La Boda de Los Pequeños Burgueses

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La boda de los pequeos burgueses

LA BODA DE LOS PEQUEOS BURGUESES

Bertold Brecht

TALLER INTERPRETACIN 4A

E.S.A.D. CRDOBA. CURSO 2016/17


Prof. Jos Delgado

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La boda de los pequeos burgueses

LA BODA DE LOS PEQUEOS BURGUESES

Bertold Brecht
PERSONAJES

El padre de la novia.
La madre del novio.
La novia, Mara.
Su hermana, Ina.
El novio, Jakob.
Su amigo.
La seora, Emmi.
Su marido.
El joven, Hans Mildner.

Una habitacin blanqueada con una gran mesa rectangular en el centro. Sobre la mesa, un farol de
papel rojo. Nueve sillones de madera anchos y sencillos. Contra la pared, a la derecha un sof y a la
izquierda un armario. Entre los dos, una puerta de cortinas. A la izquierda, al fondo, una mesita baja
con dos sillones. A la izquierda, a un lado, una puerta. A la derecha, a un lado, una ventana. Las mesas,
las sillas y el armario, sin barnizar y en su color natural. Es de noche. El farol rojo est encendido. Los
invitados de la boda estn sentados a la mesa, comiendo.

LA MADRE: Aqu est el bacalao. Murmullo de aprobacin.


EL PADRE. Eso me recuerda una ancdota.
LA NOVIA. Come, pap! Siempre te quedas el ltimo.
EL PADRE. Primero la ancdota! Tu difunto to, que en paz descanse, el da de mi confirmacin -pero
sa es otra ancdota-, bueno, pues estbamos comiendo pescado, y de repente se atraganta, las
malditas espinas, tened mucho cuidado, bueno, pues se atraganta y empieza a mover brazos y
piernas como si remara.
LA MADRE. Jakob, srvete la cola!
EL PADRE. Como si remara, y a ponerse azul como una carpa, a todo esto tira un vaso, asustndonos
muchsimo, le damos golpes en la espalda, lo sacudimos, y l, l vomita por toda la mesa. La
comida no se poda ya comer -lo que nos alegr, luego comimos solos fuera, al fin y al cabo el
homenajeado era yo-, bueno, por toda la mesa y cuando, por suerte, conseguimos sacarlo a flote,
me dice, con voz profunda y feliz -tena una bonita voz de bajo y cantaba en el orfen, sobre eso
s tambin una ancdota estupenda-, bueno, dice:...
LA MADRE. Qu tal el pescado? Por qu no dice nadie nada?
EL PADRE. Estupendo! Bueno, pues dice:...
LA MADRE. Pero si no lo has probado!
EL PADRE. S, ya voy. Bueno, pues dice:...
LA MADRE. Jakob, coge otro pedazo!
EL NOVIO. Madre, que est hablando pap!
EL PADRE. Gracias. As pues, el bacalao, ah s, nos dice: Chicos, casi me atraganto. Y la comida era
totalmente incomible! Risas.
EL NOVIO. Muy bueno!
EL JOVEN. Tiene una forma de contar!
LA HERMANA. Ya no quiero pescado.

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EL NOVIO. Las vacas no comen pescado. Son vegetarianas.


LA SEORA. No han traido las lmparas?
LA NOVIA. Ina, no comas el pescado con cuchillo!
EL MARIDO. Las lmparas son de mal gusto, de viejas. Ese farol hace muy bonito.
LA HERMANA. Es mucho ms romntico.
LA SEORA. S, pero no es de buen tono.
EL AMIGO. Es la luz ideal para el bacalao!
EL JOVEN, a la hermana: Qu le parece? Le gusta lo romntico?
LA HERMANA. S, mucho. Especialmente Becquer. Tena un perfil tan encantador!
EL PADRE. Muri de tuberculosis de la mdula espinal.
EL JOVEN. Qu enfermedad ms horrible!
EL PADRE. La tena un hermano del to del viejo Weber. Era horrible orle hablar de ella. Luego, por
la noche, resultaba imposible dormir. Por ejemplo, contaba que...
LA NOVIA. Pap, eso es una inconveniencia!
EL PADRE. El qu?
LA NOVIA. La tuberculosis de la mdula espinal!
LA MADRE. Te gusta el bacalo, Jakob?
LA SEORA. Especialmente en nuestro caso. Esta noche queremos dormir!
EL AMIGO, al novio: Salud, amigo!
EL NOVIO. Salud a todos! Chocan los vasos.
LA HERMANA, al joven, a media voz: En una ocasin as!
EL JOVEN. Lo encuentra poco oportuno? Siguen hablando en voz baja.
LA SEORA. Huele tan bien!
EL AMIGO. Embriagador!
LA MADRE. El amigo nos ha obsequiado con media botella de colonia.
EL JOVEN. Huele maravillosamente. Habla con la joven.
LA SEORA. Es verdad que han hechos ustedes todos los muebles, incluso el armario?
LA NOVIA. Todos. Es la nueva tendencia lo he visto en todas las revistas de interiorismo y
decoracin en Paris, Londres NewBricoselfchic, no has oido hablar de el? (La seora
niega con la cabeza. Orgullosa) Yo eleg los modelos y mi marido los proyect, dibuj, compr
la madera, todo, y luego los encol, o sea todo, y tienen muy buen aspecto.
EL AMIGO. Tienen un aspecto estupendo. No s de dnde has sacado tiempo!
EL NOVIO. Por la noche, al medioda, a veces al medioda, pero casi siempre por la maana.
LA NOVIA. Se levantaba todos los das a las cinco. Y cmo trabajaba!
EL PADRE. Es que es un montn de trabajo. Yo les deca siempre que les regalara los muebles. Pero
l no quiso. Lo mismo pas con Johannes Segmller. se tena...
LA NOVIA. (Cortndole.) l quiso hacerlo todo. Luego os ensearemos los otros muebles. Han
quedado genial.
LA SEORA. Con tal de que aguanten!
LA NOVIA. Aguantarn ms que usted y que todos nosotros! Se sabe de qu material estn hechos!
Hasta la cola la hizo l mismo! Es NewBricoselfchic
EL NOVIO. De la porquera que se compra en las tiendas no se puede uno fiar! New.. newbrico
bueno, eso
LA NOVIA. (Avergonzada por el.) Es NewBricoselfchic, cario.
EL NOVIO. (Excusndose.) Si, siYo soy ms de francs!
EL MARIDO. Es una idea estupenda. As se encaria uno ms con las cosas. Y las cuida ms. Me
hubiera gustado -a su mujer- que t hubieras hecho todas nuestras cosas: NiuBricosechi
LA SEORA. S, claro, yo, t no! Cmo es!
EL MARIDO. No quera decir eso! Y lo sabes!
EL PADRE. La ancdota de Johannes Segmller es muy divertida.
LA NOVIA. La verdad es que nunca encuentro divertidas tus ancdotas!
LA HERMANA. No seas bruta, Mara!

