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La imagen
y la esfera semitica
Image and semiotic sphere
Abstract: This paper addresses the concept of image as the semiotic context
marked by Charles Sanders Peirce, according to Iuri M. Lotman proposal on se-
miosphere. Under certain assumptions that insert us into a sign context in which
relational fields ensure the emergence of new properties in the constitution of the
look. We will also consider the mediological study of Regis Debray to reflect on
the types of images for the types of signs proposed in the current semiotic sphere.
La imagen y la esfera semitica
Key words: Semiosphere, image, sign, Charles Sanders Peirce, semiotics, Regis
Debray, Jean-Pierre Vernant, systemic thinking, Luri Lotman
Introduccin
En qu medida el pensamiento sistmico de implicaciones directas en la com-
prensin del estado de cosas contemporneo puede configurar un escenario de
reflexin acerca del estatuto conceptual de la imagen? Responder esta pregun-
ta requiere de anlisis transversales que recorran rutas interdisciplinarias, con
base en conceptos tipificados en la ciencia que logren resonar en reflexiones
de orden filosfico, esttico e incluso biolgico. Un anlisis de la imagen, pues, 77
no se restringe a estudios sobre la visualidad o a determinaciones cannicas
sobre las bellas artes. La imagen, como concepto, exige esfuerzos integracio-
nistas que remarquen formas perceptivas sensoriales y procesos complejos de
adopcin simblica. As, emprendemos una revisin de carcter semitico para
establecer las transversalidades necesarias, con el objetivo de aportar una mi-
rada amplia de la imagen como campo problemtico, ms all de las formas tra-
dicionales de la esttica como estudio de lo bello, o de los aspectos especficos
de los sistemas de hermeneusis, que tenga implicaciones en varias disciplinas,
tales como la esttica (en sentido ampliado), el arte, la filosofa, los estudios
visuales, el diseo y la cultura.
El campo de la semitica ha sido visto desde dos perspectivas fun-
dacionales: el modelo lingstico estructuralista saussuriano y el pragmaticista
de C.S. Peirce. Ambos enfoques implican ciertas especificidades que, en cierta
medida, los hacen parecer antagnicos; sin embargo, en una consideracin ms
rigurosa, si bien es claro que no son equivalentes, pueden complementarse.
No tanto por sus consecuencias tericas como s por el panorama amplio que
configura aquello que Iuri Lotman denomina la semiosfera y consiste, escueta-
mente, en considerar todo el espacio semitico (como) un mecanismo nico
(sino como un organismo) () fuera del cual es imposible la existencia de la
semiosis (Lotman, 1996, p. 24). Para Lotman, el proceso semitico debe enten-
derse como un sistema abierto en el que el todo siempre es mayor que la suma
de sus partes y en el que hay una prevalencia de las relaciones con respecto a
las cosas. Esto quiere decir que siempre hay que contar con propiedades emer-
gentes en el sistema de relaciones, que determinan cualidades ms complejas
en la definicin de bordes o fronteras de un proceso de organizacin funcional,
sea orgnica o social.
Iconofacto Volumen 10 Nmero 14 Enero - Junio de 2014
Claridades metodolgicas
El sentido amplio de la imagen que la conecta con sistemas de representacin enmar-
cados en disciplinas relativas a la comunicacin puede, en cierta medida, desviar los
propsitos del presente anlisis, por lo cual se ha optado por configurar un escenario
que busque la integracin discursiva proveniente de los estudios semiticos de Char-
les Sanders Peirce, enfocndonos en sus teoras del signo, desde una perspectiva
mediolgica, sustentada en el pensamiento de Regis Debray. Es importante remarcar
que, si bien la idea de sistema se ampara por los hallazgos semiolgicos de Ferdinand
de Saussure (cuyo concepto de sistema fue sustituido por el de estructura, en
estudios posteriores), el carcter netamente lingstico de su enfoque rie con el sen-
tido pragmaticista del signo activo que requerimos para enmarcar el devenir semitico
de la imagen dentro de un campo relacional abierto. Es por ello que nos enfocamos
decididamente en las bases semiticas peirceanas en cambio de las semiolgicas
saussurianas. Tambin, reconocemos en la deriva mediolgica francesa el derrotero
fundamental para los campos de integracin sistmica, que definen permetros de
observacin funcional en cada poca cultural, de acuerdo con distinciones prcticas
de la mirada y las nociones de realidad en campos epistmicos. 79
Imagen y signo
Para abordar la relacin del concepto de imagen con el signo hay que precisar las
variables tericas provenientes del modelo saussuriano y del modelo peirceano. Di-
remos escuetamente que la propuesta semiolgica de F. de Saussure se orienta a
los signos en la vida social y se enfoca, como objeto de estudio, en la Lengua como
sistema sgnico, que permite la articulacin de ideas, regido por leyes especficas.
