La Industria Musical en Una Era de Distribución Digital PDF
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19 ensayos
fundamentales sobre
cmo internet
est cambiando
nuestras vidas
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La industria musical en una era
de distribucin digital
Patrik Wikstrm
Investigador titular del ARC Centre of Excellence of Creative Industries and Innovation,
Queensland University of Technology
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La comunicacin y la cultura La industria musical en una era de distribucin digital Patrik Wikstrm 5
Patrik Wikstrm
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Ilustracin
Emiliano Ponzi
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Patrik Wikstrm
Patrik Wikstrm es investigador titular del ARC Centre of
La comunicacin y la cultura
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La industria musical en una era
de distribucin digital
Patrik Wikstrm
En 1999 la industria global de la msica grabada llevaba ms de un cuarto de siglo
disfrutando de un largo periodo de expansin. En 1974 se haban vendido aproxi-
madamente 1.000 millones de discos en todo el mundo y cuando termin el siglo
esta cifra se haba ms que triplicado. A finales de la dcada de 1990 los directivos
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basaban fundamentalmente en el control de la distribucin fsica. Internet ha vuelto
cada vez ms irrelevante la distribucin musical fsica y las principales compaas
afectadas han tenido que redefinirse para sobrevivir. En este artculo examinar el
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impacto de internet en la industria musical y el estado actual de dicho sector en la
era de la distribucin digital.
financiara una grabacin en estudio, lo que abrira al intrprete las puertas del sis-
tema internacional de distribucin discogrfica, algo que quedaba fuera del alcance
de la mayor parte de las bandas sin contrato. El segundo sector, el de las licencias
musicales, era mucho ms pequeo y convencional que el sector de la industria dis-
cogrfica. Las editoriales musicales, que operaban en este negocio, trabajaban sobre
todo con otras empresas de la industria, sin ninguna interaccin directa con el pblico.
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Su principal responsabilidad consista en recaudar derechos de licencia cuando se
usaba una de sus canciones en cualquier contexto y en asegurarse de que dichos de-
rechos se distribuan de forma justa entre compositores y letristas. El tercer sector, el
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de la msica en vivo, generaba sus propios ingresos con la venta de entradas para con-
ciertos. Aunque la msica en directo tiene una historia larga y rica, durante el sigloxx
le toc estar siempre a la sombra de la industria discogrfica. Quedaba claro que los
mayores ingresos procedan de las ventas dediscos, y los sellos discogrficos por lo
general consideraban las giras de conciertos un medio de promocionar los lbumes
de estudio, sin importarles si la gira era o no rentable. A veces, incluso la discogrfica
Esta estructura industrial, incluidas las relaciones entre los tres sectores, se
desarroll a mediados del siglo xx y estaba profundamente afianzada cuando sur-
gi de repente internet y puso en jaque a todo el sistema. Los efectos a corto plazo
de internet en la industria musical se dejaron sentir sobre todo en la distribucin de
msica grabada entre los consumidores. Ello significa que mientras las discogrfi-
cas se vean gravemente amenazadas por la prdida del control de la distribucin
y la rampante piratera online, los otros dos sectores, en principio, apenas se vieron
afectados. De hecho, mientras que las discogrficas han sufrido durante los lti-
mos 15 aos, los otros dos segmentos han ganado en fuerza y presencia. Hay varios
motivos para este cambio de equilibrios.
As, por ejemplo, los ingresos de las licencias musicales se han ms que dupli-
cado en los ltimos 15 aos debido al uso de nuevos procedimientos ms activos y
tambin al hecho de que la industria de los medios ha cambiado de modo similar a
la industria musical. Ahora hay muchsimos ms canales de televisin, emisoras de
La comunicacin y la cultura
radio, videojuegos, pginas web y otros sistemas de acceso que hace solo dos d-
cadas, y la mayora de ellos necesita msica como contenido primario o secundario.
Las editoriales musicales tambin han sido en general ms giles que las disco-
grficas a la hora de hacerse con la demanda de los nuevos canales de medios.
