Dinero Negro - Ross Macdonald PDF
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Ross Macdonald
Dinero negro
Selecciones Sptimo Crculo - 16
Lew Archer - 13
ePub r1.6
Akhenaton 03.12.14
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Ttulo original: Black Money
Ross Macdonald, 1966
Traduccin: Martha King
Selecciones del Sptimo Crculo n 16
Coleccin creada por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
Dirigida por Carlos V. Fras
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A Robert Easton
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urante aos o hablar del Club de Tenis, pero nunca haba estado all. Sus
canchas y bungalows, su piscina, cabaas y pabellones, estaban dispuestos
alrededor de una caleta en el Pacfico, pocos kilmetros al sur del distrito de
Los ngeles. El solo hecho de colocar mi Ford en el estacionamiento asfaltado, junto
a las canchas de tenis, hizo que me sintiera menos que una insignificante gota de agua
entre la corriente de gente que all aflua.
La mujer, muy bien arreglada, que atenda en el escritorio del frente del edificio
principal me dijo que probablemente hallara a Peter Jamieson en el bar. Camin
alrededor del extremo de la piscina de cincuenta metros que estaba cercada en tres de
sus lados por cabaas. En el cuarto lado, el mar brillaba a travs de una verja metlica
de unos tres metros de altura, como un pez azul todava vivo en la red. Unos pocos
baistas con sus mallas an sin mojar yacan en torno como si el ojo dorado del sol
los hubiera hipnotizado.
Cuando vi a mi presunto cliente en el asoleado patio, fuera del bar, lo reconoc
instintivamente. Tena el aspecto del que disfruta un dinero amasado cerca de tres
generaciones atrs. Aunque no poda tener mucho ms de veinte aos, su cara fofa y
untuosa le daba una madurez prematura. Su traje bien cortado por Ivy League no
alcanzaba a disimular que estaba revestido por una capa de grasa parecida a una
armadura fcilmente vulnerable. Tena esa clase de ojos castaos y blandos tan
frecuentes en los cortos de vista.
Cuando me acerqu a su mesa, se puso de pie con tanta rapidez que casi voltea su
malteada doble.
Usted debe ser Mr. Archer.
Reconoc que as era, en efecto.
Me alegro de conocerlo me dej estrechar su mano grande y amorfa.
Permtame traerle algo de comer. El almuerzo caliente de los lunes es el cocido de
New England.
Gracias. Almorc antes de salir de Los ngeles. Tomara una taza de caf.
Se levant y me la trajo. En la enredadera que cubra una de las paredes del patio,
un par de pinzones estaba discutiendo asuntos de familia. El macho, que tena una
mancha roja en el pecho, parti para un mandado. Mis ojos lo siguieron a travs del
cielo azul, hasta perderlo de vista.
Es un hermoso da le dije a Peter Jamieson. Tambin el caf est muy
bueno.
S, hacen buen caf sorbi tristemente su malteada y, de golpe, pregunt:
Podra hacer que ella volviera a mi lado?
No puedo hacer que su chica vuelva si ella no quiere. Ya se lo dije por telfono.
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Lo s. Me expres mal. Aun suponiendo que no vuelva conmigo, podemos
salvarla de arruinar su vida apoy los brazos sobre la mesa y se inclino hacia m,
tratando de contagiarme su fervor de cruzado. No podemos dejar que se case con
ese hombre. Y no estoy hablando por celos. Aunque no sea para m, quiero
protegerla.
Del otro hombre, no?
Hablo en serio, Mr. Archer. Parece que a ese hombre lo busca la polica.
Declara ser francs, nada menos que un aristcrata francs, pero nadie sabe en
realidad quin es, ni de dnde viene. Quiz ni siquiera es blanco.
De dnde le vino esa idea?
Es tan moreno! Y Ginny tan rubia. Me produce nuseas verla con l.
Lo que es a ella, no le da nuseas.
No. No sabe lo que yo s sobre l. Es un hombre buscado por la polica,
posiblemente un delincuente.
Cmo descubri eso?
Por intermedio de un detective. Me pesc quiero decir, yo estaba vigilando la
casa anoche, esperando para ver si Ginny regresaba con l
Tiene usted la costumbre de vigilar la casa de Martel?
Solamente este fin de semana. No saba si volveran juntos de su fin de semana.
Se fue a pasar el fin de semana con l?
Peter asinti desganadamente.
Antes de irse me devolvi el anillo de compromiso. Dijo que ya no le serva
para nada ni yo tampoco
Busc en el bolsillo delantero de su pantaln y saco el anillo como una prueba de
lo que deca. Y en cierto modo lo era. Los diamantes engarzados en platino, deban
valer varios miles de dlares. La devolucin significaba que Ginny tomaba muy en
serio a Martel.
Qu dijo ese hombre?
Peter pareci no orme. Estaba absorbido en la contemplacin del anillo. Lo hizo
girar con lentitud. Los diamantes reflejaron la luz del cielo. Se estremeci, como si su
fuego helado le hubiera quemado los dedos.
Qu dijo el detective sobre Martel?
En realidad no dijo nada definido. Me pregunt qu haca all sentado en mi
coche y yo le contest que esperaba a Martel. Quera saber de dnde vena Martel,
cunto haca que estaba en Montevista, de dnde provena su dinero
Martel tiene dinero?
Parece tenerlo. Lo cierto es que lo desparrama por ah. Pero, como le dije al
hombre, no s de dnde viene ni l ni su dinero. Entonces trat de averiguarme cosas
sobre Ginny, a la que debe haber visto con Martel. Me negu a informarlo y me dej
ir.
Era un detective de la localidad?
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No lo s. Me mostr algo parecido a una credencial, pero no pude verla bien en
la oscuridad. Se meti en mi auto, se sent a mi lado y comenz a hablar. Habla muy
rpido.
Descrbamelo. Es joven o viejo?
Calculo que tendr unos treinta y cinco aos. Tena puesto un saco de lanilla y
usaba un sombrero gris muy echado sobre los ojos. Creo que es ms o menos de mi
altura: mido un metro setenta y cinco, pero no es tan robusto como yo. No puedo
describirle la cara. No me agradaba el tono que usaba al hablar. Al principio cre que
se trataba de un pillo que intentaba embaucarme.
Tena un arma?
Si la tena, no la vi. Cuando termin de interrogarme me dijo que me fuera. Es
por eso que decid comprar un detective.
El dejo de arrogancia que haba en sus palabras, me hizo pensar que estaba
habituado a comprar cosas y personas. Pero el muchacho era un poco diferente a la
gente adinerada que yo conoca. Se dio cuenta de lo que acababa de decir y se
excus:
Disclpeme. No quise decir eso.
Est bien, siempre que comprenda de manera definitiva que todo lo ms que
puede conseguir es alquilar mis servicios. Qu clase de chica es Ginny?
Mi pregunta lo dej en silencio durante un minuto. El anillo segua sobre la mesa.
Sus ojos castaos lo enfocaron hasta bizquear. Se oa el ruido de la vajilla y de las
conversaciones que vena del bar, mezclado con el canto dulce de los pinzones.
Es una chica hermosa me dijo con una mirada soadora. Y en realidad
muy inocente, poco desarrollada para su edad, lo que perjudica su buen juicio; No
comprende bien en lo que se esta metiendo. Trat de hacerle ver el peligro que puede
significar para ella el casarse con un hombre del que no sabe nada, ni siquiera su
origen. Pero no quiso escucharme. Me contest que pensaba casarse con l, sin
importarle lo que yo dijera.
Le dijo por qu?
En primer lugar, le recuerda a su padre.
Martel es un hombre maduro?
No s qu edad tendr. Por lo menos treinta aos. O, a lo mejor, ms.
Puede ser el dinero uno de sus atractivos?
No lo creo. Si fuera por eso, Ginny podra haberse casado conmigo. Es ms:
pensbamos casarnos el mes que viene. Y yo no soy pobre luego aadi, con la
cautela de los que tienen dinero: No seremos unos Rockefeller, pero tampoco
somos pobres.
Bien. Yo cobro cien dlares por da y los gastos.
No es demasiado.
Claro que no. En realidad es lo necesario para seguir adelante. Yo no trabajo
todo el tiempo y tengo que mantener mi oficina.
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Comprendo.
Le aceptar trescientos dlares de anticipo saba por experiencia que es muy
duro cobrarle a la gente rica, una vez que el caso ha sido resuelto
Se sobresalt ante la suma, pero no hizo ninguna objecin.
Le har un cheque dijo, llevndose una mano al bolsillo interior del saco.
Ante todo, dgame qu espera a cambio de su dinero.
Quiero que averige quin es Martel, de dnde vino y de dnde procede su
dinero. Y, en primer lugar, por qu vino aqu, a Montevista. Una vez que sepa algo
sobre l, estoy seguro de conseguir que Ginny entre en razn.
Y se case con usted?
Ante todo que no se case con l. Eso es todo lo que espero conseguir. No creo
que se case nunca conmigo.
Pero, cuidadosamente, volvi a colocar el anillo en el bolsillo del pantaln. Luego
me extendi un cheque por trescientos dlares, contra el Pacific Point National Bank.
Saqu mi libretita negra.
Cul es el nombre completo de Ginny?
Virginia Fablon. Vive con su madre, Marieta, Mrs. Roy Fablon. La casa de
ellos est al lado de la nuestra, en Laurel Drive me dio las dos direcciones.
Estara Mrs. Fablon dispuesta a hablar conmigo?
No creo que se niegue. Es la madre de Ginny y le interesa su felicidad.
Qu piensa Mrs. Fablon de Martel?
No he tocado el tema con ella. Creo que est engaada con respecto a l, como
todo el mundo.
Y qu sucede con el padre de Ginny?
Ya no est en circulacin.
Qu quiere decir con eso, Peter?
La pregunta lo incomod. Se revolvi en el asiento y me contest, sin mirarme a
los ojos:
Mr. Fablon muri.
Hace poco?
Seis o siete aos. Ginny an no se ha repuesto. Tena locura con su padre.
Usted la conoca entonces?
La conozco de toda la vida. Estoy enamorado de ella desde que tena once
aos.
Cunto tiempo hace de eso?
Trece aos. Ahora me doy cuenta de que es un nmero de mal agero
aadi.
Qu edad tiene Ginny?
Veinticuatro aos. Somos de la misma edad. Pero ella parece ms joven y yo
ms viejo.
Le hice algunas preguntas sobre el otro hombre. Francis Martel haba llegado a
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Montevista manejando su propio Bentley negro, haca dos meses aproximadamente,
en un da lluvioso de marzo y se haba instalado en una casa que alquil amueblada a
la viuda del general Bagshaw. Al parecer, la anciana Mrs. Bagshaw lo haba
presentado en el Club de Tenis. Martel apareca raramente en el Club, para
esconderse en el segundo piso de la cabaa. Lo infernal del caso era que Ginny tena
la costumbre de esconderse tambin all, con l.
Hasta dej sus estudios en el colegio dijo Peter para poder estar con l
todo el tiempo.
A qu colegio iba?
Al del Estado, aqu, en Montevista. Estaba en los cursos superiores de francs.
A Virginia siempre la ha fascinado el idioma y la literatura de Francia. Pero los dej
de lado as trat de hacer chasquear los dedos pero slo logr un sonido triste y
apagado.
A lo mejor prefera algo ms positivo
Usted se refiere al hecho de que l se dice francs?
Cmo sabe que no lo es?
Conozco a un simulador en cuanto lo veo dijo Peter.
Y Ginny no?
La tiene hipnotizada. No es una relacin normal ni saludable. A Ginny se le ha
hecho una confusin entre su padre y el hecho de que Martel aparezca como francs.
El ao en que muri su padre, se haba metido de lleno en ese tema del francs y
ahora est en plena crisis.
No lo entiendo. Qu quiere decir?
Me doy cuenta. No s expresarme muy bien. Pero estoy tan preocupado por
ella, que me siento enfermo. He comido tanto ltimamente, que ni me he atrevido a
pesarme. Creo que estoy casi en ochenta y cinco kilogramos se palp el estmago
con cautela.
Le hara bien arreglar las calles.
Me mir intrigado:
Qu deca?
Vaya a la orilla del mar y corra
No podra. Me siento demasiado deprimido sorbi el ltimo trago de su
malteada, haciendo un ruido de matraca. Se pondr a trabajar en esto enseguida,
no es cierto, Mr. Archer?
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ONTEVISTA es una comunidad residencial, adyacente y, al mismo tiempo,
dependiente de la ciudad portuaria de Pacific Point. Tiene solamente un
pequeo centro comercial, que se llama Village Square. Entre sus negocios
fingidamente rsticos, los montevistanos juegan a ser lugareos, de la misma manera
que los cortesanos de Versalles aparentaban ser campesinos.
Cobre el cheque de Peter en la sucursal del National Bank de Village Point. La
operacin debi ser aprobada por el gerente, un hombre joven de ojos penetrantes,
vestido conservadoramente de gris, y cuyo nombre era Mc Minn. Con obsequiosidad,
me comunic que conoca a la familia Jamieson muy bien; es ms, Mr. Jamieson
padre formaba parte del directorio del Banco. A Mr. Mc Minn pareca causarle un
indudable y enorme placer comunicarme esto, como si el dinero confiriera una gracia
espiritual, compartida por los que hablan de las personas que lo poseen. Yo acrecent
su placer preguntndole cmo podra llegar a la mansin de los Bagshaw.
Queda en las afueras, en las colinas. Necesitar un mapa.
Busc en el ltimo cajn de su escritorio y sac uno, sobre el que hizo algunas
marcas.
Supongo que ya sabr que el general Bagshaw muri.
Lamento saberlo.
Estuvimos desolados aqu en el banco. Siempre haba operado con nosotros.
Mrs. Bagshaw, por supuesto, sigue hacindolo. Si es a Mrs. Bagshaw a la que usted
quiere ver, le informo que se ha mudado a uno de los chalets del Club de Tenis. La
casa se la ha alquilado a un tal Martel
Usted lo conoce?
Lo he visto. l opera en el banco central, en la parte comercial de la ciudad.
Mc Minn me mir inquisitivamente:
Conoce usted a Mr. Martel?
An no.
Me dirig en mi coche hacia las colinas. Las laderas estaban verdes a causa de las
lluvias recientes. Las flores blancas y rojas de los matorrales exhalaban un perfume
parecido al suave hlito de la luz solar. Cuando me detuve ante el buzn de la casa de
los Bagshaw, vi el ocano abajo, colgado del horizonte. Haba subido unos pocos
cientos de metros y ya senta el cambio de temperatura, como si hubiera ascendido
mucho ms cerca del sol del medioda.
La casa se alzaba solitaria, apoyada en lo alto de la quebrada, varios cientos de
metros sobre el camino; pareca tan pequea como un nido. Un camino con calzada
de color negro llevaba como con pinzas hasta ella desde el lugar donde haba
estacionado. Un convertible con un chirrido en la caja de cambios se arrastraba con
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dificultad detrs de m. Vena de la ciudad. Era un Cadillac viejo, cubierto de polvo,
que se me adelant y me cerr el paso. El conductor se baj y se dirigi a m. Era un
hombre de mediana estatura, con un saco de lana y un sentador chambergo color gris
perla, con el ala requintada. Se acerc con una especie de rpida y desconcertante
beligerancia. No dud ni un segundo que se trataba del detective de Peter, pero a m
no me pareci en absoluto un detective. Flua de l como si fuera un olor personal un
aire de fracaso desesperado. Saqu mi libreta negra y anot el nmero de la licencia
de su automvil. Tena chapa de California.
Qu est escribiendo?
Un poema
A travs de la ventanilla abierta quiso arrebatarme la libreta:
Vamos a verlo dijo, con voz fuerte e inexpresiva.
Me miraba con ansiedad.
No acostumbro a mostrar los adelantos en mis trabajos.
Cerr la libreta y me la guard en el bolsillo. Empec a levantar el vidrio en el
que apoyaba su brazo. Lo retir rpidamente y apret su cara contra el cristal,
empandolo un momento con el aliento.
Quiero ver qu es lo que ha escrito sobre m.
Sac del bolsillo una pequea mquina fotogrfica y empez a golpear la
ventanilla con estpido frenes.
Qu escribi sobre mi?
Siempre he tratado de eludir o terminar en forma rpida este tipo de situaciones.
A medida que este siglo pasa (y yo lo siento pasar) encuentros como ste
insubstanciales y enojosos, tienden ms y ms a derivar hacia la violencia. Me baj
por el lado derecho y pasando frente al coche, me dirig hacia donde l estaba.
Mientras yo permaneca en el auto, el hombre haba estado gritando a una mquina:
un Cadillac gritndole a un Ford. Ahora los dos ramos hombres y l un poco ms
bajo y ms menudo que yo. Ces de gritar y su personalidad cambi por completo. Se
sec la boca con el dorso de la mano, como para rechazar el espritu maligno que lo
haba posedo, inducindolo a gritarme. Como si se tratara de una oculta cicatriz
quirrgica, el temor asom a su rostro.
No hice nada malo, no? Usted no tiene derecho a tomar el nmero de mi
chapa.
Eso ya lo veremos dije, en tono semioficial. Qu est haciendo aqu?
Estoy visitando lugares interesantes. Soy turista. Dej vagar sus ojos
desteidos sobre las colinas no muy pobladas, como si nunca hubiera estado antes en
el lugar: ste es un camino pblico, no es cierto?
Hemos recibido una queja acerca de un hombre que se est haciendo pasar por
agente de la ley.
Su mirada tuvo un rpido destello y se apag.
No se trata de m. Nunca estuve en este lugar.
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Veamos su licencia de conductor.
Oiga me dijo podramos llegar a un arreglo. No traigo mucho ahora
pero tengo dnde conseguir ms sac de su billetera de cuero un solitario billete de
diez dlares y lo meti en el bolsillo superior de mi saco: Tome, cmprele alguna
cosita a los chicos y llmeme Harry.
Se sonri, seguro de ser atractivo. Pero esa atraccin, si alguna vez existi, se
haba evaporado. Sus dientes delanteros brillaban como un par de escoplos. Saqu el
dinero de mi bolsillo, lo part en dos y le entregu los pedazos. Los rasgos de su cara
se desplomaron:
Es un billete de diez dlares Slo un loco puede romper el dinero as.
Puede pegarlo con cinta adhesiva. Mustreme su licencia antes de cometer otro
delito.
Delito? lo dijo en el mismo tono con que un enfermo nombra su
inconfesable enfermedad.
El soborno y el hacerse pasar por polica, son delitos, Harry.
Mir la claridad que lo rodeaba, como si sta lo hubiera traicionado. Una pequea
luna azul colgaba de un rincn del cielo, desvada como una impresin digital en el
vidrio de una ventana.
Una luz violenta, que casi consigui deslumbrarme, resplandeci desde el
desfiladero hacia nosotros. Pareca surgir de la cabeza de un hombre que estaba
parado, con una chica a su lado, en la terraza de la mansin de los Bagshaw. Durante
unos segundos, tuve la impresin de que tena enormes ojos redondos que haban
emitido la centellante luz. Me di cuenta de que nos estaba observando con unos
binoculares.
El hombre y la chica que estaba con l, vistos desde abajo, parecan pequeas
figuras de una torta de bodas. La altura y la distancia que nos separaba producan una
sensacin extraa, como si se tratara de personas inalcanzables, fuera del tiempo y
del espacio.
Harry Delito se desliz hacia su coche y trat de hacerla arrancar. Tuve tiempo de
abrir la puerta de atrs y sentarme en el gastado asiento de cuero.
A dnde vamos, Harry?
A ninguna parte apag el motor y dej caer las manos. Por qu no me
deja en paz?
Porque usted detuvo a un muchacho, aqu, anoche. Le dijo que era detective y
le hizo un montn de preguntas.
Guard silencio, mientras su rostro maleable ensayaba nuevas expresiones:
Hasta cierto punto soy un detective.
Dnde est su credencial?
Se llev la mano al bolsillo como para buscar algo, pero cambi de parecer.
No tengo nada admiti. Soy algo as como una especie de aficionado y
trato de ayudar a un amigo. Ella ellos, no me dijeron que podra haber dificultades.
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Despus de todo, creo que podremos llegar a un acuerdo. Mustreme su
licencia de conductor sac la billetera gastada y me entreg el documento.
Harry Hendricks
10750 Vanowen, Ap.12
Canoga Park, California
Sexo: masculino; color de cabello: castao; color de ojos: azul; altura: 1 metro 75; peso: 75 kilogramos;
casado: no; fecha de nacimiento: Abril 12 de 1928; edad: 38 aos.
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Y quin es la mujer que lo ha metido en esto?
Nadie dijo nada de una mujer.
Usted dijo ella.
Debo de haber estado pensando en mi mujer. Ella no tiene que ver en esto.
No le creo. Su licencia dice que usted no est casado.
Sin embargo lo estoy ese detalle pareca tener mucha importancia para l,
casi como si le negara ser miembro de la raza humana. Es un error en la licencia.
Ese da me olvid que me haba casado quiero decir que
Sus explicaciones fueron interrumpidas por el suave rumor de un coche bajando
por el serpenteante camino, hacia nosotros. Era el Bentley negro de Martel. El
hombre tras el volante tena puestos unos lentes oscuros, de forma rectangular, que le
cubran la parte superior del rostro, como un antifaz.
La chica que estaba a su lado tambin tena anteojos oscuros. Tena el aire de una
beldad rubia de Hollywood. Harry sac su cmara miniatura, que no era ms grande
que un encendedor. Atraves la calle y se par en medio del camino, ocultndola en
la mano derecha.
El conductor del Bentley se baj del coche, enfrentndolo. Era fuerte y
musculoso. Tena puesto un traje ingls de lana, que no estaba de acuerdo con su
bruido color oscuro. Con un tono de voz controlado y de leve acento extranjero,
dijo:
Puedo hacer algo por ustedes?
S, mire salir el pajarito Harry levant la cmara y tom la foto. Gracias,
Mr. Martel.
No le voy a contestar de nada la boca de labios gruesos de Martel hizo un
gesto desagradable: Dme la cmara, por favor.
Cualquier da! Cuesta ciento cincuenta dlares.
Para m vale doscientos dlares, con la pelcula que tiene adentro dijo Martel
. Me apasiona la vida privada pronunci la palabra privada con una prolongada r
nasal, como un francs. Pero era demasiado moreno para serlo.
Mir a la chica rubia que estaba en el coche. A pesar de que no poda verle los
ojos, sent que me miraba a travs del camino. La parte inferior de su cara permaneca
inmvil, como si temiera reaccionar ante la situacin. Tena la belleza muerta del
mrmol. Los clculos que Harry estaba haciendo in mente, casi se podan or.
Se la doy por trescientos dlares dijo.
Muy bien. Trescientos. Eso incluye cmo se dice? un recibo, con su
firma y direccin.
A ver, a ver
Tuve una rpida impresin de lo que era la vida de Harry: no saba detenerse
cuando iba ganando.
La chica se asom a la ventanilla del Bentley:
No te dejes engaar, Francis.
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Ni pensarlo! Martel, rpidamente, se abalanz sobre Harry, arrebatndole la
cmara. Dando un paso atrs la tir sobre el asfalto y la aplast con el tacn.
Harry estaba aterrado:
No puede hacer eso!
Pero lo hice. Es un hecho consumado.
Quiero mi dinero!
Nada de dinero. Pas dargent. Ren du tout.
Martel ascendi al coche negro y cerr de golpe la portezuela. Harry lo sigui,
gritando:
Usted no me puede hacer eso! Esa cmara no me pertenece. Me la tiene que
pagar!
Pgale, Francis dijo la chica.
No. No quiso aprovechar la oportunidad que le di Martel hizo otro
movimiento rpido. Su mano apareci en la ventanilla, con el ojo redondo de un
revlver asomando sobre el dedo ndice: igame, amigo. No me gusta ser
molestado por canallas. Si usted vuelve por ac o traspone los limites de mi domicilio
en cualquier forma, lo matar hizo un chasquido con la lengua.
Harry se alej de Martel. Retrocedi hasta el borde del camino, perdi pie y casi
se cae. Empujado por una falsa vergenza, se lanz como un corredor hacia el
Cadillac. Subi al coche jadeando y sudando.
Usted es testigo de que casi me mata
Tuvo suerte de que no lo hiciera.
Arrstelo! Vamos! No puede irse as no ms. Es un criminal barato. Ese papel
de francs que representa es tan falso como un billete de tres dlares.
Puede probarlo?
En este momento no. Pero ya lo voy a pescar a ese extranjero de piel oscura.
No va a irse as como as, despus de estropearme la cmara. Era valiosa y no me
pertenece estaba desolado: el mundo lo haba dejado de la mano por milsima vez
. Si fuera un verdadero polica, no se quedara sentado.
El Bentley se desliz desde el camino hacia la carretera. Una de sus ruedas pas
sobre la cmara, aplastndola. Martel se alejaba tranquilamente, rumbo a la ciudad.
Tengo que pensar qu es lo que hago dijo Harry, hablando consigo mismo.
Se quit el sombrero, como si ste limitara el alcance de sus planes, colocndolo
sobre las rodillas, igual que un mendigo. Las letras impresas en su forro de seda
indicaban que provenan de la tienda Haberdashery, de Las Vegas. La inscripcin
dorada en el borde de cuero deca L. Spillman. Pens: Harry ha robado ese sombrero
o su licencia de conductor es falsa. Se dio vuelta, mirndome como si hubiera odo mi
muda acusacin. Con hostilidad cuidadosamente clasificada, me dijo:
No tiene ninguna obligacin de quedarse aqu. No me ha servido de nada.
Le contest que lo vera despus en el hotel. La perspectiva no pareci alegrarlo
mucho.
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L
a avenida Laurel Drive corra encajonada entre cercas de plantas, como los
caminos en Inglaterra. Un seto de aligustre esconda de la calle el jardn de
Mrs. Fablon. All, en un ngulo alejado, una mujer que a la distancia pareca
hermana de Ginny, estaba sentada, almorzando con un hombre, bajo la gran sombrilla
que protega la mesa.
El hombre tena una larga mandbula, que se endureci al aparecer yo por el
camino. Se puso de pie, secndose la boca con una servilleta. Era alto y erguido. Su
rostro, a pesar de su apariencia huesuda y belicosa, resultaba distinguido.
Me retiro alcanc a orle decir, casi en un murmullo.
No tenga apuro por irse. No esperaba a nadie.
Tampoco yo dijo brevemente.
Arroj su servilleta sobre un plato de salmn con mayonesa a medio comer. Sin
pronunciar una sola palabra ms y sin mirarme, se alej hacia un Mercedes detenido
bajo un roble y subi, alejndose por el camino, opuesto a la entrada, de forma
semicircular. Proceda como un hombre feliz de haber encontrado un pretexto para
alejarse.
Mrs. Fablon permaneci tranquilamente en la mesa:
Quiere decirme quin es usted?
Mi apellido es Archer. Soy detective particular.
El doctor Sylvester lo conoce?
Si es as, yo, en cambio, no lo conozco a l. Por qu?
Se fue tan apresuradamente cuando lo vio
Lo siento mucho.
No se apene. El almuerzo no era un xito. No me diga que estn haciendo
vigilar a Audrey Sylvester.
Posiblemente. Pero no por m. La seora de Sylvester tendra motivos para
hacerla?
S, pero no en mi propia casa. El doctor Sylvester es mdico de mi familia
desde hace diez aos y la relacin entre nosotros es tan rutinaria y poco romntica
como un termmetro se sonri, satisfecha de su frase cuidadosamente elaborada.
Usted sigue a la gente, seor Archer?
La mir a los ojos para ver si estaba burlndose de m. Si lo haca, no lo
demostr. Eran ojos de color celeste plido impenetrable. Tena un inters especial en
ver sus ojos, porque no haba podido ver los de su hija. Aunque su mirada ya no era
joven, an reflejaba inocencia. Estaba hecha como para percibir solamente cosas
elegidas de antemano. Haca juego con el pelo teido con esmero de rubio y batido
como crema sobre su hermoso crneo, con la figura que ya no poda ser buena
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escondida bajo un traje demasiado juvenil y la cndida forma en que me dejaba
contemplarla. Bajo una aparente serenidad, estaba tensa.
Puedo ayudarlo? Dijo sonriendo a medias. Me busca por algo?
No le contest. Estaba tratando de encontrar una forma diplomtica para encarar
el asunto de Ginny y Martel.
Le sigo haciendo preguntas y usted no me contesta nada. Es as como actan
los detectives?
Tengo mi mtodo de trabajo.
Mtodos maravillosos para hacer preguntas? empezaba a sospecharlo.
Ahora, dgame, qu pregunta es la que est decidido a hacerme?
Tiene que ver con su hija Ginny.
Ya lo veo la expresin de sus ojos no vari: Sintese, si quiere me
indic la silla cromada que estaba frente a ella. Est Virginia en dificultades?
Nunca lo ha estado.
Para esa pregunta es que estoy buscando una respuesta.
Quin lo ha metido en esto? dijo, vivamente. Espero que no sea George
Sylvester.
Qu la induce a pensar que pueda ser l?
La forma en que se alej me miraba con atencin. Pero no es George, no
es cierto? Est locamente enamorado de Virginia todos los hombres lo estn, pero
no se comprometera a
Comprometerse a qu?
Frunci el ceo, moviendo apenas sus cejas delgadas, pintadas fuera de lugar:
Me est llevando a decir cosas que no quiero contuvo la respiracin. Ya
s, debe haber sido Peter, no es cierto?
No puedo decirlo.
Si fue Peter, es seal de que se encuentra ms desvalido de lo que parece. Fue
Peter, verdad? Ha estado todo el tiempo amenazando con contratar detectives. Est
loco de celos, pero no tena idea de que hubiera ido tan lejos.
No me parece que esto sea ir muy lejos. Me ha pedido que averige la vida del
hombre con quien su hija proyecta casarse. Supongo que conoce a Francis Martel.
Claro que lo conozco. Es fascinante.
No tengo ninguna duda en cuanto a eso, pero sucedi algo hace una hora que
parecera justificar que se lo investigue. Fui testigo de lo que sucedi en el camino,
frente a su casa. Un hombre trat de fotografiarlo. Martel hizo que se fuera,
apuntndole con un revlver. Amenaz con matarlo.
No lo culpo en absoluto aprob con calma.
Tiene la costumbre de amenazar a las personas con asesinarlas?
No sera asesinato sera en defensa propia lo dijo como repitiendo una
frase de otro. Habra motivos de sobra para lo que usted me cuenta, estoy segura.
No quiere que se sepa su identidad.
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Sabe usted quin es?
Me han pedido que guarde el secreto se toc los labios rojos con una ua que
tena el mismo color.
Quin es? El Delfn de Francia que desapareci?
Sin proponrmelo, haba logrado alarmarla. Se qued mirndome con la boca
abierta. De golpe record que quedaba mejor con la boca cerrada y la cerr.
No puedo decirle quin es dijo, despus de un momento. Podra tener
serias repercusiones internacionales el hecho de que descubrieran que Francis est
aqu una vez ms, pareca estar recitando. Estoy segura de que usted sabe lo que
hace, pero no estoy tan segura con respecto a Peter. Le voy a pedir que desista, que
abandone este asunto, Mr. Archer.
Ya no bromeaba. Su tono era grave.
Quiere darme a entender que Martel es una figura de la poltica?
Lo fue. Y volver a serlo cuando las condiciones se presten. Por ahora es
solamente un exiliado de su tierra natal termin diciendo, dramticamente.
Francia?
Es francs. No lo oculta en absoluto.
Pero su nombre no es Francis Martel, no es cierto?
Tiene derecho a usar ese nombre, pero no es el verdadero.
Cmo se llama?
No lo s. Pero es uno de los grandes apellidos de Francia.
Tiene usted pruebas para poder afirmar eso?
Pruebas? Me mir burlonamente, como si en ese momento le hubiera
bajado del cielo una sabidura superior. Uno no les pide pruebas a sus amigos.
Yo s.
Entonces, probablemente no tendr muchos. Veo que es desconfiado por
naturaleza. Usted y Peter Jamieson han de ser una buena pareja.
Hace tiempo que lo conoce?
