En Salud Efectos de Globalizacion
En Salud Efectos de Globalizacion
En Salud Efectos de Globalizacion
MANUEL VICENT
* Mdico EAP Coria. Presidente Red Espaola de Atencin Primaria. Director de Salud 2000.
GLOBALIZACIN Y SALUD 41
patrones y trabajadores; jvenes y ancianos; blancos y de color; urbanos y rura-
les; angloparlantes y los dems. En esta perspectiva, la trampa funciona sobre
todo para la mujer, analfabeta, pobre, de color, trabajadora, anciana, que no
habla ingls y rural (Petrella, 2000).
Las fuerzas dominantes en la construccin de la globalizacin han buscado
la acumulacin de riquezas, la usura y la explotacin de los recursos naturales,
pero hay otras fuerzas que estn sembrando la duda en su seno, porque intentan
que sus energas positivas se desarrollen a favor de los habitantes del planeta.
LA ALDEA GLOBAL
42 GLOBALIZACIN Y SALUD
Los Estados nacionales han impulsado la globalizacin mediante polticas
liberalizadoras, convencidos de que se crea riqueza y de que, al final del reco-
rrido, los frutos tambin les llegarn a los excluidos (Castells, 2001).
Algunos acontecimientos histricos han favorecido la liberalizacin de
mercados: La creacin de la Comunidad Econmica Europea en 1958; el cese
de la poltica proteccionista por parte de Corea del Sur a comienzos de los aos
60; la crisis de la deuda de las economas latinoamericanas en 1992; la Ronda
Uruguay del GATT, inaugurada en 1986, y la liberalizacin general de los mer-
cados financieros en los aos 80.
Los economistas que defienden la globalizacin piensan que sta es mol-
deable a corto y a medio plazo, que existen indicios de que la apertura a la com-
petencia exterior favorece el crecimiento econmico, y que la lucha contra la
desigualdad y la pobreza ha de ser indisociable del proceso de globalizacin,
porque si la globalizacin favorece el crecimiento econmico, sera inacepta-
ble que no contribuyera a la equidad (Myro, 2001). Para estos economistas, la
globalizacin aumenta el crecimiento y la convergencia entre pases, ya que,
en estos ltimos 20 aos, la globalizacin ha permitido una media de creci-
miento anual mundial del 3,5%, ms que en el perodo proteccionista situado
entre 1914-1950, en que slo creci una media del 2,0% anual. En estos lti-
mos 20 aos, el conjunto de los pases en desarrollo ha crecido a mayor ritmo
anual medio que el de los desarrollados: el 4,75% frente al 3,3%, respectiva-
mente. En trminos del PIB per cpita, que es mejor indicador de convergen-
cia real, el crecimiento anual en estos ltimos 50 aos ha sido del 2,7% en los
pases desarrollados y del 2,6% en los en desarrollo, el mayor en toda la histo-
ria. La mnima diferencia se debe a la mayor tasa de crecimiento poblacional
de estos pases y a la situacin dramtica del frica subsahariana. En los lti-
mos 20 aos, el PIB per cpita de los pases en desarrollo ha aumentado el 2,5%
de media anual frente al 2,15% de los desarrollados (De la Dehesa, 2001).
Pero las crticas a la globalizacin tambin son contundentes. Se dice que
la globalizacin no conlleva aumento de la competencia ni reduccin de los
precios, debido a que desaparecen los mercados protegidos en algunos pases
y emergen las situaciones de oligopolio y el predominio de polticas antiin-
flacionistas. La globalizacin no induce afluencia de capitales extranjeros
productivos hacia el mundo subdesarrollado, ya que esos capitales suponen
una proporcin minoritaria de los totales. La globalizacin eleva barreras de
entrada a los inmigrantes hacia los pases ricos. La globalizacin no genera ni
crecimiento ni convergencia generalizados; por el contrario, la globalizacin
GLOBALIZACIN Y SALUD 43
modifica la correlacin de fuerzas en favor del capital y en perjuicio del tra-
bajo. El desplazamiento de sectores industriales a zonas geogrficas con
mano de obra ms barata es responsable del 10-20% del paro, y la innovacin
tecnolgica incrementa la productividad y disminuye la necesidad de mano
de obra. El anuncio de miles de despidos, como consecuencia de la crisis mun-
dial que se avecina despus del 11 de septiembre, agravar an ms la situa-
cin.
La globalizacin profundiza el desajuste entre los espacios con capacidad
reguladora pblica y los espacios en los que opera y reproduce el capital. La
mundializacin del modelo de produccin y consumo dominante en los pases
desarrollados produce un impacto ecolgico de rango tambin global. El auge
de las finanzas mundiales y la fragilidad que le acompaa conciernen a su pro-
pio mbito, pero a la vez generan un riesgo sistmico que amenaza el funcio-
namiento de la economa en su conjunto. La globalizacin no produce homo-
geneizacin y convergencia a escala universal, sino que aumenta la margina-
cin de un gran nmero de espacios sociales (Martnez, 2000).
