El Regreso Al Hogar (I Parte de A Electra Le Sienta El Luto de Eugene O - Neill)
El Regreso Al Hogar (I Parte de A Electra Le Sienta El Luto de Eugene O - Neill)
El Regreso Al Hogar (I Parte de A Electra Le Sienta El Luto de Eugene O - Neill)
T T 7 TTT TT T
Traduccin: Len Mirlas t , U L jJ d IN L U 1N
Traduccin cedida por Editorial Sudamericana, Buenos Aires
ISBN: 84-7657-006-6
Depsito Legal: B. 22198-1987
M a n n o n . Cristina.
C r is t in a . (Con violento sobresalto y voz tensa.) Q u?
M a n n o n . Pronto am anecer... verdad?
C r ist in a . S. Ya se ve la primera luz gris del alba.
M annon . Por qu te sobresaltaste cuando habl? Tan
extraa te resulta mi voz?
C r is t in a . Te crea dormido.
M annon . No pude dormir. Pens. Por qu ests tan
nerviosa?
C r is t in a . Tampoco yo he podido dormir.
M a n n o n . Bajaste de la cama tan silenciosamente...
C r is t in a . No quera despertarte.
M a n n o n . ( Con amargura.) T e era in so p o rta b le... el M a n n o n . ( Con aspereza.) No! (Pausa. Con tono acu-
quedarte tendida a m i lad o? I sador.) Es eso lo que ests esperando? Era por eso que
C r is t in a . No quera m olestarte revolvindom e. m estabas tan dispuesta a darte esta n och e? C onfiabas e n ...?
M a n n o n . Ms vale que encendam os la luz y hable- I C r is t in a . ( Ponindose en pie de un salto.) Ezra! No
m os un poco. I sigas hablando as! No puedo soportarlo! ( Hace ademn
C r ist in a . ( Con espanto.) No quiero hablar! Prefie- | de marcharse a su cuarto.)
ro la oscuridad. I M annon . Espera! Lam ento haber dicho eso. (Al sen-
M a n n o n . Q uiero verte. (Toma los fsforos de la me- tarse nuevamente Cristina, prosigue con tristeza.) No se
sita de noche y enciende la vela. Cristina se sienta preci- j I trata de m i corazn. Es un raro m alestar el que me tur-
pitadamente sobre la silla, acomodndola en forma tal H b a ... com o si algo escuchara, al acecho dentro de m ,
que su cuerpo est orientado hacia la izquierda, frente, f l esperando algo que va a suceder.
con el rostro vuelto en tres cuartos de perfil con respecto 'M C r is t in a . Esp era n d o ... el qu?
a Mannon. ste reclina la espalda contra la cabecera de M a n n o n . No lo s. (Pausa. Prosigue, con tono som-
la cama, en posicin semisentada. Su rostro, a la luz de f l b ro -) Esta casa no es mi casa. Este cuarto no es m i
la vacilante vela, tiene una expresin ceuda y amarga.) f l cu a rto ... ni esta cam a, m i cama! Estn v a c o s... espe-
Prefieres la oscuridad, donde no ves a tu viejo mari- | rando que venga alguien a instalarse en ellos! T no eres
(jo . eb9 .| m i esposa! Estas esperando algo!
C r is t in a . No quiero orte hablar as, Ezra. Si piensas I C r is t in a . (Comenzando a ceder a la tensin, vuelve
seguir diciendo cosas estpidas, me ir a mi cuarto. (Se I fl f * QU eSPer ? f t !nKM
pone de pie, pero siempre con el rostro vuelto.) r o n '' ' P f ? n ^ ir. la hbertad!
M a n n o n - E s p e ra ! (Con acento de splica.) No te va- f C r i s t i n a . - , Dejame en paz! jDejate de hostigarme con
. j i m i- i tus sospechas! (La ira y el odio aparecen de pronto en
yas. No quiero quedarme solo. (Cristina vuelve a sentarse | sw yoz ) Q ue no tu dices? Pues obraste como
en la actitud anterior. Mannon prosigue, humildemente.) si fuese tu esposa... tu propiedad... hace bien poco
Yo no quera decirte eso. Creo que hay en mi un poco H tiempo!
de am argura... mi propia malicia, quiz... y a veces, se M M a n n o n . (Con amargo desdn.) Tu cuerpo? Qu
me asoma a los labios antes de poder evitarlo. Bl son los cuerpos para m? Son tantos los que he visto
C r is t in a . Siempre fuiste as. |H pudrirse al sol para que reverdeciera la hierba! Cenizas
M a n n o n . Antes de casarnos? fl| que vuelven a las cenizas, polvo que retorna al polvo! Es
C r is t in a . No lo recuerdo. H as como concibes el amor? Crees que me he casado con
M a n n o n . No quieres recordar que me amaste! un cuerpo? (Luego, como si toda su amargura y su dolor
C r ist in a . (Con voz tensa.) No quiero hablar del pa- jfl desbordaran bruscamente.) Esta noche me mentiste, como
sado! (Cambiando bruscamente de tema.) Oste a Vin- i siempre! Slo me fingiste amor! Dejaste que yo te to-
nie, durante la primera mitad de la noche? Se pase de- H mara como a una esclava negra comprada en pblica sit
iante de la casa como un centinela que te estuviera M basta! Me convertiste en una bestia lujuriosa ante mis
cuidando. No se fue a la cama hasta las dos. O dar la S propios ojos... como lo has hecho siempre, desde nuestra
hora. II primera noche conyugal! Me sentira ms limpio, ahora,
M a n n o n . He ah una que me ama, al menos. (Des- H si hubiese ido a un burdel! Sentira ms decoro entre
pus de una pausa.) Siento algo extrao, Cristina. ^ II ni mismo y la vida!
