Dinero Negro - Ross Macdonald PDF

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La

huida de Virginia Fablon con un hombre de dudosa identidad lleva a su


antiguo novio, Peter Jamieson, a solicitar los servicios de Lew Archer. En el
curso de sus investigaciones, que le llevan desde el ambiente privilegiado del
Club de Tenis de Montevista a un campus universitario y al tenebroso mundo
de los casinos de juego de Las Vegas, Archer se ve obligado a aventurarse
en un nebuloso pasado que nadie parece deseoso de desentraar.
En el camino, y como es habitual en estas novelas, se topar con varios
cadveres y sacar a relucir los trapos sucios de varias familias. Macdonald
comparte con Raymond Chandler un detective justiciero, los sugerentes
ttulos de sus novelas y lo confuso de sus tramas, y aunque nunca llega a
alcanzar a su maestro (nadie lo hace), es uno de los mejores autores
policiales de todos los tiempos.

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Ross Macdonald

Dinero negro
Selecciones Sptimo Crculo - 16
Lew Archer - 13

ePub r1.6
Akhenaton 03.12.14

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Ttulo original: Black Money
Ross Macdonald, 1966
Traduccin: Martha King
Selecciones del Sptimo Crculo n 16
Coleccin creada por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
Dirigida por Carlos V. Fras

Editor digital: Akhenaton


Retoque de portada: Orhi
ePub base r1.2

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A Robert Easton

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1

D
urante aos o hablar del Club de Tenis, pero nunca haba estado all. Sus
canchas y bungalows, su piscina, cabaas y pabellones, estaban dispuestos
alrededor de una caleta en el Pacfico, pocos kilmetros al sur del distrito de
Los ngeles. El solo hecho de colocar mi Ford en el estacionamiento asfaltado, junto
a las canchas de tenis, hizo que me sintiera menos que una insignificante gota de agua
entre la corriente de gente que all aflua.
La mujer, muy bien arreglada, que atenda en el escritorio del frente del edificio
principal me dijo que probablemente hallara a Peter Jamieson en el bar. Camin
alrededor del extremo de la piscina de cincuenta metros que estaba cercada en tres de
sus lados por cabaas. En el cuarto lado, el mar brillaba a travs de una verja metlica
de unos tres metros de altura, como un pez azul todava vivo en la red. Unos pocos
baistas con sus mallas an sin mojar yacan en torno como si el ojo dorado del sol
los hubiera hipnotizado.
Cuando vi a mi presunto cliente en el asoleado patio, fuera del bar, lo reconoc
instintivamente. Tena el aspecto del que disfruta un dinero amasado cerca de tres
generaciones atrs. Aunque no poda tener mucho ms de veinte aos, su cara fofa y
untuosa le daba una madurez prematura. Su traje bien cortado por Ivy League no
alcanzaba a disimular que estaba revestido por una capa de grasa parecida a una
armadura fcilmente vulnerable. Tena esa clase de ojos castaos y blandos tan
frecuentes en los cortos de vista.
Cuando me acerqu a su mesa, se puso de pie con tanta rapidez que casi voltea su
malteada doble.
Usted debe ser Mr. Archer.
Reconoc que as era, en efecto.
Me alegro de conocerlo me dej estrechar su mano grande y amorfa.
Permtame traerle algo de comer. El almuerzo caliente de los lunes es el cocido de
New England.
Gracias. Almorc antes de salir de Los ngeles. Tomara una taza de caf.
Se levant y me la trajo. En la enredadera que cubra una de las paredes del patio,
un par de pinzones estaba discutiendo asuntos de familia. El macho, que tena una
mancha roja en el pecho, parti para un mandado. Mis ojos lo siguieron a travs del
cielo azul, hasta perderlo de vista.
Es un hermoso da le dije a Peter Jamieson. Tambin el caf est muy
bueno.
S, hacen buen caf sorbi tristemente su malteada y, de golpe, pregunt:
Podra hacer que ella volviera a mi lado?
No puedo hacer que su chica vuelva si ella no quiere. Ya se lo dije por telfono.

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Lo s. Me expres mal. Aun suponiendo que no vuelva conmigo, podemos
salvarla de arruinar su vida apoy los brazos sobre la mesa y se inclino hacia m,
tratando de contagiarme su fervor de cruzado. No podemos dejar que se case con
ese hombre. Y no estoy hablando por celos. Aunque no sea para m, quiero
protegerla.
Del otro hombre, no?
Hablo en serio, Mr. Archer. Parece que a ese hombre lo busca la polica.
Declara ser francs, nada menos que un aristcrata francs, pero nadie sabe en
realidad quin es, ni de dnde viene. Quiz ni siquiera es blanco.
De dnde le vino esa idea?
Es tan moreno! Y Ginny tan rubia. Me produce nuseas verla con l.
Lo que es a ella, no le da nuseas.
No. No sabe lo que yo s sobre l. Es un hombre buscado por la polica,
posiblemente un delincuente.
Cmo descubri eso?
Por intermedio de un detective. Me pesc quiero decir, yo estaba vigilando la
casa anoche, esperando para ver si Ginny regresaba con l
Tiene usted la costumbre de vigilar la casa de Martel?
Solamente este fin de semana. No saba si volveran juntos de su fin de semana.
Se fue a pasar el fin de semana con l?
Peter asinti desganadamente.
Antes de irse me devolvi el anillo de compromiso. Dijo que ya no le serva
para nada ni yo tampoco
Busc en el bolsillo delantero de su pantaln y saco el anillo como una prueba de
lo que deca. Y en cierto modo lo era. Los diamantes engarzados en platino, deban
valer varios miles de dlares. La devolucin significaba que Ginny tomaba muy en
serio a Martel.
Qu dijo ese hombre?
Peter pareci no orme. Estaba absorbido en la contemplacin del anillo. Lo hizo
girar con lentitud. Los diamantes reflejaron la luz del cielo. Se estremeci, como si su
fuego helado le hubiera quemado los dedos.
Qu dijo el detective sobre Martel?
En realidad no dijo nada definido. Me pregunt qu haca all sentado en mi
coche y yo le contest que esperaba a Martel. Quera saber de dnde vena Martel,
cunto haca que estaba en Montevista, de dnde provena su dinero
Martel tiene dinero?
Parece tenerlo. Lo cierto es que lo desparrama por ah. Pero, como le dije al
hombre, no s de dnde viene ni l ni su dinero. Entonces trat de averiguarme cosas
sobre Ginny, a la que debe haber visto con Martel. Me negu a informarlo y me dej
ir.
Era un detective de la localidad?

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No lo s. Me mostr algo parecido a una credencial, pero no pude verla bien en
la oscuridad. Se meti en mi auto, se sent a mi lado y comenz a hablar. Habla muy
rpido.
Descrbamelo. Es joven o viejo?
Calculo que tendr unos treinta y cinco aos. Tena puesto un saco de lanilla y
usaba un sombrero gris muy echado sobre los ojos. Creo que es ms o menos de mi
altura: mido un metro setenta y cinco, pero no es tan robusto como yo. No puedo
describirle la cara. No me agradaba el tono que usaba al hablar. Al principio cre que
se trataba de un pillo que intentaba embaucarme.
Tena un arma?
Si la tena, no la vi. Cuando termin de interrogarme me dijo que me fuera. Es
por eso que decid comprar un detective.
El dejo de arrogancia que haba en sus palabras, me hizo pensar que estaba
habituado a comprar cosas y personas. Pero el muchacho era un poco diferente a la
gente adinerada que yo conoca. Se dio cuenta de lo que acababa de decir y se
excus:
Disclpeme. No quise decir eso.
Est bien, siempre que comprenda de manera definitiva que todo lo ms que
puede conseguir es alquilar mis servicios. Qu clase de chica es Ginny?
Mi pregunta lo dej en silencio durante un minuto. El anillo segua sobre la mesa.
Sus ojos castaos lo enfocaron hasta bizquear. Se oa el ruido de la vajilla y de las
conversaciones que vena del bar, mezclado con el canto dulce de los pinzones.
Es una chica hermosa me dijo con una mirada soadora. Y en realidad
muy inocente, poco desarrollada para su edad, lo que perjudica su buen juicio; No
comprende bien en lo que se esta metiendo. Trat de hacerle ver el peligro que puede
significar para ella el casarse con un hombre del que no sabe nada, ni siquiera su
origen. Pero no quiso escucharme. Me contest que pensaba casarse con l, sin
importarle lo que yo dijera.
Le dijo por qu?
En primer lugar, le recuerda a su padre.
Martel es un hombre maduro?
No s qu edad tendr. Por lo menos treinta aos. O, a lo mejor, ms.
Puede ser el dinero uno de sus atractivos?
No lo creo. Si fuera por eso, Ginny podra haberse casado conmigo. Es ms:
pensbamos casarnos el mes que viene. Y yo no soy pobre luego aadi, con la
cautela de los que tienen dinero: No seremos unos Rockefeller, pero tampoco
somos pobres.
Bien. Yo cobro cien dlares por da y los gastos.
No es demasiado.
Claro que no. En realidad es lo necesario para seguir adelante. Yo no trabajo
todo el tiempo y tengo que mantener mi oficina.

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Comprendo.
Le aceptar trescientos dlares de anticipo saba por experiencia que es muy
duro cobrarle a la gente rica, una vez que el caso ha sido resuelto
Se sobresalt ante la suma, pero no hizo ninguna objecin.
Le har un cheque dijo, llevndose una mano al bolsillo interior del saco.
Ante todo, dgame qu espera a cambio de su dinero.
Quiero que averige quin es Martel, de dnde vino y de dnde procede su
dinero. Y, en primer lugar, por qu vino aqu, a Montevista. Una vez que sepa algo
sobre l, estoy seguro de conseguir que Ginny entre en razn.
Y se case con usted?
Ante todo que no se case con l. Eso es todo lo que espero conseguir. No creo
que se case nunca conmigo.
Pero, cuidadosamente, volvi a colocar el anillo en el bolsillo del pantaln. Luego
me extendi un cheque por trescientos dlares, contra el Pacific Point National Bank.
Saqu mi libretita negra.
Cul es el nombre completo de Ginny?
Virginia Fablon. Vive con su madre, Marieta, Mrs. Roy Fablon. La casa de
ellos est al lado de la nuestra, en Laurel Drive me dio las dos direcciones.
Estara Mrs. Fablon dispuesta a hablar conmigo?
No creo que se niegue. Es la madre de Ginny y le interesa su felicidad.
Qu piensa Mrs. Fablon de Martel?
No he tocado el tema con ella. Creo que est engaada con respecto a l, como
todo el mundo.
Y qu sucede con el padre de Ginny?
Ya no est en circulacin.
Qu quiere decir con eso, Peter?
La pregunta lo incomod. Se revolvi en el asiento y me contest, sin mirarme a
los ojos:
Mr. Fablon muri.
Hace poco?
Seis o siete aos. Ginny an no se ha repuesto. Tena locura con su padre.
Usted la conoca entonces?
La conozco de toda la vida. Estoy enamorado de ella desde que tena once
aos.
Cunto tiempo hace de eso?
Trece aos. Ahora me doy cuenta de que es un nmero de mal agero
aadi.
Qu edad tiene Ginny?
Veinticuatro aos. Somos de la misma edad. Pero ella parece ms joven y yo
ms viejo.
Le hice algunas preguntas sobre el otro hombre. Francis Martel haba llegado a

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Montevista manejando su propio Bentley negro, haca dos meses aproximadamente,
en un da lluvioso de marzo y se haba instalado en una casa que alquil amueblada a
la viuda del general Bagshaw. Al parecer, la anciana Mrs. Bagshaw lo haba
presentado en el Club de Tenis. Martel apareca raramente en el Club, para
esconderse en el segundo piso de la cabaa. Lo infernal del caso era que Ginny tena
la costumbre de esconderse tambin all, con l.
Hasta dej sus estudios en el colegio dijo Peter para poder estar con l
todo el tiempo.
A qu colegio iba?
Al del Estado, aqu, en Montevista. Estaba en los cursos superiores de francs.
A Virginia siempre la ha fascinado el idioma y la literatura de Francia. Pero los dej
de lado as trat de hacer chasquear los dedos pero slo logr un sonido triste y
apagado.
A lo mejor prefera algo ms positivo
Usted se refiere al hecho de que l se dice francs?
Cmo sabe que no lo es?
Conozco a un simulador en cuanto lo veo dijo Peter.
Y Ginny no?
La tiene hipnotizada. No es una relacin normal ni saludable. A Ginny se le ha
hecho una confusin entre su padre y el hecho de que Martel aparezca como francs.
El ao en que muri su padre, se haba metido de lleno en ese tema del francs y
ahora est en plena crisis.
No lo entiendo. Qu quiere decir?
Me doy cuenta. No s expresarme muy bien. Pero estoy tan preocupado por
ella, que me siento enfermo. He comido tanto ltimamente, que ni me he atrevido a
pesarme. Creo que estoy casi en ochenta y cinco kilogramos se palp el estmago
con cautela.
Le hara bien arreglar las calles.
Me mir intrigado:
Qu deca?
Vaya a la orilla del mar y corra
No podra. Me siento demasiado deprimido sorbi el ltimo trago de su
malteada, haciendo un ruido de matraca. Se pondr a trabajar en esto enseguida,
no es cierto, Mr. Archer?

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2

M
ONTEVISTA es una comunidad residencial, adyacente y, al mismo tiempo,
dependiente de la ciudad portuaria de Pacific Point. Tiene solamente un
pequeo centro comercial, que se llama Village Square. Entre sus negocios
fingidamente rsticos, los montevistanos juegan a ser lugareos, de la misma manera
que los cortesanos de Versalles aparentaban ser campesinos.
Cobre el cheque de Peter en la sucursal del National Bank de Village Point. La
operacin debi ser aprobada por el gerente, un hombre joven de ojos penetrantes,
vestido conservadoramente de gris, y cuyo nombre era Mc Minn. Con obsequiosidad,
me comunic que conoca a la familia Jamieson muy bien; es ms, Mr. Jamieson
padre formaba parte del directorio del Banco. A Mr. Mc Minn pareca causarle un
indudable y enorme placer comunicarme esto, como si el dinero confiriera una gracia
espiritual, compartida por los que hablan de las personas que lo poseen. Yo acrecent
su placer preguntndole cmo podra llegar a la mansin de los Bagshaw.
Queda en las afueras, en las colinas. Necesitar un mapa.
Busc en el ltimo cajn de su escritorio y sac uno, sobre el que hizo algunas
marcas.
Supongo que ya sabr que el general Bagshaw muri.
Lamento saberlo.
Estuvimos desolados aqu en el banco. Siempre haba operado con nosotros.
Mrs. Bagshaw, por supuesto, sigue hacindolo. Si es a Mrs. Bagshaw a la que usted
quiere ver, le informo que se ha mudado a uno de los chalets del Club de Tenis. La
casa se la ha alquilado a un tal Martel
Usted lo conoce?
Lo he visto. l opera en el banco central, en la parte comercial de la ciudad.
Mc Minn me mir inquisitivamente:
Conoce usted a Mr. Martel?
An no.
Me dirig en mi coche hacia las colinas. Las laderas estaban verdes a causa de las
lluvias recientes. Las flores blancas y rojas de los matorrales exhalaban un perfume
parecido al suave hlito de la luz solar. Cuando me detuve ante el buzn de la casa de
los Bagshaw, vi el ocano abajo, colgado del horizonte. Haba subido unos pocos
cientos de metros y ya senta el cambio de temperatura, como si hubiera ascendido
mucho ms cerca del sol del medioda.
La casa se alzaba solitaria, apoyada en lo alto de la quebrada, varios cientos de
metros sobre el camino; pareca tan pequea como un nido. Un camino con calzada
de color negro llevaba como con pinzas hasta ella desde el lugar donde haba
estacionado. Un convertible con un chirrido en la caja de cambios se arrastraba con

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dificultad detrs de m. Vena de la ciudad. Era un Cadillac viejo, cubierto de polvo,
que se me adelant y me cerr el paso. El conductor se baj y se dirigi a m. Era un
hombre de mediana estatura, con un saco de lana y un sentador chambergo color gris
perla, con el ala requintada. Se acerc con una especie de rpida y desconcertante
beligerancia. No dud ni un segundo que se trataba del detective de Peter, pero a m
no me pareci en absoluto un detective. Flua de l como si fuera un olor personal un
aire de fracaso desesperado. Saqu mi libreta negra y anot el nmero de la licencia
de su automvil. Tena chapa de California.
Qu est escribiendo?
Un poema
A travs de la ventanilla abierta quiso arrebatarme la libreta:
Vamos a verlo dijo, con voz fuerte e inexpresiva.
Me miraba con ansiedad.
No acostumbro a mostrar los adelantos en mis trabajos.
Cerr la libreta y me la guard en el bolsillo. Empec a levantar el vidrio en el
que apoyaba su brazo. Lo retir rpidamente y apret su cara contra el cristal,
empandolo un momento con el aliento.
Quiero ver qu es lo que ha escrito sobre m.
Sac del bolsillo una pequea mquina fotogrfica y empez a golpear la
ventanilla con estpido frenes.
Qu escribi sobre mi?
Siempre he tratado de eludir o terminar en forma rpida este tipo de situaciones.
A medida que este siglo pasa (y yo lo siento pasar) encuentros como ste
insubstanciales y enojosos, tienden ms y ms a derivar hacia la violencia. Me baj
por el lado derecho y pasando frente al coche, me dirig hacia donde l estaba.
Mientras yo permaneca en el auto, el hombre haba estado gritando a una mquina:
un Cadillac gritndole a un Ford. Ahora los dos ramos hombres y l un poco ms
bajo y ms menudo que yo. Ces de gritar y su personalidad cambi por completo. Se
sec la boca con el dorso de la mano, como para rechazar el espritu maligno que lo
haba posedo, inducindolo a gritarme. Como si se tratara de una oculta cicatriz
quirrgica, el temor asom a su rostro.
No hice nada malo, no? Usted no tiene derecho a tomar el nmero de mi
chapa.
Eso ya lo veremos dije, en tono semioficial. Qu est haciendo aqu?
Estoy visitando lugares interesantes. Soy turista. Dej vagar sus ojos
desteidos sobre las colinas no muy pobladas, como si nunca hubiera estado antes en
el lugar: ste es un camino pblico, no es cierto?
Hemos recibido una queja acerca de un hombre que se est haciendo pasar por
agente de la ley.
Su mirada tuvo un rpido destello y se apag.
No se trata de m. Nunca estuve en este lugar.

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Veamos su licencia de conductor.
Oiga me dijo podramos llegar a un arreglo. No traigo mucho ahora
pero tengo dnde conseguir ms sac de su billetera de cuero un solitario billete de
diez dlares y lo meti en el bolsillo superior de mi saco: Tome, cmprele alguna
cosita a los chicos y llmeme Harry.
Se sonri, seguro de ser atractivo. Pero esa atraccin, si alguna vez existi, se
haba evaporado. Sus dientes delanteros brillaban como un par de escoplos. Saqu el
dinero de mi bolsillo, lo part en dos y le entregu los pedazos. Los rasgos de su cara
se desplomaron:
Es un billete de diez dlares Slo un loco puede romper el dinero as.
Puede pegarlo con cinta adhesiva. Mustreme su licencia antes de cometer otro
delito.
Delito? lo dijo en el mismo tono con que un enfermo nombra su
inconfesable enfermedad.
El soborno y el hacerse pasar por polica, son delitos, Harry.
Mir la claridad que lo rodeaba, como si sta lo hubiera traicionado. Una pequea
luna azul colgaba de un rincn del cielo, desvada como una impresin digital en el
vidrio de una ventana.
Una luz violenta, que casi consigui deslumbrarme, resplandeci desde el
desfiladero hacia nosotros. Pareca surgir de la cabeza de un hombre que estaba
parado, con una chica a su lado, en la terraza de la mansin de los Bagshaw. Durante
unos segundos, tuve la impresin de que tena enormes ojos redondos que haban
emitido la centellante luz. Me di cuenta de que nos estaba observando con unos
binoculares.
El hombre y la chica que estaba con l, vistos desde abajo, parecan pequeas
figuras de una torta de bodas. La altura y la distancia que nos separaba producan una
sensacin extraa, como si se tratara de personas inalcanzables, fuera del tiempo y
del espacio.
Harry Delito se desliz hacia su coche y trat de hacerla arrancar. Tuve tiempo de
abrir la puerta de atrs y sentarme en el gastado asiento de cuero.
A dnde vamos, Harry?
A ninguna parte apag el motor y dej caer las manos. Por qu no me
deja en paz?
Porque usted detuvo a un muchacho, aqu, anoche. Le dijo que era detective y
le hizo un montn de preguntas.
Guard silencio, mientras su rostro maleable ensayaba nuevas expresiones:
Hasta cierto punto soy un detective.
Dnde est su credencial?
Se llev la mano al bolsillo como para buscar algo, pero cambi de parecer.
No tengo nada admiti. Soy algo as como una especie de aficionado y
trato de ayudar a un amigo. Ella ellos, no me dijeron que podra haber dificultades.

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Despus de todo, creo que podremos llegar a un acuerdo. Mustreme su
licencia de conductor sac la billetera gastada y me entreg el documento.

Harry Hendricks
10750 Vanowen, Ap.12
Canoga Park, California
Sexo: masculino; color de cabello: castao; color de ojos: azul; altura: 1 metro 75; peso: 75 kilogramos;
casado: no; fecha de nacimiento: Abril 12 de 1928; edad: 38 aos.

Desde la esquina izquierda inferior, una fotografa de Harry me sonrea,


mostrndome los dientes. Apunt en mi libreta la direccin y el nmero de su
licencia.
Para qu le sirve todo eso? me pregunt con tono preocupado.
Para poder seguirle los pasos. Cmo se gana la vida, Harry?
Vendo coches.
No le creo.
Coches usados, a comisin dijo tristemente. Antes era corredor de
seguros, pero las personas insignificantes como yo, no pueden competir con los
grandes del oficio. He hecho un montn de cosas en mi vida. Diga alguna y ver que
tambin la hice.
Tambin el oficio de ganar tiempo?
Me mir ofendido:
Por supuesto que no. Usted me habl de un arreglo.
Me pregunto por qu hago tratos con usted.
Demonios! Puede confiar en m. Tengo influencias.
En el negocio de autos usados?
Le sorprendera conocerlas.
Y qu es lo que sus influencias quieren hacerle a Mr. Martel?
A l, nada. Se supone que debo ir atando cabos y averiguar, si puedo, quin es.
Y quin es?
Harry apoy sus manos sobre el volante.
Estoy en la ciudad hace veinticuatro horas y los patanes locales no saben nada
sobre l me mir de soslayo: Si usted es un polica, como dice serlo
Yo no lo dije. Soy un detective particular. Y esta rea est perfectamente
patrullada.
Los dos hechos eran ciertos, pero no estaban conectados. Harry hizo la conexin:
Entonces le ser fcil conseguir la informacin. Hay dinero de por medio.
Podramos compartirlo.
Cunto?
Puedo prometerle cien dlares.
Ver qu puedo hacer. Dnde para en la ciudad?
En el Hotel Breakwater. Frente a la fuente.

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Y quin es la mujer que lo ha metido en esto?
Nadie dijo nada de una mujer.
Usted dijo ella.
Debo de haber estado pensando en mi mujer. Ella no tiene que ver en esto.
No le creo. Su licencia dice que usted no est casado.
Sin embargo lo estoy ese detalle pareca tener mucha importancia para l,
casi como si le negara ser miembro de la raza humana. Es un error en la licencia.
Ese da me olvid que me haba casado quiero decir que
Sus explicaciones fueron interrumpidas por el suave rumor de un coche bajando
por el serpenteante camino, hacia nosotros. Era el Bentley negro de Martel. El
hombre tras el volante tena puestos unos lentes oscuros, de forma rectangular, que le
cubran la parte superior del rostro, como un antifaz.
La chica que estaba a su lado tambin tena anteojos oscuros. Tena el aire de una
beldad rubia de Hollywood. Harry sac su cmara miniatura, que no era ms grande
que un encendedor. Atraves la calle y se par en medio del camino, ocultndola en
la mano derecha.
El conductor del Bentley se baj del coche, enfrentndolo. Era fuerte y
musculoso. Tena puesto un traje ingls de lana, que no estaba de acuerdo con su
bruido color oscuro. Con un tono de voz controlado y de leve acento extranjero,
dijo:
Puedo hacer algo por ustedes?
S, mire salir el pajarito Harry levant la cmara y tom la foto. Gracias,
Mr. Martel.
No le voy a contestar de nada la boca de labios gruesos de Martel hizo un
gesto desagradable: Dme la cmara, por favor.
Cualquier da! Cuesta ciento cincuenta dlares.
Para m vale doscientos dlares, con la pelcula que tiene adentro dijo Martel
. Me apasiona la vida privada pronunci la palabra privada con una prolongada r
nasal, como un francs. Pero era demasiado moreno para serlo.
Mir a la chica rubia que estaba en el coche. A pesar de que no poda verle los
ojos, sent que me miraba a travs del camino. La parte inferior de su cara permaneca
inmvil, como si temiera reaccionar ante la situacin. Tena la belleza muerta del
mrmol. Los clculos que Harry estaba haciendo in mente, casi se podan or.
Se la doy por trescientos dlares dijo.
Muy bien. Trescientos. Eso incluye cmo se dice? un recibo, con su
firma y direccin.
A ver, a ver
Tuve una rpida impresin de lo que era la vida de Harry: no saba detenerse
cuando iba ganando.
La chica se asom a la ventanilla del Bentley:
No te dejes engaar, Francis.

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Ni pensarlo! Martel, rpidamente, se abalanz sobre Harry, arrebatndole la
cmara. Dando un paso atrs la tir sobre el asfalto y la aplast con el tacn.
Harry estaba aterrado:
No puede hacer eso!
Pero lo hice. Es un hecho consumado.
Quiero mi dinero!
Nada de dinero. Pas dargent. Ren du tout.
Martel ascendi al coche negro y cerr de golpe la portezuela. Harry lo sigui,
gritando:
Usted no me puede hacer eso! Esa cmara no me pertenece. Me la tiene que
pagar!
Pgale, Francis dijo la chica.
No. No quiso aprovechar la oportunidad que le di Martel hizo otro
movimiento rpido. Su mano apareci en la ventanilla, con el ojo redondo de un
revlver asomando sobre el dedo ndice: igame, amigo. No me gusta ser
molestado por canallas. Si usted vuelve por ac o traspone los limites de mi domicilio
en cualquier forma, lo matar hizo un chasquido con la lengua.
Harry se alej de Martel. Retrocedi hasta el borde del camino, perdi pie y casi
se cae. Empujado por una falsa vergenza, se lanz como un corredor hacia el
Cadillac. Subi al coche jadeando y sudando.
Usted es testigo de que casi me mata
Tuvo suerte de que no lo hiciera.
Arrstelo! Vamos! No puede irse as no ms. Es un criminal barato. Ese papel
de francs que representa es tan falso como un billete de tres dlares.
Puede probarlo?
En este momento no. Pero ya lo voy a pescar a ese extranjero de piel oscura.
No va a irse as como as, despus de estropearme la cmara. Era valiosa y no me
pertenece estaba desolado: el mundo lo haba dejado de la mano por milsima vez
. Si fuera un verdadero polica, no se quedara sentado.
El Bentley se desliz desde el camino hacia la carretera. Una de sus ruedas pas
sobre la cmara, aplastndola. Martel se alejaba tranquilamente, rumbo a la ciudad.
Tengo que pensar qu es lo que hago dijo Harry, hablando consigo mismo.
Se quit el sombrero, como si ste limitara el alcance de sus planes, colocndolo
sobre las rodillas, igual que un mendigo. Las letras impresas en su forro de seda
indicaban que provenan de la tienda Haberdashery, de Las Vegas. La inscripcin
dorada en el borde de cuero deca L. Spillman. Pens: Harry ha robado ese sombrero
o su licencia de conductor es falsa. Se dio vuelta, mirndome como si hubiera odo mi
muda acusacin. Con hostilidad cuidadosamente clasificada, me dijo:
No tiene ninguna obligacin de quedarse aqu. No me ha servido de nada.
Le contest que lo vera despus en el hotel. La perspectiva no pareci alegrarlo
mucho.

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3

L
a avenida Laurel Drive corra encajonada entre cercas de plantas, como los
caminos en Inglaterra. Un seto de aligustre esconda de la calle el jardn de
Mrs. Fablon. All, en un ngulo alejado, una mujer que a la distancia pareca
hermana de Ginny, estaba sentada, almorzando con un hombre, bajo la gran sombrilla
que protega la mesa.
El hombre tena una larga mandbula, que se endureci al aparecer yo por el
camino. Se puso de pie, secndose la boca con una servilleta. Era alto y erguido. Su
rostro, a pesar de su apariencia huesuda y belicosa, resultaba distinguido.
Me retiro alcanc a orle decir, casi en un murmullo.
No tenga apuro por irse. No esperaba a nadie.
Tampoco yo dijo brevemente.
Arroj su servilleta sobre un plato de salmn con mayonesa a medio comer. Sin
pronunciar una sola palabra ms y sin mirarme, se alej hacia un Mercedes detenido
bajo un roble y subi, alejndose por el camino, opuesto a la entrada, de forma
semicircular. Proceda como un hombre feliz de haber encontrado un pretexto para
alejarse.
Mrs. Fablon permaneci tranquilamente en la mesa:
Quiere decirme quin es usted?
Mi apellido es Archer. Soy detective particular.
El doctor Sylvester lo conoce?
Si es as, yo, en cambio, no lo conozco a l. Por qu?
Se fue tan apresuradamente cuando lo vio
Lo siento mucho.
No se apene. El almuerzo no era un xito. No me diga que estn haciendo
vigilar a Audrey Sylvester.
Posiblemente. Pero no por m. La seora de Sylvester tendra motivos para
hacerla?
S, pero no en mi propia casa. El doctor Sylvester es mdico de mi familia
desde hace diez aos y la relacin entre nosotros es tan rutinaria y poco romntica
como un termmetro se sonri, satisfecha de su frase cuidadosamente elaborada.
Usted sigue a la gente, seor Archer?
La mir a los ojos para ver si estaba burlndose de m. Si lo haca, no lo
demostr. Eran ojos de color celeste plido impenetrable. Tena un inters especial en
ver sus ojos, porque no haba podido ver los de su hija. Aunque su mirada ya no era
joven, an reflejaba inocencia. Estaba hecha como para percibir solamente cosas
elegidas de antemano. Haca juego con el pelo teido con esmero de rubio y batido
como crema sobre su hermoso crneo, con la figura que ya no poda ser buena

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escondida bajo un traje demasiado juvenil y la cndida forma en que me dejaba
contemplarla. Bajo una aparente serenidad, estaba tensa.
Puedo ayudarlo? Dijo sonriendo a medias. Me busca por algo?
No le contest. Estaba tratando de encontrar una forma diplomtica para encarar
el asunto de Ginny y Martel.
Le sigo haciendo preguntas y usted no me contesta nada. Es as como actan
los detectives?
Tengo mi mtodo de trabajo.
Mtodos maravillosos para hacer preguntas? empezaba a sospecharlo.
Ahora, dgame, qu pregunta es la que est decidido a hacerme?
Tiene que ver con su hija Ginny.
Ya lo veo la expresin de sus ojos no vari: Sintese, si quiere me
indic la silla cromada que estaba frente a ella. Est Virginia en dificultades?
Nunca lo ha estado.
Para esa pregunta es que estoy buscando una respuesta.
Quin lo ha metido en esto? dijo, vivamente. Espero que no sea George
Sylvester.
Qu la induce a pensar que pueda ser l?
La forma en que se alej me miraba con atencin. Pero no es George, no
es cierto? Est locamente enamorado de Virginia todos los hombres lo estn, pero
no se comprometera a
Comprometerse a qu?
Frunci el ceo, moviendo apenas sus cejas delgadas, pintadas fuera de lugar:
Me est llevando a decir cosas que no quiero contuvo la respiracin. Ya
s, debe haber sido Peter, no es cierto?
No puedo decirlo.
Si fue Peter, es seal de que se encuentra ms desvalido de lo que parece. Fue
Peter, verdad? Ha estado todo el tiempo amenazando con contratar detectives. Est
loco de celos, pero no tena idea de que hubiera ido tan lejos.
No me parece que esto sea ir muy lejos. Me ha pedido que averige la vida del
hombre con quien su hija proyecta casarse. Supongo que conoce a Francis Martel.
Claro que lo conozco. Es fascinante.
No tengo ninguna duda en cuanto a eso, pero sucedi algo hace una hora que
parecera justificar que se lo investigue. Fui testigo de lo que sucedi en el camino,
frente a su casa. Un hombre trat de fotografiarlo. Martel hizo que se fuera,
apuntndole con un revlver. Amenaz con matarlo.
No lo culpo en absoluto aprob con calma.
Tiene la costumbre de amenazar a las personas con asesinarlas?
No sera asesinato sera en defensa propia lo dijo como repitiendo una
frase de otro. Habra motivos de sobra para lo que usted me cuenta, estoy segura.
No quiere que se sepa su identidad.

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Sabe usted quin es?
Me han pedido que guarde el secreto se toc los labios rojos con una ua que
tena el mismo color.
Quin es? El Delfn de Francia que desapareci?
Sin proponrmelo, haba logrado alarmarla. Se qued mirndome con la boca
abierta. De golpe record que quedaba mejor con la boca cerrada y la cerr.
No puedo decirle quin es dijo, despus de un momento. Podra tener
serias repercusiones internacionales el hecho de que descubrieran que Francis est
aqu una vez ms, pareca estar recitando. Estoy segura de que usted sabe lo que
hace, pero no estoy tan segura con respecto a Peter. Le voy a pedir que desista, que
abandone este asunto, Mr. Archer.
Ya no bromeaba. Su tono era grave.
Quiere darme a entender que Martel es una figura de la poltica?
Lo fue. Y volver a serlo cuando las condiciones se presten. Por ahora es
solamente un exiliado de su tierra natal termin diciendo, dramticamente.
Francia?
Es francs. No lo oculta en absoluto.
Pero su nombre no es Francis Martel, no es cierto?
Tiene derecho a usar ese nombre, pero no es el verdadero.
Cmo se llama?
No lo s. Pero es uno de los grandes apellidos de Francia.
Tiene usted pruebas para poder afirmar eso?
Pruebas? Me mir burlonamente, como si en ese momento le hubiera
bajado del cielo una sabidura superior. Uno no les pide pruebas a sus amigos.
Yo s.
Entonces, probablemente no tendr muchos. Veo que es desconfiado por
naturaleza. Usted y Peter Jamieson han de ser una buena pareja.
Hace tiempo que lo conoce?
Yo me refera a Martel, pero ella me entendi mal, creo que deliberadamente:
Peter ha estado bajo nuestros ojos, en esta casa, por ms de veinte aos. Le juro
que le he limpiado las narices durante todo ese tiempo. Cuando muri su madre
qued a mi cargo durante una temporada. Entonces era un muchachito. Pero los
chicos crecen y termin enamorndose de Ginny. No tena derecho de hacerlo. Ginny
no tiene, ni tuvo, ni tendr ningn inters en l. Peter venci su resistencia porque en
ese momento no haba nadie ms.
Sin embargo y a pesar de ella misma, yo vea que ocultaba cierta predileccin por
Peter, y se lo dije.
Por supuesto, uno termina por encariarse con cualquiera que ve diariamente
durante veinte aos. Tambin lo detesto, especialmente ahora. Mi hija tiene una
brillante oportunidad. Es una criatura hermosa Levant su barbilla con orgullo,
como si la hermosura de Ginny fuera propiedad de las dos, una especie de herencia

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. Y se merece esta oportunidad. No quiero que ni usted ni Peter la enturbien.
Yo no quiero enturbiar nada.
Suspir:
Podr convencerlo de que renuncie a seguir con esto?
No antes de investigar un poco ms.
Entonces promtame una cosa. Quiere manejar este asunto sin echar a perder
las cosas para Ginny? Lo que la une a Francis es algo muy brillante y limpio: no lo
empae.
No lo har, si en realidad es as.
Lo es, crame. Francis Martel reverencia la tierra que ella pisa. Y Virginia est
loca por l.
Me pareci sentir en el tono de su voz un sincero deseo de que as fuera y le
pregunt a quemarropa:
Por eso es que se fue con l este fin de semana?
Sus ojos azules, hasta ahora confiados, se apartaron de los mos.
No tiene derecho a hacer preguntas semejantes. Es usted un caballero o no?
Y Martel lo es?
Estoy cansada de usted y de sus indirectas, Mr. Archer se puso de pie. Era
una despedida.

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4

M
e dirig a la casa contigua, a la de los Jamieson. Era una mansin de estilo
espaol, pintada de blanco, lo que le daba la apariencia rida de una
institucin pblica.
La mujer que atendi la puerta, despus de varios llamados, tena puesto un traje
gris a rayas, que poda ser un uniforme, pero que no terminaba de serlo. Era de buen
ver y morena, con el aspecto levemente imperioso que se adquiere cuando se es la
nica mujer en una gran casa.
No necesitaba seguir llamando. Lo o la primera vez.
Y por qu no contest enseguida?
Tengo cosas ms importantes que hacer. Estaba poniendo un ganso en el horno
se limpi las manos grasientas en el delantal. Qu quiere?
Quiero ver a Mr. Peter Jamieson.
Padre o hijo?
Hijo.
Todava ha de estar en el Club de Tenis. Le preguntar a su padre.
A lo mejor podra hablar con Mr. Jamieson. Me llamo Archer.
Voy a ver.
Esper en el oscuro saln, sentado en una silla espaola, de alto respaldar, que
deba de haber salido de las mismas manos de Torquemada. Finalmente la casera
retorn, dicindome, algo sorprendida, que Mr. Jamieson me recibira. Me gui a
travs de pesadas puertas de roble, hasta una biblioteca cuyas ventanas, fuertemente
aseguradas, miraban hacia las montaas.
Un hombre, hundido en un silln, estaba junto a la ventana, leyendo un libro.
Tena el cabello gris y su cara era casi de ese mismo tono descolorido. Cuando se
sac sus lentes de leer y me mir, pude notar que su mirada era vaga y distante. Sobre
una mesita baja, a su lado, haba un vaso de whisky, por la mitad. Y a mano, en una
mesa ms grande, una botella de whisky y una jarra de agua. Not que la casera
miraba el vaso y la botella, como si encarnaran todo lo que ella odiaba. Tena los ojos
negros, de mirar violento; deba ser una dura enemiga.
Mr. Archer dijo.
Gracias, Vera. Hola, Mr. Archer. Sintese aqu me indic con la mano un
silln frente a l. Su mano, contra la luz, era casi trasparente. Le gustara tomar
algo, antes de que Vera se vaya?
Es muy temprano para m, gracias.
Yo no suelo beber tan temprano.
Vi que el libro que tena en sus manos estaba al revs. No haba querido que lo
sorprendiera ocupado nicamente en beber. Cerr el libro, dejndolo sobre la mesa.

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El Libro de los Muertos coment. Una tontera egipcia. Puede irse, Vera.
Tengo la habilidad suficiente para entretener solo a Mr. Archer.
S, seor respondi algo indecisa. Y se fue, golpeando la puerta con fuerza.
Vera es una mujer prepotente. Es el azote de mi existencia, pero tambin la
bendicin. No s cmo marchara esta casa sin ella. Ha sido como una madre para mi
pobre muchacho. Como sabr, mi mujer muri hace varios aos la piel, alrededor
de sus ojos, pareci arrugarse ms, como si el golpe de esa muerte fuera a caer de
nuevo sobre l. Bebi un largo trago de whisky para borrar la impresin.
Est seguro de que no quiere tomar algo?
Mientras trabajo no bebo.
S que est trabajando para mi hijo. Me consult antes de contratarlo y le
aconsej que lo hiciera.
Me alegro de que est enterado de todo. As no tengo que andarme por las
ramas. Cree usted que Francis Martel es un impostor?
Todos los somos, en cierta medida. No le parece? Mreme a m, por ejemplo.
Soy un bebedor solitario, como se habr dado cuenta. Cuanto ms bebo, ms me
cuesta ocultarlo. La nica manera de proteger mi integridad sera beber abiertamente
y aguantar despus la msica de Peter y tambin la de Vera.
Bueno, ya se sac ese peso de encima le dije, sonriendo. Pero eso no me
dice nada con respecto a Martel.
No s qu decirle. Todo lo que he aprendido de la gente, ha sido estudindome
a m mismo. Es un proceso largo y doloroso. Si Martel es un impostor, se est
arriesgando mucho.
Usted lo conoce?
A pesar de mi vida recluida, me llegan noticias del mundo de los hombres.
Parece que Martel ha conseguido despertar bastante inters local.
Cul es la opinin ms general?
Hay dos partidos. Siempre los hay. Eso es lo malo en las democracias. Tiene
que haber siempre dos opiniones para cada acontecimiento. Aquellos que conocen a
Martel y gustan de l, especialmente las mujeres, lo aceptan por su valor nominal,
como a un distinguido joven francs, con grandes recursos econmicos. Otros creen
que es poco ms o menos un fraude.
Un pjaro de cuenta?
Alz su mano trasparente:
No del todo. Pero no hay duda de que es un europeo culto.
Tampoco hay duda de que cuenta con recursos econmicos.
As es. Estoy enterado de que su depsito inicial en el banco fue de seis cifras.
S que usted forma parte del directorio del banco.
Con que me investig a m tambin? dijo, fingindose resentido. Me
hace un gran honor!
Lo supe accidentalmente, por intermedio de Mr. Mc Minn, cuando fui a cobrar

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un cheque. No podra usted averiguarme de dnde proviene el dinero de Martel?
Tratar de hacerlo.
Podra ser dinero prestado dije. He conocido hombres como l, que usan
dinero prestado, a veces por gngsters, para conseguir colocarse rpidamente en
alguna comunidad.
Con qu propsito?
S de uno que compr una compaa municipal de mnibus, saquendola y
provocando su bancarrota. En los ltimos aos han comprado hasta bancos.
Que yo sepa, Martel no ha comprado nada todava.
Excepto a Virginia Fablon.
Jamieson arrug la frente. Al tomar su vaso, not que estaba casi vaco y se puso
de pie para prepararse otro trago. Era alto, pero delgado y frgil. Se mova como un
hombre viejo, pero sospech que no era mucho mayor que yo. Tendra, a lo sumo,
cincuenta aos. Cuando hubo preparado la bebida, reconfortndose con parte de ella
volvi a sentarse en su silln.
Ginny tiene dinero? le pregunt.
Apenas lo necesario. No podra interesar a un cazador de fortunas. No es una
chica que necesite dinero para interesar a cualquier hombre. Es ms: ha rechazado
probablemente ms propuestas de matrimonio que las que suean muchas jvenes.
Francamente, me sorprend cuando acept a Peter y no me sorprend tanto cuando
rompi el compromiso. Trat de decrselo anoche. Estaba bien cuando eran dos
escolares. Pero una mujer joven y hermosa puede llegar a convertirse en una
maldicin para un hombre corriente sobre todo si lo deja la piel, alrededor de sus
ojos volvi a arrugarse: Usted ya sabr que es peligroso conseguir lo que se desea:
lo deja a uno listo para la tragedia. Pero mi pobre hijo est ciego. Los jvenes no
escarmientan viendo las desdichas de sus mayores.
Se estaba volviendo un tanto locuaz. Al mirar las montaas, por encima de su
cabeza, tuve una sensacin de irrealidad, como si el mundo iluminado por el sol se
hubiera alejado indefinidamente.
Estbamos hablando de los Fablon y de su dinero.
Jamieson hizo un esfuerzo ostensible para sobreponerse:
S, por supuesto. No deben tener mucho. Fueron gente de dinero, hace un
tiempo, pero Roy lo perdi todo en el juego. Se rumore que esa fue la causa de su
suicidio. Por fortuna, Marieta posee una pequea entrada personal. Tienen lo
suficiente como para vivir confortablemente, como le dije antes, pero, con seguridad,
les falta lo necesario para tentar a un cazador de fortunas. Deje de lado a un cazador
de fortunas con cien mil dlares depositados en el banco a su orden.
Basta con tener cien de a mil en el banco para que Martel pueda entrar en el
Club?
Al Club de Tenis? Por supuesto que no. Debe ser presentado, por lo menos,
por un socio y aceptado por la comisin.

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Quin lo present?
Creo que Mrs. Bagshaw. Se estila hacerlo cuando alguno de los socios alquila
su casa en la ciudad. No hay nada malo en eso.
Ni tampoco bueno. Usted acepta la idea de que Martel es algo as como un
refugiado poltico?
Muy bien podra serlo. Yo lo anim a Peter a contratarlo a usted, porque quera
satisfacer mi curiosidad. Y tambin porque quera que apartara de su vida todo ese
asunto con Ginny. Est dandolo mucho ms de lo que usted pueda imaginarse. Soy
su padre y he podido constatarlo. No habr sido un gran padre para l, pero conozco a
mi hijo. Y tambin a Ginny.
No quiere a Ginny de nuera?
Al contrario. Ginny le dara vida a cualquier casa incluso a sta. Pero mucho
me temo que no ame a mi hijo. Creo que acept casarse con l porque le tena
lstima.
Mrs. Fablon me dijo ms o menos lo mismo.
As que usted convers con Marieta?
Un poco.
Es una mujer ms seria de lo que aparenta. Tambin lo es Ginny. Ginny ha sido
siempre una joven muy responsable, aun de nia. En una poca sola sentarse aqu, en
mi estudio, a leer, todos los fines de semana.
El Libro de los Muertos?
No me sorprendera que as fuera.
Usted dijo que su padre se haba suicidado.
Si dijo Jamieson, movindose con inquietud en el asiento y tomando su vaso
de whisky como si la pequea muerte que ste le proporcionaba fuera una medicina
homeoptica contra la gran muerte que lo estaba esperando. La mortandad entre
mis amigos, este ltimo ao, ha sido horrorosa. Sin mencionar la de mis enemigos.
Qu era Fablon? Amigo o enemigo?
Roy fue mi amigo y muy buen amigo, durante una poca. Por supuesto que
desapruebo lo que les hizo a su mujer y a su hija. Ginny tena entonces diecisis o
diecisiete aos y fue para ella un golpe tremendo.
Cmo se mat?
Una noche entr al mar, completamente vestido. Encontraron su cuerpo diez
das despus. Los tiburones que rondaban por all lo haban dejado casi irreconocible
se pas la mano por la cara y tom un largo trago.
Usted vio el cadver?
Si. Hicieron que lo viera. Fue una experiencia muy humillante.
Humillante?
Es horrible darse cuenta de cmo somos los mortales y todo lo que el tiempo y
la marea pueden hacernos. Recuerdo an a Roy Fablon como a uno de los hombres
ms buenos mozos de Princeton y uno de sus mejores atletas.

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Lo conoci en Princeton?
Y muy bien, como que era mi compaero de pieza. En realidad yo fui uno de
los que lo trajeron a Montevista.
Me levant para irme, pero l me retuvo en la puerta:
Hay algo que debo preguntarle, Mr. Archer. Hasta qu punto conoce usted
Montevista? No me refiero a su topografa, sino socialmente.
No muy bien. Es demasiado rica, para mi gusto.
Entonces hay algo que debo decirle, como viejo montevistano que soy. Aqu
puede pasar cualquier cosa. Casi ha pasado de todo. En parte se debe al clima de
champaa y en parte, para serle franco, a la presencia de sumas de dinero excesivas.
Montevista ha sido, durante casi un siglo, un balneario internacional. Marajahs
destronados se codean con ganadores del Premio Nobel y los hijos de empacadores
de carne de Chicago se casan con los hijos de billonarios sudamericanos. En este
aspecto Martel no tiene nada de extraordinario. Es ms, comparado con alguno de los
ciudadanos de Montevista, es completamente normal. Tenga esto en cuenta.
Tratar de hacerla le di las gracias y me fui.

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5

E
l calor del da iba decreciendo con el sol. Acercndome al Club de Tenis,
poda sentir en la cara el aire fresco del Ocano. En lo alto del mstil del
edificio estaba flameando la bandera.
La mujer de la oficina me inform que probablemente Peter se encontraba en las
duchas. Lo haba visto regresar de la playa minutos antes. Poda esperarlo junto a la
piscina.
La reposera azul del baero estaba desocupada y me sent en ella. El viento de la
tarde haba hecho desertar a casi todos los tomadores de baos de sol. En lugar
alejado de la piscina, en un rincn guarecido detrs de una mampara de cristal, cuatro
seoras canosas jugaban a las cartas, con el gesto concentrado de los jugadores de
bridge. Las Parcas, ms una, pens, deseando haber tenido alguien cerca para
decrselo. Un muchacho alto, en pantaln de bao, que no tena el aspecto de un
posible oyente, sali de los vestuarios. Despleg ante m sus miembros estatuarios, en
el borde de la piscina. Su cara afable y simple, era desmentida por el matiz de
salvajismo que reflejaban sus ojos. Not que tena el cabello hmedo y estirado como
si acabara de peinarse.
Est Peter Jamieson adentro?
S. Se est vistiendo. Usted se ha sentado en mi silla, pero no importa. Puedo
sentarme ac palme los azulejos a su lado. Usted es su invitado?
Solamente lo estoy esperando.
Estaba corriendo en la playa. Le dije que lo tomara con calma. Hay que
entrenarse, primero.
Hay que empezar alguna vez.
Supongo que s. Yo no suelo correr mucho. Ablanda los msculos con
callado orgullo contempl sus pectorales bronceados: Me gusta parecer un tpico
baero californiano.
Ya lo parece.
Gracias dijo. He dedicado mucho tiempo y trabajo a lograrlo, como, por
ejemplo, largarme contra las olas encima de una tabla. Por las oportunidades que
tengo de hacerlo, es que tom este empleo. Tambin voy al colegio aadi.
A cul?
Al Colegio del Estado, que es el nico aqu en Montevista.
Quin es el encargado del departamento de francs?
No sabra decirle. Yo estoy estudiando publicidad comercial y bienes races. Es
muy interesante.
Me recordaba a esos rubios estpidos que alborotaban las campias de California,
cuando yo era de su misma edad.

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Usted quiere estudiar francs, seor?
No. Solamente busco respuestas para algunas preguntas.
Tal vez Mr. Martel, que es francs, pueda ayudarlo.
Est aqu?
S. Acabo de hablar con l tambin habla ingls, como usted y como yo.
Seal el segundo piso de la cabaa ms prxima al mar. A travs de su frente
abierto, poda ver un hombre movindose bajo la sombra del toldo. Llevaba en los
brazos un toldo multicolor.
Est sacando sus cosas dijo el baero. Le ofrec ayuda, pero no quiere que
me mezcle con el revoltijo de sus cosas personales.
Piensa irse?
Por lo pronto, va a dejar la cabaa. Lo lindo del caso es que me dijo que puedo
quedarme con todos los muebles que compr. Son muebles para tener afuera, pero
estn casi nuevos y deben haberle costado una fortuna. Van a quedar muy bien en mi
departamento. Todo lo que tengo por ahora es una bolsa-colchn para dormir. Todo el
dinero que gano se me va en los coches.
Coches?
Tengo un camioncito para ir a practicar surfing. Y mi pimpollo y yo tenemos
un coche sport para paseos fuera de la ciudad. Uno ahorra mucho tiempo con un
coche sport.
El muchacho me estaba enloqueciendo. Lo malo es que hay miles de esos
neoprimitivos, que no parecen formar parte del mundo moderno. Pero, como en un
relmpago, pens que, a lo mejor, estaban mejor adaptados al mundo moderno que
yo. Pueden vivir como salvajes felices en las playas, mientras las computadoras y
calculadoras mecnicas hacen todo el trabajo y toman todas las decisiones.
Por qu se va de su cabaa Mr. Martel? Parece muy buena.
Es la mejor. Desde all usted puede ver toda la costa, hasta el arrecife donde la
gente se lanza con tablas hacia las olas estir su brazo musculoso. Mr. Martel se
sienta rara vez all. Me dijo que sola largarse contra las olas en sus aos ms jvenes.
Dijo dnde?
Creo que en este mismo lugar.
Estuvo antes aqu?
No sabra decrselo. Por supuesto que no desde que yo trabajo.
Y no sabe por qu deja la cabaa?
No le gusta estar aqu. Siempre se quejaba de algo como ser que el agua de
la piscina era fra o que tendra que ser agua salada. Y, adems, no se llevaba bien
con algunos socios el muchacho se call. En su mente se rozaron dos hechos y esto
provoc una breve chispa: Oiga, no le diga a Peter Jamieson que Martel me regal
los muebles. No le gustara.
Por qu no?
Jamieson es uno de los que no se lleva bien con Mr. Martel. Dos veces casi se

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pelearon.
Por Ginny Fablon?
Me doy cuenta que usted conoce bien el asunto, no?
No. No lo conozco.
Mejor no se lo digo. Peter Jamieson se enterara y a m me daran una felpeada
por hablar de los socios.
Se senta en aprietos por todo lo que me haba contado. Una de las jugadoras de
bridge lo rescat de mis preguntas, gritando a travs de la piscina:
Stan! Quiere traernos cuatro cafs? Negros, eh
Se levant, alejndose.
Me puse los anteojos de sol y en medio de su repentina media luz, trep las
escaleras de maderas hasta el segundo piso. La mesa de bamb que estaba en el
centro de una de las habitaciones de Martel, se encontraba atestada de cosas: trajes y
salidas de bao, implementos de playa para hombre y mujer, patas de rana y visores,
botellas de whisky y coac, un pequeo calentador elctrico, un bastn de caa de
bamb. Martel sali de uno de los dormitorios llevando un pequeo televisor que
coloc sobre la mesa.
De mudanza?
Levant la vista rpidamente. Ahora yo tena puestos los anteojos oscuros y l no.
Sus ojos eran muy negros y brillantes. En ellos se concentraba la oscura y enigmtica
intensidad de su rostro. La nariz larga, levemente curvada, era a un mismo tiempo,
inquisitiva y afirmativa. No pareci reconocerme.
Y qu hay si me mudo? me dijo, ponindose en guardia.
Pensaba tomarla yo.
No va a ser posible. La tengo alquilada por toda la temporada.
Pero no la va a usar
Todava no lo he decidido.
Estaba hablando consigo mismo, ms que conmigo. Su oscura mirada pas sobre
m y se dirigi a la costa. Me di vuelta y la segu. Una ola azul, coronada de espuma
blanca, rompa sobre el arrecife. Ms all, una docena de muchachos, se arrodillaban
en sus tablones, como adoradores ante un dolo.
Se dedic a eso, alguna vez?
No.
Y caza submarina? He visto que tiene un equipo.
S. Un tiempo la hice.
Yo lo escuchaba con atencin. Se le notaba el acento, pero menos fuerte que
cuando tuvo el altercado con Harry Hendricks y no empleaba ninguna palabra en
francs. Desde luego, ahora estaba menos excitado.
Alguna vez se dedic a la caza submarina en el Mediterrneo? Dicen que se
origin all.
As es. Y all la practiqu. Ocurre que yo soy francs.

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De qu parte?
Pars.
Qu interesante! Yo estuve en Pars durante la guerra.
Tambin estuvieron un montn de norteamericanos me contest secamente
. Ahora, si me perdona, tengo que acomodar estas cosas.
Puedo ayudarlo?
No, gracias. Buenos das.
Se inclin cortsmente. Me alej por la terraza, tratando de analizar la impresin
que me haba hecho. Su pelo renegrido, su cara llena y lisa, la mirada alerta de sus
ojos, no le daban ms de treinta aos, pero tena la fuerza controlada y la reticencia
de un hombre de ms aos; no saba en qu edad situarlo.
Me abr camino por entre los vestuarios de la planta baja. A esa hora las clases
haban terminado, y un grupo de muchachitos se golpeaban con las toallas, gritndose
mutuamente horribles amenazas, acompaadas de carcajadas ms horribles aun. Les
dije que se callaran. Esperaron hasta que estuve fuera de su vista y volvieron a rerse
ms horriblemente que antes.
Peter se estaba haciendo el nudo de la corbata frente al espejo empaado por el
vapor. Al verme se volvi con una sonrisa, la primera que le vea. Estaba lustroso y
colorado.
No saba que haba llegado. Estuve corriendo en la playa.
Muy bien. Acabo de hablar con Martel. Est sacando las cosas de su cabaa.
Parece que piensa escaparse.
Con Ginny?
No quise preguntrselo. En circunstancias normales ni me hubiera acercado a
l. No es la mejor manera de actuar. Pero no tenemos mucho tiempo.
Haba logrado borrar la sonrisa de Peter, que se mordi los labios.
Tena la esperanza de que usted pudiera hacer algo para detenerlo.
Todava no he renunciado Lo peor es que no s qu preguntas hacerle.
Nunca estuve en Francia, ni recuerdo mucho de lo que estudi en los cursos
superiores.
Ni yo tampoco. Estudi unos aos con el profesor Tappinger, pero me aplaz.
Fue en la escuela que hay aqu?
Si, se crey obligado a contarme que pens ingresar en Princeton, pero fall en
los exmenes de admisin. Pero me gradu el ao pasado en el Colegio del Estado, de
Montevista.
Ginny deba graduarse este ao?
S. Abandon los estudios por dos aos, para trabajar como recepcionista con
el doctor Sylvester. Pero se cans y volvi al colegio.
Ese tal Tappinger era su profesor?
S. Es el profesor de casi todos los cursos de francs.
Es competente en la materia?

