Ejercicios Narrativa Karrin
Ejercicios Narrativa Karrin
Ejercicios Narrativa Karrin
Gua de Ejercicios
El Gnero Narrativo
Caractersticas Generales.
Focalizaciones.
Tipos de Narradores.
Estilos Narrativos.
Tipos de Personaje.
Disposicin de los
acontecimientos.
Alteraciones de la
temporalidad.
Subgneros Narrativos.
Nombre:
2
Gnero narrativo
Presencia de un narrador
Relacin de los acontecimientos ubicados en una espacio y tiempo determinados
Presencia de personajes caracterizados fsica y psicolgicamente
Dinamismo (evolucin de los hechos y los personajes a lo largo de la historia)
Gnero narrativo
Relata acontecimientos
ficticios creados por un
escritor
Acontecimientos
Narrador
Novelista o cuentista
Ser ficticio que relata Se relacionan entre s,
los acontecimientos dinamismo y evolucin
Personajes
Narrador
Personajes
Tiempo
Espacio
Cada uno de estos elementos cumple un papel importante en la exposicin del relato literario. Veamos
primero al narrador de un texto narrativo literario:
1. NARRADOR: El narrador es el ser ficticio creado por el autor de un texto narrativo, que cumple la
funcin de intermediario en la entrega del relato por el autor al emisor. A travs del narrador, el autor
organiza y da forma internamente a la narracin, remitindonos a un mundo ficticio, cuya realidad es
independiente del mundo real, es decir, creada o recreada a partir de ste por medio del lenguaje, de la
palabra expresiva; en distintos niveles de representacin.
Relacin entre Escritor y Narrador
Este ser ficticio se caracteriza por tener un punto de vista, perspectiva o focalizacin en relacin con
los hechos que relata.
A. Focalizacin: Consiste en el ngulo de visin o foco desde el que narra los hechos. De acuerdo con
esto, el narrador tiene distinta participacin en los hechos y distintos grados de conocimiento con
respecto a estos. Los puntos de vista o focalizaciones del narrador son los siguientes:
Focalizacin cero: se identifica con el narrador omnisciente. La narracin se sita fuera de los
acontecimientos, teniendo una visin directa de ellos y un conocimiento acabado de los personajes.
Ejemplo
Ejemplo
Focalizacin externa: el narrador se ubica fuera de los hechos y personajes en un sentido limitado.
Ejemplo
-Ven ac, Hctor, que aqu te espero- grit, rojo de furor, Aquiles.
-Ya voy, por los dioses que ya voy- replic Hctor mientras retroceda
velozmente.
Entonces Aquiles arroj su broncnea lanza, la cual atraves el escudo y la
armadura del troyano, el cual cay de rodillas en el campo, arrojando lejos
de s su espada.
Como ya sabemos, quien crea una obra literaria es el autor o escritor, que es en definitiva un ser real,
un hombre o mujer comn y corriente cuyo oficio es escribir; sin embargo, en la narracin quien nos
cuenta esa historia creada por el escritor es un ser ficticio que nace en la pluma del artista, a este ser
ficticio denominamos comnmente narrador.
4
El narrador se puede clasificar desde distintos puntos de vista; de acuerdo a su grado de participacin
en los hechos lo podemos clasificar de la siguiente manera:
Narrador protagonista: este tipo de narrador cuenta los hechos en primera persona; el
universo representado est organizado en torno a su accionar, por lo mismo, cuenta su propia
historia. El relato, en consecuencia, es personalizado y subjetivo. El narrador y el protagonista se
funden en una sola entidad ficticia, desempeando los roles de manera simultnea.
Ejemplo
Entre Antioquia y Sopetrn, en las orillas del ro Cauca estaba yo fundando
una hacienda. Me acompaaba en calidad de mayordomo Simn Prez, que
era todo un hombre, pues ya tena treinta aos, y veinte de ellos los haba
pasado en lucha tenaz y brava con la naturaleza, sin sufrir jams grave
derrotaUn sbado en la noche, despus del pago de los peones, nos
quedamos Simn y yo conversando en el corredorQue pase el aserrador,
Jess del Corral.
persona; en consecuencia, lo que narra le ocurre a otro, siendo un mero espectador del acontecer.
Est en la lnea intermedia de la subjetividad y la objetividad.
2. Si el narrador se sita fuera de la historia, sin formar parte del relato, lo denominamos narrador
heterodiegtico. El concepto de heterodiegtico lo entendemos de la siguiente manera: hetero:
diferente; digesis: historia. Este tipo de narrador relata el acontecer desde fuera, narrando, por lo
general, en tercera persona. Se caracteriza por poseer un mayor grado de objetividad y distanciamiento
en relacin con los hechos narrados. Se puede clasificar en:
Narrador omnisciente: este narrador se caracteriza por conocer todo respecto al mundo
creado. Se entiende como una especie de dios que conoce al detalle todo lo que ocurre,
ocurri y ocurrir; adems, posee un conocimiento cabal de los personajes tanto en sus
aspectos externos como internos.
Tiene el poder de influir en el lector respecto de la simpata o antipata por ciertos personajes
o hechos, al tomar partido a favor o en contra de ellos, sin embargo, intenta presentar
objetivamente el mundo creado.
Ejemplo
Se mir las manos llenas de araazos. Se mir las piernas flacuchentas
y los pies enormes en los zapatos de tenis, () y se avergonz de s
misma. Un impulso la hizo correr a casa, con el corazn aturdindola por
el golpeteo sordo de la emocin. Lleg a su pieza anhelante (), ardiendo
las mejillas, deslumbrados los ojos.
Narrador objetivo: este tipo de narrador registra exclusivamente lo que ocurre en el exterior
del mundo representado, asumiendo el rol de una cmara de cine.
