Gonçalvez Boggio, Luis - Bioenergética y Arqueologia Del Cuerpo
Gonçalvez Boggio, Luis - Bioenergética y Arqueologia Del Cuerpo
Gonçalvez Boggio, Luis - Bioenergética y Arqueologia Del Cuerpo
NDICE:
Prlogo
Captulos:
EDICIONES
Imagen de tapa: cuadro del senegals El Hadji Sy. Pintor del color y
del movimiento, es un promotor del arte contemporneo en el
Senegal. Trabaja con grandes telas de paracadas o de yute (las que
usan para los sacos de arroz), a las que cubre con grandes olas de
colores.
A Iara y a Maia.
Agradecimientos:
A Juvenal, Martha y Agustina, por su solidaridad y por el apoyo mutuo.
A los formandos y colegas del TEAB por la entrega, el apoyo mutuo y
la alegra puestas en la tarea colectiva.
A Xavier Serrano y a Maite Snchez Pinuaga (de la Escuela Espaola
de Terapia Reichiana) por su ecologa infantil.
A Franois Lewin (Ecole de Psychologie Biodynamique Evolutive de
Pars) por su msica del vientre.
A los docentes y terapeutas que sostuvieron mi formacin y mi
prctica profesional: la Lic. en Psic. Sandra Fagndez (de la
Universidad de Pars VIII), la Dra. en Psicologa Social Reolina Cardoso
(de la Sociedade Wilhelm Reich RS/Brasil), el Dr. Manoel Brandao, la
Dra. Liliana Acero (Directora de la Sociedad Argentina de Anlisis
Bioenergtico y de la Fundacin Centro de Biosntesis), los trainers
internacionales Psic. Myriam de Campos y Dip. Pad. Heiner Steckel
(del International Institute for Bioenergetic Analysis).
A la Prof. Sylvia Castro y a todos los compaeros del Area de
Psicologa Social de la Facultad de Psicologa, por la posibilidad de
seguir compartiendo la experiencia de docencia, investigacin y
aprendizaje en un clima de libertad, creacin, compromiso y
responsabilidad en la Universidad de la Repblica.
A los artistas y colegas que han dedicado su tiempo para realizar
talleres y conferencias en el seminario El cuerpo y los quehaceres
del psiclogo con una total entrega y profesionalidad: los msicos-
compositores Berta Pereira y Pollo Priz, los mestres de capoeira Favio
Moncalvo y Reginaldo Dos Santos (de la Escuela de Capoeira
Mucumb), los directores de teatro Ivn Solarich (de Trenes y Lunas)
y Enrique Permuy (de Polizn Teatro), los docentes Edgar Rodrguez y
Marta Bonora (de Polizn Teatro), la profesora de expresin corporal-
tango Lic. Rosemarie Gaudschal, los recreadores Hernn Espiga,
Anbal Argimn, Ernesto Izquierdo y Patricia Mrquez (de Watanave),
el Psic. Social Gabriel Galli, los Orgonomistas Gustavo Bello y Dr.
Carlos Vignone (del Campo Orgonmico Montevideano), los
Psicoterapeutas Gestlticos Fernando De Lucca y Silvia Cedrani (de
Encuentro Gestltico), Mara del Carmen Nez, Cecilia Spagenberg y
Sergio Nogueira (del Centro Gestltico de Montevideo), Salomn
Lewin (grande Salo!), Rosario Montero, Heber Grunvald, Adriana
Hosner, Mabel Garca y Alvaro Alcuri (de la Casa de Somos), Rosana
Bianchi, Marcos Moraes, Gustavo Barone y Gonzalo Gravina (del
Espacio de Desarrollo Armnico), la Terapeuta Transpersonal Ana
Rubio, la facilitadora en Biodanza Pury Vignoli, los percusionistas de
Ashanti (amigos del alma) Martn Gonzalez Zapata, Alvaro Arambarry
y Vctor Arambarry, las Lics. en Psic. Mara Dulce Brando, Rosana
Blanco, Nancy Pereira, y Ruben Vidal (del Taller de Estudios y Anlisis
Bioenergtico).
*
Prlogo
*
Reolina Cardoso es Psicloga, Doctorada en Psicologa Social (UNAM-Mxico),
Psicoterapeuta Reichiana formada con la Psic. Blanca R. Arnove del Instituto
Wilhelm Reich de Mxico y con el Dr. Gerard Guasch del Instituto Wilhelm Reich de
Mxico y de la Escuela Reichiana de Pars. Ex-presidenta de la Sociedade Wilhelm
Reich (RS/Brasil. 1996-1997). Miembro del Comit Editorial de la Revista Cientfica
de la Sociedade Wilhelm Reich. Miembro Didacta del Taller de Estudios y Anlisis
Bioenergtico. Ex-profesora del curso de Posgrado de Psicologa Clnica en la
PUC/RS (1986-1995). Autora del libro uma mulher (Vozes, 1995).
El conocimiento vivenciado a travs de su prctica profesional
es comunicado sin esfuerzos, como parte de un proceso creativo
inmerso en lo cualitativo de la vida.
En la lectura de Arqueologa del Cuerpo aprendemos que el
cuerpo es social y tiene movimiento, el cual puede ser bloqueado por
la represin, por la institucionalizacin de los archivos vivos de
nuestras experiencias traumticas-nuestros cuerpos.
*
1. EL CUERPO EN LA CLNICA BIOENERGTICA
*
Versin corregida y ampliada del artculo El cuerpo en el Anlisis Bioenergtico;
publicado en la Revista Somos. Aqu y ahora, 2da poca, n 1, 1997.
necesidad de los nios de aceptar las actitudes y las condiciones de
educacin antinaturales determinadas por los adultos, aprendiendo
as a adaptarse o a conformarse reprimiendo sus deseos y su
expresin afectiva. Cuando ms rgida es la coraza menos flexible es
el comportamiento frente a las situaciones nuevas.
El tipo de coraza especfico (holding together, holding on,
holding up, holding in, holding back) est determinado por las
situaciones traumticas predominantes en el desarrollo evolutivo del
nio y configura as el carcter especfico del individuo en el futuro (la
estructura de carcter). La reduccin de la motilidad y de la
funcionalidad orgnica reducen posteriormente en el adulto la
entrega total orgstica (el libre fluido y la expresin de la vitalidad
psico-corporal), en la medida en que la coraza pasa a tener una doble
funcin de proteccin contra el exterior y contra el interior: nada
puede salir ni entrar sin su control. Se instala as en los cuerpos el
temor al contacto real. A travs de la armadura caracterial y de la
coraza somtica se comienza a desarrollar las formas de contactos
sustitutos.
A diferencia de estos pseudocontactos el contacto profundo es
un estado bioenergtico de percepcin ampliada, donde hay una
conexin profunda del mundo externo y el mundo interno del sujeto.
Reich nos habla de contacto con relacin al grado de potencia
orgstica del individuo: su capacidad de abandonarse, libre de
cualquier inhibicin al flujo de la energa biolgica, su capacidad de
descargar completamente la excitacin sexual reprimida, por medio
de movimientos involuntarios y agradables convulsiones del cuerpo
en el abrazo genital 1.
1
W. Reich, La funcin del orgasmo; Paids, Mxico, 1988.
El trabajo corporal pasa a ser un eje fundamental del proceso
(ya sea en la prevencin, en la psicoterapia breve
-caracteroanaltica-, o en el anlisis). Es importante aclarar que no
todos los trabajos son recomendados para todos los cuerpos, para lo
cual es necesario tener una postura tica que introduzca rdenes
discriminatorios.
En la prevencin (ejercicios bioenergticos para la salud)2 el
objetivo del trabajo es aumentar la sensibilidad y la espontaneidad
del cuerpo aprendiendo a vencer el miedo al movimiento y a las
experiencias placenteras. No se busca una expresin artstica o
mecnica sino liberar tensiones, emociones congeladas y energetizar
al cuerpo. A travs del training bioenergtico se posibilita
especficamente, un equilibrio entre la tensin y la relajacin, entre la
carga y la descarga de energa, entre la produccin y el uso de la
misma, buscando aumentar los niveles de tolerancia al estrs a
travs de la adquisicin de nuevas experiencias en lo que respecta a
los movimientos del cuerpo.
Si bien algunos ejercicios pueden parecer al principio duros y
tensionantes, el dolor disminuye crecientemente con la relajacin y a
medida que se abren los canales de la autoexpresin (la voz, la
mirada, el movimiento). A medida en que se restaura el camino de los
sentimientos en el cuerpo, esencialmente a travs del centramiento
en la respiracin, del enraizamiento en la tierra, de la vitalizacin y
armonizacin a travs de la produccin de vibraciones y movimientos
involuntarios, las defensas narcisistas comienzan a disminuir,
generndose naturalmente una necesidad de un contacto ms
profundo con la naturaleza. A fin de revertir los procesos de
acorazamiento se debe flexibilizar adems la estructura de carcter,
con el fin de producir la movilidad sexual y social necesaria para
poder mantener un nivel de energa econmico saludable dentro del
organismo.
2
El otro tipo de trabajo preventito se realiza en el embarazo y en el parto.
investigaciones y pesquisas de los autores neo-reichianos (A. Lowen,
J. Pierrakos, D. Boadella, S. Keleman, A. Brennan, G. Boyesen, L.
Acero, entre otros).
3
A. Lowen, La espiritualidad del cuerpo; Paids, Buenos Aires,1993.
En la clnica bioenergtica reichiana seguimos esencialmente
tres rumbos estratgicos:
a) acentuar el impulso bsico del organismo a travs de la
movilizacin de la energa, por medio de la respiracin y de posturas
de tensin que aumentan la tolerancia al estrs;
b) trabajar directamente sobre los msculos espsticos para
liberar las contracciones;
c) mantener la cooperacin del paciente, trayendo a luz y
superando sus resistencias al proceso teraputico y al cambio4.