Yo me refera a Martel, pero ella me entendi mal, creo que deliberadamente:
Peter ha estado bajo nuestros ojos, en esta casa, por ms de veinte aos. Le juro
que le he limpiado las narices durante todo ese tiempo. Cuando muri su madre
qued a mi cargo durante una temporada. Entonces era un muchachito. Pero los
chicos crecen y termin enamorndose de Ginny. No tena derecho de hacerlo. Ginny
no tiene, ni tuvo, ni tendr ningn inters en l. Peter venci su resistencia porque en
ese momento no haba nadie ms.
Sin embargo y a pesar de ella misma, yo vea que ocultaba cierta predileccin por
Peter, y se lo dije.
Por supuesto, uno termina por encariarse con cualquiera que ve diariamente
durante veinte aos. Tambin lo detesto, especialmente ahora. Mi hija tiene una
brillante oportunidad. Es una criatura hermosa Levant su barbilla con orgullo,
como si la hermosura de Ginny fuera propiedad de las dos, una especie de herencia
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. Y se merece esta oportunidad. No quiero que ni usted ni Peter la enturbien.
Yo no quiero enturbiar nada.
Suspir:
Podr convencerlo de que renuncie a seguir con esto?
No antes de investigar un poco ms.
Entonces promtame una cosa. Quiere manejar este asunto sin echar a perder
las cosas para Ginny? Lo que la une a Francis es algo muy brillante y limpio: no lo
empae.
No lo har, si en realidad es as.
Lo es, crame. Francis Martel reverencia la tierra que ella pisa. Y Virginia est
loca por l.
Me pareci sentir en el tono de su voz un sincero deseo de que as fuera y le
pregunt a quemarropa:
Por eso es que se fue con l este fin de semana?
Sus ojos azules, hasta ahora confiados, se apartaron de los mos.
No tiene derecho a hacer preguntas semejantes. Es usted un caballero o no?
Y Martel lo es?
Estoy cansada de usted y de sus indirectas, Mr. Archer se puso de pie. Era
una despedida.
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M
e dirig a la casa contigua, a la de los Jamieson. Era una mansin de estilo
espaol, pintada de blanco, lo que le daba la apariencia rida de una
institucin pblica.
La mujer que atendi la puerta, despus de varios llamados, tena puesto un traje
gris a rayas, que poda ser un uniforme, pero que no terminaba de serlo. Era de buen
ver y morena, con el aspecto levemente imperioso que se adquiere cuando se es la
nica mujer en una gran casa.
No necesitaba seguir llamando. Lo o la primera vez.
Y por qu no contest enseguida?
Tengo cosas ms importantes que hacer. Estaba poniendo un ganso en el horno
se limpi las manos grasientas en el delantal. Qu quiere?
Quiero ver a Mr. Peter Jamieson.
Padre o hijo?
Hijo.
Todava ha de estar en el Club de Tenis. Le preguntar a su padre.
A lo mejor podra hablar con Mr. Jamieson. Me llamo Archer.
Voy a ver.
Esper en el oscuro saln, sentado en una silla espaola, de alto respaldar, que
deba de haber salido de las mismas manos de Torquemada. Finalmente la casera
retorn, dicindome, algo sorprendida, que Mr. Jamieson me recibira. Me gui a
travs de pesadas puertas de roble, hasta una biblioteca cuyas ventanas, fuertemente
aseguradas, miraban hacia las montaas.
Un hombre, hundido en un silln, estaba junto a la ventana, leyendo un libro.
Tena el cabello gris y su cara era casi de ese mismo tono descolorido. Cuando se
sac sus lentes de leer y me mir, pude notar que su mirada era vaga y distante. Sobre
una mesita baja, a su lado, haba un vaso de whisky, por la mitad. Y a mano, en una
mesa ms grande, una botella de whisky y una jarra de agua. Not que la casera
miraba el vaso y la botella, como si encarnaran todo lo que ella odiaba. Tena los ojos
negros, de mirar violento; deba ser una dura enemiga.
Mr. Archer dijo.
Gracias, Vera. Hola, Mr. Archer. Sintese aqu me indic con la mano un
silln frente a l. Su mano, contra la luz, era casi trasparente. Le gustara tomar
algo, antes de que Vera se vaya?
Es muy temprano para m, gracias.
Yo no suelo beber tan temprano.
Vi que el libro que tena en sus manos estaba al revs. No haba querido que lo
sorprendiera ocupado nicamente en beber. Cerr el libro, dejndolo sobre la mesa.
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El Libro de los Muertos coment. Una tontera egipcia. Puede irse, Vera.
Tengo la habilidad suficiente para entretener solo a Mr. Archer.
S, seor respondi algo indecisa. Y se fue, golpeando la puerta con fuerza.
Vera es una mujer prepotente. Es el azote de mi existencia, pero tambin la
bendicin. No s cmo marchara esta casa sin ella. Ha sido como una madre para mi
pobre muchacho. Como sabr, mi mujer muri hace varios aos la piel, alrededor
de sus ojos, pareci arrugarse ms, como si el golpe de esa muerte fuera a caer de
nuevo sobre l. Bebi un largo trago de whisky para borrar la impresin.
Est seguro de que no quiere tomar algo?
Mientras trabajo no bebo.
S que est trabajando para mi hijo. Me consult antes de contratarlo y le
aconsej que lo hiciera.
Me alegro de que est enterado de todo. As no tengo que andarme por las
ramas. Cree usted que Francis Martel es un impostor?
Todos los somos, en cierta medida. No le parece? Mreme a m, por ejemplo.
Soy un bebedor solitario, como se habr dado cuenta. Cuanto ms bebo, ms me
cuesta ocultarlo. La nica manera de proteger mi integridad sera beber abiertamente
y aguantar despus la msica de Peter y tambin la de Vera.
Bueno, ya se sac ese peso de encima le dije, sonriendo. Pero eso no me
dice nada con respecto a Martel.
No s qu decirle. Todo lo que he aprendido de la gente, ha sido estudindome
a m mismo. Es un proceso largo y doloroso. Si Martel es un impostor, se est
arriesgando mucho.
Usted lo conoce?
A pesar de mi vida recluida, me llegan noticias del mundo de los hombres.
Parece que Martel ha conseguido despertar bastante inters local.
Cul es la opinin ms general?
Hay dos partidos. Siempre los hay. Eso es lo malo en las democracias. Tiene
que haber siempre dos opiniones para cada acontecimiento. Aquellos que conocen a
Martel y gustan de l, especialmente las mujeres, lo aceptan por su valor nominal,
como a un distinguido joven francs, con grandes recursos econmicos. Otros creen
que es poco ms o menos un fraude.
Un pjaro de cuenta?
Alz su mano trasparente:
No del todo. Pero no hay duda de que es un europeo culto.
Tampoco hay duda de que cuenta con recursos econmicos.
As es. Estoy enterado de que su depsito inicial en el banco fue de seis cifras.
S que usted forma parte del directorio del banco.
Con que me investig a m tambin? dijo, fingindose resentido. Me
hace un gran honor!
Lo supe accidentalmente, por intermedio de Mr. Mc Minn, cuando fui a cobrar
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un cheque. No podra usted averiguarme de dnde proviene el dinero de Martel?
Tratar de hacerlo.
Podra ser dinero prestado dije. He conocido hombres como l, que usan
dinero prestado, a veces por gngsters, para conseguir colocarse rpidamente en
alguna comunidad.
Con qu propsito?
S de uno que compr una compaa municipal de mnibus, saquendola y
provocando su bancarrota. En los ltimos aos han comprado hasta bancos.
Que yo sepa, Martel no ha comprado nada todava.
Excepto a Virginia Fablon.
Jamieson arrug la frente. Al tomar su vaso, not que estaba casi vaco y se puso
de pie para prepararse otro trago. Era alto, pero delgado y frgil. Se mova como un
hombre viejo, pero sospech que no era mucho mayor que yo. Tendra, a lo sumo,
cincuenta aos. Cuando hubo preparado la bebida, reconfortndose con parte de ella
volvi a sentarse en su silln.
Ginny tiene dinero? le pregunt.
Apenas lo necesario. No podra interesar a un cazador de fortunas. No es una
chica que necesite dinero para interesar a cualquier hombre. Es ms: ha rechazado
probablemente ms propuestas de matrimonio que las que suean muchas jvenes.
Francamente, me sorprend cuando acept a Peter y no me sorprend tanto cuando
rompi el compromiso. Trat de decrselo anoche. Estaba bien cuando eran dos
escolares. Pero una mujer joven y hermosa puede llegar a convertirse en una
maldicin para un hombre corriente sobre todo si lo deja la piel, alrededor de sus
ojos volvi a arrugarse: Usted ya sabr que es peligroso conseguir lo que se desea:
lo deja a uno listo para la tragedia. Pero mi pobre hijo est ciego. Los jvenes no
escarmientan viendo las desdichas de sus mayores.
Se estaba volviendo un tanto locuaz. Al mirar las montaas, por encima de su
cabeza, tuve una sensacin de irrealidad, como si el mundo iluminado por el sol se
hubiera alejado indefinidamente.
Estbamos hablando de los Fablon y de su dinero.
Jamieson hizo un esfuerzo ostensible para sobreponerse:
S, por supuesto. No deben tener mucho. Fueron gente de dinero, hace un
tiempo, pero Roy lo perdi todo en el juego. Se rumore que esa fue la causa de su
suicidio. Por fortuna, Marieta posee una pequea entrada personal. Tienen lo
suficiente como para vivir confortablemente, como le dije antes, pero, con seguridad,
les falta lo necesario para tentar a un cazador de fortunas. Deje de lado a un cazador
de fortunas con cien mil dlares depositados en el banco a su orden.
Basta con tener cien de a mil en el banco para que Martel pueda entrar en el
Club?
Al Club de Tenis? Por supuesto que no. Debe ser presentado, por lo menos,
por un socio y aceptado por la comisin.
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Quin lo present?
Creo que Mrs. Bagshaw. Se estila hacerlo cuando alguno de los socios alquila
su casa en la ciudad. No hay nada malo en eso.
Ni tampoco bueno. Usted acepta la idea de que Martel es algo as como un
refugiado poltico?
Muy bien podra serlo. Yo lo anim a Peter a contratarlo a usted, porque quera
satisfacer mi curiosidad. Y tambin porque quera que apartara de su vida todo ese
asunto con Ginny. Est dandolo mucho ms de lo que usted pueda imaginarse. Soy
su padre y he podido constatarlo. No habr sido un gran padre para l, pero conozco a
mi hijo. Y tambin a Ginny.
No quiere a Ginny de nuera?
Al contrario. Ginny le dara vida a cualquier casa incluso a sta. Pero mucho
me temo que no ame a mi hijo. Creo que acept casarse con l porque le tena
lstima.
Mrs. Fablon me dijo ms o menos lo mismo.
As que usted convers con Marieta?
Un poco.
Es una mujer ms seria de lo que aparenta. Tambin lo es Ginny. Ginny ha sido
siempre una joven muy responsable, aun de nia. En una poca sola sentarse aqu, en
mi estudio, a leer, todos los fines de semana.
El Libro de los Muertos?
No me sorprendera que as fuera.
Usted dijo que su padre se haba suicidado.
Si dijo Jamieson, movindose con inquietud en el asiento y tomando su vaso
de whisky como si la pequea muerte que ste le proporcionaba fuera una medicina
homeoptica contra la gran muerte que lo estaba esperando. La mortandad entre
mis amigos, este ltimo ao, ha sido horrorosa. Sin mencionar la de mis enemigos.
Qu era Fablon? Amigo o enemigo?
Roy fue mi amigo y muy buen amigo, durante una poca. Por supuesto que
desapruebo lo que les hizo a su mujer y a su hija. Ginny tena entonces diecisis o
diecisiete aos y fue para ella un golpe tremendo.
Cmo se mat?
Una noche entr al mar, completamente vestido. Encontraron su cuerpo diez
das despus. Los tiburones que rondaban por all lo haban dejado casi irreconocible
se pas la mano por la cara y tom un largo trago.
Usted vio el cadver?
Si. Hicieron que lo viera. Fue una experiencia muy humillante.
Humillante?
Es horrible darse cuenta de cmo somos los mortales y todo lo que el tiempo y
la marea pueden hacernos. Recuerdo an a Roy Fablon como a uno de los hombres
ms buenos mozos de Princeton y uno de sus mejores atletas.
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Lo conoci en Princeton?
Y muy bien, como que era mi compaero de pieza. En realidad yo fui uno de
los que lo trajeron a Montevista.
Me levant para irme, pero l me retuvo en la puerta:
Hay algo que debo preguntarle, Mr. Archer. Hasta qu punto conoce usted
Montevista? No me refiero a su topografa, sino socialmente.
No muy bien. Es demasiado rica, para mi gusto.
Entonces hay algo que debo decirle, como viejo montevistano que soy. Aqu
puede pasar cualquier cosa. Casi ha pasado de todo. En parte se debe al clima de
champaa y en parte, para serle franco, a la presencia de sumas de dinero excesivas.
Montevista ha sido, durante casi un siglo, un balneario internacional. Marajahs
destronados se codean con ganadores del Premio Nobel y los hijos de empacadores
de carne de Chicago se casan con los hijos de billonarios sudamericanos. En este
aspecto Martel no tiene nada de extraordinario. Es ms, comparado con alguno de los
ciudadanos de Montevista, es completamente normal. Tenga esto en cuenta.
Tratar de hacerla le di las gracias y me fui.
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E
l calor del da iba decreciendo con el sol. Acercndome al Club de Tenis,
poda sentir en la cara el aire fresco del Ocano. En lo alto del mstil del
edificio estaba flameando la bandera.
La mujer de la oficina me inform que probablemente Peter se encontraba en las
duchas. Lo haba visto regresar de la playa minutos antes. Poda esperarlo junto a la
piscina.
La reposera azul del baero estaba desocupada y me sent en ella. El viento de la
tarde haba hecho desertar a casi todos los tomadores de baos de sol. En lugar
alejado de la piscina, en un rincn guarecido detrs de una mampara de cristal, cuatro
seoras canosas jugaban a las cartas, con el gesto concentrado de los jugadores de
bridge. Las Parcas, ms una, pens, deseando haber tenido alguien cerca para
decrselo. Un muchacho alto, en pantaln de bao, que no tena el aspecto de un
posible oyente, sali de los vestuarios. Despleg ante m sus miembros estatuarios, en
el borde de la piscina. Su cara afable y simple, era desmentida por el matiz de
salvajismo que reflejaban sus ojos. Not que tena el cabello hmedo y estirado como
si acabara de peinarse.
Est Peter Jamieson adentro?
S. Se est vistiendo. Usted se ha sentado en mi silla, pero no importa. Puedo
sentarme ac palme los azulejos a su lado. Usted es su invitado?
Solamente lo estoy esperando.
Estaba corriendo en la playa. Le dije que lo tomara con calma. Hay que
entrenarse, primero.
Hay que empezar alguna vez.
Supongo que s. Yo no suelo correr mucho. Ablanda los msculos con
callado orgullo contempl sus pectorales bronceados: Me gusta parecer un tpico
baero californiano.
Ya lo parece.
Gracias dijo. He dedicado mucho tiempo y trabajo a lograrlo, como, por
ejemplo, largarme contra las olas encima de una tabla. Por las oportunidades que
tengo de hacerlo, es que tom este empleo. Tambin voy al colegio aadi.
A cul?
Al Colegio del Estado, que es el nico aqu en Montevista.
Quin es el encargado del departamento de francs?
No sabra decirle. Yo estoy estudiando publicidad comercial y bienes races. Es
muy interesante.
Me recordaba a esos rubios estpidos que alborotaban las campias de California,
cuando yo era de su misma edad.
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Usted quiere estudiar francs, seor?
No. Solamente busco respuestas para algunas preguntas.
Tal vez Mr. Martel, que es francs, pueda ayudarlo.
Est aqu?
S. Acabo de hablar con l tambin habla ingls, como usted y como yo.
Seal el segundo piso de la cabaa ms prxima al mar. A travs de su frente
abierto, poda ver un hombre movindose bajo la sombra del toldo. Llevaba en los
brazos un toldo multicolor.
Est sacando sus cosas dijo el baero. Le ofrec ayuda, pero no quiere que
me mezcle con el revoltijo de sus cosas personales.
Piensa irse?
Por lo pronto, va a dejar la cabaa. Lo lindo del caso es que me dijo que puedo
quedarme con todos los muebles que compr. Son muebles para tener afuera, pero
estn casi nuevos y deben haberle costado una fortuna. Van a quedar muy bien en mi
departamento. Todo lo que tengo por ahora es una bolsa-colchn para dormir. Todo el
dinero que gano se me va en los coches.
Coches?
Tengo un camioncito para ir a practicar surfing. Y mi pimpollo y yo tenemos
un coche sport para paseos fuera de la ciudad. Uno ahorra mucho tiempo con un
coche sport.
El muchacho me estaba enloqueciendo. Lo malo es que hay miles de esos
neoprimitivos, que no parecen formar parte del mundo moderno. Pero, como en un
relmpago, pens que, a lo mejor, estaban mejor adaptados al mundo moderno que
yo. Pueden vivir como salvajes felices en las playas, mientras las computadoras y
calculadoras mecnicas hacen todo el trabajo y toman todas las decisiones.
Por qu se va de su cabaa Mr. Martel? Parece muy buena.
Es la mejor. Desde all usted puede ver toda la costa, hasta el arrecife donde la
gente se lanza con tablas hacia las olas estir su brazo musculoso. Mr. Martel se
sienta rara vez all. Me dijo que sola largarse contra las olas en sus aos ms jvenes.
Dijo dnde?
Creo que en este mismo lugar.
Estuvo antes aqu?
No sabra decrselo. Por supuesto que no desde que yo trabajo.
Y no sabe por qu deja la cabaa?
No le gusta estar aqu. Siempre se quejaba de algo como ser que el agua de
la piscina era fra o que tendra que ser agua salada. Y, adems, no se llevaba bien
con algunos socios el muchacho se call. En su mente se rozaron dos hechos y esto
provoc una breve chispa: Oiga, no le diga a Peter Jamieson que Martel me regal
los muebles. No le gustara.
Por qu no?
Jamieson es uno de los que no se lleva bien con Mr. Martel. Dos veces casi se
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pelearon.
Por Ginny Fablon?
Me doy cuenta que usted conoce bien el asunto, no?
No. No lo conozco.
Mejor no se lo digo. Peter Jamieson se enterara y a m me daran una felpeada
por hablar de los socios.
Se senta en aprietos por todo lo que me haba contado. Una de las jugadoras de
bridge lo rescat de mis preguntas, gritando a travs de la piscina:
Stan! Quiere traernos cuatro cafs? Negros, eh
Se levant, alejndose.
Me puse los anteojos de sol y en medio de su repentina media luz, trep las
escaleras de maderas hasta el segundo piso. La mesa de bamb que estaba en el
centro de una de las habitaciones de Martel, se encontraba atestada de cosas: trajes y
salidas de bao, implementos de playa para hombre y mujer, patas de rana y visores,
botellas de whisky y coac, un pequeo calentador elctrico, un bastn de caa de
bamb. Martel sali de uno de los dormitorios llevando un pequeo televisor que
coloc sobre la mesa.
De mudanza?
Levant la vista rpidamente. Ahora yo tena puestos los anteojos oscuros y l no.
Sus ojos eran muy negros y brillantes. En ellos se concentraba la oscura y enigmtica
intensidad de su rostro. La nariz larga, levemente curvada, era a un mismo tiempo,
inquisitiva y afirmativa. No pareci reconocerme.
Y qu hay si me mudo? me dijo, ponindose en guardia.
Pensaba tomarla yo.
No va a ser posible. La tengo alquilada por toda la temporada.
Pero no la va a usar
Todava no lo he decidido.
Estaba hablando consigo mismo, ms que conmigo. Su oscura mirada pas sobre
m y se dirigi a la costa. Me di vuelta y la segu. Una ola azul, coronada de espuma
blanca, rompa sobre el arrecife. Ms all, una docena de muchachos, se arrodillaban
en sus tablones, como adoradores ante un dolo.
Se dedic a eso, alguna vez?
No.
Y caza submarina? He visto que tiene un equipo.
S. Un tiempo la hice.
Yo lo escuchaba con atencin. Se le notaba el acento, pero menos fuerte que
cuando tuvo el altercado con Harry Hendricks y no empleaba ninguna palabra en
francs. Desde luego, ahora estaba menos excitado.
Alguna vez se dedic a la caza submarina en el Mediterrneo? Dicen que se
origin all.
As es. Y all la practiqu. Ocurre que yo soy francs.
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De qu parte?
Pars.
Qu interesante! Yo estuve en Pars durante la guerra.
Tambin estuvieron un montn de norteamericanos me contest secamente
. Ahora, si me perdona, tengo que acomodar estas cosas.
Puedo ayudarlo?
No, gracias. Buenos das.
Se inclin cortsmente. Me alej por la terraza, tratando de analizar la impresin
que me haba hecho. Su pelo renegrido, su cara llena y lisa, la mirada alerta de sus
ojos, no le daban ms de treinta aos, pero tena la fuerza controlada y la reticencia
de un hombre de ms aos; no saba en qu edad situarlo.
Me abr camino por entre los vestuarios de la planta baja. A esa hora las clases
haban terminado, y un grupo de muchachitos se golpeaban con las toallas, gritndose
mutuamente horribles amenazas, acompaadas de carcajadas ms horribles aun. Les
dije que se callaran. Esperaron hasta que estuve fuera de su vista y volvieron a rerse
ms horriblemente que antes.
Peter se estaba haciendo el nudo de la corbata frente al espejo empaado por el
vapor. Al verme se volvi con una sonrisa, la primera que le vea. Estaba lustroso y
colorado.
No saba que haba llegado. Estuve corriendo en la playa.
Muy bien. Acabo de hablar con Martel. Est sacando las cosas de su cabaa.
Parece que piensa escaparse.
Con Ginny?
No quise preguntrselo. En circunstancias normales ni me hubiera acercado a
l. No es la mejor manera de actuar. Pero no tenemos mucho tiempo.
Haba logrado borrar la sonrisa de Peter, que se mordi los labios.
Tena la esperanza de que usted pudiera hacer algo para detenerlo.
Todava no he renunciado Lo peor es que no s qu preguntas hacerle.
Nunca estuve en Francia, ni recuerdo mucho de lo que estudi en los cursos
superiores.
Ni yo tampoco. Estudi unos aos con el profesor Tappinger, pero me aplaz.
Fue en la escuela que hay aqu?
Si, se crey obligado a contarme que pens ingresar en Princeton, pero fall en
los exmenes de admisin. Pero me gradu el ao pasado en el Colegio del Estado, de
Montevista.
Ginny deba graduarse este ao?
S. Abandon los estudios por dos aos, para trabajar como recepcionista con
el doctor Sylvester. Pero se cans y volvi al colegio.
Ese tal Tappinger era su profesor?
S. Es el profesor de casi todos los cursos de francs.
Es competente en la materia?
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Ginny pensaba que s y era una de sus mejores alumnas.
Entonces debera estar dispuesto a ayudarnos.
Le ped a Peter que arreglara una cita con el profesor para esa misma tarde. Le
dije que lo esperara en la playa de estacionamiento. No quera que Martel nos viera
retirarnos juntos.
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E
l seor Jamieson acaba de irse me dijo la mujer de la oficina. No s cmo
pudo escaprsele.
Tena una voz bien modulada y pareca sentir contrariedad. La mir con
ms detenimiento que antes. Era una mujer joven y atrayente, vestida con un traje
sastre de lana marrn. Su cabello oscuro enmarcaba un rostro ovalado, de expresin
mordaz. Estaba un poco entrada en carnes, pero eso era atribuible a su ocupacin
sedentaria.
Ya habl con el seor Jamieson, pero no se lo diga a nadie.
Por qu se me iba a ocurrir hacerlo?
Alguien podra preguntrselo.
Nunca comento con nadie las entradas o salidas de los socios y sus amigos.
Adems, no recuerdo su nombre.
Archer Lew Archer.
Me llamo Ella Strome el nombre que estaba en la plaqueta de su escritorio
deca: Mrs. Strome - Secretaria. Me vio mirndola y aadi, en un tono neutro: Ya
no estoy casada.
Yo tampoco. A qu hora sale a comer?
Hoy no salgo. Esta noche tenemos cena y baile aqu. Gracias de todos modos.
De nada.
En el estacionamiento, al lado de las canchas de tenis, Peter me esperaba en su
Corvette. El lugar estaba cerrado por un espeso enjambre verde de rboles de
eucaliptos y su leve aroma medicinal perfumaba el aire. De la media docena de
canchas solamente una estaba ocupada: un profesor, luciendo la camisa
reglamentaria, con la inscripcin Club de Tenis, le estaba enseando a una nia muy
pequea, cmo servir el juego, mientras su madre la vigilaba desde uno de los
costados.
El profesor Tappinger no est ni en su casa ni en su despacho dijo Peter.
Su mujer dijo que deba estar en camino.
Mientras puedo aprovechar el tiempo ac. Tengo entendido que Mrs. Bagshaw
vive en el Club.
S. En uno de los cottages me indic, a travs de los rboles, uno que estaba
al final del grupo.
Le ha hecho preguntas sobre Martel?
No.
Pero usted conoce bien a Mrs. Bagshaw?
No mucho. Conozco en general a todos los de Montevista coment sin
mucho entusiasmo. Creo que tambin todos me conocen a m.
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Atraves el bosquecillo de eucaliptos y luego una puerta de hierro, situada en una
cerca de estacas que cerraba una extensin de csped, cerca de la piscina. Ms o
menos una docena de chalets pintados de gris, estaban dispersados por el csped,
separados de sus vecinos por patios tapiados y macizos florecidos. Un mexicano de
baja estatura, vestido con un mono color kaki, manipulaba una manguera entre los
macizos.
Buenos das[1].
Es un lindo da me contest, mostrando una hilera blanca de dientes.
Levant la manguera hacia el cielo y cay un chorro de agua como un surtidor.
Busca a alguien?
A Mrs. Bagshaw.
Aquel es su cottage el techo estaba oculto a medias por una avalancha de
Santa Rita. Hace apenas unos minutos que regres.
Mrs. Bagshaw result ser una de las jugadoras de bridge que estaban cerca de la
piscina. Era, justamente, la que haba pedido los cafs, una seora muy despierta, de
alrededor de setenta aos.
No lo acabo de ver conversando con Stanley? me pregunt.
S, es cierto.
Y luego con el seor Martel?
S.
Y ahora conmigo? Est siguiendo un itinerario muy interesante sacudi sus
blancos rulos. No s si enorgullecerme o desconfiar.
No haga ninguna de las dos cosas, seora. Mi nombre es Archer y soy un
detective, como ya se habr dado cuenta.
Me hizo entrar a una salita que tena demasiados muebles. La alfombra oriental
que cubra el piso era tan buena que casi me apen tener que pisarla. Se dio cuenta de
que haba reparado en ella y me dijo:
No encaja para nada en este lugar. Pero no podra soportar la idea de dejarla.
Sintese. Me imagino que estar ya interesado en el deporte favorito del pueblo, que
es entrometerse en los asuntos particulares de Francis Martel.
Es mi profesin, seora, no mi deporte.
Quin lo hizo venir ac? dijo, bruscamente.
Una familia de la localidad.
Marieta Fablon?
S. Est muy interesada en el resultado de mis investigaciones.
Investigaciones es un nombre muy fino para lo que usted hace, Mr. Archer.
Prcticamente, est echando del pueblo a Mr. Martel. Es ese su propsito?
No.
Quisiera creerlo. Pues ya lo sabe: se va. Me lo dijo no hace quince minutos.
Ginny Fablon se va con l?
Baj la mirada hasta el regazo.
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No se habl de Miss Fablon para nada. Ya tiene veinticuatro aos. A su edad,
yo llevaba cinco aos de casada. Es perfectamente capaz de cuidarse y tomar
decisiones la voz, que le haba temblado un momento, recuper su fuerza. Es
ms capaz que muchas otras jvenes. Esa es mi opinin.
Entonces usted cree que se va con l?
No lo s. Pero creo que este es un pas libre.
Lo es para gente que sabe con quin y con qu tiene que luchar. No se pueden
tomar decisiones vlidas, si no se basan en hechos objetivos.
Sacudi sus rulos otra vez. Su rostro se endureci como si fuera de cemento:
No quiero escuchar una disertacin. Yo introduje a Francis Martel en los
crculos de Montevista y estoy satisfecha de haberlo hecho. Ese joven me gusta. Es
cierto que no puedo presentarle una copia de su rbol genealgico, pero estoy segura
de que tiene uno y muy bueno. Es uno de los jvenes franceses ms distinguidos que
conozco.
Entonces, es francs?
Acaso existe alguna duda al respecto?
Siempre existen las dudas, mientras no se aclaran los hechos.
Y usted es el rbitro principal de estos hechos, no es cierto?
Es natural que trate de serlo, en beneficio de mis propias investigaciones.
El nuestro fue un cambio de frases abiertamente afiladas y eso la hizo enojar.
Trat de borrar su enojo rindose de m:
Le gusta discutir, verdad?
Tal vez, aunque confieso que no me conduce a ninguna parte.
Porque no tiene ninguna parte adnde ir. nicamente porque Mr. Martel no
tiene el aspecto de otras personas, resuelven que hay en su pasado algn oscuro
secreto. Lo que les pasa a mis vecinos es bien simple: no tienen bastante que hacer y
viven como los isleos de Sicilia, sacndose los trapos al sol. Y si no hay bastante
ropa sucia para exhibir, la fabrican.
Me pareci que estaba insegura, pues de lo contrario no hubiera hablado tanto y
tan bien. De alguna manera se senta responsable de Martel. Lo dijo tras el silencio
que surgi entre nosotros:
Ha encontrado algo en contra de l?
An no.
Quiere decir que espera encontrar algo?
No lo s. Cmo fue que lo conoci? Por medio de negociantes en
propiedades?
Oh, no. Tenemos amigos comunes.
Ac, en Montevista?
En Washington me contest. Para ser ms precisa, en Georgetown. El
general Bagshaw y yo vivimos un tiempo all.
Y all usted conoci a Martel?
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No dije eso. Martel conoca antiguos vecinos nuestros se detuvo, mirndome
dubitativamente: No creo que deba darle el nombre de ellos.
Me ayudara, si pudiera drmelos.
No. Es gente muy buena y gentil y no quiero molestarla por una cosa as.
Martel se los dio como referencia. A lo mejor ellos no aprobaran eso. Puede
ser que ni lo conozcan.
Estoy segura que s.
Le dieron una carta de presentacin para usted?
No.
Entonces todo lo que tiene es la palabra de Martel?
Me parece me pareci que era suficiente. Habl de ellos con tanta
seguridad Pero la intranquilidad con que ahora me miraba, mostr que, al
acentuarse, iba destruyendo la confianza que tena en su propio juicio. Cree usted
sinceramente que Martel sea algo as como un impostor?
Eso es lo que me inclino a pensar. Trato de hacer que usted piense lo mismo.
Y as arrancarme un nombre contest
No necesitar ese nombre si usted me ayuda.
Qu quiere que haga?
Llame a sus amigos de Georgetown y pregnteles si conocen a Martel.
Levantando la cabeza, me mir:
Es una buena idea.
Hgalo, por favor. Es la nica pista que tengo.
Los llamar esta misma noche.
Puedo comunicarme con usted ms tarde?
S.
Siento haberla molestado.
No se preocupe. Es una cuestin de conciencia. Hice bien o mal? Por
supuesto, si nos detuviramos a pensar en las consecuencias de todo lo que hacemos,
terminaramos por no hacer nada.
Cundo piensa Martel irse de ac?
Lo antes posible; hoy o maana.
Dijo por qu se va?
No. Se manifest muy reticente. Pero yo s por qu lo hace. Todo el mundo
sospecha de l. No tiene amigos.
Con excepcin de Ginny.
Ni siquiera la nombr.
No dijo a dnde iba?
No.
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P
eter me aguardaba al lado de la verja. El profesor Tappinger estaba ya en su
casa, dispuesto a recibirnos. Viva en la ciudad portuaria anexa, en un barrio
pobre, cuya nica ventaja evidente era tener vista al mar. El sol, pesado y rojo,
estaba prximo a hundirse en el horizonte. Su imagen flotaba como fuego lquido
sobre el agua.