El propio George Soros reconoce que los mercados financieros y comer-
ciales son buenos para la generacin de riqueza, pero no sirven para otras nece-
sidades sociales. Las instituciones dedicadas al suministro de bienes pblicos,
como la preservacin de la paz, la proteccin del ambiente, la reduccin de la
pobreza y la mejora de las condiciones de salud y de trabajo y de los derechos
humanos, son menos efectivas y estn peor dotadas que las instituciones finan-
cieras. La disparidad entre las instituciones financieras y de comercio y las
dedicadas a objetivos sociales ha hecho que el desarrollo de la sociedad global
sea desproporcionado (Soros, 2001).
Las paradojas de la globalizacin muestran cmo, por un lado, por cada
porcentaje de apertura extra en la economa de un pas aumenta un 1% el
ingreso per cpita de su poblacin y, por otro, el anunciado comercio mundial
se trata de trfico en un solo sentido: desde el Norte rico hacia el Sur pobre, y
no a la inversa. Si realmente se liberalizaran los mercados, los pases en vas de
desarrollo recibiran 700.000 millones de dlares, 14 veces ms ingresos que
los que ahora reciben por ayuda al desarrollo; no habra dumping del supervit
agrcola occidental en los mercados del Tercer Mundo; no habra excepciones
injustas para pltanos, arroz o azcar, nicamente para armas. Algunas voces
autorizadas reclaman un enfoque tico mundial, porque es un escndalo que
ms de 1.200 millones de personas carezcan todava de cuidados mdicos y de
educacin (Verhofstadt, 2001).
44 GLOBALIZACIN Y SALUD
LOS EFECTOS DE MAXIMIZAR EL BENEFICIO: ALGUNAS
ILUSTRACIONES
GLOBALIZACIN Y SALUD 45
que mantiene un tratado de libre comercio con los Estados Unidos, ms de
50.000 personas trabajan en condiciones infrahumanas para prestigiosas mar-
cas textiles norteamericanas (Tommy Hilfiger, Gap, Levis, Wall-Mart...). Los
trabajadores, en su mayora asiticos, pagan hasta 5.000 dlares por llegar
hasta la isla para trabajar en una fbrica del sudor.
Las denuncias de organizaciones como el Comit de Trabajo Nacional,
Global Exchange o Sweatshop han forzado a las multinacionales a establecer
inspecciones. Sin embargo, las empresas contratadas estn lejos de ser inde-
pendientes y su trabajo se reduce a una simple campaa publicitaria. Lo mismo
ocurre con protocolos como el que firm el presidente Clinton para combatir
la explotacin laboral en los pases del Tercer Mundo. Entre las empresas fir-
mantes se encontraban Nike y Reebok. El protocolo era demasiado general y
lleno de subterfugios legales y nunca se ha aplicado.
En India, 55 millones de nios trabajan en la elaboracin de la artesana tex-
til. En Pakistn es muy difcil saber cuntos. Las multinacionales de ropa
deportiva han perfeccionado la estrategia: los nios trabajan en casa.
Ante esta situacin, la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) puso
en prctica un proyecto para la escolarizacin de los menores. El plan exiga a
las empresas una mejora de sus condiciones laborales. Resultado: Pakistn ha
reducido su produccin de pelotas de ftbol en un 20%. Un nio cose tres balo-
nes trabajando durante todo el da y gana menos de un dlar por cada uno. Las
empresas locales, subcontratadas por las multinacionales, empezaron a pagar
8 rupias ms por baln (una miseria) para eludir problemas. Sin embargo, Adi-
das lo consider un exceso y fabric sus balones para el Mundial de Francia en
Marruecos.
En Bangladesh, un proyecto parecido pretenda eliminar a principios de
la dcada de los noventa el trabajo infantil en las fbricas textiles. Sin
embargo trabajan el 46% de los nios entre cinco y catorce aos. La mayora
en las canteras: 16 horas al da, descalzos y desnudos por menos de 5 dlares
a la semana. Peor an, Bangladesh se ha convertido en un centro mundial de
prostitucin infantil. Mientras exista pobreza extrema y explotacin, mien-
tras un adulto trabaje veinte horas al da por dos dlares, los nios trabajarn
donde sea. Es otra forma de explotacin: en Tailandia la industria del sexo,
sostenida por clientes de los pases ricos, genera el 60% del Producto Inte-
rior Bruto.
Cuanto ms efectiva y cruel es la explotacin, ms amplio es el margen de
beneficio. En las fbricas subcontratadas por las multinacionales en la Rep-
46 GLOBALIZACIN Y SALUD
blica Dominicana trabajan ms de 150.000 personas, en su mayora mujeres.
