BAHAMONDES, L. y N. MARIN - Expansión Hare Krishna PDF

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Revista DE

EXPANSIN HARE KRISHNA EN CONTEXTOS de CRISIS:


Dialectologa y Tradiciones
RESIGNIFICANDO... Populares,
379
vol. LXX, n.o 2, pp. 379-398, julio-diciembre 2015,
ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457,
doi: 10.3989/rdtp.2015.02.004

Expansin Hare Krishna en contextos de crisis:


resignificando la movilizacin social
desde una perspectiva religiosa en Chile1
Hare Krishna Expansion in Contexts of Crisis: Redefining
Social Mobilization in Chile Through a Religious Perspective

Luis Andrs Bahamondes Gonzlez


Universidad Alberto Hurtado - Centro de Estudios Judaicos, Universidad de Chile
Nelson Marn Alarcn
Centro de Estudios Judaicos, Universidad de Chile

RESUMEN
La presente investigacin se focalizar en la expansin del movimiento Hare Krishna en San-
tiago de Chile, analizando los discursos y mecanismos de movilizacin que desarrollan sus inte-
grantes frente al escenario de agitacin social vivido con la llegada del nuevo milenio. Con ello
no solo se buscar vislumbrar las transformaciones internas acaecidas en el movimiento durante
el ltimo tiempo, sino adems pretendemos identificar estrategias de accin social y polticas in-
dependientes frente a inquietudes o problemas sociales instalados en la agenda pblica. De esta
forma, analizaremos la manera como este grupo religioso se posiciona activamente en un esce-
nario de demandas sociales y gua su accionar desde la particularidad filosfica y espiritual de
su doctrina.
Palabras clave: Nuevos movimientos religiosos; Comunidad; Demandas sociales; Hare Krishna;
Religiosidad.

SUMMARY
This paper focuses on the expansion of the Hare Krishna movement in Santiago, Chile, analysing
mobilization discourse and mechanisms adopted in the face of the social upheavals of the new
millennium. It seeks to understand not only recent internal transformation of the Hare Krishna
movement, but also to identify social action strategies and independent policies concerning social issues
in the public arena. We will analyse the active position the religious group has embraced in a context
of growing social demands and how its actions are guided by the philosophical and spiritual conception
of its doctrine.
Key words: New Religious Movements; Community; Social Demand; Hare Krishna, Religiosity.

1
Esta investigacin se enmarca dentro de los resultados del Proyecto FONDECYT de inicia-
cin N.o 11130281 titulado: Religiosidad en la ciudad: nuevos movimientos religiosos y demandas
sociales en el Gran Santiago: 1990-2012, y ha sido posible gracias al financiamiento de la Co-
misin Nacional de Investigacin Cientfica y Tecnolgica (CONICYT) del Gobierno de Chile.

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1. INTRODUCCIN

Aunque el siglo XX fue prolfico en el desarrollo de movimientos sociales de todo


orden feministas, ecologistas, pacifistas, obreros, etc., a nivel global (Hobsbawm
1999), la instauracin de la dictadura militar en Chile termin por ahogar y exterminar
todo intento de organizacin colectiva que significara realizar demandas al rgimen
(Garcs 2012; Gamboa y Pincheira 2009). Rpidamente los movimientos sociales fue-
ron calificados como revolucionarios, marxistas, anti-sistema, agentes del caos, por ende
enemigos del orden institucional. En base a esto, Dlano (2004) sostiene que la piedra
angular de la estabilidad democrtica de Chile, se liga directamente con la herencia de
la dictadura militar, que a travs de diversas acciones represivas termin instalando en
la sociedad el miedo al cambio por varias generaciones, haciendo pervivir el statu quo.
Bajo este escenario los espacios de socializacin desaparecieron o al menos se
relativizaron. Las formas de organizacin colectivas dieron paso paulatinamente a la
bsqueda de soluciones individuales socavando la constitucin de redes asociativas
que respondieran a la satisfaccin de necesidades. Si durante el periodo 1960-1980
una de las vas de respuesta frente al problema habitacional fue la toma de terrenos,
lo cual exiga un trabajo colectivo de la comunidad, este camino se vio limitado al
restringirse la libertad de asociacin, el miedo permanente a la represin militar, y la
prdida de una identidad social definida (Gonzlez y Quintana 2004). Es as como el
abandono del Estado y de la clase poltica, sirvi como detonante, entre muchos fac-
tores, para revitalizar la participacin y ocupacin del espacio pblico que haba sido
destruido por la dictadura militar de Pinochet (Dlano 2004) y que bien entrada la
dcada de los 90 comenz paulatinamente a desarrollarse.
El fin de la primera dcada del siglo XXI se ha presentado como uno de los mo-
mentos ms fructferos en trminos de movilizacin ciudadana con posterioridad al
rgimen dictatorial de Pinochet. En consonancia a explosiones sociales internaciona-
les como la Primavera rabe (2010), el Movimiento de los Indignados (2011) o la Toma
de Wall Street (2011), Chile ha presenciado como buena parte de la ciudadana ha
vuelto a levantar con fuerza reivindicaciones histricas, as como nuevas demandas
surgidas de las contradicciones inherentes al modelo de desarrollo imperante. El mo-
vimiento estudiantil de 2011 (heredero de las manifestaciones de estudiantes secun-
darios de Santiago en 2006) logr instalar, mediante la fuerza de sus masivas mar-
chas por todo el pas, el debate acerca de la calidad, el lucro y el acceso a la educacin
en sus distintos niveles. De forma paralela surgieron protestas en la surea regin de
Aysn (2012) que interpelaron al histrico centralismo de Santiago en la administra-
cin de los recursos econmicos y naturales de las regiones. Las violentas protestas
en la localidad de Freirina (2012) por la contaminacin emanada desde una planta
de tratamiento de cerdos, las marchas sucesivas en contra del proyecto energtico
Hidroaysn (2011), que pretenda intervenir amplios territorios en la Patagonia, as
como las oposiciones generalizadas hacia proyectos mineros como Pascua Lama en
el norte chico de Chile o la termoelctrica de Castilla, han reabierto el debate respec-
to del uso intensivo de los recursos naturales por parte de las grandes compaas
transnacionales y el impacto que ello conlleva en las comunidades locales.
Sin lugar a dudas, estos movimientos ciudadanos representan slo la expresin ms
masiva y de mayor cobertura comunicacional de los conflictos existentes. Tanto su

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simultaneidad como el gran apoyo que han recibido del resto de la poblacin, han
llevado a algunos especialistas a considerarlos como sntomas de desgaste estructural
y no como meros fenmenos aislados o transitorios. Es as como nos encontraramos
frente a una crisis de legitimidad de un modelo econmico y social que acumulara
un malestar creciente entre los individuos (Mayol 2012). Para Gabriel Salazar, es el
modelo neoliberal en su conjunto el que tanto a nivel mundial como local estara
inserto en una fase patolgica. Desde la Crisis Asitica (1997) y la Crisis Subprime
(2008-2009), hasta los mltiples estallidos locales de corrupcin especulativa y los
excesos de la mercantilizacin, han invadido y distorsionado las distintas funciones
centrales de la vida social: educacin, salud, cultura, trabajo, etc. Dentro de este es-
cenario, como menciona Salazar,
... la ciudadana popular ha vuelto a tantear sus propensiones autonmicas, esta vez cons-
truyendo, paso a paso, una cultura social con correlatos de propuesta alternativa
(autoeducacin popular, por ejemplo), precisamente sobre la base de observar crticamente
todos y cada uno de los parmetros comunitarios donde hace cortocircuito la crisis gene-
ral del modelo (2012:45).