La casa de los Tappinger era un chalet pintado de verde, que a no ser por su color
diferente, era una rplica de cada una de las casas de la manzana. El camino que
conduca a la puerta del frente estaba trasformado en una pista para carrera de
obstculos con patines, una bicicleta, un triciclo. Abri la puerta una niita de seis o
siete aos. Tena los cabellos rubios y los ojos enormes llenos de curiosidad.
Dice pap que los espera en el estudio.
Nos gui, a travs de un living maltrecho, hasta la cocina. Una mujer estaba
agachada sobre la piscina, pelando papas, en una actitud entre pasiva y agresiva. Un
chico pequeo estaba prendido de sus rodillas, revolvindose. La mujer no prestaba
atencin ni al chico ni a nosotros. Era joven, bien parecida: no tendra ms de treinta
aos; se haba peinado hacindose una juvenil cola de caballo. Sus ojos azules se
posaron framente sobre m.
Est en el estudio nos dijo.
Y, con una rodilla, nos seal la puerta.
Entramos a un garaje trasformado en estudio, con las paredes cubiertas de
estantes con libros. Sobre la mesa de trabajo, tapada de libros y papeles, penda de
una cadena colgada del techo una lmpara fluorescente. El profesor estaba sentado
all, dndonos la espalda. No se dio vuelta cuando Peter le habl. Nos produjo la
impresin de estar interrumpiendo un importante trabajo intelectual.
Profesor Tappinger volvi a decir Peter.
Ya lo he odo contest. Haba impaciencia en su voz. Perdnenme un
minuto ms, por favor. Estoy tratando de terminar una frase.
Se rasc la cabeza con la punta de su lapicera e hizo unas anotaciones. Su cabello
castao cobrizo tena escarchados de gris los bordes. Cuando se puso de pie vi que
era de corta estatura y que fcilmente le llevara diez aos a su hermosa mujer. Con
su boca sensitiva y sus facciones ntidas, quiz tambin haba sido buen mozo. Pero
pareca como si saliera de una reciente enfermedad, cuya imagen atormentaba sus
ojos, detrs de los lentes para leer. Su apretn de manos fue fro.
Cmo est usted, Mr. Archer? Qu tal, Peter? Perdnenme por haberlos
hecho esperar tanto. Robo estos preciosos momentos de concentracin del flujo
bergsoniano. Con el peso de doce horas de enseanza y toda la preparacin que eso
implica, es difcil poder escribir algo. Envidio a Flaubert que poda darse el lujo de
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emplear todo un da en la bsqueda de la palabra exacta, le mot juste
Tappinger pareca tener el hbito profesional de no dejar de hablar. Lo interrump:
En qu est trabajando?
En un libro, si alguna vez tengo tiempo para hacerlo. El tema es la influencia
francesa en la literatura norteamericana moderna En este momento estudio el
discutido asunto de Stephen Crane. Pero eso no le interesara. Peter me dijo que usted
es detective.
S. Estoy tratando de obtener alguna informacin referente a un hombre
llamado Francis Martel. Lo conoce?
Lo dudo. Pero el apellido es verdaderamente interesante. Es uno de los
antiguos apellidos de Francia.
Se supone que Martel es francs. Segn su versin es un refugiado francs.
Qu edad tiene?
Alrededor de treinta aos se lo describ: Es un hombre de mediana
estatura, bien plantado. Pelo negro, ojos negros, cutis oscuro. Tiene un acento
francs, a veces fuerte, a veces dbil.
Y usted piensa que es simulado?
No lo s. Pero si es un simulador, ha engaado a muy pocas personas. Estoy
tratando de descubrir quin y qu es en realidad.
La realidad es una cosa engaosa dijo sentenciosamente Tappinger. Qu
quieren que haga escuchar su francs y determinar acerca de su autenticidad?
Hablaba en tono de broma, pero yo le respond muy seriamente:
Sera una buena idea, de poder llevarla a cabo. Pero Martel est a punto de salir
de la ciudad. Pienso que si usted pudiera preparar algunas preguntas que slo un
francs instruido pudiera contestar
Quiere que le prepare un test, no es eso?
Con sus respuestas.
Creo que puedo hacerlo. Cundo lo necesita? Maana?
Ahora mismo.
Eso es simplemente imposible.
Pero es que puede irse en cualquier momento
No puedo ayudar en eso! La voz de Tappinger se agudiz como la de una
mujer. Esta noche tengo que leer cuarenta deberes esos burcratas del colegio ni
siquiera me facilitan un estudiante lector. No tengo tiempo ni para mis propios hijos.
De acuerdo. Dejmoslo. Para empezar, no era una buena idea.
Pero tenemos que hacer algo dijo Peter. Me gustara pagarle por su
tiempo, profesor.
No quiero su dinero. Todo lo que quiero es el uso libre de mi tiempo.
Tappinger estaba, prcticamente, gimiendo. Su mujer abri la puerta de la cocina
y nos mir. Su rostro se haba fijado en una expresin de inquietud que, de algn
modo daba la impresin de haberse embotado por el influjo de la costumbre.
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Pasa algo malo, pap?
No pasa nada. Y no me llames pap. No soy mucho ms viejo que t.
Ella se encogi de hombros con un gesto de desprecio bsico, mirndome:
Qu es lo que pasa aqu?
Parece que pusimos nervioso a su marido. No vinimos en buen momento.
Tappinger, en tono ms tranquilo, le dijo a su mujer:
No es nada para que te preocupes, Bess. Se supone que debo preparar unas
preguntas para probar los conocimientos de francs de cierta persona.
Eso es todo?
S.
Mrs. Tappinger cerr la puerta de la cocina. Tappinger se volvi hacia nosotros:
Disclpenme por haberles levantado la voz. Tengo dolor de cabeza se apret
la frente con su plida mano. Creo que podr hacerles el trabajo ahora he
gastado el doble de energa slo hablando de hacerlo, pero no comprendo el apuro.
Martel se lleva a Ginny dijo Peter. Debemos detenerlo.
Ginny?
Tappinger pareci perplejo.
Pens que usted ya le haba hablado de ella, Peter.
Trat de hacerlo por telfono, pero no quiso orme se dirigi a Tappinger:
Recuerda a Virginia Fablon, profesor?
Naturalmente. Tiene algo que ver en esto?
Bastante. Piensa casarse con Martel.
Y usted est enamorado de ella, no es eso?
Peter se sonroj:
S, pero no hago esto por egosmo. Ginny no se da cuenta del peligro que corre.
Ha hablado ya con ella de este asunto?
He intentado hacerlo, pero est enamoradsima de Martel. l fue el causante de
que abandonara el colegio el mes pasado.
Yo cre que estaba enferma. Por lo menos eso fue lo que se dijo en el colegio.
No le sucede nada dijo Peter. Martel es su enfermedad.
Y cul es la opinin de ella sobre su pretendida nacionalidad?
Ginny est ciega por Martel.
Si ella lo acepta como francs, es porque es francs. La seorita Fablon tiene
un dominio perfecto de ese idioma y no puede equivocarse.
Martel podra ser las dos cosas a la vez, francs y simulador dije yo.
Estamos tratando de descubrir si es en realidad el aristcrata cultivado que pretende
ser.
Por primera vez Tappinger pareci interesado:
Eso podra ser factible. Djenme hacer la prueba se sent ante la mesa
atiborrada, tomando la lapicera. Concdanme slo diez minutos, caballeros.
Salimos, dirigindonos al living. Mrs. Tappinger nos sigui, con el nio de tres
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aos a la rastra.
Est bien, pap? me pregunt, con una voz infantil, tan finita y suave, que
sonaba como una parodia de ella misma.
Creo que s.
Desde el ao pasado no ha estado bien. No lo tuvieron en cuenta para titular de
la ctedra. Fue una terrible desilusin. Trata de desahogarse con cualquiera bueno,
cualquiera que est a mano. Especialmente conmigo hizo su caracterstico
encogimiento de hombros. Esta vez su gesto de desprecio pareca dedicado a ella
misma.
Por favor dijo Peter, molesto. El profesor Tappinger ya se ha disculpado
con nosotros.
Eso est bien. En general no lo hace. Sobre todo cuando estamos en familia.
Se refera al comportamiento de Tappinger con ella. Era de s misma de quien
quera hablar. Y era conmigo con quien quera hacerlo. Su cuerpo apoyado en el vano
de la puerta, las miradas de soslayo de sus ojos azules, los movimientos desanimados
de su boca, ms que las palabras que sta pudiera pronunciar, decan que era una
bella durmiente, prisionera en una casa del suburbio, junto a un profesor
temperamental que no haba llegado a ser titular de una ctedra.
El nio de tres aos volvi a acometerla, cindole el vestido de percal sobre sus
redondos muslos.
Usted es una linda chica dije, mientras Peter permaneca junto a nosotros
como un chapern.
Lo era hace doce aos, cuando me cas con l dijo, haciendo un movimiento
con la cadera. Alz al nio, llevndoselo a la cocina, como si cargara con el peso de
su arrepentimiento.
Una mujer casada, con un nio a cuestas, no era precisamente mi plato favorito,
pero ella me interesaba. Ech una ojeada al living. Era astroso, con su alfombra
gastada y los destartalados muebles de roble. Las paredes estaban virtualmente
empapeladas con reproducciones de los post-impresionistas, visiones de un mundo
idealmente brillante.
La puesta de sol, en la ventana, competa en brillo con los Van Gogh y los
Gauguin. El sol arda como un barco de fuego en el agua, hundindose lentamente,
hasta que slo un humo rojo qued flotando en el cielo. Una barca de pescadores
entraba al puerto, negra y pequea, contra el grandioso poniente. Arriba, su
resplandor despert a unas cuantas gaviotas, que giraron como chispas de su fuego
extinguido.
Estoy preocupado por Ginny dijo Peter a mis espaldas.
Yo tambin lo estaba, aunque no lo deca. Tena fresco ahora, en mi memoria, el
preciso instante en que Martel haba amenazado con el revlver a Harry Hendricks y
que en aquel momento no me haba parecido tan real. Por otra parte, la idea de
examinar a Martel en francs me pareci absurda e intil.
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Un muchacho, de unos once aos, hizo su entrada por la puerta del frente.
Pisando con fuerza y dndose importancia, se dirigi a la cocina, para anunciar a su
madre que se iba a la casa de al lado a ver televisin.
No, no vas a ir el severo tono maternal que empleaba ahora, era diferente por
completo, al que haba usado para dirigirse a m o a su marido. Te quedars aqu.
Ya casi es la hora de comer.
Estoy muerto de hambre me dijo Peter.
El chico le pregunt a su madre por qu ellos no tenan televisin, como sus
vecinos.
Por dos razones. Ya hemos hablado de esto antes. Uno: tu padre no aprueba la
televisin. Dos: no podemos comprarla.
Ustedes siempre estn comprando libros y discos. La televisin es mejor que
los libros y los discos.
Te parece?
Mucho mejor. Cuando compre mi propia casa voy a tener televisin en colores
en cada habitacin. Y ustedes podrn venir a mirarla concluy, con magnificencia.
Tal vez lo hagamos entonces se abri la puerta del estudio y qued
terminado el entredicho.
El profesor Tappinger entr, agitando una hoja de papel en cada mano.
Las preguntas y las respuestas dijo. He elegido cinco preguntas que todo
francs bien instruido tiene que saber contestar. Creo que a no ser un estudiante
francs ya graduado, nadie podra hacerlo. Las respuestas son lo suficientemente
simples como para que ustedes puedan comprobarlas sin necesidad de saber mucho
francs.
Perfecto. Lo escuchamos, profesor.
Empez a leer en voz alta:
Primera: Quin escribi originariamente Les Liaisons dangereuses y quin hizo
la versin moderna cinematogrfica? Choderlos de Laclos escribi el original, y
Roger Vadim hizo la pelcula.
Segunda: Complete la frase: Hypocrite lecteur
Respuesta: Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frre (del primer poema Fleurs
du mal, de Baudelaire).
Tercera: Nombre de un gran pintor francs, que crea que Dreyfus era culpable.
Respuesta: Dgas.
Cuarta: Qu glndula design Descartes como residencia del alma humana?
Respuesta: La glndula pineal.
Quinta: Quin fue el principal responsable de que Jean Genet saliera de la
crcel? Respuesta: Jean-Paul Sartre.
Es algo as lo que usted haba pensado?
S. Pero me parece que el acento se ha cargado en un solo sentido. No debera
haber algo sobre poltica o historia?
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No estoy de acuerdo. Si el hombre es un impostor que se quiere hacer pasar por
refugiado poltico, lo primero en que se preparara es en historia y poltica. Mis
preguntas son ms sutiles y abarcan un mbito que requiere aos para ser conocido
su mirada se anim: Quisiera poder hacerle las preguntas yo mismo.
Tambin a m me gustara que se las hiciera. Pero puede ser peligroso.
Realmente?
Martel amenaz a un hombre con un revlver, el otro da. Pienso que es mejor
que me deje a m ir contra l.
Y yo dijo Peter. Insisto en ir con usted.
Tappinger nos acompa hasta nuestros coches, como para hacerse perdonar su
anterior impaciencia. Pens ofrecerle dinero por su trabajo, cinco o diez dlares, pero
decid no arriesgarme. A lo mejor solamente consegua hacerle recordar que
necesitaba dinero y volver a enojarlo de nuevo.
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S
egu al Corvette de Peter tierra adentro, hasta el pie de las colinas, cuya masa
haba sido absorbida a medias por la sombra azulada de las montaas. Unas
pocas luces, tan brillantes como las estrellas del anochecer, estaban
diseminadas en sus laderas. Una de ellas estaba encendida en la casa de Martel.
Peter se detuvo cerca del buzn, donde el nombre, grabado en letras negras,
apareci a la luz de los focos delanteros: Mayor General Hiram Bagshaw, U.S.A.
(R.). Apag los focos, saliendo del coche. El silencio de la noche vibraba como un
cristal. Un grito descarnado y agudo nos lleg desde la casa. Podra haber sido un
pavo real, o el alarido de una muchacha.
Peter corri hacia m:
Es Ginny! La oy?
O algo.
Trat de persuadirlo que esperara en su coche. Pero insisti en subir a la casa
conmigo. Era un edificio slidamente construido, con piedra y vidrio, sobre una
plataforma excavada en el suelo del can. Un reflector colocado sobre la puerta,
iluminaba el patio de lajas donde estaba estacionado el Bentley. La puerta de la casa
se encontraba abierta.
Peter hizo ademn de entrar y lo detuve:
Tranquilcese. Va a conseguir que lo maten.
Ginny es mi novia dijo, sin recordar que ese era un hecho que perteneca ya
al pasado.
La muchacha apareci en el vano de la puerta. Tena puesto un traje gris del tipo
del que las mujeres usan para viajar. Sus movimientos eran vacilantes, y sus ojos un
poco apagados, como si acabara de llegar de un viaje demasiado lejos y demasiado
precipitado. Tal vez porque la luz que le daba sobre la cara era muy fuerte, su cutis
apareca gris y como granuloso. Tena la clase de belleza forma de la cabeza,
declive de los pmulos y de la barbilla, curva de la boca frente a la cual cualquier
otro detalle perda importancia.
Se detuvo en los escalones de cemento con una especie de elegancia descuidada.
Peter se acerc a ella y trat de rodearla con un brazo. Soltndose, Ginny le dijo:
Te dije que no vinieras aqu.
Fuiste t la que gritaste, no es cierto? Te hizo mal?
No seas tonto. Vi una rata se dio vuelta y me mir con sus ojos sin brillo.
Quin es usted?
Mi apellido es Archer. Est Mr. Martel?
No creo que quiera verlo.
De todos modos, dgale que estoy aqu. Todo lo que quiero es que me d la
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oportunidad de hablar con l.
Ginny se dirigi a Peter:
Por favor, vete y llvate a tu amigo contigo. No tienes ningn derecho a
inmiscuirte en nuestros asuntos tuvo un pequeo estallido de ira: Vete ahora
mismo, o no te volver a hablar nunca ms!
La enorme cara de Peter se contorsion por s sola bajo la luz, como si quisiera
trasformar su vulgaridad adoptando una expresin de hombre cabal:
No me importara Ginny, siempre que estuvieras a salvo.
Estoy perfectamente a salvo con mi marido dijo, adoptando un aire modesto
a la espera de la sorpresa de Peter.
Te casaste con l?
Nos casamos el sbado. Y en mi vida he sido ms feliz dijo, sin evidenciar
ningn signo de felicidad.
Puedes anular ese matrimonio.
Parece que no te das cuenta: amo a mi marido su voz era suave pero haba en
ella un tono hiriente que lo hizo retroceder: Francis tiene todo lo que yo he soado
en un hombre. T no puedes cambiar nada. Y, por favor, deja de intentarlo.
Gracias, ma chrie era Martel, hablando con su acento francs ms neto. No
caba duda de que haba estado esperando el mejor momento para hacer su entrada.
Apareci detrs de Ginny y la tom del brazo. Su mano, contra la manga gris clara de
ella, pareca tan oscura como un brazalete de luto.
Peter empez a morderse los labios. Me puse cerca de l. Fuera aristcrata francs
o aventurero barato, el marido de Ginny era un hombre al que sera peligroso golpear.
Felicitaciones por su casamiento dije, sin mucha irona.
Se inclin, tocndose el pecho:
Merci beaucoup.
Dnde se casaron?
En una sala de juzgado; nos cas el juez en persona. Esa es la forma legal,
segn creo.
Quise decir en qu poblacin
La poblacin no interesa. Usted sabe que la vida tiene momentos ntimos y le
confieso que a m me apasiona la intimidad, pasin que mi querida mujer comparte
la mir sonriente, inclinado hacia su rostro. Cuando dirigi su mirada a m, su
sonrisa haba cambiado. Ahora era amplia y burlona: No nos encontramos hoy, en
la piscina?
As es.
Este hombre estuvo aqu antes coment Ginny cuando aquel tipo quiso
fotografiarte. Lo vi en el auto del tipo.
Martel dio vuelta por detrs de su mujer y se me acerc. Yo pensaba si entrara en
juego su pequeo revlver. Tambin me preguntaba qu lquido negro era el que
haba dejado la huella incompleta de un pie en la escalinata de concreto. Otro poco de
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ese lquido brillaba en el tacn del zapato derecho de Martel.
Puede saberse quin es usted, monsieur? Y qu le da derecho a hacer
preguntas?
Le dije mi nombre.
Soy detective y estoy contratado para hacerlas.
Contratado por ese?
Y lanz sobre Peter una perversa mirada de desprecio.
Es cierto dijo Peter. Y nos mantendremos detrs de usted hasta saber qu
es lo que quiere.
Ya tengo lo que quiero se volvi hacia Ginny, extendiendo un brazo. Pareca
una pequea escena de una pera ligera, ms que dramtica. Era como si estuvieran
por entrar enseguida los alegres aldeanos, para agruparse en la danza nupcial.
Como para alejarlos, yo le dije:
Permtame una pregunta que me interesa en este momento lo que tiene en el
tacn, es sangre?
Se mir el zapato, encarndose luego, rpidamente conmigo:
Espero que sea sangre.
Los dedos curvados de las dos manos de Ginny se haban alzado hasta su boca,
como si otro grito parecido al de un pavo real estuviera por brotar de su garganta.
Martel, con entonacin suave y tranquila, contest:
Una rata asust a mi mujer, como ella ya les ha contado. La mat.
Con el tacn?
S golpe con los pies en el asfalto: Soy esgrimista y tengo pies bastante
rpidos.
Apostara a que dice la verdad. Puedo ver la rata muerta?
Ser muy difcil encontrarla, casi imposible. La tir entre la maleza, para que la
comieran los gatos monteses. Aqu, en la montaa, hay animales salvajes, no es
cierto, ma chrie?
Ginny baj sus manos, asintiendo. Miraba a Martel con una mezcla de respeto y
temor. Quiz esta es una forma del amor, pens, pero no una de las formas habituales.
La voz de Martel llen de nuevo el silencio:
A m y a mi mujer nos encantan los animales salvajes.
Pero no las ratas.
No. Las ratas no me mostr su ancha sonrisa sarcstica. Sobre ella, sus ojos
y su fuerte nariz parecan estar sometindome a prueba: Puedo ahora persuadirlo
de que se vaya, Mr. Archer? Ya he tenido bastante paciencia con usted y sus
preguntas. Y por favor, llvese a se consigo.
Seal con la cabeza a Peter, como si el joven gordo no perteneciera del todo a la
raza humana.
Por qu no le hace las cinco preguntas? me dijo Peter.
Martel levant las cejas:
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Cinco preguntas? Sobre m?
No se trata precisamente de eso.
Ahora que haba llegado el momento de hacerlas, las preguntas me parecan
infantiles, casi ridculas. La nota ligera con la que haba empezado la funcin, se
estaba trasformando en pera bufa. El patio, bajo la luz, rodeado por el anfiteatro del
can, pareca un escenario donde nada real poda suceder.
Las preguntas son sobre cultura francesa le dije de mala gana. Me
aseguraron que un francs bien instruido debera saber contestarlas.
Usted duda de que yo sea un francs instruido?
Esta es la ocasin para probarlo de una vez para siempre. Quisiera darle un
vistazo a estas preguntas?
Por qu no? Pour quoi pas? dijo, encogindose de hombros.
Saqu las dos hojas de papel.
Primera: Quin escribi originalmente Les Liaisons dangereuses y quin hizo
la versin moderna cinematogrfica?
Les Liaisons dangereuses dijo lentamente, corrigiendo mi pronunciacin.
Choderlos de Laclos escribi la novela. Roger Vadim hizo la versin cinematogrfica.
Tengo entendido que Vadim colabor con Roger Vailland, en el libreto. Le basta con
eso o quiere que ample el informe contndole el argumento? Es bastante complejo,
una mezcla de diablica intriga sexual y corrupcin de la inocencia.
Su tono era sarcstico.
Por el momento no le vamos a prestar atencin a ese argumento. Segunda
pregunta: Complete la frase: Hypocrite lecteur
Hypocrite Lecteur, mon semblable, mon frre Hipcrita lector, mi hermano,
mi comment--dire? mi doble? dijo, apelando a Ginny.
Imagen en un espejo dijo ella, con una sonrisa a medias. En el comienzo
de Les Fleurs du mal.
Si quiere, puedo recitar le muchos de esos poemas.
No es necesario. Tercera: Nombre un gran pintor que crea que Dreyfus era
culpable.
Dgas es el ms importante que yo recuerdo.
Cuarta: Qu glndula design Descartes como residencia del alma humana?
La glndula pineal Martel tuvo una sonrisa: Es un tema oscuro, pero da la
casualidad que leo a Descartes casi todos los das de mi vida.
Quinta: Quin fue el mayor responsable de que Jean Genet saliera de prisin?
Creo que usted se refiere a Jean-Paul Sartre. Cocteau y otros tambin dieron
una mano. Eso es todo?
Todo. Ha ganado cien puntos.
Me premiarn ahora, desapareciendo?
Contsteme una pregunta ms, ya que es tan bueno contestando. Quin es
usted y qu hace aqu?
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Se puso tenso.
No tengo ninguna obligacin de contestarle.
Pens que le gustara terminar con los rumores.
Los rumores no me molestan.
No es el nico que ahora los provoca, ya que se ha casado con una chica de la
localidad.
Entendi mi punto de vista:
Muy bien. Le voy a decir por qu estoy aqu, como cambio en un quid pro quo.
Dgame: quin es el hombre que intent fotografiarme?
Su nombre es Harry Hendricks. Es un vendedor de coches usados, que
proviene del Valle de San Fernando.
Martel se mostr intrigado:
Nunca o hablar de l. Por qu quera retratarme?
En apariencia alguien le pag para que lo hiciera. No me dijo quin haba sido.
Puedo adivinarlo dijo Martel enigmticamente. Sin duda ha sido pagado
por los agentes de le grand Charles.
Quin?
Mi enemigo, el presidente De Gaulle. Me ech de mi patrie patria Pero mi
exilio no le basta. Quiere mi vida.
Su tono era bajo y escalofriante. Ginny se estremeci. Hasta Peter pareca
impresionado.
Qu tiene De Gaulle en contra suya? le pregunt.
Soy una amenaza para su poder.
Usted forma parte de la banda argelina?
No somos una banda me replic, con calor. Somos Cmo podra
decirle? una sociedad de patriotas. Charles de Gaulle es el verdadero enemigo del
pueblo. Pero ya he hablado bastante, incluso demasiado. Si sus agentes me han
seguido hasta aqu, debo alejarme de nuevo.
Se encogi de hombros aparatosamente. Miraba las colinas oscuras y el cielo
estrellado. Fue una mirada de despedida, conscientemente dramatizada, como si las
estrellas formaran parte de su auditorio. Entrando en el crculo de sus brazos, Ginny
dijo:
Me voy contigo.
Ya saba que no me permitiran quedarme en Montevista. Hubiera sido
demasiado hermoso. Pero me ir llevndome una parte de su belleza conmigo.
Martel bes los cabellos de Ginny, que caan como un plido velo de seda. Ella se
apoy contra l, y las manos del hombre fueron hasta la cintura de la muchacha.
Peter, exhalando un gemido, se apart, encaminndose a mi coche.
Le pido que nos excuse me dijo Martel. Tenemos que hacer nuestros
planes. Ya he contestado a todas sus preguntas, no es as?
Para terminar, no podra mostrarme su pasaporte?
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Quisiera poder hacerlo dijo, extendiendo sus manos a ambos lados de Ginny
. Pero no puedo. Dej Francia diremos en una forma nada oficial.
Cmo pudo sacar su dinero?
Dej buena parte. Pero mi familia tiene propiedades en otras partes del mundo.
Martel es su nombre de familia?
Levant sus manos, con las palmas hacia arriba, como un hombre capturado:
Mi mujer y yo hemos tenido bastante paciencia con usted. No querr que me
ponga impaciente. Buenas noches.
Hablaba tranquilamente, pero con toda su fuerza sustentando sus palabras.
Entraron a la casa, cerrando tras ellos la pesada puerta. Mientras me diriga a mi
auto, ech un vistazo al frente del Bentley. No estaba visible ninguna tarjeta de
registro. Las cosas que Martel haba sacado de la cabaa estaban apiladas en el
asiento trasero. Esto indicaba que proyectaba salir pronto.
No haba nada que yo pudiera hacer. Me sent al lado de Peter. Retroced hasta el
camino. Peter, con la cabeza agachada, se mantena en silencio. Cuando me detuve
frente al buzn, se dirigi a m con una especie de violenta embestida:
Crey lo que dijo?
No lo s. Y usted?
Pero Ginny lo cree dijo pensativa mente. Y ella lo conoce mejor que
nosotros. Es un hombre muy convincente.
Demasiado convincente. Tiene una respuesta para todo.
No significa eso que est diciendo la verdad?
Habla demasiado. Un hombre en su posicin, perseguido por el gobierno
francs por complotar contra De Gaulle, no divulgara sus secretos con nosotros. Si
fuera inteligente, ni siquiera se lo dira a su mujer. Y Martel es inteligente.
Me di cuenta por la forma con que contest las preguntas del profesor. Cul es
la explicacin de esto, si est mintiendo? A quin trata de engaar?
Tal vez a Ginny. Se ha casado con ella.
Peter suspir.
Tengo hambre. En realidad no he comido nada desde el desayuno saliendo
de mi coche, se dirigi hacia su Corvette. Pate algo que hizo un ruido metlico.
Busqu, en medio de la oscuridad. Era la cmara fotogrfica que Martel haba
aplastado con su automvil. La levant y me la met en el bolsillo.
Qu est haciendo? dijo Peter.
Nada. Curioseando un poco.
Estaba pensando que esta noche sirven comida en el Club. Si come conmigo,
podemos decidir qu hacemos.
Su lgubre compaa estaba volvindose un poco cansadora. Pero tambin yo
estaba hambriento.
All me reunir con usted le dije.
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M
e detuve en el camino. A quinientos metros de la carretera que conduca a
lo de Martel, un auto estaba estacionado en la oscuridad, bajo un roble. Sus
lneas se parecan a las del Cadillac de Harry Hendricks y cuando baj para
mirarlo ms de cerca con mi linterna, vi que lo era.
No haba nadie en el decado Cadillac, y nada en su guantera, a no ser un mapa,
tan viejo como el Cadillac, de los caminos sin peaje de Los ngeles. Con toda
seguridad Harry haba sacado el auto en prstamo, del negocio de autos usados donde
trabajaba.
Levant la capota al tocar el motor, sent que estaba caliente. Me imagin a Harry
saltando entre las malezas, cerca de la casa de Martel. Iba a esperarlo, pero mi
estmago se decidi en contra. Ms tarde vera si estaba en el Hotel Breakwater.
Fui a lo de la seora de Bagshaw antes de comer. Estacion mi coche al lado de
las canchas desiertas de tenis y me dirig, entre los rboles de eucaliptos, hacia su
cottage. Apareci en la puerta con un traje crujiente y armado y una hilera de perlas
descansando framente sobre su pecho abultado.
Estaba por salir. Hice el llamado que usted me pidi pareca que algo la
haba trastornado un poco. Bajo su rouge o quizs a causa de l, pareca de ms edad.
Me dijo, casi sin mirarme a los ojos: Mis amigos de Georgetown no conocen a
Francis Martel, al menos bajo ese nombre. No alcanzo a comprenderlo. Hablaba de
ellos con tanto gusto y familiaridad. Adems, mostr conocer la casa perfectamente.
Puede haber conseguido esa informacin por medio de algn sirviente.
Pero conoce muy bien Georgetown me respondi. No puedo equivocarme
con respecto a eso. Y an sigo convencida de que conoce a los Plimsoll, mis amigos
de Georgetown.
Les hizo una descripcin de Martel?
Habl con el coronel Plimsoll y trat de describrselo. Pero es muy difcil
hacerlo, especialmente cuando se trata de latinos. A m me parecen todos iguales. El
coronel me pregunt si poda enviarle una foto. Sera posible?
Lo siento, pero no tengo ninguna.
Entonces no s qu ms puedo hacer hablaba como disculpndose, como
queriendo rechazar una culpabilidad que resultaba as ms evidente. Yo no puedo
hacerme responsable de l ni de la seorita Fablon. La gente debe cuidarse a s misma
en este mundo.
Sin embargo, los de ms edad tratan de velar por los jvenes.
Yo llev adelante a mi propia familia me dijo, con seriedad. A veces en
condiciones que me rehso a describir. Que Virginia haya hecho una eleccin
desafortunada no es para sorprenderse mucho. Su padre hizo lo que hizo cuando ella
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tena la edad en que era ms vulnerable. Y aun en vida, Roy Fablon no era
precisamente una ganga sacudi sus rulos: Me estn esperando a cenar. Le ruego
que me excuse.
La palabra pareci tener un doble significado: excuse, perdone.
Camin alrededor de la piscina, dirigindome al comedor. Un grupo de gente que
respiraba riqueza, entr antes que yo. Desde su asiento detrs del escritorio, Bella
Strome saludaba a cada uno por su nombre. Pero estaba como lejana,
conscientemente fuera de todo lo que la rodeaba.
Parece una vestal.
Me he casado dos veces me contest, secamente. El seor Jamieson lo
espera en el comedor.
Djelo que espere. Yo slo me he casado una vez.
No cumple muy bien con sus deberes hacia la mujer norteamericana contest
con una sonrisa que no asomaba a sus ojos.
Me parece que para usted no fue un placer estar casada.
El matrimonio lo fue, pero no los hombres con quienes me cas. Tengo acaso
un aspecto maternal?
No.
Sin embargo, debo tenerlo. Parezco tener una atraccin para ciertos tipos
peculiares. Mis dos maridos lo eran. Es mala suerte. No puede haber tantos tipos as.
S, hay muchos. Y, hablando de tipos peculiares, qu opina de Mr. Martel?
No tengo ninguna opinin en especial. Siempre me trat con cortesa uni
sus dos manos sobre el escritorio negro y lustrado apoyndolas una contra otra, dedo
por dedo. Por qu no le hace esa pregunta a Mr. Stoll? Creo que tuvo un
entredicho con l.
Quin es Mr. Stoll?
El gerente del Club.
