Geografia y Geologia Del Ecuador
Geografia y Geologia Del Ecuador
Geografia y Geologia Del Ecuador
DEL
ECUADOR
PUBLICADA l'Ot ORDEN DEL SPKEMO GOBIERNO
DE LA REPBLICA
POS
TEODORO WOLF,
PK. 'Hiii., ASTieuo m o m i m BE LA ESCUELA I-OLUTCSICA M imxo
GELOGO DEL KSTADO.
LEIPZIG.
TIPOGRAFA D E F . A. BUOCKHAUS.
1892.
Lam. I.
T. Wolfc
TABLA DE MATEKIAS.
Introduccin.
V&g-
I. L A CARTA GBOaBAFICAV DEL ECUADOR . 1
II. POSICIN ASTBONMIOA DEL ECUADOB, LMITES Y EXTENSIN DEL ECUADOB.
Posiciones dudosas. Innovacin necesaria. Cuestin de lmites. Fronteras de
Colombia, Brasil y Per. Lmites por posiciones astronmicas.. Posicin
del Archipilago de Galpagos. rea de la' Eepibliea
Parte I. Topografa.
Generalidades 16
i
CAP. I. E L HAB -Y LAS COSTAS.
El Ocano Pacfico. Su temperatura. La corriente peruana. El Golfo de
Guayaquil y sus islas. Puna. Canal de Jambel. Canal del Morro.
Puntilla y ensenada de St s . Elena. Cabo de S. Lorenzo y baha de Manta.
Baha de Caraques y Cabo Pasado. Cojimes. Cabo de S. Francisco. Costa
de Esmeraldas y esteros de Pailn 18
CAP. II. LA BEBION CENTRAL ANDINA.
Seccin Ia. La regin fronteriza al Sur del nudo de Sabanilla.
Una sola Cordillera andina. Sus ramificaciones. Sistema fluvial del rio Chin-
chipe. Rio de Huancabamba . 26
Seccin 2 a . La regin entre el nudo de Sabanilla y el rio Jubones.
Nudo de Sabanilla. Cordillera/oriental. Su bifurcacin. Nudos de Caja-numa
y. Acayana Guagra-uma. La hoya de-Loja. El rio Zamora. Cor-
dillera de Chilla y Amboca. Rio de Macar. Sistema fluvial del Cata-
mayo. Sistema del rio Tmbez y la hoya de Zaruma . . . . 29
Seccin 3a. La regin entre el rio Jubones y el nudo del zuay.
Cordillera oriental. Nudo de Prtete y Tinajillas. Sistema fluvial y hoya del
Jubones. Valle de Yunguilla. Hoya de Cuenca. Nudo imperfecto de
Caar. Sistema del rio Paute. Nudo del Azuay.' Hoya de Caar y su
sistema fluvial ' ; 37
Seccin a. La regin entre el Azuay y el Chimboraeo y Sananecyas.
El Azuay y su conexin con la Cordillera real. Nudo de Tiocajas. Cordillera
occidental. Hoya de Alaus y sistema del rio Chanchan. Hoya de Rio-
vm TABLA DE MATEEIAS.
P&g.
bamba. Cordillera oriental. El Sangay, Altar, Tunguragua. Cordillera
occidental. El Chimborazo. Nudo de Sanancajas Igualata. Cerros de
Yaruques. Sistema del rio Chambo. Meseta de Riobamba. El valle
de Chimbo y la Cordillera lateral. Sistema fluvial del Chimbo. Valle
lateral de la Chima 54
Seccin 5 a . La regin entre Sanancajas y TiwpuUo.
Cordillera oriental. Cerros de Llanganate y Cerro Hermoso. Cordilleras de
Plaro y de Chalupas. M Quilindaa y rio Juntas. El Cotopaxi, Ru-
miahui y nudo de Tiupullo. Cerros de Chaupi. El Iliniza. Cordillera
occidental. Chimborazo y Carihuairazo. Abraspungo. Pualica. Cor-
dillera de Angamarea y Zumbagua. Casaguala. Cordillera de Guangaje,
Chugehilan y Sigchos. Valle del Toachi. El Quilotoa. Sistema del
rio Cutuchi y Patate. Rio y valle del Pastaza 71
Seccin 6a. La regin entre l Tiupullo y el Mojanda.
Cordillera occidental. El Corazn y el A^acazo. Rio y valle de Pilaton.
El Pichincha. Cerros de Calacal. Pululagua. Cordillera oriental. Coto-
paxi. Rumiahui. Sincholagua. Antisana. Guaman. Puntas. Pamba-
marca. Sara-ureu. Cayambe. El Mojanda y el Cajas. El Cusin.
Sistema fluvial del Guallabamba. El Ilal. La meseta de Quito. Rio
Pisque y hoya lateral de Cayambe 84
Seccin 7a. La regin entre el Mojanda y la frontera de Colombia.
Cordillera oriental y sus rios. La Cocha de San Pablo. La Cordillera
occidental. El Cotacachi. El Yana-urcu. Pramos de Pian y sus rami-
ficaciones. Pramos del Chiltazon y del ngel. El Chiles. Cerro negro
de Mayasquer. Cmbal. Azufral. Nudo de los Altos de Boliche de
Huaea. El Imbabura. Cordillera de Angochagua, Sistema fluvial
del rio Mira y la hoya de Ibarra. la hoya de Tulcan y el rio Carchi , 97
Mapas.
I. Carta geolgica del Ecuador Al fin de la obra.
II. Carta de vegetacin del Ecuador ,, ,, ,,
INTKODTICCJON.
i.
La carta geogrfica del Ecuador.
Como el objeto principal y especial de la presente obra consiste en
acompaar, explicar y completar la carta geogrlica del pais, ser bueno
adelantar algunas palabras sobre el nacimiento de ella, sobre su valor rela-
tivo y sus pretensiones.
A nadie se ocultar, que las cartas antiguas que poseemos del territorio
ecuatoriano, por buenas y tiles que hayan sido en s tiempo, ya no satis-
facen las exigencias modernas;'1') y que es necesario hacer un paso ade-
lante, para no quedar demasiado atrs de las Repblicas vecinas al Sur y
al Norte, que desde algun tiempo han comprendido la misma necesidad de
reformas cartogrficas en sus territorios respectivos.*2^
Si la falta de un buen mapa se hace sentir en todas las clases de una
^sociedad culta, es doblemente dolorosa para el viagero cientfico y sobre
todo para el gelogo, que necesita como base indispensable para sus estu-
dios el conocimiento topogrfico tel terreno. Ocupado como estaba desde
veinte aos eu la exploracin geolgica del territorio ecuatoriano, comenc
subsanar esa falta con planos parciales de las localidades mas importantes
bajo la vista geolgica. Poco poco extend los estudios geogrficos sobre
cantones enteros y aun sobre provincias, y asi me naci la idea de formar
sucesivamente el mapa de toda la Repblica, lo menos de sus partes acce-
sibles, refundiendo mis propios estudios y nuevas observaciones con lo bueno
que encontr en los trabajos antiguos: idea, que persegu con constancia
durante los ltimos quince unos. No es esto el lugar de contar las mil difi-
cultades intrnsecas y extrnecas que se opusieron tamaa empresa y por
tiempos la paralizaron. Al fin alcanc un xito en parte satisfactorio, aunque
no se verificaron mis proyectos en toda su extensin. Me consuelo con que
?' magnis voluisse sot est! Algunos de los estudios concernientes se
publicaron en mis Viajes cientficos por la Repblica del Ecuador (1879),
WOLI', Eouador. }
o INTlt-OPlTOION.
otros he depositado en' el Mapa de las provincias del Guayas y de los Rios
(1882). Estos materiales ya publicados y todos los inditos (la mayor parte)
encontraron su aplicacin en el actual mapa grande de la Repblica, junto
con un gran acopio de datos genos y antiguos.
Do la historia del mapa se deduce claramente, que no todas sus partes
pueden tener el mismo valor intrnseco,- porque los diferentes materiales, de
que debia valerme forzosamente en su composicin, no pueden pretender el
mismo grado de exactidud y perfeccin. Hay muchas partes en el interior
y en la costa, basadas en triangulaciones exactas, propias y agenas; otras
que so fundan en mis apuntes y delincaciones hechas mediante la brjula
en los viajes, otras, en lin, que he tenido que trazar segn los mapas anti-
guos y por cuya precisin naturalmente no puedo asumir la misma garantia
y responsabilidad, por mas cauteloso que procedia en la eleccin de esos
materiales genos y antiguos.
Cartas tan exactas y minuciosas hasta en sus ltimos detalles, como
las poseen la mayor parte de los Estados de Europa, son el resultado de la
colaboracin de centenares de gegrafos, astrnomos, ingenieros, sociedades
cientilicas, Gobiernos ilustrados, y seria injusto medir con la medida com-
parativa de ellas las cartas de una Repblica sudamericana, que apenas sale
de los paales de su infancia poltica y tienta los primeros pasos en el vasto
campo de las ciencias modernas. Tales cartas quedarn todava por algun
tiempo un pium desiderium para los paises sudamericanos.
Un solo hombre no alcanzara en toda su vida construir un mapa del
Ecuador (mas dilatado que Francia el Imperio alemn), si quisiera basarlo
en sus propias mediciones geodsicas exactas y estudios topogrficos deta-
llados. Es indispensable que se valga de auxilios genos. Operaciones geo-
dsicas en varias partes de la Repblica, observaciones astronmicas de
diferentes sabios y hechas en diversas pocas, planos de innumerables loca-
lidades separadas, cartas martimas, itinerarios y descripciones geogrficas,
bosquejos y croquis mas menos completos, mapas antiguos de misioneros
y viajeros, dibujos de paisages y hasta fotografas, ngulos tomados con la
brjula en los viajes, observaciones baromtricas en todas las alturas etc. etc.
todos estos materiales tan heterogneos y veces de tan ambiguo valor,
tiene que amalgamar con prudente crtica y combinar con sus propios tra-
bajos en un solo conjunto, que en forma de una carta geogrfica represente
el estado actual de los conocimientos geogrficos del p a i s . w
Considero como un mrito principal de n carta el haber aclarado la
regin haja del Ecuador occidental entre el Ocano Pacfico y la Cordillera
de los Andes, desde el rio Tmbez hasta el rio Mira, regin demasiado
descuidada anteriormente. Desaparecieron los blancos extensos de la carta
LA CARTA GEOGRFICA DEL ECUADOR. < 3
escala elegida (la mitad de la del mapa grande) p^mio representar per-
fectamente la configuracin orogrfica de las islas.
Por punto de salida para contar las Longitudes, he adoptado el meridiano
de Paris, indicando tambin, en segunda linea el de Greenwich. Quera en
esto conformarme las intimas cartas de Colombia "y del Per, aunque en
nuestros tiempos7 el meridiano de Greenwich tenga una aceptacin mas gene-
ral y casi universal entre"los navegantes, por referirse l la mayor parte
y las mejores cartas martimas del mundo*). Hoy dia felizmente se ha aban-
donado la costumbre (particularismo ridculo) de que cada pais, por pequeo
:% insignificante que sea, cuente con su propio meridiano, dificultando as el
estudi de los mapas todos los gegrafos que no sean nacionales. Cual-
quier gegrafo del mundo civilizado sabr sin dificultad, sobre qu punto
del globo terrestre debe buscar una ciudad, una provincia, indicndola por
las Longitudes de Pars de Greenwich, mientras que designndola con el
meridiano de Quito^no suceder as; primero tiene que buscar la diferencia
entre Quito y Pars Greenwich, y despus reducir la longitud de aquella
ciudad la universalmente conocida. Por lo dems no se concluir' este
siglo, sin. que desaparezcan todos los meridianos particulares y sin que ten-
gamos un meridiano comn y adoptado por tedas las naciones civilizadas,
llmese de Paris, de Greenwich de cualquier otro lugar (probablemente
no ser el de Quito). El Congreso internacional de gegrafos trabaja desde
algfm tiempo en pro de la aceptacin de un meridiano universal, y* en su
ltima reunin, ge tuvo lugar el ao pasado en Berna (Suiza), constituy
una comisin permanente, para que se ocupe seriamente de esta cuestin.
POK conclusin no ser por dems repetir, que mi carta no pretende ser
una obra perfecta y completa en todas sus partes, y que no ser el ltimo
de sus mritos el que sus imperfecciones estimularen los gegrafos veni-
deros, nacionales y estrangeros, corregirla y perfeccionarla mas y mas.
Me conformar con que tenga alguna utilidad prctica para el Gobierno, con
cuya- alta proteccin sale la luz, y para los particulares, ingenieros, mi-
neros, agricultores, comerciantes, industriales y viajeros. Para el gegrafo
de profesin puramente terico sealar un cierto estado de transicin,
marcar el estado de la geografia del pais fines del siglo XIX, como el
mapa de Maldonado lo marc mediados del siglo pasado. Espero que este
estado actual no quedar por tanto tiempo estacionario, como sucedi con
el de Maldonado, que en el siglo XX los adelantos en el conocimiento geo-
grfico del pais sern mas rpidos, y que por esto mi mapa ser mas pronto
anticuado, porque esto significar progreso, lo nico que anhelo con mis
trabajos y al que deseo contribuir en todo tiempo.
Creo que estas aclaraciones previas indicarn suficientemente el punto
de vista, bajo el cual se debe juzgar mi carta geogrfica y la obra que la
acompaa. Deseo que la critica sea severa, pero la vez justa.
II.
Posicin astronmica, lmites y extensin del cuador.
Este de lo que se encontraba hasta ahora en los mapas, sin lisonjearme con
la esperanza de haber acertado en todos los puntos. Quito, la capital de
la Repblica se halla segn las observaciones de Reiss.y Stbel lo menos
12 minutos mas al Este de lo que supusimos hasta ahora, apoyados en la
autoridad de Humboldt. Alaus cae, segn mis propias observaciones y
mediciones, mas de 20 minutos hacia el oriente. Una transladacion hacia
l Este es necesaria, el grado que llega en cada caso particular, es todava
dudoso. Tiempo seria, que el .Qbservajorio astronmico de Quito, despus
de 20 aos de su existencia, contribuyera finalmente algo la aclaracin y
solucin de esta cuestin importante. No me he resuelto una alteracin
tan esencial en el mapa del pas sin motivos poderosos, y solo despus de
consultar los resultados de las observaciones astronmicas de los Seores
Reiss y Stbel me he tranquilizado del todo sobre la reforma, que me
sentia impujado forzosamente por mis estudios de los ltimos aos4*i- Hablo
aqu especialmente de la Longitud de los lugares, pues en las Latitudes no
reina tanta confusin incertidumbre. Su determinacin es mas fcil y mas
sencilla, por esto las diferencias que hay entre los diversos observadores,
no son tan grandes y comunmente se reducen segundos.
De lo que antecede, podemos deducir, qu valor tienen las posiciones
que encontramos en las geografas del pais (desde Velasco hasta Mera) ex-
presadas en grados, minutos y hasta en segundos, y se explicar porqu en
est libro soy muy parco con indicaciones astronmicas y casi siempre omito
los segundos (ojal que siempre pudiramos indicar los minutos siquiera
con aproximacin!).
Por punto de salida mas seguro debemos tomar por ahora la costa
ecuatoriana desde Tmbez hasta la Punta Mangles en la desembocadura del
rio Mira, primero para conformarnos con los mapas modernos de nuestros
vecinos de Colombia y del Per, y. segundo porque en este lado las correc-
ciones de las posiciones astronmicas, que se hagan con el tiempo en las
cartas martimas, sern insignificantes en comparacin de las que se veri-
ficarn en el interior, y probablemente vendrn ser uniformes por toda
la extensin de la costa, es decir, que ella toda se trasladar unos tantos
segundos mas al Este al Oeste, sin que cambie la configuracin que tiene
ahora. Pero antes de proceder la demarcacin astronmica de la Repblica
y al clculo de su rea, es necesario adelantar algunas palabras sobre
La cuestin de lmites. Esta materia sola llenara un grueso volumen,
si quisiramos agotarla. (5> Aqui me limito explicar los motivos de haber tra-
zado los linderos de tal modo como se hallan en mi mapa.
El Ecuador linda al Norte con Colombia, al Este con Brasil y al Sur
con el Per, hallndose al Oeste limitado por el Ocano Pacfico.
POSICIN ASTRONMICA, LIMITES Y EXTENSIN DEL ECUADOR. 7
Est vigente un tratado, que se celebr en 1856 entre las Bepblicas del
Ecuador y de Colombia, y cuyo articulo 26 dice: Mientras que por una con-
vencin especial se arregla de manera que mejor parezca, la demarcacin
de lmites territoriales entre las dos repblicas, ellas continan reconocin-
dose mutuamente los mismos, que conforme la ley colombiana de 25 de
junio de 1824 separaban los antiguos departamentos del Cauca y del
Ecuador.
Esta convencin. especial, de que habla el artculo, no se ha celebrado
hasta la fecha, y as es claro que en la fijacin del lindero con Colombia
solo puede y debe guiarnos la citada ley de 1824, el mapa de Restrepo,
que traza los linderos de los departamentos, que ahora forman el Ecuador,
conforme la misma ley.
Principia el lindero al Oeste en la boca de Ancn, que segn Restrepo
es la vez la boca meridional del Rio Mira, y delante de la cual est situada
una isla formando el Cabo Manglares (Punta Mangles de las cartas mo-
dernas). Prolongando la puntacion de la frontera de Restrepo en linea recta,
saldra precisamente en dicho Cabo la mar. El dibujo de la ensenada
de Ancn y sus partes colindantes hacia el Norte, es muy defectuoso en el
Atlas de Restrepo, y hasta que ser mejor estudiado el complicado delta del
rio Mira y designado definitivamente el brazo que debe servir de lmite, me
pareci conveniente salir en mi mapa de la Punta Mangles y seguir el brazo
del Mira, que se dirige al Este y que sin duda corresponde mejor al que
encontramos en Restrepo. En seguida el rio Mira mismo forma la fron-
tera hasta la boca del rio de San Juan, que falta en el mapa de Restrepo,
y por esto hace subir la linea divisoria demasiado arriba hacia el Este, casi
hasta el pueblo de Mira. Pero en el mapa de Codazzi, que est muy lejos
de perjudicar los derechos de Colombia, y quita al Ecuador cuanto puede,
encontramos la linea trazada al lado del rio de San Juan y subiendo los
pramos del Chiles. En efecto es el rio de San Juan el lindero que parece
conformarse la ley de 1824 y que corresponde tambin la posesin actual.
De las cabeceras de este rio pasa la frontera por las faldas setentrionales
del volcan de Chiles entre este y el Cumbal, y baja al Este encontrarse
con el rio de Carchi, al que sigue hasta mas all de Tulcan. En con-
tinuacin sube por un ramal la Cordillera oriental de los Andes, y vira
por su cresta hacia el Norte, para dirigirse, casi enfrente d Pasto, y
un poco al Norte de la gran laguna de San Pablo (la Cocha), con un
ngulo fuerte al Sureste, bajando por el ramal de la Cordillera que separa
el sistema fluvial del Putumayo del del rio Guarnes, hasta tocar con el
Putumayo mismo. Este ltimo rio constituye el lindero hasta la.boca del
8 INTBODUCCION.
*) El rio del San Miguel desemboca sin duda alguna, y tambin segn la explora-
cin mas reciente de Mr. Crevaux, en el rio Putumayo, y no en el Aguarico (apo),
como creen algunos.
POSICIN ASTKONMICA, LMITES T EXTENSIN DEL ECT/AD0B. 9 -
cresta de la Cordillera, que separa el sistema fluvial del rio Chinchipe del del
ri Quiroz, es tambin el lindero poltico; pero muy pronto, desde las cabe-
ceras del rio de Huancabamba, encontramos diferencias notables en los ma-
pas antiguos. Segn Restrepo sigue el lindero siempre sobre la misma Cor-
dillera principal, que separa la regin amaznica de la pacifica, hasta el
grado 6 de latitud Sur, desde donde vira al Este y baja al Amazonas.
Humboldt indica el mismo lindero hasta 5 o 30' Lat. S., pero de ahi baja de
la Cordillera al rio de Huancabamba y sigue el curso de este hasta el grado
6, de manera que incluye toda la hoya superior de Huancabamba en el
territorio colombiano (resp. ecuatoriano). Finalmente, la Carta peruana de
1826 rodea con su lindero la hoya superior del Huancabamba por el lado
oriental, incluyndola en el territorio peruano, pero despus desciende tam-
bin al rio de Huancabamba, tocndolo casi en el mismo lugar que Humboldt
y siguindolo hasta el punto en que vira al Este (punto que en la carta
peruana est mas al Norte que en la de Humboldt). La carta de Restrepo
es en sus partes australes demasiado defectuosa para poderla comparar con
'las otras dos, y por esto indicar el lindero desde el Huancabamba hasta el
Yavar segn estas, que en todo lo principal estn acordes, aunque difieren
veces en los detalles topogrficos. . En el punto indicado, en que vira el
rio de H. al Este, el lindero abandona su orilla y sigue todavia algunos
minutos al Sur hasta encontrarse con el rio Chota, que es un pequeo tri-
butario del Huancabamba. Cruzando este rio se dirige al oriente y toca
con el Maraon unas 5 leguas al Sur de la boca de Chamaya (que es la
misma que la del Huancabamba). Desde el Amazonas tira el lindero siempre
con la direccin general 0 - E , pero en un arco abierto, al rio de Huallaga
de tal modo que cruza los ros de Utcubamba y Ghuchunga, deja al Sur
todo el sistema fluvial del rio Mayo de Moyobamba, y coje cerca de Bal-
sapuerto el rio Paranapura, cuyo curso sigue hasta el Huallaga cerca de
Yurimaguas. Desde este punto cruza de 0 - E una regin montaosa hasta
encontrarse con el rio Ucayali en un punto que en el mapa peruano se llama
Playa de lps ahorcados. Despus de seguir el curso del Ucayali por el
trecho de unas 15 leguas, lo abandona y v en direccin NEE al rio Yavar
con que se encuentra cerca de la boca del rio Glvez. Y el Yavar forma
el lindero con el Brasil hasta su boca en el Amazonas, como hemos visto
mas arriba.
Determinados de tal modo los lmites de la tierra firme del Ecuador,
solo debemos agregar que el Archipilago de hs islas Galpagos forma parte
integrante de la Repblica, desde 1832.
Si queremos determinar mediante posiciones astronmicas los puntos
extremos y mas salientes del pas, notaremos las siguientes: De N al S se
12 INTBODOCCION.
Colombia (es imposible que sean los del mapa de Codazz), por esto no
pude calcular el terreno que quieren quitar al Ecuador.
Vase, pues, si el arreglo definitivo de los lmites es una cuestin
vital para el Ecuador!
Advierto, que el clculo de Villavicencio, que d la Kepblica 16000
y al Archipilago de Galpagos 800 leg. > clculo que ha pasado todas
las geografas modernas y los libros de enseanza del pais, carece de todo
fundamento, y seria falso aun en el caso supuesto, de que sus linderos fue-
sen aceptables.
PARTE I.
TOPOGRAFIA.
(Hidro- y Orografia.)
En la descripcin geogrfica de un pais la hidrografia y la orografia es
la parte mas importante y la par la mas difcil. Los catlogos montonos
de rios y montaas, como los rezan las antiguas geografas, no pueden dar
una idea de lo que es el pais. Si no queremos contentarnos con una enu-
meracin en orden jerrquico (Velasco, Villavicencio), si queremos dar una
descripcin del terreno, es preciso entrar en muchos y complicados detalles,
aunque sea con el riesgo de fastidiar al lector con repeticiones y con un
lenguaje poco variado. Aconsejo que se estudie esta parte del libro con el
mapa la vista, mtodo que se recomienda tambin para las otras partes.
Antes de entrar en esos detalles, echemos una ojeada general sobre el
terreno que debemos analizar.
Generalidades.
EL Ecuador est atravesado en su tercio occidental por el espinazo del
Continente Sudamericano, es decir por la gran Cordillera de los Andes. De
este fenmeno geolgico dependen todas sus condiciones orogrfieas, hidro-
grficas, climatolgicas, biolgicas y hasta las etnogrficas en gran parte.
Las montaas del Ecuador forman en su mayora partes integrantes de la
Cordillera principal estn lo menos en un conexo causal con el levanta-
miento de los Andes. El desarrollo de los sistemas fluviales depende directa-
mente de la configuracin de las montaas en su direccin y extensin. El
clima y las condiciones meteorolgicas del pais se hallan en intima depen-
dencia de las altas montaas y sin ellas serian inexplicables; lo mismo di-
gamos de las zonas vegetales y de la distribucin de la vida animal, que
su vez dependen del clima. Hasta la vida del hombre est en cierto grado
bajo el influjo de la Cordillera de los Andes. Ella estableci la separacin
GENERALIDADES. 15
tan notable entre las naciones salvajes indgenas, cuyo desarrollo era muy
distinto al occidente de los Andes del del lado oriental, y que solo en las
regiones altas y montaosas llegaron al grado de cultura y civilizacin, que
admiramos en las naciones andinas de la poca antigua. Asi observamos
que la Cordillera de los Andes es en efecto el prototipo fundamental, que
determina todo el carcter geogrfico del Ecuador. Los Andes son para el
Ecuador lo que los Alpes para la Suiza.*)
Los Andes dividen el Ecuador en tres regiones bien marcadas que se
distinguen perfectamente tanto en lo fsico, cunto en lo poltico y civil.
I o . E l Ecuador occidental, comprende los pases bajos entre la costa
y el pi de la Cordillera occidental.
2 o . E l Ecuador central alto, se compone de las provincias andinas,
situadas sobre las Cordilleras y sus faldas exteriores ambos lados.
3 o . E l Ecuador oriental, se extiende de las faldas inferiores de la Cor-
dillera oriental sobre las bajas regiones de la hoya amaznica.
Para determinar l rumbo general de los Andes, tomemos la Cordillera
oriental como la principal y la mas regular. Una linea recta, tirada desde
el nudo de Sabanilla crea de las cabeceras del rio Macar y del rio Chinchipe
hasta la cresta de la cordillera enfrente de Pasto, sigue la direccin S-N
con 20 al E.
Desde la frontera del Per hasta las ceranias de Loja encontramos una
sola Cordillera de los Andes, que viniendo del Departamento peruano de
Cajamaroa, es la continuacin directa de la Cordillera occidental del Per.
Ella separa los sistemas fluviales occidentales del rio de Piura y del rio
Achira de los orientales del rio de Huancabamba, del rio Chinchipe, y del
rio Zamora. En el nudo de Cajanuma, pocas leguas al Sur de Loja, la Cor-
dillera se bifurca, y distinguimos una cadena oriental, (la principal) y otra
occidental con la angosta altiplanicie de Loja en medio. Pero luego desa-
parece de nuevo la bifurcacin pronunciada, en las cercanas de Zaraguro y
en el complicado nudo de Guagra-uma, del cual salen algunas Cordilleras
irregulares al Oeste. Solo al otro lado del hondo valle del rio Jubones se
declara la bifurcacin mejor dicho el paralelismo de las dos Cordilleras
de un modo bien claro, y podemos perseguir las dos cadenas hasta, la fron-
tera de Colombia, aunque en algunas partes sus crestas estn cortadas pro-
fundamente por valles hondos y anchos, por los cuales desaguan los rios de
la regin interandina.
El gran valle longitudinal entre la Cordillera oriental y occidental no
es continuo sino dividido en unas extensas hoyas por los nudos transversales,
que enlazan en varios puntos las dos Cordilleras y se alzan alturas muy
considerables sobre las altiplanicies. De tales hoyas, que Humboldt llam
impropiamente altiplanicies pues no son planas sino muy quebradas y
montaosas , distinguimos lo menos seis mayores y varias secundarias
mas pequeas; las caracterizaremos mas tarde detenidamente. La altura
media de los Andes podemos poner en 3500 metros, y la altura media del
pais interandino habitado (de las altiplanicies) en 2500 metros sobre el
nivel del mar. Desde ahora dir que la distincin de dos Cordilleras princi-
pales no se funda solamente en su presencia exterior y puramente geogrfica,
sino igualmente en su constitucin geolgica, que en las dos es esencial-
mente diversa, como lo demostrar en su lugar. De ambas Cordilleras salen
ramales mas menos largos hacia el Occidente y Oriente, declinndose poco
poco las regiones Pacficas y Amaznicas.
La regin central del Ecuador presenta naturalmente un aspecto fsico
muy variado y los contrastes mas sorprendentes, como sucede en los pases
que llevan el carcter alpino. Llanos deliciosos, regados de riachuelos
mansos y sombreados de naranjos y mirtos, estn cruzados de valles y que-
bradas escarpadas, en cuyo fondo se precipitan los estrepitosos torrentes, y
cuyas laderas ridas apenas sostienen algunos espinos y tunas. Por gradas
se levantan los flancos de las Cordilleras desde las mesetas alegres con sus
trigales y maizales, hasta los yermos inhospitales de los pramos, y final-
mente hasta las elevadas cumbres de los volcanes, coronadas de nieve eterna.
Muy distinto es l carcter de la regin baja occidental. Esta zona, que
al Sur, desde Santa Rosa hasta Naranjal, por la entrada del Golfo de Guaya-
quil se estrecha dos tres leguas, toma desde la latitud de Guayaquil
un ensanche de 30 leguas y mas. No toda la regin es llana, pues, aunque
existen llanuras muy extensas, especialmente en el sistema fluvial del rio
Guayas, y en el curso inferior de otros rios grandes, es sinembargo el pais
generalmente montaoso. En primer lugar se prolongan muchos ramales de
los Andes con sus ltimas ramificaciones bajas hacia el occidente, y en
segundo lugar existen en las provincias del Guayas, de Manab y de Es-
meraldas varias montaas aisladas y cordilleras irregulares y bajas, que no
estn en directa conexin con los Andes. Las mas altas de estas cordilleras
y montaas no llegan 500 metros de altura y tienen formas suaves y re-
dondeadas, las colinas componen paisajes undulados. Lo que mas caracteriza
esta zona-, es la multitud de rios navegables, que en muchas regiones
GENERALIDADES. 17
cubiertas de bosques, son las nicas vias de comunicacin. Faltan las vistas
grandiosas y salvajes de las Cordilleras altas, y predominan los paisajes
amenos y los cuadros de vejetacion tropical.
La Megion oriental participa en mucho de la occidental. Es aun menos
montaosa y solo en la cercania del pi de los Andes. Mas abajo, desde
donde los rios grandes son navegables, forma una sola llanura inmensa,
interrumpida por pequeos trechos de suaves .undulaciones del terreno. Las
cordilleras altas que se hallan en los mapas antiguos, sobre todo en el de
Villavicencio, y aun en el novsimo de Raimondi, son imaginarias y en su
mayor parte no existen. Los grandes rios navegables y las selvas virgenes
que cubren cual un ocano vegetal toda esa regin, le imprimen su carcter
singular, que es majestuoso pero la vez sombrio y melanclico. Durante
semanas y aun por meses enteros el viajero no goza de un horizonte que
pase de pocas cuadras en contomo. El naturalista encontrar mucha variedad
en los vejetales y animales, pero el viajero ordinario se cansar muy pronto
de la eterna monotona de aquellas selvas de una exuberancia deprimente,
y dar al diablo su ponderada belleza. Agua y verdura: nada masa, como
dice Mr. de La Condamine. Paitan aqu los llanos abiertos con vejetacion
gramnea, que son tan caractersticos en una parte de Colombia y Venezuela;
toda la regin oriental del Ecuador cae en la zona vejetal de la hoya ama-
znica, que Humboldt distingui con el nombre de <iHylaea-> (de 5XY, selva
de iX^eic cubierto de rboles).
Woi?, Ecuador. 2
Captulo I.
El m a r y las costas.
El Ocano Pacfico, llamado por los antiguos las mas veces mar del
Sur, es en las costas ecuatorianas un mar muy tranquilo y justifica su
nombre. Huracanes y tornados son desconocidos, y aunque la mar veces
est picada muy brava, como dicen los costeos, esto no pasa de una
agitacin mediana, que tiene su origen en regiones lejanas, y nunca invuelve
peligro para las embarcaciones mayores. Tambin las nieblas, otro incon-
veniente para la navegacin segura, y tan frecuentes en latitudes mas altas,
son muy raras y poco densas en las costas del Ecuador. Los vientos pre-
dominantes son los que soplan del Sur al Norte; pero muchas veces, sobre
todo en invierno, reina una calma completa por largo tiempo.
La temperatura del mar varia de 23 C. 28 C , segn la regin en que
la medimos. La primera encontramos, por ejemplo, en el Golfo de Guayaquil,
afuera de la isla de Puna, y en la Puntilla de St s . Elena, y la segunda en
ja costa de Esmeraldas. Este fenmeno interesante se explica de la manera
siguiente.
Si nos fijamos en un mapa hidrogrfico, en que se hallan indicadas las
corrientes de los mares, veremos que la gran corriente llamada del Per
de Humboldt, que viniendo del mar antartico baa las costas de Chile y del
Per, abandona desde el Cabo Blanco (4 Lat. S) las costas y se dirige
hacia el Noroeste, pasando por el Archipilago de Galpagos. Las aguas
de esta corriente son considerablemente mas fras que las del ocano inter-
tropical libre de corrientes. Este ltimo, entre 5 45' Lat. N y 6 15' Lat. S
tiene comunmente 28y2 C , de 2 3 grados mas que la atmsfera ambiente.
Ahora bien, en otra ocasin he demostrado, que no toda la gran Corriente
Peruana declina desde el Cabo Blanco al NO, sino que all se bifurca,
siguiendo una rama de 100 millas de ancho la costa ecuatoriana hasta cerca
del Cabo Pasado en Manab en direccin S-N, y dirigindose la otra
principal y mas ancha directamente hacia NO las islas Galpagos. Esta
EL MAR T LAS COSTAS. 19
rama tiene la temperatura baja de 23 C. influye en consecuencia de ella
poderosamente en el clima y en la vejetacion de las costas del Guayas y
de Manabi, como veremos en su lugar. <6>
El accidente mas notable que presenta la costa ecuatoriana, es el Golfo
de Guayaquil, el golfo mas grande y mas hermoso desde Panam hasta Val-
paraso. Su forma es casi triangular y sus puntos extremos son el Cabo
Blanco al Sur, la Puntilla de St a . Elena al Norte, y la Isla de Puna al Este.
El Ecuador principia al Norte de la bahia ensenada de Tmbez, que forma
parte del golfo, con un grupo de islas bajas y cubiertas en gran parte de
Manglares, cuya forma y extensin en los mapas antiguos estn muy mal
trazadas. Las cuatro islas principales, contadas de Sur al Norte, son Payana
(propiamente son dos) Tembleque, Pongal y Janibeli. De la tierra firme estn
separadas por un estero hondo y ancho, que principia en la Boca de Capones,
lleva en seguida el nombre de Estero grande y sale con el de Estero de
Santa Bosa \t~Boca de Jambel. El Estero grande est sembrado de
islotes pequeos y se ramifica de un modo muy complicado, formando un
verdadero laberinto, en cuyo estudio los pescadores de aquellos sitios son
los nicos guias seguros. Una zona de dos millas nuticas de ancho y de
muy poca profundidad cie las islas hacia Oeste, y forma los peligrosos
Bajos de Payana, que en bajamar quedan descubiertos en gran extensin
impiden la entrada de embarcaciones mayores en los esteros que separan
las islas. Pero estos mismos bajos son clebres por sus ricos bancos de <
ostiones, que proveen el mercado de Guayaquil y de algunos pueblos
peruanos.
Enfrente de los bajos de Payana, en direccin NO, se halla el islote
rido y estril de Santa Clara del Muerto (por presentar la vista la
figura de un gigante amortajado y echado sobre el mar). Dista de la Punta-
Payana 14 y de la Punta Salinas en la Isla de Puna 12 millas nuticas, y
no es mas que la cresta angosta de una roca arenosa, de dos kilmetros
de largo, y coronada de un faro.
Desde la Punta de Jambel la costa meridional del golfo vira, rpida-
mente al Norte y toma poco poco la direccin del rio Guayas. La costa
stentrional, viniendo de la Puntilla de St a . Elena en direccin*'SE, forma
en la Punta. Arena, cerca del Morro, un ngulo brusco y toma igualmente
la direccin NNE, prolongndose por el Estero Salado hasta las cercanas
de Guayaquil. Cerremos el Golfo al N por una linea tirada de la boca.de
Naranjal (lado Este) hasta la del estero de Sabana grande (lado Oeste).
Desde esta linea sigue hacia arriba de un lado el delta del rio Guayas y
del otro l Estero Salado. En medio de esta parte del Golfo, encerrada
entre dicha linea y las Puntas de Jambel y de Arena, se halla situada la
2*
20 TOPOGRAFIA. CAPTULO I .
del mar una cadenita de colinas arenosas, cuyo punto mas alto y mas
saliente? se llama Punta Sur ones. Delante de la Boca de Cojimies se ex-
tienden los inmensos bancos y bajos de Cojimies, que cierran la entrada al
manso ..y hondo estero interior para las embarcaciones mayores, y en todo
son iguales los bajos de Payana.
Del brazo setentrional del Estero de Cojimies, que tambin se llama
Boca de Daule, salen dos esteros mas pequeos formando la isla de Daule,
en que se halla el sitio del mismo nombre. Finalmante, al Norte de la Boca
de Daule entra otro estero, que se une con el de Prtete y circunda la isla
de Zapotal. Esta isla es mas importante que las dos anteriores y forma al
occidente la Punta Zapotal.*) Inmediatamente al Norte de la boca del Estero
( Kio) de Prtete sale un Promontorio bastante alto, la Punta Prtete, que
separa la regin baja de Cojimies de la otra igualmente baja de Muisne.
Pero en esta ltima la formacin de esteros es reducida escala mas pe-
quea y se manifiesta solo en La Manga y la boca ancha del rio Muisne.
Al Norte de la Punta Prtete comienza, con la ensenada de Mompiche,
la gran Bahia de San Francisco que se cierra con el cabo del mismo nombre.
La bahia, aunque no es un puerto muy bueno y seguro, sirve en ciertas
estaciones del ao las balleneras de fondeadero.
El Ceibo de San Francisco, situado en 82 28' de Long. y 0 o 40' de Lat.
Norte, forma con la Punta Galera, que se halla un poco mas al Norte, un
Promontorio ancho, muy parecido al de San Lorenzo; y desde abi la orilla
es franjeada de barrancos altos hasta muy cerca de la boca del rio Santiago.
Desde la Punta Galera la costa cambia considerablemente de rumbo, diri-
gindose al Este con una pequea declinacin al Norte. La primera Punta
notable es la de Sua, tras de la cual se halla la pequea ensenada de Sua
y Atacantes con un fondeadero poco frecuentado. Despus sigue la Punta
Gorda, y 5 millas mas adelante se abre la boca ancha del Rio Esmeraldas.
El Puerto de Esmeraldas tiene su analogia con el de Bahia de Carques,
por cuanto los vapores y buques grandes tienen que fondear muy afuera de
la boca del rio, y por cuanto que est cerrada por un arrecife banco
transversal. De la boca de Esmeraldas la orilla corre unas 4 millas al Este,
entonces sube al NE para formar la Punta Verde, y en seguida vuelve al
rumbo E, que conserva hasta el rio de Vainilla, donde acaban los barrancos
altos y comienza una inmensa llanura, que se extiende sin interrupcin hasta
mas all de la frontera de Colombia en el rio Mira.
*) Esta punta figura en los mapas antiguos con el nombre Punta Manglares, que
es desconocido entre los habitantes del pais, y ademas impropio, porque en en ella no
hay manglares.
E L MAE Y LAS COSTAS. 25
Desde el rio Vainilla sigue la playa del mar, sin accidente notable, en
direccin NE hasta la boca del rio Santiago cerca de la Tola; pero entre esta
boca y la del rio Mira encontramos una red complicadsima de esteros
islas rodeadas de manglares, que nos recuerda de nuevo las regiones de
Payana y del Estero Salado de Guayaquil. Las islas principales son la de
la Tola, enfrente del pueblo de este nombre, la de Sania Rosa y la de San
Pedro. Los esteros y canales que se ramifican atrs de las islas, comunican
por 3 4 bocas grandes con la mar; en algunos puntos se estrechan, en
otros se ensanchan considerablemente. Los' dos ensanches mas grandes se
llaman la Posa y l Pailn, y serian fondeaderos magnficos y seguros, si
la entrada ellos fuese mas fcil. En el estero mas setentrional, cuya boca
se llama de Pianguapi, entra el rio Mataje, y en el mas meridional desagua
todo el gran sistema fluvial del rio Santiago. Desde la Boca de Pianguapi
comienza el delta del Mira, y la costa vira al NO para formar la Punta
Mangles en la frontera de la Repblica.
El gran seno entre Punta Mangles y la boca del Santiago se llama la
Bahia de Ancn de Sardinas. Ella est llena de arrecifes y bajos, que riva-
lizan con los de Cojimies y de Payana y dificultan el acceso de los buques.
Como se v en el mapa primera vista, las islas de Payana, de Cojimies
y las de que acabamos de hablar, propiamente no son marinas, sino mas
bien fluviales, como las que se forman en los deltas de los rios con los
materiales (arena y lodo) arrastrados por estos ltimos. No importa, si estos
deltas sean formados de muchos rios pequeos de los brazos de un solo
rio grande. Y lo que confirma este modo de considerar esas regiones bajas,
es la circunstancia, de que su terreno superficial consta de aluviones mo-
dernas, y de que se hallan precisamente delante de ellas muchos arrecifes
y bajos de arena y lodo. La costa todava no est bien marcada y estable,
or se retira, ora avanza, y en las conquistas de la tierra los manglares,
como vanguardias, desempean un gran papel.
Del mar y de las islas de Galpagos trataremos en un captulo separado. <;)
Captulo II.
La regin central andina.
Seccin I a . La regin fronteriza al Sur del nudo de Sabanilla.
*) Si en estas consideraciones hablo de una parte limtrofe del Per, estoy muy
lejos de pretender que el Ecuador tenga algun derecho sobre ella; lo hago nicamente
para completar la descripcin fsica de los Andes, que luego entran en terreno ecuatoriano.
LA RE&ION CENTRAL ANDINA. 27
orillas del rio Achira, y separa el sistema fluvial del rio de Piura de los del
rio Quiroz y del rio Supir, que ya son tributarios del Achira.
El segundo ramal grande, que sale de la Cordillera principal hacia el
Oeste, nace un medio grado mas al Norte, en el nudo de Sabanilla y se
extiende entre el rio Quiroz y el rio Macar hasta muy cerca de las desem-
bocaduras de estos dos rios en el Achira, abajndose mucho en su ltimo
tercio, desde el pueblo de Suyo. Este ramal, que podemos llamar Cordillera
de Ayavaca, aunque cae en toda su extensin todava en terreno peruano,
ya es de mayor importancia para nosotros, porque en el ngulo setentriorial
formado con la Cordillera real, nace el rio Macar y la Quebrada de Espn-
dola, que es la frontera ecuatoriana. De este punto corre la linea divisoria
sobre la cresta misma d la Cordillera real hacia el Sur.(8>
Un poco mas al Sur del nudo de Sabanilla sale un ramal grande hacia
SSE, separando las cabeceras del rio Huancabamba del sistema fluvial del
Chinchipe. Este ramal baja al Sur hasta la cercana de Jan de Bracamo-
ros, y podramos llamarlo Cordillera de Huancabamba, porqu forma.con la
Cordillera real enfrente, el gran valle del rio de Huancabamba. Esta Cor-
dillera se bifurca en su primer tercio, emitiendo una rama secundaria al
Este hasta las orillas, del. rio Chinchipe, y en esta bifurcacin se halla la
hoya del rio Tabaconas, que en la carta de Maldonado y en casi todas las
antiguas, por un error notable se identifica con el rio de Huancabamba.
Varios estribos mas cortos, que salen tanto de los citados ramales grandes,
cuanto de la Cordillera real misma, hacia el E SE, separan los valles de
los tributarios del Chinchipe.
El largo mtdo de Sabanilla se extiende y se prolonga en direccin SSO-
NNE. De su vertiente occidental descienden, ademas de las cabeceras del
Macar, tambin las del rio Catamayo, estando separadas entre si por la
Cordillera de Santa Eosa, que arranca del Nudo al NNO y flanquea el valle
de Piscobamba. Otras ramas salen en direccin opuesta, al SSE, entre los
rios Chinchipe (Valladolid), Numbala, Ayaya y Loyola; y finalmente sigue
la gran' rama de la Cordillera de Cndor, que separa todo el sistema fluvial
del Chinchipe del otro no menos grande del rio de Zamora.
Antes de proseguir por la Cordillera real, volvamos describir los rios
de esta porcin mas meridional de la zona central.
E l rio Chinchipe nace en el ngulo que forma la Cordillera real con
la Cordillera de Cndor, sobre el nudo de Sabanilla. Al principio corre, con
el nombre de rio de Valladolid, de NNO al SSE. Cerca del pueblo de este
mismo nombre se rene con el rio Molina, que desciende del mismo nudo,
y unas dos leguas mas abajo recibe el primer tributario algo considerable,
que se llama rio Palanda y desemboca entre los sitios de Santa Ana y
28 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .
Palanda. Este ltimo rio viene del lado O y nace sobre la Cordillera real
cerca de las cabeceras del rio Macar. Del mismo lado derecho entran los
dos rios pequeos de Cotoyacu y Yambanmna, y en seguida el mas grande
de Palanuma, que en su curso medio ha recibido el rio Sodacu del lado N.
Todos estos rios corren en valles separados por las ramas de la Cor-
dillera, de que hemos hablado mas arriba, y que se abaten medida que
se acercan la orilla del rio Chinchipe.
Un poco abajo de la boca del Palanuma entra del lado izquierdo el rio
Numbla, formado de varios rios pequeos, qu nacen como el rio de Valla-
dolid, en el nudo de Sabanilla y corren paralelos con l. Los principales
son l rio de Quebrada honda, el Ayaya y el rio de hoyla, separados por
sendas cordilleras longitudinales. Otro tributario del rio Numbala es el
Vergel, que viene de la Cordillera de Cndor y de un subramal de ella, que
se llama Cordillera de Vergel.
Engrosado el Chinchipe con el Numbala ya forma un rio de mucho cau-
dal y se declina mas y mas al Este. Muy inmediato la boca del Num-
bala entra el rio Pnchiz del mismo lado, y algo mas abajo del lado opuesto
l Isimanchi, poca distancia del pueblo de Zumba. Si proseguimos el ca-
mino del lado derecho, llegamos despus de cruzar algunas quebradas de
poca monta, en dos tres leguas (si el camino fuera recto y bueno) al rio
CncMs, que es bastante considerable y ademas importante por ser la fron-
tera pretendida de parte del Per. El Cnchis baja de la Cordillera real y
se llama en su parte superior tambin rio de los Gamalotales. Por l cruza
un camino de Zumba Huancabamba. Enfrente de su boca entra del lado
E la quebrada de Chito-yacu, en cuyas cabeceras no muy distantes del Chin-
chipe, se halla el pueblo de Chito. Dos horas mas adelante encontramos un
tributario mas grande, el rio de San Francisco, muy poco conocido, pero
cuyas cabeceras deben nacer en las ramificaciones inferiores de la Cordillera
de Cndor. En seguida entran en ambos lados del Chinchipe una multi-
dud de pequeos rios que no enumeraremos detalladamente. En sus valles
se encuentran varias haciendas y pequeos sitios, pero siempre ierta dis-
tancia y altura sobre las orillas del rio Chinchipe, que tienen la fama de
ser malsanas. El lado derecho es el mas importante, porque sobre l sigue
el camino real que conduce de Zumba (respectivamente de la provincia de
Loja) Jan de Bracamoros, por los pueblos de San Ignacio (5 Lat. S) y
Chirinos (5 15' Lat. S).
Entre tanto el Chinchipe ha tomado otra vez su rumbo primitivo al
SSE y recibido su ltimo tributario grande del lado izquierdo, que se llama
rio de Chirinos, de que no sabemos mas que del rio de San Francisco'.
Un poco mas al Sur de Chirinos, cerca de los sitios de Chinchipe y Juntas,
LA EEGIN CENTRAL O ANDINA. 29
entra del lado derecho el rio Tabaconas, que en las cartas antiguas, como
ya he dicho, fu confundido con el lio de Huancabamba. Nace en efecto
muy cerca la villa de este nombre, pero separado de ella por la Cordillera
de Huancabamba. Es decir, el sistema del rio Tabaconas, que se compone
de muchos riachuelos de poca monta, ocupa el espacio entre la Cordillera
de Huancabamba, que baja Jan, y el subramal de esta misma Cordillera
que baja Chirinos. Desde la boca, del Tabaconas el Chinchipe ya no
recibe ningn rio, se ensancha mucho y es navegable. Su boca se halla
segn Wertheman en 5 o 28' Lat. S. y 80 52' 12" Long. O de Pars..
E l rio de Huancabamba, que abajo y cerca de su boca se llama
tambin rio Chamaya, nace en la Latitud S de 5 grados (aproximadamente)
en aquel ngulo que forma la Cordillera principal con el ramal de Huanca-
bamba, y corre en el valle formado por estas dos cadenas, con un rumbo
general de N-S hasta la Latitud de 5 40'. De ah se dirige por un arco
abierto al SE, luego al E y finalmente al NE hasta su boca en el Maraon
cerca del pueblo de Chamaya, en 5 48' Lat. S. Sus tributarios de ambos
lados son numerosos, pero casi todos pequeos y cortos. En su tercio su-
perior se halla su orilla izquierda la villa de Huancabamba en 5 o 14' Lat. S
y 1953 metros de altura sobre el mar.
Entre la boca de Chamaya y la del Chinchipe entran al Maraon al-
gunos ros pequeos, de los cuales el de Jan es el mas considerable. Sobre
su orilla izquierda se halla, la distancia de pocas leguas del Maraon y
en la altura de 740 metros sobre el mar, la villa de Jan, que no es idntica
con el antiguo Jan de Bracamoros, cuyas ruinas estn cerca de la boca
del Chinchipe y no muy lejos de las ruinas de Tomependa.
varios ramales largos hacia NE entre los tributarios del rio de Zamora. Mas
al N nacen estos ramales divisorios en la Cordillera real misma, que en esta
parte (desde el Nudo de Sabanilla hasta la cortadura del rio de Zamora)
podemos llamar Cordillera de Zamora. Al otro lado del hondo valle trans-
versal del rio de Zamora sigue la Cordillera otra vez con el mismo rumbo
y sin interrupcin, por el Acayana Imbana hasta el Yana-urcu, el pequeo
valle transversal del rio Shingata (3 34'Lat. S). En este trecho sale, fuera
de algunas ramas menores que se dirigen al rio Zamora, una mas alta y
mas larga, separando el sistema fluvial de este ltimo rio del del rio
Bomboisa.
Desde 4P 8' Lat. S, pocas leguas al S de la ciudad de Loja, encontra-
mos una Cordillera occidental, que corre paralela la oriental hasta 4 o 44'
Lat. S un poco al N de San Leas. Esta Cordillera occidental, que tiene
24 minutos ocho leguas de largo, comienza con el Cerro Achira sobre Mala-
catos, sigue por Chonta-cruz, ViUonaco, las alturas de Sacama, de Cachipiro
y de Santiago hasta el Guagra-uma; ella es angosta y emite ramas cortas
ambos lados. Mientras que la Cordillera oriental se levanta 3500 y
mas de 4000 metros de altura, la occidental en su parte meridional apenas
alcanza la de 3000, y solo en su extremo norte, en el Guagra-uma, sube
4000 metros.
La Cordillera occidental est unida con la oriental por dos nudos trans-
versales, uno en el extremo sur, se llama Cajanuma y es bajo; el otro al
extremo norte podemos llamar el de Acayana de Guagra-uma, porque corre
'* desde el Acayana en la Cordillera oriental por el Hamos-ureu sobre San
Leas, hasta el Guagra-uma. Este nudo se compone de pramos extensos
y es muy alto. La regin comprendida entre las dos Cordilleras y los
dos nudos es el valle la h o y a de Loja.
Este valle longitudinal se divide en dos partes desiguales: La parte
setentrional, desde San Leas hasta el sitio de Salapa, es muy angosta,
porque las faldas interiores de las dos Cordilleras se acercan mucho; en
partes no es mas que una quebrada encajonada, que d paso al rio de Jun-
tas y al rio de Zamora, antes que se rena con aquel.' La parte meridional,
que es la hoya de Loja propiamente dicha, presenta una forma ovalada, se
extiende longitudinalmente desde el sitio de Salapa hasta el Cajanuma por
tres leguas, y transversalmente desde el Villonaco hasta el cerro de Yana-
cocha sobre Loja, por dos leguas escasas.
La hoya de Loja es la cuna del rio de Zamora, que abajo en la regin
amaznica se rene con el rio Paute y forma el caudaloso rio de Santiago.
t)e las faldas de ambas Cordilleras y de los nudos bajan riachuelos;
estos constituyen en la parte setentrional el rio de San Leas de Juntas,
LA EBGION CENTRAL ANDINA. 31,
que corre de N S. En la parte meridional mas ancha nace el rio de Mala-
catos sobre el nudo de Cajanuma y el rio de Zamora sobre la Cordillera
oriental; ambos se renen cerca de Loja y llevan de ah el nombre del l-
timo. En la hoya entra todava del lado E el riachuelo de Jipira r -y del lado
O el de Salapa. En seguida corre el Zamora, siempre con el rumbo S-^
N, en una quebrada honda y angosta, hasta encontrarse con el rio Juntas.
Unido con l se dirige casi en ngulo recto al E y rompe el dique de la
Cordillera oriental, para virar luego al Sureste. -~ Al otro lado de la Cor-
dillera real el Zamora recibe varios tributarios de ambos lados; del derecho
entran el Hacapanto, los ros de San Antonio y de San Francisco, el de.
Sabanilla y el Bambuscara, cerca de cuya desembocadura se halla el pueblo
de Zamora.*) Los os nombrados bajan de aquella parte de la CordOlera
oriental, que mas arriba he llamado Cordillera de Zamora, mientras que los
siguientes que entran del mismo lado derecho, traen su origen de la Cor-
dillera de Cndor, y son el Jambo, Timbara, Cumbaraga, Nambija, y otros
que ya pertenecen la baja regin oriental. Entre.los muchos ros que
engruesan el Zamora del lado izquierdo, nombraremos el Imbana unido con
el Rio negro, cuyas cabeceres se hallan en el nudo de Acayana y en la
montaa de Imbana. De un ramal largo de la Cordillera bajan el rio
Zurambela, l rio Janeiro (enfrente del pueblo de Zamora) y muy abajo el
rio Yanazambi, que parece ser uno de los tributarios mas poderosos del rio
Zamora. Keservmonos el resto de este rio para la descripcin de laU^.
gion oriental, y regresemos al valle de Loja.
La hoya interandina de Loja, la primera que encontramos en el Ecuador
viniendo del Sur, es la mas pequea y la vez la mas baja, puesto que
tiene solamente 2200 metros sobre el mar.<9> Casi en su centro se halla la
pequea capital de la provincia, Loja (2220 m.) sobre una reducida llanura
en el tringulo que forman los rios de Malacates y de Zamora en su reunin,
precisamente bajo 4 Lat. S. Fuera det ella la poblacin de la hoya se re-
duce los dos pueblos de Santiago y de San Leas (2655 m.) al extremo
norte, y algunos sitios pequeos cuales son el Valle, Salapa, Juntas y
otros. Con excepcin del pequeo llano en que se halla Loja, el terreno de
la hoya es bastante desigual y quebrado. La valla de la Cordillera oriental
es muy alta y pasa en algunos puntos de 4000 metros; por ella conduce
un camino spero Zanima. La valla meridional y la occidental son bajas.
El punto, nas alto del camino que pasa de Loja Malacatos por el Caja-
numa, tiene solo 2525 metros, el camino que conduce al valle de Catamayo
*) No es idntico con la. antigua villa de Zamora, euyas ruinas no se han enjgft'-
trado todava, pero que deben hallarse probablemente.. mas al N y la banda opuesta
del rio.
32 TOrOGftAFIA. CAPTULO II.
*) El Villonaco debe su fama de ser una montaa muy alta tan solo su posicin
alijada sobre una eordiilera relativamente baja, es decir, su altura relativa, no la
absoluta sobre el nivel del mar. Colocado en la Cordillera oriental no llegaria la
cresta de ella.
LA REGIN CENTKAL ANDINA. 33
*) Se v que hay dos rios que llevan el nombre de Mlacatos. Ambos nacen en
el Cajanuma; el primero se dirige al Norte y se rene cerca de Loja con el rio Zamora,
y el segundo tira al Sur y luego al Oeste, para entrar en el Catamayo.
8*
36 TOPOGEAFIA. CAPTULO II.
hasta la frontera del Per; pero desde la confluencia del rio Macar cambia
su nombre en el de Achira y se dirige por, Sullana la bahia de Paita.
Dentro del terreno ecuatoriano el Catamayo recibe de la banda izquierda
los pequeos rios de Jerinoma, que baja de Nambacola, y de Bella Maria,
que nace cerca de Cariamanga. Algo mas considerable es su tributario
derecho, el rio Casanga, que viene del valle del mismo nombre, formado
entre las cordilleras de Catacocha y de Cangonam y Guachanam. Si
seguimos la orilla derecha del Catamayo hacia abajo, encontramos el sitio
de Potrerillo enfrente de la boca del Macar, y tres leguas mas abajo el
pueblo de Zapotillo, casi enfrente de la desembocadura del rio Quiroz, solo
180 metros sobre el nivel del mar. Dos leguas mas adelante nos encontra-
mos con el rio de Alamor, que por algunas leguas hacia arriba forma el
lindero con el Per. Este rio nace en las cercanas de Alamor y de Clica.
En su curso superior el rio de Alamor corre al O y luego al SO, pero en
la parte media inferior toma el rumbo al Sur. A unas dos leguas arriba
de su confluencia con ^.el Catamayo le entra del N un rio pequeo que se
conoce con el nombre de Quebrada de Pilares de las Pavas y tiene im-
portancia, en cuanto se considera como limite entre el Ecuador y el Per,
que de ah tira casi en linea recta de S-N al rio Tmbez.
Nos resta hacer la descripcin del s i s t e m a fluvial de la h o y a de
Zaruma. Ya quedan indicados sus contornos: la Cordillera de Chilla y
sus prolongaciones de un lado, y la Cordillera de Amboca y sus prolonga-
ciones del otro.
El rio Calera es el origen del rio Tmbez y corre en direccin N - S
hacia el centro de la hoya. Recibe al principio del lado derecho el rio Palto
y el rio Bono, y en su curso medio del lado izquierdo el rio de Muas nue-
vas de Sichacay de un valle hondo, intercalado entre los cerros de Biscaya
y los de Sichacay, que son ramas de la Cordillera de Chilla. De la misma
banda entra dos leguas mas abajo el ri Amarillo, que es un tributario con-
siderable y desciende del lado NE. Entre este rio y el de Minas nuevas
se levanta la Cordillera de Biscaya, una de las mas metalleras de toda la
Repblica, en cuyas faldas occidentales y meridionales se halla el clebre
distrito aurfero de Zaruma, ocupando el tringulo entre el rio Calera y el
rio Amarillo. La villa de Zaruma est casi en el centro de este distrito,
sobre una grada de la Cordillera la altura de 1200 metros.
Una legua mas al Sur de la desembocadura del rio Amarillo se halla
la del rio Pind formado de los tres rios Luis, Sla y Amhoca, que des-
cienden de la Cordillera en direccin SOO. Despus de la confluencia del
Pind con el Calera, el rio toma el nombre de Tmbez y declina con un
arco fuerte al Oeste, conservando esta direccin hasta la frontera del Per.
LA REGIN CENTRAL ANDINA. 37
Dicho arco rodea el pi oriental y meridional del alto cerro de Piedra blanca,
que se levanta casi aislado entre el valle de Tmbez y el de Pifias, el l-
timo al lado occidental. Solo hacia el N el cerro est comunicado por un
yugo angosto y bajo con la Cordillera de Chilchiles. El rio de Pinas
corre paralelo al rio Calera, de N S, pero es mas corto y nace en las
alturas de Dumari. Entra por el lado derecho en el Tiimbez al pi de la
Piedra blanca. En su curso medio se encuentra ol pueblo de Pinas, en la
altura de 1000 metros. Los dems rios que engruesan el Tmbez de este
mismo lado, son insignificantes; mencionaremos solo el de Moromoro, que
desciende de las alturas de Capiro.
En el lado izquierdo encontramos el pequeo sistema del rio Yaguachi,
entre los altos de Chihuango y de Chahuarbamba. Sus cabeceras nacen en
el ramal de montaas, qvie sale sobre Cisne de la Cordillera de Amboca y
tira hacia Catacocha. El rio desemboca algo mas abajo de la boca del rio
de Pinas. Los dems riachuelos que descienden de la Cordillera de Con-
gonam y Alamor al Tmbez son pequeos y sin importancia.
De las faldas occidentales de la Cordillera de Dumari nacen los rios de
Arenillas, de St*.Bosa, de Culaguru, rio Negro y rio de JBuenavista, de los
que hablaremos en otro lugar.
*) Es una costumbre que se halla por toda la Sudamrica, de dar un mismo rio
distintos nombres en diversos trechos de su curso, costumbre poco conveniente, que ha
causado muchas equivocaciones y confusiones en las obras de geografia.
LA EBGI0N CENTBAL ANDINA. 51
rumbo general de E-O. El Sitante nace entre los ramales del Azuay que
llamamos de Huairapungo y de Paredones. Paralelo l corre el rio de
Huairapungo, pero algo mas al Sur, que manifiesta su origen por el nombre
mismo. Este ltimo no entra directamente al Silante, sino en el rio de
Molobog, que viene del Sur, de aquel tringulo que forma la cadena de los
cerros de Molobog sobre el pueblo de Biblian. Si cruzamos estos cerros,
viniendo de Azogues, entramos por una bajada suave y corta un valle
ancho de suelo. pantanoso, en que toma su origen el rio de Molobog. Una
legua, poco mas menos, sigue este valle anchuroso y casi horizontal, en-
tonces se estrecha derepente y tiene una caida precipitada. Peascos altos
y tajados de prfido se levantan ambos lados y dejan con dificultad paso
al rio y al camino, obligndolos hacer muchas tortuosidades. As sigue
el valle una legua, hasta la desembocadura del rio Huairapungo, que viene
del Este de un valle semejante. Entonces se abre el paisaje hacia la
meseta y el valle de Caar. El Molobog se rene una legua mas al Norte
con el Silante y los dos unidos reciben el nombre de Caar Hatun-Caar,
que conservan hasta mas' abajo de Gualleturo. Pasamos en silencio los
pequeos afluentes de la derecha izquierda, y nombraremos solo el tri-
butario considerable que entra al Caar entre los pueblecitos de Pungal y
Tambo, y que es el rio de Culebrillas. Sus fuentes se hallan en el centro
del Azuay, al Este de Quimsa-cruz, en el valle que forma el ramal principal
del nudo con el de Paredones. Tambin de Quimsa-cruz baja un pequeo
brazo del rio en direccin SO. Entre este brazo y el rio principal se halla
la mal afamada Pucaloma (4445 m.), una rama corta del Azuay, por cuya
cresta pas antiguamente el camino real y que fu muy temida de los via-
jeros, por estar comunmente nevada y azotada por un viento furioso. Al
pi de la cuesta de Pucaloma se rene el riachuelo de Quimsa-cruz con el
rio de Culebrillas, y en seguida serpentea con mil tortuosidades por un valle
angosto y pantanoso hasta entrar en una hermosa laguna, en cuya cercana
se hallan los Paredones, es decir, las ruinas de un tambo grande del tiempo
de los Incas,<i0) Despus de dejar la laguna, el rio sigue todava por largo
trecho la direccin al Oeste, par bajar finalmente entre Tambo y Pungal
al Hatun-Caar.*) '
Del lado setentrional del rio la hoya de Caar se cierra por la Cordillera
occidental cerca de Suscal, pero del lado Sur propiamente acaba con los
cerros de Caucay, es decir mas hacia el Este, porque los sitios de Malal,
que baja por el lado derecho del rio Culebrillas hasta el pueblo de Suscal,
y separan los valles de los rios que llevan los mismos nombres.
E l sistema fluvial de la h o y a de Alaus no es muy extenso. El
rio Chanchan, que al principio se llama rio de Alaus, nace sobre la ancha
meseta de Tiocajas, en los pramos de Atapo, y desciende en la direccin
N - S con poca declinacin al 0 por el valle de Tixan hasta su confluencia
con el rio Zula, enfrente del pueblo de Sibambe. En este trecho superior
recibe potjos y pequeos afluentes del lado izquierdo y algunos mas grandes
del lado derecho, es decir de la Cordillera occidental. La villa de Alaus
se halla su lado izquierdo sobre una pequea meseta, que tiene 180 metros
sobre el rio y 2400 m. de altura absoluta.
El primer tributario grande, que recibe el rio de Alausi, el rio Zula, le
viene del lado este, de los pramos de Totoras y de Zula, y corre en un
valle muy hondo y angosto, de manera que los pueblos de Acliupallas, Po-
mallcta, Gonzol y Guasuntos, se hallan todos en alturas considerables sobre
sus riberas, en unas pequeas mesetas. De la caida muy fuerte, que tiene
tanto el rio de Alaus, cuanto el de Zula, podemos formarnos una idea, si
digo que sus fuentes se hallan en la altura de 4000 metros, y su confluencia
cerca de la hacienda de Bugnac en la de 1857 metros; bajan unos 2150 metros
en la distancia de 5 leguas (en linea recta) el primero, y de 4 leguas el
segundo. A corta distancia de la boca del rio Zula entra del lado opuesto
el pequeo ri de 8ibam.be, que nace sobre el pueblo del mismo nombre en
los cerros de Calugin, Milla y Allpachaca, que son partes de la Cordillera
occidental. La plaza del pueblo se halla en la altura de 2478 metros.
Desde enfrente de Sibambe el rio Chanchan vira mas y mas al Oeste
y recibe del lado sureste los rios de Guataxi, de Guablcon y de Angas,
que descienden del Azuay y de su prolongacin occidental, como queda dicho
mas arriba- Sobre la orilla derecha del primer rio se halla la hermosa
meseta de Ghunchi, cuyo pueblo en la altura de 2316 metros (500 m. sobre
el Chanchan) goza de un temperamento agradable. Entre las desem-
bocaduras de los rios Guataxi y Guablcon llama la atencin, por su posi-
cin aislada, un alto cerro volcnico, que se llama Guablcon y tambin
Puay. Su cspide caracterstica domina todo el valle del Chanchan, desde
arriba de Sibambe y es visible hasta en Guayaquil. Es un punto magnifico
para servir en operaciones geodsicas. El rio Angas es el ltimo tributario
de consideracin que recibe el Chanchan de la izquierda, y con el ramal
que baja por su banda meridional de la Cordillera de Chilchil, se cierra la
hoya de este lado. En el lado opuesto, y casi enfrente de la boca del rio
Angas,, se levanta la Cordillera de Linje, que es la valla occidental de la
hoya de Alaus.
'LA BEGION CENTRAL ANDINA, 57
sagpungo, por donde se puede pasar del valle de Yasipang (arriba Yaguar-
cocha) al valle del rio del volcan, en que se levanta el Sangay. Desde
Nagsagpungo sale al oriente una Cordillera que forma hacia SE y NE un
semicrculo al rededor del volcan de Sangay (5323 m.), el cual por lo visto
se levanta aislado atrs de la Cordillera oriental. En la ladera S de Nag-
sagpungo nace el rio de Puente hondo, y en su ladera N un afluente del
rio Palora. de suerte que la dicha cordillera semicircular y mas al oriente
las faldas del Sangay mismo, forman la divisin entre los sistemas fluviales
del rio de Macas (Morona) y del rio Pastaza (Palora).*) Si de Nagsag-
pungo seguimos al N la cresta de la Cordillera, entre el valle superior del
rio de Yaguar-cocha y el de un afluente del rio Palora, llegamos pronto al
hoya de Eiobamba, mientras que las orientales se confunden con los pramos
de Itapo, Savaac y Mulmul, cuyas escarpas caen precipitadamente al valle
del Chambo, enfrente de Puela. El nudo se ensancha mucho en su parte
oriental, pues le pertenecen tambin los cerros de Llimpi, al N de los pramos
de Savaac, cuyas faldas llegan hasta el valle del rio Patate.
De este modo tenemos cerrada la hoya de Eiobamba por todos los lados,
con excepcin del angosto valle entre el promontorio del Tunguragua y el
lo largo de la Cordillera occidental, desde los cerros de Linje hasta mas all
del Chimborazo, y que de un lado est formado por esta misma Cordillera
y del otro por una cadena paralela, que atrs del Chimborazo se rene con
la primera. Tenemos aqu una bifurcacin de la Cordillera occidental y ella
constituye el valle de Chimbo, que lleva en todo y por todo el carcter
de una hoya interandina. Polticamente forma la mayor parte de la pro-
vincia de Bolvar.
La valla oriental de la hoya, es decir la Cordillera occidental de los
Andes, ya la conocemos, y solo aadir que las ramas que descienden de
su cresta al valle, todas son cortas, porque la gran cercana del rio Chimbo
no les permite mayor desarrollo. Desde l Chimborazo esta cordillera cam-
bia su carcter sencillo. As como al E el cerro prolonga su base ancha
en el nudo de Sanancajas, tambin hacia el O y NO se ensancha la Cor-
dillera la base del Chimborazo unas dos leguas, formando su pi una
meseta gigantesca en la altura de 3800 4200 metros. Y esta meseta sigue
muy larga hacia el Norte, para rodear del mismo modo el pi del Carhuai-
raso, de manera que los dos nevados se levantan aislados sobre las grandes
llanuras de los arenales y pramos. Las mrgenes de la meseta, cortadas
por muchas quebradas hondas, caen rpidamente hacia el Sur y Suroeste
al valle de Guaranda y de Salinas, hacia el Noroeste al rio de Simitug
y otros tributarios del rio de Zapotal. Casi media distancia entre los
pueblos de Salinas y Simitug el camino cruza la meseta en su prolongacin
mas occidental, al lado del cerro Chuquinac y en la altura de 4011 metros,
y aqu es donde nace la Cordillera lateral que franjea todo el valle de Chimbo
por el lado occidental en una extensin de 17 leguas, y que por brevedad
llamaremos Cordillera de Glmbo.
Esta Cordillera, geogrfica y geolgicamente considerada, no es un simple
ramal de la que se halla al otro lado del valle, sino una formacin tan in-
dividualizada como aquella, aunque no llega las mismas alturas. Es tam-
bin mas angosta; su cresta, siempre bien marcada, no se aleja mucho del
curso del rio Chimbo y no sufre ninguna interrupcin depresin notable.
Por la circunstancia expresada las ramas que caen al lado interior, es decir
al rio Chimbo, son insignificantes, pero las que emite al lado opuesto hacia
las llanuras de las provincias litorales, son tanto mas largas importantes.
La Cordillera de Chimbo principia al N, como hemos dicho, sobre la
meseta occidental del Chimborazo, en Chuquinac, con la altura de 4000 metros,
una legua al N del pueblo de Salinas. La primera cadena de cerros que
sale al SO, para virar luego al S, se llama Mullidiang y sobresale al plano
de Chuquinac apenas de 100 metros. De Mullidiang bajan hacia NO y O
las ramas que separan los valles de los tributarios del rio Zapotal, es decir
LA BEOlION CENTBAL ANDINA. 67
rios que siguen al Sur, Tarqui, Moya y Tusua, se renen en un solo tronco
antes de entrar en el rio Salinas enfrente del cerro Rayo. Desde este punto
ol rio de Salinas solo recoje afluentes pequeos de ambos lados; su sistema
est separado del del rio Llangama por el notable cerro de Sinchic y su
prolongacin al Sur (por Pucar, Chorro, Guanujo y los cerritos de Gua-
randa hasta el del Socabon). Guaranda, la capital de la provincia de
Bolivar, se halla situado entre los dos rios de Llangama y de Salinas, mas
cerca del primero que del lltimo, en la altura de 2668 metros, que corre-
sponde aproximadamente la de Ambato. Sinembargo su clima es mas
fro y mas riguroso que l de ltimo lugar, y se acerca mas al de Riobamba,
sin duda por la proximidad de los pramos del Chimborazo.
De la unin de los rios de Salinas y de Llangama nace el rio Chimbo,
que recibe inmediatamente un tributario notable del lado este, que se llama
rio Gradas. El recoje sus aguas en parte de la Cordillera de la Calera (al
Sur del Arenal del Chimborazo) y en parte de los cerros de Yacoto, que
separan su valle del del rio Panza y Llangama. su lado meridional se
encuentra un grupo de cerros que se llama CacMsagua y que por todo su
aspecto y su composicin geolgica se parecen los cerros de Yacoto la
banda setentrional., Los dos grupos se hallan separados solamente por la
profunda abra del rio Gradas en su curso medio. De los cerros de Cachi-
sagua bajan muchos riachuelos, que reunidos en el rio de Conventillo entran
al Chimbo un poco abajo de los peascos de Bumiguareu, que se levantan
de su orilla izquierda. Una legua y media abajo de la boca del rio Gra-
das, y casi enfrente de la villa cantonal de San Jos, encontramos la del
rio de San Lorenzo. Este nace en las faldas occidentales del Puyal con
, algunas venas gruesas entre las ramas de la Cordillera, y recibe muy cerca
de su desembocadura en el Chimbo el rio de Santiago, que nace mas al Sur
y no es tan largo; entre los dos se tiende la rama de Guapungoto y Guan-
tucloma, por la cual sube el camino real los pramos del Puyal y Rio-
bamba.
A ambos lados de la boca del rio de San Lorenzo se hallan dos pequeas
mesetas, en la meridional est el pueblo de Santiago (2548 m.) y en la seten-
trional el de San Lorenzo casi en la misma altura. Si seguimos el camino
por la misma banda oriental del rio Chimbo, cruzamos los riachuelos de
Patul, Londoma, Tutahuaso y los dos mas considerables de Cai y de Pallo.
Entre sus bocas se levantan sendos cerritos inmediatamente sobre el rio
Chimbo, que dan al paisaje un carcter singular; el mas notable es el cerro
de Cai entre las bocas del rio Cai y rio Pallo, con la altura absoluta de
2906 metros y de 600 metros sobre el rio Chimbo.
En las alturas en que nace el rio Pallo, arranca un largo ramal de la
70 TOPOGRAFIA.. CAPTULO II.
*) Puede ser, que las cabeceras del rio Huapante en mi mapa se hallen colocadas
demasiado al Este, y demasiado cercanas al Cerro Hermoso, y que los orgenes del rio
Curaray y de algunos tributarios del apo caigan mas al poniente. Toda aquella regin
necesita todava un estudio topogrfico nas exacto. Wolf.
LA BEGION CENTEAi ANDINA. 73
profundas, trochando en los bosques raposos que cubren las faldas de los
cerros. Los caminos anchos de las dantas nos facilitaban mucho el trabajo,
pero el tiempo no nos era propicio, porque llova y nevaba todos los dias,
y las nubes nos ocultaban la vista de los cerros desde las 9 de la maana,
de tal manera que me vi obligado plantar mis toldas siempre muy tem-
prano, de miedo de perderme en este laberinto de quebradas y cerros; y no
obstante de todas mis precauciones no faltaba mucho que hubiramos pasado
al Norte del cerro sin verlo y buscndolo siempre mas al oriente.
Seis dias pasamos en la falda empinada de un filo de mica-esquista en
medio de un fucal casi impenetrable, envueltos en nubes, con lluvias y neva-
zones continuas, hasta lograr por unos pocos momentos la vista del cerro,
para tomar su altura. Concluido este trabajo visit con algunos peones la
parte occidental del Cerro Hermoso hasta el limite inferior de la nieve, para
cerciorarme de la naturaleza de las rocas que forman las peas de la
cspide.
