El Manto Blanco de Paracas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 126

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS

E.A.P DE ARTE

EL MANTO BLANCO DE PARACAS:


UN REGISTRO DE LA COSMOVISION DEL
HOMBRE DE PARACAS

TESIS
Para optar el Ttulo Profesional de Licenciada en Arte

AUTOR
Carina Sotelo Sarmiento

Lima Per
2015
A la memoria de mi amado padre, Flix Sotelo Buitrn, un
provinciano como muchos que vinieron a Lima sin nada
material entre sus manos, solo con la ambicin de un maana
mejor. Guerrero valiente, visionario seguro, emprendedor,
trabajador, difundi con orgullo la msica vernacular a travs
de sus propias composiciones que interpret a lo largo de toda
su vida.
NDICE DE CONTENIDO

Introduccin 05

Captulo I
Panorama de la cultura Paracas
1.1 Ubicacin geogrfica de la cultura Paracas y clima de la zona 12
1.2 La cultura Paracas 14
1.2.1 Cerro Colorado 14
1.2.2 Cabeza Larga o Arena Blanca 16
1.2.3 Necrpolis de Wari Kayan 18
1.3 Periodos de la cultura Paracas 21
1.3.1 Periodo Cavernas 22
1.3.2 Periodo Necrpolis 23
1.4 Los fardos funerarios 24

Captulo II
El Manto Blanco
2.1 Los mantos Paracas 27
2.2 El Manto Blanco 39
2.2.1 Procedencia 39
2.2.2 Anlisis tcnico del Manto Blanco 44
2.2.3 Anlisis formal del Manto Blanco 47
2.2.4 Anlisis estilstico del Manto Blanco 50
2.2.5 Niveles de organizacin de las entidades 50

Captulo III
Los seres del Manto Blanco
3.1 Simbologa particular de las entidades del Manto Blanco 55
3.1.1 Entidades de poder principal 57
3.1.1.1 El Ser del tocado de plumas: El Sol 57
3.1.1.2 La Luna 72
3.1.1.2.1 La Luna Roja 79
3.1.1.3 El Guerrero de la Serpiente 82
3.1.1.3.1 El Guerrero de la Serpiente con Antara 87
3.1.1.4 El Guerrero Cesante 89
3.1.2 Entidades de poder complementario 94
3.1.2.1 El Guerrero Joven 94
3.1.2.2 El Guerrero de la Waraka 101
3.1.2.3 El Shamn 104
3.1.2.4 El Ser alado: El Cndor 107
3.1.3 Guerreros al servicio de las entidades de poder principal 113
3.1.3.1 El Guerrero de la Vara Anillada 113
3.1.3.2 El Guerrero del Cuchillo 115

Conclusiones 118

Bibliografa 122

Abreviaturas 126
INTRODUCCIN

En febrero del 2010 el libro Paracas Cavernas, editado por el Museo de

Arqueologa del Centro Cultural de San Marcos (CCSM), fue presentado con un

performance donde los actores simulaban una batalla ritual. Dicho performance estaba

inspirado en el Manto Blanco de Paracas, una de las piezas ms representativas de este

museo. Para lograr el objetivo se solicit la participacin de actores del teatro del

CCSM. Los encargados pidieron revisar el Archivo Tello en busca de informacin,

archivo del cual yo estaba encargada. Fue entonces que se despert en m el inters en

estudiar el Manto Blanco.

El Manto Blanco es una joya del arte textil peruano procedente de la cultura

Paracas. Su riqueza plstica, de primera categora, se refleja en una iconografa

expresada en diez figuras humanas y en su colorido, a lo que se agrega una tcnica textil

altamente desarrollada. Este conjunto de personajes y su distribucin, posee un gran

contenido simblico de carcter mtico y religioso.

El doctor Julio Cesar Tello en compaa del doctor Samuel K. Lothrop visitaron

Chincha y Pisco en donde descubrieron los cementerios de Paracas, en 1925. A partir

de ese ao se inici el estudio cientfico y artstico de esta gran cultura, junto a un

equipo de trabajo encabezado por su colaborador Toribio Meja Xesspe; fruto de estos

trabajos son los libros Paracas I parte (1959) y Paracas II parte (1979), cuyo contenido

son las enseanzas logradas por los autores durante los trabajos de reconocimiento de

los vestigios arqueolgicos en las tres reas que conforman esta gran cultura: Cerro

Colorado, Cabeza Larga y la gran Necrpolis de Wari Kayan, entre 1925 a 1930; y a los

estudios realizados sobre el arte de la cultura Paracas, mediante la apertura de varias

momias durante los aos 1931 y siguientes. El trabajo precedente y estos libros, han
sido y son la piedra angular para cualquier estudio que se pretenda elaborar sobre esta

cultura. Son la base para libros posteriores escritos por investigadores extranjeros como

Cora Stafford con Paracas Embroideries: a Study of Repeated Pattern (1941), donde

resalta los elementos estticos y decorativos de los tejidos en esta cultura. Alfred L.

Kroeber con Paracas Cavernas and Chavn (1953), estudia y compara similitudes de

cermicas de ambas culturas. Frderic Engel aporta con nuevas investigaciones y

hallazgos en Paracas presentando su obra Paracas, Cien Siglos de Cultura Peruana

(1966) donde expone caractersticas circundantes a esta cultura como su clima,

ecologa, hidrografa, flora, agricultura, y manifestaciones artsticas como los textiles.

Luis Guillermo Lumbreras con De los pueblos, las culturas y las artes del antiguo Per

(1969), trata brevemente sobre los tejidos de Paracas. Paul B.A. y Anne Cheryl con

Paracas Ritual Attire: Simbols of authority in ancient Per (1980), exploran varios

aspectos como la funcin simblica de los textiles Paracas, los tipos de decoracin a los

que dan una clasificacin. Noem Rosario Chirinos con The analysis of natural

Dyestuffs by high performance liquid chromatograpy methodology and aplicatin

(1988-1989), sobre la base de anlisis qumicos de fragmentos textiles de diferentes

culturas peruanas, entre ellas Paracas, identifica la proveniencia de los tintes y

mordientes usados en la coloracin de los hilos de algodn y de fibra de camlido. Otro

aporte de Ann Paul es su Paracas art and architecture: Object and context in south

coastal Per (1991), conjunto de artculos referidos al arte, la arquitectura, como de

turbantes, anlisis tcnico e iconogrfico de textiles pintados de Carhua, anlisis en

laboratorio hechos a fibras textiles, entre otros aportes. Por su parte Federico Kauffman

en Historia y arte del Per antiguo (2002), habla sobre el hallazgo de la cultura Paracas,

enfatizando los textiles y los fardos funerarios.

6
Con respecto a los artculos referidos a Paracas, estos son numerosos. Para el

caso especfico de nuestro estudio, es decir mantos, Lila ONeale en El arte peruano de

tejer (sin fecha), enfoca al estudio de las prendas Paracas en cuanto a diseo y a

estructura; otro artculo de la misma autora, Tejidos del periodo primitivo de Paracas

(1932), se detiene en las tcnicas textiles del periodo Cavernas. Eugenio Yacovleff,

public Arte plumaria de los antiguos peruanos (1933), y junto a Jorge C. Muelle Un

fardo funerario de Paracas (1934); ellos describen, entre diversos objetos, las prendas

textiles en sus aspectos tcnicos y estticos. Otros artculos referentes a la textilera

Paracas son el de la historiadora Rebeca Carrin Cachot, discpula y colaboradora del

Dr. Tello, con La indumentaria en la antigua cultura de Paracas (1934) donde clasifica

las prendas, diseos iconogrficos y tcnicas textiles de las pocas Cavernas y

Necrpolis. El artculo de Gustavo Fester y Jos Cruellas, Colorantes de Paracas

(1934), habla en torno a tintes en polvo hallados en un enterramiento. Otro investigador

interesado en el arte tintorero de los textiles Paracas es el doctor Giovanni Tagliani con

Arte de la tintorera, acerca de los tintes precolombinos de Paracas (1935), basado en

el estudio de fragmentos de telas llevados a laboratorio. Jorge C. Muelle en El arte de

Paracas (1954), describe tcnicas e iconografa de cermicas y textiles de esta cultura.

Por su parte Ann Paul en Un manto Paracas y la coloracin de sus figuras (1986),

apoyada en las huellas dejadas en el textil, se enfoca en la mano de obra que particip

en el bordado del manto 89-14. Federico Kauffman en su artculo El arte textil de

Paracas (1999), fundamentado en el aspecto funerario, cataloga a las telas Paracas

como cuadros iconogrficos; trata acerca de la iconografa Paracas. Posteriormente

Kauffman en su artculo Arte textil en el antiguo Per (2001), comenta que escribir

sobre el tejido peruano es un asunto difcil de englobar. Este breve artculo es genrico

razn por la que se limita a mencionar tcnicas as como materiales.

7
En el campo de la historia del arte el trabajo ms trascendente es el del Dr.

Francisco Stastny, con su libro Breve Historia del Arte en el Per (1967), donde al

detenerse en la cultura Paracas seala lo siguiente: Entre las obras ms impresionantes

por su belleza y por el esplendor de su colorido que nos ha legado el antiguo Per, se

cuentan sin duda los grandes mantos funerarios de Paracas. El arquitecto Emilio Harth-

Terr en su ensayo El signo verbal en los mantos funerarios de los Paracas (1976),

asigna como signos o smbolos comunicativos a ciertos aspectos del fardo funerario

cuando seala que: El orden de los envoltorios () podra considerarse biogrfico;

tambin trata sobre la iconografa en los mantos. Otro aporte a estos estudios es el de la

doctora Mara Luisa Saco con Algunos aspectos de los tejidos de Paracas (1978); all,

adems de poner de manifiesto rasgos de los textiles Paracas, plantea los estilos

geomtricos y seminaturalistas, tcnicas, figuras que se repiten en posiciones alternadas.

Jos Antonio de Lavalle con Culturas precolombinas: Paracas (1983), trata sobre su

descubrimiento, las caractersticas de su textilera, cermica y otras manifestaciones de

su arte sobre la base de estudios que hicieran otros investigadores como Arturo Jimnez

Borja; es un catlogo con numerosas fotografas que divulgan la riqueza artstica de esta

cultura. Zadir Milla Euribe public Fundamentos simblicos de las formas estticas en

el arte del antiguo Per (1992) ensayo donde observa los valores simblicos y

plsticos, proponiendo las bases tcnicas para el estudio de la esttica del arte del

antiguo Per; Milla plantea el arte del antiguo Per con una esttica propia, repleta de

simbolismo, representado en objetos rituales donde est presente el mundo de arriba, el

mundo terrenal y el mundo de abajo, cosmologa andina factible de ser percibida en:

cndor-jaguar-serpiente/ave-felino-pez/vuelo-poder-movimiento. Jos Antonio de

Lavalle tambin publico su artculo Arte de Paracas (1997) que es un buen compendio

de su obra mencionada lneas arriba.

8
El libro Introduccin a la iconografa andina I de Jess Ruiz Durand (2004), es

un anlisis iconogrfico del Per antiguo, con un texto introductorio corto pero

contundente donde desarrolla la numerologa, la organizacin geomtrica observado en

el arte peruano antiguo, entre otros asuntos; es asimismo valioso este trabajo por los

numerosos dibujos de importantes obras creadas en todas las culturas del antiguo Per.

Otro estudioso de esta cultura es Francisco Rotondo Donola con el libro El arte

decorativo en los tejidos Paracas (2005); en l seala las condiciones naturales de la

pennsula, el ecosistema que rode al habitante paraquense, sus creencias, rituales y

costumbres como la guerra, la pesca, marco del espritu creador y expresados

artsticamente en los bordados y tejidos. Krzysztof Makowsky public Los seres

sobrenaturales en la iconografa Paracas y Nasca (s/f); all expone enfticamente las

figuras hbridas de Nasca y Paracas vistas en cermicas y textiles; hace un estudio con

ms nfasis en la cultura Nasca y algunas veces, busca paralelos con la cultura

occidental cuando seala su hiptesis: los rasgos faciales felnicos que cumplan una

funcin comparable con la de la aureola en la iconografa cristiana. Por su parte Alba

Choque Porras, en su libro La imagen del felino en el arte del antiguo Per (2009), se

detiene en cada cultura para tratar sobre la representacin del felino considerado una

importante deidad; al referirse a Paracas Cavernas y Necrpolis habla de un felino

antropomorfizado llamado Dios del agua, quien porta una cabeza trofeo y un arma

punzo cortante, Choque concluye que las representaciones del felino son permanentes

en el arte textil Paracas.

El universo textil del Per antiguo es muy amplio y en l destacan, adems de

los tejidos Paracas, los Nascas herederos de los Paracas, los Wari con el empleo de hilos

muy finos y decoracin polcroma geomtrica, as como los Incas con los tocapus, que

para algunos estudiosos, como Victoria de la Jara, Kauffman Doig y William Burns,

9
podran representar diez consonantes; Dentro de este universo, imposible de abarcar

por su magnitud, se ha escogido el Manto Blanco de Paracas, textil no estudiado bajo la

lupa de la historia del arte, cuyas caractersticas iconogrficas lo hacen nico en su

gnero.

Existen dos artculos referidos al Manto Blanco: el de la doctora Mary Frame,

titulado Representacin de gnero, jerarqua y otras relaciones, en los bordados

Paracas Necrpolis (2008), trata sobre dos piezas textiles: una falda y el Manto

Blanco. Basada en las figuras de ambas piezas lanza una lnea de estudio sobre gnero

y jerarqua. A este trabajo se suma un segundo artculo, el de la arqueloga Lourdes

Chocano titulado Estudio del Manto Blanco de Paracas (2012), donde la autora, sobre

la base de un informe tcnico textil de tramas y urdimbres, tipos de puntos, entre otros

aspectos, se acerca a la iconografa del Manto Blanco con una propuesta sugerente.

Sobre la base de estos estudios de arte y arqueologa y los adelantos de esta

ltima disciplina, esta tesis plantea el anlisis del Manto Blanco desde la perspectiva de

la historia del arte. La investigacin se estructur en cinco fases. En la primera se hizo

una revisin bibliogrfica, hemerogrfica en bibliotecas y archivos pblicos y

particulares. La informacin de primera lnea se obtuvo del archivo Tello ubicado en el

Museo de Arqueologa del CCSM. En la segunda fase se visit museos y colecciones

privadas (MALI, Museo de Arqueologa del CCSM, Museo de Arqueologa,

Antropologa e Historia del Per, Museo Amano, as como visitas virtuales a museos

extranjeros como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museum of Fine

Arts de Boston Massachusets, el American Museum of Natural History de Nueva York,

el Centre de Documentacin i Museu Textil de Terrasa, Espaa; el Peabody Museum de

Washington, The Brooklyn Museum y el World Cultures Museum de Gotemburgo,

Suecia), para el estudio, anlisis y comparacin de la iconografa Paracas referida

10
especficamente a mantos. En la tercera etapa se ubic y registr en imgenes

fotogrficas la iconografa Paracas de otros tejidos que guardan relacin con el Manto

Blanco. En la cuarta fase se analiz, confront y orden textos e imgenes.

Finalmente, en la quinta fase se redact el texto final.

Esta investigacin tiene por objeto llenar un vaco desde la perspectiva de la

historia del arte y demostrar que el Manto Blanco de Paracas, adems de ser un objeto

ritual o ceremonial, es una obra de arte. Este form parte del ajuar funerario de un

importante personaje de esa poca, ms destacado que otros. Asimismo, demostrar que

el Manto Blanco posee una carga mtico-religiosa dada por los conos representados.

El presente trabajo est estructurado en tres captulos. El primero aborda un

panorama general sobre la cultura Paracas. El segundo est dedicado al Manto Blanco

desde un anlisis tcnico, formal, estilstico y su organizacin iconogrfica. El tercer

captulo es el estudio iconogrfico de los diez seres bordados en el Manto Blanco.

Deseamos expresar nuestra ms profunda gratitud a distintas personas que han

contribuido en la ejecucin de este trabajo. En primer lugar agradecer especialmente a la

doctora Nanda Leonardini por su asesoramiento, apoyo con material bibliogrfico,

acertadas sugerencias y recomendaciones. Al Museo de Arqueologa y Antropologa del

CCSM, que me permiti consultar el Archivo Tello y facilitarme el material fotogrfico.

Al Archivo Domingo Angulo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde

obtuve documentos relacionados a la adquisicin del Manto Blanco por la universidad.

Al arquelogo Mario Polia, a la arqueobotnica Gabriela Berton, al malaclogo

Manuel Gorriti Manchego, al arquelogo Fernando Fujita Alarcn por animarme a

continuar adelante, a la arqueloga Delia Aponte, a la doctora Mary Frame, al profesor

de teatro Arturo Villacorta por sus orientaciones. A Morroponcho que siempre me

acompaa.

11
CAPTULO I

PANORAMA DE LA CULTURA PARACAS

1.1 Ubicacin geogrfica de la cultura Paracas y clima de la zona.

La cultura Paracas floreci en la actual regin de Ica, Per, en la provincia de

Pisco, distrito de Paracas, en la zona denominada por Julio C. Tello, Centro Andino

(Tello y Meja 1979:3).

Fig. 2. Mapa poltico de la provincia de de Pisco

Fig. 1. Divisin poltica de la regin Ica

Ica comprende la faja desrtica de la costa central en donde sus llanuras se ven

alteradas por una cuchilla geolgica que avanza hacia el mar, formando la pennsula y a

su vez la baha de Paracas, ubicada a 18 kilmetros al sur del puerto de Pisco entre 13

41| 40|| de latitud sur y 76 20| de longitud oeste. Por el norte limita con los frtiles

campos de la margen izquierda del ro Pisco y por el sur con los extensos arenales de

Otuma y Karwa, hasta la desembocadura del ro Ica. Por el oeste con las islas San

Galln, Ballestas, Tres Maras y Chincha.


Fig. 3. Ubicacin de Paracas y sus sitios arqueolgicos.

La baha de Paracas es llamada tambin Baha de la Independencia, porque el 7

de setiembre de 1820 el general Jos de San Martn desembarc con la Expedicin

Libertadora para iniciar la lucha por la Independencia.

Paracas ofrece un clima caluroso; predominan los das soleados con un verano

que presenta temperaturas de hasta 32 C. En invierno esta baja a 15 C, con escasas

precipitaciones, las cuales generalmente se dan entre los meses de junio y agosto. Se

caracteriza, adems, por presentar fuertes vientos huracanados que arrastran la arena del

desierto, fenmeno conocido popularmente como Paraca que significa lluvia de arena.

Su fauna cuenta con lobos marinos, aves guaneras, flamencos y cndores; sobre

estos ltimos Tello refiere:

Cndores en Paracas () he colectado cndores en la baha de Pisco y


particularmente en la isla de San Galln. Estas aves descienden al nivel

13
del ocano, a lo largo de las costas desiertas aunque se mantiene en altas
latitudes. (Tello s/f A: folio 4931)

En esta zona la vegetacin est tipificada por la presencia de los bosques de huarango

que crecen en el desierto desafiando la aridez del suelo.

1.2 La cultura Paracas

Esta importante civilizacin del antiguo Per se desarroll entre los aos 700 a C

y 200 d. C, en el periodo formativo u horizonte temprano, y estuvo emparentada con la

cultura Chavn porque se desarrollan en el mismo espacio temporal. Fue descubierta por

Julio C. Tello un 26 de julio de 1925 y estudiada a partir de ese ao. Su rea de

asentamiento se encuentra en tres zonas especficas: Cerro Colorado, Cabeza Larga

llamada tambin Arena Blanca y la gran Necrpolis de Wari Kayan.

Esta cultura goza de merecida fama debido a sus textiles, en los que se

manifiesta un nivel tecnolgico avanzado. Otra de sus manifestaciones importantes es el

adelantado conocimiento de la medicina y la ciruga; los paracas practicaban

trepanaciones craneanas, as como el embalsamiento y momificacin de sus muertos.

1.2.1 Cerro Colorado

En agosto de 1925 Julio C. Tello y su equipo de trabajo inician las exploraciones

y excavaciones del terreno removido producto de antiguos y desordenados saqueos, en

cuya superficie haban osamentas blanqueadas por la luz solar, fragmentos de tejidos,

cermicas, lagenarias entre otras cosas dispersas en la arena colorada por lo que el lugar

tiene ese nombre: Cerro Colorado se llama a los montculos o colinas de cerros bajos

de aspecto rojizo que se elevan a lo largo de la playa (Tello 2009:28).

14
Cerro Colorado est conformado por tres terrazas o montculos escalonados de

arena y caliche1, donde se encuentran hoyos o pozos sepulcrales y cavernas en forma de

botella. Personalmente considero que, tal vez, emula la forma del tero femenino; dicha

forma podra estar ligada a la idea de la madre tierra.

En efecto, el terreno arenoso () con () capas de caliche sirvi para la


fabricacin del sepulcro en forma de hoyo profundo o superficial
cilndrico o abovedado, sin ms esfuerzo que la consistencia de la arena
compacta y del caliche. () Sin embargo, debajo de la capa de arena
compacta y dura existe otro sistema de enterramiento, en forma de
garrafa, que tiene un cuello cilndrico tallado en la roca sedimentaria y
una bveda profunda y amplia, abierta en la misma roca (Tello y Meja
1979:99).

En las fosas sepulcrales se descubrieron restos humanos diseminados, cuyos

crneos en su mayora eran de tipo bilobal. Instrumentos de hueso como punzones,

retazos de tejidos y redes para pescar, restos orgnicos como hondas de maguey, yucas,

maz y conchas de almeja. Otros objetos como husos y piruros de arcilla y cermica

fragmentada, adems de algunos cuerpos enteros en posicin fetal o fardos envueltos

con tejidos burdos de algodn en estado semicarbonizado. A estos cadveres les haban

retirado las viseras del vientre y en su lugar colocaron algodn.

Fig. 4. Crneo bilobal Fig. 5. Crneo mesoceflico Fig. 6. Crneo cuneiforme


andino

En las cavernas se hallaron fardos cuyos cadveres estaban en posicin fetal, con

los crneos deformados de forma cuneiforme con trepanacin. Estos fardos estaban

envueltos con esteras de junco y tejidos burdos de algodn con algunas ofrendas que

acompaaban al difunto: prendas como unkus, paos, collares de chaquiras, cuentas de

1
Nitrato de sosa, salitre de sosa, nitrato sdico.

15
semillas o tubos de hueso de ave, instrumentos de hilar como los arriba mencionados,

antaras de hueso, fragmentos de lagenaria, cermica y tejidos, redes para la pesca, restos

de totora, cuchillos de pedernal, peines de espina, alimentos como maz, man y yuca.

1.2.2 Cabeza Larga o Arena Blanca

Esta es la segunda zona estudiada por Julio C. Tello a partir de agosto de 1925,

donde encontr crneos alargados por lo que los lugareos le dieron ese nombre. Esta

zona, tambin es llamada Arena Blanca porque sus dunas son blanquecinas. Aqu el

terreno es suelto formado por arena y mezclas de piedras angulosas con restos de basura

orgnica.

Cabeza Larga consta de ncleos funerarios y habitacionales. Se llaman ncleos

funerarios a los entierros o fosas hechas en la arena: Ncleos funerarios () focos de

enterramientos individuales y colectivos de cadveres humanos, envueltos con sendos

paos burdos y finos de algodn y lana cuya tcnica, calidad y ornamentacin pertenece

al periodo () Necrpolis de Wari Kayan (Tello y Meja 1979:261).

Los fardos tenan forma cnica u ovoides envueltos por grandes telas toscas de

algodn; en sus pliegues haban ofrendas rituales y ceremoniales adems de los objetos

que el difunto us en vida. Los cadveres estaban en posicin fetal; con respecto a los

estratos sociales a los cuales pertenecan Tello dice:

As, un fardo pequeo, reducido al volumen del cadver flexionado en


posicin fetal y envuelto en tejidos burdos () pertenece al pueblo; pero,
un fardo de tamao mediano o grande, () envuelto con varios paos
burdos y finos de algodn, acompaados de ofrendas exteriores ()
caas y varas adornadas con plumas amarillas y azules () pertenece a
un personaje sobresaliente. (Tello y Meja 1979:264)

Los ncleos habitacionales estaban constituidos por viviendas subterrneas y

ptreas de planta rectangular, e incluso descubrieron viviendas subterrneas

multifamiliares, todas asociada[s] a desperdicios de cocina, como reveladores de un

16
asentamiento humano en tiempos pre-histricos (Tello y Meja 1979: 251). Dichas

viviendas constan de un vestbulo, un tubo vertical de acceso en forma de L y

compartimento rectangular y profundo o la vivienda misma. El techo era fabricado de

lajas de piedra, palos de huarango, costillas de ballena, trozos de caa, paos de

algodn. Las paredes de la vivienda estaban estructuradas con piedra rojiza y angulosa

mezclada con algas marinas, sargazo2 y ceniza. Tello y Meja aseveraron que a todo esto

se sumaba agua de mar cuya sal hizo que a travs del tiempo esta masa se petrificara.

