Bartolome Ruiz, C M M-Arqueología de La Mímesis Humana PDF

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Arqueologa de la mmesis humana.

La condicin paradjica de la accin imitativa

(Archaeology of human mimesis.


The paradoxical condition of imitative action)
Castor M. M. BartoloM ruiz

recibido: 19 de agosto de 2014


aceptado: 27 de abril de 2015

Resumen

Este ensayo presenta un anlisis arqueo-genealgico de la mmsis humana en


dos momentos: en su arkh pre-socrtico y en la interpretacin platnica de la
misma. El mismo desarrolla la tesis de que la mmsis es una facultad humana atra-
vesada por la condicin paradjica a partir de la cual es factible su instrumentaliza-
cin alienante de las conciencias, pero tambin su uso creativo para producir dife-
rencias de lo semejante y semejanzas de lo diferente. la condicin paradjica impi-
de el reduccionismo de la mmsis a una nica perspectiva. Se concluye el ensayo
con algunos desdoblamientos crticos del carcter paradjico de la mmsis en nues-
tro presente.

Palabras clave: Mmesis, pre-socrticos, Platn, paradoja agonstica.

Abstract

this paper presents an archaeological analysis of human mimesis in two stages:


in the pre-Socratic arkh and Platonic interpretation of it. the proposition of this
paper is that mimesis is a human faculty crossed by the paradoxical condition from
which it is possible to alienate and manipulate the consciences, but also is possible
the creative use to produce the differences of similar and similarities of the differ-
ent. the paradoxical condition prevents the reductionism of mimesis to a single per-
spective. this paper concludes with some critical references about the paradoxical
nature of mimesis in our present.

Keywords: Mimesis, pre-Socratics, Plato, agonistic paradox.

Revista de Filosofa 45 iSSN: 0034-8244


Vol. 40 Nm. 2 (2015): 45-61 http://dx.doi.org/10.5209/rev_rESF.2015.v40.n2.50055
Castor M. M. Bartolom Ruiz Arqueologa de la mmesis humana...

1. Introduccin

1. El concepto de mmesis recorre la propia historia de la filosofa. Su tempra-


na presencia en la cultura de la Grecia antigua, con resonancia en los debates filo-
sficos de la Grecia pre-socrtica, as como su actual importancia muestran que
estamos ante una realidad humana que excede las definiciones conceptuales simples
y no se deja encorsetar en discursos conclusivos o totalizantes.
El objetivo de este ensayo es presentar una breve arqueologa genealgica de la
mmesis a partir de dos momentos originales de su tematizacin histrica, mostran-
do cmo se manifiesta en ellos su condicin paradjica y cmo esa condicin se
hace presente en algunos desdoblamientos de la contemporaneidad. En un primer
momento, realizaremos una excavacin arqueologa de la mmesis en el pensamien-
to pre-socrtico; en un segundo momento, rastrearemos el modo cmo Platn se
apropi de la mmesis conceptundola de forma peyorativa, sin conseguir negar la
potencia mimtica de la filosofa; concluiremos analizando algunos desdoblamien-
tos contemporneos de la condicin paradjica de la mmesis.
los dos recortes arqueo-genealgicos clsicos que proponemos son importan-
tes por dos aspectos, entre otros. Primeramente, ellos representan el marco original
sobre la tematizacin de la mmesis, que dar lugar a una compleja andadura filo-
sfica posterior. En segundo lugar, en la arqueologa de esas visiones originarias de
la mmesis se evidencia su dimensin paradjica, que impide su enclaustramiento
conceptual en una nica comprensin axiolgica, poltica o tica. la tesis que pro-
ponemos es que la mmesis es una dimensin humana que se manifiesta histrica-
mente atravesada por una tensin paradjica, tensin que, a su vez, es constitutiva
de la accin humana. Siendo la mmesis una dimensin de la accin humana, la ten-
sin paradjica la torna polivalente. Por ello, no se puede abolir la mmesis sin
menoscabar la potencialidad de la accin humana, pero se puede direccionar el sen-
tido de la imitacin y el modo de reproducir las semejanzas.
El objetivo de este ensayo no es realizar una exgesis exhaustiva de cada uno
de los autores mencionados, sino trazar, a travs de la arqueo-genealoga, el hilo
conductor de un anlisis crtico por medio del cual se puede enhebrar la tensin ag-
nica de la mmesis y su potencialidad multi-facetada. Ello nos permitir entender
cmo en la contemporaneidad la tensin agnica contina apareciendo en las diver-
sas interpretaciones de la mmesis que ora la juzgan una actitud alienante, ora la
destacan como facultad creativa. Esa tensin no se soluciona anulando uno de los
extremos o diluyndolos entre s, ni tampoco se resuelve en una sntesis tercera
donde convergen los puntos de tensin. la tensin es constitutiva de la potencia cre-
adora, que abre la accin humana para la imprevisibilidad. No podemos anular la
tensin agonstica sin negar la potencia de la accin, y la problemtica de la mme-
sis est atravesada por esta tensin insoluble. la tensin es paradjica, por ello la

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mmesis es una prctica humana abierta a la potencia de la accin que puede direc-
cionarse en uno u otro sentido.
El alcance del estudio arqueo-genealgico que proponemos en este ensayo debe
ser comprendido desde la interpelacin de nuestro presente, en el cual la dimensin
mimtica vuelve a actualizarse de diversas formas. Especficamente, se ha proble-
matizado el mimetismo en varios contextos contemporneos, entre ellos el marco
de la biopoltica, que no cesa de utilizar la mmesis como medio para alienar com-
portamientos, normalizndolos a travs de la imitacin. Pero tambin, y paradjica-
mente, la mmesis puede revelarse como una forma de insurgencia biopoltica que
aprende imitando e imita aprendiendo.