All, una empleada cobra por cada pantaln elaborado 3.000 veces menos de
lo que cuesta en el mercado.
Otras formas clsicas de subyugacin no estn ausentes en estas factoras:
los jefes son hombres y quienes all trabajan mujeres. Los maltratos y las vio-
laciones y todo tipo de abusos sexuales son cotidianos. Poco pueden hacer las
vctimas.
El flujo unidireccional de capitales desde las potencias occidentales a los
pases pobres globalizacin lo llaman acenta la desigualdad y las situa-
ciones de extrema pobreza. No puede existir, en esas condiciones, ningn tipo
de competencia. Las empresas multinacionales, en ocasiones con un PIB supe-
rior al de los pases en los que se instalan, imponen las condiciones. Quienes
no las aceptan, quedan excluidos del juego. Quienes deciden aceptar, en el
mejor de los casos, condenan a sus poblaciones a la esclavitud a cambio de par-
ticipar de la lgica del mximo beneficio. Su desarrollo macroeconmico ser
expuesto como modelo por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Interna-
cional. Mientras, su poblacin seguir muriendo de hambre, falta de asistencia
mdica, sida, ausencia de servicios de saneamiento, guerras, esclavitud, explo-
tacin.
Poco le importa a la estpida frivolidad de quienes compiten por ser los ms
ricos de la tierra y a los voceros que cantan sus hazaas. Es el caso de la revista
Fortune, que suele publicar peridicamente la lista de los hombres ms ricos
del mundo, en la cual suele ser el primero el dueo de Wall-Mart.
2. La deuda externa
GLOBALIZACIN Y SALUD 47
CUADRO 1
1995 158,4
1996 205,5
1997 202,1
1998 204,4
1999 209,8
2000 207,9
2001 214,9
sido expoliado a dichos pueblos. Desde 1980, los pases del Tercer Mundo han
transferido a sus acreedores de los pases centrales el equivalente a 42 Planes
Marshall.
La deuda del Tercer Mundo no es tan grave si la comparamos con la deuda
histrica, ecolgica y social que han contrado con l los pases ricos del
Norte. Si excluimos a los pases del ex bloque del Este, la deuda del Tercer
Mundo alcanza en 2001 los 2,1 billones de dlares (de ellos, el 75% corres-
ponde a deuda pblica), lo que representa slo un pequeo porcentaje de la
deuda mundial, que alcanza los 45 billones de dlares. Slo en los EEUU, la
suma de la deuda pblica y de la deuda privada llega a los 22 billones de dla-
res.
Si fuera condonada la deuda externa del Tercer Mundo, slo representara
una prdida del 5% para las carteras de sus acreedores; por el contrario, para
las poblaciones que se libraran de ella significara la posibilidad de incremen-
tar las inversiones en salud, educacin o empleo. El reembolso de la deuda
externa del Tercer Mundo constituye una donacin de 200.000 a 250.000
millones de dlares, de 2 a 3 veces la suma necesaria para satisfacer las nece-
sidades bsicas fundamentales, segn la definicin de las Naciones Unidas
(Toussaint, 2001).
3. La ayuda al desarrollo
Apesar del compromiso de las Naciones Unidas, y del constante apoyo ciu-
dadano, de destinar al desarrollo y a la erradicacin de la pobreza un 0,7% del
PNB, los gobiernos de los pases industrializados reducen su ayuda. Los pa-
48 GLOBALIZACIN Y SALUD
ses donantes de la OCDE destinaron en el ao 2000 un total de 53.100 millo-
nes de dlares, un 1,6% menos que en 1999 (56.400 millones de dlares).
Los aos 90 han marcado una tendencia a la baja, ya que la media porcen-
tual del PNB destinado a la ayuda estaba en el 0,33% en 1990 y ahora se sita
en el 0,22%. La prdida acumulada para los pases en vas de desarrollo
durante estos aos roza los 136.000 millones de dlares, cantidad suficiente
para satisfacer durante dos aos las necesidades de salud de 3.500 millones de
personas.
En Espaa, es patente la falta de compromiso del gobierno para luchar con-
tra la pobreza. Desde hace cinco aos se constata un estancamiento de las par-
tidas presupuestarias destinadas a cooperacin, que en el ao 2000 slo
alcanz el 0,21% del PNB, el porcentaje ms bajo de la dcada de los 90, con
el agravante de que la reduccin se produce sobre todo en la ayuda destinada a
los pases del frica subsahariana, los ms necesitados, y en las partidas desti-
nadas a servicios sociales bsicos, como salud y educacin. En 1999, estos ser-
vicios slo recibieron un 6,3% de la ayuda, muy lejos del 20% comprometido
en la Cumbre de Copenhague de 1995, y muy por debajo del 10,14% de 1998
(Carreras, 2001). Estos y otros datos no menos ilustrativos de la realidad de la
Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) aparecen en el informe de Intermn
Oxfam, segn el cual el pas que ms porcentaje de su PNB dedica a coopera-
cin es Dinamarca, con un 1,06%, seguido de Holanda, Suecia, Noruega y
Luxemburgo. Por la cola, el pas que menos dinero dedica a AOD es EEUU,
con el 0,10% de su PNB, seguido de Italia, Grecia y Espaa (0,21%). El
informe hace saber que los inmigrantes en el mundo rico envan a sus pases
70.000 millones de dlares, mientras que toda la ayuda de la OCDE es de
53.000 millones de dlares (Bayn, 2001).