Un ejemplo ilustrativo es una cermica escultrica de vivienda de este tipo.

Fig. 7. Vasija ceremonial Paracas que representa una vivienda subterrnea. (Tello y Meja 1979:258)

2
Gnero de algas fucceas, de tallo ramificado, con ramas cortas y largas, las primeras con vejigas
especiales llenas de aire que les sirven de flotadores. (Sopena 1977:2003)

17
Los cadveres o fardos estaban enterrados dentro y fuera de los ncleos

habitacionales:

En el subsuelo de los compartimientos exteriores y subterrneos de los


ncleos habitacionales se hallan los enterramientos individuales y
colectivos de fardos () que contienen cadveres humanos de diversas
edades y categoras sociales. Estos enterramientos fueron depositados
cuando las viviendas estuvieron en desuso, porque las estructuras de
piedra () y los estratos del relleno de los patios y corredores aparecen
destruidos o reutilizados () los fardos () pertenecen al periodo ()
de las Grandes Necrpolis. (Tello y Meja 1979:261)

1.2.3 Necrpolis de Wari Kayan

El 25 de octubre de 1927 Julio C. Tello y su equipo de trabajo descubrieron un

vasto cementerio con 429 fardos funerarios, el cual haba permanecido inadvertido por

los huaqueros. Los fardos fueron sacados del lugar para ser trasladados por grupos a

Lima con la finalidad de ser estudiados. Tello y su equipo consideraron que Wari Kayan

habra sido una pakarina3 de las primitivas poblaciones de la pennsula (Tello y Meja

1979:298), debido al hallazgo, al igual que en Cabeza Larga, de viviendas ptreas y

subterrneas de planta rectangular o ncleos habitacionales asociados a desperdicios de

cocina y basura, y ncleos funerarios como:

() enterramientos de cadveres en las capas de mdano, en los


depsitos de basura y en los escombros de antiguas viviendas. No
importa que la acumulacin de arena limpia y la de los desperdicios de
cocina sean exiguas o abundantes sino que sean suficientes para sepultar
a los muertos. No importa que estos sean nios o adultos, ricos o pobres,
sino que todos sean miembros de una familia o Ayllu (Tello y Meja
1979:315).

Los fardos sepultados a ms profundidad, pudieron ser clasificados como de la

elite debido a las ofrendas exteriores e internas que acompaaban al cadver, no as para

aquellos enterrados casi en la superficie referidos generalmente a personas de condicin

pobre, tal como Tello y Meja comentaron:

3
Huaca o lugar sagrado.

18
De un modo general hemos podido observar el enterramiento de los
cadveres en tres niveles: uno inferior, a 3.00 y 5.00 m de profundidad;
otros a 2.00 y 3.50, y finalmente, otros, a 0.80 y 1.50 m de profundidad
() hemos notado que los enterramientos superficiales pertenecen a
individuos de poca consideracin social y cultural. (Tello y Meja
1979:364)

Estos fardos funerarios, relativos a la elite, tenan forma cnica y podan llegar a

tener las siguientes medidas: Momia 310 () El tamao del fardo funerario es mayor

de cuanto se conoce en las Necrpolis de Wari Kayan () mide 1.70 m de altura; 1.40

m de dimetro mayor en la base; 0.50 cm en la cspide. Pesa alrededor de 200 kilos.

(Tello y Meja 1979:364).

Las ofrendas exteriores que acompaaban a los difuntos eran varas, cetros o

caas que ostentaban en la punta superior plumas coloridas que podan ser azules,

verdes o amarillas; adornos colgantes como algodn desmotado o bien ser anilladas con

tendones de llama, los que segn Tello y Meja tenan algn misterioso significado: la

vara anillada constituye un objeto simblico; y el nmero de anillos que ostenta, tiene

otro significado. (Tello y Meja 1979:333); estos objetos se encontraban plantados

verticalmente. Otras ofrendas eran utensilios de lagenaria, cestera y cermica como

cntaros, botellas y platos; sustancias vegetales y alimenticias como yuca, maz, camote,

man, pallar, zapallo, semillas de pacae y frijol, algunas preparadas como guisos,

humintas o panecillos hechos con harina de maz. Anchovetas, conchas de almeja,

cangrejos.

Los fardos funerarios usualmente estaban protegidos por petates o esteras de

junco, debajo de los cuales se encontraban envueltos en largos paos de algodn de

factura tosca, los que podan medir hasta veinte metros de largo por cinco de ancho

(Carrin 1931:51); estos protegan las ofrendas internas u objetos que el difunto us en

19
vida, grandes cantidades de prendas de vestir, entre otros tejidos: llautos4, esclavinas5,

faldas, waras6, unkus7, mantos

() de lana y algodn con vistosas y polcromas decoraciones bordadas,


que representan seres mitolgicos. Junto con estas prendas se encuentran
otras de significado ritual o simblico, como el penacho y el abanico de
plumas, el collar de conchas marinas [spondylus] y adornos de oro
papirceo () diadema, orejera, nariguera, etc.; y las piezas diminutas de
lana y algodn que simulan muestrarios de vestidos masculinos y
femeninos. (Tello y Meja 1979:338)

Algo muy singular dentro de las ofrendas es la existencia de prendas y tejidos en

miniatura los que debieron tener algn simbolismo dentro de todo el ritual funerario.

Otra particularidad fue el hallazgo de prendas a medio elaborar y de tallas

distintas, lo que indica que no pertenecan al difunto: El fardo no contiene

probablemente la ropa que us en vida el cadver () porque entre estas hay algunas a

medio fabricar () porque las dimensiones de las prendas () son diferentes y no

corresponden a la talla de un solo individuo. (Carrin 1931:48 y 49)

En un fardo podan hallarse hasta treinta mantos y como mnimo cinco (Carrin

1931:75). Otros objetos que podan hallarse dentro de un ajuar funerario eran, a manera

de tocados, las warakas8 y pieles de zorros.

Los cadveres momificados por lo general estaban en posicin fetal o en

cuclillas, colocados dentro de un gran canasto de mimbre o de junco, de los que se

coment: El empleo de esta clase de canasto como urna funeraria es comn en la

mayora de las momias de I categora () finalmente, el canasto se rellena con tejidos

simples de algodn y algunas prendas de vestuario ceremonial y domstico. (Tello y

4
Turbante.
5
Pequea prenda con orificio para la cabeza, cubra la parte superior de la espalda, hombros y pecho.
6
Taparrabo o paete.
7
Camisa.
8
Variante de honda.

20
Meja 1979:358). Segn el tamao de los fardos fueron catalogados como de I categora

(grandes), II categora (medianos) y III categora (pequeo).

1.3 Periodos de la cultura Paracas

Julio C. Tello dividi esta cultura en dos periodos: Cavernas y Necrpolis, los

que se mantienen a la fecha, cada uno caracterizado por el tipo de enterramiento y estilo

de textiles y cermica hallados en los sitios de Cerro Colorado y Wari Kayan

respectivamente.

Segn la clasificacin () de Tello () se establece una diferenciacin


de dichos yacimientos en dos tipos, correspondientes a dos estratos
culturales estrechamente relacionados: las Grandes Necrpolis,
caracterizados por la aglomeracin de voluminosos y cnicos fardos ()
enterrados en antiqusimos basurales, y las denominadas Cavernas,
sepulturas en forma de garrafa () conteniendo muchos cadveres con
envolturas escasas. (Yacovleff y Muelle1932:31)

Sobre los periodos de esta cultura, establecidos por Julio C, Tello, existen

posturas modernas que se basan en los estilos de las figuras bordadas; estos son

denominados como estilo lineal (estilo geomtrico, asociado a Cavernas); y el estilo de

color en bloque (estilo figurativo asociado a Necrpolis) (Paul y Cheryl 1980:106 y

110).

El problema de esta propuesta se suscit cuando ambos estilos fueron

encontrados en varios fardos, lo que plante algunas hiptesis. Por un lado Jane Dwyer

y Anne Paul postulan: los diferentes estilos representan una secuencia de desarrollo

nica a travs del tiempo (Frame 2007:70).

Por otro lado Ann Peters propone otra secuencia de desarrollo:

() las tradiciones independientes de Paracas y Topar en los bordados,


() las interacciones entre estas sociedades las llevaron a su mutua
transformacin y al nacimiento de la tradicin Nasca () el estilo color
en bloque est asociado con la entidad poltica que llevo la tradicin
cermica Topar a la costa andina. (Citado en Frame 2007:70)

21
Una tercera hiptesis es la que sugiere Mary Frame:

Es posible afirmar que las tres unidades polticas: Paracas, Topar y


Nasca hayan estado interactuando en la costa sur durante () la poca de
la ocupacin del sitio de la Necrpolis de Wari Kayan () los estilos de
bordado presentes en la Necrpolis () tuvieron trayectorias separadas
() producidos por pueblos con tradiciones textiles independientes
(Frame 2007:70 y 71).

Topar es una quebrada pequea que limita con los departamentos de Lima e

Ica, y alberga diversos yacimientos arqueolgicos, siendo Chincha el centro de esta

cultura. Topar abarc las actuales provincias de Caete en Lima, Chincha y Pisco en

Ica. Ann Peters refiere:

El trmino Topar fue aplicado por primera vez hacia los diversos y
complejos artefactos cermicos iguales a los del sitito de Jahuay, en la
entrada de la quebrada de Topar, y a los similares ceramios establecidos
por Wallace en los valles de Pisco, Chincha y Caete. Esos artefactos
agrupados bajo el trmino de Tradicin Topar se vinculan a los
ceramios de la tradicin Paracas por algunos rasgos, ambas tradiciones
existentes en un mismo espacio y tiempo, que se hace indeciso y dudoso
para los investigadores, hace deducir e inferir en las prcticas sociales y
culturales () la tradicin Paracas cuya raz es una fuerte influencia del
Norte o de la tradicin Topar. (Peters 1997:9 y 11)

1.3.1 Periodo Cavernas

Esta etapa se caracteriza por una cermica de paredes delgadas con decoracin

interna y externa de puntos e incisiones que forman dibujos geomtricos vistos

generalmente en platos; los vasos solo lucen decoracin externa. Es, asimismo,

colorida: negra, marrn, roja, verde, azul, amarilla; ostenta diseos de serpientes,

felinos, y seres humanos (Tello 2009:25, 50, 74). Sus formas son botellas de doble pico

y asa puente con base ligeramente convexa, platos campanulados y semiesfricos, ollas,

vasos y cantaros globulares.

Con respecto a los tejidos Carrin los define como sencillos, siendo el algodn

la materia ms empleada. Hemos de mencionar a las telas decoradas a doble cara o

22
compuestas doble, que dan la apariencia de positivo y negativo, tcnica contemplada en

los mantos llamados bcromos, que ostentan diseos de felinos, serpientes y seres

humanos geometrizados.

Las telas compuestas dobles son de algodn, de dos tramas y de dos


urdimbres, trabajadas en colores contrastados () ornamentados con
dibujos de gran tamao, formados por la atraccin hacia una de las caras
de la fbrica, de los hilos de un color, y hacia la otra cara de los hilos del
color opuesto () a este tipo de tejido pertenecen los () mantos
bcromos () (Carrin 1931:40).

Otros son los tapices, vistos en llautos, turbantes y fajas; gasas, redes y mallas

predominantes en este periodo las cuales tambin podan poseer decoracin geomtrica

con figuras de felinos y serpientes entrelazados. Los bordados, poco usuales, estaban

destinados a decorar franjas y bordes. Asimismo, se elaboraban canastos y petates de

junco.

1.3.2 Periodo Necrpolis

Durante este periodo predominan las vasijas de paredes gruesas, color blanco

cremoso sin dibujos, colores o decoracin, aunque sus formas realistas representan

frutos como el zapallo. Dichas vasijas son botellas de doble pico y asa puente, con base

convexa o plana. Otras formas son las ya mencionadas en el periodo Cavernas: platos,

cntaros, vasos y ollas.

Acerca de los tejidos en esta poca hay evidencias en el uso de gran cantidad de

ellos elaborados de algodn y fibra de camlido, tal como Carrin lo seala:

() deseo llamar la atencin sobre la costumbre () en el antiguo Per


de enterrar los cadveres con ropa, especialmente en las culturas
emparentadas del departamento de Ica () Cavernas, () Nasca y ()
Necrpolis. () [En esta ltima] la costumbre () adquiere una
importancia extraordinaria.
Aparte de las piezas consideradas como prendas de vestir, hay () telas
que, por su calidad y tamao, debieron tener uso diferente (). (Carrin
1931:46 y 47)

23
Asimismo, complementa:

La lana y el algodn como materias primas aparecen casi en la misma


proporcin en el arte textil de las Necrpolis () las prendas de vestir
son, por lo general, de lana; y los tejidos bastos de grandes dimensiones,
que envuelven los fardos, y ciertas piezas finas de indumentaria, son de
algodn (Carrin 1931:50).

Los tejidos de esta etapa evidencian un nfasis en la tcnica del bordado, el cual

presenta un desarrollo muy notable. Ostentaban una decoracin de figuras mitolgicas

de seres humanos y de animales como aves, felinos y serpientes, todos con un estilo

figurativo, es decir, sus formas se identifican rapidamente a diferencia del estilo

geomtrico.

1.4 Los fardos funerarios

No podemos terminar este captulo sin antes tratar sobre una importante

evidencia material que nos ha dejado esta cultura, como lneas arriba ya mencionamos,

la costumbre de enterrar a sus muertos con ropas y otros objetos, es decir los fardos

funerarios.

De los fardos hallados en Wari Kayan se han hecho estudios minuciosos

llamados desenfardelamientos y disecciones. A raz de estos se tiene nocin de lo que

constitua un fardo funerario Paracas.

Todos los fardos poseen forma cnica, debido a la posicin del cadver

momificado, sentado de cuclillas, con las piernas fuertemente flexionadas sobre el

vientre y el pecho, los brazos bien doblados con las manos sosteniendo la cabeza,

posicin dada al cuerpo del difunto inmediatamente despus de expirar. Los dedos de

manos y pies usualmente se encontraban enlazados o unidos con hilos coloridos

adornados con cuentas. Otra particularidad similar es que a los cadveres se les

colocaba pequeas lminas metlicas en las aberturas del cuerpo, como boca, nariz, etc.:

24
en una de las fosas nasales fue encontrada una escama de oro (Tello 2012:326); otro

ejemplo similar un: rollito laminar encontrado entre los dientes (Tello 2012:481).

Estos rituales eran motivados por sus creencias, temores o tal vez por perseguir fines

mgicos.

La momificacin era facilitada por el clima de la zona. Muchos cadveres fueron

encontrados sin vsceras y rellenos con algodn.

El rostro era cubierto con algodn lo mismo que algunas partes del cuerpo para

llenar todo vaco. El cuerpo flexionado era depositado dentro de un gran canasto de

junco relleno, por lo general, con algodn, acompaado con diversas ofrendas como

prendas diminutas, frutos u objetos personales. Despus el cuerpo era envuelto sin

orden especfico, con diferentes capas burdas de telas de algodn y mantos finamente

bordados y coloridos. Sobre esto el arquitecto Harth-Terr seal: El orden de los

envoltorios podra significar un determinado arreglo que podra considerarse

biogrfico (Harth-Terr 1976:35).

Tambin acompaaban al ajuar distintas prendas colocadas en lugares

especficos; por ejemplo, sobre la espalda del cadver una esclavina o bien un llauto

envolviendo el lado superior del fardo, es decir la cabeza. Exista una parafernalia

ceremonial donde se han encontrado objetos como abanicos, plumas, collares,

brazaletes, espejos, hondas, flechas, estlicas, varas, pieles de zorro y llautos, estos dos

ltimos siempre ubicados en la cabeza del fardo. Algunos fardos lucen narigueras,

diademas con aretes discoidales.

Finalmente, la momia era envuelta varias veces por una burda y extensa tela

llana de algodn. La parte alta del fardo, que vena a ser una falsa cabeza, estaba

constituida por un moo elaborado con la misma, pero ahora retorcida. Las telas

envoltorios formaban pliegues, los cuales eran cosidos y pegados a la superficie con

25
puntadas gruesas: Retiradas todas las piezas () el fardo se present de nuevo

envuelto en una tela tosca de algodn () con pliegues ajustados mediante grandes

puntadas (Kauffman 2002:306). Entre otras cosas que acompaaban al fardo haban

alimentos, lagenarias y cermicas. Todos estos cuidados, sin lugar a dudas, cumplan la

finalidad de proteger el cuerpo del difunto, no solo para que llegue ntegro al ms all,

sino tambin por un inters de amparar y abrigar a sus seres queridos, respetados o

venerados.

Fig. 8. Fardo funerario 217 de la


Necrpolis de Wari Kayan.
Imagen tomada de Tello 2012:415

Fig. 9. Interior de un fardo funerario.


Imagen tomada de Ann Peters (s/f)

26
CAPTULO II

EL MANTO BLANCO

2.1 Los mantos Paracas

Uno de los ejemplos preclaros del arte textil Paracas son sus mantos, en los

cuales puede apreciarse la maestra de las manos que los trabajaron. El doctor Francisco

Stastny en su libro Breve Historia Del Arte en el Per, al referirse a la cultura Paracas

seala:

Entre las obras impresionantes por belleza y por el esplendor de su


colorido que nos ha legado el antiguo Per, se cuentan sin duda los
grandes mantos funerarios de Paracas ()
Estos celebres mantos () han llegado a nosotros con franca expresin
cromtica; y son considerados, por su gran delicadeza de ejecucin
tcnica, entre los ms perfectos y logrados ejemplos de textilera
conocidos en el mundo entero. Los artistas que los crearon dominaban
prcticamente todas las tcnicas posibles de tejidos en telar manual,
desde la tapicera hasta finas gasas, y ejecutaban sus obras con fibras de
lana y algodn. (Stastny1967:11)

Por su parte la doctora Mara Luisa Saco en su artculo Algunos aspectos de los

tejidos de Paracas refiere que: Los tejidos de Paracas son () expresin de la

armona, pero una armona en movimiento, sin lmites precisos, poblado de seres

misteriosos (Saco 1978:779).

Como ya lo refiri el doctor Stastny, el material con que se elaboraban era el

algodn y la fibra de camlido (llama, alpaca y vicua), siendo los de este ltimo, los

que hasta nuestros das se han preservado mejor. De igual modo, se hicieron mantos con

ambos materiales. Un ejemplo importante es el manto de estudio de esta investigacin.

Sobre el uso del algodn es importante mencionar que para fabricar los extensos

paos envoltorios y mantos debi demandar mayor esmero y conocimiento sobre la


siembra del algodn, que requera de grandes campos para su cultivo y cosecha. Con

respecto a este hecho el arquelogo Luis Guillermo Lumbreras comenta:

Sin embargo, el gran cambio estructural se produjo solo al final del


arcaico, en el paso al formativo ().
Los indicadores ms importantes son el cultivo de plantas () la
domesticacin de las plantas, como tcnica productiva, se origina ()
como consecuencia de la experiencia obtenida en la recoleccin de las
plantas () con el cultivo de algodn, el desarrollo del tejido fue notable
(Lumbreras 1970:15, 16)

Rebeca Carrin dijo al respecto: Sorprende la gran cantidad de tejidos de

algodn hallados () se dira que las Necrpolis almacenaron los productos de una

industria textil a base de algodn que haba llegado a su apogeo. Este hecho revela que

el cultivo del algodn debi ser muy generalizado en los valles de la costa. (Carrin

1931:51). El arquitecto Harth-Terr acot al respecto:

Calculan que para el conjunto de mantos de cualquiera de los fardos era


indispensable el algodn producido en una cosecha en un terreno de no
menos de 4,000 metros cuadrados. En la regin de Ica seran estos el
equivalente de 3 coyos o 1/7 de fanegada de 29,900 m2. Implica
esto la importancia social del difunto. (Harth-Terr 1976:30)

Acerca del uso de la fibra de camlido, esto evidencia el intercambio comercial,

debido a que este material es oriundo de los animales de la sierra, tales como llamas,

alpacas y vicua. La arqueloga Ann Peters opina: El paisaje conocido por la gente de

Paracas no estaba limitado solamente a la costa: el uso () de fibra de camlido en sus

tejidos es un indicador () [de] comunidades () integradas por personas dedicadas al

pastoreo () entre la costa (y la) puna. (Peters 2007:29)

Asimismo, complementa El valor y el significado social de un objeto

depositado en el ajuar funerario se desprenden del tiempo y de la habilidad empleados

en su creacin, y de las relaciones de intercambio para conseguir los componentes y

materias primas (Peters 2010:212). Por su procedencia, la fibra de camlido, debi

tener un valor especial y un destino exclusivo para los habitantes Paracas, como lo

28
refiere la cita, ya que obtenerla habra demandado ms esfuerzos econmicos. El Dr.

Tagliani al respeto hace una observacin: La lana se obtena de la llama, vicua,

alpaca, guanaco. Las clases de inferior condicin social no podan hacer uso de la lana

de vicua, dado que esta fibra textil, muy fina, serva especialmente para la confeccin

de trajes para las clases pudientes (Tagliani 1935).

Fortalecemos este punto con un comentario dado por la doctora Zadir Milla E.

en su artculo Fundamentos simblicos de las formas estticas en el arte del antiguo

Per:

La esttica, como forma de conocimiento del arte, se avoca por lo tanto a


la observacin de las formas del lenguaje artstico, en lo simblico y en
lo plstico, partiendo de los principios sociales y alcances tcnicos que
forman parte de los valores que constituyen la obra de arte. (Milla
1992:75)

La fibra de camlido tambin fue usada para fabricar hilos utilizados en el

bordado de las figuras, pues en este material resaltan ms los colores obtenidos gracias a

los tintes naturales con que eran teidos1, por la brillantez y vivacidad, mucho mejor

que en el algodn; asimismo, la fibra de camlido es ms resistente a la luz del sol y a la

lluvia. Sobre esto el doctor Tagliani coment: () la solides de estos colores () para

aquellos tejidos () durante siglos enterrados en tierra seca () rica en salitre, y que

apenas se alteraron en su matiz. (Tagliani 1935:17 y 19). Esto habra sido visto

conveniente para las tejedoras y bordadoras paraquenses.

En ese aspecto los mantos tambin destacan, por su vistosidad y colorido

expresado en diversos matices:

() la manipulacin de colores que posibilitaba el manejo -con


significado- de tantos colores. () un rea era sutilmente matizada desde
lo oscuro a lo claro () se introduca hilos de dos hebras () con cada
hebra de un color diferente () produca una variedad () Es probable

1
Profesor scar Salom Rojas del curso Taller de tintes naturales de la sierra. Tcnicas tradicionales de
aplicacin que se desarroll en el Museo de la Cultura Peruana en marzo del ao 2011.

29
que la serie de valores desde el blanco hasta el habano bastante oscuro,
que se encontraba en los algodones y lanas sin teir, tenan un papel ms
grande de lo que se crea () en la produccin de la variedad. (ONeale
s/f: folios 6449 y 6450)

ONeale constat la existencia de ciento noventa colores teidos; tambin seal

que algunas diferencias de color podan ser resultado de una decoloracin u otros

cambios qumicos.

Los mantos y otras prendas eran bordados con hilos de fibra de camlido teidos

con tintes naturales y fijados con mordientes minerales. Sobre estos ltimos los anlisis

modernos sealan: Entre los mordientes y aditivos que se utilizan para fijar el color,

son: el alumbre () las cenizas de las plantas, los taninos2, la cal, la orina, etc.

