Los Siete Cosmocratores
Los Siete Cosmocratores
Los Siete Cosmocratores
En el segundo perodo, que corresponde de los siete a los catorce aos de vida,
entra bajo la influencia de Mercurio y el sabio Rafael, quien rige la mente, impulsa
al nio a la actividad, al estudio. Entonces, es cuando va a la escuela, ya no puede
estar encerrado todo el da en su casa, vive en incesante movimiento e inquietud.
El tercer septenio, comprendido entre los 14 a los 21 aos, es la tierna
adolescencia y son gobernados por Venus, la estrella del amor. A los catorce aos
comienza a fluir avasalladoramente la energa sexual por el sistema neuro-
simptico, pero su sistema sexual an no est an maduro, o totalmente
desarrollado. sta adems es la poca en que comienza el enamoramiento, la
atraccin sexual, es la edad en que vemos la vida color de rosa, pero
desafortunadamente tambin existen las desviaciones sexuales en el mal uso y
abuso de sta preciosa energa que circula por todo el organismo humano y cuyas
consecuencias se recogen en la edad adulta y la vejez. En cuanto a la mujer, sus
procesos de desarrollo concluyen a los 18 aos, por ello puede contraer matrimonio
ms joven, ella madura antes que el varn.
De los 21 a los 42 aos, triple septenio gobernado por el Sol, incluye la juventud
que se divide en dos etapas: la primera de los 21 a los 28 aos; la segunda de los 28
a los 35 aos y la madurez de los 35 a los 42 aos. En este perodo, alcanzamos la
mayora de edad y queda definida nuestra vocacin, es cuando formamos una
familia, un hogar, tenemos una profesin y un trabajo. La edad madura comienza a
los 35 y termina a los 42 aos. Debemos trabajar esta etapa solar con intensidad,
actuar con previsin para una edad ms avanzada y no sufrir de miserias ni
carencias.
Disfrutar de una vida sana, ser un buen padre o madre, un buen hijo, un buen
ciudadano, buen esposo(a); en sntesis, es un deber tener buenos pensamientos,
sentimientos y acciones. Sumado a lo anterior, debemos acumular cierto capital
que nos permita vivir dignamente, pero tambin es importante, almacenar
monedas csmicas que nos darn bienestar, salud, tranquilidad, felicidad, etc., para
una tener una ancianidad respetable.
El septenio, comprendido entre los cuarenta y dos y cuarenta y nueve aos, es
Marciano y la vida entonces se convierte en un campo de batalla porque Marte es
guerrero. Si sabemos canalizar esa poderosa fuerza guerrera, luchando contra
nosotros mismos, comprendiendo y eliminando nuestros propios errores,
lograremos la liberacin del Alma o Esencia, embotellada en los defectos de tipo
psicolgico.
El siguiente perodo de los cuarenta y nueve a cincuenta y seis, es gobernado por
Jpiter y si cultivamos el amor, la caridad, si hemos sabido auxiliar a los dems en
sus necesidades y en general si nos hemos conducido recta y conscientemente en la
vida, tendremos como consecuencia una vejez respetable. De lo contrario,
sufriremos lo indecible, careceremos de pan, abrigo, refugio y seremos mal tratados
por otros, etc.
De los cincuenta y seis a los setenta y tres, est la persona regida por el anciano de
los cielos, por Saturno. Pasado ese tiempo, contina regido por la Luna, ella trae al
ego al nacimiento y ella se lo lleva. Si observamos a algunos ancianos en ste
perodo, podemos verificar que vuelven a la edad de los nios.
La nica forma de llegar a una ancianidad venerable es eliminando el ego. En
nuestro interior, debemos buscar a nuestro anciano Padre interior que est en
secreto, para que nos oriente en el camino hacia la luz, porque el Yo obstruye el
acceso al conocimiento de tipo trascendental y divino y, por ello, somos invadidos
por la melancola, el pesimismo, el aburrimiento, la decepcin, la auto-compasin y
otras emociones negativas.
El texto sagrado, Bhagavad Gita, que literalmente se traduce cono Canto del
Seor, cita en uno de sus cantos que el ser humano es un compuesto de: cuerpo,
ego, rganos y funciones. Una mquina movida por las Deidades o planetas.
Nos dice el Maestro Samael que muchas veces una catstrofe csmica es suficiente
para que las ondas vitales, que llegan a nuestro planeta, lancen a las mquinas
humanas dormidas a los campos de batalla. Cualquier conjuncin de mundos ser
suficiente para que la presin y el vapor que existen en nuestro planeta, y que estn
originando maremotos y terremotos, estallen rompiendo partes de la corteza
geolgica del mundo.
Antiguamente y an en algunos lugares de nuestro mundo, existe la creencia de
que un eclipse de Luna tiene efectos nocivos en el feto que se est gestando dentro
del vientre de la madre, as como el hecho de que plantas y animales no se
desarrollen lo necesario; mientras que los cometas son presagios de guerras y
calamidades.
Lo ms lamentable es que cargamos la luna en nuestra psiquis, en nuestra
personalidad, en nuestra carne y sangre; lunares son los variados procesos del
pensar, sentir y obrar de los seres humanos; lunares son las guerras, los vicios, el
odio, egosmo, avaricia y toda la degeneracin existente en este afligido mundo.