La vista desde Toldofilo (asi llambamos las peas de nuestro cam-
pamento) abraza toda la cordillera oriental desde el Antisana y Cotopaxi
hasta el Sangay, y puedo asegurar que no solamente no existen estos picos
y volcanes que el seor Guzman ha pintado en su mapa; pero tambin que
ni hay rocas volcnicas en esta parte de la Cordillera: todas las bocas men-
cionadas en el mapa (Siete bocas etc.) son bocaminas y no bocas de vol-
canes. El Antisana y el Sangay son los dos cerros volcnicos mas avanzados
al oriente, y las erupciones que han tenido lugar en el espacio intermedio
solamente cubrieron las esquistas en una zona estrecha que se extiende desde
la cumbre hasta las altiplanicies encajonadas entre los dos ramales princi-
pales de la gran Cordillera. . . .
Los cerros formados por las esquistas son muy empinados y principal-
mente al Este del rio Topo cortados pico, con sus faldas desnudas,
mostrando las- planchas de las esquistas en posicin casi vertical y relum-
brando bajo los rayos del sol como plateadas causa de la mica. Pero
estas lomas erizadas no alcanzan mas de 4200 4300 metros de altura
y no sobresalen la cumbre de la Cordillera; solamente el Cerro Hermoso
se eleva mayor altura, merced su composicin geolgica diferente de
los otros cerros. La parte inferior de este nevado no se diferencia de las
lomas mencionadas; pero en lugar de acabar como estas, en un filo lleno
de picachos como una sierra, se ven encima de las esquistas verticales unas
peas negras, formadas por capas horizontales, y si ya la parte inferior parece
inaccesible, lo es deveras la cspide, que, al menos al lado del Oeste, se
presenta como una muralla, sobre la cual desciende una helera grande,
reunindose con las masas de nieve, que rodean el pi de las peas negras.
74 TOPOGEFIA. CAPTULO I I .
Las capas horizontales son unas esquistas calcreas y bituminosas, tan im-
pregnadas con piritas que donde quiera que se rompa la roca, se v relum-
brar el oro, como decian mis compaeros. Se redicen talvez las grandes
riquezas de los Llanganates depsitos de este mineral, que ya tanta plata
ha costado los mineros inexpertos del Ecuador.
He copiado este pasaje ntegro, porque es la nica descripcin cientfica
que poseemos de aquella regin, y la carta impresa del doctor Reiss es tan
rara, que pocas personas pueden leerla. Ademas d una idea cabal de los
grandes trabajos y penalidades que muchas veces debe pasar el gegrafo,
para.estudiar las regiones apartadas de los Andes, y se comprender, porqu
el mapa en varias partes todava ha de quedar mas menos defectuoso.
Lo que sacamos en limpio para nuestro objeto actual, es que atrs de
la Cordillera de Pillar o (la nica visible desde la hoya interandina) existe
ua regin extenssima y complicadsima de pramos, de que salen muchos
ramales hacia B y NB y tambin hacia el Sur al valle del rio Pastaza.
Parece que el ramal principal es el que saliendo de la Cordillera de Pillaro
en direccin SE, sigue por largo trecho al Este, paralelo al valle del rio
Pastaza, para abatirse con sus ltimas ramificaciones cerca de Canelos. De
las vertientes setentrionales de este ramal grande nacen las cabeceras del
rio Guraray, uno de los tributarios mas poderosos del rio apo. Los ramales
mas cortos, que bajan de la Cordillera de Pillaro directamente al Sur, entre
el valle del rio de Patate y el rio Verde primero, y que rematan enfrente
del Tunguragua, cierran la hoya del lado sureste.
La Cordillera de Pillaro comunica hacia el N y al otro "lado del rio
Huapante con los pramos de Chalupas, que sobre San Miguel y Latacunga
son muy anchos y siguen hasta el pi del Quilindaa. Podemos llamar esta
porcin de la Cordillera real la Cordillera de Chalupas. Inmediatamente al
otro lado de su crestn central nacen de un sinnmero de riachuelos, al-
gunos tributarios importantes del rio apo, como el rio Chalupas y el rio
Juntas, y entre sus sistemas valles se extienden los largos ramales de la
Cordillera hasta las orillas mismas del apo. En comparacin con ellos,
las ramas que caen hacia el occidente al valle de Latacunga, son cortas
insignificantes.
Ahora llegamos un punto de la Cordillera oriental, bajo 0o 45' Lat. S
aproximativamente, desde el cual nos hallamos embrollados en la investi-
gacin de la cresta central. Comienza aqu uno de los grupos volcnicos
mas grandes de la regin andina, que ha cambiado y ocultado completamente
la configuracin primitiva de la Cordillera, y la linea que hoy es la divisoria
de las aguas atlnticas y pacficas, seguramente no lo ha sido antes que
haban nacido el Cotopaxi, el Quilindaa, el Sincholagua y el Antisana, As,
LA REGIN CENTRAL 6 ANDINA. 75
por ejemplo, el Cotopaxi est sobre la linea divisoria y forma parte de ella,
mientras que geolgicamente hablando se halla al Oeste de la Cordillera
central y es un promontorio occidental de ella. Al contrario, el Quilindaa
se halla hoy dia muy al Este de la linea divisoria de las aguas, sinembargo
su posicin corresponde mucho mas al primitivo crestn central de la Cor-
dillera. La mayor parte de dicho grupo volcnico cae en la seccin si-
guiente del territorio andino, y por el momento extendemos nuestra descripcin
solo hasta el Cotopaxi, que forma la esquina noreste de la hoya de Latacunga.
Antes de llegar al Cotopaxi encontramos, si caminamos sobre la Cor-
dillera al N, nuestra derecha el Quilindaa, en apariencia sobre un ramal
oriental entre las cabeceras del rio Juntas y las del rio Ami que desciende
del Cotopaxi. Por su posicin algo oculta se lo ve rara vez y desde pocos
lugares de las hoyas habitadas, y por esto se oye hablar poco de este nevado,
que no obstante se presenta muy majestuoso y como un digno vecino del
Cotopaxi, desde los pramos del Valle-vicioso. Su altura es de 4919 metros.
Del Quilindaa sale al oriente un ramal muy alto mejor dicho una meseta
ancha de pramos, que en la Carrera nueva se eleva un crestn nevado,
que atraviesa casi todo el espacio entre el rio del Valle-vicioso y el rio
Juntas (que por otros se llama tambin rio Chalupas). Hay solo una
legua y media del pi del Quilindaa hasta el del Cotopaxi. En este camino
(en direccin al NO) pasamos por el cerro del Morro, que entre los dos
gigantes nevados se presenta como un enano, apesar de que su altura abs.
es de 4304 metros. El Morro ya se halla sobre la linea divisoria de las
aguas, y de su lado occidental nacen los afluentes del rio Alques. La
Tanta-loma conduce de este cerro directamente las faldas meridionales del
Cotopaxi, y representa en esta parte el crestn divisorio de la Cordillera.
El Cotopaxi ocupa entre los grandes cerros de la Eepblica ecuatoriana
el segundo lugar en altura, siendo solamente de 367 metro's mas bajo que
el Chimborazo, pero entre los volcanes activos de todo el globo terrestre el
primero; pues ninguno de los dems se eleva la considerable altura de
5943 metros, la que corresponde al Cotopaxi. Tambin en cuanto su im-
ponente presencia exterior y hermosura pintoresca, ninguno de los volcanes
del Ecuador le aventaja y poqusimos en el resto del mundo le igualan.*)
Por su avanzada y aislada posicin occidental en la Cordillera real, parece
levantarse directamente de la llanura de Latacunga, lo que d realce tambin
su altura relativa, como sucede otro tanto con el Tunguragua, que de
igual modo surge aislado del valle de Baos.
Fig. 9. El Cotopaxi Tisto deEde los pramos del Antisana (lado N).
*) El seor doctor Cevallos (Res. de la Hist. del Ecuador, VI, 291) opina que el in-
dgena nombre propio debi ser Quiotoa, porque los indios no conocian el sonido de la
l sencilla, sino el de la doble 11. Pero mi me parece que el nombre no deriva del
quichua, sino como los nombres de la mayor parte de nuestros cerros de un idioma
mas antiguo y extinguido, tiempo hace, en que abunda la l sencilla, por ejemplo: Sincho-
lagua, Pululagua, Putzulagua, y tantos pueblos de la provincia de Len, como Pilal,
Mualo, Tagual etc. El Quilotoa recuerda el Sagoatoa cerca de Ambato.
Lam. III.
"*$&& W:
i:-.T?>V?
i** i
;: .
g. 13. Ambato.
Tunguragua baja la quebrada de Vascun cerca del pueblo de Baos (1800 m.),
igualmente la Chorrera, un poco al Este del pueblo, que cae de la altura
de 150 metros, y cuyo pi brotan varias fuentes termales con una tem-
peratura de 22 54 C. Algo mas abajo y cerca de la chorrera de Agoyan
entra el rw Ulva, que nace tambin sobre el Tunguragua; despus siguen
las pequeas quebradas cortas, que bajan del ramal de la Cordillera que se
compone de rocas antiguas.
Mucho mas numerosos y mas considerables son los tributarios que el
Pastaza recibe del lado setentrional. Los ros de Lligua y de llluchi, en-
frente de Baos, son cortos, pero el que sigue, el rio Verde 1 es muy largo
y viene desde los pramos de la Cordillera de los Llanganates en los al-
rededores del Cerro Hermoso. Abajo de la chorrera de Agoyan se siguen
los rios Blanco, Verde 2, Machai, Mapoto, Margajitas, Topo (largo y grande),
Zuag, Chuloaya, Quilluc, Manga-yacu, Allpa-yacu y Corina. En seguida
(aproximadamente en la altura de 1000 metros) entra el Pastaza ya en las
llanuras de la regin oriental y recibe del lado derecho el rio Llusin Nieve,
que desciende del Altar, y del lado izquierdo el rio Pintuc ( Pind),' que
se cruza en el camino Canelos.
El valle del rio Pastaza es el ltimo, que corta la Cordillera oriental
en el territorio ecuatoriano, pues las dos hoyas que siguen al Norte, la de
Quito y la de Ibarra, ambas se desaguan por la Cordillera occidental al
ocano pacfico.
cerros nombrados, inclusive los dos Pichinchas, "tienen por base el tendido
macizo comn, que de suyo es muy alto, y por sto las alturas relativas de
aquellos, es decir los que tienen sobre el macizo, no son muy considerables.
El Pichincha en toda su totalidad se' presenta como una cordillera de lomo
ancho, surcada por muchas quebradas hondas que forman entre s estribos
mas menos largos, y coronada de algunos picachos. Vase la lmina, qu
representa todo el Pichincha, con Quito su pi, y que es copiada de un
dibujo del seor doctor Stbel.
Las quebradas, que bajan del Guagua-Pichincha, se dirigen al valle de
Liba, lo que disminuye considerablemente el riesgo que correria la Capital
en el caso de una erupcin fuerte del Guagua-Pichincha. Las avenidas
del volcan no podran llegar Quito, que est edificado al pi del Rucu-
Pichincha. El valle de Lloa est separado de la hoya de Quito (plano
de Turubamba) por una Cordillera baja, tambin volcnica, que saliendo de
un estribo del Rucu-Pichincha, enfrente del Panecillo, tira al Sur sobre los
pueblos de la Magdalena y de Chillgallo, hasta las faldas del Atacazo. El
punto mas alto de esta cordillera - es el cerro TJngui con 3606 metros de
altura, y en Huairapungo, donde la cruza el camino de Lloa, tiene 3284 met.
Las aguas del valle de Lloa se dirigen por el rio Cinto entre el Atacazo
y el Guagua-Pichincha las montaas del occidente, y forman con otros
ros que bajan n el mismo sentido del Pichincha (Mna-yacu, Namhillo,
Yana-yaeu, Piruasi) el rio de Mindo, mas abajo llamado rio Blanco".
I/A BEGION CENTBAL ANDINA. 87
El Panecillo (antiguamente Yavirac) es un cerrito que se levanta al Sur
de Quito 200 metros sobre la plaza mayor y forma parte integrante del
Pichincha, pues no es mas que la cspide de una antigua reventazn de
este volcan, cubierta de materiales volcnicos (eyecciones) mas modernos.
Al Norte del Pichincha sigue la Cordillera sin interrupcin por los cerros
de CalacaM hasta el Pululagua y hasta el profundo valle del rio de Gualla-
bamba. Aquellos cerros, que tambin son volcnicos, y de los cuales nom-
brar el cerro Mantingo (3527 m.) y el de Condorcocha (3681 m.), llevan este
nombre porque separan el valle de Calacal, que se extiende lo largo de
su pi occidental, de la meseta de Quito. En esta parte, entre el Pichincha
y el Pululagua, la Cordillera occidental se presenta muy baja, porque su
altura relativa sobre la meseta de Quito, de Cotocollao y de Pomasqui es
solo de 200 300 metros. El Pululagua mismo, enfrente de San Antonio,
no llama la atencin de lejos, porque su crter ancho y profundo no se halla
sobre un cerro alto, como acontece en los dems volcanes, sino como em-
butido en la cresta de la Cordillera. El filo del crter no llega en ninguna
parte 3000 metros y el punto mas alto tiene solamente 2940. \ Desde
el Pululagua la Cordillera se abate rpidamente unos 1200 metros al hondo
valle, que la corta de E 0 , dando paso al rio de Guallabamba. Al otro
lado nos encontramos con el nudo delMojanda. La Cordillera de Cala-
cali es angosta y no emite ramales ni al Este ni al Oeste. Los que salen
en el ltimo sentido, nacen del Eucu-Pichincha y del Pululagua, y bajan
entre los ros de Mindo, de Nanegal, de Alambi y del Guallabamba.
La Cordillera oriental de Quito es mucho mas complicada que la occi-
dental, y como os muy ancha y cubierta en todas partes de materiales vol-
cnicos, es sumamente difcil y en partes hasta imposible, encontrar la
primitiva cresta central, como ya he observado en otro lugar.
El Cotopaxi es el pilar, que forma la esquina noreste de la hoya de
Latacunga y la vez la sudeste de la de Quito, bajo 0o 38' Lat. S. A su
lado noroeste forma el Bumiahui el principio del nudo de Tiupullo. Los
pramos altos al pi oriental de este volcan se confunden con los que rodean
el pi setentrional del Cotopaxi, y estos su vez continan al Norte y Este
-hasta el pi del Sincholagua, que se levanta la distancia de dos leguas en
direccin NNE del Cotopaxi. La misma distancia mide entre el Bumiahui
y el Sincholagua, de manera que los tres volcanes forman las puntas de un
tringulo, rellenado de pramos extensos, en los cuales las aguas que descien-
den de los tres cerros, especialmente de las faldas setentrionales del Cotopaxi
y de las meridionales del Sincholagua, forman los riachuelos de Pedregal y
de Pita, que despus reunidos y conservando el segundo nombre,, descienden*,
al valle de Chillo. Tambin desde el lado setentrional del Eumifiahui se
TOPOGBAIIA. CAPITULO I I .
prolongan los pramos (de Pedregal) muy al Norte hasta los del Pasochoa,
que es un volcan en todo parecido al Rumiahui. Su caldera se abre
hacia el plano de Machache, como la de aquel, pero su altura llega solo
4255; metros. Al Norte se rebaja el pi del Pasochoa al valle de Chillo, y
al Este los pramos que le rodean, no llegan directamente al pi del Sincho-
lagua, quedando por en medio el valle de Pedregal (valle superior de Chillo),
que aqu ya es bastante hondo. De tal modo el Pasochoa queda aislado de
tres partes y mas separado de la Cordillera oriental que el Rumiahui, mien-
tras que el Sincholagua se presenta como en el borde occidental de la Cor-
dillera. El pico agudo de este ltimo cerro, siempre nevado, tiene la altura
de 4988 metros. Saliendo de su pi bajan al NO y N muchas quebradas y
entre ellas las lomas tendidas hacia el valle de Chillo y la quebrada de
lugar por el Mojanda, que se levanta inmediatamente del valle del rio de
Guallabamba, que rompe la Cordillera occidental, como hemos visto mas
arriba. El Mojanda es una montaa volcnica, que por su altura no pasa
de la regin de los pramos, y tiene una forma abovedada, muy tendida
de O E , parecindose en algo al Pichincha. Encima lleva una caldera
muy anchurosa, y al rededor de ella se agrupan varios picachos y cerros,
que llevan sus nombres propios. Los mas altos y notables son el Tana-
urcu (4272 m.), el Fuyafuya (4294 m.), el Golongal (4145 : m.). El camino
*) Hace 20 aos que queda comprobado por los gelogos competentes seores Reiss
y Stiibel, que el Sara-urcu no es volean; yo lo repet en varios escritos, y sinembargo
figura todava en las geografas mas modernas del pais (Catecismo de Geografia por
J. L. Mera 1884. Geografia del Ecuador por los Hermanos Cristianos 1888) entre los
volcanes, porque as se halla en Villavicencio.
LA KEGION CENTEAL ANDINA. 91
de Otavalo Mlchingu pasa por medio de la caldera al lado de las lagunas
de Guarmicocha (3727 m.) que desagua al Norte, y de Caricocha (3711 m.).
El punto mas alto de este camino por los pramos tristes y en mal tiempo
justamente temidos del Mojanda, llega enCascacunga la altura de 3874 metros.
El Mojanda est en sus faldas australes y setentrionales muy surcado
de quebradas, sin alimentar rios de consideracin. Impone por su altura
relativa (2600 m.) sobre el valle del Guallabamba, y tambin al lado norte
su elevacin sobre el lago de San Pablo (2697 m.) es todava muy con-
siderable (1600 m.).
Hacia el NE del Mojanda se encuentra la distancia de tres leguas
otro cerro volcnico, el Cusin (4012 m.), cuyo pi se confunde con las faldas
inferiores de aquel, formando de tal modo una ancha ensillada entre los dos,
que se conoce con el nombre de Cajas. Se v, que la formacin de este
nudo es completamente anloga la de los nudos de Tiupullo y de Sanan-
cajas. Por esta ensillada conduce el camino ordinario y mas cmodo de la
hoya de Quito- la de Ibarra, y en el punto mas alto, entre Tabacundo y
San Pablo, tiene la altura de 3099 metros. El pi oriental del Cusin pasa
al Este, siempre en alturas considerables, los pramos de Pesillo, y me-
diante estos al pi setentrional del Cayambe sobre la Cordillera oriental.
' Sistema fluvial de la h o y a de Quito. Ahora que conocemos la cir-
cunvalacin de nuestra hoya, descendamos estudiar el interior, describiendo
el sistema de rios que la riegan y las dems particularidades. El rio que
domina todo, es el de Guallabamba. Sus fuentes mas lejanas se nutren de
la nieve del Cotopaxi y del Iliniza. Mas arriba he descrito, como entre
el Cotopaxi, el Sincholagua y el Rumiahui se forman los rios de Pedregal
y de Pita, y como unidos descienden al valle de Chillo, dejando la izquierda
el Pasochoa y la derecha las faldas del Sincholagua. Solo despus de
haber pasado los ltimos dos cerros, se puede decir que el rio entra en la
hoya de Quito, porque las regiones altas que deja atrs, mas bien forman
parte de la Cordillera. Luego que entra el rio Pita en el valle de Chillo,
recibe del lado derecho el rio Guapal, que ha recojido todas las dems que-
bradas del Sincholagua que no habian entrado en el Pita superior, es decir
las del Noreste y del Norte. Unas pocas y pequeas quebradas recibe el
Guapal en su curso superior, donde se llama rio del Isco, tambin de los
cerros que separan el sistema fluvial del rio de Antisana (cerros de Chacana
y de Urcucuy). Este rio de Guapal tiene la propiedad de correr subterrneo
en su curso medio, fenmeno que se explica as: mediados del siglo pasado
tuvo lugar una fuerte erupcin de lava en una quebrada lateral del rio de
Guapal del Isco, y la corriente de lava rellen no solamente esta quebrada
lateral, sino tambin un gran trecho del valle principal, reprimiendo por
92 TOPOGBAFIA. CAPTULO II.
algun tiempo las aguas del riachuelo de la quebrada y del rio de Isco. Pero
pronto el agua se abri paso por debaja de la lava enfriada y muy porosa,
corriendo invisible hasta el fin de la corriente de lava, donde brota en
fuentes hermosas al pi de los peascos. Como seales de la represin, del
agua quedaron la laguna de Muerte -pungo arriba del crter de erupcin, y
algunas lagunas pequeas cerca de Antisanilla, donde entra el rio de Isco
en la corriente de lava. Esta ltima es conocida con el nombre de Reven-
tazn de Pinantura de Antisanilla-. El camin de la hacienda Pinantura
la de Yurac cruza la quebrada de Guapal en el punto, en que brota el
rio del pi de la corriente de lava.
El rio Pita sigue por algunas leguas con la direccin S-N en medio del
ancho valle de Chillo, recibiendo algunos riachuelos pequeos, entre ellos el
rio de San Rafael, que corre casi paralelo desde el pi del Pasochoa, y
desemboca abajo de Sangolqu. El primer rio de consideracin, que le
entra del lado izquierdo, cerca de Conocoto, es el rio de San Pedro, que
baja del valle de Machache. Con el nombre de rio Curiquingue recoje las
quebradas de las faldas orientales del Hiniza y algunas del nudo de Tiupullo,
y entra cerca del puente de Jambel en el plano de Machache (2900 m.).
Algunos pequeos afluentes recibe del Kumiahui y del Pasochoa, y otros
no mucho mas grandes del lado occidental, de las faldas del Corazn y del
Atacazo.
La llanura de Machache, de una legua de ancho, se extiende desde el
nudo de Tiupullo hasta el pueblo de Tambillo. All se estrecha el valle
entre la cuesta de St a . Rosa y las faldas del Pasochoa, y se ensancha otra
vez abajo de los pueblos de Uyumbieho y Amaguaa, llamndose entonces
valle de Ghillo. El rio de Machache cambia su nombre en l de San Pedro,
corre paralelo al de Pita y se rene con el cerca del pueblo de Conocoto.
Aqu el valle y la altiplanicie de Chillo tiene casi tres leguas de ancho y
la altura media de 2500 metros. De repente se levanta en la parte occiden-
tal del plano un cerro, el Halo, mientras que en su parte oriental sigue con
una inclinacin suave al Norte, pasando al vade de Tunibaco y Pifo, que de
nuevo se ensancha considerablemente como el de Chillo.
El Hal es formado por erupciones de lava y tiene una copa ancha,
de que salen lomas tendidas al Norte, Sur y Este; solo al Oeste cae rpida-
mente al rio de San Pedro, que se precipita por una angostura entre su
pi y las lomas que separan el valle de Chillo de la pequea .meseta de
Quito. El punto culminante del Ilal tiene 3161 metros de altura absoluta
y 600 sobre el valle de Chillo. su pi meridional se halla el pueblo de
Alangas (2587 m.) y al pi setentrional el de Tunibaco (2390 m.). En la
quebrada del rio de San Pedro, en la empinada falda occidental del Hal
LA REGIN CENTBAL ANDINA. 93
est el pueblo de Guangopolo de acceso difcil. En todos los alrededores
del Dalo brotan fuentes termales poco mineralizadas, comunmente algo ferru-
ginosas, lo que talvez sedujo Villavicenoio la creencia y asercin estraa,
de que la montaa es toda un mineral de fierro. (!)
Antes mencion la meseta de Quito en oposicin la altiplanicie de
Chillo, y en efecto debemos distinguirla como una parte especial de la
gran hoya de Quito. Desde la cuesta de Sta. Rosa, casi tres leguas al Sur
de Quito, hasta el valle del rio de Guallabamba, mas all de San Antonio,
5 leguas al N de Quito, se extiende lo largo de la Cordillera occidental
una meseta bastante plana con una suave inclinacin hacia el Norte. Su
ancho es variable, pero no pasa en ninguna parte de una media legua, y
de Quito! Debe caer varios minutos mas al Este de lo que indica Hum-
boldt.*) La plaza mayor de Quito se halla la altura de 2850 metros y
la temperatura media del ao podemos fijar en 13l/3 C.**) De las ciudades
que se hallan en las hoyas interandinas y dan estas sus nombres, Quito
es la mas alta y la mas fria. La vejetaoion de sus alrededores es bastante
pobre y triste y corresponde un clima algo rgido; l ser sano y hasta
agradable para los que se han aclimatado, pero honrarlo con los eptetos
de delicioso, inmejorable, de primavera eterna etc. me parece exageracin,
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''^0'i^?
^k,s^~^"^&^^'i(ii^^i,' .
llamar Cordillera de Intac, porque separa el valle de Intac y del rio Lluri-
magua del del rio Guallabamba.
El cerro de CotacacM es el nico nevado que encontramos entre el valle
del Guallabamba y el del rio Mira. Es un volcan muy pintoresco con una
gran helera sobre la ladera oriental de su cspide, y su pico mas alto llega
4966 metros. Al pi sureste del cerro se halla la laguna de Cuicocha, que
presenta un antiguo crter de erupcin, lleno de agua y con dos islotes
(conos de erupcin) en medio. El nivel de la laguna se encuentra en
3081 metros de altura.
Unas dos leguas al N del Cotacachi se levanta sobre la misma Cor-
dillera otro cerro volcnico, el Yana-urcu, que lleva su nombre de cerro
negro con mucha razn, pues al lado de la nevada cspide de su vecino,
sus peascos negros se destacan con un contraste mas notable. La cspide
LA EEGION CENTRAL ANDINA. 99
dos primeros con nieve perpetua y grandes heleras, y el tercero sin ella.
.El Chiles, bajo 0o 52' Lat. N, pertenece todava al Ecuador, lo menos por
su mayor parte, porque la frontera pasa sobre sus faldas setentrionales; lo
mismo el Cerro Negro, que se halla muy prximo al lado oeste del Chiles.
El Cmbal que dista del ltimo solo unas dos leguas hacia el N, ya cae
allende la frontera de Colombia. Todos los tres volcanes se distinguen por
:sus profundas y espaciosas calderas crteres. Al N del Cmbal la
^Cordillera sigue con el nombre de Pramo de Colimba hasta la cercana del
Azufral de Tqueres, que solo tiene 4070 metros de altura, pero no es menos
-interesante que los precedentes.
*) Se usa esta agua para teir de negro los hilos y tejidos de algodn, preparados
antes con el cocimiento del guarango (Prosopis sp.).
**) A las orillas del Yaguarcocha (= lago de sangre) el inca Huaina-Capac obtuvo
.jTui victoria decisiva sobre los indios Carnquis sublevados, y los hizo arrojar por miles
sus aguas, que se tiieron con la sangre de los sacrificados.
LA EEGION CENTBAL ANDINA. 103
el rio'Chota, llamado en su curso superior rio Chamachan. Corre paralelo
al Taguando de S N, y recibe del lado ste como primer tributario de
consideracin el rio Pisco. Desde la desembocadura del Pisco, en cuya cer-
cana se halla el pueblo de Pimampiro al lado izquierdo, el rio comienza
virar al NO y finalmente al O, formando en su confluencia con el Ambi un
ngulo recto. Solo esta parte inferior, desde Pimampiro se llama rio Chota,
y en esta seccin le entra su tributario mas importante, el rio Apaqui, el
cual, bajando en direccin al SO desde los Altos de Boliche, rodea el pi
meridional del nudo y recibe todas las aguas que de N S bajan de l,
respectivamente de las mesetas de Huaca (2952 m.), Tusa (2874 m.) y Puntal
(2672 m.).
Desde la confluencia del rio Apaqui, en donde se halla el casero de
Caldera (1600 m.) hasta la confluencia del rio Ambi en 1500 metros de
altura, se extiende el hondo y caliente valle de Chota, clebre por su fera-
cidad en los puntos que alcanza el riego artificial, por su vegetacin sub-
tropical, no menos que por su insalubridad, consecuencia de las fiebres
intermitentes endmicas. Aqu en el centro de la hoya, en el valle de Chota
y en la llanura de Salinas, que se halla como su continuacin al lado
izquierdo de la boca del Ambi, se manifiesta mejor el carcter singular de
una gran parte de esta provincia: un terreno sumamente quebrado, los rios
encaonados entre largas y arrugadas cuestas, por todas partes peascales
desnudos y tierras volcnicas del todo calvas escasamente revestidas de
espinares; en el fondo de los valles, en donde estos se ensanchan, los oasis
de los caaverales, cafetales, platanales y frutales.
El rio Chota recibe entre la boca del Apaqui y su unin con el rio
Ambi un afluente considerable, el rio de ngel de Mira, que le entra del lado
derecho (N) y le trae las aguas recojidas en los pramos del ngel, que
forman la parte occidental del nudo interandino y se extienden hasta las
faldas del Chiles y del Chiltazon. Lleva su nombre de los. dos pueblos que
se hallan sus orillas. El de Mira tiene celebridad en la historia geogrfica
del pais, porque hasta aqu los Acadmicos franceses extendieron sus tra-
bajos geodsicos en el siglo pasado.
Las aguas de todos los rios enumerados hasta ahora y reunidas por la
confluencia del Ambi con el Chota, reciben el nombre de rio Mira y lo con-
servan hasta su desembocadura en el ocano. Su curso es por algunas
leguas, hasta el pueblo de la Concepcin, hasta donde podemos extender
la hoya de Ibarra, de S N; despus, en su curso al traves de la Cor-
dillera, declina al NNO. Los afluentes que el rio Mira recibe del lado
derecho, de los pramos del ngel y del Chiltazon, todos son de poca cuanta;
algo mas largos son los del lado izquierdo, que bajan de . la Cordillera
104 TOPOGBAFIA. CAPTULO II.
occidental, como el rio de Salinas, que primero pasa al lado del pueblo de
Tumbaviro (2118 m.) y despus por l de Salinas (1639 m.) en la llanura
del mismo nombre; el rio de Palacara, que nace en los pramos de Pian
sobre el pueblo de Ghahuasqui (2408 ni.), el rio Amarillo, el Salado, el de
Jernimo, todos de aquellos mismos pramos. Mas cortos son los que
siguen al Norte y bajan de la rama de Chilluri, como los ros de Gullupi,
de San Pedro, de Buena- Vista, Chinamhi, Paramba y Cachi-yacu. Al lado
occidental del mismo ramal de Chilluri se halla el rio Lita, que es el mas
largo y caudaloso de este lado, y naciendo en los pramos de Pian corre
casi paralelo al rio Mira en su curso superior, en que pertenece la regin
andina. En su ltimo tercio y casi al pi de la Cordillera occidental vira
al N y NE, para unirse con el Mira en un punto, que ya no dista mucho
de los planos de la costa.
Al Norte del nudo d los Altos de Boliche encontramos la pequea
h o y a interandina de Tulcan, regada por las cabeceras del rio Guaitar,
que pertenece al gran sistema fluvial del rio Patia. La hoya est limitada
al Oeste por el volcan de Chiles, al Este por la Cordillera oriental sobre
Tulcan, y al Norte por los cerros de Ipiales. A causa de su alta posicin,
casi en la regin de los pramos, podramos comparar la pequea hoya de
Tulcan con la de Caar; su importancia consiste mas bien en la cria de
ganado "que no en la agricultura.
El rio Gmbal que viene del cerro del mismo nombre y de los pramos
de Colimba, pertenece todo la Repblica de Colombia; el rio Carchi, que
desciende del cerro Chiles y corre por medio de la hoya de O E , forma
el lindero del Ecuador con Colombia hasta cerca de Ipiales, donde se rene
con el Cmbal y con otros dos riachuelos*, el Chana y el rio Bobo, que bajan
de los Altos de Boliche. Encima de esta confluencia de los ros y no muy
lejos de la firontera, se halla Tulcan, la pequea capital de la provincia del
Carchi, la altura de 2977 metros y con un clima bastante rgido.
por casi dos leguas (por Las Playasi>) dividido en muchos brazos pequeos
entrelazados, que frecuentamente cambian de curso. Solo desde el Sitio
Nuevo se recoje en un cauce mas estable y sigue muy tortuoso hasta afuera,
al golfo. Cerca de su boca y casi la margen de los manglares se halla
el pueblo de JBlao la orilla izquierda del rio. Hasta aqu suben con la
marea las chatas y los pequeos vapores.
Dos leguas al N de la Boca de Balao encontramos la de Jagua. Este
rio se parece en su curso inferior al de Balao, pero no es tan largo y viene
por un valle despoblado del ramal de la Cordillera, que se halla encima de
Molleturo. Ahora siguen hasta Naranjal una porcin de riachuelos cortos,
los de Lainin, del Carmen, de San Jacinto, de las Piedras, de Minas y de
Pucay, que todos nacen en las ltimas ramificaciones del ramal de Molleturo,
y atraviesan en su ltimo tercio una regin pantanosa, en que se bifurcan
y entrelazan varias veces antes de reunirse de nuevo cerca de los manglares
en los esteros de San Vicente, Balao chico y en el Estero viejo (Boca de
Caa-yacu). Con el rio de Naranjal de Suya se acaba la regin angosta
del litoral y en su boca tambin el golfo de Guayaquil, principiando ah el
delta del rio Guayas, y ensanchndose las llanuras hacia el oriente.
E l rio de Naranjal de Suya, que en su curso superior conocimos
con el nombre de Caar, entra en la llanura la distancia de ocho leguas
de su boca, algo mas arriba de la hacienda de Suya grande, de la boca
del rio Patul. De este punto corre al SOO, dejando su derecha (lado
Norte) grandes llanuras pantanosas, y recibiendo de su izquierda (lado Sur)
los afluentes descendientes de la Cordillera de Molleturo. Entre estos hay
que mencionar ante todo el rio Norcay, que nace sobre el Cajas de Cuenca,
baja por el valle de Contra-yerba y del Mihuir de E O, y vira cerca de
Molleturo al N. Despus siguen los pequeos rios de Gramatal, Pechiche
y de Chacayacu, que en su curso inferior participan de la propiedad de los
rios que conocimos al Sur de Naranjal, de ramificarse y entrelazarse varias
veces arriba de sus desembocaduras. El Chacayacu es el mas largo y mas
importante de ellos. El recoje las aguas del ramal de Yerba-buena, sobre
la cual sube el camino real de Cuenca (r. Shiri-yacu, r. Pescado, r. Chaca-
yacu) y sobre su brazo izquierdo se halla el pueblo de Naranjal, la distancia
de legua y media de su desembocadura en el rio grande de Suya de Na-
ranjal. Hasta esta boca el puerto de la Revesa sube la marea, y el rio
estero es navegable y accesible por los vapores fluviales.
Como la regin litoral entre Mchala y Naranjal constituye uno de los
distritos de cacao, mas importantes de la Repblica, conviene completar la
descripcin con algunos datos mas. - L a regin es tan uniforme, que basta
estudiarla lo largo de un rio, desde su boca hasta el pi de las montaas,
LA EEGION OCCIDENTAL. 113
para conocerla toda. Por tipo podria servir el rio de Tenguel el rio de
Gala. Distinguimos 4 zonas muy caractersticas, que se siguen de O E
en el orden siguiente: I o La zona de los manglares lo largo de la orilla
del Golfo, mide comunmente una milla de ancho y est sujeta las inun-
daciones ocasionadas por las mareas todos los dias, lo menos en tiempo
de los aguajes. En esta zona el rio d algunas vueltas largas y tiene la
forma de un estero mas menos ancho, que se vacia y se llena dos veces
en 24 horas. Con la creciente entran las embarcaciones, que no pasan del
tamao de las chatas. 2 o Sigue la zona de las sbanas y tembladeras
con un ancho variable de una tres millas. Ella no se presta todava la
agricultura, pero admirablemente la cria de ganado, pues el pasto natural es
abundante y exuberante. En tiempo de las lluvias (en invierno) se inunda
casi todo el terreno, y en varias partes las aguas quedan estancadas durante
todo el ao, formando las tembladeras. En esta zona el rio serpentea con
mil tortuosidades, cambiando con frecuencia de cauce, bifurcndose y veces
perdindose por trechos en los pantanos y tembladeras. 3 o La zona del
cultivo, la mas importante de todas, se extiende entre la sabana y el pi de
las montaas con un ancho de una tres leguas. Forma un plano casi in-
sensiblemente inclinado de E O, y se compone de un terreno algo arenoso
pero rico en tierra vejetal, que la entrada en los valles y al pi de las
montaas pasa al cascajoso, pero en general se presta especialmente la
agricultura. En el estado natural esta zona est cubierta de una vegetacin
arbrea muy variada y espesa, en la cual se encuentra mucho cacao sil-
vestre, indicando de antemano el cultivo, que el terreno parece como pre-
destinado. En efecto se renen en esta zona todas las condiciones favorables
al cultivo del cacao: un clima hmedo y caliente, un suelo lijeramente
arenoso cascajoso pero sustancioso. Sinembargo, los otros productos tr-
picos, especialmente el caf, el pltano y la caa no quedan en zaga del
cacao; en una palabra, es una de las regiones mas frtiles del pais y est
todava lejos de ser explotada en la extensin en que lo merece. Aqu el
rio corre por un cauce mas estable, es mas correntoso y hace menos vueltas,
ya no es navegable ni en canoas pequeas. Las inundaciones, si en invierno
veces suceden, son parciales y transitorias, el terreno, aunque en conse-
cuencia de la mucha humedad del clima regularmente fangoso, no es pan-
tanoso. 4 o La zona de las montaas comprende las faldas inferiores de
la Cordillera de sus ramales. Podemos extenderla hasta la altura de
unos mil metros, es decir, hasta donde se cultivan con ventaja los productos
de la tierra caliente; mas arriba ya pasa la regin andina. Esta zona
queda en el distrito de que hablamos, todava sin cultivo, si exceptuamos
el valle del rio Balao, en que se encuentran algunas haciendas en el lmite
Wow, Ecuador. 8
114 TOPOGBAEIA. CAPITULO III.
se restablezca en algun tiempo la Comunicacin entre los dos sistemas; pero el inters
de la ciudad de Guayaquil exige, que se la impida en cuanto sea posible..
8*
116 TOPOGBAFIA. CAPTULO I I I .
Uig. 24.
*) El Cerrito. es la nica isla del rio Guayas, que no consta de aluviones modernos,
sino de pea viva, y es el resto de una antigua formacin geolgica. ,-Por esto subsistir,
por mas pequea que sea, aun cuando las otras (como la de Santa Rosa) desaparezcan
cambien de lugar.
126 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.
Guayas, pues la distancia entre las orillas de los dos no es mas que de
2100 metros, y es probable que en tiempo no muy lejano la ciudad ocupar
todo este estrecho. El plano de Guayaquil, con excepcin de una pequea
parte de Ciudad vieja, se halla casi al nivel del mar y por esto el rio Guayas
y el Estero Salado estn sujetos las mareas tan fuertes, como la costa
misma del mar, y en tiempo de los aguajes l diferencia entre pleamar y
bajamar llega 4 metros. Esta es la razn, porque el rio lleva agua sa-
lobre, es decir muy mezclada con agua del mar, y no es potable sino en
tiempo del invierno, cuando las inmensas cantidades de agua dulce que
vienen del interior, vencen el impuje de las aguas saladas, y la mezcla se
verifica mas abajo cerca de Puna, la entrada en el golfo. Tambin se
explica, que los alrededores de Guayaquil, aunque xno carezcan de ameni-
dades, no se prestan mucho al cultivo sino de aquellas plantas, que echan
Lam. VI.
- A f - ^ .* - - ^ "*;
* t ^ v > - Jir~*.
~ia.
.'"^^^^
Cep. na fotografia.
GUAYAQUIL, VISTO DESDE LA FALDA DEL CERRO DE STANA.
128 TOPOGRAFIA. CAPTULO IIL
en la orilla derecha del rio, la boca de otro brazo del rio Vinces, y pasamos
despus la pequea isla de Silva, que se halla en medio del rio. poco
trecho y l1^ legua arriba de Zamborondn, nos encontramos con una bifur-
cacin notable del rio que forma algunas islas grandes. El brazo que se
separa en direccin al Este, se llama Estero de Ghijo, y despus de rodear
dos islitas (la que se halla en la boca, se llama de Angulo) se divide de
nuevo, abrazando con sus dos canales la isla de Flores, que tiene dos leguas
de largo. Estos dos brazos con la isla intermedia se tienden de SO NE,
y despus de unirse de nuevo en la cercana de sitio de Jujan, v el Estero
al Norte para salir al rio de Bodegas en la Boca de las Peas, media legua
abajo de Babahoyo, cercando del tal modo la isla grande que no lleva nombre
propio. Todo el brazo del Chijo con sus ramas lleva bien el nombre de
estero, porque en efecto se parece mas tal que no un rio, quedando
casi seco en bajamar y llenndose solo durante la marea creciente. E n t r e
tanto navegamos por el rio principal, conservando todava el mismo rumbo
desde la boca de Chijo hasta la gran vuelta de Cabonda. De ah nos diri-
gimos con un codo muy fuerte al O y NO, hasta la Boca de Baba, en cuyo
sitio, y pocas cuadras mas arriba (boca del Arenal) desaguan las ltimas
venas del sistema del rio Vinces. Vuelve el rio su direccin antigua de
NE, y seguimos sin novedad hasta la cercana de Pimocha. Algunas cuadras
abajo de este pueblo se repite el mismo fenmeno que encontramos, cerca
de Zamborondn, de que el rio hace con su cauce antiguo medio embancado
una vuelta al Este al rededor de una isla, mientras que un brazo, antes pe-
queo, se ensanch y constituye actualmente el cauce principal.
El cauce antiguo se llama estero del Tejar, por salir al rio grande al
lado de la hacienda de este nombre, arriba de Pimocha. Muy cerca de la
punta inferior de la isla y al lado derecho del rio se halla el pequeo pueblo
de Pimocha sobre la boca del rio de Pueblo viejo, que pertenece al sistema
del rio de Zapotal, y antiguamente ha sido su vena principal, antes de que
el rio de Caracol se conquistase esta prerogativa. Pimocha dista de Zam-
borondn 4 leguas, y dos de Bodegas. Un poco arriba del pueblo el rio
tira al Este hasta mas all de la boca del Tejar, despus al Noreste hasta
la boca de las Peas, donde se rene con el estero de Chijo, y finalmente
hacemos una vuelta larga al N y NE para llegar Babahoyo Bodegas.
La regin entre Zamborondn y Bodegas se caracteriza por los bancos
lo largo del rio, que con su variada y exuberante vegetacin constituyen
un paisaje lindsimo, en que cambia continuamente la decoracin, conforme
qu avanzamos entre los cacaotales, cafetales, caaverales, vegas sembradas
de tabaco y arroz, y los frutales de toda clase al rededor de las numerosas
haciendas. Tampoco no faltan las sabanas abiertas, que de trecho en trecho
L A REGIN OCCIDENTAL. 131
interrumpen los bancos y llegan hasta las orillas del rio. Pues es de saber,
que los bancos componen una zona angosta, y que en todas partes se en-
cuentran su espalda las sabanas, especialmente al lado oriental, que
poca distancia del rio participa todava en mucho de la regin que dejamos
abajo de Zamborondn. La parte occidental, desde la boca de Baba por
arriba, est cruzada tambin mayores distancias del rio por los bancos,
que acompaan el redaje de rios y esteros secos, que por all se encuen-
tran. La regin es absolutamente plana; solo al NO de Zamborondn y
la distancia de media legua del pueblo, se levanta entre los dos brazos
principales del rio Vinces el cerro de Zamborondn, rodeado al O de tem-
bladeras y al E de sabanas. Es una montaa cnica, cuyo cspide encontr
en 268 metros de altura; sobre una prolongacin oriental de la base se
levanta otro cerrito que apenas llega la mitad de aquella altura. En un
pais montaoso un cerro de 268 metros no merecera mucha atencin, pero
por su aislamiento completo l de Zamborondn la llama en alto grado y
parece mucho mas elevado de lo que es. El pueblo le rodea con el nimbo
de tradiciones fabulosas, y para el gegrafo su cspide es una seal trigono-
mtrica magnifica visible en torno de 6 leguas, doblemente apreciada en
esas llanuras, en que veces es el nico punto que le facilita la orientacin.*)
Babhoyo Bodegas (propiamente Las Bodegas de Babahoyo) es la
capital de la provincia de Los Rios y el puerto principal para el interior.
Se halla situado 12 leguas al NE de Guayaquil, sobre la orilla izquierda
del rio de su nombre, enfrente de la boca del rio de Caracol. Una parte
de la poblacin, el pueblo viejo, se encuentra la orilla opuesta del rio,
entre el tringulo que forma este con el rio mencionado de Caracol, pero est
deqayendo de dia en dia, especialmente por ser su terreno muy bajo y en
invierno completamente anegado, de suerte, que en esta poca presenta el
aspecto de una poblacin lacustre un pueblo flotando en balsas sobre el
agua. Hasta aqu la marea se hace muy notable y los vapores fluviales de
Guayaquil suben favor de ella tambin en la estacin de sequedad; pero
mas all y por el rio de Caracol solo en invierno, cuando los rios se hallan
muy crecidos. En Bodegas principia el viaje por tierra de los que se diri-
gen las provincias interiores. Los vapores hacen el viaje de Guayaquil
Bodegas regularmente en ocho horas.
Conozcamos la regin entre el rio de Bodegas y la Cordillera occidental,
empezando con el rio Chimbo inferior y el (Manchan. La Cordillera es
desde aqu aquel ramal mejor dicho aquella cadena paralela la principal,
que mas arriba hemos llamado Cordillera de Chimbo, por. formar el borde
occidental de la hoya del valle del mismo nombre. El valle de Chimbo
acaba en Puente de Chimbo, donde el rio abandona las montaas y su rumbo
N-S, entrando en los llanos con direccin al 0. En este lugar, al lado del
aislado cerrito de Cutuguai, que est enfrente de Agua-clara, el rio Chanchan,
que desagua la hoya interandina de Alaus, se acerca mucho al Chimbo, y
parece que antiguamente un brazo comunicaba en efecto con l, porque hasta
ahora la regin, que sigue hacia abajo entre los dos rios hasta su confluencia,
se llama La Isla. En general podemos decir, que el rio Chimbo y el rio
I?ig. 27. Agua-clara cerca del Puente de Chimbo. (Toma de agua para Guayaquil.)
Chanchan han cambiado con mucha frecuencia sus cauces en esta regin
entre el pi de la Cordillera y Yaguachi. Por todas partes encontramos los
antiguos esteros secos, y el terreno es especialmente en la parte superior,
es decir hasta donde, los ros arrastraron con facilidad los materiales gruesos,
muy cascajoso y por esto menos favorable la agricultura, aunque existen
tambin extensos bancos y llanos con buena tierra vejetal. Unas seis leguas
al Oeste de Puente, de Chimbo los rios Chimbo y Chanchan se renen, des-
pus de haber formado aquella larga lengua de tierra que se llama la Isla,
y que se compone de playas y llanuras de cascajo, cubiertas de una espesa
vejetacion de monte. Al Sur linda esta rejion con las montaas y el rio
de Bulubulu. Despus de su confluencia con el Chanchan sigue el rio
LA EEGUON OCCIDENTAL. 133
Chimbo todava unas dos leguas al Oeste en un cauce variable, mas bien
sin cauce, por playas extensas, con varios brazos enredados. En este punto
se acerca mucho al rio de Boliche enfrente de las haciendas de Vainilla y
Guanbano, y durante las cercientes del invierno el primero transmite una
parte de sus aguas al segundo. Poco poco los brazos del Chimbo se
recojen de nuevo en un cauce bien determinado, y el rio toma la direccin
constante al NO hasta su desembocadura en el ro de Bodegas. Al lado
de la hacienda de Chobo recibe el rio de Milagro y toma el nombre del
rio de Yaguachi. Desde aqu, tres leguas arriba de su boca, est sujeto
las mareas y es navegable, aunque los vapores suben en verano solo hasta
parece que desde ahi en alguna poca remota ha servido de cauce al Chimbo
mismo, lo menos un brazo de l. As lo atestiguan los esteros secos
y cascajosos que cruzan entre los dos rios. Tambin en su curso inferior
el rio de Milagro se bifurca, una legua arriba del pueblo: un brazo (el prin-
cipal) v derecho hacia SOO la boca de Chobo, y otro, que se llama rio
de Chirijo, corre al 0 poca distancia del primero y casi paralelo l, y
se pierde finalmente en las pozas y tembladeras, que hay al N de Milagro
y de Yaguachi. Un poco abajo de la bifurcacin indicada entra al rio de
Milagro el de Vencia, que es de poca cuanta y recoje las aguas de varios,
riachuelos en la cercana del pueblo de Naranjito entre el rio Milagro y el
Chimbo. Media legua distante de la boca de Chobo est el floreciente pueblo
de Milagro sobre la ribera derecha del rio, rodeado de cafetales y frutales.
Todos los afluentes del rio de Bodegas y del Estero de Chijo desde la
boca de Yaguachi hasta el sitio de Jujan, son insignificantes y desaguaderos
de las sabanas, as por ejemplo los esteros de Corrales, de ausa, del Con-
vento etc. Solo cerca de la punta de la Isla de Mores entra al Estero de Chijo
un rio mas grande, el Limonal, que sinembargo lleva este nombre por pocas
cuadras adentro de su boca, porque ahi se forma de dos ramas grandes:
la setentrional es el rio de Chlvntomo, mas arriba Mi Manco, y la meridio-
n a l e l de Carrizal, Chagi chiquito. Ambos nacen en las faldas inferiores
de la Cordillera, y en su curso medio existen buenos bancos y algunas ha-
ciendas de cacao.
E l rio de Bodegas superior abraza con sus cabeceras toda la falda
occidental de la Cordillera, desde mas al Sur de Chillanes hasta la latitud
de Chapacoto. La rama principal nace cerca de los orgenes del rio Cbillin-
tomo y acompaa el pi de la Cordillera en direccin al NO hasta la con-
fluencia del rio de Limn, que baja de las alturas sobre San Miguel de
Chimbo y sobre Bilovan por el valle de Balsabamba. Pero antes, y unas
leguas mas arriba, recibe del lado de Chillanes el rio de Chima, cuyo curso
queda descrito en otro lugar. El sitio en que los dos rios se renen, se
llama Juntas, y por esto el rio superior de Bodegas Babahoyo lleva tam-
bin el nombre de rio Juntas. El ltimo tributario del rio de Bodegas
superior es el rio de Telembla, que nace en las alturas de Chapacoto y se
llama en su curso inferior (en las llanuras) Embarcadero. Desemboca cerca
del pueblecito de la Mona y enfrente de la hacienda de San Pablo. Est
enlazado con el rio de Limn por el pequeo Bio de Saboneta, que es de
formacin artificial, segn se dice, y derivado de aquel por un canal abierto
cerca de la hacienda de Playas. Toda esta regin entre Bodegas y el pi
de la Cordillera, en que se hallan los pequeos pueblos de Mona y Sabaneta,
es muy baja y en invierno anegada. En los valles superiores de los rios
LA BEGION OCCIDENTAL. 135
se hallan plantaciones de caf y caa de azcar, y los trapiches, es decir
molinos primitivos de la caa.
Si ahora regresamos de Bodegas Guayaquil, registrando los ros que
vienen del lado Norte, debemos nombrar en primer lugar el rio de Cara-
col y Zapotal. Este rio trae su origen de muy lejos, de la Cordillera de
Angamarca en la provincia de Len. Su sistema superior, que se compone
de los ros de Angamarca, de Pangua y del Piaato, pertenece la regin
andina y solo desde la confluencia, de los ltimos dos, es decir desde el
sitio de Juntas, entra en la regin baja y lleva el nombre de Rio de Juntas,
hasta el pequeo pueblo de Zapotal, que ya se halla en la llanura. Con-
siderando l rio de Angamarca como vena principal, podemos decir que el
rio corre desde su origen hasta Zapotal de NE SO; de ahi vira decidida-
mente al Sur, pero describe muchsimas vueltas grandes y pequeas hasta
su entrada en el rio de Bodegas. En el codo que hace en Zapotal, recibe
el Tnico tributario considerable del lado derecho, el rio de Clbi grande
unido con el Clbi chico, que vienen del Norte de una regin montaosa
entre Quevedo y la Cordillera. El rio de Lechugl, que entra 2 leguas abajo
de Zapotal y del mismo lado del rio de Quevedo, es pequeo. Desde su
confluencia con el Calab el rio Juntas cambia su nombre con l de Zapo-
tal, que conserva hasta Ventanas poco mas menos. En este trecho no
se aleja mucho del pi de las montaas, y los cerros de Onceb y Sibimbe,
ramales de la Cordillera alta, llegan hasta su orilla. Del lado oriental entran
sucesivamente el rio de AzumM, llamado mas arriba Supib, que trae su
origen de los cerros de Cuicoto y Chuquinac; el Onceb, oriundo de los cer-
ros de Mullidiang, que antes de desembocar en el Zapotal se bifurca y re-
cibe el riachuelo de Macagua; el rio de Sibimbe unido con el rio Limn,
que nace en los cerros al Oeste de Salinas. Los valles de los tres rios
nombrados quedan todava incultos en su mayor parte. Media legua abajo
de la boca del Sibimbe se halla el pueblo de Ventanas. Desde aqu el rio
se llama de Calar ama de Caracol segn los dos pueblos, que en seguida
pasa. Media legua abajo de Ventanas, al lado de la hacienda Ventanillas,
donde el rio forma un codo largo y fuerte hacia el Oeste, se halla pocas
cuadras atrs del banco derecho el origen del rio de Pueblo viejo que cono-
ceremos despus. Desde ahora conviene notar, que este ltimo rio es el
antiguo cauce del rio de Zapotal, y que en lugar del banco, entre las ha-
ciendas de Ventanillas y de Elvira, antiguamente existia una boca ancha y
bonda que daba paso casi todas las aguas del rio, siendo entonces el rio
de Catarama un estero insignificante. La dicha boca se ceg completamente
y se embanc algunas cuadras por adentro, mientras que el rio de Caracol
se llev todo el caudal de agua y se ensanch sucesivamente. La consecuencia
136 TOPOGBAPIA. CAPITULO III.
de este cambio fu, que el Pueblo viejo, cabecera del cantn, iba decayendo
de ao en ao, y que las orillas del rio nuevo, una legua larga al Este
de Pueblo viejo, se levantaba el hoy floreciente pueblo de Catarama; porque
con las aguas tambin el trfico y la navegacin se cambiaba de un rio al
otro. De Catarama Bodegas el rio sigue un rumbo general de N S,
no obstante las muchas tortuosidades que describe. Del lado derecho ya
no recibe ningn tributario, solo algunos esteros (de Corozal, de Manilla)
le comunican con otros, dependientes del rio de Pueblo viejo. Pero del lado
de la sierra le engruesan todava dos ros; el primero, no muy grande ni
muy largo, es el de Pijullo, que desciende del lado de las cabeceras del rio
Limn, de NE SO, y entrando en los llanos se dirige al O, como si en-
frente de Catarama quisiera unirse con el rio grande. Pero media legua
antes, en el sitio de Roblecito, vira de repente con un ngulo recto al Sur
y corre paralelo al rio de Catarama hasta el pueblo de Caracol, cuyo lado
desemboca. Este su curso inferior se llama rio Pita. El segundo tribu-
tario mas importante es el rio de Pomelos, cuyo sistema superior abraza
una regin bastante extensa y varios valles de la Cordillera, que domina al
Oeste la hoya de Guaranda. Los ros de las Tablas, de Salinas, de San
Antonio, de Cumbil, son los que forman el de Pozuelos; despus de entrar
en la regin baja, un poco mas arriba del pueblecito que lleva su nombre,
ya no recibe ningn afluente y corre en direccin SSO unirse con el rio
de Caracol por dos bocas, una al lado de la hacienda de Cachar y otra
muy inmediata a Babahoyo, enfrente del Salto.
El rio de Zapotal y Caracol pertenece en su curso superior, desde Zapo-
tal hasta Catarama, la regin de los bancos y del cacao, en el inferior,
de Catarama Bodegas, la regin de la sabana y de los pastos. En
canoas es navegable todo el ao hasta Zapotal, pero los vapores fluviales
pueden subir solo en invierno, con facilidad hasta Ventanas, mas arriba con
bastante dificultad por las fuertes correntadas. De Bodegas Caracol hay
tres leguas, de ah Catarama dos, de Catarama Ventanas otras dos y de
Ventana Zapotal unas cuatro. La regin entre Catarama y Bodegas, espe-
cialmente desde Caracol por abajo, entre el rio grande y el de Pozuelos, es
muy anegadiza, y Caracol corre la suerte de Bodegas, de parecer en invierno
una poblacin eregida en medio de mi lago. En verano las aguas se
retiran las tembladeras y pozas, y la sabana se cubre de un pasto
abundante.
En estas llanuras tan bajas llama mucho la atencin un cerrito enfrente
de Cachar al lado izquierdo del rio, que no tiene mas de unas 30 metros
de altura y consta de un solo peasco escarpado de sienita. Sale completa-
mente aislado, del plano pantanoso como un islote del mar, y lo habr sido
^
LA BEGION OCCIDENTAL. 137
en aquella poca en que las aguas del golfo de Guayaquil azotaron el pi
de la Cordillera y de los, cerros de Samama.
El rio de Pueblo viejo, cuyo origen singular cerca de la hacienda
de Ventanillas ya queda indicado, desemboca en el de Bodegas al lado del
pueblo de Pimocha, despus de un curso de unas 10 leguas con el rumbo
general de NNB SSO. Tambin l es muy tortuoso, como todos los rios
de la llanura, especialmente en su curso inferior. Desde Ventanillas hasta
Pueblo viejo (dos leguas) queda en verano completamente seco; mas abajo
lleva poca agua hasta el punto que sube la marea del rio grande (cerca
de Mapan), porque no recibe ningn tributario de consideracin. Del lado
derecho le entra el rio de Chapulo y el de Guarumo, ambos desaguaderos
de las sabanas, y del lado izquierdo se halla una multitud de bocas de
esteros, los cuales forman luego una red complicadsima entre el rio de
Pueblo viejo y el de Caracol. Las bocas y esteros principales de esta clase
son los del Corosal, de San Juan y St*. Bita, del Parindero, de Pita, entre-
lazados todos entre s y con otros de menor importancia. Muy difcil seria
describir ese redaje de esteros, sin el adminculo del mapa, el estudio de
este suplir la descripcin. Se v, que los esteros de esta regin no comuni-
can solo con los rios de Caracol y de Pueblo viejo, sino tambin directa-
mente con el rio grande de Bodegas en el trecho de Pimocha Babahoyo,
tales como el estero de la Virginia, y los de Limn y San Juan, que des-
embocan en un mismo punto arriba de Pimocha. Uno se halla tambin mas
abajo de Pimocha, enfrente de la pequea isla del Caimito y con el mismo
nombre. Sube salir al rio de Pueblo viejo cerca del sitio de Mapan.
La regin que acabamos de recorrer, pertenece las mas ricas del
litoral y de todo el pais, y es el centro del cultivo de cacao. Basta nom-
brar las haciendas de Ventanillas, de San Juan, de Juana de oro, de Sta. Rita,
del Convento, de Pechiche dulce, que todas pertenecen esta regin, con
muchsimas otras no menos feraces, aunque no tan grandes, para hacer
comprender su importancia los que estn al corriente del comercio de
cacao. Este distrito, con los cercanos de Baba, Vinces y Daule, produce el
cacao de arriba, que aventaja en calidad y precio al de abajo de Mchala
y Naranjal, y lleva su fama merecida los mercados de Europa. Las huer-
tas de cacao que siguen los bancos lo largo de los rios y esteros, forman
una red parecida l de estos mismos, y las mallas de la red estn ocupadas
por sabanas y pozas, rara ver por lomas.
El rio de Vinces, Palenque y Quevedo es uno, de los mas largos
de todo el sistema del Guayas. Sus fuentes mas lejanas en la cercana de
St. Domingo de los Colorados distan de su boca al lado de Zamborondn
unas 37 leguas. Solo una parte pequea"*de su sistema, el rio de Quevedo
138 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.
del pueblo de Zamborondn y el de las Avispas una media legua abajo por
la Boca de las Caas, como he dicho en otro lugar. Tambin en el trecho,
de Salitre Zamborondn se verifican todava diferentes derrames por esteros
secundarios, tanto la regin interfluvial, cuanto hacia fuera. Entre los-
primeros nombrar el rio de Sabanla que corre casi paralelo al de las
Avispas, y entre los segundos un esteron que cruza al rio Pula, tributario
del Daule.
Los bancos llegan en el rio Vinces solo hasta la California; mas abajo
todo es un terreno muy bajo y anegadizo, y especialmente desde Salitre-
principian las tembladeras, que ocupan todo el espacio entre los rios de la
Bocana y de las Avispas y otros terrenos extensos al Este y Oeste, llegando-
hasta el rio Pula y el pi de los cerros de la Estacada y de Yolan. Desde
la cspide del cerro de Zamborondn se goza de una vista sumamente in-
teresante instructiva sobre toda aquella regin, que en invierno parece un :
mar mediterrneo, sembrado de islitas de sabana y de bosquecitos de sauces
aejos. En esta estacin se navega con facilidad por todas partes, aun fuera
de los cauces ordinarios de los rios, pero en verano, apesar de tanta abun-'
dancia de agua, la navegacin se dificulta. Si todos los derrames y esteros
que salen del rio desde Vinces hasta Zamborondn, quedaran reunidos en
un solo lecho, formaran un rio tan poderoso como el de Bodegas, que seria
navegable por vapores aun en la estacin mas seca; pero la consecuencia
de tanta ramificacin es, que ningn rio queda navegable'en verano; A lo
mas trafican pequeas canoas por los de la Bocana y de las Avispas, y mas,
arriba hasta Quevedo. En invierno los vapores suben comunmente hasta el
puerto de Palenque y veces hasta el sitio de Moquique. De ah mas ade-
lante el rio es muy correntoso.
De lo dicho se comprende que la regin descrita se presta solo la
ganadera y que el terreno cultivable es sumamente reducido. Sobreviene
el frecuente cambio de los rios en un terreno tan flojo, y de consiguiente
la instabilidad de los terrenos altos y bajos, que no anima la agricultura.
Bien puede ser, que la red de rios y esteros, como figura en mi mapa y cuyo
plano fu levantado en los aos de 1880 1884, dentro de 50 aos presente
un aspecto muy diferente; y esto vale tambin de otros parajes parecidos,
que hemos conocido anteriormente.
El rio Daule ya no es un tributario del rio Bodegas, sino que forma
con este el rio Guayas, y su sistema excede en extensin todos los, que
hemos estudiado hasta ahora. Este rio no recibe ni una gota de agua de
la sierra, y pertenece todo la regin baja, que llamamos la litoral. Su
largo podemos calcular en 43 leguas, sin tomar en cuenta las muchsimas
vueltas grandes y pequeas, que hace, y siguiendo solo su rumbo general,
LA BBGION OCCIDENTAL. 143
que es bastante recto de N S. Hacia el Este el sistema del rio Daule
linda con el del rio de Quevedo y Vinces, que acabamos de describir, y
respecto sus linderos occidentales me refiero la pgina 126, en que he
dado la resea de las montaas, que de este lado circundan todo el sistema
del Guayas, desde Guayaquil hasta las montaas de Manab. All he hablado
de una hinchazn del terreno una bveda muy aplanada, que atraviesa el
pais desde Chone hasta St. Domingo de los Colorados y separa los sistemas
del Guayas y del Esmeraldas. Pues bien, casi toda la vertiente austral de
esa llanura suavemente inclinada est ocupada por las cabeceras del rio
Daule, naciendo las mas orientales (del rio Peripa) cerca de St. Domingo
de los Colorados, muy inmediatas las del rio de Palenque, y las mas occi-
dentales (del rio Grande) cerca de Chone y cerca de las cabeceras del rio
de este mismo nombre. Las primeras corren al principio de E O y las
segundas de O al E, para tomar despus de reunirse el curso N-S. No
es por dems repetir en esta ocasin, que las antiguas geografas y cartas
andan en esta regin completamente erradas y que las cordilleras de las
Cruces, de Balzar, de Palenque, el Nudo de Sandomo etc. etc. (vase el
mapa de Villavicencio) no existen. Probablemente han comprendido mal
los que daban los informes, tomando las montaas en el sentido de cerros,
cuando no significaban mas que monte selvas. Cerros altos cordilleras
no existen en toda esta regin, en que he penetrado desde el lado sur y el
lado norte hasta cerca de la linea de vertientes, y la trocha que se abri
sobre ella desde Chone hasta St. Domingo, tampoco se ha encontrado con
alturas notables. Pero la mejor prueba de lo que digo, es el hecho que
todos los riachuelos de la regin son navegables en pequeas canoas hasta
cerca de su origen, lo que no sucede en las Cordilleras.
En el sistema superior distinguimos dos ros principales: el rio Grande,
que es la continuacin directa del rio de Balzar de Daule, y el ro Peripa.
Este ltimo nace en el plano de St. Domingo y corre de NE SO, casi
paralelo al rio Palenque, al que se parece en mucho. Dos leguas al Sur
de aquel pueblo pasa al lado del de San Miguel, y despus de recibir al-
gunos pequeos tributarios, como los ros de Geregere, de Pucalapi y el
Blanco, comienza ser navegable, en el puerto de Cpele. Hasta este punto,
cuya altura determin en 65 metros sobre el mar, he navegado sin dificultad
en la estacin mas seca; hacia arriba escasea el agua, y mejor se hace el
viaje San Miguel pi (en 1 dia) por la trocha que sale de Cpele. Del
puerto por abajo el Peripa recibe de ambos lados un sinnmero de pequeos
afluentes (esteritos) que pasar en silencio, para nombrar solo algunos ros
mas importantes. El primero es el rio Cocoya del lado derecho, que nace
en las inmediaciones del curso del rio Pupusa, tributario del rio Grande;
144 TOPOGEATA. CAPITULO I I I .
luego sigue poca distancia, pero al lado opuesto, el rio Cngoma, que es
casi tan grande como el Peripa mismo, y trae su origen tambin de muy
arriba, del lado del puerto de lio, que est en el rio Palenque. En su curso
superior el Cngoma se llama lio, y un afluente de l Sandeme. Despus
de un intervalo de dos leguas y media entra del occidente el rio Armadillo,
que igualmente es muy considerable, y recoje sus aguas en un terreno espa-
cioso que se extiende en el tringulo formado por el rio Grande y el Pupusa.
Una legua abajo de la boca del Armadillo hallamos al lado del oriente la
del rio Chaune, que viene de las cercanas del rio Palenque y de las cabe-
ceras del rio Perica, y tambin es navegable hasta muy adentro. Pasada
la boca de Chaune, el rio hace algunas vueltas muy grandes, regresando de
nuevo hacia el N; pero en seguida se dirige con muchas vueltas pequeas
al Sur. Los afluentes que siguen del lado derecho son el rio de Damas, el
Gualipe, el Pajarito y el de Guayabo; despus vienen del lado izquierdo el
rio Pocachi, el Quita-palanca, el Salap grande y el Salap chico, ambos nave-
gables; el rio Mono, el rio Achote y el Muricumba. Desde la boca del ltimo
el Peripa vira con dos codos muy grandes al Oeste y se rene con el rio
Grande en la Boca de Peripa, que dista de su origen 17 leguas en linea
recta, y siguiendo todas las vueltas, lo menos 30. El Peripa es manso y
carece de saltos, pero es muy montono, corriendo entre colinas poco ele-
vadas y cubiertas de una vejetacion espesa. Conocidas dos tres vueltas,
se conoce todo el rio.
El rio Grande nace 5 6 leguas al Este del pueblo de Chone y al
Norte de las cabeceras del rio Chone. Corre al principio por 6 leguas al
NE, lo largo de la linea divisoria del sistema del Jama, y luego vira re-
pentinamente al Sur, cuyo rumbo conserva hasta la Boca de Peripa. En
el arco que forma en esta virada, recibe tres tributarios grandes: primero
el rio de la Morena del lado NO, cuyas cabeceras se hallan entre las del
Jama y del Quinind; segundo el rio Vaina del lado NE, nacido entre las
fuentes del Quinind y las del Mache; y tercero el rio Pupusa, el mas largo,
que viene del Este y trae su origen del lado de San Miguel y de los primeros
afluentes del rio Peripa. La boca del Pupusa encontre 60 metros sobre
el nivel del mar. De este punto cruza un camino de pi (una trocha)
St. Domingo de los Colorados, siguiendo el lado setentrional del Pupusa.
Se hace el viaje en 1 l/i 2 das, caminando casi siempre por llanos, pues
las colinas se hallan solo en la cercana de los rios y son originadas por las
incisiones de estos.
Desde la boca del Pupusa hasta la Boca de Peripa, cuya distancia mide
diez leguas en linea recta, se hace el viaje por canoa en 12 horas completas
(sin demorarse en ninguna parte). El rio Grande tiene un lecho mas ancho
LA EEGION OCCIDENTAL. 145
que el Peripa; es mas correntoso (hay algunos saltos) y por esto mas recto
y menos tortuoso que este. Corre en un cauce de cangagua, encajonado
entre barrancos verticales de 5 8 metros de altura, y de trecho en trecho
se encuentran playas anchas. Por lo dems el terreno ambos lados se
presenta del mismo modo suavemente undulado, solo que las colinas me
parecieron generalmente mas bajas que en el rio Peripa.
Los afluentes que entran al rio Grande del lado oriental, es decir del
lado del Peripa, todos son cortos insignificantes (Pasaje, Guyalo, Cocop).
Algo mas desarrollados se hallan los tributarios occidentales; h aqu los
principales: rio Dolores, Mono, Estero limpio, Doblones, San Pedro (largo),
de Pancho alto, PescadUo. El ltimo es el mas grande y viene de las cer-
canas del Pueblo viejo de Chone; por l se cruza veces la provincia de
Manab. Media legua abajo sigue el rio de Barraganete que es mediano.
Los saltos principales se hallan: el primero entre los nos Dolores y Mono;
el segundo, llamado de Bodega, entre el ltimo y el Estero limpio; el ter-
cero, que se llama Beshalo, y que es el mas alto (11 metr.) y mas peligroso,
un poco arriba de la boca del rio de San Pedro.
Desde la confluencia del rio Grande con el Peripa hasta Colimes, el rio
se llama generalmente de Balzar, aunque seria mas propio llamarlo desde
aqu rio Daule. Por el espacio de 6 leguas, hasta la boca del Tigre, corre
SSO y vuelve despus al rumbo S hasta Balzar. Tambin en este trecho
los tributarios principales le vienen del lado occidental de la provincia de
Manab. El primero es el Conguillo, bastante largo, de NO de las cabe-
ceras del rio Chone; sigue el pequeo rio Tach, inmediatamente despus
el grande rio Comipaga, que trae su origen de las montaas de Junin. Me-
dianos son los afluentes de Bijagual, Solano, Chupacaldo y Cuchilla. Entonces
sigue el Tigre caudaloso y largo, cuyas fuentes han de buscarse en la cer-
cana de las del rio de Portoviejo. Desde el codo, que hace el Daule para
virar al S, ya no entra ningn rio de cuanta del lado occidental, hasta el
Puca abajo de Balzar. Los tributarios del lado izquierdo oriental son los
ros de Zapatilla y Zapata entre las bocas del Comipaga y del Bijagual, el
Jemu, abajo de cuya boca se pasa una correntada larga, llamada Jermu; el
rio del Salto, entre los sitios de Pasaje y Chichanda, y el Congo, el mas
largo y mas importante, que es navegable en canoas hasta muy arriba.
Todos los dems son esteros pequeos.
De la Boca de Peripa Balzar hay 10 leguas en linea recta, pero las
vueltas del rio describen lo menos 15. Se hace el viaje en canoa por
arriba en tres dias, navegando de 8 9 horas por dia; en el regreso se
gasta solo 12 14 horas. Una dos leguas arriba de Balzar principia la
montaa inhabitada y ella cubre toda la regin ambos lados del rio'. Es
"WOLF, Uouador. . 10
146 TOPOGBAFIA. CAPTULO III.
El tercer y ultimo sistema tributario del Daule, anlogo los del Co-
limes y del Puca, es el del Rio Magro, que desemboca una vuelta abajo del
pueblo de Daule y enfrente de la hacienda de St a . Ana. Su hoya superior
comprende la regin montaosa entre la Cordillera de Colonche y los cerros
de Iguanas, que son un cordn de montaas arrancado de aquella misma,
y colocado como linea divisoria entre las aguas del rio de Pajan y las del
rio Magro.*) Muchas son las quebradas que contribuyen formar este
sistema, pero la mayor parte quedan secas durante el verano, porque toda
esta regin ya no tiene la misma humedad, como las hoyas del Colimes y
del Puca.
El no de la Bolsa podemos considerar como la vena mas larga y mas
recta del Magro, que conserva el rumbo general de O E. En su curso
medio se llama rio Nuevo, de una quebrada del mismo nombre que le viene
del lado Oeste; y dos leguas mas abajo recibe el rio Bachillero, que baja
de SO, y cuya orilla derecha se encuentra el pueblo de Soledad. Solq
desde la boca del ltimo el rio lleva el nombre de Magro, es decir, en el
corto trecho en que atraviesa la sabana.
Los tres rios de Puca, Colimes y Magro son en verano muy escasos de
agua, pero en invierno son navegables en canoas y balsas hasta el principio
de las montaas (Olmedo, Iguanas, Rio nuevo). Entre otras propiedades
comunes todos tres, merece ser mencionada la de que en verano llevan
agua muy salobre,-. que no se. puede beber sin hacerse dao, y cuya causa
existe en el terreno de su proveniencia. En otro lugar dar las anlisis de
estas aguas.
El-curso inferior del rio Daule, entre el pueblo de este nombre y su
boca cerca de Guayaquil, se distingue del curso medio por la mayor anchura
del cauce, por ser las vueltas mas largas, y por la falta de bancos altos
lo largo de las orillas. Tambin el aspecto del paisaje se cambia notable-
mente, por los cerros que se levantan ambos lados. El pueblo de Daule,
cabecera del Canton, est situado 7 leguas al N de Guayaquil, la orilla
izquierda del rio, en 82" 17' Long. O y I o 51' Lat. S.**) Algo mas de dos
leguas, hasta Petrillo, el rio observa el rumbo N-S, y recibe en este trecho,
en el sitio de Nobol, el pequeo rio Bijagual del lado occidental. En Pe-
trillo hace un fuerte codo al Este, para bajar luego en direccin al SE hasta
el pueblecito de Pascuales. En ese codo entra del lado oriental el rio Pula,
que es un rio muy singular. Para encontrar su origen, debemos regresar
*) Los cerros de Iguanas tienen hacia su trmino, donde los cruza el camino de la
Cuesta del1 Potrero de la Virgen, solo 163 metr. de altura.
**) Resultado sacado por triangulacin, con referencia Guayaquil.
LL E E G I O N OCCIDENTAL. 149
las montaas entre los rios Palenque y Peripa. All nace con el nombre de
Macul y atraviesa primero la regin de las montaas, despus la de las
lomas y finalmente la de las sabanas, tenindose casi siempre igual di-
stancia del rio de Vinces y del Daule. Parece que no recibe ningn afluente
de consideracin, pero que est en alguna comunicacin con el rio Vinces
y con el de las Avispas por medio de las tembladeras. En su curso medio
se le conoce tambin con el nombre de rio Bobo, y finalmente se llama rio
Tula. Ignoro si este Macul estaba antiguamente en alguna relacin con el
otro Macul, que conocimos como un brazodel rio antiguo de Baba, lo que
los principales., A la orilla misma del mar (costa SO) se hallan: el cerro
de Chopoya cerca del sitio de Playas y 2 leguas al 0 del Morro; el cerro
Verde la distancia de 2 leguas de aquel; los cerritos de las puntas Ancn
y Carnero al S de Sta. Elena, y finalmente la Puntilla de St*. Mena (130 m.),
tres leguas al O del pueblo. Entre el Morro y Chanduy se tiende, la
distancia de 2 leguas de la orilla del mar, una cadena de cerros de SE
NO; el largo de esta pequea cordillera ser.de 6 leguas y su altura de
200 250 metros. Las secciones llevan diferentes nombres, como cerros de
Acumbe, de Animas, de la Estancia. Separados de este cordn de cerros se
hallan los Altos de Chanduy, que al Este del pueblo del mismo nombre forman
una cadenita de S N; su punto mas alto es el cerro de San Pedro que
mide 298 metros de altura, y de su cspide s presenta una vista magnfica
sobre casi toda la pennsula. Algo mas al N, y en el centro de la regin,
principia al lado del sitio de Azcar la cadena de los cerros de Saya, que
tira al NO y concluye cerca de Colonche. Mas aislados se hallan el cerro
de la Cruz al E de Azcar, el cnico Chueuyunuri cerca de Atravesao, el
Asajmon al lado de los fuentes termales de San Vicente, y finalmente el'
grupo de los cerros de Sta. Elena, todos de poca elevacin.