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EL NOVIO. A m me parece que pap cuenta las cosas muy bien!


EL AMIGO. Magnficamente! Sobre todo, si consigues entender el chiste!
LA NOVIA. Es que se alarga tanto!
EL NOVIO. Qu bobada!
EL AMIGO. Es conciso! Sencillo! Grfico!
LA SEORA. Y adems, tenemos tiempo!
LA MADRE, entrando: Aqu llega el postre.
EL PADRE. Podra abreviar la ancdota mucho, slo unas palabras, quiz seis o siete frases nada
ms...
EL AMIGO. Bueno, eso tiene una pinta fantstica!
LA MADRE. Es flan con nata batida.
EL AMIGO. Yo casi no puedo ms!
LA MADRE. Coge un pedazo, Jakob! Pero no te pongas demasiada nata! No hay mucha. Bueno, a
ver si os gusta!
LA HERMANA. La nata batida me chifla.
EL JOVEN. Ah, s?
LA HERMANA. S. De pequea jugabamos a llenarnos bien la boca! Entonces parece como que no
tienes dientes! Algo as
EL NOVIO. Pap, un poco ms de nata?
EL PADRE. Poco a poco! Johannes Segmller sola decir, por ejemplo, que...
LA NOVIA. La nata est buensima. Mam, tienes que darme la receta!
EL NOVIO. Como t, mam, no podr cocinar nunca!
LA MADRE. Lleva tambin tres huevos!
LA NOVIA. Bueno, echndole tantas cosas!
LA HERMANA. Hay que echarlas! Si no, no sale bien.
LA SEORA. Sobre todo los huevos!
EL AMIGO, soltando una risita y atragantndose: Huevos, je-jej, eso es, jejej, son muy buenos....
Los huevos son muy buenos, excelentes; si no, jejej, no sale bien, jejej, excelentes... jejej.
Como nadie se re, se detiene un poco abruptamente y come deprisa.
EL NOVIO: No te cortes, hombre!
LA HERMANA. Bueno, los huevos son buenos!
EL AMIGO, empezando otra vez: Muy buenos! Excelentes! No puedo hablar mal de los huevos!
EL PADRE. S, huevos. Tu madre, que en paz descanse, me dio una vez un huevo para el viaje. Le
pregunto: Est duro? Como una piedra!, me dice ella. Bueno, me lo creo y lo meto en la bolsa.
Todava no haba llegado a...
LA NOVIA. Por favor, pap, la nata!
EL PADRE. Toma! No haba llegado a...
LA SEORA, maliciosa: Las camas son tambin de fabricacin propia?
EL NOVIO. S, de nogal.
LA NOVIA. Han quedado muy bien.
LA HERMANA. Demasiado anchas para mi gusto. A mi me gustan las camas ms recogidas.
EL JOVEN. Lo mismo opino yo.
LA NOVIA. Claro!
LA SEORA. Eso es porque cuando uno mismo fabrica las cosas...
EL MARIDO. Pero si tu no las has visto...
EL PADRE. Yo tena unas camas muy buenas para vosotros. Muebles de familia, verdaderas
antigedades. Y adems macizas.
EL AMIGO. S, antes se saba hacer las cosas.
EL JOVEN. Pero la gente era tambin distinta.
EL PADRE. Gente distinta, camas distintas, deca Fritz Forst, que era realmente original. Una vez, por
ejemplo, entr en la iglesia cuando el pastor...
LA MADRE, entrando: Y ahora las pastitas. Tienes que ayudarme con el vino, Maria!

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EL NOVIO. Eso, ahora hay que bajarlo todo!


EL PADRE. Ah, hablando de bajars una historia de bajantes e inodoros. Os la tengo que contar!
Cuando empezaron a introducirse...
EL NOVIO. Prueba antes este vino, pap! Refresca la lengua!
Sirven vino.
EL AMIGO. Slo el color es ya fabuloso! Y qu bouquet! (Define el vino. Est achispado.) Juvenil
color granate con tonos azulados en la elipse. Buena intensidad aromtica destacando las frutas
del bosque y el regaliz que se complementan en un perfecto equilibrio con las vainillas y los
tostados procedentes de la barrica de roble americano. A su paso por el paladar nos deja
sensaciones de equilibrio y redondez dejndonos un vino goloso con un agradable final de boca.
Compaero ideal para la dieta mediterrnea. (Todos se quedan en silencio.) Hice un cursillo de
bueno bah, nada. (Silencio.)
LA MADRE. Qu estis cuchicheando siempre, hijos?
LA HERMANA, echndose hacia atrs: Nada! l me estaba diciendo que... (apurada.)
EL MARIDO: Si, si ya sabemos de sobra lo que le estaba diciendo tranquila, muchacha si yo
tuviese menos aos (Al Amigo.) Creo que yo hice ese cursillo djeme (prueba el vino.)
tiene tambin una ligera acidez al final que nos da un postgusto que junto con la retronasal
nos dan un conjunto equilibrado, redondo, con un tanino amable que nos permite un maridaje
muy verstil debido a su equilibrio (Silencio.)
EL AMIGO. (Prueba de nuevo el vino.) Si! (Sirve al marido.)
LA SEORA. Por qu no te callas, en lugar de tratar de demostrar lo mucho que sabes?
Normalmente te sienta fatal beber!
LA MADRE. Dame tu vaso, Jakob!
Silencio.
EL AMIGO. Usted quera hablar de los muebles de su familia y lo hemos interrumpido!
EL PADRE. S, de las camas! Gracias, muchas gracias! En ellas ha muerto ms de un miembro de
nuestra familia, Maria!
EL NOVIO. Bueno, vamos a brindar por los vivos, pap! Salud!
TODOS. Salud!
EL MARIDO, levantndose: Queridos amigos!
LA SEORA. Mejor que echar un discurso sera que te echaras un candado en la boca!
El marido se sienta.
EL AMIGO. Pero por qu no habla? Slo era una broma de su seora!
LA SEORA. No sabe aguantar una broma!
EL MARIDO. Se me ha olvidado lo que iba a decir. Bebe.
El joven se pone en pie.
LA SEORA. Pst!
LA MADRE. Jakob, abrchate el chaleco, eso no est bien!
En ese momento empiezan a repicar fuera las campanas.
LA HERMANA. Las campanas, seor Mildner! Ahora tiene que hablar!
EL AMIGO. Escuchen! Qu bien suenan! Francamente solemnes!
LA HERMANA, al novio, que est comiendo: Pst!
LA NOVIA. Djalo que coma a gusto!
EL JOVEN, estirndose mucho: Dicen que cuando dos jvenes se unen en matrimonio -la casta novia
y el hombre curtido por las tormentas de la vida- los ngeles cantan en el cielo! Cuando la joven
novia -dirigindose a la novia-vuelva los ojos a los hermosos das de su niez, tal vez la invada
una suave nostalgia, porque ahora va a salir a la vida, a una vida hostil -la novia solloza-, aunque
desde luego al lado de su experimentado marido, que ha fundado un hogar con sus propias
manos -lo que en el presente caso debe entenderse literalmente-, para compartir las penas y las
alegras con la elegida de su corazn. Por ello, bebamos a la salud de estos dos jvenes, que hoy,
por primera vez, se pertenecern el uno al otro -la seora se re- por toda la eternidad! Y
cantemos tambin en su honor la cancin Debe de ser algo maravilloso de Liszt. Empieza a