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Ginny pensaba que s y era una de sus mejores alumnas.
Entonces debera estar dispuesto a ayudarnos.
Le ped a Peter que arreglara una cita con el profesor para esa misma tarde. Le
dije que lo esperara en la playa de estacionamiento. No quera que Martel nos viera
retirarnos juntos.

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6

E
l seor Jamieson acaba de irse me dijo la mujer de la oficina. No s cmo
pudo escaprsele.
Tena una voz bien modulada y pareca sentir contrariedad. La mir con
ms detenimiento que antes. Era una mujer joven y atrayente, vestida con un traje
sastre de lana marrn. Su cabello oscuro enmarcaba un rostro ovalado, de expresin
mordaz. Estaba un poco entrada en carnes, pero eso era atribuible a su ocupacin
sedentaria.
Ya habl con el seor Jamieson, pero no se lo diga a nadie.
Por qu se me iba a ocurrir hacerlo?
Alguien podra preguntrselo.
Nunca comento con nadie las entradas o salidas de los socios y sus amigos.
Adems, no recuerdo su nombre.
Archer Lew Archer.
Me llamo Ella Strome el nombre que estaba en la plaqueta de su escritorio
deca: Mrs. Strome - Secretaria. Me vio mirndola y aadi, en un tono neutro: Ya
no estoy casada.
Yo tampoco. A qu hora sale a comer?
Hoy no salgo. Esta noche tenemos cena y baile aqu. Gracias de todos modos.
De nada.
En el estacionamiento, al lado de las canchas de tenis, Peter me esperaba en su
Corvette. El lugar estaba cerrado por un espeso enjambre verde de rboles de
eucaliptos y su leve aroma medicinal perfumaba el aire. De la media docena de
canchas solamente una estaba ocupada: un profesor, luciendo la camisa
reglamentaria, con la inscripcin Club de Tenis, le estaba enseando a una nia muy
pequea, cmo servir el juego, mientras su madre la vigilaba desde uno de los
costados.
El profesor Tappinger no est ni en su casa ni en su despacho dijo Peter.
Su mujer dijo que deba estar en camino.
Mientras puedo aprovechar el tiempo ac. Tengo entendido que Mrs. Bagshaw
vive en el Club.
S. En uno de los cottages me indic, a travs de los rboles, uno que estaba
al final del grupo.
Le ha hecho preguntas sobre Martel?
No.
Pero usted conoce bien a Mrs. Bagshaw?
No mucho. Conozco en general a todos los de Montevista coment sin
mucho entusiasmo. Creo que tambin todos me conocen a m.

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Atraves el bosquecillo de eucaliptos y luego una puerta de hierro, situada en una
cerca de estacas que cerraba una extensin de csped, cerca de la piscina. Ms o
menos una docena de chalets pintados de gris, estaban dispersados por el csped,
separados de sus vecinos por patios tapiados y macizos florecidos. Un mexicano de
baja estatura, vestido con un mono color kaki, manipulaba una manguera entre los
macizos.
Buenos das[1].
Es un lindo da me contest, mostrando una hilera blanca de dientes.
Levant la manguera hacia el cielo y cay un chorro de agua como un surtidor.
Busca a alguien?
A Mrs. Bagshaw.
Aquel es su cottage el techo estaba oculto a medias por una avalancha de
Santa Rita. Hace apenas unos minutos que regres.
Mrs. Bagshaw result ser una de las jugadoras de bridge que estaban cerca de la
piscina. Era, justamente, la que haba pedido los cafs, una seora muy despierta, de
alrededor de setenta aos.
No lo acabo de ver conversando con Stanley? me pregunt.
S, es cierto.
Y luego con el seor Martel?
S.
Y ahora conmigo? Est siguiendo un itinerario muy interesante sacudi sus
blancos rulos. No s si enorgullecerme o desconfiar.
No haga ninguna de las dos cosas, seora. Mi nombre es Archer y soy un
detective, como ya se habr dado cuenta.
Me hizo entrar a una salita que tena demasiados muebles. La alfombra oriental
que cubra el piso era tan buena que casi me apen tener que pisarla. Se dio cuenta de
que haba reparado en ella y me dijo:
No encaja para nada en este lugar. Pero no podra soportar la idea de dejarla.
Sintese. Me imagino que estar ya interesado en el deporte favorito del pueblo, que
es entrometerse en los asuntos particulares de Francis Martel.
Es mi profesin, seora, no mi deporte.
Quin lo hizo venir ac? dijo, bruscamente.
Una familia de la localidad.
Marieta Fablon?
S. Est muy interesada en el resultado de mis investigaciones.
Investigaciones es un nombre muy fino para lo que usted hace, Mr. Archer.
Prcticamente, est echando del pueblo a Mr. Martel. Es ese su propsito?
No.
Quisiera creerlo. Pues ya lo sabe: se va. Me lo dijo no hace quince minutos.
Ginny Fablon se va con l?
Baj la mirada hasta el regazo.

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No se habl de Miss Fablon para nada. Ya tiene veinticuatro aos. A su edad,
yo llevaba cinco aos de casada. Es perfectamente capaz de cuidarse y tomar
decisiones la voz, que le haba temblado un momento, recuper su fuerza. Es
ms capaz que muchas otras jvenes. Esa es mi opinin.
Entonces usted cree que se va con l?
No lo s. Pero creo que este es un pas libre.
Lo es para gente que sabe con quin y con qu tiene que luchar. No se pueden
tomar decisiones vlidas, si no se basan en hechos objetivos.
Sacudi sus rulos otra vez. Su rostro se endureci como si fuera de cemento:
No quiero escuchar una disertacin. Yo introduje a Francis Martel en los
crculos de Montevista y estoy satisfecha de haberlo hecho. Ese joven me gusta. Es
cierto que no puedo presentarle una copia de su rbol genealgico, pero estoy segura
de que tiene uno y muy bueno. Es uno de los jvenes franceses ms distinguidos que
conozco.
Entonces, es francs?
Acaso existe alguna duda al respecto?
Siempre existen las dudas, mientras no se aclaran los hechos.
Y usted es el rbitro principal de estos hechos, no es cierto?
Es natural que trate de serlo, en beneficio de mis propias investigaciones.
El nuestro fue un cambio de frases abiertamente afiladas y eso la hizo enojar.
Trat de borrar su enojo rindose de m:
Le gusta discutir, verdad?
Tal vez, aunque confieso que no me conduce a ninguna parte.
Porque no tiene ninguna parte adnde ir. nicamente porque Mr. Martel no
tiene el aspecto de otras personas, resuelven que hay en su pasado algn oscuro
secreto. Lo que les pasa a mis vecinos es bien simple: no tienen bastante que hacer y
viven como los isleos de Sicilia, sacndose los trapos al sol. Y si no hay bastante
ropa sucia para exhibir, la fabrican.
Me pareci que estaba insegura, pues de lo contrario no hubiera hablado tanto y
tan bien. De alguna manera se senta responsable de Martel. Lo dijo tras el silencio
que surgi entre nosotros:
Ha encontrado algo en contra de l?
An no.
Quiere decir que espera encontrar algo?
No lo s. Cmo fue que lo conoci? Por medio de negociantes en
propiedades?
Oh, no. Tenemos amigos comunes.
Ac, en Montevista?
En Washington me contest. Para ser ms precisa, en Georgetown. El
general Bagshaw y yo vivimos un tiempo all.
Y all usted conoci a Martel?

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No dije eso. Martel conoca antiguos vecinos nuestros se detuvo, mirndome
dubitativamente: No creo que deba darle el nombre de ellos.
Me ayudara, si pudiera drmelos.
No. Es gente muy buena y gentil y no quiero molestarla por una cosa as.
Martel se los dio como referencia. A lo mejor ellos no aprobaran eso. Puede
ser que ni lo conozcan.
Estoy segura que s.
Le dieron una carta de presentacin para usted?
No.
Entonces todo lo que tiene es la palabra de Martel?
Me parece me pareci que era suficiente. Habl de ellos con tanta
seguridad Pero la intranquilidad con que ahora me miraba, mostr que, al
acentuarse, iba destruyendo la confianza que tena en su propio juicio. Cree usted
sinceramente que Martel sea algo as como un impostor?
Eso es lo que me inclino a pensar. Trato de hacer que usted piense lo mismo.
Y as arrancarme un nombre contest
No necesitar ese nombre si usted me ayuda.
Qu quiere que haga?
Llame a sus amigos de Georgetown y pregnteles si conocen a Martel.
Levantando la cabeza, me mir:
Es una buena idea.
Hgalo, por favor. Es la nica pista que tengo.
Los llamar esta misma noche.
Puedo comunicarme con usted ms tarde?
S.
Siento haberla molestado.
No se preocupe. Es una cuestin de conciencia. Hice bien o mal? Por
supuesto, si nos detuviramos a pensar en las consecuencias de todo lo que hacemos,
terminaramos por no hacer nada.
Cundo piensa Martel irse de ac?
Lo antes posible; hoy o maana.
Dijo por qu se va?
No. Se manifest muy reticente. Pero yo s por qu lo hace. Todo el mundo
sospecha de l. No tiene amigos.
Con excepcin de Ginny.
Ni siquiera la nombr.
No dijo a dnde iba?
No.

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7

P
eter me aguardaba al lado de la verja. El profesor Tappinger estaba ya en su
casa, dispuesto a recibirnos. Viva en la ciudad portuaria anexa, en un barrio
pobre, cuya nica ventaja evidente era tener vista al mar. El sol, pesado y rojo,
estaba prximo a hundirse en el horizonte. Su imagen flotaba como fuego lquido
sobre el agua.
La casa de los Tappinger era un chalet pintado de verde, que a no ser por su color
diferente, era una rplica de cada una de las casas de la manzana. El camino que
conduca a la puerta del frente estaba trasformado en una pista para carrera de
obstculos con patines, una bicicleta, un triciclo. Abri la puerta una niita de seis o
siete aos. Tena los cabellos rubios y los ojos enormes llenos de curiosidad.
Dice pap que los espera en el estudio.
Nos gui, a travs de un living maltrecho, hasta la cocina. Una mujer estaba
agachada sobre la piscina, pelando papas, en una actitud entre pasiva y agresiva. Un
chico pequeo estaba prendido de sus rodillas, revolvindose. La mujer no prestaba
atencin ni al chico ni a nosotros. Era joven, bien parecida: no tendra ms de treinta
aos; se haba peinado hacindose una juvenil cola de caballo. Sus ojos azules se
posaron framente sobre m.
Est en el estudio nos dijo.
Y, con una rodilla, nos seal la puerta.
Entramos a un garaje trasformado en estudio, con las paredes cubiertas de
estantes con libros. Sobre la mesa de trabajo, tapada de libros y papeles, penda de
una cadena colgada del techo una lmpara fluorescente. El profesor estaba sentado
all, dndonos la espalda. No se dio vuelta cuando Peter le habl. Nos produjo la
impresin de estar interrumpiendo un importante trabajo intelectual.
Profesor Tappinger volvi a decir Peter.
Ya lo he odo contest. Haba impaciencia en su voz. Perdnenme un
minuto ms, por favor. Estoy tratando de terminar una frase.
Se rasc la cabeza con la punta de su lapicera e hizo unas anotaciones. Su cabello
castao cobrizo tena escarchados de gris los bordes. Cuando se puso de pie vi que
era de corta estatura y que fcilmente le llevara diez aos a su hermosa mujer. Con
su boca sensitiva y sus facciones ntidas, quiz tambin haba sido buen mozo. Pero
pareca como si saliera de una reciente enfermedad, cuya imagen atormentaba sus
ojos, detrs de los lentes para leer. Su apretn de manos fue fro.
Cmo est usted, Mr. Archer? Qu tal, Peter? Perdnenme por haberlos
hecho esperar tanto. Robo estos preciosos momentos de concentracin del flujo
bergsoniano. Con el peso de doce horas de enseanza y toda la preparacin que eso
implica, es difcil poder escribir algo. Envidio a Flaubert que poda darse el lujo de

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emplear todo un da en la bsqueda de la palabra exacta, le mot juste
Tappinger pareca tener el hbito profesional de no dejar de hablar. Lo interrump:
En qu est trabajando?
En un libro, si alguna vez tengo tiempo para hacerlo. El tema es la influencia
francesa en la literatura norteamericana moderna En este momento estudio el
discutido asunto de Stephen Crane. Pero eso no le interesara. Peter me dijo que usted
es detective.
S. Estoy tratando de obtener alguna informacin referente a un hombre
llamado Francis Martel. Lo conoce?
Lo dudo. Pero el apellido es verdaderamente interesante. Es uno de los
antiguos apellidos de Francia.
Se supone que Martel es francs. Segn su versin es un refugiado francs.
Qu edad tiene?
Alrededor de treinta aos se lo describ: Es un hombre de mediana
estatura, bien plantado. Pelo negro, ojos negros, cutis oscuro. Tiene un acento
francs, a veces fuerte, a veces dbil.
Y usted piensa que es simulado?
No lo s. Pero si es un simulador, ha engaado a muy pocas personas. Estoy
tratando de descubrir quin y qu es en realidad.
La realidad es una cosa engaosa dijo sentenciosamente Tappinger. Qu
quieren que haga escuchar su francs y determinar acerca de su autenticidad?
Hablaba en tono de broma, pero yo le respond muy seriamente:
Sera una buena idea, de poder llevarla a cabo. Pero Martel est a punto de salir
de la ciudad. Pienso que si usted pudiera preparar algunas preguntas que slo un
francs instruido pudiera contestar
Quiere que le prepare un test, no es eso?
Con sus respuestas.
Creo que puedo hacerlo. Cundo lo necesita? Maana?
Ahora mismo.
Eso es simplemente imposible.
Pero es que puede irse en cualquier momento
No puedo ayudar en eso! La voz de Tappinger se agudiz como la de una
mujer. Esta noche tengo que leer cuarenta deberes esos burcratas del colegio ni
siquiera me facilitan un estudiante lector. No tengo tiempo ni para mis propios hijos.
De acuerdo. Dejmoslo. Para empezar, no era una buena idea.
Pero tenemos que hacer algo dijo Peter. Me gustara pagarle por su
tiempo, profesor.
No quiero su dinero. Todo lo que quiero es el uso libre de mi tiempo.
Tappinger estaba, prcticamente, gimiendo. Su mujer abri la puerta de la cocina
y nos mir. Su rostro se haba fijado en una expresin de inquietud que, de algn
modo daba la impresin de haberse embotado por el influjo de la costumbre.

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Pasa algo malo, pap?
No pasa nada. Y no me llames pap. No soy mucho ms viejo que t.
Ella se encogi de hombros con un gesto de desprecio bsico, mirndome:
Qu es lo que pasa aqu?
Parece que pusimos nervioso a su marido. No vinimos en buen momento.
Tappinger, en tono ms tranquilo, le dijo a su mujer:
No es nada para que te preocupes, Bess. Se supone que debo preparar unas
preguntas para probar los conocimientos de francs de cierta persona.
Eso es todo?
S.
Mrs. Tappinger cerr la puerta de la cocina. Tappinger se volvi hacia nosotros:
Disclpenme por haberles levantado la voz. Tengo dolor de cabeza se apret
la frente con su plida mano. Creo que podr hacerles el trabajo ahora he
gastado el doble de energa slo hablando de hacerlo, pero no comprendo el apuro.
Martel se lleva a Ginny dijo Peter. Debemos detenerlo.
Ginny?
Tappinger pareci perplejo.
Pens que usted ya le haba hablado de ella, Peter.
Trat de hacerlo por telfono, pero no quiso orme se dirigi a Tappinger:
Recuerda a Virginia Fablon, profesor?
Naturalmente. Tiene algo que ver en esto?
Bastante. Piensa casarse con Martel.
Y usted est enamorado de ella, no es eso?
Peter se sonroj:
S, pero no hago esto por egosmo. Ginny no se da cuenta del peligro que corre.
Ha hablado ya con ella de este asunto?
He intentado hacerlo, pero est enamoradsima de Martel. l fue el causante de
que abandonara el colegio el mes pasado.
Yo cre que estaba enferma. Por lo menos eso fue lo que se dijo en el colegio.
No le sucede nada dijo Peter. Martel es su enfermedad.
Y cul es la opinin de ella sobre su pretendida nacionalidad?
Ginny est ciega por Martel.
Si ella lo acepta como francs, es porque es francs. La seorita Fablon tiene
un dominio perfecto de ese idioma y no puede equivocarse.
Martel podra ser las dos cosas a la vez, francs y simulador dije yo.
Estamos tratando de descubrir si es en realidad el aristcrata cultivado que pretende
ser.
Por primera vez Tappinger pareci interesado:
Eso podra ser factible. Djenme hacer la prueba se sent ante la mesa
atiborrada, tomando la lapicera. Concdanme slo diez minutos, caballeros.
Salimos, dirigindonos al living. Mrs. Tappinger nos sigui, con el nio de tres

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aos a la rastra.
Est bien, pap? me pregunt, con una voz infantil, tan finita y suave, que
sonaba como una parodia de ella misma.
Creo que s.
Desde el ao pasado no ha estado bien. No lo tuvieron en cuenta para titular de
la ctedra. Fue una terrible desilusin. Trata de desahogarse con cualquiera bueno,
cualquiera que est a mano. Especialmente conmigo hizo su caracterstico
encogimiento de hombros. Esta vez su gesto de desprecio pareca dedicado a ella
misma.
Por favor dijo Peter, molesto. El profesor Tappinger ya se ha disculpado
con nosotros.
Eso est bien. En general no lo hace. Sobre todo cuando estamos en familia.
Se refera al comportamiento de Tappinger con ella. Era de s misma de quien
quera hablar. Y era conmigo con quien quera hacerlo. Su cuerpo apoyado en el vano
de la puerta, las miradas de soslayo de sus ojos azules, los movimientos desanimados
de su boca, ms que las palabras que sta pudiera pronunciar, decan que era una
bella durmiente, prisionera en una casa del suburbio, junto a un profesor
temperamental que no haba llegado a ser titular de una ctedra.
El nio de tres aos volvi a acometerla, cindole el vestido de percal sobre sus
redondos muslos.
Usted es una linda chica dije, mientras Peter permaneca junto a nosotros
como un chapern.
Lo era hace doce aos, cuando me cas con l dijo, haciendo un movimiento
con la cadera. Alz al nio, llevndoselo a la cocina, como si cargara con el peso de
su arrepentimiento.
Una mujer casada, con un nio a cuestas, no era precisamente mi plato favorito,
pero ella me interesaba. Ech una ojeada al living. Era astroso, con su alfombra
gastada y los destartalados muebles de roble. Las paredes estaban virtualmente
empapeladas con reproducciones de los post-impresionistas, visiones de un mundo
idealmente brillante.
La puesta de sol, en la ventana, competa en brillo con los Van Gogh y los
Gauguin. El sol arda como un barco de fuego en el agua, hundindose lentamente,
hasta que slo un humo rojo qued flotando en el cielo. Una barca de pescadores
entraba al puerto, negra y pequea, contra el grandioso poniente. Arriba, su
resplandor despert a unas cuantas gaviotas, que giraron como chispas de su fuego
extinguido.
Estoy preocupado por Ginny dijo Peter a mis espaldas.
Yo tambin lo estaba, aunque no lo deca. Tena fresco ahora, en mi memoria, el
preciso instante en que Martel haba amenazado con el revlver a Harry Hendricks y
que en aquel momento no me haba parecido tan real. Por otra parte, la idea de
examinar a Martel en francs me pareci absurda e intil.

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Un muchacho, de unos once aos, hizo su entrada por la puerta del frente.
Pisando con fuerza y dndose importancia, se dirigi a la cocina, para anunciar a su
madre que se iba a la casa de al lado a ver televisin.
No, no vas a ir el severo tono maternal que empleaba ahora, era diferente por
completo, al que haba usado para dirigirse a m o a su marido. Te quedars aqu.
Ya casi es la hora de comer.
Estoy muerto de hambre me dijo Peter.
El chico le pregunt a su madre por qu ellos no tenan televisin, como sus
vecinos.
Por dos razones. Ya hemos hablado de esto antes. Uno: tu padre no aprueba la
televisin. Dos: no podemos comprarla.
Ustedes siempre estn comprando libros y discos. La televisin es mejor que
los libros y los discos.
Te parece?
Mucho mejor. Cuando compre mi propia casa voy a tener televisin en colores
en cada habitacin. Y ustedes podrn venir a mirarla concluy, con magnificencia.
Tal vez lo hagamos entonces se abri la puerta del estudio y qued
terminado el entredicho.
El profesor Tappinger entr, agitando una hoja de papel en cada mano.
Las preguntas y las respuestas dijo. He elegido cinco preguntas que todo
francs bien instruido tiene que saber contestar. Creo que a no ser un estudiante
francs ya graduado, nadie podra hacerlo. Las respuestas son lo suficientemente
simples como para que ustedes puedan comprobarlas sin necesidad de saber mucho
francs.
Perfecto. Lo escuchamos, profesor.
Empez a leer en voz alta:
Primera: Quin escribi originariamente Les Liaisons dangereuses y quin hizo
la versin moderna cinematogrfica? Choderlos de Laclos escribi el original, y
Roger Vadim hizo la pelcula.
Segunda: Complete la frase: Hypocrite lecteur
Respuesta: Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frre (del primer poema Fleurs
du mal, de Baudelaire).
Tercera: Nombre de un gran pintor francs, que crea que Dreyfus era culpable.
Respuesta: Dgas.
Cuarta: Qu glndula design Descartes como residencia del alma humana?
Respuesta: La glndula pineal.
Quinta: Quin fue el principal responsable de que Jean Genet saliera de la
crcel? Respuesta: Jean-Paul Sartre.
Es algo as lo que usted haba pensado?
S. Pero me parece que el acento se ha cargado en un solo sentido. No debera
haber algo sobre poltica o historia?

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No estoy de acuerdo. Si el hombre es un impostor que se quiere hacer pasar por
refugiado poltico, lo primero en que se preparara es en historia y poltica. Mis
preguntas son ms sutiles y abarcan un mbito que requiere aos para ser conocido
su mirada se anim: Quisiera poder hacerle las preguntas yo mismo.
Tambin a m me gustara que se las hiciera. Pero puede ser peligroso.
Realmente?
Martel amenaz a un hombre con un revlver, el otro da. Pienso que es mejor
que me deje a m ir contra l.
Y yo dijo Peter. Insisto en ir con usted.
Tappinger nos acompa hasta nuestros coches, como para hacerse perdonar su
anterior impaciencia. Pens ofrecerle dinero por su trabajo, cinco o diez dlares, pero
decid no arriesgarme. A lo mejor solamente consegua hacerle recordar que
necesitaba dinero y volver a enojarlo de nuevo.

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8

S
egu al Corvette de Peter tierra adentro, hasta el pie de las colinas, cuya masa
haba sido absorbida a medias por la sombra azulada de las montaas. Unas
pocas luces, tan brillantes como las estrellas del anochecer, estaban
diseminadas en sus laderas. Una de ellas estaba encendida en la casa de Martel.
Peter se detuvo cerca del buzn, donde el nombre, grabado en letras negras,
apareci a la luz de los focos delanteros: Mayor General Hiram Bagshaw, U.S.A.
(R.). Apag los focos, saliendo del coche. El silencio de la noche vibraba como un
cristal. Un grito descarnado y agudo nos lleg desde la casa. Podra haber sido un
pavo real, o el alarido de una muchacha.
Peter corri hacia m:
Es Ginny! La oy?
O algo.
Trat de persuadirlo que esperara en su coche. Pero insisti en subir a la casa
conmigo. Era un edificio slidamente construido, con piedra y vidrio, sobre una
plataforma excavada en el suelo del can. Un reflector colocado sobre la puerta,
iluminaba el patio de lajas donde estaba estacionado el Bentley. La puerta de la casa
se encontraba abierta.
Peter hizo ademn de entrar y lo detuve:
Tranquilcese. Va a conseguir que lo maten.
Ginny es mi novia dijo, sin recordar que ese era un hecho que perteneca ya
al pasado.
La muchacha apareci en el vano de la puerta. Tena puesto un traje gris del tipo
del que las mujeres usan para viajar. Sus movimientos eran vacilantes, y sus ojos un
poco apagados, como si acabara de llegar de un viaje demasiado lejos y demasiado
precipitado. Tal vez porque la luz que le daba sobre la cara era muy fuerte, su cutis
apareca gris y como granuloso. Tena la clase de belleza forma de la cabeza,
declive de los pmulos y de la barbilla, curva de la boca frente a la cual cualquier
otro detalle perda importancia.
Se detuvo en los escalones de cemento con una especie de elegancia descuidada.
Peter se acerc a ella y trat de rodearla con un brazo. Soltndose, Ginny le dijo:
Te dije que no vinieras aqu.
Fuiste t la que gritaste, no es cierto? Te hizo mal?
No seas tonto. Vi una rata se dio vuelta y me mir con sus ojos sin brillo.
Quin es usted?
Mi apellido es Archer. Est Mr. Martel?
No creo que quiera verlo.
De todos modos, dgale que estoy aqu. Todo lo que quiero es que me d la

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oportunidad de hablar con l.
Ginny se dirigi a Peter:
Por favor, vete y llvate a tu amigo contigo. No tienes ningn derecho a
inmiscuirte en nuestros asuntos tuvo un pequeo estallido de ira: Vete ahora
mismo, o no te volver a hablar nunca ms!
La enorme cara de Peter se contorsion por s sola bajo la luz, como si quisiera
trasformar su vulgaridad adoptando una expresin de hombre cabal:
No me importara Ginny, siempre que estuvieras a salvo.
Estoy perfectamente a salvo con mi marido dijo, adoptando un aire modesto
a la espera de la sorpresa de Peter.
Te casaste con l?
Nos casamos el sbado. Y en mi vida he sido ms feliz dijo, sin evidenciar
ningn signo de felicidad.
Puedes anular ese matrimonio.
Parece que no te das cuenta: amo a mi marido su voz era suave pero haba en
ella un tono hiriente que lo hizo retroceder: Francis tiene todo lo que yo he soado
en un hombre. T no puedes cambiar nada. Y, por favor, deja de intentarlo.
Gracias, ma chrie era Martel, hablando con su acento francs ms neto. No
caba duda de que haba estado esperando el mejor momento para hacer su entrada.
Apareci detrs de Ginny y la tom del brazo. Su mano, contra la manga gris clara de
ella, pareca tan oscura como un brazalete de luto.
Peter empez a morderse los labios. Me puse cerca de l. Fuera aristcrata francs
o aventurero barato, el marido de Ginny era un hombre al que sera peligroso golpear.
Felicitaciones por su casamiento dije, sin mucha irona.
Se inclin, tocndose el pecho:
Merci beaucoup.
Dnde se casaron?
En una sala de juzgado; nos cas el juez en persona. Esa es la forma legal,
segn creo.
Quise decir en qu poblacin
La poblacin no interesa. Usted sabe que la vida tiene momentos ntimos y le
confieso que a m me apasiona la intimidad, pasin que mi querida mujer comparte
la mir sonriente, inclinado hacia su rostro. Cuando dirigi su mirada a m, su
sonrisa haba cambiado. Ahora era amplia y burlona: No nos encontramos hoy, en
la piscina?
As es.
Este hombre estuvo aqu antes coment Ginny cuando aquel tipo quiso
fotografiarte. Lo vi en el auto del tipo.
Martel dio vuelta por detrs de su mujer y se me acerc. Yo pensaba si entrara en
juego su pequeo revlver. Tambin me preguntaba qu lquido negro era el que
haba dejado la huella incompleta de un pie en la escalinata de concreto. Otro poco de

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ese lquido brillaba en el tacn del zapato derecho de Martel.
Puede saberse quin es usted, monsieur? Y qu le da derecho a hacer
preguntas?
Le dije mi nombre.
Soy detective y estoy contratado para hacerlas.
Contratado por ese?
Y lanz sobre Peter una perversa mirada de desprecio.
Es cierto dijo Peter. Y nos mantendremos detrs de usted hasta saber qu
es lo que quiere.
Ya tengo lo que quiero se volvi hacia Ginny, extendiendo un brazo. Pareca
una pequea escena de una pera ligera, ms que dramtica. Era como si estuvieran
por entrar enseguida los alegres aldeanos, para agruparse en la danza nupcial.
Como para alejarlos, yo le dije:
Permtame una pregunta que me interesa en este momento lo que tiene en el
tacn, es sangre?
Se mir el zapato, encarndose luego, rpidamente conmigo:
Espero que sea sangre.
Los dedos curvados de las dos manos de Ginny se haban alzado hasta su boca,
como si otro grito parecido al de un pavo real estuviera por brotar de su garganta.
Martel, con entonacin suave y tranquila, contest:
Una rata asust a mi mujer, como ella ya les ha contado. La mat.
Con el tacn?
S golpe con los pies en el asfalto: Soy esgrimista y tengo pies bastante
rpidos.
Apostara a que dice la verdad. Puedo ver la rata muerta?
Ser muy difcil encontrarla, casi imposible. La tir entre la maleza, para que la
comieran los gatos monteses. Aqu, en la montaa, hay animales salvajes, no es
cierto, ma chrie?
Ginny baj sus manos, asintiendo. Miraba a Martel con una mezcla de respeto y
temor. Quiz esta es una forma del amor, pens, pero no una de las formas habituales.
La voz de Martel llen de nuevo el silencio:
A m y a mi mujer nos encantan los animales salvajes.
Pero no las ratas.
No. Las ratas no me mostr su ancha sonrisa sarcstica. Sobre ella, sus ojos
y su fuerte nariz parecan estar sometindome a prueba: Puedo ahora persuadirlo
de que se vaya, Mr. Archer? Ya he tenido bastante paciencia con usted y sus
preguntas. Y por favor, llvese a se consigo.
Seal con la cabeza a Peter, como si el joven gordo no perteneciera del todo a la
raza humana.
Por qu no le hace las cinco preguntas? me dijo Peter.
Martel levant las cejas:

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Cinco preguntas? Sobre m?
No se trata precisamente de eso.
Ahora que haba llegado el momento de hacerlas, las preguntas me parecan
infantiles, casi ridculas. La nota ligera con la que haba empezado la funcin, se
estaba trasformando en pera bufa. El patio, bajo la luz, rodeado por el anfiteatro del
can, pareca un escenario donde nada real poda suceder.
Las preguntas son sobre cultura francesa le dije de mala gana. Me
aseguraron que un francs bien instruido debera saber contestarlas.
Usted duda de que yo sea un francs instruido?
Esta es la ocasin para probarlo de una vez para siempre. Quisiera darle un
vistazo a estas preguntas?
Por qu no? Pour quoi pas? dijo, encogindose de hombros.
Saqu las dos hojas de papel.
Primera: Quin escribi originalmente Les Liaisons dangereuses y quin hizo
la versin moderna cinematogrfica?
Les Liaisons dangereuses dijo lentamente, corrigiendo mi pronunciacin.
Choderlos de Laclos escribi la novela. Roger Vadim hizo la versin cinematogrfica.
Tengo entendido que Vadim colabor con Roger Vailland, en el libreto. Le basta con
eso o quiere que ample el informe contndole el argumento? Es bastante complejo,
una mezcla de diablica intriga sexual y corrupcin de la inocencia.
Su tono era sarcstico.
Por el momento no le vamos a prestar atencin a ese argumento. Segunda
pregunta: Complete la frase: Hypocrite lecteur
Hypocrite Lecteur, mon semblable, mon frre Hipcrita lector, mi hermano,
mi comment--dire? mi doble? dijo, apelando a Ginny.
Imagen en un espejo dijo ella, con una sonrisa a medias. En el comienzo
de Les Fleurs du mal.
Si quiere, puedo recitar le muchos de esos poemas.
No es necesario. Tercera: Nombre un gran pintor que crea que Dreyfus era
culpable.
Dgas es el ms importante que yo recuerdo.
Cuarta: Qu glndula design Descartes como residencia del alma humana?
La glndula pineal Martel tuvo una sonrisa: Es un tema oscuro, pero da la
casualidad que leo a Descartes casi todos los das de mi vida.
Quinta: Quin fue el mayor responsable de que Jean Genet saliera de prisin?
Creo que usted se refiere a Jean-Paul Sartre. Cocteau y otros tambin dieron
una mano. Eso es todo?
Todo. Ha ganado cien puntos.
Me premiarn ahora, desapareciendo?
Contsteme una pregunta ms, ya que es tan bueno contestando. Quin es
usted y qu hace aqu?

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Se puso tenso.
No tengo ninguna obligacin de contestarle.
Pens que le gustara terminar con los rumores.
Los rumores no me molestan.
No es el nico que ahora los provoca, ya que se ha casado con una chica de la
localidad.
Entendi mi punto de vista:
Muy bien. Le voy a decir por qu estoy aqu, como cambio en un quid pro quo.
Dgame: quin es el hombre que intent fotografiarme?
Su nombre es Harry Hendricks. Es un vendedor de coches usados, que
proviene del Valle de San Fernando.
Martel se mostr intrigado:
Nunca o hablar de l. Por qu quera retratarme?
En apariencia alguien le pag para que lo hiciera. No me dijo quin haba sido.
Puedo adivinarlo dijo Martel enigmticamente. Sin duda ha sido pagado
por los agentes de le grand Charles.
Quin?
Mi enemigo, el presidente De Gaulle. Me ech de mi patrie patria Pero mi
exilio no le basta. Quiere mi vida.
Su tono era bajo y escalofriante. Ginny se estremeci. Hasta Peter pareca
impresionado.
Qu tiene De Gaulle en contra suya? le pregunt.
Soy una amenaza para su poder.
Usted forma parte de la banda argelina?
No somos una banda me replic, con calor. Somos Cmo podra
decirle? una sociedad de patriotas. Charles de Gaulle es el verdadero enemigo del
pueblo. Pero ya he hablado bastante, incluso demasiado. Si sus agentes me han
seguido hasta aqu, debo alejarme de nuevo.
Se encogi de hombros aparatosamente. Miraba las colinas oscuras y el cielo
estrellado. Fue una mirada de despedida, conscientemente dramatizada, como si las
estrellas formaran parte de su auditorio. Entrando en el crculo de sus brazos, Ginny
dijo:
Me voy contigo.
Ya saba que no me permitiran quedarme en Montevista. Hubiera sido
demasiado hermoso. Pero me ir llevndome una parte de su belleza conmigo.
Martel bes los cabellos de Ginny, que caan como un plido velo de seda. Ella se
apoy contra l, y las manos del hombre fueron hasta la cintura de la muchacha.
Peter, exhalando un gemido, se apart, encaminndose a mi coche.
Le pido que nos excuse me dijo Martel. Tenemos que hacer nuestros
planes. Ya he contestado a todas sus preguntas, no es as?
Para terminar, no podra mostrarme su pasaporte?

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Quisiera poder hacerlo dijo, extendiendo sus manos a ambos lados de Ginny
. Pero no puedo. Dej Francia diremos en una forma nada oficial.
Cmo pudo sacar su dinero?
Dej buena parte. Pero mi familia tiene propiedades en otras partes del mundo.
Martel es su nombre de familia?
Levant sus manos, con las palmas hacia arriba, como un hombre capturado:
Mi mujer y yo hemos tenido bastante paciencia con usted. No querr que me
ponga impaciente. Buenas noches.
Hablaba tranquilamente, pero con toda su fuerza sustentando sus palabras.
Entraron a la casa, cerrando tras ellos la pesada puerta. Mientras me diriga a mi
auto, ech un vistazo al frente del Bentley. No estaba visible ninguna tarjeta de
registro. Las cosas que Martel haba sacado de la cabaa estaban apiladas en el
asiento trasero. Esto indicaba que proyectaba salir pronto.
No haba nada que yo pudiera hacer. Me sent al lado de Peter. Retroced hasta el
camino. Peter, con la cabeza agachada, se mantena en silencio. Cuando me detuve
frente al buzn, se dirigi a m con una especie de violenta embestida:
Crey lo que dijo?
No lo s. Y usted?
Pero Ginny lo cree dijo pensativa mente. Y ella lo conoce mejor que
nosotros. Es un hombre muy convincente.
Demasiado convincente. Tiene una respuesta para todo.
No significa eso que est diciendo la verdad?
Habla demasiado. Un hombre en su posicin, perseguido por el gobierno
francs por complotar contra De Gaulle, no divulgara sus secretos con nosotros. Si
fuera inteligente, ni siquiera se lo dira a su mujer. Y Martel es inteligente.
Me di cuenta por la forma con que contest las preguntas del profesor. Cul es
la explicacin de esto, si est mintiendo? A quin trata de engaar?
Tal vez a Ginny. Se ha casado con ella.
Peter suspir.
Tengo hambre. En realidad no he comido nada desde el desayuno saliendo
de mi coche, se dirigi hacia su Corvette. Pate algo que hizo un ruido metlico.
Busqu, en medio de la oscuridad. Era la cmara fotogrfica que Martel haba
aplastado con su automvil. La levant y me la met en el bolsillo.
Qu est haciendo? dijo Peter.
Nada. Curioseando un poco.
Estaba pensando que esta noche sirven comida en el Club. Si come conmigo,
podemos decidir qu hacemos.
Su lgubre compaa estaba volvindose un poco cansadora. Pero tambin yo
estaba hambriento.
All me reunir con usted le dije.

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9

M
e detuve en el camino. A quinientos metros de la carretera que conduca a
lo de Martel, un auto estaba estacionado en la oscuridad, bajo un roble. Sus
lneas se parecan a las del Cadillac de Harry Hendricks y cuando baj para
mirarlo ms de cerca con mi linterna, vi que lo era.
No haba nadie en el decado Cadillac, y nada en su guantera, a no ser un mapa,
tan viejo como el Cadillac, de los caminos sin peaje de Los ngeles. Con toda
seguridad Harry haba sacado el auto en prstamo, del negocio de autos usados donde
trabajaba.
Levant la capota al tocar el motor, sent que estaba caliente. Me imagin a Harry
saltando entre las malezas, cerca de la casa de Martel. Iba a esperarlo, pero mi
estmago se decidi en contra. Ms tarde vera si estaba en el Hotel Breakwater.
Fui a lo de la seora de Bagshaw antes de comer. Estacion mi coche al lado de
las canchas desiertas de tenis y me dirig, entre los rboles de eucaliptos, hacia su
cottage. Apareci en la puerta con un traje crujiente y armado y una hilera de perlas
descansando framente sobre su pecho abultado.
Estaba por salir. Hice el llamado que usted me pidi pareca que algo la
haba trastornado un poco. Bajo su rouge o quizs a causa de l, pareca de ms edad.
Me dijo, casi sin mirarme a los ojos: Mis amigos de Georgetown no conocen a
Francis Martel, al menos bajo ese nombre. No alcanzo a comprenderlo. Hablaba de
ellos con tanto gusto y familiaridad. Adems, mostr conocer la casa perfectamente.
Puede haber conseguido esa informacin por medio de algn sirviente.
Pero conoce muy bien Georgetown me respondi. No puedo equivocarme
con respecto a eso. Y an sigo convencida de que conoce a los Plimsoll, mis amigos
de Georgetown.
Les hizo una descripcin de Martel?
Habl con el coronel Plimsoll y trat de describrselo. Pero es muy difcil
hacerlo, especialmente cuando se trata de latinos. A m me parecen todos iguales. El
coronel me pregunt si poda enviarle una foto. Sera posible?
Lo siento, pero no tengo ninguna.
Entonces no s qu ms puedo hacer hablaba como disculpndose, como
queriendo rechazar una culpabilidad que resultaba as ms evidente. Yo no puedo
hacerme responsable de l ni de la seorita Fablon. La gente debe cuidarse a s misma
en este mundo.
Sin embargo, los de ms edad tratan de velar por los jvenes.
Yo llev adelante a mi propia familia me dijo, con seriedad. A veces en
condiciones que me rehso a describir. Que Virginia haya hecho una eleccin
desafortunada no es para sorprenderse mucho. Su padre hizo lo que hizo cuando ella

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tena la edad en que era ms vulnerable. Y aun en vida, Roy Fablon no era
precisamente una ganga sacudi sus rulos: Me estn esperando a cenar. Le ruego
que me excuse.
La palabra pareci tener un doble significado: excuse, perdone.
Camin alrededor de la piscina, dirigindome al comedor. Un grupo de gente que
respiraba riqueza, entr antes que yo. Desde su asiento detrs del escritorio, Bella
Strome saludaba a cada uno por su nombre. Pero estaba como lejana,
conscientemente fuera de todo lo que la rodeaba.
Parece una vestal.
Me he casado dos veces me contest, secamente. El seor Jamieson lo
espera en el comedor.
Djelo que espere. Yo slo me he casado una vez.
No cumple muy bien con sus deberes hacia la mujer norteamericana contest
con una sonrisa que no asomaba a sus ojos.
Me parece que para usted no fue un placer estar casada.
El matrimonio lo fue, pero no los hombres con quienes me cas. Tengo acaso
un aspecto maternal?
No.
Sin embargo, debo tenerlo. Parezco tener una atraccin para ciertos tipos
peculiares. Mis dos maridos lo eran. Es mala suerte. No puede haber tantos tipos as.
S, hay muchos. Y, hablando de tipos peculiares, qu opina de Mr. Martel?
No tengo ninguna opinin en especial. Siempre me trat con cortesa uni
sus dos manos sobre el escritorio negro y lustrado apoyndolas una contra otra, dedo
por dedo. Por qu no le hace esa pregunta a Mr. Stoll? Creo que tuvo un
entredicho con l.
Quin es Mr. Stoll?
El gerente del Club.
Lo encontr en su oficina, que estaba situada detrs de la recepcin. Las paredes,
con paneles de nogal, estaban cubiertas por fotografas de fiestas, partidos de tenis y
otros acontecimientos del Club. Stoll no pareca pertenecer a ese ambiente. Era un
hombre de buen ver, de mirada fra, de unos cuarenta aos, vestido con un poco de
atildamiento, con las pequeas complacencias de alguien empeado todo el tiempo en
agradar, sin mayor eco. Su nombre, grabado en una placa, deca: Reto Stoll, Gerente.
Se mostr muy cordial conmigo cuando le dije que trabajaba con los Jamieson.
Sintese, Mr. Archer tena un vago acento alemn. En qu puedo
servirle?
Me sent frente a l, con el escritorio separndonos.
Mrs. Strome me dijo que usted haba tenido dificultades con Martel.
Las tuve, es cierto, pero eso ya termin. Olvidemos lo pasado, y ms teniendo
en cuenta que Mr. Martel nos deja.
Se va a causa de las dificultades que tuvo con usted?

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En parte creo que s. Por supuesto, yo no le ped que se fuera. Pero, por otro
lado, tampoco insist en que se quedara cuando nos anunci su propsito de irse. Hoy,
en el momento en que entreg las llaves y pag su cuenta, di un suspiro de alivio
Stoll extendi sus manos, cuidadosamente manicuradas, delante de su traje cruzado.
Por qu?
Porque era un volcn. Poda entrar en erupcin en cualquier momento. En el
Club queremos mantener una atmsfera de camaradera.
Hbleme acerca de las dificultades que tuvo con Martel. Podra ser importante.
Qu fue lo que hizo?
Amenaz con matarme. Quiere que le cuente toda la historia, desde el
principio?
Por favor, s.
Sucedi hace ya varias semanas. Mr. Martel haba ordenado que se le sirviera
una bebida en su cabaa. Ajenjo. El muchacho del bar estaba ocupado, as que se lo
llev yo. A veces lo hago, como una deferencia especial. Miss Fablon estaba con l.
Hablaban, en francs. Como el francs es una de mis lenguas nativas, me detuve
detrs de la persiana y escuch. No fue una cosa premeditada alz virtuosamente
sus ojos al cielo. Pero a l le pareci que lo estaba espiando y, saltando, me atac.
Con los puos?
Con una espada.
La mano de Stoll se dirigi a su estmago.
Tena una espada disimulada en un bastn de bamb.
Ya he visto ese bastn. Lleg a pincharlo?
Mantuvo la punta de la espada sobre mi cuerpo Stoll se acarici la preciada
curva de su vientre, por encima de sus pantalones a rayas. Afortunadamente, Miss
Fablon logr calmarlo y termin disculpndose. Pero nunca volv a sentirme a gusto
con l en el Club.
De qu hablaban cuando usted los escuch?
Martel llevaba toda la conversacin. Me pareci que era de tono mstico.
Estaba diciendo que un filsofo crea que el pensamiento era la base de todo La
source de tout la mente de Stoll se columpiaba de uno a otro idioma. Pero el
seor Martel aseguraba que ese philosophe estaba equivocado. La ralit no exista
hasta que dos personas pensaran juntas. As que la base de todo era lamour el
gerente hizo, con la comisura de los labios, un gesto de incomprensin. Para m eso
no tena mucho sentido.
Y para ella?
Por supuesto que s. Le estaba haciendo el amor. Ah estaba la cosa. Se enoj
conmigo porque lo interrump en medio de sus avances. Cuando vuelvo a pensar en
este episodio, ms me convenzo de que ese hombre es un psicpata. Los hombres
normales no se excitan de esa manera por una cosa tan insignificante cerr el puo
sin mucha fuerza. Le deb pedir, en ese mismo momento, que renunciara a los

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privilegios que le daba su condicin de socio.
Me sorprende que usted no lo hiciera.
Se ruboriz un poco.
Bueno, usted ya lo sabe, l es o era, el proteg de Mrs. Bagshaw. Ella es uno
de los miembros ms antiguos del Club y se acaba de mudar al chalet que est junto
al mo. Me disgustaba molestarla. Siento que mi papel principal aqu consiste en
servir como de una especie de amortiguador alz de nuevo sus ojos al techo, como
si el dios de los hoteleros residiera all, sobre su cabeza. Yo trato siempre de estar
entre nuestros socios y las cosas desagradables de la vida.
Estoy seguro de que lo hace muy bien.
Acept mi cumplido con mucha formalidad, haciendo una inclinacin de cabeza.
Gracias, Mr. Archer. El Club de Tenis, en su ramo, tiene fama de ser uno de los
mejor administrados. Le he dado diez aos de mi vida. Me prepar en las escuelas
hoteleras de Zurich y Lucerna.
Qu quiso usted decir con eso de que el francs era una de sus lenguas
nativas?
Sonri:
Yo tengo cuatro lenguas nativas: francs, alemn, italiano y romanche. Nac en
el cantn romanche de Suiza, Sylvaplana su lengua pareci acariciar el nombre.
Dnde naci Martel, Mr. Stoll?
Me he hecho esa misma pregunta muchas veces. Segn dice Mrs. Bagshaw, l
declara ser parisiense. Pero, por lo poco que he odo de l, su francs no es francs de
Pars. Es demasiado provinciano, demasiado formal. A lo mejor es canadiense o
sudamericano. No s. No soy un perito en lingstica.
Casi lo es le dije, dndole nimos. As que usted piensa que puede ser
canadiense o sudamericano?
Es tan slo una idea. En realidad no estoy muy familiarizado con el francs de
Canad o de Sudamrica. Pero s estoy seguro que Martel no es de Pars.
Di las gracias a Stoll. Me despidi con una inclinacin de cabeza.
Al entrar, yo haba visto, en la pared, un tablero con boletines de la oficina.
Clavadas en su superficie de corcho, estaban algunas fotografas instantneas,
maltratadas, de personas bailando en una fiesta. Debajo, como una advertencia de que
para entrar al Paraso hay que pasar por el Purgatorio, haba una lista, escrita a
mquina, de siete miembros del Club que estaban atrasados en sus cuotas. Mrs.
Fablon era uno de ellos.
Le mencion esto a Ella.
Es cierto. Mrs. Fablon est pasando un momento difcil. Me hizo la confidencia
de que algunas de sus inversiones haban fracasado. Me disgust poner su nombre en
la lista, pero es una imposicin del reglamento del Club.
Esto me anima a hacerle una pregunta que puede ser interesante. Usted cree
que Virginia Fablon ande tras el dinero de Martel?

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No tiene sentido. Virginia se iba a casar con Peter Jamieson. Y los Jamieson
tienen diez veces ms dinero que el que Mr. Martel pueda haber soado.
Est segura de eso?
S diferenciar la gente de dinero de la que no lo tiene. Y tambin la que lo ha
tenido por un tiempo de la que no lo ha tenido nunca. Si quiere mi opinin. Mr.
Martel es un noveau riche. Y ms noveau que riche. Ac se sinti fuera de lugar y ha
gastado su dinero como un marinero borracho. No le ha servido de mucho.
Excepto para conseguir a Ginny. Se casaron este fin de semana.
Pobre chica!
Por qu la compadece?
Creo que hay suficientes motivos. No le parece que est haciendo esperar
demasiado a Mr. Jamieson? Est trabajando para l?
Si
Usted es un detective particular, no es cierto?
S. Qu opinin tiene usted de mi cliente?
Me recuerda algo que le una vez. Deca que dentro de todo hombre gordo hay
un flaco que llora por salir. Slo que Peter es un muchacho tan joven que hace que
todo esto parezca peor. Espero que esto le servir para hacerse hombre termin,
pensativa.
Veremos con un dedo le seal el tablero con los boletines. Ustedes tienen
algunas fotos en ese tablero. Tienen un fotgrafo profesional?
Hay uno que viene a veces. Por qu?
Me pregunto si no habr fotografiado a Martel.
Lo dudo. Puedo preguntrselo. Pero Eric no viene esta noche.
Bsquemelo. Dgale que le pagar el tiempo que me dedique.
Tratar de encontrarlo.
Haga lo imposible. Hay dudas sobre la identidad de Martel y necesitamos su
fotografa, si es que la hay.
Dije que tratar de encontrarlo.
Me condujo hasta el comedor, que se compona de dos salones contiguos, uno de
los cuales tena una pista de baile y un estrado donde estaba una pequea orquesta,
que en ese momento no tocaba. En el otro habra unas treinta mesas, rutilantes de
flores y platera. Peter se encontraba sentado en una de ellas, frente a los ventanales,
mirando pensativamente hacia la oscura playa. Cuando me vio, se puso de pie con
ansiedad, pero esa ansiedad tena ms que ver con la comida que conmigo. A la vista
de la comida que consista en un buffet froid, Peter sufri una trasformacin, como si
su melanclica pasin por Ginny hubiera tomado otro rumbo. Llen dos platos, para
l solo; uno con cinco clases de ensalada, jamn crudo, camarones y cangrejo, el otro
con asado, papas y arvejas. Se lanz sobre los alimentos con tal avidez y glotonera,
que me hizo sentir como un voyeur. Mientras masticaba, su mirada permaneca fija y
como ausente. Sobre la frente le comenzaron a aparecer algunas gotas de

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transpiracin. Limpi su plato con un trozo de pan, que luego comi, sumindose
ms tarde en un estado de contemplacin, mientras apoyaba la barbilla contra su
mano.
No termino de decidirme sobre el postre.
No necesita postre.
Me mir como si yo hubiera decidido tenerlo a pan y agua por un mes. Me dieron
ganas de mandarlo al diablo. Mirndolo comer, me haba preguntado si le haca un
favor a Ginny, intentando devolvrsela a mi cliente. Martel, por lo menos, era un
hombre. Tal vez Peter procediera alguna vez como tal, como haba dicho Ella, pero
cuando se sentaba a la mesa apenas si era un hombre. Era un apetito caminando bajo
la apariencia de hombre.
No s qu elegir, si una bomba de chocolate o un helado de crema con
chocolate caliente encima.
Coma las dos cosas le dije.
No le veo la gracia. Mi cuerpo necesita combustible.
Ya lo ha rellenado de tanto combustible como el que necesitara un barco de la
lnea Matson para llegar a Honolulu.
Usted parece olvidar que yo soy su empleador y que aqu es mi invitado dijo,
sonrojndose un poco.
Dejemos de lado los problemas de la personalidad y de la comida y hablemos
sobre algo efectivo. Hbleme de Ginny.
Despus de comer el postre.
Antes. Antes de que tanta comida lo entontezca.
Usted no puede hablarme as.
Alguien tiene que hacerla. Pero no discutamos ms sobre eso. Quiero saber si
Ginny es de esa clase de chicas que giran como una veleta ante cualquier hombre.
Hasta ahora, no.
Ha andado con otros hombres?
Con muy pocos. Ms que con ninguno, conmigo se sonroj otra vez,
evitando mi mirada. Nunca, si le interesa saberlo, estuve tan gordo. Ginny y yo
mantenamos relaciones formales cuando estbamos en la secundaria. Pero despus
de aquello ya no tuvo inters en bueno, sexo, besuqueos y lo dems. Seguamos
siendo amigos, salamos algunas veces juntos, pero ya no nos entendamos ms en el
verdadero sentido de la palabra.
Qu la hizo cambiar?
En primer lugar porque le daba y daba a los libros Era muy buena alumna.
Yo no el recuerdo pareci perturbarlo. Pero, sobre todo, por lo que le sucedi a
su padre.
Su suicidio?
Ginny era muy apegada a su padre asinti Peter. Se puede decir que slo
ahora se ha repuesto de su muerte.