Santa Mena, la cabecera del Canton, se halla la distancia de 2 millas
del puerto de Ballenita, en pampa rasa, la altura de 33 metros. Fuera
de los otros dos pueblos del Morro y de Chanduy, ya nombrados, la escasa
poblacin se reduce pequeos s^os, establecidos casi todos lo largo de
los tres caminos principales, que cruzan la pennsula. Uno conduce de Guaya-
quil Sta. Elena por Chongon, Juntas, Sube-y-baja, Azcar y San Vicente,
y mide (con sus vueltas) 20 leguas; otro v del Morro Sta. Elena por
Chanduy y tiene 15 leguas, cruzando los sitios de Playas, Engabao (del Morro),
Engunga, Tugaduaja, Chanduy, y Engabao (de Sta. Elena); el tercero, tam-
bin del Morro Sta. Elena, mide 18 leguas ,y hace la vuelta al N por San
Miguel Amen, dirigindose despus recto al O por Aguada, Billingota, Za-
potal, Atravesao y San Vicente. Por lo dems, como en esta regin no
existen los obstculos de una vegetacin espesa, ni de los rios, hay much-
simos caminos en toda direccin, y aun sin ellos se puede cruzarla con
facilidad.
Unas 5 leguas al N de Sta. Elena, donde acaba su baha, y la costa
toma el rumbo S-N, cambia poco poco el carcter del pais, consecuencia
de que la Cordillera de Colonche se acerca la costa y sirve de conden-
sador de las exhalaciones acuosas del mar. El primero que anuncia este
cambio, es el rio Jbita, llamado rio Nuevo en su parte superior, que trae
su origen de muy lejos, entre los cerros de Barranca y las faldas meridio-
nales de la Cordillera de Chongon. En verano corre el agua desde las
LA BEGION OCCIDENTAL. 155
cercanas del alto cerro Isera, que se levanta aislado la orilla izquierda del
rio, unas 4 leguas arriba de su boca; las quebradas superiores quedan secas
y traen su tributo solo durante el invierno. El curso general de este rio
es de E O; una legua arriba de su boca en el Estero Balsa est el pueblo
de Colonche, situado su banda derecha, y un poco abajo del pueblo recibe
del mismo lado su nico afluente de consideracin, el rio de la Pampa.
Las inmediaciones de Colonche y la costa hasta dos leguas mas al N, que-
dan todava bastante secas; pero entonces, y medida que la Cordillera se
acerca mas al mar, principia una zona hmeda, que se caracteriza por una
serie de rios y una vegetacin vigorosa de las montaas. Desde el sitio y
el rio de Valdivia los numerosos" ramales tendidos de la Cordillera de Co-
lonche llegan hasta la orilla del mar, y de todos los valles intermedios bajan
rios. La cercana de la cresta de la Cordillera y la direccin de los ramales
son las causas, de que todos estos rios sean cortos y corran de E O; los
principales son los de Valdivia, de Travesao, de Manglar alto, de Olon, de
Don Pancho, de Entrada y de Ayampe. En la desembocadura de. cada rio
se encuentra un pequeo sitio (de pocas casas) del mismo nombre, solo
Manglar alto tiene el rango de pueblo y parroquia. La distancia que media
entre el rio d Valdivia y la Punta de Ayampe es de 5 leguas. Pasando la
ltima, ya entramos en la provincia de Manab, y medida que la Cor-
dillera de Colonche v rebajndose, desaparece la humedad de las montaas,
la costa vuelve tomar (desde Salango) paulatinamente su carcter y aspecto
anterior, y lo conserva mas menos, aunque no tan pronunciado como en
el cantn de Sta. Elena, hasta la Baha de Carques.
Por la razn indicada en la anotacin de la pgina 3, acceleremos el
paso por la provincia de Manab. En la ensenada de Callo y Machalilla
desemboca el rio Seco de Jipijapa, cuyo nombre indica suficientemente su
propiedad, de no llevar agua en la estacin seca. Su valle pone trmino
la Cordillera de Colonche, y las montaas litorales que siguen hacia el
Norte hasta la Baha de Carques, no presentan cadenas largas, sino mas
bien grupos y macizos irregulares. El primer grupo observamos entre Jipi-
japa y Manta, rodeado al O y N por el mar, al S por el valle de Jipijapa
*'y al E por el del rio de Portoviejo. Esta porcin de tierra se presenta
por la salida del Cabo de San Lorenzo y de la Punta de San Mateo como
una pequea pennsula suavemente abovedada. En las cercanas de Jipijapa
llaman la atencin el cerro Bravo y el de San Vicente, y en el centro del
grupo descuella por su posicin aislada y su altura (443 m.) el cerro de
Montecristi, cuyo pi est el pueblo de este nombre, dos leguas al SE
del puerto de Manta. La parte setentrional se .compone del cordn de los
Cerros de Hoja. Al N de la Bahia de Manta encontramos el anchuroso
156 TOPOG-BAFIA. - " CAPTULO III.
vaDe del rio de Portoviejo, que separa el grupo de los cerros indicados de
otro muy parecido, pero menos alto, entre el rio nombrado y el de Chone
y de Tosagua. Este macizo se llama en los mapas antiguos Cerros de Bl-
samo. Ambos grupos caen en la regin seca, y por esto no encontramos,
desde Salango hasta la Baha de Carques, ningn rio notable, que nazca
en ella. El nico rio de Portoviejo, que desemboca en la ensenada de Chara-
pot, trae su origen y sus aguas de las montaas lejanas y hmedas, que
al Sur y al Este separan su sistema de los del rio Puca y del rio Daule.
Todos sus tributarios corren al principio' de E O y se renen en el tronco
principal, que se dirige de S N. El afluente mas austral es el rio de
Lodana, que viene de los cerros de Puca y desemboca en el rio principal
cerca del pueblo de St a . Ana, casi dos leguas al Sur de Portoviejo. La capi-
tal de la provincia de Manab, que d al rio su nombre, se halla su orilla
derecha, y la distancia de 5 leguas de su boca. Al lado de la ciudad el
rio hace un codo' fuerte al O para dirigirse luego de nuevo al N y sobre
este codo est el pueblo de Picoas. Una legua mas adelante desemboca
del lado derecho el Rio chico, bastante largo, pero de poco caudal, cuya
orilla se encuentra un pequeo pueblo del mismo nombre. En seguida pasa
el rio todava al lado de los dos pueblos considerables de Bocafuerte (antes
Pichota) y Charapot, ensanchando su cauce en playas extensas, y dividin-
dose veces en varios brazos. El rio de Portoviejo no es navegable, tanto
por la escasez de agua, cuanto por ser demasiado correntoso.
El rio de Chone, que desemboca en la baha de Carques, tiene sus
cabeceras en aquellas montaas, en que nacen tambin las del rio Grande
(Daule) y de sus tributarios principales (San Pedro, Pescadillo, Conguillo).
Al principio corre unas 5 leguas de E O, recibiendo de ambos lados
muchos afluentes pequeos; luego, pasado el pueblo de Chone, que antigua-
mente se hallaba en las montaas cerca de su origen, vira por 2 leguas al
SO, y finalmente otra vez al Oeste, conservando este rumbo apesar de las
muchas vueltas pequeas, hasta su desembocadura. Los tributarios prin-
cipales, que le entran del lado NE, son el rio Garrapata y el de San Lo-
renzo, llamado en su curso superior rio Colorado, el primero un poco arriba
y el segundo una legua abajo del pueblo de Chone. Entre los dos se abri
la trocha, que conduce de Chone St. Domingo de los Colorados, y que
algunos consideran como el precursor de un ferrocarril futuro. Del lado
sur recibe el rio Chone solo el tributo del rio Tosagua, A leguas arriba del
pueblo de Baha de Carques. Nace en las montaas de Calceta y Junin y
pasa por el pueblo de Tosagua. Un poco antes de entrar en el rio Chone,
recibe el de Capotillo, sobre cuyo curso superior se halla el pueblo de
Canuto.
IiA REGIN OCCIDENTAL.
Seccin IVa. El sistema fluvial del rio Esmeraldas y de IQS dems rios
hasta la frontera de Colombia.
El artculo presente comprende la mayor parte de la provincia de.Esr.
merldas, mas exacto, todo el Ecuador occidental entre la, Cordillera'de;
los Andes y, el Ocano, desde 0 lO* Lat. S hasta el rio. Mira,, con excepcin,
de la pequea zona "litoral, cuya descripcin hemos agregado; al artculo pre~.
cedente. El sistema fluvial mas grande de esta regin presenta algunas
analogas exteriores con el del rio Guayas, solo que corre en sentido opuesto;
sinembargo, el carcter general del pais es muy distinto, consecuencia de,
las condiciones climatolgicas y de la falta de poblacin. El viajero; se cree.
trasladado las regiones amaznicas. ;
La provincia de Esmeraldas es una verdadera joya de la Repblica del.
Ecuador, es una hermosa esmeralda, pero no. .labrada, no tallada por la in-
geniosa mano del hombre, sino, tal como la form la naturaleza misma; es
una piedra preciosa en su estado natural, cuya belleza encanta al naturalista,
pero el arte humano le ha de dar todava su brillo y valor superior.-
.Las,provincias litorales del Ecuador (Esmeraldas, Manab y Guayas)
gozan de una estapion lluviosa, y consecuencia de ella se distinguen ven-
tajosamente por su vegetacin vigorosa, de las ridas y desoladas costas
del Per. Sinembargo, en la provincia del Guayas y en una gran, poroion
de la de Manab, la'vegetacin'pierde durante la estacin "seca, que, llama-,
mos .verano, su lozana y su verdor, los .rboles botan sus hojas y las llanuras
se desecan bajo los rayos abrasadores del sol." " No sucede as en la pro-
vincia de Esmeraldas: una atmsfera mas hmeda conserva durante todo.el.
ao la vegetacin casi,en el mismo-estado, uri;verdor eterno embellece las
llanuras.y las montaas, las-majestuosas selvas con sus corpulentos rboles,
con sus esbeltas palmas, con sus miles de enredaderas y.parsitas, .extienden.
11*
164 TOPORAFIA. CAPTULO i n .
su sombra desde las faldas de la Cordillera de los Andes, por las espaciosas
planicies hasta las playas del Ocano Pacfico.
La provincia de Esmeraldas rivaliza en cuanto al clima, maderas finas
y dems productos vejetales, la feracidad del suelo, y los lavaderos de
oro, con la provincia del Oriente en los afluentes del rio Amazonas; pero
aventaja ella inmensamente por la vecindad del ocano, y porque sus pro-
ductos destinados la exportacin no tienen que pasar por terrenos ajenos.
No es de admirar, que los pases allende los Andes, en el interior del
vasto continente sudamericano, en donde todo trfico se dificulta muchsimo,
quedasen hasta el dia despoblados incultos; pero con sorpresa podramos
indagar las causas, porqu encontramos la hermosa provincia de Esmeraldas
en un estado no mucho mas adelantado, por no decir igual. Por qu una
provincia tan hermosa no cuenta mas que unos pocos pueblecitos miserables
en l'costa, del mar? por qu en la inmensa rea de mas de cuatrocientas
leguas cuadradas, predestinada, por decirlo asi, para la agricultura, re-
suena el bramido del tigre en lugar del mujido del ganado? por qu el
indio salvaje anda vagando todava con flecha y bodoquera por la soledad
de los bosques, como 300 aos atrs, mientras que casi su vista los va-
pores surcan las olas del mar? por qu ni la codicia siquiera podia atraer
los blancos para poblar las riberas aurferas de los ros?*)
No nos dejemos llevar por ahora un campo ajeno, y sigamos nuestro
estudio hidrogrfico unido siempre con el orogrfico. Hay dos grandes
sistemas fluviales, cuyas ramificaciones llevan el elemento vivificador por
casi toda la provincia, silckrsolamente una angosta zona litoral, la que no
participa de estos dos sistemas, y que recibe el riego de los pequeos y no
muy largos rios de la costa. El sistema, que ocupa la mayor parte de
la mitad meridional de la provincia, es el del rio Esmeraldas, y el otro, que
se extiende sobre la mitad setentrional, llamaremos el del rio Santiago.
E l sistema fluvial del rio Esmeraldas **) es el mas largo de todo
el Ecuador occidental, aunque no tan extenso como el del rio Guayas.
De la descripcin de la regin andina nos recordaremos, que sus cabeceras
taa. El camino que sale del puerto de Silanchi, es algo mas largo, pero
se rene pronto con el que viene del puerto de Caoni. Por lo dems hay
todava un tercer puerto en la orilla derecha del rio Blanco mismo, media
legua ahajo de la hoca del Caoni, en el lugar que se llama la Lagartera.
El camino, que parte de ah (hoy dia poco traficado) se rene con el camino
general en el puerto de Silanchi.
Otro, tributario considerable, el rio Inca ( Inga), corre engrosar el
rio Blanco del mismo lado derecho, dos leguas abajo de la boca del Caoni.
Trae su origen de muy lejos, de las cabeceras del Caoni, y recibe en su
curso inferior, unas dos leguas arriba de su boca, los ros Sbalo y Nutria;
el primero viene de N, de las cercanas del rio Pitsara, y el segundo recoje
sus aguas al Oeste, en las inmediaciones del rio Guallabamba. Cerca de la
boca de estos dos afluentes pasa un camino antiguo, que se separa en las
cabeceras del Caoni del camino ordinario, para bajar lo largo del Inca al
puerto de Guachala en el rio Guallabamba. Inmediatamente antes de
entrar al rio Blanco, el Inca recibe todava el pequeo rio Ipi de su lado
izquierdo. Frente la boca se halla la pequea isla del Inca, sin otra par-
ticularidad que la de haber campeado en ella por algunos dias el Seor
Bouguer en el siglo pasado, para ejecutar varias mediciones y observaciones.
El resto de los afluentes del rio Blanco del lado derecho son pequeos
y basta enumerarlos: Chipo, Guana, San Jos, Guispe, Barro viejo y Malim-
pia. Del lado izquierdo vienen: el Chambo, enfrente del Inca, l Ceola y
el JPasamachin. Excepto el Quinind, de que hablaremos luego, ninguno de
esta orilla izquierda es importante hasta l rio Cupa, que desemboca media
legua arriba de la confluencia del Guallabamba, y en su curso inferior corre
por un buen trecho casi paralelo al Blanco.
El rio Quinind puede considerarse como el tercer ramo principal del
Esmeraldas. El y sus tributarios principales nacen sobre aquellas planicies
entre St. Domingo y Chone, de que habl en varias ocasiones. De sus
cabeceras se cruza fcilmente las del rio Daule. Este rio conserva en
toda su extensin, en que pude explorarlo, es decir, desde su boca hasta
muy cerca de su origen, un carcter igual y uniforme, pero bastante distinto
de aquel del Guallabamba y del Blanco. Su hoya es mas angosta y algo
mas ahondada, siendo las alturas que ie acompaan ambos lados, general-
mente de 30 40 metros. Sus aguas son apacibles y se prestan muy bien
, la navegacin. La vejetaoion, que embellece sus orillas, es majestuosa y
la vez amena, las selvas son ricas en maderas finas y en caucho, y
esta ltima circunstancia se debe el que el Quinind, antes apenas conocido
por su nombre, hoy da es uno de los rios mas explorados y explotados de
la provincia.
LA BEGION OCCIDENTAL. 169
escasez de llanuras extensas tal vez las orillas de este rio no serian tan
sumamente favorables la agricultura, como otras regiones d la provincia,
se puede decir que en recompensa de esta falta ninguno rivaliza con l en
cuanto la grandeza y belleza del paisaje; las perspectivas,, que se abren
en 'las vueltas de este rio, son variadsimas y veces encantadoras, dignas
de ocupar el pincel'd un Claude Lorrain.
Al pasar la descripcin de los tributarios del rio Esmeraldas hay que
decir, que la mayor parte de ellos, aunque casi todos son navegables en su
tercio inferior, son pequeos y- cortos; una excepcin hacen el Sade y el
Canind la derecha, y el Viche y Tiaone la izquierda. Consideremos
primero el lado derecho, empezando arriba en la boca del Guallabamba.
Media legua abaj de ella encontramos la desembocadura del rio Gole, que
es manso y viene todava de la regin bastante baja y llana que se extiende
lo largo del Guallabamba. A poca distancia se halla la confluencia del
caudaloso Canind, que tiene un curso largo y correntoso, naciendo en las
montaas que separan este sistema fluvial de aquel del rio Cayapas. De
sus cabeceras cruzan los caucheros con facilidad las del rio nzole y del
rio Grande. A su orilla derecha se levanta la primera rama de cerros altos.
Por atrs de estos cerros corre el rio Sade casi paralelo al Canind, y des-^
emboca fia media legua abaj de este ltimo. Toma su origen no muy
lejos del del rio nzole y en su curso inferior se halla encajonado en un
valle profundo,' formado por los cerros de Canind al Sur y los de Sade al
Norte. Atrs de las montaas de Sade se encuentra un terreno pantanoso
con una laguna grande, que tambin lleva el nombre de Sade. Con seguri-
dad pude averiguar, que el rio Sade no nace de este lago, como suponen
los mapas antiguos, y que antes est separado de l por unos cerros. Muy
probable es la opinin de los que afirman que este lago tiene su desage
natural hacia el nzole. Desde las montaas de Sade se tiende una cordillera
longitudinal sin interrupcin hasta la Punta de Esmeraldas en la orilla del
mar. Sigue el mismo rumbo que el rio principal, acompandole la dis-
tancia de dos tres leguas de su orilla, y formando la linea divisoria entre
sus aguas y las del rio Verde. Todos los afluentes pequeos, que recibe el
Esmeraldas desde el Sade hasta el mar por su lado derecho, nacen en dicha
^cordillera longitudinal, y se precipitan por los valles que forman las ramas
laterales de ella. Se siguen en este orden: Tarijpa, Sasa, Chura, Chancana,
Uve, Male, Magua, Cquiva, Chchwa,' Chinea, Chula, Tile, Mutile, Daule,
Tachina. Los pobladores de las orillas del Esmeraldas se han concentrado
con preferencia en las desembocaduras de estos rios, porque en ellas la
hoya general suele ensancharse; en algunas se encuentran grupos de 10
15 casas.
1A KEGION OCCIDENTAL. 171
En semejantes condiciones se hallan los afluentes del lado izquierdo del
rio, solamente que ei sistema montaoso es algo mas irregular y complicado,
que la cordillera longitudinal no est tan pronunciada, sino interrumpida
por las hoyas del Viche y del Tiaone. Las montaas estn en conexin con
las de Atacamos, de Muisne y de Cojimes, que forman la divisoria entre
nuestro sistema fluvial y los ros litorales. En este lado la primera cadena
de montaas altas se encuentra algo mas arriba que en el lado opuesto, es
decir [enfrente de la boca del Guallabamba, la orilla del rio Cupa. De ah
hasta la boca del Viche siguen los afluentes de Chilero, Barquito, Calvario,
Maruhe, Quiebre, Chiva y Yinsade. Y desde el rio Viche hasta el Tiaone
desembocan el Tasona,. Tavuche, Taigua, Chige, Timbre, Tatica, Saige y
Vinche.
l rio Viche desemboca en el Esmeraldas casi en la mitad de su curso,
la distancia de 7 leguas de la costa. Es bastante caudaloso y navegable
por canoas dos dias hacia arriba, hasta la confluencia del rio Bamb. Su
hoya, en el tercio inferior bastante ancha, v estrechndose mas arriba,
imita en cierto modo la hoya del Esmeraldas, por supuesto en proporciones
mas modestas. Las montaas por ambos lados son altas y algunos cerros
he calculado en 350 metros. El Viche nace n las montaas de Cojimes,
no muy distante de la costa de Manab, y lo mismo sucede con sus tribu-
tarios superiores, que son l Fircusta y el JBambe. De las cabeceras de estos
ros los caucheros cruzan muchas veces los rios litorales de Cojimes y
al rio Muisne. ', Ademas de los afluentes que acabo de nombrar, el Viche
recibe tambin en su curso muy serpeado por su costado derecho los rios
de Cuve, Tachin y Caple, y por su izquierda l Chique enfrente del Cuve,
y l LaTbe cerca de su desembocadura. En algun tiempo se ha sacado
mucho caucho de los bosques de Viche, y para este articulo es el tributario
mas importante del Esmeraldas, despus del Quinind.
Finalmente diremos cuatro palabras del rio .Tiaone, que es el ltimo de
los tributarios izquierdos que recibe el Esmeraldas, legua y media arriba de
su estuario. Mucho se parece este rio al Viche, en cuanto la configura-
cin de su hoya, abajo anchurosa y arriba muy angosta, en cuanto su
curso muy culebreado, y en cuanto los valles' laterales que le dan los
afluentes; pero se distingue de l ventajosamente por estar sus orillas muy
pobladas y bien cultivadas en los dos tercios inferiores. En efecto, el Tiaone
s l rio mas cultivado de toda la provincia, y el que con preferencia provee
la poblacin' de Esmeraldas con los primeros y mas necesarios artculos de
la vida; Sus orillas inferiores parecen una huerta continua, en cada vuelta
tiene el viajero la vista una hacienda, un grupo de casas casas aisladas.
El rio es navegable hasta muy cerca de su origen,- que tiene en las montaas
172 TOPOGRAFIA. OAPTUI/O III.
viniendo el primero del Este y el segundo del Sur; y esta ltima direccin
de S N y NO siguen los brazos del delta, desembocando el principal de
ellos, que conserva el nombre de_ Santiago, cerca del pueblo d La Tola,
y enlazndose los dems con los esteros de La Poza y del Pailn mas al
Norte. Las islas isletas que por los aluviones del rio se han formado
entre los esteros, y que siguen formndose en ellos diariamente, son nume-
rosas, pero la mas grande y mas poblada es la de La Tola con los sitios
de Buena vista, La Poza y Limones,. Desde la desembocadura del Caya-
pas hasta la mar el rio recibe todava algunos afluentes del lado suroeste,
entre ellos el rio Tigre, el Garrapata, y finalmente el de la Vaquera en el
sitio de este nombre, casi en la playa de la mar.
Los esteros de ste delta son anchos, profundos y muy mansos, siendo
casi el nico movimiento de las aguas, que se percibe, el que ocasionan las
alternativas de la marea. El brazo principal, sobre todo, presenta un aspecto
majestuoso y se prestaria la navegacin con pequeos vapores, no menos
que el rio Guayas. La vejetacion que cie la ria y las islas, es lindsima:
aqu no existe aquella monotona de los manglares, que en otras partes, por
ejemplo en una gran parte en lo inferior del,Guayas, muy pronto cansa la
vista; los sombros rboles del Sapotillo con sus grandes y.aromticas flores,
muchas trepadoras y-enredaderas, los bambudales y ante todo los grupos
.de una pequea y graciossima palma (del gnero Euterpe) llamada Pal-
micha, que parece ser propia a esasllanuras bajas, forman las partes mas
vistosas de estos bosques casi impenetrables.-
Conozcamos en primer lugar c rio'de Cayapas, subiendo desde la de-
sembocadura hacia su origen. Es el rio mas oaudaloso, mas manso y mas
favorable la navegacin por vapor y naturalmente: tambin, por. botes y
canoas. Hasta mas arriba del pueblo de Cayapas conserva casi 1 mismo
ancho, que tiene en su desembocadura, es decir entre 100 y 150 metros
aproximadamente, y una profundidad considerable. La marea. sube hasta el
rio Herradura (un dia y medio de viaje en canoa, desde La Tola), y "sola-
mente mas arriba de la boca del rio de Sapayo grande se encuentran algunos
puntos algo correntsos, los cuales, sinembargo, no ofrecen. grandes dificul-
tades los diestros bogas indgenas, de manera que se sube en tres das
con comodidad hasta las: ltimas y mas retiradas habitaciones d.e,los; indios,
que se hallan una legua arriba de la boca del rio Barbudo. Pero desde este
|hinto la navegacin se hace mas difcil y peligrosa y muy pronto imposible,;
porque el rio viene precipitndose por saltos y cascadas entre tajados peas-
cos, que forman angosturas pavorosas y quebradas oscuras. Es decir,-que;
aqu hemos llegado los pies d los ramales laterales de los Andes. .
Para enumerar' los tributarios principales del rio Cayapas, volvamos
LA B(E&IOf OCCIDENTAL, 175
su 4esembocadura. Media legua arriba d ella recibe del lado Oeste el rio
Pagota, cuyas cabeceras se hallan cerca de las de los rios litorales de La-
garto y Lagartillo. En sus orillas se ven las ltimas chacras de los blancos
y mestizos. Media'legua (en lnea recta) mas adelante ya encontramos las
primeras casas de los indios Cayapas en la desembocadura del rio Ornle,
que es el mas importante de los que engruesan el de Cayapas de su lado
izquierdo. En la confluencia de los dos; rios es difcil decir la primera
vista, cual de ellos lleve mas agua, porque son casi del mismo ancho y la
corriente es~ tan imperceptible, que parecen.aguas de un lago y no.de un
rio. Todo el Onzole est muy poblado de indios, y se puede ..subirlo en
canoas palanqueando unos 6 8dias. Sus tributarios principales del lado
izquierdo son: Ancha-yaca, Tangar, Iscuand chico, Iscuand grande, Zan-
cudo, Gualjpicito, Gualjpi grande; y del lado derecho los rios de Agua clara
y de Pamhil, el primero un poco abajo, y el segundo algo arriba del Gualpi.
Su nacimiento tiene el Onzole en un terreno pantanoso en las cercanas de
la Laguna de Sade, en las alturas que separan el sistema fluvial del rio Es-
meraldas, de este del Santiago.''Varias, personas conocedoras.de sas selvas:
me han asegurado, que la laguna de Sade no. desagua por el rio Sade al
de Esmeraldas, como suponen los mapas antiguos, sino por el Onzole al lado
opuesto. <12)
Saliendo de la boca del Onzole se llega despus de tres vueltas al pueblo
de Espritu Santo de Cayapas, es decir un grupo de veinte casas aban-
donadas*), en la orilla izquierda del rio; y un poco mas arriba viene del
mismo lado el no Chivatlo, que est en comunicacin con el. Onzole y d
una prueba do la perfecta llanura del terreno. De ahi el rio Cayapas forma
un gran arco hacia el Este, en cuyo. pice recibe el primer tributario de
consideracin de este lado derecho, saber el rio Herradura, En el punto
en que vuelve k tomar su primera y ordinaria direccin, se le incorpora por
la izquierda el rio Camarones, navegable un dia hacia arriba.
Hasta este punto toda la regin, desde la Tola, es una llanura perfecta,
en, que no se divisa la menor elevacin; las orillas del rio tienen uno tres.
metros de altura (segn la marea es alta; baja) y se componen de capas
horizontales de una arcilla rojiza amarilla, que est, cubierta de una; capa
negra de tierra vejetal, que manifiesta una feracidad prodijiosa. Pero desde
el rio Camarones, un poco antes comienza el terreno elevarse,en formas
muy suaves y moderadas; las riberas son mas altas, yeces tajadas *
*) stas casas sirven de habitacin solamente durante las fiestas de los indios, unos
pocos dias cada ao; durante todo el resto-del ao el pueblo queda abandonado,- y las
familias viven esparcidas por los bosques las orillas de los rios.
176 TOPOGBAFIA. CAPITULO III.
*) Hay dos rios y dos sitios de este nombre, uno mas abajo y otro mas arriba del
pueblo de Playa de oro..
WOLF, Ecuador. 12
178 TOPOGRAFIA. ' CAPTULO III.
cuarto de legua arriba del dicho pueblo en el lado derecho del rio principal.
Es navegable hasta el pueblo de Uimb, y los bancos de cascajo, que com-
ponen sus orillas, son aurferos, como todo el terreno lo largo del rio San-
tiago. De Uimb hay un camino por tierra al pueblo de Playa de oro, que
no dista mas de dos leguas.
El rio de Cachab, que una media legua al Norte de La Concepcin se
rene con el de Bogot, para incorporarse junto con l al rio de Santiago,
participa bajo mucho respect de la naturaleza de este ltimo, porque es
igualmente correntoso, lleno de escollos y peligroso la navegacin, que
solamente se practica en pequeas canoas. Algunas veces es tan seco, que
se debe arrastrar las canoas por grandes trechos por las playas de arena y
cascajo, otras veces el cauce no cabe las aguas que vienen con una rapidez
y fuerza extraordinaria, que impide todo trfico. Tal vez no existe en la
provincia de Esmeraldas otro rio de tan malas condiciones para la nave-
gacin.
Las colinas que acompaan el Cachab ambos lados hasta el pueblo
del mismo nombre, y probablemente hasta muy cerca de su origen, son
bajas, y en ningn lugar parecen exceder la altura de 60 metros. Nace en
las montaas entre el rio Santiago y el rio Lita (tributario del Mira), al pi
de la Cordillera alta de Lachas, y sigue en su curso sumamente tortuoso la
direccin general de SE NO. Los tributarios que recibe de la derecha
izquierda, son numerosos, pero de poca importancia; los principales se en-
cuentran indicados en el mapa. Todo el rio es aurfero. Del pueblo de
Cachab parte un camino de pi la provincia de.Imbabura, que sigue
desde la desembocadura del rio Lita en el Mira, las orillas de este ltimo,
y es en la actualidad el mas traficado entre la costa setentrional de la Ee-
pblica y la sierra. El pueblo de Cachab sobre la orilla derecha del rio
consta de una capilla y 4 casas abandonadas; toda la poblacin (exclusiva-
mente negra) vive esparcida en las orillas inferiores, y el sitio mas poblado
es el de San Jos, una legua abajo del llamado pueblo.
Si el rio de Cachab he comparado con el de Santiago, con la mismf
razn puedo decir, que l rio de Bogot se parece en mucho al de Cayapas.
Pues, el Bogot, serpeando por una regin completamente baja y llana, es
muy manso, de una profundidad suficiente igual hasta muy arriba, casi
hasta la confluencia del rio Tululbi: condiciones que favorecen la nave-
gacin en canoas, botes y aun en lanchas mayores.
Las cabeceras del rio Bogot se hallan en la cercana de las del rio
Mataje, en las selvas que se extienden hacia el rio Mira en la frontera de
la Repblica, Corre del Este al Oeste hasta el sitio de Carondelet, recibiendo
en este trecho algunos tributarios de poca monta, como el Guanudal, el
LA REGIN OCCIDENTAL. 179
Pocas palabras debo agregar sobre el rio Mira inferior, que forma el
lindero con la Kepblica de Colombia. Hemos estudiado en otra seccin su
sistema superior hasta la desembocadura del rio Lita y la del rio de San
Juan. Desde la ltima se inclina mas y mas al Oeste, aunque sea por
vueltas irregulares, hasta tomar finalmente, desde la boca del rio Guisa
Cuaiquer (del lado colombiano) el rumbo bastante recto de B O. la
distancia de algunas leguas del mar comienza formar un espacioso delta
mediante varios brazos, cuyo mas recto sale la Punta Mangles, mientras
que otros se dirigen al N la baha de Tumbaco, y otros al S la ense-
nada de Pianguapi. Los tributarios, que el rio Mira recibe desde la boca
del Lita del lado ecuatoriano, son pequeos y se derivan de las llanuras,
en que nacen tambin los rios de Bogot, Tululb y Mataje. Tales son el
Cuchab, el Cancha-yacu, el Canumb y el Puesjpues.
Ahora tenemos que regresar por la costa, desde la boca del Mira hasta
la del Esmeraldas, para conocer los pequeos r i o s litorales de esta regin,
que desembocan directamente en la mar, y son independientes de los gran-
des sistemas, que acabamos de describir. Por cortos que sean estos rios,
no obstante son casi todos. navegables por canoas en su tercio inferior, al-
gunos favor de la marea, que sube en las desembocaduras, otros porque
llevan aguas casi estancadas y dormidas. Muy pocos se precipitan tan cor-
rentosos la mar, que imposibiliten del todo la navegacin.
Desde la boca del rio Santiago se extienden las llanuras martimas muy
anchas hasta' la del rio Mira, y en esta regin baja y cubierta en gran parte
d manglares, se ha formado aquel laberinto de esteros, que debemos con-
siderar como una especie de delta. Varios ros, que recojen sus aguas en
aquellas mismas llanuras, desembocan en esos brazos del mar. El mas con-
siderable, y mas largo de ellos es el rio Mataje, que se desagua en la en-
senada de Pianguapi. Despus siguen hacia el Sur los rios Carao, Molina,
JPnadero, San Antonio y San Loremo, perdindose este ltimo en el gran
estero del Pailn al lado del pueblo de San Lorenzo.
: [ Al Sur del pueblo de La Tola, qu est situado al lado meridional de
la boca del rio Santiago, se extiende la llanura todava por unas tres leguas
LA EBGION OCCIDENTAL. 181
entre la playa del mar y el rio Pagota (tributario del Cayapas) basta el
ro Vainillita. El centro de esta gran llanura es muy pantanoso y se con-
vierte en invierno en un verdadero lago, habitado por millares de aves acu^
ticas y palustres. Difcil es conjeturar, por qu estos pantanos los habi-
tantes hayan dado el nombre de La Ciudad-. De ellos nace l rio Maja-
gual, y es muy probable que los dos pequeos que siguen media legua mas
adelante, l rio Molina y l Bompido, traigan su origen de unas ramifica-
ciones de aquel mismo pantano.
Tres leguas al Sur de La Tola observamos un cambio pronunciado en
la costa del mar. Su direccin, que hasta aqu era de NE . SO, se con-
vierte derepente en la de E O, y esta se conserva hasta Rio Verde. En
este mismo ngulo entrante que forma la costa, comienza el terreno levan-
tarse, al principio en ondulaciones muy suaves, y luego en colinas mas altas.
Se puede decir, que desde este punto hasta el Cabo de San Francisco toda
la costa en la extensin de casi 25 leguas est formada de una sola escarpa
largusima interrumpida solamente por las angostas abras y barrancas de
los rios. Entre esta escarpa y el mar se tiende la playa de arena, que sirve
de camino durante la marea baja; veces es muy angosta y en muchos
puntos falta por completo, embistiendo entonces las oleadas directamente
contraa muralla de peascos, y lanzando la espuma alturas .considerables.
La elevacin de este primer talud escarpado vara entre 20 y 100 metros^
y por detras de l siguen las bajas montaas la tierra, adentro, levantndose
rara vez alturas mas grandes que las que acabo de indicar. Los rios y
riachuelos, que nacen en este terreno la distancia de dos cuatro leguas
de la costa, han excavado valles angostos, y aqu se puede observar de
nuevo, que la erosin de las aguas ha desnivelado un terreno, que antigua-
mente ha sido mas igual y mas llano, formando una especie de meseta sobre
la mar. Los pequeos rios, que contribuyen de dicho, modo la formacin
de un terreno quebrado, se siguen del Norte al Sur en este orden: rio de
VainiUita, de Vainillas, de Lagartlo, de Lagarto, de Ostiones, de Mates. Entre
los de Lagartlo y Lagarto se levanta un cerro bastante alto, distante legua
y media de la mar, cuyo nombre no pude averiguar.
Despus de cruzar el rio de Mates y de doblar la Punta Verde por un
camino malsimo, encontramos una pequea ensenada que representa la boca
del ro Verde. Este es el rio mas importante de los litorales entre, B ! Es-
meraldas y el Santiago. Solamente cerca de la desembocadura es ancho y
manso; ya dos leguas mas arriba su curso comienza ser correotoso y as
sigue hasta su origen, aunque se puede subir en canoas con alguna dificul-
tad y palanqueando unos dos dias, sin adelantar mucho en este tiempo,
causa de las muchsimas y largas vueltas. Yo pude subir solamente la
182 TOPOGEAPIA. CAPTULO III.
atrevido pasar en canoa balsa este pongo, ni los que siguen hasta la
boca del rio Chuchunga ( Imasa), hasta el ao de 1870, en que el atrevido
ingeniero A. Wertheman con pocos compaeros se propuso y realiz con
felicidad, aunque con gran peligro de su vida, la exploracin de todos los
pongos del alto Maraon.*) Todo el trecho del Maraon comprendido entre
el Pongo de Retema y la desembocadura del rio Chuchunga, cuya distancia
mide 35 millas, no forma sino un solo Pongo con 38 saltos malos pasos,
de los que algunos son formados por grandes peas caidas de los cerros,
otros por el curso anguloso del rio, y los tres ltimos por verdaderas cas-
cadas. La diferencia hipsomtrica entre la boca del Utcubamba y la del
Chuchunga es de 124 metros. ft<En este trecho del rio iban los atrevidos
expedicionarios de menor a mayor peligro; veces arrastrados con espan-
tosa velocidad, otras veces retenidos como en una trampa por los remolinos,
haciendo los mas inauditos esfuerzos para salir, tambin arrojados contra
las peas con tal fuerza, que solo la gran solidez de las balsas los pudo
salvar.
Despus de una larga serie de peligrosos malos pasos, sin un solo
momento para retemplar el entusiasmo, que los haba dirigido tan teme-,
raria empresa, llegaron los expedicionarios una parte del rio, adonde la
corriente era muy suave; pero esta engaosa mansedumbre era la del len
dormido, y que pocos instantes despus despierta dando un feroz rugido;
as nuestros valerosos expedicionarios, un minuto despus, en medio de la
corriente relativamente tranquila, oian el ruido producido por el agua, que
se precipitaba como por una cascada. La corriente poco poco aumenta;
la estrecha garganta por la que corre el rio, se angosta mas y mas, tomando
el aspecto de una inmensa y profunda rajadura de 30 metros de ancho, cuyas
paredes verticales amenazan derrumbarse; el ruido del agua, medida que
se adelanta, se convierte en horrible estruendo; el rio todo de golpe desa-
parece de la vista, y derepente se encuentran las balsas en el borde de un
precipicio, del fondo del cual se levanta un denso vapor debido al agua pul-
verizada con el choque de esta en su cada; vapor que ocultando el peligro,
lo hace aparecer mas grande. Por fin, toda la masa de agua de este gran
rio, corriendo vertiginosamente, se precipita en una cascada de 4 5 metros
de altura; pero por su misma espantosa velocidad, forma al caer como una
gran curva, y la balsa que lleva el arrojado explorador, es lanzada por la
fuerza centrifuga tangencial, y cae felizmente de plano al pi de la cascada.
As puede decirse, que la estremada oorriente del agua fu su sal-
Tal es el curso del rio Maraon Amazonas, en cuanto baa los ter-
renos ecuatorianos. Agregaremos algo sobre los pases que se extienden
su derecha izquierda. En otro lugar (pg. 11) he indicado los lmites
que tenia el antiguo reino de Quito y que el Ecuador considera como los
de su Repblica, mientras que no se celebre un arreglo definitivo con el
Per. Esta linea, cortando el Maraon unas 5 leguas al Sur de la boca de
Chamaya (Huancabamba), y en seguida los ros Utcubamba, Chuchunga,
Huallaga y Ucayali, y terminando por el curso del Yavar en la boca de este
mismo rio, incluye con el curso del Amazonas una regin de 107,200 kilm.'n
*) Ciertamente, rios con el ancho de 1800 y de 1200 metros son muy respetables;
sinenibargQ me parece que los -viajeros, que juzgan solo al ojo, exageran veces sus
descripciones de aquel mar dulce, sin lmites aparentes etc. en las Trocas del Pastaza,
del Morona d del apo. Recuerdo mis lectores, que tamMen el rio Guayas enfrente
de Guayaquil tiene mas de 2000 metros y todava muy arriba, cerca de Los Calis, mas
de 1400 metros d ancho.
190 TOPOGBAIA. CAPITULO IV.
*) En 1870 asesinaron los individuos de una comisin, que hahia salido de Cha-
chapoyas , para encontrarse con el Seor Wertheman en el lugar de Cachiyacu, cuando
hizo su famosa exploracin de los Pongos del alto Maraon.
**) Se encuentra esta cordillera tambin en la carta novsima de Raimondi.
***) Zeitschrift d. Ges. f. Erdk., Bd. XV.
192 TOPOGKAFIA. CAPITULO IV.
*) El Seor Raimondi dice: Respetando su opinin (la del Seor Proao), yo oreo que
el rio Miazal, donde se embarc el Seor Proao, es un brazo del Morona, y el Upano es
otro brazo, pues me parece imposible, que este ltimo rio pueda formar el Santiago, el
que nace mas al S y corre por una hoya enteramente distinta. Per, IH, pg. 283, anot.
LA REGIN ORIENTAL. 197
donde nacen tambin el rio de Zula, que v al Oeste, y el rio Ozogoche,
que desciende hacia N la hoya de Riobamba. En su curso superior se
llama rio de Zuac, por el pueblo de este nombre, que se halla su orilla
derecha en la altura de 2688 metros. Una legua abajo de Zuac recibe del
lado setentrional un tributario grande, que se llama rio de Fuente hondo, y
que baja de las inmediaciones del Sangay. Otro afluente, el rio Sangay,
viene del mismo lado y desemboca casi en la mitad del camino entre Zuac
y Macas, cerca del sitio de Paira (1617 m.), mientras que del lado opuesto
entra un poco mas abajo el rio Avenico, que nace algo mas al Sur de las
fuentes del rio Zuac, en los pramos de Yubal, Yuluc y Quinoaloma.
El pueblo de Macas se halla en una llanura, poca distancia de la orilla
derecha del rio, que aqui ya se llama Upano, en la altura de 1051 metros
sobre el mar. Hasta aqu el rio sigui un rumbo general de NOO
SEE, pero su curso ulterior hasta la confluencia con el Miazal Mangosisa
es desconocido. Solo sabemos que en este trecho recibe el rio Apatenoma,
de la Cordillera, que baja del Azuay en direccin al SE, separando los
sistemas del Paute y del Morona. Desde la confluencia del Cusulima entra
el Morona en los llanos, y sigue su curso general al SE hasta su desem-
bocadura en el Maraon. Del lado derecho recibe los pequeos afluentes
de Tuyo y de Al, y muy abajo los ros Mayunaga y Amaya; del lado
izquierdo le engruesan los rios Pusaga (todava en la regin montaosa),
Chiguasa, Puchaga y Apianga, de los cuales conocemos solamente las bocas.
El Morona es navegable vapor (segn el Seor Arana) unas 100 leguas,
que se reducen 44, cuando se mide la distancia en linea recta, porque el
rio es sumamente tortuoso. En los rios Miazal y Cusulima solo se puede
traficar en canoas pequeas.
El rio Pastaza. Hemos estudiado esta gran arteria del pais en sus
orgenes, hablando de las hoyas interandinas de Riobamba y de Latacunga.
Sabemos, que nace de los rios Chambo y Patate, y que rompe la Cordillera
al lado setentrional del Tunguragua. Tambin he indicado sus afluentes
hasta el punto, en que entra en los llanos orientales. En el trazo del curso
ulterior y del Bobonaza, que es su tributario mas importante, he seguido el
plano, que Don Pedro Maldonado levant durante su viaje al Amazonas en
el siglo pasado, por ser hasta ahora el mejor, para no decir nico de este
rio. Las expediciones modernas han descuidado demasiado el rio Pastaza.
Las correras del P. Fray M. Castrucci, que subi en los aos de 1845
1848 por los tribus salvajes hasta Andoas y los pueblos en el rio Bobonaza,
cerca de Canelos, no han dado resultados geogrficos nuevos.*)
Una sola vez, en 1873, penetr el vapor peruano ccMayro por la boca
de este rio, algunas leguas adentro, pero con resultados poco satisfactorios.
El capitn del vapor, Mr. Butt, dice: El Pastaza es tan ancho que el Ma-
raon, pero su cauce est lleno de bajos, que en la estacin de la vaciante
de los rios hace impracticable la navegacin hasta de canoas. Las aguas
suben y bajan con mucha rapidez, y el vapor se var muchas veces durante
la surcada, por cuya razn mand anclar hice sondear al traves del rio
y hacia adelante. Hecha esta operacin regres al anochecer la boca del
rio, habindose varado tambin varias veces en esta bajada. Con justo
recelo critica el Seor Eaimondi este fallo, diciendo: He citado literalmente,
lo que dice el Seor Butt, relativo al Pastaza, pues me parece inverosmil
el juicio tan desfavorable que emite sobre su navegabilidad; al saber, que
este rio tiene un curso mas largo y mayor cantidad de agua, que el Morona
y el Tigre, y ademas, que ha sido navegado en toda estacin del ao por
canoas, recorriendo en otra poca este rio el correo quincenal, que venia
de la poblacin de Andoas. Con estos datos realmente parece imposible,
que el "Mayro", que es una simple lancha de vapor, no haya podido surcar
el Pastaza en la poca de mayor creciente.*)
Como el Seor Pedro Maldonado cruz del Pastaza (del rio Pntuc)
Canelos, y se embarc en el Bobonaza, no pudo levantar el plano del pri-
mero hasta la oonfluencia del segundo, y lo traz aproximativamente con
un rumbo de NOO SEE, casi paralelo al Bobonaza. Sabemos solo, que
el Pastaza en este trecho desconocido recibe el tributo del rio Palora, que
desciende de las faldas orientales de la Cordillera, que se extiende desde el
Altar hasta el Sangay.
El rio Bobonaza nace de varios arroyuelos, muy cerca del pueblo de
Canelos, que dista del rio Pastaza (boca del rio Pntuc) en linea recta solo
unas 4 5 leguas hacia NNE. La circunstancia de ser navegable en
canoas desde su origen, lo manso y lo sumamente tortuoso de su curso,
comprueba que serpentea por una regin muy llana. Su curso general es
de NNO SSE; en su tercio superior, hasta el pueblo indio de Sara-yacu,
recibe muchsimos pequeos afluentes de ambos lados, que son demasiado
insignificantes para nombrarlos uno por uno. Canelos dista de Sara-yacu
en linea recta unas 9 leguas, y de este pueblo hasta la boca del Bobonaza
habr unas 18 20. En el curso inferior los tributarios son menos nume-
rosos, y como principales encontramos indicados los rios de Butunu y de
Puca-yacu, ambos del lado norte. Algunas leguas antes de entrar al Pas-
taza, el Bobonaza vira al Sur, y en el lado oriental de su confluencia se
que desciende del lado oeste de las alturas del Tambo, y toma el nombre
propio de Papallacta, dirigiendo al mismo tiempo su curso al SEE. En el
trecho que media entre Papallacta y el (destruido) pueblecito de Maspa, que
tendr unas 5 leguas, recibe el rio de Papallacta cuatro. tributarios con-
siderables, el Manca, el Ghalpi chico, el Ghalpi grande y el Huarmiapac, que
todos vienen del Norte, de las cabeceras del Coca y del ramal de montaas,
que le separan del Papallacta. Del lado opuesto, es decir del Sur, entran
algunos rios cortos, que descienden de las faldas del Antisana y de la Cor-
dillera de los Cimarrones, como el Tana-yacu, Turac-yacu y Verde-yacu.
Ta antes de llegar al sitio de Maspa, el rio que ahora toma este mismo
nombre, cambia su rumbo al NEE, y lo conserva con algunas variaciones
hasta su confluencia con el Coca, en las cercanas de Baeza. El camino
ordinario, que conduce de Quito apo (Archidona y las otras misiones),
y que ha orillado el rio hasta Maspa, le abandona en este sitio y sigue
tierra adentro por su banda derecha, cruzando entre otros rios pequeos
tambin el rio de Quijos, que es uno de los tributarios derechos mas gran-
des del rio Maspa, y viene de la nevada Cordillera de los Cimarrones. Otro
afluente del mismo lado, y aun mas importante, es el rio Cosanga, de igual
origen que el Quijos, y paralelo este en su curso superior. En su parte
media corre casi al Este hasta las playas de San Javier, al pi de cerro
de Guacamayo, en donde vira con un ngulo recto al N, para incorporarse
al rio Maspa. Este ltimo trecho, desde las dichas playas de San Javier,
en que le cruza el camino de Archidona, hasta la desembocadura, mide
5 leguas en linea recta. En el tringulo que forma el Cosanga con el rio
Maspa, pero la distancia de una legua de ambos rios, se hallan las ruinas
de la antigua ciudad de Baesa (hoy dia un tambo).
Despus de haberse formado el rio Coca un poco mas all de la con-
fluencia del Cosanga, se dirige al Este, lo largo de la Cordillera alta de
Guagra-urcu que le orilla del lado derecho, separando su hoya de la del
apo. Corre en este sentido unas 15 leguas, hasta el antiguo lugarejo de
San Rafael, entonces vira poco poco al SEE, y luego al SE, hasta su
confluencia con el apo, enfrente del pueblecito de Coca, fundado en 1848
por el Seor M. Villavicencio.
Si contemplamos el sistema fluvial superior del apo en el mapa, vere-
mos que el rio Maspa y Coca representan un gran arco, cuya cuerda forma
el apo mismo. El terreno intermedio entre los dos rios constituy, en
tiempo del coloniaje, las dos provincias de Quijos y de vila, y en nuestros
dias forma las misiones del apo, tomando en cuenta solo el pais al Este
del rio Cosanga, porque la porcin occidental, los declives de la Cordillera,
son depoblados. Est regada aquella regin por los tributarios del apo,
LA EEGION OETENTAL. 203
nombrados mas arriba, los rios Holln, Suno y Payamino. De este hermoso
pais, tanto tiempo conocido, muchas veces visitado por viajeros (botnicos,
zologos), y de tanta importancia para el Ecuador, todava no poseemos
ninguna descripcin topogrfica, ningn plano exacto, que pudiera darnos
una idea cabal de l. Segn todo parece ser una regin montaosa, en
parte con cordilleras altas y frias, pero nada sabemos de su altura relativa
absoluta, mucho menos de su constitucin geognstica y mineralgica.
Es lstima, que el Seor Dr. M. Villavicencio, que tanto tiempo vivi en el
apo, que recorri todos los pueblos, rios y parajes, que con tanto afn re-
coji datos y noticias sobre la vegetacin y los habitantes del pais, quien
debemos una descripcin larga y muy interesante de la Eegion del Oriente
(tal vez la parte mejor de su Geografia), no pudo sinembargo darnos una
buena y clara, descripcin topogrfica, mucho menos un plano exacto un
croquis siquiera de las partes recorridas. Le falt completamente el sentido
talento topogrfico, como lo comprueba su mapa. Puede ser, que existan
la mayor parte de los rios y riachuelos, que nos indica, pero ciertamente
no as como los pint en el mapa. Con su desgraciada mana de convertir
todos los rios en tirabuzones, casi del mismo largo y grueso, no solo afea
su carta, sino que la hace confusa imposible. Las dos cartas de las pro-
vincias de Quijos y de vila, que Humboldt copi de los itinerarios del
siglo pasado, difieren muchsimo y en puntos esenciales del mapa de Villa-
vicencio, aumentando de tal modo la confusin incertidumbre, aunque su
estudio inspira mucho mas confianza. Siendo as, me veo reducido de nuevo
generalidades.
El rio Holln es el mas occidental de los tres tributarios del apo, que
riegan el territorio de que acabo de hablar. Nace en las faldas del cerro
Guacamayo, que separa sus cabeceras del curso inferior del rio Cosanga, y
sigue primeramente un curso de O E, bajo el nombre de rio Jwndache.
Despus de un curso de 5 leguas se dirige al SE y Sur, y con este rumbo
cae en el apo, algunas leguas abajo del pueblo de este nombre. Todos
sus afluentes le vienen del lado Oeste, y los principales son los rios Misa-
gtti y Tena. El primero es notable, porque en su curso medio y orilla
izquierda se halla Archidona, que actualmente es el centro de las misiones
del apo.*) El segundo que corre poca distancia del apo y paralelo con
este, se forma del Tena y del Tao, cerca de cuya confluencia estaba anti-
guamente el pueblo de Tena. Segn Villavicencio siguen los rios de
Tutumo y de Guambumo, que desembocan en el apo, cerca de Aguano el
*) Orton d este pueblo la altura de 2000 pies ( = 610 metros) sobre el mar, y la
temperatura media de 25 O.; al pueblo de apo d un. grado mas, y 442 metros.
204 TOPOGBAFIA. CAPTULO TV.
Desde la boca del rio apo hasta la frontera con el Brasil no hay nin-
gn rio de importancia mayor; entre los afluentes pequeos podemos designar
los de Ambi-yacu, que desemboca al lado del pueblo de Pebas, y el Macuari,
entre Pebas y Loreto.
Nos resta hacer la breve descripcin de dos rios grandes, cuya desem-
bocadura en el Amazonas cae en 'el Brasil, y cuyos territorios adyacentes
son reclamados en gran parte por la Repblica de Colombia, aunque de
derecho le pertenezcan solo las hoyas superiores en las faldas de la Cor-
dillera. Hablo del Putumayo y del Japur.**) Advierto que en el trazo de
estos rios he seguido la carta de Colombia por Codazzi, porque me pareci
que merece alguna confianza, lo menos en cuanto los afluentes supe-
riores, que el Seor Codazzi ha estudiado personalmente. En las partes
cercanas la frontera brasilera consult la carta del Per por Raimondi.
En cuanto los trabajos del Seor Crevaux, que levant en 1879 los planos
del Putumayo y del Yapur, vase lo que digo en el nmero 3 de las Ano-
taciones y Suplementos.
*) El apo es navegable para vapores de poco calado hasta Stn. Eosa, dice Orton
(The Andes and the Amazon, New-York 1876, p. 179); pero talvez no en todo tiempo,
porque otro observador (Herndon, Keport, p. 229) nos cuenta, que el apo est lleno de
beos de arena, y 20 das arriba de su boca ( cerca de la confluencia del Ouraray) la
gente se ech al agua, para jalar las canoas.
**) El Per tambin reclama el Putumayo hasta el punto, en que comienza ser
navegable.
206 TOFOGBAFIA. CAPITULO IY.
Apndice la topografa.
Vias de comunicacin.
Aunque el captulo sobre las vias de comunicacin propiamente no per-
tenezca la geografa fsica, sino la civil, no puedo prescindir de insertar
aqu un pequeo artculo sobre esta materia, como un apndice de la hidro-
grafa y orografa del pais. Pues, en el Ecuador los caminos, con escasas
excepciones, son tan poco artificiales, que podemos casi considerarlos como
un fenmeno natural, ntimamente enlazado con la topografia.
. Las vias de comunicacin son acuticas terrestres. De las primeras,
que se llaman canales, el Ecuador no posee ni una sola artificial; felizmente
abundan los canales naturales rios navegables en las regiones bajas del
oriente y del occidente, como lo he demostrado en la descripcin hidro-
grfica que precede. Vendr el tiempo, en que se sentir la necesidad de
abrir tambin canales artificiales, que comuniquen los rios principales sus
WOLT, Ecuador. 14
210 TOPOGRAFIA. AENDICE.
tributarios entre si; y entonces habr gran facilidad para estas obras, espe-
cialmente en toda la regin litoral, que est bajo el influjo de las'mareas,
y esta regin favorable es muy vasta En la descripcin hidrogrfica he
indicado los rios, que son navegables vapor, y los que lo son por canoa.
La regin andina interandina carece enteramente de rios navegables,
porque el desnivel y la aspereza del suelo es tan grande, que ni la natura-
leza, ni los esfuerzos humanos pueden remover los obstculos que se oponen
la navegabilidad. De la regin transandina oriental he dicho lo ne-
cesario en el captulo precedente. All, si prescindimos de algunas sendas
malsimas, que conducen por la Cordillera oriental a las cabeceras al curso
superior de los rios apo, Gnelos, Macas, Gualaquiza, los rios son las
nicas viasf de comunicacin, y el viajero, que deja la canqa para cruzar el
pais por tierra, siempre debe hacerse un camino una trocha ad hoc, con
hacha y machete, camino que desaparece en pocas semanas, tan pronto como
la huella que deja su pi en el cieno. Solo de la regin occidental
litoral diremos, todava algunas palabras. En una gran parte de esta regin
el vapor, la chata, la balsa, el bote, la canoa de todo tamao, reemplaza el
caballo y las recuas de burros y muas de la sierra. Se explica, que aqu
hay.pocos caminos por tierra, y su mal estado es hasta cierto punto per-
donable, lo menos en donde hay la facilidad de la via por agua. Una
regular canoa manejada por un hombre dos, reemplaza una gran recua
de muas. Lstima es, qu estas magnficas vias acuticas naturales son
tan descuidadas, como las terrestres en la serrana; aquellas no necesitan
menos de conservacin y reparacin, que estas. Cuanto podria extenderse
la red de rios navegables, limpindolos debidamente de las palizadas, for-
madas comunmente en invierno, dando mas profundidad otros, y removiendo
los bajos y bancos de arena, ensanchando en unos y estrechando en otros
sus riberas! Pero esto demanda trabajo y gastos, y los pueblos se contentan
todava con aprovecharse de las vias fluviales, como las d la naturaleza.
La flotilla regular de vapores fluviales de Guayaquil, que cruza el sistema
del rio Guayas por sus venas principales (rios de St a . Rosa, Mchala, Balao,
Naranjal, Yaguachi, Bodegas, Baba, Vinces, Daule), y que en invierno penetra
hasta el pi de la Cordillera alta, podria ensanchar mucho el campo de su
actividad y ganancia, si con la proteccin del Gobierno. cuidara mas la
buena conservacin de los rios, la canalizacin de otros, la abertura de pe-
queos canales, para abreviarlas distancias etc. Para llamar la atencin
un solo punto (entre tantos que podria enumerar): No seria de muchsima
utilidad, regularizar el curso del rio Vinces, conduciendo el caudal de su
agua, que ahora se derrama por tantos esteros, por un solo cauce estable,
sea por la Bocana, sea por la Boca de Avispas, para hacer este rio
VAS D E COMUNICACIN. 211
accesible los vapores durante todo el ao? Eecuerdo que en los aos de
1883 y 1884 Guayaquil estaba alarmado con el peligro de que el ro Guayas
rompiese, abajo de la ciudad, un cauce al Estero Salado, y se hicieron bajo
la iniciativa del Seor D. Pedro Garbo algunos estudios y trabajos para evitar
el acontecimiento. Tambin soy de la opinin, que un tal cambio notable
no se. debe dejar verificarse por un capricho del rio Guayas, pero no con-
vendra abrir en ese estrecho un canal artificial, ..con una hiena exclusa 6
compuerta en las. orillas del Guayas? El magnifico Estero Salado, que hoy
dia no sirve de nada, tendra entonces mucho valor y seria una via de cormrni->
cacion mas segura, mas tranquila y mas cmoda que el Guayas mismo, sobre
todo. en invierno, cuando las eorrentadas en el ltimo son temibles. Con
la exclusa se evitara suficientemente la mezola de las aguas, que temen los
habitantes de Guayaquil. Y bajo la vista estratgica: no seria, en ciertas
circunstancias de rnuehisima importancia, que un buque de guerra pueda
cruzar en un cuarto de hora del rio al Estero Salado? La abertura, de este
canal no presentara absolutamente ninguna dificultad tcnica, y el gasto
mas fuerte exigira una buena exclusa en las orillas del Guayas. No es mas
que una idea que lanzo aqu, y que me vino cada vez que desde el cerro
de St". Ana contemplaba el magnfico panorama de Guayaquil y d sus al-
rededores.
Los caminos terrestres del litoral son generalmente, por las condiciones
naturales del clima, en la estacin, seca buenos, y en la estacin lluviosa no.
malos sino psimos y muchas, veces intransitables, consecuencia de las
inundaciones. En verano basta abrir una trocha por el monte, para tener
un camino bueno, porque durante seis meses no llueve, y no hay que vencer
las asperezas de montaas altas.. Pero en el invierno, y en las partes en
que llueve todo.el ao, al pi de la Cordillera, los caminos son talvez peores
que en la sierra, porque las aguas se estancan en un terreno sin declive,
el camino se convierte en una cinaga hedionda y sin fondo, faltando casi
siempre el cascajo el sustrato slido, que en la sierra se encuentra
menudo. No me cabe duda, que en muchas partes del litoral la construccin
y conservacin de una carretera slida, que sirva tambin en invierno, seria
mas difcil y mas costosa, que la de un ferrocarril de segundo orden.
En las provincias bien pobladas, como en las del Guayas, de. Los Rios,
y en la parte meridional de la de Manabi-, todos los pueblos y haciendas,
estn unidas entre si por caminos de herradura, que en verano nada dejan
de desear, sino veces mayor cuidado en tenerlos. abiertos y libres del
ramaje en las partes montuosas. Pero.en las regiones, en que no hay una
poblacin estable, como en las montaas interiores de Manabi y. al Norte
de Balzar y Quevedo, as como en toda la provincia de Esmeraldas, los
14*
212 TOPOGRAFIA. APNDICE.
han sido descritos muchas veces por los viajeros, tambin por Vlavicencio.
Su nmero se reduce cinco: I o el de la provincia del Pichincha por Pa-
pallacta, para los pueblos del "apo, el mas trillado de todos; 2o el de la
provincia del Tunguragua, por Baos, hasta Canelos, el mas aparente, segn
parece, para mejorarlo, pues no pasa por la regin alta de los pramos;
3 o el de la provincia del Chimborazo hasta Macas; 4 o el de la del Azuay,
por Sigsig Gualaquiza, y 5 o el de la de Loja, que v por Vcabamba y
el nudo de Sabanilla, para descender lo largo del rio Chinchipe Zumba
y Chito y hasta Jan. Algunos agregan un camino de Imbabura Pun y
el rio Cfanes (Aguarico), y otro de Latacunga por las faldas del Cotopaxi
al apo; pero ambos no son hoy traficados.
La comunicacin del callejn interandino con las provincias litorales es
mala y casi nula en la porcin setentrional de la Eepblica, es decir, en
las provincias de Imbabura y Pichincha de un lado, y las de Esmeraldas y
Manab del otro. El camino llamado de Carondeled, que conduce de Ibarra
al Pailn, es de, herradura y regular hasta las ltimas haciendas del valle
del rio Mira, hasta la cercania de la desembocadura del rio Lita. De ah
se trafica por una casualidad pi al Pailn Cachab. Los caminos de
pi, que hubo en algunas pocas de Otavalo y de Quito Esmeraldas, es
decir, los embarcaderos del Guallabamba, de Caoni y de Silanchi, estn
cerrados y casi olvidados. El camino de Manab, saber, el de Quito
Baha de Carques por St. Domingo, todava no llega este ltimo pueblo,
por el resto conduce una trocha recien abierta, que pronto se cerrar y que-
dar sin objeto, si no se realiza el proyecto de ferrocarril.
Hay algunos caminos de herradura muy malos, que cruzan la Cordillera
occidental, pero acaban en las faldas exteriores de ella, y no llegan al litoral.
Tales son los que conducen por Cotaeachi y por Perucho Intac, los que
van de Quito por Cotocollao Niebl, Nono, Nanegal, Mindo, por Lloa
algunas haciendas atrs del Pichincha, de Latacunga Sigchos etc.
La falta de caminos en la parte setentrional del pais se explica fcil-
mente por la ausencia de poblacin. Es imposible, que entre los cuatro
pueblos martimos y el pais interandino se desarrolle un comercio tan vivo
y fructuoso, que recompense un viaje largo y penoso al traves de una regin
tan spera y ancha, que separa los pueblos, que costee la construccin
de caminos. En efecto qu puede enviar la sierra los pueblos de Esme-
raldas, que estos no reciban mas cmodamente y mas barrato por otra via?
Los pocos artculos de consumo, que ellos necesitan en un ao, se podria
llevar por un buen camino en una semana. Y vice versa: qu artculos
podran importar los pueblos de Esmeraldas en los del interior, que estos
no reciban menos trabajo y costo por otras vas? De consiguiente el
214 TOPOGRAFIA. APNDICE.
G-EOLOGIA.
Generalidades.
La configuracin exterior del globo terrqueo en su totalidad y en sus
partes, no es otra cosa, sino el resultado final de una infinita serie de
sucesos geolgicos, de su desarrollo sucesivo. La geologia es la ver-
dadera llave para la inteligencia de la geografa de un pais, y ambas cien-
cias estn en ntima correlacin. Pero como el estudio geolgico sale
siempre de las condiciones exteriores y superficiales de un pais, la topo-
grafia es tambin una base de la geologa; esta base hemos echado en los
captulos precedentes.
La descripcin topogrfica de un pais est al alcance de todos, que
poseen una instruccin mediana; no as la desoripcion geolgica, cuya in-
teligencia supone en el lector conocimientos especiales en mineraloga, qu-
mica y otros ramos auxiliares, y ante todo la familiaridad con los principios
fundamentales de la geologa general. Una geologa completa del pais
ocuparia un tomo especial, y traspasara los limites de esta obra. Lo que
por ahora me propongo es, trazar un bosquejo general de las condiciones
geolgicas del Ecuador, y sacar algunas consecuencias prcticas de su estudio.
El uso de muchas palabras tcnicas y especficas ser inevitable en esta
parte; para facilitar su inteligencia los lectores, que no han hecho un
estudio especial de la geologa, he credo til, colocar entre los Suplementos
un corto resumen de las nociones mas generales de la geologa, en cuanto
tocan al Ecuador/17* Algunas discusiones demasiado particulares, que pueden
interesar solo al gelogo de profesin, relegaremos las anotaciones y
suplementos.
222 GEOLOGIA.
Todo el resto del pais alto, desde el Azuay al Sur, y todo el litoral que-
daba tan desconocido, como antes. El estudio petrogrfico se limit
algunas pocas anlisis qumicas de rocas volcnicas, colectadas por los
viajeros nombrados, por otros que, sin ser gelogos, solo de paso pres-
taron alguna atencin al terreno. Entonces llegaron en 1870 los seores
W. Reiss y A. Stbel, que despus de haber estudiado los volcanes de
Colombia, se propusieron examinar toda la regin volcnica del Ecuador
sistemticamente, segn un plano muy vasto, y coronaron su obra des-
pus de cuatro aos de un trabajo mprobo. Conocidos son en el mundo
cientfico los estudios de estos dos gelogos, aunque por desgracia su gran
obra principal todava no est concluida. Sus colecciones mineralgicas
y geognsticas, que cuentan millares de muestras, son lo mas completo,
que existe en ramo de volcanologa. Aunque el objeto especial de dichos
viajeros era el terreno volcnico, no descuidaban el resto de las forma-
ciones geolgicas, en cuanto cayeran en el rayo de sus excursiones y
viajes, especialmente sus conexiones con las rocas volcnicas. Pero la
mitad meridional y toda-la parte occidental de la Eepblica, quedaba
siempre desconocida.
Al mismo tiempo (1870), que los doctores Reiss y Stbel, comenc yo
mis estudios geolgicos del pais, al principio en escala modesta y reducida,
porque la enseanza de las ciencias en Quito me dejaba poco tiempo para
viajes y excursiones. Solo desde el ao de 1875, despus de haber renun-
ciado la ctedra, y sido nombrado gelogo del Estado, pude emprender el
estudio sistemtico de las provincias. Se comprender, que con preferencia
me he dedicado al estudio de aquellas partes de la Repblica, que hasta
entonces haban sido descuidadas completamente, como las provincias de
Loja, del Azuay, y todas las litorales. Aqu todo estaba por hacer; encontr
un campo inculto.
Fuera de los indicados, no se han ejecutado otros trabajos geol-
gicos de importancia en el Ecuador, durante los ltimos dos decenios. Han
pasado algunos viajeros cientficos, pero sin hacer estudios originales. Solo
un gelogo polaco, el Seor J. v. Siemiradski, que en 1883 hizo algunas
excursiones Alaus y al valle del rio Pastaza, public en un folleto in-
teresante los resultados de sus observaciones y las anlisis de algunas
rocas andestieas.*) Ademas se hicieron otras anlisis de rocas ecuato-
rianas, en varios laboratorios qumicos de Europa, que sinembargo. solo
tienen inters para el petrgrafo especialista. H aqu toda la historia
WOL, Eouador. 15
Captulo I. I\! ,; \
Formacin del gneis y de las esquistas cristalinas.
El fundamento geognstico de los Andes ecuatoriales consta de antiguas
rocas pizarrosas de una textura cristalina, que solemos llamar gneis y es-
quistas ( pizarras) micceas, arcillosas, amfiblicas, clorticas, talcosas etc.
segn el mineral, que predomina en su composicin. Estas rocas son estrati-
ficadas y consideradas como de origen neptnico, aunque la forma y los
caracteres petrogrficos, con que se presentan actualmente, talvez no son
primitivos y originales, sino efectos del metamorfismo qumico, verificado en
el transcurso de tiempos indefinidos. En la cronologa geolgica dichas
rocas ocupan el lugar nfimo, es decir, pertenecen las formaciones acuosas
mas antiguas, que con los nombres de la lorenciana y hurnica reunimos en
el perodo arcaico.
El gneis y las esquistas cristalinas no ocuparon desde el principio la
posicin, en que las observamos hoy, antes debemos atribuir su levantamiento
hasta las alturas actuales unos procedimientos geolgicos muy posteriores
y relativamente modernos; pues podemos evidenciar con argumentos indis-
putables, que el levantamiento principal de los Andes se verific despus de
la formacin cretcea, durante el perodo terciario, y esto es, geolgicamente
hablando, moderno. Este fenmeno, en apariencia paradojo, de que los le-
vantamientos de las cordilleras mas altas datan de tiempos no muy remotos,
no es aislado, y se observa igualmente en el mundo antiguo, como, por
ejemplo, en el Cucaso y en los Alpes.
Como el armazn fundamental de los Andes estaba sujeto a todas las
revoluciones sucesivas del globo, desde el perodo arcaico hasta nuestros das,
es muy natural, que sufri mil alteraciones tanto en su constitucin interior
qumica, cuanto en su estructura exterior arquitectura. Sobre todo son
las rocas eruptivas las que, atravesando las estratificadas, no dejaron de
influir poderosamente en su yacimiento, y de hacerlo muy complicado. Ade-
mas las formaciones acuosas, que subsiguieron las primitivas, las ocultaron
FOBMACION DEL GNEIS. 227
en gran parte por su sobreposicion, de manera que su extensin geogrfica
en la superficie no es tan grande, como se podria esperar, y en las llanuras
occidentales conozco muy pocas localidades, al pi de la Cordillera, en que
se descubre este fundamento mas antiguo del pais.
Si estudiamos la extensin superficial del terreno de gneis y pizarras
cristalinas sobre el mapa geognstico, veremos, que compone toda la Cor-
dillera oriental y sus faldas exteriores orientales, desde la frontera del
Per, sobre Huancabamba, hasta el lindero con Colombia. En la provincia
de Loja est sumamente desarrollado, y baja tambin por las faldas occi-
dentales de la Cordillera real, hasta los valles interandinos profundos. Segn
el seor E. "Wtt de Loja, toda la hoya superior del rio Chinchipe y de sus
tributarios, desde el nudo de Sabanilla, hasta Zumba y Chito, consta de
gneis y granito, estando el ltimo en intima conexin con el primero. El
mismo terreno encontr dicho seor en las montaas, que forman la gran
hoya del rio Zamora al oriente de Loja, hasta cerca de las llanuras ama-
znicas. Al Oeste de Loja y de la Cordillera real se hallan algunas, como
islas de gneis y esquista, rodeadas del terreno porfdico; as en la Cuesta
de Amboca, en el camino entre Loja y Zaruma, y en las montaas de Capiro,
entre el lado derecho del rio Tmbez y el pueblo de Pinas, que se componen
en parte de un gneis tpico. Avanzando hacia el Norte, por las provincias
del Azuay y de Caar, ya se limita el gneis y terreno esquistoso la Cor-
dillera oriental misma, sus laderas interiores estn por algunas partes cu-
biertas de rocas volcnicas modernas. Por la provincia del Chimborazo se
retira nuestra formacin todava mas al Este, porque la cresta y el lomo
ancho de la Cordillera misma queda en gran parte cubierto de materiales
volcnicos (del Sangay, Cubillin, Altar, Tunguragua). Sinembargo en el
valle del rio Chambo se descubre por aqu y por all en las faldas in-
feriores de la Cordillera, en prueba de que sigue siempre debajo.de los
materiales volcnicos. Al Norte del valle del rio Pastaza est muy des-
arrollada en. la Cordillera de los Llanganates; pero desde aqu, hasta la pro-
vincia del Imbabura, ya no aparece en ningn punto del lado interior (occi-
dental) de la gran Cordillera, porque la cubierta de las lavas y tobas ande-
sticas es demasiado espesa. Desde la Cordillera de Chalupas sobre Lata-
cunga, hasta el Cayambe, ya se debe pasar la cresta de la Cordillera real,
para encontrar el gneis y las esquistas cristalinas, la linea, que las limita,
pasa por los vertientes orientales bastante distancia del Quilindaa, Coto-
paxi, Sincholagua, Antisana, Guarnan! y Cayambe. El Saraurcu cae al Este
de la linea y consta de esquista miccea. No conozco bien las condiciones
geognsticas al N del Cayambe; pero considerando, que all no se levantan
volcanes sobre la Cordillera, podemos suponer con fundamento, que el gneis
15*
228 GEOLOGA. CAPTULO I.
*) Carta del Dr. "W. Eeiss S. B. el Presidente de la Repblica, sobre sus viajes
las montaas del S de la capital (Quito 1873), pg. 13.
**) En las partes ecidentales del pais los lavaderos se derivan del terreno porfdico.
234 GEOLOGA. CAPTULO I.
venga con preferencia de las venas y vetas de cuarzo, pero me parece que
debemos abandonar esta opinin, que al principio de mis estudios era tam-
bin la ma; pues como he dicho arriba, ni una vez he observado un granillo
de oro en las vetas, y en los miles y railes de pedazos de cuarzo, que romp
en los lavaderos mismos y en otros puntos, y que examin con escrupulosidad
con la lente, no descubr ni una chispa del metal precioso. Algunos pedazos
que me parecieron sospechosos, llev y los analic qumicamente, pero con
el mismo resultado negativo. En vista de estos hechos no me queda duda
ninguna, de que l oro se halla diseminado en las esquistas cristalinas y que
de ellas llega su yacimiento secundario en los lavaderos, por la descompo-
sicin qumica y mecnica de las rocas. Parece excusado advertir aqu,
que el oro no se cra ni se ha criado jamas en los lavaderos, sino que en
ellos siempre es un mineral, que proviene de otro lugar, comunmente de
lejos, como los dems materiales que componen el lavadero, que por esto
mismo reciben el nombre de terreno de acarreo.
En otro lugar hemos descrito el mtodo sencillo, con que se forman los
lavaderos, cmo los ros atacan y lavan continuamente los terrenos, cmo
las sustancias pesadas se acumulan en sus lechos, mientras que las livianas
son llevadas, cmo en un terreno muy pobre en oro pueden formarse pla-
ceres ricos etc. (Vase el Suplemento No. 23.) Poco se necesita para
comprender el mecanismo de la naturaleza, solo que no debemos escatimarle
el tiempo, pero este abunda, pues cuantos siglos hace, que los ros trabajan
sin intermisin! miremos los valles hondos, que han excavado por la erosin
sucesiva en esas cordilleras extensas de gneis y esquistas cristalinas!
No sigamos mas adelante con la explicacin de los lavaderos. Su for-
macin no cae en el perodo primario, de que tratamos aqu, sino en uno
mucho mas posterior, es decir, en el cuaternario y moderno. Por ahora
basta conocer el origen del oro, que contienen; este origen nos obliga
suponer, que el gneis y las esquistas cristalinas en varias partes de la Re-
pblica contienen bastante oro, aunque no lo descubrimos en sus venas y vetas.