Ejemplo
El no contest, entraron al bar. l pidi un whisky con agua; ella pidi un
whisky con agua. l la mir; ella tena un gorro de terciopelo negro
apretndole la pequea cabeza; sus ojos se abran, oscuros, en una zona
5
azul; ella se fij en la corbata de l, roja, con las pintas blancas sucias,
con el nudo mal hecho.
Eduardo Mallea: Conversacin
C. Estilos narrativos
Con el fin de recrear el mundo, el narrador organiza el relato por medio de distintos tipos de discursos.
En general se distinguen tres tipos de discursos o estilos narrativos que son: Directo, Indirecto e
Indirecto libre. Los modos narrativos tienen a revelar datos acerca del narrador, en relacin con el
dominio y el grado de conocimiento que posee de los hechos.
Estilo o modo narrativo directo: en este etilo de narracin, el narrador introduce el dilogo de
los personajes, dejando que ellos mismos hablen o se expresen, les cede la voz del relato, de
manera que se reproducen sus parlamentos con sus propias palabras.
Ejemplo
El sujeto se acerc titubeante a la mujer y le dijo: Sabes bien que te he
querido siempre. Sabes bien adems que jams te dejara. Pero algo me
impide abandonar a mi esposa y a mis hijos. Es mejor que nos despidamos
para siempre.
Estilo o modo narrativo indirecto: en este caso, el narrador domina el relato, incorporando el
Ejemplo
El sujeto se acerc vacilante a ella y le dijo que siempre la haba querido y
que jams la haba dejado. Agreg que, sin embargo, no poda dejar a su
familia y que, por lo tanto, deban separarse para siempre.
Estilo o modo indirecto libre: en este estilo el narrador fusiona el modo directo con el
indirecto, hablando desde el interior del personaje, transmitiendo la interioridad de stos.
Ejemplo
D. Espacio y tiempo
los acontecimientos, todo, de acuerdo a los conflictos que se planteen: amor, confianza,
odio, venganza, desilusin, etc.
que se desarrollan los acontecimientos. De este modo, los personajes pertenecen a un sector
social, poseen un nivel intelectual y cultural.
El tiempo narrativo: es el tiempo ficticio en el que se desarrollan los acontecimientos en el relato, por
no corresponder al tiempo real organiza las acciones de modo peculiar. El tiempo de un relato puede
representarse explcitamente o bien sugerido. En el caso de la representacin explcita recibe el
nombre de tiempo referencial histrico, y en el caso del sugerido, el narrador intenta mostrar un
ambiente contemporneo a los lectores.
E. Personajes
Los personajes corresponden a seres ficticios que estn presentes en el mundo de la narracin
literaria. Son ellos quienes mueven la accin. Se presentan, existiendo en un espacio fsico y estn
condicionados por su entorno, las causas que los motivan a actuar son sus motivaciones y deseos. Los
personajes pueden ser clasificados desde distintos puntos de vista, a continuacin te presentamos la
clasificacin ms recurrente.
Clasificacin de
personajes
Tipos de personajes
Segn su importancia en el acontecer
Personaje principal: el o los personajes principales se destacan con respecto a los dems
Planos: presentan solo un rasgo destacado. Se les reconoce por una sola cualidad, no
siendo individuos de ciertos rasgos y conductas y, a medida que la accin transcurre, modifican
su comportamiento, llegando en algunos casos a ser totalmente distintos.
El narrador comienza a relatar los hechos en un momento determinado. De acuerdo con ello,
clasificamos el relato de la siguiente manera:
Narracin o relato Ab- Ovo: en este caso el narrador sita como punto de partida del relato
Disposicin de los
acontecimientos
G. ALTERACIONES DE LA TEMPORALIDAD
El orden temporal del relato en muchos casos es alterado por el narrador quien rompe el orden lgico
lineal de la historia, disponiendo el discurso narrativo de diversas formas. Esas rupturas temporales
reciben el nombre de ANACRONAS. La anacrona es un recurso temporal que posibilita la
desorganizacin del orden lgico temporal. En este sentido, se rompe el orden del relato
introducindose hechos nuevos con una cronologa distinta a la natural.
Existen dos formas de anacrona: la analepsis y la prolepsis.
Flash-back: corresponde a un retroceso temporal breve y a un retorno rpido al presente, hecho por el
narrador o por un personaje.
Racconto: corresponde a un retroceso extenso en el tiempo y un retorno al presente, recordando
hechos directamente a travs de los personajes.
Prolepsis: corresponde a una mirada del narrador hacia el futuro. Se narra un acontecimiento
que ocurrir despus del tiempo en que se est llevando a cabo el relato.
La prolepsis la podemos clasificar de la dos formas: fash-forward y premonicin.
2. De acuerdo a su importancia a lo largo del relato los personajes se pueden clasificar en:
Voz ficticia
que relata la
historia
4. El espacio narrativo se puede clasificar de la siguiente manera:
II-. Lea los siguientes textos y realice las actividades que se indican
Texto 1
Suelo decirme a m mismo: Tu destino no tiene igual; comparados contigo los dems hombres,
son felices; porque jams mortal alguno se vio atormentado como t. Entonces, leo cualquier
poeta antiguo, y me parece que es libro mi propio corazn. Qu? An me queda tanto por sufrir? Y
antes que yo, ha habido ya hombres tan desgraciados?
Goethe: Werther.