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Cunto tiempo hace que esto pas?
Hace casi siete aos. Siete aos se cumplen este otoo. Baj a la playa una
noche y entr al agua vestido de pies a cabeza.
En esta misma playa? Mir hacia afuera. La marea estaba baja. Apenas era
visible la espuma blanca de las olas que rompan lejos.
En este mismo lugar, no. Fue como a mil quinientos metros de aqu me
indic un faralln que asomaba, oscuro, entre las ms distantes luces del puerto.
Pero existe una corriente en esta direccin. Y, cuando su cuerpo sali a la superficie,
fue justamente aqu. No volv a entrar al mar por mucho tiempo. Creo que Ginny no
lo hizo nunca ms. Ella usa usaba, la piscina.
Se qued sumido en el silencio durante unos momentos.
Mr. Archer, no podremos hacer nada en este asunto de Martel? Averiguar si
se han casado legalmente o no?
Estoy seguro de que lo estn. Ginny no tendra por qu mentir, no le parece?
No. Pero parece estar como embrujada por l. Ya pudo ver usted, con sus
propios ojos, que aquella no pareca una situacin normal.
Ginny dice que est enamorada de l.
No puede estarlo. Debemos evitar que se la lleve de aqu.
Y cmo? Este es, todava, un pas libre!
Peter se inclin hacia m sobre la mesa.
Ha tenido usted en cuenta la posibilidad de que Martel est en el pas
ilegalmente? Admiti que no tena pasaporte.
Valdra la pena averiguarlo. Pero lo peor que podran hacer es deportarlo,
porque Ginny se ira con l.
Ya veo lo que quiere decir. Se empeoraran las cosas.
Apoy sobre los puos su barbilla acolchada y se qued pensativo. La parte del
comedor donde estbamos nosotros empez a llenarse de gente que vena del bar.
Algunos de ellos vestan de etiqueta. Diamantes y rubes relucan en las manos y en
las gargantas, como vestigios de un pasado brillante. El suave rumor del ocano se
perda entre el bullicio de las conversaciones y la msica.
La gente pareca estar hablando contra la oscuridad que se apretaba sobre los
ventanales. Fablon y su muerte seguan presentes en mi interior.
Usted dijo que Ginny quera mucho a su padre.
Peter se sobresalt, saliendo de su ensimismamiento.
S, as es.
Qu tipo de hombre era Fablon?
Era lo que se ha dado en llamar un deportista. Le gustaba la caza mayor, la
pesca, navegar, el polo, los coches sport y los aviones.
Todo eso?
S. En diferentes pocas. Perda inters en un deporte y probaba otro. Pareca
no poder encontrar nada capaz de absorber su mente. En un tiempo, cuando yo era un

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muchachito de colegio, me dejaba seguirlo. Hasta sola llevarme a volar en su avin
los ojos de Peter se humedecieron con la reminiscencia. Estuvo unos meses en la
fuerza area, hasta que lo licenciaron por invalidez.
Qu pas con l?
No lo s con exactitud. Estrell su avin en un vuelo de prueba y as fue que
nunca entr en la guerra. Fue una gran desilusin para l. Se le notaba una pequea
renquera al caminar. Creo que esa fue la razn por la que se dedic a todos esos
deportes.
Cmo era, fsicamente?
Supongo que uno dira que buen mozo. Tena cabello negro, ojos oscuros, y
siempre estaba muy tostado por el sol. Ginny sali a su madre. Pero no s por qu
est usted tan interesado en la familia de Ginny. Cul es el motivo?
Estoy tratando de comprenderla y comprender por qu se enamor tan
profundamente y tan de repente, de Martel. Acaso l se parece a su padre?
Algo admiti de mala gana. Pero Fablon era mucho ms buen mozo.
Usted dijo que Fablon era en parte francs. Hablaba francs?
Creo que podra haberlo hecho si hubiera querido. Segn me dijo, vivi un
tiempo en Francia.
Dnde?
En Pars. Fue en la poca en que estudiaba pintura.
Yo empezaba a tener una idea de Fablon. En estos crculos sociales, constitua un
tipo bastante comn: el hombre que prueba todo y no triunfa en nada.
De dnde sacaba dinero para todas sus aficiones? Trabajaba?
Prob varios trabajos. En seguida de terminar la guerra, entr en un negocio de
trasporte areo. Lo malo fue que se puso a competir con los Tigres Voladores. En una
ocasin me dijo que haba perdido cincuenta mil dlares en seis meses. Pero segn
me aclar, se haba divertido mucho.
El tono de Peter era elegaco, nostlgico. En otra poca, con otro cuerpo, quiz le
hubiera gustado vivir en la forma que lo haba hecho el suicida.
Y quin pagaba sus diversiones?
Mrs. Fablon, con toda seguridad. Su apellido de soltera es Proctor hizo una
pausa, frunciendo ligeramente el entrecejo. Estoy acordndome de algo. No tiene
nada que ver con nada, pero es interesante girando la cabeza, me seal de nuevo
el oscuro faralln. La playa donde se ahog Fablon, perteneca a los Proctor.
Formaba parte de su propiedad. La madre de Ginny tuvo que venderla hace diez aos.
Tres aos antes de morir Fablon.
As es. Si hubiera esperado hasta ahora, podra venderla en un milln, por parte
baja. Pero o decir que la vendi por centavos, para poder pagar las deudas de Fablon.
Quin la compr?
Una compaa, para hacer un cementerio. Todava no han hecho nada all.
No s si voy a poder esperar hasta que lo inauguren

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Peter se estremeci ante mi ligereza. Un minuto despus dej la mesa y abandon
el comedor. Lo vi ms tarde, conversando con un hombre de smoking. El hombre dio
vuelta la cabeza y pude observar la dura lnea de su mandbula. Era el doctor
Sylvester, cuyo almuerzo con Mrs. Fablon yo haba interrumpido esa maana.
Sylvester entr al bar. Peter se abri camino hasta colocarse al final de la cola que
se haba formado frente a la mesa de los postres. Se qued all de pie, como un
fervoroso comulgante, con sus ojos soadores pasados sobre los pasteles, las tortas y
las confituras.

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10

S
egu al doctor Sylvester hasta el bar. Un barman, cuyos ojos se movan como si
fueran de mercurio negro, le sirvi un whisky doble sin que se lo pidiera.
Sylvester lo llam Marco: usaba una chaqueta roja, camisa blanca con cuello
de largas puntas y una flotante corbata de seda negra.
Esper hasta que el doctor hubo tomado por lo menos la mitad de su bebida.
Entonces me sent en uno de los banquillos adosados al mostrador y al lado de l y
esper a que Marco preparara un daiquiri.
Las manos cuadradas y velludas de Sylvester, jugaban con el vaso de bebida. El
pelo de sus manos y el de su cabeza, eran ligeramente grises. Los huesos de su rostro
eran prominentes y sus rasgos estaban acentuados por hondas lneas, que partan
desde la base de su nariz a su boca. No pareca un hombre con el que se pudiera
entablar fcilmente una conversacin por sorpresa.
Para tener mis manos ocupadas en algo, ped un whisky. El barman no acept mi
dlar.
Lo siento, seor, pero no se acepta dinero en efectivo. Es usted socio, seor?
No. Soy invitado de Peter Jamieson.
Lo pondr en la cuenta de l, seor.
El doctor Sylvester se dio vuelta, encarndome con las negras cejas levantadas.
Las usaba tan ostensiblemente que parecan ser el rgano principal de su sensibilidad,
distrayendo con ellas la atencin, que de otro modo se fijara en sus ojos de brillo
penetrante.
Jamieson padre o hijo?
Los conozco a los dos. Ya vi que usted estaba conversando con el ms joven.
S?
Le dije mi nombre y profesin.
Peter me contrat para que me ocupara del asunto de su ex prometida.
Me estaba preguntando cmo habra conseguido entrar aqu en realidad no
trataba de ofenderme, sino simplemente, de hacerme saber cul era mi lugar en su
esquema de las cosas. No lo vi hoy al medioda en la casa de los Fablon?
S. Tengo entendido que usted fue el jefe de Virginia Fablon, hace un tiempo.
Es cierto.
Qu piensa usted de su casamiento?
Haba logrado interesarlo:
Mi Dios! Se cas con ese individuo?
As me lo dijo ella. Se casaron el sbado.
Habl con Ginny?
Hace ms o menos una hora. No tengo idea de lo que ella pensaba. Desde

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luego, las circunstancias no eran normales. Pero pareca estar viviendo un sueo
romntico.
Casi todas las mujeres son romnticas dijo, secamente. Lo vio a l?
Habl con los dos, en su casa.
Yo nunca me he encontrado con Martel dijo Sylvester. Lo he visto ac,
por supuesto, pero a la distancia. Qu idea se ha formado de l?
Es un hombre muy inteligente, de instruccin elevada y con una buena dosis de
fuerza. Parece tener a Virginia bastante bien dominada.
Eso no durar mucho dijo Sylvester. Usted no conoce a esa seorita. Es
duea de una gran fuerza personal aadi, malvolamente: Serv in loco
parentis, desde que su padre muri. Y no ha sido muy fcil. A Virginia le gusta
decidir por s misma.
En lo relativo a novios?
No ha habido hombres en su vida, al menos ltimamente. se ha sido uno de
sus problemas. Desde que muri su padre no ha hecho ms que trabajar y estudiar.
Uno hubiera llegado a pensar que su vida no era sino un monumento fnebre en
memoria de Roy Fablon. Pero de golpe, hace dos semanas, todo se vino abajo. Dej
sus estudios, cuando le faltaba muy poco para recibirse, y se volvi loca por ese
Martel se tom la bebida de un trago. Es un cuadro desolador!
Es usted su mdico?
Lo fui hasta hace poco. Con franqueza, tuvimos una discrepancia sobre
Cmo decirle? sobre el mtodo a seguir. Me pareci mejor enviarla a otro mdico.
Por qu me lo pregunta?
Porque no me gusta el riesgo emocional que corre. Se ha dado maa para
convencerse a s misma de que est locamente enamorada de Martel. Se ha
encaramado a una rama muy alta y podra ser brutal que sta fuera serruchada.
Yo trat de hacerle comprender todo eso. Usted cree que l es un fraude,
verdad?
Tiene que serlo. Por lo menos en parte. He tratado de conseguir unos informes
sobre l en Washington, pero hasta ahora no saqu nada en limpio. Hay otras cosas
que no he investigado an. (Pens en la rata, la sangre en su tacn, el revlver en la
mano apuntando a Harry Hendricks.)
Qu podra hacer yo al respecto? Consigui su bocado y ahora est corriendo
con l entre los dientes Sylvester hizo una pausa y termin de tomar su bebida.
Quiere otra copa, doctor? pregunt el barman.
No, gracias, Marco. Una cosa he aprendido en veinte aos de practicar
medicina me dijo. Y es que se debe dejar a la gente cometer sus propios errores.
Tarde o temprano vuelven a entrar en razn. Los hombres con enfisema,
eventualmente dejan de fumar. Las mujeres con alcoholismo crnico se encarrilan. Y
las chicas, con casos graves de romanticismo se vuelven realistas, como mi querida
mujer, aqu presente.

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Una mujer grande, envuelta en una especie de mantilla se haba acercado a
nosotros. Su pecho tena destellos color madreperla, a travs del encaje negro.
Llevaba el cabello rubio tan esponjado que la haca aparecer tan alta como yo. Su
boca mostraba un gesto de descontento.
Qu hay conmigo? pregunt. Me agrada que los hombres hablen de m.
Deca que t eras realista, Audrey. Que las mujeres empiezan siendo
romnticas y terminan siempre por ser realistas.
Los hombres nos obligan a ello dijo Audrey. Es ste mi daiquiri?
S. Y ste es Mr. Archer. Es un detective.
Qu fascinante! replic. Cunteme la historia de su vida.
Empec como romntico y termin como realista.
Se ech a rer, tom su bebida y se dirigieron al comedor. Algunas personas los
imitaron.
Fui el nico que qued en el bar. Marco me pregunt si quera beber algo ms.
Me miraba detenidamente, como si estuviera pensando en algo. En su boca estaban,
como agazapadas, palabras sin pronunciar. Le dije que me gustara tomar otra copa.
Va por cuenta ma dijo mientras la preparaba y se serva una Cola. No
pude dejar de or. Usted dijo que era un detective. Tambin o algunas de las cosas
que dijo respecto a Miss Fablon.
Usted la conoce?
La he visto a veces por ac. Ella no bebe. Hace ms de doce aos que trabajo
aqu. Conoc a su padre. Beba, pero aguantaba bien. Mr. Fablon era un hombre de
verdad. Tena machismo, como dicen los mexicanos los labios rojos de Marco se
abultaron saboreando la palabra.
O decir que se suicid dije, con cierto nfasis.
Tal vez. Yo nunca lo cre sacudi su enmaraada cabeza negra.
Usted piensa que fue un accidente?
No dije eso.
La otra alternativa sera un crimen.
Tampoco dije eso sin haberse movido de su lugar, detrs del mostrador,
pareca haberse alejado de m. En seguida, como contestndose a s mismo, dijo:
Crimen es una palabra muy fea.
Es un hecho aun ms feo. Mr. Fablon fue asesinado?
Algunas personas lo pensaron as.
Quines?
Su mujer, por ejemplo. Despus que l desapareci, ella deca a gritos, por todo
el Club, que se trataba de un crimen sangriento. Despus dej de hacerlo y todo lo
que se poda sacar de ella era un pesado silencio.
Acus a alguien?
Que yo sepa, no. No pronunci ningn nombre.
Por qu cambiara?

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Su opinin sobre eso vale tanto como la ma. Probablemente mucho ms el
tema pareca ponerlo nervioso. Lo cambi. Pero no era eso lo que quera hablar
con usted. Ese otro, que se hace llamar Martel, el francs bravucn
Qu pasa con l?
Tengo la sensacin de haberlo visto antes en alguna parte. De todos modos,
estoy seguro de que no es franchute.
Qu es, entonces?
Alguien como yo, tal vez tom una expresin estpida, rebajndose
deliberadamente, para ser ms insultante con respecto a Martel. Otro paisano. Aqu
no entr ms que una sola vez. Me ech una ojeada y nunca ms volvi.
La orquesta haba comenzado a tocar. Algunas personas salieron del comedor y
pidieron coac. Esquivando las parejas de bailarines, volv a la mesa de Peter. El
plato de postre frente a l, estaba vaco, a no ser por unos tenues restos de chocolate.
En su aspecto se mezclaban la satisfaccin y la culpa.
Cre que se haba ido me dijo.
Estaba en el bar, hablando con algunos amigos de los Fablon.
Con el doctor Sylvester?
se era uno de ellos.
Yo tambin cambi algunas palabras con l. Podra jurar que, bajo su dura
apariencia, est preocupado por Ginny.
Todos lo estamos.
No cree usted que deberamos regresar a lo de Martel? Peter hizo ademn
de levantarse.
No, hasta que tengamos algo substancial con qu atacarlo.
Cmo qu?
Alguna prueba real de que no es quien pretende ser. Estoy tratando de descubrir
algo.
Y qu se supone que debo hacer yo?
Casi le aconsej que fuera a correr de nuevo por la playa. Pero le dije:
Tiene que esperar y hacerse a la idea de que este asunto puede terminar en una
forma que a usted no le gustara.
Ha descubierto algo?
Nada definido an. Pero tengo un presentimiento. Esto no comenz felizmente
y puede ser que termine en la misma forma. Creo que todo arranca del pretendido
suicidio de Fablon.
Pretendido?
Por lo menos un hombre que lo conoci no cree que se haya matado. Lo que
implica que algn otro lo hizo.
Cualquiera que le haya dicho eso, lo est inventando.
Quiz. Es un catlico, que admiraba a Mr. Fablon y no quiere admitir que pudo
haberse suicidado. Aun cuando su padre me cont una cosa muy interesante

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No tena la menor idea de que hubiese hablado con mi padre haba una
seriedad, llena de sospechas, en la voz de Peter, como si yo me hubiera pasado al
enemigo.
Esta tarde fui a su casa a buscarlo. Su padre me cont, entre otras cosas, que el
cuerpo de Fablon haba sido destrozado por los tiburones, que casi no podan
identificarlo. En qu condiciones tena la cara?
Yo no se la vi. Mi padre s. A m, todo lo que me mostraron, fue su sobretodo.
Se meti en el mar con el sobretodo puesto?
Era, ms bien, un impermeable al decir esta palabra, se sonri ante la irona
de la situacin. Esa imagen se clav en mi cerebro como un anzuelo. Era muy difcil
imaginar a un deportista y atleta, metindose en el agua con el impermeable puesto,
desde una playa propia que sus despilfarros haban obligado a vender, a menos que
quisiera dejarles a su mujer y a su hija un legado maligno.
Cmo sabe usted exactamente el lugar donde entr en el agua?
Dej su billetera y el reloj pulsera en la playa. No haba nada en la billetera,
excepto sus papeles de identidad y el reloj era muy bueno, regalo de Mrs. Fablon.
Tena grabadas sus iniciales y algo en latn.
No dej ninguna carta?
Si hubo alguna, nunca o hablar de ella. Eso no prueba nada. La polica de la
localidad no siempre da a conocer esas cartas.
Hay muchos suicidios en Montevista?
Tenemos nuestra cuota. Bueno, cuando uno tiene dinero para vivir, una linda
casa y habitualmente buen tiempo y, sin embargo, algo no marcha bien a quin se
puede culpar? Peter pareca estar hablando de s mismo.
Eso es lo que le pasaba a Mr. Fablon?
Exactamente, no. l tena sus problemas. Yo estuve de husped en su casa y no
debera hablar de ello. Pero supongo que ahora ya no importa respir hondamente
. Le o decirle a Mrs. Fablon, que se matara.
Esa misma noche?
Una o dos noches antes. Yo haba ido a comer all y ellos estaban discutiendo
sobre dinero. La seora le dijo que no poda darle ms dinero por la sencilla razn de
que no haba ms dinero.
Para qu necesitaba ese dinero?
Eran deudas de juego. l las llamaba deudas de honor. Dijo que si no las
pagaba, tendra que matarse.
Estaba Ginny presente?
S. Oy todo. Ambos lo omos. Mrs. y Mr. Fablon haban llegado a un punto en
que ya no escondan nada. Cada uno de ellos luchaba por llevamos a su bando.
Quin gan?
Nadie. Todos perdimos.
La orquesta estaba tocando nuevamente y, a travs de la arcada, poda ver a las

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parejas bailando en el saln contiguo. La mayora de las melodas y los bailarines,
haban sido nuevos all, en la dcada del veinte al treinta. Daban la impresin de una
fiesta que haba durado tanto, que la msica y los bailarines haban terminado por
desgastarse, quedando tan espectrales como el caparazn de los insectos devorados
por las araas.

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11

L
e consegu el fotgrafo, Mr. Archer. Est esperando en la oficina.
Era un hombre delgado, enfundado en un arrugado traje oscuro de trabajo.
Tena un montn de pelo color castao, una protuberante mandbula eslava y
unos ojos de mirar inquisitivo, protegidos por anteojos con armazn de carey. Ella lo
present como Eric Malkovsky.
Me alegro de conocerlo dijo. Pero no lo estaba. Miraba sin sosiego, por
encima de mi cabeza, hacia la oficina. Le promet a mi mujer llevarla hoy al Cine
Club. Tenemos entradas para toda la temporada.
Se las reembolsar.
No se trata de eso. Odio desilusionarla.
Mi asunto puede ser ms importante.
Para m no lo es se diriga a m, pero su queja era contra Ella. Me di cuenta
de que Mrs. Strome lo haba obligado a venir. De todas maneras, como ya le dije a
Mrs. Strome, no tengo fotografas de Mr. Martel. Le ofrec sacarle algunas, como
hago con los otros huspedes, pero me dijo que no. Fue muy categrico en cuanto a
esto.
Grosero?
No dira tanto. Pero, ciertamente, no quera que lo fotografiaran. Qu es?
Alguna celebridad o algo por el estilo?
Algo por el estilo.
Mi reticencia lo irrit y se puso un poco colorado.
La nica razn por la que quera sacarle una fotografa es que otra persona me
la haba pedido.
Usted no me dijo nada de eso le reproch Ella.
No tuve oportunidad de decirlo. Una mujer vino a mi estudio de la Villa, antes
de que me fuera a casa a cenar. Cuando le dije que no tena una fotografa de Martel,
me ofreci dinero para que fuese a la casa de l y le tomara una. Le contest que no
poda hacerlo sin el permiso de Martel. Ante mi respuesta se puso furiosa y se
march de golpe.
Supongo que no le dara su nombre.
No. Pero puedo describrsela. Tiene cabellos rojos, es alta, tendr unos treinta
aos y su figura es esplndida. Es ms: creo haberla visto antes.
Dnde?
Aqu mismo, en el Club.
No recuerdo ninguna mujer as dijo Ella.
Fue antes de que usted llegara. Har, ms o menos, unos cinco aos
Malkovsky frunci un lado de la cara, como si estuviera mirando a travs de la

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mirilla de una cmara. Creo que le tom a esa mujer una o dos fotografas. Estoy
seguro de ello.
No tendr tal vez esas fotografas? le pregunt.
Tal vez. Pero costara un trabajo mprobo encontrarlas. No guardo en archivos,
clasificadas, ms que las del ao en curso y el anterior. Todas las dems estn
amontonadas, en una pieza del fondo mir su reloj dramticamente: De verdad,
tengo que irme. Mi mujer me matar si pierde la pelcula de Buuel. Adems, el Club
no me paga por mis horas extras mir con amargura en direccin a Ella, pero sta
ya se haba encaminado a la oficina.
Yo le pagar el doble por todo el tiempo que esto le ocupe.
Seran siete dlares por hora. Podra llevarme toda la noche.
Ya lo s.
Y no puedo garantizarle que conseguir algo. Podra ser una mujer
completamente diferente. Si es la misma mujer, se ha cambiado el color del pelo. La
mujer que yo recuerdo era rubia.
Las mujeres rubias se vuelven pelirrojas todo el tiempo. Hbleme ahora sobre
la mujer que recuerda.
Era ms joven entonces, por supuesto, todava con el roco de los capullos
encima. Una cosa muy bonita. Ahora recuerdo que le saqu unas fotos. Su marido no
pareca muy entusiasmado por la idea, pero ella se empe en que lo hiciera.
Quin era su marido?
Un tipo ms viejo que ella. Se quedaron en uno de los chalets durante unas dos
semanas.
En qu ao fue?
No puedo acertar a decirlo en este momento pueden ser seis o siete aos
atrs. Pero si encuentro esas fotografas, podr decrselo. Generalmente anoto las
fechas en que las tomo, al dorso.
A esta altura, ya Malkovsky estaba ansioso por ponerse a trabajar. Antes de irse
me dio la direccin y el nmero de telfono de su estudio. Le dije que me reunira
con l all en una o dos horas.
Le di las gracias a Ella y me encamin a buscar mi coche. Un viento
desasosegado, con un leve olor a desierto, soplaba desde el mar hacia las montaas.
Los eucaliptos cimbraban, se inclinaban y ondulaban, en medio de las rfagas, como
mujeres dementes de largas cabelleras, torturadas por su impulso. La noche, que
asomaba fantasmal por encima de los rboles y los empequeeca, se mostraba
amenazante.
Yo estaba preocupado, pensando en Harry Hendricks, desde que encontr su
coche abandonado en la carretera, cerca de la casa de Martel. Harry era tan digno de
mi preocupacin como la pretendida rata que Martel asegur haber matado. Sin
embargo, tena un deseo tonto de ver a Harry vivo.
El camino al puerto cortaba la base del faralln desde donde Fablon haba hecho

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su zambullida final, y luego volva a acercarse al ocano. Mientras manejaba a lo
largo del camino barrido por el viento, mi mente estaba tan fija en Harry que, cuando
vi su Cadillac estacionado en una curva, cre que estaba soando. Fren, retroced, me
detuve detrs de l y baj de mi coche. All estaba parado el viejo Cadillac de Harry,
con su motor fro, sin nadie adentro, con un aire de inocencia, como si se hubiera
deslizado solo, cuesta abajo, desde las colinas. La llave estaba puesta. Antes no
estaba all. Mir en derredor. Era un lugar solitario, sobre todo a esta hora en que el
viento soplaba tan desapaciblemente. No haba a la vista ningn otro coche. Slo se
escuchaba el ruido como de matracas de las palmeras y el rumor del mar.
En la parte de tierra adentro, una alta cerca de cipreses protega la avenida de la
visin de las vas del tren y de los vagabundos que andaban entre los matorrales. A
travs de un agujero de la cerca, pude ver las siluetas oscuras de varios hombres
acurrucados alrededor de la hoguera que crepitaba y llameaba con el viento. Me met
por ese agujero y me les acerqu. Tres de ellos beban vino tinto, de una botella que
ya estaba casi vaca. Sus caras se volvieron hacia mi, iluminadas por el fuego; la
marcada y desdentada de un viejo de cutis blanco, los planos chatos y obstinados de
la cabeza de un negro y la de un muchacho con los rasgos y la mirada impasible y
aptica de un indio.
Arriba de la cintura el indio no vesta ms que un chaleco negro, abierto. El negro
se levant con una estaca en la mano. Se acerc hacia m, haciendo eses sobre el
terreno irregular.
Fuera! Esta es una fiesta privada.
No le cuesta nada hacerme el favor de contestar a una pregunta. Estoy
buscando un amigo mo.
No s nada de ningn amigo suyo enorme y borracho, se apoyaba en su
estaca, como un guerrero en su espada. El trpode de su silueta oscilaba contra la
cerca.
Aquel es su coche dije, rpidamente. El Cadillac. Es un hombre de
mediana estatura, con un saco a cuadros. No lo han visto?
No.
Un momento dijo el hombre blanco, levantndose tambaleante. Puede que
lo haya visto, puede que no. Cunto vale eso para usted?
Se haba acercado tanto a m que me hizo sentir el fuerte vaho alcohlico de su
aliento y pude mirar hondamente en lo profundo de sus ojos. Tenan el vaco feliz de
un cerebro embotado por el vino; se haba ido tan lejos que nunca retornara.
Para m no tiene un valor especial, viejo. Usted est tratando de sacarme el
precio de otra botella.
Lo he visto, de veras, lo he visto. Es un hombre pequeo, con un saco a
cuadros. Me dio cuatro moneditas. Se las agradec. Uno no se olvida de un ciudadano
como se la respiracin le silbaba a travs de los portillos de la dentadura.
Mustreme las cuatro monedas.

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Empez a buscarlas en sus pantalones, mientras deca:
Debo haber las perdido.
Me di vuelta y empec a caminar. Me sigui hasta el coche. Sus puos golpearon
contra los vidrios.
Tenga corazn, por amor de Dios. Dme unas monedas le habl de su
amigo
No hay dinero para vino le dije.
Es para comer. Tengo hambre. Vine aqu para la cosecha de naranjas y me
despidieron. Dicen que no serva para ese trabajo.
Le darn de comer en el Ejrcito de Salvacin.
Apret sus labios y me escupi en el vidrio de la ventanilla. Su saliva corri entre
l y yo. Puse el motor en marcha.
Retrese, puede lastimarse.
Ya estoy lastimado dijo, como si su voz fuera un resumen de su vida.
Se alej tambaleando hacia la cerca, desapareciendo repentinamente por el
agujero, como un hombre tragado repentinamente por la oscuridad.

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12

E
l Hotel Breakwater estaba slo a unas pocas cuadras del lugar dnde el auto
de Harry se encontraba estacionado. Era posible, aunque no demasiado
probable, que lo hubiera dejado all por razones especiales y hubiera hecho el
resto del camino a pie. El hall del hotel era como una trampa para turistas que hubiera
perdido su capacidad de atrapar. La superficie de sus muebles estaba rayada, los
filodendros cubiertos de polvo. El portero tena un uniforme azul que pareca haber
sido usado en la Guerra Civil.
No haba nadie en el mostrador, pero el libro de entradas, estaba abierto sobre l.
Encontr el nombre de Harry Hendricks all. Su habitacin era la nmero veintisiete.
Mir hacia el tablero donde colgaban las llaves y pude ver que no haba ninguna en
ese nmero.
Est el seor Hendricks en su habitacin? le pregunt al portero. Se rasc la
barbilla que, sin afeitar, semejaba una felpa gris a meda comer por la polilla, pero
que raspaba como un papel de lija.
No s qu decirle. Entran y salen. No me pagan para que los vigile.
Dnde est el gerente?
All adentro.
Estir un dedo, sealando una puerta enmarcada por una cortina, con un letrero
luminoso encima: SAMOA ROOM. El nombre haca pensar en muebles de caa y
techos con redes de pescar: los tena, y tambin que serviran all bebidas con ron y
jugos de anan enlatados, con trozos flotantes de fruta.
Tres tahres bastante decados estaban jugando a los dados en el bar. Un barman
gordo los contemplaba, apoyado sobre su barriga. Una mujer de aspecto cansado, me
ofreci el uso temporario de su sonrisa. Le dije que quera hacerle una pregunta al
gerente.
Mr. Smythe es el subgerente. Mr. Smythe!
Mr. Smythe era el que pareca el ms tahr de los tres. Contra su voluntad, dej
los dados por un momento. Si los dados eran suyos, probablemente estaban cargados.
Desea habitacin seor?
Ms tarde, tal vez. Quera preguntarle si el seor Hendricks est en el hotel.
No, a menos que hubiera entrado ahora. Su mujer lo est esperando en la
habitacin.
No saba que fuera casado.
Pues lo est y bien casado. Dara con gusto todos mis placeres de soltero si
pudiera encerrarme con un manjar como se con sus manos model en el aire,
cargado de humo, la silueta de un reloj de arena.
A lo mejor ella puede decirme dnde encontrarlo.

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No lo sabe. Me lo pregunt a m. Pero no lo he visto desde esta tarde. Est
metido en algn lo?
Podra ser.
Usted es de la polica?
Soy un investigador le contest, ambiguamente. Qu le hace pensar que
Hendricks est en dificultades?
Me pregunt dnde podra conseguir un revlver barato.
Hoy?
Esta tarde, como le dije. Le aconsej que buscara en las casas de empeo.
Hice mal? No habr matado a alguien?
Que yo sepa, no.
Menos mal! Dijo, pero haba un matiz sutil de desilusin en su voz. Si
quiere hablar con Mrs. Hendricks, hay un telfono al lado de la oficina le di las
gracias y l volvi a los placeres de su vida de soltero.
No tom en cuenta ni el telfono, ni el ascensor. Encontr, en la parte de atrs del
vestbulo, las escaleras de incendio y sub por ellas hasta el segundo piso.
La habitacin veintisiete estaba al fondo del pasillo. Me par frente a la puerta y
escuch. Se oa una dbil msica de blues. Golpe y la msica ces bruscamente.
Quin es? pregunt una mujer.
Harry.
Ya era tiempo dando vuelta la llave, abri la puerta. Entr, le saqu la mano
del picaporte y cerr la puerta detrs de m de un golpe, antes de que su expresin de
lanzar un grito se convirtiera en realidad. Pero no vari el gesto duro y un poco
crispado de su rostro. Su puo derecho subi hasta la altura de sus ojos. Se qued
mirndome.
Clmese, seora de Hendricks. No le har dao.
Eso es lo que usted dice me dijo con prevencin. Pero se calm lo bastante,
como para abrir su puo y retocar su roja cabellera, mientras me preguntaba:
Quin es usted?
Un amigo de Harry. Le dije que vendra a buscarlo aqu.
No me crea. Tena el aire de una mujer que ha dejado de creer en casi todo, con
excepcin de las cifras de las cuentas y las que rotulan a las personas o las ropas.
Estaba vestida a la moda, con un traje algo suelto, de mangas cortas, en color marrn,
que le enmarcaba la figura sin ajustarle el cuerpo. Tena los brazos y las piernas bien
formados, muy tostados por el sol. Su cara estaba maquillada en una forma tal, que
pareca que haba comenzado a dudar de su apariencia, o deseara ocultarla. Por
debajo de sus prpados ms verdes que sus ojos, a travs de pestaas apelotonadas
como antenas en el aire, me espiaba con desconfianza.
Cmo se llama? me pregunt.
No interesa.
Si es as salga de mi cuarto! En realidad no esperaba que lo hiciera. Si

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algo de expectativa le quedaba an, era slo para prever posibles desastres.
ste no es su cuarto. Es el de Harry y l me dijo que lo esperara aqu.
Mir alrededor de la habitacin, hacia la alfombra gastada, las flores desteidas
del empapelado, la lmpara junto a la cama, con la pantalla deteriorada, considerando
su relacin con ella. En apariencia, no tena nada que ver con el lugar. Pero, en el
fondo perteneca a ese cuarto, del mismo modo que un prisionero pertenece a su
celda. Haba tenido que hacer tiempo en cuartos parecidos, y de nuevo lo estaba
haciendo.
Tambin es mi habitacin me dijo. Para probarlo y para animar un poco el
ambiente, se acerc a la mesa de luz y encendi su radio porttil. An no haba
terminado el blues. Solamente haban pasado dos largos minutos.
Qu? Su voz se quebr. Estaba an tan tensa que apenas si poda respirar.
Yo contemplaba el maravilloso mecanismo de su cuello. Qu clase de negocios
tiene con Harry? pudo, por fin, preguntar.
bamos a comparar datos, sobre Martel.
Abanic sus pestaas:
Quin?
Martel. El hombre que usted quera que fotografiaran.
Usted debe estar pensando en otras dos personas.
Vamos, Mrs. Hendricks. Acabo de hablar con el fotgrafo Malkovsky. Usted
quera que l le tomara una foto a Martel. Para retratarlo, su marido arriesg el
pescuezo esta maana.
Es usted polica?
No precisamente.
Cmo sabe tanto sobre m?
Por desgracia, eso es todo lo que s. Dgame ms trabajosamente, con manos
temblorosas, sac una cigarrera de oro de su bolso marrn y, tomando un cigarrillo,
se lo puso entre los labios. Yo se lo encend. Sentndose sobre la cama, apoyada en
un brazo, ech humo con fuerza hacia el techo, como si tratara de disimular sus
manchas.
No se quede mirndome as. Parece como si fuera a arrojarse sobre mi cuello.
Estaba admirando su cuello tom la nica silla que haba en la habitacin y
me sent.
Lancero me dijo, con tono irnico. No puedo figurarme qu busca usted
a menos que est buscando ablandarme con un tratamiento suave-duro con el que no
conseguir nada.
Es usted realmente la esposa de Harry?
S. Claro que lo soy estaba sorprendida. Le enseara la libreta de
matrimonio, pero no me parece que la tenga en este momento.
Cmo puede mantenerla?
No puede. No hemos estado ocupados en eso, ltimamente, pero an somos

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amigos luego aadi, con un poco de spera nostalgia: Harry no estuvo siempre
cinchando entre las varas. Sola ser ms divertido que una jaula de monos.
Y usted no estuvo siempre entre los desperdicios.
Quin se lo ha dicho?
Nadie necesita decrmelo. Me lo dice su voz, mueca, y la manera, un poco
llamativa, que tiene de seguir usando su cuerpo, como cuidando de no resbalar. Me lo
dijo la manera con que mir el cuarto
Usted es de Las Vegas? dijo.
Se supone que la gente debe sonrer, al decir eso.
Es o no es?
Soy de Hollywood.
En qu se ocupa en Hollywood, si es que se ocupa de algo?
Soy detective particular.
Est practicando conmigo?
Tena miedo de nuevo. Me seal el cenicero que estaba sobre la mesa de luz y
aplast la colilla de su cigarrillo mientras yo lo sostena. Cambi de posicin,
colocndose pesadamente de costado, con una torpeza deliberada a medias, para
mostrar qu desamparado estaba su cuerpo grande y hermoso. Sin embargo, no
necesitaba mi amparo: era un cuerpo que estaba muy en su sitio, en una cama de
hotel.
No tuerza las cosas le dije. Con quien estoy practicando es con Martel.
Por quin digo, para quin?
Para un hombre de la localidad. Su nombre no interesa. Martel le rob su chica.
Ya me pareca. Es un ladrn.
Qu le rob a usted, seora?
Esa es una buena pregunta. Pero ms importante es la que yo me hago: es en
realidad el tipo que yo creo que es? Usted lo ha visto?
Muchas veces.
Descrbamelo, quiere? A lo mejor podramos resolver este asunto entre los
dos.
Es un hombre de mediana estatura, no es robusto, pero s de hechura compacta
y de movimientos rpidos. Alrededor de treinta aos, cabello negro, negro azabache,
con el nacimiento muy bajo en la frente, peinado hacia atrs, cutis oscuro, casi de
indio, nariz afilada, de ventanillas sobresalientes. Habla con acento francs, usa un
montn de palabras francesas y proclama ser un refugiado francs.
Me haba estado escuchando y asintiendo a todo, pero mi ltima frase la
confundi. Le expliqu:
Dice que es un francs que no puede vivir en Francia porque no se lleva bien
con de Gaulle.
Ah dijo, pero no haba entendido an.
De Gaulle es el presidente de Francia.

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No sea tonto, eso lo s. Usted cree que no me entero de las noticias? Mir
la radio, que en ese momento trasmita un rock.
Le importara si la apago? le dije.
Puede bajarla un poco, pero djela. Odio el ruido del viento.
Baj el sonido lo ms posible. Basndose en estas cooperaciones mnimas, creca
una especie de intimidad entre nosotros, como si el cuarto nos hubiera provisto de
papeles ya establecidos. Pero era una intimidad casual, cuyo ritmo consista en una
corriente alternada de temor y duda. Me haca preguntas razonables y pareca creer en
mis respuestas. Pero sus ojos no tenan la certeza de que yo no la matara.
Sabe usted quin es?
Creo saberlo. No es ningn francs.
Qu es?
Se lo dir me dijo, animadamente, como si por fin hubiera decidido la
historia que tena que contarme. Resulta que yo soy la secretaria confidencial de un
hombre de negocios muy importante, en el Sur. Ese hombre, que dice llamarse
Martel, deslizndose como un gusano, consigui ponerse bien con mi patrn y acab
por ser su ayudante ejecutivo.
De dnde vino?
Eso no sabra decrselo. Es sudamericano, me parece. Mi patrn cometi el
error de darle la combinacin de la caja fuerte. Le previne para que no lo hiciera.
Qu sucedi? Que el llamado Martel desapareci con una fortuna en bonos al
portador, que Harry y yo estamos tratando de rescatar.
Por qu no la polica?
Tena una respuesta lista:
A mi patrn se le ha metido en la cabeza una especie de debilidad por Mr.
Martel. Y, por otra parte, nuestro trabajo es muy confidencial.
En qu consiste ese trabajo?
No estoy en condiciones de revelarlo dijo, con cautela. Cambi la posicin
del cuerpo, como si su realidad y su simetra pudieran desviar mi atencin de lo
endeble de su fraguada historia. Mi patrn me ha hecho jurar que guardar el
secreto.
Cul es el nombre de su patrn?
Se lo dira, si pudiera. Es un hombre muy importante, muy considerado en
ciertos crculos.
En los profundos crculos del infierno?
Qu dijo? pregunt, a pesar de que creo que me haba odo.
Enfurrundose, frunci sus cejas finas y pintadas, pero sin mucha fuerza, porque eso
le hace salir arrugas a las muchachas. Y, aparte de ello, porque no quera morir con
una arruga sobre su bello rostro. Si usted me tomara en serio y ayudara a conseguir
ese dinero, etctera, etctera estoy segura de que mi patrn sabra recompensarlo
generosamente. Yo tambin le quedara agradecida.

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Tengo que saber ms al respecto. (Empezando por el significado de sus
etcteras.)
Por supuesto me dijo. Es lgico. Me va a ayudar?
Ya veremos. Piensa abandonar a Harry?
No dije eso.
Pero hubo sorpresa en sus ojos verdes. Creo que al concentrarse en m y en la
historia que me contaba su ltimo libreto se haba olvidado de Harry. El cuarto
provea roles para dos personas solamente. Poda adivinar cul sera el mo, si me
quedaba mucho ms. Su cuerpo estaba ronroneando como el de un tigre, el proverbial
tipo de tigre que es peligroso montar y aun ms peligroso desmontar.
Estoy preocupado por Harry le dije. Lo ha visto hoy?
Movi la cabeza, negando. Su pelo fulguraba como fuego. El viento, ahora ms
fuerte que la msica, golpeaba contra la ventana.
Esta tarde habl de comprar un revlver.
Para qu? Pareca tener un miedo fundamental a los revlveres.
Para usarlo en contra de Martel, pienso. Martel le hizo pasar un mal rato, esta
tarde. Lo ech, apuntndole con un revlver, y le destroz la mquina fotogrfica.
Saqu de mi bolsillo la cmara aplastada. Se concentr en ella.
Esta mquina me cost ciento cincuenta dlares. Debera tener ms cabeza y no
confiar en Harry.
Quiz lo del retratito no fue una buena idea. Martel es alrgico a las fotos. De
paso, cul es su verdadero nombre?
No lo s. Usa diferentes nombres volvi a Harry: Cree usted que Harry
pueda estar herido o algo as?
Es posible. Su coche est estacionado en la avenida, como a un kilmetro de
aqu, con la llave puesta.
Por qu no me lo dijo? pregunt, levantndose rpidamente.
Acabo de decrselo.
Venga. Mustreme dnde est el coche.
Tom su radio porttil y su bolso, sac su abrigo del ropero y se lo puso mientras
esperbamos el ascensor. Fuera a causa del ruido del ascensor, de la radio o de alguna
seal que su cuerpo emita constantemente, lo cierto es que, cuando cruz en mi
compaa el vestbulo, los tres tahres nos estaban observando desde la puerta, que
llevaba al Samoa Room.
Enfil el coche por la avenida. El viento, cada vez ms fuerte, azotaba los
cristales. Fuera, en el mar, poda distinguir ocasionales cabrillas. Dbilmente
fosforescentes, se elevaban como fantasmas y pronto quedaban atrs, en la oscuridad.
La mujer escudriaba las playas desiertas. Levant la ventanilla del lado del mar.
Est bien, Mrs. Hendricks?
Estoy bien. Pero, por favor, no me llame as pareca ms joven y menos
segura de s misma, en el tono de su voz. Me hace sentir falsa. Llmeme Kitty, si

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quiere.
Usted no es la seora de Hendricks?
Legalmente lo soy. Pero no hemos vivido juntos ltimamente. Harry se hubiera
divorciado de m hace tiempo, pero es catlico prctico y alimenta la esperanza loca
de que vuelva con l se asom y mir por la ventanilla. Ya hemos hecho casi
medio kilmetro. Dnde est el coche?
No lo poda ubicar. Ella empez a ponerse nerviosa. Di vuelta y vi el agujero de
la cerca y el fuego detrs, que ahora se haba reducido a unos pocos carbones
dbilmente encendidos. Los tres borrachos haban desaparecido, dejando la botella
vaca y el olor del vino derramado.
Qu hace? Est Hendricks all? me grit Kitty.
No.
Atraves la cerca. An llevaba el bolso y la radio, colgando de la mueca. La
radio cantaba, como si se tratara de una persona separada a medias de Kitty. Mir en
derredor, apretndose el abrigo contra el cuerpo. No haba nada para ver, salvo el
fuego moribundo, las vas de tren brillando dbilmente en la noche estrellada y la
tierra pisoteada y fea.
Madre Santa! Exclam Kitty. No ha cambiado nada en veinte aos.
Conoce este lugar?
Debera conocerlo. Nac a dos cuadras de ac, cruzando las vas torciendo el
gesto, aadi: Los dos lados de la va son un mal lugar para los que viven aqu
cerca. Los trenes solan hacer saltar a los platos, en la cocina de mi madre mir en
la oscuridad, por encima del terrapln del ferrocarril. Por lo que s, mi madre vive
todava all.
Podramos ir a ver.
No! No tengo el valor suficiente para enfrentarla. Quiero decir que lo que
pas, pas.
Hizo un vago movimiento hacia la cerca de cipreses, como si el lugar pudiera
traicionarla, inducindola a seguir sus confidencias. Poda sortear los peligros de una
habitacin de hotel, pero no los reclamos de la noche salvaje, en el campo abierto. Su
temor la hizo enfrentarme:
Por qu me trajo aqu?
Fue idea suya.
Pero usted me dijo que el coche de Harry
Aparentemente, ha sido robado.
Retrocedi tambalendose sobre sus tacones altos, hacia las speras ramas negras
de los cipreses. Todo lo que poda verle era la plida forma de su cara y el brillo de
sus ojos y su boca.
No hubo nunca ningn coche. Qu clase de coche era?
Un Cadillac.
Ahora s que miente. De dnde iba a sacar Harry un Cadillac?

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Probablemente del negocio de autos usados, es un coche viejo. Pareca no
orme. Su respiracin se haca ms rpida.
Nunca hubo ningn coche murmur. Usted viene de Las Vegas, no es
cierto? y me ha trado aqu para matarme.
No diga tonteras, Kitty.
No me llame Kitty su voz, por momentos, se haca ms y ms infantil. Tal
vez su mente estaba retrocediendo hacia algo que deba haber pasado hace aos, entre
los trenes que hacan sonar los platos de la cocina de su madre. Usted me enga
para que viniera a este lugar y ahora no me quiere dejar ir.
Vyase. Vyase de una vez!
Retrocedi ms aun en los cipreses, como un animal nocturno. Su radio sonaba en
la oscuridad. El aroma de su perfume me lleg, mezclado con el olor del aceite
Diesel, el vino y el fuego.
En mi interior, en un relmpago rojo, sent como dos personas y un puado de
circunstancias pueden colaborar para que se produzca un crimen impremeditado. En
el fondo, pens, ella desea ser asesinada.
Se acurruc entre las sombras, murmurando:
No se me acerque se lo contar a mi viejo
Salga de all, estpida!
El grito que haba estado afinando, brot. La busqu ciegamente y la tom por la
cintura, acercndola a m. Emiti unos sonidos entrecortados y revole la radio contra
mi cabeza. Al pegarme de refiln, la radio se qued en silencio, como si la parte
musical de la personalidad de Kitty hubiera muerto de muerte violenta.
La dej ir. Se alej corriendo torpemente, sobre sus tacones altos, saltando sobre
las mltiples vas hasta no ser ms que una sombra confusa, un sonido apresurado en
la noche.

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13

E
l estudio de Eric Malkovsky en la Villa quedaba en lnea directa hacia la casa
de Martel. Me detuve para ver cmo iba en su bsqueda. Haba polvo en sus
manos e impresiones digitales en su frente, como si l mismo se hubiera
trasformado en una prueba viviente.
Casi estaba por darme por vencido.
Casi me di por vencido yo mismo. Encontr alguna foto de ella?
Cinco. Puedo tener ms.
Me llev a la trastienda y las coloc sobre la mesa como una mano de pker.
Cuatro de ellas eran fotografas de Kitty en una sencilla malla de bao de color
blanco, tomadas junto a la piscina del Club de Tenis, de pie contemplando
romnticamente el mar, reclinada erticamente en una reposera, otra vez de pie, sin
mojarse sobre el trampoln. Kitty haba sido una chica hermosa, pero las cuatro fotos
estaban echadas a perder por su chabacana teatralidad.
La quinta foto era diferente. Sin pose y vestida con un traje de verano sin mangas
y un ancho sombrero. Estaba sentada frente a una mesa con una copa cerca de su
codo. Una mano de hombre con un diamante de forma cuadrada en ella, estaba
apoyada sobre la mesa, a su lado. El resto haba sido cortado, pero Kitty sonrea en su
direccin. A su lado poda verse la pared del patio de uno de los chalets del Club de
Tenis, cubierta con Santa Rita.
sta es la que a ella le gusta Malkovsky me mostr una nota en el dorso de la
foto: 6 copias de 4 6. A cinco dlares c/u = treinta dlares. Ped. Setiembre 27-1959
. Compr sus copias o lo hizo su marido. Estaba en la fotografa tambin, pero l
mismo me hizo cortarla.
Por qu?
Recuerdo que dijo algo as como la bella y la bestia. No se vea tan mal, pero
era de cierta edad y se haba castigado bastante en su poca.
Cmo se llamaba?
No lo recuerdo. Supongo que podra encontrarlo en los archivos del Club.
Esta noche?
S, si Mrs. Strome me lo permite. Pero se est haciendo muy tarde.
No olvide que est trabajando a tarifa doble.
Se rasc la coronilla y se sonroj ligeramente.
Podra dejarme ver un poco de ese dinero?
Mir mi reloj: lo haba contratado haca dos horas escasamente.
Algo as como catorce dlares?
Perfecto. De paso coment, volvindose a rascar lo coronilla, si quiere
algunas de esas fotos, es justo que pague por ellas. Cinco dlares cada una.

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Le di un billete de veinte dlares.
Me llevar la que a ella le gustaba. Supongo que no habr ni la menor
posibilidad de que encuentre la parte que usted cort?
A lo mejor encuentro el negativo.
Por esa foto le pagara ms.
Cunto ms?
Depende de lo que haya en ella. De todos modos, unos veinte dlares.
Lo dej escarbando con todo entusiasmo entre las polvorientas carpetas de los
estantes y me dirig en mi coche hacia las colinas. De esta direccin vena el viento.
Corra velozmente por entre los desfiladeros como un clido torrente y ruga entre los
matorrales que circundaban la casa de los Bagshaw. Tuve que luchar a brazo partido
contra l cuando baj del coche. El Bentley no estaba en el patio. Trat de abrir la
puerta del frente de la casa. Estaba con llave. No haba ni una luz en ella, ni nadie
contest a mis repetidos golpes. Regres al estudio en la Villa. Malkovsky me mostr
el negativo de la foto de Kitty.
Al lado de ella estaba sentado un hombre con un traje rayado, arrugado por sus
hombros recios y sus fuertes muslos. Era casi completamente calvo, pero como en
compensacin, un poco de cabello enrulado, blanco en la fotografa, se escapaba por
entre el cuello de la camisa abierta. Su triste sonrisa tena una ligera, suave y vaca
jovialidad que desmentan sus ojos descoloridos. Detrs de l, cerca de la pared del
patio y fuera de foco, se vea a un hombre joven, de bigote, con una chaqueta de
mozo, y con una bandeja en sus manos. Me era vagamente familiar: tal vez fuera
alguno de los sirvientes del Club.
Debera tener los nombres de estas personas dijo Eric. Realmente es slo
gracias a la buena suerte que pude encontrar estos negativos.
Podramos conseguir los nombres en el Club como sugiri. Recuerda algo
ms referente a ese hombre? Eran casados l y esa mujer?
Actuaban como si lo fueran. Es decir, ella. El hombre andaba mal de salud y
ella lo cuidaba tal vez exageradamente.
Qu le pasaba?
No lo s. No se poda mover mucho. Pasaba casi todo el tiempo en el chalet o
en el patio, jugando a las cartas.
Con quin jugaba?
Con varias personas. No se imagine que yo vea mucho al tipo. Ms bien, lo
eluda.
Por qu?
Era un cliente grosero, estuviera enfermo o no. No me gustaba la forma en que
me hablaba, como si yo fuera algo as como un lacayo. Yo soy un profesional dijo.
Saba cmo se senta Eric. Yo era a mi vez un semiprofesional. Le di otros veinte
dlares y nos dirigimos al Club en coches separados.
Ella Strome nos abri el cuarto de los archivos, atrs de la oficina del gerente y

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Eric se zambull entre los alineados gabinetes. Tena una fecha desde la cual partir
para su investigacin. Las fotos de Kitty haban sido pagadas el 27 de setiembre de
1959.
Regres al pabelln. La msica continuaba pero la reunin se haba reducido y
desviado principalmente hacia el bar. No era tarde, como sucede en casi todas las
fiestas, pero, durante mi ausencia la mayora de la gente se haba desmejorado, como
si una sbita enfermedad hubiera cado sobre ella: psicosis manaco-depresiva o una
leve hemorragia cerebral.
Slo el barman no haba cambiado. Preparaba las bebidas, las serva y se
mantena lejos de la fiesta, contemplndola con sus brillantes ojos negros. Le mostr
la foto de Kitty y el negativo.
La levant hacia la luz fluorescente, en la parte de atrs del bar.
S. Recuerdo al hombre y a la chica. Vino ac con l una noche y quiso
emborracharse con whisky y ms whisky. Eso es todo lo que conoca de bebidas. La
cosa fue que sufri un acceso de tos. En seguida, como cuatro o cinco convecinos
empezaron a golpearle la espalda, su marido se levant y comenz a los empujones
para que se fueran. Yo y Mr. Fablon conseguimos calmarlo.
Cmo fue que entr en danza Mr. Fablon?
l estaba con ellos.
Eran amigos suyos?
Sola estar con ellos. Entraron juntos. A lo mejor, le gust la mujer. Era
espectacular, no puedo negrselo.
Fablon era un cazador de mujeres?
Usted me hace decir cosas que no quiero. Le gustaban las mujeres. No las
cazaba. Algunas lo cazaban a l. Pero con esa dama tuvo ms sentido comn que
deseos de mezclarse. El marido era un pjaro de cuidado.
Quin es l, Marco?
Se encogi de hombros.
Nunca lo haba visto antes ni lo he vuelto a ver despus. Y no me he quedado
sentado ac esperando tener noticias de l.
Cmo logr introducirse aqu?
Se hospedaba aqu. Algunos de nuestros socios no pueden negarse cuando se
les pide un carnet de invitado. Me ahorraran bastantes preocupaciones si aprendieran
a decir que no mir alrededor de la habitacin con cierta desdeosa tolerancia.
Le preparo alguna bebida?
No, gracias.
Se inclin hacia m por sobre el mostrador y me dijo:
A lo mejor no debera decirle esto, pero Mrs. Fablon estuvo aqu hace un
momento.
S?
Me hizo las mismas preguntas que usted. Si crea que su marido se haba

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suicidado. Saba que l y yo ramos amigos. Le dije que no, que no lo crea.
Qu contest?
No tuvo ocasin de decir nada. El doctor Sylvester entr al bar y se la llev. No
pareca estar muy bien.
Qu quiere decir con eso?
Hizo un movimiento con la cabeza, como indicndome que no saba. Una seora
se acerc y pidi un whisky doble. Estaba detrs de m y no reconoc su voz
cambiada hasta que habl de nuevo.
Mi marido ha estado bebiendo whiskys dobles y yo le digo que la salsa que es
buena para el ganso lo es tambin para la gansa y viceversa.
Bien, Mrs. Sylvester. Si usted lo dice
Marco dej sobre el mostrador la foto y el negativo y le sirvi un magro whisky
doble. Ella alarg ambas manos frente a m y tom las dos cosas, la bebida y la foto
de Kitty.
Qu es esto? Me encanta mirar fotografas.
Son mas le dije.
Sus ojos abotagados por el whisky no parecan reconocerme.
Pero a usted no le importa que las mire, no? me contest. sa es Mrs.
Ketchel, no es cierto?
Quin?
La de Ketchel repiti.
Es amiga suya?
No del todo se enderez. Su flotante cabellera le resbalaba por la espalda
como una peluca. Su marido fue uno de los pacientes de mi marido, en un tiempo.
Ya se sabe que un mdico no puede elegir a sus pacientes.
Comparto ese problema.
Por supuesto dijo. Usted es un detective, no es cierto? Qu hace con una
foto de Mrs. Ketchel?
Agitaba la foto ante mis ojos. Por un momento los ojos de toda la gente del bar
miraron en nuestra direccin. Le saqu la foto de las manos y la coloqu junto con el
negativo, en mi bolsillo.
Puede confiarme sus negros y profundos secretos. Soy la mujer de un mdico.
Me deslic de mi banco alto y la conduje hasta una mesa vaca.
Dnde est el doctor Sylvester?
Llev a su casa a Marieta Fablon. No se senta no estaba muy bien. Pero va a
regresar.
Qu le pasaba a Mrs. Fablon?
Que es lo que no le pasa, dir usted. Marieta es amiga ma, una de las amigas
ms antiguas que tengo en la ciudad, pero en esta ltima poca se est viniendo abajo,
fsica y moralmente. Yo no me opongo a que la gente se pase con la bebida de vez en
cuando. Yo misma estoy un poco pasada, Mr. Arch

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Archer le dije. Sigui hablando.
Pero Marieta lleg hoy aqu haciendo en realidad eses. Entr caminando, si es
que a eso se le puede llamar caminar, como si tuviera piernas de goma. George tuvo
que juntar los pedazos y llevarla a su casa. Se est volviendo, cada vez ms y ms,
una verdadera carga para George.
En lo que respecta a qu?
Moral y financieramente. No ha pagado una cuenta aqu desde que uno tiene
uso de razn. Supongo que est bien. Es una amiga. Hay que vivir y dejar vivir. Pero
cuando ya llega a querer sonsacarle con astucia y maa ms dinero, eso es otra cosa.
Ha estado haciendo eso?
Si ha estado hacindolo? Hoy lo invit a almorzar. Yo estaba en la misma
peluquera en ese momento, y le dio un rpido sablazo de cinco mil dlares.
Realmente no tenemos esa cantidad de dinero disponible en el banco, que es la nica
manera, que yo sepa, bueno, l trat de conseguir mi firma para un prstamo. Pero yo
dije nones se detuvo, y su rostro, que tena la expresin de ira que a veces produce
el alcohol, se aquiet a causa de la ansiedad. Creo que su mente retrocedi hasta lo
que acababa de decir. Le he estado revelando mis negros y profundos secretos, no
es verdad?
No se preocupe.
Me preocupar si usted le cuenta a George lo que le he dicho. No se lo dir a
George, no es cierto?
Haba mostrado su ruindad, pero no quera que eso le creara responsabilidades.
Muy bien le dije.
Es usted muy simptico me tom la mano a travs de la mesa y me la apret
un poco demasiado fuerte. Estaba ahora ms preocupada que bebida, y trataba de
pensar en algo que la hiciera sentirse mejor. Le gusta a usted bailar, Mr. Arch?
Archer volv a decirle.
A m me encanta bailar.
Con mi mano an en la suya, se levant y me arrastr hasta la pista de baile.
Giramos y giramos, con sus cabellos colgndole sobre los ojos y sus pechos
sacudindose contra mi cuerpo como rganos especiales de su entusiasmo.
Mi nombre es Audrey murmur confidencialmente. Cul es el suyo, Mr.
Archer?
Postrado.
Su risa arras mi tmpano derecho. Cuando la msica ces, la llev de nuevo a la
mesa y me dirig a la oficina. Ella Strome estaba an en su puesto, muy plida.
Est muy cansada? le pregunt.
Se mir en el espejo que estaba en la pared frente a su escritorio.
No mucho. Es la msica. Me irrita los nervios cuando no se me permite bailar
se apret con ambas manos las sienes. No s cunto tiempo ms podr aguantar
este puesto.

