Maria Luisa Murga Meler

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Autor: Mara Luisa Murga Meler.

Texto: Sujetos y proyecto en la cultura. Interrogar la educacin.


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Pag. 131-135 arlet


La idea central del texto es relacionar los temas del sujeto, la cultura y la educacin; para pensar los problemas e
inquietudes que se nos presentan en el ejercicio profesional y acadmico.

L autora parte de la historia de Lpez Velarde para reflexionar en torno el proceso de creacin singular de un individuo
en un contexto socio-histrico particular.

Reflexionar en torno a os factores que estuvieron presentes en el proceso de constitucin de este sujetos en particular..
que habiendo nacido en un contexto socio-histrico en particular (cultural) especfico, no quedo radicalmente
determinado por ciertos modos de hacer y decir, instaurados y transmitidos por las instituciones de la sociedad en que
creci. Que se constituy de manera que no solo aprendi concienzudamente los contenidos propios de la educacin,
sino que trascendi la esfera de la circunscripcin y se volc a la creacin potica, literaria y de la crtica poltica.

Barragan y Scheneider: a veces el catolicismo le coloca una venda en los ojos que no le permite ver lo que acontece a
su alrededor

Alf

En los procesos de constitucin de los sujetos es posible reconocer las condiciones en que puede
pensarse como proyecto y no como encarnacin de programas establecidos por instituciones y la
cultura. Al pensar a los sujetos como proyectos, se puede reconocer que les es posible ser otros y
que en el proceso de su formacin y constitucin que los hace conformarse con sus condiciones,
tienen la posibilidad de ser otros.

La cultura del contexto es la que da las condiciones para que los individuos se constituyan en
sujetos, la sociedad delimita esas condiciones y da orden a ese mundo.

A pesar de que las instituciones se presentan como totalidad siempre es posible encontrar en ellas
fracturas y silencios, porque no alcanza a cubrir el conjunto de experiencias que forman la vida de la
sociedad.

En algunos mbitos se tejen significaciones que representan concepciones del mundo, de los sujetos
y de las practicas que caracterizan a las sociedades en un determinado momento socio-histrico
particular.

Aunque los individuos estn condicionados por las determinaciones que les impone la sociedad,
ellos tienen la posibilidad de reflexionar sobre sus propias condiciones de vida frente a si y frente a
los otros.

Pg. 139-144 Gil


La autora describe ciertas acciones que Lpez Velarde desarrollaba de acuerdo a su sentido de pertinencia
con su contexto cultural, las cuales fueron:
Fustig las pretensiones de todos aquellos que se ostentaban con el poder, no slo de dominar al
pueblo sino de engaar, robar o conducirse cnicamente.
Se permite reflexionar acerca de s mismo y de nuestra sociedad (preguntndose tambin por el
sentido de las instituciones y de sus posibilidades de transformacin).
En la articulacin de diversas condiciones, ese sujeto pudo presentarse como proyecto, independiente
de lo que sus padres y el conjunto social ya le tenan reservado un lugar y le transmitieron un discurso,
hizo en su proceso de constitucin y luego de formacin darse la posibilidad de reflexionarse sobre si y
su entorno.
Velarde fue un sujeto que se conform en el marco que delimitaban las instituciones del Mxico de
finales del s. XLX, recibiendo de padres y maestros el dictado que hablaba de los modos de ser de los
sujetos en esa sociedad.
Utilizo el lenguaje transmitido, se apropi de diversas formas de construccin literaria, aprehendiendo
conceptos y procedimientos.
Utilizaba las palabras de la lengua, la lengua de todos, aquella que hasta cierto punto se hablaba en el
contexto donde l se desenvolva.

Lo que le permiti enunciar lo siguiente:


1. Pensar a los sujetos en la cultura como proyecto implica pensar que esos mismos sujetos pueden
constituirse en un proceso en que la subjetividad se defina como una instancia reflexiva y deliberadora,
en dialogo con la imaginacin y que juzga sus productos.
2. Una subjetividad que pueda ser capaz de formular un discurso propio del sujeto, un discurso activo
que haga presente a un sujeto activo y abierto al porvenir, que en su movimiento se permita retomar lo
adquirido (incluyendo ese dictado de la sociedad).
3. Que en ese movimiento al retomar el discurso social, lo niegue o afirme en conocimiento de causa,
remitiendo su sentido a lo que constituye como suyo.
4. Existen condiciones de posibilidad en la que los individuos podrn constituirse como sujetos, y a su
vez proponer reflexin sobre las condiciones en que los nios y jvenes pueden constituirse como
sujetos creativos.
5. Si ya se pens a ese sujeto como ser, como proyecto, se debe de pensar tambin en las cualidades de
ese proceso, ya que este se llevara a cabo en las condiciones que delimitan a la educacin como
institucin social, la cual conlleva tanto un ideal de sujeto como in ideal de la sociedad y de prcticas e
instrumentos.
6. Estos ltimos trasmitirn a las nuevas generaciones; el conjunto de valores, normas, contenidos y
procedimientos que les permitan incorporarse a la vida social en sus diversas facetas, en este
sentido, pensar en la transmisin encargo de la educacin que la realiza a travs de las orientaciones
y tcnicas que la pedagoga le ofrece, implica pensar necesariamente no slo qu se transmite las
modalidades de dicha transmisin sino tambin como se concibe a su destinatario.