Claro ejemplo de cmo las editoriales musicales han cambiado sus prcticas co-
merciales son sus intentos de establecerse como un servicio integral de derechos
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de propiedad intelectual musical, que permite la concesin de todos los derechos
musicales con un nico contrato. Aunque puede parecer un servicio bastante ob-
vio, la industria musical tradicional no siempre lo ha tenido. Al contrario, haba una
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entidad legal que controlaba los derechos de la composicin y otra que se encar-
gaba de los derechos de grabacin de la obra musical, del master. Las compaas
musicales en la era de la distribucin digital cada vez con ms frecuencia controlan
el master y la composicin, lo que hace ms eficiente el proceso de concesin de
licencias. La industria de las licencias musicales durante los 15 ltimos aos ha
evolucionado hasta convertirse en el sector ms rentable de la industria musical y
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concretamente en la msica grabada y examinar cmo los nuevos modelos de
negocio en la distribucin musical pueden despejar el camino para la recuperacin
de la industria discogrfica.
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Un mercado de msica digital en expansin
A principios de siglo la industria musical puso todos los medios a su alcance para fre-
La primera compaa que consigui crear con xito un servicio online de ventas
y distribucin de msica dentro de la legalidad no operaba en la industria musical.
Se trataba de Apple Computer (como se llamaba entonces). En 2003 Apple con-
venci a los principales sellos discogrficos de que los consumidores de msica
compraran legalmente si se les ofreciera un servicio de muy fcil manejo que les
permitiera comprar y bajarse msica por menos de un dlar la cancin. El servicio
se denomin iTunes Music Store.
Por otro lado, iTunes tambin puede considerarse una innovacin muy comedida,
que se desarroll dejando prcticamente intactas las posiciones y las estructuras
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de poder de las discogrficas. Los propietarios de los derechos seguan controlan-
do su obra y las estructuras que establecan las regalas por cancin que se enva
eran predecibles y transparentes. Apple acert en su prediccin de la respuesta
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del consumidor y lo nico que podemos decir de iTunes Music Store es que ha sido
un enorme xito. En 2013 es el sitio de comercio musical mayor del mundo (offline
y online) y ha vendido ms de 25.000 millones de canciones desde su lanzamiento
en 2003. Este tipo de servicio ha evolucionado sustancialmente a lo largo de la d-
cada que lleva existiendo, y han surgido en el mercado de descargas digitales de
msica toda una serie de competidores que utilizan ms o menos el mismo modelo
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Figura 1
Volumen de ventas discogrficas entre 1973 y 2012
Nota: Digital incluye larga duracin y singles. Vinilo incluye LP y EP. No se incluyen DVD musicales. Fuente: IFPI (2013)
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Mientras los servicios de descargas digitales como iTunes Music Store intro-
ducen un cambio gradual en la lgica de la industria musical, hay muchos otros
servicios legales que son mucho ms radicales y, en consecuencia, bastante ms
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controvertidos. Estos servicios no permiten adquirir canciones sueltas a un precio
fijo, sino que ofrecen a los usuarios acceso libre a una enorme biblioteca musical.
En estos casos, los usuarios suelen pagar una suscripcin mensual que les permite
escuchar las canciones de la biblioteca que quieran y tantas veces como quieran.
Aunque a primera vista parece una propuesta muy atractiva, estos servicios
basados en acceso
Spotify fue fundada en 2006 por Daniel Ek y Martin Lorentzon con la ambicin de
crear un servicio de msica legal financiado mediante publicidad, que fuera gratui-
to para el usuario pero que generara ingresos por licencias para los propietarios de
los derechos.
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Spotify no era en absoluto el primer intento de crear un servicio legal capaz de
competir con los servicios ilegales de intercambio de archivos. La mayora de sus
predecesores haba fracasado estrepitosamente por diversos motivos, lo que ex-
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plica tambin por qu los propietarios de derechos con los que Spotify empez a
negociar no mostraron especial entusiasmo por participar en otro arriesgado pro-
yecto musical online ms. No obstante, a pesar del escepticismo inicial, el 7 de
octubre de 2008 la compaa anunci que, despus de dos aos de conversaciones
y negociaciones, haba firmado varios contratos con los ms destacados propieta-
rios de derechos de la industria musical para distribuir su msica al pblico de un
suscriptor de pago. Hasta la fecha, pocos servicios musicales han conseguido se-
mejante proeza. O bien la versin gratuita era tan buena que no motivaba a los
clientes a pasarse a un servicio de mayor calidad, o bien era tan deficiente que no
atraa a nadie. En el caso de Spotify se ha alcanzado un ndicede conversin de
aproximadamente el 20%, lo que significa que el 20% del total desus usuarios est
usando la versin premium y paga una suscripcin mensual.