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Cunto tiempo lleva en l?
Solamente dos aos.
Qu hizo antes de esto?
Fui ama de casa. En verdad, no haca mucho cambi de tema. Lo vi
bailando con Mrs. Sylvester.
Trabajo de piernas.
No quise decirle eso me dijo sin saber qu es lo que quera decir. Tenga
cuidado con Audrey Silvester. No es una borracha, pero cuando bebe, se emborracha
en forma.
Qu suele hacer entonces?
Cualquier cosa que se le mete en la cabeza. Natacin en el mar a media noche.
O revolcarse en el pasto a media noche.
En una misma noche?
No me sorprendera en lo ms mnimo que lo hiciera.
Se puede confiar en ella?
Depende de quin y de qu hablaba.
De sta saqu la foto de Kitty. Dice que su nombre es Ketchel, y que su
marido era paciente del doctor Sylvester.
Me imagino que sabr lo que dice.
Hablando de los pacientes del doctor Sylvester, entiendo que llev a Mrs.
Fablon a su casa.
Ella Strome asinti sobriamente.
Ayud a llevarla hasta el auto. Fueron necesarias dos personas.
Estaba muy mareada?
Lo dudo. Casi nunca bebe.
Mrs. Sylvester dijo que lo estaba.
Mrs. Sylvester no es una testigo muy veraz, especialmente cuando ella misma
est bebida. Marieta Mrs. Fablon estaba ms enferma que otra cosa y muy
preocupada. Est mucho ms preocupada por Ginny de lo que deja traslucir.
Se lo dijo?
No con tantas palabras. Pero vino ac para estar ms segura. Quera que
alguien le dijera que haba hecho lo correcto al haber alentado a Ginny en su fuga.
Entonces lo sabe todo?
Asinti.
Ginny fue a su casa esta noche. Tena que recoger algunas cosas y despedirse.
No se qued ms de cinco minutos. Eso es bsicamente lo que trastorn a su madre,
me imagino.
Cundo fue eso?
Hace una hora, poco ms o menos.
Usted es un buen testigo. Qu le parecera integrar permanentemente mi
equipo?

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Dependera de qu cosa tuviera que ser testigo.
Nos sonremos uno al otro, cautelosamente. Los dos habamos fracasado en
nuestro matrimonio.
Retroced hasta el archivo. Malkovsky estaba inclinado sobre el cajn abierto del
gabinete, revisando las ordenadas fichas.
Estoy haciendo algunos progresos. Hasta donde pude comprobar, haba siete
invitados forneos, solos y en parejas, en septiembre de 1959. He desechado cuatro
de ellos, personas que recuerdo personalmente. Eso nos deja tres: los Sanderson, los
Houvenel y los Berglund. Pero ninguno de esos nombres da la seal de alarma.
Pruebe Ketchel.
Ketchel! pestae sonrindose. Creo que ese era el nombre. Sin embargo
no lo encontr entre las tarjetas de los huspedes.
Podran haberla sacado.
O perdido dijo. Estas fichas viejas estn en un estado calamitoso. Pero
estoy seguro de que el nombre era Ketchel. De dnde lo sac?
De uno de los socios tom el negativo. Podra hacerme algunas copias de
ste?
No hay inconveniente.
Cunto tiempo llevara?
Creo que podra tener algunas listas para maana.
Maana a las ocho?
Despus de algunos momentos de duda me contest:
Puedo probar.
Le di el negativo, despus de recomendarle que no lo perdiera y me desped, en la
puerta del frente. Ella Strome dijo framente, cuando ya no poda ornos:
Espero que le est pagando decentemente. Es lo nico que hace para vivir. Y
tiene mujer e hijos.
Le estoy pagando decentemente. No hay en el archivo ningn rastro de que los
Ketchel hayan sido huspedes aqu.
Mrs. Sylvester puede haberle dado mal el nombre.
Lo dudo. Eric lo reconoci. Es ms probable que alguien sacara la ficha del
archivo. Es fcil el acceso a ellos?
Me temo que s. La gente entra y sale de la oficina y el archivo est abierto
durante muchas horas. Es muy importante?
Podra ser. Me gustara saber quin sali fiador de los seores Ketchel, cuando
fueron huspedes aqu.
El seor Stoll podra recordarlo. Pero esta noche est libre.
Me indic el chalet del gerente. Estaba cerrado y a oscuras. El viento aullaba
como un perro perdido entre las malezas.
Volv a la entrada principal del Club. El doctor Sylvester an no haba regresado.
Mir dentro del bar, vi a la seora de Sylvester inclinada sobre una bebida y retroced

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antes de que me viera.
Ella Strome me cont ms cosas sobre su segundo matrimonio. Strome, su
marido, era un abogado en la ciudad, un hombre de edad, viudo ya, cuando se cas
con l. Originalmente haba sido su secretaria, pero al ser su esposa le exigi ms
dedicacin de mil maneras sutiles. Su primer marido haba sido muy joven, el
segundo, muy viejo. Como hombre viejo tena sus costumbres muy arraigadas,
incluyendo sus hbitos sexuales.
Dej que siguiera la conversacin. Esas continuas charlas caprichosas eran una de
mis mejores fuentes de informacin. Aparte de eso, la mujer me gustaba y estaba
interesado en su matrimonio.
Su historia concordaba con la larga y borrascosa noche que estbamos pasando.
Haba vivido con Strome durante seis aos, pero al final no lo pudo soportar ms. Ni
siquiera haba reclamado una pensin.
Algunas personas se retiraban de la fiesta y Ella los saludaba por sus nombres.
Nuestra conversacin, es decir, el monlogo de Ella, era puntuado por rfagas de
msica, risas o viento. La entrada del doctor Sylvester le puso punto final. Empuj la
puerta con encolerizada fuerza.
Est mi mujer todava all? le pregunt a Ella.
Creo que s, doctor.
En qu estado se encuentra?
An est vertical le dije.
Me mir con dureza.
Nadie le pregunt nada comenz a dirigirse al bar y dud, encarndose con
Ella:
Quisiera hacerme el favor de traerla, Mrs. Strome? No me encuentro esta
noche con nimo para enfrentar esa turba.
Lo har con gusto. Cmo est Mrs. Fablon?
Pronto se pondr muy bien. Le di algo para tranquilizarla. Est preocupada por
su hija y complic las cosas con barbitricos.
No trat de tomar demasiados?
Nada de eso. Tom las pastillas que habitualmente toma para dormir. Luego
decidi venir ac para ver a sus amigos. Agrguele a eso una copa y el resultado era
de preverse dej de lado el tono profesional: Vaya y busque a Audrey, por favor.
Ella Strome se alej presurosa por el corredor iluminado. Yo me apoy en la mesa
de entradas y mir por el espejo al doctor Sylvester. Encendi un cigarrillo,
simulando ignorarme, pero mi presencia pareca molestarlo. Tosi, fum y por fin
dijo:
Dgame, qu le da derecho a estar all parado, mirndome? Es usted el nuevo
portero o qu?
Estoy entrenndome para el puesto. El sueldo es pobre, pero piense en los otros
beneficios, como por ejemplo llegar a conocer a la gente mejor educada del lugar.

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Para lo que usted se est entrenando es para que lo saquen de aqu de una oreja
su mandbula se haba convertido en un instrumento contundente. Las manos le
temblaban.
Era tan grande que hubiera sido difcil errarle un golpe y lo bastante desagradable
como para invitar a drselo. Pero la ocasin actual no se prestaba. Su trnsito entre
dos mujeres con problemas, le confera un cierto privilegio.
Tmelo con calma, doctor. Los dos estamos del mismo lado.
Lo estamos? me mir a travs del humo anillado del cigarrillo. De pronto,
como si su boquilla ardiente hubiera hecho explosin, la tir al piso de mrmol,
aplastndola con el tacn. Ni siquiera s cul es el juego dijo en un tono un poco
ms amable.
Es un juego nuevo no tena el negativo de la foto de Kitty y Ketchel, as que
se los describ. El hombre de la foto, el que tiene el anillo con el diamante
cuadrado, sabe usted quin puede ser? Trataba de poner a prueba su honestidad,
pero en el fondo no saba bien a quin estaba probando, si a l o a su mujer.
Contest a la defensiva:
Es difcil poder contestar con slo una descripcin verbal. Tiene un nombre?
Podra ser Ketchel. O decir que fue paciente suyo.
Ketchel se frot la mandbula, como tratando de darle de nuevo forma
humana. Me parece que tuve una vez un paciente con ese apellido.
En 1959?
Podra ser. S, podra ser muy bien.
Paraba aqu?
Creo que s.
Le mostr la foto de Kitty. Asinti.
Esa es la seora de Ketchel. No podra confundirla. Vino a mi consultorio una
vez, antes de irse, para pedirme instrucciones sobre una dieta sin sal. Yo trataba a su
marido por hipertensin. Tena la presin muy alta, pero me las arregl para bajrsela
dentro de un rgimen normal.
Quin es l?
El rostro de Sylvester tom la clsica expresin de quien trata de recordar.
Un hombre de Nueva York, retirado de los negocios. Se hizo rico de buenas a
primeras jugando en la bolsa. Afortunado y testarudo. Tena algo de ganado
desparramado por el sudoeste.
En California?
No recuerdo, despus de tanto tiempo.
En Nevada?
Lo dudo. No soy lo suficientemente famoso como para atraer a enfermos de
otros lugares la acotacin era forzada.
Estar la direccin de Ketchel en los archivos de la clnica?
Quizs. Pero por qu tiene usted tanto inters en Ketchel?

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An no lo s. Pero me interesa mucho le hice de pronto una pregunta a boca
de jarro: No fue acaso por esa poca que Fablon se suicid?
Lo tom de sorpresa. Su cara cambi de expresin varias veces, buscando
actitudes. Se detuvo en una de falso aburrimiento, tras la cual su inteligencia estaba
agazapada, vigilndome.
Cundo fue eso?
La foto les fue tomada a los Ketchel en setiembre de 1959. Cundo muri
Fablon?
Temo no recordar la fecha exacta.
No era paciente suyo?
Tengo bastantes enfermos y, francamente, mi memoria cronolgica no es muy
buena. Supongo que era ms o menos en esa poca, pero si usted quiere sugerir
alguna conexin
Yo no sugiero. Pregunto.
Nuevamente, qu es lo que pregunta?
Tuvo Ketchel algo que ver con el suicidio de Fablon?
No tengo ninguna razn para pensar eso. De todas maneras, cmo podra
saberlo?
Ambos eran amigos suyos. En alguna forma usted podra haber sido la
conexin entre ambos.
Lo cree usted? Pero no discuti el punto. No quera en absoluto meterse en
el tema.
He odo sugerir que Fablon no se suicid. Su viuda volvi a plantear la duda de
nuevo, esta noche. Alguna vez se la plante a usted?
A m no dijo sin mirarme. Usted se refiere a que se ahog
accidentalmente?
O fue asesinado
No crea todo lo que oye. Este lugar es un hervidero de chismes. La gente no
tiene mucho en qu ocuparse, as que se entretiene en hacer correr chismes sobre sus
amigos y vecinos.
Esto no fue exactamente un chisme, doctor Sylvester. Fue una opinin. Un
amigo de Fablon me cont que l no era el tipo de hombre que se suicida. Cul es su
opinin?
No tengo ninguna.
Es extrao.
No lo creo as. Cualquier hombre es capaz de suicidarse si las circunstancias lo
presionan lo bastante.
Y cules eran las circunstancias especiales para que Fablon se suicidara?
Estaba con la soga al cuello.
Quiere decir financieramente?
En todas formas.

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No necesitaba decirme qu significaba eso. Apareci su mujer precedida por Ella.
A medida que aumentaba su borrachera, Audrey iba soltando uno tras otro los frenos
de su mente. En su boca se marcaban rasgos de una sorda beligerancia. Tena los ojos
fijos.
Ya s dnde has estado. En la cama con ella, no es cierto?
Ests diciendo tonteras se defendi Sylvester, alejndola con sus manos.
No hay nada entre Marieta y yo. Nunca lo hubo, Aud.
Excepto cinco mil dlares, seguramente el precio de algo.
Se supona que era un prstamo. No se an por qu no quisiste cooperar.
Porque nunca lo recobraramos, como tanto dinero que t has tirado. Es dinero
tan mo como tuyo, no lo olvides. Trabaj durante siete aos para que t consiguieras
tu ttulo. Y qu consegu con ello? El dinero entra y el dinero sale pero yo nunca
llego a verlo.
Tienes tu participacin.
Marieta consigue ms que esa participacin.
Tonteras. Quieres rebajarla? me mir a m y luego a Ella. A travs de la
conversacin mantenida con su mujer, se haba estado dirigiendo a nosotros tres.
Ahora que Audrey se haba desacreditado por completo, continu: No crees que
es mejor que te vayas a casa? Ya has dado bastante espectculo para una noche.
Intent tomarla por un brazo. Pero ella se alej de l haciendo una mueca,
tratando de mantener el sentimiento de su clera. Pero estaba entrando en una etapa
lgubre. Al retroceder, choc contra el espejo. Dndose vuelta, se contempl en l.
Desde donde yo estaba poda ver su rostro reflejado en el espejo, henchido de alcohol
y malignidad, circundado por una mata suelta de cabello y con una pequea gota de
terror en los ojos.
Me estoy poniendo vieja y gorda dijo. No puedo ni siquiera permitirme el
lujo de tomar una semana de vacaciones en una clnica de reposo en el campo. Pero
t puedes permitirte el lujo de tirar nuestro dinero en el juego.
Hace siete aos que no juego, y t lo sabes.
Bruscamente la tom de la cintura y la fue llevando hacia afuera. Se le enredaban
los pies al caminar como a un boxeador de peso pesado al final de un mal round.

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14

H
aba luces encendidas en la casa de los Jamieson cuando pas, y una sola luz
en la de Marieta Fablon. Era despus de medianoche, mala hora para visitas.
De todas maneras fui a ver a Marieta. El cadver de su marido ahogado
pareca estar flotando apenas por debajo de la superficie de la noche.
Tard mucho tiempo en contestar a mi llamada.
Cuando lo hizo, abri una mirilla colocada en la puerta de entrada y me
contempl a travs de ella. Me dijo, tratando de sobrepasar con su voz el sonido del
viento:
Qu quiere?
Mi nombre es Archer
Me cort en seco:
Me acuerdo de usted. Qu quiere?
La oportunidad de hablarle seriamente.
Esta noche no podra hacerlo. Venga maana por la maana.
Creo que debemos hablar ahora. Usted est preocupada por Ginny. Yo tambin.
Quin dijo que estoy preocupada?
El doctor Sylvester.
Qu ms le dijo sobre m?
Se lo podra decir mejor adentro.
Muy bien. Esto parece una escena entre Pramo y Tisbe, no es cierto?
Haca un esfuerzo para recobrar su estilo. Me di cuenta cuando me hizo pasar al
recibidor que estaba pasando una mala noche. Los barbitricos todava tenan
entrampados sus ojos. Su cuerpo, sin modelador, bajo la bata rosa acolchada pareca
estar casi en los huesos. Tena sobre la cabeza una cofia de seda rosa y bajo ella el
rostro se mostraba ms delgado y envejecido.
No me mire, por favor. Hoy no estoy como para que me miren me condujo a
la salita. Aunque slo prendi una luz, me pude dar cuenta de que todo en la
habitacin, las sillas tapizadas y el canap, las alegres alfombras y los cortinajes
estaban algo rados. Lo nico nuevo, era un telfono rosado.
Fui a sentarme en una de las frgiles sillas, pero ella me indic otra y se sent en
una tercera, cerca del telfono.
Por qu, de golpe, empez usted a preocuparse por Ginny? le pregunt.
Esta noche vino a casa. l estaba con ella. Yo soy muy apegada a mi hija por
lo menos, sola serlo y pude sentir que ella no quera irse con ese hombre. Pero se
iba, de todos modos.
Por qu?
No lo entiendo sus manos se movan nerviosamente sobre su falda, como

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pjaros que se picotearan. Ella pareca tener miedo de irse y tambin de no irse con
l.
Dnde?
No quisieron decirlo. Ginny prometi ponerse en contacto conmigo, ms
adelante.
Cul era su actitud?
La de Martel? Estaba muy serio y distante. Agresivamente corts. Lament
haber tenido que molestarme a tan altas horas de la noche, pero haban tomado de
golpe la decisin de partir se detuvo y volvi hacia m su rostro angosto e
inquisitivo. Cree usted en realidad que el gobierno francs est tras de l?
Alguien lo est!
Pero usted no sabe quin es?
An no. Quiero poner a prueba un nombre, seora. Ketchel.
Se lo deletre. Sus ojos, cargados de sospechas, se agrandaron. Se apret las
manos, nudillo contra nudillo.
Quin le dijo ese nombre?
Nadie. Sali a relucir solo. Me doy cuenta de que a usted le resulta familiar.
Mi marido conoca a un hombre llamado Ketchel me dijo. Era un jugador
se inclin hacia m. Le dio ese nombre el doctor Sylvester?
No. Pero tengo entendido que Ketchel era uno de los pacientes del doctor
Sylvester.
S. Lo era. Era algo ms que eso.
Esper a que me explicara qu quera decir con eso. Finalmente le dije:
Fue Ketchel el jugador que se llev todo el dinero de su marido?
S. l fue. Se llev lo poco que nos quedaba y quera aun ms. Cuando Roy no
pudo pagarle ms Se call, como si se diera cuenta de que el melodrama no era
su fuerte. No vamos a tratar ms este asunto, Mr. Archer. No estoy esta noche en
condiciones de hacerlo. No debera haber accedido a hablar con usted, en el estado en
que estoy.
En qu fecha se suicid su marido?
Se levant, tambalendose un poco y se dirigi a m. Poda olfatear su fatiga.
Usted ha estado escudriando en nuestra vida, no es cierto? La fecha, si quiere
saberla, es 29 de septiembre de 1959.
Eso era dos das despus de que haban pagado a Malkovsky sus fotografas. La
coincidencia no hizo ms que afirmar mi idea de que la muerte de Fablon era parte
del caso presente.
Mrs. Fablon me espiaba.
La fecha parece significar mucho para usted.
A m me sugiere muchas posibilidades. Debe de tener mucho ms significado
para usted.
Fue el fin de mi vida dio un inseguro paso hacia atrs y volvi a sentarse,

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como si estuviera sumindose en el pasado, sin poderlo evitar, pero no de mala gana
. Todo desde entonces ha andado dando tumbos. Es algo extrao. Roy y yo
pelebamos como animales durante nuestra vida matrimonial. Pero nos ambamos.
Por lo menos, yo lo amaba, sin importarme lo que hiciera.
Qu hizo?
Todo lo que un hombre puede hacer. Muchas de esas cosas costaban dinero. Mi
dinero titube. Yo no sirvo para manejar dinero, realmente. Ese era uno de los
inconvenientes. En todo matrimonio uno de los socios debera preocuparse del dinero
ms que de las otras cosas. Ninguno de nosotros nos preocupbamos. En los
dieciocho aos de nuestro matrimonio, acabamos con casi un milln de dlares. Por
favor, note que hablo en plural. Yo comparto la culpa. No aprend a preocuparme por
el dinero hasta que fue demasiado tarde se revolvi en la silla y sacudi los
hombros como si el pensar en el dinero fuera un peso palpable. Usted me dijo que
la fecha de la muerte de mi marido le sugera algunas posibilidades. Qu quiso
decir?
Estoy pensando si en realidad se suicid.
Por supuesto que lo hizo.
Dej alguna nota?
No necesit hacerlo. Nos haba anunciado sus intenciones a Ginny y a m dos
das antes. Dios sabe lo que eso produjo en la vida emocional de mi hija. Lo anim a
este Martel porque pareca ser el nico hombre verdadero por quien ella demostraba
algn inters. Si he cometido una horrible equivocacin
Dej la frase sin terminar y volvi al primer tema. Su mente corra sobre rpidos
crculos repetidos, como una ardilla en su jaula.
Puede usted imaginarse a un hombre diciendo esas cosas a su mujer y a su hija
de diecisiete aos? Y luego hacerlo? Estaba por supuesto muy enojado conmigo por
no tener ms dinero. No poda convencerse de que eso haba sucedido. Siempre haba
llegado algn dinero, fuera proveniente del legado de un pariente o de la renta de
alguna casa o terreno. Pero ya no tenamos ms que una casa alquilada y ya no haba
ms parientes que se murieran. En cambio, muri Roy, por su propia mano.
Insista en el tema, como si tratara de convencerme o de persuadirse ella misma.
Sospechaba que estaba un poco fuera de mi control y no deseaba hacerle ms
preguntas. Pero ella segua contestando mudas preguntas, dolorosa y obsesivamente,
como si estuviera dormida y el pasado, al cobrar nueva vida, hablara a travs de ella.
Por supuesto que esto no oculta la situacin. En la vida siempre hoy motivos
secretos apremios y venganzas y deseos que la gente no quiere admitir ni aun ante
s misma. Descubr la verdadera causa de la muerte de mi marido por casualidad, el
otro da. Estoy pensando dejar esta casa y anduve revisando, eligiendo unas cosas y
tirando otras. As es cmo encontr un montn de papeles viejos de Roy en su
escritorio y entre ellos una carta a Roy de una mujer. Me sorprendi por completo.
Nunca se me haba ocurrido que, por aadidura a todas sus otras fallas, como hombre

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y padre, Roy me hubiera sido infiel. Pero la carta era bien explcita al respecto.
Puedo verla?
No. No la ver. Es suficiente con la humillacin que me caus leerla para m
sola.
Quin la escribi?
Audrey Sylvester. No la haba firmado, pero yo conozco su letra.
Estaba an en el sobre?
S. Y el sello era bien claro. Era del treinta de junio de 1959, tres meses antes
de morir Roy. Despus de siete aos comprend por qu George Sylvester le present
a Ketchel a Roy y se qued all lo ms tranquilo y sonriente mientras Ketchel le
estafaba a Roy treinta mil dlares que no tena se golpe con el puo la cadera,
sobre la bata acolchada. Hasta debe de haberlo planeado todo. Era el mdico de
Roy. Debe de haber sospechado que Roy estaba al borde del suicidio y conspir con
Ketchel para empujarlo.
No estar estirando esto demasiado, seora?
Usted no conoce a George Sylvester. Es un hombre despiadado. Y no conoce
tampoco a Ketchel. Una vez me encontr con l en el Club.
Me gustara conocerlo. Usted no sabe dnde est ahora, verdad?
No. No lo s. Ketchel dej Montevista un da o dos despus de desaparecer
Roy, mucho antes de que apareciera su cuerpo.
Quiere decir que l saba que su marido haba muerto?
Se mordi los labios por haber hablado tanto. Por la expresin de sus ojos, tuve la
repentina impresin de que mi conjetura era exacta y que ella lo saba, pero por
alguna razn desconocida trataba de ocultarlo.
Ketchel mat a su marido?
No dijo. Yo no sugiero tal cosa. Pero l y George Sylvester fueron
responsables de la muerte de Roy.
En medio de su viejo dolor y su clera, me mir cautelosamente. Tuve la extraa
sensacin de que estaba all sentada, separada de ella misma, poniendo en juego sus
emociones en la misma forma que otra mujer tocara en un rgano, pero dejando
totalmente intacto un extremo del teclado.
He sido muy indiscreta al contarle todo esto. Le ruego que no se lo comente a
nadie, incluyendo incluyendo especialmente a Peter y a su padre.
Ya estaba aburrido de sus reconstrucciones elaboradas y sus evasivas. Dije
llanamente:
No le comentar a nadie su historia y le dir por qu, Mrs. Fablon. No la creo
del todo. Pienso que usted misma no la cree.
Se levant temblorosamente.
Cmo se atreve a hablarme en esa forma?
Porque me preocupa la seguridad de su hija. A usted no?
Usted sabe muy bien que s. Estoy terriblemente preocupada.

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Entonces por qu no me dice la verdad tal y como usted la ve? Su marido fue
asesinado?
No lo s. No s nada de nada. Tuve esa noche un shock tan fuerte como un
terremoto. De golpe el piso se sacudi bajo mis pies. An no ha dejado de moverse.
Qu sucedi?
No pas nada. Dijeron algo
Quin? Su hija?
Si le dijera algo ms, le dira demasiado. Debo conseguir ms datos, antes de
volver a hablar.
Conseguir datos es mi ocupacin.
Agradezco su oferta, pero quiero manejar esto a mi modo.
Comenz otro de sus silencios. Estaba sentada, completamente inmvil con sus
puos apretados uno contra otro y sus ojos absorbiendo la luz.
Sobre el sonido del viento o un ruido como el que hacen las ratas al roer. No lo
relacion enseguida con Marieta Fablon. De repente me di cuenta de que lo estaba
produciendo con el entrechocar de sus dientes.
Era hora de que la dejara en paz. Saqu mi coche estacionado bajo el
quejumbroso roble y me dirig a la casa de al lado, la de los Jamieson. An estaba con
las luces encendidas.

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15

A
tendi la puerta el padre de Peter. Tena puesto el pijama y un albornoz y
pareca aun ms transparente y ms ausente de lo que haba estado esa
maana.
Entre, por favor, Mr. Archer. Mi casera se ha ido a la cama, pero le puedo
ofrecer una copa. Tena la esperanza de que se apareciera por aqu, porque tengo
alguna informacin para darle.
Hablando como si fuera medioda, me llev a travs del vestbulo, hacia la
biblioteca. Sus movimientos eran vacilantes pero se dio maa para pasar por la puerta
y sentarse en el silln. Haba una copa llena a su lado: Jamieson pareca ser de esos
bebedores que se mantienen a cierto nivel de sobriedad todo el da y toda la noche.
Le dejo que se prepare su bebida. Mis manos estn un poco inseguras
levant sus manos temblorosas y las observ con inters clnico. Supongo que
debera estar en cama, pero casi he perdido la facultad de dormir. Estas noches en
vela son las peores. La imagen de mi pobre mujer muerta se me aparece casi como si
fuera real. Me siento perdido en una vasta y bostezante vaciedad, que est en mi tanto
como el universo exterior. No recuerdo si le mostr una fotografa de mi difunta
mujer.
De mala gana le dije que no. No tena ningn deseo de quedarme sentado all toda
la noche con Jamieson y sus recuerdos bien regados por el alcohol.
Jamieson hurg en una caja de cuero y sac una fotografa de una mujer joven, en
un marco de plata. No era especialmente bonita. Deba haber otras razones para el
eterno duelo del marido. Tal vez, pens, el dolor era el nico sentimiento de que era
capaz, o tal vez fuera una excusa para beber. Le devolv la foto.
Cunto hace que muri?
Hace veinticuatro aos. Mi pobre hijo la mat al nacer. He tratado de no
echarle la culpa a l, pero a veces se me hace difcil, cuando pienso en todo lo que
perd.
Tiene an a su hijo.
Jamieson hizo un pequeo gesto con su mano libre, nervioso e irritable. Ese gesto
deca bastante sobre sus sentimientos hacia Peter, o su falta de ellos.
De paso, dnde est Peter?
Fue a la cocina, a comer algo. Ya se iba a la cama Si usted quiere verlo
Ms tarde, tal vez. Usted dijo que tena alguna informacin para darme.
Habl con uno de mis amigos del banco. Los cien mil dlares de Martel,
actualmente casi ciento veinte mil, fueron depositados por medio de un giro del
Banco de Nueva Granada.
Nunca o hablar de ese banco.

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Tampoco yo, aunque he estado en Panam. El Nueva Granada tiene su central
en la ciudad de Panam.
Dej Martel sus cien mil en el banco local?
No lo hizo. A eso quera llegar. Sac hasta el ltimo centavo. El banco le
ofreci un guardia, pero no quera ser molestado. Meti su dinero en un portafolios y
lo arroj en la parte trasera de su auto.
Cundo sucedi eso?
Hoy, a las catorce y cincuenta, un momento antes de cerrarse el banco. Haba
hablado por la maana, a primera hora, para asegurarse de que tendran el dinero a
mano.
As que tena ya el propsito de irse esta maana. Me gustara saber a dnde
fue.
A Panam, tal vez. De all parece provenir su dinero.
Tengo que ver a su hijo. Cmo puedo ir a la cocina?
Est al extremo del vestbulo. Ya ver la luz. Vuelva y tome conmigo otra
copita antes de irse. Me lo promete?
Se est haciendo muy tarde.
Con gusto le proporcionar una cama.
Gracias. Pero trabajo mejor en el hotel.
Me gui por la luz a la cocina. Peter se encontraba sentado frente a una mesa bajo
una luz colgante. Tena frente a l, un buen pedazo de ganso asado, en un plato de
madera. Lo estaba comiendo.
Yo no haba tratado de atenuar el ruido de mis pasos, pero no me sinti venir. Me
par en la puerta y lo contempl. Coma, como no haba visto comer a nadie antes.
Con ambas manos arrancaba trozos de carne de la pechuga y se las meta en la
boca, en la misma forma que uno mete carne en la mquina de picar. Su cara estaba
deformada, sus ojos casi invisibles. Tom una pata y la mordi en su parte ms
gruesa. Atraves la cocina y me dirig a l. El lugar era grande, blanco y helado. Me
hizo recordar una cancha de pelota en desuso.
Peter levant la cabeza y me vio. Dej caer, sintindose culpable, la pata del ave,
como si fuera parte de un cuerpo humano. Tena la cara abotagada y manchada, como
una morcilla.
Qu es lo que est haciendo?
Tengo hambre.
Su voz emerga, velada por la grasa.
Todava tiene hambre?
Asinti, con sus ojos embotados fijos en el ave medio consumida, que yaca
frente a l como la carcaza de sus esperanzas.
Sent ganas de salir de all y devolverle el dinero sobrante. Pero siempre me ha
causado dificultades el abandonar algo por falta de suerte. Tomando una silla me
sent frente a l iniciando la conversacin sin hacer caso de su atontamiento.

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No recuerdo todo lo que dije. Por sobre todo trat de persuadir al muchacho de
que perteneca a la raza humana. Pero mi monlogo desalentado reciba su
puntuacin de unos golpes provenientes de la direccin donde estaba la casa de
Marieta Fablon.
Cuando o el ruido por primera vez, pens que poda tratarse de disparos de armas
de fuego, pero desech la idea al notar que se repetan una y otra vez, a intervalos
irregulares. Pareca ms bien el ruido de una celosa o de una puerta exterior,
golpeada por el viento.
De pronto, Peter me dijo, con cierta vergenza:
Le pido disculpas.
Pdase disculpas usted mismo.
Qu?
Que se pida perdn usted mismo. Usted es el que se est daando.
Su rostro bajo la fuerte luz, era como de pasta amasada:
No s qu es lo que se apodera de m.
Deba hacerse ver por un mdico. Es una enfermedad.
Usted cree que necesito un psiquiatra?
Mucha gente lo utiliza, tarde o temprano. Usted tiene la suerte de poder
permitrselo.
No puedo, sin embargo. De verdad. No entrar en posesin de mi dinero hasta
dentro de un ao.
Use su crdito. Puede permitirse un psiquiatra si se puede permitir contratarme.
Usted cree en realidad que pasa algo con mi cabeza?
Con su corazn. Usted tiene un corazn hambriento. Debe de encontrar algo
con qu llenarlo, adems de comida.
Ya lo s. Es por eso que tengo que recobrar a Ginny.
Necesita hacer algo ms que eso. Si ella llega a verlo alguna vez convertido en
un era una frase cruel y no la termin.
Ya me ha visto. Ese es el problema. En cuanto la gente se entera, se pone en
contra ma. Supongo que usted tambin me abandonar.
No. Me gustar ver sus cosas arregladas.
Nunca se arreglarn. No tengo remedio.
Estaba tratando de descargar sobre m el peso de su conciencia y yo no estaba en
disposicin de recibir ms de lo que haba recibido ya, as que trat de suavizar un
poco la situacin:
Mi abuela, que viva en Martnez, era una mujer muy religiosa. Siempre deca
que era pecado la desesperacin.
Movi su cabeza lentamente. Sus ojos parecan seguir el movimiento de su
cabeza. Un momento despus se dirigi rpidamente al fregadero de la cocina y
vomit.
Mientras yo estaba tratando de limpiarla y de limpiarlo a l, el padre apareci en

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la puerta, hablando de Peter como si ste fuera sordo:
Mi pobre muchacho ha estado comiendo otra vez?
Djelo, Mr. Jamieson.
No s por qu me dice eso alz sus plidas manos como para mostrarme qu
padre benvolo haba sido. Fui siempre para mi hijo, a la vez, padre y madre. Tuve
que serlo.
Peter segua parado frente al fregadero, de espaldas a su padre, para no mostrarle
la cara. Despus de un momento, su padre se fue. Unida a la gran cocina principal de
mesas, fregaderos y horno recubiertos de azulejos, haba una pequea cocina que
daba al exterior, semejante a un prtico cerrado de vidrios. Descubr esta cocina al
sentir un ruido en su puerta, un araar, un jadeo que estaba ms cerca y era ms
insistente que el ruido como de golpeteo que haba escuchado antes.
Tienen un perro all afuera?
Peter neg con la cabeza.
Debe ser un animal extraviado. Djelo entrar. Le daremos un pedazo de ganso.
Prend la luz de la cocina y abr la puerta. Marieta Fablon se arrastr sobre el
umbral. Se alz sobre sus rodillas y sus manos se agarraron primero a mis piernas y
luego a mi cintura. Haba sangre sobre la pechera de su bata acolchada de color
rosado, como si, por error, se la hubieran manchado en la tintorera. Sus ojos estaban
tan abiertos y ciegos como monedas de plata.
Me peg un tiro.
Me agach y la sostuve.
Quin, Marieta?
Su boca dijo, trabajosamente:
El joven amante Lo que restaba de su vida expir con las palabras. Pude
sentir cuando dejaba su cuerpo.

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16

P
eter apareci en la puerta que comunicaba las dos cocinas. No entr a la
pequea. La muerte se haba apoderado de toda la habitacin.
Qu es lo que dijo?
Dijo que el joven amante la mat. Qu querra decir con eso?
Martel fue una respuesta automtica. Est muerta?
La mir. La muerte la haba vuelto pequea y desdibujada como algo que se viera
a travs del lado equivocado del lente de un largavista.
Me temo que s. Ser mejor que llame a la polica. Luego, dgaselo a su padre.
Tengo que decrselo? Encontrar la forma de echarme la culpa.
Se lo dir yo, si lo prefiere.
No. Lo har yo.
Atraves la cocina resueltamente.
Sal hacia la ventosa oscuridad y busqu en mi coche la linterna. El camino
mostraba una huella bien visible desde el jardn de los Jamieson a la casa de los
Fablon. Me pregunt si los pasos infantiles de Peter eran los que lo haban marcado.
Haba evidencias de que Marieta se haba arrastrado por ese camino desde su casa:
manchas de sangre y huellas de rodillas en el barro. Su cofia de seda rosa se le haba
cado donde el camino atravesaba un boquete en la cerca del lindero. La dej all.
La puerta del frente de su casa se estaba golpeando. Entr y busqu el estudio. Su
mueble principal era un ornamentado escritorio del siglo diecinueve. Revis sus
cajones. No haba ni rastros de la carta de amor de Audrey Sylvester a Fablon, pero
encontr otra que me interesaba tanto como sta. Haba sido escrita a Mrs. Fablon por
Ricardo Rosales, el vicepresidente del Banco de Nueva Granada, de la ciudad de
Panam, el 18 de marzo de este mismo ao. Deca en un ingls algo rebuscado, que la
cuenta especial de cuyo monto el banco giraba las sumas peridicas de dinero que
ella reciba, se haba agotado y que no se haban recibido ms instrucciones al
respecto. A causa de las reglas y el rgimen del banco, era muy penoso para ellos no
poder revelarle el nombre de su titular.
En un cajn inferior hall una fotografa enmarcada de un subteniente de la Real
Fuerza Area, que era, sin lugar a dudas, Roy Fablon. Faltaba el vidrio, y pedacitos
de fotografa, en forma de media luna, haban sido torpemente arrancados. Tard un
minuto en llegar a la conclusin de que haba sido acribillada por el agudo tacn de
un zapato de mujer. Pens si Marieta habra golpeado recientemente la fotografa de
su marido.
En el mismo cajn un reloj pulsera extra chato, de hombre, con cuatro palabras en
latn grabadas atrs: Mutuis animis amant amantur. Ignoraba el latn, pero amant
quera decir algo sobre el amor. Volv a mirar la foto de Fablon. Para mis ojos

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avezados, su cabeza cruel tena la mirada vaca de las estatuas de bronce. Haba sido
moreno y arrollador, el tipo clsico de hombre del cual una hija podra enamorarse.
Aunque l haba sido buen mozo, y Martel no lo era, me pareci que exista entre
ellos cierto parecido, suficiente tal vez para explicar el apasionamiento actual de
Ginny. Volv a colocar el retrato y el reloj en el cajn.
Una luz estaba encendida en la sala donde yo haba conversado con Marieta y
odo cmo sus dientes se entrechocaban. El cordn del telfono rosado haba sido
arrancado de la pared. Observ gotas de sangre en la alfombra rada. Desde all, haba
comenzado a arrastrarse.
Escuch un lamento a la distancia, ms fuerte que el viento y ms lgubre. Era el
sonido de una sirena, que como siempre, llegaba demasiado tarde. Sal, dejando
detrs de m la luz prendida y la puerta golpendose.
Los hombres de la polica llegaron a la casa de los Jamieson antes que yo. Tuve
que explicar quin era, mostrar mi credencial y hacer que Peter atestiguara por m,
antes de que me dejaran entrar en la casa. Pero no me permitieron pasar a la cocina.
La falta de cooperacin de la polica me vino muy bien. Me senta justificado al
ocultarles algunos de los resultados de mis propias investigaciones. Pero alud
vagamente a Martel. A las dos de la maana, el oficial a cargo de la investigacin,
inspector Harold Olsen, entr a la sala donde estaba sentado esperando y me inform
que haba dado un alerta general con respecto a Martel. Aadi:
Ahora puede irse a su casa, Mr. Archer.
Pensaba quedarme por ac y conversar con el forense.
Soy yo dijo Olsen. Le dije a mi comisionado, el doctor Wills, que no se
molestara en venir aqu esta noche. Necesita descanso. Por qu no se va usted y
descansa, Mr. Archer? Se dirigi pesadamente hacia m. Era un sueco grandote,
lento y obstinado a quien le agradaba que sus sugestiones fueran tomadas como
rdenes. Tranquilcese y tmelo con calma. No tendremos los resultados de la
autopsia por lo menos hasta dentro de dos das.
Por qu no? le pregunt, sin levantarme de mi silla.
Porque nunca lo hacemos antes estaba a cargo de todo y sus ojos,
ligeramente saltones me miraban por si yo tena alguna duda sobre su poder. Tuve la
impresin de que si tuviera que elegir, preferira manejar un caso ms que resolverlo
. No hay apuro. Por ahora sabemos que recibi un tiro en el pecho que,
probablemente le interes el pulmn. Muri de una hemorragia interna.
Lo que me interesa ahora es saber cmo muri el marido.
Se suicid. No necesita del doctor Wills para enterarse de esto. Yo mismo
manej el asunto Olsen me miraba ahora de ms cerca. Presenta la posibilidad de
que yo quisiera cuestionar sus conclusiones y, temeroso por adelantado ante algo que
poda ser un atropello a sus funciones, dijo: El caso est cerrado.
Y lo que acaba de suceder, no podra reabrirlo?
No. Eso no al enojarse, recaa en una mala gramtica. Fablon se suicid.

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Le dijo a su mujer que lo hara y lo hizo. No hubo ningn testimonio de mala fe.
Tengo entendido que estaba muy desfigurado.
Por los tiburones y las rocas. Aqu hay muchos remolinos y corrientes y
anduvo rodando por el fondo durante diez das el tono de Olsen era algo
amenazante. Pero todo el dao fue hecho despus de estar ahogado. Muri por
ahogo en agua salada. El doctor Wills le dir la misma cosa.
Dnde podr encontrar a Wills maana?
Tiene su consultorio en el stano del Hospital Misericordia. Pero no podr
decirle ms de lo que yo le he dicho.
Olsen dej la habitacin envuelto en el orgullo de casta de un artfice cuyo trabajo
ha sido criticado por un obrero. Esper hasta que ya no se oyeron sus pasos y
entonces me dirig a la biblioteca. La puerta estaba cerrada, pero se vea luz por
debajo de ella.
Quin es? pregunt Vera desde adentro.
Archer.
La casera me dej entrar. Tena puesto un kimono de rayn, color tornasolado.
Cuando se sent en la banqueta a los pies de Jamieson pude ver las dos trenzas negras
colgndole en la espalda como cables cortados.
Es algo horrible me dijo Jamieson dbilmente. Qu saca usted en claro,
Archer?
An es muy pronto para preguntrmelo. Marieta dijo que el joven amante la
mat. Tiene eso para usted, algn significado?
No.
Tena un amante?
Que yo supiera, no.
Y si lo hubiera tenido, quin podra ser?
No tengo idea. Francamente, no he tenido mucho contacto con los Fablon antes
o despus de la muerte de Roy. Es cierto que ramos muy amigos en el colegio y
durante unos cuantos aos ms, pero nuestras vidas tomaron diferentes rumbos. En
cuanto a la vida privada de Marieta, la ignoro por completo. Se me ocurre, sin
embargo, que poda haberse referido al amante joven de otra persona.
Usted se refiere a Martel?
Es un pensamiento obvio, no es cierto?
Tan obvio que le tengo miedo. Pero cay en mis manos algo que descubre una
relacin peculiar entre Martel y Marieta. Ella ha estado percibiendo una especie de
renta del Banco de Nueva Granada.
Marieta?
Exacto. Le fue cortada durante estos dos ltimos meses.
Quin era la fuente de esa renta?
No est muy claro. Quizs haya sido Martel, y si fue l, sugiere una posibilidad
brutal. Marieta puede haberle vendido su hija.

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Marieta es incapaz de hacerlo! Jamieson estaba tan horrorizado como se lo
permita su anestesiada condicin.
Lo hacen muchas madres. No lo llaman venta, pero a eso se reduce. Un baile
de presentacin en sociedad, es lo ms cercano que existe a un mercado de esclavas
del Sudn.
Vera dej or una risa maliciosa y tristona. Su patrn la mir con severidad y dijo,
como si indirectamente le hiciera un reproche:
Pero Marieta es era tan apegada a Ginny
Tambin saba qu importante es el dinero. Me lo dijo ella misma.
De verdad? Porque fjese que acostumbraba a tirar su dinero como si sus
recursos fueran inextinguibles. Tuve que salir de fiador de ella
Vera lo mir vivamente y Jamieson decidi no terminar su frase. Yo dije:
Tal vez su hija fuera el ltimo recurso que le quedaba.
Yo estaba probando la verosimilitud de mi idea y Jamieson se dio cuenta de mi
propsito.
Posiblemente usted podra estar en lo cierto. Marieta se endureci mucho en
estos pocos aos, despus de la muerte de Roy. Pero suponiendo que usted est en lo
cierto, por qu casara a Virginia con un extranjero sospechoso? Tena a mi pobre
hijo Peter a su disposicin y deseoso de hacerlo.
No lo s. La idea puede haber sido de Ginny, despus de todo. Y el hecho de
que Martel y Marieta sacaran el dinero del mismo banco de Panam, una simple
coincidencia.
Sin embargo, usted no cree que sea as.
No. He perdido mi fe en las coincidencias. Todo en la vida tiende a irse
uniendo en una trama. Por supuesto, la trama en este caso es la muerte, repitindose.
El que Mrs. Fablon haya sido asesinada, trae de nuevo a colacin la muerte de su
marido.
Pero acaso no qued establecido que Roy se suicid? Vera frunci el
entrecejo, como si Jamieson hubiera dicho algo obsceno. Discretamente, se persign.
Esa es la historia oficial, de todas maneras dije. Pero ahora se abren
interrogantes, como todo lo dems. Tengo entendido que usted identific el cadver.
Yo fui uno de los que lo hicieron.
Est seguro de que era Fablon?
Tuvo una expresin dubitativa y se movi en su silla, molesto.
Estuve seguro en una poca. Eso no quiere decir que tengo que estar seguro
ahora, no le parece? Francamente, no es un recuerdo que me cuide de mantener. Su
cara estaba hinchada y terriblemente cortada.
Jamieson cerr sus ojos con fuerza. Vera le tom la mano y se la sostuvo.
As que usted no pudo estar bien seguro de que fuera l?
Era difcil con solo mirarlo. El mar le haba causado todo un cambio. Pero, por
otra parte, yo no tena ninguna razn para dudar de que fuera Roy. El mdico que

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intervino en la investigacin, el doctor Wills, dijo que tena irrefu tartamude en
esta palabra irrefutables evidencias de que era Roy.
Recuerda cules eran esas evidencias?
Tenan que ver con las radiografas de viejas fracturas en las piernas.
En esas fracturas hubieran tenido que fijarse ms a fondo.
En qu? me dijo bastante irritado.
Podran aclarar la posibilidad de que fuera un suicidio fingido y que otro
hubiera usado el sobretodo de Fablon en el ocano. Es una posibilidad que debe
tenerse an ms en cuenta cuando un hombre est fuertemente endeudado. Pero lo
que usted acaba de decirme desecha la hiptesis.
Pienso lo mismo.
Hace un momento usted empez a contarme que iba a salir fiador de Mrs.
Fablon.
Eso fue hace aos. Los ayud a los dos en una ocasin. En cierta forma, me
senta responsable de Roy.
Vera se revolvi en su asiento, con enojo, y dijo:
Usted le dio la casa a ella.
Qu casa?
Jamieson me contest:
La casa en que vive en que viva. Para ser exacto, no se la di. Haca uso de
ella. Despus de todo, fue buena con mi pobre hijo. Y tambin lo fue Roy, a su turno.
Roy le sac mucho dinero?
Unos pocos miles. Podan haber sido ms, pero la mayor parte de mi capital
estaba invertido en crditos hipotecarios. Roy, en los ltimos tiempos, estaba
desesperado por dinero. Jugaba con dinero que no tena.
Con un hombre llamado Ketchel?
S. Ese era su nombre.
Usted conoci a Ketchel?
Nunca me encontr con l. Solamente lo conoca de nombre.
Por intermedio de quin?
De Marieta. Durante los once o doce das de la desaparicin de Fablon, antes
de que su cuerpo subiera a la superficie, Marieta hablaba mucho de Ketchel. Pero no
tena pruebas y yo la disuad de ir a la polica. Despus de establecerse que se trataba
de un suicidio, desisti de la idea.
Vera se movi inquieta y tirando de la mano de Jamieson como si la mujer muerta
fuera una sutil rival suya, dijo:
Vamos a la cama. Usted est loco, quedndose sentado toda la noche.
Todo el decoro convencional de la casa pareca haberse venido abajo. Me levant
para irme y Vera me mir con alivio.
Jamieson dijo, sin hacerle caso a Vera.
Yo pens en esa poca que Marieta estaba fantaseando con eso del crimen,

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simplemente porque le era duro enfrentar la idea del suicidio. Supone usted que ella
saba algo, despus de todo?
Tal vez. El inspector Olsen me dijo que Fablon haba muerto, sin duda alguna,
por ahogo en agua salada. Podra ser una forma de asesinar, aunque en este caso no lo
parece. Pero aun as, me gustara hablar con Ketchel. No sabra usted decirme dnde
puedo encontrarlo?
No tengo la ms mnima idea. Para m, es slo un nombre.
Los ojos de Vera se clavaban en m, empujndome para que me fuera. Los
policas estaban an en la cocina. Marieta no. Tampoco Peter. El enorme cuarto haba
adquirido ese aire de negra desolacin policial que me era familiar. Yo haba sido en
un tiempo polica, en Long Beach, a poco menos de un tiro de obs de Montevista.

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17

D
e regreso me dirig hacia el puerto por la avenida costanera, para pasar en el
Hotel Breakwater lo que restaba de la noche. Uno o los dos Hendricks,
podan darse una vuelta por all, aunque no esperaba que lo hicieran.
Sin pensarlo, fui disminuyendo la velocidad al llegar al matorral de los
vagabundos. De no haber sido as, no habra visto el Cadillac de Harry. Estaba en la
franja de pasto, del lado del ocano, con la nariz metida en el tronco de una palmera.
Haba sufrido un impacto violento. La base del rbol estaba cortada. El fuerte
paragolpes del Cadillac se haba hundido en el radiador. El vidrio inastillable del
frente estaba manchado con la marca de una cabeza. Encontr algunas salpicaduras
de sangre en el asiento delantero. Fuese quien fuese el que se hubiera apoderado del
auto, chocndolo, haba dejado las llaves puestas en el arranque. Hice lo que deba de
haber hecho antes: usarlas para abrir el bal.
Harry estaba all, dndome la espalda. Puse la mano bajo su cabeza y le di vuelta
la cara. Haba sido duramente golpeado. Hasta que no lo o quejarse, pens que estaba
muerto. Lo alc y lo saqu afuera. Era como extraer un gran nio inerte de un vientre
de hierro. Lo deposit en el pasto y mir en derredor en busca de auxilio.
El viento silbaba en las ramas secas de las palmeras sobre mi cabeza. No haba
nada humano a la vista. Pero no quera dejar a Harry. Alguien poda llevrselo otra
vez. Cruc hasta la playa para mojar mi pauelo en el agua y no pude evitar que se
mojara uno de mis zapatos. Harry se quej cuando le estaba limpiando la cara con el
trapo hmedo, pero no volvi en s. Al levantarle uno de los prpados, todo lo que
pude ver fue el blanco del ojo.
Calcul que haba estado inconsciente en ese bal durante seis o siete horas. En
mi mente no existan muchas dudas de que la sangre en el tacn de Martel, era sangre
de Harry. Decid llevarlo al hospital y lo alc en mis brazos de nuevo.
Estaba a medio camino hacia mi coche, cuando un auto patrullero de la ciudad,
con su luz roja encendida en el techo, apareci a la vista. Se detuvo y un agente se
ape.
Qu est haciendo?
Este hombre ha tenido un accidente. Lo llevo a un hospital.
Lo llevaremos nosotros.
Era un joven oficial, en cuya voz haba un ribete de suspicacia. Levant a Harry
de entre mis brazos y lo deposit en el asiento trasero del patrullero. Luego,
volvindose hacia m, con la mano apoyada en la culata del revlver, dijo:
Tengo la impresin de que ha sido golpeado.
S.
Mustreme sus manos. Venga aqu, frente a los faros.

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Le mostr mis manos, bajo la blanca luz. Un segundo agente se baj del coche y
vino hacia m, por detrs.
Yo no lo golpe. Puede darse cuenta de eso.
Quin lo hizo?
No sabra decirlo no tena ganas de explayarme sobre Martel. Vi el auto
chocado, abr el bal y l estaba dentro. Creo que el coche fue robado.
Usted lo conoce?
Muy poco. Su nombre es Harry Hendricks. Los dos nos alojamos en el Hotel
Breakwater. Me podr encontrar all ms tarde, si lo desea.
Le dije entonces quin era yo.
Lo mejor que pueden hacer es llevarlo ya a un hospital.
No se preocupe. Lo haremos.
A qu hospital?
Al de la Municipalidad, a menos que usted quiera hacerse cargo de los gastos.
El de la Misericordia exige un da de depsito.
Cunto es?
Veinte dlares, en la guardia.
Le di veinte de los dlares de Peter. El agente me dijo que su nombre era Ward
Rasmussen, y que me traera un recibo del hospital.
Excepto el anciano portero sentado en un banco, el vestbulo del Hotel
Breakwater estaba desierto. Lo toqu, y se despert preguntando:
Marta?
Quin es Marta?
Se frot los ojos legaosos.
Conoca a una chica llamada Marta. Dije Marta?
S.
Debo haber estado soando con ella. La conoc en Red Bluff. Se llamaba Marta
Truitt. Nac y me cri en Red Bluff, hace ya mucho tiempo.
Con los ojos muy abiertos, se levant, arrastrndose tras el escritorio y esperando
que me inscribiera para darme la llave de la habitacin 28, que yo mismo le ped. El
reloj elctrico deca que eran las tres y cinco.
Le pregunt al hombre si la mujer pelirroja, Mrs. Hendricks haba regresado al
hotel. No lo recordaba. Lo dej moviendo la cabeza mientras se acordaba de Marta
Truitt.
Ca en la cama y no so absolutamente nada. El viento muri al filo del
amanecer. Sent el silencio y me levant preguntndome qu era lo que faltaba. Una
luz gris, empaaba los vidrios. Poda or el mar golpeando como un pordiosero al
extremo de la ciudad. Me di vuelta y me volv a dormir.
Me despert el telfono. De la oficina me dijeron que un polica quera verme. En
mi reloj, eran las ocho menos cuarto. Mientras lo pensaba, llam al estudio de Eric
Malkovsky.

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Ha estado trabajando toda la noche, Eric?
No. Me levant temprano. Hice algunas ampliaciones de esos negativos.
Apareci algo que quiero mostrarle.
De qu se trata?
Me gustara ms que usted lo viera y sacara sus propias conclusiones.
Puede traerlas al Hotel Breakwater?
Me contest que s.
Estar en la habitacin 28 o en la cafetera.
Me vest y baj al vestbulo. El joven polica Rasmussen tena en la mano el
sombrero gris perla de Harry. Me entreg un recibo por veinte dlares.
Siento haberlo despertado tan temprano me dijo, pero es la hora del
relevo.
Era ya tiempo de levantarme. Cmo est Harry?
Est saliendo del mal paso. Lo enviarn al Hospital del Municipio, a menos que
usted deposite ms dinero hoy.
Tiene sentido proceder as?
Es la manera que tiene ese hospital de manejar sus negocios. He visto a gente
que ha muerto en el trayecto entre el Hospital de la Misericordia y el Municipal. No
quiero decir que a su amigo pueda pasarle eso aadi cautelosamente. El mdico
dice que va a marchar bien.
No es exactamente mi amigo.
Pero para usted vale veinte dlares de amistad. De paso, si va al hospital,
llvele el sombrero. Lo saqu de su auto hoy, antes de que se lo llevaran los de la
gra. Es un buen sombrero y querr conservarlo.
Me lo dio. No me molest en decirle que no tena grabado el nombre de Harry.
Me preguntaba quin sera ese Spillman y cmo Harry haba conseguido su
sombrero.
El coche no sirve para nada dijo Rasmussen. No era de mucho precio,
pero un auto robado es un auto robado. De paso, agarramos a tres sospechosos. Fue
fcil para nosotros. Uno de ellos tena cortadura en la frente y sus compinches lo
llevaron a la sala de primeros auxilios.
Los recolectores de naranjas?
No entiendo.
Un hombre blanco y un par de hermanos negros?
As que usted los vio, no? dijo Rasmussen.
Si Qu van a hacer ustedes con ellos?
Depende de lo que hayan hecho. An no lo he averiguado. Si encerraron a su
amigo en el bal y lo llevaron a algn lado, es rapto.
No creo que supieran que estaba en el bal.
Entonces, quin lo golpe? El doctor dice que recibi una buena paliza; que
fue golpeado y pateado.

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No me sorprende en absoluto.
Tiene idea de quin pueda haberlo hecho?
Si, pero me tomar un tiempo comprobarlo.
Me contest que dispona de bastante tiempo, todo el da, para ser ms claro. Lo
invit a desayunarse, a pesar de sus negativas y mientras coma su jamn con huevos
y caf, le hice el obsequio de un trozo del caso Martel.
Rasmussen escuch atentamente.
Usted cree que Martel golpe a Hendricks?
Mentalmente estoy seguro que lo hizo. Lo encontr espiando cerca de su casa y
lo atac. Pero no vale la pena seguir especulando. Hendricks ya nos dir todo, cuando
pueda hablar.
Rasmussen bebi su caf e hizo un gesto de desagrado.
Cmo habr llegado el coche de Hendricks hasta la avenida?
Yo creo que Martel lo llev hasta all, con Hendricks metido en el bal,
dejndolo en un lugar donde estaba expuesto a que lo robaran.
Los ojos de Ward Rasmussen me miraron fijamente por encima de la taza de caf.
Sus ojos tenan la intensidad azul de los destellos de las llamas Bunsen. La mandbula
y su boca joven y disciplinada le daban un aspecto levemente fantico.
Quin es este Martel? Y por qu se habr casado con l Virginia Fablon?
Sobre esa pregunta estoy trabajando. Martel proclama ser un acaudalado
francs, que est en dificultades con el gobierno de su pas. Hendricks dice que es un
aventurero barato. Martel puede ser un aventurero, como lo sospecho, pero no barato.
Est viajando en este momento con cien mil dlares en efectivo, en un Bentley, con la
chica ms linda de la ciudad.
Yo conoc a Virginia en el colegio dijo Rasmussen. Era una hermosa
chica. Y los tena a todos embobados. Entr en los grados superiores cuando tena
solamente diecisis aos. Se gradu seis meses antes que los de su grado.
Usted parece acordarse bastante de ella.
Sola seguirla en la calle me dijo. Y un da junt bastante coraje como para
pedirle que fuera a un baile conmigo. Eso fue cuando yo era capitn del equipo de
ftbol. Pero ella me dijo que iba con Peter Jamieson.
Pas por sus ojos una sombra de envidia. Alz su cabeza, con el pelo cortado al
rape, como para ahuyentarla.
Es raro que se haya cambiado hasta el punto de casarse con ese Martel. Usted
cree que vino a la ciudad para casarse con ella?
Sea lo que fuere, eso es lo que pas. No s cules seran los planes originales
de Martel.
De dnde consigui esos cien mil?
Los deposit, haciendo efectivo un giro de un banco de Panam, en el Banco
de Nueva Granada. Concuerda con su afirmacin de que su familia tiene posesiones
en varios pases extranjeros.