4. El hambre en el mundo
GLOBALIZACIN Y SALUD 49
Entre los pases que han mejorado tenemos el caso de China, que ha redu-
cido en 76 millones de personas el nmero de desnutridos; a pesar de ello sigue
siendo el segundo pas del mundo, tras India, en personas mal alimentadas. En
el otro extremo, en la Repblica Democrtica del Congo aument hasta 17
millones el censo de hambrientos, de una poblacin de 48 millones.
La situacin del hambre es tal que las previsiones de la FAO de reducir a la
mitad los 800 millones de hambrientos para el ao 2015 tendrn que esperar
hasta el ao 2060. Adems, segn el Banco Mundial, el crecimiento de los pa-
ses menos desarrollados afectados por la guerra contra Afganistn disminuir
entre el 0,5% y el 0,75% el prximo ao (EP, 2001).
50 GLOBALIZACIN Y SALUD
emplean los pases occidentales, ya que slo actitudes cnicas, por no decir
delictivas, pueden aceptar la emergencia nacional de Canad y negar la de Pre-
toria, permitir saltarse la ley de patentes para fabricar ciprofloxacino genrico
en Canad, para tratar el ntrax, y defenderla ante la posibilidad de fabricacin
o de importacin de genricos para el tratamiento del sida (Girona, 2001).
Mientras en Occidente es posible la eliminacin de la transmisin vertical
del sida (mediante prevencin primaria del VIH y de los embarazos no desea-
dos en las jvenes, y el diagnstico temprano del VIH en las mujeres, incluso
de pautas ARV), por debajo del paralelo 15, en Sudfrica, nacen cada ao
70.000 nias y nios infectados porque sus madres no han tenido la oportuni-
dad no slo de tratarse, sino de diagnosticarse. Mientras esto sea as, la trans-
misin vertical del VIH seguir siendo un problema, tambin tico (Casabona
y cols., 2001).
El informe de Mdicos Sin Fronteras Desequilibrio mortal detalla las
respuestas a un estudio sobre las actividades de investigacin y desarrollo
(I+D) de medicamentos de algunas de las principales compaas farmacuti-
cas del mundo, cuyas ventas combinadas alcanzan casi los 117 .000 millones
de dlares. Slo un nuevo medicamento antituberculoso fue puesto en el mer-
cado en los ltimos cinco aos procedente de estas 11 compaas. 8 de las 11
respondieron no tener actividades de investigacin en el ltimo ao para enfer-
medades mortales que afectan casi exclusivamente a los pobres: enfermedad
del sueo, enfermedad de Chagas y leishmaniasis. Esta trgica falta de I+D de
medicamentos para enfermedades no rentables se demuestra tambin en los
nuevos datos, que muestran que de los 1.393 nuevos medicamentos aprobados
entre 1975 y 1999, slo 13 (1%) fueron para enfermedades tropicales.
GLOBALIZACIN Y SALUD 51
los pases en vas de desarrollo, que luchan por alimentar a ms de 800 millo-
nes de personas amenazadas por la desnutricin, esos vagos temores parecen
un problema menor, si se enfrentan con el riesgo cierto de inanicin.
Las tcnicas de modificacin gentica permiten obtener nuevas cosechas
resistentes a los virus, que toleren las sequas y que contengan mayor nivel
nutritivo. El esfuerzo conjunto del gobierno japons, la Fundacin Rockefeller
y el PNUD ha desarrollado nuevas variedades de arroz en frica occidental
con mayor produccin y ms ricos en protenas, que se cultivan sin abonos ni
pesticidas.
El reto futuro est en establecer controles estrictos que garanticen la segu-
ridad de los alimentos, como han hecho, por ejemplo, Egipto y Argentina, pero
en ningn caso ceder a las crisis de los supermercados de Occidente y no apo-
yar la creacin de nuevos productos agrcolas en los pases en vas de desarro-
llo (Malloch Brown, 2001).
7. El cambio climtico
52 GLOBALIZACIN Y SALUD
vacin de los bosques no debera emplearse como excusa para eludir la obli-
gacin de reducir las fuentes de emisin de CO2 procedentes de las centrales
trmicas y de los coches.
