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Episteme - Libro Final

libro epistemologia
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EPISTEME:

UNA VISIN CRTICA DEL


DESARROLLO Y LA SALUD
EN AMRICA LATINA Y EL
CARIBE
Doris Castaeda Abanto

UNIVERSIDAD PRIVADA
ANTONIO GUILLERMO URRELO
EPISTEME:
UNA VISIN CRTICA DEL DESARROLLO Y LA SALUD EN
AMRICA LATINA Y EL CARIBE

Doris Teresa Castaeda Abanto


[email protected]
Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo S.A.C.
Jr. Jos Sabogal N 913 - Cajamarca, Per.
www.upagu.edu.pe

Serie: Ciencia y Tecnologa. N 1.

Primera Edicin: Noviembre, 2008


N de ejemplares: 500

Editorial:
Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo

Auspicio:
Sociedad de Estudios Culturales de Nuestra Amrica - SECNA

Correccin:
Q.F. Amparito Castaeda Abanto
Prof. Segundo Rojas Fernndez

Ilustraciones:
Jaime Rres Hernndez

Diseo de Cubierta:
Alex Abanto Agusti

Hecho el Depsito Legal en la Biblioteca Nacional del Per N:


2008-14713
International Standard Book Number (ISBN):
00000000000000

Diseo, Diagramacin e Impresin:


Martnez Compan Editores S.R.L.
Jr. Apurmac N 279 - Telf. (076) 361904
Informes: [email protected]

Impreso en Cajamarca, Per


Printed in Peru
MMVIII
Palabras del Vicerrector Acadmico
de La UPAGU

La universidad es lo que publica, reza una mxima de la ms


antigua casa superior de estudios de Amrica. Creo que ello es
cierto, mucho ms cuando lo que se escribe, edita y publica es
producto de la investigacin, entendida sta como produccin
de nuevo conocimiento y aporte al bagaje universal; adems
de ser creativa e innovativa.

La Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo -UPAGU-,


que est conmemorando diez aos de hacer historia, viene
apostando por ser una institucin que investiga y publica, con
muchas limitaciones todava pero ofreciendo los recursos
indispensables para sus investigadores y para lograr que tales
pesquisas, previa evaluacin y calificacin, se editen y se den a
conocer a nivel nacional e internacional.

En este ao 2008, con la feliz coincidencia de aniversario, la


UPAGU est presentando tres libros, haciendo realidad un
logro ms: coeditar dos de ellos con organizaciones
acadmicas de otros pases.

Y este es el caso del libro Episteme: Una visin crtica del


desarrollo y la salud en Amrica Latina y El Caribe, coeditado con
la Sociedad de Estudios Culturales de Nuestra Amrica
(Mxico), de la ilustre Profesora urrelina, la Mgister y Dra.
Doris Castaeda Abanto, quien desde su campo profesional,

3
la Sociologa, reflexiona, analiza y cuestiona los modelos de
desarrollo en la regin al sur del ro Grande, afirmando que la
cobertura y calidad de los servicios educativos, por la pobreza
y exclusin social, estn en grave situacin. Asimismo,
producto de su ponderacin, presenta la otra mirada: la del
conocimiento emprico en la salud -la del saber tradicional y
milenario de nuestras propias culturas-, al que revalora y
propone, a contracorriente con la modernidad, el liberalismo
y el mercado, como un puntal bsico para el desarrollo
sostenible. Aporta, as, al cumplimiento del objetivo superior
de toda investigacin, que es contribuir a mejorar la calidad de
vida de los pueblos, en especial de los marginados de todo tipo
de sistemas formales, como son, desafortunadamente todava,
las grandes mayoras de latinoamericanos y caribeos.

Saludo a Doris por su nueva publicacin y por esa


perseverante inquietud y empeo en investigar y producir en
todos los aos que labora en esta universidad.

Homero Bazn Zurita

Cajamarca, noviembre del 2008

4
Dedicatoria
A mis Padres Mario y Lucila,
perenne presencia en mi ser y devenir
A mis hermanas Amparito, Elsa, Magna,
a mi Ta Sor Mara y mis sobrinos:
Camila, Olenka y Renzo,
fecundos manantiales de humanidad

5
ndice

Prlogo 11

Introduccin 15

Captulo I
Dialctica del Conocimiento 19

Captulo II
Anlisis y Crtica de las Teoras del Desarrollo 61

Captulo III
Trascendencia del Conocimiento Mdico Tradicional
y el Desarrollo Humano 91

Captulo IV
Estado Actual de la Salud y la Medicina Tradicional en
Amrica Latina y el Caribe 107

Captulo V
tica y axiologa del mdico tradicional analizadas a
travs de una historia de vida 137

Literatura Citada 159

7
Agradecimientos

Este libro es deudor de ideas, apoyos, enseanzas, crticas,


contribuciones, sentimientos y solidaridades sin los cuales no
sera hoy una realidad. Mi profundo agradecimiento a
Instituciones, Organizaciones, familiares, investigadores,
profesores, amigas y amigos que participaron en su
construccin, por tal razn, les expreso tambin mi honda
gratitud-
A la W.K Kelllog Foundation, la Organizacin de Estados
Americanos, Harvard Laspau por su permanente contribucin
en mi formacin profesional. A la Escuela de Postgrado de la
Universidad Nacional de Cajamarca.
A mis maestros y amigos mexicanos: Drs. Leobardo Jimnez,
Heliodoro Daz, Pilar Alberti, Jacinta Palerm, Anbal Quispe,
Jaime Reyes, Fernando Paz, Enrique Rubios y Felipe
Olivares. Sras. Elsa Snchez, Graciela Pallares, Leticia Garca,
Leticia Ros y Ana Pea. Mi gratitud infinita a Don
Concepcin Castellanos y familia, quienes me prodigaron
conocimiento y cario en su hogar.
A mis amigos peruanos: Drs. Homero Bazn, Martha
Rodrguez, Wilman Ruiz, Noem Lpez, Gilberto Cruzado e
Isidro Rimarachn . Tambin expreso mi afecto a: Nancy
Cabanillas, Cyntia Rudas, Roxana Mestanza, a mis alumn@s,
y, de manera muy particular agradezco a toda mi familia.

9
DORIS CASTAEDA ABANTO

Un agradecimiento especial al Dr. Camilo Valqui, a quien le


debo la bsqueda constante del sentido epistmico y su
compromiso con la humanidad.
Finalmente, mi gratitud muy especial a todo el personal de la
UPAGU, y de manera particular a los Directivos, quienes
facilitaron la difusin del presente libro.

10
Prlogo

Por varios aos he conocido el persistente inters y el trabajo


cientfico sobre mltiples aspectos de la Medicina Tradicional
de la Dra. Doris Castaeda Abanto, autora del presente libro,
Episteme: una visin crtica del desarrollo y la salud en Amrica Latina
y el Caribe.
Este trabajo ofrece una visin epistmica compleja del
conocimiento, sustentada en una postura terica antisistmica,
situndose en las condiciones histrico-concretas de Amrica
Latina y El Caribe, asumiendo los desafos del siglo XXI.
El enfoque que formula es una crtica, no slo de los parmetros
de la cultura occidental y de la ciencia que produce, sino tam-
bin de los rezagos, crisis y dramas que histricamente padece
la regin, particularmente en el campo del conocimiento.
La hegemona epistmica de la cultura occidental ha impuesto
cogniciones sistmicas que han excluido a otras formas de
conocimiento, principalmente, a las provenientes de las culturas
de los pueblos originarios de nuestra Amrica.
La autora, en este sentido, contribuye crticamente a repensar
las coordenadas epistmicas actuales y, en esta tarea, le asigna
un papel medular a la dialctica filosofa-realidad, como
premisas y fundamentos de la reformulacin de los ejes del
conocimiento cientfico-humanstico, con base en la riqueza
filosfica, epistmica y axiolgica de todas las culturas
originarias de Amrica Latina y El Caribe.

11
DORIS CASTAEDA ABANTO

Bajo esta perspectiva epistmica, centra su anlisis en la


compleja problemtica de la salud. Descubre y valora la riqueza
y poder del conocimiento de los pueblos originarios y,
particularmente, de la medicina tradicional, cuya filosofa
integral y profundo sentido humano, fundamenta, no slo la
crtica de los cnones filosficos de la medicina sistmica, sino
tambin en los procesos de enajenacin que conllevan sus ejes
mercantiles.
En sus investigaciones se propuso y logr, mediante una
encuesta nacional en el marco de la investigacin cientfica,
profundizar en la problemtica de la salud de personas del
campo y las contribuciones a su salud por parte de la medicina
tradicional en diversas poblaciones de la Repblica mexicana.
Su trabajo demostr que, en la medida en que se trascienden las
fronteras de la observacin sistemtica, la descripcin
fundamentada en la experiencia de los practicantes y la
explicacin razonada de sus resultados, se logra la ms alta
comprensin de la medicina tradicional en los procesos del
desarrollo social. En este trabajo, la autora da cuenta de un
fenmeno social ligado a la salud de las personas. Asimismo,
destaca cmo en este proceso la sociedad se ocupa de los
problemas de la salud de sus miembros. Logra mostrar, de esta
manera, el poder de la medicina tradicional para superar
patologas y desarrollar la salud de grupos humanos.
Sin duda, nos dice la autora, las races y fortalezas de los
miembros de cada grupo social, sobre todo del medio rural,
estn cimentados en los procesos de aprendizaje de las diversas
enfermedades de hombres, mujeres, jvenes y nios, y de sus
alternativas de curacin mediante recursos a su alcance. La
emergencia de opciones curativas a las dolencias de los seres
humanos, por una parte, es el resultado del conocimiento de sus
debilidades y quebrantos de la salud y, por otra, el

12
EPISTEME

reconocimiento de las fortalezas derivadas de la bsqueda y


ensayo de opciones de los recursos naturales vegetales,
animales y minerales - en el marco de creencias y rituales
relacionados con el mundo sobrenatural. Logran de esta
manera, el objetivo final de propiciar las condiciones de salud
que el hombre, en forma genrica, requiere para su eficaz
desempeo y disfrute de la vida social y econmica.
Sin lugar a dudas, las primeras expresiones del conocimiento de
las enfermedades, los medios para su curacin y, ms an, la
forma de prevenirlas, son en su conjunto, no slo una sucesin
de logros en el marco de la cultura de la salud del ser humano, en
diversos tiempos, espacios y condiciones donde se ubica, sino
tambin un proceso que seguramente encuentra su dinmica
social en el logro de sus necesidades concretas como la salud.
En estos procesos en los cuales se funden valores culturales,
creencias y rituales, a travs de personas especializadas que
ofrecen resultados tangibles. Se presenta a don Concepcin,
curandero indgena que en sus investigaciones identific la
autora, logrando analizar en l; su identificacin con grupos
humanos definidos, medios ecolgicos especficos, y una
expresin autntica de servicio a una poblacin que trasciende
las Fronteras locales, regionales y nacionales. Logran
personajes, como Don Concepcin, ocupar un lugar
fundamental en los servicios de salud desde el conocimiento
local.
Es por casos como ste, multiplicados hasta el infinito en el
devenir de la humanidad, que a la fecha la medicina tradicional
tiene una muy bien ganada importancia; particularmente entre
grupos humanos definidos a lo largo y ancho del mundo. As,
con el pleno conocimiento se puede hacer referencia de la
medicina tradicional Maya, Nhuatl, Andina, Peruana,
Brasilea u otras identificadas con otros grupos sociales. En

13
DORIS CASTAEDA ABANTO

retrospectiva puede afirmarse, sin duda, que la medicina hoy en


sus diferentes tipos y alcances, es una de las reas ms
avanzadas en lo que se refiere a conocimientos. Sus prioridades
en la salud de los seres humanos son ampliamente reconocidas.
Adems, el hombre actual enfrenta nuevos retos ante el
surgimiento de nuevas enfermedades y, ante la realidad social
de un consistente crecimiento del ndice de longevidad de los
seres humanos.
En el marco de los avances cientficos del mundo actual, es
necesaria una comprensin cabal de la importancia de la
medicina tradicional como otras expresiones mdicas. Hoy,
ms que nunca, se requiere considerar a la medicina como el
mejor aliado para lograr nuestras capacidades a plenitud.
En este contexto, la autora del presente destaca la visin
humanista de la medicina tradicional, su epistemologa crtica,
sus recursos, su praxis y sus contribuciones al desarrollo
humano. Seguramente, que en las mltiples comunidades
rurales (y urbanas hoy) de nuestra Amrica, la medicina
tradicional ha sido, es y continuar siendo una filosofa y un
recurso vital para la salud y la vida de nuestros pueblos.
Es para m, una verdadera distincin prologar un trabajo que
merece divulgarse por sus aportaciones y por su visin
humanstica, la misma que est orientada a la educacin, la
investigacin y la cultura.

Dr. Leobardo Jimnez Snchez


Profesor Investigador Emrito
Colegio de Postgraduados

Mxico, D.F. Septiembre de 2008.

14
Introduccin

Reflexiones y cuestionamientos a la ciencia occidental en un


mundo occidentalizado, resultan ser ejercicios complejos que
implican un trabajo concienzudo, osado, y sobre todo,
propositivo, ms que meramente crtico.
Hacer las reflexiones y analizar, tanto el conocimiento
cientfico como el emprico -ambos en igualdad de
condiciones-, llega a ser fascinante, ms an cuando se aplica
el anlisis a un mbito especfico de la problemtica social,
sta que de por s, entraa una serie de contradicciones,
encuentros y desencuentros. Por esta razn, en este libro
hemos partido de una posicin crtica -examinadora- a la
ciencia, sus elementos y contextos.
Igualmente, cuestionar la concepcin tradicional del
Desarrollo resulta todo un reto, sobre todo en los pases de
Amrica Latina y el Caribe, debido, en gran parte, a que se
trata de propuestas forneas introducidas e implementadas en
la regin, sin que en la actualidad la situacin de pobreza que
vive su poblacin haya sido revertida. El momento para
cuestionar el Desarrollo sigue siendo el actual, puesto que los
principales problemas sociales como: la pobreza, el
desempleo, la cobertura y calidad de los servicios educativos y
de salud, enfrentan uno de los ms crticos escenarios.

15
DORIS CASTAEDA ABANTO

Pensar y repensar Amrica Latina desde Amrica Latina;


sigue siendo un reto vital, debido a que cada da millones de
seres humanos que habitan el continente, ven pasar ante s
cifras macroeconmicas en azul, cuando sus vidas continan
llenas de carencias y peripecias; pero tambin de
conocimientos, vivencias y posibilidades que no son tomadas
en cuenta por los gobiernos de turno.
Tanto para la temtica de la ciencia como para la del
desarrollo, la poblacin tiene sus propias percepciones y
conocimientos -y eso es precisamente lo que no se ha tomado
en cuenta-, los que investigados y puestos al servicio de la
humanidad, podran constituirse en importantes aportes a los
grandes temas de la agenda poltica mundial.
El conocimiento emprico tiene su propia propuesta, con
respecto a la salud, la cultura, la gestin de sus recursos (tanto
naturales como econmicos) y otros problemas que enfrenta
la poblacin de los pases latinoamericanos. Por tanto, es
necesaria la otra mirada, la que est del lado de los propios
pueblos y de las propias comunidades, a fin de lograr el
anhelado bienestar de la poblacin.
Tomando en cuenta esta situacin, presentamos un anlisis
reflexivo y crtico de la episteme dominante, el cual parte de la
base, es decir, de la propia poblacin generadora de
conocimientos y experiencias, esto es, desde el campo de la
episteme crtica. Como caso concreto de la crtica y
propuesta, delimitamos el mbito de la salud, orientndonos
hacia el aporte que brinda la Medicina Tradicional a la
poblacin de los pases de Amrica Latina y el Caribe. Con
este trabajo, abordamos dialcticamente dos ejes funda-
mentales del anlisis social: la ciencia y el desarrollo.

16
EPISTEME

En consecuencia y para el estudio antes sindicado, este libro se


estructura en cinco captulos. En el primero realizamos una
crtica a la ciencia occidental, la cual es llevada a cabo
tomando como base el rol del conocimiento emprico en la
sociedad, asimismo, proponemos un retorno hacia la filosofa
crtica de la ciencia como opcin para el desarrollo de una
autntica actividad filosfico-cientfica.
En el segundo captulo analizamos el concepto desarrollo,
y lo examinamos a la luz de las diversas teoras (clsicas y
aplicadas al subdesarrollo latinoamericano); cuestionamos el
nfasis del desarrollo en los aspectos econmicos, lo cual hace
perder de vista el factor social que en suma, resulta ser la
esencia de cualquier modelo. Por tanto sugerimos que las
teoras del desarrollo podran iniciarse precisamente en estos
factores sociales, o por lo menos podran trabajarse de manera
conjunta con los factores econmicos.
En el tercer captulo denominado trascendencia del
conocimiento mdico tradicional y el desarrollo humano,
destacamos la problemtica actual; del conocimiento
emprico, subvalorado por la modernidad; no obstante, ste
podra constituirse en un punto de arranque o soporte para el
desarrollo de los pueblos latinoamericanos y caribeos
En el cuarto captulo analizamos el estado actual de la salud y
la medicina tradicional en Amrica Latina y El Caribe.
Presentamos diversas cifras a travs de las cuales puede
vislumbrarse la problemtica de la salud que viven los pases
de la regin. Tambin estudiamos el rol de los Organismos
Nacionales e Internacionales; en comprensin y propuestas al
tema de la salud.
En el captulo quinto se estudia de manera particular, la

17
DORIS CASTAEDA ABANTO

medicina tradicional desde sus protagonistas, los


curanderos. Hemos seleccionado slo uno, a travs del cual
se ha investigado la tica y la axiologa del mdico tradicional
y las formas de aprendizaje.
Esperamos que la lectura de este libro implique un ejercicio
crtico, creativo y aprehensivo de la realidad de los pases de
Amrica Latina y El Caribe, en un marco de propuestas
especficas, que lo nico que intentan es contribuir a la
comprensin de la esencia humana para mejorar su calidad de
vida.

Cajamarca, Per, noviembre de 2008.


LA AUTORA

18
Captulo I
Dialctica del Conocimiento

El todo de la ciencia es como un campo de fuerzas


cuyas condiciones lmite da la experiencia

Quine

E l conocimiento como proceso dialctico que nos acerca al


mundo objetivo y subjetivo ha sido estudiado
fundamentalmente por la ciencia occidental, sin embargo la
poblacin tiene su propia forma de concebir y conocer el
mundo, la cual se relaciona ms con la experiencia, la
observacin y el desarrollo de la sensibilidad.
La ciencia occidental se ha caracterizado por el desarrollo de
una serie de procedimientos y tcnicas para conocer de
manera rigurosa los fenmenos y procesos de la realidad, sin
embargo, sta aborda slo una pocin de la realidad, el resto es
estudiada por la filosofa, la magia y la religin.
La visin occidental de la ciencia se circunscribe a parmetros
formalmente aceptados, en cambio el conocimiento emprico
posee su propia lgica para estudiar y analizar la realidad.
Ambos contribuyen a resolver los mltiples problemas que
enfrentamos los seres humanos.

19
DORIS CASTAEDA ABANTO

La ciencia ha ido desligndose de la filosofa y como


consecuencia de este fenmeno, en la actualidad asistimos a
una ciencia que si bien desarrolla mltiples avances, tambin
carece de fundamento filosfico, el cual deber ser retomado
para un completo estudio de la realidad.

Proponemos que tanto el conocimiento cientfico como el


emprico son fundamentales para la comprensin de la
realidad, as como tambin para procurarle a la humanidad
una calidad de vida acorde con su propia esencia.

FILOSOFA DEL CONOCIMIENTO:


CONTROVERSIAS HISTRICAS

El conocimiento entendido como un proceso de aprehensin


mental de la realidad se caracteriza esencialmente por su
naturaleza dialctica, en la realidad -y especialmente en el
mbito social- nada permanece esttico, todo est en
movimiento, cambio y transformacin continuos.
Las formas de acercamiento a la realidad se han desarrollado
desde mltiples perspectivas, siendo las ms importantes
-podramos aseverar- la experiencia y la ciencia, cada una con
una lgica muy particular. En los albores de la humanidad el
conocimiento emprico fue el sustento sobre el cual se
consolid la existencia humana, posteriormente la actividad
pensante fue desarrollndose para dar paso a un conocimiento
ms elaborado, ms sistematizado y de acuerdo con los
principios del mtodo cientfico.
Posteriormente la ciencia fue alejndose del conocimiento
emprico, y muchas veces el saber cientfico ha mostrado su

20
EPISTEME

oposicin y hasta desdn por este tipo de conocimiento. Es


importante, por tanto, analizar cada uno de ellos, ubicarlos en
su justa dimensin para darles una lectura horizontal que
permita un dilogo en el cual se valore tanto al saber popular
como al conocimiento emanado de un proceso propio de la
ciencia.

El Conocimiento en la visin sistmica occidental


El conocimiento desde la postura occidental, se concibe como
un proceso mental de aprehensin de la realidad y, en
consecuencia, una actividad constante en los seres humanos,
quienes desde antao intentan comprender y explicar lo que
ocurri y ocurre a su alrededor. Entonces qu es conocer?,
podemos decir, que es una relacin que se establece entre el
sujeto que conoce y el objeto conocido. En este proceso, el
sujeto se apropia, en cierta forma, del objeto conocido.
Tambin puede afirmarse que el conocimiento es una repro-
duccin mental de la realidad objetiva, por tanto, se realiza en
la mente y tiene su referente en la realidad que rodea a los seres
humanos. En este mismo sentido, podemos aseverar que,
conocer; significa aprehender espiritualmente un objeto.
Los antiguos filsofos griegos expresaron su inquietud por el
conocimiento, su origen, devenir y posibilidades. Desde el
punto de vista filosfico, la Gnoseologa aporta con una
explicacin e interpretacin acerca de la aprehensin de la
esencia de los fenmenos. Una de las primeras aproxima-
ciones al conocimiento humano, la constituy la interrogante:
es posible conocer el mundo? Hessen (s.f) presenta 5 opciones
de respuesta: 1) el Dogmatismo, 2) el Escepticismo, 3) el

21
DORIS CASTAEDA ABANTO

Subjetivismo y Relativismo, 4) el Pragmatismo y 5) el


Criticismo.
El Dogmatismo, que etimolgicamente significa Doctrina
Fijada, plantea que no existe todava el problema del
conocimiento; en este sentido da por supuesta la posibi-
lidad y la realidad del contacto entre Sujeto y Objeto.
Esta postura se basa en la total confianza en la razn
humana que no admite duda alguna. El Dogmatismo no
encuentra problema en el conocimiento, porque no
asume que ste representa una relacin entre el sujeto y el
objeto. Los objetos de conocimiento son dados o existen
de forma absoluta. Para Kant, el dogmatismo es la
posicin que cultiva la metafsica, sin haber examinado
antes, la capacidad de la razn humana para tal efecto.
El Escepticismo. Segn sus races griegas, significa que los
extremos se juntan. Esta corriente filosfica niega
totalmente la posibilidad de que se produzca un contacto
entre Sujeto y Objeto. Para los escpticos, es imposible la
aprehensin real del objeto por parte del sujeto; stos no
confan en que el sujeto pueda desprenderse de su
subjetividad para poder captar la esencia del objeto,
consideran que el sujeto impregna siempre sus juicios de
valor al conocimiento del objeto, lo cual desvirta la
realidad.
El Subjetivismo y Relativismo. Ambos consideran que hay
una verdad, pero sta tiene una validez limitada.
Sostienen que no hay ninguna verdad universalmente
vlida. Para el subjetivismo, la verdad est limitada por el
sujeto que conoce; en cambio para el relativismo, la verdad
es relativa respecto a los factores externos. Como se puede
apreciar, para el Subjetivismo la verdad est limitada por

22
EPISTEME

factores internos (del sujeto); y para el Relativismo, por


factores externos (la realidad circundante).
El Pragmatismo (etimolgicamente significa accin) admite
que las personas no somos en primer trmino seres
tericos o pensantes, sino seres prcticos, de voluntad y de
accin. Para esta corriente es posible conocer el mundo,
siempre y cuando el conocimiento sea til, valioso y
fomentador de vida. Kant retom el trmino para sealar
que el conocimiento no era meramente para la escuela,
sino que debera ser til para la vida.
Finalmente, el Criticismo, que en su etimologa significa
examinar, propone que todas las afirmaciones de la
razn merecen ser examinadas cuidadosamente, nada
puede aceptarse despreocupadamente, ni mucho menos a
la ligera. Segn Hessen, el criticismo es aquel mtodo de
filosofar, que consiste en investigar las fuentes de las
propias afirmaciones y objeciones, y las razones en que las
mismas descansan, mtodo con el que esperan llegar a la
certeza.
La segunda gran vertiente que Hessen retoma respecto al
conocimiento est centrada en su origen, es decir, de dnde
saca el conocimiento sus contenidos? Nuevamente el autor
presenta 4 explicaciones, unas contrapuestas entre s y otras
ms bien conciliadoras, stas son: Racionalismo, Empirismo,
Intelectualismo y Apriorismo.
La primera explicacin la provee el Racionalismo (traducido
del latin ratio que significa razn), es la posicin
epistemolgica que ve en el pensamiento o en la razn, la
fuente principal del conocimiento. Cualquier juicio,
nicamente debe basarse en la razn, por tanto, los juicios

23
DORIS CASTAEDA ABANTO

fundados en el pensamiento que proceden de la razn, poseen


lgica y validez universal. De esta corriente deviene en cierta
medida, la ciencia moderna, que confa plenamente en la
razn y los procedimientos lgicos para conocer la esencia de
los fenmenos y de los procesos de la realidad.
Los filsofos griegos que ms influenciaron esta corriente
fueron: Tales de Mileto, Scrates, Platn y Aristteles. Para
Tales de Mileto, el sujeto es quien conoce y el objeto es lo
conocido por la mente racional. Scrates consideraba que la
realidad se basa en la razn. La Mayutica (mtodo til para
conocer) por ejemplo, consista en una serie de interrogantes a
ser absueltas mediante la razn. Platn asuma que la razn
es el nico camino. Aristteles manifestaba que la virtud
consiste en vivir de acuerdo con la habilidad humana ms
elevada: la capacidad para razonar.
En consonancia con la forma de concebir la relacin sujeto-
objeto por el racionalismo, Tales sugiri por primera vez que
El mundoes un lugar racional y ordenado, y los seres
humanos son criaturas dotadas de razn que tienen la
capacidad para explicarlo (Buss, 2005: 46).
La segunda corriente filosfica es el Empirismo (traducido del
griego empiria que significa Experiencia), que asume a la
experiencia como nica fuente para la adquisicin del cono-
cimiento. La conciencia cognoscente no saca sus contenidos
de la razn, sino exclusivamente de la experiencia, de los
hechos concretos. La mente es como una tabula rasa que se va
escribiendo y llenando a medida que se obtiene experiencia.
Los nios tienen percepciones concretas, sobre las cuales se
forman representaciones generales y concretas. En
consecuencia, el origen de todo este proceso es la experiencia.

24
EPISTEME

En este mismo sentido, Ferrater Mora (2001) afirma que son


dos las acepciones ms importantes del empirismo: la
experiencia como fuente de informacin proporcionada por
los rganos de los sentidos y la experiencia como vivencia.
Ambos, entonces, seran factores bsicos para la generacin
del conocimiento.

Para mediar las dos posiciones anteriormente sindicadas


(racionalismo y empirismo), surgi el Intelectualismo
(intelligere = leer en el interior) que afirma la importancia tanto
de la razn, como de la experiencia en la generacin del
conocimiento.

El Apriorismo. Constituye un segundo intento por conciliar


Racionalismo y Empirismo. Esta corriente considera que el
conocimiento se origina tanto en la razn, como en la
experiencia. No obstante, el Apriorismo define la relacin
entre la experiencia y el pensamiento en un sentido
directamente opuesto al intelectualismo, que pona nfasis en
la parte racional del conocimiento, en el sentido de que el
conocimiento presenta elementos a priori, independientes de
la experiencia (postura comn con el Racionalismo). Los
factores a priori parecen recipientes vacos que la experiencia
va llenando de contenidos concretos. El principio de los
aprioristas seala que los conceptos sin las intuiciones estn
vacos, y stas sin aqullos estn ciegas.

Despus de los griegos y con el advenimiento de la Edad


Media, se impuso el Catolicismo, y con ste qued relegado el
desarrollo del conocimiento, que pasaba de un enfoque
eminentemente filosfico, a uno epistemolgico. En esta
etapa de la historia humana, muchos cientficos fueron
juzgados y censurados por la Inquisicin; uno de los casos

25
DORIS CASTAEDA ABANTO

ms conocidos es el de Galileo Galilei. Pero no slo la


generacin de conocimiento pas a una etapa oscurantista,
sino cualquier tipo de conocimiento emprico que
supuestamente desafiaba la cosmogona eclesistica, por
ejemplo, el conocimiento mdico tradicional se consideraba
demonaco y, en consecuencia, debera ser desechado y
duramente combatido.