2. La mmesis pre-socrtica

2. Cuando Platn escribe, la mmesis ya era una temtica con una larga historia
de problematizaciones. Ni Platn ni aristteles definieron propiamente el trmino
mmsis. El propio significado del trmino griego mmsis tiene acepciones diver-
sas que pueden inducir a comprensiones diferentes sobre la accin que designa1. la
expresin mimtikai tkhnai (artes mimticas), acuada por Platn en el Sofista, y
que sirvi de base para su problematizacin filosfica, est precedida por una his-
toricidad que no puede ser desconsiderada. aunque el legado platnico de la mme-
sis tuvo una influencia mayor, autores como Homero, Sfocles, Esquilo, Eurpides,
Demstenes, Gorgias, aristfanes, Herdoto, tucdides, Demcrito o Jenofonte,
entre otros, tratan del tema en sus obras. Para entender el legado semntico que reci-
bimos sobre la mmesis, es necesario escavar en su reflexin pre-platnica, como
arkh de la mmesis en nuestra tradicin filosfica y cultural.
El substantivo mmesis deriva del verbo mimesthai que a su vez procede del
substantivo mmos2. Hasta donde se ha conseguido saber, el vocablo mmos se
origin en Sicilia vinculado a las representaciones teatrales que los personajes rea-
lizaban, de tal forma que el substantivo designaba alguien que se asuma como per-
sonaje similar o semejante a otro3. Es probable que los mmoi se realizasen en forma
de danza, msica o artes escnicas intentando traer para la escena un modelo que
era conocido de todos4. lo que el trmino originario mimos designaba era el arte

1 Else (1958), p. 74.


2 Srbom (1996), p. 16-17.
3 Else sintetiza los sentidos de las palabras vinculadas al trmino (mimesthai) en el siglo V
a.C. en tres grupos: a) representacin de apariencias, acciones y o expresiones de animales u hombres
en la forma de actuacin o simulacin (mimoi); b) la imitacin de las acciones de una persona por otra,
sin actuar (mimo); c) la reproduccin de la imagen de una persona o cosa (mimema). Else entiende que
el primer sentido es el original y los dems son desdoblamientos del mismo. Else (1958), p. 76.
4 Wulf (2008), p. 56.

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escnico en s asociado a personas pobres o de baja condicin social, por ello es un


vocablo raro en la literatura de la poca5. El trmino mmesis es posterior y lo
encontramos significando varios sentidos como la representacin de animales o
imitacin de otros hombres, incluso con el sentido de imitar la efigie de una perso-
na 6. En la coyuntura de siglo V a.C, el trmino mmesis se refiere a la imitacin de
animales o personas a travs de sonidos, imgenes o danza, recreando con ello las
imgenes de las cosas o personas representadas7.
En sus inicios, ya encontramos la mmesis como una prctica que envuelve, por
un lado, la imitacin, y, concomitantemente, la creacin. la tensin agonstica ya
aparece diseada desde el comienzo en la mmesis, que no representa una mera
copia, sino una perfecta creacin. la mmesis es ms perfecta cuanto mejor crea la
semejanza. los artistas que imitan (mmoi) son valorados porque imitan con perfec-
cin. la perfeccin de la imitacin requiere una creacin, que exige crear la imita-
cin. al crear la imitacin se desdobla la tensin agonstica de la imitacin creati-
va y de la creacin imitadora. El valor de la mmesis no est en ser copia, sino en
el acto creativo de imitar. lo valioso de la mmesis es la accin creativa que imita.
Encontramos en los primeros restos arqueo-genealgicos originarios de la
mimesis una tensin agonstica que nunca la abandonar. En la mmesis pre-socr-
tica ya se establece el entrecruzamiento paradjico de esta dimensin humana como
encrucijada constitutiva de la propia accin mimtica, que por extensin se aplica,
de diferentes modos, a toda accin humana.
3. El verbo mimesthai fue evolucionando a lo largo del tiempo y adquiriendo
varios significados asociados a la emulacin o imitacin de algo8. una emulacin
que puede imitar ejemplarmente algo, pero tambin puede transformarse en disimu-
lacin para falsearlo. la mmesis puede ser una disimulacin que en lugar de imi-
tar emulando pretende falsear al original imitndolo disimuladamente. En este sen-
tido, la mmesis ser una forma de imitar falseando y deformando lo que se imita.
De estos varios sentidos, prevaleci el significado de mmesis como forma de imi-
tar algo o alguien identificndolo a travs de alguna caracterstica ejemplar. En la
mmesis, entra en juego siempre la identificacin y la identidad.
la disimilacin o la emulacin imitan igualmente. la disimulacin imita disfra-
zando o falseando lo real, la emulacin copia con la mxima fidelidad. En ambos
casos, la mmesis conjuga la posibilidad de crear identidades diferentes: identificar-
5 Else (1958), p. 76.
6 Srbom discuerda de Else y sustenta que mimesthai no significara la accin del actor, sino que indi-
cara el hecho de imitar al actor, de comportarse como un mimo. Srbom (1996), p. 24-37.
7 Wulf (2008), P. 57.
8 Srbom entiende que la evolucin se dio de dos formas: a) poco a poco se ampliaron los fenmenos
a los cuales el trmino mimesthai y sus correlatos era aplicado; b) el sentido metafrico de estos tr-
minos se fue ampliando, ya que para Srbom el significado original de mimo designaba el acto de imi-
tar al actor y su accin. Srbom (1996), p. 24-37.