Toda la mecnica de la Tierra est gobernada por la Luna y si queremos liberarnos
de esta influencia lunar, debemos entrar al camino de la Revolucin de la
Conciencia. Por otra parte, si queremos crear un centro de gravedad consciente,
hay que eliminar los yoes o defectos que en nuestro interior cargamos como el
orgullo, engreimiento, auto-consideracin, amor propio, vanidad, los celos y otros.
El ser humano ingresa en el vientre materno bajo la influencia de la Luna donde
inicia su desarrollo y despus de nueve meses viene a la existencia ya ms
evolucionado, pero no totalmente formado. Los primeros siete aos de vida estn
gobernados por el ngel Gabriel, regente de la Luna y el coro de ngeles bajo la
tutela de Gabriel rigen los procesos de la concepcin, ellos viven normalmente en la
cuarta dimensin, en el mundo etrico, mientras los ngeles que gobiernan la
muerte viven en la quinta dimensin o mundo molecular. Los primeros conectan al
ego con el zoospermo; los segundos rompen la conexin que existe entre el Alma y
el cuerpo fsico.
El retorno implica un nuevo vehculo fsico y una nueva personalidad que se
forma durante los primeros siete aos de vida. El hogar, la familia, el entorno y la
escuela, dan a la personalidad su caracterstica particular. El nio aprende ms con
el ejemplo que con el precepto, el ejemplo de los mayores es definitivo para formar
la personalidad del nio. El infante, durante los primeros tres o cuatro aos de
vida, es tierno, inocente, hermoso en sus aspectos psicolgicos; sin embargo, es
cuando el Ego comienza a controlar su personalidad, la belleza de su esencia o
conciencia se va perdiendo y los defectos se van fortaleciendo.
Los 3 arcngeles. Marco d Oggiono. Siglo XVI
En el segundo perodo, que corresponde de los siete a los catorce aos de vida,
entra bajo la influencia de Mercurio y el sabio Rafael, quien rige la mente, impulsa
al nio a la actividad, al estudio. Entonces, es cuando va a la escuela, ya no puede
estar encerrado todo el da en su casa, vive en incesante movimiento e inquietud.
El tercer septenio, comprendido entre los 14 a los 21 aos, es la tierna
adolescencia y son gobernados por Venus, la estrella del amor. A los catorce aos
comienza a fluir avasalladoramente la energa sexual por el sistema neuro-
simptico, pero su sistema sexual an no est an maduro, o totalmente
desarrollado. sta adems es la poca en que comienza el enamoramiento, la
atraccin sexual, es la edad en que vemos la vida color de rosa, pero
desafortunadamente tambin existen las desviaciones sexuales en el mal uso y
abuso de sta preciosa energa que circula por todo el organismo humano y cuyas
consecuencias se recogen en la edad adulta y la vejez. En cuanto a la mujer, sus
procesos de desarrollo concluyen a los 18 aos, por ello puede contraer matrimonio
ms joven, ella madura antes que el varn.
De los 21 a los 42 aos, triple septenio gobernado por el Sol, incluye la juventud
que se divide en dos etapas: la primera de los 21 a los 28 aos; la segunda de los 28
a los 35 aos y la madurez de los 35 a los 42 aos. En este perodo, alcanzamos la
mayora de edad y queda definida nuestra vocacin, es cuando formamos una
familia, un hogar, tenemos una profesin y un trabajo. La edad madura comienza a
los 35 y termina a los 42 aos. Debemos trabajar esta etapa solar con intensidad,
actuar con previsin para una edad ms avanzada y no sufrir de miserias ni
carencias.
Disfrutar de una vida sana, ser un buen padre o madre, un buen hijo, un buen
ciudadano, buen esposo(a); en sntesis, es un deber tener buenos pensamientos,
sentimientos y acciones. Sumado a lo anterior, debemos acumular cierto capital
que nos permita vivir dignamente, pero tambin es importante, almacenar
monedas csmicas que nos darn bienestar, salud, tranquilidad, felicidad, etc., para
una tener una ancianidad respetable.
El septenio, comprendido entre los cuarenta y dos y cuarenta y nueve aos, es
Marciano y la vida entonces se convierte en un campo de batalla porque Marte es
guerrero. Si sabemos canalizar esa poderosa fuerza guerrera, luchando contra
nosotros mismos, comprendiendo y eliminando nuestros propios errores,
lograremos la liberacin del Alma o Esencia, embotellada en los defectos de tipo
psicolgico.
El siguiente perodo de los cuarenta y nueve a cincuenta y seis, es gobernado por
Jpiter y si cultivamos el amor, la caridad, si hemos sabido auxiliar a los dems en
sus necesidades y en general si nos hemos conducido recta y conscientemente en la
vida, tendremos como consecuencia una vejez respetable. De lo contrario,
sufriremos lo indecible, careceremos de pan, abrigo, refugio y seremos mal tratados
por otros, etc.
De los cincuenta y seis a los setenta y tres, est la persona regida por el anciano de
los cielos, por Saturno. Pasado ese tiempo, contina regido por la Luna, ella trae al
ego al nacimiento y ella se lo lleva. Si observamos a algunos ancianos en ste
perodo, podemos verificar que vuelven a la edad de los nios.
La nica forma de llegar a una ancianidad venerable es eliminando el ego. En
nuestro interior, debemos buscar a nuestro anciano Padre interior que est en
secreto, para que nos oriente en el camino hacia la luz, porque el Yo obstruye el
acceso al conocimiento de tipo trascendental y divino y, por ello, somos invadidos
por la melancola, el pesimismo, el aburrimiento, la decepcin, la auto-compasin y
otras emociones negativas.