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Rasmussen se apoy en la mesa, haciendo a un lado, con el codo, su taza de caf
vaca.
Tambin concuerda muy bien con el hecho con la idea de que es un pjaro de
cuenta. Una cantidad de dinero mal habido va a parar a Panam, a causa de sus leyes
bancarias.
Lo s. Por eso lo he mencionado. Hay otra cosa. La mujer que fue asesinada
ayer, la madre de Virginia Fablon, perciba una renta proveniente del mismo banco.
Cunto perciba?
No lo s. Usted podr conseguir esos detalles en el banco local.
Dar una vuelta por all.
Sac una libreta de apuntes nueva. Mientras haca algunas anotaciones, lleg Eric
Malkovsky con un sobre de papel de manila. Present a los dos hombres. Entonces
Eric sac las ampliaciones del sobre, extendindolas sobre la mesa.
Eran, poco ms o menos, de seis por ocho pulgadas, nuevas y claras como si
hubieran sido tomadas el da anterior. Se poda ver cada lnea de la cara de Ketchel. A
pesar de mostrarse sonriente, la enfermedad acechaba detrs de la sonrisa. Las lneas
alrededor de su boca tambin podan significar consternacin. Tena la mirada de un
hombre que ha luchado para llegar alto, o lo que l consider alto, sin llegar a
disfrutar de eso ni de nada. En la ampliacin, cambiaba un poco la significacin de la
cara de Kitty. Sus ojos parecan sustentar la leve sospecha de que era una mujer capaz
de hacer algo mejor que limitarse a cambiar de trajes. Pero en la Kitty que yo haba
visto anoche en este mismo Hotel Breakwater, ese vislumbre haba muerto y sin dejar
rastros.
Hizo un buen trabajo, Eric. Estas fotos van a ser una gran ayuda.
Gracias dijo, aunque not que estaba impaciente conmigo. Acercndose a
m, me seal con el dedo en la parte alta de la fotografa: Mire detenidamente al
hombre que est en el fondo, el que tiene la bandeja.
En seguida me di cuenta a qu se refera. Detrs del bigote negro del camarero,
reconoc una versin ms joven de Martel.
No era ms que un mozo en el Club dijo Malkovsky. Ni siquiera un mozo,
apenas un mandadero y dej que me llevara por delante.
Rasmussen pidi cortsmente:
Puedo ver alguna?
Le alcanc la de arriba y la estudi. La camarera se acerc a la mesa con una
cafetera y un men de desayunos manchado con los rastros de otros desayunos. Ella
tambin luca huellas visibles de su historia en su boca fcil hasta la generosidad, en
sus ojos desilusionados, en su pelo que nunca confesaba que era teido y su renquera
causada por juanetes.
Quiere servirse algo? pregunt a Eric.
Ya he desayunado. Traiga un poco de caf.
Yo le dije que tomara lo mismo. Cuando la camarera me lo serva, vio la

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fotografa que tena delante.
Conozco a esa chica dijo. Estuvo aqu anoche. Se cambi el color del
cabello, no es cierto?
A qu hora?
Debi ser antes de las diecinueve. Yo salgo a las diecinueve. Orden un
sndwich de pollo, de blanco de pollo se inclin hacia m, confidencialmente.
Es una artista de cine o algo as?
Qu la hace creer que pueda ser una artista de cine?
No s. Tal vez la forma en que estaba vestida, el aspecto que tena Es una
chica muy linda dndose cuenta de haber levantado mucho la voz, llevada por su
entusiasmo, baj el tono: Perdneme; no quise hacer tanto ruido
Est bien.
Se alej, renqueando. Pareca un poco ms desilusionada que antes.
Rasmussen dijo, cuando ya no poda ornos:
Es extrao, pero creo que yo tambin conozco a la joven de esta foto.
Podra ser. Kitty dice que se cri aqu, en la ciudad, en algn lugar vecino a las
vas del tren.
Ward Rasmussen se rasc la cabeza rapada:
Estoy seguro que la he visto. Cmo se llama?
Kitty Hendricks. Segn lo que dice, todava est casada con Hendricks, pero no
han estado viviendo juntos. Siete aos atrs, ella viva con un hombre, con el de la
foto, su nombre es Ketchel, y tal vez an siga hacindolo. Me cont una historia muy
fabricada, dicindome que era secretaria de un magnate al cual Martel le rob
algunos valores. Pero no le doy mucho crdito.
Ward tom algunas notas:
Y de aqu, a dnde vamos?
Usted tambin entra en esto, no?
Revienta esto de pasarse la vida citando peatones que han cruzado malla calle.
Mi ambicin es trabajar de detective. De paso, puedo guardar una copia de esta
fotografa?
Quiero que lo haga. Recuerde que ahora tiene siete aos ms y es pelirroja. Vea
si puede encontrar alguna pista de su familia y conocer su paradero. Probablemente,
sabe ms de lo que dice. Y espero que nos conduzca a Ketchel.
Meti la foto, doblada, en su libreta:
Me voy a ocupar de esto enseguida.
Antes de irse, Ward escribi su direccin y telfono en una hoja que arranc de su
libreta. An viva con su padre, me dijo, aunque pensaba casarse pronto. Me dio la
hoja y sali del caf, con paso gil. Mi emocin sigui al muchacho. Ms de veinte
aos atrs, cuando yo era un cadete en la polica de Long Beach, me haba sentido
como l ahora. Era nuevo en esta vida dura y rogu porque ella no terminara por herir
demasiado profundamente su nimo tan bien dispuesto.

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18

E
l Club de Tenis no se abra hasta las diez de la maana. As me lo dijo Eric.
Encontr a Reto Stoll en su chalet, al lado del de Mrs. Bagshaw. Tena puesta
una chaqueta azul con botones dorados, que no estaba de acuerdo con los
sobrios y pesados muebles de su saln. No haba nada con personalidad en esa
habitacin, excepto un vago olor a incienso.
Stoll me recibi con vida cortesa. Me hizo sentar en un silln donde,
obviamente, haba estado sentado l mismo, leyendo el diario. Mova sus manos con
inquietud.
Es terrible lo que pas con Mrs. Fablon.
Todava no puede estar en el diario.
No. Me lo dijo Mrs. Bagshaw. Las viejas seoras de Montevista hacen su
propia cosecha de noticias aadi, paternalmente. Estas noticias nos producen
un terrible efecto a todos. Mrs. Fablon era una de nuestras socias ms agradables.
Quin podra querer matar a una mujer tan encantadora?
No haba dudas de que era sincero, pero no tena el don de parecerlo cuando
hablaba de mujeres.
Usted podra ayudar a contestar a esa pregunta, Mr. Stoll le dije,
alcanzndole una de las ampliaciones. Reconoce usted a estas personas?
Se llev la foto hacia la puerta batiente que se abri sobre el patio. Sus ojos grises
se entrecerraron y su boca hizo una mueca de disgusto.
Fueron huspedes aqu, hace varios aos. Con franqueza, yo no quera
admitirlos. No eran de nuestra clase. Pero el doctor Sylvester hizo prevalecer su
voluntad.
Por qu?
El hombre era paciente suyo. Aparentemente, un paciente muy importante.
Le dijo algo ms sobre l.
No necesitaba hacerla. Reconoc al tipo. Es de los que pertenecen a Palm
Springs o a Las Vegas, pero no a este lugar frunci dolorosamente su ceo y se
golpe la frente. Debera recordar su nombre.
Ketchel.
Eso es. Ketchel. Los puse a l y a la mujer en el chalet junto al mo dijo
sealando el de Mrs. Bagshaw, para poder tenerlos a la vista.
Qu es lo que vio?
Se portaban mejor de lo que yo supuse. No se realizaron reuniones
escandalosas ni nada por el estilo.
Entiendo que jugaban mucho a las cartas.
No me diga

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Y que Fablon tambin era de la partida.
La expresin de Stoll se me adelant. Poda ver el hilo del escndalo antes de que
fuera desenrollado.
Dnde oy eso?
Me lo dijo Mrs. Fablon.
Entonces supongo que debe de ser cierto. Yo no lo recuerdo.
Vamos, Reto. Usted que est metido en esta via del Seor que es Montevista,
debe haber odo que Fablon perdi una gran cantidad de dinero con Ketchel. Mrs.
Fablon lo culp de la muerte de su marido.
El temor al escndalo le ensombreci el rostro:
El Club de Tenis no es responsable.
Estaba usted aqu la noche en que desapareci Fablon?
No. No estaba. No puedo permanecer en el trabajo veinticuatro horas por da
mir su reloj. Eran las veintids y estaba por dar trmino a nuestra entrevista.
Quiero que le eche otra mirada a la fotografa. No reconoce al joven de
chaqueta blanca?
Mir la foto a plena luz:
Lo recuerdo vagamente. Creo que slo dur unas pocas semanas de golpe
contuvo la respiracin: Pero este parece Martel! Lo es?
Estoy casi seguro que es l. Qu haca trabajando para ustedes como
camarero?
Con sus manos hizo un gesto desvalido, acompasando el pasado con el presente y
con un futuro bastante dudoso. Se sent:
No tengo la menor idea. Slo recuerdo que haca horas extras, dedicndose
especialmente a la limpieza. Algunas veces, durante la temporada, empleamos esos
muchachos para atender los chalets.
Dnde recluta esos muchachos?
En la Agencia de Empleos del Estado. Son inexpertos en el trabajo, pero
nosotros los adiestramos. Conseguimos algunos en la oficina de empleos del Colegio
del Estado. No s donde lo conseguimos a ste mir de nuevo la foto y se abanic
con ella. Podra fijarme en los archivos.
Hgalo, por favor. Puede ser lo ms importante que haga usted en todo este
ao.
Cerr la puerta del chalet y me condujo, a travs de la verja, hacia la cerca que
resguardaba la piscina. Sin los baistas, el agua yaca al sol como un cristal verde.
Dimos la vuelta hacia la oficina de Stoll. Me dej sentado ante su escritorio y
desapareci en la oficina de los archivos.
Sali de ella cinco minutos despus, con una tarjeta.
Estoy seguro que sta es la que necesitamos, si me confo a mi memoria. Pero
el nombre no es Martel.
El nombre era Feliz Cervantes. Haba sido empleado por medio del Colegio del

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Estado, como suplente por horas, de tarde y de noche, a 1,25 dlares la hora. Su
perodo de trabajo haba sido corto, del 14 al 30 de setiembre de 1959.
Lo despidieron?
Dej el empleo dijo Stoll. De acuerdo a la fecha, lo dej el 30 de
setiembre sin cobrar los dos ltimos das de trabajo.
Eso es interesante. Fablon desapareci el 29, Feliz Cervantes dej su empleo el
30 y Ketchel se fue de ac el 1 de octubre.
Y usted relaciona los tres sucesos?
Es difcil no hacerlo.
Us el telfono de Stoll para hacer una llamada con el jefe de la oficina de
empleos del Estado, un tal Mr. Martin. Le di el nombre de Feliz Cervantes para que lo
consultara en los libros.
Mientras estaba en el Club, fui a visitar a Mrs. Bagshaw. Con recelo, me dio la
direccin de sus amigos en Georgetown, los Plimsoll, aquellos que Martel haba
dicho conocer.
Mand esa direccin, junto con la foto de Martel, por expreso, a un hombre
llamado Ralph Christman, que tena una agencia de detectives en Washington. Le
encargu a Christman que entrevistara a los Plimsoll personalmente y me telefoneara
los resultados a mi servicio de respuestas en Hollywood. Las tendra al da siguiente
si todo marchaba bien.

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19

E
l colegio estaba situado en lo que recientemente haba sido la campia. En las
colinas taladas de los alrededores quedaban todava restos de los bosquecillos
de naranjos que en otro tiempo las haban vestido con su verdor. Los rboles
del patio del colegio eran, en su mayora, palmeras que daban la sensacin de haber
sido llevadas y plantadas all, ya desarrolladas. Los estudiantes daban esa misma
impresin.
Uno de ellos, con una barba que lo volva parecido a Toulouse-Lautrec, me indic
el camino para llegar a la oficina de Mr. Martin. La entrada de sta quedaba detrs de
un tabique horadado, de concreto, al costado del edificio de la administracin, que era
uno del valo de edificios de piedra que cerraban el patio del colegio.
Pas de la luz del sol al brillo fro de las luces fluorescentes. Una mujer joven me
sali al encuentro y me dijo que Mr. Martn estaba esperndome.
Martn era un hombre calvo, con camisa de mangas cortas, de mirada tan fuerte y
descarada como la de un vendedor. Las paredes artesonadas de la oficina, frescas e
impersonales, hacan que l pareciera fuera de lugar.
Linda oficina le dije despus de darnos la mano.
No me puedo acostumbrar a ella. Es algo extrao, pero van a cumplirse cinco
aos que estoy en ella, en agosto, y todava siento nostalgia por la vieja choza en que
empezamos. Pero usted no est interesado en historia antigua.
Lo estoy, pero en lo referente a Feliz Cervantes.
Perfecto. Ese s que es un nombrecito. Declararse poseedor de la felicidad.
Feliz Cervantes! Bueno, esperamos que lo sea. No lo recuerdo personalmente pues
no estuvo mucho tiempo aqu, pero ya saqu su ficha abri una carpeta de manila
que tena sobre el escritorio. Qu es lo que quiere saber de Feliz Cervantes?
Todo lo que tenga sobre l.
Me temo que no es mucho. Por qu se interesa en ello Mr. Stoll?
Porque regres a la ciudad hace dos meses, bajo otro nombre.
Ha hecho algo malo?
Se le busca por sospecha de agresin le contest bajando un poco la voz.
Estamos tratando de establecer su identidad.
Me alegra poder cooperar con Mr. Stoll l contrata a muchos de nuestros
muchachos pero no creo que les ser de mucha utilidad. El apellido Cervantes
puede ser tambin supuesto.
Pero sus alumnos no tienen que presentar documentos de nacimiento,
estudios, etc., antes de ser admitidos?
Se supone que s. Pero Cervantes no lo hizo Martin vaci el contenido de la
carpeta. Aqu hay una nota al respecto, donde l dice ser un estudiante proveniente

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de un colegio latinoamericano. Lo admitimos provisionalmente dando por sentado
que sus certificados de estudio nos llegaran en los primeros das de octubre. Para esa
fecha ya se haba ido y si los certificados llegaron alguna vez, los devolvimos.
Adnde se fue?
Hizo un gesto, retrayendo su cabeza calva, atortugada, entre los hombros.
No seguimos las huellas de los que nos dejan. Adems, nunca estuvo
matriculado no tena los papeles exigidos para la matrcula, pareca decir Martin y
por lo tanto, no exista. Podra usted averiguarlo en el viejo domicilio que figura
aqu, por si les hubiera comunicado una nueva direccin. Est a nombre de Mrs.
Grantham, en Shore Drive nmero 148. Ella tiene unos departamentos que alquila a
los estudiantes. Tome nota de la direccin.
Lo hice.
Qu estudios segua Cervantes?
No lo tengo registrado. No se qued lo suficiente como para graduarse, que es
todo lo que nos interesa. Podra probar suerte en el despacho del Decano, si eso es
muy importante. Est en este mismo edificio.
Me dirig all. La secretaria del Decano era una muchacha de cabello oscuro, de
busto prominente y de edad indefinida que se manejaba con una estilizada precisin.
Dactilografi el nombre de Cervantes en una hoja de papel y lo llev a una oficina de
archivos de donde sali con la informacin escrita de que ste se haba inscrito en
idioma francs y literatura de los grados adelantados y en los cursos superiores de la
Historia Moderna de Europa. Estuve completamente seguro, por primera vez, de que
Cervantes y Martel eran una misma persona. Sent una especie de humillacin por l.
Haba dado un gran salto, posndose sobre una piedra floja. Ahora, estaba cayndose.
Quin le enseaba francs y literatura?
El profesor Tappinger. Sigue dictando el curso.
Esperaba que fuese el profesor Tappinger.
Ah, s? Lo conoce usted?
Apenas. Est ahora aqu?
S. Pero temo que est dictando clase la mujer mir hacia el reloj elctrico
que haba en la pared. Son las doce menos cuarto. Termina su curso a las doce
exactamente. Siempre lo hace.
Pareca sentir cierto orgullo al decir esto.
Usted sabe, todo el tiempo, dnde se encuentra cada una de las personas del
establecimiento?
Slo algunas de ellas. El profesor Tappinger es una verdadera institucin.
A m no me parece que sea as.
Sin embargo, as es. Es un brillante erudito como si ella misma fuera una
institucin. Agreg: Nos consideramos muy afortunados de haberlo conseguido y
de que permanezca aqu. Me preocup mucho el pensar que nos abandonara, cuando
no consigui ser ascendido.

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Y por qu no lo logr?
Quiere que le diga la verdad?
No podra vivir sin ella.
Se inclin hacia m y baj el tono de voz, como si el Decano tuviera el lugar
vigilado:
El profesor Tappinger se dedica demasiado a su trabajo. No podra ser
molestado con asuntos referentes a los manejos de cada departamento. Francamente,
su mujer no le brinda ninguna ayuda.
Me pareci bastante astuta.
Creo que lo es. Pero es una extrovertida. Si el profesor Tappinger tuviera una
compaera ms madura
No termin la frase. Durante un segundo sus ojos eficientes estuvieron perdidos
en el pas de los sueos. No era difcil adivinar la identidad de la mujer madura que
tena en su mente para Tappinger.
Me llev, con un sentido de propietaria, hacia la oficina del profesor en el
Edificio de Artes y me aseguro que siempre regresaba all con sus anotaciones antes
de irse a su casa a almorzar. Un minuto despus de las doce, lleg Tappinger
marchando por el corredor, feliz y con la mirada brillante, como si acabara de dar una
buena clase.
Al verme, dio un paso atrs:
Ah, es usted, Mr. Archer! Siempre me sobresalto cuando veo a alguien del
mundo real por estos alrededores.
Acaso esto no es real?
No realmente real. Durante bastante tiempo no ha habido nada aqu que lo
volviera real.
Yo soy real.
Tappinger se ri. Lejos de su mujer y su familia, pareca ser ms jovial.
Los dos, hace bastante tiempo que andamos rondando como para que
sepamos quienes somos. Pero, por favor, no se quede parado afuera
Descorri el cerrojo de su oficina y me hizo entrar. Las estanteras de dos paredes
estaban llenas de libros, muchos de ellos colecciones o volmenes unitarios
franceses, encuadernados.
Supongo que viene a darme el resultado del cuestionario que le prepar.
En parte. Fue verdaderamente un xito, por parte de Martel. Contest
correctamente a todas las preguntas.
Incluso la referente a la glndula pineal?
Incluso.
Estoy asombrado, francamente asombrado.
Para usted, es una satisfaccin. Segn parece, Martel fue alumno suyo, durante
una o dos semanas, hace unos siete aos.
Me mir sobresaltado:

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Cmo puede ser eso?
No lo s. Pero no puede ser pura coincidencia.
Saqu la fotografa de Martel y se la mostr. Asinti con la cabeza:
Recuerdo al muchacho. Era un estudiante brillante, el ms brillante que he
tenido. Inesperadamente se retir, sin decirme ni una palabra su alegra se haba
evaporado. Ahora sacuda su cabeza de un lado a otro: Qu le pas?
No lo s. Excepto que se apareci ac, siete aos despus, con un montn de
dinero y una nueva identidad. Recuerda usted el nombre que usaba en su clase?
Uno no se puede olvidar de un alumno as. Deca llamarse Feliz Cervantes
volvi a mirar la foto. Quines son estas otras personas?
Huspedes del Club de Tenis. Cervantes tuvo un empleo all durante dos
semanas, en el mes de setiembre de 1959, como ayudante de limpieza, por horas.
Tappinger emiti una especie de cloqueo con la boca:
Recuerdo que pareca tener necesidad de dinero. En una ocasin en que lo
invit a mi casa, comi virtualmente todo lo que encontr a la vista. Usted dice que
ahora tiene dinero?
Por lo menos, cien mil dlares contantes y sonantes.
Silb.
Ese es mi sueldo de diez aos. Dnde los consigui?
l dice que es dinero de su familia, pero estoy seguro que miente.
Volvi a contemplar la fotografa, como si an estuviera confundido respecto a la
doble identidad de Martel.
Estoy seguro de que no tena ninguna familia en quien apoyarse.
Tiene usted alguna idea sobre su procedencia?
Pens que era de la Amrica Espaola, probablemente mexicano de primera
generacin. Hablaba con bastante acento. Por cierto que su francs era mejor que su
ingls.
A lo mejor, despus de todo, es un francs.
Con un nombre tal como Feliz Cervantes?
Tampoco sabemos si se es su verdadero nombre.
Pero no estn en los archivos de este colegio. Se supone que iba al Colegio del
Estado en Los ngeles antes de venir aqu. A lo mejor ellos pueden ayudarnos.
Preguntar all. Un antiguo alumno mo est enseando francs en ese colegio.
Puedo ponerme en contacto con l. Cmo se llama?
Allan Bosh me deletre el nombre. Pero creo que ser mejor que yo haga
eso. Los profesores universitarios tenemos, como decirlo, cierta inhibicin para
hablar de nuestros alumnos.
Cundo puedo ponerme en contacto con usted?
Creo que maana por la maana. En este momento estoy un poco corto de
tiempo. Mi mujer me espera para almorzar y tengo que volver ac a preparar mis
notas para la clase de las catorce debo de haberme mostrado muy desilusionado,

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porque me dijo:
Mire, amigo, venga a almorzar a mi casa.
No quiero molestar.
Pero yo insisto en que venga. Bess tambin insistira. Usted le result muy
simptico. Adems, ella quiz recuerde cosas sobre Cervantes que yo he olvidado.
Qued muy impresionada con l cuando lo invitamos a casa. Y la gente, francamente,
no es mi metier.
Le dije que me reunira con l en su casa. En el camino compr una botella de
champaa rosado. Mi caso empezaba a despejarse.
Bess Tappinger tena puesto un bonito traje celeste, labios recin pintados y
demasiado perfume. No me agrad su mirada intencionada y empec a arrepentirme
del champaa rosado. Lo tom de mis manos como si planeara romperlo en la proa
de una intriga amorosa.
Haba cubierto la mesa con un fresco mantel de hilo, cruzado por las marcas de
los sitios por donde haba sido doblado.
Espero que le guste el jamn, Mr. Archer. Todo lo que tengo es jamn crudo y
ensalada de papas se dirigi a su marido. Pap, qu dice el libro de los vinos
sobre el jamn y el champaa rosado?
Supongo que se llevan muy bien respondi el profesor, algo ausente.
Tappinger haba perdido su efervescencia. Ni siquiera una copa de champaa le
ayud a recuperarla. Mastic concienzudamente su sndwich de jamn y me hizo
preguntas sobre el caso Cervantes Martel. Tuve que revelarle que su antiguo alumno
era buscado como sospechoso de asesinato. Tappinger movi tristemente la cabeza al
recordar a ese joven que tanto prometa.
Bess Tappinger se excit con el champaa. Quera a toda costa, atraer nuestra
atencin.
De quin estn hablando?
De Feliz Cervantes. Lo recuerdas, Bess?
Debera recordarlo?
Estoy seguro de que lo recuerdas. Un joven espaol que estuvo en nuestra
reunin del Crculo Francs, la que hacemos para quebrar el hielo con los nuevos,
hace siete aos. Mustrele su foto, quiere, Archer?
La coloqu sobre el mantel de hilo, al lado de su plato. Lo reconoci enseguida:
Por supuesto que me acuerdo de l.
Saba que lo haras contest el marido significativamente. Me hablaste de
l despus de la reunin.
Qu es lo que le impresion en l, seora?
Me pareci buen mozo, fuertemente masculino. Nosotras, las mujeres de las
facultades, nos cansamos de los plidos tipos escolares en su ojos haba un brillo
malicioso.
Tappinger dijo, sin hacerle caso:

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Era un excelente estudiante. Tena pasin por la civilizacin francesa, que es la
ms grande desde la ateniense, y un odo maravilloso para la poesa francesa, si
tenemos en consideracin de dnde vena.
Su mujer estaba ocupada en beberse otra copa de champaa.
Eres un genio, pap. Cada frase tuya suena como una conferencia de cincuenta
minutos.
Lo dijo con ligereza, como lo demostraba su sonrisa conscientemente hermosa,
pero cay como un golpe torpemente dado.
Por favor, deja de llamarme pap.
Pero t no quieres que te diga Taps. Y eres el padre de mis hijos.
Los chicos no estn aqu y definitivamente, no soy tu padre. Slo tengo
cuarenta y un aos
Y yo slo tengo veintinueve nos dijo a los dos.
Doce aos no son una gran diferencia cerr con eso el tema, abruptamente,
como si hubiera sido una especie de caja de Pandora. De paso, dnde est Terry?
En la guardera de la Cooperativa. Lo tendrn all hasta despus de la siesta.
Bien.
Despus del almuerzo voy a ir al Plaza, para hacer unas pequeas compras.
El conflicto que haba surgido antes entre ellos, volvi a cobrar actualidad.
No puedes ir Tappinger se haba puesto intensamente plido.
Por qu no puedo?
Porque necesito el Fiat. Tengo clase a las catorce mir su reloj. Es ms, ya
me tengo que ir. Debo preparar algunas cosas.
No he tenido oportunidad de hablar con su mujer
Ya me doy cuenta. Lo siento. El hecho es que tengo que firmar al reloj,
literalmente como cualquier obrero. Y los alumnos parecen objetos alineados frente a
nosotros, adquiriendo un suave barniz de educacin. Aprenden sus verbos irregulares,
pero no saben cmo usarlos en una oracin. Casi podra decirse que muy pocos de
ellos son capaces de componer una oracin en ingls correctamente, no digamos ya
en francs que es, par excelence, el idioma de las oraciones.
Pareca convertir la ira que tena contra su mujer en una ira contra su trabajo, y
todo esto en una conferencia. Ella me mir con una dbil sonrisa, como si l fuera
una radio a la que se acaba de apagar.
Por qu no me lleva usted al Plaza, Mr. Archer? Eso dar oportunidad de
terminar nuestra charla.
Lo har con gusto.
Tappinger no hizo ninguna objecin. Complet otro prrafo sobre la pena de tener
que ensear en un colegio de segundo orden y luego se disculp de lo magro del
almuerzo. O cuando su Fiat arrancaba. Su mujer y yo nos quedamos en el comedor,
terminando el champaa.
Bueno dijo ella, aqu estamos.

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Como usted lo plane.
Yo no lo plane. Usted lo hizo. Usted compr el champaa y yo no puedo
resistirme al champaa me dirigi una mirada lnguida.
Yo s puedo.
Qu es usted? Otro pescado fro?
Se puso grosera. Algunas veces se ponen as, cuando se casan muy jvenes, se
encuentran atadas a una cocina y se despiertan diez aos despus, pensando dnde
est el mundo. Como si estuviera leyendo mis pensamientos, dijo:
Ya s. Soy una r-a-m-e-r-a. Pero tengo razones para serlo. Se instala en su
estudio todas las noches hasta pasadas las veinticuatro. Quiere decir que porque l se
preocupa de Flaubert y Baudelaire y sus odiosos alumnos, todo ha terminado para
m? Me enferman cuando los veo agruparse alrededor de l dicindole lo maravilloso
que es. Todo lo que les preocupa es pasar de grado.
Aspir profundamente y continu:
No es tan maravilloso y eso lo s bien. He vivido con l doce aos,
aguantndole su mal carcter y sus pataletas. Uno creera que es el propio Baudelaire
o Van Gogh, a juzgar por la forma que tiene de comportarse. Y yo siempre esperando
que esto nos conduzca a algo, pero nunca pasa nada, ni pasar. Estamos uncidos a un
asqueroso colegio del Estado y l ni siquiera ha tenido la hombra para maquinarse un
ascenso.
La pequea habitacin desaseada, o tal vez el champaa que se haba bebido en
ella, pareca engendrar conferencias. Le hice una observacin:
Usted es muy dura con su marido. Tiene que salir afuera a luchar. Todo lo que
necesita es su apoyo.
Dej caer su cabeza. Su cabello cay hacia adelante como una madera flexible.
Lo s. Trato de drselo, se lo juro.
Haba recobrado su voz de criatura pequea. No haca juego con su modo de ser,
y la abandon. Con el tono de voz claro y agudo que haba usado el da anterior con
su hijo, aadi:
Nunca debimos casarnos Taps y yo. l no se deba de haber casado nunca.
Algunas veces me recuerda un sacerdote medioeval. Los dos mejores aos de su vida
fueron antes de casarnos. Muchas veces me lo dice. Los pas en la Biblioteca
Nacional, en Pars, no mucho tiempo despus de la guerra. Yo saba todo esto, por
supuesto y era slo una nia y l era la esperanza rosada de todo el departamento de
francs en Illinois y todas las otras estudiantes decan lo maravilloso sera casarse
con l, tan parecido a Scott Fitzgerald y yo pens que poda terminar mi educacin
en casa mir hacia el rincn de la cocina donde estaba el fregadero. Eso, por
supuesto, lo he conseguido.
Usted se cas demasiado joven.
A los diecisiete aos me respondi. Lo terrible es que an me siento de
diecisiete aos interiormente alz la mano y se toc entre los pechos. Con todo

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por delante, sabe usted? Pero nada de eso es realidad por primera vez, su
femineidad me estaba llegando.
Usted tiene sus hijos.
Por supuesto, tengo mis hijos. Y no crea que no hago todo lo que puedo por
ellos y siempre lo har. Eso es todo, sin embargo?
Es ms de lo que tienen muchas personas.
Quiero ms su pequea boca roja estaba hambrienta, patticamente
hambrienta. Durante mucho tiempo he deseado ms, pero nunca he tenido el coraje
de tomarlo.
Tiene que esperar a que le sea dado le respond.
Usted est pletrico de mximas breves. Ms pletrico an que mi marido o La
Rochefoucauld. Pero no puede resolver los problemas presentes con palabras, como
Taps cree que uno puede hacerla. l no entiende la vida. No es ms que una mquina
parlante, con un computador en vez de un corazn y un sistema central de nervios.
El pensar sobre su marido pareca machacarla continuamente. Hasta la haca
elocuente, pero yo me estaba cansando de su tensin envasada. A lo mejor, yo haba
provocado la situacin, pero, bsicamente, no tena nada que ver con ella. Dije:
Todo esto es muy interesante, pero usted me iba a hablar sobre Feliz Cervantes.
Cierto, iba a hacerlo se puso pensativa. Era un hombre joven, muy
interesante. Un tipo de sangre caliente, agresivo, la clase de hombre que uno se
imagina debe ser un torero. Tendra veintids o veintitrs aos, esa edad tena yo
entonces, pero era un hombre, comprende usted?
Habl con l?
Un poco.
Sobre qu?
Sobre nuestros cuadros, principalmente. Era muy entendido en arte francs. Me
dijo que estaba decidido a visitar Pars algn da.
Dijo eso?
S. No es para sorprenderse. Todo estudiante de francs quiere ir a Pars. Yo
tambin quera hacerlo.
Qu ms dijo?
Eso fue todo. Vinieron otros estudiantes y se alej de m. Taps dijo despus,
tuvimos una pelea despus de la reunin, que yo me haba puesto demasiado en
evidencia con ese muchacho. Creo que Taps lo trajo hoy aqu a usted para hacerme
confesar. Mi marido sabe castigar muy sutilmente.
Ustedes dos son demasiados sutiles para m. Para hacerle confesar qu?
Que yo estaba interesada en Feliz Cervantes. Pero l no estaba interesado en
m. Para l, yo ni siquiera exista en esta habitacin.
Es difcil de creer.
Lo es? Haba en la reunin una chica rubia, de uno de los cursos de primer
ao. l la segua con los ojos en la forma en que creo Dante debe de haber seguido a

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Beatriz dijo, con la voz helada por la envidia.
Cmo se llamaba?
Virginia Fablon. Creo que an est en el colegio.
Sali para casarse.
Es cierto? Y quin es el afortunado?
Feliz Cervantes le dije cmo haba sido. Escuch como en un rapto.
Mientras Bess se preparaba para ir de compras, yo me pase por el living mirando
las reproducciones de un mundo que nunca se haba atrevido a existir del todo. La
casa haba adquirido para m un intenso inters, como si fuera un monumento
histrico o el lugar de nacimiento de un hombre famoso. Cervantes, Martel y Ginny
se haban encontrado en esta casa; era, por lo tanto, el lugar de nacimiento de mi
caso.
Bess sali de su habitacin. Se haba puesto un traje que deba cerrarse en la
espalda y yo era el elegido para cerrarlo. A pesar de que tena una espalda bastante
acariciable, mis manos trataron de no tocarla. La mujer fcil, es siempre un peligro:
sea frgida o ninfmana, esquizofrnica, interesada, alcohlica o a veces todo eso
junto. El regalo, decorativamente envuelto de ellas mismas, con frecuencia se vuelve
una bomba de tiempo de fabricacin casera, o chocolate con veneno adentro.
Nos dirigimos al Plaza en apretado silencio. Era un gran centro comercial nuevo,
parecido a un gran patio de colegio con asfalto en vez de csped, pero donde nada
poda aprenderse. Le di dinero, que acept, para volver en taxi a su casa. Era un gesto
de amistad, demasiado amistoso dadas las circunstancias. Pero me mir como si la
abandonara a una suerte peor que la vida.

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20

S
hore Drive corra paralela al mar, en un rea de crecimiento explosivo y escaso
circuito. Era una jungla de departamentos, casas particulares y fraternidades
con letras griegas sobre las puertas.
Atrs de la casa estucada con el nmero 148, se agrupaban, en un pequeo lote,
una media docena de chalets separados entre s. Una mujer robusta abri la puerta de
la casa antes de que llegara al umbral.
No tengo lugar hasta junio.
No necesito alojamiento, gracias. Es usted Mrs. Grantham?
Nunca compro nada a vendedores ambulantes, si su intencin es venderme
algo.
Todo lo que necesito es una pequea informacin le dije mi nombre y
ocupacin. El seor Martin, el del colegio, me dio su nombre.
Por qu no me lo dijo? Pase.
La puerta se abri sobre un pequeo y densamente amueblado living. Nos
sentamos cara a cara, casi tocndonos las rodillas.
Espero que no sea una queja en contra de ninguno de mis muchachos. Son para
mi como hijos mos dijo, con una sonrisa profesionalmente maternal.
Hizo un amplio ademn hacia la chimenea. La repisa y la pared que se extenda
ms arriba estaban completamente ocupadas con fotos de graduacin de hombres
jvenes.
No es una queja sobre ninguno de sus muchachos de ahora, de todas maneras.
Se trata de uno que vivi aqu hace siete aos. Recuerda usted a Feliz Cervantes?
Le mostr la foto donde Martel-Cervantes estaba atrs y Ketchel y Kitty al frente. Se
puso los anteojos y la mir, estudindola.
Recuerdo a los tres. El hombre grandote y la rubia vinieron a buscar sus
cachivaches cuando se fue. Los tres se fueron juntos.
Est segura de eso, Mrs. Grantham?
Segura. Mi finado marido deca siempre que yo tena una memoria de elefante.
Aunque no la tuviera no olvidara por nada ese tro. Se fueron en un Rolls-Royce y
me pregunt qu hara un muchacho mejicano con esa clase de compaa.
Cervantes era mejicano?
Claro que lo era, a pesar de sus cuentos. Al principio no quera recibirlo. Nunca
haba tenido antes un husped mejicano. Pero el colegio dice que, o hay que hacerlo o
se borra uno de la lista. Le alquil una habitacin, pero no dur mucho.
Qu cuentos haca?
Estaba lleno de historias me contest. Cuando le pregunt si era mejicano,
me dijo que no. Yo he vivido en California toda mi vida y puedo sealar a un

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mejicano en cuanto lo veo. Hasta tena un acento que l deca que era espaol.
Afirmaba que era un espaol de pura sangre, de Espaa. As que le dije: Mustreme
su pasaporte. No lo tena. Dijo que era un fugitivo de su pas y que el general Franco
estaba tras l por conspirar contra el gobierno. No me embauc, sin embargo.
Conozco bien a un mejicano. Si usted me pregunta, era un espalda-mojada, como les
dicen ac a los mejicanos que entran en Estados Unidos a nado, cruzando el Ro
Grande. Por eso es que menta. No quera ser agarrado por los de inmigracin y
volver en mnibus a su casa.
Le cont ms mentiras?
Puede apostar a que lo hizo hasta el da en que se fue. Ese da dijo que se iba a
Francia y que all entrara en la Universidad. Dijo que el gobierno espaol haba
aflojado algo del dinero de su familia, y que poda permitirse el lujo de ir a un colegio
mejor que el nuestro. Buen reparto de malas mentiras, es lo que me dije.
A usted no le gustaba Cervantes, no es cierto, seora?
Si conservaba su lugar, estaba bien. Pero era demasiado arrogante. Adems, se
iba el primero de octubre, dejndome el clavo de una habitacin desocupada por el
resto del semestre. Me doli haberlo recibido.
Por qu dice usted que era arrogante, Mrs. Grantham?
Por muchas cosas. Tiene usted un cigarrillo por casualidad? Le di uno y me
ech el humo en la cara. Por qu tiene usted tanto inters en l? Est de vuelta
aqu?
Ha estado.
Qu me dice! Me dijo que se iba para volver. Que iba a volver en un Rolls-
Royce, con un milln de dlares, para casarse con una chica de Montevista. Eso s
que es arrogancia. Le dije que deba mantenerse en su propio nivel. Pero me contest
que esa chica era la nica para l.
La nombr?
Virginia Fablon. Yo saba quin era. Mi hija fue al colegio con ella. Era una
hermosa chica y me imagino que todava debe serlo.
As lo cree Cervantes. Acaba de casarse con ella.
Usted bromea.
Ojal fuera as. Volvi hace dos meses. En un Bentley, no en un Rolls-Royce,
con ciento veinte mil dlares en lugar de un milln. Pero se cas con ella.
Bueno, me ha dejado pasmada chup hondamente su cigarrillo, como si
estuviera sacando el jugo de la situacin. Espere a que le diga esto a mi hija.
Yo no se lo dira a nadie por uno o dos das. Cervantes y Virginia han
desaparecido. Ella podra estar en peligro.
En peligro por l? pregunt con avidez.
Tal vez.
Yo no saba qu era lo que l quera de Virginia. Probablemente algo que no
exista. Y tampoco saba qu podra hacer l cuando descubriera que eso no exista.

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Mrs. Grantham apag su cigarrillo en un cenicero del Hotel Breakwater y tir la
colilla en una taza sin asa que contena otras colillas. Se inclin hacia m
confidencialmente, rebosando cordialidad:
Quiere saber algo ms?
S. Cervantes no le dio ninguna explicacin sobre la gente con la cual se iba?
Ese par? Coloc un dedo sobre la fotografa que tena en sus faldas. No
recuerdo exactamente qu fue lo que me dijo. Algo as como que eran amigos suyos
que venan a buscarlo.
No dijo quines eran?
No. Parecan estar bien forrados. Creo que me dijo que eran personas de
Hollywood y que lo iban a llevar hasta el avin.
A qu avin?
El avin a Francia. En ese momento pens que era pura palabrera. Ahora ya no
lo s. Se fue en algn momento a Francia?
Creo que lo hizo.
Dnde consigui el dinero? Cree usted que su familia realmente tenga dinero
en Espaa?
Castillos en el aire, no han de faltarle.
Mientras me iba de all pensaba que Martel era uno de esos soadores peligrosos
que terminan por representar en la realidad sus sueos, un mentiroso que forzaba sus
mentiras a volverse verdades. Su mundo estaba fuertemente coloreado y hecho a
mano, como los cuadros en las paredes de los Tappinger, que podan haber sido sus
primeras visiones de Francia.

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21

L
a cajera del Hospital de la Misericordia tena ojos parecidos a calculadoras.
Me mir fijamente a travs de las barras de su jaula como si estuviera
estimando mis entradas, restando mis gastos y alcanzndome el balance en
rojo.
Cunto valgo? le pregunt alegremente.
Vivo o muerto?
Eso me contuvo.
Quiero pagar otro da por el seor Harry Hendricks.
No es necesario me dijo. Ya se hizo cargo de eso su seora.
La pelirroja? Estuvo aqu?
Vino y lo visit unos minutos esta maana.
Puedo verlo?
Tiene que preguntarle a la enfermera jefe en el tercer piso.
La enfermera jefe era una almidonada mujer de labios finos que me tuvo
esperando mientras pona las fichas al da. Eventualmente me permiti decirle que yo
era un detective y que trabajaba para la polica. Entonces se volvi ms amistosa.
No veo por qu no podra hacerle algunas preguntas. Pero no lo canse y no diga
nada que pueda disgustarlo.
Harry estaba en una habitacin privada, cuyas ventanas miraban hacia la ciudad.
Con las vendas en la cabeza y la cara, pareca una momia sin terminar. Yo llevaba el
sombrero gris perla, y sus ojos lo enfocaron.
se es mi sombrero.
Es el que usaba usted ayer. El nombre que est adentro, es Spillman. Quin es
l?
No sabra decirle.
Usted tena puesto su sombrero.
S? Se qued pensando. Lo compr en una liquidacin.
No le cre, pero no haba porqu decrselo. As que tir el sombrero sobre un
mueble.
Quin lo golpe as, Harry?
No lo s con seguridad, porque no alcanc a verlo. Estaba medio oscuro y me
golpe de atrs. Despus zapate sobre mi cara, segn dice el mdico.
Lindo sujeto. Fue Martel?
Por supuesto. Sucedi en su casa. Yo estaba hurgando por los alrededores de su
casa. El viento haca tanto ruido, que no lo sent llegar detrs de m sus dedos se
aferraron a la sbana que cubra su cuerpo. Me debe de haber golpeado
brbaramente. Me duele todo.

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Estuvo en un accidente de auto.
De verdad?
Martel lo encerr en el bal de su coche y luego lo estacion en la avenida
costanera. Unos vagos lo robaron y lo chocaron.
Y no es mo! Gru Harry. A pesar de que saba que estaba mal hecho, lo
tom en prstamo del negocio de autos. No tiene seguro ni nada. Est
completamente arruinado?
No vale ni lo que costara el arreglo de la carrocera.
Es para no creerlo. Bueno, otro empleo que se va se qued un momento en
silencio, mirando para afuera, hacia el cielo. He estado pensando en m mismo esta
tarde. Apuesto no, no voy a apostar. Me basta con decirlo. Soy el fracaso ms
grande al oeste del Missisipi. Ni siquiera merezco vivir.
Todo el mundo merece vivir.
Gracias por decirlo. De paso: me dijeron que un tal Mr. Archer pag mi
internacin aqu. Fue usted?
Fich veinte dlares.
Muchsimas gracias. Usted es un gran tipo.
Ni lo mencione. Fue a expensas de mis ganancias.
Estaba conmovido:
Creo que tengo suerte, adems de la suerte de estar vivo. Tambin mi mujer
vino a verme, lo que me hizo pensar que estaba, como antiguamente, en casa.
Kitty est an en la ciudad?
Lo dudo. Dijo que se iba permaneci por un momento con su cabeza
apoyada, inerte, sobre la almohada. No saba que la conoca.
Estuvimos conversando, anoche. Es una mujer hermosa.
Si lo sabr yo Cuando la perd, crame amigo, fue como perder la luna y las
estrellas.
Fue Ketchel el que se la rob?
Lo conoce a l tambin? dijo, despus de una pausa.
S algo de l. Y lo que s, no me gusta.
Cuanto ms sepa de l, menos le gustar. El ms estpido error de mi vida ha
sido dejarme atrapar entre sus garfios. Me hizo perder a Kitty.
Cmo fue?
Soy jugador. No s por qu, pero lo soy. Tengo pasin por el juego. Me hace
sentir vivo. Debo de estar loco pareca que sus ojos miraban dentro de un pozo.
As fue como una madrugada, sal del Club Escorpin hacia la calle Freemont sin
nada, ni mujer ni nada. Qu le parece? Jugu a mi propia mujer en un juego crpula.
Kitty se enfureci tanto conmigo que se fue con l y con l se qued.
Con Ketchel?
Harry yaca, mirando el sombrero gris perla.
Su verdadero nombre es Leo Spillman. Ketchel es slo el nombre que usa. Es

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su apellido de los tiempos de boxeador. Entonces se haca llamar Cayo Ketchel. Era
un peso mediano bastante bueno antes que dedicara todo el tiempo a diferentes
juegos.
A qu juegos se dedica, Harry?
Nmbrelos y en todos tiene parte o la ha tenido. Empez con mquinas traga-
monedas en el Medio Oeste y engord sacndoles plata a los reclutas de las bases
militares. Es el dueo principal del Club Escorpin en Las Vegas.
Es extrao que no haya odo nunca el nombre Ketchel.
Es un dueo disimulado, segn creo se les dice. Aprendi a dejar su nombre
tranquilo cuando viaja bajo el de Ketchel. Leo Spillman es un nombre que tiene muy
mal olor. Por supuesto que ahora est semi retirado. Hace aos que no lo vea.
Cmo fue que se apoder de su sombrero?
Kitty me lo dio cuando vino a visitarme la semana pasada. Leo es mucho ms
corpulento que yo, pero tenemos la misma medida de cabeza, siete y cuarto. Y yo
necesitaba un sombrero para aparentar, frente a la gente de Montevista.
Dnde podr encontrar a Leo?
Podra tentar en el Club Escorpin. Sola tener all un departamento, al lado de
su oficina. S que l y Kitty tienen un escondite en algn lugar del sur de California,
pero nunca me dio el menor dato de dnde puede ser.
Qu me dice de su establecimiento ganadero?
Lo vendi hace tiempo. A Kitty no le gustaba ver marcar el ganado.
Usted ha estado bastante en contacto con ella.
En realidad no. Pero la he visto en el transcurso de los aos. Cuando se
encuentra metida en algn lo, o tiene necesidad de algo, vuelve al viejo Harry alz
la cabeza unos centmetros de la almohada y me mir. Estoy franquendome con
usted, Archer y sabe por qu? Necesito una ayuda, un socio.
As me lo dijo ayer.
Hoy lo necesito con ms urgencia con un leve movimiento de su barbilla
aludi a su invalidez y dej que su cabeza cayera sobre la almohada. Usted ha sido
un verdadero camarada. Le voy a ofrecer compartir por igual un asunto
verdaderamente grande.
Como producto de una concusin?
Hablo en serio. Puede haber ms de cien mil de a mil para repartir. Es como
para rerse?
Usted se refiere al dinero que rob Martel-Cervantes?
Martel, qu?
Cervantes. se es el otro nombre que usaba Martel.
Entonces l es el hombre! Harry llevado por su excitacin, se sent en la
cama. Lo tenemos!
Desgraciadamente, no lo tenemos. Est en fuga con cien mil contantes y
sonantes. Aunque nosotros nos apoderramos de ese dinero, no lo querra recuperar

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Spillman?
Bah! Hizo un gesto desorbitado con la mano. Cien mil o doscientos mil,
para Spillman son cacahuetes. Nos dejara quedarnos con ellos. Kitty dijo que nos
dejara. El dinero tras el cual andan Kitty y l, son millones.
Alz su brazo hasta ponerlo totalmente estirado, como saludando. Luego se dej
caer sobre la almohada.
Martel le rob millones?
As dijo Kitty.
Est exagerando. No hay forma de robar un milln de dlares, a menos que uno
robe el camin blindado de algn banco.
S. Hay una forma. Y ella no miente. Nunca lo ha hecho conmigo. Tiene que
comprender que es la oportunidad que se presenta slo una vez en la vida.
S. Pero tambin con oportunidad para la muerte, Harry.
Ante esta idea, se seren un poco.
S. Eso tambin.
Por qu, si no, Leo lo pondra todo en sus manos?
Kitty lo hizo. Ella confa nicamente en m debe de haber visto la duda en
mi mirada, porque aadi: A usted le parecer raro, pero es un hecho. Yo amo a
Kitty y ella lo sabe. Ella dice que si yo soluciono esto, hasta puede ser que vuelva a
mi lado.
Alz su voz, como para hacerlo ms cierto. Sent los suaves y rpidos pasos de la
enfermera acercndose por el corredor.
Kitty me dijo que sola vivir aqu, en la ciudad.
Es verdad. Kitty era de la localidad. Por cierto que pasamos nuestra luna de
miel aqu, en el Hotel Breakwater baj los vendajes, hizo girar sus ojos.
Cul era su nombre de soltera?
Sekjar me contest. Su viejo era algo as como polaco. Tambin su madre,
que me odiaba a muerte por haberle robado su beb, como ella deca.
La enfermera abri la puerta, asomando la cabeza.
Ya es suficiente. Usted me dijo que lo mantendra tranquilo.
Harry se excit un poco.
No podemos permitir eso abri del todo la puerta: Ahora, vyase.
Est usted de mi lado, Archer? Grit Harry desde la cama. Ya sabe lo que
quiero decir.
No estaba ni con l ni en contra de l. Hice un crculo con el pulgar y el ndice y
se lo mostr, como una seal de estmulo.

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22

E
n los alrededores del Hospital de la Misericordia haba numerosos centros y
clnicas satlites de tratamiento y la clnica del doctor Sylvester estaba entre
ellas. Era ms pequea y con menos aspecto de prosperidad que muchas de
sus vecinas. Una visible peladura en la alfombra rada marcaba el camino desde el
vestbulo hasta el escritorio de la recepcionista. Los nombres de varios mdicos y sus
especialidades, encabezados por George Sylvester, Medicina Interna, estaban en un
pizarrn al lado de la puerta.
La chica sentada frente al escritorio me dijo que el doctor Sylvester no haba
terminado de almorzar. Luego dispona de una media hora, si yo quera esperarlo.
Le di mi nombre y me sent entre los pacientes que estaban aguardando. Despus
de un rato empec a sentirme como uno de ellos. El champaa rosado o la dama con
la cual lo haba bebido, me haban dejado un fuerte dolor de cabeza. Otras partes de
mi anatoma empezaron a molestarme. Cuando apareci el doctor Sylvester ya estaba
decidido a entregarme y a contarle mis sntomas.
Pareca como si tuviera sus propios sntomas, quizs fueran sntomas de pesadez.
Visiblemente, no se alegr mucho de verme. Pero me dio la mano y dedicndome una
sonrisa profesional me gui frente a su enfermera de formidable aspecto, hacia el
consultorio.
Se puso un guardapolvo blanco. Contempl los diplomas y los certificados que
tapizaban sus paredes. Sylvester haba practicado en buenos colegios y hospitales y
pasado bien sus cursos de perfeccionamiento. Tena por lo menos, el pasado de un
mdico responsable. Pero lo que me preocupaba, era su presente.
Qu puedo hacer por usted, Archer? A propsito, parece muy cansado.
Es porque estoy muy cansado.
Entonces squese peso de encima de sus zapatos me indic una silla cerca de
su escritorio y se sent.
Dispongo slo de unos pocos minutos, as que aprovechmoslos, muchacho
esta sbita camaradera era forzada. Detrs de ella, me estudiaba como un jugador de
pker.
Descubr quin es su paciente Ketchel.
Levant sus cejas, pero no dijo nada.
Es el dueo de un casino de Las Vegas, con un largo pasado como gangster. Su
nombre actual es Leo Spillman.
Sylvester no se sorprendi. Dijo con afabilidad:
Concuerda con nuestros datos. Los control esta maana. Nos dio su direccin
en el Club Escorpin, de Las Vegas.
Es una lstima que usted no los recordara anoche, cuando yo poda haberlos

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utilizado.
No puedo acordarme de todo.
Ejercite su memoria con esto otro. Usted present a Roy Fablon a Leo
Spillman?
No lo recuerdo.
Usted sabe muy bien si lo hizo o no, doctor.
No tiene por qu hablarme en esta forma.
Contsteme le insist. Si usted no quiere hacerlo, ya encontrar a alguien
que lo haga.
Desvi la cabeza, sumido en sus pensamientos. Pareca a la vez precaria y
amenazadora, como una roca en equilibrio en el borde de un acantilado.
Por qu razn Marieta Fablon recurri a usted en busca de dinero? le
pregunt.
Soy un viejo amigo. A quin otro podra haber recurrido?
Est seguro de que ella no lo quera chantajear, viejo amigo?
Mir alrededor de su consultorio como si fuera una celda. Las lneas que
marcaban su boca eran hondas y crueles, como cicatrices de heridas que l mismo se
hubiera inferido.
Qu est usted tratando de ocultar, doctor?
Despus de una pausa, para pensar, me dijo:
Lo que pasa es que soy un maldito estpido me mir directamente a los ojos
. Puede guardar un secreto?
No, si en l est involucrado un delito.
Qu delito? Extendi las grandes palmas de sus manos sobre el escritorio
. No ha habido ningn delito.
Entonces, por qu est tan preocupado?
La ciudad es un hervidero de rumores, como le dije anoche. Si se empieza a
hablar de m en relacin con Leo Spillman, soy hombre muerto sus manos se
curvaron lentamente, como estrellas de mar. Si quiere que le diga la verdad, estoy
agonizando. Hay en la ciudad demasiados malditos mdicos, y yo he perdido mucho
dinero.
Prdidas de juego?
Se sobresalt:
De dnde sac eso? Golpe el escritorio con sus manos curvadas, no
amenazadoramente, sino ms bien tratando de desahogarse. No era un hombre astuto
y su ansiedad lo haba embotado an ms. Qu est tratando de hacerme?
Ya sabe lo que estoy tratando de hacer saber todo lo relativo a este Martel e,
incidentalmente, aclarar todas las dudas sobre lo que pas con Fablon. Ambas cosas
estn ligadas entre s por medio de Spillman. Posiblemente tambin por otros medios.
Cuando Spillman dej la ciudad, dos das despus de la muerte de Fablon, se llev
con l a Martel. Lo saba usted?

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Me mir confundido.
Hablamos de siete aos atrs?
As es. Usted est mezclado en esto porque trajo a Spillman aqu.
Yo no lo traje. Se invit l mismo. Para ser ms exacto, fue idea de esa mujer
de su esposa. Su idea del paraso consista en dos semanas en el Club de Tenis hizo
un gesto con la boca que dej ver el borde de sus dientes.
Usted le deba dinero a Spillman?
Como para no deberle Sus ojos glaciales miraban a su vida, ms all de m
. Si le doy respuestas correctas a algunas de sus preguntas, qu uso har de ellas?
Guardar para m los hechos tanto como pueda. Una vez, un cliente me dijo
que poda echar un secreto dentro de m y no sentirle nunca tocar fondo. Usted no es
cliente mo, pero har lo que pueda para proteger la bella figura que se han formado
de usted.
Le tomo la palabra me respondi. No se haga la idea de que soy uno de
esos jugadores movidos compulsivamente por el vicio. Es cierto que estoy en el
asunto Es la nica forma de sacarle alguna ventaja a estos impuestos confiscatorios
de hoy en da. Pero no soy un jugador del tipo de los de Las Vegas. Me mantengo
alejado de Las Vegas.
Y por eso es que nunca conoci a Leo Spillman.
Admito que estuve all en el pasado. La ltima vez que fui me encontraba de
muy mal humor, de un humor destructivo. No me importaba nada lo que pudiera
pasar. Mi mujer Apret los labios y call.
Siga.
Iba a decir que mi mujer no estaba conmigo dijo tartamudeando.
Cre que iba a decirme que ella tena un lo con otro hombre.
Su cara se contrajo de dolor:
Dios mo, ella le dijo eso?
No. No importa cmo lo averig.
Sabe usted quin era el otro hombre?
Roy Fablon. Le dio motivo a usted para desear su muerte.
Es eso una acusacin?
Solamente quera mencionarlo, doctor.
Gracias. Usted se lanza sobre algunas curvas muy torcidas.
La vida tambin. Qu le pas en su ltima visita a Las Vegas?
Mucho. Primero, perd unos cuantos cientos en las mesas. En vez de cortar mis
prdidas, me volv loco y me zambull. Antes de terminar haba agotado mi crdito,
que no se ha recobrado del todo, y le deba a Spillman cerca de veinte mil dlares.
Me llam a su oficina para hablar sobre ello. Le dije que lo ms que podra juntar
seran diez mil, que tendra que esperar por el resto. Hizo volar algo por el aire y me
dijo que era un tramposo, un estafador y un buen nmero de otras cosas. Creo que me
hubiera atacado fsicamente, si la mujer no lo hubiera detenido.