En Espaa, segn un anlisis realizado por Greenpeace, la capacidad de los
ecosistemas forestales espaoles para actuar como sumideros de CO2 est
mermada, debido a la concurrencia de los incendios forestales, la desertizacin
del suelo y las condiciones del clima mediterrneo, por lo cual Espaa no tiene
ms remedio que reducir el consumo de combustibles fsiles. En 1999, la emi-
sin de gases de efecto invernadero superaba en un 23-27% el nivel de 1990,
cuando el Protocolo de Kyoto nos obliga a no emitir ms de un 15% en 2008-
2012 respecto a 1990.
GLOBALIZACIN Y SALUD 53
La contribucin de los pases a la mortalidad global y por enfermedades
cardiovasculares (ECV), en porcentaje sobre el total mundial, en 1990, tiene
una distribucin desigual, como se aprecia en el cuadro 2 (Reddy, 2001).
CUADRO 2
CUADRO 3. Daos causados por cada enfermedad, expresados en% de los DALY
globales
1998 2020
Pases Pases Mundo Previsin
Enfermedad subdesarrollados desarrollados
Infecciones respiratorias 6,4 1,3 6,0 3,1
Enfermedades perinatales 6,2 1,9 5,8 2,5
Enfermedades diarreicas 5,7 0,3 5,3 2,7
Sida 5,5 0,9 5,1 2,6
Depresin unipolar 4,0 6,5 4,2 5,7
Enf. cardiacas isqumicas 3,3 8,8 3,8 5,9
Enf. cerebrovasculares 2,9 4,8 3,0 4,4
Malaria 3,1 0,0 2,8 1,1
Accidentes de trfico 2,7 4,2 2,8 5,1
Tuberculosis 2,2 0,1 2,0 3,1
EPOC 2,1 2,3 2,1 4,1
Guerra 1,7 0,1 1,5 3,0
54 GLOBALIZACIN Y SALUD
Respecto a los agentes causantes de las enfermedades, la malnutricin sera
responsable de ms del 14% de los DALY globales; la falta de salubridad del
agua del 6%; el sexo sin proteccin, el abuso del alcohol, la contaminacin
interior, el tabaquismo y los accidentes laborales participan con porcentajes
entre el 2 y el 4% de los DALY globales; por debajo del 2% estn hipertensin,
sedentarismo, consumo de drogas ilegales y contaminacin exterior.
Expresado en muertes atribuidas por orden de importancia (millares), los
principales factores de riesgo eran en 1990:
CUADRO 4
GLOBALIZACIN Y SALUD 55
CUADRO 5
coincide con la de la tercera epidemia del siglo: el sida. De hecho, el sida agrava
el problema de la tuberculosis: el 20% de los fallecidos por esta enfermedad
estaban relacionados con el VIH.
Para colmo de males, el Foro seala un aumento en los pases pobres de la
mortalidad debida a enfermedades consideradas de pases ricos, como son las
dolencias cardiovasculares. La contribucin de las ECV a los Aos de Vida
Ajustados por Discapacidad perdidos (AVAD), en porcentaje del total, evolu-
cionar como se refleja en el cuadro 6 (Reddy, 2001).
CUADRO 6
56 GLOBALIZACIN Y SALUD
Por si fueran pocas las amenazas para la salud pblica, se ha denunciado
un decaimiento en las medidas de proteccin sanitaria, frente a la potenciacin
del libre comercio, en recursos interpuestos ante la OMC (en concreto en rela-
cin con la encefalitis espongiforme bovina y con la utilizacin del asbesto),
lo que se considera un presagio de lo que podra ocurrir en el mbito de la
cobertura de asistencia sanitaria si prospera la negociacin que se est llevando
a cabo (secreta y sin dar cuenta de sus pormenores por los que la desarrollan)
de estos acuerdos (Pollock, 2000).
GLOBALIZACIN Y SALUD 57
En 1987, el Banco Mundial, en su documento Financiacin de los Ser-
vicios Sanitarios de los pases en desarrollo: un programa de reformas,
recomienda: 1) Trasladar a los usuarios los gastos en la utilizacin de las
prestaciones; 2) ofrecer esquemas de aseguramiento para los principales
casos de riesgo; 3) utilizar de forma eficaz los recursos privados; y 4) des-
centralizar los servicios sanitarios pblicos.