Entre los nodos problemticos que han catalizado discusiones pblicas y legislati-
vas importantes se encuentran los principios que sostienen la educacin y salud p-
blica, la explotacin de recursos naturales como el cobre, la pesca o la energa, el
sistema de pensiones, los derechos de los pueblos indgenas y las minoras sexuales,
la necesidad de una nueva constitucin poltica, entre otros.
Esta sera la emergencia de una nueva forma de movilizacin social (Tilly y Wood
2010) inspirada en las contradicciones propias del capitalismo neoliberal y amparada
en las profundas transformaciones de la vida social y cultural. Nuevas demandas ciu-
dadanas se acompaan de nuevas formas de organizacin y accin social, superando
las tradicionales vas de participacin y deliberacin. A las disminuidas organizacio-
nes partidistas y sindicales, se suceden el actuar de ONGs, agrupaciones culturales,
ambientalistas, de gnero o reivindicacin tnica, que por medio de los medios tec-
nolgicos disponibles coordinan sus adhesiones y demandas. Estos movimientos so-
ciales, siguiendo los planteamientos de Alain Touraine (1998), ya no se movilizaran
por alusin a la nacin, el Estado o el orden social, sino ms bien en torno a nuevos
referentes como la ecologa, la identidad sexual o el localismo. Es ms, tampoco se
hace necesario la temporalidad a la hora de definirlos pues lo realmente distintivo
radica en sus nuevas prcticas y tipos de accin (Castells 2003). Sus intereses reba-
san los conflictos sociales tradicionales, entrando en la complejidad de lo cultural y
lo simblico que es donde se genera la informacin y los significados (Melucci 1999).
Las transformaciones sociales y culturales que condicionan estas nuevas formas de
movilizacin abren la posibilidad de identificar nuevos actores que escapen a las tra-
dicionales categoras ya esbozadas. Entre ellos cabe destacar la participacin de nue-
vas agrupaciones religiosas que irrumpen en el espacio pblico desde la particulari-
dad de su cosmovisin y en respuesta a las necesidades de los individuos. De esta
forma se constituyen como una alternativa frente a los problemas y demandas socia-
les levantadas por otros grupos u organismos. La expansin de los nuevos movimientos
religiosos en Chile representa uno de los fenmenos sociales ms dinmicos del lti-
mo tiempo (Bahamondes 2013) que no slo cuestiona los lmites de la secularizacin

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moderna, sino tambin tensiona las clsicas formas de influencia poltica y social ejer-
cidas por las instituciones religiosas ms tradicionales.
Entre aquellos nuevos movimientos religiosos uno de los que destaca por su di-
namismo frente a las demandas ciudadanas, as como por su crecimiento en este es-
cenario de crisis, es el movimiento Hare Krishna. Ello no resulta casual si considera-
mos que desde sus orgenes esta agrupacin se expandi en escenarios de profundo
inconformismo y agitacin social. Mientras que en la dcada de los 60 fueron las
enseanzas de Srila Prabhupada en el seno del movimiento hippie norteamericano las
que abren el vaisnavismo a occidente, es durante los 70 y 80 que el movimiento se
expande a una Latinoamrica que viva la represin de distintas dictaduras militares.
Es precisamente en este contexto que en 1976 llegan en pleno periodo dictatorial a
Santiago un grupo de devotos que huan de la represin del rgimen de Jorge Rafael
Videla en Argentina. Por medio de la instalacin de pequeas comunidades y tem-
plos se fueron haciendo lentamente un espacio entre la juventud de la poca.
Dentro del actual escenario de crisis poltica y social, las comunidades Hare Krishna
de Santiago han logrado expandirse y consolidarse en una sociedad que los observ
desde su llegada con cierta desconfianza. Al natural proceso de acostumbramiento
producto del paso del tiempo, mediante el cual la presencia pblica de estos grupos
fue percibida como un fenmeno cotidiano, es posible observar tambin un mayor
inters tanto de las comunidades Hare Krishna por acercarse a los intereses de la
sociedad civil, como de parte de los individuos externos que encuentran atractivos
importantes dentro de estas comunidades. Dicho encuentro estara mediado ya no tan
slo por el inters que despertara la cultura milenaria de la India, sino tambin por
el tratamiento tanto a nivel discursivo como material que se hara de las problemti-
cas sociales que la opinin pblica valora. En base a esto se podra afirmar que los
movimientos Hare Krishna se refuerzan de manera paralela a como lo hacen el resto
de movimientos sociales en el mbito civil debido a los intereses comunes que exis-
ten entre ambos, aunque traducidos en un lenguaje religioso particular y estrategias
de movilizacin diferentes. Comprender cmo se complementan estos procesos es lo
que pretender el presente artculo.

2. METODOLOGA

La presente investigacin posee un enfoque cualitativo centrado en determinar los


sentidos y significados (Prat 1997) que los miembros de la comunidad Hare Krishna,
ubicada en el centro de Santiago de Chile2, tienen respecto a ciertas demandas sociales
instaladas en la discusin pblica y como se movilizan frente a ellas. Dicha comunidad
fue escogida por ser en la actualidad la de mayor participacin en trminos numricos
y donde se concentran las principales actividades relacionadas con la religin.
Respecto a la metodologa utilizada esta consisti en un acercamiento de tipo
etnogrfico que buscaba interiorizarnos en el funcionamiento cotidiano (Aug 2000;
Cantn 2008) de la comunidad religiosa, observando sus ritos, prcticas distintivas y

2
El trabajo etnogrfico fue realizado en el templo principal de ISKCON en Chile ubicado en
calle Jos Miguel Carrera N 330, esquina Grajales, comuna de Santiago.

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festividades principales durante los aos 2014 y 2015. Las observaciones se realiza-
ron con una periodicidad semanal de acuerdo al calendario de actividades estableci-
do por el consejo directivo de ISKCON, as como las rutinas cotidianas y la participa-
cin en acciones de movilizacin social. Dicho trabajo de campo se concentr tanto
en los espacios de culto como en aquellos lugares pblicos que les permitan a los
participantes de la comunidad interactuar y relacionarse con el resto de la sociedad.
Adems se llevaron a cabo entrevistas en profundidad que buscaban indagar tan-
to en la propia experiencia de conversin religiosa, como en la construccin de su
discurso en un escenario de agitacin social como el vivido en la ltima dcada3. La
seleccin de dichos individuos fue de manera terica considerando: su nivel de par-
ticipacin en la comunidad, aos de permanencia en el movimiento, ocupacin de
cargos directivos, formacin educacional u oficio. En total se realizaron 23 entrevistas
en profundidad de acuerdo a los criterios establecidos en la fase anual del proyecto
de investigacin desarrollado4.

