Cuentos para Niños Malos

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ESCUELA DE CICLO BSICO COMN UNS

INGRESO 2016

Cuentos para nios malos

Esta Navidad pienso regalar cuentos infantiles. Pero solo cuentos polticamente incorrectos.

Por Santiago Roncagliolo

Mi autor infantil favorito, Roald Dahl, es uno de los ms irreverentes. Su


cuento Matilda, con el que Danny DeVito hizo una pelcula, es un alegato contra la
familia y el colegio. El padre de Matilda es repulsivo. Odia la lectura y ama la
televisin. Se dedica a las estafas de poca monta. Y cuando tiene que huir de la
polica, no le importa abandonar a su hija. Pero mucho peor es la directora de la
escuela, la temible seorita Trunchbull, que simplemente odia a los nios y dedica
su institucin a torturarlos.

Otro cuento de Dahl, Las brujas, aterrorizara a cualquier chico, y a muchos de sus
padres. Las brujas son calvas, tienen garras en vez de manos, y se organizan en
un siniestro sindicato internacional para eliminar a los nios de la faz de la tierra. Y
en el ms popular de sus libros, Charlie y la fbrica de chocolate, Dahl pinta
castigos horrendos e irreversibles para los nios que se portan mal.

Los autores de libros infantiles sabemos que hoy da no se puede escribir nada de
esto. Los editores estn en guardia contra cualquier sospecha de valores
inadecuados. Los libros infantiles no son considerados objetos de placer o

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entretenimiento, sino modelos de conducta. Las familias descritas deben ser


agradables, y las profesoras, atentas. Los nios no deben recibir castigos, sino
aprender la leccin mediante el dilogo. Y los malos tienen que perder
miserablemente, aunque sin violencia.

Todos esos principios son muy loables, pero pueden producir libros aburridos. Por
el contrario, a lo largo de la historia, los cuentos infantiles han sido bastante
irreverentes, incluso crueles. Pulgarcito, por ejemplo, debe ser la pesadilla de un
educador. Sus padres lo abandonan en medio del bosque para no tener que
alimentarlo, y l engaa al ogro para que decapite a su vez a sus propios hijos.
Finalmente, Pulgarcito le roba sus tesoros al ogro. Y solo gracias al botn, sus
padres lo vuelven a recibir, porque el nio ahora trae dinero a casa.

Con notable frecuencia, estos cuentos son censurados y reescritos. Hace un par
de aos compr un ejemplar en el que Pulgarcito no era abandonado, sino que se
perda en el bosque. Por su parte, el ogro no tena familia y mora por accidente.
As, el botn de Pulgarcito ya no era producto de un robo, sino, digamos, de
haberse encontrado un tesoro sin dueo tirado por ah.

Cmo se llega desde la compleja versin original de Pulgarcito a la actual versin


tan correcta pero tan superficial? Deberamos preguntarnos qu se esconde detrs
de esta reescritura. O quines. Porque estas nuevas versiones parecen ser el
escondite de algunos adultos que temen a las preguntas incmodas y se
reconocen incapaces de explicar por qu la vida presenta algunas situaciones tan
difciles. Si eliminamos de los libros todo lo que nos parezca inapropiado, no
salvaremos a nuestros hijos de las malas ideas. Al contrario, los volveremos
incapaces de reconocerlas. Lo que s lograremos es que los chicos abandonen la
lectura y se entreguen a la PlayStation, donde pueden matar a un montn de gente
sin que nadie se queje.

Tomado de: El Pas; 15 de diciembre de 2013.

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