2. LA CLNICA DE LA MULTIPLICIDAD:
PENSAR EL CUERPO CREANDO NUEVAS FORMAS,
MS ALL DEL ACORAZAMIENTO*.
4
E. Baker, O labirinto humano. Causas do bloqueo da energia sexual; Summus,
San Pablo, 1980.
5
A. Lowen, La experiencia del placer; Paids, Buenos Aires,1994.
*
Versin corregida y ampliada del captulo La Bioenergtica Social del libro
Anlisis Bioenergtico. Devenires de la clnica y de la pedagoga; CEUP,
Montevideo, 1997. Publicado en forma resumida en las IV Jornadas de Psicologa
Universitaria A diez aos del plan de estudios (Facultad de Psicologa
Universidad de la Repblica, agosto 1998).
como fuerzas vitales de la expresin emocional, ni las formas
histrico-sociales que adopta la produccin de los cuerpos.
Sin embargo, es posible pensar y vivir los cuerpos desde otra
potencia: la fuerza en que se manifiestan en los cuerpos las
intensidades afectivas. Para lo cual se hace necesario transversalizar
los cuerpos a partir de las dimensiones bioenergticas e histrico-
sociales.
Esta afirmacin impica una actitud clnica que se sostiene en la
movilizacin del pensamiento a travs de la potencia de la
experimentacin (que es la que va posibilitando, o exigiendo, los
procesos de afectacin en curso)6.
6
O. Saidn, La clnica y la vida en SadeLoucura. A clnica como ela ; n 5,
Hucitec, San Pablo, 1997.
operen en algn lugar y produzcan efectos en otro. La clnica grupal
de la multiplicidad es, en este sentido, una clnica ampliada y
extensiva que funciona de una manera diferente en la singularidad de
cada grupo, amplindose permanentemente a todas las dimensiones
que sean necesarias.
DE QU CUERPO HABLAMOS EN LA
CLNICA BIOENERGTICA Y SOCIAL?
. Placer Expansin
Movimiento centrfugo
del ncleo a la periferia
.
7
R. Dadoun, Cien flores para Wilhelm Reich; Anagrama, Barcelona, 1978.
8
W. Reich, La funcin del orgasmo; Paids, Mxico, 1988.
Angustia Contraccin
Movimiento centrpeto
de la
periferia al ncleo
9
F. Navarro, Somatopsicodinmica de las biopatas; Orgn, Valencia, 1997.
En los cuerpos contrados la energa no pulsa lo suficiente para
conseguir nuevas tonalidades con los otros cuerpos.
En las crisis sociales aumentan sucesivamente las defensas.
Pero este proceso lleva, a su vez, a un endurecimiento fsico y
emocional, que se instituye como violencia contra la propia
corporalidad, y que es correlativo al aumento de la indiferencia y al
aislamiento social hacia los otros. El mismo puede derivar, en funcin
de los altos grados de presin y de estrs de la vida cotidiana actual,
en actos de violencia hacia s mismo o hacia los otros10.
Las dictaduras de Amrica Latina se caracterizaron por el hecho
de buscar abolir lo inabolible: el movimiento. El eje de su accin
concertada en todo el continente consisti en suprimir los derechos
de los que intentaban generar una tica poltica del movimiento (para
pensar crticamente, para resistir lo inhumano: el hambre, la tortura,
etc.).
Los cuerpos que no se inmovilizaban, desaparecan. Lo vivimos
en la dictaduras militares en las que la mayor parte de la poblacin
del continente tuvo que desarrollar estrategias de sobrevivencia, en
donde se miraba sin ver y se oa sin or. Pero lo vivimos tambin en
la actualidad en funcin de una situacin econmica recesiva y
desestructurante. La misma genera desequilibrios crecientes entre los
sectores sociales, a partir del pasaje permanente de los flujos de
energa desde las regiones dominadas a las dominantes, en donde
los propios gobiernos nacionales van perdiendo paulatinamente la
propia infraestructura de su poder.
Las dictaduras militares se sostuvieron a partir de un rgimen
de complicidad civil de cuerpos inmviles y aterrados. Y en eso sigue
habiendo una continuidad: las democracias actuales han demostrado
ser ms eficaces aun a la hora de domesticar los cuerpos, aunque la
propia domesticacin se siga desarrollando en medio de una lgica
para la sobrevivencia.
La dictadura tuvo claro cual era el lmite: el pensamiento crtico,
el discurso solidario. Limitando esas potencias en acto se foment e
intent propagar una cultura de la domesticacin y del pacto con la
sociedad civil (recuerdan el por algo ser, tan argentino, tan
uruguayo?): callar, pactar, delatar o desaparecer. Sobrevivir en la
clandestinidad fue uno de los devenires imperceptibles de la
marginalidad social y de los mrgenes polticos durante ms de una
dcada.
10
B. Dubin, El pulsar energtico y la crisis social; Revista Topia n 16, 1996.
uno de los antecendentes ideolgicos de una tica y de una esttica
de lo corporal. Su potencia cultural (basada en una tica democrtica,
autogestionaria y libertaria, y en una esttica de las pasiones alegres)
es un analizador natural de la posibilidad de recuperacin del cuerpo
deseante.
Los ojos son las ventanas del cuerpo. Las instituciones tienen
ojos y, como en los humanos, son las puertas que conducen al alma.
Los ojos institucionales son los grupos y a partir de ellos, es posible
ver cules son objeto y cules son sujeto de la misma13.
11
R. Lourau, El anlisis institucional; Amorrortu, Buenos Aires, 1975.
12
B. Kononovich y O. Saidn, La escena institucional y El cuerpo en la clnica
institucional. Escena y afectacin; Lugar Editorial, Buenos Aires, 1991 y 1994 .
13
F. Guattari, Psicoanlisis y transversalidad; Siglo XXI, Buenos Aires, 1984.
poder, por lo que no llama a sorpresa que sus agenciamientos deriven
en conexiones (y usos) con otros cuerpos tristes.
14
J.C. De Brassi desarrolla la nocin de entre como la modalidad conectiva y
diferencial que hay a travs de dos entidades diferentes. Esta nocin no es
intersubjetiva sino que se apoya en los conceptos de devenir y de afeccin
deleuzianos. El cuerpo como rgimen de afeccin, juega siempre en esta idea. La
idea de entre medio no se corresponde con el medio aristotlico.
15
Mezclas donde, por ejemplo, un cuerpo penetra a otro y donde otro sufre una
accin: Cuando el escalpelo corta la carne, el primer cuerpo produce sobre el
segundo no una propiedad nueva, sino un nuevo atributo, el de ser cortado. El
atributo no designa ninguna cualidad real..., es, al contrario, expresado siempre por
un verbo, lo que quiere decir que no es un ser, sino una manera de ser, Emile
Brhier, La Thorie des incorporels dans lancien stoicisme, Vrin, 1928, citado por
G. Deleuze en Lgica del sentido, Planeta-Agostini, Espaa, 1994.
16
L. Gonalvez, Los cuerpos invisibles; Multiplicidades-CEUP, Montevideo, 1996.
descomponen las singularidades. Por ejemplo: Qu devenires
minoritarios habilita esta grupalidad? Cmo se mezclan los cuerpos?
Cules son los nuevos lenguajes que se despliegan? Qu denuncias
permite que se sostengan sin caer en la marginalidad institucional ni
en lgicas burocrticas-administrativas? Qu movimientos se
desarrollan ms all de las trayectorias habituales de los recorridos
organizativos?
17
Ver el captulo Arqueologa del cuerpo.
18
W. Reich, Psicologa de masas del fascismo; ECO, Montevideo, 1992.
19
En su libro La Bio-Energa (Ed. Gedisa) el socioanalista Georges Lapassade
desarrolla cmo las instituciones establecidas son el lugar donde se almacena la
energa social, siendo el Estado el lugar privilegiado de captura y drenaje de la
misma en beneficio propio.
El estudio bioenergtico de las organizaciones, pone en juego
que las organizaciones cerradas en s mismas estn condenadas a la
muerte, a excepcin de que capten energa externa, teniendo
necesidad de flujos de energa gratuita que agotan sin ser capaces de
regenerar. En las primeras organizaciones en las que vivimos, nuestro
deseo se inviste de orden y disciplina. En este nuevo orden mundial,
la organizacin capitalista no conoce ms que una ley: la expansin o
el debilitamiento (y la expansin se realiza por una extraccin previa
y generalizada de energa). As como hablamos de cuerpos instituidos
y cuerpos instituyentes tambin podremos hablar de energa ligada
(sociedad instituida) o energa libre (sociedad instituyente)20.
RESUMEN:
La Arqueologa del Cuerpo es un concepto y una metodologa
funcional que permite trabajar arqueolgicamente con el cuerpo.
Toda la situacin emocional y afectiva del sujeto est inscripta en los
tejidos del cuerpo (coraza somtica o tisular), manifiestndose en
cada cuerpo en la capacidad expresiva ms o menos bloqueada de la
pulsacin bioenergtica. Integrando las tcnicas de Anlisis del
Carcter, Eneagrama, Cartografa Corporal y Cartografa Deseante
(para el trabajo analtico y diagnstico), Vegetoterapia y
Bioenergtica (para el trabajo biofsico), esta metodologa-conceptual
permite recuperar al cuerpo a travs de la memoria emocional
inscripta en los sistemas y en las estructuras ectodrmicas,
endodrmicas y mesodrmicas. Originariamente pensado por Manoel
*
Publicado en la Revista Somos. Aqu y Ahora, nro. 11 (Montevideo, 1999).
