Para Que Sirve La Teologia-Roldan Alberto-Libros Desafío
Para Que Sirve La Teologia-Roldan Alberto-Libros Desafío
Para Que Sirve La Teologia-Roldan Alberto-Libros Desafío
que
sirvela
teologa?
(^Alberto F. Roldan^)
H
LIBROS DESAFO
CONTENIDO
U N A REIVINDICACIN DE LA TEOLOGA
gis caso del desprecio de los que se burlan de ella porque la ignoran.
Muchos predicadores no son telogos y de ello proceden los errores
que cometen. En nada puede perjudicar al ms dinmico evangelista
el ser tambin un telogo sano, y a menudo puede ser el medio que le
salve de cometer enormes disparates.
El autor sigue fielmente las lecciones de quienes no encuentran
oposicin entre teora y prctica; su enfoque no olvida el dilogo
cultural al ocuparse de la posmodernidad como problema-desafo
inexcusable para el cristianismo contemporneo. Contina as, con-
secuentemente, la tradicin protestante de atender apasionadamente
los debates planteados a la teologa por el pensamiento de todas las
pocas.
El rigor metodolgico no le resta intensidad a la discusin de los
temas y se agradece muchsimo como cuando, en un par de captulos
expone el desarrollo de la autoridad teolgica y el desarrollo de la
teologa en Amrica Latina. Partiendo de una comprensiva visin de
la sequa de otras pocas en este campo, reconstruye (y reconoce) los
pasos que se han dado para inculturar la reflexin en el ambiente ecle-
sial latinoamericano, catlico y protestante. No obstante, su equilibra-
do nfasis en el mundo evanglico ser de especial utilidad para los
lectores del continente pues sintetiza con precisin los avatares de la
reflexin teolgica en sus vertientes ligadas a lo que fue el movimiento
Iglesia y Sociedad en Amrica Latina (ISAL) y a la Fraternidad Teo-
lgica Latinoamericana.
Su tratamiento de la posmodernidad y de la teologa de la pros-
peridad es un modelo de enjundia en cuanto a la valoracin de la
influencia ideolgica (poco percibida) de aquella sobre las iglesias
neopentecostales. Aprovechando los anlisis de estudiosos brasileos,
Roldan se refiere a los aspectos en que estas iglesias han abandona-
do el legado bblico y evanglico para despearse en la bsqueda del
lucro. Estas tendencias las engloba en lo que denomina mutaciones
teolgicas dominadas por los paradigmas posmodernos de la pros-
peridad y el xito, entendidos como las panaceas absolutas para el
problema de la pobreza inveterada, esto es, como el cumplimiento del
sueo ancestral por superarla. Su juicio es contundente: La teologa
de la prosperidad no toma con suficiente realismo la existencia del
mal y el sufrimiento en la experiencia humana. Lleva a cabo algo
similar con el modelo que llama simplista, casi omnipresente en
muchas iglesias y denominaciones.
Un nuevo captulo sobre los desafos pluriculturales a la educa-
cin teolgica, aludida continuamente en el resto de la obra, propone
Presentacin 11
Leopoldo Cervantes-Ortiz
PRLOGO DEL AUTOR
A LA SEGUNDA EDICIN
Immanuel Kant 1
2. Clodovis Boff, Teora do mtodo teolgico, Petrpolis: Vozes, 1998, p. 273. Cursivas
originales.
3. Paul Tillich, El Nuevo Ser, Barcelona: Ariel, 1973, p. 136.
4. Jrgen Moltmann, Trinidad y Reino de Dios, Salamanca: Sigeme, 1983, p. 11. Cursivas
originales.
PRLOGO
glico) y por otra parte, los nuevos desafos de la cultura actual. Hay
ciertos aspectos de la obra que quisiera subrayar. El primero es su
amplitud de visin: Roldan trata de abarcar, con discernimiento pero
con respeto, la totalidad de nuestro mundo evanglico y nos relaciona
con el pensamiento teolgico de diversas corrientes, tanto dentro de
nuestro continente como en el panorama mundial. En este sentido, su
bibliografa es rica y cuidadosa se mencionan las obras ms funda-
mentales y significativas de diversas lneas teolgicas. En segundo lu-
gar, su trabajo es respetuoso del lector: no intenta capturarlo para
hacerlo proslito de su propia manera de ver sino ms bien le abre
horizontes, lo invita a pensar, ofrece una introduccin ms bien que
la ltima palabra. Finalmente, creo que es un trabajo muy oportu-
no: en este continente, los evanglicos hemos crecido en nmero: por
consiguiente, aumenta nuestra responsabilidad. Las manifestaciones
religiosas de los ms diversos orgenes invitan y reclaman a nuestro
pueblo: es indispensable el discernimiento. Nuestras generaciones j-
venes han crecido en presencia, en preparacin intelectual, en partici-
pacin en la sociedad: reclaman y merecen recibir una comprensin
ms profunda y abarcativa de la fe que han recibido, para que a su
vez puedan atestiguarla en medio de las tensiones, contradicciones y
bsquedas de nuestro mundo globalizado. Por eso, no slo debemos
alegrarnos y agradecer a Dios por trabajos como los de un telogo
evanglico joven como Roldan aunque tiene ya otras obras en su
haber sino que podemos sentirlo como una invitacin a participar
juntos en esa bsqueda.
Alberto F. Roldan
Ramos Meja, invierno de 1999
CAPTULO 1:
Q U ES LA TEOLOGA?
Anselmo de Canterbury
1. Rubem Alves, La teologa como juego, Buenos Aires: Ed. La Aurora, 1982, p. 9.
26 Para qu sirve la teologa?
1. Etimologa y definiciones
2. Andr Dumas, Dietrich Bonhoeffer: Una teologa de la realidad, trad. por Jess Cordero,
Bilbao: Descle de Brouwer, 1971, p. 11.
Captulo 1: Qu es la teologa? 27
El orden de que habla Hodge, s tiene que ver con la teologa siste-
mtica propiamente dicha. Podemos ilustrar el hecho comentando el
orden que clsicamente ha seguido la teologa sistemtica. En efecto,
la teologa sistemtica comienza con el tema de Dios, a lo que deno-
mina teologa propia, es decir, teologa propiamente dicha porque
aborda el tema central de la teologa: Dios, su existencia, sus atributos,
su obrar. Luego, la sistemtica se ocupa de enfocar el tema del hom-
bre, es decir, la antropologa. All se analiza la creacin del hombre, su
naturaleza y su condicin pecaminosa. Esto ltimo, precisamente, sir-
ve de nexo para la doctrina del pecado, que tcnicamente se denomina
jamartiologa (transliterando la expresin griega jamarta, que signi-
fica pecado). Luego, la teologa sistemtica se ocupa de la persona
de Cristo, es decir, la cristologa, sus naturalezas, sus nombres y, por
supuesto, su obra. Esto ltimo, sirve de puente para el gran apartado
referido a la salvacin, es decir, la soteriologa. En las ltimas sec-
ciones de la sistemtica, nos encontramos con la eclesiologa y la es-
catologa, consagradas a la Iglesia y las cosas finales, respectivamente.
Este breve recorrido de la sistemtica, tal como ha sido concebida
clsicamente, no carece de flancos dbiles. Inclusive, no han faltado
quienes han criticado el planteamiento del tema teolgico a partir de
Dios. Esta crtica, que a primera vista pareciera injustificada, no es tan
as. Por supuesto, el tema central de la teologa es Dios. No cabe duda
de ello. Pero de lo que se trata es de saber si la primera pregunta que
naturalmente se hace el hombre es referida a un Ser superior o, ms
bien, es una pregunta sobre s mismo. Como bien seala Hans Kng:
2. Posibilidad de la teologa
Por ende, este autor sugiere los elementos esenciales para la elabo-
racin cientfica de la teologa:
13. RobertMcAfeeBrown, The Spirit of Protestantism, New York: Oxford University Press,
1961, p. 125.
14. Ibd. p. 126.
15. Estas ideas estn ms desarrolladas en Wolfhart Pannenberg, Teora de la Ciencia y
Teologa, trad. Eloy Rodrguez Navarro, Madrid: Libros Europa-Cristiandad, 1981, pp. 249-
257.
Captulo 1: Qu es la teologa? 35
4. La autoridad en teologa
19. Karl Barth, Ensayos Teolgicos, trad. Claudio Gancho, Barcelona: Herder, 1978, p. 178.
CAPTULO 2:
C M O SE HACE LA TEOLOGA?
Gustavo Gutirrez
Hay dos formas de encarar la vida, como hay dos formas de ha-
cer teologa. Unos encaran la vida como meros espectadores, no se
juegan, no apuestan a nada, no se arriesgan. Esa es la posicin de
quienes estn en el balcn, como espectadores de un partido de ft-
bol, criticando a quienes juegan, pero nunca animndose a entrar a
la cancha y jugar ellos mismos. Otros, encaran la vida con pasin,
participando, jugndose en cada accin.
El autor que mejor ha expresado estas dos alternativas es Juan
A. Mackay, que fuera un destacado telogo y educador presbiteriano
de origen escocs, pero enamorado de la cultura espaola. Radicado
en Per, realiz una notable labor teolgica y educativa y produjo
varios libros sobre teologa y misin de la Iglesia. En su Prefacio a la
teologa cristiana, Mackay plantea las dos formas de encarar la vida: el
balcn y el camino. Por supuesto, se trata de dos metforas que sea-
lan dos formas de vivir: como espectadores o como caminantes. Los
primeros son halconeros en el sentido de que pasan la vida mirando,
observando y teorizando. Los otros, son los que se juegan en la vida,
arriesgando, actuando con pasin y decisin. Como ilustraciones de
quienes contemplan la verdad desde el balcn, Mackay cita los casos
de Aristteles, Renn autor francs de una famosa Vida de Jess
y el filsofo alemn Georg Friedrich W. Hegel. Otros ejemplos de
la misma actitud, son los fariseos y los escribas que, segn aparecen
reflejados en los evangelios, fueron personas que teorizaban sobre la
Ley de Dios, desarrollando una amplsima codificacin de ella, pero
no la cumplan. En contraste con esa forma de encarar la vida, estn
quienes se juegan por un ideal, por un llamado o una vocacin. Como
arquetipo de este modelo, Mackay presenta el caso de S0ren Kierke-
gaard, el pensador dans, representativo de quien, al oponerse a la
postura meramente contemplativa de quienes viven en el balcn,
opta por dar el salto de la fe y de la decisin. Descartando la frmu-
la cartesiana del pienso, luego soy, Kierkegaard prefiere el lucho,
5. Wd.,p.69.
42 Para qu sirve la teologa?
6. Juan A. Mackay, Prefacio a la teologa cristiana, 3ra. edicin, trad. Gonzalo Bez-
Camargo, Mxico: Casa Unida de Publicaciones, 1984, p. 57.
Captulo 2: Cmo se hace la teologa? 43
TEOLOGA SISTEMTICA:
12. Manuel Garca Morente, Lecciones Preliminares de Filosofa, 24 a edicin, Buenos Aires:
Losada, 1982, pp. 108-109.
13. Hans Kng, Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo, p. 722. Este
notable telogo, silenciado por el Magisterio de la Iglesia a causa de su pensamiento crtico,
sostiene que el filsofo que ms ha influido para el descrdito ms o menos manifiesto de
esas pruebas ha sido Emanuel Kant. Vase Kant, op. cit., pp. 266-311. En lo personal, Kant
no dudaba de la existencia de Dios, pero hablaba de tres clases de fe, pragmtica, doctrinal
y moral. Sobre esta ltima deca: la fe en un Dios y en otro mundo est de tal forma unida
a mi disposicin moral, que no corro el riesgo de perder esta fe no creyendo poder ser
despojado jams de esta disposicin, ibd., p. 358.
Captulo 2: Cmo se hace la teologa? Al
14. Por ej. Luis Berkhof en su obra Teologa Sistemtica, trad. Felipe Delgado, Grand
Rapids: Libros Desafo, 1969, pp. 27-30 y J. Oliver Buswell Jr., Teologa Sistemtica l, Dios
y su revelacin, Miami: Logoi, 1979, pp. 55-83. Este ltimo autor reconoce, sin embargo,
que estos argumentos slo establecen una presuncin en favor de la fe en el Dios de la
Biblia. Nunca debemos sostener que estos argumentos estn en la misma categora que los
procesos matemticos. p. 82.