Texto 2
-.Aunque procuraba prestar la mayor atencin, no entenda nada; no obstante, se esforzaba, tomando notas, llenando
de ellas los cuadernos, y no perda una sola clase. Cumpla con su obligacin de la misma manera que el caballo de
una noria da vueltas con los ojos vendados, sin enterarse de la tarea que realiza
Texto 3
-.El sol entredoraba las azoteas salidizas de la Segunda Seccin de Polica pasaba por la calle una que otra gente-, la
Capilla Protestante se vea una que otra puerta abierta, y un edificio de ladrillo que estaban construyendo los
masones.
Texto 4
-Est chiflado- dijo el obrero.
-Ahora la gente se vuelve chiflada dijo la mujer.
-Habra sido mejor llevarlo a la oficina- aadi el del batn.
El mdico que la examin asegur que no era nada, probablemente haba sido mordida por una
chgara viciosa. Sin embargo, pasaron los das y la llaga no cerraba. Al cabo de un mes el mdico
haba llegado a la conclusin de que la chgara se haba introducido dentro de la carne blanda de la
pantorrilla, donde haba evidentemente comenzado a engordar. Indic que le aplicaran un sinapismo
para que el calor la obligara a salir.
Seale a qu tipo de modo narrativo y estilo corresponde cada uno de los ejemplos que se dan a continuacin.
a) Pedro lleg y le dijo: estoy feliz de trabajar en esta ciudad, me siento como en casa.
b) Pedro lleg y le dijo que estaba feliz de trabajar en aquella ciudad, se senta como en casa.
c) Pedro lleg. Estaba feliz de trabajar en aquella ciudad, se senta como en casa.
A continuacin se presenta un fragmento de La Odisea, seale, resumiendo las acciones, el tiempo del relato y el tiempo de la hi
storia.
1.
-Me siento mareada como si me fuera a caer.
-Has estado muy enferma. Necesitas comer bien y descansar
-No puedo hacer esto sola, Tao. Por favor, no me dejes todava
-Tengo un contrato, el capitn me har buscar.
-Y quin cumplir la orden? Todos los barcos estn abandonados. No queda nadie a bordo.
A. Directo
B. Indirecto
C. Indirecto libre
D. Interna
2.
Tao Chien haba averiguado con los cargadores que la ciudad estaba dividida en sectores y
cada nacionalidad ocupaba un vecindario. Le advirtieron que no se acercara al lado de los
rufianes australianos.
A. Directo
B. Dialogado
C. Indirecto
D. Indirecto libre
3.
Cuando Ro vuelve a despertar, la pieza est colmada de sol. Se halla solo en su cama. Le
duele la cabeza ()Ro se sienta de un salto, pone sus pies en el suelo, se levanta con un
sacudn de la orilla de la cama y se pone la camisa y los pantalones. Desea otro minuto a
solas antes de hablar con ella.
A. Estilo narrativizado
B. Estilo narrativizado libre
C. Estilo indirecto
D.
. Estilo indirecto libre
4
En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo viva
un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocn flaco y galgo corredor. Una olla de
algo ms vaca que carnero, salpicn las ms noches, duelos y quebrantos los sbados, lentejas
los viernes, algn palomino de aadidura los domingos, consuman las tres cuartas partes de su
hacienda.() Frisaba la edad de nuestro hidalgo los cincuenta aos. Era de complexin recia,
seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza
Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha
Qu podemos afirmar con respecto al narrador?
5. .. Al parecer Augusto a la puerta de su casa extendi el brazo derecho, con la mano palma abajo
y abierta, y dirigiendo los ojos al cielo quedse un momento parado en esta actitud estatutaria y
augusta. No era que tomaba posesin del mundo exterior, sino que observaba si llova
I. Directo
II. Indirecto
III. Omnisciente
IV. De tercera persona
A. I y III
B. II y IV
C. I, II y III
D. II, III y IV
6.
Cmo y por qu motivo llegu hasta aqu? Por los mismos motivos por los que he llegado a
tantas partes. Es una historia larga y lo que es peor, confusa. La culpa es ma: nunca he podido
pensar como pudiera hacerlo un metro, lnea tras lnea, centmetro tras centmetro, hasta llegar a
ciento o a mil; y mi memoria no es mucho mejor: salta de un hecho a otro y toma a veces los que
aparecen primero, volviendo sobre sus pasos slo cuando los otros, ms perezosos o ms densos,
empiezan a subir a su vez desde el fondo de la vida pasada
A. Testigo
B. Personaje
C. Protagonista
D. Omnisciente
7.
Se haba apartado de sus compaeros y extraviado su caballo, por eso caminaba solo aquella
tarde un joven soldado espaol perdido en medio de una tierra extraa.
Saba que era una tierra hostil, pero no senta temor, sino asombro y contemplaba sin recelo,
maravillado, el imponente paisaje.
A. Protagonista
B. Omnisciente
C. Objetivo
D. Testigo
8. En la poca en que principiaba la historia, la familia acababa de celebrar con un magnfico baile
la llegada de Europa de la del joven Agustn, que haba trado del viejo mundo gran acopio de ropa
y alhajas, en cambio de los conocimientos que no se haba cuidado de adquirir en su viaje.
A. Testigo
B. Personaje
C. De conocimiento relativo
D. Omnisciente
9. Pequeo, amoratado, Fertunino haba aparecido al final del pasillo que desembocaba en el
patio de recreo. Los pasitos breves y chuecos, como de pato, que lo acercaban interrumpan
abusivamente el silencio que haba reinado de improvisto, sorprendindome.
Mario Vargas Llosa: Los Jefes
A. Protagonista
B. Personaje
C. Testigo
D. De conocimiento relativo
10. El Moro acerc su cabezota y me dijo algo al odo; para disimular le di un terrn de azcar
que tena en la mano. Afortunadamente nadie oy, de lo contrario hubieran pensado que yo
estaba loco, porque la gente no habla con los animales (o los animales no hablan con la gente,
todo es cuestin de puntos de vista).