La expresin arqueologa del cuerpo la vi utilizar por primera vez al Dr. Manoel
Brandao. Brandao usaba este trmino descriptivamente para su propuesta
teraputica de experimentacin grupal, pero no profundizando en l como un
soporte conceptual de su prctica. Arqueologa del cuerpo era un proceso de
terapia psicocorporal, coordinado por M. Brandao, donde se integraban
eclcticamente, distintas herramientas teraputicas (sus preferidas: meditaciones
de Osho, anlisis del carcter a partir del Eneagrama sufi, psicodramatizaciones,
ejercicios bioenergticos, actings reichianos en posicin supina y masajes neo-
reichianos). Realic este proceso en el primer grupo anual realizado en Lotus en
1992. El mismo integraba 7 worksops intensivos de 3 das de duracin, y sesiones
individuales como complemento de la actividad grupal. Para m, en particular, fue
muy importante participar en ese proceso de aprendizaje teraputico
principalmente por dos motivos. Por un lado estaba dando mis primeros pasos
profesionales, luego de haber egresado de la Facultad de Psicologa de la
Universidad de la Repblica, y por otro, en esos momentos en nuestro pas, no
haba ningn colectivo organizado que difundiera y permitiera experimentar la
psicoterapia de orientacin neo-reichiana. Desde aqu vaya mi reconocimiento al
trabajo innovador del Dr. Manoel Brandao en nuestro pas.
Brandao, y posteriormente desarrollado por Luis Gonalvez, es un
dispositivo teraputico individual y/o grupal que posibilita la abolicin
progresiva del dualismo cultura-natura inscripto en los cuerpos.
PALABRAS CLAVE:
arqueologa del cuerpo, cartografa corporal, cartografa deseante,
anlisis caracterial, vegetoterapia, anlisis bioenergtico,
esquizoanlisis, coraza, carcter, clnica de la multiplicidad.
SUMMARY:
Concept and funcional methodology that allows to do an archeologic
work with the body. Every emotional and affective situation is
inscibed in the tissues of the body (somatic or tissular armoring),
revealing itself in each body with the expresive capacity more or less
blocked of the bioenergetics pulsation. Integrating the techniques of
character analysis, corporal cartography, desire cartography,
vegetotherapy and bioenergetic analysis, this conceptual
methodology allows recuperating the body through the emotional
memory, inscribed in the system and in the ectodermic, endodermic
and mesodermic structures. Originally from Dr. Manoel Brandao and
later on developed by Psic. Luis Gonalvez is an individual and/or
group therapeutic dispositive, which makes possible the progressive
abolition of the dualism culture-nature, inscribed in the bodies.
KEY WORDS:
Body archeology, corporal cartography, desire cartography, character
analytical, vegetotherapy, bioenergetics analysis, schizoanalysis,
armoring, character, clinical of the multiplicity.
LA CARTOGRAFA DESEANTE
23
Nstor Perlongher, Los devenires minoritarios en El lenguaje libertario 2;
Edcs. Nordan, Montevideo, 1991.
capitalista, hacia nuevas tentativas de expresin colectivas y
creativas (agenciamientos colectivos de enunciacin).
La cartografa deseante ser una de las formas micropolticas
(junto a la arqueologa y la genealoga) de apropiarse del presente,
ms all de los condicionamientos repetitivos del pasado24. La
concepcin de deseo que utilizamos en las cartografas es la de G.
Deleuze y F. Guattari: Los deseos edpicos no estn en modo alguno
reprimidos, ni tienen que estarlo. Mantienen, sin embargo, una relacin
ntima con la represin, pero de otra manera. Son el cebo, o la imagen
desfigurada, mediante la cual la represin caza al deseo en la trampa. Si el
deseo est reprimido no es porque sea deseo de la madre y de la muerte
del padre; al contrario, si se convierte en este tipo de deseo es debido a que
est reprimido, y slo adopta esta mscara bajo la represin que se la
modela y se la aplica Si el deseo es reprimido se debe a que toda
posicin de deseo, por pequea que sea, tiene motivos para poner en
cuestin el orden establecido de una sociedad: no es que el deseo sea
asocial, sino al contrario. Es perturbador: no hay mquina deseante que
pueda establecerse sin hacer saltar sectores sociales enteros y ninguna
sociedad puede soportar una posicin de deseo verdadero sin que sus
estructuras de explotacin, avasallamiento y jerarqua no se vean
comprometidas. Si una sociedad se confunde con sus estructuras (hiptesis
divertida), entonces s, el deseo la amenaza de forma esencial. Para una
sociedad tiene, pues, una importancia vital la represin del deseo, y aun
algo mejor que la represin, lograr que la represin, la jerarqua, la
explotacin, el avasallamiento mismo sean deseados 25.
LA CARTOGRAFA CORPORAL
24
Para poder pensar un agenciamiento entre las nociones de cartografa, genealoga
y arqueologa introduje el ltimo captulo.
25
G. Deleuze y F. Guattari, El anti-edipo. Capitalismo y esquizofrenia; Paids,
Barcelona, 1985.
fuerzas antagnicas, sino que tambin cumple funciones de
coordinacin, de organizacin y de control entre dichas fuerzas:
Puesto que el carcter es << la suma de las experiencias>> pasadas del
sujeto, esas experiencias subsisten, se acumulan, se depositan en capas
estratificadas de la coraza. Esta << estratificacin del acorazamiento>>
(Panzerschichtung) es comparable << a las estratificaciones geolgicas o
arqueolgicas, que son ... historia solidificada>> . Historia slida que Reich
toma slidamente al pie de la letra: las experiencias infantiles, los
conflictos, las represiones, las frustraciones y las cargas energticas a ellos
vinculados forman depsitos, dejan huellas precisas, se fijan, en una
palabra, al organismo, y el sistema muscular es el lugar privilegiado para
tales fijaciones. El msculo es al mismo tiempo soporte material y cdigo
binario (tonicidad creciente o decreciente) con los que se inscribe la historia
del individuo 26.
26
R. Dadoun, Cien flores para Wilhelm Reich; Ed. Anagrama, Barcelona, 1978.
27
W. Reich, La funcin del orgasmo; Paids, Mxico, 1988.
28
Gerda Boyesen, Entre Psiqu e Soma. Introduao a la Psicologia Biodinmica;
Summus, San Pablo, 1992.
Por medio de movimientos especficos (con una significacin
funcional e histrica), de una metodologa ordenada (rigurosa pero no
rgida) y siguiendo el desarrollo evolutivo del embrin en la direccin
cfalo-caudal, se busca despertar en la memoria orgnica tisular,
acontecimientos arcaicos, emociones pretritas, ancladas en la
profundidad del cuerpo energtico.
Mediante la ejecucin de los movimientos (emocionales-
neuromusculares) el paciente entra en contacto con informaciones
tanto a nivel somtico (sensaciones, movimientos involuntarios,
cambios en la respiracin), como a nivel emocional (descargas
emocionales) y mental (imgenes, ideas, asociaciones). El anlisis de
estas informaciones permite, con la ayuda del psicoterapeuta, el
auto-conocimiento, la auto-expresin y la auto-posesin de los
sentimientos, por parte del paciente.
Este proceso arqueolgico implica la reactivacin de la memoria
muscular, a partir de la cual pueden manifestarse afectos reprimidos
(angustia ligada, tristeza negada, bronca bloqueada, placer
inhibido ... y miedo), as como tambin pueden emerger recuerdos
olvidados. Por lo cual se favorece no slo la posibilidad de abreaccin
emocional sino tambin de insights.
29
G. Deleuze, Foucault; Paids, Barcelona, 1987.
impulsos prohibidos, el mundo del inconciente reprimido (la capa
secundaria), conteniendo todas las negatividades que la persona
sinti en los primeros aos de su desarrollo evolutivo. Luego de
atravesar este pliegue nos encontraramos con la capa primaria (el
ser creativo), constituida por los impulsos espontneos y naturales a
extenderse y a hacer contacto, compuesta por la capacidad orgnica
innata para el amor, para el conocimiento y para el trabajo creativo 30
-ver figura 2-.
30
D. Boadella, Corrientes de vida. Una introduccin a la Biosntesis; Paids, Bs.
Aires, 1993.
31
Para una visin crtica de este planteo reichiano ver la entrevista realizada por la
Psic. Myrian de Campos al Dr. Alexander Lowen, The International Institute for
Bioenergetic Analysis apresenta Dr. Alexander Lowen em Anlise Bioenergtica e
100 aos de Wilhelm Reich, vdeo de la SOBAB. Traducido y editado en ficha
interna del curso de formacin en Clnica Bioenergtica del TEAB.
exclusivamente a la capa ms superficial o exterior (la primera capa)
por importante que sea. En la medida en que, por ms que ayudemos
a nuestros pacientes a adquirir conciencia sobre sus mecanismos
defensivos, ese conocimiento rara vez influye sobre las tensiones
musculares o permite la liberacin de los sentimientos reprimidos.
Este sera el punto dbil de las psicoterapias exclusivamente
verbales. Trabajar directamente sobre la tercera capa (las emociones
bloqueadas) pasando por alto la primera y la segunda capa es
inoperante, en la medida en que producen solamente efectos
momentneos (en formas catrticas y/o regresivas), difciles de
sostener fuera de la situacin teraputica. De la misma manera
trabajar nicamente la segunda capa (la coraza muscular) sin analizar
las defensas psicolgicas y/o evocar la expresin de las emociones
reprimidas (yoga, masaje, etc.), no constituye un proceso
psicoteraputico. Lowen propone una actuacin teraputica desde las
tensiones musculares crnicas (la segunda capa), porque desde ese
lugar puede pasarse:
*a la primera cuando se cree necesario (Por ejemplo: a travs
del anlisis de las resistencias),
*y a la tercera con mayor facilidad (Por ejemplo: movilizando los
msculos contrados que bloquean la expresin emocional)32.