C r is t in a . Te refieres... a tu corazn? No creers... C r is t in a . (Con voz ahogada.) Cuidado, Ezra! No te
que te vas a sentir mal, verdad? H consentir...
M a n n o n . (Con spera risa.) Y yo, que haba con- C r is t in a . (Con salvaje satisfaccin.) Ah! (Va pre
ado en que mi regreso sealara un nuevo com ienzo... H cipitadamente a su cuarto y vuelve de inmediato con una
un nuevo amor entre nosotros! Te cont mis sentimien- 9 cajita en la mano. Mannon no mira en direccin a esa
tos ms secretos, me arranqu el alma para mostrrtela, fl puerta, y aunque el fuerte dolor le hubiese dejado algu-
creyendo que comprenderas! Dios mo! Soy un viejo es- fl na capacidad de percibirlo, no podra notar la salida y
tupido! II regreso de Cristina, tan silenciosamente se ha movido
C r is t in a . (Con voz estridente, ahora.) Creiste que fl sta.)
podras hacerme flaquear. .. que olvidara todos estos aos? f l M a n n o n . (Con voz entrecortada.) Pronto!... El me-
Oh! No, Ezra! Es demasiado tarde! (Luego su voz f l dicamento!
cambia, como si hubiese resuelto seguir determinado plan I C r ist in a . (Dndole la espalda, saca una pldora de
de accin, y se vuelve deliberadamente insultante.) Que- fl la cajita, preguntando con voz tensa mientras lo hace.)
ras la verdad? La has adivinado! Me has usado, me fl Dnde est?
has dado hijos, pero jams he sid j tuya! Ni una sola H M annon. Sobre la mesita! Aprate!
vez! Nunca pude serlo! Y quin tuvo la culpa? Yo fl Cristina . Espera. Ya lo tengo. (Simula tomar algo
te amaba cuando me cas contigo! Quera ser tuya! Pero fl de la mesita de noche y le tiende luego a su marido la
te portabas de tal modo que no poda darme! Me col- jH pldora y un vaso de agua que est sobre la mesita.)
mabas de asco! Toma. (Mannon se vuelve hacia ella, gimiendo, y abre
M annon . (Furiosamente.) Y me lo dices! (Tratan- la boca. Cristina le pone la pldora sobre la lengua y
do de calmarse, balbucea.) No! Calla! No debemos re- f l apoya el vaso de agua contra sus labios.) Ahora, bebe,
ir! No debo exasperarme! Puedo sufrir u n ...! 9 M annon . (Bebe un trago de agua y un loco terror ilu-
C ristina . (Acicatendolo, con calculadora crueldad.) H mina bruscamente su rostro. Con voz entrecortada.) Esto...
Oh, no! No tienes por qu adoptar ese tono lastimero! M no es mi medicamento! (Cristina retrocede hacia la mesa,
Queras la verdad y ahora vas a orla! f l la mano con la caja a sus espaldas, como si buscara un
M annon . (Asustado, casi implorante.) Calla, Cris- jH escondite. Sus dedos sueltan la caja sobre la mesa y tien-
tina! II de la mano hacia adelante, como impelida instintivamen-
C ristina . Te he mentido en todo! Te he mentido f l te a probarle a Mannon que nada tiene. Los ojos de Man-
con respecto al capitn Brant! Es el hijo de Marie Bran- fl non estn fijos en ella, con terrible y acusadora fijeza.
tme! Y fue a m a quien vino a ver, no a Vinnie! Yo H Trata de pedir ayuda, pero su voz se convierte en ronco
lo hice venir! |H y sibilante susurro.) Socorro! Vinnie! (Se deja caer so-
M annon . (Temblando de ira.) Te atreviste a ...! f l bre el lecho en estado de coma, la respiracin estertorosa.
T !... El hijo de e sa ...! |H Cristina lo mira con aire fascinado, se sobresalta de te-
Cristina . S, me atrev! Y todos mis viajes a Nue- jH rror al or un ruido que llega del vestbulo y agarra con
va York no eran para visitar a mi padre, sino para estar fl ademn frentico la caja que ha dejado sobre la mesa y
con Adam! Es amable y tierno, es todo lo que t nunca fl la oculta tras de sus espaldas, volvindose para darle el
fuiste. Es lo que ansi durante todos estos aos pasados f l frente a la puerta en el preciso momento en que sta se
contigo! Un amante! Lo amo! De modo que ya sabes fl abre y aparece Lavinia en el umbral. Lavinia viste como
la verdad! H en el final del tercer acto: camisa de noche, peinador y
M annon . (Con frenes, esforzndose por levantarse de fl pantuflas. Se detiene, aturdida, asustada y vacilante, como
la cama.) O h !... Ramera! Te matar! (Sbitamente cae 9 si acabara de despertar.)
hacia atrs, gimiendo, doblado sobre su costado izquier- f l L a v in ia . So algo horrible... Me pareci que pap
do, con intenso dolor.) fl me estaba llam ando... y eso me despert...