(Chirinos 1988:8). Estudios preliminares, arrojaron:

Gracias a la amabilidad de () J. C. Tello () he obtenido () unos


trozos de tejido de lana () y algodn () que encontraron () en los
campos de Paracas () tenan una gran cantidad de hierro, de alumbre y
de compuesto de calcio, que no se puede dudar de la presencia de un
mordiente. (Tagliani 1935:8 y 9)

Entre los medios naturales para teir estaba el uso de la cochinilla (Dacty lopius

cocos), un insecto con el cual se obtiene el rojo, dicho animalito se alimenta del cactus.

De acuerdo con la parte metlica del mordiente, varios tonos brillantes () van desde

el rojo brillante a morado (Chirinos 1988:9). Otro elemento para conseguir las

tonalidades rojas era el Antarco (Relbunium sp.)3 (Peters 2007:28)

Existe evidencia del uso de moluscos con los que se obtena el purpura; acerca

de esto la misma Chirinos dice: el uso de purpura fue descrito en las regiones de

Panam () Guatemala y de Mxico a Per () se obtuvo de moluscos conocidos

2
Nombre genrico que se da a ciertos compuestos muy esparcidos en el reino vegetal que son, por lo
general, muy solubles en el agua, de sabor astringente, que precipitan las materias albuminoides,
transforman la piel animal en cuero y dan con las sales de xido de hierro una coloracin negra o verde.
3
Relbunium () tratando de las plantas llamadas en kechua Chapi chapi, Cobo dice se aprovechaban
() de los polvos de su raz en la tintura de las lanas coloradas (L, IV, Cp 63.) Segn F. Herrera, el
nombre Chchapi corresponde precisamente a Relbunium (Galium) () empleado en la tintorera para
teir de rojo y vino (ob. Cit. T.I, p, 176). (Fester y Cruellas 1934:159)

30
como Chanque (Concholepas) (Chirinos 1988:10). Peters complementa: Algunos

tejidos de algodn () fueron pintados con la tinta purpura exprimida del Chanque ()

y del caracol (Thais); cuyo hbitat son las fras aguas de las playas alrededor de la

pennsula. (Peters 2007:28)

Otros recursos naturales empleados eran el ndigo de la raz de la indigofera sp.

as como del ail con los que se obtenan los azules (Chirinos 1988:10 y 11). Sobre este

color Fester y Cruellas sostienen que: () los azules han sido conseguidos con ndigo.

En una flecadura de Paracas () que consiste en hilos de algodn, pardos y de lana,

colores carmes () tambin pardo, azul y verde oliva oscuro, hemos probado que hasta

este ltimo color haba sido producido por el ndigo. (Fester y Cruellas 1934:156)

Para lograr los amarillos Chirinos refiere: colorante amarillo natural. Los

compuestos () presentes son: luteolina () fiselina () de las 37 muestras ()

Paracas (Chirinos 1988:95, 96). Sobre este color, otro estudioso escribi: para los

amarillos, el palo amarillo () de igual manera se comporta el Mulli de los peruanos

(Schinus molle) las hojas del cual todava hoy se emplean para teir amarillo. (Tagliani

1935:16)

En cuanto a la elaboracin de los mantos y otros tejidos, es importante tratar

sobre la mujer y su rol en el desarrollo de la textilera. Sobre el tema Judith Prieto

Zegarra en su libro Mujer, poder y desarrollo en el Per, seala:

La agricultura con sus lapsos de espera en el desarrollo de las plantas


hizo posible que la mujer luego de cumplir con sus funciones maternales,
tuviera tiempo para dedicarse al empleo de las fibras de algodn y de
lana, tanto en la costa como en la sierra, en el tejido que le proporcionaba
abrigo para los climas fros de las altas mesetas y para defenderse en la
costa de los vientos y temperaturas cambiantes y los fros que traan las
tinieblas.
Esto dio lugar para que se iniciara la textilera, una de las ocupaciones
ms antiguas () que fueron evolucionando hasta proyectarse con otras
manifestaciones hacia los planos de las concepciones artsticas y

31
religiosas que constituyeron las expresiones de las grandes culturas.
(Prieto 1985:27)

La naturaleza de la mujer, paciente y delicada, y su dedicacin al cuidado del

hogar, los hijos, las plantas refuerza la afirmacin de que ellas fueron las encargadas de

la actividad textil: recoleccin de algodn, plantas y otros elementos para teir, el teido

de las fibras, el hilado del algodn o la fibra de camlido, tejer en el telar, bordar entre

otras funciones. Reflejo de esto son los bellos, originales y esmerados trabajos textiles

que hasta nuestros das el mundo observa sorprendido y provoca en algunos la codicia

de poseerlos. Evidencia esto, los entierros de momias femeninas donde con mayor

incidencia se hallaron cestos de mimbre o junco con husos, piruros, agujas, ovillos entre

otros objetos propios de la textilera:

[estas] pruebas pueden encontrarse en las momias extradas de las


tumbas, ya que al lado de cadveres de mujeres se han hallado -como
parte primordial de su ocupacin en vida- los cestos tejidos por ellas
mismas repletos con los implementos necesarios para el trabajo de la
textilera en el mundo de ultratumba en el que ellos crean ()
cumplindose as aquellos principios alrededor de los cuales gir la
existencia de esa gran cultura [Paracas]: El mar como fuente y sostn de
la vida, el arte como la interpretacin espiritual de su pensamiento y la
eternidad como la perennidad en el infinito. (Prieto 1985:31)

La excelencia del arte textil paraquense implica pensar, que Paracas fue un

centro textil, en donde la mujer tuvo un papel fundamental:

La trayectoria de la evolucin de los tejidos peruanos ha tenido tcnicas y


aspectos autctonos que han ido desarrollando desde los tejidos
primitivos () hasta los ms finos de Paracas, tan llenos de simbolismo
en sus dibujos, tan variados y esplendorosos en el colorido. ()
Paracas es () la cultura cumbre y sobresaliente en el arte textil, que
() hace pensar que fue un enorme centro o escuela textil en el antiguo
Per, en el que la mujer tuvo un desempeo admirable4. (Prieto 1985:28
y 29)

Esta actividad femenina, contina a lo largo de la historia del antiguo Per, hasta

la poca incaica. Garcilaso narra en sus Comentarios Reales como trabajo por
4
A propsito de los descubrimientos del Dr. Tello, en Paracas, l siempre sostuvo la presencia de las
mujeres entre los autores de muchas de las variedades de la textilera en esa cultura.

32
excelencia desempeado por la mujer fue el hilado y el tejido, siendo de igual manera la

ocupacin de las mujeres escogidas del Acllahuasi.5 (Prieto1985:31).

Con respecto a la elaboracin de los mantos, los investigadores proponen una

labor colectiva, demandando la participacin de varias personas entre tejedoras y

bordadoras:

La divisin de las reas de trabajo de distintos bordadores en columnas


verticales se puede ver en otros mantos Paracas tambin.
Los textiles () de Paracas ocultan la evidencia necesaria para descubrir
el trabajo de manos distintas, haciendo difcil la predileccin del nmero
de bordadores que trabajaron normalmente en una pieza del tamao de un
manto. (Paul 1986:26 y 27)

La arqueloga Lourdes Chocano opin sobre estos aspectos en el anlisis de nuestro

manto de estudio:

Es probable que este se hiciera con telar de piso o diagonal, y no con telar de
cintura, pues los paos de telar de cintura no pasan de 75 cm u 80 cm
porque la anchura del pao sobrepasara la envergadura de los brazos del
tejedor.
La elaboracin de este manto debi de ser una actividad colectiva y
organizada. Los bordadores posiblemente se distribuyeran para tener
facilidad de manipular la tela (). (Chocano 2012:229 y 230)

Todos los mantos son de forma rectangular. Miden aproximadamente entre 2.50

metros de largo por 1.30 de ancho. La historiadora Rebeca Carrin reuni las medidas de 21

mantos, de lo que afirm: La forma rectangular del manto es comn a todos los ejemplares

() por lo general, el largo es aproximadamente el doble del ancho. (Carrin 1931:75)

Los mantos Paracas se conforman por una tela principal la cual puede ser de una

sola pieza, o bien de dos o tres fragmentos cocidos longitudinalmente de manera sutil,

tela sobre la cual estn bordados los conos. En todo manto, se comprende dos partes

5
Las nias llamadas Paua Pallac, que quiere decir recogedora de flores, tenan nueve aos, se dedicaban
a recoger flores destinadas a teir lana para la fabricacin de Cumbis telas finas y teir otras cosas () las
indias llamadas Corotasque Conus Rotusca Tasque, mocillas de doce a dieciocho aos () aprendan las
enseanzas para hilar y tejer. Las indias llamadas Uamra Tasque, muchacha joven, se ocupaban de tejer
tela auasca para vestidos gruesos e hilaban para cumbe tejidos delicados y finos. Las indias viejas,
llamadas Pallaconas, eran las que se encontraban en la edad de cincuenta o ms aos, y su ocupacin era
la de tejer telas gruesas para la comunidad. Nueva Crnica y Buen Gobierno.- Primera Parte.- Felipe
Guamn Poma de Ayala.

33
principales () el pao o tela bsica () y los bordados decorativos. La tela bsica puede

ser de una sola pieza o de dos o ms piezas. (Carrin 1931:75).

Por lo general estos mantos tienen franjas que decoran sus orillas: Las franjas son

de tres clases: bordadas sobre la tela bsica; trabajadas independientemente, y aplicadas al

manto por medio de una costura menuda; y superpuestas a la tela bsica por medio de

hilvanes. (Carrin 1931:75)

Segn el estudio que hizo la doctora Rebeca Carrin, quien tuvo la experiencia de

tocar y ver diversidad de tejidos Paracas, hay quince tipos de mantos:

1. llano, desprovisto de ornamentacin () formado () por dos paos

iguales unidos por uno de sus lados () (Carrin 1931:78).

Fig. 10.

2. llano con un cordn ornamental a lo largo de la lnea media, ()

(Carrin1931:78).

Fig. 11.

3. llano, con un ornamento marginal, plumilla: completa, o incompleta

(Carrin 1931:78).

Fig. 12 y 13.

34
4. llano, con una banda media longitudinal bordada, y fleco marginal ()

(Carrin 1931:78).

Fig. 14.

5. llano con banda media longitudinal y pequeas bandas o esquineros en los

cuatro ngulos () (Carrin 1931:78).

Fig. 15.

6. llano, con banda media longitudinal, y bandas y flecos marginales ()

(Carrin 1931:78).

Fig. 16.

7. llano, con dos bandas medias longitudinales, y bandas marginales ()

(Carrin 1931:78).

Fig. 17.

35
8. llano; con bandas marginales que comprenden slo los lados longitudinales

() (Carrin 1931:78).

Fig. 18.

9. llano, con bandas marginales sobre los lados longitudinales y parte de los

transversales () (Carrin 1931:78).

Fig. 19.

10. llano, con bandas marginales adornadas con una greca bordada interior

() (Carrin 1931:78).

Fig. 20.

11. Mantos, con bandas marginales, y con bandas transversales, formadas por

piezas independientes cocidas () (Carrin 1931:78).

Fig. 21.

36
12. manto con bandas marginales y bandas transversales bordadas sobre el

fondo, dispuestas en pares, () (Carrin 1931:78).

Fig. 22.

13. manto con bandas marginales y listas bordadas verticales y transversales que

imitan el tejido del petate () (Carrin 1931:78).

Fig. 23.

14. manto con bandas marginales y panelas dispuestas en forma tal que imitan

el tejido entrelazado del canasto () (Carrin 1931:78).

Fig. 24.

15. Mantos con bandas marginales y figuras sueltas sobre el fondo () (Carrin

1931:78).

Fig. 25.

En cuanto a la decoracin de estas piezas, observamos usualmente que se repite

una figura; son pocos los mantos e incluso prendas donde hay ms de una figura distinta

37
una de otra. Ejemplo de ello puede verse en una falda que se encuentra en el Museum of

Fine Art, de Boston, Masachusets con el cdigo MFAB 21.2563, un manto devuelto al

Per procedente de Gotemburgo6, Suecia que tiene 32 motivos diferentes, y el manto en

estudio con diez personajes.

La particularidad es que estos seres tridimensionales al ser bordados son

adaptados a superficies de dos dimensiones por lo que las figuras estn de frente: rostro

y tronco; y de perfil: piernas y pies. Al respecto la doctora Mara Luisa Saco opina lo

siguiente:

Las cabezas colocadas de frente parecen detener el movimiento, dando a


las figuras un carcter de perennidad que las hace aparecer como seres
eternos, alejados del constante devenir, que nos contemplan fijamente
desde un mundo ultraterreno. (Saco 1978:766)

Las figuras se repiten, pero para dar variedad son combinadas: paradas o de

cabeza, mostrando objetos en ambas manos, los que tambin cambian de lado. A esto se

aade que los colores son alternados.

Sobre esto, la doctora Saco plantea muy detalladamente como elementos

rtmicos de alternancia y elementos rtmicos cromticos: el elemento ritmo () se

manifiesta no slo por la alternancia de posiciones sino tambin por el ritmo cromtico

(Saco 1978:771). La doctora Saco completa esta idea explicando que:

Se emplea una figura o un grupo de figuras que se repiten en toda la tela


() en posiciones alternadas. Esta alternancia se repite de varias
maneras. A veces se coloca una figura con la cabeza hacia arriba y la otra
en sentido opuesto; en otros casos las de una hilera estn en una posicin
y las de la hilera siguiente en posicin inversa. A veces la alternancia de
posiciones se realiza solamente dirigiendo unas figuras a la derecha y
otras a la izquierda, o combinando de lado los objetos que los personajes
llevan en las manos. () el elemento rtmico de la alternancia de
posiciones () [constituye] un elemento dinmico, pues () las figuras
al cambiar de posicin parecen seres distintos. (Saco 1978:772)

6
En junio del 2014, llegaron las primeras cuatro piezas textiles de la cultura Paracas procedentes de
Gotemburgo, Suecia, donde se encontraban 89 de esas piezas desde 1930 segn el Ministerio de Cultura.

38
En sntesis, las figuras bordadas se presentan en hileras, sucedindose entre ellas

con un ritmo dinmico observado en las posiciones y en los colores. El artista

paraquense conoca muy bien este recurso y lo explot de distintas maneras, tal vez con

el fin de hacer jugar visualmente al espectador del futuro, imaginando remotamente que

aquellos mantos veran la luz otra vez o quiz sean cdigos que esconden un mensaje.

2.2 El Manto Blanco

2.2.1 Procedencia

Cuanto Julio C. Tello y su equipo de investigacin recorrieron las zonas de

Cabeza Larga conocida tambin como Arena Blanca, esta ya haba sido huaqueada y los

objetos sustrados vendidos a los coleccionistas de antigedades peruanas, piezas

cotizadas en el mercado ilegal por considerrselas exticas y vistosas. Sobre el

particular Tello comenta:

() cierto da de 1910 o antes, uno de los pescadores, que trabajaba


como guardin de la compaa guanera de la Puntilla () tuvo la suerte
de descubrir un entierro humano en el sitio llamado Arena Blanca
considerado un tapado o () tesoro oculto () Es as como el
huaquero () cuyo apodo es Sordito Quintana se dedic a extraer
los cadveres del cementerio Arena Blanca, y posesionarse de los
objetos ms llamativos que a su criterio podan ser negociados en Ica,
Pisco o Lima. De este modo, los vistosos tejidos bordados de Paracas
fueron a caer en manos de coleccionistas de antigedades (Tello y Meja
1979:66).

Es muy probable que en este sitio haya estado el fardo que contena, entre otras

piezas, el enigmtico Manto Blanco, aproximacin afianzada gracias a la siguiente cita:

() podra considerarse como el ms grande y valioso ncleo funerario


de Arena Blanca o Cabeza Larga, por la cantidad y calidad de las momias
descubiertas por los huaqueros () antes de 1925 ().
El producto del vandalismo perpetrado en este ncleo funerario N 8,
durante los aos 1910 a 1925, fue el origen de las primeras colecciones
de arte textil peruano, conocida en el pas y en el extranjero (Tello y
Meja 1979:287).

39
En el ncleo funerario N 8, del sector VI, rea A en Cabeza Larga, Tello y

Meja aseguran que es el lugar de origen de muchos objetos arqueolgicos, entre ellos

nuestro manto de estudio, elementos repartidos en colecciones nacionales como

extranjeras.

El Doctor Tello no se dedic solamente a estudiar y recolectar restos humanos y

de cultura material en el campo; por el contrario, con anterioridad a estas labores, entre

1915 a 1919, busc a los huaqueros o personas dedicadas a descubrir tesoros

ocultos y a los compradores y/o coleccionistas. As es como logr, sagazmente,

entrevistarse con algunos de estos personajes, y comprar los objetos tanto a huaqueros

como a coleccionistas, recuperndolos de esta forma:

El autor, despus de dejar la Direccin del Museo de Antropologa y


Arqueologa en marzo de 1915, emprende una exploracin por los
departamentos del sur () recoge de los desmontes () fragmentos de
cermica y de tejido, los que junto con otros comprados en Nasca
constituyen una coleccin () luego en Ica y Pisco adquiere ejemplares
de alfarera y textilera, entre ellos 58 piezas con figuras bordadas y una
momia de estilo Paracas () cedidos a la Universidad Mayor de San
Marcos para fundar el Museo de Arqueologa. (Tello y Meja 1979:43)

Completamos la cita precedente con otras dos, las cuales indican que el Manto

Blanco fue parte de un lote de textiles pertenecientes a la coleccin del mdico Enrique

Mestanza:

Tello, sin embargo, don 987 artefactos adquiridos durante su expedicin


de 1915, para el Museo de Arqueologa de la Universidad Mayor de San
Marcos en Lima entre 1919-1920 () esta donacin incluye 58 textiles
Paracas y una momia Paracas (Tello 1959:43), se presume que era parte
de la coleccin Mestanza. (Daggett 1991:38)

Esta aseveracin se hace precisa con la siguiente cita referente a la coleccin

Mestanza:

Esta coleccin () fue vendida, en 1915, al doctor Julio C. Tello,


compuesta de ciento sesenta y ocho piezas textiles, (). La adquisicin
de este valioso lote fue financiado por dos amigos de Tello: doctor
Francisco Graa Reyes e ingeniero Gonzalo Carvajal, de modo que las

40
ciento sesenta y ocho piezas textiles indicadas fueron repartidas entre los
tres socios. La tercera parte que correspondi al primero (Tello), fue
transferida ntegramente, en 1920, al Museo de Arqueologa de la
Universidad Mayor de San Marcos, donde se haya debidamente
catalogada. (Tello y Meja 1979:84)

Se indag en los archivos de la Universidad a fin de ubicar algn comprobante

de pago o documento que pueda indicar su ingreso junto a las otras piezas

arqueolgicas. Slo se encontraron documentos que dan a entender el ingreso de

materiales o antigedades peruanas acompaado de los inventarios de estos, los que

no se hallan en el archivo. El nico relacionado es el siguiente oficio7:

Lima, 17 de enero de 19218


N 8
Seor abogado de la Universidad

Habiendo acordado el Consejo Universitario adquirir para el


Museo de Arqueologa de la Institucin, la coleccin de antigedades
peruanas del Dr. Julio C. Tello, que consta en el inventario que lo
acompaa, srvase Ud. formular el documento respectivo.

El precio de adquisicin es de mil libras peruanas, quedando en


libertad la Universidad para abonarlo en todo o en parte en el tiempo que
crea conveniente. Mientras el crdito no sea cancelado, la Universidad
abonar al Sr. Dr. Tello o a sus herederos o cesionarios la cantidad
mensual de ocho libras.
Dios guarde a Ud.
Javier Prado.

Este escrito es ratificado por un segundo oficio:

Lima, 19 de enero de 19219


Seor Rector de la Universidad Mayor de San Marcos

Acuso recibo de su atento oficio fecha 17 del presente, junto con


el inventario de la coleccin de antigedades peruanas que la
Universidad ha acordado comprar al doctor Julio C. Tello.

De conformidad con sus indicaciones he redactado el contrato


respectivo, el cual remito a Ud. con los inventarios mencionados.

7
En el Archivo Histrico Domingo Angulo, hay cajas de documentos que todava estn por inventariarse,
a los cuales no pudimos tener acceso.
8
Archivo Histrico Domingo Angulo. 220 96/35, Sala 2. Folio 307 (Libro copiador).
9
Ibid. 666. Sala 1, Secretara General. Folio 29. Sello: Libro de partes N 1. Fojas 906, 1921.

41
Le agradecer acusarme recibo.
Dios guarde a Ud.
M. Villarn

El Manto Blanco, al igual que otras numerosas piezas, est descontextualizado,

por lo que nunca se sabr cul fue el ajuar completo del que formaba parte, ni conocer a

quin perteneci. Lo que s es factible precisar es que era parte del ajuar de un individuo

de mucha importancia, quiz un sacerdote, un chamn, un guerrero o un gran seor.

Sobre este particular podemos acotar que () con el colorido y la decoracin de sus

tejidos, saban designar la jerarqua y la dignidad de las varias castas y clases ().

(Tagliani 1935:19)

Fueron varias las colecciones ubicadas por Tello: la Coleccin Cnepa, la

Coleccin Montero, la mencionada Coleccin Mestanza, entre otras. Los materiales

arqueolgicos, no slo pertenecan a la cultura Paracas, tambin se mencionan objetos

de la cultura Nasca entre otras, los que recuperados fueron incorporados como parte de

las colecciones que hoy se conservan y custodian en el Museo de Arqueologa,

Antropologa e Historia del Per, el Museo Arqueolgico Vctor Larco Herrera y el

Museo de Arqueologa Antropologa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Otras piezas fueron destinadas a museos extranjeros como el Museo de Historia Natural

de New York (EE.UU) y el Museo Linden de Sttutgart de Alemania.

El Manto Blanco se encuentra actualmente en el Museo de Arqueologa y

Antropologa del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,

con el cdigo de identificacin 0793.U (2275).

42
43

Fig. 26. Manto Blanco, cultura Paracas. MAA del CCSM


2.2.2 Anlisis tcnico del Manto Blanco

En este apartado nos basamos en el estudio que hizo la arqueloga Lourdes

Chocano Mena, quien se encarg de restaurar y recuperar este ejemplar textil para su

puesta en valor.

El Manto Blanco, como todos los otros mantos Paracas, tiene forma rectangular.

Sus medidas son 278 cm x 138 cm, incluyendo los flecos que decoran las franjas

moradas, los cuales miden por si solos 3,5 cm. Este manto est formado por tres paos:

() un pao central de fibra de camlido con tonos que van del crema
original al beige (producto de la oxidacin gradual de las fibras) (). A
dicho pao se le han aadido dos paos angostos de algodn de color
natural beige () uno a cada lado () (Chocano 2012:229).

Fig. 27.

El pao central, de fibra de camlido, mide 102 cm de ancho x 267 de largo, y

constituye la parte principal donde se encuentran bordadas 92 figuras, incluidas aquellas

sobre los franjas verticales recamadas de morado que pasamos a explicar. Los extremos

derecho e izquierdo del pao central estn decorados con cuatro bandas verticales, de 12

cm de ancho por 27 de largo, separadas entre s por 46 cm (Chocano 2012:229). Sobre

cada una de ellas hay dos personajes, tambin bordados, que sumados alcanzan el

nmero de ocho.

Fig. 28.

44
Los dos paos angostos de algodn, que forman la estructura horizontal del

manto, miden entre 14 y 13 cm de ancho por 268 cm de largo. Chocano observ que

estos () han sido bordados con hilo morado para conformar un fondo sobre el cual, a

su vez, se han bordado catorce personajes en cada uno de ellos. (Chocano 2012:229).

Fig. 29.

Los tres paos (dos de algodn y el central de fibra de camlido) estn unidos

longitudinalmente con una menuda puntada por encima o punto surjete10 de 4 mm

aproximadamente, que a simple vista no se percibe, puntada efectuada con un hilo fino

de fibra de camlido.

En resumen, el Manto Blanco tiene bordados 120 figuras antropomorfas que se

observan distribuidas as: 84 en el campo central color beige y 36 en las bandas moradas

(18 en cada una).

Fig. 30.

