuencias y de las salidas de ella) en temas sociales como el
conformismo, discriminacin, opresin, bullying o en los fenmenos que
suceden en minoras socioculturales, por ejemplo.
Como se ha dicho en este trabajo, la vergenza se relaciona con la necesidad
de pertenecer, agradar y ser aceptado por un grupo. La vergenza entonces, o
el miedo a ser avergonzado, puede generar y preservar a actitudes prejuiciosas
que pueden expresar nuestro sentido de quienes somos y proporcionarnos
sentido de aceptacin social y pertenencia a un endogrupo31, adems de que el
prejuicio proporciona un sentimiento de superioridad social y puede ayudar a
ocultar los propios sentimientos de inferioridad (Myers, 1995). En otras
palabras, los sentimientos de inferioridad (es decir, de lo que la persona se
avergenza) se proyectan en un exogrupo32 que es menospreciado, lo que
fortalece el sentimiento de nosotros dentro del grupo, defiende la autoestima y
la posicin social. Myers (1995) seala que para percibir que tenemos un status
en un grupo, necesitamos sentirnos por encima de otras personas, por lo que
un beneficio psicolgico del prejuicio, o de cualquier sistema de categoras
sociales, es el sentimiento de superioridad que ofrece.
31
Endogrupo: Nosotros un grupo de personas que comparten un sentido de pertenencia, un
sentimiento de identidad comn.

