Espana Espacio Real e Imaginado PDF
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ESPACIO Y TEXTO
EN LA CULTURA FRANCESA
ESPACE ET TEXTE
DANS LA CULTURE FRANAISE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
NGELES SIRVENT RAMOS (ED.)
ESPACIO Y TEXTO
EN LA CULTURA FRANCESA
ESPACE ET TEXTE
DANS LA CULTURE FRANAISE
COMIT DE EDICIN
Marina Aragn Cobo - Jos Luis Arrez Llobregat - Mireia Carol Gres
Maribel Corb Sez - Vctor D. Domnguez Lucena - Mercedes Eurrutia Cavero
ngeles Llorca Tonda - Mireia Lpez Sim - Amelia Peral Crespo
Montserrat Planelles Ivez - Fernande Ruiz Quemoun
M. Carmen Serrano Belmonte - ngeles Sirvent Ramos - Chistine Verna Haize
UNIVERSIDAD DE ALICANTE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Para la realizacin de la presente publicacin se ha contado con ayudas econmicas
procedentes de las siguientes instituciones:
Ministerio de Ciencia y Tecnologa. Plan Nacional de Investigacin Cientfica,
Desarrollo e Innovacin Tecnolgica. Accin Especial con n. de referencia: BFF2002-10802-E.
Asociacin de Profesores de Francs de la Universidad Espaola (APFUE).
Enumeracin de palabras clave: Espacio, texto, cultura francesa, literatura francesa, espacio auto-
biogrfico, espacio femenino, teora literaria, lingustica francesa, lengua francesa, FLE, lengua
francesa especializada, espacios multimedia, traduccin francesa, Alicante, ngeles Sirvent,
Universidad de Alicante.
Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperacin de la informacin,
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NDICE
TOMO I
ESPACIOS REALES. ESPACIOS IMAGINARIOS
ESPACES RELS. ESPACES IMAGINAIRES
INTRODUCCIN ............................................................................... 29
ngeles SIRVENT RAMOS
EL YO, ESE PARAJE... LE MOI, CE LIEU-DIT ............................... 33
Javier DEL PRADO BIEZMA
1. LOS ESPACIOS IMAGINARIOS: LA CONSTRUCCIN DE
UN ESPACIO FEMENINO, ESPACIO AUTOBIOGRFICO,
ETC. LES ESPACES IMAGINAIRES: LA CONSTRUCTION
DUN ESPACE FMININ, ESPACE AUTOBIOGRAPHIQUE,
ETC. .............................................................................................. 55
LE DPAYSEMENT (OU LE NON-ESPACE) CHEZ DURAS ...................... 57
Emma LVAREZ PRENDES
LESPACE IMAGINAIRE DE LAMOUR LESBIEN DANS LUVRE POTI-
QUE DE R. VIVIEN ........................................................................... 69
Claude BENOT MORINIRE
EL DISCURSO LITERARIO EN LA OBRA DE PATRICK MODIANO ........... 81
Juan Pablo BORDA LAPBIE
MUJERES MAXIMALISTAS ................................................................ 95
Rosa DE DIEGO MARTNEZ - Lydia VZQUEZ MOLINA
ET SIL Y AVAIT ENCORE UN VENTRE? LART DE GRANDIR DE
CLAUDE DARBELLAY ...................................................................... 105
M. Carmen GARCA CELA
MARGUERITE YOURCENAR OU LE REFOULEMENT DU FMININ .......... 119
Manuela LEDESMA PEDRAZ
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8 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 9
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10 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 11
TOMO II
EL ESPACIO EN LA TEORA LITERARIA
Y LA LITERATURA FRANCESAS
LESPACE DANS LA THORIE LITTRAIRE
ET LA LITRATURE FRANAISES
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12 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 13
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14 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 15
TOMO III
EL ESPACIO EN LA LINGSTICA
Y LA TRADUCCIN FRANCESAS
LESPACE DANS LA LINGUISTIQUE
ET LA TRADUCTION FRANAISES
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16 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 17
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18 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 19
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TOMO I
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NDICE
TOMO I
ESPACIOS REALES. ESPACIOS IMAGINARIOS
ESPACES RELS. ESPACES IMAGINAIRES
INTRODUCCIN ............................................................................... 29
ngeles SIRVENT RAMOS
EL YO, ESE PARAJE... LE MOI, CE LIEU-DIT ............................... 33
Javier DEL PRADO BIEZMA
1. LOS ESPACIOS IMAGINARIOS: LA CONSTRUCCIN DE
UN ESPACIO FEMENINO, ESPACIO AUTOBIOGRFICO,
ETC. LES ESPACES IMAGINAIRES: LA CONSTRUCTION
DUN ESPACE FMININ, ESPACE AUTOBIOGRAPHIQUE,
ETC. .............................................................................................. 55
LE DPAYSEMENT (OU LE NON-ESPACE) CHEZ DURAS ...................... 57
Emma LVAREZ PRENDES
LESPACE IMAGINAIRE DE LAMOUR LESBIEN DANS LUVRE
POTIQUE DE R. VIVIEN .................................................................. 69
Claude BENOT MORINIRE
EL DISCURSO LITERARIO EN LA OBRA DE PATRICK MODIANO ........... 81
Juan Pablo BORDA LAPBIE
MUJERES MAXIMALISTAS ................................................................ 95
Rosa DE DIEGO MARTNEZ - Lydia VZQUEZ MOLINA
ET SIL Y AVAIT ENCORE UN VENTRE? LART DE GRANDIR DE
CLAUDE DARBELLAY ...................................................................... 105
M. Carmen GARCA CELA
MARGUERITE YOURCENAR OU LE REFOULEMENT DU FMININ .......... 119
Manuela LEDESMA PEDRAZ
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24 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 25
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26 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 27
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INTRODUCCIN
A Sartre y Barthes
en el vigsimo quinto aniversario de su fallecimiento
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30 ngeles Sirvent Ramos
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Introduccin 31
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32 ngeles Sirvent Ramos
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EL YO, ESE PARAJE... LE MOI, CE LIEU-DIT
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34 Javier del Prado Biezma
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 35
Me expanda an me expando;
desataba mis miembros,
dejaba las lianas,
tejidas con silogismos finos y apretados,
como cordones de oro y seda,
sobre el mrmol del porche,
y me expanda.
Mis cascos acerados hundan sus races por la tierra,
evitando el cascote,
ese bulto que esconde su terquedad obtusa,
reacio a la caricia,
ajeno al riego
del agua y la saliva,
persiguiendo el mantillo negro y hondo,
y a falta de mantillo,
filtrando por las grietas y los poros ms angostos
mi vocacin de amor
y de palabra,
cada vez que mis cascos,
rtmicos, retumbaban en el suelo.
Era.
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36 Javier del Prado Biezma
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 37
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38 Javier del Prado Biezma
y simblica ascensin o, empleando en valor que el trmino tiene en Qumica, hacia su diso-
lucin area de la materia slida o lquida.
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 39
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40 Javier del Prado Biezma
13 Poema Lillet.
14 Le dsir de Giacometti, in Le nuage rouge, Paris, Mercure de France, 1999.
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 41
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42 Javier del Prado Biezma
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 43
Lart aujourdhui? Est-il besoin de le dire, une bonne part de ce dont il rve
ne me touche quintellectuellement comme une invention, comme une
audace, mais sur des plans o je vois bien quon ne fait que remuer le nant,
comme font les vagues, le sable, et pour nous prendre dans sa torpeur, pour
porter le dsert plus avant encore. Loubli saggrave, par exemple, chaque
fois que lartiste prfre les signes dont il dispose aux rfrents quils
taient faits pour connatre...17.
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44 Javier del Prado Biezma
18 Selon la belle formule de J.-P. Richard, dice Joel Loeher, en Ruines crites et
criture de soi; Potique, fvrier 2003.
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 45
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46 Javier del Prado Biezma
Cette catgorie qui a trait notre rapport au monde, mais aussi la socit,
dice [y hago observar cmo la definicin del yo se lleva a cabo en funcin
de ese rapport transcendente y no en funcin de una reflexin autotlica del
yo sobre s mismo], [cette catgorie], cest celle du lieu que je propose
dentendre comme nom, simplement, un fragment despace, mais comme
ce point dans lespace o notre attention se porte et se voit retenue, par
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 47
22 Ibid., p. 370, 1.
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48 Javier del Prado Biezma
de espacio del yo, en singular, luego veremos por qu, sino de espacios, en
plural, de los mltiples espacios del yo el singular nos remitira a la
abstraccin de todo absoluto, es decir, de nuevo a la mistificacin del
espritu, de la ausencia), puede que su perennidad como en los alrede-
dores de los pueblos, en los que a pesar de que haya mucho campo,
muchos paisajes incluso, slo existen unos cuantos lieux-dits que su
perennidad les venga de nuestra capacidad para nombrarlos, para con-
vertir la historia que los ha sacralizado en una palabra, en una expresin
que, al mismo tiempo que los resume, que los condensa, los trasciende:
pues la parole ne devient pas monde (creerlo sera una mistificacin deri-
vada, de manera perversa, del mito que hemos querido abandonar, el del
verbo que se hace carne aunque en secreto y sin querer aceptarlo,
seguimos viviendo de los fluidos simblicos que fluyen de esta carne de
dios), sino que es el mundo, la carne, la que se hace palabra, es decir, verbo,
en una poderosa inversin, como gesto de amor del hombre perecedero,
putrescible, hacia su propio sueo de inmortalidad.
El yo, esa conciencia que guarda memoria amorosa de s misma, no es
sino una sucesin, a veces a salto de mata o de roca, de lieux-dits: magnfica
evolucin de Butor que al final de su escritura va dejando por sus textos, en
vez de las ancdotas que componen las historias que, como gestos de la
energa de la aoranza o del deseo estn condenadas a desaparecer, la des-
cripcin de los lugares en los que estas ancdotas han ocurrido o podran
ocurrir, ofrecindonos esa magnfica serie titulada Le gnie du lieu.
Ahora bien, no quisiera que mi reflexin recuperara, al menos en la con-
ciencia de los que me estis leyendo, la prioridad de la palabra, la prioridad
del signo (lieu-dit, luoco detto, en italiano) sobre la cosa, la prioridad de la
ficcin sobre la historia, la prioridad de la abstraccin sobre la vida sobre
el ser. Para que haya lieu-dit es preciso, primero que haya lieu, luego una his-
toria, un gesto o una ancdota, y, finalmente, que se le nombre en funcin
de ese locus y en funcin de esa historia; es decir, que haya palabra; de no
ser as, el yo caera de nuevo en el espacio inmaterial, metafrico, de todas
las mistificaciones de la metforas de la ausencia: de la verdadera vida
ausente. Caera en el espejismo del ser considerado como tensin de exis-
tencia (en el espectro de esa falsa ontologa de los que se consideran ele-
gidos, distintos, llamados, convocados (por quin?, se pregunta Kundera,
en La verdadera vida est allende), ajenos a la vida, comn, a la vida,
vulgar, de los dems esos santos, esos artistas, esos hroes, en vez de
considerar el ser, en humildad, como plenitud de vida en plenitud de vida,
primero biolgica e individual, en el placer, y, luego, social y plural, en el
amor: esa capacidad que tiene el ser de condensar toda la vida, como si fuera
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 49
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50 Javier del Prado Biezma
23 Los caballos del sueo, Barcelona, Anagrama, 1989, p. 218. Cf. pp. 215 ss.
24 Madrid, Palas Atenea, 1990.
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 51
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52 Javier del Prado Biezma
25 I love me, reza, en torno a un bello cuerpo de mujer desnuda, un anuncio de cosm-
tica (el gran ritual del hombre moderno degenerado en puro bien estar autotlico).
26 Ttulo del libro de Starobinski, pequea joya de 80 pginas, sobre Baudelaire: Paris,
Collge de France Julliard, 1989.
27 Inmenso artefacto espiritual que se ha quedado sin objeto, sin funcin que cubrir:
el origen existencial y metafsico del Tedio, de lEnnui mallarmeano.
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El yo, ese paraje le moi, ce lieu-dit 53
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
BONNEFOY, Y., Le dsir de Giacometti, Terre seconde, in Le nuage
rouge, Paris, Mercure de France, 1999.
CHATEAUBRIAND, F.-R. de, Mmoires doutretombe, v. IV, Paris,
Gallimard, coll. La Pliade.
JANS, Cl., Los caballos del sueo, Barcelona, Anagrama, 1989.
LOEHER, J., Ruines crites et criture de soi, in Potique, fvrier 2003.
PRADO, J. del, La funcin potica: El problema del referente, in
GARRIDO, M.A. (coord.), Teora semitica, Lenguajes y Textos hisp-
nicos, Actas del Congreso Internacional de la Sociedad espaola de
Semitica, Madrid, 1983.
Para leer a Proust, Madrid, Palas Atenea, 1990.
Cuerpo nombrado cuerpo abolido, in El imaginario del cuerpo.
Homenaje a ngel Chiclana, Universidad Complutense de Madrid,
2001.
El yo y la creacin de su morada in PREZ, C. - CABALLOS, M. G.
(eds.), Creacin espacial y narracin literaria, Sevilla, 2001, pp. 17-35.
La frontera interior, Revista de Filologa Romnica, vol. 19, 2002,
pp. 269-289.
La palabra y su habitante, Madrid, La Discreta, 2003.
RICHARD, J.-P., Posie et profondeur, Paris, Seuil, 1955.
tudes sur le Romantisme, Paris, Seuil, 1970.
Terrains de lecture, Paris, Gallimard, 1996.
SERRES, M., Atlas, Paris, Julliard, 1994.
STAROBINSKI, J., La mlancolie au miroir, Paris, Collge de France-
Julliard, 1989.
WAHL, J., Posie, pense, perception, Paris, Calmann-Lvy, 1948.
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1. LOS ESPACIOS IMAGINARIOS:
LA CONSTRUCCIN DE UN ESPACIO
FEMENINO, ESPACIO AUTOBIOGRFICO, ETC.
LES ESPACES IMAGINAIRES:
LA CONSTRUCTION DUN ESPACE FMININ,
ESPACE AUTOBIOGRAPHIQUE, ETC.
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LE DPAYSEMENT
(OU LE NON-ESPACE) CHEZ DURAS
INTRODUCTION
Marguerite Duras pourrait tre considre comme un clair exemple de ce
que lon appelle le double je, cest--dire, une personne qui, sa culture
et sa langue dorigine, juxtapose une autre culture et une autre langue dif-
frentes. Sauf que dans ce cas lexemple est relativement paradoxal, car ce
quon devrait entendre par culture et langue dorigine et ce quon devrait
entendre par culture et langue a posteriori acquises nest pas tout fait clair.
Duras est ne en Indochine, mais ses racines viennent dun autre et lointain
continent. Chez elle, au lieu de se succder dans le temps comme cest le cas
habituellement ont cohabit, et cela ds sa naissance, deux civilisations.
Malgr ce double point de dpart, spatial et identitaire, elle a souvent pens
que, dans sa vie, il lui manquait un vritable point dattache au monde.
Ce dpaysement initial, doubl dun autre type de dracinement encore
plus fort, plus marqu chez elle le dracinement d labsence dun
espace familial effectivement constitu en tant que tel eut son tour
comme consquence quon puisse conclure que, de sa vie, le seul espace
quelle aura vraiment habit sera elle-mme, sa propre personne, et la pro-
jection que de celle-ci elle a imprim son criture. Sa personne, ou plutt
son personnage, sera donc une trace que lon retrouvera partout dans son
oeuvre, ainsi que le principal lien de cohsion de celle-ci. Nous ajouterions
aussi que la littrature, le mtier dcrivain, ne fut en ralit pour elle que la
mthode qui lui a permis de partir la qute de sa vritable identit; un essai
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58 Emma lvarez Prendes
LE DPAYSEMENT GOGRAPHIQUE
Marguerite Donnadieu, dite plus souvent Marguerite Duras, est ne en 1914
en Indochine, Gia Dinh, une ville toute proche de Saigon, au sud de lac-
tuel Vietnam. Les parents Donnadieu, Franais de souche, avaient quitt la
mtropole, chacun de son ct, pour venir sy installer, anims dun vif sen-
timent de reconnaisance des bienfaits de laventure coloniale, porteuse,
selon eux, dun avenir meilleur, et passionns par leur mtier denseignants.
Marguerite Duras est ne l-bas et toute son enfance et adolescence, jus-
qu lge de dix-huit ans (mis part un bref sjour en France), se sont
droules en Indochine, entre ces deux mondes si diffrents quelle tchera
de toutes ses forces dassembler: celui dorigine, cest--dire, la commu-
naut blanche franaise, et celui dadoption, celui de la culture et de la civi-
lisation vietnamiennes, annamites. En effet, malgr son appartenance
gntique la socit coloniale, tant Marguerite que ses frres vivaient
comme de vritables Vietnamiens: ils parlaient vietnamien (au point de
passer le bac dans cette langue-l), ils mangeaient vietnamien, refusant la
nourriture occidentale, la viande rouge des steaks en locurrence1, lorsquils
y seront confronts, ils jouaient avec des compagnons annamites
(Marguerite dira navoir eu que des amies vietnamiennes jusqu lge de
quatorze, quinze ans2; ils passaient des journes entires dans la fort, mar-
chant pieds-nus, etc.:
[...] dune libert totale, je nai jamais vu des enfants aussi libres que nous
(mon frre et moi) [...]. On restait parti des journes entires dans la fort.
On chassait [...]. a fait des enfances trs diffrentes de celles dici. On tait
plus des Vietnamiens [...] que des Franais. [...] Nous, on parlait le vietna-
mien, comme des petits Vietnamiens, on ne mettait jamais des souliers, on
vivait moiti nus, on se baignait dans la rivire[...]. En somme, on tait de
l-bas, de la brousse vraiment3.
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Le dpaysement (ou le non-espace) chez Duras 59
Vous tes dans un milieu, dans un espace donn, vous tes n dans le
milieu, vous parlez la langue du milieu, etc. [...], et puis on vous apprend
que vous ntes pas Vietnamienne, et quil faut cesser de voir des petits
Vietnamiens parce que cest pas des Franais et quil faut mettre des sou-
liers, quil faut manger des steaks-frites et puis pas se conduire aussi mal,
quoi6.
Non, nous navions pas faim, nous tions des enfants blancs, nous avions
honte, nous vendions nos meubles, mais nous navions pas faim, nous
avions un boy et nous mangions parfois, il est vrai, des saloperies [...], mais
ces saloperies taient cuites par un boy et servies par lui et parfois aussi
nous les refusions, nous nous permettions ce luxe de ne pas vouloir
manger9.
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60 Emma lvarez Prendes
Plus tard dans sa vie, elle ralisera que cette appartenance proclame
la race, ou plutt la nationalit franaise, et tout ce qui allait avec elle, tait
en ralit fausse10. Et ce sera peut-tre cause de ce malaise, spatial et exis-
tentiel, originel quelle se sentira par la suite plus proche du colonis que du
colonisateur, quelle apprciera sidentifier aux opprims, ceux qui souf-
frent, tant dans la vie comme dans ses livres. Do peut-tre aussi le carac-
tre ou la nuance sociale quon retrouve dans la plupart de ses uvres.
Ce ne sera qu lge de dix-huit ans que surviendra la rupture totale,
dfinitive davec son pays natal. Le dpaysement sera brutal, absolu. Tout
changera pour elle: les paysages, les odeurs, les us et les coutumes, la nou-
rriture, les habits,... Tout. Mme la mre semblera sen rendre compte; elle,
qui avait dj eu lexprience dun autre monde, celui de la mtropole, pr-
viendra sa fille: jamais de sa vie elle ne reverra, par exemple, des fleuves
aussi beaux que ceux-l, aussi grands, aussi sauvages que le Mkong...11.
Toutes les deux taient pleinement conscientes que quelque chose se perdait
pour de bon.
son arrive en France, tout lui sera nouveau, tranger; elle ne recon-
natra plus rien autour delle. Elle sera elle-mme une trangre; une tran-
gre dans son propre pays, ou du moins, dans le pays dont elle avait la
nationalit et o se trouvaient ses origines familiales. Suite ce dcalage
gographique, elle dclarera ne plus avoir de pays natal, car lun, elle vient
de le perdre, et lautre, il naura jamais exist en tant que tel pour elle. Duras
affirmera mme ne plus avoir pens lenfance aprs son dpart tellement
ce dernier avait t douloureux12. Pourtant, elle sera accueillie bras ouverts
ds le premier moment de son arrive en France; mais, encore une fois, elle
refusera cette tentative dadoption, de colonisation de la part du pays enva-
hisseur.
Ainsi, lIndochine demeurera pour elle une sorte de monde rv ou de
paradis perdu, son Arcadie elle, le Jardin du Bien dont elle fut exclue13. Ce
paradis, perdu, le sera non seulement dun point de vue physique mais aussi
temporel: cette Indochine, lIndochine coloniale et lIndochine colonise,
disparatra avec Duras. Quand, des annes plus tard, Laure Adler prparera
sa biographie, Duras lui dira de ne pas aller au Vietnam, car elle ny trouve-
rait rien mais, plutt, daller voir la Seine quelque trente kilomtres de
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le dpaysement (ou le non-espace) chez Duras 61
Paris, l o elle fait une boucle et les feuilles font un lit sur la rive et o la
terre devient spongieuse. Cest pas comme le Mkong. Cest le Mkong14.
On pourrait affirmer en somme que, de son propre point de vue, elle na
jamais eu de patrie15.
Et on pourrait mme aller jusqu dire que cest cause de ce double
dpaysement (celui, dabord, vcu en Indochine, et celui daprs, vcu la-
rrive en France), en raison de labsence dun espace gographique de ratta-
chement la Terre (et aussi la terre) quest ne sa volont de devenir
crivain. Toute lcriture dpend dune recherche de lespace aussi bien que
du temps perdus, avouera-t-elle un jour16. Ce temps et cet espace perdus
seront bien sr ceux dune enfance qui deviendra la pierre angulaire de son
uvre: Rien en dehors de mon enfance17 ninspirera ses romans. Elle ne
retournera quune seule fois en Indochine, mais si paradoxal que cela puisse
paratre, elle ne quittera jamais pour autant ces terroirs de lenfance : Ce
nest pas parce quon se dplace quon est coup de son enfance [...]. Le lieu
natal que jai, il est pulvris. Et si vous voulez, a, a ne me quitte jamais18.
Interminablement lenfance, disait Stendhal; Duras lui donne raison. Son
importance dans loeuvre et la vie de cette dernire ne sera peut-tre jamais
bien mesure. Tout ce que jai vcu aprs ne sert rien19, dira-t-elle encore.
Cependant, il ne conviendrait pas non plus de ngliger que malgr son
haut degr dassimilation aux populations et cultures indignes, Duras res-
tait une Occidentale en Orient, et que lIndochine, terre exotique pour les
Occidentaux, a t pour elle aussi, en plus du lieu de son veil la vie et du
foyer du dsir de devenir crivain, un important instrument de connaissance;
une sorte de miroir complexe qui lui permettra de se regarder elle-mme
travers le regard des autres, de dcouvrir ainsi, jeune, ce quest laltrit, sa
diffrence par rapport aux autres, lAutre.
Lexprience asiatique restera alors incontournable dans la vie de lau-
teur. Elle sera dcisive tant pour lindividu que pour lartiste20, au point que
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62 Emma lvarez Prendes
LE DTACHEMENT FAMILIAL
cet exil-l, gographique et social, il faudrait ajouter encore un autre quon
a galement voqu; un dpaysement de nature trs diffrente cette fois-ci,
mais beaucoup plus important pour lauteur, plus profond et intime aussi.
Cest un cartelement particulier, car il ne se rattache pas ncessairement
un temps ou un endroit prcis: cest lexil de la famille; cette famille, foyer
des premires annes de la vie de ltre humain, espace de son panouisse-
ment. La famille, en somme, comme mtaphore dun lieu vital.
Duras sera galement exclue de cet espace; ou plutt elle ny aura jamais
appartenu. Le havre de paix et de bonheur quaurait d tre le noyau fami-
lial, elle ne laura jamais connu. la disparition du pre mort un trs jeune
ge, dont Marguerite ne gardera quune seule photo comme souvenir, mort
qui marquera par ailleurs le point de dpart de la dsintgration familiale,
viendra sajouter la continuelle maladresse de la mre: la dtresse grer la
famille, lchec de lentreprise du barrage contre le Pacifique, la prdilec-
tion insense pour le fils an, les, de plus en plus frquents, accs de folie,
etc. La mre, la salet, ma mre, mon amour21, toujours la mre; voil le
thme omniprsent et obsdant de loeuvre durassienne.
Marguerite, trs petite, ressentira le rejet maternel et en souffrira toute sa
vie, car la prfrence marque de la mre pour le fils an, le voyou, le
chasseur de la nuit, mais toujours lobjet de son amour22, ne changera
point du vivant de celle-ci. Mme sa mort la mre demandera tre ente-
rre avec le fils an, celui qui battait ses autres enfants, celui qui lui volait
de largent, celui qui lavait presque entirement dpouille. Pour sa seule
fille, cette ultime image des deux corps, celui de la mre vnre et celui du
frre abhorr, eux deux seulement, dans la mme tombe sera dune intol-
rable splendeur23.
De sa vie, elle dira ne pas avoir crit, croyant le faire, ne pas avoir
aim, croyant le faire, navoir jamais rien fait quattendre devant la porte
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le dpaysement (ou le non-espace) chez Duras 63
ferme24, celle de lamour maternel... Mais tous ses efforts dans ce sens-l
seront vains. titre dexemple, nous citons le premier de ses romans qui a
connu une certaine notorit, Un barrage contre le Pacifique, par lequel
Duras voulait rendre justice et hommage cet tre maternel, seul et
dpourvu, qui avait t tromp par les agents du cadastre colonial; la mre,
elle, prendra cette oeuvre comme laveu public de son incapacit mener
bien un ngoce quelconque; pour elle, ce livre sera un affront, la honte la
plus totale.
La mre, comme figure aussi autour de laquelle sarticulait tout le noyau
familial o, mis part le dvouement de Marguerite pour son petit frre,
lenfant diffrent, et inversement, se tissaient de complexes relations da-
mour-haine entre tous les membres:
Je crois avoir dit lamour que lon portait notre mre mais je ne sais pas
si jai dit la haine quon lui portait aussi et lamour quon se portait les uns
les autres, et la haine aussi, terrible, dans cette histoire commune de ruine
et de mort qui est celle de cette famille dans tous les cas, dans celui de la-
mour comme dans celui de la haine25.
Une histoire qui restera inaccessible pour Marguerite, qui dpassera tou-
jours son entendement, peut-tre cause de la force tellement inoue des rap-
ports existant entre les diffrents acteurs:
Jamais bonjour, bonsoir, bonne anne. Jamais merci. Jamais parler. Jamais
besoin de parler. [...] Cest une famille en pierre, ptrifie dans une pais-
seur sans accs aucun. Chaque jour nous essayons de nous tuer, de tuer.
Non seulement on ne se parle pas mais on ne se regarde pas [...]. Regarder
cest avoir un mouvement de curiosit vers, envers, cest dchoir. Aucune
personne regarde ne vaut le regard porte sur elle. [...] Le mot conversa-
tion est banni. Toute communaut, quelle soit familiale ou autre, nous est
hassable, dgradante26.
24 Ibid., p. 35.
25 Ibid., p. 34.
26 Ibid., p. 69.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
64 Emma lvarez Prendes
Nous sommes ensemble dans une honte de principe davoir vivre la vie.
Cest l que nous sommes au plus profond de notre histoire commune, celle
dtre tous les trois des enfants de Ftte personne de bonne foi, notre mre,
que la socit a assassine. [...] cause de ce quon a fait notre mre si
aimable, si confiante, nous hassons la vie, nous nous hassons27.
Cest l, [...], la fin des choses de cette famille, cest l que je vois claire-
ment la folie pour la premire fois. Je vois que ma mre est clairement folle.
Je vois que D et mon frre ont toujours eu accs cette folie. Que moi,
non, je ne lavais jamais encore vu. Que je navais jamais vu ma mre dans
le cas dtre folle. Elle ltait. De naissance. Dans le sang28.
27 Ibid., p. 69.
28 Ibid., p. 40.
29 Ibid., p. 34.
30 Ibid., p. 32.
31 Ibid., p. 70.
32 ADLER, L., op. cit., p. 83.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le dpaysement (ou le non-espace) chez Duras 65
lieu33, quoique l non plus elle nait jamais t accepte, mais ce sera l
aussi o elle deviendra le plus profondment assure delle-mme: Au
plus profond de ma certitude essentielle, savoir que plus tard jcrirai34.
Lcriture, la fois comme salut et comme catharsis.
vivre comme a, comme je vous dis que je vivais, dans cette solitude,
la longue il y a des risques quon encourt. Cest invitable. Ds que ltre
humain est seul il bascule dans la draison. Je le crois: je crois que la per-
sonne livre elle seule est dj atteinte de folie parce que rien ne larrte
dans le surgissement dun dlire personnel35.
Toute sa vie elle craindra de basculer dans la folie36, cette folie quelle
savait si proche delle ayant envahi dj sa mre. La folie, encore lun des
thmes propos desquels elle reviendra toujours dans ses uvres. Dans ses
rcits, la folie sera parfois ltat caractristique dun personnage qui provo-
quera la peur et, en mme temps, une certaine attirance (comme cest le cas,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
66 Emma lvarez Prendes
CONCLUSION
Au malaise initial succdera chez Duras la qute de sa propre identit
comme besoin inluctable pour sa survie; lcriture viendra sy ajouter
aprs comme rponse, ou plutt comme mthode permettant daccder la
rponse une telle qute. La boucle est boucle, et le tout partir dun seul
et unique point de dpart: lexil. Surtout de son exclusion originelle
dIndochine, mais aussi de lexil durassien de partout, de tous les espaces
gographiques, familiaux ou autres quelle aurait pu habiter. Lexil, un
thme qui a toujours t cher aux crivains, y compris cet auteur, car il qui-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le dpaysement (ou le non-espace) chez Duras 67
vaudrait aussi un drame qui ne finit jamais, une source donc dmotions
infinie, mme si dans le cas que nous examinons, plus quune exile, Duras
sera une trangre: toujours, elle viendra dailleurs bien que cet ailleurs
puisse se trouver nulle part dans le monde. Elle sera, en dfinitive, trangre
au monde.
Et si son dpaysement sera caus par cette absence dun espace de ratta-
chement au monde autre quelle-mme, nous concluons quil viendra prci-
sment du non-espace.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
Bibliographie de lauteur
DURAS, M., Un barrage contre le Pacifique, Paris, Gallimard, 1950.
Les Parleuses (entretiens avec Xavire Gauthier), Paris, Minuit, 1974.
Les lieux de Marguerite Duras, en collaboration avec Michelle Porte,
Paris, Minuit, 1977.
Les yeux verts, Cahiers du cinma, Paris, 1980.
LAmant, Paris, Minuit, 1984.
La vie matrielle, Paris, Gallimard, 1987.
LAmant de la Chine du Nord, Paris, Gallimard, 1991.
crire, Paris, Gallimard, 1993.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE IMAGINAIRE DE LAMOUR
LESBIEN DANS LOEUVRE POTIQUE
DE R. VIVIEN
Dans le fouillis dimages que le pote projette sur les choses, le lecteur cri-
tique peut dceler les rveries intimes qui hantent lesprit et la plume de
celui-ci au moment mme de la cration potique. Le pote, en effet, ne se
contemple pas indiffremment dans tous les spectacles de la nature, il va
dinstinct ceux qui lui offrent le symbole de ses tendances profondes1. Il
ne mentionne pas gratuitement les lieux, les pays, les latitudes, les objets, les
sensations qui lenvahissent au cours de ses rveries spatiales; au contraire,
il se laisse porter par ses affinits, ses attirances secrtes, sa compntration
affective ou sa rpulsion instinctive face aux choses et aux espaces qui expri-
ment symboliquement ses pulsions et ses sentiments les plus secrets. Ce
quil aime ou ce quil maudit a t lobjet dun choix qui le distingue et lui
confre une place toute spciale dans lensemble de son uvre potique.
Voici donc le terrain quil nous faudra tenter de dfricher, cet espace
imaginaire qui se dessine et prend forme sous ses aspects varis et chan-
geants, au long des diffrents recueils potiques de Rene Vivien, espaces
dans lesquels elle voque et fait revivre son amour pour ces belles jeunes
femmes quelle aime et pour lesquelles elle a compos la plupart de ses
pomes2.
1 MANSUY, M., Gaston Bachelard et les lments, Paris, Jos Corti, 1967, p. 29.
2 Cf. uvre Potique complte de Rene Vivien (1877-1909), d. de Jean Paul
Goujon, (1986), Paris, Rgine Desforges, p. 299. Toutes les rfrences au texte sont faites
cette dition.
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70 Claude Benot Morinire
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace imaginaire de lamour lesbien dans loeuvre potique de R. Vivien 71
inspire dune chanson norvgienne, qui oriente le rve potique vers les
froides contres nordiques:
Refrain
Comme un vol de cygnes sauvages,
Battement dailes vers le Nord,
Passe le vol des blancs nuages,
Chasss par la bise qui mord.
Rcit
Viens, nous respirerons les parfums de la neige.
Les brumes auront le bleu de tes regards froids.
Tes cheveux sont la nuit des sapins, et ta voix
Est lcho des sommets que la tempte assige (V.A., p. 208).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
72 Claude Benot Morinire
9 Voir les pomes: Les Sirnes (E.P., p. 133), Adieux la Sirne (Pomes
retrouvs, p. 460), et La Sirne (Id., p. 464).
10 Ondine
Ta forme fuit, ta dmarche est fuyante,
() Ta voix ruisselle ainsi quun flot perfide
Tes souples bras sont pareils aux roseaux (E.P., p. 48).
11 Parle-moi, de ta voix pareille leau courante ().
De ce timbre voil qui mattriste et menchante (E.P., p. 44, Sonnet).
12 Cf . La Fleur du Sorbier, Vois l-bas, tel un vol de blanches Valkyries / Les
nuages suivant leurs chemins inconnus (E., p. 103).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace imaginaire de lamour lesbien dans loeuvre potique de R. Vivien 73
LE RVE DE LORIENT
Toutefois, tandis que se dveloppe le mythe de la blonde sirne ou de la
vierge blanche et froide comme le lys, simultanment, un parfum dOrient
commence dj sinfiltrer dans tudes et prludes, laissant prsager lat-
traction irrsistible quil exercera par la suite sur limaginaire de Rene
Vivien. Ceci na rien de surprenant si lon se souvient de la vogue que con-
naissait un certain orientalisme littraire, hrit des romantiques et particu-
lirement exacerb cette poque13. On stonne encore moins quand on sait
quen fvrier 1900, la jeune fille achte Londres ldition critique de Sapho
donne en 1885 par H.T. Wharton, et que ce livre, selon J.-Paul Goujon, ne
tarde pas devenir pour elle une vritable Bible14. Dsormais, son contact
avec luvre de la potesse grecque ne sinterrompra plus15. Durant lt
1902, de nouveau Londres, elle sacharne de multiples traductions et
adaptations, et sidentifie chaque jour davantage lAde de Lesbos. Le 3
mars 1903, elle publie chez Lemerre Sapho, traduction nouvelle avec le texte
grec. Ce livre, loin de reproduire fidlement la pense, les vers et la person-
nalit de lauteur antique, en propose une image renouvele, plus moderne,
qui rpond davantage la conception propre que sest forge delle Rene
Vivien16.
Cette connaissance exhaustive et parfaite assimilation du texte de la po-
tesse de Lesbos va influencer et nourrir limaginaire de Vivien, qui, partir
de cette priode, introduit les thmes, les personnages, le contexte et le ton
des pomes grecs et les reformule dans son uvre.
13 Pour ne citer que ces cas bien connus, Colette et Missy jouent Songe dgypte, Les
turqueries de Loti enchanteront le public, Barrs est attir par lOrient, Anna de Noailles
revendique ses origines orientales
14 Cf. uvre potique complte, op. cit., Chronologie de J-P. Goujon, p. 30.
15 Lamour lesbien est devenu un thme populaire pour les hommes de lettres depuis
les ouvrages classiques de Balzac, Thophile Gautier, Baudelaire et Zola. Mais vers la fin du
XIXe sicle, il se produit un vritable engouement pour toutes les perversions. Toutefois,
cest Sapho qui occupe une place privilgie dans limaginaire de la Belle poque et qui se
maintient dans celui des annes folles.
16 Je prends ces informations dans lintroduction de ldition critique de Jean-Paul
Goujon (Id., p. 32).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
74 Claude Benot Morinire
17 Seule, une citation de Sapho, que Vivien orthographie Psappha est mise en
exergue du pome Aurore sur la Mer (E.P., p. 47).
18 Cf. DCAUDIN, M. - LEUWERS, D., De Zola Apollinaire; Littrature Fran-
aise, Paris, Arthaud, 1989, p. 132.
19 Dautres apparitions parses sont signaler: Lautomne sexaspre ainsi quune
Bacchante (C.P., p. 72)
20 Cf. uvre potique complte, op. cit., pp. 82, 94, 112-113, 134.
21 Lauteur prfre cette orthographe plus proche du grec que Sapho, cest pourquoi
elle lutilise en 36 occasions.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace imaginaire de lamour lesbien dans loeuvre potique de R. Vivien 75
tations mineures. Elle donne son titre au recueil Sapho publi en 1903, qui
dbute par lOde Aphrodita, chante par la voix de Sapho elle-mme, qui
implore la desse:
La voix nonciatrice sadresse tour tour aux filles de Lesbos, dont elle
clbre par ses chants lamour et la beaut. Lcho vocateur des noms de
ses disciples et amantes, Atthis, Eranna, Eunika, Anactoria, Dika, Timas,
Gorg, transporte le lecteur dans la ronde sonore des vierges du chur
auquel rpond dans un recueil postrieur celui des Kithardes22, ce
groupe de potesses grecques nommes Korinna, Thespia, Myrtis, Tlsilla,
Damophila, Tlsippa, Nossis, Erinna, Praxilla, qui clbrent, elles aussi, les
beauts de Lesbos et la gloire de Sapho.
Dans ce monde grec, le lieu sacr qui a vu natre la posie des amours
fminines, lle de Lesbos, devient le centre vital, le point nvralgique du
chant potique. Mais ce nest l que la reprsentation dune Grce imagi-
naire, littraire, telle que lont voque les potes. Le pome intitul Vers
Lesbos montre combien cette le est dsirable et favorable aux plaisirs des
sens. Les senteurs, les couleurs, les sonorits surtout, attirent la narratrice:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
76 Claude Benot Morinire
La fixation que dmontre lauteur pour Lesbos et, plus particulirement pour
Mytilne, se fait sentir dans tous les recueils potiques, partir de Cendres
et Poussires, jusqu Sillages, o, dans un texte dramatique bref Dans un
Verger, on narre la mort de Sapho. Ce sera la dernire vocation des lieux
mythiques de la posie de Vivien. Cette priode de production potique s-
tend de 1902 1908. Or, il est intressant de prciser que Rene Vivien,
pousse, sans doute, par les attirances gographiques de son imaginaire po-
tique et romanesque, avait ralis un premier voyage Mytilne en aot
1905, en compagnie de Natalie Barney. Aprs un court sjour lhtel de
Grande-Bretagne, sur le port de Mytilne, les deux amies dcidrent de louer
une villa entoure dun grand jardin et proche de la mer, dans le quartier de
lAklidiou. Ce fut, pour la jeune fille, une priode dintense bonheur23. Lors
dun sjour Nice et Monte-Carlo avec Helen de Zuylen, elle confiait
Krim, son admiratrice turque: Moi, je prfre mon verger de Mytilne
tous les Monte-Carlo du monde24. Cette le, dont elle avait tant rv, et
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace imaginaire de lamour lesbien dans loeuvre potique de R. Vivien 77
quelle avait si souvent imagine et dcrite dans ses pomes, devint pour elle
sa vritable patrie du cur et de lesprit. Comme lexplique Jean-Paul
Goujon dans son livre Rene Vivien Mytilne, ce premier voyage de Rene
et Natalie clbrait leurs retrouvailles et fut, pour elles, comme un pleri-
nage. Asile de leurs amours, Mytilne tait aussi pour les deux femmes un
symbole: le symbole de lamour et de la posie, un vritable lieu
magique25. Ceci explique lmotion religieuse et lenthousiasme sans borne
de lcrivain lorsquelle sinstalla au pays de ses rves.
Les sjours quelle fit dans lle, furent brefs mais frquents. Entre 1905
et 1909, elle y revint chaque anne, et mme, plusieurs reprises dans une
mme anne. Elle avait surnomm sa villa Paradis, entre la mer, le ciel et
la splendeur verdoyante du verger pleins de plantes odorantes, darbres,
de fleurs et doiseaux exotiques26. Ctait l le lieu idal pour oublier les
dceptions et les souffrances de la vie, un refuge pour son me tourmente,
le site naturel o elle pouvait jouir des nuits constelles dtoiles, du chant
des vagues et de la compagnie de la femme aime. Cest ainsi que Natalie
Barney voque ces moments privilgis: Lle entire soffrait nous
comme un lit ouvert: tendues au soleil sur de larges lits dalgues molles,
humant lair salin, nous continuions de rver sur cette rive murmurante de la
mer ge27.
Quand elle y retourna, la fin mai 1906, elle crivit son grand ami
Charles-Brun: Mon destin moi, fille du Nord, cest de menfoncer de plus
en plus dans la rverie orientale. Lespace imaginaire stait peu peu con-
fondu avec lespace rel; il avait modifi les coordonnes vitales de lauteur
car Vivien sen tait appropri et croyait pouvoir revivre le mythe de Sapho
dans lle vnre de Lesbos.
AU-DEL DE LESBOS
Pourtant, quelquefois, dans son uvre, le dcor saphique stend au-del de
Lesbos. On le trouve transport, de temps autre, travers les toponymes
que Sapho cite dans ses pomes: Piera, Kupros, Tlos, Eleusis, Tanagra, la
Crte, etc. On le retrouve mme jusquen Turquie, o, dans un cadre digne
des Mille et une nuits, lnonciatrice fait discrtement allusion la belle
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
78 Claude Benot Morinire
Krim Turkhan Pacha, amante turque de Vivien entre les annes 1904 et
1908:
Elle demeure dans son palais, prs du Bosphore, []
Jentre dans le palais baign par leau charmante
O lombre est calme, o le silence est infini,
O sur les tapis frais, plus quun herbage uni,
Glissent avec lenteur les pas de mon amante (F.E., p. 315).
28 mauresques jardins o dorment les fontaines., Nous irons vers les potes
(M.J., p. 258).
29 Cf. Souveraines (E., pp. 113-16).
30 Elle voyage au Japon avec sa mre en 1907.
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Lespace imaginaire de lamour lesbien dans loeuvre potique de R. Vivien 79
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
80 Claude Benot Morinire
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
Anthropos n 125, La autobiografa como literatura, arte y pensamiento,
octubre 1991.
BARNEY, N., Souvenirs indiscrets, Paris, Flammarion, 1960.
BENSTOCK, S., Mujeres de la Rive gauche, Paris 1900-1940, Barcelona,
Lumen, 1992.
FERLIN, P., Femmes dencrier, Paris, Christian de Bartillat, coll. Gestes,
1995.
GOUJON, J.-P., uvre potique complte de Rene Vivien. 1877-1909,
Paris, Rgine Dforges, 1986.
Rene Vivien (1877-1909). Essai de biographie et vues sur luvre. Thse
de doctorat, Universit de Sorbonne nouvelle (Paris III), 1983. Indit.
POUGY, L. de, Idylle saphique, Paris, dition des Femmes, 1987. [Premire
dition, Jean-Claude Latts, 1979].
SANDERS, V., La Posie de Rene Vivien, Amsterdam-Atlanta, Rodopi, G-
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VIVIEN, R., Une femme mapparut, Paris, Rgine Dforges, 1977.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL DISCURSO LITERARIO
EN LA OBRA DE PATRICK MODIANO
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
82 Juan Miguel Borda Lapbie
tiva y montona. En este sentido, afirmaciones del mismo autor, tales como
tengo la impresin de estar escribiendo desde hace treinta aos el mismo
libro o agoto un sueo3 no hacen sino corroborar el perfil de una produc-
cin novelesca entreverada en torno a una misma constante temtica, inspi-
rada, en parte, en la autobiografa y comparable a una misma msica con
distintas variaciones pero siempre emparentadas entre s. Tanto es as que el
lector apenas se percata del paso de un ttulo a otro, al inscribirse la escri-
tura modianesca como tendremos la ocasin de ver en trminos de un
discurso narrativo en permanente retroalimentacin intertextual, situado ms
all de las distintas unidades textuales correspondientes a cada una de las
novelas. Por otra parte, la intertextualidad forma cuerpo con unas coorde-
nadas no slo temporales memoria/antimemoria sino tambin espa-
ciales, base de la unidad ontolgica del hroe modianesco. Veremos, pues,
en este anlisis, cmo el espacio de la memoria en sus dos vertientes, nti-
mamente vinculado a una milimtrica topografa casi catastral, retomando
la frmula de Ezine4, en el mbito de la intertextualidad, puede llegar a com-
poner la arquitectura mtica de la produccin novelesca de Modiano. Este
aspecto constituir el objetivo de nuestro estudio, a travs del recorrido por
aproximadamante una veintena de obras del autor de Villa Triste.
3 Ibid., p. 8.
4 EZINE, J.-L., Modiano, lhomme du cadastre, in Magazine Littraire, mai 1995,
pp. 63-64.
5 MODIANO, P., Voyage de noces, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996, p. 97.
6 Hutte y yo hablbamos a menudo de esos seres cuyas pistas se porran. Un buen
da surgen de la nada y vuelven a ella, tras haber brillado como lentejuelas (MODIANO, P.,
Rue des Boutiques Obscures, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996, p. 31).
7 Nuestra memoria se asienta sobre un mecanismo similar al de la Polaroid [...] Su
recuerdo haba estado invernando y de repente surgi al inicio de esa primavera de 1992
(MODIANO, P., Chien de printemps, Paris, Seuil, coll. Points, 1995, p. 17).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso literario en la obra de Patrick Modiano 83
8 El hroe modianesco se define ante todo como parte integrante del espacio, al igual
que ha de serlo el fotgrafo, tal como podemos aperciarlo en esta reflexin: [Jansen] pen-
saba que un fotgrafo debe fundirse al decorado y hacerse invisible para trabajar mejor y
captar, como l deca, la luz natural (op. cit., p. 113).
9 MODIANO, P., Une jeunesse, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1995, p. 36.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
84 Juan Miguel Borda Lapbie
Estas Atlntidas que tanto abundan en el discurso del autor, nos revelan
como el espacio no slo se inserta en un marco real y presente lugares que
han sobrevivido a un pasado cargado de recuerdos tales como la calle de las
Boutiques Obscures, la plaza de lEtoile, el bulevar Saint-Michel... sino
tambin ausente, como en el caso del VeldHiv que acabamos de ver, la
calle Delaizement, el hotel de Verdun...
Como otros muchos antes que yo, creo en las coincidencias y a veces en un
don de videncia en el novelista. Se trata simplemente de algo que forma
parte del oficio: el esfuerzo de imaginacin necesario para este trabajo, la
necesidad de fijar la mente en pequeos detalles, todo ello de manera obse-
siva, con el fin de no perder el hilo y no dejarse arrastrar por la pereza. Toda
esta tensin, esta gimnasia cerebral puede sin duda provocar a la larga
breves intuiciones acerca de acontecimientos pasados o futuros, como
seala el diccionario Larousse en videncia13.
10 MODIANO, P., Des Inconnues, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1999, p. 137.
11 MODIANO, P., Chien de..., op. cit., p. 43.
12 MODIANO, P., Vestiaire de lenfance, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1992, p. 12.
13 MODIANO, P., Dora Bruder, Paris, Gallimard, coll. Folio, 2002, p. 53.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso literario en la obra de Patrick Modiano 85
14 En todas las novelas de Modiano, el trmino vaco (vide), junto con los relacio-
nados con el refernte de la memoria, se repite una y otra vez, no slo con respecto al presente
sino tambin al pasado. Se puede afirmar de este modo que el espacio mtico del autor corres-
ponde, ante todo, a un espacio del vaco. Dicho espacio alcanza su mxima expresin en
Dimanches daot. El vaco, asociado en la novela a la podredumbre, llegar incluso a con-
ferirle algunos rasgos naturalistas prximos a la escritura de Zola. En la parte del libro situada
en la Marne se puede apreciar incluso una clara intertextualidad con Thrse Raquin.
15 BEAUMARCHAIS, J.-P. - COUTY, D. - REY, A., Dictionnaire des crivains de
langue franaise, Paris, Larousse, 2001, p. 351.
16 MODIANO, P., Rue..., op. cit., p. 12.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
86 Juan Miguel Borda Lapbie
De este modo, los dos lugares que haban sido para l como los centros de
gravedad de la vida de sus padres ya no existan. Una angustia le clav en
el suelo [...] Aquella noche so que Pars era un espacio negro, slo ilumi-
nado por dos luces: el VeldHiv y el Tabarin19.
17 MODIANO, P., Quartier perdu, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1999, p. 182.
18 MODIANO, P., Villa triste, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996, p. 104.
19 MODIANO, P., Une jeunesse, op. cit., p. 72.
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El discurso literario en la obra de Patrick Modiano 87
Me pareca que nunca conseguira dar con ninguna pista relacionada con
Dora Bruder. Por ello, esa carencia que senta me llev a escribir una
novela, Voyage de noces, un medio como otro cualquiera de centrar mi
atencin en Dora Bruder, y a lo mejor, de dilucidar o adivinar algo sobre
ella, un lugar por el que hubiera pasado, un detalle de su vida22.
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88 Juan Miguel Borda Lapbie
El espacio espectral
La vacuidad de la empresa modianesca convierte por tanto el pasado en algo
prcticamente inaprensible, razn por la cual el espacio, su mxima expre-
sin metafrica, acaba adquiriendo igualmente sus propios rasgos de intan-
gibilidad, por medio de la irrupcin, en el espacio escritural, de decorados
espectrales. El tiempo lo hemos visto fugazmente rescatado de los
recuerdos errantes, pertenecientes a otro plano al que acaba reintegrndose,
y, por lo tanto, apenas capturable, emana de un espacio espectral, por el cual
el escritor se erige de algn modo en esprita del pasado o voyant, como
decamos ms arriba. Los fantasmas que lo pueblan contribuyen, pues, a ali-
mentar esa efmera y frgil dimensin sobre la que se asienta el yo ficcional
del autor. De un modo general, todas las ciudades integrantes de los deco-
rados de Modiano magnficamente plasmados en las portadas de Pierre Le
Tan23 estn impregnadas de este mismo rasgo. Pars ya lo hemos visto
con el ejemplo de la irrupcin onrico-espectral del VeldHiv pero tam-
bin Niza, son tal vez los espacios urbanos ms cargados en lo que a este
ingrediente mtico se refiere. En el caso concreto de Niza, resulta curioso
destacar, como elemento de intertextualidad, una insistente ensoacin fan-
tasmagrica en Dimanches daot y Rue des Boutiques Obscures, expresada
en trminos anlogos:
Observo la luz iluminada por una luz amarilla. [...] Era un fantasma amable,
entre los millares de ellos que pueblan Niza. [...] Los fantasmas no mueren.
Habr siempre luz en sus ventanas24.
Me he acabado haciendo a esta idea y hoy me siento a gusto en esta
ciudad de fantasmas donde el tiempo se ha detenido25.
Aqu, los das son todos iguales pero Niza es una muy hermosa ciudad.
Tendra que venir aqu a hacerme una visita. Curiosamente, a menudo me
encuentro, a la vuelta de una calle, a una persona a la que no haba vuelto
a ver desde haca treinta aos o a otra a la que crea muerta. Nos asustamos
entre nosotros. Niza es una ciudad de espectros26.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso literario en la obra de Patrick Modiano 89
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90 Juan Miguel Borda Lapbie
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El discurso literario en la obra de Patrick Modiano 91
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92 Juan Miguel Borda Lapbie
con la cabeza apoyada sobre mi hombro. Nada alteraba su sueo. An no tena memoria
(MODIANO, P., Livret de famille, p. 215).
37 Ibid., p. 15.
38 Ibid., p. 60.
39 Ibid., p. 133.
40 MODIANO, P., Du plus..., op. cit., p. 47.
41 Ibid., p. 149.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso literario en la obra de Patrick Modiano 93
Por qu a los dieciocho aos dej el centro de Pars para instalarme en esas
regiones perifricas? Me encontraba a gusto en esos barrios, respiraba.
Constituan un refugio, lejos del tumulto de la ciudad, y un trampoln hacia
la aventura y lo desconocido. Bastaba con atravesar una plaza o seguir una
avenida y Pars quedaba atrs. Senta un enorme placer al sentirme en la
frontera de la ciudad, con todas sus lneas de huida42.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
94 Juan Miguel Borda Lapbie
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Paris, mai 1995, pp. 63-64.
MODIANO, P., Vestiaire de lenfance, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1992.
Chien de printemps, Paris, Seuil, coll. Points, 1995.
Fleurs de ruine, Paris, Seuil, coll. Points, 1995.
Une jeunesse, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1995.
Dimanches daot, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996.
Rue des Boutiques Obscures, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996.
Villa Triste, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996.
Voyage de noces, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996.
Des Inconnues, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1999.
Quartier perdu, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1999.
La Petite Bijou, Paris, Gallimard, coll. Folio, 2001.
Du plus loin de loubli, Paris, Gallimard, coll. Folio, 2001.
Dora Bruder, Paris, Gallimard, coll. Folio, 2002.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
MUJERES MAXIMALISTAS
Dice Madame dpinay que hay confidencias que una mujer nunca debe
hacer. Una es sta que hoy hacemos aqu: y es que la palabra vehculo de
verdad (por muy subjetiva que sta sea) por excelencia, la palabra senten-
ciosa, tiene, ha tenido siempre y tendr, rasgos femeninos. Las mujeres, por
educacin, por tradicin, quiz por naturaleza, han sido siempre consejeras,
educadoras, preservadoras del saber humano y del conocimiento social, con-
servadoras de la memoria colectiva. Las escritoras han recogido en sus obras
esta inquietud propiamente femenina, a travs de un tipo de escritura maxi-
malista, a menudo ocultada dentro de distintos gneros literarios, en con-
creto la novela, subterfugio frecuente en la bsqueda de una confesin ms
o menos ntima, cuando no de una emergencia de la literatura femenina pro-
piamente dicha. La tradicin francesa tiene mltiples ejemplos de ello, desde
la edad Media hasta nuestros das, y a veces incluso cuenta con casos de
escritoras propiamente maximalistas, es decir, autoras de volmenes de sen-
tencias y mximas.
Y es que tradicionalmente la mujer, lejos de estar ausente de las letras,
como de otros campos, ha pasado desapercibida porque ha ocupado poco
espacio; las mujeres somos discretas, no ambicionamos puestos de poder,
primeras lneas, vedetismos. Sintetizar, pues, un profundo pensamiento en
una frase, en unas pocas frases, en un pequeo libro, en el rincn de un
libro, de un folleto, puede ser considero de esencia femenina, y, si nos
ponemos provocativas, podramos hasta decir que los hombres maxima-
listas y sentenciosos estn despertando su lado ms femenino de la creati-
vidad literaria.
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96 Rosa de Diego Martnez - Lydia Vzquez Molina
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Mujeres Maximalistas 97
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98 Rosa de Diego Martnez - Lydia Vzquez Molina
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Mujeres Maximalistas 99
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100 Rosa de Diego Martnez - Lydia Vzquez Molina
GENERALES
Los profesores de universidad son unos cobardes; no es de extraar que
sean buenos polticos. Anne Archet.
Los discursos son intiles: el pueblo no los entiende, a los jvenes no les
importan, los sabios no los necesitan, y los tontos tampoco. Madame du
Deffand.
Preferirse a s mismo frente a los dems no es tan natural como parece.
Madame de Genlis.
El viajero es un coleccionista de cuadros vivos. Chantal Thomas.
Los cuerpos muy fuertes y muy robustos encierran a menudo almas
extremadamente dbiles e imperfectas. Gabrielle Suchon.
Es ms fcil cambiar de aires que de humor. Madame de Pompadour.
Los pendientes sirven para impedir el paso al odo de las malas pala-
bras. Sverine Auffret.
Slo los gramticos son tan ingenuos como para pensar que la excep-
cin confirma la regla. Amlie Nothomb.
VIDA POLTICA
Se cambia de ladrones al cambiar de ministros. Cristina de Suecia.
Si la mujer tiene derecho a subir al cadalso, tambin lo tiene a subir a
la tribuna. Olympe de Gouges.
Quienes buscan la guerra slo necesitan buscar el pretexto. Madame de
Pompadour.
Conozco demasiado a los hombres como para votar por ellos. Anne
Archet.
Las mujeres hermosas no estn hechas para la poltica. Madame de
Pompadour.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Mujeres Maximalistas 101
FORTUNA Y MISERIA
La salud y el dinero estn para gastarlos. Cristina de Suecia.
Hay que ser avaro con su tiempo, no con su dinero. Cristina de Suecia.
La muerte de un hombre cambia a menudo la fortuna de los dems.
Madame de Pompadour.
TRABAJO
Todas las grandes civilizaciones han despreciado el trabajo; qu
pensar de la nuestra? Anne Archet.
EDUCACIN
Una hora de conversacin en ciertas casas abre ms la mente que todos
los libros ledos. Madame dpinay.
Habra que tener hijos slo para educarlos de manera distinta a la que
nos educaron. Madame de Lafayette.
Cultivarse slo para aprender, es aburrido. Julie de Lespinasse.
AMOR Y AMISTAD
El amor y el mrito no pueden fingirse. Cristina de Suecia.
Los amantes celosos merecen la infidelidad. Cristina de Suecia.
En amor, como en amistad, habra que ser ms ahorrador y no gastarlo
de golpe. Madame de Lambert.
Cuando se rompen las cadenas del amor, las sacudidas son terribles.
Madame du Chtelet.
Amar es abdicar con alegra. Anne Archet.
Las grandes amistades son tan excepcionales como los grandes amores.
Cristina de Suecia.
El discernimiento es lo propio de la amistad; la ceguera, lo propio del
amor. Madame dpinay.
La amistad es la fuente de la eterna juventud. Madame du Deffand.
La amistad no es propia de la juventud. Madame de Lambert.
LA VERDAD Y LA MENTIRA
Cuando hay que decir verdades desagradables, mejor hacerlo por
escrito. Madame Roland.
No saber disimular es no saber vivir. Cristina de Suecia.
Cuando uno est muy seguro de algo, es por miedo a descubrir que no
es verdad. Madame dpinay.
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102 Rosa de Diego Martnez - Lydia Vzquez Molina
SOBRE LA FELICIDAD
La felicidad son veinticuatro horas sin aburrirse. Madame du Deffand.
Prefiero mi desgracia que la felicidad ajena. Julie de Lespinasse.
Slo empiezan a entreverse los medios de alcanzar la felicidad cuando
la edad y las limitaciones que hemos ido imponindonos nos impiden llegar
a ella. Madame du Chtelet.
JUVENTUD Y VEJEZ
Dichosos quienes mueren sin envejecer. Cristina de Suecia.
Nadie quiere tener ya cierta edad, qu pena! Porque cada edad posee
su belleza. Alina Reyes.
Se envejece por vagancia, no por edad. Cristina de Suecia.
LA VIDA Y LA MUERTE
Hay que acabar la vida antes de morir. Madame de Lambert.
Cuando frente a la muerte ya no se experimenta el increble sentimiento
de estar vivo, el suicidio es ineluctable. Chantal Thomas.
Es mejor morir que no haber vivido. Julie de Lespinasse.
HOMBRES Y MUJERES
Hay hombres que son tan mujeres como sus madres, y mujeres que son
tan hombres como sus padres, porque el alma no tiene sexo. Cristina de
Suecia.
Las mujeres muestran ms firmeza que los hombres en la prctica del
bien. Gabrielle Suchon.
Los hombres son tan previsibles que a menudo me pregunto por qu me
molesto en burlarme de ellos. Anne Archet.
Slo me gustan los hombres lo bastante fuertes y viriles como para ser
dulces y tiernos. Anne Archet.
Los hombres estn hechos para la amistad y las mujeres para el amor;
por eso hago el amor con los primeros y me beso con las segundas. Anne
Archet.
Un zapatero es un hombre como cualquier otro. Madame de Pompadour.
Slo las mujeres son capaces de engendrar verdaderos hombres.
Gabrielle Suchon.
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Mujeres Maximalistas 103
ARTE Y LITERATURA
La causa del placer que provocan la elocuencia, las bellas artes, todas
las obras maestras de la imaginacin, es que hacen retroceder los lmites del
destino humano. Madame de Stal.
Cuando se es escritor, se sabe resucitar a personajes histricos, pero
sobre todo se sabe hacerles morir de nuevo. Yal Pachet.
El escritor retoma el lenguaje para rebelarse contra la capacidad que
ste tendra, si le dejaran, de encerrar al individuo en una red de signifi-
cados limitados, manifestacin de un poder nico manipulador. Sverine
Auffret.
Si leo un libro que me deje el cuerpo tan fro que nunca ms entrar en
calor, eso es poesa; si leo un libro y tengo la sensacin de que me han
levantado la tapa de los sesos, eso es poesa; estos son para m, los nicos
medios de reconocer la poesa. Yal Pachet.
La desviacin potica o amorosa poseen un esplendor ligado al rigor; y
su rigor consiste en partir de la nada para volver a la nada. Annie Le Brun.
La verdadera poesa no huele a rosas sino a opio; o a gas lacrimgeno.
Anne Archet.
La poesa se confunde con el tiempo; no con el tiempo de los relojes,
sino con el tiempo suspendido del amor, el tiempo boomerang de las
revueltas... ese es el tiempo escandalosamente inactual de la poesa. Annie
Le Brun.
Cuando uno lee una correspondencia, cartas, testimonios, siempre se
queda estupefacto: alguien aparece, y en un momento dado, ese alguien soy
yo. Yal Pachet.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ET SIL Y AVAIT ENCORE UN VENTRE?
LART DE GRANDIR DE CLAUDE DARBELLAY
Claude Darbellay aime dire que depuis lge de 18 ans, il subvient ses
besoins [] comme poseur de faux-plafonds, monteur de parois mobiles et
en enseignant langlais et le franais des mcaniciens auto1. Lon pourrait
se demander avec Jean Kaempfer si ce dtour par le travail manuel de la
construction nest pas en quelque sorte rvlateur de la nature du mtier d-
crivain: lcrivain, cest--dire, celui qui matrise et dplace les appa-
rences2. Dans le cas de Darbellay, lamnagement des apparences va
jusqu remuer la physionomie de lidentit littraire car ce Suisse, qui
habite toujours la Chaux-de-Fonds, ne saurait proclamer, littrairement
parlant, son appartenance au canton. Pour lui, lcriture na dautre filiation
que celle de limaginaire, na dautre patrie que celle de la langue franaise.
Cette passion pour la langue franaise devient visible dans ses recueils
de pomes dont les titres insinuent, avant la lettre, la mouvance du dcentre-
ment: Si les crabes changeaient de direction (1983), En sortant noubliez
pas dteindre (1988), Lhorizon na quun ct (1993)3, Plus au nord, le sud
(1998). Peut-tre cet inventeur4 de langage a-t-il puis dans la posie la
puissance des formes insolites que devront dployer ses rcits Lle
(1987), La cit (1991) et Vivre tonne (2002), puis ses romans Le ciel
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
106 M. Carmen Garca Cela
[Ce] qui ma donn envie dcrire ce roman, cest que beaucoup de livres
sintressent lenfant comment le nourrir, comment le soigner, etc.
on assiste une vritable crise de bblogie. Et dans tous ces livres, len-
fant est pris comme objet, jamais comme sujet. On voit une appropriation
de lenfant, surtout des tout-petits, et il manque une dimension subjective,
que jai voulu reconstituer10.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Et sil y avait encore un ventre? Lart de grandir de Claude Darbellay 107
trale afin quil puisse se dire lui-mme la premire personne, sans les
atouts dun nom propre alinant peut-tre destin quelquun dautre que
lui. Lenfant commence narrer cette traverse difficile qui va du moment
de sa naissance jusqu son premier jour dcole, une priode fascinante
pendant laquelle il grandit soi et au monde, expos une multitude de
signes lassaillant de toutes parts. Le bb qui vient de natre ne possde pas
encore les rudiments du langage: il est un infans, au sens tymologique du
terme; il est appel faire signe dans un univers dadultes qui mettent leurs
signaux sur une longueur donde diffrente de la sienne. Pour soulager cette
prcarit verbale, Darbellay glisse lintrieur de son corps ce langage
indispensable la restitution des sensations oublies et dpourvues de
mots11, tout en inventant une nonciation la limite de laporie o le lan-
gage devient un artefact coll au corps du bb la manire dune prothse.
Une prothse quil faut comprendre dans le sens quaccorde ce terme
Carole Hoffmann, cest--dire non pas comme remplaant un membre
absent ou disparu [], mais comme mise en continuit du corps biologique
avec dautres corps ici le corps du langage. De cette perspective, la
notion de prothse pourrait renvoyer lide dune insuffisance du corps
biologique, non pas parce quil y a dperdition du corps [], mais parce que
le corps nest pas mme de remplir certaines tches et que nous avons
besoin dy remdier en accroissant les facults du corps, en intensifiant et en
amplifiant le corps12. Le bb de Darbellay na pas, pour ainsi dire,
perdu un langage qui tient dun apprentissage culturel plus tardif. Cette
facult quil na pas encore acquise lui est donc prte, comme une prothse,
dont le rle nest pas celui de combler une quelconque disparition, mais
celui daugmenter les dimensions son corps par lannexion dun organe lui
permettant de prendre la parole travers lcriture.
Le texte et le nouveau-n sappuient sur la bquille verbale pour pousser
le cri qui annonce leur arrive en proclamant simultanment une victoire et
une dfaite: la victoire dapparatre sur la scne du monde aprs avoir
franchi les enceintes du corps de la mre; la dfaite de ne pas avoir reu les
flicitations que lon croyait mriter. Il faut dire que nous sommes le premier
11 MARTIN, I., Le rose et le noir, in Le temps des livres, Genve, 18 mai 2002
(www.letemps.ch).
12 HOFFMANN, C., Le rseau comme extension prothsique du corps, in
Publication lectronique des actes des 1res rencontres internationales Art, sciences et tech-
nologies, 22.23.24. novembre 2000. Maison des Sciences de lHomme et de la Socit de
lUniversit de la Rochelle. En collaboration avec le Ballet Atlantique Rgine CHOPINOT,
p. 2.
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108 M. Carmen Garca Cela
13 Par la suite les rfrences LArt de grandir seront indiques par A.G. entre paren-
thses.
14 La pesanteur du corps humain privilgie, dune certaine manire, deux axes spa-
tiaux: a) laxe vertical, dans le sens duquel sexerce la pesanteur, introduit la catgorie du
contact vs non contact du volume humain par rapport dautres volumes, tantt euphorisant
le non-contact par les connotations de libration du corps lgard de la pesanteur (ballet),
tantt valorisant certaines postures du fait de leur cart de la norme (marcher sur les mains en
acrobate); b) laxe horizontal constitue, son tour, la superficie solide (ou liquide dans le cas
de la natation) qui donne son lieu au dplacement naturel, sopposant la posture natu-
relle qui est la station debout. Bien que ntant que partiellement motive, larticulation
terre horizontale vs homme vertical est gnralement admise comme la position inchoa-
tive, antrieure la mobilit. Ainsi la vu Greimas in Du sens. Essais de linguistique, Paris,
Seuil, 1970, p. 58.
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Et sil y avait encore un ventre? Lart de grandir de Claude Darbellay 109
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110 M. Carmen Garca Cela
deur et les sons de la mre, sil ne stait pas dilat en une vaste tendue vide
de sensations dont les bras de lenfant ne retrouvent plus les contours. La
maison o lon va lamener la sortie de lhpital est aussi pressentie
comme un ventre: Cest quoi, la maison? Un immense ventre o lon
enferme les enfants qui sont ns trop tard? (A.G., p. 31) Une maison-ventre
habite par la crainte dtre puni par le pre: Papa me prend, il a lair trs
content, il sait que personne ne me viendra en aide. Quil prenne sa
revanche, me mettre dans le ventre dont on ne sort pas (A.G., p. 33). Puis
le ventre de cet animal fantastique qui suit la femme de mnage partout et
sapprte le faire disparatre en lavalant:
Ctait un aspirateur!
Tous ces remplaants incapables de reproduire lespace affectif intiment
le sujet endurer son propre corps comme un non-lieu qui se dsagrge:
Ce nest jamais notre corps objectif que nous mouvons, mais notre corps
phnomnal [] Le corps nest quun lment dans le systme du sujet et
de son monde et la tche obtient de lui les mouvements ncessaires par une
sorte dattraction distance, comme les forces phnomnales luvre
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Et sil y avait encore un ventre? Lart de grandir de Claude Darbellay 111
dans un champ visuel obtiennent de moi, sans calcul, les ractions motrices
qui tablissent entre elles le meilleur quilibre16.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
112 M. Carmen Garca Cela
doux, chaud, paisible. Mes yeux sont dans ses yeux. Ils jouent (A.G.,
p. 20). Jouer dans les yeux de Patricia cest dcouvrir la possibilit de se
rinsrer dans ce ventre immense dans lequel [les deux enfants pourront]
grandir linfini (A.G., p. 15) dont le bb rve depuis son premier jour sur
terre, un ventre infini qui nest pas la porte de tous les yeux, ni mme de
toutes les voix. Il y a ces yeux qui percent la surface du corps, il y a aussi
ces voix blessantes au rythme musical dtraqu, ou encore cette voix ter-
mine par des doigts qui croit savoir jouer:
Mais [cette voix] est rejointe par dautres qui sapprochent, sloignent, se
cognent, lune delles se dtache, elle sonne plus haut, peu peu les autres
rtrcissent, deviennent un murmure sur lequel elle sappuie pour monter
encore, au bout de la voix il y a une main qui me gratte le ventre []. Elle
appelle a jouer ? Jouer, cest doux, cest chaud, a na pas de doigts (A.G.,
pp. 23-24).
je compren[ds] mal le sens de ce mot, mais a voulait dire, peu prs, quils
ont des trous lintrieur par lesquels schappent des morceaux de leur vie
et quils ne savent plus o les chercher, les morceaux se cachent trop bien.
a devait tre douloureux parce quils fronaient, juraient, il fallait tre
sage, ne rien leur demander. Quand ils taient comme a la rponse tait
toujours non (A.G., p. 76).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Et sil y avait encore un ventre? Lart de grandir de Claude Darbellay 113
tive. travers ces orifices on vacue une vie traite en dchet. Les adultes
tiennent fermement cette pratique quils tentent de transmettre aux plus
petits: lorsque les parents dcouvrent que leur bb souffre de maux da-
mour, ils dcident de lamener dans une le, dont la surface perfore ltendue
deau uniforme de locan, pour quil jette dans cette poubelle doubli les
affects nocifs. Ce voyage initiatique rvle aussi lefficacit de lle provo-
quer des pertes de mmoire au moyen dinsolations qui dtraquent le cer-
veau et y font basculer les objets soigneusement gards:
Mon cerveau cogne tellement contre mon front que son image tremble sans
que je puisse la retenir. Elle apparat, stire, ondule, revient, comme les
vagues sur la plage mais la plage bouge elle aussi, se soulve, retombe, je
me sens vraiment mal (A.G., p. 119).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
114 M. Carmen Garca Cela
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Et sil y avait encore un ventre? Lart de grandir de Claude Darbellay 115
Cest bon les mots. a craque sous la dent, a fond sous la langue. Je les
mchouille, les tourne dans la bouche. Parfois, ils schappent juste au
moment o je croyais les tenir. Mais, si je suis patient avec eux, ils se lais-
sent apprivoiser, ils sont contents, ils dansent, chantent. Beaucoup sont dj
mes amis. Quand papa se fche, ils ont peur, senfoncent en moi, se resse-
rrent les uns contre les autres, ne font aucun bruit. Aprs, pour quils revien-
nent, ce nest pas facile. Il faut que je les appelle trs doucement jusqu ce
quils soient convaincus quils ne craignent plus rien, que le danger est
pass. Un un, ils remontent. Dabord, ils trbuchent, se bousculent, puis
ils reprennent confiance. Certains restent lcart. Ils boudent, ne veulent
pas jouer avec les autres. Il faut que je les rassure, que je leur montre que je
les aime autant que les autres. Alors, ils viennent (A.G., pp. 53-53).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
116 M. Carmen Garca Cela
une mme chair, une mme pte signifiante, dans une entente qui modifie
quelque peu la formule dAlfred Tomatis selon laquelle parler, cest jouer
de son corps22 comme sil sagissait dun instrument de musique. Lenfant
de Claude Darbellay semble plutt saviser quil faut dabord savoir jouer de
son corps, quil faut dabord lavoir construit comme espace de lecture23
pour quadviennent sensuellement les mots, pour quils sespacent dans l-
criture du roman, en apesanteur, comme dans un ventre.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
BLANCHOT, M., Lentretien infini, Paris, Gallimard, NRF, 1969.
BOURQUIN, S., La vie, vue du berceau, in LImpartial, Genve, 18 mai
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HOFFMANN, C., Le rseau comme extension prothsique du corps, in
Publication lectronique des actes des 1res rencontres internationales
Art, sciences et technologies, novembre 2000. Maison des Sciences de
22 TOMATIS, A., Loreille et le langage, Paris, Seuil, coll. Points, 1978, p. 145.
23 Cf. PICARD, M., La lecture comme jeu. Essai sur la littrature, 1986.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Et sil y avait encore un ventre? Lart de grandir de Claude Darbellay 117
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
MARGUERITE YOURCENAR
OU LE REFOULEMENT DU FMININ
1 Ces trois romans ont t dits par Gallimard. Nous utilisons ldition consacre de
la Pliade (YOURCENAR, M., Oeuvres romanesques, Paris, Gallimard, 1982) et nous nous
servirons des sigles adopts par la Socit Internationale dtudes Yourcenariennes (SIEY),
cest--dire MH pour Mmoires dHadrien, ON pour LOeuvre au Noir, et HO pour Un
homme obscur. [Note des diteurs: les normes ddition nous contraignent utiliser les sigles
du SIEY dans le format suivant: M.H., etc.].
2 Cf. ce sujet notre travail sur LAutre et le Mme: Jeanne de Vietinghoff,
Marguerite Yourcenar. critures de lautre, Montral (Qubec), XYZ diteur, 1997, pp. 153-
161.
3 Sujet abord par CIXOUS, H. - CLMENT, C. dans La jeune ne, Paris, Union
Gnrale dditions, coll. 10/18, Srie Fminin Futur, 1975, pp. 120 ss.
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nous faut pourtant reconnatre que ces trois Belles au bois dormant ne sont
pas tout aussi passives que le veut le conte de Perrault et le voudrait peut-
tre limaginaire masculin, mais nous considrons que cette femme aussi
parfaite quidale, aussi lucide que distante, nous renvoie, non pas une
femme relle, en chair et en os, mais lAnima, cest--dire larchtype
fminin chez lhomme4.
Ceci dit, il faut admettre que ces visions de la femme thre parvien-
nent au lecteur travers le point de vue du hros masculin, soit Hadrien,
Znon ou Nathanal, ce qui justifie pleinement aussi bien leur apparition
dans les trois romans que leur caractre fantasmatique. Mais ces hros sont
dans tous les cas des alter ego de lauteur, un auteur-femme qui est capable,
comme jusque l tant dauteurs masculins, de se travestir en adoptant le
point de vue du sexe contraire, mais un auteur-femme qui, dans sa maturit,
semble pourtant avoir moins de problmes sidentifier un homme qu
une femme5. Or, si nous prenons la peine de remonter jusqu loeuvre des
anns vingt et trente, poque de formation de notre romancire, nous cons-
tatons que, tout au contraire, les femmes y abondent. Nous allons donc
essayer den tablir les diffrents types aprs avoir relu notamment Alexis ou
le Trait du vain combat (1929), Denier du rve (1934 et 1959), Feux (1936),
Nouvelles orientales (1938) et Le Coup de grce (1939)6.
Ce qui frappe au premier abord dans ce corpus est bel et bien le grand
nombre de femmes non seulement abandonnes, mais sacrifies sous diff-
rents prtextes: au nom de la fidlit soi-mme, comme cest le cas
dAlexis, qui quitte Monique aprs la naissance de leur enfant pour pouvoir
suivre librement sa pente (A.); au nom des amitis viriles, comme fait plus
ouvertement ric, qui laisse tomber Sophie au profit de son frre Conrad
(C.G.); au nom, aussi, de la fidlit au matre dans le cas de Ling, le disciple
du peintre Wang-F (N.O.), lequel pousse inconsciemment sa jeune femme
4 Cf. JUNG, C. G., Problmes de lme moderne, Paris, Buchet/Chastel, 1960, p. 52.
5 Il serait extrmement facile de faire ici allusion au lesbianisme de Marguerite
Yourcenar, mais en tant que professeur de littrature, il sagit pour nous dinterroger les textes
et non pas de nous arrter aux bavardages. Lexcellente biographie de SAVIGNEAU, J.,
Marguerite Yourcenar. Linvention dune vie, Paris, Gallimard, 1990, fournit toutefois aux
curieux toutes les informations souhaitables ce sujet. Voir aussi SARDE, M., Vous,
Marguerite Yourcenar. La passion et ses masques, Paris, Robert Laffont, 1995, et GOSLAR,
M., Yourcenar. Quil et t fade dtre heureux, Bruxelles, Racine, 1998.
6 Ouvrages galement compris dans ldition dj cite de la Pliade. Voici les sigles
conseills par la SIEY qui seront employs dsormais dans chaque cas: A. pour Alexis ou le
Trait du vain combat, D.R. pour Denier du rve, F. pour Feux, N.O. pour Nouvelles orien-
tales et C.G. pour Le Coup de grce. [Pour cette dition A., D.R., F., N.O. et C.G.].
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7 Nous devons prciser que, puisque cela est indiffrent pour notre propos, nous
citons Denier du rve daprs ldition dfinitive de 1959.
8 Il sagit, en effet, du personnage central dune pice de thtre de YOURCENAR,
M., intitule lectre ou la Chute des masques, publie par la Librairie Plon en 1954 et reprise
par Gallimard en 1971 (sigles: E). Ce texte est pourtant annonc dans ce que nous pouvons
bien appeler un avant-texte: Mythologie III: Ariane et lectre, Les Lettres franaises de
Buenos Aires, n 15, 1er janvier, 1945, pp. 34-45.
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p. 175). Or, cela nempche pas pour autant que ce personnage soit trait par
notre crivain avec une grande tendresse, ce qui revient souligner aussi
bien sa simplicit que sa gnrosit lgard des autres au moment o elle
a le plus besoin de leur aide. En somme, lhumble Lina Chiari nous semble,
la relecture, bien plus digne que la belle et riche Angiola Fids, mais pour-
quoi alors lauteur choisit pour elle un destin aussi atroce alors que Angiola,
considre par le narrateur comme un ve qui se serait amalgam son ser-
pent (D.R., p. 241), demeure intacte dans sa tour divoire?
La situation de Marie-Madeleine, la prostitue par excellence des van-
giles, la femme impure, est prsente par Yourcenar dune manire fort com-
plexe: pouse de Jean, le disciple bien aim, elle est abandonne la nuit
mme de leurs noces par un mari pour lequel elle reprsente la pire faute
charnelle, le pch lgitime (F., p. 1092). Tombe par choix et sans tran-
sition au dernier rang des cratures (F., p. 1094), elle finit par concevoir
lide de sduire Celui quelle appelle le grand Sducteur pour se venger de
ce transfuge incapable de prfrer une femme la poitrine de Dieu (F.,
p. 1093), mais sa mise en scne de grande courtisane ne la conduit, parado-
xalement, qu la dcouverte de cette dtresse qui daprs Marie-
Madeleine elle-mme, seule, le faisait Dieu (F., p. 1096), ce qui fait
delle la plus fidle et la plus passionne de ses adeptes.
Ce qui nous intresse donc ici, cest de souligner que la chair est conue
dans ce contexte chrtien comme quelque chose de honteux, davilissant et
de redoutable (comme ctait dailleurs dans le rcit dAphrodissia), mais
signalons que, paralllement et en contrepoint, Yourcenar consacre deux
rcits des Nouvelles orientales aux figures emblmatiques de la sexualit
fminine en libert: les Nymphes et les Nrides, quelques unes de leurs
variantes10. manant de lAntiquit grecque, ces divinits des sources et des
fontaines reprsentent, dans le rcit des Nrides, le pouvoir de la volupt
fminine, mais un pouvoir qui se rvle toutefois ambivalent, car ces fes
vraiment fatales nous dit le texte sont belles, nues, rafrachissantes et
nfastes comme leau o lon boit les germes de la fivre (N.O., p. 1181).
Ainsi, laccs du jeune grec Pangyotis ce monde fminin, trs diffrent de
celui quil connaissait jusque l, aura comme rsultat aussi bien son abtis-
sement que la perte de sa voix, devenant par le contact des Nrides une
espce de faune innocent (N.O., p. 1183), ce qui met par ailleurs nu lan-
10 Il sagit, respectivement, de Lhomme qui a aim les Nrides (N.O., pp. 1178-
1184) et de Notre-Dame-des-Hirondelles (N.O., pp. 1185-1192).
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p. 932), Nathanal dcouvre chez lui les objets vols et alors un sentiment
dhorreur le saisit lgard de cette femme venue se terrer dans sa chaumine
et faisant lamour en guise de loyer (H.O., p. 932), effaant dun coup le
bonheur prcdent et lui donnant le sentiment de coucher avec une femme
contamine14 (H.O., p. 933).
Le mot est fort, nous en conviendrons malgr le contexte15, mais ce qui
nous tonne le plus, cest quil se rapporte, non pas au premier mtier de
Sara, la prostitution, mais au deuxime, le vol, et nous craignons que cette
condamnation ne soit en ralit quune manire dtourne dexprimer celle
de la libert de la chair chez la femme. Cette crainte nous est par ailleurs
confirme par le rcit des Nouvelles orientales qui nous parlait des Nrides
en tant que fes nfastes comme leau o lon boit les germes de la fivre
(N.O., p. 1181), nous ramenant ces femmes en principe bnfiques qui sont
pourtant capables de transmettre une maladie ou, si nous parlons en termes
religieux, de souiller par un contact impur, comme Marie-Madeleine, la
femme impure des vangiles. Pareillement, et en consquence avec tout ce
que nous venons de dire, la mort de Sara par pendaison vient sanctionner de
manire explicite son dernier vol, et non pas son mtier de prostitue, ce qui
reste pour limplicite.
Mais Sara est aussi une femme-mre qui, tout dabord, ne veut pas
croire sa grossesse et qui ne songe ensuite qu se faire avorter (H.O.,
p. 933). Dissuade de tel extrme par Nathanal pour les dangers quelle
pourrait encourir, elle finit par accepter la proposition du seul mariage que
Nathanal, vu leurs cinconstances, peut lui offrir, un mariage donc supect
qui, le soir mme, est tourn en drision par lpouse elle-mme (H.O.,
p. 934). Retourne alors chez sa prtendue mre, la Loubah, en ralit une
sorte de mre maquerelle, Sara y accouche dun enfant qui sera le matin
mme mis en nourrice chez une voisine (H.O., p. 936).
Cet enfant appel Lazare, dont il ne sera plus question dans ce roman,
sera par ailleurs le protagoniste du dernier rcit de Marguerite Yourcenar:
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16 Il sagit, en effet, du dernier rcit inclus dans Comme leau qui coule (Paris,
Gallimard, 1982), le plus court des trois qui, avec Anna, soror... et Un homme obscur, com-
posent ce tryptique. Ses sigles: BM. Les trois textes font galement partie des Oeuvres roma-
nesques dites par la Pliade-Gallimard en 1982.
17 En voici quelques exemples: La mre de Nathanal (H.O.) est vue par lui dans ses
souvenirs comme une femme puritaine, sans plus, car il ne retourne pas en Angleterre aprs
son dpart lge de seize ans. Znon (O.N.) est abandonn par la sienne dans sa quatrime
anne et naura des nouvelles de sa mort, survenue Mnster quatorze ans plus tt, que
trente-cinq ans aprs cet abandon. Hadrien (M.H.), quant lui, quitte la sienne sans un regret
pendant son adolescence: Javais douze ans quand [mon pre] nous quitta. Ma mre sins-
talla pour la vie dans un austre veuvage; je ne lai pas revue depuis le jour o, appel par
mon tuteur, je partis pour Rome. Je garde de sa figure allonge dEspagnole, empreinte dune
douceur un peu mlancolique, un souvenir que corrobore le buste de cire du mur des anc-
tres (M.H., p. 309).
18 Il faut prciser quHilzonde conoit Znon hors des lois de lglise, ayant t
sduite et puis abandonne par un jeune prlat italien nomm Albrico de Numi (O.N.,
pp. 566-570).
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19 Cf. CIXOUS, H., op. cit., pp. 198-208. Voir aussi GRIMAL, P., Dictionnaire de la
mythologie grecque et romaine, Paris, PUF, (1951) 1990 (10e dition), pp. 136 et 330.
20 Tous ces renseignements nous ont t donns par notre romancire dans le premier
des ses ouvrages autobiographiques: Souvenirs pieux, Paris, Gallimard, 1974. Sigles: S.P.
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pour nous convaincre du contraire21. Soigne par une bonne denfant appele
Barbara, ou Barbe, jusqu lge de sept ans, Yourcenar avoue dans
Souvenirs pieux ce qui suit: Barbara ne fit pas que remplacer pour moi la
mre (...); elle fut la mre, et (...) mon premier dchirement ne fut pas la mort
de Fernande, mais le dpart de ma bonne (S.P., p. 65). Ceci dit, il faut
reconnatre que ce dpart a par ailleurs quelque chose de louche et mme de
grotesque, car la jeune Barbe, qui avait le got des hommes, prend lhabi-
tude de frquenter les maisons de passe (Q.E., p. 221)22, emmenant par-
fois avec elle la petite, ce qui finit par se savoir, est considr trs
logiquement scandaleux par la famille et dtermine, malgr les pleurs de
Marguerite, son renvoi.
Abandonne donc pour la deuxime fois, la petite Marguerite sattache,
sous linfluence de son pre, une autre femme appele Jeanne de
Vietinghoff, ancienne amie de la mre biologique et, si nous faisons con-
fiance aux suppositions que Marguerite Yourcenar a pris la peine de dployer
dans Quoi? Lternit, matresse de son pre aprs la mort de sa mre. Cette
femme devient ainsi la troisime mre de notre romancire, mais, pour la
premire fois, cette mre de substitution semble jouir de tous les prestiges:
elle a la beaut, la bont et lintelligence, elle est en somme une image par-
faite de la femme (Q.E., p. 304), dautant plus facile conserver quelle
demeure toujours lointaine: Je serais sans doute trs diffrente, si Jeanne
distance ne mavait forme (Q.E., p. 253).
Mais revenons la mre biologique et analysons comment elle est vue
par sa fille dans les chapitres de Souvenirs pieux qui lui sont consacrs, une
vision qui, forcment, nous parvient par lentremise de Michel, le pre.
Fernande a ses charmes, bien entendu: sa voix, son imagination et sa fan-
taisie, son ducation librale23 et son peu de got pour le bavardage de
femme (S.P., pp. 19-20). Mais si ses charmes sont discrets, ses dfauts sont,
par contre, trs voyants: son incapacit comme matresse de maison, sa
ngligence dans ses toilettes, son ct fantasque, que Michel considre insu-
portable, et sa peur devant la mer et les chevaux, ce qui pour un homme dont
la premire femme a t une sorte damazone (S.P., pp. 20-22) ne semble
gure rejouissant.
21 Cf. ce sujet, YOURCENAR, M., Les Yeux ouverts, Entretiens avec GALEY, M.,
Paris, ditions du Centurion, 1980, pp. 14 et ss. Voir aussi S.P., pp. 65-67.
22 Il sagit du troisime volet des crits autobiographiques de notre auteur, intitul
Quoi? Lternit (Sigles: Q.E.), Paris, Gallimard, 1988, donc posthume et encore inachev.
23 Et pourtant, il nous sera dit plus loin que Fernande a acquis bien tort la rputa-
tion dune jeune personne ides, quelle nest pas (S.P., p. 313).
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29 Les personnages dEgon et Jeanne de Reval dans Quoi? Lternit reprennent, dans
la fiction, les avatars de la vie des barons Egon et Jeanne de Vietinghoff.
30 Elle palpitait contre moi, et aucune rencontre fminine de prostitution ou de
hasard ne mavait prpar cette violente, cette affreuse douceur. Ce corps la fois dfait
et raidi par la joie pesait dans mes bras dun poids aussi mystrieux que la terre let fait, si
quelques heures plus tt jtais entr dans la mort. Je ne sais quel moment le dlice tourna
lhorreur, dclenchant en moi le souvenir de cette toile de mer que maman, jadis, avait mis
de force dans ma main, sur la plage de Scheveninge, provoquant ainsi chez moi une crise de
convulsions pour le plus grand affolement des baigneurs. Je marrachai Sophie avec une
sauvagerie qui dut paratre cruelle ce corps que le bonheur rendait sans dfense. Elle rou-
vrit les paupires (...) et vit sur mon visage quelque chose de plus insupportable sans doute
que la haine ou lpouvante, car elle recula, se couvrit la figure de son coude lev, comme une
enfant soufflete, et ce fut la dernire fois que je la vis pleurer sous mes yeux (C.G., p. 122).
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jour aussi endurer que son mari lui dcoche, aprs huit ans de mariage, ce
qui suit: Il ny pas eu un jour, pas un instant de ces annes o vous ne
mayez fait horreur... (Q.E., p. 190).
Le cas de sainte lisabeth de Hongrie, un projet non ralis de
Marguerite Yourcenar, est celui qui, paradoxalement, pourrait nous clairer
mieux que nul autre sur sa vision de la fminit31, car cette histoire dune
sainte du Moyen ge sachant, comme Jeanne, accorder la sensualit la
saintet devait tre en principe accompagne de deux autres histoires, lune
consacre limpratrice lisabeth dAutriche, lautre lisabeth Bathory,
sorcire en mme temps que sadique meurtrire, ce qui nous rend manifeste,
par le rle prdominant accord la petite sainte hongroise, que Marguerite
Yourcenar aurait privilgi la sublimation, par lentremise de labjection de
soi32, face aux recoins plus obscurs (T.G.S., p. 106) de la fminit, repr-
sents aussi bien par la narcissique lisabeth dAutriche que par la sanglante
lisabeth Bathory, ce qui nous aurait laisss, nous lecteurs, videmment sur
notre faim. Les rserves de lauteur dabord et, ensuite, laveu concernant
limpossibilit de mener terme ce projet, nous en dit pourtant plus que ne
le voudrait notre crivain. Nous dit, en somme, son refus, son horreur mme
devant lentit fminine et donc maternelle en dehors dun certain modle
fminin qui, sans nier sa part de sensualit, a russi slever, par la subli-
mation des pulsions animales, au-dessus des simples mortels.
Or, il nous semble vident que le rle jou par le pre est ce titre dter-
minant. Initiateur absolu en tant que celui qui donne la deuxime naissance,
la meilleure car elle seule donne accs au savoir, il apporte la trs jeune
Marguerite Yourcenar tous les lments ncessaires au rejet du fminin. Le
mimtisme illustr par le rcit intitul Le premier soir33, crit par le pre
vers 1904 et refait par la fille en 1927 ou 1928 (S.P., p. 345), est ce
propos parlant, car non seulement elle fait siennes ces pages en les signant,
mais elle fait en quelque sorte siens aussi les jugements de valeur du pre sur
les femmes, cest--dire leur incapacit intellectuelle, leur banalit, leur
tranget et lide quelles taient des cratures trangres toute pulsion
charnelle, qui ne cdaient que par tendresse lhomme qui avait su les
31 Cf. lessai Jeux de miroirs et feux follets, publi dans La N.R.F de mai 1975 et
repris dans TGS, pp. 95-112. Voir aussi: YOURCENAR, M., Lettres ses amis et quelques
autres, op. cit., pp. 465-466, et Sources II, Paris, Gallimard, 1999, pp. 324-329, o nous trou-
vons une gnalogie dlisabeth de Hongrie et de ses collatraux Habsbourg.
32 Lexpression est de Julia Kristeva, op. cit., p. 102.
33 Publi pour la premire fois dans La Revue de France, n 23, 1er dcembre 1929,
pp. 435-439, il a t rcemment repris par Gallimard dans Conte bleu. Le premier soir.
Malfice, Paris, 1993.
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sduire, et nprouvaient dans ses bras dautre joie que celle du sublime
amour (S.P., p. 327). Bref, ce quil transmet sa fille, cest sa foncire
mysoginie et son ide que tout lan des sens dgrade une femme (Q.E.,
p. 198), car cet emportement, cette faiblesse, cet abandon de soi-mme
rduit la femme sa fonction biologique, donc animale. Mais Marguerite
Yourcenar, comme son Oreste, ne peut renier sa mre sans renier la moiti
delle-mme, cest dailleurs de lavoir prtendu que son oeuvre, malgr son
intrt, froisse notre sensibilit aujourdhui34.
Mais se pourrait-il, pour le dire simplement, que Marguerite Yourcenar
nait fait quosciller pendant toute sa vie entre les deux ples qui sous-ten-
dent limagination de toute femme depuis le Moyen ge chrtien, cest--
dire entre la fe et la sorcire ou, si lon veut, entre lange et le serpent; et
quelle, dtermine par son ducation et les circonstances de sa vie, ait pri-
vilgi le ple positif et crbral au dtriment de cet autre ple dit ngatif
qui, videmment, comportait le risque de la mener dans linconnu? Algnare
pourrait peut-tre en parler, la petite apprentie de sorcire qui, en 1933, criait
dans la nuit que quelque chose dinconnu, qui la transformait, se faisait jour
en elle35, mais cette Algnare, qui disparat au bout de quelques pages, ne
revient nous que camoufle derrire le paravent de la masculinit diffuse
ou homosexuelle, ce qui signifie pour nous le refus de notre romancire
dexplorer les possibilits de sa fminit. Enfin, et en tout tat de cause, nous
croyons quaussi bien la terreur devant la maternit que lhorreur devant la
sexualit fminine noccultent chez Yourcenar que le refus de la femme bio-
logique, cest--dire de la femme dans son animalit, donc abjecte...
moins, bien entendu, quelles ne lexpliquent.
34 Sur la question du dni maternel chez Yourcenar, cf. DOR, P., Yourcenar ou le
fminin insoutenable, Genve, Droz, 1999.
35 Il sagit du personnage principal dun petit rcit intitul Malfice, publi dan
Mercure de France, n 829, janvier 1933, pp. 113-132. Nous citons daprs ldition de
Gallimard de 1993, p. 87.
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Marguerite Yourcenar ou le refoulement du fminin 135
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Conte bleu. Le premier soir. Malfice, Paris, Gallimard, 1993.
Lettres ses amis et quelques autres, dition tablie, prsente et
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Michle Sarde, Paris, Gallimard, 1999.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO FEMENINO
EN LOS CUENTOS DE DIDEROT
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138 M. ngeles Llorca Tonda
1 En los informes policiales recogidos por PITON, C., en el libro Paris sous Louis
XV, pp. 130, 165, 279, 305, 332 del tomo I y pp. 58, 139, 156, 173, 209 del tomo II, se
recogen datos histricos sobre la vida y las peripecias de esta bailarina de pera.
2 Cf. Lettre Sophie Volland du 8 septembre 1767 (DIDEROT, D., Oeuvres, Tome
V, Correspondance, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1997, p. 756.)
3 Encontramos referencias a esta dama en el Salon de 1767 (DIDEROT, D., Oeuvres,
Tome IV, Esthtique et thtre, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1996, p. 723) y en la
correspondencia entre Diderot y Falconet (DIDEROT, D., Oeuvres, Tome V,... op. cit., pp.
818-819 et 860).
4 PROL, citado por Michel KRAUTRET in La Littrature franaise du XVIIIe
sicle, Paris, PUF, coll. Que sais-je?, 1991, p. 80.
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El espacio femenino en los cuentos de Diderot 139
5 DIDEROT, D., Oeuvres, Tome II, Contes, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins,
1994, p. 722. En lo sucesivo las referencias a esta obra se indicarn entre parntesis en el
corpus del texto: (O. T.II. C., p. x)
6 Cf. La edicin de VERNIRE, P., Introduction, a Jacques le fataliste et son
matre, Paris, Imprimerie nationale, 1978, pp. 21-22, y la edicin de Jacques PROUST,
Introduction a Quatre contes, Genve, Droz, 1964, p. XXXVII.
7 Es interesante sealar aqu la idea que sobre los originales desarrolla Diderot en
Lettre Sophie Volland du 11 aot 1759 (DIDEROT, D., Oeuvres, Tome V,... op. cit, p.
136), Lettre Sophie Volland du 30 septembre 1760 (Ibid., p. 230), Lettre Sophie
Volland du 15 octobre 1760 (Ibid., pp. 254-255) y Lettre Sophie Volland du 12 novembre
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140 M. ngeles Llorca Tonda
Est-ce que lme est gaie, triste, colre, tendre, dissimule, voluptueuse?
Elle nest rien sans le corps; je dfie quon explique rien sans le corps.
Quon cherche sexpliquer comment les passions sintroduisent dans
lme sans mouvements corporels, et sans commencer par ses mouvements,
je le dfie8.
1768 (ibid., p. 913); as como en el Salon 1763 (DIDEROT, D., Oeuvres, Tome IV, Esthtique
et thtre, op. cit., p. 257), en el Salon 1765 (ibid., p. 380) en el Salon 1767 (ibid., p. 634); y
en su novela Le Neveu de Rameau (DIDEROT, D., Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins,
1994, pp. 669-672).
8 DIDEROT, D., Oeuvres, Tome I, Philosophie, Paris, Robert Laffont, coll.
Bouquins, 1994 p. 1282.) En lo sucesivo las referencias a esta obra se indicarn entre
parntesis en el corpus del texto: (O. T. I. P., p. X)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio femenino en los cuentos de Diderot 141
Es el caso de la doncella a lomos del cirujano, quien tras iniciar una discu-
sin con Jacques y su amo, pierde el equilibrio y hace caer al suelo a la don-
cella. Entonces Jacques la consuela de esta manera:
stas no son las nicas nalgas mencionadas por Diderot. Esta parte del
cuerpo femenino parece formar parte de sus fantasas y as lo confiesa en una
carta en la que aunque no se precisa la fecha ni el destinatario, parece diri-
gida a Sophie Volland:
Une petite fille jolie comme un coeur me mordit la main, son pre qui
je me plagnis lui troussa la jaquette devant moi, et ce petit cu-l mest rest
et me restera dans la tte tant que je vivrais9.
9 Denis DIDEROT, citado por Carol BLUM Fesser et confesser: deux impulsions de
Diderot vers la femme in Colloque international Diderot: 1713-1784, Paris, Aux amateurs
des livres, 1985, p. 101.
10 Cf. HOFFMANN, P., La beaut de la femme selon Diderot in Dix-huitime
sicle, pp. 273-289.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
142 M. ngeles Llorca Tonda
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio femenino en los cuentos de Diderot 143
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
144 M. ngeles Llorca Tonda
[] jai mes ides, peut tre justes, cot sr bizarres, sur certaines actions
que je regarde moins comme des vices de lhomme que comme des cons-
quences de nos lgislations absurdes, sources de moeurs aussi absurdes
quelles et dune dpravation que jappellerais volontiers artificielle
(O.T.II.C., p. 539).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio femenino en los cuentos de Diderot 145
[] Coutelet ne voyais-tu pas que Dieu te fit pour aller plusieurs ganes;
et toi Gane pour recevoir plus dun coutelet? Vous regardiez comme fous
certains coutelets qui faisaient voeu de se passer forfait des ganes, et
comme folles certaines ganes qui faisait voeu de se fermer pour tout cou-
telet; et vous ne pensiez pas que vous tiez presque aussi fous lorsque vous
juriez, toi Gane, de ne ten tenir quun seul coutelet; toi Coutelet de ne ten
tenir qu une seule gane (O. T.II. C., pp. 794-795).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
146 M. ngeles Llorca Tonda
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
lments de physiologie in Oeuvres, Tome I, Philosophie, d. Laurent
Versini, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Entretien avec la marchale de*** in Oeuvres. Tome I, Philosophie, d.
Laurent Versini, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Entretien dun pre avec ses enfants in Oeuvres. Tome II, Contes, d.
Laurent Versini, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Jacques le fataliste et son Matre in Oeuvres, Tome II, Contes, d.
Laurent Versini, Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
La Religieuse in Oeuvres. Tome II, Contes, d. Laurent Versini, Paris,
Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Le Neveu de Rameau in Oeuvres, Tome II, Contes, d. Laurent Versini,
Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Mystification in Oeuvres, Tome II, Contes, d. Laurent Versini, Paris,
Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Sur les femmes in Oeuvres, Tome I, Philosophie, d. Laurent Versini,
Paris, Robert Laffont, coll. Bouquins, 1994.
Oeuvres, Tome IV, Esthtique et thtre, d. Laurent Versini, Paris,
Robert Laffont, coll. Bouquins, 1996.
Oeuvres, Tome V, Correspondance, d. Laurent Versini, Paris, Robert
Laffont, coll. Bouquins, 1997.
HOFFMANN, P., La beaut de la femme selon Diderot in Dix-huitime
sicle, n 9, 1977, pp. 273-289.
KRAUTRET, M., La Littrature franaise du XVIIIe sicle, Paris, PUF,
coll. Que sais-je?, 1991.
PITON, C., Paris sous Louis XV, Paris, Mercure de France, 1906, 5 vol.
VERSINI, L., Denis Diderot, alias frre Tompla, Paris, Hachette, 1996.
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press, 1972, trad. Laffont-Ramsay, coll. Bouquins, 1985.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL DISCURSO LSBICO DE RENE VIVIEN
EN UNE FEMME MAPPARUT COMO
SUBVERSIN DEL DISCURSO PATRIARCAL
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
148 Mara Dolores Martnez Muoz
campaas militares. Le escribe dos veces al da, pero ella no contesta, y pone
excusas interminables para no reunirse con l en el frente, prefiriendo los
placeres de Pars. En una carta del 13 de noviembre de 1796, Napolen se
muestra desesperado, dice no amarla, detestarla, y entre lamentos de un
amor que se mendiga, la llama Cenicienta Malvada.
La imagen de la mujer fatal ofreca muchas caras. Tambin las femme-
auteur o bas-bleu podan saltar de la vida al panorama literario. George
Sand, una de las escritoras ms prolficas, se viste de hombre, fuma cigarri-
llos, abandona a su marido y se marcha con sus hijos para vivir su vida libre-
mente. Multitud de amantes, pertenecientes a la lite cultural ms selecta,
entre los que se encontraba el clebre pianista Chopin, caen rendidos ante la
fuerza de esta mujer. George Sand ya contaba con una de las condiciones
que caracterizaran a la mujer fatal: una ambigedad andrgina.
Courtivron reconoce en un artculo la huella que la imagen de esta escri-
tora dej a lo largo del siglo XIX en los estereotipos literarios de mujer fatal,
abriendo su estudio con una cita baudelairiana bastante reveladora respecto
al asunto, que viene a decir que la mujer que desea ser siempre como un
hombre, es un signo de gran depravacin:
1 COURTIVRON, I. de, Weak Men and Fatal Women: The Sand Image, in STAM-
BOLIAN, G.-MARKS, E. (eds.), Homosexualities and French Literature. Cultural
Contexts/Critical Texts (1979), London, Cornell University Press, 1990, pp. 210-227. La tra-
duccin es nuestra.
2 Fue una de las escritoras ms controvertidas de la poca, tanto por sus escritos
como por los avatares de su vida. De origen norteamericano, la joven Natalie se desplaz a
Pars para escribir y vivir en y a lo francs. A la edad de 24 aos conoci a Rene Vivien
cuando sta slo contaba con 21. Del primer encuentro entre ambas autoras surgi un fle-
chazo inmediato que desembocara en una relacin amorosa con varios altibajos de la cual
ambas ofreceran varios frutos literarios: Une femme mapparut es uno de ellos.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso lsbico de Rene Vivien en Une femme mapparut 149
depravada para Baudelaire, pues las lesbianas seran sus Femmes dam-
nes o Mujeres Condenadas. Precisamente en esta mujer se inspir
Rene Vivien para escribir su novela. Centraremos pues nuestro anlisis
sobre la caracterizacin del personaje de Lorely como mujer fatal y otros
aspectos relacionados.
Qu era una mujer fatal, bsicamente? Qu rasgos presentaba? Era una
mujer que arrastraba a la miseria a los hombres embaucndolos con sus
encantos, aquellos que disfrazaban su verdadera naturaleza maligna. As es
como lo percibimos en multitud de obras3. Son las Saloms y otras ceni-
cientas malvadas, de la historia. Cuando Erika de Bornay trata de definir el
concepto de femme fatale y los principales rasgos que la distinguen,
apunta, entre otras caractersticas, que:
Pero, para Rene Vivien, qu era una mujer fatal? Pues sepmoslo inda-
gando en las caractersticas que rodean a Lorly, la femme fatale de su
novela y la que justifica su ttulo. Formalmente, Lorly rene mltiples
aspectos que nos permitiran calificarla como mujer fatal, de acuerdo con los
cnones estticos finiseculares. Ya desde su primera descripcin fsica as se
percibe: Elle tait ple et dune blondeur presque surnaturelle5.
Aqu aparecen dos tpicos fundamentales de la imaginera de fin de siglo
que hacen referencia a la mujer fatal. La piel blanca y los cabellos rubios son
dos atributos fsicos frecuentes en la recreacin artstica. En lo que al terreno
plstico se refiere, los Prerrafaelitas recrean en sus composiciones modelos
femeninos con largas cabelleras rubias o pelirrojas, que caen sobre sus
cuerpos extraordinariamente plidos. Rene Vivien, originariamente de
nacionalidad inglesa, conoce este grupo pictrico ingls de poca victoriana
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
150 Mara Dolores Martnez Muoz
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso lsbico de Rene Vivien en Une femme mapparut 151
6 Nos referimos al discurso literario patriarcal decimonnico como aqul sobre el que
se sustenta la tradicin esttica y literaria del siglo XIX.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
152 Mara Dolores Martnez Muoz
Cest moi quil faut plaindre et cest toi quil faut envier. Puisque tu as su
dcouvrir lamour que je cherche en vain depuis tant dannes perdues,
rvle-le-moi. Je voudrais tant taimer! (F.A., p. 24).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El discurso lsbico de Rene Vivien en Une femme mapparut 153
una recreacin del bosque de Broceilande donde el mago qued preso, esta-
bleciendo una comparacin entre Viviana y Lorly. Rene Vivien dedic un
poema a esta mujer que pas a la historia como bruja, ms que como
maga, tal vez para denotar con ello su carcter perverso. Dedic igualmente
poemas a otras figuras histricas, bblicas o legendarias que pasaron a la his-
toria como mujeres fatales. Y en todos los casos el resultado potico es el
mismo: la subversin del discurso patriarcal. Lilith, Casiopea, Rodopis,
Betsab, Cleopatra, etc, no cometen a los ojos del lector de los poemas de
Rene Vivien ms que un nico pecado: el de ser Bellas.
Ciertamente, el planteamiento de la autora es razonable. Si ponemos el
caso de Viviana, Merln no fue engaado, sino que se someti voluntaria-
mente, mientras haca gala de su mximo poder, a permanecer prisionero
toda la eternidad a causa del amor que senta por ella. Para nuestra autora,
es bastante obvio que el poder de la femineidad es el de la belleza intrnseca
a ste y el amor que inspira esta belleza. El nico pecado de Viviana, pues,
para Rene Vivien, es el de ser bella, y todo el sacrificio humano al que los
sujetos se vean abocados por tal belleza, por perverso que pueda parecer, no
es tal en realidad salvo el que uno mismo quiera imponerse.
La novela Une Femme mapparut no slo se pasa de transformar a la
mujer fatal de perversa a vctima, sino a justificar todos sus comporta-
mientos y actitudes simplemente por el hecho de ser mujer:
Les injustices des femmes et leurs colres sont pareilles aux injustices et
aux colres des Dieux. Il faut les accepter avec amour et les subir avec
rsignation. Et certes nul tre nest coupable de ne point aimer un autre tre
(F.A., p. 212).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
154 Mara Dolores Martnez Muoz
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Literature. Cultural Contexts/Critical Texts (1979), London, Cornell
University Press, 1990.
VIVIEN, R., Une femme mapparut, Paris, Lemerre, 1905.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LES ESPACES DE LEXIL
Il nous semble convenable de commencer par les mots, car comme lcrivain
nous navons queux pour nous exprimer: ils sont la fois lobjet de notre
travail et notre outil. Certains sont lourds de signification; celui qui figure
dans le titre de notre congrs est un mot-cl de lanalyse littraire. voquer
lespace dans les critures de lexil est sans doute un vaste travail. Lespace
est un lment fondamental de limaginaire des crivains qui ont vcu lexil
de lEspagne en France au XXe sicle, et qui ont trouv dans la langue fran-
aise un nouvel espace expression linguistique et une nouvelle patrie litt-
raire. Qui dit exil dit espace: dans les critures provenant de lexil lespace
devient un critre structurant bien des gards. Des auteurs comme Jorge
Semprun, Agustin Gomez-Arcos et Michel del Castillo travailleront avec
raffinement diffrentes visions de lespace et dans lespace. Mais qui dit exil
dit aussi voyage. Il ne sagit pas sans doute dun concept valorisant ou
euphorique du voyage. Dans lexil le dplacement migratoire devient tra-
verse de lespace, traverse douloureuse qui dchire ltre, et le mne la
rencontre de lAutre lui faisant prendre mesure de sa diffrence. Les crits
des auteurs exils senracinent, donc, de manire spciale dans lespace,
saccrochant lui plus que les autres. Ils ne nous mnent pas seulement,
travers un parcours erratique, de lespace originaire un espace demprunt,
rel ou invent, mais leur perception exacerbe se manifeste en un espace
multiple, dpli en tous les sens.
La polysmie du mot espace est en partie responsable de ce dploie-
ment spatial et chacune de ses facettes miroite avec une intensit particulire
dans les crits de ces crivains mi-chemin entre deux pays. Il y a tout
dabord lespace rel, physique ou gographique, puis viennent les autres:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
156 M. Carmen Molina Romero
1 DEL CASTILLO, M., Le crime des pres, Paris, Seuil, 1993, p. 27. Par la suite les
rfrences loeuvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (C.P., p. x)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de lexil 157
Elle commence sa ronde. Au passage, elle tourne les clefs dans toutes les
serrures, tire tous les verrous, met les barres de fer sur toutes les portes
comme au temps de la peste, met en panne toutes les camras, enferme le
Bon Dieu dans tous les ostensoirs, scelle les bouches de tous les saints,
rduit au silence le sifflement de tous les serpents, dconnecte lAnge de
lInformatique, qui garde dans son sein enfin mort la seule possibilit de
rouverture des ateliers et des sous-sols o les estropies et les repenties tri-
ment et crvent, elle obture les bouches daration, coupe le systme da-
larme. Personne ne pourra crier au secours. lintrieur de ces murs
inbranlables du couvent, Sur Rcupre de la Trs Sainte Droite lve un
autre mur inbranlable de serrures et de silence2.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
158 M. Carmen Molina Romero
3 Lespace voqu par Gomez-Arcos dans ses romans est peu dessin gographique-
ment, il est tendu et transpos en symbole. Cest linsertion du fantastique dans le quotidien,
comme un lment subversif qui le transgresse, qui frappe dans son criture. Ainsi ces
espaces sont peupls de ftiches, didoles ou de reliques: des mannequins, des oiseaux
empaills, des arbres artificiels, une main incorruptible
4 SEMPRUM, J., LAlgarabie, Paris, Seuil, 1981, p. 138. Par la suite les rfrences
loeuvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (A., p. x)
5 SEMPRUM, J., Federico Sanchez vous salue bien, Paris, Grasset, 1993, p. 330.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de lexil 159
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
160 M. Carmen Molina Romero
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Les espaces de lexil 161
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
162 M. Carmen Molina Romero
Tout, chez moi, baigne dans lincertitude, commencer par le nom. Bien
que je neusse lpoque rien publi, je calligraphiais dj des noms espag-
7 DEL CASTILLO, M., Les toiles froides, Paris, Stock, 2001, pp. 12-13.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de lexil 163
nols sur les chemises cartonnes des manuscrits qui sentassaient sur mon
bureau, au-dessus des titres (C.P., p. 33).
Jai fait plus que de choisir un nom qui mattache ma haine. Depuis mon
premier livre, je nai pour ainsi dire cess de parler de lEspagne. En qua-
rante ans, ceux de mes romans dont laction ne se situe pas dans ce pays se
comptent sur les doigts dune main. Il ny a pas que les romans. Jai aussi
publi des ouvrages qui traitent de sa gographie, de son Histoire, du carac-
tre de ses habitants (C.P., pp. 12-13).
8 Cf. DEL CASTILLO, M., Le crime des pres, op. cit., p. 30.
9 Cf. GOMEZ-ARCOS, A., Lenfant pain, Paris, Seuil, 1983, p. 168.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
164 M. Carmen Molina Romero
Nous avons pris la route dUbeda qui droule ses lacets parmi les coteaux
plants doliviers. Aprs avoir parcouru cinq cents mtres environ, Alvear a
emprunt un sentier qui dvalait une pente. Je lavais suivi en riant mais non
sans inquitude: javais peur de salir ma soutane neuve. En marchant, nous
crasions des mottes dune terre rougetre. De minuscules fleurs blanches
maillaient la campagne, sous les oliviers. Nous devions nous courber pour
ne pas nous cogner aux branches qui sinclinaient vers le sol.
Les horloges et les cloches de Baeza ont branl lair par sept fois,
celles dUbeda leur ont rpondu comme un cho lointain. Lombre glissait
sur la valle, jusqu Jaen dont les lumires palpitaient dans le crpuscule.
Nous nous sommes assis sur un tronc recourb dun olivier, plant flanc
de coteau. Nous dominions le paysage de Baeza, notre droite, Ubeda, dont
les lumires scintillaient comme des toiles, jusqu Jaen et Sierra Mgina
(G.L., p. 91).
Ces oliviers qui les cernent seront les tmoins muets des premiers
contacts physiques entre les deux sminaristes et du drame qui se jouera
aprs: Jaime ces lieux bnis o jai connu le bonheur (G.L., p. 132). La
10 Cf. DEL CASTILLO, M., Le mange espagnol, Paris, Seuil, 1960, p. 123.
11 Cf. Ibid., p. 45.
12 Cf. Ibid., p. 63.
13 Cf. DEL CASTILLO, M., Gerardo Lan, Paris, Christian Bourgeois, 1967, p. 89.
Par la suite les rfrences loeuvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (G.L.,
p. X).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de lexil 165
plaine de Jaen plante doliviers, blanchie par le soleil ou bleuie par la lune,
est le dcor o se droule un combat entre lme et la chair.
Lespace chez Michel del Castillo ne senracine pas dans le sud comme
pour Gomez-Arcos14, en lisant ses romans nous pouvons parcourir presque
toute lEspagne: Madrid, Valence, Barcelone, Salamanque, Saragosse,
lAndalousie, le Pays basque. Sur la carte de lEspagne est inscrite une autre
carte pour Michel del Castillo, ce nest pas une carte du tendre mais celle de
la douleur et de la souffrance. LEspagne devient dans lesprit de lauteur un
lieu de retour obligatoire et de plerinage o pouvoir gurir de ses blessures.
Le crime des pres voque justement son deuxime retour Huesca quarante
ans aprs le voyage quil avait fait avec son oncle et sa tante en 1955, et qui
se superpose celui-ci. Lauteur qualifie lui-mme ces retours obstins en
Espagne de prgrinations o il semble guetter un signal.
Si chez Semprun laction ne se passe presque jamais en Espagne et que
chez Gomez-Arcos nous sommes toujours dans le sud ternel dune Espagne
ancestrale, Michel del Castillo vient retrouver dans lespace espagnol sa
mmoire personnelle et biologique mais aussi une mmoire historique qui
lui parle dorigines plus lointaines. Lespace se mlange au temps et
dclenche le voyage historique. Michel del Castillo sintresse non seule-
ment lEspagne du XXes., celle de son enfance et de son adolescence, mais
aussi limage de cette Espagne travers les sicles, depuis les Rois
Catholiques. cette Espagne de la guerre civile et du franquisme, sajoute
une vision diachronique plus large et dautres sicles de violence. Il a crit
ainsi des romans historiques (La tunique dInfamie) et des essais (Le sorti-
lge espagnol, Les louves de lEscurial).
Michel del Castillo partage toutefois avec lcrivain andalou lattirance
pour ces paysages arides et sans vgtation avec lesquels on associe
lEspagne. Paysages dcharns, paysages abrupts, paysages mles. Comme
la langue de ce pays, le paysage est mle et viril.
14 LAveuglon est le seul roman dont laction se droule compltement dans un autre
pays, le Maroc (dailleurs continuation naturelle du paysage dAlmeria). lexception de
Scne de chasse (furtive), qui a comme dcor une ville du nord assez anonyme, le reste de ses
romans convergent vers le sud. Le rfrent cest une ville du sud, prs de la mer.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
166 M. Carmen Molina Romero
dit des terres de son enfance, leurs reliefs agressifs et calcins, crass de
soleil et corrods par lrosion. Ici la vgtation se manifestait comme un
luxuriant don du ciel; chez lui elle tait comme une fragile flamme verte
arrache avec acharnement la malignit des dieux [] Le monde est beau
partout. Dans labondance comme dans la pnurie15.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de lexil 167
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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La nuit du Dcret, Paris, Seuil, 1981.
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GOMEZ-ARCOS, A., LAgneau carnivore, Paris, Stock, 1975.
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SEMPRUN, J., Le grand voyage, Paris, Gallimard, 1963.
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UNIVERSO REAL, UNIVERSO IMAGINARIO,
ESPACIO REAL, ESPACIO IMAGINARIO:
COLETTE, SIDO Y LA MAISON DE CLAUDINE
Segn Bachelard Tout rcit implique lespace. On ne peut pas raconter une
histoire sans voquer, ft-ce de la faon la plus discrte, le cadre dans lequel
elle se droule1.
Esta afirmacin es fcilmente aplicable a la obra de Colette en la que a
lo largo de sus novelas utiliza el espacio como referencia para situar la
accin en lugares especficos, unas veces reales y otras imaginarios. As va
a suceder sobre todo en general con su serie de las Claudine y en parti-
cular con La Maison de Claudine, obra escrita en la madurez de Colette y
que, a modo de intento de recuperar la poca de su infancia y de reconcilia-
cin con su pasado, publica basndose en hechos reales y a travs de sus
recuerdos pone en boca de Claudine como personaje imaginario y donde la
nocin del espacio se aglutina en tres derivados formados por tres universos
reales y a la vez imaginarios: La casa, la naturaleza y el universo de los ani-
males, tres espacios centrados en el espacio imaginario de la madre.
Muchos son los estudiosos de la obra de Colette y yo de igual manera al
considerarme una ms de entre ellos que pensamos, en que las circunstan-
cias de su vida coinciden con las de Claudine quien como Colette se siente
vida por recuperar su paradis perdu al que por circunstancias de la vida
tuvo que abandonar en el momento en el que todo ese universo privilegiado
de la infancia y adolescencia y que se reduca a su casa de Saint-Sauveur y
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
170 Mara Teresa Muoz Zielinski
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Universo real, universo imaginario, espacio real, 171
Cest un village et pas une ville. Les rues grce au ciel ne sont pas paves;
les averses y roulent en petits torrents, secs au bout de deux heures. Cest
un village, pas trs joli mme et que pourtant jadore.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
172 Mara Teresa Muoz Zielinski
de labricot mri sur espalier et le jardin du haut avec deux sapins jumeaux,
un noyer dont lombre intolrante tuait les fleurs, des roses, des gazons
ngligs, une tonnelle disloque.
Au lieu de la large maison et de son beau jardin, les Colette vivent dans une
petite maison troite qui na quune cour intrieure. Cest le moment l que
nat chez ladolescente la nostalgie de Saint-Sauveur et cette nostalgie ne
fera que grandir lorsque en jeune marie, elle ira vivre Paris dans un
appartement sombre et ne trouvera pas le bonheur dans le mariage
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Universo real, universo imaginario, espacio real, 173
Hlas les feuilles vertes! belles sortent de bonne heure ici. L-bas cest tout
au plus si les brochures dpines se voilent, longues distances, de ce
brouillard vert et suspendu sur leurs branches qui leur tissent leurs toutes
petites feuilles tendres.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
174 Mara Teresa Muoz Zielinski
Dans mon quartier natal, on net pas compt vingt maisons prives de
jardin. Les plus mal partages jouissaient dune cour, plante ou non, cou-
verte ou non de treilles. Chaque faade cachait un jardin de derrire pro-
fond, tenant aux autres jardins-de-derrire par des murs mitoyens. Ces
jardins-de-derrire donnaient le ton au village.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Universo real, universo imaginario, espacio real, 175
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
176 Mara Teresa Muoz Zielinski
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Universo real, universo imaginario, espacio real, 177
Je dmlais, heureuse, ces nourrices et ces nourrissons bien lchs, qui fleu-
raient le foin et le lait frais, la fourrure soigne et je dcouvrais que Bijou,
en trois ans quatre fois mre, qui portait ses mamelles un chapelet de nou-
veaux ns, suait elle mme, avec un bruit maladroit de sa langue trop large
et un ronron de feu de chemine, le lait de la vieille Nonoche inerte daise,
une patte sur les yeux.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
178 Mara Teresa Muoz Zielinski
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
BACHELARD, G., La Potique de lespace, Paris, Jos Corti.
COLETTE., La Maison de Claudine, Paris, Le livre de Poche, 1986.
RAAPHORST-ROUSSEAU, M., Colette, sa vie, son art, Paris, Nizet.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
TROIS FEMMES HORS QUATRE MURS, TROIS
FEMMES EN QUTE DHISTOIRE.
UNE LECTURE DE CLAIRE LACOMBE,
BERTY ALBRECHT ET CHARLOTTE
DE MICHLE FABIEN
DOMINIQUE NINANNE
Universidad de Oviedo
INTRODUCTION
Claire Lacombe, Berty Albrecht, Charlotte: trois personnages de lHistoire,
une militante de la Rvolution franaise, une rsistante de la Deuxime
Guerre Mondiale, une princesse belge. Trois figures fminines que Michle
Fabien1 a explores au thtre.
Ces femmes possdent en commun avoir subi lexclusion de lHistoire-
vnement et de lHistoire-mmoire2. En effet, elles ont agi sur un ter-
rain rserv jusquaujourdhui aux hommes, celui du politique, elles ont
empit sur le domaine interdit, au moment o se produisaient des boule-
versements laissant croire que les choses ntaient plus comme avant,
quune brche stait ouverte et que les femmes pouvaient partager laction
des hommes3. De cet espace enfreint, elles ont t cartes par la prison,
lexcution ou la folie; mais l exclusion est double, Claire Lacombe, Berty
1 Michle Fabien (1945-1999): auteur belge de langue franaise. Dabord critique lit-
traire, elle a travaill ensuite comme dramaturge et crivain de thtre pour lEnsemble
Thtral Mobile. Elle a adapt et cr une quinzaine de pices qui interrogent des figures de
lHistoire et de la mythologie.
2 DUBOIS, J., Les revenantes in Alternatives thtrales, n 63, 1990, p. 12.
3 Ibid., p. 12.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
180 Dominique Ninanne
CLAIRE LACOMBE
Parler depuis le nant
Claire Lacombe est le premier volet du diptyque Des Franaises, cr en
1989. Les didascalies situent la rvolutionnaire dans une nuit du mois daot
de 1795, une nuit quelle qualifie de gluante4, suante (C.B., p. 12). Elle
vient dtre libre de prison et cette sortie nest que le passage dun espace
creux vers un autre tout aussi vide. Lieu, couleurs, sons, odeurs, corps pro-
frs sont marqus par le nant. Le Paris quelle dcouvre na plus dodeur,
mme pas celle du sang (C.B., p. 11) et est plong dans le silence et lobs-
curit. Son corps mme a t soumis un processus de dtachement, de
dpouillement par lexprience de la prison. Sous lapparence dune enve-
loppe corporelle cohrente, Claire Lacombe prouve son corps comme un
corps tranger, morcel, dtruit, une chair vif, sans sens ni utilit:
4 FABIEN, M., Claire Lacombe et Berty Albrecht, Paris, Actes Sud-Papiers, 1989, p.
11. Par la suite les rfrences cette uvre seront indiques entre parenthses dans le texte,
(C.B).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 181
Femme Lacombe, vous tes acquitte. Vos intentions sont pures envers la
Rpublique, nous le reconnaissons. Quand je fus arrte, elles taient pures,
mes intentions, bien plus pures que la Rpublique (C.B., p. 12).
Ce qui subsiste dans ce dsert est le pass, des traces (cest dailleurs le
sous-titre de la pice) dun pass vital, que Claire Lacombe peroit quelle
ne peut laisser schapper et rejoindre loubli: Et tout ce pass que jai eu
et qui risque de seffacer Comment le ? (C.B., p. 11). Se remmorer
le pass par bribes et le questionner est la tche que se donne Claire
Lacombe, entoure de compagnes, la porte de la prison: cest ici quil faut
parler, parler encore, il faut essayer de comprendre (C.B., p. 14).
Les rues, les marchs sont les lieux quotidiens de rencontre des femmes
et dchange dopinions. Un pas de plus est ensuite amorc: lespace fami-
lier est rendu politique ou est dpass pour de nouveaux horizons. Claire
Lacombe et son ancienne compagne rvolutionnaire Anne Colombe, impri-
meuse de son tat, se souviennent des quartiers dans lesquels les femmes ont
exig du pain ou des rformes. Les grands faits de participation fminine de
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
182 Dominique Ninanne
la Rvolution sont voqus par bribes parfois une anecdote, toujours une
date et un toponyme:
Au faubourg Saint-Antoine, () elles avaient faim, encore, cest pour
manger, seulement pour manger, quon se bat aujourdhui. () Prairial An
III5 (C.B., p. 15).
Souviens-toi, Anne, le quartier des Lombards, en fvrier 936, ce quar-
tier merveilleux dont les odeurs me reviennent prsent (C.B., p. 15).
Octobre 1789, les journes Versailles7, a te dit quelque chose? (C.B.,
p. 26).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 183
Peut-tre, si je revois nos murs, si jentends nouveau mes pas sur le plan-
cher, si je retrouve notre odeur, tabac, transpiration de femmes, parfums de
pauvres. Pourrait revenir lcho de tous ces mots qui ont travers lair, ces
discussions, toutes ces voix, aigus parfois, sincres toujours, maladroites,
mais exigeantes Les murs, peut-tre, gardent des traces (p. 20).
Des revenantes qui hantent les lieux, et qui refont, encore et encore et
toujours. Les ombres laisseront des traces (C.B., p. 21).
Claire Lacombe se souvient aussi de sa premire intervention
lAssemble o elle offre sa personne la Rpublique. Moment important
qui cristallise la place dun corps et dune parole propres de femme dans un
lieu civique:
Alors, je ne suis plus en eux, mais devant eux, je les regarde, je suis moi,
ils sont eux, l devant, en face, leur place. Moi, la mienne. Je les regarde.
Ils sont beaux, elles sont belles. Alors, deuxime dcision: je respire et je
parle, eux, tous, l, qui le veulent. Et cest moi, Claire Lacombe, ne dans
lobscure Arige, en 1765, de parents anonymes, ngociants de campagne
inconnus, et je dis actrice et sans place, voil ce que je suis; cependant, ce
qui devrait faire lobjet de mon dsespoir rpand dans mon me la joie la
plus pure. Et cest vrai: mon personnage est ma personne, les mots que je
dis sont les miens, ils sont ce que je pense; ils sortent seuls, et cest facile.
Et jtais comme une premire femme qui parle pour la premire fois Et
je suis contente dtre actrice, et dtre sans emploi, car cest ici que je veux
memployer dans la vie vraie, car je sais ce quil faut faire (). Et enfin je
termine: Je nai que ma personne, et je veux la donner pour ma patrie
(C.B., p. 21).
Ce qui est soulign une fois de plus est la ncessit dune vie, vraie et
utile qui pourrait clore dans lespace public et politique. La mmoire de
Claire Lacombe sarrte sur un troisime indice de cette pntration dans
lespace de lautre masculin, laffrontement entre les femmes du club et les
poissardes propos du port de la cocarde8:
Je voulais quon oblige les femmes aussi porter la cocarde. Que les
femmes aient le droit, le devoir, elles aussi, de se reconnatre dun coup
dil, de se comprendre, de montrer quelles se placent, dans la Rpublique
8 La question des cocardes a dchir les esprits en aot et septembre 1793. A la suite
daffrontements entre des femmes qui portaient la cocarde et dautres qui la refusaient, la
Commune a tabli, le 21 septembre, un dcret en obligeant le port, comme pour les hommes
de la Rvolution.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
184 Dominique Ninanne
Lenjeu ici est lgalit entre hommes et femmes et lentre relle de ces
dernires dans la citoyennet: appeles citoyennes, elles sont en fait dpour-
vues des droits de la citoyennet. Revendiquer le port de la cocarde implique
prolonger les droits des femmes reconnues membres du Souverain, premier
pas qui devait tre suivi dautres conduisant finalement une citoyennet
fminine complte par loctroi des droits politiques du citoyen (porter les
armes et voter)9.
Les femmes existent-elles en Rpublique? Tel est le doute qumettent les
deux militantes. Anne Colombe, au dpart double fminin de Claire Lacombe
dans laction, y rpond par la ngative et dconstruit, un un, les arguments
de sa compagne. Le combat fminin de la Rvolution est marqu par une illu-
sion trompeuse. Les femmes se sont seulement cru natre, possder une
parole, dominer leur corps, habiter un nouvel espace. Lassociation entre lac-
couchement et une nouvelle vie est dtourne par limprimeuse; la dlivrance
nayant pas donn lieu la naissance de femmes libres, mais seulement des
ftus: Et les ftus, cest nous! Nous avons cru que nous naissions, les
femmes, mais ctait une erreur, une monstrueuse illusion; faux, tout cela,
tout faux. () Nous sommes nes mortes! (C.B., p. 15).
Elles sont nes ftus, ou bien pantins, automates; de toute faon, elles
ne sont pas des corps dous dautonomie et de matrise. Elles ne sont que des
poupes manipules par les ficelles du patriarcat rvolutionnaire, retournant
vers le nant:
Ils ont besoin de nous, ils nous prennent; nous gagnons avec eux, ils nous
jettent. Alors, nous restons l Des pantins aux ficelles qui tranent dans la
boue et salourdissent sous nos pas, freinant vers limmobilit, fatigue,
sommeil, brouillard Nous ne pouvons rien faire (C.B., p. 15).
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Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 185
Lidal des militantes est la femme libre; et cette libert, tourne vers
lintrt gnral et non plus particulier, passe par un refus de la coquetterie10
(Godineau, 1989, p. 279). Mais la diffrence des hommes dont la salet
peut se nettoyer avec des mots lintrieur de la tte, les femmes ne pos-
sdent pas de mots (C.B., p. 19) ayant cette capacit. Les rvolutionnaires
des rues sont refltes dans un langage qui nest pas le leur et sont soumises
un processus de dngation, de classe et de genre (les femmes seraient les
pauvres des pauvres, C.B., p. 25): Nous sommes sans sans-culottes,
sans biens, sans proprit, sans histoire, sans vertus, sans futur. Sans-
culottes dabord! Femmes ensuite (C.B., p. 19).
Les mots quelles profrent sont aussi bien souvent supplants par ceux
de lautre dans un processus qui nie leur action rvolutionnaire pour la trans-
former en subversion et dbauche:
10 Ibid., p. 279
11 Ibid., p. 347.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
186 Dominique Ninanne
car la parole est censure. Anne Colombe voit dabord son journal interdit
puis, la rpression se faisant plus oppressante, toutes les socits fminines
sont supprimes le 31 octobre 1793; la cl du local servant de runion aux
femmes du club qui fait tant rver Claire Lacombe nest dailleurs pour Anne
Colombe plus que la cl de songes avorts (C.B., p. 14). Echec encore, car
les revendications des militantes sont menaces de loubli Anne Colombe
pressentant dj ici lorientation dun discours historique futur: Envols,
foutus, termins, nos mots se sont vapors dans la nature ou briss contre
un mur; prsent, nos corps mme sont de trop. () Prairial An III et qui
sen souviendra? (C.B., p. 15).
Enfin, Anne Colombe dnonce la volont masculine de rclusion des
femmes dans lespace priv. Alors que les militantes revendiquent partir de
lt 1793 avec de plus en plus de force leur participation au Souverain et
la citoyennet, beaucoup dhommes voient ces manifestations dun mauvais
il et limmense majorit des rvolutionnaires et, parmi eux, les Jacobins,
restent massivement partisans, quelques exceptions prs, du retrait de la
femme dans la vie domestique12. Lidal de la femme promu par les dis-
cours sera donc celui de la mre de famille, divinit du sanctuaire domes-
tique13 reine isole dun foyer o les ventres sont creux (C.B., p. 16),
sainte qui ne peut tre fatigue, dcourage, blesse, misrable (C.B.,
p. 19) comme son mari, affirmera Anne Colombe. Peu avant que Claire
Lacombe ne sorte de prison, la suite des insurrections du mois de mai
1795, la Convention ritre dailleurs lexclusion des femmes de lespace
public et civique en leur interdisant dentrer dans ses tribunes et en leur pro-
hibant les attroupements en rue de plus de cinq. Le silence et la solitude du
foyer gagnent les rues de Paris.
Anne Colombe conclut que la parole na plus lieu dtre (Nous avons
tout dit, cest fini. Il ny a rien dire, plus rien, C.B., p. 14) et, dsabuse,
rsume la situation de la femme dans la socit patriarcale: Ils veulent nous
isoler, nous museler, notre avenir est hors de lHistoire, entre quatre murs
(C.B., p. 16).
Nous, nous sommes labme de lHistoire. On ne fait pas lHistoire au
fond dun prcipice (C.B., p. 20).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 187
Quelles alternatives?
La logeuse, porte-parole de la faction des modres de la Rvolution,
constate aussi loppression de la femme dans un systme patriarcal, mais ne
souhaite pas que les femmes continuent de sengager dans la voie de la
rvolte. Elle propose ds lors Claire Lacombe de vivre avec elle et de
domestiquer son corps: retrouver possession de son corps en le rendant
propre et le plier la vie close du foyer et de ses tches. Ce quelle propose
en dfinitive est de taire la parole au profit du travail avec les mains comme
cl pour la vie:
Je te donne mon toit, mes murs, jai du savon, tu pourras te laver aussi long-
temps que tu voudras. Tu frotteras ta peau, cela te nettoiera la tte. Et quand
les mots seront partis, je tapprendrai les mains. Les mains qui lavent, les
mains qui soignent, les mains qui ptrissent la pte, qui coupent les
lgumes, qui pluchent, les mains qui cousent, qui ravaudent, les mains qui
font que lon peut vivre et non les mots qui indisposent (C.B., p. 22).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
188 Dominique Ninanne
BERTY ALBRECHT
La stle commmorative pour dclencher la mmoire
Au dbut du deuxime volet de Des Franaises, Berty Albrecht, une journa-
liste commente la stle commmorative15 de la rsistante du groupe Combat,
excute en de mystrieuses circonstances. Un monument entre lancien et
le nouveau Paris, le marbre et le bronze, deux dates, deux mdaillons: Berty
Albrecht serait-elle double?, se demande la journaliste. Sur le socle grav,
tout est dit, donc rien (C.B., p. 35) et la pierre, lisse, ne reflte rien non
plus. Sapproche Mireille Albrecht, la-fille-de-Berty-Albrecht (C.B.,
p. 35) qui affirme ne plus savoir qui elle a connu. La journaliste propose
alors pour la premire fois, mais elle rptera maintes reprises lobjectif au
fil du dialogue, de rester auprs du monument et de chercher Berty Albrecht,
non pour ce quelle cache, mais pour ce quelle pourrait nous faire dire
(C.B., p. 36). Cette poursuite recouvre une ncessit, car elle permettrait aux
femmes de se situer dans une sorte de gnalogie fminine et de trouver une
15 Elle a t inaugure le 28 octobre 1988 par Franois Mitterand, peu avant que soit
crite la pice.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 189
Pour moi, elle na ni visage, ni corps. Pas dimage () cest un mot, ou plu-
sieurs, cest une histoire vraie comme une lgende et dans laquelle par-
fois je flotte sans trop savoir o me placer, moi non plus. Parfois, je suis
comme elle, prsente et absente la fois. Berty Albrecht, elle est l, nous
devons la chercher, il faut continuer; cest bien, on avance (C.B., p. 42).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
190 Dominique Ninanne
Berty Albrecht: Je veux savoir, je veux connatre dans mon corps la vri-
table vie de ceux que je dfends, de celles surtout, elles en ont tant besoin,
pour qui je veux me battre, avec qui
Frdric Albrecht: () Jaime toi, ton corps, ton rire, tes mots. Et puis
regarde-toi, comment peux-tu imaginer? Jamais tu ne seras une ouvrire. Le
moindre chiffon sur ton corps semble coup par un grand couturier (C.B.,
p. 40).
Ce qui est en jeu ici est aussi une question de savoir. Exigeante avec
autrui, Berty Albrecht simpose un apprentissage avant dentreprendre lac-
tion (cest dailleurs le second leitmotiv, pouss jusqu la saturation, qui
martle son discours). Dautre part, elle prouve un cartlement au niveau
des mots. La parole quelle dsire profrer, fondamentalement sociale, doit
tre tue sur les injonctions de son poux banquier. Sous la menace de la cen-
sure et de linutilit, Berty Albrecht, comme Claire Lacombe, dcide donc
de quitter le foyer en qute dune place:
La pice retrace les diffrents dparts qui sont une rponse au constat
dimpuissance du corps ou de la parole. A Vierzon, Berty Albrecht prouve
la faiblesse du corps, du corps fminin insiste-t-elle, face loccupant alle-
mand:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 191
A nouveau ici se profile le savoir, non pas tant celui dun apprentissage,
mais un savoir intuitif fminin et ancestral, absolu aussi (il nest pas besoin
de toujours citer le complment direct du verbe, comme lors du cri de folie
de Claire Lacombe), qui soude entre elles les femmes:
Jai plant mes yeux dans les siens, elle, cette jeune fille hagarde elle
savait, elle aussi. Lai agrippe avec mon il. Je voulais quelle sache,
quelle comprenne, au moins cela, quil ne fallait pas se battre, et pas se
dbattre non plus (). Elle a compris, je le sais, je lai su. Elle est sortie un
peu absente, avec cette ignoble chose en uniforme (C.B., p. 46).
17 Cette revue, fonde par Berty Albrecht en 1933, sappelle en ralit Le problme
sexuel et visait linformation et lmancipation de la femme.
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192 Dominique Ninanne
Sappliquer, tous les jours de sa vie, ne pas devenir folle. Et cela, je lai
fait. A lasile, je lai su, seulement lasile, quand jai pouss mon cri, mon
grand cri dhystrique (). Cest tout mon corps, alors, qui sest pouss
dedans, qui est devenu ce cri, aigu, tendu, tenu, strident, magnifique. Cest
mon corps tout entier qui sest gonfl de lair pour devenir cette voix que je
ne connaissais pas, ce plaisir tout nouveau dans le ventre qui devient gorge,
et ce corps inconnu, emport par le cri, qui envahit tout, traverse le mur de
pierre Jouissance. Immense. Inoue. Calme, ensuite, bien tre Trop.
Danger. Entre le silence et le cri, comment peut-on revivre aprs avec un
corps lourd, dans la pesanteur, et lair autour, trou? (C.B., pp. 38-39).
Cette mort-l nest pas dans mes moyens. Je ne peux pas vivre avec elle.
Sans doute, moi, je ntais pas prte (C.B., p. 57).
CHARLOTTE
Une actrice pour tre le matre duvre dune image de sa vie
Charlotte est la dernire pice de Michle Fabien, acheve en 1998. Lauteur
sintresse ici un personnage de la vie royale de son pays, la Belgique et
laborde, comme de coutume, par une recherche historique exigeante18.
LHistoire retient la destine tragique de Charlotte: fille de Lopold Ier et
pouse de Maximilien de Habsbourg, elle a rgn sur le Mexique trois
courtes annes (1864-1867) et, lentreprise du Mexique ayant tourn
lchec (le couple est abandonn au niveau politique par Napolon III et le
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 193
Pape, Maximilien est fusill), elle sombre dans une nuit de folie longue de
soixante ans.
Dans cette pice, la plus labore de Michle Fabien, deux personnages,
deux doubles Charlotte 1 et Charlotte 2 dialoguent, se racontent et saffron-
tent. Aprs Claire Lacombe, le thtre dans le thtre resurgit. Au dbut de
la pice, Charlotte 1 fait appel une actrice qui, se demande Charlotte 2, lui
permettrait dtre le matre duvre dune image de sa vie? (Ch., p. 11)19.
Par la fiction, Charlotte 1 retrouverait une identit et une image propres:
Charlotte 1: Je demande une actrice pour des mots, pour un corps, pour des
images, pour des ides, aussi, peut-tre, pourquoi pas? Une actrice qui
serait moi sans ltre tout fait, aurait mes mots, mon corps, mon image,
mes ides pas ma vie; mais qui aurait, quand mme, mon exprience (Ch.,
p. 10).
Au doublet corps et mots, qui vhiculent des ides, omniprsent dans les
deux uvres antrieures sajoute ici la revendication explicite dune image,
dune reprsentation personnelle. Pour Michle Fabien, en effet, la femme
en gnral est inscrite dans le patriarcat, est toujours prise dans une histoire
qui nest jamais la sienne, quelle na jamais loccasion de contribuer di-
fier; parce quelle est victime dune symbolique quelle na pas invente20.
Cependant, Charlotte 2, qui constamment conteste les assertions de sa com-
pagne, la met en garde contre un thtre semblable une rengaine, ptrifiant
ltre et son histoire dans une image qui nest pas la sienne, comme pouvait
ltre la stle funraire de Berty Albrecht:
Ovations, bravos, une foule en dlire, qui pleure et compatit, se lve et bat
des mains. Et puis a recommence encore soir aprs soir, a rpte et a re-
rpte, recommence et redit jusqu la ptrification, la sclrose, lautoma-
tisme, la nause, lhabitude Alors, lhistoire qui sest construite avec des
mots vivants, un corps vivant, une tte vivante, cette histoire-l sachve,
fige ses contours jamais, se dfinit compltement, immuable; elle s-
loigne, se fossilise, se grave on ne sait o, comme un nom sur une stle rem-
place une personne. Comme le marbre ou le granit remplacent la chair ou
le sang. Comme une image remplace une personne (p. 12).
19 Tous les extraits de Charlotte proviennent de FABIEN, M., Charlotte, Sara Z.,
Notre Sade, Bruxelles, Labor, 2000. Par la suite les rfrences cette oeuve seront indiques
dans le texte (Ch,, p. X).
20 DORT, E. - FABIEN, M., Tout mon petit univers en miettes; au centre quoi?,
Alternatives thtrales, n. 3, 1980, p. 63.
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194 Dominique Ninanne
La condamnation lerrance
Vous tes pour eux ltrangre, lautre, celle quon ne peut entendre, celle
quon refoule et qui perptuera son voyage, errant, peut-tre jamais sur
des mers inconnues (Ch., p. 29).
Tels sont les mots que Charlotte 2 prononce pour dire comment, au
retour du Mexique, Charlotte fut perue par les Europens. Mais lerrance et
lostracisme perptuels caractrisent plus largement la destine de la prin-
cesse. La parole de Charlotte, au gr du flux de la mmoire, sarrte sur les
diffrents lieux o elle a vcu: Milan21, Miramar22, Funchal23, Chapultepec
et Cuernavaca au Mexique24, la France, le Vatican25, Laeken, Tervuren et
Bouchout en Belgique26, En examinant lexclusion quelle a subie,
Charlotte 1 se limite compter jusqu neuf: neuf villes, ces villes aux
lourdes portes qui se sont refermes sur moi: la ville dedans, et moi dehors
(C.B., p. 48), image quasiment thbaine27.
La forclusion se dcline diffrents niveaux et comme le souligne
Jacques Dubois, elle remonte aux origines28:
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Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 195
Le corps de limpratrice est habit par une chose trange qui la rduit
au silence. Celle-ci stait dj manifeste durant la nuit de noces, o pour
la premire fois, Charlotte prouve limpuissance de son corps de femme:
Charlotte 2: Mon corps dit non, tout mon corps; mais lui, il na rien
entendu, il ne doit pas entendre, pas savoir. Ma bouche dit Viens, mon
sexe dit Va-ten. Lui na rien entendu, je me sens empale, force,
fendue, il gmit, moi aussi, en mme temps
Charlotte 1: Une chose trange est ne en moi, visqueuse comme limpuis-
sance, qui rampe lintrieur et me dit daccepter, de me taire. Angoisse?
Peur? (Ch., pp. 24-25).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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Du haut de cette folie dans laquelle elle se rfugie, tout en sen dfen-
dant, Charlotte parle et expulse la chose qui la rduisait au silence, comme
lont fait Jocaste qui relche son ventre pour vomir la terreur et lhorreur ou
Berty Albrecht, qui juste avant le dernier dpart, ct de la stle, dit que sa
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Trois femmes hors quatre murs, trois femmes en qute dhistoire 197
gorge na plus rien vomir (p. 66). Une manire, pour ces femmes, dac-
coucher29 delles-mmes
Dans son parcours mmoriel, Charlotte se rapproche peu peu de sa
situation prsente la chteau de Laeken, ensuite celui de Bouchout o elle
est enferme depuis 1879. Elle imagine les moyens de schapper et dcide
dcrire Charles Loysel, pour quil serve dintermdiaire entre Napolon et
elle. Son action ne peut tre quefficace, vu sa propre impuissance de
femme: Rien ne lempche de parler, lui, cest un homme (Ch., p. 50).
Identifications bibliques, dsirs sadiques et masochistes, troubles didentit
senchevtrent de manire effrne jusqu la fin du texte. Charlotte voudrait
vivre aussi son Golgotha ou Queretaro (le lieu o a t excut Maximilien),
mais elle constate quune femme ny a pas droit:
CONCLUSION
Sur la scne du thtre, trois femmes et leurs compagnes ont tent de se dire.
Elles ont dcroch des mots (comme dans Jocaste) pour tmoigner de leur
entre dans un espace public vital, politique ou social, la recherche dune
place pour leurs mots, savoirs et corps. Elles ont voulu ainsi se dtacher des
symboliques qui leur avaient t assignes et conqurir une image propre.
29 Rsonne ici le concept dabjection tudi par Julia Kristeva. Elle lie lexpulsion de
lhorreur, de labject (cest--dire ce qui perturbe une identit, un systme, un ordre. Ce qui
ne respecte pas les limites, les places, les rgles. Lentre-deux, lambigu, le mixte, KRIS-
TEVA, Pouvoirs de lhorreur. Essai sur labjection, Paris, Seuil, 1980, p. 12) et laccouche-
ment dune identit: je mexpulse, je me crache, je mabjecte dans le mme mouvement par
lequel je prtends me poser. () Dans ce trajet o je deviens, jaccouche de moi dans la vio-
lence du sanglot, du vomi. KRISTEVA, Ibid, p. 11.
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198 Dominique Ninanne
Toutes trois disent aussi comment elles ont d rapidement sclipser rapide-
ment de ce nouvel espace. Un recours, alors? Peut-tre le refuge dans un
espace imaginaire, celui de la folie.
Sur la scne de thtre, le rideau tombe. Claire Lacombe, Berty Albrecht
et Charlotte sont seules, le corps las30 . Le cours de lHistoire na pas t
modifi; perdantes, ces femmes restent perdantes, mais des perdantes
lucides; de la parole a eu lieu.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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LESPACE ET LES MOTS
DANS L IMAGINAIRE MERNISSIEN
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200 Antonia Pagn Lpez
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Lespace et les mots dans limaginaire mernissien 201
Mon enfance tait heureuse parce que les frontires taient claires. La pre-
mire tait le seuil qui sparait le salon de mes parents de la cour principale.
Je ntais pas autorise quitter notre seuil et jouer dans la cour, le matin
avant le rveil de ma mre, ce qui voulait dire que je devais mamuser de
six huit heures sans faire de bruit (R.F., p. 8).
... des activits prfres des gens, telles que se promener, dcouvrir le
monde, chanter, danser et exprimer son opinion, font partie de la catgorie
des interdictions absolues pour les femmes. Le bonheur dune femme viole
la qaida. En fait la qaida se rvle souvent plus dure que les murs et les
barrires (R.F., p. 63).
Fatima Mernissi affirme que dans tout groupe humain il existe une
qaida, une coutume, une tradition, une loi invisible (R.F., p. 62), et que
ces lois psychologiques sont encore plus rigides que les frontires physiques
du harem qui rtrcissent lespace de mouvement des femmes et les privent
de libert. Le respect des frontires idologiques est aussi un moyen de pr-
server lidentit culturelle autochtone de lacculturation coloniale: Mon
pre rpondait que les frontires protgeaient de lidentit culturelle, et que
si les femmes arabes commenaient imiter les Franaises (...) il ny aurait
plus quune seule culture. La ntre mourrait (R.F., p. 174). Les frontires
idologiques, transcendant le domaine de limaginaire, circonscrivent la
sphre sociale, lespace physique de la mdina arabe, ainsi que lintrieur du
harem, microcosmos de lespace urbain. Dans lespace clos du harem les
femmes ont le droit dexister3, leurs sorties tant limites lespace extrieur
3 Il faut prciser que le mot harem variation du mot haram signifiant interdit, pros-
crit dsigne lendroit et les personnes qui lhabitent. La notion du harem correspond celle
de famille tendue, dans laquelle le mari met sa femme, ou plusieurs femmes, avec ses enfants
et ses proches sous sa protection. La notion de harem domestique diffre de celle du harem
imprial des sultans ottomans et est tout fait dpourvue des attributions rotiques de ce der-
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202 Antonia Pagn Lpez
nier. Fatima Mernissi est ne dans lun des derniers harems domestiques de la ville de Fs,
quelle remmore par la reconstitution autobiographique dans Rves de Femmes.
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Lespace et les mots dans limaginaire mernissien 205
5 Djinn. Esprit autoritaire qui prend possession des gens et les oblige suivre des
comportements tranges qui subvertissent les normes sociales et traditionnelles. Les femmes
possdes par ces esprits perdent le sens des hudud et transgressent les rgles.
6 Assia Djebar parle de cette sparation traditionnelle de lespace dans sa maison
familiale, dont la bibliothque, espace de savoir et dcriture, apparat comme domaine mas-
culin, auquel les femmes navaient pas daccs, in LAmour, la fantasia, Paris, Albin Michel,
1995.
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206 Antonia Pagn Lpez
7 Fatima Mernissi affirme que ce livre nest quune fiction racontant les souvenirs
dune enfant de sept ans et que cet enfant ainsi que le personnage de la mre sont deux tres
fictifs.
8 VITIELLO, J., criture fminine maghrbine et lieux interdits, in Nouvelles cri-
tures fminines 1, Notre Librairie, 1994, p 80.
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Lespace et les mots dans limaginaire mernissien 207
mlanges taient ceux base de henn. (R.F., p. 214) Dans une atmosphre
dcontracte et vivante, colore et lumineuse, la cour devient subitement un
salon de beaut fminin en plein air, antichambre du hammam, un autre
endroit caractre nettement fminin. Les soins esthtiques dans la cour pr-
cdent habituellement le bain rituel au hammam. Ce rituel se compose de
plusieurs phases qui aboutissent au bain dans la douceur tide et vaporeuse
du hammam, espace essentiellement fminin tant par la symbolique de leau
lie la fminit que par lexclusivit des femmes sur cet espace interdit aux
hommes. Dans cet endroit clos et humide les femmes se dvoilent et se dnu-
dent, se relaxent, se livrant de langoureuses conversations9. Aprs le bain
les corps, renaissant par leffet purificateur de leau, se reposent et les
femmes boivent des breuvages rparateurs comme la dlicieuse zeria10 qui
fait les dlices des enfants et des adultes. Une dernire phase du bain au
hammam est le rituel du parfum. Les femmes rhabilles et voiles font brler
sur de petits rchauds des parfums au musc, lambre et dautres senteurs
aromatiques dont la fume imprgne vtements et cheveux. Lactivit du
hammam est la plus agrable des tches de la vie au harem, non seulement
parce quelle permet aux femmes de sortir dans les rues pour se rendre au
bain, mais aussi par la transformation qui sopre en elles: le bain est vcu
comme une mort symbolique qui entrane une renaissance. La rconfortante
participation au rituel du bain est vcue par la jeune Fatima comme un acte
magique: la magie du rituel du hammam ne venait pas seulement du senti-
ment quon venait de renatre, mais de limpression quon avait eu un rle
jouer dans cette renaissance (R.F., p. 217). Le rituel du bain nest pas pour
Fatima une simple question dordre physique et esthtique, il a dautres
connotations lies la beaut intrieure, aux qualits morales de ltre
humain, dpassant ainsi la notion de beaut physique, tel que le considre
tante Habiba: la beaut est intrieure. Il suffit de la faire sortir (R.F.,
p. 217).
9 Fatima Mernissi remmore merveille les sances au hammam comme des jours
de liesse, dans lesquels femmes et enfants peuvent sortir au-dehors librement. Le bain est lieu
de plaisir, damusement et de dtente; les enfants y participent avec le clan des femmes de la
famille; sattardant sur les diffrentes phases du rituel, elle nous rend une vision idyllique du
bain, qui diffre de celle quAssia Djebar transpose dans son oeuvre; celle-ci nous le dcrit
comme lieu de libration des interdits: le dvoilement du corps entrane le dliement de la
parole et le soulagement de la souffrance Femmes dAlger dans leur appartement.
10 Zeria. Breuvage labor partir de graines de melon pulvrises, mles dans le
lait avec quelques gouttes deau de fleur doranger et une pince de cannelle. Cette boisson
tait seulement servie au hammam pendant la saison estivale.
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208 Antonia Pagn Lpez
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droit des femmes aimer et se manifester librement dans une socit touf-
fante par son traditionalisme, rprimant lexpression du dsir fminin et leur
besoin dmancipation: [...] la seule vie qui est digne dun tre: sans fron-
tires sacres ou pas. Une vie aux odeurs nouvelles qui ne rappellent rien
dancestral (R.F., p. 107). Les femmes du harem svadent de leur crasante
ralit travers la magie des mots quopre la reprsentation thetrale dans
lespace interdit de la terrasse. Le thtre, criture des rves, agit en
catharsis libratrice introduisant ces femmes opprimes dans un espace de
rverie, lieu privilgi de limaginaire mernissien. La terrasse, territoire
fminin o les hommes ne sont pas autoriss monter, espace ouvert comme
la cour, a, cependant dautres fonctions et usages qui lloignent de celle-ci
et qui transcendent les limites de lvasion et du rve, tout en tant lies au
domaine de limaginaire. La terrasse, le lieu le plus lev du harem, lieu
secret, ouvert aux lments, a une valeur polyvalente, Cest le lieu du culte
de lesprit, de la communication avec les astres et avec les forces de lau-
del. Elle devient espace sotrique o se ralisent des pratiques rituelles
magiques. Chama sy livre des incantations secrtes et aux pratiques de
shour13 tout en mmorisant des formules magiques denvotement:
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210 Antonia Pagn Lpez
14 ONG, W. J., Orality and Literacy: The Technologizing of the Word, Londres et New
York, Methuen, 1982.
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Lespace et les mots dans limaginaire mernissien 211
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212 Antonia Pagn Lpez
dune culture une autre, les armes les plus efficaces pour dtruire les
frontires et pour construire une socit plus juste, fonde sur lgalit de
sexes. Tel est le rve de la mre de Fatima qui dsire pour ses filles une vie
diffrente de la sienne, libre des frontires du harem:
Tu vas changer le monde, toi nest-ce pas ? Tu vas conduire des voitures et
des avions (...). Tu vas crer une plante sans murailles ni frontires, o les
gardiens seront en vacances tous les jours de lanne. Un long silence sui-
vait ses paroles, mais la beaut des images voques sattardait, flottant
dans la cour du harem comme un parfum, un rve. Invisible, mais si puis-
sant (R.F., p. 194).
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Lespace et les mots dans limaginaire mernissien 213
Elle encourage dans ce sens les femmes du harem, qui ne possdent rien,
mme pas la libert de sortir, avoir un rve: Lessentiel pour ceux qui
nont aucun pouvoir est davoir un rve (R.F., p. 206). Seulement les rves
peuvent librer les femmes du confinement quotidien et les aider sur-
monter toutes les entraves propres leur condition: la dignit, Cest
davoir un rve, un rve fort qui vous donne une vision, un monde o vous
avez une place, o votre participation, si minime soit-elle, va changer
quelque chose (R.F., p. 206). Ces femmes, tant exclues socialement dune
identit individuelle, ont pour seule issue la construction dune identit dans
le terrain mouvant de limaginaire et des rves.
Par rapport aux femmes illettres, confines traditionnellement les-
pace clos du harem, lcole, dans lespace extrieur de la mdina, apparat
comme un lieu privilgi, qui permet la petite Fatima laccs libre au
dehors. La valeur de cet espace est double en ce quil introduit lenfant dans
une autre culture et dans une langue trangre, ce qui entrane une premire
conqute du dehors, de lespace social. Fatima peut parcourir librement la
rue, dans le petit trajet qui la conduit lcole, sans la permission paternelle:
Jtais folle de joie dtre ainsi dans la rue en pleine journe, et je parve-
nais parfois embrasser les nons aux yeux humides et doux, leur parler...
(R.F., p. 191).
Ce que Fatima aime dans le nouvel espace de lcole nationaliste15, si
diffrent de lespace hermtique du harem familial, cest la possibilit de cir-
culer librement dans les espaces physique et intellectuel, douvrir sans inter-
dictions les portes tout en frappant discrtement, ainsi Fatima nous dit:
chez nous, les portes taient soit ouvertes, soit fermes, mais il ntait pas
question de frapper. Dabord cause de lpaisseur des portes et de limpos-
sibilit de les pousser, mais aussi parce quun enfant ntait pas autoris
ouvrir ou fermer une porte lui-mme (R.F., p. 191). Lcole marque une
tape nouvelle dans la vie de Fatima par laquelle les frontires commencent
seffriter assurant la conqute de lespace extrieur. Dautre part lacquisi-
tion dune instruction et la connaissance dune langue trangre, le franais,
langue du colonisateur, frayent le chemin vers lmancipation future de len-
fant. Par cet acte symbolique douverture lcole lui fournira les lments
ncessaires pour conqurir une identit individuelle et sociale et pour la
totale abolition des frontires. la fin de ce parcours autobiographique,
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214 Antonia Pagn Lpez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace et les mots dans limaginaire mernissien 215
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LAS MUJERES EN EL ESPACIO VELADO
DE LA ESCRITURA. UNA REALIDAD
INVOLUNTARIA
A partir de la segunda mitad del siglo pasado y, sobre todo a partir de lo que
se ha considerado como el grand sisme1, el Mayo del 68 francs, las
mujeres han revindicado cada vez ms su propio espacio en la tradicin lite-
raria. Un breve recorrido por el panorama socio-poltico y literario de esa
poca nos va a permitir adentrarnos en la escritura de autoras como Hlne
Cixous, Marie Cardinal y Monique Wittig que, en esa poca, plasmaron en
sus textos una realidad a la que llamaremos involuntaria.
Simone de Beauvoir, en el prlogo a Histoires du M.L.F., subray la
importancia del MLF (Mouvement de Libration des femmes) como deto-
nante ante una situacin socio-poltica insostenible.
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218 Amelia Peral Crespo
3 PICQ, F., Libration des femmes. Les annes-mouvements, Paris, Seuil, 1993, p. 57.
4 PICQ, F., ibid., p. 23.
5 Cf. ALBISTUR, M. - ARMOGATHE, D., Histoire du fminisme franais, vol. 2,
Paris, Des femmes, 1977.
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Las mujeres en el espacio velado de la escritura 219
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220 Amelia Peral Crespo
Elles disent qutant porteuses de vulves elles connaissent ce qui les carac-
trise. Elles connaissent le mont le pnil le pubis le clitoris les nymphes les
corps et les bulbes du vagin. Elles disent quelles senorgueillissent juste
titre de ce qui a longtemps t considr comme lemblme de la fcondit
et de la puissance reproductrice de la nature9.
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Las mujeres en el espacio velado de la escritura 221
Lcriture fminine est sans doute, dans son acception rcente, un concept
nouveau. Le fait que les femmes crivent na en revanche rien de nouveau
[...] Ce qui est nouveau, cest la reconnaissance par certaines femmes cri-
vains aujourdhui de leur particularit de femmes, en tant que femmes cri-
vant, et laffirmation par certaines tant de la possibilit que de la ncessit
dune criture gre par une conomie libidinale et culturelle diffrente de
celles des hommes11.
Cette question soulve en effet les problmes, dune part, des rapports
entre lcriture et la fminit, dautre part des rapports entre lcriture et le
fminisme, comme mouvement visant transformer la situation des
femmes dans la socit, lHistoire et, en particulier, la culture... Or, fmi-
nit et fminisme sont des termes dont il nest gure facile de prciser la
teneur vu la mconnaissance, jusquici du moins, du fait fminin12.
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222 Amelia Peral Crespo
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224 Amelia Peral Crespo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Las mujeres en el espacio velado de la escritura 225
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EL DILOGO EN LA CARTA:
UNA CLUSULA DEL PACTO
PARA LA CONSTRUCCIN
DE UN ESPACIO EPISTOLAR
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
228 Mara del Pilar Saiz Cerreda
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El dilogo en la carta: una clusula del pacto 229
cidad propia de aqul. Si el pacto autobiogrfico es, pues, tal como Lejeune
lo define, un contrat didentit qui est scell par le nom propre4, el epis-
tolar suma al autobiogrfico una caracterstica singular, es un pacto en
accin, esto es, dirigido a un destinatario que tiene que suscribirlo definiti-
vamente a travs de la respuesta. Gracias al pacto el autor puede desplegar
una estrategia de seduccin sobre el destinatario que apunta a la consecucin
de la respuesta y que tiene manifestaciones en los distintos niveles discur-
sivos, pragmtico, semntico y textual.
El punto de partida de la escritura epistolar est marcado por una parti-
cular situacin comunicativa, marcada por la ausencia de los corresponsales,
debido a la distancia que los separa. Es decir, que la nica posibilidad de
contacto la da precisamente la carta. Esto nos pone de relieve la importancia
del nivel pragmtico, que segn el Diccionario de la Lengua Espaola,
estudia el lenguaje en su relacin con los usuarios y las circunstancias de
la comunicacin5, y en el que los actantes de la comunicacin, epistol-
grafo y destinatario de la carta, desempean un papel fundamental en cuanto
a asentar las bases del pacto y suscribirlo.
La situacin de comunicacin de emisor y receptor, en ausencia, es en
extremo importante, pues es la desencadenante del proceso epistolar y la
razn del despliegue del proceso de seduccin o panoplia de seduccin,
en expresin de Andrs Soria Olmedo6. En efecto, si el emisor quiere seducir
necesita enviar la carta, poner en marcha el mecanismo epistolar. El pacto
adquiere su mxima expresin y se ratifica en la medida en que el acto de
escritura epistolar por parte del autor es seguido por el acto de lectura de la
carta por parte del destinatario y completado por el de la respuesta. Se inicia
as un intercambio que debe ser lo ms constante posible para que se pueda
llevar a buen trmino el objetivo que persigue, la abolicin de la ausencia7.
Por esta razn la regularidad y constancia de las respuestas se convierten en
clusulas importantes que aseguran la realidad del pacto. La fluidez y fre-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
230 Mara del Pilar Saiz Cerreda
cuencia de las mismas son las que permiten hablar del dilogo epistolar
como exponente mximo o culminacin del pacto epistolar.
Aunque el estudio de la dimensin dialogstica de la carta abarca
muchos aspectos, nos vamos a centrar tan slo en uno que consideramos
muy importante, el de la carta como mmesis de un dilogo que se realiza en
el texto epistolar. Esto, a su vez, se puede crear con el juego del envo y la
respuesta correspondiente del destinatario, o tambin, con la reproduccin
de dilogos en el interior de la carta, siguiendo las pautas de Janet Gurkin
Altman, gran estudiosa del gnero epistolar. sta habla de la existencia de
una chain of dialogue en toda carta, o ms precisamente en toda correspon-
dencia8, como lo demuestran las cartas de Saint-Exupry. De hecho, a l no
le basta con escribir una carta. El deseo de respuesta va implcito en su dis-
curso epistolar. Ms an, las referencias concretas a la respuesta son cons-
tantes. Quiere que la carta que l escribe a su corresponsal tenga efectos
retroactivos para as dar cauce a una correspondencia estable. Insiste una y
otra vez en ello, como podemos comprobar, en esta carta a su amiga Rene
de Saussine, en que le dice explcitamente que las cartas que se escriben
ambos suponen les seules conversations que jai avec vous9. De esta
manera, la ausencia propia de la situacin enunciativa se metaforiza con el
intercambio epistolar. El proceso de seduccin desplegado en el instante de
la escritura obtiene la recompensa deseada por Saint-Exupry, abolir las dis-
tancias que le separan de su corresponsal. Y se inicia, gracias a las virtuali-
dades del pacto, desde el momento en que la primera instancia enunciativa
se dirige a la segunda para intentar atraerla con vistas a obtener la respuesta
deseada. La estructura circular de la correspondencia contribuye de esta
forma a crear esta dimensin dialogstica, en primer lugar.