Desde entonces no son pocos los pases que han introducido reformas en
ese sentido, entre otras: 1) Financiacin directa de la atencin sanitaria por
parte de la poblacin (copagos, tickes moderadores, pagos hosteleros...); 2)
autonoma hospitalaria, como medio de introducir competitividad entre hos-
pitales, volviendo al hospitalocentrismo, fragmentando los servicios, selec-
cionando a los pacientes ms rentables, devaluando la funcin de la atencin
primaria y tomando como indicadores de calidad asistencial la disminucin
del gasto, en lugar de la modificacin positiva del estado de salud de la pobla-
cin; 3) establecimiento de acuerdos cooperativos, mercados internos
y libre eleccin, iniciativas que introducen mecanismos de perversin y
atentan a la calidad asistencial, porque posibilitan la obtencin de un plus
econmico por parte del facultativo que recete menos, que solicite menos
pruebas diagnsticas o que realice menos interconsultas. Adems, como el
consumidor no puede juzgar el servicio recibido, la competencia no suele
establecerse en la calidad, pero s en los precios, en las comodidades o en el
marketing; 4) fondos pblicos y gestin privada, con la consiguiente
secuela: parasitacin de lo pblico por lo privado; y 5) contencin del gasto
farmacutico (Huertas, 1998).
La experiencia en muchos pases en desarrollo de diferentes latitudes es
desalentadora. Algunos, como Sri Lanka y China, con sistemas de salud fuer-
tes y satisfactorios, que estn promoviendo la privatizacin o la autonoma
de sus hospitales, o como la mayora de los pases africanos, que estn faci-
litando la descentralizacin de los servicios, obtienen peores resultados sani-
tarios, con un aumento de la injusticia y de la ineficacia. La experiencia lati-
noamericana ha demostrado que la privatizacin no es mejor que el mante-
nimiento de sistemas pblicos unificados. Desde que la India acept some-
terse al ajuste estructural, a principios de los 90, su presupuesto para salud
pblica ha sido amputado en un 30%, y el programa antimalaria en un 40%.
As, con la globalizacin se agravan viejos problemas, como el hambre, la
malaria, la tuberculosis; surgen otros nuevos: sida, psicosis, adicciones, vio-
lencia en todas sus formas; y se mantienen las desigualdades de gnero y de
58 GLOBALIZACIN Y SALUD
etnia y los problemas de abastecimiento bsico: agua y alimento. La infancia
y la vejez se debilitan y se feminiza la pobreza.
GLOBALIZACIN Y SALUD 59
4. El imperativo tico
60 GLOBALIZACIN Y SALUD
mujeres en las sociedades dominadas por los hombres, el analfabetismo en los
nios o el sometimiento de los grupos minoritarios por la tirana de la mayora,
conducen a la pobreza social que ayuda a perpetuar la pobreza econmica (Sen,
2000).
GLOBALIZACIN Y SALUD 61
vatizacin de los servicios mdicos y la comercializacin de los conocimien-
tos sobre la salud. Los mercados privados son inherentemente injustos, por-
que, sin poder de compra, los pobres estn excluidos de los servicios comer-
ciales y de las tecnologas de la salud.
Los pases pobres pueden lograr resultados excelentes en la expectativa de
vida de sus habitantes si resuelven los problemas de equidad, y se olvidan de
los de eficiencia y competencia. Es el caso de China, Sri Lanka y Costa Rica,
con una expectativa de vida similar a la de EEUU y con un gasto en salud per
cpita muy diferente: no llega a 500 dlares/persona en los dos primeros pa-
ses, y es de alrededor de 600 en Costa Rica y de 3.700 en EEUU (Leon y cols.,
2001).
Pero no hay que salir de nuestras fronteras para descubrir problemas de
salud derivados de la injusticia, como pudimos leer en el informe elaborado por
Navarro y Benach (1996), o como ponen de manifiesto las jornadas sobre desi-
gualdades organizadas por la ADSP de Andaluca, con relacin a la mortalidad
general y a las desigualdades en torno al gnero o la inmigracin. O el reciente
informe del PNUD, segn el cual Espaa ha bajado del 8 al 10 puesto de la
Unin Europea en el ndice de desigualdad. Aunque Espaa sigue ocupando el
lugar 21 del mundo en el ndice de desarrollo humano (esperanza de vida, alfa-
betizacin, escolarizacin, ingresos por persona), todava el 20% de los espa-
oles vive en la pobreza (ingresos inferiores al 50% de la renta media nacio-
nal); 70.000 familias viven con el Ingreso Mnimo de Insercin fijado por las
autonomas, aunque con notables diferencias entre ellas. Espaa es de los pa-
ses de la UE con mayores desigualdades sociales, reflejadas en aos de vida
que los ricos viven ms que los pobres, que es de 10 aos, tres ms que el pro-
medio de la Unin Europea (Navarro, 1999).
El Colegio de Mdicos Generales del Reino Unido ha puesto en marcha un
grupo de trabajo sobre desigualdades (sin equivalente en Espaa, por ahora).
El asunto de las desigualdades en salud es capital para los mdicos generales,
los cuales deben de tener claro que: a) Puede lograrse mucha salud con medi-
das fiscales y legales; b) los servicios mdicos incrementan muchas veces la
desigualdad; c) los copagos aumentan la desigualdad; d) la buena prctica cl-
nica tiene impacto en la salud pblica, y e) se necesita investigacin tendente
a mejorar la prestacin de nuestros servicios para no incrementar la desigual-
dad en salud (Smeeth y Heath, 2001).