3. MOVILIZACIN SOCIAL Y EMERGENCIA DE NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIO-


SOS (NMRs)

Algunos trabajos ya realizados en esta materia fuera de Chile, establecen la rela-


cin entre movimientos sociales y religiosos a partir de las transformaciones que la
sociedad latinoamericana fue sufriendo durante las ltimas dcadas (Carozzi 1993).
El cuestionamiento creciente a las iglesias, la relativizacin de los valores, la prdida
de confianza de las instituciones, el avance de las secularizacin, as como las crisis
sociales, polticas y econmicas, repercutieron de manera profunda en la construc-
cin de las identidades (Parker 2005; Surez 2003; Larran 2005; Bahamondes 2012).
Todos estos factores, habran motivado la eclosin de nuevos movimientos religiosos
en la regin, sin embargo, este tipo de explicaciones es relativa y solo logra dar cuenta
parcialmente de un fenmeno global (Clarke, 2006). Para ejemplificar este punto, Clarke
apunta al surgimiento de nuevos movimientos religiosos en frica en contextos de
sociedades tradicionales donde la velocidad de las transformaciones no sera el deto-
nador de su masificacin necesariamente, lo cual indicara que en ciertas regiones el
surgimientos de nuevas agrupaciones religiosas podra ser parte de su desarrollo na-
tural, donde se producen constantes procesos de resignificacin de lo sagrado.
De acuerdo a Bastian (1997) los procesos de urbanizacin, coincidentes con el
aumento demogrfico y empobrecimiento sostenido de grandes masas de poblacin
en Latinoamrica, para la dcada del 50, acompaaron el desarrollo de NMRs debido
a que la migracin campo-ciudad facilit el intercambio de cultos, tradiciones y creen-
cias locales para situarlas en un escenario de cambios permanente reflejado en la urbe.
3
El proceso de investigacin descrito, as como la aplicacin de tcnicas de investigacin (en-
trevistas y observaciones) en la comunidad Hare Krishna cont con la utilizacin de consenti-
mientos informados que resguardan y garantizan la privacidad de la informacin recabada de acuer-
do a la ley vigente.
4
Las entrevistas utilizadas en la redaccin del presente artculo corresponden a una fraccin
del total realizado y fueron seleccionadas por ser aquellas que nos han permitido caracterizar el
fenmeno en estudio.

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El caso de estudio emblemtico de este escenario es el pentecostalismo, denominado


tambin como refugio de masas (Lalive 1968), destacando el valor social de la reli-
gin como articulador de redes asistenciales (materiales e inmateriales) que aplaca-
ban las penurias de grandes masas de poblacin carenciadas (Ossa 1991). En este
sentido, Bastian (1997) sostiene que la movilizacin religiosa que promueve el
pentecostalismo se basa en tres caractersticas, pues seran: conversionistas, taumatr-
gicas y milenaristas. La conversin les entregara una identidad propia, la taumaturgia
le ofrecera solucin a sus problemas de salud (curacin divina), y el milenarismo
otorgara esperanza de un futuro prspero. De esta forma:
La demanda social de reestructuracin es tan fuerte que decenas de dirigentes carismticos
desarrollan tales empresas donde la figura central del profeta, en el sentido del poseedor
de una autoridad carismtica, es determinante para su auge. La autoridad carismtica del
fundador facilita la fusin igualitaria de individuos anmicos, los cuales encuentran seguri-
dad y proteccin en el nuevo espacio religioso que se elabora (Bastian 1997: 140-141).

Sin embargo, a nivel regional ser la dcada de los 60 la que marcar un hito en
la eclosin de NMRs enmarcndose en un contexto histrico de grandes transforma-
ciones sociales motivadas en gran medida por la Guerra Fra. La desconfianza de las
instituciones polticas, el cuestionamiento al sistema econmico capitalista, el ambiente
belicista, etc., sirvieron de detonantes para la promocin de nuevas agrupaciones so-
ciales que no solo combatieran lo ya establecido, sino tambin, que fuesen capaces
de proponer vas alternativas de desarrollo poltico, econmico, social, y religioso,
ejemplo de esto ltimo, fue el surgimiento de la new age, la bsqueda de espirituali-
dad en lo ancestral y autctono, o bien, la importacin de nuevas religiones y prc-
ticas espirituales desde oriente. De esta forma lo religioso se diversifica, experimen-
tando
[...] una metamorfosis en la que pierde el centro, el monopolio simblico, de ser el dis-
curso de lo social, pasa a ser un discurso que compite en el mercado de los smbolos,
especializando sus funciones y sus mecanismos de legitimacin... (Beriain 1990: 96).

En una Amrica Latina caracterizada por situaciones de crisis (Carozzi 1993, 2006),
contextos de represin y precariedad material, la movilizacin social habra utilizado el
lenguaje y puesta en escena religiosa como estrategia de protesta. Ejemplos emblemticos
de esta situacin constituyeron las agrupaciones pro defensa de los derechos humanos
durante las dictaduras latinoamericanas de las dcada de los 70 y 80.
Otra relacin que Carozzi (2006) explora es la posibilidad que exista, por parte
de los movimientos sociales, una sacralizacin de sus causas (defensa de los dere-
chos humanos, erradicacin de la pobreza, promocin de una sociedad igualitaria, etc.),
caracterizada por:
[...] los sentimientos optimistas que emergen de la conviccin de que finalmente el bien
triunfar sobre el mal; la inmersin efervescente en las actividades del movimiento que
celebra su unidad y su propsito o una visin espiritualizada de la situacin que el mo-
vimiento busca alcanzar... (Carozzi 2006: 16).

No obstante, nuestra investigacin va ms all de los aspectos comunes que pue-


den tener movimientos sociales y religiosos. La pregunta por la bsqueda de respuestas

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frente a problemticas sociales concretas es central, pues nuestro inters radica en


comprender como las demandas sociales de diversos colectivos van siendo captura-
das por agrupaciones religiosas. Es as como desarrollan estrategias resolutivas para
enfrentar problemticas sociales donde se funden los marcos interpretativos de movi-
mientos sociales y religiosos, a travs de la resignificacin que estos ltimos realizan
de su funcin transformadora (Carozzi 1998). Esta mirada intenta revalorizar el rol de
lo religioso en la vida pblica como agente transformador de la sociedad. A modo
de ejemplo, el destacado investigador Craig Colhoun, ha sealado que la reforma
protestante del siglo XVI podra ser considerada como el primer movimiento social
de la historia (Ramrez 2014), desafiando autoridades, ejerciendo demandas y cues-
tionando un sistema que iba ms all de lo alcances religiosos, integrando aspectos
polticos, culturales y econmicos.
Estamos frente a los que Castells (2013) diagnosticaba como un escenario confu-
so, donde surgen nuevas contradicciones sociales cotidianas que buscan ser combati-
das por agrupaciones urbanas que cuestionan el orden establecido. Estas demandas
van desde el acceso a servicios bsicos (salud, educacin, vivienda, etc.) hasta la ca-
rencia de espacios recreativos en la ciudad.

4. LA ALTERNATIVA HARE KRISHNA EN UN ESCENARIO DE CONFLICTOS SOCIALES

Rochford (2000) al momento de analizar el desarrollo y consolidacin del movi-


miento Hare Krishna en Norteamrica y Europa, da cuenta de un alto sentido de arraigo
y pertenencia al conformar una comunidad integrada y solidaria. No obstante, la exis-
tencia de lmites que separaban al mundo (la sociedad) del colectivo religioso, evi-
dencia una agrupacin que intragrupalmente, en sus inicios, posea un fuerte sentido
de asociatividad y, por contrapartida, extragrupalmente se presentaba como aislacio-
nista. De esta forma, y de acuerdo al planteamiento de Squarcini (2000), el movimiento
Hare Krishna en los Estados Unidos de la dcada de los 60 propona una realidad
dual que reforzaba esta divisin entre la comunidad y la sociedad al plantear que lo
exterior significaba lo malo, demoniaco y mundano, y la vida al interior de sta lo
bueno, sacro y espiritual. Esto otorgaba especial valoracin a aquellos seguidores que
dejaban completamente la vida secular para dedicarse ntegramente al movimiento,
renunciando a sus trabajos habituales para vivir en comunidad.
La constitucin del movimiento Hare Krishna en occidente estuvo mediada por un
contexto sociopoltico convulsionado durante los aos 60. Segn narra Satsvarupa Dasa
Goswami (1986), los primeros aos de Srila Prabhupada5 en Norteamrica estuvieron
marcados por la precariedad material y la incertidumbre del destino en la misin
encomendada, al punto que a slo meses despus de migrar desde la India se vio
as mismo en medio del apogeo del movimiento hippie de la poca. Artistas, msicos
e intelectuales, se mezclaban con el grueso de los marginados de la clase media
americana que buscaba vivir la libertad bohemia como una forma de protesta contra
el materialismo, el armamentismo, el consumo y la falsa felicidad que exponan los
medios de comunicacin. Eran abiertos al orientalismo y a la bsqueda de nuevas