15. Existe una importante obra del telogo britnico Ernst Wright titulada precisamente
El Dios que acta, cuya traduccin y publicacin espaola fuera hecha por Fax de Madrid
(1974), en la que su autor, a propsito de la importancia de la teologa bblica, sostiene:
la teologa bblica, aunque no se trate de la dogmtica proposicional y sistemtica, es sin
embargo una entidad defendible en su gnero, la cual debera influir en el trabajo de los
telogos contemporneos ms profundamente de lo que hasta ahora lo viene haciendo. Es
una teologa de la narracin o proclamacin de las acciones de Dios, al mismo tiempo que
de las deducciones que de aqullas se sacan. (p. 6).
16. Justo L. Gonzlez, Itinerario de la Teologa Cristiana, p. 18.
48 Para qu sirve la teologa?
21. En este sentido, cabe citar a Walter Altmann que afirma: Lutero no slo enfatiz
el sentido literal de la Escritura y el principio de su auto-interpretacin, al tener la clara
'intuicin' de que la Escritura no puede ser aprisionada por mtodo alguno. Walter
Altmann, Confrontacin y Liberacin. Una perspectiva latinoamericana sobre Martn Lutero,
Conferencias Carnahan 1983, ISEDET, Vox Evangelii, 1987, p. 79.
22. Paul Tillich, Teologa Sistemtica, vol. 1, trad. Damin Snchez-Bustamante Pez,
Barcelona: Ediciones Ariel, 1972, p. 84.
23. Ibtd., p. 85. Analizando la teologa de Tillich, Douglas John Hall argumenta que
Tillich insiste que la teologa est inherentemente compelida hacia la totalidad, aunque
hay importantes medios de la propia correccin en la bsqueda de Tillich por la totalidad,
que evitan que el sistema llegue a ser cerrado y opresivo. Remembered Voices. Redaming the
legacy of Neo-Orthodoxy, Louisville: Westminster John Knox Press, 1998, p. 32. Uno de
los factores que sirvi de correctivo para su sistema, fue el acercamiento existencial, es
decir, la bsqueda de correlacin entre la situacin humana y la respuesta cristiana. El
propio Tillich, en respuesta a sus crticos, dijo en 1952: Aquellos de ustedes que son los
ms opuestos al sistema, muestren al menos paciencia si descubren incoherencias en mi
pensamiento. La manera de organizar un grupo de ideas coherentemente es ponerla en
forma sistemtica. Ibd., p. 37.
50 Para qu sirve la teologa?
24. Paul Tillich, Pensamiento Cristiano y Cultura en Occidente, vol. 1, trad. Mara Teresa La
Valle, Buenos Aires: La Aurora, 1976, pp. 179-180.
25. Jrgen Moltmann, Trinidad y Reino de Dios, trad. Manuel Olasagasti, Salamanca:
Sigeme, 1983, p. 9.
26. Ibd.
27. Ibd.,p. 10.
Captulo 2: Cmo se hace la teologa? 51
28. Clodovis Boff, Teora do Mtodo Teolgico, Petrpolis: Vozes, 1998, p. 269. A modo de
resumen de su argumento, Boff agrega: Teologizar es, pues, esencialmente articular: es
ligar un articulus con otro articulus, para construir un todo hermenutico. p. 270.
29. Juan A. Mackay, Realidad e idolatra en el Cristianismo contemporneo, Buenos Aires: La
Aurora, 1970, p. 34. En este contexto Mackay cita a Miguel de Unamuno: El alma que vive
de categoras se queda enana.
30. Ibd.,p. 37.
52 Para qu sirve la teologa?
Para que quede bien claro: es legtimo y hasta necesario que sis-
tematicemos nuestra fe, pero debemos ser conscientes de dos hechos:
las influencias filosficas, sociolgicas y culturales en tales sistemati-
zaciones y lo revisable de la tarea. De lo contrario, en una especie de
reductio ad absurdum diramos que la teologa sera un hecho acabado,
slo se tratara de adquirir y estudiar determinado tratado teolgico.
El problema estara, en tal caso, en establecer cul sera el tratado
teolgico definitivo e irrevisable. Como evanglicos, tenemos un pos-
tulado de fe bsico e insustituible: la Biblia como Palabra de Dios es la
nica autoridad en materia de fe y doctrina, por ende, toda reflexin
teolgica debe estar abierta a ser criticada por esa nica Palabra de
Dios. Una pregunta para pensar es sta: qu debemos hacer cuando
un texto bblico amenaza al sistema teolgico adoptado? Es obvio que
hay dos alternativas: cambiar el texto o cambiar el sistema. Cada uno
de nosotros tendr que hacer su propia opcin.
TEOLOGA BBLICA:
T E O L O G A SISTEMTICA
TEOLOGA BBLICA
EXGESIS D E L T E X T O
34. Geerhardus Vos, Biblical Theology, Od and New Testament, Londres: The Banner of the
Truth Trust, 1975, p. 5.
35. George E. Ladd, A Theology of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1974, p.
25.
54 Para qu sirve la teologa?
4. El cuerpo de la teologa.
36. C. Spicq, cit. por Rudolf Schnackenburg, La Teologa del Nuevo Testamento. Estado de la
cuestin, Bilbao: Descle de Brouwer, 1966, p. 15.
37. Seward Hiltner en Simposio de Psicologa Pastoral, Daniel Tinao (compilador), Buenos
Aires: La Aurora, 1976, p. 91.
7
El cuerpo de la teologa
La organizacin del conocimiento
y estudios teolgicos
38. Jos Mguez Bonino, La fe en busca de eficacia, Salamanca: Sigeme, 1977, p. 117.
Captulo 2: Cmo se hace la teologa? 57
6. La hermenutica.
CONTEXTO CONTEXTO
BBLICO ACTUAL
TEOLOGA
COMO RESPUESTA
39. Juan Alfaro, Revelacin Cristiana, Fe y Teologa, Salamanca: Sigeme, 1985, p. 149.
40. Paul Ricoeur, El lenguaje de la fe, trad. Mario Yutzis, Buenos Aires: La Aurora, 1978,
p. 34.
41. Ricoeur, op. cit, p. 42.
42. Ibd., p. 43. Para un anlisis del mtodo de Ricoeur en perspectiva latinoamericana
recomendamos Beatriz Melano Couch, Hermenutica metdica, Buenos Aires: Editorial
Docencia, 1983. Un estudio profundo del lenguaje y la lgica de la teologa se encuentra
en John Macquarrie, God-Talk, trad. Miguel Bermejo Garrido, Salamanca: Sigeme, 1976.
Captulo 2: Cmo se hace la teologa? 55
43. Evangelista Vilanova, Para comprenderla teologa, Estella: Editorial Verbo Divino, 1992,
p. 54.
44. Luis Alonso Schkel y Jos Mara Bravo, Apuntes de Hermenutica, Madrid: Editorial
Trotta, 1994, p. 33. Para profundizar sobre las relaciones entre hermenutica y teologa
vase Claude Geffre, El cristianismo ante el riesgo de la interpretacin, trad. J. Fernndez
Zulaica, Madrid: Cristiandad, 1984.
60 Para qu sirve la teologa?
48. Juan Luis Segundo, Liberacin de la teologa, Buenos Aires: Carlos Lohl, 1975, p. 12.
Segundo tambin admite la influencia de Bultmann en esta cuestin del crculo hermenutico:
se ha usado en un sentido estricto para designar el mtodo usado por Bultmann para la
interpretacin de la Escritura y, en particular, del Nuevo Testamento. Ibd. Algunos textos
clave de Bultmann es castellano son: Teologa del Nuevo Testamento, Salamanca: Sigeme,
1981 y Nuevo Testamento y mitologa, Buenos Aires: Almagesto, 1998. En esta ltima obra,
Bultmann suscribe al concepto de una cada total al punto de afirmar que la descripcin
que el existencialsmo hace del ser humano es correcta, aunque no tan radical como lo
hace el Nuevo Testamento y concluye: la nica actitud razonable que puede adoptar el
hombre aparte de Cristo es la desesperacin, desesperar de la posibilidad de lograr nunca el
autntico ser. Ibd., p. 49. Para un anlisis crtico del planteo hermenutico de Bultmann,
vase Ricoeur, Prefacio a Bultmann en El conflicto de las interpretaciones, Buenos Aires:
Fondo de Cultura Econmica, 2003, pp. 343-360. Para un anlisis del prejuicio como
precomprension y el crculo hermenutico en la teologa reformada vanse: Alberto F.
Roldan, La reivindicacin del prejuicio como precomprension en la teora hermenutica de
Gadamer, Primer Congreso Internacional de Filosofa Hermenutica, A cincuenta aos de
Verdad y Mtodo, Universidad del Norte Santo Toms de Aquino, San Miguel de Tucumn,
20-22 de mayo de 2010 (en prensa) y Alberto F. Roldan, El crculo hermenutico en las
teologas de Juan Calvino y Karl Barth, Buenos Aires, 2010 (en prensa).
49. Vase su Teologa dlo poltico, trad. Alfonso Ortz, Salamanca: Sigeme, 1978.
50. Clodovis Boff, Teora do Mtodo Teolgico. Verso didtica, Sao Paulo: Vozes, 1998,p.41.
62 Para qu sirve la teologa?
1. Sirve a la misin.
1. La misma pregunta que planteamos con referencia a la teologa, se formula tambin con
respecto a la filosofa. En efecto, al interrogante Para qu sirve la filosofa?, el profesor
Ricardo Etchegaray responde: Cuando esta pregunta se plantea a los filsofos, la respuesta
suele ser agresiva (incluso hay quien sostiene que debe ser agresiva), y suele tambin
evidenciar cierto desprecio hacia el que la pregunta. Filosofa, teora/praxis y Trabajo Social,
La Plata: Ediciones Al Margen, 1996, p. 29. Luego, Etchegaray hace referencia a Heidegger,
quien cuenta cierta ancdota de Platn, a partir de la cual, con fina irona, establece un
paralelo entre quienes pasan la vida sirviendo a otros (las criadas) y el saber utilitario,
que no tiene valor en s mismo, sino slo cuando sirve a otros fines... p. 29. Finalmente,
Etchegaray cita a Max Horkheimer: la funcin de la filosofa es la crtica [...] por 'crtica'
hay que entender el esfuerzo intelectual, y en definitiva prctico, de no aceptar sin reflexin
y por simple hbito las ideas, los modos de actuar y las relaciones sociales dominantes...
Ibd. Pensamos que, mutatts mutandi, esta perspectiva es aplicable al modo de hacer teologa
hoy, como esperamos quedar mejor expuesto en los captulos 6 y 7 de la presente obra.
2. Slo por citar algunas obras latinoamericanas, vase C. Rene Padilla, Misin Integral,
Buenos Aires: Nueva Creacin, 1986; Samuel Escobar, et al., Historia y Misin, Lima:
Presencia, 1994; C. Rene Padilla (editor), Bases bblicas de la misin, Buenos Aires: Nueva
Creacin, 1998 y los documentos finales de los Clade II y III.
3. John R. W. Stott y Basil Meeking, Dilogos sobre la misin, trad. C. Rene Padilla, Buenos
Aires: Nueva Creacin, 1998, p. 28.
Captulo 3: Qu servicio presta la teologa? 65
5. Charles H. Spurgeon, Un ministerio ideal, Londres: The Banner of Truth Trust, 1964,
p. 63.
Captulo 3: Qu servicio presta la teologa? 67
2. Sirve a la apologtica.
8. Jos Mguez Bonino, Rostros del protestantismo latinoamericano, Buenos Aires: Isedet/
Nueva Creacin, 1995, p. 109.
9. F. F. Bruce, La defensa apostlica del Evangelio, trad. Daniel Hall, Buenos Aires: Certeza,
1961, p. 15.
70 Para qu sirve la teologa?
10. Paul Tillich, Teologa Sistemtica, vol. I, trad. Damin Snchez-Bustamante Pez,
Barcelona: Libros del Nopal, 1972, p. 18.
11. Ibd., p. 20.
12. Ibd., p. 21.
13. David Jenkins, Guapara el debate sobre Dios, trad. Ignacio Aizpura, Madrid: Ediciones
Marova, 1966, p. 115.