Lo encontr en su oficina, que estaba situada detrs de la recepcin. Las paredes,
con paneles de nogal, estaban cubiertas por fotografas de fiestas, partidos de tenis y
otros acontecimientos del Club. Stoll no pareca pertenecer a ese ambiente. Era un
hombre de buen ver, de mirada fra, de unos cuarenta aos, vestido con un poco de
atildamiento, con las pequeas complacencias de alguien empeado todo el tiempo en
agradar, sin mayor eco. Su nombre, grabado en una placa, deca: Reto Stoll, Gerente.
Se mostr muy cordial conmigo cuando le dije que trabajaba con los Jamieson.
Sintese, Mr. Archer tena un vago acento alemn. En qu puedo
servirle?
Me sent frente a l, con el escritorio separndonos.
Mrs. Strome me dijo que usted haba tenido dificultades con Martel.
Las tuve, es cierto, pero eso ya termin. Olvidemos lo pasado, y ms teniendo
en cuenta que Mr. Martel nos deja.
Se va a causa de las dificultades que tuvo con usted?
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En parte creo que s. Por supuesto, yo no le ped que se fuera. Pero, por otro
lado, tampoco insist en que se quedara cuando nos anunci su propsito de irse. Hoy,
en el momento en que entreg las llaves y pag su cuenta, di un suspiro de alivio
Stoll extendi sus manos, cuidadosamente manicuradas, delante de su traje cruzado.
Por qu?
Porque era un volcn. Poda entrar en erupcin en cualquier momento. En el
Club queremos mantener una atmsfera de camaradera.
Hbleme acerca de las dificultades que tuvo con Martel. Podra ser importante.
Qu fue lo que hizo?
Amenaz con matarme. Quiere que le cuente toda la historia, desde el
principio?
Por favor, s.
Sucedi hace ya varias semanas. Mr. Martel haba ordenado que se le sirviera
una bebida en su cabaa. Ajenjo. El muchacho del bar estaba ocupado, as que se lo
llev yo. A veces lo hago, como una deferencia especial. Miss Fablon estaba con l.
Hablaban, en francs. Como el francs es una de mis lenguas nativas, me detuve
detrs de la persiana y escuch. No fue una cosa premeditada alz virtuosamente
sus ojos al cielo. Pero a l le pareci que lo estaba espiando y, saltando, me atac.
Con los puos?
Con una espada.
La mano de Stoll se dirigi a su estmago.
Tena una espada disimulada en un bastn de bamb.
Ya he visto ese bastn. Lleg a pincharlo?
Mantuvo la punta de la espada sobre mi cuerpo Stoll se acarici la preciada
curva de su vientre, por encima de sus pantalones a rayas. Afortunadamente, Miss
Fablon logr calmarlo y termin disculpndose. Pero nunca volv a sentirme a gusto
con l en el Club.
De qu hablaban cuando usted los escuch?
Martel llevaba toda la conversacin. Me pareci que era de tono mstico.
Estaba diciendo que un filsofo crea que el pensamiento era la base de todo La
source de tout la mente de Stoll se columpiaba de uno a otro idioma. Pero el
seor Martel aseguraba que ese philosophe estaba equivocado. La ralit no exista
hasta que dos personas pensaran juntas. As que la base de todo era lamour el
gerente hizo, con la comisura de los labios, un gesto de incomprensin. Para m eso
no tena mucho sentido.
Y para ella?
Por supuesto que s. Le estaba haciendo el amor. Ah estaba la cosa. Se enoj
conmigo porque lo interrump en medio de sus avances. Cuando vuelvo a pensar en
este episodio, ms me convenzo de que ese hombre es un psicpata. Los hombres
normales no se excitan de esa manera por una cosa tan insignificante cerr el puo
sin mucha fuerza. Le deb pedir, en ese mismo momento, que renunciara a los
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privilegios que le daba su condicin de socio.
Me sorprende que usted no lo hiciera.
Se ruboriz un poco.
Bueno, usted ya lo sabe, l es o era, el proteg de Mrs. Bagshaw. Ella es uno
de los miembros ms antiguos del Club y se acaba de mudar al chalet que est junto
al mo. Me disgustaba molestarla. Siento que mi papel principal aqu consiste en
servir como de una especie de amortiguador alz de nuevo sus ojos al techo, como
si el dios de los hoteleros residiera all, sobre su cabeza. Yo trato siempre de estar
entre nuestros socios y las cosas desagradables de la vida.
Estoy seguro de que lo hace muy bien.
Acept mi cumplido con mucha formalidad, haciendo una inclinacin de cabeza.
Gracias, Mr. Archer. El Club de Tenis, en su ramo, tiene fama de ser uno de los
mejor administrados. Le he dado diez aos de mi vida. Me prepar en las escuelas
hoteleras de Zurich y Lucerna.
Qu quiso usted decir con eso de que el francs era una de sus lenguas
nativas?
Sonri:
Yo tengo cuatro lenguas nativas: francs, alemn, italiano y romanche. Nac en
el cantn romanche de Suiza, Sylvaplana su lengua pareci acariciar el nombre.
Dnde naci Martel, Mr. Stoll?
Me he hecho esa misma pregunta muchas veces. Segn dice Mrs. Bagshaw, l
declara ser parisiense. Pero, por lo poco que he odo de l, su francs no es francs de
Pars. Es demasiado provinciano, demasiado formal. A lo mejor es canadiense o
sudamericano. No s. No soy un perito en lingstica.
Casi lo es le dije, dndole nimos. As que usted piensa que puede ser
canadiense o sudamericano?
Es tan slo una idea. En realidad no estoy muy familiarizado con el francs de
Canad o de Sudamrica. Pero s estoy seguro que Martel no es de Pars.
Di las gracias a Stoll. Me despidi con una inclinacin de cabeza.
Al entrar, yo haba visto, en la pared, un tablero con boletines de la oficina.
Clavadas en su superficie de corcho, estaban algunas fotografas instantneas,
maltratadas, de personas bailando en una fiesta. Debajo, como una advertencia de que
para entrar al Paraso hay que pasar por el Purgatorio, haba una lista, escrita a
mquina, de siete miembros del Club que estaban atrasados en sus cuotas. Mrs.
Fablon era uno de ellos.
Le mencion esto a Ella.
Es cierto. Mrs. Fablon est pasando un momento difcil. Me hizo la confidencia
de que algunas de sus inversiones haban fracasado. Me disgust poner su nombre en
la lista, pero es una imposicin del reglamento del Club.
Esto me anima a hacerle una pregunta que puede ser interesante. Usted cree
que Virginia Fablon ande tras el dinero de Martel?
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No tiene sentido. Virginia se iba a casar con Peter Jamieson. Y los Jamieson
tienen diez veces ms dinero que el que Mr. Martel pueda haber soado.
Est segura de eso?
S diferenciar la gente de dinero de la que no lo tiene. Y tambin la que lo ha
tenido por un tiempo de la que no lo ha tenido nunca. Si quiere mi opinin. Mr.
Martel es un noveau riche. Y ms noveau que riche. Ac se sinti fuera de lugar y ha
gastado su dinero como un marinero borracho. No le ha servido de mucho.
Excepto para conseguir a Ginny. Se casaron este fin de semana.
Pobre chica!
Por qu la compadece?
Creo que hay suficientes motivos. No le parece que est haciendo esperar
demasiado a Mr. Jamieson? Est trabajando para l?
Si
Usted es un detective particular, no es cierto?
S. Qu opinin tiene usted de mi cliente?
Me recuerda algo que le una vez. Deca que dentro de todo hombre gordo hay
un flaco que llora por salir. Slo que Peter es un muchacho tan joven que hace que
todo esto parezca peor. Espero que esto le servir para hacerse hombre termin,
pensativa.
Veremos con un dedo le seal el tablero con los boletines. Ustedes tienen
algunas fotos en ese tablero. Tienen un fotgrafo profesional?
Hay uno que viene a veces. Por qu?
Me pregunto si no habr fotografiado a Martel.
Lo dudo. Puedo preguntrselo. Pero Eric no viene esta noche.
Bsquemelo. Dgale que le pagar el tiempo que me dedique.
Tratar de encontrarlo.
Haga lo imposible. Hay dudas sobre la identidad de Martel y necesitamos su
fotografa, si es que la hay.
Dije que tratar de encontrarlo.
Me condujo hasta el comedor, que se compona de dos salones contiguos, uno de
los cuales tena una pista de baile y un estrado donde estaba una pequea orquesta,
que en ese momento no tocaba. En el otro habra unas treinta mesas, rutilantes de
flores y platera. Peter se encontraba sentado en una de ellas, frente a los ventanales,
mirando pensativamente hacia la oscura playa. Cuando me vio, se puso de pie con
ansiedad, pero esa ansiedad tena ms que ver con la comida que conmigo. A la vista
de la comida que consista en un buffet froid, Peter sufri una trasformacin, como si
su melanclica pasin por Ginny hubiera tomado otro rumbo. Llen dos platos, para
l solo; uno con cinco clases de ensalada, jamn crudo, camarones y cangrejo, el otro
con asado, papas y arvejas. Se lanz sobre los alimentos con tal avidez y glotonera,
que me hizo sentir como un voyeur. Mientras masticaba, su mirada permaneca fija y
como ausente. Sobre la frente le comenzaron a aparecer algunas gotas de
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transpiracin. Limpi su plato con un trozo de pan, que luego comi, sumindose
ms tarde en un estado de contemplacin, mientras apoyaba la barbilla contra su
mano.
No termino de decidirme sobre el postre.
No necesita postre.
Me mir como si yo hubiera decidido tenerlo a pan y agua por un mes. Me dieron
ganas de mandarlo al diablo. Mirndolo comer, me haba preguntado si le haca un
favor a Ginny, intentando devolvrsela a mi cliente. Martel, por lo menos, era un
hombre. Tal vez Peter procediera alguna vez como tal, como haba dicho Ella, pero
cuando se sentaba a la mesa apenas si era un hombre. Era un apetito caminando bajo
la apariencia de hombre.
No s qu elegir, si una bomba de chocolate o un helado de crema con
chocolate caliente encima.
Coma las dos cosas le dije.
No le veo la gracia. Mi cuerpo necesita combustible.
Ya lo ha rellenado de tanto combustible como el que necesitara un barco de la
lnea Matson para llegar a Honolulu.
Usted parece olvidar que yo soy su empleador y que aqu es mi invitado dijo,
sonrojndose un poco.
Dejemos de lado los problemas de la personalidad y de la comida y hablemos
sobre algo efectivo. Hbleme de Ginny.
Despus de comer el postre.
Antes. Antes de que tanta comida lo entontezca.
Usted no puede hablarme as.
Alguien tiene que hacerla. Pero no discutamos ms sobre eso. Quiero saber si
Ginny es de esa clase de chicas que giran como una veleta ante cualquier hombre.
Hasta ahora, no.
Ha andado con otros hombres?
Con muy pocos. Ms que con ninguno, conmigo se sonroj otra vez,
evitando mi mirada. Nunca, si le interesa saberlo, estuve tan gordo. Ginny y yo
mantenamos relaciones formales cuando estbamos en la secundaria. Pero despus
de aquello ya no tuvo inters en bueno, sexo, besuqueos y lo dems. Seguamos
siendo amigos, salamos algunas veces juntos, pero ya no nos entendamos ms en el
verdadero sentido de la palabra.
Qu la hizo cambiar?
En primer lugar porque le daba y daba a los libros Era muy buena alumna.
Yo no el recuerdo pareci perturbarlo. Pero, sobre todo, por lo que le sucedi a
su padre.
Su suicidio?
Ginny era muy apegada a su padre asinti Peter. Se puede decir que slo
ahora se ha repuesto de su muerte.
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Cunto tiempo hace que esto pas?
Hace casi siete aos. Siete aos se cumplen este otoo. Baj a la playa una
noche y entr al agua vestido de pies a cabeza.
En esta misma playa? Mir hacia afuera. La marea estaba baja. Apenas era
visible la espuma blanca de las olas que rompan lejos.
En este mismo lugar, no. Fue como a mil quinientos metros de aqu me
indic un faralln que asomaba, oscuro, entre las ms distantes luces del puerto.
Pero existe una corriente en esta direccin. Y, cuando su cuerpo sali a la superficie,
fue justamente aqu. No volv a entrar al mar por mucho tiempo. Creo que Ginny no
lo hizo nunca ms. Ella usa usaba, la piscina.
Se qued sumido en el silencio durante unos momentos.
Mr. Archer, no podremos hacer nada en este asunto de Martel? Averiguar si
se han casado legalmente o no?
Estoy seguro de que lo estn. Ginny no tendra por qu mentir, no le parece?
No. Pero parece estar como embrujada por l. Ya pudo ver usted, con sus
propios ojos, que aquella no pareca una situacin normal.
Ginny dice que est enamorada de l.
No puede estarlo. Debemos evitar que se la lleve de aqu.
Y cmo? Este es, todava, un pas libre!
Peter se inclin hacia m sobre la mesa.
Ha tenido usted en cuenta la posibilidad de que Martel est en el pas
ilegalmente? Admiti que no tena pasaporte.
Valdra la pena averiguarlo. Pero lo peor que podran hacer es deportarlo,
porque Ginny se ira con l.
Ya veo lo que quiere decir. Se empeoraran las cosas.
Apoy sobre los puos su barbilla acolchada y se qued pensativo. La parte del
comedor donde estbamos nosotros empez a llenarse de gente que vena del bar.
Algunos de ellos vestan de etiqueta. Diamantes y rubes relucan en las manos y en
las gargantas, como vestigios de un pasado brillante. El suave rumor del ocano se
perda entre el bullicio de las conversaciones y la msica.
La gente pareca estar hablando contra la oscuridad que se apretaba sobre los
ventanales. Fablon y su muerte seguan presentes en mi interior.
Usted dijo que Ginny quera mucho a su padre.
Peter se sobresalt, saliendo de su ensimismamiento.
S, as es.
Qu tipo de hombre era Fablon?
Era lo que se ha dado en llamar un deportista. Le gustaba la caza mayor, la
pesca, navegar, el polo, los coches sport y los aviones.
Todo eso?
S. En diferentes pocas. Perda inters en un deporte y probaba otro. Pareca
no poder encontrar nada capaz de absorber su mente. En un tiempo, cuando yo era un
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muchachito de colegio, me dejaba seguirlo. Hasta sola llevarme a volar en su avin
los ojos de Peter se humedecieron con la reminiscencia. Estuvo unos meses en la
fuerza area, hasta que lo licenciaron por invalidez.
Qu pas con l?
No lo s con exactitud. Estrell su avin en un vuelo de prueba y as fue que
nunca entr en la guerra. Fue una gran desilusin para l. Se le notaba una pequea
renquera al caminar. Creo que esa fue la razn por la que se dedic a todos esos
deportes.
Cmo era, fsicamente?
Supongo que uno dira que buen mozo. Tena cabello negro, ojos oscuros, y
siempre estaba muy tostado por el sol. Ginny sali a su madre. Pero no s por qu
est usted tan interesado en la familia de Ginny. Cul es el motivo?
Estoy tratando de comprenderla y comprender por qu se enamor tan
profundamente y tan de repente, de Martel. Acaso l se parece a su padre?
Algo admiti de mala gana. Pero Fablon era mucho ms buen mozo.
Usted dijo que Fablon era en parte francs. Hablaba francs?
Creo que podra haberlo hecho si hubiera querido. Segn me dijo, vivi un
tiempo en Francia.
Dnde?
En Pars. Fue en la poca en que estudiaba pintura.
Yo empezaba a tener una idea de Fablon. En estos crculos sociales, constitua un
tipo bastante comn: el hombre que prueba todo y no triunfa en nada.
De dnde sacaba dinero para todas sus aficiones? Trabajaba?
Prob varios trabajos. En seguida de terminar la guerra, entr en un negocio de
trasporte areo. Lo malo fue que se puso a competir con los Tigres Voladores. En una
ocasin me dijo que haba perdido cincuenta mil dlares en seis meses. Pero segn
me aclar, se haba divertido mucho.
El tono de Peter era elegaco, nostlgico. En otra poca, con otro cuerpo, quiz le
hubiera gustado vivir en la forma que lo haba hecho el suicida.
Y quin pagaba sus diversiones?
Mrs. Fablon, con toda seguridad. Su apellido de soltera es Proctor hizo una
pausa, frunciendo ligeramente el entrecejo. Estoy acordndome de algo. No tiene
nada que ver con nada, pero es interesante girando la cabeza, me seal de nuevo
el oscuro faralln. La playa donde se ahog Fablon, perteneca a los Proctor.
Formaba parte de su propiedad. La madre de Ginny tuvo que venderla hace diez aos.
Tres aos antes de morir Fablon.
As es. Si hubiera esperado hasta ahora, podra venderla en un milln, por parte
baja. Pero o decir que la vendi por centavos, para poder pagar las deudas de Fablon.
Quin la compr?
Una compaa, para hacer un cementerio. Todava no han hecho nada all.
No s si voy a poder esperar hasta que lo inauguren
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Peter se estremeci ante mi ligereza. Un minuto despus dej la mesa y abandon
el comedor. Lo vi ms tarde, conversando con un hombre de smoking. El hombre dio
vuelta la cabeza y pude observar la dura lnea de su mandbula. Era el doctor
Sylvester, cuyo almuerzo con Mrs. Fablon yo haba interrumpido esa maana.
Sylvester entr al bar. Peter se abri camino hasta colocarse al final de la cola que
se haba formado frente a la mesa de los postres. Se qued all de pie, como un
fervoroso comulgante, con sus ojos soadores pasados sobre los pasteles, las tortas y
las confituras.
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S
egu al doctor Sylvester hasta el bar. Un barman, cuyos ojos se movan como si
fueran de mercurio negro, le sirvi un whisky doble sin que se lo pidiera.
Sylvester lo llam Marco: usaba una chaqueta roja, camisa blanca con cuello
de largas puntas y una flotante corbata de seda negra.
Esper hasta que el doctor hubo tomado por lo menos la mitad de su bebida.
Entonces me sent en uno de los banquillos adosados al mostrador y al lado de l y
esper a que Marco preparara un daiquiri.
Las manos cuadradas y velludas de Sylvester, jugaban con el vaso de bebida. El
pelo de sus manos y el de su cabeza, eran ligeramente grises. Los huesos de su rostro
eran prominentes y sus rasgos estaban acentuados por hondas lneas, que partan
desde la base de su nariz a su boca. No pareca un hombre con el que se pudiera
entablar fcilmente una conversacin por sorpresa.
Para tener mis manos ocupadas en algo, ped un whisky. El barman no acept mi
dlar.
Lo siento, seor, pero no se acepta dinero en efectivo. Es usted socio, seor?
No. Soy invitado de Peter Jamieson.
Lo pondr en la cuenta de l, seor.
El doctor Sylvester se dio vuelta, encarndome con las negras cejas levantadas.
Las usaba tan ostensiblemente que parecan ser el rgano principal de su sensibilidad,
distrayendo con ellas la atencin, que de otro modo se fijara en sus ojos de brillo
penetrante.
Jamieson padre o hijo?
Los conozco a los dos. Ya vi que usted estaba conversando con el ms joven.
S?
Le dije mi nombre y profesin.
Peter me contrat para que me ocupara del asunto de su ex prometida.
Me estaba preguntando cmo habra conseguido entrar aqu en realidad no
trataba de ofenderme, sino simplemente, de hacerme saber cul era mi lugar en su
esquema de las cosas. No lo vi hoy al medioda en la casa de los Fablon?
S. Tengo entendido que usted fue el jefe de Virginia Fablon, hace un tiempo.
Es cierto.
Qu piensa usted de su casamiento?
Haba logrado interesarlo:
Mi Dios! Se cas con ese individuo?
As me lo dijo ella. Se casaron el sbado.
Habl con Ginny?
Hace ms o menos una hora. No tengo idea de lo que ella pensaba. Desde
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luego, las circunstancias no eran normales. Pero pareca estar viviendo un sueo
romntico.
Casi todas las mujeres son romnticas dijo, secamente. Lo vio a l?
Habl con los dos, en su casa.
Yo nunca me he encontrado con Martel dijo Sylvester. Lo he visto ac,
por supuesto, pero a la distancia. Qu idea se ha formado de l?
Es un hombre muy inteligente, de instruccin elevada y con una buena dosis de
fuerza. Parece tener a Virginia bastante bien dominada.
Eso no durar mucho dijo Sylvester. Usted no conoce a esa seorita. Es
duea de una gran fuerza personal aadi, malvolamente: Serv in loco
parentis, desde que su padre muri. Y no ha sido muy fcil. A Virginia le gusta
decidir por s misma.
En lo relativo a novios?
No ha habido hombres en su vida, al menos ltimamente. se ha sido uno de
sus problemas. Desde que muri su padre no ha hecho ms que trabajar y estudiar.
Uno hubiera llegado a pensar que su vida no era sino un monumento fnebre en
memoria de Roy Fablon. Pero de golpe, hace dos semanas, todo se vino abajo. Dej
sus estudios, cuando le faltaba muy poco para recibirse, y se volvi loca por ese
Martel se tom la bebida de un trago. Es un cuadro desolador!
Es usted su mdico?
Lo fui hasta hace poco. Con franqueza, tuvimos una discrepancia sobre
Cmo decirle? sobre el mtodo a seguir. Me pareci mejor enviarla a otro mdico.
Por qu me lo pregunta?
Porque no me gusta el riesgo emocional que corre. Se ha dado maa para
convencerse a s misma de que est locamente enamorada de Martel. Se ha
encaramado a una rama muy alta y podra ser brutal que sta fuera serruchada.
Yo trat de hacerle comprender todo eso. Usted cree que l es un fraude,
verdad?
Tiene que serlo. Por lo menos en parte. He tratado de conseguir unos informes
sobre l en Washington, pero hasta ahora no saqu nada en limpio. Hay otras cosas
que no he investigado an. (Pens en la rata, la sangre en su tacn, el revlver en la
mano apuntando a Harry Hendricks.)
Qu podra hacer yo al respecto? Consigui su bocado y ahora est corriendo
con l entre los dientes Sylvester hizo una pausa y termin de tomar su bebida.
Quiere otra copa, doctor? pregunt el barman.
No, gracias, Marco. Una cosa he aprendido en veinte aos de practicar
medicina me dijo. Y es que se debe dejar a la gente cometer sus propios errores.
Tarde o temprano vuelven a entrar en razn. Los hombres con enfisema,
eventualmente dejan de fumar. Las mujeres con alcoholismo crnico se encarrilan. Y
las chicas, con casos graves de romanticismo se vuelven realistas, como mi querida
mujer, aqu presente.
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Una mujer grande, envuelta en una especie de mantilla se haba acercado a
nosotros. Su pecho tena destellos color madreperla, a travs del encaje negro.
Llevaba el cabello rubio tan esponjado que la haca aparecer tan alta como yo. Su
boca mostraba un gesto de descontento.
Qu hay conmigo? pregunt. Me agrada que los hombres hablen de m.
Deca que t eras realista, Audrey. Que las mujeres empiezan siendo
romnticas y terminan siempre por ser realistas.
Los hombres nos obligan a ello dijo Audrey. Es ste mi daiquiri?
S. Y ste es Mr. Archer. Es un detective.
Qu fascinante! replic. Cunteme la historia de su vida.
Empec como romntico y termin como realista.
Se ech a rer, tom su bebida y se dirigieron al comedor. Algunas personas los
imitaron.
Fui el nico que qued en el bar. Marco me pregunt si quera beber algo ms.
Me miraba detenidamente, como si estuviera pensando en algo. En su boca estaban,
como agazapadas, palabras sin pronunciar. Le dije que me gustara tomar otra copa.
Va por cuenta ma dijo mientras la preparaba y se serva una Cola. No
pude dejar de or. Usted dijo que era un detective. Tambin o algunas de las cosas
que dijo respecto a Miss Fablon.
Usted la conoce?
La he visto a veces por ac. Ella no bebe. Hace ms de doce aos que trabajo
aqu. Conoc a su padre. Beba, pero aguantaba bien. Mr. Fablon era un hombre de
verdad. Tena machismo, como dicen los mexicanos los labios rojos de Marco se
abultaron saboreando la palabra.
O decir que se suicid dije, con cierto nfasis.
Tal vez. Yo nunca lo cre sacudi su enmaraada cabeza negra.
Usted piensa que fue un accidente?
No dije eso.
La otra alternativa sera un crimen.
Tampoco dije eso sin haberse movido de su lugar, detrs del mostrador,
pareca haberse alejado de m. En seguida, como contestndose a s mismo, dijo:
Crimen es una palabra muy fea.
Es un hecho aun ms feo. Mr. Fablon fue asesinado?
Algunas personas lo pensaron as.
Quines?
Su mujer, por ejemplo. Despus que l desapareci, ella deca a gritos, por todo
el Club, que se trataba de un crimen sangriento. Despus dej de hacerlo y todo lo
que se poda sacar de ella era un pesado silencio.
Acus a alguien?
Que yo sepa, no. No pronunci ningn nombre.
Por qu cambiara?
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Su opinin sobre eso vale tanto como la ma. Probablemente mucho ms el
tema pareca ponerlo nervioso. Lo cambi. Pero no era eso lo que quera hablar
con usted. Ese otro, que se hace llamar Martel, el francs bravucn
Qu pasa con l?
Tengo la sensacin de haberlo visto antes en alguna parte. De todos modos,
estoy seguro de que no es franchute.
Qu es, entonces?
Alguien como yo, tal vez tom una expresin estpida, rebajndose
deliberadamente, para ser ms insultante con respecto a Martel. Otro paisano. Aqu
no entr ms que una sola vez. Me ech una ojeada y nunca ms volvi.
La orquesta haba comenzado a tocar. Algunas personas salieron del comedor y
pidieron coac. Esquivando las parejas de bailarines, volv a la mesa de Peter. El
plato de postre frente a l, estaba vaco, a no ser por unos tenues restos de chocolate.
En su aspecto se mezclaban la satisfaccin y la culpa.
Cre que se haba ido me dijo.
Estaba en el bar, hablando con algunos amigos de los Fablon.
Con el doctor Sylvester?
se era uno de ellos.
Yo tambin cambi algunas palabras con l. Podra jurar que, bajo su dura
apariencia, est preocupado por Ginny.
Todos lo estamos.
No cree usted que deberamos regresar a lo de Martel? Peter hizo ademn
de levantarse.
No, hasta que tengamos algo substancial con qu atacarlo.
Cmo qu?
Alguna prueba real de que no es quien pretende ser. Estoy tratando de descubrir
algo.
Y qu se supone que debo hacer yo?
Casi le aconsej que fuera a correr de nuevo por la playa. Pero le dije:
Tiene que esperar y hacerse a la idea de que este asunto puede terminar en una
forma que a usted no le gustara.
Ha descubierto algo?
Nada definido an. Pero tengo un presentimiento. Esto no comenz felizmente
y puede ser que termine en la misma forma. Creo que todo arranca del pretendido
suicidio de Fablon.
Pretendido?
Por lo menos un hombre que lo conoci no cree que se haya matado. Lo que
implica que algn otro lo hizo.
Cualquiera que le haya dicho eso, lo est inventando.
Quiz. Es un catlico, que admiraba a Mr. Fablon y no quiere admitir que pudo
haberse suicidado. Aun cuando su padre me cont una cosa muy interesante
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No tena la menor idea de que hubiese hablado con mi padre haba una
seriedad, llena de sospechas, en la voz de Peter, como si yo me hubiera pasado al
enemigo.
Esta tarde fui a su casa a buscarlo. Su padre me cont, entre otras cosas, que el
cuerpo de Fablon haba sido destrozado por los tiburones, que casi no podan
identificarlo. En qu condiciones tena la cara?
Yo no se la vi. Mi padre s. A m, todo lo que me mostraron, fue su sobretodo.
Se meti en el mar con el sobretodo puesto?
Era, ms bien, un impermeable al decir esta palabra, se sonri ante la irona
de la situacin. Esa imagen se clav en mi cerebro como un anzuelo. Era muy difcil
imaginar a un deportista y atleta, metindose en el agua con el impermeable puesto,
desde una playa propia que sus despilfarros haban obligado a vender, a menos que
quisiera dejarles a su mujer y a su hija un legado maligno.
Cmo sabe usted exactamente el lugar donde entr en el agua?
Dej su billetera y el reloj pulsera en la playa. No haba nada en la billetera,
excepto sus papeles de identidad y el reloj era muy bueno, regalo de Mrs. Fablon.
Tena grabadas sus iniciales y algo en latn.
No dej ninguna carta?
Si hubo alguna, nunca o hablar de ella. Eso no prueba nada. La polica de la
localidad no siempre da a conocer esas cartas.
Hay muchos suicidios en Montevista?
Tenemos nuestra cuota. Bueno, cuando uno tiene dinero para vivir, una linda
casa y habitualmente buen tiempo y, sin embargo, algo no marcha bien a quin se
puede culpar? Peter pareca estar hablando de s mismo.
Eso es lo que le pasaba a Mr. Fablon?
Exactamente, no. l tena sus problemas. Yo estuve de husped en su casa y no
debera hablar de ello. Pero supongo que ahora ya no importa respir hondamente
. Le o decirle a Mrs. Fablon, que se matara.
Esa misma noche?
Una o dos noches antes. Yo haba ido a comer all y ellos estaban discutiendo
sobre dinero. La seora le dijo que no poda darle ms dinero por la sencilla razn de
que no haba ms dinero.
Para qu necesitaba ese dinero?
Eran deudas de juego. l las llamaba deudas de honor. Dijo que si no las
pagaba, tendra que matarse.
Estaba Ginny presente?
S. Oy todo. Ambos lo omos. Mrs. y Mr. Fablon haban llegado a un punto en
que ya no escondan nada. Cada uno de ellos luchaba por llevamos a su bando.
Quin gan?
Nadie. Todos perdimos.
La orquesta estaba tocando nuevamente y, a travs de la arcada, poda ver a las
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parejas bailando en el saln contiguo. La mayora de las melodas y los bailarines,
haban sido nuevos all, en la dcada del veinte al treinta. Daban la impresin de una
fiesta que haba durado tanto, que la msica y los bailarines haban terminado por
desgastarse, quedando tan espectrales como el caparazn de los insectos devorados
por las araas.
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L
e consegu el fotgrafo, Mr. Archer. Est esperando en la oficina.
Era un hombre delgado, enfundado en un arrugado traje oscuro de trabajo.
Tena un montn de pelo color castao, una protuberante mandbula eslava y
unos ojos de mirar inquisitivo, protegidos por anteojos con armazn de carey. Ella lo
present como Eric Malkovsky.
Me alegro de conocerlo dijo. Pero no lo estaba. Miraba sin sosiego, por
encima de mi cabeza, hacia la oficina. Le promet a mi mujer llevarla hoy al Cine
Club. Tenemos entradas para toda la temporada.
Se las reembolsar.
No se trata de eso. Odio desilusionarla.
Mi asunto puede ser ms importante.
Para m no lo es se diriga a m, pero su queja era contra Ella. Me di cuenta
de que Mrs. Strome lo haba obligado a venir. De todas maneras, como ya le dije a
Mrs. Strome, no tengo fotografas de Mr. Martel. Le ofrec sacarle algunas, como
hago con los otros huspedes, pero me dijo que no. Fue muy categrico en cuanto a
esto.
Grosero?
No dira tanto. Pero, ciertamente, no quera que lo fotografiaran. Qu es?
Alguna celebridad o algo por el estilo?
Algo por el estilo.
Mi reticencia lo irrit y se puso un poco colorado.
La nica razn por la que quera sacarle una fotografa es que otra persona me
la haba pedido.
Usted no me dijo nada de eso le reproch Ella.
No tuve oportunidad de decirlo. Una mujer vino a mi estudio de la Villa, antes
de que me fuera a casa a cenar. Cuando le dije que no tena una fotografa de Martel,
me ofreci dinero para que fuese a la casa de l y le tomara una. Le contest que no
poda hacerlo sin el permiso de Martel. Ante mi respuesta se puso furiosa y se
march de golpe.
Supongo que no le dara su nombre.
No. Pero puedo describrsela. Tiene cabellos rojos, es alta, tendr unos treinta
aos y su figura es esplndida. Es ms: creo haberla visto antes.
Dnde?
Aqu mismo, en el Club.