32
A. Lowen, Bioenergtica; Diana, Mxico, 1977.
33
A. Lowen, La espiritualidad del cuerpo; Paids, Barcelona, 1993.
34
Ej: la rigidez y la tensin de la espalda de un paciente no se puede disminuir
significativamente hasta que la bronca bloqueada no se haga conciente y se
descargue. Para ello se hace necesario adems del desbloqueo y la descarga
emocional, estructurar previamente el afecto relacionndolo con la causa original,
es decir, con los traumas y las frustraciones que lo causaron.
Cada movimiento crea una nueva forma. Desde el movimiento,
desde la pulsacin, es que podemos recuperar un espacio interno,
recrear y sostener un espacio externo. Es en la historia corporal de
una persona que comprendemos, por ejemplo, cmo en el transcurso
de su vida ha ido empequeeciendo su cuerpo. Cmo las tensiones de
su vida cotidiana se transformaron en tensiones musculares crnicas,
en acortamientos y recogimientos de su espacio interior, en
desconexin con sus sensaciones y necesidades nutricias, donde los
movimientos (los sentimientos, las ideas, las conductas) se empiezan
a repetir y enfermarse comienza a ser la solucin.
35
S. Keleman, Anatoma Emocional; Descle, Bilbao, 1997.
36
Idem anterior.
de la interaccin y el agenciamiento con las fuerzas sociales,
generando as una nueva realidad somtica emocional.
39
El diagnstico estructural es un punto de referencia tcnica permanente del
psicoterapeuta, pero no es comunicado al paciente.
40
Maite S. Pinuaga, Estudio clnico de la percepcin a partir del modelo del
funcionalismo orgonmico; revista Energa, Carcter y Sociedad, vol. 4. Nros. 1 y
2. Valencia, 1986.
41
Ver el ltimo captulo.
coraza muscular estratificada, con una buena organizacin. Dicha
organizacin se sostiene en un equilibrio en el desequilibrio, donde
la armadura, la coraza, que se utiliz eficazmente en situaciones
anteriores de guerra (las situaciones traumticas predominantes en
el desarrollo evolutivo infantil), ya no sirve en el momento actual de
paz (la vida adulta).
En funcin de las observaciones clnicas, W. Reich pudo
demostrar que las experiencias iniciales no satisfactorias, frustrantes
y traumticas (algunas veces abiertamente agresivas y violentas),
permanecen organizadas y estratificadas en el cuerpo, a partir de una
dinmica estructural evolutiva cfalo-caudal. El cuerpo aprende a
defenderse retrayndose, a travs de la contraccin bioenergtica.
Cualquiera sea el grado de evolucin, estas huellas permanecen en
capas estratificadas del cuerpo y pueden aparecer en el adulto, en su
proceso teraputico, en lugares correspondientes del cuerpo.
42
Luis Gonalvez, Fragmentos para una historia de la tica, la esttica y la
subjetivacin, publicado en Los Cuerpos Invisibles (Eds. Multiplicidades-CEUP,
Montevideo, 1996) y en la revista Somos. Aqu y Ahora. (Nro. 8, Montevideo, 1999).
3. TICA, CLNICA y SOCIEDAD: de REICH a
DELEUZE*
*
Ensayo presentado en el 5 Congreso Internacional de Psicoterapias Corporales
Amor, Trabajo y Conocimiento al alba del Siglo XXI (Oaxtepec, Mxico; Marzo
1999); publicado en la Revista da Sociedade Wilhelm Reich RS, N 2 (Porto Alegre,
Brasil; Diciembre 1998) y en la Revista Energa, Carcter y Sociedad. La actualidad
del paradigma reichiano de la Escuela Espaola de Terapia Reichiana (Es.Te.R.)
nro. 22, vol. 16 (1 y 2), Valencia 2000.
alguma coisa alm do dipo. Existia uma multiplicidade de quereres,
uma multiplicidade de coisas, uma multiplicidade de idias...
Reich na sua clnica constri passo a passo o sentido, recorta o
espao, inscreve o tempo no afeto. No desperdia nem uma migalha
de afeto. Tudo importante. Em funo da couraa que pode ser
tornada mvel ou em funo da organizao.
A comunicao intensa. Nada se perde nesse contexto. As
sombras so olhadas. O desejo o veculo. A tica profunda, a
tica do amor. O amor em funo do conhecimento, em funo do
trabalho. O contrato cumprido. Comprido no sentido do compromisso
que ajudar a entender o sofrimento, a transformar a dor e a priso da
couraa em potncia. Potncia para o trabalho, para o amor, para o
conhecimento.
Isso como nos mostra Deleuze e Guattari, sai do mbito do
recalque, sai do mbito da represso. Sai da circunscrio do
conformismo, do idealismo. O potente um desejante, um criador,
um contestador das inutilidades, do consumismo, do narcisismo. O
potente generoso, amoroso. Reich nos ajudou a entender que o
desejo inscrito e criador do social...De corpos com rgos que so
tentculos do amor.
Nesse corpo, os olhos, o primeiro segmento, o primeiro rgo
que expressa, que vive. Na psicanlise ele falava era cego, edipiano,
na bioenergtica ele vive. Ele energeticamente carregado, ele como
expresso do todo, de uma unidade funcional ele expressa o que o
desejo quer. O desejo como unidade funcional desse cosmos, dessa
vida. Os olhos, que nos mostra a alma. A janela para o invisvel
visvel para o interior emocional. Nele como um caleidoscpio passa a
dor, a ternura, a raiva... Coisas que vem do peito, do meio do corpo,
que a boca e a garganta foram para baixo, para sua descida ao
inferno, para sua priso no peito e muitas vezes diafragmtica, ou
que a boca e a garganta permitem escapar como coisa ainda... um
grito, um suspiro, um arroto. E que no momento da dor ou do alvio
so representadas pela palavra, pela idia. Formam um
conhecimento que se torna generosamente repartido, como Jesus
com os peixes, em sua unidade funcional.
O rgon que liga, que produz vida. Representado como afeto,
como coisa, como palavra. Viajando e animando todo esse corpo
dotado de rgos. Cada clula pulsando, expandindo e contraindo
num movimento universal.
Depois vem o segundo segmento representado aqui pela boca.
Boca que na psicanlise espera os beijos do papai ou da mame.
Boca que pode se distorcer num devoramento desvairado, que se
perde de rumo, que fica sem energia, que no gosta, s engole. A
boca que no est reprimida, que est energeticamente ativa,
aquela que beija, que saboreia, que acalenta e que apaixona, que
morde e mordisca.
Do pescoo para baixo, o corpo para a psicanlise das
construes edipianas s existe enquanto fabricante de sintomas. o
n da garganta de Elizabeth, os braos e pernas de Ana, muitos
corpos casos clnicos, at Klein dot-lo de seio bom e seio mau. O
pescoo para ns existe, pode ser o que sofreu represso. Vai do
duro narcisista com sua lngua que fala sem afeto, sem energia,
descoordenao do esquizofrnico. O pescoo rgo da
decodificao, da ponte, do caminho, da sustentao da cabea, dos
olhos, da boca, pode empreender uma busca de sentido.
O quarto segmento, o peito, vulco do amor, do dio. Caixa que
guarda e resguarda. Que implode quando sob a gide da represso,
que explode fazendo a boca cuspir o fogo de dio descabido ou a dor
da conteno, a angstia. O desalento. onde ressoa a priso. Onde
o afeto feito prisioneiro. Quando vive, quando se torna um rgo
o fabricante de danas, de proteo com seus apndices braos, de
colo, de acalento, de paixo, de compromisso num aperto firme de
mos. O peito segmento sabe o que compromisso.
Depois o diafragma n de vida. Na virulncia dos sucos
gstricos h a distoro perversa e o envenenamento do amor. Na
priso da agressividade a diviso, a desorganizao. Diafragma sem
n, na potncia: sujeito capaz de anelar, de produzir impacto com sua
agressividade, produzir enfrentamento, preparar-se para o risco, para
o perigo.
O abdmen, sexto segmento, na potncia responde como
veculo. O intestino com suas voltas pode refletir ou ruminar,
dependendo de que polo se encontra, dependendo de que voz vai
portar. Pode estagnar ou produzir. Supre ou paralisa.
A plvis, ltimo segmento, como o olho olha, cria. Movimento
ou destruio. Competio pela vida ou pelo poder. Poder que pode
ser do eu posso como pode ser do eu quero tudo para mim. Nesse
cromatismo a insero dos movimentos geradores de amor e dio,
produzindo ambio egosta e ambio generosa. rgos genitais:
masculino e feminino. O porte das diferenas, o rumo, ou a perda
dele. A escolha do prazer adulto ou a no escolha de ficar ancorado
numa outra vida, num prazer infantil, na falta de rumo. Na perda de
sentido, na violncia do abuso sexual, do estupro flico e do estupro
moral. A plvis e os rgos genitais fazem um mundo adulto, cheio
de compromisso, responsabilidade e alegrias. Atravs da entrada
nesse mundo pode-se dar segurana e vida ao mundo infantil, s
nossas crianas. A alegria de viver est interligada ao rumo,
direo, a inteno. A fora da direo que na psicose se perde, na
perverso se fixa e na neurose se inibe.
Todos esses so rgos falantes, pulsantes constituintes de
uma unidade funcional, representantes de uma unidade funcional.
Animados pela energia orgnica, com sua bio lgica universal. Nas
mquinas desejantes, potentes, tudo funciona ao mesmo tempo, um
mundo de vibraes, de exploses, de rotaes. Um mundo de Reich.