En la Edad Media tambin se retomaron los planteamientos


del Racionalismo griego, sin embargo, ser racionalista no
necesariamente implic admitir toda la realidad (en particular
la de Dios), es decir, se poda asumir una posicin racionalista
en cualquier aspecto de la vida, pero en Teologa no se admiti
que fuera la razn la fuente del conocimiento.

La Edad Moderna foment los avances del conocimiento


cientfico y su separacin del conocimiento emprico, as
como tambin de la Filosofa. Ya no era imprescindible que
cualquier descubrimiento cientfico generara un debate
filosfico en el que pudiera argumentarse y sustentarse, fue
ms importante desarrollar la ciencia y tecnologa, sin tanta
explicacin acerca de los por qu? y para qu?. La ciencia y
tecnologa avanzaron apoyadas en el sistema capitalista,
introducindose en el mercado, lo cual deviene en una clara
limitacin de la ciencia moderna. Valqui (2004) seala que el
entronque filosofa-ciencia es la piedra angular de todo
proceso de investigacin, ya que mientras la filosofa plantea,
formula y descubre problemas; la ciencia los resuelve.

Los racionalistas modernos como Descartes, Leibniz,


Spinoza e inclusive Hegel han examinado la importancia de la
razn en el conocimiento, pero tambin analizaron la funcin
de los elementos no estrictamente racionales en el

26
EPISTEME

conocimiento, con lo cual el tinte de exclusividad de la razn,


se fue diluyendo para dar paso a otros elementos igualmente
importantes. En gran parte, la concepcin moderna de ciencia
tiene sus fundamentos en el Racionalismo, pues, los inicios de
la ciencia occidental fueron marcados por esta corriente y la
necesidad de tomar en cuenta el principio de causa-efecto en la
explicacin de cualquier fenmeno o proceso.
Por su parte, los empiristas ingleses modernos: Bacon,
Hobbes, Locke, Berkeley y Hume, concibieron la mente
humana como una especie de receptculo, en el que se
imprimen las huellas de las impresiones del mundo exterior.
Es muy conocida, en este contexto, la frase de Locke la mente
es una tabula rasa donde la experiencia escribe sus
contenidos.
Al comienzo de su libro Crtica de la Razn Pura, Kant
reaccion contra esta tendencia meramente empirista y
declar que si bien es cierto que todo conocimiento empieza
con la experiencia, no todo l procede de sta, por tanto su
origen est en la experiencia, pero su validez se halla fuera de
ella, con esta afirmacin observamos en Kant su aprecio por el
conocimiento emprico, pero tambin su afn por construir a
partir de ste un conocimiento basado en su validacin en
fuentes que no son las comunes.

El conocimiento en la visin de las culturas no


Occidentales
Lo que las sociedades latinoamericanas han heredado de los
griegos es, entre tantos elementos, la concepcin occidental
del conocimiento, basada en la separacin entre Sujeto-

27
DORIS CASTAEDA ABANTO

Objeto, en el proceso de aprehender la realidad, lo cual, segn


los parmetros de la ciencia moderna, asegura la objetividad
de la investigacin.
Sistemas filosficos como los hindes, africanos y americanos
difieren notablemente de la filosofa griega en temas como: la
Epistemologa, Metafsica y Axiologa. Siddharta Gautama
(Buda), consideraba que el conocimiento no es ms que la
necesidad de acercarnos al mundo para ser felices, para lo cual
es necesario eliminar nuestro apego a las cosas, en
consecuencia, se desea conservar la juventud o la salud, pero
an se afirma que la felicidad consiste en la posesin de cosas
o personas especficas, lo cual resultara ser un absurdo. Para
Buda, el verdadero conocimiento se encuentra dentro de uno
mismo, por lo que debe ocurrir de manera intuitiva y no
racional, por tanto, conocer es un proceso interno de la
persona.
En la concepcin africana, todos los aspectos de la vida,
incluyendo la naturaleza, son parte de una estructura
integrada, cuyos elementos estn ntimamente relacionados.
El planteamiento de los griegos acerca de alejarse de la
naturaleza para estudiarla objetivamente sera incompren-
sible para un africano, quien no se percibe su separacin de la
naturaleza, sino por el contrario se siente parte de sta. En la
cultura africana, el conocimiento siempre es conocimiento de
algo vivido y no conocimiento terico separado del mundo de
la experiencia, pero, adems, el mundo puede ser conocido
slo sumergindose en l.
En trminos sociales, la concepcin africana afirma que el
individuo debe aprender a establecer un equilibrio entre sus
intereses personales y sociales. En este sentido, Corts (2002)
seala que los pueblos afro-descendientes asumen a la

28
EPISTEME

naturaleza como un sistema biocultural, donde la


organizacin social, las prcticas productivas, religiosidad,
espiritualidad y la palabra, entre otros aspectos, determinan
un vivir bien.
En concordancia con la filosofa africana, el pensamiento
indgena americano admite que se puede conocer slo siendo
parte de la naturaleza, no separndose de ella. Para los
antiguos americanos, era imposible conocer la realidad
alejndose de ella, porque la pertenencia a sta es inherente al
ser humano y a cualquier acto cognoscitivo. Segn Toledo
(2003) para las culturas indgenas la naturaleza no slo es
fuente productiva, sino el centro del universo, ncleo de las
culturas.
El paradigma no occidental del conocimiento inicia por
expresar que Sujeto y Objeto no estn separados, sino forman
una unidad indisoluble. Es inconcebible que el sujeto sea de
naturaleza distinta al objeto, porque ambos forman parte de
una unidad dialctica.
La relacin Sujeto-Objeto, Objeto-Sujeto, no concluye en la
interrelacin entre ambos, sino se produce una tercera
relacin: sujeto-sujeto, pues, existe la posibilidad de que el
sujeto pueda conocerse a s mismo. Esta situacin se
evidencia cuando los seres humanos exploramos nuestro
interior e identificamos nuestras caractersticas, formas de
actuar, pensar y sentir.
El famoso dicho yo me conozco a m mismo, as que no me
provoques, constituye una forma de expresin de la relacin
sujeto-sujeto. En la siguiente figura se presenta la relacin
sujeto-objeto en la cosmovisin occidental y no occidental.
En la primera el sujeto, est lejos del objeto, y en la segunda

29
DORIS CASTAEDA ABANTO

representacin, sujeto y objeto interactan en un mismo


plano, dando paso a la tercera relacin: el sujeto es capaz de
conocerse a s mismo.

Figura 1: Visiones y controversias histricas del conocimiento

Visin occidental Visin en las culturas no occidentales

Fuente: Elaboracin propia

30
EPISTEME

COMPLEJIDAD DE LA DIALCTICA DEL


CONOCIMIENTO EMPRICO Y CIENTFICO
Quiz la ms antigua forma de conocer al mundo es la
experiencia, pues, el ser humano comn gracias a sta tiene
idea del mundo material exterior en el cual se halla inserto y de
un cierto nmero de varones y mujeres (sus semejantes, con
los cuales vive). Usando el conocimiento emprico, el ser
humano conoce los hechos y su orden aparente. Segn Rojas
(2000), el conocimiento emprico inicia con la exposicin de
los rganos sensoriales al mundo exterior. Por tanto, no
resulta complicado reconocer la importancia del
conocimiento comn en la investigacin y generacin de
conocimiento cientfico; an cuando cada uno posea su
propia naturaleza, mbitos y limitaciones, uno sirve al otro en
un proceso en espiral. Consecuentemente, los seres humanos
estamos inmersos en una amplia y variada riqueza de
conocimientos, provenientes de la tradicin cultural, que la
ciencia no debe ignorar.
En la sociedad formal el conocimiento emprico puede
ascender a nivel cientfico, siempre y cuando se someta a los
parmetros que la ciencia le impone. Lo que se recoge en
materia de conocimientos sobre la humanidad a travs de la
experiencia prctica y de la tradicin, es decir, fuera de la
ciencia, debe ser sometido a examen por parte de sta. Y si
lo aprueba, pasa a pertenecer a su campo de investigacin
(Gadamer, 2001: 14). No obstante; como la validacin social,
resulta ser trascendente en nuestro medio, debido a que el
conocimiento emprico se mantiene durante miles de aos,
solucionando gran parte de las dificultades que aquejan a la
humanidad en diferentes perodos de tiempo.

31
DORIS CASTAEDA ABANTO

Aunque la polmica entre conocimiento emprico y cientfico


persiste en todos los campos del saber, ambos son dos caras de
la misma moneda, por un lado est la sabidura adquirida en la
vida cotidiana, solucionando problemas de diversa ndole; y
por otro, el conocimiento cientfico, reconocido, formalmente
aceptado, que posee su propia lgica y resuelve otra porcin
importante de dificultades, porque en ciencia y en la realidad
misma, no existen purismos ni determinismos absolutos,
resulta que las fuentes del saber, el pensamiento puro y la
tradicin, y lo mismo la experiencia sensible, carecen de
autoridad. Ninguna de ellas puede pretender evidencia
inmediata y validez originariaLas fuentes del conocimiento
son fuentes siempre impuras... (Habermas, 2000: 49).
La realidad misma y los seres humanos demandan una
integracin armnica de cada tipo de saber (emprico y
cientfico), sobre todo en el campo de la salud, en el cual
confluyen ambos tipos de conocimiento para dar respuesta a
las demandas de bienestar; sin embargo, los debates y
controversias persisten, la accin de los seres humanos, ms
exactamente, aplicacin consciente de sus conocimientos y de
su capacidad con el fin de conservar la salud, carece en gran
medida de una base cientfica unitaria. En esta misma ptica,
Freidson citado por Gadamer (2001), afirma que la ciencia
mdica pura, como tal, no es competente, porque son muchos
los factores que intervienen en ella: escala de valores, hbitos,
preferencias y hasta intereses propios. Estas reflexiones nos
permiten reafirmar la importancia del conocimiento
emprico, y su necesidad por estudiarlo en una multiplicidad
de fenmenos y procesos sociales, as como en otros campos
del conocimiento, pues, siempre ser pertinente explicar
cmo se produce y en qu condiciones se re-crea y autogenera
sus propias estrategias de sobrevivencia.

32
EPISTEME

Pese a las limitaciones que la ciencia actual exhibe -respecto


por ejemplo a la validacin de otras formas de conocimiento
diferentes a las de la lgica cientfica- sus logros son tambin
relevantes en cualquier mbito del saber humano, por lo que es
preciso considerarla como un autntico proceso cognoscitivo
debido, entre otras razones, a que se manifiesta en un perenne
dinamismo, en el que intervienen dialcticamente factores
subjetivos y objetivos. Lo social, resulta ser uno de esos
factores en los cuales se conjuga dialcticamente tanto lo
objetivo como lo subjetivo.

Dentro de la temtica social desde la tradicin, no todo el


conocimiento emprico ha podido ser estudiado por la ciencia
occidental, quiz una gran mayora de ste ha quedado nada
ms como parte de la cultura de los pueblos. Sin embargo, el
conocimiento tradicional se ha mantenido en el escenario
durante toda la historia de la humanidad. Sobre el particular,
nos interrogamos en el siguiente sentido: es requerimiento
SINE QUA NON el que la experiencia deba ser siempre
sometida a los parmetros de la ciencia para que goce de la
aceptacin y uso por parte de la poblacin? Si se quiere ayudar
a la gente, esta experiencia del mundo es la que hay que
conservar, o mejorar, y eso significa que hay que consultar a
dicha experiencia, no slo a la evidencia cientfica.

Es menester interrogarnos en el siguiente tenor: la


experiencia acumulada no se habr ido condensando
lentamente en el desarrollo de prcticas que se deben haber
aplicado desde tiempos remotos y que mantienen su validez,
aunque se desconozcan los motivos de su eficiencia?. Lo que
generalmente ocurre con la mayora de los conocimientos
empricos es precisamente lo mismo, tienen acogida por parte
de la poblacin y, pese a no ser validados cientficamente,

33
DORIS CASTAEDA ABANTO

resultan eficaces en diversos contextos socioeconmicos, pero


su status carece de trascendencia a nivel formal.

CRTICA A LA CIENCIA OCCIDENTAL


El desarrollo de la ciencia no ha seguido un camino nico y
lineal, sino ms bien uno dialctico, cargado de avances,
retrocesos, acuerdos y contradicciones; sin que eso lleve a
negar que las contribuciones del conocimiento cientfico
occidental a la humanidad son realmente valiosas. Sin
embargo, la olvidada modestia de este saber -que se ha erigido
como el hegemnico en todas las sociedades en el mundo- ha
terminado por avasallar otros tipos de conocimientos, an
cuando en muchos casos ha emergido de stos.
Frecuentemente se cree que la ciencia ha evolucionado gracias
a su rigurosidad metodolgica, sin embargo no es cierto en
absoluto que la ciencia, o sus aspectos materialistas hayan
sido la causa para estos desarrollos. Las causas fueron la
codicia, la falta de previsin, las tendencias sociales
desconocidas para los mismos participantes en el proceso, la
emergencia del capitalismo (Feyerabend, 1999: 66).
Con lo sealado por este filsofo de la ciencia, queremos
destacar que no todos los logros de la ciencia, son producto de
un elevado nivel de organizacin, formalizacin y
sistematizacin como generalmente se nos hace ver- sino al
igual que otra actividad, ha tenido sus propios encuentros y
desencuentros, tal como los puede tener el conocimiento
emprico u otras formas de conocer el mundo.
Lo que normalmente se ha presentado es que una base
importante de la ciencia fue la experiencia, y que sta puede

34
EPISTEME

seguir siendo su punto de partida, sin embargo la ciencia


no comenz con la experiencia, comenz argumentando
contra la experiencia y sobrevivi considerando que la
experiencia era una quimera (Idem:72), quiz por eso en el
mbito de la salud estos dos elementos -ciencia y tradicin- se
han distanciado tanto, a tal punto que en algunos escenarios
aparecen como irreconciliables.

En la esfera del conocimiento y prcticas de salud, surgen dos


posturas: una que defiende la necesidad de que ciertos
conocimientos empricos deben ser estudiados y validados
cientficamente, y otra que afirma que no todo lo emprico
requiere ser validado cientficamente, debido a que las lgicas
de generacin de cada tipo de conocimiento son totalmente
diferentes. Si se tiene a la ciencia como la forma ms aceptada
para acercarse a la realidad, entonces el conocimiento
emprico se ubica en un status inferior cuando no es validado
por la ciencia; pero nuevamente se presenta un dilema frente a
su acogida y utilidad por amplios sectores de la poblacin, sin
embargo, no se formaliza por su carcter ametdico.
Habra entonces que pensar en otras formas que permitan
conciliar la experiencia y la ciencia, cada una dentro de su
propia cosmovisin del mundo, dentro de su propia lgica, de
su forma de producirse y reproducirse; pero ambas buscando
solucionar un solo problema: el bienestar social y personal.

Las verdades de la ciencia -hoy se conoce- no son absolutas ni


agotan todo el conocimiento, la ciencia conoce efecti-
vamente la realidad, mas la conoce de modo aproximado, no
absoluto, por lo que el conocimiento que ella provee no llega a
agotar al objeto al que hace referencia (Geymonat, 2002:
117). Lo que conocemos slo es un reflejo de la realidad,
jams ser la realidad misma. En consecuencia, este reflejo

35
DORIS CASTAEDA ABANTO

puede incorporar algunas deformaciones de percepcin y/o


interpretacin de la realidad. En este sentido, los cientficos
tendrn que estar alertas a lo que ocurre a su alrededor para
presentar una visin de la realidad, lo ms prxima a sta. La
neutralidad de la ciencia contina siendo cuestionada, pues es
prcticamente imposible que el investigador (a) deje de
imprimirle a su trabajo su propia orientacin, por tanto, es
importante reconocer la postura de la que se parte para
investigar, y tratar que los sesgos se minimicen dando paso a
un estudio lo ms objetivo posible a fin que la realidad se
refleje con mayor precisin.

Ni la ciencia ni las otras formas de acercarse a la realidad


podrn jams abarcar todo el conocimiento que se ha
producido en la humanidad, de all que se requiera en
cualquiera de ellas, la modestia mnima para delinear hasta
dnde es posible generar nuevos conocimientos y dar
alternativas a la poblacin que los demanda. Ni la ciencia es
la panacea, ni el conocimiento emprico es absoluto, ni la
filosofa, ni la magia lo son todo; sin embargo, muchas veces la
soberbia de cientficos y empricos ha hecho creer que
independientemente pueden, de manera veraz, aproximarse a
la realidad para develar sus leyes.

Para el caso especfico de la ciencia, el rpido crecimiento de


todo su bagaje de conocimientos, se expresa hoy en dos
sentidos fundamentalmente: la adquisicin de datos nuevos y
la profundizacin de los resultados obtenidos, para lo cual
resulta necesaria la especializacin, pues, ningn cientfico
puede hoy jactarse de manejar todas las reas del conoci-
miento humano; la especializacin del saber es importante,
pero trae consigo limitaciones a la ciencia y a la comprensin
holstica del factor humano.

36
EPISTEME

La principal ventaja de la especializacin del saber es que


precisa delimitacin de campos de estudio y entrena a inves-
tigadores para manejar ciertas parcelas del conocimiento; pero
la desventaja es que nacen lenguajes especficamente
construidos por cada ciencia, para denotar en general y en
particular las experiencias; estos lenguajes dificultan la
comprensin cabal de los elementos bsicos de cada ciencia
por los ciudadanos. Adems, esta especializacin y
tecnificacin de lenguajes cientficos hizo surgir en el cientfico
especialista una tendencia a encerrarse en su propia disciplina,
sin siquiera preguntar si ella necesitara de alguna integracin
o coordinacin con el trabajo de otros investigadores. No
obstante, debemos reconocer que la ciencia ha sido y es, uno de
los ms importantes motores para el desarrollo de las
sociedades en muy diversos aspectos y contextos.

En la actualidad y frente a la globalizacin, la especializacin


se ha constituido en una especie de prctica sin la cual sencilla-
mente es imposible el avance de la ciencia y la tecnologa, sobre
todo en materia mdica la hiperespecializacin, muchas veces,
ha devenido en una especie de descuido por la totalidad, lo cual
repercute en la falta de una visin humanstica en el ejercicio de
las profesiones mdicas tan especializadas. No obstante, la
paradoja se presenta cuando se asume que es fundamental la
generalizacin, la visin global y, hasta cierto punto,
homogenizante de la realidad frente a la atomizacin de las
reas de investigacin de esa realidad.

En consecuencia, es preciso repensar, tanto la hiperespe-


cializacin que llega a ser ya parte de un espacio sumamente
complejo, como la homogenizacin, puesto que los extremos
son siempre nocivos para el estudio de cualquier proceso o
fenmeno social e incluso fsico, adems imposibilita la visin

37
DORIS CASTAEDA ABANTO

holstica, herencia de nuestras culturas latinoamericanas


ancestrales y/o de la filosofa africana
Los retos de la sociedad actual son complejos y exigen
flexibilidad al abordar el tema de la generalizacin,
homogenizacin o hiperespecializacin en la ciencia, pues,
sta no alberga conocimientos absolutos, en consecuencia,
no puede ser entendida como un conjunto de saberes
irrefutables y estticos; la imagen tradicional de la ciencia
como conocimiento de verdades absolutas, no opinables ha
pasado a ser parte de la historia. Para tranquilidad de muchos,
las exigencias actuales no polarizan irreconciliablemente
otras formas de acercarse al mundo.
Pasando al mbito de la salud y particularmente al de la
medicina formal, que no viene a ser ms que un producto de la
ciencia moderna, ya cuestionada en lneas anteriores,
aparenta segn Lozoya (2003) una neutralidad cultural
-exigida a todos los mbitos del conocimiento- que ya no
soporta. El vertiginoso avance de la ciencia y la tecnologa
mdicas durante los ltimos 50 aos, ha sido difundido por
Estados Unidos, pas que cimienta su riqueza no slo en la
produccin de armas, sino tambin en la mercantilizacin de
la salud. Asimismo, todas las ciencias se basan en los avances
de lo que ocurre en otros pases, de tal forma que imitamos
modelos educativos, estilos de vida y modas que no
corresponden a nuestra realidad y slo generan dependencia.
Si bien es cierto que en una de las reas en las que son
evidentes los avances de la ciencia y la tecnologa es el rea de
la salud, tampoco es menos evidente que los adelantos se han
presentado con un retroceso en el cuidado integral de la
misma y de la prevencin de enfermedades. Esta realidad
obliga a incorporar el conocimiento mdico tradicional y

38
EPISTEME

otras formas mdicas alternativas, como la acupuntura,


homeopata, reflexoterapia, entre otras, reconociendo la
pertinencia, eficacia, mbitos de accin y aceptacin de las
mismas, permitiendo as un dilogo horizontal que ubique a
ambos conocimientos en igualdad de condiciones, sin
menospreciar cada forma de acercarse a la realidad sino ms
bien, ubicando su coyuntura y contexto para cada tipo de
conocimiento y el aporte real de cada uno en la comprensin y
soluciones de problemas de la realidad.

LA CIENCIA OCCIDENTAL EN LATINOAMRICA Y


EL CARIBE: UNA APROXIMACIN CRTICA1.
Cereijido (1997) asegura que los pases latinoamericanos
carecemos de ciencia; en cambio s podemos afirmar que
desarrollamos investigacin cientfica. Los argumentos del
autor se centran en identificar el nmero de investigadores, sus
publicaciones y algunos hallazgos importantes en torno a la
investigacin.
En los pases latinoamericanos realizamos investigacin
cientfica, pero algunos de nuestros cientficos son atrados
por mejores ofertas de trabajo a pases industrializados,
presentndose as una fuga permanente de talentos. Este
aspecto analizado, genera gran preocupacin en el contexto
de la ciencia y el desarrollo, debido a que, pases como los
latinoamericanos, requieren de la presencia y el aporte de sus
investigadores, en consecuencia se debe asumir el
compromiso de contribuir al desarrollo del pas de origen.

1
A propsito de esta problemtica vase el texto: Por qu no tenemos Ciencia? de
Marcelino Cereijido.

39
DORIS CASTAEDA ABANTO

Evidentemente, esta fuga de talentos se relaciona con factores


econmicos y ticos del propio investigador (a). Los gobiernos
de nuestros pases carecen de polticas que incentiven a los
profesionales calificados -que estn en el exterior- para
retornar a sus respectivos pases: no se les ofrece ni mejores
condiciones de trabajo para la investigacin ni mejores
alternativas econmicas. En consecuencia, para mantener a
nuestros investigadores en sus pases de origen o para
promover su retorno, es importante, entre otros factores,
incentivos econmicos y laborales, facilidades y recono-
cimiento a su trabajo y el fomento de una cultura tica en
todos los niveles educativos.
El tema tico resulta trascendente, puesto que hay casos de
cientficos -muy pocos por cierto- que no ceden ante la oferta
de permanecer en mejores condiciones en un pas que no es el
suyo. Si un investigador (a) tiene bien clara conviccin
personal y social de que su trabajo beneficiar a sus
compatriotas, la posibilidad que retorne luego de su
calificacin, siempre ser mayor respecto a otro que est
interesado en beneficios materiales. Tambin es un tema de
identidad nacional, de lealtad, de honestidad, de solidaridad
con nuestros compatriotas, es decir, es un asunto de valores, de
tica. Sin embargo, observando la realidad, podemos
identificar casos de profesionales que han retornado sin
ninguna oferta econmica ni laboral importante, desesti-
mando propuestas de trabajo con elevados niveles
remunerativos que les permitiran un mejor nivel de vida. Para
esos profesionales, que pueden estar enfrentando problemas
econmicos, Latinoamrica en su conjunto, sus problemas y
retos valen la pena, y estn aqu, apoyando y promoviendo el
desarrollo, como corresponde a cada ciudadano del pas.

40
EPISTEME

El investigador (a), que siguiendo su tica decide regresar a su


pas, debe tener presente que las adversidades estarn a flor de
piel, no slo porque el gobierno no facilitar su insercin
satisfactoria en la actividad cientfica, sino tambin porque
debe enfrentar las respuestas de profesionales limitados, o las
limitaciones humanas de algunos profesionales y cadenas de
corrupcin que obstaculizan su desempeo profesional,
pues, resulta que en sociedades como las nuestras la
inteligencia y lucidez son una amenaza para quienes han
logrado inquistarse en puestos con capacidad de decisin, a
los que no siempre se accede por concurso.
Si bien es cierto que al regresar el cientfico (a) a su pas,
requiere de un aparato tcnico productivo eficiente, que
seguramente no lo tendr, tambin es cierto que su
preparacin y creatividad -en la medida de sus posibilidades-
le ayudarn a salir airoso ante cada limitacin, desarrollando
an ms sus capacidades profesionales y personales.

Ciencia y sociedad: paradojas y desencuentros


La Ciencia depende de la visin del mundo que tiene la
sociedad sobre sta, es decir, la sociedad deber tener una
concepcin clara sobre lo que es su realidad y el quehacer
cientfico; y precisamente nuestros pases carecen de esta
visin, por ello es que la ciencia no se desarrolla -como debera
ser- en pases subdesarrollados.
Construir una cosmovisin de ciencia en la sociedad, que
adems est acorde con la ciencia misma, no es una tarea fcil,
sino ms bien compleja, sobre todo, si nos percatamos que la
ciencia occidental dista mucho de nuestras propias

41
DORIS CASTAEDA ABANTO

cosmovisiones. Adems, las universidades e institutos supe-


riores no tienen programas de estudio acordes con las
necesidades reales de la sociedad, de tal manera que puedan
responder a stas.
Generalmente lo que las universidades de pases subdesa-
rrollados difunden no son las investigaciones de sus docentes,
sino la repeticin de lo que dijeron otros, en contextos y
realidades diferentes, de tal forma que los estudiantes carecen
de referentes inmediatos para un aprendizaje ptimo.
Adems, las investigaciones o informacin que se genera en
las universidades, distan mucho de lo que la poblacin del
entorno inmediato demanda, razn por la cual se afirma que
las universidades son prcticamente islas dentro de las
sociedades.
Mientras las universidades y centros de educacin superior no
formen a los alumnos en un ambiente democrtico, libre,
creativo, de vasta cultura general, con slidos conocimientos
cientficos, en la prctica de valores y con sensibilidad social;
los profesionales egresados no sern capaces de desarrollar al
mximo sus potencialidades, porque se perdern en la
parsimonia del sistema.
El trabajo de las universidades en pases subdesarrollados
carece de vinculacin con las necesidades de la poblacin ms
desprotegida, lo cual desvirta el quehacer cientfico universi-
tario a tal punto, que muchas veces egresan profesionales poco
competitivos y con escasa moral, capaces de extorsionar o
estafar a la gente ms vulnerable; todo esto en un contexto de
pobreza y extrema pobreza que afecta a la mayora de la
poblacin.
Debemos aclarar que esta crtica acerca de la relacin

42
EPISTEME

educacin superior-ciencia, no pretende desconocer el trabajo


de profesionales que se dedican con esmero a la labor
acadmica-cientfica y al trabajo de proyeccin social e
investigacin, pese a los bajos salarios y falta de incentivos que
caracteriza la poltica remunerativa de nuestros gobiernos y
empresas.
En este contexto, las universidades latinoamericanas -y el
Per no es una excepcin- enfrentan desde hace varios aos,
continuas reducciones de presupuesto, lo cual limita cualquier
actividad programada en beneficio de la investigacin. En un
contexto de crisis, donde desde muchos aos atrs los puestos
de trabajo son cada vez ms escasos, los estudiantes se sienten
desmotivados para realizar sus actividades con empeo y
entusiasmo, porque saben que al egresar difcilmente
obtendrn o generarn un puesto de trabajo. Del mismo
modo, los maestros, con los escasos salarios que el gobierno
les asigna, penosamente pueden adquirir materiales bsicos
(como bibliografa, equipos, por ejemplo) para actualizarse y
realizar un trabajo ms eficiente.
Y, por ltimo, quienes tienen una visin compatible (en el
binomio sociedad-ciencia), son una porcin muy pequea de
la sociedad, son los cientficos que no slo son capaces de
explicar lo que hicieron, sino cmo lo hicieron en trminos
comprensibles para la poblacin, y tambin, son quienes
producen conocimientos tiles para algn sector de la
poblacin.