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se con el otro, ser otro9. Disimular o emular son posibilidades de la mmesis, ambas
son prcticas mimticas que reflejan las posibilidades abiertas, incluso contradicto-
rias, del ser de la mmesis. En ellas aparece la condicin paradjica de la mmesis
que puede operar de forma polivalente permaneciendo como accin mimtica.
la escenificacin mimtica trae a la luz la tensin que existe entre semejanzas
y diferencias, proximidad y distancia. Esta tensin tambin es paradjica porque al
imitar no se anula la diferencia, sino que, en la imitacin, algo se hace semejante de
forma diferente. lo diferente de lo semejante caracteriza la accin mimtica como
original y no como mera copia. De igual modo, la imitacin mimtica es agonsti-
ca porque aproxima el sujeto de su modelo imitado, acorta la distancia pero no la
anula. la accin mimtica no anula la distancia entre el sujeto y su modelo, caso
contrario no habra imitacin sino identificacin absoluta; el sujeto es distante y
diferente de su modelo en el arte de imitarlo como l mismo. la mmesis aproxima
distancias, pero no las anula. la distancia es constitutiva de la mmesis y permite
crear aproximaciones diferenciadas. la mmesis se construye en el cruce de la pro-
ximidad distante y de la identidad diferente, no es pura identidad, pues no imitara,
ni puede ser mera diferencia porque no reflejara nada de lo que pretende imitar.
Ella es una prctica humana histrica que reconstruye una identidad semejante en
lo diferente: imita diferenciando, diferencia imitando. Desde los orgenes de su
tematizacin, vemos entrelazarse sus componentes agonsticos y paradjicos de la.
Este cruce original de la prctica mimtica se mantendr como un polo de tensin
arqueolgico permanente e insuperable a lo largo de su historia.

3. El mimetismo paradjico de Platn

4. Es ampliamente conocida la crtica que Platn hizo de la mmesis. Pero,


como veremos, la posicin crtica de Platn a muchas formas de mmesis es, con-
comitantemente, una comprensin positiva de algunas prcticas imitativas. la con-
dicin paradjica de la mmesis tambin est presente en Platn. Para Platn, la
mmesis es el acto de copiar, y toda copia, por definicin, para este filsofo, es infe-
rior e imperfecta con respecto al original que imita. Platn critica la mmesis por ser
un tipo de accin (posis) que, en muchos casos, impide el acceso a la idea origi-
nal, o al origen de lo real que es la idea.
Platn analiza la mmesis desde la perspectiva ontolgica y epistemolgica de
la idea como ser perfecto y realidad primera. El cosmos es una imitacin produci-
da (poesis) por el propio Dios o Demiurgo a partir de la idea, que es la realidad ori-
ginaria que la posis del Demiurgo imita en el cosmos. Platn entiende que hay un
segundo escalafn de imitacin realizado por los seres humanos en la produccin
9 Srbom (1996), p.p. 33-40.

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(posis) de objetos. En este segundo escaln imitativo tambin rige el verbo poien,
un verbo peculiar para la produccin de cosas que, a travs de la tkhn, imita las
ideas originales. Para Platn, existe un tercer y ms bajo escalafn imitativo (poi-
tiks) representado por el arte. El arte, en todas sus manifestaciones, existe como
imitacin de la imitacin, mmesis de la mmesis. imita al cosmos y a las obras pro-
ducidas por el ser humano.
En el dilogo Sofista afirma a propsito de todo lo que antes no es y que
alguien, despus, lo lleva a ser, decimos con cierto sentido, que quien lo lleva a ser
lo produce (poien) y que lo que es llevado al ser es producido (poiesthai)10. De
esta clasificacin deduce Platn que los as denominados sofistas, adems de ense-
ar por dinero la verdad ms conveniente, son capaces de realizar imitaciones que
tienen el mismo nombre que las cosas reales (mimmata kai omnyma tn nton)11.
El sofista es capaz de imitar las cosas reales dndoles una apariencia de verdaderas
y con ello iluden las personas. El arte ilusionista del sofista est asociado a su domi-
nio magistral de la mmesis12.
Para Platn, existe una autntica jerarqua de la posis cuyo pice primero est
en el Demiurgo o artfice divino que hizo todas las cosas con su naturaleza; en un
segundo grado estn los seres humanos que necesitan producir las cosas a partir de
lo que el artfice divino hizo. Habra un tercer grado de produccin imitativa propia
de los artistas, a los que denomina de seudo artfices. Platn concibe la mmesis en
un doble juego, verticalmente es la obra que se produce cuando imita a la idea ori-
ginal y su naturaleza, horizontalmente reproduce una imagen (edlon) que copia la
apariencia externa de la cosa y por ello es ms imperfecta.
5. aunque la lectura de la mmesis que Platn realiza hunde las races en su
modelo ontolgico y epistemolgico, su objetivo es tambin poltico. las implica-
ciones polticas de la mmesis aparecen, entre otros, en el dilogo La Repblica, en
la fase adulta del autor. Ya fue ampliamente comentada por muchos autores la
importancia del cap. X de esta obra por la crtica que hace de la mmesis. aunque
la sentencia ms conocida de este captulo es que: El poeta debe renunciar a la poe-
sa como un amante que renuncia a una pasin que no le hace ningn bien13, la
argumentacin de Platn contra la mmesis tiene una preocupacin eminentemente
poltica. Platn critica muchas formas de mmesis que ponen en entredicho su onto-
loga de la forma primera o idea perfecta. la disputa platnica contra la mmesis es
tambin una disputa poltica contra los sofistas. El proyecto democrtico de estos
puede ser denominado por Platn de demaggico porque utilizan el arte de las apa-
riencias, tambin, en la poltica. la poltica de los sofistas, que en muchos casos es