Um mundo tambm de Deleuze e Guattari (Frinea Brandao)43.
43
F. Brandao, A proposta reichiana do Anti-dipo;
(Internet: http://www.ax.apc.org/jgco/orgoniza/artigos/anti-ed.htm).
La clnica reichiana estuvo marcada desde sus inicios por una
prctica responsable hacia la naturaleza y por un discurso
comprometido con la sociedad.
W. Reich desarroll en su intensa vida una fuerte lnea de
investigacin centrada en el amor. Ms que un sistema prescriptivo,
normativo o meramente ideolgico, nos dej una ciencia (de los
cuerpos, de las emociones, de los afectos) que se sostiene en una
tica libertaria.
Si las experiencias teraputicas en la lnea reichiana y
loweniana me proporcionaron el placer de unir la pelvis con el
corazn. Junto con los clsicos anarquistas, Gilles Deleuze, Flix
Guattari y Michel Foucault descubr el placer de desatar los nudos
mentales ms fuertes de mi formacin profesional. Aprendizaje desde
la emocin que lleva inevitablemente a correr riesgos en la vida (y
esta creo fue mi mayor disolucin de coraza posible). Aprender que
cada segundo est lleno de posibilidades, y que en cada segundo se
puede vivir toda la intensidad posible. Es preciso estar conciente del
riesgo y experimentarlo con cada fibra para que un pedazo de coraza
se pueda disolver. De Reich a Deleuze pasando por Foucault: vivir
orgsticamente, es el arte de vivir que nos asegura evitar todas las
formas posibles de fascismo (nuestro principal enemigo).
47
G. Deleuze y F. Guattari, El antiedipo. Capitalismo y Esquizofrenia; Paids,
Barcelona, 1985.
agenciamientos colectivos48. Y expresa, polticamente, la posibilidad
de desterritorializacin del deseo de los modos de insercin en la
subjetividad dominante.
En realidad el deseo nunca sale de los caminos de la vida. En
este punto los psiclogos que seguimos una lnea de investigacin y
de intervencin reichiana, tenemos una fuerte discrepancia con los
psicoanalistas y su concepcin de pulsin de muerte como instinto
natural49. Slo cuando es adulterado, desviado y reprimido, el deseo y
la pulsacin cumplen con los rituales y los caminos de la muerte: el
congelamiento, la burocratizacin, el acorazamiento. Libre es capaz
de crear todas las organizaciones posibles de mquinas deseantes y
de agenciamientos rizomticos, es decir subjetivaciones que carecen
de un ncleo que las centralice y un lmite que las rodee: procesos de
singularizacin sostenidos por una apertura del cuerpo al campo de
las sensaciones, de las vibraciones y de los flujos vitales50.
TICA DE LO COTIDIANO
53
F. Guattari y S. Rolnik, Micropoltica. Cartografas do desejo, Vozes, Petrpolis,
1993.
54
X. Serrano, El pensamiento libertario en la obra de W. Reich y su proyeccin
social actual; Orgon ES.TE.R., Valencia, 1996.
55
Ch. Ferrer, Terapeutas, ciudadanos, criminales y creyentes; Relaciones, nro.
176-7, 1999.
Cada encuentro contiene un ncleo de incertidumbre: el entre
medio incorporal. Este es nuestro capital ms precioso. A partir de
ese ncleo de incertidumbre, a la vez lleno de riesgos, de incertezas,
de misterio y de azar, se puede constituir una mirada solidaria, una
autntica escucha del otro, donde la produccin de inconciente se
genere en la singularidad, en la alteridad y en la polaridad
inmanentes a cada encuentro56.
Cuando alguien entra a mi consultorio (alguien as llamado
paciente), entonces acepto completamente el hecho de que, por lo
menos durante la prxima hora, el objetivo principal de mi vida es
estar junto a aquella persona.
Desde el punto de vista bioenergtico, acepto ser influenciado
por ella e influenciarla, y siento esa influencia concreta como
contacto de campo y como superposicin de campos energticos.
Independientemente de las posibilidades de interpretacin de ese
vnculo, ese encuentro implica un intercambio biolgico elemental. Un
encuentro humano que se despliega en todos los niveles: somtico,
emocional, mental y energtico.
56
L. Gonalvez, Los cuerpos invisibles; Edcs. Multiplicidades-CEUP, Montevideo,
1996.
57
M. Montero-Ros, M. Redn, Contacto vegetativo y sensacin de rgano;
Revista Energa, Carcter y Sociedad, n 15, vol 9 (1), Valencia, 1991.
58
J. Castillo, X. Serrano, La capacidad de contacto en las estructuras de carcter;
Revista Energa, Carcter y Sociedad, n 15, vol 9 (1), Valencia, 1991.
59
L. Gonalvez, A. Lans, Clnica y grupalidad en Comunidad: clnica y
complejidad; Edcs. Multiplicidades, Montevideo, 1999.
bioenergtico. Este es el mayor deseo de las personas: la
trascendencia de la existencia solitaria en un encuentro verdadero,
ntimo, intenso y profundo. Por otro lado, es exactamente a ese deseo
que la mayora de las personas temen. El contacto vegetativo,
bioenergtico, en donde el pecho se ablanda, el corazn comienza a
batir ms fuerte y todo el cuerpo comienza a pulsar, a vibrar y a fluir,
en la misma medida en que la coraza comienza a flexibilizarse,
produce mucho temor. Muchos terapeutas tambin sienten miedo de
este encuentro con sus pacientes y transforman el escenario
teraputico en un instrumento de su coraza, como un medio de evitar
el contacto. Debemos tener mucho cuidado en nuestro trabajo
(bioenergtico-reichiano) porque el peligro de ritualizacin mecnica
es muy grande.
60
D. Boadella, Transferencia, ressonncia e interferncia; revista Cadernos de
Psicologia Biodinmica n 3, Summus, San Pablo, 1982.
Haciendo una parfrasis de Descartes, somos lo que
sentimos. Nuestros afectos son la ligazn inmediata que tenemos
con la vida. Sabemos por S. Freud que los afectos mueven y animan
pero adems aglutinan y organizan61.
Nuestra cultura narcisista est orientada a nuestra cabeza
(nuestra conciencia, nuestro ego, nuestro rostro, etc.) y de esta
manera perdemos contacto con el resto del cuerpo (nuestro
inconciente, nuestros movimientos involuntarios, nuestra conexin
con los universos incorporales, etc.).
La desterritorializacin de los procesos naturales del cuerpo
deriva, en nuestra sociedad, en una reterritorializacin en el rostro
(rostridad); la descodificacin de los flujos energticos del cuerpo
implica, de esta manera, una sobrecodificacin por la hegemona de
la imagen. En nuestras cabezas estamos escindidos y separados de la
naturaleza. Pero en nuestros cuerpos seguimos siendo parte de la
naturaleza y del universo.
61
S. Freud, Psicologa de las masas y anlisis del yo; CEUP, Montevideo, 1986.
62
Para una descripcin ms detallada de estos principios bioenergticos ver: La
depresin y el cuerpo (cap. La fe en la vida) y El lenguaje del cuerpo (caps.
Aspecto somtico de la psicologa del yo, El principio de placer, El principio de
realidad y La concepcin bioenergtica de los instintos) de Alexander Lowen.
figura 3
Cabeza
Brazo y Brazo y
mano mano
ncleo
Pierna y Pierna y
pie pie
Genita
les
63
L. Gonalvez, Los Cuerpos Invisibles, Multiplicidades-CEUP, Montevideo, 1996.
EL CUERPO EN LA CLNICA GRUPAL*
64
L. Acero, Prevencin para la salud a travs de la psicoterapia en
Biosntesis; Publicaciones Fundacin Centro de Biosntesis, Buenos
Aires, 1996.
momento con la interiorizacin de que << hay otras formas de vivir la terapia
distinta a la ma>> .
-Dinamiza conflictos internos vinculados sobre todo al super-yo social.
-Permite elaborar con mayor fluidez conflictos de identidad sexual e
intersexual.
-Permite una mayor elaboracin de la comunicacin receptor-emisor,
yo-otro en su vertiente existencial, fenomenolgica y se abre el posible
crculo cerrado del paciente-terapeuta. Sobre todo cuando se trabaja con
dos terapeutas.
-Al terapeuta le sirve como otra referencia de diagnstico y de
evolucin del paciente.
-Se dinamiza el trabajo neuromuscular, emocional y de motilidad
energtica con el trabajo ordenado en los siete segmentos, combinados con
tcnicas de otras terapias de grupo, pero con una dinmica integradora
propia 65.
65
X. Serrano, La psicoterapia corporal y la clnica post-reichiana en Wilhelm
Reich 100 aos; Orgon, Valencia, 1997
66
Streaming - Flujo o corriente libre de las energas naturales del cuerpo que
acontecen en la camada interna (Loil Neidhoefer, Trabajo corporal intuitivo. Uma
abordagem reichiana; Summus, San Pablo, 1994).
67
S. Black, Practical aspects of a Core Energetic group; Revista Energy &
Consciousness, International Journal of Core Energetics, vol. 4, 1996.
La grupalidad es una va para ayudar a las personas a sentir sus
cuerpos y sus emociones en un camino real de autoconocimiento, de
autoexpresin y de autoposesin. Es un soporte que posibilita
adems, la emergencia de corrientes energticas-emocionales
individuales y grupales que pueden organizarse en un movimiento
creativo. Por ejemplo: la liberacin de energa que se produce en los
laboratorios clnicos, en donde se genera un calor contagioso, a partir
del cual las vibraciones penetran los tejidos y derriten el pasado
congelado, generando una apertura en los corazones de los
participantes68.