32
Exogrupo: Ellos un grupo que las personas perciben como distintivamente diferentes de o
separados de su endogrupo.
308
Es por esto que el tema de la vergenza se vuelve relevante tambin en
mbitos sociales, ya que puede estar a la base en la generacin de fenmenos
grupales como la discriminacin (Lichtenberg, 2008; Myers, 1995) o el bullying
(Ciccone y Molet, 2005; Menesini et al., 2003; Menesini y Camodeca, 2008), y
a su vez, como una consecuencia de estos mismos fenmenos, es decir, cada
vez que vemos un acto discriminador, por ejemplo, podemos estar seguros de
que aparecer vergenza en la escena, ya sea en la vctima de discriminacin
como en quien proyecta esos sentimientos en otro. Adems, como seala
Wheeler (2005) si la vergenza y la humillacin estn en el campo, invaden
todo el campo, por lo que no es posible hablar ni escuchar sobre ellas sin
vivenciar en cierta medida nuestra propia vergenza.
Por otro lado, si bien, las creencias estereotipadas y las actitudes prejuiciosas
existen debido al condicionamiento social y cumplen una funcin emocional, al
permitir a las personas desplazar y proyectar sus hostilidades, tambin son
productos secundarios de los procesos normales de pensamiento, en que para
poder aprehender un mundo tan complejo, se requiere categorizar para
simplificar la realidad y hacer que la informacin sea manejable. As, el solo
hecho de dividir a las personas en grupos exagera la uniformidad dentro de un
grupo y la diferencia entre los grupos: si las personas de un grupo son
similares, conocer un grupo nos permite predecir su conducta individual, lo que
da un fundamento para el prejuicio. Para Lichtenberg (2008), donde hay
desigualdad hay opresin, ya que las dinmicas opresivas corresponden a los
procesos que distorsionan las relaciones y la desigualdad es vista como el
resultado de estos, lo que conlleva una fractura en la comunicacin. Entonces,
309
con slo dividir o categorizar, se puede generar discriminacin, opresin y, por
lo tanto, vergenza (Myers, 1995).
Desde una mirada ms fenomenolgica, conviene estar conciente de estas
limitaciones cognitivas, ya que si bien podemos acercarnos al fenmeno
tratando de mantener al margen nuestras categoras, no es posible hacerlas
desaparecer. Como seala Allport, (1954 citado en Myers, 1995, p. 379), las
etiquetas actan como canto de sirenas, ensordecindonos a todas las
discriminaciones mas sutiles que podramos percibir de otro modo.
Sin embargo, las personas a menudo evalan en forma ms positiva a los
individuos que a los grupos que componen (Millar u Felicio, 1990 citado en
Myers, 1995), por lo tanto, una vez que se conoce a una persona, los
estereotipos pueden tener un impacto mnimo, si es que tienen alguno, en los
juicios de esa persona (Borgida y cols., 1981, Locksley y cols., 1980, 1982
citados en Myers, 1995). Hay algunas caractersticas que podran hacer que la
persona sea ms resiliente a los procesos de discriminacin-vergenza, por
ejemplo, la conciencia de pertenencia y el orgullo de lo que diferencia a
nuestro grupo, que surgen al pertenecer a una minora discriminada (Myers,
1995).
7.2.1 La vergenza en el contexto chileno hoy.
Culturalmente, en Chile es posible observar importantes influencias de
sistemas avergonzantes. Por ejemplo, el impacto de la cultura estadounidense,
descrita por Altman (2004 citado en Orange, 2005), como un pueblo que ha
310
adherido a una cultura que deniega y rechaza la vergenza/vulnerabilidad,
fomentando una mitologa en relacin al poder y a la virtud que hace que un
sentimiento de vergenza colectiva sea casi impensable. Adems, las
religiones en general han sido poderosos sistemas generadores de vergenza
a travs mitos como el de Adn y Eva, por ejemplo, y de prcticas como el
confesar los pecados, la quema de brujas, la mutilacin genital, etc., que tienen
como objetivo el ensear humildad y reforzar la bsqueda de la perfeccin.
Para Huneeus (citado en Abasolo, 2009, p. 16), Chile es un pas de gente muy
vergonzosa de s misma en relacin al autoritarismo que descalifica, tira para
abajo y ridiculiza a las personas, lo que se refleja, por ejemplo en la relacin
que tienen los chilenos con su corporalidad.
En mi opinin, la cultura chilena es sumamente generadora de vergenza y se
validan fcilmente sistemas de control social como el chaqueteo en que es
permitido avergonzar a las personas por cualquier aspecto percibido como
diferente, sea motivo de vergenza o de orgullo para el afectado.
Sin embargo, en los ltimos aos, tal vez con base en la globalizacin de la
informacin y de la cultura y en el mayor acceso a ver diversas formas de vida
a travs de Internet, el discurso ha cambiado un poco desde el centrado en la
vergenza de las generaciones anteriores. Este discurso vergonzoso apareca
en dichos del tipo: se cree la muerte, es creda, este nio es contestador
como algo reprobable en que se inhibe el orgullo de ser uno mismo y la
iniciativa. En los ltimos aos, se ha cambiado el discurso a uno basado en el
mandato de que hay que creerse el cuento, con lo cual, se potencia por un
311
lado la confianza en uno mismo, pero a la vez se fomenta la identificacin con
el polo orgullo, avergonzndose y escondiendo la vulnerabilidad, dependencia
y sentimientos de inferioridad.
Para Humberto Maturana (citado en Vaccani, 2009), parte del problema de los
chilenos es que hemos dejado de ser vistos y de vernos porque estamos
exigindonos unos a otros. La familia est confundiendo la diversidad, que
permite la eleccin, con la competencia que niega al otro. Para l, lo natural es
que seamos seres amorosos, pero como las personas funcionan segn las
teoras que tienen, si yo pienso que estoy compitiendo, negar al otro porque
en la competencia no hago lo que corresponde o lo que hara desde mi propia
creatividad (lo que tambin es negativo desde el punto de vista de la dignidad
propia) sino que lo que gua es como percibo al otro.
Otro factor que influye en los sentimientos de vergenza ms a nivel de
contexto, es la publicidad en que se exhiben personas y situaciones ideales
que se transforman en objeto de deseo, siendo stos generalmente imposibles
de alcanzar (desde el fenotipo publicitario que no tiene que ver con el fenotipo
chileno promedio, o el estilo de vida del chileno promedio). Para Huneeus
(citado en Abasolo, 2009, p. 16), esto se relaciona con la idea moderna de que
todo se puede transformar segn lo deseado, por ejemplo, a travs de la
ciruga esttica, en vez de trabajar en aceptar la realidad como es. Huneeus
(citado en Abasolo, 2009, p. 16) tambin comenta la medida tomada por
Gilberto Kassab, Alcalde de Sao Paulo quien prohibi toda la publicidad
312
callejera para mejorar la calidad de vida, pero de esta medida no se tuvo
noticias en Chile.
Otro tema ligado a la vergenza es la cultura de mostrarse, de exponer la vida
personal a travs de las redes sociales o reality shows. Algunos autores
lacanianos (citado en lvarez, Canedo y Gadea, 2004), consideran necesario
rescatar el papel de la vergenza, de la mirada del Otro que hoy en da est
castrada de su potencia de provocar vergenza y que goza con ese mirar
transformndose en un "mrenlos gozar para gozar de ello".
Como Selma Ciornai (1999), considero que la terapia gestalt puede encontrar
caminos que nos lleven a considerar la interrelacin entre los factores
personales y sociales, incluyendo aspectos culturales e individuales en nuestro
trabajo, ayudando en la toma de conciencia sobre la vinculacin e interrelacin
de la persona con sistemas ms amplios, as como su poder para ayudar a
transformarlos.
7.2.2 Vergenza y socializacin.
Ense mi obra de arte a las personas mayores y les pregunt si mi
dibujo les daba miedo.
por qu habra de asustar un sombrero? me respondieron.
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente
boa que digiere un elefante. Dibuj entonces el interior de la serpiente