Eduardo Gudio: El Moro
11.
As estaban las cosas. Me daba pena, pero no poda hacer nada al respecto, porque siempre
tropezaba con dos ideas fijas: su locura por Amrica del Sur y el hecho de que no le gustaba
Paris. La primera idea la sac de un libro, y supongo que la segunda provena tambin de algn
libro.
-Bien le dije-, tengo que subir a enviar unos cables.
-De veras?
-S, tengo que mandar unos cables.
-Te importa si subo y me quedo por ah en tu despacho?
-No, sube.
Se sent en la antesala leyendo los peridicos y el Editor and Publisher mientras yo trabajaba
con ahnco durante dos horas.
A. Interna
B. Externa
C. Cero
D. Omnisciente
A. Directo
B. Indirecto
C. Indirecto simple
D. Indirecto libre
13. El narrador del fragmento es
A. Protagonista
B. Testigo
C. Omnisciente
D. De conocimiento relativo
14. Como independientes de l (dos palomas), sus manos revolotearon en el aire limpio de
la maana y fueron a juntarse sobre el misal () Pero el sacerdote no pensaba en el
Espritu Santo, ni en palomas.
Pensaba: no tengo escapatoria
A. Personaje
B. Protagonista
C. Omnisciente
D. De conocimiento relativo
A. Directo
B. Indirecto
C. Indirecto simple
D. Indirecto libre
A. Interna
B. Externa
C. Omnisciente
D. Cero
Como gneros histricos o subgneros del gnero narrativo podemos sealar una gran diversidad de
manifestaciones. Podemos contar entre ellas: las novelas de caballera, la novela picaresca, los cuentos
fantsticos, los microcuentos y los cuentos maravillosos. En esta ocasin trataremos las creaciones
ms relevantes y representativas del gnero narrativo.
explicar, por medio de la intuicin, el origen del mundo, de la naturaleza y del hombre. El
mito, como patrimonio fundamental de la literatura de un pueblo, crea identidad y
fundamenta las creencias de una comunidad o un pueblo; sin embargo, el mito logra
carcter universal debido a que trata de cuestiones originarias e importantes para cualquier
hombre independientemente de su raza o cultura.
Los mitos narran generalmente las aventuras de los dioses como actores principales de los
orgenes del universo y el gnero humano. En las comunidades primitivas es considerado
como una verdad absoluta y de carcter sagrado. Adems, por medio del mito, el ser
humano crea la imagen de lo divino, acercndose a los dioses en una relacin estrecha y
personificada.
La leyenda: al igual que el mito, es una expresin literaria primordial de carcter oral. En
Poema pico: corresponde a un tipo de poema narrativo que relata las hazaas de los
guerreros o los dioses benefactores. En este tipo de creacin se narran acciones heroicas de
los dioses o de un hroe vinculadas con la historia de un pueblo, fundindose con las
creaciones legendarias. Generalmente se establece una relacin estrecha entre un personaje
o acontecimiento real con la ficcin, reconstruyendo un mundo anterior inexistente. El
carcter ficticio se visualiza en las acciones de los hroes, que son dotados de condiciones y
fuerzas hiperblicas, capacitndolos para realizar acciones extraordinarias.
Generalmente, las acciones extraordinarias son protagonizadas por un solo hroe. Un rasgo
comn de las epopeyas es el recurso de lo maravilloso, es decir, la intervencin de
personajes y acontecimientos sobrenaturales como pertenecientes al mundo cotidiano. La
epopeya, al relatar hechos del pasado, puede considerarse como la primera forma de
narracin histrica.
Entre las principales obras podemos sealar: La odisea y La iliada, La eneida, La
araucana.
Cantar de gesta: forma literaria narrativa de la poca medieval, en que se cuentan las
hazaas de un pueblo. En este sentido, el trmino gesta debe entenderse como accin,
hecho heroico o hazaa, protagonizados por hroes caballerescos. Este tipo de narracin
interpreta la realidad de manera heroica, como una lucha permanente dentro de un campo
de batalla santo, es decir como una guerra religiosa. Junto con lo anterior, se puede decir
que los cantares de gesta tiene como funcin principal entretener al pblico, aadiendo una
enseanza ejemplificadora de herosmo y lealtad.
Fbula: son un tipo de relato caracterstico de la edad media, cuya funcin principal es
Romance: los cantares de gesta fueron largas composiciones narrativas, de estas surgen los
romances, que son narraciones de los fragmentos ms interesantes de los cantares de gesta.
Estos fragmentos histricos adquieren vida independiente y se les denomina romances. Los
romances, adems, son creaciones que se caracterizan por el uso de la lengua popular
derivada del latn y, a partir del siglo XVI se denomina romance a un tipo de poesa narrativa
popular que expresaba los ideales y sentimientos de un pueblo.
Parbola: es un tipo de relato que junto con la fbula intentan entregar una enseanza
moral. Corresponde a un relato sencillo con carcter simblico, del que se puede deducir
una enseanza moral por analoga. En este sentido se entrega una idea o principio espiritual
ejemplificndolo con algn aspecto del mundo natural, sin que se presente la personificacin
de animales.
Cuento: consiste en una creacin narrativa ficticia que se caracteriza por la brevedad,
unidad y concisin. La unidad del cuento est determinada por el acontecimiento que relata,
por lo mismo, el cuento fija la atencin del lector sobre el hecho o acontecimiento narrado,
subordinando todo lo dems al suceso principal.