Qu pueden hacer los profesionales sanitarios para reducir las desigual-
dades en salud? Segn lvarez-Dardet y Ruiz (2001), las diez actuaciones que
62 GLOBALIZACIN Y SALUD
pueden reducir las desigualdades son: 1) Aceptar que las desigualdades exis-
ten, y que son un problema de salud importante, tanto en los pases desarrolla-
dos como en desarrollo; 2) admitir que como cualquier aspecto que afecta a la
salud, independientemente de su origen biolgico o social, incumbe al terreno
profesional de la medicina; 3) admitir y reconocer la naturaleza complemen-
taria del sector de los cuidados informales de salud y su papel en mejorar las
desigualdades en salud; 4) desarrollar una prctica clnica sensible a las clases
sociales, al gnero y a la raza, explorando cmo los principios de las medidas
aplicables a las minoras pueden llevarse a cabo en la clnica; 5) examinar qu
asistencia sanitaria y qu protocolos pueden reducir las desigualdades en
salud, identificando vas para disminuir los efectos de las desigualdades den-
tro de esa prctica clnica; 6) emprender investigacin cualitativa para com-
prender mejor los efectos del proceso de estratificacin social en las conse-
cuencias de la prctica clnica; 7) emprender investigacin cuantitativa (ensa-
yos clnicos aleatorizados) para conocer el efecto potencial de las intervencio-
nes clnicas destinadas a reducir las desigualdades; 8) participar en alianzas
destinadas a producir iniciativas de mejora de la salud en el entorno domstico,
escuelas, ciudades y espacios pblicos; 9) no olvidar que los mdicos en su
prctica pueden producir sesgos de gnero (mayor esfuerzo teraputico en los
hombres que en las mujeres ante los mismos problemas de salud), incluso
inconscientemente; y 10) aprender cmo se desarrollan alianzas con los
medios de comunicacin para colocar los resultados de las desigualdades de
salud en las agendas polticas y sociales.
La propia industria sanitaria, que es un sector clave en la innovacin tecno-
lgica, puede actuar como un factor nocivo en el proceso de globalizacin opo-
nindose a la introduccin de alternativas de bajo costo. Fuerzas instituciona-
les, industria sanitaria, corporaciones profesionales y compaas de seguros
pueden obstaculizar la puesta en prctica de procedimientos ms apropiados,
de mayor calidad, ms confortables y seguros y menos costosos, porque rom-
peran estructuras organizativas, profesionales y sociales. Algunos ejemplos:
medidores de glucosa en sangre capilar frente a laboratorios; angioplastia
frente a ciruga by-pass; elementos diagnsticos y tecnologa teraputicas
manejables por personal no mdico frente a mdicos diagnosticando y tratando
enfermedades simples y rutinarias.
Se han sugerido algunas medidas para transformar la tecnoestructura del
sistema sanitario, como: 1) Crear un sistema donde las capacidades, recursos
y competencias de los profesionales de la salud sean acordes con la funcin de
GLOBALIZACIN Y SALUD 63
desempeo y con el grado de complejidad de los procesos; 2) invertir menos
dinero en tecnologa sofisticada y ms en innovaciones que simplifiquen los
problemas complejos; 3) crear nuevas organizaciones donde prospere la dis-
rupcin y el cambio tecnolgico; y 4) vencer la inercia de la regulacin y de los
procesos burocrticos. Para realizar esto se necesita un nuevo liderazgo y una
alianza creativa entre los agentes principales del sistema sanitario (Cristensen
y cols., 2000).
64 GLOBALIZACIN Y SALUD
la mitad de los habitantes del planeta, viven en la pobreza con menos de dos
dlares diarios. Para que la poblacin empobrecida pueda participar en la
generacin de riqueza, defienden un mercado transparente y equitativo que no
olvide el papel del Estado y de la sociedad civil; el acceso al conocimiento y a
los recursos de produccin (agua, tierra, crditos, ordenadores, tecnologa);
que se les garantice los servicios sociales bsicos, y que una clase poltica
honesta garantice la gobernabilidad de la globalizacin en los organismos de
decisin.
Segn Carreras (2001), la agenda de la otra globalizacin para todos
debe incluir: 1) La condonacin de la deuda externa; 2) mejorar y aumentar la
ayuda al desarrollo; 3) el acceso universal a la educacin y a la sanidad; 4) la
ratificacin y aplicacin del protocolo medioambiental de Kyoto; 5) la reforma
del Banco Mundial y de la OMC, para que sean organismos realmente demo-
crticos y con polticas orientadas a la reduccin de la pobreza; 6) cambios en
el comercio internacional, para terminar con prcticas como el dumping, o los
aranceles y las cuotas contra los productos de los pases pobres; 7) la reforma
del actual sistema de patentes; 8) la adopcin de cdigos de conducta por las
empresas, para terminar con los abusos laborales y con la explotacin infantil;
y 9) la prevencin de conflictos blicos y el control del comercio de armas.