La Cultura Occidental y la Ciencia en Amrica Latina


y El Caribe
La cultura occidental, originada por las races griegas

43
DORIS CASTAEDA ABANTO

romanas y judas, trajo consigo una ciencia occidental que -


segn algunos expertos- estuvo ms atrasada que los avances
cientficos y tecnolgicos de nuestras antiguas civilizaciones,
en las que la tecnologa y la organizacin estuvieron
altamente desarrolladas. Frecuentemente se leen textos que
resaltan la supremaca de las culturas originarias -Inca y
Maya, por ejemplo-, superioridad en cuanto a: organizacin
social, poltica, econmica y cientfica; sin embargo, esto se
qued nada ms entre nosotros como parte del orgullo
histrico que gracias a la modernidad ahora causa
vergenza en algunos sectores de la poblacin.
Tradicionalmente nos sentimos complacidos por tener un
origen ancestral y recordar que los avances de nuestras civili-
zaciones -mesoamericana e inca- difcilmente son superados,
inclusive teniendo toda la tecnologa actual a su disposicin.
Qu pas entonces con nuestro pasado y su tcita influencia
en la sociedades?, tal parecera que todo esto se qued slo
como un recordatorio histrico que no somos capaces de
revivir y ni de fortalecer los logros obtenidos antao. En
nuestras legendarias culturas desde nuestro particular punto
de vista- las sociedades tenan su propia cosmovisin, y esto
facilit cualquier tipo de actividad, haya sido sta, religiosa,
productiva, poltica o cientfica, porque tena lgica y emerga
del conocimiento ancestral, de la observacin minuciosa y la
experimentacin que se entremezclaban con el pensamiento y
la capacidad creadora.
Tanto los mayas como los incas no censuraron sino promo-
vieron los avances cientficos muy por el contrario, quienes se
dedicaban a ello, pertenecan a una clase social de lite a la que
el pueblo tena que mantener, asimismo, su dedicacin era
exclusiva y reconocida tanto poltica como socialmente.

44
EPISTEME

Al llegar los espaoles a Amrica, ocurrieron muchos


cambios debido a que se impuso la cultura occidental y se
intent exterminar de raz a las culturas aborgenes. Tal vez
ste puede ser un elemento explicativo para comprender la
erosin de gran parte del conocimiento ancestral sobre la
naturaleza y la sociedad, sin embargo, vale la pena
preguntarnos por qu el letargo y el conformismo?.

El resultado es que la cultura occidental se impuso, y con ella


su propia cosmologa, la misma que no se sustenta en nuestra
cultura, sino en otra cultura que pertenece a escenarios
desconocidos para los peruanos de entonces, es as como se
cimentaron las bases de nuestras sociedades avasalladas y
ahora adormecidas con el horrendo pasado colonial y
republicano, y el recuerdo de las viejas glorias del pasado pre-
inca, inca, azteca y maya.

La cultura occidental trajo consigo la imposicin de la razn,


la religin, las formas de pensar y hacer ciencia, en
consecuencia, la percepcin, la vivencia, la subjetividad, la
intuicin (como formas de aproximarse a la realidad) fueron
siendo desplazadas. Como se aprecia, el legado occidental ha
limitado nuestro avance cientfico (capital inicial con el que
contbamos) acorde con la propia cultura de los pueblos
latinoamericanos.

Filosofa, ciencia e historia: necesidad ineludible


En esta poca es imprescindible que el quehacer cientfico se
vincule tanto con la filosofa como con la historia. Muchos
trabajos de investigacin se circunscriben a la presentacin de
resultados y a la forma en la cual fueron ejecutados; asimismo,

45
DORIS CASTAEDA ABANTO

quienes evalan el material de investigacin, e incluso, el


pblico asistente se centran en la discusin de los aspectos
sealados, pero no penetran en una explicacin ms profunda
que vincule el tema investigado con la filosofa y la historia,
como parte esencial de la verdadera actividad cientfica.
Para que un investigador (a) trascienda la mera recoleccin y
procesamiento de la informacin hacia explicaciones
filosficas e histricas, requiere de formacin previa sin la cual
es casi imposible esta tarea. En nuestros centros de enseanza
superior, no se promueve la actividad cientfica en el marco de
la filosofa y la historia, esto indudablemente limita cualquier
atisbo lcido que pueda tener un cientfico al realizar su
quehacer cientfico.
La ciencia desligada de la filosofa y la historia, se desvirta.
Un cientfico que no explica sus hallazgos recurriendo a
cuestiones trascendentes que sustentan la filosofa, carece de
un abordaje integral de cualquier proceso o fenmeno que
haya sido investigado, peor an si tampoco articula sus
resultados con la historia, aunque sus hallazgos y metodologa
hayan sido los mejores.
Desde nuestra perspectiva, en los pases de Amrica Latina,
para tener ciencia, necesitamos no slo la visin que la
sociedad tenga de sta, sino tambin de una adecuada
vinculacin entre ciencia y filosofa, por tanto, es preciso
formar a los investigadores con una amplia cultura general y
slidas bases filosficas, a fin de que su quehacer cientfico
jams se desvincule de aquello que le da verdadera solidez: la
filosofa y la historia.
La ciencia puede aportar ms, en la medida en que se enlace
con la filosofa y con la historia, de otro modo estaremos

46
EPISTEME

condenados a vivir como lo plantea Cereijido: con


investigacin, pero sin ciencia, y mientras eso ocurra nuestros
pases seguirn siendo dependientes de la ciencia y tecnologa
proveniente de los pases industrializados, los que no slo
dictan nuestras modas, sino nuestro estilo total de vida.
Tenemos fe en que, pese a las limitaciones econmicas,
polticas y sociales en las que estn inmersas nuestras
sociedades, los investigadores podamos despegar hacia una
autntica actividad cientfica, tal como propona Jos Carlos
Maritegui: Ni calco, ni copia, sino creacin heroica.

La divulgacin cientfica
La actividad cientfica no slo deber circunscribirse a la
generacin de conocimientos, sino tambin a la difusin de los
resultados obtenidos con la investigacin. Sobre el particular,
es necesario sealar que los investigadores latinoamericanos
escriben poco y quiz mucho menos para revistas cientficas
reconocidas internacionalmente, lo cual impide que sus
trabajos sean conocidos fuera de su mbito local, limitando as
la posibilidad de enriquecer los conocimientos, ya que no se
pueden compartir los resultados, recibir opiniones ni
intercambiar informacin respecto al mismo tema.
Nuestros pases no slo se enfrentan con la escasa difusin de
sus hallazgos cientficos, sino tambin debemos mencionar
que no cuentan con revisas propias reconocidas internacional-
mente (los presupuestos para estos rubros son siempre
insuficientes). Y en los casos en los que un trabajo cientfico
logra divulgarse, algunas veces se enfrenta con la excesiva
especializacin, por lo cual un pblico como el nuestro, no
puede acceder a la revista y quiz tampoco podra comprender

47
DORIS CASTAEDA ABANTO

la naturaleza y esencia del trabajo cientfico, de tal forma que


solo un pequesimo sector de los lectores tienen las herra-
mientas necesarias para comprenderlo. Esto, obviamente,
repercute en una mayor separacin entre ciencia y sociedad.

Es importante volver la mirada hacia los potenciales lectores


de las revistas, pues, los artculos deben tener una redaccin
comprensible para la poblacin. En todo caso, lo que podra
hacerse para subsanar este impase sera publicar el mismo
artculo en dos tipos de revistas: una especializada y otra de
acceso a todo tipo de pblico; slo as podra lograrse que los
resultados de la investigacin cientfica estn al alcance de
todos; de lo contrario, ocurrira lo que hasta hoy criticamos:
slo unos pocos leen las revistas de avances cientficos.

Pero la divulgacin no slo debe circunscribirse a aspectos


meramente tcnicos, se requiere explicar la Sociologa,
Filosofa, Historia y naturaleza de la ciencia. Para lograrlo
debemos remitirnos a las reflexiones del apartado anterior, en
cual hemos sugerido la inaplazable necesidad de formar
integralmente a los investigadores, no slo especializarlos en
su rea de trabajo, sino hacer que su formacin acadmica sea
amplia y abarque espacios bsicos del conocimiento, como los
plateados al inicio de este prrafo.

Si logramos esta formacin, el sueo de contar con ciencia


propia y difundida entre la comunidad cientfica y la sociedad
en general, se convertir en realidad, aunque estamos
conscientes que se trata de una tarea ardua y talvez utpica,
que pocos desearn asumir; pero tambin sostenemos que sin
utopas la vida carece de sentido, que si nos planteamos
grandes objetivos, podremos desarrollar ms; conse-
cuentemente, es mejor ser ambicioso en la investigacin

48
EPISTEME

cientfica, antes que limitarnos a espacios cortos sin mayores


perspectivas.

Ciencia y tica: contradicciones sistmicas y


alternativas
Hemos analizado diversos aspectos relacionados con la
ciencia, la investigacin y el quehacer del cientfico. No
obstante, uno de los factores que requiere ser examinado con
pinzas, es el de la tica, el cual merece un abordaje ms preciso
que involucre su real dimensin, sobre todo en el contexto de
esta sociedad denominada del conocimiento en el marco de
la globalizacin.
Nuestras sociedades estn impregnadas de corrupcin, a tal
punto que el comportamiento honesto parece obsoleto, cursi o
fuera de poca. Cotidianamente, los medios de comunicacin
informan del actuar impropio de algunos funcionarios de
diferentes instituciones; parece que nos hemos acostumbrado
a que esto ocurra, ya somos indiferentes, y hasta nos parece
normal.
Los casos de honestidad estn aislados de la noticia, las
personas que practican ste valor y otros son vistos
socialmente como bichos raros o especmenes en peligro de
extincin, de los que hay que cuidarse, a quienes no hay que
darles informacin, porque su honestidad hace peligrar el
actuar de personas sin principios morales.

Con frecuencia escuchamos conversaciones entre la gente en


las cuales se cuestiona o comenta que la sociedad actual carece
de valores, que stos se han perdido. Sobre el particular somos
enfticos al afirmar que los valores no estn perdidos,

49
DORIS CASTAEDA ABANTO

divagando por el espacio; los valores estn siendo reempla-


zados por los antivalores, los mismos que amenazan con
exterminar a la propia organizacin social de la cual emergen.

En la ciencia, lamentablemente observamos lo mismo que


ocurre en la esfera poltica: existen investigadores sin tica -no
todos por supuesto- capaces de modificar sin escrpulos los
resultados de sus investigaciones con la mayor serenidad del
mundo, dirigindolos hacia intereses personales,
empresariales, institucionales, etc, segn sea el caso. Adems,
vemos que la ciencia, en esencia, sirve a los intereses de
quienes la financian, olvidando que la sociedad est
compuesta -en su mayora- por sectores marginados, que son
los que requieren urgente atencin.

Es necesario recordar que la actividad cientfica es


beneficiosa en la medida en que se vincula tambin con la
tica de quienes la practican. Con preocupacin constatamos
que la corrupcin ha envilecido sin recato las actividades
humanas, ms an en sociedades subdesarrolladas carentes
de lo elemental para la vida, donde la corrupcin encuentra un
escenario idneo para diseminarse e incorporar a cualquier
persona que carezca de slidos principios morales. Por tanto,
se requiere una revisin concienzuda a las cuestiones ticas,
que no son ms que prcticas que merecen ser retomadas en
escenarios como ste, en el cual se vivencian mltiples
cambios a nivel econmico, social, poltico y cultural, muchos
de ellos como consecuencia del vertiginoso avance de la
ciencia y la tecnologa.

50
EPISTEME

Papel y crtica de la Filosofa de la Ciencia


Actualmente se concibe al quehacer cientfico separado del
filosfico. Esto no ocurri en el pasado, en donde los cientfi-
cos deberan fundamentar filosficamente sus hallazgos, as
como los filsofos debieron conocer de las diversas ciencias y
avanzar en sus propuestas, tomando como fundamento los
progresos que cada rea del conocimiento les provea.

Con el avance abrumador de la ciencia y su consecuente


especializacin, se ha ido perdiendo paulatinamente el
estudio de la totalidad de los procesos y fenmenos, tanto
naturales como sociales. En un contexto como el que
acabamos de comentar, todo cientfico, para llamarse tal, debe
echar mano a sus conocimientos en gnoseologa, epistemo-
loga e historia de la ciencia, a fin de explicar los fundamentos
de sus investigaciones. Hoy se considera a la ciencia desligada
de la filosofa, inclusive se ha llegado a subvalorar el trabajo de
la filosofa, aparentando que sta es una actividad secundaria
y marginal frente al status que otorga ser cientfico (a).

Se dividen entonces las perspectivas de quienes hacen ciencia


en dos posiciones muy marcadas: quienes creen que filosofar
la actividad cientfica no forma parte de su quehacer, y quienes
creen que se pueden incorporar la filosofa en la ciencia, pero
que no estn lo suficientemente capacitados como opinar
sobre la materia.

En la realidad, encontramos este tema con mucha vigencia,


porque ahora los que pretenden hacer ciencia se alejan de la
filosofa u opinan sobre sta muy marginalmente. En nuestro
entorno frecuentemente se observa que los cientficos se
jactan de hacer ciencia sin explicar los fundamentos

51
DORIS CASTAEDA ABANTO

filosficos de sus resultados; se limitan slo a exponer los


resultados de sus investigaciones, con lo cual pueden lograr el
reconocimiento y consagracin como cientfico, que es vital
para muchos.
Debemos destacar entonces que hay una necesidad de cultivar
valores elementales, como: la sencillez, altruismo, humildad y
capacidad para realizar nuevos aprendizajes en nuestros
cientficos actuales. Pero, sobre todo, hay urgencia por
continuar vinculando el quehacer cientfico con el filosfico.
ste es el punto ms importante -que a nuestro modesto modo
de ver- constituye uno de los pilares fundamentales sobre el
cual debe cimentarse la actividad del investigador (a).
Quiz por ese absurdo distanciamiento entre ciencia y
filosofa, muchos avances cientficos y tecnolgicos han
terminado por deshumanizar el mundo. Si bien es innegable
la importancia de la ciencia y la tecnologa en la actualidad,
tambin es relevante destacar que la ciencia no debera
desligarse de la filosofa para conservar y mantener vvida su
capacidad crtica.
Esta tendencia a separar la ciencia de la filosofa ha llevado a
repetir los conocimientos cientficos sin reflexionarlos,
analizarlos, criticarlos; aspectos que limitan la creatividad
humana y la condenan a la ms irracional repeticin de lo que
ya se dijo y se hizo, llegando inclusive, en el rea o campo
social, a aplicar los conocimientos o propuestas de desarrollo
a realidades totalmente diferentes a las que correspondieron
esos hallazgos.
Consecuentemente, vemos que es necesario reunificar la
ciencia y la filosofa, con lo cual sabemos que esta tarea es
bastante ardua y compleja, porque debemos romper con pre-

52
EPISTEME

concepciones sobre la realidad que hasta hoy, lo nico que han


hecho es sesgar la realidad en porciones, sin que a stas se
correspondan unas con otras.
Otro aspecto que resulta importante plantear es el referido a la
relacin que debe existir entre ciencia-tecnologa y sociedad, y
su natural vnculo con la filosofa. Cada propuesta cientfica,
debera integrarse a las necesidades sociales, adems la
ciencia avanza de acuerdo a los retos que le plantea la sociedad
o por lo menos, requerira ser as. La ciencia se debe a los
problemas y demandas sociales, pero aqu debemos plantear
algo que resulta muy importante: a qu sectores de la
sociedad van a servir los avances cientficos y tecnolgicos?;
hasta hoy, stos han servido principalmente a un pequeo
grupo de la sociedad, generalmente a los que ms medios
econmicos posee, relegando a sectores sociales mayoritarios
que se deben conformar con enterarse, observar, admirar y
desear desde fuera de la vitrina, lo que la ciencia y la
tecnologa producen.
Si la ciencia retoma su vnculo con la sociedad, la filosofa se
ir desarrollando a la par que la actividad cientfica, puesto
que puede volver a reflexionar sobre el origen y sentido de su
propia actividad y las implicancias que sta tiene en la vida de
los seres humanos.
El quehacer cientfico ha sido siempre un tema en debate, y la
filosofa de la ciencia examina sus propias preocupaciones al
respecto, las mismas que no tienen que ver ni con la forma a
travs de la cual se obtiene el conocimiento cientfico, ni con el
conocimiento mismo generado al interior de la ciencia. El
objeto de la filosofa de la ciencia es el estudio de esa cosa
llamada ciencia (Oliv, 1990: 32). Esto nos lleva a
reafirmar que la historia de la ciencia, es trascendente en la

53
DORIS CASTAEDA ABANTO

medida en que permite reconstruir los hallazgos cientficos y


su evolucin a lo largo de diversas etapas del desarrollo de la
humanidad.
El otro eje importante en el estudio de la filosofa de la ciencia
lo constituyen las reflexiones en torno al investigador (a) y su
quehacer, que no se circunscribe slo al mbito de la
generacin de conocimientos, sino al contexto en el cual se
producen y los efectos que va a repercutir en la sociedad.
El investigador (a), como personaje esencial en la ciencia, es
relevante en el sentido de que es capaz de responder a
interrogantes, como: quin es ese ser humano que busca
generar conocimientos?, cmo ha llegado a elegir el tipo de
conocimiento que intenta descubrir?, por qu eligi tal o cual
tipo de conocimiento o procedimiento para hacer ciencia?, a
quines servir el conocimiento generado?, cules son los
mviles personales y/o sociales para elegir un tema de
investigacin? Estas preguntas -en apariencia tan sencillas-
nos llevan a analizar el quehacer cientfico en el marco
filosfico sin separarlo de su contexto, sin aspirar una
neutralidad por parte del investigador (a) que sigue siendo
cuestionable.
Frecuentemente se tiende a calificar los conocimientos como
buenos, de regular calidad o malos, no obstante, ste no es un
tema central para la filosofa de la ciencia, a sta le interesar
qu se hace con los conocimientos producidos?, es decir stos
son tiles y, para qu sectores. A la ciencia le preocupa lo
genuino que puede o no ser el conocimiento o cmo se
corrigen los criterios que estn presentes en cada ciencia? A la
filosofa de la ciencia le ataer por qu funcionan o no?, y
cmo marchan los genuinos criterios epistemolgicos?

54
EPISTEME

La filosofa de la ciencia cuestiona la cientificidad de la


propia ciencia, pero no el conocimiento mismo, por tanto, se
encargar de brindar elementos para analizar la ciencia y el
quehacer cientfico. Consecuentemente, se debe entonces
filosofar sobre los fines de la investigacin cientfica de tal
forma, que el conocimiento generado sea reflexionado en el
contexto en el cual se produce y pueda analizarse en el marco
al cual servir.
No se trata de aceptar o no lo que la ciencia produce, sino,
bsicamente, de conocer los fines de la investigacin y del
quehacer del cientfico. Vale, pues, poner en tela de juicio no
slo los mtodos para la generacin de conocimientos, sino
para qu y por qu es relevante el quehacer cientfico? Esto
indudablemente nos lleva a la esfera de un anlisis y
reflexiones ms extensas y en profundidad acerca del
conocimiento como proceso y del papel que juega el cientfico,
as como tambin de los aportes que ste puede realizar a la
solucin de los problemas sociales.
En este tema es importante pensar crticamente acerca de los
cambios que ocurren cotidianamente, tanto en los procesos y
fenmenos del mundo, como en los propios investigadores y
en las metodologas empleadas por stos, porque el
conocimiento cientfico es dinmico, evoluciona y los
intereses de la ciencia tambin van cambiando.
Las ciencias requieren filosofar acerca de su historia, su
esencia para comprenderse a s mismas, en sus limitaciones,
en sus transformaciones y nuevos retos que le presenta la
realidad. A su vez, la filosofa requiere de la ciencia para
desarrollar sus concepciones acerca del mundo, de los seres
humanos y de la vida misma.

55
DORIS CASTAEDA ABANTO

De este ltimo prrafo, deducimos la correspondencia


biunvoca entre filosofa y ciencia, debido a que ambas tienen
sus propias preocupaciones, pero tambin sus convergencias y
divergencias, en torno a las cuales un anlisis crtico siempre
constituir un hito importante para el desarrollo de ambas.

INVESTIGACIN CIENTFICA EN AMERICA LATINA


Y EL CARIBE: DESAFOS Y PERSPECTIVAS
La investigacin cientfica en los pases en vas de desarrollo,
presenta una evidente paradoja, por un lado se admite que es
una necesidad urgente y se la reconoce como tal y por otro, no
cuenta con el apoyo requerido para poder llevarse a cabo. Es
ampliamente conocido el hecho que los pases
industrializados destinan buena parte de su presupuesto y
recursos humanos a la educacin y la investigacin, la ltima
para generar y comercializar conocimientos y tecnologa,
pues, todos estaremos de acuerdo que en esta poca del
desarrollo de las sociedades, no es la riqueza material la que
otorga poder a un pas, sino el conocimiento generado a travs
de la investigacin.
Las evidencias sealan, segn Tirado (2000), que los gastos
totales en investigacin y desarrollo, como proporcin del
producto interno bruto en Estados Unidos, se mantuvieron en
alrededor de 2.5%; en Alemania crecieron del 1.4% del
producto nacional en 1961 a cerca del 2.5% en 1985; en Japn
se verific una situacin similar (Mowery y Rosenberg, 1989:
208, citados por Tirado 2000). Entre 1975 y 1985, el gasto en
investigacin ejecutado en Italia creci a una tasa media anual
de 6.3%. Asimismo, reportaron que la industria estadouni-
dense empleaba en 1921 a 2,275 cientficos, en 1946 a 46,000,

56
EPISTEME

en 1962 a 300,000 y ms de 600,000 en 1985. En Japn, mien-


tras en 1979 se empleaban a 157,29 investigadores, para 1988
se ocupaban a 279,298 individuos (Grossman y Helpman,
1991: 8, citados por Tirado 2000). Estas cifras revelan la
enorme importancia de capacitar e incorporar cada da a ms
personas dedicadas a la ciencia, pues all est la clave de su
desarrollo y la generacin de tecnologa que exportan a pases
que no producimos, generando grandes dividendos para
quienes los produjeron.
En el caso mexicano, la Secretara de Salud (2002) seala que
el gasto pblico en investigacin de la salud representa 0.01 %
del producto interno bruto, cuando en pases industrializados
es de 0.1%. Adicionalmente, slo el 20% de los investigadores
en el rea de salud dedican tiempo completo a esta actividad y
el nmero de doctorados en salud, disminuy de 15.4% a 11%
entre 1990 y 1999.
Como consecuencia del bajo presupuesto designado a la
investigacin en salud en Amrica Latina, carecemos de una
actividad cientfica continuada autntica y consistente, capaz
de generar ciencia. Lo que producimos -con ciertas
limitaciones- es investigacin cientfica. Esta situacin tiene
diversas consecuencias asociadas al desarrollo del pas: la
inversin en ciencia podra constituir un factor de despegue
hacia la generacin de conocimiento que podra usarse no
slo para mejorar las condiciones de vida de la poblacin, sino
como medio para lograr ingresos econmicos procedentes de
la venta de tecnologa (elaborada con base en el conocimiento
obtenido a travs de la investigacin cientfica). En
consecuencia, mientras la inversin en investigacin sea
escasa, continuaremos importando conocimientos cientficos
y tecnologa, seguiremos siendo un pas dependiente, como lo
somos hasta hoy.

57
DORIS CASTAEDA ABANTO

Las polticas de los pases latinoamericanos en el rea de la


ciencia y tecnologa, son sumamente incipientes y limitadas,
an se considera un gasto y no una inversin al recurso
destinado a las reas en mencin; con esa visin, se continuar
limitando el despliegue de la actividad cientfica en nuestros
pases.

Por un lado, las polticas gubernamentales y sus escassimos


recursos destinados a la investigacin cientfica; y por otro
lado, la falta de preocupacin por el recurso humano que
produce ciencia; adicionalmente a lo antes expuesto,
vislumbramos un desarrollo cientfico lento, con muchas
limitaciones y con escasas oportunidades de actualizacin y
capacitacin, continuaremos necesitando el retorno de
cerebros porque no se implementarn polticas con aborden
con seriedad este tema. Segn Cereijido (1997) entre 1961 y
1983 emigraron de Amrica Latina a Estados Unidos, Canad
e Inglaterra 700 mil profesionales de alta calificacin.

En el caso peruano, la ausencia de investigacin por parte de


las universidades o Instituciones de Educacin Superior es
evidenciada por The academia ranking of world universities,
elaborado por the Institute of Higher Education of de
shanghai Jiao Tong University, de China, que identifica las
1000 universidades mejores del mundo (las que producen ms
investigacin), ranking en el cual no aparece ninguna
universidad peruana, es decir, en el Per hay muchas limita-
ciones para hacer ciencia con tan pocos recursos destinados a
la investigacin y a la calificacin de sus profesionales.

A inicios del presente ao, en The Times Higher World


University Rankings, elaborado por la revista The Times, la
nica universidad peruana que aparece entre las 500 mejores

58
EPISTEME

universidades del mundo es la Pontificia Universidad Catlica


del Per (PUCP).
De igual modo en el Webometrics ranking of world
universities, elaborado por el laboratorio de Internet
(CINDOC-CSIC) de Espaa, la PUCP aparece como la
universidad peruana mejor ubicada (puesto 1 020 a nivel
mundial), seguida de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos (puesto 1 380 a nivel mundial). En este rango, tanto la
PUCP como la UNMSM, son las dos nicas universidades del
Per localizadas entre las 100 instituciones ms sobresalientes
de Amrica Latina.
Hemos visto, que tanto en Mxico como Per, para citar slo
dos casos, la actividad cientfica est siendo descuidada por
los diferentes gobiernos, quienes creen lograr el desarrollo con
polticas populistas o asistencialistas que limitan una visin
ms amplia de la realidad de la regin, sin considerar que la
ciencia al servicio de la sociedad podra ser el motor para
lograr una mejor calidad de vida de la poblacin.

CONCLUSIONES
Como conclusin de este captulo, podemos sealar que se
trataron aspectos relacionados con el conocimiento, desde la
argumentacin y explicacin filosfica, para luego trasladar el
anlisis al mbito de la salud. Asimismo, destacamos las
diferentes concepciones respecto al conocimiento, el cual en
nuestro medio slo ha sido difundido en su versin occidental
(relacin sujeto-objeto), aqu hemos presentado nuestro
propio punto de vista, el cual se centra en la comprensin de la
relacin sujeto-objeto en tres dimensiones, que ubican al

59
DORIS CASTAEDA ABANTO

sujeto y al objeto en el mismo plano de anlisis. Tambin


hemos reflexionado en torno a la actividad cientfica en los
pases de Amrica Latina, en los cuales no podemos afirmar
an, que estamos produciendo ciencia, ms bien se trata de un
limitado desarrollo de la investigacin cientfica, el cual se ha
ido volviendo cada vez ms difcil y escaso.

60
Captulo II
Anlisis y Crtica de las
Teoras del Desarrollo

Los ejercicios de teorizacin social


entraan compromisos
epistemolgicos, metodolgicos
y prcticos por parte del teorizante

Preston

Produce una inmensa tristeza


pensar que la naturaleza habla
mientras el gnero humano no escucha

Vctor Hugo

E l Desarrollo histricamente se ha asociado al crecimiento


y la evolucin, no obstante este crecimiento se fue
vinculando fundamentalmente a la economa, bajo el
supuesto de que por extensin, luego de incrementarse los
ingresos, la poblacin iba a mejorar sus condiciones de salud,
educacin, vivienda, recreacin, entre otros.

61
DORIS CASTAEDA ABANTO

En los inicios del siglo XXI observamos que el crecimiento


econmico -por lo menos para la mayora de pases de
Amrica Latina y el Caribe- escasamente se ha traducido en
una mejora de la calidad de vida de la poblacin, por esta
razn, proponemos que el Desarrollo podra empezar
partiendo de los factores sociales -entre ellos la salud y la
educacin- para posteriormente y en paralelo, mejorar los
aspectos econmicos.
Un caso concreto de crecimiento econmico sostenido
durante siete aos es el Per, sin embargo, la calidad de vida
de la inmensa mayora se ha deteriorado, los ndices de
delincuencia -no slo en Per, sino en los pases de Amrica
Latina-, se incrementaron, as como tambin otros problemas
sociales se agudizaron en este mismo perodo.
Cabe entonces examinar lo que est ocurriendo tanto en la
teora como en la prctica, pues las teoras hasta hoy slo han
explicado una parte de la realidad, y sta ltima ha terminado
por desbordarlas. Lo que proponemos es una re-lectura de la
teora social y de la realidad a fin de trabajar ms con nuestras
propias propuestas y potencialidades, sin ceirnos exclusi-
vamente a los modelos de desarrollo forneos, que en general
han fomentado una mayor dependencia de la regin de pases
de Amrica Latina y el Caribe.