14. Ibd.,w- 115-116.
Captulo 3: Qu servicio presta la teologa? 71
3. Sirve a la pastoral.
15. Para una breve biografa de Tillich y su obra teolgica, vase Alfonso Garrido Sanz,
La Iglesia en el pensamiento de Paul Tillich, Salamanca: Sigeme, 1979, pp. 15-51.
72 Para qu sirve la teologa?
16. Anders Ruuth, Hacia una teologa de la predicacin en Emilio Castro, compilador,
Pastores del pueblo de Dios en Amrica Latina, Buenos Aires: La Aurora, 1973.
Captulo 3: Qu servicio presta la teologa? 73
Karl Barth, un gran telogo de nuestro siglo que nunca dej de ser
pastor:
. 4. Sirve a la tica.
17. Karl Barth, Introduccin a la teologa evanglica, trad. Elizabeth Linderberg de Delmonte,
Buenos Aires: La Aurora, 1986, p. 63.
18. Md., p. 129.
19. Paul Tillich, Moralidad y algo ms, trad. Marcelo Prez Rivas, Buenos Aires: La
Aurora, 1974, p. 5. Tillich argumenta que el estudio de la tica se hace aparte, debido a la
gran cantidad de material que abarca.
20. Vase mi obra La tica cristiana en un mundo en cambio, Buenos Aires: FIET, 1997, pp.
25-28 y 69-131.
74 Para qu sirve la teologa?
lgico, constituyen los pilares teolgicos sobre los que se erige nues-
tra tica cristiana. Ellos son determinantes para tener una concepcin
coherente y comprehensiva del mandamiento de Dios.
Entendemos que la tica es un terreno donde no hay respuestas
fciles. Pero la teologa es la nica herramienta que nos puede pro-
veer respuestas, aun en el caso de que fueran provisorias. Y esto es
algo ineludible porque, como afirma Rene Padilla,
5. Sirve a la teologa.
21. C. Rene Padilla, prlogo a Justo L. Gonzlez, Jesucristo es el Seor, San Jos, Costa
Rica: Caribe, 1971, p. 10.
22. Gustavo Gutirrez, Teologa de la liberacin. Perspectivas, 4a edicin, 1973, p. 34.
Captulo 3: Qu servicio presta la teologa? 75
Juan Calvino
1. La era apostlica.
3. Reinhold Seeberg, Manual de Historia de las Doctrinas, tomo I, trad. Jos Mguez Bonino,
El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1967, pp. 55-56.
4. Sobre las distintas hermenuticas utilizadas por los apstoles, vase Richard
Longenecker, Biblical Exgesis in the Apostolic Period, Gran Rapids: Eerdmans, 1975, y mi
trabajo La unidad del pueblo de Dios segn pasajes seleccionados de los escritos paulinos, tesis de
Master en Teologa, Buenos Aires: Seminario Internacional Teolgico Bautista, 1984.
5. Vanse, p. ej. Romanos 1:17; 9:33; 10:11; 1 Pedro 2:6.
6. Romanos 15.4.
7. 1 Corintios 10:11.
Captulo 4: Cmo se desarroll la autoridad en la teologa? 79
2. La era post-apostlica.
8. G. W. Bromiley, The New Bible Commentary, art. The authority of Scripture, Londres:
nter-Varsity Press, 1958, p. 15.
9. En esta perspectiva, Norbert Brox fija su posicin: La frmula 'dice la Escritura' se
refiere nicamente a esta cita del Deuteronomio, y no a las palabras de Jess (Le. 10:7)
recordadas a continuacin para reforzar el argumento, porque el designar tales palabras
como afirmacin de la Escritura llevara a suponer que en la Iglesia se conoca ya una
'Sagrada Escritura' cristiana, distinta del Antiguo Testamento (en este caso el Evangelio
de Lucas o alguna coleccin de discursos de Jess), suposicin que entre fines del siglo i y
principio del n, poca de las cartas pastorales, sera un anacronismo. Palabra de la Escritura
es para el autor solamente el texto de Deuteronomio 25:4, al cual se aade sin embargo un
dicho que, segn Lucas 10:7, Jess emple tambin en el mismo sentido. Norbert Brox,
Carta a los Tesalonicenses, trad. Florencio Galndo, Barcelona: Herder, 1974, p. 570.
80 Para qu sirve la teologa?
10. R. A. Finlayson, La Historia de la Teologa, trad. Pablo Deiros, Buenos Aires: SITB, para
uso de la ctedra Historia de las Doctrinas, p. 23.
11. Seeberg, op. cit., p. 92.
12. R. R. Williams, op. cit, pp. 39-40.
13. Cit. por Seeberg, op. cit., p. 142.
14. Cf. Justo L. Gonzlez, Historia del Pensamiento Cristiano, I, Buenos Aires: Methopress,
1965, pp. 215 y 230.
Captulo 4: Cmo se desarroll la autoridad en la teologa? 81
3. La Edad Media.
4. La Reforma.
probar a la existencia de Dios. Su exposicin nada tiene que ver con filosofa o con teologa,
en cuanto ciencia argumentativa. No veo el Proslogion como una argumentacin separada
de la fe de la Iglesia, como argumentacin tomada de algn otro lugar que no sea del mbito
de la fe. Su argumento viene de la fe y est basado en la fe. En este sentido, su prueba no
es ontolgica. Sigo aqu la proposicin de Karl Barth, Ibd., p. 70.
22. Cit. por Conrad Pepler, Corrientes de Interpretacin de la Biblia, trad. Rosa Ruiz de la
Pea de Villagrn, Mxico: Casa Unida de Publicaciones, 1951, p. 61.
23. Ibd., p. 62.
24. Ibd., pp. 62-63.
25. Wicksteed, Reactions between Dogma andPhosophy, cit. por Pepler, op. cit., pp. 61-62.
Finlayson sostiene que a fines del Medioevo, hay una creciente tendencia hacia la autoridad
de los Credos, y se sealaba que la Iglesia compil el canon bblico. Muy pronto la Iglesia,
representada por sus oficiales, lleg a ser ms y ms, no slo la custodia de la verdad sino el
nico juez de lo que era la verdad cristiana, op. cit., p. 24.
26. Albert Peel t al., Corrientes de Interpretacin de la Biblia, p. 74.
84 Para qu sirve la teologa?
31. Ibd.,p.924.
32. Ibd., p. 925.
33. Ibd., p. 916.
34. Calvino, op. cit., Tomo I, p. 31.
35. Ibd.,p. 34.
36. Ibd.
86 Para qu sirve la teologa?
5. El liberalismo
la religin' que esa experiencia es vlida. Las dos palabras que emplea son anschauung
(contemplacin) y geljhl (sentimiento, algo que se siente). Son la faz objetiva se
'contempla' lo divino, y una subjetiva, se 'apropia' en la sensibilidad eso que se contempla.
Recin luego se traducir en pensamiento. En su libro de Sistemtica, ese inters en
mantener la realidad de 'lo divino' es muy marcada. Con todo, es cierto que l inaugura
una lnea teolgica que va a privilegiar la subjetividad no siempre individualista. Barth
(que es muy crtico), dice que el pensamiento de Schleiermacher no es un crculo sino una
elipse, uno de cuyos focos es Dios y el otro el creyente (el que contempla y siente). Pero que
hay un peligro que ambos focos se vayan acercando tanto que termina siendo un crculo,
en el que el creyente ha 'absorbido' el foco objetivo. Barth cree que Schleiermacher trata de
mantener 'la elipse' pero que se acerca peligrosamente a ese crculo. En otros trminos, creo
que es legtimo criticar a Schleiermacher por ese 'subjetivismo' de la experiencia. Pero si lo
miramos con cuidado, ms subjetivista e individualista ha sido mucha piedad evanglica,
llena de 'yo', 'a m', 'mo'. Jos Mguez Bonino, notas crticas al presente libro, Ramos
Meja, 27 de abril de 1999. Un profundo anlisis de la teologa de Schleiermacher puede
encontrarse en Lus H. Dreher, O Mtodo Teolgico deFriedrich Schleiermacher, Sao Leopoldo:
Sinodal, 1995. Dreher destaca el trasfondo pietista de Schleiermacher cuando dice: As, la
revelacin entendida como percepcin de lo divino o como comunicacin sobre lo divino
solamente es significativa si y cuando se relaciona con la constitucin espiritual del ser
humano, en este caso especfico, con la piedad, p. 51.
41. Op. cit., pp. 184-5. Esta apreciacin de Schleiermacher es juzgada por Mackintosh
como uno de los defectos ms serios en su discusin sobre el cristianismo, Ibd, p. 71.
42. Op. cit., p. 21. Sobre el fracaso del liberalismo para interpretar la Biblia, vase el trabajo
de T. W. Manson en Corrientes de Interpretacin de la Biblia, pp. 116ss.
43. C. H. Dodd, The Authority of the Bible, New York: Harper & Row, 1962, p. 25. All
mismo, el autor ofrece algunos ejemplos en su intento por demostrar que los autores
veterotestamentarios incurrieron en errores.
88 Para qu sirve la teologa?
6. La Neo-ortodoxia
7. Fundamentalismo y Neo-evangelicalismo
50. Ibd.
51. El comienzo del fundamentalismo se remonta a 1910 con la publicacin de The
Fundamentis, obra en la que varios autores se refieren a las doctrinas bsicas tales como
la autoridad de la Biblia, el nacimiento virginal de Jesucristo, su resurreccin, etc. En
opinin de Mguez Bonino, el fundamentalismo no fue solamente la crtica de la teologa
liberal (en realidad, mayormente de la crtica bblica) sino tambin, y en muchos casos
muy especialmente, de los desarrollos cientficos que parecan atacar la totalidad de la fe
cristiana, cosas como la teora de la evolucin y la negacin de la creacin. Si la Biblia no
era 'infalible', cuando habla de esas cosas, entonces la negacin por parte de la ciencia le
quita toda base a la fe. Para el fundamentalista, lo grave es que la teologa liberal deja a la
Biblia inerme ante el ataque de la ciencia y as destruye el fundamento mismo de la fe. Jos
Mguez Bonino, Notas crticas al presente libro, Ramos Meja, 27 de abril de 1999.
52. Surge en Estados Unidos en 1948. Vase Harvie M. Conn, Teologa Contempornea en
el Mundo, trad. Jos Ma Blanch, Grand Rapids: Subcomisin de Literatura Cristiana de la
Iglesia Cristiana Reformada, s/f, pp. 133ss.
90 Para qu sirve la teologa?
i
CAPTULO 5:
Q U CAMINOS HA RECORRIDO
LA TEOLOGA EN
AMRICA LATINA?
Leonardo Boff
[...] la iglesia cristiana tiene una larga deuda con Amrica La-
tina: cuatro siglos y medio de Catolicismo Romano y uno de
7. Juan Luis Segundo, De la sociedad a la teologa, Buenos Aires: Ed. Carlos Lohl, 1970,
p. 11.
8. Ibd., p. 12.
9. Ibd., p. 17.
10. Ibd., p. 18. All mismo, en nota al pie, el autor cita a Ch. Davis quien sostiene: La
teologa en la edad patrstica fue predominantemente una teologa episcopal. Los lderes
teolgicos, como Atanasio, Basilio, Agustn, fueron obispos. Y aun las obras teolgicas
que no tuvieron a obispos por autores estn profundamente marcadas por el sello de la
preocupacin pastoral. Ch. Davis, The Downside Review, Octubre de 1963, pp. 307-316.
98 Para qu sirve la teologa?
4. Desde y en el fundamentalismo
11. Ral Caballero Yoccou, pocas Cruciales en la extensin del evangelio, Buenos Aires:
Lecsa, 1966, p.249. En mi investigacin Comprensin de la realidad social en el discurso teolgico
de los Hermanos Libres en la Argentina (1882-1955), tesis de doctorado en teologa, Buenos
Aires: Isedet, 1996, en el Excursus 1, me refiero ms ampliamente al pensamiento teolgico
de Caballero Yoccou.
100 Para qu sirve la teologa?
12. Manuel Gutirrez Marn, prlogo a Karl Barth, Bosquejo de Dogmtica, Buenos Aires:
La Aurora, 1954, p. 6.