Esto quiere decir que no pueden considerarse las ideas como antecesoras de los
signos sino que el signo (lingstico) mismo debe contener dos dimensiones de ar-
ticulacin con la realidad, que permiten una coreografa perceptiva que oscila entre
lo sensible y lo inteligible. De otro lado, el modelo de C.S. Peirce, que pertenece a la
evaluacin logicista de la realidad, y que se deriva del proceder pragmaticista que
el propio autor promovi, se enfoca, de una manera ms ambiciosa si se quiere, en
establecer una teora del conocimiento capaz de establecer como eje el poder del
signo, en tanto capacidad en la produccin de sentido.
Segn el modelo estructural de Saussure, las condiciones de apropiacin
semitica determinan que el signo se establezca de acuerdo con ciertas propieda-
des (arbitrariedad, linealidad significante y mutabilidad / inmutabilidad) y no segn
componentes (como ocurre en la semitica peirceana 2) con lo cual la propuesta se
enfoca ms a un pensamiento de diferencias y oposiciones que restringe un poco el
campo de relaciones vinculantes en un espacio abierto, lo que hace del lenguaje un
elemento completamente auto-referencial, que es capaz de apropiarse de cualquier
sistema como campo de relaciones comunicacionales. De aqu que haya sido fe-
cunda la iniciativa metodolgica de convertir cualquier tipo de expresin humana en
un modelo lingstico que pueda leerse en clave comunicacional. La imagen, como
campo problemtico, no slo no ha sido inmune a esta iniciativa, sino que casi se ha
integrado de manera absoluta a las condiciones de posibilidad de anlisis estructu-
ralista semiolgico, como se ve claramente en los estudios iconolgicos, aplicados
tanto a la pintura como al cine y la publicidad. Nuestra intencin se guiar ms por
el tipo de anlisis semitico peirceano, pero sin perder de vista las implicaciones
saussurianas en la comprensin funcional en lo colectivo del modelo estructuralista,
que aclara como ninguno el giro comprensivo de la nocin de realidad que dej de
lado la idea sustancialista para enfrentarse a un problema netamente formal de
convenciones, usos y valores.
As pues, teniendo en cuenta la divergencia del modelo del signo bifacial
80 saussuriano con respecto al modelo tradico de la semiosis peirceana, la idea de
la esfera semitica de Lotman nos permitir, de manera general, distinguir varios
aspectos en el reconocimiento de las imgenes, guiados por el asombroso anlisis
de Regis Debray acerca de las tipologas sgnicas peirceanas aplicadas al devenir
histrico de las imgenes. Debray (1994) define tres pocas de la imagen que, en
consonancia con Lotman y Vernadski, el autor especifica como distinciones dentro
de una mediasfera (segn sus tesis acerca de la mediologa3) que articulan grados
de apropiacin de la imagen segn dispositivos de transmisin y linajes tcnicos
que configuran las tradiciones culturales. Veremos cmo, segn las distinciones
dentro de la mediasfera, la imagen adquirir valores sgnicos derivados de la clasi-
ficacin que hace Peirce en el tratamiento de los ndices, los conos y los smbolos.