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La boda de los pequeos burgueses

cantar pero, como nadie lo sigue, se interrumpe enseguida. Pausa. De pronto la Seora empieza
a cantar.)
EL AMIGO, a media voz: Nosotros no nos la sabemos. Pero el discurso ha estado muy bien.
LA HERMANA. Incomparable! Cmo habla! Tal como un libro!
EL MARIDO. Pgina 85, discursos para bodas! Se la ha aprendido bien!
LA SEORA. No te da vergenza?
EL MARIDO. A m?
LA SEORA. Si, a ti!
EL AMIGO. El vino es extraordinario.
EL PADRE. Bueno, os quera hablar de la cama.
LA NOVIA. Pero si ya nos lo sabemos!
EL PADRE. Sabis cmo muri el to abuelo August?
LA NOVIA. S, S.
EL NOVIO. Cmo muri realmente el to abuelo August?
EL PADRE. No, me habis cortado la ancdota de los huevos, luego la de los inodoros, que es
buensima, y la de Forst, por no hablar de la de Johannes Segmller, que es verdaderamente un
poco larga, aunque no ms de diez minutos como mucho, tal vez ms tarde pueda... As pues:...
LA MADRE. Sirve ms vino, Jakob!
EL PADRE. (Alzando la voz.) El to August muri de hidropesa!
EL MARIDO. Salud!
EL PADRE. Salud!
EL AMIGO. Hidro qu?
EL PADRE. Hidropesa. Primero fue slo un pie, en realidad slo los dedos, pero luego le lleg hasta
la rodilla, fue ms rpido que tener un nio, y luego se le puso todo negro. Tena tambin la
barriga hinchada, y aunque se la vaciaban de lquido afanosamente...
EL MARIDO. Salud!
EL PADRE. Salud, salud!... S, lo vaciaban, pero fue ya demasiado tarde. Y luego vino adems lo del
corazn, que aceler las cosas. As pues, estaba en la cama que yo os quera dar, gimiendo como
un elefante, y tena tambin aspecto de elefante, me refiero a las piernas! Y entonces su
hermana, vuestra abuela, le dijo en sus ltimos momentos, era hacia el amanecer, la habitacin
estaba ya gris -por cierto, creo que hasta las cortinas siguen ah-, as pues, le dijo: August,
quieres un cura? l no dijo nada y mir al techo -llevaba hacindolo siete semanas, no se poda
poner de costado- y dijo: Es la pierna sobre todo. Luego volvi a gemir. Pero madre no se rindi,
porque estimaba que se trataba de un alma, y dijo al cabo de su buena media hora: August,
entonces, quieres un cura? Pero el to ni siquiera la oa y padre, que estaba all, le dijo: Djalo.
Tiene dolores. Padre era muy blando. Sin embargo, ella no quera, aunque slo fuera por su alma,
y tozuda como son todas las mujeres, empez otra vez: August, es por tu alma inmortal.
Entonces, segn contaba luego padre, el to mir desde la pared hacia la izquierda, para lo que
tuvo que ponerse bizco, y dijo algo que no puedo repetir aqu. Un poco basto, como era el to
August en general. Realmente no puedo... En cualquier caso, la ancdota... Tengo que decirlo
porque, si no, no se entiende. Dijo: Chpame un... unchpame un huevo!. Despus de decir
eso, con cierto esfuerzo como cabe imaginar, se muri. Autntico. La cama sigue ah, y la tengo
lista para vosotros en el desvn, todava podis llevrosla. Bebe.
Silencio.
LA HERMANA. Se me ha pasado la sed.
EL AMIGO. Seorita, no hay que tomarse las cosas as. Bueno, salud! Es slo una historia muy
bonita.
LA NOVIA, al novio, en voz baja: Que no haya sido capaz de ahorrarnos todos esos disparates de mal
gusto!
EL NOVIO. Djalo que se divierta!
EL JOVEN. La iluminacin la encuentro magnfica!
LA MADRE. Jakob, no cortes con cuchillo las pastas!

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La boda de los pequeos burgueses

EL PADRE. No podramos echar una ojeada a los muebles?


LA NOVIA. Claro que s.
EL AMIGO. Lo importante es que las sillas son muy anchas. Caben dos?
LA SEORA. Las patas son un poco delgadas!
EL JOVEN. (Por la hermana.) Patas finas... Buena casta!
LA SEORA. De dnde ha sacado eso?
LA MADRE. Jakob, no puedes comer las pastitas con los dedos?
LA SEORA, ponindose de pie y recorriendo la habitacin: ste es el sof. Suficientemente ancho,
pero el tapizado es poco prctico. Bueno, teniendo en cuenta que est hecho por l mismo...
LA NOVIA, ponindose en pie: El armario es bonito, no? Sobre todo las incrustaciones! No s, hay
gente que no tiene gusto para esas cosas. Pagan un dinero y se llevan un mueble, como si fuera...
un mueble, sin alma ni nada, slo para tener un mueble. Nosotros, en cambio, tenemos nuestras
propias cosas, y el sudor y el amor se pegan a ellas, porque son cosas hechas por uno mismo!
LA SEORA. NewBricoselfchic, verdad?
MARIDO. Mujer, ven aqu y sintate!
LA SEORA. Qu pasa? Me gustara verlo por dentro!
EL MARIDO. No se mira lo que hay dentro de los armarios de la gente!
LA SEORA. Slo quera echar una ojeada. Pero como t siempre lo sabes todo. Bueno, pues no. Por
fuera el armario no resulta tan impresionante, esas incrustaciones no se llevan ya, ahora se pone
cristal y cortinillas de color, pero por dentro puede estar bien, y eso es lo que quera ver.
EL MARIDO. Muy bien, ahora sintate!
LA SEORA. Pero en qu tono me hablas? Otra vez has bebido demasiado! Toma un poco de agua,
es que no aguantas.
EL NOVIO. S quiere verlo por dentro, valo, su inters me halaga. Aqu est la llave. (Entregndole
la llave.)Abre, Maria!
LA NOVIA. (Intentando abrir.) Bueno, no s... Es sta de veras la llave? No gira.
EL NOVIO. Dame, todava tienes que aprender. Yo mismo le puse la cerradura. Lo intenta. Maldita
sea! Vaya! Mecagoen! Furioso: As reviente!
LA NOVIA. Lo ves? T tampoco puedes abrirlo!
EL NOVIO. Tal vez alguien la haya forzado. No lo entiendo.
LA SEORA. Quiz no haya gran cosa que ver dentro. Desde luego, cuesta mucho abrir la cerradura
de ese armario. No deja de ser un inconveniente!
EL MARIDO, amenazante: Sintate! No quiero orte ms!
LA HERMANA. Ay no, ya que estamos de pie, por qu no bailamos un poco?
EL JOVEN. Eso! Vamos a apartar la mesa!
EL NOVIO. Buena idea! A bailar!Pero quin se encarga de la msica?
EL AMIGO. Yo puedo tocar la guitarra. La tengo ah. La trae.
Todos se ponen de pie. El padre y el marido van hacia la izquierda y se sientan. Fuman. El novio y el
joven levantan la mesa y la desplazan hacia la derecha.
EL JOVEN. Djela con cuidado!
EL NOVIO. No es preciso. Tiene que aguantar tambin un trato duro! La deja con fuerza. Se disloca
una pata. Bueno, ahora a bailar!
EL JOVEN. Mire, se ha roto una pata! Si la hubieras dejado ms suavemente!
LA NOVIA. Qu se ha roto?
EL NOVIO. No es nada, una tontera! A bailar!
LA NOVIA. Podras tener ms cuidado!
LA SEORA. Hay que pensar siempre en los sudores que ha costado! Pero quiz hubiera sido mejor
utilizar una buena cola!
EL NOVIO. Desde luego, usted no se muerde la lengua! Me concede este baile?
LA SEORA. No quiere bailar con su esposa el primer baile?
EL NOVIO. Naturalmente! Ven, Mara!
LA NOVIA. No. Me gustara bailar con el seor Hans!