5
Lder religioso fundador de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON).

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experiencias que los guiaran a sintetizar formas de iluminacin al margen de lo dic-


tado por el establishment, constituyendo la base de las movilizaciones sociales (estu-
diantiles, feministas, pacifistas, etc.) y pugnas ideolgicas, que significaron un aliciente
para que el movimiento Hare Krishna fuese visto como una institucin contracultural
(Ketola 2004; Dein y Barlow 1999). Este era precisamente el objetivo de Prabhupada,
quien luego de ver el inconformismo de la juventud en la tierra de las oportunida-
des, situ las bases del movimiento para la conciencia de Krishna, para educar a la
gente en los principios esenciales de la vida espiritual. No se trata de un movimiento
religioso sectario. Es un movimiento cultural para el beneficio de todos (Srila
Prabhupada 1997:3).
Al alero de la juventud disconforme e imbuida en la cultura americana (Vallverd
2001) su doctrina se expandi por el resto del continente, aunque sin la masividad
que logr en ciertos sectores de EE.UU. Para la dcada de los 80, Rochford (2000)
sostiene que se produjo un cambio en la manera de organizacin de las comunida-
des Hare Krishnas, en relacin a su forma de subsistencia, abrindose paso a la ven-
ta de arte, velas y cds de msica, generando un quiebre en la percepcin tradicional
que los identificaba como una agrupacin aislacionista y sectaria dando paso a un
proceso de insercin en la sociedad, a travs de diversas actividades proselitistas que
tenan como objetivo realizar una traduccin cultural (Haddon 2013) para dar a co-
nocer su sistema de creencias. Muestra de ello fue la eliminacin terminolgica de
manera progresiva que internamente marcaba una distancia entre aquellos miembros
que vivan en la comunidad denominndolos como devotos y aquellos que se encon-
traba fuera de sta como no devotos. En la actualidad, fue suprimida esta ltima sien-
do utilizada solo la de devotos.
Tras la muerte de Prabhupada en 1977, ISKCON continu siendo administrado por
la Comisin de Cuerpo Gubernamental (GBC), instancia conformada por treinta y dos
miembros quienes son responsables de supervisar los aspectos administrativos y espiri-
tuales de los centros de a travs del mundo, as como velar por su desarrollo mediante
proyectos y nuevas iniciativas (Vallverd 1998). Entre sus objetivos destacan 7 propsitos:
1. Propagar sistemticamente el conocimiento espiritual en toda la sociedad, y edu-
car a la gente en las tcnicas de la vida espiritual, para detener el desequili-
brio de valores de la vida, y alcanzar la unidad y la paz verdaderas en el mundo.
2. Propagar la conciencia de Krishna, tal como est revelada en el Bhagavad-gita
y el Srimad Bhagavatam.
3. Reunir a los miembros de la Asociacin entre si y acercarlos a Krishna, la entidad
primordial, y as, desarrollar la idea entre los miembros y la humanidad en gene-
ral, de que cada alma es parte integrante de la naturaleza de Dios (Krishna).
4. Ensear y alentar el movimiento de Sankirtan, el canto en congregacin del
Santo Nombre de Dios, tal como se ha revelado en las enseanzas de Sri
Chaitanya Mahaprabhu.
5. Erigir para los miembros y para la sociedad en general, un lugar santo de pa-
satiempos trascendentales, dedicado a la Personalidad de Krishna.
6. Unir ms a los miembros, con la intencin de ensear una forma de vida ms
simple y natural.
7. Con el fin de lograr los mencionados objetivos, publicar y distribuir peridicos
y revistas.

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Siguiendo el mandato que al morir Prabhupada propusiera a sus seguidores, con-


sistente en expandir las enseanzas de Krishna a travs del movimiento ISKCON, lle-
gan a Chile provenientes de Argentina los primeros devotos discpulos de Prabhupada
en 1976. Al ao siguiente se instalan en un departamento en Santiago y tras largos
aos logran fundar el tempo principal de ISKCON en Chile en 1992 en el centro de
la ciudad (Quintana 2011; Carnevali 2009). En la actualidad segn datos informales el
nmero de devotos rondara las 2000 personas a nivel nacional, con sedes en Barrio
Repblica, Maip, Nuoa, Pucn y Coyhaique (vila 2013).
Los procesos de conversin de las primeras comunidades Hare Krishnas en Chile
estuvieron marcados por una fuerte adscripcin a los marcadores culturales de lo que
se estimaba corresponda a una forma de vida oriental. La adopcin de las vestimen-
tas, el corte del cabello y las pinturas en los rostros, se acompaaban de una estricta
dieta vegetariana, la negacin de la sexualidad y el enclaustramiento en los templos.
De esta forma se constitua una especie de renuncia tanto a los vnculos sociales de
origen (familia, escuelas, amigos de barrio, etc.), as como a todo aquello que tuviera
relacin con la cultura occidental imperante (Vallverd 1999). Una devota del templo
de Santiago concuerda con esto cuando afirma que,
... antes era as, yo creo que hasta los aos noventa era as. Los devotos vivan en el
templo. Bueno igual este movimiento es sper nuevo en Chile y ah fue cuando los de-
votos lo dejaban todo y se dedicaban al templo y se escribieron como las bases del mo-
vimiento, como por esos devotos que dieron todo6.

La cultura vdica se transforma as en un espacio de refugio para estos pequeos


grupos de jvenes que en trminos estticos y simblicos se encontraban en un pas
dictatorial marcado por la tensin existente entre la limpieza cultural del pasado mar-
xista, la militarizacin de la apariencia fsica y el ensalzamiento del patrimonio nacio-
nal y la chilenidad (Errzuriz 2009). Tanto su condicin de minora religiosa, su dis-
curso apoltico y escaza participacin pblica, lograron hacer de estas comunidades
un fenmeno casi imperceptible para las autoridades de gobierno durante la dictadu-
ra de Pinochet, situacin muy diferente a la que vivan los devotos en Argentina (vila
2013).
Este modelo de pertenencia al movimiento Hare Krishna anclado en el ascetismo
y la renuncia del mundo ha ido retrocediendo con el transcurso de las dcadas. Com-
partida por todos los entrevistados es la opinin de que la participacin activa y re-
conocida dentro del movimiento actual no pasa necesariamente por practicar un ais-
lamiento social radical. Ciertamente el despertar que propone la filosofa vdica implica
generar una distancia con prcticas instaladas en la sociedad moderna que se consi-
deran como errneas o nocivas. No obstante, la promocin de un ideal de devoto
que acte desde dichos principios religiosos en realidades seculares, como la propia
familia o el crculo laboral, es profundamente valorada (Rochford 1995). Frente a di-
cha situacin un predicador del templo de Santiago sostiene que, son pocas las per-
sonas que viven en los templos por razn de que la mayora son jefes de familia.
Tienes un desenvolvimiento econmico como jefe de familia y tienes un hogar7. La

6
Devota 2, periodista, entrevista realizada ao 2014, Santiago de Chile.
7
Devoto 3, educador, entrevista realizada ao 2014, Santiago de Chile.