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S. Estaba interesada en m porque saba que yo era de aqu. Le record a
Spillman que era delito usar sus puos. Aparentemente, l era un ex boxeador
profesional. Pero su estado fsico era malo, y creo que habra podido con l
Sylvester se acarici los puos.
En un tiempo practiqu el box.
Es mejor que no lo haya probado. Muy pocos aficionados pueden con un
profesional
Pero l era un hombre enfermo, fsica y emocionalmente.
Qu le suceda?
Me di cuenta de que uno de sus nervios pticos le brincaba. Despus que se
calm un poco me dej hacerle el examen de sus ojos, y tomarle la presin. Yo tena
todo el equipo en mi coche. Le parecer a usted muy raro todo esto, bajo semejantes
circunstancias pero, como mdico, me interesaba el hombre y con razn. Era un caso
malo de hipertensin y la presin de su sangre estaba en la zona de peligro. Result
que nunca haba visto a un mdico ni se haba hecho una revisin. Crea que todo eso
era para maricas. En el primer momento pens que quera asustarlo. Pero, con la
ayuda de su mujer, consegu hacerle entender que estaba al borde de un ataque. As
que me hizo una proposicin. Yo deba conseguir diez mil dlares, tratarle la
hipertensin y proporcionarles un chalet en el Club de Tenis. Me pareci el trato ms
fantstico de la historia.
No estoy seguro. Spillman le gan a un hombre su mujer, en un juego de cartas.
As me lo dijo. Est lleno de pequeas ancdotas. Podr imaginarse cmo me
senta yo, al tener que inyectar en el club un hombre como se. Pero yo no poda
elegir y l estaba dispuesto a pagar casi diez mil dlares.
No le costaba nada.
Le costaba algo menos de diez mil, si deducimos el precio de mi atencin.
No si usted le pagaba los otros diez mil al contado. Ahorraba ms que
suficiente en los impuestos como para cubrir la diferencia.
Usted cree que l evada impuestos?
Estoy seguro de eso. Lo hacen todo el tiempo, en Las Vegas. Al dinero que
evaden lo llaman dinero negro y es un buen nombre. Suman millones y es usado
para financiar casi la mitad de los negocios ilegales del pas, desde la Cosa Nostra
para abajo.
Sylvester dijo con voz helada:
No me pueden responsabilizar, o s?
Moralmente, s. Pero legalmente, no lo s. Si todos los que colaboran con el
crimen organizado fueran declarados culpables, la mitad de los bobos del pas
estaran en la crcel. Desgraciadamente eso no suceder. Consideramos la capital del
crimen de los Estados Unidos como si fuera una segunda Disneylandia, oliendo a
rosas. Un gran lugar para llevar a la familia o realizar convenciones.
Me detuve. Ya estaba hipocondraco con el tema de Las Vegas, en parte porque

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casi todos los asuntos criminales que manejaba en California terminaban all, y ahora
tambin ste se sumaba. Le pregunt:
Saba usted que Martel sali de esta ciudad con Spillman, hace siete aos?
Se lo o. Pero no comprend qu quera decir.
Era estudiante de la escuela local y trabajaba en sus horas libres como ayudante
en el Club de Tenis.
Martel?
En esos das se llamaba Feliz Cervantes. Conoci a Ginny Fablon, o por lo
menos la vio, en una reunin de estudiantes de francs, y se prend de ella. A lo
mejor tom ese empleo en el club para poder verla ms a menudo. All, se encontr
con Spillman.
Sylvester escuchaba atentamente. Estaba quieto, subyugado, como si el edificio
pudiera desmoronarse alrededor de l si se mora:
Cmo sabe todo eso?
Parte de ello es pura especulacin. Mucho no lo es. Pero debo conversar con
Leo Spillman y quiero que usted me ayude en eso. Lo ha visto ltimamente?
Hace siete aos que no lo veo. No volvi ac. No lo urg a hacerlo, tampoco.
Aparte de mi contacto profesional con l, hice todo lo posible por evitarlo. Por
ejemplo, nunca lo invit a mi casa.
Sylvester estaba tratando de recuperar su orgullo. Pero yo sospechaba que lo
haba perdido para siempre en esta media hora de consultorio.

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23

A
travs de la puerta que estaba detrs de m, sent sonar el telfono en la
oficina exterior de Sylvester. Veinte segundos despus el telfono de su
escritorio son sordamente, como un eco. Levant el auricular y dijo con
impaciencia:
Qu hay, seora de Loftin?
La voz de la secretaria me llegaba como un estreo, parte a travs del telfono y
parte a travs de la puerta. Era lo bastante fuerte como para or lo que estaba
diciendo.
Virginia Fablon quiere hablarle. Est muy nerviosa. Lo comunico con ella?
Espere dijo Sylvester. Voy all.
Se excus y sali, cerrando enfticamente la puerta tras l. Rehusndome a
aceptar su indicacin, lo segu. Estaba parado al lado del escritorio de la secretaria,
apretndose el auricular del telfono contra su cabeza como si fuera un injerto
quirrgico que mantuviera unido a su cara.
Dnde est? le preguntaba. Se interrumpi para ladrarme: No puede
dejarme hablar en privado?
Por favor, salga al hall dijo la seora Loftin. El doctor est aconsejando a
un paciente de emergencia.
De qu emergencia se trata?
No puedo decrselo. Por favor, salga.
La seora Loftin era una mujer grandota, con un rostro cuadrado lleno de
determinacin. Se dirigi a m, dispuesta a hacer uso de su fuerza fsica.
Retroced hasta el hall. Cerr la puerta. Apoy mi oreja sobre ella y le o decir al
doctor Sylvester:
Qu le hace pensar que se est muriendo? Luego: Ya veo. S, ir
enseguida. No te desesperes.
Pocos segundos despus el doctor Sylvester sali a tan ciega carrera que casi me
tira al suelo. Llevaba una valija profesional y an tena puesto el guardapolvo blanco.
Camin al lado suyo hasta la salida de la clnica:
Permtame llevarlo.
No.
Est Martel herido?
Prefiero no hablar de esto. l quiere que quede como un asunto privado.
Yo soy un detective privado. Djeme llevarlo.
Sylvester movi su cabeza. Pero se detuvo en la terraza, sobre la playa de
estacionamiento y se qued all, parado, parpadeando frente al sol.
Qu le pasa a Martel? le pregunt.

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Le dispararon un tiro.
Eso lo pone en el dominio pblico y usted lo sabe. Mi coche est aqu.
Lo tom del codo y lo conduje hacia la vereda. No hizo la menor resistencia. Sus
movimientos eran un tanto mecnicos. Mientras echaba a andar el coche, le pregunt:
Dnde estn, doctor?
En Los ngeles. Si puede, entre en la carretera a San Diego. Tienen una casa
en Brentwood.
Tienen otra casa?
As parece. Yo anot la direccin.
Estaba en la Avenida Sbado, una calle bordeada de rboles, con grandes casas de
estilo espaol construidas en el ao veinte y tantos.
Era uno de esos barrios residenciales llamados a desaparecer, donde, a diferencia
del mo, an se poda sentir la asoleada tranquilidad de Los ngeles de la pre-guerra.
La casa que buscbamos era la ms grande y la ms hermosa de toda la cuadra. Su
csped bien cortado y regado me hizo recordar a los de Forest Lawn. Lo mismo me
sucedi con la muchacha que abri la puerta. Difcilmente habra reconocido a Ginny,
con tantas arrugas alrededor de la boca y los ojos tan hinchados.
Se ech a llorar de nuevo contra el blanco guardapolvo del doctor Sylvester. ste
le palme la espalda temblorosa con su mano libre.
Dnde est, Virginia?
Se fue. Tuve que ir a telefonearle a usted a la casa de al lado. Nuestro telfono
an no est conectado los sollozos interrumpan su relato. Tom el coche y se
fue.
Hace cunto tiempo?
No lo s. He perdido la nocin del tiempo. Fue enseguida de hablar con usted.
Entonces hace menos de una hora le dije. Est su marido gravemente
herido?
Asinti, apoyada todava en Sylvester.
Temo que se est desangrando por adentro. Le dispararon un tiro en el
estmago.
Cundo?
Hace poco ms o menos una hora. No s la hora exacta. Los que nos alquilaron
la casa no nos dejaron ni un reloj. Yo estaba durmiendo la siesta, estuvimos
levantados casi toda la noche, y alguien llam a la puerta. Mi marido contest. O el
tiro, baj corriendo y lo encontr sentado en el suelo.
Mir hacia sus pies. Alrededor de ellos, sobre el parquet haba manchas redondas
que parecan sangre secndose.
Vio usted quin le dispar?
No lo vi. Sent el coche cuando se iba. Mi marido
Se qued repitiendo la frase, como si sta pudiera ayudado a sobrevivir a l y a su
matrimonio. Sylvester interrumpi:

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No podemos dejarla aqu parada mientras la interrogamos. Uno de nosotros
debe de llamar a la polica.
Usted deba de haberlo hecho antes de salir de la clnica.
Ginny debi pensar que yo le echaba la culpa a ella.
Mi marido no quiso que yo lo hiciera. Dijo que sera el fin de todo.
Sus ojos abrumados se balanceaban de un lado a otro, como si todo hubiera
acabado para ella. Sylvester la tranquilizaba apoyada en su hombro.
Lenta y suavemente la fue entrando a la casa. Yo me dirig a la casa de al lado. Un
hombre grueso, con un sweater de alpaca negra y aspecto de ejecutivo estaba parado
afuera, sobre el csped delantero, con aire de desamparo y resentimiento. Era dueo
de una casa en la Avenida Sbado y eso supona la garanta de una vida tranquila.
Qu desea?
Usar su telfono. Ha habido un tiro.
se fue el ruido?
Usted lo oy?
En el momento cre que era un petardo.
Vio usted el coche?
Vi un Rolls-Royce negro cuando se iba. O tal vez fuera un Bentley. Pero eso
fue un poco despus.
Esto ayudaba mucho. Le ped que me indicara un telfono. Me llev por la puerta
de atrs a la cocina. Era una de esas cocinas de la era espacial, llena de cromados y
controles, lista para entrar en rbita. El hombre me alcanz el telfono y dej la
habitacin, como queriendo evitar cualquier cosa que pudiera perturbarlo.
A los pocos minutos arrib el coche de la patrulla, seguido por el capitn de la
seccin Homicidios, llamado Perlberg. No mucho despus de esto localizamos el
coche de Martel. No haba ido lejos. Su brillante nariz estaba incrustada contra la
barrera de metal, de seguridad en el punto muerto de la Avenida Sbado. Atrs de esa
barrera, la tierra suelta se deslizaba hacia el borde de un morro, que miraba hacia el
Pacfico. El motor del Bentley an estaba en marcha. La barbilla de Martel
descansaba sobre el volante. Sus ojos muertos en su rostro amarillo, parecan mirar
hacia el ocano azul del cielo.
Perlberg y yo nos conocamos y lo interioric del caso. l y sus hombres buscaron
los cien mil dlares de Martel, pero no haba rastros de la suma ni en el coche ni en la
casa. El pistolero que se llev la vida de Martel se haba llevado el dinero tambin.
Ginny se haba recobrado un poco y Sylvester le dio permiso a Perlberg para
interrogarla brevemente. l y yo estbamos sentados en el living con ellos y
controlbamos la entrevista. Ginny y Martel haban sido casados por un juez, en
Beverly Hills, el sbado anterior. Ese mismo da l haba alquilado la casa,
completamente amueblada, por medio de un comisionista. Ella no saba quin era su
dueo legal. No. No saba quin haba matado a su marido. Estaba dormida cuando
sucedi. Todo haba terminado cuando lleg a la planta baja.

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Pero su marido an viva objet Perlberg. Qu dijo?
Nada.
Debe haber dicho algo.
Slo que no llamara a nadie contest Ginny. Que no estaba gravemente
herido. No me di cuenta de que lo estaba hasta ms tarde.
Cunto tiempo ms tarde?
No lo s. Estaba tan confundida y adems, no tenemos reloj. Me sent y vi
cmo la vida se iba yendo de su cara. No me hablaba. Pareca estar profundamente
humillado. Cuando me di cuenta de lo grave que estaba, me dirig a la casa de al lado
y llam al doctor Sylvester mir hacia el doctor que estaba sentado a su lado.
Por qu no llam a un mdico de la localidad?
No conoca a ninguno.
Por qu no nos llam a nosotros? pregunt Perlberg.
Tena miedo de hacerlo. Mi marido me dijo que se sera su fin.
Qu quiso decir con eso?
No lo s. Pero yo tena miedo. Cuando finalmente me decid a pedir ayuda, l
se fue.
Se cubri la cara con las manos. El doctor convenci al capitn de que
suspendiera el interrogatorio. Los hombres de Perlberg tomaron fotos, muestras de la
sangre que haba en el piso y nos dejaron solos con Ginny en la casa llena de ecos.
Nos dijo que se quera ir a su casa, con su madre.
Sylvester le cont que su madre haba muerto, pero ella pareci no darse cuenta
de ello.
Me ofrec para recoger sus cosas. Mientras Sylvester se quedaba con ella en el
living, yo me dirig al dormitorio principal en el segundo piso. La cama, que
constitua su rasgo ms notable, era circular, de unos dos metros y medio de
dimetro. Haba empezado a ver una buena cantidad de estas camas de gran tamao,
que parecan altares de esperanza dedicados a viejos dolos. La cama estaba
deshecha, y las sbanas arrugadas sugeran que se haba hecho el amor.
Las valijas estaban en el suelo del armario, bajo una hilera de perchas vacas.
Slo se haba sacado de ellas algunas cosas para pasar la noche: el camisn, el cepillo
de pelo y el de dientes y los cosmticos de Ginny; el pijama y la afeitadora de Martel.
Revis las valijas apresuradamente. Muchas de las ropas eran nuevas y de buena
calidad; algunas tenan etiquetas de los comercios de Bond Street, en Londres. Aparte
de un libro de Descartes, Meditations, en francs, no pude hallar nada personal. Ni
siquiera el libro tena un nombre en su primera pgina.
Ms tarde, cuando andbamos por los interminables suburbios de Montevista, le
pregunt a Ginny si saba quin era su marido. Sylvester le haba dado un sedativo y
ella estaba sentada entre nosotros dos, con la cabeza apoyada en su brazo extendido.
El golpe producido por la muerte de Martel, la haba vuelto a la niez. Habl como
entre sueos.

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l es Francis Martel, de Pars. Usted ya lo sabe.
Crea saberlo. Pero hoy surgi otro nombre, Feliz Cervantes.
Nunca o hablar de esa persona.
Usted lo encontr, o al menos, l la encontr a usted en la reunin del Crculo
Francs, en casa del profesor Tappinger.
Cundo? He estado en docenas de reuniones del Crculo Francs.
Fue hace siete aos, en septiembre. Francis Martel estuvo all bajo el nombre
de Feliz Cervantes. La seora de Tappinger lo identific por una fotografa.
Me corr hacia la franja de baja velocidad y saqu la foto de mi bolsillo. Me la
tom de las manos. Permaneci en silencio un instante. Al costado izquierdo nuestro
el rpido trnsito de la tarde, pasaba ininterrumpidamente. Los conductores miraban
con aprensin, como si hubieran sido raptados por sus propios coches.
ste que est parado contra la pared, es realmente Francis?
Estoy casi seguro de que lo es. No lo conoca en ese tiempo?
No. Tendra que haberlo conocido?
l la conoca a usted. Le dijo a la duea de la pensin donde se alojaba, que
algn da, cuando se hiciera rico, volvera para casarse con usted.
Pero eso es ridculo.
No tanto. Sucedi.
Sylvester, que hasta este momento haba permanecido en silencio, se dirigi a m,
grundome que me callara.
Ginny permaneca con su cabeza inclinada sobre la foto, pensativa.
Si ste es Francis, qu haca con el seor y la seora de Ketchel?
Usted conoce a los Ketchel?
Los encontr una vez.
Cundo?
En septiembre, hace siete aos. Mi padre me llev a almorzar con ellos. Fue
poco antes de su muerte.
Sylvester me reconvino, a travs de ella:
Ya es suficiente, Archer. No es momento de andar hurgando en este material
explosivo.
Es el nico momento de que dispongo. Le molesta a usted hablarme sobre este
asunto? pregunt a Ginny.
No, si es que puedo ayudar contest, tratando de sonrer.
Bien. Qu sucedi durante el almuerzo con los Ketchel?
En realidad, nada. Trat de entrar en conversacin con la seora de Ketchel.
Me cont que era una chica de la localidad, pero eso era lo nico que tenamos en
comn. Me odiaba.
Por qu?
Porque el seor Ketchel gustaba de m. Quera hacer cosas por m, ayudarme
en mis estudios y cosas as el tono de voz de Ginny era montono.

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Su padre estaba al tanto de eso?
S. Fue el motivo del almuerzo. Roy era muy ducho en eso de explotar a la
gente. Pens que poda usar un hombre como Ketchel, sin ser usado a su vez.
Usarlo para qu?
Roy le deba dinero. Roy era un hombre muy simptico, pero para ese entonces
ya les deba dinero a todos. Yo no lo poda ayudar. No hubiera sido nada bueno seguir
el plan de Ketchel. ste era el tipo de hombre que toma todo lo que puede y no da
nada en cambio. Se lo dije a Roy.
Cul era el plan?
Bastante vago, pero Ketchel le ofreci mandarme a un colegio en Europa.
Su padre acept esto?
En realidad, no. Quera que yo engatusara un poco a Ketchel. Pero Ketchel
quera todo. Los hombres se vuelven as cuando saben que van a morir.
La chica me sorprendi. Hizo que recordara que no era una chica, sino una mujer
que ya tena detrs de s un matrimonio breve y trgico. Y algo que sonaba a una
larga y trgica niez. Su tono de voz haba cambiado perceptiblemente, casi como si
hubiera saltado de la niez a la edad madura, al nombrar a su padre, como Roy.
Sola ver a Ketchel a menudo?
Slo habl con l ese da. Me haba visto en el Club.
Usted me dijo que ese almuerzo tuvo lugar poco antes de la muerte de su padre.
Podra decir si fue en esa misma semana?
Fue el mismo da dijo. Fue la ltima vez que vi a Roy vivo. Mam me
mand a buscarlo esa noche.
A dnde?
A la playa y al Club. Jamieson estuvo casi todo el tiempo conmigo. Fue al
chalet de los Ketchel (yo no quise ir) pero no estaban all. Por lo menos, no
contestaron.
Cree usted que Roy y Ketchel hayan tenido un disgusto a causa de usted?
No lo s, pero es posible sigui hablando en el mismo tono llano: Hubiera
deseado nacer sin nariz o con un solo ojo.
No necesit preguntar a Ginny qu quera decir con eso. Haba conocido a
muchas chicas por quienes los hombres siempre quieren hacer algo.
Cree usted que Ketchel mat a su padre, Ginny?
No lo s. Pero mi madre, en ese tiempo, pens as.
Sylvester protest:
No veo por qu hay que remover esto ahora.
Porque est relacionado con la situacin actual, doctor. Usted no quiere ver esa
relacin, porque es parte de la cadena de causa y efecto.
Tenemos que volver sobre ese punto?
Por favor Ginny gir su cabeza y la movi de lado a lado. Por favor, no
discutan como si no estuviera presente. Ellos siempre acostumbraban a discutir

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Los dos nos disculpamos. Despus de un momento, me pregunt suavemente
Ginny:
Usted cree que Ketchel mat a mi marido?
Es el principal sospechoso. No creo que lo hiciera personalmente. Ms bien
debe haber alquilado un pistolero.
Pero, por qu?
No conozco an todos los detalles. Siete aos atrs, su marido se fue de
Montevista con Ketchel. Segn parece, Ketchel lo mand a l a una escuela en
Francia.
Para reemplazarme?
No parecera ser as. Pero Ketchel, estoy seguro, tena en qu usar a su marido.
Se ofendi:
Francis no era de ninguna forma as.
No me refiero al sexo. Creo que usaba a Francis en sus negocios.
En qu negocios?
l es un jugador en gran escala. Francis nunca le nombr a Ketchel?
No. Nunca lo hizo.
O a Leo Spillman, que era el verdadero nombre de Ketchel?
No.
De qu hablaban principalmente Francis y usted, Ginny?
De poesa, de filosofa, ms que todo. Tena tanto que aprender de Francis!
Nunca hablaban de cosas positivas?
Por qu las cosas positivas siempre tienen que ser desagradables y horribles?
dijo con angustia.
Empieza a sentir el dolor, pens yo, el cruel dolor de regresar al hogar viuda,
despus de un matrimonio de tres das.
Era ya hora de abandonar la autopista. Pude ver a Montevista a la distancia. Sus
rboles parecan un bosque verde en el horizonte. El camino vecinal de acceso a
Montevista sala enderezndose hacia el mar.
Mis pensamientos estaban fijos en Francis Martel o quienquiera fuese. Haca dos
meses que haba conducido su Bentley por este mismo camino, en busca de un sueo
acariciado durante siete aos. La fuerza que haba contenido ese sueo y lo haba
forzado a convertirlo en realidad, ya no exista. Hasta la chica que estaba a mi lado
pareca una mueca de trapo, como si parte de ella hubiera muerto con el soador. No
volvi a hablar hasta que nos detuvimos frente a la puerta de la casa de su madre.
La puerta del frente estaba cerrada. Ginny se apart de ella, con un aire de
resentimiento.
Es su da de bridge. Deba de haberlo recordado.
Busc la llave en su cartera y abri la puerta.
No les importa ayudarme a entrar las valijas? Me siento un poco floja.
Tienes motivos para ello dijo Sylvester.

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En realidad es un alivio saber que mam no est aqu. Qu podra decirle?
Sylvester y yo nos miramos. Saqu las valijas del bal del coche y las entr al
vestbulo. Ginny nos pregunt desde el recibidor:
Qu pas con el telfono?
Hubieron algunos contratiempos aqu anoche le contest.
Se asom por la puerta.
Contratiempos?
Sylvester se dirigi a ella y ponindole las manos sobre los hombros, le dijo:
Siento tener que decirte esto, Ginny. A tu madre le dispararon anoche un tiro.
Se resbal de sus manos y cay pesadamente al suelo. Su piel se puso gris y sus
ojos profundizaron su azul, pero no porque estuviera por desmayarse. Se qued
sentada en el piso, con la espalda apoyada en la pared.
Ha muerto Marieta?
Desgraciadamente, s.
Me puse de cuclillas a su lado:
No sabe usted quin mat a su madre?
Movi la cabeza con tanta fuerza que su cabello cay sobre su cara como una
pantalla dorada.
Su madre estaba terriblemente trastornada anoche. Le dijeron algo usted o
Martel?
Nos dijimos adis.
Se detuvo, ante lo definitivo de esa palabra.
Eso fue todo, slo que ella no quera que me fuera. Me dijo que conseguira el
dinero en alguna otra forma.
Qu quera decir con eso?
Que yo me haba casado con Francis por dinero, supongo. Ella no lo
comprenda.
Me dijo, antes de morir, que el joven amante le haba pegado el tiro. Quin
podra ser este joven amante?
Tal vez Francis. Pero l estuvo conmigo todo el tiempo dej caer, con fuerte
ruido, su cabeza contra la pared. No s qu es lo que ha querido decir.
Djela. Le estoy hablando como amigo y como mdico intervino Sylvester.
Tena razn. Yo me senta como un demonio torturador, brincando alrededor de la
muchacha. Me par y ayud a Ginny a hacerlo.
Ella necesita proteccin. Se quedar acompandola, profesor?
Es imposible. Debe de haber una docena de pacientes esperndome mir su
reloj pulsera: Por qu no se queda usted con ella? Yo puedo llamar un taxi.
Tengo que hacer en la ciudad me dirig a Ginny: Podra soportar a Peter a
su lado?
Creo que s me contest, con la cabeza baja. Siempre que no tenga que
hablar ms con nadie.

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Encontr a Peter en su casa y le expliqu lo sucedido. Me dijo que saba cmo
usar una escopeta, pues cazar era uno de sus deportes, y que con gusto hara la
guardia. Carg el arma y la trajo con l, con un vago aire militar. La noticia de la
muerte de Martel, pareca haberle levantado el nimo.
Ginny lo recibi tranquilamente en el vestbulo.
Te lo agradezco mucho, Peter. Pero no hablaremos sobre nada. Est bien?
Est bien. Sin embargo tengo que decirte que siento mucho lo que ha pasado.
Se tomaron de la mano como hermano y hermana. Pero yo vi que sus ojos
tomaban posesin de la belleza dolorida de Ginny. Me di cuenta, como en un
sacudimiento, que para Peter, el caso acababa de terminar. Me fui, antes que l mismo
se diera cuenta de eso.

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24

M
e dirig, lentamente, por el atajo que constitua el camino ms corto entre
Montevista y la ciudad. Sylvester segua mirando para atrs, hacia el valle
donde acababa de dejar a Ginny. Los techos estaban casi sumergidos entre
los rboles como la espuma en un turbulento y verdoso ro. Le dije:
No le convendra a Ginny estar en el hospital, o al menos, tener una enfermera
para atenderla?
Ya me ocupar de eso despus, cuando me haya librado de mi trabajo en la
clnica.
Cree que se va a recuperar?
Sylvester me contest con calma:
Es una chica fuerte. Por supuesto que ha tenido una mala suerte espantosa,
agravada por un mal criterio. Debera haberse casado con Peter, como todos
suponamos. Por lo menos con l hubiera estado a salvo. Tal vez lo haga ahora.
Tal vez. Usted parece enamorado de la joven.
Hasta donde puedo permitrmelo.
Qu significa eso, doctor?
Solamente lo que dije. Es una hermosa criatura y confa en m. Usted le da un
tono de culpabilidad a cualquier cosa.
No lo creo.
Entonces, escchese a usted mismo y ver lo que quiero decir.
Quiz tenga razn quera que continuara hablando. Despus de un momento
dije: Usted conoci a Roy Fablon. Era un hombre capaz de utilizar a su hija para
saldar una deuda de juego?
Por qu me lo pregunta?
Porque Ginny parece creerlo.
No llegue a esa conclusin por lo que ella dijo. A lo peor, Roy puede haber
estado utilizndola, o tratando de hacerlo, para lograr que Spillman fuera ms
indulgente con l. No se imagina usted lo desesperado que puede llegar a estar un
hombre, cuando un gorila como Spillman lo tiene por suspendi el final de la
frase. Yo s lo que es eso termin.
Lo que usted acaba de decir nos lleva a una respuesta afirmativa. Fablon era la
clase de hombre que tratara de utilizar a su hija.
Puede haber tenido esa idea. Pero nunca la hubiera llevado a cabo.
No lo hizo, de todas maneras. No tuvo la oportunidad. Digamos que le hizo un
ofrecimiento a Spillman y luego se retract. Un jugador como Spillman podra
fcilmente haberlo matado.
Pero tambin el asunto marcha por el otro lado dijo Sylvester. Ms aun, si

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usted sabe lo que haba en el fondo de todo esto. Ponga a un hombre como Roy frente
a un dilema moral semejante y es capaz de destruirse a s mismo, que es lo que
realmente sucedi. Esta maana volv a tratar el asunto con el doctor Wills, entre
parntesis, es el mdico forense que le hizo la autopsia a Roy y resulta que l
encontr evidencias qumicas definitivas de que Roy se ahog en el ocano.
O fue ahogado.
Hay casos de crmenes por ahogo dijo Sylvester. Pero nunca he odo
hablar de uno que fuera cometido por un hombre enfermo, en plena noche y en el
mar.
Spillman estaba y est en una situacin que le permite hacer que otros realicen
cosas por l.
No tena ningn motivo.
Acabamos de hablar de un posible motivo. Otro ms evidente an es el hecho
de que Fablon le debiera treinta mil dlares y no pudiera pagrselos. Spillman no
tomara eso muy a la ligera. Usted es testigo de ello.
Sylvester se revolvi en su asiento:
Realmente, Marieta le ha metido ese zumbido en el odo. Estaba obsesionada
con el asunto de Spillman.
Le habl de l, ltimamente?
Ayer a la tarde, cuando usted se apareci.
Usted debe de haberla tomado en serio, o no hubiera hablado con el doctor
Wills.
Hable usted mismo con el doctor Wills. Le dir la misma cosa.
Habamos llegado a la parte ms alta del camino. En un terreno ondulado a mi
izquierda, un caballo palomino, de crines blancas, vagaba como un sobreviviente,
bajo la luz del sol. Baj el visor protector contra la luz mientras descendamos por la
colina. La ciudad, all abajo pareca un laberinto armado por algn nio lleno de
inspiracin: era a la vez de fabricacin casera e intrincado. Atrs de la ciudad yaca el
misterioso azul cambiante del mar.
Dej a Sylvester frente a la clnica y me dirig al Hospital de la Misericordia. El
mdico forense tena su oficina y su laboratorio en el subsuelo, cerca de la morgue
del hospital. El hombre, pequeo y delgado, mostraba la mirada de un hombre
dedicado a la ciencia, intensificada por un par de anteojos de armazn de acero. Se
mova como si sus manos, sus dedos y hasta sus ojos y boca fueran instrumentos
tcnicos, tiles, pero sin vida, y que el verdadero doctor Wills estuviera all sentado
dentro de su esqueleto, dirigiendo sus manipulaciones externas. Ni siquiera pestae
cuando le dije que haba ocurrido otro crimen.
Esto se est poniendo un poco pesado fue su nico comentario.
Ha hecho ya el examen post morten de Mrs. Fablon?
Todava no est completo. Casi era innecesario. La bala le seccion la aorta y
eso fue todo.

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Qu tipo de bala fue?
Parece una 38. Sali en perfectas condiciones y servir bien para una
confrontacin, si alguna vez se encuentra el arma.
Podra verla?
Ya se la envi al inspector Olsen.
Dgale que tendra que ser confrontada con la que mat a Martel.
Wills me mir burlonamente.
Por qu no se lo dice usted?
Le parecer mejor si se lo dice usted mismo. Creo, tambin, que debe reabrir el
caso Roy Fablon.
Estoy en desacuerdo con eso dijo agriamente Wills. Un crimen, dos
crmenes en el presente, no cambian, para nada, un suicidio en el pasado.
Est usted seguro de que fue un suicidio?
Completamente. Tuve ocasin de revisar mis apuntes esta misma maana. No
hay ninguna duda de que Fablon se suicid ahogndose. Las contusiones externas le
fueron inflingidas, con certeza, despus de su muerte. En todo caso, no podran ser la
causa suficiente de su muerte.
Tengo entendido que haba recibido muchos golpes.
Todos los cuerpos los reciben, en estas aguas. Pero no hay dudas: fue un
suicidio. Adems de la evidencia natural, Fablon haba amenazado con suicidarse,
delante de su mujer y su hija.
As me dijeron.
El pensar en esto, que echaba tierra sobre mis conversaciones con Sylvester y
Ginny, era deprimente. El presente no poda alterar el pasado, como dijo Wills, pero
poda ponerle a uno alerta sobre sus misterios y significados.
Wills interpret mal mi silencio:
Si tiene alguna duda, puede revisar el archivo de investigaciones del mdico
forense.
Yo no dudo de que me est dando un informe correcto, doctor. Quin hizo la
identificacin?
La mujer de Fablon. Usted no puede cuestionar esto.
Se puede cuestionar cualquier cosa humana las ambigedades de mi
conversacin de anoche con Marieta se balanceaban an en mi mente. Entiendo
que antes de la investigacin, Marieta Fablon declar que su marido haba sido
asesinado.
Tal vez lo hiciera. La evidencia material debe de haberla convencido de lo
contrario. Durante la investigacin, ella apoy decididamente la idea del suicidio.
Cul es la evidencia material a que usted se refiere?
El contenido qumico de la sangre sacada del corazn. Prob, en forma
concluyente, que se haba ahogado.
Podra haber sido desmayado a golpes y luego ahogado en una baera. Ya se ha

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hecho.
No en este caso el doctor Wills contestaba rpida y tranquilamente, como un
computador en perfecto estado. La cantidad de cloruro en la sangre del ventrculo
izquierdo de su corazn era ms del veinticinco por ciento por debajo de lo normal.
La cantidad de magnesia haba crecido enormemente, comparada con el ventrculo
derecho. Estos dos indicios, juntos, prueban que Fablon se ahog en agua salada.
Y no existi ninguna duda de que el cuerpo fuera de Fablon?
Ninguna. Su mujer lo identific en mi presencia Wills se ajust los lentes y
me mir a travs de ellos, como hacindome un diagnstico, sospechando que fuera
vctima de alguna obsesin. Francamente, creo que comete usted un gran error
tratando de conectar lo que le pas a l, con esto seal con su mano hacia la pared
tras la cual el cuerpo de Marieta yaca en una cmara refrigeradora.
Quiz deba haberme quedado y discutido con Wills. Era un hombre honesto.
Pero el lugar y el helado subsuelo me estaban haciendo polvo. Las paredes de
cemento y las ventanas altas y angostas hacan que esto se pareciese a la celda de una
crcel a la antigua.
Sal de all. Antes de dejar el hospital encontr una cabina telefnica e hice una
llamada de larga distancia al profesor Allan Bosch, de la escuela del Estado de Los
ngeles. Estaba en su oficina, as que me contest l mismo.
Soy Lew Archer. Usted no conoce mi nombre
Me interrumpi:
Por el contrario, Mr. Archer. Su nombre me fue mencionado en esta ltima
hora.
Se comunic con Tappinger entonces.
Acaba de irse. Le he dado todos los datos referentes a Pedro Domingo.
Pedro Domingo?
Ese es el nombre que usaba Cervantes cuando estudiaba aqu. Creo que es su
verdadero nombre y s, positivamente, que es nativo de Panam. Esos son los
puntos a averiguar, no?
Hay otros. Si pudiera hablar con usted personalmente
Su voz joven me cort rpido:
Estoy muy ocupado por el momento La visita del profesor no fue una ayuda
en ese sentido. Por qu no conversa de ese tema con l? Si hay algo ms que desee
saber, puede ponerse en contacto conmigo, ms adelante.
As lo har. Mientras tanto, hay algo que usted debe saber, profesor. Su antiguo
alumno fue muerto de un tiro en Brentwood, esta tarde.
Mataron a Pedro?
Fue asesinado. Lo que significa que su identidad es algo ms que una pregunta
acadmica. Sera mejor que se pusiera en contacto con el capitn Perlberg, de la
seccin Homicidios.
Ser mejor que lo haga dijo lentamente, y colg.

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Me comuniqu con el servicio de respuestas de Hollywood. Ralph Christman
haba llamado desde Washington y haba dictado un mensaje. El operador me lo ley:
El coronel Plimsoll identific al camarero de bigotes como un diplomtico de
Sud o Centro Amrica, llamado Domingo, segn cree. Hago averiguaciones en las
embajadas?
Le ped al operador que telegrafiara por m a Christman y le pidiera que
averiguase en las embajadas, especialmente en la de Panam.
El pasado y el presente comenzaba a unirse. Tuve un instante de claustrofobia en
la cabina telefnica, como si estuviera apresado entre paredes convergentes.

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25

S
ekjar, el nombre de soltera de Kitty no estaba en la gua telefnica. Me dirig a
la biblioteca pblica y mir en la gua de extranjeros de la ciudad. Una tal
Mara Sekjar, empleada en un hospital, estaba anotada en la calle Juniper 137.
Encontr la callecita, de pobre aspecto, atrs de las vas del ferrocarril. La primera
persona que vi al llegar fue al joven polica Ward Rasmussen, caminando hacia m a
lo largo del sucio sendero que serva de vereda.
Me baj del coche y lo llam. Me pareci que se desilusion un poco al verme.
Algunas veces uno se siente as, cuando est encaprichado con una chica y otro
hombre le salta al paso.
Encontr a la madre de Kitty me dijo. Y fui a la escuela y desenterr a un
consejero de las chicas que recordaba a Kitty.
Fue bastante provechosa la tarde.
No dira tanto pero estaba sobriamente satisfecho. No tuve mucha suerte
con su madre, sin embargo. Tal vez le quiera decir ms a usted. Parece que teme que
su hija ande metida en algn lo serio. Lo estuvo desde muy nia, segn me dijo el
consejero.
Los con muchachos?
Qu otra cosa podra ser?
Cambi el tema:
Tuvo tiempo de ir al banco, Ward?
S, seor. Y tuve mejor suerte all sac de su bolsillo una libreta de notas y
recorri sus pginas. Mrs. Fablon estuvo recibiendo, regularmente, una suma de
dinero por intermedio de ese banco de Panam, el Nueva Granada. Todos los meses
le mandaban un giro, hasta el mes de febrero ltimo, en que fue suspendido.
Cunto reciba por mes?
Mil dlares. Esto durante seis o siete aos. Lo sum y son unos ochenta mil
dlares.
Se tiene alguna indicacin de la procedencia?
Segn los del banco local, no. Aparentemente proceda de una cuenta
numerada. Toda la transaccin se haca sin ser tocada por manos humanas.
Y, de pronto, termin.
Exacto. Qu idea tiene sobre esto, Mr. Archer?
No quisiera sacar ninguna conclusin todava.
No, por supuesto. Pero ese puede ser dinero del hampa. Recuerda que eso
mismo se nos ocurri esta maana?
Estoy seguro que lo es. Pero nos va a costar muchsimo poder probarlo.
Lo s. Habl con el encargado de giros internacionales en el banco Nacional.

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Los bancos de Panam son como los de Suiza. No tienen que revelar el origen de sus
depsitos bancarios, con lo cual favorecen la canalla. Qu cree que deberamos
hacer?
Yo estaba ansioso de conversar con Mrs. Sekjar y le contest:
Haga cambiar la ley. Quiere esperarme en el coche?
As lo hizo. Yo me acerqu, caminando, a la casa de los Sekjar. Era una vivienda
pequea que daba la sensacin de haber perdido la mayor parte de su pintura a causa
del sacudimiento de los trenes que pasaban casi al lado.
Golpe en la rstica puerta de alambre tejido y apareci una mujer con los
cabellos teidos de negro. Era alta y robusta, de unos cincuenta aos, aunque el
cabello teido la haca parecer ms vieja. Era buena moza, pero no tanto como su
hija. La tintura barata que usaba, con el sol de la tarde, pareca tornasolada.
Qu quiere?
Quiero hablarle.
Sobre Kitty, de nuevo?
Ms o menos.
No s nada de ella. Esto es lo que les he dicho a los otros y lo que le vuelvo a
decir a usted. He trabajado duro toda mi vida, para poder estar en esta ciudad con la
cabeza alta. No fue fcil y Kitty no me ayud para lograrlo. Ahora no tiene nada que
ver conmigo.
Pero es su hija, no es as?
Supongo que s su tono era spero. No se comporta como una hija. No soy
responsable de lo que hace. Sola golpearla hasta hacerle brotar sangre y no dio
resultado. Sigui siendo tan salvaje como siempre, burlndose de las enseanzas del
Seor mir a lo alto y vi que sus ojos eran tambin rebeldes.
Puedo entrar, Mrs. Sekjar? Mi nombre es Archer y soy un detective particular
ante su mirada inflexible, me apresur a decir: No tengo nada contra su hija,
pero estoy tratando de localizarla. Podra darme algunos datos con referencia a un
crimen.
Un crimen? Estaba aterrada. Los otros no me dijeron nada sobre un
crimen. Este es un hogar decente, seor me dijo con la tensa, precaria
respetabilidad de los pobres. Esta es la primera vez, desde que Kitty nos dej, que
un polica llega a nuestra puerta mir para afuera, de derecha a izquierda, como
temiendo que sus vecinos estuvieran espindonos: Creo que es mejor que entre.
Sac el cerrojo de la puerta metlica y me dej entrar. Su vestbulo era pequeo y
rado. Tena un divn-cama y dos sillas, una alfombra manchada y gastada y una
televisin, puesta en una serie de esas que se dan durante el da. Afirmaba, en lo poco
que pude orle, que las cosas eran muy duras en todas partes. Mrs. Sekjar la apag.
Sobre la televisin haba una Biblia grande y uno de esos globos de vidrio que hay
que sacudir para que se produzca una tormenta de nieve. Todos los cuadros de las
paredes eran religiosos y haba tantos que parecan una barrera de defensa contra el

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mundo.
Me sent en el divn-cama. Ola a Kitty, leve pero perceptiblemente. El olor de su
perfume era extrao en un lugar semejante. Y no era precisamente olor de santidad.
Kitty estuvo anoche aqu, no es cierto?
Asinti. Estaba parada al lado mo.
Pas por la cerca, cruzando las vas. No poda echarla. Estaba asustada.
No dijo de qu?
Es por su modo de vivir. Est atrapada. La clase de hombres con quienes anda,
rufianes pervertidos se par en seco. No vamos a discutir eso.
Creo que deberamos hacerlo, Mrs. Sekjar. Habl Kitty con usted anoche?
No mucho. Estuvo llorando algo. Por un momento me pareci que tena a mi
nia de vuelta. Se qued toda la noche. Pero por la maana estaba tan dura como
siempre.
No lo es tanto.
A lo mejor no se lo ha demostrado todava. Era una chica bastante buena
cuando su padre estaba con nosotros. Pero Sekjar se enferm y pas sus ltimos dos
aos en el Hospital de la Municipalidad. Despus de eso, Kitty se volvi tan dura
como los clavos. Me culpaba a m y a los otros adultos por haber mandado a su padre
al hospital. Como si yo hubiera podido elegir. Cuando tuvo diecisis aos, casi me
sac los ojos con sus uas. Se las cort bien cortas. Si no hubiera sido ms fuerte que
ella, me habra dejado ciega. Despus de eso ya no pude hacer nada con ella. Se
volvi loca por los muchachos. Trat de frenarla. S lo que sucede cuando se vuelven
locas por los muchachos. Fue as que slo por escupirme, se cas con el primer
hombre que se lo pidi se call, revolviendo entre sus enojosos recuerdos. Es
Harry Hendricks el que muri?
No. Pero fue herido.
O eso en el hospital. Soy ayudanta de enfermeras dijo con cierto orgullo.
Quin fue asesinado?
Una mujer llamada Marieta Fablon y un hombre que se llamaba a s mismo
Francis Martel.
Nunca o hablar de ninguno de los dos.
Le mostr la fotografa de Martel con Kitty y Leo Spillman al frente. Sbitamente
dijo:
Este es l! Este es el hombre que se la arrebat a su marido con su dedo
ndice golpeaba la cabeza de Spillman. Querra matar a ese hombre por lo que
hizo a mi hija! Se la llev y la arrastr por el barro. Y aqu est ella, con sus piernas
cruzadas, sonriendo como una gata.
Conoce usted a Leo Spillman?
Ese no era su nombre.
Ketchel?
S. Ella lo trajo a esta casa, hace seis o siete aos. Me dijo que l quera hacer

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algo por m. Esos tipos quieren siempre hacer algo por uno y antes que uno se d
cuenta, les pertenece. Como le pertenece Kitty. Me dijo que era dueo de un
departamento en el edificio Latinoamericano, que me poda mudar all, sin pagar
alquiler. Y que si quera, dejara de trabajar en el hospital. Le dije que prefera seguir
trabajando antes que tocar su dinero. As que se fueron. Y no volv a verla a ella hasta
anoche.
Sabe dnde viven?
Solan vivir en Las Vegas. Kitty me mand desde all un par de tarjetas de
Navidad. Ahora no s dnde viven. Durante aos no me escribi. Y anoche, cuando
le pregunt dnde viva, no quiso decrmelo.
As que no tiene idea de dnde puedo encontrarla?
No, seor. Y si lo supiera, no se lo dira. No voy a ayudarlo a mandar a mi hija
a la penitenciara.
No estoy tratando de meterla en la crcel. Solamente quiero informacin.
Usted no me engaa, seor. Se les busca por no pagar los impuestos, no es
cierto?
Quin le dijo eso?
Un hombre del gobierno. Estaba sentado donde usted est ahora, hace dos
semanas. Me dijo que le hara un favor a mi hija si la convenca para que se
presentara, que ella y tambin yo podramos hasta conseguir un porcentaje de ese
dinero ya que ellos no eran marido y mujer por la ley. Yo le dije que ese era dinero de
Judas. Y que sera una linda madre si publicaba en todos los diarios la vergenza de
mi hija. Me contest que era mi deber como ciudadana. Le respond que haba
deberes y deberes.
Le habl a Kitty sobre eso?
Quise hacerlo esta maana. Fue entonces cuando se fue. Nunca nos hemos
llevado bien. Pero de all a que quiera entregarla al gobierno, hay mucha distancia. Se
lo dije al otro y se lo digo a usted. Puede ir y decirle al gobierno que no s dnde est
y que si lo supiera, no se lo dira.
Estaba all sentada, respirando desafo. Un tren silb, en direccin de Los
ngeles. Era un largo tren de carga, que se mova lentamente. En alguna forma me
hizo recordar al gobierno.
Antes de que hubiera terminado de hacer temblar todos los cacharros de la cocina,
le dije adis a Mrs. Sekjar y me retir. Dej a Ward en la casa de su padre, que era
slo un grado mejor que la de Mrs. Sekjar y le aconsej que durmiera un poco. Luego
me dirig al Aeropuerto Internacional y compr un billete de ida y vuelta a Las Vegas.

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26

E
ra un da tranquilo, con el sol brillando sobre el mar, cuando el avin sali
para Las Vegas. Dejamos atrs el sol y nos sumimos en un repentino
crepsculo purpreo.
Tom un taxi hasta la calle Freemont. Las fuertes luces de nen de los anuncios
mviles hacan que las estrellas del angosto cielo parecieran plidas y avergonzadas.
El Escorpin era uno de los casinos ms grandes de la cuadra, un edificio de dos
pisos, con un letrero luminoso de tres pisos, en el cual un escorpin elctrico mova la
cola.
La gente, frente a las mquinas traga monedas, pareca estar accionadas por
idnticos mecanismos. Las alimentaban con monedas de veinticinco centavos y de un
dlar con su mano izquierda, mientras que con la derecha tiraban de las palancas,
como si se tratara de un grupo de trabajadores en una fbrica de dinero. Haba
muchachos de ojos tiznados, tan jvenes que an no se afeitaban y mujeres con
guantes masculinos de trabajo en las manos que usaban para mover las palancas.
Algunas de ellas eran tan viejas y estropeadas, que se apoyaban en las mquinas para
mantenerse derechas. La fbrica de dinero era un duro lugar para trabajar.
Me abr paso a travs de la multitud de la tarde, dejando de lado mesas de ruleta y
barajas y encontr a un empleado, vigilando las mesas de pase ingls, al final de la
gran sala. Era un hombre de mirada rpida, vestido como el empleado de una
funeraria. Le dije que quera ver al patrn.
Yo soy el patrn.
No me haga chistes.
Mir al techo.
Si usted quiere ver a Mr. Davis, tiene que tener una buena razn.
Se la dir a l.
Dgamela a m.
Puede no gustarle a Mr. Davis.
Su mirada se pos en mi cara. Pude leer en ella su antipata.
Si usted quiere ver a Mr. Davis, tiene que decirme de qu clase de negocios se
trata.
Le dije mi nombre y mi ocupacin y el hecho de que estaba investigando dos
crmenes. Su expresin no cambi:
Y usted cree que Mr. Davis puede ayudarlo en algo?
Me gustara poder preguntrselo.
Espere aqu.
Desapareci detrs de una cortina. Lo o subir unas escaleras. Me qued parado al
lado de una de las mesas verdes y contempl a una chica con un traje muy escotado

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en la espalda, en el instante de sacudir y lanzar los dados al tapete. Este era final
creativo de la fbrica de dinero, donde uno tiene la oportunidad de manipular los
dados y hablar con ellos.
Se me estn calentando mucho me dijo. Era una muchacha agradable, con
una voz cultivada que me hizo recordar a Ginny. El hombre que estaba parado a su
lado y la provea de dinero, usaba adornos de piel negra en sus ropas de petimetre,
que incluan un par de botas de tacones altos. De tiempo en tiempo, cuando la chica
ganaba, lanzaba un sinttico grito de vaquero, su mano bajaba cada vez ms en la
espalda de la chica.
El empleado baj y me hizo una seal con el dedo, desde la orilla de la cortina.
Lo segu tras de ella. Un segundo hombre surgi detrs de la tapicera y se me acerc.
Su cabeza pareca un accidente menor en la parte alta de su enorme cuello y espaldas.
Puede subir dijo, siguindome.
Mr. Davis me esperaba en lo alta de la escalera. Era un hambre sonriente, con la
cara maleable de un poltico y una cantidad de cabello gris ondulado. Tena puesto un
traje gris, de rayas finas, con bolsillos oblicuos y espalda tableada, para tener libertad
de accin. Mr. Davis no haba tenido mucha accin ltimamente: ni siquiera el
cuidadoso corte de su traje poda endurecer o disimular el enorme bulto de su vientre.
Mr. Archer?
Mr. Davis?
No me ofreci su mano, lo que me sent bien. No me gusta dar la mano a
hombres que usan anillos con piedras preciosas.
Qu pueda hacer por usted, Mr. Archer?
Concdame unos pocos minutos. A lo mejor podemos hacer algo el uno por el
otro.
Mir dubitativamente a mi viejo traje californiano y a mis zapatos que
necesitaban una lustrada.
Lo dudo. Usted habl de un crimen. Es de alguien que yo conozco?
Creo que s. Francis Martel.
No reaccion ante ese nombre. Le mostr la foto.
Ante ella s reaccion. Me la arranc de las manos y me introdujo en su oficina,
cerrando la puerta.
Dnde consigui esa foto?
En Montevista.
Estaba Leo all?
Ahora no. Esta no es una fotografa reciente.
La llev a su escritorio y la estudi bajo la luz.
No. Ya veo que no es de ahora. Leo no volver a ser as de joven. Ni tampoco
Kitty. Pareca sentir placer ante este hecho como si, por comparacin, lo
rejuveneciera. Quin es este tipo raro con la bandeja?
Tena esperanzas de que usted me lo pudiera decir.

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Se encar conmigo:
No ser Cervantes?
Feliz Cervantes, alias Francis Martel, alias Pedro Domingo. Le dispararon un
tiro hoy en la avenida Sbado, en Brentwood.
Los ojos de Davis perdieron vivacidad. Not que esto sigui ocurriendo.
Mostraban un destello de inters o curiosidad o hasta malicia y volvan a caer en una
falta de vida.
Quiere contarme algo sobre el tiro en cuestin?
No tengo habilidad para eso, pero lo har le hice un corto relato de la muerte
de Martel y lo que lo llev a ella. Usted podr leer el resto en los diarios de la
maana.
Y el asesino se apoder del dinero?
Evidentemente. De quin es ese dinero?
No sabra decirle dijo con repentina vaguedad. Se levant y se alej de m
todo el largo de su oficina, contemplando las fotos murales de un desierto que
decoraban las paredes. Sus pasos eran silenciosos sobre la alfombra color desierto.
Haba en sus movimientos algo un poco femenino y algo ms que un poco siniestro,
como si su enorme vientre estuviera preado de muerte.
No sera dinero suyo, no es cierto, Mr. Davis?
Gir sobre s mismo, abriendo su boca como para aullar, pero sin emitir ningn
sonido. Silenciosamente se me fue acercando, hizo una especie de paso de danza, al
esquivar su escritorio en forma de herradura.
No me susurr cara a cara. No poda ser dinero mo ni yo he tenido nada
que ver con esa muerte sonrindose, me dio un codazo, como si fuera a contarme
un chiste, pero no haba humor en su sonrisa. De hecho, no alcanzo a comprender
por qu viene a endilgarme sus discursos.
Usted es socio de Leo, no es verdad?
Lo soy?
Y Cervantes era su muchacho.
Qu quiere decir con eso de su muchacho?
Volvi a darme con el codo. Los tablones de su espalda, con este ademn, se
abran y cerraban con un movimiento obsceno.
Pens que usted podra decrmelo, Mr. Davis.
Piense de nuevo. Yo slo vi a Cervantes una sola vez en mi vida y eso fue el
ao pasado, cuando vino aqu con Leo. Yo no s cul era el trato. Cualquiera que
fuera, no quiero ninguna parte en l. Yo soy un autntico hombre de negocios, que
dirige un negocio legal, y de paso, le comunico que Leo no es mi socio. No hay nada
en los registros que diga que l el dueo de parte del casino. En cuanto a m, no
quiero ninguna participacin en los negocios de Spillman.
Era una afirmacin rotunda. Davis no me haba impresionado como un hombre
rotundo. Empec a preguntarme si Spillman no estara muerto tambin.

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Dnde puedo encontrar a Leo?
No lo s.
Pero usted no le enva dinero?
l debera mandrmelo a mi.
Por qu?
Usted pregunta demasiado. Ahora, escrrase, antes de que me ponga nervioso.
Creo que me quedar por aqu. Voy a necesitar ayuda en un problema de
impuestos. No mo, sino de Leo. Y puede ser tambin suyo.
Davis se apoy en la pared, suspirando.
Por qu no me dijo que era un recaudador de impuestos?
Porque no lo soy.
Entonces usted se present falsamente.
Al diablo, si lo hice. Uno puede hablar de impuestos sin trabajar para el
Gobierno Federal.
Usted no puede hacer esto conmigo. Usted no puede abrirse camino hasta mi
oficina, disfrazndose de agente federal.
Saba que yo no lo haba hecho, pero necesitaba un punto de enfoque para su ira.
Pareca carente, en su interior, de un punto de enfoque permanente. He conocido
otros hombres como l en Las Vegas y Reno. Forjadores de alegra en cantinas que
han perdido su alegra, tipos sonrientes, que han ido dndose cuenta gradualmente
que estaban hacindole frente a la muerte a la que, en suma, pertenecan.
Los federales estn buscando a Leo. Sospecho que usted lo saba le dije.
Sospecho que si.
Por qu no lo pueden hallar? Est muerto?
Deseara que lo estuviera dijo, rindose tontamente.
Usted hizo matar a Cervantes?
Yo? Yo soy un verdadero hombre de negocios.
Ya me lo estuvo diciendo. Pero eso no es una respuesta.
La suya no fue una buena pregunta.
Voy a ver si puedo fraguar otra mejor, del tipo de las preguntas hipotticas que
hacen a los expertos en los tribunales.
Yo no soy un experto, ni estamos en un tribunal.
En caso de que alguna vez lo est, esto le va a servir de prctica no pareci
sentir el pinchazo, lo que poda significar que sus dolores eran ms profundos.
Cunto dinero negro le extrajo del cuarto donde lo cuentan?
Contest blandamente:
Yo no s nada de eso.
Naturalmente que no lo sabra. Es usted demasiado legal.
Obsrvelo me dijo. He sacado tanto de usted como nunca le he sacado a
nadie.
Sola hacer Leo trato con los perdedores fuertes para que pagaran en cuotas y

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utilizaba a Cervantes para recoger y traer el dinero?
Davis me mir cuidadosamente. Sus ojos estaban muertos, pero inquietos.
Usted hace la clase de preguntas que se contestan solas. No me necesita.
Nos necesitamos mutuamente le contest. Yo quiero a Leo Spillman y
usted quiere el dinero que l le ordea a su negocio.
Si usted se refiere a ese dinero que hay en Amrica Latina, se acab. No tengo
ningn medio de recuperarlo. De todas maneras, son nqueles y centavos. La
habitacin donde contamos el dinero, maneja ms que esa suma cada da del ao.
As que no tiene problemas.
Ninguno que necesite su ayuda.
Davis hizo otra de sus caminatas hasta el extremo de su oficina y regres. Se
mova cautelosamente, con una especie de recato un tanto femenino, como si su
oficina color desierto fuera en realidad un desierto, con vboras de cascabel bajo la
alfombra.
Si se pone en contacto con Leo me dijo hgamelo saber. Estara dispuesto
a pagarle por el informe. Digamos unos cinco mil, si es exclusivo.
No tena intencin de alquilarme como poste indicador.
No la tena? Le ech otra mirada prolongada a mi traje. De todas
maneras la oferta subsiste, pimpollo.
Me abri la puerta. El hombre de anchas espaldas y cabeza angosta estaba
esperndome para acompaarme abajo. La chica que me haca recordar a Ginny
estaba al final de una de las mesas de juego de dados, con otro acompaante. Todo lo
que suceda en Las Vegas pareca una repeticin de lo que haba sucedido all antes.
Tom el avin de regreso a Los ngeles y esa noche dorm en mi propia cama.