313
boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Siempre
estas personas tienen necesidad de explicaciones (..).
Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de
serpientes boas, ya fueran abiertas o cerradas, y poner ms inters en la
geografa, la historia, el clculo y la gramtica. De esta manera a la edad
de seis aos abandon una magnfica carrera de pintor (Saint- Exupery,
1981).
Habiendo mostrado como nuestro contexto social en Chile induce a la
vergenza, es necesario recalcar que una tesis central de este trabajo es que
todo proceso de socializacin tiene un componente que induce a la vergenza.
Como sabemos, existe una relacin entre los ideales que se transmiten de una
generacin a otra y el sentimiento de vergenza que surge cuando el
sentimiento de ser uno mismo, es decir, cuando la diferenciacin con el otro
(ruptura de la confluencia) amenaza con romper ese ideal. De este modo, los
contextos que tienden a la idealizacin, generan sentimientos de vergenza
ante la iniciativa que cuestiona dichos ideales, es decir, la iniciativa y los
esfuerzos por existir con luz propia, autnticamente, son manejados a travs de
la vergenza. Es as como la conciencia (ruptura de la confluencia) y la
iniciativa de ser uno mismo o la expresin de aquellas observaciones, pueden
amenazar ciertos lazos relacionales, con el riesgo del abandono y desprecio
por parte del contexto, lo que deja a la persona sola y sintiendo vergenza
(Velasco, 2005).
314
Es por esto que surge la acomodacin patolgica (Brandchaft, trabajo no
publicado citado en Morrison 2005), con el fin de preservar estas relaciones,
escondiendo estas iniciativas diferenciadoras y manteniendo enterrados los
sentimientos intolerables para mantenerse en confluencia con el entorno, es
decir, para evitar el ser avergonzado por quien uno necesita.
Aunque la capacidad de sentir vergenza puede tener importantes ventajas
sociales, Nussbaum (citado en Orange, 2005), advierte sobre el dao generado
por el avergonzar, por ejemplo en la educacin ya que el proceso de
humillacin se convierte en un mundo de vergenzas con las que uno carga
durante toda su vida.
Todos los nios se expresan a s mismos de diversas formas: dibujan, pintan,
bailan, cantan, inventan historias, dramatizan, hacen msica, etc. Sin embargo,
con la socializacin, especialmente con la educacin como la conocemos hoy
en base a calificaciones, empezamos a sentir que nuestra expresin creativa,
que antes era espontnea, ahora comienza a ser mejor o peor que con lo que
aprendemos que hay ciertos criterios deseables y que si mi obra no cumple
esos criterios yo no soy bueno para esa forma de expresin. De alguna
manera, introyectamos esta forma de educacin y usamos estos criterios de
calificaciones para todo. Si mi evaluacin no es buena, no es raro que se
genere vergenza. No es raro que coarte mis posibilidades si siento que no
tendr una buena nota despus de mostrarme. No es raro que las personas
con tendencia a la vergenza estn todo el tiempo en la balanza, evalundose
a s mismos y al resto. Calificando y descalificando, midiendo, evaluando,
devaluando, sintindose, como su dibujo, mejor que o peor que, deseando ser
315
mejor, envidiando As, es difcil encontrar adultos que mantengan alguna de
estas formas de expresin por el solo goce de hacerlo, sin necesidad de ser
bueno para ello. Con esto, los adultos pierden toda una fuente de creatividad
y de formas de expresin, que en el caso especial de los vergonzosos, podran
ser de gran utilidad como alternativa de expresin en libertad, aceptando la
propia originalidad, autenticidad, creatividad, etc.
Desde su origen la palabra persona33 remite a la mscara, y si en el proceso
de crecer, de hacernos persona nos vamos enmascarando (Rogers, 1990),
avergonzando y dejando de lado quienes somos, generando la paradoja de que
el deseo de aceptacin y pertenencia lleve a desarrollar esta mscara o falso
self y a sentimiento ntimo de soledad por falta de conexin real.
En este contexto, la relacin psicoteraputica puede ser ese lugar poco comn
de encuentro con el otro y con uno mismo en un mundo dirigido por fuerzas de
alienacin y desacuerdo (Cavanellas, 2009, 1), ayudando a validar el self
real que se oculta y enmascara, a travs de un contacto real y aceptador y a la
vez, ayudando a satisfacer esta misma necesidad de conexin que est en la
gnesis de los procesos de vergenza.
33
Persona: Del lat. persna, mscara de actor, personaje teatral, este del etrusco phersu, y
este del gr. (R.A.E., 2005).
316
8. Bibliografa
Abasolo, J. (2009, abril). Francisco Huneeus y la gestalt: El aqu y ahora
significa salirse del rollo y el barullo mental. Uno mismo, pp. 8-17.
Alberoni, F. (1999). Los envidiosos. Barcelona: Gedisa
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Trabajo de la vergenza en terapia gestalt.