En segundo lugar, con la reproduccin de dilogos, como hemos sea-
lado. Los dilogos que una carta puede reproducir, siguiendo las explica-
ciones de Altman, pueden ser de muy distintos tipos: los concise analyses,
seran aquellos que se aproximaran en mayor grado a la reproduccin
exacta de un dilogo odo10. Los interior dialogue, que Benot Melanon,
otro de los estudiosos del gnero epistolar, define como pseudo-dialogues y
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El dilogo en la carta: una clusula del pacto 231
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
232 Mara del Pilar Saiz Cerreda
Quelle temprature?
Moins 51.
Tu nas pas d avoir bien chaud?
Si, mais rien de dsagrable. Tu mavais dit que loxygne chaud
brlait le nez, et mon nez ntait bien laise. Quant aux chaussons...
(O.C., T.II, p. 940).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El dilogo en la carta: una clusula del pacto 233
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
234 Mara del Pilar Saiz Cerreda
15 Para algunos autores, como A. Jaubert, ste es un peligro latente en toda correspon-
dencia, derivado del hecho de que la escritura de una carta se realiza en ausencia. Entonces,
segn l, la carta na pas le rythme de la conversation, et le scripteur, libr de la prsence
physique de lAutre, des interruptions, des mimiques, ou simplement de la ncessit de
passer la parole, peut, loisir, projeter un destinataire idal, lecteur sur mesure des com-
plaisances introspectives, narratives parfois, et de toutes les effusions (cit. por CHAN-
FRAULT-DUCHET, M.-F., Lettres dadolescents en dtresse: nonciation du moi et
reprsentations sociales, in La lettre la croise de lindividuel et du social, Paris, Kim,
1994, p. 186).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El dilogo en la carta: una clusula del pacto 235
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
236 Mara del Pilar Saiz Cerreda
ciones del mismo. La carta entendida como dilogo se convierte en una clu-
sula ms, como comprobamos en la correspondencia de Saint-Exupry.
Pero adems esta clusula apunta a unos objetivos precisos. Como lo que
el autor busca con la conversacin epistolar es la abolicin de las distancias
entre los corresponsales y por ende, la desaparicin del sentimiento de
ausencia, los tipos de dilogo posibles en el interior de las mismas apuntan
a este mismo fin. No en vano, el dilogo contribuye a crear el efecto de pre-
sencia que todo epistolgrafo busca, como nos ha demostrado Saint-
Exupry. Por esta razn el recurso a la utilizacin de estos tipos de dilogo
forma parte del proceso de seduccin al destinatario, que de una forma u otra
es interpelado para que se ponga en actitud de responder. El espacio epistolar
queda as definido en funcin de esta dimensin o estructura dialogstica.
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EL BOSQUE Y EL IMAGINARIO
FEMENINO MEDIEVAL
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
238 M. Jess Salinero Cascante
INTRODUCCIN
El bosque, paraje de naturaleza salvaje, nos es descrito en el relato con bas-
tante parquedad1, aunque casi nunca como un mero decorado; la fort aven-
tureuse posee en la Edad Media, sobre todo en la alta Edad Media, un
imaginario propio y rico en significados profundos. Un reservoir de
symboles como dir Le Goff2 que se despliegan en virtud de su fun-
cin.
En el imaginario colectivo medieval, el bosque suscita dos ensoaciones
antagnicas. Por un lado, el carcter agreste de la silva y los rboles con su
verticalidad nos introducen en un universo adverso en el que se lucha para
sobrevivir (leadores, carboneros, pastores, etc.) o para afrontar la aventura
que siempre sale al encuentro (caballeros errantes); se lucha as mismo para
integrar este espacio salvaje en el mundo civilizado de la ley y el orden (tala
y roturacin)3; espacio idneo para la acechanza, la conjura, la traicin...
todas ellas acciones polmicas. Pero, por otro lado, el bosque es soado
como un espacio privilegiado y aislado, isla vegetal llena de vida, espacio
otro fuera del tiempo real; refugio en el que la conscience mysthique des-
pliega imgenes y smbolos de intimidad y de reposo: imgenes acogedoras,
tranquilizadoras, paradisacas en las que el devenir temporal parece dete-
nerse permitiendo disfrutar de una calma y bonanza uterina; un jardn de las
delicias, un contre-univers ou un univers du contre4 puesto que simboliza
el rechazo del mundo exterior con sus normas morales y sociales, un refus a
un modo de ser y de sentir.
En resumen, el bosque aparece en el universo medieval como un espacio
primordial, sagrado y salvaje en el que el instinto se despierta, los prodigios
se suceden, el peligro acecha y, en ocasiones, es ese paraso perdido que
cobija a aquellos que viven el misterio de amor.
1 Pourtant, lorsquelle est dcrite, cest le plus souvent dans son essence mme, sans
sattacher aux dtails particuliers des sous-bois, la varit infinie de ses espces animales et
vgtales. La fort est vecue comme une entit possdant ses propres qualits, elle est sombre,
vaste, profonde.... CASSAGNES-BROUQUET, S., - CHAMBARLHAC, V., Lge dor de
la fort, Rodez, ditions du Rouergue, 1995, p. 39.
2 LE GOFF, J., La civilisation de lOccident mdival, Paris, Arthaud, 1965, p. 405.
3 La Iglesia asume en esta empresa un papel preponderante. Cf. BLOCH, M., Les
caractres originaux de lhistoire rurale franaise, Paris, 1951 y LE GOFF, J., Le dsert-
fort in LImaginaire mdival, Paris, Gallimard, 1985, pp. 59-83.
4 Cf. BACHELARD, G., La Terre et les rveries du repos, Paris. J. Corti, 1948,
p. 112.
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El bosque y el imaginario femenino medieval 241
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242 M. Jess Salinero Cascante
Tu as cru ce que certains ont coutume de croire, savoir quil existe des cr-
atures fminines agrestes, quon appelle femmes de la fort et dont on pr-
tend quelles sont des cratures de chair, quelles se montrent quand elles le
veulent leurs amants et prennent (dit-on) leur plaisir avec eux et, toujours
quand elles le veulent, se cachent et svanouissent ? Si tu as cru cela, dix
jours de pnitence au pain et leau...17.
15 DARRAS, J., Mlusine, Roman du XIVe sicle, ed. de Louis Stouff. Genve,
Slatkine, 1974, p. 34 (fol. 16).
16 MAURY, A., Croyances et lgendes du Moyen ge, Genve, Slatkine, 1974, p. 30.
17 Burchard de Worms, citado por HARF-LANCNER, L., Les Fes au Moyen ge,
Paris, H. Champion, 1984, pp. 23-4.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El bosque y el imaginario femenino medieval 243
El obispo nos est haciendo una precisa definicin de lo que son las
hadas, aunque desde una ptica cristiana: mujeres de los bosques que aman
libremente ofrecindose a sus amantes de los que obtienen placer. Es decir,
las hadas aparecen como personajes tres veces repudiables, primero por su
origen pagano (se sirven de la magia), segundo por ser mujeres (misoginia
medieval) y, tercero, por ser de los bosques, es decir, salvajes, lujuriosas y
seductoras de hombres a los que arrastran a la perdicin y al pecado. Esta
visin tan sesgada es quiz la responsable de que las hadas posean en
muchos relatos artricos y bretones, tributarios al mismo tiempo de la
materia celta (pagana) y de la cultura medieval cristiana, una naturaleza cla-
ramente malfica o un defecto que a pesar de su belleza sin igual las
liga irremediablemente al mal: Melusine, increpada por su madre por haber
sido mala, cruel y perversa en relacin con su padre, es condenada a con-
vertirse todos los sbados en serpiente de cintura para abajo18. No es difcil
de establecer la relacin entre las duras palabras de la madre y el castigo de
convertirse en serpiente, animal que encarna en la tradicin judeo-cristiana
el mal (Satn) y el pecado, principalmente el de lascivia achacado secular-
mente a la mujer, y no es precisamente Melusine una serpiente desde el
ombligo? Por otra parte, resultan igualmente significativos los esfuerzos
constantes del narrador por enmarcar a Melusina dentro del contexto cris-
tiano19; ella misma cuando se presenta ante Remondn en el bosque le dice:
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244 M. Jess Salinero Cascante
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El bosque y el imaginario femenino medieval 245
26 Suelen ser dos o tres hadas. En este caso se trata de una reminiscencia de la trada
de diosas madres celtas encarnando la fertilidad, la fecundidad y la abundancia. Melusina,
ella sola encarna a las tres. Cf. LE GOFF, J., - LE ROY LADURIE, E., Mlusine maternelle
et dfricheuse in Annales conomies-Socit-Civilisation, 26, 1971, pp. 587-622.
27 La diosa romana correspondiente a rtemis es Diana Nemerensis, es decir, Diana
de los Bosques cuyo santuario se situaba a la orilla del lago Nemi cerca de Roma.
Bosque/naturaleza y lago/agua definen estas diosas y enmarcan su culto.
28 Op cit., pp. 5 y 6 (fols. 2 y 3).
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29 Muchos de los encuentros con las hadas que tienen por escenario el bosque recrean
el mito de psyque. Cf. GRIMAL, P., Diccionario de mitologa griega y romana. Barcelona,
Paidos, 1982, art. psyque.
30 Una muestra de ello aparece en Le Conte du Graal: Perceval oye un estruendo ate-
rrador que retumba en el bosque, pero desconoce quien lo produce, lo que le lleva a consi-
derar errneamente que se trata de demonios. Su opinin cambiar cuando por fin vea a los
caballeros en el claro del bosque. Cf. CHRTIEN DE TROYES, Le Conte du Graal
(Perceval), ed. de Flix Lcoy, Paris, H. Champion, coll. CFMA, 1979, vv. 100 y ss.
31 Poseen una belleza sobrenatural que cautiva a los que la contemplan: Guinglain,
el hroe de Le Bel Inconnu, est a punto de desfallecer por la conmocin que su visin le pro-
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El bosque y el imaginario femenino medieval 247
EL BOSQUE VENTUROSO
En la produccin narrativa medieval el bosque es fundamentalmente la
fort aventureuse, pues la silva, sobre todo en los primeros tiempos, es un
territorio salvaje e inexplorado, profundo y misterioso en el que la imagina-
cin del hombre del medievo sita todo aquello que le fascina (ya hemos tra-
tado el bosque como decorado de lo maravilloso) y que le aterra: fieras,
animales mitolgicos (dragn), seres monstruosos (cuidador de toros en
duce. Renaut de Beaujeu, Le Bel Inconnu, ed. de G. Perrie Williams, Paris, H. Champion,
coll. CFMA, 1983, vv. 2.224-6.
32 Cf. op. cit, p. 26 (fol. 11).
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248 M. Jess Salinero Cascante
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El bosque y el imaginario femenino medieval 249
settes, courir aprs des papillons, et faire des bouquets des petites fleurs
quelle rencontrait)34. El cuento transmite el miedo que causaban los lobos
cuando empujados por el hambre merodeaban por poblados y caminos en
busca de alimento. En Le Chevalier au Lion, La Dame de Noroison y su don-
cella atraviesan el bosque sin compaa masculina cuando divisan a Yvain
en un estado lamentable. Son ellas las que lo sanan administrndole en la
sien el ungento mgico de Morgana que le devuelve la cordura y le resti-
tuye a la caballera. En el lai Frne de Marie de France se habla de una don-
cella que se adentra en el bosque en plena noche llevando en sus brazos a
una recin nacida (Frne), lo atraviesa de un extremo a otro hasta que llega
a una ciudad situada junto a su lindero35. En estos ejemplos que hemos pre-
sentado no se hace mencin al peligro del bosque que aparece como un mero
decorado sin interaccin sobre el personaje femenino.
Existen otros casos, en cambio, en los que vemos el bosque en toda su
realidad ejerciendo su presin. En Berthe aux grands pieds, Berthe sobre-
vive en el bosque sola y en condiciones de extrema dureza: se alimenta de
races, pasa fro y el miedo a las fieras est siempre presente36. Pero quiz el
ejemplo ms interesante lo ofrece un pasaje de Le Chevalier au Lion de
Chrtien de Troyes cuando una doncella que busca a Yvain se pierde en lo
ms profundo del bosque siendo sorprendida por la noche oscura37:
34 PERRAULT, C., Contes de ma mre lOye (Le petit chaperon rouge), Paris,
Gallimard, coll. Folio Junior, 1977, p. 44.
35 DE FRANCE, M., Lais (Fresne), d. de J. Rychner, Paris, H. Champion, coll.
CFMA, 1983.
36 LE ROI, A., Berte as grans pis, d. de A. Henry, Genve, Droz, 1982, vv. 801 y ss.
37 CHRTIEN DE TROYES, Le chevalier au lion (Yvain), d. de Mario Roques,
Paris, H. Champion, coll. CFMA, 1982, vv. 4.828-77.
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250 M. Jess Salinero Cascante
Tanto rez la doncella que por fin sus ruegos fueron escuchados: el
sonido de un cuerno llega hasta ella abrindose paso en la oscuridad y con-
ducindola, como hilo de Ariadna, por el tenebroso laberinto vegetal hasta
una cruz situada a la derecha del camino desde la que se divisa un cas-
tillete de muros blancos, luminosa anttesis de la oscuridad nocturna. La
doncella como acabamos de mostrar se ve sometida a la prueba ms
terrible desde el punto de vista de los miedos del imaginario medieval, no
olvidemos que hasta los ms esforzados hroes buscan cobijo al declinar el
da y si entran en el bosque para cazar o en busca de aventura eligen las pri-
meras horas de la maana cuando los rayos de sol todava se filtran en la
espesura, jams por la noche.
Por otra parte, este ejemplo muestra esplndidamente la moralizacin
del bosque (se reza a Dios, aparicin de la cruz situada a la derecha y la blan-
cura de los muros). El bosque tenebroso se confirma como espacio y sus-
tancia del mal, de lo infernal y catico, lo que nos remite al demonio y su
reino. Efectivamente, el bosque es un espacio propicio para Satn y sus cria-
turas, para las pruebas de fe y para el pecado. Recordemos cmo la tradicin
y el folklore sita a las brujas y hechiceras en lo profundo del bosque al filo
de la media noche para tener sus aquelarres y celebrar sus ritos satnicos.
38 Marc Bloch define el bosque medieval como denso y opaco (elle) couvrait des
espaces beaucoup plus grands quaujourdhui, par massifs beaucoup moins trous de clai-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El bosque y el imaginario femenino medieval 251
rires. BLOCH, M., Une mise au point: les invasions en Mlanges Historiques, 1964.
Citado por LE GOFF, J., LImaginaire mdival, op. cit., pp. 66-7.
39 Lespace circulaire est plutt celui du jardin, du fruit, de luf ou du ventre, et
dplace laccent symbolique sur les volupts secrtes de lintimit DURAND, G., Les
Structures Anthropologiques de limaginaire, Paris, Dunod, 1990, pp. 283-4.
40 RUIZ CAPELLN, R., in Introduccin a su edicin y traduccin de Tristn e
Iseo, seala lo siguiente: Obsrvese la identidad de sueo, bosque y filtro: despertar, salir del
Morrois y cese del filtro son, imaginariamente, hechos simultneos en Broul, Tristn e Iseo,
Madrid, Ctedra, 1985, p. 51.
41 Para una visin ms completa remitimos a SALINERO, M. J. Introduccin a li-
maginaire de Chrtien de Troyes: la feminidad causa de conflicto heroico en Erec, Cligs y
Perceval in Cuadernos de Investigacin Filolgica, 1985, pp. 167-185.
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254 M. Jess Salinero Cascante
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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LOS ESPACIOS DEL DOLOR
EN LAS NOVELAS DE JEAN BRULLER
(VERCORS)
Qui suis-je? se preguntaba una y otra vez Paul Valry en sus poemas o
Andr Breton en Nadja, entre una legin de escritores y pensadores. sta es
tambin la pregunta que obsesiona a Vercors y que constituir uno de los
temas centrales de su escritura. Encontrar una respuesta que le permita
acotar el propio yo ser para l, como para sus personajes de ficcin, el prin-
cipal objetivo a conquistar. Sin embargo este proceso se presenta harto
difcil, y constantemente sembrado de dudas. El primer problema con el que
topan los personajes es la eleccin del cogito por el que regirse: el cogito
cartesiano se basa en la conciencia que el hombre alcanza de s mismo, sepa-
rado del mundo, y que acta como fundamento de todo conocimiento. Los
personajes que pueblan el universo novelstico de Vercors se debaten entre
este modelo y la opcin de definirse en relacin con el mundo exterior. Este
segundo modo de conocimiento implica que la realidad interior de cada
hombre debe ser necesariamente completada, precisada y definida por la
conducta que los otros le ven desarrollar en el seno de un espacio exterior.
Slo en este contexto los personajes pueden adquirir una forma y una con-
ciencia clara de s mismos. En definitiva este modelo de conocimiento exige
que el yo necesite siempre de un no-yo para poder realizarse; ello conlleva
inevitablemente una merma de la libertad y de la independencia indivi-
duales. Dilucidar cul de los dos modelos conduce a un conocimiento ms
profundo y verdadero constituir una de las principales preocupaciones de
los personajes.
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258 Cristina Sol Castells
Qui mieux que moi sait bien, sait tout fait, hlas, que lhomme et lespce
humaine ne sont pas synonymes Lhomme zoologique, je veux dire.
Cest ce qui est terrible. Un singe est un singe, un buf est un buf et un
chat un chat un tre humain nest pas un homme forcment. Pas du
tout. (...) Jai compris dans un clair que je ne pouvais pas, ft-ce pour un
moment, que je ne pourrais jamais mabsenter de ma condition dhomme,
ma condition, comprenez-vous bien, non pas ma qualit, et cest cela qui
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Los espacios del dolor en las novelas de Jean Bruller (Vercors) 259
est terrible; quand justement il ma fallu comprendre que javais perdu cette
qualit sans pouvoir jamais rejeter cette condition alors, oui, jai t mal-
heureux, honteux, dpit, une fois encore au dsespoir2.
2 BRULLER, J.-M., Les armes de la nuit et La puissance du jour, Paris, Seuil, coll.
Points, 1997, pp. 117 y 120.
3 BRULLER, J.-M., Les animaux dnaturs, Paris, Le livre de poche, 2002, p. 78.
4 De hecho encontramos en las obras de Vercors la presencia implcita de un cierto
existencialismo que se acenta con el paso de los aos.
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260 Cristina Sol Castells
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Los espacios del dolor en las novelas de Jean Bruller (Vercors) 261
Elle ignore le mal, je crois: cest ce qui lui fait commettre peut-tre. Mais
le commet-elle? Elle agit, dautres souffrent : le froid qui gle commet-il le
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
262 Cristina Sol Castells
mal? Le feu qui brle? Elle nest pas plus consciente queux. Et lide de
mal suppose la conscience quon en a. Sybil est une femme de science un
point presque monstrueux. Rien na grande importance pour son esprit, ni
dans sa vie, hors de la recherche et la mthode7.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Los espacios del dolor en las novelas de Jean Bruller (Vercors) 263
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
264 Cristina Sol Castells
le libera de toda responsabilidad moral. Ni tan siquiera las razones que han
impulsado a los personajes a participar en la guerra o a integrarse en una
misma organizacin poltica coinciden.
Las dificultades de comunicacin se hacen asimismo extensivas a rela-
ciones ms estrechas como el amor. Tampoco ste logra vencer la incomu-
nicacin entre los personajes. Su realizacin o su mantenimiento resultan
siempre imposibles en las novelas de Vercors. Con frecuencia el amor acaba
transformndose en lo contrario de su esencia: el proyecto de comunin, de
afecto y felicidad entre la pareja, se torna fuente de incomunicacin, de
silencio y soledad. El grado de dolor que esta experiencia produce es espe-
cialmente elevado, hasta el punto de que en Les animaux dnaturs los pro-
tagonistas, curtidos por pasadas experiencias dolorosas, luchan con todas sus
fuerzas para evitar enamorarse, porque para ellos el amor es slo sinnimo
de sufrimiento y dolor. Lamour, pensait-elle, effacerait cette prcieuse sin-
crit. Tout au moins cette clairvoyance. Et pour quoi, je vous le demande,
pour quelle mdiocre ivresse?10. Adems de ser engullido por la incomuni-
cacin, tambin en el amor, al igual que suceda con la fidelidad a los prin-
cipios, los breves momentos de felicidad pasajera que se producen se
pagan con elevadas dosis de dolor.
Algo similar sucede con la amistad. Tambin sta se revela irrealizable
en el universo novelstico de Vercors. Su final viene siempre marcado por la
incomprensin, por la traicin y en ltima instancia por el dolor. El tema de
la traicin est omnipresente en la obra de Vercors: traicin a los propios
principios tico-morales, a la causa poltica o social, a los amigos, a la
pareja, al mundo... Adems en el origen del proceso que ha de conducir a la
maduracin de los personajes aparece casi siempre la traicin como desen-
cadenante. El tema no suele aparecer tratado de forma unvoca, es decir:
siguiendo el esquema de uno o varios traidores frente a una o mltiples vc-
timas, sino que se proyecta en varias direcciones a la vez: cada personaje es
con frecuencia traidor y vctima al mismo tiempo, produciendo en el lector
la sensacin de un rosario de traiciones recprocas que aporta un ambiente
de gran tensin a las novelas: traicin del protagonista a sus compaeros de
armas, a su pas, a su esposa, a s mismo. Traicin de la esposa a su marido
y viceversa, traicin mutua entre los amigos, etc. A todo este enmaraa-
miento de traiciones se suma con frecuencia el carcter involuntario o inde-
seado de las mismas; los personajes se ven atrapados en un dilema cuyas
salidas implican inevitablemente la traicin a alguien o a algo, y se presentan
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Los espacios del dolor en las novelas de Jean Bruller (Vercors) 265
Vous avez rassembl sur vous seuls les pchs du monde, dit labb. On
vous a trahis et livrs, on vous a enfonc la couronne dpines, () Jsus
assumait les maux et les pchs dun monde malheureux, vous avez assum
ceux dun monde atroce. Ce monde malheureux na pas su reconnatre aus-
sitt Jsus, il na pas su aussitt quIl tait sa Conscience souffrante; et ce
monde atroce ne veut pas encore vous reconnatre, reconnatre en vous son
ignominie. Mais le jour o les peuples auront compris QUI vous tiez, ils
mordront la terre de chagrin et de remords, ils larroseront de leurs larmes,
et ils vous lveront des temples11.
Jess sufri y muri para triunfar sobre el pecado y sobre la muerte. Del
mismo modo, quienes han tenido que combatir en la guerra han perdido su
condicin de hombres precisamente para que en el futuro la humanidad del
hombre pueda triunfar definitivamente sobre la guerra, el odio, el racismo,
la inhumanidad. sta es al final la esperanza que les mantiene vivos y les
anima a seguir luchando a pesar de todo.
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266 Cristina Sol Castells
Il ne suffit pas pour faire un homme, dun geste ft-il le plus beau de tous.
Il ne suffit pas dun geste non plus, ft-il horrible, pour le dfaire. Ce ne
sont que des pisodes, la fortune changeante du combat. Lhomme en nous
se fait ou se dfait chaque minute de notre vie15.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Los espacios del dolor en las novelas de Jean Bruller (Vercors) 267
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SARTRE J. P., Ltre et le nant, Paris, Gallimard.
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LE DIFFICILE ESPACE
DU MOI DANS BELLE DU SEIGNEUR,
DALBERT COHEN
INTRODUCTION
Paru en 1968, quarante ans aprs Solal, son premier roman, Belle du
Seigneur est un magnifique fresque de lamour-passion et du cheminement
des protagonistes, pathtique et drisoire, vers le gouffre et le nant.
Or si la fin cest le gouffre, les personnages de Belle du Seigneur nar-
rtent pas de chercher leur moi par des moyens stylistiques bien dfinis: soit
par le monologue intrieur ou le discours direct, soit par le discours indirect
libre, le regard des autres ou les interventions du narrateur, le plus souvent
pleines dironie, mais aussi de tendre piti, en crateur qui connat bien ces
futurs cadavres avec lesquels il travaille depuis Solal. Tout est dit: du
moment o on est vou la mort, les choses dici-bas nont aucune valeur,
mais lhomme, si naf, en fait son principe et son but. Donc le regarder avec
tendresse
Ces quelques pages envisagent surtout ltude dAdrien Deume qui, lui,
ne peut pas tre potique1, qui est sorti cocu du ventre de sa mre (B.S.,
p. 489) ou, encore, qui est trois fois rien comme valeur dhomme (B.S.,
p. 492). On pourrait encore ajouter quAdrien est celui qui passe de la faon
la plus brusque de lamour exalt du moi au mpris du moi, du bonheur de
vivre au dsarroi le plus profond et, du point de vue de lespace, du Palais
1 COHEN, A., Belle du Seigneur, Paris, Gallimard, 1968, p. 312. Par la suite les rf-
rences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
270 Carlota Vicens Pujol
Cest vrai que les tranzers on les aime nulle part, dans aucun pays,
preuve quil y a quelque ose dire.
Et puis, surtout, cest un Juif. Rappelle-toi ce Jacobson, le pharma-
cien de ma pauvre sur, elle a beaucoup souffert de ce faux pas, cest
encore une chance que la famille ait pu vite, avant que a se voit, arranger
un mariage avec ce gentil veuf (). Heureusement jai eu la direction de ne
jamais rien en dire Didi (B.S., p. 202).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le difficile espace du moi dans Belle du Seigneur, dAlbert Cohen 271
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
272 Carlota Vicens Pujol
se dit-il sans imaginer quAriane est en train de danser dans les bras de
Solal
Paresseux et tout fait laise dans le mensonge, la faiblesse dAdrien
se manifeste aussi par son ct enfantin. Sil porte sur la vie un regard puril,
les frquents soliloques le montrent parfois en train de chantonner des
btises, dinventer des mots btes, de jouer tout btement avec nimporte
quoi. Mais ce qui lapproche le plus lenfance cest, nous semble-t-il, son
attachement aux objets, des objets dun riche enfant gt. Ainsi on le sur-
prend en train de dire des mots doux ou de donner de petits baisers sa
montre-bracelet, une Patek Philippe quil appelle mon chouchou, la clef
Yale de son nouveau bureau ou une meule crayons Brunswick. Tendre
enfant au collge qui soigne ses crayons, il devient un peu plus viril devant
sa machine agrafer. Indiffrent la situation des indignes dont lui parle
son pouse, il rpond inconsciemment avec un geste denfant qui joue. Or,
ce geste, a une lecture tout fait xnophobe: Quarante agrafes la minute,
tu vas voir, dit-il, et son poing sabattit sur son agrafeuse. En proie une
sainte ivresse, frntique et rayonnant, enthousiaste et guerrier, il frappait
(B.S., p. 80). Voil donc les indignes abattus par sa petite mitrailleuse2.
De mme il connat par cur le nombre de radiateurs quil y a la
Socit des Nations (1900), combien de mtres carrs de linolum (23000),
combien de kilomtres de fil lectrique (212), de robinets (1500), de water-
closets (668) Et tout cela, il ne sen doute pas, fait partie du moral.
Aucune honte le dire:
Et puis, du point de vue moral, cest norme! Parce que A a signifie tapis
dOrient, fauteuil de cuir rembourr pour visiteurs (). Et, tu comprends,
2 De lensemble de luvre de Cohen on peut bien dduire que ces Indignes sont,
en vrit, des Juifs. C. Milkovitch-Rioux parle aussi dune relation rotique entre lemploy
et linstrument. Lunivers mythique dAlbert Cohen, Villeneuve dAscq, Presses
Universitaires du Septentrion, 1995, p. 226.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le difficile espace du moi dans Belle du Seigneur, dAlbert Cohen 273
Paralys par le silence, preuve terrible que son chef sennuyait avec lui,
Adrien Deume ne trouvait rien dire et en consquence souriait. Pauvre sou-
rire fig, refuge et recours des faibles dsireux de plaire et trouver grce,
constant sourire fminin dont il ntait mme pas conscient (B.S., p. 289).
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bras dun autre, nouveau Charles Bovary encourageant Emma pour ses pro-
menades cheval avec Rodolfe
33 Dans Belle du Seigneur, lespace occup par le discours direct des personnages est
approximativement du 60%, daprs MIERNOWSKA, E., Le dialogue des discours dans les
romans dAlbert Cohen, Publishing, New York, Ed. Peter Lang, 1998.
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Le difficile espace du moi dans Belle du Seigneur, dAlbert Cohen 275
Mais dans la maison des Deume, sans que personne sen doute, est sur-
tout question de la virilit dAdrien. Fire de celui quelle appelle son mle,
sa mre adoptive ladore et, pour discuter des choses soi-disant srieuses elle
demande Hyppolite, son mari, de les laisser seuls. De faon quasi-inces-
tueuse elle fait jouer au fils le rle de mari, tandis quen tant que mari Adrien
est dtest par son pouse, comme on le verra plus tard. Ni fils ni mari, entre
le salon et la chambre conjugale, Adrien a encore du mal trouver son lieu
dans cette maison qui lui appartient. Cest ainsi quau salon Mme. Deume
titille par la virilit de son Didi ne doute pas sadresser Hyppolite en
ces termes:
Mais la situation a chang du tout au tout ds que Didi est entr dans la salle
manger! claironna-t-elle soudain. Aussitt quil a vu lhomme de la
maison, lolibrius sest lev et je te prie de croire quil sest empress de
filer la cuisine. Cest quAdrien a de la prestance, lui, de lautorit. Ah,
quel bonheur de pouvoir mappuyer sur le membre viril de la famille! (B.S.,
p. 152).
trange cette haine qui me vient pour ce pauvre homme inoffensif ().
Maintenant, parce quil a chaud de stre sottement remu, il sest dcou-
vert jusquaux genoux, il montre sans honte son organe, son affreux
organe (B.S., p. 199).
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bourgeois et si elle accepte le mariage cest parce quaprs une histoire da-
mour homosexuel elle avait besoin de quelquun de bon et quelle tait
dsarme dans la lutte pour la vie (B.S., p. 23). On est donc devant quel-
quun qui a aussi du mal se trouver
Si plusieurs reprises elle reconnat la bonne volont de son mari, son
bon sourire quand il lui apporte le th au lit, le terrible besoin quil a delle;
si elle dcide maintes fois dtre pouse modle, elle ne peut sempcher
dtre mchante. Dans ses soliloques labyrinthiques, la haine contre son
mari explose surtout quand elle pense leurs rapports sexuels, toujours dans
sa chambre elle (le couple fait chambre part). Regard sans piti et plein
de sarcasme, images tout fait grotesques pour expliquer le dsir du mari
amoureux mais tellement loign des sentiments de sa femme:
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Le difficile espace du moi dans Belle du Seigneur, dAlbert Cohen 277
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
278 Carlota Vicens Pujol
Mais, hlas! de mme quil oublie de ne pas aimer Ariane, il oublie aussi
dtre viril, dtre homme daffaires, dtre haut fonctionnaire et il devient
ce quil est, un petit Deume (B.S., p. 64).
Or cet espace quil cherche dans un continu aller et retour sur soi-mme,
Adrien finira bien par le trouver. Dans ce petit cabinet de toilette o lon est
seul avec les choses du corps, image du dsarroi et de la solitude4, il com-
prend. Lide quil a de lui rejoint alors celle de Mariette, de Michal, de
Solal, dAriane
Un symbole traverse dun bout lautre Belle du Seigneur, cest le
miroir, sous toutes ses formes et ses noms: miroir, glace, psych, miroir de
poche Les personnages principaux du roman sont surpris plusieurs
reprises en train de se regarder dans le miroir, de se parler ou se donner de
petits baisers. Au premier chapitre Solal, entr dans la chambre dAriane se
campa devant la psych. Oui, beau vomir. Visage impassible couronn de
tnbres dsordonnes (B.S., p. 12). De mme Ariane, aprs avoir bais sur
la mme psych limage de ses lvres, elle sy contemple, adore sa nudit:
La plus belle femme du monde, dclara-t-elle, sy dcerna une tendre
moue, sy considra longuement (). Oui, tout est terriblement beau,
conclu-t-elle (B.S., p. 34).
Annonce du destin des personnages, Ariane et Solal, lors de leur pre-
mire apparition se mirent dans la mme glace tandis quAdrien sourit de
son ct son image dans lascenseur de la Socit des Nations: Adrien
Deume, homme chic, confia-t-il une fois de plus la glace (B.S., p. 47).
Devant les diffrents miroirs il saime, il sidalise, sappelle trsor (B.S.,
p. 99), roi de la vie (B.S., p. 265), russisseur de premire classe (B.S.,
p. 265).
Ces premires images dans les miroirs mnent tout droit au mythe de
Narcisse, donc leau, car il suffit dune petite pierre jete sur les visages
44 Tout comme le petit enfant de vous, frres humains, qui se cache dans les cabi-
nets de la gare quand il apprend, dans la douleur et la confusion, quil est un sale Juif: L
debout, en face de la cuvette des waters, quel manque de got de choisir un tel lieu pour souf-
frir, l, pleurant et sanglotant et reniflant (p. 50), Paris, Folio, 1972.
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Le difficile espace du moi dans Belle du Seigneur, dAlbert Cohen 279
Mais ce rond visage quil aime devient par la suite minable avec sa
barbe, une tte de mari (B.S., p. 589); ladjectif enfantin rejoint lhomme
qui, au w-c, les jambes enchanes par le pantalon retomb, alla petits pas
voir dans la glace du lavabo lenfant quil avait t (B.S., p. 594) et qui,
pour sentir que quelquun soccupe de lui tire la langue et regarde si elle
nest pas sale. Il faut encore signaler que, si cest Mariette qui dit de lui quil
est n cocu, cest devant la glace de Mariette quAdrien se reconnat cocu
davance: Oui, de laffection srieuse, des attentions. Elle len avait puni.
Oui, de laffection srieuse, de laffection de cocu, des attentions de cocu
(B.S., p. 588).
Les miroirs davant et ceux daprs refltent donc des images oppo-
ses: les premiers limage inverse de celui qui se regarde, donc du moi,
tandis que les autres se rangent du ct de la tradition symbolique qui fait
du miroir une porte ouverte sur le vritable moi. Finalement lamour pour
son pouse fait en quelque sorte la grandeur dAdrien qui, sans pouvoir
cependant sloigner de son corps, du concret, est plutt prisonnier de
celui-ci. Mais si ses malaises faisaient de lui, jusqu maintenant, quelquun
de grotesque, elles accentuent ce moment-l son dsarroi. Il devient tout
fait pathtique et digne de compassion, mme si les rimes en -ette tmoig-
nent quelque moquerie de la part du narrateur: Il se cura le nez devant la
petite glace de Mariette, considra sa cueillette, en fit une boulette quil
jeta. Quelle importance dsormais? Dailleurs, en qualit de cocu il en avait
le droit (B.S., p. 588).
Il ne faut pas oublier non plus que, son mari parti en mission pour trois
mois, ses beaux-parents chez une tante malade, Ariane a fait de la maison
des Deume la maison de lautre, de Solal, centre du labyrinthe do,
malgr son prnom, elle ne pourra jamais le tirer. Pour recevoir son amant
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elle a peint les murs et fait changer les rideaux, elle a achet un nouveau
tapis, elle a mis des fleurs partout, elle a dcor un petit salon la mesure de
cet amour Entre le dpart et le retour dAdrien, le narrateur a enferm
comme dans une sorte de parenthses cet amour parfait5 dont on ne peut plus
dsormais arrter la chute. Ces parenthses situent Adrien dans un espace
qui est encore celui de ses rves, le train, qui dabord lloigne de la vrit,
puis le mne elle, et ceci dans des chapitres magistraux o, grce lom-
niprsence du narrateur, le narrataire a accs:
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Le difficile espace du moi dans Belle du Seigneur, dAlbert Cohen 281
quil dcide sil doit ou non frapper la porte Mais la lettre pose sur le
lit signale le commencement de lerrance dAdrien; errance dans une maison
vide o il vagua toute la journe () se regardant dans les glaces pour ne
pas tre seul (B.S., p. 593), entres et sorties des cabinets de toilette jusqu
en faire son dernier refuge, le lieu de la vrit:
Et, rappelons-le, cest l o le regard quil pose sur soi amne celui des
autres personnages: Jai t trop gentil, a ma coul (B.S., p. 596) dit-il
son image. Et plus tard on lit:
Un faible, un pauvre type, voil ce quil tait, et rien dautre. Bien fait, puni
dtre faible. Sans se lever il tira la chane, frissonna, les fesses mouilles
par les claboussements, passa de nouveau le peigne dans ses cheveux, les
rabattit sur le front. Les forts, les dictateurs ne tourmentaient pas leurs che-
veux, ne restaient pas des heures assis sur un sige de cabinet. Lui ctait
tout ce quil savait faire (B.S., p. 599).
Il ne va pas sans dire que lidal de virilit dAdrien Deume sont les
chefs, les dictateurs, dont il narrte pas dimiter les gestes
CONCLUSION
Si chacun des diffrents espaces trouve une correspondance au niveau de la
personnalit dAdrien, il est aussi vrai quils ne sont pas isols les uns des
autres, quil y a une continuit dans les actes et les penses du personnage
tudi. Signalons quelques uns des traits qui servent unifier les diffrents
espaces:
Il y a dabord un va-et-vient des personnages, notamment entre la
Socit des Nations, le Ritz et la maison de la famille: incursion de Solal
dans la chambre dAriane, dans la vie de la famille (dautant plus forte quil
narrive pas) et, plus tard, dans le salon et la salle manger; visite dAriane
la Socit des Nations et au Ritz. la maison, Antoinette Deume se livre
aussi la dification des objets6 et des rves de grandeur sociale et cest
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
282 Carlota Vicens Pujol
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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MIERNOWSKA, E., Le dialogue des discours dans les romans dAlbert
Cohen, New Cork, Peter Lang Publishing, 1998.
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PEYREFITTE, C., Prefacio a Belle du Seigneur dans la Bibliothque de la
Pleiade, Paris, 1986.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
2. ALICANTE EN LA LITERATURA
Y LA CULTURA FRANCESAS
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
DEL LENGUAJE Y OTROS TESTIMONIOS.
DOS VIAJEROS FRANCESES
POR ALICANTE Y SU PROVINCIA
Para realizar esta exposicin hemos utilizado dos libros de viaje pertene-
cientes a dos siglos de caractersticas y tendencias culturales diferentes, los
siglos XVII y XIX, titulados Le voyage dEspagne et de Portugal, de Jouvin
de Rochefort, y Voyage en Espagne, del barn Charles Davillier, respectiva-
mente.
Se trata, en trminos generales, de dos obras con idntica finalidad: la de
dar a conocer unas tierras, un pas, pero que difieren enormemente, ya que
el planteamiento de las mismas es, a nuestro entender, muy diferente en
cuanto a dimensiones y estilo.
a) En cuanto a las dimensiones, la primera no deja de ser un libro de
mano, mientras que la segunda, destinada a ser publicada en fascculos,
alcanza un volumen considerable. De esta circunstancia deriva el hecho de
que el espacio dedicado a una ciudad ocupe, en la primera, unas cuantas
lneas o unas pocas pginas, mientras que, en la segunda, el autor se extiende
a veces a lo largo de uno o ms fascculos, dependiendo esto del grado de
inters que el lugar le merezca por su exotismo o tipismo.
En consecuencia, la cantidad de informacin que se puede extraer de
ellas es muy distinta.
b) El estilo de ambos autores difiere asimismo: por un lado, Rochefort
es meramente descriptivo y se expresa con una austera desnudez, es conciso,
escueto, y no repara en la couleur locale, obsequindonos muy frecuente-
mente con la medida en pies del permetro de la ciudad en cuestin; por su
parte, Davillier obedece, como no poda ser de otra manera, al gusto literario
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286 M. Dolores Espinosa Sansano
1 MONDADA, L., La ville nest pas peuple dtres anonymes. Processus de cat-
gorisation et espace urbain, in Marges linguistiques n 3, mai 2002, p. 73;
http://www.marges-linguistiques.com.
2 Cf. ROCHEFORT, J. de, Le voyage dEspagne et de Portugal, p. 267. En lo suce-
sivo las referencias a esta obra se indicarn entre parntesis en el corpus del texto: (R., p. X).
3 Cf. DAVILLIER, C., Voyage en Espagne, p. 18. En lo sucesivo las referencias a esta
obra se indicarn entre parntesis en el corpus del texto: (D., p. X).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Del lenguaje y otros testimonios. Dos viajeros franceses 287
les mntriers, sont presque invariablement des ciegos (D., p. 10); o este
otro: Les paysans qui cultivent la huerta dOrihuela ressemblent beaucoup
plus des Africains qu des Europens: les voir travailler par le soleil le
plus ardent [...] on les prendrait volontiers pour des Kabyles ou pour des fel-
lahs gyptiens (D., p. 17), e incluso este otro, que expresa hablando de la
representacin del Misterio de Elche: Comme il faut aux Espagnols, ceux
du midi en particulier, des reprsentations exactes et palpables, le ciel est
figur par une vaste toile peinte en bleu (D., p. 13).
Ya hemos adelantado, en lneas generales, los rasgos estilsticos de la
lengua utilizada por Rochefort4. En cuanto a Davillier, nos ratificamos en lo
ya expresado en un trabajo nuestro anterior5: empleo de algunos sustantivos
con significado diferente al actual y con ortografa propia de la poca; pro-
liferacin de adjetivos; superlativo absoluto tradicional desde el s. XVI, es
decir, precedido del adverbio trs que se une al adjetivo mediante guin;
gusto por el empleo del participio presente; recuperacin de palabras cadas
en desuso y presencia ocasional del registro de lengua familiar.
Pero nuestra intencin era hablar de testimonios, y as vamos a proceder,
comenzando por los lingsticos.
En Rochefort dichos testimonios, a pesar de lo reducido del texto cinco
pginas, de la 267 a la 271, no faltan, y as encontramos vaisseau,
empleado en la acepcin, ya perdida, de recipiente, jarra, mesura o
medida, como nos informa el Dictionnaire alphabtique et analogique de
la langue franaise:
Vaisseau: I-Vx// 1 rcipient, contenant pour les liquides. Rem. Le mot tait
vieilli au XVIIme sicle; il est encore employ en sciences (en vaisseaux
clos (BUFF)) et dans les dialectes6,
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288 M. Dolores Espinosa Sansano
quil est toujours vent, estant dans des7 grands pots de terre [...] o ils le
puisent avec un vaisseau mesure (R., p. 270).
Fume, empleado, creemos, por fumet, y que no se trata de una errata,
toda vez que fumes se emplea en el sentido metafrico de vapores en la
locucin les fumes de livresse8. El contexto sugiere que el autor lo emplea
como sinnimo de bouquet, embocadura, aroma9, pues dice [...] qui est du
gros vin rouge & aspre, mais trs fort et plein de fume (R., p. 269).
La confusin entre ambas palabras, fume y fumet, que no son hom-
fonas en francs estndar, puesto que la primera finaliza por /e/ y la segunda
por //, probablemente nos est hablando de una coincidencia entre la pro-
nunciacin de ambas grafas, que ya se produca en esa poca entre los
hablantes, y que perdura en la actualidad, habida cuenta de que no existe
gran cantidad de pares de palabras que se diferencian por la oposicin /e/-
// en final de palabra10.
Davillier, en el captulo que nos ocupa, solamente ofrece el arcasmo
mntrier, menestril, en el sentido de msico de pueblo.
Pero es ante todo el ojo atento que prestan a las caractersticas del lugar
la fuente ms fecunda para nosotros de testimonios, referentes tanto a los
espacios natural y urbano como a las gentes y sus diversas actividades. Y as
vemos cmo el texto de Rochefort, a pesar de su brevedad, no deja de sumi-
nistrar unos pocos.
En cuanto a monumentos se refiere, consigna en Orihuela la presencia
de un castillo sobre la montaa, del que an hoy se pueden observar los
restos; a la ciudad de Elche la califica de petite ville, y habla de une grande
rue avec lhospital dans le milieu, sin duda la actualmente denominada
Carrer major de la vila, que no llama precisamente la atencin por sus
dimensiones, as como de la existencia de dos conventos, el de San
Francisco, que por la descripcin que de l hace se trata de la actual parro-
quia de San Jos, en el Pla, y el de Santo Domingo, St. Dominique, si je
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Del lenguaje y otros testimonios. Dos viajeros franceses 289
ne me trompe pas, que califica como des plus beaux dEspagne, confun-
diendo la Orden religiosa, probablemente por la coincidencia de color en el
hbito portado por dominicos y mercedarios, quienes deban ser los titulares,
ya que Alejandro Ramos Folqus resea la existencia del convento de Santa
Luca, de la Orden de Nuestra Seora de la Merced11 en lo que actualmente
es el convento de las MM. Clarisas, conventos a los que Rochefort sita hors
la ville (R., p. 268), fijando de cierta manera en este caso los lmites de la
ciudad, que como es fcil adivinar, han cambiado enormemente, pues el pri-
mero de ellos se encuentra en el corazn de un barrio populoso y el segundo
en pleno centro de la ciudad.
Atrae nuestra atencin el hecho de que omita el nombre del fruto de la
palmera, ya que Albert Dauzat fija la fecha de entrada de datte en el siglo
XIII12, y el diccionario Lexis en 1180, inclinndonos a pensar que lo ignora,
resolviendo la necesidad de informar al lector mediante una tosca compara-
cin, procedimiento ste muy empleado por Davillier, pero no tan frecuente
en l: semblables de grosses olives, & qui se tiennent comme des grains
de raisin la grappe (R., p. 268). Este pequeo pueblo en tiempos del
autor no destacaba precisamente, como en la actualidad, por su carcter
dinmico e industrial, pues Rochefort alude nicamente a productos agr-
colas vinos y frutas y al comercio o al intercambio de los mismos con
otros pases.
La capital, Alicante, destaca principalmente por su puerto de mar y por
el trfico de mercancas que en l se realiza; y por Rochefort sabemos que la
denominacin de origen de Alicante, que parece tan actual, ya exista, sin
duda sin el carcter legal de hoy en da: [...] quelques magazins de riches
Marchands qui font trafic de vin dEspagne, quon appelle vin dAlicante
(R., p. 269), y aade que se apreciaba por su calidad el vino blanco: [le vin
blanc] nous semble meilleur que celuy que nous beuvons Paris, bien quon
nous le dise venu dAlicante (R., p. 270).
Esta cita posee un doble valor testimonial que se aade al anterior: por
un lado, encontramos magazin escrito con z, lo que podra indicarnos la pro-
nunciacin de esta consonante como /z/, pero sin embargo creemos que se
trata, adems, de una mera fidelidad al origen de la palabra, siendo un prs-
tamo del italiano magazzino, tomada a su vez del rabe, que se introdujo en
los s. XIV-XV13, es decir, en la poca en que penetraron en el lxico francs
11 RAMOS FOLQUS, A., Historia de Elche, Tomo II, Elche, Imprenta Talleres
Lepanto, 1971, p. 480.
12 DAUZAT, A., Dictionnaire tymologique, Paris, Larousse, 1938, s.v.
13 Ibid., s.v.
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Del lenguaje y otros testimonios. Dos viajeros franceses 291
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a) Litote, por ej.: ce ne fut pas sans regrets et sans jeter un regard da-
dieu sur les palmares que nous montmes dans la tartana peu sus-
pendue que nous avions frte pour nous rendre Orihuela (D.,
p. 16).
b) Comparacin, cuya finalidad es ilustrar o estimular la imaginacin
del lector, y que a veces es un tanto rstica. Por ejemplo, al
comentar la operacin del encapuchado de las palmeras para
impedir la funcin cloroflica, dice: cette opration, qui leur donne
lapparence peu gracieuse de laitues gigantesques... (D., p. 15).
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Adems, el texto le sirve no slo para transmitir los tpicos de los que
hablbamos anteriormente, sino tambin refranes populares Llueva o no
llueva, hay trigo en Orihuela (D., p. 17), o No hay ms que un Elche en
Espaa (D., p. 14)?, pero al mismo tiempo recoge para nuestro disfrute hoy,
en el siglo XXI, diferentes tipos de testimonios que vienen a confirmar
hechos que todava siguen vivos entre nosotros u otros ya periclitados, e
incluso algunos referentes a la literatura francesa.
Quin no recuerda los libritos de fumar de los que habla a su paso por
Alcoy? Aporta incluso el nombre de las marcas ms conocidas, especial-
mente la del caballito, y otras como el gato de angora, la pantera e incluso
una ms divertida, Unin Liberal de Espaa, con la imagen de ODonnell y
Espartero dndose la mano.
Y en el relato de su paso por esta ciudad aprovecha para introducir lo
que, en lenguaje actual, se llamara una cua publicitaria, al tiempo que
nos da cuenta de la fecha de publicacin del Quijote ilustrado por Gustave
Dor, as como de la editorial:
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Entre Alicante y Elche habla de una planicie arenosa, que coincidira con
la zona ocupada actualmente por el aeropuerto: Aprs avoir suivi quelque
temps le bord de la mer, nous entrmes dans une vaste plaine de sable, aride
et brlante, o ne croissaient que des joncs et quelques alos [...] (D.,
p. 11).
El palmeral de Elche ya era clebre en el extranjero en el s. XIX: [...]
et nous allmes retenir nos places pour Elche, si clbre pour sa fort de
palmiers (D., p. 11), palmeral que, segn el autor, evoca un paisaje bblico
y provoca la ensoacin del viajero.
La descripcin de la representacin del Misterio no deja de ser detallada,
hecho nada sorprendente, dada la importancia y el reconocimiento interna-
cional del mismo21; por otra parte, llama nuestra atencin el aspecto oriental
que atribuye a la ciudad: En pntrant dans lintrieur dElche, nous
aurions pu continuer nous croire dans une ville dOrient: les rues sont
troites; les maisons, blanchies la chaux, ont des toits plats formant
terrasse [] (D., p. 12), aspecto que difiere enormemente del actual, pero
no mucho del que presentaban algunos barrios en los aos 50.
Se resea tambin la presencia de esteras de diferentes colores sobre las
ventanas (como an hoy en Andaluca, para proteger del sol y las moscas) y
la existencia dun superbe pont construit une trs-grande hauteur au
dessus dun profond ravin compltement sec, quon nous assura tre une
rivire, et mme une rivire qui dborde parfois lhiver (D., p. 12), puente
21 Tanto el palmeral de Elche como la representacin del Misterio han sido reciente-
mente beneficiados con el ttulo de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Del lenguaje y otros testimonios. Dos viajeros franceses 295
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
296 M. Dolores Espinosa Sansano
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Voyage en Espagne de Charles Davillier in CARMONA
FERNNDEZ, F. - MARTNEZ, PREZ A. (eds.), Libros de viaje.
Actas de las Jornadas sobre los libros de viaje en el mundo romnico,
celebradas en Murcia del 27 al 30 de noviembre de 1995, Universidad de
Murcia, 1996.
GREVISSE, M., Le bon usage, Paris-Gembloux, Duculot, 1986.
GUIRAUD, P., Les mots trangers, P.U.F., Paris, 1965.
LON, P., Prononciation du franais standard, Paris, Didier, 1966.
MONDADA, L., La ville nest pas peuple dtres anonymes. Processus de
catgorisation et espace urbain, in Marges Linguistiques n 3, mai
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Petit Larousse illustr, Paris, Larousse, 1992.
RAMOS FOLQUS, A., Historia de Elche, Elche, Imprenta Talleres
Lepanto, 1971.
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Madrid, Espasa, 1992.
ROCHEFORT, J. de, Le voyage dEspagne et de Portugal.
Trsor de la Langue Franaise. Dictionnaire de la langue du XIXe et du XXe
sicle, Paris, CNRS, 1980.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
VALERY LARBAUD EN ALICANTE.
ALICANTE EN VALERY LARBAUD
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
298 ngeles Sirvent Ramos
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 299
el Diario y Beaut, cuya redaccin da como completa. A pesar de algunos errores en los tr-
minos Hotel Sampar por el Hotel Samper, San Vincente por San Vicente y la Terrata por la
Terreta debemos agradecerle haber dedicado un captulo a este periodo: Vivre heureux
Alicante, Paris, Jacques Antoine, 1975, pp. 43-51. Ver igualmente el catlogo Valery
Larbaud et la France (Coloquio Paris-Sorbonne, 1989), Clermont-Ferrand, 1990, p. 10 y,
principalmente, las aportaciones pioneras a este respecto: los captulos Le refuge alicantin
(1916-1918) y lenseigne de Samuel Butler (1919-1920) de la precisa y preciosa bio-
grafa de su amigo Aubry, op. cit., pp. 253-282 y 283-310, respectivamente, y la informacin
referida al trabajo de Larbaud en Alicante en el captulo Valery Larbaud et lEspagne de la
tesis de Frida Weissman, Lexotisme de Valery Larbaud, Paris, Nizet, 1966, pp. 123-127 y
135-149. Para el estado y refundiciones de las obras citadas anteriormente, remitimos al art-
culo de Monique Kuntz y Franoise Lioure, Les projets avorts de Larbaud, Cahiers des
Amis Valery Larbaud, n 33, 1995.
6 Cf. POLO, A., Valery Larbaud et lEspagne, Rcifs, n 8, 1986, p. 110.
7 Salvo el desaparecido Hotel Samper, que se encontraba en el paseo de la Explanada,
paseo que tanta presencia tendr en su obra Luis Losada. Gracias al Dr. Higinio Formigs,
mdico en aquel momento del Consulado de Francia en Alicante y gran amigo desde
entonces, se alojar con la familia Irles en el 113 de la calle Bazn y posteriormente en el 63
de la calle Mayor, si exceptuamos la prolongada estancia en Villa Rafaela, de San Vicente, a
donde se traslada con toda la familia desde el 5 de mayo al 4 de octubre de 1917, como ya
indicamos en la Introduccin a Belleza, op. cit., pp. 10-11. Su ltima residencia ser, de
forma independiente, en el 28 de la calle Canalejas.
8 Cf. RAMOS, V., Eduardo Irles. Vida, obra, antologa, Alicante, Instituto de
Estudios Alicantinos, 1980, p. 38.
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Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 301
relaciones slo sern pues epistolares pero ello no aminor las afinidades y
admiracin mutua que se testimoniaron.
Larbaud se convertir igualmente en amigo del clebre compositor
scar Espl su rival incluso en uno de sus lances amorosos en
Alicante13, de los hermanos Berncer: Germn, el clebre economista, y
Julio, el poeta modernista que continuar su relacin epistolar con Larbaud14
mucho tiempo despus de su partida de Alicante. Mantendr igualmente
Larbaud una relacin asidua con el pintor Ramn Ferreres y con el citado
Jos Guardiola.
Aqu conocer tambin Larbaud a Pedro Salinas en aquel momento
profesor en la Universidad de Murcia a quien visitar en su finca alican-
tina de El Altet, cerca del actual aeropuerto.
Prueba de la relacin y el reconocimiento que en aquella poca le rinden
los intelectuales espaoles son los libros que los mismos le dedican: Por
citar slo a los autores alicantinos o a aqullos a quienes Larbaud ha cono-
cido en Alicante, diremos que Salinas le dedica Presagios con estas pala-
bras: A Valery Larbaud, por su hermosa obra, por su amor a Espaa, por los
viejos das dorados de la Terreta. Su amigo Pedro Salinas. 20 janvier
1924; Azorn le dedica Flix Vargas. Etopeya: A Valery Larbaud, tan fino,
tan moderno (y tan amigo de Espaa). Su admirador Azorn. Madrid, XII,
1928; otro alicantino, nuestro Gabriel Mir, le dedica las Figuras de la
Pasin del Seor con estas palabras: Al admirable escritor francs Valery
Larbaud. Gabriel Mir, y Julio Berncer le dedica Mediterrneo: A mi
excelente amigo Valery Larbaud, que haba de recordar, leyendo estas
pginas, el mar de nuestro querido Alicante. Madrid, 2-3-1933. De la
misma forma Blasco Ibez, Gmez de la Serna, Prez de Ayala, Unamuno,
etc.15.
Aqu recibe a Jules Romains, sobre el que escribir en su Diario el 23 de
junio de 1917:
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302 ngeles Sirvent Ramos
16 Op. cit., pp. 64-66. Recordemos que Dez Canedo fue el traductor espaol de su
novela Fermina Mrquez, la primera salvo las traducciones de Guillermo Carnero: Cinco
poemas de Valery Larbaud, Trece de Nieve, n 3, Madrid, prim. 1972, pp. 12-13 y durante
mucho tiempo la nica obra de Larbaud traducida en nuestro pas.
17 Op. cit., p. 265.
18 Sorprenden algunos de sus comentarios. Adems de afirmar el lado duro, seco y sin
piedad del carcter espaol, de frases como Je ne voulais pas lui [ Larbaud] dire quil pre-
nait pour son cher Ramn [Gmez de la Serna] dont le rel talent a tourn court, nayant
su ni slargir ni se renouveler une peine superflue, o de alusiones a supuestas risas
crueles de las jovencitas alicantinas recordando sus flirteos con un maduro Larbaud, escribe:
En dehors de cette jeunesse, qui voyait-il Alicante? Des gens agrables qui, sauf le pote
Salinas qui y passait rgulirement ses vacances, Gabriel Mir recordamos que Mir se
encontaba entonces en Barcelona et tel hte de passage taient loin de se douter de sa vri-
table valeur. Pourquoi donc cette fidlit une ville de province du troisime rang, noffrant
que de faibles ressources intellectuelles, artistiques, voire de celles que nous dirions aujour-
dhui touristiques?, Valery Larbaud et lEspagne, La Nouvelle Revue Franaise, n 57
(Hommage Valery Larbaud), 1-9-1957, p. 153.
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Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 303
las veladas con scar Espl. Los recitales de piano que Rubinstein ofreci
en el Teatro Principal de Alicante los das 21 y 22 de diciembre de 1916 no
aparecen en el Journal preparado por Robert Mallet y por lo tanto tampoco
en la traduccin espaola que sobre el mismo realiz Jose Luis Cano, que
pasan de 1912 a 1917, pero sus huellas nos llegan a travs de los programas
que Larbaud guard y que fueron recogidos en los diferentes Catlogos que
hemos mencionado19. Diremos igualmente que a travs del diario de
Larbaud podemos conocer cmo la prensa alicantina se hace eco de las
novedades editoriales francesas as como de la muerte de determinados
autores como Octave Mirbaud o Lon Bloy.
Alicante est igualmente, como ya hemos comprobado, en la correspon-
dencia, as como las localidades vecinas y hasta el turrn de Jijona pero
para ello remitimos al estudio que efectuamos en torno a la correspondencia
de Larbaud. No podemos evitar no obstante reproducir ahora un pequeo
fragmento de una carta de Larbaud a Fargue en otoo de 1916, en donde
escribe:
La ville [Alicante] est aussi jolie que son nom: des parterres de fleurs mles
et de grandes votes de palmes tout au long du port; un norme rocher au
bout de ces promenades, avec une forteresse ou du moins de longs murs au
sommet. Tous les grands cafs ont des terrasses immenses le long de cette
avenue de palmiers []les rues assez troites et par consquent abrites du
soleil, et coupes de jolis petits squares vgtation africaine20.
19 Catlogo Valery Larbaud 1981-1957, op. cit., p. 117, referencia n 525. Tal refe-
rencia apareci incluso en el catlogo de la exposicin que sobre Larbaud organiz la
Fundacin Calouste Gulbenkian tres aos antes en Lisboa. Valery Larbaud (17 dc. 1973 - 6
janv. 1974), Lisbonne, FCG, p. 124, referencia n 400.
20 Op. cit., p. 268.
21 Larbaud mostrar en diversas ocasiones en el Diario su asombro y atraccin hacia
el uso de la mantilla o del sencillo hbito en algunas jovencitas. A peticin de Higinio
Formigs redactar bajo el ttulo La Mujer Vestida cuatro artculos sobre la mujer y la
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moda para la revista Higiene y Belleza (abril-julio de 1917), dedicando el ltimo de ellos
Lola escrito directamente en espaol a la moda espaola, pero con modelo alicantino.
22 Como nos haca saber ya Aubry en 1949, muchos aos antes de que el Diario viera
la luz. Tal indicacin no aparece no obstante en la seleccin del diario que Mallet publicar
sobre la que, como ya hemos indicado, Cano realizar la traduccin al castellano.
En cuanto a la referencia a lo traducido en la edicin de Nathan, vase LARBAUD,
V., Beaut mon beau souci (d. de Jacques Nathan), Paris, Nizet, 1968, pp. 24-25.
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Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 305
Et moi, jai fait un rve, cette nuit, qui se passait San Vicente del
Raspeig, dans le patio dune villa o jai vcu un bel t.
O est San Vicente del ?
Province dAlicante (Espagne).
Cest ce que vous appelez le pays dAllen?
Oh! Non. Ce rve mindique quel point jai besoin de ne plus voir
Paris. Un patio dans une maison villageoise du royaume de Valence! Un
patio avec des azulejos tout luisants et frais la vue, et les botijos poreux
suintants sur la cantarera humide. Qu ganas tengo de23.
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306 ngeles Sirvent Ramos
26 Cf. Diario alicantino, op. cit., pp. 114-7. Slo reprochamos a Jose Luis Cano haber
traducido errneamente tablier gris un rideau devant lentre, un grand velum, un
tablier gris, metfora que Larbaud toma de un poema de Fargue, como tablero gris.
27 Ambas citas en Jaune bleu blanc, op. cit., p. 848.
28 de Europa traduce Jose Luis Cano. Op. cit., p. 119.
29 Jaune bleu blanc, op. cit., p. 915.
30 Ibid., loc. cit.
31 Ibid., p. 916.
32 Ibid., loc. cit.
33 Ibid., p. 913.
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Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 307
Chansons qui coulez infatigablement sur les rues et au fond des cours;
larges vols des habaneras qui meurent dans les doux cris de la flicit par-
faite; appels des ftes de nuit; eau de neige, eaux des fontaines aux beaux
noms [] longs bandeaux de soleil aux terrasses de toute une ville blanche
et pure sous la grande nue dor dune montagne; rflecteur de la mer sous
le ciel dt tout lumire et sans couleur, au bout des plaines blanches tache-
tes doliviers et damandiers transparents, ou au fond des vallons de terre
rose sous les sombres couronnes des orangers; parfum du galn de noche
dans les jardins nocturnes34.
y en donde concluye: Telle fut notre grande aventure, notre belle Folie
espagnole35.
Alicante est en las reflexiones sobre la sonoridad de los nombres feme-
ninos de Des prnoms fminins; en los de Charito, Araceli, Da. Dolores,
Dolores, Lola36, que aparecen en el diario de su estancia alicantina. En
este texto escribir Larbaud:
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A M. VALERY LARBAUD
Tout a mon vieux Valerio, cest trs joli
[]
Ou bien, ces matins de soleil et de janvier dans la salle
Du premier tage du casino,
Dans la ville en porcelaine avec son chemin de table
De palmiers au bord de la mer bien rveille,
[]
A.O. Barnabooth38
38 Ibid., p. 1109. Este poema fue publicado por primera vez, como nos hacen saber
Aubry y Mallet, en 1941 en edicin clandestina en Copenhage, en la que aparecen algunos
poemas inditos (pp. 1191-1192). Dicho poema, aunque pudiera parecer formar parte de las
poesas de A.O. Barnabooth, ya que utiliza el mismo subterfugio literario, no ha podido
formar parte de tal serie por la sencilla razn de que fue compuesto despus de 1916, fecha
en que Larbaud llegar a Alicante.
39 Como nos haca ya saber Aubry en 1949 op. cit., p. 304, muchos aos antes de
que el Diario viera la luz. Tal indicacin no aparece en la seleccin del diario que Mallet
publicar, sobre la que, como ya hemos indicado, Cano realizar la traduccin al castellano.
40 N 4, 15-3-25, pp. 4-9. En l Larbaud indica seguir todava trabajando irregular-
mente en dicho proyecto. Este texto ser recogido en el volumen Jaune bleu blanc, op. cit.,
pp. 828-833.
41 Ibid., pp. 828 y 831 respectivamente.
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Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 309
Quand don Luis se dmatrialise ainsi et quil mchappe aprs avoir vola-
tilis son livre, quand je renonce dfinitivement ce livre, alors la vision
de Lucenta, la tentation de Lucenta pure, claire, propre comme un beau
chemin de table en fine porcelaine de Chine, Lucenta, sous sa montagne
semblable une grande nue dore, me ramne lide dun livre unique-
ment fait de Lucenta, un livre tout entour de palmes et de Mditerrane.
Mais bientt, sur lEsplanade, sous les ranges des palmiers, au long de la-
venue de Gadea, sous la nue dor:
Hol don Luis.
Hol, ami Valerio; toujours avec la pense de ce bienheureux livre?
Oui, mais, vous savez, je le cherche un peu comme vous avez
cherch votre moiti dorange: dans le tremblement et la crainte de la
trouver42.
42 Ibid., pp. 832-833. Recordemos que lucentum era latinizacin del nombre que los
romanos dieron a nuestra ciudad.
43 NRF, n 115, 1-7-62, pp. 185-192. Salvo ciertos cambios en la redaccin este art-
culo formar parte del captulo Valery Larbaud et lEspagne de la monografa que, a partir
de dicha tesis, publicar como Lexotisme de Valery Larbaud, op. cit., pp. 137-147. Weissman
parece sin embargo situar en esta obra nuestras localidades en el paisaje andaluz. Cf. p. 148.
44 Le coeur de lAngleterre suivi de Luis Losada (d. de Frida Weissman), Paris,
Gallimard, 1971.
45 Al estudiar el manuscrito de esta obra observamos en las primeras pginas las dis-
tintas propuestas de Larbaud para los nombres de ambos personajes. As Luis Losada recibir
igualmente el de Paco Garca, como Salvador recibir inicialmente el nombre de Luis.
Aprovechamos esta circunstancia para indicar que el manuscrito posee muchos
tachones e incluso autocrticas. As, respecto a algunos fragmentos, Larbaud escribe en valen-
ciano en el margen: tot aix no val res (todo esto no vale nada).
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Larbaud conocer por fin a Mir en 1923, con ocasin de las conferen-
cias que Larbaud imparte en Madrid y Barcelona invitado por el Institut
Franais. Gracias a una carta que Larbaud escribe a Irles el 29 de junio de
1923 y afortunadamente publicada en La Estafeta Literaria podemos leer:
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Valery Larbaud en Alicante. Alicante en Valery Larbaud 313
Terre sous le beau temps toute lanne, la plus heureuse [] Tourne vers
lOrient, et saluant de ses longues ranges de palmes, par del les eaux tou-
jours bleues, la Terre sainte qui lui ressemble. Ma Terreta ses habitants
lappellent et la millor terra del mon. Et lui, mme loin delle, na voulu
connatre quelle seule, et il a pass sa vie se la dcrire et la peindre pour
toutes les gnrations aprs lui jusquau dernier jour []59.
57 Fragmento de carta indita publicado por Polo en San Gabriel, op. cit.,
p. 194.
58 Nouvelle Revue Franaise, 1er mars 1957, pp. 575-576, texto que Larbaud envi a
dicha revista algunos meses antes de su muerte. Homenaje tres veces publicado si tenemos en
cuenta las indicaciones de Polo, quien cita las publicaciones precedentes: Revue Suisse
Romande, 1950; Cahiers Bourbonnais (Moulins), 1er trim. 1957. Polo, ibid., p. 177, refe-
rencias que tampoco aparecen en la bibliografa de La Pliade.
59 Ibid., p. 576.
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314 ngeles Sirvent Ramos
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Madrid, prim. 1972, pp. 12-13.
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pen, Paris, Jacques Antoine, 1975, pp. 43-51.
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cin. 17 de diciembre 1973 - 6 de enero 1974), Lisboa, FCG, 1974.
KUNTZ, M., Valery Larbaud 1881-1957, Vichy, 1977 (catlogo de la expo-
sicin organizada por la Biblioteca municipal de Vichy, tras el coloquio
Valery Larbaud et la littrature de son temps).
Valery Larbaud, Catlogo. Bibliothque Nationale, Paris, 1981.
Valery Larbaud et la France (Catlogo de la exposicin) (Coloquio
Paris-Sorbonne, 1989), Clermont-Ferrand, 1990.
KUNTZ, M., - LIOURE, F., Les projets avorts de Larbaud, Cahiers des
Amis Valery Larbaud, n 33, 1995, pp. 1-15.
LARBAUD, V., En Espagne, Le Figaro, 1-3-1916, pp. 3-4.
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ALICANTE DE JACQUES PRVERT
1 La primera edicin de Paroles en Espaa ha sido editada por Lumen, con el ttulo
de Palabras. La traduccin es de Federico Gorbea [4 edicin: 2002].
2 PRVERT, J., Palabras, Barcelona, Editorial Lumen, 1995, p. 5.
3 FAUR, M., Tentative de description dun thtre populaire en France, Europe,
748-749, p. 27.
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318 Pere Sol Sol
ce qui arrive. La posie est partout comme Dieu nest nulle part. La posie
cest un des plus vrais, un des plus utiles surnoms de la vie4.
Slo con la lectura de los cinco primeros poemas de Paroles: Tentative
de description dun dner de ttes Paris-France, Histoire du cheval, La
Pche la baleine, La Belle Saison y Alicante, ya podramos abarcar
toda la amplitud de la definicin que Prvert da a la poesa. El poema
Alicante podramos inscribirlo en ce qui arrive o mejor dicho en ce qui
est arriv. Los versos del poema hacen referencia a un recuerdo feliz de su
estancia en Alicante, en la primavera de 1936, con su amante la actriz
Jacqueline Laurent5.
Fue en 1935 cuando el poeta conoci a Jacqueline Laurent. En aquel
ao, Prvert continuaba escribiendo para el Groupe Octobre, un grupo tea-
tral revolucionario, que ya haba representado varias obras suyas; la de
mayor xito, La Bataille de Fontenoy. Era una poca en que el poeta empe-
zaba a ganarse la vida redactando guiones y dilogos de algunas pelculas.
l y sus amigos del Groupe Octobre, conocidos tambin como la bande
Prvert, eran asiduos clientes de los cafs de Saint-Germain-des-Prs.
Como nos recuerda Yves Courrire, autor de una biografa de Prvert:
Parmi les jeunes filles-fleurs qui voluaient entre le caf Flore, Chramy et
les diffrents studios de cinma que frquentait Jacques Prvert, Jacqueline
Laurent tait sans nul doute lune des plus jeunes et des plus jolies. Brune,
lance, un visage aux traits rguliers inscrit dans un ovale parfait, une
bouche pulpeuse, attirante, des yeux changeants, tantt vert amande, tantt
noisette dore selon le temps et son humeur, un corps damner un saint,
quelle savait admirablement se maquiller avec discrtion, juste ce quil
fallait pour gommer ce que sa physionomie conservait de ladolescence
toute proche6.
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Alicante de Jacques Prvert 319
Ese marido era Sylvain Itkine, animador troskista del grupo Mars, adhe-
rido al Groupe Octobre y amigo de Prvert.
Como dice su bigrafo, Sylvain Itkine:
aurait d se souvenir que son ami le pote aimait les fruits verts au moins
autant que lui et que les moeurs du Groupe Octobre devaient beaucoup La
Famille Tuyau de Pole. Toujours est-il que, de regards en phrases anodines
puis en compliments plus appuys, le colibri se laissa blouir par ce M.
Grosminou que ne manquait pas de sduction10.
Il tait si amoureux, afirmaba Jacqueline; quil ma pratiquement
enleve. Je me suis laiss faire. Jtais ravie, subjugue, admirative devant
lautorit de cet homme que tout le monde trouvait si intressant. Il disait
des choses que je navais jamais entendues dire par dautres11.
7 Ibid.
8 Ibid.
9 Ibid., p. 312.
10 Ibid., p. 313.
11 Ibid., p. 314.
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320 Pere Sol Sol
12 Ibid., p. 314.
13 Ibid., p. 255.
14 Ibid.
15 Ibid., p. 315.
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Alicante de Jacques Prvert 321
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322 Pere Sol Sol
Jacques a beaucoup aim Barcelone qui est une ville extrmement cos-
mopolite, recuerda Jacqueline. El bullicio de las Ramblas, el Barrio Chino
de reputacin semejante al existente en torno a la plaza de Pigalle, Blanche
que Prvert conoca muy bien y en donde su amigo Momo Bazar se fit une
belle rputation parmi les demoiselles du quartier23, debieron de cautivar a
Prvert y recordarle los aos de la primera guerra mundial en los que deam-
bulaba por el barrio de Montmartre y en los que, segn su propia confesin,
fue gigol24.
Algunos recuerdos e imgenes de su estancia en Barcelona podemos
encontrarlos en su obra Joan Mir, publicada en 1956, cuando habla del
Barrio Chino barcelons y de las Ramblas. En el poema Romancero Mir
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Alicante de Jacques Prvert 323
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324 Pere Sol Sol
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Alicante de Jacques Prvert 325
Doux prsent du prsent que convoca la presencia del ser amado ici et
maintenant.
En Alicante, Prvert habla del amor en primera persona y sugiere al
lector la belleza de un cuerpo femenino desnudo por el cual siempre se ha
sentido deslumbrado. As lo confirma en una entrevista concedida a
Madeleine Chapsal: ce que je veux dire, cest que jai jamais rien vu de
mieux dans ma vie, jamais rien vu de plus beau quune femme nue33. Esta
desnudez que se insina en Alicante aparece con toda su totalidad en el
poema Sanguine que el cantante Yves Montand populariz. Encontramos
nuevamente la misma vivencia amorosa, palabras semejantes y lo que era
implcito en Alicante ahora es explcito en Sanguine:
La fermeture clair a gliss sur tes reins
et tout lorage heureux de ton corps amoureux
au beau milieu de lombre
a clat soudain
Et ta robe en tombant sur le parquet cir
na pas fait plus de bruit
quune corce dorange tombant sur un tapis
Mais sous nos pieds
ses petits boutons de nacre craquaient comme les ppins
Sanguine
joli fruit
la pointe de ton sein
a trac une nouvelle ligne de chance
dans le creux de ma main
Sanguine
joli fruit
Soleil de nuit34.
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326 Pere Sol Sol
Moi, avec mes dix-sept ans, confirma Jacqueline, je voulais du sable blanc,
plonger dans cette mer tantt bleu marine tantt turquoise, bronzer et pro-
fiter des maillots de bain que javais fait faire Paris et qui, sils ne por-
taient pas encore le nom de bikinis, ntaient pas beaucoup plus grands,
mallaient fort bien et me mettaient en valeur37.
Prvert reste celui qui perut le merveilleux du quotidien et se fit un devoir de lexprimer,
dans une langue dpouille, mais mouvante, simple mais vraie. En la contraportada de la
versin espaola, Palabras, op. cit., se recoge el siguiente comentario de Gatan Picon sobre
el lenguaje del poeta: Prvert habla antes que escribe: tiene una diccin antes que un estilo,
y, por otra parte, algunos de sus textos han sido escritos precisamente para ser ledos []
Prvert vuelve a encontrar la vena de la cancin de la romanza, de todas las formas instintivas
a las cuales, desde hace siglos, los hombres simples han confiado su melancola y su espe-
ranza. Prvert habla y canta como el pueblo, cuenta historias a quienes siempre las han
pedido.
36 COURRIRE, Y., op. cit., p. 336.
37 Ibid., p. 337.
38 Ibid.
39 Ibid., p. 339.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Alicante de Jacques Prvert 327
au-dessus des Balares jai vu lt qui sen allait et sur le bord de la mer
la Catalogne qui bougeait et partout des vivants des garons et des filles
qui se prparaient mourir et qui riaient
jai vu
la premire neige sur Madrid
la premire neige sur un dcor de suie de cendres et de sang
et jai revu celle qui tait si belle
la jolie fille du printemps
elle tait debout au milieu de lhiver
elle tenait la main une cartouche de dynamite41.
40 Ibid., p. 340.
41 PRVERT, J., uvres compltes, I, op. cit., p. 96.
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328 Pere Sol Sol
Notre histoire sest termine ainsi. Sans clats. En restant bons amis.
Claudy tait entre dans sa vie en mme temps que jen sortais. Ctait une
petite vengeance contre moi. Puis la guerre est arrive et nous avons eu
penser dautres choses43.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Alicante de Jacques Prvert 329
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Europe, n 748-749, 1991, pp. 24-32.
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LACHAUD, J. M., Droit de regard, les collages de Prvert, Europe, 748-
749, 1991.
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LEIRIS, M., Le voyou au ple visage, Europe, n 748-749, 1991, pp. 19-
23.
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
PIERRE PARIS Y FRANOIS PIETRI:
EL VIAJE DE IDA Y VUELTA
DE LA DAMA DE ELCHE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
332 Emilio Soler Pascual
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Pierre Paris y Franois Pietri: el viaje de ida y vuelta 333
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
334 Emilio Soler Pascual
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Pierre Paris y Franois Pietri: el viaje de ida y vuelta 335
una misiva de Madrid: le indicaban que les pareca muy bien lo del hallazgo.
Que la llevaran a Madrid para su anlisis y que ya la estudiaran.
Probablemente, a punto de perder los ltimos restos del imperio colonial
como Cuba, Filipinas y Puerto Rico, los gobernantes espaoles no estaban
para muchas bromas culturales...
A pesar de la veneracin que el pueblo ilicitano haba mostrado por el
busto recin descubierto, suponiendo que no fuera la parte recortada de una
escultura de cuerpo entero, como seala el catedrtico Lorenzo Abad, una
mezcla de clera y de fatalismo ante la ingratitud y la ignorancia que las
autoridades espaolas mostraban hacia su pasado, y, desde luego, la perse-
verancia de un Pierre Paris que se haba apresurado a notificar al Museo del
Louvre la importancia del hallazgo, llevaron al doctor Campello a vender la
fastuosa pieza ibrica por la mdica suma ya indicada. La respuesta de los
propietarios ante la falta de inters gubernamental era clara: si en Espaa
eran unos ignorantes, al menos que la pieza se pudiera contemplar en el
museo ms importante del mundo. Por otro lado, Pierre Paris, que muy pro-
bablemente ni tuviera tiempo de admirar el Misteri debido a su nerviosismo
por la esplndida adquisicin que acababa de realizar, se apresur a comprar
todo el algodn hidrfilo que hall en las farmacias de Elche y sus alrede-
dores y envolver cuidadosamente aquel busto magnfico. Pronto, la Dama
estuvo presta para marchar a su nueva mansin francesa, va el puerto de
Alicante. Al mismo tiempo, primero en Elche y, ms tarde, a nivel nacional,
una oleada de indignacin se levantaba contra la desaparicin sistemtica
que vena sufriendo el patrimonio nacional.
Pero Pierre Paris, al parecer, no las tena todas consigo y algo se remova
en su conciencia. Cuando, camino de Marsella, el buque realiz una escala
tcnica en Barcelona, el arquelogo aprovech para visitar el Museo
Municipal de la Ciudad Condal. Su director, viejo conocido de Pierre, igno-
rante de que el busto estaba en un barco atracado en el puerto barcelons y
que Paris haba sido el comprador del mismo, se sincer con l: lamentaba
profundamente que mientras sus vitrinas, y las de todos los museos espa-
oles, estaban atestadas de falsos cacharros arqueolgicos7 adquiridos a
unos individuos sin escrpulos conocidos como El Curro y El Rosao, el
Estado no tena dinero para comprar el busto ilicitano y evitar, como pareca,
su salida al extranjero. Ni que decir tiene que Pierre Paris, mientras escu-
7 Cf. ARNAU, F., El arte de falsificar el arte: 3.000 aos de fraudes en el comercio
de antigedades, Barcelona, Noguer, 1961.
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336 Emilio Soler Pascual
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Pierre Paris y Franois Pietri: el viaje de ida y vuelta 337
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338 Emilio Soler Pascual
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Pierre Paris y Franois Pietri: el viaje de ida y vuelta 339
Pero, como indica Pitri, bien pronto los recelos hacia Francia fueron
abandonando a los miembros de la Espaa victoriosa: Peu peu, les mili-
taires, les intellectuels, les catholiques, certains secteurs mme du parti
dirigeant, se reprirent plus de comprhension et de cordialit notre
gard23.
Siempre segn el diplomtico francs, las iniciativas de acercamiento
entre Francia y Espaa dirigidas por Ptain podran llegar a torcerse por los
siguientes motivos:
Con las cosas as, Pitri se propuso, por encima de todo, disipar todos los
recelos que pudieran entorpecer las relaciones entre ambos pases sin, eso s,
20 Ibid., p. I.
21 Ibid., p. 48.
22 Ibid., loc. cit.
23 Ibid., p. 49.
24 Ibid., p. 50.
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340 Emilio Soler Pascual
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342 Emilio Soler Pascual
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344 Emilio Soler Pascual
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
3. EL ESPACIO EN LAS LITERATURAS
FRANCFONAS
LESPACE DANS
LES LITTRATURES FRANCOPHONES
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA TRAVERSE DE LESPACE:
LON LAFRICAIN DAMIN MAALOUF
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
350 Mara ngeles Caamao Pieiro
au bout du temps, cest toujours la rencontre avec lAutre, les images plu-
rielles de lAltrit qui se dvoilent Hassan nomm aussi Lon lAfricain.
Le premier espace construit par le texte est Grenade; Grenade, le lieu de
la naissance, des racines, lespace des origines, le lieu de lappartenance pre-
mire. Car Lon nest pas encore Jean-Lon de Mdicis ou Lon lAfricain,
loin sen faut. Il est encore Hassan, fils de Mohamed le peseur, circoncis de
la main dun barbier1. Son appartenance, son origine est bien la foi isla-
mique.
Les premires annes de Hassan concident avec les dernires annes de
Grenade: le lieu de sa naissance est ainsi vou la mort. Or, il ne sen sou-
vient pas, il tait trop jeune. Cest sa mre, son pre, son oncle qui lui font
le rcit des derniers mois, des derniers jours, des dernires heures de
Grenade, si bien que la peur et langoisse dune ville menace, lhostilit
croissante des Grenadins contre Boabdil, le souvenir de la tempte qui
ravage la ville et qui est sentie par ses habitants comme un chtiment divin
et comme la prmonition de sa chute, apparaissent dans le roman sous la
forme de diffrents discours rapports. Devant le rcit de ces vnements
Hassan sefface et le discours la premire personne ne prend le relais du
discours rapport que quand son propre souvenir merge sa conscience.
Passage cl puisque le premier souvenir personnel du narrateur concide
avec limage de cet vnement qui fait basculer lhistoire (non seulement son
histoire personnelle, familiale, mais lhistoire des civilisations). Image
presque fantasmatique que Hassan et sa mre inscriront jamais dans leur
mmoire: laube, aux portes de Grenade, Boabdil, le dernier Sultan de
Grenade, fuit la ville encore endormie et parfaitement trangre au tournant
de son destin, croise le Roi Catholique, le salue et disparat.
La chute de Grenade renvoie ainsi une clture: clture dun monde,
dune civilisation, clture aussi dun espace que lIslam est oblig de cder,
dabandonner. Mais dans ce rcit, tiss sous le signe de la traverse de les-
pace, dune traverse de lespace o les extrmes se touchent, toute clture
appelle une ouverture. Lexil de Grenade marque la premire traverse de
Hassan: premire traverse de la mer, premier pont entre deux continents car
lexil de Grenade ouvre Hassan et sa famille les portes de la ville de Fs.
De Grenade Fs, de lAndalousie au Maroc, de lenfance ladolescence
et puis lge adulte, de laltrit spatiale laltrit temporelle: parcours de
lespace doubl dune construction biographique, autobiographique.
1 MAALOUF, A., Lon lAfricain, Paris, J.C. Latts, 1986, p. 12. Par la suite les rf-
rences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (L., p. X).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La traverse de lespace: Lon lAfricain dAmin Maalouf 351
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352 Mara ngeles Caamao Pieiro
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La traverse de lespace: Lon lAfricain dAmin Maalouf 353
Dans les plus belles villas, dans les boutiques les mieux achalandes du
bazar, on voit surtout des Armniens, des Grecs, des Italiens et des juifs, ces
derniers venus parfois dAndalousie aprs la chute de Grenade () Dans
les souks, les turbans de Turcs et les calottes des chrtiens et des juifs se
ctoient sans haine ni ressentiment (L., p. 255).
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354 Mara ngeles Caamao Pieiro
La dernire image que je garde est celle du poing qui sabattit, devant mes
yeux, sur la nuque dAbbad (son compagnon de voyage). Puis je sombrai
dans une longue nuit tourmente, touffante, naufrageuse.
Aurai-je pu deviner que ctait le plus extraordinaire de mes voyages
qui commenait de la sorte? (L., p. 278).
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La traverse de lespace: Lon lAfricain dAmin Maalouf 355
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356 Mara ngeles Caamao Pieiro
Quant moi, jai atteint le bout de mon priple. Quarante ans daventures
ont alourdi mon pas et mon souffle. Je nai plus dautre dsir que de vivre,
au milieu des miens, de longues journes paisibles. Et dtre, de tous ceux
que jaime, le premier partir. Vers ce Lieu ultime o nul nest tranger
la face du Crateur (L., p. 348).
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La traverse de lespace: Lon lAfricain dAmin Maalouf 357
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358 Mara ngeles Caamao Pieiro
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La traverse de lespace: Lon lAfricain dAmin Maalouf 359
des voyages, sapprter enfin franchir un dernier Seuil, le dernier Seuil qui
marque la dernire ouverture de lespace, qui signale lau-del ultime et
efface par l toute diffrence, toute opposition, tout rejet. Les dernires
lignes de lautobiographie de Hassan-Jean Lon de Mdcis expriment donc
son unique et dernier souhait: tre, de tous ceux que jaime, le premier
partir. Vers ce Lieu ultime o nul nest tranger la face de Dieu (L.,
p. 348).
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
MAALOUF, A., Lon lAfricain, Paris, J.C., Latts, 1986.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ESCRITURAS DEL YO
Y ESPACIO LITERARIO
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362 Elena Fernndez Cuasante
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Escrituras del yo y espacio literario 363
Le texte doit tre principalement un rcit, mais on sait toute la place quoc-
cupe le discours dans la narration autobiographique; la perspective, princi-
palement rtrospective: cela nexclut pas des sections dautoportrait, un
journal de loeuvre ou du prsent contemporain de la rdaction, et des
constructions temporelles trs complexes; le sujet doit tre principalement
la vie individuelle, la jeunesse de la personnalit: mais la chronique et lhis-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
364 Elena Fernndez Cuasante
toire sociale ou politique peuvent y avoir aussi une certaine place [...] Des
transitions stablissent naturellement avec les autres genres de la littrature
intime (mmoires, journal, essai) et une certaine latitude est laisse aux
classificateurs dans lexamen des cas particuliers9.
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Escrituras del yo y espacio literario 365
structures formelles, justiciables dune analyse dordre logique et rhtorique, signifiant sans
signifi. Ms tarde aade: [...] ce systme rendrait compte des critures du moi en leur tota-
lit, sans que jamais apparaisse la voix humaine ou le visage dun tre singulier en proie au
tourment dexister. Cf. GUSDORF, G., Lignes de vie, 1. Les critures du moi, Paris, Odile
Jacob, 1991, p. 85.
12 Ibid., pp. 239-240. En este mismo sentido: La confusion qui rgne parmi les his-
toriens et les critiques lorsquils ont affaire des textes de cette catgorie tient leur incul-
ture, [] le rdacteur dcritures intimes nobit pas premirement des intentions
formelles; son projet ne porte pas en premier lieu sur la perfection de lcriture, le souci de
beaut comme russite gratuite, la conformit des arts potiques plus ou moins prims
Ibid., p. 140.
13 Ibid., p. 241.
14 Ibid., p. 142.
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368 Elena Fernndez Cuasante
23 LEJEUNE, Ph., op. cit., pp. 311 y 320. Es precisamente la presencia de esos
cdigos lo que segn Lejeune autoriza la consideracin formal y, con ella, la definicin nor-
mativa de los gneros.
24 Ibid., p. 14. Recordemos que tras una primera definicin propuesta en 1971,
LEJEUNE propone la definitiva en 1975: Autobiographie: rcit rtrospectif en prose quune
personne relle fait de sa propre existence, lorsquelle met laccent sur sa vie individuelle, en
particulier sur lhistoire de sa personnalit.
25 BRUSS, E., op. cit., p. 32. Estas reglas no son otras que: 1) La existencia del auto-
bigrafo queda sometida a un procedimiento de verificacin pblica; 2) Se da por supuesto
que lo contado es verdadero segn las condiciones en vigor; 3) Queda igualmente supuesto
que el autobigrafo cree en sus afirmaciones.
26 Cf. LEJEUNE, Ph., Le pacte autobiographique (bis), Potique, n 56, 1983,
p. 417; JACCOMARD, H., op. cit., p. 22.
27 La autoficcin se presentaba como un relato en el que hay identidad entre autor,
narrador y personaje, pero en el que lo contado es completamente inventado. Segn Lecarme
y Lecarme-Tabone, que proponen un listado de obras anteriores, no se trata en absoluto de un
gnero nuevo (op. cit., pp. 268 ss); segn Genette, muchas de las prcticas que se asocian a
la autoficcin son en realidad autobiografas vergonzosas que no deberan adscribirse a esta
nueva prctica. Cf. GENETTE.G., Fiction et diction, Paris, Seuil, 1991, pp. 86-87.
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372 Elena Fernndez Cuasante
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Escrituras del yo y espacio literario 373
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ESPACIOS ESCNICOS Y SIMBOLISMO: PELLAS
ET MLISANDE
INTRODUCCIN
No parece necesario insistir en la importancia que tienen la configuracin e
identificacin del espacio en la escenografa teatral: sta dista mucho de ser
un simple marco en el que se mueven los intrpretes. Y si ello es as con res-
pecto a los espacios escnicos en general, resulta seguramente mucho ms
significativo en el caso del drama simbolista de finales del XIX y principios
del XX, en el que los elementos del decorado y la luminotecnia no slo son
una prolongacin (quiz sera ms propio decir una anticipacin) de las
situaciones que se presentan en escena y, consecuentemente, de los estados
de nimo retratados, sino que tienen aqu un significado especial, porque los
elementos del decorado y de la utillera suelen tener un valor simblico que
completan y dan su sentido completo al texto.
Maurice Materlinck (1862-1949) es considerado el principal represen-
tante de este tipo de drama en lengua francesa: afirma Sordo1 que
[Maeterlinck] vivi en el seno del Simbolismo hasta convertirse en su
figura cimera. Su obra provoc en la poca un nmero sorprendente de opi-
niones contradictorias, de las que la ms favorable fue sin duda la de Octave
Mirbeau, quien salud con grandes parabienes La princesse Maleine2,
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378 Arturo Delgado Cabrera
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Espacios escnicos y Simbolismo: Pellas et Mlisande 379
madurez del compositor. Tal fecha, segn Gola8, resulta igualmente crucial
para la msica en toda Europa, pues es tambin el ao del estreno de un
poema sinfnico de Schnberg titulado igualmente Pelles et Mlisande, y
que abrira las vas del dodecafonismo. Por otro lado, esta nica pera de
Debussy es, segn opinin casi unnime de los crticos, la de mayor impor-
tancia histrica en el repertorio francs, aunque Carmen (1875) de Bizet sea
sin duda la ms popular9.
8 GOLA, A., Pellas et Mlisande. Analyse littraire et musicale, Paris, s/ed., 1952,
p. 14.
9 DELGADO CABRERA, A., Libretos de pera franceses del siglo XIX: una escri-
tura olvidada, Madrid, Universidad Complutense, 1987. Maeterlinck, Debussy y el libreto
de Pelles et Mlisande in Correspondance 3, 1993, pp. 127-135.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
380 Arturo Delgado Cabrera
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios escnicos y Simbolismo: Pellas et Mlisande 381
porque el sol se oculta entre su follaje. El culto a los bosques, por otro lado,
se remonta a los pueblos primitivos, y los bosques sagrados fueron los pri-
meros templos en muchas civilizaciones. Segn Jung, el bosque representa
nuestro propio inconsciente, y por eso es un lugar de preferencia como situa-
cin de los sueos.
El peligro, o al menos la inquietud, es pues el primer mensaje significa-
tivo del texto.
Frecuentemente, el culto a los bosques va relacionado con el culto a las
aguas. Ambos elementos coinciden en el decorado de esta escena: Mlisande
est al borde de una fuente y mira al fondo del agua. El valor simblico ms
general de la fuente agua que surge continuamente como elemento que
significa energa vital est aqu anulado por la situacin de angustia (como
enfatiza alguna didascalia: Elle sanglote profondment) en la que se
encuentra la protagonista, pues es all donde ha cado su corona.
ste es uno de los escassimos datos que proporciona el texto sobre la
procedencia de Mlisande, adems de otros que parecen irrelevantes (Je suis
ne un dimanche! Un dimanche midi!, acto tercero, escena primera).
Deducimos que se trata de una reina o, al menos, una princesa, pero
obviamente no es feliz. Y la prdida de la corona connota quiz la prdida
de su rango, o el inicio de una nueva vida que nada tiene que ver con los
tiempos precedentes (Je me suis enfuie enfuie enfuie).
La situacin de angustia se manifiesta en el llanto y en sus primeras pala-
bras:
Ne me touchez pas! ne me touchez pas, le dice atemorizada a Golaud.
No sabe explicar de dnde viene. Slo sabe su nombre y que le han
hecho dao.
El final del dilogo es igualmente poco esperanzador:
Mlisande: O allez-vous?
Golaud: Je ne sais pas Je suis perdu aussi.
Acto I, escena II
Une salle du chteau
El castillo es, en principio, un refugio, un lugar seguro: De su propio
carcter defensa aislada, construida casi siempre en un lugar dominante
deriva su significacin simblica de fortaleza, no slo en sentido material
sino moral15. Pero, en este caso, se trata de un lugar fro y muy poco aco-
gedor, como lo describir Golaud ms adelante (acto II, escena II):
15 Ibid., p. 116.
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382 Arturo Delgado Cabrera
Il est vrai que ce chteau est trs vieux et trs sombre Il est trs froid
et trs profond
As, del mismo modo que en la escena anterior el carcter vital de la
fuente queda anulado por la profunda tristeza de Mlisande, la proteccin y
el sosiego que da el castillo es slo aparente. Ser an menos tranquilizador
cuando, algunas escenas ms adelante, la accin si site en pasillos y subte-
rrneos.
La sala sera, sin embargo, uno de los lugares ms acogedores: un lugar
de convivencia.
Arkel y Genevive comentan una carta enviada por Golaud, en la que
narra su encuentro con Mlisande. El misterio sobre la procedencia de sta
sigue sin desvelarse (y as ser a lo largo de toda la obra):
Je ne sais ni son ge, ni qui elle est, ni do elle vient, et je nose pas
linterroger
Elle pleure tout coup comme un enfant
Il y a maintenant six mois que je lai pouse
Golaud pide el consentimiento de su padre, y ruega que si da su aproba-
cin para el regreso, enciendan una hoguera en la torre del castillo que mira
hacia el mar. Es evidente la relacin con el episodio de la vela del navo
(blanca o negra) en la leyenda de Tristn e Iseo.
Arkl dice:
Je ne me suis jamais mis en travers dune destine.
Aparece Pelles, con signos evidentes de haber llorado, lo que supone un
mal presagio. El llanto es un Leitmotiv constante en el drama simbolista.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios escnicos y Simbolismo: Pellas et Mlisande 383
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384 Arturo Delgado Cabrera
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Espacios escnicos y Simbolismo: Pellas et Mlisande 385
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386 Arturo Delgado Cabrera
CONCLUSIN
El contraste entre todos estos espacios escnicos proporciona riqueza a las
diversas situaciones teatrales. Las connotaciones son a veces evidentes desde
el principio, y slo se manifiestan en otras ocasiones a lo largo del desarrollo
de la accin.
El ambiente general del drama, amenazante y misterioso, viene dado por
todos esos elementos de la escenografa (habra que hablar tambin de actua-
cin y de iluminacin) adems lgicamente de los elementos textuales.
Los contrastes no se limitan a la oposicin exterior/interior mencionada.
La significacin ms profunda de la obra viene dada por otros menos evi-
dentes pero no difcilmente detectables:
Peligro/seguridad
Ternura/violencia
Luz/oscuridad
Fro/calor
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Espacios escnicos y Simbolismo: Pellas et Mlisande 387
Juventud/vejez
Felicidad/infelicidad
Risa/llanto
Amor/desamor/celos
Vida/muerte
Esta ltima oposicin es sin duda la ms significativa: no en vano es el
eje principal en torno al que se desarrolla la creacin literaria.
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388 Arturo Delgado Cabrera
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GABRIELLE ROY:
PERSONAJES EN BUSCA DE SU ESPACIO
INTRODUCCIN
En 1929 Virginia Woolf fue invitada a dar una conferencia sobre las mujeres.
El resultado fue A room of ones own, traducido como Una habitacin
propia. En este brillante ensayo la escritora inglesa afirma que la causa por
la que las mujeres no haban logrado situarse al mismo nivel que los hom-
bres era la falta de una habitacin propia, es decir, de un espacio fsico y de
una renta que les permitiera poder dedicarse a labores creativas.
Frente a esta reflexin, Liz Bondi recoge en su artculo Feminism,
Postmodernism and Geography: Space for Women? la idea contraria: si el
tiempo se relaciona con lo activo, con lo que evoluciona, y el espacio con lo
pasivo, el primero ha sido considerado como masculino y el segundo como
femenino, o ms bien como lo propio del colectivo de los otros, que
incluye a mujeres, negros, homosexuales e inmigrantes.
De este modo, en el primer caso se relaciona el espacio con una poten-
cial actividad femenina, y en el segundo es la supuesta pasividad de las
mujeres la que se presenta como inherente al espacio. No obstante, sendas
reflexiones coinciden en establecer una relacin entre mujer y espacio que
no podemos dejar de sealar y que a continuacin analizaremos en el caso
concreto de Gabrielle Roy y los personajes de su obra literaria.
Gabrielle Roy nace en Manitoba en 1909, la ltima de los ocho hijos de
Lon y Mlina. Sus abuelos maternos haban dejado su Quebec natal para
instalarse en dicha regin, ya que el gobierno canadiense haba tomado la
decisin de ceder las tierras a los colonos que las quisieran cultivar. La joven
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
390 Olaya Gonzlez Dopazo
Gabrielle vivir en Manitoba hasta que, tras una estancia de dos aos en
Europa se instale definitivamente en Quebec, donde vivir hasta su muerte
en 1983. Se considera que su obra literaria forma parte de la literatura que-
bequesa, pero no por ello hay que olvidar que en gran parte de sus escritos
el marco de las llanuras manitobanas le ofrece un referente espacial cargado
de simbolismo. Las llanuras, omnipresentes en lo que Carol J. Harvey deno-
mina el ciclo manitobano, compuesto principalmente por Rue
Deschambault 1, La Route dAltamont2 y Ces enfants de ma vie3, aparecern
igualmente en los relatos que componen Un jardin au bout du monde4. En
nuestro anlisis nos detendremos en las dicotomas llanura/colina y
llanura/jardn, para finalmente proponer nuestra interpretacin de la utiliza-
cin del espacio por parte de la escritora: un nmero considerable de los per-
sonajes son mujeres o inmigrantes que evolucionan en un espacio que les es
ajeno y que, perdidos fsica y metafricamente en la inmensidad de la lla-
nura, tratan de reencontrarse con ellos mismos.
Mes grands-parents maternels, originaires dun petit pays perdu dans les
contreforts des Laurentides, au nord de Montral, un beau jour quittrent
tout ce qui avait t jusque-l leur vie pour rpondre, comme tant dautres
lpoque, lappel de lOuest []. Ils voyagrent [] travers la plaine
encore sauvage [] vers les ondulations de la Montagne Pembina dont le
relief quelque peu accident allait, selon les calculs de mon optimiste
grand-pre, consoler sa femme de la perte des collines natales mais a
allait tre bien le contraire: la vue de ces simulacres de collines devait
aiguiser jamais chez elle le regret des pres coteaux de sa jeunesse. Ainsi
allait natre et se perptuer dans notre famille un amour partag entre la
plaine et la montagne, un dchirement, comme je lai racont dans La Route
dAltamont []5.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Gabrielle Roy: personajes en busca de su espacio 391
6 Ibid., p. 165.
7 HARVEY, C.J., Le cycle manitobain de Gabrielle Roy, Saint Boniface, Les ditions
des Plaines, 1993, p. 260. Parece claro que existe una identificacin entre Gabrielle Roy y
Christine, identificacin que puede ser cotejada comparando los relatos calificados como de
inspiracin autobiogrfica con la propia autobiografa de la escritora (La dtresse et len-
chantement, 1984), as como con la amplia y rigurosa biografa de Franois Ricard (Gabrielle
Roy. Une vie, 1996), pues les allusions autobiographiques du cycle manitobain sont telle-
ment nombreuses que Christine est devenue pour beaucoup de lecteurs la rplique de
Gabrielle Roy aussi srement que lauteure a d sidentifier son personnage fictif.
8 La Route dAltamont, op. cit., p. 171.
9 Ibid., p. 169.
10 Op. cit., p. 207.
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392 Olaya Gonzlez Dopazo
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Gabrielle Roy: personajes en busca de su espacio 393
plus flou15. En las colinas madre e hija son conscientes de sus diferencias
y de su separacin inminente. El distanciamiento ser total cuando ambas
mujeres se intercambien toda una serie de cartas banales de un lado a otro
del ocano:
Je lui envoyais des cartes postales, y griffonnant quelques mots: Mre, si
seulement tu pouvais voir Notre-Dame de Paris, les jardins de Kew par
un jour de printemps [] Ma mre me rpondait par de longues lettres
patientes, douces, mticuleuses et menteuses, si menteuses16.
15 Ibid., p. 223.
16 Ibid., p. 229.
17 La escritora ha sufrido una doble discriminacin: de gnero, al ser una mujer en la
sociedad patriarcal, as como lingstica, al ser francfona en un medio anglfono.
18 La Route dAltamont, op. cit., p. 229.
19 GAGN, M., Visages de Gabrielle Roy, Montral, Beauchemin, 1973, p. 101.
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394 Olaya Gonzlez Dopazo
Ukrainiens, sans pour cela tre des Canadiens, pauvres gens perdus et si
dcourags quils ne paraissaient plus saider en rien20. Muy clarificadora
es su sensacin respecto a Canad:
Le Canada, elle en faisait partie bien sr, elle avait mme quelque part,
enfoui prcieusement, son certificat de naturalisation [] Cependant,
plutt quun vritable pays, le Canada lui apparaissait comme une immense
carte gographique aux dcoupures bizarres21.
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Gabrielle Roy: personajes en busca de su espacio 395
cartant davantage le rideau, elle vit, au ras de la maison, une grosse main
calleuse, use, si pathtique, qui retirait les petits capuchons de papier dont
les plantes avaient t coiffes la veille pour les aider rsister au froid de
la nuit. La pile des imprims de Codessa avait d y passer; maintenant le
pauvre vieil homme naurait mme plus de lecture pour les jours froids et
solitaires de novembre31.
25 Ibid., p. 166.
26 BOURBONNAIS, N., La symbolique de lespace dans les rcits de Gabrielle
Roy, Voix et Images, vol. VII, n 2, hiver 1982, pp. 367-384.
27 Un jardn au bout du monde, op.cit., p. 145.
28 Ibid., p. 148.
29 Ibid., p. 179.
30 Ibid., p. 125.
31 Ibid., p. 167.
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396 Olaya Gonzlez Dopazo
CONCLUSIN
Los ejemplos de estas mujeres inmigrantes, personajes doblemente margi-
nales de la sociedad, nos llevan a establecer un claro paralelismo con la
autora. Todas ellas son conscientes de su problema de identidad y dicho pro-
blema est estrechamente relacionado con el espacio. A este respecto, Julia
Kristeva realiza la siguiente reflexin: Au lieu de sinterroger sur son
tre, il sinterroge sur sa place: O suis-je? plutt que Qui suis-je?32.
Gabrielle Roy es un claro ejemplo, a causa de su doble desarraigo, de bs-
queda de un espacio a su medida, as como de la va para conseguir su propia
representacin: sta no ser otra que la escritura. Y situndose ella misma en
la periferia, la escritora dar voz a todas las mujeres inmigrantes de sus
relatos. Todas ellas buscarn refugio y consuelo mediante un nuevo concepto
de espacio, ms simblico que el meramente fsico en el que evolucionan, un
lugar en el que puedan ser representadas ya que, siendo la mujer inmigrante
doblemente irrepresentable,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Gabrielle Roy: personajes en busca de su espacio 397
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
BONDI, L., Feminism, postmodernism and geography: space for
women?, en McDOWELL&SHARP, Space, gender, knowledge,
Bristol, Arrowsmith, 1997, pp. 73-82.
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Gabrielle Roy, Voix et Images, vol VII, n 2, hiver 1982, pp. 367-384.
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dans La route dAltamont, in SAINT-PIERRE, A. - RODRIGUEZ, L.
(dir.), La langue, la culture et la socit des francophones de lOuest.
Actes du 4e colloque du CEFCO tenu au collge universitaire de Saint-
Boniface les 23 et 24 novembre 1984, Saint-Boniface, Centre dtudes
franco-canadiennes de lOuest, 1985.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
398 Olaya Gonzlez Dopazo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO DE LA ESCRITURA EN LOS
RELATOS CORTOS DE BATRIX BECK
A pesar de contar con una largusima carrera literaria y de haber obtenido los
premios ms prestigiosos que se conceden en el mundo de las letras, Batrix
Beck no ha suscitado nunca un excesivo inters por parte de la crtica. En
francs, la bibliografa existente sobre ella se reduce a la entrevista que le
dedic la revista Magazine littraire en junio de 1994 y al libro Confidences
de Gargouille1, una autobiografa por persona interpuesta basada en charlas
con la autora. En espaol, de toda su obra slo se ha traducido el cuento para
nios La rana en el tintero2 y un par de novelas editadas en Sudamrica en
los aos 50 y hoy de difcil acceso3; por otra parte, la nica literatura secun-
daria que hemos podido encontrar en nuestro idioma es un breve artculo de
prensa de Mario Vargas Llosa que se remonta a la misma dcada4. As pues,
Batrix Beck es una escritora poco conocida en Francia y prcticamente des-
conocida en Espaa, por lo que no estar de ms hacer un breve recorrido
por su trayectoria vital y literaria.
Batrix Beck, que naci el 30 de julio de 1914 es decir, el da antes de
la declaracin de la Primera Guerra mundial, es hija del escritor belga
Christian Beck, al que prcticamente no conoci, pues muri cuando ella no
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
400 Pedro Pardo Jimnez
haba cumplido todava los dos aos. Pas toda su infancia y juventud en
Francia y curs estudios de Derecho en Grenoble, donde se uni a las
Juventudes comunistas y conoci a Naum Szapiro, un judo de origen bielo-
rruso que en 1936 se convertira en su marido. El otoo de este ao ser un
tiempo de gran agitacin vital para la escritora: su boda vendr seguida del
suicidio de su madre, una mujer psquicamente inestable, y del nacimiento
de su primera y nica hija, Bernadette. Cuatro aos despus, nada ms
comenzar la Segunda guerra, Naum Szapiro muere en el frente. Batrix Beck
tiene entonces que enfrentarse a una situacin laboral disparatada: al no tener
la nacionalidad francesa, no puede ejercer su profesin de abogada, por lo
que ha de trabajar sucesivamente como obrera, modelo de posado para estu-
diantes de arte y asistenta de limpieza. Decide pues trasladarse a Blgica,
pas en el que no le reconocen no ya su licenciatura en Derecho, sino ni
siquiera los estudios secundarios. As las cosas, la joven se ve obligada a
vender la correspondencia que su padre mantuvo con Andr Gide, y el dinero
obtenido le permitir dedicarse durante un ao a escribir su primera novela,
Barny, publicada por Gallimard en 1948. De regreso en Pars, Batrix Beck
es contratada como secretaria personal por Andr Gide, y gracias a Lon
Morin, prtre, su tercera novela, se convierte en la segunda mujer en obtener
el premio Goncourt. Ni siquiera este reconocimiento le permitir vivir exclu-
sivamente de la literatura, por lo que en adelante alterna el periodismo con
las clases que imparte como profesora invitada en universidades de Estados
Unidos y de Qubec. A principios de los aos 70, la autora entra en una larga
depresin en la que concurren fundamentalmente dos circunstancias: el
rechazo de sus textos por parte de diferentes editoriales entre ellas
Gallimard, que hasta ese momento haba publicado todas sus novelas, y el
fracaso de la historia de amor platnico que mantuvo con una mujer en
Qubec. Poco a poco, Beck consigue sin embargo superar estos aos negros
hasta que, en 1979, la concesin del premio Inter a La Dcharge proclama el
regreso a la escena literaria de una autora que por entonces tena ya ms de
sesenta y cinco aos. Desde aquel momento hasta hoy, Batrix Beck ha
seguido escribiendo a razn de un libro por ao aproximadamente, tenacidad
que en 1997 le vali el gran premio de literatura de la Academia francesa.
En la obra de Beck se dibuja claramente un primer periodo compuesto
por cinco textos autobiogrficos, que empieza en 1948 con la citada Barny
y se cierra en 1963 con Le muet5, donde la joven Barny Aronovitch se con-
vierte por fin en escritora y publica su primera novela, titulada precisamente,
5 BECK, B., Le muet, 1963, in Guide par le songe, Paris, Grasset, 1998.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la escritura en los relatos cortos de Batrix Beck 401
y aqu la ficcin se funde con la realidad, Barny. Sobre esta etapa, la autora
dir: crivant mon autobiographie, je me faisais leffet dun enfant qui
donne la main pour saider marcher, pour ne pas tomber, une grande per-
sonne qui est la ralit6. Se trata de un ciclo novelesco en el que se apre-
ciaba ya una escritura propia que aparece en ese estilo sobrio que la crtica
del momento defini como puntillismo literario y en la sorprendente fide-
lidad con que se reproduce el discurso hablado de los personajes. Ambos
rasgos se dan igualmente en la segunda fase de la produccin de Beck, tam-
bin basada en vivencias personales, pero ms variada que la anterior en la
medida en que Barny, el doble literario de la autora, cede el primer plano del
relato a otros personajes. Por poner algunos ejemplos, La Dcharge7 narra la
bsqueda de la felicidad de Nomi, una joven que vive en un vertedero;
Devancer la nuit8, describe en frmula epistolar la personalidad de ese buen
amigo de Batrix Beck que fue Roger Nimier; Jose dite Nancy9 recoge las
vicisitudes de una joven prostituta que en la realidad fue vecina de la escri-
tora, como tambin fue su amante el protagonista de Don Juan des forts10,
ese hombre casado, conservador e hipcrita que en la novela lleva la seduc-
cin a tal extremo que acaba por iniciar a su propia hija. Este periodo, que
la crtica defini en su momento como la seconde manire de Beck, no era
en realidad ms que una deuxime manire en la medida en que no se tra-
taba de una frmula de escritura definitiva. A partir de 1990, fecha de publi-
cacin de Grce11, se inicia en efecto una tercera etapa que se caracteriza
fundamentalmente por una tendencia cada vez ms acusada a la concisin
narrativa y que de manera natural encuentra su espacio expresivo en el
gnero del relato corto y ms especficamente en la nouvelle. Si bien es
cierto que las novelas de Beck nunca fueron demasiado largas, no deja de ser
significativo que desde entonces hasta hoy haya publicado dos novelas sin-
gularmente breves, cinco libros de nouvelles y un libro de cuentos.
Segn la autora, se trata de una simple cuestin de edad:
Dans lcriture, lge sest manifest pour moi par une strilit partielle
qui ma conduite publier principalement, ces dernires annes, des
recueils de nouvelles [...] Lorsque je constate, aprs avoir achev une nou-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
402 Pedro Pardo Jimnez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la escritura en los relatos cortos de Batrix Beck 403
Jai le besoin dcrire, pas le besoin de traiter tel ou tel sujet16. De hecho,
no es difcil observar que en los relatos de este tercer periodo que hemos
denominado etapa de la nouvelle los temas que aparecen son ms o menos
los mismos que en las etapas anteriores: la muerte, el sentimiento de la
soledad, la fragilidad del ser humano, la existencia de Dios, etc., todo ello
tamizado a travs del humor negro que siempre caracteriz a la autora. La
diferencia es que el acontecimiento, el desarrollo de una ancdota ms o
menos compleja, ha cedido su privilegiada posicin ante un elemento que en
la potica de Batrix Beck resulta hoy jerrquicamente superior y que no es
otro que el lenguaje. Dicho de otro modo, la diferencia entre las dos etapas
anteriores y la actual es cuantitativa, pero slo de manera accesoria y en la
medida en que es ante todo cualitativa.
Batrix Beck es por otra parte muy consciente de la dialctica que se
establece entre ambos aspectos de la escritura. Justificando una vez ms su
creciente propensin a la brevedad, la autora seala:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
404 Pedro Pardo Jimnez
virtud esencial del lenguaje, que en principio slo era el ideal de partida de
una joven que se iniciaba en la creacin literaria, se ha convertido con los
aos en una preocupacin urgente y casi obsesiva. Ms que nunca, la escri-
tura es ahora bsqueda permanente de la exactitud y, previamente, cons-
ciencia aguda de ese instrumento que es la lengua. En este sentido, los
relatos cortos de Beck constituyen el escenario de una reflexin sobre el
lenguaje que, como veremos, se convierte en la materia misma de la litera-
tura.
El proyecto de autenticidad emprendido por Beck exige como opera-
cin primera el destierro de cualquier tentacin ornamental: Un profes-
seur de latin nous avait conseill de ne pas crire je balance de la flotte
mon canasson, ni jabreuve mon destrier, mais je donne boire mon
cheval. La perfection19. El recurso a la retrica, cuando no sirve para
designar una realidad nueva y personal, es siempre perjudicial en la
medida en que aleja el lenguaje de su objeto: Cent fois jai cit cette
remarque de Stendhal propos dune jeune fille assassine Civitavecchia
et dont le sang formait une petite tache brune sur le trottoir: Ce que mon-
sieur Victor Hugo appelle tre baign dans son sang20. Y es que Stendhal,
como la propia autora recuerda21, recomendaba igualmente no emplear
nunca palabras ms grandes que las cosas. Ahora bien, la retrica no slo
est presente en la literatura romntica, ni siquiera en la literatura a secas,
sino tambin, y de manera muy significativa, en el lenguaje cotidiano, del
que Beck es una observadora infatigable. A menudo las frases que utili-
zamos son figuras lexicalizadas, empobrecedores clichs que lastran gra-
vemente el discurso sin aportar ningn valor significativo. Es aqu donde
se origina la crtica del lugar comn que tan a menudo aparece en los
relatos de Beck, de la que puede darse como ejemplo la secuencia en la que
Stanislas Lenclume, cercano ya a su fin, va desgranando locuciones ver-
bales relativas a la muerte que resultan tan absurdas como el objeto que
designan:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la escritura en los relatos cortos de Batrix Beck 405
morts: nous sommes censs emboucher ces champignons [...] Aller ad patres
(cette runion posthume ne me tente pas), rendre le dernier soupir, ou lme,
au choix22.
22 Moi, Stanislas Lenclume, octognaire, Moi ou autres, op. cit., pp. 9-10.
Secuencias muy similares, que giran sobre el vocabulario de la muerte, aparecen en la misma
nouvelle, p. 22, p. 29 y p. 56 y en otras como Lucette, Prnoms, Paris, Grasset, 1996, pp.
91-92.
23 Vulgaires vies, Vulgaires vies, op. cit., Clmatite y Les, La Petite Italie,
Paris, Grasset, 2000.
24 Moi, Stanislas Lenclume, octognaire, Moi ou autres, op. cit., p. 10.
25 Ibid., loc. cit.
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406 Pedro Pardo Jimnez
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El espacio de la escritura en los relatos cortos de Batrix Beck 407
Lambivalence des termes ouvre les yeux sur celle des tres: le doublon,
cette faute, est aussi une monnaie dor. On peut entonner un chant ou du vin
[...] Le lama, plus petit que le chameau et sans bosse, est un personnage
sacr. Lange est un tre spirituel intermdiaire entre la raie et le requin31.
Imprialisme des mots: parce que la mort est du fminin, nous la reprsen-
tons femme [...] En France, les abstractions sont du fminin: guerre,
dbcle, victoire, science, etc. Pourtant Dieu sait quel point nos com-
pagnes sont dpourvues dintelligence spculative. Serait-ce notre uxoria-
nisme (mot anglais manquant la langue franaise) qui ferait tomber le
vocabulaire en quenouille? Il est vrai quil y a aussi casserole, cruche, mar-
mite [...] Est-ce par galanterie quassassin, malfaiteur, escroc et autres ban-
dits nont pas de fminin?32.
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408 Pedro Pardo Jimnez
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El espacio de la escritura en los relatos cortos de Batrix Beck 409
Les premiers froids ont allum de grands feux dans les chemines. Les
premiers froids, cest moi. Autrement ils mapellent on. On a prpar une
ratatouille. On a encaustiqu le parquet. Je deviens parfois une marque: le
trois-en-un a drouill la fermeture [...] Je leur mettrais bien du trois-en-un
dans la soupe [...] Je veux amasser un magot de quoi ouvrir quelque chose.
Nimporte quoi, boutique mme moche, caf mme mal fam o crire au
dessus ELISABETH. Chez Elisabeth42.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
410 Pedro Pardo Jimnez
Quelques conseils mes petits amis [...] Ne pas y aller par quatre chemins,
encore que. Chemin de halage, bateliers de la Volga. Chemin de ronde, les
mots de passe tous ceux dignes dtre employs sont des mots de passe.
Chemin des coliers que prit le Chaperon Rouge et grce auquel cette
enfant fut dlivre de la corve galette pot de beurre [...].
Chemin de Damas, hum. Je nen dirai pas plus.
Prfrez les chemins creux, de traverse, tortueux, non baliss [...].
Dictionnaire, vade-mecum, livre qui contient tous les autres en puis-
sance, en vrac et en kit [....] Arche de No des mots [...].
Maintes mitoyennets offrent des perspectives nouvelles, ainsi la crce-
relle survole la crche, leider domine leidtique, lemblme embobeline43.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la escritura en los relatos cortos de Batrix Beck 411
nimporte qui pourrait poursuivre pour son propre compte ce jeu des tauto-
grammes dsastreux44.
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412 Pedro Pardo Jimnez
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
BECK, B., Barny, Paris, Gallimard, 1948.
Recensement, Paris, Grasset, 1991.
Vulgaires vies, Paris, Grasset, 1992.
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La Dcharge,1979, in Guide par le songe, Paris, Grasset, 1998.
Devancer la nuit, 1980, in Guide par le songe, Paris, Grasset, 1998.
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Jose dite Nancy, 1981, in Guid par le songe, Paris, Grasset, 1998.
Le muet, 1963, in Guide par le songe, Paris, Grasset, 1998.
La Petite Italie, Paris, Grasset, 2000.
GENETTE, G., Mimologiques, Paris, Seuil, 1976.
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VARGAS LLOSA, M., El cielo y Beatriz Beck (Las horas vacas),
Extra, Ao II, n 71, Lima, 29 de mayo de 1956.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
DES LIEUX ET DES PAYSAGES DANS
LA POSIE BELGE DE 1920 1960
MARTINE RENOUPREZ
Universidad de Cdiz
La critique littraire des vingt dernires annes oriente par les recherches
de Jean-Marie Klinkenberg et Marc Quaghebeur saccorde pour caractriser
cette priode de lhistoire littraire belge qui stend de 1920 1960 comme
une phase centrifuge.
La premire Guerre mondiale, tout dabord, efface dans limaginaire
lidal dune fusion entre les mes latines et germaniques. Lintroduction du
suffrage universel pour les hommes modifie ensuite le cadre politique belge:
les flamands se rapproprient leur langue et produisent dornavant leur
propre littrature, fait qui met provisoirement un terme au mythe de lme
belge. Le champ littraire belge se retrouve donc hors jeu. Il ne peut plus
prtendre une quelconque lgitimation de la part de Paris par la valorisa-
tion dune diffrence globale marque par un esprit nordique. Il en
dcoule la refonte dun nouveau mythe, fond cette fois sur la patrie linguis-
tique, do les tentatives individuelles des crivains de se situer par rapport
au champ littraire franais, et si possible de sy assimiler, et la tendance,
dans les textes, leffacement dune origine belge qui empcherait le pro-
cessus de la reconnaissance littraire.
Il faut cependant, dans ce panorama global, voquer lexception des
avant-gardes, extrmement vivantes et par ailleurs absolument ignores par
les manuels dhistoire littraire qui privilgieront lide dune Littrature
franaise de Belgique; avant-gardes prolifrantes au lendemain de la guerre
et vocation internationalistes qui sancrent dans des villes telles quAnvers,
Bruxelles ou Lige. Ces avant-gardes valorisent toutes, au lendemain de
lhcatombe de la guerre, et sous des formes et styles diffrents, la Vie et une
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
414 Martine Renouprez
ouverture desprit qui abolit toute ide de frontire, tant politique que cultu-
relle et artistique, cest dire si elles vont oeuvrer une concertation entre les
entreprises artistiques de tout type et une interaction de plus en plus pro-
nonce et fconde entre lcriture et la peinture. Ce sont quelques-unes de
ces manifestations avant-gardistes que nous nous proposons aujourdhui de
parcourir depuis la perspective particulire du traitement du lieu et du pay-
sage, le paysage tant entendu dans le sens dun lieu construit et non simple-
ment nomm.
Ce que nous remarquons de prime abord travers ltude du lieu et du
paysage dans la posie belge, cest une continuit thmatique entre les dif-
frentes phases de leur histoire. Le relev des tudes littraires sur le sujet
est rvlateur de limportance du thme de la ville, le paysage, dans la posie
belge, tant de faon rcurrente un paysage urbain. La Belgique est lun des
pays plus forte densit de population au monde par kilomtre carr. Les
villes, proches les unes des autres, se relient entre elles par un rseau ferro-
viaire et autoroutier extrmement dense; il nest donc pas tonnant que le
paysage urbain ait marqu limaginaire des potes.
Nanmoins, dans les annes vingt, lexpression de limaginaire de la
ville se distingue nettement du mythe symboliste urbain, notamment sous
linfluence du Futurisme italien et de son chef de file, Marinetti. laspect
mlancolique, mystique, morbide et dcadent des villes de Rodenbach, suc-
cdent les villes de Verhaeren, creuset dune rgnrescence dans un jeu de
construction et de destruction perptuel. Si les liens entre Verhaeren et
Marinetti ne sont pas carter, linfluence de ce dernier savrera prpond-
rante, aprs la guerre, sur les mouvements modernistes et notamment chez
les frres Bourgeois.
Une automobile, symbole de la vitesse et de la modernit urbaine exal-
tes par Marinetti, ornait la couverture de la revue Au volant que les frres
Bourgeois avaient fonde en 1919. Peu aprs, la suite dune confrence
dcisive de Tho Van Doesburg dans laquelle celui-ci considrait le cinma
comme le septime art, les frres Bourgeois fonderont la revue 7 Arts, porte-
parole du modernisme Bruxelles, ouverte toutes les tendances, de lex-
pressionnisme la plastique pure. cette poque, Henri Van de Velde qui
avait dmontr limpact possible de larchitecture sur les autres arts, repr-
sentait encore le modle de lavant-garde. Il nest donc pas tonnant, dans ce
contexte, que linteraction Posie/Architecture soit patente dans les activits
des deux frres, lun tant pote, lautre architecte. Leur intrt pour ces
deux ples artistiques ne se manifeste pas seulement par la rception de Le
Corbusier et Marinetti Bruxelles, mais aussi par leurs propres productions
artistiques; une fusion qui sera vivement critique par Magritte, collabora-
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416 Martine Renouprez
les lignes et les angles sarticulent autour dun Je lyrique qui mesure en
lui limpact du paysage:
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Des lieux et des paysages dans la posie belge de 1920 1960 417
4 Ibid., p. 129.
5 NOUG, P., Des mots la rumeur dune pense oblique, Lausanne, Lge
dHomme, coll. Lettres diffrentes, 1983, p. 107.
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418 Martine Renouprez
aura cependant lieu chez lui en 1925 et quelques lettres changes avec
Noug attestent dune estime rciproque6. Nanmoins, Noug lui enverra en
1926 une lettre incongrue et malicieuse (signe du pseudonyme Julien
Buyssen) o il feindra ne pas le connatre et avoir lu par hasard son nom sur
un graffiti demi-effac qui disait: Odilon-Jean Prier a vu senv; sous
prtexte que la phrase revenait en lui de manire obsessive, il invite son des-
tinataire le rencontrer dune manire pour le moins originale:
6 SMOLDERS, O., Paul Noug: criture et caractre lcole de la ruse. Essai bio-
graphique, Bruxelles, Labor, coll. Archives du futur, 1995, p. 84.
7 NOUG, P., Histoire de ne pas rire, Lausanne, Lge dHomme, coll. Lettres dif-
frentes, 1980, p. 47.
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Des lieux et des paysages dans la posie belge de 1920 1960 419
Limage est une pure cration de lesprit. Elle ne peut natre dune compa-
raison mais du rapprochement de deux ralits plus ou moins loignes.
Plus les rapports des deux ralits rapproches seront lointains et justes,
plus limage sera forte plus elle aura de puissance motive et de ralit
potique [...]9.
8 Ibid., p. 297.
9 BRETON, A., Les manifestes du surralisme, Paris, Gallimard, 1924, p. 31.
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420 Martine Renouprez
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Des lieux et des paysages dans la posie belge de 1920 1960 421
Lamateur daubes
[la nuit]
Elle est l, contre mon visage, elle a tout pris, elle semble impntrable,
mais derrire elle, je devine, rassemble, toute la lumire qui tremble
comme un dluge avant de sabattre.
Dabord la nuit rsiste cette pression des grandes eaux blouissantes;
mais, poreuse, et dans ses profondeurs, elle laisse enfin suinter doucement
quelque clart laiteuse qui stend, tache de phosphore, et commence den-
gendrer lespace.
Jai longtemps souhait une soudaine rupture, une totale invasion de la
lumire15.
Prsence
Le jardin appuie la fentre son paisseur parfume.
La nuit vient doucement sappuyer au jardin.
[...]
Et le jardin recule peine, quitte la fentre, comme la nuit tendrement
se spare du jardin.
Cest quun peu daurore rougit le mur, la fentre, toute la femme
appuye au matin16.
15 Ibid., p. 30.
16 Ibid., p. 38.
17 Ibid., loc. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
422 Martine Renouprez
Cest aussi un voyage en train qui mne Michaux vers la ville por-
tuaire19. Ni loge ni joie, cependant chez Michaux qui, en chemin, sarrte
Anvers pour visiter un ancien camarade condamn par une grave maladie
garder la chambre. Fatigu, Michaux courte sa visite pour rejoindre au
plus vite sa chambre dhtel: jeun, dfait, je gagne ma chambre, ds-
agrable, puritaine, un seizime ou dix-huitime tage o je me couche
sans tarder20. trois heures du matin, Michaux ne trouve toujours pas le
sommeil et se dcide ouvrir lune des fentres de sa chambre: Jouvre une
des fentres dont jcarte les volets. Je narrive pas morienter21.
Le paysage urbain qui soffre lui est celui de la dsolation: fosse
noire, maison au toit dfonc, volets arrachs et fentres brises. Noire, dun
noir qui ne signifie pas seulement absence de lumire, mais branchement
retir; on dirait un btiment dvalis, saccag... condamn22. Ce spectacle
le renvoie trente ans en arrire, aux bombardements, la ville dvaste,
dserte et abandonne, mais il est aussi laboutissement dmoralisant dune
journe gche, autre pave, quoi elle se trouve amarre. Michaux
referme cette fentre pour en ouvrir une autre qui lui fait face:
18 Ibid., p. 41.
19 MICHAUX, H., Voyage qui tient distance, in Dplacements, dgagements,
Paris, Gallimard, 1985.
20 Ibid., p. 18.
21 Ibid., p. 19.
22 Ibid., loc. cit.
23 Ibid., p. 20.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Des lieux et des paysages dans la posie belge de 1920 1960 423
24 Ibid., p. 22.
25 Ibid., loc. cit.
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Des lieux et des paysages dans la posie belge de 1920 1960 425
son got et surtout une trop grande importance accorde au contenu dans
lcriture automatique des Surralistes franais et dans les effets paradoxaux
des jeux sur les mots et les images chez les Surralistes bruxellois. ces
moyens dexpression encore trop acadmiques, Dotremont opposera une
prsence physique de lcriture.
La pense du paysage chez Dotremont ne sloigne cependant pas de la
rflexion thorique esquisse par Noug, rflexion qui semble rejoindre lin-
fluence de lesprit lapon sur sa perception de lenvironnement. Reprenons
nouveau Noug: lextrme bord et lextrme profondeur du spectacle
contraint lesprit une oscillation continue entre deux positions qui sem-
blaient incompatibles et qui se fondent en cet tat paradoxal et singulire-
ment fertil qui est pour linstant le sien; dans Vivre en Laponie, Dotremont
construit ainsi le paysage partir de la comparaison optique entre lici et le
lointain pour rcuser aussitt lincompatibilit entre les deux positions. Le
lointain peut nous sembler mentalement plus proche, rsonner plus intime-
ment en nous que ce qui est physiquement proche:
Dire quil joue dun plan lointain et dun plan proche...Non; car le plan le
plus lointain (de neige et de ciel) rencontre en nous des ides (des senti-
ments) de transparence, de glissement et de fonte: plus accessible ainsi;
tandis que le plan le plus proche (de bois) fait rsistance, duret30.
Dire quil est femelle, l, foncirement, et mle ici, plus visiblement, plus
prs... Est-ce ce repos tendre et cette solidit que nous devons notre sen-
timent dun tout?31.
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426 Martine Renouprez
Nous navons le sentiment dun tout que lorsque quelque division nous
joue. Mais la division quopre en nous le paysage lapon nest pas bles-
sante, lun des termes ayant sept traits de lautre32.
32 Ibid., p. 337.
33 Ibid., loc. cit.
34 Ibid., p. 338.
35 Ibid., loc. cit.
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Des lieux et des paysages dans la posie belge de 1920 1960 427
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
428 Martine Renouprez
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO NATURAL EN
PLUIE ET VENT SUR TLUME MIRACLE
LA NATURALEZA Y SU SIMBOLOGA
La naturaleza, el espacio natural, tal y como se expresa en el ttulo, es uno
de los aspectos ms simblicos en la literatura antillesa en general.
Todos y cada uno de los autores pertenecientes a este conjunto de islas
muestran, en mayor o menor medida, su inters por reflejar en sus obras lite-
rarias, ya sea poesa o novela, este micro/macro ambiente donde tanto la
flora como la fauna recobran caracteres verdaderamente impresionantes,
puesto que el autor se impone como tarea el relacionarlas metafricamente
con la mayor parte de los personajes de sus obras.
Dicha Naturaleza aporta al mismo tiempo, tal y como veremos en el an-
lisis de la novela Pluie et Vent sur Tlume Miracle1 toda una serie de
reflejos mgicos, donde el poder de la protagonista, Tlume y su abuela
Reine Sans Nom, transportan al lector a un mundo donde los colores y
olores, ponen en funcionamiento todos y cada uno de los sentidos, verdade-
ramente necesarios para poder captar el mundo y el ambiente vivido por
nuestras protagonistas en una poca y en un lugar donde la herencia de les-
clavage et les bks, descendientes directos de los primeros colonos
blancos todava cuentan desgraciadamente con un papel bastante impo-
nente.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
430 Carmen Serrano Belmonte
Simone Schwarz-Bart
Schwarz-Bart constituye, sin lugar a duda, uno de los principales pilares de
la literatura antillesa, y ms concretamente, de la voz femenina en las
Antillas junto a otras figuras esenciales, como es el caso de Maryse Cond
y Gisle Pineau.
Nace en 1938 en Charente, y no ser hasta los tres aos cuando vuelve
a su pas de origen, Pointe--Pitre. Es esencial destacar el hecho de que, gra-
cias a los diferentes lugares en los que pudo realizar sus estudios (Pointe--
Pitre, Pars y finalmente Dakar), la escritora puede llevar a cabo el reflejo de
una especie de tringulo imaginario cuyos vrtices oscilan entre frica,
Europa y las mismas Antillas.
A los 18 aos conoce en Pars al que, de alguna manera, guiar clara-
mente su trayectoria de escritora: Andr Schwarz-Bart, del cual toma su ape-
llido y, quien convencido en todo momento de su talento como escritora, la
anima a desarrollar su capacidad como conteuse.
Entre sus obras principales sealaremos, Un plat de porc aux bananes
vertes2, Ti Jean lhorizon3 y Pluie et vent sur Tlume Miracle.
Paso a presentar la novela que nos ocupa.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio natural en Pluie et vent sur Tlume Miracle 431
5 SCHWARZ-BART, S., Pluie et Vent sur Tlume Miracle, Paris, ditions du Seuil,
1972, p. 11.
6 Ibid., loc. cit., p. 11.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
432 Carmen Serrano Belmonte
7 Ibid, p. 34.
8 Ibid., p. 233.
9 Ibid., p. 52.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio natural en Pluie et vent sur Tlume Miracle 433
Ses lvres me parurent encore plus boursoufles que ses genoux, comme
prtes me lcher des insolences, mais joubliais tout cela, le short, les
genoux et les lvres sitt que je dcouvris ses yeux: larges, tals par-dessus
ses joues plates comme deux marigots deau douce10.
10 Ibid., p. 72.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
434 Carmen Serrano Belmonte
11 Ibid., p. 105.
12 Ibid., p. 119.
13 Ibid., p. 165.
14 Ibid., p. 174.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio natural en Pluie et vent sur Tlume Miracle 435
comme oiseau, semblait prendre appui sur lair mme pour exister15. Une
tempte tait venue sur M. Desaragne, soulevant ses plumes blanches et
javais vu sa chair16.
Por su parte, lie es tambin objeto de metfora, pues su voz al cantar,
es comparada con la de un mirlo: lie rpartissait tout cela en chantant
comme un merle dans un goyavier (...)17.
Como ya hemos afirmado anteriormente, Laetitia acta como personaje
negativo en la obra, lo cual se ve reflejado de manera an ms intensa en el
momento en que es comparada con un animal tan malfico como la ser-
piente: Elle longeait la rive de sa dmarche tranante et souveraine, glissant
sur la terre et les pierres et les feuilles comme une couleuvre (...)18.
Un valor todava ms intenso tendrn todas aquellas metforas y compa-
raciones que, como ya hemos afirmado en el caso de las plantas, ejercen un
valor pleno; de esta manera citamos alguno de los ejemplos ms rele-
vantes, como es el sobrenombre que, en ocasiones lie empleaba al hablar y
referirse a Tlume: mon petit cabrisseau, al cual sujeta a travs de su
collar con el fin de tirar o aflojar de l, con el nico fin de tenerla en todo
momento controlada: (...) mon petit cabrisseau, (...) tu peux courir en mon
absence, sauter, danser, tu es moi et ta corde est passe autour de mes reins:
tu gambades droite, me voil droite, tu tlances gauche me voici
gauche19.
Pero, sin lugar a duda, y con un valor totalmente distinto al anterior,
encontramos, una de las ms bellas metforas, que en boca de Reine Sans
Nom cobran, si cabe, un sentido an ms precioso: (...) tu es une libellule,
et tu ne le sais mme pas; tu as su clairer ta propre me et cest pourquoi tu
brilles tous les yeux20. Es de esta manera como, ella misma define a
Tlume, sin duda, se trata de un verdadero reflejo de la imagen que la pro-
tagonista ha creado a los ojos del lector.
CONCLUSIN
Tras el anlisis de alguno de los ejemplos ms significativos en cuanto a
flora y fauna se refiere, resulta imposible ignorar el hecho que la Naturaleza
desempea el marco bsico y esencial en Pluie et Vent sur Tlume Miracle.
15 Ibid., p. 112
16 Ibid., p. 113.
17 Ibid., p. 139.
18 Ibid., p. 141.
19 Ibid., p. 87.
20 Ibid., p. 146.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
436 Carmen Serrano Belmonte
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
SCHWARZ-BART, S., Un plat de porc aux bananes vertes, Paris,
LHarmattan, 1967.
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Ti Jean lhorizon, Paris, LHarmattan, 1979.
KATHLEEN, G., Filles de Solitude. Essai sur lidentit antillaise dans les
auto-biographies fictives de Simone et Andr Schwarz-Bart, Paris,
LHarmattan, 1996.
TOUREH, F., Limaginaire dans luvre de Simone Schwarz. Approche
dune mythologie Antillaise, Paris, LHarmattan, 1986.
21 KATHLEEN, G., Filles de Solitude. Essai sur lidentit antillaise dans les autobio-
graphies fictives de Simone et Andr Schwarz-Bart, Paris, LHarmattan, p. 379.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA (RE)CONSTRUCTION DE LESPACE INTIME
DANS LE SCORPION DALBERT MEMMI
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
438 Azucena Macho Vargas- Ana Soler Prez
3 Il a confess Victor Malka: Oui, jai essay de matrialiser visuellement les dif-
frents aspects de la vrit; depuis la vrit des faits jusqu la vrit symbolique, en passant
par celle du rcit, grce des typographies de couleurs diffrentes... Malheureusement, le
livre aurait cot si cher la vente quil a fallu y renoncer. Cf. MEMMI, A., La Terre int-
rieure. Entretiens avec Victor Malka, Paris, Gallimard, 1976, p. 163.
4 MEMMI, A., Le scorpion, Paris, Gallimard, coll. Folio, n 1715, 1969, p. 32. Par
la suite les rfrences loeuvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (S., p. X).
5 Ce que lon sait par contre cest quil n est pas le docteur Niel, le psychiatre, puis-
quau cours dune sance Bina le nomme la troisime personne. Cf. ibid., p. 162.
6 Toujours dans le mme style des conteurs oraux, il interrompt son rcit annonant
sa continuation ultrieure, laissant son interlocuteur sur sa faim et attisant ainsi son intrt.
Ce report renverse les rapports dautorit entre les deux interlocuteurs. Bina, tout comme
Schhrazade face au sultan, apparat comme le personnage qui domine la situation: Non,
Docteur, je ne peux pas aujourdhui. Cela suffit pour cette fois Cf. ibid., loc. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La (re)construction de lespace intime dans Le Scorpion 439
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
440 Azucena Macho Vargas- Ana Soler Prez
bien, eux qui sont des spcialistes de limage et de la mtaphore colore: ils
multiplient pour leurs autoportraits, les esquisses successives, les clairages
et les points de vue: ils placent dans le coin de la toile, quelque personnage
qui leur ressemble (le cinaste Hitchcock a repris cette ide), avec lespoir
darriver, par lensemble, suggrer quels hommes ils furent. Et peut-tre
aussi, saisir un peu deux-mmes11.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La (re)construction de lespace intime dans Le Scorpion 441
LE JE(U) DE LALTRIT
La multiplication de personnages dans lespace textuel constitue un constat
de la dpersonnalisation de lcrivain-philosophe. travers diffrents dou-
bles mile met en scne les checs partiels de sa propre vie. Sa qute de soi
qui, au dbut, se voulait hroque et cherchait ses origines dans une noble
ligne, se trouve voue lchec. Ses doubles reprsentent toujours des
hros dchus, condamns la frustration, au meurtre ou au suicide.
Alexandre Mordekhai Benillouche, personnage fictif protagoniste de La
statue de sel, est une image redouble dmile16. Dans certains passages on
assimile directement lexistence dImilio avec celle de Benillouche. Ainsi
tous deux ont t des tudiants brillants qui par la suite sont devenus des
enseignants mdiocres, primant lcriture sur leur carrire professionnelle.
Ils ont tous deux souffert des rapports houleux avec le pre car ils nont pas
rpondu au dessein paternel, qui les voulait mdecins. Cela ne les a pas
empchs de prendre en charge leur famille lorsque le pater familias aveugle
na plus pu subvenir aux besoins familiaux. Ils ont aussi form un mariage
15 Je naimais pas cette rencontre possible trois, o je ferais un peu figure dintrus,
ni mme de voir loncle aprs le passage dmile. Cf. Le Scorpion, op. cit., p. 69.
16 Et dans une certaine mesure dAlbert Memmi lui-mme. En effet, si nous compa-
rons les donnes biographiques de celui-ci avec celles de ses personnages de nombreuses
concidences apparaissent. On retrouve lcrivain juif, amateur de philosophie, ayant ralis
un mariage mixte et ne pouvant se dlester de la sensation dtranget qui lenvahit malgr
lui: Toujours je me retrouverai (...) indigne dans un pays de colonisation, juif dans un uni-
vers antismite, Africain dans un monde o triomphe lEurope. Cf. MEMMI, A., La statue
de sel, Paris, Gallimard, coll. Folio, n 206, 1966 (1re dition 1953), p. 109.
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442 Azucena Macho Vargas- Ana Soler Prez
mixte, pousant une femme goy et de plus franaise17 qui les a accompagns
lors de leur retour au pays natal. Marcel est le nom de leur frre respectif qui,
lui, a su rpondre au projet paternel, et qui dans les deux cas reprsente lin-
carnation de la russite18. Au dbut, lophtalmologue semble accepter natu-
rellement cet artifice de supplantation. Mais il ragit violemment quand il est
dpeint par mile comme le russisseur19 de la famille: mdecin presti-
gieux qui a fait un mariage bourgeois. Ce nest que quand il se sent
attaqu quil dment certains faits rapports et met en cause ce principe
dassimilation.
Dans dautres occasions, certains pisodes vcus par mile/Benillouche
sont parallles ceux de la vie de Bina20. Dans les deux cas le rcit quils
entreprennent a une finalit thrapeutique. Bina dialogue avec le Docteur et
essaye de dmler le dsordre qui rgne dans sa vie. mile, travers son
criture foisonnante, tente une recherche de soi salvatrice.
Ils ont une soeur clibataire qui va tre battue par leur pre respectif,
pour avoir rejoint son fianc dans les ruines dune vieille maison. Dans le cas
dmile/Bnillouche celle-ci se nomme Kalla/Marguerite, dans celui de
Bina, son nom est Noucha. Aussi bien lune que lautre souffrent des gros
problmes psychiatriques qui vont pousser leur famille les enlever pour les
faire interner21.
Au dbut, cette concidence entre son frre et Bina surprend Marcel qui
ne comprend pas cette assimilation des deux voies narratives. Mais aussitt
aprs, il accepte tout naturellement la subversion des deux je narrant,
comme si Bina et mile fussent la mme personne22. Cette affirmation est
corrobore par lemplacement des commentaires de Marcel propos des
crits sur sa famille. Curieusement, ils apparaissent aussitt aprs le rcit des
pisodes de lhistoire de Bina, comme si les deux rcits taient interchangea-
bles et que les narrateurs concidaient23.
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La (re)construction de lespace intime dans Le Scorpion 443
II accepte donc lhistoire de Bina, comme sil sagissait des faits affec-
tant sa propre famille. Cependant il nhsite pas dmentir certains pi-
sodes non authentiques qui ressortent de la fantaisie de lcrivain. Ce dernier
dforme sa guise son existence crant un monde imaginaire o saggluti-
nent ses dsirs tronqus et ses pulsions refoules. Si mile a des rapports
conflictuels avec son pre sans pouvoir y faire face, Bina, lui, est capable de
saffronter lui et de le tuer. Dans son histoire dforme, sa soeur ose dfier
lordre patriarcal et donner libre cours sa passion, mme si finalement son
espoir est tronqu par son internement forc.
Lintroduction de Qatoussa, qumile affirme avoir connu24, dans lhis-
toire de Bina nest pas gratuite. En fait il sagit dune figure qui incarne lh-
donisme. Qatoussa, reprsente linsouciance, les plaisirs de vivre les plus
simples dont mile aurait voulu jouir; cependant les entraves psychologi-
ques lont empch de suivre les desseins dun coeur quil aurait voulu plus
volage. Cest peut-tre limage la plus dnature de lui-mme qumile
offre nous montrant son Moi travers un jeu de reflets dformants dont
Qatoussa constitue le dernier maillon25.
Ce nest pas par hasard que les pisodes de ltudiant sont placs la fin
du livre car ils reprsentent laffrontement dfinitif de lcrivain avec lui-
mme. mile en est conscient et reconnat plusieurs reprises ltudiant
comme son double. Dans ce jeu de miroirs dformants, ltudiant lui rend
limage du jeune et brillant professeur-philosophe quil tait, avec ses pro-
jets utopiques et ses affirmations dogmatiques et grandiloquentes. Les ren-
contres des quatre jeudis sont en ralit une confrontation douloureuse de
lmile mr avec lmile jeune, do ressort la confirmation de son chec
existentiel. Lors de ses longs monologues, llve dballe devant le matre
les diffrentes prmisses constitutives de la philosophie de vie quil enseigna
nagure toute une cohorte dtudiants qui les acceptaient comme une vrit
absolue26. Llve, pouss par une vnration extrme envers son matre, a
suivi strictement sur le plan personnel aussi bien que sur le professionnel la
voie trace par ce dernier. Ces visites savrent donc tre un rglement de
comptes, o ltudiant constate son chec quil endosse son mentor. Par le
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
444 Azucena Macho Vargas- Ana Soler Prez
27 (...) ou la littrature est une exploration des limites ou elle na pas plus dimpor-
tance que lart floral.... Cf. ibid., loc. cit.
28 Le Scorpion tait videmment infaisable, ni fait ni faire; pour le russir, ce livre,
il aurait fallu que je conduise correctement ma vie. II aurait fallu que ma vie, elle-mme, soit
russie, quelle comprenne une unit, au moins sous-jacente, qui en relie les morceaux; or
quelle est-elle ?. Cf. ibid., p. 238.
29 Daprs Jacqueline Arnaud (...) de mme que le pre, transform en goutier,
vidait et nettoyait priodiquement la cave de la maison, rempli dobjets et de dtritus (...) l-
crivain, priodiquement, vide sa cave, et tente, des crits accumuls, de faire un livre, qui
purge ses dsirs insatisfaits. Cf. op. cit., p. 355.
30 Lcrivain ne cesse de rinventer sa vie et celle des autres en mme temps. Cest
ce quune bonne part du Scorpion semploie dmontrer. Cf. BRAHIMI, D., op. cit., p. 107.
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La (re)construction de lespace intime dans Le Scorpion 445
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446 Azucena Macho Vargas- Ana Soler Prez
34 ce sujet, Marie-France Vanina Ottavj parle dune possible victoire de lArt sur
le dsordre. Op. cit., p. 68.
35 Au dbut, Marcel ncessitait pour accomplir sa tche une cl. la fin, il trouve cette
cl indispensable et perdue (p. 44) qui nest autre que lui-mme: Marcel cherchait la cl
pour comprendre le texte alors quil tait lui-mme cette cl. Cf. Le Scorpion, op. cit., p. 44.
36 Pour mile lcriture peut tre soit une entreprise funeste soit une gurison. Cf.
ibid., p. 65. Cette affirmation prmonitoire savre tre dune profonde clairvoyance en ce qui
concerne sa vie et celle de son frre. Lui disparat, son frre gurit.
37 Parler de la valeur symbolique de la cave dans lespace textuel savre indispen-
sable. Esther Bnam-Ouaknine et Robert Elbaz en soulignent la nature: Si selon Mircea
Eliade, les caves sont le symbole mystique du retour la terre-mre, le nettoyage est ce mou-
vement de retour la mre, donc au pass et linconscient collectif. En effet, lalination,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La (re)construction de lespace intime dans Le Scorpion 447
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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la perte de lidentit, devient dans lunivers memmien une tentative obsessionnelle de saisir
son tre par un processus continuel de descente en soi. Cf. op. cit., p. 10.
38 Selon Jean Weisgerber, lespace nest jamais que le reflet, le produit dune exp-
rience individuelle (...) toute notion de cette espce recle, y regarder de plus prs, la
volont de sadapter au milieu physique et, au-del de se lapproprier. Cf. WEISGERBER,
J., L espace romanesque, Lausanne, Lge d Homme, 1978, p. 11.
39 Cette petite patrie portative est constitue essentiellement par ce que Memmi
nomine sa terre intrieure, sorte de terreau fondamental o il doit puiser pour continuer
crire. Inversement, sil [lcrivain] a besoin, pour vivre, dy puiser mais ce terreau, il
peut le promener avec lui , il peut en disposer mme sur une le dserte. Cf. MEMMI, A.,
La terre intrieure, op. cit., pp. 69-70.
40 Marcel, tout comme Albert Memmi selon Afifa Marzouki, entreprend ainsi un
double voyage: Lun concret renvoie au dpart rel vers la France; lautre onirique, senti-
mental, sensuel et intrioris, est celui du retour auquel on aspire. Cest ce voyage-l que la
littrature permet. Cf. MARZOUKI, A., Albert Memmi in BONN, CH. - KHADDA, N. -
MDARHRI - ALAOUI, A., (Dir.), Littrature maghrbine dexpression franaise, Vanves,
Edicef, 1996, p. 221.
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448 Azucena Macho Vargas- Ana Soler Prez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ESPACIO, TEXTO Y CULTURA:
LA CIUDAD MUERTA EN LAS RELACIONES
INTERCULTURALES HISPANOFLAMENCAS
FREDERIK VERBEKE1
Universidad del Pas Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
450 Frederik Verbeke
3 The lasting achievement of the Belgian Symbolists was the practice of literary
hallucination based on subjective deformation of concrete, objective reality [],
FRIEDMAN, D.F., Belgian Symbolist Poetry: Regionalism and Cosmopolitanism, in
TTSY DE ZEPETNEK, S. - DIMIC, M.V. - SYWENKY, I. (eds.), Comparative Literature
Now / La Littrature compare lheure actuelle, Paris, Honor Champion, 1999, p. 368.
4 Ibid., loc. cit.
5 KLINKENBERG, J.M., La gnration de 1880 et la Flandre in WEISGERBER,
J. (d.), Les Avantgardes littraires en Belgique. Au confluent des arts et des langues (1880-
1950), Bruxelles, Labor, Archives du Futur, 1991, p. 103.
6 La gnesis y funcin de ese componente flamenco en las letras francfonas de
Blgica han sido analizado con gran perspicacia por BERG, Ch., La Fin-de-sicle en
Belgique comme Polysystme in TTSY DE ZEPETNEK, S. - DIMIC, M.V. -
SYWENKY, I. (eds.), op. cit., pp. 271-281 y BERG, Ch., De Frans-Belgische literatuure
haar Vlaamse school (1830-1880) in DEPREZ, A. - GOBBERS, W. - WAUTERS, K.,
Hoofdstukken uit de geschiedenis van de Vlaamse letterkunde in de negentiende eeuw,
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Espacio, texto y cultura: la ciudad muerta en las relaciones 451
Les Primitifs flamands Memling, Van Eyck, Van der Weyden, et les auteurs
mystiques Ruusbroeck, Thomas a Kempis et Hildegard von Bingen nont-
ils pas exprim merveille cette sensibilit lau-del des apparences? Le
ralisme magique semble bien lun des apanages les plus constants travers
lhistoire culturelle septentrionale. Rien dtonnant alors ce que nos
auteurs flamands aient pu saisir la balle du symbolisme au bond et que
leurs confrres franais aient reconnu en eux leurs matres9.
t. 2, Gent, Koninklijke Academie voor Nederlandse Taal- en Letterkunde, 2001, pp. 89-132 y
por KLINKENBERG, J. M., op. cit.
7 RODENBACH, G., uvre complte, t.1: uvres en prose, Bruxelles, Le Cri, 2000,
p. 91.
8 Para referencias sobre las repercusiones internacionales de la ciudad muerta, vase
FRIEDMAN, D.F., The Symbolist Dead City: A Landscape of Poesis, Nueva York, Garland,
1992 y HINTERHUSER, H., Fin de Siglo: Figuras y Mitos, trad. Mara Teresa Martnez,
Madrid, Taurus, Persiles, 120, 1998.
9 NACHTERGAELE, V., Les dessous parisiens dun flirt franco-flamand in
Septentrion. Arts, lettres et culture de Flandre et des Pays-Bas, XXXII, n 1, 2003, p. 79.
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16 El simbolismo llega a las literaturas perifricas europeas una vez que ha sido reco-
nocido y canonizado en el sistema francs. ROMERO LPEZ, D., op. cit., p. 85.
17 HINTERHUSER, H., op. cit., p. 60.
18 Uno de los escasos estudios sobre la ciudad muerta y el simbolismo belga en la lite-
ratura espaola es el esplndido ensayo de LOZANO MARCO, M.A., Imgenes del pesi-
mismo. Literatura y arte en Espaa. 1898-1930, Alicante, Universidad de Alicante, 2000.
19 PARDO BAZN, E. La Quimera, ed. Marina Mayoral, Madrid, Ctedra, Letras
Hiapnicas, n 336, 1991, p. 483.
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From the point of view of cultural evolution, the most significant aspect of
the production and distribution of texts as if they were translations is the
fact that this constitutes a convenient way of introducing novelties into a
culture. In fact, it has often been one of the only ways open to a writer to
do so without arousing too much antagonism, especially in cultures reluc-
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Espacio, texto y cultura: la ciudad muerta en las relaciones 455
tant to deviate from sanctioned models and norms. Having normally been
regarded as a secondary mode of text-generation, in terms of cultural orga-
nization (Even-Zohar), there can be no wonder that deviations occurring in
texts which are culturally acknowledged as translations often meet with
much greater tolerance []22.
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Fernando quiere luchar contra esas locuras, sin embargo, como un anti-
hroe finisecular, se apoya en un muro y espera, es decir, su voluntad se
queda reducida a la nada.
La ciudad de Toledo se parece menos a la ciudad muerta de Rodenbach,
espacio de nostalgia y melancola, que a los espacios urbanos de Verhaeren,
que no son tanto el espectro de una grandeza pasada, sino un cadver en
plena decadencia. Los espacios en la triloga negra y en las Impressions
dartiste son proyecciones de la inercia espiritual, la ansiedad histrica y la
locura que atormentan al yo escindido. Esa dimensin expresionista del sim-
bolismo de Verhaeren es la que sugiere relacionar la obra de Baroja con la
Espaa negra y la poesa verhaereniana antes que con la obra de Rodenbach.
Cuando Ossorio contempla los cuadros del Greco o los sepulcros en las igle-
sias de Toledo, el lector se siente invitado a establecer un paralelismo con
Verhaeren contemplando el crucifijo de Matthias Grnewald39 o descri-
biendo en la Espaa negra las estatuas y crucifijos en las iglesias.
El paralelismo entre la ciudad de Toledo y el protagonista, se ve refor-
zado por otro: la relacin con las mujeres. Si en Madrid Ossorio se lanz en
una pasin incestuosa y perversa, en Toledo sus amores estarn marcados
por lo religioso y lo mstico. Se enamora de muchachas anglicas, como
Adela o la hermana Desamparados, cuya inocencia y alegra se mantienen
intactas porqu ellas viven recluidas en sus casas, lejos de la decadencia que
38 Ibid., p. 191.
39 Verhaeren fue pionero en recuperar la obra expresionista y doliente de Matthias
Grnewald. GONZLEZ ESCRIBANO, R., La Espaa negra de Regoyos y Verhaeren in
Arte y Parte, n 42, diciembre-enero 2002, p. 42.
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de sus locuras msticas, Ossorio suea para su hijo un futuro sereno que l
no ha tenido: El le dejara vivir en el seno de la Naturaleza; l le dejara
saborear el jugo del placer y de la fuerza en la ubre repleta de la vida, la vida
que para su hijo no tendra misterios dolorosos, sino serenidades inefa-
bles42. Pero, la voluntad de l no es la de su entorno: Y mientras Fernando
pensaba, la madre de Dolores cosa en la faja que haban de poner al nio
una hoja doblada del Evangelio43.
Esa superacin de la crisis puede parecer lejos de la cosmovisin pre-
sente en la triloga negra de Verhaeren o en la Espaa negra. Sin embargo,
no hay que olvidar que la potica de Verhaeren conoci una larga evolucin
y a principios de siglo, es decir en los aos en que Baroja conoci a Regoyos
y, a travs l, a (la poesa de) Verhaeren44, el poeta flamenco plasmaba ya
una visin pantesta y vitalista de la vida, la misma que encontramos en la
parte final de Camino de perfeccin y en otras novelas del escritor vasco. En
los mismos aos, Daro de Regoyos empez a distanciarse radicalmente de
su pintura negra o neurastnica para dedicarse casi exclusivamente a un
paisajismo impresionista, inspirado en la misma concepcin pantesta.
El topos de la ciudad muerta y la relacin intertextual con la Espaa
negra se actualizaron tambin en otra novela de excepcional envergadura y
que muchos tendrn por la obra maestra del primer Baroja45: El Mayorazgo
de Labraz. Publicado un ao despus, en 1903, es la segunda novela de la
llamada triloga vasca. Desde las primeras pginas que abren la novela,
Labraz se presenta como una ciudad agonizante, una ciudad moribunda
[] un pueblo casi muerto46. Entre sus murallas slo quedan iglesias
arruinadas, casas desplomadas y hundidas y perros famlicos. El espacio
y sus habitantes estn inmersos en un proceso de disolucin y degradacin.
Los amores prohibidos, la omnipresencia de la decadencia y de la muerte,
las angustias, tensiones y continuas sospechas, convierten Labraz en un
lugar tenebroso e inquietante. El paralelismo con la Espaa negra es incues-
tionable y no es de extraar que el propio Regoyos propuso a Baroja de ilus-
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Espacio, texto y cultura: la ciudad muerta en las relaciones 463
47 BAROJA, P., Desde la ltima vuelta del camino. Memorias, t. IV: Galera de tipos
de la poca, Madrid, Caro Raggio, 1983, p. 236.
48 UNAMUNO, M., Zuloaga, el vasco in Obras Completas, t. VII: meditaciones y
ensayos espirituales, Madrid, Escelicer, 1967, p. 729.
49 Esa estrategia discursiva desaparecer en La Espaa Negra de Gutirrez-Solana
(1920), que limita su espacio geogrfico a Castilla.
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464 Frederik Verbeke
Ah tenis, lectores, un poeta belga, ilustre por sus ttulos de literato, gran
escritor en su pas, orgullo de Flandes y del arte moderno: Emilio
Verhaeren!
No habla espaol como Rodenbach, el gran novelista gants descen-
diente de espaola familia. No lo habla ni apenas conoce nuestra literatura.
Pero llega a Espaa y sin darse quizs cuenta de ello habla como espaol
puro y neto. Su raza vuelve a dominarle por atavismo maravilloso51.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacio, texto y cultura: la ciudad muerta en las relaciones 465
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466 Frederik Verbeke
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Espacio, texto y cultura: la ciudad muerta en las relaciones 467
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4. LOS ESPACIOS FRANCFONOS
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LA CIUDAD EN LA LTIMA
CANCIN FRANCESA
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472 Beln Artuedo Guilln
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La ciudad en la ltima cancin francesa 473
3 En este trabajo dejamos de lado el Rap y el Hip hop como gnero musical espec-
fico, testimonio imprescindible en el estudio de la realidad social de la cit y la banlieue.
Tanto su vinculacin a otras expresiones artsticas como grafitis y tags o su puesta en
escena, como la peculiaridad del tratamiento del lenguaje exigen un anlisis en profundidad
que excede el propsito de nuestro planteamiento. Pero s conviene sealar la importancia del
comn denominador de los grupos de rap en Francia: no el color de la piel (como en Estados
Unidos) sino la lengua, las infinitas posibilidades expresivas del francs. Dentro del programa
de la asignatura, incluimos un acercamiento a este gnero en este sentido, es decir, no tanto
en el contenido social de sus textos, como en la sensibilidad a los recursos expresivos de la
lengua. Para ello proponemos audiciones que van desde canciones como Dbit de leau,
dbit de lait de Charles Trenet y algunas de las canciones ms representativas de Boby
Lapointe (Andra cest toi, Avanie et framboise, etc.) o Marie-Paule Belle a los grupos
ms representativos del rap francs: IAM, MC Solaar, NTM, etc. El disco Rapattitude, edi-
tado en 1990 y que reuna a ms de una decena de grupos de rap y raggamuffin (rap antills),
marca la consagracin de esta forma de expresin como una identidad cultural que contina
renovndose y afirmndose.
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474 Beln Artuedo Guilln
Les clichs des chansons qui clbrent Paris ne sont pas sans fondement, et
lon pourrait assurment faire encore de nos jours une description fine des
arrondissements, de leurs activits, de leur personnalit (...) mais aussi de
leurs transformations et des mouvements de population qui en modifient la
composition ethnique ou sociale4.
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La ciudad en la ltima cancin francesa 475
bon peuple franois / dors sur tes deux oreilles / mais je ne jurerais pas /
lois sen faut aujourdhui / que lhistoire ne senraye / sous le ciel de Paris6.
Allo Paris tout est fini tu mas tout pris mme lenvie tu ne te souviens plus
de rien tu oublies un peu plus chaque matin et ta mmoire coule le long des
trottoirs en noyant mon dsir drisoire jaurais voulu tout est fini jaurais
voulu tout est foutu allo Paris jaurais voulu que tu me dises viens7.
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476 Beln Artuedo Guilln
cultura para ir desmontando con irona todos los atributos prestigiosos del
ttulo de ciudad de los intelectuales; o Zombies dans Paris de Pow Wow,
cancin en la que se denuncia la destruccin urbanstica de la capital, su des-
figuracin que la hace irreconocible e inhabitable; o Les nuits parisiennes
de Louise Attaque, planteamiento ms tradicional sobre las promesas que
encierra un espacio con vida propia. Pero nos queremos centrar especial-
mente en una cancin que hace explcito el mito de Pars como espacio de
definicin de la identidad francesa. Nos referimos a la cancin Liditent
del grupo Les Ttes Raides, grupo considerado como la cabeza ms visible
de la corriente neorrealista y que comparte con La Tordue la sonoridad bal-
musette. Desde el mismo ttulo, en el que el anagrama a partir de la palabra
identit denuncia la perversin de este cuestionamiento permanente, se
pone de relieve en el texto el peligro de la identidad:
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La ciudad en la ltima cancin francesa 477
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Ils disent que la France est grande / je me demande / quel macro je paye
mes impts / cest celui qui me traite de ngro / qui me dit que a pue dans
mes escaliers / et a gne qui? / mon voisin de palier / un mec qui se saoule
au Ricard / et frappe sa femme / vivre au quartier est tout son drame13.
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480 Beln Artuedo Guilln
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La ciudad en la ltima cancin francesa 481
17 REIJASSE, J., Zebda, Paris, Les guides Musicbook, 2002, p. 84. Ibid., p. 64.
18 Ibid., p. 64.
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482 Beln Artuedo Guilln
criben una ciudad plural, en la que se mezcla una poblacin de orgenes muy
diversos, que se ve enumerada y descrita en sus tradiciones, teniendo
siempre como marco de referencia la cit y le quartier. En todas las can-
ciones de Zebda encontramos una afirmacin de las races (Mes racines
sont latines et de bien au-del) y una apuesta por la convivencia respetuosa:
jai dans lide quon peut aimer / et la violette et lodeur du Tajine au
naseau / mme lespoir quon peut avoir / laccent du canal sans porter les
mmes drapeaux. La calle de la infancia se muestra como el territorio ms
habitable, el de la convivencia en las mismas condiciones de espaoles refu-
giados, portugueses, africanos, gitanos y franceses desfavorecidos; la rela-
cin madre / hijo constituye el eje de la igualdad en esa reivindicacin
repetida a lo largo de la cancin como identidad: Ctait ma rue, ma rue.
En el disco siguiente, Essence ordinaire de 1998, tres canciones retoman
los mismos temas: Tomber la chemise es un himno a los jvenes de las
cits, en realidad el pblico de sus conciertos; N dans la rue describe
la infancia en una cit y vuelve a ser un homenaje a la familia y a sus difi-
cultades (una constante en todos sus trabajos); y On est chez nous afirma
la pertenencia a un pas y denuncia desde la condicin de msicos acla-
mados por un pblico francs, la resistencia de la sociedad francesa a aceptar
otro modelo de integracin. Esta cancin nos remite a otra cancin de su
ltimo disco Utopie doccase (2002), titulada Jy suis jy reste, una
autntica declaracin de principios: la convivencia de habitantes de orgenes
diferentes, la lengua y el acento, la ciudad habitada y amada no parecen sufi-
cientes territorios de definicin de identidad, increblemente los nombres
niegan el acceso al acento. Las generaciones nacidas en Francia sufren an
ms ese desarraigo, esa contradiccin de un lugar de identificacin familiar,
de filiacin (la calle, el barrio) y un acceso a la individualidad negado por la
sociedad. La cancin es tajante y nos parece muy significativa de una actitud
cada vez ms extendida entre los jvenes, resueltos a tomar las riendas de la
definicin de su identidad:
Ma ville a ses petits avions / jolis comme des papillons / mais qui les prend
votre avis / qui les prend... on sest compris / ma ville a ses jardins o le
bonheur / sarrte aux environs de dix-huit heures / car les kiosques la
gloire de la patrie / naiment pas le bruit / de ceux qui rvent de lutte de
classe /et qui portent des T-shirts Chiapas / ils veulent pas oublier que tout
ne peut pas soublier // Et si cest en chantant / moi jai choisi mon camp //
Ya des djembs qui sous la bourrasque / font chanter tous les pays basques
/ sans dconner il tait temps / des sngalais chantent loccitan (...) // Ils
pleurent mais moi je reste / et je le dis sans conteste / jy suis jy reste / jy
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La ciudad en la ltima cancin francesa 483
suis jy reste // Ma ville a ses plaintes et ses plots / qui font delle un petit
enclos / pour ceux qui font des ballades en vlo / pas pour ceux qui rentrent
au galop / eux y zont laccent mais y zont pas laccs / tout a, a vous
fait des mchantes pousses / comme une guerre qui porte son nom /
chaque prnom / toujours descendre les mmes escaliers / et toujours
tomber sur le mme palier / y sont do tous entasss / y sont dici mais pas
assez // et si de temps en temps / y passent du bon temps / Moi cest dcid
je reste / et je le dis sans conteste / jy suis jy reste19.