No recuerdo ninguna mujer as dijo Ella.
Fue antes de que usted llegara. Har, ms o menos, unos cinco aos
Malkovsky frunci un lado de la cara, como si estuviera mirando a travs de la
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mirilla de una cmara. Creo que le tom a esa mujer una o dos fotografas. Estoy
seguro de ello.
No tendr tal vez esas fotografas? le pregunt.
Tal vez. Pero costara un trabajo mprobo encontrarlas. No guardo en archivos,
clasificadas, ms que las del ao en curso y el anterior. Todas las dems estn
amontonadas, en una pieza del fondo mir su reloj dramticamente: De verdad,
tengo que irme. Mi mujer me matar si pierde la pelcula de Buuel. Adems, el Club
no me paga por mis horas extras mir con amargura en direccin a Ella, pero sta
ya se haba encaminado a la oficina.
Yo le pagar el doble por todo el tiempo que esto le ocupe.
Seran siete dlares por hora. Podra llevarme toda la noche.
Ya lo s.
Y no puedo garantizarle que conseguir algo. Podra ser una mujer
completamente diferente. Si es la misma mujer, se ha cambiado el color del pelo. La
mujer que yo recuerdo era rubia.
Las mujeres rubias se vuelven pelirrojas todo el tiempo. Hbleme ahora sobre
la mujer que recuerda.
Era ms joven entonces, por supuesto, todava con el roco de los capullos
encima. Una cosa muy bonita. Ahora recuerdo que le saqu unas fotos. Su marido no
pareca muy entusiasmado por la idea, pero ella se empe en que lo hiciera.
Quin era su marido?
Un tipo ms viejo que ella. Se quedaron en uno de los chalets durante unas dos
semanas.
En qu ao fue?
No puedo acertar a decirlo en este momento pueden ser seis o siete aos
atrs. Pero si encuentro esas fotografas, podr decrselo. Generalmente anoto las
fechas en que las tomo, al dorso.
A esta altura, ya Malkovsky estaba ansioso por ponerse a trabajar. Antes de irse
me dio la direccin y el nmero de telfono de su estudio. Le dije que me reunira
con l all en una o dos horas.
Le di las gracias a Ella y me encamin a buscar mi coche. Un viento
desasosegado, con un leve olor a desierto, soplaba desde el mar hacia las montaas.
Los eucaliptos cimbraban, se inclinaban y ondulaban, en medio de las rfagas, como
mujeres dementes de largas cabelleras, torturadas por su impulso. La noche, que
asomaba fantasmal por encima de los rboles y los empequeeca, se mostraba
amenazante.
Yo estaba preocupado, pensando en Harry Hendricks, desde que encontr su
coche abandonado en la carretera, cerca de la casa de Martel. Harry era tan digno de
mi preocupacin como la pretendida rata que Martel asegur haber matado. Sin
embargo, tena un deseo tonto de ver a Harry vivo.
El camino al puerto cortaba la base del faralln desde donde Fablon haba hecho
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su zambullida final, y luego volva a acercarse al ocano. Mientras manejaba a lo
largo del camino barrido por el viento, mi mente estaba tan fija en Harry que, cuando
vi su Cadillac estacionado en una curva, cre que estaba soando. Fren, retroced, me
detuve detrs de l y baj de mi coche. All estaba parado el viejo Cadillac de Harry,
con su motor fro, sin nadie adentro, con un aire de inocencia, como si se hubiera
deslizado solo, cuesta abajo, desde las colinas. La llave estaba puesta. Antes no
estaba all. Mir en derredor. Era un lugar solitario, sobre todo a esta hora en que el
viento soplaba tan desapaciblemente. No haba a la vista ningn otro coche. Slo se
escuchaba el ruido como de matracas de las palmeras y el rumor del mar.
En la parte de tierra adentro, una alta cerca de cipreses protega la avenida de la
visin de las vas del tren y de los vagabundos que andaban entre los matorrales. A
travs de un agujero de la cerca, pude ver las siluetas oscuras de varios hombres
acurrucados alrededor de la hoguera que crepitaba y llameaba con el viento. Me met
por ese agujero y me les acerqu. Tres de ellos beban vino tinto, de una botella que
ya estaba casi vaca. Sus caras se volvieron hacia mi, iluminadas por el fuego; la
marcada y desdentada de un viejo de cutis blanco, los planos chatos y obstinados de
la cabeza de un negro y la de un muchacho con los rasgos y la mirada impasible y
aptica de un indio.
Arriba de la cintura el indio no vesta ms que un chaleco negro, abierto. El negro
se levant con una estaca en la mano. Se acerc hacia m, haciendo eses sobre el
terreno irregular.
Fuera! Esta es una fiesta privada.
No le cuesta nada hacerme el favor de contestar a una pregunta. Estoy
buscando un amigo mo.
No s nada de ningn amigo suyo enorme y borracho, se apoyaba en su
estaca, como un guerrero en su espada. El trpode de su silueta oscilaba contra la
cerca.
Aquel es su coche dije, rpidamente. El Cadillac. Es un hombre de
mediana estatura, con un saco a cuadros. No lo han visto?
No.
Un momento dijo el hombre blanco, levantndose tambaleante. Puede que
lo haya visto, puede que no. Cunto vale eso para usted?
Se haba acercado tanto a m que me hizo sentir el fuerte vaho alcohlico de su
aliento y pude mirar hondamente en lo profundo de sus ojos. Tenan el vaco feliz de
un cerebro embotado por el vino; se haba ido tan lejos que nunca retornara.
Para m no tiene un valor especial, viejo. Usted est tratando de sacarme el
precio de otra botella.
Lo he visto, de veras, lo he visto. Es un hombre pequeo, con un saco a
cuadros. Me dio cuatro moneditas. Se las agradec. Uno no se olvida de un ciudadano
como se la respiracin le silbaba a travs de los portillos de la dentadura.
Mustreme las cuatro monedas.
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Empez a buscarlas en sus pantalones, mientras deca:
Debo haber las perdido.
Me di vuelta y empec a caminar. Me sigui hasta el coche. Sus puos golpearon
contra los vidrios.
Tenga corazn, por amor de Dios. Dme unas monedas le habl de su
amigo
No hay dinero para vino le dije.
Es para comer. Tengo hambre. Vine aqu para la cosecha de naranjas y me
despidieron. Dicen que no serva para ese trabajo.
Le darn de comer en el Ejrcito de Salvacin.
Apret sus labios y me escupi en el vidrio de la ventanilla. Su saliva corri entre
l y yo. Puse el motor en marcha.
Retrese, puede lastimarse.
Ya estoy lastimado dijo, como si su voz fuera un resumen de su vida.
Se alej tambaleando hacia la cerca, desapareciendo repentinamente por el
agujero, como un hombre tragado repentinamente por la oscuridad.
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E
l Hotel Breakwater estaba slo a unas pocas cuadras del lugar dnde el auto
de Harry se encontraba estacionado. Era posible, aunque no demasiado
probable, que lo hubiera dejado all por razones especiales y hubiera hecho el
resto del camino a pie. El hall del hotel era como una trampa para turistas que hubiera
perdido su capacidad de atrapar. La superficie de sus muebles estaba rayada, los
filodendros cubiertos de polvo. El portero tena un uniforme azul que pareca haber
sido usado en la Guerra Civil.
No haba nadie en el mostrador, pero el libro de entradas, estaba abierto sobre l.
Encontr el nombre de Harry Hendricks all. Su habitacin era la nmero veintisiete.
Mir hacia el tablero donde colgaban las llaves y pude ver que no haba ninguna en
ese nmero.
Est el seor Hendricks en su habitacin? le pregunt al portero. Se rasc la
barbilla que, sin afeitar, semejaba una felpa gris a meda comer por la polilla, pero
que raspaba como un papel de lija.
No s qu decirle. Entran y salen. No me pagan para que los vigile.
Dnde est el gerente?
All adentro.
Estir un dedo, sealando una puerta enmarcada por una cortina, con un letrero
luminoso encima: SAMOA ROOM. El nombre haca pensar en muebles de caa y
techos con redes de pescar: los tena, y tambin que serviran all bebidas con ron y
jugos de anan enlatados, con trozos flotantes de fruta.
Tres tahres bastante decados estaban jugando a los dados en el bar. Un barman
gordo los contemplaba, apoyado sobre su barriga. Una mujer de aspecto cansado, me
ofreci el uso temporario de su sonrisa. Le dije que quera hacerle una pregunta al
gerente.
Mr. Smythe es el subgerente. Mr. Smythe!
Mr. Smythe era el que pareca el ms tahr de los tres. Contra su voluntad, dej
los dados por un momento. Si los dados eran suyos, probablemente estaban cargados.
Desea habitacin seor?
Ms tarde, tal vez. Quera preguntarle si el seor Hendricks est en el hotel.
No, a menos que hubiera entrado ahora. Su mujer lo est esperando en la
habitacin.
No saba que fuera casado.
Pues lo est y bien casado. Dara con gusto todos mis placeres de soltero si
pudiera encerrarme con un manjar como se con sus manos model en el aire,
cargado de humo, la silueta de un reloj de arena.
A lo mejor ella puede decirme dnde encontrarlo.
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No lo sabe. Me lo pregunt a m. Pero no lo he visto desde esta tarde. Est
metido en algn lo?
Podra ser.
Usted es de la polica?
Soy un investigador le contest, ambiguamente. Qu le hace pensar que
Hendricks est en dificultades?
Me pregunt dnde podra conseguir un revlver barato.
Hoy?
Esta tarde, como le dije. Le aconsej que buscara en las casas de empeo.
Hice mal? No habr matado a alguien?
Que yo sepa, no.
Menos mal! Dijo, pero haba un matiz sutil de desilusin en su voz. Si
quiere hablar con Mrs. Hendricks, hay un telfono al lado de la oficina le di las
gracias y l volvi a los placeres de su vida de soltero.
No tom en cuenta ni el telfono, ni el ascensor. Encontr, en la parte de atrs del
vestbulo, las escaleras de incendio y sub por ellas hasta el segundo piso.
La habitacin veintisiete estaba al fondo del pasillo. Me par frente a la puerta y
escuch. Se oa una dbil msica de blues. Golpe y la msica ces bruscamente.
Quin es? pregunt una mujer.
Harry.
Ya era tiempo dando vuelta la llave, abri la puerta. Entr, le saqu la mano
del picaporte y cerr la puerta detrs de m de un golpe, antes de que su expresin de
lanzar un grito se convirtiera en realidad. Pero no vari el gesto duro y un poco
crispado de su rostro. Su puo derecho subi hasta la altura de sus ojos. Se qued
mirndome.
Clmese, seora de Hendricks. No le har dao.
Eso es lo que usted dice me dijo con prevencin. Pero se calm lo bastante,
como para abrir su puo y retocar su roja cabellera, mientras me preguntaba:
Quin es usted?
Un amigo de Harry. Le dije que vendra a buscarlo aqu.
No me crea. Tena el aire de una mujer que ha dejado de creer en casi todo, con
excepcin de las cifras de las cuentas y las que rotulan a las personas o las ropas.
Estaba vestida a la moda, con un traje algo suelto, de mangas cortas, en color marrn,
que le enmarcaba la figura sin ajustarle el cuerpo. Tena los brazos y las piernas bien
formados, muy tostados por el sol. Su cara estaba maquillada en una forma tal, que
pareca que haba comenzado a dudar de su apariencia, o deseara ocultarla. Por
debajo de sus prpados ms verdes que sus ojos, a travs de pestaas apelotonadas
como antenas en el aire, me espiaba con desconfianza.
Cmo se llama? me pregunt.
No interesa.
Si es as salga de mi cuarto! En realidad no esperaba que lo hiciera. Si
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algo de expectativa le quedaba an, era slo para prever posibles desastres.
ste no es su cuarto. Es el de Harry y l me dijo que lo esperara aqu.
Mir alrededor de la habitacin, hacia la alfombra gastada, las flores desteidas
del empapelado, la lmpara junto a la cama, con la pantalla deteriorada, considerando
su relacin con ella. En apariencia, no tena nada que ver con el lugar. Pero, en el
fondo perteneca a ese cuarto, del mismo modo que un prisionero pertenece a su
celda. Haba tenido que hacer tiempo en cuartos parecidos, y de nuevo lo estaba
haciendo.
Tambin es mi habitacin me dijo. Para probarlo y para animar un poco el
ambiente, se acerc a la mesa de luz y encendi su radio porttil. An no haba
terminado el blues. Solamente haban pasado dos largos minutos.
Qu? Su voz se quebr. Estaba an tan tensa que apenas si poda respirar.
Yo contemplaba el maravilloso mecanismo de su cuello. Qu clase de negocios
tiene con Harry? pudo, por fin, preguntar.
bamos a comparar datos, sobre Martel.
Abanic sus pestaas:
Quin?
Martel. El hombre que usted quera que fotografiaran.
Usted debe estar pensando en otras dos personas.
Vamos, Mrs. Hendricks. Acabo de hablar con el fotgrafo Malkovsky. Usted
quera que l le tomara una foto a Martel. Para retratarlo, su marido arriesg el
pescuezo esta maana.
Es usted polica?
No precisamente.
Cmo sabe tanto sobre m?
Por desgracia, eso es todo lo que s. Dgame ms trabajosamente, con manos
temblorosas, sac una cigarrera de oro de su bolso marrn y, tomando un cigarrillo,
se lo puso entre los labios. Yo se lo encend. Sentndose sobre la cama, apoyada en
un brazo, ech humo con fuerza hacia el techo, como si tratara de disimular sus
manchas.
No se quede mirndome as. Parece como si fuera a arrojarse sobre mi cuello.
Estaba admirando su cuello tom la nica silla que haba en la habitacin y
me sent.
Lancero me dijo, con tono irnico. No puedo figurarme qu busca usted
a menos que est buscando ablandarme con un tratamiento suave-duro con el que no
conseguir nada.
Es usted realmente la esposa de Harry?
S. Claro que lo soy estaba sorprendida. Le enseara la libreta de
matrimonio, pero no me parece que la tenga en este momento.
Cmo puede mantenerla?
No puede. No hemos estado ocupados en eso, ltimamente, pero an somos
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amigos luego aadi, con un poco de spera nostalgia: Harry no estuvo siempre
cinchando entre las varas. Sola ser ms divertido que una jaula de monos.
Y usted no estuvo siempre entre los desperdicios.
Quin se lo ha dicho?
Nadie necesita decrmelo. Me lo dice su voz, mueca, y la manera, un poco
llamativa, que tiene de seguir usando su cuerpo, como cuidando de no resbalar. Me lo
dijo la manera con que mir el cuarto
Usted es de Las Vegas? dijo.
Se supone que la gente debe sonrer, al decir eso.
Es o no es?
Soy de Hollywood.
En qu se ocupa en Hollywood, si es que se ocupa de algo?
Soy detective particular.
Est practicando conmigo?
Tena miedo de nuevo. Me seal el cenicero que estaba sobre la mesa de luz y
aplast la colilla de su cigarrillo mientras yo lo sostena. Cambi de posicin,
colocndose pesadamente de costado, con una torpeza deliberada a medias, para
mostrar qu desamparado estaba su cuerpo grande y hermoso. Sin embargo, no
necesitaba mi amparo: era un cuerpo que estaba muy en su sitio, en una cama de
hotel.
No tuerza las cosas le dije. Con quien estoy practicando es con Martel.
Por quin digo, para quin?
Para un hombre de la localidad. Su nombre no interesa. Martel le rob su chica.
Ya me pareca. Es un ladrn.
Qu le rob a usted, seora?
Esa es una buena pregunta. Pero ms importante es la que yo me hago: es en
realidad el tipo que yo creo que es? Usted lo ha visto?
Muchas veces.
Descrbamelo, quiere? A lo mejor podramos resolver este asunto entre los
dos.
Es un hombre de mediana estatura, no es robusto, pero s de hechura compacta
y de movimientos rpidos. Alrededor de treinta aos, cabello negro, negro azabache,
con el nacimiento muy bajo en la frente, peinado hacia atrs, cutis oscuro, casi de
indio, nariz afilada, de ventanillas sobresalientes. Habla con acento francs, usa un
montn de palabras francesas y proclama ser un refugiado francs.
Me haba estado escuchando y asintiendo a todo, pero mi ltima frase la
confundi. Le expliqu:
Dice que es un francs que no puede vivir en Francia porque no se lleva bien
con de Gaulle.
Ah dijo, pero no haba entendido an.
De Gaulle es el presidente de Francia.
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No sea tonto, eso lo s. Usted cree que no me entero de las noticias? Mir
la radio, que en ese momento trasmita un rock.
Le importara si la apago? le dije.
Puede bajarla un poco, pero djela. Odio el ruido del viento.
Baj el sonido lo ms posible. Basndose en estas cooperaciones mnimas, creca
una especie de intimidad entre nosotros, como si el cuarto nos hubiera provisto de
papeles ya establecidos. Pero era una intimidad casual, cuyo ritmo consista en una
corriente alternada de temor y duda. Me haca preguntas razonables y pareca creer en
mis respuestas. Pero sus ojos no tenan la certeza de que yo no la matara.
Sabe usted quin es?
Creo saberlo. No es ningn francs.
Qu es?
Se lo dir me dijo, animadamente, como si por fin hubiera decidido la
historia que tena que contarme. Resulta que yo soy la secretaria confidencial de un
hombre de negocios muy importante, en el Sur. Ese hombre, que dice llamarse
Martel, deslizndose como un gusano, consigui ponerse bien con mi patrn y acab
por ser su ayudante ejecutivo.
De dnde vino?
Eso no sabra decrselo. Es sudamericano, me parece. Mi patrn cometi el
error de darle la combinacin de la caja fuerte. Le previne para que no lo hiciera.
Qu sucedi? Que el llamado Martel desapareci con una fortuna en bonos al
portador, que Harry y yo estamos tratando de rescatar.
Por qu no la polica?
Tena una respuesta lista:
A mi patrn se le ha metido en la cabeza una especie de debilidad por Mr.
Martel. Y, por otra parte, nuestro trabajo es muy confidencial.
En qu consiste ese trabajo?
No estoy en condiciones de revelarlo dijo, con cautela. Cambi la posicin
del cuerpo, como si su realidad y su simetra pudieran desviar mi atencin de lo
endeble de su fraguada historia. Mi patrn me ha hecho jurar que guardar el
secreto.
Cul es el nombre de su patrn?
Se lo dira, si pudiera. Es un hombre muy importante, muy considerado en
ciertos crculos.
En los profundos crculos del infierno?
Qu dijo? pregunt, a pesar de que creo que me haba odo.
Enfurrundose, frunci sus cejas finas y pintadas, pero sin mucha fuerza, porque eso
le hace salir arrugas a las muchachas. Y, aparte de ello, porque no quera morir con
una arruga sobre su bello rostro. Si usted me tomara en serio y ayudara a conseguir
ese dinero, etctera, etctera estoy segura de que mi patrn sabra recompensarlo
generosamente. Yo tambin le quedara agradecida.
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Tengo que saber ms al respecto. (Empezando por el significado de sus
etcteras.)
Por supuesto me dijo. Es lgico. Me va a ayudar?
Ya veremos. Piensa abandonar a Harry?
No dije eso.
Pero hubo sorpresa en sus ojos verdes. Creo que al concentrarse en m y en la
historia que me contaba su ltimo libreto se haba olvidado de Harry. El cuarto
provea roles para dos personas solamente. Poda adivinar cul sera el mo, si me
quedaba mucho ms. Su cuerpo estaba ronroneando como el de un tigre, el proverbial
tipo de tigre que es peligroso montar y aun ms peligroso desmontar.
Estoy preocupado por Harry le dije. Lo ha visto hoy?
Movi la cabeza, negando. Su pelo fulguraba como fuego. El viento, ahora ms
fuerte que la msica, golpeaba contra la ventana.
Esta tarde habl de comprar un revlver.
Para qu? Pareca tener un miedo fundamental a los revlveres.
Para usarlo en contra de Martel, pienso. Martel le hizo pasar un mal rato, esta
tarde. Lo ech, apuntndole con un revlver, y le destroz la mquina fotogrfica.
Saqu de mi bolsillo la cmara aplastada. Se concentr en ella.
Esta mquina me cost ciento cincuenta dlares. Debera tener ms cabeza y no
confiar en Harry.
Quiz lo del retratito no fue una buena idea. Martel es alrgico a las fotos. De
paso, cul es su verdadero nombre?
No lo s. Usa diferentes nombres volvi a Harry: Cree usted que Harry
pueda estar herido o algo as?
Es posible. Su coche est estacionado en la avenida, como a un kilmetro de
aqu, con la llave puesta.
Por qu no me lo dijo? pregunt, levantndose rpidamente.
Acabo de decrselo.
Venga. Mustreme dnde est el coche.
Tom su radio porttil y su bolso, sac su abrigo del ropero y se lo puso mientras
esperbamos el ascensor. Fuera a causa del ruido del ascensor, de la radio o de alguna
seal que su cuerpo emita constantemente, lo cierto es que, cuando cruz en mi
compaa el vestbulo, los tres tahres nos estaban observando desde la puerta, que
llevaba al Samoa Room.
Enfil el coche por la avenida. El viento, cada vez ms fuerte, azotaba los
cristales. Fuera, en el mar, poda distinguir ocasionales cabrillas. Dbilmente
fosforescentes, se elevaban como fantasmas y pronto quedaban atrs, en la oscuridad.
La mujer escudriaba las playas desiertas. Levant la ventanilla del lado del mar.
Est bien, Mrs. Hendricks?
Estoy bien. Pero, por favor, no me llame as pareca ms joven y menos
segura de s misma, en el tono de su voz. Me hace sentir falsa. Llmeme Kitty, si
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quiere.
Usted no es la seora de Hendricks?
Legalmente lo soy. Pero no hemos vivido juntos ltimamente. Harry se hubiera
divorciado de m hace tiempo, pero es catlico prctico y alimenta la esperanza loca
de que vuelva con l se asom y mir por la ventanilla. Ya hemos hecho casi
medio kilmetro. Dnde est el coche?
No lo poda ubicar. Ella empez a ponerse nerviosa. Di vuelta y vi el agujero de
la cerca y el fuego detrs, que ahora se haba reducido a unos pocos carbones
dbilmente encendidos. Los tres borrachos haban desaparecido, dejando la botella
vaca y el olor del vino derramado.
Qu hace? Est Hendricks all? me grit Kitty.
No.
Atraves la cerca. An llevaba el bolso y la radio, colgando de la mueca. La
radio cantaba, como si se tratara de una persona separada a medias de Kitty. Mir en
derredor, apretndose el abrigo contra el cuerpo. No haba nada para ver, salvo el
fuego moribundo, las vas de tren brillando dbilmente en la noche estrellada y la
tierra pisoteada y fea.
Madre Santa! Exclam Kitty. No ha cambiado nada en veinte aos.
Conoce este lugar?
Debera conocerlo. Nac a dos cuadras de ac, cruzando las vas torciendo el
gesto, aadi: Los dos lados de la va son un mal lugar para los que viven aqu
cerca. Los trenes solan hacer saltar a los platos, en la cocina de mi madre mir en
la oscuridad, por encima del terrapln del ferrocarril. Por lo que s, mi madre vive
todava all.
Podramos ir a ver.
No! No tengo el valor suficiente para enfrentarla. Quiero decir que lo que
pas, pas.
Hizo un vago movimiento hacia la cerca de cipreses, como si el lugar pudiera
traicionarla, inducindola a seguir sus confidencias. Poda sortear los peligros de una
habitacin de hotel, pero no los reclamos de la noche salvaje, en el campo abierto. Su
temor la hizo enfrentarme:
Por qu me trajo aqu?
Fue idea suya.
Pero usted me dijo que el coche de Harry
Aparentemente, ha sido robado.
Retrocedi tambalendose sobre sus tacones altos, hacia las speras ramas negras
de los cipreses. Todo lo que poda verle era la plida forma de su cara y el brillo de
sus ojos y su boca.
No hubo nunca ningn coche. Qu clase de coche era?
Un Cadillac.
Ahora s que miente. De dnde iba a sacar Harry un Cadillac?
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Probablemente del negocio de autos usados, es un coche viejo. Pareca no
orme. Su respiracin se haca ms rpida.
Nunca hubo ningn coche murmur. Usted viene de Las Vegas, no es
cierto? y me ha trado aqu para matarme.
No diga tonteras, Kitty.
No me llame Kitty su voz, por momentos, se haca ms y ms infantil. Tal
vez su mente estaba retrocediendo hacia algo que deba haber pasado hace aos, entre
los trenes que hacan sonar los platos de la cocina de su madre. Usted me enga
para que viniera a este lugar y ahora no me quiere dejar ir.
Vyase. Vyase de una vez!
Retrocedi ms aun en los cipreses, como un animal nocturno. Su radio sonaba en
la oscuridad. El aroma de su perfume me lleg, mezclado con el olor del aceite
Diesel, el vino y el fuego.
En mi interior, en un relmpago rojo, sent como dos personas y un puado de
circunstancias pueden colaborar para que se produzca un crimen impremeditado. En
el fondo, pens, ella desea ser asesinada.
Se acurruc entre las sombras, murmurando:
No se me acerque se lo contar a mi viejo
Salga de all, estpida!
El grito que haba estado afinando, brot. La busqu ciegamente y la tom por la
cintura, acercndola a m. Emiti unos sonidos entrecortados y revole la radio contra
mi cabeza. Al pegarme de refiln, la radio se qued en silencio, como si la parte
musical de la personalidad de Kitty hubiera muerto de muerte violenta.
La dej ir. Se alej corriendo torpemente, sobre sus tacones altos, saltando sobre
las mltiples vas hasta no ser ms que una sombra confusa, un sonido apresurado en
la noche.
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E
l estudio de Eric Malkovsky en la Villa quedaba en lnea directa hacia la casa
de Martel. Me detuve para ver cmo iba en su bsqueda. Haba polvo en sus
manos e impresiones digitales en su frente, como si l mismo se hubiera
trasformado en una prueba viviente.
Casi estaba por darme por vencido.
Casi me di por vencido yo mismo. Encontr alguna foto de ella?
Cinco. Puedo tener ms.
Me llev a la trastienda y las coloc sobre la mesa como una mano de pker.
Cuatro de ellas eran fotografas de Kitty en una sencilla malla de bao de color
blanco, tomadas junto a la piscina del Club de Tenis, de pie contemplando
romnticamente el mar, reclinada erticamente en una reposera, otra vez de pie, sin
mojarse sobre el trampoln. Kitty haba sido una chica hermosa, pero las cuatro fotos
estaban echadas a perder por su chabacana teatralidad.
La quinta foto era diferente. Sin pose y vestida con un traje de verano sin mangas
y un ancho sombrero. Estaba sentada frente a una mesa con una copa cerca de su
codo. Una mano de hombre con un diamante de forma cuadrada en ella, estaba
apoyada sobre la mesa, a su lado. El resto haba sido cortado, pero Kitty sonrea en su
direccin. A su lado poda verse la pared del patio de uno de los chalets del Club de
Tenis, cubierta con Santa Rita.
sta es la que a ella le gusta Malkovsky me mostr una nota en el dorso de la
foto: 6 copias de 4 6. A cinco dlares c/u = treinta dlares. Ped. Setiembre 27-1959
. Compr sus copias o lo hizo su marido. Estaba en la fotografa tambin, pero l
mismo me hizo cortarla.
Por qu?
Recuerdo que dijo algo as como la bella y la bestia. No se vea tan mal, pero
era de cierta edad y se haba castigado bastante en su poca.
Cmo se llamaba?
No lo recuerdo. Supongo que podra encontrarlo en los archivos del Club.
Esta noche?
S, si Mrs. Strome me lo permite. Pero se est haciendo muy tarde.
No olvide que est trabajando a tarifa doble.
Se rasc la coronilla y se sonroj ligeramente.
Podra dejarme ver un poco de ese dinero?
Mir mi reloj: lo haba contratado haca dos horas escasamente.
Algo as como catorce dlares?
Perfecto. De paso coment, volvindose a rascar lo coronilla, si quiere
algunas de esas fotos, es justo que pague por ellas. Cinco dlares cada una.
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Le di un billete de veinte dlares.
Me llevar la que a ella le gustaba. Supongo que no habr ni la menor
posibilidad de que encuentre la parte que usted cort?
A lo mejor encuentro el negativo.
Por esa foto le pagara ms.
Cunto ms?
Depende de lo que haya en ella. De todos modos, unos veinte dlares.
Lo dej escarbando con todo entusiasmo entre las polvorientas carpetas de los
estantes y me dirig en mi coche hacia las colinas. De esta direccin vena el viento.
Corra velozmente por entre los desfiladeros como un clido torrente y ruga entre los
matorrales que circundaban la casa de los Bagshaw. Tuve que luchar a brazo partido
contra l cuando baj del coche. El Bentley no estaba en el patio. Trat de abrir la
puerta del frente de la casa. Estaba con llave. No haba ni una luz en ella, ni nadie
contest a mis repetidos golpes. Regres al estudio en la Villa. Malkovsky me mostr
el negativo de la foto de Kitty.
Al lado de ella estaba sentado un hombre con un traje rayado, arrugado por sus
hombros recios y sus fuertes muslos. Era casi completamente calvo, pero como en
compensacin, un poco de cabello enrulado, blanco en la fotografa, se escapaba por
entre el cuello de la camisa abierta. Su triste sonrisa tena una ligera, suave y vaca
jovialidad que desmentan sus ojos descoloridos. Detrs de l, cerca de la pared del
patio y fuera de foco, se vea a un hombre joven, de bigote, con una chaqueta de
mozo, y con una bandeja en sus manos. Me era vagamente familiar: tal vez fuera
alguno de los sirvientes del Club.
Debera tener los nombres de estas personas dijo Eric. Realmente es slo
gracias a la buena suerte que pude encontrar estos negativos.
Podramos conseguir los nombres en el Club como sugiri. Recuerda algo
ms referente a ese hombre? Eran casados l y esa mujer?
Actuaban como si lo fueran. Es decir, ella. El hombre andaba mal de salud y
ella lo cuidaba tal vez exageradamente.
Qu le pasaba?
No lo s. No se poda mover mucho. Pasaba casi todo el tiempo en el chalet o
en el patio, jugando a las cartas.
Con quin jugaba?
Con varias personas. No se imagine que yo vea mucho al tipo. Ms bien, lo
eluda.
Por qu?
Era un cliente grosero, estuviera enfermo o no. No me gustaba la forma en que
me hablaba, como si yo fuera algo as como un lacayo. Yo soy un profesional dijo.
Saba cmo se senta Eric. Yo era a mi vez un semiprofesional. Le di otros veinte
dlares y nos dirigimos al Club en coches separados.
Ella Strome nos abri el cuarto de los archivos, atrs de la oficina del gerente y
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Eric se zambull entre los alineados gabinetes. Tena una fecha desde la cual partir
para su investigacin. Las fotos de Kitty haban sido pagadas el 27 de setiembre de
1959.
Regres al pabelln. La msica continuaba pero la reunin se haba reducido y
desviado principalmente hacia el bar. No era tarde, como sucede en casi todas las
fiestas, pero, durante mi ausencia la mayora de la gente se haba desmejorado, como
si una sbita enfermedad hubiera cado sobre ella: psicosis manaco-depresiva o una
leve hemorragia cerebral.
Slo el barman no haba cambiado. Preparaba las bebidas, las serva y se
mantena lejos de la fiesta, contemplndola con sus brillantes ojos negros. Le mostr
la foto de Kitty y el negativo.
La levant hacia la luz fluorescente, en la parte de atrs del bar.
S. Recuerdo al hombre y a la chica. Vino ac con l una noche y quiso
emborracharse con whisky y ms whisky. Eso es todo lo que conoca de bebidas. La
cosa fue que sufri un acceso de tos. En seguida, como cuatro o cinco convecinos
empezaron a golpearle la espalda, su marido se levant y comenz a los empujones
para que se fueran. Yo y Mr. Fablon conseguimos calmarlo.
Cmo fue que entr en danza Mr. Fablon?
l estaba con ellos.
Eran amigos suyos?
Sola estar con ellos. Entraron juntos. A lo mejor, le gust la mujer. Era
espectacular, no puedo negrselo.
Fablon era un cazador de mujeres?