13. Juan A. Mackay, Prefacio a la Teologa Cristiana, trad. G. Bez Camargo, Mxico: CUP
y La Aurora, 1945, p. 21.
14. Ibid.,pp. 29-30.
Captulo 5: Qu caminos ha recorrido la teologa en Amrica Latina? 101
15. H. Richard Niebuhr, The Kingdom of God in America, Hamden, Connecticut, 1956, p.
193.
16. Ibd.,p. 32.
102 Para qu sirve la teologa?
Barth destacando la forma en que el Dr. Barth vea la Biblia y nos enseaba a leerla.
Sobre la tarda influencia de Barth en la formacin teolgica de los lderes protestantes de
Brasil, Rubem Alves dice en tono crtico no carente de irona: En verdad, los protestantes
brasileos siempre tuvieron una seria sospecha de los europeos. Iglesias fras, sin celo
misionero y, sobre todo, mundanas, ya que sus creyentes fuman, beben y hasta danzan.
Con excepcin de algunos individuos aislados, que lean por cuenta propia, y pagaban caro
por eso, nada se saba, por ejemplo, de Barth, Brunner y Bultmann, hasta la dcada de los
50. No me estoy refiriendo al conocimiento de los laicos. Me refiero a los seminarios, que
preferan una teologa metafsica que iniciaba sus textos con las pruebas de la existencia de
Dios. Kant todava no haba nacido... Teologa, a su vez, que no tena ninguna relacin con
la vida de las congregaciones. Rubem Alves, As idias teolgicas eos seus caminhos pelos
sulcos institucionais do Protestantismo Brasileiro, en Historia da Teologa na Amrica Latina,
2da. Edicao, Sao Paulo: Paulinas, 1985, p. 135.
21. Op. cit, pp. 33-35.
22. Una segunda versin al espaol sera publicada en 1976 en Barcelona por editorial
Fontanela.
23. Emilio Castro, prlogo a Karl Barth, Comunidad civil y comunidad cristiana, trad. del
francs por Elizabeth Lindemberg de Delmonte, Montevideo: Ed. Tauro, 1967, p. 9. Del
mismo Emilio Castro se publicaba en Cuadernos Teolgicos, del ao 1956, el artculo La
situacin teolgica de Latinoamrica y la teologa de Karl Barth, traduccin de un artculo
aparecido en Festschrift, en ocasin del setenta aniversario del telogo suizo.
104 Para qu sirve la teologa?
sumimos: a) Barth nos dice que el quehacer social del cristiano debe
tender a asegurar el escenario en el cual la palabra de Dios pueda ser
escuchada con libertad y respondida con responsabilidad; b) la pre-
ocupacin cristiana en la lucha social debe ser preocupacin por el
hombre ms que por las instituciones, y c) toda situacin social debe
ser interrogada desde el reino de Dios. Y agrega Castro el siguiente
comentario:
a favor de los pobres, podemos citar lo siguiente: no hay ningn pasaje de la Biblia, en que
sean proclamados los derechos de los ricos. No hay ningn pasaje en que Dios aparezca
como el seor y salvador de los ricos y de su riqueza, donde los pobres sean exhortados
a preservar la riqueza de los ricos y permanezcan pobres ellos mismos, simplemente por
causa de los ricos. Inversamente, hay muchos pasajes de la Biblia, en que son proclamados
los derechos de los pobres, donde el propio Dios declara ser el guardin y el vengador de
esos derechos, donde se exige a los ricos que no olviden los derechos de los pobres [...] Por
lo tanto, la Biblia est al lado de los pobres, los despojados y los destituidos. Aquel a quien
la Biblia llama Dios, toma partido en favor de los pobres. Por eso la actitud cristiana en
relacin con la pobreza slo puede consistir en una adhesin correspondiente. Karl Barth,
Pobreza, artculo publicado por primera vez en Atlantis, diciembre de 1949, citado aqu
de Karl Barth. Ddiva e Louvor. Artigos selecionados, 2da. Edicin, trad. Walter O. Shlupp, Lus
Marcos Sander y Walter Altmann, Sao Leopoldo: Sinodal, 1996, p. 352. De paso, notemos
que esta perspectiva de Barth est en las antpodas de lo que hoy se conoce como teologa
de la prosperidad, de la que nos ocuparemos en el captulo 7.
Captulo 5: Qu caminos ha recorrido la teologa en Amrica Latina? 107
35. En una reciente investigacin sobre las industrias culturales en Amrica Latina,
se critica la tendencia de identificar a la globalizacin con el proceso de globalizacin
econmica, olvidando las dimensiones poltica, ecolgica, cultural y social. [...] Bajo un
enfoque monocausal, lineal y economicista, va reduciendo la multidimensionalidad de la
globalizacin a la dimensin econmica y subordina a esta las otras dimensiones. Carlos
Juan Moneta, Identidades polticas culturales en procesos de globalizacin e integracin
regional, en Nstor Garca Canclini y Carlos Moneta (coordinadores), Las industrias
culturales en la integracin latinoamericana, Buenos Aires: Eudeba, 1999, p. 19. Creemos que
precisamente el aspecto de la globalizacin cultural se relaciona de algn modo con la crisis
que enfrenta la teologa latinoamericana hoy, en busca de paradigmas que, al mismo tiempo
que reconocen la heterogeneidad de la cultura latinoamericana, encuentren un terreno
comn u homogneo.
36. En la segunda de esas obras, Paulo F. Carneiro de Andrade admite que El proceso
de transformacin de los aos 80-90 y la crisis de la modernidad forman un contexto
108 Para qu sirve la teologa?
Dietrich Bonhoeffer, a 50 aos de su ejecucin por el Tercer Reich, Ctedras Carnahan 1995,
Buenos Aires: Isedet, 1998, p. 7.
48. En una primera etapa de la Fraternidad, Wagner particip como miembro y, segn
informacin de fuentes irreprochables, habra sugerido que la FTL adoptara cierta
declaracin de fe redactada en ingls, a lo cual los lderes se opusieron, por entender que en
todo caso, su formulacin deba hacerse en el seno mismo del movimiento.
49. Juan Luis Segundo, Liberacin de la teologa, Buenos Aires: Carlos Lohl, 1975, p.
152. Algunas de las incoherencias o imprecisiones de Wagner que ponen de manifiesto esa
ingenuidad de que habla Segundo, son las siguientes: En el captulo 2 de su obra, Wagner
dice resueltamente: ninguno que lea los escritos de la nueva izquierda radical, menos
an aquel que conozca personalmente a sus representantes, puede dudar la [sic] profunda
motivacin, la sinceridad de propsitos, la consagracin a elevados ideales, la aptitud para
el anlisis intelectual de aquellos que se han puesto de esa parte. Su interpretacin respecto
de la relacin de la iglesia con la revolucin social latinoamericana nace en primer lugar de
sus convicciones religiosas. Estn firmemente convencidos que [sic] estn empeados en los
negocios de su Padre. Realizan una intensa bsqueda de lo que consideran ser la voluntad
de Dios para s mismos, para su iglesia y para su pas. Teologa Latinoamericana. Izquierdista
o evanglica?, Miami: Editorial Vida, 1969, p. 27. Luego, a modo de contundente resumen
caracterolgico, dice Wagner: la integridad, la sinceridad y devocin de estos hombres es
irreprochables, p. 28. Tan elocuente panegrico no se corresponde con lo que expresa en
la seccin que Wagner titula con cierta reminiscencia kierkegaardiana: ISAL: temor y
temblor, donde el autor elabora una hiptesis sobre la razn por la cual la mayora del
protestantismo latinoamericano es remisa a unirse a ese movimiento. Dice Wagner: estn
en desacuerdo con esa arrogancia espiritual que identifica a una teora poltica particular
(en este caso una revolucin de aspecto marxoide) con la voluntad de Dios, y con la accin
social que a veces va tan lejos que substituye la salvacin de individuos por la salvacin
de la sociedad. Ambas metas son buenas, pero si las prioridades se intercambian, pueden
fcilmente llegar a ser malas. Ibd., p. 44. Surgen preguntas: si esos pensadores cristianos
tienen tan profundas convicciones religiosas y estn firmemente convencidos en buscar la
voluntad de Dios, Cmo pueden sufrir un despiste tan grande como el que seala Wagner?
Por otra parte, el desacuerdo por la llamada arrogancia espiritual de ellos, no coincide con
la anterior descripcin y, adems, por lo que luego dice Wagner. En todo caso se tratara
ms bien de una arrogancia intelectual ya que el significativo parntesis del autor en
referencia irnica al marxismo, implica una crtica a lo ideolgico ms que a lo espiritual.
Finalmente, en un cuestionamiento que no se llega a entender, luego de citar a Mguez
Bonino y su nfasis para participar en la obra de Cristo entendida como paz, orden, justicia
y libertad, dice Wagner: esta referencia al trabajo de Cristo en el mundo es quiz una de
las desviaciones ms serias de Mguez Bonino de la enseanza bblica. Uno busca en vano
en las Sagradas Escrituras un mandamiento que le dijera a los cristianos que fueran por el
mundo con esta clase de misin. El postular que Cristo trabaja con ahnco en el mundo para
producir justicia social y paz mundial es complicar el problema del mal. Ibd., p. 41. No es
Captulo 5: Qu caminos ha recorrido la teologa en Amrica Latina? 113
este el lugar para demostrar lo contrario baste una recorrida por el testimonio proftico
y aun del Nuevo Testamento, para demostrar las dimensiones sociales del Reino de Dios
pero lo que resulta un enigma es entender cmo es posible que este postulado termine por
complicar el problema del mal. Teniendo en cuenta estas interpretaciones superficiales, tal
vez resulte ms fcil entender aunque no compartir lo que Wagner dice de Mguez
Bonino: si se pudiese corroborar nuestra tesis de que la teologa latinoamericana se
est polarizando, Mguez Bonino podra encontrarse en un lugar intermedio, bastante
despoblado. Cuando Mguez Bonino dice, 'aborrezco estas etiquetas teolgicas' quiz se
est forjando ilusiones idlicas. Ibd., p. 38.
50. Pensamiento Cristiano, N 50, junio de 1966, p. 93, nfasis original. All mismo, Escobar
aade que no es esta la oportunidad para mostrar la crtica evanglica de la neo-ortodoxia,
pero hemos sealado lo anterior a fin de completar el cuadro que estamos presentando.
Invita a leer los artculos de Stam y Jewett que ya hemos comentado en el presente trabajo.
51. Ibd., p. 93.
114 Para qu sirve la teologa?
57. Mguez Bonino, Rostros, p. 56. Para estudiar todas las ponencias y presentaciones del
Clade III, vase el documento final: Clade III, Tercer Congreso Latinoamericano de Evangelizaran,
Todo el Evangelio para todos los pueblos desde Amrica Latina, FTL: Buenos Aires, 1993.
Captulo 5: Qu caminos ha recorrido la teologa en Amrica Latina? 117
Hans Kng
1. A qu se llama posmodernidad?
1. Richard Rorty, Essays on Heidegger and Others, Phosophical Papers, vol. 2, Cambridge
University Press, 1991, pp. 1-2 cit. por Juan Martn Velasco, Ser cristiano en una cultura
posmodema, Madrid: PPC, 1996, p. 9. Para un estudio del fenmeno de la posmodernidad
vase: Alain Touraine, Critica de la Modernidad, trad. Alberto Luis Bixio, Buenos Aires:
Fondo de Cultura Econmica, 1994; Nicols Casullo, compilador, El debate modernidad-
posmodernidad , 3a Edicin, Buenos Aires: Puntosur, 1991; Gianni Vattimo, El fin de la
modernidad, trad. Alberto Luis Bixio, Barcelona: Planeta-Agostini, 1994; Gianni Vattimo,
Creer que se cree, trad. Carmen Revilla, Buenos Aires: Paids, 1996. Para un anlisis crtico
desde la perspectiva cristiana recomendamos: Jos Mara Mardones, Posmodernidad y
cristianismo. El desafio del fragmento, Santander: Sal Terrae, 1988 y Hans Kng, Teologa para
la posmodernidad, trad. Gilberto Canal Marcos, Madrid: Alianza Editorial, 1989.