En el cuento, debido a su brevedad, se manifiesta un predominio de la accin sobre la
descripcin o el dilogo.
nace en las ideas de un editor, Hugo Gernsback, quien selecciona un tipo de relato para una
revista literaria que se caracterizaran por su homogeneidad temtica. El tipo de relato
seleccionado no estaran constituidos por temas amorosos, ni de sexo, ni de aventuras, sino
de cientificcin. Las caractersticas principales de los relatos de ciencia ficcin es la inclusin
de hechos cientficos y visiones profticas del porvenir de la humanidad.
Novela: es un tipo de texto narrativo literario que se caracteriza por presentar mundos
elaborados y complejos en los que los personajes se desplazan. Tiene sus orgenes ms
directos en las obras picas. Se reconoce a Miguel de Cervantes, con El Ingenioso Hidalgo
Don Quijote deCUENTO NOVELA
la Mancha, como el iniciador de la novela moderna.
Brevedad: crea un mundo narrativo Su temtica corresponde a un
Cuadro comparativo
reducido, resultando ser de una entre Cuento
mundoy Novela fragmentado,
extensin breve. Esto se debe individualizado
porque, por lo general, la accin que
transcurre es una, en un nico En general, contiene temas de la
vida cotidiana
espacio y con la participacin de
pocos personajes. Lo anterior es
Su temporalidad suele ubicarse en
conocido con el nombre de unidad
el presente contemporneo
tonal.
Sus personajes no son heroicos, su
Organizacin de los elementos
narrativos: junto con la extensin, grandeza es relativa o no la poseen,
importa como el narrador organiza tienen problemas comunes y son
los acontecimientos para alcanzar sometidos a pruebas para
cierto efecto. De este modo, un demostrar sus valores y conducta
cuento puede organizarse
cronolgicamente desde el principio Pese a la gran cantidad de
de la historia, desde el centro (in personajes que suele tener, siempre
media res), o desde el final (in hay una coherencia interna
extrema res). Lo principal en la
organizacin es despertar el inters Presenta una historia compleja, en
del lector impulsndolo a continuar. la que ahonda con detalle.
A. II y III
B. II y IV
C. I y III
D. I y IV
Texto I
Esta es la relacin de cmo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmvil, callado, y vaca la
extensin del cielo.
Esta es la primera relacin, el primer discurso. No haba todava un hombre, ni un animal, pjaros, peces, cangrejos,
rboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: slo el cielo exista.
No se manifestaba la faz de la tierra. Slo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensin.
No haba nada que estuviera en pie; slo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No haba nada dotado de
existencia.
Solamente haba inmovilidad y silencio en la obscuridad, en la noche. Slo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz,
los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se le s
llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera exista el cielo y tambin
el Corazn del Cielo, que ste es el nombre de Dios. As contaban.
Lleg aqu entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la obscuridad, en la noche, y hablaron entre s
Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre s y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y
su pensamiento.
Entonces se manifest con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera deba aparecer el
hombre.
Texto II
Cuando los Selknam habitaban Tierra de Fuego se agrupaban en diversas tribus, dos de ellas se encontraban en gran
conflicto, los jefes de ambas comunidades se odiaban hasta la muerte. Uno de ellos tena un joven hijo, que gustaba de
recorrer los campos. En una ocasin se encontr con una bella nia de ojos negros intensos y se enamor de ella.
Lamentablemente, era la hija del enemigo de su padre, la nica manera de verse era a escondidas, pero el brujo de la
tribu de la nia los descubri. Vio sin embargo, que no podra separarlos y conden a la nia, transformndola en una
planta que conserv toda la belleza de sus ojos negros, pero con espinas, para que el joven enamorado no pudiera
tocarla. Pero el amor era tan fuerte que el joven nunca se separ de esta planta y muri a su lado.
Por eso cada quien que logre comer el fruto de este arbusto estar destinado a regresar a la Patagonia, pues uno no
puede separarse del poder de amor que hay en el calafate, nos atrae a l y no nos permite que nos marchemos por
mucho tiempo.
Texto I Texto II
Dorma tranquilamente un len, cuando Un guerrero indio se encontr un huevo
un ratn empez a juguetear encima de de guila, el cual recogi del suelo y
su cuerpo. Despert el len y coloc ms tarde en el nido de una
rpidamente atrap al ratn; y a punto gallina. El resultado fue que el
de ser devorado, le pidi ste que le aguilucho se cri junto a los polluelos.
perdonara, prometindole pagarle
cumplidamente llegado el momento As, creyndose ella misma gallina, el
oportuno. El len ech a reir y lo dej guila se pas la vida actuando como
marchar. stas. Rascaba la tierra en busca de
semillas e insectos con los cuales
Pocos das despus unos cazadores alimentarse. Cacareaba y cloqueaba. Al
apresaron al rey de la selva y le ataron volar, bata levemente las alas y agitaba
con una cuerda a un frondoso rbol. escasamente su plumaje, de modo que
Pas por ah el ratoncillo, quien al oir apenas se elevaba un metro sobre el
los lamentos del len, corri al lugar y suelo. No le pareca anormal; as era
roy la cuerda, dejndolo libre. como volaban las dems gallinas.
Moraleja
Narrador, focalizacin
Modo narrativo
A mitad del largo zagun del hotel pens que deba ser tarde y se apur a salir a la calle y sacar la
motocicleta del rincn donde el portero de al lado le permita guardarla. En la joyera de la esquina vio
que eran las nueve menos diez; llegara con tiempo sobrado adonde iba. El sol se filtraba entre los
altos edificios del centro, y l -porque para s mismo, para ir pensando, no tena nombre- mont en la
mquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un viento fresco le chicoteaba
los pantalones.