Autora: Mara Guiomar Miranda G.

La vergenza cumple un importante rol en la generacin y mantencin de la

pasar inadvertido en el proceso psicoteraputico, y ha sido poco descrito en la

literatura especializada. En este trabajo se muestra la vergenza como una

emocin que inhibe el desarrollo, as como tambin cumple una funcin

importante relacionada con la proteccin del vnculo social.

Para el desarrollo de los objetivos de investigacin, se presenta una revisin de

los principales aspectos de la psicoterapia gestalt y tambin de distintas

visiones de la vergenza y el trabajo teraputico de esta emocin. La revisin

se centra en los aportes de la psicoterapia gestalt para posteriormente realizar

una reelaboracin personal al respecto, en que se distingue la vergenza

situacional (o proceso de vergenza) y la vergenza estructural (o

autorregulacin basada en la vergenza). Esta ltima se ilustra con tres casos

elementos culturales presentes en el Chile actual pueden contribuir a mantener

una cultura de vergenza.

silencio ante un sinnmero de botellas vacas y otras tantas botellas

Bebo! respondi el bebedor con tono lgubre.

Por qu bebes? volvi a preguntar el principito.

Para olvidar qu? inquiri el principito ya compadecido.

Para olvidar que siento vergenza confes el bebedor

Verenza de qu? se inform el principito deseoso de

Vergenza de beber! concluy el bebedor, que se encerr

nueva y definitivamente en el silencio.

Y el principito, perplejo, se march.

extraas", segua dicindose para s el principito durante su viaje.

(Saint Exupery, 1981)

3. Supuestos de investigacin ......................................................................... 9

5. Marco Terico .............................................................................................. 11

5.1 La Terapia Gestalt .................................................................................. 11

5.2 Qu es la vergenza? .......................................................................... 83

5.2.1 Revisin conceptual de la vergenza desde la filosofa y desde

otras perspectivas psicoteraputicas. ................................................... 83

5.2.2 Revisin conceptual y terica de la vergenza desde una

perspectiva gestltica. ........................................................................... 140

5.2.3 Propuestas de descripcin del fenmeno de la vergenza desde

una perspectiva gestltica: autorregulacin organsmica, interrupcin

del ciclo de la experiencia, mecanismos de evitacin de

contacto/retirada, polarizacin, transferencia / contratransferencia.

5.3 Hacia una salida no neurtica de la vergenza ................................ 175

5.3.1 Aportes prcticos de la psicoterapia Gestltica en el trabajo con

la vergenza. ........................................................................................... 175

5.3.2 Propuesta intervencin con un enfoque gestltico. .................. 197

6. Casos prcticos ......................................................................................... 224

6.1 Presentacin de casos ........................................................................ 226

6.1.1 Primer caso. ................................................................................... 226

6.1.3 Tercer caso. ................................................................................... 238

6.2 Proceso teraputico............................................................................. 243

6.2.1 Foco n 1.- Crear un espacio para que pueda surgir la

vergenza: desarrollar una relacin de apoyo, emptica y sintonizada.

6.2.2 Foco n 2.- Aumentar el darse cuenta del proceso de vergenza,

liberndose de este proceso automtico y autodestructivo. ............. 249

6.2.3 Foco n 3.- Lograr un sentido de s mismo coherente, seguro,

positivo y compasivo. ............................................................................ 271

6.2.4 Foco n 4.- Buscar o generar espacios de intimidad afuera.. 299

7. Discusin y reflexiones finales ................................................................ 301

7.1 Sntesis ................................................................................................. 301

7.1.1 Sntesis terica. ............................................................................. 301

7.1.2 Trabajo teraputico. ...................................................................... 303