EL DESARROLLO: UN PARADIGMA Y PRAXIS EN


CUESTIN
En su acepcin ms conocida y tradicional, desde el punto de
vista de las Ciencias Sociales, Barfield (2000) ha definido al
desarrollo como un proceso de cambio, por el cual una
proporcin creciente de ciudadanos puede gozar de un nivel

62
EPISTEME

de vida material ms alto, de mejor salud y una vida ms larga,


de ms educacin, mayor control y capacidad de eleccin
sobre su forma de vida. En general, se considera que el
desarrollo descansa en mayores niveles de productividad del
trabajo, que pueden lograrse aplicando la ciencia, la tecno-
loga y formas ms eficientes de organizacin econmica y
administrativa.

El concepto de desarrollo es uno de los ms controversiales; en


Ciencias Sociales se han elaborado vastas teoras desde
diferentes perspectivas para analizar el desarrollo y su
contrario-unidad: el subdesarrollo; pero, hasta hoy los
cientficos sociales no han logrado unificar criterios para
explicar por qu determinadas sociedades tienen niveles de
vida tan dismiles respecto a otras cercanas.

Histricamente el trmino desarrollo -importado de las cien-


cias naturales para significar liberacin de potencialidades de
un organismo, con el objeto de alcanzar su forma natural
madura- cobr importancia cuando Truman afirm que
debemos emprender un nuevo programa audaz que permi-
ta que los beneficios de nuestros alcances cientficos y nuestro
progreso industrial sirvan para la mejora y el crecimiento de
las reas subdesarrolladas citado por Esteva (1996). Desde el
discurso de Truman, millones de personas pasaron a ser
subdesarrolladas, a ser tratadas y actuar como tales.

En tono crtico, Morin (2000) asevera que el concepto hasta


ahora fue mitolgico, reduccionista (tecno-economicista) y
mutilado, por tanto, es necesaria su reformulacin, en el que
nunca ms se lo subordine al crecimiento; sino el crecimiento
al desarrollo. Siguiendo esta lnea de pensamiento, los factores
sociales resultan esenciales para lograr el bienestar.

63
DORIS CASTAEDA ABANTO

En la perspectiva de Zapata (1994), Desarrollo significa


crecimiento integral -no slo econmico- para mejorar la
nutricin, salud, educacin y las condiciones fsicas de vida; la
sola mejora no significa que la pobreza haya quedado resuelta,
tambin implica cambio poltico, econmico, cultural y tnico
en conjunto. Y, finalmente, sosteneremos que la carga
ideolgica de los trminos desarrollo y subdesarrollo, lo nico
que hacen es incrementar las brechas entre pases, porque los
denominados en vas del desarrollo, creen que estn
camino al desarrollo, sin una orientacin autntica que mire
hacia dentro, es decir, a las potencialidades de cada nacin.

El anlisis del desarrollo como herramienta terica, permite


comprender los diferentes procesos sociales en los que est
inmerso un amplio sector de la humanidad, sin olvidar la
carga ideolgica y poltica del vocablo, que muchas veces
termina por dirigir las polticas y la vida de millones de seres
humanos en el mundo (como hasta hoy ha ocurrido), pues, el
desarrollo y su instrumentacin responden a intereses que
favorecen a grupos hegemnicos que rigen los destinos de
cualquier pas del mundo. Las recetas del Fondo Monetario
Internacional (FMI) para el manejo de la economa en los
pases subdesarrollados, son un claro ejemplo de esta
situacin.

Es necesario destacar que el desarrollo no slo puede


lograrse a partir de mejoras econmicas, sino puede asumirse
que los factores sociales (como la salud y la educacin) son tan
esenciales, que hasta podran significar las transformaciones
ms radicales de la sociedad, tras lo cual se intenta mostrar
que el desarrollo no necesariamente se inicia con el
crecimiento econmico, porque la vida humana va ms all de
lo material.

64
EPISTEME

Los mltiples programas y proyectos de desarrollo


implementados en todos los pases subdesarrollados,
muestran claramente que no dejaron de ser paliativos al tema
de la pobreza, pero el problema de fondo persiste. Si todas las
propuestas hubieran funcionado, en la actualidad no
existiran pases en condiciones de vida pauprrimas. Hoy
observamos que las brechas entre pobres y ricos aumentan.
Ser entonces que la pobreza deber enfrentarse desde los
propios sistemas y su esencia.
La historia de las sociedades cada da nos muestra que las
desigualdades se mantienen, acentan y perpetan. Cualquier
teora del desarrollo ha quedado rebasada por la realidad.
Ninguna al ser aplicada a la realidad, ha logrado consolidar
un Estado prspero (luego de haber seguido las medidas
correctivas). Entonces, de qu desarrollo estamos hablando?.
En la escena mundial lo nico que tenemos son diversas
medidas para perpetuar el capitalismo. Tal pareciera que
cualquier propuesta como el neoliberalismo o la globa-
lizacin, no pasan de ser formas de regenerar el capitalismo.
Ninguna apunta a trabajar sostenidamente por una sociedad
equitativa.

Crtica de las teoras clsicas del desarrollo


Elaborar una sntesis de las teoras del desarrollo no es tarea
simple, es ms bien un ejercicio sistemtico que permite
depurar elementos para tomar aquellos que son tiles a la
comprensin de la realidad en la cual estamos inmersos; en
este sentido, se han tomado en cuenta los aportes tericos de
mayor impacto en las polticas de desarrollo implementadas
en pases de Amrica Latina.

65
DORIS CASTAEDA ABANTO

Los tericos del desarrollo que ms han influenciado el


pensamiento contemporneo son, entre otros: Adam Smith,
Karl Marx y Talcott Parsons. Cada uno desde su particular
punto de vista analiz la economa y su relacin con la
sociedad. Sus contribuciones a la teora social y las
repercusiones en la aplicacin de sus ideas han dado la vuelta
al mundo. Sin embargo, ningn terico clsico destaca en
primer plano a los factores sociales (por ejemplo salud y
educacin) involucrados en el desarrollo. Su preocupacin
central estuvo en los procesos productivos, a travs de los
cuales las sociedades alcanzaran mejores niveles de vida.

Adam Smith, desde un enfoque economicista, propuso al libre


mercado, bajo la necesidad de que los precios de los productos
se rijan por la oferta y la demanda. Consider que en el
mercado hay una mano invisible que lo regula, por lo que el
Estado no debe intervenir en la economa. Las polticas
neoliberales introducidas desde 1980 en la mayora de pases
de Amrica Latina, han producido un descuido casi total del
Estado en los asuntos sociales, principalmente en la salud y la
educacin, dejando al desamparo a miles de familias,
principalmente aquellas de menos recursos. Paradjicamente
Cuba, pas con mltiples carencias materiales, tiene como eje
de su desarrollo a estos dos factores.

En Amrica Latina, la implementacin de polticas


neoliberales y las recomendaciones del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco
Interamericano del Desarrollo (BID), han influido sobre la
reduccin del presupuesto en el gasto social, lo cual repercute,
por ejemplo, en el mbito de la salud y la educacin, pues, el
Estado cada vez es menos responsable de la provisin de
servicios sociales bsicos. Segn Velsquez (1992), desde

66
EPISTEME

1988 en adelante se plante la participacin de la poblacin en


la preservacin de la salud de los grupos ms desprotegidos y
se insisti en la prevencin, para lo cual se ha instrumentado
un modelo de atencin integral de la salud, no obstante la
poblacin no participa efectivamente, y el Estado tampoco,
razn por la cual la calidad de vida se ha deteriorado, an
cuando la esperanza de vida, medida en aos, se haya
incrementado.

Siguiendo a los clsicos, Marx fue uno de los tericos de


mayor presencia en la temtica del desarrollo, sus
contribuciones en el mbito econmico, social y filosfico son
trascendentales. Preston (1999), afirma que ningn pensador
en la historia ha podido formular con precisin propuestas de
cambio vlidas para 100 aos, como lo hizo Marx y por
supuesto, la idea del subdesarrollo no es ajena a l.

La nocin de subdesarrollo en Marx, segn Valqui (2004),


aparece estudiada cuando se refiere a formas de trabajo no
remuneradas en la produccin, marginacin y ocupacin
ilegal de terrenos, sector terciario extendido, aparicin del
papel social del ama de casa, las etnias, maquinarias opresoras
y corruptas; stas no son slo anomalas, sino creaciones del
modo de produccin capitalista. El proceso de mercanti-
lizacin del trabajo se acompa con el reamoldamiento de
las formas de subsistencia laboral.

Para Marx los factores econmicos son determinantes en las


formas de vida social, por eso sus estudios se centraron en
develar las leyes del sistema capitalista, sin embargo, l jams
plante que los factores econmicos sean los nicos en la
existencia humana, ya que concibi y asumi a las personas
como seres complejos y multidimensionales. Aplicado el

67
DORIS CASTAEDA ABANTO

anlisis marxista al mbito de la salud, se observa que son las


condiciones de vida material las que explican las persistentes
patologas de la modernidad, y es la plusvala capitalista el
fundamento de la mercantilizacin de la medicina y de la
salud. Como se puede observar, El cuerpo humano entr
dos veces en el mercado: una primera vez por el trabajo
asalariado y una segunda, por medio de la salud. El cuerpo
entra, por tanto, nuevamente en un mercado econmico en
cuanto es capaz de enfermedad o de salud, de bienestar o
malestar (Foucault, 1996: 59).

Igualmente si aplicamos este anlisis a la realidad educativa,


encontramos que con la liberalizacin del mercado, han
aparecido mltiples Instituciones Educativas, empresas que
compiten por un mercado creciente, muchas de las cuales en
lugar de mejorar la calidad educativa, la estn deteriorando.

Entre los clsicos figura tambin Talcott Parsons, socilogo


norteamericano que desarroll la escuela estructural-
funcionalista en las ciencias sociales, la misma que ha tenido y
an tiene gran influencia en las polticas de desarrollo de
Amrica Latina. Sus propuestas surgieron como respuesta
norteamericana a la Teora Marxista. En la visin de Parsons
se afirma que el capitalismo como sistema es perfectible, por
tanto, los cambios podran realizarse dentro de sus bases
actuales, pues, denotan perturbacin ms o menos profunda
de la integracin social.

La conducta humana es voluntaria y se orienta por dos


elementos importantes: los medios y los fines; en este marco,
existe la presencia de un actor, una situacin y una orientacin
del actor. Los actores ocupan posiciones en relacin a la
estratificacin social, por tanto, tienen cierto status social.

68
EPISTEME

Los papeles que desempean los actores se denominan roles, y


son stos los que diferencian a los integrantes de la sociedad.
La evolucin social se producira cuando todos los integrantes
del sistema social cumplan sus roles de manera armoniosa, de
otra forma se estara presentando una disfuncin que debe ser
corregida por el sistema normativo imperante.

Trasladando este pensamiento al mbito de la salud, en este


sistema sera posible corregir las imperfecciones del
capitalismo que han devenido en acceso diferenciado a los
servicios de salud, sin embargo, esto no ha sido posible en el
marco real de la prctica mdica. Actualmente, el Estado slo
parcialmente se encarga de proveer servicios de salud al
alcance de quienes los requieren, en tanto que es la iniciativa
privada, a travs del mercado, la que cada da va logrando
mayor espacio en la oferta de servicios de salud, los mismos
que no siempre son accesibles a la mayora de quienes
realmente necesitan atencin de calidad. De la misma forma
en el mbito educativo, estn como decamos en lneas
anteriores- proliferado diversas instituciones de educacin
inicial, primaria, secundaria y superior- basadas en la
inversin empresarial, muchas de las cuales son de dudosa
calidad, lo cual obviamente influye en un deterioro de la
calidad del servicio educativo, a tal punto que en el Per
estamos ubicados al final de los ranking en lo que ser refiere a
comprensin lectora y razonamiento matemtico, esta
situacin se refleja en una postergacin permanente en cuanto
a bienestar se refiere. Las desigualdades se acentan y aunque
el Per (para citar un solo caso) lleve siete aos consecutivos
de crecimiento econmico, la calidad de vida de su poblacin
no ha mejorado significativamente, en la percepcin de los
peruanos la situacin ha empeorado.

69
DORIS CASTAEDA ABANTO

Crtica a las teoras latinoamericanas del subdesarrollo


Las teoras latinoamericanas que explican el subdesarrollo de
esta regin, se inscriben fundamentalmente en dos ejes de
anlisis: la modernizacin y la dependencia. En ambos casos
el factor econmico constituye el centro de cualquier
propuesta.
La teora de la modernizacin afirma que el subdesarrollo se
debe a que las sociedades continan con sus tradicionales
modos de vida, no se industrializan ni adoptan nuevas tecno-
logas para incrementar su produccin y productividad. Para
Rostow (1953), los cambios en las sociedades se producen a
medida que stas ascienden desde los rasgos ms primitivos a
los ms desarrollados, por tanto, los factores econmicos,
centrados en el avance de la ciencia y la tecnologa, son los
responsables de llevar a cabo las grandes transformaciones.
Los intentos por modernizar los pases latinoamericanos no
fueron fructferos a largo plazo y quiz ni siquiera en el corto
plazo; especficamente en el campo de la salud y la medicina,
se instaur el modelo mdico moderno que formalmente ha
desplazado a cualquier tipo de conocimientos y prcticas. De
la misma forma en el mbito educativo se prioriz la
implementacin de modelos extranjeros con escaso correlato
a nivel de realidad latinoamericana.
La teora de la dependencia seala que el subdesarrollo se
construye a partir de las estructuras globales en las que se
encuentran los pueblos latinoamericanos, caracterizadas por
una situacin de dominio de los pases occidentales, esta
dependencia se relaciona con factores histricos referentes al
colonialismo y exportacin de materias primas e importacin
de productos manufacturados y tecnologa.

70
EPISTEME

Para explicar la dependencia surgieron diversos tericos,


quienes recurrieron a la historia y anlisis de la situacin
latinoamericana para luego aproximarse a la comprensin de
la realidad y sus alternativas de solucin. Andr Gunder
Frank, desde una posicin ideolgica de izquierda, considera
que el capitalismo mundial y nacional gener el subdesarrollo
en el pasado, proyectndose tambin hacia el presente. Esta
misma dominacin econmica interfiere en el campo de la
salud, en el que se ha logrado imponer la medicina cientfica
sobre la tradicional y otras alternativas, sin que, entre ellas,
existan relaciones horizontales y dialgicas, podemos afirmar
que en la prctica, este fenmeno no es otra cosa que una
forma de colonialismo modernizado, ya que cuenta con un
centro cultural dominante donde se genera la mayor parte del
conocimiento mdico y tecnolgico (este es el caso de Estados
Unidos y los pases industrializados) y donde se disea el
modelo operativo que deber seguirse de acuerdo con su
visin de la salud, para su propagacin entre los pueblos
colonizados, como los denominados pases en vas de
desarrollo.
Otro de los tericos del subdesarrollo, forjador del
Estructuralismo latinoamericano y que mayor influencia ha
ejercido, es Ral Prebisch y la Comisin Econmica para
Amrica Latina (CEPAL). Segn Quiroga (2003), el llamado
desarrollismo se sustent en la necesidad de cambiar la
asimetra de las relaciones entre centro y periferia, por la
tendencia secular al deterioro de nuestros trminos de
intercambio y por otras facetas estructurales. Bajo estas condi-
ciones, la CEPAL promovi la necesidad de industrializar
internamente los pases con la participacin del Estado como
agente activo de los procesos de cambio teniendo como
responsabilidad la dotacin de servicios.

71
DORIS CASTAEDA ABANTO

Tanto las teoras de la modernizacin como las de la


dependencia se han preocupado casi exclusivamente por la
economa, en ambos casos, lo fundamental fue el crecimiento
econmico, tras lo cual por filtracin deberan producirse
mejoras a nivel social, poltico y cultural. Para las teoras de la
modernizacin, el sector rural y con l todos los conoci-
mientos, se consideraban obsoletos y deberan extinguirse.
Haciendo un balance general, se observa que ni la economa
creci y se distribuy equitativamente, ni lo social se
promovi generando una mejora en la calidad de vida de la
poblacin; contrariamente hoy se tienen grandes sectores
poblacionales empobrecidos que da a da ven deteriorados
sus niveles de vida.

SOBRE LOS NUEVOS PARADIGMAS DE


DESARROLLO DE LOS PASES
LATINOAMERICANOS Y DEL CARIBE:
ANLISIS Y CRTICA
En consonancia, con las teoras del desarrollo antes
enunciadas, la visin del desarrollo, estuvo y an est sesgada
por el economicismo. Quiroga (2003) sostiene que todas estas
propuestas han generado efectos contradictorios y conse-
cuencias negativas sobre la sustentabilidad ambiental y de los
ecosistemas, as como en las dinmicas culturales de las
comunidades humanas.
Desde la dcada de los aos 80, se introdujeron en los pases
de Latinoamrica polticas neoliberales, que prometieron ser
la solucin a los difciles problemas de inflacin, deuda
externa, desempleo, escasa cobertura de servicios sociales,

72
EPISTEME

entre otros. En ese entonces, la crisis de la deuda externa


oblig a una reestructuracin de la economa. Por tanto, se
opt por abrir la economa y orientarla hacia el modelo
promocional de exportaciones, buscndose un cambio
estructural que hiciera ms dinmico el desarrollo nacional.
Las polticas neoliberales produjeron en varios pases de la
regin un cambio brusco en la relacin Estado-Sociedad. Los
servicios sociales -entre los ms importantes la salud y
educacin- empezaron a ser ofrecidos por el sector privado.
La calidad de los servicios no mejor en todos los casos, muy
por el contrario disminuy, por ejemplo, el presupuesto se
redujo a tal punto, que actualmente, por ejemplo en el caso de
la atencin mdica, el xito se mide por el incremento en el
nmero de pacientes atendidos en el menor tiempo posible, lo
cual, en cierta forma, desvirta el ejercicio de la medicina en la
relacin mdico-paciente.
Cada vez se cuestiona ms al modelo neoliberal, cuyo costo
social es sumamente elevado, no slo en la liberalizacin de
los servicios, sino tambin en la deshumanizacin. Rozo
(2000), citando a Sartori, se pregunta: satisface el mercado
todas las necesidades humanas?, ah se pueden comprar
todos los bienes y servicios que hacen falta, sin considerar,
desde luego, lo que necesitamos espiritualmente? Sus
conclusiones consideran al mercado como una entidad deshu-
manizada y deshumanizadora, cruel con el individuo, pero
que sirve a la sociedad.
Las necesidades espirituales casi son olvidadas debido a que la
rentabilidad mxima se ha impuesto y cada sujeto debe
caminar al ritmo, dejando de lado o postergado lo elemental
como es la salud, la educacin, la recreacin, entre otros. En
esta dura competencia por ingresar al mercado, el estrs ya

73
DORIS CASTAEDA ABANTO

forma parte casi inherente de los nuevos estilos de vida de este


siglo, tras lo cual las enfermedades se exteriorizan generando
cuadros clnicos ms complejos que en el pasado. Esta
situacin nos lleva a replantear la vieja concepcin del
desarrollo centrada en los factores econmicos, es necesario
-por no decir urgente- recordar que los seres humanos
constituimos una totalidad dinmica y, consecuentemente,
requerimos que cualquier accin o concepcin del desarrollo
sea abarcadora, ms que excluyente o marginadora.

Una nueva propuesta de desarrollo que intenta ser ms


holstica, la gener el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo (PNUD), que ubica al ser humano en el centro
de cualquier poltica social, considerando que ste es un ser
integral, capaz de alcanzar su bienestar con base al cultivo de
sus propias capacidades y con el aprovechamiento de las
oportunidades que ofrece el sistema. Amartya Sen (2003)
asume que las necesidades humanas no son absolutas y, por
tanto, los satisfactores bsicos no son estticos porque se
adaptan a los cambios sociales y a sus productos. Para Sen, no
es la cantidad de cosas lo que da felicidad, sino qu tan felices
somos con lo que tenemos. Reconoce que la generacin de
riqueza no es un fin en s mismo, sino un medio privilegiado
para impulsar el desarrollo humano, el cual puede ser definido
como un proceso conducente a la ampliacin de las opciones
de las personas en todas las esferas. Estas oportunidades se
crean y recrean con la expansin de las capacidades humanas.
El PNUD (2002) considera que son tres las opciones
esenciales de la gente: vivir una vida sana y saludable, tener
acceso al conocimiento y la educacin, y a los recursos
necesarios para lograr una vida acorde con la dignidad
humana. En este sentido, explcitamente se promueve la

74
EPISTEME

necesidad de atender un desarrollo basado en las necesidades


de la poblacin.
Esta propuesta cobra relevancia en la medida en que dentro
del plano personal y social se toma en cuenta la salud (ver
Figura), de igual forma se otorga importancia a la educacin,
la capacitacin y la informacin. En el mbito social son
varios los aspectos considerados: familia, organizacin,
cultura, recreacin; tambin son igualmente trascendentes los
elementos fsicos y econmicos, tales como: infraestructura,
equipamiento, empleo, entre otros.

Figura 2: Concepcin del Desarrollo Humano

Oportunidades de ingreso
Empleo
Proyectos productivos
Econmica Desarrollo de patrimonio Personal
Crdito
Ahorro

Infraestructura de servicios Nutricin y alimentacin


Equipamiento bsico Persona Salud e higiene
Educacin
Recursos naturales Familia
Vivienda Capacitacin para el trabajo
Comunidad Informacin
Nacin

Familias
Organizacin comunitaria
Fsica Organizaciones de la sociedad Social
Cultura
Deporte y recreacin

Fuente: Secretara de Desarrollo Social, Mxico, 2001

75
DORIS CASTAEDA ABANTO

DESARROLLO Y SALUD: SISTEMA Y COMUNIDAD


HUMANA
Un componente esencial del desarrollo, y quiz el ms
descuidado, sobre todo en pases en vas de desarrollo, es la
salud; Rosen (1985) remarcaba que la salud de nuestro
pueblo es nuestro ms precioso bien nacional. Pese a la
importancia popular de la salud, las polticas de desarrollo de
los diversos pases del mundo, no la han ubicado como un
factor sin el cual es difcil y por qu no decirlo imposible,
alcanzar un bienestar general. Gracias a la salud, la gente
tiene la posibilidad de trabajar y proveerse de medios de
subsistencia, quiz cuando las personas se enferman o pasan
por episodios mrbidos duraderos, es cuando recin valoran
la trascendencia de la salud en sus vidas.

La salud y la enfermedad como procesos inherentes a la vida,


son tan importantes desde el punto de vista del servicio social
que, incluso, definen la vida de las personas. No obstante,
muchas veces los servicios de salud han cado en el mercan-
tilismo. Las grandes empresas farmacuticas transnacionales
consolidan su podero a costa del empobrecimiento y dolor
ajeno. Los recursos naturales con fines medicinales, extrados
de las comunidades rurales, se han patentado a nombre de
pases industrializados, dejando en la mayora de casos, sin los
recursos a quienes cultivaron el conocimiento mdico-
tradicional (herbolario).

Resulta, pues, que la salud, adems de ser un concepto


cultural y social, es un tema que involucra muchas aristas, que
en sociedades en vas de desarrollo merece ser reflexionado y
valorado, tomando en cuenta la diversidad de los grupos
humanos.

76
EPISTEME

El desarrollo, entendido como un proceso tendiente a los


cambios cuantitativos y cualitativos en los mbitos
econmico, poltico, cultural, social, fsico y espiritual, tiene
como objetivo final el mejoramiento y sostenibilidad de la
calidad de vida de los seres humanos. Esta forma de concebir
el desarrollo, considera que el componente social es tan
importante como el poltico, cultural y econmico, conse-
cuentemente, no slo se trata de optimizar estos factores, sino
de contribuir al mejoramiento de la salud de los miembros de
la sociedad.
La nica va para lograr el desarrollo, no es partiendo de los
factores econmicos, sino que es posible seguir el camino
inverso, es decir que lo social, lo cultural, lo poltico, pueden
generarse mejores condiciones econmicas y bienestar. La
salud y la educacin pueden ser elementos de partida en este
proceso ya que De la buena salud de la poblacin depende
la prosperidad econmica, el bienestar social y la estabilidad
poltica. No puede haber desarrollo humano sin un sistema
de salud (Secretara de Salud de Mxico, 2001).

La salud, como hecho social, permite a los sujetos


incorporarse a cualquier actividad cotidiana. El comn de la
gente manifiesta con frecuencia que teniendo salud, el resto
puede arreglarse. Pese a la importancia que la poblacin le
otorga, las polticas de desarrollo, no la han ubicado en
trminos reales y efectivos- como un factor sin el cual es difcil
y hasta imposible lograr el bienestar.

Alleyne (2002) asume al desarrollo como reflejo de cambios


en la condicin humana, que permiten el florecimiento del
espritu y la realizacin de su potencial. En este sentido,
implica cambios en la salud, y son stos los que van a facilitar o

77
DORIS CASTAEDA ABANTO

instrumentar el progreso. Al respecto, este mismo autor seala


que los estudios macroeconmicos demuestran que la
inversin en salud puede acelerar el crecimiento econmico,
aunque con un intervalo de demora La salud es inversin
para el desarrolloEl desarrollo econmico, el bienestar
social, la estabilidad poltica y la seguridad nacional dependen
de la buena salud (Secretara de Salud de Mxico, 2001: 17).
Los conocimientos mdico-tradicionales han evitado a los
gobiernos la inversin de millones de dlares para dedicarlos a
la salud, y tambin han aportado y an aportan abundante
informacin a la ciencia y al desarrollo de los pueblos. Parti-
cularmente en el mbito rural y de grupos tnicos, es donde se
generan gran parte de los conocimientos en salud humana,
por tanto, stos continan contribuyendo al mejoramiento de
la calidad de vida de sus pobladores y por ende, al desarrollo
en todas las regiones del pas y de otros pases mundo.
Durante ms de 6 siglos, el predominio de la medicina
cientfica ha representado tambin la subyugacin de las
prcticas mdico-tradicionales, que an, siendo criticadas,
son utilizadas por la misma ciencia mdica para generar
conocimientos y tecnologas que, cuando ingresan al
mercado, dejan de ser accesibles a quienes los produjeron.
Adems, millones de personas en el mundo siguen
recurriendo al conocimiento mdico-tradicional, debido a
razones culturales o sencillamente porque no cuentan con
recursos econmicos suficientes, e incluso, porque pudiendo
hacerlo ya no encuentran alivio, se han saturado de frmacos
con efectos colaterales nocivos para la salud o bien por haber
sido desahuciados por la ciencia moderna.
Podemos afirmar que, en los pases latinoamericanos, la
medicina tradicional como componente de la sociedad y de su

78
EPISTEME

desarrollo, constituye una opcin histricamente vlida en


contextos -como de los pases latinoamericanos- en los cuales,
por razones socio-econmicas o de otra ndole, gran parte de
la poblacin no accede a la medicina formal, pero tambin
porque cada da la poblacin se inclina ms hacia el uso de
medicamentos y terapias alternativas que le garanticen una
mejor calidad de vida en el mediano y largo plazo. Asimismo,
los propios practicantes de la medicina tradicional,
consideran que el conocimiento de plantas medicinales, su
investigacin y aplicacin al mejoramiento de la salud, son
fuente importante para la generacin de recursos en pases de
Amrica Latina y el Caribe.
Por tanto, es importante desarrollar y potenciar otras opciones
de salud, las cuales se han conocido y practicado y se
mantienen en diversas sociedades. Esto ha permitido a
diferentes generaciones no slo resolver el problema de la
enfermedad, sino tambin el desarrollo de la creatividad y
mltiples conocimientos que han generado opciones vlidas
permitiendo mantener un equilibrio fsico, mental y espiritual
en la poblacin.