Los defensores de la salud en el mundo son muchos, y varias las organiza-
ciones de profesionales sanitarios que defienden la paz, las polticas pblicas
de salud, los derechos humanos fundamentales, la democratizacin social y
poltica y el desarrollo sostenible. La alianza entre ellos y con el resto de orga-
nizaciones es inaplazable, porque es ticamente inaceptable y humanamente
insostenible mantener en la pobreza a la mitad de la humanidad.
BIBLIOGRAFA
lvarez-Dardet C, Ruiz MT. GAT can doctors do to reduce health inequalities?. J Epidemiol
Community Health 2001; 55: 449.
Aguirre M. La globalizacin en el espejo de la salud. El Pas, 18-04-01; pg. 12.
Bauman Z. El desafo tico de la globalizacin. El Pas, 20-07-01; pg. 11.
Bayn M. Oxfam afirma que las farmacuticas gastan el doble en comercializacin que en inves-
tigacin. El Pas, 18-04-01; pg. 16.
Beaglehole R, Bonita R. Public health at the crossroads: which way forward?. Lancet 1998;
351: 590-592.
Carreras I. ONG y movimientos crticos con la globalizacin. El Pas, 26-07-01; pg. 12.
Carreras I. Seguridad mundial, globalizacin y desarrollo. El Pas, 18-10-01; pg. 22.
Casabona J, Garca M. Es posible la eliminacin de la transmisin vertical del VIH?. Med Clin
(Barc) 2001; 117: 216-217.
GLOBALIZACIN Y SALUD 65
Castells M. Globalizacin y antiglobalizacin. El Pas, 24-07-01; pg. 11.
Cristensen CM, Bohmer R, Kenagy J. Disruptive innovations cure health care? Harvard Busi-
ness Review 2000; September-october: 102-112.
De la Dehesa G. En torno a los efectos de la globalizacin. El Pas, 21-04-01; pg. 11.
El Pas. La FAO constata un retroceso mundial en la reduccin del hambre. El Pas, 16-10-01;
pg. 37.
El Pas. Slo el 10% de la investigacin mdica se dedica a los males que causan el 90% de las
muertes. El Pas, 03-05-00; pg. 30.
Fanjul G. Por qu los argumentos de las empresas no se sostienen. El Pas, 18-04-01; pg. 28.
George S. Informe Lugano. Barcelona: Icaria, 2001.
Girona L. Dos mundos, dos maneras de entender la ley. Salud 2000 2001 (en prensa).
Huertas R. Neoliberalismo y polticas de salud. Barcelona: El Viejo Topo, 1998.
Leon DA, Walt G, Gilson L. International perspectives on health inequalities and policy. BMJ
2001; 322: 591-594.
Malloch-Brown M. El informe sobre el Desarrollo Humano 2001. El Pas, 11-07-01; pg.
10.
Martnez A. De la(s) globalizacin(es) y sus efectos. El Pas, 30-12-00; pg. 11.
Myro R. Globalizacin y crecimiento econmico. El Pas, 14-07-01; pg. 12.
Navarro V, Benach J. Informe de la Comisin Cientfica de estudios de las desigualdades
sociales de salud en Espaa. Rev Esp Salud Pblica 1996; 70: 505-636.
Navarro V. Calidad de vida y desigualdad social. El Pas, 03-09-99; pg. 13.
Petrella R. Mundializacin y tecnologa. El Pas, 30-08-00; pg. 12.
Pollock AM, Price D. Rewriting the regulations: how the World Trade Organisation could accel-
erate privatisation in health care systems. Lancet 2000; 356: 1995-2000.
Reddy KS. Perspectiva global sobre la enfermedad cardiovascular. En: Cairns JA y cols.
Evaluacin crtica en cardiologa. Barcelona: Medical Trends 2001.
Sachs J. Sanidad y pobreza. El Pas Negocios, 12-03-00; pg. 3.
Sebastin de, L. Alegato contra la desigualdad econmica. El Pas, 24-01-00; pg. 14.
Sen A. Las distintas caras de la pobreza. El Pas, 30-08-00; pg.37.
Smeeth L, Heath I. Why inequalities in health matters to primary care. Br J Gen Pract 2001; 51:
436-437.
Soros G. Una propuesta para mitigar las desigualdades. Bienes pblicos globales: el componente
ausente. El Pas, 17-10-01; pg. 23.
Toussaint E. Los falsos alivios de la deuda de los pases pobres. El Viejo Topo; julio-agosto
2001 (154-155); pgs. 7-10.
Verhofstadt V. La paradoja de la antiglobalizacin. El Pas, 01-10-01; pg. 23.
66 GLOBALIZACIN Y SALUD