Que nos souvenirs nous attachent certains lieux / OK, mais nostalgie
part, explique-moi un peu / Quel mrite et quelle fiert peut-on donc avoir
/ tre n quelque part et non pas autre part // (...) Comment peut-on con-
fondre ce point / Le trou dun cul et celui dun nombril / pour chanter
comme le font les copains / Ma ville est la plus belle des villes // (...) Parat-
il quil faudrait retrouver ses racines et / savoir dabord do on vient pour
savoir qui on est / a vaut peut-tre le coup pour les Indiens, les exils /
Mais toi fais pas ton malin, je tai toujours vu dans le quartier // (...) Alors
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484 Beln Artuedo Guilln
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La ciudad en la ltima cancin francesa 485
Je suis une ville dont beaucoup sont partis / enfin pas tous encore mais a
se rtrcit / Il reste celui-l qui ne se voit pas ailleurs / Celui-l qui sy voit
mais qui a fait peur / et celle-l qui ne sait plus qui est trop abrutie / qui
ne sait pas o elle est ou qui se croit partie22.
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486 Beln Artuedo Guilln
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LESPACE DE LA DRISION
CHEZ JEAN-CLAUDE GERMAIN
MICHEL L. BAREAU
Universit de Cergy-Pontoise
Universit de Valenciennes
INTRODUCTION
Les formes dramatiques de la drision dont nous traiterons se situent autour
de 1970, au Qubec. Priode au cours de laquelle se sont exprimes sans
ambigut les revendications qubcoises la souverainet. Quelques
acteurs dynamiques improvisent alors et dveloppent les canevas dune
conscience collective auto-parodique. Une sorte de mythe du nationalisme
rebours sinstalle sur les planches, et offre avec talent et vivacit, limage
spculaire brosse au ngatif, dune socit qui veut se voir comme tant la
proie dun phnomne dauto-destruction sur le plan identitaire. Ce nest
sans doute pas le lieu ici dvoquer en profondeur la situation des franco-
phones installs au cur dune majorit anglo-saxonne et de leurs satellites
culturels. la fois enfermement et dynamisme, prcisons brivement cer-
taines de ces donnes structurelles.
Le Robert dfinit le phnomne dalination comme: a) la perte ou
abandon dun bien naturel; b) le fait de devenir comme tranger quelquun;
c) desprit: devenir comme tranger soi-mme, perdre la raison; d) men-
tale: drglement permanent ou passager des facults intellectuelles, ds-
ordre mental, folie. Il savre que dans le contexte identitaire qubcois,
chacune de ces catgories y trouve son compte, soit principalement une perte
dindpendance. Le pays tant gr par le pouvoir anglophone, les compo-
santes ethniques et culturelles de cette socit en sont ostracises, repres
scurisants en voie de disparition. Sollicit par une rverie thylique, et/ou
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
488 Michel L. Bareau
veille, on assiste lentretien dun drglement mental ainsi peru par rap-
port aux critres de lOrdre anglicis.
La province du Qubec1 comptait alors environ neuf millions dhabi-
tants, dont une forte proportion danalphabtes. Au dbut des annes 70, la
socit qubcoise conserve une identit culturelle et religieuse franco-
phone, mais voit dans le mme temps son conomie et ses habitudes cultu-
relles domines par les Provinces anglophones surtout par lOntario, sa
trs puissante voisine, et par les plus proches des tats amricains, dont
celui de New York. La peinture que nous proposent J.-C. Germain et ses
comdiens ne correspond pas un tat descriptif raliste de cette socit,
mais la mise en valeur de ses alinations culturelles. Nous sommes ainsi
convis vivre la peinture outrancire des mythes rvlateurs dune
conscience collective dlibrment perue comme mortifre, et que seules
les ritrations de vapeurs thyliques permettent de faire sortir du carcan
inhibiteur des contraintes sociales.
Il ne sagit pas seulement dune libration par les feintes inhibitions de
lalcool, mais de lentretien dune rverie veille, au cours de laquelle se
ctoient et coexistent un rel thylis, celui des protagonistes, et une srie de
symboles qui incarnent les mythes et allgories modernes (tlvision, mobi-
lier). Le texte qui sera trait ici, participe des farces et des sotties du XVe
sicle, des sketches satiriques, et du thtre de Ionesco, mais rvalu par un
imaginaire parodique qubcois contemporain. Il sagit avant tout de
dpeindre le ngativisme identitaire dune socit qubcoise, aux prises
avec le maintien de ses traditions en voie dappauvrissement, d aux incon-
tournables et influentes pressions exerces par le milieu nord-amricain. La
socit qubcoise est la fois trs moderne, riche, dynamique et, paradoxa-
lement, stagnante, pauvre et fondamentalement archaque. Une dimension
historique fonde sur une francophonie catholique et un provincialisme
socialement et culturellement centrs sur ses valeurs traditionnelles, entrent
en conflit permanent avec les innombrables signes dune inluctable amri-
canisation, nanmoins fort apprcie et constitutive de la survie ou du
confort quotidiens.
Cette contradiction est exprime par le rejet du Franais international
au profit dune langue riche de ses emprunts, de ses dformations linguisti-
ques et de ses expressions colores: le joual, un peu censur, pour rester
1 Signalons cette amusante conviction qui fait que lon cite encore trop souvent
Montral comme tant la capitale du Canada, puis, dans la mme veine, capitale de ltat du
Qubec, confusion bien excusable au dtriment de la ville de Qubec, capitale de la Province
du mme nom.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 489
2 Il nest pas jusquau trs respectable Oxford Dictionary qui nait dcid de margi-
naliser le Qubec, en lui reconnaissant un dialecte particulier, soit lusage dun anglais spci-
fique de cette province, en tout tat de cause implicitement infrieur au niveau de langue
prn dans les universits britanniques.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
490 Michel L. Bareau
DIGUIDI
Diguidi, diguidi, ha! ha! ha!, sketches rpartis en trois parties3, Diguidi serait
le diminutif de Gilles, le fils, et ha! ha! ha! le rappel ventuel du cri de guerre
en ho! ho! ho! des Pres Nol de la fin dcembre. Le ha! du ho! serait la dri-
sion du rire auto-consommateur. Ce spectacle a t cr par les trois
acteurs/auteurs du TMN (Thtre du Mme Nom), Montral, en dcembre
1969. Les personnages, assis face au public, sont scuriss et immobiliss
dans leur sige automobile. Le pre, la mre, le fils, changeront de place et de
personnage tour de rle. Dentre de jeu, le premier comdien, le fils,
grenne un chapelet de jurons qubcois, adresss lclairagiste:
3 GERMAIN, J-C., Diguidi, diguidi, ha! ha! ha!, suivi de Si les Sansoucis sen sou-
cient, ces Sansoucis-ci sen soucieront-ils? Bien parler, cest se respecter. Montral, Les di-
tions Lemac, thtre canadien, 1972. Les rfrences ultrieures ces textes seront
indiques entre parenthses dans le texte et dsignes respectivement par les lettres D et
S, et R pour Le Roi des mises bas prix, Montral, Lemac, 1972. Sur lauteur on peut
consulter de GODIN, J. C. - MAILHOT, L., Thatre qubcois II, Montral, Hurtubise HLM,
1980, pp. 129-43; Le Thtre canadien-franais, t. V, Montral, Fides, 1976, pp. 685-95. On
mentionnera galement parmi beaucoup dautres, louvrage de GOBIN, P., Le Fou et ses dou-
bles, figures de la dramaturgie qubcoise, Montral, P.U.M., lignes qubcoises, 1978. Sur
la famille canadienne franaise, on peut toujours consulter les tudes runies sous le titre La
Socit canadienne-franaise, Montral, Hurtubise HLM, 1971, et GARRIGUE, Ph., La Vie
familiale des canadiens franais, Montral, P.U. Montral, 1970.
4 Hostie de tabernacle de saint-ciboire de calvaire de calice de Christ [] vierge []
simoniaque.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 491
on dirait quune fois quvous tes call dans vos siges bien enmoulls
ddans vous avez mme pus a force du got drponde mme pus a
force de ldire mme pu a force de lpenser Fait qules ptits baveux5
dacteurs comme mou quy ont lcrachoure par dfaut y peuvent vous
abmer dtou borres6 pis dtou cts vous rapptisser vous faire, vous
dfaire pis vous rfaire jusquasque a vous fasse tellment mal aux gosses7
que pour pas crier ben clisse vous applaudissez.
5 Baveux: bavards.
6 De tous bords.
7 Testicule (viendrait de gousse).
8 Sous le rgime Duplessis, promoteur de la Rvolution tranquille.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
492 Michel L. Bareau
Voulez-vous que jvous dise quque chose chus rendu pareil comme vous
autes Jai trop eu lnez ddans, fait que jla sens pus (un temps) Pis
a non plus , spas vrai (en chriss9) A chaqufois quy mont mis lnez
ddans, jme sus promis que stait dernire fois mais splus fort que
mou on dirait que stan nous autes10 y faut quje rvienne Y faut que
je rvienne me mette les deux pieds ddans jusquaux oreilles OSSSTI
DFAMILLE A MARDE (D., p. 36).
coutez, mou jvous aime pus jvous haillis11 pus Jvous veux pas
dbien jvous veux pas dmal toute cque jveux essayer icite soure
devant vous autes cest den RIRRRE rire de nous autes rire de nous
autes une fois pour toutes (D., p. 36).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 493
Cest ainsi que le pre et la mre justifient leur passivit par le fait dat-
tendre navement un Pre Nol, illusion qui ne se ralisera jamais et qui le
fait, en outre, apparatre, comme une sorte de Messie de la communication
et de la distribution. Ce faisant, ils incarnent loisir lattitude des petits
enfants, dpendants et abuss par la prtendue existence de cette pseudo-
transcendance. Nowelle voque la dsinformation qui prside la pren-
nit de ce mythe commercial. Ainsi pose-t-on indirectement la question
dune adhsion nave une croyance religieuse. Lomniprsence de ces per-
sonnages dans la socit consommatrice aboutit une dnonciation de la
bourgeoisie du pouvoir:
jai toujours pens que lpre Nowelle ctait tout lmonde Fait qumou
des pres Nowelles jen vou tout ltemps, partout, mais y sont jamais habi-
lls comme des vrais pres Nowelle (D., p. 39).
des fois a marrive que chus pus capable den voir fait que jcharche
pis jattends pis jchus tann pis jvas aux vues12 a ctun pre
Nowelle mais y a des vues plates fait qua fait des pres Nowelle
plates (D., p. 39).
ou encore, devant un tlviseur: des fois cest long quand y viennent pas
Fais quen attendant, jmassis dvant a tlvision Des fois, l aussi, y en
avait des ptits pres Nowelle (D., p. 39). La conclusion du long monologue
du pre croyant au pre Nowelle pour qui lattente des petits cadeaux
masque un dsespoir sempiternel dcrit les effets alinants et abrutissants
de cette croyance illustrative de la dpendance au mythe anglo-saxon:
Mou, y a rien qua qui mintresse dans a vie pis, l, chus mme pus
capable dy penser Jpense pus rien, jai jusse mal tte Fait qujat-
tends pis jfais comme si jy pensais pus jattends jusse une chose
jusse que a passe que a finisse que lmal sen aille (Il prend
comme conscience du public) Pis vous autes, quekss vote pre
Nowelle? (D., p. 40).
Cest ensuite la mre qui occupe la scne; sa rverie veille est dtre
la plus belle fe des toules quy a jamais eu (D., p. 42). Sous le costume
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
494 Michel L. Bareau
13 Communauty Leagues.
14 Embarr deworre: enferm lextrieur.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 495
maisonLes gros chars y vont tfrapper pis les voleurs y vont tattacher
sus traques15 pis les tramways y vont passer sus tou, tu vas tte toute
dfigur pis maman te rconnatra pus Tu vas mourir, Gilles, tu vas
mourir touff dans a neige, tu vas mourir gl pis y a pus parsonne qui
va te rtrouver (D., pp. 45-46)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
496 Michel L. Bareau
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 497
les enfants, et Gilles sendort finalement, sur ordre. Ces histoires lnifiantes
caractristiques dune bondieuserie provinciale, sont ici dnonces
comme ayant insidieusement form et strilis nombre de gnrations. J.-C.
Germain nous en prsente un tat parodique pour le Qubec. On y retrouve
la diffrence du discours franais, onctueux et labor par une bonne
socit, celui qubcois, sous linfluence directe de la prcision crue de lan-
glais, tant sur le plan linguistique que sur celui des mentalits. Il sy ajoute
leffet comique dune pense forte, motionnellement convaincante,
appuye par un lexique sommaire et dont les ressources syntaxiques sont
rsolument absentes. Ce dcalage constant entre la pense rflchie, rudite
et srieuse, voire tragique, et son vecteur insuffisant, produit des effets de
grotesque, qui renforcent le sentiment dalination et dimpuissance illustr
par les protagonistes. Ainsi, la dchance du pre est-elle atrocement dcrite
par la mre:
La mre En tout cas, mou, une chance que jai eu lcur, parce que sans
a, chserais ben morte de dsespoire Georges Georges stun faibbe
Une fois, y est arriv icite trois heures du matin pis y a voulu coucher avec
mou y tait saol Jai pas faite ni une, ni deux, jai appel lcur tout
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
498 Michel L. Bareau
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 499
loguer (D., p. 83), il est pris dans un cercle ouroborique exprim dans des
termes inhabituels pour cette figure: jai pu lgot de rien faire chtra-
vaille six mois par anne, pis cest six mois dtrop Chus jusse tann24 pis
quand tu fais rien, tu fais pas dpolitique (D., p. 83). Voil donc encore
illustr, le conflit de gnrations imagin sans nuances entre les partisans du
statu quo et ceux, dsireux de revendiquer leur indpendance. Le pre est,
avant la lettre, devenu un couch potato25:
Tout squi mresse, cest ma tlvision, pis ma bire.. Jvas mme pas aux
vues jvas pus nulle part mme le hockey a mtente pus Jai pas
lgot daller au Forum26 chus trop fatiqu Jvas mme pus messe
parce que a mendors Jveux pus aller taverne PARCE QUY FONT
RIEN QUPARLER DPOLITIQUE Jvas pas aux runions syndicales
QUI MANGENT DLA MARDE (Un temps) Jvas mme pus parade
du pre Nowelle y en a pus, mais mme si y en avait, jy irais pas pareil
jvas pus nulle part jai pus besoin dsortir Sque jaime l, cest quand
[elle: la mre] est sortie ou quand est couche L, je rgarde la tlvision
EN ANGLAIS parce quavec elle y faut toujours rgarder ldisse27 (D., pp.
83-84).
Mou jai faite rien quun erreure dans ma vie Quand on sest mari, au
lieu de louer un logement, on aurait d se louer un confessionnal dans l-
glise a aurait pas cot plus chre pis la a laurait t contente Mou
dun borre elle de laute pis lcur ente nous deux Un bien bel
24 Fatigu.
25 Tlspectateur lgumis, riv son canap.
26 Centre Stadium de Montral, pour le hockey.
27 Chane de tlvision numro 10, francophone.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
500 Michel L. Bareau
Pis nous autes pendant stemps-l, han, nous autes les grosses dindes, on
attendait lpre Nowelle dans nos robbes de fe des toules On sserrait
jambes pis on attendait le pre Nowelle Quand jy pense Chriss
quon a t cave (D., p. 87).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la drision chez Jean-Claude Germain 501
CONCLUSION
Cette premire pice annonce la thmatique module qui sera dveloppe
dans les suivantes, mais dont le message composite sera moins explicite, en
raison de la diversit de leurs cibles. Il est remarquable que lespace pol-
mique ne soit pas agressif, mais plac sous le signe dune dpression
connote au ngatif, comme si un sentiment gnralis dchec inluctable
devait rester soumis un systme dpressif clos. Ceci tait peut-tre, dans
lespace polmique de lalination, spcifique aux populations canadiennes
franaises. Les conditions socio-culturelles ont donn le ton. Une longue
accoutumance contrefaire le bouffon, afin de se faire admettre par, plutt
que dans, les socits dominantes: communauts anglo-saxonnes, glises,
autorits localement tablies, etc., a engendr une connotation dpressive, et
a donn lieu une parodie parfaitement consciente de lauto-drision.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
502 Michel L. Bareau
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
GARRIGUE, Ph., La Vie familiale des canadiens franais, Montral, P.U.
Montral, 1970.
GERMAIN, J-C., Diguidi, diguidi, ha! ha! ha!, suivi de Si les Sansoucis sen
soucient, ces Sansoucis-ci sen soucieront-ils? Bien parler, cest se res-
pecter, Montral, Les ditions Lemac, thtre canadien, 1972.
Le Roi des mises bas prix, Montral, Lemac, 1972.
GOBIN, P., Le Fou et ses doubles, figures de la dramaturgie qubcoise,
Montral, P.U.M., lignes qubcoises, 1978.
GODIN, J.C. et MAILHOT, L., Thatre qubcois II, Montral, Hurtubise
HLM, 1980, pp.129-143; Le Thtre canadien-franais, t. V, Montral,
Fides, 1976, pp. 685-695.
La Socit canadienne-franaise, Montral, Hurtubise HLM, 1971.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UN EXPERIMENTO EN LA ENSEANZA
DE LA CIVILIZACIN FRANCFONA:
ESPACIOS Y TIEMPOS ACTUALES A TRAVS
DE LA CREACIN ARTSTICA (I)
INTRODUCCIN
Es curioso ver la poca dedicacin que se le da a la enseanza de la cultura o
de la civilizacin, segn como se la quiera llamar, en los planos de estudio
de Filologa. Pero lo mismo se puede decir de otras especialidades humans-
ticas, por no hablar de la formacin en civilizacin actual... Esta reflexin
est en la base del proyecto que varios profesores del Departamento de
Filologa Francesa de la Universidad de Valladolid empezamos a llevar a
cabo a finales del curso 2000-2001, cuando el Rectorado nos brind la posi-
bilidad de implantar una nueva asignatura, fuera de los planes de estudio,
abierta como libre configuracin a todos los estudiantes de la Universidad.
Muchas (demasiadas) veces habamos odo decir a nuestros alumnos
frases como: Qu pena que no sepamos ms de lo que se hace (lee, dice,
canta, pinta, crea) actualmente en Francia!, o Cuando me fui a Francia de
Erasmus, no me enteraba de nada... No por el idioma, sino porque me
hablaban de personas (pelculas, libros, programas de tele, canciones) por lo
visto muy populares de las que no haba odo hablar en mi vida. No entiendo
por qu no nos cuentan estas cosas en la carrera....
Pues no, hay que reconocerlo, estas cosas no se ensean en la carrera.
No queremos aqu tirar piedras sobre nuestro propio tejado aunque quizs no
nos vendra mal hacer nuestro propio examen de conciencia, ni buscar las
causas de este vaco cultural, simplemente lo que pretendemos en esta comu-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
504 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
DISEO DE LA ASIGNATURA
Desde un primer momento nos pusimos de acuerdo sobre un punto funda-
mental: una asignatura de este tipo, novedosa y original en su temtica, no
poda caer en los defectos de presentar un diseo lineal, sino que deba
adoptar una especie de esquema en telaraa en estrella en el cual todos los
temas estaban interrelacionados. La poca perspectiva temporal que ofrece el
tratar de cuestiones tan actuales dificulta el encajonamiento o mejor dicho
el orden en captulos de la materia. Sin embargo, y a pesar de nuestra
voluntad de poner de relieve la estrecha relacin tanto temtica como est-
tica existente entre los distintos medios utilizados (cine, literatura, msica,
televisin...), no podamos prescindir de un cierto orden al fin de evitar el
caos tan poco rentable en la enseanza. Ahora bien, al no poder utilizar el
tan socorrido orden cronolgico y al no disponer de una estructura temtica
consagrada por otros autores1, tuvimos que reflexionar sobre las tendencias
ms recientes (grosso modo la ltima dcada del siglo XX y los primeros
aos del siglo XXI) de la cultura francesa.
Qu tienen en comn fenmenos populares como el autor Michel
Houellebecq, la pelcula Amlie o la msica de Zebda? Aparentemente muy
poco, pero si junto con Houellebecq2 ponemos a las pelculas de Catherine
1 Una reciente publicacin ARNAL GLY, A.M., Civilizacin francesa actual, Jan,
Publicaciones de la Universidad de Jan , 2002, nos introduce la civilizacin actual empe-
zando por el paleoltico y recorriendo as todas las etapas de la historia de Francia, sin olvidar
un panorama de la estructura productiva de Francia. Esta publicacin parece ser ms apro-
piada para la asignatura de Historia y Cultura, troncal del actual plan de estudios de
Filologa francesa. Esta asignatura sustituy en su momento a la de Civilizacin francesa.
Una vez ms podemos comprobar cmo la actualidad queda relegada al descubrimiento
personal del alumno
2 El autor ms polmico y provocador de su generacin, autor entre otros de Rester
vivant, Paris, La Diffrence, 1991; La poursuite du bonheur, Paris, La Diffrence, 1992;
Extension du domaine de la lutte, Paris, Maurice Nadeau, 1994; Les particules lmentaires,
Paris, Flammarion, 1998; Plateforme, Paris, Flammarion, 2001.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un experimento en la enseanza de la civilizacin (I) 505
3 Nacida en 1948, Catherine Breillat se hace notar desde sus comienzos como direc-
tora en 1976 por su provocacin. Su tema de predileccin: el deseo y la (a veces difcil) sexua-
lidad femenina. Citemos dentro de sus ltimas obras ms destacadas Romance (1999), Sex is
comedy (2001) y Anatomie de lenfer (2002).
4 Baise-moi, Paris, Jai lu, 2000, adaptado para el cine por la propia Virginie
Despentes y Coralie Trin Thi no sin escndalo y posterior polmica (2000) y Les chiennes
savantes, Grasset et Fasquelle, por slo citar dos ejemplos.
5 Obra de Catherine Millet, publicada en Anagrama (2001), traducida del francs La
vie sexuelle de Catherine M., Seuil, 2001. Catherine Millet es una figura de prestigio en el
mundo del arte.
6 Primer largometraje del actor Albert Dupontel (2000).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
506 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un experimento en la enseanza de la civilizacin (I) 507
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
508 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
9 Director de uno se los grandes xitos de la temporada 2002, Huit femmes, musical-
cuento sui generis, lleno de crueldad y de misoginia.
10 Gallimard, 2000. Publicado en espaol por Tusquets bajo el ttulo El testamento
francs.
11 Mercure de France, 1995. Publicado en espaol por la editorial Salamandra bajo el
ttulo de Balzac y la joven costurera china, 2001.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un experimento en la enseanza de la civilizacin (I) 509
yugo que les mantiene encerrados y cmo el mensaje de libertad que con-
tiene permite a los protagonistas encontrar la salvacin.
La salvacin tambin le puede dar el trabajo, el trabajo bien hecho, el
trabajo hecho para el bien de la colectividad y en nombre de la Repblica.
De la Repblica francesa naturalmente, y este es el motivo por el que hemos
reservado un captulo de nuestro panorama a estos personajes de ficcin que
sacrifican su vida por el bien ajeno, no en nombre de cualquier vocacin reli-
giosa, sino en nombre de la filantropa republicana. Los hemos nombrado:
los santos republicanos. Desde que Francia hizo efectiva la separacin de la
Iglesia y del Estado, la sacrosanta laicidad ha ido cubriendo poco a poco
todos los sectores de la vida pblica. Y es curioso ver cmo en estos aos
noventa, quizs por el aspecto social que su labor encierra, hemos visto
cmo se daba el protagonismo a unas profesiones elevadas casi al rango de
ministerio sacro y sus actores ms comprometidos acababan cogiendo ante
los ojos de la opinin pblica una imagen casi de santo. Queremos hablar
aqu del mdico y del maestro.
La maladie de Sachs es un libro de Martin Winckler, publicado en el
1998, que enseguida se convierte en best-seller. Cuenta la historia de Bruno
Sachs, un mdico de pueblo, joven, que cree que su trabajo es ante todo curar
enfermos antes que curar enfermedades. Su entusiasmo slo es comparable
con la devocin con la que trata a sus pacientes. Antes incluso de que el libro
tenga tanto xito de pblico ya lo haba ledo Michel Deville que decidi
adaptarlo en el 1999 para el cine. Bruno Sachs es all encarnado por Albert
Dupontel, que habamos visto con antelacin en el papel de Bernie.
Tambin en el 1999 sale en los cines la pelcula de Bertrand Tavernier,
a commence aujourdhui (Hoy empieza todo), donde Philippe Torreton da
vida al director de una escuela primaria de la regin en crisis de
Valenciennes, en el Norte de Francia. Su oficio, lo ejerce con pasin a pesar
de las dificultades de enfrentarse cotidianamente al desamparo de unos
padres que no saben qu darles de comer a sus hijos y que para olvidar su
miseria se refugian en el alcoholismo o huyen simplemente de una vida
demasiado dura. Un acontecimiento dramtico le va a llevar a radicalizar su
posicin e incluso a enfrentarse con la jerarqua de la Educacin nacional.
Pero gracias al apoyo de su novia y de una asistente social, pero sobre todo
gracias a un profundo amor por su profesin, conseguir aportar un inmenso
rayo de luz y de felicidad en la vida de esos nios para los cuales hoy
empieza todo.
Unos aos antes, en el 1992 exactamente haba nacido una serie televi-
siva francesa cuyo protagonista era tambin un maestro, LInstit. La idea es
de Pierre Grimblat, el dueo de la productora parisina Hamster Productions
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
510 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un experimento en la enseanza de la civilizacin (I) 511
CONCLUSIONES
Esta comunicacin no precisa, creo, conclusiones ms all de dos puntos
fundamentales y que hemos tratado de haceros llegar. Esta asignatura es una
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
512 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
asignatura viva que se nutre de la actualidad, tanto poltica como social, cul-
tural, etc.; de all su nombre de Civilizacin francesa actual, y tambin
que se nutre de la participacin activa de los alumnos sin los cuales no sera
igual. Y por otra parte nos gustara poder pensar que, con toda modestia,
hayamos quizs contribuido a que otros profesores tengan nuevas ideas. No
hace falta crear una asignatura nueva como hicimos nosotros, basta con
introducir pinceladas de actualidad en cualquier materia que a ello se preste.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
DA SIJIE, Balzac et la petite tailleuse chinoise, Paris, Mercure de France,
1995.
DESPENTES, V., Baise-moi, Paris, Jai lu, 2000.
Les chiennes savantes, Paris, Grasset et Fasquelle, 2002.
HOUELLEBECQ, M., Rester vivant, Paris, La Diffrence, 1991.
La poursuite du bonheur, Paris, La Diffrence, 1992.
Extension du domaine de la lutte, Paris, Maurice Nadeau, 1994.
Les particules lmentaires, Paris, Flammarion, 1998.
Plateforme, Paris, Flammarion, 2001.
MAKINE, A., Le Testament franais, Paris, Gallimard, 2000.
MILLET, C., La vie sexuelle de Catherine M., Paris, Seuil, 2001.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UN EXPERIMENTO EN LA ENSEANZA
DE LA CIVILIZACIN FRANCFONA:
ESPACIOS Y TIEMPOS ACTUALES
A TRAVS DE LA CREACIN ARTSTICA (II)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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Un experimento en la enseanza de la civilizacin (II) 515
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
516 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
8 PENNAC, D., Monsieur Malaussne, Paris, Gallimard, Folio, 1995, p. 64. Para
Pennac, tal y como afirma en una entrevista, Belleville es un barrio maravilloso Ici, toutes
les races du monde, tous les metiers, toutes les choppes se mlent. Cest un quartier popu-
laire comme on pouvait en voir dans les films des annes 50. Les enfants jouent dans la rue,
les commerants devisent..., poniendo como ejemplo el abrazo entre dos yugoslavos borra-
chos a las 6 d ela maana, lun tait en larmes, lautre le consolait. Ils se tenaient dans le
bras lun de lautre en se disant tu seras toujours mon frre. Celui qui sanglotait tait serbe,
celui qui riait croate. L-bas ils sentre-tuaient, et Belleville au mme moment... videm-
ment les gens ne sont pas plus vertueux ici quailleurs. Simplement ils vivent ensemble. Pero
Pennac avisa acerca del negro futuro provocado por esas fuerzas oscuras de la especulacin
Mais cela ne durera pas. Bientt les diffrentes communauts raciales seront vacues en
banlieu par notre urbanisme criminel.
9 Las virtudes de acercamiento entre los seres humanos que posee la comida forman
parte de la tradicin humanista, recordemos el universo rabelesiano, y el propio rigen del tr-
mino agape, una de las formas de expresar el sentimineto amoroso en griego clsico.
10 Es interesante ver como Benjamin se puede entender como una trasposicin lite-
raria del propio Pennac, como lo cuenta el mismo: le personnage de Benjamin Malaussne,
qui est le pre (mais sans avoir commis le pch originel de la conception) de sept ou huit
gosses compltement cingls, est au fond un dcalage romanesque de la vie que jai mene
pendant trente ans en moccupant des enfants des autres. Mes enfants moi, ce sont 3500
enfants des autres! Il faut dire que la classe pour un romancier est une mine incroyable de
modles dadolescents et de familles. Cest le lieu dobservation sociale tout entier. Dans une
classe, vous avez le systme social tout entier, surtout si tous les milieux sociaux y sont
mlangs... In Le pouvoir des livres, entretien avec Daniel Pennac,
http://www.france.diplomatie.fr/la... NCE/DOSSIER/2000bis/11pouvoir.html.
Para Pennac el instituteur, tan fundamental para la formacin del ciudadano de la
Repblica Francesa, es pues un padre mtico en un ambiente que si est bien conseguido es
lugar de integracin, de brassage de todas las clases sociales, grupos tnicos, etc.
11 Por eso Pennac quiere humanizar el personaje de Julie un archetype, celui de la
journaliste de gauche, baroudeuse, militante, mancipe, proselyte, trs agaante a travs del
sentimiento afectivo et comment, si ce nest en la plongeant dans cette tribu de cingls qui
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un experimento en la enseanza de la civilizacin (II) 517
sont tous affectivement dvorants, parfaitement odieux, mal lvs, mais au fond attachants?
Mon travail a consist introduire Julie en amour, faire dune mmilitante une amoureuse.
12 Frases sacadas del mismo Entretien avec Daniel Pennac.
13 Cest la cration de Les Belles-soeurs en 1968 qui a fait dmarrer ma carrire.
Ctait une histoire damour entre homosexuels, ctait aussi mon histoire. Todas las mani-
festaciones que recogemos de Tremblay provienen de una entrevista concedida al Magazine
Littraire.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
518 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
de los aos 60, cuando se sale de, segn sus propias palabras, la grande
noirceur engendre par le catholicisme14, y en sus obras reivindica una nor-
malizacin de la homosexualidad, a la vez que usa un lenguaje que refleja el
francs que se habla en Quebec, es decir, defiende lo diferente y lo mezclado
frente a lo normativo y lo unitario15. El Quebec nuevo que surge de ese gran
cambio es una sociedad libre y tolerante, en donde lo francfono funciona
como dique frente a la omnipotencia de un ingls que, sin embargo, se acoge
y se usa de forma enriquecedora; una sociedad mixta y mestiza, lingstica-
mente, lo que siempre es factor de riqueza para estos autores y creadores que
podemos denominar neo-humanistas.
Hemos visto cmo Pennac escribe acerca de la necesidad de convivencia
entre personas de distinto origen, Tremblay de la riqueza de la mezcla entre
distintos idiomas y distintas sexualidades; desde el mismo punto de vista de
la reivindicacin de la integracin y del mestizaje estudiamos todo un grupo
de escritores que han adoptado el francs como idioma de creacin en los
ltimos aos, algo que demuestra la vitalidad que, a pesar de las apariencias
de monolitismo anglosajn, sigue teniendo esta lengua como instrumento
cultural. Escritores cuyo idioma materno puede ser el espaol: Michel del
Castillo, Jorge Semprn, Hector Bianciotti, etc, o el ingls: Nancy Huston,
o que ya se haban hecho famosos usando el suyo, como el checo Milan
Kundera, o que ven, y esto es lo ms interesante, en el uso del francs una
metfora de la capacidad salvadora de la cultura; esto es lo que proponen dos
novelas tan difundidas y premiadas como Le testament franais de Andre
Makine (1995) y Balzac et la petite tailleuse chinoise de Dai Sijie (2000).
En Le testament franais, Makine recoge su propia experiencia: iniciado en
la lengua y la cultura francesas, se convierte en bilinge por propia eleccin,
como muchos rusos o eslavos, fascinados por ese je ne sais quoi de fran-
14 Muy interesante ver, en la ltima pelcula de otro gran creador del Quebec, Denys
Arcand, Les invasions barbares, premio al mejor guin en el festival de Cannes 2003, como
algunos personajes se preguntan acerca de la desaparicin casi repentina de la fuerza del cato-
licismo en Quebec a partir de 1967, fecha en la que les glises se sont vides, partiendo de
una situacin en la que tout le monde tait catholique, comme en Espagne ou en Irlande.
La escena en la que las autoridades eclesisticas hacen visitar a una experta en ventas arts-
ticas sus depsitos llenos de restos de ese pasado catlico es particularmente impresionante.
15 Mais cette vraie langue des ouvriers auxquels on donnait enfin la parole, et ces tra-
vestis comme La duchesse de Langeais oscillant constamment entre le joual et le franais ou
entre le masculin et le fminin, ctait aussi une faon de poser le problme de son identit
un Quebec qui hsitait entre deux langues. Le public ne sy est pas tromp. Cest dans cet tat
desprit que les auteurs de ma gnration on t les pionniers dune criture dont la langue
ntait ni le joual, ni le franais, mais le qubecois, qui est la transcription dun mtis-
sage que je considre comme un ferment de cration formidable.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un experimento en la enseanza de la civilizacin (II) 519
ais qui restait pour linstant sans nom16. Ese bilingismo se convierte en
arma contra el totalitarismo, permite comprender que siempre hay, como
dice el autor, otros mundos, un ailleurs en el que poder refugiarse17y tener
una perspectiva mucho ms amplia de la vida ces expriences de bilin-
guisme me font prendre conscience que le monde nest pas unique, que la
rsistance la pression idologique est possible prcisment grce ces
mondes doubles18. La cultura, representada por el idioma francs, aparece
como un medio de resistir al embrutecimiento y de cambiar el mundo en la
novela de Dai Sijie, ya desde su mismo ttulo: Balzac es el smbolo de toda
la cultura francesa, que es la predominante en la mtica maleta que, llena de
libros occidentales y prohibidos, encuentran los jvenes que se estn ree-
ducando en el campo en plena revolucin cultural, y que corresponde al
bal lleno de recortes y recuerdos franceses que siempre ha llevado consigo,
salvndolo de mil peripecias y catstrofes la abuela francesa del Testament
franais. Objetos casi mgicos, estos recipientes de cultura francesa
conllevan ese poder de transformacin, que operar claramente en ese per-
sonaje femenino de Dai Sijie, la petite tailleuse que ya no acepta la
supuesta pureza de esa vida en el campo propuesta como modelo por la
Revolucin cultural: Elle veut aller dans une grande ville, me dit-il. Elle
16 Alors nous ne cessions pas de nous poser cette question: Pourquoi dtestons-nous
ce point les allemands en nous souvenant autant de lagrssion teutonne dil y a sept sicles,
sous Alexandre Nevski, que de la dernire guerre. Pourquoi ne pouvons-nous jamais oublier
les exactions des envahisseurs polonais et sudois vieilles de trois sicles et demi? Snas parler
des Tatars...Et pourquoi le souvenir de la terrible catastrophe de 1812 na-t-il pas entach la
rputation des Franais dans les ttes russes?. MAKINE, A., Le testament franais, Paris,
Mercure de France, pp. 54-55.
17 Esto mismo es lo que el francs ha supuesto durante mucho tiempo para numerosos
creadores: Francia como tierra de asilo, integradora, en la que poder realizar lo que es negado
en la patria destructora: el caso de los espaoles es muy representativo, de ah la visin que
puede tener un Michel del Castillo sobre su tierra natal Siempre he sufrido de Espaa como
de una enfermedad; como explica en una entrevista realizada por Ignacio Carrin y publi-
cada en El Pas Semanal: Fueron los gritos de los espaoles en las calles, los himnos patri-
ticos, la gente, mi abuela, mi madre, que ya en el ao 1937 saba que nunca se ganara la
guerra y por eso me hablaba en francs, presintiendo que yo acabara necesitando ese idioma.
Espaa era muerte. pero aquel nio, el espaol era la lengua de la muerte. Por cierto que en
una de sus ltimas novelas, Les toiles froides, Michel del Castillo compara al pueblo espaol
con el ruso, alejados ambos del mundo civilizado Une population gouailleuse, crnement
ractionnaire: Vive nos chanes ! Quel autre peuple dEurope, hormis le russe, oserait une
normit pareille, bras dhonneur toutes les Lumires ?. DEL CASTILLO, M., Les toiles
froides, Paris, Stock, 2001, p. 39.
18 Entretien avec Andre Makine, in Lire, fvrier 2001, pp. 22-27.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
520 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
ma parl de Balzac. (..) Elle ma dit que Balzac lui a fait comprendre une
chose: la beaut dune femme est un trsor qui na pas de prix19.
En el otro extremo del arco, el punto de vista negro, pesimista, moralista,
el que sostiene que el ser humano est perdido en un mundo catico e
incomprensible, que no puede dominar ni explicar, y en el que cualquier
posibilidad de convivencia est condenada de antemano. Si Pennac es en
cierto modo el mximo representante de ese neo-humanismo, el lder de esta
corriente neo-moralista podra ser otro autor muy vendido y traducido,
Michel Houellebecq: Les particules lmentaires ont fait couler beaucoup
dencre, en France comme dans les vingt-cinq pays o elles ont t traduites.
Leur auteur a t qualifi de nouveau Cline, mais aussi de provocateur ou
de pitoyable obsd sexuel20. A travs de sus novelas, todas ellas polmicas
incluyendo la ltima, Plateforme, Houellebecq pone de manifiesto el
absurdo de la condicin humana, condenada al enfrentamiento les groupes
humains composs dau moins trois personnes ont une tendance apparem-
ment spontane se diviser en deux sous-groupes hostiles21, y a intentar
olvidar el vaco de la vida a travs de una bsqueda desenfrenada del
placer22:
Le but de la fte est de nous faire oublier que nous sommes solitaires, misra-
bles et promis la mort. Autrement dit, de nous transformer en animaux. Cest
pourquoi le primitif a un sens de la fte trs dvelopp. Une bonne flambe de
plantes hallucinognes, trois tambourins et le tour est jou: un rien lamuse.
loppos, loccidental moyen naboutit une extase insuffisante qu lissue de
raves interminables dont il ressort sourd et drogu: il na pas du tout le sens de
la fte. Profondment conscient de lui-mme, radicalement tranger aux autres,
terroris par lide de la mort, il est bien incapable daccder une quelconque
fusion. Cependant, il sobstine. La perte de sa condition animale lattriste, il en
conoit honte et dpit23.
19 DAI SIJIE, Balzac et la petite tailleuse chinoise, Paris, Gallimard, 2000, p. 229.
20 Entretien avec Michel Houellebecq, in Lire, septembre 2001, pp. 28-36.
21 HOUELLEBECQ, M. Plateforme, Paris, Flammarion, Jai lu, 2001, p.71.
22 Ha llamado la atencin la importancia que tiene la masturbacin en las novelas de
este autor, acto que supone aislamiento, bsqueda de placer, olvido de las frustraciones, etc.
23 HOUELLEBECQ, Michel, La fte, Rester vivant et autres textes, Paris,
Flammarion, Librio, 1999, p. 71. Es interesante ver lo mucho que se acerca aqu este autor a
lo que poda decir, tambien con nimo provocador, Pascal en pleno siglo XVII, al hablar de
cmo todos lo males del hombre provienen de no saber quedarse en su habitacin, reflexio-
nando en su profunda miseria.
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522 Javier Benito de la Fuente - Laurence Boudart
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Un experimento en la enseanza de la civilizacin (II) 523
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
DAI SIJIE, Balzac et la petite tailleuse chinoise, Paris, Gallimard, 2000,
p. 229.
DEL CASTILLO, M., Les toiles froides, Paris, Stock, 2001.
Entretien avec Andre Makine, in Lire, fvrier 2001, pp. 22-27.
Entretien avec Michel Houellebecq, in Lire, septembre 2001, pp. 28-36.
Entretien avec Patrick Modiano, in Lire, octobre 2003, pp. 98-104.
HOUELLEBECQ, M. Plateforme, Paris, Flammarion, Jai lu, 2001.
La fte, Rester vivant et autres textes, Paris, Flammarion, 1999.
LAVOIGNAT, J. P. y REBICHON, M. Les 100 secrets dAmlie, in
Studio, n 168, 2001.
Le pouvoir des livres, entretien avec Daniel Pennac,
http://www.france.diplomatie.fr/la...NCE/DOSSIER/2000bis/11pou-
voir.html.
MAKINE, A., Le testament franais, Paris, Mercure de France, 1995.
PENNAC, D., Au bonheur des ogres, Paris, Gallimard, Folio, 1985,
Monsieur Malaussne, Paris, Gallimard, Folio, 1995.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
CLAUDE BEAUSOLEIL,
ORIGINE ET TRANSFORMATION
DANS LESPACE POTIQUE QUBCOIS
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
526 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
Sous des noms et des visages demprunt, sous la lumire des errances
nocturnes, notre auteur dmonte les pices du mcanisme dune ville scrte
et illicite. Plus dune soixantaine de livres restent enracins dans lambition
de rsoudre lpope urbaine montralaise, intimiste1.
Aller/retour Montral/Paris
En 1972, parat Intrusion ralentie, cela confirme une attirance pour les
espaces et les esprits qui les habitent. Certes, on nous rpte incessamment
que la seule patrie de lcrivain nest pas une autre que ses livres, pour
Beausoleil il est facile de reconnatre sa terre dlection, son lieu spcifique
qui se dfinit par le dsir dcrire larchitecture magique des quartiers et des
mots revenus. Intrusion ralentie sattache servir le texte, avec videmment
un grand souci, comme en musique, des contrastes dynamiques, en poussant
assez loin les mots muets, pour inscrire ds le dbut une potique du silence,
une potique qui pourrait donner suite une esthtique de la modernit, celle
qui dcoule tout naturellement de lcriture mais avec ses points dancrage
qui pour Beausoleil, se placent Montral, comme lui-mme le confirmera
en 1992.
Montral est cette ville aux dimensions humaines, qui ma faonn, qui ma
appris vivre et esprer. Jai dcouvert que mes liens avec elle tenaient de
lorigine, mais aussi que je nourrissais de ses hivers, de ses ts, de ses tour-
ments et de ses inventions. Jai compris mot mot, dans des livres parlant
delle, quelle mhabitait autant que je lavais habite2.
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Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 527
Les passions extrieures, pomes placs au cur mme dun Paris qui est
devenu, pour Beausoleil, un lieu sollicit et essentiel dans la reconstitution
dune mmoire de lespace.
Montral et Paris, lieux mythiques certes, mais indniables pour la com-
prhension des mouvements extrmes et des tensions constantes qui sem-
blent condenser la posie de Beausoleil pour, comme nous venons de le
signaler, reconstruire une mmoire de lespace et ses liens avec le texte po-
tique.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
528 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
on change les pulsions dans une certaine hte on a tous peur de perdre
pourtant une certaine douceur un geste bien refait et la glissade reprend s-
parpille nouveau incertaine mais renforcit parallle aux draps.
(Au milieu du corps lattraction sinsinue)4
Visages multiples
Une vidence demeure prcise, cette posie de lespace de Beausoleil sin-
tresse tout particulirement nous offrir une multiplicit des miroirs en
rapport permanent avec les labyrinthes de la socit moderne. Cependant, ce
que nous pouvons voir dpasse le monde habituel, car le pome parcourt un
territoire inexplor. En effet, un jeu de raison et ralit sinstalle vers une
marche identitaire la marche des anges?- scande par le rvepour per-
mettre de lire des profusions illimites, voire une posie (Une certaine fin de
sicle). Pourrait-on saventurer dire quil trace travers cette architecture,
la complexit dune identit? Avec ses miroirs coulissants ou multiples,
Beausoleil fait rfrence lalatoire des structures formelles (Journal
mobile), tout en cernant un paramtre spatial dtermin, son action sera de
traduire les ressorts dune intriorit.
4 BEAUSOLEIL, Cl., Une certaine fin du sicle, Montral, Noroit, 1991, p. 42.
5 BEAUSOLEIL, Cl., Lespace est devant nous, Paris, Le Castor Astral, 1999.
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Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 529
[]
lentonnoir mtropolise le venin et la perte
cest dsormais de fer dont les yeux seront faits
dans les ddales crasant les limites de laurore
brisures de ponts difices miroitants
les pressages dictent une fin des gomtries
le monde entre dans un tunnel prcontraint
les bruits du ciel rlent monstrueux
dans les parcs calcins et les rues vides7.
(Noir de rage, 1999)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
530 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
RAPPROCHEMENTS
Cette analyse prsentera quelques titres de Beausoleil qui ont t placs sous
lil et la thmatique de lespace. Pourtant ils disent aussi des faons de
comprendre la culture du Qubec, ils signalent en plus, lavenir possible de
cette littrature qui avant dtre nord-amricaine, est qubcoise. Lanalyse
portera galement sur les indices qui procurent les caractres spcifiques de
la modernit dans luvre de Beausoleil. Ce travail acharn de Beausoleil
sur lespace ne serait-il pas une des particularits de son rapprochement avec
la modernit? En effet, cest dans lespace et toutes ses frontires que sa
posie puise sa force et son originalit. Il se laissera emporter dans le tour-
billon du langage avec ses jeux rythmiques pour finalement lui donner une
seconde existence, puisque en renommant les choses, elles deviennent exis-
tantes. Cest ainsi que son interrogation du rel tente de rendre visible les-
pace invisible. La page blanche, langoisse de la tempte de neige, sont pour
Beausoleil des espaces de non-existence qui cherchent un champ verbal pour
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 531
Intrusion Ralentie
Ce livre est le premier texte potique publi de Beausoleil, lambition
dcrire se concrtise, et il passe par la construction dun champ lyrique qui
dsormais deviendra laxe dune posie. Lintrusion signale le dplacement
sur un territoire o il faut arriver et sarrter pour remplir un vide, o les
mots malgr leur hsitation parviennent crer une musique exprimentale.
ne cache pas son dsir dcrire des pomes modernes remplis dodeurs de
ville et des structures neuves l10.
Il parat mon sens abusif, voire illusoire de parler dune potique gogra-
phique ou gopotique. En revanche, il existe un imaginaire gographique,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
532 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
qui peut en autre plan que celui de la forme potique, accrditer lexistence
dune gopotique, quil voudrait mieux alors appeler, par souci de clart,
gosymbolique12.
Ce cadre convient bien notre tude car il relve dune dmarche esth-
tique qui laisse merger une posie dsireuse de bousculer les usages
conventionnels. Le jeu anaphorique voudrait accder ltre des choses,
mais dans limprobable barthesien, lment considrer pour ltude dune
potique de la modernit et de lintensit des mots. Dans Intrusion ralentie,
omettant volontairement la plupart des termes articulateurs et insistant sur
les reprises sonores, la posie vite les piges de lintellectualisation, le texte
peut tre saisi directement, il se donne au profit dune approche fluide. La
potique se conoit donc dans le sens dun mouvement progressif de plus en
plus intense car dsormais, comme le prcise Jean, la posie qubcoise
sinterroge sur ce quelle a dire et faire. Tout est matire la posie, tous
les thmes entrent en jeu: le texte et le sexe, lamricanit et la ville, le corps
et le quotidien13.
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Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 533
[]
La ville aujourdhui a les yeux plus tristes
Lautobus Saint-Laurent est souvent silencieux
On ne sait quelle langue
Pourrait bien traverser ses yeux
Quel paysage quelle mmoire mme ensorcele!
Quel projet quelle attente o vont les morsures
Quel avenir ou rage ou quelle squelle du temps
Quel silence plus lger si le hasard le permettait14.
(Lautobus Saint-Laurent, 1982)
[]
Arrach au silence
Par la matire de la peur
Vous ntes pas dici
a sentend a se dit
Vous tes descendu
Au Grand Htel des trangers.
(Grand Htel des trangers, 1988)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
534 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
Je suis un voyageur
Arriv la route
Lamour et ses coupoles
Roulant vers le futur
Des bribes de pome
Que ma mmoire disperse
Partagez ma ballade
Elle emporte le hasard
A lheure o le soleil
Tombe sur la ville dor
(Grand Htel des trangers, 1988)
[]
lnergie disparat sous les rflecteurs
le stylo le regard le miroir
se tendent
sarrtent
image lente presque parfaite
le jeu recommence
on ne craint pas lanonymat
la star heureuse en diffr
travaille ses mmoires
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 535
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
536 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
18 COYAULT, S., Parcours gocritique dun genre: le rcit potique et ses espaces
in La Gocritique mode demploi, op. cit., p. 52.
19 MAULPOIX J-M., Le Pote perplexe, essai critique, Montville, 2001.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 537
rement travers par dautres textes et cest dans ce croisement quun dia-
logue se produit.
[]
Montral tu ten vas et la neige memporte
ma ville troue de temps ma ville de soirs dhiver
de trou de mmoires de travaux incertains
Montral tu ten vas toutes tes rues mabandonnent
pour un pome en chute pour rien
[]
Montral tu ne sais pas si tes bars sont ferms
non plus si tu persistes quand le givre te nomme
si les auvents de glace rappellent des pomes
la grand sainte-catherine street les nons las le fracas
Montral tu rvles des trsors dont les marins profanes
jamais ne sauraient dire lillusion ou lampleur20.
(Montral tu ten vas)
Baroque du Nord
Le hurlement rauque de Nelligan inaugure les pages blanches de ce dernier
pome de Beausoleil. Lexercice intertextuel est propre la posie et lauteur
se sert lgitimement dun de ses potes-anges de prdilection (Nelligan,
Aquin et Miron). Do me viennent, dis-moi, tous ces ouragans rauques
(Emile Nelligan), signale le dbut de laventure dune histoire. Pour un ins-
tant encore, le silence habite la page blanche. Tout coup le hurlement, le
dluge mme, des notes en cascade, des accords aux tensions extrmes, sont
balays par une bourrasque de vers en prose aux allures dun loup. Voici la
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
538 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
CONCLUSION
Pour toutes les considrations que nous avions voques, nous pouvons dire
que le pote entretient un rapport spatial avec les mots. La ville de Montral
demeurera toujours le port dattache de lcriture beausolienne. Bien que
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Claude Beausoleil, origines et transformations dans lespace 539
cette criture entretienne une relation assez troite entre texte et espace, cette
relation passe dabord par les reseaux identitaires car ils se rvlent consubs-
tantiels. Certes, interroger le langage potique de Beausoleil revient dfinir
une cartographie de lespace montralais tout en sachant que les lieux de
repres prsents dans sa posie insistent, dabord, sur le rapport une iden-
tit. Les textes prsents lors de cette communication correspondent un
choix arbitraire. Pourtant, ils ont voulu mettre en vidence les mots dessinant
une histoire et un espace o vice-versa, les dplacements vers les territoires
de laltrit, les densits et profondeurs dune apparente page blanche, les
jeux entre hyperralit et criture fantasmatique et, bien entendu, un rappro-
chement vers les formes nouvelles pour lire la modernit.
Le lyrisme urbain de Beausoleil ntablit pas de distances entre texte et
espace. Ils ne sont pas dans son criture ni pour sopposer ni pour se rem-
placer mais pour se mtamorphoser De cette manire, lespace est conu de
la mme manire que la posie, cest dire, il rend possible toutes les trans-
formations face la culture et ses manifestations.
Cette criture relve dune ncessit de communication dans le silence
della citt22 beausolienne. Cest alors dans cet espace que le masque dun
moi senlve pour reconnatre enfin, le territoire dune potique.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
ALLIX, J-P., Lespace humain, Paris, Seuil, 1996.
BEAUSOLEIL, Cl., Montral est une ville de pomes vous savez, Montral,
lHexagone, 1972.
Une certaine fin de sicle, Montral, Noroit, 1991.
Le motif de lidentit dans la posie qubcois, Qubec, Estuaire, 1996.
Grand htel des trangers, Qubec, Les crits des Forges, 1998.
Lespace est devant nous, Paris, Le Castor Astral, 1999.
Intrusion ralentie, Qubec-Luxembourg, Les crits des Forges, Phi,
2002.
Baroque du Nord, Montral, Les herbes rouges, 2003.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
540 Alfonso Rafael Buelvas-Garay
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UN ESPACE SINGULIER
ET CONTROVERS: LES FOURONS
MARIE-FRANCE COLLART
Universidad Politcnica de Valencia
INTRODUCTION
Sil est un espace de la Francophonie o les problmes linguistiques sont
particulirement aigus, cest bien la Belgique. Et sil est en Belgique un haut
lieu de controverse, ce sont les Fourons. Tout francophone dans le monde,
attentif aux problmes des minorits linguistiques, en a entendu parler.
Mais dabord, les Fourons, quest-ce que cest? Une premire dfinition,
neutre, vous apprendra que Fourons est une commune belge de 3.000 habi-
tants et dune superficie de 5.000 hectares, situe lest de la Belgique, et
qui rsulte du regroupement de 6 petits villages aprs la fusion des com-
munes, en janvier 1977. Pour les francophones de Belgique, Fourons, cest
surtout une commune situe au nord-est de la province de Lige (Wallonie)
mais faisant partie de la province du Limbourg (Flandre) bien quelle nait
aucune frontire commune avec celle-ci. Pour entrer dans le vif du sujet
encore pourrions-nous apporter une troisime dfinition: Fourons, commune
rattache les francophones diront ici annexe la province flamande
du Limbourg la suite de la fixation dfinitive de la frontire linguistique en
Belgique. Enfin, si pour le gouvernement belge, Fourons a longtemps repr-
sent la pomme de la discorde, aux yeux du monde, Fourons voque un bas-
tion symbolique dans la lutte pour le respect des lois linguistiques, du droit
des gens et des garanties constitutionnelles.
Je me propose ici dexposer la problmatique fouronnaise: je tenterai
surtout de clarifier les circonstances dans lesquelles elle a pris naissance et
le contexte historique et politique dans lequel elle se situe, afin dexpliquer
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
542 Marie-France Collart
HISTORIQUE
Pour rappel, la Belgique est un petit pays de 30.000 km2 situ en marge sep-
tentrionale de la romania actuelle, qui reconnat trois langues officielles (le
nerlandais, le franais et lallemand) et o vivent des nerlandophones (les
Flamands, en Flandre et quelques-uns Bruxelles), des francophones (les
Wallons, en Wallonie et Bruxelles) et des germanophones (dans les
Cantons de lEst).
La frontire linguistique
Les origines de la distribution linguistique en Belgique remontent la fin de
lEmpire Romain, lorsque plusieurs tribus germaniques (principalement des
Francs) dferlrent en Gaule Belgique. Au sud, les Francs Saliens tablis ds
la fin du IIIme sicle furent peu peu assimils la population gallo-
romaine et se laissrent latiniser tandis que dans le nord, moins peupl, les
envahisseurs de la deuxime vague (notamment les Francs Ripuaires) impo-
srent leurs dialectes germaniques. Cest la naissance de la frontire linguis-
tique. Se formeront alors dans le nord du pays les dialectes flamands (qui
ressortissent au bas-allemand dans sa varit occidentale), alors que le sud a
dvelopp des parlers romans, dont le wallon, le picard ( louest) et le lor-
rain (au sud). Dans les deux cas, ce sont des standards linguistiquement
apparents aux langues vernaculaires qui se sont superposs eux dans leur
territoire dorigine: nerlandais dans la partie septentrionale, franais dans la
partie mridionale1.
Jusquen 1930, la frontire linguistique, uvre des sicles, tait fluc-
tuante et variait en fonction des rsultats des recensements dcennaux de
population. Laspect linguistique de ces recensements tait alors accessoire.
Mais la demande des Flamands, soucieux de conserver lintgralit de leur
territoire qui diminuait tous les dix ans, le recensement de 1930 servira ta-
1 Si le franais a supplant de longue date comme sur tout le territoire dOl les
langues vernaculaires comme langue de culture et est devenu la langue maternelle commune
toute la Wallonie, il nen est pas de mme pour le standard nerlandais ou ABN
(Algemeen Beschaafd Nederlands, nerlandais gnral de culture) qui sest stabilis de
faon moins nette et plus tardivement que le franais supralocal.
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Un espace singulier et controvers: Les Fourons 543
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
544 Marie-France Collart
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Un espace singulier et controvers: Les Fourons 545
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
546 Marie-France Collart
La crise fouronnaise
Le vote fit leffet dune bombe, tant Fourons quen Wallonie. Fourons
mme, toute laffaire a engendr une atmosphre irrespirable de discorde et
de haine. Les pro-Wallons taient rvolts par lenttement antidmocra-
tique de la minorit pro-flamande. Devant lattitude de leurs concitoyens, ils
se radicalisrent eux aussi et ils se mirent uvrer ouvertement en faveur
dune francisation tous azimuts de leurs villages, linstar des pro-
Flamands, qui militaient en faveur de leur nerlandisation. Aussi, les com-
munauts villageoises ont-elles clat en un systme dapartheid
linguistique gnralis dans tous les secteurs de la vie socioculturelle.
Aujourdhui encore, les pro-Wallons ne peuvent pardonner leurs conci-
toyens pro-flamands de les avoir bafous et de continuer leur refuser le
bnfice de lautodtermination.
Depuis lors, les Fouronnais pro-wallons nont pas cess de rclamer une
modification du statut impos leur commune par le diktat flamand mais
leurs revendications nont jamais abouti une modification effective du
statut dappartenance rgionale de leur commune. Leurs initiatives ont
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un espace singulier et controvers: Les Fourons 547
La voie de fait
Dabord par la violence: sur le terrain, cest la fin des annes 70 que
Fourons sest fait connatre dans lactualit internationale, cause des trou-
bles et manuvres muscles quy provoquaient rgulirement des mar-
cheurs flamingants. Puis, la bagarre sest dplace sur le plan administratif
o la Flandre modifie constamment les rgles du jeu afin dimposer son
influence et diminuer celle des francophones.
La voie administrative
lissue des lections communales de 1976 qui donnent de nouveau la vic-
toire un bourgmestre francophone, la Flandre obtient du Conseil dtat
lannulation de linstallation des conseillers communaux francophones sous
prtexte que la prestation de serment devait se faire en nerlandais unique-
ment3.
Un second exemple nous entrane voquer la figure de Jos Happart,
leader incontest du mouvement fouronnais. Il se fait connatre de lactua-
lit lors des manifestations et incidents communautaires divers qui maill-
rent la vie des villages fouronnais de 1975 1982. Rapidement, ce jeune
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
548 Marie-France Collart
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un espace singulier et controvers: Les Fourons 549
revient donc donner un droit de veto tout chevin, mme sil appartient
lopposition.
En ce qui concerne les citoyens, la confusion sest encore aggrave parce
que de nouvelles dispositions lgales ont t introduites (essentiellement des
restrictions aux facilits), qui ne concernent que certaines communes
rgime spcial, dont Fourons. En application des circulaires Peeters,
Martens et Van den Brande (1998), les autorits flamandes envoient dsor-
mais les formulaires dimposition rdigs exclusivement en nerlandais. En
toute illgalit puisque, conformment la Constitution et aux lois linguis-
tiques, les francophones domicilis dans les communes facilits, dont lap-
partenance linguistique est dmontre, doivent recevoir ces documents en
franais.
La voie financire
La dernire stratgie sappuie sur la force conomique: investissements ins-
titutionnels visant attirer de la population flamande aux Fourons (par
exemple, construction dune cole flamande, installation dune brigade de
gendarmerie flamande), construction dhabitations sociales pour les
Flamands (le logement est comptence de la Rgion), ouverture du centre
VOEREN 2000, vritable machine de propagande, acquisitions de terrains
par les autorits flamandes, droit de premption sur toutes les transactions
immobilires et autres manuvres sajoutent aux litiges coutumiers visant
dpossder les francophones autochtones pour mieux les remplacer.
Enfin, rcemment, les lections communales doctobre 2000 ont pour la
premire fois donn la majorit la liste flamande, grce la participation
massive des lecteurs hollandais domicilis en Belgique: 80% des 600 rsi-
dents hollandais se sont manifests, or 269 voix dpartageaient Retour
Lige de la liste flamande au scrutin prcdent. Lopinion na pas attendu
les rsultats pour rvler que les rsidents communautaires auraient reu des
petits cadeaux (abonnements au journal local limbourgeois, brochures sur
la province du Limbourg, tickets de bus, visites touristiques...) pour les
inciter se prsenter aux urnes. Les dfenseurs de Retour Lige ont
immdiatement dnonc ce dmarchage et introduit un recours pour annuler
les lections, mais aucune irrgularit dans le financement de la campagne
na pu tre prouve (les cadeaux ont t financs par une socit prive) et
le Conseil dtat a rejet le recours.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
550 Marie-France Collart
pilogue
Cest ainsi que depuis le 10 juillet 2001, cest un bourgmestre flamand qui
prside la destine de la commune. Premire manifestation de pouvoir: un
panneau de signalisation unilingue (en langue nerlandaise) a t pos 5
jours aprs linstallation du nouveau conseil communal. Peu aprs, la com-
mune a mis en vente publique des logements sociaux, mettant ainsi la rue
une quarantaine de francophones, sous prtexte dassainir les finances muni-
cipales. Or ces gens ne disposent daucune possibilit de se reloger
Fourons, laffluence des rsidents hollandais et allemands ayant rendu lim-
mobilier inabordable.
Dsormais, cest impuissant que les Wallons assistent ce que daucuns
appellent une puration; dautres appellent cela de la discrimination
positive en faveur des Flamands des Fourons...
Affaire suivre.
CONCLUSION
Une conclusion simpose lvidence: dans le conflit fouronnais, le poids du
nationalisme est norme. Armel Wynants, professeur luniversit de Lige,
recense deux formes principales de nationalisme: ct de la forme
constructive (lorsquil existe au pralable une conscience dunit nationale
fonde sur une base non-politique, par exemple sur la culture), il en dis-
tingue une autre, plus pernicieuse, et qui pourrait sappliquer ici:
5 WYNATS, A., La Wallonie, une rgion en Europe, Charleroi, Institut Jules Destre,
1997.
6 On constate que, depuis quelque temps, les exceptions ce principe de territorialit
font lobjet dattaques en rgle. Pour ce qui est des facilits, leur suppression est, de toute vi-
dence, inscrite lordre du jour du nationalisme flamand. Ainsi, en contradiction flagrante
avec le texte de la lgislation sur lemploi des langues (art. 8: Sont dotes dun rgime sp
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un espace singulier et controvers: Les Fourons 551
cial en vue de la protection de leurs minorits), on rpte inlassablement que les facilits ont
toujours t conues comme des mesures transitoires destines faciliter lassimilation des
habitants pratiquant une langue minoritaire.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
552 Marie-France Collart
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
WYNANTS, A., La Wallonie, une rgion en Europe, Charleroi, Institut Jules
Destre, 1997.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LOS ESPACIOS FSICOS,
HISTRICOS Y SIMBLICOS
DE LA MINORA FRANCFONA
DE ONTARIO (CANAD)
INTRODUCCIN
Ontario ha sido desde su origen la prolongacin natural de Quebec. Los que-
bequenses han transitado intermitentemente a lo largo de tres siglos por esta
provincia oficialmente anglfona. Dos perodos muy diferentes marcan los
espacios de la minora francfona de esta provincia: el primero se extiende
desde los primeros asentamientos hasta los aos 60, cuando se produce la
Revolucin Tranquila en Quebec y los Estados Generales en Montreal;
durante este perodo, el espacio fsico, social y simblico se organiza en
torno al pueblo, a la parroquia y a la ideologa del antiguo rgimen: una
lengua, una fe. El segundo periodo, que abarca los ltimos treinta aos, est
marcado por la diseminacin grupal, la laicizacin y la apertura a la moder-
nidad, incluyendo el bilingismo como una de las seas de la identidad
franco-ontariana.
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554 Brbara Fernndez Taviel de Andrade
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Los espacios fsicos, histricos y simblicos 555
clerg dclara que ce qui arrivait aux Canadiens tait la juste punition du ciel pour leurs
fautes. Et ce fut ensuite, pour une gnration, le silence sur lvnement qui avait chang le
destin des Canadiens. GALARNEAU, Cl., Aux frontires du mythe et de la ralit in
Revue de lUniversit dOttawa, 55, 1985, p. 54.
5 Loyalistes en francs y League of Empire Loyaliste en ingls. La corona bri-
tnica tratar con mimo a estos sbditos anglfonos, concedindoles tierras y generosas pre-
bendas con el fin de facilitar su instalacin en el nuevo estado al que darn un impulso
fabuloso.
6 Las guerras napolenicas obligan a Inglaterra a recurrir a la madera de sus colonias
canadienses para la construccin naval, lo que lleva a una explotacin sistemtica de los bos-
ques de la regin.
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556 Brbara Fernndez Taviel de Andrade
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Los espacios fsicos, histricos y simblicos 557
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558 Brbara Fernndez Taviel de Andrade
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Los espacios fsicos, histricos y simblicos 559
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Los espacios fsicos, histricos y simblicos 561
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562 Brbara Fernndez Taviel de Andrade
CONCLUSIN
Hoy el Ontario francs cuenta con unas 550.000 personas cuya identidad se
sustenta en criterios culturales como la lengua, la enseanza, la cultura y la
historia. Hay quienes ven en la integracin en la sociedad global una prueba
de asimilacin21, mientras que otros ven una adaptacin necesaria. Lo que es
evidente es que el Ontario francs ya no puede contentarse con la baza cul-
tural o lingstica: debe integrarse plenamente en la vida econmica, social
y poltica de la provincia ontariana; pero el riesgo de perder las races es muy
grande. Por ello, es importante establecer no solamente instituciones de
19 Ibid., p. 45.
20 Lisolement du groupe se voit bris par lmergence de la nation Quebecoise, ce
qui transforme les rapports entre Canadiens franais et par lintgration des francophones
lconomie capitaliste anglo-saxonne. FARMER, D. - POIRIER, J., Les socits et les ra-
lits francophones en Ontario in Fracophonies minoritaires au Canada, op. cit., p. 268.
21 En Ontario, desde 1968, a raz de una ley provincial que permite la creacin de
escuelas secundarias de lengua francesa, ha permitido un crecimiento tal que puede afirmarse
que la minora franco-ontariana dispone ahora de un instrumento capital para la transmisin
de la lengua y de la cultura francesa, y reconducir la lucha contra la asimilacin a la anglo-
fona dominante. MOUGEON, R., Impact de lessor de limmersion sur lducation et le
devenir des Franco-Ontariens, in Revue du Nouvel-Ontario, 9, 1987, p. 31.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Los espacios fsicos, histricos y simblicos 563
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ALLAIRE, G., La francophonie canadienne, Qubec-Sudbury, AFI-CIDEF-
Prise de parole, 2001.
BERNARD, R., Le rle social des institutions ethniques, in Revue du
Nouvel Ontario, 8, 1986, pp. 41-48.
CHOQUETTE, R., La foi gardienne de la Langue en Ontario, 1900-1950,
Montral, Les d. Bellarmin, 1987.
FARMER, D. - POIRIER., J., Les socits et les ralits francophones en
Ontario, in Francophonies minoritaires au Canada, Moncton, Les di-
tions dAcadie, 1999, pp. 265-281.
GALARNEAU, Cl., Aux frontires du mythe et de la ralit, in Revue de
lUniversit dOttawa, 55, 1985, pp. 53-62.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
564 Brbara Fernndez Taviel de Andrade
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO FRANCFONO EN ASTURIAS
MARCO HISTRICO
El espacio francfono en Asturias durante el siglo XIX est ligado a la pene-
tracin de una corriente transformadora que se expande por toda Europa lle-
gando a Espaa y Asturias, con ms retraso que a otros pases del continente.
El impulso de La Revolucin Industrial se hace notar en Asturias, gracias a
motivos poltico-econmicos de microespacios francfonos que se interpe-
netran con el asturiano.
Dentro de este movimiento, debemos enmarcar la llegada de un contin-
gente importante de belgas valones en su gran mayora a Asturias y que
vienen atrados por las riquezas que esta regin posee en su subsuelo, sus-
ceptibles de ser simplemente explotadas y comercializadas y, en algunos
casos si se dan determinadas circunstancias, transformadas. El objetivo fun-
damental es sin duda la obtencin de un beneficio econmico. Ahora bien,
la puesta en marcha de recursos humanos y tecnologa apropiada, as como
la importacin de materiales y estrategias productivas, necesarias para la
obtencin de esos beneficios tienen el efecto consecuente de transformar el
espacio geogrfico, social y las mismas relaciones personales.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
566 Antonio Niembro Prieto
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 567
Notre question avec la douane de cette ville prend des dimensions aussi
colossales que graves. Les rails ne peuvent plus entrer quen vertu des con-
cessions particulires, nous devons donc nous en rfrer notre acte de con-
cession pour obtenir la libre entre de tout ce dont nous avons besoin4.
En este caso concreto hay que negociar con las autoridades de la aduana
de Gijn la entrada de material, libre de derechos, basndose para ello en las
escrituras de concesin de terrenos y dems derechos para explotar las
minas, acordadas por el gobierno de Madrid.
Las relaciones entre los dos pases siempre se desarrollaron en un
ambiente de cordialidad, atenindose a su larga tradicin en comn as como
a su catolicismo. Por otro lado, las guerras y pronunciamientos estaban
siempre presentes e impedan una poltica de grandes acuerdos. No hay que
olvidar que de 1833 a 1868 Espaa cont con cincuenta gobiernos, lo que
representa ms de un gobierno por ao. Este periodo de convulsiones y cons-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
568 Antonio Niembro Prieto
Vous avez probablement appris par les feuilles que Mrs les Carlistes sont
venus nous faire une visite il y a 15 jours; on a tent de leur rsister aux
environs dOviedo, quelques urbanos (sic) sy sont fait tuer ou prendre et
de l ils sont venus tranquillement jusqu la cte; nous navons eu Avils
quun faible dtachement; ils nont insult personne et se sont contents
denlever les chevaux, les armes, en un mot, tout ce qui pouvait leur servir;
aujourdhui le gnral Espartero est leur poursuite avec 8 ou 9.000
hommes5.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 569
Bajos, sern personajes que estarn presentes en este proceso de cambio que
se inicia en Asturias en 1833.
La nica baza con que contaba Espaa y Asturias en estas circunstancias
eran sus minas, pero carecan de tecnologa para su explotacin y de
recursos econmicos dado su endeudamiento. De ah que se produjese el
duelo que tuvo lugar, entre Francia e Inglaterra sobre todo, pero tambin
Blgica, para ocupar el mercado y aduearse de las materias primas. Estos
pases se haban convertido en potencias econmicas e industriales adems
de ser acreedores de Espaa.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
570 Antonio Niembro Prieto
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 571
Nos ouvriers sont pleins de bonne volont, ils napprennent pas vite, mais
ce quils ont appris ils ne loublient pas, nous avons un charpentier et un
forgeron excellents, mais leurs outils, surtout ceux de ce dernier, sont si
pitoyables quil ne peut faire sa besogne quavec lenteur et en somme nous
y perdons. Quand Adolphe viendra lanne prochaine le mieux sera dexp-
dier dAngleterre deux enclumes (...), le prix du fer est tellement lev dans
ce pays depuis la guerre que nous avons le plus grand avantage faire faire
nos outils et chemins de fer Lige et les envoyer ici en usant de notre
privilge de recevoir libre de droits les divers ustensiles dont nous pourrons
avoir besoin10.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
572 Antonio Niembro Prieto
Mon pre vous aura sans doute dit que jai eu le malheur de perdre un
homme qui a eu la maladresse de se laisser tomber dans un bure darage,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 573
cet accident a produit un mauvais effet sur les ouvriers qui sont naturelle-
ment craintifs; jai donn 5 francs sa veuve; je connais assez bien votre
bont pour croire que vous mapprouverez12.
No es por tanto extrao que los miedos y las leyendas sobre las minas
estuviesen siempre presentes en el nimo de las gentes. Vemos tambin el
valor que tena la vida de un trabajador simbolizado en la pequea indemni-
zacin que recibe la viuda.
Adolphe Desoignie es inmediatamente despus de Armand Nagel el
primer director de la explotacin minera de Arnao (Castrilln), Asturias. Su
figura atrae nuestra atencin pues en l confluyen dos facetas que nos inte-
resa resaltar: es, por una parte, un claro impulsor del espacio industrial fran-
cfono en Asturias al tener a su cargo la mina durante aproximadamente una
dcada y media, y simultnea y posteriormente, es tambin un animador de
las relaciones diplomticas al ser nombrado cnsul belga de Asturias en
Gijn. En un principio la sede estuvo situada en Avils.
Adolphe Desoignie, naci en Haine Saint Paul (Belgique) el 9 de febrero
de 1816 y muere en Avils (Asturias) el 25 de enero de 1898 a los 83 aos
de edad. Durante algn tiempo, un ao aproximadamente, comparte con
Armand Nagel las tareas de la explotacin y de la venta del carbn de la
mina de Arnao, pasando a ser el responsable absoluto cuando ste abandona
Asturias.
Durante esta primera etapa que comprende hasta 1853 las transforma-
ciones del entorno se limitan a las necesarias de una explotacin carbonfera
como La Real Compaa Asturiana de minas de Carbn, y desde el punto de
vista ambiental no tienen un gran impacto, si se las compara con las que se
iban a llevar a cabo en el segundo periodo, pequeas excavaciones, galeras,
chimeneas de aireacin, corta de rboles para el trabajo de posteo en el inte-
rior de las galeras as como para la fabricacin de lanchas, vagonetas etc.,
construccin de pequeos embarcaderos, almacenes o depsitos de hulla,
barracones para el material, fraguas, en fin, todo cuanto era imprescindible
para extraer y comercializar el carbn, aunque sin grandes inversiones. As
se relata a sus jefes la evolucin de los trabajos:
Voila donc nos travaux des mines dirigs sur trois points diffrents, Arnao,
la ensenada (sic) de Santa Mara del Mar et San Juan; nous avons de plus
des lanchas (sic) faire construire; un magasin de houille tablir San
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
574 Antonio Niembro Prieto
Como hemos podido apreciar durante este primer periodo, hay una gran
interaccin entre las dos comunidades. El equilibrio en las relaciones viene
tambin impuesto por la composicin del poder empresarial: dos partes
espaolas y una belga. El presidente oficial de la empresa era Felipe Riera
Roses, marqus de Casa Riera, aunque en toda la correspondencia dirigida a
su persona no aparezca esta diferenciacin. El tratamiento suele ser cher
patron sin hacer diferencias entre los tres copropietarios de la Real
Compaa Asturiana de Minas de Carbn pero, atenindonos a su contenido,
podemos sealar claramente que Los Lesoinne Nicolas-Maximilien padre
y Adolphe hijo tenan a su cargo todo lo relacionado con la direccin tc-
nica y con la gestin. Adolphe, habida cuenta de su formacin, y por dele-
gacin de su padre, se haba centrado ms en los aspectos tcnicos. A partir
del ao 1839 y con la desaparicin de Nicolas-Maximilien todo el peso ser
asumido por l, tarea para la que haba sido especialmente formado por su
padre. Los colaboradores ms prximos sern hombres de su entera
confianza y venidos tambin de su entorno. Este es el caso del cajero
Malaise:
Je vais voir le port plein de navires sans pouvoir les charger; il est incro-
yable que Mr Riera me laisse aussi longtemps sans fonds; je suis fatigu de
lui crire ce sujet, ni lui ni Mr de Ferrer ne mont rpondu; je vous avoue
que je ne sais comment me tirer daffaire. Veuillez mon cher patron crire
de suite Mr Riera de prendre en considration la position dans la quelle je
me trouve; je nai plus de quoi payer le caissier, Malaise et Nicolas, que
vont-il devenir?
13 Carta de Adolphe Lesoinne & Armand Nagel a Joaqun Mara de Ferrer. Avils 15
septembre 1835. Archivo RCA Arnao.
14 Carta de Armand Nagel a Nicolas-Maximilien Lesoinne. Avils 28 juin 1838.
Archivo RCA Arnao.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 575
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
576 Antonio Niembro Prieto
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 577
parte del gobierno espaol. El hombre clave para los contactos seguira
siendo Joaqun Mara de Ferrer.
El objeto de la sociedad quedaba limitado a la explotacin de las conce-
siones carbonferas hulla dentro de los lmites de la concesin y otras
que pudiesen adquirir, la extraccin de zinc y plomo y su tratamiento meta-
lrgico y finalmente a la venta de sus productos.
A partir de este momento comienza un periodo en el que, adems de los
cambios institucionales que acabamos de ver, el desarrollo de las nuevas
infraestructuras transformar de manera mucho ms notable el espacio geo-
grfico de la zona y dejar la impronta Valona en mltiples aspectos de la
vida en la comarca. Todas las acciones tienen un objetivo inequvoco que
tienen que desembocar en la construccin de la planta de fundicin de zinc
en Arnao.
Al comienzo de la explotacin minera en el ao 1833 Armand Nagel
haba puesto de manifiesto la imposibilidad de encontrar ladrillos para hacer
pequeas construcciones ligadas al inicio de la explotacin minera, pro-
blema que haba solventado con la utilizacin de los materiales que abun-
daban en el entorno. Pues bien, para fabricar los crisoles o las chimeneas de
la nueva fbrica, dicho material se har imprescindible. No es de extraar
pues, que una de las principales preocupaciones sea resolver este problema.
Adolphe Desoignie ya haba informado a Adolphe Lesoinne de la existencia
de algunas arcillas en las proximidades de la mina. Era preciso analizarlas y
as cree entenderlo desde su residencia de Val-Benot, Lieja: Il me serait
agrable que vous mapporteriez (sic) quelques chantillons caractristiques
des argiles rfractaires que vous mavez dit avoir dcouvertes prs de notre
mine dArnao17. Pero de nuevo se vuelve a poner de manifiesto la ausencia
de especialistas para acometer los nuevos desafos. Y as es como comienza
un continuo desembarco de trabajadores que sern los protagonistas verda-
deros de la transformacin del espacio industrial pero tambin de la creacin
un nuevo espacio humano y social.
En general, el origen de estos trabajadores especialistas estar ligado
siempre al entorno de los mximos responsables tcnicos de la empresa, all
donde se han asentado los nuevos modos de produccin industrial que han
posibilitado su formacin. Este lugar no es otro que Lieja y sus alrededores,
Seraing, Jemeppe, Grivegne, Chne, etc. Hay que recordar que Seraing es
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
578 Antonio Niembro Prieto
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 579
Casi veinte aos ms tarde, en 1854, se estaban realizando las obras para
asentar una va frrea sobre el Arenal de El Espartal y la perforacin de la
loma del Cuerno que separa la playa de Salinas de Arnao, lugar en el que se
levanta la planta de fundicin, mediante un tnel, y el encargado de llevarlas
a cabo ser Adolphe Desoignie. Lgicamente, la persona que se interesa por
la marcha de las obras ya no ser Nicolas-Maximilien sino su hijo Adolphe
Lesoine:
Dites-moi je vous prie quelle est la longueur des portions faites du tunnel,
lune et lautre entre.
Nous sommes, ici, en pourparler avec nos fabricants pour les rails du
chemin de fer de lArenal et ils vous seront expdis le plus promptement
possible. Veuillez me dire quelle poque prcise vous en aurez besoin;
attendu que nos fabriques sont assez surcharges de commandes ()21.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
580 Antonio Niembro Prieto
tan slo con una poblacin de 2253 vecinos y 8354 almas22. Estos datos
hacen referencia, respectivamente, a las personas que vivan en la villa y las
que vivan en las parroquias colindantes.
En muchos casos, los trabajadores especialistas que van llegando, vienen
por periodos no excesivamente largos. La mayor parte de los contratos
tienen una duracin de dos, tres, y cuatro aos. Generalmente y al menos en
un principio no suelen venir acompaados de sus familias. Pero cuando se
trata de especialistas de larga duracin, absolutamente necesarios para la
empresa, los familiares pueden incorporarse ms tarde. Y as ocurre en el
caso de la familia de Lonard Hulin le matre briquetier. Los testimonios
escritos nos permiten saber que el viaje poda realizarse tanto por va
terrestre, utilizada como ya hemos visto por el propio Hulin, como por va
martima. Esta ltima es la que le fue asignada a su familia y que exponemos
a continuacin:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 581
Quant une estacade en pleine mer sur le point le plus mauvais de la cte,
cest une folie; quand par un prodige, on arriverait a lexcution, le mouve-
ment de la mer est tel dans cette partie Ouest du Cap Peas, que les navires
ne pourront pas saccrocher. () Lentre de la rivire est des plus mau-
vaises, la barre est troite et la mer y brise avec une violence terrible, ().
Sur toute la cte cantabrique, lentre de tous les ports, indistinctement est
trs mauvaise, lorsque la mer est forte, cause de la violence du coup de mer
dans le Golfe de Biscaye. Lentre de la rivire dAvils ne fait, sans doute,
pas exception cette rgle gnrale; mais cette entre ne doit pas, en dfini-
tive, se signaler par des difficults spciales, car cest un fait quon ne paie
pas un fret plus lev pour aller du midi Aviles et rciproquement que du
midi Gijon.- Aussi navons-nous jamais manqu de btiments pour charger
notre charbon qui nous ont t envoys. Cest tout simplement le contraire
qui a toujours eu lieu. Les nombreuses propositions denvoi de btiments qui
nous ont t adresses dans lanne coule de 1852 en font foi25.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
582 Antonio Niembro Prieto
Vous aurez reu sans doute, les documents signs par le Conseil de lcole
des mines de Lige, et tablissant suffisamment, je pense, vos droits porter
le nom dingnieur, que vous mritez si juste titre. (...)
Je compte bien, Seor Cnsul de Blgica que votre qualit dtranger
vous viendra en aide, pour vous autoriser porter le titre dIngnieur en
Espagne, sans avoir pour cela, passer par des examens nouveaux
Madrid28.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El Espacio francfono en Asturias 583
CONCLUSIN
Como conclusin de lo expuesto podemos resumir diciendo que la idea del
espacio francfono en este lugar de Asturias est totalmente ligada a la
expansin de la Revolucin Industrial. Que esta expansin hizo posible la
llegada de ingenieros, tcnicos especialistas, personas en general, portadores
de nuevas tcnicas y de nuevos modos de entender el trabajo y de organi-
zarse socialmente, capaces de configurar un nuevo espacio francfono, fruto
de esta interpenetracin que hemos tratado de analizar.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
584 Antonio Niembro Prieto
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Ayuntamiento, in La Voz de Avils, 28 de agosto de 1993.
Fuentes documentales
Correspondencia entre directivos y jefes y viceversa, desde 1834-1855.
Archivo RCA Arnao.
Informes varios. Archivo RCA Arnao.
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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ESPACIO Y TEXTO
EN LA CULTURA FRANCESA
ESPACE ET TEXTE
DANS LA CULTURE FRANAISE
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
NGELES SIRVENT RAMOS (ED.)
ESPACIO Y TEXTO
EN LA CULTURA FRANCESA
ESPACE ET TEXTE
DANS LA CULTURE FRANAISE
COMIT DE EDICIN
Marina Aragn Cobo - Jos Luis Arrez Llobregat - Mireia Carol Gres
Maribel Corb Sez - Vctor D. Domnguez Lucena - Mercedes Eurrutia Cavero
ngeles Llorca Tonda - Mireia Lpez Sim - Amelia Peral Crespo
Montserrat Planelles Ivez - Fernande Ruiz Quemoun
M. Carmen Serrano Belmonte - ngeles Sirvent Ramos - Chistine Verna Haize
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Para la realizacin de la presente publicacin se ha contado con ayudas econmicas
procedentes de las siguientes instituciones:
Ministerio de Ciencia y Tecnologa. Plan Nacional de Investigacin Cientfica,
Desarrollo e Innovacin Tecnolgica. Accin Especial con n. de referencia: BFF2002-10802-E.
Asociacin de Profesores de Francs de la Universidad Espaola (APFUE).
Enumeracin de palabras clave: Espacio, texto, cultura francesa, literatura francesa, espacio auto-
biogrfico, espacio femenino, teora literaria, lingustica francesa, lengua francesa, FLE, lengua
francesa especializada, espacios multimedia, traduccin francesa, Alicante, ngeles Sirvent,
Universidad de Alicante.
Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperacin de la informacin,
ni transmitir alguna parte de esta publicacin, cualquiera que sea el medio empleado electrnico, mecnico,
fotocopia, grabacin, etctera, sin el permiso previo de los titulares de la propiedad intelectual.
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TOMO II
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
NDICE
TOMO II
EL ESPACIO EN LA TEORA LITERARIA
Y LA LITERATURA FRANCESAS
LESPACE DANS LA THORIE LITTRAIRE
ET LA LITTRATURE FRANAISES
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594 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
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ndice 595
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596 Espacio y texto en la cultura francesa / Espace et texte dans la culture franaise
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ndice 597
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5. CONSTRUCCIN Y FUNCIN
DEL ESPACIO EN LA TEORA LITERARIA
CONSTRUCTION ET FONCTION
DE LESPACE DANS LA THORIE LITTRAIRE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL CAMBIO PARADIGMTICO
EN EL INTERTEXTO COMPARATISTA
INTRODUCCIN
Esta aportacin trata el tema del espacio intertextual, que es una extensin
conceptual y metodolgica de las relaciones establecidas entre textos en el
mbito de la Literatura Comparada actual de nuevo paradigma. As pues,
este espacio intertextual es el resultado de aplicar la cuarta categora de
relaciones entre textos de la metodologa comparatista que he establecido en
mi propuesta1 de Travesa Temtica Comparada (TTC). Se trata, bsica-
mente, de hacer operativas, en el nivel comparatista, aquellas relaciones tex-
tuales que surgen de una vinculacin intertextual efectiva o estricta. Pero,
para explicitar esto mismo, es necesario previamente aludir al cambio para-
digmtico en el que se produce esta nueva funcin intertextual comparatista.
Tambin merecer una reflexin el contexto actual de la literatura con sus
inflexiones conceptuales y tericas. En sntesis, este nuevo espacio intertex-
tual va a proponer una refundacin de la Literatura Comparada por medio
de la Intertextualidad.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
602 Jess Camarero Arribas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El cambio paradigmtico en el intertexto comparatista 603
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604 Jess Camarero Arribas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El cambio paradigmtico en el intertexto comparatista 605
tener en cuenta el papel decisorio y obligado del lector como factor y prota-
gonista de ese juego con el resultado del fenmeno intertextual. Es ms, se
podra decir que es precisamente el lector un lector especfico, concreto o
particular el que hace posible, el que construye o el que inventa lo
mismo da la red intertextual como abanico de sentidos insertados en un
complejo laberinto de signos entrecruzados y con la implicacin de varios
textos a la vez para producir un sentido nuevo y aadido a los sentidos ya
establecidos en los textos de partida. Con lo cual se llega a construir una
especie de macrotexto si hablamos desde el punto de vista del sentido
en el que habra sentidos diferentes que sobrepasaran el nivel de compren-
sin e interpretacin habituales y daran lugar a otra dimensin una ultra-
dimensin del sentido. Aqu es donde establece su dominio la Literatura
Comparada.
Adems, como entiendo que el papel del lector es tan importante en estas
relaciones de influencia bajo antiguo paradigma como en otras relaciones
de nuevo paradigma, por esa razn principal he incluido las relaciones de
fuente e influencia en mi esquema de metodologa comparatista TTC13.
Desde mi punto de vista, en las relaciones de fuente e influencia y siempre
que el lector sea un lector advertido, avisado o activo funciona igualmente
la construccin del sentido en el nivel del macrotexto resultante de la rela-
cin comparatista, igual que ocurre en otras relaciones de TTC que acostum-
bramos a incluir bajo parmetros de nuevo paradigma. Y tambin me
planteo que un esquema de sntesis metodolgica comparatista no puede
tener dos tipos de lector diferentes, como si un lector pudiera comportarse
epistemolgicamente de un modo diferente en un texto u otro. El lector,
insisto, el lector activo tiene siempre el mismo comportamiento, acta con
los mismos parmetros epistemolgicos y su inteligencia es la misma en un
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
606 Jess Camarero Arribas
texto que en otro, en una situacin que en otra, porque siempre tiende a
buscar esas relaciones que, ms all del microtexto aislado, se pueden esta-
blecer entre textos distintos para construir un sentido ms amplio que las sig-
nificaciones concretas halladas en un territorio textual menor.
A este respecto es de gran inters tener en cuenta la opinin de un autor
como Michel Butor cuando, preguntado a propsito de las innumerables
referencias incluidas en sus libros, describe perfectamente el juego intertex-
tual e intercultural que toda lectura implica:
El hecho de tener una cierta cultura ayuda mucho en la lectura de mis libros.
Si se ha ledo unos cuantos clsicos de la literatura occidental e incluso en
ciertos casos no occidental, se tiene un bagaje que permite viajar mejor en
el interior de mis textos o viajar en su compaa. Por otra parte, hay algunos
que se imaginan que para leerme habra que conocer todas esas referencias.
Es absurdo. Si hay numerosas referencias en el interior de mis libros, es
entre otras cosas para que lectores muy diferentes puedan reconocer en
ellos alguna cosa. Si hay referencias a libros espaoles es para que la gente
de cultura espaola puedan leerlos ms fcilmente. Si hay referencias a
libros alemanes es para que los lectores de cultura alemana puedan encon-
trar all alguna referencia. Y as sucesivamente. Para m se trata de que haya
algo que cualquier lector pueda reconocer. No todo, ni enseguida. Pero que
poco a poco l pueda darse cuenta de que hay libros que podra leer. Que la
lectura de uno de mis textos le arrastrar quiz a la lectura de tal o cual libro
importante. De este modo, cuando vuelva a una de mis obras, este desvo le
habr enriquecido considerablemente. Al estudiar una cierta cantidad de
autores del siglo XX, me he dado cuenta de que manejaban unas referen-
cias culturales considerables. Por ejemplo, Ezra Pound o James Joyce. En
algunos casos, esas referencias culturales son obligatorias. Quiero decir que
a veces las referencias son como unas inscripciones que dicen: Que nadie
entre aqu si no ha ledo ya tal o cual cosa! En otros casos no se trata en
absoluto de referencias prohibidas, sino al contrario, de signos de amistad.
Siempre me maravillo, por ejemplo, cuando en un libro que me gusta o una
obra de arte o un pas encuentro una referencia a otro libro o pas o pintura
que me gusta. De este modo, cuando cojo las Mil y una noches y encuentro
un pasaje particularmente interesante, es un placer inmenso para m encon-
trar una alusin a ese pasaje en un libro de Melville. Para eso sirven las
referencias en mis libros. En ningn caso son impedimentos. Al contrario,
yo afirmo: Siempre se puede probar. Entonces, por supuesto que estas
referencias que invitan a ir a buscar en Virgilio o en Dante, que dicen a la
gente: Lea usted eso y ver cmo mi texto ser ms interesante, no son
una pedagoga que anima a ser perezoso, sino ms bien algo que facilita un
cierto trabajo de lectura... En resumen, en mis libros no hay impedimentos
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El cambio paradigmtico en el intertexto comparatista 607
14 SANTSCHI, M., Voyage avec Michel Butor, Lausanne, Lge dHomme, 1982,
pp. 25-26.
15 Madrid, Alianza, 1977, pp. 139-140 [1935]. Vase Anexo.
16 Paris, Hachette, 1978, p. 71. Vase Anexo.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
608 Jess Camarero Arribas
versin...) del texto-base para obtener otro texto distinto que funciona en un
contexto textual bien diferente, y dando lugar a la creacin de un sentido
nuevo en un contexto textual diferente y transformado.
La intertextualidad producida por esta reescritura permite entonces crear
una relacin nueva y directa en el nivel comparatista: el texto (de Perec) con-
tiene en s mismo la relacin comparatista, de modo que el lector, al advertir
la presencia del texto anterior (de Kafka), atraviesa con un sentido trans-
versal la presencia de ambos textos al tiempo que construye una red semn-
tica y semitica (el espacio intertextual) en la que los dos textos aportan
experiencias culturales y literarias nicas. Se anula as la distancia temporal
que separaba en principio los dos textos, se difumina tambin el efecto de la
diferencia lingstica (a tener en cuenta la reduccin aportada por la tra-
duccin), se cruzan las visiones de dos culturas distintas y de tradiciones
literarias nicas, y el relato del trapecista pasa a convertirse en una especie
de topos o gran relato que acta a partir de ahora como un referente narra-
tivo. Ciertamente, entonces, nos encontramos aqu con una categora distinta
dentro del elenco de relaciones con las que el investigador comparatista
puede trabajar. No se trata ya, por cierto, de relaciones que vengan del juego
interno provocado por los modelos, el xito o los gneros; ni tampoco de la
incidencia de lo externo o contextual, sino de relaciones basadas curiosa-
mente en la transformacin de un texto en otro como metodologa creativa
que permite re-construir un sentido alojado en otro tiempo y en otro espacio.
CONCLUSIONES
Segn Francine Dugast-Portes17, lo postmoderno contemporneo podra ser
detectado en la literatura actual por medio de ciertas marcas: a) una especie
de escepticismo que exige una vuelta a lo narrativo, pero con la presencia
constante de una distancia, de la irona, b) la barroquizacin ldica de las
sociedades contemporneas, c) la disolucin de las construcciones colectivas
centrpetas, d) una forma de libertad individual y tribal, e) el reino del homo
ludens, f) el culto al cuerpo, una especie de carpe diem y la anulacin de lo
trgico. Siguiendo estas claves, la intertextualidad encajara en el marco de
una cierta irona textual o distanciamiento que permite crear la red inter-
textual, y tambin en el sentido ldico que todo desplazamiento supone
cuando de obras distintas se trata. Pero tambin es un efecto de lectura-inter-
pretacin que permite la generacin de relaciones en el dominio compara-
17 Cf. Le Nouveau Roman, une csure dans lhistoire du rcit, Paris, Nathan, 2001,
pp. 216-217.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El cambio paradigmtico en el intertexto comparatista 609
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Universidad de La Laguna, 2004.
La metodologa comparatista basada en Travesas Temticas. TTC:
La filosofa de la existencia y el realismo social en el teatro contempo-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
610 Jess Camarero Arribas
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ANEXO
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
612 Jess Camarero Arribas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El cambio paradigmtico en el intertexto comparatista 613
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
614 Jess Camarero Arribas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El cambio paradigmtico en el intertexto comparatista 615
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
616 Jess Camarero Arribas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LE LANGAGE DE LESPACE
ET LES LIEUX DU LANGAGE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
618 Luis Gastn Elduayen
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le langage de lespace et les lieux du langage 619
3 Temps et rcit: la configuration dans le rcit de fiction, v. II, Paris, Seuil, 1983,
p. 143.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
620 Luis Gastn Elduayen
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le langage de lespace et les lieux du langage 621
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
622 Luis Gastn Elduayen
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le langage de lespace et les lieux du langage 623
raire11. Les rcits sont orients vers ce quils sont censs dsigner, mais en
mme temps sont-ils dtermins par les impressions quils doivent signifier.
Cette distinction demanderait une tude gntique et exprimentale dans la
thorie et la pratique de lcriture.
Il nest pas besoin dinsister sur limplication digtique de lespace
reprsent. La configuration spatiale sinscrit donc dune faon immdiate,
dans lconomie de lhistoire, et dlimite, par consquent, lencadrement
dune dramatisation qui rejoint les formules descriptives. Lespace trac
remplit une fonction emblmatique12, en ce sens quil dfinit demble la
topographie romanesque comme lieu par et dans le temps du dire. La parole,
sans avoir un caractre spatial intrinsque, se dsigne comme lespace-
mme o elle est transfert de signification. Le langage se voit investi du sens
minemment spatial dune transition, du non dit au dit, de limplicite figur
au tangible, espace de passage que le dire la fois manifeste, voile et codifie.
De telles formulations nous introduisent dans un univers dans lequel
lespace est en train de dpasser la pure fonction phnomnologique, pour
assurer la translation smantique. La drivation devient ainsi synonyme de
dplacement relationnel et lanalogie prdicative franchit les limites de la
dnotation. La qualit mimtique du narr saffaiblit au profit de la pluralit
virtuelle, de la puissance figurative de la parole. Si bien que la fonctionna-
lit descriptive se trouve dpasse par litration potique. La rcursivit ter-
minologique reste, par consquent, attache la surdtermination textuelle,
peut-tre droutante, mais toujours efficace. Au critre de vrit ou de res-
semblance, signale M. Riffaterre, lanalyste doit substituer le critre de
surdtermination13.
Les lieux dits sont imprgns dune force connotative, qui loin de perdre
de sa vis dicens, multiplie ses virtualits nominatives. Il se peut que le pro-
cessus analogique porte prjudice la rfrentiation de lespace concret. Il
est certain que le discours gagne en autonomie et en capacit darticuler lin-
dicible et lespace non-dit. Il se peut que ce que le narrateur dcrit ne soit
pas une particularit gographique. Il est sr quun espace disant lquation
dquilibre entre la tnacit existentielle de ses habitants et leurs voix, situe
la narration au centre mme de ce que lon pourrait dnommer la substance
de la Littrature: crire, cest se parcourir, dit Michaux; Lcriture est
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
624 Luis Gastn Elduayen
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le langage de lespace et les lieux du langage 625
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
626 Luis Gastn Elduayen
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
BENVENISTE, E., Problmes de linguistique gnrale, I, Paris, Gallimard,
1966.
BESSIERE, J., Lordre du descriptif, Paris, PUF, 1988.
Dire le littraire, Paris, Mardaga, 1990.
BOURNEUF, R. - OUELLET, R., LUnivers du roman, Paris, PUF, 1985.
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Le langage de lespace et les lieux du langage 627
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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SOUS LA QUESTION DE LESPACE ET DU TEXTE,
LIMPENS DE LCRITURE
JEAN-GRARD LAPACHERIE
Universit de Pau
Le nom impens nest pas employ dans le titre et dans cet article dans le
sens de non pens. Il nest pas le contraire de pens, il en est le ngatif.
Limpens est ngation. Pis il suppose une dngation cest--dire la nga-
tion dune vidence reconnue de tous. Nie, non seulement lcriture na pas
t pense pendant peu prs deux sicles, mais elle na pas eu dexistence
dans notre pense. Dans le savoir des Modernes que nous sommes, quoi que
nous en pensions et mal gr que nous en ayons, des entraves ou des obstacles
dordre pistmologiques empchent de saisir et de penser lcriture. De ce
fait, aux littraires, il est malais de traiter et dtudier linscription des textes
sur un support ou, si lon tient donner espace un sens tendu, leur inscrip-
tion dans un espace. Dans le groupe de mots espace et texte, ce qui fait
difficult, cest la conjonction de coordination et cest--dire, en fin de
compte, les relations que le texte entretient ou est cens le faire avec lespace.
Quitte prsenter les choses dune faon schmatique, on dira que la ques-
tion peut tre aborde de deux points de vue. Ou bien lobjet que lon se pro-
pose dtudier est la reprsentation de lespace dans les textes, ou bien il
sagit de linscription des textes dans un espace spcifique. Ou bien, dans un
texte est reprsent un espace: les mots rfrent des lieux, des paysages,
des ralits humaines et gographiques, ils les dcrivent, ils en donnent un
quivalent verbal, ressemblant ou non. Auquel cas, tout ce que nous savons
ou avons appris en grammaire, en rhtorique (ainsi les topoi ou lieux), en
potique (la topographie, la description, etc.), en critique littraire, nous
permet de saisir cette relation, de la comprendre, den rendre compte. Do
les innombrables travaux portant par exemple sur la ville dans le roman
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
630 Jean-Grard Lapacherie
1 SEGALEN, V., Stles (coll. corenne), Pkin, 1914. Cf. mon article Victor
Segalen, matre imprimeur, in Op. Cit., n 13, Universit de Pau, 1999.
2 QUENEAU, R., Paris, Gallimard, 1961.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Sous la question de lespace et du texte, limpens de lcrilture 631
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
632 Jean-Grard Lapacherie
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Sous la question de lespace et du texte, limpens de lcrilture 633
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
634 Jean-Grard Lapacherie
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Sous la question de lespace et du texte, limpens de lcrilture 635
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
636 Jean-Grard Lapacherie
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BARTHES, R., Le Degr zro de lcriture, Paris, Seuil, 1953.
Prface DRUET, F.-GRGOIRE, H., La Civilisation de lcriture,
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FEVRIER, J. G., Histoire de lcriture, Paris, Payot, 1e dition, 1948.
HIGOUNET, Ch., Lcriture, Paris, PUF, coll. Que sais-je?, 1955.
LAPACHERIE, J.-G., Victor Segalen, matre imprimeur, Op. Cit., n 13,
Universit de Pau, 1999.
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1965.
MASSIN, La Lettre et limage, Paris, Gallimard, 1973.
QUENEAU, R., Cent mille milliards de pomes, Paris, Gallimard, 1961.
SAUSSURE, F. de, Cours de Linguistique gnrale, Genve, 1916. dition
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SEGALEN, V., Stles, Collection corenne, Pkin, 1914.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
6. EL ESPACIO EN LA LITERATURA FRANCESA
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO EN ALGUNAS FIGURAS
DE LA MSTICA
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
640 M. Paz Alcalde Onrubia
1 El anlisis tiene como base la primera traduccin de Santa Teresa al francs hecha
por Jean de Bretigny o de Quintanadoine, cuyas citas se dan en paralelo al original de Santa
Teresa.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en algunas figuras de la mstica 641
1.a) [...] car cest une chose claire, 1.a) [] porque ya se ve que si el
que si les sources du puys ne bouillon- pozo no mana, que nosotros no
nent et donnent de leau quil ne nous podemos poner el agua (V. XI (18)
est pas possible a nous autres dy en p. 9).
mettre.
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642 M. Paz Alcalde Onrubia
3 Diccionario Espasa, Voz: Pozo: Hoyo redondo que se hace en la tierra ahondn-
dolo hasta encontrar manantial de agua. Suele vestirse de piedra o ladrillo para su mayor sub-
sistencia.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en algunas figuras de la mstica 643
Los dos pilones se llenan de distinta manera: uno por artificio de canales
desde lejos y otro en el mismo manantial, hallamos en esta figura los dos
sememas de fuente y manantial.
El semema source opone el sema /Verticalidad/ en la figura del piln que
est en el mismo manantial al de /Horizontalidad/ del piln que ha de traer
el agua por tierra, desde lejos por arcaduces.
Source Dios
+ Origen de agua que llena Origen de los contentos de la
una fuente. oracin.
+ Punto en que brota el agua. Situado en el centro del alma.
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644 M. Paz Alcalde Onrubia
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en algunas figuras de la mstica 645
Source Dios
+ Punto de origen del agua. Origen de la gracia divina.
+ En lo profundo. Situado en lo ms profundo
de nosotros mismos.
+ Movimiento de vertica- La vida nos viene de ese pro-
lidad. fundo centro donde est Dios y
desde all va subiendo e impreg-
nando al hombre entero, deificn-
dolo.
+ Movimiento de ensancha- En todas direcciones. Abarca
miento. todo el componente humano y lo
hace cada vez ms capaz.
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646 M. Paz Alcalde Onrubia
2.c) Il ne semble sinon cest auge No parece sino que aquel pilar de
ou bassin deau, [] lequel se remplit agua [] que con tanta suavidad y
avec une telle souvet, douceur, & mansedumbre digo sin ningn movi-
mansutude, ie dis sans aucun mouve- miento se hencha. Aqu desat este
ment, ou effort. Ce grand Dieu qui gran Dios [] los manantiales por
retiet les sources de eaus, & qui ne donde vena a este pilar el agua, y con
permet pas a la mer de sortir hors de un mpetu grande se levanta una ola tan
ses bornes, ouvre icy les sources par o poderosa que sube a lo alto esta nave-
leau viet, & avec une grade imptuo- cita de nuestra alma (VI.M.V. (3) pp.
sit il sesleve une onde si puissate, 141-142).
quelle esleve en haut ceste petite nef
de nostre ame [].
Source Dios
+ Punto de origen del agua. Origen, principio de las gra-
cias sobrenaturales.
+ Cuyo ltimo origen no est Que detiene, cierra o abre a
en la misma fuente. voluntad.
+ Que puede levantarse en Es gracia natural o sobrena-
una ola. tural de Dios que levanta cuando
quiere el alma y sus potencias.
+ Verticalidad que sobrepasa Elevacin o vuelo del
el nivel del suelo. Espritu a Dios.
+ Altura. Que hace salir del estado
habitual.
5 Manantial en este caso en plural: les sources, lo que es acorde al fenmeno despro-
porcionado de fuerza que produce.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en algunas figuras de la mstica 647
3.) [] et cest tout ainsi que ces 3.) [] Es como unas fontecicas
petites fontaines que jay veu sourdre que yo he visto manar, que nunca cesa
et bouillonner qui ne cessent de remer de hacer movimiento el arena hacia
et mouvoir le sable, & le poulser ius- arriba [...]. Como en la tierra parece no
ques au haut [] tout ainsi il semble cabe el agua, sino que la echa de s; as
que ceste eau ne peut durer en terre et est el alma muy ordinario, que no
quil fault quelle la pousse et iecte sosiega ni cabe en s con el amor que
dehors: ainsi lme est fort ordinaire- tiene (V.XXX (19) p. 292).
ment, en ceste sorte quelle na point
de repos, et ne peut durer en soy-
mesme avec lamour quelle a [].
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648 M. Paz Alcalde Onrubia
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El espacio en algunas figuras de la mstica 649
5) Disons que lunion soit ainsi 5) Digamos que sea la unin como
comme [] Icy cest tout ainsi comme [] Ac es como si cayendo agua del
sil tomboit de leau du ciel en une cielo en un ro u fuente, adonde queda
riviere o fontaine, o tout demeure en hecho todo agua, que no podrn ya
eau, de sorte quil ny a plus de moyen dividir ni apartar cual es el agua del ro
de diviser celle de la riviere, davec u la que cay del cielo (VII M. II (6)
celle qui est tombe du Ciel [...]. p. 203).
Fontaine Alma
+ Verticalidad del agua que Gracia del matrimonio espiri-
viene del cielo. tual.
+ Unin de dos aguas. Matrimonio espiritual.
+ Horizontalidad en el agua Nivel de la criatura.
de la fuente.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
650 M. Paz Alcalde Onrubia
Las tres figuras que siguen son de origen bblico, relacionadas con la
figura del Gnesis7, del ro que brota para regar el paraso y que de all se
divide en cuatro brazos, esta fuente es de otro orden y categora y al unirse
con las cuatro corrientes de ros, los va elevando a ese orden.
Concibe el alma desde una proyeccin vertical, como un monte o pico
de los que se levantan enhiestos al cielo y de los que no le faltan formas con-
cretas en su tierra natal, en las montaas alpinas. La source situada en la
cima, supone el caer del agua desde arriba.
As en la siguiente figura:
[...] encor que la foy, lesperance et la charit respandent leur divin mouvement
presque en toutes les facults de lame, [...] leur speciale demeure, leur vray et
naturel sejour, est en cette supreme pointe de lame, des laquelle, comme une
heureuse source deau vive, elles sespanchent par divers surgeons et ruysseaux,
sur les parties et facults inferieures (4.-p. 69).
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El espacio en algunas figuras de la mstica 651
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
652 M. Paz Alcalde Onrubia
+ Diversificacin al alejarse.
+ Unin y perfeccin al acercarse al origen.
+ Abismamiento o fusin en el origen nico de perfeccin.
+ Precisa esfuerzo ajeno para contenerla junta.
4) [...] mon ame a fait deux maux; elle vous a quitt, o Dieu eternel, vous
qui estes la sources inespuisable des eaux vives de toute bont, et se retourne
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en algunas figuras de la mstica 653
du cost de la creature pour foir et creuser des puis, puis crevasss et dissips
qui ne peuvent contenir aucunes eaux de vray contentement (5 Ms. B.- p. 373).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
654 M. Paz Alcalde Onrubia
[...] comme les meres perles vivent emmi la mer sans prendre aucune goutte
deau marine, et que vers les isles Chelidoines il y a des fontaines deau bien
douce au milieu de la mer... ainsy peut une ame vigoureuse et constante vivre au
monde sans recevoir aucune humeur mondaine, treuver des sources dune douce
pit au milieu des ondes ameres de ce siecle (3.- p. 6).
10 S. Jn. IV. 6.
11 V. XXX, 19.
12 Sabemos que durante muchos aos de su vida sola acompaar un rato al Seor por
las noches, contemplando una escena de la Pasin.
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El espacio en algunas figuras de la mstica 655
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
656 M. Paz Alcalde Onrubia
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
DE LA MADRE DE DIOS, E. o.c.d y STEGGINK, O., o.c.d., Obras
Completas, Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1986, 8 ed.
SAINT FRANOIS DE SALES, uvres, Edition complte. Tome III:
Introduction la vie dvote, Annecy, 1893, Imprimerie Nirat. Tome IV-
V: Trait de lAmour de Dieu, Annecy, Imprimerie J. Mirat, 1894.
SANTA TERESA DE JESS, Obras, Trad. por Jean de BRETIGNY et les
P.C.D.B.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en algunas figuras de la mstica 657
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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ESPAA: ESPACIO REAL E IMAGINADO
INTRODUCCIN
Durante el siglo XIX, cuando el viaje era ms que una moda, Espaa se con-
virti en un espacio privilegiado. Numerosas fueron las causas del gran
inters suscitado por nuestro pas, citemos entre otras, los acontecimientos
histricos y polticos, los botines de cuadros introducidos en Francia, las
bodas reales de 1846, el renovado inters hacia la literatura espaola del
siglo de oro, los condicionamientos geogrficos, la mejora de las carre-
teras.... pero la principal, fue sin duda alguna el exotismo. Este exotismo,
directamente relacionado con la falta de industrializacin y con las reminis-
cencias rabes, atrajo a numerosos escritores. Estos escritores visitaron
Espaa con una idea preconcebida de lo que iban a encontrar, con unos pre-
juicios de exotismo que predeterminaban sus opiniones sobre el pas y que
hacan que se confundiese el espacio real, el que apareca ante sus ojos, con
este bagaje imaginario, con este espacio irreal aportado por ellos mismos
que deformaba pero, a su vez, enriqueca, el resultado de estos viajes: los
relatos de viaje. Pero dnde se encuentra el lmite entre este espacio real e
imaginado? Qu relatos se acercan ms a las meras guas de viaje y cules
son menos objetivos pero ms literarios y originales? Cules de ellos fueron
perjudiciales para la imagen del pas y cules la favorecieron?...
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
660 Elena Baynat Monreal
EL VIAJERO MENTIROSO
Segn la Acadmie (Bescherelle): les voyageurs sont sujets mentir1; y
esta tradicional fama de mentiroso que se ha otorgado a menudo al relato
de viajes, este desprestigio del gnero causado por su frecuente falta de vero-
similitud, tiene parte de verdad. Es cierto que nadie puede ser cien por cien
imparcial cuando describe lo que ve y lo traduce a travs de cualquier medio
de expresin, sea literatura, pintura, msica, escultura...; el arte en s es sub-
jetivo por naturaleza, pues ofrece una realidad, unas sensaciones, unas ideas,
filtradas por el consciente y el subconsciente de su autor. Este ltimo
mediador es el que pone sus ojos, sus manos, su ingenio, su experiencia al
servicio de los dems, aportando su granito de arena, un granito que siempre
enriquecer esa versin nica y original.
La mayora de autores, conscientes de esta extendida reputacin del via-
jero-mentiroso2, se vean obligados a justificar el uso de este gnero en el
prlogo de sus relatos, afirmando incluso como Chateaubriand3 o
Lamartine4 que lo que estaban escribiendo no era un viaje, sino ms bien
una especie de manual de historia o diciendo que no era ni siquiera un libro.
La excusa perfecta para permitirse utilizar este tipo de literatura era deno-
minar al relato de simples notas de viaje confidenciales5 (sin principio
organizador) o de memorias, costumbre difundida en el siglo XIX.
El mismo Chateaubriand es el primer escritor romntico reconocido que
viaja y que se decide, no sin dudas, a publicar sus notas originales de viaje,
cuatro aos despus de regresar de Constantinopla. Para justificar su publi-
cacin confiere a estas notas un toque autobiogrfico y se justifica diciendo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaa: Espacio real e imaginado 661
que se va a ceir fielmente a la realidad, sin aportar para nada sus opiniones
personales:
Un voyageur est une espce dhistorien: son devoir est de raconter fidle-
ment ce quil a vu ou ce quil a entendu6.
Sin embargo, tal como afirma Caizo Rueda7, la literatura de viajes, pese
a estar reida con la elaboracin seria, trabajada y documentada de los
dems gneros debido a que refleja la percepcin inmediata de la rea-
lidad es un gnero totalmente digno y literario y de gran utilidad para el
conocimiento de los diferentes lugares y habitantes de la tierra, para hacer
viajar al lector con la imaginacin. Este tipo de literatura sirve no slo para
conocer la opinin que tena el viajero de lo que vea, sino como transmisor
de primera mano de las costumbres, las leyendas, la geografa, el carcter de
sus gentes, la visin canalla de las ciudades, los vestidos, la descripcin de
las ciudades, de los pueblos, las vas de comunicacin... el viajero como
etnlogo, astrlogo, historiador forneo...8. Y pese a su aparente falta de
verosimilitud es un gnero fiable que ofrece una realidad, filtrada como
hemos comentado, por la visin personal de su autor, pero una realidad
cuyos detalles, datos, informaciones... se perderan si no existiesen estos
relatos de viajes que los hacen perdurar a travs de los siglos9.
LA LITERATURA DE VIAJES
Viajar no es solamente ver, observar, contar, es tambin escuchar y retener
historias de las personas encontradas a lo largo del viaje, de lo cual deriva
que los relatos de viajes son textos compuestos no solo de descripciones de
lugares y gentes sino tambin de narraciones de cuentos, relatos y leyendas
6 Prlogo de la primera edicin del Itinraire de Paris Jrusalem (1811). Ibid. loc.
cit.
7 Sofa Caizo Rueda ha estudiado su potica y ha justificado su existencia y carac-
tersticas propias. Cf. Morfologa y variantes del relato de Viajes, in CARMONA
FERNNDEZ, F. - MARTNEZ, A. (eds), Libros de viaje en el mundo romnico (Actas de
las Jornadas sobre los libros de viajes en el mundo romnico celebradas en Murcia del 27 al
30 de nov. de 1995), Murcia, 1995, pp. 119-126.
8 GARCA-ROMERAL PREZ, C., Bio-bibliografa de los viajeros por Espaa y
Portugal (siglo XIX) Madrid, Ollero & Ramos, 1999, p. 27.
9 Por ejemplo, ciertos cuadros o monumentos que Gautier describe en su Voyage en
Espagne han desaparecido actualmente y gracias a su relato tenemos constancia de ellos. De
hecho los estudiosos del campo de la historia del arte se basan en el relato de Gautier para sus
studios, para comprobar cmo era la Espaa artstica del siglo XIX, pues el estilo extremada-
mente descriptivo de Gautier es de gran ayuda y fiabilidad.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
662 Elena Baynat Monreal
10 Segn Baudelot, por ejemplo, el viaje es la base de todo saber; solamente el despla-
zamiento, la experiencia personal, autoriza a un autor a crire des livres pris et ramasss
dans les ouvrages des autres; tambin afirma que el viaje es como une sentence utile et
ncessaire la vie quon a apprise dans le chemin, una sentencia doblemente formadora, por
la experiencia adquirida en los caminos y la transmisin de sta por la escritura. Cf. BAU-
DELOT DE DAIRVAL, Ch.C., Mmoire de quelques observations gnrales quon peut faire
pour ne pas voyager inutilement, Bruxelles, Jean Lonard, 1988, pp. 41 y 50.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaa: Espacio real e imaginado 663
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
664 Elena Baynat Monreal
11 Beaucoup dhabiles gens ont dcrit les merveilles de ces contres, ils ont racont
leurs mmorables aventures. Et pourtant jimagine quil y a encore quelque chose faire dans
ces lieux (...). In QUINET, E., Prologue, Mes Vacances en Espagne, Paris, Les
Introuvables, LHarmattan, 1988, p. 6.
12 MOREAU, J.-L., Odysses, Ecrire le Voyage, Paris, Presses de la Sorbonne
Nouvelle, 1994, p. 44.
13 M.O.T., lib. XXXVI, cap. 16, in GABAUDAN, P., El Romanticismo en Francia
(1800-1850), Salamanca, Ediciones de la Universidad Salamanca, 1979.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaa: Espacio real e imaginado 665
Autrement dit, pas de rencontre sans filtre, tel point quil nest pas de con-
cept qui ne se charge de valeurs nouvelles (voire ne change de sens) ds lors
quil passe les frontires14.
El viajero el que pone sus ojos al servicio del lector posee una
visin bifocal: la nueva descripcin del extranjero va siempre unida a la des-
cripcin disponible por l, a su bagaje intelectual, su experiencia personal,
su visin del mundo, su propio carcter, su estilo, su capacidad de relacin
con los dems... Los juegos de interferencia del escritor condicionan el
relato individualizndolo y hacindolo nico e irrepetible. Es por ello por lo
que, para abordar el anlisis de cualquier relato de viajes, aunque no
podamos obviar el punto de vista formal, ste debe ser completado por un
estudio histrico, sociolgico y biogrfico, aspectos bsicos para la exclusi-
vidad de dicho relato15.
14 MICHAUD, St., in GIN, M., Prface, La literatura francesa de los siglos XIX-
XX y sus traducciones en el siglo XX hispnico, Lleida, Universitat de Lleida, 1999, p. 12.
15 Es decir, que debido al carcter de estos discursos, si bien se presentan, alguna que
otra vez, picos de climax que dependen de la lgica interna del texto como en las obras de
ficcin, abundan otros de un tipo diferente, que nicamente se perciben cuando se atiende a
su relacin con el nivel que constituye el contexto en el cual se hallaban inmersos emisor y
receptor (...) resulta inexcusable la investigacin sobre la poca que refleja cada texto (...)
reconstituir la situacin comunicativa que compartan el autor y su pblico. In CAIZO
RUEDA, S., Potica del relato de viaje, Kassel, Reichenberger, 1997, p. 25.
16 DUMAS, A., De Paris Cadix. Impressions de Voyage, Paris, Franois Bourin,
1989.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
666 Elena Baynat Monreal
obra es, sin embargo, totalmente excluido del relato, cuya importancia reside
en que recorri la mayor parte del pas con un grupo de dibujantes y, artista
l mismo, dibuj y midi los monumentos rabes y cristianos de la Edad
Media y del Renacimiento, ofreciendo as un conjunto monumental de
Espaa (muchos de esos monumentos han desaparecido).
Otro destacable militar y arquelogo cuya obra es tambin altamente
valorada por los crticos de arte, como til inventario del arte espaol en la
pennsula, fue Isidore Svrin Justin Taylor; sin embargo, a diferencia de
Laborde, este escritor se interesa ya y quiere interesar a sus lectores por el
lado pintoresco de Espaa los castillos, los toros, el garrote, presen-
tando una tierra de contrastes e invitando a la juventud francesa a emprender
el viaje. Por otro lado contribuy considerablemente al conocimiento de la
pintura espaola en Europa, adquiriendo, no siempre de la manera ms legal,
ms de cuatrocientas obras de arte espaolas destinadas a la Galera
Espaola del Louvre. Es conocido por su Voyage Pittoresque en Espagne, au
Portugal et sur les ctes dAfrique, de Ttouan (Paris, 1826-1832), obra
compuesta de 3 volmenes, entre los cuales dos de lminas.
Aunque estos dos ltimos relatos sean menos literarios, no por ello dejan
de ser imprescindibles, pues fueron escritos los dos a principios de siglo e
influyeron, sin ninguna duda, a que Espaa se pusiese de moda y a propiciar
la gran avalancha de viajeros franceses que nos visitaron, aportndoles una
informacin referencial que favoreci, entre otros aspectos, la creacin de
unos clichs y estereotipos que condicionaran su manera de ver el pas y,
por supuesto, su forma de describrnoslo.
Pero los relatos que ms contribuyeron a crear estos prejuicios fueron
los que ms valorizaron el exotismo y el pintoresquismo espaol, los menos
quirrgicos (como los ejemplos citados) y, en consecuencia, ms litera-
rios. Entre estos ltimos, destacaremos, en primer lugar a Chateaubriand,
pues a su vuelta de Oriente cruza Espaa a galope; el escritor se detiene poco
en Granada donde espera a su amada, pasa sin detenerse por la Mezquita de
Crdoba, el acueducto de Segovia y, a su paso por Burgos, recuerda al Cid. El
viaje es rpido; una pgina en su Itinraire de Paris Jrusalem (1811), un
mes en total, pero suficiente para basarse en l al crear posteriormente Les
Aventures du dernier Abencrage (1826). En este libro presentar una
Granada rabe que contribuir a despertar el inters por la Espaa mora con
su doble vertiente heroica y oriental, la preferida por los romnticos17.
17 El paisaje encantador de la Alhambra aparece aqu por primera vez en las letras
francesas, antes que en las poticas descripciones de los viajeros:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaa: Espacio real e imaginado 667
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
668 Elena Baynat Monreal
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Espaa: Espacio real e imaginado 669
19 A los directores de estas dos revistas enva cinco cartas donde nos revela su predi-
leccin por el elemento humano ms que por las piedras, su inters en hablar con la gente del
pueblo; solo una trata sobre el museo del Prado, pero es fundamental porque da a conocer este
museo recin inaugurado (en 1819) al pblico europeo, descubrindole la escuela de pintura
espaola.
Su correspondencia, adems del elemento humano, revela el gusto de Mrime por
lo violento, lo dramtico o lo imprevisto, permitindole, sin embargo, aportar anotaciones
interesantes sobre el carcter espaol y el modo de vida.
20 La primera visita a Espaa la realiz en junio de 1830 y fue su estancia ms larga
(hasta comienzos de diciembre). A mediados de agosto de 1840 inici su segundo viaje a
Espaa donde permaneci hasta el 20 de octubre del mismo ao; muchas de las crnicas que
escribi durante este periodo iban dirigidas a Eugenia de Montijo. Su tercer viaje a nuestro
pas lo realiz el 1 de noviembre de 1845, regresando a Pars a mediados de diciembre. Hace
un cuarto viaje en 1846 con destino a Barcelona (de primeros de noviembre al 1 de
diciembre). Inici su quinto viaje a la pennsula el 1 de septiembre de 1853, quedndose en
Madrid hasta mediados de diciembre. El sexto viaje lo hizo en septiembre de 1859 y fue por
Marsella y Alicante hasta Madrid, de donde parti el 17 de noviembre; ocup su tiempo en
buscar sin xito las viejas modas coloniales y en visitar el Prado; regres a Pars el 21 de
noviembre. El 8 de octubre de 1865 inici su ltimo viaje a Espaa y en sus cartas se dedic
a hablar casi exclusivamente de la comida y de las dietas alimenticias, el 16 de noviembre
sali de nuestro pas cada vez ms enfermo de asma, y no pudo volver.
21 La primera de las Lettres dEspagne va dirigida a Victor Hugo y est fechada el
domingo 6 de junio de 1830.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
670 Elena Baynat Monreal
lengua y conoca nuestra literatura antes de visitarnos. Fue, sin duda, el pri-
mero en insistir sobre la importancia de las colecciones del Prado. Por otro
lado sus conocimientos lingsticos le permitieron rebasar inmediatamente
el lmite de lo visual y pintoresco: aunque empez, como otros, por el falso
color local e incluso con la caricaturizacin del pas acab adentrndose en
su verdad, profundizando principalmente en una pequea fraccin de espa-
oles: los marginados. Citaremos igualmente su interesante Correspondance
genrale, establecida por Maurice Parturier en 1941.
Destaca tambin Amantine Lucile Aurore Dupin, baronne Dudevant, lla-
mada George Sand con Un hiver a Majorque (1841): la escritora vive, en la
isla con Chopin y sus hijos para gran escndalo de los mallorquines. Gran
admiradora de Mallorca, emite, sin embargo, juicios muy duros sobre sus
habitantes. A pesar de esas duras observaciones, esta desafortunada visita ha
sido punto de partida de los viajes a las islas y ha contribuido decisivamente
en su desarrollo turstico.
La Duchese dAbrants (Laura St. Marti Permon) fue una valiente mujer
que sigui a su marido por Espaa sufriendo grandes fatigas y privaciones.
Gracias a Balzac (ya viuda) y a Charles Rabou public sus Mmoires de la
Duchesse dAbrants (1893). La escritora escribi tambin novelas que
recrean los tpicos de Pennsula Ibrica: el torero, la bailaora, el matn, el
bandolero...
Otro gran viajero por Espaa fue Charles Didier, que escribi varios
libros sobre el pas entre los que destaca Une anne en Espagne (Paris,
1837), publicado en dos volmenes. Su primer viaje a Espaa es posterior al
de Prosper Mrime pero anterior al de A. Dumas, y Th. Gautier. Sin
embargo este autor se centra, en su relato, en la actualidad poltica y social
de la poca y quiere huir de la imagen que pintan los romnticos.
Charles Edmond Boissier, botnico distinguido, quiso explorar el sur de
Espaa, estudiando su vegetacin pero, como l mismo afirma, con la inten-
cin de engrosar la lista de turistas autores de obras sobre Espaa. No se
limit a hablar de las plantas y escribi bellas pginas sobre Ronda, Granada
y Cdiz.
Un autor imprescindible en este breve recorrido por los viajeros fran-
ceses de principios de siglo es Thophile Gautier. No vamos a profundizar
en su relato, por ser uno de los ms estudiados; nicamente decir que su
Voyage en Espagne (1839) es el ms importante de todos los relatos del
siglo; con l el gnero alcanza su punto lgido y establecer el modelo de lo
que deba ser un viaje romntico por un pas que no se conoce y se desea
comprender. El viaje fue motivo de numerosos prstamos y es seguido por
el conjunto de poemas de ttulo Espaa (1840).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaa: Espacio real e imaginado 671
Otro relato que citaremos es Mes Vacances en Espagne (1840) del pro-
fesor y erudito Edgar Quinet. Es una sorprendente obra que ofrece una
visin personal del pas y sus ideas sobre el orientalismo son interesantes,
aunque para el autor la Espaa musulmana no empieza hasta bien pasado
Madrid. Lo curioso es que se descubre a un Quinet admirador inesperado de
la corrida y de los debates de las Cortes Espaolas. Sin embargo su obra no
ofrece datos ni fechas y la mayora de veces es fra, le falta indagar en el
color local.
Gustave dAlaux es un olvidado de las biografas, sin embargo colabor
frecuentemente en la Revue des Deux Mondes demostrando un gran talento
y un buen conocimiento de la lengua y cultura espaola. Recorri Espaa
durante las guerras carlistas buscando situaciones peligrosas; sus escritos se
publicaron ocho aos despus en la citada revista; destacaremos LAragon
pendant la guerre civile (1846).
Otro grande de los viajes que ocupa un puesto privilegiado en nuestra
enumeracin es Alexandre Dumas; quin deja de lado aspectos documen-
tales y se centra en la intriga y la aventura, situndose a caballo entre la
novela de aventuras y la literatura de viajes; as su viaje por Espaa De
Paris Cadix (1847-48) se separa del pintoresquismo y de los tpicos que
no duda en utilizar como escenario necesario a su obra: antes de emprender
su viaje se informa sobre el pas y lee y no duda en reutilizar, principal-
mente, el Itinraire de Laborde y el Voyage en Espagne de Gautier. Pero este
escenario es la excusa que utiliza el gran genio para crear un relato de viajes
diferente con una estructura dramtica bien clara, en el cual los propios via-
jeros son los personajes de la representacin y la pintoresca y estereotipada
Espaa el escenario de fondo.
Valrie Gasparin es otra amante de Espaa que visit en dos ocasiones.
Sus relatos de viajes poseen naturalidad y frescura pero tambin ciertos pre-
juicios. Su obra ms conocida es travers les Espagnes, Souvenirs de
Voyage (1868), donde aporta una visin intuitiva, movediza, sentimental y
ampliamente subjetiva de Espaa, con descripciones de bailes andaluces en
Murcia y varias pginas dedicadas a los gitanos.
Citaremos por ltimo a Louis-Antoine Tenant de Latour: en 1832 fue
profesor y preceptor del duque de Montpensier y en 1843 su primer secre-
tario, acompandole a Oriente en 1846 y despus a Espaa: en 1846 form
parte del squito del duque cuando iba a Madrid para casarse; regres a
Espaa dos aos ms tarde en 1848, huyendo de la Revolucin y exiliado
voluntario, para reunirse con l. Era poeta, historiador e hispanista. Public
poemas y se especializ en la traduccin de textos italianos y espaoles,
estudios sobre las literaturas de Espaa e Italia y obras histricas. Fue autor
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
672 Elena Baynat Monreal
CONCLUSIN
Como hemos comentado, en la primera mitad del siglo el inters por todo lo
oriental y extico se extiende a todos los artistas y los une en su huida al pre-
sente. Este bao de exotismo responde a la necesidad de evasin y al gusto
por los viajes. Y Espaa, por su privilegiada situacin geogrfica, su compleja
y violenta historia, su gran cantidad de reminiscencias rabes y su retraso
evolutivo se convierte en el mximo representante de Oriente para los via-
jeros franceses. Muchos de ellos aunque como hemos visto no todos se
conformaron con una conocimiento superficial y tpico de Espaa, sin tratar
de profundizar en su verdadera esencia y originalidad. Otros, sin embargo,
rascaron esa corteza y siguieron adentrndose en el ncleo del pas y cono-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaa: Espacio real e imaginado 673
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674 Elena Baynat Monreal
embargo, obviar que tambin gracias a ella Espaa sedujo y sigue sedu-
ciendo, es original, distinta y autntica.
Los relatos de viaje del siglo XIX ayudaron, sin duda, no solo a promo-
cionar tursticamente el pas, sino tambin a abrir los ojos a los propios espa-
oles como Azorn y los escritores de su generacin que se dieron
cuenta al fin de la gran belleza y valor del paisaje espaol y, como ellos
mismos confiesan, tras la lectura de los relatos franceses principalmente
el de Gautier y lo retomaron como tema literario. La imagen de Espaa en
el exterior puede ser an hoy en da estereotipada, quiz gracias o por culpa,
en parte, a todos esos viajeros que nos visitaron continuamente durante todo
el siglo XIX, pero hay parte de real en esa imagen, no todo es imaginacin
y los tpicos creados forman parte del conjunto de la tan buscada imagen
real de Espaa.
Ahora bien Cul es esta autntica imagen de Espaa que deseamos
exportar? Dnde est el lmite entre el pintoresquismo y la europeizacin?
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Libros y monografas
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HUGO LEUROPEN: LA BELGIQUE COMME
ESPACE DE LIBERT ET DE PROGRS
ANDR BNIT
Universidad Autnoma de Madrid
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gines, ce qui le fait acclamer par le peuple de Paris, les festivits se transfor-
ment soudainement en llection grotesque du pape des fous et en une orgie
de plus en plus flamande. Teniers nen donnerait quune bien imparfaite
ide, commente Hugo2. Outre le fait que la prsence de Coppenole le scan-
daleux parmi les bourgmestres et chevins flamands signifie lirruption du
peuple et vaut ouverture pour lensemble de ce roman o le peuple va se
lancer lassaut de sa cathdrale, Savy prcise que cest aussi la premire
image que lon trouve, chez Hugo, de la Belgique,
Quelques annes plus tard, lors de ses sjours touristiques dans les
Flandres (1837) et en Wallonie (1840), Hugo aura tout le loisir, la vue du
patrimoine architectural, dapprofondir sa mditation4 sur la nature des pou-
voirs et des relations sociales en ce pays non pas de manoirs ou de chteaux,
de seigneurs ou de chtelains, mais, dit-il, de communes et de bourgeoisies:
il y a partout des htels de ville, charmantes fleurs de pierre, que le quin-
zime sicle surtout a fait panouir avec splendeur au milieu des villes5,
crit-il dAudenarde, le 24 aot 1837; assurment, pour le voyageur fran-
ais habitu aux traces architecturales omniprsentes de la fodalit, la dif-
frence est saisissante6. De mme, Lige, Hugo apprciera le spectacle
que lui rserve le btiment piscopal ramnag en Palais de Justice et en
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on voit les robes noires des praticiens affairs passer au milieu des grands
paniers pleins de choux rouges et violets. Des groupes de marchandes fla-
mandes rjouies et hargneuses jasent et se querellent devant chaque pilier;
des plaidoiries irrites sortent de toutes les fentres; et dans cette sombre
cour, recueillie et silencieuse autrefois comme un clotre dont elle a la
forme, se croisent et se mlent perptuellement aujourdhui la double et
intarissable parole de lavocat et de la commre, le bavardage et le babil7.
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Ds son installation Bruxelles, Hugo, qui prend trs cur son rle de
Reprsentant du Peuple11, est bien dcid relater les tragiques vnements
dont il vient dtre, comme il lcrit son pouse, acteur, tmoin et juge
cest--dire lhistorien tout fait. Reu avec beaucoup de civilit par le
ministre de lIntrieur Charles Rogier, Hugo lui confie ses intentions et sa
volont de publier ds que possible cette Histoire du 2 dcembre quil
intitulera Histoire dun Crime. Prcaution judicieuse, car il lui est vivement
conseill de sabstenir de lancer en Belgique des crits politiques de nature
provoquer des embarras avec la France: une telle publication risquerait,
selon le ministre, de devenir une cause supplmentaire de friction entre le
petit tat belge et son voisin fort et violent12 et, en consquence,
dobliger les autorits du royaume expulser lcrivain. Hugo, qui se tient
pour prvenu, promet, au cas o il ferait paratre de tels crits, de quitter le
pays et dditer ses oeuvres de polmique Londres ou New York13.
Bruxelles, Hugo na, semble-t-il, point de gros soucis se faire;
comme il le signale dans une lettre du 30 dcembre 1851, M. Deschamps,
lorateur de lopposition catholique, [...] ma dit que je pouvais me consi-
10 Ibid., p. 237.
11 Lhomme arriv de la fin de la monarchie de juillet semble avoir chang diden-
tit. Il est dsormais un exil politique, dmocrate et socialiste. Moins quune rupture, on doit
y voir plutt lclosion de convictions sur lesquelles Hugo na pas vari, comme lamour de
la libert et de la justice songeons au Dernier jour dun condamn, publi en 1829 que
la dictature de Louis-Napolon Bonaparte oblige se dclarer jusque dans leurs plus radicales
consquences. Le got des vanits ny survivra pas, in SAVY, N., Victor Hugo, voyageur de
lEurope..., op. cit., p. 164.
12 Cit par HOVASSE, J.-M., Victor Hugo chez les Belges, Bruxelles, Le Cri , 1994,
p. 50.
13 Son manuscrit, quaucun diteur belge naurait sans doute pris le risque de publier,
Hugo ne le fera paratre quen 1877 Paris. Cette premire dition de lHistoire dun crime
signale que ce livre a t crit, il y a 26 ans, Bruxelles, dans les premiers mois de lexil. Il
a t commenc le 14 dcembre 1851, le lendemain de larrive de lauteur en Belgique et
termin le 5 mai 1852. Cit par ZYLBERGELD, L., Victor Hugo, Bruxelles et la Belgique,
Bruxelles, Crdit communal, 1985, p. 11.
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drer comme dfendu ici par tout le monde. Il ma dit: Bien des gens vous
hassent, mais tout le monde vous honore14. Il nest donc gure tonnant
dans ces conditions que, ds le lendemain, il crive Adle se fliciter de
laccueil qui lui est rserv. De mme, peu aprs son installation sur la
GrandPlace dbut janvier 1852, alors quil confie au bourgmestre Charles
de Brouckre, avec lequel il se liera de franche amiti, ses craintes dune ten-
tative denlvement de la part des agents de Bonaparte, le maeur, haussant
les paules, lui rpond: Vous habitez la Grand-Place, il y a lHtel de
Ville un poste de police. Si vous courez le moindre danger, ouvrez une
fentre, cassez un carreau et appelez laide. Nous serons plus prompts
vous garder que vos ravisseurs vous enlever15. Et Hugo une fois encore
de se rjouir dtre ici lobjet dune foule dattentions, comme il lcrit
Adle le 11 janvier16.
Ainsi, cest en toute libert et sans grandes contrarits que Hugo par-
tage Bruxelles sa vie entre lcriture et ses nombreuses relations; car le
moins que lon puisse dire, cest que les amis ne lui font pas dfaut, tant
belges que franais.
Du ct belge, outre quelques minentes personnalits politiques tels
Charles Rogier et Charles de Brouckre, on retiendra Brardi et Gustave
Frdrix, respectivement directeur et rdacteur en chef de LIndpendance
Belge; ou encore lcrivain Andr Van Hasselt.
Du ct franais, les nombreux proscrits rpublicains rfugis
Bruxelles17, dont il est, grce son prestige et son charisme, le rassembleur
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plus tard, dans ce lieu idal pour une grande mditation historique et euro-
penne32, il termine cet ouvrage pour la publication duquel les diteurs
bruxellois Lacroix et Verboeckhoven lui offriront le contrat du sicle33.
Lors du banquet organis le 16 septembre 1862 afin de clbrer le pro-
digieux succs du roman sorti en avril, et dont il se souviendra comme
dune mmorable rencontre dintelligences et de renommes venues de
tous les points du monde civilis pour protester autour dun proscrit contre
lempire34, Hugo, qui vient tout juste de fter ses soixante ans, prononce
une apologie de la libert de presse et rpond chaleureusement aux mots de
bienvenue et aux loges prononcs par le bourgmestre Fontainas: Je flicite
cette illustre ville davoir sa tte un de ces hommes en qui se personnifient
lhospitalit et la libert, lhospitalit, qui tait la vertu des peuples antiques,
et la libert, qui est la force des peuples nouveaux35.
De Bruxelles ou dailleurs, le pote continue infatigablement sa lutte
pour le progrs de lhumanit et la dfense des valeurs qui lui sont essen-
tielles. Tmoin cette lettre, parmi dautres, publie en mars 1863 par La
Gazette de Mons et dans laquelle il plaide une fois encore pour labolition
de la peine capitale:
Quand, humble serviteur du progrs, jai pouss le cri: Mort la mort! jes-
prais peu dcho, jen ai trouv beaucoup, surtout en Belgique, grce la
gnrosit des mes [...]. Ce serait un suprme honneur pour le parlement
belge [...] de poser, en prsence du monde civilis applaudissant, la pre-
mire pierre de ldifice des principes: linviolabilit de la vie humaine36.
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Je fais la Belgique cet honneur. [...] Est-ce que, par hasard, je serais un
tranger en Belgique? Je ne le crois pas. Je me sens le frre de tous les
hommes et lhte de tous les peuples. [...] La gloire de la Belgique, cest
dtre un asile. Ne lui tons pas cette gloire. En dfendant la France, je
dfends la Belgique. Le gouvernement belge sera contre moi, mais le
peuple belge sera avec moi. Dans tous les cas, jaurai ma conscience39.
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Il tait venu des dlgations de partout, on portait bras tendus de vrais jar-
dins de fleurs. Nous tions perchs, Picard, Rodenbach et moi, sur une
chelle loue prix dor; toute larme dfila, les tribunaux, les ministres,
le corps lgislatif, et puis venait un petit corbillard, le corbillard des pau-
vres. L dormait dans sa bire un des plus merveilleux gnies du monde45.
41 Ibid., p. 61.
42 Du reste, je persiste ne pas confondre le peuple belge avec le Gouvernement
belge, et, honor dune longue hospitalit en Belgique, je pardonne au Gouvernement et je
remercie le peuple, crit-il MM. Couvreur, Defuisseaux, Demeur, Guillery et Jottrand, les
cinq reprsentants du peuple belge qui prirent sa dfense. Cit par PIRARD, L. - PIERSON,
M.-A., Victor Hugo, in Belgique Terre dExil, Bruxelles, Labor, 1932, pp. 67-68.
43 Cit par VILAIN, M., Victor Hugo Bruxelles, 4 place des Barricades, in
HUGO, V., Impressions de Belgique..., op. cit., p. 21.
44 Il y avait la Chorale des orphonistes belges, les dlgus de lAssociation librale
de Bruxelles, la Socit chorale Les Enfants de la Belgique, des tudiants des Universits
de Bruxelles, de Gand, de Lige et de lcole des mines de Mons, les dlgus des anciens
proscrits franais rsidant Bruxelles et des membres de la colonie franaise de Bruxelles.
45 LEMONNIER, C., La Vie belge, in GORCEIX, P. (d.), La Belgique fin de sicle.
Romans - Nouvelles - Thtre, Bruxelles, Complexe, 1997, p. 123.
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Cest notre Dieu, qui meurt et quon emporte, mon cher ami, dans la
pourpre de ses grands vers et tout ce que nous disons de la mort ne sera
jamais aussi liturgique ni aussi grandiose que ce quil en a dit lui-mme ...
Hugo est le plus rcent des dieux, il continue son ternit et dsormais les
soleils publieront sa gloire et les aubes et les midis et les crpuscules46.
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Vie politique, vie littraire, deux cts dune mme chose qui est la vie
publique. Les uns trempent dans la vie publique par laction. Les autres y
trempent par lide. Ce sont ceux-l quon appelle les rveurs, les potes,
les philosophes. On appelle les autres les hommes dtat. Il faut dire la-
vantage des premiers que les ides sont toujours des actions, tandis que
rarement les actions sont des ides53.
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55 Cit par SAVY, N., Victor Hugo, voyageur de lEurope, op. cit., p. 138.
56 SAVY, N., LEurope de Victor Hugo: du gothique au gopolitique, in Victor Hugo
1802-2002, Les Cahiers de lducation permanente, op. cit., p. 143.
57 Victor Hugo aime constituer ce que Julien Gracq [Carnets du grand chemin, Paris,
Jos Corti, 1992] appellera des paysages-histoire, individualiss par un vnement histo-
rique qui la fois les dcoupe et les consacre, in SAVY, N., LEurope de Victor Hugo: du
gothique au gopolitique..., op. cit. , p. 143.
58 Ibid., p. 144.
59 Ibid., p. 146.
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1852, exhortait les Belges lutter hroquement contre les possibles enva-
hisseurs du sud alors quune bonne dizaine dannes auparavant, lors de ses
voyages touristiques, il avait dcrit ce territoire comme une province natu-
rellement voue retomber tt ou tard sous la coupe franaise60? Les
quelque huit mois, de dcembre 1851 juillet 1852, passs au royaume de
Lopold Ier auraient-ils entam quelques-unes de ses convictions davant
lexil? Nullement, si lon en juge par une conversation familiale entre
Victor et Charles du 25 octobre 1854 reprise dans le Journal dAdle. Au
cours de celle-ci, son fils qui lui rappelle que Bonaparte pourrait bien
envahir la Belgique et qui dfend le droit des Belges disposer deux-
mmes, le pote rtorque que, bien que napprouvant aucun des actes de ce
drle, il trouverait pourtant bon que la Belgique soit envahie par la France,
conquise par elle, et garde comme faisant partie de la France; que les
Belges ne doivent pas se refuser lagrandissement de la France, qui porte
en elle lide, la civilisation, le progrs; et, puisque la nature a assign la
Belgique dans les limites naturelles de la France, [elle] est proprement
dire un dpartement franais comme lAlsace, comme la Franche-Comt;
aussi, conclut-il, ne peut-elle se refuser en faire partie61!
60 En 1840, dix ans aprs son indpendance et alors mme que Guillaume Ier de
Hollande a enfin lev lhypothque qui pesait sur son existence en ratifiant le trait des XXIV
articles, la Belgique est encore considre par Hugo comme un pays provisoire, une simple
province destine retomber dans lescarcelle franaise quelle a quitte aprs lEmpire, et
y retrouver ce quil tient pour sa place naturelle. Dailleurs, trois ans auparavant, lors de son
premier sjour en Belgique, Hugo nhsitait pas railler la Constitution belge. Dans la lettre
Adle, date dAnvers, 22 aot (1837), il raconte quune fois revenu dans la belle Flandre
aprs son excursion du ct de Lierre, il remarqua, sur une petite place lentre dune bour-
gade, un grand peuplier dessch: On ma dit que ctait un arbre de la constitution. Jen suis
fch pour la constitution, mais cela faisait un piteux effet. Rien de plus chtif que cette ide
politique plante au milieu des paysages. Rien de misrable et deffront en mme temps
comme ce tmoignage rendu la petite puissance de lhomme en prsence de la nature de
Dieu. Dun ct des forts, des plaines, des collines, des rivires, des nuages, la terre et le ciel;
de lautre, une mchante perche dessche quon est oblig dtayer contre le vent. Et puis
quelles ides cela fait venir ! Il y avait un arbre qui avait une racine, des branches et des feui-
lles, qui tait vert et vivant; on a pris cet arbre, on lui a coup sa racine, les feuilles sont tom-
bes, les branches sont mortes, et lon a t btement le replanter dans un sol qui nest plus
le sien. Fidle symbole de tant de constitutions modernes qui ne sont ni du pass, ni de la-
venir, ni du climat, in HUGO, V., Impressions de Belgique, op. cit., p. 42.
Hugo se moque donc du rsultat minable de cette transplantation contre nature de
larbre symbolique et de tout ce quil figure. Ainsi, dans ces annes-l, Hugo ne croit pas
que ce pays soit une vritable nation: plutt une sorte de laboratoire provisoire, n des alas
de lhistoire europenne et encore susceptible de mutations, in SAVY, N., Victor Hugo,
voyageur de lEurope, op. cit., p. 126.
61 HUGO, A., Le journal dAdle Hugo, t. III, Paris, Frances Vernor Guille, Lettres
modernes-Minard, 1984, pp. 443-445.
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MONDO ET AUTRES HISTOIRES:
UN ESPACE DE SYMBOLES
DOMINIQUE BONNET
Universidad de Huelva
Les contes de Mondo et autres histoires ont comme point commun celui de
mettre en scne des enfants. Mondo, Lullaby, Jon, Juba, Daniel, Alia, Petite
Croix, Khaf... sont des enfants qui ne parviennent pas trouver leur place
dans une socit qui nest pas faite pour eux. Ainsi partiront-ils la
recherche dun ailleurs que J.M.G. Le Clzio nous prsente comme forc-
ment meilleur, ou du moins diffrent. Physiquement ou spirituellement, ils
dcouvriront de nouveaux horizons qui atteindront des sphres dont ils ne
seront pas toujours les matres. Si le fait de mettre en scne des enfants
permet que Mondo et ses camarades deviennent des personnages attirants
pour une jeunesse qui a soif daventures, le but de leurs rveries nest pas,
comme nous allons le voir, aussi naf quil peut paratre.
Lullaby dcide un matin de partir, de laisser sa mre, son lyce, ses
camarades et ses professeurs pour sengager dans une vaste excursion, la
recherche de la mer et de son univers. Jon entreprend lascension dune
montagne qui le fascine tout en limpressionnant quelque peu. Gaspar a fui
la civilisation des villes attir par ce monde dsertique mais peupl den-
fants. Daniel part raliser son rve, cherchant imiter son hros de toujours:
il va dcouvrir la mer en sunissant elle. Quant Mondo, on le dcouvre
dj dans un monde qui nest pas le sien, son monde de destination en
quelque sorte, un monde qui lui est tranger.
Tous donc, partent ou sont partis, fuyant un entourage, un mode de vie
qui ne leur convient pas, qui ne les satisfait plus. Si ce nest physiquement,
cest par la pense quils chappent de ce monde alinant et touffant. Ainsi
Juba, au fil de ses journes de travail aux champs, se construit un univers
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698 Dominique Bonnet
quil finit par voir, quil peut presque toucher tant il est rel. De mme Petite
Croix, qui ne peut voir le paysage qui stend devant elle de par sa ccit,
va-t-elle imaginer cet environnement, se crant son propre univers. Dautres
nont, comme seul recours, que le rve pour se construire cet ailleurs vers
lequel svader. Alia commence imaginer un monde diffrent, lorsque
Martin lui ouvre lesprit sur des connaissances nouvelles.
Chez tous ces enfants, le dsir est le mme: partir, svader. J.M.G. Le
Clzio va nous dcrire leurs voyages, leurs popes. Nous dcouvrons en
mme temps queux, ces paysages si chers leurs yeux, leur beaut, leur
immensit. Nous parcourons leurs cts les sentiers, les chemins, les pistes
dsertiques. Ce sont alors des descriptions de paysages qui veulent nous
transmettre le sentiment de ces enfants.
Ainsi sautons-nous de rocher en rocher avec la mme motion dont est
imprgne Lullaby, Elle courait presque, sautant dun rocher lautre. Il
ny avait plus de chemin, par ici. Il fallait escalader les rochers, en sagrip-
pant aux racines de bruyre et aux herbes... Malgr le froid du vent Lullaby
sentait la brlure du soleil1. Une situation gographique qui nest l que
pour mieux exalter ltat desprit du personnage, son dsir de se fondre dans
la nature.
De mme, dans La Montagne du dieu vivant, Jon nous fait dcouvrir
ce mont magique tout au long dune course perdre haleine, Entre les
parois de la faille, de larges blocs de basalte staient crouls ple-mle, et
il fallait monter lentement, en saidant de chaque entaille, de chaque fissure.
Jon escaladait les blocs lun aprs lautre, sans reprendre haleine. Une sorte
de hte tait en lui, il voulait arriver en haut de la faille le plus vite possible
(M.A.H., p. 27).
Mais cest peut-tre avec le personnage de Celui qui navait jamais vu
la mer, Daniel, que Le Clzio nous emporte le plus loin. Les descriptions
ne semblent en effet exister que pour et par les tats dme de Daniel.
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Mondo et autres histoires: un espace de symboles 699
dsir cet instant-l quil navait plus de forces, comme sil allait mourir, ou
bien sendormir (M.A.H., p. 173).
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Mondo et autres histoires: un espace de symboles 701
droite, qui tirait ses cheveux de ct. Le soleil tait trs chaud, malgr le
vent. Les vagues cognaient sur la base des blocs de ciment en faisant jaillir
les embruns dans la lumire (M.A.H., p. 17). Elle reprsente pour lui une
sorte de havre de paix, un lieu de pense, de rflexion, de rve. Cependant,
Mondo semble garder ses distances face la mer. Il la regarde, ladmire mais
ne sy mlange jamais, A la base des brises-lames, l o la mer battait, le
gomon vert faisait un tapis, et il y avait des populations de mollusques aux
coquilles blanches. Mondo connaissait surtout un bloc de ciment, presque au
bout de la digue. Ctait l quil allait toujours sasseoir, et ctait lui quil
prfrait (M.A.H., p. 18).
Si nous rapprochons Mondo des deux autres contes sur la mer
Lullaby et Celui qui navait jamais vu la mer, cest une sorte de pro-
gression laquelle nous assistons. Mondo, comme nous lavons dit, reste
face la mer sans jamais y pntrer. Lullaby part la recherche dune sen-
sation plus forte, dun contact physique avec cet lment quelle connat dj
et qui lui permet dprouver une pleine sensation de libert, qui semble rac-
tiver en elle le feu sacr de la vie, Leau tait trs transparente, froide.
Lullaby plongea sans hsiter, et elle sentit leau qui serrait les pores de sa
peau. Elle nagea un long moment sous leau, les yeux ouverts (M.A.H.,
p. 90). Les prcisions de la description de la baignade, comme ladjectif
froide ou le fait que Lullaby ait gard les yeux ouverts, dmontrent une
volont de communion totale avec la mer de la part du personnage: le dsir
de dcouvrir ou de redcouvrir cet univers magique malgr la froideur des
eaux. Cette relation de fusion arrive son paroxysme avec le personnage de
Celui qui navait jamais vu la mer. Daniel sait par ses lectures que le
monde marin est son monde, quil est tout ce quil a recherch jusqualors.
Aussi dcide-t-il de partir afin de dcouvrir la vraie Mer:
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702 Dominique Bonnet
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Mondo et autres histoires: un espace de symboles 703
Le sel avait pntr la peau de Daniel, stait dpos sur ses lvres, dans ses
sourcils et ses cils, dans ses cheveux et ses vtements, et maintenant cela
faisait une carapace dure qui brlait. Le sel tait mme entr lintrieur de
son corps, dans sa gorge, dans son ventre, jusquau centre de ses os, il ron-
geait et crissait comme une poussire de verre, il allumait des tincelles sur
ses rtines douloureuses. La lumire du soleil avait enflamm le sel, et
maintenant chaque prisme scintillait autour de Daniel et dans son corps
(M.A.H., p. 183).
Ses yeux sombres brillent du spectacle qui lentoure. Juba ne cesse pas de
regarder la ville, les maisons blanches, les terrasses, les jardins de palmiers.
Yol vibre dans la lumire de laprs-midi, lgre et irrelle comme les
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reflets du soleil sur les grands lacs de sel. Le vent qui souffle fait bouger les
cheveux dor de Cloptre Sln, le vent porte jusquau sommet du temple
la rumeur monotone de la mer (M.A.H., p. 160).
Cette eau, source de vie, nous la retrouvons aussi dans Les Bergers,
dont la vie commence vraiment lorsque le point deau est proche. Leau
devient alors une fte, une rsurrection:
Gaspar voyait la nappe deau devant lui, scintillante au milieu des herbes.
Il pensait quil arriverait le premier, et il courait encore plus vite... En quel-
ques enjambes, Gaspar rattrapa son retard. Il dpassa les deux plus jeunes
garons. Il arriva au bord de leau en mme temps quAbel. Ils tombrent
tous les trois dans leau frache, bout de souffle, et ils se mirent boire en
riant (M.A.H., p. 266).
Plus quun simple fleuve leau reprsente pour ces enfants le miracle de
la Vie, un don du ciel. Enfin dans Hazaran, leau est lissue de tous les pro-
blmes, la source despoir dun peuple sans avenir:
Puis, sans dire une parole la foule qui attendait, il a commenc marcher
sur le chemin, dans la direction du fleuve. Alors les autres se sont mis en
route derrire lui... Les enfants ont pris la main des femmes et des hommes,
et trs lentement, la foule sest avance elle aussi dans leau froide du
fleuve. Devant elle, de lautre ct du fleuve noir aux bancs de cailloux
phosphorescents, tandis quelle marchait sur le fond glissant, sa robe colle
son ventre et ses cuisses, Alia regardait la bande sombre de lautre rive,
o pas une lumire ne brillait (M.A.H., p. 217).
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Mondo et autres histoires: un espace de symboles 705
Juba est donc aussi ravi par la lumire, lassociant, lui, la chaleur.
Grce cette combinaison, il peut tout comme Lullaby partir dans ses
rves, laissant derrire lui la ralit si dure, si cruelle. Il stend au soleil, se
protge et senfuit par la pense, Puis, tandis que le soleil monte lentement,
entran par la roue et par les pas des boeufs, Juba ferme les yeux. La cha-
leur et la lumire font un tourbillon doux qui lemporte dans leur courant, le
long dun cercle si vaste quil ne semble jamais se refermer (M.A.H.,
p. 155).
Tous deux se fondent compltement dans cet lment quest la lumire,
de telle faon que celle-ci semble absorber leur moi. Lullaby et Juba ouvrent
les yeux au moment o la lumire est la plus forte, cet instant mme o elle
devient aveuglante. Ils semblent donc vouloir sunir compltement ce
soleil, Elle ne fermait pas les yeux. Les pupilles agrandies, elle regardait
droit devant elle, sans ciller, toujours le mme point sur le mince fil de lho-
rizon (M.A.H., p. 156), Juba ne dort pas. Il a ouvert les yeux nouveau,
et il regarde droit devant lui, au-del des champs (M.A.H., p. 156). La
lumire, associe limmensit de lhorizon, nest donc pas pour Lullaby et
pour Juba la limite dun monde quils rejettent. Tout au contraire, elle est une
ouverture la libert imaginative qui leur permet de crer un lieu sublime,
presque un au-del, pour ne cesser desprer.
Mondo senivre aussi de cette lumire, lorsquil se trouve devant la mer.
Sa douceur, unie la grandeur de la mer, contribue la ralisation de cet uni-
vers paisible que semble aussi rechercher Mondo, Mondo restait longtemps
assis sur son brise-lames, regarder les tincelles sur la mer et couter le
bruit des vagues. Quand le soleil tait plus chaud, vers la fin de laprs-midi,
il sallongait en chien de fusil, la joue contre le ciment tide, et il dormait un
peu (M.A.H., p. 18).
Elle est donc pour certains un composant de lvasion, tout comme
ltait leau pour dautres. Pourtant cette lumire ne donne pas toujours nais-
sance un sentiment de bonheur et de libert. Elle peut devenir alinante
losquelle prend la forme dune chaleur pesante et touffante. Juba peut
reprsenter la transition entre cette forme faste ou nfaste que prend la
lumire. Dans La roue deau, il cherche lutter contre les consquences
de cette lumire si forte. Il vit dans un monde rong par la chaleur, et rve
deau en abondance. Pourtant la lumire est bien llment qui lui permet de
partir en rve. Un sentiment paradoxal chez Juba, qui cherche un monde
riche en eau mais qui ne peut se dtacher de cette lumire qui est sienne et
dont il se laisse enivrer puisque sans elle il ne peut svader.
Cest dans Les bergers que cette lumire, transforme en enfer du
dsert, devient la plus suffoquante, Lair brlant tait travers par des
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Petite Croix ne bouge pas la tte, ni le buste. Elle te ses mains de la terre
sche, et elle les tend devant elle, les paumes tournes vers lextrieur. Cest
comme cela quil faut faire; elle sent alors la chaleur qui passe sur le bout
de ses doigts, comme une caresse qui va et vient. La lumire crpite sur ses
cheveux pais, sur les poils de la couverture, sur ses cils (M.A.H., p. 225).
Une osmose parfaite avec la lumire qui, par ses sensations, transforme
Petite Croix en lumire tout comme Daniel avec la mer. Tous deux se fon-
dent dans les lments qui les transportent, qui les aident vivre autrement.
Cest par ces mmes sens, notamment le toucher, que Petite Croix dcouvre
aussi son entourage et les lments qui le composent, Elle touchait la terre
avec la paume de ses mains, elle suivait lentement du bout des doigts les
petites rides laisses par le vent et la poussire, les sillons, les bosses
(M.A.H., p. 222).
La terre dont nous parle Petite Croix, fait aussi partie de ce monde re-
cr par les enfants. Elle peut, au dpart, prendre la forme du sable du dsert
et rejoint alors le caractre ngatif quacqurait la lumire en se transformant
en chaleur, ou symboliser la fertilit sunissant leau purificatrice. Le
dsert est, malgr son aridit, un espace cher au coeur des enfants. Il nous
apparat, en effet, plusieurs reprises comme tant un lieu de mditation pri-
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Mondo et autres histoires: un espace de symboles 707
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708 Dominique Bonnet
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ESPACIALIDAD SIMBLICA
EN UN AMOUR DE PRE
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710 Mara Dolores Burdeus Prez
presencia mgica que hacen olvidar todo lo dems. Tras la muerte del padre,
el joven intenta retornar al mundo exterior, pero despus de algunas y vanas
tentativas de relacionarse con mujeres, el protagonista se sumerge con
deleite en la soledad de unos recuerdos perfectamente preservados, garanta
de una superioridad paterna creadora de dependencias. En realidad ese final
no hace ms que corroborar la mxima Perinde ac cadaver que precede al
propio texto novelado, divisa de la orden Jesuita; segn esa regla funda-
mental cada miembro de la orden debe obedecer ciegamente a sus superiores
sin oponer resistencia alguna, como un cadver. El amor de ese padre pose-
sivo hace del hijo un cadver.
La coherencia de los planteamientos vivenciales de ese narrador, en pro-
ceso continuo de bsqueda de s mismo, se manifiesta expresamente en una
continua descripcin de un universo hogareo, tanto el real como el de sus
ensoaciones, en el que la seleccin y la ordenacin de los acontecimientos
responden a una esttica de la narracin y a una percepcin globalizadora
imprescindible para que el lector virtual pueda enfrentarse al mensaje inti-
mista que encuentra ante sus ojos.
El modo narrativo y la situacin del narrador establecen las distancias
entre narrador-narracin-lector3. As pues, desde la perspectiva de un
narrador en primera persona, siempre presente en la historia que narra y
por tanto claramente autodiegtico y homodiegtico4 ha escrito una
novela de apariencia autobiogrfica en la que el pacto narrativo preestable-
cido consiste en la presentacin en tiempo pasado de unas experiencias que
se recuperan en el presente por un narrador de personalidad compleja. As
ocurre cada vez que, dentro de un esquema discursivo determinado, surge la
voz de un yo narrante que establece comunicacin con el supuesto lector
para hacerle partcipe de su manera de comportarse o de su forma de pensar,
unas veces de manera imperceptible y otras bruscamente, como confirma
con la frase Mes souvenirs font des bosses (A.P., p. 28). Tras esta funcin
explicativa del narrador5 encontramos una gran abundancia de ejemplos de
discurso anacrnico de naturaleza claramente analptica. En ellos, adems
de recogerse ese nexo comunicativo, se prodiga la presencia de fragmentos
que pueden interpretarse indistintamente como ensoaciones o como hechos
fehacientes de la vida social del protagonista, y en los que tambin se ana-
lizan sus propios recuerdos:
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Espacialidad simblica en Un amour de pre 711
Mes souvenirs ne sont pas de gros souvenirs compars aux leurs. Mes souve-
nirs sont des souvenirs de pauvres, faits pour lhiver. Quelques-uns vibrent
dune tendresse encore vivante. Les leurs dbarquent de longs voyages, figs
et conventionnels comme des cartes postales. Les miens descendent de ma
chambre ou arrivent du fond du jardin de banlieue (A.P., p. 60).
Esos recuerdos son lo nico que le mantienen con vida y le dan fuerza
para superar sus frustraciones en una gran ciudad habitualmente hostil.
Intenta superar su situacin exponiendo nuevos propsitos de explorar la
ciudad y de parecerse a sus gentes, intentos intiles que desembocan en un
lamento por su soledad que resume perfectamente sus frustraciones:
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Espacialidad simblica en Un amour de pre 713
ses, pas de mre, pas de frre, pas de soeur, mme pas de cousine, mais beau-
coup trop de pre. Votre maladie, cest davoir eu trop de pre (A.P., p. 141).
Lejos de todo anecdotismo, los elementos espaciales de esta novela
gozan de un estatuto propio y perfectamente definido. Desde el momento en
que la primera lnea del libro empieza por La maison de mon pre se es
consciente de lo que va a seguir: hogar-refugio del nio y adolescente, uni-
verso fantasioso y protector, mundo exterior hostil paralelo a un estado de
antropomorfizacin de las casas que van ocupando.
El primer indicio de esa hostilidad del exterior se produce durante los iti-
nerarios de ida y vuelta a la escuela. En cambio, el universo de fantasa se
construye con expediciones imaginarias en el jardn y por los alrededores de
la casa, dans lle au trsor (A.P., p. 23), o en Le chteau de mon pre
(A.P., p. 28), o en un interior habitado por el gigante Patapion o la princesa
Badroulboudour, trasplantados en las ensoaciones de adolescente de las
que es protagonista en postales carcassonnesques (A.P., pp. 50, 85) llenas
de vida, como las vidas de una casa cuyos ruidos le defienden de un mundo
exterior lleno de peligros: La maison avait pris une vie nouvelle [...] Toutes
ces vies, tous ces battements me rassuraient, me dfendaient contre un autre
monde que je sentais hostile, incomprhensible et dangereux (A.P., pp. 37-
38). Son unas casas que se describen minuciosamente mientras estn ocu-
padas por ambos, pero que se convierten en maison mortes (A.P., p. 105),
ya sea en plena soledad y en la pobreza de un Pars y de una chambre de
bonne donde se instala, ya sea en otros hogares que considera banales y que
rechaza, incapaces de albergar ese march aux puces (A.P., p. 170) en que
se ha convertido la ltima casa a causa de tanta acumulacin de objetos,
muebles y recuerdos.
La casa es el espacio del que no puede ni quiere liberarse, porque es el
marco de sus recuerdos y ensoaciones, en especial el desvn. Si experi-
menta una sensacin de angustia o no entiende el significado de una palabra,
sube a refugiarse al desvn para encontrar una solucin o disipar sus
miedos. As, cuando la palabra hermafrodita le causa una verdadera conmo-
cin acude al desvn: ce mot malfique capable de supprimer dun coup
toutes les femmes. Javais envie de men dbarrasser. Jesprais le semer en
montant quatre quatre les marches du grenier (A.P., p. 38), y conturbado,
desciende a la cocina, que a su vez simboliza el lugar de las transmutaciones
alqumicas o de las transformaciones psquicas7, donde su padre le pregunta
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Espacialidad simblica en Un amour de pre 715
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716 Mara Dolores Burdeus Prez
Il y a plein de femmes dans les rues: des pauvres, des riches, des vieilles,
des jeunes, des courtes, des longues, des jupes, des pantalons, des cheveux,
des lunettes, des sacs, des sourires. Elles sont partout: dans les magasins,
derrires les caisses et les comptoirs. Elles conduisent les taxis, les autobus,
10 Dans sa coquille [...] il est fort et inexplorable comme une femme. Lorsquil a
sorti ses antennes, il est fragile et sexpose comme un homme. Cest vraiment lhermaphro-
dite dans toute sa splendeur.
Quest-ce que a veut dire, hermaphrodite?
Tu regarderas dans le grand dictionnaire.
Ce serait plus pratique, reprit mon pre, si nous tions hermaphrodites: nous
naurions pas besoin de femmes.
Alors il ny aurait plus de femmes?
Plus du tout, puisquelles seraient devenues inutiles.
a ne changerait pas grand-chose pour nous.
Je tassure que a changerait beaucoup de choses. Rflchis un peu. (A.P., p. 38)
11 Aunque los ejemplos son numerosos, anotamos unos pocos ms ilustrativos:
La fille tait l, laide, [...] avec seulement des seins de paysanne fatigue (A.P.,
p. 74)
Leur tte tait plus petite que leurs seins qui taient plus gros que leurs fesses.