TICA Y FORMACIN
TICA Y COORDINACIN
69
Editada por Eds. Colman-Levy. Vase adems I como Icaro (I comme Icare) del
director francs Henri Verneuil.
en que el instructor intente disminuir su conflicto interno, ayudando a
su vctima (cuando el alumno comienza a sentirse mal por las
descargas elctricas), el mdico debe ordenarle continuar, pese a las
splicas del actor dirigindose al propio instructor: contine
afirmar el mdico, yo me hago responsable; es esencial que
termine el experimento.
El verdadero objetivo de la investigacin no tena, en realidad,
ninguna relacin con la memoria y el aprendizaje. Lo que interesaba
era la capacidad de obediencia del instructor: su sumisin a la
autoridad. Para l la autoridad son la Universidad y los guardapolvos
blancos de sus representantes (el mdico y el psiclogo), que le
imponan castigar a alguien que no le hizo nada. Hasta qu punto
obedecer esa orden estpida? Ese era el problema: con cunta
facilidad poda provocar dao a otro individuo desconocido
obedeciendo rdenes criminales, pero justificadas (en este caso
cientficamente).
A los tres meses se le haca una devolucin al instructor: Hace
tres meses usted particip de una experiencia en la que administr
descargas elctricas de hasta X voltios. En todo momento crey que
eran reales? Se daba cuenta que cometa un acto cruel contra una
vctima inocente?.
Las conclusiones de la investigacin fueron las siguientes: el
63% de los sujetos son obedientes, aceptan el principio de la
experiencia y llegan a 450 voltios. Cuando desaparece la coherencia
de la jerarqua y hay un desacuerdo institucional (Por ejemplo: una
discusin -tambin previamente coordinada- entre el mdico y el
psiclogo, por una insuficiencia cardaca del alumno al llegar el
instructor a los 405 voltios), el sujeto aprovecha para dejar de
obedecer.
En un pas que se dice democrtico las 2/3 partes de su
poblacin pueden ser capaces de ejecutar cualquier orden procedente
de una autoridad superior.
70
D. Boadella, Corrientes de vida. Una introduccin a la Biosntesis;
Paids, Buenos Aires, 1993.
*Como desarrollar en un captulo posterior la dimensin
temporal es de central importancia tica en el trabajo clnico tanto
individual como grupal, en la medida en que es el tiempo interno que
el paciente necesita para asimilar, para reaprender
bioenergticamente a pulsar y a expresarse emocionalmente. En
trminos tcnicos cada movimiento71 sugerido por la coordinacin
debe ser realizado con la comprensin del momento y la situacin
emocional (y social) en que el paciente est en la fase de la terapia.
Es decir, cul es el principio que justifica su uso en este momento
exacto, tomando en cuenta el movimiento interior y el ritmo interno
del paciente. Si los cambios teraputicos se producen fuera del
ritmo interno del paciente y sin tomar contacto con el movimiento
interior del ncleo biolgico (la primera camada), probablemente el
trabajo derive en una aplicacin tcnica (de liberacin emocional)
que tocara solamente la superficie de la coraza somtica-caracterial,
o derivara socialmente en un cambio adaptativo que reforzara el
individualismo anti-natural, o no durara mucho tiempo en sus
efectos, producindose una nueva forma resistencial de
acorazamiento.
Cuando el trabajo terapetico individual y/o grupal adquiere la
sensibilidad y la potencia del streaming, y acontece en consonancia
con el ritmo interno del paciente, se produce la reconciliacin de la
naturaleza y la cultura a travs de la recuperacin de los ritmos
biolgicos.
71
Prefiero no usar la palabra ejercicio, en la medida en que puede inferir una idea
de mecanizacin gimnstica escindida del movimiento emocional.
LA TICA DEL TOQUE EN EL TRABAJO
PSICOTERAPUTICO: RESONANCIA E
INTERFERENCIA
74
Este derecho comienza generalmente a los ocho meses cuando el nio comienza
a decir no, continuando y volvindose ms fuerte entre el ao y medio y los tres
aos (El carcter masoquista; apostilla elaborada por la Psic. Myrian de Campos,
Trainer Internacional del IIBA).
permanentemente la confianza en la expresin de los afectos
positivos y negativos75.
78
En nuestro trabajo clnico discriminamos adems las corrientes libidinales
transferenciales en: transferencia positiva defensiva, transferencia positiva
creativa, contratransferencia positiva defensiva, contratransferencia positiva
creativa, transferencia negativa defensiva, transferencia negativa creativa,
transferencia negativa latente, transferencia positiva genital, contratransferencia
negativa defensiva, contratransferencia negativa creativa, transferencia ertica
defensiva, transferencia ertica creativa, contratransferencia neurtica,
contratransferencia sintnica, transferencia y contratransferencia transversal,
transferencia personolgica, transferencia rizomtica, amor teraputico, etc. (Ver
ficha interna del Curso de Formacin en Clnica Bioenergtica del Taller de Estudios
y Anlisis Bioenergtico -TEAB-; laboratorio clnico sobre Transferencia,
Contratransferencia y Resonancia, abril 1999).
Desde hace tiempo que los psicoterapeutas corporales se han
liberado del tab que sobrecodificaba a los psicoanalistas, de
establecer cualquier contacto fsico clido, inclusive la mirada, con las
personas que trataban de ayudar. Actualmente en el trabajo
bioenergtico y reichiano se sigue utilizando el toque como elemento
diagnstico, como forma de manipulacin para ablandar rigideces
corporales, o para ayudar al paciente en su proceso de construccin
de bordes, lmites y edificacin del yo. Este tipo de toques favorecen
por lo general, un mayor contacto con su flujo energtico interno.
En psicoterapia bioenergtica y reichiana no dejamos a los
pacientes con su miedo al cuerpo y al contacto (cuerpo no habitado).
A diferencia de los psicoanalistas que slo trabajan el cuerpo como
representacin o contenido ideacional (cuerpo imaginario), en
psicoterapia corporal trabajamos con el cuerpo real de los pacientes
como va de acceso al inconciente, abordando desde el sistema
nervioso neurovegetativo los principales bloqueos afectivos-
musculares (cuerpo habitado).
79
X. Serrano, La psicoterapia corporal y la clnica post-reichiana; Wilhelm Reich
100 aos, Autores varios, Publicaciones Orgn de la Escuela de Terapia Reichiana,
Valencia, 1997.
80
Ob. cit.
expansiones y contracciones musculares, etc.). Nuestra vida, al igual
que el arte, es polirrtmica. Cada una de las funciones de nuestro
cuerpo guarda un orden acompasado que se puede acelerar,
lentificar, estimular o inhibir, siendo los ritmos vitales (en su conjunto)
ms o menos armnicos. Es decir, que desde el ritmo no slo
podemos alterar un cuerpo (cambiarlo), sino tambin contenerlo
(organizarlo). Por ejemplo: en algunos casos es necesario
desorganizar una estructura defensiva rgida para construir un nuevo
orden (una nueva forma), por lo que procedemos a trabajar con estos
pacientes para que se abandonen al movimiento espontneo,
alentndolos a que pierdan momentneamente el control (Por
ejemplo: trabajo de grounding aereo en posicin supina, seguido
por trabajos de kicking -pataleo- y de movimientos de lateralizacin
de cuello). En otros casos, el trabajo de movimiento con los ritmos
pulsatorios apunta a que las funciones orgnicas se desarrollen
organizadamente como sustento del ritmo emocional de los pacientes
(Por ejemplo: personas en crisis, o con una organizacin fronteriza de
la personalidad).
81
Ob. cit.
Podemos agregar como hiptesis de trabajo que:
e) Donde hay miedo al contacto hay fallas en los soportes.
Indagamos acompaando el ritmo interno del paciente cmo
qued en la memoria psicocorporal la experiencia de soporte y de
sostn?.
Como objetivo teraputico proporcionamos un contacto, donde
a travs de una nueva experiencia (de empata emocional, de
resonancia bioenergtica, de confianza existencial, de amor
teraputico) el paciente pueda recuperar la capacidad de
autosostn. Y pueda volver, desde la memoria celular, al lugar del
autosoporte.
82
A. Lowen, El gozo; Era Naciente, Argentina, 1994.
En ese proceso tratamos de buscar un equilibrio entre la carga
y la descarga de energa, entre la tensin bioenergtica y la
relajacin, entendiendo cmo se da la relacin entre la produccin y
el uso de la energa en el paciente. Ejemplo: en un paciente con el
cuerpo deprimido tratamos de aumentar la energa en su cuerpo. Por
un lado, ayudndolo a tolerar ms energa, edificando
(reconstruyendo) el cuerpo, convenciendo lentamente al organismo a
tolerar una mayor vitalidad. Por otro lado, aprendiendo a pensar
caracterialmente cmo esa persona se condujo en la vida y cmo ese
movimiento condicion su expresin emocional. Aqu tambin puede
aparecer miedo al contacto y a la entrega. Por ejemplo: en un trabajo
con ritmo interno, cuando en la historia del paciente no aparecen
soportes, al expandirse una camada en la coraza muscular pueden
aparecer sensaciones caticas (ansiedad, hiperventilacin,
taquicardia). En este caso puede ser conveniente parar al paciente
para que tenga tiempo para metabolizar ese caos.