2. G. Vattimo, El fin de la modernidad, p. 10. Uno de los pensadores que ha analizado con
profundidad el tema de la posmodernidad es el francs Jean-Francois Lyotard. Considerado
como filsofo eclctico, Lyotard dice que la palabra posmodernidad: Designa el estado
de la cultura despus de las transformaciones que afectaran las reglas de juego de la ciencia,
la literatura y las artes a partir del final del siglo xix. A Condico Ps-Moderna, 5ta. Edicin,
trad. Ricardo Correa Barbosa, Ro de Janeiro, Jos Olympio Editora, Introduccin, 1997,
p. xv. Luego, Lyotard arriesga una sntesis: Simplicando al extremo, se considera 'pos-
moderna' la incredulidad con relacin a los metarrelatos. Es, sin duda, un efecto del
progreso de las ciencias..., p. xvi.
Captulo 6: Cmo desafia la posmodernidad a la teologa? 121
6. Jos Mguez Bonino, El futuro del Protestantismo en Amrica Latina. Mesa Redonda,
Boletn Teolgico, N 42/43, setiembre de 1991, p. 156. nfasis original.
Captulo 6: Cmo desafia la posmodernidad a la teologa? 125
7. Hans Kng, Teologa para la posmodernidad, trad. Gilberto Canal Marcos, Madrid:
Alianza Editorial, 1989, p. 162. Ms adelante, este autor seala el talante y el estilo de una
teologa ecumnica, indicando como paradigma posmoderno que sea veraz, libre y crtica.
8. Jos Mguez Bonino, Universalidad y contextualidad en teologa, en Cuadernos de
Teologa, vol. XVI, N 1 y 2, Buenos Aires: Isedet, 1997, p. 89. nfasis original.
126 Para qu sirve la teologa?
Con esa misma tendencia, han actuado tambin, por ejemplo desde
Europa y los Estados Unidos, quienes han menospreciado las teolo-
gas forjadas en el Tercer Mundo, juzgndolas de poco acadmicas o
carentes de rigor en su estructuracin. Este fenmeno lo hemos visto
hasta la saciedad a partir del boom de las teologas latinoamericanas
en las dcadas de 1970 y 1980, en quienes ni siquiera admitan la
existencia de teologa latinoamericana mientras se pasaron la vida
hablando de teologa europea, teologa alemana y teologa norte-
americana. Mguez Bonino advierte: Pero 'los derrotados' no aban-
donan sus Cristos, sus rostros se muestran en las 'sectas' de los pobres
y marginales a lo largo de la historia de la iglesia.9 Pero la otra tenta-
cin no es menos grave que la primera. Consiste en relativizarlo todo,
negando todo mnimo comn denominador en la teologa cristiana.
Mguez Bonino critica el fenmeno al describirlo de la siguiente ma-
nera:
4. Diversas reacciones
27. A modo de ilustracin, cabe recordar los discursos tericos que se elaboraron en
ocasin de la proliferacin de las famosas cadas en estado de trance durante los cultos.
No estamos aqu haciendo un juicio de valor sobre esas experiencias que, por otra parte,
no son tan nuevas sino que aun en el ministerio de hombres como Juan Wesley y Charles
Finney tambin se verificaron. Lo que estamos sealando es que pastores defensores de esas
experiencias buscaban cmo explicarlas y avalarlas desde un marco terico determinado, de
manera que la experiencia se transformaba en explicacin.
28. El autor utiliza el adjetivo comparativo fkpatTEpov que procede de (3(3aios, que
significa firme, confiado, verificado (vase su uso en 2 P. 1:10). La idea, entonces, es
que ahora la palabra proftica se ha hecho ms firme o ha sido confirmada. As coinciden
otras traducciones: y as se nos hace ms firme la palabra de los profetas (Biblia de
Jerusaln); Con ello se nos confirma el mensaje proftico (Biblia del Peregrino).
134 Para qu sirve la teologa?
Se necesita una cuchara muy larga si hay que comer al lado del
demonio de la duda, si no se dispone de ella, uno puede aca-
bar convirtindose en el postre. O para emplear una metfora
diferente, el primer paso de este proceso negociador conduce
a una pendiente resbaladiza en cuya base se encuentran los
restos pulverizados de la fe.30
Ediciones Temas de Hoy, 1997, Gianni Vattimo, Creer que se cree y Peter Berger, Una gloria
lejana. La bsqueda de la fe en poca de credulidad.
32. Hans Kng, Teologa para la posmodernidad, p. 137.
CAPTULO 7:
TEOLOGAS POSMODERNAS?
2. Orgenes
1. Leonildo Silveira Campos, Teatro, Templo e Mercado, 2da. Edicin, Petrpolis: Vozes,
1999, p. 365. Vase el cuadro histrico completo de los orgenes de la teologa de la
prosperidad, en ibd., p. 364.
Captulo 7:Teologasposmodernas? 139
3. Neopentecostalismo y posmodernidad
2. Ibid., p. 365. Confesin positiva, se refiere a una palabra de fe que debe ser repetida
continuamente, sin duda alguna, a despecho de cualquier evidencia en contra. Representara
una especie de mentalizacin.
3. Tambin es designado como pentecostalismo de cura divina y pentecostalismo
autnomo, para distinguirlo del histrico.
4. Antonio Gouva Mendonca, Protestantes, Pentecostais & Ecumnicos. O Campo religioso e
seus personagens, Sao Bernardo do Campo, Umesp, 1997, p. 165.
5. Ibd.,p. 161.
140 Para qu sirve la teologa?
6. Martn Ocaa Flores, Teologa de la prosperidad: El sendero del xito para los
excluidos?, en revista Signos de Vida, Quito, marzo de 1999, p. 3.
7. Op. cit., p. 46. nfasis original. Ocaa Flores coincide con esta identificacin
o correspondencia entre posmodernidad y neopentecostalismo cuando afirma: El
neopentecostalismo es, fundamentalmente, una expresin religiosa que articula un
pensamiento y una prctica que se adaptan a las demandas de la sociedad posmoderna. Por
eso la religin que ha de permanecer vigente en el siglo xxi es de corte individualista, alejada
de cualquier referencia a la dimensin estructural o el cambio social. Una religin que
fomenta los valores de la competencia, la prosperidad material y la dimensin ultramundana
del Evangelio. Art. cit., p. 5.
Captulo 7: Teologas posmodernas? 141
4. Mecanismos de legitimacin
Dios es rico, aleluya! Somos hijos de Dios, por lo tanto, somos hijos
del Rey y destinados a ser prncipes en la Tierra. Basta ya de la idea
de que 'la enfermedad glorifica al Seor', la enfermedad es del diablo
y por lo tanto, debes rechazarla, debes declararte libre ya, ahora mis-
mo. La pobreza no es voluntad de Dios, basta de santificarla. La
pobreza es castigo de Dios, rechzala en su nombre. A veces, estos
slogans adquieren una argumentacin un poco ms elaborada, como
la siguiente:
18. Ibd., p. 366. Esta tendencia comercial de la religin es descrita por Ricardo Gondim
como una actitud de rendicin total [que] vende la fe barata. Y peor, la clientela determina
el precio. Cuanto ms gente est disputando por los mismos clientes, menos exigentes se
tornan los sermones. En las vidrieras de las liquidaciones se ofrecen productos religiosos a
un costo cada vez ms bajo. Lo importante es mantener la casa llena. Fim de Milenio: Os
Perigos e desafios daps-Modernidade na Igreja, Sao Paulo: Abba Press, 1996, pp. 69-70.
19. Ocaa Flores, art. cit., p. 4.
Captulo 7:Teologasposmodernas? 147
20. Rolando Muoz, ODeus dos Cristos, trad. Jaime A. Ciasen, Petrpolis: Vozes, 1986, p.
202. Muoz cita los siguientes pasajes del Evangelio que muestran el carcter del Dios del
Reino y su posicionamiento a favor de los pobres: Lucas 1:6-55; 67-79; 4:14-21.
21. Jrgen Moltmann, O Caminho de Jess Cristo, trad. Ilson Kayser, Petrpolis: Vozes,
1993, p. 144. Desde un anlisis semitico, es posible advertir en la cristologa de la
prosperidad, un mecanismo que recibe el nombre de inversin. Ha sido sistematizado
por el checo Ivan Bystrina en su Teora Sinttica de la Cultura y, aplicada al caso que nos
ocupa, implica la siguiente descripcin: La pobreza de Jess, en la esfera de la Teologa
de la Prosperidad, valorada negativamente, se transforma en polo positivo en la medida en
que es interpretada como el sacrificio en favor de los hombres. La inversin semitica es la
nica alternativa que encuentra la Teologa de la Prosperidad como medio para justificar
el enriquecimiento material del creyente como parte de un plan divino de redencin.
Alberto Carlos Klein, Culto e Mdia. Os cdigos do espetculo religioso: Um estudo de caso da Igreja
Renascer em Cristo, tesis de maestra en Comunicacin y semitica, Sao Paulo: Pontificia
Universidade Catlica, 1999, p. 121.
22. Ibd.,p. 146.
148 Para qu sirve la teologa?
El texto, tambin muestra que aunque Cristo era rico, por amor
se hizo pobre, lo cual implica un modelo de desprendimiento a favor
de los dems y no de acumulacin desmedida de riquezas. Y, en ter-
cer lugar, sera importante establecer de qu riqueza est hablando
Pablo aqu, porque evidentemente si en la expresin fusemos enri-
quecidos hay que pensar especial o nicamente en lo econmico, el
mismo Pablo no ha sido precisamente un ejemplo de prosperidad
como hoy se postula a manera de signo del cristiano. El mismo aps-
tol indica varias veces que ha tenido que atravesar situaciones lmite
de pobreza, escasez y aun hambre (2 Co. 11:25-27; Fil. 4:10-13). En
sntesis, el Jess pobre del Evangelio, que pronuncia invectivas hacia
los ricos y opresores, se ha transmutado en el Cristo tecncrata, que
nos invita a participar de su negocio que, como negocio, slo mide
estadsticas y resultados sin evaluar los costos sociales.
Tambin la eclesiologa sufre modificaciones sustanciales en este
tipo de propuestas de prosperidad. De Iglesia comunidad del Esp-
ritu, familia de Dios y hermandad solidaria, se torna en empresa
exitosa aunque, bueno es destacarlo, exitosa slo para algunos privi-
legiados del sistema. Para decirlo en trminos de Ocaa Flores: La
iglesia de la comunidad de los pobres pas a ser club de banqueros y
empresarios.23
Si tanto la perspectiva de Dios, Jesucristo y la Iglesia sufren mo-
dificaciones tan radicales que no armonizan con el testimonio bblico,
entonces es fcil deducir consecuencias graves para la vida y misin
de la Iglesia en el mundo. Siguiendo el paradigma de la prosperidad,
la Iglesia, que est llamada a proclamar el Reino de Dios y su justicia,
debe alterar el contenido de su mensaje para decir que los bienaven-
turados y a los que pertenece el reino de Dios no son los pobres sino
23. Art. cit, p. 5. Este autor agrega que Es evidente que algunos expositores de la teologa
de la prosperidad son ricos porque hicieron dinero en sus empresas y luego justificaron
su prctica econmica (empresarial) con la Biblia. Es cierto que tambin estn aquellos
predicadores que llegaron pobres a ciertas agrupaciones y salieron con mucho dinero, luego
de esquilmar a sus fieles dejndolos en la bancarrota. Se podran poner muchos ejemplos
de ello. Ibd. Con relacin al uso del poder en la Iglesia y los desafios que comporta, la
profesora Lilia Solano dice: La iglesia, para consolidar su poder para comprometerse con
los imperativos del evangelio, necesita construir una tica desde su encuentro con Dios.
Necesita formar un carcter vigoroso que busque desafiar el orden del poder-violencia en
estos ambientes de final de siglo tan propicios para la publicacin de lo religioso. La
Iglesia, la tica y el poder, en C. Rene Padilla, editor, Iglesia, Etica y Poder, Buenos Aires:
Kairs, 1998, p. 58. Y agrega ms adelante: Es necesario aprender a convivir con justicia,
atendiendo las necesidades bsicas no slo de sus miembros sino tambin de los dems.