[...] Elle dgrafa un corsage de satin rouge. Elle avait des seins trs blancs [...]. (A.P., p. 79)
[...] juste au niveau du troisime bouton de sa blouse, celui quil fallait faire
sauter pour prendre ses seins. [...] Jhsitais encore un jour avant de la mettre la porte,
cause de ses seins (A.P., p. 89)
Vos seins ne sont que trs peu fltris. Ils sont assez rapprochs lun de lautre et
votre corsage est ouvert assez bas. (A.P., p. 157)
Ses seins scrasent contre ma poitrine et ses cheveux mtouffent [...] (A.P.,
p. 157).
Ses jambes un peu trop maigres et ses seins un peu tristes (A.P., p. 173).
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Espacialidad simblica en Un amour de pre 717
les machines sous, les machines faire le caf. Tous les trottoirs trottinent:
les secrtaires, les mres, les putains, les employes, les ouvrires, les bour-
geoises, les infirmires, les fonctionnaires, les couturires (A.P., p. 99).
12 Cf. HAMON, P., Introduction lanalyse du descriptif, Paris, Hachette, 1981, p. 47.
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Espacialidad simblica en Un amour de pre 719
tale, dormant sur la table. Saint-Paul, une paysanne normande aux seins
lourds. Saint-Sverin ntait ni une femme ni un homme, mais un lit; c-
tait un cas particulier. Saint-Sulpice, ah Saint-Sulpice..., riait mon pre,
... deux vieilles filles jumelles et prtentieuses. Et la tour Saint-Jacques,
rduite son seul sexe (A.P., pp. 76-77).
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LEJEUNE, Ph., Je est un autre. Lautobiographie, de la littrature aux
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720 Mara Dolores Burdeus Prez
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LA ORGANIZACIN DEL ESPACIO
EN LA CIT DORMANTE DE MARCEL SCHWOB
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722 Nuria Cabello Andrs
supo llegar al fondo del alma de este autor a travs de su obra y no duda en
reconocer la deuda que le debe. ste haya sido quizs el testimonio que ms
ha impulsado el reconocimiento, lento pero continuo, que se ha ido gestando
hacia la figura de Marcel Schwob para devolverle con ello el lugar preemi-
nente que ocupaba en su poca.
En la obra de Schwob podemos vislumbrar unos ejes mayores, quizs
derivados de sus pasiones. Dos de stas, Franois Villon y R. L.
Stevenson3, son con toda seguridad las responsables de algunos de los
motivos recurrentes de dos grandes libros de cuentos de este autor: Cur
Double y Le roi au masque dOr. Son los temas del doble y de la mscara,
perfectamente visibles desde el mismo ttulo de estas antologas.
Por Villon senta una admiracin desmedida, admiracin que intent
materializar en una gran obra sobre este autor y que desgraciadamente qued
inconclusa por su muerte.
Quizs lo que ms le atraa de l era su carcter truhn y todo aquello
que se desprenda de su vida y de su obra: el argot, el inframundo, los des-
posedos, los desarraigados, esa cara oculta de toda sociedad.
R. L. Stevenson era para Marcel el escritor. Admiraba de l su manera
de representar la vida y comparta con l el gusto por la aventura, por otras
pocas e incluso la pasin por Villon.
Tanto Villon como Stevenson muestran en sus obras y en su vida la dua-
lidad y la mscara que sta lleva implcita, ambos motivos presentes de
manera insistente en la obra de Schwob.
Le roi au masque dOr, coleccin de relatos publicados en 1892, expone
como tema dominante la figura de la mscara. En la introduccin a la misma,
Schwob nos lo desvela sin tapujos:
Il y a dans ce livre des masques et des figures couvertes; un roi masqu dor,
un sauvage au mufle de fourrure, des routiers italiens la face pestifre et
des routiers franais avec des faux visages, des galriens heaums de rouge,
des jeunes filles subitement vieillies dans un miroir, et une singulire foule
de lpreux, dembaumeuses, deunuques, dassassins, de dmoniaques et de
pirates, entre lesquels je prie le lecteur de penser que je nai aucune prf-
rence, tant certain quils ne sont point si divers4.
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La organizacin del espacio en La cit dormante de Marcel Schwob 723
ils ntaient lis que par une passion semblable et des meurtres collec-
tifs. Car ils avaient tant coul de vaisseaux, rougi de bastingages la
tranche saignante de leurs haches, ventr de soutes avec leurs leviers de
manuvre, trangl silencieusement dhommes dans leurs hamacs, pris
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724 Nuria Cabello Andrs
dassaut les galions avec un vaste hurlement, quils staient unis dans lac-
tion; ils taient semblables une colonie danimaux malfaisants et dispa-
rates, habitant une petite le flottante, habitus les uns aux autres, sans
conscience, avec un instinct total guid par les yeux dun seul (C.D.,
p. 105).
Mais la vue de la falaise nous troublait; ceux qui avaient remu les tarots
dans la nuit et ceux qui taient ivres de la plante de leur contre, et ceux qui
taient vtus de faon diverse, quoiquil ny et pas de femmes bord, et
ceux qui taient muets ayant eu la langue cloue, et ceux qui, aprs avoir
travers, au-dessus de labme, la planche troite des flibustiers, taient
demeurs fous de terreur, tous nos camarades noirs ou jaunes, blancs ou
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La organizacin del espacio en La cit dormante de Marcel Schwob 725
Este terror que sienten los piratas, terror injustificado, hace presagiar lo
que ms adelante veremos y nos pone sobre aviso de que en este espacio se
encuentra aquello que provoca los miedos ms profundos de los piratas, es
decir, lo que est escondido y no debe mostrarse.
Por lo tanto, ya desde la primera aparicin de ese otro espacio vemos que
est presentado como algo opuesto al mar, lugar con el que los piratas se
identifican y en el que se sienten seguros. La isla y en concreto la cit dor-
mante va a ser por tanto la plasmacin de lo contrario a la mscara: el
reflejo del alma de los piratas.
La primera frase del texto insiste en esta misma idea, la claridad del mar
y del cielo contrastan con la oscuridad de la masa de la isla: La cte tait
haute et sombre sous la lueur bleu clair de laube (C.D., p. 102).
Toda la caracterizacin posterior de ambos espacios va a incidir en la
oposicin, acentuando las diferencias a medida que los piratas vayan
pasando de un espacio a otro, as la progresin queda reflejada de manera
ms clara y la identificacin final se revela como natural.
De esta manera, la brisa, el aire constante del mar desaparece y el
ambiente se vuelve trrido y sofocante, el movimiento propio del mar se
transforma en una naturaleza inmvil y en una tierra estril. La libertad, la
inmensidad del mar contrasta con el aislamiento, la soledad, el alejamiento,
el misterio que rodean y que caracterizan este otro espacio.
L souvrait un couloir rocheux, dont les murs verticaux semblaient se
rejoindre dans lair, tant ils taient hauts; mais au lieu dy sentir une fra-
cheur souterraine, le Capitaine et ses compagnons prouvaient loppression
dune extraordinaire chaleur, et les ruisselets deau marine qui filtraient
dans le sable se desschaient si vite que la plage entire crpitait avec le sol
du couloir (C.D., p. 103).
O tambin:
La nature inanime avait perdu la vie mouvante de la mer et le crpitement
du sable; lair du large tait arrt par la barrire des falaises; les plantes
semblaient fixes comme le roc, et les btes brunes, rampantes ou ailes, se
tenaient dans une bande troite hors de laquelle il ny avait pas de mouve-
ment (C.D., p. 104).
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726 Nuria Cabello Andrs
Le terrible calme de cette cit nous faisait hter le pas, agiter les bras, crier
des paroles confuses, rire, pleurer, hocher la tte la manire des alins
(...) Lair semblait avoir un poids de chose corporelle; les oiseaux, planant
sur les rues, au bord des murs, entre les pilastres, les marches immobiles
et suspendues, paraissaient des btes varicolores emprisonnes dans un
bloc de cristal (C.D., pp. 105-106).
Los gestos de los piratas, sus voces, la lucha contra el silencio responden
precisamente a la confrontacin de la mscara con el alma; los piratas, seme-
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La organizacin del espacio en La cit dormante de Marcel Schwob 727
Or toutes ces figures taient immobiles, comme dans la galerie dun sta-
tuaire qui ptrit des statues de cire; leur mouvement tait le geste intense de
la vie, brusquement arrte; ils se distinguaient seulement des vivants par
cette immobilit et par leur couleur (C.D., p. 105).
Et parmi les peuples aux quatre couleurs qui nous regardaient fixement,
immobiles, ils choisirent dans leurs fuite effraye chacun le souvenir de sa
patrie lointaine; ceux dAsie treignirent les hommes jaunes, et leur couleur
safrane de cire impure; et ceux dAfrique saisirent les hommes noirs, et
devinrent sombres comme lbne; et ceux du pays situ par del
lAtlantique, embrassrent les hommes rouges et furent des statues da-
cajou; et ceux de la terre dEurope jetrent leurs bras autours des hommes
blancs et leur visage devint couleur de cire vierge (C.D., p. 106).
Los piratas pierden su unidad como podemos ver una vez ms a travs
de los pronombres ceux qui introducidos por la conjuncin et, que
insiste en la misma idea, la suma de individualidades y no la uniformidad de
un grupo considerado como UNO. Los habitantes de la ciudad representan
las razas del mundo y los diferentes habitantes de cada continente. La plas-
ticidad y el colorido de la narracin acentan la diversidad, los pueblos del
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728 Nuria Cabello Andrs
mundo son varios y no uno, de la misma manera los piratas son individuos
no una colectividad. As aparecen las individualidades, cada alma se reco-
noce, elige y ocupa su lugar en el universo, la purificacin tiene efecto por
el hecho de asumir su identidad y se realiza a travs del sueo:
Et la somnolence de cette cit dormante mit dans nos membres une pro-
fonde lassitude. Lhorreur du silence nous enveloppa. Nous qui cherchions
dans la vie active loublie de nos crimes, nous qui buvions leau de Lete,
teinte par les poissons narcotiques et le sang, nous qui poussions de vague
en vague sur la mer dferlante une existence toujours nouvelle, nous fmes
assujettis en quelques instants par des liens invisibles (C.D., p. 106).
Mais moi, le Capitaine au pavillon noir, qui nai pas de patrie, ni de souve-
nirs qui puissent me faire souffrir le silence tandis que ma pense veille, je
mlanai terrifi loin des Compagnons de la Mer, hors de la Cit dormante;
et malgr le sommeil et laffreuse lassitude qui me gagne, je vais essayer de
retrouver, par les modulations du sable dor, lOcan vert qui sagite ter-
nellement et secoue son cume (C.D., p. 106).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La organizacin del espacio en La cit dormante de Marcel Schwob 729
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DEL ESPACIO NARRATIVO
Y DEL ESPACIO DRAMTICO EN SAMUEL
BECKETT: DE MERCIER ET CAMIER
A EN ATTENDANT GODOT
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
La obra de Samuel Beckett presenta una gran movilidad por mltiples espa-
cios genricos que, si en un principio se suceden unos a otros, pronto se
alternan con la mayor agilidad. En este sentido, es oportuno recordar que
Beckett comienza escribiendo textos poticos, para seguir reflexionando
sobre la literatura y el arte en unos ensayos sin desperdicio; y que luego pasa
al relato, ya sea breve o largo, en ingls o en francs, para terminar represen-
tando sobre la escena unas historias cada vez ms desprovistas de intriga, en
consonancia con lo que ser la tendencia dominante de su obra: el despoja-
miento y la depuracin extremos, segn un afn reduccionista que obedece
a un esfuerzo denodado por conferir la mayor expresividad posible o
imposible a la nada y al silencio.
Personalmente, siempre me ha intrigado en Beckett el paso de la novela
y relato breve al teatro. Este cambio genrico se produce en los aos de pos-
guerra, entre 1946 y 1948, crudos momentos de febril actividad literaria,
teraputica sin duda, a lo largo de los cuales Beckett concibe sus grandes
obras narrativas. Unas son relatos breves, recogidos bajo el ttulo de
Nouvelles et textes pour rien, en edicin de 1955. Otras son textos ms
largos, como Mercier et Camier primero y, despus, las tres joyas de la tri-
loga: Molloy, Malone meurt y LInnommable. Estos ltimos textos le haban
conducido progresivamente a un impasse narrativo que parece resolverse
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Cette fois, je sais o je vais. Ce nest plus la nuit de jadis, de nagure. Cest
un jeu maintenant, je vais jouer, Je nai pas su jouer jusqu prsent. Jen
avais envie, mais je savais que ctait impossible. Je my suis quand mme
appliqu, souvent. Jallumais partout, je regardais bien autour de moi, je me
mettais jouer avec ce que je voyais (...) Mais je ne tardais pas me
retrouver seul, sans lumire1.
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3 En realidad, la obra entera de Beckett deja traslucir una profunda reflexin acerca
del proceso de gestacin de la obra literaria, insertando de manera ms o menos explcita indi-
cios de este proceso.
4 Beckett haba escrito Eleutheria antes que Godot, y haba entregado a la vez ambas
obras a varios directores, para su puesta en escena. Mientras Roger Blin accede a representar
Godot en el Teatro de la Huchette en enero de 1953, obteniendo un gran xito de crtica y
pblico, nadie se hace cargo de Eleutheria, texto que permanecer en el cajn del olvido
durante muchos aos, quedando temporalmente oculta una muestra peculiar de la creatividad
polimorfa de Beckett.
5 Pseudopareja es el trmino que emplea la voz del Innommable para referirse a
Mercier y Camier. La obra de Beckett construye un complejo entramado de ecos y reenvos
entre sus obras. As, en lInnommable se alude a personajes que aparecieron en obras ante-
riores, e incluso que aparecern en obras posteriores, in BECKETT, S., LInnommable, Paris,
Minuit, 1953, p. 16.
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6 Como se sabe, Beckett dirige, con el tiempo, el montaje de sus propias obras, mos-
trndose como director escenogrfico pendiente del menor detalle con una minuciosidad
extrema, casi enfermiza. As se desprende de sus cuadernos de anotaciones, en concreto,
aqullas destinadas a la representacin de Godot en el Schiller Theater de Berlin, en 1975.
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viesa cualquier campo o cualquier llanura. Los lugares que recorren Mercier
y Camier resultan fcilmente intercambiables, si bien algunos indicios
mnimos en su discurso permiten ubicarlo en el espacio insular de la cam-
pia irlandesa.
Por otra parte, las etapas del supuesto viaje se hallan claramente mar-
cadas segn las viejas tradiciones literarias del relato itinerante, que resultan
sistemticamente parodiadas: la alternancia de perodos de marcha y de des-
canso; la llegada de la noche y la consiguiente bsqueda de un lugar donde
dormir; albergues, casas de antiguas amantes, o refugios provisionales de los
que con frecuencia son expulsados12, o deben salir huyendo. Novela de la
ruta, Mercier et Camier presenta an una dinmica de la accin, cuyas
secuencias, en funcin de peripecias irrisorias, se hallan perfectamente deli-
mitadas por el narrador. Este se siente legtimamente autorizado a contarlas,
puesto que ha sido testigo presencial13 directo de las mismas y, adems,
ejerce como tal de manera minuciosa y concienzuda, tanto, que termina des-
truyendo la ilusin de verdad narrativa, y dejando al desnudo el proceso de
creacin, esto es, su andamiaje constructivo. El lector puede as presenciar
la deriva de la escritura, pues queda al descubierto la voz narradora de
carcter autorial, que se impone prolijidad o brevedad segn conveniencia.
As, si el captulo X se abre con una largusima descripcin de las tierras
desoladas y estriles que recorren Mercier y Camier, concluye con una intro-
misin del narrador fin du passage descriptif que pone de manifiesto
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Es algo que harn Vladimir y Stragon con frecuencia, segn indican las
acotaciones que suceden a la sugerencia de Vladimir: Viens, on va marcher
un peu. (Il prend Stragon par le bras et le fait marcher de long en large,
jusqu ce que Stragon refuse daller plus loin)21.
Desde las primeras pginas se enuncia, as pues, una de las constantes
del tratamiento del espacio de la ficcin en Beckett, a saber, una reduccin
y compresin de efectos claustrofbicos, paralelas a una accin que se
estanca y a un movimiento que se paraliza. Numerosas expresiones
adquieren un doble o triple sentido, instaurndose un juego sutil entre los
registros narrativo y dramtico. Como dice Mercier, los dos viajeros
emprenden su viaje en cuanto le temps se lve, mientras la representacin del
viaje de la vida comienza cuando sube el teln, es decir, en cuanto le rideau
se lve. De alguna manera, se prepara ya en Mercier et Camier, novela en la
que existen numerosos guios al espacio teatral22, lo que ser la reduccin
fsica del espacio de la escena: ese ici del que resulta imposible alejarse,
puesto que impone una presencialidad categrica.
21 Ibid., p. 99.
22 En realidad, la novela es ya un esbozo de obra dramtica. Fundamentalmente, por
su dominio del dilogo, por esas situaciones cmico-burlescas con voluntad siempre par-
dica, por unos paisajes que constituyen decorados de cartn-piedra.
23 Entendemos por analepsis el relato de aventuras vividas en el pasado y enunciadas
en un presente. La recuperacin fragmentaria de episodios de ese tiempo anterior, que se
ensuea ms tolerable que el presente, aparece con frecuencia en las dos obras.
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ESTRAGON.(...) Allons-nous-en.
VLADIMIR.On ne peut pas.
ESTRAGON.Pourquoi?
VLADIMIR.On attend Godot.
ESTRAGON.Cest vrai.
27 Ibid., p. 9.
28 Ibid., p. 104.
29 El discurso de Estragon viene a invalidar los gestos que indican las didascalia y que
representan una inspeccin del espacio circundante, de doble valor ficcional y escnico, tras
la que termina escupiendo con evidente desazn. Es una prueba ms de la anttesis casi siste-
mtica que establece Beckett entre el gesto y la palabra, entre la indicacin didasclica y el
discurso de los personajes, siempre susceptible de una doble, o triple, lectura.
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30 Al igual que hay un espacio hors scne, existe, segn se ha indicado, un tiempo
anterior al que se refieren los personajes en tono nostlgico, a travs de breves analepsis o
flash-back. En Mercier et Camier, el recuerdo de tiempos pasados de aparente felicidad se
inmiscua tambin de manera espordica en el dilogo entrecortado: Ils avaient parl de cette
poque, trop parl, par bribes, selon leur coutume. Op. cit., p. 13.
31 Ibid., p. 210.
32 Ibid., p. 73.
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EL ESPACIO EVANESCENTE
EN GARGANTUA Y PANTAGRUEL DE RABELAIS
1 MNAGER, D., Introduction la vie littraire du XVIe sicle, Paris, Bordas, 1968,
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2 MUCHEMBLED, R., Le temps des mdiateurs, in Linvention de lhomme
moderne, Paris, Fayard, coll. Pluriel, 1988, p. 95.
3 JOURDA, P., Le Gargantua de Rabelais, Paris, Nizet, 1969, p. 147.
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PANTAGRUEL
Las Inestimables gratifican a Rabelais con un cmodo esquema tripartito, en
el que entrevera las esperanzas del naciente siglo XVI. Sin embargo, la des-
igual acogida que Pantagruel tuvo entre los lectores provoca la aparicin de
Gargantua, en la que Rabelais es ms explcito en sus intenciones. En este
sentido, la escritura rebours4 es indicativa de la voluntad del autor por
dar a sus mitologas la linealidad y la sucesin de las que carecan en apa-
riencia, de ah que Pantagruel se transforme en el segundo libro que impone
la lgica de la filiacin. Este deseo por alejarse del fondo gargantuino es
manifiesto en la idntica disposicin del gigantismo en el preludio y final de
la crnica, de lo que se infiere la poca vocacin de Rabelais por sublimarlo.
En cambio, la impronta de la realidad en los captulos relativos a la educa-
cin destaca el inters por la vida ordinaria, en la vida cvica, la mirada del
gigante acta como un correctivo porque, al medirse con los usos e institu-
ciones coetneos de Rabelais, adquiere un valor intelectual y tico.
El advenimiento de la nueva pareja mtica Garganta / Pantagruel rati-
fica la originalidad de Rabelais. La sutil disposicin de los gestos y gestas
que honran al proto-Garganta legendario dan lugar a un doble relato de for-
macin: Pantagruel es el beneficiario de los gestos, mientras que Garganta
es el adalid de las gestas que perpeta la tradicin gargantuina. Este brico-
laje narrativo no es sino la consecuencia de la propia re-escritura, de modo
que la cronologa de la creacin y de la ficcin esclarece la perspectiva de
futuro y el mito fundador del nuevo linaje de la casa de Utopa. Con esto
queremos decir que Pantagruel, el intruso que alter la tradicin gargantuina,
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Ahora bien, para que este periplo universitario tenga los visos de un viaje
inicitico11, la educacin de Pantagruel ha de inscribirse en episodios de
marcado aire escolstico, a fin de que sea ms evidente el concepto orna-
mental de cultura que se haba entronizado, es decir, la discusin aparatosa
de asuntos minsculos expresada en un lenguaje tan tcnico que casi resul-
taba esotrico:
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GARGANTUA
Por coherencia, la crnica de Garganta exige repetir el mismo esquema
narrativo, al igual que la cronologa de la ficcin solicita destacar aquellos
episodios que honran las gestas del Garganta legendario, aunque adaptados
a las requisitorias del temps caphart. Si la topografa ficticia de Pantagruel
sita esta crnica en la rbita del progreso, la impronta chinonesca en la cr-
nica paterna ha de entenderse como un paso atrs, con el fin de dar cartas de
naturaleza a la encomienda del rey de los alterados. Adems, Rabelais ha
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16 PILLARD, G.-E., Le vrai Gargantua. Mythologie dun gant, Paris, Imago, 1987,
pp. 54-76.
17 HUCHON, M., Gargantua, Paris, Gallimard, coll. La Pliade, cap. XXI, p. 56.
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24 Nul dtail, nul propos nest invent: cest la vie mme, dijo Lefranc acerca del
realismo de esta guerra. A partir de este anlisis, se ha aceptado que Rabelais se inspira en un
litigio paterno y que, con una precisin escrupulosa, el mapa de las operaciones moviliza
villorrios, recuerdo de la infancia. Echando mano de esta evocacin y apelando al talante ico-
noclasta del autor, Dontenville barrunta que, para la onomstica de la yegua, Rabelais pudo
recordar el nombre de un estanque prximo a Chinon llamado la Grand Jument, lo cual jus-
tificara el aguacero caballar que diezma las huestes de Picrochole en el gu de Vde. En
cuanto al rbol de san Martn, la solidez de un dolmen llamado la Alle couverte de la Pierre
Folle le habra inspirado las dimensiones colosales de este arma, in DONTENVILLE H., op.
cit., p. 334.
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ESPACES DE LA MODERNIT
ET DOUCEUR DE VIVRE
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Oeuvres compltes, Paris, Gallimard, coll. La Pliade, 1958, p. 57.
2 LARBAUD, V., Amants heureux amants, in La Nouvelle Revue Franaise, t.
XVII, Paris, nov. 1921.
3 LARBAUD, V., Mon plus secret conseil, in La Nouvelle Revue Franaise, t.
XXI, sept./oct. 1923.
4 LARBAUD, V., A. O. Barnabooth: journal dun milliardaire, La Nouvelle Revue
Franaise, t. IX, mars, avril, mai, juin 1913. La premire publication des oeuvres dA. O.
Barnabooth remonte 1908 avec Pomes par un riche amateur. Dans ce cas le nom de Valery
Larbaud napparat pas. Compos des pomes dA. O. Barnabooth, du conte Le pauvre che-
misier et dune biographie rdige par X. M. Tournier de Zamble. Le titre des ouvrages des-
tins au public tant: Le livre de M. Barnabooth. Prose et vers et de ceux destins aux
collgues tant: Pomes par un riche amateur, ou oeuvres franaises de M. Barnabooth. Cest
dans la deuxime srie de Barnabooth que le nom de Valery Larbaud apparat comme diteur.
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est-il des posies6 qui occupent une place unique dans son oeuvre. Les quel-
ques vers avec lesquels nous commenons notre communication nous met-
tent sur la voie et anticipent dj que le riche amateur sest fait cho de la
situation de la crise des valeurs symbolistes7 du dbut du XXme sicle et
tient compte du point de convergence de ces tendances potiques confuses:
une posie nouvelle qui colle de trs prs la vie, la vie relle dans toute sa
splendeur, sa complexit et sa richesse. Lgarement dans limaginaire, dans
lau-del, dans ces paradis perdus berceau par excellence de labsolu sym-
boliste ne retient donc plus lattention des potes. Michel Dcaudin insiste
prcisment sur les manifestations diverses qui srigent contre le symbo-
lisme au nom de la vie, de la nature, de la cit, des valeurs du coeur, de la
simplicit et de la clart8.
Valery Larbaud, sest nourri sans aucun doute des enseignements sym-
bolistes dans les dbuts de sa carrire G.-Jean Aubry9 le signale dans la
biographie de jeunesse et Larbaud lui-mme la point plusieurs
reprises10, mais trs tt il se dgage des influences pour nous offrir une
posie nouvelle qui rponde aux exigences de son temps. Son vice impuni
de la lecture, sa connaissance des langues trangres, son got de ltran-
get, son non conformisme et surtout cette recherche du neuf11, le mnent
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12 GIDE, A., lettre Valery Larbaud, in LIOURE, F., (d.) Correspondance Valery
Larbaud-Andr Gide, Cahiers dAndr Gide, n 14, Paris, Gallimard, 1989, 30-07-1908,
p. 34.
13 PHILIPPE, C.-L., Lettres Valery Larbaud, Paris, NRF, 1939. Lettre du 1-08-1939.
14 LARBAUD, V., Postface aux tudes whitmanniennes, in Walt Whitman, Paris,
Gallimard, 1918, p. 265.
15 DCAUDIN, M., op. cit., p. 354.
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16 LARBAUD, V., Conversation Lon-Paul Fargue-Valery Larbaud, op. cit., pp. 25-
26.
17 Nous devons relever que Charles-Louis Philippe fut le premier avoir constat ce
fait. PHILIPPE, C.-L., Lettres Valery Larbaud, op. cit., 1-08-1939.
18 LARBAUD, V., Borborygmes, Prologue, in Oeuvres Compltes, op. cit., p. 43.
19 LARBAUD, V., Prologue, ibid., pp. 43-45.
20 LARBAUD, V., Alma perdida, ibid., p. 54.
21 Nombreux sont les pomes qui abordent le thme de la rupture avec le pass. Nous
pourrions citer entre autres Centomani, Lancienne gare de Cahors, Nuit dans le port...
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[]
Prtez-moi, Orient Express, Sud- Brenner-Bahn, prtez-moi
Vos miraculeux bruits sourds et
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Certes, la vie bord des trains de luxe et des paquebots est une vie
confortable, douillette, riche en volupts de tout genre, mais ce qui devient
dautant plus important aux yeux et lme du pote, cest la joie de la fuite
en elle-mme, et le dfil filmique des espaces parcourus. Le pote jouit de
llan et du spectacle que lui offre ce nouveau mode de locomotion:
[...]
Et vous, grandes places travers lesquelles jai vu passer
La Sibrie et les monts du Samnium,
La Castille pre et sans fleurs, et la mer de Marmara sous
une pluie tide!
[...]
Et, plus loin encore, travers la Bulgarie pleine de roses...34.
Ivresse physique mais aussi ivresse sensuelle puisque les parcours sont
jalonns de paysages tourbillonnants multicolores, de parfums enivrants...
Ces pomes, dats de partout, sont assoiffants comme une carte de vins
affirma Andr Gide35, prfrant cette stricte et voluptueuse sensibilit. Et
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cours de pays en pays et qui confrent au texte des sonorits aussi all-
chantes quattrayantes, rvlant une fois de plus cette passion larbaldienne
des langues et des mots.
Mais le voyage en lui-mme nest pas suffisant, face ce dsir de libert
et dexpansion, cette contemplation des villes qui dfilent, le besoin dune
pause se fait imprieux pour ce coeur de vagabond50. Jean-Claude Corger
de dire:
Cette Europe quil surprend de nuit sur son lit parfum52, pleine de
lumires et de couleurs53, berceau des nations civilises54 , cette Europe
qui est comme une seule grande ville, pleine de provisions et de tous les plai-
sirs urbains55 a accueilli, accueille et accueillera sans aucun doute le pote.
Si ses richesses matrielles sont suffisantes pour satisfaire les caprices dun
dandy tel quA. O. Barnabooth, les richesses intellectuelles et sensuelles ne
sont pas moindres.
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encore plus ferms pour faire des pauses, ayant besoin de stabilit et de per-
manence, cest au sein de la ville, quil va pouvoir se recueillir:
Le dsir dun univers ferm, douillet, feutr, chaleureux nest que plus
ardent. Ce repliement dans un coin imperceptible dune ville devenant obli-
gatoire quand il sagit de la qute de cette identit. Yves-Alain Favre de dire:
[]
Prenez donc tout de moi: le sens de ces pomes,
Non ce quon lit, mais ce qui parat au travers malgr moi:
Prenez, prenez, vous navez rien.
Et o que jaille, dans lunivers entier,
Je rencontre toujours,
Hors de moi comme en moi,
LIrremplissable Vide,
LInconqurable Rien74.
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Dans l Eterna Volutta, le pote avoue que Ni les choses les plus
douces/Ni les parfums des fleurs dcomposes/Ni la musique en pleine mer
[...]77 ne sont capables dassouvir la douleur.
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[]
(Hausse vers moi ton baiser lourd, colorada!
Quil me pntre jusqu lessoufflement,
Laissant du feu parfum aprs lui
Et une moiteur dlicate sur tout mon corps)
[]81.
Et finalement:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
774 M. Isabel Corb Sez
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le monde, Le littraire, 1re anne, n 6, 27-04-1926.
FAVRE, Y.-A., Nuances et rythmes dans la posie de Larbaud, in Valery
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SABATIER, R., La posie du vingtime sicle, Paris, Albin Michel, 1982.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UN IMAGINAIRE MARIN DANS LOEUVRE
DE MARIE DARRIEUSSECQ
1 DARRIEUSSECQ, M., Truismes, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1996. Par la suite
les rfrences cette uvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (T., p. x.).
2 DARRIEUSSECQ, M., Naissance des fantmes, Paris, Gallimard, coll. Folio,
1998. Par la suite les rfrences cette uvre seront indiques entre parenthses dans le texte:
(N.F., p. x.).
3 DARRIEUSSECQ, M., Le mal de mer, Paris, Gallimard, coll. Folio, 1999. Par
la suite les rfrences cette uvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (L. M.
M., p. x.).
4 DARRIEUSSECQ, M., Bref sjour chez les vivants, Paris, P.O.L., 2001. Par la suite
les rfrences bibliographiques cette uvre seront indiques entre parenthses dans le texte:
(B.S., p. x.). Nous nallons pas incorporer ni contempler dans cette tude son dernier roman
publi chez POL en 2002, Le Bb.
5 Texte offert loccasion de la parution de son roman Le mal de mer, en 1999,
Prcisions sur les vagues est une sorte dinventaire des diffrentes vagues de la plante
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bleue et du mouvement marin. DARRIEUSSECQ, M., Prcisions sur les vagues, Paris,
P.O.L., 1999. Par la suite les rfrences cette uvre seront indiques entre parenthses dans
les texte: (P. V., p. x.).
6 Des belles photographies anciennes de Roger-Viollet de plages balnaires atlanti-
ques emblmatiques comme celles de Biarritz, San Sebastin, Le Touquet ou de la Seine-
maritime; il sinsre aussi un beau texte sur la Plage, sur lhistoire de la Plage, ses origines,
son pass, et des souvenirs denfance de Darrieussecq, dune enfance au bord de mer.
7 Ce sont des thmes qui taient dj prsents dans son premier roman Truismes
(1996).
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Un imaginaire marin dans loeuvre de Marie Darrieussecq 777
8 Au bout dune heure et demi avec elle javais six ans, il est ais de calculer que je
perdais environ un an toutes les cinq minutes, ce qui ce rythme minterdisait absolument,
moins danantissement ou de snilit ftale, de rester plus de deux heures en sa compagnie
(N.F., p. 126).
9 Pense de la mre de Bref sjour chez les vivants.
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Un imaginaire marin dans loeuvre de Marie Darrieussecq 779
Quand elle nage elle ressent la force des vagues et le creux des rouleaux et
croit couler par les boyaux de la mer.
Dans Bref sjour chez les vivants dfilent des images de torture, dven-
trement les intestins des kabyles se dployant par terre ou le bb de
Sharon Tate arrach de son ventre par la secte de Manson dans le neuvime
mois de grossesse. Ici, la mre, spare spatialement de ses filles et avec
le poids dun enfant mort, se sent dchire, punie, comme le Grand Mchant
Loup du Petit Chaperon rouge, avoir lestomac rempli de pierres.
Seule Nore, la plus jeune, habite avec sa mre au bord de mer, aux
Pyrnes Atlantiques13, et elle est donc celle qui se trouve le plus en contact
avec la mre/mer. Elle ne sort pas du filet, elle ne se desserre pas dun
univers qui [] redevient une grande jupe bleue un peu avachie (L.M.M.,
p. 31).
La plus ge, Jeanne, est celle qui se trouve la plus carte, Buenos-
Aires14, celle qui a cherch sloigner des attaches et du secret refoul de
famille, de la mort du petit frre noy. Mais cest prcisment celle qui a
gard un contact tlpathique trange avec la mre peut-tre parce quelle
veut tre enceinte. La mre rflchit sur la communication par tlphone
avec sa fille en termes de conversations transatlantiques, grce des cbles
lacet ombilical qui, au fond des ocans, se ctoient avec les baleines et
font des calmars gants des quilibristes.
Anne, celle du milieu, la plus dsquilibre, psychotique, est loin de la
mer, elle habite Paris. Il parat que son problme existentiel se complique,
selon Nore, parce quelle nest pas ct dune plage, dans une jointure du
monde comme son pre qui est Gibraltar . Les autres femmes vivent
au bord de mer, mais pas elle. Jeanne croit que cest le meilleur endroit pour
habiter15 et Nore pense que [] quand elle vivait ici, elle tait certes
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780 Adela Cortijo Talavera
16 Dans les rfrences aux citations de Bref sjour chez les vivants nous marquerons
comme cela lappartenance au monologue intrieur, la voix narrative fminine qui parle ou
qui exprime ses penses.
17 limage du Bernard lErmite allant habiter les coquilles abandonnes, on associe
parfois les murs du coucou allant pondre dans le nid des autres. BACHELARD, G., chap.
V La Coquille, in La potique de lespace, Paris, PUF, 2001, [1957], p. 122.
18 Elles sont nombreuses les rfrences aux vampires dans Naissance des fantmes, la
narratrice passionne par la lecture dhistoires dhorreur dforme son espace, elle le remplit
dombres mystrieuses et elle se sent vampirise par un non-mort, par un mari/revenant.
Ma poitrine sest glace sous la vampirique succion de quelque chose dpuisant. (N.F.,
p. 71). On peut reprer dautres allusions aux vampires dans les pages: 87, pp. 90-92 et p. 115
de Naissance des fantmes et la page 41 de Le mal de mer.
19 Pourquoi tes-vous fascine par les fantmes? [] La nuit je crois aux spectres,
le jour je suis cartsienne. Dclaration de Marie Darrieussecq dans lentretien fait par Becky
Miller et Martha Holmes.
20 Cf. BACHELARD, G., Limmensit intime, in La potique de lespace, op. cit.,
pp. 168-190.
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21 Dans le roman suivant, Le mal de mer, on insiste sur le fait que le vide se cre dans
les creux des rouleaux, [] personne ne peut survivre dans le creux, dans ce vide que les
vagues spuisent combler, dans lequel leau culbute, enfle, puis disparat; o lair claque,
o le sable explose, ou rien ne sapaise ou se colmate (L.M.M., pp. 121-122).
22 Extrait de la prsentation de Naissance des fantmes dans la page web des ditions
POL: http://www.pol-editeur.fr/catalogue/fichelivre.asp? Clef=320.
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comme une nappe deau (N.F., p. 46); o les rues sont sombres, aquatiques
et bleutes.
Et la fin, dans la maison familiale, ct dune mre/sirne, elle ne
peut saisir le monde qu lenvers. Quand elle se promne dehors, en tant
que poisson, la ville entire se dploie dans les profondeurs sous-marines:
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29 Dans Bref sjour chez les vivants, Anne, celle qui ressent le plus labsence de la
mre/mer se fera cho de ces paroles: la petite sirne marchait sur ces deux jambes cisaille
de douleur [] [Anne] (B.S., p. 32).
30 [...] le coquillage cachette, refuge qui prime les mditations sur son aspect hli-
codal ou sur le rythme priodique des apparitions et des disparitions du gastropode.
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Lintimit de lenceinte coquillaire est renforce encore par la forme directement sexuelle de
nombreux orifices de coquillages. DURAND, G, op. cit., p. 289. Le coquillage prsente non
seulement laspect aquatique de la fminit, et laspect fminin de la sexualit, mais aussi, par
sa forme en spirale [...] la forme hlicodale de la coquille de lescargot terrestre ou marin
constitue un glyphe universel de la temporalit, de la permanence de ltre travers les fluc-
tuations du changement. DURAND, G., op. cit., p. 361, cest un symbole temporel de
croissance.
31 Cf. BACHELARD, G., cap. XII La psychologie de la pesanteur, in La Terre et
les rveries de la volont, Paris, Jos Corti, 1982, [1947].
32 Pour svader la mre impose dans ses rves le plan vertical lhorizontal. [...]
lascension repose sur le contrepoint ngatif de la chute. Gueule, gouffre, soleil noir, tombe,
gout et labyrinthe sont les repoussoirs psychologiques et moraux qui mettent en vidence
lhrosme de lascension. [...] Lascension constitue donc bien le voyage en soi, le voyage
imaginaire le plus rel de tous dont rve la nostalgie inne de la verticalit pure, du dsir d-
vasion au lieu hyper, ou supra, cleste [...]. DURAND, G., op. cit., p. 141.
33 La bane respire doucement, elle sapprte. a commence sans bruit, sans mme
une ride, au changement de mare; la bane se vide. Il ne se forme aucune vague, sinon une
vague intrieure, une aspiration, une sorte de retournement de leau sur elle-mme []
(P. V., p. 10).
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cadavre mon Dieu faites que mon slip et mon soutien-gorge soient assortis
[Jeanne] (B.S., p. 307), elle estime quelle naurait pas d faire de rgime,
de toute faon on la trouvera gonfle et elle pense son petit frre qui lat-
tend aux profondeurs vertes. Tu sais bien quil tattend dans le fond tu sais
bien quil tattend couvert de vase hilare cest crit depuis longtemps tu le
savais a devait arriver cest trop bte au fond du Tigre assis jovial jouant
avec ses orteils en petit maillot rouge un petit bouddha blond je tattends je
tattends depuis longtemps. [Jeanne] (B.S., p. 301). Jeanne et la narratrice
du premier roman se retrouvent avec leurs fantmes dans des espaces
inverss, feriques, fantasmagoriques; que ce soit lintrieur de la voiture ou
la maison familiale il sagit daquariums lenvers, air dedans, eau dehors.
Comme il est difficile de cerner un spectre, les allusions aux corps trans-
lucides se ritrent: la fluorescence dpolie des mduses qui se bercent dans
leau, les crevettes translucides avec sept anneaux de chair aqueuse, The
invisible man, le roman prfr du pre vad. Le fantme nest peut tre
peru qu travers sa trace, son mouvement fig dans les photos bouges.
[] les fantmes regards de face svanouissent. On fixe un point quel-
conque de lespace, juste ct do on a cru les voir: les revoil. [Nore]
(B.S., p. 118). Ils dplacent les dimensions et ils se logent dans la mmoire
des personnages fminins comme fait aussi la mer dans ces romans.
Puisquil ne sagit pas tellement de la vision de la mer mais du souvenir, de
la mmoire de la mer34, de la plage. Nore, qui est myope, croit limpor-
tance de la voir au maximum, plein cerveau comme une ponge35
[Nore] (B.S., p. 116), de se rappeler de la mer, de lenregistrer tous les jours,
comme si on ne la jamais vue. Lincipit de Le mal de mer concide avec
lmerveillement de la petite qui voit la mer pour la premire fois, une mer
nocturne36, saturnienne, coule du ciel noir37. Daprs Nore, pour quelques
gens malheureux, la mer se rduit des lignes parallles bleues, blanches et
grises, une odeur, un mouvement et un bruit. Mais la mmoire se dploie
dans le lieu exact du surgissement visionnaire de ltranget, dans lampleur
34 Le mal de mer est moins un texte sur la mer quun texte de la mmoire de la mer.
Comment se souvient-on de la mer? Tiphaine Samoyault, Mer cannibale, op. cit.
35 La mre tourmente imagine quelle a un cancer de cerveau, [] des trous d-
ponge dans la tte et je me balancerais, madrpore sous la mer [mre] (B.S., p. 194).
36 Cf., BACHELARD, G., cap. II, Les eaux profondes, les eaux dormantes, les eaux
mortes in LEau et les rves, Paris, Jos Corti, 1981, [1942], pp. 63-96.
37 Leau noire qui effraie Nore, quelle a connu dans son voyage en Islande, cest un
symbole de la mort. Jai eu si peur face leau noire que jen ai chi dans ma culotte. []
Boue noire charrie par leau noire. Noire cumeuse cumante. [] leau, ttanie du paysage,
vnement gouffre dans le paysage [Nore] (B.S., p. 109).
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mortes, in LEau et les rves, Paris, Jos Corti, 1981 [1942].
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Prcisions sur les vagues, Paris, P.O.L., 1999.
41 DARRIEUSSECQ, M., Il tait une fois la plage, Paris, Plume, avec des photo-
graphies de Roger-Viollet, 2000, p. 33.
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LESPACE DU MEUBLE
DANS LOEUVRE DE DIWO
INTRODUCTION
Jean Diwo a initi sa carrire dcrivain dans le journalisme, quil a quitt
aprs y avoir fait un long parcours. Sa formation comme journaliste sest
bien ptrie au sein des grands quotidiens parisiens, formation quil a cou-
ronne chez Paris Match en tant que grand reporter des vnements impor-
tants. Puis il a fond et rdig pendant vingt ans la publication de Tl 7
jours. Nous avons recens son uvre Les Dames du Faubourg, compose de
trois volumes, dont le premier sintitule aussi Les Dames du Faubourg, le
deuxime Le lit dacajou, et le troisime Le gnie de la bastille. Le titre de
la saga est bien fond; dans un espace dhommes, qui font un mtier
dhomme lpoque ce sont les femmes, que ce soient abbesses, bour-
geoises, pouses dbnistes, qui emportent la partie la plus importante,
celles qui soutiennent les artisans et les aident crer les chef-duvres qui
firent devenir clbre le Faubourg.
Lhomme, et spcialement lartisan dans ce cas, projette ses sentiments,
faonne ses proccupations travers les dimensions ou les objets de les-
pace. Dans les topiques de chose, lespace apparat ct du temps. Dans la
littrature, la description de lespace termine dans le topique de locus
amoenus. Bakhtin1, dans sa thorie du chronotope dit les indices du temps
peuvent tre dcouverts dans lespace, qui est peru et mesur aprs le
1 BAKHTIN, M., Teora y esttica de la novela, Madrid, Taurus, 1989, pp. 237-38.
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792 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
temps. Cest dans ce sens que lon va analyser lespace artisanal contenu
dans la saga de Diwo. Lespace aura les sens despace physique et despace
existentiel, la fois lieu o se droulent les faits, mais aussi dans le sens abs-
trait du mot, lartisanat comme espace culturel.
Lespace o lartisan travaille, latelier, devient le chronotope de lar-
tisan du meuble, tant donn que latelier constitue la base des faits, de la
mme faon que le chteau est la base du roman gothique ou roman noir.
Dans la priode de temps comprise dans la saga de Diwo, lartisan se renou-
velle ainsi que son atelier et tous ces produits, les meubles; lespace change
dans le temps, et cest le mme espace, mais transform par leffet du temps.
Du point de vue smiotique, lespace du bois, du meuble, de latelier o
vivent et travaillent les artisans, nous montre les diffrentes classes sociales.
Les artisans sont opposs labbaye au dbut de la saga, plus tard on y
trouve les bnistes face aux clients, pour aprs les opposer aux diffrents
mtiers qui apparaissent dans les romans, mesure que les innovations dans
la construction de meubles avancent: ornemanistes, dessinateurs, argentiers,
bronziers, etc.
Nous avons dans cette uvre, dune part, lespace ouvert, reprsent par
le compagnon qui fait le Tour de France, lhomme errant, qui dispose dun
grand espace du moment quil voyage par toute la gographie franaise la
recherche de techniques, mais aussi grand espace culturel, car il revient plein
de savoir-faire. Il part de latelier, ou de chez lui, et il retourne au foyer, late-
lier, qui reprsente dans ce cas le lieu clos, le refuge.
Lespace cr par Diwo se prsente sous trois volets: le temps, ds la fin
du XVe sicle, jusqu lpoque dentre guerres; les lieux, le Faubourg Saint-
Antoine-des-Champs prsid par son abbaye, et la place dAligre; les gens,
abbesses, bnistes, leurs familles et leurs amis, leurs souffrances et leurs
bonheurs.
Nous pouvons appeler Le berceau des faits au fameux quartier du
Faubourg Saint-Antoine, o les personnages, les gens du meuble naissent
sous la protection des abbesses, les Dames du Faubourg, dont le pouvoir et
lautorit ont t incontestables jusqu la Rvolution, et qui ont jou le
grand rle de cratrices du mouvement des ouvriers libres de Saint-Antoine.
Le rcit se droule la faon dune toile transparente suspendue au fond
de la scne. Dans la priode de temps cite, les histoires et les personnages
se succdent, on assiste tous les vnements importants de lhistoire, et on
connat les personnalits les plus relevantes des diffrentes poques; des per-
sonnages imaginaires se mlangent avec dautres qui ont exist, mais le
point commun de tous ces faits, est toujours le bois, le meuble, les artisans.
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 793
LE QUARTIER
Nous sommes en 1471, et au Faubourg Saint-Antoine, nat le premier
noyau douvriers du bois autour de labbaye de Saint-Antoine-des-Champs.
Cest labbesse Jeanne IV qui protge et encourage ses ouvriers: Je vais
installer sur le territoire de labbaye les meilleurs ouvriers. Quand Jean
Cottion, le premier compagnon install dans labbaye meurt, sa femme
Charlotte lui tenait sa main: sans comprendre encore quelle restait le seul
tmoin, avec la vieille Gabrielle, des dbuts dune grande aventure3. Plus
tard, en 1475, attirs par lindpendance lgard des jurandes, les artisans
sinstallent de plus en plus nombreux autour de labbaye. partir de l, le
Faubourg va connatre des jours de gloire mais aussi de disette, selon les
inconstances de la politique: Le Faubourg vivait mal dans le chaos.
Lesprit cratif des dernires annes tait tari [] on survivait grce aux
travaux dcids par labbesse. Pendant le rgne dHenri IV, le Faubourg
retrouvait son visage des jours heureux. De mme, lpoque o
Richelieu gouvernait la France: Le faubourg, lui, continuait de prosprer.
Le meuble ntait plus seulement un objet utile et pratique. Lunit qui
existait entre les gens du mtier, est mise souvent en relief, loccasion de
la mort dune protagoniste: Depuis la mort de Batrice, le Faubourg avait
perdu un peu de son me. mesure que le temps passe, et que les techni-
ques et les pices changent:
2 Toutes les citations qui illustrent les concepts proposs tout au long de notre travail
sont issues des volumes source de notre tude. Nous nallons pas rfrencier celles qui sont
insres dans le texte afin dviter la suite de numros qui rendraient le texte touffu.
3 Cette grande aventure cest la naissance dun des plus importants quartiers artisans
du meuble de France.
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794 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
LE MTIER
Dans le quartier dcrit antrieurement, les protagonistes des romans les
artisans du meuble transmettent constamment leur fiert dappartenir
cette classe artisanale. Ils apprcient la noblesse du mtier dbnistes, et le
sens du groupe.
Quand Jean Cottion arrive chez Pierre Thirion, lauteur nous informe:
Jean Cottion, comme ceux de sa race, aimait damour le bois. cette
poque, vers la fin du XVe sicle, les huchiers-menuisiers taient presque
tous tablis rue de Clry et dans les ruelles avoisinantes. Thirion tait le seul
4 DIWO, J., Les Dames du Faubourg, La Flche (Sarthe), Denol, 1998, p. 548. Par
la suite les rfrences cette oeuvre seront indiques entre parenthse dans le texte: (D.F.,
p. X).
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 795
5 Corporation du bois.
6 Jean Boulle fut le pre du clbre Andr Boulle.
7 Alexandre Lenoir, archologue franais n Paris (1761-1839). Il recueillit, dans le
Muse des Monuments franais, des oeuvres dart provenant des pillages de la Rvolution.
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796 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
lgende. un moment donn, une des deux filles dben, celle que le rcit
prsente comme la mre du peintre Eugne Delacroix, en opposant lam-
biance o elle vit cause de son mariage et celle de sa propre famille
dit:
Avec notre pre et Riesener nous navons pas t habitues toutes ces
manuvres, ces intrigues, cette haine qui oppose ceux qui sont censs
travailler pour la mme cause. Eux marchaient dans le droit fil du bois, ils
ne construisaient pas leur uvre avec des discours mais avec leurs mains8.
Le tour de France
Dans le mtier, il faut mentionner le fameux Tour de France9: Sa canne de
compagnon la main, sa malle aux quatre nuds, sur lpaule, Jean Cottion
attendit. Cest ainsi que commence le premier volume du livre, o le pre-
mier compagnon fait son apparition. Jean Cottion arrive chez Pierre Thirion,
qui le reconnat: et regarda, surpris, ce nouveau venu qui le saluait la
mode des aristocrates du trimard en levant sa canne de compagnon hauteur
du front, signe de respect et de dvouement. Denis, un des grands protago-
nistes de Les Dames du Faubourg, part faire son Tour de France: Il devait
rejoindre Auxerre [] o la mre des compagnons de la cayenne locale, au
vu de son passeport compagnonnique, le recevrait, le logerait et le nourrirait
en attendant que le premier en ville lui trouve un employeur. Ses parents pr-
parent son voyage: Devant vous, je vais lui donner la canne de son arrire-
8 DIWO, J., Le lit dacajou, La Flche (Sarthe), Denol, 1998, p. 97. Par la suite, les
rfrences cette oeuvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (L.A., p. x).
9 Les premiers mtiers accepts en compagnonnage furent, entre le commencement
du XIIIe et la fin du XIVe sicle, les tailleurs de pierre et les charpentiers, suivis ensuite par
les menuisiers et les serruriers. Le corps couvre les trois matriaux de base indispensables
toute construction: pierre, bois et fer. Il ny a pas de document officiel qui permette davancer
avec certitude une date ou des lieux prcis, mais lmergence des premires socits carac-
tre compagnonnique se situe dans ce champ de lhistoire o le triptyque corporations-cath-
drales-croisades contribue forger la premire identit compagnonnale. Litinrance de ces
mtiers spcialiss et pourvus de franchise est la base mme du voyage professionnel que
constituera plus tard le fameux Tour de France. En 1268, le Livre des mtiers dtienne
Boileau interdit pratiquement tout ouvrier la libert de voyager. Ds lors, sil nest pas fils
ou gendre du matre, le compagnon de la corporation ne peut entretenir aucun espoir de
devenir matre son tour, car les responsables corporatifs les leur empchaient. Le com-
pagnon, aussi talentueux soit-il, naura jamais largent ncessaire pour ouvrir une boutique,
ou pour acqurir les matriaux et le temps ncessaires la prsentation dun chef-duvre,
travail impos et jug par les matres de la corporation, seuls autoriss transformer le com-
pagnon en matre. Cest ainsi qu partir du XIIIe et XIVe sicles, les compagnons osent
braver la loi, afin de voyager librement, ne souhaitant pas vivre sous la corporation.
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 797
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798 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
LES MEUBLES
Les meubles, dans notre analyse, constituent la ralisation de lartisan, qui,
aprs avoir dessin, coup, mortais le chssis, coll, dgrossi, dcor,
taill, sculpt, poli etc. le bois, voit enfin son oeuvre termine.
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 799
table de famille o avait jadis rgn Marguerite ben, table qui rapparat
aprs la mort de la dernire Dame dont les enfants et amis pleurent mais qui
vont suivre lhabitude tablie de runir leurs amis et de les inviter de temps
en temps venir partager le pain autour de la grande table dben. Lorsque
son enfant, lenfant trouv, le vainqueur de la Bastille, vendeur de meubles,
va dmnager pour occuper la maison vide de cette dernire Dame, ce sont
les guridons, les tables jeu et les siges genre Jacob quil emmagasine.
De mme, quand lauteur nous transmet la succession de la ligne, La
petite Lucie dormait dans le lit de princesse que Riesener lui avait fabriqu
avec amour lorsque le berceau de Jean Marot tait devenu trop petit ce lit
avait bnfici:
Les roues finement ouvrages ne tournaient plus sur lessieu rouill, mais
le chariot dont le constructeur avait mme pris le soin de sculpter larrire
et les cts tait charmant [...] ils trouvrent une arbalte et un pistolet
pierre compltement rouill [] (L. A., p. 464).
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800 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
[] des pieds socle plein avec fortes roulettes de cuivre, dix montants
forms par des sirnes ailes, ceinture avec double baguette, gorge et cor-
niche, coupe au milieu du socle, le tout en bois dorme ponc et verni
comme le plateau de teck massif dun diamtre de 2,77 [] (L. A., p. 535).
11 Note de Diwo: Les lits cette poque taient simplement constitus dune sorte de
chssis quon disait cord parce quil tait garni de cordes plus ou moins grossirement tis-
ses. Les chssis foncs, nouveauts plus confortables, taient faits de sangles entrelaces
(D. F., p. 26).
12 Note de Diwo: Le panneau serviette ainsi nomm parce quil ressemblait aux plis
amidonns dune serviette se retrouve partout dans les meubles du Moyen ge (D. F.,
p. 26).
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 801
faire fabriquer des cabinets dbne par des protestants flamands et les offrir
la plus belle de leurs filles.
Christophe se plaint de ses fauteuils: Vos cabinets resteront des chefs-
duvre quon se transmettra de gnration en gnration tandis que mes
chaises et mes fauteuils aux pieds tourments comme des vieux ceps, qui en
voudra encore dans dix ans?13. La vue dune petite table venue dItalie,
donna lide Jacques dincruster lui-mme des filets de mtal brillant dans
le bois, au lieu de le marqueter. Cest ainsi quapparat la mode des incrus-
tations de mtaux qui aura lieu quelques annes plus tard. Jacques construit
un bureau pour le marchal Crqui en utilisant la mthode des fils de mtal:
le bureau de bois noir incrust de filets dtain fut une assez belle russite.
Les tables et les cabinets de marqueterie, continuaient dtre fabriqus
par les gens du Faubourg, mme si: ils navaient sans doute pas les qualits
de ceux crs au Louvre. Jean Lepautre construit un fauteuil bras:
13 Note de Diwo: Christophe avait tort. Ses siges seront il est vrai abandonns
cinquante ans plus tard, mais ceux qui survivront aux intempries, aux pillages et aux modes
nouvelles dans les caves et les greniers vaudront un jour des fortunes (D. F., p. 285).
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802 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
[] le bureau du roi devait tre grand sans tre dmesur, fastueux sans
tre pompeux, dcor des bronzes les plus admirables sans crouler sous les
ors. Il utilisa une marqueterie de motifs gomtriques traits en camaeu
dans les bois de biais les plus foncs (D. F., p. 555).
Quelques annes plus tard le grand matre Riesener, cra pour Louis
XVI, une grande commode:
[] six pieds de long, trois de haut, cest un monument mais nous avons
russi lui conserver une lgret arienne. Elle est orne dune mosaque
de bois rares cerne de filets fleurons. Quatre figures de bronze dor sont
adosses aux montants, elles reprsentent le courage, la force, la prudence
et la temprance (D. F., p. 580).
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 803
roi, commenc par ben et achev par lui (Riesener) comme un devoir
sacr. Car ces bnistes aimaient leurs ouvrages jusquau point que
Riesener tremblait pour les meubles quil avait construits [...] et qui souf-
frait chaque fois quune de ses commodes avait subi des dprdations.
Riesener, en parlant Lenoir, dont il admirait la mission salvatrice quil
exerait pour sauver les statues saccages par les meutiers, lui priait: Ne
ngligez pas les meubles, monsieur Lenoir. Il y a des merveilles quil faut
aussi sauver. Jespre que les voleurs des bijoux de la Couronne nont pas
endommag les oeuvres de Boulle, par exemple. Et il prend une dcision
presque hroque: racheter ladministration du Garde-meuble les pices
qui portent mon estampille.
Lorsquil parle du rachat de ses propres meubles il le fait en pote, voire
en amant, et justifie son geste en affirmant quil va payer en assignats un
bon bois verni et poli comme un ventre de femme, marquet dessences pr-
cieuses et garni de bronzes sublimes pour terminer en se considrant ce
vieux fou de Riesener qui, finalement, na vcu que pour son bois et ses
bronzes. Et plus loin, on assiste aux scnes o la Convention vendait par
centaines les meubles, effets prcieux et objets dart provenant du ci-devant
chteau royal ou bien il prenait la patache de Versailles pour assister aux
ventes et racheter ses meubles lorsque ceux-ci figuraient sur le catalogue
car, il disait, comme a je suis sr quils ne seront pas dtruits et je fais une
bonne affaire. Et il argumentait:
La Rvolution ne va pas durer encore dix ans. La vie bientt reprendra ses
droits et tout le monde aura besoin de meubles [] Alors les secrtaires des
appartements de la reine, les bureaux cylindre du cabinet royal et bon-
heurs-du-jour de Madame Elisabeth reprenaient le chemin de latelier o ils
avaient t conus (L. A., p. 108).
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804 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
Les bnistes du moment ont vu juste: ce sont les petits meubles clairs
qui vont se vendre bien sous lestampille dbnistes traditionnels: guri-
dons en bois de frne ou en loupe dorme incrusts de citronnier, de racine
dif et de dlicats filets dbne.
Tous les rgimes politiques passent leur commande, et cette fois il sagit
dune immense table commande par le Garde-meuble royal, une table dap-
parat destine au salon bleu des grands appartements du roi. Sur le dessin
de Fontaine la table aura une ceinture prvue en orme sculpt et sur le pla-
teau lui-mme, dun seul morceau, qui devait bien peser plus de cinq cents
livres.
Vers la fin du deuxime roman on continue parler de meubles et des
bois exotiques que lon voyait dcharger non loin des Quinze-Vingts16.
Lpisode du jeune compagnon met fin au rcit. Il se trouve Nmes et
fait son apprentissage sur la nouvelle porte dentre de la Maison carre
[] en bois de noyer massif, paisse de quatre pouces, avec de belles mou-
lures de cuivre embreves dans les traverses et les battants.
Les bnistes reconnaissent, une fois que les machines simposent, que
le travail ne manquait pas et le nombre des chmeurs avait diminu depuis
que la mode du bois jaune incitait les Parisiens changer leur mobilier.
Linquitude ne manque pas chez les artisans, mais les plus risqus, tel
est le cas dEthis, le vainqueur de la Bastille, li au mtier et incorpor la
dynastie des bnistes par hasard, veulent sincorporer aux modes nouvelles:
Cela durera ce que cela durera, disait Ethis, mais il faut suivre lengoue-
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 805
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806 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
Le bois
Le bois, matriau noble et magique, constitue le lien qui unit les trois
romans, mais aussi presque tous les personnages. Le bois reprsente la
matire, et en fait cest la matire de laquelle sont faits les meubles. Dautre
part, le symbolisme gnral du bois lui accorde une sagesse et une science
surhumaines19.
Le bois fait affleurer des sentiments:
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 807
[] un merrenier20 solidement tabli qui vendait ses cinq cents solives par
mois. Ils cherchaient en tout moment la meilleure qualit: Paul, trouve
une bille de chne dun bon mtre, sans nuds et bien sec!. Trs vite, les
bois exotiques font leur apparition: Des chalands acheminaient ensuite les
billes dbne, de bois de rose et de carouge. Quand la technique de la mar-
queterie simpose, vers 1611, Christophe scrie: je ne sais faire rimer que
les bois riches dans les panneaux de marqueterie: lbne et lamarante,
lAmboine et le citrin rouge, le cdre et le sappan.
Le bois est tellement uni aux vies des artisans, que quand Rosine passe
sa main nonchalamment sur un meuble: elle reconnaissait ses traits dans
lamarante, le camagon et le santal blanc. Cres, le successeur de Boulle,
abandonne quelques procds de celui-ci, pour travailler avec de nouveaux
matriaux:
Dans la vieille maison des Thirion, on arrivait au grenier par une trappe
lourde, dont le bois a peut-tre deux ou trois cent ans! Ctait du bon
chne.
Le roi des bois des bnistes avait t lacajou. Pendant le Blocus
anglais, certains bnistes avaient essay de le remplacer, tant devenu rare,
par des bois clairs, lrable et le citronnier. Puisque maintenant les gens
souhaitent des meubles plus lgers, plus gais, pourquoi ne pas lancer la
mode des bois indignes?. Plus tard, les bois clairs simposent: cause du
contrle exerc par lAngleterre sur lacajou cubain, les bnistes, suivant
aussi les gots nouveaux des clients, dsireux de respirer une ambiance plus
gaie, ont remplac lacajou par des meubles clairs: citronnier, loupe dorme,
frne.
Quelque temps aprs, un navire de la Royale rapporte de lInde une
tranche de bois de teck [...] une bche gante de chne de Malabar mesu-
rant deux mtres quatre-vingts de diamtre dont on fabriquera une table
qui va tre orne de statues sculptes en blocs dorme.
20 Note de Diwo: Le merrien tait le nom donn aux bois destins la charpente ou
la construction des meubles (D. F., p. 64).
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808 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
mesure que les temps passent, et que les meubles changent, se cre le
style charg de deux albums de dessins reprsentant des centaines de lits,
de tables, de fauteuils et de canaps aux dcors surchargs de tous les styles
antiques [] il se promit de parler Fontaine de cet hallucin du bois.
Lauteur fait dire Eugne Delacroix21 ces propos: Ici tu nentendras
pas parler de bois de bout ou dincrustations de citronnier.
LES POQUES
Nous tenons souligner que notre intrt envers les lments les plus carac-
tristiques des meubles aux diffrentes poques prsentes dans le rcit a t
veill par la lecture des trois volumes, o nous avons pu assister lvolu-
tion progressive et incessante du meuble franais.
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Lespace du meuble dans loeuvre de Diwo 809
Jai trouv dans les mmoires de Mme. de Hautefort une anecdote qui
montre que votre Koolping nest pas le premier avoir imagin larmoire
miroir. Vers le milieu du XVIIIe sicle, la belle et mouvante Mme de la
Popelinire, femme du fermier gnral, possdait un meuble de ce genre
mais celui-ci ne servait pas seulement ranger de prcieux chiffons: son
fond dissimulait une porte secrte que lui permettait de communiquer avec
lhtel voisin du Marchal Richelieu. Lorsque le mari tromp eut connais-
sance de lexistence du passage, il dpcha un commissaire et deux
notaires pour tablir le constat dune infortune []24.
23 Cest le mme Lenoir qui recueillit, dans le Muse des Monuments franais, des
oeuvres dart provenant des pillages de la Rvolution.
24 DIWO, J., Le gnie de la Bastille, op. cit., p. 100.
25 Ibid., p. 101.
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810 Carmen Cullar Serrano - Concha Parra Gallardo
CONCLUSION
Nous avons assist en tant que tmoins lhistoire qui constitue la scne du
rcit et qui nous a situ toujours au moment historique o les vnements se
sont drouls, que ce soit lpoque dHenri II, de Louis XIV, de Napolon,
etc. De ce fait, nous avons pris connaissance de plusieurs personnages
remarquables: certains historiques, dautres issus de limaginaire de lauteur.
Tous ont t appels par leur nom et nous sont devenus familiers, tels que
Riesener, Oeben, Lenoir, Thirion, Mme de Stal, Necker, Ninon de Lenclos,
etc. Et unis eux, en faisant un tout insparable comme protagonistes dex-
ception, se trouvent les meubles, qui rapparaissent comme des tmoins
fidles de la vie enferme dans les pages de louvrage.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
BAKHTIN, M., Teora y esttica de la novela, Madrid, Taurus, 1978.
CHEVALIER, J. - GHEERBRANT, A., Dictionnaire des symboles, Robert
Laffont/Jupiter, 1982.
DIWO, J., Les Dames du Faubourg, Denol, 1984
Le lit dAcajou, Denol, 1986.
Le gnie de la Bastille, Denol, 1988.
ICHER, F., Les Compagnons ou lamour de la Belle Ouvrage, Luon,
Gallimard, coll. Dcouvertes, 1995.
WWW.COLBA.NET Le Temps Retrouv. Glossaire. 2003.
http://www.colba.net/~rayetjo/vocabu.htm.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA INSULARIDAD COMO ESPACIO
DE MUERTE EN UN HOMME OBSCUR
DE MARGUERITE YOURCENAR
1 YOURCENAR, M., Les yeux ouverts. Entretiens avec Mathieu Qaley, Paris,
Bayard, 1980, p. 133. En lo sucesivo las referencias a esta obra se indicarn entre parntesis
en el corpus del texto: (Y.O., p. X).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
812 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
relacionadas con factores tanto exgenos como endgenos. Entre los pri-
meros, cabe citar la necesidad de buscar refugio lejano para el estallido de la
guerra en Europa; la ntima desazn y el escepticismo que esos hechos pro-
vocan en su nimo, le llevan a buscar el alejamiento inmediato y la bsqueda
de un entorno que no evoque los acontecimientos que sacuden el mundo. El
retorno a la isla en tiempos de conflicto, representa un salto atrs en busca
de los orgenes del hombre, una especie de vuelta al tero protector, reducto
de paz, rodeado de lquido. Si la isla representa la superacin de las fron-
teras, ese rasgo implica igualmente la superacin de los posibles conflictos:
Mon choix [...] traduit un got du monde dpouill de toutes les fron-
tires2. Entre los endgenos e inherentes al propio espacio insular, podemos
referirnos a elementos que analizaremos posteriormente, y que asumen en
Yourcenar una categora esencial, tales como el silencio [ici, jai trouv le
silence naturel (Y.O., p. 133)], el contacto y la armona con la naturaleza
(el mar, la noche, los animales) de los que Un Homme obscur supone un
encendido canto [Cest ici que jai commenc mintresser de plus en
plus au milieu naturel, aux arbres, aux animaux (Y.O., p. 136)], as como la
ausencia del hombre-depredador, tan a menudo denostado por ella, y por el
que senta una repugnancia visceral: lle est un sanctuaire interdit aux
chasseurs (Y.O., p. 13).
As pues, la suma y sntesis de cuantos elementos prefiguran la idea de
insularidad en Yourcenar acaban definiendo esta realidad polivalente y a
veces contradictoria que la isla como referencia y como recurso narrativo
representa: es a un tiempo refugio y asilo, santuario de exaltacin de la natu-
raleza, perfeccin circular de lo infinito, simbiosis perfecta con el mar, y al
mismo tiempo, espacio vulnerable y efmero, aplastado entre el cielo y el
mar, escenario de naufragios, pesadillas, fantasmagoras y vrtigos.
Probablemente, el primero de los vrtigos sera el que afecta a la atvica
necesidad del ser humano para hundir sus races profundamente en tierra
firme, que a veces parecemos no tener bajo los pies en una isla: on se rap-
pelle alors quon est toujours dans une le comme sur un navire en pleine
mer3; otro vrtigo, que se convierte en obsesin, es el que nace de la
soledad que anida en las islas, no desde una perspectiva fecunda y creadora,
sino que acaba engendrando sus propias fantasmagoras; Les lieux dserts
sont favorables aux fantmes (ER, p. 27), dando lugar a escenarios de pesa-
2 SARDE, M., Vous, Marguerite Yourcenar. La passion et ses masques, Paris, Robert
Laffont, 1995, p. 114.
3 Lettre Jeanne Carayon, 21 juin 1974 (LT, p. 433).
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 813
dilla (lle aux dragons, perteneciente a Les songes et les sorts) de muerte
(Ariadna en la isla de Naxos, en Qui na pas son Minotaure?), de naufragio4,
o de soledad (Safo: Elle est ne dans une le, ce qui est dj un commence-
ment de solitude5.
Pese a esta polivalencia, y desde una perspectiva positiva, que no con-
cibe la soledad como carencia o ausencia de compaa, encontramos en con-
junto una concepcin del espacio insular yourcenariano como
eminentemente liberador, en oposicin al espacio urbano, que anula al indi-
viduo6. La huda de la ciudad permitira as a sus personajes la posibilidad
de encontrar sus destinos y de recobrar con ello su ms noble dimensin
individual. Algunas de las caractersticas comunes a estos personajes repeti-
damente sealadas son, adems de su permanente itinerancia de la que la
misma autora particip durante dilatadas etapas de su vida, el hecho de ser
personajes intrnseca y necesariamente individuales, impares, exentos,
nicos, carentes de races profundas que los incardinen en su contexto. La
insularidad se convierte para ellos en la materializacin de su soledad, de su
desvinculacin, de su distancia, de su enajenacin con respecto a unos ejes
espacio-temporales que a veces ignoran y, a menudo, traspasan o hasta
superan. Para Alexis, Adriano, Zenn o el propio Nathanael, el movimiento
perpetuo, la soledad inherente a su condicin protagonista, se convierten en
algo ms que un rasgo que los define como personajes: se convierte en el
motor de su devenir, en el desencadenante de su peripecia y en el instru-
mento ejecutor de su destino.
4 El peligro de naufragio que entraan para los navegantes las islas, islotes y archi-
pilagos, es grficamente descrito por Fernand, un cuado de Michel (padre de Marguerite)
refirindose a los Dardanelos en tiempos de la primera guerra mundial: Ses faufilements
travers les les et les cueils de lge lui donnaient limpression de chatouiller les nichons
de la Mort. YOURCENAR, M., Archives du nord, in Essais et mmoires, Paris, Gallimard,
Bibliothque de la Pliade, 1991, p. 1147. Esta misma ancdota la refiere igualmente YOUR-
CENAR, M., Quoi, Lternit, in Essais et mmoires, Paris, Gallimard, Bibliothque de la
Pliade, 1991, p. 1385.
5 YOURCENAR, M., in Oeuvres romanesques, Paris, Gallimard, Bibliothque de la
Plciade, 1982, p. 1158.
6 As ha sido sealado por ALLAMAND, C., Le prix du pain. La ville dans Un
homme obscur, in La ville de Marguerite Yourcenar, Bruxelles, Racine, 1999, p. 96, y
SANZ, T., La ville dans le choix existentiel dAlexis et de Nathanal, in La ville de
Marguerite Yourcenar, op. cit., p. 120, si bien este ltimo contrapone el carcter hostil del
entorno urbano para Nathanael msterdam frente al carcter liberador y propiciador de
la expansin del yo que este mismo medio urbano representa para Alexis. REAL, E., in
Marguerite Yourcenar y la insularidad, Barcarola, 28, 1988, p. 179, por su parte, se refiere
a la soledad y el aislamiento de los hroes yourcenarianos como condicin necesaria para su
total realizacin.
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814 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 815
Tout se passe comme si, sur une route ne menant nulle part en particulier,
on rencontrait successivement des groupes de voyageurs eux aussi igno-
rants de leur but et croiss seulement lespace dun clin dil. Dautres, au
contraire, vous accompagnaient un petit bout de chemin, pour disparatre
sans raison au prochain tournant, volatiliss comme des ombres [] Tout
cela tait de lordre de la fantasmagorie du songe10.
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816 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
primer contacto que ella brinda a sus protagonistas como experiencia inici-
tica en el conocimiento previo del trance, con el fin de que puedan prepa-
rarse conscientemente en el momento de afrontar su muerte definitiva. Esta
primera muerte culmina un proceso de ruptura con su escaso entorno social
y acenta en consecuencia el aislamiento que necesariamente ha de preceder
la salida de este mundo, esta vez como antecedente y simulacro de lo que
ocurrir al final. Cuando Nathanael cae inconsciente sobre la nieve en ms-
terdam, ha roto los pocos vnculos sociales que le quedaban: ha sido traicio-
nado por Sara, estafado por su to Elie, calumniado por Cruit, a quien
adems, haba prestado todos sus ahorros y, por ltimo, rechazado por quien
crea su mejor amigo, Jan de Velde. Todos estos factores, pues, actan con-
juntamente para crear en el personaje la sensacin adecuada de soledad y
aislamiento con la que abordar su primera muerte, preludio de la soledad
absoluta que deber presidir la definitiva.
Finalmente, como ltimo factor de aislamiento social, no queremos olvi-
darnos de la institucin matrimonial como solucin imposible para neutra-
lizar el aislamiento del personaje yourcenariano12. En efecto, la experiencia
vivida con Sara, de tintes grotescos y a medio camino entre la farsa y la tra-
gedia, resulta finalmente envilecedora y vergonzante. Como efecto parad-
jico e indeseable, el matrimonio le hunde ms en su aislamiento, al tiempo
que propicia su escepticismo y desengao hacia sus semejantes.
Al aislamiento social aade la autora el existencial, pues en todo
momento es consciente de hallarse en ruta hacia ninguna parte, si no es hacia
su propia e inevitable consuncin. Al contrario que Zenn que va tras el
conocimiento o que Adriano que busca la gloria, ambos tras la realizacin de
sus destinos, Nathanael corre en pos de una muerte a plazo fijo, que le es
vaticinada hasta en dos ocasiones (por un mdico en latn, con ocasin de su
primera crisis, y por el personaje de Leo Belmonte, l mismo agonizante por
idntica patologa) y que, de manera inequvoca, nos es anunciada desde la
primera lnea, uniendo indisolublemente los dos trminos a partir de ahora
asociados: isla y muerte: La nouvelle du dcs de Nathanael dans une petite
12 Los personajes de Yourcenar son, por definicin, opuestos a los lazos del matri-
monio, reflejando por otra parte, las propias reticencias de la autora hacia tal institucin. Los
personajes que aparecen casados, as lo ratifican: Alexis, cuya dramtica situacin nace pre-
cisamente del hecho de estar casado, y de la que intenta escapar mediante la justificacin en
forma de carta; Adriano, que ignora por completo a su mujer y la institucin familiar como
tal, por lo que acaba generando odio y resentimiento hacia l por parte de una mujer abando-
nada; por fin, el personaje de Georges, de Le premier soir, que viaja con su mujer el primer
da de su luna de miel, medita en el tren su angustia al presentir que se adentra en una trampa
de la que ya no sabr salir, una especie de entierro en vida.
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 817
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
818 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
llegada del tren, con lo que qued aplazada la culminacin del proceso cre-
ativo hasta 1981, en que la concluy, pasando a ocuparse en aquel momento
de la redaccin de otras obras. El tiempo que media entre una y otra fecha
explica sin lugar a dudas la riqueza y profundidad del acercamiento de
Nathanael a la muerte, que hubiera resultado inconcebible de haber sido
redactado en aquella estacin canadiense, sin el sustrato vital que la autora
posea ya en aquel 1980, y la inminencia de lo que presenta que se le ave-
cinaba: Toute uvre littraire est ainsi faite dun mlange de vision, de sou-
venir et dacte, de notions et dinformations reues au cours de la vie par la
parole ou par les livres, et des raclures de notre existence nous (Postface,
H.O., p. 1069). Subrayamos, pues, la presencia del elemento insular como
culminacin necesaria ya en el primer borrador que la autora prefigur en su
mente muchos aos antes de su conclusin.
Al mismo tiempo, hemos de aludir, desde un punto de vista estructural a
la forma circular que presenta el relato, que nos anticipa, como ya hemos
sealado, la muerte de Nathanael en su primera lnea, para cerrarse sobre s
mismo en su desenlace, con la consumacin del hecho anunciado. De este
modo, enlaza la autora el final con el principio, la muerte con el nacimiento,
cuya unin es tan recurrente en Yourcenar, y que encarnan las dos ceremo-
nias silenciosas y solitarias que el ser humano ha de afrontar sin estrpito,
calladamente: La naissance de Nathanal avait t aussi fort discrte; dans
les deux cas, cest dailleurs la rgle, car cest sans grand fracas que la plu-
part des gens entrent dans ce monde et en sortent (H.O., p. 994). Esta
modalidad circular parece conducir necesariamente a la isla, en la medida en
que sta se convierte en el escenario marco necesario para tal aconteci-
miento, en el que la soledad, como veremos, juega un papel esencial. La isla
se convierte as en paradigma de la circularidad, pues acaba en s misma;
ms all de sus lmites se extiende el vaco, la nada, la muerte. Circularidad
e insularidad devienen dos conceptos que se solapan y confunden en el
relato. De ah su necesaria vinculacin.
Antes de llegar a la isla perdida, escenario mtico y mstico en el que des-
embocan todos los hilos narrativos de esta obra, y que constituye la culmi-
nacin del presente anlisis, debemos hacer alusin a los elementos
insulares que van jalonando todo el recorrido, y que se hallan presentes de
una forma explcita, casi omnipresente, con lo que se posibilita el contacto
con el elemento acutico, de tan enorme riqueza connotativa en el universo
yourcenariano, y que adquiere en esta narracin su expresin probablemente
ms depurada y, al tiempo, ms explcita.
El tratamiento que el factor de la insularidad recibe en Un homme obscur
en su relacin con la peripecia narrativa, ha de ser contemplado desde una
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 819
doble vertiente: de un lado, hay que sealar que a cada una de las muertes
acaecidas que, como hemos sealado anteriormente, constituyen que los
jalones o elementos que van haciendo avanzar la narracin, corresponde un
escenario insular diferente, salvo en el caso del personaje de Sara, que
muere en msterdam15. Por otra parte, se trata en todos los casos salvo en el
caso de las islas del Caribe de islas prcticamente despobladas. Este rasgo
comn obedece a una clara intencionalidad de subrayar el entorno de ntima
soledad, de desnudez, en el que el hombre ha de enfrentarse a la muerte (una
de las premisas bsicas de la obra de Yourcenar y el rasgo ms destacable en
la muerte de Nathanael). La compaa quedar por tanto reducida a la pre-
sencia de las nubes, el viento, los animales, el mar..., que sern los nicos
testigos de este trnsito, contribuyendo el conjunto de la naturaleza, con el
despliegue de sus ilimitados recursos16 y de sus fuerzas descomunales la
tempestad a hacer al hombre consciente de su vulnerabilidad y de la mag-
nitud de su insignificancia.
En este contexto, el hecho de que Nathanael sustente su apoyo en lo que
es apenas un pequeo banco arenoso, carente por completo de vegetacin,
rodeado de agua por todas partes, y sometido a los embates del tiempo, con-
tribuye a acelerar el proceso de agona y disolucin, la rendicin del ser
humano en medio de una angustiosa inestabilidad. La propia isla se con-
vierte en metfora de la fragilidad de la vida y de los seres vivos ante las aco-
metidas de las fuerzas exteriores, de la muerte:
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820 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 821
Il monta en croupe le cheval de Markus. Lukas battait des talons les flancs
du sien pour le faire galoper. Les chevaux allaient sans bruit sur le sable ou
sur lherbe basse. Il faisait bon treindre le torse solide du cavalier tenant la
bride et sentir contre soi cette chaleur et cette force. Mme lodeur de sueur
quexhale un corps sain tait bonne (H.O., p. 1031).
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822 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 823
18 Existen, adems del citado contacto con la vida a travs del cosmos que Nathanael
haba experimentado encaramado al palo mayor del barco, un valor que sita a la oscuridad
como factor de sensualidad el hombre desnudo en contacto con la oscuridad, y un tercero
como elemento de muerte: durante la noche le sobrevienen las crisis de su enfermedad. (Cf.
DAZ, M., op. cit., pp. 577 y ss.).
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824 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
Une fois, pour se prouver quil possdait encore une voix et un langage, il
pronona tout haut non plus un nom de femme, mais son propre nom. Le
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La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 825
son lui fit peur [] ce nom inutile semblait mort comme le seraient tous les
mots de la langue quand personne ne la parlerait plus (H.O., p. 1033).
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826 Miguel ngel Daz Martnez-Falero
Pas une fois [...] il ne vit trace de pas humain sur la grve (HO, p. 1027).
El nico contacto que Nathanael mantena con el mundo habitado, ms all
de las aguas, se lo proporcionaban las visitas del viejo Wilhelm, adems de
la presencia, en una granja relativamente prxima, de dos mujeres y una
vaca. Cuando este grupo abandona la isla, Nathanael comprende que su
final est ya muy prximo: Il y avait dans cette le deux prsences
humaines et une prsence danimal domestique de moins. La solitude avait
grandi (H.O., p. 1030), y con ella, haban disminuido sus posibilidades de
salvacin. Ms adelante, cuando se entera de que la visita largamente espe-
rada del seor Van Herzog no iba a tener lugar, es cuando le sobreviene la
certeza de que el destino estrecha el cerco en torno a l: Peu de jours plus
tard, il apprit que Monsieur Hendrick Van Herzog [...] ne viendrait pas cet
automne [...] ce fut comme la tombe dun lourd rideau lisolant dans la
solitude (H.O., pp. 1032-1033).
La cada de la soledad con todo su peso sobre l implica, adems, la
supresin del concepto tiempo, al haber sido retiradas las referencias exte-
riores que permiten su medicin: Alors, le temps cessa dexister (H.O.,
p. 1032); inevitablemente, con ello sobreviene el miedo a la locura y, de ah,
de la plena asuncin de la soledad en estado puro, surge la conciencia de que
su hora ha llegado; ya no le queda sino encontrar el lugar adecuado para
refugiarse:
Peu peu, la peur, insidieuse dabord, puis souvent fouette jusqu la fr-
nsie, sinstalla en lui. Mais ce ntait pas comme il lavait cru, la peur de
la solitude, mais celle de mourir, comme si la mort tait devenue plus
inluctable depuis quil tait seul [] Son bon sens lui disait quon meurt
toujours seul. Et il nignorait pas que les btes senfoncent dans la solitude
pour mourir (HO, pp. 1033-1034).
Cuando da sus ltimos pasos sobre la tierra, sabe que est afrontando su
soledad definitiva, del mismo modo que la asumen el resto de las criaturas
de la creacin: Il savait [...] quil faisait en ce moment ce que font les ani-
maux malades ou blesss: il cherchait un asile o finir seul (H.O., p. 1041).
La soledad, el aislamiento quedan elevados a la categora sustantiva,
consustancial a la muerte, y nunca como en esta narracin Yourcenar lo
haba puesto de manifiesto con tanta insistencia ni tan descarnadamente. El
ser humano carece de argumentos para luchar contra el destino que le
aguarda, y de ah nace su soledad, su silencio, su incapacidad para rebelarse
ante la pena de muerte colectiva de la que hablaba Camus en su Homme
rvolt. En esa soledad est la base de la gran orfandad del ser humano frente
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La insularidad como espacio de muerte en Un homme obscur 827
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LA FORMACIN DE LA IMAGEN
DE LA GRECIA ANTIGUA: GEGRAFOS
Y VIAJEROS EN LA FRANCIA DEL SIGLO
DE LAS LUCES
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830 Gloria Dez Abad
2 Como antecedente de este inters por las costumbres de otros pueblos sirva la obra
de Georges Guillet, Lacdmonie ancienne et nouvelle: o lon voit les murs et les coutumes
des Grecs modernes, des Mahomtans et des Juifs du pays, par le sieur de la Guilletire
(1676) o la del abb Lambert, Recueil dobservations curieuses sur les murs, les coutumes,
les usages, les diffrentes langues, le gouvernement, la mythologie, la chronologie, la gogra-
phie ancienne et moderne, les crmonies, la religion, les mcaniques, lastronomie, la mdi-
cine, la physique particulire, lhistoire naturelle, le commerce, la navigation, les arts et les
sciences des diffrents peuples de lAsie, de lAfrique et de lAmrique (1749).
3 FURET, F., La librairie du royaume au XVIII sicle, in Littrature et socit,
Paris-La Haye, Mouton, 1965, p. 18.
4 VOLNEY, C.-F. Ch., Voyage en Syrie et en gypte, Paris-La Haye, Mouton, 1959,
rd. par J. Gaulmier. Fac-sim. de ld. de Paris, Volland: Desenne, 1787.
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 831
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 833
12 Lo que hace que Moussa afirme que los viajeros prerromnticos franceses prepa-
raron el terreno para la posterior corriente filohelena romntica. Cf., MOUSSA, S., Le dbat
entre philhellnes et mishellnes chez les voyageurs franais de la fin du XVIIIe sicle, in
Revue de Littrature Compare, 1994, n 272.
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 837
29 Entre los que estaban los abates Delille y Martin, el dibujante Cassas, el arquelogo
Lechevalier, el pintor Fauvel, el ingeniero Kauffer, Blanc dHauterive, el astrnomo Tondu y
el teniente de navo Truguet, adems de DAnsse de Villoison, fillogo helenista, Cousinery,
diplomtico y anticuario, Ferrires-Sauveboeuf, erudito y Michaud, naturalista.
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838 Gloria Dez Abad
textos, el inters por las actividades intelectuales de los griegos y los con-
tactos con los intelectuales de la poca.
Sus trabajos, que abarcaban el litoral oriental del Mediterrneo y que
concernan fundamentalmente a la Antigedad, se extendan a menudo hacia
aspectos modernos que afectaban a la geografa, la historia natural o la vida
y la cultura de los pueblos que en ese momento habitaban la zona, en los que
Choiseul-Gouffier pretenda ver recuerdos de la antigua pureza30. Uno de
los ms importantes colaboradores de Choiseul-Gouffier fue el arquelogo
Lechevalier, especialista en Homero; su obra es una tentativa de identificar
in situ los lugares citados por el poeta31 y su aportacin permiti que la geo-
grafa histrica dejara de ser una ciencia de cabinet al ser el primero en
levantar el plano exacto de Constantinopla en 1786 algo hasta entonces
prohibido a los cristianos ayudado por el ingeniero Kauffer32.
Fauvel fue otro colaborador de Choiseul-Gouffier que acabara gann-
dose la vida como su colega Cousinery, dedicado a la bsqueda y al
comercio de antigedades, y no siempre con fines cientficos ni altruistas33.
Levant mapas de todo el tica y uno de la ciudad de Atenas, pero lo ms
destacable fue el descubrimiento de la ciudad de Olimpia. Gracias a l la
ciudad de Atenas se hace presente en Pars; l es el informador de los pro-
gresos que se realizan en las excavaciones arqueolgicas, en el comercio de
antigedades y en los viajes que llevan a cabo los anticuarios a Grecia. Por
su parte, Jean-Denis Barbier du Bocage, gegrafo de primera lnea y hele-
nista, intent constantemente restaurar el espacio histrico griego partiendo
de sus slidos conocimientos sobre los autores de la Antigedad y apoyn-
dose en un trabajo metdico y sistemtico que le permiti la entrada en el
Cabinet de mdailles de la Bibliothque Royale y la colaboracin directa
con el abate Barthlemy en la elaboracin de la que habra de ser la gua ilus-
trada del Voyage du jeune Anacharsis34; ms tarde trabajara tambin en el
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 839
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42 Essai dune Bibliothque Grecque pour les Grecs modernes qui apprennent lan-
cien grec, in Journal de lEmpire du 8 fvrier 1806, p. 3.
43 Traduccin al francs de Auguste de Coudray (Paris, Dentu, 1807). El segundo
volumen llevaba como ttulo en la traduccin al francs De ltat de la civilisation chez les
Grecs modernes; de leur danse, de leur constitution physique; de ltat de la sculpture, de la
peinture et de la posie parmi eux. La primera edicin de la obra fue en alemn, Brchstcke
zur nheren Kenntniss des heutigen Griechenlands, gesammelt auf einer Reise von J.L.S.
Bartholdy in Jahre 1803-1804 (Berln, 1805).
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842 Gloria Dez Abad
44 Segn nos informa Tolias, incluso los historiadores griegos de hoy acusan a
Bartholdy de parcialidad, mala fe y espritu de calumnia.
45 Bartholdy, adems de las reacciones de Coray, tendr frente a s a Codrika, Coumas
o Thurot, del crculo del primero.
46 Cornelius de Pauw, filsofo de origen holands, fue personaje discutido en Francia
y en toda Europa en los ltimos aos del siglo XVIII y es el representante ms frecuentemente
citado de la corriente antihelenista. Instalado en Alemania, escribi su obra en francs. Sus
Recherches philosophiques sur les Grecs intentan ser una especie de historia natural del
hombre. Publicada en Berln en 1788 ao en el que parece que tuvo lugar el gran debate
sobre Grecia permite a su autor exponer sus reflexiones filosficas en tres etapas; la pri-
mera, observations touchants les peuples sauvages et abrutis referidas a los indgenas
americanos, la segunda, observations sur les nations condamnes une ternelle mdio-
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 843
crit referidas a los egipcios y a los chinos y la tercera, la ms discutida, que afectaba
al pueblo griego, peuple qui porta un tel degr la culture des arts et des sciences.
47 Simon Chardon de la Rochette (1753-1814), helenista de escaso relieve que slo
dej una obra bibliogrfica, estudi la literatura ms reciente de los griegos y planeaba
publicar una antologa completa de los epigramas griegos de todas las pocas (que no lleg a
finalizar).
48 Guillaume Delisle Delisle lan fue nombrado primer gegrafo del rey en 1718
por sus trabajos cartogrficos sobre Europa, Asia y frica. Intent aplicar a la geografa los
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844 Gloria Dez Abad
fica, slo por la histrica o libresca, cuando los viajeros franceses llegan a
Grecia en busca de su anhelada Antigedad, y se topan con la realidad, se
produce lo que Tolias ha llamado un filohelenismo avant la lettre49 que
suscitar interesantes polmicas.
La Grecia moderna es objeto de una fascinacin comparable a la que
ejerce la de la Antigedad; los viajeros eruditos, siguiendo los pasos ini-
ciados por Spon50 o por Tournefort51, marcan decisivamente el acercamiento
a Grecia, interesados tanto por las antigedades y restos arqueolgicos como
por las costumbres y usos de los griegos modernos.
Si es de gran transcendencia el Voyage pittoresque de la Grce de
Choiseul-Gouffier, no lo es menos la obra del comerciante Pierre-Augustin
Guys, el Voyage littraire de la Grce52. Aunque se trata de un viaje ms lite-
rario que cientfico en este caso el ttulo s que es apropiado- tanto por su
forma como por su contenido, influira en otros viajeros como Savary,
Stphanopoli53, Lechevalier o el mismo Choiseul-Gouffier, todos ellos
autores de viajes literarios que pueden inscribirse en parte, segn lo afirma
Tolias, en el sistema crtico y comparado de Guys.
El Voyage littraire de la Grce marca una ruptura importante al ser el
primero el viaje de Choiseul-Gouffier es posterior en comparar siste-
mticamente a los griegos modernos con sus ancestros; el autor reevala a
los griegos contemporneos y dirige hacia ellos una nueva mirada antropo-
lgica que intenta mostrar cmo stos han conservado buena parte de la
herencia de sus antepasados. A lo largo de 46 cartas, y apoyndose en nume-
rosas citas, Guys intenta armonizar la Grecia que tiene delante con la visin
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 845
que de ella dan los clsicos; el discurso de los autores antiguos ser pues un
argumento de autoridad en el que se apoyan los observaciones del viajero.
As concluye Guys su Voyage Littraire:
Il me semble quil doit tre bien satisfaisant pour un voyageur instruit,
de retrouver avec une agrable surprise ce quon croit perdu; je veux dire,
ces Grecs que lHistoire, la Posie, les Arts nous rendent si intressants, et
quil faut vritablement tudier un peu, pour les connatre54 .
Despus de l, son numerosos los viajes que se publicarn en Francia
siguiendo su misma lnea. Aunque en 1801 aparecen los de Sonnini55 y
Olivier56 que muestran una Grecia moderna sacada de la Antigedad, el viaje
de mayor xito fue sin duda el emprendido por Chateaubriand, no slo por
sus mritos literarios, sino tambin por el nuevo sentido del que dotaba al
helenismo a travs de esta obra de inspiracin prerromntica. El Itinraire
de Paris Jrusalem, de 1811, fue del agrado del pblico y pas a ser el
referente de la consideracin de Grecia en aquel momento57. A partir de su
publicacin, abundan los viajeros, de muy diversa procedencia, que, tras
visitar el pas, realizarn una descripcin en mayor o menor medida carente
de sistema, dando lugar a una literatura desprovista de pretensiones cient-
ficas que no por ello dej de alimentar la curiosidad de los lectores franceses
con multitud de imgenes de Grecia. A pesar de su a veces dudosa calidad o
de sus contradicciones, este nuevo tipo de relatos interesaban ms al pblico
que los de creacin erudita, contribuyendo a la formacin de la imagen de la
cultura y de la sociedad griegas.
Pero Grecia no ha funcionado siempre como modelo para las lites ins-
truidas europeas; en el Renacimiento existe incluso, por curioso que parezca,
una corriente antihelnica que aparece bien atestada en algunos huma-
nistas58; de hecho, la Grecia moderna, hasta el siglo XVII, posee un estatus
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
846 Gloria Dez Abad
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MOUSSA, S., Le dbat entre philhellnes et mishellnes chez les voya-
geurs franais de la fin du XVIIIe sicle in Revue de Littrature
Compare, 1994, n 272.
59 Spon, en su Voyage dItalie, habla de los griegos como des gens, anctres des-
quels nous avons obligation des sciences et des Arts.
60 Los viajeros que buscaban encontrarse con la antigedad se enfrentaron a la rea-
lidad moderna de Grecia que se haba mantenido oculta durante largo tiempo. La insurreccin
de 1774 y los esfuerzos de los griegos modernos por sacudirse el dominio de los turcos influ-
yeron en los nimos; numerosos intelectuales de diversa procedencia coincidieron en este
filohelenismo avant la lettre, Marmontel, Hlderlin o Delille escribiran en defensa de los
griegos.
61 MOUSSA, S., op. cit., p. 429.
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La formacin de la imagen de la Grecia antigua 847
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ESPACIO RELIGIOSO Y ESPACIO NATURAL
EN LA FAUTE DE LABB MOURET
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
850 Vctor Daniel Domnguez Lucena
Le pays stendait deux lieues, ferm par un mur de collines jaunes, que
de bois de pins tachaient de noir; pays terrible aux landes sches, aux
artes rocheuses dchirant le sol. Les quelques coins de terre labourable
talaient des mares saignantes, des champs rouges, o salignaient des files
damandiers maigres, des ttes grises dolivier, des tranes de vignes,
rayant la champagne de leurs souches brunes. On aurait dit quun immense
incendie avait pass l, semant sur les hauteurs les cendres des forts, br-
lant les prairies, laissant son clat et sa chaleur de de fournaise dans les
creux. peine, de loin en loin, le vert ple dun carr de bl mettait-il une
note tendre. Lhorizon restait farouche, sans un filet deau, mourant de soif,
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Espacio religioso y espacio natural en La faute de labb Mouret 851
senvolant par grandes poussires aux moindres haleines. Et, tout au bout,
par un coin croul des collines de lhorizon, on apercevait un lointain de
verdures humides, une chappe de la valle voisine, que fcondait la
Viorne, une rivire descendue des gorges de la Seille (...) les quelques mai-
sons sen allaient la dbandade, au bas de lglise. Misrables maisons,
faites de pierres sches et de planches maonnes, jetes le long dun troit
chemin, sans rues indiques2.
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852 Vctor Daniel Domnguez Lucena
Este pequeo reducto que parece tener una vida y una dinmica diferen-
ciada del resto del pueblo como prueba la nula asistencia de sus pobladores
a la misa matinal con la que empieza la novela, dejando vaca la iglesia de
forma que se visualiza claramente esta diferenciacin con el exterior.
Los cuidados de este espacio corren a cargo de la Teuse, mujer en la que
se han borrado, a menos para los ojos de labb, todos los rasgos de femi-
nidad. Es una mujer sin cuerpo, sin tentaciones y por lo tanto sin peligro para
el prroco.
Es en este oasis espiritual en el que nuestro protagonista logra encontrar
ese sueo de retiro del que hablbamos antes. Al anochecer, cuando las dis-
tracciones han desaparecido, la iglesia se oscurece y deja paso a la soledad
que permite la reflexin. Incluso la figura de Cristo crucificado se desva-
nece, siendo la mucho ms suave, dulce y tranquilizadora imagen de la
virgen la que ocupe por completo todo el espacio. Ese es el momento ele-
gido por labb Mouret para alcanzar la paz espiritual.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacio religioso y espacio natural en La faute de labb Mouret 853
se ofrece como refugio en el que Serge puede huir de las penurias de su vida
cotidiana. Y, en medio de esa oscuridad, emerge la figura de la virgen, como
descendida del cielo, cuyo culto cubra la falta de ternura recibida a lo largo
de sus aos en el seminario. Observamos como la imagen de la virgen es
definida como madre, que incluso le besa en la frente mientras duerme. Sin
embargo esa devocin esconde y apacigua las turbulencias espirituales de
labb Mouret, confundiendo la pasin religiosa con la pasin humana cas-
trada por la educacin religiosa. Il la nommait. Ma chre matresse man-
quant des mots, arrivant un babillage denfant et damant, nayant plus que
le souffle entrecoup de sa passion (A.M., p. 121).
El rudo y reaccionario Frre Archangias, garante del espritu religioso
ms inmovilista, ya haba notado y haba avisado sobre esta debilidad del
joven prroco, el cual le reprochaba constantemente esta devocin adu-
ciendo que era un robo al culto a Dios y, lo que es bajo su particular punto
de vista ms preocupante la feminizacin de la religin. Todos los males de
la carne, representados por la mujer, penetraban en el espacio religioso a
travs de ese culto que debilita las almas.
Souvent le Frre lui reprochait cette devotion particulire la vierge, quil
disait tre un vritable vol fait la dvotion de Dieu. Selon lui, cela amollis-
sait les mes, enjuponnait la religion, crait toute une sensiblerie pieuse
indigne des forts. Il gardait rancune la vierge dtre femme, dtre belle,
dtre mre; il se tenait en garde contre elle, pris de la crainte sourde de se
sentir tent par sa grce, de succomber sa douceur de sductrice (A.M.,
p. 118).
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854 Vctor Daniel Domnguez Lucena
Cette nuit-l, lorsquil prit la lampe pour monter sa chambre, il lui sembla
que ses tempes clataient: la prire tait reste inefficace, il retrouvait, aprs
un court soulagement, la mme chaleur grandie depuis le matin de son cur
son cerveau (A.M., p. 128).
Vous devriez empcher votre soeur de mettre du pain dans lglise, dit la
Teuse en entrant. Cest lhiver dernier quelle a invent ce joli coup-l. ()
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacio religioso y espacio natural en La faute de labb Mouret 855
Vous verrez bien quelle finira par nous faire coucher avec ses poules et ses
lapins (A.M., p. 53).
Por ello Serge nunca se sinti a gusto en ese espacio La basse-cour lf-
frayait un peu (A.M., p. 93), la misma vitalidad, los mismos elementos
naturales, la misma fecundidad animal que parece alimentar a Dsire, lle-
nando por completo sus necesidades, y sustituyendo cualquier otro instinto
carnal,
Ds lors, elle eut cette taille ronde qui roulait librement, ces membres lar-
gement assis de statue antique, toute cette pousse danimal vigoureux. On
et dit quelle tenait au terreau de sa basse-cour, quelle suait la sve par
ses fortes jambes, blanches et solides comme de jeunes arbres. Et, dans
cette plnitude, pas un dsir charnel ne monta. Elle trouva une satisfaction
continue sentir autour delle un pullulement (A.M., p. 62).
provocan en el prroco toda una serie de sensaciones que van desde el ini-
cial rechazo a toda la vida que proviene del corral, un verdadero malestar
fsico que le lleva a rehuir el contacto con los animales, a asociar ciertas
especies, en especial la cabra, con algunas escenas de esculturas vistas
durante su estancia en el seminario en la que se evocaban escenas de sexo y
zoofilia, lo que le lleva a rechazar estos animales como si fueran la verda-
dera representacin del pecado, por lo que su virginidad clerical debe evi-
tarlos en todo momento.
Labb Mouret ne put tenir davantage, dans la chaleur qui montait des por-
tes. La vie grouillant sous ce poil arrach du ventre des mres, avait un
souffle fort, dont il sentait le trouble ses tempes (A.M., p. 98).
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856 Vctor Daniel Domnguez Lucena
Labb Mouret eut un dernier dgot entendre cette eau sale remue.
Depuis quil tait l, un touffement le gagnait, des chaleurs le brlaient
aux mains, la poitrine, la face. Peu peu sa tte avait tourn.
Maintenant,il sentait dans le mme souffle pestilentiel la tideur ftide des
lapins et des volailles, lodeur lubrique de la chvre, la fadeur grasse du
cochon. Ctait comme un air charg de fcondation, qui pesait trop lour-
dement ses paules vierges. () Ses pieds collaient au pav humide
encore de fumier, ce point quil se crut retenu par une treinte de la terre
(A.M., p. 101).
As, al final de la obra, vemos como una vez que Albine ha sido ente-
rrada, y con ella toda la naturaleza del Paradou, Dsire, con su corral y sus
animales, con su vitalidad ajena a todo lo que la rodea, aparece feliz, en una
muestra de que la vida continua, con sus ciclos, Un sen va, un autre arrive
(A.M., p. 367), anunciando el nacimiento de un ternero, ya que nada puede
detener el natural desarrollo de los acontecimientos.
Pero toda esta vida, toda esta Naturaleza que se respira en el corral de la
hermana, no es ms que un simple anticipo y en ocasiones elemento evo-
cador, de lo que labb Mouret se encontrar cuando penetre en el Paradou.
Et le souvenir du Paradou lui revint tout dun coup, avec les grands arbres,
les ombres noires, les senteurs puissantes, sans quil pt sen dfendre
(A.M., p. 102).
El primer contacto que el prroco tendr con esta eclosin de la
Naturaleza que es este jardn, tendr lugar, como no, a travs de la interme-
diacin de Albine.
Une porte venait de souvrir brusquement, au fond du vestibule; une troue
clatante stait faite, dans le noir de la muraille. Ce fut comme une vision
de fort vierge, un enfoncement de futaie immense, sous une pluie de soleil.
Dans cet clair, le prtre saisit nettement, au loin, des dtails prcis: une
grande fleur jaune au centre dune pelouse, une nappe deau qui tombait
dune haute pierre,un arbre colossal empli dun vol doiseaux; le tout noy,
perdu,flambant, au milieu dun tel gchis de verdure, dune dbauche telle
de vgtation, que lhorizon entier ntait plus quun panouissement
(A.M., p. 82).
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Espacio religioso y espacio natural en La faute de labb Mouret 857
Una vez que la primera crisis de labb Mouret ha tenido lugar, que la
lucha entre sus instintos humanos y su educacin y valores religiosos le han
provocado ese desvanecimiento del que tanto le costar recuperarse, ser en
el Paradou en el que Serge vuelva a nacer en todos los sentidos. Su prdida
de memoria le permitir conocer todos esos aspectos de su naturaleza que
hasta la fecha tena atrofiados, y ese nuevo despertar slo poda ocurrir en
ese paraje idlico que es el Paradou. Su to, el doctor Pascal, es consciente
de ello, y esa es la razn por la que elige ese lugar para su recuperacin
mdica.
Y as, al recuperar la conciencia, Serge tendr como aliciente el conoci-
miento de este vergel, convirtindose su recuperacin en una segunda con-
cepcin, en una nueva vuelta a la vida en la que sus sentidos se despertaran
con la intensidad y la emocin de un recin nacido.
Mais, dans cette convalescence, il fut pris dune stupeur des sens qui le
ramena la vie vgtative dun pauvre tre n de la veille. () Ctait une
seconde conception,une lente closion, dans luf chaud du printemps
(A.M., p. 166).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
858 Vctor Daniel Domnguez Lucena
Todo este decorado est regido por la armona, que da el equilibrio nece-
sario a este mundo de sensaciones. Pero este equilibrio es inestable, no
puede durar eternamente. En efecto, el muro que les aislaba del exterior tena
un agujero, por el cual Frre Archangias, y con l toda la sociedad, Les
Artaud, la iglesia, las obligaciones de labb Mouret y su educacin reli-
giosa, penetraran para arrancar al prroco de su amada y del espacio amo-
roso.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacio religioso y espacio natural en La faute de labb Mouret 859
Mais lglise restait encore solide, malgr ses blessures. Elle senttait
dune faon farouche, muette, sombre, se cramponnant aux moindres pie-
rres de ses fondations (A.M., p. 333).
Le grand Christ, arrach de la croix, rest pendu un moment une des che-
velures de femmes flottantes, fut emport, roul, perdu, dans la nuit noire,
au fond de laquelle il tomba avec un retentissement. Larbre de vie venait
de crever le ciel. Et il dpassait les toiles. () Lglise tait vaincue. Dieu
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
860 Vctor Daniel Domnguez Lucena
En definitiva, con este trabajo hemos querido mostrar como las duali-
dades y enfrentamientos en torno a los cuales mile Zola construye La faute
de labb Mouret, tambin se reflejan desde el punto de vista espacial, cons-
truyndose toda una serie de imgenes que constituyen los dos polos enfren-
tados. Por un lado la sociedad y la religin, representadas por la iglesia, y
por otro la Naturaleza y los instintos humanos representados por jardines y
corrales en los que la presencia humana slo puede ser entendida desde la
ms absoluta inocencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ZOLA, ., La faute de labb Mouret, Paris, Garnier Flammarion, 1972.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ITINERARIO REVERSIBLE,
CENDRARS-APOLLINAIRE: ESCRITURA
DEL ESPACIO EN EL TEXTO POTICO
La poesa ilumina con sus imgenes las imgenes en el mundo moderno del
que nos da noticia. La frase no es ma; procede de un diccionario de poesa
de Baudelaire hasta nuestros das y surge al hilo del artculo que ese mismo
diccionario dedica a Paul Morand, conocido autor de la literatura francesa
del siglo XX, pero quizs no lo suficiente, ya que por lo general no forma
parte del grupo de cabeza de los ilustrsimos representantes del gnero po-
tico, o por lo menos en la versin ms acadmica de la institucin literaria.
Precisamente por eso, por curiosidad o slo debido al simple azar objetivo,
me veo impulsado a consultar el estado de esa cuestin potica en una de las
grandes antologas del siglo, en la ltima versin de las publicadas por
Gallimard en su coleccin de Poesa con el emblemtico guarismo del ao
2000. Contra toda expectativa, figuraban all nada menos que tres poemas de
Paul Morand: Ode Marcel Proust, Mort dun autre juif y Southern Pacific,
poema este ltimo en el que las locomotoras del tren actan como fuente de
traccin para los vagones-verso a la par que como fuente de atraccin para
los seducidos odos del mismsimo Marcel Proust:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
862 Jos Mara Fernndez Cardo
[...]
Les locomotives de Southern Pacific?
Elles ont des perles au cou;
des mecaniciens gants
les caressent.
Les machines sont les seules femmes
que les Amricains savent rendre heureuses.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Itinerario reversible, Cendrars-Apollinaire: 863
Celui qui regarde du dehors travers une fentre ouverte ne voit jamais
autant de choses que celui qui regarde une fentre ferme. Il nest pas
dobjet plus profond, plus mystrieux, plus fcond, plus tnbreux, plus
blouissant qu une fentre claire d une chandelle. Ce quon peut voir au
soleil est toujours moins intressant que ce qui se passe derrire une vitre.
Dans ce trou noir ou lumineux vit la vie, rve la vie, souffre la vie.
1) Paul Morand y Blaise Cendrars son los poetas de los aos veinte que
ms se nicotinan de modernidad y vagabundeo (Umbral, sic.)
2) A Morand le nace un estilo propio personal, una poesa que avanza a
golpe de imgenes y que ha dejado atrs la msica como acabamos olvi-
dando el piano viejo y oxidado de la abuela de mam. La msica fue el
modernismo, fue el simbolismo, fue Mallarm, fue Moras. Aquella gene-
racin de entreguerras, desde Apollinaire al citado Cendrars hace de la
imagen, de la metfora, la clave de su narrativa lrica, renunciando como
decamos a la msica. La poesa para ellos est en la imagen. Esto lo
hereda el surrealismo y despus lo hereda nuestra espaola generacin del
27. No es que nadie abjurase de nada, sino que Victor Hugo, Verlaine y
Rubn Daro haban muerto a manos de un adolescente cruel, que era
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
864 Jos Mara Fernndez Cardo
1 UMBRAL, F., Los snobs, Paul Morand, en El Cultural, El Mundo, Madrid, 27-
03-2003.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Itinerario reversible, Cendrars-Apollinaire: 865
Je laime beaucoup et
travaille bien
Mon criture est nette et
Claire
On voit trs bien que cest
moi
qui lai tape
Il y a des blancs que je suis
seul savoir faire
Vois donc loeil qu ma page
Pourtant pour te faire
plaisir jajoute lancre
Deux trois mots
et une grosse tache dancre
Pour que tu ne puisses pas les
lire
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
866 Jos Mara Fernndez Cardo
Lhistoire moderne
Les tourbillons
Les naufrages
Mme celui du Titanic que jai lu dans le journal
Autant dimages-associations que je ne peux pas dve-
lopper dans mes vers
Car je suis encore fort mauvais pote
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Itinerario reversible, Cendrars-Apollinaire: 867
Jai peur
Je ne sais pas aller jusquau bout
Comme mon ami Chagall je pourrais faire une srie de
tableaux dments
Mais je nai pas pris de notes en voyage
Pardonnez-moi mon ignorance
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
868 Jos Mara Fernndez Cardo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Itinerario reversible, Cendrars-Apollinaire: 869
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
870 Jos Mara Fernndez Cardo
Il ne faut pas oublier quil est peut-tre plus dangereux pour une nation de
se laisser conqurir intellectuellement que par les armes. Cest pourquoi
lesprit nouveau se rclame avant tout de lordre et du devoir qui sont les
grandes qualits classiques par quoi se manifeste le plus hautement lesprit
franais et il leur adjoint la libert. Cette libert et cet ordre qui se confon-
dent dans lesprit nouveau sont sa caractristique et sa force.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Itinerario reversible, Cendrars-Apollinaire: 871
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
872 Jos Mara Fernndez Cardo
locataire se tenait laise, tandis que, plus grand que lui, jtais oblig de
me courber. Le lit ntait quune rduction de lit [...] la table crire ntait
quune rduction de table [...] le mobilier ntait quune rduction du mobi-
lier [...] Au mur tait suspendu une rduction de tableau. Ctait un portrait
de Jarry dont il avait brl la plus grande partie, ne laissant que la tte qui
le montrait semblable au Balzac dune certaine lithographie que je connais4.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Itinerario reversible, Cendrars-Apollinaire: 873
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
874 Jos Mara Fernndez Cardo
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Anthologie de la posie franaise, 2 volmenes, Paris, NRF Posie
Gallimard, 2000.
APOLLINAIRE, G., Le flneur des deux rives suivi de Contemporains pit-
toresques, Paris, Ides, Gallimard, 1975.
Alcools, Paris, La Bibliothque Gallimard, 1999.
CENDRARS, B., Vol voile suivi dUne nuit dans la fort, Lausanne, Livre
de poche, Guide du Livre, 1960.
JARRETY, M. (dir.), Dictionnaire de posie de Baudelaire nos jours,
Paris, PUF, 2001.
JEAN, R., Lectures du dsir, Nerval, Lautramont, Apollinaire, luard,
Paris, Seuil, 1977.
MORAND, P., Pomes, Paris, NRF Posie Gallimard, 1973.
UMBRAL, F., Los snobs, Paul Morand, en El cultural, EL MUNDO
(Madrid), 27-3-2003.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE DE LAMOUR EN DEHORS
DU MARIAGE OU LE PROBLME DE
LADULTRE CHEZ CHRTIEN DE TROYES:
CLIGS PAR RAPPORT TRISTAN
Sans doute, la matire tristanienne exera une influence trs forte en France
pendant tout le Moyen ge. Ladmiration pour cette lgende se manifeste
dans les versions de Broul, de Thomas, dans les Folies Tristan de Berne et
dOxford ou mme chez Marie de France avec son Lai du Chvrefeuille,
mise part, bien sr, la mention aux amants de Cornouailles et aux pisodes
les plus remarquables du Tristan dans la posie des troubadours1 qui sera
1 Vers la moiti du XIIe sicle, nous avons bien constat que plusieurs troubadours
ont chant lamour de Tristan et Iseut parce que, daprs Cluzel, il y avait au moins avant la
mise en roman de la lgende une sorte de canevas trs gnral, o se retrouvent les princi-
paux pisodes de la lgende. CLUZEL, I., Les plus anciens troubadours et la lgende
amoureuse de Tristan et Yseut, Mlanges Istvan Frank, 1957, pp. 165.
Parmi ces troubadours qui connurent les pisodes du Tristan les plus importants (la
scne du philtre, les dures preuves subies par les amants, les scnes damour clandestin,
etc.), nous pourrions faire mention de Rimbaud dOrange, Bernart de Ventadour, Guerau de
Cabrera et Cercamon. Quant ce dernier, il est remarquable de souligner quil composa une
chanson intitule Ab lo pascor qui fait rfrence au personnage de Tristan. Si nous tenons en
compte que cette chanson fut crite dans la premire moiti du XIIe sicle, nous devrons
accepter que lhistoire des amours de Tristan et Yseut circulait dj, mme dans la rgion
doc, avant 1150: Quune pice de ce troubadour Ab lo pascor fasse allusion Tristan,
cela ne peut laisser la critique indiffrente puisque, dans ce cas, nous avons la preuve quune
lgende de Tristan sinon un conte crit, existait avant 1150, la preuve aussi que cette lgende
a t mentionne en langue doc avant de ltre en langue dol. LEJEUNE, R., Lallusion
Tristan chez le troubadour Cercamon, in Romania, 81, 1962, p. 182.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
876 Ramn Garca Pradas
crite vers la moiti du XIIe sicle. Cependant, par rapport au sujet tristanien,
mme ds la deuxime moiti du XIIe sicle et pendant le XIIIe2, il ny aura
que de ladmiration dans le panorama littraire franais. En effet, le Tristan
supposa une influence considrable dans la production potique et roma-
nesque de Chrtien de Troyes, pour qui le Tristan a suggr un rejet moral
et une attitude critique remarquable.
En ce qui concerne sa production potique, Chrtien ddia une chanson
courtoise, Damors qui ma tollu a moi la critique contre le sujet amoureux
que Tristan prsente dans la lgende. En effet, daprs Grard-Zai, nous pou-
vons admettre que Chrtien, dans cette chanson qui comporte 54 vers, et plus
prcisment dans la quatrime strophe, choisit lamour courtois au lieu de
la passion fatale et aveuglante de Tristan, fruit de lenchantement involon-
taire du breuvage3:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 877
Comme nous pouvons constater, le je narrant avoue quil aime plus que
Tristan, avec un cur fidle et une volont sincre. Face aux contraintes
fatales qui caractrisent lessence de lamour tristanien, lamour que
Chrtien propose se montre comme le produit du raisonnement et du libre
choix. Par consquent, Chrtien essaie dencadrer lamour quil dcrit dans
les prceptes de lamour courtois en prenant comme exemple ce quil ne faut
pas suivre, cest--dire lamour tellement clbre du jeune Tristan, un amour
accabl par la force dun philtre magique (un breuvage comme il indique
clairement dans cette strophe) qui secoue les amants et les obligent saimer
follement malgr les lois divines et humaines et malgr leur volont (surtout
daprs la version de Broul).
Quant sa production romanesque, il y a aussi des allusions aux person-
nages et aux pisodes de la lgende tristanienne. Par exemple, dans son pre-
mier roman, rec et nide, nous pouvons constater comment lhrone, la
belle nide, compare justement sa beaut avec celle dIseut (le plus beau
fleuron de la beaut au fminin daprs les versions du Tristan au XIIe sicle)
avec le but de devancer le personnage dIseut la Blonde. Voyons alors les
mots dont nide se sert pour montrer sa supriorit en matire de beaut:
5 DE TROYES, C., rec et nide, Paris, Le livre de Poche, 1989, p. 58, vv. 424-426.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
878 Ramn Garca Pradas
tache le lit avec le sang qui scoule de sa blessure. cause de cette tache,
leur liaison sera dcouverte et mise en vidence par lennemi. En ce qui
concerne la lgende tristanienne, nous trouvons une scne semblable au
moment o Tristan couche avec Iseut, mais bless cause du saut quil a fait
pour arriver la chambre dIseut sans laisser de trace sur le sol du couloir
plein de farine6 qui spare leurs deux chambres, le sang scoule de sa bles-
sure lorsquil fait lamour avec la reine. cause de cette tache, leur liaison
adultre sera dcouverte par le roi Marc grce la ruse de Frocin. Telle situa-
tion ne peut pas tre le produit du hasard, mais, tout au contraire, dune imi-
tation chez Chrtien dune lgende qui tait dj bien fige dans la tradition
orale et probablement crite. Voyons la symtrie de lpisode dans le
Lancelot de Chrtien et dans le Tristan de Broul:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 879
9 Il est surprenant que Chrtien ne fisse pas mention de Tristan dans le titre de son
rcit si nous tenons en compte que Tristan est le hros principal de toutes les versions de la
lgende qui circulent pendant tout le Moyen ge. En plus, il ny avait pas de raisons mtri-
ques qui empchent Chrtien dintituler son rcit De Tristan et dIseut la Blonde, ce qui ren-
force peut-tre la nature pisodique et brve du rcit de Chrtien. Voyons ce que nous dit
Gallais ce propos: Du roi Marc et dIseut la Blonde quil (Chrtien de Troyes) cite parmi
ces uvres, dans le prologue de Cligs, est vraisemblablement un lai, une courte nouvelle.
GALLAIS, P., Gense du roman occidental. Essai sur Tristan et Yseut et son modle persan,
Paris, Tte de Feuilles, 1974, p. 60.
En revanche, il y a certains critiques qui ont suppos quil ne sagissait pas dune
courte nouvelle ni dun lai mais de la premire version du Tristan, de larchtype perdu de
nos jours et tellement tudi, comme nous indique Zumthor quand il nous dit propos de ce
rcit: Le texte du Roi Marc est perdu aussi, et les spculations sur le titre nont t que trop
nombreuses. Certains ont suppos, sans la moindre preuve, que Chrtien aurait t lauteur
du premier roman de Tristan et Yseut, archtype hypothtique de diverses versions restantes.
ZUMTHOR, P., Essai de potique mdivale, Paris, Seuil, 1972, p. 563.
Aujourdhui, arguments lappui, lhypothse de larchtype a t compltement
carte. En fait, Rubio Tobar, dans le prologue de sa traduction de Cligs est daccord avec le
caractre mystrieux du rcit de Chrtien, mais il rejette incontestablement la possibilit qui
lie le rcit de Chrtien larchtype tristanien: Unos piensan en una novela extensa, otros
piensan que debi ser un lai; para algunos debi tratarse de una obra en la que prctica-
mente se exclua a Tristn (que no aparece en el ttulo) y que se centrara en el rey Marco y
en Iseo; y no ha faltado quienes sostenan nada menos que la obra de Chrtien sera un
Urtristn, hiptesis que hoy ha sido completamente descartada. RUBIO TOBAR, J., Cligs,
Madrid, Alianza Editorial, 1993, p. 24.
10 STANESCO, M., Lire le Moyen ge, Paris, Dunod, 1998, p. 70.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
880 Ramn Garca Pradas
Cligs, deuxime roman de Chrtien inspir dun souci moral par rapport
lamour en dehors du mariage, do la critique tellement svre quon y fera
contre la passion turbulente et tout fait amorale de Tristan et Iseut. Il est
vrai que dans toute la production romanesque de Chrtien de Troyes,
lamour joue un rle trs important, mais dans ses quatre premiers romans
(rec et nide, Cligs, Yvain et Lancelot) lamour et lrotisme jouent un
rle que nous pourrions qualifier dessentiel11. De mme, Chrtien essaie de
mettre en relief dans les romans que nous venons de citer le problme du
mariage dans une priode o ce sacrement fut mis en danger par les pr-
ceptes dune morale paenne, celle de la courtoisie et de la finamors,
puisque, daprs cette thorie, le mariage tait contre le vritable amour. En
fait, le mariage rendait la femme accessible lamant, tandis que celui-ci
devait chercher tout le contraire, cest--dire linaccessibilit de la dame et
la prolongation de la jouissance amoureuse pour que lamour ne disparaisse
pas. En revanche, Chrtien cherche presque toujours12 accorder amour et
mariage, sans quamour ni mariage ne puissent saccomplir heureusement
lun sans lautre. En effet, Delcourt remarque que, pour Chrtien de Troyes,
lamour est compatible avec le mariage13 et, en plus, quil sort grandi des
difficults, et quil na pas toujours une issue tragique14. Nous pourrions
penser notamment aux mariages drec et nide ou dYvain et Laudine.
Malgr les inconvnients, les deux couples arrivent vivre un amour heu-
reux au sein du mariage, mais, sans doute, cest avec Cligs que Chrtien a
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 881
Je passerai rapidement sur Cligs dont les rapports avec Tristan ont t trs
souvent tudis et que lon a appel tantt un Anti tantt un Super
tantt un No-Tristan. () Chrtien corrige, redresse, inverse la motiva-
tion du Tristan et souvent sans doute du Tristan de Thomas17.
En tout cas, Chrtien composa son Cligs dans un but critique et de sur-
passement (pas atteint, bien sr) par rapport au modle littraire quil
essaiera de bouleverser dans certains conflits proposs magistralement par la
lgende de Tristan, tels que la raison-devoir ou lamour-vertu, Chrtien
ne pouvant pas demeurer indiffrent la querelle que Tristan venait de sus-
citer18. Bien que dans presque toute sa production romanesque il essaie de
rsoudre heureusement ces conflits grce linstitution du mariage en tant
que moyen de lgitimer lamour et de confrer aux amants la libert dont ils
ont besoin pour achever le bonheur sans sopposer aux impratifs sociaux, il
ne russira pas son but. En ce qui concerne cette rconciliation entre amour
et mariage, Payen et Garel affirment par rapport aux romans de Chrtien:
Aussi va-t-il entreprendre rien dautre que de rconcilier le mariage et
lamour en rintroduisant dans le mode de vie du couple lgal lattrait du
romanesque19. Chrtien sattaque alors dans son Cligs lutter contre un
problme fondamental de la courtoisie: celui de ladultre, dont lemblme
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
882 Ramn Garca Pradas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 883
Tel est le cas dIseut la Blonde ou de Fnice. Toutes les deux subissent
les consquences malheureuses dun mariage impos sans que personne leur
ait demand si elles aiment quelquun dautre avant de marier un homme
puissant et g pour qui elles nprouvent pas le moindre sentiment ni le
moindre attrait physique. Alors, tantt Iseut tantt Fnice dcident daimer
librement malgr linterdiction morale (leur mariage) dont elles ne sont que
des victimes, mais en ce qui concerne cette libert il y a une diffrence
remarquable entre Tristan et Cligs. Effectivement, Iseut naime pas son
poux. En revanche, elle aime le neveu de son poux, cest--dire Tristan.
Nous trouvons le mme triangle amoureux dans Cligs, parce que Fnice
naime pas lempereur Alis (son poux lgitime dans le rcit) et, par contre,
elle aime le neveu de celui-ci, Cligs. Nanmoins, il y a une diffrence si
nous tenons compte de lorigine de cet amour illgitime. Chez Iseut, de
mme que chez Tristan, leur amour provient dun philtre magique quils ont
bu par mgarde, sans se rendre compte de ce quils faisaient. Leur amour
provient ainsi de la magie (dune magie paenne) et, au bout du compte, de
la fatalit du hasard26. Chez Cligs et Fnice lamour, par contre, est le pro-
duit dun acte tout fait raisonn. Il ny a point de besoin dun philtre
magique pour que Fnice aime Cligs et vice-versa. De ce point de vue, nous
pourrions bien assurer que Cligs respecte les principes de libre lection des
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884 Ramn Garca Pradas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 885
Fnice peu importe la douleur sil sagit dtre ct de celui quelle aime
le plus au monde.
Daprs tout ce que nous avons dit jusquici, nous pourrions dfinir
Cligs en disant que cest lespace critique que Chrtien de Troyes ddia
dans sa production littraire pour agir contre les liaisons adultres tellement
mises en relief par lthique courtoise et contre la passion dbride du point
de vue moral (voire sexuel) que Tristan proposait avec tant de succs par
toute la France et mme par toute lEurope. Bien sr, le succs de Chrtien
avec Cligs ne dut pas tre tel parce que linfluence tristanienne ne cessa de
steindre, et par rapport au code courtois, il continua exercer une
influence remarquable dans les us et coutumes de cette priode au niveau
social et littraire. Nanmoins, lessai de bouleverser les conceptions amou-
reuses pour bien montrer que le mariage peut offrir le contexte idal pour le
dveloppement de lamour quand il sagit dun mariage librement lu (sur-
tout en ce qui concerne le choix de la femme) suppose en pleine vigueur tris-
tanienne une tentative qui mrite au moins notre attention. Cela ne veut pas
dire que lamour commence obligatoirement dans lespace du mariage. En
fait, dans Cligs, Chrtien se sert de deux couples pour bien montrer que
lamour nat en dehors du mariage mais cela ne doit pas entraner quil soit
toujours consomm avant le mariage. Voyons alors comment Cligs devient
un espace littraire de critique et de condamnation de la passion consomme
en dehors du mariage, mais il se montre aussi comme une dfense ardente
de lamour hors la liaison maritale si cet amour rejette le dbridement sexuel
et la perte de la virginit chez la femme. Voyons aussi quels sont les espaces
que Chrtien ddiera dans Cligs pour la dconstruction de lamour trista-
nien.
Si Chrtien de Troyes avait dj entrepris une attitude hostile lgard
du Tristan avec rec et nide31, cest avec Cligs quil rpliquera ouverte-
ment au Tristan. Dans ce rcit, Chrtien nous montre deux histoires
damour. Dans la premire moiti de son roman, il raconte le rapport amou-
reux qui lie Soredamor Alexandre et dans la deuxime partie il fera de
mme avec la liaison de Cligs, fils dAlexandre et Soredamor, et Fnice.
Alors, nous pourrions dire quil y a une parfaite transposition du Tristan
parce que Chrtien transpose justement dans Cligs deux histoires damour
qui appartiennent deux gnrations. Tristan raconte tout dabord lhistoire
damour entre Riwalen et Blanchefleur (les parents de Tristan) mais leur
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886 Ramn Garca Pradas
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Lespace de lamour en dehors du mariage 887
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888 Ramn Garca Pradas
Par consquent, lamour fatal dont Tristan et Iseut ne sont que des vic-
times cause de la force du philtre et du malheureux hasard, Chrtien ne
veut quopposer un dclenchement amoureux bas sur le domaine de la
volont et du libre choix. Mais, si lamour nat chez Alexandre et Soredamor
pendant leur voyage en mer, de mme que chez Tristan et Iseut, les parents
de Cligs agissent discrtement, sans rien avouer lun lautre. En revanche,
Tristan et Iseut se confessent leur amour et arrivent mme en jouir charnel-
lement pendant leur voyage maritime.
Dailleurs, cest Alexandre lui-mme qui nie la possibilit davouer son
dsir de jouir librement de lamour quil prouve pour Soredamor.
Autrement dit, il nagirait quavec folie40 sil ne dissimulait pas ses senti-
ments avec la dame dont il vient de tomber amoureux. Encore une fois, lop-
position avec la matire tristanienne devient explicite chez Chrtien.
Dans ce silence et cette souffrance les traits courtois se renforcent chez
Chrtien de Troyes. En fait, dans cette phase de lamour non avou Chrtien
sefforce de nous montrer Alexandre comme le hros de la guerre. Lorsquil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 889
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890 Ramn Garca Pradas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 891
Ja ni avra. II paroniers.
Qui a le cuer, cil ait le cors44.
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892 Ramn Garca Pradas
offre une russite qui suggre que les principes affrents la courtoisie ne
sont pas tellement ngligeables que Chrtien le pense47. Cest pourquoi nous
affirmons de nos jours que Cligs semble avoir un ct un peu artificiel48.
En tout cas, lide de la fausse mort permet Fnice de quitter dfiniti-
vement son poux pour rejoindre lhomme quelle aime. Comme Lfay-
Toury remarque, Fnice acquiert donc par cette mort le bonheur et la gloire
et fait un pas vers le rtablissement de lordre des choses49. Mais pour que
ce rtablissement soit rel, nous avons besoin de la mort dAlis, ce qui aura
lieu vers la fin du rcit. Alors, compte tenu que les personnages ont suivi les
prceptes de la loi sociale et religieuse, ils peuvent recevoir la sanction posi-
tive, le fait de lgitimer son amour qui tait n en dehors du mariage et de le
vivre librement et heureusement aux yeux des hommes et de Dieu, tandis
que Tristan et Iseut nont pu sauver leur amour que dans la mort.
Pour conclure, nous pourrions concevoir Cligs par rapport au Tristan
comme lespace critique qui permettra Chrtien de redfinir la passion
comme un sentiment qui doit tre toujours guid par la volont de celui qui
la subit. Chrtien relativisera alors la notion de hasard ou de fatalit qui
avait guid lamour tristanien au malheur et la mort. Toutefois, lhomme
ne peut pas se dgager de son destin si facilement, do probablement le
caractre artificiel que la critique a voulu voir dans Cligs. Dailleurs,
Cligs est aussi lespace littraire qui permet Chrtien la critique de
Tristan et, surtout, la critique de quelques prceptes courtois. Dans la pre-
mire partie de son uvre, Chrtien sadapte aux commandements courtois
en nous montrant une passion qui doit saccorder avec la raison et la
volont. En plus, il aura recours maintes caractristiques typiquement
courtoises (notamment les monologues dchirants des amants, la mise en
relief de leur souffrance, la dilatation de laveu amoureux, etc.). En
revanche, il est hors de doute que le deuxime rapport amoureux, celui de
Cligs et Fnice sloigne de prceptes courtois. La femme ne rclame pas
seulement le droit daimer librement en dehors du mariage, car cet amour
tellement valable pour la courtoisie ne serait quune tromperie fautive
lavis de Chrtien. Daprs notre crivain, il faut rclamer une libert com-
plte pour la femme parce que cest seulement avec cette libert que
lamour peut tre vcu heureusement dans le mariage. Lamour hors-
mariage nentrane que le malheur ceux qui le subissent, do le besoin de
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de lamour en dehors du mariage 893
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
JULES VERNE OU LA TENTATION
DE LINACHVEMENT
Longtemps, Jules Verne demeura reclus dans les oubliettes de lhistoire lit-
traire, enferm dans les domaines de la littrature dvasion, de la paralit-
trature. Lcrivain en souffrait: Le grand regret de ma vie dclarait-il en
1893 au journaliste amricain Robert Sherard est que je nai jamais
compt dans la littrature franaise. Je ne compte pas dans la littrature fran-
aise. Tout au long de sa carrire il prtendit entrer lAcadmie, mais
quand la candidature semblait tre porte de main, elle svanouissait
comme dans les rves. Ce quil cherchait, disait-il dans le mme entretien,
ce ntaient pas les dcorations, mais plutt que les gens puissent voir ce
que jai fait ou essay de faire, et nignorent pas lartiste dans le conteur. Je
suis artiste. Il aura fallu prs dun sicle pour que le voeu de Jules Verne
soit finalement exhauc. Cest partir des annes soixante, lpoque o
lon commence sintresser en France au roman populaire, que lon
dcouvre le continent vernien qui se cachait sous lapparente simplicit de
son criture. Michel Butor est le premier en date avoir attir lattention des
lecteurs (critiques) sur le travail anagrammatique et sur limaginaire ver-
niens, jetant ainsi une toute nouvelle lumire sur les romans de Jules Verne.
Marcel Mor partir de 1960 reprendra le tmoin en consacrant cet cri-
vain plusieurs ouvrages o on le considre enfin comme un Auteur. 1966 est
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898 Francisco Gonzlez Fernndez
1 BUTOR, M., Le point suprme et lge dor travers quelques oeuvres de Jules
Verne, in Essais sur les modernes, Paris, Gallimard, 1964, p. 36.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Jules Verne ou la tentation de linachvement 899
La seule avance quil soit possible de noter consiste en ceci que tout lef-
fort de la technologie porte, chez Verne, sur les moyens de communication,
non sur les instruments de production. Pour tout le reste, le point est fait sur
une science fort dpasse lheure o ses rcits paraissent, y compris les
sciences sociales2.
Cest que dans son oeuvre, ainsi que la remarqu Pierre Macherey3,
lanticipation ne sexprime que sous la forme de la rgression. On va de
lavant pour mieux retourner vers lorigine. Nest-ce pas dailleurs, au dire
de Simone Vierne4, lalliance du mythe classique et du mythe technologique
ce qui constitue le pouvoir de fascination de ses romans sur les adultes et les
enfants? Pourquoi alors faire de lui un prcurseur de Marinetti ou
dApollinaire? Ne serait-il pas plus juste de le placer du ct de lArt
Nouveau? Le Nautilus ne ressemble-il pas moins un sous-marin qu un
confortable salon meubl par Horta? Le monde de Verne est tourn vers le
mythe, vers les lgendes, vers lorigine, do lomniprsence des lments
primordiaux (la terre, le feu, lair et leau). Verne transforme la science de
son temps en un domaine mythologique et renvoie, par exemple, la chimie
ses dbuts alchimiques.
Tel Janus, Jules Verne semble regarder en avant et en arrire. Les nou-
veaux moyens de transport permettent de quadriller et mesurer un monde qui
semble pourtant tre encore la mesure de lhomme. Admirateur de
Leonardo da Vinci, auquel il avait consacr dans sa jeunesse une pice de
thtre, Jules Verne considre galement lhomme comme un microcosme
englob dans le macrocosme. Cyrus Smith est ce propos le personnage ver-
nien qui exprime le plus nettement cette conception de lunivers:
Lingnieur tait pour eux un microcosme, un compos de toute la science
et de toute lintelligence humaine!. De mme lle mystrieuse ne sera pas
une le authentique mais plutt sa reprsentation, une sorte de Terra mtica.
Lle Lincoln, dont les naufrags feront dailleurs peu peu une petite
Amrique, est dabord bizarre par la diversit de son aspect: Cette le,
remarque Cyrus Smith, dans sa forme comme dans sa nature, je la trouve
2 SERRES, M., Jouvences sur Jules Verne, Paris, Minuit, 1974, p. 13.
3 MACHEREY, P., Jules Verne ou le rcit en dfaut, in Pour une thorie de la pro-
duction littraire, Paris, Franois Maspero, 1966, p. 214.
4 VIERNE, S., Jules Verne. Mythe et modernit, Paris, PUF, 1989.
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900 Francisco Gonzlez Fernndez
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Jules Verne ou la tentation de linachvement 901
titution du monde plat par le monde sphrique: Sur une sphre, quitter un
point, cest commencer dj sen approcher! La sphre est la Monotonie.
Les ples ne sont que fiction. Le centre seul? Avec son absence de pesanteur.
Cest l que le tourisme a commenc! Ds que lon sut le monde-boule7. Et
Jules Verne ntait point dupe ce sujet. Dans La maison vapeur, le capi-
taine Hod dclare quil a renonc aux ascensions
depuis le jour o aprs avoir vingt fois risqu ma vie, je suis parvenu
atteindre le sommet du Vrigel, dans le royaume de Bouthan. On affirmait
que jamais tre humain navait foul du pied la cime de ce pic! Jy mettais
donc quelque amour-propre! Enfin, aprs mille dangers, jarrive au fate, et
que vois-je? ces mots gravs sur une roche: Durand, dentiste, 14 rue
Caumartin, Paris!. Depuis lors, je ne grimpe plus.
Si mme les lieux les plus inaccessibles ont dj t visits, si lon est
toujours sur les traces dun autre lallure peu hroque, alors le voyage
daventures est condamn devenir parcours touristique. Le dentiste suc-
cde laventurier. Philas Fogg, qui avait fait le tour du monde en 1872,
succde son pre, laventurier par excellence, Lord Byron8. Philas
Fogg (qui, nous dit-on ds la premire page du Tour du monde en 80 jours,
est un Byron moustaches et favoris, un Byron impassible) et
Passepartout courant autour du globe, passant obligatoirement par tous les
lieux fixs lavance, des lieux toujours emblmatiques, ne prfigurent-ils
pas nos voyages contemporains? Que devient laventure dans un monde o
chaque endroit a dj t foul par un autre, o lon peut faire le tour de la
plante en 80 jours?
Avec le monde plat on cherchait arriver au bout et mme on risquait
de tomber dans labme de la fin. Avec le monde rond, on revient toujours
au point de dpart, au mme, lidentique, la monotonie. quoi bon alors
partir si lon connat lavance ce que lon va trouver? Le romancier, on
laura compris, est ainsi confront un vritable paradoxe. En effet, si le
monde est rond, clos, connu, plein dtiquettes, sil ne reste pratiquement
plus de territoires vierges, comment peut-on crire alors des rcits daven-
tures? Comment crire des romans daventures gographiques dans un
monde de boule neigeuse, dans un monde o laventure nest quun sou-
7 SEGALEN, V., Essai sur lexotisme: une esthtique du divers, Paris, Fata Morgana,
1978, p. 60.
8 Cf. SALABERT, M., Julio Verne ese desconocido, Madrid, Alianza Editorial, 1985,
p. 210.
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902 Francisco Gonzlez Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Jules Verne ou la tentation de linachvement 903
de ses yeux et son dsir de lachever pour pouvoir le raconter nest autre
que celle qui domine le roman de Jules Verne.
Sans doute le roman daventures exprime-t-il de faon hyperbolique le
plaisir que lon prouve en lisant tout texte. En effet, le lecteur du roman
daventures dsire en mme temps que le roman sachve pour pouvoir
connatre le dnouement et quil nen finisse pas de terminer pour pouvoir
jouir de sa lecture. Cest cette contradiction qui constitue le plaisir de la lec-
ture et qui donne lcrivain le mal que lon sait. Car, comme le remarque
Jean-Yves Tadi propos justement de Michel Strogoff, lauteur est victime
de laporie:
Comment tenir pendant trois cents pages, une fois le problme pos, lin-
trigue expose? La rsistance du romancier doit galer celle de son hros,
et de ses lecteurs. Les incidents devenus bientt obstacles, saccrotront
avec la distance parcourue. Ici, deux possibilits: une rapsodie dincidents
sans lien entre eux, ou une succession avec relation de cause effet, le rcit
se faisant tantt chronique, et tantt roman intrigue, balanant de la na-
vet la complexit. En mme temps, le charme du roman daventures doit
tre tel que le lecteur ne soit pas plus press de voir Strogoff arriver que ne
le sont ses adversaires: le mouvement du voyage est dcompos selon la
thorie de Znon, flche aile qui vibre, vole et qui ne vole pas10.
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904 Francisco Gonzlez Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Jules Verne ou la tentation de linachvement 905
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906 Francisco Gonzlez Fernndez
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Jules Verne ou la tentation de linachvement 907
Tout se passe, constate Almuth Gresillon, comme si pour des pans entiers
de la production intellectuelle le principe classique du moins en occi-
dent des entits finies, des oeuvres et des modles clturs et des formes
acheves avait, avec les temps modernes, cd la place un principe diam-
tralement oppos: celui de la structure ouverte et de la forme inacheve,
inacheve par essence et non par accident13.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
908 Francisco Gonzlez Fernndez
ments de Cosaques pour se protger contre les Tartares mais que lon avait
abandonns croyant que les hordes avaient t rduites une soumission
absolue. Et par la suite le narrateur expliquera qu leur passage ctait un
dsert que les Tartares faisaient derrire eux, et les Russes ne lauraient pas
franchi sans peine. Le dsert des Tartares, en effet. On a souvent signal le
ct kafkien de loeuvre de Buzzati. Elle ressemble effectivement sur plus
dun point au Chteau de Kafka.
Chez Kafka il est nouveau question dune forteresse. Il ne sera pas vain
pour notre propos de rappeler lensemble de lintrigue du Chteau, de mettre
en vidence quelques faits qui passent parfois inaperus. Un tranger
nomm K arrive un soir lauberge dun village o il prtend passer la nuit.
Mais il est rveill tout dun coup par laubergiste et un jeune homme qui lui
rclame la permission de demeurer au chteau du comte de WestWest ou, ce
qui revient au mme, au village. Comme K dclare quil est larpenteur que
le comte a fait venir, le jeune homme dcide de se renseigner au tlphone.
Le fait quune auberge de village dispose dun appareil semblable surprend
agrablement larpenteur, et tout au long du roman on observera que la com-
munication entre lauberge et le chteau ne se ralise (et encore avec com-
bien de difficults!) quau moyen du tlphone. Ainsi par la suite K
tlphonera lui-mme au chteau et ce quil entendra sera une sorte de
bourdonnement dune infinit de voix enfantines, mais ce ntait pas un
vrai bourdonnement, ctait le chant de voix lointaines, de voix extrmement
lointaines, on et dit que ces milliers de voix sunissaient dimpossible faon
pour former une seule voix, aigu mais forte, et qui frappait le tympan
comme si elle et demand pntrer quelque chose de plus profond quune
pauvre oreille. Drle dappareil qui communique avec un chteau qui sap-
parente un opra. Si les voix sont enfantines, cest parce que le chteau est
li lenfance. En effet, quand K. dcide de se rendre pour la premire fois
au chteau qui se dtache nettement en-haut et qui semble parfaitement
accessible, quand il approche un peu plus du btiment il ne peut viter de
songer sa ville natale et mme de comparer la tour au clocher de son vil-
lage. Et cest, de faon bien significative, ce moment que linstituteur (qui
lui parlera par la suite en franais) et les enfants sortent de lglise. Atteindre
le chteau quivaudrait donc, si lon y parvenait, retourner au monde de
lenfance, au pays natal. Avancer pour mieux revenir en arrire. On ne
stonnera pas dans ce contexte que le chemin qui conduit au chteau semble
si long K, que le village lui paraisse ne prendre jamais fin et quil finisse
par senfoncer si bien dans la neige quil ne pourra mme plus avancer. On
connat la suite. K cherchera accder au chteau par lintermdiaire des
femmes mais aucune de ses tentatives ne russira et, daprs le tmoignage
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Jules Verne ou la tentation de linachvement 909
de Max Brod, sil ntait pas mort auparavant Franz Kafka aurait fait mourir
K dpuisement. Jorge Luis Borges voyait dans laporie contre le mouve-
ment de Znon dEle la premire prfiguration de lunivers du Chteau de
Kafka. Il est vrai que larpenteur devait mesurer un terrain incommensurable
o le but sloigne mesure que lon approche. Achille comme premier
hros kafkien. Il est temps de dcliner: Znon, Franz Kafka, Jules Verne. Ou,
comme dirait Cline, dun chteau lautre. Du chteau de Kafka au chteau
des Carpathes de Jules Verne.
Prs du village de Werst, en Transylvanie, se dresse le chteau des
Carpathes qui depuis le dpart du dernier reprsentant de ses seigneurs,
Rodolphe de Gortz, est compltement abandonn et fui par tous tant les
rumeurs alarmantes et les folles lgendes circulent son sujet. En ralit le
village de Werst, tout comme celui du comte de WestWest chez Kafka, nest
quune rue, rien quune rue large, dont les pentes brusques rendent la
monte et la descente assez pnibles. On est toujours, comme on le verra,
dans le sillage de Znon. Ce village ne figure pas dailleurs sur les cartes,
nous avertit le narrateur, et mme les noms des personnages semblent assez
dplacs. En effet, remarque Robert Pourvoyeur14 dans un essai sur les noms
trangers chez Jules Verne, dans Le chteau des Carpathes on porte des
noms qui, en dpit de lenvironnement ne sont ni dorigine hongroise ni rou-
maine, mais allemands ou slaves-occidentaux. Le berger sappelle Frik, le
juge Koltz, le mdecin Patak, le hros local Nic Deck et ltranger qui
viendra rsoudre le mystre du chteau Franz de Telek. Que de K pour si peu
de noms! K de Franz Kafka, cet crivain slave qui crivait en allemand.
Comme si, paradoxalement, Jules Verne rcrivait Le chteau. Mais reve-
nons lintrigue. Un jour une fume est aperue au fate du chteau et imm-
diatement surgit dans lesprit naf de la population de ces contres la
certitude que ces domaines sont hants. Afin de rsoudre ce mystre, les
grosses ttes du village se runissent alors dans lauberge et dcident den-
voyer au chteau deux observateurs: le docteur Patak, un poltron qui ne veut
absolument pas sy rendre de peur de ne jamais en revenir, et le forestier Nic
Deck. Or ds que Nic Deck accepte la mission, une voix mystrieuse se fait
entendre au milieu du silence gnral qui lavertit de ne pas se rendre au burg
o il lui arrivera malheur. Une fois lpouvante passe, on cherchera en vain
dcouvrir lauteur de ces mots lintrieur de lauberge. Fantmes ou
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
910 Francisco Gonzlez Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Jules Verne ou la tentation de linachvement 911
quera pas de faire alors lloge dEdison, et dexpliquer que les voix parve-
naient du chteau lauberge de Werst grce un tlphone habilement
cach. Voix dopra tlphoniques qui communiquent une auberge de village
et un chteau, corridors interminables, chemins o le but semble schapper,
parcours puisant, voyage o lon avance pour mieux retourner au point de
dpart, cantatrice qui nen finit pas de chanter, qui ne finira jamais de
chanter. Lunivers de Jules Verne est dcidment kafkaen. Franz de Telek,
ce malheureux qui sombrera la fin dans la folie, qui ne cessera dcouter,
comme le faisait son ennemi, cette cavatine infiniment inacheve. Franz de
Telek, lhomme qui entendait la voix au tlphone: Franz K, Franz Kafka, le
semblable, le frre. Ce qui ntait que fascination et tentation de linachve-
ment deviendra bel et bien sous la plume de Kafka lune des ides matresses
de sa potique. Le roman moderne comme lecture du roman daventures,
comme radicalisation, comme mise en scne de la tension entre lachve-
ment et linachvement qui habite au fond du rcit vernien. Jules Verne ou
le tour du monde toujours refaire. Un voyage reculons...
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912 Francisco Gonzlez Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA CIUDAD: ESPACIO REAL,
ESPACIO SOADO. EL ESPACIO URBANO
EN LA NARRATIVA DE ANDR PIEYRE
DE MANDIARGUES
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
914 Inmaculada Illanes Ortega
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 915
Or il est indniable aussi que les rves qui lemmenaient nagure, en secret,
dans le quartier de plaisir de certain port mditerranen situ hors de toute
ralit, lui ont t brusquement remis en mmoire par la proposition
dAntonin Pons, comme si de plain-pied un passage dissimul lui avait t
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
916 Inmaculada Illanes Ortega
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 917
por aquellos que luchan contra la represin de una dictadura que le produce
un nada disimulado desprecio4.
Un importante trabajo de observacin directa subyace, por tanto, a esta
reproduccin detallada del espacio real, ofrecida al lector al modo de un
registro directo de la percepcin sensible.
Edificios, calles y monumentos son consignados con precisin, pero
tambin los elementos vivos del espacio urbano: transentes en el ajetreo de
sus actividades cotidianas, guardias civiles, camareros, turistas, nios que
juegan en las calles... Y, por encima de todo, la particular fauna nocturna que
puebla los locales y calles del Barrio Chino: prostitutas cuyo estridente ves-
tuario (en tonos rosas y anaranjados segn la moda del momento) mal puede
disimular la miseria decadente de quienes no cuentan con otra oportunidad
para sobrevivir; burgueses en busca de evasin de la monotona en el frenes
un tanto pattico de los espectculos teatrales y, destacados de un modo
especial, los marinos de un barco norteamericano atracado en el puerto,
encarnacin de la invasin de la ciudad por parte de una masculinidad
embrutecida en busca de la satisfaccin de sus instintos.
Con todo ello, la imagen de la ciudad resulta un tanto decepcionante para
Pons. Y es que la realidad se impone con fuerza insuperable a los juegos de
la fantasa: la Barcelona de los aos sesenta, dominada por la triste medio-
cridad que impone la dictadura franquista, est lejos de corresponder a la
imagen ideal de paraso de los placeres prohibidos descrita por el primo fan-
farrn. El Barrio Chino, el Paralelo, el Molino... apenas consiguen disimular
bajo su estruendosa luminosidad el patetismo de un mercado cuya forma de
pago lleva el sello de la represin.
Des cinmas, des thtres de varits, des restaurants, des bars, un parc
dattractions diverses sont en vue sur le trottoir oppos, plus riche que celui
langle duquel Sigismond se tient, et ce qu grand renfort de feux clig-
notants et de sonneries ces tablissements dans la prsente actualit propo-
sent en change de quelques banknotes ou pices de monnaie leffigie du
furhoncle5 ne rentre-t-il pas dans la vaste catgorie des plaisirs? (p. 96).
4 Soudain il pense au peuple catalan, avec lequel il se sent li damiti autant que de
solidarit. Aura-t-il la force, celui-l de naccepter pas dtre un vaincu toujours? Sera-t-il
capable de vouloir de la libert autre chose que quelques parties de ballon, quelques corridas,
quelques sardanes et quelques plaisirs sexuels aux heures de permission? Vivra-t-il firement?
La rponse que Sigismond se donne (ou qui lui est donne) est affirmative (p. 249).
5 Sigismond designa con este neologismo peyorativo al general Franco.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
918 Inmaculada Illanes Ortega
On peut donc, surprise! monter dans le globe (car il ne fait aucun doute que
cest celui-l qui est dsign sous le terme assez inexact de coupole), on
peut aller dans le gland (mot plus juste) de lminent phallus, et pour tre
lv, comme par un pieux symbole, il faut commencer par descendre
(p. 37).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 919
Oui, la premire impression quil retire du muse catalan est de stre four-
voy dans une boucherie spciale, officielle et luxueuse. [...] ailleurs, le
curieux dart croit reconnatre un chteau en viande ainsi quune pice
monte, avec des hommes et des femmes en viande, vtus de viande, pen-
chs de petites fentres coupes en pleine viande, et la bastille autant que
ses habitants a les tons rutilants et cyanoss du buf ltal (p. 131).
Ser, sin embargo, su propio inters el que le llevar a visitar otro lugar
emblemtico de la ciudad, museo ste de la sensualidad y de la vida6: el
mercado de San Jos. La descripcin de las mercancas que se ofrecen en los
puestos, autntica orga para los sentidos, se une al placer de la contempla-
cin de la sensualidad (esta vez real, en contraste con la del mercado carnal
nocturno) de las mujeres que pueblan este autntico santuario del placer.
Esta visita al mercado, concesin sin duda del autor a sus propias
pasiones, constituye, por otra parte, la nica experiencia netamente positiva
de la estancia de Pons en Barcelona. El mercado escapa a la mediocridad
dominante en el resto de la ciudad y logra vencer la apata con la que el
observador la contempla, convirtindose en refugio fugaz donde sumergirse
en un universo de placer de los sentidos y escapar a los fantasmas que le per-
siguen, al modo de un pasajero encantamiento que no tardar en devolverlo
a la decepcionante realidad.
Una realidad que, en cualquier caso, le es ajena. Desde su llegada a la
ciudad, Pons escoge la posicin de observador, de testigo annimo que
explora un mundo en el que no busca integrarse:
6 Toujours il a aim les marches des villes (que lon aime proportion de lamour
quon a pour la vie) (p. 196).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
920 Inmaculada Illanes Ortega
Solitaire en tout cas au sein dun milieu quil peut laisser extrieur sa per-
sonne ainsi quun spectacle. Tmoin anonyme entre une multitude de
choses et dtres dont les rapports avec lui nauront aucun poids sil ne veut
pas leur en accorder, ni plus ni moins que dans un songe remmor (p. 19).
Aujourdhui, sest-il dit, Paris est beau, et devant lentre du Palais Royal
son esprit encore une fois sgare lintrieur, sous les colonnades obscures
o si souvent et si longtemps il a dambul, dune galerie loppose [...]
Ne donne-t-il pas envie de jouer au fantme dans une nuit telle que celle de
la pleine lune du 25 mai qui va commencer quelques heures aprs le cou-
cher du soleil rgnant dans lactualit? Rencontrer un galant fantme, ft-il
artificiel et jou seulement par une comdienne habile, Hugo Arnold a rv
souvent de cela et il sait bien que sans hsiter il serait entr dans le jeu
(pp. 11-12)7.
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La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 921
puesto para hacer realidad el juego tantas veces soado. Y ser en un espacio
real, precisamente delimitado, donde, sin transicin, se producir el desliza-
miento hacia lo imaginario. El metro, lugar cotidiano de prisas y bullicio, se
convierte (una vez ms) en espacio mgico: como las grutas, las minas o las
profundidades marinas, el subterrneo urbano supone una penetracin del
sujeto en las entraas del mundo natural, un acercamiento a su realidad pro-
funda y, por tanto, una invocacin a la transfiguracin de los fenmenos
sensibles.
As, durante el viaje en el tren suburbano, el protagonista fijar su aten-
cin en una mujer que, sabindose observada, despliega ante l sus artes de
seduccin. Atrapado por esta enigmtica desconocida, Arnold iniciar con
ella un particular juego, abandonndose a participar en un calculado ritual
con la promesa del descubrimiento de placeres inimaginables.
Toda la puesta en escena de este singular jeu de rles, con rigurosas
normas dictadas por la que se dice actriz y cortesana, tiene lugar en el con-
texto general del espacio parisino. El narrador establece con precisin los
nombres de las estaciones de metro en que se mueven los personajes, sus
desplazamientos por el Barrio Latino, su visita a la iglesia de Saint-
Germain-des-Prs, y, ms tarde, el indeciso deambular de Arnold por las ori-
llas del Sena (con referencias al Pont-Neuf, a la estatua ecuestre de Henri IV
y al Jardin du Vert-Galant).
Ciertamente, la descripcin de los lugares parisinos difiere de la que se
hace de Barcelona en La marge. El protagonista-observador no descubre en
esta ocasin un lugar nuevo, sino que transita por un medio familiar8. La
conciencia no registra, pues, todos los datos de la percepcin, sino slo
aquellos que son especialmente relevantes en relacin con la imagen habi-
tual:
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922 Inmaculada Illanes Ortega
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 923
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
924 Inmaculada Illanes Ortega
Mais rien nest plus ennuyeux que les souvenirs de voyage, sinon les rcits
daventures ou dexplorations, et, plutt que davoir recours la mmoire,
je vais susciter un tmoin, personnage lgard duquel jespre quil se ren-
contrera des comparses sans plus de ralit que lui-mme, tandis que se
Un rcit destin procurer tant soit peu limpression de celui-ci [de rve], doit ainsi
runir de tout autres vertus que les qualits qui sont requises pour peindre avec exactitude le
monde de la veille. On peut maintenant numrer les plus apparentes de ces obligations nou-
velles: une entre premptoire dans linsolite, comme le seul univers possible; puis un drou-
lement mcanique des pisodes, sans la moindre pithte comme tonnant, mystrieux ou
incomprhensible, qui viendrait faire ressortir la bizarrerie des tres, des choses ou des v-
nements; tout, linverse, prsent comme allant de soi, et ncessaire, et invitable; aucune
mention non plus de soudainet, dincohrence, de mtamorphose ou de contradiction, car ce
sont l jugements, non de rveur, mais dhomme veill se souvenant de son rve; un foison-
nement de dtails prcis et irrfutables jusque dans leur arbitraire mme, - de ceux qui sem-
blent vrais cause de leur invraisemblance et dont le lecteur assure quon ne saurait les
inventer alors quils ont t spcialement invents pour lui donner cette impression; un
ensemble, en fin, qui se prte visiblement lexgse et quon croit deviner lallgorie incer-
taine, polyvalente, de secrets insaisissables et importants (Paris, Gallimard, coll. Ides,
1956, pp. 134-135)
11 Significativamente, el texto fue publicado por Gallimard, en 1985, dentro de la
coleccin Limaginaire. A esta edicin corresponden las referencias citadas.
12 Una recreacin realista del espacio italiano, concretamente de la isla de Cerdea,
aparece en Le lys de mer (1956).
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La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 925
dresseront des murs, des arcs, des colonnes, des pins parasols, sur un fond
de mer bleue, de ciel limpide et de rochers couleur de lion (p. 16).
13 sta es tambin la forma del trazado de la carretera subterrnea que recorren los
protagonistas de La spirale (Sous la lame, 1973)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
926 Inmaculada Illanes Ortega
Si pour un instant, lon veut adopter le point de vue de tel gant imaginaire,
on apercevra den haut. La ville de Borgorotondo, au centre dune cuvette
de montagnes qui font un anneau tout isol dans la plaine. Il nest possible
daccder en voiture la ville que par une seule route, qui est celle o se
sont engags les deux compagnons. Pass le col, la route descend en spirale
dans la cuvette, et il lui faut un tour complet pour atteindre aux premires
maisons, partir desquelles, prenant rang et titre de grande rue, elle se
poursuit sans changer de profil. Borgorotondo nest bti que de ces maisons
toutes rondes, couvertes dun toit conique, dont on sait quelles se nomment
trulli, les dites maisons ne variant que par la taille et, rarement, par la cou-
leur de leur enduit, qui de blanc peut aller rose, au vert ou au bleu ple.
Des rues en arcs de cercle, plus troites que la grande spirale, font office de
voies transversales, si bien qu vue doiseau, comme on regarde, le plan de
Borgorotondo ressemble un peu la coupe dune coquille de nautile.
Superstition ou caprice, cest un fait que la ligne droite a t rigoureu-
sement exclue de la ville, et lil sy choquerait et les habitants sindigne-
raient dune seule faade carre ou rectangulaire. Aprs plusieurs tours, la
spirale aboutit sur un espace rond, lgrement convexe, entour de petits
trulli bas, qui est la place unique de Borgorotondo. Le centre (concidant
naturellement avec celui de la zone urbaine) en est occup par un assez gros
btiment, rond aussi, qui fut une glise autrefois (pp. 145-6).
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La ciudad: espacio real, espacio soado. El espacio urbano 927
cin del viaje de Buq es interrumpida por el final del captulo y el inicio del
siguiente. ste15 nos sita de nuevo en el espacio del narrador, que renuncia
a continuar su trabajo de escritura, declarndose incapaz de controlar a su
personaje, es decir, a su conciencia. Queda pues en manos del lector recom-
poner ce livre mal cousu e interpretar libremente la significacin de los
elementos que en l figuran.
Ensayo de escritura, expresin libre y directa (automtica) de la imagi-
nacin, repertorio de fantasas onricas, el texto difcilmente puede califi-
carse como novela, tal como el propio narrador seala. Y es que la
produccin artstica, como el mundo natural que intenta recrear, es en
esencia enigmtica y ambigua, pero, al mismo tiempo y precisamente por
ello, absolutamente fascinante.
De este modo, es de la proyeccin de la conciencia subjetiva sobre los
elementos del mundo natural de donde surge la creacin artstica, literaria en
este caso. A partir de la percepcin, se genera en el sujeto toda una red de
asociaciones sensoriales e intelectuales, que da lugar a la ensoacin.
Mediante el trabajo de la lengua, el autor, al modo de un alquimista de la
imaginacin, conseguir que sta cristalice en un texto, un tejido de sig-
nificaciones mltiples que se ofrece a la conciencia subjetiva del lector, para
que sta, a su vez, despliegue a partir de ellas un nuevo entramado de reso-
nancias personales.
Es as como, segn Mandiargues16, el arte busca reproducir el efecto de
placer que el mundo ofrece al espectador sensible, un placer al que, sin duda,
todos estamos invitados.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
MANDIARGUES, A.P. de, Pourquoi?, in Deuxime belvdre, Paris,
Grasset, coll. Les Cahiers Rouges, 1962.
Le dsordre de la mmoire, Paris, Gallimard, 1975.
Un Saturne gai. Entretiens avec Yvonne Caroutch, Paris, Gallimard,
1982.
16 Cf. MANDIARGUES, A.P. de, Un Saturne gai. Entretiens avec Yvonne Caroutch,
Paris, Gallimard, 1982, pp. 175-6.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LES ESPACES PRIVS ET LES OBJETS
DANS LES AMOURS DU CHEVALIER
DE FAUBLAS DE LOUVET DE COUVRAY
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930 Juan Jimnez Salcedo
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Les espaces privs et les objets dans Les Amours du Chevalier 931
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932 Juan Jimnez Salcedo
laquelle il plaisait celui qui le possdait, mais aussi une fonction sociale
grce laquelle il devenait un univers de signifiants dun rle social, dter-
minant ainsi lattitude des membres des classes favorises par rapport eux7.
Henri Lafon8 esquisse les caractristiques de ce quil appelle lespace
proche, qui nest pas forcment lespace priv proprement dit, mais plutt la
synthse de lespace public et de lespace priv. Nous reprenons quelques-
unes de ces caractristiques-l pour les appliquer ltude de lespace dans
Les Amours du chevalier de Faublas:
1) La garantie dun effet de vrit dans la rfrence la topographie et
la gographie. Les lieux, les villes, les rues sont dsigns avec exactitude,
nommes. On retrouve beaucoup de rfrences topographiques et gogra-
phiques dans le roman de Louvet: dabord les noms dendroits spcifiques
Paris, comme la rue Meslay9, le Pont-Tournant10, lhtel de lEmpereur, la
rue Grenelle-Saint-Honor, la Porte-Maillot11, la rue du Bac12, la place
Vendme13, les Tuileries, le passage des Feuillants14, le Pont-Royal ou le
couvent des Thatins15. Il y a aussi un grand nombre de villes et de rf-
rences gographiques plus larges qui apparaissent dans le rcit: Bondy,
Claye, Meaux, Luxembourg16, Saint-Jean-les-deux-Jumeaux, Fert-sous-
Jouarre, Montreuil-aux-Lions, Vivray, Dormans, Port--Binson, Jalons,
Sainte-Manehould, pernay, Hollriss17, Beauvais, Nemours, Fromonville18,
7 Mimi Hellman parle de relationship between luxury furniture and elite consumers
in the nonfictional social scenarios of eighteenth-century France. Cf. HELLMAN, M.,
Furniture, Sociability, and the Work of leisure in eighteenth-century France, in Eighteenth-
Century Studies, n 32-4, 1999, p. 416.
8 LAFON, H., op. cit., pp. 159-171.
9 LOUVET DE COUVRAY, op. cit., p. 297. Sur le texte on lit Mle pour Meslay.
10 Qui faisait passer, au-dessus des fosss, de la place Louis XV (place de la
Concorde) au jardin des Tuileries.
11 O aura lieu le duel entre Faublas et le marquis de B***.
12 O se trouve la petite maison de la marquise de B***.
13 Ibid., p. 1047.
14 Ibid., p. 1073. Il sagissait dun passage qui menait de la rue du Faubourg-Saint-
Honor au jardin des Tuileries, lemplacement de lactuelle rue de Castiglione.
15 Le couvent des Thatins se trouvait sur le quai qui portait leur nom, actuel quai
Voltaire. Lhtel du marquis de Villette o Voltaire descendit et mourut en 1778 tait en effet
situ ct du couvent.
16 O aura lieu le mariage entre Faublas et Sophie.
17 O Faublas et son pre (devenus M. de Noirval et M. de Belcourt) sinstallent pen-
dant un certain temps et o aura lieu la visite de la marquise de B*** dguise en reve-
nante.
18 Les indications sont parfois trs prcises, comme celle qui fait rfrence
Fromonville. En note en bas de page de lauteur on peut lire. Le canal de Briare, qui com-
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Les espaces privs et les objets dans Les Amours du Chevalier 933
mence la ville de ce nom et, traversant vingt-deux lieues de pays, vient finir Saint-
Mametz. Le pont de Montcour est jet sur le canal mme, six lieues de son embauchure. On
voit le village de Fromonville un quart de lieue plus loin (Ibid., p. 707).
19 Ibid., p. 711.
20 O aura lieu le duel entre la marquise de B*** et le comte de Rosambert.
21 Ibid., p. 751.
22 Ibid., p. 754.
23 Louvet connat trs bien cette rgion o il rdige La Fin des Amours du chevalier
de Faublas, la troisime et dernire partie des Amours du chevalier de Faublas.
24 Ibid., p. 765.
25 Ibid., p. 767.
26 Ibid., p. 776.
27 Ibid., p. 859.
28 Ibid., p. 164.
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934 Juan Jimnez Salcedo
en proposer les exemples que lon vient de citer, savoir lescalier et la che-
mine.
Quant lescalier, il faut souligner limportance de lescalier drob,
lment indispensable dans lespace dune intrigue libertine. En effet, ce
type descalier concide avec les ralits architecturales du temps, telles que
les voque Louis-Sbastien Mercier dans Le Tableau de Paris:
Larchitecture (...) sest ploye la licence de nos moeurs et de nos ides.
Elle a prvu et satisfait toutes les intentions de la dbauche et du libertinage;
les issues secrtes et les escaliers drobs sont au ton des romans du jour29.
Lescalier drob permet Faublas soit daccder aux espaces intrieurs, soit
den sortir. La chemine, son tour, a la mme fonction que lescalier
drob. Ce nest quun autre des engins cres par le gnie libertin pour
rendre cet espace chaque fois moins compact et plus contigu.
Un autre lment de la contigit dans Les Amours du chevalier de
Faublas est la fentre, dont la prsence est rcurrente. Cette fentre qui
spare deux mondes revt un pouvoir de contigit parce quelle est utilise
pour voir ce qui se trouve au-del de lespace de rfrence. Elle sert rap-
procher deux espaces et, donc, deux mondes diffrents. Parfois la fentre,
laide dune jalousie, peut servir cacher celui qui voit (dans ce cas-ci
Faublas, qui se sert de cette ruse pour regarder Sophie son aise). Le cheva-
lier observe travers la fentre sans tre vu par les agents qui font partie de
cet autre espace. Parfois la fentre devient quelque chose qui va au-del du
lien entre les deux espaces par le biais de la simple observation. Ce lien peut
tre plus physique et devenir une transgression de la contigut des deux
espaces par le regard, par exemple, lorsque Faublas lance Sophie son por-
trait dans la cour du couvent. Dans ce cas-l, il y a lirruption dun espace
sur lautre, dun monde sur lautre. La jalousie qui servait voir sans tre vu
a t carte, cest maintenant la fentre qui joue le rle de la communi-
cation entre les deux espaces qui en deviendront un seul, matrialis dans le
jardin du couvent. On passe dune observation cache travers la jalousie
une communication des regards travers la fentre, et de l une communi-
cation des corps dans le jardin du couvent, un des locus amoenus des
Amours du chevalier de Faublas30.