83
J. Sarkissoff, Cuerpo y psicoanlisis; Eds. Deescle De Brouwer, Bilbao, 1996.
Desde la lnea de investigacin reichiana sabemos que cuando
parte de la energa de maduracin sigue atrapada en una fase de
nuestro desarrollo, sin haber resuelto satisfactoriamente los
problemas all generados, se produce una alteracin de las funciones
bioenergticas. A cada funcin de intercambio con el mundo le
corresponde una necesidad bsica, que si no resulta satisfecha
quedar atrs en el desarrollo libidinal en forma de coraza
caracterial y somtica, disminuyendo la fuerza vital. Y las situaciones
futuras se abordarn primordialmente en funcin de esa necesidad
insatisfecha. Por ejemplo: en la zona ocular, la necesidad de
convalidacin y contacto con nuestra existencia; en la zona oral, la
alimentacin y el sostn; en la zona anal, el enraizamiento y el
autogobierno; en la zona genital, la autoafirmacin y la entrega84.
figura 4
Esquema freudiano
Recuerdo
86
(representac
En trminos neo-reichianos hablamos de negatividad al referirnos a los bloqueos
Represin
in
y tensiones musculares crnicas que impiden, tanto el libre fluir de las corrientes
energticas, como el pleno registro de las sensaciones emotivas y el desarrollo de
conciente
las funciones biolgicas. Hablamos de emociones negativas cuando hacemos
del
referencia a los afectos que, al quedar reprimidos y ligados en la coraza muscular,
se encuentran en una camada profunda de la personalidad (la segunda camada).
Esta zona (llamada por Pierrakos lower self) es muy poderosa, al estar cargada por
una gran cantidad de energa.
Fantasma
s
(inconcient
es)
Sntomas
somtico
s
Esquema reichiano
Deseo bio-
psicolgico
Represin
(bsqueda de (moral y
experiencias material)
fsicas de
Sntomas
(Trastornos
orgsmicos,
coraza somtica,
coraza
Fantasmas
(representaciones
inconcientes)
87
Liliana Acero, El cuerpo amoroso: un enfoque desde la Biosntesis y el Anlisis
Bioenergtico; Ficha de la Fundacin Centro de Biosntesis.
88
Desde el punto de vista reichiano la zona plvica es desde donde nace la vida, y
la zona torcica es desde donde se posibilita el crecimiento vital.
armonizacin entre dos, perturbando el placer y la sensacin de
fusin y de unidad con el cuerpo amoroso y pulsional de otros.
En la dimensin clnica el trabajo bioenergtico con las parejas
implica el poder revivir y descargar, dentro de la situacin y del
vnculo psicoteraputico, el profundo miedo entre las dos personas.
Este proceso nos lleva a evaluar la relacin entre la necesidad y la
capacidad de entrega, y entre el deseo y la dificultad de entrega en la
pareja, e implica adems:
-la aceptacin de sus negatividades (sus miedos, su tristeza, su
rabia: el contacto con sus corazones heridos);
-el (lento) descongelamiento de los sentimientos, que lleva a
revivir historias congeladas conjuntamente;
-la autoafirmacin de los pacientes en su corazn;
-el enraizamiento de las sensaciones sexuales y tiernas en las
zonas torcica y pelviana, y en los pies y piernas;
-el centramiento en la onda respiratoria para completar y
afianzar la integracin afectivo-emocional, el equilibrio en la
relacin vegetativa entre inspiracin y espiracin (que lleva a
profundizar y armonizar al pecho y al abdomen hasta que se
retomen las sensaciones pelvianas de un modo ms sutil e
intenso); etc.
89
Ver el ensayo de quien suscribe Control y sexualidad. El devenir mujer en Los
Cuerpos Invisibles (Eds. Multiplicidades-CEUP) o en la revista Relaciones nro. 154.
90
Ver el cap. Amor, territrios de desejo e uma nova suavidade en Micropoltica.
Cartografas do desejo de Flix Guattari y Suely Rolnik (Eds. Vozes).
91
Ver la vieta clnica de quien suscribe: Qu pasa cuando yo ya no soy yo?. El
problema de la identidad masculina en Anlisis Bioenergtico. Devenires
corporales de la clnica y de la pedagoga (Eds. CEUP).
. Ser
de una imagen para atraer a la mujer, no es sexualmente potente 92
92
Cap. Seduccin y manipulacin del libro Narcisismo o la negacin de nuestro
verdadero ser (Alexander Lowen; Editorial Paz Mexico).
93
Ver Amor e Orgasmo de Alexander Lowen (Summus Ed.) y El caso del corazn
roto de John Pierrakos (Publcs. Fundacin Centro de Biosntesis).
Analticamente se debe trabajar histricamente la formacin del
carcter, las situaciones donde se gener un sentimiento de traicin,
a partir de las cuales aun se protege defensivamente. Es importante
ver, por un lado, cuales son las experiencias actuales en su
sexualidad, y por otro, cuales han sido las primeras experiencias con
relacin a la prdida de amor (la extensin y la intensidad de la
frustracin, el sexo de la persona que a nivel infantil ejerci el
principal papel de frustrador, etc).
La Dra. Liliana Acero propone fortalecer en el proceso
teraputico la autoestima, antes de abordar la conexin entre el
corazn y la pelvis. Recuperar la autoestima posibilitara abrir el
corazn hacia lo humano, tomar contacto con el dolor de s y de los
otros. A travs de un trabajo sobre la zona ocular y cervical poder
transformar los lugares persecutorios y de control en espacios de
mirada, de comunicacin, de contacto y de apertura. De no realizarse
este trabajo se corre el riesgo de la repeticin caracterial a travs de
acting-out sdicos, que se expresaran en una bsqueda de dominio
(en los actos de tocar, de penetrar, etc.) y que impediran la
experiencia de placer y la entrega compartida.
94
Ver El amor, el sexo y la salud del corazn (Eds. Herder).
Excita y frustra, aparenta dar amor pero no lo hace, realizando as
con las mujeres una venganza por las primeras decepciones con la
madre (a quien ha estado sometido). Decepcionndolas se venga en
toda mujer por el sometimiento al que fue ejercido durante nio, que
ve repetirse en sus demandas de amor, donde vuelve una vez ms a
fracasar.
2. El hombre hostil, con tendencia a la eyaculacin retardada.
Retrasa la eyaculacin para obtener una sensacin de poder. El falo
erecto es para l una metfora de un arma con la cual dominar y
castigar a la mujer. El retraso del clmax es un equivalente a no
ceder, lo que tiene como efecto la reduccin del placer y de la
satisfaccin de s mismo y de su pareja (ya que la excitacin de sta
se adapta, y en parte depende de la de l). Retener la eyaculacin
representa, bioenergticamente, un equivalente a la represin de los
sentimientos. Se retiene la eyaculacin porque no se quiere entregar
(a) los sentimientos.
95
Ver cap. El conflicto edpico. Una realidad de la vida moderna en El Miedo a la
Vida de Alexander Lowen (Eds. Errepar).
sensible y cariosa con el hombre, que parece fuerte y paternal, pero
volvindose crtica y denigrante cuando el hombre revela sus
aspectos infantiles.
Estos roles se manifiestan posteriormente como hija amante,
hermana protectora, madre autoritaria o ideal romntica teniendo un
efecto permanente sobre la sexualidad de la mujer96. Por ejemplo,
una mujer nena de pap no puede entregarse plenamente a otro
hombre, puede aceptar sexualmente a su compaero, pero no puede
sentir pasin por l. O bien es la nia seductora y encantadora o bien
es la madre. Y al actuar como la hija o la madre de su compaero
hace imposible que ste la vea como una mujer sexual.
96
Ver el cap. Os papeis sexuais da mulher, en el libro de Alexander Lowen Amor
e Orgasmo; Summus Ed.
bronca y la tristeza de los contactos amorosos tempranos. Este
proceso de desbloqueo permite la canalizacin de la gran potencia
plvica del cuerpo femenino hacia el momento actual, e implica un
camino analtico donde la mujer debe confrontar el miedo a la
autoridad (como uno de sus miedos bsicos). El proceso teraputico
debe proporcionar un setting apropiado y seguro, y garantizar una
situacin controlada, por parte del terapeuta, para el
descongelamiento y la expresin del miedo y la ira acorazados y
reprimidos, por parte del paciente.
97
Cap. Cuerpo & Imagen: tudo TV? del libro Anlisis Bioenergtico. Devenires
corporales de la clnica y de la pedagoga (Eds. CEUP).
masculino y femenino, transformndose en el campo social y
haciendo estallar viejos discursos institucionales.
INTRODUCCIN
98
V. Hilton, On uniting the masculine and feminine principales; The Clinical Journal
of the International Institute for Bioenergetic Analysis; vol 3 n 1.
99
A. Miller, Thou shalt not be aware: societys betrayal of the child; Farrar,
Strauss, Giroux, New York, 1984.
100
A. Lowen, El gozo. La entrega al cuerpo y a los sentimientos; Errepar, Buenos
Aires, 1996.
101
L. Mayo, Sexually abused woman; The Clinical Journal of the International
Institute for Bioenergetic Analysis; vol 3 n 1.
Es muy importante definir con precisin el problema del abuso
sexual infantil. Coincido con Al. Lowen que en todos los casos en que
un adulto le pega a un nio hay un elemento sexual implcito. Por
ejemplo, el hecho de que un padre le pegue en las nalgas desnudas a
su pequea hija, es un acto de abuso sexual adems de un maltrato
fsico.
Al. Lowen describe el abuso sexual como una forma muy infame
de traicionar el amor:
102
A. Lowen, El gozo. La entrega al cuerpo y a los sentimientos; Errepar, Buenos
Aires, 1996.
Esta supresin implica, en un nivel profundo, matar una parte de su
cuerpo.
REGIMEN AFECTIVO
CORAZA CARACTERIAL
103
Ulla Sebastian, Healing sexual abuse, entrevista, Internet.
castigo por sentirse malas y culpables. Por ejemplo, tienen la idea
de que ningn hombre lastimar a una mujer si ella cede ante l
(razonamiento falso y paradjico de mujeres que sufrieron abuso
sexual en la infancia).