De esta manera, la comunidad del Reino no es un crculo de inters particular, un gremio
que vela por el bienestar de sus afiliados, pues est llamada a 'tener favor para con todo el
pueblo', p. 59.
Captulo 7:Teologasposmodernas? 149
24. Tampoco significa desconocer la realidad de la provisin de Dios a sus hijos que
confian en l, pero ello dista mucho de la afirmacin de que confiar en Dios deviene en
riquezas materiales, con la sola condicin de hacer uso de una especie de abracadabra.
25. Sicre, Los dioses olvidados, Madrid: Cristiandad, 1979, p. 122. Sicre comenta all el
pasaje de Isaas 10:1-2.
150 Para qu sirve la teologa?
7. El modelo simplista
8. Ilustraciones
28. Paul Tillich, Teologa Sistemtica, trad. Getlio Bertelli: Sao Paulo: Paulinas e Sinodal,
1984, p. 602.
152 Para qu sirve la teologa?
9. Autoritarismo y autolegitimidad
29. Los ejemplos enunciados son simplemente ilustraciones que podran mutiplicarse casi
adinfinitum. Por otra parte, el planteamiento que hacemos no debe ser interpretado como el
desconocimiento y falta de respeto a la posicin doctrinal que cada iglesia tiene y que cada
cristiano sustenta o deja de sustentar.
30. Recurdense al respecto, la actitud de los cristianos de Berea que corroboraron por la
Escritura si lo que Pablo predicaba era verdad, actitud por la cual fueron considerados como
ms nobles que los que estaban en Tesalnica (Hch. 17:10-11) y el consejo del mismo
Pablo a los corintios: Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los dems juzguen (1
Co. 14:29). El verbo traducido juzguen, corresponde al original griego StcocpivTcocrav,
que es un imperativo presente conjugado en tercera persona del plural. Se puede traducir
juzgar, hacer distinciones, reconocer, discernir. En esta forma, representa un
hapax legomenon, aunque el participio SiaxpivfiEVo; sale en Hechos 10:20; Romanos 14:23,
Santiago 1:6 y Judas 9.
31. Jean-Francois Lyotard, A Condifo Ps-Moderna, 5ta. Edicao, trad. Ricardo Correa
Barbosa, Rio de Janeiro, 1997, p. 88.
Captulo 7: Teologas posmodernas? 153
33. Hans Kng, Proyecto de una tica mundial, trad. Gilberto Canal Marcos, Barcelona:
Planeta-Agostini, 1994, p. 124. nfasis original.
34. La referencia completa de la obra es la siguiente: P. Lakeland, Theology and Critical
Theory: The Discourse of the Church, Abingdon Press, Nashville, 1990. Con respecto a la
evaluacin que de Jrgen Habermas ha hecho Lakeland, Mardones opina: la eclesiologa
o consideracin acerca de la comprensin cristiana de la Iglesia ha recibido una serie de
sugerencias y motivaciones, que ha encontrado en el estadounidense P. Lakeland a su
mejor sintetizador. El discurso religioso de la modernidad: Habermas y la religin, Barcelona:
Anthropos, 1998, p. 212. En una obra ms reciente, Paul Lakeland traza algunas lneas
sobre las cuales debiera trabajar la teologa en la posmodernidad. Dice: Qu clase de
Dios, debemos preguntarnos, es compatible con la narrativa cristiana y que todava nos
hace un pueblo fiel capaz de comprometer al mundo posmoderno en el camino que hemos
bosquejado? Segundo, necesitamos examinar qu clase de comunidad debemos ser para ser
capaces de echar sobre los hombros esta tarea de misin. Y tercero, tal vez lo ms difcil de
todo, necesitamos conocer qu comprensin de Cristo y de la salvacin universal l trae,
que pueda modelarnos y a nuestra comunidad para un discurso libre y abierto con aquellos
para quienes Cristo es completamente irrelevante, Paul Lakeland, Postmodernity: Christian
Identity in a Fragmented Age, Minneapolis: Fortress Press, 1997, p. 92.
Captulo 7:Teologasposmodernas? 155
Gustavo Gutirrez
Luiza E. Tomita
Vivo ya fuera de mi
Despus que muero de amor;
Porque vivo en el Seor,
Que me quiso para s:
2. Xabier Pikaza, El Cntico espiritual de San Juan de la Cruz. Poesa. Biblia. Teologa,
Madrid: Ediciones Paulinas, 1992, p. 96. Cursivas originales.
3. Santa Teresa de Jess, Vante mis ojos, Poetas espaoles del siglo de Oro, Barcelona:
Edicomunicacin, 1999, p. 37. Cursivas originales. Algunas obras de Santa Teresa son:
Libro de la vida, Barcelona: Alfaya, 1998 y Las moradas, Buenos Aires: Kapelusz, 1991.
160 Para qu sirve la teologa?
C u a n d o le di el corazn
Coloqu en l este letrero:
Q u e muero porque no muero. 4
2. Espiritualidad de la liberacin
El E2
3. Espiritualidad evanglica
11. Ibd.,p.Ul.
Captulo 8: Teologas de espiritualidad y de gnero 163
12. Ricardo Barbosa de Souza, O caminho do corafo, Curitiba: Encontr editora, 1996,
pp. 95-96.
13. Vase el programa de su seminario Espiritualidade e reestruturaco do ser, 31 de
octubre a 5 de noviembre de 2001 y su conferencia Orar con el corazn.
14. Alberto F. Roldan, La espiritualidad que deseamos, Buenos Aires: Publicaciones Alianza,
2003, p. 33.
164 Para qu sirve la teologa?
4. Espiritualidad interreligiosa
5. Teologa feminista
25. Nancy Bedford, Mercedes Garca Bachmann y Marisa Strizzi (editoras), Puntos de
encuentro. Producciones del Foro sobre Teologa y Gnero, Buenos Aires: Instituto Universitario
Isedet, 2005. Entre los varios ensayos, se destacan: Teologa e inequidad de gnero:
Dilogo, interpretacin y tica en el cruce de disciplinas (Virginia Azcuy), En bsqueda
de relaciones igualitarias (Elsa B. Agero) y Familia, gnero y creencias religiosas (Estela
Somoza).
26. Un anlisis crtico del discurso desde la perspectiva feminista es el trabajo de Dolores
Snchez: Mujer hasta la tumba. Discurso mdico y gnero: una aproximacin al anlisis
crtico del discurso a un texto didctico de ginecologa, Discurso y sociedad, vol 1 (2), 1999,
pp. 61-84.
27. Un ejemplo de este tipo de discurso es el artculo de Lisa Isherwood La encarnacin
y los cuerpos, Cuadernos de Teologa, vol. XXII, Buenos Aires: Instituto Universitario Isedet,
2003, p. 138.
7
Captulo 8: Teologas de espiritualidad y de gnero 169
28. Gustavo Gutirrez, Praxis de libertaco e anuncio, Concum 96, p. 744, cit. Por
Benedito Ferraro, Teologia em tempos de crise, Teologa aberta ao futuro, p. 179. Una
referencia personal sobre Gustavo Gutirrez: en ocasin de la entrega del doctorado honoris
causa que le otorg la Universidad de Buenos Aires en enero de 2000, recuerdo que le dije:
Gustavo: siempre me llam la atencin el nfasis que usted hace de la espiritualidad. A lo
que me respondi: Es que sin ella, no somos cristianos.
CAPTULO 9:
LA EDUCACIN TEOLGICA
ANTE LOS DESAFOS
PLURICULTURALES
Daniel Schipani
1. Qu es educacin teolgica?
4. Francisco Imbernn (compilador), La educacin en el siglo XXI. Los retos del futuro
inmediato, Barcelona: Grao, 1999.
5. Jos Gimeno Sacristn y J. Y. Prez Gmez, Comprender y transformar la enseanza,
Ediciones Morata, 1993.
6. Zygmunt Bauman, Modernidad lquida, Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica,
2006, p. 9.
Captulo 9: La educacin teolgica ante los desafios pluriculturales 175
Esta cruda descripcin que Bauman hace los poderes que actan
para desmantelar redes y relaciones humanas que son la clave para
el mantenimiento del tejido social, impone preguntas importantes:
de qu modo las iglesias cristianas son comunidades que, actuando
como especie de contracultura, se conforman como grupos de apoyo
y de consolidacin de los vnculos interpersonales? De qu manera
la educacin teolgica puede ayudar al fortalecimiento de nuevos mo-
delos de iglesia que sean comunidades de pertenencia en este mundo
posmoderno y globalizado?
Para intentar una respuesta a estas cuestiones, es adecuado re-
currir nuevamente a Francisco Imbernn. El educador espaol nos
invita a tener una mirada amplia al fenmeno educativo cuando de-
jando de lado o superando la mirada inmediata, cercana, de corto
alcance, propone salvar esa mirada de corto alcance y estimular el
hbito de una mirada ms amplia y profunda.8 Esa mirada le con-
duce a una crtica de lo que fue la educacin hasta hace poco, en un
ayer muy cercano. Imbernn sostiene que la educacin funcionaba
como acomodacin al sistema, era nicamente reproductora y deri-
vaba en una funcin alienadora seguramente por no estar arraigada
en la realidad del mismo educando y, adems, paralizaba nuevas al-
ternativas educativas facilitando la consolidacin del conformismo
educativo.9 Se manifest en el campo educativo el europesmo que
Vctor Massuh definiera como un proyecto marcado por el egotis-
mo cultural de la Europa moderna, convencida de la superioridad de
sus valores.10 Este espritu de superioridad cultural es criticado por
Imbernn porque deriv en un elitismo academicista que les lleva a
considerar la tradicin cultural occidental como superior y nica, des-
preciando otras identidades y aportaciones culturales [...]" En pro
de una calidad educativa se produjo un gerenciamiento educativo que,
segn juzga Imbernn, ech por la borda las conquistas educativas
logradas en el ltimo tercio del siglo pasado. Y se lleg a lo que defi-
7. Ibd., p. 20. Vanse tambin del mismo Bauman: Eticaposmoderna (Buenos Aires: Siglo
XXI, 2004), Amor lquido y Vidas desperdiciadas (Buenos Aires: Paidos, 2005).
8. Op. Cit, p. 63.
9. Ibd., p. 64.
10. Vctor Massuh, El llamado de la Patria grande, Buenos Aires: Sudamericana, 1983, p.
144.
11. Op. Cit, p. 64.
176 Para qu sirve la teologa?
21. Nstor Garca Canclini, La globalizacin imaginada, Buenos Aires: Paids, 1999, p. 52.
22. Ibid.,p. 76.
180 Para qu sirve la teologa?
23. Paul Ricoeur, La critique et la conviction: entretien avec Francois Azouvi et Mar Launay,
Pars: Calmann-Lvy, 1995, p. 96, cit. enlbd., p. 112.
24. Op. Cit, p. 75.
Captulo 9: La educacin teolgica ante los desafios pluriculturales 181
26. Para un anlisis crtico del curriculum oculto en la reforma educativa, vase Geoff
Whitty, Las aulas y el curriculum en La escuela, el estado y el mercado, Madrid: Ediciones
Morata, 2000, pp. 118-120 donde el autor demuestra que en las escuelas orientadas al
mercado se pone de manifiesto un nuevo curriculum oculto propio de la mercantilizacin
y en el cual se transmiten valores (quizs mejor expresado: antivalores) tales como el
individualismo, la competitividad, el mximo rendimiento y la diferenciacin.
27. Cit. enlbid.,p. 169.
28. Ibt'd.,p. 168.
Captulo 9: La educacin teolgica ante los desafiospluriculturales 183
31. Jean-Francois Lyotard, A condigno ps-moderna, Rio de Janeiro, 1997, p. 88. Hay
traduccin al espaol por Planeta-Agostini.
32. Vase por ejemplo Mito y realidad, Barcelona: Labor, 1992.
33. Gianni Vattimo, La sociedad transparente, p. 132.
34. Ibd.,p. 113.
Captulo 9: La educacin teolgica ante los desafospluriculturales 185
35. Carlos Monsivis, Aires de familia. Cultura y sociedad en Amrica Latina, Barcelona:
Anagrama, 2000, p. 40. Monsivis cita un tramo de Hasta nc verte Jess mo (1969) de Elena
Poniatowska.