29 MERCIER, Tableau de Paris, chap. DCXXXV Extrait cit par Michel Delon, in
LOUVET DE COUVRAY, op. cit., p. 1139 (note de la page 187).
30 souligner dans ce locus amoenus limportance du marronnier, qui sert de cadre
protecteur, dans le cadre plus gnral du jardin, aux rencontres amoureuses entre Faublas et
Sophie.
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Les espaces privs et les objets dans Les Amours du Chevalier 935
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936 Juan Jimnez Salcedo
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Les espaces privs et les objets dans Les Amours du Chevalier 937
espace analogue celui de la nuit de son deuil: un pont, une rivire36, quoi
il ajoute une tombe, pour lui faire progressivement admettre la mort des deux
femmes.
Avant sa crise de folie, Faublas doit faire face aussi un autre type des-
pace vocateur: Il se trouve par hasard dans le jardin du couvent o il a pu
voir secrtement Sophie, aid par son ami Derneval, qui rendait visite, lui
son tour, Dorothe. Louvet fait rfrence dans cette description aux
monuments des amours, formule rousseauiste pour parler des endroits et
des objets qui font penser la femme aime et en profite en mme temps
pour dvelopper encore une fois le locus amoenus du jardin.
Mais il y a dans le roman dautres objets qui voquent. Cest le cas des
portraits. Le jeux des portrait que lon retrouve tout au long du roman est li
dabord lvocation: Faublas tient au portrait de Sophie, qui lui sert de
consolation quand son pre lenferme dans une maison de campagne pour
mettre fin ses garements. Le chavalier lancera ce portrait-l Sophie dans
le jardin du couvent pour lui apprendre quil est revenu de Luxembourg.
Mais le portrait est aussi un objet qui devient le reflet du travestissement
(lment dailleurs trs frquent dans le roman): Faublas rend la marquise
un portrait de mademoiselle du Portail (donc lui-mme dguis en fille) et la
marquise lui fait parvenir un portrait du vicomte de Florville (elle-mme
dguis en garon). Le comble du travestissement et de lambigut des rf-
rents arrive lorsque, dans un passage du roman, Faublas embrasse le portrait
du vicomte de Florville tout en pensant sa Sophie.
La modification locale de lespace comme lment dclencheur de
vrits nouvelles bouleversantes relve cette fois-ci de linfluence de les-
pace et des objets sur laction. Cest sur le mode souriant que lon assiste,
dans Les Amours du chevalier de Faublas une telle scne de modification.
Il sagit dune des rencontres entre Faublas et Justine (devenue apparemment
madame de Montdesir). Faublas reoit la visite de madame de Fonrose, la
matresse de son pre, et de limpertinente lonore, qui ne veut pas quitter
36 Lendroit rproduit un locus amoenus en quelque sorte plus sombre que celui du
jardin anglais: Elle (la maison) est environne dun vaste jardin anglais que traverse une
rivire assez large, mais peu profonde, et dont les eaux coulent toujours paisibles. Ses bords
sont plants de peupliers, de saules pleureurs et de cyprs (Ibid., p. 1081). Dans le jardin
langlaise, les peupliers, les saules pleureurs et les cyprs ont remplac les cdres, saules, ra-
bles, mlzes, platanes et acacias, lilas, rosiers, chvrefeuilles et aubpines qui abritaient les
amours de Faublas et de Mme. de Lignolle (Cf. ibid., p. 694). De mme le bosquet sombre
o souvrait la grotte des charades est devenu le bosquet le plus sombre o le dment veut
creuser une tombe (Cf. ibid., p. 1081), o ses proches dressent un cnotaphe (Cf. ibid.
p. 1082).
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938 Juan Jimnez Salcedo
son chevalier un seul instant. Faublas, qui croit recevoir la visite de la mar-
quise de B***, et non pas de sa soubrette, sarrange pour accueillir dans son
boudoir la nouvelle visitante37. Il russit se dgager pendant quelques
minutes de la compagnie dlonore, de madame de Fonrose et de son pre
pour monter dans son appartement et rendre hommage celle quil croit
la marquise. La scne se droule dans lobscurit parce que lon pourrait
apercevoir la lumire dans le salon o se trouve la comtesse de Lignolle
(encore une fois la fentre et le regard). Dans lobscurit, Faublas croit tre
avec la marquise (madame de Montdesir ne dit pas un mot) et tout de suite
la porte souvre pour la premire fois et lonore, lasse de lattendre et
arme de la clef de la porte dont elle sest empare quelques minutes avant,
se prcipite dans la chambre, toujours dans lobscurit. Elle saisit la main de
madame de Montdesir, quelle croit celle de Faublas et ce moment-l cest
le baron qui fait irruption, arme dune bougie, dans la chambre du cheva-
lier.
La lumire met fin lquivoque, chacun des acteurs de la farce est
dcouvert: la marquise de B*** nest pas la marquise de B***, mais
madame de Montdesir (qui, en mme temps, nest pas madame de
Montdesir, mais Justine, lancienne soubrette de la marquise de B***) et la
comtesse de Lingolle saisit le bras de quelquun qui nest pas le chevalier de
Faublas. souligner donc dans cette scne trois lments: la clef dont sem-
pare lonore et qui constitue la violation de lintimit entre Faublas et
madame de Montdesir; la porte qui spare lespace priv de Faublas face
lespace public du reste de lhtel du baron et dont louverture permet len-
tre des deux autres personnages dans la scne (la comtesse de Lignolle et
le baron de Faublas), et enfin, la lumire, llment qui, ct des autres,
provoque lentre dans lespace premier dune srie de nouveaux lments
(la dcouverte de ce qui se passe rellement dans cet espace clos) qui dvoi-
lent la situation artificielle antrieurement vcue par les personnages et font
entrer la vrit (comme la lumire) dune manire brutale.
En ce qui concerne les pices du dcor et les espaces, Fauchry38 dis-
tingue entre ceux dont lusage est spcialis et qui invitent linitiative ro-
tique, tels que le boudoir, le pavillon, lottomane ou la petite-maison et ceux
que lon ne reconnat pas comme des espaces culturels de lrotisme.
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Les espaces privs et les objets dans Les Amours du Chevalier 939
39 Ibid., p. 626.
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Les espaces privs et les objets dans Les Amours du Chevalier 941
Dans une de ses visites chez la marquise leur rencontre naura pas lieu
parce que le marquis arrive contretemps. Faublas se glisse sous lottomane
quil y a dans le boudoir juste ct de la chambre de la marquise. Il ne peut
pas quitter cet espace parce que Justine a ferm clef la porte de lescalier
drob par laquelle on parvient directement la cour de lhtel de B***. Il
doit donc rester enferm dans ce temple du plaisir qui est le boudoir de la
marquise, sous cet objet de lrotisme qui est lottomane pendant quil
entend ltreinte du marquis et de sa femme. Et pour redoubler son amer-
tume, il ne peut pas se ddommager avec la femme de chambre. En outre, il
doit assister (plutt entendre, comme dans le boudoir de la marquise) aux
bats amoureux de Justine et un valet de chambre qui se sont cachs dans
une voiture cheval derrire laquelle Faublas est parvenu aprs stre
arrang pour sortir du boudoir de la marquise.
Le carrosse devient un boudoir40. Il revt un pouvoir rotique quil na
pas lorsquon le considre comme un objet tel quel. En mme temps, tout
comme lottomane, il devient espace du voyeurisme, un espace do lon
entend des mots entrecoups et des gmissements.
Et nous terminons prcisment cette communication en soulignant ces
mots entrecoups et ces gmissements si bien grs par Louvet grce luti-
lisation dun espace qui les rend invisibles mais prsents tout au long du
rcit, cachs dans les petits recoins des boudoirs des aristocrates du XVIIIe
sicle, tout comme si, pour beaucoup dcrivains de lpoque, il sagissait de
dcrire le plaisir sans employer des mots.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
DELON, M., LInvention du boudoir, Paris, Zulma, 1999.
FAUCHRY, P., La Destine fminine dans le roman europen du dix-hui-
time sicle 1713-1807: essai de gyncomythie romanesque, Paris,
Armand Colin, 1972.
GOLDZINK, J., Le Vice en bas de soie, ou le roman du libertinage, Paris,
Librairie Jos Corti, 2001.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
942 Juan Jimnez Salcedo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LE BLASON, ESPACE FMININ
DANS QUELQUES POSIES BAROQUES
ET MANIRISTES
INTRODUCTION
Le Blason est, parat-il, mort la fin du XVIme sicle. Nous pourrions dire,
parodiant un clbre humoriste de notre poque, quau XVIIme sicle il
existe encore car nous lavons rencontr. Nous lavons rencontr dans les
oeuvres de potes connus comme Pierre de Marbeuf, Thophile de Viau ou
Tristan LHermite et de potes moins connus comme Flaminio de Birague
ou Isaac Habert. Cette rencontre a eu lieu grce louvrage de Madame
Gisle Mathieu-Castellani La Posie amoureuse de lge baroque. Pour pro-
cder lanalyse du Blason anatomique fminin, nous avons choisi certains
auteurs qui continuent la tradition du Blason marotique. Ces auteurs sont:
Christofle de Beaujeu, Joachim Bernier de la Brousse, Flaminio de Birague,
Jacques Davy Du Perron, Philippe Desportes, Estienne Durand, Jean
Godard, Isaac Habert, Pierre de Marbeuf, Marc Papillon de Lasphrise,
Franois Scalion de Virbluneau, Thophile de Viau, Tristan LHermite et
enfin Pontus de Tyard. Nous avons fait un choix, que nous croyons le plus
objectif possible, des posies les plus reprsentatives du Blason:
Christofle de Beaujeu: nuit o je me perds, Que nai je comme
Bacchus, Source de mes pleurs arrtez.
Joachim Bernier de la Brousse: Je voudrais bien sous la vote infer-
nale, songe doux, fantme croyable, Dj le ciel prenait sa cape
noire, Loiseau miraculeux de lheureuse Arabie.
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944 Yolanda Jover Silvestre
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femme jeune qui ne semble pas encore sortie de ladolescence, est prte
jouer le jeu si dangereux, mais si attrayant, de lamour. Elle peut se donner
ou se refuser, prter une oreille charme et charmante, ou ne pas daigner
voir cet amoureux transi qui ne vit que pour elle et qui se meurt damour.
Ce jeu, qui doit aboutir au plaisir charnel, est un jeu o tous les subterfuges
sont de bonne guerre. Les personnages savent exactement quel est le but
vers lequel tendent ces batailles, batailles qui ne sont pas mortelles mais qui
peuvent blesser, parfois profondment, ceux qui sy risquent. Lamour est
la saveur de la vie, et ces jeunes gens (jeunes, les femmes le sont toujours,
les hommes eux nont pas de limite dge...) en sont parfaitement
conscients puisquils entrent en lice et se mesurent Amour, dieu lger et
capricieux au carquois si bien rempli de flches acres et prcises. Sans
beaut et jeunesse il ny a pas damour (ou de dsir, les deux se confon-
dent), et pour louer la femme belle nat le Blason sous la plume cible et
inspire de Clment Marot.
Tous les auteurs que nous allons analyser, de Christofle de Beaujeu
Pontus de Tyard, clbrent la femme dans son intgrit corporelle, mais ils
insistent plus particulirement sur les parties du corps qui se voient
lorsquelle est habille, cest dire des cheveux jusquaux mains. Le reste
du corps qui se devine (la femme est magnifique jusqu la taille, le reste est
la hauteur probablement...) est aussi digne dloges mais elles sont faites
avec plus de pudeur, sans descriptions franches mais non pour cela
exemptes drotisme. Sans grossiret ni vulgarit, la femme est dtaille et
peinte dans toute sa splendeur physique, il ne reste plus qu laisser courir
limagination...
Nous allons contempler, guids par ces potes baroques, la femme dans
toute sa magnificence, et pour cela nous allons commencer par les cheveux
pour arriver jusquaux parties du corps, caches il est vrai, mais si facilement
devinables par ces auteurs pris damour et de galanterie.
LA TTE FMININE
La chevelure
Les cheveux, pour tre captivants, doivent tre toujours blonds comme lor
le plus pur, friss et souples. Ces cheveux sont les lacets qui emprisonnent
les amoureux. Ils forment un filet qui va retenir le cur de lamant
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nettes8 selon lui plus fidles et plus fraches... La chevelure doit, pour tre
parfaite, tomber en boucles, et mme tre frise. Les cheveux raides ntant
pas, loin sen faut, rotiques:
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cieuse, elle revt des vtements masculins qui ajoutent ce tableau une
touche irrsistible de sensualit:
Ainsi donc les cheveux sont une partie du corps fminin qui veillent les
pulsions sexuelles masculines, mais ils doivent tre longs, pars ou tresss,
boucls et blonds pour tre parfaits. Ces cheveux, crin dor du visage, sont
la premire touche de couleur, le premier appel de la sduction. Les filets
sont jets, la proie na plus qu se laisser, consciemment, prendre au pige...
Le front
Le teint dune femme jeune est, pour les potes baroques et maniristes
cits, dun blanc de marbre. Il en est de mme, naturellement, pour le front.
Dun blanc parfait, poli et dur, il sharmonise avec la blondeur des cheveux
et le met en relief Votre front cest le marbre, o larcher qui moffense /
Aiguise mon malheur ses traits de tous cts14. Au blanc si pur mais si
froid dun front qui se laisse aimer, sajoutent les comparaisons plus tendres
mais tout aussi esthtiques des fleurs et, bien entendu, non seulement de
leurs couleurs, mais aussi de leurs parfums et leur symbolisme Pour les
zphirs doucement ventels, / Pourra servir son vent et son haleine, / Son
front fournit de blancs lis et dillets15. Le front de la belle est aussi froid,
et la neige sert parfaitement sa dfinition; de cette faon-l presque tous les
sens sont en veil: la vue, lodorat et le toucher Son front que mon tourment
allge, / Et qui est plus blanc que la neige, / Semble tre compos de lis16.
Les yeux
Les yeux, toujours beaux, sont parfois cruels ou bienveillants selon lhumeur
de lamante. Pauvre victime innocente, lamoureux peut tre accept ou
conduit par ces yeux quil adore et qui ne le lui rendent pas toujours. Le
bonheur ou le dsespoir seront le verdict sans appel de ces juges svres et
13 Ibid., p. 213.
14 Ibid., p. 151.
15 Ibid., p. 207.
16 Ibid., p. 276.
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Le blason, espace fminin dans quelques posies baroques 949
incorruptibles. Pierre de Marbeuf fait une description des yeux fminins qui
est fort connue, et que nous ne nous rsistons pas reproduire:
La beaut dune femme nest pas complte sans des yeux grands et clairs
( nouveau, comme pour les cheveux bruns, les yeux noisette ou noirs nont
pas le charme des yeux clairs...), sils sont beaux cest parce quils compl-
tent les cheveux blonds, et parce quune blonde doit avoir naturellement des
yeux clairs Je la vois qui volte entre les vives fleurs / Et ne crains tes beaux
yeux clairs et ardents de flamme18. La couleur est importante donc, et les
yeux sont des pierres prcieuses, rares et chre au cur de lamoureux De
vert gaillard fournira son double il, / il de Minerve o verdit lmeraude,
/ Et dabondant il sera le Soleil19, les yeux sont verts mais aussi bleus, et ils
sont si seyants...
Tristan LHermite insiste sur la couleur des yeux, yeux bleus bien
entendu, qui garent son entendement Les yeux sont des saphirs qui bril-
lent / Et ses cheveux qui sparpillent / Font montre dune riche trsor21.
Pour sduire, la couleur nest pas suffisante; les yeux doivent tre vifs et bril-
lants car ils refltent les sentiments les plus intimes de la femme pour
lhomme qui se mire en eux, et y voit lamour partag, latroce indiffrence
ou mme la haine:
17 Ibid., p. 299.
18 Ibid., p. 231.
19 Ibid., p. 207.
20 Ibid., p. 409.
21 Ibid., p. 400.
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950 Yolanda Jover Silvestre
Lamant tremble devant le regard de sa dame car ses yeux peuvent tre
messagers de sa disgrce, ou de son immense bonheur. Le pote amoureux
pleure sans honte, et sent que le refus de laime donne une nouvelle vie
ses espoirs, que contrairement ce que la femme dsire par ses ddains hau-
tains, la passion, de par la difficult, ne fait que se renforcer:
22 Ibid., p. 160.
23 Ibid., p. 126.
24 Ibid., p. 151.
25 Ibid., p. 157.
26 Ibid., p. 158.
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sont homicides, ils donnent des coups mais ils sont aussi des soleils radieux,
de doux flambeaux, des feux, des petits mignons, des rois et mme de douces
friandises. Tous, bons ou mchants, ont un pouvoir absolu sur le pote qui
est subjugu jamais:
La bouche
La bouche, pour tre apptissante, doit tre petite et trancher sur la
pleur du teint et la blondeur de la chevelure. Pour atteindre ce but, sa cou-
leur est bien dfinie: celle du corail, cest dire le rouge-orang. Joachim
Bernier de la Brousse encense la bouche de la femme quil dsire en ces
termes: Moi, pauvre, contemplant sa bouche coraline28. Pierre de
Marbeuf, plus sensuel et plus os, nhsite pas prciser sa pense et son
dsir:
27 Ibid., p. 169.
28 Ibid., p. 94.
29 Ibid., p. 308.
30 Ibid., p. 122.
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sur le lvres vermeilles de la jeune femme quil nat, sans tabous ni fausses
pudeurs:
Les lvres sont aussi compares des fleurs. Fleurs des champs ou cul-
tives, elles ont en commun la beaut, les parfums et la douceur. Dailleurs,
le corps fminin est presque toujours compar a des fleurs; comme pour
elles la fracheur et lclat sont phmres, et le Carpe Diem est bien la clef
de vote qui soutient la posie amoureuse du Baroque: Adieu bouche
dillet et de roses vermeilles/ Qui respires sans cesse un printemps gra-
cieux...32. Jean Godard ne fait pas exception la rgle et lui aussi se laisse
envoter par une bouche jeune et belle laquelle il ne peut (ni ne dsire)
rsister. Cette bouche compare une marguerite, fleur simple et humble,
semble synonyme de jeunesse, presque dadolescence et de puret:
La bouche est mignarde, divine, dambre et de rose, elle est aussi une
bote de rubis. Son haleine est dambre, elle dispense mille liqueurs et rend
fou damour lamant qui ne peut en dtacher ses yeux. Aide admirablement
par les dents qui ajoutent son charme, la bouche joue son rle dappt. Les
dents sont des perles naves, des perles insignes et des perles fines. Parfaites,
dune blancheur immacule, elles font ressortir le corail des lvres et attirent
31 Ibid., p. 231.
32 Ibid., p. 127.
33 Ibid., p. 217.
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Le blason, espace fminin dans quelques posies baroques 953
Les oreilles
Cette partie du corps fminin attire moins lattention des potes. Un seul,
Pierre de Marbeuf, dans Les oreilles dAmaranthe voit en elles un objet ro-
tique. Cest ainsi quil loue avec dlicatesse ces petits croissants damour,
comme il le fait dailleurs pour presque tout le corps dAmaranthe:
Les joues
Seul de tous les potes tudis dans ce travail, Pierre de Marbeuf loge les
joues de la femme dsire. Les autres auteurs passent de la bouche au cou,
et enfin au teint, mais Marbeuf dcoupe consciencieusement le visage
ador comme pour en dguster les plus infimes dtails et ne jamais les
oublier. Ce plaisir quil ressent, il nous le fait partager par la tendresse mle
de volupt quil emploie dans cette dclaration damour et dadmiration. La
bonne sant de la jeune fille se traduit par les couleurs et sa jeunesse,
presque son enfance, par la comparaison avec le lait caill: Des roses et des
lys filles et surs jumelles/ qui sous un lait caill doucement tremblotez37.
34 Aujordhui encore des dents en mauvais tat, ou une bouche dente, ne sont pas
prcisment sductrices...
35 MATHIEU- CASTELLANI, G., op. cit., p. 209.
36 Ibid., p. 308.
37 Ibid., p. 309.
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954 Yolanda Jover Silvestre
Le teint
Comme pour les cheveux blonds et les yeux clairs, le teint ne peut et ne doit
tre que blanc. Le prototype mme de la femme parfaite, ou modle idal
invariant, a le teint clair; seules les lvres doivent tre mises en relief par leur
couleur carlate comme des pierres prcieuses dans un crin. Pourtant
Tristan LHermite dans sa posie La belle esclave More fait lloge dun
teint, non pas fonc (ce qui serait douteux et loin des canons de beaut de
lpoque) mais absolument noir, et en dit sa beaut et lattirance quil
prouve lors de sa contemplation extasie:
nouveau les couleurs des fleurs (illets, lys et roses) et des fruits
(fraises) sur le visage sont le signe dune peau parfaite et juvnile. Point de
pleurs malsaines ni de ridules autour des yeux! Non, le teint est finement
color de touches aux couleurs tendres, et la nature na pas besoin dtre
aide par un maquillage trompeur et artificiel qui ne peut garer lamant car
il naura jamais lclat que donne la nature ... et lclat brillant de ton teint
/ Mavaient si vivement atteint / Que je tremble encore quand jy pense40.
La perfection du grain de la peau fait quelle est compare, son avantage,
un miroir Quoi que lon polisse ta glace/ Quelle est moins nette que la
face/ De qui jadore la beaut41.
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Le blason, espace fminin dans quelques posies baroques 955
Le cou
Mince et flexible, rond et blanc, il veille chez le pote des images sen-
suelles quil reflte dans son uvre. Habille ou nue, chez la femme le cou
est toujours visible et en consquence point de mire de tous les souhaits, car
il laisse naturellement couler le regard vers un lieu o se nichent tous les
dsirs interdits: les seins. Prmices de lamour, le cou se doit dtre blanc et
fragile comme un objet dlicat:
LE BUSTE FMININ
Les seins
Clment Marot avec son pigramme du Beau ttin44 est le matre du
Blason et particulirement de cette partie du corps fminin. Joachim Bernier
de la Brousse, dans un de ses rves rotiques dont il a le secret, relate avec
prcision une nuit damour et ses bonheurs physiques Je suotais ta bouche
dsirable / Des dieux du ciel, je touchais loisir/ ton blanc ttin, et savais
bien choisir / sur ton beau corps un bien plus agrable45. Comme pour le
reste du corps, les seins sont ceux dune trs jeune fille, et la comparaison
avec les boutons de fleur prts clore est dans lordre des choses:
42 Ibid., p. 370.
43 Ibid., p. 215.
44 Ttin refect plus blanc quun oeuf / Ttin de satin blanc tout neuf / Ttin qui fait
honte la Rose / Ttin plus beau que nulle chose/ ttin dur, non pas ttin voyre, / Mais petite
boule dIvoyre / Au milieu duquel est assise / Une Fraise ou une Cerise... MAYER, C.A.,
op. cit., p. 185.
45 MATHIEU-CASTELLANI, G., op. cit., p. 89.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
956 Yolanda Jover Silvestre
46 Ibid., p. 217.
47 Ibid., p. 311.
48 Ibid., p. 343.
49 Ibid., p. 212.
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Le blason, espace fminin dans quelques posies baroques 957
Les bras
La femme qui sommeille est aussi lobjet du dsir de Thophile de Viau. Ses
bras accueillants et fermes sont comme un appel pressant pour le pote qui
la regarde sommeiller et sent crotre son amour. Ces bras-l sont, par leur
nudit et leur simplicit, terriblement rotiques dans leur pose alanguie et
abandonne:
Les mains
Elles ont une fonction indniablement rotique. Objets et instruments de
lamour, elles sont tout aussi blanches et jolies que le reste du corps, sauf
dans la posie de Tristan LHermite La belle esclave More ou les mains
sont noires, comme il se doit. Les perles, livoire et les lis53 prtent leur cou-
leur ces mains adores Adieu main qui les lys et les perles imites54,
mains douces mais parfois cruelles qui blessent le cur de lamant quelles
loignent dun geste sec et dur.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
958 Yolanda Jover Silvestre
55 Ibid., p. 310.
56 Ibid., p. 138.
57 Ibid., p. 184.
58 Ibid., p. 344.
59 Ibid., p. 226.
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Le blason, espace fminin dans quelques posies baroques 959
CONCLUSION
Amours vraies ou inventes, la posie baroque et maniriste ne distingue pas
entre-elles et cest bien ainsi. Le corps fminin est lhonneur dans ce jeu,
pas toujours subtil, du Blason. Lidal de beaut est respect. Cette femme
blonde, au teint et aux yeux clairs, se retrouve dans toutes (sauf dans La
belle esclave More de Tristan LHermite) les posies que nous avons choi-
sies pour ce travail.
Tous les auteurs clbrent la femme jeune, presque adolescente encore,
ce qui ne veut pas toujours dire ingnue, loin sen faut! Pourtant malgr les
lieux communs, il y a une vritable admiration pour la femme et pour son
rle dans lamour. Elle jouit de la pleine libert daimer donc se donner plei-
nement ou, au contraire, de dire nenny. Cest elle qui choisit (sa jeunesse61
et sa beaut le lui permettent) son amant. Posie souvent malicieuse o il
faut lire entre les lignes, o les non-dit sont aussi importants que les affirma-
tions, elles quilibrent la posie dramatique dauteurs protestants qui,
comme Agrippa dAubign, dcrivent une socit o la mort et la souffrance
rgnent sans partage. Les hommes, heureusement, ont toujours su que
lamour est la meilleure protection contre la mort. Le baroque na pas t
une exception.
60 Ibid., p. 311.
61 Clment Marot dans son pigramme Des cinq poinctz en amours prcise lge
idal que doit avoir la jeune fille pour tre aime. Nous ne pouvons rsister la tentation din-
srer dans ce travail son pome qui nous semble important pour la comprhention du Blason:
Fleur de Quinze ans (si Dieu vous saulve & gard) / Jay en amours trouv cinq poinctz
expres / Premirement il y a le Regard / Puis le Devis & le Baiser aprs / LAtouchement le
Baiser suyt de pres/ Et tous ceulx l tendent au dernier poinct / Qui est, & quoy? Je ne le
diray point! / Mais, sil vous plaist en ma chambre vous rendre/ Je me mettray voulontiers
en pourpoint / Voire tout nud, pour vous le faire apprendre.
MAYER, C. A., op. cit., p. 183.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
960 Espace et texte
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
MATHIEU-CASTELLANI, G., La posie amoureuse de lge baroque,
Paris, Bibliothque Classique, 1990.
MAYER, C.A., Clment Marot, Paris, Seghers, 1964.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA DIMENSIN ESPACIAL
DE LA MUERTE EN HUGUES CAPET
Esta resea sucinta de concepciones del espacio nos permite extraer tres
valores que vamos a tomar como punto de partida del anlisis lxico-lings-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
962 Jos Miguel Lamalfa Daz
SIECLE
Admitido este posicionamiento inicial y siguiendo estas premisas, el mate-
rial obtenido tras la lectura atenta de la obra permite comenzar nuestro an-
lisis por el trmino siecles, cuya presencia en el texto sugiere la
interpretacin de dos espacios temporales que conforman su desarrollo
narrativo, en la dicotoma cest siecle de los versos 2.676 y 4.551, y lautre
[siecle] del verso 4.451. Dicha interpretacin no resulta extraa si tenemos
en cuenta que ya en la Vie de Saint Alexis (siglo XI), encontramos una dico-
toma similar en expresiones como vie terrestre / vie celeste. Ya en bajo latn
cristiano la palabra saeculum de la que siecles es la evolucin natural desig-
naba el mundo, la vida en el mundo. En Hugues Capet la temporalidad
de ambos espacios se explicita como hemos visto en la expresin cest siecle
por un lado, que presenta a su vez el trmino vie como elemento sustentador
con el trmino tamps como medida, apuntados textualmente en la semntica
del ejemplo vivre lontamps del verso 1.799, y por otro, en la expresin
lautre [siecle], con el trmino joie como elemento sustentador y parme-
nable del verso 5.727 como medida.
El denominado elemento sustentador para el espacio temporal cest siecle
se resuelve a veces en el texto con vivant, men vivant o el verbo vivre, con
variantes expresivas sinnimas en tout men vivant, tant que viveray, tant
queje soie en vie, as como en las gradaciones trop peu vivre, un jour de men
vivant, nul jour de se vie, o vivre longtamps del verso 1.799 ya referido. La
semntica vie, y tamps que hemos tomado como medida, se manifiesta tam-
bin en el substantivo duree y en el verbo durer, terminologa que aparece en
expresin negativa significando muerte, como en n averont duree del
verso 802, nous ne porons durer o ne pooit durer nuls de los versos 4.042 y
4.159.
VIE
El trmino vie, por su parte, en la expresin de vie garir del verso 5.441, nos
permite ampliar el espectro del mbito temporal a travs de expresiones
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La dimensin espacial de la muerte en Hugues Capet 963
negativas como ne jamis estre garis, mais nara garison, vous ne poz
garir.
Por otro lado, encontramos en esta direccin, en esta lnea, la expresin
perdre la vie de los versos 3.497, 4.628, 4.866, privar de la vida a alguien,
que ampla su campo expresivo a este valor temporal en expresiones y pala-
bras como metre en perdission, perdre y su forma pronominal se perdre, o
perte, de la misma familia lxica. Aplicada a Mary como hija que ha perdido
a su padre encontramos en varios pasajes la palabra orphenine/
orfenin/orphe(ne) con origen en orphanus del latn eclesistico, a su vez del
griego ya con significacin de privacin de padre o de madre,
palabra que ha de relacionarse indudablemente con la familia lxica
perdre/perte.
La expresin vengier de se vie del verso 3.520 nos permite un agrupa-
miento de otra familia lxica en torno a este valor aspectual con venger/ven-
gier, vengance, vengement, vengison, conjunto de trminos jurdicos con
semntica reclamacin de justicia en su origen, y que a travs de signifi-
cacin castigar a quien ha causado una ofensa, presenta semntica
muerte en nuestro texto, con matiz de temporalidad, a mi modo de ver, en
su relacin con vie, as como en su relacin con perte en se perte vengier del
verso 6.255.
PENDRE / ENCROER
La realidad espacial como significacin ms concreta, fsica, podramos
decir, en relacin con el fenmeno de la muerte, en el sentido de lugar en el
que se manifiesta o se actualiza visiblemente la misma, en el decurso narra-
tivo, si seguimos considerando siecle como elemento referente, nos permite
la siguiente secuencia descriptiva: El otro mundo, lautre [siecle], explici-
tado en la expresin sains chieus del verso 6.359, se manifiesta como un
lugar situado arriba, en lo alto, lassus, lugar donde en su trono, tron, el cre-
atour, sauveour, Signeur, Pere souverain, roy, de saintisme non, Jhesum,
Crist, Jess Cris, Dieu, Dame Dieu, que a su vez en cest siecle protagoniza
como sujeto paciente un tipo de muerte, referente a lo largo del discurso,
cuya secuencia expresiva podra resumirse en el siguiente orden lgico:
souffry (la) pas(s)ion, dive souffrance, fu mis en le crois, fu pendus, se laissa
pener en larbre de la crois, ot se char lapidee, clauwe. Esta muerte se inter-
preta como redemsion (redencin), raenchon (rescate) (racater, rescatar),
del ame (alma), del lingnage dampnee (linaje condenado). Una sola alusin
al que se supone fue su lugar de enterramiento, emplazado curiosamente en
lontaigne terre por el narrador inmediato, en la expresin Saint Sepulcre del
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
964 Jos Miguel Lamalfa Daz
verso 2.915. Se puede cerrar esta secuencia expresiva con la alusin espacial
resussita ou Temple Sal(e)mon del verso 5.095, que, aunque en relacin con
el concepto muerte de nuestro trabajo, vamos a dejar tan slo apuntada, pues
reclamara un anlisis ms detenido y en profundidad que el que preten-
demos en esta aproximacin.
Estas propuestas textuales que acabamos de exponer, especialmente en
expresiones como pendre, mettre en la crois, en larbre de la crois, o en el
substantivo Sepulcre, se pueden hacer extensivas a diversos momentos narra-
tivos, viendo as enriquecido notablemente el aspecto espacial al que nos
venimos refiriendo.
Por orden de aparicin en el texto, tenemos: fu pendus, au fourquez
trainner, como consecuencia de la relacin amorosa de Hugo Capeto con la
prima del rey Hugon de Vauvenisse y la intencin de castigo de ste a
Hugo; pendre a .1. ambour, deseo de Hugo contra Savary de Champaingne
como consecuencia de haber envenenado al rey Lo[a]ys, padre de Mary, y
pretender poseerla como mujer y esposa; pendus serez, en intencin de
Hugo al considerar al conde dEstampez traidor malvado en contraposicin
a la huida de la batalla; seront pendu, los encargados de las puertas de la
ciudad de Pars al no haber cumplido con el mandato de la reina y ser con-
siderados prfidos traidores; pendre, serez pendus, hault pendre a fourquez,
pender, sera pendu a ung arbre feully, expresiones referidas a Hugo
Capeto, como consecuencia de no rendirse al conde Sauvaigez y entregarle
la espada, despus de que aqul hubiera perseguido y hubiera dado muerte
al rey Hugn, hecho considerado en la narracin como asesinato con
engao, traicin, injusticia, y ser considerado Hugo Capeto falso traidor, o
para expresar la intencin de Fedri para con Hugo Capeto; encroer referido
a Fedris y Assellin como consecuencia de engao en el compromiso y jura-
mento de vasallaje de stos a Hugo Capeto; serez pendus et encroz au vent,
referido al condestable de Francia ante la negativa de entregar a la reina
Mary a Garnier de Roussillon para que el conde Fedris se case con ella;
encroer a cel arbre, como consecuencia de posible silencio o mentira sobre
la muerte del rey. Este muestreo de expresiones como metre en la crois,
pener en I arbre de la crois, pendre, encroer, pendre a fourquez, trainer au
fourquez, pendre a .1. ambour, pendre a ung arbre feully, encroer au vent,
nos llevan a considerar un mismo mbito expresivo para las mismas, y en
las que localizacin y movimiento se presentan como elementos semnticos
esenciales.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La dimensin espacial de la muerte en Hugues Capet 965
SEVRER
Si centramos nuestro anlisis en torno al trmino ame, aludido como expli-
cacin y final de la secuencia que hemos hecho de la passion, nos encon-
tramos con la expresin /ame du cors sevrer propuesta en tres ocasiones por
el autor en los versos 3.927, 4.387 y 5.684, expresin que podemos consi-
derar, en el entorno narrativo de la obra, como una verdadera definicin,
definitiva y plstica a un mismo tiempo del hecho de la muerte en el espacio
temporal cest siecle. El verbo sevrer presenta etimolgicamente semntica
de separacin de dos objetos. En el texto, esta separacin del alma y del
cuerpo es transmitida por el autor como expresin de una realidad del
espacio fsico, en la que se intuye valor aspectual de movimiento. En la dico-
toma ame/cors, expresiones como avoir et mercy et pit de same y ms an
ame sauvee nos llevaran a un anlisis particular de ambos trminos con pro-
puestas claramente definidas en la ubicacin de cada una de estas palabras
en su relacin con los dos espacios temporales establecidos desde el inicio
de este trabajo: cest siecle/lautre siecle, pero no es ste nuestro objetivo
aqu.
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966 Jos Miguel Lamalfa Daz
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La dimensin espacial de la muerte en Hugues Capet 967
DEVIIER
Hemos venido haciendo referencia y resaltando en diferentes contextos y
mltiples expresiones, el valor movimiento como una de las caracters-
ticas sensibles del espacio perceptible, en el desplazamiento de objetos o
sujetos de un lugar a otro, o la separacin entre los mismos. En este sentido,
y como expresin propia del paso de cest siecle a lautre [siecle] nos
encontramos con expresiones singulares como la del verbo deviier del verso
16, cuyo valor originario de espacio que recorrer, con matiz de aleja-
miento, de la forma latina deviare, verbo salido del substantivo via y del
prefijo de-, se actualiza en este nico ejemplo en el texto.
TREZPASSER
Bajo este mismo prisma la expresin trezpassez est mon pere del verso 104,
presenta semntica clara tambin en el verbo trezpasser con trans originario
como prefijo con valor intensivo y significacin ms all de, allende y el
verbo del latn tardo *passare con significacin atravesar, a su vez pro-
veniente de passus y su significacin de movimiento para avanzar, en la
que movimiento y localizacin conforman el ncleo semntico del verbo.
PERIR
Utilizado frecuentemente en contextos que describen batallas tambin, junto
a mort, o en el episodio en que se alude a posible negativa de condes,
duques, caballeros, prncipes a la llamada del rey de los mismos a la corte,
o referido a nef del verso 6.251, encontramos el verbo perir, cuyo valor fun-
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968 Jos Miguel Lamalfa Daz
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La dimensin espacial de la muerte en Hugues Capet 969
MURDRIR / MURDREOUR
La idea de asesinato que encierran las formas murdrir acompaada en oca-
siones por el adverbio faussement, y el substantivo murdreour, determinado
por la expresin a loy de\ se centran especialmente en el asesinato del buen
rey Lo[a]is, esposo de Blancheflour y padre de Mary. Esta idea se concreta
en expresiones relacionadas con el verbo enerber, el verbo enpoisonner y la
expresin enplir de venin. Hay que decir que el trmino venin con valor ori-
ginario veneno, que a su vez puede relacionarse en nuestro texto perfec-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
970 Jos Miguel Lamalfa Daz
tamente con elemento herb, componente del verbo enerber del que ste
deriva, proyecta su semntica al francs actual poison, significando
veneno, elemento componente, origen a su vez, del verbo enpoisonner de
nuestro texto. La realidad es que en los tres casos, enpoisonner, enerber y
enplir, en construccin complementaria de ser animado, encontramos en el
prefijo en- valor locativo, en el sentido de introducir veneno en alguien.
CONSIDERACIONES FINALES
Tras esta especie de recorrido inicial fundamentado en una mirada tridimen-
sional en la que temporalidad, localizacin y movimiento han dirigido los
pasos de este anlisis provisional, conviene precisar que dicho trabajo no
pretende ser sino una primera aproximacin al mbito de la expresin de la
concepcin de la muerte en esta obra literaria del siglo XIV francs, en su
manifestacin ms externa y simple, cual es el lxico que en ella se nos
ofrece, habiendo dejado a un lado consideraciones de fondo que reclamaran
un estudio morfolgico, sintctico y semntico en profundidad. A pesar de
lo cual, algunas consideraciones surgidas de los resultados obtenidos en esta
aproximacin pueden ser tenidas en cuenta.
En primer lugar, confirmar la pertinencia de este acercamiento a travs
de la espacialidad en sus tres elementos, temporalidad, localizacin y movi-
miento, al fenmeno de la muerte, que nos ha permitido una revisin en
extensin del mismo en Hugues Capet, poniendo en evidencia la dimensin,
la importancia del concepto espacio para la comprensin del concepto
muerte en la obra.
En segundo lugar, y si nos atenemos a datos estadsticos, sealar que de
los elementos que han intervenido en el anlisis, considerada la riqueza
lxica en la expresin, el elemento localizacin ofrece la mayor variedad,
seguido del de movimiento, y menor nmero de trminos para la tempora-
lidad.
Resear por otro lado que el mbito expresivo de ms amplitud lo encon-
tramos en la familia lxica af(f)iner/fenir/fin/finement/finer/finir, como
expresin formal a la que se vinculan los tres elementos de temporalidad,
lugar y movimiento, convirtindose as en un posible referente en la profun-
dizacin del anlisis.
Finalmente, dejar constancia del valor cambio esencial en expresiones
como pourir, ardoir, enbrasser, como apunte para un estudio posterior de
mayor calado lingstico.
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POINT DE LENDEMAIN
DE VIVANT DENON: ANALYSE DE LESPACE
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972 M. ngeles Lence Guilabert
tant le libertinage cruel qui va mettre aux prises Merteuil et Valmont, quun
doux immoralisme qui fait craquer les dames dun certain ge devant les
jouvenceaux et convainc ceux-l quaucun plaisir nest ngliger2.
2 DENON, V., Point de lendemain suivi de BASTIDE J.-F. de, La Petite Maison, di-
tion de Michel Delon, Paris, Gallimard, 1995, p. 27. Cest ldition utilise pour notre tude.
Par la suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte (P.L.,
p. X).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Point de lendemain de Vivan Denon: analyse de lespace 973
premire personne) sur les gens et les objets, sa vue et sa perception du pay-
sage qui les entoure. Ce paysage reprsente lespace de la nature qui contient
le lyrisme et toute la sensualit qui ranime les sens chez les amants. Il sagit,
donc, dun conte autobiographique fictif, crit sous forme de confidences
aux lecteurs.
Nous allons partir de cette ide: que lespace, tantt artificiel, tantt
naturel, charg dune sensualit extraordinaire auquel les personnages ne
peuvent pas chapper, est le principal gnrateur de leur volupt.
Nous essaierons danalyser les trois grands espaces dans lesquels se
droule laction:
1. Lespace public: lOpra.
2. Lespace de transition et dintroduction dans lespace priv: le
carrosse.
3. Lespace priv: la maison de M. T.
LOPRA
Ce premier espace, mondain, social, aristocratique, artificiel, ludique, appa-
rent, o lamour se reprsente sur scne, encadr de toutes les manifestations
artistiques du thtre: architecture, peinture, sculpture; crations qui prten-
dent la rsistance des matriaux, des structures, des ornements ou tout sim-
plement lphmerit des dcors tant que dure la reprsentation de loeuvre,
tmoignent de la culture dune poque.
LOpra est lespace de la vie urbaine, du monde, de la rencontre, de la
dcouverte, de linsinuation, du double regard (on regarde la reprsentation,
mais aussi les autres spectateurs), du rendez-vous amoureux.
Et cest precisment dans cet espace que commence notre histoire: la
leve des rideaux va nous montrer une mise-en-scne dont la scnariste nest
que Mme de T..., qui a tout prvu pour conduire notre protagoniste vers sa
toile daraigne. Ce nest pas pour rien quelle est plus ge que le jeune
homme, quelle a plus dexprience et quelle sait jouer plusieurs rles la
fois, comme dans le thtre: Un jour que jallais attendre la Comtesse dans
sa loge, je mentends appeler de la loge voisine (P.L., p. 35).
La loge, un petit espace dans un grand espace, a une double fonction:
vitrine ou cachette, exhibition publique ou intimit. Ici, vitrine dabord
(Mme de T. sait o trouver le jeune, parce quil est lamant de la Comtesse
... et que la Comtesse frquente cette loge).
Mais, en faisant semblant de le rencontrer par hasard, Mme de T... fait
tomber la victime dans le pige: Il semble quune main divine vous ait con-
duit ici (P.L., p. 36).
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974 M. ngeles Lence Guilabert
LE CARROSSE
Le carrosse est la charnire entre lespace urbain et lespace paysan. Il ne
faut pas oublier que ce dernier appartient aussi laristocratie (ou la bour-
geoisie
Dabord un sourire pour tromper dun seul geste le jeune homme, puis
la main, le premier contact physique avec lui, pour le conduire l o elle veut
(comme si lon prenait un enfant de la main): image du pch et de linno-
cence.
Cest dans sa voiture quil entre, un espace intime inconnu quil va par-
tager sans savoir o ils se dirigent: hors de la ville, cela veut dire: sparation
de son monde, de son environnement habituel, pour entrer dans un autre
milieu, lointain et surprenant en ce quil renferme de mystre et dimprvu:
Elle sourit, me demande la main, descend, me fait entrer dans sa voiture, et
3 TAPI, V-L., Le baroque, Paris, Presses Universitaires de France, Coll. Que sais-
je, 1997, p. 36.
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Point de lendemain de Vivan Denon: analyse de lespace 975
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
976 M. ngeles Lence Guilabert
LA MAISON
Les yeux du jeune amant voient le bon got et la magnificence dans la dco-
ration de la maison, preuve du raffinement et de la recherche de luxe du
matre, qui a remplac la perte de la jeunesse et, en consquence de la
beaut, par des images voluptueuses. Mais ces images ne touchent pas beau-
coup notre protagoniste, lui, qui est jeune et beau et innocent; il reste admi-
ratif devant ces images: il nen a pas besoin. Cest pourquoi il transforme la
maison en temple, lpouse en desse. Artifice, mensonge, apparence, ironie,
quatre mots qui pourraient dfinir ce mnage. Cest ainsi que lespace
devient lexpression des personnages, de leurs vices et de leur mchancet;
la maison nest plus le temple du mnage, mais ses ruines:
Je parcours des salons dcors avec autant de got que de magnificence, car
le matre de la maison raffinait sur toutes les recherches de luxe. Il stu-
diait ranimer les ressources dun physique teint par des images de
volupt. Ne sachant que dire, je me sauvai par ladmiration. La desse
sempresse de faire les honneurs du temple... (P.L., p. 40).
Mais Mme de T... est consciente de faire partie de ces ruines et elle veut,
tout prix, jouer son rle de matresse de maison en les dvoilant dans leur
ancienne magnificence: Vous ne voyez rien; il faut que je vous mne lap-
partement de Monsieur (P.L., p. 40).
Mais cest elle qui se dvoile en dcouvrant linexistance de la vie mari-
tale travers les mots de son mari: Madame, il y a cinq ans que je lai fait
dmolir (P.L., p. 40)
Aprs le souper, M. de T ... se retire. Les deux personnages restent seuls
et leur regard annonce dj que quelque chose va se passer entre eux, suite
de ce qui avait commenc dans le carrosse et qui avait t interrompu par
larrive la maison:
Nous nous regardmes, et, pour nous distraire de toutes rflexions, Mme de
T... me proposa de faire un tour sur la terrasse, en attendant que les gens
eussent soup. La nuit tait superbe; elle laissait entrevoir les objets, et sem-
blait ne les voiler que pour donner plus dessor limagination. Le chteau
ainsi que les jardins, appuys contre une montagne, descendaient en
terrasse jusque sur les rives de la Seine; et ses sinuosits multiplies for-
maient de petites les agrestes et pittoresques, qui variaient les tableaux et
augmentaient le charme de ce beau lie (P.L., p. 41).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Point de lendemain de Vivan Denon: analyse de lespace 977
quelle contient: Ce fut sur la plus longue de ces terrasses que nous nous
promenmes dabord: elle tait couverte darbres pais. (P.L., p. 41)
La promenade, propose par Mme de T..., dcrite au dtail par notre nar-
rateur, reprsente lespace de la confidence. Confidence qui deviendra de
plus en plus intime, en raison des objets ou de la nature, toujours complices:
les corps sapprochent de plus en plus; ce sont les mots, les confidences qui
les approche:
Un banc de gazon se prsente; on sy assied sans changer dattitude
(P.L., p. 42).
Le silence survint, on lentendit (car on entend quelquefois le silence):
il effraya. Nous nous levmes sans mot dire, et recommenmes marcher.
Il faut rentrer, dit-elle, lair du soir ne nous vaut rien (P.L., p. 43).
Le silence les fait se mouvoir; puis elle trouve dans lair du soir une
excuse pour rentrer. Cette marche en arrire fait partie du jeu de Mme? Elle
veut jouer lallumeuse?: Elle me fora de reprendre le chemin du chteau
(P.L., p. 44).
Au dernier moment, quand ils rejoignent le chteau, un nouvel arrt,
cette fois pour reprendre et le chemin et le jeu de sduction. Nous voyons
comment chemin et sduction progressent de faon parallle. Mais cest tou-
jours la femme qui dirige lun et lautre. Elle connat la route comme elle
connaissait la route de la ville au chteau. Lui, il ignore tout, il se laisse aller,
non sans inquitude:
Nous touchions la porte ... (P.L., p. 44).
Mais, Madame, vous vouliez rentrer ... et lair ...
Il a chang (P.L., p. 46).
Elle avait repris mon bras, et nous recommencions marcher sans que
je maperusse de la route que nous prenions (P.L., p. 46).
... ce voyage, la scne du carrosse, celle du banc de gazon, lheure, tout
cela me troublait (P.L., p. 46).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
978 M. ngeles Lence Guilabert
Plus calmes, nous trouvmes lair plus pur, plus frais. Nous navions pas
entendu que la rivire, dont les flots baignent les murs du pavillon, rompait
le silence de la nuit par un murmure doux qui semblait daccord avec la pal-
pitation de nos coeurs. Lobscurit tait trop grande pour laisser distinguer
aucun objet; mais travers le crpe transparent dune belle nuit dt, notre
imagination faisait dune le qui tait devant notre pavillon un lieu enchant.
La rivire nous paraissait couverte damours qui se jouaient dans les flots.
Jamais les forts de Gnide nont t si peuples damants, que nous en peu-
plions lautre rive. Il ny avait pour nous dans la nature que des couples heu-
reux, et il ny avait point de plus heureux que nous (P.L., pp. 50-51).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Point de lendemain de Vivan Denon: analyse de lespace 979
Nous nous loignons regret; elle tournait souvent la tte; une flamme
divine semblait briller sur le parvis. Tu las consacr pour moi, me disait-
elle (P.L., p. 51).
Retroussant chemin, le banc de gazon reprsente le temps pass (quel-
ques heures dans la nuit) par rapport ce quon vient de vivre dans le pavi-
llon: Nous passmes devant le banc de gazon, nous nous y arretmes
involontairement et avec une motion muette. Quel espace immense, me
dit-elle, entre ce lieu-ci et le pavillon que nous venons de quitter!
(P.L., p. 52).
Pour lui, cet espace symbolise la peur de perdre lenchantement, le bon-
heur acquis. Il parle de fatalit partir du lieu rel, elle en parle en tant que
nimporte quel lieu amoureux. Mais lui, qui a voyag du rel la fantaisie et
de la fantaisie au rel, se montre sceptique:
Eh bien! lui dis-je, verrai-je se dissiper ici le charme dont mon imagina-
tion stait remplie l-bas? Ce lieu me sera-t-il toujours fatal?
En est-il qui puisse te ltre encore quand je suis avec toi?
Oui, sans doute, puisque je suis aussi malheureux dans celui-ci que
je viens dtre heureux dans lautre (P.L., p. 52).
La belle nuit! me disait-elle, les beaux lieux! Il y a huit ans que je les avais
quitts; mais ils nont rien perdu de leur charme; ils viennent de reprendre
pour moi tous ceux de la nouveaut; nous noublierons jamais ce cabinet,
nest-il pas vrai? Le chteau en recle un plus charmant encore; mais on ne
peut rien vous montrer: vous tes comme un enfant qui veut toucher tout,
et qui brise tout ce quil touche (P.L., p. 54).
Pour le passage suivant, nous nous faisons cho des mots de Sarduy
opposant le baroque en tant que jeu loeuvre classique en tant que travail:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
980 M. ngeles Lence Guilabert
Mme de T... dans Point de Lendemain sait faire attendre le narrateur. Elle
lui impose la patience du dsir et lui fait dcouvrir que le plaisir du corps
commence au-dl du simple assouvissement sexuel. (...) Mme de T... sait
mettre en scne une reptition de leurs bats, ralentis, dmultiplis, rendus
plus vifs par le dcor et la fatigue.
Il faut lavouer, je ne sentais pas toute la ferveur, toute la dvotion quil
fallait pour visiter ce nouveau temple; mais javais beaucoup de curiosit:
ce ntait plus Mme de T... que je dsirais, ctait le cabinet.
Nous tions rentrs. Les lampes des escaliers et des corridors taient
teintes; nous errions dans un ddale. La matresse mme du chteau en
avait oubli les issues; enfin nous arrivmes la porte de son appartement,
de cet appartement qui refermait ce rduit si vant (P.L., p. 56).
Il sagit dun lieu mystrieux, gard par deux femmes (des confidentes)
qui a une porte secrte; Mme a fait promettre son jeune visiteur de garder
en secret son entre dans cet asile (plusieurs noms pour le mme espace
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Point de lendemain de Vivan Denon: analyse de lespace 981
Tout cela avait lair dune initiation. On me fit traverser un petit corridor
obscur, en me conduisant par la main. ... les portes souvrirent: ladmiration
intercepta ma rponse. Je fus tonn, ravi, ... et je commenai de bonne foi
croire lenchantement. La porte se referma, et je ne distinguai plus par
o jtais entr. Je ne vis quun bosquet arien qui, sans issue, semblait ne
tenir et ne porter sur rien; enfin je me trouvai dans une vaste cage de glaces,
sur lesquelles les objets taient si artistement peints que, rpts, ils produi-
saient lillusion de tout ce quils reprsentaient. On ne voyait intrieure-
ment aucune lumire; une lueur douce et cleste pntrait, selon le besoin
que chaque objet avait dtre plus ou moins aperu; des cassolettes exha-
laient de dlicieux parfums; des chiffres et des trophes drobaient aux
yeux la flamme des lampes qui clairaient dune manire magique ce lieu
de dlices. Le cot par o nous entrmes reprsentait des portiques en trei-
llage orns de fleurs, et des berceaux dans chaque enfoncement dun autre
ct, on voyait la statue de lAmour distribuant des couronnes; devant cette
statue tait un autel, sur lequel brillait une flamme; au bas de cet autel
taient une coupe, des couronnes, et des guirlandes; un temple dune archi-
tecture lgre achevait dorner ce ct: vis--vis tait une grotte sombre; le
dieu du mystre veillait lentre: le parquet, couvert dun tapis pluch,
imitait le gazon. Au plafond, des gnies suspendaient des guirlandes; et du
ct qui rpondait aux portiques tait un dais sous lequel saccumulait une
quantit de carreaux avec un baldaquin soutenu par des amours.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
982 M. ngeles Lence Guilabert
Que dartifice pour aimer! Le narrateur nous dcrit des objets qui pro-
duisent lillusion de ce quils reprsentent comme le dais aux carreaux
reproduit les amants et le dsir: Les dsirs se reproduisent par leurs
images (P.L., p. 60).
Cet appartement est un temple (il a un autel devant la statue de lAmour,
il a limage du dieu du mystre), un lieu de dlices (il veille les sens, il est
voluptueux) un royaume dont Mme de T... est la seule reine. Ce royaume,
divis en petits espaces, peut cacher les faiblesses de sa reine; elle y choisit
la grotte parce quelle est sombre et mystrieuse, elle entrane ceux qui
entrent et les avale:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Point de lendemain de Vivan Denon: analyse de lespace 983
... cest le hasard qui semble me conduire ici: je suis cens revenir dune
campagne voisine (P.L., p. 63).
Rentrons; jai de limpatience den rire avec Mme de T... Il doit faire
jour chez elle. Jai dit que jarriverais de bonne heure. Dcemment il fau-
drait commencer par le mari. Viens chez toi, je veux remettre du poudre
(P.L., p. 65).
On fit mon ami les plus grandes instances pour sarrter. On voulut le con-
duire chez madame, ...Quant moi, on nosait, disait-on me faire la mme
proposition, car on me trouvait trop abattu pour douter que lair du pays ne
me ft pas vraiment funeste. En consquence, on me conseilla de regagner
la ville. Le Marquis moffrit sa chaise... (P.L., p. 66).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
984 M. ngeles Lence Guilabert
Pour plus de drision, le Marquis lui offre sa chaise. Il tait arriv dans
celle de Mme de T..., il part dans celle de son amant, carrosse qui va le
ramener son monde, son ambiance, dans les bras de sa matresse, l do
on lavait tir pour jouer un peu lamour avec lui: Je montai dans la voi-
ture qui mattendait (P.L., p. 69).
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
Livres et monographies
DENON, V., Point de lendemain suivi de BASTIDE, J.-F. de, La Petite
Maison, dition de Michel Delon, Paris, Gallimard, 1995.
PAUVERT, J.J., Anthologie historique des lectures rotiques, De Sade
Fallires (1789-1914), Paris, Garnier, 1982.
SARDUY, S. Barroco, Paris, Gallimard, 1991.
TAPI, V-L., Le baroque, Paris, Presses Universitaires de France, coll. Que
sais-je, 1997.
Chapitres de livres
DELON, M., Les rythmes de la sduction ou linvention de la lenteur, de
Crbillon Laclos, in El arte de la seduccin en los siglos XVII y XVIII,
Valencia, Universitat de Valncia, 1997.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
DE LA CLAUSTROPHOBIE DOCTAVE
LA CLAUSTROPHILIE DE FABRICE:
UN PARCOURS STENDHALIEN
Entre 1967 et 1971, jai eu la chance extrme de passer prs de quatre ans
en prison, ce qui offre aujourdhui la dernire et unique opportunit de rfl-
chir, de lire et de sinterroger1. Rgis Debray exprime ainsi le paradoxe de
la rverie carcrale ou claustrale qui ouvre sur des liberts insouponnes.
Cest cette rverie que nous avons tudie dans quatre romans de Stendhal,
Armance, Le Rouge et le Noir, Lucien Leuwen et La Chartreuse de Parme2
dans lesquels nous avons tout dabord suivi les dplacements dans lespace
des jeunes hros masculins; nous avons observ que ces dplacements,
reprsents graphiquement, renvoient deux mouvements opposs: des
mouvements centrifuges o les personnages sont ex-centrs et des mouve-
ments centriptes o les personnages se recentrent dans un lieu clos qui,
comme chacun sait, est une prison dans le cas de Julien Sorel et dans celui
de Fabrice del Dongo. Si lon fait une tude diachronique on observe gale-
ment une alternance: dans Armance Octave de Malivert se dplace plu-
sieurs reprises de Paris Andilly, puis, aprs son mariage il sexpulse vers
Marseille puis vers la Grce o il met fin ses jours avant datteindre le
rivage; il y a donc l un mouvement centrifuge. Les dplacements de Julien
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
986 Franoise Lenoir Jamelot
3 BLIN, G., Stendhal et les problmes de la personnalit, Paris, Jos Corti, 2001,
[1958], p. 421.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 987
4 Nous renvoyons pour synthse notre article: Pour une approche jungienne de
laltrit intrieure, in Images de lAutre / Imgenes del Otro, Publicacions de la Universitat
de Barcelona., 2003 (sous presse).
5 STEVENS, A., Jung. Luvre-vie, Paris, ditions du Flin, 1994, p. 46.
6 JUNG, C. G., Dialectique du Moi et de linconscient, Paris, Gallimard, coll. Folio
essais, 1964, p. 255.
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988 Franoise Lenoir Jamelot
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De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 989
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990 Franoise Lenoir Jamelot
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De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 991
Narcisse, malgr ses efforts pour se reconstituer sur sa seule image, qui
tout la fois le double et le ddouble mais dans le mme et non le dif-
frent, ne trouve pas lissue vers la vie13.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
992 Franoise Lenoir Jamelot
conqute militaire15. Mais Julien est aussi travaill de lintrieur par une
rverie claustrale qui se manifeste par la valorisation de toutes sortes de
refuges en hauteur, comme la petite grotte de la grande montagne qui
domine Verrires (R.N., p. 698), quil avait dcouverte au milieu de la
pente presque verticale dun des rochers (R.N., p. 284) et o il se rfugiait
lorsque ses tentatives dhypocrisie ou ses dmarches militaro-amoureuses lui
devenaient insupportables. L o les hommes ne sauraient me faire de mal
(R.N., p. 284), dit-il. Cest dans ce refuge naturel quil retrouve alors son me
primitive. La grotte et son emplacement prsentent en outre la conjonction de
la verticalit et de la cavit, symboliques des tendances diurne et nocturne de
Julien. Nous retrouvons cette mme conjonction imaginaire dans ses diff-
rentes chambres, la fois refuge et lieu de contemplation monarchique: que
ce soit sa chambrette au sminaire au dernier tage de la maison, qui don-
nait sur les remparts do l on apercevait la jolie plaine que le Doubs
spare de la ville et dont la vue semble charmante Julien (R.N., p. 381),
ou sa chambre chez le marquis de La Mole, une jolie mansarde qui donnait
sur limmense jardin de lhtel (R.N., p. 448), ces espaces clos sont en hau-
teur et offrent une ouverture sur la nature. Mme en prison et grce aux
dmarches de Fouqu qui lui vite les tourments dun affreux cachot o on
avait voulu le transfrer, il jouit dune jolie chambre cent quatre-vingt mar-
ches dlvation (R.N., p. 654), situe dans ltage suprieur dun donjon
gothique et do par un troit intervalle entre deux murs au-del dune cour
profonde, il avait une chappe de vue superbe (R.N., p. 650).
Ajoutons enfin que la grotte est relie tymologiquement la crypte et
prsente comme celle-ci un caractre secret et sacr que nous retrouvons par
ailleurs dans les glises et cathdrales o ont lieu des manifestations incon-
trlables par Julien, comme des surgissements cependant dsirs et attendus,
dune instance psychique non encore reconnue. Cest en effet, avant la
prison, dans les espaces clos des glises et des cathdrales tendues dtoffes
rouges quont lieu les rencontres rvlatrices entre Julien et madame de
Rnal, jusquau jour o, dans lglise de Verrires dont toutes les fentres
hautes [] taient voiles avec des rideaux cramoisis (R.N., p. 644) Julien
tire sur madame de Rnal, au moment de llvation. Ce crime met fin au
parcours ascensionnel de Julien, au mouvement centrifuge et engage, par un
phnomne dnantiodromie, le processus de rconciliation et de recentre-
ment sur soi. Notons ce propos que linterprtation, souvent donne, qui
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 993
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
994 Franoise Lenoir Jamelot
Lucien par ailleurs se sent bien dans le salon de sa mre car ses parents
ne cherchaient point trop le diriger (L.L., p. 769). Le hros possde dem-
ble tout ce qui faisait dfaut aux autres hros stendhaliens: des parents
aimants et tolrants, la fortune, la jeunesse, la beaut et si le nom est bour-
geois, il fait cependant autorit dans le milieu de la finance et de la poli-
tique. Que demander de plus? Lucien commence l o Julien aurait voulu
aboutir dans la phase ascensionnelle de son parcours, la particule du nom en
moins. Il vit dans une sorte de cocon, une serre-chaude (L.L., p. 781),
soign, guri, protg par une mre qui dcore sa chambre dun riche tapis
de Turquie [quelle] avait fait enlever de sa propre chambre et placer chez
son fils, un jour quil tait enrhum; une mre, en outre, qui ne lui donne
comme seuls habits, pour ce que nous en apprend lauteur, quune robe de
chambre magnifique et bizarre bleue et or et un pantalon bien chaud de
cachemire amarante. Dans ce costume, nous dit Stendhal, il avait lair
heureux (L.L., p. 772).
Lucien est ainsi un personnage apparemment sans problmes qui vit
dans lunivers intime de la mre et qui ne demande pas en sortir. Dailleurs
il ne demande rien, il nest en qute de rien, satisfait de son sort, ne se pro-
jetant ni dans le pass ni dans lavenir et dveloppant une philosophie de la
jouissance dans lici et le maintenant: Il songeait dans chaque moment
faire ce qui lui plaisait le plus au moment mme, et ne pensait point assez
aux autres (L.L., p. 770).
Il se dmarque ainsi par rapport des normes quil ne suit point, non pas
par rbellion il na mme pas t capable dtre limin pour opinion
lui reproche son cousin (L.L., p. 771), mais par indiffrence, tourderie,
insouciance. Un personnage donc pos dans un temps et un espace pour les-
quels il ne manifeste aucun dsir dadhsion, un personnage qui sest sim-
plement donn la peine de natre (L.L., p. 1058), qui se tient en marge des
engagements, des opinions, des conflits, qui ne demande rien aux autres
mais ne veut rien leur donner non plus, et qui, en outre, passe des heures
entires [s]a toilette, et on le sait (L.L., p. 771). Ce quon lui reproche,
cest de soigner son image non pas pour les autres mais pour lui-mme, dans
une sorte de narcissisme do lautre se trouve videmment exclu. Cest
ainsi que Lucien, qui ne veut pas dranger, drange, et le cousin Ernest
Dvelroy incarnation de ce que Jean Prvost appelle la conscience ext-
rieure du personnage, qui reprsente la morale du succs personnel17, et
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De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 995
18 BACHELARD, G., cit par DURAND, G., Les structures anthropologiques de li-
maginaire, Paris, Bordas, 1969, p. 104.
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996 Franoise Lenoir Jamelot
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998 Franoise Lenoir Jamelot
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De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 999
Dans la prison tout se fait dans la dure, une dure accepte par Fabrice
et qui remplace le rythme vertigineux des alles et venues de la premire
partie du roman. Ici, le temps sallonge et Fabrice, contraint limmobilit,
cesse de sagiter et suit avec une attention de chaque instant lvolution lente
des sentiments et des changes. Cest aprs trois mois de soins (C.P.,
p. 332) que Fabrice parvient enfin communiquer par crit avec Cllia, cest
ensuite aprs sept longs mois de prison (C.P., p. 346) que Fabrice achte
dfinitivement le gelier Grillo. Finalement, cest au bout de neuf mois que
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1000 Franoise Lenoir Jamelot
24 Combien je suis diffrent, se dit-il, du Fabrice lger et libertin qui entra ici il y a
neuf mois! (CP, 382).
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De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 1001
atroce davoir pu passer quatorze mois sans le voir (C.P., p. 487) et lui
donner rendez-vous lorangerie: Entre ici, ami de mon cur (C.P.,
p. 488). Elle reoit Fabrice dans lobscurit, et Cllia reprsente plus que
jamais cette figure de lanima, qui doit rester en partie dans linconscient
pour pouvoir oprer. Ds quelle devient entirement consciente, quelle sort
la lumire, cest--dire ds que la projection pourrait tre retire ou ds
quelle pourrait se heurter au principe de ralit, elle cesse dexister. Ne pou-
vant tre vue, Cllia cherche maintenir le ct nigmatique de la soror
mystica qui veut, ou qui doit, rester en partie secrte.
Fabrice et Cllia vivent, dans lobscurit, dans ce palais dont elle avait fait
sa prison, trois annes de bonheur divin sur lesquelles Stendhal nous
demande, nous lecteurs, la permission de passer, sans en dire un seul mot
(C.P., p. 488). Le bonheur de lunion ne saurait tre donn voir, pas plus
quil ne saurait tre donn dire. Le roman ne parle pas de ces trois annes
quil voque en trois lignes, mais du parcours qui y mne, des errances, des
fausses pistes, des expriences sans issue, de cette descente progressive dans
lobscurit heureuse, une fois franchies toutes les frontires, une fois par-
courus tous les chemins, une fois admirs tous les spectacles sublimes,
lorsque lunivers se rduit pour aboutir ces rendez-vous, de nuit, dans lobs-
curit dun palais qui est aussi une prison. Cet amour tenu secret et qui ne se
donne mme pas le droit de se voir, secret lui-mme, meurt dtre rvl. Il
y a sacrilge rvler, lever le voile de lombre et du silence. Ainsi la fin de
ce bonheur divin est due un caprice de tendresse (C.P., p. 488) de Fabrice
qui veut rcuprer son fils Sandrino et jouer son rle de pre. Cest dire que
le rve du bonheur deux dans un endroit clos, que tous les protagonistes ont
eu et que Fabrice a ralis, achoppe au seuil de la solitude. Las de cette des-
tine singulire (C.P., p. 491) qui loblige vivre seul sans la compensation
des joies que lui apporterait la compagnie de son fils, il conoit de lenlever
pour le reprendre tout lui. Il sagit galement pour lui de rcuprer une
image de Cllia sans pour autant rompre linterdit:
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1002 Franoise Lenoir Jamelot
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De la claustrophobie dOctave la claustrophilie de Fabrice 1003
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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livres, 1984.
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Robert Laffont/Jupiter, coll. Bouquins, 1982 [1969].
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1004 Franoise Lenoir Jamelot
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO Y LA MIRADA O EL HOMBRE
COMO ESPEJO DEL UNIVERSO EN BALZAC
Y EN BAUDELAIRE: LIMMENSIT INTIME
INTRODUCCIN
Es conocida la relacin de amistad y de admiracin mutua que siempre uni
a Honor de Balzac y a Charles Baudelaire. Como intentaremos mostrar en
este estudio, esta simpata tiene su principal explicacin en la profunda cre-
encia de ambos escritores en la perfectibilidad del ser humano, en la convic-
cin de que el hombre es el centro del universo. Esto se manifiesta sobre
todo en circunstancias determinadas el sueo, la ensoacin, la contem-
placin que, en definitiva, se resumen en instantes de interioridad. En
estos instantes que ambos escritores definen como privilegiados, las fron-
teras espacio-temporales quedan abolidas, puesto que el espacio y, por
consiguiente, el tiempo dejan de ser barreras, obstculos que impiden la
plena realizacin del ser y adoptan su autntica entidad: fenmenos cuya
existencia est sujeta a la percepcin interna del hombre.
Para abordar, desde la perspectiva de la crtica del imaginario, el con-
cepto del hombre como espejo que refleja en su mente la totalidad del uni-
verso, hay que considerar que entre el hombre y el mundo existe una
relacin sin ruptura. Y ello supone obviamente, no slo el concepto de un
universo sin vaco, sino la concepcin del espacio como un conjunto de
lugares que se corresponden con la experiencia vital del ser. Desde la per-
cepcin nicamente sensorial, el espacio es una masa informe, sin signifi-
cado para el hombre. Es la visin simblica la que confiere al espacio su
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1006 Mara Teresa Lozano Sampedro
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1007
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1008 Mara Teresa Lozano Sampedro
que nos interesa destacar aqu es este concepto balzaciano del espacio como
entidad que nicamente existe en relacin con el hombre.
Este concepto fue enteramente compartido por Baudelaire, porque
ambos escritores conciben al ser humano como un ser vasto, en perfecta
comunin con la inmensidad del universo. Las reflexiones de Gaston
Bachelard en el captulo VIII de La Potique de lespace, titulado
Limmensit intime, constituyen un punto de referencia valiossimo a este
respecto. Segn l, dentro de los variados espectculos desplegados por el
estado de la rverie, el hombre tiende de manera innata a la contempla-
cin de lo inmenso, porque esta contemplacin le hace intuir el infinito:
Limmensit est, pourrait-on dire, une catgorie philosophique de la
rverie4.
La inmensidad hace salir al rveur de los estrechos lmites espacio-
temporales del mundo normal, colocndole ante otra dimensin, que no es
otra que la autntica dimensin del ser humano. La grandeza contemplada
hace que el hombre tome conciencia de su propia grandeza. Existe por lo
tanto, un movimiento en doble sentido entre la inmensidad del hombre y la
inmensidad del universo, que se neutraliza en inmovilidad:
Limmensit est en nous. Elle est attache une sorte dexpansion dtre
que la vie refrne, que la prudence arrte, mais qui reprend dans la solitude.
Ds que nous sommes immobiles, nous sommes ailleurs; nous rvons dans
un monde immense. Limmensit est le mouvement de lhomme immobile.
Limmensit est un des caractres dynamiques de la rverie tranquille5.
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1009
La Spcialit consiste voir les choses du monde matriel aussi bien que
celles du monde spirituel dans leurs ramifications originelles et consquen-
tielles. Les plus beaux gnies humains sont ceux qui sont partis des tn-
bres de lAbstraction pour arriver aux lumires de la Spcialit. (Spcialit,
species, vue, spculer, voir tout, et dun seul coup; speculum, miroir ou
moyen dapprcier une chose en la voyant tout entire)8.
Ahondar en las causas del pasado que permiten comprender las conse-
cuencias que vendrn en el futuro, abarcar la totalidad del tiempo en su glo-
balidad, en definitiva captar la unidad del universo, es una capacidad
humana ligada al hecho de ver, de verlo todo de forma simultnea. Por
ello, Balzac alude a la facultad especular, al espejo que el hombre sp-
cialiste posee en su mente. Son numerosas en La Comdie humaine las
reflexiones sobre esta capacidad suprema del ser humano. De hecho sin
profundizar en el simbolismo del ojo de Dios que todo lo ve y, por lo tanto,
todo lo sabe en esta novela Balzac define a Jesucristo como el
Spcialiste por excelencia.
El prefacio de la primera edicin de La Peau de chagrin es un texto reve-
lador de la concepcin balzaciana del arte y concretamente de la comple-
jidad del arte literario: Lart littraire, ayant pour objet de reproduire la
nature par la pense, est le plus compliqu de tous les arts9.
6 BALZAC, H. de, Louis Lambert, Paris, Gallimard, coll. La Pliade, t. XI, p. 687.
7 Ibid.
8 Ibid., p. 688.
9 BALZAC, H. de, La Peau de chagrin, Prface de la Premire dition, 1831, Paris,
Gallimard, coll. La Pliade, t. X, 1979, p. 51.
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1010 Mara Teresa Lozano Sampedro
Jai maintes fois t tonn que la grande gloire de Balzac fut de passer
pour un observateur; il mavait toujours sembl que son principal mrite
tait dtre visionnaire, et visionnaire passionn12.
Las razones por las que Baudelaire considera que Balzac ha innovado en
el gnero de la novela costumbrista, alejndolo de lo vulgar y embellecin-
dolo se resumen en el poder de asimilacin de la realidad observada y en la
proyeccin de la individualidad del autor en ella:
10 Ibid.
11 Ibid., pp. 51-52.
12 BAUDELAIRE, CH., Thophile Gautier, in Oeuvres compltes, Paris, Robert
Laffont, 1980, p. 502.
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1011
ses fictions sont aussi profondment colores que les rves. [] Toutes les
mes sont des armes charges de volont jusqu la gueule. Cest bien
Balzac lui-mme13.
13 Ibid.
14 Ibid.
15 BALZAC, H. de, Le Pre Goriot, Paris, Gallimard, coll. La Pliade, t. III, 1976.
16 BAUDELAIRE, CH., Le Peintre de la vie moderne, in uvres compltes, Paris,
Robert Laffont, 1980, p. 792.
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1012 Mara Teresa Lozano Sampedro
17 Ibid., p. 797.
18 BAUDELAIRE, CH., Salon de 1859, in uvres compltes, Paris, Robert
Laffont, 1980, p. 751.
19 Ibid.
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1013
afirma: Limagination est la reine du vrai, et le possible est une des pro-
vinces du vrai. Elle est positivement apparente avec linfini20.
El poema en prosa Les Fentres resulta especialmente ilustrativo de
estas posibilidades infinitas que se ofrecen a la imaginacin. La mirada es
el eje que articula todo el poema y el objeto de la observacin une
femme mre, ride dj, pauvre es nicamente el punto de partida que
pone en marcha la imaginacin del poeta: Avec son visage, avec son vte-
ment, avec son geste, avec presque rien, jai refait lhistoire de cette femme,
ou plutt sa lgende, et quelquefois je me la raconte moi-mme en pleu-
rant21.
La imaginacin recrea una historia y, por lo tanto, crea una leyenda
en consonancia con la propia sensibilidad del observador. Y la conclusin
del poema es una bellsima expresin de la asimilacin de lo exterior en la
propia intimidad. El espacio externo, lo observado, se funde por analoga
con el espacio interno, con el yo profundo del observador: Peut-tre me
direz-vous: Es-tu sr que cette lgende soit la vraie? Quimporte ce que
peut tre la ralit place hors de moi, si elle ma aid vivre, sentir que
je suis et ce que je suis?22.
En el primer prefacio de La Peau de chagrin, Balzac expresa una idea
muy similar a la de Baudelaire en lo que concierne a esta capacidad del
escritor de captar lo posible verdadero mediante una facultad miste-
riosa, como lo es la imaginacin para Baudelaire que Balzac define como
el don de seconde vue, denominada en otros textos spcialit23. Este
don consiste en una facultad interna locomotriz que anula las barreras espa-
ciales entre el artista y el objeto de la obra de arte, por la analoga entre el
observador y lo observado:
20 Ibid.
21 BAUDELAIRE, CH., Le Spleen de Paris (Petits Pomes en Prose), Paris, Librairie
Gnrale Franaise, 1972, p. 139.
22 Ibid., p. 140.
23 En la novela Sraphta (1835), Paris, Gallimard, coll. La Pliade, t. XI, 1980, p.
794, que forma junto con Les Proscrits (1831), Paris, Gallimard, coll. La Pliade, t. XI,
1980, y Louis Lambert, op. cit., el Livre Mystique de tudes philosophiques, el personaje que
da ttulo a la obra uno de los ms emblemticos andrginos de la literatura romntica
define as este don: La Spcialit constitue une espce de vue intrieure qui pntre tout.
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1014 Mara Teresa Lozano Sampedro
quelle puissance qui les transporte l o ils doivent, o ils veulent tre. Ils
inventent le vrai, par analogie, ou voient lobjet dcrire, soit que lobjet
vienne eux, soit quils aillent eux-mmes vers lobjet24.
Son, pues, infinitas las posibilidades del artista, cuya mirada abarca el
universo entero, la inmensidad, movimiento del hombre inmvil como
dira Bachelard.
EL VIAJE INTERIOR
En la novela Louis Lambert, Balzac expresa ampliamente sus reflexiones
sobre las facultades potenciales del ser humano y, de manera especial, estas
reflexiones se centran en la observacin de los fenmenos producidos
durante el sueo. En una excursin realizada por Louis Lambert y su amigo
al castillo de Rochambeau, nunca visto hasta entonces por ellos, puesto que
esta visita constitua un anhelado premio escolar, Lambert afirma ante la
estupefaccin de su amigo: Mais jai vu dj cette nuit en rve!25. Y, en
efecto, el narrador describe cmo Lambert reconoce con certeza el paisaje
con los rboles, el agua, las torres del castillo, enfin tous les dtails du site
qu il apercevait pour la premire fois26.
Este hecho inexplicable, que sorprende al propio Lambert, ser la base
de toda una serie de reflexiones de este personaje sobre la relacin entre el
estado de sueo y el de vigilia. Constatando la abolicin de las fronteras
espaciales durante el sueo, Lambert se plantear la posibilidad de traspasar
mentalmente el espacio estando despierto. Y sus razonamientos giran en
torno a un concepto clave en el pensamiento balzaciano, que aparece como
elemento estructurante de varias novelas de La Comdie humaine: la doble
naturaleza humana, el homo duplex27.
Balzac considera al ser humano integrado por dos componentes
opuestos: ltre actionnel ou intrieur y ltre ractionnel ou extrieur.
El primero es el ser autntico, el ser que posee potencialmente la capacidad
de moverse sin las trabas externas del espacio y del tiempo, es le species
inconnu, le mystrieux ensemble de fibrilles auquel sont dues les diffrentes
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1015
Si le paysage nest pas venu vers moi, ce qui serait absurde penser, jy suis
donc venu. Si jtais ici pendant que je dormais dans mon alcve, ce fait ne
constitue-t-il pas une sparation complte entre mon corps et mon tre int-
rieur? [] Or , si mon esprit et mon corps ont pu se quitter pendant le som-
meil, pourquoi ne les ferais-je pas galement divorcer ainsi pendant la
veille?31.
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1016 Mara Teresa Lozano Sampedro
Vouloir nous brle et Pouvoir nous dtruit; mais SAVOIR laisse notre faible
organisation dans un perptuel tat de calme. Ainsi le dsir ou le vouloir est
mort en moi, tu par la pense; le mouvement ou le pouvoir sest rsolu par
le jeu naturel de mes organes. En deux mots, jai plac ma vie, non dans le
cur qui se brise, non dans les sens qui smoussent; mais dans le cerveau
qui ne suse pas et qui survit tout34.
33 Los lmites de este estudio impiden hacer un anlisis ms amplio de este tema en
La Comdie humaine. Por ello, sealaremos nicamente el inters de uno de los tudes phi-
losophiques ms significativos a este respecto: Melmoth rconcili (1835), Paris, Ed.
Gallimard, coll. La Pliade, t. X, 1979, inspirado parcialmente en la obra del ingls
Maturin Melmoth the wanderer y que ilustra el tema romntico del judo errante. En el relato
balzaciano, el banquero Castanier se ve dotado del poder de recorrer mentalmente el universo
entero por haber firmado un pacto diablico.
34 BALZAC, H. de, La Peau de chagrin, op. cit., p. 85.
35 Ibid., p. 86.
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1017
La pense est la clef de tous les trsors, elle procure les joies de lavare sans
en donner les soucis. Aussi ai-je plan sur le monde, o mes plaisirs ont tou-
jours t des jouissances intellectuelles. Mes dbauches taient la contem-
plation des mers, des peuples, des forts, des montagnes! Jai tout vu, mais
tranquillement, sans fatigue; je nai jamais rien dsir, jai tout attendu. Je
me suis promen dans lunivers comme dans le jardin dune habitation qui
mappartenait36.
36 Ibid.
37 Ibid., p. 87.
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1018 Mara Teresa Lozano Sampedro
Une chambre qui ressemble une rverie, une chambre vritablement spi-
rituelle, o latmosphre stagnante est lgrement teinte de rose et de bleu.
Lme y prend un bain de paresse, aromatis par le regret et le dsir.
Cest quelque chose de crpusculaire, de bleutre et de rostre; un rve
de volupt pendant une clipse41.
38 BAUDELAIRE, CH., Fuses, in Oeuvres Compltes, op. cit., p. 395. Esta medita-
cin atrajo la atencin de Bachelard. Cf. BACHELARD, G., La Potique de lespace, op. cit.,
p. 175.
39 BAUDELAIRE, CH., in Les Fleurs du Mal et autres pomes, Paris, Garnier-
Flammarion, 1964.
40 BAUDELAIRE, CH., Petits Pomes en Prose, op. cit.
41 BAUDELAIRE, CH., Le Spleen de Paris (Petits Pomes en prose), op. cit., p. 33.
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1019
ne pas tre prsent soi-mme. lanima appartient la rverie qui vit le pr-
sent des heureuses images42.
El dualismo animus-anima constituye la base de la concepcin ontol-
gica de la crtica del imaginario. La doble perspectiva que, segn G. Durand
en Les Structures anthropologiques de limaginaire43, ofrece el estudio del
universo de la imagen, sigue las pautas de este dualismo: el rgime diurne
como visin de la imagen en su sentido antittico, polmico, excluyente de
la unificacin, es lo que Bachelard llamara una visin del animus. El
rgime nocturne, que ve en la imagen la reunin de los contrarios, la inti-
midad y el ciclo, en definitiva el descenso a la interioridad y al reposo del
tero materno, corresponde a una visin del anima.
Para Bachelard, la escritura tanto narrativa como potica es una
expresin del sosiego femenino asociado al anima que conduce al des-
pliegue esplendoroso del yo interior. El novelista invente lhomme, los
poetas inventent des augmentations prestigieuses de lhumain. Et ce sont
tous ces dpassements que nous vivons sans oser les dire, dans nos rveries
taciturnes44.
En La Chambre double, la ensoacin en un estado de soledad apacible
posibilita la aparicin misteriosamente repentina de la mujer ideal, que
libera de la pesada carga del tiempo siempre asociada por Baudelaire al sen-
timiento del spleen. El rveur se encuentra as, de repente, ante la eter-
nidad:
Sur ce lit est couche lIdole, la souveraine des rves. Mais comment est-
elle ici? Qui la amene? quel pouvoir magique la installe sur ce trne de
rverie et de volupt? Quimporte? la voil! je la reconnais [].
Non! il nest plus de minutes, il nest plus de secondes! Le temps a dis-
paru; cest lternit qui rgne, une ternit de dlices!45.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1020 Mara Teresa Lozano Sampedro
Para concluir este breve estudio, sealaremos que, a pesar de los dis-
tintos matices y de la diferencia entre lo novelesco y lo potico, Balzac y
Baudelaire coinciden en la concepcin del hombre como espejo del uni-
verso. Ambos tratan en sus obras de la proyeccin del ser hacia el cosmos
que recibe una respuesta: la proyeccin del cosmos hacia el ser confiriendo
a la vida humana su autntico dinamismo. La ensoacin potica es una
ensoacin csmica que pide ser escrita. El universo responde al soador y
ste debe corresponder a esta respuesta por medio del universo de la litera-
47 BAUDELAIRE, CH., Le Spleen de Paris (Petits Pomes en prose), op. cit., p. 35.
48 BACHELARD, G., La Potique de lespace, op. cit., pp. 178-179.
49 Ibid., p. 203.
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El espacio y la mirada o el hombre como espejo 1021
tura. Como afirma Bachelard, cette rverie est une rverie qui scrit, ou
qui, du moins, se promet dcrire. Elle est dj devant ce grand univers
quest la page blanche. Alors les images se composent et sordonnent. Dj
le rveur entend les sons de la parole crite50.
Creemos que tanto Balzac como Baudelaire fueron sensibles a esta lla-
mada. Como hemos intentado mostrar en el presente estudio, el espacio
fsico fue considerado por ambos escritores como simple obstculo, que
no es comparable con el espacio interior, inmenso como el cosmos y como
el hombre unidos por un estrecho lazo que ignora lo profano.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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LA POSIE FRANAISE
CONTEMPORAINE ET LESPACE
DANIEL LEUWERS
Universit de Tours
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1024 Daniel Leuwers
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La posie franaise contemporaine et lespace 1025
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1026 Daniel Leuwers
yeux, Les Yeux goinfres, la trace des yeux mais aussi Le Hasard des yeux
ou la main de la providence, La main gauche et la main droite, La face et le
profil, Le Vertige, Le Bouleversement, boulement, Les Frontires de linsai-
sissable, De si prs, aveuglment, Lil n, Les yeux, Les boules, les boules,
les yeux.
Pote, Jean-Luc Parant est galement peintre. Son ide-force, clame ds
le dbut de son nouvel ouvrage, est que nous ne voyons pas. Pour tre plus
prcis, Jean-Luc Parant dplore que nous ne voyons que par un seul endroit
de notre corps: nos yeux alors que lidal serait que les yeux soient
mme de souvrir partout, toutes les hauteurs, des pieds la tte. Mais
le comble, pour Jean-Luc Parant, cest que nous voyons sans voir ce qui
nous sert voir: nos yeux!
loeil, le pote semblerait prfrer les mains qui, elles, par le toucher,
se rvlent plus efficaces dans lapprhension du rel.
Bref, nous ne voyons pas, nous ne faisons que deviner ce qui est devant
nous. Et paradoxe ce qui est au plus loin nous apparat mieux que ce qui
se trouve au plus prs et qui tend irrmdiablement la disparition. A trop
coller le nez sur un objet, nous ne le voyons plus. Ce sont donc les mains qui
sont voues pallier le travail parcellaire et insuffisant des yeux. Nous
sommes presque des aveugles qui nous aidons des mains.
Dans ses variations multiples infinies sur ce thme, Jean-Luc
Parant, s adressant directement nous, lecteurs, finit par crire: Ce qui
vous diffrencie les uns des autres ce nest pas la couleur de votre peau,
comme chez les animaux, cest la couleur du monde que vous voyez et qui
colore vos yeux dun regard diffrent pour chacun de vous.
Cest l une merveilleuse rponse aux racismes primaires (le racisme est
toujours primaire) et une invitation entrer dans un monde en couleurs, mais
pas forcment merveilleux pour autant.
En fait, plutt que dimposer aux yeux qui regardent les oeuvres de Jean-
Luc Parant des couleurs qui ne leur appartiennent pas en propre, lartiste pr-
fre passer par le filtre plus universel des boules. Les boules ne parsment
pas pour rien les pages o Jean-Luc Parant crit ou dessine (cest parfois tout
un). Pour lui, les boules permettent de transporter ce que la main ne peut
pas porter. La main confectionne donc des boules qui sont lquivalent de
roues invites rouler comme des yeux. Et Jean-Luc Parant en arrive cette
formulation: Les yeux sont des roues pour lespace sans fin, des roues qui,
pour rouler dans lair, glissent sur le vide.
Pour boucler la boucle de cette forme de trait desthtique o le corps
est appel jouer un rle moteur, Jean-Luc Parant conclut: Si le corps
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La posie franaise contemporaine et lespace 1027
navait pas dyeux, il serait si lourd quil serait comme une voiture sans ses
roues.
Avec Jean-Luc Parant, cest comme sil fallait tout de suite se mettre en
voiture et rouler, rouler. a va videmment plus loin que la simple expres-
sion rouler des yeux. Ici, a roule plutt tombeau ouvert. Les boules
sajoutent aux boules, a dboule, a sboule parfois, mme.
Et Jean-Luc Parant les compte, ces boules envahissantes et dvorantes.
Il en fait le dcompte page par page et les assimile mme, ces boules, une
dcharge amoureuse, une preuve et une preuve d amour roulant sur des
lits roulettes. a mne loin, lcriture des dessins et des desseins inat-
tendus.
Dans son fantastique dboul, Jean-Luc Parant en vient crire une
phrase les yeux ouverts, puis reprendre cette mme phrase les yeux ferms.
Alors, a ne tient plus la ligne, a scarte, a sloigne de la route balise,
a se transforme en boules que le pote dessine son tour les yeux ouverts
(a donne des amoncellements et des conglomrats assez esthtiques), puis
les yeux ferms et cest alors une vritable dispersion avec abandon de
tout centre, rel ou imaginaire.
Ouvrir, fermer, ouvrir, fermer: cest le geste naturel de Jean-Luc Parant,
celui par lequel il met en lumire le pouvoir apparent et limpuissance
patente des yeux, ces roues esseules mais amoureuses du vide o elles plon-
gent.
Lart nest pas rtinien. la limite, il rcuse les yeux et svertue nous
rendre aveugle toute vision premire. Il nous entrane dans un au-del des
yeux qui nest en rien une nbuleuse mystico-mtaphysique mais qui a partie
lie avec la pense et avec son allie la plus inattendue, la main.
Jean-Luc Parant ne procde pas autrement, qui lance ses yeux au bout de
sa main pour les faire rouler sur une page o, par prolifration, on ne finit
plus par voir que lobsession maniaque d une main dune main denfant,
cette fois.
Les yeux ouverts, les yeux ferms: cest ainsi que la vraie peinture si
parente de la posie nous tend la main.
Et le paradoxe suprme, c est qu une poque o l criture manuscrite
perd de sa superbe face linvasion de linternet, un artiste comme Jean-Luc
Parant privilgie le retour au manuscrit et au dessin. un espace dit de la
globalisation, il oppose le jeu du crayon sur la page, une libert affirme et
affine. Bricolage et griffonnages sont les nouvelles marques dun espace
qui na que faire des lans mystiques ou du culte du pays natal. Le seul
espace du pote, cest sa page libre des carcans de limprimerie et offerte
llan.
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE DES POTES LATINS DANS
LOLIVE DE DU BELLAY
VIRGILE
Le sonnet premier commence par une recusatio qui deviendra une numra-
tion de plantes:
Je ne quiers pas la fameuse couronne,
Sainct ornement du Dieu au chef dor,
Ou que du Dieu aux Indes ador
Le gay chapeau la teste menvironne.
1 DU BELLAY, J., Oeuvres potiques, tome I, dition critique par Henri Chamard,
Paris, Socit des Textes Franais Modernes, 1993.
2 DU BELLAY, J., LOlive, texte tabli avec notes et introduction par E. Caldarini,
Genve, Librairie Droz, 1974.
3 DU BELLAY, J., Oeuvres potiques, tome I, dition critique par D. Aris et
F. Joukovsky, Paris, Classiques Garnier, 1993.
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1030 Jernimo Martnez Cuadrado
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1031
lequel est une rplique des vers suivants de la Bucolique VII (vv. 57-60):
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1032 Jernimo Martnez Cuadrado
Ce thme du vol ail est repris par Ronsard dans ses Odes deux
reprises:
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1033
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1034 Jernimo Martnez Cuadrado
OVIDE
Aprs les influences virgiliennes les ovidiennes deviennent les plus nom-
breuses dans ce recueil. Ainsi le dernier vers du sonnet VIII Je mourroy
cygne, ou je meurs sans mot dire, qui fait allusion au chant du cygne avant
sa mort, est un sujet dj prsent dans les Mtamorphoses XIV, vv. 428-430:
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1035
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1036 Jernimo Martnez Cuadrado
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1037
HORACE
Il faut aller jusquau sonnet CII pour trouver une influence dHorace; ce
sonnet est une satire contre lor:
Ces vers nous renvoient lode XVI du troisime livre dOdes dHorace:
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1038 Jernimo Martnez Cuadrado
12 Ibid.
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1039
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1040 Jernimo Martnez Cuadrado
PROPERCE
Des deux premiers quatrains du sonnet LI Aris et Joukovsky ont dit: Le
topos des grands supplicis, Promthe, les Gants, Ixion, Tantale, provient
des lgiaques latins et des ptrarquistes.
En effet, Du Bellay a crit:
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1041
il sagit dune rcration de llgie de Properce (Elegiae I, 18, vv. 1-4) que
nous reproduisons:
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1042 Jernimo Martnez Cuadrado
CATULLE
Mais une des plus belles compositions fermera notre tude et cest le
thme de la fleur chez Catulle qui est devenu chez Du Bellay la rose. En
effet, le sonnet XCVII dveloppe ainsi le sujet:
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Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1043
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1044 Jernimo Martnez Cuadrado
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
ARIOSTO, L., Orlando furioso, 2 vols., a cura di Remo Ceserani, Unione
Tipographico-editrice Torinese, 1966.
CURTIUS, E. R., Literatura europea y Edad Media latina, Madrid, Fondo
de Cultura Econmica, 1976.
DU BELLAY, J., LOlive, texte tabli avec notes et introduction par
E. Caldarini, Genve, Librairie Droz, 1974.
Oeuvres potiques, tome I, dition critique par H. Chamard,
Paris,Socit des Textes Franais Modernes, 1993.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace des potes latins dans lOlive de Du Bellay 1045
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PARS EN DOS RELATOS CORTOS
DE BALZAC: MELMOTH RCONCILI
Y UN PISODE SOUS LA TERREUR
Jai tch de donner une ide des diffrentes contres de notre beau pays.
Mon ouvrage a sa gographie comme il a sa gnalogie et ses familles, ses
lieux et ses choses, ses personnes et ses faits; comme il a son armorial, ses
nobles et ses bourgeois, ses artisans et ses paysans, ses politiques et ses dan-
dies, son arme, tout son monde enfin1.
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1048 Pedro Salvador Mndez Robles
2 Ibid., p. XXI.
3 Ibid., p. XXV.
4 GUICHARDET, J., Balzac Archologue de Paris, Paris, Sedes, 1986, p. 19.
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1049
Ainsi lorsque Balzac nous dcrit lameublement dun salon, cest lhistoire
de la famille qui loccupe quil nous dcrit. Si les fauteuils sont disparates,
cest quelle aura eu des revers. Pas seulement de cette famille, de tout le
milieu, car les bahuts ont pu se promener, passer de main en main5.
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1050 Pedro Salvador Mndez Robles
9 DUFIEF, P-J., Paris dans le roman du XIXe sicle, Paris, Hatier, coll. Profil
Littrature, 1994, p. 4.
10 Ibid., p. 6.
11 PUJOL, C., Balzac y La Comedia Humana, Barcelona, Planeta, 1974, p. 169.
12 Ibid., p. 169.
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1051
En esta creacin del mito de Pars hay un aspecto que no puedo pasar por
alto, por la importancia que tiene para este estudio: el tratamiento de la
capital como espacio misterioso y fantstico. Este tema se desarrolla desde
1789 con Restif de la Bretonne y se consolida plenamente poco despus de
1848, con la obra de Baudelaire: Entre estas dos fechas se descubre el
atractivo misterioso de la gran ciudad; el misterio deja de ser privativo de los
castillos medievales, las casonas desiertas y los bosques para alojarse en lo
urbano, incrustndose en plena civilizacin13.
La contribucin de Balzac a la consolidacin de esta temtica es funda-
mental, ya que empieza a dar cuerpo al mito de la poesa y del misterio de
la gran ciudad14. En muchos de sus relatos ambientados en Pars, incluso en
aqullos de corte ms realista, incide en los aspectos ms enigmticos e
inquietantes que ofrece la urbe en su conjunto o en sus variados espacios
interiores (casas modestas, salones aristocrticos, etc.), ofreciendo as una
visin fantstica de la gran ciudad y sus ambientes. En este sentido comenta
Carlos Pujol:
Porque bajo sus apariencias vulgares descubre en Pars una poesa oculta.
Hay muchas cosas fantsticas en Pars, nos dice; historias misteriosas y
sombras de amor, de ambicin, de muerte, de intereses, como la de
Ferragus y La muchacha de los ojos de oro, la de los primos Pons y Bette,
la de los Esplendores y miserias de las cortesanas, la de Csar Birotteau y
la Casa Nucingen15.
Pienso, por ejemplo, por ser el primer texto que cita Pujol, en Ferragus.
Este relato de la triloga Histoire des Treize, con el que se abren precisa-
mente las Scnes de la Vie Parisienne, ilustra perfectamente la idea que
acabo de exponer. Con una trama complicada envuelta en una atmsfera de
constante misterio, la narracin comienza con una extensa digresin sobre
Pars, en la que la ciudad es presentada metafricamente con los rasgos de
un ser monstruoso que da cabida en su seno a los ms insospechados con-
trastes. Por lo dems, la ciudad no deja de estar presente a lo largo de la
novela, ya que la accin est salpicada de otras continuas digresiones. El
espacio urbano parisino se introduce as desde el principio en la narracin
como si de un personaje ms se tratara; en todo caso se convierte en una
figura actancial que condiciona el destino trgico de los personajes que lo
13 Ibid., p. 168.
14 Ibid., p. 169.
15 Ibid., loc. cit.
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1052 Pedro Salvador Mndez Robles
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1053
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1054 Pedro Salvador Mndez Robles
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1055
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1056 Pedro Salvador Mndez Robles
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1057
fican por sus nombres. Un ejemplo: en el itinerario que sigue el cajero para
ir desde el banco hasta su casa pasa por el bulevar de Gand (M.R., p. 352),
el bulevar y la calle Montmartre y la calle del Faubourg-Montmartre, para
llegar finalmente a la calle Richer (M.R., p. 354), donde vive. Por tanto, los
personajes estn siempre perfectamente localizados en el espacio parisino,
que, independientemente de que exista una correspondencia exacta con la
fisonoma real del Pars de la poca, es un espacio perfectamente verosmil
y creble en su representacin dentro de la ficcin.
Las referencias espaciales son continuas en toda la obra, pero los espa-
cios apenas son descritos, slo referidos o evocados. Tan slo al comienzo
del relato se hace una descripcin detallada de las dependencias bancarias,
ya cerradas, donde Castanier urde su delito, y se llega a crear una atmsfera
un tanto misteriosa que prepara la inesperada entrada de Melmoth en el
banco: la caisse tait situe dans la partie la plus sombre dun entresol troit
et bas dtage, les bureaux taient dserts, se alude a la solitude pro-
fonde en que se halla Castanier y el silencio que reina en el lugar, del que
se dice que es une cave de fer, y se resalta linquitude nausabonde
que produce el calor de una estufa (M.R., pp. 347-348).
Las descripciones de espacios exteriores apenas existen y son muy
escuetas. Destaco, por la atmsfera inquietante que se origina, la breve des-
cripcin que se hace de la noche parisina a la salida del teatro, cuando
Melmoth hace intervenir sus poderes y transforma momentneamente la
noche en da:
Il tombait alors une pluie fine, le sol tait boueux, latmosphre tait
paisse, et le ciel tait noir. Aussitt que le bras de cet homme fut tendu,
le soleil illumina Paris.[]. ce cri, le boulevard redevint humide et
sombre (MR, p. 368).
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1058 Pedro Salvador Mndez Robles
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1059
29 ANDERSON IMBERT, E., Teora y tcnica del cuento, Barcelona, Ariel, 1992,
p. 234.
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1060 Pedro Salvador Mndez Robles
Ce lieu est encore aujourdhui un des plus dserts de tout Paris. La bise,
passant sur les buttes Saint-Chaumont et de Belleville, sifflait travers les
maisons, ou plutt les chaumires, semes dans ce vallon presque inhabit
o les cltures sont en murailles faites avec de la terre et des os. Cet endroit
semblait tre lasile naturel de la misre et du dsespoir (E.T., p. 438).
Cette maison isole ressemblait une vieille tour que le temps oubliait de
dtruire. Une faible lumire clairait les croises qui coupaient irrgulire-
ment la mansarde par laquelle ce pauvre difice tait termin; tandis que le
reste de la maison se trouvait dans une obscurit complte (E.T., p. 439).
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Pars en dos relatos cortos de Balzac: Melmoth Reconcili 1061
Deux nattes de paille, poses sur des planches, servaient de lit aux deux
religieuses. Une seule table tait au milieu de la chambre, et il y avait dessus
un chandelier de cuivre, quelques assiettes, trois couteaux et un pain rond.
Le feu de la chemine tait modeste. Quelques morceaux de bois, entasss
dans un coin, attestaient dailleurs la pauvret des deux recluses (E.T.,
p. 441).
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ANDERSON IMBERT, E., Teora y tcnica del cuento, Barcelona, Ariel,
1992.
BUTOR, M., Essais sur le roman, Paris, Gallimard, 1992.
BALZAC, H. de, La Comdie Humaine, Paris, Gallimard, coll. La
Pliade, t. I, 1976.
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1062 Pedro Salvador Mndez Robles
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LESPACE DANS LES FARCES
FRANAISES DU MOYEN GE
La farce est une pice courte en vers (en moyenne cinq cents vers) destine
faire rire. Elle tire ses sujets et ses personnages de la ralit quotidienne la
plus triviale. Le fait dtre une pice courte dtermine, dune part, le nombre
limit des personnages qui varie entre deux et six; et, dautre part, justifie le
fait que laction dramatique ne soit gnralement ni trs dense ni trs dve-
loppe. Pour ce qui est des rpliques des dialogues ou des monologues, dont
on fait un emploi trs modr, elles se caractrisent aussi par la limitation de
leur longueur et par leur caractre de discours parl, vif, qui essaie dtre le
plus prs possible du langage parl dans la rue1.
Les auteurs des farces et les farces feront leur perce la fin du XIVe
sicle et au dbut du XVe sicle et le genre sera vivant jusquau XVIIe sicle.
Mais, malgr cette vie si longue, le rpertoire arriv jusqu nous nest pas
trs vaste. En effet, si lon tient compte des diffrents dnombrements2, le
corpus des farces varie entre cent trente-cinq et deux cents pices environ.
Ces farces sont classes en gnral en fonction du degr de complexit de
leur structure dramatique. Ainsi on distingue, dune part, les farces qui, pri-
1 Cf. MAZOUER, Ch., Le thtre franais du Moyen ge, Paris, SEDES, 1998,
p. 318 et pp. 332-333.
2 Cf. BOWEN, B.C., Les caractristiques essentielles de la farce et leur survivance
dans les annes 1550-1620, Urbana, University of Illinois Press, 1964; LEWICKA, H.,
tudes sur lancienne fable franaise, Paris-Varsovie, Klincksieck-PWN, ditions
Scientifiques de Pologne, 1974; FAIVRE, B. (d.), Rpertoire des farces franaises des ori-
gines Tabarin, Paris, Imprimerie nationale, 1993.
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1064 M. del Pilar Mendoza Ramos
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Lespace dans les farces franaises du Moyen ge 1065
4 Les joueurs de farces taient pour la plupart des acteurs masculins et avant le XVIe
sicle ils taient rarement des professionnels.
5 TISSIER, A. (d.), Recueil de farces (1450-1550), Genve, DROZ, 1986, tome I,
p. 261. Par la suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte:
(R.F., p. X).
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1066 M. del Pilar Mendoza Ramos
o le fils dun mnage paysan, victime des tudes qui lui on fait oublier le
franais et ne parler quun latin macaronique, sera emmen de force la
maison et enferm dans une cage par sa mre et sa fiance qui russiront
ainsi le gurir de sa folie. Cependant, dans la farce intitule Mahuet qui
donne ses oeufs au Prix du March6, le problme ne pourra pas tre rsolu
la maison parce quil est la consquence de la btise inne du jeune badin et
mme sa mre est bien oblige de reconnatre que son fils chri nest pas
sage.
La maison constitue aussi un cadre o se manifeste le voisinage, une
interaction base sur limportance des opinions et des conseils des voisins ou
des amis. Dans la farce intitule Celuy qui se confesse sa voisine (R.F.I.,
p. 2), une femme fait appel au savoir-faire de sa voisine afin de trouver le
moyen de vrifier si son mari la trompe ou pas. Dans Robinet, badin, la
Femme Vefve, la commre et loncle Michault7, une matresse veuve, sduite
par les mrites de son jeune valet et dcide lpouser, demande sa voi-
sine de linformer sur les consquences, pour elle, dun tel mariage.
Mais, en dehors des farces o elle constitue le cadre daction de la
famille, des voisins ou des amis allis pour rsoudre des problmes particu-
liers, la maison et ses dpendances reprsente surtout lespace des scnes
conjugales avec leurs difficults, leurs disputes et leurs heurts violents. En
gnral les deux aspects de la vie conjugale o vont surgir conflits et trom-
peries sont lautorit dans le mnage et la sexualit8. Ainsi, pour ce qui est
du contrle de lautorit conjugale, on a, par exemple, le cas de la farce inti-
tule La mauvaisti des femmes (R.F.I., p. 48) o le mari, aprs la dispute et
les coups, doit se soumettre la volont ttue de sa femme et il ira au march
acheter un coucou au lieu dun pie pour le mettre dans la cage quil vient
dachever. Dans le cas de la Farce nouvelle dung savetier nomm Calbain
(R.F., III, p. 15)9 le savetier essaiera dtre le matre de la maison en ne
rpondant que par des chansons toutes les requtes de sa femme; cepen-
6 Cf. COHEN, G. (d.), Recueil de farces indites du XVe sicle, Genve, Slatkine
Reprints, 1974, p. 39. Il sagit de la rimpression de ldition de Cambridge de 1949. Par la
suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (R.F.I., p. X).
7 Cf. MABILLE, E. (d.), Choix de farces, sotties et moralits des XVe et XVIe si-
cles, I, II, Genve, Slatkine Reprints, 1970, p. 10. Il sagit de la rimpression de ldition de
Nice de 1872. Par la suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le
texte: (C.F.S.M., I, p. X).
8 Cf. MAZOUER, Ch., op. cit., p. 308.
9 La Farce nouvelle quatre personnaiges du Savatier qui ne respont que chansons
du recueil de Cohen constitue une variante du mme sujet (R.F.I., p. 37).
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Lespace dans les farces franaises du Moyen ge 1067
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Lespace dans les farces franaises du Moyen ge 1069
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1070 M. del Pilar Mendoza Ramos
conduit le pelletier lglise pour quil y encaisse largent des fourrures que
Pathelin feint dacheter au nom du cur. Plus tard Pathelin fait croire au cur
que le pelletier est un pauvre pnitent qui a besoin dtre depech. Le
rsultat est le dialogue de sourds entam entre le cur et le pelletier puisque
le premier veut confesser lautre et le pelletier ne veut que son argent.
Pendant ce temps, Pathelin se sauve avec les fourrures. Dans Les deux
Savetier, mentionne avant, le savetier riche voulant berner le savetier
pauvre le persuade daller demander Dieu cent cus pour devenir riche et
connatre le vrai bonheur. Le riche se cache derrire lautel et marchande, au
nom de Dieu, avec le pauvre en lui offrant des quantits infrieures cent
cus jusqu atteindre quatre-vingt-dix-neuf cus. Cependant, contrairement
ce quesprait le riche, le savetier pauvre prend largent et senfuit au grand
regret de son collgue. Finalement, dans Les trois Galants et Philipot (R.F.,
II, p. 12), trois galants, pour se moquer dun jeune badin, lui font croire quil
suffit daller prier Dieu pour recevoir la science dun mtier. Quand le naf
Philipot se rend lglise lun des galants sy fait passer pour Dieu et lui
accorde ce que le jeune lui demande. Une fois les trois galants ensemble, ils
se moqueront de la btise du badin.
Signalons, enfin, le cas de la Farce de la Confession du Brigant (R.F.I.,
p. 10) o le cadre conventionnel de lglise dpasse la frontire physique de
ses propres murs et o on nous prsente un cur qui se dplace dans la cam-
pagne la qute des paroissiens qui oublient leurs devoirs religieux. Ce
prtre dvou sera victime dun malandrin qui exige dtre confess pour lui
drober plus facilement la bourse.
Pour ce qui est de leur prsence, il faut dire que le nombre despaces
dans les farces dpend de la nature de lintrigue et de leffet comique quon
veut atteindre. Normalement les pices les plus simples (les parades ou les
scnes dun pisode de la vie quotidienne) se dveloppent dans un seul
espace. Quant aux farces qui prsentent llaboration dune plaisanterie ou
qui dveloppent la machination dune ruse, le nombre despaces se situe
gnralement entre un et trois. En tout cas, ces lieux o se droule laction
sont toujours subordonns aux besoins de lintrigue. Lexemple le plus
remarquable de cette subordination est la clbre farce mdivale intitule
Maistre Pierre Pathelin qui se droule dans trois espaces cls: la maison
conjugale de lavocat, la foire o se trouve ltal du drapier et la cour de jus-
tice. Dans la maison, la femme lance lavocat Pathelin, son mari, le dfi de
les sortir de la misre. Pathelin relve le pari et dcide de se procurer du drap
gratuitement la foire o il essaiera de tromper Guillaume le marchand de
draps qui, son tour, augmentera le prix de sa marchandise pour tromper son
client. Finalement quand lavocat part sans payer, le drap sous le bras, le
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Lespace dans les farces franaises du Moyen ge 1071
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1072 M. del Pilar Mendoza Ramos
pace dont il est question et lemploi quen font les personnages, comme cest
le cas, par exemple, des glises qui constituent le dcor de la tromperie ou
de la mystification et des cours o les juges ne parviennent pas rendre un
verdict juste cause de la manipulation dont ils sont victimes.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
AUBAILLY, J.Cl., Le thtre mdival profane et comique, Paris, Larousse,
1975.
La farce de Maistre Pathelin et ses continuations: Le nouveau Pathelin
et Le Testament de Pathelin, Paris, SEDES, 1979.
BOWEN, B.C., Les caractristiques essentielles de la farce et leur survi-
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COHEN, G. (d.), Recueil de farces indites du XVe sicle, Genve, Slatkine
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LE POTE QUI VA, LCRITURE QUI VA.
PROPOS DE CHUTES DE PLUIE FINE
DE JEAN-MICHEL MAULPOIX
INTRODUCTION
Les citations en exergue dans Chutes de pluie fine1, rcent ouvrage de Jean-
Michel Maulpoix, nous annoncent que le dplacement dans lespace est un
lment fondamental de cet univers potique. Ce sont dabord des mots de
Baudelaire: Il va, il court, il cherche. Que cherche-t-il?, qui nous prpa-
rent un livre dans lequel la conscience potique se dplace en qute. Puis
deux phrases de Van Gogh: Des ailes pour planer au-dessus de la vie. Des
ailes pour planer au-dessus de la tombe et de la mort, qui nous suggrent
quil y a une aspiration dans ce dplacement lenvol, au mouvement ver-
tical. Envol qui, par ses connotations symboliques, nous rappelle les univers
potiques caractriss par une tentative dchapper du ras des choses vers un
ordre suprieur ou plus complet du rel azur, absolu, dieu, idal, etc.
qui procurerait une plnitude que le plat ici-bas ne donne pas. Nous allons,
par consquent, suivre une conscience potique qui se dplace constamment
lhorizon, observant ce que le monde dans sa diversit culturelle lui pr-
sente, mais gardant le souvenir de ceux qui ont tent de prendre lenvol po-
tique; deux mouvements orients de faon diffrente dont nous voudrions
connatre limbrication. De plus, Chutes de pluie fine nous prsente fr-
1 MAULPOIX, J.-M., Chutes de pluie fine, Paris, Mercure de France, 2002. Par la
suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (C.P.F., p. x).
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1074 Evelio Miano Martnez
LE DPLACEMENT HORIZONTAL
Il suffit de lire les titres et sous-titres des sections pour voir que nous
sommes face une sorte de livre de voyage qui promne le pote dans plu-
sieurs pays et continents: Asie, Amrique, Europe2. En fait, Chutes de pluie
fine rpond ainsi deux ouvrages prcdents dans lesquels sannonaient
dj des dplacements dans des lieux appartenant diverses cultures:
gare-toi dans le ddale des villes disait Dans linterstice3; et effective-
ment, notre ouvrage porte bien davantage sur lespace urbain ou faonn par
la main de lhomme que sur la nature. Dans Linstinct de ciel, la voix po-
tique affirmait: Je men suis all de par le monde, la recherche de mes
semblables, les inconnus, les passagers4; tout indiquerait que les textes que
rassemble Chutes de pluie fine correspondent ces dplacements qui tracent,
depuis le premier pome, qui fait rfrence Paris jusqu la dernire sec-
tion Au retour du pays natal un vritable priple par le monde.
Le pote voyageur marque bien ses distances avec le touriste, figure
habituelle de notre monde globalis, et face auquel il se montre critique:
Touriste, par dfinition, ceux qui ne portent leurs htes aucune espce
dattention. [...] Touristes, ceux qui traversent la terre trangre sans autre
souci que celui de leurs cartes postales et leurs photographies, nayant l
aucun compte rendre, aucune fonction, aucun devoir, dfinitivement oisifs
et dlurs. [...] quivalents contemporains de ce que lon entendait par
bourgeois au XIXe sicle: la crature conforme, matrialiste, locataire
dun temps vide gagn grce aux machines (C.P.F., p. 54).
2 I. Orient Extrme. I.1. Encre de Chine. I.2. Made in Japan. I.3. Au pays du lzard
blanc. II. Orient Moyen. II.1. Potique des ruines. II.2. A story of blue. II.3. Retour
Beyrouth. III. Les tempratures sont en baisse. III.1. LAmrique nexiste pas. III.2. La chute
du communisme. III.3. Temptes de neige. IV. Le voyageur son retour. IV.1. Recherche du
pays natal. IV.2. Chambres dcriture. IV.3. Dernires pluies.
3 MAULPOIX, J.-M., Dans linterstice, Montpellier, Fata Morgana, 1991, p. 9.
4 MAULPOIX, J.-M., Linstinct de ciel, Paris, Mercure de France, 2000, p. 109.
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Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes de pluie fine 1075
Vivre en quittant les appuis et les attaches habituels est ce qui constitue
ici en bonne mesure le voyage qui, comme le pote le suggre, a certaine-
ment commenc ds la naissance elle-mme5.
Que fait ce voyageur? Comme lui-mme le dit: il est celui qui regarde et
qui cherche, celui qui sloigne pour chercher le proche6. Nul souci donc
dexotisme dans cet observateur, au contraire, en rompant ses attaches et
appuis habituels par le voyage cest vers le plus proche quil se retourne.
Dailleurs, ce proche est constitu par des composantes diverses. Il y a
dabord un proche constitu par les ralits matrielles, objets faonns par
lhomme des diverses cultures ou ralits lmentaires de la nature. Un
ouvrage antrieur, Une histoire de bleu, consacr la mer, annonait cet
intrt pour le simple qui nous entoure en indiquant quil faut la parole
toutes sortes de petites affaires rassurantes, des choses simples autant que
prcises auxquelles se tenir7. Quoique llmentaire soit prsent dans les
deux ouvrages, on peroit un certain repli dans Chutes de pluie fine vers des
objets plus petits, plus la porte de la main ou vers des phnomnes de la
nature nayant pas lampleur de la mer ou lazur, ralits susceptibles de
rveiller des envols vers lidal ou labsolu.
Cette dimension du proche rvle des convergences potiques avec le
pote par excellence des objets: Francis Ponge. Ainsi, certaines approches
aux choses que le hasard des voyages prsente nous rappellent lexploration
que fait parfois Ponge des objets au moyen de rseaux associatifs et analo-
giques8, exploration concentre dans des images saveur de pointe baroque
telle que, par exemple, La femme qui porte sa palanche est une balance
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1076 Evelio Miano Martnez
Et ces espces de laitues blanches que font les nuages vus den haut. De la
frise, plutt, mal peigne. Quand ce ne sont pas de rapides escadrilles
cumulonimbes, ou des escadrons de chevaux lgers, ou dincertaines
Amriques drisoires dans lozone, ou des chapelets dles pour y loger les
anges, ou des terres carboniques touffes de leur neige... Les nuages appel-
lent la mtaphore. Il souffle des congres dimages (C.P.F., p. 113).
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Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes de pluie fine 1077
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1078 Evelio Miano Martnez
reposer les questions sans rponse et, certainement, de trouver une certain
rconfort en constatant que, finalement, ces questions se posent aussi dans
dautres cultures, mme si les rponses que celles-ci leur donnent ne calment
pas linquitude. Voyager est une faon, pour reprendre les mots du pote,
de faire prolifrer dans lespace la question:
Jai crois dans le ciel des les, travers des dserts, des montagnes de suie,
des banquises, de vieilles lunes et de trs vastes mers. Jai perdu le nord et l-
chelle, la perspective, le sens de len haut et de len bas. Et jai vu quelque-
fois ce que nul ne verra jamais: comment est fait mon coeur (C.P.F., p. 26).
Cela ouvre une nouvelle dimension dans cette exprience potique: celle
des sentiments et des souvenirs. Lenfance, lamour, le souvenir deviennent
matire potique dans la mesure o ce voyage a conduit le sujet non seule-
ment aux choses lmentaires ou aux hommes dans leurs altrit culturelle
mais au sujet lui-mme, comme si dans le contraste du dpaysement il tait
capable de mieux se saisir. Toutefois, la prsence des sentiments et souve-
nirs intimes est discrte dans la mesure o les vocations ne nous permettent
pas, loin de l, de tracer une biographie, moins encore de saisir avec prci-
sion la personne aime latente dans certains passages et qui sadresse par-
fois le pote la deuxime personne10.
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Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes de pluie fine 1079
LESSOR
plusieurs reprises le pote indique que la terre est le seul espace habitable.
Aussi dcevante soit-elle, quels que soient les mirages dun autre lieu, il y a
une claire insistance sur le fait que laventure humaine se dveloppe dans un
seul ordre du rel. Sen tenir au seul ici-bas (C.P.F., p. 136) est une devise
de cet ancrage terrestre. En dautres termes, il ny a pas daccs possible
une autre dimension du rel, susceptible elle de donner la plnitude absolue
et dabolir la tension que suppose pour lhomme son tre au monde:
Il nest rien de plus que ce qui apparat, nulle arrire-cour cette maison de
verre, nulle grotte sacre laquelle on accderait par des chemins tranges
(C.P.F., p. 115).
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1080 Evelio Miano Martnez
Le pote est donc bien au monde et lassume ainsi que les limitations
que cela implique. Et pourtant il reste en lui, nous semble-t-il, encore une
aspiration vague rsoudre son tre au monde dans une plnitude ou un
vague absolu qui, tout en tant conscient que ceux-ci ne peuvent tre atteints,
le conduit travers les lieux diffrents. Comme il laffirme dans une brve
phrase: Rclamer limpossible et dsirer le simple (C.P.F., p. 36), il est
aussi bien conscient de cette aspiration que de limpossibilit de la combler.
Il est coinc pour ainsi dire entre son inexorable finitude et une aspiration
linfini qui malgr tout se maintient en lui:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes de pluie fine 1081
Jappelle azur le ciel den bas, le ciel du fonds du puits. Dans lencre, son
reflet mest rendu visible, presque proche, accueillant au visage soudain
reconnu nimb de clart.
Sur le papier, jappelle azur ce puits deau sombre, tel que le ciel lui-
mme, trs loin, trs haut, insiste pour sy pencher (C.P.F., p. 177).
Sil est vrai que parfois le pote nous parle denvol, ce qui pourrait nous
faire penser quil a pu slever du ras des choses, cest pour immdiatement
sancrer dans lici-bas, faisant ainsi de celui-ci la seule mesure de son exp-
rience: Jappelle lyrisme ce mouvement qui consiste senvoler vers et
retomber dans (C.P.F., p. 42), Il nest aucun savoir dans ces pages. Aucun
envol qui ne soit le rebond dune chute (C.P.F., p. 131). Probablement, une
tude des structures symboliques de cet univers potique nous y rvlerait
une frquente tentative dinverser les connotations de hauteur dans les
termes susceptibles de signifier ou symboliser labsolu et la plnitude: azur,
ciel, essor, lvation, idal, etc.
Car, il convient de le prciser, malgr tout, il y a des moments qui se
dtachent avec force des autres au cours desquels la conscience potique,
sans pour cela accder un autre lieu, vit un certain bonheur. Moments dac-
cord essentiel entre la conscience potique et le monde qui sont les seules
traces de la plnitude dans labsolu, humain ou divin, quil reste dans cet
univers potique. En outre, cette plnitude l o elle apparat se trouve
accompagne de termes qui, par des moyens divers, tendent lattnuer, la
limiter aussi bien dans sa porte que dans sa consistance; et cela au point
que, finalement, le lecteur en arrive mme douter quelle ait vraiment eu
lieu. Ainsi, ces moments de bonheur sont des poches despace et de temps
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1082 Evelio Miano Martnez
(C.P.F., p. 18), cest un souvenir des astres que le pote tente fixer dans
lici-bas (C.P.F., p. 93), cest un bonheur dans une sensation dune vie
momentanment allge de son ordinaire, ou mieux installe en lui, ce sont
les trois milligrammes dternit quespre au hasard le pote qui a com-
pris quil ne percera pas les mystres des choses. Un passage dUne histoire
de bleu nous montre comment dans ces moments de plnitude, ici un soir sur
le bord de la mer, et cela malgr lindiffrence du bleu, le monde semble
soudain avoir un sens et tre destin au bonheur de lhomme:
Linconnu prendrait soin de tout, et chacun saurait que sur cette terre il est
sa place, quelle est faite pour lui, que le malheur mme ny est quune
erreur, un oubli bientt rpar, ou ltat mal dgrossi du bonheur qui se des-
sine et dont le ciel du soir ne dliera pas la promesse16.
LESPACE DE LCRITURE
Il y a finalement une autre sorte despace visit par le pote: celui de lcri-
ture, celui de la page. Il observe, rflchit, explore aussi bien les lieux quil
parcourt que lactivit quil ralise pour nous en faire part, son criture, et
lespace que celle-ci comble: la page. En premier lieu nous trouvons dis-
perss dans luvre des textes qui nous indiquent comment cette criture
sest droule et certains de ses enjeux. Ces indications nous paraissent
importantes dans la mesure o elles montrent comment la conscience po-
tique conoit son exprience. Par exemple, lcriture y est prsente comme
une activit dans le vif. Ce serait sa premire dimension: criture urgente
constitue de notes prises rapidement au moment mme de lobservation, de
lintuition, de la rverie ou de la simple constatation: Au retour de mes pro-
menades, je recopie chaque soir sur un gros carnet les notes griffonnes en
16 Ibid., p. 84.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes de pluie fine 1083
marchant (C.P.F., p. 23). De cette faon lcriture devient une activit incor-
pore au dplacement queffectue le voyageur: cest en se promenant quil
prend les notes recopies plus tard; on comprend quil puisse appeler com-
pagnons la plume et le carnet17. Simultanit du voyage et de lcriture mais
aussi continuit dans un mme mouvement qui soude leur imbrication rci-
proque: Cest curieux: quand le corps sarrte et se repose un peu, la plume
prend le relais. crire, cest continuer (C.P.F., p. 53).
Sans toutefois carter pour certains textes un temps dlaboration et de
correction ajout aux notes prises sur le vif, ce mode dcriture fait de
Chutes de pluie fine un ensemble de textes inachev et imparfait. Inachev
parce quil ny a pas de dbut ni de terme proprement dit cette succession
de textes: Ce livre ne commence nulle part: juste une averse dans linter-
valle... (C.P.F., p. 18), imparfait par un manque de slection, de correction
et dquilibre. Mais ce ne sont point deux dfauts: bien au contraire.
Lachvement et la perfection auraient contribu rapprocher luvre de
modles abstraits complets et, certainement, suggr un apaisement des ten-
sions, peut-tre mme un sens cach pour tout ou un absolu quelque part.
Inacheve, htrogne, imparfaite, Chutes de pluie fine est ainsi beaucoup
plus russie dans la tension quelle montre entre les limites de la finitude et
les aspirations impossibles mais invitables du sujet potique. Cest le
rsultat non pas dune criture qui cisle, sre delle-mme et de ses capa-
cits, mais plutt qui ttonne, qui explore sans dcouvrir et peroit ses
limites et difficults.
Ces liens entre lcriture et le voyage se manifestent diversement dans
luvre par les frquents rapprochements qui sy tablissent entre eux. Sans
que cela constitue un ensemble de rapports complet, il nest pas rare de
trouver des rflexions ou des prsentations de lcriture similaires celles
qui apparaissent propos du voyage, des lieux visits ou de lexprience que
le sujet potique y a vcu. Le nud de ces analogies se trouve dans le titre
mme de louvrage: la chute de pluie, parseme dans les diffrents lieux
visits, se trouve frquemment mise en rapport avec lcriture: Faire durer
la pluie. crire comme elle (C.P.F., p. 24), Ce livre ne commence nulle
part: juste une averse dans lintervalle... Une chute de ciel, une chute de
signes: ma table dcriture et dorientation (C.P.F., p. 18), crire est averse
de neige (C.P.F., p. 164), Pluie fine sur le papier (C.P.F., p. 13): lhomo-
gnit de lcriture et des autres espaces dans cet univers potique se mani-
feste par la prsence dune pluie imaginaire avec certaines variantes sur
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1084 Evelio Miano Martnez
la page, que lon met en rapport avec les signes, avec la chute de signes de
la plume sur celle-ci. Et ce nest pas la seule analogie dveloppe dans
luvre entre ce qui est du domaine de lcriture et les lments, naturels ou
crs par lhomme, observs par le pote. Il y a en particulier deux passages
o ce domaine est mis en rapport avec la mer:
Ce mouvement incessant de la mer vers la cte, telle est lcriture qui sobs-
tine, elle aussi slanant couche, toujours alimente par des lointains
qui ne se rendent pas. Toujours finissante, mais recommenant, sur la page
pareille au rivage o ltoffe dchire son bleu et reprise lourlet de ses
phrases (C.P.F., pp. 83-84).
Ce sont pourtant l deux largeurs, deux largesses, non de mme toffe,
mais aux lointains presque identiques. Lun de lignes de lgers signes
monotones, lautre de vagues et de vagues encore, sur la grande page bleue
horizontale (C.P.F., p. 94).
Des pages que lentement les mots recouvrent de ce qui nest plus. Des
phrases qui sont des ombres. Autre espce de chemin, toujours se refermant
en boucle, et qui ne va nulle part (C.P.F., p. 156).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes de pluie fine 1085
que lhomme lui-mme nest que ce rien Limmensit accourt vers toi
pour te redire que tu nes rien19, lcriture ne noircit pas le papier mais
permet, au contraire de percevoir, le blanc de la page; un blanc que nous
associons au silence, au vide, ce mme rien finalement:
crire est averse de neige. Quand le silence du ciel qui ne tient plus tombe
sur la campagne et la mer en essaim dabeilles froides. Ainsi arrive-t-il en
pleine nuit que le ciel tout coup inverse sa noirceur. Une floraison de blan-
cheur dans lobscur, telle serait la page qui se couvre de signes. Ce nest pas
lencre qui noircit le papier mais plutt ce blanc-l qui remonte et trouve une
issue, faufil dans les interstices entre les signes sombres (C.P.F., p. 164).
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1086 Evelio Miano Martnez
Lici est donc habitable mme sil est insatisfaisant dans sa platitude,
mme si son mystre nous inquite. Reste un envol possible: celui de la
parole du pote:
Je sais que je ne suis pas pourvu dailes. Juste deux sacs lintrieur pour
la respiration. Lenvol nest que chant ou parole. Nos ailes, ce sont nos pou-
mons (C.P.F., p. 14).
Cest dans lcriture que se concentrent les restes de ces autres envols
vers labsolu, lidal ou la face cache des choses. ceci prs que cet envol,
finalement, se retient lui-mme dans lici-bas ne serait-ce que dans la mesure
o luvre demeure htrogne et inacheve, renonant lquilibre et la
perfection absolus. Et paralllement, cest l aussi que se retrouve la raison
dtre que le monde noffre pas lhomme:
Mais le fait qui nous montre comment le maintien de ces rves dazur ne
mne pas, dans cet univers potique, dserter le rel, est surtout la capacit
qua la demeure terrestre, parcourue dans Chutes de pluie fine, de faire
constamment revivre au voyageur laventure des choses et laventure de
lcriture, ce qui lui donne sa raison dtre. Ne pas trouver un sens au
monde, se sentir perdu en lui, aspirer limpossible, ne mne nullement un
isolement des choses et des hommes mais bien au contraire, comme de nom-
breuses pages de Chutes de pluie fine le montrent, prouver un profond
intrt pour eux, un intrt allant des mystres de la chose la plus simple aux
misres des hommes que les hommes ont provoques eux-mmes dans leur
histoire et leur socit.
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Le pote qui va, lecriture qui va. propos de Chutes 1087
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Une histoire de bleu, Paris, Mercure de France, 1992.
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Chutes de pluie fine, Paris, Mercure de France, 2002.
Le pote perplexe, Paris, Jose Corti, 2002.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL RELATO BREVE EN LA PRENSA
PERIDICA DEL SIGLO XIX:
LA REVUE FANTAISISTE1
El siglo XIX coincide con el auge del periodismo, es como dice Pierre
Albert, un clsico de estos estudios en Francia la poca dorada de la
prensa en Europa. Este medio de comunicacin triunfa en todos los pases
occidentales en mayor o menor medida gracias a los progresos tcnicos, a la
liberalizacin y democratizacin de las instituciones polticas, a la generali-
zacin de la enseanza.
El estudio de la prensa haba sido abordado casi en exclusiva por los his-
toriadores; sin embargo, cada vez ms atrae la atencin de los literatos y ello
porque las pginas de estas publicaciones reflejan poderosamente desde el
inicio del siglo con el Romanticismo el movimiento cultural y el mundo inte-
lectual del periodo. Es ms, no podra pensarse la literatura del siglo XIX sin
el recurso constante a la prensa peridica. Escritores y periodistas, sin un
estatus profesional claramente definido, se confunden, son casi una nica
cosa. Los ejemplos en Francia y en Espaa nuestros mundos ms cer-
canos son abundantes. Nombres muy importantes de las letras son perio-
distas y continan colaborando en los peridicos incluso despus de
alcanzada la fama como creadores, y son muchas las publicaciones asociadas
a escritores.
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1090 Concepcin Palacios Bernal
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El relato breve en la prensa peridica del siglo XIX 1091
2 Muy recientes los inventarios publicados en 1997 y 2002 sobre el siglo XIX.
3 Acaba de aparecer publicado, cuando redactaba este artculo, un volumen titulado
La Fantaisie post-romantique. Cf. CABANS, J.-L. - SADAH, J.-P. (ds.), La Fantaisie
post-romantique, Presses Universitaires du Mirail, 2003, fruto de un coloquio celebrado en la
Universit de Bordeaux en 1999. Al margen de la presentacin y de algn artculo sobre el
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1092 Concepcin Palacios Bernal
noviembre del mismo ao, es el ejemplo del que nos vamos a valer para ates-
tiguar la importancia de estas formas breves.
Casi todos los movimientos literarios se constituyen alrededor de una o
varias revistas y muy especialmente en la segunda mitad de la centuria deci-
monnica. La revista que nos ocupa fue fundada y dirigida por Catulle
Mends y, a pesar de su corta vida, jug un papel fundamental en la flora-
cin del movimiento literario del Parnaso, aos antes del primer Parnasse
contemporain. Estamos ante un claro ejemplo de cmo en ocasiones las
generaciones y movimientos literarios se definen y demarcan antes por sus
revistas que por sus propios libros.
La Revue fantaisiste es una publicacin fundamentalmente literaria
aunque tambin se ocupa de otras artes como la msica y la pintura. De
hecho, en algunos de sus nmeros existe una seccin titulada Revue musi-
cale, como tambin public en ella Thodore de Banville en varias entregas
Le Salon de 1861, que no son sino artculos de crtica pictrica que nos
recuerdan los conocidsimos Salons de Baudelaire. Adems la revista apa-
rece ilustrada con aguafuertes de Rodolphe Bresdin, apodado Chien-
Caillou por Champfleury como el clebre personaje de su relato
homnimo, quien era un acuarelista muy conocido en la poca, autor de un
fabuloso repertorio fantstico4, de grabados extraos en los que mezcla
sabiamente realismo e imaginacin, con una perfecta maestra de los juegos
de luz y de sombra, de los blancos y negros.
La revista aparece constituida por algunas secciones fijas algo habitual
en este tipo de publicaciones, si bien es cierto que experimenta cambios
casi de un nmero para otro. Revue du mois, Bulletin bibliographique,
Revue musicale (que acabo de mencionar), Revue dramatique, Revue
de la quinzaine, Thtres constituyen sus diferentes apartados, as como
artculos concretos sin vinculacin con estas secciones.
Su primer nmero se abre por una carta de Jules Noriac sobre la fan-
taisie, artculo de inculpacin que intenta demostrar que la fantasa no existe
y que por esta razn se niega a participar en la revista. La publicacin de la
misma como indica el director en nota a pie de pgina prueba su exis-
tencia. El propio Mends lanz su respuesta en la segunda entrega de la
revista. La palabra fantaisie estuvo en boga a partir de la poca romntica
para caracterizar la libertad creadora. As se denomina un poema de Nerval;
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El relato breve en la prensa peridica del siglo XIX 1093
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1094 Concepcin Palacios Bernal
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El relato breve en la prensa peridica del siglo XIX 1095
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1096 Concepcin Palacios Bernal
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El relato breve en la prensa peridica del siglo XIX 1097
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1098 Concepcin Palacios Bernal
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El relato breve en la prensa peridica del siglo XIX 1099
caso, que nunca amar a una mujer ms de doce meses. Tras muchas aven-
turas, conoce a Marietta. De ella est perdidamente enamorado pero ha de
ser consecuente con su juramento. El amor triunfa tras una historia rocam-
bolesca de cambios de parejas. La segunda de las historias nos relata la
inconsistencia del amor de una jovencita, Marguerite, que tiene dos enamo-
rados, douard y Lucien. En la ltima, el barn de Verneuil nos cuenta la
historia de su amor desde nio por una danzarina a quien encuentra muchos
aos despus. El relato finaliza de una manera ambigua al desconocer si es
verdad que aqulla a la que hace su mujer existe o no en la realidad.
Antonin Mul (1836-?), escritor y sobre todo periodista, firma un relato
titulado Lme du violoncelle, que, como el ttulo indica, es una mistifica-
cin sobre el alma de un violonchelo.
Thodore de Banville, colaborador habitual de la revista, nos ofrece en
la seccin Contes parisiens un breve relato titulado LArmoire, historia de
un pintor de tres esplndidos cuadros, slo pintados cuando su amada est
con l. Cliane lo abandona en tres ocasiones y regresa de nuevo junto a l.
Se trata de un relato sobre el poder de la creacin artstica. Banville (1823-
1891), ms conocido por su poemas parnasianos, es autor, igualmente, de
casi una veintena de obras de teatro y de volmenes de narraciones breves.
Como casi todos los escritores que estamos detallando fue cronista y perio-
dista asiduo de revistas del momento: LArtiste, Le Charivari, La Silhouette,
Le Corsaire-Satan, La Revue de Paris, La Rpublique des Lettres, Gil Blas
o Figaro por citar las ms reputadas.
Probablemente sea hoy en da Champfleury (1821-1889) el nico, de los
autores representados con sus relatos, cuya obra cuentstica siga despertando
el inters de la crtica. Les Enfants du professeur Turck, publicado en la ter-
cera entrega de la revista, ha sido objeto recientemente de una edicin junto
con otras nouvelles del autor8. El relato nos cuenta las aventuras de un sabio
excntrico, muy en el gusto del autor, quien sin tiempo que perder en su aza-
rosa vida cientfica, descuida desde el comienzo de su unin las obligaciones
maritales hasta el punto de creerse el padre de los dos hijos que su mujer ha
engendrado con el jardinero, cansada ya de no ver su matrimonio consu-
mado. Los cuentos y narraciones breves9 de Champfleury han recibido el
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1100 Concepcin Palacios Bernal
Paris, ditions des Cendres, 1988 y LEUILLIOT, B. (d.), Feu Miette. Fantaisies
dt, Paris, ditions des Cendres, 1989.
10 Trabajo ya realizado por Cabans (cf. Bibliografa).
11 Cf. Los artculos de Peate, vila y Ezama.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El relato breve en la prensa peridica del siglo XIX 1101
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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ESTUDIO DE UN ESPACIO
MARGERITIANO: LA ISLA
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1104 Ana Mara Prez Lacarta
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1105
Dort-elle? Je me penche sur elle et son visage tend vers moi ses lvres rou-
gies dcloses. Je regarde laisselle rase o perlent de fines gouttes de
sueur, le muscle gras de lpaule, cette bouche. Une odeur inaccoutume
me trouble, une curiosit me pousse, surtout une infinie tendresse pour cette
chair mystrieuse7.
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1106 Ana Mara Prez Lacarta
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1107
Il ne voyait pas sous lui ladorable couleur de la plage plus blonde quune
chair ni les ombres tendant de grandes moires dmeraude sur leau dore
par le dclin du soleil. Il ne sentait pas le charme de ces criques bordes
diris, la mlancolie de ces fleurs fanes, la fuite de lt dj sensible en ce
beau jour encore ardent toute cette grce qui fait vivre: tout ce qui nous
sauve de nous-mme.
Ni aprecia la pureza del cuerpo desnudo que se desliza por el agua cris-
talina. Trastornado por tantos aos de abstinencia, el puritano acaba con la
tentation, lobscnit et le scandale ahogando a Genevive con sus propias
manos. Las sombras del final del verano, las flores marchitas y el declinar
del sol presagian su muerte. Y el fango retiene al asesino, que primero huye
tratando de persuadirse a s mismo de que no es responsable del acto que ha
ejecutado por designacin divina y despus vuelve al islote para ocultar el
cadver en una cavidad que no es sinnimo de reposo como el resto de los
continentes14 que figuran en este pasaje de Par un t torride: Il le tira dans
leau et, derrire lle, trouva un trou assez profond o il limmergea enti-
rement en le coinant sous des racines.
14 El resto de los continentes son smbolos msticos que coinciden en remitir a la idea
de intimidad; sin embargo, este agujero es la anttesis del claustro materno. A este respecto,
Cf. DURAND, G., op. cit., pp. 269-293.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1108 Ana Mara Prez Lacarta
Por lo que respecta a las islas margeritianas que emergen del mar, hemos
de sealar que en su mayora son ambivalentes. En su configuracin, estn
mucho ms presentes las estructuras esquizomorfas y, en ocasiones, apa-
recen agrupadas en el escenario de una travesa que comporta una transfor-
macin interior. Como en las islas de agua dulce, la distancia espacial y/o
temporal est relacionada con la idea de alteridad y, a menudo, con la iden-
tidad o, cuando menos, con la existencia de los personajes.
La isla encerrada en una bola de cristal15 representa las ilusiones de la
infancia y materializa la imposibilidad de dar continuidad a un arrebato
pasional en la madurez. La miniaturizacin de esta pequea porcin de tierra
que se conserva intacta gracias a la envoltura transparente que la protege
evoca los anhelos de los primeros aos de la vida: Cest lardeur de mon
enfance, [...] la cristallisation de mes capacits de rves, despoir, damour.
Cabaas, rboles y barcos anclados en una cala albergan buenos recuerdos
en el interior del objeto de forma redonda que Adolphe deposita en las
manos de Margarett; sin embargo, la superficie convexa en la que slo
durante unos instantes se reflejan los rostros de los amantes alude a la fuga-
cidad de un amor pasajero.
Por otro lado, Philippe se evade de la realidad remontndose a la poca
de La odisea. Cuando habla de los viajes de Ulises: [...] avec ces arrives
dans les les inconnues dont les atterrages devaient faire sur la mer de blancs
croissants surmonts du panache des frondaisons sombres et pleines de
mystre, da la impresin de haber vivido las aventuras a las que hace refe-
rencia. Las playas de arena blanca con forma de media luna le resultan tan
misteriosas y atractivas como las figuras femeninas que habitan en estos
parajes; si bien, es consciente de que tanto los encantos de Calipso y de las
sirenas como los de sus dominios retienen a los viajeros que se dejan des-
lumbrar por peligrosas seductoras y por espejismos:
[...] son rustique palais aux galeries de bois ouvertes sur la lumire, verte et
jaune comme un vin neuf, dune clairire couverte par les ramures des ch-
taigniers, les sirnes ondoyant fleur deau entre les petits clats briss des
vagues et le rayonnement du ciel, les reflets de leurs corps dans la mer, les
reflets de la mer sur leur corps, et ceux du ciel et de la mer sur la voile16.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1109
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1110 Ana Mara Prez Lacarta
lombre. Despus iniciamos el ascenso al centro urbano por una calle cuyas
sombras reptan al pie de las fachadas y cortan en dos a los transentes, sepa-
rando las cabezas de sus cuerpos. Y llegamos a una plaza en cuyo centro se
alza el garrote sobre una tarima. Desde aqu, las vistas de las casas, que se
extienden en un sistema de terrazas alrededor de la baha, son incompara-
bles; sin embargo, la serenidad que emana de esta concentracin de tejados
y jardines que se reflejan en el agua verde del mar slo es aparente. En
consonacia con el lugar, los sentimientos de la duea de la taberna a la que
acuden los caballeros de fortuna tambin son fingidos. Experta en el arte de
la simulacin, esta mujer vieja y deforme, que llora plcidamente mientras
fuma un puro y bebe ron o pasa las cuentas de un rosario a la vez que pro-
fiere una letana de insultos, es tan falsa como los monjes que viven en la
isla. De ellos, Brice nos hace un retrato poco halagador:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1111
17 En relacin con las similitudes y las diferencias existentes entre Lle des perroquets
y Robinson Crusoe, cf. PREZ LACARTA, A. M., Lle des perroquets, roman daventures
et dinitiation, Cahiers Robert Margerit, n IV, 2000, pp. 55-65.
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1112 Ana Mara Prez Lacarta
entamaient les mains, menaaient les yeux. Les lames glissaient dangereu-
sement sur le bois-de-fer. Les lances de yucca, la cire vnneuse du metsi-
llier, les raquettes du nopal qui laissaient leurs piquants fichs dans la peau:
toute une arme hrisse, tentaculaire, rsistait notre assaut, nous cou-
vrant des gouttes dune sve poisseuse, rouge comme sang.
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Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1113
La foudre courait ras du sol en serpents de feu. Elle slanait parfois vers
les ventres immondes des nues qui commencrent lcher des gouttes
larges et chaudes. Dans un poudroiement deau arrache aux vagues hur-
lantes, les souffles irrsistibles de latmosphre jouaient avec les troncs
comme avec des ftus, jetaient les uns sur les autres les arbres dracins et
soulevaient encore leurs cadavres, pl-mle avec des oiseaux morts, du
sable, des morceaux de rocs.
A la confusin ms absoluta sucede el orden que, una vez ms, los pro-
tagonistas tienen que establecer en sus vidas; si bien, tras una tregua de tres
meses, la rueda de la fortuna vuelve a girar en su contra: dos piraguas car-
gadas de canbales desembarcan en la isla. No obstante, el temor a ser engu-
llidos por los salvajes aguza su ingenio y les lleva a concebir la manera de
acabar con ellos. A partir de aqu, hay que sealar la ambivalencia significa-
tiva del episodio. Primeramente penetran en una cueva de dimensiones redu-
cidas: el sitio en el que, adems de hallar proteccin, descubren dos cubas
de piedras preciosas que, en lugar de traerles buena suerte, sern la fuente de
sus futuras desdichas. Despus, las lluvias nocivas del otoo se cobran dos
vidas. Pero, cuando stas cesan y vuelven los indios, el azar les procura la
piragua con la que podrn abandonar el cayo y una mujer, que al principio
comparten todos y ms tarde se convertir en la compaera del pirata que
decide terminar sus das en la isla.
18 Cf. ORTZ, F., El huracn: su mitologa y sus smbolos, Mxico, Fondo de Cultura
Econmica, 1984, p. 96.
19 Cf. CHEVALIER, J. - GHEERBRANT, A., Dictionnaire des symboles, Paris,
Robert Laffont, 1982, p. 715.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1114 Ana Mara Prez Lacarta
Elle nous mprisait tous: telle tait la source dune partie de sa force; le
reste venait de ce quelle nous tait suprieure. Dans son corps, dans ce
visage rayonnant rsidait une puissance lmentaire semblable celle du
vent, des volcans, aux violences souterraines de la terre. [...] elle venait
parmi des lueurs dorage assurer la domination sauvage, la froide et solen-
nelle frocit de la nature.
Frente a Brice, que seducido por este ngel de las tinieblas, parece petri-
ficado, Antoine quiere acabar con la inercia que lo tiene maniatado; le gus-
tara encontrase en una buena nave en compaa de Soledad y rumbo a un
lugar ms seguro, lejos del palacio de cristal en el que experimenta una tre-
menda sensacin de ahogo y de los territorios en los que la jerarqua de la
iglesia catlica asiste con gran pompa a las ejecuciones de las vctimas de la
Inquisicin. El estupor que le produce el holocausto, los riesgos que corren
permaneciendo durante ms tiempo en Cumaa y el afn de Brice por satis-
facer los deseos de Mauela les empujan a abandonar esta isla y a volver al
cayo de los Papagayos.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1115
El bote que lleva a los dos amigos a la playa recuerda a la barca fnebre
de Caronte. La subida de Brice a la parte alta del acantilado y la escena en
la que lo vemos apoyado contra un rbol al borde del precipicio evocan el
calvario y la crucifixin de Cristo. La agona y el suicidio de Brice y la
muerte violenta del resto de la tripulacin sumen a Antoine en la ms abso-
luta desesperacin; si bien, al cabo de unos das, decide luchar contra s
mismo: Je jugulai mon imagination, me concentrant aspirer de ce sol une
vie vgtative comme celle quy puisaient les grands mancenilliers.
Entierra a sus amigos y vuelve a organizar su existencia en una tierra que se
carga ahora de connotaciones positivas, dado que garantiza el descanso
eterno de los muertos y acoge en su seno al ltimo superviviente. Mientras,
su mujer explora una a una todas las islas desiertas de la zona hasta dar con
l. Y desde aqu ponen rumbo a Francia, al lugar en el que vivir tranquila-
mente el resto de sus das.
En relacin con la idea de separacin de la madre patria, Margerit esboza
o simplemente alude a otras islas que ficticia e histricamente representan la
libertad o el cautiverio. En Une tragdie bourgeoise20, el narrador recalca
que el alejamiento de Rosco es doble, pues le arrancan de los brazos de su
familia y de su pas. La isla del Diablo, abrasada por el sol y defendida por
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1116 Ana Mara Prez Lacarta
23 En relacin con los ltimos aos de la vida de Napolen, SGARD, J., Sainte-
Hlne, petite le..., en LTOUBLON, F. (d.), Impressions dles, Toulouse, Presses
Universitaires du Mirail, 1996, pp. 69-78, evoca la imagen de Prometeo encadenado a la
roca.
24 Cf. MARGERIT, R., La Rvolution, t II: Les autels de la peur, Paris, Phbus, 1989,
p. 355 y La Rvolution, t. IV: Les hommes perdus, p. 117.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Estudio de un espacio margeritiano: la isla 1117
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La Rvolution, t. II: Les autels de la peur, Paris, Phbus, 1989.
La Rvolution, t. IV: Les hommes perdus, Paris, Phbus, 1989.
Une tragdie bourgeoise, [novela indita, manuscrito dactilografiado,
Isle, Centre culturel Robert Margerit].
PREZ LACARTA, A.M., Lle des perroquets, roman daventures et dini-
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SGARD, J., Sainte-Hlne, petite le..., in LTOUBLON, F. (d.),
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ESPACES ONIRIQUES DANS LUVRE PANIQUE
DE ROLAND TOPOR OU DE LINSERTION DU
FANTASTIQUE DANS LE QUOTIDIEN
Xavier Kalinski
Fernando Arrabal remmore dans son dernier roman publi en 2002 et inti-
tul Champagne pour tous!, titre qui paraphrase la clbre invitation de
Roland Topor, ces annes fertiles damiti complice et de cration ludique et
foisonnante, folle et rvolte vcues aux cts de ce prolifique auteur fran-
ais dorigine juive polonaise mort prmaturment en 1997.
Grce toi, Topor, quelle fte est le mouvement panique depuis trente-
cinq ans! Depuis le 7 fvrier 1962, jour de la cration du groupe.
Ce jour-l Jodorowsky, toi et moi, nous avons pris la meilleure dci-
sion tous les trois daccord il y avait la couronne mais il ny avait ni
crne ni fve!
En nous auto-expulsant sans rouler jamais trop vite vers limmorta-
lit [] au caf de la Paix merde! [] Nous nous sommes refuss con-
natre les charmes et la hargne des excommunications et des
intronisations des partis, des groupes, des mouvements ou des groupus-
cules plus ou moins artistiques. Ni regrets ni frissons!
Il y en a qui portent les kpis lintrieur de la tte!
Nous connaissions le mot final de la chimre.
Et oui, Arrabal! Seuls les imbciles ne changent pas dides.
Et les fanatiques et les inquisiteurs, sont-ils capables dvoluer?
Que de soires!
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1120 Domingo Pujante Gonzlez
1 ARRABAL, F., Champagne pour tous!, Paris, Stock, 2002, pp. 127-130.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1121
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1122 Domingo Pujante Gonzlez
3 TOPOR, R., Petit Mmento Panique, in ARRABAL, F., Le Panique, Paris, Union
gnrale dditions, coll. 10/18, 1973, p. 70.
4 FEDOROFF, M. Le pote enfant, in GLIBOTA, A., Arrabal Espace, Studio di
Val Cervo, P.A.C., 1993, p. 144.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1123
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1124 Domingo Pujante Gonzlez
personnage dont on ignore tout: son nom, sa condition sociale, son ge, son
travail, sa vie prive ou les raisons qui lont pouss entreprendre cette fuite
en avant, ce chemin sans retour ou cette dperdition du corps. Le lecteur,
impavide et impuissant, ne pourra que laccompagner dans cet exode, cette
dbcle panique. Il se sentira entran par ce tourbillon et se verra contraint
reconstruire ces trous du pass et en somme toute une identit brise:
Jignore si je suis peintre, architecte ou employ, mais je dois tre pauvre
puisque jattache une grande importance mon travail. Les raisons pour les-
quelles jai d fuir Paris sont ambigus; en tout cas jvite soigneusement de
penser aux circonstances de mon dpart6. Topor nous offre une fois de plus
un contrat signer ds la premire page sous forme dnigme dcrypter.
Le lecteur deviendra un alter ego du hros, sa mmoire. Il comblera ce pro-
cessus amnsique qui sest opr chez lui et tchera de rsoudre le mystre
qui sannonce. On sait quil se trouve dans une ville trangre qui se nomme
Caracas, dont les habitants prononcent Carcasse avec une intonation
lugubre qui provoque le malaise et dont il mconnat la langue, pourtant il
ne sagit pas de la capitale du Venezuela. On apprend galement quil est l
depuis 23 jours, dtail trs prcis qui contraste avec limprcision de ses sou-
venirs. Ce chiffre semble fasciner lauteur. Rappelons au passage quAlice
dans son conte Alice au pays des lettres texte qui rend hommage Lewis
Caroll quil admire sendort la page 23 de sa lecture, ce qui dclenche
la fantaisie et la fiction. Mes parents sont ns dans ce pays misrable
dEurope centrale, dont jignore la langue. En fait, il existe une incommuni-
cabilit absolue entre ceux qui la parlent et moi (P.P.S., p. 8).
Le hros parcourt sans trve ni relche le ddale de ses ruelles noires.
Nous sommes face lespace du labyrinthe trs frquent dans les uvres
paniques o labsence de lumire et lambiance lugubre et fantasmagorique
semparent du personnage et confrent une impression onirique au rcit. En
effet, ce nest pas lespace extrieur qui exerce une forte emprise sur le per-
sonnage et sa perception du monde, bien au contraire, cest lespace intrieur
du personnage, obscur, tnbreux et crpusculaire qui se projette sur lext-
rieur travers des ombres spectrales qui donnent un aspect dcrpit et mori-
bond tout ce quil contemple, tel un nouveau Lorenzaccio, ce hros
visionnaire et chimrique qui lutte contre ses propres phantasmes. On dirait
que le dcor est n de langoisse du personnage.
6 TOPOR, R., Portrait en pied de Suzanne [1978], Paris, Denol, 2000, p. 7. Par la
suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (P.P.S., p. X).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1125
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1126 Domingo Pujante Gonzlez
7 ARRABAL, F., La pierre de la folie. Livre panique, Paris, Julliard, 1962, p. 111.
Je sortais de lcole en courant pour dcourager mes poursuivants. Ds mon retour la
maison je me rfugiais dans ma chambre. travers les rideaux je regardais mes petits
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Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1127
Mon Dieu, je suis trop gros ! Personne ne maime. Je suis encore jeune,
pourtant. Mais il en a toujours t ainsi. lcole, on me surnommait
Bouboule, et plus tard Gros-Bide ou Gros-Lard, ou Gras-Double. Dieu,
comme jai souffert ! Je suis seul savoir quel trsor de puret se trouve
enfoui sous mes bourrelets de graisse. Les autres considrent avec dgot
ce corps quils croient tre la reprsentation physique de mon tat moral.
Ainsi les visiteurs dun zoo se figurent-ils souvent les animaux comme des
types dhumanit coupable, condamns exposer au vu de tous leur dgra-
dation. Le singe est un homme obscne et le tigre un homme fourbe, le ser-
pent un homme vil et le lion un homme fier. Moi je suis un porc. Glouton
et sale. Lesprit incapable de slever au-dessus du sol. La pesanteur divine
me dicte sa loi: ras de terre demeure mon corps, l doit croupir mon me
(P.P.S., pp. 11-12).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1128 Domingo Pujante Gonzlez
La prire me monte souvent aux lvres, bien que je ne sois pas croyant. Je
ne crains pas le vide caus par labsence de Dieu. Jy gagne au contraire une
marge plus grande pour voluer. Je supporte mieux la carence divine quun
creux lestomac. A moins que lune ne soit la cause de lautre. Dieu se
trouve en chaque homme. En chacun, il prend une forme diffrente. Chez
moi, cest la faim. Le gourmand creuse sa tombe avec ses dents, prtend
le proverbe. Les miennes sont capables ddifier une glise.
Aprs tout, cest peut-tre la soif dabsolu qui maiguise lapptit! La
faim bestiale dont je souffre serait, dans ce cas, la plus haute manifestation
de ma spiritualit. Jai tort den avoir honte. Je suis fou de la contraindre!
(P.P.S., pp. 22-23).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1129
Ainsi tous les personnages quil rencontre dans cet espace sombre et
inhospitalier reprsentent une menace. Il nest plus capable dimaginer des
rapports qui ne soient pas fonds sur lintrt, sur la souffrance et la domi-
nation caractristiques des rituels sadomasochistes o matre et esclave
acquirent leur sens. Des crmonies que le hros associe aux pratiques reli-
gieuses chrtiennes. La dsolation, lincomprhension et lisolement attei-
gnent un sommet extrme et contribuent renforcer lide donirisme. Cest
le cas de la jeune vendeuse dun magasin de chaussures qui est ouvert la nuit.
Il sagit dune femme qui est rifie par le regard du narrateur. Elle devient
un automate, sorte de poupe ou de poussah, dpourvue dintelligence avec
son front bas et sa bouche entrouverte (P.P.S., p. 27).
Lorsque jai termin mon numro de mime, elle hoche la tte et va choisir
une bote dans une pile. Puis elle minvite prendre un sige, et lorsque jai
obi, elle saccroupit mes pieds, dans une attitude de prire, ou plus exac-
tement dadoration. Je me plais imaginer que ma venue dans ce magasin
de Caracas, trois heures du matin, tait depuis des sicles annonce par
les prophtes, et que cette femme accomplit les rites prvus par le crmo-
nial. Telle une esclave consentante, elle retire mes chaussures. Je suppose
quelle sapprte me laver les pieds, aprs quoi nous partagerons le pain
et le vin. Mais elle se contente de soulever le couvercle de la bote en
carton, et de dfaire le papier de soie qui enveloppe une paire de souliers,
dun modle identique aux miens. (P.P.S., pp. 27-28).
Cet pisode acquiert une importance capitale dans le roman puis quil
met en vidence le pied qui est annonc dans le titre et opre un virement
radical vers laccentuation et lexacerbation de la souffrance physique et cor-
porelle. Aprs avoir insult et menac la jeune femme qui accepte avec rsi-
gnation lassassin que la fatalit lui enverra ce sera un ventreur poli ou
un trangleur rustique, mais il me ressemblera (P.P.S., p. 29), dit-il, le
hros continue son priple nocturne avec ses nouvelles chaussures trop
petites, et devenues soudainement un engin de supplice.
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1130 Domingo Pujante Gonzlez
toutes les affres prouvs par le pied, linstant mme, et sans indiffrence.
A chaque pas, je suis au bord de lvanouissement. Que jattaque du bout
de la semelle ou du talon, la torture augmente. Mes joues sont inondes de
larmes, je gmis comme un enfant (P.P.S., pp. 29-30).
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Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1131
8 VIDAL ALBIANA, J., Franz Kafka o la ebriedad del abandono, in KAFKA, F.,
Obras escogidas, Barcelona, Crculo de lectores, 1983, p. 7.
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1132 Domingo Pujante Gonzlez
Sournoisement, mon corps fait bande part. Je nai plus dautorit sur lui.
Il ne juge mme pas ncessaire de minformer. Il me censure. La douleur
du pied, dont lenflure dessine une bosse monstrueuse sous la couverture,
se diffuse, attnue, dans la jambe. Les mchoires sentrechoquent sur un
rythme de danse macabre, un tic agite la paupire infrieure gauche.
Jassiste, impuissant, ces manifestations dindpendance. Ma foi, jy
gagne une tranquillit desprit presque confortable. Je ne me battrai pas
pour conserver le pouvoir. Jen suis fatigu. Que mon pied grossisse comme
la grenouille de la fable, et quil clate si a lui chante! Que ma paupire
batte ! Que mes dents claquent! (P.P.S., pp. 38-39).
la fin la mort, qui plane sur tout le roman, achve le rcit lui-mme.
Le hros place son pied, cette Suzanne accablante et tyrannique, sous les
roues du tramway. Il met fin la souffrance qui le caractrise en exorcisant
dans son propre corps ce crime quil a commis Paris, jamais avou mais
qui, mon sens, la pouss entreprendre cette fuite, ce chemin sans retour.
Lespace conditionne une fois de plus le dnouement et marque la structure
et le rythme cycliques du roman. Rebondissement au point de dpart mais
avec un dnouement tragique qui empche le recommencement de laction.
En effet, au dbut du roman, le narrateur nous prsente cet espace terminal,
ce terminus, et nous anticipe son retour au mme espace de la mort.
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Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1133
Large est le fleuve, mais nul reflet ne joue au creux de ses vagues.
Un pont sans clairage le traverse, un peu plus loin, gauche. Lorsque
je devrai my engager, tout lheure, mon cur battra.
Jhabite sur lautre rive, prs du terminus des tramways. De ma fentre
au septime tage, je surveille leurs bruyantes volutions qui se prolongent
toute la nuit. Les rames arrivent souvent vides au terminus et cest une
petite fte sil descend quelquun. La nuit dernire, jai eu de la chance. Il
ma t donn de voir cinq voyageurs (P.P.S., pp. 9-10).
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1134 Domingo Pujante Gonzlez
9 TOPOR, R., Caf Panique, Paris, Seuil, coll. Point Virgule, 1982, pp. 116-117.
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Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1135
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1136 Domingo Pujante Gonzlez
11 Cf. BESSIRE, I., Le rcit fantastique, Paris, Larousse, coll. Thmes et textes,
1974.
12 Cf. VIDAL ALBIANA. J., op. cit., p. 7.
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Espaces oniriques dan loeuvre panique de Roland Topor 1137
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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VIDAL ALBIANA, Franz Kafka o la ebriedad del abandono, in
KAFKA, F., Obras Escogidas, Barcelona, Crculo de lectores, 1983.
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EL ESPACIO DEL VIAJE
EN EUGNE LABICHE
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1140 Ignacio Ramos Gay
laction. Une pice est une bte mille pattes qui doit toujours tre en route.
Si elle se ralentit, le public bille; si elle sarrte, il siffle1.
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4 HAUSER, A., Historia Social de la Literatura y del Arte, Vol. 3, Barcelona, Labor,
1993. p. 73.
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1144 Ignacio Ramos Gay
lizado por una familia burguesa a la que se aaden toda suerte de personajes
perifricos desde crpulas hasta administradores perfila cmicamente
en cada uno de sus actos el submundo que rodea las estaciones de ferroca-
rril, desde las oficinas de la administracin y sus directivos hasta los socios
accionistas de la compaa y el reparto de beneficios, pasando por la lentitud
y parsimonia de la burocracia administrativa, la distribucin de los vagones,
el personal de mantenimiento, las fondas y paradas a lo largo del trayecto, y
los mltiples equvocos y confusiones emergentes de esta acumulacin de
situaciones propiciadas por la naturaleza misma del desplazamiento (malen-
tendidos en los tneles, vagones desenganchados errneamente, etc.). Es
esta una de las piezas ms originales de Labiche al situar la accin inicial en
las oficinas de una administracin de ferrocarriles donde se realizan los
pagos de los dividendos de los accionistas, sustituyendo as el archiconocido
petit salon bourgeois caracterstico no slo del vaudeville, sino tambin de
un gran nmero de melodramas y de las pices--thse de un Dumas fils o
de un Augier. Frente a la creciente espectacularidad de otros gneros como
la opereta y el melodrama romntico, este tipo de escenario, esttico por
naturaleza y ligado intrnsicamente a la clase social a la que est destinado,
servir de fiel decorado descrito siempre a partir de referencias fsicas
mnimas, muy al contrario de las extensas y detalladas acotaciones de un
Feydeau a un gran nmero de vaudevilles del autor como primer retrato
de la burguesa divertidamente vanidosa y fanfarrona que puebla su drama-
turgia, pero obtendr sobre todo su significado a partir del contraste con los
escenarios siguientes, situados en muy diversos lugares que desarrollarn
situaciones lmite, y pondrn a prueba la consolidacin social e individual de
esas fuerzas vivas cuya profusin de formalidades externas pretendan
solapar el arribismo de su clase y unos orgenes a menudo ms humildes. El
saln es pues el punto de partida del personaje y del espectador, que observa
en l la reproduccin de sus esquemas de vida, pero que a medida que la
pieza se desarrolla ver como la verosimilitud de ese primer escenario pierde
consistencia convirtindose en el nico refugio de su moral pblica y de la
tranquilidad. En cierto modo podramos afirmar que dado que el viaje es
siempre en Labiche travesa mtica y crtica para sus personajes, el vaude-
ville reproduce implcitamente, y a pesar de la stira social, la estructura
tpica del melodrama clsico y los presupuestos funcionalmente institucio-
nales que como gnero pretende afianzar, por cuanto la amenaza que sirve
de eje a la trama se cierne siempre desde el exterior, poniendo en peligro la
seguridad cotidiana del hogar burgus y la privacidad de sus integrantes5. Si
la burguesa es una clase que vive desde dentro y hacia dentro de s misma,
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El espacio del viaje en Eugne Labiche 1145
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1146 Ignacio Ramos Gay
nado Don Juan de Byron, el viejo marinero de Coleridge, o los viajes cs-
mico-onricos de un Nerval, entre otros muchos tiende a liberar una sub-
jetividad reprimida por el asfixiante y acomodaticio entorno burgus, la
suerte del antiheroico y sencillo burgus de Labiche6 durante la travesa es
igualmente resultado de una fuga de lo cotidiano y de las taras sociales que
lo rodean. El viaje, por escasamente extico que parezca ya sea a
Strasbourg como en Les Chemins de Fer, al campo en Climare le bien-aim
y otros, y en algunos casos ms exclusivos, a Pars, convertida durante el
Segundo Imperio en la metrpoli del placer, en la ciudad de la pera, de la
opereta, del baile, de los bulevares, los restaurantes, los grandes almacenes,
las exposiciones universales y los placeres corrientes y baratos7 supone
siempre una posibilidad abierta al despliegue de las potencialidades de un yo
reprimido, acuciado bajo las estrechas ordenanzas y limitaciones provin-
cianas. Este procedimiento de descontextualizacin que es la esencia de toda
travesa, y que ms tarde analizaremos con efectos menos positivos para los
personajes de Labiche, permite al burgus de Labiche reconciliarse con sus
verdaderos anhelos hasta el momento ocultos bajo el velo formal de la
familia y el trabajo, gracias a un espacio liberador cmplice del sujeto libe-
rado. Un primer ejemplo lo encontramos en Climare le bien-aim, donde el
protagonista, prximo a su boda, es perseguido incansablemente en la
capital por dos amigos en busca de amistad y cuyas esposas han sido
amantes suyas. Climare debe escapar al campo para reintegrarse en la
calma monotona conyugal con su prometida, a pesar de ser dado alcance
all, y nicamente conseguir librarse de sus perseguidores mediante la peti-
cin de cierta suma de dinero, que disuadir los anhelos de su compaa. El
campo, aunque ejerce de simple trasfondo a la accin, representa la posibi-
lidad infructuosa de ocultar una identidad social pasada. Y a pesar de
invertir el orden de asociaciones semnticas acuadas a este espacio desde
el siglo XVII ingls todos los autores integrantes de la llamada
Restoration Comedy establecan el escenario del country como espacio-
negacin de la preciosidad y del amaneramiento formal, reino de la mono-
semia y de lo natural, en contraposicin con la sofisticacin verbal de la
polis y del wit y que volveremos a observar en el renacimiento del
teatro ingls de finales del XIX a manos de Wilde entre otros, mantiene las
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El espacio del viaje en Eugne Labiche 1147
8 LABICHE, E., Thtre. Texte tabli par Henry Gidel. 3 Vols, Paris, Bordas, 1991.
Todas las referencias pertenecen a esta edicin.