El tamao de las figuras bordadas vara; aquellas sobre el fondo beige miden

aproximadamente entre 13.5 cm y 14.5 cm de alto x 11 cm a 12 cm de ancho. Las

figuras ubicadas sobre las franjas moradas son ms grandes; miden entre 17.5 cm a 18

cm x 12 a 14 cm.

En su anlisis tcnico Lourdes Chocano se refiere al tipo de tejido llano balanceado:

10
El hilo avanza verticalmente e inclinado o diagonal.

45
La cantidad de urdimbres por trama (1 x 1) le da una apariencia de tejido
equilibrado: la trama (elemento activo) cruza por encima una urdimbre
(elemento pasivo) y por debajo a la siguiente.
Esta secuencia se mantiene hasta llegar al extremo () a partir de all la
trama da la vuelta y entonces cruza las urdimbres invirtiendo el orden ()
siendo el derecho y el revs idnticos () da la apariencia de pequeos
cuadrados en ambas caras (). (Chocano 2012:230)

En cuanto al bordado, Chocano determin que se efectu con hilos de fibra de

camlido en 18 colores slidos y matizados: en este manto se puede observar que se

torcieron una hebra de un color blanco y otra hebra de color rojo (...) el resultado fue un hilo

matizado de tonalidad rosada. (Chocano 2012:232)

El Manto Blanco luce una amplia gama de colores: morado, rojo, rosado, verde

oscuro (como las hojas de las espinacas), verde claro (como un verde acelestado), verde

olivo, azul, azulino o azul claro, azul verdoso, celeste, amarillo y amarillo ocre (oro),

blanco, beige, gris, marrn claro, marrn oscuro, negro, turqueza claro y turqueza oscuro.

Segn Chocano los diversos tonos son producto de la oxidacin de las fibras o tal vez al uso

de diferentes tintes y mordientes; esto tambin fue observado por Lila ONeale.

Estos hilos presentan una fuerte retorsin algo enroscados (). Por ello los

bordados Paracas, incluso el del Manto [Blanco] tienen textura y volumen. (Chocano

2012:231)

El punto con que ejecutaron los bordados es el punto atrs11, tanto para los

contornos de las figuras como en los detalles ms grandes, tales como las franjas moradas,

las prendas de los personajes, entre otros. El punto relleno12 se encuentra en ojos,

dientes y otros detalles minsculos.

La flecadura que rodea las franjas moradas est compuesta de hilos dobles

retorcidos de fibra de camlido en colores morado, amarillo, verde claro, verde oscuro,

marrn y rojo, unidas a estas mediante puntadas por encima de un hilo de algodn.

11
Este punto consiste en que el hilo avanza en un sentido, cogiendo algunos hilos de la trama o urdimbre
para luego retroceder tomando tambin algunos hilos.
12
El punto relleno son puntadas verticales juntas o apretadas.

46
Sobre los flecos que adornan las orillas de los mantos, Eugenio Yacovleff y Jorge C.

Muelle explican que Consisten en dos rapacejos, sobre los cuales se envuelven hilos

() de doble pabilo, que constituyen la flecadura propiamente dicha. Debido a la

torsin fuerte que tienen, estos hilos se retuercen sobre s mismo (). (Yacovleff y

Muelle 1934:82). La costura que une la flecadura con la franjas se oculta bajo un tejido

de punto con el mismo hilo morado, como si fuese parte de las franjas decorativas. Este

tejido de punto presenta decoracin de pequeas porras, adorno que ilustra cun

detallistas fueron los artistas paraquenses que disearon este bello manto, detalle que le

da a l un carcter guerrero. Este tejido de punto es similar al punto yrsey muy usado

en la actualidad para tejer chompas, Sobre esto Eugenio Yacovleff y J. C. Muelle

comentaron: La tcnica de tejido de punto () merece observacin especial () esta

clase de labores se haca con una aguja de coser y no con varias de punto como se teje

hoy da las medias, por ejemplo. (Yacovleff y Muelle 1934:91)

Fig. 31. Puntadas por encima Fig. 32. Diseo de porras Fig. 33. Tejido de punto

2.2.3 Anlisis formal del Manto Blanco

Basados en una observacin analtica, este manto ha sido organizado en dos

cuadrantes iguales. La cultura andina del antiguo Per, al igual que otras del mundo antiguo

occidental y oriental, organizaba sus obras bajo cnones proporcionales. Sobre esta

afirmacin Jess Ruiz Durand seala:

47
Todas las culturas evolucionadas llegan a la necesaria e imperiosa
urgencia de organizar el espacio segn una concepcin matemtica segn
proporciones y cnones que conjuguen elementos geomtricos ().
Estos cnones han servido a muchas culturas como soporte estructural de
la organizacin del espacio para sus grandes y perdurables realizaciones
culturales en la arquitectura y las artes visuales. ()
El nmero, las proporciones y la geometra han sido en todas las altas
culturales y civilizaciones la preocupacin de los sabios en su afn de
comprender el fundamento del orden universal y poder proponer un
orden en sus realizaciones () afanes humanos inspirados en los
espacios de la matemtica y de la esttica. (). En el caso andino () la
preocupacin de una ordenacin en base a constantes matemticas se
hace cada vez ms evidente. (Ruiz 2004:25-26)

Por su parte la doctora Zadir Milla E. seala que: En el caso de la cosmologa

ella se puede manifestar a travs de la geometra simblica, ya sea como composicin

oculta () y en la composicin modular que aparece como estructuras de simetras y

ritmos en el diseo de los tejidos (Milla 1992:76).

Ruiz Durand indica tambin que en la iconografa andina es frecuente el

cuadrado y el rectngulo como estructuras de composicin y es, efectivamente, como es

concebido el orden de este manto. Esta divisin bipartita es igual en el cuadrante

derecho e izquierdo, pues en ambos existen bordadas la misma cantidad de figuras: 42

en el campo central y 18 en las franjas moradas superior e inferior:

Fig. 34.

El manto a su vez puede ser dividido en cuatro secciones, las cuales poseen,

cada una 21 figuras en el campo central y nueve en cada lado de franja:

48
Fig. 35.

Estos nmeros no son casuales, sino producto de concebir un orden del espacio o

quiz del tiempo, como Ruiz seal en la cita que incluimos en este apartado, pues es

sabido que en el calendario andino, el mes lunar era de 21 das13. Como referencia existe el

estudio de un manto Paracas de la coleccin Canepa, el cual est formado por 88 figuras

ms ubicadas en las orillas. En el campo central hay 32 figuras; son rostros con apndices

que asemejan soles. Este manto ha sido dividido en cuatro secciones, en las cuales se

pueden contar 21 figuras en cada seccin de orilla, las cuales representan los das de un mes

lunar (Tello 1938: folios 2624 a 2712). Este sistema de divisin en cuatro partes iguales con

21 figuras coincide con nuestro manto como lo hemos mencionado lneas arriba.

Fig. 36. Esquema del Manto Canepa (Archivo Tello del MAA-CCSM)

13
Esto surgi de la presencia de las tres fases visibles de la luna. (Tello s/f D: folio 1008)

49
2.2.4 Anlisis estilstico del Manto Blanco

El doctor Francisco Stastny, al referirse a los mantos Paracas seala:

Los grandes mantos tuvieron adems de la funcin funeraria, sin duda un


uso en la indumentaria de los altos dignatarios de la poca. Esa
aplicacin significaba que la tela se presentaba fraccionada por mltiples
pliegues y dobleces a los ojos de los espectadores y que su decoracin no
poda ser tratada como si fuese una superficie homognea y plana. ()
los diseadores paraquenses los cubran con pequeas figuras (de
aproximadamente 20 cms. de longitud) repetidas sistemticamente en
hileras horizontales. Estos motivos eran perfectamente legibles sobre
una superficie agitada y quebrada.
() Para romper la monotona de la reiteracin en hileras, el artista se ha
valido de un juego sutil de variaciones. Variacin en el color, variacin
en la composicin y en el dibujo. () las figuras alternan su posicin
hilera por hilera ().
Trabajo sutil y pormenorizado, de sensibilidad femenina en su refinado
juego de variaciones. Y sin embargo cuan feroz en el contenido
misterioso de los temas representados. () frente a estos tejidos
adquirimos la certeza de que la fiereza, la violencia y el temor eran sus
rasgos preponderantes. Felinos, cndores, orcas cazadoras de ballenas,
serpientes y hombres con cuchillos y cabezas trofeos en las manos, son
los temas preferidos. (Stastny 1967:11 y 12)

Stastny reconoce tres estilos dentro del arte textil Paracas. El primero es el

geomtrico, el segundo es el naturalista y el tercero exhuberante.

El Manto Blanco pertenecera al estilo naturalista en el cual los artistas Paracas,

gracias al dominio de la lnea curva y, dentro de un sistema conceptual de

convenciones grficas, las imgenes se acercan ms a la realidad visible. () Figuras

humanas o animales que en rigidez egipcia ostentan los ineludibles atributos de su

potestad. (Stastny 1967:12)

2.2.5 Niveles de organizacin de las entidades

El Manto Blanco, dividido en dos cuadrantes, posee a su vez otras

organizaciones basadas en los diez entes que lo conforman: El Sol, la Luna, el Guerrero

de la Serpiente, el Guerrero Cesante, el Guerrero Joven, el Guerrero de la Waraka, el

Shamn, el Cndor, el Guerrero de la Vara y el Guerrero del Cuchillo.

50
En el campo central se distinguen dos grupos: entidades de poder principal y

entidades de poder complementario, cada uno constituido por cuatro seres. El primero

lo conforma el Sol, la Luna, el Guerrero de la Serpiente y el Guerrero Cesante. El

segundo se halla integrado por, el Guerrero Joven, el Guerrero de la Waraka, el Shamn

y el Cndor. El total de la suma de ambos grupos es de ocho entidades.

Estos grupos estn ordenados en lneas diagonales intercalados, sobre esto

Frame observ lo siguiente:

Hay sin embargo, un patrn sutil sobre las diagonales que corren a travs
del campo ajedrezado desde arriba a la derecha hacia abajo a la izquierda.
Las cuatro figuras grandes que llevan diademas () aparecen sobre
diagonales alternas, y las cuatro figuras levemente ms pequeas que no
llevan diademas () aparecen en las diagonales intermedias. (Frame
2008: 256)

Estas lneas diagonales se leen de la parte superior derecha a la inferior

izquierda, lectura que contina viva en la actualidad entre las personas descendientes de

la cultura andina y que los arquelogos han percibido en todas las culturas peruanas14

Fig. 37. Entidades de poder principal

14
Aguirre Morales 2014: entrevista.

51
Fig. 38. Entidades de poder complementario

Como hemos dicho, son diez las entidades, por lo que ahora nos detendremos en

las dos restantes, esto es el Guerrero de la Vara y el Guerrero del Cuchillo, los que solo

estn ubicados en las franjas superior, inferior y laterales, cada uno con dos

repeticiones. El primero se sita en las franjas horizontales y el segundo en las laterales.

Fig. 39. Guerreros al servicio de las entidades de poder principal: Guerrero de la Vara Anillada Y Guerrero del
Cuchillo

Por los atributos: diadema doble con discos pendientes, iguales a los que portan

los seres de poder principal, estos dos guerreros estaran al servicio de los principales,

52
aunque en las lecturas diagonales forman parte de los dos grupos; inician dos lneas (en

cada cuadrante) de las entidades de poder principal y finalizan otros dos del poder

secundario.

Es importante sealar el nmero de repitencias que en el pao central tienen el

Sol y la Luna. La imagen masculina aparece 16 veces y la femenina en diez

oportunidades.

Al ser examinado el Manto Blanco como dos cuadrantes, se percibe que en el

derecho est representado el poder femenino por la repitencia de la Luna en l (6),

frente al Sol (7). A su vez, el cuadrante izquierdo refleja el poder masculino porque all

se encuentra preferentemente la figura del Sol (9) en comparacin con la Luna (4).

Fig. 40 a. Cuadrante izquierdo Fig. 40 b. Cuadrante derecho

No podemos concluir este apartado sin antes mencionar los importantes trabajos

que hicieran Mary Frame y Lourdes Chocano sobre la organizacin de estos seres. Ellas

expusieron otras alternativas de orden y lectura.

Frame, que propone tres modelos, considera que: El patrn es un vehculo que

tiene el potencial de comunicar, y en el manto blanco estn presentes varios niveles de

53
patrones. Se observan patrones individuales para la figura, el color y la simetra.

(Frame 2008:255). El primero se fundamenta en la repeticin de secuencias de los

personajes. El segundo es una lectura cromtica basada en el color de sus atuendos, los

cuales forman en el campo central un entrelazado, a lo que denomin Sprang15. El

tercero seala la direccin de los pies. Asimismo, Frame quien contabiliza a ocho

personajes16, los divide en dos grupos jerrquicos, diferenciados por los adornos que

lucen: el primer grupo lo conforman la Luna, el Sol, el Guerrero de la Serpiente y el

Guerrero Cesante. En el segundo se encuentran el Guerrero Joven, el Guerrero de la

Waraka, el Shamn y el Cndor (Frame 2008:255).

Por su parte Lourdes Chocano, basada en la propuesta de Mary Frame respecto

al entrelazado Sprang, plantea una lectura diagonal sobre la base de los colores de uncus

y de extremidades. Al remitirse a las franjas, distribuye a las figuras bajo una oposicin

diagonal espejo: Como resultado tenemos que cada personaje en el borde inferior se

refleja de modo idntico, en el borde superior en diagonal con los mismos colores y

disposicin. (Chocano 2012:241)

Fig. 41. Lectura diagonal espejo entre algunos de los seres

15
Lourdes Chocano cito este trmino Frame incluye en la denominacin Sprang tres tipos de tcnica de
torsin: el entrelazado, el enlazado oblicuo y el entretejido oblicuo.
16
Frame no toma en cuenta al Guerrero del Cuchillo y al Guerrero de la Vara.

54
CAPTULO III

LOS SERES DEL MANTO BLANCO

3.1 Simbologa particular de las entidades del Manto Blanco.

El manto en estudio posee diez entidades bordadas distribuidas, ocho en el campo

central y dos en las franjas, las que lucen distintos atuendos, armas y pintura facial.

Cada entidad guarda una simbologa propia de acuerdo a los atributos que ostentan,

tales como diademas con discos, nariguera felina, collar de spondylus, abanico,

cuchillo, vara, bastn, lanza, porra y cabeza trofeo, detalle observado por el doctor

Tello, respecto a lo cual seal: figuras humanas [que] llevan consigo cierto

nmero de atributos o signos que les caracterizan para determinadas funciones o fines

(Tello s/f C: folio 9541). Ellos conforman un grupo de entidades mticas.

Tello complementa y asevera que estas entidades bordadas sobre los mantos,

vendran a ser:

() dioses identificados con la unidad cronolgica () smbolos de das,


de semanas, de meses, etc. () aparatos, mesas, tableros y diversos
aditamentos [textiles como los mantos] empleados por procedimientos
mgicos, para la determinacin de las fechas y periodos en que han de
realizarse ciertos acontecimientos () las figuras mitolgicas
representadas en las telas () simbolizan los () das (Tello s/f D:
folios 1009, 1010).

Estos seres estn reunidos en una ceremonia que se desarrolla en un plano

metafsico, no terrenal, donde cada uno cumple un rol e identifica un determinado poder

o investidura segn la jerarqua donde pertenecen.

Tello al hablar sobre la religin inca cit al cronista Garcilaso de la Vega, quien

haba descrito la fiesta del Inti Raimi, que hemos estimado conveniente citar en este

apartado, por las similitudes existentes con los seres mticos del Manto Blanco:
Inti Raimi significa pascua solemne del sol, tena lugar pasado el
solsticio de junio, las razones eran para el reconocimiento del sol como
sumo () padre del primer inca, quienes acudan: capitanes y principales
de guerra jubilados y activos () curacas, seores vasallos de todo el
imperio (), con todas sus mayores galas () unos traan vestidos
chapados de oro y plata y guirnaldas en sus cabezas sobre sus tocados
() otros con grandes alas que llaman cuntur () otros con unas caras
a posta de las ms abominables fieras. Entraban en la fiesta haciendo
ademanes () traan en las manos instrumentos () como flautas,
tamborines () cada nacin traa sus armas con que peleaban en las
guerras: arcos y flechas, lanzas, dardos, tiraderas, porras, hondas y
hachas de asta corta para tirar con una mano y otras de asta larga para
combatir a dos manos, hacan grandes atabales y trompetas y muchos
ministros que los tocaban (Tello s/f D: folio 815)

En este captulo analizaremos, desde el punto de vista de su iconografa, estas

diez figuras sobre la base de entidades de poder principal y poder complementario en el

siguiente orden:

1. Entidades de poder principal: el Sol, la Luna, el Guerrero de la Serpiente y el

Guerrero Cesante. El orden de presentacin de este grupo obedece al nmero de

repitencia de cada figura. En el caso de la Luna y el Guerrero de la Serpiente que tienen

igual frecuencia de repeticin (diez veces), la primera ocupa el segundo lugar por

simbolizar la parte femenina y ser consorte del Sol.

2. Entidades de poder complementario, esto es: el Guerrero Joven, Guerrero de la

Waraka, el Shamn y el Cndor. El orden de estas entidades tambin tiene como base

el nmero de repitencia de cada una.

3. Guerreros al servicio de las entidades de poder principal: el Guerrero de la Vara

Anillada dos veces representado en las franjas horizontales y el Guerrero del Cuchillo,

representado dos veces, pero en las franjas laterales.

56
3.1.1 Entidades de poder principal

3.1.1.1 El Ser del tocado de plumas: El Sol

El ente del tocado de plumas, el Sol,

est representado 16 veces en el campo

central: nueve en el cuadrante izquierdo y

siete en el cuadrante derecho. En las franjas

son seis: dos en la franja superior, dos en la

inferior, uno en la lateral derecha y otro en

la izquierda, sumando un total de 22 en todo

el manto. Es, por lo tanto, el ser ms

representado y por ende el ms importante.

En una lectura horizontal se

encuentra en las diez lneas, al igual que la Fig. 42. El Sol. Detalle del Manto Blanco de
Paracas. MAA del CCSM.
Luna, detalle que seala su elevado estatus.

Fig. 43. Ubicacin del Sol en el Manto Blanco

57
En su elegante atuendo destaca el tocado dorado elaborado con plumas en forma

radial; son plumas de oro que asemejan los rayos del sol. El tocado remite a la

importancia atribuida a las aves por las antiguas civilizaciones, pues estas eran

consideradas divinas por ser: Los nicos seres que gracias a sus vuelos podan

comunicarse con Dios, por lo que eran mediadoras entre l y los hombres (Leonardini

1996:197).

Sobre el particular Ramn Mujica Pinilla comenta: En efecto, el uso de la

pluma [era] empleada para elaborar delicados () adornos en los tocados de grandes

personajes () con propsitos ornamentales pero tambin simblicos en todas las

culturas precolombinas (Mujica 2004:6).

Tal vez, estas plumas podran haber sido del cndor, del guila arpa o del

halcn, aves de rapia que incentivaban: El pensamiento mgico religioso. La majestad

de estas aves condujo a que se les atribuyera valores emblemticos (Mujica 2004:19).

Las aves relacionan al hombre con el mundo de arriba, lo superior. Segn el

pensamiento andino antiguo el cndor y el halcn eran: dos aves () agentes

exclusivas del Dios Sol () [el] cndor transportador de vctimas humanas y del

waman halcn tambin victimario () (Tello s/f B: folio 8968), es decir, que este

tocado emplumado dota a este ser, de un carcter supremo.

Las aves eran apreciadas no slo por el valor simblico que posean, sino

tambin por sus bellos plumajes. Cabe destacar la presencia de los guacamayos y de

otras especies que con los fulgores de sus plumas ataviaron a las personalidades de esta

y otras civilizaciones antiguas, usadas tambin como ofrendas por personas que no

pertenecan a la elite; prueba de esto son las plumas encontradas en los cementerios, en

las terrazas de Cerro Colorado en Paracas: Tumba 9, I terraza () Contenido

58
arqueolgico (). Como ofrendas funerarias existen: unas plumas azules de ave

tropical (Tello y Meja 1979:119-118).

Adorna la frente de este ser una diadema doble con ojos y boca que simboliza

una cabeza trofeo1, de cuyos costados penden unas cadenas de seis discos que flanquean

su cara. Luce una nariguera con mostacho cuya forma representa los bigotes de un

felino; este tipo de nariguera se ha encontrado en una momia Paracas del MNAAHP.

Para el antiguo nativo de Paracas la nariguera simbolizaba la presencia del felino,

mamfero de gran importancia en el panten andino; es parte del repertorio de animales

sagrados y temidos en las antiguas sociedades. Representa el poder de las huacas de los

ancestros, de los poderosos y los fuertes (Ruiz 2004:37).

Fig. 44. Nariguera, momia 128.


MNAAHP. Cultura Paracas. Imagen de
la portada del Cuaderno del Archivo
Tello N 9. Paracas Wari Kayan

A esto podemos agregarle una acotacin dada por Alba Choque Porras en su

libro La imagen del felino en el arte del antiguo Per:

Un smbolo se mantuvo presente en las diferentes culturas del Per


antiguo. El felino fue la imagen de una deidad que acaparo la atencin
en el arte y que se mantuvo vigente como smbolo de poder, de fertilidad,
de inteligencia, organizacin poltica, ttem sagrado y temido. (Choque
2009:45)

1
En la literatura arqueolgica de Paracas se emplea este nombre [diadema] para designar un adorno
ritual de oro laminado () con decoracin repujada de cara humana, como si fuera la representacin
simblica de una cabeza trofeo. (Tello y Meja 1979:496).

59
Tello sostiene que: Este tipo de adorno nasolabial se halla representado en la

mayora de los personajes mitolgicos de Paracas, principalmente de origen felnico, lo

que hace pensar que la nariguera () sea un smbolo de los mostachos del jaguar o

tigrillo de la mitologa andina (Tello y Meja 1979:463). Sobre los seres que portaban

estos adornos hechos de lminas de oro, Julio C. Tello aade que a pesar de la marcada

antropomorfizacin que presentan, adquieren potencia mgica mediante el agregado de

los ornamentos o atributos caractersticos del jaguar como sus mostachos, la diadema,

las orejeras, etc. (Tello 1938: folio 2611).

De su cuello cuelga un collar con un solo pendiente trapezoidal; es un

spondylus. El doctor Julio C. Tello seala que las:

Conchas tropicales como el Spondylus y el Strombus se hallan


igualmente en las races mismas del arte y de la religin () son
moluscos exticos () se encuentran en el Itsmo de Panam, o mar
adentro, hacia el occidente, en las lejanas islas de Galpagos. Desde estos
lugares, si es que el rea de distribucin de dichos animales no ha
cambiado en la era histrica de la humanidad, los han trado e importado
nuestros antecesores () (Tello 1967:22).

Como ya es sabido, Francisco Pizarro cuando llega a Pachacamac se interesa en

ver la cella donde se veneraba al Dios. Sin respetar las costumbres locales, el

conquistador al acercarse al lugar sagrado lo vio cubierto con una cortina hecha de

spondylus la que, en un acto sacrlego, abri abruptamente para ingresar al recinto:

Segn Miguel de Estete el dolo principal era un madero () con una


figura de hombre () mal formada que se encontraba en una cueva
muy pequea y muy oscura (), a la cual se ingresaba despus de abrir
una puerta muy tejida de diversas cosas: de corales y turquesas y
cristales y otras cosas. El dolo puede ser descrito efectivamente como
un madero que tiene una figura humana () y ciertamente fue
descubierto cerca de la cima del templo () junto con lo que parece ser
una puerta hecha de un armazn de palos recubierta con paos de
algodn y decorada con conchas de Spondylus, placas de metal y otros
objetos. (Dulanto 2001:160)

60
Como se puede observar el spondylus era un

objeto relacionado solo con dioses o personalidades

divinas.

La concha spondylus o mullu era conocido por

sus propiedades fertilizantes para la tierra, la siembra y Fig. 45. Spondylus.

el buen xito de las cosechas:

De los mares del norte, asociados a los fenmenos meteorolgicos que


trae El Nio, cuyos efectos eran definitivos para la vida y la subsistencia
() la abundancia de la fauna marina, su ausencia, las lluvias, los
diluvios, los desbordes y las catstrofes del ecosistema biolgico. La
abundancia del Mullu y su captura anunciaba las lluvias generosas. El
Mullu pulverizado renovaba la fecundidad de la tierra de cultivo. ()
milagroso abono para las tierras () Fertilizante mximo y poderoso
(Ruiz 2004:3839).