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Spotify ha despertado un inters considerable en la industria musical de todo
el mundo, pero parte de este inters surge de la desconfianza o tiene por obje-
to criticar su modelo de negocio y sus mtodos. Las crticas se han centrado en
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gran medida en si el modelo freemium arriba explicado es sostenible a largo plazo,
aunque las ms duras se refieren al modo en que se reparten los ingresos con los
propietarios de los derechos en los diferentes niveles de la cadena de valor. Al me-
nos hay dos factores que propicia estas crticas. En primer lugar, las compaas
musicales llevan dcadas utilizando un modelo de regalas en el que el portador de
la licencia paga una cantidad fija por cancin vendida, interpretada o utilizada en
Los propietarios de los derechos insisten en que sus ingresos no pueden depen-
der de los resultados que obtenga el equipo de ventas de publicidad del servicio y
que este debe pagarles por la msica que distribuya a sus clientes. En el pasado, una
serie de proveedores de servicios basados en acceso se vieron obligados a firmar
contratos que han generado regalas fijas por cancin para los propietarios delos
derechos. Sin embargo, estos contratos dificultan sobremanera el desarrollo de
losservicios musicales basados en acceso, hasta el punto de que algunos pioneros
en este mercado no han sobrevivido mucho tiempo. Uno de los motivos por los que
Spotify se considera fundamental en la configuracin de la nueva economa musical
es que parece haber logrado convencer a las principales discogrficas de determi-
nados mercados de que compartan el riesgo del negocio y, en lugar de cobrar una
tarifa de licencia fija por tema, perciban una parte de los ingresos de Spotify, inde-
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empresa gener ms de 1.000 millones de dlares para propietarios de derechos de
todo el mundo, lo que, segn Spotify, demuestra que su modelo funciona.
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Sin embargo, aunque parece posible generar ingresos por servicios musicales
basados en acceso, la nueva estructura contractual supone un cambio radical en
la actitud de la industria de la msica respecto a los distribuidores, y esto susci-
ta una amplia controversia. Algunas de las crticas formuladas por intrpretes y
compositores se centran en el hecho de que el proveedor del servicio paga regalas
principalmente a las discogrficas y no a los compositores, msicos o intrpretes
Uno de los motivos por los que se ha producido este problema es el debate acer-
ca de la clasificacin de las regalas generadas por los servicios musicales basados
en acceso. Las empresas musicales (en este caso las discogrficas de toda la vida)
afirman que las regalas deben considerarse como ventas musicales por unidades,
lo que en este caso significara que los msicos deben recibir entre el 10% y el 20%
de los royalties abonados por las compaas. Los msicos, por su parte, contes-
tanque no pueden compararse en absoluto con las ventas de discos tradicionales,
y que deben tratarse como derechos de ejecucin: en tal caso, los msicos tendran
derecho al 50% de los ingresos y no al 20%. El conflicto afecta en gran medida a la
interpretacin de los contratos entre discogrficas y artistas firmados no solo an-
tes de que existiera Spotify, sino antes incluso de internet. La polmica acerca de
qu tipo de regalas debe generar un servicio demsica basado en internet puede
parecer un mero tecnicismo legal sin apenas implicaciones en el mundo real, pero
lo cierto es que se trata de una cuestin crucial que determinar la estructura del
futuro de la industria musical. Hay mucho en juego y no parece probable que los
distintos intereses en la industria musical lleguen fcilmente a un acuerdo sobre
un modelo que todas las partes consideren justo.
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cmo la industria cada vez se dirige ms hacia las prestaciones y servicios basados
en contexto.