Captulo II.
Las rocas granticas y sieniticas.
El verdadero granito tiene en el Ecuador una extensin bastante redu-
cida. Conozco solamente dos regiones, en que forma macizos continuos y
algo considerables, ambas en la provincia de Loja. Fuera de estas dos
localidades se baila veces en bancos vetas no muy gruesas, entre los
gneises y las esquistas micceas, como ya be dicbo en el capitulo anterior;
pero en estos casos es veces difcil decidir, si el granito no sea un gneis
mal desarrollado, es decir, que no manifiesta bien su estructura caracterstica
(pizarrosa y ondulada). Tales intercalaciones irregulares de granito en el
gneis se encuentran con preferencia en la Cordillera oriental de toda la
provincia de Loja; mas al Norte no faltan tampoco, pero son mas raras.
Algo mas frecuente que el granito, se halla la sienita, pero en iguales
circunstancias, y siempre en porciones pequeas; nunca la he observado en
macizos extensos. Como el granito con el gneis, as la sienita est en rela-
cin con las esquistas anfiblicas, y sin duda esta relacin no es casual,
sino gentica: la mica caracteriza el granito y el gneis, as como la anfibola
(hornblenda) la sienita y las esquistas anfiblicas.
La diorita se encuentra en la provincia de Loja asociada al granito y
la sienita, atravesando en forma de vetas los macizos del primero. Puede
ser que en estos puntos sea muy antigua y pertenezca al periodo arcaico,
aunque esas vetas tambin pudieran tener un origen posterior. Sinembargo
la mayor parte de las dioritas ecuatorianas son seguramente de una edad
mucho mas moderna, su desarrollo principal coincide con la poca cretcea,
y algunas talvez no se formaron sino en la terciaria.
de San Leas se observa, ambos lados del hondo valle del rio Juntas,
altas montaas de granito, que se extienden hasta muy al N, hacia el
Guagra-uma, donde desaparecen debajo del terreno porfdico. Diques
gruesos y vetas del mismo granito se hallan en el descenso del Villonaco
al valle del Catamayo, en la direccin la hacienda de Juanes, en donde
atraviesa las esquistas cristalinas casi en el limite con el terreno porfdico.
El granito de Juntas puede llamarse tpico en cuanto su constitucin
mineralgica, textura y dems propiedades fsicas y qumicas. Es de grano
basto, de manera que con facilidad se distinguen los tres minerales consti-
tutivos: cuarzo, feldespato (ortoclas) y mica. El primero es algo agrisado,
el segundo blanco, amarillento encarnado, y la ltima negra con lustre
nacarino. El feldespato suele predominar sobre el cuarzo y la mica, y de
consiguiente determina tambin el color de la roca compuesta en general.
La mica parece ser la de potasa (muscovita) y no de magnesia, apesar de
su color oscuro. Minerales accesorios o he observado en esta roca, pero
no dudo, que se descubrira uno que otro, al dedicar este terreno gran-
tico extenso un estudio petrogrfico mas detenido.
En las faldas de las montaas y las laderas tajadas de los valles se
v una gran multitud de vetas y venas de diferentes clases, que cruzan y
atraviesan "el macizo de granito, siguiendo en general l rumbo S E - N O
tambin S-N. Una parte de estas vetas, que tienen el ancho de pocas lneas
hasta el de muchos metros, son de naturaleza grantica, es decir, constan
ellas mismas de granito, que se distingue y se destaca del granito principal
por un color mas claro' mas oscuro, por un grano mas fino mas grueso;
son pues vetas de "granito en el granito. Otras vetas y diques muy gruesos
(hasta 100 metros de ancho y mas) pertenecen las rocas porfdicas, sobre
todo la diorita, componindose su material esencialmente de anfibola verde-
negra y una plagioclasa blanca (feldespato triclnico, probablemente oligo-
clasa). Algunas venas delgadas son de una textura tan compacta y cripto-
cristalina, que. no permiten una determinacin petrogrfica exacta (son tam-
bin de la clase de las rocas verdes), especialmente cuando ya sufrieron
una metamorfosis y descomposicin completa. Unas se convirtieron en una
sustancia blanda terrosa, otras s transformaron en serpentina, transforma-
cin que se observa tambin en las mrgenes (salbandas) de las vetas y
diques gruesos, donde estn en contacto con el granito.
Entre las vetas granticas hay algunas, cuyos minerales componentes
son de un tamao tan grande, que la roca debe llamarse pegmatita. Con
este nombre designamos l granito, cuando los individuos minerales en lugar
de' ofrecer una mezcla igual de pequeos granos, tienen un dimetro de
algunas pulgadas y veces de algunos pies. En la pegmatita de Juntas
LAS BOCAS GEANIT1CAS. 237
los individuos de cuarzo son muy irregulares y presentan manchas del ta-
mao de un puo, los del feldespato son mas grandes, hasta el de una
cabeza, y hay vetas gruesas que son feldespato casi puro; la mica es rara
y solamente de vez en cuando se v un grupo de hojas.
'i El granito se descompone fcilmente en la superficie, pero el producto
de la descomposicin no es aquel barro rojizo, que en el terreno porfdico
daa los caminos, sino una arena blanca y hermosa, que hace los caminos
duros y secos. Cada viajero notar lo bueno del camino desde Cachi-pirca
hasta San Leas, y lamentar el cambio triste al entrar otra vez, cerca de
este pueblo, en los camellones y callejones acostumbrados. En caso de que
se piense algun dia en hacer un buen camino de.Loja la provincia de
Cuenca (y ojal se verifique pronto el deseo general!) el trecho por el ter-
reno grantico ser el mas fcil, por el buen material de construccin, y
porque no hay peligro que se dae pronto el camino hecho de l.
*) J. Orton, The Andes and the Aniazon (New-York 1876), pg. 199.
LA FORMACIN CEETCBA. 241
de esquista miccea. Villavicencio habla solo de las espesas capas de alu-
vin, que cubren toda la regin del apo al Este de las esquistas crista-
linas. De todos modos, si existe el terreno cretceo en uno que otro punto,
no forma una zona tan continua como en la Cordillera occidental. Mas
desarrollado se halla, segn parece, en la hoya amaznica superior, cerca
de la hoca del Chinchipe, .en Bagua, en el Pongo de Manseriche, y hacia
Moyobamba en el Per.
En seguida trataremos separadamente dlas tres fcies distintas, que
la formacin cretcea presenta en el Ecuador, en el litoral, en la hoya de
Cuenca, y por la Cordillera occidental.
distingue del Inoceramus latus Sow.,*) que se halla en muchos terrenos cre-
tceos de Europa y caracteriza especialmente las capas tiirnicas superiores.
Con esto deberamos colocar la formacin del litoral entre los terrenos me-
dios de la poca cretcea.
En minerales accesorios nuestro terreno cretceo es pobre. Venas de
cuarzo y espato calizo se hallan con frecuencia. La glauconita, que forma
parte integrante de muchas areniscas, se encuentra tambin en masas mas
grandes, en forma de rones y nodulos, y ha dado margen equivocaciones, -
porque su color verde se parece veoes al de ciertos minerales de cobre.
Un mineral, que es raro en todas partes del mundo, se encuentra en
nuestro terreno con tanta frecuencia, que se podria llamar caracterstico
para l. Este mineral es la Brucita, un hidrato de magnesia, y se halla
esparcido tanto en las calizas silceas, cuanto en las areniscas, formando
venas delgadas, y comunmente acompaado de espato calizo. Del ltimo,
con que tiene comn el color blanco, se distingue por su menor dureza,
por su lustre nacarino, y por no disolverse en los cidos con efervescencia,
sino tranquilamente. Se halla en hojitas y lminas delgadas, en masas
compactas, y rara vez en ristalitos bien formados. En todas las canteras
de Guayaquil es frecuente. De minerales metlicos he observado sola-
mente la pirita de fierro, que se halla diseminada en algunas rocas cuarzo-
sas, especialmente en la cercana de las chontas y otras rocas verdes, que
se hallan intercaladas en el terreno cretceo, y las que conoceremos mas
tarde. Como tales piedras piritosas me fueron entregadas muchas veces
para examinarlas por oro, debo declarar, que nunca pude descubrir un rastro
de oro, ni en estas piedras, ni en otras del terreno cretceo, y hace tiempo
que las decantadas minas de la Cordillera de Chongon para mi pertenecen
las fbulas y cuentos de viejas. Del mercurio de las Peas hablar en
otro lugar.
No hay duda, que el azogue, que de vez en cuando se recoje en las in-
mediaciones de la villa, en el terreno superficial, proviene de la arenisca,
porque no hay otra formacin en la cercana.
Una vez que hablo del mercurio, aadir, que Azogues no es la nica
localidad, en que se encuentra en terrenos cretceos. En las Peas de Guaya-
quil, al pi del cerro de Sta. Ana, y casi al nivel del rio Guayas, se ha
recojido en varias ocasiones este metal en forma de pequeas gotas, lo
mismo que en algunos puntos de la orilla del rio Daule, al N de Guayaquil,
en terreno aluvial. El origen de este mercurio nativo queda aqu tan proble-
mtico como en'Azogues, pues en las rocas mismas de las Peas, de la
cercana del Daule, nunca pude descubrir un rastro de este metal. En
1881 tuve ocasin de examinar una piedra singular, proveniente del valle de
San Antonio (rio de Pozuelos), al Oeste de la Cordillera de Guaranda. Era
una especie de prfido totalmente descompuesto, de manera que se podia
desmoronarlo con los dedos. Todas las oquedades pequeas y grietas finas
de esta piedra estaban llenas de gotitas casi microscpicas de mercurio (las
mas grandes se podia distinguir con la lente), y cuando se lavaba el polvo
obtenido por la trituracin de la piedra, result una canutad tan grande de
mercurio, que" llegaba 30% de la masa. Hice un viaje expreso para exa-
minar la localidad de este hallazgo. La piedra se encontr cerca de la
hacienda Pacana, en el terreno aluvial diluvial, que en forma de colinas
bajas acompaa el rio ambos lados, y se compone de una arcilla arenosa,
mezclada con toda clase de piedras rodadas, del tamao de una nuez hasta
el de una cabeza. He visto el hueco en la pared de la grada aluvial, de
que fu sacada la piedra, y encontr muchos pedazos de prfidos descom-
puestos, que se parecan en todo la piedra examinada, menos en la pre-
sencia de mercurio; ni en las piedras, ni en el terreno' mismo pude des-
cubrirlo. Lo curioso es, que en el mismo lugar atraviesa una antigua galeria
angosta (tnel) y medio derrumbada la colina aluvial. Con qu objeto fu
abierta? - No cabe duda qu todas esas piedras rodadas del terreno aluvial
y diluvial provienen de las faldas de la Cordillera occidental, en cuanto per-
tenecen al sistema fluvial del rio de Pozuelos. La Cordillera se compone
aqu de areniscas y pizarras cretceas con intercaladas rocas eruptivas (por-
fintas, rocas verdes). Pero de qu parte del valle, de qu quebrada
lateral vino aquella piedra con mercurio, casi hasta la puerta inferior del
existencia de las minas antiguas, cuando con tanta facilidad cita las tradiciones y lo que
le contaron los naturales del pais, siempre que se trata de apoyar sus propias opiniones,
por mas contrarias que sean una observacin exacta? Tambin le parece improbable,
que l mercurio de Azogues provenga de la arenisca. Porqu? acaso solamente porque
mi me pareci probable?
IiA FOEMACION OBETACEA. 253
valle? Ser difcil encontrar el lugar de su origen, talvez la capa el
filn de que deriva, ya est destruido completamente. Sinembarg'o, me pa-
reci bien llamar la atencin de los gelogos y mineros venideros sobre
este valle y sobre el hecho curioso, que acabo de referir, especialmente
porque algunos aos mas tarde el ingeniero Seor van Ischot, encontr el
mercurio en la arena del mismo rio de Pozuelos, algunas leguas mas abajo
de Pacana, en forma de globulitos sumamente pequeos, y juntamente con
un poco de oro. De este fenmeno, igualmente muy curioso, de un lavadero
de mercurio y oro, trataremos mas tarde, hablando de los lavaderos del
terreno diluvial. De todos modos debemos suponer, que en ambos casos el
merurio de este valle deriva en ltima instancia de un terreno cretceo.
Distinto debe ser el origen del mercurio, que se halla, de igual modo
asociado con oro, en los lavaderos de Collay en la Cordillera de Cuenca.
Aqu no puede derivarse sino del terreno de las esquistas cristalinas, como
el oro. La misma proveniencia atribuyo al mercurio, que se halla en la
llanura aluvial, en que est edificada la ciudad de Loja.
Volviendo la formacin de la arenisca de Azogues, debo decir, que
fuera del mercurio no contiene otros minerales metlicos. Pues algunas
minas de plata, que fueron trabajadas antiguamente en esa regin, arman
en rocas porfdicas y diorticas, que atraviesan las areniscas, y no pertenecen
por su naturaleza las formaciones sedimentarias, aunque nacieron talvez
en el mismo perodo mesozcio.
Para la determinacin de la edad geolgica de la Arenisca de Azogues
era de mucha importancia el hallazgo feliz de fsiles en la cercana de Paccha.
Encontr en el cauce del riachuelo de Paccha algunos trozos grandes de una
ropa, que se compone toda de conchas, apenas cementadas por una sustancia
calcreo-ferruginosa. Desgraciadamente no pude encontrar la roca m situ,
pero no cabe duda, de que forma formaba una capa subordinada en las
areniscas de esa regin. Entregu las muestras al Profesor H. B. Geinitz en
Dresde, para examinarlas, y l reconoci desde luego la gran semejanza y
analoga, que presentan estos fsiles con los de la formacin del Wealden
de Europa. Con seguridad se determinaron los gneros de Oyrent (2
3 especies), Oylas y Paludina (acuminata?); y las especies se parecen tanto
algunas europeas, que talvez son idnticas con ellas. Si agregamos esta
analoga paleontolgica las otras, que se manifiestan en el carcter petro-
grfico, especialmente la presencia del carbn y asfalto, no podemos dudar,
de que aqu tenemos una formacin paralela y contempornea al Wealden
europeo, es decir, la nfima y mas antigua seccin de la formacin cretcea.*)
WOLF, Ecuador. 17
Captulo IV.
Las rocas porfdicas y las rocas verdes.
En el captulo precedente hemos tenido ocasin de hablar de las muchas
relaciones, en que se hallan los terrenos cretceos con las rocas porfdicas
y rocas verdes, y hemos sacado la consecuencia, que una gran parte de las
ltimas son coetneas con los primeros, lo que no excluye, que algunas
hayan existido antes de la poca cretcea, y algunas nacido despus de ella.
De todos modos encuentran aqu su lugar mas natural, si queremos seguir
en nuestras consideraciones geolgicas un cierto orden cronolgico.
Antes de entrar en la materia, debo declarar, que esta reunin, que
hago de rocas tan distintas en un solo grupo, bajo la vista puramente petro-
grfica seria inadmisible, pero en esta obra es excusable y hasta cierto punto
necesaria, por las razones siguientes: I o . Aunque tenemos entre estas rocas
algunas muy tpicas, como por ejemplo prfidos cuarzosos, y dioritas macro-
cristalinas y porfirodeas, resta sinembargo la mayora de ellas, que presentan
una estructura tan rnicrocristalina y afantica, que su determinacin exacta
no se puede hacer, sino mediante las anlisis qumicas y un estudio micro-
scpico; ambos mtodos no se han empleado todava, sino en casos muy
raros, y en el Ecuador faltan todava institutos, en que tales estudios dif-
ciles podran ejecutarse. 2. Unas especies pasan por innumerables transi-
ciones y tan insensiblemente en otras, que por ahora es imposible fijar los
lmites netos de cada una. 3o. Muchas de estas rocas se hallan en la super-
ficie (que solo es accesible) y bastante profundad tan descompuestas y
metamorfizadas, que no podemos reconocer su estado primitivo. Bajo tales
circunstancias la distincin de ciertas variedades bien reconocidas, mediante
distintos colores en el mapa, en medio de otras rocas verdes, que caso
son solamente formas afanticas de aquellas, tal vez hubiera aumentado la
confusin, y pareci mas conveniente, sealar todas esas rocas, por ahora,
con un mismo color.
LAS BOCAS POKEDCAS. 259
' El teatro principal de las rocas porfdicas y verdes se halla en las pro-
vincias meridionales de la Eepblica, en las del Azuay, de Loja y del Oro,
y por esto la mayor parte de los ejemplos por alegar tomaremos de all.
En la mitad setentrional del pais quedan muy ocultadas debajo de los ter-
renos volcnicos, y en las faldas exteriores de la Cordillera occidental son
poco estudiadas. Pero el que se encuentran tambin en esta ltima zona
muy desarrolladas, y con gran variedad petrogrfica, lo comprueban las
muchsimas piedras rodadas y arrastradas por los ros occidentales. En todos
los valles de las faldas occidentales de los Andes predominan los guijarros
de prfidos, porfiritas, dioritas y diabasas, mezclados con los de naturaleza
volcnica, que derivan de las cumbres mas altas. Del terreno cretceo,
destruido por la erosin de los rios, se conservaron entre los guijarros solo
los materiales muy duros, como el cuarzo de las vetas, las pizarras silceas
y areniscas muy duras, mientras que las margas, areniscas flojas y pizarras
blandas fueron reducidas polvo y arena. Si uno estudiara solamente el
terreno de acarreo en los valles inferiores, sin penetrar mas arriba las
faldas superiores, podria concluir de la abundancia de las rocas porfdicas
y verdes, que toda la Cordillera se componga casi exclusivamente de ellas.
El prfido propiamente dicho, que entre los arquitectos se conoce con
el nombre de prfido rojo y entre los gelogos tiene el de prfido cuar-
zoso, compone la mayor parte del cantn de Zaruma, en donde llega tener
una importancia prctica muy grande, por cuanto las vetas de cuarzo aurfero
arman en l. Tambin en el valle de Catamayo, con sus laderas ridas y
desprovistas de vegetacin, se encuentran hermosas variedades del prfido
rojo. Con desarrollo tpico se halla en el valle de Yunguilla (prov. del Azuay),
y en ningn lugar se puede estudiarlo mejor, que en el puente de Aya-
bamba, donde el rio Eircay ha surcado una abra profunda en la pea viva.
Este prfido de Ayabamba forma una de las rocas mas hermosas de la Ee-
pblica, y bien labrado y pulido podria rivalizar con los soberbios prfidos
empleados en los edificios de la antigua Eoma. Sus elementos constitutivos
se dan conocer primera vista; en una pasta criptocristalina, de un color
rojo rosado, se destacan los cristales y fragmentos de cuarzo, feldespato
(ortoclasa), mica negra y anfibola. Esta hermosa piedra, que poca pro-
fundidad debajo de la superficie es muy compacta y fresca, merece ser uti-
lizada en obras arquitectnicas.
Las porfiritas, que se distinguen de los prfidos propios por contener
otra especie de feldespato, es decir, la plagioclasa en lugar de la ortoclasa,
se encuentran en muchos lugares y muy bien desarrolladas en el nudo de
Tinajillas. En el descenso de este ltimo punto la quebrada de Shia,
valle superior del rio Len, se puade colectar muchas variedades. En una
17*
260 GEOLOGA. CAPTULO IV.
*) Ein Beitrag zur Kenntmss der typischen Andesitgesteine (Dorpat 1885), pg. 6.
LAS BOCAS PORFDICAS. 263
Juanes en el valle de Catamayo, del que tendremos que hablar mas tarde.
Es un hidrosilicato de magnesia y hierro, que sin duda debe su origen
la descomposicin de la anfibola.
Este ltimo mineral, la anfibola, se halla tambin en su estado fresco
en masas considerables, componiendo algunas vetas en Palto cerca de Paccha.
Es la variedad que se llama tremolita, y est asociada con hierro magntico
y cuarzo. Increble es, como la gente puede tomar esta sustancia pesada
infusible por el verdadero carbn de piedra, y aun mas incomprensible, como
algunos mineros pudieron fundar sus esperanzas en esas minas de carbn
de Palto. En toda la provincia de Loja no hay carbn de piedra, fuera
de la poca Hgnita de que hablaremos mas tarde.
Vetas de carbonato y sulfato de cal (piedra caliza y yeso) pertenecen
los fenmenos mas frecuentes en este terreno y son, como las de cuarzo,
productos inmediatos de la metamorfosis qumica de los prfidos. No rara
vez se hallan pedazos de cal y yeso esparcidos en la arcilla y en la arena
y cascajo que cubren las rocas; pero basta remover estos materiales y se
descubrirn en la pea viva descompuesta las venas, de que derivan aquellos
fragmentos. Rara vez las vetas son tan abundantes, que costeen el trabajo
de la explotacin, y como el fenmeno es demasiado comn, no citaremos
muchas localidades especiales. Solo un lugar merece una atencin especial.
Al NO de Quito, y al Oeste del Pululagua, donde en la cercana de Calacal
acaban las rocas volcnicas y comienza el terreno cretceo, atravesado por
rocas verdes, se halla en una de estas ltimas una veta muy ancha de ala-
bastro (yeso granoso-cristalino) que desde tiempos inmemorables se explota
en pequeas cantidades para quemar yeso y venderlo en Quito. He visto
trozos grandes, blancos como nieve y enteramente puros, que se parecen al
marmol de Carrara (pero son mucho mas blandos), y bien podran emplearse
tambin para pequeas obras de estatuaria.*)
Muy interesantes son las vetas de baritina (sulfato de baria) que encontr
en dos localidades, una en el cantn de Zaruma, y otra en la provincia de
Caar. En el cerrito de Zarum-ureu cerca de Zaruma, que consta de prfido
descompuesto, se v en la falda oriental una veta, que se distingue de otras
de esta regin por su posicin horizontal y por su composicin anormal.
El mineral, que la forma, es espato de barita baritina, teida exteriormente
de rojo por el perxido de hierro, que la acompaa. Por el gran peso espe-
cifico (4,5) que es propio este mineral, lo tomaron algunos mineros in-
*) Las piedras de esta clase, que tienen un grano fino igual, que no son dema-
siado duras ni demasiado blandas, sirvieron con preferencia los indios antiguos del
litoral para sus pequeas esculturas (figuras de dolos, hombres, animales, y varios uten-
silios), como, lo comprueban los hallazgos en las huaeas.
L A FORMACIN TEJBCIAEIA. 275
y explotables de lignita no he encontrado. La acumulacin mas considerable
de tales palos carbonizados, que he visto, existe cerca de Pedernales, un
poco al Norte de la Punta Surones, en la barranca de la costa; pero ni en
esta localidad el material es explotable, porque la lignita no forma capas
continuas y regulares de algun espesor, sino manchas irregulares y pequeas.
La presencia de palos carbonizados en la formacin marina no tiene nada
de extraordinario. Todos los que han viajado en las playas del mar, habrn
visto los muchos palos, que las olas botan la orilla, sobre todo en las
ensenadas. Algunos se pudren y se deshacen, pero otros se entierran en la
arena y se conservan, merced la lenta transformacin quimica que sufren,
y que es una verdadera combustin carbonizacin. No falta sino que la
arena suelta se consolide por la intervencin de un cimiento, para tener una
arenisca moderna con lignita, que no se distingue de la antigua, de que
tratamos ahora.
Un accidente, que mas bien se refiere la forma exterior que la con-
stitucin qumica del material, consiste en enormes rones, que unas veces
se encuentran aislados, otras y las mas veces acumulados en ciertos estra-
tos de la formacin marina. Estas concreciones son grandes, midiendo
comunmente uno dos metros de dimetro; su forma es elptica, algo
aplastada, su estructura y fragmentacin concntrica. La sustancia d que
se componen, es idntica con la que las rodea, es decir, una arenisca arci-
llosa y margosa; pero lo curioso es, que el material de los estratos que
contienen muchos rones, suele ser muy fofo y suelto, como si todo el
cimiento hubiese servido solamente para formar esas concreciones duras. El
ncleo y el centro de ellas no tiene otra composicin que las cortezas exte-
riores , y es difie decir, cual haya sido el primer motivo de la atraccin
concntrica de esta formacin particular. El cimiento es muy ferruginoso,
lo que se manifiesta por el color, sobre todo cuando los rones principian
descomponerse. Este fenmeno se puede observar en escala grande en
la costa entre Esmeraldas y Atacmes, especialmente en la Punta Gorda,
en donde se halla un estrato horizontal de 3 metros de potencia con much-
simas y muy grandes concreciones, unos 20 pies sobre la playa. Un perfil
casi igual al de la Punta Gorda encontr en el valle del Esmeraldas, en la
cercana de la boca del Guallabamba.
La estratificacin de la formacin marina se puede estudiar mejor en un
viaje lo largo de la costa, pues desde el rio de Vainillas al Norte, hasta
el Cabo Pasado, tenemos la izquierda un perfil casi vertical de 7 hasta
100 metros de altura, que solamente por las quebradas de los rios litorales
se halla interrumpido. Se observa primero, que las capas de las areniscas y
de las arcillas se repiten indistintamente en todos los horizontes, alternando
1R*
276 GEOLOafA. CAPTULO V.
Dientes de tiburones, muy bien conservados, que encontr entre los frag-
mentos de las conchas, son hasta ahora los nicos restos de animales verte-
brados en esta formacin.
Si atribuyo la formacin marina al perodo terciario, me apoya primero
en su estratificacin, que en todas partes, en que las capas se hallan in-
clinadas, es discordante con la del terreno cuaternario diluvial que la cubre.
La formacin terciaria no solamente se habia levantado, sino en gran parte
destruido por la erosin de las aguas, cuando vinieron las capas cuaternarias
depositarse sobre ella. A este argumento estratigrfico, que de suyo
no es convincente ( la formacin siempre podria ser mas antigua ),
accede el argumento paleontolgico. Con toda seguridad puedo decir, que
los fsiles no llevan el carcter mesozcico, es decir, que la formacin no
puede pertencer una de las que preceden al perodo terciario, por ejemplo,
278 GEOLOGA. CAPTULO V.
*) As sospecho, que existe un terreno terciario en la hoya del rio Len, entre Nabon
y Oa, cubierto superficialmente de materiales volcnicos. En la cuesta de Tabla-yacu
se descubren capas de arcillas pizarrosas con impresiones de hojas de plantas, que se
parecen mucho las que encontr en Loja.
LA FORMACIN TERCIARIA, 279
limitada, su posicin topogrfica, su carcter petrogrfico y paleontolgico,
dan conocer que los estratos se han formado debajo de agua dulce, en
unos lagos independientes del mar. Uno de estos lagos ocupaba todo el
ancho valle de Loja, y otro mas grande se extenda al Sur del nudo de
Cajanuma, sobre los tres valles actuales de Malacatos, Vilcabamba y Pisco-
bamba. El primero estaba rodeado exclusivamente de terrenos antiguos de
las esquistas cristalinas, el segundo al lado oriental por un semicrculo de
las mismas rocas, y al occidental por otro de rocas porfdicas y verdes. . Se
entiende, que en aquella poca los valles estaban cerrados en su contorno
y si tenan algun desage, este ocupaba un nivel superior al actual; quiero
decir, que las abras del rio Zamora cerca de Salapa, y del Catamayo abajo
de Malacatos, fueron'excavadas por las aguas hasta su profundidad actual,
mucho despus de la estratificacin de las capas terciarias..
E n el v a l l e de Loja se compone el terreno terciario de dos clases
principales de rocas, que sinembargo se presentan cada cual en muchas
variedades.
La primera clase comprende las rocas de naturaleza arcillosa, que comunr
mente son pizarrosas y hasta hojosas, pero de una textura mucho mas suelta
que las esquistas antiguas. Tambin por el color se distinguen de estas
ltimas, ademas de no ser cristalinas sino elsticas pelitioas. Su color es
siempre claro, blanco, amarillento algo agrisado, y solamente en la cer-
cana de capas bituminosas y de carbn se vuelven mas oscuras. Segn
su composicin qumica son, como queda dicho, con preferencia arcillosas,
unas veces casi sin vestigio de cal,, otras tan impregnadas de esta sustancia,
que llega 60 y.70 por c , y hay capas delgadas intermedias de piedra
caliza casi pura. Otro tanto sucede con la slice, que entra en la compo-
sicin de estas rocas ya sola, ya juntamente con la cal. Con la slice comun-
mente v aumentando la dureza y solidez de las lajas, y hay algunas que
son pedernal casi puro. En la distancia de pocas. cuadras de la ciudad
de Loja, al otro lado del rio Zamora se observa magnficamente estas. capas
de que hablamos, en una posicin casi vertical, y aqu se descubren entre
las placas delgadas de la pizarra algunos restos orgnicos fsiles. Son
impresiones de hojas de plantas dicotiledneas, que..me dieron las primeras
luces sobre la edad del terreno en cuestin.*86) Con seguridad; deducimos
de estos restos vejetales, que las capas se han formado despus, del perodo
secundario, y que no pueden pertenecer, por ejemplo,, . la formacin cretcea
otra mas antigua. De argumentos de estratificacin deduzco, que. son mas
antiguas que las formaciones cuaternarias, y as resulta y queda sentada su
edad terciana. Ya antes de conocer los. argumentos geolgicos para la, clasi-
ficacin de este terreno, su aspecto general, su .fisonoma, por decirlo as,
280 GEOLOGA. CAPTULO V.
mas l Oeste, hacia la Puntilla; pocos metros sobre el nivel del mar se
extiende de una costa otra de aquella angosta lengua de tierra. Es como
un inmenso desierto de arena, cuya superficie tiene una vislumbre gris-
blanquizca, producida por las eflorescencias de sales; desierto que no pro-
duce sino algunos arbustos espinosos. En medio de la llanura se abren los
pozos, es decir hoyos cuadrados oblongos (hasta 20 metros de largo y
10 de ancho), que tienen de 1 2 metros de profundidad, y en que el agua
filtrada concentra por evaporacin su contenido de sal. Cuando sobre el
fondo se ha depositado una costra mas menos gruesa de sal cristalizada,
se la saca en pedazos grandes (piedras), en forma granosa, segn la con-
sistencia que ha adquerido.
Se comprende, que en estos pozos, aunque se abren en un terreno cua-
ternario, no se saca la sal de esa poca antigua, sino la que se renueve
constantemente por la actual infiltracin y evaporacin del agua marina.
Tales pozos se podran abrir en muchsimos lugares de la costa ecuatoriana,
aun en las llanuras martimas post-cuaternarias y muy modernas; y en
efecto existen pozos y salinas naturales, en que la sal se deposita del mismo
modo, como en los pozos artificiales de St a . Elena, por ejemplo, en la parte
meridional y baja de Puna, en las islas de Payana y Tembleque etc. Pero
siendo la venta de sal monopolio del Gobierno, no se permite la explotacin
de las otras salinas, fuera de las de la Puntilla de S t \ Elena.*)
En muchos puntos del terreno cuaternario se encuentran indicios de
sustancias bituminosas, pero en ninguna parte se hallan en tanta cantidad,
como en la lengua de tierra desde St a . Elena hasta la llamada Puntilla,
donde se recoje el betn liquido petrleo crudo (cop). Es una cuestin
difcil y hasta ahora todava no aclarada, si este petrleo de las capas cua-
ternarias se haya formado en ellas mismas, si se halle en su yacimiento
primitivo, si derive de un terreno mas antiguo, por ejemplo del terciario,
que se encuentra en la profundidad, tambin impregnado de sustancias bitu-
minosas, como hemos visto mas arriba, hablando de la Punta Centinela y
de las fuentes termales de San Vicente. En atencin de que las ultimas
llevan tambin petrleo en pequea cantidad, y de que el petrleo de Mn-
cora en la vecina provincia peruana de Tmbez se encuentra en mayores
profundidades y asociado con capas potentes de lignita, me inclino creer,
que el petrleo de S t \ Elena proviene de la formacin terciaria. Sinembargo
ahora las capas explotables se hallan en el terreno cuaternario indisputable,
pues precisamente en ellas se presentan las muelas y los huesos de los
*) Sobre las Salinas y su explotacin, vase mi Viajo geogn. por la prov. del
Guayas, pg. 13.
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 289
mastodontes (Mastodon Andium) y de otros mamferos de la poca cuaternaria.
Las sondeaduras practicadas en St a . Elena hasta grandes profundidades, no
han manifestado, ni petrleo, ni lignita.
La capa impregnada de cop (petrleo crudo) en algunos puntos es
enteramente superficial, y se manifiesta en este caso aun de lejos por el color
negro; en otros lugares est cubierta de una capa delgada de detrito marino.
La capa bituminosa en un principio sin duda fu mas continua que ahora;
en muchos lugares fu llevada por las aguas, en otros fu despedazada y
surcada por quebradas hondas. Doquiera que se pueda observar un perfil
del terreno, se v que la capa negra y fofa descansa sobre otra muy com-
pacta y dura de una especie de arenisca, que es impermeable y no deja
filtrar el petrleo, y esta circunstancia se debe la conservacin de aquella
sustancia en la capa bituminosa. La prctica ha enseado, que al hacer
los pozos para recojer el cop, no se puede perforar este fundamento duro,
-sin que se pierda en la profundidad.
La capa rica en petrleo se extiende casi horizontal, es de un espesor
variable, teniendo por trmino medio un metro, poco mas menos, y consta
de una sustancia terrosa pardo-negruzca, que est completamente impregnada
de agua salada y de petrleo, como una esponja, dejndose exprimir como
esta misma. Para reojer el petrleo se hacen zanjas pozos redondos poco
profundos (hasta la capa impermeable), de cuyas paredes v goteando jun-
tamente con el agua salada, formando luego una capa superficial sobre el
agua. Solo en un lugar, poca distancia del lado occidental de St a . Elena,
brota del suelo una como pequea fuente, y aqu es donde (precisamente
por esta razn) se practic la sondeadura. Sinembargo esta fuente tampoco
no viene de la profundidad, sino de una colina cercana, en donde por casuali-
dad las capas estn un poco inclinadas y en cuyo pi rematan, de suerte
que all se ha formado un pequeo pantano de agua y petrleo, que vienen
de la colina; y este pantano nutre la dicha fuente.
El petrleo fresco, como sale de la tierra, es perfectamente lquido, de'
un color verde oscuro en la luz refleja, y pardo en la luz trasmitida, en una
palabra, tiene todas las propiedades fsicas del petrleo natural genuino;
pero como contiene una gran cantidad de sustancias voltiles, expuesto al
aire libre y al calor del sol, se espesa muy pronto y se convierte en betn
viscoso; mas tarde espesndose mas y mas, en brea mineral (pez mineral),
y finalmente en una sustancia slida parecida al asfalto. Hasta ahora el
petrleo de St a . Elena fu recojido especialmente para la extraccin'de brea,'
mediante un fuerte cocimiento, y en este caso poco importa que se hayan
volatilizado muchas sustancias; pero si debera servir para otros usos, p. ej.
en la fabricacin del gas de alumbrado, - para la destilacin de petrleo
WOL, Kouador. 19
290 GEOLOGA. CAPTULO VI.
Despus del petrleo merecen una mencin especial las capas de azufre
nativo, que se hallan en algunos puntos del terreno cuaternario, y precisa-
mente en la cercana de las capas bituminosas del cantn de St a . Elena.
Pero parece, que la formacin del azufre sigue tambin en la poca actual,
porque se encuentra muy poca profundidad en las pampas salitrosas, que
se hallan casi al nivel del mar, y se inundan en los tiempos del aguaje.
Una pampa muy extensa de esta clase encontramos, por ejemplo, al Sur de
St a . Elena y al Oeste de la Punta Carnero; es un salitral, es decir, el ter-
reno consiste hasta un medio metro de profundidad de un terreno muy fofo
(arena sumamente fina y polvo), completamente impregnado de las sales del
mar,- que en la superficie forman una cubierta de eflorescencias blancas.
Debajo de la capa superficial salitrosa encontramos la profundidad de ljs
1 metro,otra mas compacta, que llega tambin 1 2 metros de espesor
y consta de azufre cristalizado mezclado con. arena fina polvo. La masa
no es muy dura y se deja triturar con facilidad, contiene muchas hendi-
duras y oquedades llenas de cristalitos amarillos de azufre, y con la lente
quemando el azufre, se nota que la piedra consta solo de la misma arena
fina del salitral, cementada por el azufre. La cantidad del ltimo he deter-
minado en varias muestras en 64 hasta 70%, Hasta ahora el azufre de
la costa se explota en muy pequeas cantidades, es decir, que los habitantes
del cantn de St a . Elena sacan de vez en cuando algunas arrobas, que nece-
sitan para la industria d los sombreros de paja.. En el interior del pais.
conocemos el azufre como un producto de sublimacin de los volcanes (p. ej.
del Pichincha). En la costa no hay que pensar en un origen volcnico del
azufre; su presencia entre las capas salitrosas no puede explicarse sino por
una reduccin de los sulfatos del mar mediante sustancias orgnicas en
descomposicin. Estas ltimas nunca faltan en las playas del mar y en las
llanuras peridicamente inundadas.
En las costas del Per se encuentra el azufre en iguales circunstancias.
De la costa de Sechura he visto muestras, que se distinguen de las de
LAS FORMACIONES-CUATERNARIAS. 291
a
St . Elena solo por ser mas compactas y por el grano de la arena mas
basto; se parecen mas bien las areniscas cuaternarias, pero el cimiento
es azufre puro y llega 51/0. Aseguran que en l costa de Sechura se
encuentra este, azufre en grandes cantidades; no conozco su yacimiento,
pero segn el aspecto y la dureza de las piedras parece su formacin algo
mas antigua (cuaternaria), que en Sta. Elena.
*) Los volcanes fangosos se llaman tambin Maccihibas (en Sicilia) o Salses (en
Mdena).
19*
292 GEOLOGA. CAPTULO V I .
B. La formacin fluvio-marina.
Con este nombre designaremos los aluviones cuaternarios y modernos,
que se han depositado en los deltas y lo largo de los cursos inferiores de
grandes rios, por accin simultnea de los ltimos y del mar. Exteriormente
se caracterizan los terrenos de esta formacin por su llanura perfecta y por
la. ninguna muy pequea elevacin sobre el nivel del mar durante la
marea alta. Esta es la regin preferida de las sabanas, sartenejas, tembla-
deras, que describimos en la parte topogrfica de esta obra. Hasta hoy dia
la mayor parte de ella est dentro del alcance de la marea, como se v en
la carta geognstica, en que qued en blanco; hacia adentro est limitada
casi siempre por las capas mas elevadas de la formacin cuaternaria marina
(por las lomas) por la diluvial fluvitil al pi de la sierra.
Encontramos el terreno fluvio-marino muy desarrollado en los deltas
del rio Mira y del rio Santiago, al rededor de los esteros de Pailn, despus
en escala menor en las hoyas del rio Muisne y de Cojimes; pero su exten-
sin importancia mas grande llega en el sistema del rio Guayas y al rede-
dor del Golfo de Guayaquil, hasta Tmbez, y en esta regin vamos estu-
diarla un poco mas de cerca. La formacin de la gran llanura aluvial
probablemente comenz ya en la poca cuaternaria hacia fines de ella,
pero continuaba por toda la poca moderna y sin duda seguir desarrolln-
dose mas y mas en los siglos venideros. Herodoto llam las frtiles llanu-
ras del Egipto inferior un regalo del Nilo; con la misma razn podemos
decir, que los llanos de las provincias del Guayas y de Los Rios son un
regalo del rio Guayas y de sus tributarios.
El Golfo de Guayaquil se extendi fines de la poca cuaternaria mucho
mas tierra adentro que ahora, occupando toda la planicie aluvial. Podemos
reconstruir su forma antigua, dndole exactamente la extensin, que en nuestro
mapa geogristico ocupa el terreno aluvial (sin color). En medio del golfo
se levantaban algunas islas de rocas verdes (cerros de Petrillo, de Yolan,
de Zamborondn, de Taura), de rocas cretceas (como los cerros de la
Cabra etc.). El rio de Daule desembocaba cerca de Colimes, el de Vinces
cerca del pueblo de este nombre, el de Zapotal cerca de Catarama, y los rios
que bajan de la Cordillera occidental, al pi mismo de ella. Las orillas de
este golfo antiguo habrn presentado el mismo aspecto como el golfo que
conocemos ahora en su forma reducida, es decir, estaban rodeadas de manglares
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 295
y sujetas las inundaciones peridicas de las mareas. Para comprender
el modo sencillo, como poco poco se pudo rellenar toda aquella bahia
extensa y formarse en su lugar las llanuras, basta observar con atencin,
lo que sucede diariamente en el delta actual del rio.
Como sabemos, todos los ros, que entran en el mar (en nuestro caso
especial el rio Guayas), llevan una inmensa cantidad de materiales en sus-
pensin, arrastrndolos sobre el fondo de su cauce. Donde los rios entran
con una cada fuerte directamente en un mar profundo, con costas escarpadas
y embestidas por el oleaje del mar, como sucede con el rio de Esmeraldas,
los materiales arrastrados se depositan en el fondo del ocano y son llevados
grandes distancias; no contribuyen nada muy poco al aumento de la
tierra firme. No sucede asi en los rios con deltas de caida suave, cuando
desembocan en bahas tranquilas. Aunque una parte del material llegue
afuera al ocano, y se pierda en su inmensidad, otra y muy considerable
queda depositada en medio de las anchas desembocaduras de corriente suave,
lo largo de las orillas, retrocediendo varias veces hacia la tierra, y pene-
trando con las mareas altas en todos los esteros, en que se deposita en forma
de una lama fina, retenida por la vejetacion de la orilla, especialmente entre
las raices de los mangles. H aqui la grandsima importancia de los manglares
como conservadores y aumentadores de la tierra! Los bancos de arena y
lama en medio del rio, y tambin cerca de las orillas, cambian frecuente-
mente de sitio, mientras quedan descubiertos de vegetacin; pero luego que
los mangles se apoderan de ellos, se hacen mas estables y aumentan en
altura y circunferencia. Tales bancos cubiertos de manglares son, por ejemplo,
las islas de Matorillos, de Mondragon, isla Verde y otras del golfo y rio.
El manglar en todas partes tiende ganar terreno, y aunque algunas veces
es vencido en la lucha con las olas y correntadas fuertes, en general se
puede decir que avanza. El progreso de los manglares y de la tierra ganada
es seguro pero lento, y en pocos aos no se manifestar sino la obser-
vacin y comparacin muy exacta. Cuando examin la costa del golfo, entre
el rio de Naranjal y Jambeli, con el gran mapa martimo en la mano, que
los oficiales ingleses haban levantado del golfo unos 40 aos antes, observ
varios cambios notables, que no pueden explicarse por una inexactidud de
aquel mapa minucioso, sino por cambios del terreno, que se haban realizado
durante la poca trascurrida. Estos cambios consisten casi siempre en el
avance de la tierra firme y de los bajos en la cercana de las bocas de los
rios hacia el golfo. Si tuviramos planos exactos del golfo de los primeros
aos de la Conquista, podramos notar, sin duda, un aumento muy notable
de la tierra, efectuado en tres siglos. Esto no impide, que en uno otro
punto desaparezca un manglar un pedazo de terreno muy expuesto las
296 GEOLOGA. CAPTULO V I .
*) Johnston, Pb.il. Mag. XIII, 329.1838. Vase tambin: Dana, Mineralogy, ed. 5 a
(New-York 1882), pg. 745. Johnston y Dana escriben equivocadamente Guyacuiillite
en lugar de Guayaquilite.
LAS FORMACIONES CUATEENARIAS. 301
C2 : H : 0 2 = 40:52 : 6 = Carbono . . . 76,665-
Hidrgeno . . 8,174
Oxgeno . . . 15,161
100,000 - Peso espec-1,092.
nario, las tobass caliza de Prtete y de Qunoas (en el valle superior del
Matadero, al lado derecho del rio, V4 de legua abajo del tambo) descansan
directamente sobre los prfidos, y los antiguos mrmoles del Tejar y de
Piacar se hallan, como las tobas de Baos, en el terreno cuaternario. No
hay que perder muchas palabras sobre el uso y la aplicacin de estas tobas
calizas, que es generalmente conocida; los mrmoles de Cuenca y Prtete
subministran un excelente material de construccin y se adaptan muy bien
para adornos arquitectnicos; es d desear que su uso se generace mas y
mas. Las variedades ordinarias sirven para quemar cal; son la .lieamancha-
de los indios.
Iguales mrmoles y tobas calizas se encuentran en la provincia de
Loja. A la distancia de 2 leguas al N de Loja hay un depsito de este
mineral de bastante espesor y mas fino que el mrmol de Pifo, y es de
desear que se haga mas uso de esta hermosa piedra, que cuando pulida se
acerca en su aspecto al alabastro. La grande ara en la Catedral de Loja y
la pila bautismal en la iglesia de San Agustn son labradas de ella, y sirven
de prueba para observar, cuan bien se presta tales y semejantes obras.
En las provincias interandinas del Norte se hallan los mrmoles y tobas
entre sobre el terreno volcnico moderno, pero su origen es el mismo; en
algunos puntos las fuentes existen todava, en otros han desaparecido. No
podemos enumerar todas las localidades, pero repetiremos que el clebre
marmol de Pifo en la provincia del Pichincha pertenece tambin la misma
formacin. En el litoral tales fuentes y depsitos calcreos son mas raros,
sinembargo no faltan del todo, como ya he citado un ejemplo de la que-
brada del rio Seco cerca de Jipijapa.
Otra sustancia que se deposita en las fuentes del mismo modo, como
la cal, y aun con mas frecuencia, aunque no en cantidades tan considerables,
es el hidrxido de fierro el ocre, que se llama limonita, cuando es muy
compacto. Se distinguen estos depsitos por su color amarillo rojo, y los
encontramos en pequea cantidad alrededor de todas las fuentes, que des-
piden cido carbnico, y que se llaman acdulas aciduladas. Por lo re-
gular la cantidad de ocre depositado es tan pequea, que no merece aten-
cin; pero hay lugares pantanosos, en que se forman capas espesas de
limonita, el llamado hierro palustre pantanoso, en masas tan extensas que
son explotables, puesto que este mineral de hierro es un magnfico material
de fundicin. El primer depsito de esta clase, que tuve ocasin de estudiar,
se halla en la serrana de Sigsicunga al Oeste de Otavalo. Cerca de la
hacienda de Sigsicunga se encuentra un espacioso vall circular, cuyas
laderas constan de potentes tobas volcnicas; el fondo plano es un pantano
cubierto de vegetacin gramnea, en que brotan muchas- fuentes cargadas
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 305
estudio, del librito del T. L. Dressel; pero como se ha hecho muy raro y
no est al alcance de todos, he credo muy til insertar entre los suple-
mentos de esta obra las anlisis principales que contiene, con las obser-
vaciones mas interesantes/ 3 0 '
Todas las aguas naturales, excepto la de lluvia, contienen una cierta
cantidad de sustancias minerales en solucin; de consiguiente el distintivo
entre aguas comunes y aguas minerales no consiste en que estas tengan
sustancias minerales y aquellas no. Agua mineral se llama la, que tiene
una cantidad notablemente mayor de sustancias disueltas, que las aguas
potables ordinarias. Difcil es. establecer un limite fijo, aunque se dice
generalmente, que el agua potable no debe contener mas de 0,5 gr. de
sustancias fijas por litro. Depende mucho de la naturaleza de las sales,
siendo unas mas nocivas que otras. Lo que mas perjudica es la presencia
de sustancias orgnicas (ya en disolucin, ya en forma de micro-organismos,
como bacterios y algas), cuya cantidad jamas debera pasar de 0,05 gr. por
litro, si se trata de sustancias disueltas, y reducirse cero respecto las
sustancias organizadas. En nuestras costas, que carecen de rios, se bebe
el agua salobre de los pozos, en que las sales pasan de un gramo por litro,
sin perjuicio notable en la salud. Hay tambin algunos rios considerables
en el litoral que en verano llevan una agua tan salobre, que no se puede
bebera, as p. ej. en la provincia de Manabi el riecito de la Puntilla y el
rio Briseo, en la provincia del Guayas los rios de Puca, Colimes y Magro,
tributarios del Daule. Interesante es tambin el hecho, de que todos los
rios de la provincia del Guayas contienen manganeso y varios de ellos tambin
fosfatos de cal y magnesia en bastante cantidad, sustancias que no se hallan
de ordinario en las aguas potables, pero que tampoco no son perjudiciales;
al contrario una pequea cantidad de fosfato de cal es muy provechosa al
organismo humano. <sl>
diversas localidades, sino tambin los diversos bancos del mismo lugar.
Hay algunos depsitos, que constan de arena mezclada con arcilla, con pocos
y pequeos guijarros, otros se puede decir que son acumulaciones de grandes
pedrones apenas aglutinados entre s por un poco de arcilla arenosa, otros
en fin se componen por la mitad de arcilla, arena y cascajo y por la otra
mitad de piedras redondas del tamao de un puo al d una cabeza, y estos,
en tesis general, parecen ser los mas favorables. El origen de estas diferen-
cias es demasiado natural y no necesita explicacin alguna; basta observar
un poco, como los rios en la actualidad forman los bancos de arena y gui-
jarros en su cauce los bordes de l.
En algunos lugares existen solo dos tres bancos, en otros su nmero
es credo, y van alternando con los materiales gruesos los de arena y arcilla.
Su potencia espesor es' sumamente variable; los bay de muchos metros
(en Collay), mientras que algunos estratos intermedios apenas tendrn algunas
pulgadas. Muy frecuentes y regulares son bancos de 1 2 metros. Siempre
son horizontales, nivelando las pequeas desigualdades del terreno primitivo
sobre que descansan, y solamente cuando la inclinacin de este es muy
suave, suelen seguirla. Pero nunca se observan grandes dislocaciones, fallas,
saltos y otros accidentes, que son seales de levantamientos y hundimientos
en las antiguas pocas geolgicas. De esta circunstancia sola se puede in-
ferir, que los lavaderos son una formacin moderna, que data de un tiempo
posterior al levantamiento de las montaas; y en efecto pertenecen, compu-
tando segn la cronologa geolgica, la ltima poca, que se llama cua-
ternaria diluvial, en conformidad de casi todos los lavaderos de oro en el
mundo antiguo y nuevo.
Para saber si un lavadero un banco determinado de l es aurfero
no,, no hay ninguna seal exterior segura. Creo que todos tienen algo de
oro, cuando se los ensaya con la debida exactitud. Pero es natural que se
quiera saber, cuales sean los bancos, mas ricos. Por mucho que me he
fijado en todas las circunstancias y hasta en las mas minuciosas, no encontr
un distintivo cientfico seguro, que indique desde luego la riqueza pobreza
relativa de los lavaderos, por- la naturaleza de los minerales componentes.
Ni la presencia de mucho poco cuarzo, ni la preponderancia de est
otra clase de esquista, ni la abundancia de hierro magntico (arenilla), ni
la de la pirita, parecen influir en la riqueza del lavadero. Tambin he oido
de algunos mineros, que toman por una buena seal una cierta tierra blanca
jabonosa, que en rones se encuentra entre los pedrones de los bancos,
y que en la determinacin mineralgica result ser un hidrosilicato de
almina y magnesia (saponita). En los lavaderos de Nabon parece que pre-
cisamente en los bancos aurferos abunda este mineral, pero en otras locali-
310 GEOLOGA. CAPTULO VI.
Oro 89,49
Plata 10,38
Un rastro de cobre y dems impurezas 00,13
100,00
Oro 91,05
Plata 7,73
Cobro impurezas 1,22
100,00
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*) Tambin en las cabeceras del rio Daule, que no distan muojiode las del Quinind,
se encontr un poco de OTO en los pequeos afluentes cerca de la boca del rio Pupusa.
Confieso que no pude descubrir el oro durante mi viaje por esa regin, por mas que la-
vaba en el terreno diluvial, que por lo dems all es muy reducido.-
21*
324 GEOLOGA. CAPTULO VI.
gunas familias negras, que all se ocupan en los lavaderos. Los bancos
principales en dicho rio se hallan unas tres leguas arriba de su desemboca-
dura, no muy distantes del lugar, en que se forma de tres riachuelos, y en
que parte el camino de pi que conduce Playa de Oro. En ambas orillas
se presentan las potentes capas diluviales, la altura de algunos metros
sobre el nivel del rio; son conglomeratos con mucha arcilla ferruginosa. El
oro que se saca de alli, es generalmente de grano medio fino, pero tam-
bin he visto pedazos de media pulgada de dimetro; es de buena ley, como
todo el oro de este distrito y como lo veremos mas abajo. Los lavaderos
de Sapayito son los mas ricos en platina, de todos los que he conocido y
examinado. La platina se encuentra en granitos, laminitas y hojitas, como
el oro, pero regularmente menos gruesas; su color es gris de acero. Como
no me era posible hacer los ensayos en escala tan grande, que yo mismo
hubiese lavado suficiente metal, para determinar con exactitud la proporcin
en que se halla el oro y la platina, compr de los negros algun oro lavado,
para hacer un clculo aproximado; y de 315 centigramos he separado 55 centi-
gramos de platina en granos finos; quiere decir que el oro de Sapayito, como
se vende, contiene en cien partes
Bio Playa de
Bio Oro Bio Bio Bio
Localidad: Cayapas (R. San- .
(Mafa) Sapayo Uimb Cachb Bogot
tiago)
Besiduo insoluble.
Osmiridio 1,54
Arena 0,81
100,00
Aunque no dudo, que los lavaderos de la provincia de Esmeraldas sean
explotables con ventaja en varios puntos, no podra indicar estos con seguridad,
porque al establecimiento de una explotacin en gran escala, deben preceder
trabajos de exploracin muy detallados y costosos, que yo no podia ni deba
ejecutar en mis viajes cientficos. Naturalmente no se pensar en seguir el
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 329
sistema antiguo de lavar el oro en bateas, como lo practican hasta hoy dia
los negros de aquellas comarcas, sino en la explotacin mediante mquinas.
Habr que estudiar en cada punto particular, no solamente la riqueza de
las capas aurferas, sino tambin la clase de maquinaria, que se debe aplicar,
en atencin de la cantidad de agua disponible etc. etc. Una sociedad for-
mada en Guayaquil llam en 1891 algunos ingenieros nortamericanos, para
que practiquen estas diligencias en algunos de los rios aurferos de Esmeraldas,
especialmente en el Cachabi. Ignoro los resultados de esta expedicin.
*) La capa de cangagua parece formarse con lentitud, y por esto se halla eon pre-
ferencia en el terreno volcnico antiguo; no he visto que cubra las tobas volcnicas muy
modernas al rededor de los volcanes activos, p. ej. del- Cotopaxi.
336 GEOLOGA, CAPTULO VII.
excepciones, y para las lavas negras del Ecuador est comprobado que
pertenecen la familia de la andesita.*)
Los minerales esenciales, que entran en la composicin mineralgica de
la andesita y de sus lavas son: andesina otra plagioclasa anloga, anflola,
augita, hiperstcna, magnetita, 'mica negra (biotita) y cuarzo. No todos entran en
todas las variedades, al contrario, estas distinguimos segn la presencia el
predominio de uno otro. Asi se habla de andesitas anfiblicas, augticas, mi-
cceas, cuarzosas. El primer mineral, la plagioclasa andesina, no falta
jamas, lo mismo que la magnetita, aunque veces en partculas micro-
scpicas; la augita, anfibola y mica se encuentran la vez, se reem-
plazan mutuamente; ademas entra en ciertas variedades la Mperstena en
lugar de la augita (andesita hiperstnica). La ltima clase, que llamamos
andesita y lava cuarzosa cuarcfera, es la mas interesante para el petr-
grafo, aunque no es tan comn, como las dems. Entre los minerales
accesorios de las andesitas se halla con alguna frecuencia la livina y
veces la sanidina; en las oquedades y hendiduras de las rocas se han for-
mado tambin otros mas raros, sea por la segregacin primitiva, como la
tridimita, sea por la descomposicin posterior, como palo, espato calizo,
yeso, pirita etc. etc.(S5>
La distincin entre andesitas y lavas andesticas es algo artificial, y no
se funda tanto en diferencias mineralgicas qumicas, cuanto en el aspecto
exterior. Ambas son eruptivas, ambas de naturaleza volcnica; pero con el
primer nombre se acostumbra designar aquellas rocas, que se presentan en
masas muy grandes ( veces montaas enteras), con una estructura igual,
comunmente porfirodea, en que los minerales constituyentes llegan un
tamao regular, y que se considera como nacidas en la poca cuaternaria
terciaria bajo condiciones algo diferentes de las observadas en los volcanes
modernos. Lavas andesticas se llaman aquellas variedades, que ocupan
terrenos mas circunscritos, en forma de corrientes mas menos largas,
de cubiertas de poco espesor, en directa conexin con volcanes activos
extinguidos; su estructura suele ser mas porosa, microcistalina y veces
homognea (cuando la vista libre no se distingue ninguno de los mine-
rales constituyentes, como en la obsidiana); para ellas la estructura esco-
ricea es muy caracterstica, sobre todo en las partes superiores de las cor-
rientes. Las lavas andesticas son productos volcnicos de la poca geolgica
moderna, y las vemos salir de los crteres en el estado lquido pastoso,
para consolidarse luego en las faldas al pi de los volcanes.
Fig. 37. Corte ideal a) por un volcan homogneo, b) por un volcan compuesto estratificado.'
luz lavas escoriceas no menos tpicas, y en este caso aquellas no son mas
que las lavas antiguas del mismo volcan. Las genuins traquitas y ande-
sitas constituyen en otras partes del mundo montaas homogneas, que for-
man un solo macizo uniforme, y que nunca han tenido un crter en su
cspide; sus cpulas se presentan como el efecto de- una sola efusin gran-
diosa, con la cual se cerr para siempre la comunicacin con el interior de
o-*
la tierra. Tales montaas de material volcnico se ha convenido en llamar
volcanes homogneos,, en oposicin los estratificados compuestos, que son
el resultado de muchas erupciones sucesivas, acumulndose alternativamente
bancos de lava ( andesita), arena volcnica, ceniza etc., y que manifiestan
un crter en su cspide, aunque veces en un estado ruinoso.
Si examinamos una cpula de basalto, traquita, andesita (un volcan
homogneo), encontraremos en todas las partes accesibles la observacin
W o n , Ecuador. 22
338 GEOLOGA. CAPTULO VII.
la misma roca, sin notables variaciones locales, en dos tres pedazos tendre-
mos representado su uniforme desarrollo petrogrfico. No sucede as con
los volcanes compuestos de los Andes ecuatorianos: con facilidad colectare-
mos en la falda de un solo volcan 30 40 variedades, que se distinguen
por el grano, por el color, por la porosidad, en fin por sus caracteres petro-
grficos exteriores, tanto, que no es posible derivarlas todas de un solo acto
de erupcin de una masa andestica coherente. No conozco ninguno de
nuestros volcanes grandes, en que no se pudiera observar este fenmeno,
no solamente en las lavas modernas, sino tambin en las andesitas antiguas
y fundamentales de ellos. Si trepamos de sus bases las cspides, si los
rodeamos en cualquier altura, encontraremos casi en todas las crestas y en
los diferentes bancos sobrepuestos, distintas variedades de andesitas, separa-
das veces por un espacio de pocos metros. Esta me parece ser una
prueba clara, de que los cerros se han edificado por erupciones sucesivas,
por la acumulacin de muchos bancos de lava andesitica, y no por una
erupcin sola, que hubiese dado de una vez todo el material enorme de que
se componen, A esta clase de los volcanes compuestos pertenecen no sola-
mente los activos, como el Cotopaxi, el Tunguragua, el Sangay, sino tam-
bin los extinguidos, que en su mayor parte conservan todava sus crteres
calderas, como el Altar, el Carihuairazo, el Rumifiahui, el Antisana y tantos
otros, en que ya no se dejan distinguir las formas exteriores del crter,
como en el Chimborazo, en el Iliniza, en el Cayambe etc. Acusaria una
gran ignorancia en materia de geologa, negar al Chimborazo, por ejemplo,
la naturaleza volcnica, porque en la actualidad no ostenta un crter abierto;
se compone de las mismas andesitas y lavas andesticas, como el Cotopaxi,
el Antisana y otros, y en su base oriental no faltan corrientes de lava
escoricea bastante modernas. El crter est lleno de nieve se ha
destruido de otro modo, por derrumbos y descomposicin de las rocas que lo
haban formado. No hay motivo ninguno de suponer para este cerro otro modo
de formacin, que para los dems de la misma composicin y estructura.
Como anticuadas podemos considerar las opiniones fundadas en estudios
superficiales, de que las montaas andesticas del Ecuador sean homogneas
y cerradas, como las cpulas traquticas (domes) de la Auvernia en Fran-
cia, de los cerros Euganeos en la Italia superior, y de que sus volcanes
modernos no arrojen corrientes de lava, sino tan solo materiales de tritura-
cin (bombas, arena, ceniza), vapores acuosos y gases. Un estudio detenido
saca resultados muy distintos.
No quiero negar, que en el Ecuador falten por completo los volcanes
homogneos,- al contrario me inclino tomar por tales algunas montaas
pequeas, como, por ejemplo, el cerro de Cojitambo, que cerca de Azogues
EL TEEEENO VOLCNICO. 339
se levanta aislado de la arenisca cretcea, formando un macizo bastante
homogneo de andesita anfiblica, igualmente el cerro tendido entre Udu-
shapa y Ofia, que es un macizo de andesita cuarcfera. Sinembargo, nuestros
cerros principales, y precisamente las cpulas y domos campaniformes, en
que Humboldt fund su hiptesis de levantamiento, eomo el Chimborazo, el
Cayambe etc. son volcanes compuestos, acumulados sucesivamente, y no
levantados de un golpe, sea en estado pastoso, sea en estado ya consolidado.
Despus de la gran erupcin del Cotopaxi el 26 de junio de 1877 dediqu
algunas semanas al estudio de este volcan.*) Las muchas quebradas y
huaicos, que en todo su contorno forman abras profundas y un sinnmero
de cortes verticales, veces de mas de 100 metros de altura, ofrecen una
ocasin excelente para estudiar la estructura del volcan. Esta es sencilla
complicada, segn el punto de vista, de que queramos considerarla. Es
sencilla, componindose todo el cerro en todos los lugares accesibles la
observacin, exclusivamente de los mismos y semejantes materiales, que
tambin han sido los productos de las erupciones histricas; del otro lado
es complicada, presentndose dichos materiales infinitamente variados en su
desarrollo fsico y en su yacimiento, en sus relaciones estratigrficas, desde
la arena pumcea mas fina hasta la andesita mas compacta, desde las capas
delgadsimas de ceniza hasta los gruesos bancos de andesita y corrientes de
lava. Precisamente durante esa erupcin de 1877 las inmensas avenidas
acuosas, que se precipitaron por las quebradas, lavaron bien las altas paredes
de ellas, preparando de este modo para el observador unos perfiles muy
hermosos instructivos en la escala mas grande. Por mas profundas que
sean estas quebradas, no se descubren jamas, ni aun en su fondo, aquellas
masas grandes y homogneas de andesita, cuales supone la teora del le-
vantamiento de las montaas andesticas. El material compacto y coherente
del Cotopaxi consta solo de bancos de lava de potencia variable, los que
siempre manifiestan en su superficie las seales evidentes de haberse encon-
trado en estado de liquides y de haberse consolidado en su sitio actual, en
otra palabra, de no ser sino verdaderas corrientes de laya, que mas tarde
fueron cubiertas y enterradas por productos volcnicos mas modernos. Estos
bancos suelen ser en la superficie de una textura porosa y escoricea, que
pasa poco poco hacia abajo la compacta y mas cristalina; en donde
falta la cubierta de escorias, se hallan los indicios de una destruccin posterior
de ella. El espesor de los bancos se acomoda al declive del terreno y al
grado primitivo de liquidez de la lava.
*) Memoria sobre el Cotopaxi y su ltima erupcin; con una lmina y una carta
topogrfica (Guayaquil 1878).
22*
340 GEOHJG'A. - CAPTULO VII.
Rara vez se siguen dos tres bancos de lava inmediatamente uno sobre
otro, antes suelen alternar con algunas capas d materiales eruptivos sueltos.
Estos son bastante variados, constando ora de grandes terrones y trozos de
lava escoricea, ora de blanqusima arena pumcea, ora de rapilli mas
oscuros, ora de ceniza volcnica convertida n toba, ora de una mezcla con-
fusa de todas estas sustancias. Hay ocasiones, que se encuentran capas
intercaladas comunmente irregulares de escombros, que encierran pedazos
angulosos de lava de toda clase y tamao. Tales capas son el resultado
de derrumbamientos y de avenidas acuosas durante las erupciones antiguas,
y quiso la suerte que precisamente en la espantosa catstrofe del 2G de
Junio de 1877, se pudiese observar en grande escala la formacin y acu-
mulacin de tales escombros. Tambin en los materiales sueltos, los que
alternando con las lavas compactas componen la mole del Cotopaxi, se v
claramente, como su yacimiento siempre se conforma al talud y la con-
figuracin del terreno en que se han despositado. Los pocos casos excepcio-
nales, en que las capas de toba y los bancos de lava no se presentan en su
posicin primitiva, sino con "mayor inclinacin como levantados vertical-
mente, dejan explicarse fcilmente por unos derrumbos locales, como suelen
acontecer durante todas las erupciones y son ocasionados con mas frecuencia
por la erosin del agua en las quebradas, sobre todo debajo de la lnea de
la nieve perpetua. No se encuentra ningn vestigio y ninguna prueba de un
levantamiento del Cotopaxi de algunas partes de l en el estado ya consoli-
dado. Con mucha razn desaparecen mas y mas de los libros modernos de
geologa los crteres y volcanes de levantamiento, que se han buscado
por algun tiempo en todas las regiones volcnicas. Por las innumerables y
muy exactas observaciones, que los gelogos de nuestra edad hacen en todas
las partes del mundo, nos vemos precisados restringir lmites muy
estrechos los levantamientos de partes slidas de la costra terrestre por las
fuerzas volcnicas, y atribuir la mayora de los volanos un origen mas
sencillo, saber porcuna simple acumulacin de los materiales arrojados ya
lquidos, ya slidos, al rededor de la boca del canal que conduce al foco vol-
cnico, del crter, en trminos mas cortos: por grandes y repetidas erupciones
en el trascurso de los siglos.
La hiptesis de Mr. Boussingault, que quiere explicar la formacin de
los Volcanes ecuatorianos por un levantamiento de enormes fragmentos
angulares amontonados confusamente*), no encuentra en el Cotopaxi ningn
*) Edward Whymper, Travels amongst the great Andes of the Bquator (London
1892). Las muestras geognsticas colectadas por Mr. Whymper fueron determinadas
y descritas por el profesor T. G. Bonney (en una serie de artculos, en Proceedings
of the Eoyal Soc. 1884).
EL TERKEN0 VOLCNICO. 345
ocasiones, en que los arrecifes son iluminados por el sol, ofrecen una vista
alegre y atractiva. Los supremos estratos d la serie superior son negros,
alternando con fajas cenicientas, de un color gris-claro pasando al rojo os-
curo; despus negros cambindose en listas amarillas; de nuevo cenicientas
con transicin al rojo oscuro; y la base grises, alternando con estratos
delgados de varios colores demasiado numerosos para recapitularlos. La
serie del arrecife inferior comienza arriba con un banco gris-rojizo tan espeso
que llega hasta la mitad de la pared; entonces viene un estrato ceniciento,
seguido de una faja negra y otras coloradas; finalmente termina en la base
con una capa de unos 200 pies de espesor y de un color rojo oscuro..
Con excepcin de las rocas nfimas de la serie inferior, es imposible
procurarse muestras de estos estratos in situ, siendo las paredes casi ver-
ticales, pero se puede conseguir las de todas esas capas de la serie superior
(arrancadas durante las cadas de hielo) en la superficie de la ,helera de
Dbris', y se encuentra que son exclusivamente productos volcnicos, princi-
palmente lavas andestticas. Entre estos fragmentos sobre la helera encontr
azufre nativo (1. c. pg. 338).
Un poco mas arriba dice Mr. Whymper: De los volcanes extinguidos,
el Cayambe, el Antisana y el Chimborazo son los mas importantes. Hay
corrientes de lava sobre los flancos de todas tres montaas, y no puedo dudar
de que tenian crteres de un considerable tamao, aunque ahora no son
visibles etc. Aqu hace la anotacin siguiente: En la cuestin de las
corrientes de lava difiero de Boussingault, quien afirma, que no se puede
ver ninguna en los volcanes de la America tropical; y despus de citar
las palabras de l*), agrega: Difcilmente puedo comprender esto, habiendo
visitado Boussingault el Cotopaxi y la hacienda de Antisana.
Pero basta de polmica; con excepcin del seor Karsten<36) apenas habr
un gelogo moderno, que despus de visitar y estudiar los volcanes del
Ecuador, les niegue las corrientes de lava, antiguas histricas.
Actividad de l o s volcanes.
De lo que hemos dicho de la estructura del terreno volcnico en su
totalidad y en cada cerro particular, podemos deducir, que la actividad de
los volcanes en todos los tiempos, desde la poca de su primer nacimiento,
de las relaciones histricas sobre las erupciones de los ltimos tres siglos
demuestra lo mismo, y el resto nos dice el estudio geognstico del pais y
de sus volcanes apagados.
Los actos de una erupcin no se siguen siempre en el mismo orden y
hay veces, que uno otro falta completamente. Asi puede suceder, que se
verifica solamente una efusin copiosa de lava, sin el aparato formidable de
las eyecciones de bombas, arena y ceniza. Este caso es raro en nuestra
poca, pero me parece haber sucedido en la formacin de la gran corriente
de lava de Pinantura, mediados del siglo pasado. Mas frecuente es el
caso contrario, de que un volcan arroje una gran cantidad de materiales
triturados, vapores y gases, sin que efluya la lava en corrientes continuas,
especialmente cuando la erupcin se verifica por el crter central en la
cspide.
Otro error, muy divulgado entre los habitantes del pas, y tambin entre
los gelogos hasta poco hace, consiste en la creencia, de que los volcanes
sudamericanos arrojen, durante sus erupciones, grandes cantidades de lodo
caliente por sus bocas. Es especialmente el historiador P. Velasco, quien
dearroll esta idea errnea, alegando en su favor muchos ejemplos; y de
nuevo es Humboldt, quien la generaliz, adoptando con poca crtica las re-
laciones de Velasco y de ciertas personas, que las avenidas de lodo
atribuyeron un origen, que en realidad no tienen ni pueden tener. Velasco
cuenta del Imbabura, que ha hecho varias erupciones medianas de agua,
tan llena de este peje (de preadillas), que apestan las llanuras de Ibarra,
con los bancos que quedan de aquel peje muerto; y yo me he visto en
peligro de morir ahogado en una de estas erupciones, en la parte media del
monte.**) Este acontecimiento debia tener lugar en 1765 1766, cuando
Velasco estaba estacionado en el colegio de Ibarra. Segn Humboldt***) el
Imbabura habra hecho en 1691 una gran erupcin de lodo, con tantas
preadillas, que pudrindose habran apestado el aire y ocasionado fiebres
malignas entre los habitantes de los alrededores de aquel volcam Esta
relacin no se funda en documentos escritos, sino tan solo en una comuni-
cacin verbal por Juan de Larrea (mas de 100 aos despus del suceso!).
Wagner ha demostrado lo inverosmil y lo imposible de tales erupciones
de lodo con peces, de la boca de un volcan.'f') Es seguro, que el crter
del Imbabura en los tiempos histricos jamas ha hecho una erupcin, ni de
*) M. von Thielmann, Vier Wege durch Amerika (Leipzig. 1879), pg. 458.
**). Velasco, Hist. del reino de Quito, I, 11..
***) Humboldt, Ansicnten der Natur, II, p. 276, y Kosmos, V, p. 32.
t) M. Wagner, Naturw. Reisen im trp. Amerika (Stuttgart 1870), pg. 411421.
350 GEOLOGA. CAPTULO VII.
trepado hasta l cima de los peascos negros, que cien el crter del Imba-
bura (imposible no es, especialmente desde el interior del crter). Pero es
relativamente fcil, subir y entrar la caldera, del lado oeste, por donde
est abierta. Reiss y Stbel y yo mismo la hemos visitado. En general
se puede decir, que ninguno de los cerros ecuatorianos al Norte de la linea
equinoccial ha manifestado una actividad volcnica en tiempos histricos.
La base meridional y occidental del Mojanda es interesante para el petr-
grafo: aqu descubrimos por primera vez, cerca del pueblo de Pullaro, las
hermosas andesitas cuarcferas, que despus se encontraron en varias otras
localidades. El Mojanda es un volcan algo complicado, cuya cspide se
compone de varios cerros, que cien una caldera muy espaciosa con dos
lagunas.
Tan antiguos, como los del grupo anterior, son los volcanes que se
siguen en la Cordillera occidental al Sur del Mojanda, por el Pululagua y
los cerros de Calacal, hasta el Rucu-Pichincha. El Pululagua se distingue
por las hermosas variedades de andesita que componen s esqueleto y por
su vastsimo crter, que est abierto hacia el occidente, en direccin
Niebl. El camino que conduce esta hacienda, pasa por el fondo del
crter mismo.
E l Pichincha (pg. 85) es el primer volcan de actividad histrica, y
la vez el nico en la Cordillera occidental. Hoy est dormido, pero no
apagado del todo, y no hace muchos aos que dio seales de despertarse
de nuevo. Es probable, que al tiempo de la conquista se hallaba en un
estado semejante de tranquilidad. Por primera vez asust los habitantes
de Quito, 32 aos despus de la fundacin de esta ciudad, con una erup-
cin fuerte, el 17 y 18 de Octubre de 1566, y el 16 de Noviembre del mismo
ao. El 8 de Setiembre de 1575 se repiti el mismo acontecimiento con
mas fuerza, y otra vez el 14 de junio y desde el 11 hasta el 14 de julio de
1582. Este ltimo ao falta en mi Crnica, as como en todos los histo-
riadores antiguos, y sinembargo la fecha es segura, segn un documento
descubierto y publicado ltimamente por el seor Jimnez de la Espada, en
Madrid, 1888. <S9) Despus de una actividad enrgica de 16 aos, el Pichincha
se tranquiliz y no molest los Quiteos durante 78 aos. Pero entonces,
el 27 de Octubre de 1660, se despert de repente hizo la erupcin mas
espantosa, que recuerda la historia. Existen en Quito muchos documentos
autnticos sobre este acontecimiento, y segn ellos lo describ en mi Crnica.*)
interesantes que sean para el gelogo, no tienen n inters tan alt para el
pblico, por estar apagados (pg. 89). Los dos primeros y los dos ltimos
se distinguen por sus grandes y hermosas calderas, todas accesibles y abiertas
hacia el lado del poniente. A las cspides del Atacazo, Hal, Pasochoa y
Rumifiahui se puede subir con facilidad, no as las del Corazn y del
Iliniza; en aquel lleg Mr.' Whymper hasta la cima (en Febrero de 1880),
en este no la alcanz, y tenia que desistir de su empresa en la altura de
5200 metros. (Obra cit. pg. 132.)