Dentro del ajuar funerario de algunos fardos retirados de Paracas, por Julio C.

Tello y su equipo, se encontraron collares con cuentas y dijes de forma trapezoidal de

spondylus, lo que hace evidente que slo los grandes seores portaban este tipo de

accesorios Apertura de la Momia 1-35 () descubierta () de las ruinas de Arena

Blanca o Cabeza Larga () sobre el pecho del cadver () contiene () unas

cuentas menudas de conchas marinas, inclusive un pedazo trapezoidal de concha

colorada (Spondylus pictorum) como medalln (Tello y Meja 1979:276-278).

Fig. 46. Collar de spondylus


con dije trapezoidal. Cultura
Paracas MNAAHP.

Fig. 47. Dije de spondylus


de forma trapezoidal.
Cultura Paracas MNAAHP.

61
Estos accesorios determinan su rango social. El personaje que los porta, a travs

de su doble diadema, hilera de discos, nariguera y collar, seala el elevado estatus

sociopoltico al que pertenece (Frame 2008:252255).

El rostro de este ser fabuloso luce pintura facial. Su nariz est representada por

una gruesa lnea que se hace parte de la nariguera; de esta manera divide la cara en dos

secciones simtricas.

La indumentaria est conformada por un unku de dos colores que llega un poco

ms abajo de su cintura, decorado con una franja en todo su contorno. En uno de los

costados del unku se desprende una faja listada con los mismos colores. En la parte

inferior lleva una wara (taparrabo) semicircular con flecos.

Con una mano sostiene de una cuerda una cabeza trofeo cercenada,

probablemente durante un encuentro blico. Mientras el largo cabello de esta cae hacia

abajo, los ojos tienen las pupilas dilatadas y la boca abierta ensea la dentadura. La

cabeza humana cercenada, segn el pensamiento andino antiguo al igual que en otras

remotas civilizaciones (Lumbreras 1988:71 y 72), tena una relacin con la agricultura y

a su vez era smbolo de poder debido a que concentraba toda la energa del guerrero

adversario y vencido; por lo tanto, quien posea una cabeza trofeo se transformaba en un

ser sagrado:

la cabeza humana momificada, en el concepto del indio determina la


potencia mgica () es la que produce la germinacin de las plantas ()
para transformar a los guerreros en seres sagrados se le agrega () una
cabeza sagrada que es no solo el atributo sino el smbolo de poder (Tello
1938: folios 2609, 2620 y 2622).

Con la otra mano este importante ser sostiene en alto una vara, en actitud

triunfal, atributo de poder con el cual poda golpear a las vctimas. La vara y la cabeza

trofeo eran elementos considerados mgicos para el antiguo nativo de Paracas. Sobre

esto el sabio Julio C. Tello sostiene que:

62
Existen ciertos elementos que almacenan () energa mgica utilizada
por las plantas () la figura idealizada del jaguar () la cabeza mutilada
() y ciertos objetos de carcter ceremonial, los abanicos, las porras, las
varas, y los cuchillos de obsidiana. Mediante la combinacin de dos o
ms de estos elementos mgicos se obtienen seres mitolgicos ()
cabeza y vara mgica son los ms importantes atributos (Tello 1938:
folios 2611 y 2622).

Fig. 48. Vara ceremonial


de momia Paracas.
MNAAHP.

Por todo eso, este es el ser ms importante del manto y estara encarnando al

Sol; el tocado emplumado de oro, le complementa ese significado.

Su presencia en el manto es la ms relevante, hecho constatado por su repitencia,

enfatizada en el campo central. Sobre este aspecto Tello comenta que: La

multiplicacin de la figura aumentaba el poder sagrado de la representacin. (Tello

1938: folio 2613).

De los diecisis bordados en el campo central, siete tienen los pies dirigidos a la

derecha y nueve a la izquierda; segn la direccin de los pies llevan en la mano la

cabeza trofeo. El conjunto est bordado con los mismos colores, es decir cuerpo rojo,

unku morado con amarillo y wara y/o falda verde. El morado con el amarillo en el unku

son complementarios, a su vez el rojo (cuerpo) se complementa con el verde (wara).

Casi todos visten wara a excepcin de dos ataviados con faldas color verdes decoradas

con guardilla azul; uno se dirige a la derecha y el otro a la izquierda.

Nueve de estas diecisis figuras se ubican en el cuadrante izquierdo, siete en el

derecho. Ocho forman pareja en diagonal con la luna, parejas localizadas tres en el

cuadrante izquierdo y cinco en el derecho (ver pgina 74 de La Luna).

Con respecto a los seis entes superiores bordados en las franjas de algodn,

todos dirigen sus pies a la izquierda. Al igual que los diecisis anteriores sostienen la

63
cabeza cercenada segn la direccin de los pies,

regla que se rompe cuando uno de ellos -en la

franja inferior- carga la cabeza con la mano

derecha teniendo los pies dirigidos a la izquierda.

En cuatro de ellos las cabezas trofeo poseen un


Fig. 49 a y b. Detalles de las cabezas
detalle que las hace diferente a las otras dieciocho; trofeo que porta el Sol

se trata de una lnea recta a modo de nariz que cae sobre una lnea horizontal, algunas

veces curva a modo de bigotes, lo que podra interpretarse como pintura facial.

De los seis, cuatro tienen el cuerpo de color verde, y estn vestidos con unku

amarillo: dos con wara marrn y dos con wara roja. Los otros dos entes superiores,

mantienen el rostro y cuerpo color rojo a semejanza de los ubicados en el campo

central. La diferencia con ellos radica en los colores de prendas de vestir, en este caso

wara turquesa y unku verde con franja amarilla.

La relacin de pareja Sol-Luna contina vigente en las franjas donde la superior

se relaciona con la inferior a travs de diagonales formando cuatro parejas: dos en el

cuadrante derecho y dos en el izquierdo (ver pgina 75 en La Luna).

Como se puede observar existe un interesante juego cromtico en los unkus de

estos seis seres; este consiste en las variantes amarillas y verdes: unku verde decorado

con lnea amarilla o unku amarillo decorado con lnea verde. Asimismo, la idea de

colores complementarios contina, pues los rojos se complementan con los verdes; a su

vez el amarillo del tocado y del unku lo hace con el fondo morado.

Este ser supremo est manifestado en otras culturas del antiguo Per, con la

misma configuracin, aunque con variantes propias de cada civilizacin, estilo y poca,

siempre conservando la misma esencia caracterizada en:

64
Mirada frontal.

Uso de un gran tocado radial de plumas o extensiones que pueden ser volutas,

plantas, cabezas de serpientes o de felinos alrededor de su cabeza, como si fuese el

sol con sus rayos.

Brazos extendidos o abiertos mostrando atributos sostenidos con las manos. Estos

pueden ser: una vara y una cabeza cercenada o trofeo; en otros casos, varas, las que

a veces tienen en sus extremos cabezas y plantas, idea que no est lejos del Ser de

este estudio.

Al respecto el Dr. Luis E. Valcarcel manifiesta que:

Entre los smbolos magicorreligiosos del antiguo Per que pueden ser ya
perfectamente individualizados, escogemos dos: el del Personaje mtico
de los Dos Cetros y el del Sacrificador que lleva siempre en una mano el
arma de la ejecucin y en la otra la cabeza humana cercenada. Estos dos
smbolos aparecen constantemente en todas las representaciones de
carcter religioso y mgico de las diversas pocas y de las distintas reas
del Per anteriormente al descubrimiento de Amrica. Es mucho ms
frecuente el segundo de los personajes y su campo de difusin (). Esta
universalidad de los smbolos que examinamos conduce a la hiptesis de
considerar al Per andino como una gran unidad cultural. (Valcarcel
1959:3)

Refuerza esta postura la doctora Zadir Milla E. quien plantea:

El espacio cultural andino est sujeto a una co-tradicin permanente en la


cual es posible vislumbrar la continuidad y unidad de su proceso
histrico, que nos permite afirmar que por sobre las diferencias tcnicas y
estilsticas existi una identidad comn entre los pueblos andinos. (Milla
1992:76)

En la cultura Chavn, antecesora de Paracas, existe una deidad que, si bien no

posee un tocado emplumado, tiene uno muy complejo conformado por cabezas de

serpientes y volutas; este ser sostiene varas en las manos. Dicha obra es la conocida

Estela de Raimondi.

65
Fig. 50. Estela
Raimondi. Imagen
tomada de Ruiz
Durand 2004:44.

Fig. 51. La Divinidad de


los bculos. Portada del
Sol, Tiawuanaco. Imagen
tomada de Ruiz Durand
2004:112.

Una segunda figura que se asemeja, es la divinidad de los bculos de la portada

del sol en Tiawuanaco, la cual lleva un tocado similar con algunas terminaciones de

cabezas de felino e igualmente porta varas en las manos. La esencia de este ser es la

misma del que se estudia: encarnar a una figura mtica de muy alto rango.

Sobre estas dos entidades mencionadas podemos aadir la siguiente observacin:

() representado como imagen central en los templos de Chavn y


Tiahuanaco ()
En Paracas () ocurre una metamorfosis de la imagen original del
personaje de los dos cetros, y vemos como las caractersticas del felino y
del ave crean un personaje alado dotado con estos atributos y, en otros
casos, formaciones anlogas dan lugar a seres mgicos habitantes de un
mundo surreal que slo la lectura simblica de sus formas los vincula a la
co-tradicin cultural andina. (Milla 1992:78)

Podemos aventurarnos a sealar a Naylamp, deidad de la cultura Lambayeque, la

cual luce, asimismo, un gran tocado emplumado, adems de los cetros en ambas manos.

Otro cono inspirado en esta concepcin fue plasmado en la cermica Chancay,

de manera esquemtica; es por sus rayos, aun, el Ser en estudio:

Fig. 52. Naylamp.


Imagen tomada de
Ruiz Durand
2004:61.
Fig. 53. Figura solar de cermico
Chancay Imagen tomada de Ruiz
Durand 2004:114

66
Todos estos conos sealan la idea de un ser divino, lo que indicara que dicho

ente estaba arraigado en la cosmovisin mgico-religiosa de los hombres del Per

antiguo, con variantes que conservaban la esencia o pensamiento matriz de un ser

superior, portador de una enorme carga mtica importante para ellos.

En el arte peruano republicano Tefilo Castillo, inspirado en la Puerta del Sol de

Tiahuanaco, retoma al ser de los bculos en su cuadro Saqueo del Coricancha (1915),

para decorar la fachada principal del edificio Inca.

Fig. 55. Detalle del Saqueo


del Coricancha (1915). leo
sobre tela

Fig. 54. Tefilo Castillo: Saqueo


del Coricancha (1915). leo
sobre tela

Al respecto Zadir Milla comenta:

Sus fundamentos materiales, simblicos y sociales hicieron de l [arte del


Per antiguo] una forma esttica con cnones particulares, propios y
diferentes a los de otras culturas. Sus logros alcanzaron formas
expresivas que han sido, y son fuente de inspiracin de muchos artistas
contemporneos (). (Milla 1992:90)

67
Esta imagen a la fecha contina siendo usada, si bien desvirtuada del contexto

simblico que tena en el Per antiguo. Se la puede observar en la propaganda de la

bebida gaseosa Inca Kola, publicidad televisiva difundida a partir de agosto del 2013.

En ella los nios de la selva imaginan cmo su madre se las ingenia para poder preparar

tan rica comida; uno de ellos fantasea a un grupo de indios danzando en crculo

comandados en lo alto por un personaje que luce tocado emplumado de forma radial

mientras levanta su vara de poder.

Fig. 56. Publicidad Inka Kola, donde se aprecia un personaje principal con tocado emplumado, ao 2013

El ente en cuestin est reproducido en otros tejidos de la cultura Paracas, con

algunas diferencias en el tocado y los atributos; aun as es la misma figura. Es factible

encontrarlo slo o junto a otros iconos del Manto Blanco, en los ejemplos siguientes:

68
1- Fragmento de turbante con cdigo PMH 15-41-30/86901 de la coleccin del

Peabody Museum, Harvard, Estados Unidos (Frame 2008:254).

Fig. 57. Fragmento de turbante, PMH


15-41-30/86901 Cultura Paracas.
Coleccin del Peabody Museum,
Harvard. Estados Unidos.
pmem.unix.fas.harvard.edu:8080/peab
ody/view/objects

2- Manto del Museo de Arte de Lima catalogado con el cdigo MdAL.002. El

doctor Francisco Stastny para ilustrar la cartula de su libro Breve historia del

arte en el Per, fundamental obra clsica de nuestra historia del arte peruano,

utiliz este manto verde; adems uno de los detalles es la figura N 1 en el

citado texto. Dicho manto tiene como nico personaje al que analizamos.

Fig. 58. Manto Paracas. Coleccin Museo de Arte de Lima. www.mali.pe/coleccionvirtual

69
3- Falda con cdigo MFAB 21.2563 que forma parte de la coleccin del Museum

of Fine Arts, Boston, Estados Unidos. En esta pieza el ser Sol se encuentra en

todas las lneas acompaado con otros tres personajes del manto de estudio:

Luna, Guerrero Joven y Guerrero de la Waraka.

Fig. 59. Falda completa MFAB 21.2563 Cultura Paracas. Coleccin Museum of Fine Arts, Boston, Estados Unidos.
Tomada de http://.mfa.org/collections/object/skirt-36602

Fig. 60. Detalle de la falda MFAB 21.2563 Cultura Paracas. Coleccin Museum of Fine Arts, Boston, Estados
Unidos. Tomada de http://.mfa.org/collections/object/skirt-36602

4- Esclavina y fragmento de turbante con cdigos SM 4.34 1259T y SM 659,

respectivamente, prendas que pertenecen al Museo de Arqueologa y

Antropologa del Centro Cultural San Marcos; el fragmento de turbante no pudo

ubicarse fsicamente. En la esclavina El Sol aparece slo.

70
Fig. 61. Esclavina
Paracas. MAA-
CCSM.

5- Fragmento de turbante donde slo aparece el Ser en cuestin catalogado con el

cdigo CMDT 8034 de la coleccin del Centre de Documentacin i Museu

Textil, Terrassa, Espaa (Frame 2008:254).

Fig. 62. Fragmento de turbante,


CMDT 8034. Cultura Paracas
coleccin del Centre de
Documentacin i Museu Textil,
Terrassa, Espaa.
imatex.cdmt.es/_cat/fitxa_cerca_result
ats.aspx

6- Manto catalogado con el cdigo RT 1484 (perteneciente al fardo 18), de la

coleccin textil del Museo Nacional de Arqueologa, Antropologa e Historia del

Per (Frame 2008:254).

71
3.1.1.2 La Luna

La luna se manifiesta catorce veces

en todo el manto, si se considera que el mes

lunar tiene 28 das, el nmero catorce

podra interpretarse como medio periodo.

Distribuyndose as: diez en el campo

central; cuatro en el cuadrante izquierdo,

seis en el cuadrante derecho. En las franjas

son cuatro: superior (dos) e inferior (dos).

En una lectura horizontal se ubica en

las diez lneas al igual que el Sol, aspecto

que marca el estatus de importancia de su Fig. 63. La Luna. Detalle del Manto Blanco de
Paracas. MAA del CCSM
figura.

Fig. 64. Ubicacin de la Luna en el Manto Blanco

72
Su cabeza exhibe un largo turbante decorado con dos franjas y lengetas a lo

largo de los bordes, que cae a un costado del cuerpo. Adorna su frente una doble

diadema con cabezas trofeos de la que penden dos hileras de seis discos, una a cada

costado del rostro. Como ya se ha citado, esta joya es un atributo que le da carcter

mitolgico, observacin dada por Julio C. Tello (Tello 1938: 2611); esta pieza

ornamental seala tambin, su elevado rango social (Frame 2008:252-255).

La pintura facial divide la cara en cuatro secciones o cuadrantes simtricos. Cada

ojo ocupa un cuadrante superior y la boca est inscrita entre los dos cuadrantes

inferiores, algunas veces abierta mostrando la dentadura, con un gesto de asombro

(siete); otras re mientras ensea la dentadura completa (siete).

Esta cuadriparticin, apreciada en la pintura facial tiene varias acepciones que

representan conceptos manejados por el hombre andino antiguo, conceptos ligados a

ritos relacionados al calendario cclico ceremonial de ndole agrcola, sealado por Ruiz

Durand:

El calendario ceremonial es el producto de la organizacin cclica andina,


gobierna la divisin del tiempo, del espacio y de la sociedad Cuatro
estaciones, cuatro ciclos agrcolas. La vida social la sucesin de ciclos
de los astros, los ciclos de las estaciones, los ciclos de las plantas en la
agricultura (Ruiz 2004: 27 y 28)

En esta investigacin se propone que estas cuatro secciones representan las

cuatro fases de la luna, de siete das cada una: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y

cuarto menguante. Las fases lunares se encuentran estrechamente unidas a la

agricultura. Recurdese que en el inicio de la humanidad la mujer domestica a las

plantas, y es as como descubre el momento propicio para sembrar (cuarto creciente),

desyerbar (cuarto menguante) y as obtener buenas y abundantes cosechas. Al respecto

el Dr. Tello seala sobre las costumbres de los antiguos peruanos:

73
() para el cultivo de la papa el trabajo nunca se realiza en la luna
nueva; () siempre se espera la llena; de otro modo la papa aparece
fuera de tierra () peligrando as la cosecha. Hay diversas fases o etapas
de cultivo () para todas estas operaciones se espera siempre de la llena
a la menguante, evitando la conjuncin de la luna que es la peligrosa.
(Tello s/f D: folio 782)

Por la pintura facial podemos argumentar que la figura en anlisis es

Mamaquilla (madre luna), la mujer o el lado femenino que tambin encarna la luna; ella

es la esposa del Sol o el Ser del tocado de plumas. Al respecto Ruiz Durand dice:

() la pareja astral sol-luna que rigen el hanan pacha, () son ()


ordenadores y organizadores.
Ellos ordenan el tiempo y el espacio, el lugar de lo masculino y lo
femenino. Administran la vida ritual y social, organizan las fuerzas de
trabajo. Punchao-Sol y Quilla-Luna adquieren una polifactica presencia
en el panten andino. (Ruiz 2004:35)

Esta afirmacin se fortalece con la hiptesis de Mary Frame cuando se refiere al

Manto Blanco. Al respecto seala que la figura que usa el tocado emplumado (Sol)

aparece dentro de una distribucin de diagonales en el campo central, emparejada ocho

veces con la figura femenina (Luna), tres en el cuadrante izquierdo y cinco en el

derecho, emparejamiento que podra sugerir una relacin esposa/consorte. (Frame

2008:258).

Fig. 65. Emparejamiento Sol/Luna en el campo central del Manto Blanco

74
Dentro del campo central, entre las lneas 2 y 7 la luna figura una sola vez. En la

primera y octava lnea aparece dos veces, una de ellas en los extremos y sin pareja; para

el caso de la luna de la primera lnea esta podra explicarse al ser ella la Luna Roja

quien se empareja con el Guerrero Joven, en tanto la otra hace pareja el Guerrero

Cesante.

Este emparejamiento (Sol/Luna) se puede observar tambin entre las franjas

superior e inferior del manto de la siguiente manera en el cuadrante izquierdo: el Sol

rojo que posee el segundo lugar en la franja inferior se empareja con su consorte

amarilla ubicada en el tercer sitio de la franja superior. Mamaquilla, ocupa el cuarto

espacio en la franja inferior y tiene como consorte al Sol de cuerpo verde que tiene la

quinta posicin en la franja superior. Similar cosa sucede en el cuadrante derecho del

manto; al Sol rojo del sexto lugar de la franja superior, le corresponde su consorte la

Luna que toma el quinto espacio en la franja inferior. Mamaquilla en la franja superior

se encuentra tambin en el cuarto puesto y su esposo se halla en el tercero de la franja

inferior.

Fig. 66. Emparejamiento Sol/Luna en las franjas moradas horizontales del Manto Blanco

75
Esta figura mtica sostiene con ambas manos una cabeza trofeo sobre su torso, cuya

larga cabellera vuela a un costado. La cabeza trofeo es un elemento relacionado a la

agricultura segn la cosmovisin del hombre andino antiguo; Tello afirm que esta

concentra potencia mgica utilizada para la germinacin de las plantas, los seres que

portaban una cabeza humana cercenada dejaban de ser simples mortales para transformarse

en seres sagrados o dioses (Tello 1938: folio 2609, 2611 2620 y 2621). No en vano sera la

decoracin de cabecitas trofeo que lleva en las bandas de su vestido, razn por la cual a

travs de este elemento ella seala su calidad divina y su fuerte vnculo con la agricultura.

De estas cabecitas se tratar a continuacin.

Para enfatizar que esta entidad es Mamaquilla, los Paracas recurren sutilmente a

otros elementos relacionados a la numerologa y los adornos del vestido, conformado por

dos franjas horizontales, una superior en el pecho y otra inferior en el borde; dentro se

encuentran bordadas las cabecitas trofeo, cinco en la franja superior y seis en la inferior,

sumando un total de once, si a ellas se suma la cabeza trofeo sostenida entre las manos, da

un total de doce; al multiplicar doce cabezas por catorce mujeres da como resultado el

nmero 168 equivalente a seis ciclos lunares de 28 das cada uno (6 ciclos x 28 das = 168

das). A su vez sucede similar analoga con las lengetas que decoran la franja inferior del

vestido, ya que son doce, nmero que al multiplicarlo por las catorce figuras genera 168,

equivalentes a seis ciclos lunares (6 ciclos x 28 das = 168 das).

Figs. 67 a, b y c. Lunas. Detalles del Manto Blanco

76
Sobre el detalle ornamental de las lengetas se deslindan aspectos relacionados

al estatus de esta entidad:

Las comparaciones con vestidos reales de este periodo de tiempo aclaran


los parecidos. Un depsito de ropa de mujeres, exhumados por Giuseppe
Orefici () incluy vestidos que contienen rasgos que se corresponden
() sobre el corpio, pequeas lengetas cuadradas, hechas con aguja en
tejidos anillado sobre un elemento base, unen la banda bordada con el
orillo de la capa doblada de tela. (Frame 2008:246-247)

El atuendo es completado con cuatro tupus sobresalientes, dos en cada hombro.

Sobre los pares de tupus Frame seala que:

Las fuentes etnohistricas indican que las mujeres andinas que usaban
alfileres para sujetar sus vestidos generalmente usaban un nico alfiler
sobre cada hombro, (). Aparentemente, la prctica de usar pares de
alfileres era rara () Betanzos describe cmo la novia del Inka
Yupanque us un vestido finamente tejido, sujetado con cuatro alfileres
de oro (). Difcilmente se puede imaginar un momento ms
significativo o estatus social ms elevado. Los pares de alfileres largos
sobre los hombros de las figuras bordadas pueden indicar el alto estatus
de las mujeres representadas. (Frame 2008:247-248)

Los rasgos de este atuendo pertenecen a los de un vestido femenino de lite,

sobre lo cual la investigadora Delia Aponte (Aponte 2010, entrevista) confirm; ella

ubic en los depsitos del Museo Nacional de Arqueologa, Antropologa e Historia del

Per, algunos trajes con estas caractersticas (aberturas horizontales, bandas

horizontales a travs del pecho y borde bajo del vestido) como parte del ajuar de

momias de mujeres paraquenses. Esta observacin tambin fue expuesta por Sophie

Desrosiers en su artculo Las tcnicas de tejido tienen un sentido? Una propuesta de

lectura de los tejidos andinos, para quien las oposiciones tcnicas horizontal y vertical

corresponden al contraste entre los gneros femenino y masculino (Desrosiers 1992:13).

Por las referencias citadas, se confirma y seala el gnero y el estatus divino de

esta figura, vestida para participar en una ceremonia importante llena de simbolismo y

acontecida en una realidad metafsica, en la que ella encarna a la Luna, Mamaquilla.

77
De las diez figuras de esta entidad ubicadas en el campo central, cinco dirigen

sus pies a la izquierda, y las otras cinco hacen lo mismo con direccin a su derecha.