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La boda de los pequeos burgueses

LA HERMANA. Y con quin bailo yo?


LA NOVIA, al marido: Usted no baila?
EL MARIDO. No. Porque se burlar mi mujer.
LA HERMANA. Por favor, baile. Si no, me quedar sin pareja!
EL MARIDO. Eso es una orden, porque no quiero bailar!
Se pone en pie y le da el brazo.
EL AMIGO, con la guitarra: Puedo tocar un vals. Empieza. Bailan: el novio con la seora, la novia
con el joven, y la hermana con el marido de la seora.
LA SEORA. Ms aprisa! Ms aprisa! Es como un tiovivo! Bailan bastante deprisa y luego
acaban. Ha sido estupendo. No bailamos tan mal!No estamos tan viejos! Se sienta con fuerza
en el sof. El sof cruje. La seora y el amigo se ponen en pie de un salto.
EL AMIGO. Ha crujido.
LA SEORA. Se habr roto algo. Y la culpa ser ma!
EL NOVIO. No importa! Ya lo arreglar.
LA SEORA. Bueno, usted entiende sus muebles. Eso es lo principal.
LA NOVIA. Es que le resultaba demasiado rpido, para dejarse caer as?
LA SEORA. S, su marido baila con mucho mpetu!
LA HERMANA. Le ha gustado?
EL MARIDO. S. Si. Hoy me ha gustado. S.
LA SEORA. Tendras que cuidar un poco ms de tu pobre corazn!
EL MARIDO. Te da miedo?
LA SEORA. A m? Ninguno.
EL NOVIO. Y si nos sentamos otra vez?
LA NOVIA, al amigo: Toca usted maravillosamente!
EL AMIGO. Cuando la veo bailar a usted!
EL NOVIO. Vamos, no digas bobadas! Vamos a sentarnos! Qu os ha parecido el baile?
EL JOVEN. Muy bien, pero no vamos a bailar ms?
EL NOVIO. No.
EL PADRE. Podis servir un poco ms de vino? As charlaremos mejor.
EL NOVIO. Vamos a poner otra vez la mesa en el centro. Lo hace, ayudado por el joven. Pero esta
vez tenga cuidado! La madre trae vino. Se sientan y vuelven a correr las sillas.
LA SEORA. Canten algo, que me gusta!
EL AMIGO. Yo no canto bien.
EL NOVIO. Ni falta que hace. Canta slo para divertirnos!
LA SEORA. Mi marido canta a veces. Tambin toca la guitarra.
EL JOVEN. S, toque algo!
LA SEORA. Ten la guitarra!
EL MARIDO. No puedo ms.
LA HERMANA. Toque usted!
EL MARIDO. Bueno, pero si me atasco...
LA SEORA. Eso te pasa de todos modos.
LA HERMANA. Slo una cancin!
EL MARIDO. De una quiz me acuerde.
LA SEORA. Antes tocaba siempre, pero, desde que nos casamos, lo dej. Se dedica intensamente a
aburrirme. Antes saba muchsimas canciones, luego se olvid de un montn y recordaba cada
vez menos, se quedaba atascado cada vez con ms frecuencia, como si tuviera alzheimer, y al
final slo saba una. Cntala ahora!
EL MARIDO. S, la cantar. A ver si me acuerdo (Empieza a tocar.) Si tu me dices... (Se queda
atascado.) Si tu me dices...... No s... Ahora se me ha olvidado tambin sta... Era la ltima...
LA SEORA. Alzheimer!
EL NOVIO. No importa. Yo soy completamente incapaz de cantar.
El JOVEN. Entonces, por qu no bailamos un poco?

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La boda de los pequeos burgueses

EL AMIGO. S, vamos a bailar! Ahora quiero bailar yo tambin. Un vals s que sabr tocar! En la
mayor y sptima. Por favor, seora Maria, esta vez me toca a m!
LA SEORA. No quiero bailar ms.
EL NOVIO. Entonces miraremos.
EL PADRE. Maria baila muy bien.
La novia y el amigo bailan.
EL MARIDO, rasgueando la guitarra: La mayor es as.
EL AMIGO, impetuoso: Baila usted maravillosamente. Ms aprisa.
EL NOVIO. No os vayis a caer!
LA SEORA, al novio: As no podra bailar yo.
LA HERMANA. No sabe?
LA SEORA. Eso depende del hombre.
EL AMIGO, detenindose: Esto se le mete a uno en la sangre. Aqu tienes a tu mujer. Baila de
maravilla. Puedo beber algo?
EL PADRE. Por qu no nos sentamos otra vez a la mesa? As no se puede hablar.
EL NOVIO. S, sentaos! A la novia, en voz baja: O quieres bailar ms?
LA NOVIA. Vamos a cambiar de sitio. Al amigo: Sintese aqu! No quiere -a la seora- sentarse
ah? (La seora se sienta junto al novio.) Pap, t en la cabecera.
EL NOVIO, descorchando una botella: Y ahora a beber! Por la buena vida!
EL JOVEN. En el propio hogar!
EL AMIGO. Amueblado con las propias manos!
EL PADRE. Salud! Cuando todava llevabas la falda por la rodilla, Maria, te dieron una vez vino. A tu
abuelo le diverta. Quera que bailases, pero t te quedaste dormida.
LA SEORA. (Con malicia.) Entonces ser mejor que no beba hoy, no?
EL MARIDO. (Al amigo.) Nunca he visto a nadie bailar tan bien!
EL AMIGO. Ahora estoy en forma. Hasta ahora estaba un poco fro. Pero por lo dems, estupendo. Se
pone en pie. Qu es esto? Mira la silla. Me he enganchado en algo.
LA NOVIA. Se ha hecho dao?
EL AMIGO. Es una astilla.
EL NOVIO. No importa.
EL AMIGO. A la silla no. Pero a mis mejores pantalones, si.
EL NOVIO. Te los habas puesto expresamente en mi honor?
EL AMIGO. S, pero ahora voy a cantar.
EL NOVIO. No tienes por qu hacerlo si no tienes ganas.
EL AMIGO, cogiendo la guitarra: Lo hago de buena gana.
EL NOVIO. Quiero decir que, si te has puesto de mal humor...
EL AMIGO. No me he puesto de mal humor.
EL NOVIO. Por los pantalones...
EL AMIGO. El baile me ha compensado.
EL PADRE. La Providencia existe. Forst lo deca tambin!