Si pasamos los volcanes que cien al lado oriental la gran hoya de
Quito, encontramos primero el majestuoso Cayambe, que conserva ya desde
muchos siglos su tranquilidad interior debajo de su plateada cpula, y hasta
la forma del crter est borrada (pg. 89). En la cumbre se distinguen
tres picos redondeados y alineados en direccin N-S; el mas alto tiene
5840 metros, y fu trepado por Whymper en Abril de 1880. (Obra cit.
pg. 232.) '
1 Sur del Cayambe, y pasado el cerro de Pambamarca, principia con
el Guarnan! el interesante grupo del Antisana (pg. 88). El Antisana
tiene una actividad histrica, y no podemos considerarlo como apagado del
todo, aunque actualmente apenas se manifesta una dbil accin en la caldera
misma. Las erupciones de lava modernas se verificaron al pi y en los al-
rededores del cerro. En 1871 el doctor Stbel lleg hasta el ltimo peasco
negro, que sale de la nieve, muy cerca de la cspide del cerro. Pero 10 aos
nts el seor M. Jimnez de la Espada, miembro de una comisin cientfica
espaola, habia trepado hasta la cima, segn el testimonio del urcu-cama
(mayordomo indio) del hato d Antisana, quien de abajo observ la ascen-
sin y le vio sentado arriba como un gallinazo. El seor Whymper logr
subir hasta la cspide en Marzo de 1880 (1. c. pg. 190). Pero es singular
que ste viajero no pudo reconocer la caldera de este volcan, que es muy
espaciosa, y en que se puede entrar del lado este. Humboldt cita (refi-
rindose Condamin) erupciones del Antisana en los aos de 1590 y al
principo del siglo pasado, probablemente 1728; ademas afirma, que en 1801
se veia durante muchos das levantarse una negra columna de humo, desde
una acumulacin de pedrones negros, qu se hallaba debajo de la cspide
setentrional del. cerro. Tres grandes corrientes de lava al pi occidental
del Antisana, que en apariencia nacen cerca del lmite de la nieve perpetua,
y d que la mas larga llega hasta el hato de Antisana, presentan un aspecto
tan fresco, que no pueden haber pasado muchos siglos desde su erupcin.
Pero dos otras, "que salieron mayor distancia del cono central, y la margen
de la extensa meseta, datan del siglo pasado. Una es muy conocida bajo
el nombre de la reventazn de Pinantura de Antisanilla, y la otra es
EL TBEBENO VOLCNICO. 357
*) oEine fossile Saugethierfauna von Punin, pg, 14. . Como dice, que la corriente
de 1773 descansa en su parte inferior sobre la esquista miccea, no puede ser otra, que
la de Potrerillos; porque todas las dems corren sobre terreno volcnico.
**) Wolf, Ueber das Vorkommen von Quarz-^jidesit im Hochland von Quite. Neues
Jahr.buch fr Mineralogie, 1874. _ , .
358 GEOLOGA. CAPTULO Vil.
Como una circunstancia notable hay que advertir, que ninguna erupcin
del Cotopaxi fu acompaada de un terremoto^ solamente el 2 y el 4 de abril
de 1768 se sintieron, como precursores de la erupcin, algunos temblores en
las cercanas del volcan.
Despus de la horrorosa catstrofe de 1768 repos el Cotopaxi unos
35 aos, .y entr el 4 de enero de 1803 en una actividad transitoria y segn
parece no muy intensiva. Humboldt oy entonces las detonaciones, que
acompaaron la erupcin, en el golfo de Guayaquil, cuando comenzaba su
360 .GEOLOGA. CAPTULO VIL
viaje Lima. Sobre las erupciones de este siglo faltan casi completa-
mente documentos manuscritos impresos, y es cosa bien ardua y poco
segura averiguar por la tradicin, no digo los pormenores, pero siquiera las
fechas de las erupciones. Ningn escritor ecuatoriano se ha tomado el tra-
bajo de ocuparse un poco con esta materia tan interesante, y casi todo lo
que se sabe de la historia moderna del Cotopaxi, lo debemos unos viajeros
extrangeros, que casualmente se hallaron en el pais, cundo acontecieron las
erupciones. Tales erupciones poco conocidas sucedieron: en abril de 1845
(Humb. Cosmos IV, segn Ida Pfeiffer) y en 1851 (Villavicencio) 1852
(Wagner). D la del 13 a 15 de setiembre de 1853 se sabe algo mas, mer-
ced la descripcin que de ella hizo H. Karsten, viajero alemn, que la
presenci en Latacunga; fu muy considerable y di una grande corriente
de lava, descrita por el seor Reiss. De menor importancia parecen haber
sido las erupciones de 1855 y de 1856. Desde entonces se observ con
frecuencia, que el Cotopaxi lanzaba, los aires espesas nubes de vapor y
humo, tambin se ennegreca veces su nevada cumbre, de ceniza y otros
materiales arrojados, y aun no es improbable, que derramaba un poco de
lava iiquscente en los aos de 1863 (segn el doctor Stbel) y de 1866
(16, 18, 21 de setiembre); pero lo cierto es, que no hizo ninguna erupcin
grande hasta el ao de 1877.
Desde esta erupcin memorable, que describ largamente, el volcan no
se tranquiliz nunca del todo, hasta nuestros dias. Hizo varias erupciones
considerables, que solo despus de la de 1877 parecieron menos importantes;
asi durante los aos d 1878 y 1879, y una muy fuerte el 3 de Julio de
1880. Desde que el Tguragua entr en nuevo estado de accin, la del
Cotopaxi parece ser menos enrgica.
No faltaron viajeros, desde el siglo pasado, que tentarm la ascensin al
Cotopaxi, pero siempre sin el xito deseado, hasta que los seores Reiss y
Stbel en 1872 la realizaron y sentaron sus pies sobre el borde occidental
del crter.*) El 9 de Setiembre 1877, poco tiempo despus de la gran
erupcin, subimos yo y el seor Alejandro Sandoval de Latacunga la
cspide norte del cerro; y cuatro meses mas tarde, el 15 de Enero de 1878
. Exc mo . S or . .
Seor
Habiendo aeahecido la erupcin del Volcan de Tunguragua conformidable
terror de los habitadores, y considerable estrago de Ganado, y Mieses en una
larga extensin de Pais, me ha parecido conveniente imponer la. Superioridad
de V. E. por medio de la adjunta Relacin, y dos representaciones del Volcan y
. Pais perjudicado que acompao, en el que han sido comprehendidas algunas
Haciendas de Temporalidades.
Dios g e . VE. mus. a". Quito 13 de Julio de 1773.
J. D.
El Presidente de Quito D tt . Jph. Diguja incluie VEx. la Relacin, y dos
representaciones de la erupcin del Volcan de Tunguragua.
Exom(>. S r . Conde de Aranda. .-. ...
Gran lstima es, que se ha perdido la relacin, de que habla la carta, porque sin
duda contenia muchos pormenores interesantes, como la, que el mismo Presidente Joseph
Diguja hbia dirigido al rei.de Espaa, sobre la erupcin del Cotopaxi en 1768, y cuya
copia se encuentra en el apndice de mi Crnica, pg. 58.
Eli TEBENO VOLCNICO. 365
Erupciones mas pequeas se verificaron en los aos subsiguientes, y no
sabemos todava, cundo el volcan recaer en su letarga. El primero que
subi al crter del Tunguragua, es el doctor Stbel, quien lo estudi en
Febrero de 1873, y observ un desprendimiento muy dbil de vapores vol-
cnicos en la pared del Norte. Pocos meses despus sigui Mr. Farrand,
un pintor y fotgrafo norteamericano, las huellas del Dr. Stbel, y pas una
noche sentado sobre el borde del crter, esperando el buen tiempo de la
madrugada para sacar vistas fotogrficas. Diez aos mas tarde, en Diciembre
de 1883, tambin el seor A. N. Martnez, acompaado de su hermano y un
amigo, sentaron sus plantas sobre el borde del crter.
Solo unas cuatro leguas al S del Tunguragua encontramos el Altar
cerro de Collanes (pg. 59). Es un volcan muy antiguo, en cuya cercana
no se descubren indicios de una actividad moderna. Humboldt afirma (en
la parte IV a del Kosmos), que entre los indgenas de la provincia de Rio-
bamba se ha conservado la tradicin general, de que 14 aos antes de la
invasin del inca Huayna-Capac (cerca de 1460) la cumbre del Altar se
habia hundido consecuencia de unas erupciones setnales. Actualmente
no existe tal tradicin; ninguno de los historiadores antiguos, ni Velasco,
tan familiarizado con las tradiciones de los indios, la menciona, y parece,
que Humboldt confi con demasiada credulidad en las palabras de un solo
individuo, del indio Zefla en Riobamba. (Vase toda esta historia en M. Wagner,
Reisen im trop. Am., pg. 486.) Los autores modernos, entre ellos Villavi-
cencio, tomaron dicha tradicin de Humboldt, de manera que propiamente
l es el autor de ella. La suposicin, de que el Altar haya sido antigua-
mente un cerro cnico de la altura del Chimborazo, y de que haya recibido
su forma actual por un derrumbamiento en tiempos histricos, carece de
fundamento cientfico; ella contradice las observaciones, qu se puede hacer
en el cerro mismo, as como las deducciones que sacamos de la analoga
con cerros volcnicos semejantes. (A. Stbel, Skizzen aus Ecuador, pg. 44).
E l S a n g a y es el volcan mas meridional del Ecuador con actividad
moderna, y la vez es \mo de los volcanes mas activos del mundo. Feliz-
mente se halla tan retirado de la regin poblada, que no causa mucho dao
los habitantes (pg.. 59).
Segn Mr. de La Condamine comenz su actividad moderna en .el ao
de 1728. Sin duda hizo ya antes sus erupciones, pero desde e] ao citado
hasta nuestros dias no ha interrumpido jamas del todo su actividad, antes
bien la ha aumentado en ciertas pocas, como, por ejemplo, en el ao de
1739, en que Condamine le observ desde el pramo de'Zula: Todo el monte
pareci arder, as como el crter mismo.. Sobre el cono se derram un rio
de azufre y betn encendido y se form s cauce por medio de la nieve,
366 GEOLO&A. CAPTULO VII.
de la cual la cumbre siempre est cubierta (Voy., pg. 77). Parece ex-
cusado decir, que dicho rio no se form de azufre ni de betn, sino de lava
enrojecida. Desde 4 aos, y hasta hoy dia, se derrama sin intermisin
una lava encandesente por la falda oriental del Sangay, dice el doctor Reiss
en 1874, en su carta polmica contra H. Karsten.*) En Diciembre de 1849
se hall el ingeniero S. Wisse en la cercana del Sangay, y.cont en una
hora 267 explosiones fuertes. Los bramidos del volcan se oyen con frecuencia
en Guayaquil, y la ceniza que lanza al aire, veces llega caer en el ocano
pacifico (como la del Cotopaxi y del Tunguragua).
*) Beitrag zur Petrographie der Anden von Per und Bolivi. En: Mineral. u.
Petrogr. Mittheil. von Tschermak. IX, pg. 309.
Wow, Ecuador. 24
370 GEOLOGA. CAPTULO VII.
Por su posicin singular 'y excepcional en>;la costa, debo decir todava
cuatro palabras de las tobas volcnicas de Esmeraldas. He dicho
anteriormente, que los materiales volcnicos del pais andino acaban muy
arriba en las faldas exteriores de la Cordillera occidental, y que en general
no ejercieron ninguna influencia en el desarrollo de las regiones litorales.
La presencia de esas tobas en Esmeraldas al principio parece muy estrafia,
sinembargo deja explicarse de un modo natural y sencillo.
La formacin est limitada al sistema del rio Esmeraldas, y se halla
como intercalada entre la diluvial y la aluvial, pero donde falta la primera,
descansa directamente sobre la arenisca marina. Consta de una toba volcnica
muy compacta y dura, de color blanquizco ceniciento, mezclada con rapilli,
piedra pmez y pedazos mayores y menores de andesita y lavas andesticas.
En muchos lugares estos fragmentos angulosos predominan tanto, que la
toba merece mas bien el nombre de una breccha volcnica. Algunas piedras
diorticas, que tambin se hallan en la toba, se distinguen desde luego por
su figura redondeada, y no cabe duda, que estos guijarros se derivan de las
capas diluviales, que durante la invasin de las masas volcnicas fueron en
parte destruidas.
Toda la anchurosa hoya del rio Esmeraldas se llen de toba volcnica;
esta descendi del callejn interandino de Quito por el valle del Guallabamba,
rebos al cauce del rio Blanco hasta la boca del Quinind, y se introdujo
en todos los valles laterales, algunas leguas adentro. Sinembargo, parece
que no lleg hasta el mar, pues unas tres cuatro leguas arriba de la
villa de Esmeraldas se pierden sus vestigios, y el valle del rio. Tiaone qued
libre de la invasin, lo que no hubiera sucedido, si la corriente hubiese
llegado hasta abajo. El valle del Viche, mucho mas angosto que el del
Tiaone, se llen de la toba en la extensin de dos leguas, hasta la desem-
bocadura del Caple. En la confluencia del Guallabamba con el Blanco la
toba alcanza l potencia de 30 metros, en otros lugares, sobre todo en que-
bradas angostas, en que rebos, es aun mas considerable. Pero la erosin
del agua ya destruy de nuevo enormes masas de la toba, excavando los
valles hasta su profundidad anterior y aun algunos metros mas en la arenisca
marina. As, por ejemplo, quedaron en el valle del rio Viche solamente
trozos aislados de la toba como colgados en los flancos la altura de 10 y
15 metros. Las condiciones topogrficas de la regin antes del aconteci-
miento, deban ser mas menos iguales las de hoy, es decir, ya existieron
las mismas montaas y los mismos ros, y estos ltimos haban excavado
sus cauces casi la profundidad actual. Cuando sucedi la gran avenida
volcnica y la toba obstruy la angosta abra, por la cual el Guallabamba
unido con el Blanco se dirije al mar, las aguas de esos rios grandes quedaron
EL TEBBBNO VOLCNICO. 371
por algun tiempo represadas inundaron las extensas llanuras, que existen
entre las montaas de Canind y el pi de los Andes. Poco poco el agua
se abri de nuevo el paso por el antiguo valle, royendo la toba ya endurecida,
y las. llanuras se desaguaron. A esta erosin debemos los altos y hermosos
perfiles del terreno, que en las angosturas del valle forman el cajn del rio.
La toba volcnica no manifiesta ningn indicio de estratificacin de
sedimentacin sucesiva, al contrario, todo se presenta como el producto de
una sola avenida, y como el resultado de un solo acontecimiento grande.
Talvez no seria muy aventurada la conjetura, de que la catstrofe est en
conexin directa con la abertura violenta de la cordillera occidental por el
valle de Perucho, con la cual todas las aguas de la provincia del Pichincha
se precipitaron hacia este lado, formando el actual rio Guallabamba. Esta
opinin lo menos est muy conforme con el hecho bien observado, de que
el terreno cuaternario debajo de la toba no encierra ningn producto vol-
cnico, mientras que todas las capas encima de ella, mas modernas, abundan
en lavas y andesitas rodadas; pues esto, me parece, quiere decir, que sola-
mente desde la formacin de la toba volcnica existe una comunicacin
directa del sistema fluvial del Esmeraldas con el callejn interandino, ocu-
pado por materiales volcnicos. La catstrofe sucedi en la segunda mitad
hacia el fin de la poca cuaternaria.
En el rio Blanco, mas arriba de la boca del Quinind, se observan tam-
bin de vez en cuando algunos trozos considerables de una breccha volc-
nica, la cual, sinembargo, se destingue primera vista de la del rio Gualla-
bamba, que acabo de describir. .Son aglomeraciones de trozos de lava oscura
y de rapilli, y parecen provenir del Pichincha. Cerca de la desembocadura
del rio de San Jos los bancos de esta breccha forman un islote y un salto
del rio Blanco; por lo dems el fenmeno es insignificante en comparacin
con las tobas del Guallabamba, y tambin parece mas reciente.
*) Solo en la hoya del rio Len, entre Nabon y Oa, las pizarras margosas de Tabla-
yacu, con impresiones de plantas dicotiledneas, que se encuentran debajo de antiguos
conglomeratos volcnicos, pertenecen talves la formacin terciaria.
24*
372 GEOLO&A. CAPTULO VII.
coincidir las dos clases, pudiendo por ejemplo un pequeo choque volcnico
ocasionar una serie de temblores tectnicos muy fuertes, cuando encuentra
en una regin las capas predispuestas dislocaciones. Sinembargo hay
veces, en que queda poca duda respecto la naturaleza y las causas de un
temblor, y en la costa ecuatoriana nos hallamos por lo regular enfrente de
movimientos y temblores puramente tectnicos. En los captulos 5 o y 6o
conocimos la constitucin geolgica de las provincias del Guayas, de Manab
y de Esmeraldas, y nos recordaremos, que se componen con preferencia de
capas terciarias y cuaternarias (ademas de las aluviales superficiales), en
parte horizontales, y en parte eregidas fuertemente. No repetiremos su
descripcin. Una circunstancia muy importante para el caso es la, que
ambas formaciones contienen una gran cantidad de sustancias sujetas
alteraciones mecnicas y qumicas. Las arcillas se ablandan con facilidad
por los precipitados atmosfricos; la cal, el yeso, las sales, las sustancias
bituminosas son en parte disolubles, en parte sujetas considerables trans-
formaciones qumicas, que no quedan indiferentes para el volumen, la densi-
dad, la coherencia de las capas, en que se verifican, antes al contrario traen
consigo forzosamente alteraciones tectnicas muy considerables, las cuales
pasarn desapercebidas, si suceden lentamente (movimientos seculares), pero
nos asustarn cuando acontecen instantneamente y con violencia. He de-
mostrado en otro lugar, que el terreno de la pennsula de St a . Elena y del
Morro as como el de otras regiones de la costa, est todava impregnado
de sales. La lijiviacion dulcificacin del terreno no puede verificarse, sin
que se reduzca el volumen de las capas salitrosas. El que la disolucin y
ablacin de las sales suceda tambin, y en gran escala, en mayores pro-
fundidades, lo atestiguan, por ejemplo, las fuentes termales de San Vicente,
en el cantn de St a . Elena. Si calculamos la cantidad de agua de esas
fuentes en solo un litro por segundo (en verdad producen mucho mas) y
tomamos por otra base los 13% gramos de sales por un litro, que d el
anlisis, sacamos el resultado, de que en este punto se extraen anualmente, con
31V2 millones de metros cbicos de agua, unos 8500000 quintales de sal de un
terreno relativamente reducido. Este ejemplo puede darnos una idea de las
enormes cantidades de sustancias solubles que desaparecen anualmente de las
capas cretceas, terciarias y cuaternarias en toda la extensin de sus forma-
ciones. Pues, no se puede dudar de que la lijiviacion se verifique con mayor
menor energa en las profundidades, hasta donde las capas tienen una idntica
constitucin mineralgica, aunque los productos de este trabajo qumico y
mecnico no siempre salgan la superficie, como en las fuentes citadas, sino
que en su mayor parte sean llevadas por corrientes y filtraciones subterrneas.
Ahora bien, las sustancias disolubles no pueden desaparecer sin dejar
APNDICE. TERREMOTOS. 377
vacos en las capas respectivas, sea que estas se hagan porosas, si aquellas
se hallaban diseminadas, sea que se formen cavedades mayores, si las sales
se haban hallado en masas compactas en capas continuas. En el estado
normal de las cosas, la descomposicin y lijiviacion lenta de las capas ser
acompaada de una compresin igualmente lenta y sucesiva de ellas por el
terreno sobrepuesto por su propio peso, y el hundimiento consecutivo del
suelo ser imperceptible por mucho tiempo. Pero si por causas accidentales
la descomposicin se verifica con mucha desigualdad en diferentes lugares
cercanos, con mayor energa, por ejemplo, durante fuertes y continuas lluvias,
que proporcionan una abundancia del medio disolvente, entonces los vacos
y cavedades se forman con mayor rapidez y en mayor escala, el movimiento
del suelo, desigual en diferentes lugares, se hace perceptible en la super-
ficie, sea por resbalamientos suaves, sea por choques repentinos, que hacen
temblar la tierra grandes distancias. Tales hundimientos parciales y
locales no pueden verificarse sin fractura de las capas, en que se verifican,
y sin la formacin de grietas. Si la fractura sucede en grandes profundi-
dades, las grietas no se manifiestan en la superficie, sobre todo cuando esta
se compone de los materiales sueltos de arena tierra vegetal; pero si la
dislocacin se verifica en capas superficiales, las hendiduras son notables,
y por ellas brota veces agua y lodo, consecuencia de la presin, que
los estratos superficiales ejercen sobre las capas inferiores ablandadas. Este
mismo lodo comunmente hediondo (por el hidrgeno sulfurado que contiene)
es una prueba nueva de enrgicas alteraciones qumicas y mecnicas, que
sufre el terreno en la profundidad.
A todos estos movimientos ayuda poderosamente el ablandamiento me-
cnico de las capas arcillosas, consecuencia de filtraciones copiosas, espe-
cialmente en aquellas comarcas en que el yacimiento de esas capas no es
horizontal sino oblicuo. Si unas capas duras, por ejemplo, de arenisca, van
alternando con otras de arcilla, si estas ltimas por la filtracin del agua
se ablandan, si ademas se hallan suficientemente inclinadas, como sucede
en muchsimos lugares de la costa, entonces las primeras (duras) fcilmente
se resbalan sobre las segundas, ocasionando derrumbos mas menos ex-
tensos en las montaas. Es este un fenmeno muy frecuente, y un caso
curioso sucedi en 1871 en la costa de Manabi, entre el Cabo Pasado y
Pedernales, que describ en su tiempo. Cuando los resbalamientos y der-
rumbos son superficiales, como en el caso citado, el sacudimiento de la tierra
no se sentir, sino en la proximidad del acontecimiento. Pero si suceden
en mayores profundidades, el choque se comunicar las capas adyacentes
y se propagar en forma de un temblor fuerte grandes distancias; el efecto
ser casi el mismo, como si proviniese-de una explosin volcnica.
378 GEOLOGA. CAPTULO VII.
capas mal apoyadas se origina un choque igual mas fuerte que el primero,
y con un nuevo centro de temblores. Como rara vez un complejo de
capas, una vez en movimiento, se asienta y se acomoda bien con el primer
golpe, es natural, que por intervalos sigan movimientos y temblores secun-
darios, comunmente menos violentos que el primero, hasta que poco poco
se establezca el equilibrio en las capas dislocadas. As sucedi en Marzo
do 1889, durante algunos dias despus del tiempo de mayor conmocin; los
ltimos retoques se manifestaban por oscilaciones apenas perceptibles.
Iguales observaciones he hecho en 1888 y en otros aos, que se distinguieron
por la frecuencia de los temblores. Con esta teora se explica tambin de
algun modo el hecho, que los movimientos de tierra se observan en el litoral
con mayor frecuencia hacia fines del invierno, especialmente cuando este ha
sido muy fuerte; otra correlacin meteorolgica, por ejemplo, con el estado
del barmetro, no pude descubrir.
No quiero extender la teora, que acabo de exponer, y que en mi opinin
tiene su aplicacin para los fenmenos sesmicos del litoral, los terremotos
y temblores de todo el pais, especialmente de la regin volcnica. Dejo en
tela de juicio el si los terremotos del interior todos sean volcnicos, si
algunos tambin mejor se atribuyeran movimientos tectnicos. Pero sea
lo que fuera de su naturaleza en cada caso particular, los temblores son
fenmenos tan naturales y necesarios, como las tempestades del aire, que
se forman y se descargan, cuando la atmsfera est cargada de electricidad.
No podemos impedirlos, ni evitar sus efectos, ni predecirlos siquiera (qu
ha sido de las predicciones del clebre Falb?); y preciso es confesar con
ingenuidad, que de la geologa de los gelogos no hay que esperar pro-
nsticos seguros, ni mucho menos remedios contra los temblores, como cree
todava alguna gente sencilla.
La historia de los terremotos principales, que han azotado el Ecuador desde
los tiempos de la conquista, se encuentra en mi o Crnica muchas veces ci-
tada. Aqu nos limitaremos un resumen brevsimo en orden cronolgico.
1541. En la primavera de este ao sucedi un terremoto muy fuerte
en la provincia de Quijos y en las cercanas del Antisana, que asust gran-
demente Gonzalo Pizarro y sus compaeros, que se hallaban la sazn
en camino al pais de Canelos (regin del apo).
1587. Primera destruccin parcial de Quito por terremoto. El Domingo
postrero de Agosto 28 del mes, las 8 de la noche fu aquel espantoso
temblor de tierra, que asol hartas casas con muertes desastradas as en
esta ciudad, como veinte leguas en contorno, y en Otavalo se vino toda la
casa plomo, donde mat al Capitn Alonzo de Cabrera etc. (Manuscrito
de M. Snchez Solmiron, den de la Catedral de Quito, 1645.)
380 GEOLOGA. CAPTULO VII.
METOBOLOGA.
(Clima y estaciones.)
*) Digo agentes locales, en oposicin los generales, que son comunes -todos los
paises trpicos; los primeros anulan modifican los segundos.
384 METEOROLOGA.
*) Vase Griesebach, Die Vegetation der Erde (Leipzig, 1872), t. II, 241.
VIENTOS. r' CORRIENTE ANTARTICA. 385
aguas frias de las latitudes altas, y ejerce su accin enfriante sobre las
ridas costas del Per. Aqu el mar mismo es el cuerpo mas fri, en el
cual los vapores acuosos se condensan, y que sustrae los vientos del mar
su humedad, no dejando llevarla hasta las montaas. Y la prueba mas
evidente de la exactitud de nuestra explicacin es el hecho, que la fra cor-
riente antartica baa el continente en la misma extensin, en que su clima
litoral es rido. Corriendo un poco al Oeste de Valparaso, toca cerca de
Coquimbo (30 Lat. S) el litoral de Chile y acompaa la costa hasta el
Cabo Blanco (4o Lat. S), es decir hasta la latitud, en que comienzan las
lluvias tropicales. Desde el Cabo Blanco la corriente vira (no toda, pero en
su mayor parte, como veremos) al NO y O, y pasa por las islas de Gal-
pagos, cuyo clima presenta mucha analoga con el peruano. En el Ecua-
dor, sobre todo en su mitad setentrional, desde el Cabo Pasado, y por la
costa de Colombia tenemos el caso inverso: el mar es mas caliente (de 28
29 C.) que la tierra, y por esto puedo llover, y llueve en efecto mas de
lo necesario. La precipitacin de los vapores acuosos sobre el mar fro
no es fcil de observar, porque no se efecta por gotas como en los cuer-
pos slidos; sinembargo existe sobre la superficie fra y debe verificarse en
forma de un roco imperceptible. Por su temperatura baja la corriente
antartica obra como una superficie que atrae y colecta los vapores acuosos,
no solo d la atmsfera sobrepuesta, sino tambin de la del litoral vecino.
Solamente cuando en invierno disminuye el calor solar en la tierra, y cuando
en consecuencia de vientos refrescantes se traspasa el punto de saturacin
del vapor, se forman las lijeras garas en la costa, y algunos precipitados
mas fuertes en las faldas superiores de la Cordillera occidental. Esta hume-
dad pasajera no es suficiente para producir una vegetacin vigorosa y
arbrea; lo mas se cubren las faldas de las montaas y las colinas con
un verdor lijero de algunas gramas y yerbas, que desaparece muy pronto.
Cuanto mayor es la diferencia entre la temperatura del mar y del aire
en tierra, tanto mas despejado y puro se tiende el firmamento sobre estas
costas. Por esto la estacin de las garas coincide con el invierno del
hemisferio austral (Mayo hasta Setiembre), cuando el sol se aleja del zenit,
y las dos temperaturas extremas se acercan y se ponen en equilibrio.
Lo que produce en la costa el invierno, es decir, la baja de la temperatura
de la atmsfera, se efecta tambin por la elevacin del terreno, y como
este agente no depende de la estacin del ao, encontramos nubes y lluvias
en las Cordilleras altas tambin en verano; y precisamente entonces, cuando
en la costa reina la temperatura mas alta y el cielo queda mas puro, en la
Cordillera fria se desencadenan las tempestades mas fuertes y mas frecuentes.
Sinembargo, siendo vtambien en la regin superior el vapor de la atmsfera
COERIENTE ANTARTICA. 387
casi tan escaso como en la inferior, el producto de los precipitados tampoco
no es suficiente, para dar la vegetacin mas vigor; el aspecto triste del
pais queda el mismo, aunque se hallen algunos rboles raquticos y aislados
en alturas muy grandes (4000 m.); y en donde faltan los contrastes de picos
altos, gargantas y valles trasversales, que favorecen la formacin de nubes,
como sucede en las altiplanicies de Atacama, el desierto se extiende tambin
sobre las regiones mas altas. Y as es, que solo allende la corriente antar-
tica, desde el grado 4o de Lat. S, encontramos en el Ecuador, bajo el influjo
de las regulares lluvias solsticiales, una vegetacin arbrea muy robusta en
el mismo nivel alto, en que en el Per apenas encontramos uno que otro
rbol raqutico. La influencia del mar en el clima litoral es tan grande,
que sin hesitacin afirmo: extended la corriente antartica con su tempera-
tura baja, hasta el golfo de Panam y pronto se convertir la costa del
Ecuador y Colombia en un desierto parecido al peruano; y al revs: dad
las costas peruanas el mar trpico con su temperatura normal, y pronto se
cambiar el aspecto de su litoral y Cordillera occidental, cubrindose con
una vegetacin vigorosa, en consecuencia de las lluvias solsticiales regu-
lares. Pero basta de generalidades, y volvamos al clima del Ecuador,
cuyas particularidades ahora comprenderemos mejor.
Antes de entrar en la materia, debo adelantar una advertencia. En todo
el Ecuador no existe ninguna estacin meteorolgica, fuera de la de Quito,
anexa al observatorio astronmico, que funciona (con algunas interrupciones)
desde unos 18 20 aos. Pero ni las observaciones de Quito se han publi-
cado con regularidad, y poseo solo las comprendidas entre Octubre de 1878
y Marzo de 1881.*) Cuando se pensaba alguna vez fundar estaciones en
otras ciudades, siempre falt un observador idneo, el inters cientfico,
la constancia. Casi todas las observaciones cientficas sobre el clima del
Ecuador debemos los viajeros extranjeros (Condamine, Bouguer, Ulloa,
Humboldt, Boussingault, Wisse, Reiss y Stbel etc.). Pero el viajero rara
vez puede quedarse por mucho tiempo en la misma localidad, sus observa-
ciones abrazan el espacio de pocas horas, de pocos dias, lo mas de al-
gunas semanas, y asi quedan aisladas. Lo mismo puedo decir de mis pro-
pias observaciones, que hice en todos mis viajes y que son innumerables,
pero tambin aisladas. Hasta en Guayaquil, mi residencia ordinaria, rara
vez las observaciones meteorolgicas se extendieron sin interrupcin mas
de un mes. La falta de material estadstico impide entrar en discusiones
*) Los extremos diarios no lian de confundirse con los extremos que se observan
durante un mes entero durante un ao. Estos extremos son naturalmente mucho mas
notables, y llegan, por ejemplo, en Guayaquil 16 grados (19 C. 35 C).
**) Mr. Boussingault, Viajes cientficos los Andes ecuatoriales. Trad. por J. Acosta
(Paris 1849), pg. 186.
394 METEOEOLOaA.
Si no podemos suponer, que en los aos de 1825 183 todos los term-
metros de Hall, Salaza y Boussingault eran defectuosos, indicando dos grados
mas de lo que deban, que lo eran en los aos de 1870 1881 todos los de
Reiss, de Stbel y del observatorio astronmico de Quito en sentido inverso, no
veo otro modo de explicar la diferencia notable de dos grados, sino admitiendo
que en efecto la temperatura media de Quito haya disminuido en esa cantidad
desde los primeros decenios de nuestro siglo. Es lstima, que no tenemos ob-
servaciones tan exactas y largas tambin de otros lugares; sinembargo, en al-
gunos, en que se hicieron de paso, notamos diferencias anlogas, por ejemplo:
Reiss y Stbel. Boussingault.
(1870-1874) (1831)
Ibarra. . . . . 16,0 C. 17,2 C.
Ambato . . . . 15,3 16,1
Latacunga. . . 14,2 15,5
Riobamba . . . 13,7 16,4
Humboldt.
(1802)
Cuenca . . . . 14,6 15,6.
*) Vase tambin el Boletn del Observ. astr. de Quito, 18781881. Tablas sinp-
ticas al fin de todos los nmeros.
396 METEOROLOGA.
*) Este resultado difiere en menos de un milmetro del terico, que calcul Kaemtz.
Segn este meteorologista clebre, se puede admitir, que el trmino medio de la presin
atmosfrica al nivel del mar y bajo el ecuador terrestre, es de 758 milmetros. M.
Wagner d para Guayaquil (en Diciembre y Enero), la presin media de 762,00, la que
sin duda es demasiado alta. A caso era este el estado del barmetro no reducido? El
mi daba sin las correcciones necesarias 761,46, lo que convendra bien con l resultado
de Wagner.
'ESTACIONES, 397
fuerte. El mximo se observa entre las 8 y 9 de la maana, el mnimo cerca
de las 4 de la tarde, y el estado medio entre las 12 y la 1 de la tarde. De noche
hay una oscilacin semejante, pero los extremos no son tan fuertes como de
dia. Si comparamos el estado medio del barmetro de los diferentes dias,
de los meses, de perodos mas largos, las diferencias no pasan de dos mil-
metros, tenindose regularmente dentro de lmites todava mas estrechos.*)
De lo que acabo de exponer sobre la estabilidad y regularidad de la
presin atmosfrica del estado del barmetro, sacamos dos consecuencias:
1 que en el Ecuador este instrumento no sirve para indicar el cambio del
tiempo (de lluvia sequedad etc.), como en los pases fuera de los trpicos,
y 2o que en el Ecuador el barmetro es un instrumento magnfico para el
clculo de las alturas, porque conociendo su marcha regular en la costa y
en las montaas, que no se estorba por los influjos atmosfricos, se puede
hacer el clculo sin observaciones correspondientes en lugares distintos, las
que se necesitan en pases extra-tropicales.
Todas las regiones del Ecuador gozan de una estacin seca y de otra
hmeda, de verano y de invierno, pero el reparto y la fuerza de ellos es
muy distinto/ Reteniendo siempre la divisin natural del pais en tres zonas,
la baja oriental, la baja occidental, y la alta intermedia la andina, encon-
tramos desde luego la diferencia notable, que en la primera es verano, cuando
en las otras dos es invierno y al revs. El dique de la Cordillera oriental
forma la linea de divisin. Ademas de las tres zonas principales tenemos
dos angostas intermedias, en que las estaciones no se hallan bien pronun-
ciadas, y en que llueve casi todo el ao. Estas dos zonas intermedias son
los declives inferiores de las Cordilleras hasta la altura de unos 1500 metros,
ambos lados de los Andes; ellas participan en un grado muy dbil del
verano de la zona baja adyacente, pero con tanta mayor fuerza de su in-
vierno. La causa de que toda la regin interandina participa del verano
invierno de. la occidental y no de la oriental, consiste en que la Cor-
dillera oriental es mas alta y mas ancha que la occidental, y no presenta
tantas gargantas como esta. El influjo de la estacin oriental se limita
los pramos altos de la Cordillera real, y se extiende rara vez por los declives
interiores hasta el fondo de los valles; solo en dos brechas grandes, es decir,
en la garganta del rio Paute y en la del rio Pastaza, avanza algo mas, como
lo he observado, en la primera hasta el pueblo de Pan, y en la segunda
hasta el de Baos. En este ltimo se puede ver, cmo el clima oriental
lucha con el andino occidental, los dos se disputan la preponderancia.
En las regiones amaznicas las estaciones son bastante variables y
veces opuestas, segn se encuentran mayor menor distancia de los
Andes. As, por ejemplo, el Bras desde la boca del rio Negro hacia el Este,
goza de estaciones enteramente distintas, que la hoya del Amazonas desde
dicha boca del rio Negro hasta el pi de los Andes. Las causas de tales
diferencias parecen ser bastante complicadas y todava no bien aclaradas.*)
En cuanto la regin oriental pertenece al Ecuador, podemos decir que se
distinguen dos perodos hmedos (aunque ningn mes quede exento de
lluvias), que estn en cierta relacin con los solsticios. La estacin lluviosa
principal dura desde fines de Febrero hasta mediados de Junio, la mas dbil
desde mediados de Octubre hasta principios de Enero. La primera ocasiona
la crecida del Amazonas hasta su estado mas alto, la segunda una crecida
tres veces menor.**) Esta descripcin cuadra las partes mas bajas y mas
cercanas al Marafion y Amazonas, y los cursos inferiores de los tributarios
grandes. Pero en las hoyas superiores de ellos, y en mayor cercana de los
*) Siendo muy frecuentes los casos, que el rayo eaiga en los edificios (de madera)
de Guayaquil, no conozco ni uno, en que hubiese ocasionado un incendio, mientras que
en Europa esto es casi la regla, siempre que encuentre materias combustibles. Confieso
que no puedo explicarme esta diferencia.
WOLF, Ecuador. 26
402 METEOBOLOGA.
Con excepcin del Saraurcu y del Cerro hermoso, todos son volcanes
activos extinguidos; y de todos, con excepcin del Sangay, tenemos ob-
servaciones respecto la altura de la linea de la nieve perpetua, gracias los
trabajos improbos de los doctores Reiss y Stbel.*) Tambin Ulloa, Bouguer,
Humboldt, Boussingault y Wagner se han ocupado con el tema, pero sus ob-
servaciones se limitaron pocos cerros, y por esto los resultados generales
que sacan de ellas, difieren bastante; generalmente colocan la linea dema-
siado alta. Si de las observaciones de Reiss y Stbel sacamos los trminos
medios, encontramos para el limite de la nieve perpetua en la Cordillera occi-
dental la altura de 4742 met. (14 localidades), y en la Cordillera oriental la
de 4564 met. (19 localidades), lo que dara en general 4653 metros.**)
De la linea de la nieve perpetua debemos distinguir la otra, que de-
cienden las heleras de los nevados. Ellas son un fenmeno local, y bajan
por su movimiento particular regiones que quedan muy inferiores la
cubierta general de nieve. Asi por ejemplo, en el Antisana la nieve eterna
comienza con 4700 metros, pero la helera de su crter baja 4216 metros.
Las once heleras observadas en la Cordillera occidental, bajan en trmino
medio 4542 met., y las nueve, medidas en la Cordillera oriental, 4295 met.
(la que baja mas de todas, es una del Cayambe, llegando 4134 met.,
despus sigue la del Saraurcu, cuyo pi se halla en 4176 metros).
De las cifras indicadas se deduce, que tanto la linea de la nieve per-
petua, cuanto la de las heleras sube en la Cordillera occidental mucho mas
que en la oriental, y en la ltima observamos las bajas mas fuertes en los
cerros, que estn muy expuestos al clima hmedo, como en el Cerro her-
moso y en el Saraurcu. En el primero baja la linea de nieve 4242 y en
el segundo 4364 metros. La linea de nieve mas alta encontramos en el
Chimborazo, cuyo clima es muy seco; se halla entre 4800 y 5000 metros.
El influjo del clima hmedo se manifiesta tambin por el hecho, que general-
mente la linea sube en el lado del cerro, que mira al callejn interandino
(seco), y baja en el lado opuesto que cae hacia los declives exteriores (hme-
dos) de los Andes; as p. ej. en el Cotopaxi sube en el lado oeste 4700 y
en el lado este solo 4500 metros.
i .
*) fie los dems volcanes altos del Ecuador, el Pichincha, el Rumiahui y el Im-
babura conservan la nieve solo algunos meses del ao.
**) G. Schwarze calcul en su trabajo Die Pirngrenze in Amerika (Wissensehaftl.
Jahresberieht d. Ver. f. Erdk. z. Leipzig, 1890) la altura de la linea de la nieve perpetua
en el Ecuador en 4750 metros. Pero l mezcl con las alturas de Reiss y Stbel, tam-
bin las de los observadores antiguos, que en general son exageradas, como ya he dicho.
CLIMA OCCIDENTAL. .407
& * * - * * -".'
Segn A. Berg.
VEGETACIN AL PI DE LA CORDILLERA.
LA VE&ETACION DEL ECUADOR. 417
*) El Suche colorado, amarillo y blanco de los jardines, que tiene hojas mas anchas,
pertenece la misma familia, y es la Plumera rubra y bicolor de los botnicos. No
es silvestre, sino.introducido de las regiones orientales de Sudamrica, pero le conviene
muy bien el clima seco del litoral.
422 GEOGBAFIA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.
* lizados en los bosques, de manera que algunos creen que existi, lo menos
el limonero, ya antes de la conquista en la Amrica del Sur. A la familia
de los Guayabos pertenece tambin la aromtica Pomarosa (Jambosa vul-
garis). En la cercana de las casas encontramos con frecuencia entre el
Laurel (Nerium ohander), el Grenate (Pnica. Granatum) y el Jasmin del
Cabo (Gardenia fragrans), que todos son introducidos, un arbusto americano
muy hermoso, que se distingue por la estructura singular de su fruta
comestible, teniendo el ncleo fuera y encima d'e'la carne, y que se llama
Maraon (Anacardium occidentale). Un arbolito muy caracterstico de esta
regin es tambin el Mate (Crescentia Chijete), cuyas frutas grandes, vaciadas
de la pulpa, en las familias del campo sirven de vasijas de toda clase, y
hacen en unin con las calabazas, una concurrencia tremenda los alfareros.
A los botnicos aconsejo, que registren siempre bien los rboles de mate,
. porque su corteza spera tiene la propiedad de atraer de un modo especial
las plantas parsitas y epfitas; comunmente encontrarn sobre ellos una
colonia interesante de Bromeliceas y Orqudeas. En la cercana de las
casas del campo falta rara vez un rbol de Achiote (JBixa oreUana), cuya
fruta colorada reemplaza muy imperfectamente el azafrn en las comidas.
Igualmente se cultiva mucho la Papaya (Carica papaya) con frutas grandes
y sabrosas. La silvestre, que abunda en los bosques, tiene frutas mas
pequeas. Estamos en el pais del Cacao. Queda dudoso, si el Cacao
legtimo (Thebroma cacao), que en el Ecuador se cultiva en gran escala,
sea indgena de aqu, introducido de la Amrica central. Porque el mucho
cacao silvestre, que se encuentra en nuestras montaas, y que no se
distingue' del cultivado', podra provenir de antiguas y abandonadas planta-
ciones, en parte ser diseminado por monos, ardillas y otros animales. Pero
lo cierto es, que el Ecuador bajo, por sus condiciones naturales conviene
este rbol como pocos pases del mundo, y adems poseemos algunas
especies indudablemente silvestres indgenas, como el Cacao blanco
(Thebroma bicolor) y el Muricumbe. Otras plantas, que contribuyen
esencialmente al carcter singular de la flora y del paisaje, son las Bam-
busceas y las Musceas, en su estado silvestre no menos que en el culti-
vado. La Caa de Guayaquil, y especialmente la Caa brava (Guadua
latifolia y G. angustifolia) forman manchas extensas en los bosques (los
caaverales), porque son plantas sociales, que no admiten fcilmente otros
rboles. Estos gigantes de las Gramneas admiran no menos por lo grueso
y alto de sus tallos (hasta 30 metros), que por lo gracioso y elegante de
su follaje. Siendo tan tiles en los pases tropicales y casi indispensables
en la vida del campo, se cultivan tambin en la cercana de las haciendas,
y los grupos aislados lo largo de los ros en medio de las sabanas y
428 GE0&KAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.
Las Ginchonas son demasiado raras, para imprimer la zona, que lleva
su nombre, uii carcter especial, como lo hacen en la zona inferior, por
ejemplo, las Palmas las Musceas; y en general seria difcil, caracterizar
las zonas superiores con una dos clases de plantas; es mas bien el con-
junto de muchas, el que las distingue. A medida que nos levantamos en
las montaas, los rboles pierden en altura y grosor, el bosque toma otro
aspecto menos tupido y menos sombro, las lianas bejucos se hacen ms
raros, pero las epfitas y los musgos adornan en gran nmero y variedad
los troncos y ramas. En la altura de 2000 3000 metros el bosque es
mucho mas rico en flores, que mas abajo; hay una multitud de arbolitos
y arbustos, que ya con su elegante follaje, ya con sus magnficas flores
hermosean las orillas de los caminos, las faldas empinadas de los cerros,
por ejemplo, las Puchsias (F. longiflora, silvestris, ampliata); las Miconias,
las Buddleias, las Syngynesias y Solanceas arborescentes (Vernonia, Senecio,
Mikania, Eupatorium; Solanum, Cestrum), las Mutisias, y entre las yerbas
bajas las esplndidas Gesnerceas (Gloxinia, Achimenes) y Lobeliceas
(SipJiocampylus). Entre las muchsimas Orqudeas epfitas hay formas muy
hermosas y valiosas, especialmente de los gneros Odontoglossum (0. ramo-
sissimum, cirrhosum etc.), Masdevallia (M. chimaeraf rosea, angulata etc.)
Mesospinidium, Epidendrum, Maxlaria y Lycoste. Entre las maderas
tiles de esta regin subtropical se distinguen las finas y duras de diferentes
especies de Arrayan (Eugenia Myrtus Arrayan y otras), Notable es tambin
un rbol grande, que se llama Ajo (Cordia alUodora), que indica con su
nombre el olor singular que despide. He dicho mas arriba, que las Palmas
escasean y estn representadas por algunas especies pequeas de Chontas.
Tanto ms llama la atencin la hermossima Palma de cera, que es propia
la regin alta de 2500 metros. Sus troncos esbeltos se levantan 30
35 metros y sobresalen el bosque circunvecino. No se encuentra en todas
partes, pero en algunos distritos es social (como la Palma real de la regin
baja). Me parece que hay varias especies de Palma de cera, unas muy
altas del gnero Ceroxylon (C. andicolum ferrugineum), y otras mas bajas, que
pertenecen talvez la Oreodoxa frgida. La ltima forma bosques extensos en
las montaas de Chillaes; all se llama Tambal, y se usa como el Pambil
del litoral. En la familia de las Bambusceas, las Guaduas del litoral estn
reemplazadas por las Chsqueas, que no presentan formas tan giganteas, pero,
siendo plantas sociales, tambin componen matorrales impenetrables y cubren
veces grandes trechos en las faldas de los cerros. Por lo dems algunas
especies de Chsqueas suben en la regin paramal hasta la altura de 4000 me-
tros. Los tallos slidos pero livianos de las Chsqueas sirven para muchos
objetos, para los cuales en la regin baja se emplea la Guadua y el Carrizo.
LA VEGETACIN DEL ECUADOB. 439
las alturas en. que se hallan; as quedan para la geografa botnica sin valor.
El seor Orton insert su obra varias veces citada (The Andes and tlie
Amazons), algunos captulos muy interesantes sobre la flora de la hoya
amaznica, pero se refiere mas bien las partes medias inferiores de ella
(del Brasil), que al Maraon superior y los declives orientales de los
Andes, que nos interesan en primer lugar. Sinembargo indicar algunas
plantas notables. Al lado occidental de los Andes no conozco ninguna palma
de hojas en forma de abanico (como la Toquilla), pero en el lado oriental
se encuentran varias especies de ellas, sobre todo las Mauritias; la M.
flexuosa sube en el apo y dems tributarios del Maraon hasta la altura
de 1000 metros hacia el pi de la Cordillera. Las palmas de hojas pluma-
das son muy abundantes, entre otras la que se llama Ghambira. La Palma
de cera del Maraon es la Copemicia cerfera; pero en las montaas sobre
Canelos crece tambin la legtima Palma de cera, el Ceroxylon andicolum.
La lana de algunos Eriodendros gigantescos reemplaza la de los Ceibos de
nuestra regin litoral. El Mahagoni legtimo del Brasil (Swietenia tnaha-
goni) sube hasta la regin del apo y se encuentra al lado del Cedro (Ce-
drela odor ata), cuya madera le parece en algo. Algunos rboles de
diferentes gneros dan una goma parecida la Gutta-percha de la India
oriental. El Caucho proviene aqu de la Siphonia elstica (en las vertientes
occidentales de la Castilloa elstica), el Copal de una especie gigantesca de
Hymenaea, y el blsamo de Copaiba de varias especies de Gopaifera. El
aceite de Sasafras proviene probablemente del Laurus Pucheri, y el Sangre
de drago del Crotn sanguifluum, que crece tambin en las provincias occi-
dentales. Una planta sumamente venenosa es la Strychnos toxifera, de
que los indios preparan el veneno para sus flechas, el Urari, que es pro-
bablemente distinto de Curare del Orinoco.*) Una planta muy narctica
es tambin la Aya-huasa (Banisteria eaapi), cuya infusin toman los indios
salvajes para producir un estado singular de embriaguez, en que suelen
tener las visiones mas extraas. Parece procudir un efecto semejante al del
opio. Mas provechosa es la Guayusa (Ilex sp.), que reemplaza el t, y se
parece mucho al Mate de Paraguai. De las montaas de Canelos sacan
los indios la plaza de Baos y de Riobamba una fruta deliciosa, que se
llama Granadilla de Quijos (Passiflor a sp.), que es la mejor de cuantas
Granadillas crecen en nuestro territorio. Las dems frutas peculiares del
Oriente son poco conocidas, porque no vienen nuestros mercados.
- *) Los indios Cayapas envenenan sus flechas con el cocimiento de un Solanum, que
tavez no se distingue del S. melancholieum (el Venenillo), y se parece en algo al Sola-
num qutense (Naranjilla).
Lam. IX.
Segn A. Berg.
YEGETAON A MEDIA ALTURA DE LA CORDILLERA,
.LA VEGETACIN DEL ECUADOK. 441
'*) Be igual modo la encontr en las pampas altas de las islas de Galpagos.
446 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.
cunga, queda mezquino y es muy tardo. El niais forma hoy dia, como en
la remota antigedad, uno de los alimentos principales de la poblacin in-
diana. La mazorca tierna cocida, que es el choclo, viene tambin la mesa
de los ricos; el mais tostado cocido (el mote) es el fiambre ordinario de
la gente pobre en la sierra, y reemplaza el pan, como en la costa el pl-
tano tostado. Una inmensa cantidad de mais se usa en la fabricacin de
la chicha, que llaman de jora, esa bebida predilecta de los indios, que les
reemplaza la cerveza y el vino. El tratamiento del mais es casi el mismo
que el de la cebada en la fabricacin de la cerveza, y la chicha tiene varias
propiedades de la ltima,, menos el sabor que es distinto. Al lado del
mais, la Quitina (Chenopodium quinua) era el grano principal de los indios
antiguos. Hoy dia su cultivo est muy reducido por el uso de los otros
cereales, y casi limitado las regiones superiores, prximas los pramos.
En los mismos parajes fros prosperan tres plantas con raices tuberculosas,
tambin cultivadas desde la antigedad india, la Oca (Oxalis crenata), el
Mlloco (Uucus tyherosus) y la Mashtta (Tropaeolum tuberosum). Todas tres
no llegan, ni de lejos, la importancia de la Papa (Solanum tttherosm),
esta panacea universal, que en el Ecuador alto desempea el mismo papel
importante como en otros pases del mundo, que permiten su cultivo. La
papa es para la sierra, lo que el pltano para el litoral. Prospera desde, la
cercana de los pramos hasta los valles con un temperamento medio de
18 grados, pero no desciende los llanos mas calientes. Se dice, que Chile
es la patria de la papa, pero se ha encontrado tambin en algunos puntos
de las Cordilleras ecuatorianas en estado silvestre. Su cultivo data de la
remota antigedad india, 16 menos en el imperio de los incas. La papa
y el mais son los dos productos mas valiosos, que el mundo nuevo dio al
antiguo, en recompensa de los cereales europeos. De legumbres se cul-
tivan en cantidades algo considerables, la Arveja (Pisum sativum), la Lenteja
(Ervum lens), el Garbanzo (Cicer arietinum), Habas (Vicia faba) y Frijoles
(Phaselus vulgaris, nanus, mltiflorus); con excepcin de los ltimos, las
dems son introducidas de Europa.
La Vid produce bien en algunos valles abrigados, y hace unos. 15 aos,
que en los valles de Tumbaco y de Patate se ha comenzado con bastante
entusiasmo sembrar algunas vias, al parecer con buenos resultados. Sin-
embargo este cultivo qued limitado pocas haciendas y no ha tomado
mayor incremento.
En las consideraciones generales sobre la agricultura de la regin inter-
andina, siento no poder estar de acuerdo con algunos escritores, que pintan
este pais como uno de los mas frtiles del mundo. El Ecuador interandino
produce lo que necesita, y en atencin su poblacin rala, mas de lo que
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 447
v'.&
*4>
ESj?
HE-
vagante familia del Puerco-espii tenemos una especie, bastante rara, de Cerco-
labes, que vive sobre los rboles y se agarra con el rabo como los monos.
6o. Entre los Edentados contamos nuestras dos especies de Perezosos,
Perico ligero, una con dos uas en las manos (Cholopus didactylus) y
otra con tres (Bradypus tridactylus); ambas se encuentran con frecuencia
en las selvas del litoral. En la misma regin y en la subtropical se hallan
los Armadillos (Dasypus sp.) que en lugar de cerdas llevan capachos slidos
por cubierta, y los Osos hormigueros (Myrmecophaga jubata) con sus hocicos
extremadamente largos y bocas muy chicas. Segn las muchas pieles, que
se venden en Guayaquil, se debe suponer, que el oso hormiguero es -un
animal frecuente en el litoral.
7o. De los Multngulos, cuyo representante principal era en la poca
cuaternaria el Mastodonte de los Andes (Mastodon Andium), nos quedaron
dos especies de Tapiro (Danta, Gran bestia). Este animal singular, que
parece compuesto del burro, del elefante y del puerco, es el mamfero in-
dgena mas grande del continente sudamericano, del porte de un burro. La
especie mas comn, casi pelada, como el elefante, es el Tapirus americanas,
y vive en la regin amaznica, siempre en la cercana de los rios y pan-
tanos. Nunca la encontr al lado occidental de los Andes. La segunda
especie, algo mas pequea y de piel lanuda, es el Tapirus vlosus, y se
encuentra en los pramos del Ecuador alto. La carne del Tapiro se come.
A la misma clase de los Multngulos pertenecen tambin, fuera del puerco
domesticado, dos puercos indgenas y silvestres, que se llaman Jabal y
Saino (Dicotyles labiatas y D. torqttatus). Se distinguen por una glndula
llena de una sustancia hedionda, que llevan sobre el lomo y que algunos
toman equivocadamente por un segundo ombligo. Andan en manadas y
ocasionan mucho dao en las plantaciones de las provincias litorales. El
Saino se domestica fcilmente, y la carne de ambas especies es sabrosa.
8o. La clase de los Solidngttlos se extingui en Sudamrica en la poca
cuaternaria, y sus dos representantes actuales, el Caballo (Equus cabllus)
y el Burro (Equus asinus) son introducidos de Europa.
9o. Los Buminantes indgenas tampoco no son numerosos. La Llama
(Auchema lama) probablemente ya no he halla en ningn punto del Ecuador
alto en el estado silvestre, y tambin su cria no tiene la misma importancia
como en el Per y en Bolivi. Solo en las provincias del Chimborazo, del
Tunguragua y de Len se encuentra en manadas algo considerables. De
los Venados son los mas comunes el Cervus cMlensis (llamado tambin anii-
sanensis) en las regiones altas, especialmente en los pramos, y el Cervus
virginianus en todo el litoral. Todos los dems Iluminantes del Ecuador,
como la cabra, la oveja, la res, son introducidos de Europa.
456 GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO II.
10. De las Focas el Lobo marino (Otaria jbata) visita por una casua-
lidad nuestras costas, mientras que en las islas d Galpagos es muy comn.
All se encuentra tambin otra especie algo mas rara y mas pequea, el
Lobo de doble pelo (Arctoeephalus australis Otaria falMandica). A los
animales de esta clase convienen mas bien los mares de agua fra.
11. Los Cetceos son igualmente propios las zonas rticas, y en los
mares tropicales se hallan muy pocas especies. La Ballena austral (Balaena
australis antrctica), distinta de la de Groenlandia, es frecuente en el
Archipilago de Galpagos y objeto de una pesca lucrativa. En ciertas
pocas, especialmente cuando tiene cria, visita tambin las aguas tibias de
la costa ecuatoriana. De los Delfines el mas conocido y mas comn es
el Bufeo, este payaso del mar, que acompaa los buques en grandes manadas,
y divierte los pasajeros con sus saltos caprichosos. Probablemente es la
misma especie (Delphinus delphis), que vive tambin en el Atlntico y en
el Mediterrneo, y que desempea un papel en la mitologa griega y romana.
Un Cetceo muy interesante, que vive no solamente en el mar, sino tam r
bien en el agua dulce del Maraon y de sus grandes tributarios (rio apo etc.)
es la Vaca marina (Manatus americanus), de que se aprovecha la carne y
la grasa.
II. Aves.
Si la Amrica del Sur no puede competir con los otros continentes en
el nmero y la magnitud de los mamferos, en la clase de las aves los
aventaja mucho. Estableciendo una proporcin entre la extensin territorial
y el nmero de aves, que contiene cada una de las Repblicas sudameri-
canas, resulta que el Ecuador es el pais mas rico en esta clase, lo que es
una consecuencia de su posicin geogrfica y de la gran variedad de su
territorio.
I o . Aves de rapia. El rey de las aves americanas es l Cndor (Vtdtur
Sarcorhamphus gryphus), que domina la Cordillera de los Andes desde el
estrecho de Magallanes hasta el istmo de Panam. En el Ecuador es muy
frecuente, sobre todo desde el Azuay hasta Colombia, en la cercana de
nuestros grandes nevados. El macho adulto mide tres metros con las alas
extendidas. Mientras que el Cndor en latitudes mayores (Chile) visita la
costa del mar, en el Ecuador nunca abandona la regin fria; pero s, se levanta
veces mas de 6000 metros, girando sobre las cimas nevadas de los
volcanes. En las provincias . del litoral se encuentra una especie mas pe-
quea de buitre, que llaman Rey de los gallinazos (Vultur Sarcorhamphus
papa), que tiene un plumaje mas vistoso que el Cndor y la cabeza colorada
con listas azules. Los buitres mas comunes son los Gallinazos, especial-
LA FAUNA DEL BCUADOE. 457
mente el de .cabeza negra (Cathartes atratus foetens), que no deja de ser
til, por devorar cuantas inmundicias encuentra en la cercana de las vi-
viendas humanas, sobre todo animales muertos que comienzan podrirse.
Cumple mejor con su oficio que muchos empresarios del aseo pblico, y con
razn goza del privilegio de inmunidad. Con el anterior, pero no con tanta
frecuencia,, se encuentra el Gallinazo de cabeza colorada (GartJiates mira),
de las mismas costumbres. Ambas especies suben hasta la zona fria, pero
parecen preferir la caliente. guilas verdaderas no hay en Sudamrica,
pero tenemos una serie de Raleones (Falco sp.) grandes y pequeos, especial-
mente en la sierra, y de Curiquingues (Plyborus sp.), que por su cara des-
nuda se parecen todava en algo los buitres. Se dice, que el curiquingue
era l ave sagrada de los Incas. Tambin la Valdivia del litoral pertenece
la familia de los Halcones y se distingue ventajosamente de sus parientes,
por perseguir, en lugar de los pajaritos inocentes, las culebras venenosas y
otros reptiles. Con su canto lastimero, que deja oir de noche en el bosque
solitario, ha dado ocasin que la gente la tome por un mal agero, como
las lechuzas. La lechuza mas grande que tenemos, es el Buho (Bubo sp),
que vive solitario en las selvas del litoral y en las cuevas de los pramos,
donde los indios le llaman cuscungo. Talvez se deben distinguir varias
especies. De la lechuzas pequeas, la mas ordinaria, que se halla en todas
las regiones, es la Strix flatnmea, lo menos no puedo distinguirla de esta, que
vive en toda la Europa,'frica y Asia. En las costas secas de St8. Elena
y de Manab se encuentra una pequea lechuza que llama la atencin, por
vivir en cuevas pequeas, que ella misma escarba en la tierra, como un
conejo un armadillo. Lleva una vida diurna, contraria la de sus her-
manas, pues durante todo el dia y en el sol mas fuerte est sentada delante
de la puerta de su cueva, como una centinela, persigue los pjaros como
un halcn. Esta es la Strix cunicularia, que se halla por toda la Sud-
amrica en parajes semejantes, por ejemplo, en las pampas de Buenos-Aires.
2o. Entre las Aves trepadoras pongamos en primera linea los Papagayos
de toda clase, que son tan numerosos y variados en nuestro pais, desde los
grandes y vistosos Guacamayos Aras (Ara ararauna, A. hyacinthinus etc.),
hasta los graciosos Pericos y Periquitos (Psittacula sp.). En medio estn
los Loros (Psiitacus sp.) de distintas clases con el Ckericles ( Chelicres),
que es el ave_ mas dcil del mundo. Toda esta familia existe solamente en
las regiones mas calientes, algunas especies suben ala subtropical; tambin
en este punto, como en otros tantos, los Papagayos dejan compararse con
los monos. Las dems familias de las trepadoras se distinguen igual-
mente por un plumaje muy vistoso, por ejemplo, las especies de Trogon, que
no ceden al pavo real, y los Tucanes, Predicadores, Diostedes (Eham-
458 GEOGKAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO II.
pliastos y Pteroylossus sp.) que la vez imponen por sus picos enormes.
Los Carpinteros (Piis y Picumnus sp.) ya son de facciones mas modestas;
poseemos unas 5 6 especies en todas las zonas. Finalmente nombrar el
Garrapafero (Crotophaga ani y C. svlcirostris), que hace al ganado el servicio
de limpiarlo de las larvas de insectos, y por esto se encuentra siempre en
los potreros. La pequea familia de los Martines Pescadores (Alcedo y
Cerylc sp.) cuenta algunos miembros interesantes las orillas de nuestros
ros y esteros.
3 o . El orden de los Pjaros (Passcrcs) Cantores es muy grande, y
cada una de sus familias numerossima, de manera, que aqu ya no podemos
detallar las especies, ni los gneros. A este orden pertenecen los Tordos,
Mirlos, Cttcubes, Caciques, Colimbos, Chirotes, Olleros, Brujos, Sicckas, Plata-
neros, Cotingas, Chages, sulits, Jilgueros, Gorriones, Solitarios, Gallos de
pea, Picaflores Quindes, Golondrinas, Bujos etc. etc. (el nmero de las
especies pasar de 400). En los pjaros ecuatorianos (y de Sudamrica
en general) se observa, que hay entre ellos relativamente muy pocos can-
tores, es decir, que agraden con un canto melodioso. Esta circunstancia
llama la atencin de todos los viajeros, que vienen de pases fros templa-
dos, donde los pjaros cantan mucho mas y mejor. Los bosques tropicales
quedan silenciosos, y no manifiestan la animacin, que podria esperarse de
la multitud de sus habitantes alados. Como en recompensa de esta falta
ostenta la mayor parte de ellos un plumaje esplndido y encantador. Los
colores mas vivos, muchas veces con visos metlicos, se combinan del modo
mas caprichoso y variado, para producir efectos sorprendentes. Unos se
visten de escarlato puro de verde y azul, otros andan en traje mas austero
de terciopelo negro con adornos amarillos,, otros de siete colores como arle-
quines; estos ponen todo su lujo en la cola, aquellos en la^crestilla de la
cabeza, y los mas elegantes y chicos (los colibres) llevan collares de zafiros,
topacios y rubes. Otra circunstancia es digna de reparo: cuanto mas caliente
es el pas, tanto mas vivo y hermoso es el plumaje. La misma observacin
se hace tambin en otras clases des animales, especialmente en los insectos.
Los pjaros mas hermosos provienen de la regin tropical y subtropical; en
la subandina interandina el vestido ya es mas modesto, todava con tal
cual adorno sencillo, y en la andina de los pramos se visten generalmente
de un ceniciento pardo uniforme, en plena armona con.los pajonales
tristes. De esta regla general hacen una excepcin los Picaflores Quindes,
que precisamente en la regin subandina y andina despliegan todo su brillo,
siendo en la zona litoral representados por pocas y menos brillantes especies.
En las speras breas de los Andes cruzan sin descanso con vuelo rapi-
dsimo, el aire, lanzando como chispas elctricas de varios colores, estn
LA FAUNA DEL ECUADOK. 459
cernindose sobre las flores de las Fuchsias, Barnadesias, Thbaudias, para
chupar, no la miel de ellas, sino los insectitos que se esconden en las
corolas. Cerca de la nieve perpetua encontramos hermossimos Quindes
(Oreotrochilus Pichincha, 0. Chimbarano etc.) zumbando alrededor de la
Chuquiragua y de otras flores andinas.
4o. De las Aves columbinas tenemos una escala perfecta de unas 20
especies desde la Torcasa, que es del tamao de' la paloma domstica, hasta
la Trtola mas pequea del porte de un gorrin (Columba passerina). Todas
las especies son una eaza buena, y algunas s amanzan en jaulas, como la
paloma de la Cruz, el Cucul, las Trtolas.
5. Aves gallinceas hay de muchas especies. Muy comunes y conoci-
dos son los Faisanes del monte y las Pacharracas (Penlopesp. Crax sp.);
mas grande pero mas raro es el Pauj (Urax pauxi). Bajo el nombre de
Perdices se comprenden diferentes especies, y aun diferentes gneros, en las
regiones litorales y andinas (Attagis, Crypturs). Todas las gallinceas son
perseguidas por su buena carne.
6o. Las Aves zancudas viven siempre en la cercana de las aguas, las
orillas del mar y de los ros, y especialmente en los pantanos y lagunas.
Del gran numero, que forman este orden, nombraremos las Garzas, de las
cuales la blanca (rdea egretta) es la mas comn, y la A. candidissima la
mas elegante; las garzas de cuellos mas cortos, de porte'mediano y plumaje
oscuro, llaman en el litoral Guacos. El Clanclon (Mycteria americana), es
parecido la cigea, y se encuentra en las pozas y tembladeras del
litoral; es la zancuda mas grande de Sudamrica; los Flamengos (Phoeni-
copterus) visitan por casualidad nuestras costas, pero anidan en las islas de
Galpagos. Los Cangrejeros (Ibis sp.) abundan en los manglares y esteros
de la costa, y son buena caza. Otras especies de Ibis viven en las regiones
pantanosas del interior, y su parentela pertenece tambin la Bandurria
de los pramos (Theristicus caudatus). Grande es la variedad entre las zan-
cudas menores, Gallinetas y Zarapicos (Rallus, Gllinago, Flica, GaUina,
Trivga etc.), de las cuales algunas son aves migratorias, como el Veranero,
que en verano viene por millares los pramos. esta familia pertenece
tambin la Parra jazana, que se distingue por las espuelas en el codo de
las alas, y se encuentra por la mayor parte de Sudamrica.
7o. Aves palmpedas nadadoras. En este orden cuenta un gran nmero
de aves marinas,; como el Alcatras (Pelecanus), el Piquero (Sula), la Tijereta
Fragata (Tachypetes aquila), las Gaviotas (Larus, Lestris, Procellaria), y
las graciosas Golondrinas del mar (Sterna sp.). En las islas de Galpagos
se encuentra tambin el Albatros (Diomedea chlororhynchos) y el Pingin
Pjaro-nio (Aptenodytes.sp.). El. Alcatraz, la Tijereta y el Cuervo de
460 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA, CAPTULO II.
agua (Garbo sp.) suben en los grandes rios litorales hasta al pi de la Cor-
dillera; y algunas especies de Gaviotas viven tambin en las lagunas del
interior y hasta en los pramos. Pero las palmpedas mas propias del agua
dulce son los Patos y Fatulos, de los cuales poseemos diferentes especies,
entre ellas la Anas moschata, en estado silvestre y domesticado.
I I I . Anfibios R e p t i l e s .
Viven en abundancia en las zonas calientes, algunos se encuentran en
la regin subandina, y muy pocos (batraquios) suben la andina. En
las costas del mar se pescan las dos especies grandes de Tortugas, que se
encuentran en todo el Pacfico entre Amrica y Asia, es decir, Ghelonia
Mydas y Gh. inibricata, la primera especialmente por la carne, y la segunda
por su concha valiosa, que d el carey. Las especies terrestres y palustres
todas son mas pequeas, excepto el Galpago (Testudo leplmntopus), que
no vive en el Continente, sino en las islas de su nombre. En el litoral
distinguimos las TortuguiUas (Chetys sp.) y las Icoteas (Trionyx?), las lti-
mas viven mas en el monte que en el agua, y se mueven con mayor
lijereza que sus congneros. En el Maraon y sus grandes tributarios
(apo, Pastaza etc.) se encuentran por millares las tortugas, que se llaman
Charapas (Podocnemis, varias especies), y que son un gran recurso para los
habitantes de aquellas regiones, ya por su sabrosa carne, ya por el aceite
que se saca de sus huevos, y que se usa como manteca.
Para el orden de los Saurios tenemos un magnfico representante en
nuestro Lagarto, que vive por millares en los rios del litoral, especialmente
en el sistema del rio Guayas, y alcanza el largo de 6 metros. Sabido es
que la mayor parte de las especies americanas d Caimanes y Aligadores
son genricamente distintas del Cocodrilo del frica, constituyendo el gnero
Alligator. Pero de un estudio anatmico exacto, practicado en los lagartos
del rio Guayas y del rio Tmbez, result, que ellos sn verdaderos Coco-
drilos, y se los ha llamado Crocodilos occidentalis.*) Despus de los largartos
siguen en tamao las Iguanas, de 3 5 pies de largo. La Iguana tuber-
culata es muy comn las orillas de los rios litorales, y su carne es tan
sabrosa, que el montuvio la llama chistosamente gallina del monte. No
es raro encontrar en el bosque el Basilisco (Anolis sp.) de un color verde
muy hermoso y del porte de una pequea iguana. La gente tiene miedo
de este animal, as como de algunos otros de esta familia, porque los supone
venenosos, pero sin razn; pues ni el Basilisco lo es, ni las largartijas y
los camaleones del monte, ni la Salamanquesa de las casas, ni mucho menos
-' ' *) Algunos dan" el nombre de Tigre tambin lina especie grande de Equis
(Lachesis), y ella es naturalmente muy venenosa.
462 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I I .
basta los pramos del Chimborazo, por supuesto con variaciones, porque los
sapos serranos son distintos de los costeos. Una pequea rana, que vive
cerca de Totorillas en mas de 4100 metros de altura, y que Mr, Boulenger
ha llamado Hylodes Whymperi, es probablemente el anfibio, que alcanza la
mayor altura en el Ecuador y talvez en todo el continente sudamericano.
V. Peces.
En esta clase la diferencia entre la sierra y el litoral es aun mas
notable que en los anfibios; pues, en la regin interandina subandina vive
una sola especie pequea, la Preadla (Pimelodus cyclopum), y la andina,
mas de 3000 metros, no sube ninguna, mientras que en las regiones
calientes las especies de peces son numerossimas. No puedo fijar exacta-
mente el lmite, hasta donde suben algunos pescaditos de la zona inferior
por los ros en los valles subandinos, pero creo que ninguno pasa el de
2000 metros. De ah hasta 3000 metros vive solamente la Preadla, que
es propia la sierra, y por mas variada que sea en tamao y figura, con-
stituye una sola especie, como Putnam y Day lo han demostrado.*) Jamas
se ha comprobado, que la Prefiadilla viva tambin en aguas subterrneas,
ni ^que carezca de la vista. No volveremos aqui al mito geolgico, que le
vali su nombre de Pimelodus Cyclopum (vase pg. 349).
En las provincias litorales el pescado forma uno de los alimentos prin-
cipales y mejores de la problacion. Hay pejes que viven solo en el mar
en los esteros de agua salada, otros que se encuentran solo en agua dulce,
y otros que prefieren el agua salobre viven indistintamente en la salada
y en la dulce. En el ltimo caso, en que se hallan, por ejemplo, la Corbina,
el Rbalo, la Lisa, Jos individuos que se pescan en agua marina, son mucho
mas sabrosos que los del agua dulce. Es muy notable, que algunos de los
pejes grandes del mar, como el Tiburn y el Pes-espada, suben en los rios
hasta las montaas. De la ltima especie se cojieron en Daule y en Bo-
degas algunos, cuyas espadas, mejor dicho sierras, midieron mas de un
metro de largo; yo mismo encontr uno mediano en el rio Peripa, 20 leguas
arriba de Balzar. Sabido es, cuanto abunda la cria del Tiburn en el rio
Guayas, donde se llama Cazn de leche y se come. Ademas de los nom-
brados se venden en la plaza de Guayaquil los siguientes: Ciego, Barbudo,
Bagre, Dama, Vieja, Bocachico, Lenguado, Sbalo y otros mas raros, no
hablando de las muchas clases que se cojen afuera en la costa del mar y
en las islas de Galpagos, que son riqusimas en pescado exquisito. Hasta
*) E. Whymper, Trav. am. the great Andes f the' Equator; pg. 25155; y el
Apndice suplementario de la misma olora, pg. 137.
LA FAUNA DEL ECUADOR. 463
ahora .no se ha hecho, un estudio cientfico de los peces del Ecuador occi-
dental; el zologo que algun dia lo emprenda, tendr una cosecha abun-
dante y encontrar probablemente muchas especies nuevas. Mas rica en
peces es todava la regin del Oriente, donde el Maraon comunica su
abundancia los tributarios grandes, Segn Agassiz el Amazonas alberga
mas especies de peces, que ningn otro rio del mundo.
V. Animales Evertebrados.
Cuanto mas bajamos en la escala zoolgica, tanto mas numerosas son
las clases y los rdenes, y si quisiramos entrar en la revista de todas las
familias, esto seria para no acabar nunca.
Io. La clase de los insectos por si sola es tan grande, que su de-
scripcin llenara un tomo grueso. El Ecuador rene de todos los rdenes
los representantes mas grandes y brillantes, pero al mismo tiempo los mas
nocivos y venenosos. De ellos vale lo que hemos advertido respecto los
pjaros y reptiles: cuanto mas caliente es la regin, tanto mas grandes,
frecuentes y hermosos son los insectos; en las zonas altas y fras llevan
vestidos mas modestos y se acercan sus parientes de los paises extra-
tropicales. Muy pocas especies viven en todas las zonas, y la mayor parte
tienen una extensin vertical muy limitada, como ciertas plantas, de manera
que el observador puede formarse con tales especies localizadas una escala
hipsomtrica bastante exacta, sobre todo si agrega algunas plantas carac-
tersticas, que se hallan siempre juntas con ellas. Una determinada distri-
bucin geogrfica se manifiesta en todos los rdenes de insectos, pero en
ninguno es mas fcil de observar que en l de los Lepidpteros diurnos
(Mariposas). De mas de 500 especies, que poco poco recoj en mis viajes
(sin contrar las nocturnas y crepuscularias), unas dos docenas me servan
como de barmetro, y me divertia adivinando de su aparicin las alturas
aproximativas en que me hallaba. En algunos aos ciertas especies de
mariposas se aumantan tanto que llegan ser una verdadera plaga parala
agricultura, no en su estado perfecto sino en el de larva. As observ en
Febrero de 1883 una migracin de mariposas en la costa de Manab, cerca
del Cabo Pasado. Durante mas de ocho dias pasaron nubes de mariposas
desde las 7 de la maana hasta las 5 de la tarde del Sur al Norte; de
noche descansaron sobre la tierra, poniendo al mismo tiempo sus huevillos.
De estos no tardaron de salir las pequeas orugas, que en pocos dias con-
virtieron los potreros, especialmente los de Janeiro, en pampa rasa, inva-
dieron hasta las plantaciones de caa de azcar. Los enjambres se com-
pusieron solo de dos especies, de una mariposa grande blanca (Pieris sp.),
4P>4 GEOGEAFA BOTNICA Y ZOOL&ICA. CAPITULO II.
con seis patas largas. Una especie, bastante comn en el litoral, llega
6 pulgadas de largo.
Los Hempteros forman el ltimo y mas asqueroso orden de los insectos.
Los Chinches y Piojos no son animales simpticos, y aunque entre los pri-
meros, hay algunas especies grandes en el monte, y de brillantes colores,
siempre ofenden el olfato, mientras que halagan la vista. Tenemos en
el.Ecuador, en aguas estancadas, la aCucarracha de agua, Nepa granis,
que es el Hemptero mas grande del mundo, y mide 4 pulgadas de
largo. En cuanto los piojos, sus variedades y costumbres mejor no
menearlo!