Usted me hace decir cosas que no quiero. Le gustaban las mujeres. No las
cazaba. Algunas lo cazaban a l. Pero con esa dama tuvo ms sentido comn que
deseos de mezclarse. El marido era un pjaro de cuidado.
Quin es l, Marco?
Se encogi de hombros.
Nunca lo haba visto antes ni lo he vuelto a ver despus. Y no me he quedado
sentado ac esperando tener noticias de l.
Cmo logr introducirse aqu?
Se hospedaba aqu. Algunos de nuestros socios no pueden negarse cuando se
les pide un carnet de invitado. Me ahorraran bastantes preocupaciones si aprendieran
a decir que no mir alrededor de la habitacin con cierta desdeosa tolerancia.
Le preparo alguna bebida?
No, gracias.
Se inclin hacia m por sobre el mostrador y me dijo:
A lo mejor no debera decirle esto, pero Mrs. Fablon estuvo aqu hace un
momento.
S?
Me hizo las mismas preguntas que usted. Si crea que su marido se haba
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suicidado. Saba que l y yo ramos amigos. Le dije que no, que no lo crea.
Qu contest?
No tuvo ocasin de decir nada. El doctor Sylvester entr al bar y se la llev. No
pareca estar muy bien.
Qu quiere decir con eso?
Hizo un movimiento con la cabeza, como indicndome que no saba. Una seora
se acerc y pidi un whisky doble. Estaba detrs de m y no reconoc su voz
cambiada hasta que habl de nuevo.
Mi marido ha estado bebiendo whiskys dobles y yo le digo que la salsa que es
buena para el ganso lo es tambin para la gansa y viceversa.
Bien, Mrs. Sylvester. Si usted lo dice
Marco dej sobre el mostrador la foto y el negativo y le sirvi un magro whisky
doble. Ella alarg ambas manos frente a m y tom las dos cosas, la bebida y la foto
de Kitty.
Qu es esto? Me encanta mirar fotografas.
Son mas le dije.
Sus ojos abotagados por el whisky no parecan reconocerme.
Pero a usted no le importa que las mire, no? me contest. sa es Mrs.
Ketchel, no es cierto?
Quin?
La de Ketchel repiti.
Es amiga suya?
No del todo se enderez. Su flotante cabellera le resbalaba por la espalda
como una peluca. Su marido fue uno de los pacientes de mi marido, en un tiempo.
Ya se sabe que un mdico no puede elegir a sus pacientes.
Comparto ese problema.
Por supuesto dijo. Usted es un detective, no es cierto? Qu hace con una
foto de Mrs. Ketchel?
Agitaba la foto ante mis ojos. Por un momento los ojos de toda la gente del bar
miraron en nuestra direccin. Le saqu la foto de las manos y la coloqu junto con el
negativo, en mi bolsillo.
Puede confiarme sus negros y profundos secretos. Soy la mujer de un mdico.
Me deslic de mi banco alto y la conduje hasta una mesa vaca.
Dnde est el doctor Sylvester?
Llev a su casa a Marieta Fablon. No se senta no estaba muy bien. Pero va a
regresar.
Qu le pasaba a Mrs. Fablon?
Que es lo que no le pasa, dir usted. Marieta es amiga ma, una de las amigas
ms antiguas que tengo en la ciudad, pero en esta ltima poca se est viniendo abajo,
fsica y moralmente. Yo no me opongo a que la gente se pase con la bebida de vez en
cuando. Yo misma estoy un poco pasada, Mr. Arch
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Archer le dije. Sigui hablando.
Pero Marieta lleg hoy aqu haciendo en realidad eses. Entr caminando, si es
que a eso se le puede llamar caminar, como si tuviera piernas de goma. George tuvo
que juntar los pedazos y llevarla a su casa. Se est volviendo, cada vez ms y ms,
una verdadera carga para George.
En lo que respecta a qu?
Moral y financieramente. No ha pagado una cuenta aqu desde que uno tiene
uso de razn. Supongo que est bien. Es una amiga. Hay que vivir y dejar vivir. Pero
cuando ya llega a querer sonsacarle con astucia y maa ms dinero, eso es otra cosa.
Ha estado haciendo eso?
Si ha estado hacindolo? Hoy lo invit a almorzar. Yo estaba en la misma
peluquera en ese momento, y le dio un rpido sablazo de cinco mil dlares.
Realmente no tenemos esa cantidad de dinero disponible en el banco, que es la nica
manera, que yo sepa, bueno, l trat de conseguir mi firma para un prstamo. Pero yo
dije nones se detuvo, y su rostro, que tena la expresin de ira que a veces produce
el alcohol, se aquiet a causa de la ansiedad. Creo que su mente retrocedi hasta lo
que acababa de decir. Le he estado revelando mis negros y profundos secretos, no
es verdad?
No se preocupe.
Me preocupar si usted le cuenta a George lo que le he dicho. No se lo dir a
George, no es cierto?
Haba mostrado su ruindad, pero no quera que eso le creara responsabilidades.
Muy bien le dije.
Es usted muy simptico me tom la mano a travs de la mesa y me la apret
un poco demasiado fuerte. Estaba ahora ms preocupada que bebida, y trataba de
pensar en algo que la hiciera sentirse mejor. Le gusta a usted bailar, Mr. Arch?
Archer volv a decirle.
A m me encanta bailar.
Con mi mano an en la suya, se levant y me arrastr hasta la pista de baile.
Giramos y giramos, con sus cabellos colgndole sobre los ojos y sus pechos
sacudindose contra mi cuerpo como rganos especiales de su entusiasmo.
Mi nombre es Audrey murmur confidencialmente. Cul es el suyo, Mr.
Archer?
Postrado.
Su risa arras mi tmpano derecho. Cuando la msica ces, la llev de nuevo a la
mesa y me dirig a la oficina. Ella Strome estaba an en su puesto, muy plida.
Est muy cansada? le pregunt.
Se mir en el espejo que estaba en la pared frente a su escritorio.
No mucho. Es la msica. Me irrita los nervios cuando no se me permite bailar
se apret con ambas manos las sienes. No s cunto tiempo ms podr aguantar
este puesto.
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Cunto tiempo lleva en l?
Solamente dos aos.
Qu hizo antes de esto?
Fui ama de casa. En verdad, no haca mucho cambi de tema. Lo vi
bailando con Mrs. Sylvester.
Trabajo de piernas.
No quise decirle eso me dijo sin saber qu es lo que quera decir. Tenga
cuidado con Audrey Silvester. No es una borracha, pero cuando bebe, se emborracha
en forma.
Qu suele hacer entonces?
Cualquier cosa que se le mete en la cabeza. Natacin en el mar a media noche.
O revolcarse en el pasto a media noche.
En una misma noche?
No me sorprendera en lo ms mnimo que lo hiciera.
Se puede confiar en ella?
Depende de quin y de qu hablaba.
De sta saqu la foto de Kitty. Dice que su nombre es Ketchel, y que su
marido era paciente del doctor Sylvester.
Me imagino que sabr lo que dice.
Hablando de los pacientes del doctor Sylvester, entiendo que llev a Mrs.
Fablon a su casa.
Ella Strome asinti sobriamente.
Ayud a llevarla hasta el auto. Fueron necesarias dos personas.
Estaba muy mareada?
Lo dudo. Casi nunca bebe.
Mrs. Sylvester dijo que lo estaba.
Mrs. Sylvester no es una testigo muy veraz, especialmente cuando ella misma
est bebida. Marieta Mrs. Fablon estaba ms enferma que otra cosa y muy
preocupada. Est mucho ms preocupada por Ginny de lo que deja traslucir.
Se lo dijo?
No con tantas palabras. Pero vino ac para estar ms segura. Quera que
alguien le dijera que haba hecho lo correcto al haber alentado a Ginny en su fuga.
Entonces lo sabe todo?
Asinti.
Ginny fue a su casa esta noche. Tena que recoger algunas cosas y despedirse.
No se qued ms de cinco minutos. Eso es bsicamente lo que trastorn a su madre,
me imagino.
Cundo fue eso?
Hace una hora, poco ms o menos.
Usted es un buen testigo. Qu le parecera integrar permanentemente mi
equipo?
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Dependera de qu cosa tuviera que ser testigo.
Nos sonremos uno al otro, cautelosamente. Los dos habamos fracasado en
nuestro matrimonio.
Retroced hasta el archivo. Malkovsky estaba inclinado sobre el cajn abierto del
gabinete, revisando las ordenadas fichas.
Estoy haciendo algunos progresos. Hasta donde pude comprobar, haba siete
invitados forneos, solos y en parejas, en septiembre de 1959. He desechado cuatro
de ellos, personas que recuerdo personalmente. Eso nos deja tres: los Sanderson, los
Houvenel y los Berglund. Pero ninguno de esos nombres da la seal de alarma.
Pruebe Ketchel.
Ketchel! pestae sonrindose. Creo que ese era el nombre. Sin embargo
no lo encontr entre las tarjetas de los huspedes.
Podran haberla sacado.
O perdido dijo. Estas fichas viejas estn en un estado calamitoso. Pero
estoy seguro de que el nombre era Ketchel. De dnde lo sac?
De uno de los socios tom el negativo. Podra hacerme algunas copias de
ste?
No hay inconveniente.
Cunto tiempo llevara?
Creo que podra tener algunas listas para maana.
Maana a las ocho?
Despus de algunos momentos de duda me contest:
Puedo probar.
Le di el negativo, despus de recomendarle que no lo perdiera y me desped, en la
puerta del frente. Ella Strome dijo framente, cuando ya no poda ornos:
Espero que le est pagando decentemente. Es lo nico que hace para vivir. Y
tiene mujer e hijos.
Le estoy pagando decentemente. No hay en el archivo ningn rastro de que los
Ketchel hayan sido huspedes aqu.
Mrs. Sylvester puede haberle dado mal el nombre.
Lo dudo. Eric lo reconoci. Es ms probable que alguien sacara la ficha del
archivo. Es fcil el acceso a ellos?
Me temo que s. La gente entra y sale de la oficina y el archivo est abierto
durante muchas horas. Es muy importante?
Podra ser. Me gustara saber quin sali fiador de los seores Ketchel, cuando
fueron huspedes aqu.
El seor Stoll podra recordarlo. Pero esta noche est libre.
Me indic el chalet del gerente. Estaba cerrado y a oscuras. El viento aullaba
como un perro perdido entre las malezas.
Volv a la entrada principal del Club. El doctor Sylvester an no haba regresado.
Mir dentro del bar, vi a la seora de Sylvester inclinada sobre una bebida y retroced
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antes de que me viera.
Ella Strome me cont ms cosas sobre su segundo matrimonio. Strome, su
marido, era un abogado en la ciudad, un hombre de edad, viudo ya, cuando se cas
con l. Originalmente haba sido su secretaria, pero al ser su esposa le exigi ms
dedicacin de mil maneras sutiles. Su primer marido haba sido muy joven, el
segundo, muy viejo. Como hombre viejo tena sus costumbres muy arraigadas,
incluyendo sus hbitos sexuales.
Dej que siguiera la conversacin. Esas continuas charlas caprichosas eran una de
mis mejores fuentes de informacin. Aparte de eso, la mujer me gustaba y estaba
interesado en su matrimonio.
Su historia concordaba con la larga y borrascosa noche que estbamos pasando.
Haba vivido con Strome durante seis aos, pero al final no lo pudo soportar ms. Ni
siquiera haba reclamado una pensin.
Algunas personas se retiraban de la fiesta y Ella los saludaba por sus nombres.
Nuestra conversacin, es decir, el monlogo de Ella, era puntuado por rfagas de
msica, risas o viento. La entrada del doctor Sylvester le puso punto final. Empuj la
puerta con encolerizada fuerza.
Est mi mujer todava all? le pregunt a Ella.
Creo que s, doctor.
En qu estado se encuentra?
An est vertical le dije.
Me mir con dureza.
Nadie le pregunt nada comenz a dirigirse al bar y dud, encarndose con
Ella:
Quisiera hacerme el favor de traerla, Mrs. Strome? No me encuentro esta
noche con nimo para enfrentar esa turba.
Lo har con gusto. Cmo est Mrs. Fablon?
Pronto se pondr muy bien. Le di algo para tranquilizarla. Est preocupada por
su hija y complic las cosas con barbitricos.
No trat de tomar demasiados?
Nada de eso. Tom las pastillas que habitualmente toma para dormir. Luego
decidi venir ac para ver a sus amigos. Agrguele a eso una copa y el resultado era
de preverse dej de lado el tono profesional: Vaya y busque a Audrey, por favor.
Ella Strome se alej presurosa por el corredor iluminado. Yo me apoy en la mesa
de entradas y mir por el espejo al doctor Sylvester. Encendi un cigarrillo,
simulando ignorarme, pero mi presencia pareca molestarlo. Tosi, fum y por fin
dijo:
Dgame, qu le da derecho a estar all parado, mirndome? Es usted el nuevo
portero o qu?
Estoy entrenndome para el puesto. El sueldo es pobre, pero piense en los otros
beneficios, como por ejemplo llegar a conocer a la gente mejor educada del lugar.
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Para lo que usted se est entrenando es para que lo saquen de aqu de una oreja
su mandbula se haba convertido en un instrumento contundente. Las manos le
temblaban.
Era tan grande que hubiera sido difcil errarle un golpe y lo bastante desagradable
como para invitar a drselo. Pero la ocasin actual no se prestaba. Su trnsito entre
dos mujeres con problemas, le confera un cierto privilegio.
Tmelo con calma, doctor. Los dos estamos del mismo lado.
Lo estamos? me mir a travs del humo anillado del cigarrillo. De pronto,
como si su boquilla ardiente hubiera hecho explosin, la tir al piso de mrmol,
aplastndola con el tacn. Ni siquiera s cul es el juego dijo en un tono un poco
ms amable.
Es un juego nuevo no tena el negativo de la foto de Kitty y Ketchel, as que
se los describ. El hombre de la foto, el que tiene el anillo con el diamante
cuadrado, sabe usted quin puede ser? Trataba de poner a prueba su honestidad,
pero en el fondo no saba bien a quin estaba probando, si a l o a su mujer.
Contest a la defensiva:
Es difcil poder contestar con slo una descripcin verbal. Tiene un nombre?
Podra ser Ketchel. O decir que fue paciente suyo.
Ketchel se frot la mandbula, como tratando de darle de nuevo forma
humana. Me parece que tuve una vez un paciente con ese apellido.
En 1959?
Podra ser. S, podra ser muy bien.
Paraba aqu?
Creo que s.
Le mostr la foto de Kitty. Asinti.
Esa es la seora de Ketchel. No podra confundirla. Vino a mi consultorio una
vez, antes de irse, para pedirme instrucciones sobre una dieta sin sal. Yo trataba a su
marido por hipertensin. Tena la presin muy alta, pero me las arregl para bajrsela
dentro de un rgimen normal.
Quin es l?
El rostro de Sylvester tom la clsica expresin de quien trata de recordar.
Un hombre de Nueva York, retirado de los negocios. Se hizo rico de buenas a
primeras jugando en la bolsa. Afortunado y testarudo. Tena algo de ganado
desparramado por el sudoeste.
En California?
No recuerdo, despus de tanto tiempo.
En Nevada?
Lo dudo. No soy lo suficientemente famoso como para atraer a enfermos de
otros lugares la acotacin era forzada.
Estar la direccin de Ketchel en los archivos de la clnica?
Quizs. Pero por qu tiene usted tanto inters en Ketchel?
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An no lo s. Pero me interesa mucho le hice de pronto una pregunta a boca
de jarro: No fue acaso por esa poca que Fablon se suicid?
Lo tom de sorpresa. Su cara cambi de expresin varias veces, buscando
actitudes. Se detuvo en una de falso aburrimiento, tras la cual su inteligencia estaba
agazapada, vigilndome.
Cundo fue eso?
La foto les fue tomada a los Ketchel en setiembre de 1959. Cundo muri
Fablon?
Temo no recordar la fecha exacta.
No era paciente suyo?
Tengo bastantes enfermos y, francamente, mi memoria cronolgica no es muy
buena. Supongo que era ms o menos en esa poca, pero si usted quiere sugerir
alguna conexin
Yo no sugiero. Pregunto.
Nuevamente, qu es lo que pregunta?
Tuvo Ketchel algo que ver con el suicidio de Fablon?
No tengo ninguna razn para pensar eso. De todas maneras, cmo podra
saberlo?
Ambos eran amigos suyos. En alguna forma usted podra haber sido la
conexin entre ambos.
Lo cree usted? Pero no discuti el punto. No quera en absoluto meterse en
el tema.
He odo sugerir que Fablon no se suicid. Su viuda volvi a plantear la duda de
nuevo, esta noche. Alguna vez se la plante a usted?
A m no dijo sin mirarme. Usted se refiere a que se ahog
accidentalmente?
O fue asesinado
No crea todo lo que oye. Este lugar es un hervidero de chismes. La gente no
tiene mucho en qu ocuparse, as que se entretiene en hacer correr chismes sobre sus
amigos y vecinos.
Esto no fue exactamente un chisme, doctor Sylvester. Fue una opinin. Un
amigo de Fablon me cont que l no era el tipo de hombre que se suicida. Cul es su
opinin?
No tengo ninguna.
Es extrao.
No lo creo as. Cualquier hombre es capaz de suicidarse si las circunstancias lo
presionan lo bastante.
Y cules eran las circunstancias especiales para que Fablon se suicidara?
Estaba con la soga al cuello.
Quiere decir financieramente?
En todas formas.
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No necesitaba decirme qu significaba eso. Apareci su mujer precedida por Ella.
A medida que aumentaba su borrachera, Audrey iba soltando uno tras otro los frenos
de su mente. En su boca se marcaban rasgos de una sorda beligerancia. Tena los ojos
fijos.
Ya s dnde has estado. En la cama con ella, no es cierto?
Ests diciendo tonteras se defendi Sylvester, alejndola con sus manos.
No hay nada entre Marieta y yo. Nunca lo hubo, Aud.
Excepto cinco mil dlares, seguramente el precio de algo.
Se supona que era un prstamo. No se an por qu no quisiste cooperar.
Porque nunca lo recobraramos, como tanto dinero que t has tirado. Es dinero
tan mo como tuyo, no lo olvides. Trabaj durante siete aos para que t consiguieras
tu ttulo. Y qu consegu con ello? El dinero entra y el dinero sale pero yo nunca
llego a verlo.
Tienes tu participacin.
Marieta consigue ms que esa participacin.
Tonteras. Quieres rebajarla? me mir a m y luego a Ella. A travs de la
conversacin mantenida con su mujer, se haba estado dirigiendo a nosotros tres.
Ahora que Audrey se haba desacreditado por completo, continu: No crees que
es mejor que te vayas a casa? Ya has dado bastante espectculo para una noche.
Intent tomarla por un brazo. Pero ella se alej de l haciendo una mueca,
tratando de mantener el sentimiento de su clera. Pero estaba entrando en una etapa
lgubre. Al retroceder, choc contra el espejo. Dndose vuelta, se contempl en l.
Desde donde yo estaba poda ver su rostro reflejado en el espejo, henchido de alcohol
y malignidad, circundado por una mata suelta de cabello y con una pequea gota de
terror en los ojos.
Me estoy poniendo vieja y gorda dijo. No puedo ni siquiera permitirme el
lujo de tomar una semana de vacaciones en una clnica de reposo en el campo. Pero
t puedes permitirte el lujo de tirar nuestro dinero en el juego.
Hace siete aos que no juego, y t lo sabes.
Bruscamente la tom de la cintura y la fue llevando hacia afuera. Se le enredaban
los pies al caminar como a un boxeador de peso pesado al final de un mal round.
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H
aba luces encendidas en la casa de los Jamieson cuando pas, y una sola luz
en la de Marieta Fablon. Era despus de medianoche, mala hora para visitas.
De todas maneras fui a ver a Marieta. El cadver de su marido ahogado
pareca estar flotando apenas por debajo de la superficie de la noche.
Tard mucho tiempo en contestar a mi llamada.
Cuando lo hizo, abri una mirilla colocada en la puerta de entrada y me
contempl a travs de ella. Me dijo, tratando de sobrepasar con su voz el sonido del
viento:
Qu quiere?
Mi nombre es Archer
Me cort en seco:
Me acuerdo de usted. Qu quiere?
La oportunidad de hablarle seriamente.
Esta noche no podra hacerlo. Venga maana por la maana.
Creo que debemos hablar ahora. Usted est preocupada por Ginny. Yo tambin.
Quin dijo que estoy preocupada?
El doctor Sylvester.
Qu ms le dijo sobre m?
Se lo podra decir mejor adentro.
Muy bien. Esto parece una escena entre Pramo y Tisbe, no es cierto?
Haca un esfuerzo para recobrar su estilo. Me di cuenta cuando me hizo pasar al
recibidor que estaba pasando una mala noche. Los barbitricos todava tenan
entrampados sus ojos. Su cuerpo, sin modelador, bajo la bata rosa acolchada pareca
estar casi en los huesos. Tena sobre la cabeza una cofia de seda rosa y bajo ella el
rostro se mostraba ms delgado y envejecido.
No me mire, por favor. Hoy no estoy como para que me miren me condujo a
la salita. Aunque slo prendi una luz, me pude dar cuenta de que todo en la
habitacin, las sillas tapizadas y el canap, las alegres alfombras y los cortinajes
estaban algo rados. Lo nico nuevo, era un telfono rosado.
Fui a sentarme en una de las frgiles sillas, pero ella me indic otra y se sent en
una tercera, cerca del telfono.
Por qu, de golpe, empez usted a preocuparse por Ginny? le pregunt.
Esta noche vino a casa. l estaba con ella. Yo soy muy apegada a mi hija por
lo menos, sola serlo y pude sentir que ella no quera irse con ese hombre. Pero se
iba, de todos modos.
Por qu?
No lo entiendo sus manos se movan nerviosamente sobre su falda, como
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pjaros que se picotearan. Ella pareca tener miedo de irse y tambin de no irse con
l.
Dnde?
No quisieron decirlo. Ginny prometi ponerse en contacto conmigo, ms
adelante.
Cul era su actitud?
La de Martel? Estaba muy serio y distante. Agresivamente corts. Lament
haber tenido que molestarme a tan altas horas de la noche, pero haban tomado de
golpe la decisin de partir se detuvo y volvi hacia m su rostro angosto e
inquisitivo. Cree usted en realidad que el gobierno francs est tras de l?
Alguien lo est!
Pero usted no sabe quin es?
An no. Quiero poner a prueba un nombre, seora. Ketchel.
Se lo deletre. Sus ojos, cargados de sospechas, se agrandaron. Se apret las
manos, nudillo contra nudillo.
Quin le dijo ese nombre?
Nadie. Sali a relucir solo. Me doy cuenta de que a usted le resulta familiar.
Mi marido conoca a un hombre llamado Ketchel me dijo. Era un jugador
se inclin hacia m. Le dio ese nombre el doctor Sylvester?
No. Pero tengo entendido que Ketchel era uno de los pacientes del doctor
Sylvester.
S. Lo era. Era algo ms que eso.
Esper a que me explicara qu quera decir con eso. Finalmente le dije:
Fue Ketchel el jugador que se llev todo el dinero de su marido?
S. l fue. Se llev lo poco que nos quedaba y quera aun ms. Cuando Roy no
pudo pagarle ms Se call, como si se diera cuenta de que el melodrama no era
su fuerte. No vamos a tratar ms este asunto, Mr. Archer. No estoy esta noche en
condiciones de hacerlo. No debera haber accedido a hablar con usted, en el estado en
que estoy.
En qu fecha se suicid su marido?
Se levant, tambalendose un poco y se dirigi a m. Poda olfatear su fatiga.
Usted ha estado escudriando en nuestra vida, no es cierto? La fecha, si quiere
saberla, es 29 de septiembre de 1959.
Eso era dos das despus de que haban pagado a Malkovsky sus fotografas. La
coincidencia no hizo ms que afirmar mi idea de que la muerte de Fablon era parte
del caso presente.
Mrs. Fablon me espiaba.
La fecha parece significar mucho para usted.
A m me sugiere muchas posibilidades. Debe de tener mucho ms significado
para usted.
Fue el fin de mi vida dio un inseguro paso hacia atrs y volvi a sentarse,
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como si estuviera sumindose en el pasado, sin poderlo evitar, pero no de mala gana
. Todo desde entonces ha andado dando tumbos. Es algo extrao. Roy y yo
pelebamos como animales durante nuestra vida matrimonial. Pero nos ambamos.
Por lo menos, yo lo amaba, sin importarme lo que hiciera.
Qu hizo?
Todo lo que un hombre puede hacer. Muchas de esas cosas costaban dinero. Mi
dinero titube. Yo no sirvo para manejar dinero, realmente. Ese era uno de los
inconvenientes. En todo matrimonio uno de los socios debera preocuparse del dinero
ms que de las otras cosas. Ninguno de nosotros nos preocupbamos. En los
dieciocho aos de nuestro matrimonio, acabamos con casi un milln de dlares. Por
favor, note que hablo en plural. Yo comparto la culpa. No aprend a preocuparme por
el dinero hasta que fue demasiado tarde se revolvi en la silla y sacudi los
hombros como si el pensar en el dinero fuera un peso palpable. Usted me dijo que
la fecha de la muerte de mi marido le sugera algunas posibilidades. Qu quiso
decir?
Estoy pensando si en realidad se suicid.
Por supuesto que lo hizo.
Dej alguna nota?
No necesit hacerlo. Nos haba anunciado sus intenciones a Ginny y a m dos
das antes. Dios sabe lo que eso produjo en la vida emocional de mi hija. Lo anim a
este Martel porque pareca ser el nico hombre verdadero por quien ella demostraba
algn inters. Si he cometido una horrible equivocacin
Dej la frase sin terminar y volvi al primer tema. Su mente corra sobre rpidos
crculos repetidos, como una ardilla en su jaula.
Puede usted imaginarse a un hombre diciendo esas cosas a su mujer y a su hija
de diecisiete aos? Y luego hacerlo? Estaba por supuesto muy enojado conmigo por
no tener ms dinero. No poda convencerse de que eso haba sucedido. Siempre haba
llegado algn dinero, fuera proveniente del legado de un pariente o de la renta de
alguna casa o terreno. Pero ya no tenamos ms que una casa alquilada y ya no haba
ms parientes que se murieran. En cambio, muri Roy, por su propia mano.
Insista en el tema, como si tratara de convencerme o de persuadirse ella misma.
Sospechaba que estaba un poco fuera de mi control y no deseaba hacerle ms
preguntas. Pero ella segua contestando mudas preguntas, dolorosa y obsesivamente,
como si estuviera dormida y el pasado, al cobrar nueva vida, hablara a travs de ella.
Por supuesto que esto no oculta la situacin. En la vida siempre hoy motivos
secretos apremios y venganzas y deseos que la gente no quiere admitir ni aun ante
s misma. Descubr la verdadera causa de la muerte de mi marido por casualidad, el
otro da. Estoy pensando dejar esta casa y anduve revisando, eligiendo unas cosas y
tirando otras. As es cmo encontr un montn de papeles viejos de Roy en su
escritorio y entre ellos una carta a Roy de una mujer. Me sorprendi por completo.
Nunca se me haba ocurrido que, por aadidura a todas sus otras fallas, como hombre
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y padre, Roy me hubiera sido infiel. Pero la carta era bien explcita al respecto.
Puedo verla?
No. No la ver. Es suficiente con la humillacin que me caus leerla para m
sola.
Quin la escribi?
Audrey Sylvester. No la haba firmado, pero yo conozco su letra.
Estaba an en el sobre?
S. Y el sello era bien claro. Era del treinta de junio de 1959, tres meses antes
de morir Roy. Despus de siete aos comprend por qu George Sylvester le present
a Ketchel a Roy y se qued all lo ms tranquilo y sonriente mientras Ketchel le
estafaba a Roy treinta mil dlares que no tena se golpe con el puo la cadera,
sobre la bata acolchada. Hasta debe de haberlo planeado todo. Era el mdico de
Roy. Debe de haber sospechado que Roy estaba al borde del suicidio y conspir con
Ketchel para empujarlo.
No estar estirando esto demasiado, seora?
Usted no conoce a George Sylvester. Es un hombre despiadado. Y no conoce
tampoco a Ketchel. Una vez me encontr con l en el Club.
Me gustara conocerlo. Usted no sabe dnde est ahora, verdad?
No. No lo s. Ketchel dej Montevista un da o dos despus de desaparecer
Roy, mucho antes de que apareciera su cuerpo.
Quiere decir que l saba que su marido haba muerto?
Se mordi los labios por haber hablado tanto. Por la expresin de sus ojos, tuve la
repentina impresin de que mi conjetura era exacta y que ella lo saba, pero por
alguna razn desconocida trataba de ocultarlo.
Ketchel mat a su marido?
No dijo. Yo no sugiero tal cosa. Pero l y George Sylvester fueron
responsables de la muerte de Roy.
En medio de su viejo dolor y su clera, me mir cautelosamente. Tuve la extraa
sensacin de que estaba all sentada, separada de ella misma, poniendo en juego sus
emociones en la misma forma que otra mujer tocara en un rgano, pero dejando
totalmente intacto un extremo del teclado.
He sido muy indiscreta al contarle todo esto. Le ruego que no se lo comente a
nadie, incluyendo incluyendo especialmente a Peter y a su padre.
Ya estaba aburrido de sus reconstrucciones elaboradas y sus evasivas. Dije
llanamente:
No le comentar a nadie su historia y le dir por qu, Mrs. Fablon. No la creo
del todo. Pienso que usted misma no la cree.
Se levant temblorosamente.
Cmo se atreve a hablarme en esa forma?
Porque me preocupa la seguridad de su hija. A usted no?
Usted sabe muy bien que s. Estoy terriblemente preocupada.
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Entonces por qu no me dice la verdad tal y como usted la ve? Su marido fue
asesinado?
No lo s. No s nada de nada. Tuve esa noche un shock tan fuerte como un
terremoto. De golpe el piso se sacudi bajo mis pies. An no ha dejado de moverse.
Qu sucedi?
No pas nada. Dijeron algo
Quin? Su hija?
Si le dijera algo ms, le dira demasiado. Debo conseguir ms datos, antes de
volver a hablar.
Conseguir datos es mi ocupacin.
Agradezco su oferta, pero quiero manejar esto a mi modo.
Comenz otro de sus silencios. Estaba sentada, completamente inmvil con sus
puos apretados uno contra otro y sus ojos absorbiendo la luz.
Sobre el sonido del viento o un ruido como el que hacen las ratas al roer. No lo
relacion enseguida con Marieta Fablon. De repente me di cuenta de que lo estaba
produciendo con el entrechocar de sus dientes.
Era hora de que la dejara en paz. Saqu mi coche estacionado bajo el
quejumbroso roble y me dirig a la casa de al lado, la de los Jamieson. An estaba con
las luces encendidas.
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A
tendi la puerta el padre de Peter. Tena puesto el pijama y un albornoz y
pareca aun ms transparente y ms ausente de lo que haba estado esa
maana.
Entre, por favor, Mr. Archer. Mi casera se ha ido a la cama, pero le puedo
ofrecer una copa. Tena la esperanza de que se apareciera por aqu, porque tengo
alguna informacin para darle.
Hablando como si fuera medioda, me llev a travs del vestbulo, hacia la
biblioteca. Sus movimientos eran vacilantes pero se dio maa para pasar por la puerta
y sentarse en el silln. Haba una copa llena a su lado: Jamieson pareca ser de esos
bebedores que se mantienen a cierto nivel de sobriedad todo el da y toda la noche.
Le dejo que se prepare su bebida. Mis manos estn un poco inseguras
levant sus manos temblorosas y las observ con inters clnico. Supongo que
debera estar en cama, pero casi he perdido la facultad de dormir. Estas noches en
vela son las peores. La imagen de mi pobre mujer muerta se me aparece casi como si
fuera real. Me siento perdido en una vasta y bostezante vaciedad, que est en mi tanto
como el universo exterior. No recuerdo si le mostr una fotografa de mi difunta
mujer.
De mala gana le dije que no. No tena ningn deseo de quedarme sentado all toda
la noche con Jamieson y sus recuerdos bien regados por el alcohol.