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mayor parte de las personas que transita dentro de los templos krishnas en la actua-
lidad son jvenes y adultos estudiantes o trabajadores, en su mayora profesionales,
o como menciona uno de los devotos entrevistados, el que se acerca ahora ms, es
el joven educado y no es tanto el hippie botado que est en la calle8.
El cambio en las caractersticas que posee el devoto promedio genera importantes
variaciones al interior del movimiento. La diversidad en las trayectorias de los fieles
crece y con ello se flexibilizan los niveles de participacin y el tipo de discurso pro-
pugnado. Mientras los menos se inician como residentes en las comunidades, el res-
to decide llevar la ritualidad y los principios de acuerdo a las posibilidades e intere-
ses que posea. La figura del simpatizante, como de quien celebra las fiestas, asiste a
charlas o cursos y canta el mantra se hace recurrente. De igual manera, muchos de
ellos deciden llevar adelante los cuatro principios fundamentales de manera rigurosa
y buscan iniciarse espiritualmente, aunque sin renunciar a su trabajo, familia o pasa-
tiempos. Se construye as una forma de vivir la espiritualidad y la religin marcada
por la transitoriedad, la ductilidad y la volatilidad (Lenoir 2005; Champion 1995; Vega-
Centeno 1995). Tal como menciona uno de los lderes de la comunidad,
Creo que es un aporte bastante significativo porque nosotros le damos todas las herra-
mientas para que las personas, desde sus propios hogares, puedan practicar este proce-
so, no tengan que ir a un templo. As que es muy prctico en ese sentido. Hay muchos
devotos que van a la universidad, que tienen sus trabajos, sus profesiones, son jefes de
familia y su vida est basada en practicar esta conciencia de Krishna desde sus hogares9.

El discurso religioso se transforma y reorienta hacia el krishnaizar la sociedad y


el mundo en el que se vive. La constitucin de un creyente activo que se desarrolle
con xito dentro de los mbitos seculares se vuelve un objetivo central. La predica
es insrtate en el mundo pero con conciencia espiritual, eso es lo que tratan de di-
fundir los maestros espirituales en general10, afirma una de las devotas entrevistadas
que se desempea como relacionadora pblica y comunicacional del templo. En su
experiencia, tal como la de otros entrevistados, la formacin universitaria y el trabajo
profesional no implican una limitante en el desarrollo del camino espiritual estableci-
do en los textos milenarios. De acuerdo con esto, la renuncia del devoto de hoy no
pasa por dejar su vida anterior en forma abrupta y fantica (considerado esto como
falsa renuncia en la tradicin vdica), sino ms bien ocupar los talentos y posicio-
nes de influencia al servicio de Krishna. La renuncia interna sustituye a la externa y
permite la expansin del pensamiento vaisnava en contextos que tradicionalmente se
presentaban como inaccesibles.
El afianzamiento de una nueva forma de devoto que adapta su participacin y
compromiso religioso segn sus propias necesidades, posibilita la emergencia de nue-
vos sistemas simblicos que interpelan la realidad que viven los individuos. Como
creyente inmerso en las dinmicas mundanas, la interpretacin de las condiciones de
la vida propia y de la sociedad que se habita, desde su la perspectiva espiritual, se
vuelve primordial en el proceso de crecimiento de la comunidad religiosa. Al igual

18
Devoto 1, profesor de msica, entrevista realizada ao 2014, Santiago de Chile.
19
Devoto 4, empresario, entrevista realizada ao 2014, Santiago de Chile.
10
Devota 2.

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como realizan otras agrupaciones religiosas, el devoto o simpatizante Hare Krishna


genera una lectura de la contingencia y las problemticas sociales desde las catego-
ras y valores que su cosmovisin entrega.
Al momento de realizar juicios respecto de la realidad social en que se hallan
inmersos, los entrevistados concuerdan en que nos encontramos en un periodo de
crisis cuyas causas rebasan los lmites de la contingencia poltica y econmica. Los
problemas sociales son tambin problemas espirituales, hecho que explicara la inca-
pacidad de resolverlos apelando solamente a los argumentos de la razn tcnica. Di-
fundida entre estos grupos es la idea de vivir inmersos en una decadencia espiritual
o falta de espiritualidad que catalizara los padecimientos sufridos en distintos nive-
les. Las leyes del karma operaran en la reproduccin de un mal que los occidenta-
les, independientes de su condicin cultural, poltica o religiosa, no pueden lograr
apagar.
Siguiendo los planteamientos de Srila Prabhupada, una de nuestras entrevistadas
afirma que de acuerdo con la tradicin vaisnava es posible afirmar que la era que
presenciamos se caracteriza por una inclinacin a la falta de vida espiritual de los
individuos y las consecuencias que eso conlleva. Por miles de aos los conflictos
sociales y blicos que se han dado entre los grupos humanos acumularan una vio-
lencia histrica que se reproduce generacionalmente en la forma de mal karma. De
esta manera, quienes en un momento son vctimas, con el andar de los tiempos se
transforman en victimarios que explotan y oprimen desde la condicin de ignorancia
espiritual que poseen. Tal como explica la entrevistada aludida,
... la poca vida espiritual de las personas est relacionado con las guerras y con los ni-
mos de agitacin en general, porque yo pienso que es como algo karmtico lo que suce-
de en el mundo, porque hay un grupo humano que sufre por otro grupo humano, por
ejemplo, los judos sufren por los nazis, y despus los judos hacen sufrir a los palestinos11.

De esta manera, toda forma de reaccin traducida en movilizacin social frente a


una percepcin de injusticia o arbitrariedad se encuentra incompleta si no se logra
comprender la verdad espiritual que subyace a la situacin. El lder principal de la
agrupacin de Santiago de Chile sintetiza esta idea de la siguiente forma: En reali-
dad, el mundo y el planeta est produciendo todo tipo de granos, frutas, vegetales,
o sea no hay escasez, nicamente escasez de conciencia de Dios12.
Tal como lo hiciera Srila Prabhubada en su primer contacto con Amrica, los Hare
Krishna no se inclinan por una determinada forma ideolgica o poltica, al punto que
incluso la democracia liberal occidental les resulta sospechosa. En los anlisis que los
propios individuos realizaron respecto de la situacin actual de la sociedad chilena,
la crtica a las limitaciones espirituales de los lderes y autoridades resulta evidente y
compartida. Incluso el sistema vdico, afirman, que descansaba sobre una organiza-
cin de tipo monrquica lograba aceptables niveles de justicia y paz social debido a
la santidad del rey, quien por sobre todas las cosas deba comprender las leyes del
karma y buscar la felicidad de la poblacin por sobre la propia. Sin importar el siste-
ma poltico que se privilegie, este nunca lograr ser benevolente con todos si quie-