10 Platn (1950), Sofista, 219b.


11 Platn (1950), Sofista, 234b.
12 Platn (1950), Sofista, 235a-b.
13 Platn (1950), La Repblica, X, 60e.

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formalmente la democracia, se diluye en el arte imitativo de las apariencias retri-


cas, lo que conducira inevitablemente la democracia a la demagogia como produc-
to (posis) del arte imitativo, segn Platn.
Para Platn, la poltica, como lo real, no se pauta por opiniones que imitan, sino
que debe obedecer a padrones rgidos de verdad impuestos por la naturaleza de las
cosas. El gobierno de una ciudad, segn Platn, debe ser realizado por aquellos que
tienen el saber verdadero de las cosas y no por las opiniones de la mayora, ya que
la mayora no tiene el conocimiento verdadero de lo que es gobernar. El arte, en sus
diversas manifestaciones, es una mmesis que polticamente conduce, en muchos
casos, a la demagogia retrica, o a la retrica como arte mimtico que ilude los
ingenuos.
Platn utiliza, en el libro X de La Repblica, la comparacin entre el obrero que
fabrica una cama y el pintor que la representa. El obrero fabrica la cama imitando
la idea que tiene de ella. El ser original es la idea, la cama fabricada es una imita-
cin de esa idea y como tal no es la idea, sino una copia inferior de ella. De forma
irnica, define al pintor como un obrero capaz de hacer todo lo que los otros hacen
separadamente, imitando en la pintura las cosas hechas en la realidad. la belleza de
una pintura no podr suplir la realidad de que esa cama no existe como tal a no ser
en la forma de pintura. la imitacin de la pintura es un espejismo que nos hace creer
en su realidad sin que ella sea real. Para Platn, el arte ilude los ingenuos hacindo-
les creer que es lo real. Por consiguiente, el arte de la imitacin se encuentra ale-
jado de lo verdadero y al parecer realiza tantas cosas por el hecho de que alcanza
slo un poco de cada una y an este poco es un simple fantasma14.
Este trastrocar mimtico de lo real por lo figurado, del ser por su imagen, es pro-
pio de los sofistas y su retrica poltica. Para Platn, la realidad est ms all de la
mmesis, por lo que el acceso a lo real supone superar la dimensin mimtica15. El
famoso mito de la caverna, del libro Vii de La Repblica, adquiere todo su signifi-
cado ontolgico y epistemolgico cuando se lo interpreta como una crtica a la
reproduccin mimtica de las sombras que impiden reconocer el ser original de las
ideas. lo que est en cuestin en la caverna es una determinada perspectiva de la
funcin mimtica que perturba el verdadero conocimiento y desva las personas del
ser verdadero. las sombras representan el lado irreal de la comprensin de las ideas.
Seguir a las sombras es imitar una versin equivocada de lo real. Este tipo de mme-
sis aliena las personas de la realidad.
la degradacin epistemolgica de lo real provocada por la mmesis es, para
Platn, un peligro poltico. Ella, la mmesis, debe ser apartada de la plis por todos
los medios. la presencia del arte en la plis representa la hegemona de la actitud
imitativa en detrimento del conocimiento verdadero de lo real. Esa prevalencia
14 Platn (1950), La Repblica, 597e.
15 Sobre la repercusin poltica de la mimesis en Platn, cf. Gagnebin (1993), p. 68.

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mimtica destruye el uso de la razn y entorpece la creacin de buenas leyes. Platn


la considera una especie de vicio que pervierte la racionalidad, incluso de los ms
conscientes, pues el arte imitativo lleva a confundir imgenes con realidad estimu-
lando la parte irracional. aqu se encuentra, tambin, el origen del mal en la polis,
para este filsofo.

Por tal motivo no debemos ofrecer entrada al arte en una ciudad con buenas leyes, por-
que despierta y alimenta el vicio y, dndole fuerzas destruye tambin el principio de lo
racional, no de otro modo que lo hara cualquier ciudadano que, revistiendo de autori-
dad a los malvados, traicionase a la ciudad. Y destruyese a los bien dotados, hay lugar
para decir que el poeta imitativo introduce en el alma de cada uno un rgimen misera-
ble, complaciendo a la parte irracional de aquella, que no es capaz de distinguir lo gran-
de de lo pequeo y s de pensar las mismas cosas unas veces como grandes y otras veces
como pequeas, forjndose as nuevas apariencias alejadas por completo de la verdad.16