Jamieson hurg en una caja de cuero y sac una fotografa de una mujer joven, en
un marco de plata. No era especialmente bonita. Deba haber otras razones para el
eterno duelo del marido. Tal vez, pens, el dolor era el nico sentimiento de que era
capaz, o tal vez fuera una excusa para beber. Le devolv la foto.
Cunto hace que muri?
Hace veinticuatro aos. Mi pobre hijo la mat al nacer. He tratado de no
echarle la culpa a l, pero a veces se me hace difcil, cuando pienso en todo lo que
perd.
Tiene an a su hijo.
Jamieson hizo un pequeo gesto con su mano libre, nervioso e irritable. Ese gesto
deca bastante sobre sus sentimientos hacia Peter, o su falta de ellos.
De paso, dnde est Peter?
Fue a la cocina, a comer algo. Ya se iba a la cama Si usted quiere verlo
Ms tarde, tal vez. Usted dijo que tena alguna informacin para darme.
Habl con uno de mis amigos del banco. Los cien mil dlares de Martel,
actualmente casi ciento veinte mil, fueron depositados por medio de un giro del
Banco de Nueva Granada.
Nunca o hablar de ese banco.
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Tampoco yo, aunque he estado en Panam. El Nueva Granada tiene su central
en la ciudad de Panam.
Dej Martel sus cien mil en el banco local?
No lo hizo. A eso quera llegar. Sac hasta el ltimo centavo. El banco le
ofreci un guardia, pero no quera ser molestado. Meti su dinero en un portafolios y
lo arroj en la parte trasera de su auto.
Cundo sucedi eso?
Hoy, a las catorce y cincuenta, un momento antes de cerrarse el banco. Haba
hablado por la maana, a primera hora, para asegurarse de que tendran el dinero a
mano.
As que tena ya el propsito de irse esta maana. Me gustara saber a dnde
fue.
A Panam, tal vez. De all parece provenir su dinero.
Tengo que ver a su hijo. Cmo puedo ir a la cocina?
Est al extremo del vestbulo. Ya ver la luz. Vuelva y tome conmigo otra
copita antes de irse. Me lo promete?
Se est haciendo muy tarde.
Con gusto le proporcionar una cama.
Gracias. Pero trabajo mejor en el hotel.
Me gui por la luz a la cocina. Peter se encontraba sentado frente a una mesa bajo
una luz colgante. Tena frente a l, un buen pedazo de ganso asado, en un plato de
madera. Lo estaba comiendo.
Yo no haba tratado de atenuar el ruido de mis pasos, pero no me sinti venir. Me
par en la puerta y lo contempl. Coma, como no haba visto comer a nadie antes.
Con ambas manos arrancaba trozos de carne de la pechuga y se las meta en la
boca, en la misma forma que uno mete carne en la mquina de picar. Su cara estaba
deformada, sus ojos casi invisibles. Tom una pata y la mordi en su parte ms
gruesa. Atraves la cocina y me dirig a l. El lugar era grande, blanco y helado. Me
hizo recordar una cancha de pelota en desuso.
Peter levant la cabeza y me vio. Dej caer, sintindose culpable, la pata del ave,
como si fuera parte de un cuerpo humano. Tena la cara abotagada y manchada, como
una morcilla.
Qu es lo que est haciendo?
Tengo hambre.
Su voz emerga, velada por la grasa.
Todava tiene hambre?
Asinti, con sus ojos embotados fijos en el ave medio consumida, que yaca
frente a l como la carcaza de sus esperanzas.
Sent ganas de salir de all y devolverle el dinero sobrante. Pero siempre me ha
causado dificultades el abandonar algo por falta de suerte. Tomando una silla me
sent frente a l iniciando la conversacin sin hacer caso de su atontamiento.
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No recuerdo todo lo que dije. Por sobre todo trat de persuadir al muchacho de
que perteneca a la raza humana. Pero mi monlogo desalentado reciba su
puntuacin de unos golpes provenientes de la direccin donde estaba la casa de
Marieta Fablon.
Cuando o el ruido por primera vez, pens que poda tratarse de disparos de armas
de fuego, pero desech la idea al notar que se repetan una y otra vez, a intervalos
irregulares. Pareca ms bien el ruido de una celosa o de una puerta exterior,
golpeada por el viento.
De pronto, Peter me dijo, con cierta vergenza:
Le pido disculpas.
Pdase disculpas usted mismo.
Qu?
Que se pida perdn usted mismo. Usted es el que se est daando.
Su rostro bajo la fuerte luz, era como de pasta amasada:
No s qu es lo que se apodera de m.
Deba hacerse ver por un mdico. Es una enfermedad.
Usted cree que necesito un psiquiatra?
Mucha gente lo utiliza, tarde o temprano. Usted tiene la suerte de poder
permitrselo.
No puedo, sin embargo. De verdad. No entrar en posesin de mi dinero hasta
dentro de un ao.
Use su crdito. Puede permitirse un psiquiatra si se puede permitir contratarme.
Usted cree en realidad que pasa algo con mi cabeza?
Con su corazn. Usted tiene un corazn hambriento. Debe de encontrar algo
con qu llenarlo, adems de comida.
Ya lo s. Es por eso que tengo que recobrar a Ginny.
Necesita hacer algo ms que eso. Si ella llega a verlo alguna vez convertido en
un era una frase cruel y no la termin.
Ya me ha visto. Ese es el problema. En cuanto la gente se entera, se pone en
contra ma. Supongo que usted tambin me abandonar.
No. Me gustar ver sus cosas arregladas.
Nunca se arreglarn. No tengo remedio.
Estaba tratando de descargar sobre m el peso de su conciencia y yo no estaba en
disposicin de recibir ms de lo que haba recibido ya, as que trat de suavizar un
poco la situacin:
Mi abuela, que viva en Martnez, era una mujer muy religiosa. Siempre deca
que era pecado la desesperacin.
Movi su cabeza lentamente. Sus ojos parecan seguir el movimiento de su
cabeza. Un momento despus se dirigi rpidamente al fregadero de la cocina y
vomit.
Mientras yo estaba tratando de limpiarla y de limpiarlo a l, el padre apareci en
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la puerta, hablando de Peter como si ste fuera sordo:
Mi pobre muchacho ha estado comiendo otra vez?
Djelo, Mr. Jamieson.
No s por qu me dice eso alz sus plidas manos como para mostrarme qu
padre benvolo haba sido. Fui siempre para mi hijo, a la vez, padre y madre. Tuve
que serlo.
Peter segua parado frente al fregadero, de espaldas a su padre, para no mostrarle
la cara. Despus de un momento, su padre se fue. Unida a la gran cocina principal de
mesas, fregaderos y horno recubiertos de azulejos, haba una pequea cocina que
daba al exterior, semejante a un prtico cerrado de vidrios. Descubr esta cocina al
sentir un ruido en su puerta, un araar, un jadeo que estaba ms cerca y era ms
insistente que el ruido como de golpeteo que haba escuchado antes.
Tienen un perro all afuera?
Peter neg con la cabeza.
Debe ser un animal extraviado. Djelo entrar. Le daremos un pedazo de ganso.
Prend la luz de la cocina y abr la puerta. Marieta Fablon se arrastr sobre el
umbral. Se alz sobre sus rodillas y sus manos se agarraron primero a mis piernas y
luego a mi cintura. Haba sangre sobre la pechera de su bata acolchada de color
rosado, como si, por error, se la hubieran manchado en la tintorera. Sus ojos estaban
tan abiertos y ciegos como monedas de plata.
Me peg un tiro.
Me agach y la sostuve.
Quin, Marieta?
Su boca dijo, trabajosamente:
El joven amante Lo que restaba de su vida expir con las palabras. Pude
sentir cuando dejaba su cuerpo.
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eter apareci en la puerta que comunicaba las dos cocinas. No entr a la
pequea. La muerte se haba apoderado de toda la habitacin.
Qu es lo que dijo?
Dijo que el joven amante la mat. Qu querra decir con eso?
Martel fue una respuesta automtica. Est muerta?
La mir. La muerte la haba vuelto pequea y desdibujada como algo que se viera
a travs del lado equivocado del lente de un largavista.
Me temo que s. Ser mejor que llame a la polica. Luego, dgaselo a su padre.
Tengo que decrselo? Encontrar la forma de echarme la culpa.
Se lo dir yo, si lo prefiere.
No. Lo har yo.
Atraves la cocina resueltamente.
Sal hacia la ventosa oscuridad y busqu en mi coche la linterna. El camino
mostraba una huella bien visible desde el jardn de los Jamieson a la casa de los
Fablon. Me pregunt si los pasos infantiles de Peter eran los que lo haban marcado.
Haba evidencias de que Marieta se haba arrastrado por ese camino desde su casa:
manchas de sangre y huellas de rodillas en el barro. Su cofia de seda rosa se le haba
cado donde el camino atravesaba un boquete en la cerca del lindero. La dej all.
La puerta del frente de su casa se estaba golpeando. Entr y busqu el estudio. Su
mueble principal era un ornamentado escritorio del siglo diecinueve. Revis sus
cajones. No haba ni rastros de la carta de amor de Audrey Sylvester a Fablon, pero
encontr otra que me interesaba tanto como sta. Haba sido escrita a Mrs. Fablon por
Ricardo Rosales, el vicepresidente del Banco de Nueva Granada, de la ciudad de
Panam, el 18 de marzo de este mismo ao. Deca en un ingls algo rebuscado, que la
cuenta especial de cuyo monto el banco giraba las sumas peridicas de dinero que
ella reciba, se haba agotado y que no se haban recibido ms instrucciones al
respecto. A causa de las reglas y el rgimen del banco, era muy penoso para ellos no
poder revelarle el nombre de su titular.
En un cajn inferior hall una fotografa enmarcada de un subteniente de la Real
Fuerza Area, que era, sin lugar a dudas, Roy Fablon. Faltaba el vidrio, y pedacitos
de fotografa, en forma de media luna, haban sido torpemente arrancados. Tard un
minuto en llegar a la conclusin de que haba sido acribillada por el agudo tacn de
un zapato de mujer. Pens si Marieta habra golpeado recientemente la fotografa de
su marido.
En el mismo cajn un reloj pulsera extra chato, de hombre, con cuatro palabras en
latn grabadas atrs: Mutuis animis amant amantur. Ignoraba el latn, pero amant
quera decir algo sobre el amor. Volv a mirar la foto de Fablon. Para mis ojos
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avezados, su cabeza cruel tena la mirada vaca de las estatuas de bronce. Haba sido
moreno y arrollador, el tipo clsico de hombre del cual una hija podra enamorarse.
Aunque l haba sido buen mozo, y Martel no lo era, me pareci que exista entre
ellos cierto parecido, suficiente tal vez para explicar el apasionamiento actual de
Ginny. Volv a colocar el retrato y el reloj en el cajn.
Una luz estaba encendida en la sala donde yo haba conversado con Marieta y
odo cmo sus dientes se entrechocaban. El cordn del telfono rosado haba sido
arrancado de la pared. Observ gotas de sangre en la alfombra rada. Desde all, haba
comenzado a arrastrarse.
Escuch un lamento a la distancia, ms fuerte que el viento y ms lgubre. Era el
sonido de una sirena, que como siempre, llegaba demasiado tarde. Sal, dejando
detrs de m la luz prendida y la puerta golpendose.
Los hombres de la polica llegaron a la casa de los Jamieson antes que yo. Tuve
que explicar quin era, mostrar mi credencial y hacer que Peter atestiguara por m,
antes de que me dejaran entrar en la casa. Pero no me permitieron pasar a la cocina.
La falta de cooperacin de la polica me vino muy bien. Me senta justificado al
ocultarles algunos de los resultados de mis propias investigaciones. Pero alud
vagamente a Martel. A las dos de la maana, el oficial a cargo de la investigacin,
inspector Harold Olsen, entr a la sala donde estaba sentado esperando y me inform
que haba dado un alerta general con respecto a Martel. Aadi:
Ahora puede irse a su casa, Mr. Archer.
Pensaba quedarme por ac y conversar con el forense.
Soy yo dijo Olsen. Le dije a mi comisionado, el doctor Wills, que no se
molestara en venir aqu esta noche. Necesita descanso. Por qu no se va usted y
descansa, Mr. Archer? Se dirigi pesadamente hacia m. Era un sueco grandote,
lento y obstinado a quien le agradaba que sus sugestiones fueran tomadas como
rdenes. Tranquilcese y tmelo con calma. No tendremos los resultados de la
autopsia por lo menos hasta dentro de dos das.
Por qu no? le pregunt, sin levantarme de mi silla.
Porque nunca lo hacemos antes estaba a cargo de todo y sus ojos,
ligeramente saltones me miraban por si yo tena alguna duda sobre su poder. Tuve la
impresin de que si tuviera que elegir, preferira manejar un caso ms que resolverlo
. No hay apuro. Por ahora sabemos que recibi un tiro en el pecho que,
probablemente le interes el pulmn. Muri de una hemorragia interna.
Lo que me interesa ahora es saber cmo muri el marido.
Se suicid. No necesita del doctor Wills para enterarse de esto. Yo mismo
manej el asunto Olsen me miraba ahora de ms cerca. Presenta la posibilidad de
que yo quisiera cuestionar sus conclusiones y, temeroso por adelantado ante algo que
poda ser un atropello a sus funciones, dijo: El caso est cerrado.
Y lo que acaba de suceder, no podra reabrirlo?
No. Eso no al enojarse, recaa en una mala gramtica. Fablon se suicid.
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Le dijo a su mujer que lo hara y lo hizo. No hubo ningn testimonio de mala fe.
Tengo entendido que estaba muy desfigurado.
Por los tiburones y las rocas. Aqu hay muchos remolinos y corrientes y
anduvo rodando por el fondo durante diez das el tono de Olsen era algo
amenazante. Pero todo el dao fue hecho despus de estar ahogado. Muri por
ahogo en agua salada. El doctor Wills le dir la misma cosa.
Dnde podr encontrar a Wills maana?
Tiene su consultorio en el stano del Hospital Misericordia. Pero no podr
decirle ms de lo que yo le he dicho.
Olsen dej la habitacin envuelto en el orgullo de casta de un artfice cuyo trabajo
ha sido criticado por un obrero. Esper hasta que ya no se oyeron sus pasos y
entonces me dirig a la biblioteca. La puerta estaba cerrada, pero se vea luz por
debajo de ella.
Quin es? pregunt Vera desde adentro.
Archer.
La casera me dej entrar. Tena puesto un kimono de rayn, color tornasolado.
Cuando se sent en la banqueta a los pies de Jamieson pude ver las dos trenzas negras
colgndole en la espalda como cables cortados.
Es algo horrible me dijo Jamieson dbilmente. Qu saca usted en claro,
Archer?
An es muy pronto para preguntrmelo. Marieta dijo que el joven amante la
mat. Tiene eso para usted, algn significado?
No.
Tena un amante?
Que yo supiera, no.
Y si lo hubiera tenido, quin podra ser?
No tengo idea. Francamente, no he tenido mucho contacto con los Fablon antes
o despus de la muerte de Roy. Es cierto que ramos muy amigos en el colegio y
durante unos cuantos aos ms, pero nuestras vidas tomaron diferentes rumbos. En
cuanto a la vida privada de Marieta, la ignoro por completo. Se me ocurre, sin
embargo, que poda haberse referido al amante joven de otra persona.
Usted se refiere a Martel?
Es un pensamiento obvio, no es cierto?
Tan obvio que le tengo miedo. Pero cay en mis manos algo que descubre una
relacin peculiar entre Martel y Marieta. Ella ha estado percibiendo una especie de
renta del Banco de Nueva Granada.
Marieta?
Exacto. Le fue cortada durante estos dos ltimos meses.
Quin era la fuente de esa renta?
No est muy claro. Quizs haya sido Martel, y si fue l, sugiere una posibilidad
brutal. Marieta puede haberle vendido su hija.
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Marieta es incapaz de hacerlo! Jamieson estaba tan horrorizado como se lo
permita su anestesiada condicin.
Lo hacen muchas madres. No lo llaman venta, pero a eso se reduce. Un baile
de presentacin en sociedad, es lo ms cercano que existe a un mercado de esclavas
del Sudn.
Vera dej or una risa maliciosa y tristona. Su patrn la mir con severidad y dijo,
como si indirectamente le hiciera un reproche:
Pero Marieta es era tan apegada a Ginny
Tambin saba qu importante es el dinero. Me lo dijo ella misma.
De verdad? Porque fjese que acostumbraba a tirar su dinero como si sus
recursos fueran inextinguibles. Tuve que salir de fiador de ella
Vera lo mir vivamente y Jamieson decidi no terminar su frase. Yo dije:
Tal vez su hija fuera el ltimo recurso que le quedaba.
Yo estaba probando la verosimilitud de mi idea y Jamieson se dio cuenta de mi
propsito.
Posiblemente usted podra estar en lo cierto. Marieta se endureci mucho en
estos pocos aos, despus de la muerte de Roy. Pero suponiendo que usted est en lo
cierto, por qu casara a Virginia con un extranjero sospechoso? Tena a mi pobre
hijo Peter a su disposicin y deseoso de hacerlo.
No lo s. La idea puede haber sido de Ginny, despus de todo. Y el hecho de
que Martel y Marieta sacaran el dinero del mismo banco de Panam, una simple
coincidencia.
Sin embargo, usted no cree que sea as.
No. He perdido mi fe en las coincidencias. Todo en la vida tiende a irse
uniendo en una trama. Por supuesto, la trama en este caso es la muerte, repitindose.
El que Mrs. Fablon haya sido asesinada, trae de nuevo a colacin la muerte de su
marido.
Pero acaso no qued establecido que Roy se suicid? Vera frunci el
entrecejo, como si Jamieson hubiera dicho algo obsceno. Discretamente, se persign.
Esa es la historia oficial, de todas maneras dije. Pero ahora se abren
interrogantes, como todo lo dems. Tengo entendido que usted identific el cadver.
Yo fui uno de los que lo hicieron.
Est seguro de que era Fablon?
Tuvo una expresin dubitativa y se movi en su silla, molesto.
Estuve seguro en una poca. Eso no quiere decir que tengo que estar seguro
ahora, no le parece? Francamente, no es un recuerdo que me cuide de mantener. Su
cara estaba hinchada y terriblemente cortada.
Jamieson cerr sus ojos con fuerza. Vera le tom la mano y se la sostuvo.
As que usted no pudo estar bien seguro de que fuera l?
Era difcil con solo mirarlo. El mar le haba causado todo un cambio. Pero, por
otra parte, yo no tena ninguna razn para dudar de que fuera Roy. El mdico que
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intervino en la investigacin, el doctor Wills, dijo que tena irrefu tartamude en
esta palabra irrefutables evidencias de que era Roy.
Recuerda cules eran esas evidencias?
Tenan que ver con las radiografas de viejas fracturas en las piernas.
En esas fracturas hubieran tenido que fijarse ms a fondo.
En qu? me dijo bastante irritado.
Podran aclarar la posibilidad de que fuera un suicidio fingido y que otro
hubiera usado el sobretodo de Fablon en el ocano. Es una posibilidad que debe
tenerse an ms en cuenta cuando un hombre est fuertemente endeudado. Pero lo
que usted acaba de decirme desecha la hiptesis.
Pienso lo mismo.
Hace un momento usted empez a contarme que iba a salir fiador de Mrs.
Fablon.
Eso fue hace aos. Los ayud a los dos en una ocasin. En cierta forma, me
senta responsable de Roy.
Vera se revolvi en su asiento, con enojo, y dijo:
Usted le dio la casa a ella.
Qu casa?
Jamieson me contest:
La casa en que vive en que viva. Para ser exacto, no se la di. Haca uso de
ella. Despus de todo, fue buena con mi pobre hijo. Y tambin lo fue Roy, a su turno.
Roy le sac mucho dinero?
Unos pocos miles. Podan haber sido ms, pero la mayor parte de mi capital
estaba invertido en crditos hipotecarios. Roy, en los ltimos tiempos, estaba
desesperado por dinero. Jugaba con dinero que no tena.
Con un hombre llamado Ketchel?
S. Ese era su nombre.
Usted conoci a Ketchel?
Nunca me encontr con l. Solamente lo conoca de nombre.
Por intermedio de quin?
De Marieta. Durante los once o doce das de la desaparicin de Fablon, antes
de que su cuerpo subiera a la superficie, Marieta hablaba mucho de Ketchel. Pero no
tena pruebas y yo la disuad de ir a la polica. Despus de establecerse que se trataba
de un suicidio, desisti de la idea.
Vera se movi inquieta y tirando de la mano de Jamieson como si la mujer muerta
fuera una sutil rival suya, dijo:
Vamos a la cama. Usted est loco, quedndose sentado toda la noche.
Todo el decoro convencional de la casa pareca haberse venido abajo. Me levant
para irme y Vera me mir con alivio.
Jamieson dijo, sin hacerle caso a Vera.
Yo pens en esa poca que Marieta estaba fantaseando con eso del crimen,
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simplemente porque le era duro enfrentar la idea del suicidio. Supone usted que ella
saba algo, despus de todo?
Tal vez. El inspector Olsen me dijo que Fablon haba muerto, sin duda alguna,
por ahogo en agua salada. Podra ser una forma de asesinar, aunque en este caso no lo
parece. Pero aun as, me gustara hablar con Ketchel. No sabra usted decirme dnde
puedo encontrarlo?
No tengo la ms mnima idea. Para m, es slo un nombre.
Los ojos de Vera se clavaban en m, empujndome para que me fuera. Los
policas estaban an en la cocina. Marieta no. Tampoco Peter. El enorme cuarto haba
adquirido ese aire de negra desolacin policial que me era familiar. Yo haba sido en
un tiempo polica, en Long Beach, a poco menos de un tiro de obs de Montevista.
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D
e regreso me dirig hacia el puerto por la avenida costanera, para pasar en el
Hotel Breakwater lo que restaba de la noche. Uno o los dos Hendricks,
podan darse una vuelta por all, aunque no esperaba que lo hicieran.
Sin pensarlo, fui disminuyendo la velocidad al llegar al matorral de los
vagabundos. De no haber sido as, no habra visto el Cadillac de Harry. Estaba en la
franja de pasto, del lado del ocano, con la nariz metida en el tronco de una palmera.
Haba sufrido un impacto violento. La base del rbol estaba cortada. El fuerte
paragolpes del Cadillac se haba hundido en el radiador. El vidrio inastillable del
frente estaba manchado con la marca de una cabeza. Encontr algunas salpicaduras
de sangre en el asiento delantero. Fuese quien fuese el que se hubiera apoderado del
auto, chocndolo, haba dejado las llaves puestas en el arranque. Hice lo que deba de
haber hecho antes: usarlas para abrir el bal.
Harry estaba all, dndome la espalda. Puse la mano bajo su cabeza y le di vuelta
la cara. Haba sido duramente golpeado. Hasta que no lo o quejarse, pens que estaba
muerto. Lo alc y lo saqu afuera. Era como extraer un gran nio inerte de un vientre
de hierro. Lo deposit en el pasto y mir en derredor en busca de auxilio.
El viento silbaba en las ramas secas de las palmeras sobre mi cabeza. No haba
nada humano a la vista. Pero no quera dejar a Harry. Alguien poda llevrselo otra
vez. Cruc hasta la playa para mojar mi pauelo en el agua y no pude evitar que se
mojara uno de mis zapatos. Harry se quej cuando le estaba limpiando la cara con el
trapo hmedo, pero no volvi en s. Al levantarle uno de los prpados, todo lo que
pude ver fue el blanco del ojo.
Calcul que haba estado inconsciente en ese bal durante seis o siete horas. En
mi mente no existan muchas dudas de que la sangre en el tacn de Martel, era sangre
de Harry. Decid llevarlo al hospital y lo alc en mis brazos de nuevo.
Estaba a medio camino hacia mi coche, cuando un auto patrullero de la ciudad,
con su luz roja encendida en el techo, apareci a la vista. Se detuvo y un agente se
ape.
Qu est haciendo?
Este hombre ha tenido un accidente. Lo llevo a un hospital.
Lo llevaremos nosotros.
Era un joven oficial, en cuya voz haba un ribete de suspicacia. Levant a Harry
de entre mis brazos y lo deposit en el asiento trasero del patrullero. Luego,
volvindose hacia m, con la mano apoyada en la culata del revlver, dijo:
Tengo la impresin de que ha sido golpeado.
S.
Mustreme sus manos. Venga aqu, frente a los faros.
E
l Club de Tenis no se abra hasta las diez de la maana. As me lo dijo Eric.
Encontr a Reto Stoll en su chalet, al lado del de Mrs. Bagshaw. Tena puesta
una chaqueta azul con botones dorados, que no estaba de acuerdo con los
sobrios y pesados muebles de su saln. No haba nada con personalidad en esa
habitacin, excepto un vago olor a incienso.
Stoll me recibi con vida cortesa. Me hizo sentar en un silln donde,
obviamente, haba estado sentado l mismo, leyendo el diario. Mova sus manos con
inquietud.
Es terrible lo que pas con Mrs. Fablon.
Todava no puede estar en el diario.
No. Me lo dijo Mrs. Bagshaw. Las viejas seoras de Montevista hacen su
propia cosecha de noticias aadi, paternalmente. Estas noticias nos producen
un terrible efecto a todos. Mrs. Fablon era una de nuestras socias ms agradables.
Quin podra querer matar a una mujer tan encantadora?
No haba dudas de que era sincero, pero no tena el don de parecerlo cuando
hablaba de mujeres.
Usted podra ayudar a contestar a esa pregunta, Mr. Stoll le dije,
alcanzndole una de las ampliaciones. Reconoce usted a estas personas?
Se llev la foto hacia la puerta batiente que se abri sobre el patio. Sus ojos grises
se entrecerraron y su boca hizo una mueca de disgusto.
Fueron huspedes aqu, hace varios aos. Con franqueza, yo no quera
admitirlos. No eran de nuestra clase. Pero el doctor Sylvester hizo prevalecer su
voluntad.
Por qu?
El hombre era paciente suyo. Aparentemente, un paciente muy importante.
Le dijo algo ms sobre l.
No necesitaba hacerla. Reconoc al tipo. Es de los que pertenecen a Palm
Springs o a Las Vegas, pero no a este lugar frunci dolorosamente su ceo y se
golpe la frente. Debera recordar su nombre.
Ketchel.
Eso es. Ketchel. Los puse a l y a la mujer en el chalet junto al mo dijo
sealando el de Mrs. Bagshaw, para poder tenerlos a la vista.
Qu es lo que vio?
Se portaban mejor de lo que yo supuse. No se realizaron reuniones
escandalosas ni nada por el estilo.
Entiendo que jugaban mucho a las cartas.
No me diga
E
l colegio estaba situado en lo que recientemente haba sido la campia. En las
colinas taladas de los alrededores quedaban todava restos de los bosquecillos
de naranjos que en otro tiempo las haban vestido con su verdor. Los rboles
del patio del colegio eran, en su mayora, palmeras que daban la sensacin de haber
sido llevadas y plantadas all, ya desarrolladas. Los estudiantes daban esa misma
impresin.
Uno de ellos, con una barba que lo volva parecido a Toulouse-Lautrec, me indic
el camino para llegar a la oficina de Mr. Martin. La entrada de sta quedaba detrs de
un tabique horadado, de concreto, al costado del edificio de la administracin, que era
uno del valo de edificios de piedra que cerraban el patio del colegio.
Pas de la luz del sol al brillo fro de las luces fluorescentes. Una mujer joven me
sali al encuentro y me dijo que Mr. Martn estaba esperndome.
Martn era un hombre calvo, con camisa de mangas cortas, de mirada tan fuerte y
descarada como la de un vendedor. Las paredes artesonadas de la oficina, frescas e
impersonales, hacan que l pareciera fuera de lugar.
Linda oficina le dije despus de darnos la mano.
No me puedo acostumbrar a ella. Es algo extrao, pero van a cumplirse cinco
aos que estoy en ella, en agosto, y todava siento nostalgia por la vieja choza en que
empezamos. Pero usted no est interesado en historia antigua.
Lo estoy, pero en lo referente a Feliz Cervantes.
Perfecto. Ese s que es un nombrecito. Declararse poseedor de la felicidad.
Feliz Cervantes! Bueno, esperamos que lo sea. No lo recuerdo personalmente pues
no estuvo mucho tiempo aqu, pero ya saqu su ficha abri una carpeta de manila
que tena sobre el escritorio. Qu es lo que quiere saber de Feliz Cervantes?
Todo lo que tenga sobre l.
Me temo que no es mucho. Por qu se interesa en ello Mr. Stoll?
Porque regres a la ciudad hace dos meses, bajo otro nombre.
Ha hecho algo malo?
Se le busca por sospecha de agresin le contest bajando un poco la voz.
Estamos tratando de establecer su identidad.
Me alegra poder cooperar con Mr. Stoll l contrata a muchos de nuestros
muchachos pero no creo que les ser de mucha utilidad. El apellido Cervantes
puede ser tambin supuesto.
Pero sus alumnos no tienen que presentar documentos de nacimiento,
estudios, etc., antes de ser admitidos?
Se supone que s. Pero Cervantes no lo hizo Martin vaci el contenido de la
carpeta. Aqu hay una nota al respecto, donde l dice ser un estudiante proveniente
S
hore Drive corra paralela al mar, en un rea de crecimiento explosivo y escaso
circuito. Era una jungla de departamentos, casas particulares y fraternidades
con letras griegas sobre las puertas.
Atrs de la casa estucada con el nmero 148, se agrupaban, en un pequeo lote,
una media docena de chalets separados entre s. Una mujer robusta abri la puerta de
la casa antes de que llegara al umbral.
No tengo lugar hasta junio.
No necesito alojamiento, gracias. Es usted Mrs. Grantham?
Nunca compro nada a vendedores ambulantes, si su intencin es venderme
algo.
Todo lo que necesito es una pequea informacin le dije mi nombre y
ocupacin. El seor Martin, el del colegio, me dio su nombre.
Por qu no me lo dijo? Pase.
La puerta se abri sobre un pequeo y densamente amueblado living. Nos
sentamos cara a cara, casi tocndonos las rodillas.
Espero que no sea una queja en contra de ninguno de mis muchachos. Son para
mi como hijos mos dijo, con una sonrisa profesionalmente maternal.
Hizo un amplio ademn hacia la chimenea. La repisa y la pared que se extenda
ms arriba estaban completamente ocupadas con fotos de graduacin de hombres
jvenes.
No es una queja sobre ninguno de sus muchachos de ahora, de todas maneras.
Se trata de uno que vivi aqu hace siete aos. Recuerda usted a Feliz Cervantes?
Le mostr la foto donde Martel-Cervantes estaba atrs y Ketchel y Kitty al frente. Se
puso los anteojos y la mir, estudindola.
Recuerdo a los tres. El hombre grandote y la rubia vinieron a buscar sus
cachivaches cuando se fue. Los tres se fueron juntos.
Est segura de eso, Mrs. Grantham?
Segura. Mi finado marido deca siempre que yo tena una memoria de elefante.
Aunque no la tuviera no olvidara por nada ese tro. Se fueron en un Rolls-Royce y
me pregunt qu hara un muchacho mejicano con esa clase de compaa.
Cervantes era mejicano?
Claro que lo era, a pesar de sus cuentos. Al principio no quera recibirlo. Nunca
haba tenido antes un husped mejicano. Pero el colegio dice que, o hay que hacerlo o
se borra uno de la lista. Le alquil una habitacin, pero no dur mucho.
Qu cuentos haca?
Estaba lleno de historias me contest. Cuando le pregunt si era mejicano,
me dijo que no. Yo he vivido en California toda mi vida y puedo sealar a un
L
a cajera del Hospital de la Misericordia tena ojos parecidos a calculadoras.
Me mir fijamente a travs de las barras de su jaula como si estuviera
estimando mis entradas, restando mis gastos y alcanzndome el balance en
rojo.
Cunto valgo? le pregunt alegremente.
Vivo o muerto?
Eso me contuvo.
Quiero pagar otro da por el seor Harry Hendricks.
No es necesario me dijo. Ya se hizo cargo de eso su seora.
La pelirroja? Estuvo aqu?
Vino y lo visit unos minutos esta maana.
Puedo verlo?
Tiene que preguntarle a la enfermera jefe en el tercer piso.