Dej pasar los ministerios (el rosa, el blanco) y la serie de comercios con brillantes vitrinas de la calle
Central. Ahora entraba en la parte ms agradable del trayecto, el verdadero paseo: una calle larga,
bordeada de rboles, con poco trfico y amplias villas que dejaban venir los jardines hasta las aceras,
apenas demarcadas por setos bajos. Quiz algo distrado, pero corriendo por la derecha como
corresponda, se dej llevar por la tersura, por la leve crispacin de ese da apenas empezado. Tal vez
su involuntario relajamiento le impidi prevenir el accidente. Cuando vio que la mujer parada en la
esquina se lanzaba a la calzada a pesar de las luces verdes, ya era tarde para las soluciones fciles.
Fren con el pi y con la mano, desvindose a la izquierda; oy el grito de la mujer, y junto con el
choque perdi la visin. Fue como dormirse de golpe.
Volvi bruscamente del desmayo. Cuatro o cinco hombres jvenes lo estaban sacando de debajo de la
moto. Senta gusto a sal y sangre, le dola una rodilla y cuando lo alzaron grit, porque no poda
soportar la presin en el brazo derecho. Voces que no parecan pertenecer a las caras suspendidas
sobre l, lo alentaban con bromas y seguridades. Su nico alivio fue or la confirmacin de que haba
estado en su derecho al cruzar la esquina. Pregunt por la mujer, tratando de dominar la nusea que
le ganaba la garganta. Mientras lo llevaban boca arriba hasta una farmacia prxima, supo que la
causante del accidente no tena ms que rasguos en las piernas. "Ust la agarr apenas, pero el
golpe le hizo saltar la mquina de costado..."; Opiniones, recuerdos, despacio, ntrenlo de espaldas,
as va bien y alguien con guardapolvo dndole de beber un trago que lo alivi en la penumbra de una
pequea farmacia de barrio.
La ambulancia policial lleg a los cinco minutos, y lo subieron a una camilla blanda donde pudo
tenderse a gusto. Con toda lucidez, pero sabiendo que estaba bajo los efectos de un shock terrible, dio
sus seas al polica que lo acompaaba. El brazo casi no le dola; de una cortadura en la ceja goteaba
sangre por toda la cara. Una o dos veces se lami los labios para beberla. Se senta bien, era un
accidente, mala suerte; unas semanas quieto y nada ms. El vigilante le dijo que la motocicleta no
pareca muy estropeada. "Natural", dijo l.
"Como que me la ligu encima..." Los dos rieron y el vigilante le dio la mano al llegar al hospital y le
dese buena suerte. Ya la nusea volva poco a poco; mientras lo llevaban en una camilla de ruedas
hasta un pabelln del fondo, pasando bajo rboles llenos de pjaros, cerro los ojos y dese estar
dormido o cloroformado. Pero lo tuvieron largo rato en una pieza con olor a hospital, llenando una
ficha, quitndole la ropa y vistindolo con una camisa griscea y dura. Le movan cuidadosamente el
brazo, sin que le doliera. Las enfermeras bromeaban todo el tiempo, y si no hubiera sido por las
contracciones del estmago se habra sentido muy bien, casi contento.
Lo llevaron a la sala de radio, y veinte minutos despus, con la placa todava hmeda puesta sobre el
pecho como una lpida negra, pas a la sala de operaciones. Alguien de blanco, alto y delgado se le
acerc y se puso a mirar la radiografa. Manos de mujer le acomodaban la cabeza, sinti que lo
pasaban de una camilla a otra. El hombre de blanco se le acerc otra vez, sonriendo, con algo que le
brillaba en la mano derecha. Le palme la mejilla e hizo una sea a alguien parado atrs.
Como sueo era curioso porque estaba lleno de olores y l nunca soaba olores. Primero un olor a
pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no
volva nadie. Pero el olor ces, y en cambio vino una fragancia compuesta y oscura como la noche en
que se mova huyendo de los aztecas. Y todo era tan natural, tena que huir de los aztecas que
andaban a caza de hombre, y su nica probabilidad era la de esconderse en lo ms denso de la selva,
cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que slo ellos, los motecas, conocan.
Lo que ms lo torturaba era el olor, como si aun en la absoluta aceptacin del sueo algo se revelara
contra eso que no era habitual, que hasta entonces no haba participado del juego. "Huele a guerra",
pens, tocando instintivamente el pual de piedra atravesado en su ceidor de lana tejida. Un sonido
inesperado lo hizo agacharse y quedar inmvil, temblando. Tener miedo no era extrao, en sus sueos
abundaba el miedo. Esper, tapado por las ramas de un arbusto y la noche sin estrellas. Muy lejos,
probablemente del otro lado del gran lago, deban estar ardiendo fuegos de vivac; un resplandor rojizo
tea esa parte del cielo. El sonido no se repiti. Haba sido como una rama quebrada. Tal vez un
animal que escapaba como l del olor a guerra. Se enderez despacio, venteando. No se oa nada, pero
el miedo segua all como el olor, ese incienso dulzn de la guerra florida. Haba que seguir, llegar al
corazn de la selva evitando las cinagas. A tientas, agachndose a cada instante para tocar el suelo
ms duro de la calzada, dio algunos pasos. Hubiera querido echar a correr, pero los tembladerales
palpitaban a su lado. En el sendero en tinieblas, busc el rumbo. Entonces sinti una bocanada del
olor que ms tema, y salt desesperado hacia adelante.