11
Devota 2.
12
Devoto 4.

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nes administran el poder no poseen la cualificacin espiritual adecuada. La analoga


que hace referencia al cuerpo social como un cuerpo sin cabeza, que se manifiesta,
adolece y reacciona, son habituales, de ah que la movilizacin social no tiene senti-
do si no se hace desde la conciencia espiritual. Una de nuestras entrevistadas expo-
ne este argumento con claridad al afirmar: yo encuentro que est bien que haya
manifestaciones para que el cuerpo se fortalezca, pero igual va a ser un cuerpo sin
cabeza13.
La crtica a los sistemas polticos y sociales modernos desde la valoracin tica
propia de las religiones no es del todo algo novedoso. No obstante, lo distintivo que
ha sido posible observar a partir de la realidad de las comunidades Hare Krishnas de
Santiago es la cercana que poseen con las demandas y necesidades que impulsan
las organizaciones ciudadanas seculares. Tanto la utilizacin responsable de los re-
cursos naturales, la defensa de los derechos de los animales, la crtica al consumo
exacerbado, las formas de discriminacin y explotacin, la mercantilizacin de la sa-
lud y la educacin, entre otros, adquieren centralidad en el discurso de estas agrupa-
ciones. En este sentido, se muestran a s mismos como ms tolerantes y activos en
comparacin con otras agrupaciones religiosas que slo logran movilizar a un seg-
mento minoritario y reactivo frente a determinadas coyunturas (ejemplo, las iglesias
evanglicas en contra del matrimonio homosexual). La espiritualidad abre una nueva
perspectiva desde la cual analizar los conflictos sociales, hecho que explica el fuerte
compromiso que despierta este tipo de religiones en ciertos segmentos de la socie-
dad. Lo espiritual te abre ms lo ojos todava, el campo de accin de un ser huma-
no se ampla ms cuando te haces ms espiritual14, explica el encargado de comuni-
caciones del templo de Santiago al abordar las diferencias existentes entre quienes
poseen un conocimiento interior ms profundo y aquellos que no.
Al igual que otras tradiciones religiosas que sostienen la primaca de lo espiritual
por sobre lo material y terrenal, el movimiento Hare Krishna promueve el despertar
de la conciencia a travs del conocimiento de las profundas verdades de la filosofa
vdica, aunque en un lenguaje accesible y pragmtico. Ello resulta de gran atractivo
para individuos que se encuentran en un proceso de bsqueda religiosa al margen
de los espacios facilitados por las instituciones ms tradicionales.
Los movimientos como Hare Krishna entregan vida espiritual a las personas, y la entre-
gan de una manera seria y fidedigna, no entregan cualquier cosa, entregan algo que es
cientfico y que est comprobado. Entonces la gente que est en busca de vida espiritual
puede venir ac y satisfacer sus necesidades15.

La diversidad interna sobrepasa los lmites de la formacin profesional o el des-


empeo laboral, alcanzando el origen socioeconmico y la orientacin poltica indi-
vidual. Mientras el comportamiento o las convicciones personales no contradigan los
cuatro pilares fundamentales que se exigen a todo devoto, la comunidad Hare Krishna
de Santiago resulta ser bastante diversa e inclusiva. La presencia de devotos de dere-
cha o izquierda en el mbito poltico es comn, aunque la tendencia es a generar un

13
Devota 2.
14
Devoto 1.
15
Devota 2.

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discurso crtico frente al sistema socioeconmico imperante. Un devoto resulta clarifi-


cador al respecto cuando menciona que,
... de alguna forma gran parte de los problemas sociales vienen del sistema. Entonces cuan-
do una persona quiere dejar de experimentar los problemas de la mala salud, de la mala
alimentacin, de la mala educacin, no te queda otra que zafarte del sistema desde lo
espiritual, pero obviamente que el hombre siempre funciona en el sistema, en un siste-
ma. Las abejas, las hormigas tienen un sistema de vida. No es que el devoto se sale del
sistema y queda asistmico y no hace nada, sino que el devoto tiene una alternativa y
eso es lo que plantea Prabhupada, que los devotos tienen que aprender a hacer16.

Durante las distintas entrevistas realizadas, las referencias a los mecanismos de


explotacin humana o natural, as como el abuso de poder por parte de las autorida-
des, fueron recurrentes aun cuando no se realizarn desde una matriz terica o ideo-
lgica particular. Esto ltimo se condice con la tendencia general a desconfiar del
ejercicio poltico partidista tradicional que califican en general de poco tico y en poca
sintona con los intereses de las personas. Es ms, muchos de los individuos que
participan de las actividades dentro del templo de Santiago reconocen haber integra-
do algn tipo de organizacin con intereses polticos de la cual dicen sentirse de-
fraudados.
Lejos de renunciar a las inquietudes polticas y ciudadanas instaladas en la opi-
nin pblica, el movimiento Hare Krishna en Chile se posiciona activa y materialmente
dentro del escenario social. En otras palabras, dicha interpretacin religiosa de la rea-
lidad no se agota en el plano discursivo o ideolgico, sino que orienta caminos de
accin concretos frente a necesidades y anhelos que resultan compartidos con el res-
to del cuerpo social. Sin embargo, reconocen que aunque las demandas que han ins-
talado en la agenda pblica los movimientos sociales pueden ser sensatas y legti-
mas, la inconsistencia entre discurso y prctica de quienes participan habitualmente
de las manifestaciones pblicas suele ser un punto que distancia a los devotos de
otros agentes sociales movilizados. Como menciona uno de los devotos del templo
de Santiago:
Los chicos que van a las protestas, al mismo tiempo que estn reclamando por el capita-
lismo o el sistema neoliberal, estn comprando cigarros, estn comprando copete, o sea
qu estn haciendo? Estn alimentando a todas esas empresas por las que ellos mismos
estn reclamando, no hay una consistencia en el actuar y en el discurso17.

Una de las formas ms recurrentes de manifestacin ciudadana que utilizan los


movimientos sociales son las expresiones en el espacio pblico mediante marchas,
protestas, performances o actividades culturales. Movimientos regionalistas, sindicales,
ecologistas, educacionales, de diversidad sexual, entre otros, peridicamente muestran
la fuerza de su adhesin mediante convocatorias masivas en las calles de Santiago y
el resto de Chile, como forma de visibilidad frente a las autoridades polticas, los
medios de comunicacin y el resto de la ciudadana. No obstante, en ms de una
ocasin dichas actividades han acabado en desmanes y destrozos contra la propie-
dad privada e inmobiliario pblico, situacin que ha generado un rechazo por parte
16
Devoto 1.
17
Devoto 5, Abogado, entrevista realizada ao 2015, Santiago de Chile.

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de algunos sectores polticos y sociales, as como la criminalizacin de la protesta social