Entre los peligros que la mmesis ofrece a la ciudad, Platn destaca a los trgi-
cos y los poetas. Para el autor, la mmesis puede abarcar una parte de la poesa o
toda ella. En la divisin propuesta en su obra Politeia, III, Platn clasifica la poesa
en tres estilos: el primero es la narrativa simple (hapl digsis) que se encuentra
representada por el ditiritambo, en esta narrativa el propio poeta habla17; el
segundo estilo es la mmesis representada por la tragedia y la comedia, en ella el
poeta profiere un discurso como si fuese otra persona18; el tercer estilo es el que
denomina de narrativa mista (diamphotron), que es lo propio de la poesa pica,
en este estilo el poeta hace una composicin producida por una mezcla de la narra-
tiva simple con la mmesis.19
Volviendo al captulo X de La Repblica, Platn trae para la escena a Homero
y Hesodo, y se pregunta si su arte imitativa en tercer grado ha contribuido en algo
para crear leyes en alguna plis, o al menos ha ayudado en la educacin de ciuda-
danos20. la respuesta es negativa, ya que la poesa imitativa tiene por objeto el
mero placer, algo fugaz que pasa sin dejar rastro y pervierte el verdadero conoci-
miento racional de lo real.
6. Platn analiza el sentido de la mmesis bajo el aspecto de la imitacin del
modelo, la reproduccin de la igualdad, la construccin de lo idntico, la copia en
imgenes de la esencia del Ser. En la medida en que la mmesis nunca consigue

16 Platn (1950), La Repblica, 605a-606d.


17 Platn (1950), Politeia, III, 392d10.
18 Platn (1950), Politeia, iii, 393c1.
19 Platn (1950), Politeia, iii, 394c4.
20 Segn Penelope Murray, uno de los objetivos de la crtica de Platn a Homero es la pretensin, de
Platn, de substituirlo en la influencia educativa griega, suplantando la filosofa por la poesa Murray
(1996), p. 22.

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reproducir con exactitud el original, ni imitar totalmente el modelo, es descalifica-


da por Platn como una accin menor del conocimiento verdadero.
a pesar de las severas crticas de Platn a la mmesis, encontramos en Platn
perspectivas positivas de la misma. El hecho de reconocerla como realidad y hbi-
to humano que no puede ser dejado de lado, muestra que, para Platn, la mmesis
es una prctica que est presente de muchas formas en la accin humana; es un tipo
de accin (posis) que Platn no desconoce ya que atraviesa todas las culturas e
impregna muchas formas humanas de ser. Platn da una importancia paradoxal a la
mmesis: dedica amplios esfuerzos para criticarla y desconstruirla en muchas de sus
versiones y, concomitantemente, la valora en cuanto accin propia del filsofo ver-
dadero. Ese empeo filosfico, muy presente en diversas obras de Platn, es un
indicio de la condicin paradoxal de la mmesis y de su importancia como prctica
humana que no puede ser simplemente ignorada por la filosofa, siendo la filosofa,
para Platn, un tipo de mmesis verdadero.
la firme crtica de Platn a la mmesis no impide que percibamos algunas bre-
chas en su propia argumentacin, que son un indicio del carcter paradjico de esta
facultad humana. an defendiendo la expulsin de los poetas y la poesa de la plis
por obstruir la buena poltica y contaminar la verdadera razn, Platn reconoce, de
forma tarda, que algunos poetas, entre ellos Homero, podrn ser admitidos en la
plis. Sern aquellos que imiten valores ticos verdaderos y eleven la racionalidad
por el camino de la verdad. Estos poetas podrn ser aceptados porque motivarn a
los adolescentes a realizar el bien y les elevarn el espritu fomentando acciones
reales. Porque, Homero es el ms grande y primero de los trgicos21 puesto que
en nuestra ciudad slo convendr admitir los himnos a los dioses y los elogios a
los hombres esclarecidos22.
Por otro lado, y en una especie de vuelta de tuerca paradjica de la mmesis
sobre s misma, muchos comentaristas ya observaron que la filosofa de Platn
recurre permanentemente a la mmesis como medio para explicar su teora del cono-
cimiento23. la creencia en la existencia de una idea perfecta de cada cosa induce
Platn a concebir el pensamiento humano como una constante reproduccin del
ideal. lo paradjico es que, a pesar de sus crticas a la mmesis, el filsofo afirma
que el pensamiento y las acciones humanas son una mmesis del ideal24. Esta ten-
sin paradjica atraviesa una gran parte de la filosofa de Platn y le llevar a dis-
tinguir entre varios tipos de mmesis. Segn el autor, la propia nocin de mmesis
tambin puede ser extendida a la filosofa. En la Politeia, al definir el modelo de
posis que debe ser adoptado por el filsofo, Platn distingue, por un lado, la po-

21 Platn (1950), La Repblica, X, 607a.


22 Platn (1950), La Repblica, X, 608c.
23 tate (1928), pp.16-23. Mazzarelli (1996), pp. 263ss.
24 Gagnebin (1993), p. 69.