Medicina tradicional y Desarrollo Rural


Como ya hemos analizado el concepto de desarrollo ha sido
cuestionado fundamentalmente por su sesgo economicista.
Morin (2000), Zapata (1994), Bjar (2001), entre otros, han
expresado que el trmino mismo est en crisis y connota
factores ideolgicos que impiden la plena realizacin de las
capacidades humanas, por lo que resulta imprescindible
retomar los factores sociales vinculados al desarrollo, en los
cuales la salud juega un papel fundamental, ms an cuando

79
DORIS CASTAEDA ABANTO

sta forma parte del conocimiento popular sintetizado por la


medicina tradicional.
Una de las reas donde el concepto de desarrollo ha fracasado
es la zona rural, la misma que contina presentando -en los
pases de Amrica Latina- los ms bajos ndices de
escolaridad, de salud, de ingreso y condiciones de vida,
debido a lo cual muchas personas abandonan el campo en
busca de una vida digna de la especie humana.
Ante esta situacin, se han llevado a cabo variadas
explicaciones tericas, a la vez que se han ejecutado diversos
proyectos de desarrollo rural con el objetivo de mejorar las
condiciones de vida de este sector poblacional. Los avances
podramos traducirlos como modestos en relacin a las metas
de gobiernos, agencias internacionales u organismos no
gubernamentales, por lo cual es necesario generar nuevas
propuestas para teorizar y operacionalizar el desarrollo, de
manera particular, el desarrollo rural. En este sentido, hemos
revisado algunas definiciones del trmino para posterior-
mente presentar nuestra propia conceptuacin.
Segn Rodrguez (2000), el desarrollo rural puede entenderse
como un proceso de transformacin que tiene lugar en las
reas rurales e incluye mujeres, hombres, nios (as), jvenes y
ancianos (as), que son parte de un proceso ms amplio de
cambios que apuntalan al desarrollo global. Se trata de
transformaciones sostenidas, dirigidas a lograr los niveles de
participacin de las personas en las decisiones que afectan sus
vidas.
Esta definicin destaca un escenario geogrfico (el rural),
sobre el cual se producen transformaciones. Efectivamente,
en el mbito rural se han llevado a cabo diversos cambios, sin

80
EPISTEME

que stos hayan favorecido a la mayora de sus habitantes. En


consecuencia, no se trata de presentar escenarios con cambios
-de hecho tambin ocurren en el mbito urbano- sino de
identificar si stos pueden ser adecuados y beneficiosos al
medio rural (y eso lo dirn los propios campesinos), sin
resquebrajar su unidad organizativa interna.

Sobre las transformaciones que ha sufrido el medio rural,


Rubio (2001) seala que los campesinos han pasado de la
explotacin a la exclusin. ste es un punto muy importante
en el anlisis del mbito rural, debido a que histricamente
este proceso ha ocasionado rupturas al interior de las
comunidades, frente a las cuales los campesinos han resistido
con estoicismo, aunque tambin han vivido situaciones que
han terminado por erosionar sus conocimientos o condiciones
de vida.

En el anlisis histrico de Rubio tambin se asevera que


durante la post guerra los campesinos eran visualizados por la
sociedad como agentes que provean alimento a la sociedad,
los que tenan derecho a la tierra por el solo hecho de
cultivarla, los que requeran ir acorde con el progreso. Pero
ahora son vistos como sectores anacrnicos e ineficientes, a tal
punto que han devenido en un estrato invisible, tanto
tericamente como en las polticas sociales.

Una segunda definicin del desarrollo rural, la proporciona


Enkerling et, al., (2001), sosteniendo que es un proceso de
mejora del nivel de bienestar de la poblacin rural, y de la
contribucin que el medio rural hace de forma ms general al
bienestar de la poblacin en su conjunto, ya sea urbana o rural,
con su base de recursos naturales.

81
DORIS CASTAEDA ABANTO

En esta definicin se introduce la idea que el desarrollo rural


no est aislado del desarrollo a escala global, es una propuesta
interesante, pero no se seala cmo se operativiza. Lo que s
queda claro es que mientras subsista el rezago del sector rural,
no podr hablarse de un autntico proceso de desarrollo. Esta
definicin aporta la necesidad de vincular el desarrollo rural
con el general, en el que lo rural y lo urbano queden
integrados.
El desarrollo rural ha sido concebido, segn el Instituto
Interamericano de Cooperacin para la Agricultura IICA
(2000), como un proceso de transformacin de las sociedades
rurales y sus unidades territoriales, centrado en las personas.
Promueve polticas especficas dirigidas a la superacin de
desequilibrios sociales, econmicos, institucionales, ecol-
gicos y de gnero.
La definicin del IICA, apela a la importancia del territorio, el
mismo que es concebido por Echeverri et. al. (2002) como
categora privilegiada llamada a sintetizar, en un marco cohe-
rente de interpretacin y gestin, muchos de los elementos
que constituyen las nuevas estrategias de desarrollo rural. En
esta perspectiva, la esencia del desarrollo rural, como
territorio, se encuentra ligado a una forma de reivindicar el
ordenamiento territorial, como esencia de la propuesta de
visin renovada de la ruralidad.
Esta definicin, si bien es cierto incorpora elementos como:
desequilibrios sociales, econmicos, institucionales, ecolgi-
cos y de gnero, prioriza la territorialidad como unidad eje
para la ejecucin del desarrollo; en tanto que los otros factores
(sociales, culturales y polticos) an no son trabajados a
profundidad por el IICA.

82
EPISTEME

El ser y el desarrollo rural


Luego de haber revisado las principales definiciones y
enfoques del desarrollo y particularmente del desarrollo rural,
consideramos fundamental, explorar nuevas rutas de
conceptuacin del trmino, en las que exista, de manera real,
la posibilidad de que toda la poblacin humana, tanto en el
presente como en el futuro, acceda a medios de vida decentes y
dignos, para lograr una calidad de vida que permita el pleno
desarrollo del ser humano.
Nuestra concepcin general del desarrollo considera tambin
que es un proceso de aprendizaje social, con una dimensin
histrica y cultural, aprendizaje que debe conducir a una
actitud participativa y dinmica frente a los problemas,
poniendo como objetivo la creacin de futuro sin caer en la
trampa del voluntariado. En consecuencia, el concepto de
desarrollo incluye un ncleo tico que toma la forma del
imperativo de solidaridad sincrnica, con nuestros
contemporneos, y diacrnica, con las generaciones futuras.
En tal sentido, definimos al desarrollo rural como un proceso
dialctico de mejoramiento de las condiciones de vida de
varones y mujeres en las esferas: social, cultural, econmica
y poltica en el medio rural, cuyo objetivo es lograr una
calidad de vida con sostenibilidad, equidad y tica.
Para tal definicin argumentamos que se trata de un proceso
dialctico, porque est sujeto a cambios, transformaciones,
contradicciones y negaciones, tanto al interior como al
exterior del medio rural. Este proceso se da en forma de
espiral y en trminos dialcticos, por tanto exige un
compromiso que visto desde el marxismo, involucra el
concepto de praxis, es decir, el desarrollo implica, adems de

83
DORIS CASTAEDA ABANTO

teorizacin, un compromiso activo con los sectores rurales


para mejorar sus condiciones de vida.
Cuando sealamos que este proceso involucra la esfera social,
queremos destacar los factores sociales como fundamentales
en este proceso. En gran medida el desarrollo slo puede
lograrse con la participacin consciente de la poblacin, con
su organizacin y trabajo sostenidos.
De igual manera, Alleyne (2002) nos permite asegurar que el
desarrollo y en particular el desarrollo rural, es posible cuando
se trabaja de manera ardua con los factores sociales. Este
autor considera que la salud, constituye un eje vital para el
desarrollo. Asevera que los cambios en la salud son crticos, y
que facilitan o instrumentan el progreso en otras capacidades
u oportunidades que constituyen el desarrollo humano.
A esta visualizacin de la salud como pilar del desarrollo, vale
la pena agregar que sta no slo es importante por razones de
bienestar en tanto seres bio-psico-sociales, sino, tambin
porque somos seres espirituales, capaces de trascender y
florecer el espritu hacia la realizacin de nuestro potencial, lo
cual ha sido trabajado histricamente por la medicina
tradicional.
En el mbito cultural, nos apoyamos en Stavenhagen (2001) y
Grillo (1996). El primero destaca la importancia del factor
tnico; el segundo, la cosmovisin andina, la misma que se
enfoca hacia la consideracin de que en la naturaleza todo
tiene vida, por tanto, merece el mismo trato que se da a los
seres humanos. Esta leccin nos permite un equilibrado
manejo de los recursos naturales dentro de una cultura de la
reciprocidad y serenidad, que deber ser retomada por sus
aportaciones a la sustentabilidad.

84
EPISTEME

Dentro de lo cultural y en interseccin con lo social, ubicamos


a la medicina tradicional como fuente potencial del desarrollo
rural, desde el conocimiento de la propia poblacin en la
prevencin, tratamiento y curacin de las enfermedades, con
recursos locales; lo cual desde nuestra perspectiva, implica
que los habitantes rurales se responsabilicen de su propia
salud apoyados en sus conocimientos locales. Adems, la
medicina tradicional forma parte de la cultura milenaria que
han legado diferentes generaciones a la actual y que seguirn
legndola.
En el factor econmico, destacamos la importancia de la
actividad agropecuaria, no slo para la autosubsistencia que
deber ser el principal objetivo, sino tambin para el mercado,
siempre y cundo ste no subordine al productor rural a una
dinmica de mercado como la actual, en la que la economa
campesina est sometida en trminos desventajosos al libre
juego de la oferta y la demanda. El factor econmico permite
a los pobladores rurales producir para satisfacer las necesi-
dades bsicas. Es necesario destacar que en algunos sectores
del medio rural las actividades productivas actualmente se
estn diversificando, van ms all de la agricultura y
ganadera, involucran hoy, artesana, turismo rural, entre
otros, los mismos que debern ser examinados para que se
constituyan en autnticas fuentes de ingreso econmico para
los sectores rurales, junto con el aprovecha-miento sostenido
de plantas medicinales.
El factor poltico lo concebimos en dos sentidos: en su
relacin interna y externa, es decir, el respeto a la jerarqua de
autoridades locales, como a las de la sociedad mayor, lo cual
exige una real participacin que se producir slo cuando se
considere al campesino como una persona aportante que
merece consideracin y respeto.

85
DORIS CASTAEDA ABANTO

Cuando sealamos a la equidad, nos apoyamos en Amartya


Sen, quien se pregunta igualdad de qu? Si el medio es inten-
samente diverso somos profundamente diferentes, tanto en
nuestras caractersticas internas, tales como la edad, el gnero,
las capacidades generales, los talentos particulares, la
propensin a la enfermedad, etc., como en las circunstancias
externas, como la propiedad de activos, la extraccin social,
los problemas de circunstancia, y otras (Sen, 2000: 9). En
tal sentido ms que igualdad, es necesario referirse a la
equidad como concepto ms rico y amplio en el desarrollo.
La sostenibilidad, en estos tiempos, cuestiona a los modelos
de desarrollo tradicionales de crecimiento econmico. En la
perspectiva de Montes et. al. (2000), la crisis ecolgica
emerge en el discurso ideolgico, encubriendo las causas
histricas y sociales del modelo de crecimiento econmico
que la genera. La internalizacin de estos procesos
productivos se ha fundado en la sobreexplotacin de los
recursos y en la degradacin del potencial productivo de los
ecosistemas de las naciones econmicamente dependientes de
los centros industriales, en funcin de las estrategias poltico-
econmicas de las empresas transnacionales.
En tal sentido, retomamos el planteamiento de Brundtland
(1998), en la necesidad de utilizar los recursos sin compro-
meter la seguridad de las generaciones futuras.
El asunto de la tica est estrechamente vinculado con la
sustentabilidad, aqu recurrimos a Leff (2002), quien seala
que la tica es el camino para re-crear sentidos existenciales,
para que el sentido vuelva a ser sentido, para que la razn se
reconecte con la pasin y el pensamiento con el sentimiento.
La tica de la vida es una tica del ser, de una re-vuelta al ser,
donde han anidado los sentidos de la existencia, para pensar la

86
EPISTEME

sustentabilidad como un devenir conducido por el carcter del


ser.
A esta tica la re-creamos con Quiroga (2003), quien se centra
en los factores emocionales, invitndonos a vivir vidas
cuidadosas desde una tica de la responsabilidad, procurando
disfrutarla, construyendo bienestar, para desarrollar una vida
que valga la pena vivir y sentir, en un esfuerzo por relacio-
narnos con nosotros mismos, sin vivir la esquizofrenia del
trabajo excesivo que hace olvidar la condicin humana.

En conclusin, nuestra definicin del desarrollo se concentra


ms en factores de orden subjetivo, de vida plena capaz, de
devolverle al sector rural la armona con su entorno, sin sentir
que si no somos competitivos, somos una lacra para la
sociedad. Nuestra definicin del desarrollo se orienta hacia la
construccin de una sociedad rural vvida y vivificante, plena,
capaz de mirar hacia dentro sin perder de vista el exterior;
pero tampoco sin imitarlo, ni intentar desesperadamente
entrar en el mundo del crecimiento econmico sin sentido.
Todo esto en la perspectiva de que lo ms importante en la vida
siempre ser el ser, ms que el tener.

La salud como pilar fundamental del desarrollo, no implica la


sola atencin de la enfermedad por mtodos modernos, sino
tambin por tradicionales (ms del 70% de poblacin de pases
en vas de desarrollo recurren a la medicina tradicional) que
pueden ser incorporados oficialmente; ya sea por su validez
cientfica, por su validez social y cultural, o sencillamente
como una muestra de respeto al conocimiento de la poblacin.
Su incorporacin oficial, obviamente requerir de la
determinacin de ciertos parmetros que vayan con la lgica
de su naturaleza y concepcin.

87
DORIS CASTAEDA ABANTO

La necesidad de entender el desarrollo, en general y de manera


particular, en el mbito rural, desde el punto de vista de
factores sociales que se anteponen a los econmicos, es
urgente en sociedades en las cuales han fracasado los modelos
de desarrollo, sobre todo en reas rurales. Esta opcin implica
concebir al desarrollo rural en trminos mucho ms
abarcativos, la reconceptuacin del desarrollo no puede
centrarse ms ni en la utopa industrial, ni en el mercado, ni en
la ciencia occidental porque no fueron capaces de ofrecer, de
manera sostenida, el bienestar y calidad de vida previamente
vislumbrados. Si se toma como prioritarios los factores
sociales en el desarrollo, se tendr mejor calidad de vida a
largo plazo, adems, estos elementos son los ms fciles de
controlar por el propio sujeto que los produce, a diferencia de
los econmicos que son manejados desde el exterior.
En la Figura 2, se presenta una propuesta innovadora para
concebir al desarrollo rural, el cual est integrado por factores
polticos, econmicos, culturales, ecolgicos y sociales.
Dentro de los sociales se ubica a la salud, cuyo componente
esencial es la medicina tradicional, la misma que al
considerarse como ente promotor del desarrollo, implica el
rescate del conocimiento local, el estudio cientfico de las
plantas y la posibilidad de mejorar la salud de la poblacin, sin
o con menos efectos colaterales, respecto a la medicina
alpata.

88
EPISTEME

Figura 3: Medicina tradicional y desarrollo

Polticos Econmicos

DESARROLLO RURAL
SUSTENTABLE

Culturales Ecolgicos

Participacin
SOCIALES Vivienda
Social

n Ed
ci uc
ca ac
u i n
SALUD

Ed

MEDICINA
l TRADICIONAL Me
de n
c ate iento co os e
s lat fe
Re ocim al er cto
n loc ale s
co s
n Estudio cientfico de
ci
icipa plantas medicinales su Sal
Part st ud
en
ta
bl
Generacin e
de divisas

Autogestin
comunitaria
de los recursos

Fuente: Doris Castaeda Abanto, 2005

89
DORIS CASTAEDA ABANTO

CONCLUSIONES
Se analizaron las diversas teoras del desarrollo, tanto las
clsicas como las aplicadas a los pases de Amrica Latina y el
Caribe. En la temtica del desarrollo, se cuestion crti-
camente la acepcin del concepto por su sesgo economicista,
frente al cual enfatizan los factores sociales como punto de
partida para las nuevas propuestas de desarrollo. Adems, se
propone al componente social y, dentro de ste, al de la salud a
travs de la medicina tradicional y alternativa, como
esenciales para iniciar cualquier proceso de desarrollo.
Finalmente, se aporta en el tema de la construccin del
concepto de Desarrollo Rural, en el cual se priorizan los
factores sociales y espirituales.

90
Captulo III
Trascendencia del Conocimiento Mdico
Tradicional y el Desarrollo Humano

Todo conocimiento, toda ciencia y toda accin humana


se justifican como tales cuando estn al servicio
de la dignificacin del hombre

Saguier

E l conocimiento en la perspectiva no occidental se


relaciona de manera ms prxima con la medicina
tradicional, en tanto que la medicina oficial emana de un
proceso riguroso relacionado con la ciencia occidental. En
gran parte en el escenario mundial y latinoamericano se ha
producido una especie de desdn por el conocimiento mdico
tradicional que posee la poblacin, esto se refleja en el hecho
de que slo ciertas plantas medicinales han sido estudiadas y
validadas cientficamente (menos del 1%), dejando de lado
todo el universo de conocimientos en torno a las plantas.
Detrs del uso de plantas medicinales por parte de la
poblacin, existe todo un soporte social y cultural sumamente
vasto que al dejarse de lado, se pierde la posibilidad de realizar
aportes ms significativos no slo para la ciencia, sino

91
DORIS CASTAEDA ABANTO

tambin para la propia poblacin que merece ser revalorada y


reconocida por haber generado un conocimiento que sigue
siendo aplicado a la solucin de mltiples problemas.
Una perspectiva trascendente la constituira un mayor
acercamiento entre ambos tipos de conocimiento, en el cual
ambos salgan fortalecidos, siempre a partir de un dilogo
horizontal, de respeto y enriquecimiento mutuo en aras de
empoderar a la poblacin y brindar ms elementos de
desarrollo a la ciencia.

CONOCIMIENTO MDICO-TRADICIONAL Y
CONOCIMIENTO CIENTFICO: CONTROVERSIAS Y
PERSPECTIVAS

Esta complejidad puede estudiarse desde la contradiccin


entre ambos. Es necesario precisar que histricamente el
conocimiento mdico tradicional surgi primero y sirvi de
base para desarrollar al conocimiento cientfico; ste ltimo
actualmente niega al conocimiento del cual emergi, es ms,
lo subordina, margina y excluye, an cuando se sirve de l (por
ejemplo cuando busca nuevos compuestos qumicos en las
plantas medicinales conocidas y utilizadas por los curanderos
o por la sabidura popular).
El conocimiento mdico cientfico se ufana de ser el nico
sometido a los procedimientos de la ciencia para su
validacin, la misma que se ha sustentado en el mtodo
experimental. ste parecera ser el mtodo o receta infalible
para emitir hiptesis importantes y contar con un lenguaje
adecuado para expresar lo que nuestro lenguaje cotidiano no

92
EPISTEME

lo puede expresar. Sin embargo, esta situacin en trminos


prcticos no siempre ha resultado ser la solucin ptima a los
problemas elementales que plantea la vida durante la historia
humana.
El conocimiento mdico tradicional tiene su propia lgica
para producirse, re-crearse y transmitirse. Es un
conocimiento dialctico. La ciencia occidental nos ha hecho
creer que por llevar la denominacin de tradicional, es
esttico y obsoleto, no obstante, es todo lo contrario, los
curanderos tienen que atender permanentemente nuevas
enfermedades ante las cuales deben desarrollar respuestas
inmediatas. Esto implica un proceso de despliegue de
conocimientos, una revisin histrica de su sabidura y de las
otras fuentes, a fin de presentar alternativas para estas
enfermedades.
La tradicin, incluso en la filosofa occidental actual, es un
aspecto imprescindible para la comprensin bsica de la
realidad. El que comprende, lo hace siempre dentro de un
marco, que es histrico, acumulacin del pensamiento
interpretativo anterior. La "tradicin" no es el "pasado", sino
su efecto, algo en lo que estamos inmersos y avanza con
nosotros la tradicin no se detiene, no queda fijada de una
vez para siempre. El conocimiento -el conocer- es, pues,
histrico2. A travs de esta cita constatamos que el
conocimiento tradicional tiene carcter histrico y el
cientfico tambin, an cuando el primero haya precedido al
segundo. En consecuencia, todo conocimiento debe ser
estudiado y analizado en su evolucin histrica, en el contexto
en el cual se produce y al cual sirve.

2
http://www.ucm.es/info/especulo/numero3/gadamer.htm , marzo 2005.

93
DORIS CASTAEDA ABANTO

Las fuentes en las que se nutre el conocimiento mdico-


tradicional se basan en la tradicin, la prctica -en ese
quehacer cotidiano que les provee sabidura- la naturaleza, la
cultura y el entorno social. En el caso del conocimiento
cientfico, sus fuentes son tambin la prctica, slo que a sta
la someten al anlisis cientfico para extraer conclusiones
acerca de las causas internas que rigen las enfermedades. Esa
diferencia esencial ha terminado por poner en disputa dos
modelos de atencin de la salud, segn Menndez (1992): el
subordinado y el hegemnico. El primero corresponde a una
concepcin de la realidad basado en la experiencia y la
cultura; el segundo, en la puesta en escena de conocimiento y
tecnologa producidas por la ciencia occidental.
En esta sociedad en la que se ha dado cabida formal slo al
conocimiento mdico-cientfico, por su lgica racional, el
resultado ha sido la unilateralidad para comprender el proceso
salud-enfermedad, centrado en la bsqueda de la relacin
causa-efecto de la enfermedad.
En la actualidad hay una predileccin especial por el
conocimiento cientfico, no obstante, ste es slo parte de un
todo, de un conjunto de formas de acercarse al mundo, entre
las cuales est la filosofa, la magia y por supuesto el
conocimiento comn, por tanto, los seres humanos estamos
inmersos en una riqueza de conocimientos, provenientes de la
tradicin cultural que, quirase o no, la ciencia no puede
ignorar.

94
EPISTEME

Importancia del conocimiento mdico-tradicional en


Latinoamrica y El Caribe

La diversidad cultural y biolgica de los pases de Amrica


Latina, hace posible la existencia de concepciones y prcticas
diferentes en torno a la enfermedad, la atencin de la salud, la
vida y la muerte. En consecuencia, la demanda de la
poblacin por la atencin en el mbito de la salud, est
determinada en gran parte por estas concepciones y prcticas
desarrolladas durante toda la historia de la humanidad.
En este escenario, la diversidad geogrfica de los pases de
Amrica Latina deviene en amplia pluralidad de grupos
tnicos distribuidos en el territorio, los mismos que tienen
como legado cultural los aportes de las culturas prehispnicas
que, segn Gonzlez (1986), heredaron de sus ancestros: la
cosmovisin, creencias, ceremonias y rituales colectivos
acerca de la vida, la enfermedad y la muerte.
Uno de los recursos teraputicos de mayor uso por la medicina
tradicional, son las plantas medicinales y son tambin stas las
nicas que han ingresado a validarse cientficamente, sobre
todo, en los pases latinoamericanos, ya que en pases como
China, por ejemplo, no slo se ha validado el uso de las
plantas, sino de algunos otros procedimientos teraputicos
como la acupuntura, y lo que es ms, se los ha incorporado
oficialmente a los sistemas de salud.
Desde el punto de vista histrico, el discurso y controversia
proveniente de la medicina dominante con respecto a la
indgena que ha pasado de la descalificacin a la indiferencia.
Desde la primera mitad del siglo XX, la planta medicinal,
utilizada como tal en su integridad, ha sido paulatinamente

95
DORIS CASTAEDA ABANTO

descartada en la teraputica biomdica, olvidando que en ella


confluye toda una filosofa en torno a la naturaleza y la
sociedad.
La naturaleza desde la visin del conocimiento emprico es
vista como un ser vivo, por esta razn los curanderos aprenden
que es imprescindible dialogar con la planta, escucharla y
sentir su vibracin, porque en esa conversacin, la planta es
capaz de responder a interrogantes como: para qu enfer-
medad sirve?, cmo debe tomarse, cada cuanto tiempo?, etc.
Pese a esta situacin, la medicina occidental ha ignorado de su
arsenal investigativo cualquier cdigo cultural asociado al
uso.
Hace aproximadamente 50 aos la ciencia antropolgica se
ha interesado por estudiar las conexiones entre cultura y
conocimiento mdico, en cambio para la ciencia mdica o
farmacolgica, lo importante es el descubrimiento de los
principios activos de la planta, olvidando su contexto cultural
y social que explica quiz su mayor validez.
Segn Hersch (2000), se presentan dos niveles de exclusin
histrica de la flora medicinal: aquella exclusin cultural en su
calidad de recursos de una cultura secundarizada, y aquella
posterior, que es reflejo de la exclusin que la flora como tal
sufrira en el seno de la biomedicina. En tal sentido, la
medicina moderna emplea los recursos vegetales teraputicos
por razones tcnicas (porque esos recursos contienen
principios activos para tratar enfermedades), pero mantiene el
conflicto cultural, en el sentido que no acepta o no se interesa
en datos adicionales que el conocimiento emprico provee, y
que en gran parte son inherentes a su uso.
Para Zolla, et. al., (1992) el proceso de exclusin que lleva a

96
EPISTEME

cabo el modelo mdico hegemnico respecto de los otros


modelos mdicos (subordinados, alternativos), no slo se
manifiesta a nivel de las prcticas curativas, sino tambin de
los saberes, entre ellos las formas de clasificacin de las
enfermedades, los criterios etiolgicos, las formas diagns-
ticas, las concepciones anatmicas y fisiolgicas y los
conceptos sobre la accin de los medicamentos en relacin al
equilibrio.
En el marco de exclusin, muchos autores coinciden en
sealar que la prepotencia cultural de la clase dominante en el
poder, habra jugado un papel central en el rechazo de la
herbolaria tradicional por parte de la medicina acadmica,
pues, la biomedicina latinoamericana es ideolgicamente
dependiente de la norteamericana. Sin embargo, hay que
considerar que la flora medicinal tiene fundamentalmente
una adscripcin popular y tradicional, en consecuencia, no es
la planta la excluida, sino la cultura.
Desde el punto de vista del modelo cientfico, admitir la
posible pertinencia de otras clasificaciones significa entrar en
contradiccin con sus propios postulados de autocoherencia,
argumentando que es la nica medicina que tiene carcter
cientfico. No obstante y ante el fracaso de la medicina oficial,
(en muchos casos como el cncer, sida, entre otros) la
poblacin busca otras opciones que adems de generar menos
efectos colaterales a su salud, sean sostenibles en trminos
sociales y econmicos.
El tema de la salud por mtodos y medios tradicionales, as
como la cultura, si bien han sido excluidos por la ciencia
mdica occidental, no implica que se olvide que en gran parte
las enfermedades estn condicionadas por creencias, las
tradiciones; los aspectos fsicos no pueden estar alejados de los

97
DORIS CASTAEDA ABANTO

espirituales y emocionales. En consecuencia, sostenemos que


el proceso salud-enfermedad es un acontecimiento cultural,
ntima-mente asociado a las condiciones del medio natural,
cultural, social y sobrenatural.

El conocimiento emprico y su potencialidad cientfico-


humanstica
Durante la historia de la humanidad, los seres humanos
recurrieron a diversas fuentes para proveer sustento a sus
necesidades, con lo cual han contribuido al desarrollo de los
pueblos a travs de la creacin de diversas estrategias de
sobrevivencia. Los recursos a los cuales recurrieron, son
diversos: la propia creatividad humana, el trabajo, el uso de
los recursos naturales, animales, minerales, etc.
Entre los recursos ms importantes utilizados por los seres
humanos para su bienestar, estn las especies vegetales,
utilizadas para resolver problemas bsicos de la poblacin
mundial: alimento, madera, ornamento, combate de plagas,
medicina, entre otras. El cultivo de plantas constituye una
alternativa para la satisfaccin de necesidades bsicas y por
qu no decirlo, a la generacin de fuentes de trabajo trans-
formando de los recursos en productos tiles a la vida humana
y animal.
Para proveerse de salud, los seres humanos han recurrido
histricamente a las plantas medicinales, por lo que se han
constituido en los recursos teraputicos de mayor uso entre los
curanderos y la poblacin. Segn Hersch (1999) 1,500
millones de seres humanos en el mundo, recurren a terapias
naturales y de stos el 95% consumen productos de origen
vegetal.

98
EPISTEME

Adicionalmente, las plantas medicinales son los nicos


recursos que la ciencia han investigado para desarrollar
sintticamente frmacos, tomando como base sus principios
activos, pues, actualmente ms de 500 plantas son utilizadas
como materia prima para la elaboracin de medicamentos.
Segn Hersh (2000), de los 25 frmacos de prescripcin ms
vendidos en todo el mundo durante 1991, doce eran derivados
de productos naturales.
Esta situacin denota que el conocimiento de la poblacin
acerca de las plantas medicinales, puede verificarse por
procedimientos cientficos, adems, la persistencia de los
compuestos de origen vegetal en los productos farmacuticos
pone de manifiesto que la medicina occidental qumico-
farmacutica est lejos de haber abandonado este campo de
estudio.
Los pases con mayor biodiversidad en Latinoamrica son:
Brasil, Colombia, Per y Mxico. En Mxico, segn Lara
(1999), existen unas 3,000 plantas, de las que entre 600 y 700
especies son las ms frecuentemente usadas por la poblacin;
no obstante, la investigacin cientfica ha sido escasa,
considerndose que el 98% de la flora medicinal an est sin
explorar. Un estudio forestal (CSERGE, 1993) estima que en
Mxico se podran generar ingresos que van desde 26 millones
hasta 4,600 millones de dlares anuales por el uso
farmacutico de la flora.
Se calcula que en los bosques tropicales hmedos existen 5 mil
especies de plantas. La probabilidad de identificar una especie
de valor para la industria farmacutica, se encuentra en un
intervalo entre 1 a 10,000 y de 1 a 1,000. El valor promedio de
frmacos basados en plantas est a un intervalo de 390 a 7,000
millones por ao.