C r i s t i n a . (Temblando de culpable terror, balbucea.) f l L a v i n i a .
S que lo sabes! Q u fue? Dmelo!
Acaba de sufrir... un ataque. fl C r i s t i n a . ( Con un postrer esfuerzo de su voluntad
L a v i n i a . (Acercndose presurosa al lecho.) Pap! (Lo I /ogra erguirse, y habla, simulando dignidad ultrajada.)
rodea con los brazos.) Se ha desmayado! fl Ests acusando a tu madre d e...?
C r i s t i n a . No. Ahora est bien. Djalo dormir. (En f l L a v i n i a . S!... Yo...! (Con angustia.) N o... No
ese momento, Mannon, con postrer esfuerzo de moribun- fl puedes ser tan malvada!
do, se yergue hasta sentarse entre los brazos de Lavinia, fl C ristina . (Sus fuerzas desaparecidas, tambalendose,
mientras mira fijamente a su esposa y logra alzar el brazo fl dbilmente.) No s ... de qu ests hablando. (Se aparta
y tiende hacia ella un dedo acusador.) fl de Lavinia para dirigirse hacia la puerta de su alcoba, la
M annon. (Con voz entrecortada.) Ella tiene la cul- fl mano con el veneno detrs de ella. Dbilmente.) M e...
p a ... no el medicamento! (Se deja caer en su posicin fl siento desmayar... Debo ir... a acostarme. Y o ... (Se vuel-
anterior, dbilmente.) f l ve como Pa correr a su cuarto, da un paso tambalen-
Lavinia . Pap! (Asustada, le tantea el pulso y apo- fl dose, se le doblan repentinamente las rodillas y se des-
ya el odo contra su pecho, buscando los latidos de su fl ploma sin conocimiento al pie de la cama. A l golpear su
corazn.) H mano contra el suelo, los dedos se aflojan y la caja cae
C ristina . Djalo en paz. Est dormido. f l entre el largo pelo de una de las mullidas alfombras.)
Lavinia . Est muerto! Lavinia . (No advierte la caja. Sobresaltada por el
Cristina . (Repite, mecnicamente.) Muerto? (Le- f l desmayo de Cristina, se hinca automticamente sobre una
go, con tono de extraa depresin.) Espero q u e... desean- 9 de las rodillas, a su lado, y busca con premura su pulso.
sar en paz. 9 Luego, despus de haber comprobado que slo est des-
L avinia. (Volvindose hacia ella, con odio.) No te 9 vanecida, su atormentado odio se reaviva de inmediato y
atrevas a fingir q u e...! T queras verlo muerto! T ... 9 dice, con estridente acusacin:) Lo mataste, de todos mo-
(Se interrumpe y mira fijamente a su madre, con horri- dos... dicindoselo! Seguramente, ahora te creers en li-
ble sospecha, y luego la acusa con dureza.) Por qu te 9 bertad de casarte con Adam! Pero no te casars con l!
seal as pap? Por qu dijo que tenas la culpa? Con- 9 Por lo menos mientras yo viva! Te har pagar tu crimen!
tstame! Encontrar la manera de castigarte! (Se est incorporan-
Cristina . (Balbuceando.) Le dije... que Adam era mi j9 do, cuando sus ojos se posan sobre la cajita del veneno. De
amante. ^^fl inmediato la toma y la contempla absorta, y la mirada de
Lavinia . (Espantada.) Se lo dijiste... sabiendo el es- sospecha se trueca en otra de espantosa y horrorizada cer-
tado de su corazn! Oh! Lo has hecho intencionalmen- fl tidumbre. Luego, con estremecido grito, retrocede parale-
te! Lo has matado! 9 lamente al costado de la cama, la cajita de veneno apreta-
C r istin a . N o ... La culpa fue tuya... Lo hiciste en- 9 da en la mano, cae de rodillas junto a la cabecera y rodea
trar en sospechas... no hizo ms que hablar del amor y fl con sus brazos al muerto. Con torturada splica.) Padre!
de la m uerte... y me oblig a decrselo! (Su voz se ha 9 No me dejes sola! Vuelve! Dime qu debo hacer!
vuelto apagada, como si se sintiera soolienta y comba
tiese el sueo. Sus ojos se cierran a medias.)
L a v i n i a . (Agarrndola de los hombros, furiosamente.) f l tel n
Escucha! Mrame! Pap dijo... No el medicamento!...
Q u quiso decir? j
C r i s t i n a . (La mano con el veneno siempre a sus es
paldas.) N o... no lo s.