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sis tradicional que se caracteriza por la mimetizacin superficial de los objetos, por
la imitacin de las apariencias sin captar lo que tienen de verdadero25; esta posis
contiene una naturaleza falsa y engaadora26. Para Platn, habra otro tipo de po-
sis que es la propia del filsofo y se caracteriza por tornarse, por medio de la mme-
sis adecuada, lo ms semejante posible a las realidades ordenadas por la razn.
Segn esta divisin, el filsofo tambin es un mimts, sin embargo su posis se
diferencia de las otras formas mimticas porque l se gua por la razn, por lo que
Platn denomina al filsofo de ordenado y divino: ordenado y divino, tanto cuan-
to es posible un hombre venir a serlo27.
En el dilogo Sofista tambin desarrolla la misma tesis, segn la cual habra una
mmesis ms autntica que consigue reproducir con mayor fidelidad las formas ide-
ales, esa es la mmesis filosfica28. En contraposicin, existen las otras mmesis que
slo reproducen simulacros y sombras engaadoras de lo real29. Despus de definir
al sofista de cinco formas diferentes, en la sexta definicin, Platn muestra al sofis-
ta como un disputador (antilgousin) que se presenta como portador de una ciencia
aparente basada en la mera opinin (doxastikn). El sofista es capaz de realizar imi-
taciones (mimmata) que contienen el mismo nombre de las cosas reales30. Por ser
capaz de imitar las apariencias e iludir con ellas, el sofista es denominado de ilusio-
nista (gonta) y prestidigitador (thaumatopoin)31. Concluye Platn afirmando que
existen dos formas de producir imgenes (eidlopoiik), una primera produce una
re-figuracin (ekastiken) de lo real a travs do lo que sera una verdadera imitacin.
una segunda forma consiste en producir apariencias, espejismos, que se reproducen
a travs de simulacros fantsticos de lo real (phantastik)32. El sofista pertenece a
esta segunda clase de imitadores ilusionistas y simuladores, en cuanto el filsofo
pertenece a la primera clase, pues consigue imitar con precisin y veracidad la ver-
dad de las formas ideales33.
la argumentacin de Platn se apoya en la tesis de que la mmesis es un tipo de
actividad (posis) humana paradoxal. aunque prevalecen los aspectos crticos de la
mmesis, Platn no desconoce dimensiones positivas de esta facultad humana. la
comprensin mimtica de la posis de Platn est influida por el significado que el

25 Platn (1950), Politeia, X,598b2-4.


26 Platn (1950), Politeia, iii, 387b4.
27 Platn (1950), Politeia, 500d1.
28 Platn (1950), Sofista, 235c.
29 Dada la importancia y repercusin de la obra, se convirti en un clsico el estudio que Heidegger
hizo sobre Platn en los cursos de 1924-25, cf. Heidegger (2003).
30 Platn. (1950), Sofista, 234 b
31 Platn. (1950), Sofista, 235 a-b
32 Platn. (1950), Sofista, 236 c.
33 Segn Seth Berbardete, El sofista, segn Scrates, es un phantasma del filsofo. Berbardete
(2006), p. ii, 112.

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verbo mimesthai y el substantivo mmos haban adquirido en su tiempo, y, eviden-


temente, tambin influido por su modelo ontolgico de las ideas. lo que veremos
ocurrir despus de Platn es un ensanchamiento del sentido de la mmesis para otros
campos que Platn no pens.

4. Conclusiones abiertas

7. las tensiones internas del pensamiento de Platn sobre la mmesis, ya pre-


sentes en la arqueologa pre-socrtica, son manifestaciones provenientes de su con-
dicin paradjica, la cual impide que su sentido pueda ser reducido a una nica
perspectiva axiolgica. Estas tensiones insolubles son un fuerte indicio de que la
mmesis es una facultad inherente al ser humano penetrada por una dimensin para-
djica y agnica. Ella no es un a priori del que se puede deducir un determinado
comportamiento, sino que existe a travs de las prcticas histricas que la producen,
por ello es susceptible de varias posibilidades de ser sin dejar de ser una prctica
mimtica.
El punto crucial de la tensin mimtica presente, de modos diferentes, en la tra-
dicin pr-socrtica y el Platn, es que la mmesis es una dimensin paradjica
constitutiva del ser humano. Ella forma parte del ser y del actuar humano y se
expresa como tal en la singularidad de las prcticas. la sombra de la paradoja
mimtica recorre la obra de Platn. tal condicin paradjica posibilita captar la
mmesis como una prctica que, en muchos casos, opera como medio de aliena-
cin de las conciencias. la mmesis alienante, como Platn apunta, sumerge los
sujetos en las sombras de las apariencias hasta el punto de hacerles confundir las
apariencias con la realidad. Pero esta no es su nica dimensin. las crticas Platn
a las dimensiones alienantes de la mmesis, como un modo inferior de accin poie-
tik, no le impide reconocer y tematizar su condicin paradjica de accin propia
de los filsofos. la condicin paradjica de la mmesis imposibilit a Platn ence-
rrarla en una mera posis de los poetas y artistas. El filsofo tiene que aceptar que
la verdad alcanzada plenamente por el conocimiento filosfico slo puede expresar-
se como verdadera en un tipo de reproduccin de lo real. Criticando la potencia
mimtica de los poetas, Platn no niega la potencialidad de la mmesis para cono-
cer la verdad. la paradoja de la mmesis atraviesa la obra de Platn, el autor criti-
ca y expulsa a todos los poetas, artistas e imitadores fuera de su repblica, pero,
concomitantemente, la mmesis permanece, entre otros, con los filsofos. la poten-
cia de la mmesis es abierta y puede producir realidades diferentes, en uno u otro
sentido. Su condicin paradjica le permite cierta versatilidad histrica, ora se pre-
senta como una prctica de imitacin alienante, ora como una prctica creativa, ms
all de la mera imitacin.