99
DORIS CASTAEDA ABANTO

Los resultados de los anlisis preliminares realizados por el


Gobierno de Mxico y Banco Mundial (1995), sealan que en
el mercado internacional de hierbas, ubicado en el norte de la
ciudad de Mxico, el precio de un ingrediente medicinal es, en
promedio, de 41 dlares por kilogramo. El valor de las plantas
medicinales que se comercializan en la ciudad de Mxico
podra exceder 1,000 millones de dlares por ao.
La exportacin de plantas medicinales constituye una
importante fuente de divisas para los pases en el mundo. Los
principales compradores de plantas mexicanas son:
Alemania Federal, Estados Unidos, Espaa, Italia, Reino
Unido, Brasil, Cuba, Pakistn, Suiza, Colombia, Venezuela,
Argentina y Francia. La planta de mayor comercializacin es
la manzanilla, pero la mayora de especies vegetales an no
fueron introducidas en el mercado internacional, lo que
implica un enorme potencial de divisas para el desarrollo de
los pases.
El desconocimiento de las propiedades curativas de las
plantas, la escasa importancia que las polticas guberna-
mentales le han otorgado, podran revertirse y constituirse en
una alternativa importante para el desarrollo de los pueblos,
sobre todo, para quienes estn cerca de estos recursos, que
generalmente son poblaciones aisladas y carentes de recursos
econmicos. A propsito, nos permitimos proponer que el
conocimiento mdico-tradicional va ms all del mero uso de
plantas medicinales, pues, stas forman parte de un todo
integrado dentro de una cultura mdico-tradicional que debe
ser valorada en su completa dimensin.
Las plantas medicinales como potenciales recursos para la
investigacin y la generacin de divisas, forma parte de todo
un universo al que podran recurrir los gobiernos de nuestros

100
EPISTEME

pases, no obstante su valor material, lo esencial que es el ser


humano no debe perderse de vista.
El conocimiento emprico que la poblacin ha cultivado hasta
hoy, resulta ser un factor sin el cual sera imposible la
utilizacin de recursos vegetales, animales y minerales para la
salud. Durante milenios las diferentes generaciones han ido
observando y experimentando tratamientos tiles para
preservar la salud, conocimientos que se han difundido y han
permitido su desarrollo.
El conocimiento mdico tradicional, se caracteriza funda-
mentalmente por su esencia humanista, para un curandero
formado en valores ticos, lo importante no es la ganancia,
sino la posibilidad de que sus conocimientos sean utilizados
para beneficiar a la poblacin, y si esos conocimientos pueden
investigarse para salvar vidas, su labor ser ms completa.
Durante la historia de la humanidad miles de curanderos y
personas han compartido su sabidura mdico tradicional,
este acto de desprendimiento ha servido a la ciencia y tambin
a las empresas transnacionales para la obtencin de frmacos
que introducidos al mercado han generado ganancias, an
cuando los beneficios econmicos no hayan alcanzado a estos
protagonistas annimos que continan creando y re-creando
conocimientos al servicio de la humanidad.

Validacin del conocimiento mdico tradicional:


impactos epistmicos y sociales
Lo que hasta la fecha se ha realizado es la validacin cientfica
de slo una porcin del conocimiento mdico tradicional, el
cual se ha reducido a la investigacin de ciertas plantas

101
DORIS CASTAEDA ABANTO

medicinales, en consecuencia, las implicaciones de esta


situacin son diversas y casi todas ubican en desventaja al
conocimiento mdico tradicional.
En trminos generales, el balance respecto a la validacin del
conocimiento emprico por mtodos cientficos es negativo,
porque slo se ha extrado de l lo que en trminos cientficos
puede probarse. Pero es necesario reflexionar en torno a:
por qu debe ser validado cientficamente, si su lgica para
producirse y reproducirse es diferente a la occidental?, por
qu medirlo con los parmetros de la ciencia occidental si su
cosmovisin es diferente?.
El modelo mdico hegemnico no slo postula y ejercita la
exclusin terica y prctica de los otros saberes mdicos, sino
que incluso los convierte en marginales o inoperantes
conquistas del saber obtenidas de su mismo marco de
racionalidad.
Al recibir atribuciones, la planta no slo adquiere una con-
notacin determinada, se relaciona tambin con su usuario,
erigindose en su marcador. Estas atribuciones diversas, a
veces contradictorias, tienen una dinmica histrica, una
evolucin y tambin una perspectiva que refleja a la sociedad y
su cultura. Al validarse la planta por sus principios activos, el
resto del saber se erosiona, con lo cual se pierde una valiosa
oportunidad para comprender la salud de manera integral.
Otra de las consecuencias de la separacin de la planta de su
contexto cultural y social para estudiarla, es que al no
considerarla, el perfil epidemiolgico como aspecto clave para
el conocimiento de la situacin de salud de una comunidad,
no es comprendida en el plano constructivo e interpretativo de
la cultura. Segn Gonzlez et. al., (1993), introduce un sesgo

102
EPISTEME

en el abordaje de la realidad social y de la salud, al dejar de


considerar entidades nosolgicas locales y tratar de tomar en
cuenta slo las del paradigma dominante, lo cual implica una
confusin de diagnsticos y tratamientos por parte de la
medicina cientfica.
La separacin de terapias por parte de la medicina cientfica,
implica la prdida de una posibilidad de compartir cdigos
culturales comunes. El mdico se sita frente al paciente en
un plano de superioridad, en consecuencia, el paciente adopta
una actitud pasiva en el cuidado de su salud. La poblacin
contina estando insatisfecha de los servicios de salud
oficiales porque stos no responden a la cosmovisin de los
pacientes.
Otra de las implicancias es la extraccin desmesurada de los
recursos vegetales de las comunidades, lo cual genera dese-
quilibrios naturales y conflictos sociales entre la poblacin.
En trminos sociales, la validacin de slo una parte del
conocimiento mdico tradicional, implica desconocer oficial-
mente la organizacin social de la poblacin en torno a la
salud y a la conservacin y cuidado de sus recursos naturales.
En trminos socio-polticos, la preeminencia oficial de un
modelo de atencin de la salud, implica una demostracin del
autoritarismo de los Estados que aunque en el discurso
sealen que es importante el conocimiento popular, en la
prctica se reprime su uso; ejemplo de esta situacin es la
persecucin y encarcelamiento de muchos mdicos
tradicionales en diferentes escenarios a nivel mundial.
En la siguiente figura observamos al conocimiento mdico
tradicional enmarcado en su cultura expresada en el aspecto
nosolgico, conocimiento y utilizacin de recursos animales,

103
DORIS CASTAEDA ABANTO

vegetales y minerales, y componentes mgico-religiosos en los


cuales se enmarca la cosmovisin y prctica mdico
tradicional. Observamos que al excluir todo este marco de
sabidura, la ciencia slo se restringe al estudio de ciertas
plantas medicinales por sus principios activos, dejando de
lado todo el conocimiento popular.

Figura 4: Implicaciones del estudio de una parte del


conocimiento mdico-tradicional

CULTURA
Nosologa

MEDICINA
TRADICIONAL

Plantas Medicinales
CIENCIA

Principios Activos

Excluye los componentes de la


cosmovisin: componentes sociales,
espirituales, culturales,
mgico-religiosos

Fuente: Doris Castaeda Abanto, 2005

104
EPISTEME

CONCLUSIONES
En este captulo se abord la importancia del conocimiento
mdico tradicional y su principal recurso -las plantas
medicinales-, el mismo que fcilmente podra facilitar el
desarrollo y constituir una alternativa innovadora en lo que se
refiere a oferta de salud, sobre todo en pases latino-
americanos, en los cuales la biodiversidad en especies
vegetales se consolida como un elemento fundamental para el
uso racional de plantas medicinales y la generacin de divisas.
Es importante destacar tambin que para el conocimiento
emprico, lo esencial ser siempre su carcter humanstico, el
cual no est desvinculado de la posibilidad de investigacin
cientfica. Finalmente sealamos que es necesario llamar la
atencin sobre el tema de la validacin cientfica de slo una
parte del conocimiento mdico-tradicional, el cual
nicamente se circunscribe a las plantas medicinales; en
consecuencia, proponemos una validacin total del
conocimiento puesto que ste se explica holsticamente.

105
Captulo IV
Estado Actual de la Salud y la Medicina
Tradicional en Amrica Latina y el Caribe

La salud ya no es un fin en s mismo, sino un


recurso para la vida y la creatividad de los seres humanos

Cravioto, Abreau, Infante

Los programas de salud del Estado no son realistas,


pues no conocen nuestra costumbre y nunca tienen en
cuenta nuestra medicina de yerbas

Lozoya

E l continente latinoamericano se caracteriza por una


realidad sumamente diversa y compleja en aspectos
como: lo social, econmico, poltico, cultural, ideolgico,
entre otros, no obstante, ciertos problemas son comunes a
toda la poblacin, por ejemplo la enfermedad contina siendo
un problema irresuelto en casi todos los pases, excepto en
Cuba, pas que ha centrado su atencin en la calidad de los
servicios mdicos y de educacin.

107
DORIS CASTAEDA ABANTO

La poblacin de los pases de Amrica Latina, vive en la


actualidad un proceso de transicin epidemiolgica, frente a
la cual no est preparada, y el Estado tampoco ha decido
invertir en la modernizacin de sus servicios, o por lo menos
en incorporar otras alternativas que sin implicar elevados
costos econmicos, ofrezcan soluciones al problema de la
salud.
Por su parte los Organismos Internacionales han expresado su
preocupacin por mejorar la calidad de vida de la poblacin a
travs de la salud. Luego de varias investigaciones, la OMS, ha
validado parte del conocimiento mdico tradicional y ha
sugerido su incorporacin a las polticas de salud de los
gobiernos. En el Per, el Ministerio de Salud obligado por la
necesidad de mejorar los indices de salud Materno-Infantil, ha
adoptado los conocimientos sobre la atencin del parto,
obtenindose muy buenos resultados. Nos preguntamos
Cunto ms podra beneficiarse la poblacin con esos
conocimientos si los ministerios de Salud mostraran
apertura?.

SITUACIN DE LA SALUD EN LOS PASES DE


AMRICA LATINA Y EL CARIBE
Los pases de Amrica Latina poseen realidades muy diversas
en diferentes mbitos de su vida poltica, cultural, econmica,
social y de cualquier otra ndole, sin embargo, en el rea social
y particularmente en salud, existen indicadores que son
comunes, por ejemplo, la escasa asignacin de presupuestos al
sector salud que repercute en la baja cobertura o elevados
costos para acceder a los servicios, tras lo cual tenemos una
alta prevalencia de enfermedades tpicas de la pobreza.

108
EPISTEME

Frente a esta situacin, los gobiernos de la mayora de los


pases latinoamericanos estn preocupados por introducir
reformas para mejorar la salud de sus poblaciones. La
modernizacin es una aspiracin de casi todas estas naciones,
con lo cual queda relegada cualquier posibilidad de integrar
otros sistemas complementarios o alternativos de salud.
Para analizar el tema de la salud y la medicina tradicional, es
preciso tener una idea de los diversos componentes que
integran la temtica. Es por esto que resulta necesario abordar
el rubro demogrfico y otros indicadores socio-econmicos
que caracterizan a la poblacin latinoamericana. Estos
indicadores proveen un panorama de cmo estn en salud los
pases de la regin, para comprender mejor la persistencia de
las prcticas mdico tradicionales, an cuando oficialmente
no estn reconocidas y aprobadas.

Poblacin, cobertura y gasto en salud


Entre los pases ms poblados de Latinoamrica, est en
primer lugar Mxico, seguido por Colombia y Argentina. Los
pases que concentran menor poblacin son: Panam,
Uruguay y Costa Rica (Panam y Costa Rica, tienen las ms
altas coberturas de salud). En general, se observa que los
pases menos poblados, muestran coberturas de servicios de
salud ms altas que los pases ms poblados. El caso cubano
alcanza una cobertura del 100% en sus servicios de salud. El
Cuadro 1 puntualiza esta situacin.
Se observa que, en general, el gasto en salud, o mejor dicho, la
inversin en salud, es baja en comparacin con la de pases
industrializados. Segn los datos obtenidos, los pases que

109
DORIS CASTAEDA ABANTO

dedican la mayor proporcin de su PIB a la salud son Panam


(9.2%), Uruguay (8.7%) y el Salvador (8.3%). En contraste, los
pases de menor inversin son: Nicaragua (3.2%), Colombia
(3.9%) y Guatemala (4.2%). El promedio de la regin es 7.3%.
En resumen, slo siete pases de Amrica Latina superan esta
cifra y el resto (11 pases) est por debajo del promedio
latinoamericano, incluyendo a Mxico y Per, el primero slo
dedica el 5.6% del PIB a la salud y el segundo 5.5 %, (ver
Cuadro 1).
Como una de las consecuencias del reducido presupuesto
asignado al sector salud, la cobertura de los servicios tambin
es baja. Los pases ms afectados por esta situacin son:
Honduras y el Salvador (16% respectivamente) y Guatemala
(11%). Entre las naciones con ms alta cobertura de la salud
de su poblacin, destacan: Chile que atiende al 87%, Costa
Rica al 85% y Panam al 61% de su poblacin (ver Cuadro 1).

El drama de la mortalidad
Segn la Organizacin Panamericana de la Salud (2002), en la
mayora de pases latinoamericanos existe un comn
denominador en la problemtica de la salud, marcado por la
transicin epidemiolgica que reemplaza a las enfermedades
infecciosas como principal causa de mortalidad, por las
enfermedades crnico-degenerativas, estas ltimas tpicas de
los pases industrializados. La transicin epidemiolgica en
Latinoamrica ubica a las enfermedades cardiovasculares,
cncer, enfermedades cerebro-vasculares y diabetes, como
principales causas de mortalidad. De los 18 pases
consignados en el Cuadro 1, 7 pases presentan a las

110
EPISTEME

enfermedades cardiovasculares como la principal causa de


mortalidad, en tanto que ocho pases registraron enferme-
dades circulatorias, un pas a tumores y dos pases a
enfermedades infecciosas y parasitarias.
Parecera haber ms consenso en la segunda causa de
mortalidad, ya que los tumores malignos son comunes en
nueve naciones. Slo en Guatemala y Bolivia continan
siendo las enfermedades infecciosas las principales causas de
mortalidad. Estas enfermedades son calificadas como propias
de las condiciones de pobreza de la poblacin.
Adicionalmente, en Guatemala se presenta la ms alta tasa de
mortalidad infantil y la menor esperanza de vida, as como el
peor sistema de salud de toda Amrica Latina
(http//www.paho.org).
Segn Seplveda, et, al., (http://ofis.insp.mx, 2005), las
enfermedades crnicas como los tumores malignos, la
diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares
presentan una tendencia ascendente, si se considera que en los
aos treinta slo representaban el 8% del total de las
defunciones, en 1990 llegaron al 34% y se prev que para el
ao 2020 este grupo de padecimientos ser responsable de casi
el 60% de muertes en la poblacin latinoamericana.

Polticas gubernamentales
Los pases latinoamericanos, conscientes de sus deficiencias
en salud, han lanzado diferentes propuestas que incluyen
polticas, estrategias, proyectos o planes para mejorar la salud
de sus poblaciones. Cabe destacar que la OMS y OPS, como
entes rectores de las polticas de salud en el mundo, a travs de

111
DORIS CASTAEDA ABANTO

diversas acciones, han promovido la necesidad de que cada


pas, en el marco de su propia problemtica y potencialidades,
trace las medidas bsicas para mitigar los rezagos del
subdesarrollo. La mayora de pases se preocupan por la
modernizacin y democratizacin del sector salud.
Los propios gobiernos que intentan acciones como la
modernizacin del sistema de salud u otras sealadas en el
Cuadro 1, responden a una orientacin externa de polticas de
salud vinculadas con la hegemona de la medicina cientfica,
pero la realidad de los pases latinoamericanos es diferente a la
concebida desde las esferas gubernamentales, pues,
corresponde a un contexto social, cultural e ideolgico
diferente al supuesto. La incorporacin oficial de la medicina
tradicional sera una medida de respeto no slo a la diversidad
cultural de Amrica Latina, sino tambin a los conocimientos
y necesidades de su poblacin.
En los pases donde las enfermedades cardiovasculares
ocupan el primer lugar como causa de mortalidad, se enfatiza
la necesidad de modificar los estilos de vida, entendindose a
stos como su relacin con el cambio en los patrones
alimenticios, evitar una vida sedentaria, la exposicin a la
contaminacin y a factores desencadenantes del estrs.

112
Cuadro 1: Situacin de la Salud en los pases de Amrica Latina, 2005

COBER GASTO EN
PAS POBLACIN3 TURA CAUSAS MORTALIDAD SALUD (PIB)
PROPUESTAS GUBERNAMENTALES4

Argentina 39302,000 59% Enfermedades cardiovasculares, tumores 5.08%6 Estilos de vida saludables7
malignos, causas externas5 Municipios saludables
Bolivia 9275,000 Enfermedades infecciosas y parasitarias, 4.3% Ampliacin de cobertura del
circulatorias, respiratorias, accidentes y seguro materno infantil. Trabajo
violencia, digestivas, afecciones perinatales, con equidad, eficiencia y calidad
tumores malignos8
Colombia 46039,000 21% Enfermedades circulatorias, causas externas, 3.87%10 Municipalizacin de la salud
tumores malignos, enfermedades transmi-
sibles, afecciones del perodo perinatal9

113
Costa 4453,000 85% Circulatorias, tumores malignos, causas 6.68% Estilos de vida, modernizacin del
Rica externas, enfermedades respiratorias, diges- sector 12
tivas, otras11
3
Estimada para el ao 2005, por: http://www.eclac.cl/publicaciones/poblacion/2/LCG20052/DB6311.html, enero 2005
4
Fuente: en el caso de que no haya llamados para cada pas, la fuente es la pgina webb del Ministerio de Salud de cada pas
5
Fuente: http//www.msal.gov.ar, enero 2005
6
Fuente: http//www.cambiocultural.com.org (la misma pgina es para el resto de pases que no tiene fuente en el rubro gasto en salud), enero 2005
7
La OPS, define a los estilos de vida como la manera general de vivir, basada en la interaccin de las condiciones de vida en el sentido ms amplio y las pautas
individuales de conducta determinadas por factores socio culturales y caractersticas personales (http//www.ops.org.ar), enero 2005
8
Fuente: http//www.guiadelmundo.com (Fuente comn para causas de mortalidad y gasto en salud de Bolivia), enero 2005
9
Fuente: http//www.paho.org/spanish/sho/prflcol.htm, enero 2005
10
Fuente: http//www.gerenciasalud.com, enero 2005
11
Fuente: Memoria Institucional del Ministerio de salud, 2003
12
Fuente: Poltica Nacional de Salud 2002-2003, Ministerio de Salud (Igual fuente para cobertura), enero 2005
EPISTEME
Cuadro 1: Situacin de la Salud en los pases de Amrica Latina, 2005 (contina)

COBER GASTO EN
PAS POBLACIN3 TURA CAUSAS MORTALIDAD SALUD (PIB)
PROPUESTAS GUBERNAMENTALES4

Cuba 11372,000 100% Enfermedades del corazn, tumores malig- 7.9% Prevencin de enfermedades
13
nos, accidentes y violencia, cerebro-
vasculares, influenza y neumona14

Chile 16136,000 87% Circulatorias, cncer, diabetes, enfermedades 8.0% Estilos de vida y ambiente
DORIS CASTAEDA ABANTO

circulatorias, cirrosis15 saludable. Sistema de gestin de


garantas en salud.

Ecuador 13798,000 20% Enfermedades del corazn, neumona, 5.1% Mejorar los servicios preventivos,
hipertensin, causas externas, afecciones del curativos y de rehabilitacin,

114
periodo perinatal, accidentes, enfermedades modernizacin tecnolgica,
isqumicas del corazn, diabetes, otras16 ampliacin del seguro

El 6875,000 16% Circulatorias, causas externas, enfermedades 8.3% Modernizacin del sector, promo-
Salvador transmisibles, neoplasias, enfermedades cin de la salud y descentrali-
isqumicas del corazn, agresiones, homici- zacin17
dios y accidentes.

13
Los datos de Cuba, Dominicana, Uruguay y Mxico, corresponden a cobertura de la seguridad social. Fuente
http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/inf/pr/1999/41.htm, 2005
14
Fuente: http//www.eurosur.org, enero 2005
15
Fuente: http//www.minsal.cl, enero 2005
16
Fuente: http//www.lahora.com.ec (la misma fuente para cobertura y propuestas), enero 2005
17
Fuente: http//www.mspas.gob.sv (igual fuente para causas de mortalidad), enero 2005
Cuadro 1: Situacin de la Salud en los pases de Amrica Latina, 2005 (contina)

COBER GASTO EN
PAS POBLACIN3 TURA CAUSAS MORTALIDAD SALUD (PIB)
PROPUESTAS GUBERNAMENTALES4

Guatemala 12952,000 11% Enfermedades infecciosas (diarrea, pulmona, 4.2% Fortalec. MINSA, mejoramiento de
clera, malnutricin y tuberculosis18 en calidad de servicios, articula-
cin entre prcticas populares,
tradicionales y alternativas19

Honduras 7 347,000 16% Cardiovasculares, accidentes, tumores, sida y 7.4% Descentralizacin del sector salud
tuberculosis

Mxico 106147,000 49% Cardiovasculares, tumores malignos, 5.6% Democratizacin de la salud y


diabetes, cirrosis, enfermedades cerebrovas- rendicin de cuentas
culares20

115
Nicaragua 5800,000 18% Enfermedades del sistema circulatorio, 3.2% Inversin en capital humano, bajo
22
causas externas tumores, afecciones del costo de los servicios sin propiciar
perodo perinatal, otras21 el asistencialismo

Panam 3067,000 61% Tumores malignos, accidentes, suicidios, 9.2% Descentralizacin de servicios,
homicidios, violencia, lesiones, enfermedades modernizacin del sector, desa-
cerebro-vasculares, isqumicas, infarto, rrollo de cultura de investigacin
diabetes, otras. en salud.
18
Fuente: Michele Gragnolati, Marini, Alessandra: Health and Poverty in Guatemala, The World Bank, 2003
19
Fuente: http//www.ops.org.gt, enero 2005
20
Fuente: Secretara de Salud: Programa Nacional de Salud 2001-2006, 2001 (igual fuente para gasto en salud y propuestas), julio 2004
21
Fuente: htttp//www.minsa.gob.ni (Igual fuente para propuestas), enero 2005
22
EPISTEME

Fuente: http//www.paho.org/spanish/dd/ais/be/nicaragua/htm, enero 2005


Cuadro 1: Situacin de la Salud en los pases de Amrica Latina, 2005 (contina)

COBER GASTO EN
PAS POBLACIN3 TURA CAUSAS MORTALIDAD SALUD (PIB)
PROPUESTAS GUBERNAMENTALES4

Paraguay 6216,000 19% Circulatorias, tumores, enfermedades cerebro 5.0% Municipios y escuelas saludables
vasculares, respiratorias, accidentes,
afecciones del perodo perinatal, diabetes,
diarreas,, homicidios, septicemias, otras.8.7%
DORIS CASTAEDA ABANTO

Per 27804,000 25% Circulatorias, tumores, IRA, accidentes, enf. 5.5% Modernizacin de los servicios,
urinarias, afecciones perinatales, septicemia fortalecimiento institucional,
(excepto neonatal), tuberculosis, deficiencias democratizacin de la salud.
nutricionales, otras23

116
Dominicana 9123,000 7% Enfermedades cardiovasculares, causas 6.6% Descentralizacin del sector, parti-
externas (lesiones y violencia), tumores cipacin, coordinacin inter-
malignos, enfermedades transmisibles, sectorial
afecciones perinatales24

Uruguay 3455,000 63% Enfermedades circulatorias, tumores malig- 8.7% Autonoma hospitalaria, descen-
nos y benignos, respiratorias, digestivas25 tralizacin de servicios

23
Fuente: http//www.inei.gob.pe, enero 2005
24
Fuente: htttp//www.paho.org/spanish/theprfldor.htm (igual fuente para propuestas), enero 2005
25
Fuente: http//www.serpaj.org.uy (igual fuente para gasto en salud y propuestas), enero 2005
Cuadro 1: Situacin de la Salud en los pases de Amrica Latina, 2005 (contina)

COBER GASTO EN
PAS POBLACIN3 TURA CAUSAS MORTALIDAD SALUD (PIB)
PROPUESTAS GUBERNAMENTALES4

Venezuela 26468,000 36% Enfermedades del corazn, cncer, enferme- 7.6% Asignacin de ms presupuesto,
dades cerebro-vasculares, accidentes, promocin, prevencin, protec-
diabetes, afecciones del perodo perinatal, cin y recuperacin de la salud27
suicidios, homicidio, otras26

Amrica 546385,000 66% Enfermedades cardiovasculares, cncer, 7.3% Modernizacin y descentraliza-


28
Latina accidentes, diabetes29 cin del sector, estilos de vida
sanos

117
26
Fuente: http//www.mspbs.gov.py, enero 2005
27
Fuente: http//www.msds.gov.ve, enero 2005
28
Fuente: http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/inf/pr/1999/41.htm, 2005
29
Fuente: http//www.who.int/nhadoc.s/es/pdf (Fuente comn para gasto en salud (PBI), enero 2005
EPISTEME
DORIS CASTAEDA ABANTO

LA MEDICINA TRADICIONAL EN PASES DE


AMRICA LATINA Y EL CARIBE: DESAFOS
CONTEMPORNEOS
La nica va a travs de la cual pudo rastrearse informacin
sobre la medicina tradicional en Latinoamrica, de
investigaciones, regulacin e instituciones vinculadas a ella,
fue mediante reuniones y propuestas generadas por la OMS y
OPS en el mbito de la salud indgena. En la Resolucin
CD37.R5, inciso C30, la OPS recomend la ampliacin de las
actividades de evaluacin de las condiciones de vida y
situacin de salud, para incluir a los pueblos indgenas de la
regin, con el fin de superar paulatinamente la actual falta de
informacin en este campo.
La medicina tradicional es relevante en la perspectiva de la
salud indgena, en la medida en que aproximadamente 41
millones de habitantes son indgenas; 18 millones de ellos
viven en los pases de Mesoamrica y una mayora (20
millones), en la regin andina. El resto en Canad, Estados
Unidos, regin amaznica, pases del Caribe, Chile y
Paraguay. En el continente americano estn distribuidos unos
400 grupos tnicos (OPS, 1995), y pese a que los indicadores
socio-econmicos no los favorecen, son portadores de una
cultura mdico tradicional ancestral que ha contribuido a la
investigacin cientfica Las plantas han demostrado ser
una excepcional fuente de productos naturales activos con
posibles aplicaciones teraputicas (Desmarchelier y
Schaus, 2000: 13)

30
Resolucin CD37.R5 fue aprobada el 28 de septiembre de 1993 por los gobiernos de
los pases miembros de la Organizacin Panamericana de la Salud

118
EPISTEME

Para identificar el estado actual de la medicina tradicional en


pases de Amrica Latina, se ha elaborado un cuadro con
diferentes rubros que explican la situacin de cada pas. En
este sentido, el Cuadro 2 revela que un denominador comn
de la problemtica social de los pueblos indgenas en Amrica
Latina es la pobreza, que se asocia a la marginacin y escaso
acceso a los servicios de salud que brinda el Estado.
En el mbito del reconocimiento oficial a la tradicin, se
aprecia la dicotoma de la medicina tradicional versus la
medicina occidental. En algunos pases como Bolivia, se
presentan ms avances para su reconocimiento; en el resto,
existen propuestas de ley ante los Congresos. La regulacin
hasta la fecha slo se mantiene como una buena intencin y
necesidad de diversos sectores poblacionales que demandan
su legalizacin e incorporacin oficial. En la mayora de
casos, los terapeutas tradicionales deben realizar sus
actividades sin contar con un permiso o autorizacin oficial,
lo cual dificulta su labor. En Bolivia y Guatemala slo el 10%
de curanderos cuenta con permiso oficial para el ejercicio de
sus actividades.
En la mayora de pases latinoamericanos se desconoce con
exactitud el nmero de curanderos. La OMS/0PS (1999)
seala que Bolivia, ha registrado a 5,000 curanderos, Costa
Rica a 19, Chile a 2,000, Mxico a un promedio de 14,000,
Nicaragua y Repblica Dominicana a 2,500 mdicos
tradicionales, respectivamente. El hecho de que no se cuente
con una cifra exacta de curanderos en Amrica Latina, tiene
mucho que ver con la legalizacin de las prcticas, pues, la
mayora de terapeutas tradicionales temen inscribirse en
registros oficiales debido a posibles represalias, puesto que
hasta hoy no se han implementado proyectos con beneficios

119
DORIS CASTAEDA ABANTO

visibles para su trabajo, lo cual en lugar de fortalecer su aporte


en la preservacin de la cultura y en la solucin local de los
problemas de salud, ha terminado por formar parte de proceso
constante de saqueo de conocimientos que an no los
favorece.
Las instituciones vinculadas a la investigacin y promocin de
la medicina tradicional en Amrica Latina, son diversas e
incluyen asociaciones civiles, Ministerios de Salud y
Universidades, sean stas del Estado o de la iniciativa privada.
Es importante destacar que en el caso peruano, en 1990, el
Ministerio de Salud cre como organismo pblico
descentralizado el Instituto Nacional de Medicina
Tradicional (INMETRA) el cual se encarg de proponer y
coordinar la poltica de medicina tradicional, as como
desarrollar la investigacin, docencia, normatividad y el
diseo de programas de salud para la articulacin de la
medicina tradicional con la medicina oficial, contribuyendo
as a elevar el nivel de salud de la poblacin peruana
(INMETRA, 2000: 3). Las reas de trabajo fueron:
docencia, capacitacin y extensin educativa; investigacin y
tecnologa; normas, programas y servicios; alimentacin-
nutricin.
A partir del ao 2002, se propuso al interior del Ministerio,
cambios en el INMETRA, los mismos que redujeron su
presencia formal, consecuentemente, la Medicina Tradicional
a nivel oficial est bastante disminuida a tal punto, que las
sedes de INMETRA, hoy rebajadas a la categora de Centros,
se encuentran en franco proceso de desestructuracin.
Es probable que intentos similares al peruano hayan ocurrido
en otros pases, pero no se tiene conocimiento de lo que podra

120
EPISTEME

estar ocurriendo alrededor de su regulacin, investigacin e


incorporacin a la vida oficial de cada pas.
Este panorama construido a partir de la informacin oficial de
cada pas, constituye un intento por sintetizar cul es el estado
de la medicina tradicional, su regulacin e instituciones que
operan en Latinoamrica, concluyendo, finalmente, que los
gobiernos pueden explicitar su inters por incorporar a sus
sistemas oficiales de salud, el conocimiento emprico en
salud; pese a esta situacin, en la prctica contina siendo el
modelo biomdico de atencin de la salud, el hegemnico.