Segn la direccin de los pies vuela la cabellera de la cabeza trofeo que sostiene en las

manos. La Luna posee cuerpo amarillo, ostenta turbante rojo con listas y lengetas

azules; luce diademas y discos verdes, viste unku verde oscuro cuyas franjas decorativas

son marrones o amarillas, dentro de las cuales estn bordadas las cabecitas trofeo rojas,

verdes y amarillas, que juegan cambiando de posicin sus negras cabelleras. La pintura

facial1 tiene los colores verde oscuro, amarillo, azul y rojo. Solo una de estas diez

entidades es diferente y sobre ella se hablara ms adelante como la Luna roja.

Con respecto a las cuatro Lunas de las franjas, estas presentan variantes en el

color. Dos de ellas mantienen el cuerpo amarillo, modifican el color de la ropa, pero lo

ms importantes es el cambio de la pintura facial con respecto a su orden; esto es

siguiendo las manecillas del reloj, rojo, verde oscuro, amarillo y azul. En las otras dos

lunas su cambio es ms notorio; el cuerpo es verde oscuro, vestidos amarillos, y en la

cara los colores se presentan: amarillo, verde oscuro, rojo y verde oscuro. Las cuatro

orientan los pies a la izquierda. En esa direccin vuelan las celestes cabelleras de las

cabezas trofeo que portan en las manos, las que tienen caras rojas y amarillas.

En las catorce figuras, la complementariedad cromtica es evidente entre rojos y

verdes, as como entre amarillos y morados, colores reflejados en los turbantes, unkus,

cuerpos y cabezas trofeo.

1
En esta investigacin leeremos la pintura facial a partir del cuadrante superior derecho y en sentido a las
manecillas del reloj.

78
3.1.1.2.1 La Luna Roja

Esta figura posee un aspecto

importante a resaltar: es la nica con cuerpo

rojo. Dicha consideracin es reforzada por el

lugar donde se encuentra, en la misma

primera hilera vertical en la cual se halla el

Guerrero de la Serpiente con Antara. Ella

est sola sin la compaa del Sol- y es la

que inicia, en el ngulo superior derecho, la

secuencia de imgenes, hecho que le da un

valor agregado de superioridad. Por estas


Fig. 68. La Luna Roja. Detalle del Manto Blanco
evidencias, es la ms significativa de las de Paracas. MAA del CCSM

catorce seoras. Cabe mencionar tambin que el color rojo del cuerpo la emparenta con el

Ser del tocado emplumado o el Sol, quien en la parte central del manto posee cuerpo rojo.

Fig. 69. Ubicacin de la Luna Roja en el Manto Blanco

79
Mamaquilla es factible verla en los siguientes textiles:

1- En la coleccin del Museo Nacional de Antropologa, Arqueologa e Historia del

Per, existe un manto catalogado con cdigo RT1443, perteneciente a la momia 382,

donde la Luna sin la compaa del Sol- sale siete veces dentro del campo central, junto

a otras figuras femeninas similares

Figs. 70 y 71. Manto 382-7 y detalle del mismo donde se observa a La Luna entre otras figuras
femeninas. Registro textil N 1443, perteneciente a la coleccin del MNAAHP. Imagen tomada de
Frame 2007:69, 72.

80
2- El Museum of Fine Art, de Boston, Masachusets, guarda una falda catalogada con el

cdigo MFAB 21.2563, donde la Luna se encuentra junto a otros tres seres que figuran

en el Manto Blanco: el Sol, el Guerrero Joven y el Guerrero de la Waraka. (Ver pgina

61 de El Sol).

Fig. 72. Detalle de la Falda con cdigo MFAB 21.2563, perteneciente al Museum of Fine Art, de Boston,
Masachusets. Imagen tomada del Archivo Tello del MAA-CCSM.

81
3.1.1.3 El Guerrero de la Serpiente

Este ser figura diez veces solo en el

campo central del manto, es decir en la parte

ms importante. Su reparticin es as: seis

en el cuadrante izquierdo y cuatro en el

cuadrante derecho.

En una lectura horizontal se

encuentra en todas las lneas del campo

central. Asimismo, posee una distribucin

diagonal continua en dos lneas de izquierda

a derecha, de arriba hacia abajo, inicindose

en el cuadrante izquierdo, en la lnea Fig. 73. El Guerrero de la Serpiente. Detalle del


Manto Blanco de Paracas. MAA del CCSM

superior con seis figuras y en la inferior con cuatro, diagonal iniciada por el Guerrero de

la Serpiente con Antara. Es el nico ser del manto que no se le ve en las franjas superior

e inferior, ni en las laterales. Es, entre las entidades de poder, uno de los menos

Fig. 74. Ubicacin del Guerrero de la Serpiente en el Manto Blanco

82
representados, detalle que no le afecta por ubicarse siempre en el campo central, el ms

importante del manto.

Su cabeza est ataviada con un turbante1 largo que cae por un costado,

llegndole hasta la cadera. En este detalle se visualiza lo que Francisco Stastny comenta

sobre el arte textil Paracas al respecto del dominio de la lnea curva gracias al bordado

(Stastny 1967:12); dicho turbante es amarillo oro, decorado con dos sencillas franjas

laterales color verde oscuro.

En medio de su cabeza, y a manera de

sujetador del turbante, emerge un cuchillo de

obsidiana, con la punta triangular hacia arriba como

una flecha. Para Julio C. Tello los cuchillos forman

parte de los objetos de carcter ceremonial o mgico

con los que se obtienen seres mticos (Tello 1938: Fig. 75. Tipos de cuchillos de obsidiana
con mango de madera

folio 2611).

Adorna su frente una diadema doble con ojos y boca que representan o

simbolizan las cabezas trofeo. De esta caen dos hileras de seis discos que flanquean su

cara. Estos adornos eran tambin parte de los atributos mgicos con los que se

identifican a estos seres fabulosos.

Destaca en su pintura facial, una serpiente sinuosa que bordea ojos y boca

formando una S. La serpiente, por ser un animal que transita por la tierra

serpentendose, est vinculada a conceptos agrcolas. Jess Ruiz Durand, en su libro

Introduccin a la iconografa andina, al referirse a ella comenta:

La serpiente es el agua transparente de la vida, la sangre y savia del rbol


de la vida, el origen ()

1
El turbante es un pao largo rectangular () comnmente de algodn () provisto de franjas bordadas
angostas laterales (). (Carrin 1931:84).

83
Los objetos de forma ofdica delimitan, rodean, unen. En todos los ritos
de entronizacin, iniciacin, reformulacin y propiciacin aparecen las
serpientes rituales vivas o simblicas ()
La serpiente agua viene de los cielos, riega los campos y se interna en la
tierra. Fecunda ros, lagos y la tierra. Siembra vida por doquier. (Ruiz
2004:38)

Este ente viste unku con flecos en su borde. En su pecho tiene un pectoral de tela

con flecos. Nueve de las diez figuras visten wara (taparrabo) en forma de media luna,

tambin con flecos en todo su borde; la dcima luce una falda adornada con una franja.

Mientras el rostro y tronco se encuentran de frente, los brazos y piernas estn de perfil.

Esta caracterstica es conocida como la ley de la frontalidad. La figura en estudio se

asemeja, en este sentido, a una imagen de la diosa Isis cuando recibe una ofrenda de la

reina Nefertari.

Fig. 76. Diosa Isis recibiendo una ofrenda de la reina Nefertari. Detalle de un mural
ubicado en el sepulcro de la reina Nefertari. Egipto.

Una de las manos lleva un abanico. Los abanicos Paracas estaban elaborados con

plumas. Otra vez estamos frente a la importancia de las aves segn el concepto del

nativo Paracas. Yacovleff comenta: el abanico es () un adorno, o un emblema

84
jerrquico () cumplan propsitos ms

bien ceremoniales que utilitarios, () tal

vez rituales, que servan una necesidad

material (Yacovleff 1933:154). Los

abanicos forman parte de los objetos de Fig. 77 a y b. Figuras mitolgicas ejecutando una
danza de tipo ritual con abanicos y otros elementos
mgicos. Necrpolis de Wari Kayan.
carcter ceremonial con energa mgica

como lo determin el sabio Julio C. Tello. Eran elementos constantes que forman parte

del ajuar funerario de los grandes seores. Prueba de ello es que, Los grandes fardos

funerarios exhumados en la pennsula [de Paracas] contienen por lo regular uno y hasta

dos y tres abanicos de plumas (Yacovleff 1933:149).

Fig. 78. Momia 310,


Necrpolis de Wari
Kayan. MNAAHP

Cabe recalcar que los abanicos reproducidos son de color rojo con el borde azul

o azules. Las plumas de colores eran obtenidas por los habitantes de la costa a travs de

un intercambio comercial con la selva, en cuyo ecosistema las aves lucen hermosos y

coloridos plumajes. Entre ellos destaca el guacamayo rojo-azul con largas plumas de

dichos colores en su cola2. Probablemente, estos abanicos estaban elaborados con las

2
La belleza del colorido de su plumaje se aprecia ms cuando en sincrnico vuelo extiende las alas
entrecruzndolas para ensear a plenitud sus plumas relucientes.

85
plumas de guacamayo, lo que reafirma el valor agregado que tenan por ser las plumas

elementos trados de zonas geogrfica inaccesibles para los hombres de Paracas.

Fig. 79. Guacamayo de


plumaje color azul, rojo
y amarillo.

Con la otra mano el Guerrero de la Serpiente agarra del mango otro cuchillo

similar al que lleva en el tocado. Sobre la base de esta explicacin, entonces se estara

frente a un ser mitolgico visualizado a travs de los siguientes atributos: diadema con

hileras de discos, cuchillos y abanico.

De estas diez entidades cinco tienen los pies dirigidos a su izquierda y en esa

direccin portan las armas o atributos. Los otros cinco restantes hacen lo propio en

sentido opuesto.

Uno de estos seres mticos que dirige sus pies hacia su derecha, posee una

importante y notoria diferencia: con la mano derecha sostiene los atributos y con la

izquierda, una antara, fabuloso ser del cual trataremos ms adelante bajo el subttulo:

El Guerrero de la Serpiente con Antara.

Todos estn vestidos de la misma forma, con los mismos colores: turbantes

amarillos con lista verde oscura, unkus del mismo color, pectoral marrn, waras azules.

Solo el que porta antara tiene en la parte superior de su unku, una hilera de lneas

pequeas verticales amarillas. Asimismo, la pintura facial es igual: serpiente azul con

pequeas variantes sobre fondo rojo. Es decir, estos seres poseen uniformidad en su

representacin.

86
El rojo de la pintura facial se complementa con el verde del unku. Este juego

pictrico complementario sucede entre el azul-turquesa de la wara con el amarillo

dorado del turbante y extremidades.

Hasta el momento no se encuentran otros tejidos donde se represente al Guerrero

de la Serpiente como tal.

3.1.1.3.1 El Guerrero de la Serpiente con Antara

Este ser como tal, aparece solo una vez

en el manto, especficamente en el lado

derecho. Es el primero de la quinta hilera de

conos bordados del campo central. El hecho de

ser nico enfatiza su importancia.

Lo que marca la gran diferencia de este

personaje con todos los dems, es la antara de

seis tubos, la cual sostiene con la mano

izquierda. Por la forma y color, la antara


Fig. 80. Guerrero de la Antara. Detalle del
representada es de cermica. Manto Blanco. MAA del CCSM

El etnomusiclogo Csar Bolaos al referirse a este tipo de instrumentos Paracas

escribe: Los tubos de cermica Paracas () ms antiguos que conocemos fueron

hechos manualmente (...) Otra peculiaridad () [es que] tienen apariencia de una ala de

ave (pteroforme) (Bolaos 1988:33). Bolaos tambin determina que:

las antaras () de cermica () requirieron de especialistas en


acstica y cermica y de un laborioso proceso de fabricacin. () las
antaras de cermica no fueron instrumentos musicales populares () En
consecuencia, poseer una antara de cermica supondra algn estatus
social o alguna vinculacin con el rgimen dominante. (Bolaos
1988:71)

87
Julio C. Tello al referirse a la antara, dice que

esta simboliza el quejido, el lamento de las vctimas

(Tello s/f B: folio 8968). A esto se aade lo referido

por Bolaos: las antaras eran objetos sonoros con que,

segn cuentan las crnicas, producan un repertorio de


Fig. 81. Antara de cermica.
Imagen tomada de Ruiz Durand
gritos y ruidos, estridentes y estruendosos con que 2004:44.

aterrar al enemigo. (Bolaos 1988:65).

Este ser mtico, con la otra mano, es decir la derecha, sostiene del mango un abanico

de plumas. En el mismo brazo, atado a su mueca con una cuerda, cuelga un cuchillo.

El Guerrero de la Serpiente con Antara es diferente a los otros (nueve) guerreros

que por el vestuario y la pintura facial se asemejan. La diferencia radica, y es lo ms

importante, en el hecho de portar y tocar la antara que con su sonido aterraba al

enemigo. Con estos argumentos podemos sostener que este ser es un guerrero

perteneciente a una esfera elevada (el hecho de portar una antara de cermica como

seal Ruiz Durand) vinculado a la vida ritual y religiosa, cuya funcin era tocar la

antara durante los encuentros blicos metafsicos.

Fig. 82. Ubicacin del Guerrero de la Serpiente con antara en el Manto Blanco

88
3.1.1.4 El Guerrero Cesante

Este ser aparece seis veces en el

campo central: dos en el cuadrante

izquierdo y cuatro en el cuadrante derecho.

En las franjas figura cuatro veces: superior

(dos) e inferior (dos), sumando un total de

diez.

En una lectura horizontal solo se le

ve en siete lneas: 1, 2, 4, 7, 8, 9 y 10. Este

personaje junto al Cndor, al Guerrero

Joven y al Guerrero de la Vara Anillada


Fig. 83. El Guerrero Cesante. Detalle del Manto
inicia en sus respectivos ngulos, los Blanco de Paracas. MAA del CCSM

cuadrantes.

Fig. 84. Ubicacin del Guerrero Cesante en el Manto Blanco

89
Su atuendo consiste en una redecilla que le cubre totalmente la cabeza; en medio

o al costado de esta, se levanta una honda. Adorna su frente una diadema doble con

cinco discos que caen a cada costado del rostro; en el sexto personaje la diadema tiene

seis discos. Su rostro luce una nariguera felnica, igual a la que ostenta el Sol; asimismo

la pintura facial es la misma que tiene dicho ser, una nariz representada por una gruesa

lnea que es parte de la nariguera; de esta manera divide la cara en dos secciones

simtricas. En su cuello destaca un collar de spondylus con dije trapezoidal.

Viste amplia tnica o unku verde oscuro (con respecto a los otros unkus de los

dems personajes del manto) que le llega hasta su cadera; de la prenda se desprende un

apndice o banda ubicada a un costado. En el borde inferior del mismo atuendo caen al

costado de las piernas dos cabezas trofeo volteadas con los cabellos al aire. En la parte

baja de las piernas usa pantorrilleras.

Este mtico ser sostiene con ambas manos una tercera cabeza cercenada; una de

las manos tira de los cabellos de la misma, detalle que muestra la ferocidad de los

guerreros Paracas que los artistas pudieron plasmar tal como el doctor Stastny coment

(Stastny 1967:12, 15).

La mencionada cabeza trofeo presenta en siete oportunidades pintura facial de

guerrero, semejante al Guerrero del Cuchillo de este manto: dos bloques de color en

diagonal dividen el rostro en dos espacios asimtricos; los ojos de la misma estn

abiertos igual que la boca mostrando los dientes que parecen rechinar, con una

expresin terrorfica que inspirar temor.

Fig. 85. Cabeza Trofeo.


Detalle del Guerrero
Cesante

90
De las tres cabezas trofeo restantes una posee pintura facial muy diferente, pues

el rea de la boca esta circundada y pintada de color rojo, y el resto del rostro es marrn.

En las dos cabezas restantes no se observan rasgos de pintura facial, especficamente en

aquellas donde el Guerrero Cesante se encuentra en las esquinas de las franjas.

Volviendo al guerrero en anlisis, del brazo, cuya mano tira de los cabellos de la

cabeza trofeo, cuelga un objeto en forma de V volteada que cae sueltamente, objeto

tambin llevado por el Guerrero Joven de este manto.

Fig. 86. Detalle del Guerrero Fig. 87. Detalle del


Cesante Guerrero joven

Esta singular pieza podra simbolizar un escudo1, por la manera en que es

portada por los dos personajes. Sin embargo, para el caso del Guerrero, retirado de las

actividades blicas, su escudo cae laxo, mientras que el del Guerrero Joven se refleja

rigidez por estar activo en las luchas.

El Guerrero Cesante se asemeja al ser Sol, como explicamos lneas arriba,

debido a la pintura facial, a la diadema y al color de su cuerpo mayoritariamente rojo.

Frame seala que por los atributos que ostenta tendra un vnculo de parentesco,

antecesor del Sol, y cuya autoridad ya habra cesado, ostentando los logros de sus

hazaas pasadas. [El Guerrero Cesante] podra haber logrado el derecho de llevar los

ornamentos a travs de roles sociopolticos previos, pero el apogeo de su autoridad ya

habra pasado. (Frame 2008:258)

1
Simbolizando, porque este objeto no ha sido identificado en ningn contexto funerario.

91
Las cabezas trofeo que ostenta esta entidad en el borde de su traje y la que

sostiene aguerridamente, seran pruebas de sus triunfos en hazaas pasadas, en su

valerosa juventud; por eso las muestra con orgullo, como estandartes o, valga la

redundancia, trofeos de guerra.

Las cabezas cercenadas al igual que las diademas, las hileras de discos y el collar

de spondylus que exhibe le dan ese carcter de ser mtico o sagrado (Tello 1938: folio

2611), reconocido y respetado como un viejo patriarca, perteneciente a una clase

sociopoltica superior.

Ahora vamos al campo central del manto donde cuatro dirigen sus pies a su

derecha, direccin en la cual llevan el escudo. Los restantes hacen lo mismo pero hacia

su izquierda.

De los seis guerreros del campo central, cuatro veces est acompaado del

Guerrero de la Serpiente, los dos restantes lo hacen con el Sol en el cuadrante izquierdo

y con la Luna en el derecho. Como es sabido, el manto posee dos cuadrantes. Mientras

en el derecho est representado cuatro veces, en el izquierdo lo hace solo dos, pero con

singular diferenciacin, pues una de las imgenes, ubicada en el ngulo superior

izquierdo es un guerrero cesante con una gran singularidad; es el nico de rostro rojo, al

igual que el Sol. Asimismo, la diagonal que nace en la tercera figura de la 1 lnea con

el Guerrero de la Serpiente intercala: Guerrero de la Serpiente, Sol, Guerrero Cesante,

Sol, Guerrero de la Serpiente con antara, Sol. Se trata de una diagonal de poder blico

con personajes de la ms alta jerarqua. (Ver esquema en niveles de organizacin de los

personajes)

Con respecto a los otros cuatro bordados en las franjas, todos los Guerreros

Cesantes dirigen sus pies a la izquierda, Dos de ellos tienen el cuerpo amarillo, redecilla

rosa, diadema verde oscuro, unku rojo, collar celeste y escudo turquesa.

92
Los otros dos ubicados en las esquinas del manto poseen cuerpo rojo, unku

verde, escudo verde claro; las cabezas trofeo que penden de sus unkus poseen un detalle

sin igual frente a las otras: tienen pintura facial en forma de aspa o X, que divide el

rostro en cuatro secciones que delimitan boca, ojos y frente.

Fig. 88. Detalle del Guerrero Cesante

Todos tienen en comn el color del rostro amarillo, la rama colocada a la

derecha y las pantorrilleras verdes. Asimismo uno de cada par ocupa una franja. En

ellos el color rojo del cuerpo se complementa con el verde del unku, y lo mismo hace el

amarillo del cuerpo y rostro a lo que corresponde el color morado de fondo.

Este Guerrero guarda similitudes iconogrficas con algunos de los seres de este

manto en estudio. Por ejemplo con la Luna ambos tienen entre sus manos una cabeza

trofeo. Con el Sol, ambos lucen el cuerpo y el rostro rojo. Este ltimo lo puede cambiar

circunstancialmente al amarillo.

Hasta el momento este ser no ha sido ubicado en otras piezas textiles,

encontrndolo solamente en el manto en estudio.

93
3.1.2 Entidades de poder complementario

3.1.2.1 El Guerrero Joven

Es el ser ms representado dentro

del grupo de las entidades de poder

complementario, razn por la cual podra

considerrsele el ms importante del

citado grupo. Es el guerrero que forma

parte de la infantera, es decir los que

luchan cuerpo a cuerpo, detalle

visualizado por el escudo y la porra.

Esta figura se repite diecisiete

veces; trece en el campo central: seis en el

cuadrante izquierdo y siete en el cuadrante Fig. 89. El Guerrero Joven. Detalle del Manto
Blanco MAA-CCSM

derecho. En las franjas del manto son cuatro: uno en la franja superior cuadrante

derecho inicia el cuadrante; un segundo ubicado en la franja inferior del cuadrante

Fig. 90. El Guerrero Joven. Detalle del Manto Blanco

94
izquierdo tambin inicia el cuadrante; el tercero en la franja lateral izquierda inferior y

por ltimo, el cuarto se encuentra en el lateral derecho superior El Guerrero Joven es el

primero en iniciar y terminar la serie de figuras en la franja inferior del cuadrante

izquierdo, lo que tambin sucede en las franjas superior y lateral del cuadrante derecho.

En una lectura horizontal se encuentra en las diez lneas. Este ser, junto al

Guerrero Cesante, el Guerrero de la Vara Anillada y al Cndor, inicia en sus respectivos

ngulos los cuadrantes.

En su cabeza se percibe deformacin craneana cuneiforme que se observa en el

alargamiento, deformacin propia de la cultura Paracas. El cabello est peinado con dos

trenzas que nacen a la altura de las sienes, trenzas que flanquean su cara. Este tipo de

peinados, formaba parte de la moda o usanza de los Paracas, lucido por personas que

tenan dicha deformacin craneal; prueba de ello es uno de los crneos encontrados con

cabelleras peinadas de esa forma: Cadver d (Sp.12/5108) () crneo cuneiforme, que

conserva el cuero cabelludo con abundante pelo negro y dos trenzas a cada lado de las

sienes, siendo entorchadas, artsticamente, en sus extremos inferiores con hilos de lana

(Tello y Meja 1979:212).

Rodea la parte alta de la cabeza un llauto o vincha decorada con una franja

sinuosa en el centro y pequeos crculos en los bordes. Esta pieza textil termina en una

cabeza, tal vez trofeo, con los ojos abiertos igual que la boca cuya lengua sale. De la

parte superior de dicha vincha emergen, con el cuerpo doblado y ondulado, cinco

serpientes a manera de penachos. En el Guerrero Joven ubicado en las franjas existe

una pequea variante: las serpientes son seis. Ruiz Durand comenta que la serpiente

simboliza el agua, la vida, la sangre y la sabia de los rboles; adems al trueno o Illapa,

dueo de los chamanes y los jaguares (Ruiz 2004:38).

95
Casi paralelas a estos ofidios figuran un par de fbulas o agujas que quizs

sujetaban y aseguraban con firmeza el llauto en la cabeza, objetos encontrados en los

cementerios de Paracas, conocidos como agujas de madera pulida o punzones (Tello y

Meja 1979:168).

El rostro de este ser lleva pintura facial en dos bloques de colores distintos: rojo

y verde. En el bloque rojo superior estn los ojos y las mejillas. El bloque verde inferior

posee forma de pirmide escalonada, y de l nace la nariz sintetizada. La boca abierta

muestra los dientes. Sobre este diseo Ruiz Durand manifiesta en el apartado la

geometra de estructura andina, que proviene del cuadrado y el circulo en

movimiento, visualizan la ascensin y el giro, el espacio y el tiempo (Ruiz 2004:30).

Este diseo convencionalizado con posterioridad, fue heredado por otras culturas

peruanas como la Chancay e Inca, como lo prueba las imgenes siguientes (Ruiz

2004:120, 237):

Fig. 91 a y b. Diseos
escalonados, Culturas
Chancay e Inca

Una pintura facial de esta naturaleza podra indicar la inclusin del guerrero

joven a un grupo social o militar dentro de la sociedad Paracas.