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10 LEAL DUART, J., Un cas molt particular: la dona madura al vaudeville francs
del segon imperi, Anuari de lAgrupaci Borrianenca de Cultura. Revista de Recerca
Humanstica i Cientfica, n VII, 1996, pp. 17-27.
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13 LEAL DUART, J., Aproximacin al teatro de Eugne Labiche: Actualidad del fen-
meno a travs de la Escenificacin Contempornea, Tesis Doctoral dirigida por Dra. Elena
Real, Universidad de Valencia, 1987, pp. 312-313.
14 Ibid. p. 329.
15 Ibid. p. 328.
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1154 Ignacio Ramos Gay
ce ne sont pas les hommes mais les vnements qui ont le principal rle et
conduisent la pice. Le jeu des passions et des caractres est pour fort peu
de chose ou mme nest pour rien du tout dans la marche de laction; ce
sont les faits qui vont en quelque sorte, pousss par lauteur, se heurter les
uns contre les autres, et cest de leur rencontre imprvue que naissent les
situations et que jaillit lclat de rire16.
16 SARCEY, F., Quarante Ans de Thtre, Paris, Bibliothque des Annales, 1900,
Vol. VI, p. 11. Sarcey continua su crtica de la obra destacando su vacuidad psicolgica y
temtica, sacrificada en inters de la diversin del pblico. Dice: La pice de M. Sardou ne
repose sur rien. Une femme a crit et sign un billet qui peut compromettre gravement sa
rputation; elle fait tout au monde pour le ravoir; mais le malheureux papier court de main en
main, de hasard en hasard, soulevant partout, sur son chemin, les incidents et les quiproquos,
jusqu ce quil soit enfin brl de la main mme du mari, qui ne la pas lu. Dide philoso-
phique ou morale, il ny en a pas ombre. Comment, quand et par qui sera-t-il dtruit, lauteur
ne se propose pas de nous dire autre chose, et nous ne lui demandons rien de plus; pourvu
quil nous amuse, nous le tenons quitte du reste (p. 12). A nuestro entender, Sarcey acierta
al interpretar el objeto como el motor de la trama, pero se equivoca al considerar la obra
carente de cualquier contenido serio. Ciertamente Sardou no elabora un planteamiento moral,
similar a las pices--thse de un Augier o un Dumas hijo, pero la estructuracin subordinada
del personaje con respecto a la trama anticipa el uso de la misma que efectuarn Labiche y
Feydeau acuando el vaudeville como precursor del surrealismo. Con todo, ciertos autores
han interpretado la obra como una descripcin sumamente realista del engranaje existencial,
del mecanismo de la vida, frente al gnero abanderado de tales propsitos, la pice thse.
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El espacio del viaje en Eugne Labiche 1155
As, Hugues Rebell destaca la verosimilitud de Les Pattes de Mouche, diciendo quelques-
uns diront que lintrigue est singulire et mme invraisemblable. videmment ce nest point
la pesante et monotone dmonstration de nos ralistes, de nos faiseurs de thse, de nos
psycho- logues. Mais lhumanit nest point non plus, ainsi quils nous la prsentent, une
machine aux rouages numrots, au mcanisme invariable. Ce que M. Sardou perd en psycho-
logie, il le gagne en philosophie, en large humanit. REBELL, H., Victorien Sardou. Le
Thtre et lpoque, Paris, Flix Juven, s/f, p. 30.
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REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
17 Op. cit., p. 6.
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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CUANDO EL ESPACIO SE LLENA
DE COLORES: LOS PAISAJES DE GAUTIER
A mis padres
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Cuando el espacio se llena de colores: los paisajes de Gautier 1161
los colores, los smbolos y las imgenes. En ambos dominios encuentra ana-
logas, crea correspondencias y podra decirse que descubre un espacio
intermedio que se extiende entre lo que es estrictamente literario y lo que
pertenece a las artes plsticas. En sus colaboraciones artsticas en la Presse,
escribe artculos donde se aprecia que no separa el arte de la literatura. Ante
una obra de arte es apasionado, sensible. Le gusta lo hermoso, y aquello que
ve, un cuadro, un edificio, un paisaje, le enardece. Y es en la naturaleza exte-
rior donde Gautier encuentra sus ideas, su vocabulario de formas y de
colores. Porque sabe mirar y porque domina la tcnica artstica, dar a sus
descripciones una chispa, un entusiasmo sobrecogedor, pero al mismo
tiempo sin perder de vista la realidad.
En sus viajes, con objeto de comprar obras de arte, siempre va con los
ojos muy abiertos, se empapa de todo lo que le rodea y, por eso, se nota cmo
sus descripciones son el resultado de una vivencia previa. Le gustan porque
le permiten esconder el fondo de su alma: tant pourvu de bons yeux pour
voir et ayant un talent suffisant pour dcrire ce que je vois, je suis certain de
ne jamais exprimer de btises4. En efecto, l sabe ver. Sus ojos, ms meticu-
losos de lo habitual, observan los detalles con exactitud. La naturaleza le hace
ver las cosas tal y como son. As le dice a su amigo Sainte-Beuve, Toute ma
vie, je nai fait que mappliquer bien voir, bien regarder la nature, la des-
siner, la peindre, si je pouvais, telle que je lai vue.
Como ya hemos apuntado, a diferencia de otros viajeros de la poca,
cuando Thophile viaja no es para instruirse, sino para sentirse vivo. Siente
esa constante necesidad: va a Blgica y all lo experimenta, pero Espaa es
otra cosa, es un sueo que en l se hizo realidad en 1840. Ms tarde vendran
Inglaterra, Holanda, Alemania, Italia y Rusia, lugar ste ltimo adonde l
pensaba en principio ir slo por asuntos de negocios, y donde finalmente
descubri el misterio y la belleza de un pas desconocido.
Y en lo referente a sus paisajes, slo cabe decir que son los de un gran
pintor con una extraordinaria riqueza de colorido; son los colores en todas
las gamas posibles los que nos devuelven la imagen que el escritor grab en
su memoria. El desfiladero de Pancorbo, Despeaperros, Granada... en
Espaa; San Petersburgo, los paisajes nevados rusos, la triste Venecia, esa
acuarela a tamao natural, son cuadros modlicos en los que la luz, el color,
los matices, encantan al lector, que casi se convierte en espectador de una
belleza en estado puro. Estos tres pases, con sus diferentes tonalidades, mar-
cados por una luz tan diversa, van a dar lugar a tres paletas cromticas en ese
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1162 Mara Victoria Rodrguez Navarro
Las otras torres, las esculturas, une foule innombrable, et cette popula-
tion de pierres... sobrepasan, segn l, la cifra de la poblacin de carne y
hueso. Su descripcin del crucero es profusa y minuciosa, plagada de im-
genes, de comparaciones que no le restan ni un pice de exactitud:
5 GAUTIER, Th., Voyage en Espagne, Paris, Fasquelle, 1902, p 37. En lo sucesivo las
referencias a esta obra se indicarn entre parntesis en el corpus del texto: (V.E., p. X).
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Cuando el espacio se llena de colores: los paisajes de Gautier 1163
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Cuando el espacio se llena de colores: los paisajes de Gautier 1165
El color y la luz son para Gautier una constante en todas sus descrip-
ciones, pero tambin lo es la composicin de ese paisaje. En la naturaleza ve
un cuadro, y por eso, la aborda desde un ngulo puramente pictrico. Para l
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1166 Mara Victoria Rodrguez Navarro
Un spectacle dont les peuples du Nord ne peuvent se faire une ide, cest
lAlameda de Grenade au coucher de soleil: la Sierra Nevada, dont la den-
telure enveloppe la ville de ce ct, prend des nuances inimaginables. Tous
les escarpements, toutes les cimes frappes par la lumire, deviennent
roses, mais dun rose blouissant, idal, fabuleux, glac dargent, travers
diris et de reflets dopale, qui ferait paratre boueuses les teintes les plus
fraches de la palette; des tons de nacre de perle, des transparences de
rubis, des veines dagate et daventurine dfier toute la joaillerie ferique
des Mille et une Nuits. Les vallons, les crevasses, les anfractuosits, tous
les endroits que natteignent pas les rayons de soleil couchant, sont dun
bleu qui peut lutter avec lazur du ciel et de la mer, du lapis-lazuli et du
saphir; ce contraste de ton entre la lumire et lombre est dun effet prodi-
gieux: la montagne semble avoir revtu une immense robe de soie change-
ante, paillete et cotele dargent, peu peu les couleurs splendides
seffacent et se fondent en demi-teintes violettes, lombre envahit les
croupes infrieures, la lumire se retire vers les hautes cimes, et toute la
plaine est depuis longtemps dans lobscurit que le diadme dargent de la
Sierra tincelle encore dans la srnit du ciel sous le baiser dadieu du
soleil (V.E., p. 212).
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Los rojos, los plateados, los rosas, los tonos fuertes matizados, las
miradas de terciopelo hmedo, los labios de clavel reventn, todo se tie de
colores en su recuerdo y en sus sueos. Su colorista y sutil visin del paisaje
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7 GAUTIER, Th., Voyage en Italie, Paris, Hachette, 1855, p 210. En lo sucesivo las
referencias a esta obra se indicarn entre parntesis en el corpus del texto: (V.I., p. x).
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Cuando el espacio se llena de colores: los paisajes de Gautier 1169
Sur une ligne troite, entre le bleu ple du ciel et le gris nacr de leau, se
dessina la silhouette dune ville ou dun gros bourg (....) En face de nous,
leau prenait des teintes plus vertes; les ondulations, faibles dabord se gon-
flaient peu peu et se changeaient en vagues, quelques moutons secouaient
leur laine dcume la crte des flots (V.R., p. 56).
La mirada del miope le hace confundir unas ovejas con la espuma de las
olas que se desprenden a lo lejos y que anuncian el mar y le ayuda a construir
una imagen pintoresca. Y esta presencia del mar con su densidad inmensa
hace que los tonos plidos y nacarados del agua dulce se transformen en
slidos y opacos. La transparencia del mar est firmemente cuestionada en
los pintores de marinas, que segn Gautier no saben captar la opacidad y
solidez del agua del mar. Del mismo modo que se haba extraado de la
pobreza de paisajistas espaoles con una luz natural que favorece las
mejores paletas cromticas, critica el gusto de los pintores de marinas por
intentar plasmar la transparencia de las aguas. Para nuestro autor es un
efecto pictrico absolutamente falso.
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1170 Mara Victoria Rodrguez Navarro
Esta masa prodigiosa, muy del gusto hugoliano, tan poco colorista
durante del da, en estas latitudes siempre de un gris montono, se anima
tmidamente a la hora del crepsculo, pero este cambio furtivo de tonos no
hace ms que aportarle un aspecto ms siniestro al ambiente. Se asemeja a
un canto fnebre donde no faltan las lgrimas de plata:
Pendant que vous vous promenez sur le pont, les jambes carquilles, fai-
sant le balancier avec vos bras, le soleil descend dans un banc de nuages
gris dont il rougit les dchirures et que bientt le vent balaye. Lhorizon est
dsert, plus de silhouettes de navires. Sous le ciel dun violet ple, la mer
sassombrit et prend des tons sinistres; plus tard, le violet tourne au bleu
dacier. Leau devient tout fait noire, et les moutons y brillent comme des
larmes dargent sur un drap funbre (V.R., p. 60).
Les eaux, largement tales, semblaient plus hautes que les terres, minces
comme un trait de pinceau sur une aquarelle teintes plates. Il faisait un
temps magnifique. Une lumire tincelante mais froide tombait du ciel
clair; ctaient un azur boral, polaire pour ainsi dire, avec des nuances de
lait, dopale, dacier dont notre ciel nous ne donne aucune ide; une clart
pure, blanche, sidrale, ne paraissant pas venir du soleil, et telle quon en
imagine lorsque le rve nous transporte dans une autre plante (V.R., p. 65).
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Cuando el espacio se llena de colores: los paisajes de Gautier 1171
antique; mais tout cela dun lger, dun flou, dun vague, dun limpide, dun
clair ntre rendu par aucune palette, ni aucun vocabulaire (V.R., p. 66).
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1172 Mara Victoria Rodrguez Navarro
Pero lo que parece que le seduce ms es el paisaje del invierno, algo inusual
hasta entonces en los poetas y los pintores de la poca: Entre quinze et
vingt degrs, lhiver prend du caractre et de la posie; il devient aussi riche
en effets que le plus splendide t. Mais jusquici les peintres et les potes
lui ont fait dfaut.
Cuando el cielo est claro, de un azul de acero, un sol helado ilumina los
rboles, cristalizndolos, hacindoles pasar del mundo vegetal al mineral,
como diamantes que brillaran en un jardn metlico:
Le ciel devient clair et dun bleu qui na aucun rapport avec lazur meri-
dional, dun bleu dacier, dun bleu de glace au ton rare et charmant quau-
cune palette, mme celle dAvasovski, na reproduit encore. La lumire
tincelle sans chaleur, et le soleil glac fait rougir les joues de quelques
petits nuages roses. La neige diamante scientille, prend des micas de marbre
de Paros, et redoutable de blancheur sous la gele qui la durcie; les arbres
cristalliss de givre ressemblent dimmenses ramifications de vif-argent
ou aux floraisons mtalliques dun jardin de fe (V.R., p. 103).
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Cuando el espacio se llena de colores: los paisajes de Gautier 1173
granit, pos sur un tapis dhermine sans mouchetures, aux rayons bleus
dune lune dhiver (V.R., p. 106).
Le gusta la blancura de la nieve, por todos los valores simblicos que
estn unidos a ella: la pureza, la eternidad, el misterio. Un paisaje cubierto
de nieve esconde a los ojos del hombre sus formas, sus accidentes, todo un
sin fin de objetos que se ocultan:
Nous avons pour la neige una passion bizarre, et rien ne nous plat comme
cette poudre de riz glac qui blanchit la face brune de la terre. Cette blan-
cheur virginale, immacule, o scintillent des micas comme dans le marbre
de Paros, nous parat prfrable aux teintes les plus riches, et quand nous
foulons une route couverte de neige, il nous semble marcher sur le sable
dargent de la voie lacte (V.R., p. 357).
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1174 Mara Victoria Rodrguez Navarro
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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PROUST, M., la recherche du temps perdu. Du ct de chez Swann, Paris,
Gallimard, 1992.
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TRAVERS LES LES CAMUSIENNES
DE LA MDITERRANE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1176 Hlne Rufat Perell
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Bien pauvres sont ceux qui ont besoin de mythes. Ici les dieux servent de
lits ou de repres dans la course des journes. Je dcris et je dis: Voici qui
est rouge, qui est bleu, qui est vert. Ceci est la mer, la montagne, les fleurs.
Et quai-je besoin de parler de Dionysos pour dire que jaime craser les
boules de lentisques sous mon nez? [...] Voir, et voir sur cette terre, com-
ment oublier la leon?6.
6 CAMUS, A., uvres compltes: Essais, Gallimard, [1965] 1990 (volume II), p. 57.
Par la suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses dans le texte:
(O.C.,vol. II, p. X).
7 Ces dates sont ncessairement approximatives (et indiques par moi) tant donn
que Camus crivait souvent en parallle plusieurs textes. Ce fait permet aussi de dire que
malgr ces divisions, la tendance principale de chacun de ces cycles se retrouve aussi bien
avant quaprs les dates entre lesquelles le thme annonc est trait de manire plus explicite.
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Des multiples les recres par Camus, jen voquerai sept qui sont
celles qui caractrisent le plus luvre camusienne. En tant que
Mditerrane vcue, lAlgrie vient en premire position. Cependant, plu-
sieurs villes algriennes peuvent elles-mmes tre perues comme des les.
Alger, par exemple, concentre elle seule quelques grandes lignes de fond.
Une seule citation de Lt Alger prsente clairement ces premires
orientations: LUnit sexprime ici en termes de soleil et de mer. [...] Dans
lt dAlgrie, japprends quune seule chose est plus tragique que la souf-
france et cest la vie dun homme heureux (O.C., vol. II, p. 75). Les asso-
ciations tablies entre le soleil, la mer, le tragique et le bonheur finissent par
mettre en vidence une constellation symbolique, mditerranenne,
laquelle va se greffer, par la suite, toute une srie dimages dynamiques. Il
ne faut pas non plus oublier que le titre du recueil o se trouve lessai Lt
Alger est Noces; or ce titre voque explicitement les noces de lhomme
et de la terre (O.C., vol. II, p. 76): en effet, chacun de nous a le droit et le
devoir de trouver un lieu o le cur trouvera son accord (O.C., vol. II,
p. 75). Laccord avec lespace, comme une sorte de fusion avec la nature, va
donc dterminer une le imaginaire qui sera la fois refuge et exil de la per-
sonne (ou du personnage) qui sy trouvera.
Cependant, ce processus de transformation nest pas le seul qui permette
Camus de nommer en tant qule une ville laquelle il se sent attach.
Oran8 est tout spcialement un espace propice la rflexion: une sorte de
dsert o lon peut se recueillir parce quil sagit dune ville ferme au
monde et la mer (par sa muraille) et ouverte seulement vers le ciel. Camus
la compare au labyrinthe du Minotaure, dans Le Minotaure ou la halte
dOran (Lt), et en clbre prcisment son ambiance qui invite lintros-
pection: Il ny a plus dles. [...] Pour comprendre le monde, il faut parfois
se dtourner (O.C., vol. II, p. 813). Au terme de ses penses, le narrateur de
ce rcit constate que: Sur les plages dOranie, tous les matins dt ont lair
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dtre les premiers du monde. Tous les crpuscules semblent tre les der-
niers (II, 829). Ainsi, lespace clos de lle imaginaire rpond un temps
ternellement cyclique tout aussi imaginaire. Entre laube et le crpuscule,
toute une tension dramatique aussi, voire tragique, qui renvoie lidal grec
de la tragdie. Et de mme que le bonheur tragique est associ Alger, de
mme lternel recommencement est associ Oran.
Toutefois, Camus a encore voqu la ville dOran dans son roman La
peste, et justement pour cela, les Oranais lui en ont longtemps voulu! Il faut
dire que la prsentation initiale nest gure attrayante: [...] une ville ordi-
naire [...] sans pigeons, sans arbres et sans jardins [...]. Cest--dire quon sy
ennuie [...]9. Bien que lanecdote relve tout spcialement le ressentiment
des habitants dOran envers lcrivain, nous pouvons quant nous souligner
que prcisment lennui dont il est question est plutt bnfique puisquil
prpare une invitation une profonde rflexion: celle laquelle se livre le
Dr. Rieux.
La dernire ville insulaire dAlgrie que nous mentionnons est celle de
Tipasa. Nul doute que lenceinte des ruines de Tipasa soit plus exactement
lespace clos qui ressemble le plus lle idale camusienne: le lyrisme
exceptionnel qui sous-tend les descriptions de ce paysage est une preuve de
laccord privilgi entre la terre et lhomme vcu dans ce milieu. Les textes
parlent deux-mmes: Dans ce mariage des ruines et du printemps, les
ruines sont redevenues pierres [...] et sont rentres dans la nature (Noces
Tipasa, O.C., vol. II, p. 56). Quand, la recherche de ce miracle ter-
restre, Camus retourne Tipasa, une vingtaine dannes plus tard, il ressent
dabord une grande dception: il pleut, lenceinte est entoure de barbels et
dans cette Tipasa boueuse, le souvenir lui-mme sestompait (O.C.,
vol. II, p. 870). Pourtant, au bout dun moment, le lieu aim recouvre tous
ses pouvoirs magiques: Javais toujours su que les ruines de Tipasa taient
plus jeunes que nos chantiers ou nos dcombres. Le monde y recommenait
tous les jours dans une lumire toujours neuve Retour Tipasa (O.C.,
vol. II, p. 874).
Avec les descriptions de ces diffrentes les algriennes, on comprend
que les associations tablies entre les paysages et les sentiments, et mme
entre les paysages et les idaux, soient en fait aussi valables pour une ville
que pour une autre, pour lAlgrie que pour la Mditerrane dans son
ensemble: partir du moment o un espace ouvert (ou naturel) mditerra-
9 CAMUS, A., uvres compltes: Thtre, rcits, nouvelles, Gallimard, [1962] 1985
(volume I), p. 1219. Par la suite les rfrences luvre seront indiques entre parenthses
dans le texte: (O.C., vol I, p. X).
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nen peut tre dlimit par limagination, il acquiert toutes les facults dune
le bnfique. Les symboles dominants que nous pouvons y trouver sont: la
mer, la terre, les pierres, le soleil, les soirs (verts) et finalement la mre.
Cette dernire nest pas explicitement associe une ville ou une autre,
mais sa prgnance dans luvre camusienne est constante et elle est associe
la quitude des espaces clos. Gnralement trs silencieux le personnage
de la mre apparat sporadiquement dans les crits camusiens, comme dans
les souvenirs de Meursault dans sa prison, pour souligner des moments
dune singulire srnit.
Un autre espace mditerranen idalis par Camus au point den devenir
une le est la Grce. Avec la Grce, Camus a une relation trs intellectuelle,
car il la toujours perue et reconnue comme le berceau de notre10 civilisa-
tion. Comme la Mditerrane, elle napparat explicitement dans ses crits
quoccasionnellement, mais les idaux qui lui sont rattachs sous-tendent
luvre camusienne en gnral, des premiers aux derniers textes. Le seul
essai de fiction qui lui soit ouvertement consacr est celui de Lexil
dHlne (dans Lt). Nous y trouvons deux citations qui illustrent aussi
des leitmotivs camusiens.
La premire associe lesthtique lide de mesure: Nous avons exil
la beaut, [alors que] les Grecs ont pris les armes pour elle. [...] Notre
Europe, lance la conqute de la totalit, est fille de la dmesure (O.C.,
vol. II, p. 853). Dune part, lEurope actuelle est comparativement infrieure
en valeurs esthtiques et thiques la Grce (mais lon constate que la rf-
rence de Camus est celle dune Grce lgendaire, mythologique, et en tout
cas classique et non contemporaine ni relle). Dautre part, et probablement
en tant que consquence de la premire constatation, nous voyons apparatre
lide de dmesure qui forgera ce que Camus a appel La pense de Midi,
la fin de Lhomme rvolt. Cest donc une image forte que celle de la Grce
dans luvre camusienne. Certes, La pense de midi, la fin de Lhomme
rvolt, annonce sa volont de rconcilier, pour lui, les plaisirs que sa terre
natale (entendue comme la Mditerrane) lui a donns et les connaissances
quil en a tires. Cependant, restant trop thorique, Camus fut mal interprt,
bien que lui-mme seffort de sexpliquer11, par exemple auprs dun lec-
10 Cest nous qui soulignons, car en ce sens, Camus suivait la tendance trs tendue
au dbut du XX sicle qui sefforait de retrouver une Europe classique et forme par la
sagesse grecque.
11 QUILLIOT commente pour sa part que Camus na cd aucun patriotisme local:
[...] il sait mieux que personne que le colonialisme est africain et il a fait lloge du travai-
llisme nordique. (II, 1630).
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14 Le jeune crivain se rend en fait Minorque pour y rejoindre sa femme qui tait
cense y suivre une cure de dsintoxication dans un monastre. RUFAT, H. (coord.), Albert
Camus, Anthropos, n 499, Barcelona, Anthropos Editorial, junio 2003.
15 Au contraire, il souligne sa situation dtranger qui loin des siens et de sa langue
ne peut se rfugier que dans ses propres motions.
16 Entre autres raisons parce quil refusait de visiter un pays o un rgime dictatorial
soumettait des libertaires, faisait souffrir tout un peuple, et o ses livres taient interdits.
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1184 Hlne Rufat Perell
19 Pour BOUVIER, il sagit aussi dun mythe mridional [qui] sest cr, dans lequel
la Mditerrane est synonyme de dilatation vitale, de libert individuelle, dpanouissement
de la personnalit. Ainsi dfini, lesprit mditerranen se situerait dans la conscience euro-
penne aux antipodes du puritanisme, du pharisasme et du conformisme. Permanences
mditerranennes de lhumanisme, Paris, Socit ddition Les Belles Lettres, 1963,
p. 150.
20 Ce texte posthume est publi par les ditions Gallimard, grce aux bons soins de
Roger Quillot, dans le deuxime volume des oeuvres compltes dAlbert Camus, dans la
collection La Pliade.
21 BARTFELD, F. -OHANA, D. (dir.), op. cit., p. 210
22 En fait, Goethe rcupre le mythe dEuphorion de la lgende des amours pos-
thumes dHlne et dAchille (ce dernier tant revenu des enfers...). N avec des ailes, et
ayant une grande beaut, Euphorion devient la victime des effusions de Zeus qui, constatant
la rsistance son dsir, foudroie le jeune homme dans sa fuite.
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travers les les camusiennes de la Mditerrane 1185
Nous navons nullement rpudi le vieil hritage, mais nous avons choisi de
nous tablir dans sa part tnbreuse. La Grce des Belles Lettres ne nous
plat plus. Nous retient celle qui sent le sang et la mort, la dionysiaque, la
Grce des antres et des mythes [...]. Le soleil mais tragique. La fte mais
populaire. La Mditerrane mais pre et capiteuse. La Mditerrane des
pauvres24.
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1186 Hlne Rufat Perell
dont personne (ni mme lui) ne veut dans lactualit parce que les circons-
tances sociales forcent loubli: Je vis dans ma famille, [...] son malheur
est le mien, [...] je serai fidle. (O.C., vol II, p. 876). Car avoir un compor-
tement non solidaire au sein dune socit est inutile. Cest en conservant le
secret de la valle mditerranenne illumine et en le transmettant fidle-
ment de gnration en gnration que lespoir dun renouveau social est tou-
jours permis.
En consquence, aux espaces rvs rpondent, en toute harmonie, des
temps rvs. Et si les espaces rvs ressortent tous des les mditerra-
nennes, une sorte de rverie de la Mditerrane, il est logique de constater
que ce temps spirodal (dternel recommencement progressif) repose aussi
sur les comptences et les capacits humaines de rgnration, si tant est que
ces tres humains veuillent bien tre un peu mditerranens! Alors, chaque
petit royaume, vcu dans lisolement ou dans lexil, quil sagisse dune
rgion ou dune le, est une sorte dle rve mditerranenne, un espace de
mort et de renouveau; un microcosme de la Mditerrane.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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La postrit du soleil, Lausanne, Edwin Engelberts, ditions de laire,
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LVI-VALENSI, J. - SPIQUEL, A. (Textes runis par): Permanences mdi-
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RUFAT, H. (coord.), Albert Camus, Anthropos, n 499, Barcelona,
Anthropos Editorial, 2003.
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LE DISCOURS DUBITATIF:
ESPACE DACCUSATION ET DE DNONCIATION
CATALINA SAGARRA
Trent University Petersborough
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1188 Catalina Sagarra
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Le discurs dubitatif: espace daccusation et de dnonciation 1189
Le doute plane sur cet tre et sa fin tragique mme si le texte est jalonn
dhypothses diverses, car aucune ne sera jamais confirmer ni infirmer.
Rama en tant que signe femme sera la reprsentation symbolique de la
femme victime des murs dun temps, dune part, et de la femme nigma-
tique, et donc insaisissable, dautre part, ces murs-mmes lui refusant le
droit la parole. Ces murs, le texte nous les sert musulmans, lore dune
monte fondamentaliste. Sans adhrer lextrmisme religieux, la narratrice
affiche progressivement ses sympathies pour le mouridisme. Or ce quil faut
retenir du soufisme de cette confrrie, cest la dimension contestataire que le
texte veut privilgier en renvoyant plus ou moins directement son fonda-
teur, Cheikh Ahmadou Bamba. Cet homme qui vcut la fin du XIX
dbut du XX sicle, reprsente, dans limaginaire sngalais, la figure
hroque et spirituelle du combattant contre lempire colonial franais. Les
allusions ce personnage renvoient directement son histoire, bien quil ne
soit jamais explicitement nomm: [] le Gabon, o le plus Grand Serigne
avait t dport. De cette dportation o il avait crit la plupart de ses
pomes, ses milliers de pomes qui lavaient soutenu et nous soutiennent
encore et pour toujours (R.CH.S., p. 134).
Cest donc dans un rapport profond un pass contestataire que la nar-
ratrice veut raconter son histoire quelle mle celle de Rama.
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1190 Catalina Sagarra
Ah, le Ndigueul!
Ctait de lui dont nous avions besoin pour nous redresser, nous
remettre. Car accepter le Ndigueul tait un choix. On ne suivait pas le
Ndigueul laveuglette ou par endoctrinement, ni dune faon institution-
nelle. Le disciple lui-mme choisissait son Serigne indpendamment de son
pre ou de sa mre. Ensuite, il prenait son temps pour se prparer lide
de se soumettre ce choix et se convaincre de son propre et libre choix.
Quand un disciple tait sous le Ndigueul, il ne fonctionnait que par lui
(R.CH.S. p. 149).
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Le discurs dubitatif: espace daccusation et de dnonciation 1191
quelle a vcu en Occident, mais quelle est revenue sa terre natale parce
que lAilleurs la meurtrie. Elle ressent une rupture identitaire et ne sait com-
ment y faire face, si ce nest en revenant aux sources. Je navais plus le
choix. Jtais l parce que je ne savais plus o aller (R.CH.S., p.145).
Elle cherche un refuge o tre sous la tutelle protectrice des siens, sans
vraiment rejeter son vcu; elle dplore simplement que ce rapprochement
vers une culture et un lieu autres, elle lait fait aux dpens de ses racines.
Comme je regrettais davoir voulu tre autre chose, une personne quasi irr-
elle, absente de ses origines, davoir t entrane, influence, trompe, da-
voir jou le numro de la femme mancipe, soi-disant moderne, davoir
voulu y croire, dtre passe ct des choses, davoir rat une vie, peut-
tre. Parce quon mavait dit de renoncer ce que jtais, alors que jaurais
d rester moi-mme et mieux mouvrir la modernit (R.CH.S., p. 111).
Elle se trouve donc entre deux moments, deux temporalits, deux his-
toires, deux cultures. Grce cet interstice2 qui souvre dans son destin, la
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1192 Catalina Sagarra
3 Ibid, p. 82.
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Le discurs dubitatif: espace daccusation et de dnonciation 1193
4 Ibid, p. 36.
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1194 Catalina Sagarra
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Le discurs dubitatif: espace daccusation et de dnonciation 1195
ses de la narratrice sur lhabitus social qui enferme les femmes dans un rle
de subalternes, voire dopprimes: Mais quand donc les Augures allaient-
ils nous annoncer lavnement de notre libration et de notre renaissance?
(R.CH.S., p. 34).
Pourtant, le texte napportera pas vraiment de rponses toutes les ques-
tions souleves, car il sagit plutt de comprendre pourquoi une socit agit
de la sorte, saisir son fonctionnement, et tenter, dans le cas de la narratrice,
de rcuprer cette parcelle didentit gare en Occident: Il fallait que je
rserve aux miens une partie de ma vie, que nous en vivions ensemble ne
serait-ce quune seule portion [] ctait ncessaire si je voulais mourir
chez moi (R.CH.S., p. 112).
La narratrice re-pense son monde en retravaillant son identit de femme
avec et sous le regard complice du lecteur. Sil fallait rsumer ce discours
dubitatif qui travaille le texte, ce serait sans doute autour de la polygamie
quil faudrait se situer. Ds les premiers chapitres, le texte revient continuel-
lement sur la co-habitation des co-pouses du Serigne. Pour saisir lattitude
et lacceptation de ces femmes, le texte se demande sil sagit, dans leur cas,
d Une femme disciple ou [d] une pouse? (R.CH.S., p. 66).
En rsum, cette femme veut, partir de sa perspective de minoritaire,
parce que femme, dune part, et diffrente, dautre part peu importe la cul-
ture par rapport laquelle on veuille bien lvaluer et la situer, redfinir
un lieu au fminin. Mais cest le processus de redfinition quil faut retenir,
non laboutissement, puisque son sort et celui de Rama sont diamtralement
opposs et souvent fort ambigus. Ce nest qu travers lintellection que
ltre humain peut dpasser les conditions les plus adverses. Cest pourquoi
ce roman ouvre un espace dubitatif un livre la main la premire fois que
narratrice sera reue chez le Serigne, elle aura un livre portant sur la condi-
tion fminine o seront dbattus les problmes au fminin lavant-
dernier chapitre, ce sera la narratrice qui sera sur le point dcrire un livre,
celui-ci l mme que le lecteur vient de lire et dans lequel elle aborde la
condition de la femme dans la socit sngalaise en opposant deux destins
de femmes o tradition, abngation, dsuvrement, rvolte, acceptation,
dnonciation et ngociation se disputent la r-criture dune imago culturelle
diffrente. Le pass ne ressort aucunement victorieux du processus de ngo-
ciation men par le discours dubitatif, mme si la narratrice est parvenue
recouvrer un noyau identitaire, mais la modernit en ressort tout aussi cor-
che cause de ce mme processus. Ce livre interpelle donc le lecteur parce
quil re-pense deux mondes qui se croient aux antipodes lun de lautre, mais
surtout parce quil naboutira pas la re-construction dun univers machia-
vlique o le systme dualiste propre la pense coloniale reconnaisse de
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1196 Catalina Sagarra
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
BUGUL, K., Riwan ou le chemin de sable, Paris / Dakar, Prsence Africaine,
1999.
BHABHA, H.K., Nation and Narration, London / New-York, Routledge,
1990.
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ESPACIO Y VOZ DEL AUTOR
EN LAS PROSIFICACIONES DE FINALES
DE LA EDAD MEDIA
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1198 M. Jess Salillas Paricio
el anlisis de las intrusiones del autor lo que le permite afirmar que las prosi-
ficaciones no son meras traslaciones, sino que hay en ellas un trabajo per-
sonal tanto de seleccin de material como de creacin individual: Le texte
en vers prsente ce quon nomme traditionnellement des interventions de
lauteur. Si la mise en prose tait une simple translation, un drimage, on
pourrait sattendre ce que ces interventions soient comme mcaniquement
conserves, or non seulement elles ne passent pas toutes, mais il sy dessine
un choix, des procds qui ne paraissent pas indiffrents3.
Este trabajo personal de recreacin es el que nos proponemos estudiar
aqu, haciendo un anlisis comparado de las intrusiones del autor en dos tras-
laciones prossticas con sus correspondientes fuentes en verso: La
Manekine4 prosificada por Jean Wauquelin que hace referencia expresa a la
obra rimada de la que se nutre5 y Le Roman du chastelain de Coucy et de la
dame de Fayel6 puesta en prosa por una autor annimo que en ningn
momento cita la novela en verso que le sirve de modelo7.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacio y voz del autor en las prosificaciones 1199
y la novela. Maurice Delbouille ha llevado a cabo la edicin crtica de esta novela a partir de
este segundo manuscrito, ya que lo considera la fois plus complet et moins remani que
(A), Le Roman du Castelain de Couci et de la Dame de Fayel par Jakemes, Edition tablie
laide des notes de Jonh E. Matzke, Paris, Socit des Anciens Textes Franais, 1936.
8 Teniendo en cuenta que en la novela medieval, como bien afirma Michel Zink: Le
je ne renvoie qu lauteur. La Subjectivit littraire (Autour du sicle de Saint Louis), Paris,
P.U.F., 1985, p. 31.
9 Para Fernando Gmez Redondo no cabe la menor duda: El registro verbal del
mundo comentado est formado por los tiempos del presente, del futuro y del pasado com-
puesto, mientras que el relativo al mundo contado abarca los del imperfecto, del pasado, del
pluscuamperfecto y del condicional. El texto se aspectualiza con un uso o con otro: los
tiempos del mundo comentado obligan al receptor a incorporarse a la narracin como un ser
actuante.... El lenguaje literario, Madrid, EDAF, 1994, p. 214. En este mismo sentido, vase
WEINRICH, H., Les temps et les personnes, in Potique, 39, 1979, pp. 338-352; as como
Le temps (le rcit et le commentaire), 1964, Paris, Editions du Seuil, traduction de lallemand
par Michle Lacoste, 1973, pp. 35-49.
10 AA.VV., Seuils de loeuvre dans le texte mdieval, Paris, Presses de la Sorbonne
Nouvelle, 1er semestre 2002. tudes recueillies par Emmanule Baumgartner et Laurence
Harf Lancner, pp. 9-10.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1200 M. Jess Salillas Paricio
gada al inicio de las novelas a lo largo de toda la Edad Media11. Estos pr-
logos cuentan con una serie de elementos que se repiten de forma casi idn-
tica en todas las obras. Claude Lachet seala diez elementos esenciales:
frmula con una funcin ftica, alabanza de la obra, identidad del autor,
dedicatoria, referencia a las fuentes, objetivos de la obra, nostalgia del
pasado y crtica del presente, resumen de la historia, intento de vincular a los
personajes con hroes clebres y frmula de cierre12. Gran parte de estos ele-
mentos estn presentes en los prlogos de nuestras obras.
En efecto, podemos observar cmo en La Manekine en verso el autor se
cita a s mismo (vv. 1-3). A continuacin, expone el doble objetivo que pre-
tende conseguir con su obra, no slo deleitar sino tambin ensear (vv. 4-6).
Sigue la invitacin a una escucha silenciosa y atenta para que el cuento
llegue al corazn del auditorio (vv. 23-27). Recurre tambin a la captatio
benevolentiae, disculpndose sobre todo por sus escasos conocimientos para
componer, aunque advierte que la veracidad de esta historia lo ha inducido
a ponerla en rima para que no se pierda (vv. 30-38). Finalmente, cierra el
prlogo con una frmula que permite iniciar la novela propiamente dicha
(vv. 45-48).
Por su parte, Jean Wauquelin al llevar a cabo la adaptacin en prosa
insiste en que la historia ya ha sido contada con anterioridad en verso y que
l la transcribe en prosa tanto para embellecerla como para que sea ms y
mejor conocida, suprimiendo para ello toda la dificultad de la Retrica
(p. 268)13. Dedica su obra a prncipes y valerosos seores para que no se
dejen influenciar por los traidores y sus malos consejos y para que sean
capaces de gobernar adecuadamente. Aade una interpretacin muy per-
sonal de la obra en verso inscribindola bajo la autoridad de la caprichosa
diosa Fortuna (p. 268). Y, finalmente, concluye su prlogo con la conocida
frmula de falsa modestia14:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacio y voz del autor en las prosificaciones 1201
Si supli benignement a tous ceulx qui ceste histore liront, que mon ygno-
rance leur plaise moy pardonner et le debonnairement corigier, et le bien
qui y est a Dieu atribur et du pourfit dicelle mondit seigneur consoler et
lor (p. 268).
Esta misma frmula ser de nuevo utilizada para cerrar la obra, en el ep-
logo. De tal forma que si en La Manekine en verso Philippe de Rmi insista
en la ltima secuencia sobre todo en el carcter moralizante de su obra y uti-
lizaba una brevsima frmula final con la intencin casi exclusiva de poder
incluir su nombre, en la prosificacin el autor interviene de forma mucho
ms extensa para completar el prlogo inicial e indicar tanto el nombre de la
persona que le ha encargado el trabajo, Jehan de Croy, como el suyo propio,
solicitando la misma indulgencia que al principio, as como la gracia de Dios
(pp. 365-366).
Un prlogo de 54 versos inicia tambin Le Roman du Castelain de
Couci, donde el autor expone el sentido que quiere dar a su obra, animando
al receptor (oyente / lector) a seguir con atencin la historia que va a contar.
As pues, indica cmo Amor le ha inspirado para escribir este conte y
deleitar con l a todos los enamorados (vv. 1-7). A continuacin, expresa su
aoranza por los tiempos pasados en los que prncipes y nobles componan
canciones de amor y, aunque sabe que en estos momentos ya no se hace e
incluso est mal visto, l decide lanzarse a tal empresa con el deseo de satis-
facer al menos a su amada (vv. 51-54).
En el eplogo, que consta de 77 versos, el autor sigue haciendo una
defensa del amor sincero y verdadero que debe ser leal, slido y secreto.
Aparecen aqu todos los tpicos del perfecto amante corts que debe
soportar numerosas pruebas y sufrimientos hasta hacerse merecedor de la
recompensa de este amor. Se podra esperar que en el eplogo el autor indi-
case su nombre, sin embargo prefiere mantener el anonimato as como el de
la dama para quien ha rimado esta bella historia de amor. A pesar de ello, no
se resiste a incluir unos indicios que permitan reconocerlo (en forma de
acrstico), sobre todo con la esperanza de que su amada lo sepa y le otorgue
su recompensa (vv. 8250-8260). Al concluir la novela de esta forma, es
como si el autor la hubiese concebido toda ella como una verdadera cano
damor, al igual que las que compone el protagonista a lo largo de la historia
para la dama de Fayel.
En la traslacin prosstica, el prlogo sufre una fuerte reduccin, pues
apenas ocupa un folio y, adems, el sentido de la obra aparece sustancial-
mente modificado. La caracterstica esencial de este prlogo es el distancia-
miento del autor que suprime toda confidencia amorosa. El prlogo queda
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Espacio y voz del autor en las prosificaciones 1203
los cantares de gesta como en las primeras novelas se trata sobre todo de una
frmula de comunicacin entre el autor y un auditorio ms o menos amplio,
con la finalidad de mantener la atencin y el suspense de aquellos que escu-
chan las obras16. En cambio, en las obras en prosa, y de forma muy especial
en la traslacin de La Manekine, esta frmula se transforma en un medio
para organizar la materia. Es evidente que tambin sirve para mantener el
inters y el suspense, pero en este caso del lector. Un dato importante, en
este sentido, es la utilizacin de algunas indicaciones que remiten ya no sim-
plemente a un antes o a un despus en el momento de contar la historia,
sino al espacio concreto del libro: lo que ya se ha dicho, o ms exactamente
escrito, dessubz (arriba) o devant (delante) y, por oposicin, lo que se sigue
escribiendo debajo o detrs. En definitiva, se est creando lo que Michle
Perret define como un espacio en el que se establece la relacin de comuni-
cacin entre el autor y su pblico, es decir, le livre lui-mme17.
Sin embargo, no es nicamente en estos versos de transicin y en las
ltimas o primeras lneas de captulo donde los autores intervienen directa-
mente. En diferentes puntos de las obras, aparecen articulaciones del relato
en primera persona y en presente, pretrito perfecto compuesto o futuro. Se
trata de la llamada fonction rgie18, cuya finalidad no es otra que la de
organizar y estructurar el relato, es decir, sealar el paso de una parte a otra
o de un personaje a otro, anticipar o rememorar ciertos acontecimientos,
indicar las reducciones o incluso las supresiones de algunas escenas y sobre
todo de extensas descripciones, cuando el autor juzga que no merece la pena
detenerse en ellas o que pueden resultar aburridas para el receptor de la
novela19.
16 Pierre Gallais, despus de analizar este tipo de frmulas en 310 obras, afirma: De
quelle oeuvre peut-on assurer quelle nait pas t destine la lecture publique ou semi-
publique, quelle ait t rserve la lecture prive, des yeux? Sincrement, jusquau
milieu du XIIIe sicle, nous nen trouvons aucune. Vase Recherches sur la mentalit des
romanciers franais du Moyen ge. Les formules et le vocabulaire des prologues I, in
Cahiers de Civilisation mdivale, 7, 1964, p. 486.
17 PERRET, M., De lespace romanesque la materialit du livre, lespace nonciatif
des premiers romans en prose, in Potique, 50, 1982, p. 179.
18 BAUMGARTNER, E., Le rcit mdival, Paris, Hachette, 1995, p. 126.
19 Como seala Aim Petit, sta es una de las mayores preocupaciones de los autores
medievales: (...) compte tenu de ltendue de son oeuvre, le romancier obit alors une pr-
occupation essentielle: conserver lattention et ne pas lasser la bienvaillance dun public
beaucoup plus libre face son roman quil ne lest lors de la dclamation dune chanson de
geste. Le romancier devient son propre mdiateur. Cf. Naissances du roman. Les techniques
littraires dans les romans antiques du XIIe sicle, Paris-Genve, Champion-Slatkine, 2
volumes, 1985, p. 773.
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Espacio y voz del autor en las prosificaciones 1205
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se le quiera dar. Tanto Philippe de Rmi como Jean Wauquelin lo han puesto
de manifiesto en los correspondientes prlogos y eplogos. Sin embargo, su
presencia en primera persona volver a aparecer en numerosas ocasiones a
lo largo de sus respectivas obras, no slo mediante refranes populares, pro-
verbios y expresiones hechas, que aportan viveza y realismo al relato a la vez
que ayudan a entender mejor la leccin que se pretende transmitir, sino tam-
bin con extensas explicaciones y reflexiones personales que se encargan de
recordar esta funcin edificante. El prosificador mantiene algunas de estas
reflexiones personales, pero suprime las que son excesivamente extensas. En
cambio, aade latinismos que no aparecen en la fuente en verso. En cinco
ocasiones recurre a este tipo de citas en latn, ofreciendo la traduccin inme-
diatamente despus. De este modo, la obra en prosa de Jean Wauquelin
adquiere un tono ms elevado y se acerca a la literatura cronstica y tambin
a la hagiografa culta.
Le Roman du Castelain de Couci en verso, por su parte, no tiene una fun-
cin moralizadora tan evidente como La Manekine. Es ante todo una novela
de amor, pero aun as su autor, como la mayora de los autores medievales,
aprovecha la mnima ocasin que se le presenta para transmitir una ense-
anza y para aleccionar a su pblico, mediante reflexiones personales. En
este caso, el prosificador annimo omite todas estas intervenciones. Resulta
evidente que no tiene ningn inters en transmitir lecciones de moralidad o
de comportamiento. Esto ya se ha puesto de manifiesto al acortar sustancial-
mente el prlogo y al suprimir por completo el eplogo. En este sentido, el
nico inters que mueve al autor para trasladar la novela en verso de
Jakemes a la forma-prosa es actualizar esta trgica historia de amor para que
no caiga en el olvido.
En resumen, aunque las intrusiones del autor no desaparecen en estas
traslaciones prossticas, s sufren modificaciones importantes en el sentido
de que se acortan en gran medida. Los prosistas no dudan en intervenir en
primera persona para explicar el sentido de su obra desde el mismo prlogo.
Adems, al igual que los autores de las obras en verso, tambin sienten la
necesidad de intervenir personalmente para estructurar y organizar el relato
con la intencin de orientar y guiar al receptor de estas nuevas obras.
Sin embargo, se observa una fuerte disminucin de su presencia en pri-
mera persona para llamar la atencin del pblico e intentar introducirlo
dentro de la ficcin. De igual modo, se observa una notable reduccin de las
intervenciones de autor para llevar a cabo una funcin puramente moraliza-
dora en forma de extensas reflexiones personales. No cabe duda de que los
prosificadores desean trasladar la historia, pero no se implican en ella tan
directamente como lo hacan sus predecesores. Quizs, en este sentido, la
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Espacio y voz del autor en las prosificaciones 1207
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ESPACIO AREO Y ESPACIO TERRESTRE,
LUGARES DE PROYECCIN INTERIOR
INTRODUCCIN
El tema que centra las intervenciones en este congreso, espacio y texto, me
sugiri la posibilidad de trabajarlo a travs de las obras de A. de Saint-
Exupry, autor que conozco con alguna profundidad por distintas investiga-
ciones llevadas a cabo, sus textos me haban convencido de la presencia del
espacio como un elemento determinante y evidente en su narrativa. Por lo
general, las imgenes que persisten en nuestra memoria relativas a este
escritor son las de hroe de la aviacin, cuyos libros son testimonio de las
dificultades del piloto en los primeros aos de la navegacin area. La figura
que revivimos a propsito de l est ligada al avin.
Curiosamente, si intentamos detenernos en ese espacio areo para
encontrar descripciones de esta dimensin csmica, son escasas las alu-
siones directas del autor a este propsito. Sin embargo, el autor, desde este
escenario privilegiado, lleva a cabo la interpretacin del mundo terrenal de
modos distintos, segn los diversos mbitos a los que dirige su atencin. En
la casi totalidad de las obras, la accin se desarrolla en el ambiente de la
aviacin y, en gran parte, en el aire; por el contrario, la obra pstuma, nica
que se sita en la tierra, dentro de la ciudadela del desierto, ofrece mayor
nmero de referencias simblicas al medio celeste. Esa construccin fortifi-
cada, smbolo de firmeza frente al enemigo, es el ltimo reducto humano
capaz de hacer renacer al hombre nuevo, alimentado por las races de una
civilizacin que Saint-Exupry crea en peligro de extincin. La Citadelle
emplazada en el desierto es smbolo del eje sobre el que desea modelar una
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1210 ngeles Snchez Hernndez
nueva sociedad. Esta creacin sienta sus bases en la parte esencial del
hombre, en su corazn, pero con la mirada dirigida hacia lo ms elevado.
En nuestra exposicin, vamos a revisar los espacios narrativos en los que
se desarrollan las obras que pueden calificarse ms fcilmente de novelas,
Courrier sud o Vol de nuit, contrastando las consideraciones que sugieren
los mbitos geogrficos de la ficcin con el testimonio personal del autor, en
cartas enviadas a sus allegados, para determinar qu importancia tena para
l el medio exterior en el que se desenvolva su vida. En publicaciones pos-
teriores, Terre des hommes o Pilote de guerre, el autor transcribi ms abier-
tamente sus reflexiones y su pensamiento, por lo que la comparacin con las
palabras que pudiera ofrecer a sus familiares o amigos nos proporcionara
datos muy semejantes. En Citadelle, el escritor repite frases con sentido
similar a las reflexiones recogidas en los Carnets.
ANLISIS DE LA PRODUCCIN
En una primera aproximacin a sus obras, la acepcin de espacio como sin-
nimo de aire, fluido que conforma la atmsfera terrestre, no parece relevante
para comprender el sentido de los textos. Sin embargo, hay otra definicin
ms filosfica, heredada de la ciencia fsica, en la que el espacio slo existe
por relacin a los cuerpos, es decir, el espacio no es ms que el conjunto de
relaciones de distancia entre dos o ms cuerpos; o entre los puntos de un
mismo cuerpo. Esta dimensin es, justamente, la que interesa al escritor y en
esa dimensin trabajamos.
En esta comunicacin, queremos presentar las distintas relaciones que
se establecen entre el personaje y los espacios en los que se desarrolla la
accin relatada en las obras de A. de Saint-Exupry.
1 SAINT-EXUPRY, A., Vol de nuit, Paris, Gallimard, 1931, p. 21. En lo sucesivo las
referencias a esta obra se indicarn entre parntesis en el corpus del texto: (V.N., p. x).
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Espacio areo y espacio terrestre, lugares de proyeccin interior 1211
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Tout ce qui fait douce la vie des hommes grandissait vers lui: leurs maisons,
leurs petits cafs, les arbres de leur promenade. [...] Fabien et dsir vivre
ici longtemps, prendre sa part ici dternit, car les petites villes, o il vivait
une heure, et les jardins clos de vieux murs quil traversait, lui semblaient
ternels de durer en dehors de lu. (V.N., p. 19).
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Espacio areo y espacio terrestre, lugares de proyeccin interior 1213
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Espacios designados
A pesar de su preferencia por el medio areo, Saint-Exupry no logra
librarse de lo que denomina pesanteur (T.H., p. 67), elemento que acta
como un imn que le conduce a la casa originaria. Los lugares terrestres ms
recurrentes en sus textos son, posiblemente, el desierto y la casa familiar
infantil. Ya hemos comentado que no quiere ignorar las obstculos geogr-
ficos, imgenes de las dificultades humanas, por lo que supone de falsifica-
cin de la realidad. Quizs por este motivo, llega a amar profundamente el
desierto, como lugar desprovisto de refugio natural; en l, la inmensidad se
impone a los ojos humanos sin posibilidad de encontrar escondrijo donde
ocultarse y, por esa razn, es la dimensin preferida de reencuentro con lo
fundamental. Para descubrir el desierto, el hombre necesita conservar la
voluntad de lograr su meta como afirma en Terre de Hommes: Sil [ le
dsert] nest dabord que vide et silence, cest quil ne soffre point aux
amants dun jour (T.H., p. 77). Por esta razn, alcanzar el conocimiento
esencial entraa la determinacin para conseguirlo y el esfuerzo para no des-
istir, pero la comprensin definitiva se consigue por medio del corazn y no
de la inteligencia (T.H., p.110). Llevar al desierto as como adentrarse en la
noche poseen gran semejanza desde el punto de vista filosfico8, las dos
experiencias albergan un sentido purificador que se asemeja al proceso ms-
tico.
La inmensidad del espacio simblico del desierto resuena en el ser
ntimo. Gaston Bachelard9 constata que el soador se ve liberado de sus pre-
ocupaciones, de sus pensamientos e incluso de sus sueos cuando la inmen-
8 LPEZ QUINTS, A., Anlisis esttico de obras literarias, Madrid, Narcea, 1982,
p. 240.
9 BACHELARD, G., La potica del espacio, Mxico-Madrid, Fondo de cultura eco-
nmica, 1965, pp. 233-243.
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Espacio areo y espacio terrestre, lugares de proyeccin interior 1215
Elle [la tendresse] est bien grande et me cote bien des mlancolies et je ne
puis penser mon coin de terre sans une grande faim dtre l-bas. Et sans
serrer les poings parmi toutes ces foules en pensant lodeur des tilleuls de
Saint Maurice, lodeur des armoires, votre voix, aux lampes dAgay. Et
tout ce que je dcouvre qui fait de plus en plus le fond de moi-mme10.
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Espacio areo y espacio terrestre, lugares de proyeccin interior 1217
veau dAntoine est sans relche au travail. Il lui est aussi naturel que la res-
piration lest au poumon15. Su mente se evada con facilidad del ambiente
que le envolva para responder a las dudas que le asaltaban, y su mirada
pareca perdida entre sus pensamientos. El habitat del aire y la soledad de la
que disfrutaba en l eran un privilegio para aliar la introspeccin a la que
tenda por naturaleza y la necesidad de disciplina que se impona a s mismo,
obligatoria para realizar su trabajo. Los rasgos de disciplina y de orden no
formaban parte natural de su carcter. Nunca lleg a adaptarse del todo al
mundo en el que viva; en su juventud por una incapacidad personal de
manifestarse tal como era y, ms tarde, porque los valores que predominaban
en la sociedad le resultaban desconocidos, la civilizacin que l valoraba ya
no la perciba entre sus semejantes.
15 SAINT-EXUPRY, S., Cinq enfants dans un parc, Paris, Gallimard, 2000, p. 22.
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Ta cit mourra dtre acheve. Car ils vivaient non de ce quils recevaient
mais de ce quils donnaient. [] Car une cit ne sachve point. Je dis
quest acheve mon oeuvre simplement quand manque ma ferveur. Ils meu-
rent alors parce quils sont dj morts. Mais la perfection nest point un but
que lon atteigne. Cest lchange en Dieu. Et je nai jamais achev ma ville
(C., p. 88).
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CONCLUSIONES
En esta comunicacin he querido mostrar cmo, a lo largo de la produccin
literaria de Saint-Exupry, los espacios en los que estableca su vida y la
accin novelstica eran, fundamentalmente, lugares ms relacionados con la
proyeccin de necesidades ontolgicas personales que con la necesidad
aventurera o de reconocimiento pblico con la que se le ha presentado a
menudo.
Este autor, que ha sido malinterpretado en ocasiones, criticado fuerte-
mente a partir de los aos sesenta, despus de un ensalzamiento como hroe
de guerra en los aos inmediatos a su desaparicin, y que no es citado en
antologas de los aos noventa, debera ser reledo desde una perspectiva
menos heroica y ms vinculada a una esencia humana que comienza por la
construccin y el conocimiento del propio yo, que permita la construccin
de un nosotros en mayor armona.
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Espacio areo y espacio terrestre, lugares de proyeccin interior 1221
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EL RELATO EN VERSO COMO ESPACIO PARA
LO BURLESCO: LE ROI DE FOULE-POINTE
DE JACQUES CAZOTTE
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1224 Alfonso Saura Snchez
utiliza mucho conte en el siglo XVIII para los relatos plaisants en verso
tales como los que hicieron Grcourt, Hamilton, Vergier y otros a la manera
de La Fontaine, que tambin en este gnero es considerado el modelo. Es
conocido el prrafo de Prevost en el que justifica el uso de nouvelle para
toute espce de rcit amusant, tout ce que nous renfermons sous les dno-
minations de Contes et de Nouvelles1. En general las ancdotas plai-
santes suelen asociarse con nouvelle aunque los escritores, como el
mismo La Fontaine, se consideren conteurs. A veces se asocia conte
con lo maravilloso y lo oriental, al estilo de Galland, o con lo licencioso
como los cuentos libertinos de Grecourt. Por eso es importante la denomina-
cin de conte moral dada por Marmontel. Al narrar una ancdota o his-
toria breve que trata de costumbres y sentimientos con finalidad edificante,
el termino conte empieza a emplearse para historias serias. Por eso
Diderot en 1772, al clasificar los cuentos en tres grandes grupos, incluye los
de Marmontel entre los histricos o verdicos y los califica de nouvelle al
tiempo que los aproxima a los de Cervantes o Scarron. Recuerdo que para
Diderot el cuento merveilleux es aquel donde la ralit est hypoth-
tique como en Homero, Virgilio o el Tasso; les plaisants son aquellos en
los que le charme de la forme drobe toujours linvraisemblance du fond
como en los cuentos de Ariosto, Hamilton o La Fontaine; y les historiques
son los que tienen por objeto la verdad rigurosa, en los que el cuentista
quiere ser credo, Tel quil crit dans les nouvelles de Scarron, de
Cervantes, de Marmontel2.
Quizs ms importante que la denominacin fluctuante sea el hecho de
que el relato breve de esta poca se concentre en la nouvelle-anecdote y
se aleje de la nouvelle-petit roman3, siguiendo la distincin de Ren
Godenne4. Junto a la estructura narrativa simplificada, el carcter del relato
puede ser muy variado, ocupando todo el espectro de intereses: libertino o
moral, filosfico, alegrico o sentimental, puede incidir en el individuo o en
las virtudes sociales, en lo extico o en la vida cotidiana.
1 PRVOST, Abb A.-F., Le Pour et le Contre, ouvrage priodique dun got nou-
veau... Paris, 1733-1740, 20 vol. (BNF: Z-12827-46), XVII, feuille CCXL, pp. 55-56.
2 DIDEROT, D., Quatre contes, Ed. critique avec notes et lexique par Jacques Proust,
Genve, Droz (Textes littraires franais), 1964, pp. 65-66.
3 GODENNE, R., Histoire de la Nouvelle Franaise aux XVIIe et XVIIIe sicles,
Genve, Droz, 1970, p. 173.
4 Para Godenne la nouvelle-anecdote relata una historia breve, de una sola intriga
sin episodios ni peripecias novelescas, etc. frente a la nouvelle o conte que reproduce,
en pequeo, las caractersticas del roman. .
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El relato en verso como espacio para lo burlesco 1225
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1226 Alfonso Saura Snchez
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El relato en verso como espacio para lo burlesco 1227
Le Lieutenant:
Vous me connaissez... daventure,
Ntes-vous pas?... ( part) cest lui, jen jure.
Ntes-vous pas Thomas Farais,
Le tonnelier de lAventure,
Qui nous causa tant de regrets?
Le Roi:
Cest moi, vous voyez la posture (...). (Ibid., p. 539).
12 Ibid., p. 550.
13 Ibid., loc. cit.
14 Le Roi:
Je le voudrais; mais ma personne.
Est la rcompense de ceux.
Qui maident me tirer mieux.
Des embarras de la couronne.
Tous se montrent ambitieux.
De vouloir me donner leurs filles,
Pour que jhonore leurs familles.
Si je prfre lun dentre eux,
linstant lautre le jalouse.
On vient me tourmenter: jpouse.
Et jajoute mes superflus.
Encore une femme de plus;
Puis de btards une abondance;
Jen suis effray quand jy pense (Ibid., p. 546).
15 Le Lieutenant:
(...) Et vous nous proposez un vol!
Le Roi:
Vous ne causerez nul dommage:
Ce trsor ferait lhritage.
Dun autre imbcile de roi.
Qui ne ferait pas plus que moi (Ibid., p. 549).
16 On trouve au pied dune colline.
Un homme sur un tabouret,
Poing sur le flanc, tte leve,
Coiffure en plumes releve,
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1228 Alfonso Saura Snchez
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El relato en verso como espacio para lo burlesco 1229
autor, a la Ramide que acababa de ser publicada por Rameau. El autor pre-
senta su obra y justifica su edicin entre excusas de modestia:
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1230 Alfonso Saura Snchez
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El relato en verso como espacio para lo burlesco 1231
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1232 Alfonso Saura Snchez
On a cherch crire cette nouvelle dun style qui pt convenir aux acteurs
quon devait y introduire. Ce nest point le ton de Scarron quon a cherch
prendre; mais celui dun homme qui, dans le sicle pass, donnait une
gazette en vers. Si ce ton peut produire de la varit dans lamusement,
pourquoi le proscrire, surtout sil sadapte mieux quun autre quelque
matire? La monotonie engendre le dgot. Cest parce que les vers parais-
sent tous sortir de la mme plume, plus ou moins mal taille, que depuis
longtemps ils ont rebut les lecteurs24.
24 CAZOTTE, J., Oeuvres badines, op. cit., vol. III, p. 535, in nota.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El relato en verso como espacio para lo burlesco 1233
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EL ENTORNO EN LA OBRA
DE ROBERT PINGET
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2 Sobre todo del tema del Grial en Graal Filibuste, relato de la exploracin de lugares
imaginarios y encantadores por parte de dos viajeros parlanchines.
3 Sobre la equivocidad narrativa de Pinget en Mahu ou le matriau y en LEnnemi, cf.
ADERT, L. Pinget polyphone. Note sur lcriture et laltrit dans LEnnemi et Mahu ou le
matriau, Potique, n 79, 1989, pp. 319-329.
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dece a una aparente adulteracin que sufre el texto que ha escrito el perso-
naje central6.
La escritura no alcanza nunca su finalidad de reintegracin. Por eso
Pinget imita la matriz de la novela policaca, con la salvedad de que lo que
hay que buscar, el santo Grial, no es un culpable, sino un texto perdido y con
la particularidad de que el enigma nunca se resuelve. De manera anloga a
las cartas de Levert, el remitente frustrado, en Clope au dossier, un acta que
podra ser exculpatoria para el personaje principal nunca llega a rellenarse,
como no llega a terminarse el interrogatorio incesante al que alude el ttulo
LInquisitoire, que en lugar de esclarecer determinados hechos sume al inte-
rrogador, y al lector consecuentemente, en un clima altamente enervante.
Todo ello proviene de la necesidad humana de verbalizar. J.-C. Vareille7
ve en la actitud ansiosa de Pinget la manifestacin de que la escritura es una
especie de plegaria, un rito sagrado por el que se busca la salvacin, la luz
mas all de las tinieblas. No sera arriesgado plantearse entonces que, de esta
manera, haya recogido Pinget la antorcha no extinguida de la novela fran-
cesa de 1930 a 1950, aquella que analiza la condicin humana a travs de la
ineludible angustia existencial.
Y es que para Pinget no cuenta tanto el tener algo que decir, como la
necesidad de explicarse profusamente, as como la bsqueda de lo que llama
tono o manera de decir de las personas. De hecho, si considera errneo que
se le haga formar parte de una escuela de la mirada, es porque piensa que
pertenece ms exactamente a una escuela del odo8 que tiene exigencias tan
tirnicas como aqulla: Jentends ce que jcris. Je ne vois pas
Mademoiselle Lorpailleur, Monsieur Songe. Je ne saurais pas les dcrire.
Mais je les entends parler. Cest mon oreille qui est attentive9.
6 Noter quon ne trouve pas dans la premire version les descriptions de mobilier.
Daucuns estiment quelles ont t rajoutes par le matre sur le conseil du docteur qui voyait
l pour son ami une occupation salutaire le forant s e concentrer sur dautre chose que ses
souvenirs. A moins quelles ne soient apocryphes, rdiges par on ne sait qui pour toffer le
texte et suppler ses lacunes. PINGET, R., LApocryphe, Paris, Minuit, 1980, p.115.
7 Robert Pinget et le livre, in Fragments dun imaginaire contemporain, Paris, Jos
Corti, 1989, pp. 11-30.
8 Sobre este tema es muy clarificadora la advertencia final aadida a Le Libera en la
que esboza su potica, analizando los problemas de la forma y del fondo, de sus bsquedas
en el campo de la expresin de la sensibilidad y de la preferencia concedida a la voz hasta el
punto de que sta impone la situacin, las historias y la propia redaccin que provoca una
escritura si no automtica, al menos espontnea.
9 Robert Pinget: lhomme qui crit avec ses oreilles, declaraciones recogidas por
Didier Eribon en Libration, 7 avril 1982.
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10 In Nouveau Roman: hier, aujourdhui, vol. 2, Paris, UGE, 1972, p. 313: Notre ton
habituel, celui que lon a par exemple avec soi-mme ou avec ses proches, est une sorte de
compos de divers tons, outre les hrditaires et ceux des livres, enregistrs par nous depuis
notre enfance.
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12 PINGET, R., Lennemi, Paris, Minuit, 1987. Las pginas en blanco aparecen nume-
radas y son la 118, la 187 y la 195.
13 ADERT, L., op. cit., pp. 319-329, p. 319.
14 A lo largo de LEnnemi se impone el retorno de un motivo -mitad aviso, mitad cons-
tatacin-especialmente significativo porque ilustra toda la problemtica del escritor: Tout
reprendre.
15 Il relve la tte et regarde par la fentre. La haie de pruniers malingres, le champ
dorties, la tle ondule dune toiture. Grande nostalgie, PINGET, R., Lennemi, op. cit.,
p. 198.
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20 El escritor de un diario en la obra del mismo ttulo Monsieur Songe. En ella des-
filan los personajes ms representativos de sus novelas anteriores.
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El nio, que pasa sus vacaciones de verano al lado del to, est leyndole
un manuscrito del que este ltimo es autor. Naturalmente, el nio no com-
prende ntegramente lo que lee: Jaime mieux les Tintin dice en repetidas
ocasiones, pero al to le gusta orlo leer. Es la delectacin en la audicin de
un texto recreado por una enunciacin ajena al productor del mismo. Esto le
da ocasin de desentraar desde afuera, palabra a palabra, el misterio de un
nuevo tono.
Obligado a pasar gran parte del da en su dormitorio a causa de su delicada
salud, el espacio en que se mueve el anciano, que debera parecer asfixiante,
se convierte por primera vez en toda la obra de Pinget un espacio de paz.
Una ventana que da al jardn deja entrar la luz del sol. Para deleite del
nio el to manda plantar cien matas de geranios. Una vez ms la maldicin
de la esterilidad acabar con el trabajo del hombre. Pero en los paseos que
dan por el campo, Tho sabe encontrar aqu una violeta, all una primavera,
y hasta un trbol de cuatro hojas que ofrece a su to como un triunfo.
Da la impresin de que aunque el inters por la escritura contina, la
serenidad est presente. La llegada de la decrepitud y la asuncin de una
muerte cercana dejan entrever el final de la partida en compaa de una voz
que no es la suya y que le da la rplica. Esa irreversibilidad es fuente de
sosiego.
Un tiempo se acaba pero otro nuevo comienza en el que el escritor sabe
que tendr un sitio al haber transmitido una enseanza. Tho rene en su
persona diversas categoras: es el interlocutor esperado, el primer lector del
manuscrito que le est dedicado, lector ideal porque disfruta con la tarea que
se le encomienda. Es al mismo tiempo uno de sus personajes, el que da solu-
cin a la angustia ante la muerte21 al interpretar que la inmortalidad consiste
en que no dejen de querernos. Recibe el legado de la palabra escrita y se con-
vierte por ltimo en depositario del sortilegio de su renacimiento: Et que
les paroles de lenfant ressucitent celles des potes. L le salut22.
En esa continuidad reside la salvacin, en eso reside el tiempo nuevo.
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REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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dcembre 1970.
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VIAJEROS FRANCESES
EN LA ESPAA DEL XVIII: LOS ESPACIOS
DEL ENCUENTRO AMOROSO
1 Esta idea representa el punto de partida del ensayo de HUFTON, O., Mujeres, tra-
bajo y familia, dentro del volumen 3 Del Renacimiento a la Edad Moderna, in DUBY, G.
- PERROT, M. (dir.), Historia de las mujeres, Madrid, Taurus, 2000.
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1252 Inmaculada Tamarit Valls
2 Recogemos aqu el apelativo de monja del hogar o monja domstica utilizado por
Bram Dijkstra en el primer captulo de dolos de perversidad. En l resume as la situacin
de las mujeres a principios del s. XIX como resultado de la reclusin que duraba ya ms de
un siglo: En esas fechas, el creciente enclaustramiento de las mujeres entre las cuatro
paredes ornamentadas del hogar y el alejamiento cada vez mayor de casi todas las formas de
eleccin intelectual y social pauta que se haba estado desarrollando durante ms de un
siglo haban sido virtualmente completados. DIJKSTRA, B., dolos de perversidad,
Madrid, Debate, 1994, p. 4.
3 Incluso en los casos en que el matrimonio era por promesa, lo que ocurra cuando
alguien se encontraba en peligro de muerte y prometa a Dios casarse con la primera joven
que encontrase, si lo sacaba de ese trance, era condicin indispensable que la muchacha fuera
de buena reputacin. As lo cuenta Jean-Baptiste Labat: ...es corriente entre los espaoles
que se encuentran en un peligro grande sobre el mar el prometer a Dios casarse, en el primer
sitio que aborden, con una muchacha pobre, con tal que no haya nada que decir de su naci-
miento y de su conducta. LABAT, J.-B., Viajes del Padre Labat en Espaa, in GARCA
MERCADAL (recopilacin, traduccin, prlogo y notas), Viajes de extranjeros por Espaa
y Portugal, tomo III: siglo XVIII, Madrid, Aguilar, 1962, p. 110.
4 En la segunda parte de siglo, de hecho, el cdigo del honor iba de capa cada...
Aun cuando el cdigo del honor siguiera bastante arraigado en el pueblo que, como ya
dijimos al hablar del majismo, se consideraba a s mismo salvaguardador de los viejos estilos,
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1253
lo cierto es que, entre la aristocracia y la burguesa, los celos se tenan por una antigualla man-
dada retirar, algo ridculo, de mal tono, totalmente impropio, en suma, de gentes que aspi-
rasen a ser civilizadas. MARTN GAITE, C., Usos amorosos del dieciocho en Espaa,
Madrid, Lumen, 1981, p. 158.
5 Mientras las mujeres casadas en Francia haban empezado a presidir los salones
literarios, los maridos espaoles se ocupaban, cada cual dentro de sus posibilidades, de amue-
blar un recinto acolchado y silencioso digno de la condicin de sus esposas y, dentro de esta
pieza cuidadosamente adornada, un lugar para que tomasen asiento: el estrado... Sobre aque-
llas mujeres sentadas all entre terciopelos, rodeadas de sus criadas, entregadas a sus labores
de aguja, empezaba a correr, desde la fecha de su boda, un tiempo muerto que las envejeca,
que las iba desligando de un modo cada vez ms irremisible de todo propsito de participa-
cin en la vida, ibid., p. 27.
6 LABAT, J.-B., op. cit., p. 128.
7 Ibid., p. 129.
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1254 Inmaculada Tamarit Valls
Jai t hier, par curiosit, voir une assemble de femmes: que je my suis
trouv tranger! En entrant dans la salle, je les ai salues la franoise trs-
profondement; & elles mhonorrent toutes dun coup de tte de protection.
Il nest pas de la dignit du sexe fminin de ployer le corps ni les genoux
publiquement: les Dames rservent ici tous leurs mouvemens pour le tte
tte: en revanche, on sapperoit bien alors quelles connoissent lusage des
choses. Je fus fort tonn de les voir ranges en ligne dans une espce dal-
cove, quon appelle Estrado; les hommes faisoient bande part, & se
tenoient vis--vis sans profrer une parole. Comme je suis Franois, & que
parmi ces Dames il y en avoit de charmantes, je fus bientt fatigu de jouer
un personnage si froid. Dj je quittois ma place, pour aller, auprs de ces
Belles, soutenir lhonneur de ma Nation, lorquun Petit-Matre Espagnol
(Automate bien plus ridicule que les ntres), me tira par la manche, & ma-
vertit de mettre un genou terre devant la Dame laquelle je voudrais
parler8.
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1255
cinq ou six heures que durent ces assembles, ne se levent pas de leurs
siges, pour les choses mme les plus indispensables9.
La costumbre del refresco se prolong durante todo el siglo, siempre
conservando el decoro de separar el espacio de los hombres y el de las
mujeres, ya fuera mediante el estrado o dividiendo la sala de reuniones en
dos zonas bien diferenciadas, como explica Peyron:
Cuando una casa se propone dar un refresco, cuida, algunos das antes, de
hacer invitar a los hombres y a las mujeres conocidos suyos. A la hora dada
se dirigen a la invitacin, y para ese efecto hay en todas las casas espaolas
una sala bastante grande para contener sesenta u ochenta personas ms o
menos; est rodeada de sillas muy bajas; los hombres se colocan a la
izquierda y las mujeres a la derecha. Cuando una mujer llega est obligada
a dar un saludo y un beso a todas las mujeres ya colocadas, hasta que llega
a la silla que debe ocupar, que es siempre la ltima... Nadie abandona su
puesto y cada uno es servido a su vez; la conversacin es tranquila y mez-
clada con mucho silencio. En esos refrescos no est mal visto, cuando hay
abundancia, el llenar sus bolsillos de frutas y de bombones10.
9 Ibid., p. 471.
10 PEYRON, J. F., Nuevo viaje en Espaa, in GARCA MERCADAL, Viajes de
extranjeros por Espaa y Portugal, tomo III: siglo XVIII, Madrid, Aguilar, 1962, pp. 719-932
(pp. 883-884).
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1256 Inmaculada Tamarit Valls
Las visitas representaban del mismo modo una oportunidad para que la
mujer saliera de la casa; el organizar un refresco en una casa o el invitar a
alguna amiga daban al mismo tiempo la ocasin a la invitada de salir del
hogar. Sin embargo, este recorrido de una casa a otra difcilmente propiciaba
el contacto con el mundo exterior. Segn relata dAulnoy, la salida de una
dama de alcurnia para una visita era todo un espectculo, una exhibicin de
lujo en la que la dama va delante sola en una silla acompaada de una
carroza en la que la siguen pajes y escuderos; la funcin de este squito,
aparte de mostrar la riqueza de la casa, no poda ser otra que la de proteger
a la dama y asegurarse de que llegaba al lugar indicado. Del mismo modo, a
la hora indicada deba volver a recogerla para acompaarla a casa, como si
de una nia se tratara.
En resumen, a principios del siglo XVIII la rutina diaria de las mujeres
casadas espaolas fuera de estas visitas o invitaciones a refrescos, que al
menos propiciaban la conversacin entre mujeres y cierto contacto con los
hombres, parece limitarse a ver pasar el tiempo da tras da metida en casa,
con los hijos, y siguiendo rituales diarios como el de la siesta, que segn
Labat no perdonan ni espaoles ni italianos12. Rodeada de sirvientas y con
pocas oportunidades de relacionarse, la vida de la mujer espaola de clase
alta en la poca parece estar condenada al aburrimiento; la educacin
mnima que se ofreca a las mujeres de la poca en Espaa no propiciaba en
general una aficin a la lectura o a otras tareas de tipo intelectual. Este abu-
rrimiento parece llegar a su mximo exponente en ausencia del marido, ya
que la mujer casada al quedarse sola tiene la obligacin de guardar su
ausencia dentro de la casa manteniendo su sexualidad intacta, tejiendo a
modo de Penlope su propia tela de araa: En el tiempo de su ausencia, sus
mujeres se quedan en sus casas, sin salir una sola vez... es la costumbre y esa
costumbre es la causa de que se aburran enormemente13.
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1257
La otra opcin para una mujer de buena familia, aparte del matrimonio,
donde realmente la mujer alcanzaba toda su dimensin: la reproduccin bio-
lgica y el mantenimiento de la casa, era el ingreso forzoso de las jvenes
en un convento, por motivos morales o puramente econmicos14. Por otra
parte, la elite que poda pagar la dote de una hija para entrar en un convento
tena as garantizada una parte de la salvacin de su alma; en efecto, la
familia de esta religiosa tena el respaldo de sus oraciones cotidianas ofre-
cidas para la salvacin de los suyos. Mantener a una hija en un convento de
cierto renombre supona una exigencia econmica importante para las fami-
lias mientras viviera la recluida, que deba vivir segn su rango, exigencia
que pasaba de padre a hijo. Otras veces se trataba de viudas que deseaban
ingresar voluntariamente, ya que al parecer, como relata Mme. dAulnoy ...
exceptuando la clausura, estas religiosas tienen mucha libertad... Incluso hay
conventos en que las religiosas ven a ms caballeros que las mujeres que
estn fuera. Y no son menos galantes15.
La clausura es un arma de doble filo; por una parte, se obliga a una
jovencita a tomar los hbitos a una edad demasiado temprana para poder
elegir, por otra, se le asegura de por vida todo lo necesario para poder vivir
de acuerdo a su estatus social. El segundo dato a tener en cuenta, es la pre-
tendida relacin de las religiosas con el mundo exterior, en concreto con los
hombres. Entregadas a la soledad y la monotona del convento, muchos
coinciden en afirmar que las religiosas desarrollan ms sus instintos de
seduccin, y que la represin temprana de sus pasiones no hace ms que
acrecentarlas.
As, Fleuriot de Langle, en su estilo ms dramtico y conciso, insiste en
la idea del convento como prisin, dentro del cual las religiosas pasan sus
das como una condena a cadena perpetua sin posibilidad de escapatoria.
Recluidas a una edad tan temprana, el autor imagina el momento dramtico
en el que llegan a la pubertad y experimentan nuevos deseos, constatando
entonces que su destino ser para siempre el encierro: Bientt les dsirs
naissent, ont un but, la tte se peuple dimages, de formes; le sang bout, des
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torrents de feu coulent dans les veines, un nouveau sens sannonce, mais il
nest plus temps16.
Sin embargo, muchos testimonios apuntan a un modo de vida dentro de
estos conventos mucho menos cercano a la esclavitud y ms prximo a la
vida mundana. En Madrid, es el convento de las Descalzas Reales el que ms
fama tiene como lugar donde se renen las religiosas de las casas de ms
alcurnia, y como destino de antiguas amantes del rey de Espaa. Fleuriot de
Langle transforma el nombre de este convento en Escalessas, y con su
estilo claro y contundente, as resume su carcter libertino, bastante alejado
de la autntica religiosidad: Ce monastre de filles, qui autrefois servait de
srail aux rois, aux infants, aux grands dEspagne, est encore fameux, par les
intrigues amoureuses de ces pouses de Dieu, qui, trs souvent, dit-on, font
des enfants, qui ne sont pas de lui17. La galantera de estas monjas no est
reida con unas medidas de seguridad que pretenden separar lo divino de lo
terrenal; sin xito, a lo que parece:
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1259
En fin, imaginaros a un hombre que se acerca a vos tanto que os cubre con
su sangre: eso es un rasgo de galantera... Se hacen desolladuras espantosas
en las espaldas, de donde corren dos regueros de sangre, caminan despacio
por las calles y delante de las ventanas de sus amantes se fustigan con una
maravillosa paciencia. La dama mira esta bonita escena a travs de las celo-
sas de su habitacin y mediante algn signo, le anima a desollarse vivo y
le hace comprender el agrado que le produce esa tonta galantera. Cuando
encuentran a una mujer de buen porte, se golpean con un ahnco especial
hasta que la sangre le salpique. Eso supone una gran amabilidad y la dama
complacida le da las gracias20.
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21 Ibid., p. 209.
22 PEYRON, J. F., op. cit., p. 883.
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1261
He dicho, en otro sitio, que hay una pequea capilla de Nuestra Seora del
Buen Viaje en la misma isla de San Sebastin... (las mujeres)Van all a pie
y vestidas todas de una manera tan uniforme que es imposible reconocerlas.
Su traje consiste en una falda grande y larga, negra o mnima de seda o de
sarga fina, sobre la cual llevan una mantilla que les cubre la cabeza y todo
el cuerpo casi hasta los pies; se tapan con ella la cara de manera que no
quede descubierto ms que un solo ojo para guiarse. Llaman a esa manera
de ir por las calles andar tapada. No s si es el pudor lo que las ha hecho
inventar ese atavo. Si fue as en los comienzos, es muy necesario que se
sirvan de ello ahora por la misma causa: ese traje las hace ms descaradas
de cuanto se pueda imaginar25.
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1263
Et des femmes, qui tremblent la chute dune feuille; des femmes, qui la
piqre dune pine, dune abeille, dun moucheron, arrache des larmes; des
femmes qui svanouissent lodeur dun bouquet, qui jettent des cris la
vue dun clair, dune chenille, dune souris, dune sauterelle, assistent
ces combats, fixent les yeux sur une bte qui souffre, sur une bte qui
saigne, sur une bte expirante, paraissent compter ses plaies, ses cris, ses
crins, ses gouttes de sang et regretter quand elle expire, quelle ne se dbatte
et ne souffre plus29!
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1264 Inmaculada Tamarit Valls
Hay ciertos das destinados al paseo. Todo Madrid va a l... Hay muchas
damas, que sin ser de alto rango, van a estos paseos con las cortinillas
echadas. Miran slo por los pequeos espejos que hay en los manteletes de
sus carrozas. Por la tarde vienen tambin grandes seoras de incgnito.
Incluso se dan el gusto de ir al Prado a pie cuando llega la noche. Se ponen
mantillas blancas, especie de velos de lana, que les cubre la cabeza, y estn
bordadas de seda negra. Slo las mujeres corrientes y las que buscan aven-
turas la llevan, pero a veces, como os he dicho, hay damas de la corte que
van con esta indumentaria. Los caballeros al verlas, ponen el pie en el suelo
y les dicen requiebros. Pero a buen ataque, mejor defensa31.
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1265
35 El tiempo muerto del encierro domstico era peligroso, pues haca nacer deseos de
libertad que tenan como objetivo principal el encuentro amoroso. De la relacin de la mujer
con la ventana como punto de referencia para soar con el exterior surgi la palabra ven-
tanera, todava utilizada en el s. XVIII para describir a la mujer con tendencias deshonestas,
como apunta MARTN GAITE, C., Usos amorosos del dieciocho en Espaa, op. cit.,
pp. 177-180.
36 COSTE DARNOBAT, C. P., op. cit., p. 478.
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1266 Inmaculada Tamarit Valls
... las mujeres, digo, gozan de entera libertad. Sus mantillas... al favorecer
el misterio, aseguran la impunidad de las trapisondas amorosas. Eso de los
amantes que, bajo el balcn de su invisible adorada, suspiraban sin espe-
ranza de aliviar su doloroso martirio, con la guitarra como nico testigo e
intrprete de su dolor, ya no se ve ms que en las comedias. Las con-
quistas son ahora menos penosas y menos lentas, los esposos ms tratables
y las mujeres ms accesibles38.
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Viajeros franceses en la Espaa del XVIII; los espacios 1267
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HUFTON, O. Mujeres, trabajo y familia, dentro del volumen 3 Del
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE DE LA FAUTE
ET DE LA PRIRE DANS LOEUVRE POTIQUE
DE PIERRE JEAN JOUVE
ILDA TOMAS
Universidad de Granada
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1270 Ilda Tomas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la faute et de la prire dans loeuvre 1271
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1272 Ilda Tomas
tion; se dversent les eaux dun dluge tirant / Dobscnes charniers seuls
stupides abondants11. Lindice dau-del et de jugement dernier affecte tous
ces thmes au point que ne subsistent souvent quun espace creux avec la
mort dedans voire mme le silence et lternel pour lieu12.
Il est normal quun univers aussi poreux aux grandes pressions de lima-
ginaire, aussi mallable et altrable, soit la proie de la nuit la fois phy-
sique et spirituelle nuit qui cumule les dimensions fuyantes de lobscurit
et de lvidement. La nuit, travers sa reprsentation chromatique, le noir,
engendre dsquilibre et garement: noires sont les montagnes, les solitudes,
les essences de la terre, la pense, le sexe et linsondable intrieur; et le mal-
tre saccrot lorsquelle engendre la dialectique insoutenable du noir et du
rouge, de lombre et du sang:
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Lespace de la faute et de la prire dans loeuvre 1273
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1274 Ilda Tomas
Mais si le mal historique figure ainsi chez Jouve, cest le mal religieux
et mtaphysique qui lemporte. Chaque fois, le pote interroge les causes de
la calamit, cherche dans le frisson de sa propre affliction, se maudissant lui-
mme tant lintuition du mal est insparable de la culpabilit et de la souf-
france:
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Lespace de la faute et de la prire dans loeuvre 1275
20 Ibid., p. 536.
21 Ibid., p. 565.
22 Moires, ibid., p. 1046.
23 Matire cleste, ibid., p. 287.
24 Kyrie, ibid., pp. 362 et 391.
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1276 Ilda Tomas
25 Ibid., p. 357.
26 La Vierge de Paris, ibid., p. 513.
27 Sueur de Sang, ibid., p. 235.
28 Kyrie, ibid., p. 402.
29 Moires, ibid., p. 1121.
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Lespace de la faute et de la prire dans loeuvre 1277
de laveu dune mprise et dun triste secret, voire dune fivreuse igno-
rance: Le chant du cygne est chant de la mort, mais o va / Ton chant de
pure absence?30. Pourtant, ce moment de son parcours, loin du dsespoir
initial devant la vocation de lhomme pour la mort, devant sa nature ignomi-
nieuse, linfamie de ses gots dpravs, cartant lEros furieux, Jouve
accepte la disposition bouleversante de la femme, cette crature dessence
et de pch que dore / Un reflet sobre de conscience abandonne, porteuse
de labme intrieur parce quelle provoque le spasme, la dlicieuse souf-
france de la volupt et sassocie la transcendance. Il admet aussi que sa
connaissance par lrotisme dbouche sur un manque dtre, voire sur un
chec:
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1278 Ilda Tomas
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Lespace de la faute et de la prire dans loeuvre 1279
Cet abme, ce mutisme, ce manque, les mots en sont pleins qui attendent
de surprendre lissue potique qui en permettra la libration.
Laboutissement, cest le langage de la prire, de la prophtie, de la procla-
mation; cest leur orchestration dans une syntaxe fugue, aux accents dora-
torio ou de motet qui soumet le vers des convulsions, des secousses, des
repentirs, des harmoniques et des pauses, rappelant limportance primor-
diale pour Jouve des influences musicales. Celles-ci ne parviennent-elles pas
jusqu linconscient, saisi dans la seule dure des sons qui sont autant de
clefs pour atteindre lunit mystique du monde: le son touche au mot par
les arbres du soir / Lessence arrive Dieu dans la langue des ondes36? La
musique, la fois immdiate et transcendante, reflte le gouffre abyssal de
laffectivit et convertit aisment le rel en mythe. Innombrables sont les
transpositions musicales, du moins les utilisations doeuvres vocales et dra-
matiques, opras de Mozart et dAlban Berg. Supports pour le travail po-
tique, quil sagisse de scnes, dmotions, de mtaphores, de personnages;
cadences irrgulires, interrompues de silences, contrepoints entre le rythme
et les images, harmoniques, retour des thmes ainsi que leur transformation,
incessante, rpte, martele: Nuit des Saints varie sur la trame du
Cantique des cantiques et nombreux sont les pomes doubles, lun tant la
variante de lautre: dans Moires se succdent diverses Lulu I, II, III...
Contre la linarit de lcriture, Jouve prfre les discontinuits et les
ruptures celles qui sparent la chair et lesprit, lamour de soi et lamour
de Dieu en fait, tout ce qui assure la permutation de lexprience avec la
vision et autorise laccs au non-dit par le biais de lanalogie et du symbole
parce que la posie est exploration de lternit obscure37.
Et cest pourquoi elle pose le dlicat problme des rapports avec le mys-
ticisme; comment le dire potique peut-il exprimer le Divin, linexprimable;
comment limpact esthtique ne supprime-t-il pas la vise religieuse? Et
cette oeuvre met en communication avec un au-del du sens et du mystre,
travers images et signes que renferment les autres textes, littraires, histo-
riques, vangliques; Baudelaire, Mallarm, Hlderlin, Thrse dAvila,
Jean de la Croix; les scnes de la Passion ou de lApocalypse. Autant dl-
ments dun vaste contrepoint qui dbouche sur diffrentes voies, taye lla-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1280 Ilda Tomas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace de la faute et de la prire dans loeuvre 1281
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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JOUVE, P. J., uvre I, Paris, Mercure de France, 1987.
Tombeau de Baudelaire, Neuchtel, La Baconnire,1942.
LEMAIRE, H., La Posie depuis Baudelaire.
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LA VIVENCIA DEL COSMOS
EN GUY DE MAUPASSANT
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1284 Isabel Veloso Santamara
Au soleil (1884)
Sur leau (1888)
La vie errante (1890)
El ttulo de cada uno de ellos es ms explcito de lo que parece a primera
vista.
Au soleil
Este libro est escrito durante los primeros viajes de Maupassant por le norte
de frica, Argelia, concretamente. Al margen del protagonismo de
Argelia en la poltica colonizadora francesa de finales de siglo, haba algo en
el continente africano que atraa poderosamente a Maupassant.
Moi, je me sentais attir vers lAfrique par un imprieux besoin, par la nos-
talgie du Dsert ignor. () Je voulais voir cette terre du soleil et du sable
en plein t, sous la pesante chaleur, dans lblouissement furieux de la
lumire1.
Las primeras pginas de este libro nos aclaran el motor del viaje, el que
siempre impulsaba a nuestro autor a salir de su casa, de su ciudad, de
Francia, acaso de s mismo y de los dems: la huda:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1285
lcticos que le permitan sentir sin pensar: el agua del mar (Sur leau) o el
desierto (Au soleil).
Au soleil est recorrido por una sutil identificacin del yo con el des-
ierto3 y con el sol, de tal modo que el ttulo bien poda traducirse como La
Nada.
El sol aparece constantemente personificado como un agente de muerte
y devastacin, un soberano todopoderoso encargado de hacer de esa tierra la
nada ms absoluta:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1286 Isabel Veloso Santamara
Sur leau
Es ste un ttulo recurrente en nuestro autor, pues ya lo utiliz en 1881 para
uno de sus mejores cuentos. No descubrimos nada si mencionamos la obse-
sin de Maupassant por el elemento acutico, en sus ms diversas manifes-
taciones. Ya sean los ros, los pantanos, el bravo Atlntico normando o el
pacfico Mediterrneo, Maupassant se siente irremediablemente atrado por
el agua. El viaje que recoge este libro es un pequeo crucero de apenas diez
das que Maupassant hizo en su barco por las costas mediterrneas. El
soporte del mismo es por tanto el mar. Sin embargo, este medio est muy
lejos de ser una mera coartada esttica; la presencia del agua se adentra en
los recodos ms existenciales y ontolgicos del autor. La afinidad que
Maupassant siente por el agua parte de dos circunstancias bsicas:
4 Volveremos ms tarde sobre la consideracin del viaje como errancia ms que como
trayecto.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1287
Moi je flotte dans un logis ail qui se balance, petit comme un nid,
plus doux quun hamac et qui erre sur leau, au gr du vent, sans tenir rien5.
El mismo movimiento que da la sensacin de inestabilidad, provoca
tambin una sensacin de delicioso abotargamiento, de proteccin; el
regressus ad uterum es para l la manera de superar la desgarradora dialc-
tica, es, de nuevo, la tentacin de la nada6.
Nous voil glissant sur londe, vers la pleine mer. La cte disparat; on ne
voit plus rien autour de nous que du noir. Cest l une sensation, une mo-
tion troublante et dlicieuse: senfoncer dans cette nuit vide, dans ce
silence, sur cette eau, loin de tout. Il semble quon quitte le monde, quon
ne doit plus jamais arriver nulle part, quil ny aura plus de rivage, quil ny
aura pas de jour (S.E., p. 17).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1288 Isabel Veloso Santamara
tica de sus imgenes, Maupassant relata la peregrinacin por mar del hijo del
excntrico msico con el cadver de su padre en busca de una tierra donde
sepultarlo, reposo que sistemticamente se le negaba en todos los puertos a
los que arribaba. Por fin lo encontr, pero no fue en tierra firme, sino en el
islote de San Ferreol: el mar le dio el reposo que le negaban los hombres.
Cest sur cet cueil bizarre, en pleine mer, que fut enseveli et cach,, le
corps de Paganini. Laventure est digne de la vie de cet artiste gnial et
macabre, quon disait possd du diable, si trange , un tre de lgende
(). () son fils embarqua sur un navire le cadavre de son pre (). Il res-
tait donc en mer, berant sur la vague le cadavre du grand artiste bizarre que
les hommes repoussaient partout. Il ne savait plus que faire, o aller, o
porter ce mort sacr pour lui, quand il vit cette roche nue de Saint-Ferrol
au milieu des flots. Il y fit dbarquer le cercueil qui fut enfoui au milieu de
llot (S.E., p. 6).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1289
La vie errante
Da cuenta este libro del viaje que hizo Maupassant junto a su mayodomo y
posterior bigrafo, Franois Tassart, por la costa italiana por mar y por
el norte de frica por tierra.
El ttulo nos da una clara idea de cmo entender el viaje en Maupassant
. Es evidente que en l lo verdaderamente importante es el lugar del que se
parte, ms bien del que se huye, segn vimos ms arriba. Huda por voluntad
propia, por no poder asumir la alteridad social (aunque tampoco la alteridad
existencial).
Una huda sin destino concreto, un viaje entendido ms como errancia
que como trayecto, como un ir y venir del yo a los otros8 (pero tambin del
yo al otro) ya que fatalmente se vuelve siempre al punto de partida. La alte-
ridad se genera como altamente conflictiva y plural, porque qu o quin es
el otro para Maupassant?
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1290 Isabel Veloso Santamara
EL COSMOS MAUPASSANTIANO
Partamos de la base, ya enunciada, de que el yo maupassantiano vive en per-
petuo estado de inestabilidad y precariedad representado simblicamente
por el viaje como bsqueda de un imposible asentamiento definitivo.
El yo de Maupassant se nos muestra heredero del realismo romntico
autobiogrfico de principios de siglo, no slo en el sentimiento de expulsin
del espacio de la Historia10 sino tambin en la recreacin del espacio natural
como refugio momentneo, como lugar de plenitud existencial y esttica. Su
huda de lo histrico viene determinada, como dijimos, por su inadaptacin
a los otros y al conjunto de la sociedad con sus reglas, sus hbitos y su
esttica, del todo inaceptables para nuestro autor. Pero en el pretendido
refugio del yo, acecha el otro, monstruo mental surgido de la soledad, que
obliga a Maupassant a volver de nuevo al espacio del que hua. Y as en una
ciclicidad ad eternum.
En las pginas siguientes vamos a esbozar un anlisis del espacio natural
en sus libros de viajes, sin olvidar, no obstante, que la naturaleza adquiere
gran parte de su significacin por oposicin al espacio de la civilizacin.
Para ello seguiremos un doble camino:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1291
11 Adems de los numerosos cuentos que tocan el tema, veamos un ejemplo extrado
de La vie errante. Maupassant relata su visita a un manicomio en Argel: Je voulus passer en
revue ces dments effrayants et admirables (). Puis, en voici un vieux qui rit et nous crie
: Fous, fous, nous sommes tous fous, moi, toi, le mdecin, le gardien, le bey, tous, tous
fous! () Oui, oui, toi, toi, toi, tu es fou. (). Je men vais troubl dune motion confuse,
plein de piti, peut-tre denvie, pour quelques-uns de ces hallucins, (). (V.E., pp., 46-47).
12 Aunque quiz el miedo a padecerlo fuera ms obsesivo y alienante que el mismo
hecho de sufrirlo.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1292 Isabel Veloso Santamara
Pourquoi donc cette souffrance de vivre alors que la plupart des hommes
nen prouvent que satisfaction? Pourquoi cette torture inconnue qui me
ronge? () Cest que je porte en moi cette seconde vue qui en mme temps
la force et toute la misre des crivains, Jcris parce que je comprends et
je souffre de tout ce qui est () parce que, sans le pouvoir goter, je le
regarde en moi-mme, dans le miroir de ma pense. () voici en quoi
lhomme des lettres diffre de ses semblables. (). Il semble avoir deux
mes, lune qui note, explique et commente chaque sensation de sa voisine,
lme naturelle (): et il vit condamn tre toujours, en toute occasion,
un reflet de lui-mme et un reflet des autres (S.E., p.p., 23-24).
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La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1293
Jaime le ciel comme un oiseau, les forts comme un loup rdeur, les
rochers comme un chamois, lherbe profonde . Comme un cheval et leau
limpide comme un poisson. Je sens frmir en moi quelque chose de
toutes les espces danimaux, de tous les instincts (). (). Jaime dun
amour bestial et profond, mprisable et sacr, tout ce qui vit (): les jours,
les nuits, les fleuves, les mers, les temptes, les bois, les aurores, (). ()
je retourne la vie primitive. Quand il fait beau comme aujourdhui, , je
ne suis plus le frre des hommes, mais le frre de tous les tres et de toutes
les choses! (S.E., p. 18).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1294 Isabel Veloso Santamara
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1295
... toute la chane des Alpes apparat, vague monstrueuse qui menace la mer,
vague de granit couronne de neige dont tous les sommets pointus semblent
des jaillissements dcume immobile et fige (S.E., p. 3).
16 Hay otras figuras que mezclan lo orgnico con lo inorgnico, lo gaseoso con lo
lquido, el agua con el fuego, lo material con lo inmaterial, etc.
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1296 Isabel Veloso Santamara
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La vivencia del cosmos en Guy de Maupassant 1297
... les lourds paquebots ... chauffent. Lun deux, lAbd-el-Kader, se met tout
coup pousser des mugissements, car le sifflet nexiste plus; il est rem-
plac par une sorte de cri de bte, une voix formidable qui sort du ventre
fumant du monstre (A.S., p. 3).
(Hablando del Etna) Le monstre est loin (). On comprend alors
combien il est norme. De sa gueule noire et dmesure, il a vomi, de temps
en temps, un flot brlant de bitume () (V.E., p. 31).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1298 Isabel Veloso Santamara
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Textos en soporte informtico
MAUPASSANT, G., Au soleil, La vie errante, Sur leau en http://maupas-
sant.free.fr
Correspondance en http://maupassant.free.fr
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA IMPORTANCIA FUNCIONAL
DE LA ESPACIALIDAD EN LE FAUSSAIRE
DE JEAN BLANZAT
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1300 Joan Verdegal Cerezo
compromiso. Le Faussaire puede definirse como una novela de lo real maravilloso, segn
los trminos aplicados a la novela hispanoamericana (Cf. LLANERA, A., Realismo Mgico
y lo Real Maravilloso: una cuestin de verosimilitud, Las Palmas de Gran Canaria,
Hispamrica, 1997, 306. As, en la escritura magicorrealista la solidaridad entre narrador y
personajes es estrecha y evidente, mientras que en lo real imaginario la instrumentalizacin
del personaje da como resultado la abstencin de un compromiso verosimilizador absoluto.
3 Cf. BERGER, Y., Jean Blanzat, par Yves Berger, Biblio. Bibliographie-
Littrature. XXXIII anne, 4, abril, 1965.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La importancia funcional de la espacialidad 1301
4 Existe una relacin evidente entre este recurso de Jean Blanzat y el que ha aplicado
magistralmente Alejandro Amenbar en el guin de su pelcula Los otros (2001). En efecto,
todo su argumento, todo su clmax se basa en un equvoco: los muertos han olvidado que
estn muertos. Todo el horror del desenlace se concentra en el momento en que la protago-
nista (Grace, interpretada por Nicole Kidman) descubre que ellos son los muertos y que
los otros son los vivos.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1302 Joan Verdegal Cerezo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La importancia funcional de la espacialidad 1303
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1304 Joan Verdegal Cerezo
Poco antes de tomar sus respectivos caminos, una frase viene a resumir
el ambiente que reina entre ellos (p. 36): A mesure que laube approche, les
gens du groupe sont irrits, jaloux les uns des autres: ils sont devenus des
humains.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La importancia funcional de la espacialidad 1305
Le Dmon
Cimetire
Petite Jeune Grand Roux Vieux Vieille
Fille Femme Paysan
Espacio inicial
En la descripcin detallada de esa noche de invierno, se nos sita en la
Gartempe, ro francs de 190 kilmetros, afluente del Creuse. Este dato nos
permite localizar un pequeo escenario enclavado entre los departamentos
de Haute-Vienne y Vienne, precisamente donde indica el narrador (p. 11):
un coin de province cart, presque dsert, la limite du Limousin et du
Poitou. El punto de partida y de contacto es, pues, ese cementerio medio
abandonado de un rincn provinciano, lugar donde el diablo cree sustraerse
a la vista del Otro, de su rival (p. 11): Cet abandon, cette solitude, convient
au Dmon. Il se tient prs de lentre, adoss un cyprs dont descend sur
lui lodeur amre.
Como premonicin decepcionante de los sueos de viajes de los prota-
gonistas y de sus primeras quejas por la lejana de sus casas (espacios
amados y protectores por excelencia7), el narrador dibuja una aurora que
nada tiene que ver con las tpicas pinceladas que conoce todo lector; ms
que nunca se constituye en smbolo de todas las posibilidades, signo de todas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1306 Joan Verdegal Cerezo
Laube, laube attendue va se lever, dans un moment ou plus tard. Elle est
toujours plus proche.
Le jour qui la suit, chacun le sait, est semblable la nuit. Il se lve len-
tement de cette nuit mme, en pousant troitement sa couche.
Dans sa brume, il respecte ses confusions, il ne cre aucune ombre,
aucune forme nouvelle. Il dure comme elle en heures gales. Il est une sorte
denvers de la nuit, ple, languissant, timide. Bientt il sassombrit et, len-
tement, rentre dans la nuit mme.
Espacios intermedios
La Petite Fille
Lo primero que llama la atencin en este captulo si se compara con los
dems es la ausencia de itinerarios, tanto de ida como de regreso. La
razn, sin duda, estriba en la corta edad de la protagonista (cinco aos), lo
que impide el uso de descripciones paisajsticas que la propia nia no est
en condiciones de apreciar. No obstante, hay que tener en cuenta la frase del
Amo en la que promete ayuda para los desplazamientos (p. 16: Ceux qui
seront empchs de se dplacer eux-mmes seront aids). As pues, el
lector no tiene ms que centrarse en la meta (la ferme), donde encontrar
a su familia y, muy especialmente, a su padre, deseo frustrado que el autor
expresa magistralmente en la frase que sigue, aprovechando al mximo sus
connotaciones psicoanalticas (p. 31): La Petite Fille ne pense plus
devenir son pre et manque une occasion unique.
Ya en la granja, ser necesario seguir los movimientos de los personajes
para poder constatar ciertas peculiaridades espaciales interesantes. El inte-
rior de la casa, por ejemplo, se constituye en refugio (espacio-refugio) donde
esconder a la recin llegada; el campo es el escenario de las meditaciones del
padre, fluctuantes entre la euforia y las dudas; la escuela es el sitio donde se
desarrolla la imaginacin del hermano mayor (cautivo de celos por el
regreso de la pequea), para quien la traicin y el escndalo son compara-
bles, respectivamente, al terrorista de Argelia que deposita bombas en los
cafs, y al comandante al mando en la matanza del tristemente clebre
pueblo de Oradour (p. 51: On est comme un terroriste dAlgrie qui laisse
des grenades sous les banquettes des cafs; p. 52: Ou si lon dcouvrait
tout coup quil est, lui, le chef allemand qui commandait Oradour).
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La importancia funcional de la espacialidad 1307
La Jeune Femme
Las indicaciones geogrficas (la route de la Gartempe), la exposicin de
detalles paisajsticos, la descripcin del pueblo donde ha residido con su
marido, acompaan a la joven esposa hasta su casa, un pavillon al que le
falta el jardn y donde constata una ausencia prolongada: pocas provi-
siones, falta de limpieza... (exploracin que significa la exploracin del ser
humano; Bachelard, 1989) De dnde viene? De una fiesta, de una clnica,
de casa de unos parientes? (espacio-incgnita donde todo es azar y puede
ser peligro)9.
Tambin la casa se erige, en este episodio, en refugio contra los posibles
curiosos, donde la joven se encuentra como de paso, y donde se establece
un claro paralelismo entre la cama, sobre la que se acuesta hierticamente, y
la tumba (p. 87):
Une pression lgre la pousse au centre du lit comme si elle devait loc-
cuper seule, pse sur ses paules, la couche sur le dos. Ses jambes sallon-
gent et se rassemblent, ses mains se joignent sur sa poitrine, sa tte se
redresse.
Sous ses paupires fermes, elle trouve ou retrouve une profondeur
noire, intense, silencieuse, au-del de laquelle commence, dirait-on, un trs
lointain tumulte.
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1308 Joan Verdegal Cerezo
Le Grand Paysan
El espacio vital de este campesino ocupa un lugar de protagonismo en el
captulo: las descripciones de los campos (bien cuidados o no), de su
hacienda (que espera encontrar muy rica y en plena produccin), demuestran
por parte del novelista un conocimiento profundo del campo.
En su itinerario de ida, cargado de esperanzas, se sugieren algunas nove-
dades que el protagonista cree se deben a su prolongada ausencia a causa de
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La importancia funcional de la espacialidad 1309
Le Roux
La naturaleza, que en los dems captulos se muestra dominada por la mano
del hombre, se manifiesta aqu en su faceta ms silvestre. Los paisajes de
este episodio estn hechos a la medida del protagonista, puesto que le encu-
bren de la vista de los hombres, sus enemigos, y se vuelven apacibles una
vez ha pasado el peligro (pp. 173-174, 183):
Quand lhomme est loin, en bas, le Roux sarrte, son souffle sapaise. [...].
Il voit devant lui un brouillard roux et mauve. Puis tout reprend sa
place, les prs jauntres, les champs bruns, les haies, les arbres.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1310 Joan Verdegal Cerezo
Le Vieux
Si se recupera el esquema introductor de este apartado, puede constatarse en
este caso la inexistencia de itinerario de vuelta y una abundancia de lugares
y descripciones en el de ida. Efectivamente, hasta su llegada a la granja, la
narracin est plagada de referencias paisajsticas que alargan el camino y
pretenden dar fe de la experiencia de un viejo campesino. Todo resulta fami-
liar: nombres de plantas y de pjaros, efectos del invierno y de la lluvia en
los rboles y en las sendas (pp. 192-193):
Cest sur les deux versants dun vallon, une enclave dans une rgion de
marcages, de frondires, dans les fonds. De bruyres, dajoncs, de houx,
de gnets, de broussailles sur les hauts.
Dans chaque buisson, il y a un oiseau. Non seulement les oiseaux com-
muns, mais les plus rares; la huppe, le coucou, les hrons, grands chas-
siers.
Les rainettes coassent toute la nuit, les chvre-feuilles, les iris deau, les
reines-des-prs, les nnuphards, dautres fleurs des lieux humides mlent
leurs haleines.
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La importancia funcional de la espacialidad 1311
Por ltimo, cabe anotar un detalle que resulta valioso en cuanto que
revive el momento de su muerte y en el lugar exacto donde aconteci, que el
narrador nos presenta como sigue (pp. 211-212):
Le Vieux regarde ses pieds? nus, saignants sous la boue. Ses jambes trem-
blent. On vient de le frapper sur la nuque, il a un blouissement...
Cest cet endroit, pendant que son fils abattait le chne14, quun jour
de dcembre, le Vieux est tomb pour toujours, tu par la deuxime
attaque.
Le Vieux ne fait pas attention ce malaise, trs explicable aprs une
longue marche.
La Vieille
A la vieja, ltimo de los resucitados, se le ha ahorrado el desplazamiento
hasta su granja, donde, convertida en castaa por su propia voluntad, tiene
pocas probabilidades de movimiento. El hecho de haber sido invlida y de
encontrarse ahora en el interior de un saco, no le impide cumplir su prop-
sito de espiar a los habitantes de la casa, cuyo interior puede ver parcial-
mente (p. 241):
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1312 Joan Verdegal Cerezo
calier des chambres, les deux grandes armoires, limmense table de meri-
sier, les deux bancs.
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La importancia funcional de la espacialidad 1313
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La importancia funcional de la espacialidad 1315
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1316 Joan Verdegal Cerezo
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UN ESPACIO FANTSTICO EN RABELAIS:
EL CAPTULO 32 DEL PANTAGRUEL
INTRODUCCIN
No es fcil definir lo fantstico en un autor como Rabelais. El proyecto
cmico que preside su obra conlleva una deformacin grotesca de la rea-
lidad, por lo que los elementos que crean un efecto de realidad (como
deca Barthes) se entremezclan con rasgos de pura fantasa. Lugares fants-
ticos se inscriben en enclaves muy reales1, y lugares reales se sitan en un
contexto fantstico2.
Diversos son los espacios fantsticos en Rabelais. En ocasiones se trata
de espacios irreales, como en el viaje al otro mundo, en la bajada a los
infiernos del sabio Epistemon (Pantagruel, captulo 303)4.
1 As, a finales del Tiers livre (captulo 49), Pantagruel, Panurgo y sus compaeros
embarcan en el puerto de Thalasse, lugar fantstico tomado del griego mar,
situado cerca del muy real Saint-Malo.
2 Como es el caso del captulo aqu analizado.
3 Captulo 30 en la edicin de 1542, considerada definitiva por ser la ltima revi-
sada por el autor, aunque podra hablarse tambin de edicin expurgada por el propio
escritor, ya que en ella suprime algunos de sus ataques contra los telogos de la Sorbona,
mientras persisten otros. Salvo indicacin contraria, los captulos se referirn a esta edicin.
4 Diversos pasajes de la obra posterior remiten a este episodio: alusiones a la rama
dorada (Tiers livre, captulo 17, aunque Panurgo la sustituya por un anillo de oro), bs-
queda de la Sibila que acompaar a Pantagruel y los suyos en su descenso a los Campos
Elseos, Sibila que, en este caso, ser el farol (lanterne) recogido en el pas de Farols
(Lanternois; Tiers livre, captulo 49; Cinquime livre, captulo 32), etc.
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1318 Alicia Yllera Fernndez
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Un espacio fantstico en Rabelais: el captulo 32 del Pantagruel 1319
INTERPRETACIONES DIVERSAS
Ya Auerbach, en 1946, apunt la doble fuente de este episodio, popular, ins-
pirado en lo que l llamaba almanaque popular del gigante Garganta, es
decir, en las Crnicas gargantuinas, y clsico, en Luciano de Samosata.
Aada que Rabelais funda ambas influencias, pintando ese mundo a su
manera y desarrollando tres temas esenciales: la farsa grotesca del gigante,
el descubrimiento del nuevo mundo y el hecho de que ese segundo mundo
se parezca al nuestro como dos gotas de agua, aunque sea superior por
cuanto sus habitantes saben de la existencia de nuestro mundo11.
Otros autores han interpretado este captulo en funcin de la representa-
cin grotesca del cuerpo, relacionando la imagen de la boca abierta con la
puesta en escena de los misterios de entonces, en la que figuraba una gran
apertura que era la boca del infierno12.
10 Como la obra fue aumentando en las sucesivas ediciones corregidas por el autor, es
el captulo XXII en la edicin ms antigua conservada y en la de 1533; el XXVII en las
ediciones de 1534, 1535 y en la de Lyon, Franois Juste, 1537, y el captulo XXXI en la
edicin sin indicacin de lugar de edicin ni editor de 1537.
11 Cf. AUERBACH, E., Mimsis. La reprsentation de la ralit dans la littrature
occidentale. Traduit de lallemand par Cornlius Heim, Paris, Gallimard, 1968 (coll. Tel,
1977), pp. 267-286. La obra se escribi en Estambul entre mayo de 1942 y abril de 1945; el
original alemn apareci en Suiza en 1946.
12 Es la interpretacin de Mijail Bajtin, en un estudio no publicado hasta 1965, en el
que consideraba a Rabelais el portavoz de una cultura popular que hallaba su mejor expresin
en el carnaval. Cf. BAKHTINE, M., Luvre de Franois Rabelais et la culture populaire au
Moyen ge et sous la Renaissance. Traduit du russe par Andre Robel, Paris, Gallimard,
1970, pp. 346-347. El autor afirma: Linfluence du carnaval dans lacception la plus large
du terme a t norme toutes les grandes poques littraires, mais dans la majorit des
cas elle a t latente, indirecte, difficile cerner, tandis que sous la Renaissance elle a t
la fois extraordinairement forte, directe, immdiate et nettement exprime, mme sous ses
formes extrieures. La Renaissance est en quelque sorte la carnavalisation directe de la cons-
cience, de la conception du monde et de la littrature (op. cit., pp. 272-273). Sin embargo,
sorprende la parquedad de los datos aportados sobre el carnaval en Francia durante el
siglo XVI.
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1320 Alicia Yllera Fernndez
13 Cf. RIGOLOT, F., Les langages de Rabelais, Genve, Droz, 1972, pp. 119-126.
Compara, adems, este episodio con Las Meninas de Velzquez, segn la interpretacin que
de ellas hace Foucault. (FOUCAULT, M., Les mots et les choses. Une archologie des
sciences humaines, Paris, Gallimard, 1966, pp. 19-31).
14 Tambin el narrador de Rabelais descubre, dentro de la boca del gigante, beaulx
grands jeux de paulme. RABELAIS, uvres compltes. dition tablie, prsente et
annote par Mireille Huchon, avec la collaboration de Franois Moreau, Paris, Gallimard,
Bibliothque de la Pliade, 1994, p. 332.
15 Cf. ANTONIOLI, R., Le motif de lavalage dans les chroniques gargantuines,
tudes seizimistes offertes Monsieur le Professeur V.-L. Saulnier par plusieurs de ses
anciens doctorants, Genve, Droz, 1980, pp. 77-85. Antonioli ve en estos relatos un viejo
resabio del ancestral temor a ser devorado por el gigante y el recuerdo de los gigantes celtas,
grandes comedores y grandes bebedores, como los personajes de Rabelais, pero tambin
ogros, pues los gigantes canbales son frecuentes en las leyendas irlandesas.
16 Cf. DUVAL, E. M., The Design of Rabelaiss Pantagruel, New Haven & London,
Yale University Press, 1991, pp. 112-134. Para el autor, el cuerpo de Pantagruel sera tanto el
Cuerpo de Cristo como el cuerpo poltico del Estado. Sin embargo, slo existe una referencia
bblica en este captulo, por otra parte secundaria: la comparacin de Pantagruel cubriendo a
su ejrcito para salvaguardarlo de la lluvia con la gallina que cubre a sus polluelos (Mateo,
23, 37). Es difcil ver en esta obra fundamentalmente jocosa, que sacrifica a la hilaridad no
pocas contradicciones, un Pantagruel imagen de Cristo y modelo del prncipe cristiano.
17 Cf. LESTRINGANT, F., crire le monde la Renaissance. Quinze tudes sur
Rabelais, Postel, Bodin et la littrature gographique, Caen, Paradigme, 1993, pp. 129-138.
Seala que el primero de los textos es, en apariencia, el ms innovador (a pesar de ser muchos
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un espacio fantstico en Rabelais: el captulo 32 del Pantagruel 1321
los autores que defienden la radical superioridad del Gargantua sobre el Pantagruel), pues en
el Gargantua la principal innovacin, frente a los relatos de las crnicas gargantuinas, est en
la sustitucin del pastor o los soldados enemigos por los peregrinos. Sin embargo, un anlisis
minucioso demuestra, segn el autor, que el episodio de Gargantua no es inferior ni en impor-
tancia simblica ni en poder de evocacin csmica.
18 RABELAIS, op. cit., p. 215.
19 Slo Berlioz apunt que el episodio era un subterfugio para evitar contar unas
hazaas militares que inspiraban muy poco al escritor. Aadi tambin que este captulo y el
siguiente son de puro relleno. Rabelais los compondra a peticin del impresor para evitar
dejar pginas en blanco en el cuadernillo. (BERLIOZ, M., Rabelais restitu. I. Pantagruel,
Paris, Didier rudition, 1979, pp. 585 y 591).
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28 Cf. RIVAUD, A., Notice a Platon, uvres compltes. Tome X, Time Critias.
Texte tabli et traduit par, Sixime tirage, Paris, Les Belles Lettres, 1985, pp. 117-118.
29 Cf. JOUANNA, A., Le temps de la Renaissance en France (vers 1470-1559),
AA.VV., La France de la Renaissance. Histoire et Dictionnaire, Paris, Robert Laffont, 2001,
pp. 33-35.
30 SCVE, M., uvres compltes. Texte tabli et annot par Pascal Quignard, Paris,
Mercure de France, 1974, pp. 239-345.
31 RABELAIS, op. cit., p. 331.
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1326 Alicia Yllera Fernndez
UN MUNDO LUCIANESCO
Recuerdos platnicos se funden con recuerdos de la medicina griega y
sucesos del momento, pero el captulo se sita bajo el signo de Luciano, lo
que Rabelais apunta antes de introducir a maese Alcofribas en la boca del
gigante, presentdolo como je qui vous fais ces tant veritables contes39.
Es bien conocida la relacin entre este captulo y el final de la primera
parte y el comienzo de la segunda de los Relatos verdicos de Luciano40.
Habra que insistir en las notables diferencias que los separan, ya que stas
muestran rasgos muy caractersticos del quehacer de Rabelais.
Despus de un accidentado viaje por los aires, con visita a la Luna y
lucha contra los habitantes del Sol, una ballena traga la nave del narrador de
Luciano y sus compaeros. El resuelto relator descubre en las entraas del
gran cetceo un templo de Posidn, un perro y una alquera, en la que
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Un espacio fantstico en Rabelais: el captulo 32 del Pantagruel 1327
41 Ibid., p. 199.
42 Ibid., p. 201.
43 Rabelais, op. cit., p. 331. Juego de palabras entre danois y dent, el primero entonces
pronunciado [dnw].
44 Cf. A535 Culture hero swallowed and recovered from animal, F912 Victim kills
swallower from within, F913 Victim rescued from swallowers belly, etc. Motif-Index of
Folk-Literature, op. cit.
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Un espacio fantstico en Rabelais: el captulo 32 del Pantagruel 1329
el tono lgubre de este viaje al otro mundo y presentar a los demonios como
gente jovial, que trataban a los condenados mucho mejor de lo que caba
esperar.
EL PAS DE JAUJA
Para acrecentar el carcter festivo del episodio, Rabelais inserta en l otro
viejo tema folclrico, muy extendido por toda Europa, el del pas de
Jauja47. El tema presenta diversas variantes: pas en el que ocurre cuanto es
imposible, tierra en la que sucede todo lo que uno desea, lugar donde corren
ros de leche y miel, etc.
La ltima aventura del narrador en la boca del gigante es su estancia en
un pueblecito, en el descenso de los dientes posteriores hacia los labios. En
este lugar, cuyo nombre no recuerda, se gana dinero durmiendo.
En los Relatos verdicos de Luciano, el narrador y sus compaeros, des-
pus de escapar de la ballena y de pasar por un mar de leche y una isla de
queso, llegan a la isla de los Dichosos. All se eleva una ciudad de oro,
rodeada por una muralla de esmeralda; las vides del pas dan doce cosechas
al ao; existen fuentes de agua, miel y mirra, y ros de leche y vino; se prac-
tica el amor con mujeres u hombres a la vista de todos, etc.48. La isla de
Luciano es la parte feliz del Hades, la residencia de los hroes tras su muerte,
el paraso futuro. Es posible que ste sea el origen del motivo.
La versin de Rabelais se aproxima ms a un texto francs compuesto
hacia 1250 en Picarda: el Dit (o fabliau) de Cocaigne describe un pas de
las maravillas, al que el narrador es enviado por el papa. En l las cercas de
las casas estn hechas con lubinas, salmones y sbalos, los cabios con estu-
riones, las techumbres con jamones y las traviesas con salchichas; las ocas
se asan solas por las calles; las mesas estn dispuestas en los caminos para
que coman quienes quieran y cuanto quieran, sin pagar; corren ros del mejor
vino tinto y blanco; el ao cuenta con cuatro vendimias, todos los das son
fiestas y domingos, y la cuaresma slo viene una vez cada veinte aos; por
los campos se encuentran bolsas con dinero que nada vale, pues nadie
compra ni vende; hombres y mujeres se unen a voluntad, lo que les trae
honra y no deshonra; paeros y zapateros regalan hermosos trajes y bellos
zapatos; all se encuentra la fuente de la eterna juventud, etc. Es un mundo
de abundancia, lograda sin esfuerzo, y de libertad sexual. Es probablemente
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1330 Alicia Yllera Fernndez
CONCLUSIN
Dos captulos despus del descenso a los infiernos de Epistemon, Rabelais
recurre de nuevo a un tema lucianesco para escamotear un nuevo relato
militar. Al mismo tiempo introduce un tema tradicional que cuenta entonces
con gran xito: el del hombre engullido por un ser descomunal.
Al describir la visita a la boca del gigante, Rabelais quiebra las expecta-
tivas de sus primeros lectores, familiarizados con el relato bblico de Jons,
con las aventuras de los Relatos verdicos de Luciano y con los relatos fol-
clricos de hombres engullidos por seres monstruosos. Invierte todos los
49 Cf. PAYEN, J.-Ch., Fabliaux et Cocagne. Abondance et fte charnelle dans les
contes plaisants du XIIe et du XIIIe sicles, in pope animale. Fable. Fabliau. Actes du
IVe Colloque de la Socit Internationale Renardienne. vreux, 7-11 septembre 1981. dits
par Gabriel Bianciotto et Michel Salvat, Paris, Presses Universitaires de France, 1984,
pp. 435-448.
50 Cest li fabliaus de Coquaigne, Fabliaux et Contes des potes franois des XI,
XII, XIII, XIV et XV sicles, tirs des meilleurs auteurs. Publis par Barbazan. Nouvelle di-
tion, augmente et revue sur les Manuscrits de la Bibliothque Impriale par M. Mon, 4
vols., Paris, B. Ware, 1808. Reimpresin: Genve, Slatkine Reprints, 1976, 4 tomos en 2
vols., t. IV, pp. 175-181. Existen otras ediciones de este texto: la de Veikko Vnnen, Le
fabliau de Cocagne, Neuphilologische Mitteilungen, n 48, 1-2, 1947, pp. 3-36; y la edicin
y traduccin italiana de G. C. Belletti, en Fabliaux. Racconti comici medievali, Ivre, 1982.
51 BOCCACE, Dcamron. Traduction nouvelle, introduction et notes sous la direc-
tion de Christian Bec, Paris, Librairie Gnrale Franaise, Le Livre de Poche, Bibliothque
classique, 1994, p. 618.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un espacio fantstico en Rabelais: el captulo 32 del Pantagruel 1331
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FRECERRO, C., Genealogy and Narrative Structure in Rabelais, Ithaca-
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1332 Alicia Yllera Fernndez
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EN LA CULTURA FRANCESA
ESPACE ET TEXTE
DANS LA CULTURE FRANAISE
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Para la realizacin de la presente publicacin se ha contado con ayudas econmicas
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Desarrollo e Innovacin Tecnolgica. Accin Especial con n. de referencia: BFF2002-10802-E.
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TOMO III
EL ESPACIO EN LA LINGSTICA
Y LA TRADUCCIN FRANCESAS
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NDICE
TOMO III
EL ESPACIO EN LA LINGSTICA
Y LA TRADUCCIN FRANCESA
LESPACE DANS LA LINGUISTIQUE
ET LA TRADUCTION FRANAISE
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ndice 1343
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ndice 1345
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ESPACE ET TEXTES:
PANORAMA HISTORIQUE
ET CONTEMPORAIN DES LANGUES
ANDR CLAS
Universit de Montral
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1348 Andr Clas
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Espace et texte: panorama historique et contemporain 1349
lit que de le rappeler, mais cela pose malgr tout un certain nombre de dif-
ficults puisquil faut prciser ce cadre rel, social et historique. En dautres
mots, on peut encore dire quune langue est ainsi la somme des tous les int-
rts, au sens trs large du terme, qui ont retenu lattention de la communaut
au cours de lhistoire, ce qui veut dire quune langue est en fait une pluralit
de langues. La communaut linguistique a ainsi forg au cours des temps un
systme de classification que nous hritons avec lapprentissage de la
langue, une certaine vision du monde, pour employer une image banale et
courante, mais qui entrane parfois vers une tendance croire un figement
en liant langue et pense et donc rendre prisonnier les locuteurs dune
langue. Disons tout de suite quil nen est rien et que la langue nest quun
aspect de la pense qui, elle, est beaucoup plus riche et qui peut sextrio-
riser par dautres moyens. Rappelons en passant que si aucune traduction
nest facile, les termes qui ont une marque culturelle trs spcifique prsen-
tent bien entendu de trs notables difficults de recherches dquivalences.
Pour ne donner quun exemple, on sait que la traduction des menus de res-
taurant est trs difficile et apporte souvent de multiples surprises aux tou-
ristes. Heureusement les langues possdent toutes une extraordinaire
puissance de crativit, et ce que le lexique ne peut faire, la syntaxe va y sup-
pler. Disons aussi que, pour bien comprendre lvolution des langues, il
faut les situer dans le contexte dalors, cest--dire quil faut retrouver cer-
tains conditionnements, certaines causes gnres par des environnements,
physiques, sociaux ou personnels ou, bien sr, par tout lensemble la fois.
Peut-tre peut-on exemplifier rapidement ce que nous voulons dire? Si nous
prenons le mot citoyen, nous savons quil drive de cit, latin civitas. Mais,
nous savons aussi que le citoyen romain a peu de choses voir avec celui de
nos jours, car lenvironnement est totalement diffrent pour lun comme
pour lautre. Le texte fondateur du citoyen, au sens franais, est peut-tre la
Dclaration des Droits de lHomme et du Citoyen de 1a Rvolution fran-
aise de 1789, puisque avant cette date, il ny avait que des sujets de sa
Majest. Bien entendu, les diverses modifications de contenu et les prci-
sions supplmentaires ne peuvent venir que des divers textes documentaires.
Le driv citoyennet est, quant lui, dat de 1783. De mme le mot pou-
belle, attest en 1890, drive, comme vous le savez, du nom du prfet de la
Seine qui imposa ce rcipient pour les ordures. Cela montre bien que la
langue nest pas hors ralit, au contraire celle-ci est lorigine des crations
linguistiques qui sinsrent dans le systme linguistique et suivent alors ses
possibilits smantiques, morphologiques et syntaxiques. La mtonymie et
la mtaphore, rappelons-le, sont de puissants dveloppeurs linguistiques. On
aura ainsi des poubelles pdale, des poubelles de salle de bain, des pou-
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belles de table, des sacs-poubelles, des voitures poubelles, des plages pou-
belles, des classes poubelles, des chanes (de tlvision) poubelles et les
poubelles de lhistoire. Un signe linguistique est donc toujours relativement
complexe puisquil est le produit dun ensemble de dterminations externes
et internes.
Les linguistes estiment que la Terre compte entre 4000 et 7000 langues
et certains donnent mme le chiffre trs exact de 6528 langues recenses
lheure actuelle. La diffrence sexplique bien entendu par une certaine pru-
dence, puisquon peut admettre que toutes les langues ne sont pas recenses,
mais aussi parce que les dfinitions de ce quest une langue peuvent varier
en fonction de ce quon appelle un dialecte. Rappelons galement que les
langues sont, de nos jours, toujours en contact les unes avec les autres et les-
pace dune langue est forcment dtermin par celui des autres langues, en
fait une langue subit linfluence dautres langues. Il faut noter avec force que
linfluence scientifique et technique est de plus en plus marque dans nos
socits et impose ainsi une ncessaire obligation de mise jour. On com-
prend que certaines langues se trouvent naturellement soumises de fortes
pressions, et quoi quen disent certains, la mondialisation existe bel et bien,
en fait, elle est prsente depuis fort longtemps, comme le cours de lhistoire
peut en tmoigner facilement, mme si elle se prsentait sous une diffrente
forme.
Il semble donc quon parle beaucoup, ces jours-ci, de ces bienfaits de ce
pluralisme linguistique et des langues qui sont en difficults ou qui meurent.
Faut-il vraiment sen inquiter et si oui, que faut-il faire? Sans nul doute, une
langue qui meurt est, dune certaine faon une catastrophe cologique, cest
indniablement une perte culturelle importante. Mais peut-on dire quune
langue meurt ou ne vaut-il pas mieux dire que les utilisateurs cessent de
lutiliser et la laissent disparatre? Il y a galement des langues qui naissent,
ne loublions pas, et il suffit de penser aux langues romanes.
Mais quest-ce qui pousse un groupe abandonner sa langue? Il y a sans
nul doute des conditions externes, mais galement des variations internes.
Les conditions internes peuvent tre les difficults de mise jour, ou encore
le cot prohibitif pour la participation aux ncessits modernes et bien sr la
concurrence dune autre langue prsente, dj inscrite dans linternationali-
sation. On sait que la construction des anciens empires europens a sonn
le glas de milliers de langues, en Amrique du Nord et du Sud, en Australie,
en Afrique et en Ocanie. Il en reste cependant quelques-unes qui semblent
vouloir ou peuvent reprendre vie. Au Brsil, par exemple, 75% des langues
autochtones ont disparues et il en subsiste environ 180. En Australie, il y
avait, en 1788, environ 250 langues; de nos jours, il nen reste quune ving-
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mme dans les autres rgions de lEmpire, le latin sest diversifi, et a donn
naissance aux grandes langues littraires comme le franais (et le franco-
provenal), litalien, lespagnol (et le catalan), le portugais et le roumain.
Certaines de ces langues, comme on le sait, verront leur espace se dve-
lopper au cours des sicles par leur transplantation en Amrique du Nord, en
Amrique du Sud et dans les anciennes colonies des divers pays. On peut
dire que dune grande langue de civilisation on est pass dautres grandes
langues de civilisation. Si des langues meurent, dautres naissent!
Mais revenons au royaume des Francs qui se transforme lentement et
voit son espace se modifier, tout comme sa structure et sa langue. La pronon-
ciation germanique (notamment le g et le h) influence les parlers, tout
comme les mots germaniques qui prennent racine (marquis, baron cham-
bellan, guerre, trve, fauteuil, guetter, garant, jardin, bleu, brun). On
sachemine vers un type fodal et chrtien hirarchis, du roi au serf.
Lglise joue un rle de plus en plus important et tend soulager les misres
du peuple. La vie recommence et tout est refaire. Ce sont les monastres
qui se donnent comme mission de faire des dfrichements et des mises en
valeur du sol, damliorer les cultures et de retrouver petit petit un nouvel
essor de civilisation. Charles Martel refoule les Arabes en 732, mais les inva-
sions ne sont pas termines, il y aura encore les Normands qui simplante-
ront en Normandie, vers le dbut du 10e sicle et seront galement
romaniss.
Cest Charlemagne, couronn empereur en lan 800, avec une partie de
son domaine roman et lautre germanique, qui est lorigine dune expan-
sion de lempire franc, mais la querelle de ses fils et petits-fils aboutit
diviser nouveau lespace. Comme chacun le sait, ce sont les serments pro-
noncs Strasbourg, le 14 fvrier 842, par Charles le Chauve qui sadresse
aux soldats de son frre, Louis le Germanique, en teudisca lingua, et celui-
ci rpond en romana lingua, texte qui constitue lacte de naissance du fran-
ais:
Pro Deo amur et pro christian poblo et nostro commun saluament.
Cest galement de cette mme priode que datent les premiers textes lit-
traires destins ldification religieuse, comme La Squence de Sainte
Eulalie, compose vers 880: Buona pulcella fut Eulalia;
Bel auret corps, bellezour anima, .
La vie sociale et militaire, entre le 9e et le 14e sicle est marque par la
cration dune institution nouvelle, savoir la chevalerie, en fait dans les-
pace europen. Le mot chevalier apparat en 1165, il a, bien entendu, comme
racine le mot cheval, dat de 1080 (de caballarius); chevaleresque, cepen-
dant, nest attest qu partir de 1642. Cette organisation donnera naissance
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doute cause des interfrences de lglise orthodoxe byzantine vis vis des
Nestoriens, des purges systmatiques des empereurs Znon et Justinien, les
communauts se sont retires vers lest, vers les zones priphriques de
lempire byzantin et en Perse o elles ont tabli des coles et ont traduit les
textes grecs. On sait, par exemple, que le syriaque a servi de langue source
aux 8e et 9e sicles pour des traductions en arabe lors du califat des
Abbassides (705-1258). La traduction duvres grecques en syriaque ne
sest point arrte avec la conqute arabe aprs 632, en fait, elle a aug-
mente, plus particulirement au 9e sicle lorsque les califes des Abbassides
ont encourag de faon massive le transfert du savoir grec en arabe, le
syriaque tant un intermdiaire. Il est vrai que la rgion du Moyen Orient
tait riche linguistiquement: en plus de divers dialectes de laramen,
comme le syriaque, il y avait encore lhbreu, larabe, larmnien et le gor-
gien pour ne nommer que les plus importantes langues de la rgion. Lintrt
se portait spcifiquement vers la philosophie (Aristote), lhistoire et les
sciences. Larabe avait une raison religieuse particulire: les sciences islami-
ques, savoir ltude du Coran et ses applications la littrature, au droit et
la politique taient spares de lenseignement grec. La traduction faisait
du syriaque une langue riche et dveloppe, une langue scientifique concur-
rente du grec. Lastronomie arabe senrichissait des apports des langues
grecques et syriaques. Ainsi la rgion sous domination arabe bnficiait des
apports des Syriens, des Grecs, des Perses, des Juifs, des Hindous, des
Armniens, tous hritiers de la science grecque, modifie, adapte aux
diverses traditions et besoins particuliers, par des changes de connaissances
entre le 2e et le 6e sicle. Judishapur (lieu demprisonnement des soldats
grecs de lempereur romain Valrien, faits prisonniers, prisonniers syriens
capturs lors de la prise dAntioche, centre culturel de lempire romain
oriental, lieu de refuge des rfugis des purges de Zno), tait un centre de
traduction important pendant cinq sicles. Son annexion par les Arabes don-
nait une nouvelle dimension aux connaissances intellectuelles et aux trans-
ferts linguistiques en astronomie en apportant une source grco-indienne, en
pahlavi et en sanscrit, du savoir grec en arabe. Bagdad devint, un sicle plus
tard, grce lappui donn par les califes Abbassides, un centre de traduc-
tion florissant, un des lieux denseignement scientifique des plus importants.
Cest le Livre qui imposait une srie dintrts intellectuels et qui allait se
rpandre dans diverses directions. Lespace est a nouveau chang. Mais
lhistoire nest pas stationnaire et peu peu, on voit apparatre de nouveaux
centres. La technologie se dveloppe, les manuscrits se multiplient, lurba-
nisation progresse, les universits naissent, bref les conditions de vie chan-
gent. Les croisades ont eu lieu et influencent la pense et la manire de vivre
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sement suppose une structuration, mais elle nest pas universelle. Les sys-
tmes de dnomination dans les langues de spcialit sont le plus souvent le
reflet dobservations prcises qui imposent une cration linguistique
consciente et, dune certaine faon, proche et diffrente des symboles de la
langue courante. On connat les procds de formation de mots et les exem-
ples montrant avec prcision lincidence des dcouvertes scientifiques et des
applications techniques ne sont pas rares. On a ainsi des tudes sur la forma-
tion du vocabulaire de laviation, du chemin de fer, de latome, du cinma,
du cyclisme, du rugby... Il nest pas ncessaire de multiplier les exemples
puisque le processus semble tre toujours le mme et que seul le chemine-
ment thorique nous intresse, car il peu tre valable pour tous les domaines
spcialiss. Louis Guilbert5 dans La formation du vocabulaire de laviation
a montr les relations entre les dcouvertes scientifiques, les applications
techniques et la constitution dun vocabulaire de spcialit. On peut ainsi
voir comment un signifi nouveau vient sattacher un signifiant nouveau
et comment sopre la diffrenciation du lexique dune technique naissante
par rapport celui dune technique mre. Cette tude de Louis Guilbert est
une bonne illustration de la constatation de Ferdinand Brunot6 lorsquil crit:
Les ralits de la vie et de la pense dune part, le mouvement du lexique
de lautre suivent une marche parallle, mais ils ne la suivent pas la mme
allure ni avec une concordance rgulire et constante. Un lexique dune
technique nouvelle est tout dabord un ensemble dusages, une srie dem-
ploi de mots. Les locuteurs ont recours aux signes linguistiques dj dans la
langue et les nologismes apparaissent dabord en parallle avec eux. Ainsi
lAcadmie des sciences crivait en 1696: la botanique ou science des
plantes. La diffusion des termes de Newton, gravitation et attraction,
nologismes lpoque, est combattue puisque ces termes remplaaient
pression et impulsion. Mais les adversaires de Newton doivent utiliser
les termes de Newton pour les rejeter, et donc les diffusent indirectement. On
voit ainsi que les querelles linguistiques ou scientifiques ne sont pas tran-
gres la diffusion de mots. Louis Guilbert montre que le nologisme avia-
tion est dabord accol navigation arienne. On voit aussi que ce terme
change de contenu smantique au fur et mesure de lvolution technique.
Lopposition de dpart navigation arienne/navigation aquatique se
modifie et lon trouve une floraison synonymique de caractre descriptif:
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7 Ibid., p. 597.
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8 Ibid., p. 577
9 Cf. BRUNOT, F., ibid., p. 605.
10 Op. cit., p. 334.
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une phase dharmonisation plus prcoce que franais de France (le franco-
franais). Les dialectes pour ne pas drgler la communication ont d
trouver une moyenne linguistique acceptable par la socit nouvellement
forme. Cette socit a volu cause de circonstances historiques indpen-
damment de la socit dorigine. On comprend donc que par rapport au
franco-franais, on y trouve, outre des traits phontiques ou phonologiques
ou encore mlodiques directement perceptibles, des variations morphologi-
ques, syntaxiques et lexicales tout fait diffrentes. Il en est un peu de mme
pour langlo-canadien qui subit dans une large part, comme le franco-cana-
dien dailleurs, une forte influence de lamricain, Or les dictionnaires cits
sont plutt trs majoritairement de facture franco-franaise et anglo-
anglaise. Ainsi le lexique du franco-canadien sera marqu, par rapport au
franco-franais, de
Dialectalismes: achaler, borde (de neige), dallot, senfarger, gadelle,
garrocher, gosser (= tailler au couteau), gourgane
Archasmes: sabrier, adret, astheur, bas, bcler (conclure), beigne, ber,
bl dInde, blonde, couverte, chapper qq ch, chevin, encan, ennuyant,
fve, frette, grafigner, grouiller (bouger), licher, niaiser, noirceur
Anglicismes de maintien (appels ainsi par rapport la proximit du
mot anglais) appartement (pice), appointement, audience, aviser
(conseiller), barbier, brassir, breuvage, cdule, discontinuer
Provincialismes: avant-midi, bec, djeuner, dner, souper, goter
Emprunts : amrindianismes (atoca, chicoutai, pimbina, achigan, car-
cajou, maskinong, ouaouaron, ouananiche; anglicismes : condo,
constable, coroner, bcosse, bine, pinotte, backer qqn, bitcher, botcher,
checker : calques et faux amis : charger, copie, dite, laborer, favoriser,
construction, dtour, aller en grve, changer lhuile, mettre lemphase sur,
parler travers son chapeau, le chat est sorti du sac
Crations : acriculture, atocatire, aubaine, bas-culotte, castonguette,
croustille, dbarbouillette, ivressomtre
Bien entendu, cela pose galement la question pineuse de la norme et
donc une prise de position par rapport aux usages dcrits, tout comme les
niveaux de langue dterminer.
Pour disposer dun outil documentaire facilement accessible et qui
rponde certains critres, nous avons cr une norme base textuelle, bap-
tise TEXTUM, cest--dire Text et U(niversit de)M(ontral), parce quelle
est luniversit de Montral. La lexicographie doit sappuyer sur un corpus
aussi riche et diversifi que possible pour obtenir les attestations voulues qui
permettent de dgager tous les mots et tous les sens possibles de ces units.
TEXTUM est donc une base de donnes bilingue denviron 310,4 millions
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7. LA EXPRESIN DEL ESPACIO EN EL FLE
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ESTRUCTURAS LOCATIVAS EN FLE:
INTERPRETACIONES SEMNTICAS
INTRODUCCIN
Desde un punto de vista lingstico, el tema de la localizacin en el espacio
aparece relacionado tanto con cuestiones terminolgicas como con aspectos
relativos a su definicin y conceptualizacin. Proposiciones o complementos
circunstanciales, adverbios, preposiciones o pronombres personales de
origen adverbial como es el caso de en e y son los apartados habi-
tuales en los que las gramticas morfolgicas ms tradicionales abordan este
tema. Algunas se refieren a esta nocin en el captulo dedicado a los demos-
trativos, dado su carcter dectico de designacin situacional de un ser en un
entorno comunicativo. M. Riegel1 se refiere incluso a la localizacin espa-
cial como una de las posibles interpretaciones semnticas de los atributos del
sujeto, en frases del tipo: Pierre est dans / derrire / sous / ct de la voi-
ture. Pierre y est. Il est ici / dehors / ailleurs. En todas ellas, el verbo tre
funciona como un verbo de localizacin, equivalente a se trouver.
El problema que se plantea es que, por un lado, una misma nocin
semntica aparece en diferentes partes del discurso y, por otro, distintas
nociones semnticas pertenecen a una misma categora discursiva, pues,
como afirma P. Le Goffic, Les structures syntaxiques, tout comme le
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Rectores de un GPrep introducido por de: prs de, loin de, hors
de, consideradas tambin como locuciones prepositivas.
En composicin con otro adverbio, adjetivo o preposicin: l-
dessus, l-dedans, l contre, ici-bas... A diferencia del espaol,
el francs no admite la combinacin con un sustantivo ante-
puesto (monte arriba, pendiente abajo, mar adentro).
Conectores de una sub-frase (integrativa adverbial), considerada
tradicionalmente como una subordinada relativa con antece-
dente sustantivo o adverbial de referencia espacial: Je suis dans
la pice o se trouve le piano. Je suis l o tu mas dit dtre.
TRE + INFINITIVO: Conjugado en pasado simple, o en cualquier
otro tiempo del pasado, el verbo tre se construye con un infinitivo
para marcar, por lo general, un desplazamiento en el espacio, en el
sentido de aller (Il a t acheter des cerises = Il est all acheter des
cerises). Se comporta, en efecto, como verbo de movimiento y,
como tal, puede ir seguido de un infinitivo sin preposicin, que se
distingue netamente de las construcciones transitivas con infinitivo.
No obstante, si bien es cierto que este infinitivo funciona sintctica-
mente como complemento del verbo rector y que su controlador
parecer ser el propio sujeto, no puede, sin embargo, conmutarse por
un GN o una completiva, ni admite, como stas, la pronominaliza-
cin en le. Sin embargo, s sera posible utilizar el pronombre
anafrico y (Jy ai t), lo que sucede con bastante frecuencia
con el verbo aller, pero no con el resto de verbos de movimiento.
Su interpretacin semntica tampoco puede ser la de un comple-
mento directo, pues no se trata de una verdadera construccin tran-
sitiva; sera ms acertado, entonces, considerarlo como
complemento esencial indirecto que marca la finalidad y sinnimo
de las construcciones en pour + infinitivo.
Nos parece importante sealar que esta construccin directa es
absolutamente imposible en espaol, donde la finalidad aparece cla-
ramente marcada por la preposicin A (He ido a comprar cerezas)
y la existencia de un desplazamiento previo slo podra marcarse
por un gerundio (He estado comprando cerezas).
Existe en francs una construccin con infinitivo precedido de la
preposicin 5 (Mon mari est travailler), complemento esencial
de localizacin al que hay que aadir un aspecto durativo. El sujeto
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Estructuras locativas en FLE: interpretaciones semnticas 1377
del verbo tre ejerce aqu el control de la accin indicada por el infi-
nitivo, lo que explica el uso del gerundio en espaol (Mi marido
est trabajando).
6 Ibid., son transitivos ...ceux qui expriment une action sortant du sujet et passant
sur un objet, 1344, e intransitivos ...ceux qui expriment une action limite au sujet et ne
passant sur aucun objet, 1345.
7 BLINKENBERG, A., Le problme de la transitivit en franais moderne. Essai
syntactico-smantique, Copenhague, Munksgaard, 1960.
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Los valores semnticos de los GPrep dependern no slo del valor intrn-
seco de cada preposicin, sino tambin de la naturaleza del N incluido en el
complemento (animado o inanimado) y del lugar que ocupen en la frase
(antepuestos o pospuestos al verbo principal). Los empleos destacados, ini-
ciales o finales de frase, corresponden ms bien a valores enunciativos,
mientras que los postverbales representarn valores actanciales.
Algunas preposiciones (de, par, vers, ) se combinan fcilmente con
adverbios de lugar funcionando como GPrep complementos accesorios:
do?, dici, de l, de prs, de loin, de trs loin, de plus loin, par o?, par
ci, par l,
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Estructuras locativas en FLE: interpretaciones semnticas 1387
pudiera ser que hubiera cado al patio desde algn otro lugar, la ventana, por
ejemplo, en cuyo caso se trata de un GPrep COI y slo es posible la primera
construccin (valencia locativa de destino de un verbo transitivo indirecto).
La posicin postfinal (final destacado) aade al circunstancial de lugar
un valor marco de la accin (tema retardado), pero ms debilitado que en la
posicin inicial. Esta es una posicin muy apropiada para circunstanciales
largos.
CONCLUSIN
Hemos abordado aqu los problemas planteados por la localizacin en el
espacio en FLE, a travs de un estudio que, sin pretender ser exhaustivo, ha
intentado combinar los puntos de vista sintctico y semntico. A partir de
una presentacin de las estructuras locativas diferenciadas en complementos
esenciales y accesorios, hemos podido observar que, en los primeros, lo que
diferencia a las construcciones con tre de las construidas con otros verbos
parece ser su proximidad a la atribucin, principalmente aquellas que pre-
sentan como complemento un GN precedido o no de preposicin. Por lo
dems, el verbo tre se asemeja bastante, en cuanto a su poder de localiza-
cin, al resto de los verbos de movimiento. En cuanto a los complementos
accesorios, su sentido intrnseco, unido al lugar que ocupan en la frase y al
tipo de construccin al que pertenecen, proporcionan una importante infor-
macin para la interpretacin de su alcance y significado.
La comparacin con el espaol se ha establecido slo en aquellos casos
en los que las diferencias nos han parecido significativas, pero han intentado
dar cuenta, en todos los casos, de aquellas diferencias que puedan suponer
un problema de concepcin del espacio para el estudiante espaol de FLE.
Desde el punto de vista de la pragmtica, es indudable que los conec-
tores espaciales (adverbios, GPrep, o locuciones adverbiales) contribuyen a
la estructuracin del texto y representan un aspecto fundamental del conoci-
miento de una lengua.
Concluyendo, la mayora de los CC se integran en la parte remtica de
la frase, algunos en la parte temtica. En este ltimo caso, se cargan de un
valor escnico que se ve potenciado en posicin inicial destacada, partici-
pando en la construccin del marco de circunstancias en que se sita el resto
de la frase.
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EL USO DE LAS PREPOSICIONES
DE LUGAR EN FLE:
PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
MAUD BENETEAU
SILVIA VALDESPINO NEZ
Universidad de Valladolid
INTRODUCCIN
Las preposiciones forman un grupo sintctico con el complemento que intro-
ducen y la correcta interpretacin del mismo depender, no slo del seman-
tismo propio de la preposicin, sino de la combinacin de ste con el de los
elementos que relaciona.
Es cierto que algunas preposiciones poseen un significado intrnseco,
relativamente estable y fcil de precisar (DANS, SUR, SOUS, CT DE),
pero otras, calificadas a menudo de vacas o incoloras (como es el caso
de , DE, EN), plantean serios problemas, siendo su interpretacin harto
difcil, debido a su carcter abstracto y fuertemente polismico, as como por
su diversidad en cuanto al origen y formacin.
Centrando nuestra atencin en aqullas que representan un valor de loca-
lizacin, podramos distinguir entre:
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1390 Maud Beneteau - Silvia Valdespino
LA PREPOSICIN
Sirve para la localizacin tanto en el espacio como en el tiempo, aunque
tambin para determinar el destino o uso dado a un objeto, e incluso para
caracterizar a un ser. Por lo que respecta al espacio, indica la presencia en un
lugar o direccin hacia un punto de destino (Il travaille lusine; Je vais
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El uso de las preposiciones de lugar en FLE 1391
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El uso de las preposiciones de lugar en FLE 1395
Espaol Francs
Je vais vlo
EN EN Je vais en voiture
DANS Je monte dans le train
Je vais la cave
CHEZ Je vais chez moi
A EN Je vais en France
DANS Je monte dans ma chambre
LA PREPOSICIN DE
Es una de las preposiciones ms polivalentes. Puede marcar el origen con-
creto o abstracto, el punto de partida, el alejamiento, la pertenencia, aunque
tambin puede sealar, entre otras, una relacin de temporalidad o de causa,
o incluso formar parte de locuciones prepositivas. Es este ltimo empleo el
que atraer en primer lugar nuestra atencin y, ms concretamente, el con-
fusionismo que produce en el alumno la existencia, en francs, de dos cons-
trucciones gramaticalmente diferentes, TRAVERS (regarder travers une
vitre) y AU TRAVERS DE (regarder au travers de la fentre), consideradas
hoy en da como sinnimas y equivalentes a una nica expresin en espaol
a travs de.
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1396 Maud Beneteau - Silvia Valdespino
que hemos de atravesar para llegar a nuestro punto de destino (regarder par
la fentre).
Empleos como *Jai march travers de la foule o *Il a march au tra-
vers la ville seran incorrectos, pues, segn J. Hanse8, ...on ne met jamais
de aprs travers, sauf si cest un de partitif ou un des indfini.... La pri-
mera de las incorrecciones sealadas arriba aparece con una frecuencia bas-
tante elevada en las producciones de los alumnos espaoles, debido a una
clara analoga con la construccin equivalente en su propia lengua materna
(caminar a travs de).
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El uso de las preposiciones de lugar en FLE 1397
LA PREPOSICIN SUR
Para el hispanohablante, esta preposicin plantea ciertos problemas de inter-
pretacin. Como indicador de lugar, entra en concurrencia con , AU-
DESSUS DE, DANS y CONTRE. Los matices que las diferencian tienen
que ver con la relacin que existe entre el objeto o ser que hemos de ubicar
y la superficie o espacio referencial (portador / portado, contenedor / conte-
nido), as como con la direccionalidad de las fuerzas de apoyo (horizontales,
verticales u oblicuas) que se establecen entre las superficies en contacto10.
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El uso de las preposiciones de lugar en FLE 1399
riza el uso de DANS si el objeto penetra en ella, por eso *Le nez est dans la
tte sera incorrecto, pero s se admitira Le nez est sur la figure.
11 Todos los compuestos se escriben con guin salvo en dessus, de dessus, en dessous
y de dessous.
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1400 Maud Beneteau - Silvia Valdespino
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El uso de las preposiciones de lugar en FLE 1401
Por otra parte, como seala G.-D. de SALINS12 y hemos podido cons-
tatar, con las preposiciones DEVANT y DERRIRE se produce frecuente-
mente un error de construccin, pues los estudiantes tienen tendencia a
aadir la preposicin DE, lo cual, en el caso del hispanohablante, constituye
un calco de la construccin de su lengua materna.
CONCLUSIONES
Concluimos aqu el estudio de los problemas de aprendizaje ms comunes
detectados en el ejercicio de nuestra prctica docente. Hemos podido com-
probar que las reglas gramaticales referentes al uso de las distintas preposi-
ciones a veces nos han ayudado a establecer claramente la distribucin de
aquellas que han sido objeto de este anlisis, pero otras han resultado insu-
ficientes. En la percepcin de las relaciones espaciales entran en juego,
adems de la geometra y la lgica, la propia imaginacin del hablante, que
crea intuitivamente espacios metafricos o figurados. Por otra parte, no
todas las comunidades lingsticas perciben y conciben el mundo de la
misma manera, y nuestra propia concepcin del mundo est, a menudo, en
el origen de esos obstculos o interferencias que actan negativamente en el
aprendizaje de cualquier lengua extranjera.
El paralelismo establecido entre la manera de percibir y concebir el
espacio y su expresin lingstica en francs y en espaol, ayuda a con-
formar una explicacin de las desviaciones en el uso de las preposiciones
locativas en FLE. Nos hemos encontrado con casos en los que el francs
abunda en los matices diferenciadores de las distintas preposiciones de lugar
y, por lo tanto, presenta mayor diversidad de empleos; en otras ocasiones,
por el contrario, ha sido el espaol el que pone de relieve diferencias no rele-
vantes en francs. La ausencia de paralelismo entre los dos idiomas es, en un
gran porcentaje de casos, lo que provoca la vacilacin de nuestros estu-
diantes.
Nuestro punto de partida era la creencia de que el anlisis de la falta es
un paso necesario para la correccin de la misma. Lo que de este anlisis se
desprende es que todo error tiene su motivacin y que sta radica a menudo
en la similitud entre diferentes usos. Nos hemos centrado en las preposi-
ciones o locuciones prepositivas de uso ms frecuente y el estudio de sus
rasgos diferenciadores nos ha llevado a presentarlas por agrupaciones en
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1402 Maud Beneteau - Silvia Valdespino
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
DE SALINS, G. D., Grammaire pour lenseignement / apprentissage du
FLE, Paris, Didier, 1996.
GREVISSE, M., Le bon usage, Paris-Gembloux, Duculot, 1980 (11e di-
tion).
HANSE, J. - BLAMPAIN, D., Nouveau dictionnaire des difficults du fran-
ais moderne, Bruxelles, Duculot, 2000 (4e dition).
THOMAS, A.V., Dictionnaire des difficults de la langue franaise, Paris,
Larousse, 1971.
VANDELOISE, C., Lespace en franais, Paris, Seuil, 1986.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LIMAGINAIRE ET LA CONSTRUCTION
DUN ESPACE NARRATIF EN FLE
INTRODUCTION
Le but de la prsente contribution au XII Congrs de lAPFFUE nest que la
description dun projet daction didactique en FLE qui, sappuyant sur lex-
ploitation dun texte crit, permet de contribuer, dun ct, amliorer la
comptence des apprenants non seulement en comprhension crite, mais
aussi en expression orale et crite et en comprhension orale, et, dun autre
ct stimuler la conceptualisation en franais, ce qui est un atout non ngli-
geable dans les processus dapprentissage dune langue premire et dune
langue trangre.
Toute activit dexploitation de textes concerne, bien videmment, le
processus de rception des textes qui sappuie, entre autres, sur la notion
despace imaginaire; par espace imaginaire li un texte il faut entendre
lensemble organis des donnes connotes, implicites dans le texte, et des
donnes dnotes, explicites par le texte, mais aussi compltes, prcises
grce limagination du lecteur. Par ailleurs, il faut tenir compte du fait que,
parmi les traits implicites, il y en a qui sont prsupposs par le texte ce que
le texte dit en est la consquence, et il y en a dautres qui sont drivs pour
autant que ce que le texte dit en est la cause.
Prenons comme exemple, lnonc suivant:
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1404 Javier de Agustn Grijalbo
Toutes ces donnes, aussi bien les connotes que les prcisions sur les
dnotes pourraient, par exemple, prendre la forme des propositions et
macro-propositions dAdam1 et sassembler, en vue de crer un texte
amplifi par rapport au texte lu qui aurait, en loccurrence, une dominante
narrative.
1 Cf. ADAM, J. M., Les textes: types et prototypes, Paris, Nathan, 1992.
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Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1405
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1406 Javier de Agustn Grijalbo
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Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1407
tape (mthodique) 2.
2.1. Lecture: B/ ->A.
2.2. Classement (ordre cohsif dfinitif relatif): B, A.
2.3. Internalisation du classement B, A.
tape (mthodique) 3.
3.1. Lecture: C / ->B, A .
3.2. Classement (ordre cohsif dfinitif relatif): C, B, A.
3.3. Internalisation du classement C, B, A.
tape (mthodique) 4.
4.1. Lecture: D/ ->C, B, A.
4.2. Classement (ordre cohsif dfinitif relatif): C, D, B, A.
4.3. Internalisation du classement C, D, B, A.
tape (mthodique) 5.
5.1. Lecture: E/ ->C, D, B, A.
5.2. Classement (ordre cohsif dfinitif absolu): C, D, B, E, A.
5.3. Internalisation du classement C, D, B, E, A.
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1408 Javier de Agustn Grijalbo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1409
1/ Lecture de la lettre A.
Cest cette tape de lexprience, quil faut travailler larticulation
phontique, la lecture, lanalyse grammaticale et lexicale, ainsi que
celle des donnes textuelles et discursives.
2/ Explicitation des rponses au questionnaire A.
Les rponses y doivent aboutir, grce au bien-fond des questions,
des hypothses (sous forme de propositions ou de macro-proposi-
tions) composant un scnario plausible pour la lettre A, un scnario
A qui peut ventuellement devenir un rcit rcit A, si lon veut
en profiter pour faire pratiquer la production crite.
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1410 Javier de Agustn Grijalbo
3/ Lecture de la lettre B.
Cette action nest quune reprise de laction 1/ applique la lettre
B et a donc la mme porte langagire et linguistique de cette
action-l.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1411
a y est Josette,
Cest fait. Il ma serre dans ses bras. Nos lvres se sont rejointes. Il
ma donn un long baiser trs doux. Je nai pas rsist. Au lieu de me rac-
compagner sagement chez moi, il ma prise par la taille et ma mene dans
le petit bois, la sortie de Saulnois. Nous marchions, tendrement enlacs,
et de temps autre nous nous arrtions pour nous jeter lun contre lautre et
nous embrasser avec fougue.
Alain ma conduite travers les hauts arbres jusqu une clairire qui
formait une sorte de chambre. Nous nous sommes allongs sur le tapis
dherbe et de fleurs. Jai eu une pince de jalousie. Combien de fois dj
tait-il venu ici avec des jeunes filles? mais un nouveau baiser a vite touff
ce vilain sentiment.
Je ne ten dirai pas davantage, Josette. Sache seulement que je nai
jamais connu pareille extase, alors que, tu le sais, je suis difficile
contenter. Nous nous sommes quitts laube. Jai propos Alain de venir
chez moi. Il na pas voulu. Je nai pas insist. Il avait lair tellement triste.
Cest le bonheur, Josette. Le bonheur qui me donne envie de chanter tue-
tte dans toute la poste. Il y a une cliente qui attend que jaie fini ma lettre.
Elle a une sale tte avec une verrue sur la joue gauche. Alors, je prends tout
mon temps pour tembrasser trs fort.
Aline
4 Jai puis ce texte dans TROMPETTE, C. et alii, Lire. Objectif comprendre, Paris,
Crapel Didier, 1991.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1412 Javier de Agustn Grijalbo
QUESTIONS A
Gnriques
1. Quel rapport y a-t-il entre Josette et Aline?
2. Comment sont-elles?
3. Quest-ce quelles font dans la vie?
4. Josette habite-t-elle Saulnois aussi?
5. Comment Alain est-il?
6. Quel rapport y a-t-il entre Alain et Aline?
7. Comment Aline trouve-t-elle Alain?
Spcifiques
1. Quel est le but de la lettre?
2. Pourquoi Aline sattendait-elle ce que Alain la raccompagne sage-
ment chez elle?
3. Pourquoi Aline a-t-elle une pince de jalousie vis--vis de lui?
4. Pourquoi Alain na-t-il pas voulu aller chez Aline au petit matin?
5. Pourquoi avait-il air triste?
6. Quelle ide se faisait Josette du rapport dAline et Alain avant la
lecture de la lettre?
Les rponses ces questions permettent de prciser lidentit des per-
sonnages prsents dans le texte et leur rapport ainsi que la localisation et cer-
tains aspects psychologiques dont quelques-uns sont la base des actions ou
des paroles du texte.
CONSIGNES A
1. Mettez sous forme de rcit les rponses que vous avez donnes aux
questions prcdentes.
2. Donnez un titre au rcit.
Aprs avoir rpondu aux questions poses, textualis narrativement les
rponses et propos un titre au rcit labor, on peut passer la lecture de la
lettre B:
Ma Josette,
Il pleut. Le bureau de poste est dsert. Pas le moindre tlphone, pas le
plus maigre tlgramme. Jai le cur bien lourd.
Ah, mfie-toi de lamour. Vois o jen suis prsent. Tout cela pour un
type qui, au fond, ntait pas si terrible que a. Ce Roger, avec son blouson
en jeans et ses santiags... Ici, Saulnois, les hommes portent des bottes en
caoutchouc. Jai voulu le fuir, parce quil me faisait du mal, comme jai
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1413
voulu fuir la ville et ses tentations. Eh bien, cest russi. force de fuir, me
voil enterre vive.
Je te serre dans mes bras, ton inconsolable
Aline
Cette formule postule que le classement B-A est assur par une corrla-
tion dlments de jointure de base, selon laquelle, le dpaysement li
Saulnois et le malheur li au souvenir de Roger ont lieu en tant que phno-
mnes avant ladaptation Saulnois et la prsence de quelquun Alain
qui rend heureux.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1414 Javier de Agustn Grijalbo
QUESTIONS B
Gnriques
1. Qui est Roger ?
2. Comment est-il?
3. Quest-ce quil fait dans la vie ?
4. O habite-t-il?
5. Quel rapport y a-t-il entre Roger et Aline?
6. Comment Aline trouve-t-elle Roger?
Spcifiques
1. Quel est le but de cette lettre?
2. Quel est ltat dme dAline? Pourquoi est-elle dans cet tat?
3. Pourquoi dit-elle Josette de se mfier de lamour?
4. Pourquoi Aline dit-elle que Roger lui faisait du mal?
5. Pourquoi a-t-elle voulu aussi fuir la ville et ses tentations?
6. Quelle ide se faisait Josette de Roger et de son rapport Aline
avant la lecture de la lettre B?
CONSIGNES B
En tenant compte du classement pos:
1. Harmonisez les rponses A et B si ncessaire.
2. Ajoutez votre rcit A les rponses que vous avez donnes aux
questions B et harmonisez-le si ncessaire.
3. Confrontez au nouveau rcit (B) le titre A et adaptez-ly si nces-
saire.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1415
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
ADAM, J.M., Les Textes: types et prototypes, Paris, Nathan, 1992.
DE AGUSTN, J., Littrature et FLE: Les modes de lecture et lorganisa-
tion du discours, in Reflexiones sobre la enseanza de la literatura
francesa: Tendencias y propuestas, Madrid, Servicio de Publicaciones
de la Universidad Autnoma de Madrid, 1998, pp. 149-160.
TROMPETTE, C. et alii, Lire. Objectif comprendre, Paris, Crapel Didier,
1991.
ANNEXE
C
Josette,
Inutile venir dimanche avec Roger. Vie impossible pour amants maudits.
Alain prtend trouver solution. Ai totale confiance en lui. Le suivrai partout.
Baisers.
Aline
D
Josette,
Le boucher est dsespr. Il parat que la bouchre est partie avec la
caisse, en plus de linstituteur.
Je tembrasse toute vitesse.
Aline
E
Ma Josette chrie,
Me voici installe Saulnois. Le village est encore plus triste que nous
ne lavions imagin. Une rue unique, borde de platanes. Des maisons blan-
ches ou grises. Un caf-tabac buvette O les hommes, de gros fermiers au
teint rouge, senivrent avec mthode en parlant fort. Sujets de conversation:
le temps, toujours pluvieux, les vaches et les amours de la bouchre. Elle
couche avec linstituteur lac. Son mari en est tout dsol et il tue moins bien
ses btes. La viande devient mauvaise. Les mnagres se rendent chez le
concurrent au hameau voisin. Cest mauvais pour Saulnois. On parle de
faire une ptition pour renvoyer linstituteur.
Le bureau de poste est, en revanche, trs agrable. Une pice unique,
peinte en rose. Il y a dans le fond un gros pole qui fume, comme sur les
images dautrefois. Le facteur titube ds le matin, mais cest un brave type.
Il ma invit dner chez lui le premier soir. Sa femme et ses huit enfants
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1416 Javier de Agustn Grijalbo
nont pas cess de me questionner sur la ville. Figure-toi, ils ne sont jamais
alls plus loin que Blainville, la sous-prfecture.
Ma Josette, tu me manques dj. Je mennuie, ici. Embrasse pour moi
toute la bande, sans oublier laffreux Petit-Louis, et garde pour toi le plus
gros de mes baisers.
Aline
F
Josette, mon amie,
Cest bien triste, ce que tu mcris sur laffreux petit Louis. Mourir ainsi
crabouill par un autobus, vingt ans... Dun autre ct, a vaut peut-tre
mieux pour lui. Avec sa gueule, il navait gure de chances de trouver lme
sur. Toutes les filles riaient de lui, commencer par nous, qui sommes bien
tristes pourtant aujourdhui. Mais la vie nest rien sans amour. Il valait
mieux que laffreux petit Louis ne vive pas. Jen sais quelque chose, moi qui
dborde damour. Cest le printemps, prsent, et toute la nature chante nos
effusions. Je suis si heureuse que M. Verpoux men a fait la remarque. Eh
bien! mademoiselle Aline, on dirait que lair de Saulnois vous russit! Jai
rougi, btement. Et il a ajout: Lair? Ou certains airs... de fanfare!. Je lui
ai lanc un tel regard noir quil est parti sans demander son reste.
Je me pose tout de mme une question, au fond de mon bonheur.
Pourquoi Alain, si tendre quand il est seul avec moi, se montre-t-il aussi dis-
tant en public? Et pourquoi ne veut-il me voir que la nuit dans le petit bois?
Je suis bien plus jolie que toutes les filles de Saulnois. Il ne peut pas avoir
honte de moi.
Je vous embrasse, Roger et toi.
Aline
G
Ma Jojo,
Ah bon, Roger tinvite au cinma... Aprs tout, pourquoi pas? Sil te
plat, vas-y. Mais ne tattache pas. Il te ferait souffrir comme moi, et cela, on
ne peut le souhaiter mme sa meilleure amie.