EL AMIGO canta la Balada de la castidad en tono mayor:

Ay, se amaban con locura


y l le dijo: Dnde vas!
En aquella sala oscura
slo ellos, nadie ms...
La bes como a una hermana
porque no era una fulana
ni lo quiso ser jams.

Ay, sus manos jugueteaban!

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La boda de los pequeos burgueses

Y ella estaba carmes!


A l redaos no faltaban
y los dos queran, s...
La bes como a una hermana
porque no era una fulana
ni poda serlo all.

No queriendo deshonrarla
l se fue con una puta
y aprendi cmo tratarla
y aprendi que se disfruta.
Pero no era sa su meta
pues tena algo de asceta
y temi perder la ruta.

Por calmarse los ardores


que l la hizo conocer
a un cabo de gastadores
ella se lo dio a entender.
(La tumb de mil amores,
que no hay tiempo que perder.)
Y ella ahora se le esponja
porque no es ninguna monja
y sabe lo que es placer.

l se dijo una maana


que no hay nada que rascar:
La bes como a una hermana,
no se puede ahora quejar.
l cornudo, ella fulana,
los dos dicen: S, con gana.
Lo que importa es fornicar.

La seora se re.

EL NOVIO. La conoca. Es una de tus mejores canciones. A la seora: Le ha gustado? Voy a traer
ms vino!
EL AMIGO. S, es muy buena. Sobre todo la moraleja! A la novia: Le ha gustado?
LA NOVIA. Quiz no la haya entendido.
LA SEORA. Claro, claro No va con usted.
EL PADRE, inquieto: Dnde se ha metido Ina?
LA NOVIA. No s...
EL NOVIO. El seor Mildner tampoco est. Por cierto, por qu lo has invitado?
LA NOVIA. Es hijo del portero.
EL NOVIO. Una especie de obra social. Al parecer est de moda entre los altos circulos sociales en
ocasiones sealadas invitar a algn desfavorecido para que, por lo menos ese da, sus
necesidades bsicas estn ms que cubiertas
LA NOVIA. Habrn salido estarn en la cocina.
EL PADRE. Eso est bien, as no habrn odo la cancin. Pero ahora ve a por ellos, Maria!
LA SEORA. A lo mejor es que la han entendido!
EL MARIDO. Su madre est tambin en la cocina, no?
EL NOVIO. S, est haciendo una crema.

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La boda de los pequeos burgueses

LA NOVIA, a l, a media voz: Eso ha sido una indecencia.


EL NOVIO. Y t que has bailado con l!
LA NOVIA. Estoy abochornada.
EL NOVIO. De haber bailado?
LA NOVIA. No, de tus amistades! Sale.
EL. AMIGO. Ahora estoy en plena forma. Cuando he bebido, me siento como Dios.
EL NOVIO. Hubieras tenido que decir que cuando Dios bebe se sienta como un borrachn!
EL AMIGO, se re: Muy bueno. Normalmente no tienes tanto ingenio!
EL PADRE. Recuerdo otra ancdota: Dios quiso un da pasear de incgnito. Pero como se olvid de
ponerse una corbata, lo reconocieron y lo metieron en el manicomio.
EL AMIGO. Qu? As no es! As no tiene gracia!
EL PADRE. Ah, no? Bueno, pero Josef Schmidt estuvo realmente en un manicomio. Ocurri as...
Entran la hermana, la novia y el joven.
LA HERMANA, Estbamos ayudando a mam a hacer la crema.
EL NOVIO. No importa, lo estamos pasando muy bien. Contando chistes.
EL JOVEN. La crema va a ser estupenda.
LA SEORA. La hacen sobre el fuego?
LA HERMANA. No. No hacemos la crema sobre el fuego.
LA SEORA. Crea que iba a decir que s, porque estn muy colorados! Se re y se deja caer en la
silla. La silla cruje. Ay! Se levanta.
EL AMIGO. Se ha roto algo?
LA SEORA. Me temo que la silla...
EL NOVIO. De eso nada. Puede moverse como quiera. He utilizado puntas de tres centmetros.
LA SEORA. No me atrevo a sentarme. Me voy al sof.
LA NOVIA. Ah se ha sentado ya. Y tiene una pata rota.
EL AMIGO, metiendo la mano bajo la silla: Realmente, hay algo mal. Una astilla no es. Pero tengan
cuidado con la ropa!
EL NOVIO, acercndose: S, sta es la silla que cojea un poco. No me bastaron las puntas. No saba
que fuera sta. Si no, le hubiera pedido que se sentara en otra!
LA NOVIA. Y otra estara entonces rota!
EL MARIDO. Aqu hay una silla libre!
Silencio.
LA MADRE. Aqu llega la crema! Y el vino caliente!
EL AMIGO. Magnfico! Vino caliente! Se repantiga. Slo ha sido el brazo. Y no me he roto nada!
Bebamos! Se rompe el brazo del silln.
EL NOVIO. As estamos muy bien. Salud!
TODOS. Salud!
EL NOVIO, a la madre: A tu salud, mam!
LA MADRE. Muy bien, pero no te tires el vino por ese hermoso chaleco, ya tienes una mancha!
EL PADRE. Ya que hablamos de sillas... Rosenberg & Co. tena siempre en su oficina esas sillas para
los clientes, con unos asientos tan bajos que las rodillas les quedaban a la altura de la cabeza. Eso
los dejaba tan deprimidos que Rosenberg & Co. se hizo rico. Se compr un edificio mejor, con
muebles ms bonitos, pero conserv las sillas. Y siempre deca conmovido: Con ese mobiliario
tan simple empec. No quiero olvidarlo, para no volverme orgulloso y que Dios me castigue.
LA SEORA. Al fin y al cabo, yo no quera romper la silla. No es culpa ma!
EL MARIDO. Nadie ha dicho nada.
LA SEORA. Precisamente por eso. Parece como si fuera culpa ma.
EL AMIGO. Hay alguna nota desafinada. Canto algo con la guitarra?
EL NOVIO. No ests cansado?
EL AMIGO. De qu voy a estar cansado?
EL NOVIO. De bailar y beber. Ests enfermo del estmago.
EL AMIGO. No estoy enfermo del estmago.