Este interesante ser viste unku con flecos en las mangas y en el borde, que le

llega hasta las caderas. En las piernas usa escarpines medianos. La mano sostiene una

Fig. 92. Porra de piedra pulida con


mango de madera entorchada. Imagen
tomada de Tello y Meja 1979:142.

96
porra por el mango; una macana idntica puede encontrarse en una ilustracin del libro

Paracas segunda parte (Tello y Meja 1979:142).

Del mismo brazo cae un objeto en forma de V invertida asemejando un

tringulo; se trata de un escudo, rgido, sostenido con firmeza. Las lneas o nervaduras

que aparentemente lo decoran al centro, podran tener una funcin determinada como

por ejemplo la posibilidad de plegarse, pero a la fecha no se posee datos de esta

naturaleza.

Con la otra mano el joven guerrero sostiene, hacia adelante, una vara helicoidal

de madera, una vara similar pertenece a las colecciones del Museo de Arqueologa,

Antropologa e Historia del Per, con cdigo 5622 12/6064, perteneciente a la momia

199 procedente de la gran Necrpolis de Wari Kayan. De la parte superior de la vara

cuelgan dos cuerdas en cuyos extremos hay cabezas trofeo; la cuerda superior lo hace de

una pieza en forma de C. Es propicio hacer una observacin; estas cabezas, as como la

que sostiene entre sus manos la Luna, son de tamao menor con respecto a las otras que

portan el Sol y el Guerrero Cesante.

Como se ha sealado con anterioridad, las cabezas trofeo en el pensamiento de

los antiguos paraquenses eran smbolo de germinacin, ptimas para la agricultura, e

indicaban el carcter sagrado o mtico al que pertenece este Ser (Tello 1938: folios

2609, 2620 y 2622).

Del total de trece Guerreros Jvenes del campo central, siete dirigen los pies a su

izquierda; cinco de ellos visten tnica amarilla y los otros dos, tnica roja. Los otros seis

Guerreros tienen los pies en direccin a su derecha; cinco de ellos lucen unku amarillo y

slo uno lo tiene rojo.

Todos los que tienen unku amarillo poseen el cuerpo morado, y la pintura facial

roja y verde, estableciendo de esta manera un juego cromtico complementario. El

97
escudo que portan es rojo, las cabecitas trofeo son de rostro rojo con cabellera verde

oscuro y los escarpines son tambin rojos jaspeados de lneas pequeas moradas

Los tres guerreros vestidos con tnica roja tienen el cuerpo verde oscuro, la

pintura facial es amarilla y verde, y los escudos que cargan son amarillos, y sus

escarpines amarillos estn jaspeados de verde. Las cabecitas trofeo lucen rostro

amarillo y cabello morado.

Es interesante el juego cromtico que en esta oportunidad emplean los

paraquenses. Ntese que los colores de las cabecitas trofeo del guerrero de unku

amarillo tienen los colores del cuerpo y unku de los guerreros que visten diferentes;

estos, se invierten.

Fig. 93 a y b. El Guerrero Joven. Detalles del Manto Blanco

Segn la direccin de los pies llevan el brazo que sostiene en la mano la porra y

el escudo en el codo.

Con respecto a los cuatro guerreros de las franjas horizontales y laterales, estos

por el color de sus atuendos y pintura facial, forman dos parejas. Aquellos que ocupan

las franjas superior e inferior, iniciando o cerrando los cuadrantes izquierdo y derecho,

98
son semejantes a los guerreros de unkus amarillos; la diferencia radica en el color verde

de su cuerpo.

Los guerreros de las franjas laterales se asemejan al guerrero de unku rojo y

cuerpo verde oscuro; la variante radica en que los colores son invertidos, adems de

cargar un escudo de tono turquesa.

Como se observa, al igual que otros casos ya sealados, en el Guerrero Joven se

cumple tambin la complementariedad cromtica.

Este guerrero posee elementos similares al Guerrero Cesante. El ms importante

es el escudo ubicado siempre con relacin directa al sentido de los pies. Mientras en el

Guerrero Joven el escudo es rgido, que podra simbolizar la actividad guerrera, el

Guerrero Cesante luce un escudo flcido que alegoriza su retiro militar. A esto se le

agrega el uso de escarpines, siendo los del Guerrero Cesante de mayor tamao.

Asimismo, el Guerrero Joven se emparenta en ferocidad y atrevimiento al Sol, a

la Luna y al Guerrero Cesante gracias a las dos cabezas trofeo que le cuelgan de la vara

entorchada.

Este ser es factible encontrarlo, adems, en los siguientes textiles:

1- El American Museum of Natural History de New York (Estados Unidos), posee un

manto donde figura y repite nicamente a este personaje.

Fig. 94. Manto Paracas, Coleccin del American Museum of Natural History de New York (Estados Unidos).
Anthro.amnh.org/antropology/databases/common/image_dup.cfm?catho=41%2EO%2F%20515

99
Fig. 95. Detalle del mismo.

2- A la coleccin del Museum of Fine Arts, Boston (Estados Unidos), pertenece una

falda catalogada con cdigo MFAB 21.2563, donde el Guerrero Joven sale en compaa

de la Luna, el Sol y el Guerrero de la Waraka.

Fig. 96. Falda Paracas, cdigo


MFAB 21.2563. Coleccin del
Museum of Fine Arts, Boston
(Estados Unidos).

Fig. 97. Detalle de la falda


Paracas

100
3.1.2.2 El Guerrero de la Waraka

Este Guerrero aparece 16 veces en

el manto, once en el campo central: en el

cuadrante izquierdo hay cinco y en el

derecho, seis. En las franjas, sale cinco

veces: dos en la franja superior, otros dos

en la franja inferior y uno en la franja

lateral izquierda superior.

En una lectura horizontal se

encuentra en las diez lneas. Le sigue en

nmero de representacin al Guerrero

Joven, dentro de las entidades de poder Fig. 98. El Guerrero de la Waraka. Detalle del Manto
Blanco de Paracas. MAA del CCSM.
complementario. Esto resulta coherente si

se toma en consideracin la importancia de su rol dentro de una batalla; es el guerrero

que forma parte del arma de artillera, detalle percibido por la waraka, y las lanzas,

armas utilizadas para una confrontacin a distancia.

Fig. 99. Ubicacin del Guerrero de la Waraka en el Manto Blanco

101
Su cabeza redonda est envuelta en una redecilla de calado circular amarrada al

centro, sobre la frente con un moo redondo; esta sostenido por tres pares de agujas de

madera, dos en los lados y uno en el centro superior. Este arreglo se describe en el

fardo N IV-8: La cabeza () cuya cabellera color negro claro se halla protegida con

un tejido fino de algodn, que remata con un moo sobre la frente (Tello y Meja

1979:159 160).

Posee un objeto ovalado suspendido a un costado de la cabeza; es una waraka,

arma de guerra con la que atacaba al enemigo a distancia, arma siempre presente en los

fardos cuyo uso fue, esencialmente, ceremonial y ritual, a juzgar por su asociacin con

los adornos del tocado. (Tello y Meja 1979:502)

El rostro de este ser posee pintura facial a manera de una Y invertida,

conformada por tres franjas casi siempre rosa, azulino y amarillo; solo dos veces se ven

los colores verde oscuro, rojo y amarillo. Estas franjas dividen la cara en tres secciones:

cada ojo y la boca abierta que ensea los dientes de manera feroz. El diseo de esta

pintura facial transmite la bravura del guerrero, que sealara a este personaje como

aguerrido y fiero en el campo de batalla. Respecto a la pintura facial, es importante

sealar que esta nos podra sugerir el carcter del guerrero como ya mencionamos en

este caso, pero en otros casos tambin podra sugerirnos la pertenencia a un clan o

distincin de un oficio: adornar caras () distinguan en algn oficio o en un grupo

familiar (Harth-Terre 1976: 27).

Su atuendo consiste en un unku de cuello V, que le llega a la cintura, decorado

con franjas en todo el borde y en los laterales con doble franja quebrada, unida por otra

en la parte inferior. Completa el conjunto una falda adornada con una franja y flecos en

el borde. De las 16 representaciones, solo en tres veces viste wara curva con franja y

flecos.

102
El Guerrero de la Waraka en una mano sostiene una vara anillada, la cual

representa su carcter mtico (Tello 1938: folio 2611). La otra mano alza una lanza, la

mitad superior de ella aserrada y rematada con un objeto de cuerpo punteado y tres

apndices colgados. Este objeto fue descrito por Tello como armas arrojadizas de

dardos y flechas () Estas armas () cuyos extremos superiores finalizan en apndices

colgantes de lana polcroma o algodn desmotado, los que asemejan borlas (Tello y

Meja 1979:336).

Este guerrero en el campo central, dirige los pies a su derecha cinco veces, grupo

donde tres de ellos tienen el cuerpo verde y los otros dos morado. Los de cuerpo verde

con wara o falda amarilla estn en el cuadrante derecho, salvo una excepcin, sumando

siete personajes. Los de cuerpo morado con wara roja, estn ubicados en el cuadrante

izquierdo.

Este guerrero tiene en comn, con el Sol, el Cndor y el Shamn portar una vara

con una pequea diferencia: mientras l la lleva con ligera inclinacin diagonal, los

otros la muestran de manera vertical como cetro de mando.

El Guerrero de la Waraka tiene un atributo que lo

hace diferente a todos: su rostro puede ser visto de dos

maneras, la convencional y la invertida, lectura tambin

percibida en la Estela de Raymondi. Para nuestro

personaje, al leer el rostro con esta otra posibilidad se

percibe un ser de caractersticas felnicas de largos


Fig. 100. Detalle del Guerrero
bigotes y pequea barba. de la Waraka visto de reves

Este ser aparece en una falda con cdigo MFAB 21.2563, parte de la coleccin

del Museum of Fine Arts, de Boston. Ah figura al lado del ser Sol, la Luna y el

Guerrero Joven. (Ver imagen en el Sol y la Luna).

103
3.1.2.3 El Shamn

Por el tipo de atributos que este

Ser porta en sus manos, lo ms probable

es que sea un Shamn, que figura

catorce veces en el Manto Blanco. Diez

de ellos en el campo central, seis en el

cuadrante izquierdo y cuatro en el

derecho. Los cuatro restantes se

encuentran en las franjas horizontales:

dos en la superior y dos en la inferior.

Dentro de una lectura horizontal, lleva

la cadencia siguiente: 2-0-2-0-4, esto Fig. 101. El Shamn. Detalle del Manto Blanco de
Paracas. MAA del CCSM
es, se localiza en la primera y segunda

lnea (2); en la tercera est ausente (0); aparece nuevamente en la cuarta y quinta (2),

para desaparecer en la sexta (0) y retornar (4) en las siguientes (lneas 7, 8, 9, 10).

Fig. 102. Ubicacin del Shamn en el Manto Blanco

104
La pintura facial de su rostro, que puede ser roja o amarilla, es muy singular y

diferente a otras. Consiste en tres lneas curvas paralelas continuas que, naciendo en

forma espiral en las mejillas, contornean los grandes ojos, la cara por el borde y la

mandbula. La boca abierta ensea la dentadura.

Su atuendo consiste en un gorro adornado con una franja; en la parte superior y

central de este sale un penacho con nueve apndices; al costado un par de pequeas

flores campanuladas con sus tallos cados. Su cuello luce un collar de siete pequeas

placas de forma trapezoidal cada una. Estos detalles nos hacen pensar en la hiptesis de

que este ser es un Shamn, consideramos que estos son elementos de la naturaleza y esta

entidad estaba en contacto con la misma, conocedora de sus secretos y misterios, as

como de la naturaleza del mundo de arriba.

Viste, hasta la cintura, unku con flecos en el borde. En la parte baja viste

falda con franja ornamental y flecos en el borde, aunque dos de los shamanes de las

franjas tienen wara de borde redondo con flecos.

Este ser, con sus brazos flexionados, sostiene en una mano una vara anillada

de la que cuelgan dos ramas, cada una con un fruto xerfilo en sus extremos, tipo de

fruto que crece en las zonas ridas1. La vara es un elemento que connota de poder

mtico a este personaje, como ya se coment en los anteriores seres que conforman

este manto en estudio. Con la otra mano sostiene dos lanzas y un abanico de plumas

rojas y azules, que en los bordes del manto cambian de color a marrn, amarillo y

verde claro. El abanico era un objeto ritual para la civilizacin Paracas; prueba de

ellos son los hallados en Wari Kayan como parte del ajuar de las momias (Yacovleff

1933:149). Hay que recordar que las plumas con las que se elaboraba este objeto, en

especial las de colores brillantes propias de la selva, eran importantes no solo por la

1
Berton 2013, entrevista.

105
dificultad de obtenerlas, sino por el significado religioso que ellas guardaban, pues

haban pertenecido a las aves, consideradas entes mediadoras entre Dios y los

hombres (Leonardini 1996:197). Por lo tanto, el propsito de las plumas era ms all

de lo ornamental, pues posea un contenido simblico (Mujica 2004:6).

Dentro del manto en estudio esta entidad se emparenta, por el empleo del

abanico, con el Ser Serpiente y el Guerrero del Cuchillo.

En el campo central este ser aparece seis veces con unku rojo y falda marrn,

cuerpo verde oscuro y pintura facial amarillo, cinco en el cuadrante izquierdo y uno

en el cuadrante derecho. Los otros cuatro visten unku amarillo, falda marrn, cuerpo

morado y pintura facial rojo, con una variante de falda verde; estos estn ubicados,

uno en el cuadrante izquierdo y los tres restantes en el cuadrante derecho.

En las franjas, tanto superior como inferior, est con unku amarillo y wara del

mismo color, en forma de medialuna con flecos; otro par viste unku verde y falda

amarilla.

En l tambin se puede apreciarse una complementacin cromtica: el color

lila del cuerpo se complementa con el amarillo del unku; de igual forma en las

franjas verde del unku corresponden con el rojo del cuerpo.

El Shamn es un ser sumamente importante dentro del conjunto de las

entidades que forman el Manto Blanco. Esta importancia radica en el exquisito rol

de poder unir el mundo terrenal con el metafsico, es decir ser el intermediario entre

los hombres y las divinidades. El Shamn es, asimismo, la entidad que tiene

atribucin de gobernar al grupo hacia lo interno y sealar los aspectos morales de

cada grupo2. Hasta el da de hoy, no se ha encontrado otro textil con este ser.

2
Polia 2013, entrevista.

106
3.1.2.4 El Ser alado: El Cndor

El ser alado, que es un cndor, se

repite trece veces en el manto: ocho en el

campo central: cuatro en el cuadrante

izquierdo y cuatro en el cuadrante

derecho. Otros cinco distribuidos en las

franjas superior (dos, uno en cada

cuadrante e inicia el cuadrante derecho) e

inferior (tres, inicia el cuadrante

izquierdo, y otro se ubica en el lateral

derecho inferior).
Fig. 103. El Cndor. Detalle del Manto Blanco de
En una lectura horizontal se Paracas. MAA del CCSM.

encuentra en las tres lneas superiores (1, 2, 3), en las dos centrales (5 y 6) dos en cada

lnea, en las tres lneas inferiores (8, 9, 10), no est presente en las lneas cuatro y siete.

Fig. 104. Ubicacin del Cndor en el Manto Blanco.

107
Esta distribucin es armnica y simtrica. Este ser, al igual que el Guerrero Cesante, el

Guerrero Joven y el Guerrero de la Vara Anillada, inicia en sus respectivos ngulos los

cuadrantes: el cuadrante izquierdo en el ngulo superior y el cuadrante derecho en el

ngulo inferior.

Envuelve su cabeza un tocado conformado por un turbante largo que cae por un

extremo, atuendo de dos colores decorado con una guardilla o franja. Emerge del centro

del turbante un cuchillo de obsidiana con la punta triangular hacia arriba, el que adems

parece tener como funcin, sujetar el turbante. El cuchillo es un objeto con energa

mgica propio de los seres fabulosos como ya sealamos anteriormente (Tello 1938:

folio 2611).

Fig. 105. Cuchillo de


Obsidiana. Dibujo tomado
del Tello y Meja
1979:178.

Su rostro luce pintura facial con caractersticas ornitomorfas. La nariz es una

sencilla lnea vertical, debajo de la cual existe una franja quebrada en forma de V, en

cuyo centro hay una hilera de siete crculos, detalle que imita el pico corvo, no muy

agudo de un cndor (Tauro del Pino 2001:724). Debajo cuatro valos, dos a cada lado

de la boca abierta que muestra los dientes. El conjunto es simtrico.

En el vigoroso cuello luce la gola del cndor, ave que vuela alturas tan

considerables que los antiguos peruanos lo juzgaron emisario del sol (Tauro del Pino

2001:724).

El atuendo consiste en un unku sin mangas, flecos ni decorados. En la parte

inferior diez de ellos viste una falda decorada con una banda y flecos en su borde; los

otros tres lucen una wara (taparrabo) semilunar con flecos al borde. Los tobillos llevan

ajorcas.

108
Lo ms resaltante de este ser es el hecho de encarnar a un cndor, ave de rapia

que como se ha dicho simbolizaba un agente del Sol en la cosmovisin del nativo

Paracas; su misin era transportar vctimas humanas para ofrecerlas a la deidad mayor:

el Sol. (Tello s/f B: folio 8968). Sobre esta ave Ruiz Durand aade:

Representan la mxima potencialidad entre los animales del aire. Aves


poderosas dueas del cielo, del dominio visual del espacio terrestre, de la
velocidad de desplazamiento () precisin del ataque y la fuga. ()
Pocas veces se representa sola, casi siempre asociada al felino y la
serpiente. (Ruiz 2004:39)

El cndor es un ave no domesticada, Jos Mara Arguedas lo sealaba como un

ente religioso y mgico al mismo tiempo venerado en los ritos y ceremonias desde la

antigedad ms remota (Arguedas 2012:45 y 46).

Esta ave, que alcanza grandes alturas y cubre largas distancias en busca de lo

deseado, cuando vuela sus alas extendidas alcanzan de un extremo a otro 4.60 m (Tauro

del Pino 2001:724). Otro aspecto importante de este Ser es su actitud como si estuviese

en el acto de volar; con las alas desplegadas muestra las plumas grandes y cortas, entre

tres y cuatro a cada lado. Posee tambin una extensin, a manera de cola, que figura en

un extremo junto a su cadera, en el mismo lado en que el turbante cae.

En una mano sostiene una vara o bastn anillado, elemento de guerra con el cual

poda atacar, golpear y reducir al adversario; la vara es otro de los atributos mgicos que

los seres mticos portan siempre (Tello 1938: folio 2611). La otra mano carga un arma

distinta: una lanza de punta triangular, de cuyo extremo superior caen dos frutos

xerfitos, propios de zonas desrticas, que cuelgan de sus ramas (Bertone 2013,

entrevista).

109
Figs. 106 a y b. Cndores,
detalles del Manto Blanco

De los ocho cndores bordados en el campo central, seis tienen el cuerpo verde

oscuro; visten unku rojo y wara o falda amarilla; los dos restantes poseen el cuerpo

morado y poseen las prendas con los colores invertidos. De estos ocho, cuatro tienen los

pies en direccin a su derecha y cuatro a su izquierda; en este ltimo grupo, uno de ellos

cambia de mano los atributos.

Los cinco cndores ubicados en las franjas tienen en comn la direccin de los

pies: a su derecha y en esta direccin la mano sostiene la lanza con frutos; esta regla se

rompe cuando uno de ellos invierte los atributos. Tres poseen el cuerpo amarillo y los

otros dos verde; los primeros visten unku rojo y falda azul-turquesa, mientras los

segundos llevan unkus y faldas amarillas.

En este momento es importante mencionar la observacin de la investigadora

Lourdes Chocano cuando seala la oposicin diagonal espejo [donde] cada

personaje en el borde inferior se refleja de modo idntico, en el borde superior en

diagonal con los mismos colores y disposicin (Chocano 2012:241).

Sobre esta base, al dividir el manto en dos cuadrantes, la franja inferior del

primer cuadrante se inicia con el Cndor, en tanto la franja superior del segundo

cuadrante finaliza con esta misma figura de cuerpo verde y alas verde pistache

enmarcadas en rojo. Asimismo, el Cndor, ahora de cuerpo amarillo y alas marrones

110
enmarcadas en negro, se ubica en el sexto puesto de la franja superior, siendo su

contraparte el Cndor situado en el segundo puesto de la franja inferior del cuadrante

derecho, pero con las alas amarillas.

Del total de los trece cndores nueve de ellos (siete en la zona central y dos en

las franjas) lucen sus plumas internas marrones, lo que podra insinuar que se trata de

cndores mayores, pues esta ave cuando ya entra en la vejez, sus plumas negras las

muda al color marrn. En las otras cuatro figuras existe una evidente libertad cromtica,

idea que el doctor Stastny sugiere de la siguiente manera: es notoria la atraccin

irresistible que senta el antiguo habitante de esta zona desrtica hacia el color y hacia lo

pictrico, a expensas de todo otro efecto () El artista Paracas no poda renunciar ()

al deleite del color. (Stastny 1967:14)

Casi todos tienen la misma pintura facial consistente en una franja quebrada en

forma de V, en cuyo centro hay crculos; esta genrica no se cumple con los cuatro

cndores que visten unku amarillo, pues en vez de crculos tienen rectngulos.

Figs. 107 a y b. Detalles del Cndor, Manto Blanco

Al amarillo del unku le complementa el morado del cuerpo. El color rojo de la

falda y la franja decorativa verde pasto se complementan entre s. En otros el verde

oscuro del cuerpo tiene correspondencia con el rojo de los unkus. Asimismo, el amarillo

del cuerpo, unku, falda y turbante se complementa con el morado de fondo, en el caso

de aquellos cndores bordados en las franjas.

111
La figura de este fabuloso Ser se ha reproducido en otros textiles de la cultura

Paracas:

1- El Museo Nacional de Antropologa, Arqueologa e Historia del Per posee un manto

con cdigo RT 3335, espcimen 290-14. (Frame 2008: 259)

2- Es factible encontrarlo en el Textile Museum, Washington, manto catalogado con el

cdigo TM 91.337. (Frame 2008: 259)

3- Tambin se le ve en una wara con cdigo BMFA 21.2561 de la coleccin del

Museum of Fine Arts, Boston. (Frame 2008: 259)

4- En el World Cultures Museum Goteborg existe otro manto con esta figura alada, con

cdigo WCM 35.32.209. (Frame 2008: 259)

Fig. 108. Manto Paracas Coleccin del World Cultures Museum Goteborg. collection.smvk.se/carlotta-
vkm/web/object/96710

112
3.1.3 Guerreros al servicio de las entidades de poder principal

3.1.3.1 El Guerrero de la Vara Anillada

Este guerrero figura dos veces solo en las

franjas: una en la superior y otra en la inferior,

siempre al centro de ellas.

Es el nico ser del manto con esta

caracterstica y junto al Guerrero del Cuchillo es

el menos representado en todo el manto. A

semejanza del Guerrero Cesante, el Cndor y el

Guerrero Joven inicia, en su respectivo ngulo,

los cuadrantes.
Fig. 109. El Guerrero de la Vara Anillada. Detalle
El Guerrero de la Vara Anillada del Manto Blanco de Paracas. MAA del CCSM

pertenece a la infantera, solo para uso exclusivo de la defensa del grupo de poder

principal al igual que el Guerrero del Cuchillo; esta aseveracin se justifica por la

diadema doble, semejante al de la lite, hecho que se ratifica por hallarse en las franjas,

iniciando, como custodio, los cuadrantes.

Fig. 110. Ubicacin del Guerrero de la Vara Anillada en el Manto Blanco

113
Es menester, citar a la arqueloga Lourdes Chocano con respecto a las franjas

del manto y la idea del espejo diagonal en las figuras. Siguiendo el planteamiento de los

dos cuadrantes, la franja superior del cuadrante derecho finaliza con el Guerrero de la

vara anillada, el mismo que inicia el segundo cuadrante izquierdo en la franja inferior.

Exhibe en su cabeza un turbante largo color amarillo con guardillas verdes en los

bordes, el cual cae al costado, hasta la cadera. En medio de su cabeza sobresale un

cuchillo de obsidiana con la punta triangular hacia arriba. Este guerrero ostenta doble

diadema igual a las del Sol, la Luna, el Guerrero Cesante y el Guerrero de la Serpiente.