Moi, il faut que te fasse un aveu: je suis A-MOU-REU-SE. Folle de lui,
dAlain, de ses yeux bleus, de sa mche blonde et de ses bras costauds
dhomme habitu aux durs travaux des champs. Ah, ce nest pas un gringalet
sournois des villes, comme Roger, lui!
Jai mon uniforme, prsent. Et quand nous jouons cte cte dans la
fanfare, lui du clairon, moi de la grosse caisse, je sens nos coeurs qui bat-
tent lunisson. Il ne sest pas encore dclar. Mais je devine quil ne va pas
tarder.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1417
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1418 Javier de Agustn Grijalbo
J
Josette,
Yvonne mcrit que tu frquentes Roger. Mfie-toi, je te le dis trs ami-
calement.
Je nai rien ajouter.
Baisers.
Aline
K
Josette, ma seule amie,
Ce matin ctait la fte du village. Nous avons dfil, Alain et moi, dans
nos uniformes, et nous jouions ensemble devant tout Saulnois rassembl.
Nous marchions du mme pas, nous vivions au mme rythme. Chacun nous
voyait et lisait notre amour comme dans un grand livre ouvert tous. Ctait
la fois terrifiant et dlicieux.
Nous sommmes passs devant la boucherie et lcole fermes. Je com-
prends mieux la bouchre, prsent, mme si le boucher, hbt devant sa
boutique vide, me faisait vaguement piti. Mais pour nous il nest pas ques-
tion de senfuir. Alain me la dit hier encore. Il ma parl de Solange, sa
femme, quel nom vulgaire, nest-ce pas, enfin ce nest pas la faute dAlain,
il ma parl de sa femme et de la honte quil prouvait la tromper, et dit
quil ne la laisserait jamais avec les enfants. Ils ont trop besoin de moi, a-
t-il dclar. Jaimerais mieux mourir.
Moi aussi, jaimerais mieux mourir que le perdre.
Bises Roger, toi et futur petit.
Aline
L
Josette, Josette,
Il a de grands yeux bleus et une mche qui lui tombe sur le front. Il sap-
pelle Alain. Alain et Aline cest joli, nest-ce pas. Mais je rve. Ou plutt il
faut que je te raconte dans lordre.
Il joue du clairon la fanfare. Depuis quelques rptitions je lavais
repr, tu penses. Grand, mince, sec, entre Alain Delon et le chanteur Dave.
Tout fait mon genre, quoi, et pas paysan, comme les hommes dici.
Javais bien vu quil mavait remarqu, lui aussi. Il ne me quittait pas
des yeux et, quand son regard croisait le mien, pas vraiment par hasard, je
suis fine mouche, il rougissait. a lui allait trs bien.
Hier, a na pas manqu. Il sest arrang pour se trouver ct de moi.
Du coup, jtais encore moins en rythme que dhabitude et Laurent Pougnac,
le chef de la fanfare, ma fait plusieurs remarques. Alain a t trs gentil. Il
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Limaginaire et la construction dun espace narratif en FLE 1419
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1420 Javier de Agustn Grijalbo
Toi, au moins, veille bien sur ton Roger. Garde-le. Il nest pas plus mau-
vais quun autre, quand on le connat bien. Et puis, il est clibataire.
Aide-moi. Pense moi.
Ton Aline dsespre
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE RSERV LA PHRASOLOGIE DANS
LA DIDACTIQUE DU FLE
INTRODUCTION
Aucun locuteur natif na conscience du degr didiomaticit de la langue
quil parle. Il est tout naturel pour lui demployer des tournures qui lui sont
propres. Dun point de vue interne la langue (intralinguistique), on
nprouve pas le besoin de les expliquer. Ce nest quavec lappoint dune
autre langue (interlinguistique) quon est confront aux problmes quelles
posent. Dans un cours de FLE, si lon compare les ractions dun lve
bilingue et celles dun lve non bilingue devant reprer tous les deux les
expressions figes (EF) dans le discours, on observe que le premier en prend
conscience gnralement travers les diffcults quprouve lapprenant
tranger les matriser, ou bien lorsquil se retrouve lui-mme face un
nouvel nonc fig quil ne connat pas1. En fait, les conditions dans les-
quelles ces squences ont t apprises et employes relvent de domaines de
connaissance et dexprience diffrents dans les deux cas.
1 Les lves bilingues qui retournent rgulirement dans le pays remarquent souvent
lapparition de nouveaux slogans, de nouvelles tournures, surtout dans le langage jeune. Ils
se retrouvent alors dans la mme situation de non comprhension quun apprenant tranger.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1422 M. Isabel Gonzlez Rey
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1423
[...] vous lisez des romans qui au sens propre nont ni queue ni tte (p. 10).
Le roman chaotique, le texte qui saute du coq lne, sans mener nulle part, est une
recette ancienne. [....] Quant la qute de lobscurit, de lhermtisme, elle est vieille comme
le monde (p. 11).
3 Dans ce sens, les observations de ces mmes auteurs sont frappantes:
On se conformera lusage pour autant quil nest pas dsavou par les spcialistes
de la langue. Ainsi, on dit: un convoi funbre, mais une dalle funraire; et si lon peut
dire indiffremment: mettre ses souliers ou mettre ses chaussures, on dit exclusivement:
un marchand de chaussures, et non point un marchand de souliers (p. 14).
[Pour viter la] rptition plthorique des verbes faire, mettre: mme platitude
quavec lusage rpt des verbes auxiliaires. La solution de rechange consiste leur substi-
tuer un verbe spcifique, qui exprime plus clairement la pense de lauteur, ou un verbe plus
imag: faire des fouilles: effectuer, pratiquer, accomplir [...] mettre une robe: passer, revtir
[...]. Ce qui vient dtre dit ne doit pas supposer que nous jetions le discrdit sur les nobles
verbes avoir, faire et mettre: nous en avons seulement labus quon en fait quand on les met
toutes les sauces! (p. 68).
4 Il a t dmontr dans un travail antrieur, voir GONZLEZ REY, I., La phraso-
logie du franais, PUM, Toulouse, 2002, que les EF se trouvent, en fait, prsentes dans tous
les registres de la langue.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1424 M. Isabel Gonzlez Rey
5 BALLY, C., Trait de stylistique franaise, Genve-Paris, Georg & Cie, Librairie C.
Klincksieck, 1951.
Ne pas employer les EF en langue trangre est, daprs D. A. Wilkins (Linguistics
in Lenguage Teaching, Cambridge, MIT Press, 1972, p. 128), le meilleur moyen de signaler
notre tat de locuteur non natif:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1425
Bien dautres spcialistes ont rclam, par la suite, une place de choix
pour la matrise des EF en langue6. Mais, malgr ces dnonces faites ds le
dbut du XXe sicle, la situation na pas beaucoup chang la fin de cette
mme priode, comme le dmontre laffirmation de Jean-Pierre Colson:
Lenseignement de la phrasologie reste en grande partie un domaine inex-
plor7. Cherchons-en les raisons.
Even the extremely proficient foreign language speaker is still likely to be marked
out as a non-native speaker if in his speech and writing he seems to avoid the collocations that
would be characteristic of the native speaker. The choice of a non-collocational sequence will
go unnoticed in one sentence, provided it is semantically acceptable. But over a whole pas-
sage thepattern of regularly choosing the unusual sequence begins to look unnatural.
6 Cf. REY, A., La phrasologie et son image dans les dictionnaires de lge clas-
sique in Mlanges de Linguistique Franaise et de Philologie et Littrature mdivales
offerts Monsieur Paul Imbs, Paris, C. Klincksieck, 1973:
[...] ds que la matrise lexicale dune langue est acquise, la connaissance des syn-
tagmes les plus frquents, et notamment de ceux qui appartiennent au code, devient indispen-
sable et constitue un objet important de lapprentissage. Indpendamment de toute thorie, la
ncessit pratique conduit prendre ces units en considration.
7 COLSON, J.P., bauche dune didactique des expressions idiomatiques en langue
trangre, in Terminologie & Traduction, n 2-3, 1992, p. 166.
Le mme tat de la question se retrouve dans dautres langues telles que lespagnol.
Ainsi Marian Zwerling Sugano (voir ZWERLING SUGANO, M., The Idiom in Spanish
Language Teaching, in The Modern Language Journal, n 65, 1981, pp. 59-66.) dclare, par
rapport aux EF en gnral, et aux expressions espagnoles en particulier, que idioms have
received relatively little attention in descriptive linguistics; even less in linguistics applied to
language teaching. Depuis, aussi bien FORMENT FERNNDEZ, M del M. (La didctica
de la fraseologa ayer y hoy: del aprendizaje memorstico al agrupamiento en los repertorios
de funciones comunicativas www.ucm.es/info/especulo), VZQUEZ FERNNDEZ, R. -
BUESO FERNNDEZ, I., (Cmo, cando y dnde ensear las expresiones fijas?
Prctica en el aula, in Espaol como lengua extranjera: enfoque comunicativo y gramtica,
Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, Instituto de Idiomas,
1999), que RUIZ GURILLO, L., (Un enfoque didctico de la fraseologa espaola para
extranjeros, www.ucm.es/info/especulo, 2000), sont daccord pour reconnatre quil
continue davoir un manque despace rserv aux expressions figes en ELE (espagnol langue
trangre).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1426 M. Isabel Gonzlez Rey
poses dun livre de llve et dun cahier dexercices part ou bien incor-
por dans le premier, et compltes dune srie de matriaux auxiliaires plus
ou moins large: guide du professeur, cassettes audio, cassettes vido, CD-
Rom, sites Internet. Lensemble de ces mthodes est tal sur 3 niveaux
(dbutant, intermdiaire et avanc) pour un public enfant, adolescent et
adulte.
Les complments pdagogiques, composante varie: livres dentrane-
ment portant sur un aspect concret de la langue (la phontique, lortho-
graphe, la grammaire, la conjugaison, le lexique), des dictionnaires (de la
langue ou encyclopdique), des collections douvrages techniques de rf-
rence (pour aller plus loin dans la formation ou lauto-formation des ensei-
gnants ou des apprenants). Mais o se trouve lexploitation des EF dans tout
ce matriel?
La premire dmarche pour chercher reprer les units phrasologi-
ques est de se mettre daccord sur les lments qui composent la phraso-
logie. Dans un sens large, nous considrons les EF comme des squences
formes de plusieurs mots dont le sens global forme un tout indissociable, et
qui appartiennent au discours rpt. Lunit minimale est le mot-phrase
(Tiens!; Voil; Daccord!), lunit maximale le texte (prires, chansons,
parmies, schmas textuels), lunit intermdiaire pouvant tre un syntagme
ou locution (collocations et expressions idiomatiques, de nature verbale,
nominale, adjectivale, adverbiale, prpositive ou conjonctive)8. Cela dit,
toute unit polylexicale, fige en langue et rpte en discours appartenant
la phrasologie va tre llment recherch au long des outils pdagogiques
employs pour lenseignement du F.L.E9. Les rsultats qui drivent de notre
recherche sont les suivants, dans les mthodes:
Pour enfants: les comptines, les chansons, les pomes sont au nombre
des discours rpts. De ce fait, ils ne contribuent pas seulement lacquisi-
tion des rythmes et des sons du franais, ils vhiculent aussi un patrimoine
de la culture enfantine du pays.
Pour adolescents et adultes: des formules routinires sont dissmines
dans les dialogues, sans exploitation pdagogique, et correspondent des
actes de paroles dfinis et identifiables aux cartouches: savoir exprimer ses
motions, expressions pour exprimer qui les regroupent dans des encadrs
synthtiques sous la rubrique de savoir-faire langagier. Elles apparaissent
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Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1427
ds les premires leons dans les mthodes qui prconisent lapproche com-
municative, cherchant introduire les fonctions communicatives lies aux
diffrentes situations de communication (savoir se prsenter, se saluer,
remercier, etc.), p. ex. Accueillir quelquun:
Installez-vous, sil vous plat.
Mettez-vous laise.
Faites comme chez vous / Fais comme chez toi.
Je vous souhaite la bienvenue.
Il en est ainsi dans la plupart des mthodes observes (Bravo!, Tempo,
Convivial, Naturellement). Par contre, nous avons constat quelques diff-
rences dans dautres, telles que Action et Allons-y. Dans Action 310, il existe
un traitement des EF, discursif dune part, systmatis en phrases, dautre
part, et finalement exploit dans des exercices dentranement.
Dans la mise en discours des expressions, les auteurs sinspirent des pro-
cds mnmotechniques pour favoriser la mmorisation chez les tous petits,
cherchant la rime dans linvention de phrases syntaxe analogue: Gaspard
est rus comme un renard. (cest nous qui soulignons) Gaston est doux
comme un mouton, ou bien dans des structures varies: Mangeons! Jai
lestomac dans les talons! Viens chez moi! Quand il y en a pour deux, il y
en a pour trois!, ou encore dans des chansons: Mon chef est un vrai sauvage/
Devant mes tatouages/ Il devient vert de rage, etc. Or, mme dans le traite-
ment systmatique quelles font des EF, ces didacticiennes sont soucieuses
de fournir des contextes: Elle est bouche be > Elle est trs tonne. Il a
quelquun dans le nez> Il ne peut pas le supporter. Parmi les expressions
quelles choisissent, on observe une prpondrance des locutions images.
Cependant on constate aussi la prsence de collocations, bien que de nature
gnrale. (Ex.: Complainte de R.T.M. - Je mappelle R.T.M. et je suis /
Spcialement programm pour faire le / Mnage chez les humains./ Cest
moi qui fais la lessive,/ Cest moi qui fais la vaisselle, etc.).
Finalement, les conceptrices de cette mthode noublient pas de les
reprendre dans le cahier dexercices11 pour en faire un objet dapplication, au
mme titre que nimporte quel autre item lexical ou grammatical inclus dans
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1428 M. Isabel Gonzlez Rey
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Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1429
alii, Larousse, 2000, entre autres; et pour lespagnol-franais: Expressions et locutions espa-
gnoles commentes, de H. Ayala, Masson, A. Colin, 1995; No me digas! Six mille et une
expressions de lespagnol parl, de C. Pnet et C. Gmez, Assimil, 1995.
15 Cf. LEROY-MIQUEL, C. - GOLIOT-LETE, A., Vocabulaire progressif du franais,
Niveau intermdiaire, Cl International, Paris, 1997. Une fois encore, cet indice est trs rv-
lateur en ce qui concerne le point de vue adopt par les concepteurs de mthodes qui rdui-
sent la phrasologie une question de vocabulaire.
16 Nous devons faire une mention spciale au livret de GALISSON, R., Les
Expressions Images, Paris, Cl-International, 1984.
17 Cf. Enseignement Distance de la Communaut franaise de Belgique Bruxelles;
les cours libres Franska 1, 2, 3 et 4 du Dpartement de Franais de Universit de Linkping
en Sude; les cours de Traduction du DESS ILTS de lUniversit de Paris 7; le cours de
Grammaire Diffrentielle de lUniversit du Qubec Trois-Rivires.
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1430 M. Isabel Gonzlez Rey
vent certes, mais surtout cantonnes aux formules routinires. En effet, elles
sont refoules aux marges des leons ou la fin, au chapitre des irrgularits
lexicales, rabaisses une simple question de vocabulaire. Elles sont censes
tre apprises par cur alors quelles reprsentent de vritables actes de
paroles. Or cette constatation nest nouvelle ni pour le franais18, ni pour
aucune langue dont la didactique est fonde sur lapproche communica-
tive19. Prsentes ds les premires leons, on y passe dessus, sans explica-
tion. On explique ce qui est rgulier dans la langue, et non pas ce qui est
particulier, propre, idiomatique. Or, comme lindique Guilhermina Jorge:
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Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1431
divergents en ce qui concerne les pracquis des lves pour sinitier ces
expressions. Dans ce sens, on observe parmi les phrasologues un dsaccord
quant lestimation du moment opportun pour introduire lapprenant lac-
quisition de ces squences. En effet, alors que Forment Fernndez et Ruiz
Gurillo conseillent dviter tout contact avec elles au dbut de lapprentis-
sage dune langue trangre24, car elles supposeraient des difficults suppl-
mentaires llve, Vzquez Fernndez et Bueso Fernndez recommandent
de le faire sans dlais, ds les premires leons, en les encadrant dans une
fonction communicative.
Cest l, dailleurs, le conseil que donne Bally: Lhabitude dobserver
et dutiliser ces faits devrait tre prise ds le dbut de lenseignement et
ntre nglige aucune priode de ltude25. En fait, les EF reprsentent
les lments les plus urgents retenir aussi bien pour des raisons de proc-
dure dapprentissage que pour les consquences qui en drivent. En effet, les
difficults quprouve lapprenant (par manque de moyens!) dans la matrise
des EF le rendent mfiant et peut dispos en faire usage. Or la mconnais-
sance des EF peut le fragiliser, lui donner le sentiment de ne pas tre en
mesure de faire face au discours propre des locuteurs natifs. En fait, sou-
cieux de respecter les rgles grammaticales telles quelles sont priorises
dans la didactique des langues, les lves trangers raisonnent en termes de
dcodage linaire en ce qui concerne les noncs smantiquement non
dductifs, ce qui ne manque pas de les mener au contresens, ou bien ils pro-
cdent par comparaison avec leur propre langue, ce qui rend la question sou-
vent plus complexe encore. Dcourags par les bvues commises ou par le
manque dquivalences phrasologiques entre les langues, ils prfrent les
contourner et se cantonner un niveau de langue standard, parfois mme lit-
traire quand les aspirations vont au-del. En consquence, pour favoriser
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1436 M. Isabel Gonzlez Rey
taines peuvent tre dsutes et dautres trs actuelles mais phmres. Aprs
cette premire prsentation, on peut travailler chaque expression isolment.
Pour la stocker en mmoire, on peut commencer par la traduire littralement
et sappuyer sur le choc smantique des mots pour lapprhender. La des-
siner dans son sens propre et figur peut aider la fixer, grce la mise en
vidence de la distance qui spare limage et le concept. Sans pour autant
cesser dappliquer les dmarches indiques plus haut pour les formules rou-
tinires, on peut galement employer des exercices dencodage et de dco-
dage bass sur les lments concrets de lexpression: pratique de
substitution, en remplaant les mots par des dessins, les dessins par des
mots; de transformation, en cherchant toutes les expressions qui emploient
le mme mot (p. ex., le mot cur: avoir mal au cur, prendre cur, etc.),
ou la mme famille de mots (les chiffres: dormir sur ses deux oreilles, se
mettre sur son trente et un, etc.). Une fois lexpression apprise individuelle-
ment, on peut alors aller plus loin: lui chercher des synonymes et des anto-
nymes, les ranger toutes par champs smantiques, lintrieur desquels on
peut galement les ordonner par ordre alphabtique, par degr dintensit
des images (des plus hyperboliques aux plus euphmiques), par degr de
concrtisation des icnes (des plus images aux plus subduites), par degr de
rgularit syntaxique ou smantique, par niveaux de langue, par figures de
style (mtaphore, mtonymie, synecdoque, etc.).
Quant aux collocations, elles prsentent un intrt certain puisquelles
contribuent amliorer notre style, surtout lcrit. Elles peuvent faire
lobjet dun apprentissage parallle aux autres EF, ou bien ultrieur, notam-
ment quand il sagit de langues de spcialit. Des squences collocation-
nelles dans la langue courante telles que faire la vaisselle ou prendre la
parole peuvent effectivement trouver une place trs tt dans la didactique
des EF. Par contre des collocations terminologiques en langue commerciale
ou juridique, telles que tablir un budget ou porter plainte, pour ne prendre
que quelques exemples, et des plus simples, dpendent dobjectifs linguisti-
ques concrets. Quoi quil en soit, les dmarches pdagogiques sont les
mmes, allant de lintralinguistique linterlinguistique, en adoptant des
exercices contextuels et structurels, alliant le jeu des sons et des rimes, le
remploi des termes pour lencodage et le dcodage, leur regroupement par
notions. Ici plus que nulle part ailleurs, les exercices sur la capacit paradig-
matique des collocations sont recommands. tant donn leur caractre de
figement partiel, ces expressions admettent souvent plus dune possibilit:
rgler (une affaire / un diffrend), un march (actif / dprim / stable). Ce
trait particulier demande tre trait part pour ne pas tomber dans la
mmorisation des termes, sans plus. Des exercices portant sur les hypo-
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Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1437
nymes correspondant aux hyperonymes pour une notion donne sont les
bienvenus. Par exemple, on prfre dire commettre une erreur, et non pas
faire une erreur, assumer une responsabilit, et non pas prendre une respon-
sabilit, etc. Dans ce sens, tous les exercices de transformation ou de subs-
titution sont particulirement indiqus.
Mais il reste encore des EF exploiter didactiquement: les parmies.
Comme il sagit de petits textes en soi, leur didactique peut se faire interne-
ment, en rduisant la pratique aux limites de la squence (avec les mmes
dmarches quauparavant: jeux des intonations, exercices structurels pour la
fixation des composants), ou bien intgrs dans des contextes plus larges o
il faut dabord apprendre les reprer, pour ensuite les remployer dans
dautres situations. La valeur gnomique des parmies les rend spcialement
intressantes comme phrases lapidaires pour introduire une ide dve-
lopper, annoncer une nouvelle (p. ex., dans un journal), rsumer les bn-
fices dun produit (p. ex. dans la publicit), dmarrer ou conclure une
histoire. Actuellement il sagit dlments en voie de disparition dans
lusage des plus jeunes, mais leur rcupration dans les mass mdias ou la
littrature permet de les remettre en circulation.
POUR CONCLURE
Les EF constituent un nombre considrable de faits linguistiques doubls
dune dimension socioculturelle qui les rend particulirement intressantes
en didactique des langues. En effet, ce double statut leur accorde une valeur
dimportance puisquelles concentrent deux composantes qui sont gnrale-
ment traites sparment. Cest pourquoi, plus que les autres notions de la
langue apprendre, les EF doivent faire lobjet dun apprentissage, sinon
part, du moins intgr dans la didactique des langues trangres. Charges
dimplicites culturels, les EF du franais, en loccurrence, ont besoin dtre
dcrites, expliques pour tre correctement comprises et employes bon
escient. Lieux communs qui se trouvent aux charnires de tous les discours,
elles constituent de vritables bquilles pour ceux qui savent sen servir, et
de vritables entraves dans la communication pour ceux qui ne les matrisent
pas. Possder une langue, cest aussi et surtout possder ses EF, ce qui
implique une procdure dapprentissage visant des comptences de compr-
hension et de production en situation. La mthodologie appliquer doit
prendre en considration laspect formel, smantique et pragmatique de ces
lments prfabriqus: construction du sens et de la forme, et modes dem-
ploi vont ensemble dans lacquisition des EF. Or lapprentissage des EF en
langues trangres pose normalement problme. Ainsi, alors que les ensem-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1438 M. Isabel Gonzlez Rey
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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Lespace rserv la phrasologie dans la didactique du FLE 1439
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ESPACE THTRAL ET REPRSENTATION
CULTURELLE: JOUER LA LANGUE
ET LA CULTURE FRANAISE
INTRODUCTION
Lespace thtral est un espace jeu, dfini par une pratique physique; il est le
lieu des corps des comdiens. Il est en mme temps limitation dun lieu du
monde et peut figurer des espaces socioculturels, construire des espaces ima-
ginaires et traduire des structures textuelles. Nanmoins ce qui est reprsent
sur une scne nest jamais un lieu dans le monde, mais un lment du monde
repens selon les structures, les codes et la culture dune socit. Ainsi, les-
pace thtral serait-il une proposition o peuvent se lire une potique et une
esthtique, mais aussi une critique de la reprsentation, et de ce fait, la lec-
ture par le spectateur de ces espaces-crations le renvoie-t-il une nouvelle
lecture de son espace socioculturel et, la limite, de son rapport au monde.
Il convient donc de retenir que lespace thtral joue un rle de mdiation.
Ainsi, lapplication didactique du thtre et de techniques dramatiques
lenseignement des langues est justifie, lorsquon pense quelle permet aux
tudiants de (se) reprsenter, et donc daborder, de faon concrte et stimu-
lante la langue et la culture quil a dcides dtudier. Mettant profit mes
tudes dart dramatique, il ma paru profitable dintgrer cette discipline
mes cours de langue franaise, non pas dans le simple but de stimuler les
lves et de les rendre plus rceptifs la matire que jenseigne, mais sur-
tout parce que javais lassurance que cette approche thtrale qui est cou-
ramment pratique aurait des consquences trs satisfaisantes sur leur
processus dapprentissage.
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1442 Ccile Vilvandre de Sousa
Il va de soi que latmosphre qui rgne dans une classe est dune grande
importance. Dans une trs large mesure, cest de lenseignant que dpend la
qualit de lambiance. Celui-ci doit favoriser une atmosphre chaleureuse et
pleine de confiance o les apprenants puissent spanouir et exploiter, de
faon optimale, leurs facults dapprentissage. En ce qui concerne les lan-
gues trangres, notamment le franais, nous souhaitons exposer brivement
dans le temps qui nous est accord quelques procds emprunts lart
dramatique que nous avons rpertoris et mme dont nous avons dj fait
quelquefois lexprience, en vue de favoriser une participation active de
lapprenant. En effet, le thtre est un art de la communication. Il permet de
dire, dexprimer, de dvelopper des ides au travers dmotions diverses,
multiples, et cette multiplicit, cette richesse, sont donnes par la matire
mme de ce que nous sommes.
La thorie de Gardner et Lambert1 a contribu tablir que lattitude
joue un rle non ngligeable dans lapprentissage des L2 et quelle le fait
dune faon dynamique et en interaction constante avec dautres variables
tant individuelles que sociales2. La tendance de lenfant imiter ses parents
dans lacquisition de la langue maternelle est appele par Mowrer identifica-
tion. Ce processus didentification, mais orient vers lensemble dune com-
munaut linguistique et li une curiosit et un intrt sincre pour lautre
groupe, serait, selon Gardner et Lambert, la base de la motivation long
terme ncessaire pour lapprentissage dune langue trangre. De ces consi-
drations thoriques rsulte la distinction entre la motivation intgrative et la
motivation instrumentale, que Gardner et Lambert dfinissent comme il suit:
Lorientation est dite instrumentale si les objectifs de lapprentissage dune
langue refltent une valeur plutt utilitaire de la performance linguistique,
par exemple quand celle-ci doit servir faire carrire. Par contre, lorienta-
tion est intgrative si lapprenant souhaite en apprendre davantage sur
lautre communaut culturelle parce quil sy intresse avec une certaine
ouverture desprit, au point dtre accept la limite comme membre de
lautre groupe3.
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Espace thtral et reprsentation culturelle: jouer la langue 1443
Nous parcourons la vie en cherchant les preuves tangibles que nous sommes
dignes damour. Chacun de nos gestes, chacune de nos paroles sont la
recherche de signes de reconnaissance palpables et concrets. Ce que les exer-
cices dapproche thtrale permettront cest laffirmation de ce mouvement
vital, en le faisant passer symboliquement du corps lespace, de lespace
la respiration et de la respiration au contact et lexpression. tre aim!,
() cest cela que le thtre donne. Ce sentiment damour et de certitude
ainsi que la satisfaction prcieuse davoir pu aller au fond de soi-mme4.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1444 Ccile Vilvandre de Sousa
tion. Exemple: le revers des doigts frotte la joue plusieurs reprises (La
barbe!); ongle du pouce projet depuis une incisive suprieure (Pas un
sou! Que dalle! [familier]); lindex tire vers le bas la peau sous lil (incr-
dulit maxima Tiens!: je ne te crois pas, Mon il! [familier]).
Les participants sont en cercle, debout, les jambes au mme cart que les
paules, pieds parallles, sans tension, les yeux sont ferms. Sur un fond de
musique douce, ils se mettent lcoute de leur propre respiration, sans la
forcer daucune manire. Il sagit, au contraire, de prendre conscience du
mouvement naturel de la respiration et de se laisser bercer par lui, celui-ci
devenant le moteur de la dtente et du laisser-aller. Une fois arrivs un point
de dtente suffisant, nous passons une sance de diction. Il ne faut pas
oublier que le franais est une langue nettement plus articule que lespa-
gnol. Les exercices pourront tre tirs de mthodes de phontique et phono-
logie du franais. Quant aux procds que nous avons coutume de mettre en
uvre, ceux-ci sont groups en trois temps. Premirement, nous abordons
des exercices de musculation avec, par exemple la vibration des lvres fer-
mes que nous tenons fortement serres. Un deuxime exercice consiste
prononcer Me en superposant une lvre sur lautre et en prononant vigou-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espace thtral et reprsentation culturelle: jouer la langue 1445
EXERCICE DE CONTACT
Les participants sont tous assis au bord de laire de jeu, en ligne. Lun deux
vient au milieu et prononce une phrase, avec une intonation trs prcise,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1446 Ccile Vilvandre de Sousa
________ ______________________________
Pour marquer le plaisir: Ma chrie, a me fait tellement plaisir de te revoir!
__________________ _______
Pour marquer le reproche: Tu aurais pu tlphoner, au moins!
_______ ____________________
Pour marquer ltonnement: Vraiment? Elle est partie New York?
_______________________ ___________
Pour marquer la curiosit: Et quest-ce que vous avez fait pendant tout ce
_____
temps?
______________________________________
Pour marquer le regret: Malheureusement, elle ntait pas libre, ce soir.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espace thtral et reprsentation culturelle: jouer la langue 1447
nation qui doit tre stimule pour permettre au comdien daller plus loin
dans la recherche et la mise en uvre de son art. Les tats servent cerner
de faon prcise la manire dont sinstalle et se dveloppe une motion
quelle quelle soit. La confiance en soi est ici primordiale: elle dtermine la
capacit dun participant se donner au maximum. Cest par le travail phy-
sique et mental, et les exercices de contact que lon fera tomber le mur des
ventuelles inhibitions afin dtre prt pour travailler sur les tats. Et cest
prcisment ce travail sur les tats qui a t exploit par Sylvaine Hinglais
dans ses Pices et dialogues pour jouer la langue franaise6. Pour chaque
dialogue, un des objectifs proposs repose sur lexpression de soi prsentant
les lments qui rgissent le comportement individuel et les relations
humaines. Dans lhistoriette ci-aprs intitule Cocorico, celle-ci a rapport
la difficult de communiquer. Par ailleurs le ou les objectif(s) linguisti-
ques sont souligns (ce dialogue illustre lutilisation de diffrents pronoms
indfinis, relatifs, complments) ainsi que lobjectif jeu thtral qui
indique quelques orientations de travail. Ici, il sagira, par exemple, de pro-
cder une improvisation autour de la relation mdecin-patient. Voici donc
notre saynte7:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1448 Ccile Vilvandre de Sousa
Le Mdecin.Fcheuse concidence.
La Femme.Vous dites? Con Con quoi?
Le Mari.Cocori
La Femme, son mari.On ne ta rien demand. Ferme ton bec une
fois pour toutes.
Le Mdecin.Allons, allons, ne nous nervons pas. Avez-vous des ani-
maux chez vous?
La Femme.Oui, un chat qui sappelle Coco et un chien qui sappelle
Ricochet, surnomm Rico. Cest terrible! Quand mon mari me parle, ils
accourent tous les deux.
Le Mdecin.Est-ce que votre mari est trs attach sa mre?
La Femme.Pensez donc! Quand il tait petit, elle ne le lchait pas
dune semelle. Ctait mon coco par ci, mon coco par l
Le Mdecin.Et maintenant?
La Femme.Toujours mon coco.
Le Mari.Cocorico!
La Femme.Vous lentendez? a le touche beaucoup.
Le Mdecin.Est-ce quelle sinquite de ltat de son fils?
La femme.Non, elle lui trouve bonne mine.
Le Mari.Cocorico!
Le Mdecin.Quest-ce quil veut dire?
La Femme.a veut tout dire, docteur. Vous croyez que cest grave?
Le Mdecin.Oui. Complexe de supriorit.
La Femme.Que faire?
Le Mdecin.Supprimer durgence le chat, le chien, la mre et le coq
au vin.
La Femme.Mon Dieu! Cest toute a vie, a.
Le Mdecin.Madame, il faut tuer le mal, ou bien il finit par vous tuer.
La Femme, son mari. Tu entends, chri? Tu entends? il veut te tuer,
te tordre le cou comme un vulgaire poulet! Non mais! Pour qui nous
prenez-vous? On nest pas des btes, tout de mme! Assassin!
Le Mari.Coco Cocoriri Cocori
La Femme.Voil! Sous le coup de lmotion, il ne peut plus trouver
ses mots. Du beau travail que vous avez fait, Monsieur le docteur!
Le Mdecin.Madame
La Femme.On ne traite pas les gens ainsi. Il ne manquerait plus quil
perde la parole, mon pauvre mari Viens chri, partons.
Le Mari.Coco Coco Coco
La Femme.oui, oui, je sais, cocorico ne tinquite pas cocorico.
Elle sort avec son mari en cocoricotant.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espace thtral et reprsentation culturelle: jouer la langue 1449
Limprovisation
Pour commencer, limprovisation est un excellent moyen daborder le texte
par le biais de la crativit, alors quune mmorisation trop htive cre des
rticences et limite les interprtations. Une fois choisi le thme de limpro-
visation (en rapport avec le dialogue), nous laisserons les participants tra-
vailler en petits groupes, changer leurs ides, improviser entre eux. Le
professeur-animateur peut alors intervenir, allant dun groupe lautre pour
rpondre aux questions, corriger les fautes de langue ou bien encore encou-
rager les ides timides.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1450 Ccile Vilvandre de Sousa
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espace thtral et reprsentation culturelle: jouer la langue 1451
CONCLUSION
En conclusion, nous observons que lexploitation de ce genre de dialogues
peut se faire dans une perspective pdagogique. Ces documents peuvent tre
utiliss pour illustrer ou approfondir un point de grammaire particulier. Il
existe ce sujet des Sayntes et dialogues pour jouer la grammaire franaise
conus par le mme auteur. Voici comment lexpression de la comparaison
y est illustre:
BILLEMENT BESTIAL8
Tito et Tati font la queue ensemble.
Tito.Tu billes?
Tati.Je vais craquer si a continue, je te jure.
Tito.Tu es comme moi, trop impatient.
Tati.Oh, tu es beaucoup plus patient que moi!
Tito.Non, je suis plus discret, cest diffrent. Je me retiens de biller
devant tout le monde.
Tati.Plus discret? Tu veux dire moins spontan. Moi, je bille quand jen
ai envie.
Tito.Tu pourrais biller plus lgamment. Tu billes comme un hippopo-
tame.
Tati.Cest--dire?
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1452 Ccile Vilvandre de Sousa
Le mime
Une autre activit, qui sintitule Avec le mime, tour de rle9, invite les
participants crer oralement une histoire par le biais de lobservation et de
limitation, et o lexpression corporelle et lutilisation de lespace vont
contribuer au processus cratif. Ces rcits crs oralement pourront faire
lobjet dune transcription par crit.
Cinq groupes de deux, pralablement numrots, devront sortir de la
classe. Le professeur racontera en franais le scnario dune histoire
courte au premier groupe; ensuite celui-ci devra mimer au groupe suivant
lhistoire raconte, sans rien ajouter ni rien enlever au contenu de lhistoire
; le deuxime groupe devra son tour mimer lhistoire au troisime groupe.
Cette opration se rptera jusqu ce quon arrive au dernier groupe. Une
fois que les mimes auront t successivement prsents, le dernier groupe
devra interprter le mime quil a observ; les autres groupes procderont de
la mme manire jusqu ce quon arrive au groupe initial qui racontera
lhistoire qui aura servi de base la cration de cinq autres histoires. De cette
faon des carts smantiques dcouleront des successives interprtations du
mime initial, et les tudiants vrifieront rapidement, lorsquils remonteront
le courant de lhistoire, comment peu peu les diffrentes versions cernent
avec plus de prcision lhistoire originale. Voici lhistoire de base que nous
avons propose:
9 CAAS, J., Hablamos juntos (Gua didctica para practicar la expresin oral en el
aula), Madrid, Cuadernos Octaedro, 1997, pp. 57-58.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espace thtral et reprsentation culturelle: jouer la langue 1453
CONCLUSION GNRALE
Avec cette prsentation dune srie dexercices techniques et de jeux drama-
tiques qui refltent lapplication du thtre lenseignement des langues,
notre objectif tait de souligner le soin qui, notre avis dans cette discipline,
doit tre accord la mise en place de stratgies didactiques favorisant les
droits interprtatifs des tudiants; car, comme le souligne Genevive Zarate,
comprendre une ralit trangre, cest expliciter les classements propres
chaque groupe et identifier les principes distinctifs dun groupe par rapport
un autre10. Nous souhaitons que lespace thtral, par le biais de son rle
mdiateur, invite nos lves adopter et/ou critiquer cette nouvelle langue
et culture, mais surtout le faire partir de critres qui seront les leurs et qui
ne leur auront pas t imposs. Nous esprons du mme coup que cette for-
mation parallle puisse contribuer leur faire dcouvrir les rouages de la
langue franaise, de manire vivante, par le jeu, la communication et la
rflexion.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1454 Ccile Vilvandre de Sousa
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
8. EL ESPACIO EN LA LINGSTICA
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
RIQUEZA SEMNTICA DE LOS NOMBRES
DE LOS ESPACIOS URBANOS
INTRODUCCIN
El objetivo de esta comunicacin es completar dos trabajos anteriores1 rea-
lizados a partir del corpus de topnimos urbanos de Les Saintes-Maries de
la Mer (Bouches-du-Rhne) aportando una serie de reflexiones, por una
parte en torno al concepto de topnimo como nombre propio, y por otra,
sobre la funcin que tienen los nombres de lugar en la transmisin de la cul-
tura, entendiendo el trmino cultura en su sentido ms amplio. Hay que pre-
cisar que el corpus utilizado contiene slo los nombres de las vas pblicas,
quedando por consiguiente excluidos otros topnimos relacionados igual-
mente con el espacio urbano como son los nombres de edificios o de monu-
mentos.
En una publicacin ya vieja, pero no por ello menos vigente2, E. Moreu-
Rey reclamaba el estudio de los topnimos urbanos, parcela de la onoms-
tica olvidada segn l por los lingistas, y lo haca precisamente aludiendo
a la riqueza semntica e histrica que constituyen. Ms recientemente, y
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1458 Anna-Mara Corredor Plaja
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Riqueza semntica de los nombres de los espacios urbanos 1459
tico. Veremos a continuacin que, teniendo en cuenta que los topnimos son
signos lingsticos, a la fuerza hay que reconocer que poseen un significado.
Un gran investigador del campo de la toponimia, M. Trapero, refirin-
dose a la fragilidad de la barrera que separa nombres comunes y nombres
propios, seala efectivamente que al nombre propio se le han atribuido tra-
dicionalmente una serie de caractersticas, entre las cuales la de ser denota-
tivo y no connotativo.
Y uno de los dogmas que ha pesado sobre el nombre propio es que (en
terminologa moderna) no significa, que slo designa, es decir, que slo
identifica los objetos a los que nombra; o dicho de otra manera, atendin-
donos a la clebre solucin de J. S. Mill: que los nombres propios no son
connotativos, sino simplemente denotativos, que no implican ningn atri-
buto, que no sirven sino para sealar aquello de lo que se habla, pero sin
decir nada sobre ello6.
Trapero propone precisamente el campo de la toponimia como ejemplo
para poner a prueba la capacidad semntica del nombre propio. Segn este
autor, un topnimo, que ha sido creado segn las normas de una lengua con-
creta, es originriamente tan transparente como cualquier otro nombre de
esa lengua. De manera que se puede decir que, en el momento de su crea-
cin, un topnimo no es ms que un nombre comn al que se le exige que
tenga otro uso. Trapero7 cita a Mars8, que habla de uso comn y uso
propio de los sustantivos, y afirma que el hecho de que se pueda producir
tan fcilmente el trasvase del primero al segundo (se puede encontrar un sus-
tantivo comn utilizado tambin como antropnimo o como topnimo) es
sntoma de que entre ellos ni hay tantas diferencias ni stas se corresponden
con marcas lingsticas fijas y sistemticas. Sin embargo esto no quiere
decir que todos los topnimos actuales sean transparentes: en cualquier
corpus encontramos siempre algn nombre del cual no entendemos el signi-
ficado.
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1460 Anna-Mara Corredor Plaja
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Riqueza semntica de los nombres de los espacios urbanos 1461
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1462 Anna-Mara Corredor Plaja
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Riqueza semntica de los nombres de los espacios urbanos 1463
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1464 Anna-Mara Corredor Plaja
con otras palabras tomadas del francs o del provenzal; el resto, 16, van pre-
cedidos de las palabras provenzales carriero, androuno, plao, y estos tres
trminos acompaan siempre palabras provenzales.
De entrada, pues, pasando revista rpidamente al nomencltor de calles,
o simplemente paseando, uno ya puede tomar conciencia de la presencia de
dos lenguas: es un primer rasgo cultural que se manifiesta de manera espon-
tnea, los topnimos urbanos cumplen su funcin de acercarnos a la realidad
lingstica de la zona y pueden despertar el inters por conocer ms cosas de
esa realidad. Es ah cuando empezamos a preguntarnos sobre el porqu de
los nombres21. Es ah cuando tenemos que recurrir a la historia, a la botnica,
a la geografa, a la literatura y, por supuesto, a los informadores locales.
En el corpus analizado encontramos nombres que contienen referencias
geogrficas: la Rue lou Prouveno nos sita en una regin concreta,
lAvenue de la Plage nos informa de que estamos cerca del mar, lAvenue
dArles nos sita cerca de esta ciudad. Luego estn una serie de nombres que
designan extensiones de agua u otras caractersticas del territorio: la Rue des
Launes, Androuno dou Taute, Rue di Mountillo, Rue Ngo Biou; es en este
apartado donde encontramos nombres como Consecaniero, Massoucles,
Baudu, Brazinvert, que son doblemente topnimos, ya que antes de ser nom-
bres de espacios urbanos ya lo eran de otros espacios situados en los alrede-
dores del ncleo urbano. La toponimia urbana tambin recoge los nombres
de los vientos que soplan en la Camarga: Carriero dou Lab, Passage
Aguieloun, Carriero dou Vent dou Souleu, etc.; y los nombres de la flora y
de la fauna: Passage de la Gacholo, Rue des Saladelles, Rue des Flamants,
Chemin des Macreuses, etc.; y aspectos relacionados con el culto a los
toros y a los caballos: Rue de lAbrivado, Rue de la Ferrade, Rue de la
Bourgino, Rue des Razeteurs, etc.; y diferentes colectivos: Place des Gitans,
Rue des Pcheurs, Rue des Pnitents-Blancs, etc.; y construcciones: Place
des Remparts, Rue du Chteau dEau, Chemin du Pont-Blanc, etc.; y luego
hay un nmero importante de nombres que contienen antropnimos relacio-
nados con la literatura, la pintura, la msica, la poltica, la historia (ms o
menos reciente): Avenue Frdric Mistral, Rue Paul Hermann, Place Esprit
Pioch, Place Farfantello, rue des Quatre-Maries, etc.
Como en cualquier corpus de topnimos, en el de Les Saintes-Maries de
la Mer tambin encontramos algunas figuras retricas (metfora, metonimia,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Riqueza semntica de los nombres de los espacios urbanos 1465
CONCLUSIONES
Hemos abordado la problemtica que presenta el estudio diacrnico de los
topnimos y hemos querido insistir en la idea de que son, o han sido, signi-
ficativos. Los topnimos responden a la necesidad de dar nombre a los espa-
cios: como lo apunta J. Tort22 esta necesidad es constante e ineludible en la
sociedad actual, donde cada da surgen nuevos espacios que hay que indivi-
dualizar. El corpus que ha servido de base a las reflexiones expuestas
demuestra que, ms all de su carcter meramente funcional, los nombres de
lugar contienen un potencial extralingstico que los convierte en testimo-
nios de una manera de organizarse e integrarse en el territorio, en este caso,
urbano. Volvamos a las expresiones memoria colectiva, riqueza semn-
tica, que mencionbamos en la introduccin, o a la expresin de Trapero
lxico patrimonial: los topnimos son elementos de la lengua compartidos
por toda una comunidad, de uso comn, con una terminologa popular. De
ah su gran valor: hay que aprovechar su potencial extralingstico haciendo
que sean portadores de los valores culturales de la comunidad. Actualmente,
se estn cometiendo en todas partes autnticas aberraciones toponmicas.
Por una parte, es necesario estudiar y preservar los topnimos pretritos, los
genuinos, aquellos que se han transmitido de generacin en generacin, pero
por otra hay que estar muy alerta ante las nuevas creaciones si queremos que
ctuales sigan cumpliendo con su funcin de designar y significar.
22 TORT I DONADA, J., Algunes reflexions sobre el concepte de topnim, Actes del
XXII Colloqui de la Societat dOnomstica / Butllet Interior, n LXXVII, 1999, pp. 59-72.
1 La ngation mtalinguistique dtruirait tout type de prsupposition.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1466 Anna-Mara Corredor Plaja
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Riqueza semntica de los nombres de los espacios urbanos 1467
APNDICE
Nombres de calles y plazas ordenados alfabticamente
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1468 Anna-Mara Corredor Plaja
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA PRSUPPOSITION
COMME ESPACE MENTAL
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1470 Mnica Djian - Javier Vicente
Nlke pose deux conditions ncessaires pour quun contenu ait le statut
de prsuppos. Tout dabord le locuteur doit toujours croire que le contenu
de son acte de prsupposition est conforme la ralit. Quant la seconde
condition, elle admet une double possibilit: ou bien lallocutaire croit que
le contenu prsuppos par son locuteur est vrai, parce quil le connat dj,
ou bien il ne possde pas cette information mais tout au moins il est prt
laccepter. Sil pensait que le contenu prsuppos tait faux il ne laccepte-
rait pas et la prsupposition serait inexistante.
La dfinition de Nlke nous fait rflchir la considration initiale des
prsupposs comme conditions demploi des noncs. La notion de prsup-
position est ne comme condition demploi logique: un nonc dont les pr-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La prsupposition comme espace mental 1471
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1472 Mnica Djian - Javier Vicente
4 Cf. DUCROT, O., Dire et ne pas dire. Principes de smantique linguistique, Paris,
Hermann, 1991.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La prsupposition comme espace mental 1473
1. Marcel viendra.
2. Jacques a dtest Marcel autrefois.
3. Jacques na pas de voiture actuellement.
5 Ibid., p. 57.
6 Ibid., p. 93.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1474 Mnica Djian - Javier Vicente
7 Ibid., p. 93.
8 Ibid., p. 92.
9 Par exemple, STRAWSON.
10 KARTTUNEN, L., Presuppositions of compound sentences, in Linguistic
Inquiry, n 4, 1973, pp. 169- 194.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La prsupposition comme espace mental 1475
Stalnaker11, plus exigeant, ajoute que le locuteur assume ou croit que son
audience reconnat quil a ces assomptions ou ces croyances.
Bien plus rcemment, J. Moeschler et A. Reboul12 reconnaissent que si
dans la dfinition logique ce sont les noncs qui ont des prsupposs, dans
la dfinition pragmatique ce sont des personnes. Et ils ajoutent que dans la
conception pragmatique la prsupposition nest pas un rapport smantique
entre des propositions logiques, mais un rapport pragmatique entre des
noncs, qui implique un locuteur et son audience. La prsupposition ne
serait plus une condition ncessaire pour quune proposition ait une valeur
de vrit mais plutt une condition pour quun nonc soit profr correcte-
ment dans un contexte dtermin.
Daprs ces dfinitions, la conception pragmatique de la prsupposition
se base sur la notion de croyance ou de savoir mutuel. Cependant, D. Sperber
et D. Wilson13 critiquent et repoussent absolument cette notion de savoir
mutuel, expliquant que pour quune hypothse, cest--dire une ide que
lindividu traite comme une reprsentation du monde rel, soit vraiment
commune aux deux interlocuteurs, pour quelle fasse partie de leur savoir
mutuel, il ne suffit pas que ces deux interlocuteurs possdent cette hypo-
thse, il faut en plus que chacun sache que cette hypothse fait partie du
savoir de lautre, sinon personne ne serait capable de distinguer ce qui est
simplement partag de ce qui est vraiment mutuel. Mais pour cela ils doi-
vent formuler des hypothses de deuxime ordre sur les hypothses de pre-
mier ordre quils partagen; mais ils devront alors sassurer quils partagent
ces hypothses de deuxime ordre, et pour cela il leur faut formuler des
hypothses de troisime ordre14, cest--dire: le locuteur L doit formuler
lhypothse que son allocutaire A sait que L possde cette hypothse. De
mme, lallocutaire doit formuler lhypothse que le locuteur sait que lallo-
cutaire possde cette hypothse. Donc, une proposition P est mutuellement
connue dun locuteur L et dun allocutaire A si et seulement si:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1476 Mnica Djian - Javier Vicente
15 Ibid., p. 64.
16 Ibid., p. 65.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La prsupposition comme espace mental 1477
Ce concept de manifestet est appliqu aux faits mais aussi toutes les
hypothses. Il faut souligner que la proprit de manifestet est bien plus
faible que celle du savoir ou de la connaissance, partir du moment o une
hypothse peut tre manifeste sans tre connue et que plusieurs hypothses
peuvent tre manifestes un individu qui ne les a jamais reprsentes men-
talement. Il sagit donc dune toute simple capacit de reprsentation men-
tale et non dune reprsentation effective. Une information peut absolument
tre manifeste sans faire partie de notre savoir. partir de ce dveloppement,
il est possible dtablir une notion de manifestet mutuelle beaucoup plus
vraisemblable psychologiquement que celle de savoir mutuel.
Cette notion de manifestet mutuelle implique que les environnements
cognitifs de deux individus peuvent contenir les mmes hypothses, formant
ainsi un environnement cognitif partag par ces deux individus.
Thoriquement, cet environnement cognitif partag pourrait tre global,
cest--dire contenir toutes les hypothses manifestes deux individus un
moment donn. Cependant, dans la ralit, deux individus ne pourront
jamais partager un environnement cognitif global tant donn que leurs
capacits cognitives ne sont pas identiques: leur environnement cognitif par-
tag nest donc que partiel. Par ailleurs, partager un environnement cognitif
nimplique pas que deux individus se reprsentent les mmes hypothses,
mais uniquement quils peuvent se les reprsenter.
Le caractre mutuel de la manifestet apparat quand lidentit des indi-
vidus est manifeste dans un environnement cognitif partag, cest--dire
quand pour toute hypothse manifeste, le fait que cette hypothse est mani-
feste pour les individus qui partagent cet environnement est lui-mme mani-
feste17. Dans ce cas-l, ces hypothses sont non seulement manifestes, mais
aussi mutuellement manifestes. Cet environnement cognitif dans lequel
toute hypothse manifeste est mutuellement manifeste reprsente un envi-
ronnement cognitif mutuel.
Prenons un exemple: si un locuteur L et un interlocuteur I qui partagent
un environnement cognitif E entendent frapper la porte, lhypothse quon
frappe la porte devient manifeste aux deux individus. Dans cet environne-
ment, une quantit indfinie dhypothses construites rcursivement sur le
mme modle sont aussi manifestes:
17 Ibid., p. 70.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1478 Mnica Djian - Javier Vicente
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La prsupposition comme espace mental 1479
18 Ibid., p. 66.
19 Ibid., p. 72.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1480 Mnica Djian - Javier Vicente
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO (DISCURSIVO) DEL OTRO
EN LA LENGUA / EN LA ENUNCIACIN
INTRODUCCIN
La conquista del espacio enunciativo por las representaciones del yo y del
otro, en la teora lingstica, puede resumirse en tres etapas fundamen-
tales:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1482 Mara Luisa Donaire Fernndez
EL OTRO EN LA ENUNCIACIN
La nocin de polifona, introducida por O. Ducrot en los aos 80, describe
la estructura semntica del enunciado como un dilogo en el que participan
distintas voces. Entre ellas se distingue la voz del locutor, la instancia a
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio (discursivo) del otro en la lengua 1483
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1484 Mara Luisa Donaire Fernndez
EL OTRO EN LA LENGUA
Si aceptamos que el enunciado est constituido por una serie de discursos
superpuestos, que adoptan la forma de puntos de vista, siendo stos una
determinada forma de discurso, y teniendo en cuenta que esos puntos de
vista no estn representados por palabras precisas en la superficie del enun-
ciado, como vimos antes, podremos situar esas formas de discurso entre las
propiedades semnticas de las unidades de la lengua. Quiere esto decir que
esas formas de discurso, los puntos de vista, formaran parte del significado
de las unidades lingsticas (al menos de las unidades lxicas), lo que es
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio (discursivo) del otro en la lengua 1485
4 sta es la tesis defendida tanto por la teora de los topoi (Anscombre-Ducrot), como
por la teora de los estereotipos (Anscombre) o la teora de los bloques semnticos (Ducrot-
Carel).
5 Para un desarrollo completo, cf. DONAIRE, M. L., Polifona, op. cit., y
DONAIRE, M.L., Subjuntivo, op. cit.
6 Ya se llamen topoi, o frases estereotpicas, o bloques semnticos, estas formas de
discurso representan de una manera o de otra una relacin entre una pluralidad de entidades:
dos en el caso de los topoi y los bloques semnticos, una serie abierta en el caso de los este-
reotipos.
7 Para un desarrollo de la definicin de punto de vista que propongo, cf. DONAIRE,
M.L., Polifona, op. cit; DONAIRE, M. L., Subjuntivo, op. cit; DONAIRE, M. L., La
polifona, op. cit., en prensa.
8 Cf. DONAIRE, M. L., La polifona, ibid., en prensa, donde describo cuatro
niveles de polifona, todos ellos binarios.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1486 Mara Luisa Donaire Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio (discursivo) del otro en la lengua 1487
que designa el origen del discurso, el punto de arranque del sentido seleccio-
nado. Las unidades de la lengua instruiran, segn esto, puntos de vista que
configuran el significado de acuerdo con una determinada forma de argu-
mentacin, favorable o desfavorable (pvF/pvDF), y con un determinado
punto de perspectiva, seleccin o exclusin (ppvS/ppvE).
Podra objetarse a esta distincin, pv/ppv, la coincidencia entre pvF-ppvS
y entre pvDF-ppvE, lo que puede hacerla parecer como redundante. Pero
existe una diferencia en cuanto a la vinculacin de ambos con la unidad
lxica correspondiente, y es que, mientras que el pv que define su significado
se mantiene necesariamente en todas sus ocurrencias, el ppv puede cambiar
de sentido, lo que se explica por el carcter bidireccional del pv. Un ejemplo
de este mecanismo lo ofrece la expresin Il est huit heures que, como Ducrot
seal en varias ocasiones, admite dos continuaciones de sentido inverso: Il
est tt / Il est tard, lo que ilustra la alternativa ppvS/ppvE vinculada al pv que
define la expresin lingstica Il est huit heures (argumentacin favorable
por defecto)10. En morfologa, el subjuntivo ofrece tambin un caso de alter-
nativa de ppv: quil vienne, que venga admite ambos sentidos, lo que se
refleja en je veux quil vienne, quiero que venga / je regrette quil vienne,
lamento que venga (respectivamente ppvE / ppvS)11.
El carcter bidireccional del pv y la alternativa de ppv es coherente con
la propia esencia de la lengua. La lengua no es un instrumento para decirse
a s mismo (hablar de s mismo consigo mismo), sino un instrumento para
decirse a otro (hablar de s mismo, del punto de vista propio, a otro y con
otro), para establecer una relacin intersubjetiva: la lengua es relacin.
Decir supone necesariamente decir a y con alguien, implicar en
esa dinmica a otro, de forma que el locutor se inviste locutor constru-
yendo esta representacin de la diferencia, del no-locutor. De alguna
manera, tomar la palabra, asumir la responsabilidad de la palabra, supone
adoptar un discurso que podra simplificarse en estos trminos: yo soy el
locutor y no lo es otro o bien otro no es el locutor que soy yo: es decir,
caben otros discursos que aqu se identifican con otro, pero es la perspec-
tiva del yo la que se impone por la propia dinmica de la palabra.
De forma similar a lo que ocurre en el caso del enunciado, tambin en la
lengua el otro es la instancia que da sentido, ppv, esta vez a las expre-
10 El punto de vista, en tanto que resultado de una seleccin, es, en ausencia de marca,
por defecto, favorable. Cf. DONAIRE, M. L:, Polifona, op. cit.
11 Para un anlisis polifnico del subjuntivo, vase Donaire, M. L., Subjuntivo,
op. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1488 Mara Luisa Donaire Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio (discursivo) del otro en la lengua 1489
20 Ibid., p. 89.
21 Ibid., p. 90.
22 Ttulo genrico del nmero 142 de la revista Langages, 2001.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1490 Mara Luisa Donaire Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio (discursivo) del otro en la lengua 1491
CONCLUSIONES
Atribuir al otro un lugar central en la lengua no supone reducir la cuota de
subjetividad que Benveniste reclam para las representaciones lingsticas,
sino proponer que esa subjetividad ha de ser entendida como una construc-
cin polifnica, que la presenta como indisociable de la alteridad24.
Esto es posible porque la comunicacin, en tanto que relacin intersub-
jetiva, es la razn ltima de la lengua: las palabras son representaciones de
esa relacin discursiva, y no de objetos o parcelas de realidad. Se trata de
crear un lenguaje al que puedan acceder por igual las dos subjetividades, el
yo y el otro, lo que explica la necesaria referencia al otro desde las uni-
dades mismas de la lengua.
24 Cf. DONAIRE, M. L., Balance semntico: del sentido literal al sentido comn /
Bilan smantique: du sens littral au sens commun, in VERSUS, Homenaje al profesor
Milln Urdiales / tudes offertes M. le professeur Milln Urdiales, Universidad de Oviedo,
2002, pp. 39-44 / pp. 39-43, para el desarrollo de la nocin de subjetividad en la teora semn-
tica.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1492 Mara Luisa Donaire Fernndez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio (discursivo) del otro en la lengua 1493
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ESPACES GOGRAPHIQUES/ESPACES
MTAPHORIQUES: DU TEXTUEL
LICONIQUE DANS LA CONSTRUCTION
DU SENS
INTRODUCTION
Deux textes publicitaires concernant deux rgions dEspagne, lun, La
Catalogne (support presse franaise), lautre, Valence (support presse espa-
gnole), tirs dun corpus plus large1, sont la base de notre rflexion sur la
construction du sens et la nature des reprsentations dun type de discours
social, le discours de la publicit.
Nous approchons ces discours publicitaires dans leurs composantes ver-
bales et iconiques comme une forme singulire du discours argumentatif,
capable de faire apparatre la complexit des agencements qui sont possibles
au sein de lunit-texte et capable galement de faire apparatre la nature des
reprsentations valuatives positivantes que ce type de discours met en
scne.
Le point de dpart de la recherche sera la description esthtique (profil
des formes, scnographies, couleurs...) et linguistique (topo, reprises ana-
phoriques, paraphrases...), cest- -dire la lecture analytique du matriel qui
se donne voir et du matriel qui se donne lire, ainsi que les mcanismes
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1496 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1497
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1498 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
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1
2
3
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Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1499
permet daffirmer que le segment appos peut fonctionner bien comme une
attribution sans que la relation dattribution soit tablie ncessairement par
un verbe de nature attributive. Dire de la Catalogne quelle est un moteur de
lEurope, cest lasserter comme telle dans le discours, cest--dire, comme
une puissance centrale, transformatrice de toute sorte dnergie, impulsatrice
de la vitesse dans le mouvement etc.
Un segment du discours est dit anaphorique lorsquil fait allusion un
autre segment du mme discours, (souvent appel source smantique ou
antcdent) sans lequel on ne saurait lui donner une interprtation. Etant
donn que la source est ici iconique, nous parlerons de reprise anaphorique
au sens large. En outre, les anaphores exigent que le second mot appa-
raisse dans un strotype li au sens du premier: il appartiendrait au sens
mme de licne/mot cur que le cur soit dfini sous loptique du moteur.
Dans ce cas encore, du fait de la nature mtaphorique de deux segments, il
arriverait, comme il est frquent dans les discours, que lanaphorique ne
reprendrait pas un segment, mais un point de vue plus ou moins voqu par
les mots utiliss. En lecture associative lanaphorique moteur extrayant
des lments smantiques intgrs la source, transforme en vecteur
dnergie ce qui tait prsent comme organe central, responsable de
lnergie vitale.
Le pontage infrentiel serait rendu possible par la prise en compte par
lentit un moteur de ce quil y a de projecteur dnergie, dactivateur de la
circulation... dans lentit cur, ce qui assurerait la comprhension et la
cohrence entre les deux discours8.
Par la suite, nous faisons une lecture argumentative de ces deux discours
en termes dargument / conclusion, ce qui permet de voir lun comme un
argument destin faire accepter lautre comme une conclusion; le lien
argumentatif donc serait implicite:
La Catalogne, cur de lEurope (donc) La Catalogne, un moteur de
lEurope.
La prise en considration de cet enchanement nous permet de dcrire
ces discours en termes dactes essentiellement argumentatifs. Dun point de
vue smantique, daprs les hypothses de la thorie de largumentation
dans la langue de Ducrot, et son collaborateur Anscombre, lnonciateur
sadresserait des interlocuteurs qui sont supposs partager des principes
gnraux, les topo, inscrits dans les mots eux-mmes (et dans ce cas prcis
dans limage) qui fonderaient leur signification. En termes techniques les
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1500 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
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Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1501
topo convoqus par les mots seraient explicits de forme graduelle comme
suit:
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1502 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
Comme vous voyez, nous vous parlons dun pays qui fonctionne, non seu-
lement avec bon sens mais aussi avec sensibilit, dun pays qui marche avec
une seule direction: le futur9.
... (Bref) un pays qui marche dans une seule direction: le futur.
Dire dun pays qui marche dans la direction du futur cest encourager
tous les possibles intresss ne pas manquer ce train
Le slogan se voit ainsi authentifi par le poids des donnes prsentes.
Largument premier bien ciment, les conclusions 1 et 2 ressortent gale-
ment renforces.
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Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1503
1
2
10 PRANDI, M., Grammaire philosophique des tropes, Paris, Minuit, 1992, p. 212.
11 FUCHS, C., La paraphrase, Paris, Presse Universitaire de France, 1982, p. 116.
12 Cf. LUNDQUIST, L., Topos et anaphore in CAREL, M. (d.), Les facettes du
dire. Hommage Oswald Ducrot, Paris, Kim, 2002, pp. 179-187.
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1504 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
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Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1505
Una fiesta que se huele en la plvora que embriaga, que se oye en el ruido
y su msica.
Une fte qui se sent dans la poudre qui envahit, qui sentend dans le bruit
et sa musique.
Una fiesta que se ve como una explosin de color, que se toca cuando
recorre sus calles, de la que se habla cuando se ha compartido.
Une fte qui se voit comme une explosion de couleur, qui se touche au pas-
sage dans les rues, dont on parle quand on la partage13.
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1506 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
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Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1507
DU CT DE LAXIOLOGIQUE
Il va sans dire que le discours publicitaire se doit argumentativement positi-
vant, parfois mme hyperbolique. Du ct de limage, il consiste grosso
modo, reprer lintrieur de limage les indices dvaluation, de valorisa-
tion et de positivation des objets quelle promeut. En ce qui concerne les
images dcrites, on peut vanter la russite formelle de ces deux publicits: la
qualit des dessins, la recherche formelle, les choix des mtaphores, les cou-
leurs... Alors quon pourrait penser que lillustration publicitaire intervien-
drait en principe comme preuve sensorielle des produits ou de lobjet du
discours et de leurs univers, ici, dans le cas des images dcrites, on a pu
constater quelles se sont mises exister pour elles-mmes, perdant leur
statut dillustration pour se transformer en une icne destine tre appr-
cie pour elle-mme.
Mais ce qui attire notre attention particulirement dans cette valuation
argumentative positivante, cest dans un deuxime temps lobservation du
fonctionnement de la dimension axiologique du discours pour chaque dis-
cours slectionn. Laxiologique renvoie, comme on sait, une logique
binaire qui polarise le discours dans deux axes: positif / ngatif, bon mau-
vais, bien / mal. Cette zone comporte des valuations lies des champs
dexprience humain: esthtique (beau / laid), cognitif ou intellectuel (int-
ressant / inintressant), praxologique (utile / inutile, important / drisoire,
efficace / inefficace), hdonique-affectif (agrable / dsagrable, plaisir /
souffrance)14.
Lanalyse smantique permet de dcrire les topo inscrits dans les mots,
cest--dire les points de vue, ces principes gnraux accepts par la com-
munaut, convoqus par les mots eux-mmes. Lanalyse discursive nous
oriente vers des choix oprs par le discours parmi les possibles argumenta-
tifs, cest--dire, le type de prsentation discursive en termes dvaluation
qui met en scne le texte. Car le discours, en gnral, et le discours de la
publicit en particulier comportent en eux-mmes, dune faon ncessaire,
une valuation (commentaire). Cette valuation est reprable, dabord,
partir des mots et des topo quils convoquent, et ensuite, partir des encha-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1508 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
Moteur dEurope (donc) pays efficace qui marche dans une seule direction:
le futur.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1509
CONCLUSION
Les quelques rflexions prcdentes nous invitent regarder les discours
publicitaires de faon souple car la mise en scne discursive est trs dyna-
mique et nous continuons nous heurter dinnombrables problmes qui
concernent le fonctionnement du sens.
Ayant promis dans le rsum de conclure, en ouvrant la discussion sur
de nouvelles perspectives sur le rapport image / texte, le moment est venu
den dire au moins un mot. On a beaucoup insist dans la critique des diff-
rents optiques mthodologiques (structuralisme, smiologie...) sur le rle de
limage et la rpartition des tches entre contexte verbal et image. Ayant
abord le texte publicitaire avec les outils de la smantique et de lanalyse
de discours, nous avons voulu mettre laccent sur les enjeux argumentatifs et
discursifs de lun et de lautre; sur leurs potentiels argumentatifs. Limage
publicitaire fonctionne comme un dclencheur dinfrences. Elle se rvle
comme un filtre argumentatif charg dinstructions voues tre actives par
le lecteur / consommateur. Limage apparat comme une occurrence prolif-
rente, susceptible de produire de multiples effets de sens car lensemble des
structures visuelles fonctionne comme un support de discours infrentiels,
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1510 Mercedes Fernndez - Mara del Mar Daz
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espaces gographiues/espaces mtaphoriques 1511
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO DE LA ACCIN
COMO ELEMENTO ESTRUCTURANTE
DE LA DIMENSIN TEMTICA
Y COMPOSICIONAL EN EL TEXTO DE UN FAIT
DIVERS DE LA PRENSA FRANCESA
INTRODUCCIN
Estructura y significacin del fait divers segn Roland Barthes:
Barthes, en un artculo de 1962 titulado Structure du fait divers1, se
propuso explicar por qu el suceso extraordinario (fait divers) estaba
alcanzando tanta difusin en las pginas de la prensa. La razn de esa difu-
sin consista, segn l, en la diferencia de estructura que presentan los
sucesos extraordinarios frente a los otros tipos de noticias que ofrece la
prensa. Los acontecimientos de la informacin general remiten, en efecto, a
una estructura implcita preexistente (el contexto poltico o social donde
esos acontecimientos se inscriben) cuyo conocimiento permite superar lo
episdico y comprender el sentido del acontecimiento por la relacin que
establece con la dinmica del conjunto. As, la prensa puede llegar a
explicar, por ejemplo, un asesinato poltico. Ahora bien, si el asesinato no
presenta un perfil poltico, hay que situarlo entonces en la categora de lo
excepcional, de lo anormal o de lo inclasificable, y por eso se ofrece a los
lectores de la prensa como fait divers. El suceso extraordinario tendra
1 Este artculo fue publicado en Essais critiques, 1964 y est recogido en Oeuvres
Compltes, Tome I, Paris, Seuil, 1993, pp. 1309-1316.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1514 Juan Herrero Cecilia
2 Ibid., p. 1310.
3 Ibid., p. 1311.
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El espacio de la accin como elemento estructurante 1515
4 Ibid., p. 1312.
5 Ibid., p. 1313.
6 Ibid., pp. 1315-1316.
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1516 Juan Herrero Cecilia
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El espacio de la accin como elemento estructurante 1517
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1518 Juan Herrero Cecilia
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El espacio de la accin como elemento estructurante 1519
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1520 Juan Herrero Cecilia
Este ttulo concentra en una concisa frase nominal dos aspectos que,
segn el punto de vista del peridico, constituyen lo esencial de un aconte-
cimiento enigmtico, angustioso y perturbador:
La existencia de un misterioso asesino (Quin?), evocada a travs del
sintagma lombre dun tueur. El sustantivo ombre remite a un criminal
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la accin como elemento estructurante 1521
escurridizo que se esconde y que representa, por lo tanto, una fatdica ame-
naza.
El espacio sobre el que se proyecta la sombra de ese asesino
(Dnde?), es decir el lugar donde acta y donde no ha sido todava descu-
bierto. Ese lugar es designado con el sintagma preposicional sur le triangle
maudit, que establece una analoga, por alusin indirecta, con el popular-
mente llamado tringulo de las Bermudas. El espacio adquiere as conno-
taciones de trgica fatalidad.
Tenemos entonces un ttulo incitativo de tipo enigmtico y metafrico
que dramatiza al mximo el tema anunciado para suscitar interrogantes en
el lector y hacer que desee conocer ms datos (por ejemplo: cmo acta el
misterioso criminal y quines son sus victimas). El subttulo y la entradilla
(chapeau) le van a ofrecer ciertas precisiones. El subttulo dice lo
siguiente:
Vendredi soir, une semaine exactement aprs la disparition de Fatima, et
la mme heure, les enquteurs ont refait le chemin que la jeune femme
aurait d emprunter pour rentrer chez elle, la recherche de tmoignages.
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1522 Juan Herrero Cecilia
cano al tiempo del lector. En este marco temporal, el texto establece una
relacin entre la desconcertante desaparicin de Ftima y la de otras mujeres
jvenes que han desaparecido en la misma zona de Perpignan desde 1995.
Las coincidencias estn motivando el miedo a un asesino en serie (serial
killer). La hiptesis de un mtico asesino en serie sera una manera de
reaccionar ante el escndalo de lo puramente aleatorio recurriendo a lo que
Barthes llama el significado oculto que hay que extraer de la repeticin y
de la concidence ordonne, subrayadas aqu con la frase cest la qua-
trime jeune fille qui disparat au mme endroit, au mme moment de la
journe. La entradilla resume entonces una temtica narrativa y explicativa
que va a ser desarrollada con detalle en el cuerpo del artculo. Los titulares
remiten, en efecto, al esquema de una angustiosa intriga que se encuentra
desde hace tiempo en la fase de la perturbacin y de la reaccin / evalua-
cin (bsqueda del criminal) pero que todava no ha llegado a la fase de una
satisfactoria resolucin13.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la accin como elemento estructurante 1523
Hlne. Trois jeunes femmes brunes, aux grands yeux sombres qui se sont
aussi volatilises dans ce quon appelle Perpignan le triangle maudit.
La voz del sujeto enunciador (la periodista Elsa Guiol) expone aqu los
hechos en 3 persona para causar impresin de objetividad y de credibilidad
(adaptacin a las prescripciones enunciativas del gnero), pero adopta un
tono y un estilo dramticos iniciando el tema con la descripcin precisa de
la zona de Perpignan donde ha desaparecido la joven Ftima Indrahou, y
relacionando esta ausencia, calificada de inquietante, con la desaparicin
de otras tres jvenes que se han volatilizado tambin en el mismo per-
metro urbano. El empleo del presente y del pass compos hacen ms dra-
mtica la visin de unos acontecimientos excepcionales. El espacio de la
accin, que apareca en el ttulo designado de manera enigmtica (le
triangle maudit), es ahora identificado y sealado al mismo tiempo como
lugar de una mtica maldicin ante los ojos del lector porque en ese mismo
espacio urbano se han producido las repetidas desapariciones. La clave espa-
cial permite entonces a la instancia enunciadora establecer relaciones de
coincidencia entre los diversos casos de mujeres desaparecidas, y esto va a
guiar la lgica expositiva y el efecto de dramatizacin que encontramos en
el ncleo narrativo / explicativo del artculo.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1524 Juan Herrero Cecilia
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de la accin como elemento estructurante 1525
Pero todos los sospechosos han tenido que ser puestos en libertad por
falta de pruebas. Por lo tanto, el misterioso criminal sigue sin ser detenido,
y esto implica que la ltima mujer desaparecida puede aparecer asesinada
y que podran ocurrir nuevas desapariciones de mujeres en el mismo
espacio de Perpignan.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1526 Juan Herrero Cecilia
Por otro lado, habra que analizar ahora cmo la macroestructura tem-
tica de este artculo queda organizada dentro del esquema superestructural
prototpico de la noticia de prensa14 y analizar adems cmo las prescrip-
ciones del gnero ejercen una influencia no slo sobre la dimensin temtica
(modelo de mundo que ofrece el texto) y la dimensin composicional sino
tambin sobre todos los niveles de la textualizacin15 como, por ejemplo,
el estilo y el nivel microtextual; pero esto requiere un estudio que no
podemos abordar en estas pginas.
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EL ESPACIO DISCURSIVO EN CUATRO
GRAMTICAS ESPAOLAS PARA FRANCESES
DE LA POCA MODERNA
INTRODUCCIN
En nuestro anlisis de la Nouvelle Grammaire espagnolle de Vayrac1, de 1708
y su segunda edicin de 1714, procederemos al estudio comparativo de la
macro-organizacin de estas obras con las de otros autores anteriores como
la Grammaire espagnolle explique en Franois (1606) de C. Oudin y la
Nouvelle mthode pour apprendre facilement et en peu de temps la langue
espagnole (1660) de Claude Lancelot2. De estas comparaciones, destaca-
remos dos aspectos: el espacio, en el sentido de lugar u orden en que
cada autor present los diferentes captulos, as como en el sentido de exten-
sin de dichos captulos. Obviamente, sera necesario el posterior anlisis de
los contenidos para poder interpretar los datos extrados estudio que no
contemplaremos detenidamente en el marco de esta exposicin. An as,
esta aproximacin externa permite poner de manifiesto algunas caracters-
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1528 Mara Elena Jimnez Domingo
Ie nay pas estim fort propos damuser les Lecteurs aux definitions &
divisions de Grammaire, veu que ceux qui sont versez s bonnes lettres nen
ont que faire, & ceux qui ne savent que leur vulgaire Franois nen pou-
rroient pas faire leur profit5.
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El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1529
Artculo
Nombre
Pronombre
Verbo
Gerundio
Participio
Adverbio
Preposicin
Conjuncin
Interjeccin
Varios
OUDIN (1606)
Sealamos de antemano, que nuestro grfico muestra la proporcin total
que ocupan los distintos temas tratados aunque stos se encuentren fragmen-
tados en la obra7. Tras estas observaciones previas acerca del esquema, des-
taquemos los aspectos ms relevantes:
6 Sealamos que los porcentajes ponen de relieve las proporciones dentro de una
misma obra. Por otra parte, el nmero de pginas que cada autor dedica a un determinado
captulo se ve relativizado por que el tamao de los folios y el de los caracteres de escritura
de la imprenta.
7 Por ejemplo, Oudin propone un estudio detallado de la pronunciacin en el primer
captulo (pp. 1-7) al que hemos sumado el apartado Difference de prononciation entre ay
verbe impersonel, & ay adverbe du lieu (pp. 155-159).
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1530 Mara Elena Jimnez Domingo
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El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1531
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1532 Mara Elena Jimnez Domingo
cin14. Las partes preliminares incluyen una epistre, una prface y una
Table des Pices & des Titres de ce livre. Esta ltima indica la divisin de
esta obra de 122 pginas en tres partes: La primera trata de la analoga, la
segunda de la sintaxis y la tercera de la versificacin. Los contenidos de la
obra as como sus extensiones respectivas se presentan como sigue:
Pronunciacin
Evolucin
Nombre
Pronombre
Verbo
Partculas
Sintaxis
Varios
LANCELOT (1660)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1533
que tienen que ver con la poesa16, y que por lo tanto no forman parte de la
gramtica propiamente dicha. Sealemos que en algunas gramticas fran-
cesas editadas en Espaa a finales del siglo XVII y principios del XVIII,
tambin figura un captulo dedicado a la versificacin, como en la
Gramtica francesa de Billet (Zaragoza, 1673).
Lpinette17 define la Nouvelle Mthode como una gramtica puramente
didctica cuyo objetivo es la iniciacin a la lectura y a la comprensin del
castellano y no el intento de sistematizacin de los fenmenos lingsticos
descritos. Segn nuestro anlisis de la macro-organizacin se verifica este
extremo en particular por la extensin de determinados captulos. Sin
embargo no podemos dejar de ver algunos rasgos de la influencia de la
G.G.R. de Port-Royal. En efecto, algunos aspectos de la organizacin de los
captulos como determinados trminos presentes en los enunciados de los
mismos se asemejan a la concepcin gramatical expuesta en esta gramtica:
Al igual que en la gramtica de Port-Royal, Lancelot organiz las partes del
discurso en cuatro apartados que analizan los nombres, los pronombres, los
verbos y las partculas. De este modo, el nombre abarca en un mismo
espacio los elementos que componen el sintagma nominal incluido el art-
culo, que Oudin trat de forma separada. En las partculas se reagrupan
tambin aquellos elementos que modifican la afirmacin de Port-Royal
cuyo ncleo radica en el verbo y el sujeto. Como en la G.G.R., Lancelot
integr en espacios diferentes la morfologa (denominada Analogie en el
texto) y la sintaxis, correspondientes a la primera y segunda partes de la
obra, como queda patente ya en la Table des pieces et des titres de ce livre.
En definitiva, la influencia de la G.G.R. resulta perceptible en algunos
aspectos de la macro-organizacin de la gramtica espaola de Lancelot, sin
embargo dicha influencia se vio considerablemente limitada en el desarrollo
de los contenidos porque en el caso de la Nouvelle Mthode los objetivos del
autor fueron distintos.
Desde el punto de vista de la extensin, destacan precisamente las
segunda y tercera partes de la obra: un 28,7% en el caso de lo que hemos lla-
mado varios y un 18,9% en el de la sintaxis. Sealamos tambin el ele-
vado porcentaje (13,9%) de la pronunciacin. Por otra parte, el verbo
(14,8%) no slo ocupa una proporcin considerable en el conjunto de la obra
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1534 Mara Elena Jimnez Domingo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1535
Pronombre
Verbo
Adverbio
Preposicin
Conjuncin
Interjeccin
Sintaxis
Observaciones
Pronunciacin
Artculo
Nombre
VAYRAC (1708)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1536 Mara Elena Jimnez Domingo
20 Esta edicin de 1714, publicada en Pars Chez Pierre WITTE, lleva por ttulo:
Nouvelle grammaire espagnole pour apprendre facilement, & en peu de tems, prononcer,
crire, & parler la Langue Castillane, selon le sentiment des meilleurs Auteurs, & lusage de
la Cour dEspagne. Seconde Edition, revue, corrige, & augmente de plus des deux tiers.
Avec un Trait sous le Titre dHispanismes, qui contient tout ce qui regarde le Ceremonial;
un Formulaire pour crire des Lettres toutes sortes de personnes; & les faons de parler
que lusage a affranchies des regles de la Grammaire: ensemble une Methode courte et facile
pour enseigner la Langue Castillane, en faveur des Matres de Langue, & necessaire ceux
qui voudront se passer de Matre.
21 En dicha Prface Vayrac explica las dos razones por las que ha suprimido la diser-
tacin que figura en las partes preliminares de la primera edicin: porque las reglas y expli-
caciones presentes en la obra ya rectifican los errores de otros gramticos que seal en dicha
disertacin y tambin por no alargar una gramtica considerablemente amplia de por s.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1537
Pronombre
Verbo
Adverbio
Preposicin
Conjuncin
Interjeccin
Sintaxis
Observaciones
Pronunciacin
Artculo
Nombre
VAYRAC(1714)
Desde el punto de vista de los captulos que componen esta segunda edi-
cin de la gramtica espaola de Vayrac, constatamos que no difieren subs-
tancialmente de los presentados en la primera edicin. Estos figuran,
adems, en el mismo orden: pronunciacin, artculo, nombre, pronombre,
etc.
En cambio, las proporciones que estos captulos ocupan en la obra
varan sensiblemente en esta nueva edicin. La caracterstica ms desta-
cable atae al valor de la sintaxis que, como vemos, alcanza casi un 60% de
la extensin total de la obra cuando slo representaba un 17,2% en la de
1708. Por lo contrario el valor proporcional del verbo ha descendido a un
14,4% frente al 32,3%, aproximadamente un tercio de la gramtica en su
primera edicin. Sin insistir en que los datos aqu barajados slo nos per-
miten visualizar la organizacin externa, diremos sin embargo que los cam-
bios mencionados nos permiten intuir una modificacin en la concepcin
gramatical. Vemos que la pronunciacin, ocupa un proporcin ms reducida
en 1714. As mismo, las partes del discurso en general, como apreciamos
en nuestro grfico, tambin destacan algo menos que en 1708. En este
ltimo caso, el descenso se debe a que Vayrac enunci las formas y carac-
tersticas morfolgicas en esta parte de su gramtica, como en la primera
edicin y ampli la informacin relacionada con el uso en el captulo de
sintaxis.
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1538 Mara Elena Jimnez Domingo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1539
dida en cinco partes y los captulos presentes en las mismas tampoco se rea-
grupan como en las obras anteriores que hemos analizado.
Otro rasgo interesante de la Nouvelle grammaire espagnolle (1708 y
1714) tiene que ver con la sintaxis. Al igual que en la Nouvelle Mthode ...
de Lancelot, la sintaxis figura en el esquema ya que ambos autores dedicaron
un captulo al estudio de esta parte de la gramtica. En cambio, Vayrac no
integr el estudio de la historia interna de la lengua (evolucin en nuestro
grfico de la obra de Lancelot). En este sentido, nuestro abad sigui el pro-
cedimiento de Oudin que pasa del anlisis de la pronunciacin al de la mor-
fologa. Tambin como l, en el marco ms reducido de las partes del
discurso, el abad dedic un captulo al artculo, y no opt por tratar este
ltimo de manera conjunta con el nombre, como Lancelot. En ambos casos,
dicho captulo precede el del nombre, debido en nuestra opinin a que
el artculo precede al nombre en la oracin. Otra observacin, relacionada
con la terminologa, radica en el uso, por parte de Vayrac y anteriormente de
Oudin de adverbio, preposicin, conjuncin e interjeccin y no de
partculas utilizado por Lancelot e inspirado en la concepcin gramatical
de Port-Royal.
Y puesto que de espacio discursivo se trata, retomaremos los aspectos
ms significativos de las proporciones establecidas en las obras: Como era
de esperar, el tratamiento del verbo sobrepasa con creces los diferentes
objetos de estudio. Este extremo se verificaba ya en el esquema representa-
tivo de la organizacin externa de la gramtica de Oudin, obra en la que esta
parte del discurso ocupa un 39,7%. En el caso de Lancelot, si bien el verbo
(14,8%) constituye la parte de la oracin ms extensa, otros apartados como
la sintaxis (18,9%) o varios (28,7%) presentan porcentajes ms elevados.
Sealamos tambin que Vayrac desarroll un apartado de observaciones
algo ms reducido que Oudin, y ms an que Lancelot (denominado
varios en sus respectivos esquemas).
La sintaxis presentada por el abad en 1708 ocupa una proporcin equi-
parable a la que propuso Lancelot, es decir alrededor de un 20% de la exten-
sin total de la obra (recordemos que Oudin no trat de la sintaxis, al menos
como captulo independiente). En cambio, debemos sealar una ampliacin
considerable en el tratamiento de la misma en la segunda edicin de la gra-
mtica espaola de Vayrac. En efecto, dicha parte ocupa casi un 60% de la
obra en 1714, por lo que la organizacin propuesta por nuestro abad se dife-
rencia en mayor medida de la de Oudin y Lancelot. Obviamente, semejante
cambio intuimos proviene de una concepcin de la gramtica por parte
del autor, distinta en 1714, o por lo menos del concepto de sintaxis. La com-
paracin de los esquemas de 1708 y 1714 lgicamente muestra que a la vez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1540 Mara Elena Jimnez Domingo
CONCLUSIONES
El estudio de la organizacin externa de la gramtica espaola de Vayrac en
sus dos ediciones (1708 y 1714) comparada con la que propusieron anterior-
mente Oudin y Lancelot en sus respectivas obras, permite una primera apro-
ximacin a las concepciones gramaticales de este autor. Pese a los elogios de
nuestro abad hacia la Nouvelle Mthode... del gramtico de Port-Royal,
podemos decir que Vayrac no adopt la estructura externa de esta obra, ms
cercana desde el punto de vista cronolgico. Si bien es cierto que el abad la
consideraba excelente aunque demasiado concisa las diferencias entre
estas dos obras no slo radican en la extensin de las mismas. Nuestro an-
lisis comparado del orden de presentacin de los distintos captulos de cada
autor as como la reagrupacin de los mismos y la terminologa empleada
sita a Vayrac en la lnea de Oudin y por lo tanto en el marco de las gram-
ticas pedaggicas tradicionales del siglo XVII. Ya en la macro-organizacin
de la Nouvelle Methode... de Lancelot se dejan ver algunas caractersticas de
la concepcin gramatical de la Grammaire Generale et Raisonne de Port-
Royal ausentes en las gramticas espaolas del abad de Vayrac.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ARNAUD, A. - LANCELOT, C. Grammaire genrale et raisonne de Port-
Royal, suivie de: 1 de la partie de la logique de Port-Royal qui traite des
prpositions, 2 des Remarques de Duclot, de lAcadmie franaise, 3
du supplment la grammaire genrale de Port-Royal. Par lAbb
Fromant, et publie sur le meilleure dition originale. Avec une introduc-
tion historique de M. A. Bailly. Genve, Slatkine Reprints, 1988. [1re
d., 1660].
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio discursivo en cuatro gramticas espaolas 1541
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE BLANC, AU CARREFOUR
PLURIDISCIPLINAIRE DE LCRITURE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1544 Elena Llamas Pombo
prsence ou labsence sont aussi pertinentes lune que lautre. Si nous pre-
nons en considration le blanc du point de vue strictement matriel, nous
pouvons appliquer lcrit ce que Merleau-Ponty3 affirmait sur le caractre
spcifique du langage; savoir que labsence de signe peut tre un signe.
Bien qutant tellement vident nos yeux quil risque de passer ina-
peru, ce signe possde une longue histoire dans la constitution des systmes
dcriture actuels et a toujours fait lobjet dun processus de normalisation.
Or, bien avant la norme, lespace blanc a un rle primordial dans lvolution
anthropologique des rapports que lhomme a maintenus avec lcriture,
domaine dont traite lhistoire de la lecture, discipline qui concerne son tour
la psychologie et la physiologie de la lecture, aussi bien que la codicologe,
la palographie et lhistorie du livre.
Mais dans le territoire de lespace blanc, la linguistique fait aussi bon
mnage avec la potique, puisque, de toutes les poques et comme tout l-
ment matriel de la culture, il a suscit dinnombrables emplois cratifs.
Lamnagement de lespace dans les supports de lcriture a constitu,
pendant les deux dernires dcennies, un champ dtude extraordinairement
dvelopp par de grands spcialistes en histoire de la lecture et du livre, en
linguistique mdivale et en potique. Les trois expositions que la
Bibliothque Nationale de France a rcemment consacres Laventure des
critures, dont lune concrtement sur La Page, tmoignent de lactualit du
sujet et de lintrt gnral que lon accorde actuellement lhistoire des
supports de la connaissance histoire o se situe, en dernier terme, lhis-
toire de la page et de ses espaces.
Cet intrt dcoule, en grande mesure, du changement rvolutionnaire
que les nouvelles technologies ont introduit dans la communication travers
lcriture et limage. Anthropologues et thoriciens de la communication ont
souvent fait remarquer que lessor des tudes ethnologiques, littraires ou
linguistiques sur le binme oral-crit, durant le dernier quart du XXe sicle,
tait anim par les rvolutions technologiques du prsent; les implications de
ces dernires doivent tre mieux apprcies, dans la mesure o nous dce-
lons quel point la culture orale ou les cultures de lcrit ont jadis donn
forme diffrents modes de stockage de la pense, ou diffrents modes de
pense tout court. Depuis McLuhan4, jusquaux thoriciens actuels des
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Lespace blanc, au carrefour pluridisciplinaire 1545
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1546 Elena Llamas Pombo
8 Cf. WINGO, E. O., Latin ponctuation in the Classical Age, La Haye, 1972.
9 Cf. MOREAU-MARCHAL, J., Recherches sur la ponctuation, in Scriptorium,
22, 1968, pp. 56-66.
10 Cf. SAENGER, P. H., The Separation of Words and the Ordre of Words: the
Genesis of Medieval Reading, in Srittura e Civilt, 14, 1990, pp. 49-74.
11 Cf. DESBORDES, F., Ides romaines sur lcriture, Presses Universitaires de Lille,
1990.
12 Cf. PARKES, M., Pause and Effect. An Introduction to the History of Punctuation
in the West, Aldershot, Scolar Press, 1992.
13 JAFFR, J.-P. - DUCARD, D. - HONVAULT, R., Lorthographe en trois dimen-
sions, Paris, Nathan, 1995, p. 36.
14 SAENGER, P. H., La naissance de la coupure et de la sparation des mots.
Coupure et sparation des mots sur le Continent au Moyen ge in MARTIN, H.-J.-VEZIN,
J. (ds.), Mise en page et mise en texte du livre manuscrit, Paris, Cercle de la Librairie-
Promodis, 1990, pp. 447- 455.
15 Cf. LLAMAS POMBO, E., De arte Punctandi. Antologa de Textos antiguos,
medievales y renacentistas, Salamanca, Publicaciones del Seminario de Estudios Medievales
y Renacentistas (prospectos y Manuales, 5), 1999.
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Lespace blanc, au carrefour pluridisciplinaire 1547
16 Cf. aussi., DESBORDES, F., op. cit. PARQUES, M., op. cit., pp. 10 ss.
17 Cf. RICHAUDEAU, F., La lisibilit, Paris, Genthire-Denol, 1969 [1e dition:
1967] et Sur la lecture, (d.), ALBIN M., 1992.
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1548 Elena Llamas Pombo
Franais (Le Roman de Fauvel. Ms. BNF, f. fr. 146). XIVe sicle.
(Cf. Llamas Pombo, 2003)
SOUDURES;
araIon (=a raison); emparleroIt (= en parleroit); enlechIele (=en
leschiele)
DISJONCTIONS DE MOTS;
ne aIpareIlle (=ne sapareille); en taez (=entassez);a mIe (=samie)
ad iudha (=adiudha) (Serments de Strasbourg)
ar gent (=argent) (Cantilne de sainte Eulalie)
Espagnol (Libro de Buen Amor Ms. Salamanca 2663). XVe sicle.
(ibid.)
SOUDURES
entrelos sus cuydados (=entre los sus cuydados); aeter (=a Ester)
DISJONCTIONS DE MOTS;
en tender (=entender); rrepueta (= respuesta); diputar (=disputar)
Ancien irlandais (apud, Parkes, 1987; 18)
SOUDURES
isaireasber (=is aire asver)
adobragart (=adobragart)
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Lespace blanc, au carrefour pluridisciplinaire 1549
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Lespace blanc, au carrefour pluridisciplinaire 1551
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1552 Elena Llamas Pombo
Or, pour Christin, ce nest quau XIXe sicle quil fut possible un pote
de tirer pleinement parti de ce nouveau statut de lespace typographique.
Les travaux rcents de cette spcialiste de lcriture nous ont offert une
vaste exploration de la potique du blanc et du vide moderne. Mallarm
en revient, la suite de Nodier, la dcourverte de faire de chaque page non
plus le rceptacle transparent dun flux continu de texte, mais un tableau
sculpt par le blanc, avec ses pauses et ses supens, ses soupirs et ses constel-
lations: chaque page est un firmament ou un ciel toil, comme affir-
mait Paul Valry du Coup de ds de Mallarm. Pour Grard Dessons36, qui
a tudi la potique du blanc chez Claudel, Mallarm a jou un rle de lgi-
timation dans la construction de cette mtaphysique du blanc qui a caract-
ris, dans les annes soixante, soixante-dix, la pense du langage potique
et, partir de l, du langage tout court.
Mallarm donne naissance au dire de Christin une page typogra-
phiquement picturale. Mais cette page moderne suppose, en quelque sorte,
paradoxalement, un retour des pratiques mdivales du livre. Daprs
Jacques Demarcq37, la rvolution romantique, en restaurant la place de
limage lintrieur du texte, donne lieu une page retrouve qui devient,
lgal de la page mdivale, un tableau, un fragment singulier dgag de la
tyranie du tout. Et sa nouveaut rside dans la part quelle concde dsor-
mais au blanc.
En effet, comme le rsume le titre de larticle de Demarcq (Lespace de
la page, entre vide et plein), le blanc est peru par les crateurs et par la cri-
tique littraire contemporaine sous deux optiques; comme un vide ou
comme un plein.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace blanc, au carrefour pluridisciplinaire 1553
Les blancs ne peuvent que signaler la possibilit doprer une jonction entre
segments textuels, mais ne peuvent entreprendre de ltablir eux-mmes.
En tant que tels, ils ne peuvent tre dcrits. En effet, en tant que silences
dans le texte, ils ne sont rien. Mais de ce rien est issue une stimulation
importante lactivit de constitution39.
38 Cf. ISER, W., Lacte de la lecture. Thorie de leffet esthtique, Bruxelles, Mardaga,
1985.
39 Ibid., p. 338.
40 DIONNE, U., Points de chute, points de fuite. Rupture chapitrale et ponctuation
in DRRENMATT, J. (d.), La ponctuation, in La Licorne, 52, Poitiers, UFR Langues,
Littratures, 2000, pp. 261- 286.
41 Op. cit.
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1554 Elena Llamas Pombo
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
Le blanc comme signe de ponctuation
CATACH, N., La ponctuation, in Langue Franaise, 45, 1980, pp. 16-27.
La ponctuation, coll. Que sais-je ?, Paris, PUF, 1994.
LLAMAS POMBO, E., Ponctuer, diter, lire. tat des tudes sur la ponc-
tuation dans le livre manuscrit in Philologie lre de lInternet, Paris,
LHarmattan, 2003, paratre.
MERLEAU-PONTY, M., Loeil et lEsprit, Paris, Gallimard, 1964.
VDNINA, L. G., Pertinence linguistique de la prsentation typogra-
phique, Paris, Peeters-Selaf, 1989.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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TUDE DE LA RELATION ESPACE-TEMPS:
LE CAS DE PUIS/ PUES
INTRODUCTION
Lhypothse que nous allons soutenir dans ce travail est que bien que puis /
pues soient des homologues formels, ils ne semploient pas dans les mmes
circonstances et acquirent des valeurs diffrentes selon les contextes. En
effet, alors que puis marque la succession linaire (spatiale ou temporelle),
au contraire, pues, par un procs de grammaticalisation passe de la notion
temporelle originaire la valeur explicative, justificative et conscutive. Pour
rendre compte des diffrents emplois que nous venons de citer, nous utilise-
rons un corpus dexemples tirs de Lhistoire de la folie lge classique de
Michel Foucault1 ainsi que de sa traduction en espagnol.
GNRALITS
Le texte et la cohsion (temporelle)
Nous irons plus loin que Halliday et Hasan2 dans leur conception de la coh-
sion en tant que concept smantique, dpassant les termes de cohsion gram-
maticale et de cohsion lexicale. Ainsi, nous situons notre intervention dans
le cadre de la linguistique textuelle selon Beaugrande et Dressler3, et dfinis-
1 FOUCAULT, M., Histoire de la folie lge classique, Paris, Gallimard, 1972. Par la
suite, les rfrences loeuvre seront indiques entre parenthses dans le texte: (M. F.).
2 HALLIDAY, M.A.K - HASAN, R., Cohesion in English, London, Longman, 1976, p. 4.
3 BEAUGRANDE, R.-A. - DRESSLER, W., Introduccin a la lingstica del texto,
Barcelona, Ariel, 1997.
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1560 Noelia Mic Romero
sons le texte comme un acte communicatif rgit par sept rgles de textualit:
la cohsion, la cohrence, lintentionnalit, lacceptabilit, linformativit, la
situationalit et lintertextualit. La rgle dont nous allons parler et qui nous
intresse le plus dans le cadre de notre tude du marqueur puis est la rgle
de cohsion. Celle-ci, daprs Beaugrande et Dressler4 prtend que le texte
soit homogne. Dans ce sens, il existe des mcanismes qui permettent la
rutilisation de certaines structures linguistiques utilises antrieurement.
Ces mcanismes, qui contribuent conomiser les efforts dans linterprta-
tion des noncs, sont les suivants: la rptition (qui consiste en la rcupra-
tion du matriel linguistique dj prsent dans un mme texte), la rptition
partielle (qui se caractrise par la rutilisation, de manire diffrente, des
mmes patrons linguistiques), le paralllisme (qui se construit sur la rpti-
tion dune structure enrichie par lincorporation de nouveaux lments), la
paraphrase (consistant en la rptition dun mme contenu mais laide
dexpressions linguistiques diffrentes). Dans lacte communicatif, inter-
viennent dautres mcanismes qui aident rendre compacte la superficie tex-
tuelle: les proformes et llision. Finalement, celles-ci, sen ajoutent
dautres, comme le temps et laspect qui indiquent la temporalit , les limites
temporelles, lunit, lordre ainsi que la modalit des vnements qui pren-
nent place dans une communication. Les connecteurs sont les outils par
excellence dont on se sert pour signaler les diverses relations entre les faits
dun nonc. Ceux-ci peuvent marquer la conjonction (et), la disjonction
(ou), lopposition/ restriction (mais), la subordination (la cause, la cons-
quence et la condition), et finalement, la proximit temporelle (alors, avant,
depuis, ). Dans notre terminologie, nous prfrons parler dune macro-
catgorie de marqueurs dans laquelle nous distinguons les marqueurs argu-
mentatifs5 (conjonction, disjonction, subordination) des marqueurs
temporels (encore, toujours, dj, alors, puis, )6.
Plus rcemment, la thorie de la Pertience de Sperber et Wilson7, qui
considre la communication comme un acte ostensif-infrentiel, nous est
dune grande aide dans notre tude des marqueurs temporels. Tout acte com-
municatif est soumis au principe de pertinence, cest--dire que pour quun
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
tude de la relation espace-temps: le cas de puis/pues 1561
stimulus soit ostensif, les efforts requis pour traiter cette information et les
effets cognitifs que produit ce traitement doivent tre optimaux.
La rfrence temporelle
Il nous semble intressant pour notre tude de rejoindre la pense de
Benveniste8 sur la notion de rfrence . Nous avons dune part la dixis (le
moi, ici, maintenant) qui constitue la rfrence extra-linguistique (exo-pho-
rique): llment dictique renvoie la situation de communication et le
rfrent change selon loccurrence dans laquelle il est employ. Dautre part,
lanaphore constitue la rfrence co-textuelle (endo-phorique) et renvoie
des lments dj apparus dans le texte. Les temps verbaux galement sont
dits dictiques, comme le prsent, la pass et le futur, quand ils prennent
pour point de rfrence le temps de lnonciation (To) ou bien temps ana-
phoriques, quand ils ont un autre temps comme point de rfrence. Dans ce
sens, les expressions temporelles peuvent aussi tre soit non-autonomes
(relatives lnonciation), cest dire dictiques (maintenant, hier, demain),
soit autonomes, cest--dire celles qui marquent une datation absolue9.
En ce qui concerne la notion despace mental, nous ferons rfrence
Fauconnier (1984) qui considre mtaphoriquement le rcit comme un trajet
imaginaire o le narrateur invite le lecteur se dplacer dans l univers
racont. Pour ce faire, on emploie des expressions dordre spatial comme:
parcourir, entrer, suivre, franchir, etc. Fauconnier distingue de faon infor-
melle quatre niveaux de rfrence: le texte (lignes, pages, chapitres ), la
lecture (tout lheure, sous peu, bientt ), le parcours (points, tournants
du rcit ) et lunivers racont (vnements, priodes, ). Fauconnier pr-
cise que Linguistiquement, ces niveaux de rcit sont des espaces mentaux
en correspondance; en particulier, lespace temporel univers racont
correspond un axe spatial, le parcours, de telle sorte qu un moment ou
une priode du premier correspond un point ou un intervalle du second10.
De son ct, Vuillaume11 distingue deux niveaux de reprage temporel:
le niveau de lcriture et celui de la lecture. Dune part, toutes les rfrences
8 Cf. BENVENISTE, E., Les relations de temps dans le verbe franais, B.S.P., 54,
II, 1959, pp. 69-82. et BENVENISTE, E., Problmes de linguistique gnrale, Paris,
Gallimard, 1966.
9 OLIVARES PARDO, A., Temporalidad y texto: un problema de traduccin, in
GARCA-SABELL TORMO, T. et alii (eds.), Les chemins du texte, Tomo II, Santiago de
Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 1998, pp. 421-422.
10 FAUCONNIER, G., Espaces mentaux, Paris, Minuit, 1984, p. 178.
11 VUILLAUME, M., Grammaire temporelle des rcits, Paris, Minuit, 1990.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1562 Noelia Mic Romero
12 Ibid., p. 40.
13 HEINE, B. - CLAUDI, U. - HNNEMEYER, F, Grammaticalisation, Chicago,
Chicago University Press, 1991.
14 CHEVALIER, J. C. - MOLHO, M., De limplication: esp. pues, fr. puis,
Travaux de linguistique et de littrature, vol. 24, n 1, 1986, pp. 23-34.
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tude de la relation espace-temps: le cas de puis/pues 1563
Ex.: Le coiffeur lave les cheveux puis il les coupe15, tandis que pues, par
un procs de grammaticalisation allant du concret vers labstrait, est capable
dassocier deux vnements grce son pouvoir conjonctif:
Ex.: Ha ido al mercado pues maana nos juntamos todos para comer.
Nous utilisons les termes disjonctif et de conjonctif dans la termino-
logie de Chevalier et Molho. Le premier signifie que le terme introduit par
puis est postrieur au premier et ne lexplique pas (ils ne maintiennent entre
eux aucun autre type de relation que la temporelle de postriorit), tandis
que le second veut dire que les deux vnements sont prsents comme
relis, comme ayant quelque chose voir lun avec lautre, bref lun est nous
est montr comme lexplication de lautre.
Puis
Puis indiquant la succession temporelle
(1a) On les reoit dans plusieurs hpitaux de lpreux: sous Franois 1er on
tente dabord de les parquer dans lhpital de la paroisse Saint-Eustache,
puis dans celui de Saint-Nicolas, qui nagure avaient servi de maladreries
(M. F., p. 17).
(1b) Se les atiende en varios hospitales de leprosos: en el reinado de
Francisco I, se intenta inicialmente aislarlas en el hospital de la parroquia
San Eustaquio, luego en el de San Nicols, que poco antes haban servido
de leproseras (M. F., p. 18).
(2a) deux reprises, sous Charles VIII, puis en 1559, on leur avait affect,
Saint-Germain-des-Prs, diverses baraques et masures utilises jadis pour
les lpreux (M. F., p. 17).
(2b) En dos ocasiones, bajo Carlos III, despus en 1559, se les haban des-
tinado, en Saint-Germain-des- Prs, diversas barracas y casuchas antes uti-
lizadas por los leproso (M. F., p. 18).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1564 Noelia Mic Romero
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tude de la relation espace-temps: le cas de puis/pues 1565
indique la postriorit. Puis nest donc pas traduit par son homologue formel
pues. Faisons maintenant le chemin inverse: quelles valeurs acquiert pues et
quel(s) terme(s) ont donn origine pues dans la version franaise?
Pues
Pues valeur explicative
(6a) Ha nacido una nueva lepra, que ocupa el lugar de la primera. Mas no sin
dificultades ni conflictos, pues los leprosos mismos sienten miedo: les
repugna recibir a esos recin llegados al mundo del horror (M. F., pp. 18-19).
(6b) Une nouvelle lpre est ne, qui prend la place de la premire. Non sans
difficults dailleurs, ni conflits. Car les lpreux eux-mmes ont leur effroi
(M. F., p. 17).
(7a) En realidad el problema no es tan simple, pues existen sitios de con-
centracin donde los locos, ms numerosos que en otras partes, no son
autctonos. (M. F., p. 23)
(7b) En fait le problme nest pas aussi simple: car il existe des points de
ralliement o les fous, plus nombreux quailleurs, ne sont pas autochtones
(M. F. p. 20).
(8a) Pero a todo esto, el agua agrega la masa oscura de sus propios valores;
ella lo lleva, pero hace algo ms, lo purifica; adems, la navegacin libra al
hombre a la incertidumbre de su suerte; cada uno queda entregado a su
propio destino, pues cada viaje es, potencialmente, el ltimo (M. F., p. 25).
(8b) Mais cela, leau ajoute la masse obscure de ses propres valeurs; elle
emporte, mais elle fait plus, elle purifie; et puis la navigation livre lhomme
lincertitude du sort; chacun est confi a son propre destin, tout embarque-
ment est, en puissance, le dernier (M. F., p. 22).
Noublions pas que le texte de dpart est le franais. Nous avons trouv
pues dans le texte espagnol quand, dans le texte de dpart, nous avions, une
conjonction de coordination car qui introduit un argument qui explique ce
qui prcde.
En revanche, dans lexemple (8b) qui fait partie du texte de dpart, nous
navons pas de marqueur, il y a lision du marqueur indiquant lexplication.
Nous aurions pu avoir: chacun est confi son propre destin, car tout
embarquement est, en puissance, le dernier. Les marques de cohsion sont
par consquent plus explicites dans le texte espagnol.
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1566 Noelia Mic Romero
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tude de la relation espace-temps: le cas de puis/pues 1567
Daprs ce tableau, nous constatons que puis nest jamais traduit par
pues. La frquence de ces deux marqueurs nous dvoile que puis nest pas
aussi usit en franais que pues en espagnol. Dans notre chantillon dexem-
ples, nous avons trouv 10 puis contre le double de pues. En effet, puis se
limitant indiquer la succession temporelle et lnumration (o il reste tou-
jours un substrat de succession), son champ daction est plus restreint. Par
contre, pues, grce un procs de grammaticalisation au cours du temps
allant du concret vers labstrait, perd sa valeur de succession temporelle et
acquiert une polysmie qui intgre les valeurs dexplication (car), de cause
(puisque) et de consquence (donc). Donc, malgr leur provenance de la
mme racine latine POST, pues / puis restent au stade dhomologues for-
mels. Toujours selon notre grille, il faut mettre en vidence les 10 exemples
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1568 Noelia Mic Romero
CONCLUSION
Notre article a essay de dmontrer que le texte, en tant quacte communi-
catif, est rgi par les sept rgles de textualit. Celle qui nous occupe est la
rgle de cohsion, et plus particulirement la cohsion temporelle reflte
par des marqueurs. Nous travaillons en contexte car nous considrons la
communication comme ostensive et infrentielle. Cest pourquoi nous avons
utilis un petit corpus dexemples pour dmontrer que, bien que puis / pues
aient la mme racine latine, ils ont pris des chemins diffrents. Dune part,
puis exprime la succession temporelle et lnumration, valeurs qui viennent
directement de la racine latine POST. Dautre part, pues, aprs un processus
de grammaticalisation, devient plus argumentatif ayant perdu sa significa-
tion initiale de succession temporelle. Cest ainsi quil peut soit exprimer
une explication, soit une justification soit une consquence. Les deux lan-
gues, le franais et lespagnol, bien quelles soient toutes deux des langues
romanes, sont asymtriques: quand la premire exprime la succession tem-
porelle et lnumration avec puis, la seconde lexprime, non pas avec pues,
mais avec despus, luego ou adems.
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tude de la relation espace-temps: le cas de puis/pues 1569
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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SEMNTICA, SINTAXIS Y PRAGMTICA
DEL ESPACIO EN LAS LENGUAS DE SIGNOS
INTRODUCCIN
La singular importancia que el estudio del espacio adquiere en las lenguas
de signos deviene, fundamentalmente, de la particular naturaleza viso-gesto-
espacial de este tipo de lenguas, que impone, a la estructura lingstica,
modalidades de expresin y comprensin absolutamente dependientes de la
concepcin del espacio sgnico. No en vano, al caracterizar las lenguas de
signos, Sacks1 da cuenta de que su caracterstica ms sobresaliente, la que la
diferencia de las dems lenguas y de las dems actividades mentales es su
utilizacin lingstica nica del espacio. Para el autor, la complejidad que
adquiere este espacio lingstico es absolutamente abrumadora para la
vista normal, que no puede percibir, y an menos entender, la enorme
complejidad gramatical de sus pautas espaciales2.
No nos es posible desarrollar aqu un acercamiento sistemtico al fen-
meno de la espacializacin en las lenguas de signos. Ni siquiera, a todos y
cada uno de los posibles usos lingsticos que stas hacen del espacio. No es
posible dar cuenta de la complejidad lingstica, psicolgica y pragm-
tica que tal espacio adquiere en ellas. Y no slo ya como construccin te-
rica, sino incluso prctica, pues supondra especificar todo el conocimiento
1 Cf. SACKS, O., Veo una voz. Viaje al mundo de los sordos, Madrid, Anaya / Mario
Muchnik, 1990.
2 Ibid., p. 117.
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1572 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
que las personas sordas tienen acerca de los posibles usos del espacio, lo que
equivaldra, a su vez, a concretar lo que estas comunidades saben acerca de
las potencialidades de su lengua e, incluso, probablemente, de sus conoci-
mientos del mundo y de cmo puede ste intervenir, lingstica y/o contex-
tualmente, en los universos creados durante los actos de enunciacin.
S podemos, en cambio, esbozar algunas consideraciones relacionadas
con el valor semntico y pragmtico que el espacio adquiere en las lenguas
de modalidad sgnica, lenguas que, por su propia naturaleza, obligan a sus
usuarios a desarrollar competencias viso-gesto-espaciales particulares y a
hacer un uso extensivo de mecanismos de la misma naturaleza relacionados
con la codificacin y decodificacin de informacin lingstica.
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1573
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1574 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1575
ningn caso, deben ser confundidos ni con el espacio ni con las dimensiones
que permiten acotarlo.
El espacio fsico
Aunque nuestro inters se centra, principalmente, en el anlisis del espacio
como problema lingstico, abordamos, en primer lugar, el estudio del que
hemos denominado espacio fsico (EF). Este espacio es, en principio, como
indica su nombre, fsico geomtrico y no arbitrario, y, consecuente-
mente, extralingstico, y concebido como contenedor de objetos; e
incluye, al tiempo que el espacio contextual (ECtx), el espacio comunicativo
(EC).
El ECtx coincide con el entorno en el que se sitan los interlocutores
y en el que se ubican una serie de elementos potencialmente referenciales
capaces de servir de marco comunicativo, pero, tambin, de interactuar
entre s y con los interlocutores en el desarrollo del propio proceso comu-
nicativo. La importancia de este espacio no reside nicamente en su valor
como contenedor de objetos, sino, sobre todo, en su capacidad para
aportar informacin, pues qu duda cabe de que la comprensin de los
enunciados lingsticos lleva aparejada la del contexto en el que stos son
producidos.
El EC es el espacio concreto donde se desarrolla o tiene lugar el proceso
de comunicacin. Habitualmente, es un constituyente del ECtx, pero su rela-
tiva estabilidad, su naturaleza egocntrica y su carcter radial y bsicamente
comunicativo, hacen que los consideremos aqu separadamente. El ECtx
tiene entidad al margen de la comunicacin; es decir, existe con indepen-
dencia de sta; el EC, en cambio, en el caso de las lenguas de signos, es un
espacio de y para la accin comunicativa. El lmite entre uno y otro es,
en verdad, difuso, borroso, pero no por ello inexistente. Sus dimensiones
fsicas y las de los subespacios que lo constituyen estn sometidas a la
influencia que sobre l ejercen, por ejemplo, el tipo de registro conversa-
cional de que se trate o las distancias sociales interpersonales que se esta-
blezcan.
En el marco del EC es posible identificar cuatro subespacios claramente
diferenciados: el espacio corporal (ECp), el espacio prximo (EPx), el
espacio accesible (EAc) y el espacio remoto (ER).
El ECp es el que el signante ocupa con su cuerpo y que emplea indepen-
dientemente del entorno que lo rodea. En trminos lingsticos, resulta,
pues, la parcela de territorio donde el signante se desenvuelve y desde donde
plantea el proceso comunicativo, marcando, para cada momento o situacin,
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1576 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1577
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1578 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
El espacio mental
La configuracin del espacio pasa por etapas o fases diferenciadas, en las
que, por aproximaciones sucesivas, tenemos en cuenta las relaciones que
nuestro cuerpo establece con l y con el resto de objetos que lo llenan. Se
trata, en suma, de un conjunto de experiencias de vida que van permitiendo
la construccin de la concepcin propia del espacio. Slo cuando estas expe-
riencias anteriores han sido vividas y asimiladas se produce la conceptuali-
zacin del espacio como esquema racional de pensamiento8, desde la que
es posible acceder a la creacin particular de la nocin del espacio como
8 Ibid., p. 206.
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1579
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1581
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1582 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1583
tema que nos ocupa es que, en ninguno de los casos el signo se repite o man-
tiene en el mismo toponema o lugar especfico de articulacin, lo cual
supondra un aprovechamiento temporal del mismo espacio sino que la
mano se desplaza, repitiendo o manteniendo el signo, en lo que supone el
aprovechamiento de un recurso espacial para expresar una nocin lings-
tica.
La sintaxis es, sin duda, el aspecto gramatical que mejor refleja el uso
particular que del espacio hacen las lenguas de modalidad sgnica. El esta-
blecimiento de relaciones sintcticas se plantea, en todos los casos, desde la
perspectiva espacial. La simple localizacin de los elementos discursivos en
el espacio de signacin permite y suscita el establecimiento de relaciones
sintcticas de distinto tipo. La localizacin, la atribucin y la comparacin,
pero tambin otras relaciones sintcticas slo resultan posibles a partir del
aprovechamiento lingstico del espacio.
Otro fenmeno que da cuenta de la importancia lingstica del espacio
en las lenguas de signos guarda relacin con los denominados verbos espa-
ciales, llamados as porque varan para especificar la configuracin de la
accin y las caractersticas espaciales volumen, localizacin, ... del ele-
mento que funciona como objeto directo. Se trata de idnticas formas de
contenido que encuentran la posibilidad viso-espacial de vehicularse por
medio de distintas formas de expresin. Tal es el caso de verbos como
ABRIR, CERRAR, VOLAR, SUBIR, BAJAR, CRECER, CAER o LIM-
PIAR. Evidentemente, se trata de un fenmeno viso-espacial con impor-
tantes repercusiones fonolgicas. Al mismo significado, le corresponden
distintas formas de expresin. Y, para ello, varan los parmetros formativos
que constituyen el signo. En virtud de la espacializacin, ste es conseguido
cambiando sus parmetros de articulacin. Pero como quiera que el contexto
que obliga a tales cambios no es lingstico sino referencial, queda claro que
se trata de una motivacin pragmtico-discursiva. Si ABRIR presenta dife-
rentes formas de expresin lo hace porque los referentes representados por
sus posibles objetos directos discursivos presentan caractersticas espaciales
muy diversas, lo que habla de una contextualizacin pragmtica.
Particularmente interesante resulta el uso que los signantes hacen del
espacio en los verbos demostrativos y, especialmente, en los demostrativos
trivalentes. Se trata de verbos capaces de dar cuenta de las caractersticas de
tres argumentos: el sujeto, el objeto directo y el objeto indirecto. Pertenecen
a este grupo verbos como DAR o ENTREGAR. En realidad, se trata de
verbos demostrativos de doble sentido, por lo que slo sealan dos argu-
mentos reales: el sujeto y el destinatario de la accin. No obstante, estos
verbos se valen del espacio para modificar, incluso, su estructura fonolgica,
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1584 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1585
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1586 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
imaginaria, que ser entendida como la que el coche tom a excesiva velo-
cidad. El interlocutor comprende, de manera inmediata y global, que la
mano representa al coche; la orientacin de la palma hacia abajo, que se
encuentra mirando hacia el frente; y su desplazamiento, que se desplaza por
una carretera que tiene una curva, por la que el coche pasa a gran velocidad.
Como se ve, el verbo TOMAR no ha sido signado, sino representado o eje-
cutado en el espacio por el coche virtual.
En tanto categoras filosficas puras, tiempo y espacio se caracterizan
por poseer una naturaleza determinada. Y sta se aleja sustancialmente de la
naturaleza de la interaccin comunicativa, como actividad enmarcada por
unas coordenadas espacio-temporales. La comunicacin, empero, constituye
un universo lingstico que de alguna manera vincula la naturaleza espacio-
temporal del mundo representado con la del mundo discursivo que lo repre-
senta. Tal vinculacin se establece en la medida en que una parte de la
realidad, extensionalizada, es decir, expresable y/o comunicable, se hace
conformante del discurso, por medio de un proceso de intensionalizacin.
En el sentido anterior, espacio y tiempo resultan manipulables. Como
creador del mundo discursivo o re-creado, el signante es capaz de actuar
sobre ellos y de establecer las subordinaciones que estime convenientes. La
naturaleza viso-espacial de las lenguas de signos determina que tales subor-
dinaciones se inclinen, siempre, a favor del espacio. El espacio viene a ser,
as, marcador del tiempo. Pasado, presente y futuro discursivos no lo son ya
de hecho y por s mismos, sino slo en virtud de la particular organizacin
que el signante les confiere desde la enunciacin. Y esta organizacin, que
resulta del particular proceso de intensionalizacin que a partir de la rea-
lidad preexistente tiene lugar en el signante es, en las lenguas de signos, de
naturaleza espacial.
En tanto mundo referencial representado, la organizacin temporal apa-
rece, pues, sometida por constricciones espaciales. Como consecuencia de
ello, si la ubicacin temporal corresponde al pasado AYER, PASADO,
HACE MUCHO TIEMPO, etc. este mundo queda representado mediante
un signo que lo ubica en la parte posterior del cuerpo del signante; si la ubi-
cacin temporal corresponde al presente HOY, ACTUALMENTE, EN
ESTE MOMENTO, etc., el signo ocupa el espacio inmediatamente pr-
ximo al cuerpo del signante; y si la ubicacin temporal corresponde al futuro
MAANA, PRXIMO, A PARTIR DE, DENTRO DE MUCHO
TIEMPO, etc. el signo conllevar una indicacin hacia un espacio ms o
menos remoto con respecto al cuerpo del signante. La lnea del tiempo es,
de este modo, producto de una convencin espacial.
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Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1587
12 JOHNSON, M., The Body in the Mind: The Bodily Basis of Meaning, Reason and
Imagination, Chicago / Londres, Chicago University Press, 1987, pp. 122-123.
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1588 Carlos Moriyn - Silvia Valdespino
nica va, por lo que resulta fcilmente comprensible que la expresin de los
contenidos sea sometida a un proceso de espacializacin que se resuelve
recurriendo a la modalidad visual que vehicula los contenidos lingsticos de
estas lenguas.
Aunque el centro de nuestro inters aqu viene marcado por las posibili-
dades lingsticas del espacio, no es posible obviar el papel fundamental
que, concretamente en este caso, tiene el prosoponema la expresin
facial en la codificacin y decodificacin del signo. Si bien es absoluta-
mente evidente que el establecimiento del tiempo se ve sometido por cons-
tricciones espaciales, no lo es menos el que las diferencias temporales entre
dos momentos no muy distantes slo son comprensibles a partir del papel
jugado por la expresin facial, pues de otro modo tales diferencias se perde-
ran o resultaran extremadamente difciles de establecer en el espacio de
signacin.
El valor pragmtico-discursivo del espacio se hace particularmente evi-
dente en las interacciones institucionalizadas, es decir, en aquellas en las
cuales la relacin de poder entre los participantes es asimtrica. En este tipo
de relaciones es frecuente un uso diferente del espacio entre los participantes
y el signante que lidera la interaccin, ya que este ltimo es, por ejemplo, el
encargado de otorgar los turnos comunicativos, lo que se expresa espacial-
mente. En este sentido, es posible diferenciar las interacciones conversacio-
nales a tendiendo a dos tipos de registro: formal e informal, y a tres tipos de
distancias sociales interpersonales: pblica, privada e ntima. La rigidez del
cuerpo, la amplitud de las seas, pero sobre todo el empleo que se hace del
espacio distingue el registro formal del informal. En interacciones pblicas
los signantes guardan entre s mayor distancia que los oyentes en similares
situaciones; en conversaciones privadas, el espacio sgnico se reduce y un
gran nmero de los signos bimanuales se convierte en monomanuales. En
interacciones ntimas, por su parte, la distancia entre los intervinieres es
menor y el espacio sgnico se reduce sensiblemente, al punto de poder cons-
tituir slo un rea de superficie de la mano.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Semntica, sintaxis y pragmtica del espacio 1589
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LLABORATION DUN ESPACE
PERSONNEL PAR LEMPLOI DES PRPOSITIONS
INTRODUCTION
La notion despace ne renvoie pas ncessairement une ralit physique,
une zone gographique plus ou moins bien dfinie. La notion despace peut
galement, et entre autres possibilits, renvoyer une appropriation mentale
dune certaine situation. Mon espace sera ainsi ce que je dfinis comme un
domaine mental que je me suis appropri, que jai fait mien. De nombreux
exemples linguistiques unissent ainsi des marques dlimitatives de lespace
physique et de lespace personnel. Claude Vandeloise prsentait ce propos
en 1986 une smantique des prpositions spatiales en franais. En latin, par
exemple, ladjectif dmonstratif dnotant la proximit hic, haec, hoc tait
frquemment associ la marque personnelle de premire personne: haec
domus signifiait tout aussi bien cette maison proche dans lespace que ma
maison. De la mme faon, lindexation lie un espace intermdiaire iste,
ista, istud se retrouvait associe aussi lexpression de la deuxime per-
sonne, et lindexation lie un espace loign ille, illa, illud, celle de la
troisime personne. Ista domus pouvait tre interprt comme cette maison
au deuxime plan ou comme ta maison; illa domus comme cette maison
dans le lointain tout aussi bien que comme sa maison.
Cette particularit du latin nest pas forcment passe aux langues aux-
quelles il a donn naissance. En franais, cette maison-ci ne pourrait que dif-
ficilement tre lu comme ma maison, cette maison l-bas, difficilement
comme sa maison. Les marques dappropriation personnelles se sont
dplaces.
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1592 Guilhem Naro Rouquette
Toute langue est avant toute chose une vocation du monde environnant,
de lespace la premire personne. Le vocabulaire est tout empreint de cette
personnalisation de lespace. Elle peut passer par le choix de la dsignation.
Une bicoque parat dsigner un endroit moins reluisant et dun prestige
moindre, mes yeux, quun chteau. La vision affective de lespace peut
aussi passer par lassociation de marques personnelles et de dsignations.
Une bicoque, hors de tout cotexte, renverra plutt lvocation dune
construction en mauvais tat, proche de la ruine. Ma bicoque pourrait signi-
fier que lendroit dans lequel jhabite nest pas trs sr ni trs confortable
mais cette mme expression, par ironie, pourrait tre utilise comme marque
affective pour dire un lieu petit, un nid dans lequel jaime me retrouver. A
linverse, un chteau, en principe associ une construction majestueuse ou
tout au moins imposante, pourrait dnoncer ironiquement le manque de pr-
tention de lendroit dans lequel jhabite si je dis mon chteau.
Nous ne nous intresserons pas ici ce type dappropriation de lespace,
nous nous centrerons plutt sur les valeurs spatiales lies lemploi des pr-
positions.
Nous ne nous attarderons pas sur le fait que certaines prpositions
comme sur, derrire, sous, dans, etc. sont davantage lies une vocation de
lespace physique que dautres prpositions comme pour, de, etc.
Cependant, elles tmoignent toutes dune forte marque de valoration person-
nelle et permettent de la sorte de dfinir un certain espace propre au locu-
teur. Telle est la vision qui ressort de la lecture du livre de Jean Cervoni sur
les valeurs smantiques et pragmatiques des prpositions en franais.
Nous ne comptons pas prsenter une vision exhaustive de ces emplois
personnels, nous ne comptons pas non plus prsenter tous les cas de figures
auxquels les prpositions permettent daccder. Nous ne dsirons que pr-
senter quelques exemples reprsentatifs des cas dans lesquels lemploi des
prpositions dessine et transmet un espace personnel.
PRPOSITIONS ET PRCAUTION
La prposition qui, par excellence, prsente une vision marque par la pru-
dence est la prposition pour. Dans un numro de la revue Le langage et
lHomme, nous avons indiqu avec Jolle Rey comment et pourquoi cette
prposition permet au locuteur de se vtir dun masque de Ponce Pilate, de
ne pas trop sengager dans ce quil nonce.
La prposition pour a comme signifis de base en faveur de, la
place de. Elle prolonge en ce sens le smantisme de la proposition pro du
latin. Cependant, cette prposition permet des nuances trs subtiles.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Llaboration dun espace personnel par lemploi des prpositions 1593
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1594 Guilhem Naro Rouquette
Un autre cas dans lequel on aperoit une volution de lespace social est
celui que nous offrent les avis de censure. Aux dbuts des programmes de
tlvision, certains films taient orns dun joli rectangle blanc que les
Franais nommaient par esprit de contradiction le carr blanc. Ce symbole
signifiait que le programme tait interdit AUX moins de dix-huit ans. Il
nexistait alors aucun moyen dchapper linterdiction. Au dbut des
annes soixante-dix, au moment o les normes sociales se relchaient
quelque peu et o la censure ntait plus aussi stricte, le commentaire associ
au carr blanc est devenu dconseill pour les moins de dix-huit ans.
Deux attnuations taient alors apportes la prohibition: interdit, trop
strict, tait remplac par dconseill, lapparence plus conciliatrice, et la
prposition , catgorique, laissait la place la prposition pour, plus
conciliatrice. Le changement de prposition dnotait une intention de
paratre plus dialoguant et moins ferm.
Lespace de la non-vrification
Une accusation forte demande, en gnral, lemploi de la locution prposi-
tionnelle cause de ou plus simplement de la prposition de. Le loup disait
lagneau: tu seras chti de ta tmrit. Laccusation est sans appel; lac-
cusateur est partie prenante. Lemploi de la prposition pour modifie le posi-
tionnement du locuteur par rapport au dlit.
Il a t puni pour tre arriv en retard
prsente, certes, le lien entre la punition et le retard, mais le locuteur se
contente de reproduire les paroles dautrui. Il insinue de la sorte quon lui a
dit que le lien entre la punition et le retard existe, mais lui-mme ne la pas
encore vrifi ou, ventuellement, ne compte pas le vrifier. Lemploi de la
prposition pour exclut lnonciateur de lespace de la punition. Il lui permet
de jouer un rle de Ponce Pilate.
Lespace de lhypocrisie
Une nouvelle ouverture permise par la prposition pour est dattribuer un
objet, une qualit une personne tout en en indiquant une autre dans la
phrase. En priode de Nol, je peux avoir envie de faire plaisir mon fils et
je peux offrir un train lectrique mon fils. Il est alors le destinataire rel
du cadeau et il aura toute libert de jouer avec son train sans devoir subir les
conseils paternels.
En revanche, je peux considrer aussi que mon fils est encore trop jeune
pour bien se dbrouiller avec un jouet aussi fragile quun train lectrique.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Llaboration dun espace personnel par lemploi des prpositions 1595
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1596 Guilhem Naro Rouquette
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Llaboration dun espace personnel par lemploi des prpositions 1597
LESPACE SATUR
Jusqu prsent, nous avons apprci des espaces ponctuels ou volumineux,
mais statiques. Si lon oppose
Je suis Alicante et je vais Alicante
on peut avoir limpression dtre en prsence de deux prpositions , lune
est locative, lautre inative. La seconde dnote donc un mouvement la dif-
frence de la premire. Ce nest pourtant pas vraiment le cas. Le caractre
statique ou mobile de lensemble nest nullement apport par la prposition,
mais par le sens du verbe. La prposition, pour sa part, se contente de nous
dire que Alicante est considrer comme un point sur une carte ou
comme un lieu vu en deux dimensions.
Je marche par Alicante
ouvre une nouvelle perspective spatiale. La prposition par rpond la ques-
tion qua du latin, cest--dire quelle voque le lieu par o lon passe. Ce lieu
peut tre vu comme une transition:
Sois sage ou tu passes par la fentre
Tout enfant ou tout adulte quelque peu sensible comprend que, sil
nobit pas, il risque de subir une pousse ractive dcrite dans la deuxime
loi newtonienne qui risque fort de lui faire traverser le cadre de la fentre. Le
lieu incrimin est pntr, parcouru et vacu. Les premier et troisime tats
ne sont pas ncessaires pour que lon puisse utiliser la prposition par, la
condition de parcouru est suffisante.
Dans la plaine les baladins
Sloignent au long des jardins
Devant lhuis des auberges grises
Par les villages sans glises
Dans ce clbre pome dApollinaire, lespace des baladins semble ne
rpondre quaux question ubi? (Dans la plaine, au long des jardins, devant
lhuis), unde? (sloignent), qua? (par les villages sans glises). La seule
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1598 Guilhem Naro Rouquette
question en apparence sans rponse est la question quo, le lieu vers lequel
on va. Ce lieu est refus en gographie, mais aussi en espoir: les villages
sans glises sont des villages dans lesquels ce qui rythme la vie, dans les-
quels la promesse dun venir meilleur sont refuss. Si lon sarrte sur le
lieu de transition, les villages on notera que le trajet peut sortir du village,
mais que ce nest pas forcment le cas, il peut se drouler lintrieur des
limites du lieu, mais ce lieu est alors parcouru dans tous les sens, il est
satur. Cest la mme vision que lon a dans lexpression par les rues de la
ville.
Lespace physique ne se diffrencie que peu de lespace chronologique:
un moment de la journe parcouru totalement et saturation demandera
lemploi de la prposition par.
Il sest promen par un beau matin dhiver
signifie certes quil a beaucoup march, mais en plus de cela, que cette pro-
menade a couvert tout lespace de la matine, ou tout au moins, en tenant
compte des exagrations possibles du locuteur, une bonne partie de la
matine.
Jusqu prsent, nous avons considr un espace gographique ou chro-
nologique concret, mais cette valeur de saturation peut aussi affecter une
qualit ou un numral. Applique une qualit, la saturation sous-entend
que cette valeur a t entirement parcourue: par excellence, par exemple
laissent supposer que la notion dexemple et lexcellence sont pleinement
vrifies.
Applique des numraux, la prposition par suggre que chaque fois
que cet espace quantifiable a t satur, on passe au suivant.
Les enfants marchent deux par deux
signifie un saut une autre division chaque fois que le chiffre deux est
atteint.
LESPACE DE LA PHRASE
Nous navons jusqualors que considr lespace physique ou chronolo-
gique. Il en est un encore que nous aimerions traiter dans cette courte pr-
sentation. Il sagit de lespace de la phrase.
La phrase en elle-mme est un espace graphique et oral. Les prpositions
viennent parfois sinsrer dans sa gographie pour en modifier le contenu
smantique ou grammatical. Imaginons le maire un peu mgalomane dune
grande ville, un maire qui sidentifierait tant sa ville, ou plutt qui identi-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Llaboration dun espace personnel par lemploi des prpositions 1599
fierait tellement sa ville sa personne quil lui serait possible de dire par
exemple:
Je suis Lyon
En ce cas, il a tabli une quivalence parfaite entre les deux membres de
la copule telle que les deux lments mentionns se retrouvent, sont identi-
fis lun lautre.
Il existe des possibilits dloigner mentalement les lments, den
mettre un sous la domination de lautre. Lemploi de la prposition est un
de ces moyens.
Je suis Lyon
dtruit la similitude de plan des deux lments et met le second, Lyon,
sous la domination du premier, je. La relation la plus vidente entre une
personne, un verbe de localisation et une ville est de supposer que la per-
sonne se trouve dans la ville.
La mise distance ne signifie pas ncessairement une perte dimpor-
tance pour le deuxime lment qui peut mme, le cas chant, gagner en
valeur. Tel est le cas, par exemple dune construction du type
Elle maime moi
que lon peut entendre dans le sud de la France. On peut, bien entendu,
voir dans cette apparente incorrection une influence de loccitan, mais il
nempche quelle rpond aussi un besoin de marquer un statut spcial du
deuxime lment, elle le met en valeur.
Le franais utilise ce mme procd de changement de plan pour
construire des liens dappartenance comme dans
Ce livre est mon frre.
La notion dappartenance est simplement la rsultante de linterprtation
dune suite objet, verbe dtat, personne situe un autre niveau . Nous
nous sommes jusquici limits des verbes dtat. Nous pouvons tendre
cette observation des verbes que lon nomme traditionnellement verbes
daction.
Jaime faire ce travail
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1600 Guilhem Naro Rouquette
est diffrent de
jaime faire ce travail
dans la mesure o lemploi de la prposition suggre une vision plus per-
sonnelle, plus affective du lien qui unit les deux lments de la construc-
tion verbale. Le verbe aimer portait dj une valeur sentimentale, aimer
rajoute ce lien et peut tre paraphras en avoir du plaisir.
Le changement de lespace verbal, enfin, permet de diversifier le nombre
et la valeur des complments de verbe.
Pierre porte une valise
unit un tre humain, un verbe daction et un objet. Linterprtation la plus
logique est de penser que ltre humain effectue une action sur cet objet. Si
on ajoute cette construction un nouveau complment introduit par la pr-
position , ce complment sera situ plus en retrait dans lespace verbal, il
sera interprt comme secondaire par rapport la valise. Son apport sman-
tique sera tout simplement fonction de la connaissance du monde que pos-
sde le rcepteur. Si le complment est un lieu, il est fort parier que Pierre
transporte la valise dans ce lieu. Si le complment est une personne, il est
fort parier que cette personne est la destinataire dun cadeau. Dans un
registre plus relch, la phrase
Pierre porte une valise sa sur
pourrait aussi signifier que la valise appartient sa sur, quelle en est la
propritaire. De cette faon, la phrase serait synonyme de la construction
Pierre porte une valise de sa sur
Quelques grammaires dsirent donner une description smantique aux
divers complments de verbe et parlent par exemple de complment dattri-
bution pour la construction:
Pierre achte un os son chien
Lanimal est vu comme le rcipiendaire de lobjet de lachat. Lemploi
de la prposition permet aisment cette interprtation. Elle est pourtant
difficilement acceptable dans lexemple suivant, pas plus que linterprtation
dappartenance prise un registre de langue plus relch:
Pierre achte un os au boucher
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Llaboration dun espace personnel par lemploi des prpositions 1601
CONCLUSION
Les prpositions permettent donc de dessiner un espace mental affectif
partir duquel le locuteur peut transmettre sa vision du monde et le destina-
taire peut interprter cette vision nonce. Cet espace nest pas uniquement
en relation avec lespace physique dans lequel les individus sentretiennent
et vivent. Il est aussi espace du code de communication, de la langue.
Dans tous les cas de figure, il est propre une socit, une langue pr-
cise. La non conformit de deux descriptions de lespace par lintermdiaire
de lemploi des prpositions pourrait entraner de graves fautes de traduction
aux consquences ventuellement comiques ou dangereuses.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
la demande de lauteur, bien que ntant pas cites dans le texte, nous
avons inclus les rfrences bibliographiques suivantes:
ACADMIE FRANAISE, Le dictionnaire de lAcadmie Franaise, les
huit ditions compltes du XVII sicle au XX sicle, CD Rom,
Marsanne, Redon, 1999.
APOLLINAIRE, G., Alcools et calligrammes, Paris, Impr. Nationale, 1991.
CERVONI, J., La Prposition, tude smantique et pragmatique, Paris,
Duculot, 1991.
CORNEILLE, P., Le Cid tragdie Corneille avec une notice sur le thtre au
temps de Corneille... par Georges Griffe, Paris [etc.], Bordas, 1984.
NARO, G. - REY, J., Prpositions et temporalit, Le langage et lhomme.
Recherches pluridisciplinaires sur le langage. in Revue de lInstitut libre
Marie Haps en association avec Cahiers de lInstitut de Linguistique de
Louvain, V. XXXIII, n 1, 1998, pp. 109-119.
VANDELOISE, Cl., lEspace en franais smantique des prpositions spa-
tiales, Paris, Seuil, 1986.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
DEUX MARQUEURS REVISITS:
LE CAS DE ALORS ET DE DONC
DANS LESPACE DISCURSIF
INTRODUCTION
Ce travail consiste dans une rvision critique de deux marqueurs du discours
ou connecteurs: alors et donc, tous les deux exprimant la conscution. Je
suis consciente de la difficult de cette tche, tant donn lintrt croissant
pour ltude de ce type de particules depuis une vingtaine dannes. videm-
ment, lheure actuelle le nombre de travaux portant sur les connecteurs
pragmatiques est immense, et les cadres thoriques savrent assez htro-
gnes. Ainsi, afin de mieux situer mon approche, je voudrais jeter un nou-
veau regard sur certains aspects, sans prtendre lexhaustivit. Jaborderai
la notion de connecteur, trs controverse, ainsi que limportance de la
forme, le processus de grammaticalisation et la notion de polysmie. Dans
un deuxime temps, je ferai une prsentation / discussion des principales
approches. Enfin, jessaierai de prsenter une vision holistique du problme
pour rendre compte des emplois spcifiques sans perdre de vue le noyau
smantique commun.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1604 M. Amparo Olivares Pardo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1605
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1606 M. Amparo Olivares Pardo
Un oprateur est une unit porte, qui agit sur une phrase (syntaxique)
pour en former une autre, dont il sera ainsi partie intgrante (verbes op-
rateurs, la ngation, certains adverbes).
Un connecteur tablit une relation entre un nonc, dune part, et, soit
un ou plusieurs noncs, soit une unit extralinguistique (telle une situation,
une activit) dautre part. Cette relation est susceptible dentraner une
restructuration nonciative. (conjonctions, adverbes connecteurs)18.
15 Ibid., p. 185.
16 Cf. NLKE, H., Il y a connecteurs, op. cit., pp.133 et ss.
17 Ibid.
18 Cf. NLKE, H., La linguistique modulaire, op. cit.
19 Cf. OLIVARES, M A., Marcadores de reformulacin en francs y construccin de
sentido in FERRER, H., - PONS, S., (eds.), La Pragmtica de los conectores y las part-
culas modales, in Quaderns de Filologia, Estudis Linguistics vol. VI, Universitat de Valncia,
2001a, pp. 149-174 et Construccin de sentido y traduccin: el papel de los marcadores de
contraste en textos franceses divulgativos en A.I. Moreno & V. Colwell (eds.) Perspectivas
Recientes sobre el Discurso / Recent Perspectives on Discourse, AESLA, Universidad de
Len, Len: Secretariado de Publicaciones y Medios Audivisuales, en soporte CD ROM,
2001b.
20 Cf. RAMAT, P. - RICCA, D., op. cit., p. 21.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1607
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1608 M. Amparo Olivares Pardo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1609
Tendency I.
Meanings based in the external described situation > meanings based in
the internal (evaluative/perceptual/cognitive) situation38.
Tendency II.
Meanings based in the described situation > meanings based in the
metalinguistic situation.
Tendency III.
Meanings tend to become increasingly based in the speakers subjec-
tive belief state / attitude toward the situation39.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1610 M. Amparo Olivares Pardo
ticule valeur temporelle), et alors < ILLA HORA, b) dautre part, leur vo-
lution commune vers la conscution. Ce phnomne tout fait logique
dans le processus de grammaticalisation41, car lordre temporel et le recou-
vrement temporel (overlapping) aboutissent des rapports: cause / effet:
il fait chaud, la neige fond, ou comme dans la cause inverse = cons-
cution: la neige fond donc il fait chaud. Mais la question de fond nest pas
rsolue: quelle spcificit comporte chaque marqueur? Nous y rpondrons
plus tard. Pour linstant, signalons que la polysmie de certains particules ou
connecteurs nest pas une espce de catastrophe dans la langue, mais au
contraire, comme la trs bien soutenu la linguistique cognitive qui voit
dans la polysmie: a natural outcome of grammaticalization42 elle serait
une consquence du processus de vidage / dcoloration (bleaching)
des formes, et ce processus est unidirectionnel (du lexique vers la gram-
maire).
La notion de porte
La notion de porte est fondamentale, dans certaines configurations ou
contextes demplois des connecteurs43, Rossari, pour discriminer le choix du
connecteur appropri.
Il y a quelques annes, Nlke44 stait pos la question de la porte de
manire assez gnrale pour aborder des questions de syntaxe. Voici sa dfi-
nition de porte:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1611
On peut distinguer au moins quatre modi: lUPS peut porter sur le contenu
propositionnel (soigneusement), sur lnonc (peut-tre), sur lnonciation
(sans blague), sur la forme de ltendue de sa porte (bref) (sic).
Sur le contenu: Pierre a rat son train parce quil est arriv en
retard.
Pierre est arriv en retard, donc il a rat le train.
Sur les croyances: Je pense que Pierre a eu un accident, parce que
je vois quil a le bras dans le pltre.
Je vois que Pierre a le bras dans le pltre, donc
je pense quil a eu.
Sur les actes: Je te demande sils mont vraiment envoy
ce contrat. Parce que je ne lai toujours pas reu.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1612 M. Amparo Olivares Pardo
Donc
Donc a t lobjet de nombreuses analyses49. Comme le signale Mosegaard50
en Ancien Franais donc avait plusieurs emplois:
Le dernier emploi subsiste encore. Des trois emplois le premier est lori-
ginaire51, cest dire le temporel. Lvolution moderne de cette particule
peut tre considre comme un cas de changement smantique ou plutt
dextension dun de ses emplois (celui de rsultat, conclusion) avec la perte
de la valeur temporelle originaire.
Mosegaard analyse donc partir de la notion de manifestet52. Donc
indique que linformation contenue dans le segment o il est employ est
traite comme manifestement partage par les interlocuteurs. En fait, pour
Sperber & Wilson la manifestet serait une alternative la notion plus fr-
quente de savoir partag (mutual knowledge). On peut distinguer des
degrs de manifestet, des hypothses fausses peuvent tre indiscernables de
connaissances factuelles vritables, et tout comme une illusion est
visible, une hypothse est manifeste dans un environnement cognitif si
celui-ci fournit suffisamment dindices pour son adoption. On pourrait
rsumer en disant que donc apparat dans deux types denvironnements:
49 Cf. ZENONE, A., Marqueurs de, op. cit; DUCROT, O. et alii, Les mots du dis-
cours, op. cit; HYBERTIE, CH., La consquence en franais, Paris, Ophrys, 1996; ROS-
SARI, C. - JAYEZ, J., op. cit; MOSEGAARD, M. B., Alors and, op. cit., et ROSSARI,
C. Connecteurs et, op. cit.
50 Cf. MOSEGAARD, M. B. ibid., p. 163.
51 Cf. GAMILLSCHEG, E., op. cit., p. 587.
52 Cf. SPERBER, D. - WILSON, D., La Pertinence, op. cit., p. 66.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1613
b) la conclusion et la reprise:
Je reste la maison
donc tu as chang dopinion.
Mosegaard propose ces deux larges valeurs pour donc. Elle se distancie
des approches prcdentes par exemple du traitement casuistique de
Zenone53. Cette dernire avait intgr lapproche interactive de Roulet et
celle de Ducrot qui associait des instructions chaque connecteur. En ra-
lit, Zenone distinguait une srie demplois:
53 Cf. ZENONE, A., Marqueurs de, op. cit., et ZENONE, A., La conscu-
tion, op. cit.
54 Cf. ZENONE, A., Marqueurs de, ibid., p. 116.
55 Ibid., p. 119.
56 ibid., p. 122.
57 ibid., p. 129.
58 ibid., p. 132.
59 ZENONE, A., La conscution, op. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1614 M. Amparo Olivares Pardo
Alors
Hypothse IV: Connecteur, polysmique, plurifonctionnel. Deux emplois
prototypiques: temporel et argumentatif.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1615
64 Ibid., p. 208.
65 Ibid., p. 211.
66 Ibid., p. 216.
67 Cf. GERECHT, M. J., op. cit.
68 Ibid., p. 69.
69 Cf. FRANCKEL, J. J., Alors-alors que in BULAG, n 13, Besanon, Universit
de Franche-Comt, 1987.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1616 M. Amparo Olivares Pardo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1617
Jayez souligne juste titre que tous les contenus propositionnels ne sin-
srent pas dans la temporalit, et les nonciations non plus.
EN GUISE DE CONCLUSION
Les descriptions des connecteurs alors / donc nous offrent une panoplie
demplois. Nous avons esquiss un bilan critique sur les diffrentes appro-
ches de ces connecteurs. Nos hypothses semblent ne pas contredire les
emplois recenss par les tudes pralables. Nous avons essay de fonder nos
remarques non seulement sur la recherche dun noyau smantique commun
dans toute la palette demplois, mais aussi sur une srie dinstructions et de
contraintes interprtatives (procdurales) lies chaque connecteur. Il est
vident que donc et alors partagent un domaine commun: la conscution,
mais nous avons vu quil ny a pas de recouvrement total des fonctions.
Nous avons dtect un certain oubli des aspects formels et du processus de
grammaticalisation pour expliquer la perte de signification lexicale (cf.
ltymologie) et lacquisition dune signification procdurale dans les rela-
tions du discours. Dans une certaine mesure, nous nous situons plutt du
ct de la thorie de la pertinence et de sa considration de linterprtation
des noncs comme le rsultat dun processus cognitif. Les diffrences entre
nos deux connecteurs en contraste rsident sur la polysmie de alors vs une
certaine rigidit de donc. En dautres mots, donc a perdu sa valeur originaire
temporelle et il est devenu un connecteur de la conscution logique. Alors
nous a fourni un exemple prcieux de ce quon pourrait appeler une cat-
gorie radiale, selon laquelle, au centre de la signification il y aurait toujours
la temporalit (core meaning), tandis que les emplois argumentatifs ou dis-
cursifs seraient des drives priphriques. En effet, on a assist au passage
de relations de cohrence, dtermines par des relations primitives dordre
temporel vers dautres plus labores, plus complexes, de type argumentatif
ou simplement discursif. En tout cas, alors conserve sa valeur anaphorique
ou de reprise que ce soit des segments explicites dans le texte ou implicites.
Autrement dit, les rapports temporels dantriorit ou de postriorit abou-
tissent ltablissement des rapports de cause / effet ou de conscution.
Bref, de la mme manire que dans lunivers il existe encore une radiation
de fond provenant du Big Bang, certaines formes (e.g. alors) gardent une
valeur basique qui nous ramne aux origines du langage.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1618 M. Amparo Olivares Pardo
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1619
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1620 M. Amparo Olivares Pardo
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deux marqueurs revisits: le cas de alors et de donc 1621
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
UN ANTIGUO ESPACIO: LA EVIDENCIA
INTRODUCCIN
El presente estudio forma parte de un proyecto de investigacin, que
estamos realizando, de diferentes partculas de modalidad epistmica en
textos sociolgicos. Los textos originales son en lengua francesa y, los
textos-meta, en lengua castellana. Contrastamos tanto el aspecto formal
como el discursivo. El estudio presenta un enfoque traductolgico, aunque
en alguna ocasin presentaremos algn otro enfoque en apoyo a nuestros
argumentos. El espacio que nosotros deseamos explorar en nuestro artculo
es un espacio mental, un espacio que junto con la certeza caracteriza la
intuicin1. Un espacio que est inmerso en un microespacio, el cual engloba
todas las actitudes epistmicas2. El punto comn que presentan las part-
culas escogidas para nuestro estudio es el que todas se relacionan morfol-
gicamente de forma directa con el lexema vidence3. En el discurso
podremos encontrar conforme a Platn diferentes niveles de evidencia: el
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1624 Jos Prez Canales
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1625
9 Ibid., p. 15
10 CASSIN, B., op. cit., p. 19.
11 Ibid., p. 20.
12 Ibid., loc. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1626 Jos Prez Canales
ESTUDIO FORMAL
Hemos contrastado las equivalencias posibles de las partculas de nuestro
estudio exclusivamente en el Larousse 1967. Hemos suprimido los signos de
admiracin en algunas partculas tal como aparecan en el diccionario con el
fin de facilitar la visin general. Dejando una visn ms detallada para un
trabajo ms especfico.
Las tres partculas de nuestro estudio estn sealadas exclusivamente
con nmero en la primera columna. La segunda columna nos muestra los
equivalentes formales en castellano de las partculas de la primera columna.
A su vez encontramos en la tercera columna los equivalentes franceses de las
partculas espaolas de la segunda columna. En la primera columna junto
con las partculas de nuestro estudio encontramos algunas partculas fran-
cesas que tambin tienen como equivalentes formales en castellano las de
nuestro estudio.
13 Ibid., p. 21.
14 Ibid., p. 22.
15 GIL, F., op. cit., p. 55
16 Ibid., p. 51.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1627
CUADRO 1
Equivalencias formales en el Larousse 1967
Fr -> Cast Cast -> Fr
1. videmment 1.a. Evidentemente videmment (1.a.b.c.d.)
1.b. Claro est Bien entendu (1.b.c.d.)
Certainement (Bien sr) (1.c) 1.c. Por supuesto Naturellement (1.c.d)
Bien sr (1.d.e) 1.d. Desde luego Certainement (1.c)
1.e. Naturalmente Bien sr (1.c.d.e.f)
1.f. Como no
2. De toute vidence 2.a Con toda evidencia De toute vidence (2.a)
2.b. Sin duda alguna Sans aucun doute (2.b)
Certes (videmment) (2.b;1.d) 2.c. A todas luces vident (Il est ) (2.c)
De toute vidence (Il est) (2.c)
Clair (Il est ) (2.c)
3. levidence
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1628 Jos Prez Canales
CUADRO 2
CUADRO 3
Frecuencia de las ocurrencias de partculas de modalidad
epistmica en los textos del corpus
Texto
Bourdieu
Partcula T.A T.C T.D T.B T.E T.F (B+E+F):3 Total
lvidence 1 1 6 1 0 0 1/3 9
Aller de soi 0 0 0 5 9 16 10 30
Certainement 2 0 3 0 1 0 1/3 6
Certes 9 9 17 1 0 0 1/3 36
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Un antiguo espacio: la evidencia 1629
De toute vidence
Constatamos que no se encuentra entre las preferencias estilsticas de los
autores. Exclusivamente Bourdieu ha utilizado en dos de sus tres obras, con
una frecuencia de dos y cuatro ocurrencias en T.E y T.F, respectivamente.
Ambas obras fueron traducidas por Thomas Kauf. En las seis ocasiones uti-
liz el equivalente a todas luces; no emple ninguno de los otros dos equi-
valentes formales, por ello sealamos que el mismo es una preferencia
traductolgica de Kauf.
Destacamos especialmente la ocurrencia de F.4, en la que las comillas
nos sealan una divergencia discursiva entre los textos. En el T.O. en de
toute vidence se encuentra vidence entre comillas, mientras que en el T.M,
el entrecomillado abarca a a todas luces (equivalente formal 2.c) este entre-
comillado denota un resquicio del proceso de gramaticalizacin. El equiva-
lente en el texto en castellano a todas luces nos seala esa filosofa de la
evidencia, la tematizacin de la vista y de la luz23. Una luz ambiente vs luz
radiante, distincin anloga entre lumen (lumire mutipli dans le mdium)
vs lux (lumire rayonnante du Soleil). No es inocente que dicha partcula
haga referencia a la luz, elemento que ser percibido por la vista, elemento
sensor que puede captar la evidencia con ms fuerza.
En cuanto a la posicin de dicha partcula en el discurso, debemos
sealar que tienen una gran movilidad en ambas lenguas, como bien se
observa en los textos. Pero, a su vez destacamos que dicha partcula en nues-
23 Cf. GIL, F., op. cit., 4 , para ampliar esa tematizacin vista por diferentes fil-
sofos.
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1630 Jos Prez Canales
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1631
CUADRO 4
Cuadro contrastivo de las estructuras sintcticas24
de las ocurrencias de de toute vidence
y sus equivalentes discursivos en los T.M.
Estructura sintctica T.O. Ocurrencias T.O. Estructura sintctica T.M. Ocurrencias T.M.
Qui Aux de toute vidence Pp W F4 Que a todas luces V W F4
N V , de toute vidence, W E1 V, a todas luces, W E1
N V , de toute vidence, N1 F1 N , a todas luces, V N1 F1
Cest N1 , de toute vidence, F3 N que V , a todas luces, W F3
Modif que
Qui tre de toute vidence W E2 Que ser a todas luces W E2
(O.Relativo)
N que V de toute vidence W F2 N Que a todas luces V W F2
lvidence
En la totalidad de nuestro corpus apreciamos nueve ocurrencias las cuales
estn repartidas del siguiente modo: en los textos T.A, T.B y T.C tienen una
sola ocurrencia cada una, T.E y T.F, ninguna y, T.D tiene seis ocurrencias.
Visto la poca frecuencia de dicha partcula podemos sealar que no suele ser
una preferencia estilstica para sealar la evidencia en estos autores, salvo
para Olivier Dollfus.
Es de un uso ms extendido que el de de toute vidence (tiene slo cinco
ocurrencias), pero de mucho menor uso que videmment (tiene cincuenta y
tres ocurrencias). Bourdieu nos seala claramente su preferencia por el uso
de de toute vidence frente al de lvidence (en una proporcin de cinco a
uno).
De las nueve ocurrencias, sealamos que ocho son adverbes de phrase
disjonctifs dattitude modaux, y una es sealada como adverbe de manire
verbal.
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1632 Jos Prez Canales
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Un antiguo espacio: la evidencia 1633
CUADRO 5
Cuadro contrastivo de las estructuras sintcticas de las ocurrencias
de lvidence y sus equivalentes discursivos en los T.M.
Estructura sintctica T.O Ocurrencias T.O Estructura sintctica T.M Ocurrencias T.M
lvidence, P D1, D3, D5, D6 Evidentemente, P D1, D3, D5, D6
Con. , lvidence, P D2 Con. , evidentemente, P D2
N0 V lvidence W A1 N0 V , evidentemente, W A1
N0 qui V , lvidence, N1 D4 N0 , que V , evidentemente, N1 D4
tre , lvidence, N1 C1 Ser , sin lugar a dudas, N1 C1
Comme V lvidence W B1 Como V de manera evidente W B1
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1634 Jos Prez Canales
videmment
Dicha partcula es la que presenta el mayor nmero de ocurrencias en
nuestro corpus, con un total de cincuenta y tres ocurrencias. De las mismas
destacamos y distinguiremos cuatro que corresponden a dicho adverbio
acompaado de un modifieur dintensit30. Dentro de este grupo distingui-
remos bien videmment, el cual tiende a formar una locucin adverbial fija
(con tres ocurrencias), y trop videmment (una ocurrencia).
Si observamos la frecuencia de aparicin en los T.O podemos sealar
que es una preferencia estilstica de Touraine (T.A)31 y de Bourdieu (T.B,
T.E, T.F), con trece, y una media aproximada de doce ocurrencias respecti-
vamente. Dollfus32 (T.C) no la utiliz en ninguna ocasin y Lascoumes33
(T.D) escasamente, con slo tres ocurrencias, las cuales, todas ellas, son bien
videmment. Podemos inclinarnos a pensar que Lascoumes utiliza dicha par-
tcula como locucin adverbial fija, y que prefiere utilizar la misma frente al
adverbio modal videmment.
Presentamos el cuadro seis para poder visualizar ms notablemente los
equivalentes discursivos, as como su frecuencia en cada texto-meta, debido
a su gran nmero de aparicin en los textos, contrastado con las otras part-
culas de estudio.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1635
CUADRO 6
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1636 Jos Prez Canales
Por supuesto es una locucin adverbial que refleja el resultado de una gra-
maticalizacin a partir, probablemente, del giro se da por supuesto.
Beinhauer, 1978, pp. 205 y ss., seala que por supuesto coincide en su sig-
nificado con naturalmente y evidentemente; los tres elementos se corres-
ponden, para el autor, con el alemn selbstverstndlich35.
35 Cf. PORTOLS LZARO, J. - MARTN ZORRAQUINO, M.A, op. cit., pp. 4153
y ss.
36 Tambin podemos comprobar este hecho en relacin con las propiedades que dife-
rencian los adverbes de phrase vs adverbes intgrs la proposition. Para ello vase el
enfoque realizado anteriormente con la ocurrencia B1 de levidence.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1637
37 Los miembros del discurso presentes en esta ocurrencia estn marcados de una
modalidad epistmica por ser una apreciacin del autor. Dicha estructura podra dar lugar a
equvocos pues son frecuentes en la modalidad de tipo altica y la dentica. Cf.
HERNNDEZ SACRISTN, C., Modalidad dentica y epistmica. Sus relaciones con el
discurso referido, 1999.
38 Cf. MOLINIER, C. - LEVIER, F., op. cit., 3.2.2.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1638 Jos Prez Canales
Il est vident
Apreciamos que dicha estructura en los T.Os. no aparece apenas; tan slo
dos ocurrencias tenemos: una en T.D. y otra en T.E. en ambas ocurrencias,
as como sus equivalentes encontramos un paralelismo sintctico. El hecho
que podemos destacar es que dicha estructura en los T.M. aparecen en otras
ocurrencias, cuyo equivalente en los T.Os. no era la misma estructura atribu-
tiva, todas ellas pertenecientes al equivalente videmment. Con ello podemos
afirmar que parece ser que es de un uso ms extendido en el castellano que
en el francs.
CONCLUSIN
Una vez realizado el estudio contrastivo en el discurso de las diferentes par-
tculas, presentamos el siguiente balance. La partcula videmment ha sido la
ms utilizada por Bourdieu y Touraine, no siendo utilizada por Dollfus y
apenas por Lascoumes. Todos los traductores muestran una inclinacin por
utilizar el equivalente evidentemente. Palacio y Kauf, ste ltimo en T.F.,
utilizaron un mayor nmero de equivalentes discursivos, par videmment,
que el resto de traductores. Destaca el hecho de que slo Kauf utilizara por
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1639
supuesto como equivalente discursivo en sus textos T.E. y T.F., hecho que
nos determina que es una de sus preferencias estilsticas frente a los otros
traductores. Lascoumes no utiliz videmment de forma aislada, sino acom-
paada del modificador de intensidad bien, hecho que nos confirma su gra-
maticalizacin. Trop videmment es un adverbe intgr la proposition vs
bien videmment, que es un adverbe de phrase. levidence est en proceso
de gramaticalizacin, como bien hemos podido constatar en B1. Tambin
encontramos a videmment en proceso de gramaticalizacin, aunque menos
acentuado.
lvidence ha sido ms utilizado que videmment por Dollfus (seis vs
tres), hecho inusual en los otros autores. Se trata, por lo tanto, de una prefe-
rencia estilstica del autor. De la misma forma, de toute vidence lo es de
Bourdieu, aunque con una escasa frecuencia frente a las dems partculas.
Los dems autores no la han utilizado. Destacamos que siempre ha sido uti-
lizado el equivalente a todas luces, pudiendo afirmar que es una preferencia
estilstica de Kauf. Tanto de toute vidence como a todas luces presentan la
mayor fuerza argumentativa en la escala de evidencia, hecho sealado por el
origen morfolgico de ambas y por su referencia fenomenolgica en la par-
tcula castellana. Destacamos el elemento prosdico en F.4 que nos indica el
proceso de gramaticalizacin. Apreciamos tambin que en el plano enuncia-
tivo est en una posicin ms focalizada en los textos castellanos que en los
textos franceses.
Existe un mayor uso de estructuras atributivas en los textos sociolgicos
traducidos al castellano que en aquellos originales escritos en francs.
En una escala de evidencia, de toute vidence y a todas luces estn
en el plano ms elevado, lvidence, videmment y bien videmment esta-
ran en un nivel inferior. lvidence es utilizada preferentemente en una
posicin inicial frente a las otras, que encontramos frecuentemente por la
posicin media de la oracin. Los numerosos equivalentes en el plano dis-
cursivo difcilmente podemos situarlos en una escala de evidencia sin un
estudio ms profundo. No obstante, bien videmment describe un espacio de
evidencia que se aproxima al de por supuesto ms que evidentemente. Ello
es debido a ese valor intensificador que en francs se expresa a travs del
modifieur dintensit y que en castellano es intrnseco a la propia part-
cula. El autor y el traductor al utilizar bien videmment o por supuesto hacen
mencin a un mundo de creencias que compartiran el autor y el lector.
Finalmente, afirmamos que la evidencia es un elemento importante en la
construccin de los textos sociolgicos. Muestra de ello es que slo hemos
encontrado una omisin de las partculas de nuestro estudio en los T.M.,
correspondiente a videmment.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1640 Jos Prez Canales
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Un antiguo espacio: la evidencia 1641
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
DEIXIS ESPACIAL Y LOCALIZACIN
EN EL DISCURSO PUBLICITARIO TURSTICO
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1644 Mara Luisa Pieiro Maceiras
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deixis espacial y localizacin en el discurso publicitario 1645
FIGURA 1
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1646 Mara Luisa Pieiro Maceiras
que sirve para situar dentro del espacio de /Andalousie/ a otros localizadores
geogrficos y espaciales como:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Deixis espacial y localizacin en el discurso publicitario 1647
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1648 Mara Luisa Pieiro Maceiras
FIGURA 2
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Deixis espacial y localizacin en el discurso publicitario 1649
espacio-Sevilla-tiempo-printemps-soleil
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1650 Mara Luisa Pieiro Maceiras
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Deixis espacial y localizacin en el discurso publicitario 1651
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1652 Mara Luisa Pieiro Maceiras
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
CONSTRUCCIN DE UN ESPACIO
TEXTUAL: LOS CONECTORES
DE REFORMULACIN PARAFRSTICA
INTRODUCCIN
Nuestro objetivo en este trabajo es ver de qu forma soluciona la lengua los
problemas que se le plantean en orden a una mejor comprensin discursiva
bien sea en la lengua hablada como en un texto escrito. Llegado el caso, el
locutor, susceptible de los problemas que plantea o cree plantear su discurso
en orden a las posibles interferencias, recurre a la parfrasis, que le permite
reformular los fragmentos ms oscuros.
El recurso de la reformulacin no se produce de una manera uniforme.
No hay ms que seguir un programa de radio o de televisin para darnos
cuenta de que el locutor piensa con cierta frecuencia que su discurso puede
no ser recibido en toda su extensin por el/los oyentes, lo que le lleva muy
a menudo a parafrasearse.
En el discurso escrito observamos que son los textos de divulgacin
(principalmente cientfica) los que ms recurren a la reformulacin y que en
estos casos se busca solucionar problemas semnticos y conceptuales. Este
es el tipo de textos que vamos a estudiar buscando qu marcadores esta-
blecen en cada caso el proceso de reformulacin y qu huellas dejan en la
organizacin discursiva.
La marca de interaccin entre locutores est implcita en este tipo de dis-
cursos y es el locutor quien tiene que predecir en qu momento de ste se
producen interferencias o problemas de comunicacin y suplir la coopera-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1654 M. Jess Sal Galn
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1655
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1656 M. Jess Sal Galn
Chacun de ces deux cas est caractris par une sorte de tension. Quand il y
a quivalence smantique minimale, une tension se manifeste entre le
manque dquivalence et lidentit qui est tablie par la prdication ra-
lise laide du MRP: le locuteur tablit la relation paraphrastique len-
contre des donnes smantiques. Dans le cas dquivalence maximale, par
contre, nous observons une tension entre cette quivalence et la progression
conversationnelle qui implique un changement de sens: [...] Il se produira
donc toujours [...] une augmentation de sens2.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1657
4 Ibid., p. 111.
5 Op. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1658 M. Jess Sal Galn
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1659
8 Ibid., p. 23.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1660 M. Jess Sal Galn
9 AA. VV., Les robots coupent le cordon, in Sciences et Avenir, noviembre 2002,
p. 38.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1661
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1662 M. Jess Sal Galn
8.Il y a tout de mme des crivains criminels, qui crivent des livres cri-
minels? [EF] Par exemple? [MRP] Cline [ER] [EF]... Enfin, [MRP] le
Cline des pamphlets [ER]13.
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Construccin de un espacio textual: los conectores 1663
Seleccin de marcadores
Respecto a su posicin
El uso de los diferentes marcadores viene en cierto modo determinado por
la situacin en que se encuentran respecto al [EF] y al [ER]. Los que remiten
al proceso comunicativo (primer grupo), los ms propios de la reformulacin
parafrstica unen dos enunciados en posicin intermedia. Aadimos un
nuevo ejemplo con un conector que an no habamos verificado:
Entre los conectores del segundo grupo hay un campo nocional (vouloir)
cuyos marcadores siempre aparecen en posicin final, mientras que si lon
prfre aparece en posicin intermedia o final:
14 Ibid., p. 13.
15 Ibid., p. 196.
16 Ibid., p. 75.
17 Ibid., p. 65.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1664 M. Jess Sal Galn
14.Les historiens des sciences, quand ils essaient de dater les grandes
rvolutions scientifiques cest--dire, pour parler clair, le moment o lon
passe dun tat de la science un tat suivant et qui ne lui ressemble plus
disent [...]. Eh bien voil. Cest cela qui nous arrive. Cest une sorte de
rvolution de cette nature que les intellectuels sont confronts19.
18 Ibid., p. 72.
19 Ibid., pp. 72-73.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1665
15.On avait parl politique, pour une fois. Et littrature. On avait parl du
reste aussi, bien sr. Cest--dire de la vie, des femmes, de ses marques de
cigares et de chapeaux [...]20.
y es que los marcadores del grupo 1 y en dautres termes y voire del grupo
3 (pgina 2) son indispensables cuando la relacin parafrstica es mnima,
20 Ibid., p. 52.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1666 M. Jess Sal Galn
mientras que el resto del grupo 2 y los del grupo 3 no se emplean en esta
situacin por no ser tan explcitamente parafrsticos.