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8. la arqueologa de la mmesis en el pensamiento pre-socrtico y en Platn


lejos de agotar su sentido, muestran que hay una irreparable abertura de sentido en
ella. otro ejemplo de esta abertura lo encontramos en el anlisis divergente que el
mayor discpulo de Platn, aristteles, hizo de la mmesis34. En este punto, como
en otros muchos, aristteles corrige a su maestro presentando otra perspectiva filo-
sfica de la mmesis, hasta el punto que, como ya fue observado por muchos intr-
pretes, la importancia de este giro interpretativo de aristteles se asemeja a la revo-
lucin kantiana35. Si para Platn la mmesis es sinnimo de sombras en la caverna,
para aristteles la mmesis es la facultad de producir lo diferente en la imitacin.
toda filosofa se hace desde un presente y se realiza como filosofa del presen-
te, en el estudio que presentamos no es diferente. la tensin paradjica de la mme-
sis tambin se replica en nuestras sociedades. De un lado, la mmesis se actualiza
como una prctica alienante que anula al ser humano en diversas circunstancias. En
nuestras sociedades contemporneas, por ejemplo, los dispositivos mimticos son
utilizados en gran escala para producir identidades masificadas36. la mmesis, por
su abertura agonstica, es susceptible de instrumentalizacin como medio de produ-
cir identificaciones de masa e identidades totalizantes. las actuales sociedades de
masas utilizan en gran escala mecanismos mimticos para normatizar los compor-
tamientos y normalizar los individuos, sujetndolos voluntariamente a padrones
sistmicos de conductas tiles o productivas. los individuos masificados a travs
de mecanismos mimticos imitan el comportamiento exhibido en los padrones de
propagandas, siguen las sombras de los modelos producidos por los medios de
comunicacin de masa, ajustan voluntariamente sus conductas a los ideales de
vida del capitalismo, sin percibir las mediaciones alienantes que inducen los com-
portamientos.
la instrumentalizacin mimtica forma parte de los dispositivos biopolticos de
normalizacin que se valen de tecnologas imitativas para inducir el comportamien-
to de los individuos de forma voluntaria, sujetndolos, de este modo, a padrones
estructuralmente rentables o eficientes de vida37. la biopoltica moderna se carac-
teriza por el gobierno de la vida humana. Gobernar a los otros en el marco de socie-

34 Veloso (2004), p. 733-823.


35 Gagnebin (1993), p. 70.
36 adorno aborda la problemtica de la mmesis en su obra La dialctica del esclarecimiento, prime-
ramente en el anlisis que realiza sobre la Odisea. En el captulo sobre el antisemitismo, analiza cmo
los fenmenos contemporneos de masa, especficamente el nazismo y el antisemitismo, tienen en su
base una funcin mimtica en que los sujetos se anulan y son anulados en sus diferencias, para remi-
tirse a una identidad totalitaria. adorno y Horkheimer (2006).
37 aunque M. Foucault no desarroll anlisis especficos sobre la mmesis, sus estudios sobre os dis-
positivos biopolticos de normalizacin se explican tambin a partir de las tcnicas de reproduccin
mimtica que los individuos reproducen al sujetarse voluntariamente a los modelos prescritos por
las instituciones modernas. Foucault ( 2004).

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dades formalmente democrticas, es una contradiccin difcil de resolver ya que


debe mantener un mnimo de libertad formal, pero debe ajustar a libertad de los
individuos a las exigencias del sistema. El umbral donde se consigue mantener el
mnimo de formalidad democrtica con el mximo de gobierno de los otros es en
la adhesin voluntaria de los individuos. tal adhesin, lejos de ser una construccin
autnoma del sujeto, es, en muchos casos, producida a travs de complejas tecno-
logas de fabricacin de deseos que disean el comportamiento de las voluntades.
los dispositivos de gobierno contemporneos operan sobre la voluntad de los suje-
tos, intentando ajustar sus conductas a los objetivos y metas institucionalmente pre-
vistos. las tcnicas mimticas son ampliamente utilizadas para conseguir ese
gobierno de las voluntades. la imitacin de las sombras proyectadas por las propa-
gandas, por ejemplo, reproduce la mmesis en su modalidad de accin alienante, sin
que los sujetos la perciban como tal.
la economa poltica moderna utiliza ampliamente tcnicas mimticas en la
administracin de la vida humana. la economa poltica se caracteriza por adminis-
trar la vida humana como recurso natural til y productivo. Como en la okos clsi-
ca, la vida humana es un elemento que debe ser gestionado con sabidura y eficien-
cia. En la actualidad, la forma oikonomik de gobierno requiere la cooperacin acti-
va y voluntaria de los sujetos38. Hay un fondo sutilmente autoritario en estas formas
econmicas de gobierno de los otros, que queda oculto en las tcnicas direcciona-
das a conseguir una sujecin voluntaria. la mmesis tiene un papel fundamental en
esas tcnicas biopolticas de sujecin voluntaria. los individuos son instigados a
travs de una constelacin de tcnicas de propaganda, normatividades, padrones de
conducta, a subjetivarse de una determinada forma. Casi todos los mtodos moder-
nos de administracin, gestin y gobierno de personas incluyen tcnicas mimticas
a travs de las cuales se disea en los individuos comportamientos a imitar, metas
a conseguir, objetivos a desear, valores para asumir, actitudes convenientes, etc.
resulta obvio que la lgica que legitima la produccin mimtica de subjetividades
en nuestras sociedades capitalistas es el utilitarismo y la eficiencia productiva. la
induccin mimtica de subjetividades normalizadas se justifica en la medida que
ellas se tornan ms productivas y eficientes, ofrecindoles como recompensa una
mayor inclusin social en el nivel de consumo y renta.
9. la mmesis, lejos de anularse en la unilateralidad de la copia imperfecta de
lo real o en la prctica alienante de las conciencias, se manifiesta, tambin, como
posibilidad creativa de producir reproduciendo, ella es una dimensin humana con
potencialidades abiertas de ser. En esa condicin, la mmesis posibilita el aprendi-
zaje a travs de la apropiacin imitativa de saberes, habilidades y prcticas39. todo
38 Foucault (2004b).
39 Para aristteles, la mmesis es una facultad inherente al aprendizaje humano El imitar es congni-
to al hombre, en eso difiere de los otros vivientes, pues, y por imitacin aprende sus primeras nocio-
nes, aristteles (1974), 1448b.