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La experiencia de la escucha en tiempo real
Aunque los ingresos de las discogrficas por ventas han cado sustancialmente en
los ltimos 15 aos, eso no quiere decir que en todo el mundo se escuche menos
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El paso de la coleccin retrospectiva a la experiencia de la escucha en tiempo
real supone un cambio drstico en la relacin entre el oyente y la msica. Resta
importancia al recuerdo de experiencias musicales anteriores y desplaza el foco
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deatencin hacia el aqu y ahora. Es interesante observar el tipo de estructuras y de
conductas que emergen al desplazarse el consumo musical de la propiedad al acce-
so y de la coleccin al ahora suena. Amaral, Pereira de S y Kibby (2009), por ejemplo,
han demostrado que el oyente de msica cuida con esmero sus listas de reproduc-
cin para asegurarse de que no se cuele en ella algn tema que no encaje con la
imagen que de s mismo desea transmitir. Algunos servicios de msica basados en
Los servicios basados en acceso estn dando sus primeros pasos y an se sigue
investigando para dar con estructuras idneas de servicio y precio que les per-
mitan competir y sobrevivir. Actualmente, la competencia entre servicios se basa
en gran medida en el tamao de sus catlogos musicales, disponibilidad en dife-
rentes territorios y diferentes plataformas de mvil, etctera. Sin embargo, no es
descabellado suponer que al final todos estos servicios convergern de manera
simultnea en una oferta musical similar y estarn disponibles en todas las plata-
formas, abarcando ms o menos todas las canciones que se hayan grabado jams.
Siguiendo la lgica de la teora econmica bsica, la competencia entre servicios
o productos similares se centrar en el precio, los mrgenes de beneficio se aca-
barn reduciendo y solo sobrevivirn los operadores ms grandes, que competirn
entre s por situarse a la cabeza del oligopolio. En otras palabras, los servicios de
msica basados en acceso se convertirn en un mercado ms de consumo y se
comportarn de modo similar a los mercados del azcar o del petrleo.
Una vez el mercado alcance esta triste condicin y apenas quede espacio para
la innovacin y la diferenciacin a partir del mero modelo de acceso, es muy posi-
ble que los proveedores de msica online busquen otros modos de diferenciar sus
servicios y continuar siendo rentables. Una forma de conseguirlo es ir ms all del
modelo de mero acceso y crear servicios y funciones que proporcionen un contexto
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Mientras que la innovacin dentro del modelo de acceso conduce siempre y en
definitiva a la misma meta (acceso universal a todas las canciones que se hayan
grabado), en el modelo de contexto el destino final de esta innovacin no es tan
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predecible. Un proveedor de un servicio de msica basado en contexto tiene ms
posibilidades de desarrollar una ventaja competitiva a partir de funciones nicas e
innovadoras que si opera en un modelo de acceso.
y estilo muy diferentes de los de Heap. Bragg ha puesto en marcha una experiencia
orientada al contexto para sus admiradores, aunque en este caso tal vez el protagonis-
mo haya sido ms de los admiradores que del propio Bragg. Bragg reflexiona sobre su
relacin con sus seguidores, explica que lo que hace es proporcionar un marco social
para sus fans y aade que a algunos de los usuarios de su proyecto ni siquiera les gusta
su msica, pero s formar parte de una comunidad social (Baym, 2012).
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Otros msicos y productores se alejan mucho ms del formato tradicional de
cancin y crean aplicaciones para el mvil que permiten al usuario jugar con la m-
sica de distintas maneras. As, RjDj en Londres y Smule en San Francisco son dos
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ejemplos de organizaciones que han desarrollado este tipo de aplicaciones que
cuestionan las fronteras entre la msica y el videojuego interactivo. Estas tenden-
cias suscitan dudas sobre la definicin de industria musical y organizaciones
musicales. Pasarn las herramientas y el software para jugar con msica a ser con-
siderados parte vital de la industria musical? Se convertirn en un cuarto sector,
junto a la msica en vivo, las licencias musicales y la msica grabada? Y, de ser as,
les, adquieren mayor importancia. Para terminar, tambin hemos detallado cmo
cambian las relaciones entre el pblico y la msica al hilo de esta transformacin y
cmo los servicios y las funciones que permiten a los usuarios jugar con la msica
y no limitarse a escucharla se estn convirtiendo en centro de la atencin de la in-
dustria musical en la era digital.
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Referencias
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Friendship, Recommendation and
Consumption on a Music-
Based Social Network Site.
Presentado en la Conferencia
de la AOIR, Milwaukee,
Estados Unidos, 2009.
Baym, N.
Friends or Fans?: Seeing
Wikstrm, P.
The Music Industry: Music in the
Cloud, 2. ed. Cambridge:
Polity Press, 2013.
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