Tipos de parfrasis
Hasta ahora nos hemos referido a la mayor o menor equivalencia semntica
entre enunciados, ahora contemplamos un tipo nuevo de relacin en cuanto
que nos interesamos por la mayor o menor complejidad del ER respecto al
EF. As pues podemos encontrar:
el EF suer avec lui tiene un ER nous tions prts. tout-sauf sacrifier lau-
tonomie, lindpendance de la littrature; sauf accepter quune des deux
histoires soit mise la remorque de lautre cuya relacin est introducida
por un conector no muy usual: manire de dire, que desarrolla un ER de
mayor riqueza significativa.
En el ejemplo (1) distance intellectuelle queda desarrollado en lcart
entre les vocabulaires employs dans diffrents textes dont on cherche
dterminer les auteurs.
En cualquier caso, la mayora de las parfrasis pertenecen a este grupo,
pues el objeto de la reformulacin es precisamente el de completar o ampliar
el enunciado fuente.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1667
19.(Explicando las razones por las que Drieu La Rochelle no se hizo leni-
nista o estalinista).
La seconde: du point de vue des buts cette fois et des moyens dy par-
venir, du point de vue de la stratgie concrte quun intellectuel responsable
doit essayer de mettre en place, le fascisme est un progrs, un chemin vers
le communisme: Drieu reste communiste, autrement dit 24.
En este caso la reformulacin es la concrecin de varios elementos dis-
persos en el enunciado fuente como: le fascisme comme progrs ou chemin;
todo ello se reformula en: Drieu reste communiste.
No es fcil encontrar parfrasis reductoras, al menos no hemos encon-
trado la ms tpica que sera la de reducir una explicacin a una palabra.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1668 M. Jess Sal Galn
lo que nos lleva a pensar que este marcador prepara al interlocutor a una
expansin en cuanto a los contenidos semnticos del enunciado fuente.
Sin embargo nos parece que dada la condicin expuesta al comienzo de
este trabajo respecto al anuncio por parte de este marcador de la formulacin
de una parfrasis (en el caso de tener una equivalencia lejana), no debe de
extraar encontrarlo cuando los segmentos de la parfrasis ofrecen varia-
cin.
Pertenecen a esta misma categora, es decir marcadores que introducen
una ampliacin: vous savez, enfin, si vous voulez, que dis-je, eh bien y bon.
Nos guiamos por lo que aparece en nuestro corpus, lo que no quiere decir
que en otro tipo de documentos, alguno de estos marcadores aparezca con
otro valor.
En cuanto a los marcadores de la segunda categora, (reduccin), nos
aparecen: voire, donc, enfin, autant dire y autrement dit. Tan slo voire y
autant dire aparecen nicamente en este tipo de reformulacin. Donc se pre-
senta en cualquier circunstancia y cest--dire al igual que autrement dit se
encuentran generalmente, iniciando una expansin.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1669
parce quil voulait tre avec nous. Pour montrer quil participait [...]. On
savait trs bien que Malraux ntait pas l pour nous commander et puis
rester dans son bureau. Donc, vrai courage physique29.
29 Ibid., p. 201.
30 Ibid., p. 45.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1670 M. Jess Sal Galn
-dire, est-ce dire, on peut dire, bon, mieux, en effet, eh bien, en fait, eh
bien voil, donc.
CONCLUSIN
El estudio de los marcadores de reformulacin parafrstica, sirve en un
primer estadio para establecer la especificidad, dentro de los marca-
dores de reformulacin de aquellos que son exclusivamente parafrs-
ticos.
En un segundo estadio nos interesa resaltar el carcter interactivo de la
reformulacin: se reformula para hacerse entender por otro.
Tambin interesa establecer cmo determinados marcadores se prestan
ms al uso en determinadas circunstancias; a este respecto conviene sealar
que la principal dependencia se establece respecto a la distancia fsica y
semntica de los enunciados relacionados, cumpliendo inexorablemente la
regla de a mayor distancia ms necesario es un marcador especfico (gene-
ralmente perteneciente al concepto semntico del decir). No es tan clara la
dependencia del marcador respecto a otros aspectos como la extensin por
ejemplo.
En cualquier caso, establecido el axioma de que es la voluntad del
locutor (en su caso interlocutor) el que establece la reformulacin, sirvin-
dose de los MRP ms adecuados, para evitar interferencias, es raro encon-
trar marcadores fuera de lo establecido en cada circunstancia pues se
inhabilitara la misin para la que se estn empleando. De esta aseveracin
queda excluida la riqueza expresiva propia del dilogo vis a vis, capaz de
improvisar gestos y expresiones que sugieran que se est creando una dis-
tancia no deseada entre el locutor y su interlocutor.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Construccin de un espacio textual: los conectores 1671
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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phrastique, in Cahiers de Linguistique Franaise, n 5, 1983, pp. 305-
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LVY, B.-H., Les aventures de la libert, Paris, Bernard Grasset, 1991.
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Cahiers de Linguistique Franaise, n 8, 1987, pp.111-140.
Sciences et Avenir, noviembre 2002.
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Salamanca, Biblioteca Filolgica, Colegio de Espaa, 1995.
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9. LA TRADUCCIN DEL ESPACIO
LA TRADUCTION DE LESPACE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
EL ESPACIO AUTOBIOGRFICO
EN TRADUCCIN LITERARIA
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1676 Natalia Arregui Barragn
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1677
Entre todas las claves que nos introducen en una obra, las informaciones
sobre el autor, su vida, su personalidad, etc., ofrecen una orientacin a la
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1678 Natalia Arregui Barragn
En las obras literarias suele haber una dosis de autobiografa que nos
permite apreciar cmo el autor pone en boca de sus personajes todos aque-
llos problemas que le preocupan, todas esas vivencias propias o de personas
de su entorno.
Jacques Bens en lArrache-coeur dice:
Tout crivain refait le monde, soit parce quil est impuissant restituer par-
faitement une ralit dont la structure complexe chappe la parole, soit
parce quil a envie de librer ses dmons familiers10.
Prueba de ello pueden ser algunas obras de Boris Vian como LArrache-
coeur11, en la que encontramos una madre extremadamente protectora que
llega hasta el extremo de encerrar a sus hijos en jaulas para que no les pase
nada. La madre de Boris Vian era tambin muy protectora debido a la enfer-
medad de Vian. En Lcume des jours12 la protagonista muere, ya que le sale
un nenfar en el interior de la caja torcica, lo que nos recuerda la enfer-
medad cardiaca del autor. En ambas obras se trata mucho el tema de la
muerte, de la violencia gratuita, de la crueldad, debido a la experiencia del
autor que conoci de cerca ambas guerras mundiales.
Segn Carmen Martnez Romero: Son abundantes las manifestaciones
de escritores que sealan que, cuando han logrado proyectar en sus perso-
najes determinados sentimientos obsesivos o relacionados con la culpa, la
insatisfaccin o el deseo, el proceso de proyeccin los ha liberado de dichos
sentimientos13.
Freud en su momento tambin opin que el artista experimenta en la
creacin la encarnacin de sus fantasas. Y quizs estas fantasas, estos sen-
timientos afloren en la piel del traductor tras la lectura y quiera transmitr-
selas a su lector, puesto que si un traductor, en condiciones ptimas y
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1679
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1680 Natalia Arregui Barragn
Literatura decir que una poesa puede considerarse un texto bello y gustar
tanto a determinado lector como una novela de terror a otro.
El placer que sentimos al leer un texto nos induce a reproducirlo, para
permitir de este modo que otras personas tambin lo sientan. Nos sentimos
completamente atrados por la obra, motivados, entusiasmados y esto hace
que sintamos la necesidad de traducirla, puesto que el concepto de atraccin
precede al momento de la realizacin de la traduccin. El estmulo antecede
a la obra. Una obra atrae-estimula por su belleza y por las influencias
sociales y culturales, por el asunto y el tema, por todo aquello que se entre-
cruza en la palpitacin creadora17. El traductor recibe muchos estmulos del
exterior que le hacen adoptar, elegir, decidir, qu obra desea traducir. Segn
Alfonso Reyes18 existen varios tipos de estmulos: literario, verbal, visual,
auditivo, olfativo, palatal, tctil, de tipo ambulatorio, de tipo onrico, la
memoria involuntaria, la sinestesia, los estmulos fsicos, los de tipo emo-
cional, los estmulos voluntarios, etc.
Louis Jolicoeur expresa la atraccin en estos trminos: Le lecteur-tra-
ducteur doit tre sduit par le texte traduire tel un voyageur attir par
quelque lointaine sirne19.
Por lo tanto, si nuestra pretensin, a veces desmesurada, es traducir un
texto literario, resulta obvio que debemos comprenderlo en profundidad, es
decir, captar las alusiones, las distintas connotaciones, la variedad de expre-
siones o de temas en l yacentes, y para tal menester conocer al autor es fun-
damental. Por conocer entenderemos saber, comprender, advertir y percibir
todo lo que de la vida del escritor pueda ser til para la traduccin: el con-
texto socio-poltico-cultural en el que est inmerso, su mentalidad, sus pre-
ocupaciones su estilo, las distintas influencias que sufre, su visin de la
realidad del pas, de los problemas sociales que lo rodean, conocer no es ni-
camente tratar con l, intimar con l, aunque, en su justa medida, puede ser
una gran baza para el traductor en un momento de aprieto.
Como acabamos de ver, un autor es el reflejo de una cultura, de una civi-
lizacin, de una poca, de una lengua. Por esta razn nunca debemos olvidar
que traducimos una obra pero tambin traducimos a su autor, con todo lo que
esto implica. Conocer bien al autor nos permite llegar a distinguir sus ambi-
gedades y sus distintos juegos en cualquier contexto, nos permite deter-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1681
Le texte littraire est [...] un texte dauteur, il baigne en plein dans la sub-
jectivit et est le rsultat de lapproche dune part artistique, de lautre
psycho-physiologique dun monde qui nous apparat prcisment travers
les lunettes dun individu. Ce monde particulier du texte littraire a une
couleur, une ambiance, un ton, un style: [...] et la griffe des matres se
retrouve jusque dans les moindres dtails. Cette griffe, cette signature
impregne la syntaxe, le rythme, le choix des mots, mais elle flotte aussi
entre les lignes; elle est pour ainsi dire lme insaisissable du texte, qui se
trouve la fois partout et nulle part chaque page20.
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1682 Natalia Arregui Barragn
conocer toda su obra, hacer un estudio de ella para conseguir una buena tra-
duccin literaria, ya que podemos encontrar en otras obras soluciones a pro-
blemas de comprensin y de posterior traduccin, podemos estudiar la
estilstica del autor y los temas que predominan en sus obras.
Julio Calonge nos dice a este respecto: La larga convivencia del tra-
ductor [...] con las otras obras del autor ha creado en l un estado de sim-
biosis que le facilita la solucin de una buena parte de los muchos y difciles
problemas que continuamente presenta la operacin de traducir22.
El traductor debe sentirse identificado con la obra, inmerso en ella, en la
naturaleza del autor, en el mundo que l nos narra, para poder as reproducir
con espontaneidad, coherencia y de forma natural el texto que tiene entre
manos. De esta forma, ser un autor de su obra, un segundo autor que inter-
preta un papel de mediador en la cadena de comunicacin. Slo l sabe el
esfuerzo y los escollos a los que se ha tenido que enfrentar para crear su
obra. Da vida a un texto de una cultura distinta cuando lo traduce y hace que
sus contemporneos puedan acceder a otra poca, a otra civilizacin, a otra
Literatura, a otra lengua, ampla las fronteras tanto de sus lectores como las
suyas propias, difunde las ideas por el mundo. Sin embargo esto no quiere
decir que el traductor pueda hacer lo que quiera, que todo le est permitido,
que su libertad no tenga lmites: En effet, lide premire de loeuvre ne lui
appartient pas et, sil se doit dtre cratif et audacieux, il lui faut galement
avoir suffisamment dhumilit pour ne pas agir en dmiurge et couvrir de sa
propre voix la parole de lautre23.
Por lo tanto, en la traduccin se tiene que reconocer al autor del original,
para que nunca dos textos de dos autores distintos traducidos por la misma
persona puedan parecerse. El traductor debe hablar como su autor, debe
reproducir las caractersticas que lo definen: recoger su estilo, sus tics, su
sensibilidad, sus temas, su humor, su irona, su vocabulario, sus hbitos lin-
gsticos, su estilo, puesto que de lo contrario no estar traducindolo. Como
dice Hubert Nyssen: Cest tout autant trahir lauteur que de lui transcrire un
texte lisse et poliss en vertu don ne sait quel principe de bonnes moeurs
littraires (du reste variable dans le temps lui aussi) quand le sien est plein
dpines et dasprits (par rapport sa propre langue)24.
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1683
Les contacts suivis, lintimit, voir lamiti avec lauteur, aspiration lgi-
time de la part dun traducteur sduit par une oeuvre, mais dont la matria-
lisation est, avouons-le, souvent dcevante, cela risque mme de filtrer
considrablement le message que le traducteur a mission de manifester. Il y
a lieu dinsister: lauteur que lon suggre ici de traduire autant que le texte
na gure voir avec la personne mme de lauteur. Ce qui intresse le tra-
ducteur, cest lcrivain en tant que crateur dun texte, non lindividu dont
la personnalit et le discours peuvent tout fait contredire loeuvre, et voire
inspirer au traducteur du respect, de ladmiration ou tout autre sentiment
qui risque de fausser linterprtation que celui-ci doit faire du texte25.
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1684 Natalia Arregui Barragn
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1685
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1686 Natalia Arregui Barragn
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1687
les deux, en mecs. Le rodage, cest pas un truc de bonne femme (B.G.,
p. 124), Trop facile je me dis, trop facile. O sont les femmes? Les vraies,
celles qui rsistent, se refusent et font bander les hommes? (G.T., p. 55).
El sentido del humor es un compaero de viaje en la vida de Philippe
Adler; emplea varias tcnicas para hacernos sonrer, incluso rer. Una de las
ms socorridas es poner a sus personajes en situaciones realmente ridculas:
Mon pre est majeur et vaccin. Je ne suis jamais morte de faim. Ni de
froid. Son pognon, il a le droit den faire ce quil veut. Mais quand mme,
trop cest trop. Bte ce point, on ne fabrique plus (C.A., p. 132).
El autor se muestra muy cuco y presenta personajes que tambin lo son;
hacen lo que sea para, por ejemplo, no pagar las cuentas en los restaurantes.
En Graine de tendresse los protagonistas usan una rata domesticada para no
pagar la cuenta en el hotel en el que se han alojado, diciendo que les haba
aparecido ese bicho. En Cest peut-tre a lamour encuentran un gusano
enorme en una ensalada. Pretenden no pagar la cuenta en el restaurante car-
simo en el que han cenado opparamente.
El divorcio es un tema que parece preocupar mucho al autor. De hecho,
en todas sus novelas hay parejas separadas, parejas que tienen muchos pro-
blemas, que estn divorciadas. Es el caso de Alexandre y Dominique en
(B.G.), Alexandre e Isabelle en (C.A.), Victoire y Albert en (A.F.), David y
Laura en (G.T.), Julien y Lucille en (Q.T.), Ferdinand y Viviane en (M.),
Aristide y Marianne en (D.C.).
Philippe Adler es un padre que se interesa por hablar con sus hijos, por
conocer sus problemas, sus gustos, sus sentimientos, lo que es importante
para ellos... como lo demuestra en sus novelas. En Bonjour la galre y en
Cest peut-tre a lamour son dos nios los que nos dejan conocer sus
vidas, a sus familias, sus problemas de adolescentes, sus sentimientos hacia
el divorcio de sus padres, sus primeras relaciones sexuales, sus relaciones
padres-hijos.
Philippe Adler vivi en su propia piel la angustia, la desgracia del
parado. En el intervalo de quince das haba dejado de trabajar en lExpress
y lo haban echado de RTL; as, cuando escribi su primera novela, no tena
intencin de publicarla, lo nico que quera era demostrarse, segn sus pro-
pias palabras, que an tena algo en la cabeza. Por esta razn, recuerda los
aos sesenta como la poca ms feliz, en la que todo el mundo tena trabajo,
hacan fiestas, salan, podan gastarse el dinero en el Slect, en
Montparnasse, y esto lo refleja en sus obras: Le Christ reviendrait ce
moment, il naurait plus du boulot, lui non plus. Juste, signaler le vol de sa
croix au commissariat le plus proche et venir pointer lAnpe, itou (B.G.,
p. 139).
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1688 Natalia Arregui Barragn
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1689
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1690 Natalia Arregui Barragn
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El espacio autobiogrfico en la traduccin literaria 1691
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
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EL ESPACIO SOCIAL DE LA MUJER
EN LA LITERATURA TROVADORESCA
Y SU TRADUCCIN
INTRODUCCIN
La divisin del espacio, o la denominacin del espacio, no coincide a la hora
de manifestarse con las situaciones personales, sociales o interpersonales, en
el rico mundo de una sociedad medieval que se transcribe perfectamente en
los diferentes gneros tratados por los trovadores y donde la mujer es la pro-
tagonista.
La mujer marca un hito, en la literatura provenzal, porque es el perso-
naje principal de todos los gneros creados por los trovadores, por tanto el
espacio en el que desarrolla su actividad tendr la misma importancia que
tenga la protagonista, convirtiendo el marco del castillo, o la mansin
paterna, o marital, o el jardn, ese espacio abierto, pero a la vez cerrado, en
uno de los elementos ms importantes del desarrollo de la obra.
La traduccin que se hace de estos textos es casi siempre literal, abando-
nando, en no pocas ocasiones, la dimensin cultural que la envuelve, porque
la poca en que se desarrolla queda demasiado lejana del hecho traductol-
gico.
EL ESPACIO
Preciso es empezar diciendo cul es el espacio, o qu es espacio, en general,
y aqu.
En el sentido filosfico, espacio es el vaco, por decirlo as, que los
cuerpos llenan y por el cual se mueven; pero no slo vamos a tener en cuenta
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1694 M. Pilar Blanco Garca
1 No comete pecado mortal la dama que ama a leal caballero; pero yerra si ama a
monje o a clrigo. La tal, con justicia debera ser quemada con un tizn. Traduccin de
RIQUER, M. de, Los trovadores, Planeta, 3 vol., 1975.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio social de la mujer en la literatura trovadoresca 1695
trais li cor del cors; e fez lo portar a un escudier a son alberc; e fez lo raustir
e far peurada, e fes lo dar a la muiller. E quant la domna lac manjat lo cor
dEn Guillem de Capestaing, En Raimon li dis o que el fo. Et ella, quant o
auzi, perdet lo vezer e laauzir. E quant ela revenc, si dis: Seingner, ben
mavez dat si bon manjar que ja mais non manjarai dautre... et ella sen
anet akl balcon e se laisset caizer jos, e fo morta2.
2 ... Y le sac el corazn del cuerpo; e hizo que un escudero lo llevara a su casa; y
lo mand cocinar y sazonar con pimienta y se lo dio de comer a la mujer. Y cuando la dama
hubo comido el corazn de Guillem de Capestaing, Raimon le dijo lo que era. Y ella, en
cuanto lo oy se desvaneci. Y cuando volvi en s le dijo: Seor me habis dado tan buen
manjar, que nunca jams comer otro... y se fue hacia el balcn, se arroj por l y se mat.
Ibid.
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1696 M. Pilar Blanco Garca
No sabemos si esto fue cierto o no, la leyenda del corazn comido cir-
cula por Europa desde el siglo XII. Su origen, segn algunos estudiosos,
puede que se remonte al lejano Oriente, pero el espacio imaginativo nos lo
presenta, tambin, en el espacio terreno del sur de la Galia donde se escribe
en lengua de Oc.
La mujer, como hemos dicho anteriormente, marca un hito en la litera-
tura provenzal al ser la protagonista de todos los gneros creados por los tro-
vadores, y desarrollar su actividad en el espacio sealado por el entorno del
castillo o la mansin paterna o marital.
Una de las razones por las que el espacio de la mujer es limitado, se
debe a que en la mujer provenzal no hay itinerancia, a no ser en los versos
del trovador, por ello, su espacio es tan reducido y, con frecuencia, es casi
inexistente. Si tuviramos que comparar el espacio masculino y el femenino,
nos daramos cuenta que, aunque a veces sea compartido en el plano de la
relacin interpersonal, no tiene nada que ver. El hombre es itinerante por
naturaleza, si no camina hacia la guerra, va en direccin a la caza, con dos
actitudes bien diferenciadas: ldica una y obligatoria la otra; su itinerancia
es externa, por el contrario, la mujer es un itinerante hacia dentro.
El espacio amoroso de la mujer, adems de estar limitado en lo terreno,
como hemos puesto de manifiesto, lo estar, tambin, en el plano lingstico
sobre todo por dos palabras: amistat y amor que tienen un doble sentido.
Si las situamos en el espacio domstico, nos daremos cuenta que al ser
el hombre apartado de su madre y de sus hermanas de manera brutal
porque es, exactamente, arrancado de las faldas maternas a la temprana edad
de siete aos para situarlo en un espacio masculino, el nio-hombre, per-
dido, buscar en la amistad de las mujeres, que se encuentran a su alrededor,
la comprensin que a veces les niega un mundo masculino que an desco-
nocen y en el que se les ha introducido por la fuerza. Forzarn, tambin, la
tendencia sexual de esos nios creando un gran nmero de homosexuales en
el que la palabra amistad, que no amor, estar muy presente.
Entre ellos se encuentra Ricardo Corazn de Len, sin ninguna duda,
influenciado por el entorno materno y cuya tendencia sexual es puesta de
manifiesto en varios escritos. Se dice que cuando cae prisionero en la
Tercera Cruzada que emprende junto a Federico Barbarroja y Felipe
Augusto y es cogido como prisionero por Leopoldo de Austria, el nico que
puede encontrarle, sin levantar sospechas, es su amigo, Blondel de Nesle,
porque slo l conoce la composicin que los dos, trovador y rey, haban rea-
lizado antes de la partida de este ltimo; y as fue como, cantando de corte
en corte europea, Ricardo contesta a la cancin de su amigo detrs de las
rejas de su prisin austriaca, donde se encontraba, y pudo ser liberado.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio social de la mujer en la literatura trovadoresca 1697
3 Con el tiempo que hace refrescar el mundo y reverdecer los prados, quiero
empezar un nuevo canto sobre un amor que amo y deseo. Ibid., p. 226.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1698 M. Pilar Blanco Garca
4 y nadie puede decir mal de ella: tan perfecta es y acrisolada. Ibid., p. 227.
5 Hermana, dijo Agns a Ermessn, hemos hallado lo que vamos buscando.
Hermana, por el amor de Dios, albergumoslo, que es completamente mudo, y nuestro pro-
psito nunca ser divulgado por l. Ibid., p. 136.
6 y me llev a su cmara, junto al hogar. Ibid., loc. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio social de la mujer en la literatura trovadoresca 1699
desarrollada est fuera de la moralidad y por tanto tiene que ser secreta. Es
lo que llamaramos sin ninguna duda el fals amor.
Otro trovador, Bernart Marti, compone Bel mes lai latz la fontana y en
la primera cobla nos describe el espacio en el que tiene lugar el encuentro de
la dama y los caballeros:
Este espacio abierto no lo es tanto, como a simple vista parece, pues est
cercado por la proximidad de la familia, est en un crculo familiar, que el
caballero no ve. Por ello, cuando despus de una larga conversacin en la
que la pastora le dice que no quiere convertirse en una ramera, el caballero
le promete un espacio cerrado para que no se conozca, pues lo que no se
conoce no existe:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1700 M. Pilar Blanco Garca
9 Moza, toda criatura vuelve a su naturaleza. Vos y yo villana, debemos aparejar una
pareja, de escondidas, lejos de los pastos, donde estaris ms segura para hacer la cosa ms
dulce. Ibid., p. 183.
10 Pues bastante mejor satisfago mis deseos, cuando la tengo desnuda bajo cortina
bordada. Ibid., p. 250.
11 La dama es bellaca con su amante cuando alimenta con su amor a tres hombres:
tres ya estn fuera de la ley. Pero le concedo, adems de su marido, un amigo corts apre-
ciado. Y si va buscando ms, es deshonrada y ramera probada. Ibid.
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El espacio social de la mujer en la literatura trovadoresca 1701
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1702 M. Pilar Blanco Garca
La traduccin
El segundo apartado de nuestra comunicacin es el referido a la traduccin.
As que atenindonos a las definiciones que se dan de la traduccin, del por
qu y cmo se traduce, tendramos que hacer una serie de reflexiones sobre
esta clase de textos.
Partimos de una materia, la lengua y la literatura provenzales, que es
muy especializada y que no a todos interesa, como podra ser el caso de una
novela o de un libro divulgativo. Tambin tendremos que tener en cuenta que
quienes manipulan esta clase de textos, son, por lo general, profesores uni-
versitarios y que lo hacen en una doble direccin:
hacia la investigacin;
hacia la docencia.
Y cabra, tambin, la posibilidad de hacerse una pregunta es necesaria
la traduccin?
Desde luego, la respuesta es afirmativa. El profesor necesita hacer una
traduccin didctica, por un lado, y divulgativa por el otro. Por lo tanto
tenemos que ir definiendo qu entendemos por traduccin didctica y divul-
gativa.
Desde el punto de vista traductolgico se entiende por traduccin didc-
tica la realizada palabra por palabra y lo ms cercana al texto para que las
personas implicadas puedan seguir y comprender dicho texto.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio social de la mujer en la literatura trovadoresca 1703
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1704 M. Pilar Blanco Garca
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El espacio social de la mujer en la literatura trovadoresca 1705
tiempos. Autor del amor lejano, su espacio vital y su espacio literario se con-
funden.
Los cuatro versos que ponemos a continuacin ponen de manifiesto las
diferentes maneras de acercarnos al mundo de este escritor a travs de la tra-
duccin:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1706 M. Pilar Blanco Garca
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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RIQUER, M. de, Los trovadores, Planeta, 3 vol., 1975.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE DANS LA PHRASOLOGIE:
ANALYSE CONTRASTIVE FRANAIS-ESPAGNOL
INTRODUCTION
Les expressions figes (ou prfabriques ou lies selon les terminologies)
apparaissent frquemment dans les productions crites ou orales et elles sont
extrmement frquentes par rapport aux phrases libres. Mais lanalyse
contrastive franais-espagnol de ce type de constructions reste encore faire
de faon systmatique. Cest pourquoi cette tude dune partie de cette phra-
sologie prtend tre notre modeste contribution dans ce domaine si vaste et
si difficile apprhender. Dans cet article, nous prsentons une analyse dex-
pressions mtaphoriques spatiales, cest--dire dexpressions dorigine spa-
tiale (contenant des lments spatiaux dans la construction libre) ou bien
sappliquant un mouvement ou un dplacement; nous en avons recens
plus de 900, la moiti environ, franaises, lautre moiti, espagnoles, que
nous avons traduites dans lautre langue.
En premier lieu, nous analysons la composition des expressions de notre
corpus. Aprs les avoir classes, nous en faisons une description compare
quantitative du point de vue lexical et syntaxique.
En deuxime lieu, nous comparons le smantisme des expressions spa-
tiales et les difficults de traduction quengendrent les mtaphores choisies
dans chaque langue pour exprimer la mme ide.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1708 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1709
Un lieu tel quil apparat travers le langage est une portion de lespace
matriel dans lequel nous nous situons et nous voluons. Il correspond un
fragment matriellement born ou pas, dun espace rel que nous percevons
ou que nous pouvons nous reprsenter mentalement. Il ne sagit pas de ce
que lon appelle lespace gomtrique mais dun espace le plus souvent
matrialis par des entits, de nature solide, liquide ou atmosphrique, dans
le cadre de rfrence que nous fournit notre monde terrestre.
Dans son acception la plus courante, un lieu est une entit matrielle
fixe possdant des traits suffisamment dfinis pour quon puisse le rattacher
une catgorie3.
Les noms qui sappliquent ces lieux ainsi dfinis sont, dans les locu-
tions verbales spatiales, aussi bien des noms propres que des noms com-
muns.
Les toponymes franais sont des noms de rgions ou de villes aller
Pampelune, de pays faire des chteaux en Espagne, de rivires franchir
le Rubicon et de noms de rue faire la rue Michel, les plus frquents tant
les noms de villes, comme en espagnol dailleurs (o nous trouvons en plus
des noms de rivires et de pays).
Les noms communs de lieu de notre corpus reprsentent des lieux terres-
tres, gographiques ou de lespace extra-terrestre. Du tableau suivant, il res-
sort quil existe une grande concidence dans les deux langues, mais, bien
que ces noms soient presque les mmes, cela ne signifie pas que lquivalent
de traduction de lexpression contienne lquivalent du nom de lieu. Les cas
de convergence dans la traduction reprsentent une minorit.
3 Ibid., p. 2.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1710 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
FRANAIS ESPAGNOL
nature 14 noms foss 20 noms charco
champ terreno
chemin costa
mer campo
dsert mar
sable camino
montagne desierto
constructions 20 noms pont 15 noms pajar
faites par puits monte
lhomme four casa
tour altar
moulin puente
espaces 3 noms arbre branche 7 noms higuera via
occups racine rama iceberg
par un objet races
olivo
via
hyperonymes 11 noms coin 5 noms mundo
pays sitio
monde lugar
place hueco
lieu vaco
trou
sortie
espace
espace 9 noms soleil l7 noms luna
extraterrestre toile nord sol
nuage estrella
horizon norte
atmosphre cielo
ombre sombra
ciel nube
les lments 4 noms eau terre 4 noms agua tierra
air feu aire fuego
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Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1711
Les verbes
Les verbes de lieu reprsentent une partie trs importante des verbes dune
langue. En franais par exemple, Boons4 en a recens 1553. Une soixantaine
dentre eux seulement figurent dans les expressions mtaphoriques de notre
corpus mais les deux tiers du corpus comportent un verbe de lieu aussi bien
en franais quen espagnol. Cependant, il faut distinguer trois types de
verbes de lieu selon le type de relations envisages entre le site et la cible,
qui peuvent tre statiques ou dynamiques.
Les relations statiques ou de localisation sont assures essentiellement
par un verbe statique (tre / estar par exemple) et une prposition de lieu.
Les relations dynamiques qui rendent compte du fait spatio-temporel
que reprsente le dplacement dun objet considr comme la cible par rap-
port un repre jouant le rle de site, celui-ci restant fixe ou pouvant lui-
mme se dplacer5 sont assures par des verbes de mouvement (courir, se
promener...) ou de dplacement (entrer, passer, aller), le dplace-
ment figurant un changement de lieu alors que le mouvement figure plutt
un changement de position ou dtat6.
Dans les expressions franaises, les verbes les plus frquents sont aller,
mettre et se mettre pour les verbes de dplacement, tre pour les verbes
de localisation et parmi les verbes de mouvement il ny en a pas qui soit plus
utilis que dautres. Dans les expressions espagnoles, estar est le verbe
statique le plus employ; echar, suivi de meter + poner (qui quivalent
mettre en franais) et ir le sont parmi les verbes de dplacement7.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1712 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
Pour ce qui est des autres verbes (verbes non locatifs) employs dans les
expressions, il y en une plus grande varit en franais quen espagnol (59
face 40). On en retrouve dailleurs quelques uns dans les deux langues
mais ils ne sont pas quivalents dans la traduction de lexpression en ques-
tion: ouvrir / abrir, vivre / vivir, dormir / dormir, dire / decir, demander /
pedir, regarder / mirar, avoir / haber, prendre / coger, natre / nacer, prcher
/ predicar, parler / hablar8. Le mme verbe hacer / faire est le plus pro-
ductif dans les deux langues.
Les prpositions
60% des expressions franaises et espagnoles contiennent des prpositions
de lieu. Dans les autres complments prpositionnels, napparaissent que
trois prpositions, les mmes dans les deux langues: avec, sans, comme /
con, sin, como et dans trs peu dexpressions.
Les prpositions simples statiques sont les plus frquentes. Dans les
expressions spatiales, nous trouvons , dans, sur, chez, en, devant, derrire,
sous, entre, contre en franais et en, a, sobre, bajo, entre en espagnol
Borillo qui les appelle prpositions statiques et contextuellement dynami-
ques explique cette plus grande frquence demploi de cette manire:
dans le corpus espagnol (12) agarrar, bailar, barrer, borrar, bullir, pasear, rascarse,
levantar, plantar, tender, tragar, enterrarse.
Liste des verbes statiques:
dans le corpus franais: (8) attendre, tre, habiter, laisser, loger, rester, saccro-
cher, senfermer.
dans le corpus espagnol (5) dejar, estar, permanecer, quedar, ser.
8 La liste complte des verbes non locatifs dans les expressions sont:
pour le franais: avoir, btir, casser, chercher, clouer, connatre, couper, cracher,
crier, dbarrasser, demander dire, donner, dormir, clairer, lire, venter, faire, foutre, fumer,
gagner, garder, gter, jouer, lire, mourir, manquer, nettoyer, occuper, parler, pcher, perdre,
piquer, pisser, pleurer, prcher, prendre, promettre, regarder, se cogner, se conduire, se croire,
se prendre, se payer, se rincer, se taper, semer, sentir, tailler, tter, tenir, tirer, tracer, traiter,
travailler, trouver, vivre, yoyoter.
pour lespagnol: abrir, ahogarse, batir, besar, buscar, cambiar, campar, clamar,
coger, comulgar, creer, chupar, dar, decir, despedirse, dormir, edificar, escribir, guardarse,
haber, hablar, hacer, herrar, jugar, ladrar, mantener, mirar, nacer, pedir, predicar, preparar,
quitar, recetar, saber, tener, tocar, tomar, valer, ver, vivir.
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Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1713
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1714 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
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Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1715
Exemples en espagnol:
ir por mal camino / tre sur la mauvaise pente
mandar al infierno / envoyer au diable
sacar (a alguien) de sus casillas / faire bondir (qquun), mettre (qquun)
hors de soi
estar en la gloria / tre au septime ciel
estar en un callejn sin salida / tre dans une impasse
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1716 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
Exemples en espagnol:
hacer la calle / faire le trottoir
tener estrella / avoir de la chance
ver las estrellas / voir les trente-six chandelles
Domaine spatial
Malgr le nombre important de verbes locatifs, il semble que le locuteur ait
eu besoin dinventer des locutions verbales locatives images, synonymes de
certains verbes locatifs de dplacement essentiellement (senfuir, courir,
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Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1717
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1718 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
lorsquon veut dire de quelquun quil est un peu fou, nous avons:
avoir une araigne au plafond / faltarle un tornillo
yoyoter de la toiture / rsele a uno la olla
lorsquil sagit de caractriser son tat dme ou desprit:
descendre la pente / ir de capa cada
remonter la pente / ver la luz
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Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1719
Il est plus rare de trouver des expressions avec dautres verbes telles que:
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1720 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
Comportements affectifs
Laffectivit est rendue frquemment par lexclamation dans les changes
verbaux entre deux interlocuteurs. Les expressions spatiales franaises qui
rendent compte des motions du locuteur un moment donn reprsentent
5% du total.
Ce groupe inclut:
des menaces:
* attendre la sortie (je tattends la sortie!) / te espero a la
salida!
* dbarrasser le plancher (dbarrasse-moi le plancher!) / lrgate!
des lamentations:
* sortir de lauberge (on nest pas sortis de lauberge!) / y lo que
nos queda!
des marques dincrdulit:
* tomber de la lune (do est-ce que tu tombes? de la lune?) /
vives en este mundo?
et surtout des insultes provoques par lindignation:
* aller Pampelune, aller se faire voir, aller se faire voir ailleurs,
aller se faire voir chez les Grecs, va voir ailleurs si jy suis, aller
se faire foutre, envoyer au diable, envoyer sur les roses / ir a freir
esprragos, a tomar viento, a tomar viento fresco
* ne pas tre de son rayon (ce nest pas ton rayon!) / a ti, ni te va
ni te viene!
* ne pas lemporter au paradis (tu ne lemporteras pas au paradis!)
/ ya me las pagars!
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Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1721
Il est intressant de constater que les expressions qui incluent des verbes
suivis dun complment circonstanciel de lieu (quelles soient comme les
antrieures construites avec un verbe locatif ou quelles le soient avec dau-
tres verbes, par exemple: btir sur du sable / moverse en terreno pantanoso,
en arenas movedizas; pcher en eau trouble / pescar en ro revuelto) sont
traduites par des locutions espagnoles ayant galement une prposition de
lieu (en, entre, a) et / ou un nom commun locatif.
Ce sont ces noms de lieu qui, en changeant dans la langue-cible, chan-
gent aussi limage-cible.
Par contre, les quelques expressions dont la structure est: N0 V NcLoc
ont un quivalent espagnol avec la mme structure, le nom de lieu tant com-
plment dobjet direct. Dans ce cas, le nom commun ne fonctionne pas
comme llment perturbateur qui empche la correspondance des images
dans les langues. Au contraire, trs souvent, la mme image est conserve
dans la langue-cible.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1722 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
Rfrence un vnement
La grande majorit des expressions locatives tudies sappliquent dcrire
un tre humain (ses motions, son intellect, ses sensations) et surtout ses
comportements mentaux. Mais nous devons mentionner quelques locutions
(4,5%) qui font rfrence un phnomne, ltat dune chose, dun pro-
cessus, dun projet, dune situation, etc.
Dans tous les cas, on retrouve dans les deux langues lune des units
locatives et, bien que limage varie souvent, on peut dduire le sens final
(cod gnralement) de lexpression par le smantisme littral des diffrents
constituants.
tre (tomber) dans leau / quedarse en agua de borrajas (ne pas se raliser)
avoir anguille sous roche / haber gato encerrado (se produire quelque chose
de louche)
ne pas tenir la route / no tener ni pies ni cabeza, no tenerse en pie (quelque
chose est mal fait)
mettre un projet au frigidaire / poner en lista de espera (laisser en attente)
courir les rues / no ser nada del otro mundo (tre quelque chose de courant)
tre comme le soleil aux aveugles, tre un cautre sur une jambe de bois /
ser la carabina de Ambrosio (tre quelque chose dinutile)
CONCLUSION
Ltude de notre corpus nous a donc amens aux observations suivantes:
Du point de vue lexical, les catgories grammaticales des expressions
nous ont permis de reprer un ensemble dunits lexicales faisant partie des
catgories du nom, de la prposition et du verbe locatifs. Ces expressions
peuvent tre composes dune ou de plusieurs de ces units qui sont toujours
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace dans la phrasologie: analyse constrastive 1723
des mots courants du lexique. En fait, les expressions se forment autour dun
petit noyau de termes locatifs que lon retrouve dans les deux langues.
Du point de vue syntaxique, les expressions conservent la rgularit
des combinaisons libres qui les composent lorigine et lanalyse des deux
corpus rvle la mme productivit de deux structures essentiellement: verbe
(locatif ou non) + objet direct, et verbe (locatif ou non) + prposition loca-
tive + nom locatif.
Du point de vue smantique, il est fait un usage figur de ces expres-
sions, trs semblable galement dans les deux langues mises en contraste.
Ou bien elles sappliquent au domaine spatial ou bien elles reprsentent le
monde sensible: dune part, elles dcrivent le caractre de ltre humain (ses
motions, ses sentiments), sa faon de penser (lintellection) ou exception-
nellement son physique (avoir un il Paris et lautre Pontoise); dautre
part, elles font allusion ses comportements mentaux (rapports avec les
autres ou avec soi-mme, tat mental ou motionnel). Certaines dentre elles
font aussi rfrence des phnomnes, mais leur petit nombre nous permet
de conclure, cependant, que la plupart des expressions spatiales font rf-
rence aux comportements humains. La correspondance exacte des images
dune langue lautre est minoritaire cause de lemploi, en gnral, dun
nom de lieu diffrent en franais et en espagnol. Nanmoins, il est intres-
sant de constater la correspondance des structures (celles des combinaisons
libres originales) et de lutilisation dunits lexicales locatives dans tous les
cas; cest--dire que la langue franaise et la langue espagnole ont recours
au mme domaine lexical (celui de lespace) pour caractriser, dans les
expressions figes, tout ce qui fait allusion au monde sensible de ltre
humain. Dans la douzaine de domaines diffrents que nous avons analyss
au cours de nos recherches sur la traduction de la phrasologie, celui-ci
(celui des expressions dorigine spatiale) est, il nous semble, le cas le plus
clair didiomaticit mtaphorique partage entre deux langues.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1724 M. P. Cubilla - A. Sierra - M. Tolosa
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
BOONS, J.P., Prliminaires la classification des verbes locatifs: les com-
plments de lieu, leurs critres, leurs valeurs aspectuelles, Linguisticae
Investigationes, IX: 2, 1985, pp. 195-267.
La notion smantique de dplacement dans une classification syn-
taxique des verbes locatifs, Langue Franaise, n 76, 1987, pp. 5-40.
BORILLO, A., Lespace et son expression en franais, Paris, Ophrys, 1998.
CORPAS PASTOR, G., Manual de fraseologa espaola, Madrid, Gredos,
1996.
GONZLEZ REY, I., La phrasologie du franais, Toulouse, Presses
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GROSS, G., Les expressions figes en franais, Paris, Ophrys, 1996.
GUILLET, A., Les verbes locatifs transitifs, Genve, Droz, 1991.
GUILLET, A. - LECLRE, C., La structure des phrases simples en franais,
Genve, Droz, 1992.
LAMIROY, B., Les verbes de mouvement en Franais et en Espagnol,
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du dplacement. Langage. La couleur des prpositions, 1992, pp. 47-
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VANDELOISE C., Lespace en franais: smantique des prpositions spa-
tiales, Paris, Seuil, 1986.
Langages. La couleur des prpositions, n 110, 1993.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LES TRADUCTIONS ET LES LIVRES
FRANAIS POUR LA JEUNESSE AU DBUT
DU XIXe SICLE EN ESPAGNE.
LE CATALOGUE DE MALLEN & SALV
(VALENCIA, 1819)
Brigitte Lpinette
Universitat de Valncia
PRSENTATION
Faut-il rpter que la connaissance des lectures prcises faites par certains
groupes sociaux dans un pays dtermin est une donne hautement intres-
sante pour lhistoire des mentalits comme pour celle des ides et de la cul-
ture dans ce mme pays? De ce point de vue, les historiens du livre ont
tudi les contenus des bibliothques et des archives cest le cas des tra-
vaux classiques, en France, dHenri-Pierre Martin1 portant sur le XVIIe
sicle ou, en Espagne, du monumental rpertoire de F. Aguilar Pial2 concer-
nant le XVIIIe. Ces bibliographes et historiens du livre se sont aussi atta-
chs la recherche et linterprtation des catalogues des bibliothques
prives cest le cas, cette fois, de Daniel Roche3, par exemple et entre
autres, et dans un domaine plus proche et plus directement li aux proccu-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1726 Brigitte Lpinette
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1727
frre Malln (1819)7 et plus tard, le mme Salv et son propre fils Pedro.
Elle a simplement renvoy pour ces catalogues A. Rodrguez Moino8 qui
a retrac lhistoire de ces derniers. Selon ce chercheur, Mallen aurait dabord
publi un catalogue en 1797. Ledit catalogue prsentait les uvres classes
thmatiquement et rservait 56 pages de livres en idioma francs. Le fait
montrerait que ce libraire avait dans ses fonds, depuis dj quelques temps,
un certain nombre de volumes en langue franaise et de fait, un nombre non
ngligeable de livres aux dates ddition dj anciennes continueront
tre prsents dans le catalogue de 1819, ici tudi. Toujours selon Rodriguez
Moino9, ce catalogue de 1799 sera suivi dun Suplemento de libros en
francs y en italiano qui se trouveront la librairie Mallen. Le libraire valen-
cien aurait t associ durant de nombreuses annes un autre libraire de
nom Brard franais si nous en jugeons par son nom, ce qui explique que
la mme anne, les clients de Mallen reoivent, en plus dun catalogue de
160 pages par ordre alphabtique dauteurs, un cataloguito redactado en
francs en el cual las obras van clasificadas por materias: historia, viajes,
teatro, poesa, obras varias y novelas10. Toujours selon le bibliographe11, il
apparat en 1817 une autre liste de livres en espagnol, latin, franais et ita-
lien. Par la suite, des catalogues seront dits par Mallen, Salv & Ca pen-
dant trois ans de suite (1818, 1819, 1820), celui de 1819 tant loeuvre dont
nous nous occuperons maintenant.
7 Cf. ibid, pp. 53-4. Cette chercheuse donne la date dun catalogue de 1817, la repre-
nant de Rodrguez Moino 1966 mais le catalogue que nous tudions ici est de 1819. Cf.
Catlogo de varios libros y otros artculos, con los precios a que se hallan en venta en el
almacn de Mallen, Salv y Ca de Valencia, Valencia, en la imprenta de Estvan, 1819 (BUV,
F 10/ 103). Un second catalogue se trouve la BHV Catlogo de los libros modernos la
mayor parte espaoles y de algunos otros artculos que se hallan de venta en la librera espa-
ola de los SS. D. Vicente Salv e Hijo establecida en Pars en la Calle de Lille, n 4, Pars,
Imprenta de Bacquenois, Calle Cristina n 2, 1836 (BHV Salv B-2 / 192) nous semble plus
difficilement utilisable car problme qua galement rencontr G. Lamarca, op. cit., dans
son inventaire des bibliothques les titres des uvres sont toujours en espagnol, mme
quand il existe de fortes possibilits pour quil sagisse doeuvres en franais. Nous ne savons
pas quand il sagit rellement de traductions. Cependant, le catalogue apporte une informa-
tion au moins sur la prsence de certains auteurs franais en Espagne.
8 RODRGUEZ MOINO, A., Historia de los catlogos de librera espaoles, 1661-
1840: estudio bibliogrfico, Madrid: [s.n.], 1966, Valencia, Artes Grficas Soler, BUV BH B-
04/170.
9 Ibid.
10 Ibid., p.75.
11 Ibid.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1728 Brigitte Lpinette
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1729
loign, par les dates prises en compte, de celle de Mallen & Salv, com-
prend 222 entres correspondant toutes des livres que cette chercheuse a
considrs pour la jeunesse mais qui incluent aussi bien traductions quou-
vrages directement rdigs en espagnol. Cependant, son critre savre sou-
vent trop accueillant et certains des titres cits dans cette liste nous semblent
tre destins un public large et non celui quelle mentionne dans son
titre15. Cette observation permet dj une premire hypothse: une partie de
la clientle de Salv pourrait tre compose de pres de familles cultivs,
soucieux de lducation de leurs fils mais aussi de leurs filles (aspect qui est
ici pertinent et que nous commenterons plus bas).
Dans lensemble des livres en langue franaise du domaine qui nous
intresse lducation et linstruction, il nest pas rare de voir figurer
dans le catalogue de Mallen & Salv, des ditions franaises duvres dont
il existait aussi une version espagnole. Cet aspect est intressant, montrant
quil existait une demande spcifique doeuvres en langue franaise. Par
exemple, dans cet ensemble de livres en franais, nous trouvons Madame de
Genlis16 avec, dans son texte franais, Adle et Thodore ou Lettres sur
lducation: contenant tous les principes relatifs aux trois diffrens plans
dducation des princes, des jeunes personnes et des hommes17, alors quil
existait dj une traduction faite par Bernardo M Calzada en 179218.
Comme le montre la prsentation de la traduction de Locke dans la Gaceta
de Madrid19, Madame de Genlis tait considre en Espagne disciple du phi-
losophe anglais:
Educacion de los nios: obra escrita en ingls por Locke y traducida para
mayor instruccin de los ayos y padres de familia. El nombre bien conocido
y celebrado del autor, el objeto tan interesante de la obra, y los elogios que
ha merecido de los sabios hacen superfluo los muchos que se pudieran
hacer de ella.... Para conocer su mrito basta decir que Richardson, la
15 Il suffit que nous citions par exemple (et sans aucune vise exhaustive), MARSO-
LLIER DES VIVETIERES, B.J., El contrato anulado, comedia en un acto y en prosa,
Madrid, 1802; ABB MAYDIEU, El hombre honrado o Memorias del Vizconde de obra
escrita en francs en 1781, Madrid, 1788; VOLTAIRE, Viaje imaginario de Micromegas,
Madrid, J. Herrera, 1786; ZAVALA Y ZAMORA, G., El triunfo del amor y de la amistad,
Madrid, Fontenebro y Compaa, 1804; etc.
16 Genlis, Caroline-Stphanie-Flicit Du Crest (1746-1830).
17 [1e d. 1782], le catalogue offre ldition de 1804.
18 CALZADA, B.M., Adela y Teodoro o Cartas sobre la Educacin, Madrid,
Imprenta Real (2 vols.), 1792.
19 Gaceta de Madrid, 2 fvrier 1798, p. 124.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1730 Brigitte Lpinette
Condesa de Genlis y otros que han escrito posteriormente sobre este impor-
tante objeto, han tenido que aprovecharse de sus mximas y doctrina...20.
20 Cf. Las Veladas de la Quinta Novelas historias sumamente tiles para que las
madres de familia, quienes las dedica la autora, puedan instruir sus hijos, juntando la
doctrina con el recreo escritas en francs por la Seora (alias) Condesa de Genlis;
Traducidas al castellano por Don Fernando de Guilleman... (1788-1791), Madrid, Imprenta
de Manuel Gonzalez..., (+1791), ou Los anales de la virtud: parte iii del curso de educacion
/ Que Escribio en Francs la Condesa de Genlis, Vertidos al Castellano por... Bernardo
Maria de la Calzada, Madrid, Imprenta Real, 1792. Madame de Genlis sera encore dite en
espagnol plusieurs reprises au cours du XIXe sicle: par exemple, Valence. Las madres
rivales o La calumnia / por mad. de Genlis; puesta en espaol por D.P.G.M., Valencia,
Imprenta de Cabrerizo, 1840.
21 Gaceta de Madrid, 1792, p. 876.
22 Op. cit., p. 63.
23 Cit in DEMERSON op. cit., p. 67 et tir du Memorial Literario de mayo de 1786:
En Francia, est reputada esta sabia escritora [madame de Genlis] por uno de los autores ms
tiles y propios para los jvenes as por lo exquisito de su gusto, pureza y nobleza de estilo,
ternura de sus ideas y delicadeza de sus sentimientos como por el particular talento que posee
para educar la juventud e instruir a los padres e hijos et par ARAGON, op. cit., p. 99, La
obra de Adela y Teodoro [] es dignsima de ser leda, por la fcil ejecucin de las reglas
que prescribe, para formar en los nios corazones virtuosos y sensibles.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1731
dennui pour obtenir des succs qui nont quun seul avantage, celui de
nexciter lenvie de personne: Rousseau enfin, comme le grand Corneille,
pouvoit dire: je ne dois qu moi seul toute ma renomme24.
24 Prface p. II-VII.
25 Ibid.
26 Gaceta de Madrid, cite par ARAGN, op. cit., p. 97.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1732 Brigitte Lpinette
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1733
35 BERQUIN, A., Choix de lectures pour les enfans, ou Recueil de contes, danec-
dotes et de traits de vertu, choisis des meilleurs auteurs / [choix] par Berquin, Paris,
Renouard, 1803.
36 BERQUIN, A., Lami des enfans et des adolescens, Paris, Le Prieur, 1808. Cest
ldition offerte par Mallen & Salv (1819).
37 BERQUIN, A., Lami des enfants et des adolescens, Paris, Genets Jeune, 1819.
38 Op. cit., p. 152
39 Biblioteca de buena educacion El amante de la niez y de la juventud / sacada de
las obras que escribi en francs el clebre Berquin y puesta en castellano por D. Julian de
Velasco, Madrid, Villalpando, 1797. Cette dition inclut une partie prliminaire: A las
madres de familia / Julian de Velasco et un prologue de ce mme traducteur.
40 El amigo de la infancia Cuentos estraidos de las obras de M. Berquin, Barcelona,
[s.n.], 1824.
41 El amigo de la infancia Cuentos estraidos de las obras de M. Berquin, Nueva ed.,
Barcelona, Miguel y Toms Gaspar, 1843.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1734 Brigitte Lpinette
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1735
ideas exactas de los conocimientos tiles, escrita con estilo tan sencillo que
hace triviales los conocimientos sublimes. Los padres de familia, y todos
los que tienen a su cargo la educacin pblica o privada hallarn en este
tomo, como en toda la obra, medios prcticos para hacer ms fcil y prove-
chosa su enseanza47.
Dos razones han dado motivo a repetir en nuestras Imprentas la edicin del
Viaje del joven Anachrsis a Grecia, en el mismo idioma francs en que le
compuso y public su autor: la primera, la justa preferencia que los literatos
y personas instruidas dan a las obras en su idioma original: y la segunda y
ms principal, el deseo de fomentar la industria nacional51.
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1736 Brigitte Lpinette
52 Signalons que J.J. Barthlemy figure dans ltude dAragon, op. cit., p. 76 comme
auteur de Carita y Polidoro considr comme un roman des temps hroque, traida del
griego: se destaca el profundo saber del autor sobre la antigedad, se compara su obra con
la instruccin mitolgica de Telmaco y se insiste en la recreacin geogrfica y topogr-
fica de las cuidades antiguas, de modo que le parece al lector hallarse trasladado a los
mismos lugares y tiempos.
53 LEPINETTE, B., op. cit., 1994.
54 Gaceta de Madrid, 29 aot 1797.
55 Cf. ARAGON, M.A, op. cit., p. 150.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1737
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1738 Brigitte Lpinette
Los muchos libros que sobre el mismo argumento se han dado a la luz en
esta Corte, especialmente desde que se publicaron estas Conversaciones
morales en 1788, han sido causa de que en alguna manera haya quedado
confundido el mrito de esta obra, cuyas apreciables circunstancias, reu-
nidas a la exactitud en la traduccin y esmero la impresin, la han hecho
acreedora de la recomendacin de cuantos la han ledo, sealadamente de
muchos prelados y Eclesisticos de Espaa y de Indias, alguno de los cuales
la han citado con elogio en sus pastorales habiendo otros escrito gracias al
traductor...62.
61 Selon Fnelon (Education des filles, par exemple 1754 Amsterdam et Leipzig,
Arkstee & Merkus), si les jeunes filles tudient une langue trangre, elles doivent le faire par
routine mais non par art, i.e. sans en apprendre la grammaire. Sur ce sujet, cf. aussi LEPI-
NETTE, B., Le franais des dames. Peu dpines et beaucoup de roses, in La sexualidad,
Valencia, Universitat deValncia, 1992, pp. 283-293.
62 Gaceta de Madrid, 2 janvier 1998, p. 11.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1739
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1740 Brigitte Lpinette
logue pour les jeunes Espagnols dans sa seconde dition (1775 Espectculo
de la naturaleza) en leur propre langue, ct dun texte aux mmes fins
didactique mais de date plus rcente, de J. F. Dubroca66.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1741
CONCLUSIONS
Dans cet ensemble de textes destins la jeunesse que Mallen & Salv offri-
rent leurs clients, on peut souligner, dabord, la relative importance quan-
titative de lensemble des volumes destins la jeunesse; ensuite, dans cet
ensemble, celle des livres de fiction ou non finalit morale, ces der-
niers insistant prliminairement, de faon presque constante, sur la question
de la morale et lacquisition de la vertu.
Dun point de vue plus qualitatif, il faut aussi mettre en relief dans le
catalogue tudi:
a) Lassez large ventail des tendances ducatives, qui vont de celle que
reprsente encore Fnelon et son Tlmaque toujours offert, crit dans le
style classique et destin un type dducation aristocratique (bien que ce
texte commence dj subir une variation notable dans sa finalit70), face
un Berquin, qui veut universaliser lenseignement; de celle que reprsente
un Collot, crivant la fin du XVIIe sicle un trait de morale spcia-
lement adapt ces tres diffrents que sont les femmes, face madame de
Beaumont qui parle dj dlectricit ses jeunes lectrices, mme si sa
morale reste conservatrice. Le catalogue de Mallen & Salv sadresse obli-
gatoirement un public ais et cultiv mais les titres inclus montrent quil
nest pas seulement compos de fervents partisans des Lumires ni de pres
qui veulent lever leurs filles selon les mmes principes que leurs fils: la
varit des conceptions pdagogiques et idologiques est la rgle. Il ny a en
cela rien dtonnant: un libraire est soumis aux lois du march et son cata-
logue doit reflter la mme varit de positions idologiques, dintrts, de
gots que sa clientle.
b) La prsence de tous les textes classiques pour la jeunesse (Berquin,
Genlis, Renneville, Beaumont, etc.) que cette classe dge lisait dans toute
lEurope la mme poque, certains, comme les textes de Genlis, marqus
par le rousseauisme. Lexistence de ces mmes textes dans une infinit de
bibliothques espagnoles attestent de la diffusion de ces uvres au dbut du
XIXe sicle et permettent de mettre laccent sur le fait que, vers 1820, les
jeunes Espagnols de familles aises du sexe masculin et du sexe
fminin ne se trouvaient pas isols culturellement et connaissaient les
uvres rcentes lies lintrt pour lducation, qui virent le jour durant la
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1742 Brigitte Lpinette
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les traductions et les livres franais por la jeunesse 1743
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1744 Brigitte Lpinette
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
CONTRIBUTION LTUDE
DES NOMS COMPLEXES DU TRANSPORT
DANS LA LEXICOGRAPHIE BILINGUE
FRANAIS-ESPAGNOL
INTRODUCTION
Le vocabulaire spcifique des transports est indispensable dans le monde du
voyage. En effet, le dplacement quimplique le voyage se ralise par diff-
rents moyens de transport. Que lon se place du point de vue des profession-
nels ou de celui des usagers, les termes susceptibles dtre utiliss dans ce
domaine sont donc nombreux; cependant, matriser cette terminologie dans
une langue trangre nest pas toujours facile, surtout lorsquil sagit de
termes complexes comme ceux-ci qui, de par leur structure syntaxique, ne
figurent pas en gnral dans la nomenclature des dictionnaires.
Dans cette tude, partir dun corpus de termes appartenant ce
domaine (transport routier, arien, ferroviaire et maritime), extrait de plu-
sieurs glossaires et dictionnaires bilingues gnraux et spcialiss1, nous
allons en faire une analyse dans les deux dictionnaires bilingues mentionns
ci-dessous:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1746 Mireia Lpez Sim
Les termes de notre corpus sont tous des noms complexes; cest--dire des
groupes nominaux qui ont la mme distribution syntaxique que les noms
simples, mais qui nont pas la libert de fonctionnement des groupes nomi-
naux ordinaires: ils fonctionnent comme une unit, alors quils sont consti-
tus de plusieurs lments lexicaux.
Dans ce groupe de noms complexes nous avons inclu: les composs gra-
phiques; cest--dire, noms lis graphiquement (aerotaxi, bonobs...),
ou relis par un trait dunion (bateau-mouche, wagon-lit...) et les com-
poss syntagmatiques, savoir, les noms composs dont les constituants
sont spars par des espaces blancs (coche restaurante, billete sencillo,
rea de servicios...). Ce que nous appelons composs syntagmatiques cor-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Contribution letude des noms complexes du transport 1747
respond, pour le franais, ce que Gaston Gross appelle noms composs2 et,
pour lespagnol, ce que Gloria Corpas appelle locuciones nominales3.
Pour llaboration de la typologie des noms complexes de notre corpus
nous sommes partie dune liste denviron 600 termes espagnols que nous
avons classs de la manire suivante:
Dans notre corpus, les plus nombreux sont les composs syntagmati-
ques. Et parmi ceux-ci les structures les plus utilises sont: N + Prp + N,
puis N + Adj et finalement N + N.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1748 Mireia Lpez Sim
Les mots composs dont le premier lment fait lobjet dun article ne se
trouvent pas leur ordre alphabtique; ils ont t groups aprs ce premier
lment dans un paragraphe intitul En compos. Ainsi les mots composs
commenant par demi- (demi-air...; demi-brigade...; demi-heure, etc) se
trouvent demi IV En compos., les mots composs commenant par dent-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Contribution letude des noms complexes du transport 1749
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1750 Mireia Lpez Sim
Pour ce qui est notre corpus, nous avons trouv les noms composs qui
figurent lintrieur de larticle sous diffrentes formes:
7 Ibid., p. VII.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Contribution letude des noms complexes du transport 1751
8 Dans ces cas le Hachette applique systmatiquement le critre expos dans l Avis
au lecteur.
9 GARCA-PELAYO, R. - TESTAS, J., Grand dictionnaire espaol-francs fran-
ais-espagnol, Paris, Larousse-Bordas, 1998, p. VIII.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1752 Mireia Lpez Sim
10 Dans ces cas le Larousse suit les critres exposs dans son mode demploi.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Contribution letude des noms complexes du transport 1753
que nous tudions; savoir: loc; loc adv; loc conj; loc prep (pour la P1) et
loc; LOC; loc adv; loc conj; loc lat et loc prp (pour la P2). Dans le Larousse
nous trouvons simplement ltiquette gnrique loc, cependant, dans les
deux dictionnaires labrviation loc nom est inexistante.
Dun ct nous avons les noms lis graphiquement (autmnibus) ou
relis par un trait dunion (auto-stop) qui sont traits comme des noms
simples: les tiquettes utilises sont m (nom masculin) ou f (nom fminin);
de lautre ct nous avons les units composes syntagmatiques (barca de
pasaje, parada discrecional, coche literas) qui sont ngliges du point
de vue de la catgorisation grammaticale.
Nous considrons que ces composs syntagmatiques devraient aussi tre
pourvus de la mme indication puisquil sagit de la mme catgorie gram-
maticale.
Marques diatechniques
tant donn que notre corpus appartient un domaine de spcialit (celui du
transport), dans cette partie nous tudions les marques diatechniques utili-
ses par ces deux dictionnaires pour recenser ces termes.
Dans le tableau dabrviations du Larousse nous trouvons les marques dia-
techniques suivantes en rapport avec notre domaine: AUTOM (automobile),
AVIAC / AVIAT (aviation; aronautique), MAR (marine), MECN / MCAN
(mcanique), TECN / TECHN (technologie; industrie) et TRANSP (trans-
ports).
Dans le tableau dabrviations du Hachette nous avons: dans la P1 (espa-
gnol-franais): Aviat (aviation), Ch fer (chemins de fer), Dr mar (droit mari-
time), Mar (marine) et Mcan (mcanique). Dans la P2 (franais-espagnol):
Auto (automobile), Aviat (aviation), Bicycl (bicyclette), Ch fer (chemins de
fer), Dr mar (droit maritime), Mach Vap (machines vapeur), Mar (marine)
et Mcan (mcanique).
tant donn la diversit de marques en rapport avec les transports qui
figurent dans les tableaux dabrviations de ces dictionnaires, en principe
tous les termes appartenant ce domaine devraient tre marqus. Cependant,
sur un total de 310 termes qui figurent dans le Larousse, seulement 23 sont
marqus, et sur un total de 118 termes qui apparaissent dans le Hachette,
seulement 35 sont marqus. Le nombre insuffisant de termes marqus
dmontre lutilisation insuffisante des marques diatechniques.
Dun autre ct, Les marques varient non seulement dun dictionnaie
lautre (par exemple cambio de velocidad est marqu MECAN dans le
Larousse et Auto dans le Hachette), mais aussi lintrieur dun mme
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1754 Mireia Lpez Sim
quivalence
Lquivalence, cest--dire, lensemble des quivalents de traduction suivis
de gloses, exemples, synonymes, observations... est la partie la plus impor-
tante de larticle du dictionnaire bilingue. Cependant, nous constatons que
les quivalences des composs syntagmatiques sont nettement moins soi-
gnes que celles des noms composs graphiques (mme lorsquil sagit de la
mme unit de sens):
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Contribution letude des noms complexes du transport 1755
frente, mais galement complexe. Par exemple, escala real (N + Adj) est
traduit par chelle de coupe (N + Prp + N); hora punta est traduit par
heure de point; ferrocarril par chemin de fer; bateau-mouche par
barco mnibus, etc.
Cette analyse contrastive ratifie la classification des noms complexes
que nous avons prsente dans la premire partie, et qui nous a permis de
dfinir la notion de nom complexe et de limiter notre corpus de dpart.
CONCLUSION
Lanalyse dtaille des noms complexes du transport nous permet de
conclure que:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1756 Mireia Lpez Sim
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
TRES POEMAS INSULARES
DE ABDELLATIF LABI: UNA PROPUESTA
DE TRADUCCIN POTICA
1 Sealamos, entre otros, los estudios de CURELL, C., Presencia de Canarias en las
letras francesas, in Estudios Canarios. Anuario del Instituto de Estudios Canarios, XLIV
[1999], 2000, pp. 193-212; de DE URIARTE, C., Entre mythe et ralit: Tenerife et les
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Viajeros franceses a las Islas Canarias. Repertorio bio-bibliogrfico y seleccin de textos, La
Laguna, Instituto de Estudios Canarios, 2000.
2 Tal es el caso del grupo que participa en el Proyecto de Investigacin Literatura de
viajes y traduccin: Canarias en los textos franceses (BFF2002-02483, Ministerio de Ciencia
y Tecnologa y FEDER), en el que se inscribe esta contribucin.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1758 J. M. Oliver Frade - Clara Curell Aguil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Tres poemas insulares de Abdellatif Labi 1759
monde, 1993) y Les les ternelles (Pomes prissables, 2000) que son
las que hemos elegido en esta ocasin.
Delimitado el corpus, queremos dejar claro que el objeto de este trabajo
no es llevar a cabo un anlisis de los mencionados poemas ni de la materia
mtica que abordan lo que podra constituir el tema de otro estudio, sino
el de ofrecer su traslacin al espaol e intentar explicar las razones que nos
han conducido a estas propuestas concretas. Somos conscientes de las difi-
cultades que entraa toda traduccin potica y de que, como bien dice
Garca Yebra, el poema es la concrecin formal nica e irrepetible de una
idea potica igualmente irrepetible8, lo que significa que su reproduccin o,
mejor dicho, su recreacin en otra lengua es una tarea que, en principio,
slo puede realizarse mejor o peor, nunca perfectamente. Pero as y todo
hemos asumido el reto de intentar trasvasar al castellano esas tres obras del
escritor marroqu, teniendo siempre muy presentes los conocidos consejos
de Valery Larbaud:
Chaque texte a un son, une couleur, un mouvement, une atmosphre, qui lui
sont propres. En dehors de son sens matriel et littral, tout morceau de lit-
trature a, comme tout morceau de musique, un sens moins apparent, et qui
seul cre en nous limpression esthtique voulue par le pote. Eh bien, cest
ce sens-l quil sagit de rendre, et cest en cela surtout qui consiste la tche
du traducteur9.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1760 J. M. Oliver Frade - Clara Curell Aguil
tituida por secuencias de longitud variada, lo que les confiere una mtrica
visual bastante irregular. Sin embargo, si entendemos el verso no tanto como
una unidad grfica (cada una de las lneas que componen un poema), sino
como una unidad rtmica, podemos constatar, teniendo en cuenta el cm-
puto silbico de todas las e caducas mtricamente pertinentes, que el poeta
se vale realmente de medidas regulares fuertemente arraigadas en la tradi-
cin potica francesa, como son, por orden de la frecuencia con que las usa,
el decaslabo, el hexaslabo, el alejandrino y el octoslabo. A la hora de tras-
ladar esta mtrica a los cnones de la versificacin espaola, hemos recu-
rrido a sus formas ms comunes, esto es, el heptaslabo, el alejandrino con
acento rtmico constante en la sexta, el endecaslabo y, en menor medida, el
eneaslabo y el pentaslabo, todo ello procurando reproducir la peculiar pre-
sentacin material de las obras de origen.
En cuanto al plano lexemtico, hemos tratado de elegir en cada momento
aquellas palabras que mejor tradujeran las voces francesas, es decir, que no
slo comportaran la menor prdida semntica posible, sino que, adems, imi-
taran los efectos formales, rtmicos y sonoros del texto de partida. En ciertas
ocasiones, no obstante, nos hemos visto obligados, en pro del mantenimiento
de la mtrica, a prescindir de vocablos redundantes o implcitos, como algn
artculo y pronombre (un en Il en faudra des lunes..., v. 7, y nous en Les
les ternelles, v. 17), o bien a aadir o explicitar elementos del texto con
carga semntica poco relevante, como la conjuncin copulativa y (Las islas
eternas, vv. 12 y 13), el adverbio all (Haran falta lunas, v. 10), el
demostrativo aquel (Las islas eternas, v. 12) y el adverbio as (Las islas
eternas, v. 26). Ya desde el punto de vista morfosintctico, ha sido preciso
alterar el orden de algunas palabras, as como recurrir a transposiciones de
distinto gnero. Por ltimo, en contados casos y siempre con el objetivo de
resolver problemas mtricos y rtmicos, hemos tenido incluso que acudir al
ms extremo de los procedimientos de traduccin oblicua como es la modu-
lacin y al consiguiente cambio de punto de vista que conlleva.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Tres poemas insulares de Abdellatif Labi 1761
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1762 J. M. Oliver Frade - Clara Curell Aguil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Tres poemas insulares de Abdellatif Labi 1763
13 A partir de este sintagma griego, el gelogo y botnico ingls Philip Barker Webb
(1793-1854) acu el trmino Macaronesia para designar la regin constituida por los archi-
pilagos de las Azores, Madeira, Salvajes, Canarias y Cabo Verde (Cf. MORALES MATOS,
G., Las Islas Canarias una regin aislada?, Boletn de la Asociacin de Gegrafos
Espaoles, n 32, 2001, p. 159).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1764 J. M. Oliver Frade - Clara Curell Aguil
del verso sexto. Por otra parte, en este mismo verso y en el siguiente, hemos
tratado de compensar la prdida semntica que supone la traduccin de
serrement por abrazo acudiendo al participio ceidos, muy cercano al con-
cepto de serrer, para trasladar nous, en vez de emplear su equivalente
exacto anudados. Y, en el sptimo verso tambin, con el fin de contar con
una slaba menos, hemos traducido violons por violas en lugar de por su
gemelo violines. La ltima transformacin, en este caso de ndole grama-
tical, que hemos llevado a cabo ha consistido en sustituir el singular de
armada por el plural de flotas.
14 Para un anlisis detallado del mito de la isla flotante, cf. MARTNEZ, M., Islas
flotantes, in PALENZUELA, N., Las islas extraas. Espacios de la imagen, Las Palmas de
Gran Canaria, C.A.A.M., 1998, pp. 47-67.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Tres poemas insulares de Abdellatif Labi 1765
De las tres traducciones que aqu presentamos, sta es, con toda segu-
ridad, la ms cercana al texto francs. De hecho, al contrario que en las otras
dos, aqu no nos ha sido preciso omitir ni aadir palabra alguna, como tam-
poco nos ha hecho falta realizar alteraciones en el plano gramatical.
No obstante, si bien creemos haber respetado escrupulosamente el sen-
tido de la poesa original, no podemos dejar de advertir que los requeri-
mientos mtricos, como siempre, nos han inducido a interpretar el verbo
dsirer (v. 8) como ansiar, en lugar de su paralelo desear, y el adjetivo
invaincu (v. 10) como victorioso, descartando su correspondiente invicto.
Al igual que en el primero de los poemas que ofrecemos, en esta com-
posicin tambin hemos debido recurrir a la modulacin y alterar el punto
de vista. Efectivamente, tanto en el verso 3 como en el 8 nos encontramos la
misma oracin de relativo acompaada de la negacin restrictiva ne...que, la
cual hemos convertido, en ambos casos, en una proposicin afirmativa.
Finalmente, la dificultad de trasladar con fidelidad el significado de
comptine (v. 13), junto con los consabidos requerimientos mtricos, nos hizo
acudir a un procedimiento bastante usual a la hora de traducir, como es la
generalizacin de lo especfico; de ah que, ante la ausencia de un trmino
espaol que designara exactamente lo mismo que el vocablo francs, nos
decantramos por el hipernimo canto, aun siendo conscientes de la leve
desviacin semntica que esto supone.
sta ha sido, pues, la labor que hemos realizado para esta ocasin. A ello
nos ha movido, entre otras cosas, el deseo de acercar al lector espaol una
pequea muestra de la obra potica de un escritor que, a pesar de su extensa
y destacada trayectoria, todava no ha merecido la suficiente atencin por
parte de las editoriales hispanas15. Pero ms all de esta intencin divulga-
tiva, nuestra principal aspiracin ha sido la de realizar un ejercicio de traduc-
cin en colaboracin, siguiendo la estela terico-prctica que otros colegas
han llevado a cabo individualmente16.
Para llegar a las propuestas que aqu exponemos, nuestro trabajo pas
por varias fases. Despus de decidir como ya hemos explicado qu tipo
de traduccin emprender, la primera tarea consisti, evidentemente, en tratar
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1766 J. M. Oliver Frade - Clara Curell Aguil
de comprender a fondo los tres poemas que bamos a verter al espaol, pues
como dice Larbaud: Traduire un ouvrage qui nous a plu, cest pntrer en
lui plus profondment que nous ne pouvons le faire par la simple lecture,
cest le possder plus compltement, cest en quelque sorte nous lappro-
prier17.
A continuacin, con el objetivo de trasladar la semntica de los textos,
cada uno de nosotros hizo lo que podramos llamar una versin literal, entre
prosaica y potica, que, en no pocos casos, ofreca acepciones y variantes
diversas. A partir de ah sometimos a una enriquecedora confrontacin nues-
tras respectivas interpretaciones, comentando las dificultades, tanto
mtricas, rtmicas y estilsticas como sintcticas y lxicas con las que nos
habamos tropezado, y discutiendo las posibles soluciones. A fin de cuentas,
es preciso tener siempre presente que la traduccin potica no slo consiste
en trasvasar a otra lengua el significado lingstico de unos versos, sino que
tambin ha de producir un efecto esttico anlogo; en palabras de Teodoro
Sez:
No puede tratarse en la traduccin potica de remedar uno por uno todos los
recursos idiomticos del texto original para reexpresar lo sentido, sino de
reformular el impacto esttico emocional mediante los recursos rtmicos
ms afines, ms cercanos, ms adecuados en la lengua trmino18.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Tres poemas insulares de Abdellatif Labi 1767
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LA TRADUCCIN DEL ESPACIO
DENOMINATIVO DE LA FONTAINE
M. ROSARIO OZAETA
UNED
INTRODUCCIN
Este trabajo supone una nueva bsqueda en una lnea de investigacin que,
partiendo de las Fbulas de La Fontaine, se ha materializado en diversos
estudios, algunos de los cuales han tenido por objeto las traducciones espa-
olas realizadas durante los siglos XVIII, XIX y XX; otros, sin centrarse
exclusivamente en una perspectiva crtica, han recogido numerosas ejempli-
ficaciones sobre expresiones idiomticas, enunciados sentenciosos y antro-
pnimos.
En esta ocasin regresamos a este ltimo espacio, que ha sido anterior-
mente visitado bajo distinto prisma, y al que ahora llamamos denominativo
ya que, como es sabido, los protagonistas de las fbulas son en su mayora
animados no humanos, lo que nos remitira a un espacio exclusivamente
zoonmico, si no fuera por la presencia de antropnimos (Perrette, Tabarin,
Guillot, Alexandre, Garo...) e incluso de nombres de elementos no animados
(Martin bton, nouvel Empedocle...). Se ha optado, pues, por una designa-
cin comn, aun a sabiendas de que seran posibles ambas antropnimos
y zonimos, debido a la coexistencia e interrelacin de los dos mundos en
las fbulas, en las que, como seala Pierre Dandrey1, la transposicin aleg-
rica del universo humano al mundo animal constituye un principio ele-
mental. De cualquier modo, mantendremos la mencin de antropnimos
cuando los nombres se apliquen a animados humanos.
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1770 M. Rosario Ozaeta Glvez
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La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1771
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1772 M. Rosario Ozaeta Glvez
EL ESPACIO DENOMINATIVO
La emisin de juicios de valor en torno a las versiones de los autores selec-
cionados no entra en nuestros propsitos, ya que el objetivo perseguido se
centra en la mera exposicin de los modos de transferencia de los nombres,
lo que se aleja de cualquier consideracin crtica. Dicha exposicin va a rea-
lizarse en sentido creciente, y se inicia en el punto cero que representa la
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La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1773
ausencia de reproduccin. Se puede afirmar que son muy raros los casos en
que los autores espaoles no utilizan algn medio de transferencia para los
nombres propios en sus fbulas.
15 Se indica entre parntesis el Libro y Fbula a los que pertenecen los nombres, y
cuando estos datos no son coincidentes en las versiones espaolas, se sealan igualmente en
estas ltimas. Al final del estudio, se incluye un ndice con los ttulos de las fbulas francesas
y espaolas estudiadas, a las que corresponden dichos datos.
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1774 M. Rosario Ozaeta Glvez
del epnimo Tartufs, que poda haber sido naturalizado, sin mengua para su
comprensin:
Otros procedimientos
En no pocos casos, los autores transcriben o naturalizan los nombres, sin
seguir una pauta fija. Como prueba de ello, se pueden citar los nombres de
Artapax, Psicarpax y Mridarpax (IV. 6), tomados por La Fontaine excepto
Artapax, creacin suya de las parodias picas Batrachomyomachie y
Galomyomachie; estos nombres aparecen transcritos (Artapax en Bergua,
Psicarpax en ambos) o naturalizados16 (Artarpax, en Llorente,
Meridarpax en ambos). Del mismo modo, Ratapon (IV. 6) es naturalizado:
Ratapn por los dos autores. El nombre incluido en la designacin: Margot
la Pie (XII. 11) a humilde Urraca segn la versin de Llorente, es
transcrito por Bergua: Margot la urraca.
Ocasionalmente, los autores otorgan un tratamiento distinto a los
mismos nombres, diversificando los procedimientos al cambiar de fbula.
Estos procedimientos, adems de los ya citados, pueden ser la omisin o la
recreacin, como en el caso de Raminagrobis (VII. 15, XII. 5) y
Grippeminaud (VII. 15), tpicamente rabelaisianos; mientras que Bergua
denomina a ambos Micifuz17 (VII. 16) u omite al primero (XII. 5),
Llorente transcribe al primero (VII. 16) u omite al primero (XII. 5) o al
segundo (VII. 16).
Briffaut (V. 17, IX. 14), Miraut y Rustaut (V. 17) son traducidos por
Bergua, que considera su transparencia, por Largo, Mirn y Cierto
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La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1775
(V. 17), mientras que Llorente los designa por su condicin genrica: los
perros (V. 17), los valientes canes (... les confrres de Brifaut, IX. 14). El
mono Gille (IX. 3, XII. 21) es reproducido por Llorente con los nombres de
Gilillo (IX. 3) y Perico (XII. 21) y Bertrand con los de Periquillo
(IX. 3), y Perico (IX. 17), mientras que Bergua omite el nombre de Gille,
y transcribe a Bertrand (IX. 3). El mono Bertrand, en otra fbula (IX. 17) es
transcrito de nuevo por Bergua, que naturaliza al gato Raton (Ratn), al
que Llorente asigna el nombre de Micifuf...
Estos ejemplos demuestran que los autores espaoles multiplican las
opciones y, a veces, el tratamiento de los nombres flucta segn se mueven
los actores por los hilos de las fbulas manejados por la mano maestra de La
Fontaine.
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1776 M. Rosario Ozaeta Glvez
Perrin Dandin (IX. 9), juez representado por Rabelais y que lo sera pos-
teriormente por Racine (sin olvidar al George Dandin molieresco, de dis-
tinto carcter), es traducido por Maese Glotn en la versin de Bergua, y
por Don Picapleitos en la de Llorente, que siguen, respectivamente, indi-
caciones tales como su caracterizacin en la fbula y su estatus profesional.
Robin Mouton (IX. 19) es designado Blanquillo por Llorente y Robn
por Bergua, que explica en nota al pie: Robn, nombre caprichoso dado por
La Fontaine al carnero de esta fbula. Pero el nombre de Robin procede,
como los anteriores, de Rabelais.
Se detectan, asimismo, otros prstamos. Hlne au beau plumage (VII.
12) parodia el epteto homrico y es as reflejada, desprovista o no del
fonema inicial: Elena de hermoso plumaje (VII. 13), en la versin de
Bergua, Helena de brillantes plumas (VII. 13), en la de Llorente.
Harlequin (XII. 18), antropnimo de la comedia italiana, es Arlequn para
ambos.
Los nombres pueden transmitir indicaciones cmicas, exticas, litera-
rias..., valores connotativos que habitualmente son reproducidos, siendo la
intencionalidad del autor un factor decisivo en cuanto a su funcin y tradu-
cibilidad. Los nombres transparentes, de los que han aparecido algunos
ejemplos, son los nicos que realmente se traducen, si es posible, por un
nombre equivalente en cuanto a sus indicaciones y componentes semnticos.
Como seala Virgilio Moya: ... la obligatoriedad de traducir los nombres de
ficcin estar en proporcin directa a la carga simblica del signo de dicho
nombre18. Estos nombres transmiten un contenido conceptual o unos
valores fnicos que los autores suelen reflejar, no siempre de manera simul-
tnea. Veamos algunos ejemplos.
El ratn Rongemaille (XII. 15) es designado por Llorente Roemallas,
y Roenudos por Bergua. Pero el mismo Ronge-maille o el bho Triste-
oiseau (VIII. 22) pueden perder su imagen y expresividad si se ven despro-
vistos de su carcter de nombres propios, al ser traducidos por los mismos
autores, por el ratn roedory la melanclica lechuza (Bergua), o por el
roedor Ratn y el ttrico Buho (Llorente). Laridon (VIII. 24) forma parte
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La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1777
de una fbula tomada de Esopo que muestra, con el modelo de dos perros
hermanos, cmo puede variar el carcter segn la educacin recibida,
Laridon en la cocina y su hermano en los bosques. Pues bien, Bergua trans-
mite la misma indicacin del nombre francs mediante el nombre naturali-
zado Laridn, cuyo significado justifica en nota al pie, por su procedencia
del latn laridum, lardum, tocino, mientras que el nombre ofrecido por
Llorente pierde tal connotacin: Bellaco, aun manteniendo su expresi-
vidad. Mouflar (X. 8) refleja su significado que se hace constar en nota al
pie de la edicin francesa19, en la propuesta de Llorente, Cabezudo, per-
maneciendo neutro en la de Bergua, que lo resalta, naturalizado, mediante la
cursiva, Muflar20.
Los siguientes ejemplos representan un caso especial de antroponimi-
zacin de diversos segmentos del discurso21, procedimiento reproducido
por los autores espaoles, que adoptan soluciones igualmente expresivas:
19 Moufle: terme populaire qui signifie un gros visage et trop plein (Fur.). En LA
FONTAINE, Fables choisies mises en vers, Paris, Bordas, 1990, p. 521.
20 Se podra pensar en el recurso semitico de la letra cursiva al que MOYA, V., en La
traduccin de los nombres propios, Madrid, Ctedra, 2000, p. 115, atribuye la funcin de
aadir sutilmente informacin.
21 Segn JONASSON, K., Le nom propre. Constructions et interprtations, Belgique,
Duculot, 1994, cualquier frase o parte del discurso puede constituir un nombre propio.
22 JONASSON, K., Les noms propres mtaphoriques: construction et interprta-
tion, Langue Franaise, 92, 1991, pp. 64-81 et ibid.
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1778 M. Rosario Ozaeta Glvez
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La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1779
CONCLUSIONES
En este estudio se ha tratado de examinar los tipos y condiciones de realiza-
cin de la transferencia realizada en las versiones espaolas, tomando como
base determinados nombres seleccionados en las Fbulas de La Fontaine. Se
ha procurado mostrar los nombres ms expresivos para tal objeto, eludiendo
otros ejemplos de clara correspondencia (Simonide, I. 14; Minerve, II. 1;
Alexandre, IV. 12; Dmocrite, VIII. 26; Homre, IX. 1; Virgile, IX. 5;
Hcube, X. 12; Patrocle, XII. 9...). La primera deduccin es que, por norma
general, los autores estudiados procuran reproducir los antropnimos y zo-
nimos cuyo valor expresivo e incluso significativo es muy acusado en las
Fbulas, sirvindose de varios recursos.
Las omisiones registradas se producen, particularmente, cuando se trata
de referencias culturales, que requeriran una adaptacin. Los autores optan
con frecuencia por un procedimiento compensatorio consistente en describir
al sujeto designado por el nombre. Cuando ste es reproducido, puede apa-
recer transcrito, naturalizado o recreado; esta diversificacin de opciones
hace difcil establecer una tendencia traslatoria fija, ya que los procedi-
mientos son mayoritariamente plurales y su uso aleatorio.
Por tal motivo, hemos prestado una especial atencin a los ejemplos de
transferencia ms uniformizada, estableciendo una distincin respecto al
origen de los nombres, y hemos podido detectar, tanto en los creados por La
Fontaine como en los que no lo son, la atribucin de correspondencias en los
nombres usuales y la presencia de naturalizaciones y recreaciones fre-
cuentes. La diferenciacin entre nombres opacos y transparentes a pesar
de la dificultad inherente al establecimiento de la lnea divisoria entre
ambos, a veces inapreciable, ha contribuido a facilitar la esquematizacin,
permitiendo situar ejemplos muy expresivos entre los primeros, tendencia
que se subraya en el caso de los nombres transparentes, cuyas indicaciones
y matices reflejan los autores con escasas excepciones.
Una vez revisadas conjuntamente las propuestas respectivas, se puede
apreciar, salvando la mencionada libertad de opciones, una mayor utilizacin
de la naturalizacin por J. B. Bergua (Rodilardo, Robn, Martn, Laridn,
Muflar) y de la recreacin por T. Llorente (Blanquillo, Bellaco, Cabezudo),
que repite algunos nombres en distintas fbulas (Perico, Micifuf).
Los nombres metafricos, por ltimo, presentan un gran inters, y su
transferencia puede plantear problemas, que habran de resolverse siguiendo
pautas de ndole cultural. No se ha dado tal caso en los ejemplos presen-
tados, que han servido para mostrar la estructura y el carcter de las cons-
trucciones metafricas. Las versiones espaolas son muy ajustadas y las
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1780 M. Rosario Ozaeta Glvez
NDICE DE FBULAS
II. 2: Conseil tenu par les Rats
Bergua: La junta de los ratones, Llorente: Gran consejo celebrado por las
Ratas
III. 3: Le Loup devenu Berger
B.: El lobo pastor, Ll.: El Lobo pastor
III. 18: Le Chat et un vieux Rat
B.: El gato y el ratn viejo, Ll.: El Gato y la Rata vieja
IV. 5: Lne et le petit Chien
B.: El asno y su perrito, Ll.: El Amo y el Cachorrillo
IV. 6: Le Combat des Rats et des Belettes
B.: La batalla de las comadrejas y los ratones, Ll.: Batalla de Ratones y
Comadrejas
V. 12: Les Mdecins
B.: Los dos mdicos, Ll.: Los Mdicos
V. 17: Le Livre et la Perdrix
B.: La liebre y la perdiz, Ll.: La Liebre y la Perdiz
V. 21: Lne vtu de la peau du Lion
B.: El asno vestido con la piel del len, Ll.: El Asno cubierto con la piel
de Len
VI. 18: Le Chartier embourb
B.: La carreta atascada, Ll.: El Carretero atascado
VI. 20: La Discorde
B.: La discordia, Ll.: La Discordia
VII. 2: Le Mal Mari
B.: El malcasado, Ll.: El Malcasado
VII. 9: La Laitire et le Pot au lait
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La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1781
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1782 M. Rosario Ozaeta Glvez
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Madrid, Ibricas, col. Tesoro Literario, 1996.
DANDREY, P., La fabrique des Fables, Paris, Klincksieck, 1992.
ESOPO, FEDRO, LA FONTAINE, IRIARTE Y SAMANIEGO, Fbulas
completas, traduccin, noticias y notas de Juan y Jos Bergua, Madrid,
Ibricas, 2 ed., 1954, 3 ed., 1966.
Fbulas completas, edicin, noticias y notas de Juan B. Bergua, Madrid,
Clsicos Bergua, col. Tesoro Literario, 4 ed., 1986.
IRVING, W., La Alhambra, trad. y noticia preliminar de Juan y Jos Bergua,
Madrid, Ibricas, Biblioteca de bolsillo, 1953.
JONASSON, K., Les noms propres mtaphoriques: construction et inter-
prtation, Langue Franaise, 92, 1991, pp. 64-81.
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1994.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
La traduccin del espacio denominativo de La Fontaine 1783
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LOS PROBLEMAS DE LA TRADUCCIN
DEL ESPACIO EN LAS VERSIONES AL ESPAOL
DE LAS OBRAS DE PATRICK MODIANO
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1786 Norma Ribelles Helln
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Los problemas de la traduccin del espacio 1787
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1788 Norma Ribelles Helln
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Los problemas de la traduccin del espacio 1789
On djeuna une dernire fois sous les marronniers (Dora Bruder, p. 141).
ltimo desayuno a la sombra de aquellos rboles (Dora Bruder, p. 121).
Les mettre au pied du mur. [...] Un point cest tout (Livret de famille, p.
134).
Ponerles entre la espada y la pared. [...] Y sanseacab (El libro de
familia, p. 114).
... tomber dans les pommes! ... (Les boulevards de ceinture, p. 121).
... desmayar!... (Los bulevares perifricos, p. 107).
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1790 Norma Ribelles Helln
Este uso no es, sin embargo, comn a todos los traductores, puesto que
las distintas editoriales marcan sus propias pautas tipogrficas: en ciertos
casos, como en el ejemplo siguiente, no se considera necesaria la cursiva, y
no la mantiene en la traduccin castellana:
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Los problemas de la traduccin del espacio 1791
Dans mon enfance, alors que jentendais parler une langue trangre, je me
demandais quelle folie poussait les gens se servir de ces sons bizarres
quand il y avait tant de mots franais dont ils auraient pu faire usage, et si
simples. Le mot franais tait pour moi la seule dsignation possible de ce
que nous voyons autour de nous, comme de tout ce qui se passe lintrieur
de notre cerveau. Le mot tranger appartenait au domaine de la fantaisie,
quelque chose qui aurait pu tre fait de telle manire ou de telle autre et cela
naurait pas eu beaucoup dimportance, alors quun mot franais ne pouvait
pas tre que ce quil tait. Je ne concevais pas quil pt y avoir un temps o
le ciel, par exemple, ne stait appel ciel, ni un autre temps o le ciel ne
sappellerait plus ainsi2.
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1792 Norma Ribelles Helln
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Los problemas de la traduccin del espacio 1793
El traductor traduce esta historia y aade una nota a pie de pgina para
clarificar el juego de palabras y la causa de haber optado por traducir la
palabra plaza por lugar, aun consciente de perder la ambigedad del ori-
ginal.
1. Juego de palabras intraducible, basado en la homofona entre place de
ltoile en referencia a la conocida plaza de Pars y place de ltoile
el lugar de la estrella alusin a la estrella amarilla que los judos se
vean obligados a llevar en el lado izquierdo del pecho durante la ocupacin
alemana (p. 11).
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1794 Norma Ribelles Helln
Lo mismo ocurre en los ejemplos que siguen, en los que vemos que la
traduccin literal no define el mismo tipo de residencia en castellano que lo
es en francs.
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Los problemas de la traduccin del espacio 1795
Por esta misma causa, la palabra alle supone una dificultad de traduc-
cin. Hemos encontrado dos maneras diferentes de traducirla, correspon-
dientes a dos traductores distintos:
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1796 Norma Ribelles Helln
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Los problemas de la traduccin del espacio 1797
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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LAFARGA, F. (eds.), Traduccin y Adaptacin cultural: Espaa-
Francia, Universidad de Oviedo, 1991.
GREEN, J., Le langage et son double, Paris, Seuil, 1987.
GUYOT-BENDER, M., Potique et politique de lambigit chez Patrick
Modiano, Paris, Lettres Modernes Pinard, 1999.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1798 Norma Ribelles Helln
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EL ESPACIO EN LAS PAREMIAS FRANCESAS
Y SU TRADUCCIN ESPAOLA
DELIMITACIN TERMINOLGICA
Las paremias o enunciados sentenciosos poseen una tipologa muy variada,
en funcin de diversos criterios (pragmtico, temtico, sintctico, argumen-
tativo...). Atendiendo al primer criterio, el pragmtico, este trabajo va a cen-
trarse en las paremias de uso popular, esto es, los proverbes, los dictons y las
phrases proverbiales.
Esta primera eleccin plantea un problema de traduccin terminolgica,
pues no hay una correspondencia exacta en espaol. Dado que esta cuestin
ha sido ampliamente estudiada en otros trabajos nuestros, nos limitaremos a
presentar las conclusiones al respecto.
Del proverbe existen dos correspondencias en espaol, el refrn y el pro-
verbio, trminos considerados con frecuencia sinnimos, pero que presentan
algunas diferencias, ya que la gravedad del proverbio contrasta con la fami-
liaridad, la irona y la jocosidad de la que suele hacer gala el refrn. As, los
proverbes Tel arbre, tel fruit y ne dArcadie, | Charg dor mange char-
dons et ortie encuentra sus correspondencias respectivamente en el refrn
De tal palo, tal astilla y en Asno de Arcadia, lleno de oro y come paja.
Por otra parte, el proverbio ofrece una lejana en el tiempo y el espacio; de
este modo, se emplea dicho trmino para aludir a los proverbios chinos o a
los proverbios bblicos.
Dentro de los proverbes, destacan los proverbes locaux o historiques,
que corresponden a los refranes geogrficos, tambin denominados dictados
tpicos. Por ejemplo: Qui na pas vu la Bouille na rien vu. La alusin a
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1800 Julia Sevilla Muoz
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El espacio en las paremias francesas y su traduccin espaola 1801
Correspondencias terminolgicas
de las principales paremias populares
Proverbe Refrn / Proverbio
Proverbe local / historique Refrn geogrfico / Dictado tpico
Dicton Refrn
Dicton mtorologique Refrn meteorolgico
Dicton du travail Refrn laboral
Dicton de la croyance Refrn supersticioso
Phrase proverbiale Frase proverbial
EL ESPACIO PAREMIOLGICO
En las paremias populares objeto de nuestro estudio aflora el pensamiento y
las costumbres de toda una sociedad. Las paremias recogen la sabidura acu-
mulada durante siglos por una sociedad eminentemente rural y transmitida
hasta nuestros das tanto por transmisin oral de padres a hijos como por
transmisin escrita, a travs de textos muy variados (textos literarios, calen-
darios, textos periodsticos...).
Estas paremias no slo contienen un considerable nmero de enseanzas
compuestas por advertencias, consejos y descripciones sobre las actividades
humanas propias de la sociedad en la que nacieron sino tambin por todo
tipo de detalles acerca del espacio en que se mueve esta sociedad eminente-
mente rural.
A travs de las paremias se descubren principalmente dos espacios: el
espacio antrpico y el espacio natural.
Ante la limitacin espacial del presente trabajo, daremos unas pince-
ladas acerca de ambos espacios y, dado que el presente encuentro cientfico
se celebra en un espacio junto al mar, seleccionaremos algunas paremias alu-
sivas al elemento acufero en algunas de sus variadas formas (gota de agua,
lluvia, tempestad, ro, mar...).
El espacio antrpico
Por espacio antrpico, entendemos no slo el espacio en el que vive el ser
humano y que ha recibido su accin o intervencin directa o indirecta, sino
tambin el espacio en el que el ser humano desarrolla todo tipo de activi-
dades, ya sea en el entorno familiar o vecinal, ya sean individuales o colec-
tivas.
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1802 Julia Sevilla Muoz
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El espacio en las paremias francesas y su traduccin espaola 1803
El espacio natural
Por espacio natural, entendemos aqul donde la presencia humana es mucho
menor.
En el espacio natural paremiolgico, destaca el bosque, un espacio
omnipresente en la Europa medieval que vio nacer a la mayora de las pare-
mias populares. Algunos proverbes resaltan la solidez y la fuerza de los
rboles, como el roble: Dun petit gland sourd [nat] un grand chne (De
una nuez chica, gran rbol de noguera, De una bellota chica se hace una
gran encina). El refranero espaol insiste en esta idea de fuerza con la
conocida paremia Quien a buen rbol se arrima, buena sombra lo cobija,
que alude a lo beneficioso que resulta tener un protector.
Otros proverbes mencionan la prdida de dicha fuerza en circunstancias
adversas: Quand larbre est tomb, tout le monde court aux branches
(Del rbol cado, todos hacen lea). En sentido general, esta prdida se
traduce en la prdida de la autoridad.
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1804 Julia Sevilla Muoz
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El espacio en las paremias francesas y su traduccin espaola 1805
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1806 Julia Sevilla Muoz
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en las paremias francesas y su traduccin espaola 1807
no tiene impurezas: Agua que corre, nunca mal coge. En sentido general,
se recomienda la actividad para tener xito.
El agua en movimiento alude tambin a la libertad: Il faut laisser couler
leau. Aconseja no ser ambiciosos y, si no necesitamos algo, ser mejor
dejarlo para que siga su curso natural. La correspondencia espaola resulta
mucho ms explcita: Agua que no has de beber, djala correr.
El agua que corre puede equipararse con el tiempo que fluye, con las
oportunidades que se presentan cuando uno menos lo espera. Por eso, se ha
de estar atentos para no dejar escapar la ocasin favorable: Le moulin ne
meut pas avec leau coule en bas (Agua pasada no mueve molino). La
ocasin puede hallarse no en el agua sino en el instrumento que permitir
llegar a ella, como la cuerda del pozo.
El agua turbia puede inducir a pensar que, en este caso, la imagen del
agua es perjudicial. Es cierto, pero no para todos, pues hay quien obtiene
provecho de los males ajenos, de los negocios mal gestionados, de las situa-
ciones llenas de confusin o de las desavenencias surgidas entre los dems,
como indican estas frases proverbiales: Il fait bon pcher en eau trouble,
Leau trouble est le gain du pcheur, cuya correspondencia es el conocido
refrn A ro revuelto, ganancia de pescadores.
El agua fra puede simbolizar una situacin desagradable o daina.
Quien la ha sufrido procurar evitar situaciones. En el mundo proverbial,
ser el gato quien personifique a la persona que ha adquirido experiencia
mediante el sufrimiento: Chat chaud, craint leau froide, Gato escal-
dado, del agua fra huye.
El pozo seco har que se valore algo beneficioso que ya no se posee:
Quand le puits est sec, on sait ce que vaut leau, paremia sinnima de
Bien perdu, bien connu (El bien no es conocido hasta que es perdido).
El agua de la fuente puede significar nuestras acciones futuras y, dado
que son futuras, no sabemos si las llevaremos a cabo o no, por lo que no con-
viene afirmar que haremos una cosa u otra, si no tenemos la certeza de lle-
varlo a cabo, de ah el mensaje de esta paremia: Il ne faut jamais dire:
Fontaine, je ne boirai pas de ton eau, cuya correspondencia espaola es:
Nunca / No digas: De esta agua no beber.
El agua es un bien preciado, en especial para el labriego, quien espera
ansioso su llegada en el mes de mayo, como indica el dicton Mai pluvieux
rend le laboureur heureux. En la correspondencia espaola, la alegra por
la llegada de las lluvias en mayo se expresa mediante la idea de tener pan
para todo el ao si stas se producen: Agua(s) de mayo, pan para todo el
ao. Otro mes lluvioso es abril: En avril, nu; en mai, rose, cuya corres-
pondencia espaola sera el conocido refrn (En) abril, aguas mil.
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1808 Julia Sevilla Muoz
CONCLUSIONES
Son numerosas las paremias que muestran la variedad espacial, agrupadas
principalmente en torno a dos tipos de espacios: el espacio antrpico y el
espacio natural.
En el espacio antrpico, existe un claro predominio del espacio doms-
tico, tanto del espacio familiar como del vecinal. Por otro lado, cabe men-
cionar el protagonismo que adquieren en las paremias relativas al espacio
antrpico los animales, en especial los animales domsticos y ms concreta-
mente el perro.
En el espacio natural, sobresale la presencia de los rboles considerados
en forma individual para destacar su dureza o en su conjunto, el bosque.
El agua aparece en ambos espacios bajo formas muy variadas, entre las
que sobresale la gota de agua, el ro, el mar. El agua posee, por lo general,
un valor positivo. La gota de agua simboliza la constancia; el agua que corre,
la ocasin favorable o el progreso. Sin embargo, no se ha de olvidar la idea
de peligro presente tanto en el mar como en el bosque.
Las correspondencias espaolas incluidas en este trabajo permiten corro-
borar la existencia de los universales paremiolgicos, esto es, paremias de
sentido y forma muy similares en dos o ms lenguas; la francesa y la espa-
ola, en este caso. Junto al mencionado caudal paremiolgico comn, coe-
xisten otras paremias propias de cada lengua y de cada cultura.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio en las paremias francesas y su traduccin espaola 1809
Hemos dado slo algunas pinceladas acerca del espacio en las paremias
francesas y su correspondencia espaola; pero, las paremias permiten dar
muchas pinceladas ms, que esperamos constituyan el objeto de trabajos
para otros investigadores.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS1
CANTERA, J. - SEVILLA MUOZ, J., El calendario en el refranero
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1810 Autor
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1811 Julia Sevilla Muoz
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10. EL ESPACIO EN LAS LENGUAS
ESPECIALIZADAS
LESPACE DANS
LES LANGUES DE SPCIALIT
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LES ESPACES DE LA RESTAURATION:
PASS ET PRSENT DE LEUR LEXIQUE
Les mots sont le reflet de lvolution des murs et des ides, disait
G. Gougenheim1. Cest l une vrit particulirement prenante en ce qui
concerne le lexique des tablissements de restauration: nouveaux clients,
nouveaux restaurants et cafs.
Le but de cette tude est double: je me propose de rflchir dune part
sur les modifications sociales du monde de la restauration travers le temps;
les circonstances sociales, politiques, intellectuelles qui ont vari au cours
des ges sont lies au deuxime but de ce travail: jaimerais tablir un inven-
taire (qui en fait serait un sous-lexique, puisquil sagit de franais de sp-
cialit) recouvrant cette ralit mouvante. Mme sil sagit dun stock
restreint, la matire inventorier et analyser savre cependant assez chao-
tique cause de sa complexit et de son htrognit. Jessaierai de
dmler cet cheveau en marquant les mots vieillis, en indiquant les sens
nouveaux glisss partir dunits anciennes, en affectant lemploi des mots
de la mention du niveau social o ils se situent (familier, populaire, vul-
gaire), en nexcluant pas les termes et les emplois qui relvent mme de
largot gnralis.
Cette perspective impliquera aussi le recensement des nologismes
parmi lesquels il faudra accueillir avec libralit dans ce domaine les termes
dorigine trangre, malgr le dcalage existant entre lenregistrement offi-
ciel des dictionnaires et la ralit de lusage dans la langue, dans un secteur
qui fait preuve de vitalit et renouveau constants.
1 Cf. Les mots franais dans lhistoire et dans la vie, Paris, Picard, 1968.
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1814 Marina Aragn Cobo
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1815
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1816 Marina Aragn Cobo
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1817
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1818 Marina Aragn Cobo
Grce lessor des voies ferres au XIXe sicle, il faut dater galement
de cette poque (1863) le mot buffet de gare qui dsigne un caf-restau-
rant install dans les gares importantes. part le buffet de gare, pour res-
taurer bon march les voyageurs, on voyait et on voit encore dans certaines
gares le buffet roulant, voiturette qui vend, sur les quais, des sandwichs et
des boissons.
Les trains ont des wagons amnags en restaurant ou bar. Le mot
wagon-restaurant tait dj repr lcrit en 1873. Le terme administratif
est toutefois voiture-restaurant qui ctoie voiture-bar.
Le caf-concert relve galement du XIXe s. Ctait lpoque un
thtre o les spectateurs pouvaient couter des chanteurs, des fantaisistes,
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1819
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1820 Marina Aragn Cobo
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1821
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1822 Marina Aragn Cobo
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1823
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1824 Marina Aragn Cobo
voitures pendant que leur conducteur sont invits prendre une boisson et
lire la presse du jour).
Avec caf: caf-bar ou linverse bar-caf, caf-tabac, caf
musical-restaurant.
Avec restaurant: restaurant brasserie, restaurant crperie, res-
taurant grill, restauvolants, restaurant-tarterie (spcialis en gteaux),
restoroute (restaurant dautoroute), restonline (pour commander par
linternet), restaurant karaok, resto-danse, resto-show, restos U
(abrviation de universitaire).
propos de resto, on sait que les dernires dcennies ont t mar-
ques, pour le vocabulaire, par un courtement des formes. Cette tendance
est donc prsente aussi dans cette aire smantique. Resto qui peut gale-
ment scrire restau est labrviation familire de restaurant; comme
tout le monde sait, le raccourcissement de ce mot a t immortalis par les
fameux restos du cur de Coluche.
Les mots composs laide de ces lexies correspondent aussi la restau-
ration thme qui, comme nous lavons dj dit, connat une forte crois-
sance. Dans cette restauration thmatique diverse, distinguons dune part
celle qui correspond aux spcialits culinaires, dans le sein de la restauration
rapide et traditionnelle, et dautre part celle des pays trangers.
Dans le premier groupe se situent:
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1825
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1826 Marina Aragn Cobo
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1827
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1828 Marina Aragn Cobo
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Les espaces de la restauration: pass et prsent de leur lexique 1829
Le suffixe -ra est trs productif en espagnol. Citons par exemple bra-
sera qui est un calque non officiel de brasserie, cervecera, hela-
dera, sidrera; quant churrera, tapera, marisquera,
freidura, chocolatera, jamonera, picotera, ils correspondent
des ralits typiquement espagnoles trs ancres dans les coutumes du pays.
Il y a encore dautres diffrences socioculturelles signaler. En France,
un drugstore comprend toujours un bar ou un caf-restaurant; en Espagne,
ce genre dtablissement la mode est un simple magasin o lon ne
consomme pas. Il est appel plus couramment un 24 horas; son quivalent
au Canada se dnomme dpanneur, du fait justement de sa fonction de
dpanner.
Autre distinction: en Espagne, les restaurants turcs sappellent commu-
nment kebap, (avec p final), alors quen France kebab (avec b
final) ne dsigne quune sorte de viande particulire de ce pays.
Parlons de faon trs concise des emprunts: pour la restauration rapide
base dhamburgers, lespagnol a assimil le mot hamburger en hamburgue-
sera, tandis que le franais na pas russi adapter langlicisme fast-
food.
Pour grill, on emploie plutt en espagnol asadero ou restaurante
asador.
Par contre, lespagnol emprunte catering, alors quen franais on pr-
fre parler de traitance.
Signalons dautre part dautres diffrences lexicales et morphologiques:
pour restaurant thme, on prfre en espagnol parler de restaurante
temtico.
Pour restaurant chinois, la tendance est lellipse du premier lment
en espagnol, car on dit couramment voy a un chino.
De mme quen franais, les mots restaurante, caf, bar entrent
dans de nombreux assemblages de mots composs, et ce, dans tous les sens,
comme par exemple: restaurante bar/bar restaurante. Mais il y a aussi en
espagnol des mots composs originaux, ds galement lvolution des
murs. Jai lu dans ma ville les enseignes suivantes: caf cinema, caf
imagen, caf museo.
Quant aux espaces de restauration installs dans les villes et villages
durant les ftes, citons ne serait-ce que barraca dans la Communaut
valencienne, ou casetas en Andalousie.
Ajoutons finalement le mot chiringuito qui, quand il voque un lieu o
boire et manger, dsigne une buvette de plage, espace populaire trs fr-
quent en Espagne, reprsentatif des coutumes estivales espagnoles.
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1830 Marina Aragn Cobo
Ainsi donc, ce tour dhorizon des espaces de restauration est loin dtre
complet. En effet, mme si le lexique trait ici est un lexique spcial, le
dnombrement total de ses termes ne peut tre atteint pour deux raisons: pre-
mirement, cause des limites imposes un travail de ce genre, et deuxi-
mement du fait de lhtrognit et de lincessante mouvance de ce
vocabulaire. Son rsultat naboutit qu des approximations. De plus, les
relevs, descriptions et remarques ont souvent t effectus de manire arti-
sanale et intuitive, ce qui peut porter erreur et tre objet de critiques
diverses.
Jespre cependant que cette contribution si modique soit-elle, puisse
tre considre comme un chantillonnage, et quelle serve montrer que la
richesse de ce lexique, en plein panouissement, invite la poursuite dune
recherche plus exhaustive.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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EL ESPACIO DE INTERNET EN LOS TEXTOS
ESPECIALIZADOS: ESTUDIO COMPARATIVO
FRANCS-ESPAOL SOBRE EL USO DE LOS
ANGLICISMOS EN DICHO MBITO
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1832 Mercedes Eurrutia Cavero
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El espacio de Internet en los textos especializados 1833
gre, et lon en fait lexutoite damres dceptions qui sont en fait politi-
ques5. Ms que el estado de la lengua, es a menudo el estado del pas
lo que desencadena una brusca voluntad de intervencionismo lingstico. No
obstante, a pesar de las tentativas de regulacin lingstica, no se han obte-
nido los frutos esperados. Tanto las Comisiones de Terminologa creadas en
Francia con tal fin y su poltica concertada con instituciones anlogas que
desarrollan su labor en otros pases francfonos as como la RAE o la
Agencia EFE, en Espaa, actan con una lentitud incapaz de competir con
la vertiginosa fluidez con la que circulan dichos prstamos. Por no hablar de
ciertas propuestas que podramos calificar de desacertadas, como ocurre en
el caso de disque optique compact (demasiado largo) por CD-Rom. La expe-
riencia muestra que las creaciones coronadas con xito son las que aparecen
inmediatamente tras la introduccin del referente y del anglicismo utilizado
para designarlo; citaremos, entre otros ejemplos ordinateur frente a com-
puter, logiciel frente a sofware, disque compact frente a compact disc...
Detengmonos en algunos de ellos; as pues, cabe destacar el empleo en
francs del trmino ordinateur (esp. ordenador) en sustitucin del ingls
computer. En angloamericano para designar esta nueva mquina electrnica
de tratamiento de la informacin se utiliz el trmino Electronic Data
Processing Machine (EPDM) en concurrencia con otro ms antiguo, com-
puter, que hasta entonces serva para designar las mquinas de escribir elc-
tricas a los calculadores mecanogrficos. En Francia, la aparicin de esta
primera generacin de ordenadores plante serios problemas terminolgicos
que se intentaron solventar con tres propuestas: 1) conservar uno de los dos
trminos angloamericanos; 2) emplear el trmino calculateur, traduccin de
computer, utilizado hasta el momento en mecanografa; 3) crear un neolo-
gismo para designarlo. IBM FRANCE asumi dicha responsabilidad en
1954. Desech el trmino calculateur por no expresar de modo explcito la
revolucin tecnolgica del momento ni los empleos polivalentes de dicha
mquina. Opt, posteriormente, por la expresin machine lectronique
donnes processionnelles, que pronto descart. Solicit entonces la colabo-
racin de M. Jacques Perret, en aquel momento profesor de Universidad en
Pars que propuso el trmino ordinateur, tomado de la expresin teolgica
Dieu, Grand ordinateur du monde en la que ordinateur hace referencia a un
Dios que pone orden en el mundo conforme a un plan establecido.
Ordinateur pas de este modo del campo lxico de la Teologa al de la
Informtica. De su origen teolgico conserva el sema de orden, organizacin
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1834 Mercedes Eurrutia Cavero
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El espacio de Internet en los textos especializados 1835
muchacho que lleva los palos en el juego de golf; dicho trmino ha pasado
con el mismo sentido al francs (caddie o caddy, L., p. 100) y al espaol
(cadi o caddie, G. L., p. 490). En Informtica caddie designa el botier dans
lequel il faut placer le CD-Rom avant de linsrer dans certains modles de
lecteurs de CD-Rom8.
En cuanto al trmino benchmarking, del ingls benchmark, designa un
punto de referencia pero tambin, una terraza natural; se trata pues de un
trmino que originariamente se utilizaba en Topografa. En Le Monde
Informatique del 8 de diciembre de 1995 encontramos el siguiente prrafo:
Le mot benchmarking ne se traduit pas. Dautant moins que les Anglo-
Saxons lui ont donn un sens loign de ses origines (banc dessai) pour en
faire une mthode de comparaison des entreprises entre elles9. En
Informtica ha pasado a designar la evaluacin de los productos y servicios
que ofrecen las empresas frente a sus competidores a travs de programas
informticos. Aunque en francs se han propuesto sinnimos como banc
dessai, analyse comparative... no han conseguido imponerse.
Otro ejemplo relevante de prstamo interno es el trmino francs pro-
tocol, en espaol protocolo, del ingls protocol que designa en Informtica un
ensemble de procdures qui permettent deux lments dun rseau de se
communiquer des informations10. Dicho trmino debe su sentido actual a su
origen, especfico del lenguaje jurdico, en el que prothecolle designaba la
minuta de un acto jurdico; en 1606 pas a designar el formulario de
correspondencia oficial y privada y posteriormente, en 1829 fue interpretado
como conjunto de normas oficiales, llegando al sentido que actualmente
posee en el mbito de las telecomunicaciones. Tres semas se han mantenido
en la evolucin de dicho concepto: procedimiento, norma y comunicacin.
Como vemos, los ejemplos de prstamos internos son mltiples.
La evolucin de los anglicismos merece, pues, una atencin particular en
Informtica ya que pone de manifiesto el paso de la creatividad adaptadora
a la creatividad innovadora. En este sentido y al igual que Kocourek, consi-
deramos que dichos prstamos constituyen una innovacin del sistema
lxico, en cierta medida sancionada por l, que responde a sus posibilidades
y necesidades11.
8 OTMAN, G., Les mots de la cyberculture, Paris, Belin, coll. Le franais retrouv,
1998, p. 54.
9 Le Monde Informatique, le 8 dcembre 1995.
10 OTMAN, G., op. cit., p. 315.
11 KOCOUREK, R., La Langue Franaise de la Technique et de la Science,
Wiesbaden, Oscar Brandstetter Verlag, 1982, p. 132.
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1838 Mercedes Eurrutia Cavero
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El espacio de Internet en los textos especializados 1839
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1840 Mercedes Eurrutia Cavero
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1848 Mercedes Eurrutia Cavero
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LESPACE VIRTUEL DE LA CLASSE
EN FRANAIS LANGUE DE SPCIALIT
INTRODUCTION
De faon justifier nos choix pdagogiques, nous dirons que notre dmarche
relve de lapproche communicative et nous prsenterons tout dabord notre
positionnement didactique. Notre travail est articul sur la centration de lap-
prenant, en particulier sur la recherche de sa motivation et de son implica-
tion son apprentissage [notre cheval de bataille depuis plus de dix ans1].
Cette prise en compte na elle-mme de sens quau regard du contexte insti-
tutionnel o elle sinscrit, dterminant une srie de contraintes matrielles
(contenus, espaces et temps denseignement/apprentissage).
Notre effort sest centr sur la recherche du dnominateur commun, du
facteur agglutinant, entre les diffrents publics dapprenants ainsi que la
diversit des spcialits en prsence dans la classe de franais. La ngocia-
tion dun Projet-cadre nous permet ainsi dintgrer tous nos apprenants dans
une dmarche commune de travail aux intrts convergeants. Cet aspect
intgrateur nest pas ngligeable si lon considre limportante rduction des
horaires denseignement du franais.
Ceci tant dit, il nous a fallu miser sur de nouveaux modes dapprentis-
sage intgrant des objectifs stratgiques largis de sorte dcloisonner la
classe de langue de spcialit traditionnelle, en accord avec des principes de
1 GMEZ ANGEL, B., La motivacin como premisa y soporte del aprendizaje del
idioma francs en Escuelas Universitarias Tcnicas, in II Congreso Luso-Espanhol de
Linguas Aplicadas s Cincias, Evora, 1991.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1850 Brisa Gmez ngel
LE CHOIX DU PROJET-CADRE
Le schma de notre Projet-cadre illustre bien notre propos et notre
volont de prise en compte des dterminants de notre dmarche (Cf.
schma).
Lorganisation de lenseignement-apprentissage autour dun projet-
cadre prsente lavantage dincorporer tous les lments considrer dans la
construction dun cursus de franais langue de spcialit en milieu universi-
taire: les exigences institutionnelles en matire de contenus et dvaluation
des acquis, la typologie des apprenants variant entre 18 et 23 ans, en dbut
ou en milieu dtudes, aux intrts divers suivant le projet personnel de mise
en pratique de la langue apprise, les enjeux personnels, la disposition lap-
prentissage et le degr dengagement, en somme tous les facteurs de motiva-
tion qui vont leur tour dterminer les stratgies dapprentissage3.
En accord avec Paul Cyr, notre profil denseignante est celui de 2 len-
seignant stratgique la fois penseur, preneur de dcision, motivateur, etc.
car il nous faut tre expert en contenu, tenir compte des connaissances ant-
rieures de llve, de ses perceptions et de ses besoins, mais aussi des objec-
tifs dun programme ou dun curriculum, des exigences des tches proposes
2 PERRENOUD, P., Dix nouvelles comptences pour enseigner, Paris, ESF diteur,
1999, p. 61.
3 CYR, P., Les stratgies dapprentissage, Paris, CL International, 1998.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace virtuel de la classe en franais langue de spcialit 1851
4 Ibid., p. 116.
5 Ibid., p. 119.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1852 Brisa Gmez ngel
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace virtuel de la classe en franais langue de spcialit 1853
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1854 Brisa Gmez ngel
Projet-cadre
CHIMIE DESING
HABITAT
Traiment des eaux uses Graphisme
Scnario
Traiment des dchets Mobilier
Objets dart
Architecture
Adoucisseur deau
Chauffe-eau plaques
solaires
Lit imagine
Le grand kalidoscope
LECTRICITE Marina lampe
LECTRONIQUE Meuble fonctionnel
Aspects de domotique Panneau multifonctions MCANIQUE
Rseau lectrique Placard cuisine Mcanismes
Rseaux informatiques modulaire doverture/fermeture
nergies alternatives Projet dlectrifications Contrles
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace virtuel de la classe en franais langue de spcialit 1855
CHIMIE DESING
Traiment des eaux Projet-cadre Graphisme
Consommation HABITAT Objets dart
Dsalage Architecture
Scnario
Leau et nous
Leau et les techniques
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1856 Brisa Gmez ngel
VALUATION ET CONCLUSION
Au cours de ces dix dernires annes, nous avons ralis les projets-
cadres suivants:
Valencia, changes interculturels.
Habitat.
Histoires deau.
Lautomobile.
Les nanotechnologies.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Lespace virtuel de la classe en franais langue de spcialit 1857
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EL DICCIONARIO EN LA ENSEANZA
DEL FRANCS PARA FINES ESPECFICOS
Muchos son los estudiantes que tras la primera clase de Francs se acercan
al profesor para pedirle consejo sobre la compra de algn buen diccio-
nario para estudiar francs. Generalmente, la consulta versa sobre los dic-
cionarios bilinges. Preguntan sobre el diccionario bilinge ms apropiado
para ellos, ya que son estudiantes de ingenieras.
Por ello, en nuestra comunicacin trataremos del uso del diccionario en
la Enseanza del Francs para Fines Especficos en la Escuela Tcnica
Superior del Medio Rural y Enologa, de Valencia. La asignatura de francs
impartida en la Escuela Tcnica Superior del Medio Rural y Enologa es de
Libre Eleccin, con un total de 60 horas, con una frecuencia de cuatro horas
semanales en dos das consecutivos. Esta clase est formada por 25 estu-
diantes, de los cuales slo un reducido grupo ha estudiado, durante un ao
acadmico, francs en el Instituto. Las caractersticas de este grupo y de esta
asignatura condicionan el ritmo y el programa a desarrollar durante estas 60
horas. De tal manera que, proponemos a los estudiantes como objetivo prio-
ritario la adquisicin de una buena base en francs y la iniciacin en el uso
del francs en su especialidad, es decir la agricultura.
En numerosas ocasiones el diccionario es necesario en la realizacin de
los ejercicios escritos y orales propuestos por el libro de clase, los mtodos
de aprendizaje, o ante las dificultades de comprensin en la lectura de textos
en francs, en clase o en las horas de estudio de nuestros estudiantes. No
debemos olvidar que una parte importante de la bibliografa recomendada
por otros profesores de esta Escuela Tcnica Superior est en francs (por
ejemplo, en Jardinera, Proteccin de cultivos, Ctricos, etc.). Y es en stas y
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1860 Mercedes Lpez Santiago
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El diccionario en la enseanza del francs para fines especficos 1861
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1862 Mercedes Lpez Santiago
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El diccionario en la enseanza del francs para fines especficos 1863
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1864 Mercedes Lpez Santiago
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El diccionario en la enseanza del francs para fines especficos 1865
Actividad n 2
Indiquez le genre de ces termes. Utilisez le dictionnaire.
fruit, lgume, sucre, lait, viande, poule, coq, culture, champ, fermier,
bl, avoine, mas, crale, labourage, moisson, rcolte, pandage, march,
fromage.
Actividad n 3
Trouvez le nom de larbre producteur partir du fruit. Utilisez le diction-
naire.
lamande
labricot
lolive
la mre
la banane
la pamplemousse
la pche
Actividad n 4
Trouvez le nom du fruit partir du nom de larbre producteur. Utilisez
le dictionnaire.
loranger
le citronnier
le poirier
le kaki
le cerisier
le grenadier
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1866 Mercedes Lpez Santiago
Actividad n 5
crivez la traduction de ces activits agricoles: Amender, arracher,
battre, chauler, couper, emblaver, engranger, ensiler, gerber, herser, lier,
recueillir, rentrer, rouler, vanner. Utilisez le dictionnaire.
Actividad n 6
Lisez le texte, puis traduisez les activits agricoles dcrites. Utilisez le
dictionnaire.
Le travail de lagriculteur
Lagriculteur peut tre paysan propritaire de son exploitation agricole,
fermier, mtayer ou salari. Lagriculteur prpare le sol, effectue les mai-
lles et les rcoltes. Le rendement des exploitations dpend du regroupement
des terrains, du progrs technique et de la spcialisation des productions. Le
travail de lagriculteur est divers. Voici quelques activits agricoles ralises
par un agriculteur:
Labourer: retourner et mlanger la terre. Le labourage permet la cir-
culation de lair et de leau dans le sol.
mietter: Rduire les mottes de terre en miettes et galiser.
Lmiettement favorise la circulation de lair.
pandre: enrichir le sol dengrais et protger les plantes par des
insecticides. Lpandage favorise la croissance des graines.
Moissonner: rcolter et stocker les grains dans des silos. La moisson
dpouille la terre des crales.
Faucher: couper le foin. Le fauchage stoppe la croissance des tiges.
Faner: taler et retourner le foin. Le fanage permet lherbe de
scher.
Actividad n 7
Cherchez ces termes dans vos dictionnaires et copiez les articles.
Comparez ces articles avec ceux de vos camarades. Faites des commen-
taires.
Oiseau, bte, eau, feuille, sucre, mouche.
Tomaremos como ejemplo el trmino oiseau.
En el Diccionario Esencial Vox, leemos:
Oiseau [wazo[ m. 1 Ave f. (grand), pjaro (petit). Loc. ~ de passage, ave de
paso; fig.vilain~ , pajarraco. 2 Loc. Adv. vol d~ , en lnea recta.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
El diccionario en la enseanza del francs para fines especficos 1867
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1868 Mercedes Lpez Santiago
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LE FRANAIS COMME LANGUE
SPCIFIQUE: LE FRANAIS DU TOURISME
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1870 Natalia Maci Espadas
1 Hrodote: Historien grec, Vime sicle avant J.-C., surnomm le pre de lhis-
toire. Son oeuvre, Lenqute ou Histoire, expose lhistoire et les moeurs des habitants des
diffrents pays connus du bassin mditerranen quil visita ainsi que lhistoire des relations
des Grecs et des Barbares jusqu la fin des guerres Mdiques.
Homre: Auteur de lIliade et de lOdysse.
Xnophon: crivain athnien, disciple de Socrate. Banni un temps dAthnes, il
vint habiter chez les Spartiates. Auteur doeuvres lAnabase, Les Mmorables de Socrates...
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le franais comme langue spcifique: le franais du tourisme 1871
2 Aymerich Picaud: prtre franais Vezelay. Son Liber Peregrinationis fait parti du
Codex Calixtinus, oeuvre du XIIme sicle qui doit son nom au Pape Calixte II.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1872 Natalia Maci Espadas
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le franais comme langue spcifique: le franais du tourisme 1873
Toute invention dun objet nouveau, toute introduction dans lusage dun
produit nouveau, toute laboration dun concept nouveau appelle un rema-
niement lexical: spcialisation ou extension dun mot dj existant,
emprunt dun mot tranger ou exotique ou cration dun nologisme3.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1874 Natalia Maci Espadas
franais. Cest le cas de package. Ce mot est traduit par forfait. Il sagit
de lensemble des prestations de services (transport, hbergement, restaura-
tion, excursions...) proposs prix fixes par un organisateur de voyages. Sa
traduction forfait est recommande dans larrt du 4 avril 1982.
Aujourdhui, le mot package est en voie de disparition.
Le mot tour-operator est un terme technique qui est apparu avec le
dveloppement du tourisme international. Il est traduit par voyagiste.
Depuis quun arrt la rendu officiel, celui du 4 avril 1982, il sest rpandu
et il est devenu rapidement familier. Ce mot nouveau remplace lexpression
anglaise et sa transposition franaise tour oprateur.
Un autre terme anglais overbooking a un comportement semblable.
Cependant son utilisation dans la langue franaise est trs frquente. Ce mot
est compos de to make a booking qui signifie en anglais louer, rserver,
faire une rservation et du verbe to overbook qui signifie louer plus de
places quil ny en a de disponibles. On emploie surtout ce mot dans le
transport arien de personnes. Le substitut franais surrservation est le
nologisme dont lemploi est recommand dans larrt du 12 janvier 1973
pour remplacer surbooking.
Nous allons nous centrer maintenant dans un domaine trs concret, celui
des transports et des agences de voyages. Il sagit ici de se submerger dans
un monde bien diffrent celui o nous vivons habituellement. Le langage
utilis dans ces domaines est fait de signes, de codes que seuls les profes-
sionnels du tourisme et en particulier des agences de voyages et du transport
arien savent dchiffrer. Cependant lorsquon explore ce nouveau langage
nous remarquerons les points suivants: il sagit de codes ou signes qui sont
le plus souvent labrviation de termes anglais; lassociation de ces codes
(numriques ou en lettres) peuvent former en quelques signes de vritables
noncs.
Nous allons tout dabord parler du code IATA (International Association
Air transport) qui est un systme international qui attribue des lettres aux
compagnies ariennes, aux villes et aux aroports. Ces compagnies sont
donc identifies par deux, voir trois lettres. On retrouve ces rfrences sur
les billets, les crans dinformation aux aroports, les guides horaires des
compagnies et parfois aussi, les brochures dagences. Un mme systme de
codification existe aussi pour les villes et les aroports.
Exemples de codes de compagnies ariennes:
AF: Air France.
AC: Air Canada.
BA: British Airways.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le franais comme langue spcifique: le franais du tourisme 1875
JK: Spanair.
NI: Portugalia.
IB: Iberia.
Ces codes sont parfois les sigles des compagnies, dautres ne sont que
des lettres qui les identifient.
Exemples de codes de villes:
CPH: Copenhague.
PAR: Paris.
ROM: Rome.
LYS: Lyon.
Codes daroports qui concident la plupart du temps avec ceux des
villes:
JFK: New York.
VER: Berlin.
AMS: Amsterdam.
Dautres codes sappliquent aux tarifs:
Y: Classe touriste.
C: Business class.
F: premire classe.
CD: Tarif Business class pour vols de jour.
YD: Tarif classe touriste, vols de jour.
CN: Tarif Business classe pour vols de nuit.
YN: Tarif classe touriste, vols de nuit.
D et N sont les sigles de day et night en franais jour et nuit.
Mme si on a limpression que ces codes sont compliqus dchiffrer,
chaque lment fait rfrence un concept concret. Soit le message suivant:
YKXPX3M: Cest ce que lon appelle le code tarif de base.
Y: Classe touriste
K: Code qui fait rfrence la saison, 60 codes qui permettent didenti-
fier plusieurs tarifs.
X: jours de la semaine ou partie de la semaine (dbut, milieu, fin, week-
end)
PX: PEX, rduction faite sur le voyage de faon exceptionnelle
3M: Code de dure, maximum de sjour pour lequel est valable ce tarif.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1876 Natalia Maci Espadas
Il y a des centaines de tarifs. Les sigles utiliss ne sont pas toujours les
abrviations des concepts quils reprsentent.
Les systmes informatiques se chargent de simplifier au maximum les
informations au sujet de voyages et rservations. Ce langage est interna-
tional. Ces systmes informatiss de rservations furent implants dans les
annes 60 par les compagnies ariennes amricaines. Avec lapparition et le
dveloppement de linformatique, on cre des systmes informatiques: les
CRS (Computerized Reservation System) et les GDS (Global Distribution
System). Un des systmes CRS est Amadeus. Il fut cre, la fin des annes
80 en Europe par Iberia, Lufthansa, Air France et SAS. Lapplication de ce
type de systme dans le secteur touristique provoque une rvolution en
matire de communication.
Ce qui nous intresse, cest de voir comment la succession de codes nous
permet davoir une information claire, un message cohrent.
Par exemple, soit le message suivant:
AN23AUGROMPAR:
AN: Neutral Avaibility (disponibilit neutre)
23 AUG: Date (date laquelle je dsire voyager)
ROMPAR: City Pairs Rome/Paris (ville dorigine et de destination)
Ce message permettra de voir la liste des vols disponibles pour voler de
Rome Paris le 23 aot.
AN23AUGROMPAR1000: Il nous indique la disponibilit des vols quil
y a pour aller de Rome Paris un 23 aot partir de 10 heures.
AN10MAYMIA: Nous avons la disponibilit des vols pour ce jour et
cette destination (10 mai, Miami) du lieu do je fais la rservation.
Comme nous venons de le constater, lassociation des codes reproduit un
message que les professionnels du domaine des voyages peuvent dchiffrer
et utiliser quel que soit leur pays dorigine.
NM1BRANDT/M MR: Ce message nous indique le nom du passager
(NM) suivi du nombre de personnes qui voyagent (ici un passager), son nom
de famille et son prnom (BRANDT M) et finalement MR signifie
Monsieur, en anglais Mister.
NM2PEREZ/CARLOS MR/MIGUEL (CHD): Si un enfant de deux
douze ans voyage avec le passager, CHD apparatra aprs le nom du pas-
sager. CHD est labrviation de children en anglais.
Le franais comme langue spcifique du tourisme doit cohabiter avec
langlais, langue qui domine le panorama professionnel actuel. Il ne faudrait
cependant pas oublier que dans dautres domaines, par exemple la restaura-
tion, le franais a une grande importance quant lutilisation dun vocabu-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Le franais comme langue spcifique: le franais du tourisme 1877
laire spcifique. Les anglais ont des emprunts franais tout comme nous,
nous avons des emprunts anglais. Lapparition de nouvelles technologies
dans les systmes de traitement de linformation, de rservation et la distri-
bution de services touristiques ont provoqu de grands changements aux-
quels il faudra sadapter.
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
PICOCHE, J., Prcis de lexicologie franaise: ltude et lenseignement du
vocabulaire, Paris, Nathan, 1994.
PINSON, M., Anglicismes et substituts franais, Paris, Duculot, 1991.
Le Robert. Dictionnaire historique de la langue franaise, Paris, 1998,
3 volumes.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
11. LOS ESPACIOS MULTIMEDIA
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LINTERNET COMME ESPACE POUR
LA DFENSE ET LA PROMOTION
DE LA LANGUE FRANAISE
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1882 Mireia Carol Gres
2 Cf. LRAT, P., Las lenguas especializadas, Barcelona, Ariel Lingstica, 1997,
p. 135.
3 Cf. TIEMBLE, R., Parlez-vous franglais? Paris, Folio, 1991.
Cf. TRESCASES, P., Le franglais vingt ans aprs, Montral, Gurin, coll. Langue
et Socit, 1982.
4 TIEMBLE, R., op. cit., p. 7.
5 Les informations sur la politique linguistique franaise ont t extraites du site de
la Dlgation Genrale la Langue Franaise et aux Langues de France (DGLFLF) sur
Internet:
http://www.culture.gouv.fr/culture/dglf/politique-langue/politique-langue.htm
et le site de lUniversit Laval:
http://www.tlfq.ulaval.ca/axl/europe/france_politik_franais.htm
Le texte complet de la Loi Toubon est disponible sur le site:
http://www.culture.fr/culture/dglf/lois/presentation- loi.htm
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Linternet comme espace pour la dfense et la promotion 1883
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1884 Mireia Carol Gres
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Linternet comme espace pour la dfense et la promotion 1885
6 http://www. culture.fr/culture/dglf
7 ttp://www.culture.fr/culture/dglf/terminologie/La_base_de_donnes_CRITER.htm
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1886 Mireia Carol Gres
8 http://www.olf.gouv.qc.ca
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Linternet comme espace pour la dfense et la promotion 1887
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1888 Mireia Carol Gres
9 http://www.agence.francophonie.org
10 http://www.france.diplomatie.fr
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Linternet comme espace pour la dfense et la promotion 1889
11 http://www.auf.org
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1890 Mireia Carol Gres
en mme temps quon nous prsente une srie de liens vers des logiciels
libres, dictionnaires et encyclopdies, bibliothques numriques, etc.
12 http://www.cidif.org
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Linternet comme espace pour la dfense et la promotion 1891
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
Livres et monographies
TIEMBLE, R., Parlez-vous franglais?, Paris, Folio, 1991.
LRAT, P., Las lenguas especializadas, Barcelona, Ariel Lingstica, 1997.
PERGNIER, M., Le franais en contact avec langlais (Hommage Jean
Darbernet), Paris, Didier-Erudition, Bibliothque pour linformation
grammaticale, coll. Linguistique n 21, 1988.
TRESCASES, P., Le franglais vingt ans aprs, Montral, Gurin, coll.
Langue et Socit, 1982.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1892 Mireia Carol Gres
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
DE LESPACE LITTRAIRE LESPACE
FILMIQUE. LA BELLE ET LA BTE
1 Ce projet fait partie des tudes comparatives entre littrature et cinma dont nous
nous occupons lUniversit de Grenade. Lintrt des relations entre les deux arts devient
de plus en plus vident si lon tient compte des derniers essais crits sur ce sujet, que nous
citerons tout au long de notre travail. Nous allons offrir ici un exemple de liaison entre ces
deux manires de communiquer et dtablir une relation de dpendance entre lune et lautre,
en raffirmant le commentaire de A.Garca: lhistoire des rapports ambigus et constants que
le cinma entretient avec la littrature depuis sa naissance, a toujours donn lieu des traits,
des dbats et des confrences dans lintention de comprendre les raisons qui poussent un cin-
aste puiser des thmes, des contenus narratifs, parfois mme de simples inspirations dans la
littrature. Paradoxalement, ce septime art qui semble dot de tous les talents [] fait aussi
preuve dune certaine dpendance en ce qui concerne ses muses inspiratrices. GARCA, A.,
Ladaptation du roman au film, Paris, Diffusion, 1990, p. 17.
2 Nous allons utiliser la version du conte de Mme Leprince de Beaumont publie par
Gallimard Paris en 1983. Pour le film, ce sera celui de Jean Cocteau de 1945, dit par Ren
Chteau en 1946 dans sa collection Mmoire du Cinma Franais.
3 Lopinion de Antoine Jaime sur ladaptation cinmatographique laisse voir claire-
ment la diffrence entre celle-ci et lexercice de traduction. Il dit: Si la traduccin obliga al
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1894 Rafael Ruiz lvarez
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1895
SCHMA 1
LA BELLE ET LA BTE: format, poque, genre et destinataire.
Lespace Type de ralisation: poque: Genre: Conte de Public: Enfant
de lauteur criture fminine XVIII sicle fes but ou adolescent
pdagogique de prfrence
fminin
Lespace Film Annes 40 Genre fantastique Public adulte
du ralisateur en gnral
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1896 Rafael Ruiz lvarez
7 Nous allons suivre partiellement les thories de Ch. Vogler et de J. Campbell sur le
hros et son voyage. Voir VOGLER, Ch., Le guide du scnariste, Paris, Dixit, 1998 et CAMP-
BELL, J., The heros with a thousand faces, Princeton University Press, 1968.
8 Pour les contes de fes il est plus important de faire connatre le hros ou lhrone
travers son contexte psychologique, historique et culturel quen en donnant une description
dtaille de son physique. Le cinma peut offrir les deux critres grce au ct visuel de son
code de communication sans pour autant trop y faire attention. Voir le livre de PARENT-
ALTIER, D., Approche du scnario, Paris, Nathan, 1997 o lauteur consacre un chapitre la
construction du personnage dans un film.
9 Mme. LEPRINCE DE BEAUMONT, op. cit., p. 7.
10 Ibid., loc. cit.
11 Ibid., pp. 6-7.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1897
Mais une hrone doit agir et pour que cela se produise il faut que
quelque chose dimportant ait lieu. La perte de la fortune du pre drive en
une nouvelle situation que la famille doit affronter. Situation qui dclenche
par la suite labandon du monde ordinaire, ce qui lui permettra postrieure-
ment de grandir. La pauvret oblige la famille de travailler dans des condi-
tions jusque l inconnues. Ils devront exercer le travail des paysans en allant
la campagne, domaine o laction avait dj eu lieu dans le film. Les deux
soeurs refusent de sadapter au changement, le frre aussi dans le film, deve-
nant un vritable fainant. Seule la Belle sefforce de shabituer la situa-
tion et fait face aux problmes:
Elle eut dabord beaucoup de peine, car elle ntait pas accoutume tra-
vailler comme une servante; mais, au bout de deux mois elle devint plus
forte, et la fatigue lui donna une sant parfaite. Quand elle avait fait son
ouvrage, elle lisait, elle jouait du clavecin, ou bien elle chantait en filant12.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1898 Rafael Ruiz lvarez
SCHMA 2
Le Conte Le film
Les personnages La Belle, le pre, La Belle, le pre, les deux
les deux surs, surs, un frre, le prtendant
les trois frres de la Belle.
Le contexte Une maison dans la ville Une maison la campagne
physique (richesse) versus maison (richesse); mme maison
de campagne (pauvret) (pauvret)
Le contexte Respect de la Belle pour Idem
motionnel sa famille; jalousie des
surs. Capacit de la Belle
de sadapter aux situations;
incapacit des soeurs
Vertus et dfauts Travail, respect, culture Le personnage de la Belle
chez la Belle face nest pas si instruit; le frre
linsouciance des soeurs et le prtendant sont aussi des
fainants, comme les soeurs
LESPACE DE LA FORT
Un nouveau rebondissement de la situation oblige le pre de quitter la
maison pour aller en ville rgler un procs. De retour chez lui, chou, il doit
traverser la fort pendant la nuit. Voici le lieu mythique des contes de fes,
domaine du fantastique o rsident le suspense et le mystre. Cela constitue
lapproche du monde extraordinaire, transition qui lemmne au chteau de
la Bte, qui reprsente dans le conte et dans le film le seuil de ce nouvel
espace auquel devra saffronter la Belle.
La description du cadre comporte le choix de lauteur dun vocabulaire
ngatif et des images et du son galement sinistres de la part du ralisateur.
Ce choix renforce lide de peur face linconnu, associe aux lments
merveilleux pour dfinir la demeure des tres sinistres qui peuplent cet uni-
vers: monstres comme la Bte, ogres, sorcires Il sy produit une combi-
naison dlments destins provoquer lhorreur mls au fantastique: Il se
perdit. Il neigeait horriblement, le vent tait si grand quil le jeta deux fois
bas de son cheval; et la nuit tant venue, il pensa quil mourrait de faim ou
de froid ou quil serait mang par des loups14.
Le film nous plonge aussi dans cette ambiance de tnbres, au milieu de
la fort et de la nuit. Cocteau incorpore la bande image des effets spciaux
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1899
Schma 3
Lespace de la fort Le conte Le film
Le discours verbal: Bande sonore et bande
Adjectifs et adverbes image: Utilisation du
servant exprimer la bruitage, de la lumire,
grandeur et laspect sinistre plans grande grosseur,
de la fort face la petitesse plonge.
de lhomme.
LE CHTEAU DE LA BTE
Cet espace se rvle comme le monde ordinaire de lautre personnage pro-
tagoniste, la Bte. Le conte fait allusion la splendeur du lieu: un grand
palais qui tait tout illumin [] une grande curie [] une grande salle, un
bon feu et une table charge de viandes [] plusieurs grands appartements
magnifiquement meubls [] un bon lit 17. Le film aussi, mais Cocteau
profite de la phrase il ne trouva personne, rpte plusieurs reprises dans
15 Ce sont des lments de la mise en scne dans un film. Le dcor et la lumire sont
ici trs significatifs. Cocteau utilise le dcor reconstitu pour imiter la fort. Son travail de
studio lui permet aussi un emploi adquat de la lumire. Il joue sur lintensit. La couleur na
pas dintrt car il sagit dun film en noir et blanc. Ce sont par consquent les ombres et la
clart qui dfinissent le but du ralisateur.
On peut consulter le travail de CARMONA, R., Cmo se comenta un texto flmico,
Madrid, Ctedra, 1996, pp. 117-182, o lauteur nous offre une tude sur ces lments appli-
que lunivers filmique en gnral.
16 Mme dans les moments o la camra se rapproche de lacteur pour offrir des plans
plus courts et nous en montrer lexpression du visage, nous nous persuadons que le hors
champs continue jouer son rle, car on dirait que le son dpasse les limites que la camra
nous laisse voir, ce qui accentue encore plus la petitesse et la peur du personnage face aux
lments naturels. Ltude de CASETTI, F. - DI CHIO, F., Cmo analizar un film, Barcelona,
Paids, 1991 peut contribuer nous claircir propos de ce sujet.
17 Mme. LEPRINCE DE BEAUMONT, op. cit., pp. 18-19.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1900 Rafael Ruiz lvarez
SCHMA 4
Le chteau de la Bte Le conte Le film
Demeure seigneuriale Mmes ides renforces par
Champ smantique de la la prsence de llment
splendeur et la magnificence magique (effets spciaux,
partir de ladjectif grand ressources cinmatographiques
Contraste avec le matre du et onirisme)
palais: laideur Ct plus animal de la Bte
LESPACE DE LAMOUR
Dans un cas comme dans lautre, le livre et le film mettent en rapport ces
deux protagonistes qui habitent deux espaces diffrents et qui se verront
18 Ibid., p. 22.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1901
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1902 Rafael Ruiz lvarez
jeune fille cest de croire que la Bte lui donne manger pour la faire grossir
et la manger aprs, ides qui sont frquentes dans lunivers des contes de
fes, mais que Cocteau a supprimes, son intention tant bien entendu trs
loin de cette perspective.
Le conte offre pour sa part le rve comme instrument magique pour
encourager la Belle et joue un rle trs important auprs delle, car lappari-
tion pendant le sommeil de la bonne fe dtermine la Belle redfinir sa
situation et prendre du courage pour continuer parcourir ce chemin de
croissance. La bonne fe remplit ici la fonction attribue au mentor:
Pendant son sommeil, la Belle vit une dame qui lui dit: Je suis contente de
votre bon cur, la Belle; la bonne action que vous faites, en donnant votre
vie pour sauver celle de votre pre, ne demeurera point sans rcompense21.
Son concours a une importance capitale dans le rcit. La bonne fe se
range du ct des personnages positifs. Sa contribution consiste guider la
jeune fille, la secourir et lui donner conseil.
Cette prsence a t limine par le ralisateur du film. Le personnage
fminin dmontre sur lcran plus de dtermination, se rvle plus adulte et
prend ses propres dcisions. Dautre part, cest juste partir de ce moment
que la Belle commence se montrer plus sensible aux compliments que la
Bte lui prodigue. Elle accepte les cadeaux que le prince lui offre, adoucit le
ton avec lequel elle sadresse lui, consente se promener avec lui dans le
jardin.
Cette transformation se raffirme travers le langage verbal dans le
conte. Les termes pjoratifs du dbut cdent leur place des expressions du
type pauvre Bte22, Il y a bien des hommes qui sont plus monstres que
vous [] et je vous aime mieux avec votre figure que ceux qui, avec la
figure dhomme, cachent un cur faux, corrompu, ingrat23, mots qui sont
repris par Cocteau dans son film bien que de passage, car son but nest pas
de faire un discours moral sur les apparences comme chez Mme. Leprince
de Beaumont.
La relation entre les deux protagonistes volue dans un milieu symbo-
lique o lenfance, une fois dpasse, donne lieu ltape de formation du
couple, au besoin damour et de constituer une nouvelle famille. Les deux
personnages manifestent cet gard le dsir de contribuer dfinitivement
leur croissance par le biais de lamour, car ce sera grce ce sentiment quils
21 Ibid., p. 39.
22 Ibid., p. 49.
23 Ibid., p. 46.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1903
SCHMA 5
Lespace de lamour Le conte Le film
La peur de la Belle La peur de la Belle
La prsence du mentor: Sa capacit de raction
la bonne fe (maturit spontane)
De la condescendance de La fminit de la Belle:
la Belle la sympathie de de la fille la femme
la Bte
LE JARDIN
Cest le lieu o se dveloppe cette transformation. Cocteau lutilise plus que
Mme Leprince de Beaumont. Lide en est simple, car le ralisateur a plus
besoin dabonder sur la nature de ce changement, tandis que lcrivain se
contente de la signaler. La coquetterie et la cajolerie prennent leur place sur
lcran. Les longues promenades, les regards pleins de sens et dintention,
lchange de rpliques et de compliments dune part et de lautre se succ-
dent frquemment.
Dautre part, ce jardin symbolise aussi le domaine paisible et idyllique,
royaume du prince vertueux qui se cache derrire le masque horrible qui lui
a t impos, ct vritable donc de la Bte, espace de mtamorphose et
despoir pour que lordre se rtablisse et pour que lamour triomphe.
SCHMA 6
Le jardin Le conte Le film
Lieu de rencontre entre les Espace naturel romantique
deux protagonistes. destin aux compliments,
Espace de rflexion pour la Belle la coquetterie et
qui trouve le monstre plus la relation de couple
digne malgr sa laideur
24 Ibid., p. 63.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1904 Rafael Ruiz lvarez
25 Ibid., p. 53.
26 Ibid., p. 62.
27 Le passage physique dun espace lautre mrite dtre comment, car il relve du
domaine du fantastique. Une bague dans le conte; un gant dans le film permettent la Belle
de se dplacer dun lieu lautre rapidement.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1905
Le conte pour sa part est centr sur lenvie des surs, car noublions pas
que la leon de morale tait destine aux jeunes filles.
Le voyage de la Belle atteint ce point la dernire tape, reprsente par
la maturit fminine. Elle dclare son amour pour la Bte. Les forces hos-
tiles, constitues par les surs et par lami aussi dans le cas du film ne triom-
phent pas, d la grandeur des sentiments de la Belle. Cette dclaration
damour suppose laccomplissement de lpreuve suprme, le dfi auquel
elle sest livre constamment disparat car elle a appris la vritable valeur
des tres humains. La Belle et la Bte, celle-ci ayant russi aussi se faire
aimer, sont maintenant dignes de la meilleure des rcompenses. Lune
obtient le mari parfait; lautre, rcupre sa forme humaine et se fait accom-
pagner par la femme idale. Le mariage heureux met le point final cette
aventure et comporte un nouveau dplacement vers un autre monde extraor-
dinaire: le royaume du prince, auquel on accde par lintermdiaire de la
magie:
En prsence de la bonne fe, dans le conte, qui srige en protago-
niste et qui est charge daccorder le prix ceux qui le mritent:
Dans le moment, la fe donna un coup de baguette qui transporta tous ceux
qui taient dans cette salle dans le royaume du prince. Ses sujets le virent
avec joie et il pousa la Belle, qui vcut avec lui fort longtemps et dans un
bonheur parfait, parce quil tait fond sur la vertu28.
SCHMA 7
Lespace de lamour Le conte Le film
Les bonnes actions versu Des compliments la
le sentiment de lamour promesse damour
Les obstacles face lamour: Naissance dun nouveau
les ennemis du sentiment sentiment et forteresse
Lintervention de la bonne fe: individuelle face aux
la rcompense ennemis de lamour
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1906 Rafael Ruiz lvarez
SCHMA 8
Lespace
de la rcompense Le conte Le film
et de la punition
Le mariage et le monde Importance de la rcompense
extraordinaire (royaume princier) et de la magie (mtamorphose)
comme rcompense sans liaison avec la bonne
Chtiment de lenvie fe. Punition de lavarice
Importance de la bonne fe et de la jalousie du
comme excuteur des prix prtendant
et des punitions
29 Ibid., p. 70.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
De lespace littraire lespace filmique. La Belle et la Bte 1907
RFRENCES BIBLIOGRAPHIQUES
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ESPACIOS VIRTUALES
PARA EL APRENDIZAJE DEL FRANCS
INTRODUCCIN
En prcticamente dos dcadas, los ordenadores han pasado de ser unas
mquinas que slo servan para hacer grandes clculos y que deban ser
manejadas por expertos a ser consideradas casi un electrodomstico. Los
jvenes que han crecido junto a estas tecnologas las han asimilado al igual
que otras que encuentran en sus hogares, la televisin, el telfono, el micro-
ondas, etc. Lo que para algunas generaciones es nuevo, para las ms jvenes
forma parte de su escenario cotidiano y llega a resultar invisible1.
Esta es una realidad que no debemos obviar quienes nos consideramos
formadores, y, de una manera u otra, parte activa en el proceso de enseanza-
aprendizaje de los actores protagonistas de las prximas dcadas.
Estructuramos la presente comunicacin en cinco apartados. En primer
lugar definimos y presentamos unas observaciones a propsito del trmino
virtual, definiciones que nos llevarn a determinar diferentes espacios de
aprendizaje en relacin con la mayor o menor utilizacin de los recursos tec-
nolgicos, tras sealar una serie de habilidades y competencias que ser
necesario desarrollar en los nuevos espacios virtuales de aprendizaje.
Internet, como espacio virtual para el aprendizaje del FLE nos ofrece dife-
rentes posibilidades que recogemos en el apartado cuatro, y finalmente, ana-
lizamos un espacio virtual textual para el aprendizaje del francs.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1910 Mercedes Sanz Gil
A PROPSITO DE VIRTUAL
El trmino virtual procede del latn medieval virtualis, derivado a su vez de
virtus, que significa fuerza, poder. En la filosofa escolstica, es virtual lo
que existe en potencia y no en acto2.
Algo lejos de esta definicin queda el uso actual de este trmino. El adje-
tivo virtual se atribuye a algo posible, que existe en apariencia, potencial-
mente, pero que no es real. Este trmino es de uso corriente en el mbito de
las Tecnologas de la Informacin y de las Comunicaciones para denominar
dispositivos o funciones de simulacin, que no existen materialmente sino
numricamente.
Por extensin, se emplea, y actualmente se identifica casi exclusiva-
mente, con todo tipo de conceptos, actores, acciones y aplicaciones relacio-
nadas con Internet y/o el ciberespacio, independientemente de si son reales
o virtuales. En el lenguaje cotidiano solemos oponer virtual a real, sin
embargo, lo virtual es aquello que posee las mismas caractersticas y efectos
que los objetos o situaciones reales que representa. Pongamos un ejemplo:
el caso de la expresin aprendizaje virtual, de uso corriente para referirnos
al aprendizaje que un individuo realiza a travs de la red. Lo identificamos
de esta manera por oposicin al aprendizaje convencional, por algunos lla-
mado real, en el que la persona que aprende y la que ensea se encuentran
en un mismo espacio fsico. Sin embargo, en ambos casos el aprendizaje no
se deduce del entorno de la situacin; en ambos casos, el aprendizaje, si ste
se produce, siempre ser real y no virtual. O tambin la expresin biblioteca
virtual; una biblioteca es un conjunto ordenado de un nmero considerable
de libros. Cuando se habla de biblioteca virtual es para referirse al conjunto
de obras, que componen esos libros en el espacio fsico, tambin ordenadas,
a las que se les ha dado forma numrica.
Son innumerables las expresiones que hemos encontrado en todas las
lenguas con el adjetivo virtual, siempre relacionado con la red. En el terreno
educativo se manejan trminos como: profesor virtual, clase virtual, campus
virtual, enseanza virtual, docencia virtual, tutor virtual, aprendizaje virtual,
aula virtual, Universidad virtual, etc. En mbito general es habitual encon-
trar: espacio virtual, realidad virtual, banca virtual, entorno virtual, amigo
virtual, relacin virtual, visita virtual, librera virtual, biblioteca virtual,
museo virtual, oficina virtual, compaa virtual, comunidad virtual, tienda
virtual, etc. Encontramos en francs trminos equivalentes: professeur ou
2 Cf. LVY, P., Quest-ce que le virtuel?, Paris, La Dcouverte, 1988, p. 13.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1911
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1912 Mercedes Sanz Gil
Por una parte, cambiar una cultura de enseanza por una cultura del
aprendizaje y de la enseanza-aprendizaje implica un cambio en los papeles
del profesor y del estudiante. El estudiante debe ir asumiendo que l es el
mximo responsable del proceso de aprendizaje y, en este sentido, a nadie
sino a l compete tomar las decisiones que habrn de ir orientando dicho
proceso. Por su parte el profesor debe jugar el papel de asesor y gua, como
experto en la enseanza-aprendizaje de lenguas, sin que esto suponga asumir
responsabilidades acerca del aprendizaje que slo corresponden al protago-
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1913
8 Cf. VILLANUEVA, M.L., Los estilos de aprendizaje entre los retos de la Europa
multilinge, in MIQUEL, L. - SANS, N. (coord.), Didctica del espaol como lengua
extranjera, Actilibre, col. Cuadernos del tiempo libre, coleccin Expolingua, 2002, p. 254.
9 Cf. RICHTERICH, R., op. cit.
10 GISBERT, M. et altrii, Entornos virtuales de enseanza-aprendizaje: el proyecto
GETZ, in Cuadernos de Documentacin Multimedia, 1998, http://www.ucm.es/ info/mul-
tidoc/multidoc/revista/cuad6-7/evea.htm, (02/05/03)
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1914 Mercedes Sanz Gil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1915
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1916 Mercedes Sanz Gil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1917
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1918 Mercedes Sanz Gil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1919
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1920 Mercedes Sanz Gil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1921
El tema con el que se abre este MOO es una visita por Paris a partir de
la estacin de metro de Chtelet:
recen MUD dedicados a otras temticas. Los MOO son MUD, Multi Objets Orients, ya
que permiten a los usuarios construir, con un lenguaje de programacin simple nuevos lugares
y objetos con propiedades bien definidas (Mangenot, 1999).
19 Le MOO franais: http://admiral.umsl.edu:7779
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1922 Mercedes Sanz Gil
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Espacios virtuales para el aprendizaje del francs 1923
tana, paralela a la del texto, elementos multimedia que ilustran los diferentes
recorridos y opciones, y que facilitan la comprensin.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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la informacin, in EDUTEC, n 7, 1997, http://www.uib.es/depart/
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VILLANUEVA, M.L., Los estilos de aprendizaje ente los retos de la
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ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
LES ESPACES DE LA MDIOLOGIE
ET LES NOUVEAUX ENJEUX
DE LA MDIATION. LA MTAPHORE DU
VOYAGE DANS LE PROJET SMAIL
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1926 M. Luisa Villanueva Alfonso
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1927
7 Cf. BARBOT, M.J., Cap sur lautoformation: multimdias des outils sappro-
prier, in Le Franais dans le Monde. Recherches et applications, juillet 1997, pp. 54-63 et
BARBOT, M.J., Dcalages entre offres et attentes, in Le Franais dans le Monde.
Recherches et applications, janvier 2002, pp. 122-134.
8 Cf. VYKOTSKI, L.S., Pensamiento y lenguaje, Buenos Aires, La Plyade, 1977,
Mosc, 1934, et BRUNER, J., Accin, pensamiento y lenguaje, Madrid, Alianza Psicologa,
1984.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1928 M. Luisa Villanueva Alfonso
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1929
11 Cf. VILLANUEVA, M.L., Vers une approche intgre de lenseignement des lan-
gues en Espagne: le cas du Pays Valencien, Les Langues Modernes 3, dossier: LEurope des
Langues, Paris, 2001, pp. 21-30.
12 Cf. TRIM, J.L.M., op. cit.
13 Cf. BRONCKART, J.-P., Activits langagires, textes et discours, Lausanne, Paris,
Delachaux et Niestl, 1996.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1930 M. Luisa Villanueva Alfonso
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1931
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1932 M. Luisa Villanueva Alfonso
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1933
et les caractristiques des textes. Quand elle prend en compte ces lments,
la technologie de lhypertexte peut constituer un outil dauto-formation et de
prise en compte de la diversit car elle permet lusager de tracer ses pro-
pres parcours lintrieur de linformation textuelle, visuelle et sonore19 qui
est interconnecte partir des nuds. Ce qui caractrise lhypertexte cest
justement cette possibilit qua lusager dinteragir avec linformation selon
ses propres besoins et intrts.
19 SMAIL offre des images en rapport avec les textes et des enregistrements sonores
des textes.
20 Cf. VILLANUEVA, M.L. - NAVARRO, I., Los estilos de aprendizaje de lenguas,
Castelln, Pub. Universitat Jaume I, Col.lecci Summa, Srie Filologia, 1997, et VILLA-
NUEVA, M.L. - SANZ, M. , Le projet SMAIL: Les enjeux de lhypertexte pour lautofor-
mation, op. cit.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1934 M. Luisa Villanueva Alfonso
Exemples:
Actif / Rflexif
Je prfre me lancer la communication sans avoir ncessairement pla-
nifi au pralable tous les dtails [] / Je prfre rflchir aux dmarches
possibles avant daborder une tche . Je pourrais souscrire qu il faut
tourner sept fois la langue dans sa bouche avant de parler [].
Emotionnel / Rationnel
Je suis intress aux aspects culturels des langues et connatre les
coutumes des gens[] / Je crois quun des problmes des langues cest leur
manque de logique. Je prfre en general les textes informatifs ayant une
construction claire et prcise, plutt que les textes littraires [] .
Synthtique / Analytique
Je retiens mieux les ides gnrales que les petits dtails. Je suis
capable dutiliser plusieurs sources dinformation la fois, car jen choisis
seulement les aspects qui intressent mon propos [] / Je prfre avancer
pas pas sans rien sauter. Je naime pas laisser derrire moi des dtails qui
ne sont pas clairs [] .
Visuel / Verbal
Mes souvenirs sont souvent associs des images [] / Mes souvenirs
sont souvent associs des phrases ou des bribes de conversations [].
Inductif / Dductif
Jaime essayer de dcouvrir les rgles partir de lobservation et de
lanalyse dexemples [] / Jaime connatre les rgles et puis essayer de les
appliquer [].
Coopratif / Individualiste
Jaime travailler en couple ou en quipe. Lchange dides me semble
stimulant [] / Je prfre le travail individuel. La ngociation avec les
autres me semble souvent une perte de temps [].
Dpendant / Autonome
Je prfre quun expert prenne en charge les dcisions sur mon appren-
tissage [] / Jaime prendre en charge mon apprentissage et prendre
conseil dun expert aprs avoir valu mes progrs et mes difficults [].
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1935
Le Test qui sert tablir le degr dautonomie est aussi appel test bipo-
laire puisquil cherche mesurer le degr dautonomie qui est cens se cor-
respondre la capacit de rflexion et au dveloppement de la conscience du
propre apprentissage. Certaines caractristiques cognitives qui sont asso-
cies la capacit de rflexion, telles que lindpendance de champ ou la
capacit dlaboration, sont donc regroupes sous le critre +Rflexif,
+Autonome (+R&+A), par contre le style srialiste, simplificateur et dpen-
dant de champ est associ aux traits Rflexif&-Autonome (-R&-A). titre
illustratif, nous prsentons ci-dessous trois tableaux qui offrent des exemples
des stratgies et des reprsentations qui sont relies aux diffrents profils
dapprentissage en ce qui concerne: a) la lecture, la perception des textes et
lapprentissage du lexique; b) la grammaire; c) les activits dapprentissage.
Les questionnaires proposs aux apprenants ont t construits partir dun
dveloppement des descriptions contenues dans ces tableaux22:
a) La lecture, la perception des textes et lapprentissage du lexique
+ R&+A R& -A
GLOBALISATEUR SERIALISTE
ELABORATEUR SIMPLIFICATEUR
INDEPENDANT DE CHAMP DEPENDANT DE CHAMP
Amplitude de vision du texte: Linarit: dmarche par juxtaposi-
tion
parcours visuel multidirectionnel. des parties qui constituent le tout.
Perception des aspects pragmatico- Indiffrence envers les aspects
contextuels: quoi, qui, o, pourquoi, pragmatico-contextuels.
pour quoi faire.
-Globalisation: tendance la construction Attention prioritaire aux difficults
du sens global en minimisant les lexicales et syntaxiques, au
difficults lexicales et morphosyntaxiques. dtriment de la construction du
sens global.
Amplitude de champ et tendance Dpendance du texte, focalisation
relationnelle: projeter les propres restrictive du champ.
connaissances et expriences.
Infrences sur les sens partir Conception du lexique comme
du co-texte. rpertoire.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1936 M. Luisa Villanueva Alfonso
b) La Grammaire
+R&+A R&-A
GLOBALISATEUR SERIALISTE
ELABORATEUR SIMPLIFICATEUR
INDEPENDANT DE CHAMP DEPENDANT DE CHAMP
Tendance tablir des relations, des Tendance observer les phnomnes
analogies et des contrastes entre de manire isole et indpendante.
les phnomnes.
Capacit de formuler des rgles .Dmarche dductive: de la rgle
par induction lapplication
Tolrance l ambigut. Intolrance l ambigut
Perception du squelette ou structure Dpendance des dtails concrets du
du phnomne. phnomne
+R&+A R&-A
RFLEXIF IMPULSIF
INDEPENDANT DEPENDANT
Aptitude la rflexion. Tendance limpulsivit.
Capacit de concentration. Besoin de changer frquemment dactivit.
Motivation interne. Motivation extrinsque.
Aptitude au travail autodirig. Dpendance du professeur.
Selon les rsultats des trois tests (test de niveau, test de styles et test
bipolaire sur le degr dautonomie), le systme identifie le modle de voya-
geur qui est plus proche au profil de chaque apprenant. Nous ne reprodui-
sons ici que certaines caractristiques des modles proposs:
Un voyageur guid
Tu naimes pas lambigut. Tu prfres les activits qui peuvent tre corri-
ges en termes de Vrai ou Faux, Correct ou Incorrect. Tu crois que cest au
professeur de dcider le parcours le plus adquat [].
Un voyageur qui adore les itinraires bien tracs
Tu prfres apprendre selon un plan prcis et une progression allant du plus
simple au plus complexe. Tu naimes ni les dtours, ni les raccourcis ni
avoir rebrousser chemin. Une fois que litinraire a t dcid, tu prfres
le suivre et aller droit devant toi [].
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1937
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1938 M. Luisa Villanueva Alfonso
aussi des liens des sites de lInternet qui permettent dlargir les possibi-
lits dentranement selon les propres objectifs.
La Bibliothque du didacticiel met galement la porte des apprenants
des liens des textes sur la toile, ce qui a un effet amplificateur de loffre du
didacticiel mais qui aide aussi cerner les caractristiques des textes de
lInternet et les intgrer dans le propre plan dapprentissage.
Par ailleurs, les apprenants disposent dune option qui leur propose des
activits de Formation lapprentissage de stratgies, ainsi que dun
Journal dApprentissage. La Formation lapprentissage de stratgies com-
prend des activits et des rflexions qui sont troitement lies au dveloppe-
ment de savoirs et de savoir faire mthodologiques, linguistiques et
mtacognitifs qui font partie du savoir apprendre. Voici quelques exemples:
le foisonnement des langues: langues maternelles et L2; comment
appliquer les rsultats des tests, comment formuler les objectifs dappren-
tissage, comment utiliser la grammaire, comment apprendre le vocabu-
laire; comment lire selon diffrents objectifs, etc.
Quant au Journal dapprentissage, il est conu en sorte que les appre-
nants puissent apprendre construire leur autobiographie linguistique dans
le sens propos par le Portfolio Europen23. La capacit dauto-valuer les
propres comptences en L2 implique un dveloppement de la conscience
dapprentissage ainsi que la mise en pratique dune dmarche qui permette
de garder la mmoire des objectifs, des plans, des activits ralises, des
matriaux dapprentissage utilises, des stratgies suivies et des modes
dvaluation du processus dapprentissage et de lacquisition. Le Journal
peut devenir un aide-mmoire mais aussi un outil qui stimule le dveloppe-
ment mtalinguistique, car en plus des fichiers fixes, lapprenant est encou-
rag crer ses propres fichiers et utiliser le Carnet de Notes du Journal.
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1939
tude de cas
M.C. Un voyageur guid
Niveau de dpart: Niveau Intermdiaire B2.
Profil cognitif et style dapprentissage: actif, motionnel, synthtique,
verbal, dductif, individualiste, dpendant.
M.C. choisit des parcours diffrents de celui qui lui a t propos par le
systme. Elle construit un profil mixte partir des caractristiques proposes
pour Un voyageur qui adore les itinraires bien tracs et Un voyageur qui a
ses propres opinions parce quelle prfre une progression bien tablie
allant du simple au complexe, elle aime marcher toujours droit devant soi
sans trop regarder en arrire ni prendre des risques sur des chemins alterna-
tifs, mais elle aime donner son avis sur le plan dapprentissage.
Elle commence par explorer toutes les ressources concernant les entra-
nements de grammaire et de lexique (exercices SMAIL et ressources en
ligne). Puis elle ralise des exercices dentranement prfrablement de type
dductif. Aprs la prsentation ralise par le conseiller, elle affirme: Aprs
avoir cout lexplication sur les itinraires du Voyage, je crois que je pour-
rais essayer un voyage par les textes argumentatifs. Mais peut tre dans
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1940 M. Luisa Villanueva Alfonso
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1941
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1942 M. Luisa Villanueva Alfonso
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Les espaces de la mdiologie et les nouveaux enjexux 1943
ngeles Sirvent Ramos (ed), Espacio y texto en la cultura francesa, Alicante, 2005
1944 M. Luisa Villanueva Alfonso
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