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La boda de los pequeos burgueses

EL NOVIO. Siempre ests tomando bicarbonato.


EL AMIGO. Pero eso no quiere decir que est enfermo del estmago.
EL NOVIO. Bueno, slo me preocupaba por tu salud.
EL AMIGO. Te lo agradezco. Pero no estoy cansado.
Pausa.
EL JOVEN. Han visto la obra de teatro Baal?
EL MARIDO. S, una cochinada.
EL JOVEN. Pero tiene fuerza.
EL MARIDO. Pues entonces es una cochinada con fuerza.
EL JOVEN. Peor que si no la tuviera.
EL MARIDO. Que alguien tenga talento para hacer cochinadas, es una excusa? No son cosas para
una obra de teatro!
Silencio.
EL PADRE. Los escritores modernos arrastran la familia por el barro de una forma... Y la familia es lo
mejor que tenemos.
EL AMIGO. Eso si que es verdad.
Pausa.
EL NOVIO. Bueno. Y ahora alegraos! No me caso todos los das. Bebed y no estis ah tan tiesos!
Me voy a quitar la chaqueta para dar ejemplo! Lo hace.
Pausa.
EL AMIGO. Hay una baraja? Podramos jugar a algo.
EL NOVIO. La baraja est en el armario.
LA SEORA. Que no se puede abrir.
EL AMIGO. Quiz con un martillo!
LA NOVIA. No estar hablando en serio?
EL AMIGO. Alguna vez tendris que abrirlo...
LA NOVIA. Pero ahora no.
EL NOVIO. Slo para sacar la baraja.
EL AMIGO, brutalmente: Pues decidme qu se puede hacer aqu!
LA SEORA. Podramos ver los otros muebles!
EL NOVIO. Eso es una buena idea! Voy yo delante.
Todos se levantan.
LA HERMANA. Yo prefiero quedarme!
LA NOVIA. Sola? Eso no.
LA HERMANA. Y por qu no?
LA NOVIA. Porque hay lmites.
LA HERMANA. Entonces tendr que decirlo: no quera levantarme porque la silla est rota.
LA NOVIA. Cmo la has roto?
LA HERMANA. Se ha roto sola.
EL AMIGO, tanteando la silla: Si se sienta uno sin moverse y se esfuerza un poco, no pasa nada!
EL PADRE. Ser mejor que vayamos ahora a ver los otros muebles.
EL AMIGO, en voz baja a la seora: La mesa est an entera,
EL NOVIO. No os preocupeis por los muebles...
LA SEORA. Con tal de que aguanten!
EL NOVIO. Ven, Maria!
LA NOVIA, quedndose sentada: Ya voy! Id vosotros delante!
Todos salen por la puerta; mientras tanto:
LA SEORA, al amigo: El novio se ha quitado la chaqueta.
EL AMIGO. Es una falta de consideracin. Ahora se hace cualquier cosa. La estticala esttica,
seora es la nueva tica! (Saliendo los dos.) A ver si lo entiende de una puetera vez
La novia, sentada a la mesa, solloza.
EL NOVIO, volviendo: Tengo que coger la linterna, pasa algo con la instalacin elctrica!

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La boda de los pequeos burgueses

LA NOVIA. Por qu no habrs dejado que la hiciera un electricista!


EL NOVIO. Qu te pasa? Tu hermana podra portarse un poco mejor!
LA NOVIA. Y tu amigo, qu?
EL NOVIO. Si una quiere que la respeten, no puede bailar as.
LA NOVIA. Y ese Mildner! Eso de la novia virginal lo ha dicho con intencin! Me ruboric y todos
se dieron cuenta. Y de qu manera me miraba. Y luego esa desgraciada cancin! Se estn
vengando de algo.
EL NOVIO. Qu obscenidad! l crea que con una de sas no importaba.
LA NOVIA. Ha sido tu amigo! Yo no soy una de sas!
EL NOVIO. Cmo podramos hacer que se fueran? Se atiborran, se emborrachan, fuman, parlotean,
y no piensan en irse! Al fin y al cabo sta es nuestra fiesta!
LA NOVIA.Vaya fiesta!
EL NOVIO. No seas as. Cuando se hayan ido...
LA NOVIA. Lo has estropeado todo.
EL NOVIO. Es que yo quiero estar solo. Ah vienen.
LA NOVIA. No quiero que se vayan! Luego ser peor! Y ponte la chaqueta, joder, que no estamos
en un bar de carretera!
EL NOVIO, ponindose otra vez deprisa la chaqueta: Hace fro aqu. Los otros aparecen en la puerta.
EL PADRE. Hemos tenido que esperar en la cocina porque en el dormitorio no haba luz.
EL AMIGO. Estorbamos?
La seora tiene un ataque de risa.
EL MARIDO. Qu te pasa ahora?
LA SEORA. Es que todo es tan cmico!
EL MARIDO. Qu es cmico?
LA SEORA. Todo! Todo! Las sillas rotas, los muebles de fabricacin casera! La conversacin!
Se re a carcajadas.
LA NOVIA. Pero Emmi!
LA SEORA. Todo est roto. Se deja caer en una silla, rindose. La silla se viene abajo. sta
tambin! sta tambin. Me tendr que sentar en el suelo!
EL AMIGO, rindose con ella: Realmente! Hubiramos debido traer sillas plegables!
EL MARIDO, cogiendo a la seora del brazo: T ests mal de la cabeza. Si te comportas as, se
rompern todos los muebles y no ser culpa de los muebles. Al novio. Usted perdone!
EL AMIGO. Vamos a sentarnos como podamos. Cuando uno se divierte, no importa nada!
Se sientan.
LA HERMANA. Lstima que no hubiera luz, las camas son realmente muy bonitas.
LA SEORA. (Aguantandose la risa.) Si, pero la luz tampoco funcionaba.
LA NOVIA. No quieres traer ms vino, Jakob?
EL NOVIO. Est en el sotano. Dame la llave!
LA NOVIA. Voy contigo, cari.
Salen fuera.
LA SEORA. Aqui huele tan raro!
EL AMIGO. Antes no lo habamos notado.
LA HERMANA. Yo no huelo nada.
LA SEORA. Ya s. Es la cola!
EL AMIGO. Por eso les regal el agua de colonia! Media botella nada menos!
LA SEORA. Pero ahora no se puede disimular, el olor a cola podrida lo impregna todo.
La novia vuelve.
EL PADRE. Cuando te veo as en el umbral, me encanta. Ya de pequea daba gusto mirarte. Pero
ahora ests en tu mejor momento.
LA SEORA. El vestido est muy bien cortado.
LA NOVIA. S, gracias a Dios, no necesito rellenos.
LA. SEORA. Es una indirecta?