121
Cuadro 2: Medicina tradicional, regulacin e instituciones en Amrica Latina

PROBLEMTICA SOCIAL INSTITUCIONES VINCULADAS CON LA INVESTIGACIN


PAS REGULACIN31
INDGENA EN MEDICINA TRADICIONAL (MT)32
Bolivia Marginacin y condiciones Resolucin suprema N 198771 - Sociedad Boliviana de MT
de vida muy pobres. en 1984. - Kuska Sumaj Kausanapa
Permiso del Ministerio de Salud - CENDA
para el ejercicio de la Medicina - Instituto de Investigaciones qumicas-UNSA.
Tradicional. Abarca al 10% de los - Instituto de Investigaciones Frmaco-
DORIS CASTAEDA ABANTO

practicantes Bioqumicas.
- PROMENAT Programa-investigacin de MT
- Laboratorios Valencia y Laboratorio Aleph
Costa Rica Desconocimiento exacto de Existe un reglamento para normas - Centro de invest.de productos naturales.

122
la cobertura de servicios. de seguridad en la elaboracin de - Laboratorio de ensayos biolgicos.
Ambiente no adecuado para productos tradicionales - Fundacin Iria Sockok.
el desarrollo de la identidad No existe permiso oficial, el - Universidad de Costa Rica. y Universidad
33
indgena MINSA a veces otorga permisos Nacional
Chile El gobierno desconoce los No existe legislacin, iniciativa o - Universidad de la Frontera (Temuco)
derechos indgenas34 norma. - Universidad Catlica de Chile.
Existen permisos para ejercer - Universidad Autral, de Santiago de Chile
como terapeutas tradicionales - Universidad Humanismo Cristiano.
- Unidad de MT. Del MINSA.

31
Datos extrados de: Nigenda, G; Mora-Flores G; Aldama Lpez, S y otro, 2000
32
Informacin extrada de: Situacin de la Salud tradicional en Amrica Latina y el Caribe. Informacin de base, OMS/OPS, 1999
33
Fuente: http://www.iidh.ed.cr/comunidades/diversidades/docs/div_enlinea/perfil%20costa%20rica.htm
34
Fuente: http://www.chileradio.cl/print.php?sid=3450
Cuadro 2: Medicina tradicional, regulacin e instituciones en Amrica Latina (contina)

PROBLEMTICA SOCIAL INSTITUCIONES VINCULADAS CON LA INVESTIGACIN


PAS REGULACIN
INDGENA EN MEDICINA TRADICIONAL (MT)
Ecuador Dicotoma entre medicina Iniciativa de Ley. - Organizacin Jambi Huasi
tradicional y moderna No cuenta con permisos oficiales - Universidad Andina Simn Bolvar y de Cuenca
para la prctica de la Medicina - Escuela de educacin y cultura andina.
Tradicional - Centro de desarrollo comunitario.
- Fundacin Tsunki en la Amazona.

Guatemala Ms altas tasas de morta- Iniciativa de ley. - Universidad San Carlos, Mdicos sin fronteras
lidad infantil y menor espe-
dulas ed serodacidni seroeP Permisos expedidos por el - ASECSA en Chimaltenango
ranza de vida en Latino-
.anegdni nicanigram y adiv Ministerio de salud (al 10% de - CDRO en Totonicapa.
amrica.
ed senoicidnoc sairacerP curanderos) - ADEPAC, Facultad de agronoma en Guatemala

123
Mxico Iniciativas estatales en Morelos y - Instituto Nacional Indigenista.
Chiapas - IMSS-Coplamar.
El Instituto Nacional Indigenista, - Instituto de Estudios Indgenas.
la Secretara de Salud y el IMMS - Organizacin de Mdicos Tradicionales-Chiapas.
otorgan permisos - Direccin de Medicina Tradicional- SS.
Nicaragua Discriminacin a indgenas y Existe la Ley general de medica- - CECALLI-Estel.
problemas territoriales. mentos y Farmacia, enfocada al - Centro Nacional de Medicina Popular Tradicional
uso de plantas (Fitoterapias) Estela.
No existe permiso oficial para el - Red Nacional de Terapias Alternativas.
ejercicio de los terapeutas - Gramil-End-Caribe.
tradicionales - Soynica-Managua.
- UPONIC, Carrera de Medicina Natural.
- Ministerio de Salud.
EPISTEME
Cuadro 2: Medicina tradicional, regulacin e instituciones en Amrica Latina (contina)

PROBLEMTICA SOCIAL INSTITUCIONES VINCULADAS CON LA INVESTIGACIN


PAS REGULACIN
INDGENA EN MEDICINA TRADICIONAL (MT)
Per Proyecto de Ley de Medicina - Instituto de Medicina Tradicional del MINSA
Tradicional - Instituto de MT. del Instituto de Seguridad Social.
Ministerio de Salud ocasional- - Centro Takiwasi
mente otorga permisos - Universidad Cientfica del Sur.
- Centro de Estudios Bartolom de las Casas
DORIS CASTAEDA ABANTO

(Cuzco)
Repblica No se sabe de la existencia de una - Instituto de Medicina dominicana.
Dominicana iniciativa. - INDIA/UASA.
No existe permiso oficial para el - ENDA-Caribe.

124
ejercicio de terapeutas tradicio- - QUIRONA/UASA Y UNPMU.
nales. - Programa de revaloracin de la MT-MINSA.
Venezuela Se desconoce acerca de la - Universidad de Mrida.
existencia de leyes para respaldar - SOLAMENAT.
el trabajo de los curanderos.

Fuente: Doris Teresa Castaeda Abanto, 2005


EPISTEME

SALUD, MEDICINA TRADICIONAL Y HERBOLARIA


EN LA PERSPECTIVA DE LA ORGANIZACIN
MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)
Las formas de definir la salud son diversas y dependen
tambin del contexto cultural en el que se ubican. La OMS,
como Agencia especializada de las Naciones Unidas, tiene
como objetivo principal hacer que todas las personas puedan
alcanzar el nivel de vida ms alto posible de salud, por tanto,
disea estrategias para el cumplimiento de tal propsito
La OMS, en sus 61 aos de vida institucional, ha diseado
mltiples estrategias para mejorar la salud de la poblacin en
el mundo. La Conferencia Internacional sobre Atencin
Primaria de Salud, realizada en 1978 en Alma Ata
(Kazajstn), en la antigua URSS, supuso un potencial avance
mundial en los derechos sobre la salud.
Son dos los argumentos para incluir a la medicina tradicional
en los sistemas de salud, segn la OMS: la efectividad de los
recursos y factores de orden sociocultural (bajo costo accesible
para poblaciones empobrecidas) ...los pases de bajos
ingresos necesitan tratamientos baratos y eficaces para las
enfermedades comunesUn estudio reciente sobre los
costos-eficacia de la medicina complementaria y alternativa
realizado en Per, concluy que en las nueve patologas leves
y crnicas seleccionadas, los costos directos del uso de esa
medicina eran inferiores a los de la terapia convencional, y que
su eficacia era superior, con menos efectos secundarios
(OMS, 2002: 4). Aunado a lo anteriormente descrito, es
necesario sealar que la medicina tradicional asigna un
papel central a la capacidad del organismo de curarse por s
mismoUn elemento clave de esas tradiciones es el respeto

125
DORIS CASTAEDA ABANTO

por la alimentacin adecuada y los productos naturales como


medio de conservar la salud (Rappaport, 2000: 344)

Para el caso de Mxico, la OMS, no seala ninguna


reglamentacin oficial, slo indica que la medicina
tradicional representa una conexin culturalmente aceptada
entre el pasado y el presente. Esta medicina ha sobrevivido la
tendencia poltica de dar a la medicina cientfica moderna una
prioridad absoluta y la tendencia de los cientficos de reducir
al mnimo el conocimiento tradicional. Anzures (1976) asume
una posicin crtica para sealar que la medicina tradicional
siempre ha estado en una situacin de inferioridad, de
desprecio, de desconocimiento y hostilizacin entre sus
practicantes, se encuentra un 50% de la poblacin que sufre
esa discriminacin.

Una de las preocupaciones que la OMS tiene sobre el tapete,


se refleja en el informe sobre la salud en el Mundo 2002; all se
aprecia el incremento de enfermedades denominadas de los
pases ricos en las poblaciones de los pases subdesarrollados.
Los diez riesgos ms importantes por la carga de morbilidad
que originan son: 1) la insuficiencia ponderal, es decir, el
dficit en la relacin peso-talla-edad; 2) las prcticas sexuales
de riesgo; 3) la hipertensin arterial; 4) el tabaquismo; 5) el
alcoholismo; 6) el agua insalubre, el saneamiento y la higiene
deficientes; 7) la carencia de hierro; 8) el humo de combus-
tibles slidos en espacios cerrados; 9) la hipercolesterolemia y
10) la obesidad. Estos factores de riesgo estn asociados al
tema del ambiente: el tabaquismo; el agua insalubre, el
saneamiento y la higiene deficientes; el humo de combustibles
slidos en espacios cerrados, entre otros. El colesterol origina
ms de cuatro millones de muertes prematuras al ao.

126
EPISTEME

Pese a la importancia real de este tipo de medicinas, no todos


los pases han adoptado polticas claras para su promocin e
incorporacin a los sistemas mdico-formales; lentamente los
pases asumen polticas nacionales en el mbito de la
medicina tradicional. El 2000, slo 25 de los 191 pases
miembros de la OMS, tenan polticas nacionales en Medicina
Tradicional.

Los medicamentos herbarios son base en la atencin de la


salud en todo el mundo, y desde los primeros das de la
humanidad, a lo largo de la historia, se han seguido utilizando
ampliamente. Su valor clnico, farmacutico, cultural, econ-
mico y social se sigue incrementando, porque ahora ya no slo
se aceptan y practican en poblaciones de escasos recursos, sino
en pases industrializados, con lo cual se intenta retornar hacia
formas de vida ms ligadas con lo natural. La trascendencia
del valor social, cultural, econmico de las plantas
medicinales, no se circunscribe slo a los mbitos sealados;
las plantas medicinales son importantes recursos en la
investigacin farmacolgica y el desarrollo de medicamentos.

En la resolucin WHA42.43 (1989), la Asamblea de la Salud


inst a los pases miembros para que efectuaran una
evaluacin completa de sus sistemas de medicina tradicional,
con un inventario y estudio (preclnico y clnico) de las plantas
medicinales para reglamentar el uso de medicamentos
herbarios; pues, si bien el nmero de pases con
reglamentaciones sobre medicamentos herbarios aument de
50 en 1994 a 70 en el 2001, an faltan ms de la mitad de
naciones para formular un modelo estructurado basado en el
control. La OMS, como organismo rector de la salud, seala
que slo 48 pases en el mundo han reglamentado el uso de
medicamentos herbolarios.

127
DORIS CASTAEDA ABANTO

La medicina tradicional en Mxico


La medicina tradicional y herbolaria en Mxico tienen una
amplia trayectoria, su historia data de la poca prehispnica.
Los cdices, obras pictricas y jardines botnicos, son fuente
de informacin acerca de la flora medicinal. Entre los
jardines botnicos ms importantes estn el de Tetzcutzingo,
fundado por Nezahualcyotl y el de Moctezuma en
Tenochtitlan. Castaeda et al., (2004), en un video, sealan
que entre 1430 y 1440 el Rey Nezahualcoyotl construy un
jardn botnico en el que destacan las plantas medicinales.
Algunos historiadores refieren que este jardn botnico pudo
haber sido el primero en el mundo.
La llegada de los espaoles produjo tres efectos funda-
mentales en la medicina tradicional: 1) el registro del
conocimiento herbolario, 2) el intercambio de plantas y
animales, y 3) la erosin de gran parte del conocimiento
mdico-tradicional, por considerarse superchera.
Curanderos y otros especialistas de la medicina tradicional
fueron cruelmente perseguidos y condenados por la Santa
Inquisicin, an cuando los conocimientos generados por
stos hayan sido utilizados por los nuevos estudiosos de la
medicina.
La Colonia, segn Baytelman (2002), introdujo en las
prcticas mdicas de la Nueva Espaa el elemento negro, que
se funde con el indgena, dando a la medicina tradicional una
tonalidad distinta. Es tambin en la poca colonial que se
diferencian dos clases de medicina: una basada en la magia y
la otra de tipo racional.
En 1933 Maximino Martnez escribi: Plantas Medicinales
de Mxico, libro en el cual registra la flora medicinal de todo

128
EPISTEME

el pas. Esta obra sigue siendo referencia obligada para los


estudios de herbolaria.
Algunas instituciones e investigadores, han mostrado una
actitud de respeto al conocimiento popular, motivo por el cual
han volcado su inters hacia la investigacin. Entre los grupos
pioneros en la investigacin, est el caso del Instituto
Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales, que en
1981 fue incorporado al Instituto Mexicano del Seguro Social
y los grupos acadmicos de los centros de investigacin de
la Universidad Autnoma de Mxico, el Instituto Politcnico
Nacional, la Universidad Nacional Autnoma de Chapingo,
la Universidad Autnoma Metropolitana y el Instituto
Nacional Indigenista (Valdez, et al., 2002: 101).
Otra vertiente importante en el estudio de la medicina
tradicional mexicana lo constituye el recurso humano que, en
sus diferentes modalidades como curanderos, hierberos,
sobadores, parteras, graniceros y otros, brindan atencin a lo
largo del pas. Segn Castaeda (1995), se haban registrado
13,067 mdicos tradicionales, de los cuales el 61% corres-
ponda al sexo femenino. Actualmente, segn Lozoya (2003),
por cada mdico acadmico existen 4 mdicos tradicionales,
por tanto, su importancia no slo numrica, sino social y
mdica es fundamental.
En este contexto, la Secretara de Salud de Mxico (2001)
plante el establecimiento de la Direccin de Medicina
Tradicional, como un intento por conjuntar conocimientos y
prcticas, tanto de la medicina moderna como de la
tradicional. La Direccin propuso la interculturalidad como
alternativa para el rescate e incorporacin del conocimiento
mdico tradicional a la medicina cientfica, con el objetivo de
Generar un modelo de atencin a la salud donde el personal

129
DORIS CASTAEDA ABANTO

identifique y reconozca la existencia de otros modelos y


formas de interpretar la salud y la enfermedad; lograr,
asimismo, que la poblacin participe en la adecuacin de los
servicios y el fortalecimiento del sistema de atencin a la salud
complementario, dentro de un esquema de coordinacin y
respeto entre las dos concepciones para mejorar la calidad, la
accesibilidad y la satisfaccin de los usuarios proveedores.
Desde la puesta en marcha de la Direccin de medicina
tradicional, por parte de la Secretaria de Salud, el gobierno
federal ha reconocido que es necesario el fortalecimiento de la
medicina tradicional, como respuesta a los pronunciamientos
y demandas de los pueblos indgenas, pero en la prctica este
mandato no es tomando en cuenta.

La medicina tradicional en Per.


Si recurrimos a la historia de la medicina tradicional,
encontramos que est marcada por dos y hasta tres pocas: la
primera comprende la medicina pre-inca, la segunda la
medicina inca y la tercera, la mixtura entre la medicina inca y
la espaola que lleg con motivo de la conquista, a la cual
posteriormente se agregaron prcticas africanas y chinas
(stas muy escasas).
La medicina pre-inca alude a la ejercida por diferentes cul-
turas, tales como la Chicama-Vir, Nazca-Parcas y Mochica.
La cultura Chavn presenta restos de ceramios en los cuales se
representan algunas anomalas fsicas de los primeros
peruanos. Chicama y Vir muestran figuras animales y
humanas con apariencia monstruosa, como si en esa poca ya
se hubieran utilizado plantas alucingenas capaces de inspirar

130
EPISTEME

las figuras indicadas. Nazca y Paracas trabajaron las tcnicas


de momificacin y trepanaciones craneanas. Fue una de las
culturas ms avanzadas en cuanto se refiere a medicina; sus
prcticas mdico-tradicionales, an no pueden ser superadas.
Mochica, sus ceramios identifican enfermedades y procedi-
mientos curanderiles, escenas que registraban el parto y las
tcnicas para su atencin. Encontramos tambin un
abundante volumen de piezas dedicadas a la sexualidad (entre
los legados ms importantes dejados por esta cultura).

Medicina tradicional Inca.


Los Incas cuando integraron otros grupos humanos a su
cultura, no exterminaron sus conocimientos, prcticas y
creencias locales. En la medicina Inca se presenta una mezcla
entre la magia y la religin; ayudados por una gran variedad
de drogas y objetos o plantas afrodisacas.
Una de las festividades ms importantes del Incanato, la
constituye el Situa (realizada a inicios de la primavera), que
era la celebracin ms importante que relacionaba la
medicina con la salud en efecto, la celebracin era hecha
con el propsito de rogar para que no haya epidemias, y los
ritos tenan como meta principal la erradicacin de todas las
enfermedades y otros males de la tierra (CABIESES T.II,
1974: 176). La Diosa de la salud Inca, se denominaba Umia.

Los Curanderos Incas.


La presencia de practicantes de la medicina tradicional Inca,
abarcaron una extensa variedad, que en gran medida

131
DORIS CASTAEDA ABANTO

representa la importancia y riqueza del conocimiento de los


antiguos pobladores peruanos. Es necesario destacar que
toda esta gama de especialistas mdico-tradicionales,
deberan prepararse desde la infancia, para poder realizar tan
reconocido oficio, como es el arte de la curacin.
En total se registran como mnimo unos 14 especialistas. Los
ms importantes son los siguientes: Los Cacamascas
(curanderos), encargados de diagnosticar y curar cualquier
tipo de enfermedad, los Sonccoyoc (inspirados, curaban con
el corazn), sanaban ofreciendo sacrificios a los dioses, los
Cuyricuc eran expertos en las curaciones (limpias) usando el
cuy, los Ayatapuc manejaban con maestra la comunicacin
con los muertos, los Guacaues eran mdicos filsofos que
deambulaban desnudos por los lugares ms aislados y
desiertos del Tawuantinsuyo, vivan en total soledad y se
dedicaban al estudio de las ciencias divinas y la filosofa, el
Hampi-camayoc, o mdico, aluda al curandero en general, al
personaje con muchas dotes para realizar curaciones diversas
con xito. (Hampi=medicina; camayoc=el que practica algo)
y el Chukri-hampi-camayoc que se especializ en todo tipo
de cirugas.
Debido a la amplia variedad de mdicos tradicionales, el
conocimiento y manejo de plantas medicinales fue tambin
sumamente vasto. La cultura Inca contribuy con sesenta
nuevas drogas a la farmacopea del siglo XVII. Las que
marcan la historia peruana y su contribucin al mundo son
bsicamente: la coca (Erythroxylon coca) y la quina (Chichona
offianalos). Los animales de mayor uso teraputico son: (Cavia
porcellus o Cavia cobayo), serpientes, llama, la rana, entre otros.

132
EPISTEME

Las principales enfermedades entre los Incas.


La palabra quechua oncoy o unccoy significa proceso
clnico general y equivale al actual concepto de enfermedad.
Entre los antiguos peruanos, la enfermedad se explicaba no
slo por sntomas somticos, su causa fundamentalmente se
asociaba a concepciones mgico religiosas y empricas.
Las enfermedades culturales ms conocidas y que hasta la
actualidad se registran son: la Kaika y el Susto (Jani). Estas
enfermedades se curaban con procedimientos mgicos, entre
los cuales el ms frecuente es el pago a la tierra, que consiste
en pases mgicos y ofrendas de alimento a la Madre Tierra.
Esta misma ceremonia la realizan los curanderos mexicanos,
quienes despus de haber curado por tercera vez consecutiva a
un paciente afectado por el susto, proceden a realizar el
pago a la tierra. Posteriormente, la familia prepara una
comida especial, cuyo componente bsico es el tapashtli
(tamal grande hecho en base a maz) y comparten un
agradable momento, en el que la comida, no es ms que un
pretexto para que el curandero se dedique a platicar una serie
de consejos sobre la salud y la vida. En la Fotografa 1: Un
nio es curado de susto, vase que en la frente tiene una cruz,
hecha de tierra. Fotografa 2: curandero bendiciendo alimento
que ser compartido despus de haber curado al nio de susto.
Fotografa 3: curandero ofreciendo pago a la tierra.

133
DORIS CASTAEDA ABANTO

Fotografa 1: Nio en ceremonia de curacin de susto

134
EPISTEME

Fotografa 2: Curandero ofrenda y bendice alimentos

Fotografa 3: Pago a la tierra

135
DORIS CASTAEDA ABANTO

CONCLUSIONES
En este captulo se destac la situacin actual de la salud y la
medicina tradicional de los pases de Amrica Latina,
observndose que an cuando los organismos internacionales
(OMS, OPS) sugieren la inclusin oficial de sistemas mdicos
tradicionales y alternativos en el marco oficial de los servicios;
a nivel de polticas gubernamentales y en la prctica, se
mantienen al margen, por lo que, son algunas instituciones las
que se dedican sin respaldo oficial- al rescate y estudio del
conocimiento emprico en salud. No obstante, la
investigacin en pases de Amrica Latina carece del apoyo
oficial requerido para desarrollarse. La parte final del captulo
se centra en la historia y estado actual de la medicina
tradicional, tanto en Mxico como en Per, lo cual nos
permite vislumbrar mejor los problemas y retos que enfrentan
los pases latinoamericanos.

136
Captulo V
tica del mdico tradicional analizadas
a travs de una historia de vida

Te has olvidado de ti y ese es tu nico defecto

Annimo.

La emocin ms hermosa y ms profunda


que podemos experimentar es la sensacin de lo mstico.
Es el legado de toda ciencia verdadera

Einstein

L os epistemlogos consideran que existen dos grandes


tipos de conocimiento: el emprico y el cientfico. El
conocimiento emprico constituye el primer contacto y
acercamiento con la realidad, es tal vez la ms primigenia
forma de conocer el mundo y se obtiene al azar. Segn Cervo
et al., (2003), el hombre comn tiene conocimiento del mundo
material exterior en el cual se halla inserto, a travs de la
empiria. Con el lenguaje, los conocimientos se transmiten de
persona a persona, de generacin en generacin.

137
DORIS CASTAEDA ABANTO

En el mbito de la salud y la medicina, tambin el


conocimiento emprico constituy la primera forma de
aproximacin a la comprensin y manejo de la enfermedad.
La analoga y la experimentacin (prueba y error) fueron
aspectos fundamentales para acercarse y tratar las diversas
patologas que aquejaban a la humanidad.
Los avances de la biologa, la qumica, la anatoma, la
fisiologa y otras ciencias afines a la medicina, lograron
identificar las causas de la enfermedad, explicarlas y deter-
minar los medicamentos y dosis exactas para combatirlas.
Esta situacin fue definiendo un contexto de auge para la
nueva sabidura mdica que cada vez iba ganando ms
espacio, mientras los conocimientos mdico-tradicionales
quedaban al margen del nuevo aparato institucional y
burocrtico para atender la salud.
En las pocas actuales, en las que la medicina cientfica no ha
logrado total cobertura en todos los sectores sociales y
tampoco en la erradicacin de muchas patologas, siguen
siendo las poblaciones las que con sus propios sistemas
mdicos de curacin y prevencin de enfermedades, resuelven
mltiples problemas de salud. Debido a esta situacin, es
necesario retornar hacia quienes, por su continua relacin con
la naturaleza, son fuente directa del conocimiento, y as
otorgar voz a un conocimiento que hasta hoy ha sido
annimo. En este sentido, la parte medular de este captulo
est conformada por la historia de vida de un curandero de la
Huasteca hidalguense - Mxico, a travs de l se identifica el
proceso mediante el cual se genera, nutre y transmite la
sabidura mdico tradicional a los miembros de mltiples
comunidades humanas.

138
EPISTEME

El ejercicio de la medicina tradicional requiere de


fundamentos ticos elementales, en favor de un oficio digno y
de servicio a la humanidad. Estos aspectos los hemos
vislumbrado a travs de la investigacin cualitativa llevada a
cabo con don Concepcin Castellanos Hernndez, curandero
mexicano, al cual la poblacin lo llama con afecto y respeto
Don Chon, durante la entrevista en profundidad que
realizamos, hemos notado que a veces con severidad y otras
con profundo sentido humanstico, este hombre transita por la
vida recordando que lo fundamental en la atencin al
paciente, no slo es el conocimiento que debe manejarse sobre
la enfermedad, su diagnstico y pronstico, sino el trato que
debe proversele.

Elementos ticos que involucran la tica en la


Medicina Tradicional35
El servicio mdico: un valor de uso
La actividad mdico-tradicional es de servicio, nunca de
lucro. Ninguna razn justifica la mercantilizacin de la
medicina, sin embargo, con preocupacin se observa que su
ejercicio involucra fundamentalmente aspectos monetarios,
sobre todo, el relacionado con la ciencia y tecnologa mdicas
de hoy, lo cual deja fuera de su alcance y beneficio a millones
de seres humanos que en condiciones de escasez de recursos
econmicos, no tienen acceso a sus avances. Prez y
Kretschmer (2000), critican que la medicina se haya

35
Tomado de: Castaeda et, al., . Conocimiento mdico tradicional a travs de la tica
de un curandero de la Huasteca Hidalguense. En. Revista Cuicuilco, septiembre a
Diciembre ao/volumen 12, N 035, Escuela Nacional de Antropologa, Mxico DF,
2005.

139
DORIS CASTAEDA ABANTO

transformado en un artculo de lujo, al dejar de ser un servicio


para convertirse en un negocio. Esto ocurri cuando los
empresarios descubrieron que la humanidad doliente es un
mercado inmenso, totalmente abierto a la explotacin
comercial.
Un curandero no debe explotar a la gente, no debe exigir
dinero, si aquella persona no trae dinero, no porque no
trae no le vamos a curar; al contrario a m me da gusto
que me digan yo no traigo dinero, por favor creme. S,
lo hago con ms valor, con ms energa, con mi buena
voluntadCuando un curandero se interesa por el
dinero se va del lado malo al lado del demonio; todo
aquel curandero que ya no lo hace por curar, sino por
negociar al enfermo, est haciendo mal. Al templo no lo
tenemos para negociar, sino para curar. (Don Chon,
Tehuetln, 2005).