Les resulta muy difcil imaginarse en relaciones de pareja donde
no desarrollen un rol de vctima. En sus relaciones sexuales adultas
tienen una tendencia a dejarse usar y encuentran muy difcil parar
esa prctica. Por ejemplo, permiten repetidamente que otros saquen
ventaja de s, asumiendo frecuentemente la culpa de que algo est
mal en sus relaciones.
Les cuesta tomar contacto con sus propias necesidades,
viviendo una vida descentrada de su deseo. Por ejemplo, poniendo
asiduamente su centro fuera de s mismos.
CORAZA SOMTICA
104
H. Racker, Estudios sobre tcnica psicoanaltica; Paids, Mxico, 1966.
familiares. As como de nios hallaron la manera de proteger al padre
abusador, de adultos protegen al terapeuta y terminan asumiendo
que el terapeuta lo debe estar haciendo por mi propio bien.
TERAPUTICA106
105
V. Hilton, Working with sexual transference; The Clinical Journal of the
International Institute for Bioenergetic Analysis; vol 3 n 1.
106
A partir de este momento voy a hacer referencia al trabajo teraputico con
adultos, que sufrieron situaciones de abuso sexual en la infancia.
Las notas que desarrollar a continuacin no tienen una finalidad prescriptiva en
relacin con lo que debe ser hecho, en la clnica bioenergtica, con pacientes que
sufrieron abusos. Creo que cada terapeuta debe desarrollar un estilo personal de
trabajo, a partir de su propia esencia y en funcin de las limitaciones de su
estructura de carcter. Espero s que estas reflexiones tcnicas sean tiles para
aquellos que trabajan con personas abusadas.
Al trabajar con pacientes adultos que saben exactamente lo que
les sucedi pero que, en funcin de su estrategia defensiva de
sobrevivencia, se escindieron de sus sentimientos dolorosos (dolor
profundo, tristeza, miedo, bronca), el objetivo teraputico consiste en
recuperar la emocin y desbloquear los sentimientos.
107
D. Lachinsky, Working with sexually abused people: how to deal with the
clients; The Clinical Journal of the International Institute for Bioenergetic Analysis;
vol 9 n 1.
108
L. Frchette, Complex post-traumatic stress disorder; The Clinical Journal of the
International Institute for Bioenergetic Analysis; vol 9 n 1.
corporal permite contener cantidades de energa sin quedar
abrumado por las mismas.
En un nivel corporal, las personas abusadas necesitan encontrar
los modos de rearmar sus cuerpos contra la invasin fsica del
exterior dirigida a herirlas. Para ello desde el principio realizamos
conjuntamente muchos trabajos sobre el espacio personal (trabajo
con las distancias) y la construccin de lmites. Particularmente
comienzo trabajando mucho con la mirada (facing), las manos
(pushing back) y espaldas (backing) en posicin de toma de tierra de
pie.
113
F. Navarro, Metodologa de la vegetoterapia caracteroanaltica. A partir de
Wilhelm Reich; Orgn; Valencia, 1993.
Para protegerse de situaciones de abuso los pacientes
necesitan ser ms agresivos (lo que implica necesariamente un
trabajo con la voz, con sus piernas y sus brazos, junto a sus ojos,
mandbulas y genitales). El experimentar la situacin de enojo
permite restablecer la integridad psico-corporal.
Para ello es importante no cometer el error tcnico que le he
visto realizar a algunos teraputas gestlticos y orgonomistas, que le
sugieren al paciente descargar el impulso agresivo golpeando
sentados sobre un almohadn que tienen enfrente. Esta posicin
corta la corriente energtica agresiva en la zona sacro lumbar, al
carecer el paciente de arraigo (grounding) en las piernas para
realizar la descarga. Por lo tanto recomiendo realizar todos los
trabajos de descarga y desbloqueo de ira en posicin de pie (toma de
tierra), luego de haber realizado la posicin del arco bioenergtico
con los brazos en alto. Con las pacientes mujeres es muy conveniente
utilizar la raqueta para la descarga sobre los colchones. Es importante
sealar que el arco funciona bien slo cuando ambos de sus extremos
estn bien asegurados: los pies en contacto con el suelo y la mirada
en un punto fijo perpendicular al torso.
114
A. Lowen, La traicin al cuerpo; Era Naciente, Buenos Aires, 1995.
llevar al paciente a un congelamiento brusco en la zona afectada,
produciendo un movimiento regresivo de contraccin que puede tirar
por la borda meses de trabajo previo y daar la confianza depositada
en el proceso teraputico. En otros casos puede derivar en un corte
abrupto del proceso teraputico por parte del paciente al sentirse
invadido, usado y aterrado.
116
F. Navarro, Metodologa de la vegetoterapia caracteroanaltica. A partir de
Wilhelm Reich; Orgn; Valencia, 1993.
Incluso me resisto a nombrar los trabajos teraputicos con el nombre
de ejercicios bioenergticos, pues puede colarse, irreversiblemente
en la expresin, un espritu gimnstico. Creo que proponer la
realizacin de un trabajo corporal en la casa para tomar conciencia de
las tensiones, para aumentar la vitalidad y para recuperar ms cuerpo
para s, puede adquirir fcilmente una cualidad mecnica en los
pacientes abusados. Lejos de producir el encuentro deseado en la
relacin transferencial, que es el que permite entrar en contacto con
el propio cuerpo para perder el miedo a s mismo y al otro, los
deberes domiciliarios ofician de resistencia en el proceso de
sanacin. Algunos pacientes pueden incluso hasta querer repetir la
sesin teraputica en sus casas, pero el resultado, obviamente, no se
repite. El patrn de sanacin teraputico con personas abusadas
requiere de un dispositivo esencialmente social (Por ejemplo:
arqueologa del cuerpo) y se necesitan por lo menos de dos personas
(un terapeuta y un paciente)117. Particularmente doy s mucha
importancia al hecho de que las personas puedan transferir las
experiencias de las sesiones para sus vidas cotidianas.
119
En trminos del desarrollo evolutivo, este derecho comienza aproximadamente a
los ocho meses de vida y se extiende hasta los dos aos y medio, siendo de
fundamental importancia para ir adquiriendo el sentido de singularidad, de
discriminacin y de autonoma yoica.
inconciente que toma el lugar de la oposicin que l no podra
expresar 120.
120
A. Lowen, La experiencia del placer; Paids, Espaa, 1994.
121
En un momento ms avanzado del proceso teraputico se puede
energizar la resistencia (energizing the devil) tal como lo desarrolla
Bennet Shapiro en su trabajo, Healing the sexual split between
tenderness and agression (presentado en las 11as. jornadas del
International Institute for Bioenergetic Analysis, Miami Beach,
Florida).
tomando contacto con el derecho a expresar lo que haban negado y
ocultado durante tanto tiempo.
La Bioenergtica Social nos da la posibilidad y el coraje de
conectarnos con nuestra energa sexual en un camino no abusivo, al
tiempo que nos vamos apropiando de nuestra historia, personal y
colectiva, y nos damos la oportunidad de crear nuevas relaciones:
saludables, creativas, esperanzadoras y amorosas.
El trabajo de prevencin desde una perspectiva reichiana es
una de las salidas que tenemos para contribuir a ponerle un freno a la
violencia sexual hacia los nios y hacia las programaciones
familiares y sociales autoritarias.
4. LA METODOLOGA GENEALGICA Y
ARQUEOLGICA
DE MICHEL FOUCAULT EN LA INVESTIGACIN
EN PSICOLOGA SOCIAL
125
Seminario La dimensin psicocorporal en la Clnica Social, curso de
profundizacin de Psicologa Grupal e Institucional (4to. ciclo, Area de Psicologa
Social, Facultad de Psicologa de la Universidad de la Repblica).
126
Ver las fichas Panic attack: el extrao invisible que nos habita (2002),
Cartografas de la clnica social contempornea: Pnico: mutaciones de la
subjetividad, convulsiones del cuerpo, Estrs postraumtico: las marcas del
cuerpo, Trauma: Escrito en el cuerpo. Estrs: De los lmites del cuerpo a los
cuerpos sin lmites (Edcs. TEAB, 2004).
Ejemplo 2: En la investigacin La tica en las psicoterapias
corporales en el seminario El cuerpo y los quehaceres del
psiclogo127 nos preguntamos qu es lo que ha ocurrido en los
ltimos aos en nuestro pas que se han desarrollado nuevas formas
de psicoterapia? Se ha incrementado la posibilidad de experiencias
teraputicas? Se ha ampliado el desarrollo de nuevos sentidos
epistemolgicos y existenciales?
Estas nuevas solicitudes, ofertas y demandas, estn
relacionadas a frustraciones impuestas por las limitaciones del trabajo
teraputico tradicional, por la inspiracin en la bsqueda de nuevas
formas de pensar, de sentir, y de actuar con los pacientes/clientes y
consigo mismo?.
Desde dnde surge un discurso de lo corporal en las
psicoterapias? Desde qu lugar se produce un pensamiento de lo
corporal? Qu posibilidades tiene este discurso de insertarse
culturalmente en el campo social?
Y en otro orden: Quines son en nuestro pas los psico-
corporalistas? Existe un desarrollo conceptual y terico que
acompae su variada oferta y lo vasto de sus contenidos? Emergen
con una voluntad de ser reconocidos institucionalmente o como
trabajadores de los mrgenes, de los bordes y de las fronteras?
Qu condiciones generaron y posibilitaron este amplio
desarrollo de tcnicas psico-corporales grupales? La necesidad
individual de buscar respuestas dentro de s mismo en funcin de un
cuerpo histricamente relegado u olvidado, el miedo a la soledad y al
mundo hostil externo del neo-capitalismo salvaje, o probablemente la
ruptura del cuerpo social durante aos de represin poltica y de
disciplinamiento militar? 128