-Se va a caer de la cama -dijo el enfermo de la cama de al lado-. No brinque tanto, amigazo. Abri los
ojos y era de tarde, con el sol ya bajo en los ventanales de la larga sala. Mientras trataba de sonrer a
su vecino, se despeg casi fsicamente de la ltima a visin de la pesadilla. El brazo, enyesado,
colgaba de un aparato con pesas y poleas. Sinti sed, como si hubiera estado corriendo kilmetros,
pero no queran darle mucha agua, apenas para mojarse los labios y hacer un buche. La fiebre lo iba
ganando despacio y hubiera podido dormirse otra vez, pero saboreaba el placer de quedarse despierto,
entornados los ojos, escuchando el dilogo de los otros enfermos, respondiendo de cuando en cuando
a alguna pregunta. Vio llegar un carrito blanco que pusieron al lado de su cama, una enfermera rubia
le frot con alcohol la cara anterior del muslo, y le clav una gruesa aguja conectada con un tubo que
suba hasta un frasco lleno de lquido opalino. Un mdico joven vino con un aparato de metal y cuero
que le ajust al brazo sano para verificar alguna cosa. Caa la noche, y la fiebre lo iba arrastrando
blandamente a un estado donde las cosas tenan un relieve como de gemelos de teatro, eran reales y
dulces y a la vez ligeramente repugnantes, como estar viendo una pelcula aburrida y pensar que sin
embargo en la calle es peor, y quedarse.
Vino una taza de maravilloso caldo de oro oliendo a puerro, a apio, a perejil. Un trocito de pan, ms
precioso que todo un banquete, se fue desmigajando poco a poco. El brazo no le dola nada y
solamente en la ceja, donde lo haban suturado, chirriaba a veces una punzada caliente y rpida.
Cuando los ventanales de enfrente viraron a manchas de un azul oscuro, pens que no iba a ser difcil
dormirse. Un poco incmodo, de espaldas, pero al pasarse la lengua por los labios resecos y calientes
sinti el sabor del caldo, y suspir de felicidad, abandonndose.
Primero fue una confusin, un atraer hacia s todas las sensaciones por un instante embotadas o
confundidas. Comprenda que estaba corriendo en plena oscuridad, aunque arriba el cielo cruzado de
copas de rboles era menos negro que el resto. "La calzada", pens. "Me sal de la calzada." Sus pies
se hundan en un colchn de hojas y barro, y ya no poda dar un paso sin que las ramas de los
arbustos le azotaran el torso y las piernas. Jadeante, sabindose acorralado a pesar de la oscuridad y
el silencio, se agach para escuchar. Tal vez la calzada estaba cerca, con la primera luz del da iba a
verla otra vez. Nada poda ayudarlo ahora a encontrarla. La mano que sin saberlo l, aferraba el
mango del pual, subi como un escorpin de los pantanos hasta su cuello, donde colgaba el amuleto
protector. Moviendo apenas los labios musit la plegaria del maz que trae las lunas felices, y la
splica a la Muy Alta, a la dispensadora de los bienes motecas. Pero senta al mismo tiempo que los
tobillos se le estaban hundiendo despacio en el barro, y al la espera en la oscuridad del chaparral
desconocido se le haca insoportable. La guerra florida haba empezado con la luna y llevaba ya tres
das y tres noches. Si consegua refugiarse en lo profundo de la selva, abandonando la calzada ms
all de la regin de las cinagas, quiz los guerreros no le siguieran el rastro. Pens en la cantidad de
prisioneros que ya habran hecho. Pero la cantidad no contaba, sino el tiempo sagrado. La caza
continuara hasta que los sacerdotes dieran la seal del regreso. Todo tena su nmero y su fin, y l
estaba dentro del tiempo sagrado, del otro lado de los cazadores.
Al lado de la noche de donde volva la penumbra tibia de la sala le pareci deliciosa. Una lmpara
violeta velaba en lo alto de la pared del fondo como un ojo protector. Se oa toser, respirar fuerte, a
veces un dilogo en voz baja. Todo era grato y seguro, sin acoso, sin... Pero no quera seguir pensando
en la pesadilla. Haba tantas cosas en qu entretenerse. Se puso a mirar el yeso del brazo, las poleas
que tan cmodamente se lo sostenan en el aire. Le haban puesto una botella de agua mineral en la
mesa de noche. Bebi del gollete, golosamente. Distingua ahora las formas de la sala, las treinta
camas, los armarios con vitrinas. Ya no deba tener tanta fiebre, senta fresca la cara. La ceja le dola
apenas, como un recuerdo. Se vio otra vez saliendo del hotel, sacando la moto. Quin hubiera
pensado que la cosa iba a acabar as? Trataba de fijar el momento del accidente, y le dio rabia advertir
que haba ah como un hueco, un vaco que no alcanzaba a rellenar. Entre el choque y el momento en
que lo haban levantado del suelo, un desmayo o lo que fuera no le dejaba ver nada. Y al mismo
tiempo tena la sensacin de que ese hueco, esa nada, haba durado una eternidad. No, ni siquiera
tiempo, ms bien como si en ese hueco l hubiera pasado a travs de algo o recorrido distancias
inmensas. El choque, el golpe brutal contra el pavimento. De todas maneras al salir del pozo negro
haba sentido casi un alivio mientras los hombres lo alzaban del suelo. Con el dolor del brazo roto, la
sangre de la ceja partida, la contusin en la rodilla; con todo eso, un alivio al volver al da y sentirse
sostenido y auxiliado. Y era raro. Le preguntara alguna vez al mdico de la oficina. Ahora volva a
ganarlo el sueo, a tirarlo despacio hacia abajo. La almohada era tan blanda, y en su garganta
afiebrada la frescura del agua mineral. Quiz pudiera descansar de veras, sin las malditas pesadillas.
La luz violeta de la lmpara en lo alto se iba apagando poco a poco.
Como dorma de espaldas, no lo sorprendi la posicin en que volva a reconocerse, pero en cambio el
olor a humedad, a piedra rezumante de filtraciones, le cerr la garganta y lo oblig a comprender.