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La boda de los pequeos burgueses

LA NOVIA. Te has sentido aludida?


LA SEORA. No se tiran piedras al tejado del vecino cuando se tiene el techo de cristal.
LA NOVIA. Quin tiene el techo de cristal?
LA SEORA. Ese vestido est muy bien hecho, porque disimula que ests...
EL AMIGO. Salud, este vino es buensimo!
LA NOVIA, llorando: Eso es una, eso es una...
EL MARIDO. Qu te pasa?
EL NOVIO, volviendo: Aqu est el vino. Pero qu te pasa?
LA HERMANA. Una grosera!
LA SEORA. Qu grosera?
EL PADRE. Calmaos. Salud!
EL NOVIO, a la hermana: No debes ofender a nuestros invitados!
LA HERMANA. Pero los invitados pueden ofender a tu mujer!
LA SEORA. Yo no he dicho nada!
EL MARIDO. Claro que s. Has sido muy mal educada.
LA SEORA, irritada: Slo he dicho la verdad!
EL NOVIO. De veras?
LA SEORA. No te hagas la tonta!
EL MARIDO, inclinndose: Domnate!
LA SEORA. (Gritando.) Cuando una est embarazada, est embarazada.
El marido arranca una pata de la mesa y se la tira a la cabeza a su mujer. Sin embargo, slo acierta a
un jarrn que hay sobre el armario. La seora llora.
EL NOVIO, furioso, a la hermana: Era tu jarrn!
LA HERMANA. No deba de gustarte mucho. Si no, no lo hubieras puesto ah arriba!
EL NOVIO. No tengo tiempo de contestarte como mereces, porque adems la mesa es ma. (Toca la
mesa, para ver si todava se aguanta.)
EL MARIDO, yendo de un lado a otro, excitado: Y ahora soy yo el bruto. Siempre ha sido as. Ella es
la mrtir y yo el bruto. Pero lo he soportado durante siete aos, y habra que preguntarse quin
me ha hecho tan bruto. Yo tena las manos demasiado cansadas de trabajar para sacudirle con
ellas. Siempre le duele algo cuando yo estoy bien, me cuenta el dinero cuando bebo y, si se lo
cuento yo, llora. Una vez tuve que tirar un cuadro al que yo tena cario, porque a ella no le
gustaba. No le gustaba porque yo le tena cario. Luego recogi el cuadro tirado y lo colg en su
cuarto. Cuando lo tuvo all, se puso muy contenta y dijo: Pues a m me basta. Y se compadeci a
s misma porque tena que recoger lo que yo tiraba. Se lo quit furioso y entonces llor porque ni
siquiera poda tener eso. Ni siquiera eso, deca tambin de todo lo que resultaba casi prohibitivo.
Pero asi es ella, as son ellas. Desde el da de la boda, uno no es ya un animal que obedece a una
seora, sino un ser humano que obedece a un animal, y eso lo hunde a uno, aunque se lo merece,
por tonto!
Pausa.
EL NOVIO, con cierto esfuerzo: No queris beber algo ms? Slo son las nueve!
EL AMIGO. Ya no quedan sillas!
EL JOVEN. Pero podernos bailar.
EL AMIGO. No, no ms, no. Ni hablar.
EL JOVEN. Antes, sin embargo, te ha gustado!
EL AMIGO. Entonces no me haba clavado la astilla an!
EL NOVIO. Ah, es por eso. Se re. Por eso te has quedado tan mustio?
EL AMIGO. Acaso era ma la silla?
EL NOVIO. No, era ma. Era! Porque ahora ya no es ni una silla.
EL AMIGO. Entonces podemos irnos! Sale.
EL JOVEN. Muchas gracias. Ha sido muy bonito. Pero ahora ser mejor que me marche.
LA SEORA. Acompeme a casa!

13
La boda de los pequeos burgueses

EL MARIDO, que ha salido, vuelve ahora con las cosas de su mujer: Otra vez tengo que disculparme
por tener una mujer as.
EL NOVIO. No tiene por qu hacerlo.
LA SEORA. No me atrevo ir a casa.
El MARIDO. sa es tu venganza! Pero ahora se ha acabado el teatro y empieza la realidad. La coge
del brazo. Vmonos. Se va con su mujer, que lo acompaa en silencio.
EL NOVIO. Ahora se van, despus de atiborrarse. Y nos quedamos solos, cuando slo ha transcurrido
la mitad de la velada!
LA NOVIA. Antes queras que se fueran! Ves como eres muy variable? Y, naturalmente, tampoco
me quieres.
EL AMIGO, entrando malhumorado y con el sombrero puesto: Casi no se puede aguantar el olor!
EL NOVIO. Qu olor?
EL AMIGO. El olor a cola descompuesta, podrida. Y es una falta de vergenza invitar huspedes a ver
semejante montn de basura.
EL NOVIO. Entonces te ruego que me perdones por no haberme gustado tu obscenidad y por haberme
roto la silla.
EL AMIGO. Si no quieres que se rompa te recomiendo la cama del hidrpico. Muy buenas noches!
Sale.
EL NOVIO. Vete al diablo!
EL PADRE. Ser mejor que nos marchemos tambin! De los muebles podemos hablar an, y las
camas estn naturalmente a vuestra disposicin. Siempre he pensado que es mejor contar
ancdotas que no le importan a nadie. La gente soporta muy mal estar a solas. Ven, Ina!
LA HERMANA. Es una pena que una velada tan bonita haya acabado as! Al fin y al cabo, esto es lo
nico que tenemos. Hans dice que luego tiene que enfrentarse uno con la vida.
LA NOVIA. Sin embargo, t no has contribuido mucho. Y desde cundo llamas Hans al seor
Mildner?
EL JOVEN. Gracias otra vez. Para m ha sido una velada muy bonita.
Salen los tres.
EL NOVIO. Gracias a Dios y al diablo que se han ido por fin!
LA NOVIA. Y ahora difundirn nuestra humillacin por toda la ciudad. Qu vergenza! Maana
sabrn todos lo que ha pasado en nuestra casa, y todos se reirn. Nos mirarn desde detrs de las
ventanas y se reirn. Nos mirarn en la iglesia y pensarn en los muebles y que la luz no
funcionaba, y que la crema no estaba buena y, lo peor, que la novia estaba embarazada. Y yo que
pensaba decir que haba sido un parto prematuro.
EL NOVIO. Y los muebles y el trabajo de cinco meses? No piensas en eso? Por qu se revuelcan
de alegra con esas sucias indecencias que cantan? Pues porque t bailas con ellos como en una
casa de putas hasta que las mejores sillas se rompen. Y la peor tu amiga.
LA NOVIA. Y el que cantaba, tu amigo! Que el diablo se lleve esos muebles, que ni siquiera estn
barnizados, porque siempre decas: El aspecto da igual, lo que importa es que aguanten y sean
cmodos! Cinco meses perdidos para terminarlos, tanto tiempo, que se nota mi estado. Esos
trastos, esa porquera, esa chapuza! Por qu nos hemos casado?
EL NOVIO. Bueno, ahora se han ido y empieza nuestra noche de bodas. Es sta!
Pausa. Va de un lado a otro..
LA NOVIA. Por qu has tenido que bailar primero con esa furcia, a la que no conoca y que
consider mi amiga, en contra de todo lo que se suele hacer normalmente? Qu vergenza!
EL NOVIO. Porque haba dicho algo despectivo de los muebles!
LA NOVIA. Y t queras obligarla a decir algo amable! Pues s que eso arregla las cosas!
Pausa.
EL NOVIO. Eso pasa cuando se hace algo que los dems no saben hacer: se enfurruan. Sobre todo
cuando saben que es algo bueno que no han hecho ellos. Entonces se vengan. Naturalmente, no
son capaces de hacer ni uno de estos muebles, ni siquiera de disearlos y cortar la madera. Pero