Elena
Lpez Velarde se toma como pretexto para algunos factores, desde la perspectiva terica, configuran la
condicin de posibilidad en la que los individuos podrn constituirse como sujetos, tambin reflexionar acerca
de las condiciones en la que los nios y jvenes puedan constituirse como sujetos creativos, aceptando la
incitacin a la reflexin incesante, intentar pensar el mundo de otra manera.
Animados por una voluntad y deseo de una subjetividad reflexiva y deliberante, puedan crear alternativas
novedosas a sus propias condiciones de existencia particular.
La reflexin incesante implica, la exigencia de una responsabilidad para cada uno y para con los otros en la
interrogacin de lo que se presenta como dado.
Para ello es necesario pensar en las cualidades de ese proceso:
1.- reconocer que el proceso se llevara a cabo en las condiciones que delimitan a la educacin como institucin
social. Que conlleva un ideal de sujeto como de sociedad y de prcticas e instrumentos. Trae consigo las
condiciones de su propia sustentacin y de su perpetuacin.
La institucin al ser ese conjunto de formas de hacer y decir, delimitan lo que la educacin, en cada contexto y
momento socio histrico particular, har para transmitir a las nuevas generaciones: el conjunto de valores,
normas, contenido y procedimientos que les permitirn incorporarse a la vida social, en sus diversas facetas.
Es preciso reconocer que si pensamos la educacin fuera de su condicin de institucin encargada de la
transmisin de significados y conjunto de normas, de disciplinas, nos negamos a pensar las condiciones en las
que ciertos grados de eficacia normativa hacen que una cierta significacin defina identidades y formas de
respuestas individual y colectiva.
Pensar la transmisin, encargo de la educacin que la realiza a travs de las orientaciones y tcnicas que la
pedagoga ofrece, implica pensar necesariamente no slo qu se transmite y las modalidades de esa
transmisin, sino tambin como se concibe a su destinatario.
Negarnos a pensar esto es quedarnos fuera del mbito, en el que se establecen las condiciones de posibilidad
para que de dicho proceso surja un individuo, conformado a la reiteracin de patrones, de esquemas
inmutables.
Al aceptar la forma que los estilos (literario, poticos, pictricos, musicales, acadmicos, etc) les ofrecen, en
animo de presentarse como obras, sino como creaciones histricas efectivas.
Se relaciona con los contenidos de la transmisin que hace referencia a la necesaria historizacion del sujeto. Si
efectivamente los sujetos que se constituyen en nuestra sociedad tendrn que conocer su pasado histrico-
individual y colectivo- con conocimiento poder negarlo o aceptarlo y proceder en la medida de sus
posibilidades, a su transformacin o a su perpetuacin.
La educacin tiene la responsabilidad de transmitir la cultura heredada a las nuevas generaciones para que
stas, accedan a la alternativa de reflexionar en torno de ella y poder construirse un discurso propio, que no
repita este pasado y se habr al futuro.
Castoriadis dice ya no se sabe que transmitir a las nuevas generaciones (2002:49-50).
Reflexionar la transmisin es urgente, sino enfrentamos esas condiciones tendremos muchas ms dificultades
al pretender transformar la educacin y a las dems instituciones de la sociedad.
Para hacer esa relacin es necesario:
Interrogarnos qu tipo de nocin de sujeto subyace a nuestra concepcin educativa.
Por qu no nos es posible pensar a nuestros estudiantes y a nosotros mismos como sujetos abiertos a
lo por-venir.
La educacin como esa institucin social que con apoyo en la pedagoga configura patrones, disciplinas
y ordena saberes y prcticas.
Porque trataos de ignorar, el aseguramiento de la transmisin, y en nombre de que principios se ejerce
esa transmisin.
Por qu no podemos pensar en la transmisin no se da un proceso lineal ni atemporal.
Estos problemas tambin remiten al problema del trastocamiento del orden simblico en el que nuestra
prctica se lleva a cabo y se relaciona con la confusin de las generaciones presentes en la relacin educativa.
En el mbito de la familia, remite al problema de la diferenciacin simblica entre el lugar de padres e hijos y
en la educacin, de estudiantes y profesores, esto en razn del lugar que cada uno ocupa, con sus derivaciones
y responsabilidades, en el proceso de transmisin de saberes, de los valores, las significaciones y los conjuntos
de normas que configuran el modo de ser de la sociedad.
El sujeto no recibe pasivamente lo que se le transmite, ni el que transmite lo hace de manera neutral y
quirrgica.
La incitacin a la reflexin, a la interrogacin permanentemente acerca de estos temas, nos ser posible volver
a pensar en la transmisin como una responsabilidad, como ejercicio al que tenemos que reconocer sus
derivaciones y consecuencias, reconocerle un principio tico antes que evitarla.

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