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aprendizaje incluye algn tipo o grado de apropiacin imitativa de aquello que se


aprende. El aprender posibilita al sujeto incorporar conocimientos y habilidades
acumuladas histricamente y con ello catapultarse en poco tiempo a travs de siglos
de duras y difciles conquistas humanas. El aprendizaje incorpora una dimensin
mimtica, sin que con ello la mmesis se reduzca a mera reproduccin de lo igual.
aprender es apropiarse creativamente del modelo. la mmesis, en este caso, opera
como una facultad creativa que se apropia imitando e imita creando. El verdadero
aprendizaje no se limita a imitar o reproducir, sino que imita y reproduce creando
sentidos nuevos para lo aprendido40. En este aspecto, la mmesis es una dimensin
humana que potencializa al sujeto posibilitando la apropiacin imitativa de aquello
que considera pertinente; toda apropiacin imitativa es tambin una recreacin de
sentido. la potencialidad mimtica de reproducir creativamente no impide recono-
cer que la misma mmesis es susceptible de reduccin instrumental a mera imita-
cin de modelos dados.
la biopoltica tambin carga en su seno la paradoja. El gobierno de la vida
humana, instrumentalizado econmicamente por las sociedades modernas, produjo
una valorizacin de la vida como categora poltica, algo que las sociedades ante-
riores no tenan. la valorizacin de la vida se torn una referencia tico-poltica a
partir da cual se construyeron nuevos discursos y prcticas de resistencia a sus dis-
positivos de control. las nuevas luchas polticas contemporneas enarbolan, cada
vez menos, las clsicas banderas de los ideales universales: libertad, igualdad, jus-
ticia, y cada vez ms se entablan entorno a la dignidad de la vida humana. la vida
humana, instrumentalizada mimticamente para sujetar los individuos, se revela
paradjicamente como criterio poltico para desconstruir las tecnologas de control.
Estas prcticas de resistencia de la vida tambin utilizan la mmesis como dis-
positivo para producir comportamientos alternativos a las formas de control social.
El aprendizaje envuelve siempre una parte de imitacin. aprender a resistir signifi-
ca, tambin, imitar creativamente otras formas de resistencia. los discursos y prc-
ticas de defensa de los derechos humanos, biotica, ecologa, anti-racismo, etc., car-
gan en su seno la paradoja de la instrumentalizacin y la emancipacin, pero a pesar
de ello, o tal vez por causa de esa condicin paradjica, son el nuevo campo de dis-

40 Walter Benjamn es un autor contemporneo que destaca la dimensin productiva de la mmesis en


el aprendizaje humano. tomando como modelo el aprendizaje mimtico de los nios, Benjamn subra-
ya el papel de la mmesis en relacin al lenguaje humano. Sus tesis son expuestas inicialmente en dos
ensayos Del lenguaje general y del lenguaje del hombre (1916), y la tarea del traductor (1921)
complementados con otros dos escritos de 1933, Doctrinas de lo semejante y Sobre la capacidad
mimtica cf. Benjamin, W.( 2001). Sobre El lenguaje En General Y Sobre El lenguaje De los
Humanos. in: Benjamin, Walter. Para una Crtica De la Violencia y otros ensayos. Iluminaciones IV.
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puta poltica donde se deslindan las formas polticas de resistencia. la mmesis tam-
bin juega un papel relevante en el aprendizaje y en la reproduccin creativa de
estas nuevas formas de resistencia adaptadas a contextos y coyunturas diferentes.
incluso, las formas de emancipacin contemporneas tambin utilizan tcnicas
mimticas que reproducen tcticas de accin y tcnicas alternativas a los dispositi-
vos de control dominantes. la reproduccin creativa de las formas de resistencia
posibilita adaptar tipos de accin a coyunturas diferentes y reproducir innovadora-
mente tcticas diferentes en contextos diferentes. la versatilidad de los movimien-
tos sociales contemporneos obedece mucho a su capacidad mimtica de reprodu-
cir creativamente antiguas tcticas de accin en nuevos contextos polticos.
la condicin paradjica de la mmesis posibilita sus diversos modos de ser
impidiendo el reduccionismo unilateral. El punto crtico de la mmesis no se
encuentra en la disyuntiva de elegir entre alguna de sus posibilidades histricas,
sino en la potencialidad abierta por la tensin agonstica que la atraviesa. Esta pers-
pectiva nos permite comprender su naturaleza histrica, sin que por ello el sentido
de la mmesis se agote en la mera descripcin sociolgica de sus modos de ser. Su
potencia se manifiesta en el eje tensional que le permite constituirse histricamen-
te como potencialidad de la accin humana que cristaliza de formas diversas, inclu-
so contradictorias. No hay una verdad nica de la mmesis, o una mmesis verdade-
ra e otra falsa, sino que la condicin paradjica le permite expresarse en algunos
casos como imitacin alienante de sombras y en otros como imitacin creativa de
semejanzas. la verdad de la mmesis no est en una de las disyuntivas, sino en la
posibilidad de crear disyuntivas o de crearse histricamente como una forma hist-
rica diferente. la condicin paradjica del ser humano hace posible que la mmesis
se exprese como convergencia tensional capaz de asimilar al otro mimticamente o
prctica que le permite distinguirse de l a travs de la diferenciacin mimtica. las
repercusiones tico-polticas de esta perspectiva agonstica quedan evidentes, as
como sus implicaciones estticas.

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Castor M. M. Bartolom ruiz


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