14
La boda de los pequeos burgueses

ese pequeo error de que la cola estuviera mal les ha dado la razn. Bueno, no quiero pensar en
eso! (Va al armario e intenta abrirlo.)
LA. NOVIA. Te acordars de esto! Nunca me olvidar! (Solloza.)
EL NOVIO. De que la cola estuviera mal?
LA NOVIA. Dios te castigar por tus burlas!
EL NOVIO. Lo est haciendo ya! Al diablo esta maldita cerradura! Ahora todo da lo mismo!
Fuerza la puerta, que se rompe.
LA NOVIA. Has roto el armario slo porque estaba rota la cerradura!
EL NOVIO. Me cambio y a recoger Vamos!... Menuda pocilga de casa La novia, ponindose en
pie, comienza a poner orden. El novio, junto al armario, con la chaqueta de casa, cuenta dinero:
Y no nos ha salido nada barato! El vino del stano no hubiera sido necesario!
LA NOVIA. La mesa cojea, le faltan dos patas.
EL NOVIO. El vino caliente! La cena! Y ahora vendrn las reparaciones!
LA NOVIA. Las sillas, el armario, el sof!
EL NOVIO. Malditos cerdos!
LA NOVIA. Y tus muebles!
EL NOVIO. Hechos con mis propias manos!
LA NOVIA. As se aprende a apreciar lo que se tiene!
EL NOVIO. Se cuida ms!
LA NOVIA, sentndose, con la mano en la cara: Y esta vergenza!
EL NOVIO. Tienes que recogerlo todo vestida de novia? Se te va a estropear: ya tienes una mancha
de vino!
LA NOVIA. Qu poca cosa pareces con esa chaqueta! Tienes un aspecto muy distinto! Pero nada
bueno!
EL NOVIO. Y qu vieja pareces t! Cuando lloras, se te nota!
LA NOVIA. Ya no respetas nada!
EL NOVIO. Es nuestra noche de bodas! Pausa. Luego el novio va hacia la mesa.Se lo han bebido
todo! Y el mantel ha tenido ms suerte que yo! Las botellas estn vacas, pero hay restos en los
vasos! Tendremos que economizar!
LA NOVIA. Pero qu haces?
EL NOVIO. Acabarme los vasos! Aqu tienes uno todava lleno!
LA NOVIA. No tengo ganas!
EL NOVIO. Al fin y al cabo, es nuestra noche de bodas! La novia coge el vaso y bebe. Aunque no
pueda brindar por tu virginidad, dado que ests embarazada...
LA NOVIA. se es el mayor insulto que he recibido hoy! Te has superado! Quin tiene la culpa?
Te me echabas encima como un macho cabro poseido por el demonio!
EL NOVIO, impertrrito: De modo que tenemos todava la noche por delante; en familia y entre
cuatro paredes... La novia se re amargamente. ... debemos multiplicarnos! Un deber sagrado,
por decirlo as.
LA NOVIA. Hablas demasiado.
EL NOVIO. As pues, brindo por ti, querida esposa, y por que nos vaya bien!
Beben.
LA NOVIA. No has estado acertado esta noche, pero en eso tienes razn, hoy es da de fiesta y no hay
que pedir demasiado!
EL NOVIO. Las cosas hubieran podido salir peor.
LA NOVIA. Con ese amigo tuyo!
EL NOVIO. Y con tus parientes!
LA NOVIA. Vamos a seguir pelendonos?
EL NOVIO. No en nuestra noche de bodas!
Beben cada vez ms.
LA NOVIA. Noche de bodas! Se atraganta, se re a carcajadas. Qu divertido! Bonita noche de
bodas!

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La boda de los pequeos burgueses

EL NOVIO. Al fin y al cabo, por qu no? Salud!


LA NOVIA. Esa cancin era tan indecente! (Suelta una risita) La tumb de mil amores... As sois
los hombres! Que no hay tiempo que perder!
EL NOVIO, ponindose en pie de un salto: Y las ancdotas de tu padre!
LA NOVIA. Y mi hermana en el pasillo! Para morirse de risa!
EL NOVIO. Y esa bruja, que por poco se la da!
LA NOVIA. Y qu ojos ponan cuando no se poda abrir el armario!
EL NOVIO. As, por lo menos, no pudieron curiosear!
LA NOVIA. Qu bien que se hayan ido!
EL NOVIO. No hacan ms que alborotar y ensuciarlo todo!
LA NOVIA. A que nos basta con nosotros dos?
EL NOVIO. Ahora estamos solos.
LA NOVIA. Esa chaqueta de casa no te sienta bien!
EL NOVIO. Ese vestido tampoco! Se lo desgarra en dos.
LA NOVIA. Me lo has roto!
EL NOVIO. Da igual! (La besa.)
LA NOVIA. Eres tan salvaje!
EL NOVIO. Y t tan bonita! Qu pechos tan blancos!
LA NOVIA. Ay, me haces dao, amor!
EL NOVIO la arrastra hacia la puerta, abre y se queda con el pomo en la mano: El pomo. Jajaj!
Esto tambin. Lo tira contra el farol, que se apaga y cae. Ven!
LA NOVIA. Y la cama! Jajaj!
EL NOVIO. Qu pasa? Qu pasa con la cama?
LA NOVIA. Se desarmar!
EL NOVIO. Qu importa! Que le den! La arrastra afuera. Oscuridad. Se oye derrumbarse la cama.
Risas incontenidas.

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