Antes de ello, remarquemos que la imagen, en cuanto campo problemti-
co, no estar sujeta en nuestro anlisis a las ideas planteadas por Roland Barthes
sobre la denotacin/connotacin que determinan, en sentido saussuriano, la rela-
cin entre significantes y significados en el signo, segn lo que se ha denominado
retrica de la imagen (Barthes, 1970). De hecho, en sentido general, el valor de
significante/significado del signo nos convoca principalmente desde la idea amplia
de lo perceptible y lo inteligible de todo campo referencial de la realidad, que im-
plica dimensiones a la vez fsicas y mentales en la configuracin de mundo propio
cin y mensaje. El signo mismo, segn lo define Peirce es algo que, para alguien,
representa o se refiere a algo en algn aspecto o carcter. Se dirige a alguien, esto
es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o, tal vez, un signo ms
desarrollado (Peirce, 1986, p. 22). Es por esto que valoramos el sentido del signo
dentro del marco referencial de la imagen, dando a esta un rasgo fundador de la
experiencia de lo sgnico. El signo es algo para alguien por algo ms, pero la consti-
tucin del algo ms se determina por una serie de vnculos formales con el campo
perceptivo, que necesariamente integran los flujos de informacin que cada poca
o cultura tienen y, adems, establecen un campo de referencias que permiten el
funcionamiento de la memoria como integrador del tiempo social, que se convierte
en cultura. En este sentido, los rasgos formales de la imagen no slo se determinan
por una traduccin de los signos lingsticos sino que propondramos lo contrario:
que es el signo lingstico el que se especifica desde la relacin inicial de carcter
82 sensorio-motriz con los signos, entendidos como reservas de emocin orientada
ligadas a un saber, tal como define las imgenes Gilbert Simondon. Esto permite,
a su vez, que comprendamos a las imgenes no slo como modelos de represen-
tacin formal de lo real, sino que las integremos como centros intensivos de reco-
nocimiento del mundo. As, la imagen, en cuanto signo (tanto en el sentido del valor
semiolgico saussuriano significante / significado- como en la idea pragmaticista
peirceana una presencia ausente-), no es slo una rplica de carcter mimtico de
lo visible (que sera un tipo particular de imagen, a saber, el cono), sino un campo
problemtico de interaccin perceptivo-expresiva desde el que pueden reconocer-
se propiedades emergentes que influyen directamente en la esfera semitica, en el
sentido sistmico que da Lotman.
Entendemos aqu lo que Lotman define como funcin primordial de la
semiosfera: ser un borde fronterizo que logra integrar lo interior con lo exterior4. Es
por esto que se puede hablar de una imagen del mundo, en la medida en que lo que
accede al campo semitico como semiosfera, establece un eje de constitucin de
lo real en sentido amplio, tanto en la dimensin de lo sensible como de lo inteligible.
La imagen, as, es un signo en sentido expndido, y debe entenderse como un
centro de integracin de fuerzas que garantiza la condensacin de experiencias
sensibles aptas para la cognicin, y cuya deriva es (o debe ser) necesariamente la
actividad, en sentido funcional, aplicada sobre la realidad prctica. Y es all donde
est el poder de las imgenes en la realidad: ellas implican al observador en un
mundo concreto de actividades sensorio-motrices que pueden adquirir dimensiones
1. Imagen-ndice
Regis Debray dice especficamente que: Conceptualmente, las sucesin de las
<<eras>> reproduce en parte la clasificacin establecida por el lgico nortea-
mericano Peirce entre el indicio, el cono y el smbolo en su relacin con el objeto
(Debray, 1994, p. 182). Cuando habla de eras, Debray se refiere a la distincin
mediolgica implicada en el devenir de la imagen, de acuerdo con las maneras de
mirar insertas en los dispositivos tcnicos, con respecto a los hbitos colectivos.
Debray habla de tres edades de la mirada que se corresponden con las nociones
semiticas del filsofo norteamericano, con base en los tipos de signo propues- 83
tos. Para exponerlos correctamente, nos apoyaremos en las definiciones del propio
Peirce, pero seguiremos fielmente las precisiones de Debray.
La primera edad de la mirada referida por el pensador francs se deno-
mina Logosfera que segn su tesis, se determina por el rgimen de los dolos (luego
de la configuracin socio-tcnica de la escritura), en la medida en que corresponde
a una forma de mirar inserta en la experiencia mgico-religiosa, donde la imagen
cumple con una funcin trascendente, y ms que mirarse, ella es la que mira, desde
una perspectiva unvoca que atraviesa el tiempo y el espacio. La imagen-dolo es una
imagen viva (es un ser) no-representada, que se relaciona con el objeto a partir de
una participacin de propiedades que definiremos desde la contigidad existencial.
La imagen-dolo, as, es la parte sacra que da cuenta del todo espiritual. Desde su
funcin religiosa y ritual, es una imagen a la cual se le reza: el dolo integra el campo
de fuerzas espirituales que determinan la fe. El creyente que reza y se inserta en un
rito, realmente cree en la imagen ante la que se postra. As, esta imagen est carga-
da de algo que la rebasa como materialidad, pero que se expresa a travs de dicha
materia. Tal como funciona el vud, que integra fragmentos de la vctima en el rezo
para intervenir sobre el cuerpo y la vida entera de ella, la imagen-dolo es una porcin
de realidad que comparte con el todo las mismas cualidades, no es una representa-
cin sino una presencia viva real. La relacin que tenemos con los objetos fetiches o
con las marcas emocionales en espacios sacralizados biogrficamente, as como la
que tenemos con fotografas y seas-cdigos que territorializan alguna experiencia
sensible y determinan un campo mnemnico especial, en forma de estetogramas
(Pardo, 1992, p.18), es del tipo sacro que se determina por la imagen-dolo.