36. Algunas ilustraciones: para un curso sobre familia en la posmodernidad que ofrec
en el Seminario Teolgico Presbiteriano de Mxico D.R, us como uno de los textos la
novela de Carlos Fuentes Las buenas conciencias, que muestra el conflicto tico y moral que se
suscita en el personaje central, un joven llamado Jaime Ceballos, cuando desde Guanajuato
se tiene que trasladar a Mxico D.F. Para otro curso sobre tica posmoderna que dict
en el Instituto Bblico Buenos Aires, lemos en clase la famosa novela Un mundo feliz, de
Aldous Huxley que, de manera incisiva, se anticipa desde la ciencia-ficcin, a lo que es hoy
el mundo posmoderno y globalizado. En ambos cursos, vimos en plenaria el film Amores
perros, del director mexicano Alejandro Gonzlez Irritu que expone con abierta crudeza
la desintegracin humana en nuestro mundo hoy. El mismo cineasta ha dirigido ms
recientemente la pelcula Babel, que muestra la incomunicacin en el mundo globalizado
hoy.
186 Para qu sirve la teologa?
a) Estmulo a la unidad.
b) Consuelo de amor
c) Compaerismo en el Espritu. Mostrar espritu solidario
como traduce La Biblia del peregrino.
d) Afecto entraable, (ternura del cario, BP).
Conclusin
38. Hugo Assmann y Jung Mo Sung, Competencia e sensibilidade solidaria. Educar para a
esperanca, Petrpolis: Vozes, 2001, p. 325.
CAPTULO 10:
EDUCACIN Y CULTURA COMO
HERRAMIENTAS PARA LA MISIN
John H. Westerhoff
Paulo Freir
Creo que todos conocemos algo de Paulo Freir. Sabemos que fue un
educador brasileo que revolucion mtodos de alfabetizacin en los
sectores pobres de Brasil. Nacido en Recife en 1921, se educ en el
catolicismo. Pas hambre en la crisis de 1929 y, aunque se licenci en
derecho, por influencia de su esposa, profesora de escuela primaria,
se dedic a los temas de la educacin y la cultura. En los aos 1940
comenz con su tarea de alfabetizacin de adultos. Freir es quien
invent la terminologa de educacin bancaria y y educacin libe-
radora, educacin como concientizacin, niveles de conciencia
y educacin utpica, entre otras expresiones.
Hemos escogido su libro Accin cultural para la libertad como punto
de referencia para este primer subtema. Freir nos habla de La prc-
tica educacional como una interpretacin del mundo y del hombre.
Sostiene que: toda prctica educacional implica una postura terica
por parte del educador. Y esta postura terica implica, a veces ms,
a veces menos implcitamente, una interpretacin del mundo y del
hombre.1 El ser humano, sigue reflexionando Freir, en su proceso
de orientacin en el mundo no slo asocia imgenes, como lo hacen
los animales, sino que comprende ante todo, lo que denomina pensa-
miento-lenguaje, lo que es definido como la posibilidad del acto de
conocer a travs de la praxis, por medio de la cual el hombre es capaz
de transformar la realidad.2
Freir denomina a su proyecto como una pedagoga utpica.
Aclara, a fin de que no sea confundida con el sentido popular del tr-
mino utopa, que no significa que sea idealista o impracticable, sino
que est comprometida en una constante denuncia y anunciacin.3 A
modo de ampliacin puede decirse que la utopa, en la comprensin
de Freir no es lo no-realizable, sino ms bien comprende el acto de
denuncia del mundo que deshumaniza y el anuncio del mundo que
humaniza. Por eso la utopa no slo exige conocer crticamente sino
que es, en s mismo, un acto de conocimiento. Vinculando la utopa
con la educacin y la cultura, Freir afirma: Esta es la razn por la
cual el carcter utpico de nuestra teora y prctica educacional es tan
permanente como la propia educacin que, para nosotros es accin
cultural.4 Encontramos aqu unos conceptos clave de la propuesta
1. Paulo Freir, Accin culturalpara la libertad, Mxico: Tierra Nueva-CUPSA, 1983, p. 17.
2. Ibid.
3. Ibd.,p. 43.
4. Ibd., p. 44.
Captulo 10: Educacin y cultura como herramientas para la misin 191
5. Ibid., p. 55.
6. Daniel S. Schipani, Teologa del ministerio educativo. Perspectivas latinoamericanas, Buenos
Aires: Nueva Creacin, 1993, p. 28.
7. Es dable observar aqu el uso de las categoras Marx en cuanto a infraestructura y
superestructura de la realidad. En efecto, el propio Freir cita al pie de la pgina 65 a Louis
Althusser y su obra: Para leer a Marx,
8. Paulo Freir, Accin cultural para la libertad, p. 68. Aqu, el autor inserta una nota que
es altamente cuestionadora de algunas misionologas del Noratlntico: Es interesante
notar como ocurre esto con las Iglesias. El concepto de 'tierras misioneras', es original
de las metrpolis. Para que exista una tierra misionera, tiene que haber otra que la defina
como tal. Hay una coincidencia significativa entre las naciones enviadoras de misiones y las
metrpolis, as como la hay entre las tierras misioneras y el Tercer Mundo. Nos parecera a
nosotros, al contrario, que todas las tierras son terreno misionero en la perspectiva cristiana.
192 Para qu sirve la teologa?
19. Mariano vila Arteaga, La cosmovisin calvinista en ngel Reynoso M. et. al.,
Calvino vivo, Mxico: El Faro, 1987, pp. 141-142. Cursivas originales.
20. John A. Mackay, Realidad e idolatra en el cristianismo contemporneo, 2da. Edicin,
Buenos Aires: Misur-Kairs, 2004, p. 47. Adems de los ejemplos mencionados de la
influencia del calvinismo en la cultura, hay otro que proviene de Puerto Rico. Aristmeno
Porras menciona el caso del pensador puertorriqueo Eugenio Mara de Hostos, quien
deca: El protestantismo, tan desconocido por sus detractores y por eso tan calumniado,
pero tan rico y tan activo en su incansable evolucin, da en negativa la confusa imagen
del orden que se busca. Porras, Calvino y la cultura occidental en Calvino vivo, p. 152.
Y agrega Porras: Hostos predica la educacin, la honestidad, el trabajo permanente, el
empleo completo del tiempo, la libertad de pensamiento y accin y la formacin de una
conciencia individual recta. En estos principios, netamente calvinistas, ve Hostos la semilla
redentora de Amrica y del mundo. Ibd. El ensayista argentino Vctor Massuh dedica
un estudio al pensamiento de Hostos, afirmando: En suma, Hostos comprendi que la
transformacin americana, su 'liberacin mental', consista fundamentalmente en la
creacin de un hombre nuevo. De modo que, desde el punto de vista de esta creacin, el
esfuerzo educativo por laborar sobre la circunstancia social, se convirtiera en la ineludible
196 Para qu sirve la teologa?
Conclusin
Etal.: Expresin latina que significa y otros; se emplea en las citas bibliogrficas
para indicar que, adems del autor indicado, hay otros.
Evangelio Social: Trmino que viene del ingls Social Gospel y se refiere al
proyecto elaborado por el pastor y telogo Walter Rauschenbusch en Nueva
York, por el cual intent extraer y aplicar los alcances sociales del Evangelio
de Jess. Rauschenbusch estuvo bajo la influencia del telogo kantiano
Albretch Ritschl.
Exgesis: Expresin griega que significa interpretar o extraer el sentido.
Fenomenal: Palabra que es de origen griego y significa lo que aparece, la
apariencia de las cosas. El fenmeno se contrapone al ser verdadero. En
Kant, es lo opuesto a lo noumenal.
FTL: Sigla que significa Fraternidad Teolgica Latinoamericana, espacio de
reflexin teolgica surgido en el Clade I y cuya primera reunin formal se
concret en Cochabamba, Bolivia, en noviembre de 1970.
Fundamentalismo: Viene de la serie de libros titulados The Fundamentis,
publicada en Estados Unidos en 1910, como reaccin al liberalismo teolgico
europeo. Con el correr del tiempo, el fundamentalismo se torn en un mbito
reaccionario a la ciencia y la investigacin. Hoy, es un adjetivo peyorativo
que se refiere a movimientos como el fundamentalismo islmico.
Gelfhiil: Trmino alemn que significa sentimiento, algo que se siente.
Vocablo central en la teologa de Friedrich Schleiermacher.
Hapax legomena: Trmino tcnico griego del Nuevo Testamento. Se refiere a
los vocablos que aparecen una sola vez (en gr. anaJ, Xeyjxsvov) en el Nuevo
Testamento.
Heraclitiana: relativo a Herclito de Efeso, filsofo griego que vivi hacia
comienzos del siglo V a. C. Su frase clebre es todo fluye, ya que entenda
que la realidad es el cambio, el devenir constante: todo pasa y nada
permanece. As, sostena que no podemos baarnos dos veces en el mismo
ro, puesto que la segunda vez el ro no es el mismo.
Hermenutica: Ciencia de los principios de interpretacin aplicados a la
comprensin de un texto. Hay una hermenutica bblica que se aplica a la
comprensin de los textos de la Escritura en su contexto histrico-cultural.
La hermenutica teolgica interpreta el mensaje de la Biblia para el hombre
y la situacin de hoy.
Ibid.: Expresin latina abreviada de ibdem, que significa en el mismo lugar;
se utiliza en las citas bibliogrficas para aclarar que la cita corresponde a la
misma obra citada en la nota inmediatamente anterior.
Iluminismo: Corriente filosfica del siglo XVIII, tambin llamada Ilustracin,
surgida en Europa y que postula la razn como el arbitro supremo para
interpretar la realidad. El movimiento est asociado a pensadores como J. J.
Rousseau, Voltaire, Diderot, John Locke y Emanuel Kant.
208 Para qu sirve la teologa?
Dios, vida eterna. Esas realidades slo pueden ser postuladas por la razn
prctica.
Op. cit.: Expresin latina abreviada de opere citato, que significa obra citada;
se utiliza en las citas bibliogrficas para indicar que la obra ya fue citada
precedentemente.
Ortodoxia: Del griego: opinin o doctrina correcta
Ortopraxis: Del griego: prctica correcta.
Paradigma: Trmino de origen griego, que significa modelo, muestra,
ejemplo. Thomas Ruhn fue quien desarroll el concepto de paradigmas en
relacin con la ciencia.
Performance: Palabra de origen ingls que significa desempeo.
Per se: Expresin latina. Significa por s mismo.
Posmodernidad: Movimiento cultural que critica la modernidad y el Iluminismo,
y postula el fin de los metarrelatos como descripciones totales de la
realidad.
Pragmtico: El pragmatismo es una actitud frente a la vida tpicamente
anglosajona, americana, por la cual lo que importa es la practicidad, lo
que funciona, lo que da resultados.
Praxis: Trmino de origen griego. Significa prctica y est en relacin opuesta
a la teora. En el uso sociolgico, con esta palabra se hace referencia a la
realidad misma.
Precomprensin: Palabra que designa la comprensin previa que cada lector de la
Biblia tiene al llegar al texto. Nadie llega al mismo como una tabula rasa, sino
con una serie de informaciones previas y de las cuales debe ser consciente.
Predestinacin: Doctrina bblica que afirma el hecho de que los hijos de
Dios hemos sido destinados de antemano por Dios, en Cristo Jess. Hay
varias escuelas de interpretacin de esta doctrina teolgica siendo, las ms
conocidas, la calvinista y la arminiana. La primera enfatiza la soberana de
Dios, por la cual l nos predestin sin tener en cuenta los mritos humanos.
La escuela arminiana pone nfasis en el pre-conocimiento de Dios, es decir,
Dios sabe de antemano quienes van a creer, luego los elige.
Primafacie: Expresin latina que significa a primera vista.
Procusto: Bandido de la mitologa griega, oriundo de tica, que tras robar a
los viajeros, los adaptaba al tamao de un lecho de hierro, mutilando sus
miembros. De ah la expresin metafrica lecho de Procusto.
Prueba ontolgica: Prueba filosfica de la existencia de Dios. Se la adscribe
a San Anselmo, telogo escolstico que postul que en el mero pensar a
Dios como ser supremo, perfecto, eterno, debe existir, ya que la existencia es
atributo esencial del Ser.