2o. La clase de los Aracnoideos comprende, ademas de las Araas,
los Alacranes. De los ltimos hay varias especies (Scorpio y Buthus sp.)
grandes y pequeas; su picadura generalmente no es mas dolorosa, ni mas
peligrosa, que la de una avispa grande, y el mejor remedio es el amoniaco
(lcali). Se ha observado, que los alacranes suelen ser tanto mas veneno-
sos, cuanto mas seca es la regin en que viven, por esto son mas temidos
los de Puna y de la costa. Entre las araas hay muy pocas venenosas;
solo las grandes especies de Mygale, que viven en el monte, son de temer,
y su mordedura puede ser fatal. La M. avicularia tiene un cuerpo peludo
de lx/2, y brazos de 2l2 pulgadas, y se dice que mata y chupa hasta pe-
queos pjaros. Otras especies no mucho mas pequeas viven en huecos
de la tierra en parajes secos, tambin en las provincias del interior.
Finalmente mencionar un animalito muy molesto de esta clase, que en al-
gunas partes del litoral se llama Clemba y en otras Coloradillq (Trombi-
dium sp.). Vive originalmente en las plantas del monte y pasa los ani-
males y la gente, ocasionando en las pantorillas y piernas una comezn
terrible, porque se introduce debajo la piel, minndola como un gusanillo.
Se remedia esta plaga con frotaciones de alcohol de limn de amoniaco.
Parientes mas grandes de la Oelemba son las Garrapatas (Amblyomma
americanum), que igualmente pasan de las plantas silvestres los animales
y hombres. Una especie abunda en las islas de Galpagos (isla de Albe-
marle), donde atormenta esos reptiles grandes, cubriendo veces literalmente
toda su piel; y los aceiteros, que se ocupan en la caza de los galpagos,
despus de cada jornada tienen qu emplear una hora en quitarse las garra-
patas, que han pasado sus cuerpos.
3o. La clase de los Crustceos es muy numerosa en la costa y en
el agua salada, viviendo en la dulce muy pocos representantes pequeos.
Aqu tenemos los sabrosos Cangrejos,. Jaibas y Camarones de. varias especies,
y las grandes Langostas del mar (Palinurus frantalis), que abundan especial-
mente en las islas de Galpagos. La playa, del mar es el sitio, donde se
LA FAUNA DEL ECUADOR. 467
Animales domesticados.
La fauna indgena del Ecuador se ha modificado por la intervencin
del hombre, especialmente con la introduccin de un gran nmero de ani-
males domsticos, desde los tiempos de la conquista. Los indios antiguos
criaron solamente las llamas, como animales de carga, los cuyes por la carne,
y en pequea escala algunas aves; ademas tenan el perro, este fiel com-
paero del hombre en todas las zonas de la tierra. Hoy posee el Ecuador,
como toda la Amrica del Sur, los siguientes animales introducidos de
Europa: el caballo y el asno, con sus bastardos los mulares, el ganado va-
cuno, el carnero, la cabra, el cerdo, nuevas razas del perro,, el gato, la gallina,
el pavo real, el pavo ordinario, la paloma, el pato y el ganso. La ltima
ave y algunas otras mas raras, se encuentran por casualidad, y mas bien
como objetos de curiosidad, como tambin algunos pjaros de canto.
Todos los animales nombrados se encuentran tanto en las regiones bajas
y calientes, como en las altas y fras; pero mientras que el ganado yeguar
y vacuno, as como el cerdo, parece indiferente con el clima, el carnero
prefiere las alturas del interior y sufre mucho en los llanos, y la cabra
prspera mejor en las costas secas del litoral.
De la ganadera ecuatoriana se debe decir casi lo mismo que de la
agricultura: se halla en un estado muy primitivo, y si apesar de esto d
buenos resultados, es una seal de que este pais se presta de suyo muy
bien la cria de ganado. En la cria de caballos de silla se observa toda-
va algun cuidado para conservar mejorar las razas, pero casi ninguno en
la eleccin de los toros y carneros. La lana criada en los pramos es de
30*
468 ' GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO II.
calidad inferior, pero no hay duda, que con la introduccin de las razas de
merinos podria adquirir mucho mas valor. Los pastos son excelentes y la
leche de las vacas magnfica, pero los quesos que se hacen de ella, son con
pocas excepciones de muy mediana, para no decir de mala calidad, y esto
depende nicamente del modo de prepararlos. La fabricacin de queso ne-
cesita de una reforma completa; con un material tan bueno el interior debe-
ra producir quesos iguales los chilenos.
Una gran remora para la mayor extensin de la cria de ganado existe
en la dificultad del trasporte de los animales la costa. Por mas gordos
que salgan de los potreros de Quito y Machachi, llegan estropeados y enfla-
quecidos los puertos de embarque, despus de un penoso viaje de quince
dias. En este punto el ferrocarril andino podr producir efectos magnficos,
y mediante l el Ecuador entrar en competencia con otros pases exporta-
dores de ganado, pues puede producir diez veces mas de lo que necesita
para el consumo interior.
PARTE V.
EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.
Los Espaoles descubrieron las islas de Galpagos en el siglo XVI, pero
como estaban despobladas, no hicieron mucho caso de ellas. Fueron, visi-
tadas frecuentamente por filibusteros y balleneros, y nadie pens en coloni-
zarlas hasta el ao de 1832. El. 12 de Febrero de este ao el Gobierno
ecuatoriano, por iniciativa del General. Jos Villamil, tom posesin formal
de las islas, y ejerci desde entonces su jurisdiccin sobre ellas pacifica-
mente y sin interrupcin. Villamil comenz con mucho entusiasmo colo-
nizar la isla de San Carlos (Charles Island), que llam en honor del General
Flores Isla Floreara, y Darwin encontr al tiempo de su viaje, en Se-
tiembre de 1835, en esta isla un pequeo pueblo con 200. 300 almas. Pero
tiempo hace que de esta colonia ya no existen ni rastros, y su decadencia
rpida se atribuye en primer lugar la circunstancia, de que el Gobierno
hizo de las islas de Galpagos un lugar de deportacin para los criminales,
por lo cual la existencia de la gente honrada pronto se hizo imposible.
Posteriormente las islas quedaban, como antes, solo el objeto de especula-
ciones transitorias,. como del negocio de la orchilla, de la pesca de lobos y
ballenas etc. Los seores Jos Valdizan y Manuel Cobos, los principales
comerciantes de orchilla, fundaron hacia el ao 1870 dos pequeas hacien-
das, el primero en Floreana y el segundo en Chatham. Aquella recay la
nada, despus de la desastrosa muerte de su dueo en 1878, pero esta tom
mas incremento, desde que el seor Cobos en 1879 llev unos cien traba-
jadores y comenz entablar grandes plantos de caa de azcar, que pros-
pera en aquel clima admirablemente. En 1885 tambin el Congreso Nacional
del Ecuador se ocup con las islas de Galpagos, las agreg la provincia
del Guayas, y estableci autoridades con residencia fija en la isla de Chatham,
de manera que la colonia ya vive bajo un rgimen mas ordenado que antes,
y promete seguir el camino de prosperidad.
470 EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.
Estas islas ofrecen uno de los ejemplos mas hermosos de una formacin
exclusivamente volcnica. No se han formado por el despedazamiento de
un terreno mas extenso, ni por separacin del continente sudamericano, ni por
levantamiento del fondo marino, sino simplemente por acumulacin sucesiva
entr en ellos por aberturas laterales, desde los campos extensos de lava
que los rodean.
Por mas interesante que sea la formacin antigua de las palagonitas
para el gelogo, hallndose en escala tan reducida tiene poco inters en el
campo de la prctica. La inmensa mayora del terreno del Archipilago se
compone de la formacin segunda moderna de las tovas baslticas. Ver-
dad es, que el terreno de la zona inferior de las islas presenta un aspecto
muy diferente del de la zona superior; pero la observacin exacta y algunas
reflexiones sencillas nos convencen, de que toda la diferencia aparente y
exterior es debida nicamente las diferentes condiciones climatolgicas en
que se hallan las dos zonas verticales. En la regin rida, en que la in-
fluencia destructora de la atmsfera por la falta de humedad es casi nula
lo menos muy insignificante, las rocas quedan por millares de aos tan
frescas intactas, como en el dia de su erupcin. De aqu esos inmensos
TOPOGBAFA T GEOLOGA. 475
campos de lava negra con la superficie sumamente spera y de naturaleza
vidriosa y escoricea, que dificulta tanto la comunicacin entre los lugares
mas cercanos, hasta hacerla veces imposible; de aqu esos centenares d
pequeos crteres de erupcin, que conservan los picos, agujas y dems
formas caprichosas de sus bordes tan frescas, como si ayer hubiesen nacido,
y que recuerdan los volcanes de la luna, cuyos contornos afilados suelen
explicarse tambin por la falta de influjos atmosfricos sobre aquel astro.
Pero en la zona superior los mismos materiales volcnicos se descomponen
rpidamente por la gran humedad que reina all merced las continuas
nieblas, garas y lluvias. Los contornos irregulares y speros de los vol-
canes se redondean, los crteres se borran y se rellenan, de la lava basl-
tica se forma por la descomposicin qumica una tierra arcillosa rojiza, la
Flg. 41. Una corriente de lava basltica oon grandes ampollas reventadas. Isla de Ch&tham, lado NO
vegetacin, y las que siguen con la misma frescura hasta la cumbre del
volcan, son seguramente muy modernas, de manera que la humedad todava
no tenia bastante tiempo para atacar y descomponerlas. En efecto, se en-
cuentran tales corrientes frescas especialmente en Albemarle y en Narborough,
donde hay todava volcanes activos. Cuando en la zona inferior encontra-
mos una lava en estado de descomposicin (que por lo dems nunca es tan
perfecta como en la superior), podemos concluir qu es antigusima y de
las primitivas de las islas.
E l clima.
El clima de las islas de Galpagos es uno de los mas sanos y agradables
del mundo. No volver en este lugar tratar del gran influjo que ejerce
la corriente antartica del mar sobre el clima de las costas de Chile y del
Per y aun de las costas meridionales del Ecuador en los cantones de
Santa Elena y de Montecristi. Si esta influencia en los lugares ltimamente
nombrados es todava tan notable, apesar de la preponderancia de un fuerte
clima continental, cuan poderosa no ser en unas islas ocenicas, rodeadas
de todas partes del elemento refrigerante?
Dos causas bajan la temperatura en las islas de Galpagos: la primera
es general y comn todas las islas ocenicas, es decir su posicin aislada
en medio de una inmensa superficie de agua. Un clima insular siempre es
mas mitigado que un clima continental bajo la misma latitud. En los pases
polares el mar sube la temperatura de las islas, y en las regiones inter-
tropicales refresca su clima. Pero en nuestro Archipilago sobreviene la
segunda causa puramente local; es decir, su posicin en medio de una gran
corriente de aguas fras.
El mar de las islas tiene la temperatura de 23 C.*), y la atmsfera
sobre el mar la de 21 23, en trmino medio la de 22 C , quiere decir,
un grado menos que el agua. La misma temperatura de 22 C. es la media
de las regiones bajas de las islas, hasta unos 100 metros de altura aproxi-
mativamente. Verdad es, que en tierra la variacin diaria del termmetro
es mas considerable que sobre el mar, siendo los dias mas calurosos y las -
noches mas fras. En la casa de Valdizan, que se hallaba en la isla
Floreana la altura de 133 metros, hice durante muchos dias una serie de
observaciones termomtricas, y result para esta localidad la temperatura
media de solo 20 C. En la hacienda del mismo seor, que se hallaba mas
arriba en una altiplanicie, la altura de 277 metros, el termmetro variaba
entre 18 y 19 grados. El agua del manantial al lado de la casa inferior
(133 met.) tiene 18 C. de temperatura, que manifiesta su origen de los
La vegetacin.
Las plantas de un pais cualquiera estn en ntima relacin con.su clima.
As sucede tambin en las islas de Galpagos. La vegetacin es totalmente
distinta en las dos zonas verticales que hemos distinguido, y no es preciso
ser botnico, para advertir desde luego esta diferencia esencial entre las
plantas de la zona baja y seca y las de la regin alta y hmeda; apenas
se encontrar una docena de especies vegetales (indgenas), que sean co-
munes ambas zonas. La diferencia hipsomtrica entre ellas es tan in-
significante, como hemos visto, que por ella sola, por la temperatura
disminuida, n puede explicarse un cambio tan completo en la vegetacin;
pero la falta la abundancia de humedad es, s, una circunstancia suma-
mente poderosa. Con algunos rasgos ligeros caracterizaremos las dos zonas,
sin entrar en muchas particularidades botnicas.
JEn la tona inferior (0200 metr.) la vegetacin cubre el suelo imper-
fectamente; por todas partes se descubren las speras lavas de color negro,
pardo rojizo entre los raquticos arbustos, que reemplazan la vegetacin
Los animales.
La fauna indgena de las islas de Galpagos es tan pobre, talvez
mas pobre que la flora, y esto se explica por la ntima correlacin en que
se hallan los dos reinos, el vegetal y el animal. Creo que esta circun-
stancia debemos atribuir, que las plantas y los animales recien introducidos
se aclimatan y se propagan con tanta facilidad, porque no tienen que luchar
por su existencia y casi no encuentran enemigos. Parece que la naturaleza
en estas islas relativamente nuevas todava no haya ocupado todos los
lugares con especies endmicas, y estos lugares desocupados llenan los
gneros importados, sin que sea necesario que los endmicos les cedan. Si
comparamos las antiguas relaciones de viajes, y aun la de Darwin, con el
status quo actual, encontramos que ciertos animales se han hecho mas raros,
que han desaparecido en algunas islas, por ejemplo, los grandes galpagos,
que al Archipilago dieron el nombre. Pero tales cambios hay que atribuir
la directa influencia destructora del hombre.
Cuando llam la fauna de las islas pobre, me referia tan solo los
animales terrestres, pues la fauna del mar es riqusima como en pocos re-
giones del mundo. Jamas he visto tanta abundancia de pejes de distintas
clases, y algunos muy delicados, de langostas y de toda clase de mariscos.
Abundan las gigantescas tortugas del mar (Chlonia Mydas), y la pesca de
la ballena es tan ventajosa y mas fcil que en los mares rticos, por lo
cual nunca faltan buques balleneros en la cercana de las islas. De otra
*) Fu asesinado alevosamente en Julio de 1878 por sus propios peones, tres dias
despus de mi salida de Floreana.
31*
484 EL AKCHIPlLAGO DE GALPAGOS.
pesca abundante son objetos los lobos marinos, de los cuales hay dos
especies: una, Otaria jubat, alcanza el tamao de un toro y es muy fre-
cuente en todas las islas islotes; la otra, Otaria falklandica ( Arctoce-
phalus austrlis, que es lo mismo), es mas pequea, llegando solo al tamao
de 5 6.pies, pero su piel es mas fina y mas apreciada. Esta ltima se
halla especialmente en la mitad norte del Archipilago, no encontrndose
en las islas australes sino por una gran casualidad. La pesca de perlas
hasta ahora no ha dado resultados satisfactorios, sea que las conchas de
perla, de las que he visto algunas muy hermosas, son demasiado raras, sea
que no se ha dado tadavia con el buen mtodo de pescarlas.
Volvamos del mar la tierra. No habr una regin del mundo de
igual extensin como el Archipilago, que sea tan pobre en mamferos in-
dgenas. Hasta ahora no se conoce sino uno solo, un pequeo roedor del
tamao de una rata (Oryzomys galapagoensis). Esta nica especie indigena
es la vez endmica, es decir, limitada las islas; por lo dems hoy dia
ya es sumamente rara. Ratas y ratones se han propagado demasiado,
desde que el hombre visita las islas, pero son importados por los buques.
Las aves de las islas son muy numerosas, tanto en gneros y especies,
cuanto en individuos. Las acuticas y las que viven las orillas del mar
de mariscos, son con pocas excepciones las mismas que en las costas del
continente y ofrecen poco inters. En algunas isletas bajas sus nidos
cubren literalmente el suelo y los excrementos de los millones formaran
sin duda considerables depsitos de guano, si en las islas no lloviera por
muchos aos. Pero las lluvias anuales del invierno hacen intiles los es-
fuerzos y buenas intenciones de estos pjaros. En la isla mas austral, en
Hood, se encuentra el magnate de las aves acuticas, el Albatros Pjaro
carnero (Diomedea chlororhynchvs), que habita el Cabo de Hornos y viene
hasta nuestras regiones tropicales siguiendo la corriente antartica. De la
abundancia de esta ave en Hood podremos formarnos una idea, si digo, que
en una ocasin un campamento de 60 orchilleros, escasos de vveres, se
mantenan durante algunas semanas casi exclusivamente de los huevos
del Albatros, aunque cada hembra no pono mas que uno por ao. Otro
husped de Jas regiones australes y frias en las islas de nuestro Archi-
pilago , es el curioso Pjaro nio Pingin (Aptenodytes sp.), que tiene
alas sin plumas y las usa como los peces las aletas.
De un alto inters zoolgico son los pjaros terrestres, porque ellos son
en su mayor parte endmicos, y se repite aqu el fenmeno observado en
las plantas, de que cada isla mayor tiene sus especies propias y exclusivas.
No hay pjaros de colores brillantes y vivos, todos llevan un hbito modesto
y no pueden ocultar su analoga con los de las costas del continente, de
LOS ANIMALES. 485
*) Los trabajos del seor Dr. G. Baur, que el ao pasado (de 1891) colect con
mucho cuidado los. galpagos de las diferentes islas, para estudiarlos, aclarar este punto.
LOS ANIMALES. 487
que en la creacin actual del mundo es el nico representante de los saurios
marinos, es como el ltimo resto de aquellos gigantescos saurios, que en
las pocas primitivas de nuestro planeta desempearon un papel tan impor-
tante. La iguana del mar, Amblyrhynchus cristatus, es un animal de aspecto
feo y repugnante, que recuerda mas bien la salamandra que la largartija.
Las mas grandes que he visto, tenan 4 pies de largo; su color es por ar-
riba pardo-negruzco, y por debajo entre rojizo y amarillento. Viven en las
costas de todas las islas, donde prefieren los escollos mas speros. Su ali-
mento son algas marinas que pacen en el fondo del mar, pero con frecuen-
cia salen fuera y se asolean con los miembros tendidos sobre las rocas
de la lava. Su carne no se come y el hombre las aborrece, no utilizando
nada de ellas, lo que no sucede con la iguana terrestre cuya carne y huevos
son tan delicados y apetecidos como los del galpago. Esta segunda
especie (Amblyrhynchus subcristatus) es tambin muy fea, su color es mas
claro y su tamao mas pequeo que el de la iguana marina. Nunca v al
agua, y vive en la regin rida en cuevas, que busca entre los pedrones
speros de las lavas, que excava con sus uas en donde el suelo es mas
blando. Se nutre de las hojas de varios arbustos. Ademas de su carne se
utiliza el aceite sacado de la grasa, y este se recomienda como un remedio
muy eficaz contra las almorranas.
He colectado cuatro especies de culebras en cuatro islas distintas y
parece que cada isla mayor tiene su especie propia; pero ninguna, de ellas
es venenosa. El orden de los batraquios (ranas y sapos) falta completa-
mente en nuestro Archipilago.
La clase de los insectos se halla muy mal representada, y en esta sec-
cin la fauna es sumamente pobre. pesar de buscar y colectar con mucho
afn, no pude reunir mas que 4 especies de mariposas diurnas, y unos 16
de colepteros (escarabajos), que todos son pequeos y nada vistosos. La
misma pobreza se observa en los dpteros, hempteros himenopteros. No
falta la plaga de las cucarrachas, grillos y otros bichos, pero estos son im-
portados por los buques, como tambin algunas araas, aunque de las lti-
mas se encuentran varias especies indgenas. Zancudos y -mosquitos hay
muy pocos, pero en su lugar se multiplica en ciertas pocas una especie
de mosca grande con tanta abundancia, que llega ser una plaga suma-
mente fastidiosa. La observ especialmente donde se mata muchos galpa-
gos reses cimarronas, cuya carne queda abandonada la pudredumbre.
Un pequeo alacrn parece ser indgena y propio las islas, pues lo en-
contr por donde quiera debajo de las piedras, aun en los islotes mas desier-
tos y nunca habitados; lo mismo vale de un cientopies muy grande con
tenazas enormes, cuya mordedura es muy venenosa. Llega un pi de
488 EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.
Deducciones y conclusin.
De las descripciones que preceden, el lector se habr formado una idea
bastante clara de las islas de Galpagos. He bosquejado este cuadro con
la fidelidad, que solo permite la observacin propia. Con imparcialidad he
referido las condiciones ventajosas, en que se halla el Archipilago, y no he
ocultado las desfavorables. Cada uno podr sacar de mis exposiciones las
deducciones prcticas que quisiera, segn el punto de vista en que se colo-
que. Si yo mismo en seguida agrego algunas indicaciones, lo hago especial-
mente porque desde algunos aos ac se ha movido de nuevo la cuestin
de la colonizacin del Archipilago en mayor escala. Pero, como luego entran
490 EL AltCHIPILAGO DE GALPAGOS.
se relaciona con este servicio. A cuanta gente una tal estacin dar lucrosa
ocupacin! Ser un nuevo aliciente para el comercio y la especulacin. El
puerto mas cmodo para una estacin naval seria el de Post-office-Bay en
la isla Floreana, porque es el mas seguro y mas hermoso del Archipilago
y bastante capaz para recibir un nmero considerable de buques.
En las islas de Galpagos puede prosperar y florecer una Colonia nume-
rosa, si se procede con tino en la eleccin de los colonos, no admitiendo sino
gente honrada y laboriosa, y si el Gobierno de la Repblica dicta sabias
leyes especiales, adaptadas las circunstancias particulares del territorio,
favoreciendo los inmigrantes con generosas concesiones y excenciones.
APNDICE
LA
Resumen histrico.
Sabido es, que el tiempo histrico en ambas Amricas es muy corto,
comparndolo con el del mundo antiguo, no precisamente porque el gnero
humano se hubiese repartido mucho mas tarde sobre Amrica, que sobre
los continentes antiguos, sino especialmente, porque todas las naciones ameri-
canas carecan de una escritura, que con precisin hubiese trasmitido los
hechos y las fechas histricas. Si uno que otro pueblo usaba de jeroglfi-
cos, estos por ahora no nos sirven de nada, porque faltan quienes nos inter-
preten su significacin. As es que en Amrica con 400 aos atrs comien-
zan los tiempos prehistricos; las tradiciones mas menos probables llegan,
aun entre las naciones mas adelantadas, como entre los Mejicanos y Perua-
nos, apenas hasta el ao 1000 de nuestra era, y todo lo que es mas antiguo,
pertenece al mito y la fbula.
Otra dificultad se presenta al historiador y gegrafo en el territorio
americano, y consiste en la increble desmembracin de la raza humana,
que invadi este continente, y para la cual buscaramos en vano un ejemplo
entre las dems razas humanas. Conservando la raza americana un tipo
general en cuanto los caracteres antropolgicos principales, y aun en
cuanto la construccin gramatical de s lengua, se ha dividido casi hasta
al infinito en sus caracteres secundarios, en sus costumbres, y sobre todo
en sus idiomas, formando innumerables pequeas tribus y rara vez naciones
algo mas numerosas. As como el indio salvaje es antisocial, tambin lo
son las tribus, inclinndose siempre mas la separacin que la reunin,
cuando no las obliga una fuerza superior una civilizacin mas adelantada
unirse hasta cierto grado. Esta particularidad de la raza americana ofrece
los historiadores, lingistas, antroplogos, etngrafos y gegrafos obst-
culos casi insuperables, y estamos todava lejos del alumbramiento satis-
factorio de la historia antigua. Conjeturas ingeniosas hiptesis mas
menos atrevidas sobre las migraciones de las naciones americanas, sobre sus
afinidades y ramificaciones genealgicas, reemplazarn todava por mucho
tiempo, y quiz para siempre, los datos histricos.
Tambin encontramos el pas del Ecuador desde el principio de su
emersin de la oscuridad prehistrica, cubierto de un sinnmero de tribus
RESUMEN HISTalCO. 499
que los Caras introdujeron un dialecto del quichua en Quito, no pasa de ser
una conjetura mal fundada. Pero dado el caso de que la conjetura de
Velasco tenga su valor, siempre quedan las dems naciones exclusas del
uso de este idioma, hablando ellas sus idiomas propios segn el mismo
autor. Como es entonces, que entre los nombres geogrficos antiguos en-
contramos tantos de origen quichua y algunos hasta de. origen espaol?
Tenan estas tribus pueblos otros nombres en la antigedad, son fun-
dados posteriormente por los incas en tiempo de los espaoles? Ambos
casos pueden tener lugar, solo nos falta saber, cuando es aplicable uno y
otro. Velasco mismo dice, que muchos pueblos han cambiado su nombre
antiguo, tomando el de un Santo, y del otro lado es probable, que bajo la
dominacin activa de los incas se hicieron muchas nuevas fundaciones con
nombres quichuas, mientras que algunos pueblos antiguos habrn desapare-
cido. En fin, el catlogo de Velasco se reduce casi la enumeracin de
los pueblos, que existan en el tiempo de la conquista espaola, y en su
mayor parte todava en tiempo del mencionado escritor, fines del siglo
pasado, pero de ningn modo nos d una idea exacta de la poblacin del
pais en los tiempos de los Quitus Caras. Es probable, que cada pueblo
formaba una nacin una tribu? Esto seria llevar al extremo la diso-
ciacin americana ya de suya muy grande.
Algunos pueblos tribus figuran dos veces en el mencionado catlogo,
ya bajo distintos nombres en la misma nacin, ya bajo el mismo nombre
en distintas naciones. Los Tocachis se nombran una vez en la nacin de
Cayambi, y otra en la de Otavalo; Poritaco es segn el primer cuadro un
estado independiente, asi como Dehuaca y Tusa, pero segn el otro catlogo
estos tres pueblas serian tribus de la nacin Huaoa; Mindo, Nono, Gualea
se hallan una vez entre las tribus de Quito, y otra vez entre las d Esme-
raldas ( de Atacmes, segn la lista primera); en un lugar (TU, pg. 175)
eleva los Caranquis una nacin propia con 8 tribus, igual casi los Caras,
y en otro (I, pg. 8) dice que los Caranquis eran una pequea colonia de
los Caras de Quito, que no duraba mucho. Tales y muchas otras lijerezas
prueban, que Velasco procedi con bastante arbitrariedad y que su clasifica-
cin etnolgica no tiene fundamentos slidos.
Eespecto la ortografa de los nombres, el Padre Velasco los escribe
generalmente bien, dejando la o antigua en todos los que no derivan del
quichua. El dice, que esos nombres se pronunciaron antiguamente con' u,
distinguindose los Quitus de todas las naciones del mundo por la carencia
de la letra o, y que esta fu introducida por los caras. Pero cmo pode-
mos conocer la pronunciacin del idioma quiteo, extinguido hace mas de
800 aos? Del otro lado dice, que los Caras hablaban un dialecto del
502 GEOGKAFIA POLTICA T CIVIL.
*) Notables escritores modernos pecan con el afn de restituir los nombres antiguos,
porque no distinguen entre los nombres quichuas genuinos y los otros que no lo son.
As, por ejemplo, es falso escribir Tungurab.ua Sinchulahua, en lugar de Tunguragua,
Sincholagu etc., porque los nombres geogrficos en . . . ragua y . . . lagua, que se hallan
por toda la Sudamrica y parecen ser antigusimos, nada tienen que ver con el quichua.
Pero ni me parece conveniente, cambiar los nombres acomodados al castellano y ya in-
troducidos en la geografa poltica y civil del pais. Cmo podremos escribir, por ejem-
plo, Huallapampa en lugar de Guallabamba? qu seria de nuestra geografa, si quisi-
ramos eliminar todas las o, e, b, d, g, f, 1, en fin las letras de que carece el quichua?
entonces introduzcamos tambin las de que carece el castellano y que posee el quichua
(unas 10 consonantes nuevas!).
EESMEN HISTRICO. 503
geogrfico-etnolgico antiguo del pais. El quichua se generaliz mucho mas
por los espaoles despus de la conquista, que antes por los incas.
La construccin de un cuadro etnogrfico completo de la poca primi-
tiva es imposible. No sabemos, y probablemente nunca sabremos punto
fijo, cuantas eran las naciones, que poblaban entonces el territorio ecuato-
riano, ni cmo se llamaban, ni qu lenguas hablaban, ni donde tenan sus
asientos principales. Cierto es solamente, que eran muchas y muy distintas;
y de algunas podemos conjeturar aproximativamente su antigua extensin
geogrfica, siguiendo sus vestigios ya por un minucioso estudio arqueolgico,
ya por comparaciones lingsticas de los ltimos restos de las lenguas ex-
tinguidas. Tales restos se encuentran en las denominaciones geogrficas
de los cerros, ros, sitios y pueblos, separando, por supuesto, con sana cri-
tica o moderno (quichua y castellano) del mas antiguo. En efecto, no hay
duda, que esas denominaciones en ciertas regiones, sobre todo cuando la
nacin y su lengua tenan bastante extensin, llevan un sello nacional, que
ningn cambio posterior, ninguna conquista pudo borrar. Los nombres geo-
grficos de los indios siempre son muy significativos, componindose de
vocablos verdaderos del idioma, y una lista de ellos es la nica prueba del
idioma extinguido, que podemos procurarnos. Que distinta fisonoma lin-
gistica llevan, para citar pocos ejemplos, los siguientes grupos de nombres
geogrficos, que corresponden distintas naciones antiguas!
*) Vase: F. Gomales Surem, Estudio histrico sobre los Caaris (Quito 1878).
506 tffiOGBAFA OIiTICA Y CIVIL.
* * '
16 Presidencias constitucionales:
Juan Jos Plores 18301834. Jernimo Carrin 18651867.
Vicente Kooafuerte 18351839. Javier Espinosa 18681869.
J. Jos Flores (2S vez) 18391844. G. Gareia Moreno (2a vez) 1869-1875.
V. Bamon Roca 18451849. Antonio Borrero 18751876.
Diego Noboa 1851, pocos meses. Ignacio Veintemilla 18781882.
J. M. Urvina 18521856. J. M. Plcido Caamao 18831888.
Francisco Robles 18561859. Antonio Flores 18881892.
Gabriel Garca Moreno 1861 1865. Luis Cordero, desde Junio de 1892.
las penas impuestas los condenados por crmenes delitos, previo informe
del tribunal y previo acuerdo del Consejo de Estado. El Presidente no
puede violar las garantas determinadas por la Constitucin, detener el curso
de los procedimientos judiciales, atentar contra la independencia de los jue-
ces, impedir coarctar las elecciones, disolver el Congreso ni suspender
sus sesiones, ejercer el Poder Ejecutivo cuando se ausente de la Capital
hasta mas de cinco kilmetros, ni admitir extrangeros en el ejrcito como
jefes oficiales sin permiso del Congreso. Es responsable por traicin
conspiracin contra la Repblica y por infringir la Constitucin atentar
contra los otros Poderes; por negar la sancin las leyes y decretos expe-
didos por el Congreso; por ejercer facultades extraordinarias sin permiso
del Congreso del Consejo de Estado; por provocar una guerra injusta;
por quitar el sueldo los empleados pblicos.
En los mismos casos, como el Presidente, estn responsables sus Mi-
nistros Secretarios, y ademas: por infraccin de ley, soborno, concusin y
malversacin de los caudales pblicos; por autorizar decretos resoluciones
del Presidente, expedidos sin el acuerdo del Consejo de Estado, cuando la
Constitucin lo prescribe; por retardar la ejecucin de estos decretos no
haber velado sobre su cumplimiento. No les exoneran ni las rdenes verbales
escritas del Presidente. Cualquier ciudadano puede acusar al Presidente
y sus Ministros ante el Congreso, si han infringido la Constitucin las
leyes, y el Congreso est en el deber de oir la acusacin, juzgar y fallar.
En el caso de una invasin exterior de una conmocin interior, el
Congreso, por su falta el Consejo de Estado puede revestir al Presidente
con facultades extraordinarias. Ellas se limitan al tiempo, lugar y objetos
indispensables, para restablecer el orden pblico, y del uso que el Presidente
hiciere de ellas, tiene que dar cuenta al prximo Congreso durante los pri-
meros ocho dias de su congregacin. Tales facultades extraordinarias son,
por ejemplo, aumentar el ejrcito y la marina; anticipar el cobro de las
contribuciones de un ao; negociar emprstitos de acuerdo con el Consejo
de Estado; trasladar otro punt la Capital de la Repblica; confinar
expatriar los indiciados de favorecer una guerra internacional una revolu-
cin interior; disponer de los caudales pblicos etc. etc. Corresponde al
Congreso, cuando este no est reunido, al Consejo de Estado, retirar las
facultades extraordinarias inmediatamente como cesare el peligro, que motiv
su concesin.
El Poder Judicial se ejerce I o por una Corte Suprema, residente en
Quito y compuesta de seis Ministros jueces y de un Ministro fiscal; 2 o por
un Tribunal de Cuentas, compuesto de cuatro miembros, residentes tambin
en Quito, 3 o por seis Cortes Superiores, en las ciudades de Quito, Riobamba,
522 GEOGRAFA POLTICA Y CIYIL.
El resto dbil ya no form una masa compacta, como los indios del interior,
y se confundi pronto entre los blancos y negros de los pueblos recien
fundados. Aun los indios del campo, que en algunas partes de la costa,
como, por ejemplo, en los sitios de la pennsula del Morro y de St a . Elena
y en la provincia de Manab, son todava algo numerosos, han perdido sus
idiomas y sus costumbres, hace mucho tiempo, de manera que hoy dia seria
imposible reconocer entre ellos las tribus originales. La misma suerte cupo
los indios de la provincia de Loja, con excepcin de la parte mas seten-
trional (Canton de Zaraguro). Solo en la provincia litoral de Esmeraldas,
que desde el principio qued mas libre de la invasin espaola, y hasta hoy
dia es la menos poblada por blancos, se pudieron conservar algunos restos
de los indios indgenas casi intactos, y conservando sus costumbres y su
idioma. Estos son los indios Cayapas, que hice conocer por primera vez
en mi Memoria sobre la provincia de Esmeraldas. Viven esparcidos las
orillas del rio Cayapas, del Onzole, del rio Grande y de otros tributarios del
Cayapas; su nmero no pasar mucho de 2000 cabezas. Son de estatura
mediana, de constitucin robusta, de color cobrizo claro, que tira al ama-
rillo, de cabellera larga y de fisonoma nada desagradable. Se pintan las
caras, brazos, piernas, pechos etc. de listas rojas, azules y negras; el ber-
melln parece gustarles mas, lo preparan de la fruta del achiote, y he visto
algunos individuos que haban untado todo el cuerpo con este cosmtico
singular. Llevan una vida parecida la de los indios orientales (del apo);
viven con preferencia de la caza y pesca, siembran platanales y yucales, y
de los animales domsticos crian solo cerdos, perros y gallinas. Usan la
bodoquera y flecha ( veces envenenada), aunque algunos ya conocen tam-
bin la escopeta; sus utensilios domsticos son muy primitivos. Su vestido
ordinario se reduce una especie de calzoncillo corto en los hombres y
una faja ancha en las mujeres, que les cubre el cuerpo desde el ombligo
hasta las rodillas. Usan para el vestido y la cama el librillo de un rbol
llamado Tamajagua, pero tambin el lienzo y liencillo, que cambian en La
Tola en San Lorenzo por algunos objetos de la industria (canaletes,
canoas, canastillas), por productos .naturales (cauch, achiote, frutas). Sus
habitaciones, hechas de pambil, son generalmente espaciosas y aseadas.
Antisociales, como la raza americana en general, no se renen en pueblos,
sino una dos veces por ao, para celebrar sus fiestas^ sus casas se hallan
muy esparcidas por el monte. No les gusta ponerse en contacto con los
blancos y mucho menos con los negros, solo en caso de alguna necesidad
salen los pueblos de la costa, quedndose en ellos el tiempo absoluta-
mente necesario para concluir sus negocios. De este modo se han conser-
vado hasta el dia puros y de cierto modo independientes, reconociendo solo
POBLACIN. BAZAS. 527
la autoridad de su propio cacique, que llaman gobernador, el cual recono-
cido por el Gobernador de Esmeraldas, forma el vnculo poltico muy flojo,
que les rene con los dems habitantes de la provincia. Estos indios, ape-
sar de parecer taciturnos, antisociales y desconfiados, son de una ndole
suave y dcil, son afables y hospitalarios con los viajeros que no les mo-
lestan, y con un pequeo regalo se puede conseguir todo de ellos. A los
blancos de La Tola he oido celebrar su honradez, y dicen que el robo es
desconocido entre ellos. Siempre recuerdo con gusto los dias que he via-
jado entre ellos. Los Cayapas tambin son cristianos; el cura de Kio
Verde les visita comunmente una vez al ao, para bautizar los nios y para
bendecir los nuevos matrimonios; mucho mas no podr extenderse su
oficio sin el conocimiento del idioma. Estos indios aprenden con dificultad
la lengua castellana; aunque todos los hombres adultos entiendan algunas
palabras, pocos saben hablar, y las mujeres prohiben aprender la lengua
de los blancos. Entre s se sirven exclusivamente d su propio idioma, que
es muy distinto del quichua, que se habla en la sierra. La lengua.de los
Cayapas tiene un alto inters para los lingistas, por ser el ltimo en el
Ecuador occidental, que se ha conservado puro y no adulterado con pala-
bras castellanas y quichuas. He reunido un pequeo vocabulario de ella,
y hasta ahora no pude descubrir ninguna semejanza parentela prxima
con otras lenguas sudamericanas conocidas, sino con l a , que los indios
Colorados de Santo Domingo, hoy dia enteramente separados de los Caya-
pas, han hablado y hablan todava. Esta no es mas que un dialecto del
idioma Cayapas, segn una lista de palabras, que el Seor A. N. Martnez
tuvo la bondad de recojer y de remitirme, y segn un pequeo vocabulario
de los Colorados, publicado por E. Seler, quien lo habia recibido del seor
Obispo Thiel (hoy en Costa Eica, ; antes en el Ecuador).*) Para demostrar
el parentesco entre el idioma de los Cayapas y el de los Colorados, y la
gran diferencia del de los indios Esmeraldas, de que hablar en seguida,
sirva la siguiente lista comparativa de algunas palabras, en la. cual la pro-
nunciacin h de arreglarse al alfabeto castellano.
Del idioma de los indios Esmeraldas, de que hasta ahora nadie se habia
ocupado, pude reunir mas de 450 palabras y frases, que prximamente sern
Lam. XII.
t - -v v -
3 ?.
Los indios del interior son muy distintos de los de la costa, y se dife-
rencian de estos, ademas de las facciones exteriores, tambin por su idioma.
Forman una poblacin compacta, y se puede decir la predominante, en las
provincias interandinas,' desde la de Imbabura hasta el cantn de Zaraguro
en la provincia de Loja. Como actualmente todos hablan el quichua, se les
rene por lo comn bajo el nombre muy impropio de raza quichua; pues,
de ella no tienen mas que el idioma y ciertas costumbres, que se han gene-
ralizado despus de la conquista de los Incas. Son los descendientes de los
.antiguos subditos del reino de los Shiris, mezclados, esto si, oon algunos
colonos (mitimaes) que los Incas han introducido del Per, Como he dicho
en otro lugar (pg. 502), los monarcas peruanos, durante los 40 50 aos
de su dominacin, no pudieron borrar la antigua diferencia entre las naciones,
ni generalizar siquiera su idioma; y esto es tan cierto, que pocos aos des-
pus de la conquista espaola se haba perdido casi la influencia peruana.
En, la segunda mitad del siglo XVI no era posible catequizar estos indios
en quichua, porque muchos pueblos no "lo entendan, y el primer snodo
diocesano, celebrado en Quito en 1583, dispuso que se compusieran cate-
cismos en las lenguas maternas de los indios, porque no entendan la lengua
del inca. Design las personas aptas, que deban escribir estos catecis-
mos en la lengua de Caar, de Puruhay, de los Pastos, de Quillacinga y
otras. En aquel tiempo era un mrito especial para ser agraciado con bene-
ficios parroquiales el entender y hablar, ademas de la lengua general del
inca, la lengua materna de los Caaris, de los Puruhaes etc.*) El quichua
fu generalizado poco poco por los europeos, especialmente por los hacen-
dados y misioneros, quienes obligaron sus peones y feligreses aprender
el idioma general, siendo para estos mas fcil aprender una, que para aquellos
*) Vase P. Gonzloz Surez, Hist. gen. de la Rep. del Ecuador (Quito 1890), tom. I, .
pg. 170.
WOLF, Ecuador. g4
53G G E O G E A F A " POLTICA Y CIVIL.
Los indios de la Regin oriental son del todo distintos de los que aca-
bamos de describir, y el seor Villavicencio no deba unir los del apo y
de Canelos con la familia de los Quitus, solo porque hablan el quichua
(Geogr. pg. 168); pues, como he dicho en otro lugar, han recibido este
idioma muy tarde por los misioneros. Si quisiramos enumerar todas las
naciones, tribus y familias de salvajes, que viven dentro de los limites del
Ecuador, la lista saldra larga; pero una descripcin etnogrfica de ellas
seria imposible, porque de su mayor parte sabemos muy poco. Diremos
solo algunas palabras de las que viven mas cercanas la Cordillera oriental.
Muchas de las naciones del oriente fueron catequizadas por los misio-
neros de los siglos XVII y XVILT, pero con la decadencia de las misiones,
especialmente con la expulsin de los jesutas, fines del siglo pasado, re-
cayeron en la idolatra y en el salvajismo. Solo en la regin del apo y
en Canelos se conservan hasta hoy dia las misiones; los habitantes son
cristianos y salen veces los pueblos interandinos (Quito, Eiobamba). Son
de un carcter suave y humilde, y se puede decir que carecen de vicios
mayores, con excepcin de la embriaguez, el achaque general de la raza
india. Fuera de las creencias religiosas, se distinguen los indios del apo
muy poco nada de las tribus infieles, en cuanto sus costumbres y usos.
La mejor y mas detallada descripcin de ellos, as como de los dems pueblos
de la regin oriental, se encuentra en la Geografa de Villavicencio (pg. 169,
350), de cuya fuente ha tomado tambin el seor Cevallos (VI, pg, 160174).
BAZAS. 533
De todas las naciones infieles del Ecuador, la de los Jbaros es la mas
numerosa, la mas civilizada (si cabe la expresin para salvajes), pero al
mismo tiempo la mas aguerrida y temible, que parece guardar un odio inex-
tinguible la raza blanca, el cual no carece de fundamento. Los espaoles
haban logrado reducirles y fundaron ciudades populosas en su territorio,
que toman sus nombres de los rios cuyas orillas viven, ocupan el terreno
muy extenso al pi de la Cordillera oriental desde el rio Chinchipe hasta
el rio Pastaza. En lo fsico se distinguen por un cuerpo esbelto y bien
musculado, ojos' negros muy animados, con una mirada imponente, faz er-
guida, frente despejada,, nariz aguilea, labios delgados, dientes ebrneos;
algunos son bastante blancos y barbados, lo que se atribuye la mezcla
con las prisioneras blancas de 1599. Los Jbaros son muy racionales,
amantes de su libertad incapaces de tolerar ningn yugo; belicosos, va-
lientes, sumamente giles y de una destreza admirable para el manejo de
la lanza y escudo. Son muy vengativos y como se hallan por sus institu-
ciones en la imprescindible necesidad de vengar la muerte de un pariente
con otra muerte, no acaban jamas las guerras intestinas entre las tribus y
familias; solo en una guerra estrangera se renen todos y pelean como her-
manos contra el enemigo comn. Viven en poligamia, en casas muy es-
paciosas, aseadas, y fortificadas contra el asalto de los enemigos. Se visten
mejor y con mas lujo que las. otras naciones del Oriente; cultivan hilan
el algodn, y no carecen de todo de la agricultura industria, aunque la
ocupacin principal de los hombres consiste en la caza. Algunas tribus
menos feroces, que estn en contacto con los indios de apo y Canelos y
con la poblacin de Macas, mantienen algun comercio con los blancos; pero
el asalto y la destruccin de los entables y de la misin de Gualaquiza,
acaecida unos veinte aos ac, ensena que se debe andar con mucha cautela
con estos Tiuspedes. Es probable que los diferentes idiomas, que hablan
las tribus jbaras, sean solo dialectos de una misma lengua madre, que to-
dava es muy poco conocida. De las pocas palabras de los Jbaros de
Gualaquiza, que debo al favor del seor doctor Luis Cordero, no se puede
deducir otra cosa sino que su idioma es muy distinto de todos los dems,
que.se conocen en esta Eepblica.
Entre:los rios Pastaza y apo viven los Zparos. Segn Villavicencio,
que les ha tratado de cerca, serian los indios mas dispuestos aceptar la
civilizacin de los blancos. Dice, que la nacin, apesar de no ser muy
numerosa, se divide en muchas tribus, que hablan un solo idioma, muy nasal.
El viajero italiano Osculati recoji un vocabulario bastante copioso de l.*)
Lo que llama la atencin en esta lengua, es el gran nmero de vocablos
que pasan de tres slabas; para decir siete, es preciso pronunciar la palabra
compuesta haimucumaraqui-caramaitaca-nucuaqui, quiere decir, tres pares y
uno. Para operaciones matemticas esta lengua evidentemente est perdida,
mas graves del pueblo ecuatoriano, y se puede aadir casi de todas las
naciones sudamericanas, es la pasin poltica. Cuando ella se excita, se
cambia su carcter, se desenfrenan todas las dems pasiones y hasta el
fanatismo religioso, que se siente ocultamente inclinado. Aunque las
revoluciones en el Ecuador regularmente no hayan sido tan cruentas como
en muchas otras Repblicas, han, sinembargo, retardado su desarrollo y pro-
greso. Solo cuando los pueblos se sanen de esta enfermedad crnica, se
cambiar la faz poltica nada halagea de este Continente.
En el presente Resumen debemos tenernos dentro de lmites muy estre-
chos, y no es posible ensanchar mas la descripcin del estado social de la pobla-
cin ecuatoriana, mucho menos entrar en la descripcin y crtica de todas sus
costumbres pblicas. Same permitido recomendar los ecuatorianos la
lectura de un captulo sobre .Costumbres publicas, que. encuentran en la
obra de P. F. Cevallos, muchas veces citada,- tom. VI, pg. 112. Este escritor
patriota critica y condena con tanta severidad ciertas costumbres y vicios
inveterados, como y no me atrevera hacerlo. Ciertas verdades se aceptan
con menos enfado de la boca pluma de un paisano que de la de un
extrangero. Sinembargo, para conocerse mejor, cada nacin debera desear
verse de vez en cuando en el espejo de las otras, es decir, saber cmo la
miran las otras naciones. Y as recomiendo los ecuatorianos y todos
mis lectores el interesante libro de Hassaurek .Cuatro aos entre los Hispano*
americanos^, que en mi concepto con inas imparcialidad y con mas acierto
ha escrito sobre el estado civil y social del Ecuador, que ningn otro extran-
gero. l pinta con preferencia el interior de la Repblica, donde ha vivido
cuatro aos (como Ministro Residente de los Estados Unidos de Norte-
amrica), y lo pinta tal cual es (prescindiendo de unas pocas inexactitudes
involuntarias); no exagera en donde tiene que censurar, y elogia cuanto
encuentra digno de encomio. Cada pgina revela una deferencia particular
para con el pais, y en muchas ocasiones el autor busca como disculpar los
defectos, encontrando s origen en causas independientes de la actual pobla-
cin del Ecuador.*)
como las dems facultades, por profesores nacionales. Como anexo ella
podemos considerar el Observatorio astronmico de Quito con un director
extrangero. La teologa se ensea en los Seminarios, destinados especial-
mente la educacin del clero. Hay tres en la arquidicesis de Quito y
uno en cada una de las dicesis sufragneas. Ademas de la teologia dog-
mtica y moral se ensea en los Seminarios humanidades, retrica, filosofa,
latn, (en algunos griego y francs), historia profana y eclesistica, mate-
mticasj geografa, fsica, Hturga, msica religiosa. Exceptuando las cien-
cias eclesisticas, las dems entran tambin en el plan de estudio de los
Colegios Nacionales, de los cuales se cuentan ocho, en Quito, Ibarra, Lata-
cunga, Ambato, Riobamba, Cuenca, Loja y Guayaquil. Colegios de seo-
ritas existen en Quito, Guayaquil, Cuenca, Latacunga y Loja, regentados
por Hermanas de Congregaciones religiosas, y arreglados la enseanza,
que acostumbran estas Hermanas en sus colegios en todas las partes del
mundo.
La enseanza primaria est hoy dia muy generalizada en el Ecuador,
y en este punto ya no queda atrs de las otras naciones americanas, lo
menos en cuanto al nmero de las escuelas pblicas. Tengamos presente,
que el Ecuador no tiene mucho mas de un milln de habitantes, de los cuales
casi la mitad son indios puros. En unas 350 parroquias, que comprende el
territorio ecuatoriano, existen ahora cerca de 500 escuelas primarias con
mas de 60000 discpulos. En 1867 se contaban solo 16400 escolares (la
inmensa mayora del sexo masculino), en 1875 hubo 31800; durante la dicta-
tura de Veintemilla baj este nmero, 29000, porque muchos maestros
abandonaron las escuelas por la falta de paga de sueldos por lo mezquino
de> sus rentas, que no alcanzaban ni para el diario alimento. En las dos
presidencias subsiguientes ese perodo de abatimiento se ha duplicado el
nmero de escuelas y escolares, y este es un mrito, que no pueden dispu-
tarles ni sus enemigos mas aferados. La enseanza primaria es en las
ciudades y poblaciones mayores muy completa, y abraza los mismos ramos
que en las dems naciones civilizadas; en los pueblos pequeos es natural-
mente mas sencilla y se restringe lo necesario, porque no es tan fcil
encontrar 500 maestros y maestras idneas, en un pais en que no existe
ninguna escuela normal. Ahora que el Gobierno ha logrado erigir esouelas
hasta en los ltimos rincones de la Repblica, su cuidado principal debera
dirigirse la educacin de buenos maestros y mejorar la suerte de ellos.
Para hablar con franqueza, es preciso, decir, que la enseanza se resiente
todava de la falta de mtodo. De qu sirve que vayan la escuela tantos
y tantos miles de nios y nias, cuando faltan maestros y maestras que
merezcan este nombre? Hay naturalmente muchsimas excepciones honrosas,
542 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.
Los ecuatorianos son mas adictos las bellas letras que los estudios
serios; la Repblica ha producido algunos poetas y literatos notables,.pero
ningn fsico, qumico, gegrafo, naturalista, en fin, ninguno que sobresalga
en las ciencias exactas, que necesitan largos estudios y mucha paciencia.
Por la misma razn, de trabajar mas con la fantasa y el corazn, que con
el entendimiento y la cabeza, son muy aficionados la msica y la pin-
tura y escultura, y para estas artes manifiestan mucho talento. Hay obras
muy notables que llaman tambin la atencin en el exterior, y son tanto
mas apreciables, cuando consideramos, que son producciones de autodidactas,
los cuales no han conocido otra escuela que el taller de su maestro, ni otras
colecciones artsticas, que talvez los grabados de un peridico. Desde algun
tiempo ac existe en Quito una Escuela de artes y oficios, dirigida por
maestros europeos y costeada por el Gobierno, en la cual se ensean car-
pintera, herrera, zapatera, sastrera y otros oficios mecnicos, no porque
no hubiese habido antes estos oficios, sino para introducir en ellos las
modernas invenciones y mejoramientos..
de Colombia y del Per. Por dems largo y sin objeto sera dar el padrn
de todos los artculos que se importan y exportan. De los primeros el
Ecuador recibe de las naciones xtrangeras muchos de primera necesidad,
que no produce el pais no en cantidad suficiente, como harina, arroz etc.,
pero especialmente todas las mercaderas que constituyen la comodidad y
el lujo de la vida humana. Entre los artculos de exportacin cuentan en
primer lugar las producciones naturales y agrcolas, y en segundo las fabriles
industriales. En el orden de importancia del valor anual de las canti-
dades exportadas, los principales se siguen de este modo: Cacao, Sombreros,
Cascarilla, Caucho, Caf, Cueros y Suelas, Maderas y Caa, Frutas, especial-
mente Pinas y Pltanos, Azcar blanco, Zarza, Algodn. El cacao descuella
entre todos en cantidad y valor, y sin este artculo el comercio extrangero
seria por dems reducido y mezquino. Vase el Suplemento Nro. 44, en que
se encuentra una tabla comparativa, que demuestra el desarrollo continu
del cultivo y comercio de cacao.
Es sumamente difcil, cuando no imposible, avaluar el movimiento comer-
cial del Ecuador. Por falta de otros datos estadsticos es preciso recurrir
los que subministran las aduanas del pais y deducir de ellos el valor de
los artculos importados y exportados. Pero los resultados obtenidos de este
modo apenas se pueden llamar aprximativas por varias razones: I o en las
facturas se avalan los efectos muchas veces segn el capricho de los im-
portadores, 2o en las listas de las aduanas no se apunta el valor de los
objetos que se introducen libres de derecho, 3 o no figuran en estas listas
los contrabandos, que apesar de la vigilancia del Gobierno son numerosos.
As el Seor P. F. Cevallos d para el valor de los objetos introducidos y
exportados en el ao de 1887 los guarismos siguientes:
Revista territorial.
Seguiremos el orden que se ha observado en el decreto de la Conven-
cional Nacional, dado en Quito el 17 de Abril de 1884. El clculo del
rea de las provincias puede ser solo aprximativo porque la ley d la di-
visin territorial no segn lmites fsicos, sino segn parroquias, cuya ex-
tensin veces es desconocida por sus mismos habitantes. Ademas, en las
provincias andinas, que se extienden hasta allende la Cordillera oriental, la
he calculado solamente hasta las faldas exteriores d esta ltima, porque la
ley no indica con precisin sus Hnderos orientales. Lo mismo debemos decir
de las cifras, que indican el nmero de habitantes en las provincias y pob-
laciones; todas se basan en avalos y no en un censo exacto, que falta
absolutamente.
San Miguel, pueblo grande con tierras frtiles, Guaiiaaama, S'aquisil, Taniouchi, Toacaso,
San Juan de Pastocae, Ousubamba y Pansaleo (Mulalillo); metido en el valle occidental
del Toachi se halla Sigchos.
Canton de Pujil. Cabecera del mismo nombre, sin recomendacin especial, corta
distancia de Lataeunga. Las otras parroquias del cantn constan de pueblos miserables
sitios de poco casero, metidos algunos en las montaas occidentales: San Vicente,
San Juan, Poal, IsinUv, Guangaje, Chugchan, Pal, Tingo, Zumbagua, Angamarca,
Pangua.
V. P r o v i n c i a del Tunguragua.
X. Provincia de Loja.
rea 9600 kilm.n (310 leg. ) . En este clculo del rea entra so-
lamente la poroion de la provincia, que se halla al Oeste de la Cordillera
real. Otras tantas leguas, y talvez mas habr al Este en la hoya del Za-
mora y al Sureste en la del rio Chinchipe. El avalo de esta provincia se
podr hacer solo despus de un arreglo definitivo de los limites con el Per.
Habitantes 66000. Parroquias 29. Sus linderos son al N la provincia del
Azuay, al O la del Oro, al S y E la Repblica del Per y la Regin oriental.
Su terreno es montaoso, pero sumamente variado, comprendiendo regiones
muy frias, otras de clima templado y otras muy calientes. Los rios prin-
cipales son: en el centro el Catamayo con todos sus tributarios, al oriente
556 GEOGBAFA POLTICA Y CIVIL.
^^qqhLr
6 io< Concedan
7 S1? Domingo
B 7>i/zza d&XoUvur
n^nx-
f) u e Roca'fuerte
10 " (i? 7a- CoriMpciarii -Jt-JlJ1LJi-jg^ r y~,^^^X\^^>c^a^3t^a gpsn\rsp
11 Gel/crrut-eion.
12 Municipalidad cn^
13 HospUai
\% Aduana,
]Dnnanai
15 Comxvuancta, gen.
16 Talado del Obispo
QQQS
Colegio de seoritas regentado por las HH. de los Sagrados Corazones, un gran Hospital
civil administrado por las HH. de Caridad, otro militar igualmente grande media altura
del cerro de St a Ana, el espacioso Manicomio Vlez en los afueras de la ciudad, la casa
de Beneficencia de Seoras, un bonito, teatro. Las dems casas pblicas son menos
notables. Hay una gran fbrica de gas, calculada para un aumento considerable de la
poblacin, una fbrica de hielo, otra de cerveza, otras de chocolate, fundiciones de hierro,
talleres de mecnicos etc., un Astillero, en que se construyen buques de vapor y de vela.
Como lugar de recreo podemos considerar los espaciosos Baos del Estero Salado, un
kilmetro al O de la ciudad. Tambin el hermoso y ancho Malecn, que orilla la ria en
la extensin de casi 2 kilmetros, sirve de paseo, especialmente en las frescas noches de
verano, cuando soplan las brisas de Chanduy. En la plaza mayor se levanta sobre un
pedestal de mrmol la estatua ecuestre de Bolvar, y la de Eocafuerte est adornada con
la estatua pedestre del gran patriota cuyo nombre lleva la plaza (antes de San Fran-
cisco). Prximamente Guayaquil honrar con otra estatua (que est por concluirse) la
memoria de su mejor poeta, Olmedo. Como puerto principal de la Repblica, visitado
continuamente por buques de todas las naciones navegantes, y como emporio del comercio
ecuatoriano, la ciudad naturalmente lleva una vida muy distinta de la de las ciudades
del interior; todo respira animacin y alegra, y se han implantado muchas costumbres
cosmopolitas en la sociedad culta y hasta en el pueblo bajo. Se halla recorrida en todas
las direcciones por lineas de Carros Urbanos (tramvas) igualmente cruzada por alambres
de telfonos. En estos dos puntos Guayaquil no se queda en zaga de las grandes ciu-
dades de Europa, en comparacin del numero de sus habitantes.
Parroquias urbanas: Sagrario, Concepcin, San Alejo; rurales: Chongon, reducido
pocas oasuehas, Tama, Zamborondn, Morro, Puna, Jimis Mara, Naranjal y Blao, las
dos ltimas en un importante distrito cacaotero.
Canton, de Yaguachi. Cabecera: YaguacM (nuevo), llamado tambin Pueblo nuevo,
clebre por la fiesta de San Jacinto y las romeras este Santo, y por nada mas.
Otras parroquias: Milagro, un floreciente pueblo, en medio de magnficos cafetales, y c-
lebre por sus pinas, que son las mejores del pais, Yaguachi viejo, Naranjito, y el Carmen,
ltimamente fundado en la estacin ferrocarrilera de Puente de Chimbo.
Canton de Daule. Cabecera: Daule, sobre la orilla del rio de su nombre, es un
pueblo bastante grande, de un clima ardiente pero sano, produce las mejores naranjas y
buen tabaco. Otros parroquias: Santa Lucia, Colimes, Balear, con mejor tabaco que
Daule, Soledad, Las Bomas.
Canton de Santa Elena. Cabecera: St\ Hiena, pueblo regular, aunque hoy no tan
floreciente como en tiempos pasados, goza de un temperamento muy sano por estar cerca
del mar, y es lugar de reconvalecencia; sostiene un comercio activo con sombreros de
paja; elabora las sales de la Puntilla que abastecen toda la Repblica; trabaja en los
pozos de cop. Terreno rido y escaso de agua. Las dems parroquias son: Chanduy,
Colonche y Manglar alto.
36*
_ Y \ ^ 1. (Pgina 1.) Y Y" Y -
Mapas del Ecuador. Por atora citaremos solo aquellas cartas geogrficas que
comprenden todo el territorio de la Repblica, y que han sido publicadas.- -'-
El mapa mas antiguo y algo detallado, que poseemos del territorio de la actual
Repblica del Ecuador, es el del Padre Samuel Fritz, jesuita alemn, que , fines del
siglo XVII viajaba mucho por las misiones del Maraon, haciendo en todas partes ob-
servaciones geogrficas sobre aquellas regiones. Reeojiendo sus trabajos propios y los
de sus antecesores, compuso el mapa de una gran parte de Sudamrica, comprendida .
entre el grado 2 de L a t N hasta el 12 de Lat. S, y entre las costas del Pacfico y la boca
del rio Amazonas, con el objeto especial de aclarar el curso de este ltimo rio y de sus
fuentes principales. Este mapa fu impreso en Quito en 1707, y se public una copia
en el tomo 2 de la edicin francesa de las Cartas edificantes y curiosas, escritas de
las misiones estrangeras y de levante, por algunos ^misioneros de la Compaa-de Jess.
Este copia, que tengo presente, lleva ei ttulo:V Cours du fleuve Maragnon; autrement
dit des Amazones par le P. Santel Fritz, Missinnaire de la Gompagnie de Jess, y es
ejecutada en la escala d 1:150000001 Es admirable, como este ilustrado Misionero
pudo hacer lo que hizo con los insignificantes y desperfectos instrumentos, que tenia
su disposicin, y en las difciles circunstancias, : en que se hallaba durante sus viajes.
Mr. de La Condamine, quien examin el diario'de viaje del P. Fritz, depositado en los
archivos del Colegio de Quito, dice: No se necesita mas que leer su diario, del cual
tengo una copia, par convencerse de que este Misionero, enfermo cuando baj por 1 rio
para buscar auxilios al Pary molesto y vigilado su regreso, no podia ciertamente hacer
las observaciones necesarias, para que su' mapa saliese tan exacto como era posible. Por
otra parte, sin pndulo y sin anteojo no ha podido determinar ninguna longitud; y no
tenia para' las latitudes sino un pequeo semicrculo de madera, d tres pulgadas de
radio. Con tan pocas comodidades, es sorprendente que haya podido hacer una obra tan
digna de estimacin. Con mas facilidades que dicho Padre, yo siento que mi mapa est
tan lejos d la perfeccin."
Las ltimas palabras del sabio francs nos conducen al- segundo mapa, que tene-
mos sobre l Ecuador, y que es del mismo Mr. de La Condamine. -Est trazado en una
escala algo mayor (1:11500000) que el del Padre Fritz, pero con el mismo objeto espe-
cial, de precisar el' curso del rio Amazonas desde Jan de Braeamoros hasta s boca,
aunque se extiende hasta el Pacfico entre los grados 6 Lat. S'y 5 Lat. N. Esta carta
qu lleva el ttulo: (fiarte du cours du Maragnon ou de la grande rivire des Amazones,
d'as'sa pariie navigable depuisJaen de Braeamoros jusqu' son emVouehure, et qui com-
prend la Provinee de Quito et la Gte de la Guiane depuis le Cap de Nord jusqu' ISsse-
qub'e; leve en i 743. e 744~|^ assujettie auxObservations Astronmiques par Mr. de
La Condamine de KAC^des{Sy)>, acompaa apExtracto del Diarioae_-ohser-vaeiones
hechas en el^difcfedft-ta-Eroviiinia de Quito a!JPar_jr>T ti) riri de Jas Amazonas e t c .
"destinado por "ser-ledo n la Asamblea pblica de la Academia real de las" Ciencias -
Paris. o r Mr. de La Cojidamine. Traducido del francs en castellano. AmsterdamJ.-245Y
Este librit en pequeoS" y de - 21'pginas es sumamente raro y- poco-conocido.- -^
566 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.
Pocos aos despus del pequeo mapa, de que acabo de hablar, sali luz el grande
de Maldonado, que con buena razn se podria llamar tambin de Condamine, obra fun-
damental para la geografa moderna del Ecuador, que lleva el ttulo siguiente: Carta-
de la Provincia de Quito y de sus adyacentes. Obra postuma de Don Pedro Maldonado,
Gentilhombre de la Camera de S. Mag. y Gobernador de la Provincia de Esmeraldas.
Hecha sobre las observaciones astronmicas y geogrficas de los Acadmicos reales de
las ciencias de Paris y de las GuardasGja^ de Cdiz, y tambin de los RE. PP. Misio-
neros de Mainas. En que la costa desde la boca de Esmeraldas hasta Tumbaco, con la
Derrota de Quito al Maraon por una senda de pi de Baos Canelos, y el curso de
los rios Bobonaza y Pastaza van delineados sobre las propias demarcaciones del difunto
autor. Por el S. D'Anville, Gegrafo de 8. Mag, ChrisiHla de la Acad. Imp. de Peters-
burg. Sacada la luz por D. G. D. Z. C. Paris MDCCL. La escala es de 1:856154
aproximativamente, en cuanto se puede deducirla de una copia del mapa.
El mapa de Maldonado no difiere del de La Condamine, excepto que en el ltimo
Se encuentra todo el sistema de tringulos que ha servido los Acadmicos franceses
para medir un arco de meridiano debajo del ecuador. La identidad de los dos mapas
resulta tambin, si comparamos el ttulo del de Maldonado, citado arriba, ,con la explica-
cin, que d Condamine sobre el suyo, en el Journal du voyage l'Equateur, y la
cual citaremos, porque nos d la vez una idea del distinto valor de las diferentes partes
del mapa.
O a Mi nueva carta de la provincia de Quito abraza cerca de 7 grados en latitud y
erca de 4 grados en longitud. Toda la parte que corresponde los tringulos de nuestro
meridiano, y est comprendida entre las dos Cordilleras, desde medio grado al Norte del
ecuador hasta tres grados al Sur del mismo, est copiada del mapa levantado por M. Ver-
guin, y esta es la parte mas detallada. El mapa de la costa, que abraza casi un grado
en latitud entre el cabo de San Lorenzo y el rio Jama, fu levantado por M. Bouguer y
por m, cuando desembarcamos en Manta en el ao de 1736. Lo he copiado del mapa
que mand la Academia el mismo ao. Todo el resto de la nueva carta se ha sacado
I o . De mis propias observaciones en mis diferentes viajes particulares las pro-
vincias de Esmeraldas, Guayaquil, Loja, Zaruma, Piura, Paita, Jan, Borja etc.
o 2o. De lo que ya dije haber tomado de D. Pedro Maldonado, en cuanto la parte
setentrional de la costa, que arregl conforme los levantamientos, caminos y distancias
desde la embocadura del Bio verde hasta la del rio Mira. Lo mismo hice respecto al
curso de los rios de Santiago de la Tola, del Bobonaza y del Pastaza, que M. Maldonado
habia recorrido. El curso de los dos ltimos se ha dibujado segn las observaciones de
Maldonado, por M. d'Anville.
3 o . De diferentes memorias informaciones que he reunido de todas partes, y las
que debo principalmente al E. P. Magnin, Jesuta de Friburgo, antes misionero, despus
cura de Borja, hoy profesor de derecho cannico en Quito y miembro correspondiente de
la Academia. A l le debo todos los pormenores que contiene la carta del oriente de
las cordilleras; pero he rectificado todas las posiciones con una determinacin exacta de
los vrtices de las montaas de la cordillera oriental, de donde los rios toman su curso
hasta el de las Amazonas. Los pormenores del apo y de sus afluentes se han tomado
de un dibujo hecho por el Padre Pablo Maroni, Jesuta italiano, otro misionero de Mainas.
El golfo de Guayaquil ha sido tomado de un plano levantado con mucho cuidado y que
recib de un hbil piloto francs, oriundo de Cdiz.
La parte de la costa, desde el cabo San Lorenzo hasta la punta de Santa Elena,
he tomado de rutas antiguas y cartas manuscritas por falta de mejores datos. Con todos
estos materiales, que di M. Maldonado, este hizo arreglar por M. d'Anville un mapa
espaol de la provincia de Quito en cuatro hojas, aadiendo sus propios trabajos. Los
pormenores de la regin noreste del pais son en parte de M. Bouguer quien tom la
vuelta ese camino, y en parte de un interesante diario del teniente coronel Don Miguel
de Satistvan. ;;
De la precedente explicacin de Mr. de La Condamine se deduce, que la parte mas
meritoria y de duradero valor de su mapa (y del de Maldonado) se halla en la zona inter-
andina desde Mira hasta Tarqui, por razn de la triangulacin, que le sirvi de base.
Las dems partes en conjunto no tienen tanto valor, y comparadas entre s son tan
heterogneas, que es difcil avaluarlas en globo.
La carta de Maldonado se hizo muy rara, y en toda la Repblica del Ecuador no
existen mas que uno dos ejemplares de ella. Ser por esto, que Maldonado queda casi
MAPAS DEL ECUADOB. 567
olvidado de sus mismos paisanos y no ser intil repetir aqu lo que escrib en mi
Memoria sobre la provincia de Esmeraldas en 1879, tributando un homenaje la me-
moria de este gran hombre.
Naci Dore Pedro Vicente Maldonado en Riobamba hacia el ao de 1710 hizo sus
primeros estudios en el colegio de Quito, sobresaliendo especialmente en las ciencias
matemticas, bajo la direccin de su hermano mayor, Don Jos Maldonado, cannigo de
la Catedral de Quito y gemetra y astrnomo no vulgar segn Mr. de La Condamine.
Desde luego que se habia encargado de la gobernacin de Atacmes, concibi grandes
planes ideas concernientes su nuevo gobierno. Primeramente pens establecer nuevas
poblaciones cada cinco leguas en el camino que abri, para la comodidad de los trafi-
cantes y para la conservacin de la obra en buen estado. Su idea principal fu construir
la capital del gobierno en San Mateo de Esmeraldas sobre la desembocadura del rio de
este nombre. En el mismo lugar quiso establecer un astillero y este fin hizo construir
en Londres y trasladar Guayaquil los instrumentos necesarios. Con el fin de evitar
injustas vejaciones y prohibiciones de parte de la corte de Madrid, que en otras ocasiones
habian frustrado las buenas intenciones de los empresarios, y para pedir la confirmacin
del gobierno conferido por la real Audiencia de Quito, se encontr en la necesidad de
pasar personalmente Espaa, y verific su viaje por el Maraon en compaa del seor
de La Condamine. Felipe V le recibi con benevolencia, le dio por cdula real de 1746,
el gobierno de Atacmes y Esmeraldas por dos vidas, le adjudic tambin el confinante
gobierno de Cara, que se hallaba entonces en total abandono, y le adorn finalmente con
el ttulo de Gentil hombre de Cmara de Su Majestad. Pero Maldonado no era el
hombre que se dejaba impresionar por la vida ociosa de la corte de Madrid; tenia aspira-
ciones mas nobles y no perdia de vista su objeto principal, al que pareci haber dedicado
su vida y todas sus fuerzas intelectuales.
. Mr. de La Condamine dice, que la pasin de Don Pedro Maldonado por instruirse
abrazaba todo gnero de ciencias y que su facilidad en concebir suplia la imposibilidad
en que habia estado de cultivarlas todas desde su primera infancia. Siguiendo pues su
natural inclinacin, vol de Madrid Paris, estudi con afn todo cuanto pudiera serle
til mas tarde en su querida patria, asisti con frecuencia las sesiones de la Academia
de Ciencias, recorri los Paises Bajos en 1747, relacionndose en todas partes con los
sabios mas afamados, y se traslad Londres en Agosto de 1748. All fu nombrado
individuo de la Sociedad Real, pero poco tiempo despus le acometieron una fiebre ardiente
y una afeccin del pecho tan violentas, que sucumbi ellas el 17 de Noviembre del
mismo ao, en la flor de su vida. Lamentaron su prdida los miembros de ese ilustre
Cuerpo, los miembros de la Academia de Ciencias en Paris, y todos cuantos le habian
conocido. Las memorias escritas por Maldonado y sus apuntamientos sobre la historia
natural, fueron recojidas y llevadas Madrid por el embajador de Espaa en Francia,
pero parece que all quedaron sepultados en el polvo de los archivos; por lo menos no
hay noticia de que se hubiesen publicado. Con mucha razn dice Caldas, hablando de
Maldonado: Jamas lloraremos dignamente la prdida de este hombre grande, que pro-
yectaba nuestra felicidad. Si conocemos una parte de sus acciones, lo debemos una
pluma extrangera (la de La Condamine). Ingratos, casi hemos olvidado su memoria!
Las mas clebres academias de Europa han pronunciado sus elogios, y sus compatriotas
apenas le conocen. El Quiteo se afana por pasar la posteridad el nombre de un juez,
que le compuso una calle, y ha olvidado erijir un monumento al hombre mas grande
que ha producido ese suelo,*)
El monumento mas duradero, que Maldonado mismo se ha erigido y que vale mas
que una estatua, es su mapa grande del reino de Quito, que ha servido de fundamento
todos los trabajos posteriores y sobre el cual Humbodt form un alto concepto, elo-
gindolo como uno de los mejores, que en su tiempo existieron de paises no-europeos.
Garta general de Colombia. La foja 22 del gran Atlas geogrfico y fsico del
Nuevo Continente por A. de Mwriboldt contiene la Carta general de Colombia (grabada
en Paris en 1825), en la escala de 1:7675862. No contribuye mucho d nuevo la
geografa fsica del Ecuador; pues en las regiones, que comprenden nuestra actual Re-
pblica, sigui Condamine y Maldonado, salvo la correccin de algunas posiciones
Mapa fsico y poltico del alto y bajo Pera. Con este ttulo se puhlie en 1826
en Paris una carta muy interesante en dos secciones, cuya setentrional abraza tambin
una parte de la actual Repblica del Ecuador. Est grabada con esmero y hasta con
elegancia, en la escala de 1^3403670. Debajo del ttulo se lela Nota siguiente: Este
mapa est corregido con presencia de las observaciones itinerarios de los oficiales
facultativos, que han acompaado los ejrcitos en sus diferentes operaciones, cuyos
trabajos se reunieron consecuencia de los ltimos acontecimientos, por orden del
Gobierno. Ao de 1826. En la composicin de este mapa.se nota la influencia del
trabajo de Humboldt, publicado un ao antes. Pero su importancia especial para el
Ecuador consiste en que seala los mismos lmites entre Per y Colombi, como Hum-
boldt. Ee un documento claro de que el Gobierno peruano, lo menos hasta el ao de
1826 no pensaba en despojar Colombia de las provincias de Jan y de. Mainas y de
muchos otros terrenos. La invencin de la observancia de Ja Cdula real de 1802 es
bastante moderna. cualquier observador imparcial ocurre la pregunta: porqu el
Per no disput esos terrenos desde el principio ? y porqu se convenci de la observancia
de la clebre Cdula real muchos aos mas tarde, despus de haber ocupado poco poco
el territorio ecuatoriano?
errnea de los minutos de longitud y-latitud; y los nombres estn muchas 'veces tan"
equivocados en sus posiciones, como si los hubiera escrito sobre pedazos de papel y reci-
bido sobre l mapa despus de lanzarlos al .aire, fijando as su posicin respectiva. -(Re-
port on the expedition to procure seeds and plants of the Oinchona succirubra or red.
bark tree, by Richard Spruee Esq. London 1861.) Vase tambin el Bol. del Obs. astr.*
de Quito," 1879, p'g. 44.' Wolf, Viajes cient, por la Rep. del Ecuador (Guayaquil 1879),
III, pg. 9-
Pasaron 26 aos sin publicarse otra carta general de la Repblica. Entonces, por
escasearse ya mucho la de Villavieencio, sali el Mapa del Ecuador por Santiago M.j
Basurco, en 1884. Grabado impreso por G. "W. y C. B, Colton y Co., Nueva-York..
Escala 1:1000000. Dice una nota, que este mapa ha sido trazado en vista de los tra-
bajos de los doctores Villavieencio, Wolf y los particulares del autor. Estos ltimos no
pueden ser considerables, porque el seor Basurco compuso su carta en Guayaquil,
pocas semanas despus de su llegada del Per y sin conocer el pais. Aprovech de mis
trabajos publicados hasta entonces, en cuanto caban sobre el mapa de Villavieencio. Es
lstima, que el seor Basurco no haya consultado otros materiales antiguos, en parte
muy buenos, por ejemplo, las cartas martimas del Almirantazgo ingles. As su obra no
es mas que una copia de Villavieencio en escala algo mas grande, quien pudo reem-
plazar, si no hubiese cometido un error en la divisin poltica, poniendo una gran- parte
de la provincia del Orient, que el Ecuador se cree con todo derecho, como terreno
disputado por el Per y Ecuador, razn, por la cual el Gobierno ecuatoriano prohibi la
introduccin de este mapa en las escuelas del pais.