La Honestidad
Los practicantes de la medicina tradicional no deben mentir
al paciente, ste debe conocer hasta dnde es posible el
restablecimiento de su salud, pues, tanto la medicina
moderna, como la tradicional y las alternativas tienen sus
propias potencialidades y limitaciones que se expresan
precisamente en la eficacia de los tratamientos, para ciertas
enfermedades es factible la curacin a travs de tratamientos
establecidos por la medicina.
Yo les digo que un curandero, no debe ser mentiroso.
No debo engaar a ninguno, porque si yo engao a una
persona hago de cuenta que me estoy engaando solo y
nadie me va a creer. Por mi proceder, por mi conducta,

140
EPISTEME

cuando yo salgo por la calle, nadie me seala con el dedo,


no que Don Chon es esto o lo otro. Yo me debo portar
como debe de ser (Don Chon, Tehuetln, 2005).

El ser humano esencial


La nica posibilidad de acercamiento y trato entre mdico y
paciente es asumiendo el dolor ajeno como propio. Adems,
tambin es importante resaltar que la comunicacin entre
ambos debe ser horizontal y en lenguaje comprensible para el
paciente. Entre las crticas ms frecuentes que recibe la
medicina moderna, est precisamente el lenguaje tcnico que
utiliza, por eso se aprecia una muy escasa participacin del
enfermo en su propio tratamiento. En este mismo mbito, el
mdico se ha convertido o pretende convertirse en el nico ser
capaz de cuidar la salud de la poblacin, desconoce y
descalifica, por tanto, a cualquier otro practicante de la
medicina, lo cual ha cimentado y fortalecido a la medicina
oficial en desmedro de otras alternativas mdicas.
La relacin mdico-paciente va ms all del diagnstico de
sntomas y enfermedades Martnez (2000) seala que el
mdico no trata con cuerpos humanos, sino con pacientes y
stos son personas que acuden al mdico por un problema de
salud que es un padecer, es decir algo que el paciente est
viviendo, sintiendo, imaginando, sufriendo y por lo cual busca
ayuda. Pero, adems, el padecer es un evento netamente
personal, es la expresin de la caracterstica de la persona que
consiste en hacer algo genuinamente suyo, particular y nico.
Uno debe alentar al enfermo, no sugestionarlo, no
desampararlo, hay que decirle: no te vas a morir, te vas a
componer, entonces ese paciente viene con fe, que tiene

141
DORIS CASTAEDA ABANTO

ganas de seguir viviendo. Si le dice al paciente ests malo


y no puedo ayudarte, entonces l pierde las esperanzas,
la resolucin, si no se muere en ocho das, se muere en ese
da por la misma sugestin, lo que yo siempre hago
cuando veo al enfermo malo, le doy nimo, fuerzas
(Don Chon, Tehuetln, 2005).

Nada de lo humano me es ajeno


La dedicacin por conviccin a los dems seres humanos
evidencia el profundo humanismo de la filosofa mdica de los
pueblos originarios y de sus herederos, por ello, la actividad
mdica implica un desprendimiento personal de quien
atiende la salud del paciente, para poner en primer plano la
vida de stos, es as que muchas veces el curandero tiene que
dejar de lado otras ocupaciones o sacrificar la vida familiar. El
mdico tradicional, al igual que el cientfico, no tienen
horarios para la atencin a pacientes, adems no debe limitar
su ejercicio a las condiciones fsicas (material de trabajo,
distancia geogrfica, etc.), lo que prevalecer en cualquier
circunstancia es la actitud de servicio.
La atencin al paciente deber darse en igualdad de
condiciones, no cabe discriminar a nadie por razones de
credo, cultura, condicin socio-econmica u otra. Este mismo
principio tico rige para la medicina moderna, bajo la
nominacin de Justicia, concebida como la no afectacin de
los derechos de terceros, la distribucin equitativa de tiempo y
recursos para atender la salud de todos los miembros de la
sociedad.

142
EPISTEME

Si me dicen un paciente lo necesita y es media noche,


me llevan a su casa. Muchos llegan a las diez, once, doce
de la noche, me tocan el portna esa hora los atiendo.
Desde los 25 aos, soy un esclavo de mi trabajo, vienen a
buscarme de da o noche y me encuentran. Aqu en la
vida no somos ninguno, todos somos iguales, yo soy
igual con todo mundo, yo no puedo tratar a nadie
diferente, porque yo soy parejo, si alguna persona no
tiene para su consulta, igual lo atiendo, no lo desamparo,
no porque no tiene lo voy a dejar morir. Adems cuando
nos vayamos a morir en nada nos vamos a convertir, y
cuando eso pase yo no me voy a llevar nada, me voy a ir
como llegu: encuerado. Esa es mi estampa y mi forma
de pensar (Don Chon, Tehuetln, 2005).

La esperanza
Las enfermedades son tan diversas como los seres humanos,
su comprensin cabal es casi una utopa y ningn modelo
mdico puede actualmente jactarse de que es el nico y lo
puede todo. La ciencia tiene sus propios lmites, as como los
tiene la medicina tradicional y las medicinas alternativas, sin
embargo, en la perspectiva mdico-tradicional, es posible
albergar esperanza, fe frente a algn padecimiento poco
comprendido o imposible de curar por la ciencia mdica.
Cuando la medicina de corte cientfico plantea el desahucio
frente a padecimientos incurables, tales como el cncer, el sida
y otras enfermedades, los pacientes buscan otras opciones
recurriendo a medicamentos herbolarios, se someten a
tratamientos de fundamento mgico-religioso, se acercan a
manifestaciones mdicas de otras culturas que han ido
ingresando al pas, como son la homeopata, la acupuntura,
reflexoterapia, etc.

143
DORIS CASTAEDA ABANTO

Hay desahuciados del doctor, ya no hay remedio no


podemos hacer nada, vayan con don Chon para ver si
puede hacer algo y lo levantamos, por eso digo una cosa:
cuando Dios no quiere, ni los santos pueden, nos vamos a
morir cuando se nos llegue, cuando se apague la vela
cuandoya est marcado nuestro signo ni de la raya
para all, ni para ac. (Don Chon, Tehuetln, 2005).

El respeto
Parte esencial de la tica mdica es el respeto a la integridad
fsica, moral y espiritual del paciente y ste involucra mbitos
como: la cultura (creencias, tradiciones, costumbres), lo
social (grupo social, familia), lo moral (dignidad, libertad) y
hasta al cuerpo humano mismo. El mdico no debe realizar
maniobras curativas sin el consentimiento del paciente.
El respeto como principio tico se caracteriza socialmente por
la reciprocidad, es decir, si el curandero provee respeto, lo
mismo recibir de su paciente. Gracias a este principio, el
curandero lograr posesionarse como un ser humano con
prestigio, lo cual facilita el reconocimiento y consideracin del
entorno.
El curandero debe saber respetar y darse a respetar con
sus pacientes, hay muchos que s abusan de esas cosas de
tocar al enfermo. Yo no me atrevo a tocarlo, simplemente
mis preguntas, mis indicaciones para poder descifrar la
enfermedad de aquella persona. Yo me doy a respetar
con todo mundo, verdad?, por eso yo digo: mis respetos
son para todos, para que yo pueda valer, si yo no me doy a
respetar con nadie, quien me va a respetar?, yo no soy de
ayer ni de antier, ya tengo aos de curar enfermos (Don
Chon, Tehuetln, 2005).

144
EPISTEME

Lmites y complementariedad en el ejercicio mdico


tradicional
Estos dos conceptos van enlazados con el reconocimiento de
la propia naturaleza humana que no siempre lo puede todo.
Las diferentes medicinas tienen sus limitaciones, y el
tratante debe saber identificar el contexto y la coyuntura a
travs de las cuales es posible curar o no, de tal forma que
pueda advertir los resultados del tratamiento de manera veraz
o con una aproximacin a la realidad lo ms cercana posible.
Hay que curarse con el doctor la enfermedad que tiene
el paciente, hay que curarla con medicina de patente,
pero tambin hay que curar con medicinas naturales
ahora los doctores ya son crdulos a estas curaciones, los
mdicos de aqu de Huejutla les dicen a algunos
pacientes: vayan con Don Chon nosotros no podemos.
De la misma manera yo les digo a los pacientes vayan
con el doctor, y eso no me hace menos ni ms. Yo he
tenido varios pacientes mdicos y despus hacemos la
pltica, vamos aprendiendo, vamos desarrollando para
curar a los enfermos (Don Chon, Tehuetln, 2005).

La armona
La medicina tradicional concibe el proceso salud-
enfermedad, ms all del mbito fisiolgico, es decir, la
enfermedad no slo es una serie de signos y sntomas que
afectan al soma, sino est en relacin con factores internos
(emociones, sentimientos y vivencias) y externos (ambiente
familiar, relaciones en el trabajo y con otros seres humanos)
que rodean al paciente, en consecuencia, un mdico
tradicional deber estar conectado, con todo lo que lo rodea.

145
DORIS CASTAEDA ABANTO

Con la naturaleza, su entorno social y sobrenatural en un


dilogo horizontal y recproco. Segn Grillo (1992), en la
naturaleza las plantas, los minerales, cada espacio de la tierra
tienen vida, por tanto, deben ser vistos como iguales respecto a
los seres humanos; la comunicacin ser, en este sentido, tal
como si se tratara de cualquier otro ser vivo (animal o
humano). La armona con el entorno deriva en una actitud de
serenidad ante la adversidad. En la relacin de los seres
humanos con la naturaleza debe primar los siguientes
principios: la reciprocidad, el dilogo horizontal, el respeto a
la vida y el amor.
Pero hay algo muy importante para ser un buen
curandero: debe querer a la naturaleza, por ejemplo
cuando yo empec a curar me fui al cerro de San
Francisco y le ped de corazn fuerza, voluntad y
capacidad para curar enfermos y ahora ya tengo mi
desarrollo. El cerro me da mucha fuerza, mucha energa,
por eso ah uno mismo se puede iniciar, pidindole todo
con mucha fe (Don Chon, Tehuetln, 2005).

La armona no slo se circunscribe a la relacin entre seres


humanos y naturaleza, sino tambin con el entorno social y
cultural, por eso es necesario, en primera instancia, estar sano
uno mismo para irradiar armona al entorno social, de otra
forma es imposible realizar un trabajo eficiente.
Hay que vivir en armona con todos, por eso le digo a
mi familia que aqu en la casa no debe haber corajes,
pleitos, disgustos, contrariedades, ni celos; porque eso
est perjudicando a mi centro, por eso no me ven
enojado, por qu?, porque mi mismo ser no me permite
que me disguste con ciertas personas, con mi familia ni
con nadie (Don Chon, Tehuetln, 2005).

146
EPISTEME

Curar es una misin sagrada


El ejercicio de la medicina y su institucionalizacin, demanda
de un aparato burocrtico capaz de internalizar normas y
preceptos, para guiar el ejercicio profesional, que en general,
representa la hegemona del modelo mdico moderno. La
medicina tradicional considera que curar se constituye en una
misin sagrada fundamentalmente porque se preserva y cuida
la vida humana, pero tambin porque no es el curandero
quien cura, sino existen fuerzas superiores que permiten este
trabajo. Adems, lo sagrado se reconoce en la pobreza, en la
austeridad, porque es eso esencialmente lo que acerca a un
humano con otro con historias semejantes.
Para los mdicos tradicionales, no slo ellos deben recurrir al
apoyo de Dios de su trabajo, sino tambin los mdicos
egresados de universidades, considerando que los seres
humanos somos limitados precisamente por esta naturaleza
humana, consecuentemente, no pueden solucionarlo todo,
requieren el apoyo de sus semejantes y de fuerzas superiores.
Ser curandero [dice don Chon] es una misin sagrada
porque se trabaja con la vida de la humanidad. Lo
sagrado lo reconocemos en la pobreza, por eso yo trabajo
as aos. Pero ahora hasta los doctores se olvidan de
Dios, porque nosotros no curamos, sino Dios. Si usted
tiene un enfermo y tiene que hacer una operacin , qu
tiene que hacer?, tener ms fuerza materia y espiritual,
porque el mdico tiene que orar primero, tiene que pedir
primero a Dios para salvar a ese enfermo, no porque es
mdico ya vamos a cortar, no, as tambin nosotros
tenemos que pedir, orar al supremo, pedir a la atmsfera
y todo se les concede, pedir todo lo bueno, no lo
malo...Un curandero adems tiene que tener fe, creer,
inteligencia y sabidura (Don Chon, Tehuetln, 2005).

147
DORIS CASTAEDA ABANTO

En la voz de don Chon, el ejercicio mdico recobra sus ms


elementales principios centrados en el valor humano, la
honestidad, respeto al paciente y su entorno, solidaridad y el
derecho a ser atendido con dignidad. Es necesario destacar el
fundamento humanista de la verdadera medicina tradicional,
ajena y contraria a la filosofa de mercado o a cualquier
parmetro mercantil en el diagnstico y las terapias mdicas.
En la siguiente figura se sinterizan y grafican los elementos
que componen la tica del mdico tradicional como son: lo
econmico, la honestidad, entre otros, estudiada desde la vida
de un Curandero de la Huasteca hidalguense.

Figura 5: Elementos que constituyen la tica del


Mdico Tradicional

Fuente: Elaboracin propia, 2008

148
EPISTEME

Conocimiento emprico e investigacin cientfica.


La experiencia que ms le ha costado a don Chon y tambin la
que lo acredit en la zona, es la curacin a trastornados.
Durante algunos aos, su casa se convirti en una clnica para
enfermos mentales, con quienes fue experimentando
tratamientos adquiridos a travs de revelacin de espritus.
empiezo a soar que llega un indito con un morral, ha
de haber sido un espritu que ya muri, pero se transmiti
en mi espritu. Compadre dice, t tienes un enfermo
verdad?, s, le digo tengo un enfermo, est loco. Ya
gastaste mucho dinero y no se puede curar, yo te voy a
decir las medicinas que le vas a dar. Me dijo lo que tena
que darle y cmo hacerle para que se curara y as lo hice
hasta que se recuper mi ahijado que vivi en la casa
como un hijo ms de nosotros (Don Chon, Tehuetln,
2005).
El xito de sus curaciones le permiti posesionarse mejor del
manejo de mltiples enfermedades por ms complicadas que
stas fueran. Esta situacin lo convirti en presa fcil de la
persecucin policaca, que se haba acostumbrado a
interrumpirlo en su trabajo para encarcelarlo, unas ocho veces
en diferentes perodos de tiempo. Fuentes secundarias,
expresan que habra sido extorsionado y torturado por parte
de la polica, bajo el supuesto de que tena mucho dinero,
porque atenda a gran cantidad de pacientes.
La no legalizacin de la medicina tradicional deviene en
persecucin a sus practicantes, pues, su ejercicio no est
normado ni protegido oficialmente (ver Cuadro 2). En el
diario La Jornada (12-09-2004) se public un artculo
informando que la Secretara de Educacin Pblica se niega a
incorporar la carrera de medicina tradicional en la escuela

149
DORIS CASTAEDA ABANTO

intercultural de Mxico. El Consejo Popular de San Pedro


Atlapulco, afirm que una vez ms, el Estado demuestra su
desdn hacia los usos y costumbres de los indgenas; primero
con la prohibicin del uso de ciertas plantas medicinales y
despus con la aprobacin de una ley de derechos y cultura
indgenas que no responde a la autonoma de las
comunidades; lo que trae consigo la imposibilidad de
transmitir los conocimientos que demuestran que los
indgenas no son nicamente folklore, sino una cultura con
profundas races en la prctica sistemtica generadora de
conocimiento una y otra vez validadas.

La continua persecucin y desvalorizacin del conocimiento


mdico tradicional, paradjicamente, se presenta junto a la
necesidad de la ciencia moderna por identificar los recursos
mdico-tradicionales (principalmente plantas) de los cuales,
previa investigacin, se generan conocimientos que
repercuten en el avance de la ciencia y la tecnologa.

En este escenario, no todo es descalificacin al conocimiento


mdico-tradicional, tambin existen sectores de acadmicos o
personas particulares que se interesan por rescatar la sabidura
de los curanderos, aunque a la larga una vez extrados e
investigados los conocimientos no llegan permanentemente a
servir a quienes los generaron. En este avatar por recuperar la
sabidura de los mdicos tradicionales, surgi en 1980 el
Programa Universitario Plantas Medicinales de la
Universidad Autnoma Chapingo (UACH), con la necesidad
de recorrer el pas en busca de plantas medicinales tiles a la
ciencia. A lo largo de la repblica mexicana, muchos
curanderos transmitieron su sabidura y acompaaron a los
investigadores en sus exploraciones etnobotnicas, en las
cuales iban vertiendo parte del conocimiento que heredaron

150
EPISTEME

de sus ancestros o cultivaron gracias a la prctica cotidiana de


curar enfermos. Don Chon fue uno de esos mdicos
tradicionales que con gran disponibilidad facilit el traslado
de sus conocimientos a la academia para ser investigados
cientficamente.
Cuando vinieron de Chapingo yo haca comunica-
ciones espirituales, entonces yo les deca: vamos a hacer
una consulta espiritual, y as salieron plantas para que las
pudieran llevar a estudiarlas. Tambin les ense cmo
yo haca las barridas. Yo trat siempre de darles buenas
orientaciones, buenas plticas, yo les ense todo tipo
de plantas medicinalesHace como tres aos
[aproximadamente desde el ao 2001] o ms que ya no
vienen, ms bien me manda gente y yo los atiendo con
gusto como a todos mis pacientes a los que los acompao
en su dolor (Don Chon, Tehuetln, 2005).

Esta experiencia del rescate de plantas medicinales para su


estudio, es fundamental, no slo para revalorar el conoci-
miento de la poblacin y los curanderos, sino porque su aporte
a la ciencia es un hecho indiscutible, no obstante, es necesario
establecer entre curanderos y cientficos un lazo de
cooperacin recproca y sostenida, a fin de que ambos salgan
beneficiados.

Generalmente los curanderos y la poblacin colaboran con la


informacin, los investigadores extraen datos y poco o nada
retorna hacia los primeros, algo parecido ocurre con nuestros
pases y su biodiversidad, vienen investigadores o empresarios
extranjeros, la llevan, la investigan y retornan productos con
valor agregado, sin beneficio para quienes son propietarios de
la biodiversidad o generaron el conocimiento.

151
DORIS CASTAEDA ABANTO

Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, se


propone el siguiente esquema, que podra permitir el retorno a
la investigacin cientfica y su vinculacin con el servicio y la
generacin de beneficios para los curanderos, parte del
conocimiento emprico, que debe investigarse tanto
botnicamente como socio-cultural y econmicamente hasta
validarse cientficamente, industrializarse y servir tanto a la
poblacin que le dio origen, como pacientes que lo requieran.

Figura 6: Investigacin cientfica del conocimiento mdico


tradicional

Fuente: Doris Castaeda Abanto, 2005

152
EPISTEME

LA VIDA DE DON CONCEPCIN


CASTELLANOS HERNNDEZ
En este apartado brindamos informacin muy breve sobre la
vida de Don Concepcin Castellanos Hernndez, quien naci
el 8 de diciembre de 1935. l vive en la Huasteca Hidalguense,
Estado de Hidalgo, Mxico. La regin Huasteca est
conformada por dos zonas fisiogrficas: la Sierra Madre
Oriental y la Planicie Costera del Golfo. La porcin
Hidalguense se encuentra enclavada en la primera. Su
vegetacin es exuberante, predominando la tpica de selva
media subperenifolia con diversos grados de perturbacin.
En la regin existe poblacin indgena nahua con gran riqueza
cultural expresada en: sus festividades -la ms importante el
Xantolo o fiesta de muertos- danza, msica y, por supuesto, el
conocimiento y uso de la flora medicinal de la zona.
Hidalgo es un Estado con gran diversidad biolgica: Segn
Villavicencio et al., (1999), en su territorio crecen alrededor del
20% de las especies mexicanas conocidas, es decir, unas 2000
especies vegetales. Se estima que los hidalguenses utilizan
poco ms de la mitad de las especies locales, la mayor parte de
las cuales tiene uso medicinal, lo cual influye para que la
poblacin desarrolle un amplio y profundo conocimiento del
uso de los recursos vegetales de su mbito ecolgico.
Don Chon, como afectuosamente lo llama la gente de la zona,
vive en el poblado de Tehuetln, ubicado a 15 Km. del
municipio de Huejutla, que se localiza a los 180834 de
latitud norte y 982458 oeste del meridiano de Greenwich, y
a 173 metros de altura sobre el nivel del mar en el Estado de
Hidalgo. Su poblacin est conformada por aproximada-
mente 8,500 habitantes.

153
DORIS CASTAEDA ABANTO

Fsicamente don Chon es de estatura y complexin medianas,


en su rostro conserva algunos rasgos indgenas, expresados en
el color de su piel. Su cabello est ampliamente poblado de
canas; en su aspecto se percibe que, si bien el tiempo no
perdona el paso de los aos, su fuerza es inquebrantable y su
vitalidad aflora a la vista.
Respecto al perfil psicolgico de este personaje, la primera
impresin que uno se lleva es de una persona seria, algo
cortante y de carcter fuerte, pero a travs del dilogo y el
contacto con su trabajo, fcilmente podemos constatar que se
trata de un hombre muy observador, sencillo, alegre y con
gran capacidad para escuchar. Posee amplia sabidura que
est dispuesto a compartir, no slo en el manejo de plantas
medicinales, sino en relatos de la vida y sus avatares.
Concluy sus estudios primarios en Tehuetln, es descen-
diente de padres campesinos. Su madre, doa Elvira
Hernndez, fue indgena y se comunicaba slo en nahuatl,
lengua que don Chon y su familia (excepto el ltimo hijo)
manejan a la perfeccin, an cuando diariamente usan el
espaol.
La decisin por dedicar su vida a la curacin la tom despus
de su sobrevivencia a una segunda muerte transitoria (la
primera ocurri a los 13 aos y la segunda a los 25). la
iniciacin de muchos terapeutas ocurre a raz de una
experiencia onrica que le revela que ha sido elegido por la
divinidadpara curar (Fagetti, 2003: 6-7). A esta
situacin de muerte y resurreccin ritual, corresponde un
estado catalptico en el cual se supone que el alma abandona
el cuerpo y prepara al curandero para su labor inicitica.
Hasta los 25 aos de edad, don Chon se dedic a diversas

154
EPISTEME

actividades como: curtidura, peonaje, zapatera y tambin a


la agricultura. A esta edad la vida del personaje estuvo
marcada por lo que constituira la razn de su vida: la
formacin de un hogar y el inicio de su actividad como
curandero. En ambos casos su esposa, doa Elvia, constituye
el apoyo ms importante para su vida y su trabajo. Ella se
encarga de que los pacientes hayan comprendido bien el
tratamiento, limpia (cuando don Chon no est), prepara lo
necesario para las limpias de casas, carros o amuletos
personales; conoce las plantas medicinales y sus usos, puesto
que tambin es descendiente de abuela partera.

Previamente a su matrimonio procre dos hijos (Francisco y


Hortensia), y con la Sra. Elvia tiene 6 hijos (Jess, Franco,
Luz, Rosario, Betty y Jos), cuatro de ellos ejercen labor
docente, una hija concluy la preparatoria y un hijo es
psiclogo.

Sus primeras curaciones las realiz en el marco familiar y


luego las extendi a otras personas. Hasta hace 7 aos, su
prctica mdico-tradicional estuvo fuertemente vinculada a la
comunicacin con los espritus, stos formaron el germen del
que emana gran parte de su conocimiento. Este curandero
afirma que casi toda su vida trabaj con el espritu de un
mdico Japons llamado Francisco Taki. Esta fuente de
sabidura se conjug con la herencia familiar de doa Andrea,
su abuela paterna, que en vida se dedic a atender partos.
Relacionada a estos eventos, est su sensibilidad para
establecer contacto y comunicacin con la naturaleza que le
provee continuamente conocimientos.

La pobreza acompa a la familia Castellanos Hernndez


durante casi toda su existencia. Las actuales condiciones de

155
DORIS CASTAEDA ABANTO

vida de don Chon son ms bien modestas. Los ingresos


familiares de los Castellanos Gutirrez, provinieron siempre
de otras diligencias ajenas a la curacin, entre stas, la crianza
de cerdos, an cuando la curacin ocupa la mayor parte de su
tiempo. En la casa de don Chon lugar donde atiende a los
pacientes, su templo o centro espiritual, como dice l- ningn
paciente paga una cuota fija por la consulta, cada quien deja
dinero o algn regalo de acuerdo con sus posibilidades, a
nadie se le exige un pago monetario.

A travs del tiempo, don Chon fue adquiriendo experiencia en


la actividad de curandero, y sta le ha servido para atreverse a
tratar cualquier tipo de padecimientos. Adems, este perso-
naje est preocupado permanentemente por mejorar su
aprendizaje, los dilogos con sus pacientes, con mdicos de la
zona o personas que lo visitan, le han suministrado ms
elementos para desempear mejor su rol como curandero.

La medicina tradicional, muy criticada por la medicina mo-


derna, pues, ha sido duramente combatida y hasta perseguida;
sus practicantes como en este caso, han sufrido hasta
encarcelamiento, puesto que no est formalmente legalizada
el modelo mdico hegemnico intenta la exclusin
ideolgica y jurdica de los otros modelos alternativos, lo cual
en la prctica social se resuelve por la apropiacin y
transformacin de los mismos, que cada vez en mayor medida
constituyen derivados conflictivos y/o complementarios del
modelo hegemnico (Menndez, 1992: 98).

Su participacin en la difusin del conocimiento no slo se ha


circunscrito al apoyo a la investigacin, tambin sirve con
mucho entusiasmo a su gente. Se observa que la mayora de
sus pacientes son de la zona, con escasos recursos

156
EPISTEME

econmicos, buena parte de ellos se comunican


exclusivamente en Nautl y acuden a l porque es el curandero
ms prestigiado de la regin y siempre tiene una palabra de
aliento y una planta medicinal para cada dolencia que afecte a
los enfermos.
En la actualidad trabaja incansablemente todos los das de la
semana y sin horario, atiende a todo tipo de pacientes del pas
y tambin a algunos extranjeros. Generalmente, a los
pacientes les hace su barrida y luego de una entrevista que
puede durar desde media hora hasta dos horas o ms (segn el
caso), procede a recetar plantas medicinales ampliamente
conocidas por l y que crecen y se desarrollan en el campo,
alrededor de su casa y su comunidad.
En trminos de la sociedad humana, este hombre no slo es un
curandero, sino bsicamente un ser humano que aprendi a
vivir la enfermedad y el dolor ajeno como propios; su
sensibilidad est a prueba de todo, as como su amabilidad y
actitud de servicio, sin esperar recompensa econmica u
honores que lo enaltezcan.
Hay algo muy importante en don Chon, en tanto un ser
cultural: la familia participa del mismo cdigo cultural; esto
se evidencia cuando realiza una limpia a un familiar, todos
presencian y participan de la ceremonia, desde los ms
pequeos hasta los ms grandes; asimismo, todos se insertan
activamente de las fiestas locales como: Xantolo, San Jos y
otras. Reproducen tambin las ceremonias locales como:
matrimonio (su ltimo hijo se cas con boda indgena) y la
ceremonia de los nueve das de nacido el nio.
La consolidacin de don Chon como curandero se basa en el
profundo conocimiento de su entorno, el respeto a la

157
DORIS CASTAEDA ABANTO

naturaleza y a los seres sobrenaturales de los cuales emana


parte de su sabidura (Dios y los espritus). En su
pensamiento, la vida es un continum.

CONCLUSIONES
En este captulo a partir de la historia de vida de don Chon,
un practicante de la medicina tradicional mexicana, se
identificaron los procesos de generacin y transmisin del
conocimiento mdico-tradicional, el mismo que est
indisolublemente ligado a la tica del mdico-tradicional, lo
cual puede expandirse a otras reas de la vida profesional o
laboral de los seres humanos. Tambin se destac que el
conocimiento mdico-tradicional constituye una fuente
valiosa para el desarrollo de los pueblos, sobre todo, de los
habitantes rurales que histricamente han aportado
diversidad de conocimientos, entre los cuales. La parte final
del captulo reflexiona en torno a la relacin entre curanderos
y la investigacin cientfica, hemos sealado que es
fundamental un vnculo horizontal entre quienes generan
conocimiento emprico en salud y quienes lo investigan, se
necesita que el conocimiento cientfico regrese a la poblacin
que lo gener, a la vez que beneficios econmicos sean
redistribuidos para propiciar relaciones ms sanas y justas.

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EPISTEME

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Se termin de imprimir en octubre de 2008
con un tiraje de 500 ejemplares
en los Talleres Grficos de

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