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27

U
n grajo que viva en mi vecindad me despert por la maana. Estaba posado
en una rama alta frente a la ventana de mi departamento en el segundo piso,
gritando a todo gritar, en espera de su racin de manes salados.
Busqu en mi armario, pero se haban acabado. Le arroj un poco de cereal en el
alfizar de la ventana. El grajo ni se molest en bajar de su percha. Inclin su cabeza
a un lado y mir sarcsticamente. Luego se columpi en la rama, alejndose.
La leche que estaba en el refrigerador se haba puesto agria. Me afeit,
endosndome una muda limpia y mi otro traje, para salir a tomar el desayuno. Le el
diario, mientras coma mi jamn con huevos. Hall el asesinato de Martel en la
segunda pgina. Se hablaba de l como de un asesinato de pandilleros. El de Marieta
Fablon haba sido sepultado atrs, entre las noticias de Southland. No se insinuaba
ninguna conexin entre los dos crmenes.
En camino hacia mi oficina, en la Avenida Sunset, hice un largo desvo hasta el
Palacio de Justicia. El capitn Perlberg tena un informe preliminar del Laboratorio
del Crimen. La bala que el doctor Wills extrajera del pecho de Marieta Fablon, haba
partido, con toda certeza, de la misma arma que haba matado a Francis Martel. Era,
probablemente, un revlver antiguo, de calibre 38. Ni el arma ni el autor del disparo
haban sido hallados.
Tiene alguna idea al respecto? me pregunt Perlberg.
Tan slo este hecho: Martel trabajaba para el dueo de un casino, un sujeto
llamado Leo Spillman.
Qu trabajo haca?
Creo que era la estafeta de Spillman. Recientemente se haba metido en el
negocio, por su cuenta.
Perlberg me dirigi una mirada melanclica. Encendi un cigarrillo. A travs del
desorden de su escritorio, larg el humo en mi direccin. No se mostraba ni hostil ni
agresivo, pero tena la especie de fuerza envolvente de los judos.
Por qu no mencion esto anoche, Archer?
Anoche fui a Las Vegas e hice algunas preguntas. No obtuve respuestas muy
buenas pero s las suficientes como para sugerir que Martel cooperaba con Spillman
en una evasin del impuesto a los rditos. Luego, dej de cooperar. Quera el dinero
para s mismo.
Y Spillman lo mat?
O lo hizo matar.
Perlberg dio varias pitadas a su cigarrillo, llenando la pequea oficina de humo,
como si la neblina fuera el elemento nativo en que su cerebro trabajaba mejor.
Y cmo encaja Mrs. Fablon en esta hiptesis?

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No lo s. Tengo la teora de que Spillman mat a su marido y ella lo saba.
Su marido se suicid, segn la gente de Montevista.
As siguen repitindomelo. Pero no est probado. Yo digo que no fue suicidio.
Entonces tenemos tres crmenes sin resolver, en lugar de dos. Necesito un
crimen extra tanto como un agujero extra en mi cabeza arroj su cigarrillo
violentamente. Era el nico signo de impaciencia que se permita. Gracias por la
informacin, de todos modos y por sus ideas. Pueden ser tiles.
Tena esperanza de poder conseguir un poco de ayuda.
Cualquier cosa, si no cuesta el dinero de los contribuyentes.
Estoy tratando de encontrar a Leo Spillman.
No se preocupe. Me dedicar a ello en cuanto usted deje la oficina.
Era una invitacin a que me fuera. Me detuve en la puerta.
Me lo har saber, en cuanto lo localice?
Perlberg me contest que as lo hara.
Cruc la ciudad en direccin a mi oficina. Haba un montn de cartas en el buzn,
pero nada de importancia. Las llev adentro y las coloqu sobre el escritorio. La
delgada capa de polvo que lo cubra me hizo acordar que no haba estado all desde el
viernes. Lo limpi con una hoja de Kleenex y llam al servicio de informacin.
Un doctor Sylvester ha tratado de comunicarse con usted me inform la
chica del conmutador.
Dej su nmero?
No. Dijo que tena que hacer algunas visitas en el hospital. Estar en su oficina
despus de las trece.
No sabe qu es lo que quera?
No lo dijo, pero pareca tratarse de algo importante. Y anoche tuvo un llamado
del profesor Tappinger. l s dej su nmero.
Me lo dijo, y marqu el nmero de la casa de Tappinger. Contest Bess.
Habla Lew Archer.
Hola, amoroso me dijo con su voz de nia. Qu coincidencia! Estaba
pensando en usted.
No le pregunt qu pensaba. No quera saberlo.
Est su marido?
Taps tiene clases toda la maana. Por qu no viene a tomar una taza de caf?
Hago un rico caf a la italiana.
Gracias. Pero no estoy en la ciudad.
Dnde est usted?
En Hollywood.
Son tan slo ochenta kilmetros. Podra llegar ac antes de que Taps vuelva a
almorzar. Quiero hablar con usted, Lew.
Sobre qu?
De nosotros. De todo. Estuve despierta casi toda la noche pensando en ello

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en el cambio que se ha operado en mi vida y usted es parte de ello. As es, Lew.
La interrump:
Lo siento, Mrs. Tappinger. Tengo un trabajo que hacer. Mi ocupacin no es
consolar esposas descontentas.
No le gusto nada?
Claro que me gusta. Eso no puedo negrselo.
Lo saba. Hubiera podido asegurarlo. Cuando tena diecisis aos fui a ver a
una gitana que deca la buenaventura. Ella me anunci un cambio en mi vida, en el
trmino de un ao, diciendo que encontrara un hombre inteligente y buen mozo y
que me casara con l. Y as pas. Me cas con Taps. Pero tambin me dijo que habra
otro cambio, cuando tuviera treinta aos. Siento que est por producirse. Es como
estar embarazada de nuevo. Cre que mi vida haba terminado y ahora
Todo esto es muy interesante le dije. Hablaremos de ello en otro
momento.
Pero no podemos esperar.
Tendr que ser as.
Usted me dijo que yo le gustaba.
Hay muchas mujeres que me gustan.
Fue una observacin estpida.
A m no me gustan los hombres. Usted fue el primero desde que yo
La frase muri sin terminar. No le di nimos para resucitarla. No pronunci una
sola palabra ms. Rompi a llorar y cort la comunicacin.
Me dije que Bess deba ser esquizofrnica, o afecta a novelas de alcoba, atacada
de claustrofobia o de las neurosis propias de una temprana edad crtica, parecida a
esas heladas que nos sorprenden un cuatro de julio. Era evidente que tena problemas
y un hombre inteligente que conoc en Chicago me haba dicho una vez: Nunca
duermas con nadie que tenga un problema peor que el tuyo.
Pero era difcil apartar a Bess de mi mente. Cuando saqu mi auto del
estacionamiento y enfil hacia la carretera de San Diego, sent que iba hacia ella,
aunque me esforzara en pensar que era a su marido a quien iba a ver.
A la tarde estaba esperando frente a su oficina en el edificio de Las Artes. Un
minuto despus de las catorce, apareci caminando por el corredor.
Guindome por usted, podra poner mi reloj en hora, profesor.
Dio un respingo:
Me hace pensar que soy un hombre mecnico. Personalmente, odio tener que
seguir este rgido horario abri la puerta de su oficina y me hizo entrar. Pase.
Tengo entendido que usted ha descubierto algo ms sobre Cervantes.
No me contest hasta que estuvimos sentados uno frente al otro, ante su
escritorio.
Es cierto. Despus que lo dej ayer, decid tirar por la borda el rgido horario,
aunque fuera una vez. Cancel mi clase de la tarde y fui al Colegio del Estado, en Los

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ngeles, con la fotografa que usted me dio. Su nombre es Pedro Domingo. Por lo
menos as se registr all. El profesor Bosch cree que ese es su verdadero nombre.
Lo s. Habl con Bosch ayer.
Tappinger me mir descontento, como si hubiera pasado sobre su cabeza.
Allan no me lo dijo.
Lo llam despus que usted se haba ido. Estaba muy ocupado y le pude sacar
muy poco. Me dijo que Domingo haba nacido en Panam.
Tappinger asinti:
Esa fue una de las cosas que lo metieron en dificultades. Salt de un barco y ya
estaba ilegalmente en el pas. Por eso fue que se cambio el nombre al llegar aqu. Los
de la inmigracin estaban tras l.
Cundo fue eso?
Fue en el ao 1956, segn dice Allan, cuando Pedro tena veinte aos.
Desembarc en San Pedro. A lo mejor crea que el nombre le iba a traer suerte. De
todos modos salt prcticamente del barco a un aula. Fue al Colegio del Estado, en
Long Beach, por un ao, no s cmo hizo para que lo aceptaran, y de all deriv al
Colegio del Estado, en Los ngeles, donde estuvo durante dos aos. Allan Bosch
lleg a conocerlo bastante bien. Le produjo a Allan la misma impresin que a m: un
muchacho de inteligencia superior, con problemas.
Qu clase de problemas?
Sociales y culturales. Histricos tambin. Allan lo describe como una especie
de Hamlet tropical, tratando de hacerle frente a una realidad contempornea. En
realidad esa descripcin se puede aplicar a muchas de las culturas de las Amricas
Central y del Sur. Los problemas de Domingo no eran tan slo personales,
pertenecan a su tiempo y a su lugar en el mundo. Pero su principal anhelo era la
ciudad luminosa.
El profesor Tappinger pareca estar dando una conferencia.
La qu?
La ciudad de la luz. Es una frase que uso para referirme al mundo del espritu y
del intelecto. El producto de la destilacin de las grandes mentes del pasado y del
presente se golpe las sienes como para reclamar su carcter de socio de ese grupo
. Lo abarca todo, desde las Formas de Platn y la Civitas Dei de San Agustn, hasta
las epifanas de Joyce.
No podra ir un poco ms despacio, profesor?
Perdneme ante mi interrupcin pareci confundirse. Estoy hablando en
jerga acadmica? Es que el dilema de Pedro no puede ser establecido simplemente:
era un pobre panameo con todas las esperanzas, los contratiempos y las
frustraciones de su pas. Sali de los barrios bajos de Santa Ana. Su madre era una
muchacha de un cabaret de Panam y Pedro era, seguramente, ilegtimo. Pero l tena
demasiada perspicacia para aceptar su condicin y permanecer en ella. Yo conozco
algo de lo que l puede haber sentido. No es que fuera precisamente un bastardo, pero

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tuve que abrirme paso desde un arrabal de Chicago y supe, durante la depresin, lo
que era sentir hambre. Nunca hubiera podido ingresar a la universidad sin la ayuda de
una beca. As que, como ve, simpatizo con Pedro Domingo y espero, que si lo
apresan, no sean muy severos con l.
No lo sern.
Not algo definitivo en mi voz. Lentamente sus ojos se elevaron hacia los mos,
sensitivos, algo femeninos, ojos que debieron ser agradables antes de que el continuo
sometimiento a un esfuerzo hubiera enrojecido sus blancos.
Le ha sucedido algo?
Est muerto. Un pistolero lo mat ayer. No lee los diarios?
Tengo que confesar que raramente los leo. Esta noticia es terrible se detuvo,
con la boca contrada. Se sabe quin lo mat?
El principal sospechoso es un jugador llamado Leo Spillman. Es el otro hombre
de la foto que le di.
Tappinger sac la fotografa de su bolsillo y la observ.
Parece peligroso.
Domingo tambin lo era. Es una suerte para Ginny que saliera de esto con vida.
Mrs. Fablon est bien?
Todo lo bien que se puede estar, despus de haber perdido a su madre y a su
marido en la misma semana.
Pobre criatura. Me gustara verla y consolarla, si eso fuera posible.
Mejor que consulte eso con el doctor Sylvester. l la est atendiendo. Ahora
mismo voy a verlo.
Me levant para irme. Tappinger sali de atrs de su escritorio.
Siento no poder invitarlo hoy a almorzar me dijo, con una especie de
inquietud agresiva. No hay tiempo.
Yo tampoco tengo tiempo. De mis saludos a su mujer.
Se alegrar de recibirlos. Es una gran admiradora suya.
Porque no me conoce muy bien.
Mi intencin de tomar el tema con ligereza no me dio resultados.
El hombrecito alz hacia m sus ojos inyectados y ansiosos.
Estoy preocupado por Bess. Es tan soadora, tan adicta al Bovarysmo, y yo no
creo que usted le convenga a ella.
Tampoco lo creo yo.
No lo tomar como una ofensa personal, Mr. Archer, si le sugiero que quiz
sera mejor que no la viera ms?
Eso es lo que pensaba hacer.
Tappinger pareci sentirse aliviado.

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28

M
ientras me diriga a la ciudad, me detuve ante una estacin de servicio que
tena afuera una cabina telefnica y llam a Christman en Washington. No
haba regresado an de almorzar. El operador trasfiri mi llamada al
restaurante donde estaba comiendo y casi enseguida le o decir:
Habla Christman. He estado buscndolo, Lew. Nunca est en su oficina.
Hace unos das que no estoy all. Tiene alguna otra noticia sobre nuestro
amigo?
Muy poco. Hasta hace unos meses era segundo secretario de la embajada de
Panam. Era bastante joven para ocupar ese cargo, pero, segn parece, estaba muy
bien conceptuado. Tena un ttulo de estudios superiores en la Universidad de Pars.
Antes de que lo trasfirieran a Washington, tuvo el cargo de tercer secretario en Pars.
Por qu dej el servicio diplomtico?
No lo s. La persona con quien convers me dijo que renunci por razones
personales. No me explic cules eran esas razones. Pero Domingo no se retir
estando en aprietos, eso casi se lo puedo asegurar. Quiere que le averige ms?
Ya no tiene mayor importancia le contest. Puede comunicarle a
cualquiera de los de la embajada con quien hable, que su muchacho recibi un tiro
ayer, en Los ngeles.
Est muerto?
S. A lo mejor quieren tomar alguna disposicin con el cadver, cuando la
polica lo entregue. El capitn Perlberg es el que se ocupa del caso.
Llegu unos minutos tarde a mi cita con Sylvester, pero l estaba retrasado. Lleg
a la clnica alrededor de las trece y treinta. Pareca contrariado. Me hizo pasar al
consultorio.
Siento haberlo tenido esperando, Archer. Pero quise pasar antes a ver a Ginny
Fablon.
Cmo est?
Creo que va a andar bien. Por supuesto que est an medio confundida por el
shock y yo la tengo bajo la accin de sedantes. Pero ha aceptado el hecho de que
hayan muerto su madre y su marido y creo que vislumbra una especie de futuro sin
ellos a su lado.
Pero yo sigo sin estar de acuerdo con que se la deje sola.
No lo est. Los Jamieson le han prestado su chalet de huspedes. Le alcanzan
los alimentos y Peter est all para cuidarla, que es todo lo que l ha deseado siempre.
Todava esto puede tener un final feliz para ella.
Con Peter?
No me sorprendera y aadi con una mueca melanclica: Usted me

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entiende, mi idea de un matrimonio feliz, esencialmente es que nada importa, con tal
que marche.
Y cmo marcha su matrimonio?
Audrey y yo saldremos del paso. Los dos tenemos mucho que perdonar. Pero
yo no lo he hecho venir para darle consejos sobre el matrimonio. Tengo algo que
informarle. Sac un sobre grande del cajn de su escritorio. Todava anda
buscando a Leo Spillman, no es cierto?
As es. Y tambin la polica.
Qu dira si le indico cmo y dnde puede encontrarlo? Podr esperar de
usted alguna tolerancia?
Es mejor que me explique qu quiere decir con eso.
Se mordi el pulgar y mir la seal que sus dientes haban dejado en l.
Mire, ayer se me fue la lengua un poco. Francamente, estaba confundido. El
hecho es que usted sabe sobre m ms que nadie en la ciudad. Empieza a parecerme
que todo lo que tenga conexin con este asunto va a ser publicado profusamente en
los peridicos. Todo lo que le pido es un poco de moderada reserva sobre mi
participacin en ello. Puedo perder mucho.
Qu quiere que se omita?
Bueno, no me gustara que se conocieran los detalles de mi colaboracin con
Spillman No se podra mantener una imagen de una relacin entre paciente y
mdico? Esencialmente, lo era.
Por lo menos, termin en eso. El resto lo ocultar hasta donde sea posible.
Entonces el hecho de que Audrey y Fablon tiene que aparecer?
No veo por qu. Algo ms?
No quiero presionarlo demasiado me dijo mirndome cautelosamente pero
ese dinero que Marieta quiso que yo le prestara el lunes podemos mantener eso en
secreto?
Lo dudo. Mrs. Strome, la del Club, est enterada.
Ya he hablado con ella. No hay cuidado.
Pero yo no puedo asegurarle nada.
Los ojos de Sylvester me miraron duramente.
Por qu pone trabas a eso? En realidad es el asunto menos comprometedor.
No, si Marieta estaba tratando de chantajearlo.
Y por qu? Por el asunto Spillman-Fablon? Cre que eso ya estaba bien
aclarado.
No estoy satisfecho con esa aclaracin.
Usted no puede acusar a Marieta de ser una chantajista. Me solicitaba un
prstamo, como amigos que ramos. Naturalmente que yo esperaba que ella
mantuviera callado lo de Spillman y tambin el lo de Audrey con su marido.
Naturalmente. Hay algo ms que usted quiera mantener en secreto?
Por parte de usted?

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Por cualquiera. Por ejemplo, me he preguntado por qu y cmo Ginny fue a
trabajar con usted. Tengo entendido que estuvo ac como recepcionista durante dos
aos.
Es cierto. Hicieron dos aos este verano. Luego volvi al colegio.
Por qu dej el colegio para ir a trabajar?
Haba estudiado demasiado y estaba cansada.
Esa fue su opinin?
Estuvimos de acuerdo Marieta y yo. La chica necesitaba un cambio.
Entonces no trabaj ac por razones personales?
Yo no era su amante dijo bruscamente, si a eso es lo que quiere llegar. He
hecho bastantes porqueras en mi vida, pero no me he mezclado nunca con jovencitas.
Ech una mirada a los diplomas enmarcados que haba en la pared. Sus ojos
trasparentaron una expresin de perplejidad, como s no recordara cmo los haba
conseguido. Su expresin se torn cada vez ms y ms ausente, como si su cerebro
estuviera descendiendo por la curva del tiempo hasta la fuente de su vida.
Yo lo volv al presente:
Me iba a decir usted cmo encontrar a Spillman.
Eso iba a decirle.
Si me hubiera dado esa informacin ayer, se habra ahorrado preocupaciones y
posiblemente una vida.
Ayer no tena esta informacin. Es decir, ignoraba tenerla. Tropec con ella esta
maana, revisando la ficha de Spillman abri el sobre que tena frente a l. Hace
tres meses, el 20 de febrero, nos pidi una copia de la ficha un tal Charles Park,
mdico de Santa Teresa. Yo no escrib la respuesta, porque en ella estn las iniciales
de la seora de Loftin, que se olvid de decrmelo. De todos modos, como le dije,
hoy la encontr.
Qu estaba buscando?
Quera verificar cul era el verdadero estado de la salud de Spillman. Bien,
estaba realmente enfermo y aparentemente, an lo est. Llam al doctor Park en
cuanto encontr la nota. An no haba llegado al consultorio, pero su empleada me
confirm que Ketchel todava era su paciente. Segn parece, Spillman est usando el
nombre de Ketchel en Santa Teresa.
Consigui su direccin all?
S. Lo hice. Es en el camino a Padre Ridge, nmero 1427.
Le di las gracias.
No me lo agradezca. Usted y yo tenemos un trato por lo que valga la pena.
Quiero aadir otro pequeo detalle. No debe decirle a Leo Spillman que yo le he
dado estos datos.
Tena temor a Spillman. En su voz el miedo silbaba como un escape de gas y
permaneca en mi mente como un olor. Mientras me diriga hacia el norte, a Santa
Teresa, me detuve en mi departamento para recoger un revlver.

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29

L
a ciudad de Santa Teresa est construida en una ladera que comienza en el mar
y se alza ms y ms escarpada, hacia las montaas de la costa en una serie de
colinas ascendentes. Una de ellas, la primera y la ms baja era la llamada
Padre Ridge, la nica situada dentro de los lmites de la ciudad.
Era una zona bastante cara, con una vecindad de casas antiguas muy conservadas,
algunas de ellas con jardines prolijamente cuidados. Los terrenos del nmero 1427,
eran los nicos de la manzana que mostraban abandono. El seto de ligustro necesitaba
una poda. La maleza se extenda, rampante, por el empinado csped.
Hasta la casa, pintada de rosa y con tejas rojas, tena en su contorno un aire de
desuso. Las cortinas de las ventanas del frente estaban arrugadas. El nico signo de
vida era el reyezuelo domstico que respondi cuando me aproxim a la galera.
Levant la cabeza de len del llamador y la dej caer, pensando que difcilmente,
me contestaran. Pero, despus de un momento, unos pasos suaves se fueron
acercando a la puerta, que fue abierta apenas por una mujer de edad mediana, que
tena puesto un traje de bao mojado, de algodn color azul.
Mi nombre es Archer. Est el seor Ketchel en casa?
Voy a ver.
La mujer sali del charco que haban dejado sus pies desnudos en el piso,
desapareciendo hacia el fondo de la casa. Yo empuj la puerta de calle y entr,
consciente del revlver que, como un tumor benigno, tena debajo de la axila.
Daban al vestbulo varias puertas. Slo una, al final, estaba abierta. Desde ella
pude ver, a travs de una habitacin con puertas corredizas de cristal, el agua azulada
de una piscina de natacin.
Kitty sali de ella chorreando agua. Atraves la habitacin, dejando sobre la
alfombra las huellas de sus pies, que parecan cinturas de avispas y se top conmigo
en la puerta. Tena puesto un traje de bao blanco, de tejido elstico y una gorra
blanca de goma en forma de yelmo que la haca parecer una centinela de las
Amazonas.
Salga de aqu, o llamar a la polica.
Claro que lo har. Sobre todo ahora, que estn pasndole el rastrillo a todo el
Estado para ver dnde est Leo.
No ha hecho nada malo dijo y aadi: No recientemente
Quiero orselo decir a l en persona.
No. No puede hablar con l.
Dio un paso adelante, cerrando la puerta tan abruptamente, que choc conmigo.
Me puso las manos sobre los hombros para conservar el equilibrio y retrocedi, como
si yo estuviera o muy fro o hirviendo.

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Debe de haber sentido el arma bajo mi brazo. El temor volvi a poseerla. Eso hizo
que su rostro se pusiera como si hubiera tomado veneno.
Usted vino aqu para matarnos, no es cierto?
Ya hemos hablado antes de ese tema, usted y yo. Parece que usted no puede
apartar de su mente el asesinato.
He visto demasiados no prosigui, contenindose.
Ha visto morir a demasiadas personas?
Claro. En accidentes de trnsito y cosas as trat de poner una expresin de
inocencia. Sin la pintura y con su llamativo cabello cubierto, pareca ms joven y ms
positiva. Pero de ninguna manera inocente. Qu quiere de nosotros? Dinero? No
tenemos.
No trate de engaarme, Kitty. Esta es la oficina principal de la fbrica de
dinero.
Es verdad lo que le digo. Ese gato que se hace llamar Martel desapareci con
nuestro dinero en efectivo y no podemos convertir el dinero que tenemos invertido.
Cmo pudo Martel apoderarse de ese dinero?
Se supona que tena que trarselo a Leo. Leo crea en l. Yo no, pero l s.
Martel fue muerto de un tiro ayer, en Los ngeles. Otro accidente para su libro
de recuerdos. Tena consigo cien mil dlares en efectivo.
Dnde est ese dinero ahora?
Pens que poda estar ac. Era dinero negro, no es cierto, Kitty? alz sus
brazos con un movimiento cerrado, llevando sus puos a los hombros y luego
dejndolos caer. No estoy afirmando o negando nada.
Es tiempo ya de que hable, no lo cree? Existe una cosa, algo as como
comprar inmunidad, dando informaciones, especialmente en un caso de evasin de
impuesto a los rditos.
A pesar de que en el vestbulo no haca fro, ella empez a temblar.
En el caso de un crimen le dije no es tan fcil. Usted no puede permitirse
el lujo de mantenerse en silencio. Fue Leo o alguno de sus muchachos los que
ejecutaron a Martel?
Leo no tuvo nada que ver en eso.
Si l lo hizo y usted sabe que lo hizo, es mejor que me lo diga. A menos que
quiera ser enjuiciada con l.
Yo s que no lo ha hecho Leo. No ha salido de esta casa.
Pero usted s.
Temblaba violentamente.
Oiga, seor. No s qu es lo que usted est tratando de hacernos a nosotros
Se lo han hecho ustedes mismos. Lo que uno hace a otras personas se lo hace a
s mismo, eso est en el proverbio de la Regla urea, Kitty.
No s de qu est hablando.
De tres asesinatos. Ayer Martel. Marieta Fablon la noche anterior, cuando,

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incidentalmente, usted estaba en Montevista y Roy Fablon siete aos antes. Lo
recuerda a Fablon?
Asinti, sacudiendo la cabeza.
Dgame qu le pas a Fablon. Usted estaba all.
Djeme poner algo encima. Estoy helada. He estado en el agua con Leo durante
una hora.
Sali l de la piscina?
S. Est trabajando con su fisioterapeuta. No diga nada en presencia de ella,
quiere? Es una mujer honrada.
Kitty se quit el gorro de bao. Su cabellera roja floreci. Cuando abri una de
las puertas alcanc a ver una desarreglada habitacin femenina en tonos rosados, con
un gran espejo en el techo, sobre la enorme cama camera.
Sal. Una silla de ruedas estaba entre los muebles que circundaban la piscina. La
mujer del traje de bao azul estaba metida hasta el pecho en ella, con un hombre en
sus brazos. La cara del hombre era redonda y flccida, su cuerpo flojo. Slo sus ojos
retenan algo del control propio de la vida adulta.
Hola, Mr. Ketchel.
Yo dir hola por l dijo la mujer. Mr. Ketchel ha tenido un pequeo
accidente cerebral hace tres meses y desde entonces no ha vuelto a decir una palabra.
No es cierto, querido?
Sus tristes ojos negros le contestaron. Luego se desviaron hacia m,
aprensivamente. Sonri. La saliva le resbal por el costado de la boca.
Kitty apareci tras las puertas corredizas, invitndome a entrar. Tena puestos
unos pantalones con adornos que brillaban sugestivamente, un sweater de angora de
cuello alto y se haba trabajado la cara con tanta pintura que casi la haba reducido a
una mscara sin ninguna expresin. Era difcil decir qu albergaba en su mente para
m.
Me llev a un pequeo saln al frente, lejos de la piscina, y corri los cortinajes.
Se qued parada junto a la ventana, compitiendo con el paisaje. Al lado de las
protuberancias y los huecos de su cuerpo, las velas de las embarcaciones que estaban
en el mar, parecan borrosas y remotas como blancas servilletas de tres picos en un
descolorido mantel azulado.
Ve ahora lo que tengo en mis manos? me dijo, extendiendo las manos.
Un pobre hombrecito viejo y enfermo. No puede caminar, no puede hablar, no puede
ni siquiera escribir su nombre. No puede decirme dnde est nada. Ni puede
protegerme.
De quin necesita protegerse?
Leo se ocasion muchos enemigos toda su vida. Si supieran que est indefenso,
su vida no valdra ni esto hizo castaetear los dedos. Ni tampoco la ma. Por
qu cree usted que estamos escondindonos en estos andurriales?
Para ella, pens, andurriales era cualquier lugar que no fuera el tringulo

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Chicago-Las Vegas-Hollywood.
Es el socio de Leo, ese Davis, una de las amenazas? le pregunt.
La principal. Si Leo muere o lo ponen fuera de combate, Davis es el que ganar
ms.
El Club Escorpin?
Prcticamente es suyo, segn los papeles. La Impositiva oblig a Leo a
largarlo. Adems Davis se la tiene jurada.
Habl con Davis anoche. Me ofreci dinero para que le dijera donde estaba
Leo.
As que es por eso que est aqu.
No se apresure a sacar conclusiones. Me negu.
Es cierto?
Es cierto. Por qu se la tiene jurada a Leo?
Sacudi su cabeza, que flame con la luz del sol. Me hizo recordar el fuego de los
recolectores de naranjas en el terreno del ferrocarril. La extraa y forzosa intimidad
de aquella noche flotaba an como una posibilidad entre Kitty y yo.
No puedo decrselo me contest.
Entonces se lo dir yo. La oficina de Rditos Internos anda atrs de Leo por el
dinero que les escamote. Si no lo pueden encontrar ni a l ni al dinero, y quiz
aunque los consigan, igual lo clavan a Davis con el asunto de la evasin. En el mejor
de los casos, perdera su licencia por tener la audacia de evadir rditos. En el peor
ingresar a la penitenciaria federal por el resto de su vida.
No ser el nico.
Si se refiere a Leo, el resto de su vida ya no vale mucho.
Y qu sobre el resto de mi vida? Apoy su mano sobre su pecho forrado de
angora. An no tengo treinta aos. No quiero ir a parar a una prisin.
Entonces, lo mejor que puede hacer es transar.
Entregando a Leo? No lo har.
En su estado, no le harn nada.
Lo encerrarn. No podra seguir su tratamiento. Nunca ms llegara a aprender
a hablar o a escribir. O Se detuvo en mitad de la frase.
O decirle dnde est el dinero.
Qu dinero? Usted dijo que ese dinero haba desaparecido dijo despus de
una vacilacin.
Los cien mil, s. Pero tengo informes de que Leo sac millones cuando estaba
arriba. Dnde estn esos millones?
Ojal lo supiera, seor a travs de su compuesta mscara poda ver la
mquina calculadora trabajando detrs de sus ojos. Cul me dijo que era su
nombre?
Archer. Sabe Leo dnde est el dinero?
Creo que s. Todava le queda algo de su cerebro. Pero es difcil saber en qu

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medida comprende. Siempre finge comprender todo lo que le digo. As que el otro
da hice la prueba dicindole cosas en una jerga deshilvanada. Sonri asintiendo, lo
mismo que siempre.
Qu le dijo?
No me gustara repetirlo. Fueron solamente una cantidad de malas palabras
sobre lo que hara por l si aprendiera a hablar. O, por lo menos, a escribir
tensamente, apret sus manos contra el pecho. Me vuelvo loca cuando pienso por
lo que he pasado esperando tener un poco de paz y seguridad. Las palizas que le he
aguantado y todas las dems bajezas. No crea que no he tenido otras oportunidades.
Pero me enamor de Leo. Esa es la palabra, me enamor. Y ahora estoy atada a un
invlido y nos est costando dos mil dlares por mes, vivir. Seiscientos slo para
medicinas, mdicos y tratamiento y no s de dnde sacaremos el dinero para el mes
que viene alz la voz. Sera millonaria si pudiera hacer valer mis derechos.
O sus equivocaciones.
Yo gan ese dinero. Lo he cultivado, trabajando como un negro en un cafetal
durante aos. No me diga que no tengo derecho a l. Tengo derecho a una vida
decente.
Quin le dijo eso?
Nadie tuvo que decrmelo. Una mujer con mi presencia puede elegir y
levantar a quien quiera.
Era una charla pueril, pattica, como si quisiera convencerse a s misma de lo que
deca. Me dio una idea del oscuro capricho que la haba hecho unirse a Leo Spillman
y mantenerse a su lado, aislada de la vida por el capricho de Leo, aun ms grande que
el de ella misma.
Querr decir que puede ser elegida y levantada. Por qu no sale y se mueve un
poco? Usted es una muchacha fuerte.
An tena la arrogancia de la adolescencia.
Cmo se atreve? No soy una prostituta.
No me refera a esa clase de movimientos. Consgase un empleo.
Nunca tuve que trabajar para vivir, a Dios gracias.
Ya es tiempo de que lo haga. Si sigue soando con esos millones, terminar
soando con ellos pero en las penitenciaras de Camarillo o de Corona.
No se atreva a amenazarme!
No soy yo el que la amenaza. Son sus sueos. Si no alza, aunque ms no sea un
dedo, para ayudarse, vuelva con Harry.
Ese enclenque? Si ni siquiera pudo pagarse el hospital.
Dio todo lo que tena.
Se qued en silencio. Su cara era como una fotografa coloreada, luchando
angustiosamente por cobrar vida. La vida fue lo primero que brill en sus ojos. Una
lgrima se abri camino por su mejilla. Me encontr de golpe a su lado, tratando de
confortarla. Su cabeza fue como una dalia artificial sobre mi hombro y pude sentir los

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desconsolados movimientos de su cuerpo volvindose menos desconsolados.
La kinesiloga golpe la puerta y la abri. Se haba puesto la ropa de calle.
Me voy, Mrs. Ketchel. Mr. Ketchel est seguro y arropado en su silla de ruedas
nos mir severamente Pero no lo deje afuera demasiado tiempo.
No lo dejar dijo Kitty. Gracias.
La mujer no se movi.
Estaba pensando si usted podra pagarme algo de lo de la semana pasada y por
quedarme el lunes a la noche. Yo tambin tengo cuentas que pagar.
Kitty entr en su dormitorio y sali con un billete de veinte dlares en la mano.
Se lo dio a la mujer.
Le alcanza esto, por ahora?
Tendr que alcanzarme. Comprenda que no pongo precio a mis servicios, pero
una mujer tiene derecho a un pago honesto por un trabajo honesto.
No se preocupe. Tendr su dinero. El cheque de nuestros dividendos tarda en
llegar este mes.
La mujer le dirigi una mirada de incredulidad y se retir. Kitty estaba dura de
rabia. Apret los puos en el aire.
Vieja bruja! Me ha humillado.
Y hay dividendos por llegar?
No va a llegar nada. Voy a tener que vender mis joyas. Pensar que las estaba
ahorrando para un da de lluvia.
Pues este parece un verano bastante hmedo.
Qu es usted? Un fabricante de lluvias?
Se acerc a m, tarareando esa vieja cancin sobre qu haremos en un lluvioso,
lluvioso da. Su pecho me roz ligeramente.
Hara mucho por el hombre que me ayudara a encontrar el dinero de Leo.
Ahora, deliberadamente, se pona provocativa, pero nuestro cuarto de hora ya
haba pasado.
Me dira la verdad, por ejemplo?
Sobre qu?
Sobre Roy Fablon. Lo mat Leo?
Despus de pensarlo un largo rato, me dijo:
No quiso hacerlo. Fue un accidente. Pelearon por algo.
Algo?
Si quiere saberlo, fue por la hija de Roy Fablon. A medida que Leo se pona
ms viejo, buscaba las cabritas ms jvenes. Era desconcertante. Tal vez no deba de
haber hecho lo que hice, pero le pas el santo a Mrs. Fablon sobre el trato de Leo con
Fablon por la chica.
Usted se lo dijo a Mrs. Fablon?
As es. Actu en defensa propia. Tambin le estaba haciendo un favor a la
chica. Mrs. Fablon puso a su marido en vereda y le dijo nones a Leo.

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No comprendo cmo no fue Fablon el que dijo nones primero.
Le deba a Leo una fuerte suma de dinero y esa era toda la ventaja que
necesitaba Leo. Tambin Fablon fingi ignorar cul era el trato. Sabe lo que quiero
decir?
S lo que quiere decir.
Como Leo, l era un filntropo o algo as. Hubiera sido capaz de vender la
sangre de su madre enferma por diez dlares la pinta y pedir un depsito por la
botella. Leo tambin lo hara. Pero pensaba mandar la chica a Suiza para perfeccionar
sus conocimientos. Y a Fablon le pareca que eso era formidable, hasta que su mujer
lo descubri. Francamente, creo que Fablon odiaba a la chica!
Yo cre que estaba loco por ella.
Algunas veces no existe diferencia entre las dos cosas. Pregntemelo a m, si
no. Soy una experta. Fablon se puso en su contra cuando ella qued embarazada no s
por qu individuo: hubiera hecho cualquier cosa por apartarla de l.
Quin era ese individuo?
No lo s. Mrs. Fablon tampoco lo saba o, al menos, no quiso decrmelo. De
cualquier modo, Fablon se apareci esa noche en el chalet y deshizo el trato. Leo y l
tuvieron una pelea y Fablon recibi una tremenda paliza. Leo era terrible con sus
puos, an estando enfermo. Fablon se fue en muy mal estado esa noche. Se extravi
en la oscuridad, cayndose en la piscina y ahogndose.
Usted lo vio?
No. Fue Cervantes.
Debe de haber mentido. De acuerdo con las evidencias qumicas, Fablon se
ahog en agua salada. El agua de la piscina es dulce.
Ahora, tal vez lo sea. En aquellos das era salada. Yo lo s bien. Nad en ella
todos los das por espacio de dos semanas.
Sus palabras se demoraban ante el recuerdo. Quizs estuviera deslizndose hacia
das lluviosos. Y tendra que vender sus joyas. Pero haba pasado dos semanas al sol
en el Club de Tenis.
Y qu fue lo que dijo Cervantes sobre eso, Kitty?
Encontr a Roy Fablon en la piscina y vino a decrselo a Leo. Fue una escena
fea. Leo haba cometido un delito slo por haber usado sus puos. Con Fablon
ahogado, eso se converta, tcnicamente, en un asesinato. Cervantes le sugiri que l
poda echar al mar el cuerpo, fraguando un suicidio. Haba estado anteriormente
sacndole el jugo a Leo y sta era su oportunidad para pegarse a l. Cuando Leo dej
la ciudad al da siguiente, se lo llev. En lugar de mandar a la chica de Fablon a
Suiza, mand al muchacho Cervantes a un colegio en Pars, Francia. Le dije a Leo
que estaba chiflado. Me dijo que la razn por la cual su vida era un xito, era porque
miraba aos adelante. Tena en qu emplear a Cervantes y saba que poda confiar en
l, despus de lo de Fablon. Esa fue la primera vez que se equivoc. En cuanto Leo
cay enfermo, esta ltima vez, Cervantes se le dio vuelta voz se hizo ms profunda

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. Qu raro lo que pas con Leo. Todo el mundo le tema, incluyndome a m. Era
un rayo. Pero cuando se enferm, de verdad se volvi nadie. Un fracasado como
Cervantes, le sac todo lo que tena.
Por lo menos, fue un interruptor. Cmo hizo Cervantes para sacarle todo el
dinero?
Leo confiaba ciegamente en l y se lo fue dando pieza a pieza, durante los tres
ltimos aos. Cervantes consigui un empleo del gobierno, o dijo as y poda cruzar
las fronteras sin ser revisado. Deposit el dinero en algn lugar fuera del pas, tal vez
en Suiza, en alguna de esas cuentas numeradas que existen all.
No creo que su dinero estuviera en Suiza. Hay cuentas numeradas tambin en
Panam.
Qu est pensando?
Me preguntaba si Mrs. Fablon no estara chantajeando a Leo por haber matado
a su marido.
Claro que s. Vino a verlo a Las Vegas, cuando encontraron el cuerpo de su
marido. Le dijo que ella lo haba protegido durante la investigacin, con sus
declaraciones y que lo menos que poda hacer era ayudarla un poco. Leo sufra como
un demonio por tener que hacerlo, pero creo que de all en adelante siempre le mand
su mensualidad se detuvo y me mir vivamente. Ya le he dicho todo lo que s de
los Fablon. Va usted a tratar de encontrar para m el rastro de ese dinero?
No digo que no. En este momento tengo otro cliente y otros dos crmenes que
resolver.
Pero en eso no hay dinero.
El dinero no es todo en la vida.
Eso es lo que pensaba yo hasta ahora. Qu es usted? Un tipo a quien le gusta
hacer el bien o qu?
Nada de eso. Soy alguien a quien no le gusta hacer el mal.
Me mir intrigada:
No lo entiendo, Archer. Cul es su punto de vista?
Me gusta la gente y trato de serles de alguna utilidad.
Y eso aade algo a la vida?
Por lo menos, hace la vida posible. Prubelo alguna vez.
Ya lo hice me contest. Fue con Harry, pero l no vale lo que pesa.
Siempre me tengo que topar con enclenques o invlidos se estremeci. Mejor es
que vaya a ver cmo anda Leo.
Leo estaba esperando pacientemente en la sombra protectora de la mampara
enrejada. Su camisa y su pantaln flotaban alrededor de su cuerpo encogido. Pestae
al mirarme, cuando nos acercamos, como si yo tuviera la intencin de golpearlo.
Cobarde, tembleque dijo Kitty alegremente. ste es mi nuevo amante. Va
a ayudarme a encontrar el dinero y me llevar a dar la vuelta al mundo. Y sabes lo
que te va a suceder, pobre payaso viejo? Te meteremos en una sala del hospital

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Municipal. Y nadie ir nunca a verte.
Camin hacia afuera.

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30

D
e regreso en Los ngeles, me detuve para comer a la hora del crepsculo.
Termin mi viaje en Montevista cuando ya haba oscurecido.
Vera contest cuando llam en lo de Jamieson. Tena puesto su kimono
color fuego y llevaba su cabello negro suelto sobre los hombros. No era tan tarde para
eso. Sus actividades caseras parecan estar vinindose abajo, calladamente.
Est en el chalet de los huspedes me dijo con ella.
A Vera le incomodaba otra mujer en sus dominios. La casa para los huspedes era
un chalet blanco al fondo del jardn. La luz se filtraba por sus ventanas cerradas a
medias, reviviendo los colores diurnos de las flores que haba en derredor. Flotaban
en el aire dulces perfumes inidentificables.
Pareca el lugar para un idilio, en vez del final de una tragedia. La vida es corta y
dulce, pens, dulce y corta.
Quin est all? grit Peter.
Se lo dije y abri la puerta. Tena puesto un pesado sweater gris y una camisa
blanca con el cuello abierto, revelando la fofa gordura de su cuello. Haba en su
mirada un brillo peculiar. Podra haber sido tan slo inocente felicidad; podra haber
sido euforia. Tuve tambin las mismas dudas sobre la chica que estaba tras de l, en
la habitacin tapizada de brillante quimn. Estaba sentada bajo la lmpara, con un
libro en sus rodillas, perfectamente tranquila y derecha bajo su traje negro. Me salud
y eso fue todo.
Quiere entrar? me dijo Peter.
Mejor, salga usted.
Sali, dejando la puerta entreabierta. A pesar de estar en mayo, la noche era
calurosa y no haba viento.
Qu sucede, Mr. Archer? No me gusta dejarla sola.
Ni siquiera por un minuto?
Ni siquiera por un minuto me respondi con cierto orgullo.
He descubierto algunas cosas sobre la muerte de su padre. Dudo que ella quiera
or lo que tengo que decirle. No se suicid. Puede haber muerto accidentalmente.
Creo que Ginny querr saberlo.
Contra mi voluntad entr y le cont mi historia un poco expurgada. Ginny la tom
con ms calma que Peter, que balanceaba su pie continuamente, en un ritmo nervioso,
como si una parte incontrolada de su cuerpo quisiera escapar de all, huir de esa
habitacin junto con Ginny.
Le dije a ella:
Siento haber tenido que desenterrar todo esto y ponrselo sobre los hombros,
ltimamente han puesto un montn de cosas sobre ellos.

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Est bien. Ya todo pas.
Yo esperaba que fuera as. Su serenidad me preocupaba. Era la serenidad sin vida
de una estatua.
Quiere usted que tome alguna medida contra Mr. Ketchel?
Peter esper su respuesta. Ella levant sus manos un poco y luego las dej caer
sobre el libro:
Qu ganara con eso? Usted me dice que es un hombre enfermo, apenas algo
ms que un vegetal. Esto se parece a uno de los castigos merecidos que figuran en el
libro del Dante. Un hombre y violento, queda trasformado en un invlido
desamparado. Pelearon por mi causa mi padre y l?
Eso es lo que se cree.
No lo comprendo dijo Peter.
Ginny se dio vuelta y lo mir.
Trat de propasarse conmigo.
Y a pesar de eso no quieres que se le castigue?
Por qu lo hara? Eso pas hace aos. Ya ni siquiera soy la misma persona
aadi sin sonrer. Sabe usted que cambiamos totalmente cada siete aos?
Qumicamente, por supuesto pareci reconfortada ante esa idea.
Eres un ngel dijo l. Pero no se acerc a ella ni la toc.
Existe otra posibilidad. Ketchel o Spillman puede no ser el responsable de la
muerte de su padre despus de todo. Alguien podra haberlo encontrado vagando por
los jardines del Club, aturdido todava por los golpes, y haberlo ahogado,
deliberadamente, en la piscina.
Quin podra haber hecho eso? me pregunt.
La mejor apuesta sera a su difunto marido. A propsito, tengo ms datos sobre
l. Era un panameo, que se hizo en una escuela bastante dura
Me interrumpi:
Ya lo s. Tappinger vino a verme esta tarde y me cont todo lo que saba sobre
Francis. Pobre Francis! dijo con un aire remoto. Ahora me doy cuenta que no
era completamente cuerdo, ni tampoco lo fui yo, al dejarme engaar as por l. Pero
qu razones podra tener para matar a Roy? Yo ni siquiera lo conoca en aquellos
das.
Puede haberlo ahogado para tenerlo a Ketchel en sus manos. O puede haber
visto a otro ahogndolo y convencerlo a Ketchel de que la culpa era del mismo
Ketchel.
Tiene usted una imaginacin horrible, Mr. Archer.
As era la de su difunto marido.
No. Usted est equivocado con respecto a l. Francis no era as.
Me temo que usted slo conoci una parte de su vida. Francis Martel era todo
un carcter. Le dijo Tappinger que su verdadero nombre era Pedro Domingo y que
era un producto bastardo de los bajos fondos de Panam? Eso es todo lo que sabemos

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de ese hombre real y de su vida real, que lo forz a meterse en una vida irreal, junto a
usted.
No quiero hablar de eso se ci el cuerpo como si a travs de sus ropas
negras de viuda, sintiera el escalofro de la realidad. Por favor, no hablemos de
Francis.
Peter se levant de la silla.
Estoy de acuerdo. Ya todo qued en el pasado. Hemos conversado bastante por
esta noche, Mr. Archer.
Fue hacia la puerta y la abri. El aire dulcemente perfumado llen la habitacin.
Me qued sentado donde estaba.
Puedo hacerle una pregunta en privado, Miss Fablon? Se sigue usted
llamando Miss Fablon?
Supongo que s. No lo haba pensado.
No ser Miss Fablon por mucho tiempo dijo Peter con una estpida
zalamera. Un buen da de estos, se va a convertir en Mrs. Jamieson, como deba de
haber sido siempre.
Ginny pareca resignada y muy cansada.
Qu quiere preguntarme? me dijo suavemente.
Es una pregunta privada. Dgale a Peter que se retire por un momento.
Peter. Ya oste lo que dijo el seor.
Se encogi de hombros y sali, dejando la puerta abierta de par en par. Lo sent
movindose por el jardn.
Pobre viejo Peter! No s qu hara ahora sin l. Tampoco s qu es lo que voy
a hacer con l.
Se casarn?
No tengo ms remedio. Esto suena a cnico, no es cierto? Pero no quise
decirlo en esa forma. Y, en estos momentos, nada parece valer la pena.
No sera honesto casarse con Peter, a menos que usted lo aprecie.
Lo aprecio ms que a cualquier otro. Siempre ha sido as. Francis fue slo un
episodio en mi vida.
Detrs de sus palabras de mujer de mundo, descubr su inmadurez. Me pregunt si
habra crecido emocionalmente desde la muerte de su padre. Y pens que Kitty y
Ginny, a pesar de ser mujeres de diferentes extremos de la ciudad, tenan mucho en
comn, despus de todo. Ninguna de las dos haba podido dominar por completo el
accidente que es la belleza. Las haba convertido en cosas, en zombies de un mundo
mortalmente desamparado, tan doloroso para contemplar como si nos enfrentara con
crucifixiones carentes de sentido.
Usted y Peter estuvieron siempre muy juntos. l me lo dijo.
Es cierto. Durante casi todos los aos de la escuela superior. No era tan gordo
entonces aadi como queriendo dar una explicacin.
Eran ustedes amantes?

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Sus ojos se oscurecieron, del mismo modo que se oscurece el ocano bajo las
nubes arrastradas por el viento. Por primera vez, me pareci, haba captado el sentido
de su propia vida. Se dio vuelta, para que no pudiera mirarla a los ojos.
No veo que eso le importe su negativa era, en el fondo, una afirmacin.
Qued usted embarazada de Peter?
Si le respondo a eso me dijo, manteniendo su rostro desviado, me
promete no repetir a nadie mi respuesta? A nadie, ni siquiera a Peter?
Est bien.
Entonces se lo puedo decir, bamos a tener un beb cuando yo era estudiante de
primer ao en el colegio. No quise decirle nada a Peter. Era muy joven, demasiado
joven para su edad. No quise asustarlo. No se lo dije a nadie, excepto a Roy y,
eventualmente, a mi madre. Pero ni siquiera a ellos les dije quin era el padre. No
quera por nada que me sacaran del colegio y me obligaran a llevar a cabo uno de
esos horribles matrimonios de adolescentes. Roy estaba muy desilusionado conmigo
a causa de ese nio, pero pidi prestados mil dlares y me llev a Tijuana. Me
provey de todo lo necesario. Un aborto de lujo, con servicio completo de mdico,
enfermera y atmsfera higinica. Poco despus de esto, pareci sentir que yo le deba
dinero.
Su voz no tena inflexiones. Podra haber estado hablando de una salida para
hacer compras. Pero esa misma chatura de sentimientos indicaba el trauma que haba
mantenido sus emociones fijas. Aadi, sin curiosidad:
Cmo descubri lo de mi embarazo?
No interesa cmo lo supe.
Pero yo se lo dije a Roy y a mam.
Y ambos estn muertos.
La sacudi un leve temblor. Lentamente, como luchando en contra de su
resistencia fsica, se volvi y me mir a la cara.
Usted piensa que los mataron porque estaban enterados de mi embarazo?
Es posible.
Y qu me dice de la muerte de Francis?
No tengo ninguna teora an, Miss Fablon. Estoy manoteando en las sombras.
A usted no se le ocurre algo?
Movi la cabeza. Su brillante cabello cay, tocndole sus plidas mejillas, como
una caricia narcisista.
Peter, desde la puerta, pregunt impaciente:
Puedo entrar ahora?
No. An no. Vete y djame sola.
Se par, incluyndome a m tambin en su invitacin a dejarla.
Pero no puedes quedarte sola contest Peter. El doctor Sylvester me
dijo
El doctor Sylvester es una vieja y t eres otra. Vete. Si no lo haces, me voy esta

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misma noche.
Peter retrocedi y yo lo segu. Ginny cerr la puerta de un golpe detrs de
nosotros y la asegur. Cuando estuvimos lejos del chalet, donde ella ya no poda
ornos, Peter me encar:
Qu le dijo usted a Ginny?
Realmente, nada.
Debe de haberle dicho alguna cosa, para que ella reaccionara de esta manera.
Le hice slo una o dos preguntas.
Sobre qu?
Me dijo que no se lo contara a usted.
Ella le pidi a usted que no me lo contara a m? Su cara se aproxim a la
ma. Lo poda ver bien. Estaba realmente enojado y belicoso: Me parece que usted
ha dado vuelta las cosas, no es cierto? Usted es mi empleado, y ella mi novia.
Es una especie de novia al instante, segn veo.
Tal vez no deba haberlo dicho. Peter me dijo que era un bruto inmundo y amag
un golpe. Vi su puo llegndome por entre la oscuridad, demasiado tarde para poder
esquivarlo completamente. Apart mi cabeza del golpe, disminuyendo as su fuerza.
No le devolv el golpe, pero alc mis manos para detener un segundo golpe, si es
que ste llegaba. No lo hizo, por lo menos, fsicamente.
Vyase me dijo como con un sollozo en la voz. Usted y yo hemos
terminado. Usted ha terminado aqu.

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31

S
ignificaba para m un duro golpe moral tener que abandonar un caso
inconcluso. Regres a mi departamento en Los ngeles Oeste y beb hasta
sumirme en un estupor moderado.
Aun as, no dorm muy bien. Me despert en la mitad de la noche. Una llovizna
golpeaba contra la ventana. El whisky se estaba disipando y me vi a m mismo en una
llamarada de pnico: un hombre de mediana edad, yaciendo solo, en la oscuridad,
mientras la vida pasaba a su lado como el trnsito que corre por la carretera.
Me levant tarde y sal a tomar el desayuno. Los diarios de la maana no traan
ninguna novedad. Me dirig a mi oficina y esper a ver si Peter cambiaba de idea y
me telefoneaba.
En realidad no lo necesitaba, me dije a m mismo.
Todava me quedaba algo de su dinero. Aun sin l y aun sin su ayuda en
Montevista, yo poda ir a buscar a Perlberg y trabajar con l en el asesinato de Martel.
Pero por alguna razn importante, necesitaba que l volviera a contratarme. Creo que
en mi noche de soledad, pens en Peter como en un hijo imaginario, un pobre hijo
gordo y tonto, que se coma sus penas en vez de bebrselas. El sol, al evaporar la
niebla de la maana tambin sec las veredas. Un poco menos deprimido baj al
buzn en busca de esperanzados anuncios.
Un sobre de aspecto interesante, que provena de Espaa tena estampillas con la
imagen del General Franco y estaba dirigido a Mr. Lew Archer. La carta deca:
Cordiales saludos. sta le llega a usted de la lejana Espaa para interesarlo en la
nueva lnea de muebles Fiesta, con su autntico motivo espaol tan excitante como
una corrida de toros, de tanto color como una danza flamenca. Venga a verlos en
cualquiera de las tiendas Greater, de Los ngeles.
La pieza postal que ms me gust era un folleto de la Cmara de Comercio de Las
Vegas. Entre las atracciones de la ciudad mencionaba, natacin, golf, tenis, bolos, ski
acutico, comer, ir a espectculos y a la iglesia, pero no deca ni una palabra acerca
del juego.
Result ser un presagio. Mientras segua mirando, sonriente, el folleto, me
telefone el capitn Perlberg.
Est ocupado, Archer?
No mucho, pues mi cliente ha perdido inters en el asunto.
Lo siento mucho me dijo alegremente. Usted podra hacernos un favor a
los dos. Le gustara hablar con la madre de Martel?
Su madre?
Eso es lo que le dije. Vino esta maana en Jet, desde Panam y est chillando
para que le entreguemos el cuerpo de su hijo y tambin informacin. Usted sabe ms

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de este asunto que yo, as que pens que era mejor que usted le hablase y nos salvara
de un incidente internacional.
Dnde est ahora?
Tom un departamento en el Hotel Beverly Hills. En este momento est
durmiendo, pero lo espera esta tarde temprano, digamos a las catorce quince? Le va
a resultar una clienta muy buena.
Quin va a pagarme?
Ella. Est bien forrada.
Cre que estaba muerta de hambre.
Pens mal dijo Perlberg. El cnsul general me dijo que est casada con el
vicepresidente de un banco en la ciudad de Panam.
Cul es su nombre?
Rosales. Ricardo Rosales.
se era el nombre del vicepresidente del Banco de Nueva Granada que le haba
escrito a Mrs. Fablon dicindole que ya no haba ms dinero.
Me agradar visitar a Mrs. Rosales.
Llam al profesor Allan Bosch, al Colegio del Estado, en Los ngeles. Bosch me
dijo que estara encantado de almorzar conmigo y darme informacin sobre Pedro
Domingo, pero an tena problemas con su tiempo.
Puedo ir en mi coche hasta all, profesor dije. Tienen ustedes un
restaurante en los terrenos del Colegio?
Tenemos tres lugares para comer: El Infierno, La Cafetera y La Cima
del Norte. De paso Le han cambiado de nombre al colegio. Ahora se llama
Colegio del Estado de California.
El Infierno parece interesante.
Es menos interesante de lo que suena. En realidad es un restaurante automtico.
Por qu no nos encontramos mejor en La Cima del Norte? Queda arriba del Hall
del Norte.
El Colegio est cerca del lmite del Este de la ciudad. Tom la autopista de
Hollywood que me llev a la de San Bernardino. La dej en la salida a la Avenida del
Este. Los dominios del Colegio estaban en una especie de colina decapitada,
abarrotada de edificios. Los lugares para estacionar eran escasos. Por fin estacion el
auto frente a una facultad y el ascensor subi seis pisos hasta la Cima del Norte.
El profesor Bosch era un hombre de aspecto juvenil, de unos treinta aos, lo
suficientemente alto para jugar como centro en un equipo de bsquetbol. Tena el
aspecto un poco desmaado de los hombres de alta estatura y cierto desencanto en
sus brillantes ojos. Hablaba entrecortadamente, con el acento del Medio Oeste.
Estoy sorprendido de que haya llegado ahora. Es todo un viaje. Reserv un
lugar junto a la ventana.
Me gui hasta una mesa al extremo del gran comedor bullicioso. De la ventana
poda verse hasta Pasadena y sus montaas.