Su rostro luce pintura facial de franjas diagonales en colores alternados rojo y turquesa,

pintura que indica su pertenencia a un determinado grupo militar.

De cuerpo rojo, viste unku verde oscuro con flecos en su borde, pectoral

triangular amarillo con flecos y en la parte inferior una wara amarilla en forma de

medialuna con flecos en el borde. Ambos dirigen los pies a su izquierda al igual que los

brazos flexionados. En este particular se puede tambin apreciar el dominio de la lnea

curva obtenida gracias al bordado, detalle observado por Stastny (Stastny 1967:12).

Con ambas manos sostiene una vara anillada. La vara anillada seala un alto

nivel militar, atributo tambin portado por el Sol, el Cndor y el Guerrero de la Waraka.

Este ser es un guerrero mitolgico por los elementos mgicos que lleva, sealados por el

sabio Julio C. Tello: diadema doble con discos pendientes, cuchillo de obsidiana sobre

la cabeza y vara anillada (Tello s/f: folio 2611).

El hecho de figurar solo en las franjas y en un reducido nmero de dos veces

sealara, tal vez, un rango de menor importancia, hecho tambin indicado por Julio C.

Tello quien haba descifrado que la repitencia de una figura determinaba su poder (Tello

s/f: folio 2613).

114
Su complementariedad cromtica se observa en el rojo del cuerpo frente al verde

oscuro del unku; el amarillo del turbante se complementa con el morado del fondo.

Hasta el momento este Ser no ha sido ubicado en otras piezas textiles de la

cultura Paracas.

3.1.3.2 El Guerrero del Cuchillo

Este guerrero figura dos veces en las

franjas laterales; una en la izquierda inferior y

otra en la derecha superior. Es el nico ser del

Manto Blanco que se localiza slo en los

laterales, y junto al Guerrero de la Vara Anillada

es el menos representado en todo el manto.

Esta entidad forma parte del grupo de la

infantera, con la funcin exclusiva de defender

al grupo de poder principal; hiptesis sustentada


Fig. 111. El Guerrero del Cuchillo. Detalle
del Manto Blanco de Paracas. MAA del
por la doble diadema que luce sobre su cabeza, CCSM

igual a la de la lite de poder.

Fig. 112. Detalle del Guerrero del cuchillo en el Manto Blanco

115
Penden de esta joya dos hileras con seis y hasta siete discos que adornan y

flanquean su cara.

Su cabeza ostenta un largo turbante verde oscuro con guardillas amarillas en los

bordes, el cual cae al costado hasta la cadera. En medio de su cabeza surge un cuchillo

de obsidiana con la punta triangular hacia arriba.

Muestra una pintura facial que divide su rostro por medio de una diagonal en dos

secciones: verde limn y amarilla, secciones no simtricas; en el lado verde, que es el

ms oscuro, se encuentra la boca. Dicha divisin recuerda, en cierto sentido, al arte

cubista cuando fracciona un objeto en dos partes para dar la idea de claridad frente a la

de oscuridad como se aprecia en la pintura del argentino Emilio Pettoruti (18921971).

Fig. 113. Emilio Pettoruti:


Sol de Argentina. leo
sobre tela

Recordemos que los artistas cubistas se inspiraron en el arte de las culturas

antiguas, especficamente la escultura negra africana, caracterizada por aquellos

volmenes de construccin geomtrica (Thomas 1988:60 y 61). Las culturas del

antiguo Per, tambin manejaron criterios o fundamentos materiales, simblicos y

sociales totalmente distintos que influyeron a muchos artistas contemporneos

aportando en lo plstico y en lo simblico, abriendo perspectivas hacia formas de

116
lenguaje antes desconocidos por occidente (Milla 1992:90). El artista uruguayo

Joaqun Torres Garca en una de sus etapas finales propone la reutilizacin de elementos

venidos de amrica antigua, lo que se puede observar en el Mural Csmico ubicado en

la ciudad de Montevideo.

La pintura facial, tal vez, seala que este guerrero pertenece a un determinado

grupo militar.

De cuerpo amarillo, viste unku rojo con flecos en su borde, pectoral marrn y

una wara turquesa adornada con lista roja, prenda en forma de medialuna con flecos en

el borde. Dirige los pies a su izquierda y en esa direccin ambos brazos se encuentran

flexionados. Con una mano sostiene un abanico y con la otra un cuchillo de obsidiana.

Todos los elementos que ostenta son mgicos que, como tales ya han sido mencionados

en prrafos anteriores: diadema doble con discos pendientes, cuchillos de obsidiana y

abanico.

Este guerrero guarda semejanza con el Guerrero de la Serpiente en su atuendo y

armas; la diferencia radica en una pintura facial sencilla. Por esta razn, tal vez ocupa

un nivel secundario con respecto a esta y las otras entidades mitolgicas, hiptesis que

se enfatiza por el nmero limitado de representaciones y el lugar de ellas, en las franjas

laterales. Esto le resta poder frente a otras entidades como lo seal Tello en sus

estudios sobre dioses Paracas con respecto a la repitencia (Tello s/f: folio 2613).

En dicha figura se aprecia, nuevamente, la complementariedad cromtica: al

color amarillo del cuerpo, pintura facial y franjas del turbante le corresponde el morado

de la franja o fondo.

Hasta el presente no se ha encontrado a esta entidad bordada en otros textiles de

la cultura Paracas.

117
CONCLUSIONES

A lo largo de este estudio se ha llegado a las siguientes conclusiones:

1- Algunos conos Paracas sern heredados por otras culturas. Ejemplos trascendentales

de esto son las cabezas trofeo, el Sol, empleado todava en la publicidad.

2- El Manto Blanco es uno de los ejemplares ms singulares de la textilera Paracas,

debido al amplio repertorio iconogrfico expresado en los seres bordados en l y al

nmero de ellos (diez), cinco de los cuales aparecen en otros textiles Paracas: El Sol, la

Luna, el Guerrero Joven, el Guerrero de la Waraka y el Cndor; siendo en el manto de

estudio donde se renen. A esto se agrega el mensaje mtico-religioso que ellos envan,

mensaje que an no ha sido descifrado.

3- El Manto Blanco form parte del ajuar funerario de un importante seor de la poca,

tal vez un guerrero, idea fundamentada en que todos los seres bordados en l tienen

atributos de guerra, a lo que se suma las pequeas porras bordadas en las orillas que dan

paso a los flecos.

4- Por haber sido concebido bajo cnones de proporcin, su alta calidad plstica,

concepcin artstico-religiosa y su calidad textil, esta pieza constituye una obra de arte

del antiguo Per.

5- Todos los personajes representados en el Manto Blanco son seres mitolgicos; cada

uno rene uno o ms elementos mgicos tal como lo seala Julio C. Tello. Estos
elementos son: vara, porra, cuchillo, cabeza mutilada, abanico, mostacho, diadema y

pendientes discoidales.

6- El Manto Blanco se distingue de otros mantos Paracas, por ser el nico que posee un

msico, representado por el Guerrero de la Serpiente con Antara quien, aunque nuestros

odos no lo perciban, ejecuta una meloda de guerra, escuchada en el mundo metafsico

y habitado por seres superiores.

7- De los diez seres, cinco son factibles encontrarlos en otros tejidos. Los otros cinco, a

la fecha son nicos: el Guerrero de la Serpiente y/o el Guerrero de la Serpiente con

Antara, el Guerrero Cesante, el Shamn, el Guerrero del Cuchillo y el Guerrero de la

Vara Anillada. Este singular detalle le entrega al manto una particularidad nica.

8- El Manto Blanco fue trabajado por manos femeninas, las que bordaron aquellas

figuras mticas siguiendo fielmente el esquema que se les haba entregado un sacerdote,

conocedor de los misterios representados en el simbolismo de la iconografa planteada.

9- Este manto puede ser clasificado como guerrero por los atributos militares de todas

las figuras: vara, cuchillo, porra, escudo, lanza, waraka, cabeza trofeo.

10- Todo ejrcito est organizado, para lo cual existen divisiones dadas segn la funcin

que deben ejecutar en el campo de batalla. Esto es, cuando se trata de un ataque a

distancia, este es manejado por el arma de artillera: waraka, honda y lanza que

corresponde en nuestro manto al Guerrero de la Waraka, al Guerrero Cesante y al

Cndor. Una vez obtenido cierto xito la artillera le deja el espacio a la infantera

119
caracterizada por su enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el uso del escudo, cuchillo,

porra y vara; para el Manto Blanco correspondera al Guerrero de la Serpiente, al

Guerrero Joven, al Guerrero de la Vara Anillada y al Guerrero del Cuchillo. Aqu es

importante observar que los guerreros de artillera podran haber desempeado tambin

funciones de infantera, debido a que, adems, portan vara, escudo y cuchillo.

11- Para el caso especfico del Sol, este ser representara, dentro del ejrcito, al General

en Jefe. Por su parte el Shamn sera el sacerdote, aquel que lucha con otras fuerzas

dentro de ese mundo metafsico; y la Luna tendra una participacin pasiva por ser

consorte del Sol y representar la figura femenina en el manto; ella estara mostrando los

triunfos de su esposo, esto es las cabezas trofeo bordadas en su atuendo y la que porta

entre sus manos.

12- En todos los seres los colores cumplen con la complementariedad cromtica: rojo-

verde, amarillo-morado.

120
13- El Manto Blanco como soporte textil escenifica una ceremonia perteneciente a un

plano no terrenal, posiblemente convertida con el correr del tiempo en una tradicin

ancestral, heredada o reutilizada por otros pueblos con algunas variantes, pero con la

misma esencia, quiz propiciar situaciones favorables o bondadosas de la naturaleza con

el pueblo.

14- A lo largo de este estudio hemos encontrado caractersticas generales en todos los

seres del Manto Blanco. Esto es:

14.1- Son seres antropomorfos, siempre de pie con cuerpos amarillos, rojos,

verdes y morados, colores que se repiten en sus atuendos. Tanto la cabeza como

el tronco estn de frente, razn por la cual se les ve con nitidez los ojos, la boca,

el tocado, la pintura facial, la ropa y los accesorios.

14.2- Los ojos son felnicos, almendrados; miran de frente, con las pupilas

dilatadas y bien delineadas por un contorno blanco que representa la esclertica

del globo ocular. Es sabido que la pupila se dilata por el uso de estimulantes

que, para el uso de los antiguos peruanos, eran empleados para uso ceremonial.

14.3- Elegantemente ataviados, lucen tocados de diferentes formas con

elementos comunes como las ajorcas en los tobillos. Cargan consigo atributos

de poder que varan en cada uno, dependiendo su personalidad.

14.4- Las piernas y pies se encuentran de perfil dirigidos alternadamente en

hileras hacia la derecha o a la izquierda. (Se considera la derecha o izquierda del

personaje, no la del observador).

14.5- Todas las figuras son planas, carentes de volumen. Si bien es cierto que

existe la ley de la frontalidad, esta es diferente a la egipcia que maneja el rostro

de perfil y el ojo de frente.

121
BIBLIOGRAFA

Aguirre Morales, Manuel. Arquelogo. Entrevista realizada el 5 de abril del 2014, en la


Ciudad Universitaria, Lima, por Carina Sotelo.

Aponte Miranda, Delia. Arqueloga. Entrevista realizada el 15 de junio de 2010, en el


Museo de Arqueologa y Antropologa del Centro Cultural de San Marcos, Lima, por
Carina Sotelo.

Arguedas, Jos Mara (2012). Notas elementales sobre el arte popular religioso y la
cultura mestiza de Huamanga. En Jos Mara Arguedas. Obra antropolgica. Tomo 5.
Lima, Per, editorial Horizonte, Comisin Centenario del Natalicio de Jos Mara
Arguedas, pp. 29-52.

Berton, Gabriela. Arqueobotnica. Entrevista realizada el 30 de agosto de 2013, en el


Museo de Historia Natural de San Marcos, Lince, Lima, por Carina Sotelo.

Bolaos, Cesar (1988). Las antaras Nasca. Lima, Per, Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnologa (CONCYTEC), Programa de Arqueomusicologa del Instituto Andino de
Estudios Arqueolgicos (INDEA).

Carrin Cachot, Rebeca (1931). La indumentaria en la antigua cultura de Paracas. En


Revista Wiracocha, Vol. I, N 1. Lima, Per, pp. 37-86.

Chirinos, Noem Rosario (1988-1989). The analysis of natural Dyestuffs by high


performance liquid chromatography methodology and application. Bruselas, Blgica,
Instituto Real del Patrimonio Artstico

Chocano Mena, Lourdes (2012). Anlisis de los personajes de un tejido Paracas. Una
interpretacin Iconogrfica del Manto Blanco. En Arqueologa y Sociedad N 24,
Lima, Per, pp. 227-248.

Choque Porras, Alba (2009). La imagen del felino en el arte del antiguo Per. Lima,
Per, Fundacin San Marcos.

Daggett, Richard E. (1991). Paracas discovery and controversy. En Paracas art and
architecture: Object and context in south coastal Per. Lowa Press, EE.UU,
Universidad de Lowa Press, pp. 35-60

De Lavalle, Jos Antonio y Werner Lang (1983). Culturas precolombinas: Paracas,


Lima, Per, Banco de Crdito del Per. Coleccin Arte y Tesoros del Per

De Lavalle, Jos Antonio y Werner Lang (1997). El Arte de Paracas. En Arte y


tesoros del Per, arte precolombino, Lima, Per, Banco de Crdito del Per, Coleccin
arte y tesoros del Per, pp. 26-71.
Desrosiers, Sophie (1992). Las tcnicas del tejido tienen un sentido?. Una propuesta
de lectura de los tejidos andinos. En Revista andina: Pasado y Presente N 1. Lima,
Per, pp. 7-46.

Dulanto, Jalh (2001). Dioses de Pachacamac: El dolo y el templo. En Los dioses del
antiguo Per, Lima, Per, Banco de Crdito del Per, Coleccin Arte y Tesoros del
Per, pp. 159-181.

Engel, Frderic (1966). Paracas, Cien Siglos de Cultura Peruana, Lima, Per, librera
editorial Juan Meja Baca.

Fester, Gustavo y Jos Cruellas (1934). Colorantes de Paracas. En Revista del Museo
Nacional N 3, Lima, Per, Museo Nacional, pp. 154-163.

Frame, Mary (1994). Las imgenes visuales de estructuras textiles. En Revista


Andina: Pasado y Presente N 12, Lima, Per, pp. 295-372.

Frame, Mary (2007). Las prendas bordadas de la necrpolis de Wari Kayan. En Hilos
del Pasado, el aporte francs al legado Paracas, Lima, Per, INC, MNAAHP, pp. 65-
73.

Frame, Mary (2008). Representaciones de gnero, jerarqua y otras relaciones en los


bordados de Paracas Necrpolis. En Arqueologa y Sociedad N 19, Lima, Per, pp.
241-264.

Harth-Terr, Emilio (1976). El signo verbal en los mantos funerarios de los Paracas.
Lima, Per, librera editorial Juan Meja Baca.

Kauffman, Federico (1999). El arte textil de Paracas. En Tejidos milenarios del Per,
Lima, Per, AFP Integra, pp. 143-234.

Kauffman, Federico (2001). Arte textil en el antiguo Per. En Enciclopedia ilustrada


del Per. Lima, Per, El Comercio, pp. I-XX.

Kauffman, Federico (2002). Historia y arte del Per antiguo, tomo 2, Lima, Per,
ediciones Peisa, La Repblica.

Kroeber, Alfred L (1971). Paracas Cavernas and Chavn. En Boletn del seminario de
arqueologa N 12. Lima, Per, pp. 37-73.

Leonardini, Nanda y Patricia Borda (1996). Diccionario iconogrfico peruano. Lima,


Per, Rubican editores.

Lumbreras, Luis Guillermo (1969). De los pueblos, las culturas y las artes del antiguo
Per. Lima, Per, Moncloa Campodnico editores asociados.

Lumbreras, Luis Guillermo (1970). La evidencia etnobotnica en el anlisis del


trnsito de la economa recolectora a la economa productora de alimentos. En
Arqueologa y Sociedad N 1, Lima, Per, pp. 1-25.

123
Lumbreras, Luis Guillermo (1988). De los orgenes de la civilizacin en el Per. Lima,
Per, Editorial PEISA.

Makowsky, Krzysztof (2000). Los seres sobrenaturales en la iconografa Paracas y


Nasca. En Los dioses del antiguo Per, Lima, Per, Banco de Crdito del Per.
Coleccin arte y tesoros del Per, pp. 277-307.

Milla Euribe, Zadir (1992). Fundamentos simblicos de las formas estticas en el arte
del antiguo Per. En revista Per indgena, N 29, Vol. 13, Lima, Per, Instituto
Indigenista Interamericano, pp. 75-91.

Muelle, Jorge C. (1954). El arte de Paracas. En Fanal N 40, Lima, Per, Pg. 29

Mujica Pinilla, Ramn (2004). Las plumas del sol y los ngeles de la conquista. Lima,
Per, Banco de Crdito del Per.

ONeale, Lila (s/f). El arte peruano de tejer. Archivo Tello, Museo de Arqueologa y
Antropologa del Centro Cultural San Marcos, caja 35.

ONeale, Lila (1932). Tejidos del periodo primitivo de Paracas. En Revista del Museo
Nacional, N 2, Lima, Per, pp. 60-80.

Paul, Anne (1986). Un manto Paracas y la coloracin de sus figuras. En Boletn de


Lima N 48, Lima, Per, pp. 19-30.

Paul, Anne (1991). Paracas art and architecture: Object and context in south coastal
Per. Lowa Press, EE.UU, Universidad de Lowa Press.

Paul, B.A. y Anne Cheryl (1980). Paracas Ritual Attire: Symbols of authority in ancient
Per. Texas, EE.UU, The University of Texas at Austin.

Peters, Ann (1997). Paracas, Topara and early Nasca: Ethnicity and society on the
south central andean coast. Cornell, EE.UU, Universidad de Cornell.

Peters, Ann (2007). La necrpolis de Wari Kayan. En Hilos del Pasado, el aporte
francs al legado Paracas. Lima, Per, INC, MNAAHP, pp. 23-32.

Peters, Ann (2010). Paracas: Liderazgo social, memoria histrica y lo sagrado en la


Necrpolis de Wari Kayan. En Seores de los Imperios del Sol. Lima, Per Banco de
Crdito del Per. Coleccin Arte y Tesoros del Per, pp. 211-223.

Peters, Ann (s/f). Paracas Necrpolis: Pistas de investigacin. Lima, Per. Edicin de
la autora, Power Point.

Polia, Mario. Arquelogo. Entrevista realizada el 17 de julio de 2013, en el Instituto


Cultural Italiano, Lima, por Carina Sotelo.

Prieto de Zegarra, Judith (1985). Mujer, poder y desarrollo en el Per. Tomo I. Lima,
Per, Editorial Dorhca Representaciones.

124
Rotondo Donola, Francisco (2005). El arte decorativo en los tejidos Paracas. Lima,
Per, edicin del autor.

Ruiz Durand, Jess (2004). Introduccin a la iconografa andina 1. Lima, Per, IDESI,
BID, Banco de Crdito del Per, Compaa Minera Antamina S.A., Ikono multimedia
S.A.

Saco, Mara Luisa (1978). Algunos aspectos de los tejidos de Paracas. En III
congreso peruano. El hombre y la cultura andina, actas y trabajos, tomo II, Lima, Per,
editor Ramiro Matos, pp. 765-781

Saco, Mara Luisa (1978). Fuentes para el estudio del arte precolombino. Lima, Per,
Instituto Nacional de Investigacin y Desarrollo de la Educacin INIDE, Retablo de
papel ediciones.

Salome, scar. Especialista en textilera del Per antiguo y profesor del Taller de tintes
naturales de la sierra. Tcnicas tradicionales de aplicacin. Entrevista realizada el 14
marzo del 2011, en el Museo de la Cultura Peruana. Lima, por Carina Sotelo.

Sopena, Manuel (1977). Diccionario Manuel Sopena, enciclopdico e ilustrado, tomo


III, Barcelona, Espaa.

Stafford, Cora (1941). Paracas Embroideries: a Study of Repeated Pattern. New York,
EE.UU, Augustin publisher.

Stastny, Francisco (1967). Breve Historia del Arte en el Per, la pintura precolombina,
colonial y republicana. Lima, Per, Editorial Universo.

Tauro del Pino, Alberto (2001). Enciclopedia ilustrada del Per. Lima, Per, El
Comercio.

Tagliani, Giovanni (1935). Arte de la tintorera, acerca de los tintes precolombinos de


Paracas. Archivo Tello del Museo de Arqueologa y Antropologa del Centro Cultural
San Marcos, cuaderno 8, caja 35.

Tello, Julio C. (1967). Pginas escogidas. Lima, Per, Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.

Tello, Julio C. y Toribio Meja Xesspe (1979). Paracas II parte, Cavernas y Necrpolis.
Lima, Per. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Tello, Julio C (2005). Paracas I parte. Serie Clsicos Sanmarquinos. Lima, Per,
Universidad Alas Peruanas, COFIDE, Fondo Editorial de San Marcos.

Tello, Julio C (2009). Paracas Cavernas. Cuaderno de investigacin del archivo Tello
N 7. Lima, Per, Museo de Arqueologa del CCSM.

Tello, Julio C (2012). Paracas Wari Kayan. Cuaderno de investigacin del archivo
Tello N 9. Lima, Per, Museo de Arqueologa del CCSM.

125
Tello, Julio C (1938). Calendario Cnepa. Archivo Tello del Museo de Arqueologa y
Antropologa del Centro Cultural San Marcos, cuaderno 1 y 2, caja 16.

Tello, Julio C (s/f) A. Recursos econmicos del Centro Andino. Archivo Tello del
Museo de Arqueologa y Antropologa del Centro Cultural San Marcos, cuaderno 1,
caja 29.

Tello, Julio C (s/f) B. Dioses Paracas Nasca. Archivo Tello del Museo de Arqueologa
y Antropologa del Centro Cultural San Marcos, cuadernos 1 y 2, caja 46.

Tello, Julio C (s/f) C. Algo sobre las figuras fantsticas que adornan las telas de
Paracas. Archivo Tello del Museo de Arqueologa y Antropologa del Centro Cultural
San Marcos, cuaderno 5, caja 49.

Tello, Julio C (s/f) D. Religin Inca. Archivo Tello del Museo de Arqueologa y
Antropologa del Centro Cultural San Marcos, legajos 2 y 3 del paquete 2, bulto 62.

Thomas, Karin (1988). Hasta Hoy. Estilos de las artes plsticas en el siglo XX.
Barcelona, Espaa, Ediciones del Serbal.

Valcarcel E. Luis (1959). Smbolos Mgico-Religiosos en la Cultura Andina. En


Revista del Museo Nacional, tomo XXVIII. Lima, Per, pp. 3-16.

Yacovleff, Eugenio y Jorge C. Muelle (s/f). Un fardo funerario de Paracas. Archivo


Tello del Museo de Arqueologa y Antropologa del Centro Cultural San Marcos, caja
3a.

Yacovleff, Eugenio y Jorge C. Muelle (1932). Informe E. Yacovleff y J. C. Muelle:


una exploracin en Cerro Colorado. En Revista del Museo Nacional N 2. Lima, Per,
pp. 31-59.

Yacovleff, Eugenio (1933). Arte plumaria de los antiguos peruanos. En Revista del
Museo Nacional N 2, tomo II. Lima, Per, pp. 137-158.

Yacovleff, Eugenio y Jorge C. Muelle (1934). Un fardo funerario de Paracas. En


Revista del Museo Nacional N 3, tomo III (1-2), Lima, Per, pp. 63-153.

ABREVIATURAS

AMNH: American Museum of Natural History, New York.


CMDT: Centre de Documentacin i Museu Textil, Terrassa, Espaa.
MMA: Metropolitan Museum of Art.
MALI: Museo de Arte de Lima.
MAA-CCSM: Museo de Arqueologa y Antropologa del Centro Cultural de San Marcos.
MFAB: Museum of Fine Arts, Boston.
MNAAHP: Museo Nacional de Arqueologa, Antropologa e Historia del Per.
PMH: Peabody Museum, Harvard.
TBM: The Broklyn Museum.
WCM: World Cultures Museum, Goteborg.

126

También podría gustarte