Pruebas testas: Serie de razonamientos dirigidos a demostrar la existencia de
Dios. Entre otras se pueden nombrar las pruebas: ontolgica, ideolgica y
moral.
210 Para qu sirve la teologa?
Razn prctica: Trmino usado por Kant para referirse a un uso prctico de la
razn, diferente al terico o puro, pero necesario para postular cuestiones a
las cuales la razn pura no puede acceder, por ejemplo: Dios, inmortalidad
del alma, eternidad, libertad.
Razn pura: Para Kant, es la razn en el sentido terico, distinguible de la razn
prctica.
Reductio ad absurdum: Forma de razonamiento que consiste en reducir el
argumento del adversario a posiciones absurdas.
Rmerbrief: Trmino alemn con el que se hace referencia al famoso Comentario
a la carta de los Romanos, publicado por Karl Barth en 1919, obra con la
cual produjo una revolucin copernicana en el mundo de la teologa.
Semiologa: Ciencia que estudia el funcionamiento de los sistemas de signos en
la vida social. Se inscribe en el marco de la lingstica.
Sic: Expresin latina que significa tal como aparece; se emplea cuando la cita
textual que se hace tiene originalmente un error.
Sitie qua non: Expresin latina que significa indispensable, sin lo cual no.
Sitz im Leben: Expresin alemana que literalmente significa asiento de la vida
o mbito vital y se aplica para denominar la vivencia o experiencia que
origin un pasaje o texto bblico.
Soteriologa: Parte de la teologa que estudia la salvacin de Dios en Jesucristo.
Statu quo: Expresin latina. Significa estado de cosas actual.
Suigeneris: Expresin latina. Significa nico en su gnero.
Summa: Trmino latino que designaba las grandes obras teolgicas elaboradas
sistemticamente. Ej. Summa Teolgica de Toms de Aquino.
Teologa: Literalmente logos de Dios, discurso sobre Dios.
Teologa bblica: Elaboracin de la teologa desde una perspectiva histrica y
exegtica.
Teologa latinoamericana: Varias escuelas teolgicas surgidas en el contexto de
Amrica Latina. Habitualmente y en forma parcial se la relaciona con
la teologa de la liberacin.
Teologa propia: Parte de la teologa sistemtica que tiene a Dios como tema
central, de ah propia o propiamente dicha.
Teologa sistemtica: Elaboracin de la teologa desde una perspectiva de sistema
totalizante. En general, la teologa sistemtica representa un dilogo entre el
pensamiento cristiano, la filosofa y la realidad cultural.
That is the question: Expresin inglesa que significa esa es la cuestin. Aparece
en los dilogos de Hamlet, obra de William Shakespeare.
White paper: palabra inglesa que significa literalmente papel en blanco. Fue
usada por el ingls John Locke para expresar la idea de que el hombre viene
al mundo con una mente en blanco (tabula rasa).
BIBLIOGRAFA COMENTADA
BOFF, Leonardo. Iglesia: carisma y poder, Santander: Sal Terrae, 1985. Uno de
los libros ms crticos a la Iglesia Catlica que, segn la interpretacin del
telogo brasileo, se erige a partir del paradigma del poder y no del carisma,
que es lo esencial en la eclesiologa neotestamentaria. Varios conceptos
vertidos por Boff lo acercan a posiciones afines al Protestantismo. Por esta
obra, Boff fue silenciado por el magisterio de la Iglesia.
GRAU, Jos. Introduccin a la teologa evanglica, Barcelona: Clie, 1973. Una
introduccin sencilla y didctica a la teologa, escrita por un autor espaol
desde una perspectiva evanglica. Ofrece cuestionarios para repaso de las
lecciones de cada captulo y una bibliografa aceptable.
KIRK, Andrs. As confesamos la fe cristiana, Buenos Aires: La Aurora, 1976.
Obra escrita por un telogo ingls, radicado a la sazn en la Argentina. Se
trata de un enfoque introductorio a la teologa, diseado para estudiantes
universitarios ya que plantea desde lo que es la Biblia, su interpretacin, y las
relaciones entre fe, razn y Biblia.
KNG, Hans. Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo, Ata..
Edicin, trad. J. M. Bravo Navalpotro, Madrid: Cristiandad, 1979. Obra
fundamental sobre Dios y el atesmo, en la cual uno de los ms importantes
telogos actuales, analiza las relaciones entre razn y fe a partir de un
anlisis pormenorizado de filsofos importantes, tales como Rene Descartes,
Blas Pascal, Georg Friedrich Hegel, Emanuel Kant, Ludwig Feuerbach,
Karl Marx y Friedrich Nietzsche. Evala crticamente sus pensamientos y
presenta el "S a Dios" como alternativa vlida al atesmo moderno. Como
todos los trabajos del telogo catlico suizo, abunda en notas crticas y
amplia bibliografa. Lectura fundamental para cristianos universitarios.
. La encarnacin de Dios. Introduccin al pensamiento de Hegel como prolegmenos
para una cristologa futura, trad. Rufino Jimeno, Barcelona: Herder, 1974.
Trabajo de slida investigacin histrica y filosfica, que tiene la virtud
de presentar, en forma amena y erudita, el pensamiento hegeliano y sus
relaciones con la teologa, en modo ms especfico, la cristologa.
. Teologa para la posmodernidad, trad. Gilberto Canal Marcos: Madrid:
Alianza Editorial, 1989. Libro donde su autor adelanta algunas hiptesis
sobre lo que debiera ser la teologa en la cultura posmoderna, intentando
distinguir entre lo permanente y lo cambiante de la teologa, en el dilogo
interreligioso de hoy.
MACKAY, Juan. Prefacio a la teologa cristiana, 3ra. Edicin, trad. Gonzalo Bez-
Camargo, Mxico: Casa Unida de Publicaciones, 1984. Reimpresin de la
clsica obra de un pionero de la teologa evanglica en Amrica Latina. La
obra fue escrita originalmente en ingls, en la poca de la posguerra pero
todava es vlida como material de reflexin.
. Realidad e idolatra en el cristianismo contemporneo, Buenos Aires: La
Aurora, 1970. Reproduce las famosas Conferencias Carnahan dictadas por
el telogo presbiteriano en Buenos Aires, en la antigua Facultad de Teologa,
de la Iglesia Metodista. Aunque ha pasado mucha agua bajo los puentes, los
temas de la idolatra de las ideas, del sentimiento y de la Iglesia, todava sigue
Bibliografa comentada 213
siendo una amenaza en los mbitos cristianos de hoy, por lo cual se impone
seguir reflexionando sobre el contenido de estas conferencias.
MACKINTOSH, Hugh Ross. Corrientes Teolgicas Contemporneas, trad. Justo
L. Gonzlez, Buenos Aires: Methopress, 1964. Texto clsico por un autor
britnico, que tiene la virtud de presentar con honestidad y buena reflexin
propia, el pensamiento de telogos y filsofos contemporneos como
Georg Friedrich Hegel, Friedrich Schleiermacher, Albrecht Ritschl, Sren
Kierkegaard, Karl Barth y Emil Brunner. Por varias dcadas sirvi de texto
de estudio en seminarios de Amrica Latina.
.MACQUARRIE, John. God-talk, trad. Miguel Barmejo Garrido, Salamanca:
Sigeme, 1976. Obra importante en el campo de la hermenutica, sobre todo,
con referencia al lenguaje teolgico, sus caractersticas y su validez. Contiene
un creativo anlisis del pensamiento de Atanasio y de la escuela de Rudolf
Bultmann con su proyecto de "desmitologizacin" del Nuevo Testamento.
MGUEZ BONINO, Jos. La fe en busca de eficacia, Salamanca: Sigeme, 1977.
Un anlisis crtico de la teologa de la liberacin elaborado con gran maestra
por parte del telogo metodista argentino. De particular importancia
es el captulo titulado hermenutica, verdad y praxis en el que muestra
definitivamente la imposibilidad de elaborar lecturas descomprometidas
o aspticas de la Biblia. De lectura obligada para quien desee un anlisis
de esa corriente teolgica, con una evaluacin de sus puntos fuertes y sus
debilidades.
. Rostros del protestantismo latinoamericano, Buenos Aires: Isedet/Nueva
Creacin, 1995. Reproduce las Conferencias Carnahan que el autor
pronunci en el Isedet, siendo el primer profesor de la casa en tener el honor
de hacerlo. En esta obra, Mguez Bonino presenta los distintos rostros del
protestantismo en Amrica Latina: liberal, evanglico, pentecostal y tnico,
proponiendo a la Trinidad como nuevo eje hermenutico en perspectiva
misionolgica para la elaboracin de una teologa latinoamericana acorde a
nuestros tiempos. Una obra que obliga a pensar.
MOLTMANN, Jrgen. Teologa de la esperanza, trad. Diorki (A-R Snchez
Pascual), Salamanca: Sigeme, 1969. Libro con el cual el telogo reformado
alemn alcanz notoriedad y en la que, a modo de respuesta al paradigma
del principio Esperanza del filsofo germano Ernst Bloch, propone
precisamente a la Esperanza cristiana como el nuevo eje de reflexin de la
teologa. Dicho en otros trminos, Moltmann postula a la escatologa como
el comienzo de la teologa y no su apndice.
. Trinidad y Reino de Dios, trad. Manuel Olasagasti, Salamanca: Sigeme,
1983. Presenta la teologa trinitaria hoy, intentando superar la trinidad
de substancia y la trinidad de sujeto, para desarrollar lo que denomina
doctrina social de la trinidad. El nfasis de la obra recae en la pasin y el
sufrimiento de Dios, aspecto negado en muchas de las tradicionales teologas
que fueron influidas por el pensamiento helnico.
PANNENBERG, Wolfhart. Teora de la ciencia y teologa, trad. Eloy Rodrguez
Navarro, Madrid: Libros Europa-Cristiandad, 1981. Obra erudita del
214 Para qu sirve la teologa?
KANT, Manuel. Crtica de la razn pura, 5ta. edicin, trad. Manuel Garca Morente
y Manuel Fernndez Nuez, Mxico: Editorial Porra, 1979.
KIRK, Andrs. As Confesamos la fe cristiana, Buenos Aires: La Aurora, 1976.
KLEIN, Alberto Carlos. Culto e Mdia. Os cdigos do espetculo religioso: Um estudo
de caso da Igreja Renascer em Cristo, tesis de maestra en Comunicacin y
semitica, Sao Paulo: Pontificia Universidade Catlica, 1999.
KUMAR, Krishan. El Apocalipsis, el milenio y la utopa en la actualidad en
Malcolm Bull (compilador). La teora del apocalipsis y los fines del mundo, trad.
Mara Antonia Neira Bigorra, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1998.
KNG, Hans. Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo, 4ta.
edicin, trad. J. Ma. Bravo Navalpotro, Madrid: Cristiandad, 1979.
. La encarnacin de Dios. Introduccin al pensamiento de Hegel como prolegmenos
para una cristologa futura, trad. Rufino Jimeno, Barcelona: Herder, 1974.
. Proyecto de una tica mundial, trad. Gilberto Canal Marcos, Barcelona:
Planeta-Agostini, 1994.
. Teologa para la posmodernidad, trad. Gilberto Canal Marcos, Madrid:
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LADD, George Eldon. A Theology oftheNew Testament, Grand Rapids: Eerdmans,
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LAKELAND, Paul. Postmodernity. Christianidentityin a fragmente age, Minneapolis:
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. Theology and Critical Theory. The Discourse of the Church, Abingdon Press,
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Teologa aberta ao futuro, San Pablo: Soter-Loyola, 1997.
LYOTARD, Jean-Francois. A condico Pos-Moderna, 5ta. edicin, trad. Ricardo
Correa Barbosa, Ro de Janeiro, Jos Olympio Editora, Introduccin, 1997.
Hay traduccin al espaol por Planeta-Agostini.
MACKAY, Juan A. Prefacio a la teologa cristiana, 3ra. edicin, trad. Gonzalo Bez-
Camargo, Mxico: Casa Unida de Publicaciones, 1984.
. Realidad e idolatra en el Cristianismo contemporneo, Buenos Aires: La
Aurora, 1970.
. Realidad e idolatra en el cristianismo contemportieo, 2da. Edicin, Buenos
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Bibliografa general 221