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Usted quiere que le hable de Pedro Domingo me dijo Bosch, mientras
comamos una sopa de cebolla.
S. Estoy interesado en l y en sus parientes. El profesor Tappinger me dijo que
su madre trabajaba en un cabaret en Panam.
Creo que era as cambi de posicin mirndome a travs de la mesa.
Antes de que sigamos adelante, por qu no se public en los diarios la muerte de
Pedro?
Se public. No le dijo Tappinger que Pedro usaba un pseudnimo?
Quizs. Pero no recuerdo. Tappinger y yo nos pusimos muy excitados y por un
rato no hacamos ms que dar vueltas y vueltas me contempl fijamente. Qu
pseudnimo usaba?
Francis Martel.
Qu interesante! no me dijo por qu. Vi la noticia de su asesinato. Se dijo
que era un asunto entre gngsters.
Eso se dijo.
Usted parece dudarlo.
Cada vez dudo ms y ms.
Bosch dej de comer. No mostr ms inters en su sopa. Cuando lleg el bife a
medio cocer, lo cort metdicamente en pequeos trozos que no comi.
Al parecer soy yo el que hace la mayora de las preguntas me dijo. Me
interesaba Pedro Domingo. Tena un buen cerebro, muy desordenado ciertamente,
pero brillante. Estaba lleno de vida.
Ya no queda nada de eso.
Por qu usaba un pseudnimo?
Rob un montn de dinero y no quera que lo agarraran. Tambin quiso
impresionar a una chica obsesionada por lo francs. Se present como un francs
aristcrata, llamado Francis Martel. Suena mejor que Pedro Domingo, sobre todo en
el sur de California.
Ese nombre es casi autntico.
Cmo, autntico?
Por lo menos tan autntico como claman serlo los rboles genealgicos. El
abuelo de Pedro, el padre de su madre, se llamaba Martel. No sera un aristcrata
exactamente, pero era un francs instruido. Vino de Francia joven como ingeniero de
la Compagnie Universelle.
No s francs, profesor.
La Compagnie Universelle du Canal Interocanique de Panam es el nombre
que Lesseps le dio a su compaa constructora del Canal. Un gran nombre para un
enorme fracaso. Quebr all por el ao 1890, y el abuelo Martel perdi su dinero.
Decidi quedarse en Panam. Era un ornitlogo aficionado y le interesaban la flora y
la fauna. Con el tiempo se fue volviendo igual a los nativos y pas los declinantes
das de su vida con una chica del pueblo. Pedro deca que ella era descendiente de los

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Cimarrones, los esclavos que se fugaron y pelearon con Francis Drake en contra de
los espaoles. Aseguraba ser descendiente directo de Drake por parte de madre. Eso
explicara el nombre de Francis pero creo que esta vez estaba hilando una pura
fantasa genealgica. Pedro era muy dado a este gnero de fantasas.
Es peligroso le dije cuando uno empieza a vivirlas como si fueran reales.
Supongo que es as. De todos modos la chica fue la abuela materna de Pedro.
Su madre y Pedro tomaron el apellido Domingo de ella.
Quin era el padre de Pedro?
l no lo saba. He deducido que su madre tampoco lo saba. Viva una vida
muy desorganizada, por decirlo suavemente. Pero ella mantuvo viva la tradicin del
abuelo, hasta mucho despus de morir el viejo.
Hay en Panam una tradicin francesa, de todas formas. La madre de Pedro le
ense el francs junto con el espaol. Lean juntos los libros del abuelo. El viejo
haba sido bastante literato (su biblioteca abarcaba desde La Fontaine y Descartes a
Baudelaire) y as Pedro tuvo una instruccin bastante buena en francs. Podr
comprender cmo lo obsesionaba esa lengua. Era un muchacho de los barrios bajos,
con sangre india y de esclavos, as como tambin francesa, en sus venas. Su
afrancesamiento era su nica distincin, su nica esperanza de distincin.
Cmo es posible que sepa usted todo esto, profesor?
Pas una temporada con el muchacho. Me pareca que era una promesa, una
brillante promesa y l estaba ansioso por hablar con cualquiera que supiera francs.
Pas un ao en Panam, con una beca Bosch aadi con un tono despectivo.
Tambin, en mis cursos adelantados de composicin francesa yo tena un recurso, que
de paso le dir que tom prestado de Taps, consistente en que mis alumnos
escribieran una composicin en francs, explicando por qu estudiaban ese idioma.
Pedro se destac con una pasmosa composicin sobre su abuela y la gloire la
gloria de Francia. Sac la ms alta clasificacin, la primera en ese tipo de trabajo, que
haba dado en muchos aos. En esa composicin est el origen de todo lo que le he
contado.
No conozco el idioma dije. Pero por cierto que me gustara ver ese
documento.
Se lo devolv a Pedro. Me dijo que se lo haba enviado a su madre.
Cul era su nombre? Lo sabe usted?
Secundina Domingo. Debe de haber sido la segunda hija de su madre.
A juzgar por su nombre, nunca se cas.
Aparentemente, no lo hizo. Pero tuvo hombres en su vida dijo Bosch
secamente. Una noche le di a Pedro mucho vino y me cont acerca de los
marineros norteamericanos que venan a su casa con ella. Esto fue durante la guerra,
cuando l era todava bastante joven. l y su madre tenan una sola habitacin para
los dos y tan slo una cama en ella. Tena que esperar afuera cuando su madre tena
visitas. Algunas veces tuvo que hacerlo durante toda la noche. Tena mucha devocin

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por su madre y creo que la experiencia lo empuj casi al borde de un desequilibrio
mental. Esa noche de que le hablo, cuando estaba volando alto a causa de mi vine
ordinaire, se embarc en un loco discurso, diciendo que su pas era la encrucijada
pisoteada del mundo y que l mismo era la esencia de su barro, blanco, indio, negro.
Pareca identificarse con el Cristo Negro del Nombre de Dios, que es una famosa
escultura religiosa de Panam.
Tena delirios mesinicos?
Si los tena no lo s. No soy psiquiatra. Yo creo que Pedro era en realidad un
poeta perdido, un alma que idealizaba y simbolizaba y que hered demasiados
problemas. Admito que tena algunas ideas bastante fantsticas, pero hasta algunas de
las ms fantsticas tenan una cierta lgica. Panam era para l, ms que un pas, ms
que un eslabn geogrfico entre Amrica del Norte y del Sur. Pensaba que
representaba una conexin bsica entre el alma y el cuerpo, la cabeza y el corazn
y que los norteamericanos haban roto esa conexin aadi. Y ahora lo hemos
matado.
Nosotros?
Nosotros, los norteamericanos.
Mir la carne que se estaba congelando en su plato. Yo mir hacia las montaas.
Sobre ellas, un jet haba dejado una blanca cicatriz en el cielo.
Vea ahora a Bosch bajo un aspecto que me gustaba. Era diferente de un tipo un
poco pasado de moda como Tappinger, que estaba tan sumergido en s mismo y en su
trabajo que haba terminado por convertirse en un excntrico social. Bosch pareca
estar genuinamente interesado en sus alumnos. Le dije algo a ese respecto.
Demostr su placer ante ese cumplido.
Soy un maestro. No quisiera ser nada ms despus de una pausa que se llen
con la entrecruzada conversacin de los estudiantes que haba alrededor de nosotros,
me dijo: Me cost acostumbrarme a la ausencia de Pedro. Era el estudiante de ms
inters que tuve nunca, aqu o en Illinois. Solamente he enseado en esos dos lugares.
Su amigo Tappinger me dijo que el Departamento de Justicia andaba detrs de
Pedro.
S. Pedro entr ilegalmente al pas. Tuvo que dejar Long Beach y tuvo que irse
de aqu, perseguido por los hombres de la Inmigracin. En realidad, fui yo quien le
pas el dato de que estaban haciendo averiguaciones sobre l. No me avergenzo de
haberlo hecho me dijo, sonriendo a medias.
No lo voy a denunciar, doctor Bosch.
Su sonrisa se torci, trasformndose en un gesto defensivo.
La verdad es que temo no ser un buen doctor en filosofa. Mis entendederas me
fallaron en Illinois. Podra haber probado de nuevo, supongo, pero ya no tena mucho
inters.
Por qu no?
Taps ya se haba ido. Yo era uno de sus protegidos especiales y hered por eso

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una cierta cantidad de mala voluntad. Lo que le pas a Taps, por otra parte, tampoco
fortaleci mi moral. Pens que si eso poda pasarle a uno de los ms promisorios
eruditos en mi campo de estudios, bien le poda pasar a cualquiera.
Qu le sucedi a l en Illinois?
Bosch apret los labios y se qued en silencio. Esper y cambi mi ngulo de
aproximacin:
Todava es Tappinger un erudito destacado en su campo de estudios?
Lo sera, si se le diera una oportunidad como a los dems. Pero no tiene tiempo
para sus trabajos y eso es lo que lo est enloqueciendo. Cuando se proponen los
ascensos, se le pasa por alto. Ni siquiera ha podido conseguir una promocin en un
colegio como el de Montevista.
Por qu no?
Ser porque no les gusta la forma en que se peina.
O la forma en que se peina su mujer?
Creo que ella tiene algo que ver en el asunto. Pero, con franqueza, no tengo
inters en el menudeo de los chismes de las facultades. Se supona que estbamos
hablando de Pedro Domingo, alias Cervantes. Si quiere hacer otras preguntas sobre
l, estoy a su disposicin. Si no
De dnde sac ese apellido Cervantes?
Pens en ello la noche que se fue. Siempre me caus la impresin de un
Quijote.
Yo pens, pero no lo dije, que esa palabra se aplicara con ms exactitud con
referencia a Bosch:
Usted lo mand a estudiar con Tappinger?
No. Debo de haber hablado de Tappinger con l, alguna vez. Pero se fue a
Montevista a causa de una chica. Era una estudiante de los primeros aos, segn
pareca con grandes condiciones para el estudio de idiomas.
Quin dijo eso?
Me lo dijo el mismo Taps y yo tambin habl con ella una vez. l la trajo para
nuestro festival artstico de la Primavera. Habamos puesto en escena la pieza teatral
de Sartre Huis Clos. Ella, hasta entonces, no haba visto una obra contempornea
en francs. Pedro estaba all y se enamor de ella exactamente a primera vista.
Cmo lo sabe usted?
l me lo dijo. Por cierto que me mostr algunos sonetos que escribi sobre ella
y su belleza ideal. Ella era una cosa hermossima, una de esas rubias plidas y puras,
muy joven, de no ms de diecisis o diecisiete aos.
Ya no es tan joven ni tan pura, pero sigue siendo una cosa hermossima.
Dej caer su tenedor cuyo ruido se mezcl con el parloteo incesante del comedor.
No me diga que la conoce.
Ella es la viuda de Pedro. Se haban casado este ltimo sbado.
No comprendo nada.

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Si le dijera todo lo que s, solamente conseguira que se sintiera peor. l se
hizo el propsito de casarse con ella hace siete aos, tal vez la misma noche que la
vio ac, en el teatro. Sabe usted si trat de acercarse a ella esa noche o despus?
Bosch pens la respuesta.
Estoy bastante seguro de que no lo hizo. Moralmente seguro. Era una de esas
pasiones secretas en la cual parecen embarcarse los latinos.
Como la de Dante y Beatriz?
Me mir sorprendido.
Usted ha ledo a Dante, no es cierto?
Lo he ledo. Pero tengo que admitir que la acotacin pertenece a otro testigo.
Ella dijo que Pedro segua a la chica con su mirada del mismo modo con que Dante
segua a Beatriz.
Y quin que ande sobre la tierra, dijo eso?
Bess Tappinger. La conoce?
Naturalmente. La conozco. Puede decirse que ella es una autoridad en Dante y
Beatriz.
Realmente?
No lo digo completamente en serio, Mr. Archer. Pero Bess y Taps actuaron en
roles comparables a esos en su poca: el intelectual y la mujer ideal. Tuvieron un
hermoso asunto platnico antes que antes que los atrapara la vida real.
Podra ser un poco ms claro? Estoy interesado en esa mujer.
En Bess?
En ambos Tappinger. Qu quiso usted decir con eso de que los atrap la vida
real?
Me estudi, como queriendo leer mis intenciones.
No hago nada malo en decrselo, supongo. Prcticamente lo saben todos los de
la Asociacin del Lenguaje Moderno. Bess era una estudiante de segundo ao de
francs en Illinois. Taps era el joven que prometa en ese departamento de estudios.
Los dos tuvieron su momento platnico. Eran como Adn y Eva antes de la cada. O
como Abelardo y Elosa. Podr sonar a exageracin romntica, pero no lo es.
Sucedi. De pronto, la vida real asom su fea cabeza, como dije. Y Bess qued
embarazada. Taps se cas con ella, por supuesto, pero todo fue manejado suciamente.
En el Colegio de Illinois todos eran muy puritanos en aquella poca. Y lo que
empeor las cosas fue que la Asistenta del Decano de las Mujeres estaba
encaprichada con Taps. En realidad le ech los perros encima. As tambin lo
hicieron los padres de Bess: era una pareja de burgueses de Oak Park. El resultado
final fue que la administracin lo despidi por depravacin moral, echndolo por la
borda.
Y all ha permanecido desde entonces?
Bosch asinti.
Doce aos. Es mucho tiempo para seguir pagando por una ofensa menor, que,

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de paso, es muy comn. Las maestras se estn casando con sus alumnos, todo el
tiempo, con o sin acompaamiento de tiros. En mi opinin, Taps recibi un
tratamiento muy injusto y eso arruin su vida. Pero nos estamos yendo muy lejos, Mr.
Archer mir su reloj. Son las trece treinta y tengo una cita con un estudiante.
Canclela y venga conmigo. Tengo una cita ms interesante.
S? Con quin?
Con la madre de Pedro.
Usted est bromeando.
Me gustara que as fuera. Pero lleg esta maana, desde Panam y para en el
Hotel Beverly Hills. Podr necesitar un traductor. Qu me dice?
Vamos. Es mejor que llevemos los dos coches, para que no tenga necesidad de
traerme de vuelta.

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32

B
osch y yo nos encontramos en la recepcin del Hotel. Llegaba con unos
minutos de retraso para la cita, as que el empleado me dijo que subiera
directamente. La mujer que nos hizo pasar al recibidor del departamento,
tendra ms o menos cincuenta aos. Todava era hermosa, a pesar de sus dientes de
oro y las ojeras parecidas a crteres que le circundaban los ojos. Estaba vestida de
negro, de pies a cabeza. Una estela de perfume almizclado flotaba alrededor de ella,
como olor de fuego, dndole un aura de sexo quemado.
Seora de Rosales?
S.
Soy el detective particular Lew Archer. No hablo muy bien el espaol. Espero
que hable ingls.
S. Hablo ingls mir interrogativamente al joven que estaba a mi lado.
Este seor es el profesor Bosch le dije. Era amigo de su hijo.
En un inesperado gesto de emocin, ms ansioso que hospitalario, nos dio una
mano a cada uno, llevndonos a travs de la habitacin y hacindonos sentar a cada
lado de ella. Sus manos eran las de una mujer trabajadora, speras y manchadas con
imborrable tizne.
Su ingls era bueno, pero duro, como si hubiera sido muy elaborado.
Pedro me habl de usted, profesor Bosch. Usted fue muy amable con l y le
estoy agradecida.
Fue el mejor estudiante que tuve jams. Siento mucho su muerte.
S. Fue una gran prdida. Hubiera sido uno de nuestros grandes hombres se
volvi a m, Cundo entregarn su cuerpo para el entierro?
En uno o dos das. Su cnsul arreglar todo para que sea enviado a su pas. En
realidad, usted no necesitaba venir.
As me dijo mi marido. Me dijo que debera mantenerme lejos de este pas.
Que ustedes me arrestaran y me sacaran todo el dinero. Pero cmo podran ustedes
hacerme eso? Yo soy una ciudadana de Panam y lo mismo era mi hijo. El dinero que
me dio Pedro me pertenece hablaba con una especie de desafiante interrogacin.
A usted y a su marido.
S, por supuesto.
Hace tiempo que se cas?
Dos meses. Un poco ms de dos meses. Pedro estaba muy feliz con mi
casamiento. Pedro nos dio como regalo de bodas, una villa en La Cresta. Pedro y el
seor Rosales, mi marido, eran muy amigos.
Pareca estar tratando de justificar su casamiento, como si sospechara una
conexin entre ste y la muerte de su hijo. No tuve ninguna duda de que era un

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casamiento de conveniencia. Cuando el vicepresidente de un banco de cualquier pas,
se casa con una mujer madura, de inciertos antecedentes, tiene que existir un slido
motivo de negocios.
Estaban asociados en los negocios?
Pedro y el seor Rosales? se coloc una mscara estpida. Alzando sus
manos y sus hombros en una contraccin que pareca a medias una actitud de regateo,
sigui diciendo: Yo no s nada de negocios. Eso hace ms notable an que mi hijo
tuviera xito en ello, nest ce pas? l entenda los trabajos de la Bourse ustedes lo
llaman Wall Street, no es as? Ahorr su dinero e invirti con inteligencia dijo con
una especie de rtmica auto-hipnosis. Sin embargo, deba de sospechar la verdad,
porque aadi: No es cierto, verdad, que Pedro haya sido muerto por los
gngsters?
No s si es cierto o no, seora. El asesino todava no ha sido apresado.
Bosch agreg:
Usted dijo que dudaba de que fuera un gangster el que mat a su hijo.
La mujer se apoy en la frase de Bosch.
Por supuesto. Mi hijo no tena nada que ver con gngsters. Era un hombre
refinado, un gran hombre. Si hubiera vivido podra haber llegado a ser nuestro
embajador, quizs, nuestro presidente.
Estaba tejiendo una tela de fantasas para velar cualquier verdad que pudiera
aparecer. No tena ganas de razonar con su dolor, pero le dije:
Conoca usted a Leo Spillman?
Quin?
Leo Spillman.
No. Quin es Leo Spillman?
Un jugador de Las Vegas. Su hijo era socio de l. Nunca le mencion a Leo
Spillman?
Sacudi su cabeza. No vi nada que denotara que menta. Pero en sus ojos negros
haba profundidades de dolor, profundidades bajo profundidades, como un estrato de
historia ms antiguo que los Incas.
Usted cree que Spillman mat a mi hijo, no es as?
Lo cre hasta ayer. Pedro haba sustrado un montn de dinero a Spillman.
Sustrado? Recurri a Bosch. Qu est diciendo?
l le contest de mala gana:
Mr. Archer cree que su hijo se apropi algn dinero de Mr. Spillman. Yo no s
nada de eso.
La respiracin le silbaba entre los dientes de oro:
Est diciendo mentiras! Pedro hizo su dinero en Wall Street!
Dice que usted es un mentiroso me dijo Bosch con placentera cortesa.
Gracias. Recib el mensaje le dije a ella: No saco a relucir estas cosas por
divertirme, seora. Si queremos descubrir quin mat a su hijo, tenemos que

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meternos en el asunto de su dinero. Creo que fue muerto por su dinero.
Por su nueva mujer? dijo en tono alto.
sa es una buena pregunta. La respuesta tiene que ser no, pero me intereso por
sus razones para preguntarlo.
Conozco a las mujeres y conozco a mi hijo. l era capaz de un grand un gran
amor. Hombres as siempre son engaados por sus mujeres.
Sabe usted si Pedro lo fue?
l lo sospechaba. Me escribi dicindome que tema que la mujer con quien
quera casarse no lo amara. Pienso hablar con la mujer.
No sera una buena idea dije. En pocos das ha perdido a su madre y a su
marido. Djela tranquila, seora.
Insisti impasiblemente:
He perdido ms que ella. Quiero hablar con ella. Pagar bien a quien me lleve
adonde est.
Lo siento. Pero yo no puedo hacerlo.
Se levant bruscamente:
Entonces est perdiendo su tiempo.
Se dirigi a la puerta y la abri para que saliramos. Yo estaba feliz de irme.
Haba encontrado todo lo que deseaba, en realidad todo lo que necesitaba, y no quera
nada de su dinero negro, absolutamente nada o del luto que vena con l.
Estuvo bastante brusco con ella dijo Bosch en el ascensor. Me pareci
bastante inocente e ingenua.
Puede permitrselo. Est bien claro que su marido es el que da vuelta la manija.
Est encerrado con ella y el dinero y el gobierno de Estados Unidos no ver jams ni
un centavo de esas sumas.
No comprendo. Qu quiso decir usted cuando coment que Pedro haba sido
muerto por su dinero? Su madre no lo mat, con toda certeza.
No. Y el que lo hizo probablemente no tena conocimiento de que el dinero
haba pasado a ella.
Eso deja el campo completamente libre, no es cierto?
Pero Allan Bosch era un hombre sensible y creo que intuy en qu direccin se
estaba moviendo mi mente. Cuando salimos del ascensor se despidi, picando como
un corredor.
No he terminado con usted, Allan.
No? Me temo que no he sido de mucha utilidad. Cre que tendramos
oportunidad de conversar con la seora.
Tuvimos nuestra oportunidad. Nos dio ms de lo que yo pens. Ahora quiero
otra oportunidad de hablar con usted.
Lo met en el bar y maniobr para sentarlo en la parte pegada a la pared, del
banco almohadillado de un compartimento. Tendra que pasar sobre m para poder
salir. Ped dos ginebras con agua tnica. Bosch insisti en pagar la suya.

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Qu es lo que nos ha quedado por discutir? me pregunt ms bien
calmosamente.
De amor, dinero y Tappinger, y su gran error en Illinois. Por qu supone usted
que sigue pagando por ese error despus de doce aos del acontecimiento?
No tengo idea.
No estar repitiendo su error, no es cierto?
No s adnde quiere llegar Bosch empez a rascarse la nuca: Taps est
casado y feliz. Tiene tres hijos.
Los chicos no son siempre una barrera. Es ms, he conocido hombres que se
han puesto en contra de sus hijos, porque stos les recordaban que ya no eran jvenes.
En cuanto al matrimonio de Tappinger, est a punto de quebrarse. Ella es una mujer
desesperada.
Tonteras. Bess es un amor.
Pero no el amor de Tappinger le dije. Me pregunto si no habr encontrado
otro nuevo amor entre las estudiantes.
Desde luego que no. No anda tonteando con estudiantes.
Me dijo usted mismo que alguna vez lo hizo.
No deb haberlo dicho.
Ese es un esquema de comportamiento que tiende a repetirse. He tenido alguna
experiencia en mi trabajo, con hombres y mujeres que no pueden madurar y no
soportan volverse viejos. Tratan, una y otra vez, de renovarse con compaeros cada
vez ms jvenes el desagrado hizo que la cara de Bosch se contrajera.
Todo eso podr ser cierto. No tiene nada que ver con Taps y, francamente,
encuentro ese tema bastante desagradable.
Para m tampoco es agradable. Le tengo simpata a Tappinger, que me ha
tratado bien. Pero alguna vez tenemos que enfrentar hechos desagradables, aun sobre
gente que nos agrada.
Usted no enfrenta los hechos. Usted est, simplemente, especulando en base a
algo que sucedi hace doce aos.
Y est seguro que eso no sigue? Usted me dijo que hace siete aos trajo una
chica de primer ao a ver aqu una obra. Haba otras estudiantes en la reunin?
No lo creo.
Es muy usual que un profesor traiga a una estudiante de primer ao, desde
sesenta o setenta kilmetros de distancia, para ver una obra de teatro?
Podra ser. No lo s. De todas maneras, Bess estaba con ellos.
Por qu no me dijo eso antes?
No comprob que eso constitua una escapatoria me dijo con algo de irona
. El profesor Tappinger no es un psicpata sexual, y usted lo sabe. No necesita ser
vigilado las veinticuatro horas del da.
Espero que no lo necesite. Usted me dijo que habl con la chica. Le dijo ella
algo sobre Tappinger?

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No recuerdo. Fue hace tanto tiempo!
Los vio juntos?
S. En realidad los tres vinieron a comer a casa y de all nos fuimos todos a la
funcin.
Cmo actuaban Tappinger y la chica entre ellos?
Pareca que estaban muy apegados por un momento su semblante se abri,
recordaba algo, y luego se volvi a cerrar. Levantndose a medias, dijo: Oiga. No
s adonde quiere llegar.
Claro que lo sabe! Se comportaban como amantes?
Bosch me contest lenta y cuidadosamente:
No alcanzo a comprender del todo esa pregunta, Mr. Archer. Y no veo que sea
pertinente ahora. Despus de todo, estamos hablando de siete aos atrs.
Ha habido tres crmenes en esos siete aos, todos ellos en conexin con Ginny
Fablon. Su madre, su padre y su marido han sido asesinados.
Dios mo! No le estar echando la culpa a Taps
Es muy pronto para decirlo. Pero puede estar seguro que esa pregunta es
pertinente. Eran amantes?
Bess pareca creer que lo eran. En ese tiempo pens que ella estaba imaginando
cosas. A lo mejor no era as.
Dgame qu pas.
No fue mucho. Se levant y sali en medio de la funcin; Todos estbamos
sentados juntos. Bess entre Taps y yo y la chica en el otro extremo. Bess de repente se
levant y sali afuera, a la oscuridad. La segu. Pens que poda estar enferma, y en
efecto, haba devuelto su comida en el estacionamiento. Pero era ms una enfermedad
moral que fsica. Barbot una cantidad de basura sobre Taps y esa chica Fablon y
acerca de cmo ella lo estaba corrompiendo a l
Ella lo estaba corrompiendo a l?
As lo proclamaba Bess. Por una razn no la tom muy en serio. Estaba
embarazada por aquel entonces y ya sabe usted cmo suelen ponerse de celosas las
mujeres en ese estado. Pero posiblemente haba algo de real en lo que ella deca.
Despus de todo, Taps se enamor de Bess, cuando sta era mucho ms joven que la
chica Bosch se sonroj oscuramente, como un hombre que ha sido agarrotado:
Me siento como un Judas, dicindole todo esto.
Qu lo llevara a hacer, un amor as, a Tappinger?
Bosch tom su bebida:
Veo lo que quiere decir. Taps no es exactamente un mulo de Cristo. Sin
embargo, hay una gran distancia entre andar por ah con una chica y matar a sus
padres. Eso es inimaginable!
El crimen, frecuentemente, lo es. Ni los asesinos pueden imaginarlo. De lo
contrario, no lo haran. A qu hora lo visit Tappinger la otra tarde, la tarde del
martes?

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A las diecisis. Hizo una cita y lleg en punto
Cundo hizo la cita con usted?
Menos de una hora antes de llegar. Me telefone y me pregunt cundo estara
libre.
De dnde habl?
No me lo dijo.
Cul era su estado de nimo cuando lleg?
Usted parece un fiscal, Mr. Archer. Pero no lo es y creo que no contestar a esa
pregunta ni a ninguna otra.
Su amigo Pedro fue muerto en Brentwood, el martes a la tarde. Su otro amigo
Tappinger, dej Montevista alrededor de las trece. Entre las trece y las diecisis tuvo
tiempo y oportunidad de cometer el crimen y regresar, para protegerse con usted.
Protegerse?
Utiliz la visita que le hizo a usted para explicar porqu cancel la clase del
martes a la tarde, y hacer el viaje a Los ngeles. Sabe manejar un arma? Bosch
no quiso contestarme. l mencion que iba a la escuela mientras haca patrullaje,
lo que significa que estuvo en alguna rama de ese servicio militar. Saba usar un
arma?
Estuvo en la infantera Bosch dej caer la cabeza como si los hechos que se
iban acumulando tendieran a probar su propia culpa. Cuando Taps era un
muchacho de diecinueve o veinte aos, particip en la liberacin de Pars. No era
no es un hombre despreciable.
Nunca dije que lo fuera. Cmo era su estado mental cuando fue a su oficina el
martes?
No soy una autoridad en estados mentales. En realidad, estaba un poco tenso y
como aturdido. Por supuesto no nos habamos visto durante varios aos. Y acababa
de salir de esa carretera a San Bernardo, que es bastante difcil se interrumpi
bruscamente. No puedo negar que Taps pareca estar bastante agitado.
Prcticamente se puso histrico cuando reconoc a Pedro Domingo en la fotografa y
le cont los hechos principales acerca del muchacho.
Qu dijo?
No dijo mucho de nada. Tuvo, lo que puede llamarse un ataque de risa. Pareca
pensar que todo era una tremenda broma.

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33

B
ess Tappinger vino a la puerta con su chico de tres aos prendido de su
pollera. Tena puesto un vestido sin mangas de algodn, roto y descolorido,
como si estuviera vestida para representar el rol de una mujer abandonada. La
transpiracin le corra por la cara, bajo el trapo con que se haba envuelto la cabeza.
Cuando se limpi la cara con el antebrazo, pude ver que el sudor brillaba en su axila
afeitada.
Por qu no me dijo que vendra? He estado limpiando la casa.
Ya lo veo.
Me da tiempo de tomar una ducha? Debo de estar espantosa.
En realidad, su aspecto es bueno. Pero no vine por el espectculo. Est su
marido en casa?
No. No est dijo con un matiz de humillacin en su voz.
Estar en el Colegio?
No lo s. No quiere entrar? Har un poco de caf y de paso me librar de este
pequeo. An no ha dormido su siesta.
Se llev al chico que protestaba. Cuando volvi, un buen cuarto de hora despus,
se haba baado, cambiado el vestido y cepillado su espesa cabellera oscura.
Siento haberlo hecho esperar. Tena que hacer una limpieza. Cada vez que me
siento realmente mal, me entra esta pasin por la limpieza.
Se sent en el sof al lado mo y me dej oler lo limpia que estaba.
Por qu se siente tan mal?
De golpe ech hacia afuera su rojo labio inferior.
No tengo ganas de hablar de ello. Ayer tena ganas de hacerlo, pero usted no
quiso repentinamente se par delante de m, hermosa y temblando de esperanza,
como si ese cuerpo que la haba llevado al matrimonio pudiera, en alguna forma,
sacarla ahora de l. Usted no quiere hacerme ningn caso.
Por el contrario, me gustara ir con usted, enseguida, a la cama.
Por qu no lo hace, entonces? No se movi, pero su cuerpo all parado,
pareca ms slido.
Hay un chico en la casa y un marido revoloteando cerca.
A Taps no le importara. En realidad creo que estaba tratando de estimularlo a
usted.
Por qu iba a hacer eso?
Le gustara verme enamorada de otro hombre alguien que me sacara de sus
manos. Est enamorado de otra chica. Hace aos que lo est.
Ginny Fablon.
Como si ese nombre le hubiera hecho aflojar las rodillas, se volvi a sentar a mi

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lado.
Entonces usted ya lo sabe. Cunto tiempo hace que lo sabe?
Lo supe justamente hoy.
Y yo lo supe desde el principio.
Me lo dijeron.
Me mir rpidamente, de costado:
Ha tratado ese tema con Taps?
An no. Acabo de almorzar con Allan Bosch, Me habl de cierta noche, hace
siete aos, cuando l, usted y su marido y Ginny fueron juntos a ver una obra de
teatro.
Era la obra de Sartre, Huis Clos. Le dijo l lo que yo vi?
No. No creo que lo supiera.
Es cierto. No se lo dije. No tuve valor para decrselo ni a l ni a nadie. Despus
de un tiempo, eso que haba visto pareca haber perdido realidad. Se mezcl un poco
con mi recuerdo sobre la obra, que es sobre tres personas, algo as como un
interminable infierno psicolgico. Yo estaba sentada al lado de Taps en la semi
oscuridad, y le o emitir un pequeo gruido, o suspiro, casi como si hubiera sido
herido. Mir. Ella tena sus manos en su en la parte superior de su pierna. l estaba
suspirando de placer. No poda creerlo, a pesar de haberlo visto. Me hizo sentir tan
enferma que tuve que salir afuera. Allan Bosch me sigui. No recuerdo exactamente
lo que le dije. Desde entonces he tratado deliberadamente de no verlo, por temor de
que me haga preguntas sobre Taps.
De qu tena temor?
No lo s. S, no lo s en realidad. Tem que si la gente descubra que Taps haba
corrompido a esa chica o si haba sido corrompido l tem que perdiera su empleo
y cualquier posibilidad de tener otro empleo. Ya haba visto lo que pas en Illinois,
con Taps y conmigo se contuvo. Pero usted no est enterado de esa.
Allan Bosch me lo cont.
Allan es un chismoso terrible pero pareci aliviada por no tener que
contrmelo ella. Desde entonces me parece que algo de culpa queda en m todava.
Sent como si Ginny Fablon estuviera reencarnndome. Eso no hizo que la odiara
menos, pero me at la lengua. Era como si hubiera pasado estos ltimos siete aos
encubriendo el lo amoroso de mi marido, hasta de m misma. Pero desde hoy, no lo
voy a hacer ms.
Qu sucedi hoy?
Sucedi esta maana temprano, antes del amanecer. Ella le telefone aqu. l
dorma en el estudio, como lo ha hecho durante aos, y contest desde la extensin
que tiene all. Yo lo o desde el otro telfono. Ella estaba presa de pnico, de un
pnico fro. Le dijo que usted la estaba acosando y que ella no podra hacerle frente
por ms tiempo, por no saber qu era lo que haba sucedido. Luego le pregunt si l
haba matado a su padre y a su madre. l dijo que desde luego que no, que la

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pregunta era ridcula: qu motivos tendra? Ella dijo que ellos saban lo del nio y
tambin que l era su padre.
Bess haba hablado con rapidez. Hizo una pausa, con los dedos sobre los labios,
escuchando la que haba dicho.
Quin se lo dijo a los padres, Bess?
Fui yo. Sujet mi lengua hasta septiembre del primer ao, Ese verano, cuando
naci mi propio hijo, la chica desapareci de la vista. Pens que nos habramos
librado de ella. Pero de golpe volvi a aparecer en la Reunin del Crculo Francs.
Taps la llev a su casa esa noche. Creo que trataba de mantenerla alejada de
Cervantes. Cuando volvi a casa, tuvimos una pelea, como ya le cont. Tuvo el coraje
de decir que yo estaba entusiasmada con Cervantes del mismo modo que l lo estaba
con la chica. Entonces me cont que la chica haba tenido que abortar. Yo tena toda
la culpa, slo por existir. Se supona que deba de arrodillarme y llorar por esa chica.
Y llor, por un par de semanas. Pero luego no pude aguantar ms. Llam al
padre de la chica y le cont todo lo referente a Taps. Fablon desapareci uno o dos
das despus. Me culp por su suicidio. Y decid no volver a hablar de nada, nunca
ms de nuevo pareci estar escuchando sus propias palabras. Su significado se
filtr hasta sus ojos, extendindose como la oscuridad. Usted cree que mi marido
mat a Mr. y a Mrs. Fablon?
Tendremos que preguntrselo, Bess.
Usted cree que lo ha hecho, no es cierto? Al mismo tiempo que preguntaba,
negaba con la cabeza, lgubremente. La madre de Ginny llam aqu por telfono,
la otra noche.
Qu noche?
El lunes. No fue se el da que la mataron?
Usted sabe que s. Qu dijo?
Pregunt por Taps y l contest el llamado desde aqu, as que no tuve
oportunidad de or la conversacin de los dos. De todas maneras, no tena
importancia. Se limit a decir por telfono que hablara con ella personalmente, y
sali.
Se fue de la casa?
S.
A qu horas?
Deba de ser tarde. Yo estaba por acostarme. Cuando regres, yo estaba
dormida.
Por qu no me dijo eso antes?
Quise hacerlo, ayer por la maana. No me dio la oportunidad.
Sus ojos estaban abiertos y sin vida, como los de una estatua.
Aquella maana, qu otra cosa se dijeron Taps y Ginny por telfono?
l dijo que la quera, que siempre la haba querido y que seguira querindola.
Entonces yo dije algo en el telfono. Una mala palabra: se me escap. Me pareca

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horrible que l pudiera estar hablndole as a otra mujer, con nuestros tres hijos
durmiendo en la casa. Entr al estudio en camisn. Era la primera vez, desde que mi
hijo ms pequeo fue concebido, que iba a verlo as. Aqul haba sido el ltimo da
feliz se detuvo, escuchando, como si el nio de tres aos hubiera gritado en sueos.
Pero la casa estaba tan silenciosa que yo poda escuchar el agua cayendo en la pila de
la cocina. Desde entonces, nuestra vida ha sido como acampar sobre hielo, en un
lago de hielo. Una vez lo hicimos con pap, en Wisconsin. Uno slo se da cuenta de
que piensa en el hielo como si fuera tierra firme, aunque sabe que abajo est el agua
muy profunda mir abajo, hacia la alfombra rada bajo sus pies, como si hubieran
monstruos nadando bajo su superficie. Creo que, de algn modo, estaba
prestndoles mi colaboracin. No s por qu lo haca o por qu senta como si lo
hiciera. Era mi matrimonio y ella lo estaba rompiendo, pero en alguna forma yo me
senta ajena a ese vnculo. Yo era tan slo un testigo de la boda. sa ya no era mi
vida. Mi vida an no haba comenzado.
Nos quedamos sentados, escuchando el silencio.
Usted me iba a decir qu sucedi cuando entr al estudio muy temprano esta
maana.
Se estremeci.
Es horrible recordarlo. Taps estaba sentado frente al escritorio con un revlver
en sus manos. Apareca tan delgado y con la nariz tan afilada, que me hizo recordar el
aspecto de las personas que van a morir. Tem que fuera a pegarse un tiro y me
acerqu a l, pidindole el revlver. Era por completo lo contrario de lo que sucedi
la noche en que fue concebido nuestro pequeo. Y era el mismo revlver.
No comprendo.
Ella dijo.
Compr ese revlver para matarme. Hace cuatro aos. Era un revlver de
segunda mano que encontr en una casa de empeos. Taps sala noche tras noche con
esa chica con el pretexto de ayudarla y yo no poda soportarlo ms. Haba decidido
destruirnos a los tres.
Con ese revlver?
El revlver era slo para m. Antes de utilizarlo habl a Mrs. Fablon y le dije lo
que pensaba hacer y por qu. Estaba al tanto de lo sucedido, es cierto, pero no saba
quin era el hombre. Ella se figuraba que Taps era algo as como un tutor de Ginny,
una especie de figura paternal para respaldarla.
De todos modos se puso en contacto con l donde quiera estuviese y l corri a
casa y me quit el revlver. Me alegr, pues en el fondo, no quera usarlo. Hasta trat
de convencerme de que Taps me quera. Pero todo lo que l tena en su mente era
evitar el escndalo otro escndalo.
Mrs. Fablon tampoco quera un nuevo escndalo. Hizo que Ginny dejara el
Colegio y se fuera a trabajar en una clnica cerca del Hospital. Por un tiempo cre que
todo haba terminado. Yo estaba de nuevo embarazada, de mi tercer hijo y Taps no

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me dejara ya nunca. As me lo haba prometido. Me dijo que haba tirado al mar el
revlver que yo destinaba a mi suicidio. Pero estaba mintiendo. Lo haba guardado
durante todos estos aos. Cuando esta maana trat de quitrselo, me apunt con l.
Me dijo que mereca morir por haber dicho esa mala palabra en los odos de Ginny.
Me dijo que ella era pura y hermosa y yo era un escuerzo inmundo. Me saqu el
camisn, no s cmo exactamente. Slo quera que l me viera. Me dijo que mi
cuerpo pareca la cara de un hombre, una cara larga y lbrega, con rosados ojos
acusadores, una nariz desnarigada como la de un sifiltico congnito y una estpida
barbita.
Sus manos se movan de la regin de su pecho a su ombligo, luego ms bajo, al
centro de su cuerpo.
Me orden que saliera, amenazndome con matarme si alguna vez volva a
aparecer por su habitacin. Regres a la casa. Los chicos estaban durmiendo an.
Todava no haba luz. Me sent esperando a que aclarara. Un rato despus del
amanecer, lo sent salir e irse en su Fiat. Llev los chicos a la escuela y luego empec
a limpiar. Desde entonces, estoy limpiando.
Usted me dijo que l no est en el Colegio?
No. Llamaron del despacho del Decano para preguntar si estaba enfermo. Dije
que lo estaba.
Se llev el revlver?
No s. No he estado en el estudio y no tengo la intencin de entrar. Se quedar
sucio.
Hice una rpida bsqueda en el estudio. No haba revlver. Encontr en un cajn
del armario, como veinte versiones de la primera pgina del libro de Tappinger sobre
la influencia francesa en Stephen Crane. La versin ms reciente, en la cual estaba
trabajando Tappinger el lunes, cuando visit el estudio por primera vez, estaba sobre
el escritorio. Comenzaba as: Stephen Crane vivi como un Dios, en la diamantina
ciudad de su mente. Dnde encontr el prototipo de esa ciudad? En Atenas, el
marmreo modelo ejemplar del Occidente, o en la suprema heliografa que San
Agustn nos leg en sus Civitates Dei? O fue en Pars, la ciudad del arte? Quiz mir
en su cuerpo de ramera con la slida piedad fra de la Olympia, de Manet. Quizs la
luminosa ciudad de su mente fue levantada del barro de los lomos de Cora.
Para m eran galimatas, sugirindome que Tappinger se estaba derrumbando, que
se haba estado derrumbando desde la primera vez que entr a verlo.
Al lado del desesperado manuscrito haba una pgina con las cinco preguntas que
haba elaborado para Martel.
l Quin es responsable de Les Liaisons, vieja y nueva versin?
2 Hypocrite Lecteur.
3 Quin crea en la culpabilidad de Dreyfus?
4 Dnde situ Descartes el alma? (glndula pineal).
5 Quin sac de la crcel a Jean Genet?

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Viendo las preguntas en la forma que se le haban ocurrido a Tappinger, me
percat de su significado personal. Las haba utilizado, acaso inconscientemente, para
hablar de las cosas que lo estaban llevando a orillar la locura; un peligroso
concubinaje sexual, hipocresa, culpa y prisin, el alma humana atrapada en una
glndula.
Si las preguntas me haban parecido extraamente volcadas hacia un solo tema
era porque tambin constituan respuestas arrancadas de una especie de cdigo por el
conflicto moral y emocional de Tappinger. Record, con un ligero estremecimiento,
que la quinta pregunta haba sido Sartre y me preguntaba si, en el peculiar y complejo
cdigo acadmico de Tappinger, se refera a la noche de la obra teatral de siete aos
antes.

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34

L
a ausencia del revlver significaba probablemente, que Tappinger lo llevaba
consigo. Sal y saqu mi propio revlver y cartuchera del bal de mi coche.
Como haba nios en la calle, retroced, yendo a colocarme la cartuchera
dentro de la casa.
Usted va a matar a Bill me dijo Bess. Ya pareca una viuda.
No usar esto a menos que me obligue. Tengo que protegerme.
Qu pasar con los chicos?
La mayor parte de esa responsabilidad caer sobre usted.
Por qu tiene que caer sobre m? me contest con su voz de nia. Por
qu tena que pasarme esto a m?
Usted se cas equivocndose de hombre, en un momento equivocado y por
razones equivocadas. Se lo dije en silencio. No haba por qu decrselo en alta voz.
Ella ya lo saba. En realidad, desde el da en que nos encontramos me lo haba estado
diciendo con su manera pequea, peculiar e inarticulada de decir las cosas.
Por lo menos, ha sobrevivido. Eso es algo para agradecer, Bess.
Alz sus puos en un gesto impaciente, casi desafiante.
Yo no quiero sobrevivir de esta manera.
Sobrevivir. La vida que viva en adelante, ser solamente suya.
La perspectiva la asust.
No me deje sola.
Tengo que hacerlo. Por qu no llama a alguno de sus amigos?
No tenemos ninguno. Desaparecieron hace tiempo.
Pareca estar perdida en su propia casa. Trat de darle un beso de despedida. No
fue una buena idea. Su boca no me respondi. Su cuerpo estaba tan rgido como una
tabla.
Llevaba conmigo el recuerdo de ella de manera punzante e insatisfecha, mientras
me diriga a travs de la ciudad hacia la casa de los Fablon. Quiz, bajo el nivel de su
conciencia, all abajo, donde los monstruos luminosos nadaban en la fra oscuridad,
Bess estaba enamorada de los amoros de su marido.
Ginny estaba en la casa y l estaba en ella. Su Fiat gris estacionado bajo el roble,
lo deca. Cuando llam a la puerta del frente, me respondieron los dos juntos. l tena
los ojos rojos y estaba lvido. Ella temblaba.
Tal vez usted pueda hacerlo callar me dijo. Hace horas y horas que habla.
De qu?
Te prohbo decirlo. Vyase me dijo.
La voz de Tappinger era ronca e inhumana.
Por favor, no se vaya me pidi ella. Le tengo miedo. l mat a Roy y a los

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otros. De eso es de lo que ha estado hablando todo el da de todos los motivos que
tena para matar a Roy. Y sigue dando distintas razones como que vio a Roy
arrodillado frente a la piscina tratando de lavar su cara cubierta de sangre y sinti
tanta pena por l, que lo empuj. Esa razn es eutanasia! Luego est la de San
Jorge y el Dragn: Roy me estaba entregando en las manos de Ketchel y algo haba
que hacer para detenerle.
Su voz era salvaje y despreciativa. Tappinger retrocedi ante ella.
No debes burlarte de m.
Esto es burlarse? se dio vuelta hacia m y me dijo: El verdadero motivo
es muy simple. Usted lo adivin anoche. Yo fui embarazada por l y Roy descubri
no s en qu forma que Taps era el padre.
Usted me hizo creer que era Peter.
S que lo hice. Pero ya no voy a encubrir ms a Taps.
l resopl como si hubiera estado conteniendo la respiracin.
No debes hablar as. Alguien puede orte. Por qu no entramos?
Me gusta conversar aqu mismo.
Se plant ms firme en la puerta. l tema dejarla. Estaba obligado a or lo que
ella pudiera decir.
Qu estaba haciendo usted aquella noche en el Club de Tenis, profesor?
Sus ojos se desviaron y luego se quedaron fijos:
Fui por razones puramente profesionales. Miss Fablon era mi alumna desde
febrero. Yo la aconsejaba y ella confiaba en m.
De ninguna manera! dijo Ginny.
l sigui hilando su hebra de palabras como si stas fueran su nico soporte en el
vaco.
Me confi que su padre, con la ayuda de una beca que conseguira Mr. Ketchel,
la iba mandar a un colegio en Suiza. Me pareci que mi consejo como profesor poda
serles til y fui al Club a ofrecrselos.
Llegu muy tarde para serles de utilidad. Vi a Mr. Fablon, tambalendose,
atravesar el jardn. Cuando le habl, no me reconoci. Se dirigi a tropezones hasta el
borde de la piscina, aparentemente con la idea de lavarse la cara que le estaba
sangrando, y antes de que me diera cuenta, se haba cado adentro. Yo no soy un
nadador, pero trat de pescarlo con un palo que tienen para esos casos, con un gancho
forrado en el extremo
Querr decir dijo ella que lo us para mantenerlo bajo el agua.
Esa es una acusacin ridcula. Por qu sigues repitindola?
Francis me dio su versin como testigo, la otra noche. No le cre entonces
cre que lo deca slo por celos. Pero ahora lo creo. l lo vio empujar a Roy y luego
mantenerlo bajo el agua con ese palo.
Por qu no intervino, si estaba cerca? dijo Tappinger con pedantera. Por
qu no hizo la denuncia?

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No lo s mir detrs de m, al declinante sol, como si ste la fuera a
abandonar, a dejarla en la fra oscuridad. Hay un montn de cosas que no
comprendo.
Se las pregunt a su madre, el lunes por la noche?
Solamente algunas de ellas. Le pregunt si poda ser cierto que Taps ahogara a
Roy en la piscina. Tal vez no debera haberlo hecho. La idea pareci destrozarla.
As fue. Habl con ella despus que usted se fue. Y, luego le habl a Tappinger
por telfono. Fue su ltima conversacin. l vino y la mat.
No lo hice dijo l, sin conviccin.
S lo hiciste, Taps la voz de Ginny era grave. T la mataste y luego, al otro
da, viniste a Brentwood y mataste a Francis.
Pero si no tena motivos para matar a ninguno de los dos! haba un tono de
pregunta en sus negativas.
Tenas motivos ms que suficientes.
Cules eran? les pregunt a los dos.
Se volvieron y se miraron uno al otro, como si cada uno de ellos poseyera la
respuesta, la mltiple respuesta. Me sorprendi el curioso parecido que haba entre
ellos, a pesar del sexo y la edad. Eran casi del mismo peso y altura y tenan ambos los
mismos rasgos regulares. Podan haber sido hermanos. Dese que lo hubieran sido.
Cules eran los motivos para matar a Martel? les pregunt.
Seguan mirndose uno al otro, como si cada uno fuera una figura en el sueo del
otro, que tuviera que ser interpretado.
Estabas celoso de Francis, no es cierto? dijo Ginny finalmente.
Esas son tonteras!
Entonces eres un tonto, porque t fuiste quien lo dijo primero. Queras que
terminara todo, de una vez.
Qu era ese todo? pregunt.
Ninguno de ellos habl. Se miraron con un cierto aire de vergenza, como chicos
pescados en juegos prohibidos. Dije:
Ustedes pensaron en matarlo y heredar as el dinero. No es cierto? Pero es
siempre el estafador el que resulta estafado. Ustedes estaban tan llenos de sus propios
sueos locos que creyeron todas sus historias. Ustedes no saban o no les importaba
que el dinero que l tena proviniera de un robo a alguien que evada el impuesto a los
rditos.
Eso no es cierto dijo Ginny. Francis me cont toda la historia de su vida la
semana pasada. Es cierto que cuando comenz era un muchacho pobre en Panam.
Pero era descendiente directo de Sir Francis Drake, por su madre, y tenan un mapa
chamuscado, que se conservaba en la familia, mostrando el lugar donde Drake
enterraba sus tesoros. Francis lo encontr. Ms de medio milln de oro peruano, en la
costa de Panam, cerca de Nombre de Dios.
No quise discutir con ella. Ya no importaba lo que ella creyera o dijera que crea.

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Y tampoco es cierto sigui diciendo que planeramos matarlo a l o a
nadie. El plan original, para m, era casarme con Peter. Luego, simplemente, me
divorciaba de l y consegua una pensin, para que Taps y yo pudiramos irnos
l sacuda la cabeza ante cada una de sus cortas inspiraciones de aire. El pelo se
le encrespaba como el de una mujer.
Irse a estudiar a Europa? le pregunt.
S, Taps y yo pensbamos que si l regresaba a Francia, podra escribir su libro.
Hace aos que intenta comenzarlo. Yo tambin me estaba desesperando. Era tan sucio
tener que hacer el amor en la parte trasera de los automviles, o en su oficina o en
moteles. Me pareca que todos en el colegio y la ciudad entera deban de saber lo
nuestro. Pero nadie dijo nunca una palabra.
No debes decirle nada de esto dijo Tappinger. No le admitas nada!
Ella se encogi de hombros.
Ya no hace ninguna diferencia.
As que, originariamente, usted plane casarse con Peter y luego divorciarse
de l, no es as? le pregunt.
S, pero odiaba la idea. Solamente acept porque necesitbamos el dinero
desesperadamente. Siempre me gust Peter. Cuando lleg Francis y me pidi que me
casara con l, cambi el plan. A Francis no le deba nada.
Te sentiste atrada por l! las palabras de Tappinger parecan salir
involuntariamente de su boca, como de la boca de un mueco de ventrlocuo.
Ya dije que tenas celos de l, no es cierto?
Celos? tartamude. Por qu tena que sentir celos? Nunca vi a ese
hombre hasta que se call, tragndose las palabras.
Hasta que lo mataste dijo Ginny.
Ya te he dicho que yo no lo mat. Cmo iba a saber dnde encontrarlo?
Yo te di la direccin. No deba de haberlo hecho. Francis me dijo, despus que
le disparaste el tiro, que habas sido t. Dijo que era el mismo hombre que haba
matado a Roy.
Es que me odiaba.
Por qu razn? le pregunt a Tappinger.
Porque Ginny y yo ramos amantes.
Usted lo admite, no es cierto? insist.
Su boca trabajaba tratando de encontrar las palabras que lo ayudaran en ese vaco.
ramos amantes, pero en el sentido platnico, quiero decir.
Ella lo mir con resentimiento.
No eres ni siquiera un hombre. Estoy arrepentida de haber permitido que me
tocaras.
l temblaba, como si los escalofros de ella lo hubieran embargado.
No debes hablarme as, Ginny!
Por qu? Eres muy sensitivo? Lo eres tanto como un perro loco. No creo que

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sepas mucho ms de lo que ests haciendo, que un perro loco.
Taps grit:
Cmo te atreves a hablarme con esa falta de respeto? Eres una chica
ignorante. Hice de ti una mujer, te admit en la intimidad de mi mente
Ya lo s; la luminosa ciudad. Solamente que no es tan luminosa. La ltima
lucecita se apag el da que mataste a Marieta, el lunes por la noche.
Todo su cuerpo pareci proyectarse hacia ella, como si fuera a atacarla. Pero no
pudo hacer el movimiento. Yo estaba all.
No puedo soportar esto ni un minuto ms gir sobre sus talones y entr al
vestbulo, casi corriendo.
Tenga cuidado con l dijo Ginny. Tiene un revlver. Quera convencerme
de que nos suicidramos juntos.
El revlver tosi apologticamente. Encontramos a Tappinger tirado sobre el piso
de la habitacin donde haba asesinado a Marieta. El revlver que haba usado contra
ella y contra Martel, le haba dejado un agujero negro en su propia sien. El portafolio
con el dinero estaba detrs de la puerta, como si l no se hubiera atrevido a dejarlo
fuera de su vista.
Tom su revlver, que an tena tres balas en el tambor y me fui a la otra casa, a
llamar a la polica del distrito.
Peter se puso muy excitado. Quera volver a entrar en la casa de los Fablon a
cuidar a Ginny. En realidad era l el que necesitaba cuidados. Le orden que se
quedara en su casa.
Estuvo bien que lo hiciera. Ella estaba tirada en el piso, cara a cara con Tappinger,
sus perfiles como figuras que se complementaran, cortadas de un solo trozo de metal.
Yaca all con l, silenciosa y sin moverse, hasta que se sinti a lo largo de la calle el
ulular de las sirenas. Entonces, levantndose, fue a lavarse la cara. Al volver, haba
recuperado su serenidad.

FIN

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ROSS MACDONALD. Seudnimo utilizado por Kenneth Millar. Nacido en Los
Gatos, en las afueras de San Francisco, en 1915, en el seno de una familia de origen
canadiense, tras la separacin de sus padres Ross Macdonald creci y se educ junto
a su madre, en Ontario, Canad. Estudi en la Universidad de Ontario Oeste,
interrumpiendo sus estudios para realizar un viaje a la Alemania nazi, una extraa y
dura experiencia que se convertira en fuente de inspiracin para su primera novela.
Fue precisamente all, en la Universidad, durante sus aos de estudiante, donde
conoci a la que pocos aos despus, en 1938, se convertira en su mujer, la tambin
escritora (de novelas de suspense en su caso). Margaret Strumm, que firmara sus
libros como Margaret Millar. En 1941 se traslad a residir en los Estados Unidos
donde se doctor en la Universidad de Michigan, donde ejerci como profesor. Fue
en ese perodo cuando siguiendo el ejemplo de su esposa, Macdonald (an firmando
Kenneth Millar) escribi su primera novela, The Dark Tunnel. El libro cuenta la
historia de Chet Gordon, un profesor universitario que a partir de un viaje a la
Alemania nazi se ve involucrado en un plan de espionaje que se est desarrollando en
el campus de su universidad.
Durante la guerra fue alistado en la Marina donde, de 1944 a 1946 ejerci como
oficial de comunicaciones. Finalizada la guerra Macdonald se traslad con su mujer a
California, donde residi hasta su muerte, en 1983.
Inicialmente public cuatro novelas bajo su propio nombre Kenneth Millar, pero
posteriormente decidi comenzar a usar un seudnimo (para evitar confusiones con
su esposa quien a esa altura ya tena cinco libros en su haber) y crear un nuevo

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personaje para su nuevo libro. El seudnimo elegido fue John Macdonald, la novela
El blanco mvil (1949) y el personaje se llam Lew Archer. El seudnimo empeor
las cosas ya que John D. Macdonald era otro ascendente escritor policial. Por eso, los
cuatro siguientes libros de Kenneth Millar seran firmados por John Ross Macdonald,
nombre que terminara abrevindose en el nombre definitivo del escritor: Ross
Macdonald. La eleccin del nombre del protagonista, sin embargo, se revelara como
una de las mejores de toda su carrera: su mejor y casi nico personaje fijo haba
nacido.
Escribi 18 novelas con Lew Archer como protagonista. Y en 1974 recibi el Grand
Master Award, que le reconoce como uno de los grandes de la novela negra.
Macdonald muri en 1983, vctima del Mal de Alzheimer, despus de haber actuado
como presidente de la sociedad de Escritores de Misterio de Amrica durante cerca
de veinte aos.

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Notas

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[1] En castellano en el original (N. del T.). <<

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