(Figueroa 2013). Esta situacin genera una distancia entre los miembros de las comu-
nidades Hare Krishna de Santiago respecto de la participacin en convocatorias reali-
zadas por otros actores sociales debido a que, en esta lnea no nos involucramos
con la poltica, tratamos de tener una propuesta poltica, una propuesta de cambio,
digmoslo una propuesta de revolucin de conciencia, pero no nos enganchamos
mucho con cosas ms subversivas18.
Como es posible observar en los testimonios, los devotos Hare Krishna demues-
tran poseer conciencia y discurso poltico, ms no concurren activa y oficialmente en
manifestaciones masivas convocadas por otros sectores sociales. Cuando se consulta
por las razones de aquello, las diferencias se establecen al considerar la violencia que
se expresa en las manifestaciones, as como la inconsistencia ideolgica producida
por la omisin de la dimensin espiritual por parte de los movimientos polticos y
sociales actuales. Reconocen la importancia moral que poseen las marchas e inter-
venciones realizadas en favor de la educacin gratuita o aquellas en contra de pro-
yectos que amenazan el medio ambiente, sin embargo, no existe una poltica oficial
desde los templos Hare Krishna para participar o contribuir en su organizacin y/o
desarrollo. A pesar de ello, reconocen la existencia de devotos que han participado
de aquellas instancias, aunque siempre de manera particular y con el espritu de con-
tribuir a generar un ambiente pacfico y de contenido espiritual19.
Por otra parte, la no participacin en marchas o convocatorias masivas no impli-
can que dentro del movimiento no existan estrategias de impacto social profunda-
mente valoradas. Entre ella encontramos actividades de intervencin en espacios p-
blicos o instituciones, estatales o privadas, que sirven de plataforma en la difusin
de su mensaje espiritual, a la vez que permiten abordar algunas problemticas socia-
les. En ambos casos, la misin de predicacin adquiere la forma de asistencia social
y de difusin del mensaje poltico traducido en clave religiosa.
La intervencin en espacios pblicos es una de las manifestaciones ms visibles
que llevan a cabo las comunidades Hare Krishna dentro del Gran Santiago. Sustenta-
da en la importancia de llevar la verdad del conocimiento vaisnava al resto de la
sociedad, los devotos utilizan importantes mecanismos de conexin con el vecinda-
rio y el resto de la ciudad. El ms importante, que sirve como forma de atraccin y
servicio, es la difusin de la alimentacin sana por medio de la promocin del no
consumo de carne animal, utilizando para dicho fin restaurantes y cocineras ubica-
das dentro de los templos, y en las cuales los devotos dan muestras de su variada y
extica alimentacin donde sabores y combinaciones nuevas congregan a personas
que buscan los beneficios de la comida con misericordia. Todo ello se lleva a la prc-
tica desde el compartir pequeas porciones con los visitantes durante la ejecucin de

18
Devoto 5.
19
Conocidas son las intervenciones de movimientos de raz Hare Krishna que participan en
manifestaciones en favor de los derechos de los pueblos indgenas, en contra de proyectos ener-
gticos o en favor de los derechos de los animales. Sin embargo, los entrevistados del templo
de Santiago de Chile afirman que dichos grupos no corresponden a ISKCON Chile, aunque pon-
deran positivamente los motivos que articulan a estas manifestaciones. Una muestra de esta
forma de participacin poltica y cultural se puede ver en el siguiente registro audiovisual:
https://www.youtube.com/watch?v=PbzJGJ2vOow (consultado el 19 de julio de 2015).

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servicios religiosos, hasta la venta de mens durante el horario de almuerzo en los


salones del templo. Esta ltima actividad constituye una importante manera de recau-
dacin para las necesidades del templo. No obstante, el expendio de comidas y be-
bidas sagradas20 tambin se lleva a cabo fuera de los lmites de la comunidad, reali-
zando con frecuencia entregas de alimentos en sectores que agrupan poblacin en
estado de indigencia (Cercanas del Ro Mapocho y Estacin Central, entre otros). Esta
es una parte central del llamado programa Food For Life que busca subsanar necesi-
dades inmediatas de la gente carenciada y dar a conocer la importancia que posee la
alimentacin con el cultivo de la espiritualidad.
Otra forma de acercamiento de las agrupaciones Hare Krishna hacia la ciudadana
dentro del espacio pblico lo constituye el Harinam o canto congregacional, el cual
lleva a los devotos a cantar y bailar en las calles con el objetivo de cambiarle el da
a las personas, sacarles una sonrisa, que los que estn estresados puedan relajarse
un poco21. Esta actividad, posible de ver en paseos peatonales o plazas pblicas, se
acompaa de entrega de literatura vaisnava, recetas de cocina vegetariana, msica de
la India, coloridos bailes y cantos reiterativos. En su propia valoracin, los entrevista-
dos reconocen en el Harinam una de las instancias ms importantes en su objetivo
de romper con los prejuicios y estigmas que acarrean (vinculacin con el fanatismo
religioso, el hipismo y la drogadiccin), e invitar a los transentes a participar de las
actividades del templo.
No obstante, el Harinam no es la nica instancia de manifestacin pblica que
poseen los devotos de Santiago. El Ratha Yatra o Festival de Las Carrozas, en el cual
las deidades salen a pasear por la ciudad en carruajes repartiendo misericordia y ben-
diciones, representa, en voz del encargado de cultura del templo, el evento religioso
y cultural ms impactante dentro del calendario de las comunidades Hare Krishna.
En ella se producen verdaderas manifestaciones sociales, las cuales los devotos
homologan en impacto y sentido a cualquier marcha organizada por agrupaciones de
la sociedad civil. Un devoto expresa esto al afirmar:
[RathaYatra] es como una marcha, exactamente como una marcha anti sistmica, una
marcha que propone una revolucin de conciencia, una marcha total pero no con esas
caractersticas violentas, no con esas caractersticas de destruccin, sino que es construc-
tiva, pero yo te digo que es una marcha absolutamente, es anti sistmica y de revolucin
por un cambio de conciencia22.

Para los devotos entrevistados, estas manifestaciones de conciencia Krishna resul-


tan revolucionarias tanto por la fuerza esttica que presentan (bailes, msicas y can-
tos), como por el mensaje radical que poseen. El cambio tico y espiritual propuesto
se traduce en prcticas orientadas a superar flagelos como el alcoholismo, tabaquis-
mo, obesidad, delincuencia, estrs y drogadiccin. En este sentido, como menciona
uno de los devotos, hay un plan que si t lo piensas se alinea mucho con las pol-
ticas gubernamentales23.
20
Todos los procedimientos de cocina dentro del templo estn cargados de ritualidad y senti-
do religioso segn las normas establecidas en la religin.
21
Devoto 3.
22
Devoto 5.
23
Devoto 3.

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Otra va de intervencin social significativa de las comunidades Hare Krishna de


Santiago son aquellas que realizan mediante instituciones pblicas y privadas. Esta
modalidad representa el fenmeno ms reciente en lo que respecta a vinculacin con
el medio externo a la comunidad, siendo su impacto importante segn la institucin
que promueva las iniciativas propuestas por los integrantes del templo. Algunas de
ellas poseen claramente un fin de difusin cultural y religioso, tal es el caso de las
intervenciones que realizan en universidades, charlas inter religiosas o centros cultu-
rales que buscan rescatar la filosofa vdica o la msica hind. Esta ltima es cultiva-
da a gran nivel por estudiantes de msica con estudios en la ejecucin de instrumentos
tradicionales de la India. La presentacin en escenarios del ambiente musical santia-
guino, as como la grabacin de discos de manera profesional, son consideradas como
importantes logros en la difusin de la cultura krishnaista.
No obstante, de mayor alcance social resultan aquellas iniciativas que buscan in-
terceder con fines benficos en instituciones de asistencia o reclusin. Como mencio-
na uno de los devotos entrevistados, mltiples han sido las instituciones que han aco-
gido las iniciativas elaboradas por los Hare Krishna:
Se han hecho varios programas en crceles, en hospitales, en manicomios, en hogares
de ancianos, pero no solamente a nivel de personas que tienen una carencia econmica,
sino tambin en lugares que tienen altsimo poder econmico. [...] Vamos a todas parte a
mostrar este conocimiento a travs de la msica, a travs de las expresiones culturales,
llevamos alimento, llevamos libros24.