La enfermera jefe era una almidonada mujer de labios finos que me tuvo
esperando mientras pona las fichas al da. Eventualmente me permiti decirle que yo
era un detective y que trabajaba para la polica. Entonces se volvi ms amistosa.
No veo por qu no podra hacerle algunas preguntas. Pero no lo canse y no diga
nada que pueda disgustarlo.
Harry estaba en una habitacin privada, cuyas ventanas miraban hacia la ciudad.
Con las vendas en la cabeza y la cara, pareca una momia sin terminar. Yo llevaba el
sombrero gris perla, y sus ojos lo enfocaron.
se es mi sombrero.
Es el que usaba usted ayer. El nombre que est adentro, es Spillman. Quin es
l?
No sabra decirle.
Usted tena puesto su sombrero.
S? Se qued pensando. Lo compr en una liquidacin.
No le cre, pero no haba porqu decrselo. As que tir el sombrero sobre un
mueble.
Quin lo golpe as, Harry?
No lo s con seguridad, porque no alcanc a verlo. Estaba medio oscuro y me
golpe de atrs. Despus zapate sobre mi cara, segn dice el mdico.
Lindo sujeto. Fue Martel?
Por supuesto. Sucedi en su casa. Yo estaba hurgando por los alrededores de su
casa. El viento haca tanto ruido, que no lo sent llegar detrs de m sus dedos se
aferraron a la sbana que cubra su cuerpo. Me debe de haber golpeado
brbaramente. Me duele todo.
E
n los alrededores del Hospital de la Misericordia haba numerosos centros y
clnicas satlites de tratamiento y la clnica del doctor Sylvester estaba entre
ellas. Era ms pequea y con menos aspecto de prosperidad que muchas de
sus vecinas. Una visible peladura en la alfombra rada marcaba el camino desde el
vestbulo hasta el escritorio de la recepcionista. Los nombres de varios mdicos y sus
especialidades, encabezados por George Sylvester, Medicina Interna, estaban en un
pizarrn al lado de la puerta.
La chica sentada frente al escritorio me dijo que el doctor Sylvester no haba
terminado de almorzar. Luego dispona de una media hora, si yo quera esperarlo.
Le di mi nombre y me sent entre los pacientes que estaban aguardando. Despus
de un rato empec a sentirme como uno de ellos. El champaa rosado o la dama con
la cual lo haba bebido, me haban dejado un fuerte dolor de cabeza. Otras partes de
mi anatoma empezaron a molestarme. Cuando apareci el doctor Sylvester ya estaba
decidido a entregarme y a contarle mis sntomas.
Pareca como si tuviera sus propios sntomas, quizs fueran sntomas de pesadez.
Visiblemente, no se alegr mucho de verme. Pero me dio la mano y dedicndome una
sonrisa profesional me gui frente a su enfermera de formidable aspecto, hacia el
consultorio.
Se puso un guardapolvo blanco. Contempl los diplomas y los certificados que
tapizaban sus paredes. Sylvester haba practicado en buenos colegios y hospitales y
pasado bien sus cursos de perfeccionamiento. Tena por lo menos, el pasado de un
mdico responsable. Pero lo que me preocupaba, era su presente.
Qu puedo hacer por usted, Archer? A propsito, parece muy cansado.
Es porque estoy muy cansado.
Entonces squese peso de encima de sus zapatos me indic una silla cerca de
su escritorio y se sent.
Dispongo slo de unos pocos minutos, as que aprovechmoslos, muchacho
esta sbita camaradera era forzada. Detrs de ella, me estudiaba como un jugador de
pker.
Descubr quin es su paciente Ketchel.
Levant sus cejas, pero no dijo nada.
Es el dueo de un casino de Las Vegas, con un largo pasado como gangster. Su
nombre actual es Leo Spillman.
Sylvester no se sorprendi. Dijo con afabilidad:
Concuerda con nuestros datos. Los control esta maana. Nos dio su direccin
en el Club Escorpin, de Las Vegas.
Es una lstima que usted no los recordara anoche, cuando yo poda haberlos
A
travs de la puerta que estaba detrs de m, sent sonar el telfono en la
oficina exterior de Sylvester. Veinte segundos despus el telfono de su
escritorio son sordamente, como un eco. Levant el auricular y dijo con
impaciencia:
Qu hay, seora de Loftin?
La voz de la secretaria me llegaba como un estreo, parte a travs del telfono y
parte a travs de la puerta. Era lo bastante fuerte como para or lo que estaba
diciendo.
Virginia Fablon quiere hablarle. Est muy nerviosa. Lo comunico con ella?
Espere dijo Sylvester. Voy all.
Se excus y sali, cerrando enfticamente la puerta tras l. Rehusndome a
aceptar su indicacin, lo segu. Estaba parado al lado del escritorio de la secretaria,
apretndose el auricular del telfono contra su cabeza como si fuera un injerto
quirrgico que mantuviera unido a su cara.
Dnde est? le preguntaba. Se interrumpi para ladrarme: No puede
dejarme hablar en privado?
Por favor, salga al hall dijo la seora Loftin. El doctor est aconsejando a
un paciente de emergencia.
De qu emergencia se trata?
No puedo decrselo. Por favor, salga.
La seora Loftin era una mujer grandota, con un rostro cuadrado lleno de
determinacin. Se dirigi a m, dispuesta a hacer uso de su fuerza fsica.
Retroced hasta el hall. Cerr la puerta. Apoy mi oreja sobre ella y le o decir al
doctor Sylvester:
Qu le hace pensar que se est muriendo? Luego: Ya veo. S, ir
enseguida. No te desesperes.
Pocos segundos despus el doctor Sylvester sali a tan ciega carrera que casi me
tira al suelo. Llevaba una valija profesional y an tena puesto el guardapolvo blanco.
Camin al lado suyo hasta la salida de la clnica:
Permtame llevarlo.
No.
Est Martel herido?
Prefiero no hablar de esto. l quiere que quede como un asunto privado.
Yo soy un detective privado. Djeme llevarlo.
Sylvester movi su cabeza. Pero se detuvo en la terraza, sobre la playa de
estacionamiento y se qued all, parado, parpadeando frente al sol.
Qu le pasa a Martel? le pregunt.
M
e dirig, lentamente, por el atajo que constitua el camino ms corto entre
Montevista y la ciudad. Sylvester segua mirando para atrs, hacia el valle
donde acababa de dejar a Ginny. Los techos estaban casi sumergidos entre
los rboles como la espuma en un turbulento y verdoso ro. Le dije:
No le convendra a Ginny estar en el hospital, o al menos, tener una enfermera
para atenderla?
Ya me ocupar de eso despus, cuando me haya librado de mi trabajo en la
clnica.
Cree que se va a recuperar?
Sylvester me contest con calma:
Es una chica fuerte. Por supuesto que ha tenido una mala suerte espantosa,
agravada por un mal criterio. Debera haberse casado con Peter, como todos
suponamos. Por lo menos con l hubiera estado a salvo. Tal vez lo haga ahora.
Tal vez. Usted parece enamorado de la joven.
Hasta donde puedo permitrmelo.
Qu significa eso, doctor?
Solamente lo que dije. Es una hermosa criatura y confa en m. Usted le da un
tono de culpabilidad a cualquier cosa.
No lo creo.
Entonces, escchese a usted mismo y ver lo que quiero decir.
Quiz tenga razn quera que continuara hablando. Despus de un momento
dije: Usted conoci a Roy Fablon. Era un hombre capaz de utilizar a su hija para
saldar una deuda de juego?
Por qu me lo pregunta?
Porque Ginny parece creerlo.
No llegue a esa conclusin por lo que ella dijo. A lo peor, Roy puede haber
estado utilizndola, o tratando de hacerlo, para lograr que Spillman fuera ms
indulgente con l. No se imagina usted lo desesperado que puede llegar a estar un
hombre, cuando un gorila como Spillman lo tiene por suspendi el final de la
frase. Yo s lo que es eso termin.
Lo que usted acaba de decir nos lleva a una respuesta afirmativa. Fablon era la
clase de hombre que tratara de utilizar a su hija.
Puede haber tenido esa idea. Pero nunca la hubiera llevado a cabo.
No lo hizo, de todas maneras. No tuvo la oportunidad. Digamos que le hizo un
ofrecimiento a Spillman y luego se retract. Un jugador como Spillman podra
fcilmente haberlo matado.
Pero tambin el asunto marcha por el otro lado dijo Sylvester. Ms aun, si
S
ekjar, el nombre de soltera de Kitty no estaba en la gua telefnica. Me dirig a
la biblioteca pblica y mir en la gua de extranjeros de la ciudad. Una tal
Mara Sekjar, empleada en un hospital, estaba anotada en la calle Juniper 137.
Encontr la callecita, de pobre aspecto, atrs de las vas del ferrocarril. La primera
persona que vi al llegar fue al joven polica Ward Rasmussen, caminando hacia m a
lo largo del sucio sendero que serva de vereda.
Me baj del coche y lo llam. Me pareci que se desilusion un poco al verme.
Algunas veces uno se siente as, cuando est encaprichado con una chica y otro
hombre le salta al paso.
Encontr a la madre de Kitty me dijo. Y fui a la escuela y desenterr a un
consejero de las chicas que recordaba a Kitty.
Fue bastante provechosa la tarde.
No dira tanto pero estaba sobriamente satisfecho. No tuve mucha suerte
con su madre, sin embargo. Tal vez le quiera decir ms a usted. Parece que teme que
su hija ande metida en algn lo serio. Lo estuvo desde muy nia, segn me dijo el
consejero.
Los con muchachos?
Qu otra cosa podra ser?
Cambi el tema:
Tuvo tiempo de ir al banco, Ward?
S, seor. Y tuve mejor suerte all sac de su bolsillo una libreta de notas y
recorri sus pginas. Mrs. Fablon estuvo recibiendo, regularmente, una suma de
dinero por intermedio de ese banco de Panam, el Nueva Granada. Todos los meses
le mandaban un giro, hasta el mes de febrero ltimo, en que fue suspendido.
Cunto reciba por mes?
Mil dlares. Esto durante seis o siete aos. Lo sum y son unos ochenta mil
dlares.
Se tiene alguna indicacin de la procedencia?
Segn los del banco local, no. Aparentemente proceda de una cuenta
numerada. Toda la transaccin se haca sin ser tocada por manos humanas.
Y, de pronto, termin.
Exacto. Qu idea tiene sobre esto, Mr. Archer?
No quisiera sacar ninguna conclusin todava.
No, por supuesto. Pero ese puede ser dinero del hampa. Recuerda que eso
mismo se nos ocurri esta maana?
Estoy seguro que lo es. Pero nos va a costar muchsimo poder probarlo.
Lo s. Habl con el encargado de giros internacionales en el banco Nacional.
E
ra un da tranquilo, con el sol brillando sobre el mar, cuando el avin sali
para Las Vegas. Dejamos atrs el sol y nos sumimos en un repentino
crepsculo purpreo.
Tom un taxi hasta la calle Freemont. Las fuertes luces de nen de los anuncios
mviles hacan que las estrellas del angosto cielo parecieran plidas y avergonzadas.
El Escorpin era uno de los casinos ms grandes de la cuadra, un edificio de dos
pisos, con un letrero luminoso de tres pisos, en el cual un escorpin elctrico mova la
cola.
La gente, frente a las mquinas traga monedas, pareca estar accionadas por
idnticos mecanismos. Las alimentaban con monedas de veinticinco centavos y de un
dlar con su mano izquierda, mientras que con la derecha tiraban de las palancas,
como si se tratara de un grupo de trabajadores en una fbrica de dinero. Haba
muchachos de ojos tiznados, tan jvenes que an no se afeitaban y mujeres con
guantes masculinos de trabajo en las manos que usaban para mover las palancas.
Algunas de ellas eran tan viejas y estropeadas, que se apoyaban en las mquinas para
mantenerse derechas. La fbrica de dinero era un duro lugar para trabajar.
Me abr paso a travs de la multitud de la tarde, dejando de lado mesas de ruleta y
barajas y encontr a un empleado, vigilando las mesas de pase ingls, al final de la
gran sala. Era un hombre de mirada rpida, vestido como el empleado de una
funeraria. Le dije que quera ver al patrn.
Yo soy el patrn.
No me haga chistes.
Mir al techo.
Si usted quiere ver a Mr. Davis, tiene que tener una buena razn.
Se la dir a l.
Dgamela a m.
Puede no gustarle a Mr. Davis.
Su mirada se pos en mi cara. Pude leer en ella su antipata.
Si usted quiere ver a Mr. Davis, tiene que decirme de qu clase de negocios se
trata.
Le dije mi nombre y mi ocupacin y el hecho de que estaba investigando dos
crmenes. Su expresin no cambi:
Y usted cree que Mr. Davis puede ayudarlo en algo?
Me gustara poder preguntrselo.
Espere aqu.
Desapareci detrs de una cortina. Lo o subir unas escaleras. Me qued parado al
lado de una de las mesas verdes y contempl a una chica con un traje muy escotado
U
n grajo que viva en mi vecindad me despert por la maana. Estaba posado
en una rama alta frente a la ventana de mi departamento en el segundo piso,
gritando a todo gritar, en espera de su racin de manes salados.
Busqu en mi armario, pero se haban acabado. Le arroj un poco de cereal en el
alfizar de la ventana. El grajo ni se molest en bajar de su percha. Inclin su cabeza
a un lado y mir sarcsticamente. Luego se columpi en la rama, alejndose.
La leche que estaba en el refrigerador se haba puesto agria. Me afeit,
endosndome una muda limpia y mi otro traje, para salir a tomar el desayuno. Le el
diario, mientras coma mi jamn con huevos. Hall el asesinato de Martel en la
segunda pgina. Se hablaba de l como de un asesinato de pandilleros. El de Marieta
Fablon haba sido sepultado atrs, entre las noticias de Southland. No se insinuaba
ninguna conexin entre los dos crmenes.
En camino hacia mi oficina, en la Avenida Sunset, hice un largo desvo hasta el
Palacio de Justicia. El capitn Perlberg tena un informe preliminar del Laboratorio
del Crimen. La bala que el doctor Wills extrajera del pecho de Marieta Fablon, haba
partido, con toda certeza, de la misma arma que haba matado a Francis Martel. Era,
probablemente, un revlver antiguo, de calibre 38. Ni el arma ni el autor del disparo
haban sido hallados.
Tiene alguna idea al respecto? me pregunt Perlberg.
Tan slo este hecho: Martel trabajaba para el dueo de un casino, un sujeto
llamado Leo Spillman.
Qu trabajo haca?
Creo que era la estafeta de Spillman. Recientemente se haba metido en el
negocio, por su cuenta.
Perlberg me dirigi una mirada melanclica. Encendi un cigarrillo. A travs del
desorden de su escritorio, larg el humo en mi direccin. No se mostraba ni hostil ni
agresivo, pero tena la especie de fuerza envolvente de los judos.
Por qu no mencion esto anoche, Archer?
Anoche fui a Las Vegas e hice algunas preguntas. No obtuve respuestas muy
buenas pero s las suficientes como para sugerir que Martel cooperaba con Spillman
en una evasin del impuesto a los rditos. Luego, dej de cooperar. Quera el dinero
para s mismo.
Y Spillman lo mat?
O lo hizo matar.
Perlberg dio varias pitadas a su cigarrillo, llenando la pequea oficina de humo,
como si la neblina fuera el elemento nativo en que su cerebro trabajaba mejor.
Y cmo encaja Mrs. Fablon en esta hiptesis?
M
ientras me diriga a la ciudad, me detuve ante una estacin de servicio que
tena afuera una cabina telefnica y llam a Christman en Washington. No
haba regresado an de almorzar. El operador trasfiri mi llamada al
restaurante donde estaba comiendo y casi enseguida le o decir:
Habla Christman. He estado buscndolo, Lew. Nunca est en su oficina.
Hace unos das que no estoy all. Tiene alguna otra noticia sobre nuestro
amigo?
Muy poco. Hasta hace unos meses era segundo secretario de la embajada de
Panam. Era bastante joven para ocupar ese cargo, pero, segn parece, estaba muy
bien conceptuado. Tena un ttulo de estudios superiores en la Universidad de Pars.
Antes de que lo trasfirieran a Washington, tuvo el cargo de tercer secretario en Pars.
Por qu dej el servicio diplomtico?
No lo s. La persona con quien convers me dijo que renunci por razones
personales. No me explic cules eran esas razones. Pero Domingo no se retir
estando en aprietos, eso casi se lo puedo asegurar. Quiere que le averige ms?
Ya no tiene mayor importancia le contest. Puede comunicarle a
cualquiera de los de la embajada con quien hable, que su muchacho recibi un tiro
ayer, en Los ngeles.
Est muerto?
S. A lo mejor quieren tomar alguna disposicin con el cadver, cuando la
polica lo entregue. El capitn Perlberg es el que se ocupa del caso.
Llegu unos minutos tarde a mi cita con Sylvester, pero l estaba retrasado. Lleg
a la clnica alrededor de las trece y treinta. Pareca contrariado. Me hizo pasar al
consultorio.
Siento haberlo tenido esperando, Archer. Pero quise pasar antes a ver a Ginny
Fablon.
Cmo est?
Creo que va a andar bien. Por supuesto que est an medio confundida por el
shock y yo la tengo bajo la accin de sedantes. Pero ha aceptado el hecho de que
hayan muerto su madre y su marido y creo que vislumbra una especie de futuro sin
ellos a su lado.
Pero yo sigo sin estar de acuerdo con que se la deje sola.
No lo est. Los Jamieson le han prestado su chalet de huspedes. Le alcanzan
los alimentos y Peter est all para cuidarla, que es todo lo que l ha deseado siempre.
Todava esto puede tener un final feliz para ella.
Con Peter?
No me sorprendera y aadi con una mueca melanclica: Usted me
L
a ciudad de Santa Teresa est construida en una ladera que comienza en el mar
y se alza ms y ms escarpada, hacia las montaas de la costa en una serie de
colinas ascendentes. Una de ellas, la primera y la ms baja era la llamada
Padre Ridge, la nica situada dentro de los lmites de la ciudad.
Era una zona bastante cara, con una vecindad de casas antiguas muy conservadas,
algunas de ellas con jardines prolijamente cuidados. Los terrenos del nmero 1427,
eran los nicos de la manzana que mostraban abandono. El seto de ligustro necesitaba
una poda. La maleza se extenda, rampante, por el empinado csped.
Hasta la casa, pintada de rosa y con tejas rojas, tena en su contorno un aire de
desuso. Las cortinas de las ventanas del frente estaban arrugadas. El nico signo de
vida era el reyezuelo domstico que respondi cuando me aproxim a la galera.
Levant la cabeza de len del llamador y la dej caer, pensando que difcilmente,
me contestaran. Pero, despus de un momento, unos pasos suaves se fueron
acercando a la puerta, que fue abierta apenas por una mujer de edad mediana, que
tena puesto un traje de bao mojado, de algodn color azul.
Mi nombre es Archer. Est el seor Ketchel en casa?
Voy a ver.
La mujer sali del charco que haban dejado sus pies desnudos en el piso,
desapareciendo hacia el fondo de la casa. Yo empuj la puerta de calle y entr,
consciente del revlver que, como un tumor benigno, tena debajo de la axila.
Daban al vestbulo varias puertas. Slo una, al final, estaba abierta. Desde ella
pude ver, a travs de una habitacin con puertas corredizas de cristal, el agua azulada
de una piscina de natacin.
Kitty sali de ella chorreando agua. Atraves la habitacin, dejando sobre la
alfombra las huellas de sus pies, que parecan cinturas de avispas y se top conmigo
en la puerta. Tena puesto un traje de bao blanco, de tejido elstico y una gorra
blanca de goma en forma de yelmo que la haca parecer una centinela de las
Amazonas.
Salga de aqu, o llamar a la polica.
Claro que lo har. Sobre todo ahora, que estn pasndole el rastrillo a todo el
Estado para ver dnde est Leo.
No ha hecho nada malo dijo y aadi: No recientemente
Quiero orselo decir a l en persona.
No. No puede hablar con l.
Dio un paso adelante, cerrando la puerta tan abruptamente, que choc conmigo.
Me puso las manos sobre los hombros para conservar el equilibrio y retrocedi, como
si yo estuviera o muy fro o hirviendo.
D
e regreso en Los ngeles, me detuve para comer a la hora del crepsculo.
Termin mi viaje en Montevista cuando ya haba oscurecido.
Vera contest cuando llam en lo de Jamieson. Tena puesto su kimono
color fuego y llevaba su cabello negro suelto sobre los hombros. No era tan tarde para
eso. Sus actividades caseras parecan estar vinindose abajo, calladamente.
Est en el chalet de los huspedes me dijo con ella.
A Vera le incomodaba otra mujer en sus dominios. La casa para los huspedes era
un chalet blanco al fondo del jardn. La luz se filtraba por sus ventanas cerradas a
medias, reviviendo los colores diurnos de las flores que haba en derredor. Flotaban
en el aire dulces perfumes inidentificables.
Pareca el lugar para un idilio, en vez del final de una tragedia. La vida es corta y
dulce, pens, dulce y corta.
Quin est all? grit Peter.
Se lo dije y abri la puerta. Tena puesto un pesado sweater gris y una camisa
blanca con el cuello abierto, revelando la fofa gordura de su cuello. Haba en su
mirada un brillo peculiar. Podra haber sido tan slo inocente felicidad; podra haber
sido euforia. Tuve tambin las mismas dudas sobre la chica que estaba tras de l, en
la habitacin tapizada de brillante quimn. Estaba sentada bajo la lmpara, con un
libro en sus rodillas, perfectamente tranquila y derecha bajo su traje negro. Me salud
y eso fue todo.
Quiere entrar? me dijo Peter.
Mejor, salga usted.
Sali, dejando la puerta entreabierta. A pesar de estar en mayo, la noche era
calurosa y no haba viento.
Qu sucede, Mr. Archer? No me gusta dejarla sola.
Ni siquiera por un minuto?
Ni siquiera por un minuto me respondi con cierto orgullo.
He descubierto algunas cosas sobre la muerte de su padre. Dudo que ella quiera
or lo que tengo que decirle. No se suicid. Puede haber muerto accidentalmente.
Creo que Ginny querr saberlo.
Contra mi voluntad entr y le cont mi historia un poco expurgada. Ginny la tom
con ms calma que Peter, que balanceaba su pie continuamente, en un ritmo nervioso,
como si una parte incontrolada de su cuerpo quisiera escapar de all, huir de esa
habitacin junto con Ginny.
Le dije a ella:
Siento haber tenido que desenterrar todo esto y ponrselo sobre los hombros,
ltimamente han puesto un montn de cosas sobre ellos.
S
ignificaba para m un duro golpe moral tener que abandonar un caso
inconcluso. Regres a mi departamento en Los ngeles Oeste y beb hasta
sumirme en un estupor moderado.
Aun as, no dorm muy bien. Me despert en la mitad de la noche. Una llovizna
golpeaba contra la ventana. El whisky se estaba disipando y me vi a m mismo en una
llamarada de pnico: un hombre de mediana edad, yaciendo solo, en la oscuridad,
mientras la vida pasaba a su lado como el trnsito que corre por la carretera.
Me levant tarde y sal a tomar el desayuno. Los diarios de la maana no traan
ninguna novedad. Me dirig a mi oficina y esper a ver si Peter cambiaba de idea y
me telefoneaba.
En realidad no lo necesitaba, me dije a m mismo.
Todava me quedaba algo de su dinero. Aun sin l y aun sin su ayuda en
Montevista, yo poda ir a buscar a Perlberg y trabajar con l en el asesinato de Martel.
Pero por alguna razn importante, necesitaba que l volviera a contratarme. Creo que
en mi noche de soledad, pens en Peter como en un hijo imaginario, un pobre hijo
gordo y tonto, que se coma sus penas en vez de bebrselas. El sol, al evaporar la
niebla de la maana tambin sec las veredas. Un poco menos deprimido baj al
buzn en busca de esperanzados anuncios.
Un sobre de aspecto interesante, que provena de Espaa tena estampillas con la
imagen del General Franco y estaba dirigido a Mr. Lew Archer. La carta deca:
Cordiales saludos. sta le llega a usted de la lejana Espaa para interesarlo en la
nueva lnea de muebles Fiesta, con su autntico motivo espaol tan excitante como
una corrida de toros, de tanto color como una danza flamenca. Venga a verlos en
cualquiera de las tiendas Greater, de Los ngeles.
La pieza postal que ms me gust era un folleto de la Cmara de Comercio de Las
Vegas. Entre las atracciones de la ciudad mencionaba, natacin, golf, tenis, bolos, ski
acutico, comer, ir a espectculos y a la iglesia, pero no deca ni una palabra acerca
del juego.
Result ser un presagio. Mientras segua mirando, sonriente, el folleto, me
telefone el capitn Perlberg.
Est ocupado, Archer?
No mucho, pues mi cliente ha perdido inters en el asunto.
Lo siento mucho me dijo alegremente. Usted podra hacernos un favor a
los dos. Le gustara hablar con la madre de Martel?
Su madre?
Eso es lo que le dije. Vino esta maana en Jet, desde Panam y est chillando
para que le entreguemos el cuerpo de su hijo y tambin informacin. Usted sabe ms
B
osch y yo nos encontramos en la recepcin del Hotel. Llegaba con unos
minutos de retraso para la cita, as que el empleado me dijo que subiera
directamente. La mujer que nos hizo pasar al recibidor del departamento,
tendra ms o menos cincuenta aos. Todava era hermosa, a pesar de sus dientes de
oro y las ojeras parecidas a crteres que le circundaban los ojos. Estaba vestida de
negro, de pies a cabeza. Una estela de perfume almizclado flotaba alrededor de ella,
como olor de fuego, dndole un aura de sexo quemado.
Seora de Rosales?
S.
Soy el detective particular Lew Archer. No hablo muy bien el espaol. Espero
que hable ingls.
S. Hablo ingls mir interrogativamente al joven que estaba a mi lado.
Este seor es el profesor Bosch le dije. Era amigo de su hijo.
En un inesperado gesto de emocin, ms ansioso que hospitalario, nos dio una
mano a cada uno, llevndonos a travs de la habitacin y hacindonos sentar a cada
lado de ella. Sus manos eran las de una mujer trabajadora, speras y manchadas con
imborrable tizne.
Su ingls era bueno, pero duro, como si hubiera sido muy elaborado.
Pedro me habl de usted, profesor Bosch. Usted fue muy amable con l y le
estoy agradecida.
Fue el mejor estudiante que tuve jams. Siento mucho su muerte.
S. Fue una gran prdida. Hubiera sido uno de nuestros grandes hombres se
volvi a m, Cundo entregarn su cuerpo para el entierro?
En uno o dos das. Su cnsul arreglar todo para que sea enviado a su pas. En
realidad, usted no necesitaba venir.
As me dijo mi marido. Me dijo que debera mantenerme lejos de este pas.
Que ustedes me arrestaran y me sacaran todo el dinero. Pero cmo podran ustedes
hacerme eso? Yo soy una ciudadana de Panam y lo mismo era mi hijo. El dinero que
me dio Pedro me pertenece hablaba con una especie de desafiante interrogacin.
A usted y a su marido.
S, por supuesto.
Hace tiempo que se cas?
Dos meses. Un poco ms de dos meses. Pedro estaba muy feliz con mi
casamiento. Pedro nos dio como regalo de bodas, una villa en La Cresta. Pedro y el
seor Rosales, mi marido, eran muy amigos.
Pareca estar tratando de justificar su casamiento, como si sospechara una
conexin entre ste y la muerte de su hijo. No tuve ninguna duda de que era un
B
ess Tappinger vino a la puerta con su chico de tres aos prendido de su
pollera. Tena puesto un vestido sin mangas de algodn, roto y descolorido,
como si estuviera vestida para representar el rol de una mujer abandonada. La
transpiracin le corra por la cara, bajo el trapo con que se haba envuelto la cabeza.
Cuando se limpi la cara con el antebrazo, pude ver que el sudor brillaba en su axila
afeitada.
Por qu no me dijo que vendra? He estado limpiando la casa.
Ya lo veo.
Me da tiempo de tomar una ducha? Debo de estar espantosa.
En realidad, su aspecto es bueno. Pero no vine por el espectculo. Est su
marido en casa?
No. No est dijo con un matiz de humillacin en su voz.
Estar en el Colegio?
No lo s. No quiere entrar? Har un poco de caf y de paso me librar de este
pequeo. An no ha dormido su siesta.
Se llev al chico que protestaba. Cuando volvi, un buen cuarto de hora despus,
se haba baado, cambiado el vestido y cepillado su espesa cabellera oscura.
Siento haberlo hecho esperar. Tena que hacer una limpieza. Cada vez que me
siento realmente mal, me entra esta pasin por la limpieza.
Se sent en el sof al lado mo y me dej oler lo limpia que estaba.
Por qu se siente tan mal?
De golpe ech hacia afuera su rojo labio inferior.
No tengo ganas de hablar de ello. Ayer tena ganas de hacerlo, pero usted no
quiso repentinamente se par delante de m, hermosa y temblando de esperanza,
como si ese cuerpo que la haba llevado al matrimonio pudiera, en alguna forma,
sacarla ahora de l. Usted no quiere hacerme ningn caso.
Por el contrario, me gustara ir con usted, enseguida, a la cama.
Por qu no lo hace, entonces? No se movi, pero su cuerpo all parado,
pareca ms slido.
Hay un chico en la casa y un marido revoloteando cerca.
A Taps no le importara. En realidad creo que estaba tratando de estimularlo a
usted.
Por qu iba a hacer eso?
Le gustara verme enamorada de otro hombre alguien que me sacara de sus
manos. Est enamorado de otra chica. Hace aos que lo est.
Ginny Fablon.
Como si ese nombre le hubiera hecho aflojar las rodillas, se volvi a sentar a mi
L
a ausencia del revlver significaba probablemente, que Tappinger lo llevaba
consigo. Sal y saqu mi propio revlver y cartuchera del bal de mi coche.
Como haba nios en la calle, retroced, yendo a colocarme la cartuchera
dentro de la casa.
Usted va a matar a Bill me dijo Bess. Ya pareca una viuda.
No usar esto a menos que me obligue. Tengo que protegerme.
Qu pasar con los chicos?
La mayor parte de esa responsabilidad caer sobre usted.
Por qu tiene que caer sobre m? me contest con su voz de nia. Por
qu tena que pasarme esto a m?
Usted se cas equivocndose de hombre, en un momento equivocado y por
razones equivocadas. Se lo dije en silencio. No haba por qu decrselo en alta voz.
Ella ya lo saba. En realidad, desde el da en que nos encontramos me lo haba estado
diciendo con su manera pequea, peculiar e inarticulada de decir las cosas.
Por lo menos, ha sobrevivido. Eso es algo para agradecer, Bess.
Alz sus puos en un gesto impaciente, casi desafiante.
Yo no quiero sobrevivir de esta manera.
Sobrevivir. La vida que viva en adelante, ser solamente suya.
La perspectiva la asust.
No me deje sola.
Tengo que hacerlo. Por qu no llama a alguno de sus amigos?
No tenemos ninguno. Desaparecieron hace tiempo.
Pareca estar perdida en su propia casa. Trat de darle un beso de despedida. No
fue una buena idea. Su boca no me respondi. Su cuerpo estaba tan rgido como una
tabla.
Llevaba conmigo el recuerdo de ella de manera punzante e insatisfecha, mientras
me diriga a travs de la ciudad hacia la casa de los Fablon. Quiz, bajo el nivel de su
conciencia, all abajo, donde los monstruos luminosos nadaban en la fra oscuridad,
Bess estaba enamorada de los amoros de su marido.
Ginny estaba en la casa y l estaba en ella. Su Fiat gris estacionado bajo el roble,
lo deca. Cuando llam a la puerta del frente, me respondieron los dos juntos. l tena
los ojos rojos y estaba lvido. Ella temblaba.
Tal vez usted pueda hacerlo callar me dijo. Hace horas y horas que habla.
De qu?
Te prohbo decirlo. Vyase me dijo.
La voz de Tappinger era ronca e inhumana.
Por favor, no se vaya me pidi ella. Le tengo miedo. l mat a Roy y a los
FIN