Debray denomina esta era segn la etimologa del dolo: eidolon. El
eidolon (dolo) se emparenta con el eikon (cono) desde su procedencia griega.
Para afianzar mejor la idea del dolo recurriremos a Jean-Pierre Vernant, quien
Iconofacto Volumen 10 Nmero 14 Enero - Junio de 2014
2. Imagen-cono
A pesar de que comnmente hablamos de las imgenes religiosas bizantinas en
trminos icnicos, Debray precisa que estos conos realmente tienen una funcin
3. Imagen smbolo
El tercer tipo de imagen se corresponde con el signo-smbolo definido por Peirce de
esta manera: Un smbolo es un signo que se refiere al objeto que denota en virtud
de una ley, usualmente una asociacin de ideas generales que operan de modo
tal que son la causa de que el smbolo se interprete como referido a dicho Objeto
(Peirce, 1986, p. 30 ). El smbolo que expone Peirce est referido denotativamen-
La imagen y la esfera semitica
tambin que, as como las distinciones semiticas entre ndices, conos y smbolos,
tienen caractersticas funcionales y no sustanciales, las imgenes de cada semios-
fera se imbrican en sistemas de resonancias y de relevos, haciendo que lo que se
define como ndice en un campo semitico puede aparecer como smbolo o cono
en otro. Ningn objeto es en s mismo un ndice, un cono o un smbolo, sin tener
en cuenta su red de conexiones. Es por esto que Debray afirma, de manera brillante,
que las eras de la mirada (o semiosferas de lo visual)
No slo se solapan sino que, adems, como fenmeno constante, la ltima
reactiva el fantasma de la primera. () Ninguna cualidad de la mirada es
superior a otra, pues es posterior a sta, y an menos exclusiva. El dolo no
es el grado cero de la imagen sino su superlativo. De ah nuestras nostal-
gias. El carcter retrgrado del progreso es tan flagrante en la vida de las
formas como en la de las sociedades. (Debray, 1994, p-184 ).
88
Conclusin y resultados
En el mundo actual, la forma de adopcin de las imgenes, gracias a los dispositivos
mviles, interfaces y sistemas multiplataforma, se ha naturalizado hasta tal punto
que hemos asumido el borramiento casi total de la nocin de representacin que
ellas expresan, hasta niveles crnicos de alienacin. Las imgenes, sin embargo,
son signos que implican tipos de interaccin con la idea de realidad, lo que garan-
tiza formas de apropiacin funcional y, en esa medida, es necesario comprender el
valor sgnico que encubren dichas formas expresivas y comunicativas. Para ello, las
aproximaciones semiticas nos ofrecen modelos privilegiados de reconocimiento
funcional de las imgenes, en tanto signos activos, que permiten articular discursos
filosficos, tcnicos y estticos, segn la idea global de sistema abierto, ms all de
las apreciaciones cannicas de la institucin arte, prefiguradas por el discurso sobre
lo bello, y en el campo de estudio estructuralista que derivan en hermenuticas sub-
jetivistas. En la medida que entendemos que nuestro universo de percepcin est
determinado por una red abierta de signos, dentro de los cuales las imgenes son
casos privilegiados de constitucin en la realidad prctica, tambin comprendemos
el sentido sistmico de lo que I. Lotman ha denominado la semiosfera. As, las im-
genes son puntos focales para entender las modulaciones en la manera de mirar,
determinadas por sistemas de organizacin que, a su vez, se configuran por redes
en las que se privilegian las relaciones por encima de las cosas integradas. Las im-
genes son, de esta manera, ms all de representaciones simples, puntos de rela-
cin, campos complejos de interaccin que definen prcticas y procesos cognitivos,
y por lo tanto cumplen con funciones claras en la constitucin perceptivo-expresiva
del mundo. As, el valor de la imagen no puede estar desligado del valor del signo y,
La imagen y la esfera semitica
Referencias
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porneo
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