Otra carta del Ecuador, con el mismo fundamento de Villavieencio, publicaron los
Hermanos de las Escuelas Cristianas, poco tiempo despus. No la tengo la mano y por
esto no puedo indicar la escala, ni la casa editora de Paris. Poco mas menos tiene el
tamao de la carta de Basurco. Parece que este mapa est destinado la enseanza de
sus alumnos en las clases inferiores, pues, sin entrar en detalles, d en dibujo tosco solo
los rasgos principales de la configuracin geogrfica de la Repblica y la divisin pol-
tica. Est viciado de los errores de Villavieencio, y no tiene mrito cientfico,' como
tampoco la anterior de Basurco.
Finalmente debo hablar del mapa mas reciente de la Repblica, que en el ao pa-
sado de 1891 se public en Berln, en el instituto geogrfico de Otto Herkt, y lleva el
ttulo: Mapa general del Ecuador por Bernardo Flemming. Escala 1:1800000. La
ejecucin tcnica de esta carta es mejor que la de todas las precedentes, aunque el dibujo
de las montaas deja mucho que desear. Sti mrito principal consiste en haber abando-
nado el camino trinado d copiar Villavieencio, regresando el autor mas bien Maldo-
nado, en donde no pudo conseguir mejores materiales modernos. La costa y las islas
de Galpagos estn trazadas conforme las cartas martimas inglesas, las provincias de
Esmeraldas, Manab (en parte), Guayas, Los Rios, Bolvar, Oro, Loja, Cuenca y Caar;
son copiadas de mis cartas ya publicadas, y el resto del mapa se funda-principalmente
en Maldonado, lo menos no se nota mucho influjo de otros materiales modernos, aunque
existieron, por ejemplo, para la regin amaznica, que sali muy pobre y en parte
errnea. El viejo plano de Guayaquil debia ser reemplazado por el nuevo, que existe
impreso desde 1887. * En la lista de los materiales, que sirvieron la compilacin del
mapa, el autor cita nombres, que no han contribuido nada la geografa del pais. Se
cita tambin si mismo, pero en vano he buscado algo de nuevo que se pudiera atribuir
l, no ser la indicacin de tres ferrocarriles proyectados. En el proyecto de Pailn
se.nota la circunstancia singular, de que el ferrocarril, saliendo de San Lorenzo no pasa
hasta Ibarra, sino que acaba en Paramba, hacienda del seor Flemming. Poco importa,
porque el proyecto no se realizar tan pronto. Parece que sus autores nunca han pen-
sado en la dificultad de habilitar el puerto de Pailn; Este puerto es inaccesible para
buques mayores, y la abertura de un. canal seguro por los bajos extensos de la Baha de
Sardinas de Ancn, y otros trabajos preparativos costaran talvez mas que todo el ferro-
carril desde Sari Lorenzo Ibarra; Los lmites de la Repblica traz el seor Flem-
ming arbitrariamente, no siendo ahora el rio Amazonas el lindero entre Ecuador y Per,
ni la hhe suya la que divide e] Ecuador y Colombia. -El lindero con el Brasil no est
conform al tratado de San Ildefonso en-1777-, como dice la lectura,- sino- al que el Per
570 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.
celebr con el Brasil en 1851, considerndose dueo del terreno ecuatoriano. Es lstima
que el seor Plemming no excojiera con mejor crtica el material que le sirvi. As
figuran, por ejemplo, en su mapa unos sitios insignificantes ( veces casas aisladas), que
yo bien pude colocar en mi carta grande de la provincia del Guayas, pero que no caben
en la suya de escala pequea, mientras que faltan del otro lado poblaciones considerables,
por ejemplo, Manglar alto en la costa y muchsimas en la sierra. Valdivia, un sitio de
cuatro casuchas miserables, figura con la seal de cabecera de cantn. Otro tanto vale
respecto los rios y dems particularidades. Me abstengo de una crtica completa del
mapa, porque no conozco el objeto especial, que con su composicin y publicacin se
propuso el autor. En la escala pequea en que se halla, no puede servir bien ni la
instruccin pblica, ni al viajero cientfico, ni al Gobierno, ni otros fines particulares.
V 2. (Pg. i.)
Mapas de Colomlbia y del P e r . Las Repblicas de Colombia y del Per
deben sus mejores mapas generales dos italianos clebres, Codazzi y Raimondi.
Carta geogrfica de los Estados Unidos de Colombia, antigua Nueva Granada, con-
struida de orden del Gobierno general, con arreglo de los trabajos corogrficos del Ge-
neral A. Codazzi, y otros documentos oficiales, por Manuel Ponce de Len, ingeniero,
miembro de la Soc. geogr. de Paris, y Manuel Maria Paz. Bogot 1864. Grabada en
Paris, en la escala de 1:1350000. Todo el mrito de esta carta recae sobre Codazzi,
quien al morir dej los materiales listos para la publicacin. Segn el testimonio de
viajeros competentes es bien exacta y muy buena en todas las regiones, en donde Co-
dazzi mismo ha trabajado; en otras, en que debia sevirse de materiales ajenos y antiguos
se resiente naturalmente de los errores imperfecciones de estos, as, por ejemplo, en la
regin limtrofe del Ecuador, que copi de Villavieencio. Al ecuatoriano debe sor-
prender el lindero que en este mapa se seala para las dos Repblicas, y que de ningn
modo est conforme al Atlas de Restrepo, ni la ley de 1824, sobre todo en la parte
oriental. Sube este lindero cerca de Tulcan la Cordillera oriental y vira sobre la cresta
de ella al Sur hasta el Cayambe; en seguida baja por el rio Coca y el rio apo hasta
la desembocadura de este en el Amazonas. Frescos quedamos! Colombia baja al Sur
hasta el apo, Per sube al Norte, reclamando los terrenos del apo y Putumayo hasta
el Yapur, disputndose las dos Repblicas un inmenso terreno ecuatoriano1.
Mapa del Per, por A. Baimondi.v El gran naturalista, que el Per con justo
orgullo puede considerar como uno de los suyos, ha trabajado 40 aos, desde 1850 hasta su
muerte en 1890, al lado de sus estudios sobre botnica, zoologa y mineraloga, tambin en
el perfeccionamiento del mapa de esta Repblica. Recoji tantos materiales geogrficos, que
ya pudo pensar en la construccin de una carta general del Per en gran escala y sobre
bases slidas. Bajo la proteccin y costo del Gobierno han salido en los ltimos
3 aos (hasta Mayo de este ao de 1892) 13 secciones, de las 34 que deben formar la
carta completa. Ojal, que con la muerte prematura del seor A. Raimondi no se para-
lice esta gran obra, la cual honra su autor y al Gobierno peruano, y que los mate-
riales inditos caigan en manos competentes, para que la conclusin corresponda al prin-
cipio! La escala de este mapa es de 1:500000, y la ejecucin tcnica correcta y
esmerada. Grabado y Imp. por Erhard P rcs , Calle Denfert-Rochereau 35bi8, Paris. Las
secciones publicadas comprenden la parte mas setentrional del Per, de suerte que pude
aprovecharme de ellas para el trazo de las regiones limtrofes al Ecuador, con el expreso
permiso del autor.
Naturalmente indica el mapa de Raimondi los linderos con el Ecuador segn las
pretensiones del Per. He oido algunas personas emitir la opinin, de que el seor
Raimondi hubiese escrito sobre los lmites solo en servicio delPer, sin verdadera con-
viccin. Contra esta sospecha protesto en nombre de mi malogrado amigo, quien
conoc bastante, para poder afirmar que era incapaz de un procedimiento equvoco. En
primer lugar es claro, que como gegrafo del Per debia indicar en el mapa los lmites
que el Gobierno peruano considera como legtimos, aun en el caso de que personalmente
hubiese seguido otra opinin, porque pudo prescindir de la cuestin del derecho, como
yo lo hago con los linderos del Ecuador. Los pongo como el Gobierno ecuatoriano los
desea; videant cnsules! Pero hay mas; el seor Raimondi vivi y muri con la
MATEBIALES GEOOBAPICOS. 571
conviccin, de que la Cdula real de 1802 fu obedecida, y en esta conviccin debia
poner los limites del Per as como los puso. Con Colombia la cuestin es muy distinta;
ella no asiste ni la sombra de derecho para la pretensin de extenderse hasta el
Cayambe y el rio apo. Esta pretensin es simplemente absurda.
V 3 . (Pg. 2.)
M a t e r i a l e s u s a d o s . Aunque no es posible, enumerar aqu todos los materiales
ajenos, de que me he servido en mis estudios y en la composicin del mapa, ni mucho
menos indicar todos los casos especiales, en que influan, es sinembargo necesario y un
debeT de gratitud y justicia, dar una revista de los principales. Por supuesto cuentan
entre ellos en primer lugar las cartas geogrficas de la Bepi'ibliea, que he citado en la
primera anotacin, y entre las cuales la carta de Maldonado sobrepuja las dems en
importancia cientfica.
De cartas parciales, que tratan solamente una parte de la Repblica, debo men-
cionar la de la Triangulacin ejecutada por los Acadmicos franceses, que forma el funda-
mento de la carta geogrfica de la regin interandina desde Mira hasta Tarqui. Este
documento importantsimo se halla en la obra de Mr. de La Condamine: Mesure des
trois premiers degrs dxi mridien. Mientras que Condamine d solamente el esqueleto
de los tringulos, Mr. Bouguer, en su obra La figure de la terre, lo acompaa con los
detalles topogrficos. Tambin D. Jorge Juan lo insert en sus Observaciones atron-
micas y fsicas hechas de orden de su Majestad en los reinos del Per. Finalmente se
halla una copia mal dibujada en el programa de la Escuela Politcnica de Quito en 1875,
en la Relacin sobre la expedicin de los Acadmicos franceses por J. B. Menten. .
Una carta de Don Atanasio Guzman, cuya copia reducida Mr. R. Spruce public
en Londres en 1862, apenas podemos enumerar entre los materiales geogrficos, porque
es del todo inservible. Representa, pretende representar las montaas de Llanganate,
el rio Patate desde Latacunga, una parte delPastaza, y la parte superior del rio Curaray
Si nos fijamos en las partes bien conocidas y en lo poco que sabemos de cierto sobre
las montaas de Llanganate, resulta que el dibujo de Guzman es completamente falso, y
que este seor no tenia la menor idea de cartografa. Si en efecto existiesen algunos
de tantos rios, lagunas, cerros etc. que pinta detalladamente, no sabramos donde colo-
carlos, pues de seguro no pueden ocupar las posiciones, en que se hallan sobre el mapa.
En Quito he visto el manuscrito de la Historia del Reino de Quito por el Padre
Velasco, acompaada de la Carta general de las provincias del Quito propio, de las orien-
tales adjuntas, y de las Misiones del Maraon, apo, Pastaza, Guattaga y Ucayale,
delineada segn las mexores cartas modernas y observaciones de los Acadmicos y Misio-
neros, por el Presb0. D. Juan de Velasco, para servir su Historia del Reino de Quito.
Ao de 1789. La escala es de 1:4600000, aproximativamente, en cuanto se puede de-
ducir del dibujo algo desigual de los grados. En el prefacio la tercera parte de su
Historia, dice el Padre Velasco, que ha formada su carta segn las cuatro mejores, que
son las de los SS. Maldonado y Condamine, y de los PP. Fritz y Magnin, solo aadiendo
tal cual cosa de propia observacin. Este documento interesante debe existir todava
en la Biblioteca Nacional de Quito con el manuscrito de la obra, y merece ser conser-
vado como documento histrico para la cartografa del pais, as como su Historia, por
mas errores que contenga, siempre conservar el mrito inters de haber sido la pri-
mera de su gnero, que ha servido de fundamento las obras posteriores de Villavi-
cencio, Cevallos etc.
Existe una Carta esfrica, que comprende la costa occidental de Amrica, desde
7 grados de Latitud sur hasta 9 grados de Latitud norte, levantada de orden del Rey
N. S., en 1791 por varios oficiales de su real armada. Presentada S. M. por mano del
Exmo. D. Antonio Coronel, Secretario del listado etc. Ao de 1800. Escala 1:2200000
(segn puedo deducir de una copia que tengo presente). Este mapa, poco conocido, es
muy interesante, por presentar por primera vez la verdadera configuracin de la costa
ecuatoriana, de la isla de Puna, del Golfo de Guayaquil, y de los esteros que desembocan
en l. En efecto, ya difiere muy poco de las cartas'martimas inglesas posterioxes, re-
specto las posiciones relativas, aunque en cuanto las absolutas (Ljmg. de 'GreenwlV
la diferencia es todava considerable y llega de 7 10 minutos. --v
El Atlas geogrfico y fsico del Nuevo Continente de Eumboldt contiene algunos
572' ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
V 4. (Pg. 6.)
P o s i c i o n e s astronmicas. Supongamos por un momento las posiciones de
Humboldt para Guayaquil en Long. 82 18' 10" O. de Par.,
y para Alaus en Long. . 81 20f 38"
tendremos la diferencia de 0 57' 32"
Ahora bien, segn los planos exactos y las mediciones directas del ferrocarril, la
diferencia de Longitud entre Guayaquil y Puente de Chimbo es lo menos de 0 46' 53",
y segn mis triangulaciones hechas en 1880 entre Alaus y Puente de Chimbo, igual-
mente segn los planos de los ingenieros del ferrocarril, levantados en los ltimos aos
entre Puente de Chimbo y Sibambe, la diferencia de Longitud entre Alaus y Puente de
Chimbo por lo menos es de 0 24/ 37"; de consiguiente la distancia de Guayaquil Alaus
es 1 11' 30". Probablemente la distancia es algo mayor, porque he tomado para am-
bos trechos el mnimo de los clculos. Aun as resulta, que la diferencia distancia
dada por Humboldt es casi de 14 minutos (0 13' 58") demasiado pequea. Pero Hum-
boldt est equivocado tambin respecto la Longitud de Guayaquil, ponindola de casi
7 minutos demasiado al Oeste. Si adoptemos, como debemos adoptar la Longitud de
Guayaquil segn las cartas martimas en 82 11' 33" (Humboldt la pone en 82 18' 10"),
el espacio entre esta ciudad y Alaus (segn H.) se reducira .51 minutos, y la dife-
rencia calculada arriba en 14 minutos, se aumenta 20%. Es decir, que Alaus cae en
efecto de unos 20 Va minutos ms al Este de lo que indica Humboldt.
Este resultado sorprendente me confirm en la desconfianza que tenia desde mucho
antes en las posiciones astronmicas de Humboldt; pues en varias otras ocasiones me
sucedi, que mis medidas y clculos no caban en el espacio entre la costa y la Cor-
dillera, que debia suponer segn esa autoridad; solo que no siempre era tan fcil de
demostrar el error y su grado. Si examinamos las observaciones que Humboldt hizo
en la eo'sta sudamericana, resulta que ellas difieren bastante de las que encontramos en
las modernas cartas martimas del Almirantazgo ingles, y el error cae, con pocas ex-
cepciones, casi siempre al mismo lado, es decir, sus posiciones se hallan al Oeste de las
inglesas, as por ejemplo:
POSICIONES ASTEONMICAS. 575
Punta Aguja de 4' 10"
Punta Paria de 4' 39"
Cabo Blanco de. 3' 16"
Guayaquil de . . 6' 37"
Callao de . . . . 5' 21" (segn Fleuriais).
Por esto es de suponer, que los errores de Humboldt en el interior del pas caern
en el mismo sentido, al lado oeste. En efecto, Wertheman encontr, que Humboldt puso
la boca del rio Chinchipe en el Amazonas de 4' 25" demasiado al occidente. El mismo
ingeniero determin la Longitud de Cajamarea con el mayor esmero por mas de cien
observaciones circunmeridianas y otras tantas distancias lunares, y encontr esta ciudad
de 6' 35" mas al Este que Humboldt. Raimondi adopt en su mapa del Per, como era
natural, en la costa las cartas martimas modernas, y en la regin amaznica las posi-
. ciones e Wertheman, por lo cual cae tambin todo el Per sententrional unos 4% mi-
nutos mas al Este que antes; pero cometi la inconsecuencia de conservar para la regin
intermedia entre la costa y el Amazonas, las posiciones de Humboldt, en Ayavaea y
Huaneabamba (por falta de otras), mientras que hace una correccin de 4 minutos para
Loja, refirindolo la Longitud de Tomependa indicada por Wertheman. Otro tanto, me
parece, debia hacer con Ayavaea y con Huaneabamba, especialmente cuando la ltima
villa se halla tan cerca Tomependa. En las partes del Ecuador, en que nos faltan
todava los datos necesarios para hacer la correccin exacta, como en la provincia de
Loja y una gran parte de la del Azuay, podemos entre tanto suponer un error lo
menos tan grande como en la costa de Guayaquil, y trasladar esa regin interandina
de 6 7 minutos al oriente. Si no lo hiciramos, nos sucedera lo que entre Guayaquil
y Alaus, es decir nos faltaria tierra entre el Golfo de Guayaquil y Cuenca, para trazar
la topografa de esa regin. Con las exactas observaciones astronmicas triangulaciones
este espacio se ensanchar probablemente algo mas, pues en la parte setentrional de la
Repblica los errores de Humboldt llegan mucho mas de 7 minutos.
Parece que Codazzi se encontr con el mapa de Colombia en los mismos apuros que
Raimondi y yo, pues en la provincia de Pasto se nota que con la costa traslad tambin
una gran parte del interior al Este.
Los seores DD rea Reiss y Stbel tuvieron la bondad de comunicarme algunos re-
sultados de sus observaciones astronmicas, calculadas por el astrnomo Dr. Peter en
Leipzig. Ellos encontraron Bogot de 14' 15", Pasto de 6' 15" y Quito de 16' 44" mas
al Este que Humboldt. Para Quito el doctor Peter, sacando el promedio de las observa-
ciones de Stbel, Humboldt y Ulloa, ha calculado la Longitud de 80 51' 45" O. Paris
( = V% 44" mas oriental que Humboldt), la que he adoptado en mi mapa hasta que ob-
servaciones ulteriores y ejecutadas por mucho tiempo nos den un resultado seguro y
definitivo.
Para demostrar, cuanta es la inseguridad en que nos hallamos respecto las
Longitudes del pais, pongo en seguida los datos que poseemos para las dos ciudades prin-
cipales, Quito y Guayaquil:,
\Quito) Long. O de Parts.
Segn Jorge Juan a) 80 4 5 ' C /
b) 80 40' 251'
La Condamine a) 80 30"JS
) 81 2 2 ^
Velasco 80 47' 15"
Humboldt 81 4' 38"
Stbel 80 47' 54"
Peter 80 51' 54"
Guayaquil.
Segn los Acadmios franceses . . . . 82 27' 38"
Humboldt 82 18' 10"
Inman 82 16' 9"
Rapper 82 12* 16"
Arrowsmith 82 10' 9"
Carta del Almirantazgo ingles . 82 11' 33"
Wisse 82 21' 38"
Villavicencio 82 27' _Q
SIS ANOTACIONES-.Y SOTIiBMBHTOS.
Si as estamos con la Capital y, eon el Puerto, principal del pais, qu ser de las
posiciones de lugares menos importantes? quien creeremos? qu autoridad invocaremos?
qu confianza pondremos en aisladas observaciones astronmicas de los viajeros por mas
competentes que sean? En vista de tanta confusin y tan poca seguridad debemos
consentir con Raimondi, cuando dice: /He llegado perder completamente la f en todas
las observaciones de longitud, que no sean'hechas por astrnomos eminentes que hayan
permanecido algun tiempo en el lugar.
Con efecto: qu confianza podrn merecer unas observaciones de longitud tomadas
de paso, cuando vemos las enormes diferencias que dan distintos y hbiles observadores
en la longitud de un mismo punto? As tomando, por ejemplo, la longitud de la ciudad
de Arequipa, determinada por tres observadores, los seores Curson, Pentland, que la
observ en dos ocasiones, y D. Mateo Paz-Soldan, tenemos los siguientes resultados:
Curson (1812) Arequipa . . . 73 0' 13" Long. O do Paris
> : . Pentland (1827) ., . . . 74 14' 12"
id. (1837) ,. . . . 73" 55' 36 .
Paz-Soldan . . . 74 21' 0"
H aqu pues, que entre las longitudes tomadas por los citados observadores hay
una diferencia de 1" 20' 47", que equivale 803/4 millas marinas casi 27 leguas. Ahora
pregunto yo: Ser posible, saliendo de un punto conocido de la costa de Islay,.por
ejemplo, llevando un itinerario con un poco de cuidado, cometer tamao error en 30 le-
guas de camino?
Aun haciendo abstraccin de las observaciones de los seores Curson y Paz-Soldan,
que son los dos extremos, y comparando las dos hechas por el seor Pentland, vemos
una diferencia de 18' 36", esto es un poco mas de 6 leguas geogrficas, error que ser
imposible cometer llevando un itinerario desde la orilla del mar hasta Arequipa; puesto
que para recorrer al paso llano de una bestia la distancia de 6 leguas geogrficas, se
necesitan unas 4 horas; y bastaria observar un reloj al momento de salir y la llegada,.
para pereebir el equvoco. Si s tiene el cuidado de medir antes el camino, que recorre
una bestia al paso llano en un tiempo dado, como he hecho yo con todas las que he em-
pleado, y anotar as mismo todas las variaciones de direccin del camino, es casi im-
posible en una distancia como la que media entre Islay y Arequipa, cometer el error de
una legua;. . .:. V
. i . aun la posicin geogrfica del primer puerto d l a Repblica, esto es la lon-
gitud de Callao, es discutible, pesar de haber sido determinada por clebres obser-
vadores .-. . . "
. . . las dos ltimas y mas recientes observaciones (deMoesta y Fleuriais) difieren
casi 5' millas geogrficas de la de Humboldt y un poco mas de 4 de las que dan Du-
perrey y Fitz Roy. Cual ser la mas exacta? . . . desgraciadamente se tiene demasiada
confianza en las engaadoras cifras que llevan el signo de grados, minutos y segundos
( ' "), que se ven sembradas con profusin en varios libros. (Raimondi, Per, I, pg. 65). |
He citado este pasaje de Raimondi, para que se vea, que en todas partes de Sud- '
americ el gegrafo se encuentra con las mismas dificultades por ahora insuperables,
con que tropezamos en el Ecuador. Que campo tan vasto para un observatorio astro-
nmico , que en primer lugar parece llamado allanar las dificultades y proporcionar
al topgrafo los datos concernientes las posiciones principales! Ojal que tuviramos
siquiera 15 20 puntos bien determinados y situados distancias convenientes en la ex-
tensin longitudinal del pais sobre la Cordillera. occidental entre ella y la oriental!
Con estos puntos seguros y con los que tenemos en la costa, un gegrafo prctico y
bien ejercitado podria construir un mapa muy exacto sin mas materiales astronmicos,
y apoyndose en sus triangulaciones.y dems operaciones geodsicas, y en sus itinera-
rios. Yo, desprovisto de los instrumentos y aun de los conocimientos astronmicos
necesarios para observaciones difciles, como es la de la longitud, insist hace muchos
aos en la importancia de que se ejecute este trabajo de determinar aquellos puntos
cardinales por parte del Observatorio astronmico de Quito, pero en vano. l ao
antepasado volv interesar al director del observatorio en el asunto, exponindole mis
dudas bien fundadas respecto las Longitudes de Humboldt. Me prometi hacer la re-
visin de la longitud de Quito mediante las observaciones con estrellas, y tambin se
ofreci determinar la diferencia de longitud entre Quito y Guayaquil mediante obser-
vaciones correspondientes en ambos lugares y l'telgrafo (mtodo fcil, muy seguro y
LMITES. 577
V 5 . (Pg. 6.)
Cuestin d e lmites. Consltese; Pedro Moncayo, Colombia y el Brasil; Co-
lombia y el Per. Cuestin de lmites. Valparaiso 1862.
M. Villamcencio; Apndice la Geografa del Ecuador y defensa de los terrenos
baldos. Con una carta de. lmites. Valparaiso 1860.
J. B. Menten, en el Boletn del Observatorio astronmico de Quito, 1878. Nro. 5,
pg. 99.
P. F. Cevallos, esmen de la Historia del Ecuador, 1889. VI, 176179.
A. Baimondi, Per (Lima 1879), HE, pg. 2 trata difusamente de la clebre Cdula
real de 1802, de cuya observancia no-observancia depende, como se sabe, el Z7
pgssidetis, que debia arreglar los lmites de las nuevas Repblicas al tiempo de su in-
dependencia. Raimondi aboga naturalmente en favor del Per, queriendo comprobar, que
la Cdula real fu obedecida, y en el mismo tomo (pg. 390) inserta un pequeo mapa,
en que seala el lindero entre el Ecuador y el Per conforme dicha Cdula. En la
presente obra, que tiene por objeto la geografa fsica del Ecuador, he evitado de entrar
en la discusin de esta grave cuestin histrica, que necesita largos y profundos estudios.
He trazado los lmites de la Repblica segn las indicaciones del Gobierno.
Como es mas que probable, que las tres Repblicas de Per, Ecuador y Colombia
llegarn arreglar sus linderos de un modo amigable, cediendo algo de las preten-
siones, que cada una se cree con derecho, y hacindose mutuas concesiones, segn la
conveniencia de cada pais, me permito hacer una observacin general. En el estudio de
los lmites naturales, que se han de fijar y que en muchos puntos sern diferentes de
los antiguos artificiales, se debe tomar en consideracin, que en regiones montaosas es
preferible una linea divisoria, que pase por las crestas de las montaas y colinas que
separan un sistema fluvial de otro, y no por los rios mismos, porque es conveniente que
toda la hoya de un sistema fluvial (pequeo) un valle pertenezca un solo pais. Las
altas montaas separan las naciones mucho mejor que los pequeos rios. Otra cosa
distinta es, cuando se trata de rios muy grandes y navegables, como el Amazonas y los
dems rios grandes del Oriente, que son lmites muy naturales y sirven ala vez de vias
de comunicacin dos naciones limtrofes. En pases muy llanos, faltos de montaas,
y sobre todo cuando estn cubiertos de selvas y son poco poblados, tambin unos rios
mas pequeos pueden servir de linderos polticos. As, por ejemplo, en la regin an-
dina, entre Tmbez y el valle del Amazonas, la frontera del Eeuador y Per debera
pasar por las crestas de las cordilleras altas y sus ramales (por el ndivortium aquarum)
mejor que por rios, mientras que mas abajo el Amazonas seria un lindero magnfico.
Igualmente el Putumayo el Yapur serian linderos mucho mas naturales, que una Cor-
dillera de Putumayo entre ambos, la cual, de paso sea dicho, no existe. Por supuesto,
en donde ya por mucho tiempo se ha adoptado rios pequeos por linderos (rio Carchi,
rio Macar etc.), el cambio seria difcil, y mi indicacin se refiere especialmente las
regiones, en que se fijarn los linderos de nuevo con alteracin de los actuales, con
mutuas concesiones. Disputar al vecino un pedaeito de terreno en la vasta inculta
regin del Oriente, por mas incmoda que fuese en lo futuro su administracin poltica
WOLS, Ecuador. gf
578 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
V 5 \ (Pg. 12.)
Posiciones astronmicas en el rio Amazonas. Como talve? en un arreglo
definitivo del lindero peruano-ecuatoriano el rio Amazonas desempear un gran papel,
no estar dems insertar aqu una serie de posiciones astronmicas, determinadas lo
largo de su curso por el ingeniero Seor A. Wertheman, sea que algun dia sealaren
la misma frontera definitiva, sea que sirvieren de puntos fijos para determinar con mas
facilidad otros en su cercana. Entre' las observaciones astronmicas hechas por varios
viajeros y por comisiones peruanas, he eligido las del Seor Wertheman, porque segn
mi parecer, y tambin en la opinin de Raimondi, son las mas exactas y fidedignas.
' (Vase A. Raimond, Per, III, 477 y 577).
Lugar. Lat. Sur. Long. O de Par. Altura.
Boca del rio Utcubamba. . . . . . 5o 3C 20" 80 53' 34" 369 met.
Chinchipe 5 28 0 80 52 14 .
Quebrada Huayashanga 5 10 58 80 44 44 249
Boe del rio Chuchunga (Imasa). . 5 5 0 80 38 59 245
Isla Pati-Huashani 4 42 0 80 21 49
Borja (ruinas) 4 28 30 79 50 49 ----- 174
Boca del rio Apaga. 4 45 40 79 27 49
' Morona 4 46 .30 79 20 54
Potro 4 52 40 79 12 29 '
Pueblo de Barranca 4. 49 25 78 59 29 132
S. Antonio . 4 53 55 78 47 54 -
" Boca del rio Pastaza 4 53 40 78 42 49
Baradero de S. Antonio 4 59 30 ^ 78 37 64
Isla Cedro (punta oeste) . . . . . 4 59 21 78 5 14
Boca del rio Huallaga 5 6 20 77 55 1
Pueblo de Fontivera 4 54 36 77 46 29
Urarinas 4 49 5 77 30 44
Vaca-marina 4 33 0 77 7 16
Puerto nuevo de Parinari 4 42 0 76 40 59
Nauta (fondeadero) 4 31 30 75 52 49
Boca del rio Uoayali 4 30 0 75 47 29 112
Puerto de Iquitos 3 44 20 75 31 34 107
Boca del rio apo 3 19 30 75 0 39
Puerto de Pebas 3 19 30 74 9 9
Mauea-Llacta . 3 44 18 73 45 39
Loreto . 3 49 30 72 32 24
Boca del rio Yavar. . .' 4 22 27 72 19 57
V 6. (Pg. 19.)
Vase: T. Wolf, Apuntes sobre el clima de las islas Galpagos. Bol. del Obs. astr.
de Quito 1879, Nro. 3, pg. 49. -\- Copiar el paso siguiente, que nos interesa en este
J
lugar; '
En Agosto, al tiempo de nuestra partida, el agua de la ria de Guayaquil tenia la
temperatura de 27 C, enfrente de la ciudad; 10 millas mas abajo, al lado de la isla Mon-'
dragn, 25; cinco millas mas adelante, enfrente del pueblo de Puna, 24; y cerca de
Punta Arena, al trmino austral de la isla de Puna, 23" centgrados. El agua del rio
se enfria medida que v mezclndose con el agua del mar. En toda la travesa, desde
CORRIENTE ANTARTICA. COSTA. 579
Puna hasta el puerto de Santa Elena, se conservaba la temperatura del agua constante,
es decir de 23 C, Despus de salir de dicho puerto, el termmetro indic siempre la
misma temperatura del mar, durante todo el primer dia de la navegacin. Pero el se-
gundo da, el 7 de Agosto, las doce, cuando nos hallamos bajo 1 10'Lat. S y 85 6' Long.
O de Paris, 110 millas nuticas distantes de la costa, la temperatura del agua subi
24; las cuatro de la tarde 24y2, y las nueve de la noche 25 C. La otra ma-
ana las 6, el agua tenia ya 26 centgrados, y esta temperatura conservaba haste el
9 de Agosto, cuando ya estuvimos cerca de las islas (el cielo cubierto no permiti en
este dia la determinacin exacta de nuestra posicin). Al medio dia de esta fecha baj
la temperatura del agua de 26 25, y las 6 de la tarde en el momento en que di-
visamos por primera vez los pieos mas altos de la isla Chatham (calculamos la distancia
40 millas) fu de 24 C. Durante la noche un fuerte temporal desvi nuestro buque
de su rumbo, y nos llev hacia el Sur. Amanecimos al lado de la isla Hood (la mas
austral del Archipilago), y observamos que la temperatura del agua era de 23, exacta-
mente como en la costa de Santa Elena. Esta temperatura se mantenia constante entre
todas las islas, desde Chatham hasta Albemarle. Pero atrs de esta ltima, es decir, en
su costa occidental, especialmente en la baha de Santa Isabel, baj 21 centgrados.
Advertimos que las observaciones hechas en Noviembre, durante nuestro regreso Guaya-
quil, concuerdan exactamente con las que acabamos de copiar de nuestro itinerario.
Ademas nos resta decir, que en la costa de Santa Elena, y hasta 100 millas hacia Oeste,
la corriente de las aguas se encamina directamente de S N, y que desde all, mas al
Oeste, corre de SE NO. En el Archipilago mismo las comentes con el rumbo in-
dicado son tan fuertes, que veces hacen peligrosa la navegacin, lo menos forman
uno de los mayores obstculos en tiempos de calma.
De nuestras observaciones se sigue:
I o . Que en las costas de la provincia del Guayas (y probablemente tambin en
las de Manab hasta el Cabo Pasado) el mar tiene la misma temperatura baja, de 23 C,
que en el Archipilago de los Galpagos, en donde se la atribuye la corriente antartica;
2o. Que estas dos corrientes de agua fria estn separadas entre si por una zona
ancha del mar, cuyas aguas tienen una temperatura mas elevada en 3 grados, es decir
de 26 C ;
3o. Que el trnsito de las zonas frias la zona caliente no es tan repentino, como
se ha observado en los lmites de otras corrientes del ocano, sino que se veriflea poco
poco;
4o. Que las dos zonas frias tienen una temperatura inferior en 1/* centgrados
la que corresponde los mares situados bajo la linea equinoccial, y que la zona mas
caliente, que las separa, tampoco llega tener la temperatura normal de 28y2 C ;
5o. Que la corriente, que pasa por el Archipilago de los Galpagos, parece mas
fria (de 21 C.) en sus partes occidentales, que baan las costas de Narborough y de
Albemarle. Sinembargo, como no nos era posible, extender nuestras observaciones mas
all de la Longitud de Narborough, y como las que hicimos al Oeste de Albemarle son
pocas (pero constantemente con el mismo resultado), no queremos sostener que esta quinta
deduccin sea absolutamente exacta, aunque no podramos excogitar una causa local, que
nos explicase la temperatura tan baja en la baha de Santa Isabel (Elizabeth-Bay).' j
V 7. -Pg. 25.)
L a Costa. Como la costa es la regin del Ecuador, en que poseemos'una serie
de puntos astronmicamente bien determinados, dar la lista de los principales desde
Tmbez hasta Tumbac, apoyndome especialmente en los datos y mapas del Almiran-
tazgo ingles.
Lugar. Lat. Sw. Long. O de Pars.
Punta Malpelo en la boca del rio Tmbez . . 3 31' 82 49*
Punta de la isla Payana 3 24 82 36
Punta norte de la isla Jambel 3 14 82 20
Boca de Pagua 3 4 82 11
Boca de Naranjal 2 38 82 4 ' '
Punta sur de la isla Mondragon . . . . . . . 2i' ' 82 9
Pueblo de Puna 2 44 82 13
37*
580 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
De los historiadores primitivos, que nos dejaron descripciones geogrficas del an-:
tiguo Per, el mas prolijo y exacto es Pedro Cieza de Leo. Es el primero, que d una
descripcin detallada de la coste del Ecuador, en su Crnica del Per (Sevilla 1553),
especialmente en los captulos III y IV. Es admirable, como los espaoles solo 20 aos
despus de su primera llegada estas costas, ya tenan noticias tan exactas de ellas.
Existe una obrita interesantsima, pero poco conocida, la Monografa de Ghiayaquil,
escrita por Andrs Baleato, en Lima, el ao de 1820; reimpresa costo de la Munici-
palidad de Guayaquil en 1887, instancia del que entonces fu su Presidente, Seor Dr.
Francisco Campos. Esta Monografa trata de la provincia y sus productos en general,
pero parece escrita propsito para los navegantes de la costa y del rio Guayas, pues
contiene una descripcin minuciossima de toda la costa y sus islas, del golfo y del rio
de Guayaquil, indicando los bajos, las mareas, los vientos, y cuanto puede interesar
un piloto. Esta parte hidrogrfica, que comprende mas de la mitad de la obrita, es muy
recomendable, mientras que las otras partes, recopiladas sin orden, no tienen mucho valor.
\ 8. (Pg. 27.)
En la nueva carta de Raimondi corre la linea divisoria desde el Macar casi rec-
tamente al Este, para encontrarse con el rio Crichis, tributario del Chinehipe. Pero en
esta parte de su mapa, y en todo el sistema superior del Chinehipe, que pertenece al
ARTICULACIN DE LOS ANDES. 581
Ecuador, y que sin duda traz segn materiales antiguos insuficientes, l autor parece
estar equivocado. Es imposible, que el rio Cnchis nazca mas al Norte de las cabeceras
del Macar, como en el mapa citado.
V 9. (Pg. 31.)
Lia articulacin d e los A n d e s . Humboldt distingue solamente cinco hoyas
altiplanicies: las de Cuenca, de Lataettnga, de Quito, de los Pastos y de Almaguer.
De la ltima el Ecuador participa muy poco en las cercanas de Tulcan de las cabe-
ceras del rio Guaitar, la porcin mayor de ella pertenece Colombia.
La divisin de Humboldt no me parece muy natural. En primer lugar omite la
hoya de Loja. Segn l la bifurcacin de los Andes comienza solo en 3 15' Lat. S, es.
decir en el nudo de Prtete y Tinajillas, que muy impropiamente llama nudo de Loja.
Pero basta una ojeada sobre la carta geogrfica para convencernos, de que la bifurca-
cin empieza mucho mas al Sur, en el nudo de Cajanuma (4o 6' Lat. S) y que podemos
considerar el valle de Loja como una hoya interandina con el mismo derecho, como la
de Cuenca, aunque su ancho sea mas reducido. Ademas, si las montaas al Oeste de
Loja, es decir, las cordilleras de Chilla, Dumar, Amboea, Catacocha y otras, pueden ser
consideradas como los eslabones de una cadena disyunta, no andaremos muy equivocados
al tomar tambin los valles del rio Jubones y del rio Tmbez superior (regin de Zaruma):
por dos hoyas interandinas.
La divisin de Humboldt omite las dos pequeas, pero bien pronunciadas hoyas de
Caar y de Alaus; la grande de Riobamba rene con la de Latacunga, aunque est per-
fectamente separada de ella por el nudo de Sanancajas Igualata. No importa que haya
una comunicacin entre las dos por el angosto valle del rio Chambo y del rio Patate
cerca de Baos; pues todas las hoyas interandinas tienen tales desaguaderos. Humboldt
omite tambin la hoya de Ibarra, y en su lugar pone ola altiplanicie de los Pastos que
yo considero, segn parece con mas razn, como un nudo muy extenso, los Altos de
Boliche. Ademas el valle de Guaranda y Chimbo lleva en todo y por todo el carcter
de los valles y hoyas interandinas, de manera que no podemos separarlo de la zona cen-
tral andina.
Me ha parecido til representar en el dibujo adjunto (vase la pgina siguiente)
la verdadera articulacin de los Andes ecuatorianos, porque con este trazo sencillo de las
cordilleras principales resalta mejor los ojos, que en el mapa grande, donde se oculta
debajo de mil particularidades accesorios.
V 1 0 . (Pg. 53.)
O b r a s d e los I n c a s . No me parece suprfluo, repetir en este lugar, lo que
escrib en mi Memoria sobre la provincia del Azuay (Viajes cientficos. H. Prov. del
Azuay, pg. 31):
t, ,Asi como muchas veces se ha desconocido la verdadera importancia de las anti-
gedades, sobre todo de los artefactos que se han sacado de las huacas, tampoco no han
faltado quienes (siguiendo el ejemplo del Padre Velasco) exageraban mucho el elogio de
algunos restos de edificios y vias artificiales, viendo en cada trozo de muralla un palacio,
una fortaleza, un templo soberbio, y hasta jardines en una cinaga y totoral de los
pramos. El castillo y la fortaleza de Inca-pirca, s, es cosa digna de verse y el monu-
mento de la antigedad india mas hermoso y mejor conservado de cuantos he visto en
la Repblica. Pero los Paredones ciertamente no han sido ni fortaleza, ni palacio ni la-,
berinto, sino un tambo para los viajeros de una construccin muy ordinaria y tosca aunque
de mucha extensin. Tampoco pude ver maravillas en la calzada de los Incas, y suscribo
y confirmo las palabras del seor doctor Reiss:*)- El piso del camino en esta parte est
formado por la superficie irregular de las lavas antiguas y no hay ni vestigios de empe-
drado de cimiento de cal y betn. Grande ingeniosa es la obra ejecutada por los
indios; pero no comprendo, cmo se ha podido comparar los mas bellos caminos de los
*) Carta del doctor "W. Reiss & S. E. el Presidente de la Repblica, sobre sus viajes las
montaas del Sur de la capital (Quito 1873), pg. 19.
PROVINCIAS GUAYAS Y ESMERALDAS. 583
romanos. Muy propsito me vienen tambin los reglones que preceden inmediata-
m e n t e : La laguna y el rio Culebrillas, cuyo lado estn los Paredones, se han tomado
tambin como obras de los Incas, y este es un error: no son artificiales. Lagunas se
forman muy continuamente en los valles de las serranas volcnicas que ya estn bas-
tante destruidas por la accin de las aguas, y las muchas vueltas y revueltas que d el
riachuelo, son una consecuencia de su curso manso en un llano cenagoso. H aqu,
qu se reducen los jardines celebrados mas que los de las Hesprides! Y en efecto, es
incomprensible, cmo se podia atribuir los Incas un gusto tan malo mas bien un
capricho tan loco de pasearse y de baarse en la altura de casi 4000 metros, en un paraje,
donde no r a r a vez caen nevadas fuertes y donde Eolo, el dios de los vientos, parece tener
su almacn principal. No dudo, que los Incas se habrn apresurado en sus viajes
pasar lo mas pronto posible el nudo del Azuay, como nosotros, pero en mal tiempo en-
contraban amparo y abrigo en el tambo g r a n d e , ventaja que nosotros no tenemos en
medio de la civilizacin moderna y en el siglo del progreso.
*) Tampoco existen los yambos Molguas al Norte de La Tola. La nica tribu que ae ha
conservado en su estado primitivo y silvestre, la de los Cayapas, la omiti el seor Villavicencio
en su mapa. Este autor ha observado en todo su mapa y especialmente en la regin oriental, la
misma costumbre de copiar de las cartas antiguas de los misioneros una multitud de pueblos y tri-
bus indgenas que han desaparecido lo menos cambiado de lugar. Esto est bien en una geo-
grafa antigua y en un mapa histrico, pero no cabe en un mapa que pretende representar la geografa
moderna del Ecuador, donio ocasiona solamente confusiones.
584 ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .
V l 3 . (Pg. 188.)
Para resolver l problema: cual de los dos rios que forman el Amasnos, se pueda
reputar como el rio madre? el seor A. Raimondi sali de los principios siguientes.*)
Si el agua de un rio fuese enteramente pura, esto es, si no tuviese la menor can-
tidad de sales en disolucin, y si se reuniese con otro, cuya agua contenga, por ejemplo,
100 miligramos de sales materias fijas por cada litro; es natural que el agua del rio
formado por la reunin de los dos, contendr una porcin de sales menor de 100 mil-
gramoepor cada litro, por la mezcla de agua pura del otro rio. Si los dos rios contienen
igual cantidad de agua, el agua del rio formado por su reunin tendr 50 miligramos
por litro, pero en el caso de que uno sea mas caudaloso que el otro, el agua que resulta
Este mtodo se podria aplicar en el Ecuador, por ejemplo, para saber, cual sea el
rio madre del Esmeraldas, el Guallabamba el Blanco, cual sea la vena principal del
rio Dule, si el Peripa el rio Grande etc.; pero no sirve en los ros que estn sujetos
las mareas, por ejemplo, para fijar las relaciones entre el rio Bodegas, Daule y Guayas.
\ 1 4 . (Pg. 201.)
Rio apo. Es incomprensible, como el Seor Charles Wiener, que hizo en 1879
1880 un viaje de Quito al Amazonas por el antiguo y bien conocido camino de Papa-
llacta y por - el apo, pudo reclamarse el mrito de haber descubierto una nueva via
comercial para Sudamrica, y pintar este su viaje como una aventura sin igual, que
hasta entonces nadie habia realizado. Bajo el epgrafe Desoubrimiento de una nueva
via comercial para Sudamrica por l Prof. Charles Wiener, public el perodo Export
el 15 de Marzo de 1881 un artculo, sacado.de otro peridico francs L'Exploration,
que no solamente en Francia, sino tambin en otros paises llam mucho la atencin. Los
comerciantes se alarmaban, los gegrafos, mas familiarizados con la historia de los
descubrimientos en Sudamrica, se reian del descubrimiento del Seor Wiener. H
aqu un solo paso de este artculo:
Aid de ces braves compagnons, Mr. Charles Wiener, arriv le 6 octobre au Para
l'embouchure de l'Amazone, avait en six mois men bonne fin un travail qui w'avait
jamis t entrepris. II avait parcouru et mesur l'Amrique meridionale dans sa plus
grande largeur; il avait complet 1'immense voie commerciale naturelle trace par le
plus grand fleuv du monde. Entreprenant sur le apo une expdition que les gens du
pays jugeaient entirement impraticable, il a hiss avant tout autre le drapeau franais
sur ees eaux, dnt la prise de possession idale tait jusqu'alors inscrite seulement dans
les chartes et constitutions poltiques. L'Exploration, tom. XI, Nro. 213 (17 Pebr. 1881),
pg. 409.
El seor Wiener ignoraba todos los hechos relativos al apo, que he indicado con
toda brevedad (pg. 200), supona en sus lectores una ignorancia grande. El Dr. A. Stbel
ha criticado debidamente el artculo citado en otro, que se public en Petermann's Mlt-
theilungen, el mismo ao de 1881.
V 1 6 . (Pag. 220.)
Alturas arregladas segn los caminos principales de la Repblica.
Las listes siguientes son tomadas, por una parte de los catlogos de los seores
DDr. Reiss y Stbel ( = RS) publicados en 187173 en Quito, y por otra de los itinerarios
del autor ( = W ) . A los primeros pertenecen todas las alturas del pais andino desde el
rio Carchi hasta el Azuay, y al segundo las del resto de la Repblica; cuando entran
otros observadores, se lo indicar. Las alturas de los seores Reiss y Stbel se fundan
exclusivamente en observaciones exactas del barmetro de mercurio (las mediciones tri-
gonomtricas de los cerros mas altos no entran en estas listas). Para evitar confusiones
posteriores debo advertir, que las listas, extractadas con anuencia de los autores, talvez
sufrirn pequeas modificaciones despus de la ltima revisin d los clculos, que ac-
tualmente estn preparando para su obra grande. Ellos mismos adelantaron su pub-
licacin primera la nota siguiente: Como este trabajo se considera de carcter provi-
sional, se reserva para mas tarde hacer rectificaciones, que sern insignificantes. En
cuanto mis propias observaciones, debo advertir, que son hechas en su mayor parte
con barmetros aneroides, los cuales, por mas buenos que sean, nunca permiten la misma
exactidud que el barmetro de mercurio. Por un estudio largo y minucioso de mis in-
strumentos llegu conocerlos suficientemente, para hacer las correcciones necesarias,
y por la comparacin continua con el barmetro de mercurio y con los puntos bien de-
terminados mediante l, creo haber conseguido el grado de exactidud que permiten los
aneroides.
Las alturas se expresan siempre en metros sobre el nivel del mar.
I . B o c a s clsticas (fragmentaras),!:
I o . Conglomralos, JBreechs, Tobas, que pueden derivarse de todas las rocas
precedentes, neptnicas, plutnieaS y volcnicas,- y reciben sus nombres espe-
- ceos segn los materiales que las: componen. ...
C J J A S J U I C A C I O N GEOLGICA.' '595
2o, Areniscas y pizarras sedimentarias, que. se repiten con muchas variedades
en todas las formaciones geolgicas.
8o. Arcillas y otras rocas lunticas, como Caolina, que derivan especialmente
; de. la descomposicin de las.Silicatos.
III. P e r o d o mesozoico.
F. trisica. a. inferior (Arenisca abigarrada). Terebratula, Ceratites. Labirintodontes
I (Chirotherium)., Equjsetum, Coniferas, Voltzia heterophylla.
ib. media (Caliza conchfera).. Notosaurus mirabiljs, Enerinus, Terebratula
1 vulgaris. ,
; '.'' je. superior (Keuper). Mastodonsaurus. Peces: Ceratodus, Semionotus.- Pri-
mer mamfero: Mierolestes antiquus, Equisetum, Zamias, Coniferas.
F. jursica, a. Oolita inferior (Lias). Saurios: Ichthyosaurus eomunis, Plesiosaurus,
(eoltica) Mystriosaurus, Teleosaurus. Peces ganodeos. lioliga, Ammonites, Pen-
tacrinus. Cycadineas, Coniferas,
b. Oolita media. Saurios, Mamferos marsupiales. Peces placoideos; Tere-
bratula, Ostrea, Trigonia. Helchos, Zamias, Coniferas, . . .
o... Oolita superior olanea. Corales y Espongios, Equinodermos, Crinodeos.
Trigonia, Diceras, Ammonites. Pterodaetylus, Geosaurus, Chelidonides,
Emys, Archaeopterix,., Cycadineas. -. . ;...-,
F, cretcea. a.: Forfn. ipealdioa.. Peces: ; Lepidotus., Sphaerodus, Saurios: Iguanodn,
Pholidosaurus. Moluscos lacustres y fluviales: Uni, Gyrena, "Cyelas,
Pisidium, Corbula, Paludina, Melania, Nerita, Limnaeus, Planorbis, Gy-
pris etc. Cycadineas, Helchos,
b. Neocomio, c. Oault, d. Greda clorica (Turnico y Cenomnico), e. Credo,
blanca (Sennico). Poraminferos y Corales, Equinodermos en abundancia,
Hippurites y Caprotina, los ltimos Belemnites y Ammonites. Baculites,
_ ? ^Hamite^,i^^ghi.tes. : Reces eioladeQS y^ctenodeos. Saurios terrestres,
;-. , roodilus , Iguanodn, Mosasaurus, Mamferos inferiores.: . Primeras
'. . plantas dicotiledneas. .Palmas, Cycadineas, Coniferas..;
. . . i y . P e r o d o kiozoico.
F tertiaria. . Eoceno. Molusco casi todos extinguidos. Numlites. Algunos mam-
.... feros: Palaeothexium,.Lophidon, Arctocyon. Plora tropical en Europa.
Palmas.-Amentceas. :> .. . : . :
b. Oligoeeno. Moluscos en su mayor; parte extinguidos, pero muchos
gneros vivos.. Halianassa.. Mamferos:. Anoplotherium, Lophidon,
Marsupiales. Aves. Crocodilus. Emys ' :
38*
596 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
V 1 9 . (Pg. 229.)
Los gelogos distinguen dos clases de gneis y esquistos cristalinas. La primera
clase comprende los gneises y esquistas mas antiguas las primitivas, que estn en
mucha relacin gentica con los granitos y sienitas, y son verdaderamente azoicas, es
decir, sin vestigio de organismos. Algunos pretenden, que estas rocas constituyen la
primitiva costra de la tierra. La segunda clase se compone de gneises y esquistas
cristalinas menos antiguas, que se atribuye un origen neptnico (depsitos del mar),
aunque se admita, que en su mayor parte no se hallan en el estado original, sino en el
metamrfico. En estas rocas de la segunda clase se encuentran de vez en cuando los
restos de organismos (nfimas clases zoolgicas) y de antracita, que tambin es de origen
orgnico. Para ellas se establecieron en el sistema geolgico las formaciones lorenciana
y hurnica (muy desarrolladas en Norteamrica), que de consiguiente se deben separar
MINAS. 597
de los terrenos azoicos, llamndolos ahora arcaicos. Por lo dems se hallan gneises y
esquistas metamrficas tambin, aunque rara vez, en los terrenos paleozoicos y hasta en
los mesozoicos. La distincin puramente petrogrfica de los gneises y esquistas de las
dos clases es muy difcil y muchas veces imposible. En el Ecuador nos faltan completa-
mente los fsiles, como queda dicho, pero la presencia de la antracita y la gran abun-
dancia de grafito me hacen suponer, que la mayor parte de nuestros gneises y esquistas
cristalinas pertenecen al grupo de las formaciones lorenciana y hurnica, lo menos
las esquistas metamrficas. Digo la mayor parte, porque no quisiera excluir del
todo la primera clase, sobre todo en las regiones en que el gneis se encuentra enlazado
con el granito, como en la provincia de Loja. La ventilacin de esta cuestin es dema-
siado terica, para caber en nuestro resumen de la geologa ecuatoriana.
d<e donde lo arrastran aquellos ros. Pero.no debemos olvidar, que veces unos lava-
deros pueden ser muy buenos y ricos,- y las rocas y vetas, de las que traen su origen,
al mismo tiempo tan pobres que no costearan los trabajos de su explotacin. En los
rios se recoj y se concentra en un lugar reducido el oro que antes haba estado espars
cido por una rea grande,- tal vez de muchas leguas cuadradas. Los rios son las mqui--
nas de la naturaleza que hacen lo mismo en grande que el hombre en escala muy redu-
cida con sus mquinas artificiales: primero despedazan y muelen los terrenos aurferos
y despus lavan los materiales reducidos polvo y arena, depositndolas segn su peso
especfico en los placeres', El hombre tiene solamente que seguir el mismo-sistema
natural y perfeccionarlo, para que goce de estos /placeres'.
Hay todava otro lugar en el terreno antiguo de gneis y de pizarras cristalinas;
en que se han trabajado minas de oro, es decir en Masanamaca, al Este del valle de
Piscobamba. All existen unas quince bocas de antiguas minas, y no hace mas de 40 aos
que las ltimas fueron abandonadas. Como al tiempo de mi viaje Piscobamba el in-
vierno me prohibi hacer la inspeccin d esas minas de Masanamaca, quise procurarme
lo menos materiales suficientes del interior de .ellas, para hacer las anlisis del cuarzo,
pero los vaquanos de aquella regin, que fueron encargados con esta comisin, no pu-
dieron mas bien no quisieron hacer el viaje las montaas, y as no pude formarme
un concepto adecuado.de la riqueza pobreza de. dichas minas, .L
Hemos dicho, que en. Salapa^ pocas leguas, al Norte de Loja se acaba el terreno
de las esquistas. Mas exacto seria decir, que desde: all hasta la.provincia de Cuenca
est cubierto de rocas eruptivas en la cordillera occidental. Solamente en un lugar queda
descubierto y forma como un islote, semejante al que encontramos entre Amboca y Cisne,
pero mas pequeo, Este lugar es el Bamos-urcu cerca de San Leas, por cuya cima
conduce el camino Zaraguro. All se pueden observar todas las variedades posibles
d esquistas, ante todo las micceas,.y tambin las grafiticas. Ademas se presentan
muchsimas vetas d cuarzo blanco y algunas de: prfido descompuesto. Corre la,.fama,
que elEamos-urcu es muy rico en plata, sin duda por la abundancia de mica que;: brilla
mucho; yo no pude descubrir ninguna sustancia metlica fuera de un poco de soroche
(pirita de hierro) j y la montaa no tiene nada de particular. En la altura del camino
se v una boca-mina medio derrumbada sobre vetas de. cuarzo. Parece que abrieron
esta boca, que apenas tiene dos metros de profundidad, mas bien por hacer un ensayo;
y qii la abandonaron, cuando experimentaban lo infructuoso de sus trabajos. Puede ser,
que el cuarzo contenga un poquito de oro, pero plata se buscar en vano en aquel lugar.
(Wolf, Viajes cientficos, I, Provincia de. Loja, pg. 2022.) , . . '
. " . ' ' v -i S cKr ' '/'. \-. .
V 2 1 . (Pg,232.)
El Condrasto- ha atrado varias veces, por la fama de su riqueza de metales,
tanto ecuatorianos como- extranjeros; pero todos los trabajos penosos siempre han sido
enteramente vanos. Las peas desnudas que llevan aquel nombre, forman una parte de
la base del Altar, y se componen de rocas antiguas (mica esquista), en las cuales no
fuera una imposibilidad encontrar vetas metalferas. Yo expreso esta circunstancia espe-
cialmente, porqu en los, mas de los puntos que: corren con la fama de ser minas muy
ricas, se ha buscado el oro y la plata en las rocas volcnicas (lava), contrariando la
experiencia, aparte de las reglas de la ciencia. Cuando he.mencionado* que fuera posible
encontrar vetas metalferas en la roca del Condrasto, estoy lejos de decir que haya; por
el contrario tengo que manifestar, que las vetas de cuarzo solo, como las que he obser-
vado en el Condrasto, se hallan en todas partes muy frecuentemente, y no es indicio
alguno para los metales. La nieve todava ocultaba los puntos del trabajo principal, que
estn situados en un rincn estrecho, de modo que no he podido ver todas las vetas,
pero basta saber para formarse un juicio del trabajo desesperado; que con frecuencia han
picado la dursima pea en otra parte. Se v muy. bien,, que la empresa ha sido dirigida
por-personas poeo instruidas en. la materia, cuyo nico inters ha sido aprovechar del
ansia ciega de los empresarios, prolongando un trabajo finjido que les daba una' miserable
ganancia. La localidad ha sido indudablemente la mas desfavorable, que se hubiera
xcojido en todo el mundo para hacer el ensay de una mina. No quiero creer, como
me han referido, que muchos de los infelices conciertos, trados del arado y de la manada
d^ovejas, hayan muerto con el trabajo forzado y desacostumbrado de minas, pero s,, es
FOBM ACIN GBETCEA. DIOBITA. 599;
probable que algunos de estos pobres indios hayan, sido vctimas de tal crueldad, que en
verdad: hace poco honor los dueos.
Carta d e l D r . A. S.bel S. E. el Presidente de la Repblica sobre sus viajes
las montabas Chimborazo, iAtar etc. (Quito 1873), pg. 5. .
2 2 . (Pg. 245.)
A r e n i s c a d e A z o g u e s . ltimamente he visto, que tambin Humboldt (Kleinere
Sehriften, pg. 131) se inclina la opinin de que las areniscas de Cuenca pertenezcan la
formacin cretcea. Las cita como de paso entre los terrenos sedimentarios de Colombia
y del Per, que el mismo y todos los autores antiguos habian considerado como miem-
bros de formaciones mas antiguas (carbonfera, prmica, trisica), y que sinembargo por
los fsiles entonces (en los aos de 1840 1850) recien encontrados y determinados por
Leop. de Btich, se debia agregar a l a formacin cretcea, Segn los fsiles hasta ahora
examinados, dice.L.. de Buch, parece comprobado, que todas las formaciones sedimen-
tarias de los Andes desde el Mjico setentrionai hasta el Cuzco y muy abajo r l hemi-
sferio .austral, pertenecen al grupo de los terrenos cretceos. En este grupo cuentan las
ullas cerca de Zipaquira, de Taus, del Cerro de los Tunjos, y de Chipo cerca de-Canoas
en la ^.Kiplanicie de Bogot; la sal gema y los yesos de;la Mina de Bute en Zipaquira,
los potentes estratos de arenisca de Cuenca, las pizarras de Vilieta que alternari'coii'ca-
lizas , las montaas calcreas de Gualgayoc y Chota, que estn atravesadas por ricos
filones argentferos, de Montan y Guambos, donde en la; altura de 12000 pies sobre el
mai; se encontraron Amonites de 14 pulgadas de dimetro, Isocardias y Exogyrapotygong,;
finalmente la enigmtica formacin peruana de cuarzitas (probablemente Quadrsand-
stein) del Pramo de Yanaguanga y de toda la vertiente occidental de los Andes entre
amas, Magdalena y Chala etc. etc.
2 3 . (Pg. 262.)
Vase: Neues Jahrbueh fr Mineralogie, 1874; Wolf, Geognostische Mittheilungen
aus Ecuador, 2 Geogn. Skizze der Provinz Guayaquil; donde digo, que en la provincia
de Manab se hallan hermosas dioritas porfiroideas, mientras que su lado otras: rocas
(verdes) se aproximan mucho las andesitas eureferas del pais andino, componiendo
con sus tobas volcanes formales. Mi amigo, Sr. J. Siemiradski, cita en su obrita (pg. g)
una; comunicacin verbal mia sobre esos antiguos s volcanes de Manab, en la cual in-
sist de nuevo en la naturaleza dioritica de las rocas y su conexin con la formacin;
cretcea. Estos dos motivos me parecen suficientes para sealar aquellas rocas en, el
mapa con el color de las rocas verdes, apesar de las semejanzas exteriores con* los
volcanes modernos. Soy de la opinin, que en los Andes las rocas verdes y las porfiri-
tas son eruptivas y que fueron los precursores de las andesitas y lavas andesticas. No
sabemos de punto fijo, en qu poca acabaron las primeras y comenzaron las segundas.
El nacimiento de rocas eruptivas antiguas habr sido acompaado de fenmenos muy
parecidos ,los que observamos en las formaciones volcnicas. Si queremos distinguir
las dos clases de rocas con dos colores distintos, no nos queda otro medio, de hacerlo
sino por su carcter petrogrfico, en los lugares en que el yacimiento mismo no nos
revela su edad relativa con toda seguridad. Si colocamos las dioritas de Jipijapa' entre
los terrenos volcnicos, ; no veo motivo porque no lo hagamos con otras rocas verdes;
que, por ejemplo, se levantan aisladas de las llanuras aluviales, siendo as que la forma
exterior de la montaa es muy accidental y no decide nada respecto la edad. En el
mismo caso nos hallamos respecto al.melfldo mesobasalto de Agua-clara, de que hablo
en la pgina 262, y que segn su composicin mineralgica (tambin por la presencia
de la serpentina y de la pirita) y segn su yacimiento, es sin duda anterior las ande-
sitas y rocas eruptivas modernas. El seor Siemiradski indica en su obrita y- cartita
geognstica todava otra roca volcnica, algunas.leguas mas arriba de Agua-clara en
el valle del rio Chimbo, cerca de la hacienda de San Pablo. La describe como un con-
glomrate una breeeha muy singular de un color gris-verdoso, cuyos elementos se
Hallan cementados por un mineral parecido Lia, piedra crnea (Hornstein, que es una
variedad de cuarzo), y que contiene en gran cantidad un imneral clortico de, un. color
600 ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .
2 4 . (Pg. 271.)
Minas de los terrenos porfdicos. Sobre muchos pormenores de estas
minas puede consultarse el lector interesado en las relaciones siguientes:
T. Woilf, Viajes cientficos por la Bepblica del Ecuador. I. La provincia de Loja. II, La
provincia del Azuay. Guayaquil 1879.
T. Wolf, Informe sobre las minas de Zaruma, dirigido S. E. el Presidente de la Re-
pblica. Publicado en La Nacin de Guayaquil, el 3 de Agosto de 1886.
F. G-. Saenz de Tejada, El distrito aurfero de Zaruma. Publicado en forma de folletn
en La Nacin de Guayaquil, Enero 1891.
Como las publicaciones citadas no son accesibles todos, y las que se hacen en
peridicos, se pierden con facilidad, daremos algunos, extractos de ellas, juntamente con
otras observaciones todava no publicadas. Son materiales sueltos, que pueden servir
para estudios ulteriores y para la historia de la minera ecuatoriana. Ademas me parece
de importancia, que el conocimiento de nuestras minas se difunda mas y mas no sola-
mente en los crculos estrechos de las empresas nacionales, sino tambin en el exterior.
lia historia de las minas de Zaruma resume el Seor Tejada en los prafos
siguientes:
Durante la poca del coloniaje, y desde los primeros aos de la conquista de los
espaoles, con el espritu aventurero y emprendedor y con la admirable constancia que
en aquella poca supieron desplegar, as con su afn por descubrir y explotar las minas
del Nuevo Mundo, no podan olvidar esta labor en el Ecuador.
As vemos que, remontando el rio Tmbez, y siguiendo el origen de las arenas
aurferas que en sus cabeceras arrastra dicho rio, llega el Capitn Mercadillo al actual
Distrito Aurfero de Zaruma; y en 1549, cincuenta y siete aos despus de la partida
de Colon del puerto de Palos descubrir el continente americano, funda la villa de
Zaruma y el Real de Minas de ese nombre. El mismo ao penetran los espaoles en
los bosques orientales de Loja, fundan la famosa ciudad de Zamora, una de las mas bellas
y populosas del antiguo Reino de Quito; y en sus cercanas establecen otros dos Reales
de Minas, el de Cangasa y el de Yacuambi. Ocho aos antes, en 1541, haban ya ex-
plotado las mismas comarcas mas al Sur, en las selvas vrgenes del Oriente; y hallando
tambin ricas minas y lavaderos de oro, hicieron las fundaciones de las ciudades de Valla-
dolid y de Loyola en las riberas del Chinchipe, estableciendo el clebre Real de Minas
de San Jos en sus inmediaciones.
Siguieron adelante sus exploraciones aquellos audaees mineros; y los vemos ya,
poco tiempo despus, en 1552, introducidos en las regiones orientales al E de Cuenca y
Riobamba, fundando las importantes poblaciones de Logroo del Oro y Sevilla del Oro
en las mrgenes del Paute y del Upano respectivamente.
Tal fu la fama de las riquezas, que empezaron extraer en seguida de aquella
California del siglo XVI, que afluy de todas partes estos privilegiados lugares una
numerosa inmigracin, siendo de notar la circunstancia de que muchos en el Per, aban-
donando sus minas, vinieron establecerse y explotar los nuevos Reales descubiertos
en el Ecuador; llegando las ciudades mencionadas un alto grado de prosperidad, extrao
en aquella poca y en el corto tiempo trascurrido.
La codicia de las autoridades espaolas de aquellas comarcas, principalmente la del
Gobernador de Macas residente en Sevilla del Oro, fu la causa de la repentina ruina
de esos florecientes paises. El ao 1599 los indios Jbaros, acaudillados por Quiruba,
concertaron un plan de insurreccin, tan secreta y hbilmente conducido, que destruyeron
MINAS DK ZARUMA. 601
hasta los cimientos las ciudades de Logroo y de Sevilla del Oro, pasando cuchillo
sus moradores y dando muerte al codicioso Gobernador. La sublevacin cundi hasta
Zamora y Valladolid, cuyos habitantes atemorizados huyeron la aproximacin de los
indios.
La corona de Espaa perdi as los florecientes gobiernos de Macas y Yahuarzongo;
y aquella catstrofe fu la causa de que desaparecieran los importantes Reales Asientos
de Minas, que tan brillante porvenir ofrecan, los 47 aos de su fundacin, cuando
comenzaban prosperar de un modo inesperado. Desde entonces se encuentran aquellas
vgenes comarcas abandonadas y en estado salvage, hasta que el espritu industrial, con
los grandes elementos modernos, vaya despertarlas de su letargo, y poner en circu-
lacin las riquezas que encierran hoy improductivas y muertas.
Despus de la eaida de dichos gobiernos, la explotacin de minas en el Ecuador
qued concretada los placeres lavaderos de la Provincia de Esmeraldas, y los pilones
de cuarzo de Zaruma. El Alcalde Mayor de las Minas de San Jos qued con el nombre
de Alcalde Mayor de las Minas de Zaruma.
La explotacin en este lugar no fu sinembargo tan activa como debiera. La ca-
rencia de los elementos necesarios para la extrceion y beneficio de los cuarzos aurferos,
y la falta de los suficientes conocimientos metalrgicos en aquella poca, en la cual des-
preciaban los minerales sulfurados, por no poder beneficiarlos por amalgamacin, por-
que crean que las piritas no contenan oro, siendo as que dichos minerales sobre
todo cierta hondura, son mas abundantes y ricos, hizo que en Zaruma la explota-
cin de las minas no adquiriera el debido desarrollo. Las trabajaban sin plan ni mtodo
alguno; y careciendo de los poderosos auxilios de la mecnica moderna para el desage
y ventilacin de las minas y para la extraccin y beneficio de los minerales, al llegar
cierta profundidad se les dificultaba la explotacin, tocaban con el agua interior con
la regin de los minerales sulfurados, y abandonaban la mina; yendo excavar la super-
ficie de otro filn, hasta que volvan tropezar con los mismos inconvenientes. El bene-
ficio de los cuarzos aurferos no poda ser tampoco mas ristico y primitivo; debiendo
contentarse con moler unos pocos quintales por dia, y perdiendo ademas gran parte del
oro contenido en el mineral. Admira que, apesar de tantos obstculos, se dedicasen
sinembargo al laboreo de sus minas, y que Zaruma, que hoy no cuenta en el casco de
la poblacin mas de 700 800 habitantes, llegara tener de 5000 6000 en aquella
poca^ sin otra industria que la minera y la produccin de oro.*)
A principios de este siglo fu enviado el Bachiller Loayza estudiar las Minas de
Zaruma. Pas en 1815 al Gobierno de Espaa su informe, en el cual hace grandes elo-
gios de las riquezas aurferas de este Distrito, y aconseja el establecimiento de un Banco
de Avos para la compra del oro por el Estado, y para proporcionar los mineros los
adelantos y recursos indispensables para sus trabajos.
La mina que, segn la tradicin, fu mas activamente explotada en aquella poca,
y de la que se extrajeron grandes cantidades de oro, fu la celebrada Sesmo, junto
la misma poblacin de Zarua. Se cuentan cosas increbles, por lo evidentemente exa-
gerado, de las riquezas de ese filn. Hoy esta mina se encuentra llena de agua y aban-
donada, esperando su rehabilitacin.
Al Norte de la anterior fueron tambin muy trabajadas las minas, conocidas hoy
con el nombre de Leonor y Los Amoquillados, y que parecen ser la continuacin de
la misma Sesmo. Tienen un extenso laboreo de mas de 500 metros en longitud.
Desde Zaruma hacia el rio Amarillo baja una cadena de cerros conocida con el
nombre de El Castillo, en la que se trabajan tambin varias minas. Se vn todava
las ruinas de muchos molinos, situados unos debajo de otros en toda la falda, de modo
que las aguas del uno servan para el otro. Los mismos vestigios se encuentran en la
quebrada llamada de Vizcaya^, una hora de distancia al Norte de Zaruma. En este
lugar se han descubierto trabajos antiguos en la mina Toscon Blanco, en la Bomba
de Vizcaya y en la que hoy se llama Inmaculada; todas ellas ricas en oro segn la
tradicin. No lejos de estas existi asimismo segn noticias una importante mina lla-
mada del Derrumbe, que no ha podido ser descubierta hasta ahora. Lo mismo sucede
con otra mina- tambin famosa, El Doblado, que se dice estaba situada en El Tabln,
al Sur del Eio, Amarillo. Cerca de ese sitio se han hallado los trabajos antiguos de la
mina Favorita, muy importante por la alta ley-de sus cuarzos. Al Norte de esta siguen
las labores aterradas y abandonadas de otra clebre mina, La Cusipamba, y continua-
cin en sus cercanas La Tostada, La Bichilinga, La Jorpe, la Mina grande
Portovelo hoy trabajada, por una Compaa Inglesa; y. La Quebrada, muy interesante
y digna de atencin por su rico mineral.
Extendise por ltimo-4a explotacin en aquella poca hasta tener lugar al,Norte
de Zaruma en el sitio conocido desde entonces con el nombre d Minas Nuevas, donde
la Compaa Exploradora- ha descubierto ltimamente los trabajos antiguos sobre el
importante filn Zancudo.
Estos datos demuestran que, aunque no. adquiri la minera un gran desarrollo en
este:fiistrito, fueron sinenibargo bastante explotadas las minas, y que daban una regu-
lar produccin de oro.' .--'. .. . .
Despus de la guerra de la Independencia 1* industria, minera en Zaruma qued
:
postrada; y fu enlanguideciendo de dia en di, hasta que la explotacin de sus minas
qued solo como un recuerdo histrico.
En 1876 el Gobierno del Eeuador encomend al Dr.T.Wolf, Gelogo del Estado, la
misioii de examinar la Provincia de Loja' y de pasar un informe sobre sus estudios y
observaciones. Fu -publicado dicho informe con el ttulo de Viaje Geognstico por. la
Provincia de Loja. Su ilustrado autor, despus de hacer una descripcin del'Distrito de
Zaruma, de las minas que visit, aunque todas ellas abandonadas entonces, y del resul-
tado de'algunos de sti ensayos, dice en un prrafo final, sintetizando sus observaciones:
Zaruma desempear algun dia un gran papel en la industria minera. Pero considerando
su situacin actual, difcil es pronosticar cuando se realizarn tales esperanzas. Espritu
emprendedor, capitales suficientes, ingenieros inteligentes: h aqu tres requisitos in-
dispensables para que la minera tome vuelo y sea benfica para el pais. '
El pronstico del Dr, Wolf est realizndose. De entonces ac han visitado el Dis-
trito de Zaruma varios ingenieros y mineros inteligentes, todos los cuales sin excepcin,
han informado favorablemente; confirmando las-apreciaciones del Dr. Wolf. Se han
formado tambin, algunas Compaas para explorar y explotar las minas de .aquella regin;
y si no han obtenido todas desde el primer momento un feliz xito, esto ha sido debido,
no falta de riqueza de las yetas que han empezado trabajar, sirio causas extrnsecas,
y defectos de administracin y direccin quesera largo puntualizar, y de las que nos
ocuparemos en otro captulo al hacerla historia de la forniacionymareha.de esas com-
paas. En el dia, aprovechando las lecciones de la experiencia, van corrigindose
aquellos defeetosy desapareciendo aquellas causas; de modo que no se harn esperar
los buenos resultados de las explotaciones, emprendidas.
La hora de la rehabilitacin de Zaruma ha sonado ya; y no dudamos de que muy
pronto su nombre ser conocido y apreciado como se merece en el mundo minero,: y ci-
tado como uno d, los centros mas importantes entre los productores del metal precioso.
han sido layados y arrastrados por las aguas; Ademas, la capa de tierra y de toscon,
as como la vegetacin abundante, hacen que no se descubran. primera vista, sino muy
rara vez, los afloramientos. >.
Sinembargo las vetas de Zaruma son potentes y bien formadas, verdaderos filones
de abertura -eruptivos, que corren con toda regularidad; algunos en vina longitud de
varios kilmetros. '-'
Su anchura potencia es variable: unas solo tienen de 50 60 centmetros, min*
tras que la potencia de otras llega tres y cuatro metros. Puede establecerse un metro
como promedio general d su anchurav
- Su rumbo, casi fijo y m u y poco ondulado, es de Sur Norte magntico; con pe-
queas desviaciones de algunos grados al Oeste.
.': Suv recuesto buzamiento vara considerablemente; muy poco notable en algunas
que bajan casi verticalmente, llega en otras inclinarse hasta 45 grados y".osi siempre
al Este. Se nota tambin una marcada tendencia enderezarse , acercndose en profun-
didad la' vertical.
Todos estos filones tienen mas menos los mismos caracteres'y el mismo rumbo
con un paralelismo muy marcado, pdiendo por lo tanto afirmarse que es un solo sistema
d" vetas. No se conoce hasta ahora crucero alguno que produzca fallas> diques, ni; dis-
locaciones, que podran afectar la continuidad y marcha regular de los filones.
Bl campo de fractura no ha podido aun determinarse de tm modo exacto; pero se
extiende por lo menos, segn los. reconocimientos hechos hasta el dia, mas-de seis le-
guas de Sur Norte, desde el Tabln, al Sur .dLrio.,AmaFllo hasta Hs,laderas dePaecha
al Norte-de Minas Nuevas; y de Este Oeste no menos de cuatro leguas desde las faldas
de> Roma y margen izquierda del Amarillo hasta las vertientes de la cordillera de Chil-
chiles en la orilla derecha del Caler; abrazando as toda la. regin comprendida entre
esos dos caudalosos rios, cuyas respectivas cuencas hidrogrficas^ estn divididas por las
cadenas de Vizcaya y de Sichaeay; que van. al NE unirse con'la alta'cordillera de
Chilla,, . ; . : : ; . ' ' :." :' ?. '...- I /
Formando una zona central de Sur Norte en est regin, han sido reconocidos
los filones de cuarzo aurfero desde el Tabln, Siguiendo por el Castillo, Zaruma, el Cal-
vario, Yuquillas, Vizcaya, Malvas, Botoneros, Muluncay, Arcapamba.y Minas Nuevas;
Algo al Oriente corren las vetas por Sansn, Roma, Sinsao, Paefty-Urcu y Porato-Urcu
hacia las altas cimas de la cordillera;, y 1 Occidente corren igualmente por el Salto
hasta Ayabamba; y por Zarum-Urcu, Laritaca y Buza hasta Paecha.