De acuerdo a lo relatado por los entrevistados, la participacin de los internos de


estas instituciones siempre ha sido positiva frente a los atractivos25 que comparten
los devotos con ellos, generalmente traducidos en un mensaje espiritual acompaado
de comidas tradicionales, bailarines y msica en vivo. Frente a escenarios de hostili-
dad, como el interior de una prisin de alta seguridad o una fundacin para enfer-
mos con Sndrome de Down, las iniciativas coordinadas desde los templos se han
hecho recurrentes aunque no han alcanzado los niveles de asistencia espiritual de las
tradicionales iglesias cristianas. No obstante, lo interesante de recalcar es la apertura
hacia canales de movilizacin poco explorados como son las instituciones de asisten-
cia y los fondos concursables, estos ltimos constituyen un terreno que slo en la
actualidad se est vislumbrando de manera incipiente y en vista de las limitaciones
que poseen las tradicionales formas de financiamiento, la mayor parte de ellas vincu-
ladas a la donacin personal o la recaudacin mediante actividades dentro del tem-
plo. Un devoto del templo de Santiago nos retrata esta situacin con claridad al sos-
tener:
No sabemos muy bien cmo funcionan (los fondos concursables), pero tienes razn en
que se necesitan cosas. Fjate que ahora queremos hacer una intervencin en el valo de
la penitenciaria y son 4000 internos, nos encantara llevarles algo de comer, llevarles li-
bros. Lo hacemos igual, pero siempre lo hacemos con fondos particulares y eso siempre
tiene su lmite, te impide llegar a ms personas. Sera sper benfico para nuestro movi-

24
Devoto 5.
25
En ms de una ocasin los devotos mencionaron que todo lo ofrendado a Krishna, cuyo
significado es posible de entender como el ms atractivo, debe ser realizado con excelencia y
dedicacin que despierte el encanto en quien lo recibe.

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EXPANSIN HARE KRISHNA EN CONTEXTOS DE CRISIS: RESIGNIFICANDO... 395

miento que se comience a postular a fondos concursables para hacer intervenciones, es


algo bueno, es algo que ayuda a los seres humanos26.
Finalmente, importante es destacar que al pretender constituirse como una revo-
lucin a nivel de conciencia, el movimiento Hare Krishna chileno aspira a que su
crecimiento numrico les permita capturar la adhesin de individuos posicionados en
plazas de poder que catalicen importantes cambios en la sociedad. Por ejemplo, afir-
man, sera muy bueno que estos devotos llegaran al Congreso Nacional y presenta-
ran proyectos de ley para favorecer iniciativas en favor de los animales27. Sin embar-
go, en todos los casos mencionan que cambios significativos pueden ocurrir incluso
en los ambientes ms cotidianos, tales como las escuelas, donde muchos de los de-
votos que se desempean como profesores han impulsado iniciativas que promue-
ven la alimentacin sana y carente de carne animal.

5. CONCLUSIONES

Como hemos podido observar a lo largo de nuestra investigacin en la comuni-


dad Hare Krishna de Santiago, la participacin religiosa en dicha agrupacin se en-
cuentra lejos de significar un alejamiento de los intereses sociales y personales no
espirituales de los individuos. Las demandas instaladas por los movimientos sociales
de la ltima dcada hacen sentido en su particular forma de ver la vida y se acomo-
da a los canales de accin legitimados por la colectividad. En el plano interno, la
promocin de una nueva tica sostenida en los principios regulatorios bsicos a todo
devoto (vegetarianismo, prohibicin del consumo de alcohol y drogas, no practicar
el sexo ilcito o comprar juegos de azar) conlleva un cambio personal que impacta
en las rutinas y relaciones sociales que se cultivan. De igual forma, la promocin de
dichas prcticas con sustrato espiritual lleva a participar de instancias de expresin y
difusin en mbitos visiblemente pblicos. La venta de literatura de autoayuda o re-
cetas vegetarianas, la realizacin de comedores o restaurantes vegetarianos, la reali-
zacin de carnavales en avenidas concurridas, la generacin de talleres gratuitos, la
participacin en marchas ambientalistas, entre otros, reflejan el compromiso con la
realidad social en la que se encuentran inmersos como colectividad. Si a ello suma-
mos las iniciativas personales y cotidianas con las cuales se busca difundir los princi-
pios en los ambientes laborales, podemos afirmar que en tanto agrupacin religiosa
los Hare Krishna representan una forma de participacin ciudadana que supera los
principios polticos de la democracia liberal.
De esta forma, cabe destacar que al igual como sucede en otras agrupaciones re-
ligiosas que exigen una participacin cotidiana intensa dentro de las actividades de
la comunidad, los Hare Krishna de Santiago de Chile valoran el sentido de pertenen-
cia que la vida colectiva en torno a la religin les entrega en un contexto donde pri-
ma el individualismo y la tica de consumo. Como expresa una de las entrevistadas
a partir de su experiencia, una de las razones por lo que yo me quise quedar en
esta comunidad fue porque me trataban sper bien, me gust el trato, la gente era

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cariosa, amable28. Aun cuando no es el objetivo principal de la realizacin espiri-


tual, los entrevistados afirman que la solidaridad entre los devotos se traduce tanto
en apoyo humano como material segn las necesidades que existan. El cuerpo tiene
sus necesidades, nuestras emociones o nuestra mente tiene sus necesidades tambin,
y el alma tambin tiene sus necesidades, nosotros tratamos de balancear esas tres29,
nos relata el presidente del templo al momento de caracterizar las relaciones internas
a la agrupacin, y aunque no sea una norma sistematizada, lo cierto es que el apoyo
entre los devotos va desde la asistencia monetaria en casos de emergencia, el cuida-
do de nios, la prestacin de servicios o trabajos, el apoyo afectivo, entre otros.
En lo que respecta a las estrategias de movilizacin, durante el proceso etnogrfico
y la realizacin de entrevistas en profundidad fue posible percibir que aun cuando no
existe una poltica central de participacin dentro de las manifestaciones pblicas orga-
nizadas por los actores de la sociedad civil, lo cierto es que en general comparten las
motivaciones y excepcionalmente participan a manera personal. No obstante, las mo-
dalidades de expresin pblica mejor valoradas son aquellas que permiten mostrar el
mensaje a la ciudadana, tales como expendios de comida a los pobres, rituales pbli-
cos o festividades, as como aquellas que se encuentran mediatizadas por alguna insti-
tucin de tipo cultural o benfica. Es en estas ltimas donde mensaje espiritual de con-
suelo se mezcla con difusin cultural (gastronmica, musical, etc.) en contextos variados
y novedosos, abriendo canales de intervencin social poco explotados.
Finalmente, cabe destacar que el carcter prctico de los planteamientos de
Prabhupada genera que los individuos que se acercan a las comunidades Hare Krishna
puedan resignificar el mundo y adaptar los planteamientos a sus propios intereses
individuales o sociales. La preocupacin por la ecologa, la crtica a la modernidad y
el consumismo, el hasto con las instituciones polticas, entre otras inquietudes, ad-
quieren valoracin e importancia en un relato nico que da sentido a la existencia
de los sujetos. De esta forma, y siguiendo los postulados de Cristian Parker (2008), el
auge de estas creencias heterodoxas, sincrticas y neomgicas entre las capas ilustra-
das de la sociedad rompe con la antigua creencia que vincula pensamiento progre-
sista con atesmo. Economistas, periodistas, msicos, profesores, estudiantes universi-
tarios, etc., se desenvuelven en la dualidad de su rutina laboral cotidiana y los vnculos
que los unen como devotos dentro del templo, alternando sus nombres espirituales
segn el momento y el lugar donde se encuentren.

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Fecha de recepcin: 5 de mayo de 2015


Fecha de aprobacin: 27 de septiembre de 2015

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