Intil abrir los ojos y mirar en todas direcciones; lo envolva una oscuridad absoluta. Quiso
enderezarse y sinti las sogas en las muecas y los tobillos. Estaba estaqueado en el piso, en un suelo
de lajas helado y hmedo. El fri le ganaba la espalda desnuda, las piernas. Con el mentn busc
torpemente el contacto con su amuleto, y supo que se lo haban arrancado. Ahora estaba perdido,
ninguna plegaria poda salvarlo del final. Lejanamente, como filtrndose entre las piedras del
calabozo, oy los atabales de la fiesta. Lo haban trado al teocalli, estaba en las mazmorras del
templo a la espera de su turno.
Oy gritar, un grito ronco que rebotaba en las paredes. Otro grito, acabando en un quejido. Era l que
gritaba en las tinieblas, gritaba porque estaba vivo, todo su cuerpo se defenda con el grito de lo que
iba a venir, del final inevitable. Pens en sus compaeros que llenaran otras mazmorras, y en los que
ascendan ya los peldaos del sacrificio. Grit de nuevo sofocadamente, casi no poda abrir la boca,
tena las mandbulas agarrotadas y a la vez como si fueran de goma y se abrieran lentamente, con un
esfuerzo interminable.
El chirriar de los cerrojos lo sacudi como un ltigo. Convulso, retorcindose, luch por zafarse de las
cuerdas que se le hundan en la carne. Su brazo derecho, el mas fuerte, tiraba hasta que el dolor se
hizo intolerable y hubo que ceder. Vio abrirse la doble puerta, y el olor de las antorchas le lleg antes
que la luz. Apenas ceidos con el taparrabos de la ceremonia, los aclitos de los sacerdotes se le
acercaron mirndolo con desprecio. Las luces se reflejaban en los torsos sudados, en el pelo negro
lleno de plumas. Cedieron las sogas, y en su lugar lo aferraron manos calientes, duras como el
bronce; se sinti alzado, siempre boca arriba, tironeado por los cuatro aclitos que lo llevaban por el
pasadizo. Los portadores de antorchas iban adelante, alumbrando vagamente el corredor de paredes
mojadas y techo tan bajo que los aclitos deban agachar la cabeza. Ahora lo llevaban, lo llevaban, era
el final. Boca arriba, a un metro del techo de roca viva que por momentos se iluminaba con un reflejo
de antorcha. Cuando en vez del techo nacieran las estrellas y se alzara ante l la escalinata
incendiada de gritos y danzas, sera el fin. El pasadizo no acababa nunca, pero ya iba a acabar, de
repente olera el aire libre lleno de estrellas, pero todava no, andaban llevndolo sin fin en la
penumbra roja, tironendolo brutalmente, y l no quera, pero como impedirlo si le haban arrancado
el amuleto que era su verdadero corazn, el centro de su vida.
Sali de un brinco a la noche del hospital, al alto cielo raso dulce, a la sombra blanda que lo rodeaba.
Pens que deba haber gritado, pero sus vecinos dorman callados. En la mesa de noche, la botella de
agua tena algo de burbuja, de imagen traslcida contra la sombra azulada de los ventanales. Jade
buscando el alivio de los pulmones, el olvido de esas imgenes que seguan pegados a sus prpados.
Cada vez que cerraba los ojos las vea formarse instantneamente, y se enderezaba aterrado pero
gozando a la vez del saber que ahora estaba despierto, que la vigilia lo protega, que pronto iba a
amanecer, con el buen sueo profundo que se tiene a esa hora, sin imgenes, sin nada... Le costaba
mantener los ojos abiertos, la modorra era ms fuerte que l. Hizo un ltimo esfuerzo, con la mano
sana esboz un gesto hacia la botella de agua; no lleg a tomarla, sus dedos se cerraron en un vaco
otra vez negro, y el pasadizo segua interminable, roca tras roca, con sbitas fulguraciones rojizas, y
l boca arriba gimi apagadamente porque el techo iba a acabarse, suba, abrindose como una boca
de sombra, y los aclitos se enderezaban y de la altura una luna menguante le cay en la cara donde
los ojos no queran verla, desesperadamente se cerraban y abran buscando pasar al otro lado,
descubrir de nuevo el cielo raso protector de la sala. Y cada vez que se abran era la noche y la luna
mientras lo suban por la escalinata, ahora con la cabeza colgando hacia abajo, y en lo alto estaban
las hogueras, las rojas columnas de rojo perfumado, y de golpe vio la piedra roja, brillante de sangre
que chorreaba, y el vaivn de los pies del sacrificado, que arrastraban para tirarlo rodando por las
escalinatas del norte. Con una ltima esperanza apret los prpados, gimiendo por despertar.
Durante un segundo crey que lo lograra, porque estaba otra vez inmvil en al cama, a salvo del
balanceo cabeza abajo. Pero ola a muerte y cuando abri los ojos vio la figura ensangrentada del
sacrificador que vena hacia l con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanz a cerrar otra vez los
prpados, aunque ahora saba que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueo
maravilloso haba sido el otro, absurdo como todos los sueos; un sueo en el que haba andado por
extraas avenidas de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardan sin llama ni humo,
con un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas. En la mentira infinita de ese sueo
tambin lo haban alzado del suelo, tambin alguien se le haba acercado con un cuchillo en la mano,
a l tendido boca arriba, a l boca arriba con los ojos cerrados entre las hogueras.
Anlisis Narrativo
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Racconto
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Fsico
Psicolgico
Social
Personajes
Nombre Clasificacin (principal, secundario, Descripcin (prosopogrfica, etopyica)
plano, redondo, esttico o dinmico)