Las exploraciones posteriores extendern indudablemente mucho esos lmites; y
creemos que este importante campo de fractura seguir prolongndose,, al Norte hacala
falda setentrional de, la cordillera de Chilla en su descenso hacia el rio Jubones; y al
Sur hacia Cateeocha, pueblo situada,en-la Provincia de Loja; mas de 70 kilmetros al
medioda de Zaruma, donde se ha'reconocido ya la existencia de varios filonesi
Numerossimas son las vetas aurferas de Zaruma, y tan cercanas entre s, que
muchas veces solo estn separadas por una distancia de tres cuatro metros; no siendo
raro encontrar cuatro eineo filones de mas de un metro de potencia cada uno,, bien for-
mados.y de regular ley de oro, en una anchura de terreno, de solo cien metros.
La matriz rellenamiento de todas estas vetas es el cuarzo. Siendo todas de un
mismo, sistema >y de idntica formacin, presentan grandes analogas entre, s; as es que
el aspecto del cuarzo es muy parecido en todas ellas, sin que por lo general se distinga
sin,por suitfayor . ienor grado.de mineralizaeion.
D grano sacaroideo fino; de eolor veces blanco, otras algo rosado . moradp.ro-
jizo, y en ocasiones, con manchas negruzcas, azuladas verdosas; compacto y de fractura
concoidea, frgil y d aspecto poroso y celular; sin rastro solamente con una; corta
cantidad de piritas y oxidaciones, cargado de sulfurs, por ltimo profundamente oxi-
dado'y descompuesto; el cuarzo de las vetas, de este.Distrito es siempre mas menos
aurfero. Generalmente no;se distingue el oro la simple vista, y no obstante, arroja el
mineral una alta ley al ensayeji-ypem en ocasiones el oro aparece visible, bien en. medio
de las.' oxidaciones, bien en puntillas de color subido en la.misma masa del cuarzo;
Por.lo cojun,! el- cuarzo rtP^-se presenta completamente sulfurado desde la super-
ficie.,;,'Sinembargo> hemos., podido, observar una excepcin notable este respecto,.. En
las minas. Peralbillo y Nudo al,Sur del Distrito, en la Bomba de Vizcaya hacia la
parte central del mismo, y en la Zancudo al Norte, hemos notado los mismos carac-
teres y la. misma composicin mineralgica, presentndose en.todas estas minas el cuarzo
604 ANOTACIONBS\ SUPLEMENTOS.
desde la superficie contra lo que sucede en las dems sumamente cargado de sul-
furs; con pirita de hierro, pirita de cobre, galena y algo de blenda, y con una regular
ley de oro, plata, cobre y plomo.
En vista de estas circunstancias nos atrevemos aventurar la hiptesis de que
puede ser el mismo filn el reconocido en esas diversas minas. Pero siendo tan grande
la distancia (como 20 kilmetros de S N) desde la Peralbillo la Zancudo, solo
detenidos trabajos ulteriores podran comprobar nuestra hiptesis.
Dos son las zonas regiones bien caracterizadas que los filones aurferos presentan
por lo general; y dos igualmente las especies minerales en ellas contenidas y que cor-
responden cada zona respectivamente; l regin descompuesta con minerales blandos y
oxidados; y la zona regin firme con minerales duros y sulfurados. Estas dos especies
suelen denominarse vulgarmente metates de color podridos los primeros; y metales de
bronce piritosos los segundos.
Las dos clases se encuentran en las mismas vetas; la primera en la parte super-
ficial de estas, y la segunda cierta hondura variable. Esto se explica fcilmente;
porque el mineral, que en la profundidad es un sulfuro combinacin del metal con el
azufre en las partes prximas la superficie se ha ido modificando poco poco por
la prolongada accin de los agentes atmosfricos y de las lluvias en particular; y ha
pasado al estado de xido, carbonato, sulfato etc.; presentando un depsito de color ocre,
rojizo negruzco, y descompuesto, escoriceo terroso. A los minerales, que presentan
estos caracteres por efecto de la descomposicin, llaman generalmente en Chile, en M-
jico y en el. Per, colorados, pacos, negrillos y aladriUados.
En la profundidad se encuentra ya el cuarzo no descompuesto, y casi siempre con
mineralizacion abundante; impregnado de piritas de hierro y de cobre, de galena con algo
de blenda y algunas veces de compuestos arsenieales antimoniales; constituyendo los
minerales rebeldes, conocidos con los nombres de sulfurs, arseniuros y antimdniuros.
La riqueza en los minerales sulfurados es, por regla general, mas' constante que en los
oxidados, y continan ya sin modificarse y con la misma composicin media hasta las
mas grandes profundidades; de donde ha tenido origen sin duda la creencia de que en
muchos filones la riqueza aumenta medida que se desciende mayor hondura. Estos
caracteres que son comunes todas las vetas, se presentan igualmente en las de Zaruma.
En la regin oxidada s encuentra el filn descompuesto y es donde, por lo general
(en las vetas ricas se entiende), se presenta el oro visible en forma de pequeos granos,
hilos, lminas y dendritas; y aun el oro, que no puede distinguirse la simple vista, se
encuentra tambin al estado nativo y libre. El oro aparece mas comunmente en las
cavidades revestidas de xido de hierro, y est aleado con una cierta proporcin de plata;
pero el valor de esta no forma sino una mnima parte del valor del mineral. Dicha alea-
cin tiene por lo general tres tomos de oro por uno de plata, sea 18 quilates. El
mas comn de los minerales oxidados es un mineral de hidrxido de hierro con criadero
de cuarzo y hojillas de oro; bien un cuarzo poroso, escoriceo celular, de poco peso,
mezclado con una arcilla ocrcea, amarilla rojiza, y con pequeos granitos de oro. Se
observa que, en general, un cuarzo compacto, denso, macizo, con poco hierro, es estril
forma minerales muy pobres; mientras que un cuarzo heterogneo, poroso y mezclado
con mucho xido hidrxido de hierro, contiene mas oro. Por muy oxidado que sea el
cuarzo, siempre contiene, aunque invisibles, cierta eantidad de piritas menudas, como
puede verse lavando una regular cantidad. Hay tambin para estos minerales oxidados
una regla prctica que la experiencia confirma: siempre que en ellos pase la ley de cinco
onzas de oro por tonelada, debe el cuarzo tener oro la vista; y esto se comprende, por-
que el oro en esta clase de cuarzos se halla en granitos, diseminados muy desigualmente.
En la regin sulfurada, situada cierta hondura variable inmediatamente despus
de la anterior, el cuarzo es duro y compacto, de fractura concoidea, generalmente con
manchas de un color oscuro, azulado verdoso, y con mas menos proporcin de piritas
de hierro, que, como en todos los distritos aurferos del mundo, son las mas abundantes;
de chalcopirita (sulfuro doble de cobre y hierro); de galena (sfuro de plomo); y veces
de blenda (sulfuro de zinc). En stos minerales el oro existe, invisible casi siempre
aun con la lente, y" finamente diseminado, ya en estado libre en la misma masa de los
sulfurs segn suele estarlo en el cuarzo, ya en un estado de combinacin especial con
los mismos y que todava no ha podido ser bien determinada ya por ltimo diseminado
en partculas microscpicas en el mismo cuarzo.
Estos sulfurs tienen ademas una proporcin variable de plata; parte aleada con el
MINAS DE ZABTTMA. 605
oro como en los minerales oxidados; parte independiente; y parte, en fin, combinada con
los otros metales en sus compuestos sulfurados.
En todos los distritos aurferos los minerales sulfurados piritosos son los mas
abundantes; y en general forman el objeto principal de la explotacin de los filones de
oro. No se exoepta de esta regla el Distrito de Zaruma, en donde raras son las vetas
en que corta profundidad no aparezcan las piritas en mayor menor cantidad.
Ad-vertiremos en este lugar que un cuarzo blanco, duro, compacto, sin sulfurs ni
oxidaciones, que no tiene ni ha tenido mineralizacion alguna, es por lo general comple-
tamente estril; de lo cual parece deducirse que las piritas de hierro y de cobre y
creemos que las ltimas principalmente han sido el vehculo del oro al formarse este
en las vetas; y que la emersin del metal precioso se verific conjuntamente con la de
esos minerales. Se nota en la regin sulfurada de las vetas de Zaruma una ntima re-
lacin entre la proporcin de oro y la de cobre, aumentando disminuyendo la ley de
oro medida que aumenta disminuye tambin la proporcin de cobre contenido en el
mineral.
Para concluir, llamaremos la atencin sobre dos hechos que hemos podido observar,
examinando detenidamente varios de los filones de Zaruma: I o . que estos cambian brus-
camente de riqueza en direccin, concentrndose el oro en ciertos tramos de longitud
variable, pero cuya riqueza contina en profundidad, formando as verdaderas columnas
ricas, en las cuales suele alcanzarse una muy elevada ley de oro al ensaye; 2 o . que, aun
en esas mismas columnas tramos, se observa que se ha concentrado de preferencia el
metal preeioso en la parte de la veta que toca con la caja del Este, sea hacia el techo,
ocupando esa zona rica la mitad mas menos de todo el ancho del filn.
Para dar una idea aproximada de la extraordinaria riqueza, que encierran algunos
de esos tramos columnas en las vetas de Zaruma, anotamos continuacin los resul-
tados de algunos ensayes hechos sobre mineral extrado de ellos:
la atencin por, 1&circunstancia de atrojar una: ley tan elevada, sin tener'absolutamente
oro visible ni aun con la lente. ..--
. ' Las cifras del cuadro precedente son por s tan elocuentes, que nos ahorran todo
oomentario; y bastan para probar la gran importancia de las vetas aurferas de. .Zaruma.
No por esto se crea que pretendemos que los resultados de essx ensayes se tomen
como un trmino medio del producto de los cuarzos en la explotacin industrial en gran
escala, l o s hemos presentado como datos, que sirven para formarse una idea de.la ri-
queza de los filones mencionados, en los tramos de donde proceden dichos minerales.
Podemos, sinembargo, asegurar, sin temor de equivocarnos, que,el promedio,.del
cuarzo;."que;se extraiga de dichos tramos columnas, no bajar en.su rendimiento de
cuatro onzas de oro por tonelada; y esto si se toma en cuenta que una de esas co7
lumnas ricas; continuando en profundidad y corriendo, un trecho de 30 .a 40 metros en
direccin, puede abastecer una gran explotacin durante largos aos constituye; in-
dudablemente una riqueza inmensa, y significa grandes ganancias para las>Compaas
que emprendan su explotacin con tino, mtodo y constancia, y con los capitales y re-
cursos suficientes.
Nos parece tambin,, que .en las minas citadas, aun fuera de sus columnas tramos
rieos, el producto medio no bajar de una y media, dos onzas de oro por tonelada,
segu lo prueban los-numerosos ensayes que se han hecho. JSn la ..explotacin de la
mina Portovelp por la Compaa Inglesa Zaruma Gold, los cuarzos del -filn Abun-
dancia, beneficiados n un molino de 20 pisones, arrojan un producto de.muy-cerca de
una onza por tonelada; advirtiendo que dicha Compaa solo saca el oro libre, pues no
usa concentradoras para salvar el oro de los sulfurs, que se v en los tailings re-
labes por la falta de, dichos aparatos; y que ademas no trabaja sobre un tramo recono-
cido como rico, sino tumbando sistemticamente toda la veta en longitud y profundidad.
Resumiendo nuestras observaciones con respecto las ; vetas de Zaruma, podemos
establecer l a s conclusiones siguientes:
"1*:""Bn'ciertos sitios, en la superficie, estos-filones presentan-transitoriamente con-
centraciones ricas en oro en el crestn oxidado, como h a sucedido en Paeay-Urcu; pero
es raro. Generalmente esas concentraciones no' se encuentran, por haber sido extraidas
sin duda por los antiguos espaoles y . l o s afloramientos no se descubren son est-
riles m u y pobres, -i-- . . ....-Vi ": : ";. -.:.. -.ti.
, 2 a . E n la zona que.sigue en profundidad, .sea.en el toscqtt, las-yetas s e presentan
descompuestas, con las. cajas deshechas roias y con,cuarzo pobre,y poco mineralizado.
3 a . Pasada esa zona, que generalmente no alcanza 20 metros de hondura, se llega
l a regin firme, el filn arma entr cajas slidas y duras, y v ,adqiere y a s verdadera
riqueza, sea que el cuarzo; contine oxidado, sea que aparezcan los minerales sulfurados.
' 4 a . Existen en las vetas ciertos .tramos columnas mas ricas, que el r e s t , - y que
se prolongan algun trecho en direccin, continuando em profundidad indefinidamente.
- 5 a . E l mineral de mas alta l e y parece existir de preferencia hci la caja del
Este formando u n a faja mas rica que ocupa como l a mitad de. l anchura de toda la veta.
6 a . L a anchura normal de l a s vetas es de u n metro; facilitndose a s la apertura
de galeras, sin necesidad de'extrer desmontes roca stril; y Jrrmitindojuna'ex-
traccin econmica y abundante d e cuarzo aurfero. - -
' 7 a . L a l e y en metales preciosos sube a u n a "cifra elevada en ciertas vetas y en a l -
gunos tramos rieos, cuyo laboreo puede dejar enormes utilidades; y aun fuera de ellos
la explotacin ser siempre m u y provechosa, s i se emplea .el capital necesario", u n a di-
reccin inteligente, y apropiados aparatos para e l benefici,
i 8 a . medida qu se baj en profundidad, parecen, abundar ms los minerales sul-
furados; y a l aumentar estos, sobr todo la pirita de cobre, aumenta tambin en propor-
cin l a l e y de oro. , .. . ,,- ,
'.-9 a . E l oro libre de ests vetas n pasa d e .15- 18 quilates. Adems de a plata
contenida en esta aleacin, todos los cuarzos de Z a r u m a contienen u n a fuerte proporcin
de plata independiente, que puede fijarse por trmino. medio en dos partes desplata por
una .'de oro. ' ; . . , . ' - ' . ' '. . . .
10 a . L a s vetas de Zaruma son numerossimas y forman u n solo sistema, sin que
se conozca crucero alguno, n i por lo tanto fallas dislocaciones; y continan sin alte-
rarse-hasta las mas grandes profundidades. --".
11 a . Por ltimo, el Distrito Aurfero de Zaruma es u n campo minero importantsimo',
qu m e r c e l a mas seria atencin, y . q u e por s u s ventajosas y excepcionales condiciones
MINAS DE ZABTJMA. 607
est llamado ser el asiento de poderosas' Compaas Mineras, que dedicadas la pro-
duccin del oro, acarrearn, juntamente con su propia prosperidad, el bienestar y el
adelanto del.pais entero.
con la ayuda de la lente, notar la presencia del oro en la misma masa del cuarzo, que
es en esta segunda zona mas cristalino. 3 o . Finalmente, d 30 40 centmetros, for-
mando una mezcla de venas de cuarzo aurfero de algunos centmetros, y de roca porf-
dica piritosa intercalada entre dichas venas. Esta tercera zona termina el filn por el
costado Oeste, no de un modo muy neto; pues los hilos de cuarzo se pierden en la roca,
impidiendo que la caja sea bien marcada.
Refirindose luego la ley de oro de estos minerales, contina diciendo el seor
Ancarani:
No pudimos en nuestras visitas la mina tomar muestras que representaran la
riqueza inedia de los diferentes cortes; pero los datos siguientes bastan para hacer com-
prender que estamos en presencia de una columna de mineral excesivamente rico.
Cuando nuestra primera visita la mina, el primer corte no habia aun atravesado
el filn, y los otros dos cortes no existan todava. El vaco del corte tenia la forma de
un nicho de 1,60 m. de alto, 1 m. de ancho y 1 m. de profundidad; esto es un volumen
correspondiente un peso de 4200 kilos de cuarzo. El mineral extraido se haba divi-
dido en dos clases, rico y pobre; y este ltimo abandonado la entrada de la mina, donde
lo hemos visto.
El mineral rico, cuidadosamente separado y exeojido, con un peso de 30 arrobas,
sea 750 libras, sin contar las numerosas piedras ricas, dadas como muestras los
interesados y amigos, fu pulverizado y amalgamado por el seor Riofrio en Loja; y
produjo 13 y2 onzas espaolas de oro de 20 quilates.
Pesando la libra espaola 4G0 gramos y equivaliendo 16 onzas espaolas, resulta
de lo que precede:
Que 345 hilos de mineral, proveniente de la separacin apartado do 4200 kilos de
cuarzo del corte, han dado en un tratamiente industrial muy primitivo = oro 323 gramos,
y plata G5 gramos; lo que corresponde una ley por tonelada de 936 gramos de oro y
188 gramos de plata; y qu admitiendo que las 13V2 onzas de oro, producidas por el
tratamiento de las 30 arrobas, sea todo el metal precioso que contenian los 4200 kilos
de cuarzo del corte (lo que no es admisible, puesto que hemos despus ensayado el resto
como lo diremos mas adelante), aun en ose caso la ley media sera todava de setenta
y siete gramos de oro y quince de plata, sea dos y media onzas de oro y media onza de
plata por tonelada, ley ya muy satisfactoria.
Los anteriores datos se refieren al mineral rico con oro la vista. Veamos ahora
los resultados de los ensayes del seor Ancarani sobre los cuarzos pobres do segunda
clase; esto es, sobre los que no tienen oro la vista, y que haban quedado en la puerta
de la mina Telfono.
Muestras do cuarzo sin oro la vista procedentes de los tres cortes:
Onzas por tonelada
Oro Plata
a) del corte Nro. I o . . . . . 5 3y8
b) del id. Io 2Vj 2
o
c) del id. 2 V 1
d) del id. 3 4 3
Estos resultados son de lo mas satisfactorios, pues representan la ley de los mine-
rales mas pobres.
Podemos deducir de todo lo que antecede, que en el filn ,Telfono' debe existir
una columna de mineral aurfero muy rico, de una extensin horizontal bastante grande;
y que la explotacin de esta columna, as como la de una parte importante del mismo
filn, podr hacerse del modo mas econmico, gracias las muy ventajosas condiciones
de la localidad....
Hace mas luego el seor Ancarani sus clculos sobre el costo probable de la ex-
ploracin definitiva de esta mina y tambin sobre el de una explotacin futura. Citaremos
sus palabras respecto al ltimo punto, porque tienen un inters general y el clculo puede
servir en casos anlogos.
Terminaremos esta nota diciendo que actualmente es imposible calcular los bene-
ficios que se pueden esperar de una futura explotacin de esta mina. La exploracin,
haciendo conocer la verdadera ley media de los cuarzos, permitir solamente hacer ese
clculo. Sinembargo, tenemos yn un dato precioso, el precio de costo mximum por tone-
lada extrada y beneficiada.
MINAS E ZAHUMA. G09
cuarzos, que por su blandura ofreceran una extraccin abundante y barata y tendran
un beneficio fcil y econmico, una ley de menos de una onza de oro por tonelada bas-
taria para una explotacin provechosa.
Otra de las vetas interesantes de este grupo es la Amrica. Este filn, tanto en
la mina Borgoa, como en las dos opuestas laderas de la quebrada, ha manifestado in-
dicios favorables; pues se han hallado cuarzos con algun oro visible en sus afloramientos.
Sinembargo, puede decirse que este interesante filn apenas ha sido reconocido, siendo
de poca consideracin los trabajos hechos con ese objeto. La veta tiene como metro y
medio de potencia con un cuarzo aurfero de buen aspecto; est muy bien formada, y
corre con toda regularidad larga distancia (mas de 2000 metros);
La veta Carmen est poco mas menos en las mismas condiciones que la Amrica.
La veta Bosarioa no la juzgamos muy digna de atencin, y creemos que no merece
que se gaste tiempo y dinero en su reconocimiento.
En resumen, el grupo de Muluneay necesita de una exploracin detenida, que no
dudamos alcanzara un buen xito, sobre todo en los filones Amrica y Santa Luca;
en cuyo caso, su situacin excepeionalmente ventajosa hara de este grupo uno de los
mas importantes del Distrito.
Lo que hemos dicho de este grupo puede aplicarse igualmente al otro que posee
algo mas al Sur la Compaa Exploradora; el de Malvas.
Este se encuentra situado en el cerro de La Jara, en las cabeceras de la quebrada
del Guijarro, al N de Vizcaya, y una hora distante de Zaruma.
Se compone de cuatro minas: Primavera, Porvenir, Exploradora y Clemencia;
todas ellas con labores antiguas, algunas bastante extensas. Para poder formar una idea
de la importancia de estas minas, es de todo punto indispensable verificar antes sobre
ellas algunos trabajos de reconocimiento.
El grupo. Fnix en Minas Nuevas fu objeto de una seria exploracin de parte de
la Compaa Exploradora; la cual, comprendiendo su importancia, concentr en l de
preferencia sus labores. Sobre sus otros dos grupos de Muluneay y de Malvas labr
los pozos de ordenanza para tomar su posesin legal, y despus se redujo efectuar pe-
queos trabajos, de modo que no pudo hacer sino un estudio ligero de sus vetas, dejando
para mas adelante y para mejor ocasin, conducir el formal reconocimiento que necesitan.
Mina d e lia Quebrada. Entre las mas ricas minas de Zaruma, sta ocupa
uno de los primeros lugares, como fcilmente se comprender por la descripcin que
vamos hacer de ella.
Conservnbase en Zaruma tradiciones de trabajos verificados principios de este
siglo en dicha veta. Decase que era un tanto angosta; pero que haba quedado en sus
planes el cuarzo salpicado de oro visible, y con una muy alta ley. Dichos trabajos an-
tiguos estaban aterrados y aguados, y eran por lo tanto inaccesibles.
Sabedor de estas tradiciones el seor Joaqun A. Gonzlez, minero chileno muy
prctico y experimentado, y que haca algun tiempo resida en Zaruma, se asoci con
el ingeniero seor E. C. Dougherty, y en 1883 adquirieron la propiedad#ie esta mina.
Despus de mil ezfuerzos lograron desaguar y limpiar las antiguas labores, en las que
pudieron penetrar, encontrando confirmadas las tradiciones de que hemos hecho mencin.
Aunque no muy ancha la veta, se present esta bien formada, entre cajas firmes,
y con un cuarzo cristalino, duro, casi sin oxidaciones, blanco, azucarado, con algunas
manchas de color oscuro negruzco provenientes de una mineralizaeion no bien definida,
y con bastantes granitos y puntillas de oro la vista.
Ante este satisfactorio resultado, sacaron los propietarios algunos qunteles de mi-
neral, que remitieron Guayaquil, para que los ensayara el Dr. Wolf. H aqu el cer-
tificado de ensaye, dirigido al seor Dougherty.
He analizado el mineral de la mina que U. posee en Zaruma, y me apresuro
darle el resultado de la anlisis.
El cuarzo aurfero de esta veta es bastante puro, y fuera del oro diseminado en
partculas casi microscpicas, no presenta la vista libre otro metal sino un poco de
pirita amarilla. El imn extrae del polvo una que otra partcula de hierro magntico.
Las manchas oscuras en el cuarzo blanco, que son las partes mas ricas en oro y tambin
las mas abundantes en pirita, traen su color de un mineral negro-verdoso gris de
naturaleza no metlica.
MINAS DE ZARUMA. 613
La veta no contiene ningn metal de plata; es puramente una mina de oro, y la
plata que resulta de la anlisis hay que atribuirla la liga del oro.*)
nJEl oro es bien, visible en casi todas las piedras para un ojo ejercitado, que no lo
confundir con la pirita.
Despus de procurar un verdadero comn de un saco de piedras (de un quintal
poco mas menos), sin excojer las mejores y sin separar las malas, he obtenido:
Oro argentfero: 0,04% (= 0,0004 en un gramo), 13,905 onzas por tonelada,
41,715 onzas por eajon {60 quint).
Esta es una riqueza extraordinaria en un filn de cuarzo aurfero, y no puedo
menos de felicitar U. por el descubrimiento y la adquisicin de esta mina valiossima,
deseando la vez que la veta siga por mucho tiempo y gran distancia con la misma
ley que manifiesta ahora. Soy de U. atto. S. S. Teodoro Wlf.n
Careciendo los seores Dougherty y Gonzlez de los recursos suficientes para pro-
seguir la explotacin de la importante veta descubierta, y mucho menos para ponerla en
explotacin con todos los elementos necesarios, proyectaron establecer, con el menor gasto
posible, una arrastra para el beneficio de los cuarzos aurferos, fin de poder con sus
productos llevar adelante el reconocimiento y apertura de la mina. La arrastra fu de
lo mas imperfecta y de poder insuficiente para pulverizar debidamente los duros cuarzos
de La Quebrada; faltaron los recursos mas indispensables y el trabajo de la arrastra
fu abandonado.
Sinembargo, durante ese tiempo habian seguido la veta en cierta extensin, aunque
corta, y pudieron continuar manteniendo su desage, hasta que en Mayo de 1886 tuvo
lugar la segunda visita del Dr. Wolf al mineral de Zaruma, enviado por el Supremo Go-
bierno inspeccionar aquel Distrito. Examin el ilustrado gelogo la mina de La Que-
brada, de la que extrajo l personalmente algunos cuarzos para ensayarlos.
Copiamos a continuacin la carta que con ese motivo dirigi al Seor T. C. Wright,
que haba tomado gran inters para que dicha mina se levantara y se pusiera en fruto.
Guayaquil, Agosto I o de 1886. Seor D. Tomas Carlos Wright. Presente.
Muy seor mi: Usted me pide mi opinin respecto la mina de ,La Quebrada'
cerca de Zaruma, y voy manifestrsela con toda franqueza.
Siempre he credo que ,La Quebrada' merece una atencin especial, y que per-
tenece las mejores vetas aurferas de Zaruma; y en mi ltimo viaje me convenc de
nuevo de su importancia. En mi informe oficial he mencionado esta mina en trminos
favorables, pero como de paso; pues no era el objeto de ese informe hablar extensamente
de cada mina en particular; pero ahora me extender algo mas sobre la materia.
La mina de ,La Quebrada' se halla en la zona central del distrito minero de Za-
ruma, que se extiende del ,Sesmo' al lado de la villa de Zaruma hacia la ,Portovelo',
en la ladera del estribo de la cordillera que llaman ,el Castillo' y que aloja tantas minas
antiguas de gran fama. Es muy probable que est en alguna relacin con la veta ,Por-
tovelo' con la del,Sesmo'; pues se halla casi en el mismo meridiano, y sigue poco mas
menos el mismo rumbo como estas.
La mina consiste en un filn de cuarzo aurfero bien pronunciado, aunque angosto.
Por la ley muy subida de oro, algunos creyeron que era bolsn aislado que no seguiria
con constancia; pero basta examinar con atencin el mineral para convencerse de que
este cuarzo aurfero es de una verdadera veta, y muy distinto del cuarzo de los bolsones.
Ademas, la inspeccin ocular de la veta no deja duda ninguna de su naturaleza. No
solo las vetas anchas son vetas, sino tambin las angostas cuando se presentan con los
caracteres de ellas; y hay muchos ejemplos de que vetillas muy angostas siguen con
gran constancia largas distancias. No niego que una veta, sea ancha, sea angosta,
puede cortarse, trastornarse y hasta perderse completamente; pero este riesgo no es
mayor en la ,La Quebrada' que en cualquier otra veta, por ejemplo, en la ,Portovelo'.
Hasta ahora todos los auspicios son favorables en la mina de Jja Quebrada'. La
veta que el seor Dougherty ha seguido con constancia en una exteneion considerable,
*) ijNosotros siaembargo creemos que en IOB minerales sulfurados de las vetas aurferas de
Z&vuma, la plata, ademas de la contenida en la aleacin con el oro, existe parte en estado indepen-
diente, y parte combinada con otros metales en sus compuestos sulfurados. Los ensayes hechos
posteriormente Bobre los cuarzos de ,La Quebrada' lo prueban tamhien. Estoy de acuerdo con
esta observacin del seor S. Tejada, Wolf,
614 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
*) No hafciendo verificad el doctor Wolf este ensaye por copelacin, separando despus y pe-
sando iodo el oro qumicamente puro contenido en el mineral, tanto en estado libre como en los sl:
MINAS BE ZAHUMA. 615
Creyse sin duda que la suma de S. 40000 en efectivo bastara para reconocer debi-
damente la mina, instalar un molino de cinco pisones eon sus accesorios, y establecer la
explotacin con una produccin eonstante y provechosa.
H ah, en nuestro concepto, el error de origen, que ha sido, entre otras, la causa
principal de que la rica mina de o La Quebrada no haya seguido desarrollndose prspe-
ramente, y que antes bien haya quedado paralizada; en vez de ser, como podia y debia
serlo, una de las primeras y mas importantes minas en actual produccin en Zaruma.
Cuando .vemos que la exploracin de las minas del grupo Fnix ha costado ya
muy cerca de S. 60000; que en l apertura solamente de la mina Portovelo dla Com-
paa Inglesa se han invertido sumas aun mucho mas considerables; que para solo el
reconocimiento de la veta Telfono de Pacay-Ureu, cuyas condiciones de trabajo son
muy favorables, se ha presupuestado la suma de 150000 francos, sea S. 39000; se com-
prende fcilmente qu un capital de S. 40000 para abrir la mina de La Quebrada, traer
instalar una maquinaria y establecer una explotacin en forma, tenia que ser del todo
insuficiente.
Los resultados lo han demostrado as.
Apenas constituida la Sociedad, y nombrado su Gerente el seor Daugherty, parti
ste para Estados Unidos por cuenta de la Compaa. Llev consigo algunos quintales
del comn del cuarzo de La Quebrada, para hacerlo examinar detenidamente en aquel
pais; y para, en vista de su composicin mineralgica y de los resultados que arrojara
su beneficio, elegir la maquinaria mas adecuada. Fu esta medida muy acertada y debe
ser imitada en casos anlogos; porque, siendo el material de tratamiento el rengln mas
costoso entre los gastos de una explotacin y el asunto que deba ser estudiado mas cuida-
dosamente, es preciso tomar todas las medidas fin de que sea acertadamente excogido
el apropiado para el beneficio de los cuarzos, que despus deba producir la mina.
Efectuse el examen y tratamiento de dicho comn de minerales en la oficina me-
talrgica especial de W. Me. Dermott, que al efecto tiene en 2 Wall Street la gran casa
constructora Fraser y Chalmers de Nueva York. El resultado fu muy satisfactorio. El
cuarzo dio al ensaye 4n/a onzas de oro y 10 de plata por tonelada.
En el certificado de W. Me. Dermott dando cuenta de estos resultados, se califica
los cuarzos de La Quebrada como muy ricos; y se aconseja el siguiente mtodo de
tratamiento, que dio prcticamente en la oficina de Wall Street tan buen rendimiento:
trituracin y pulverizacin del cuarzo en pisones; amalgamacin en planchas de cobre;
y concentracin de la pirita rica en Frue Vanners, para exportar el producto de esta
concentracin, beneficiarlo y extraer el oro en el lugar, por medio de otro procedimiento
ulterior (cloruraeion, fusin etc.), segn fuera mas conveniente; habiendo arrojado la
cloruraeion en la prueba muy buen resultado.
Siguiendo los consejos anteriores, y consultando el exiguo capital de la.Compaa,
compr el seor Dougherty una maquinaria, aunque pequea, bastante completa para el
beneficio de los cuarzos aurferos de La Quebrada; compuesta de una batera de cinco
pisones del peso de 600libras cada uno; planchas interiores; cribas metlicas de 40 mesh,
sea de 1600 agujeros por pulgada cuadrada; el correspondiente quebrador (criuher) y
alimentador automtico; planchas exteriores de cobre de 4 pies de ancho por 8 pies de
largo para la amalgamacin; dos concentradoras Frue Vanners (de Fraser y Chalmers)
para recoger los sulfurs ricos; y una bomba de gran poder para sostener el desage
de la mina; todo ello movido por una turbina Leffel de 10 pulgadas con su tubera
correspondiente, que solo ocupa un espacio de nueve pies cuadrados, y que, con la eaida
de agua eon que se cuenta, desarrolla una fuerza de 36 caballos, suficiente para mover
cuadruplo nmero de pisones'.
Se trajo esta maquinaria en secciones para su mas fcil trasporte en muas; y con
el seor Dougherty fu Zaruma en Julio de 1887 armarla el inteligente y laborioso
mecnico Mr. A. Mann, el cual, en poco tiempo, y apesar de las dificultades con que se
lucha en Zaruma, la dej instalada en Enero de 1888. y en .aptitud de funcionar per-
fectamente.
Al mismo tiempo se levantaron en el molino las construcciones necesarias con techos
faros; resulta que solo sac el oro nativo Ubre (free goiS), y que no obtuvo el que, contenido en la
pirita, no es amaigamable, siendo as, que abunda en el cuarzo de nla Quebrada, como se ha probado
en otros ensayes. La verdadera ley de oro debi ser, pues, muy superior la que el doctor Wolf
seala, como l mismo lo observa. . . . -.
616 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
de zinc; y se edific adems una casa para la residencia del Gerente y dems empleados,
para almacenes, laboratorio etc.
Comenzse tambin al lado mismo del molino la perforacin de un pique pozo in-
clinado, unos 25 metros de distancia al Norte del tramo rico, descubierto en los tra-
bajos antiguos; el cual baj una profundidad de 36 metros. En l y los 26 metros
se principi formar un primer nivel; y adems se corri una galera de O B en una
extensin de 38 metros; con cuya estocada se cortaron otras dos vetas prximas, launa
Jos 24 metros, y la segunda, muy interesante, los 36 metros. Trabajse tambin en
la composicin y apertura de una larga acequia para traer las aguas de la quebrada de
Muluncay.
Desgraciadamente, pero como era muy natural, el capital de S. 40000 no pudo al-
canzar cubrir tanto gasto y trabajo tanto; se pas de esa suma, contrayendo por con-
siguiente la Compaa algunas deudas; y aunque la maquinaria"estaba lista para el tra-
bajo, la mina no haba sido convenientemente abierta y reconocida; no haba niveles
corridos, ni bancos formados para la extraccin; y para hacer la situacin mas crtica, el
tramo rico visitado por el doctor Wolf, inaccesible entonces por estar escombrado y aguado,
y en el cual se habia comprobado la existencia de cuarzos con oro la vista y de ele-
vadsima ley de oro, quedaba como 20 metros de distancia al Sur; cuando de haber
sido alcanzado y tomado en mano desde el principio, hubiera con su produccin de oro
salvado el difcil estado de la Compaa.
Hubo que emplear el ltimo recurso, y echar al molino los cuarzos extrados del
pozo; que por desgracia eran de una ley muy inferior. Agregse esto que, por la
misma estrechez de recursos, no pudo traerse de Estados Unidos, como se habia proyec-
tado, un amalgamador (mittmari) prctico; y la falta de este hizo que el beneficio no fuera
debidamente conducido, y que las prdidas en todo sentido fueran considerables.
En Mayo de 1888 principi trabajar el molino; y h aqu los resultados obtenidos:
Se molieron como 350 toneladas de cuarzo. El producto de oro en barra, resultado de
la amalgamacin, fu de 150 onzas. Es de advertir que este oro fu casi en su totalidad
recogido solo de las planchas interiores de la batera, y apenas una parte insignificante
se obtuvo de las exteriores; cuando es sabido que en estas se recoge aproximadamente
otra cantidad de oro igual la contenida en las planchas interiores. Esto basta para
comprender la fuerte prdida que hubo de metal precioso.
La prdida de mercurio ascendi 185 libras, siendo as que no debia haber pasado
de 150 onzas; porque la prdida mxima en esta clase de beneficios no debe exceder de
una onza de azogue por onza de oro producido.
Los sulfurs concentrados fueron remitidos Preiberg (Sajonia) en cantidad de
)l quintales, y su ley no pas de cuatro onzas de oro por tonelada; lo cual no puede
explicarse, dada la ley de estos cuarzos aunque pobres, sino atribuyndolo que no se
manejaron los Frue Vanners convenientemente.
La enorme, inusitada indebida prdida de mercurio, que, al ser arrastrado por el
agua, se llev consigo, como era natural, gran cantidad de oro; y la imperfecta concen-
tracin de las piritas, que se fueron tambin en el agua, explican suficientemente el fra-
caso que de otro modo y con un amalgamador experimentado no hubiera tenido lugar,
aun beneficiando los cuarzos pobres que se extraan, mientras se hubiera alcanzado el rico
tramo que estaba prximo.
El costo de la exportacin de los sulfurs desde Zaruma Freiberg no baja de cien
sucres por tonelada, de modo que su envo dejaba una fuerte prdida. La molienda se
paraliz en Noviembre de 1888.
Los fondos de la Compaa se haban agotado; y se habian contrado deudas,, por
haberse gastado de S. 15 000 S. 20000 mas del capital.
El Directorio, conociendo las causas que habian acarreado la crtica situacin de la
Compaa, y que, como acabamos de ver, no eran debidas falta de riqueza de la mina
sino principalmente la deficiencia del capital, procur allegar recursos para seguir vigo-
rosamente el trabajo comenzado; sobre todo cuando lo mas difcil se haba ya vencido;
la maquinaria estaba instalada y funcionando; los trabajos interiores de la mina adelan-
tados; el almacn provisto de las existencias y materiales necesarios; y solo se necesitaba
un pequeo esfuerzo mas para llegar al anhelado xito, y la realizacin de las espe-
ranzas, que las cartas del doctor Wolf y el ensaye de Nueva York haban justamente
inspirado.
Intil tentativa. La mayora de los accionistas ni se reunieron, ni procuraron
MINAS DE ZAHUMA. 617
conocer siquiera Jas causas que haban producido la crisis por la que atravesaba la Com-
paa, demostrando una culpable indiferencia, que reflua en su propio dao; y que solo
puede explicarse por la falta casi general de conocimientos en el pais para empresas
mineras de esta ndole, que han sido realmente una verdadera novedad introducida de ,
poco tiempo esta parte. Siempre es difcil abrir nuevas sendas; y como la industria
minera empieza recientemente dar seales de vida en el Ecuador, es natural que sus
primeros pasos sean vacilantes y tmidos. Un poco mas de energa y de constancia, y
algo menos de indiferencia de parte de los accionistas, y la mina de La Quebrada
estaria hoy en fruto, con una constante y normal produccin de oro, y dando buenos
dividendos los interesados. La marcha prspera de esta mina hubiera ademas influido
poderosamente para dar crdito y renombre al Mineral de Zaruma; y entonces no hubiera
sido difcil la formacin sucesiva de otras Compaas, asi como la oferta de capitales para
la explotacin de los numerosos filones de aquel Distrito; echando as raices en el pais
la .industria minera con el xito obtenido.
Nada de esto sucedi desgraciadamente. Agotado el capital, la Compaa no arbitr
recursos para proseguir sus labores.
Resultado: en la actualidad la mina est llena de agua; la maquinaria, que tanto
trabajo cost, se est destruyendo con el abandono; y el tramo rico de la veta, con
cuarzos que, ensayados por el doctor Wolf, dieron, segn hemos visto, treinta y nueve
onzos de oro libre por tonelada, se encuentra pocos metros de distancia al Sur de las
actuales galeras, aguardando el instante en que, costa de un pequeo capital, se llegue
l, para entregar entonces las riquezas que encierra, y que han sido ya reconocidas y
palpadas antes.*)
Mina Favorita. Esta importante mina se halla situada como una horade
distancia al Sur de Zaruma, en la margen izquierda del rio Amarillo, y en el sitio cono-
cido con el nombre de el Tabln.
Las mismas causas que llevaron al descubrimiento de La Quebrada fueron tam-
bin las que influyeron para emprender trabajos en esta veta.
Existia la tradicin de haber sido explotada hasta los ltimos tiempos la mina con
grandes provechos; y se aseguraba que en los planes de los trabajos antiguos habia
quedado el filn con una gran anchura, y con un cuarzo de fcil extraccin y beneficio,
con oro la vista en cantidad.
No se descubra afloramiento alguno, ni podian distinguirse los trabajos antiguos.
Conocase, sinembargo, el lugar donde habia existido la explotacin; y guiados por estos
datos, los propietarios abrieron en 1886 un pozo vertical, para alcanzar los planos de las
antiguas labores.
Baj el pozo hasta la profundidad de 50 metros; y no encontrando la veta, se dio
esa hondura una estocada al Oeste, que la cort poca distancia, cayendo precisamente -
en medio de los trabajos antiguos que se buscaban.
Las galeras antiguas, tortuosas y mal hechas, como lo son todas las de aquella
poca, se hallaban escombradas por la poca solidez del terreno y continuaban todava
mayor profundidad.
Pdose, aunque con dificultad, recorrer algun trecho de la veta al Norte, y se ob-
serv que eran ciertas las tradiciones de que hemos hablado. Aunque todava no se
llegaba los planes, se notaba que no podian estos hallarse mucha mayor hondura;
y aun en los trabajos superiores descubiertos, la veta se presentaba eon un excelente
aspecto.
El rumbo de esta es Sur Norte magntico, casi fijo. Su buzamiento no tiene, al
parecer, inclinacin alguna; la veta est, por decirlo as, clavada y baja verticalmente.
Su anchura es de 1,50 m. 1,60 m.
El cuarzo se presenta en las mejores condiciones para una extraccin econmica y
abundante; pues para su arranque apenas se necesita del empleo de la dinamita; y esto
confirma lo que la tradicin asegura, de que se extraa el mineral de esta veta usando
para ello solamente palos aguzados de chonta (madera dura). EL cuarzo es cristalino,
frgil, de poco peso, muy cariado y con sus cavidades teidas abundantemente de polvo
negro, proveniente del xido de manganeso. Parte del cuarzo tiene tambin oxidaciones
de hierro y presenta alguna chispas, puntillas y granos de oro la vista, bien entre las
oxidaciones, bien en la misma masa del cuarzo.
Hecho este descubrimiento, y aunque faltaba bajar mayor hondura para llegar
los. antiguos planes, se suspendi el reconocimiento para conseguir fondos con el objeto
de continuar la exploracin, de emprender trabajos de formal explotacin de la mina.
Comenzaron las gestiones para ello; pero pas el tiempo, y mientras tanto el pozo, no
atendido ni reparado convenientemente, se destruy en parte por haberse podrido algunas
de sus maderas.
Apesar de este contratiempo se habia logrado reconocer la veta, y habia sido en-
contrada rica como se esperaba. Los varios ensayes, que se habia hecho de los cuar-
zos de esta mina, arrojaban los siguientes resultados:
Por tonelada.
a) Cuarzo con oro la vista . . . . Oro 11 onzas.
b) Cuarzo sin oro la vista . . . . 4
9
v
55 55 55 55 55 55 55 55
1V
55 55 55 55 55 55 ' * 55 *~ / 2 55 /
' 2
55 55 55 55 55 55 - 55 ^ 55
Hay ademas algunas otras, cuya descripcin hemos omitido, porque generalmente
no se han hecho sobre ellas las debidas exploraciones para descubrir en cierto trecho el
filn. Tales son, por ejemplo, La Fraternidad la margen izquierda del rio Amarillo,
y que parece ser la prolongacin de la Portovelo al Sur; la Nudo, de regular ley de
plata al decir de algunos; la Soroche y la Peralbillo de cuarzos sulfurados; la Taura,
la Banco, la Gobernadora, y algunas otras mas que no recordamos.
No se crea que hemos citado todas las minas de Zaruma, porque la tarea sera muy
larga y enojosa. Pasan de 500 las denunciadas en los ltimos aos en el Distrito, sin
que en realidad haya trabajos de explotacin mas que en la Portovelo de la Compaa
inglesa, y de reconocimiento en las que hemos dejado anotadas.
Esta fiebre de denunciar minas, para no trabajarlas ni reconocerlas siquiera, ha
desaparecido felizmente con la acertada ley reformatoria de 1887, que impuso la contri-
bucin semestral de diez sucres por mina, como requisito indispensable para conservar
su propiedad. Apesar de no estar reglamentado como debiera el pago de dicho impuesto,
ha bastado sinembargo, para que desaparezca la aficin denunciar por docenas las
minas; y ha hecho que muchos las abandonen, dejando as libre el campo los que ten-
gan recursos suficientes para llevar adelante el trabajo de una mina. Si les era gravoso
el pago de veinte sucres anuales por cada mina cmo era posible que emprendieran labor
alguna en las vetas, que por solo el placer de llamarse sus propietarios, denunciaban sin ""
provecho alguno ni para la industria minera, ni para el pais?
No anduvo en ello muy acertado el nuevo Gerente; porque no pas mucho tiempo
sin que. sucediera lo previsto por Mr. NichoUs. El pozo principal se hundi', destruyn-
dose la- bomba y dems aparatos; y produciendo este accidente nueva perturbacin en la
marcha d la Compaa.
Mr. Kirby sali en el acto para Londres. Mientras tanto el Directorio llam nueva-
mente, Mr. NichoUs y le envi Zaruma con amplias instrucciones y facultades para
proceder como creyera mas conveniente en vista de la situacin. Lleg este Zaruma
inclinado su nimo de nuevo aconsejar la liquidacin de la Compaa. Trajo una bomba
de gran poder, y por un pozo auxiliar que tenia la mina, pudo desaguar y desescombrar
esta, penetrando las labores de reconocimiento dejadas por Mr. Kirby. No contento
con el aspecto y condiciones del filn Portovelo, dio una estocada al Este, y la dis-
tancia de solo seis metros tuvo la felicidad.de cortar el filn Abundancia, con una
potencia anchura de cuatro metros, con cuarzos oxidados, de fcil beneficio y de una
ley de mas de una onza de oro por tonelada. Dise en seguida principio la extrac-
cin y beneficio del mineral de ese filn con muy buenos resultados. El molino principi
nuevamente andar y la molienda de cuarzos producir buenas remesas de. oro.
Concluido su contrato regres Mr.. NichoUs Europa y qued provisionalmente
Mr. Pope encargado de la Gerencia. La mina continu siendo reconocida y la molienda
seguia dando constante produccin.
El Directorio envi entonces como Gerente Mr. John Bryant que habia adquirido
gran prctica en esta clase de trabajos, por haber estado encargado de. explotaciones
anlogas en el Brasil y en otros puntos.
Llegado el nuevo Gerente Zaruma en Enero de 1889, y apenas hecho cargo de
la. administracin, introdujo varias reformas muy convenientes, arregl el molino y sin
descuidar la extraccin y beneficio, impuls los trabajos de reconocimiento del filn Abun-
dancia en profundidad, y sobre todo en direccin hacia el Norte con galeras abiertas
en diferentes niveles. Este reconocimiento ha dado excelentes resultados, y ha servido
para probar la continuidad de la veta sin alteracin en largos trechos,. y. para formar
gruesos bancos con grandes reservas de mineral ya reconocido y preparado para la
extraccin, de ley.eonocida, y que puede abastecer una larga y provechosa explotacin.
- : El porvenir de esta Compaa est asegurado, por haber hecho al fin Mr. Bryant
lo que desde un principio debi hacerse, cuando se contaba integramente con el fuerte
capital de la Compaa.
.. La mina Portovelo, en la veta de este nombre y en la Abundancia, tiene mine-
ral para, alimentar mas de sesenta.pisones constantemente; esto es, puede extraer y bene-
ficiar como 80 toneladas diarias. El costo total, incluyendo todo gasto, no excede de
media onza de oro por tonelada. El producto medio actual de los cuarzos es de una
onza de oro por tonelada; de modo que, trabajando la maquinaria con 60 pisones y bene-
ficiando 80 toneladas por dia, con ese costo y esa ley, la ganancia lquida llegar unas
40 onzas de oro diarias, esto es doce mil onzas, sean doscientos cuarenta mil sucres
al ao.
Sabemos que no tardarn en aadirse los 40 pisones los 20 que hay en la actuali-
dad, y que para ello se espera nicamente que avancen mas los trabajos de reconoci-
miento, y que se construya el camino entre Zaruma y Santa Rosa por la garganta de
Pinas, de modo que puedan conducirse cargas pesadas.
Los clculos anteriores se refieren solamente la explotacin^de la mina Porto-
velo. Si se advierte ademas, que la Zaruma Gold posee otras seis minas, entre
eUas la clebre Sesmo, las cuales aunque su importancia no puede aun. determinarse
por no haber sido reconocidas en lo absoluto son cual mas interesantes, y sin duda
alguna tarde temprano, se pondrn en fruto, se comprender fcilmente que esa Com-
paa tiene ante s un ancho campo de. explotacin y un brillante porvenir; y, si hasta
ahora sus acciones han estado depreciadas, es debido nica y exclusivamente las causas
que dejamos enumeradas, y que felizmente en la actuaUdad han desaparecido. Lstima
grande, que el capital de la Compaa no hubiera sido empleado con el debido discerni-
miento! Otra muy distinta seria su situacin en Zaruma, los provechos de sus accionis-
tas y su crdito en Europa!
.; Sobre el progreso del Mineral de Zaruma en los ltimos aos, el seor S. Tejada
d esta resea: .-.-.
Para que pueda apreciarse al primer golpe de vista el progreso que ha tenido el
MINAS D E ZA'EIM. 623
Mineral de Zaruma en estos ltimos aos, y se abrace de una ojeada y-en conjunto su.
marcha, nos ha parecido conveniente poner continuacin el siguiente cuadro de fechas
con los sucesos mas importantes relacionados con los trabajos de sus minas.
1876. Primer viage del Dr. T. Wolf, Gelogo del Estado, la provincia de Loja
por cuenta del Gobierno; y su visita Zaruma. .
'1878. Primeras exploraciones y denuncios en Zaruma por los seores M. F. Muoz,
Joaquin A. Gonzlez, P. Garmendia etc. '
1879. Publicacin del folleto del Dr. Wolf: Viaje gebgnstie por la provincia
de Loja.
1880. Formacin en Londres de la Compaa minera Gfeat Zaruma Gold Mining
C. Venida de Mr. Raymundo de Peiger como Gerente! Primeros trabajos.
1881. Hallazgo de un montn de cuarzos saplicados de oro en la quebrada de Paeay-
Urcu. Pesquisas infructuosas por una Sociedad Jojana para descubrir el iilon de donde
hubiera podido provenir tan rico mineral.
Grandes gastos y despilfarras del capital de la Compaa inglesa.
1882. Mr. de Peiger, sin previamente abrir.las minas y dedicarse su exploracin,
gasta mas de S. lOOOOO en procurar construir una carretera de Zaruma la costa, que
no lleg terminarse. Trae de Estados Unidos una gran maquinaria, que cost mas
de S. 250000, y que queda intil y abandonada en Santa Rosa, por no poder sertras-7
pordada al Mineral.
. Revolucin en el Ecuador contra la dictadura de Veintemilla. El General- Salazar
al frente de los restauradores invade Loja, y Mr. de Peiger se incorpora, comandando
tina columna, sus filas, abandonando el trabajo de la Compaa inglesa.
1883. Trgica muerte de Mr. de Peiger en el asalto y toma de Quito el 10 de
Enero. Venida de Mr. Nicholls como Gerente. Apesar de hallarse casi agotado el
capital de. la Compaa, emprende vigorosamente la exploracin de la Sesmo y de-la
Portovelo.
1884. Se descubren los planos de la Portovelo; se concentran en esta mina los
trabajos; y se abandona la exploracin de la Sesmo. Viage de Mr. Nicholls Lon-
dres dar cuenta al Directorio de los resultados obtenidos.
1885. Regreso de Mr. Nicholls. La Compaa inglesa, agotado su capital, arbitra
recursos con un emprstito, envia una maquinaria de 20 pisones, que se instala en Por-
tovelo, y se activan los trabajos. Se denuncian los lavaderos del rio Grande.
1886. Primera remesa de oro. El ingeniero Mr. Provis viene Zaruma inspec-
cionar las minas, enviado por la Compaa inglesa. Su favorable informe respecto su
porvenir.
El Gobierno envia tambin al Distrito al Dr. Wolf, el cual informa as mismo favo-
rablemente sobre el mineral zarumeo.
Primer viage Zaruma del autor de estos Apuntes, quien proyecta la formacin
de la Compaa Exploradora.
El Dr. "Wolf dirige su brillante informe sobre la mina de La Quebrada. --Forma-
cin de esta Compaa.
Trabajos de -exploracin en la mina Favorita. Se eonstituye en Guayaquil la
Compaa Exploradora; y se llama del Per aV ingeniero Sr. Carlos van Isschot. -
1887. Viene del Per, con cateadores del Distrito Mineral de Hnalgayoe, el Sr.
van Isschot. Reconocimiento y exploracin del mineral de Zaruma por el Sr. van Isschot
y por el autor- de estos Apuntes, por cuenta de la Compaa Exploradora. Descubri-
miento de la mina Zancudo.
Retrase Mr. Nicholls y viene reemplazarle Mr. Kirby.; La Great Zaruma
liquida, y se trasforma en la Compaa Zaruma Gold.
Construccin del molino de La Quebrada con cinco pisones y dos concentra-
doras Frue. -..:.. . :
1888. Marcha del seor C. van Isschot Europa por cuenta de la Compaa Ex-
ploradora. Sus gestiones en unin del doctor A. L. Yerovi en Paris y en Londres.
Molienda en La Quebrada, y su paralizacin por falta de capital.
Derrmbase el pozo principal de la mina Portovelo. Nueva crisis en la Compaa
inglesa. Retrase Mr. Kirby y la Compaa envia d nuevo Mr. Nicholls.;
1889. Mr. Nicholls penetra en los trabajos derrumbados. Profundiza el nuevo pozo
y corta la veta Abundancia. Principia otra'vez la molienda en la Compaa inglesa
624 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
con buen xito. Retrase Mr. Nicholls y queda provisionalmente Mr. Pope con la geren-
cia. Remesas de oro. \ .^
Frmase en Paris el contrato de la Sociedad de Estudios entre la Compaa Ex-
ploradora y el Banco Franco-Egipcio. " .
Venida de Mr. Ancarani y de Mr. Tenr. "*&'
1890. Regresa Europa Mr. Pope y llega Mr. Bryant actual Gerente de la 6Jbm-
paa inglesa. Acertado impulso con la nueva administracin los trabajos de la mina
Portovelo. Nuevos reconocimientos con resultados favorables sobre la yeta Abundan-
cia por Mr. Bryant. Buenas remesas mensuales de oro. El porvenir fe la Compaa
inglesa queda asegurado.
Descubrimiento de la veta Telfono en Pacay-Urcu por el seor Ramon Riofrio,
con gran riqueza. Hacen la negociacin de esta mina los seores Ancarani y Tenr.
Viaje de este Europa.
El Banco francs desiste, y se disuelve la Sociedad de Estudios. Marcha del
seor Ancarani Europa. Regreso de Mr. Tenr, despus de formar en Paris la Com-
paa de Exploracin de las minas de oro de Pacay-Urcu.
Principia el reconocimiento de la veta Telfono.
Visita del Gobernador de la Provincia del Oro, seor Cordero, al Distrito Mineral.
Viaje del autor de estos Apuntes Zaruma, causa de la disolucin de la Socie-
dad de Estudios; y descubrimiento de cuarzos sumamente ricos en oro en la mina
Zancudo.
Formacin de la Compaa Minera Nacional Fnix en Guayaquil; la cual compra
la Exploradora el grupo de que forma parte la mina Zancudo.
preparatorios, mas bien la busca del metal (pues en la provincia de Loja es costumbre
denunciar minas que todava estn por descubrirse). El que dirigi los trabajos, des-
conoci evidentemente la naturaleza de aquel terreno, as como la de los minerales qu
lo componen, buscando en una mina de cobre ojtra que no existe, y todo su procedimiento
manifiesta la mas completa ignorancia en geologa y minera. El terreno de aquel lugar
no se halla revuelto como l crey, sino en su yacimiento primitivo, pero en la super-
ficie est tan descompuesto, que no es fcil reconocerlo, y los restos mas duros en la
masa desmoronadiza fcilmente pueden tomarse por piedras que derivan de otro lugar.
Los pedacitos de cuprita no son una seal de que existe una veta mas gruesa de este
metal en la profundidad y se explican del mismo modo como los pedazos de yeso que
se encuentran diseminados en la superficie de aquella misma regin. Como he dicho en
otro lugar, derivan de las venas en las rocas, que por la denudacin sucesiva sobresalen
en la superficie y se rompen despus. La explicacin de la mina de Juanes es simple-
mente como sigue: Toda la masa del prfido est impregnada de protxido de cobre; en
las grietas finas y otras cavidades se recoji y se concentr este xido en mayor can-
tidad juntamente con cuarzo, formando las venas delgadas de 2 8 lineas de espesor.
Durante la descomposicin de la roca, el xido de cobre se transforma en carbonato verde,
de manera que las piedras aparecen como salpicadas de este color, y tambin las venas
del xido estn sujetas esta metamorfosis en sus partes exteriores, que por esto se
presentan verdes. Nada justifica la suposicin de que existe en la profundidad una veta
mas gruesa del metal, esta seria una mera casualidad, y considerando las condiciones
locales me parece improbable. Las venas delgadas siguen en todas direcciones y por
lo comn no mucha profundidad, unas acaban, otras comienzan sin regla alguna, como
es muy conforme la naturaleza de las grietas que las han ocasionado. De consiguiente,
toda la masa del prfido constituye la mina, y en caso de que se pensara en su explo-
tacin, se debera aprovechar de todo el material, inclusive las venas de cuprita.
La cuprita (Cu2 O) es.un excelente metal que da 88,8 porc. de cobre, y la mala-
quita, que nace de ella, rinde 58 porc. Como estos minerales en las venas se hallan
mezclados con cuarzo en diversas proporciones, naturalmente las anlisis de los peda-
citos dan resultados diferentes; en un cas encontr 20 y en otro 37 porc. de slice, con-
stando el resto de xido y un poco de carbonato de cobre. Para conocer la cantidad de
metal, que contiene el criadero general, hice moler unas tres arrobas del prfido des-
compuesto, sacado de un punto, donde no contiene venas de xido. Este polvo bien mez-
clado debia dar un resultado seguro, porque representa toda la masa del prfido. El
anlisis dio 1,72% de cobre.
Esto es mucho para un criadero general (que no es filn) y la cifra saldra mayor, si
entraran en el anlisis tambin las venas sobredichas; sinembargo, como son bastante es-
casas, creo que el contenido de cobre no pasara mucho de 2 por ciento. Por ahora la ex-
traccin del cobre del material molido por via hmeda y mediante los cidos saldra dema-
siado costosa en este pais, y un beneficio metalrgico por via seca, es decir, por fundicin,
tropezara talvez aun con mayores dificultades. Se reservar la mina para lo futuro.
tarse libres de derechos de aduana y se declara exentos las caballeras y peones mineros
de toda requisa servicio militar.
Por lo dicho se v, que presidia los destinos de la Repblica un hombre como
Rocafuerte, tan ilustrado como progesista, tan patriota como prctico en su manera de serlo.
Se ha cumplido esa ley? N.
Ah est el Azuay con sus ricas minas, pobre, ,misrrimo sobre la abundancia de
riqueza' y son los hijos de otras Provincias y los extranjeros avecindados en la Costa,
los que han ido remover las entraas del Pilzhun, aun sin poder contar ya con los
apoyos de la citada ley, para estudiar si es posible la explotacin de esos veneros de
riqueza.
El seor van Issehot present el 22 de Enero de 1891 al Sindicato de Exploracin
una Belacion de los trabajos de exploracin ejecutados en.la mina Esperanza (Pzhm),
en cuya consecuencia el Sindicato resolvi constituirse definitivamente en Compaa an-
nima, elevando el capital de esta la suma de 60000 sucres, fin de establecer una ex-
ploracin en la mayor escala posible.
En su informe describe el seor van Issehot los trabajos antiguos que encontr con
una extensin de 173 metros, los nuevos que se han hecho para descubrir los .filones ricos,
y los que estn por hacerse para poner la mina en el estado de una explotacin en gran
escala; despus sigue:
El nmero considerable de filones ya paralelos y ya cruceros, la ley de los mine-
"rales alcanzados en la exploracin del filn Esperanza y la potencia de este; la enorme
mineralizacion de las rocas adyacentes al filn; en fin, el conjunto de datos que hemos
adquirido, nos prueba de la manera mas evidente, que nos hallamos en presencia de un
asiento mineral sumamente rico, cuya explotacin debe reportar inmensas utilidades.
En los asientos minerales de la vecina Repblica del Per, Hualgayoc, Chota,
Recuay, Huallanca y Huaraz, la ley general de las minas no pasa de 25 marcos por
cajn, siendo en el Cerro de Paseo considerada como muy buena la de 12 marcos por
cajn sea 1 kilo por tonelada.
El mineral de Pilzhun se presenta con caracteres idnticos los de la famosa mina
,Pulacayo' de Huanchaea, en Bolivi, tanto en sus criaderos como en su especie mineral.
La Compaa de Huanchaea, cuyo capital de explotacin se elev ltimamente 600000
bolivianos, ocupa hoy 1500 operarios y obtiene anualmente 5 6 millones de bolivianos
de ganancia lquida; ha construido para .la exportacin de sus minerales una via frrea
de 460 kilmetros; y sinembargo, la ley de sus minerales no puede considerarse como
de las mas elevadas; siendo solo de 115 marcos por cajn.
En una galera auxiliar, que van Issehot abri al Este del filn principal de la
mina, encontr un hilo de metal, separado del filn, y el mineral extrado le dio el re-
sultado siguiente:
. 39% Kilos de plata por tonelada sean 474 marcos por cajn (de 60 quint.) y ade-
mas 11 grms. de oro por ton.
Mi' amigo van Issehot tuvo la amabilidad de poner mi disposicin su libro de
apuntes con el permiso de hacer uso de ellos para mis publicaciones. Aprovechando de
este permiso generoso, voy extractar algunos pasos interesantes. De Pilzhun dice:
En el reconocimiento superficial, que hice del cerro de Pilzhun, he notado la
existencia de 23 filones, ouyos afloramientos son visibles en varios trechos. Hall 18 minas,
algunas con socavones de desage, pero todas ellas se hallan en mal estado, aguadas y
aterradas. v. I. observ dos sistemas de vetas, el uno con direccin S-N y el otro
con la de E-O, con idntica composicin mineralgica. Hasta ahora no puede decir, cual
sea el sistema cruzado mas antiguo. Hablando del filn denunciado y explorado (de
la mina Esperanza) prosigue:
Este filn, cuya direccin S-N se puede seguir en una extensin que no baja de
300 metros, tanto por sus efloramientos, como por las numerosas catas abiertas en l,
se compone en su mayor parte de una roca cuarzosa en la que se observan pequeas
manchas de caolina. El cuarzo se halla atravezado y veces completamente reempla-
zado por hilos de baritina, la que se encuentra en hermosos cristales en las oquedades
y grietas de la roca. En unos puntos domina el sulfato de barita, en otros el cuarzo,
ambos acompaados de pirita de hierro arsenical en cristales menudos. El mineral de
plata, que creo ser un cobre gris (Fahlerz) se halla especialmente acompaada la bari-
tina y diseminado en manchas y pegaduras de color gris de hierro, tomado de azulejo
(el Pavonado de los mineros del Per y Bolivi).
MINAS DE PLATA. 629
Los minerales en la parte superior del filn han participado de la descomposicin
que ha sufrido la diorita; esta se ha trasformado en arcilla; los minerales se han oxi-
dado; la pirita se ha trasformado en xido de hierro, que comunica todo el filn el
color de ocre, que caracteriza los minerales conocidos en Sud-Amrica con el nombre
de ,pacos' y .colorados'. Esta descomposicin y estos caracteres no se observan igual-
mente en todos los filones, y la zona de oxidacin en la profundidad parece estar en
relacin directa de la cantidad de materias minerales contenidas en el filn.
Eesultado de los ensayes de este filn:
Oro. Plata.
gramos kilos
por ton. por ton. %
H" aqu un resumen casi completo de lo que hasta ahora sabemos de las minas
metlicas del Ecuador. De los lavaderos trataremos en otro lugar.
2 5 . (Pg. 278.)
Fsiles d e Uimbi. Entre tanto que la parte general de esta obra estaba en
prensa, el seor G. Sehaeko en Berln estudiaba prolijamente y con el microscopio, el
FSILES TEBOIABIOS. 631
material que he traido de Uimb, y que le habia entregado como un excelente cono-
cedor de la fauna terciaria, especialmente de los foraminferos y otros animales inferiores.
Como hasta ahora conocemos tan pocos terrenos terciarios de Sudamerica, he creido de
inters general para los paleontlogos, insertar en este lugar los resultados principales
obtenidos por el seor Schacko, esperando que el mismo publicar mas tarde un trabajo
mas extenso sobre la materia, describiendo y bautizando las especies nuevas. Con fecha
9 de Junio de 1892 me comunica de Berln, que hasta ahora ha descubierto en la arenisca
terciaria (plioeena) de Uimb las formas siguientes:
Forana inlfera. Y ademas algunas formas dudosas,
Fam. Miliolidae. que hasta ahora no pudieron clasificarse.
1. Quinqueloculina venusta Karr., lo me-
nos muy parecida esta especie. Bryozoa.
Fam. Textilaridae. 1. Memhranipora munita Mars.
2. Textilaria flium P. & Jones., parecida 2. Eschara legans d'Orb.
una forma que vive todava cerca de
Panam. Mollusca.
3. T. agglutinans d'Orb. Lamellibranchiata,
Fam. Buliminae. 1. rea (Seapharca) concinna Sow. A lo
4. Bulimina punctata d'Orb., existe tam- menos se parece mucho esta especie,
bin viva en el Ocano Pacfico. que vive actualmente en la costa occi-
dental de Costarica.
5. Virgulina Schreibersi Czjz., en algunos
2. Crenella (Limopsis) sp.? parecida
caracteres se acerca la V. squamosa
la Limopsis retifera Semp. que es
d'Orb.
miocena.
6. Bolivina nobilis Hantk. 3. Astarte sp.?
Fam. Lagenidae. 4. Hemicardium sp. ? parecido al H. plani-
7. Lagena Vittardeboatta d'Orb. (form. re- costatum.
ciente y miocena). 5. Leda ornata d'Orb. Se dice que
8.' Nodosaria sp.? (fragmentaria). existe tambin viva en el Pacfico cerca
9. Gristllaria n. sp. cercana C. inter- de Paita.
medio. 6. Leda sp.? Se parece Leda crenifera
Fam. Folymorphininae. Sow.
10. Uvigerina raricostata d'Orb. 7. Gorbula sp.? muy parecida C. Pata-
Fam. Globigerinidae. gnica d'Orb.
8. Venus sp. (muy fragmentaria).
11. Globigerina bnlloides d'Orb. (tambin 9. Lucira sp., sumamente pequea.
reciente).
12. G. triloba Reuss (tambin miocena). Gasteropoda.
13. Orbulina universa d'Orb. 10. Orepidula, probablemente idntica con
Fam. Kotalinae. la Orepidula peruviana d'Orb.
14. Diseorbina rosacea d'Orb. 11. GeritMum vulgatum Brug.
15. Flanorbulina vulgaris d'Orb. 12. Nassa? Talvez es un nuevo gnero,
16. Truncatulina lobata W. J. porque por ciertos caracteres se aleja
de todos los conocidos.
Fam. Numulinidae. 13. Scalaria mitraeformis (?) Sow.
17. Nonionin communis d'Orb. 14. Turbonia ornata d'Orb.
18. N. auris d'Orb. 15. Pleurotoma oxytropis Sow., lo menos
Fam. Numulitidae. muy parecida esta especie.
19. Amphistegina Haueri d'Orb. 16. Turritella n. sp. Esta especie nueva
es muy grande y hermosa, y se en-
Ostracoda. cuentra en numerosos ejemplares.
1. Cytherella cingulata Brady. 17. T. Archimedis Brong.Var.
2. C. compressa Mnst. 18. Natica sp, muy pequea y elegante.
3. C. nodosa Brady. 19. Dentalium hexagonum Gld.
4. Cytherella n. sp. Ademas fragmentos de especies gran-
5. Cythere modiclaris Ks. des de Cardium, Cancellaria y Ostrea.
6. O. Jonesii Baird. var.
7. C. polytrema Brady. Verteforata.
8. C. Alderi Brady. Otolitos y vrtebras de diferentes espe-
9. Cytheropteron n. sp. cies de peces. Dientes de tiburones.
632 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
Estas son mas de .50 especies de animales, encontradas en tres pedacitos de arenisca,
que unidos miden apenas un decmetro cbico. La edad terciaria de la arenisca de Uimb
queda fuera de toda duda, y el seor Sehacko la adjudica las divisiones superiores,
es decir, a l a formacin pliocena, la cual, sinembargo, no corresponde en sus formas
orgnicas con la pliocena de Europa. La fauna fsil de Uimb est en prxima relacin
con la actual del Ocano Pacfico; y as debia ser, as era de esperar.
2 6 . (Pg. 279.)
P l a n t a s t e r c i a r i a s d e Lo.} a. Mientras que la flora terciaria de Europa ya es
bastante conocida, no sabemos casi nada de la correspondiente de Sudanirica. Muy
pocos son los restos vegetales que se han encontrado en capas terciarias de este conti-
nente y que llegaron los museos de Europa. El primer y nico trabajo serio se pu-
blic el ao pasado, sobre la flora terciaria de Chile por el seor H. Engelhardt de
Dresde: Ueber, Tertirpftanzen von Che (Frankfurt a. M. 1891). Describi 100 especies
y dibuj las principales sobre 14 tablas. Casi todas provienen del terreno terciario (con
lignitas) de Coronel y Lota, algunas de Punta Arenas en el estrecho de Magallanes, y
fueron colectadas por el Dr. Oehsenius. A mi regreso del Ecuador ense al seor
Engelhardt mis plantas terciarias de Loja (colectadas en parte por mi mismo, en parte
por mi amigo, el conocido botnico F. G. Lehmann), y en el momento se ofreci estu-
diar y describirlas. Pero siendo mi coleccin muy pequea (unas 20 planchitas), me
dirig al seor Ernesto Witt en Loja, suplicndole me mandara mas material de las
localidades que l conoca (me haba acompaado en mi viaje por la provincia de Loja
en 1876). Este buen amigo correspondi mis expectaciones y remiti ltimamente dos
cajones con impresiones de vegetales sobre las planchas de la marga arcillosa de Loja,
todas en excelente estado de conservacin. El seor H. Engelhardt se puso luego al
trabajo, y pronto tendremos una monografia de la flora terciaria de Loja, ilustrada por
tablas litografiadas. Este ser el segundo trabajo sobre la flora fsil de Sudamrica, y
Loja alcanzar una fama paleontolgica, que nunca ha soado. Antes de que se concluya
el trabajo, no podemos sacar deducciones generales, pero desde ahora ya se revela y se
confirma la circunstancia singular, observada en la flora terciaria de Chile, de que en
Sudamrica la vegetacin no ha sufrido un cambio tan radical desde la poca terciara
ac, como en Europa. All muchas especies terciarias parecen ser idnticas con las
actuales, aqu apenas se encontrar una que otra. La causa de este fenmeno consiste
probablemente en que el -clima sudamericano no ha sufrido un cambio tan completo
durante la poca indicada, como el de Europa, que en la poca terciaria era todava sub-
tropical y hoy s templado y en parte subrtico.
Algunas de las planchas, mandadas por el seor Witt, estn llenas de las impre-
siones de pequeos caracoles lacustres, que pertenecen dos especies del gnero Pyrgula,
y que forman tambin una novedad zoolgica para Sudamrica, en donde este gnero
hasta ahora no se habia descubierto.
2 7 . (Pg. 290.)
Petrleo d e S t \ Elena. En 1873 llev algunas botellas <le este petrleo
Quito, donde fu examinado por el profesor y director del laboratorio qumico, P. L. Dressel.
La sustancia bruta se separa por la destilacin en dos porciones: una perfectamente
lquida, transparente y casi sin color poco amarillenta, que tiene todas las propiedades
del petrleo refinado del comercio, excepto el olor, que es algo mas fuerte y desagra-
dable; y otra espesa, que por destilacin continuada d cantidades abundantes de un
excelente gas de alumbrado, mucho mejor que el que se saca de la ulla. La cantidad
de ambos productos vara segn el mtodo de la preparacin. Verificndose la destila-
cin en retortas de vidrio, no ha sido posible sacar mas que 12% de petrleo refinado,
por espesarse tanto el contenido en la retorta, que esta se rompera infaliblemente al
continuar la operacin. Pero valindose de retortas de hierro colado de otro metal, y
dando mucho mas calor, de 100 centmetros cbicos del material bruto pasaron primero
al recipiente 5%, y luego empez un desprendimiento abundantsimo de gas de alum-
brado, que es muy rico en carbono y por lo propio de mucho poder luminoso, y que
AGUAS M I N E R A L E S . 633
consta esencialmente de etileno (gas olefico C2H4) y de acetileno (C2H2); pero al mismo
tiempo continu la destilacin de otra parte del lquido ya no tan puro como en la por-
cin primera. Obtuvironse en esta segunda parte de la destilacin 59 centmetros cbi-
cos de petrleo y 5925 centmetros cbicos de gas de alumbrado. Cuando se expone
el petrleo natural inmediatamente un fuego fuerte en retortas de hierro, se logra
menos de destilado lquido, pero mas de gas. As dieron 100 centmetros cbicos en un
segundo experimento 19 centmetros cbicos de destilado claro, antes de principiar el
desarrollo de gas, pero solamente 24 centmetros cbicos de otra porcin lquida. En
la retorta de hierro se encuentra siempre despus de la destilacin un corto residuo de
carbn amorfo. Es de advertir, que el petrleo natural, examinado en estos ensayos,
seguramente ya no contenia toda la cantidad de aceites voltiles, con que fluye de la
tierra; pues fu reeojido de un pequeo pozo, en donde estaba expuesto por mucho tiempo
al aire libre. Los nmeros arriba indicados para el destilado claro y transparente se
aumentaran notablemente al someter la destilacin la sustancia enteramente fresca,
cuando aun no ha estado expuesta mucho tiempo al contacto del aire libre.
2 8 . (Pg. 292.)
A g u a s termales d e San Vicente. En 1876 analiz el profesor P. L. Dressel
en Quito una botella de esta agua, que yo habia trado de 8t s . Elena, constatando por.
primera vez su composicin singular y la presencia de yodo y bromo.*) l d la an-
lisis siguiente:
Un litro contiene:
Cloruro de potasio gramos 0,6781
Cloruro de sodio 4,7881
Cloruro de calcio 4,2175
Bromuro de sodio 3,2479
Bromuro de calcio 0,7265
Yoduro de calcio 0,0861
Bicarbonato de hierro . . . . 0,0168
Cloruro de aluminio 0,0215
Slice 0,0233
13,8058.
La cantidad de bromuro indicada en esta anlisis, era sorprendente y movi en 1881
al seor E. Malinowski y mi hacer algunos estudios serios, para ver, si era posible
pensar en la extraccin industrial de los yoduros y bromuros de esas fuentes. "Volv
Santa Elena para estudiar mas detenidamente las fuentes, su caudal de agua y otras
circunstancias, y llev Guayaquil 4 barriles de agua, con que hicimos ensayos en gran
escala, notando desde luego, que el bromo no se hallaba en tanta cantidad como la an-
lisis indicaba.**) Pero no pudiendo practicar en Guayaquil (por falta de un buen labora-
torio) una anlisis completa y exacta, rogamos al seor A. Eaimondi en Lima que haga
este trabajo, quien lo ejecut escrupulosamente y con una gran cantidad de agua que
mandamos. Nuestro trabajo qued sin resultado prctico, porque en aquella misma
poca habia bajado el valor comercial de los yoduros y bromuros muchsimo, por haberse
hallado en grandes cantidades en algunas salinas de Alemania y en el salitre de Chile,
de manera que una empresa establecida en Santa Elena bajo circunstancias difciles, no
podia entrar en competencia, aunque la cantidad de bromuro segn las nuevas anlisis
quedaba todava bastante considerable. El resultado cientfico de nuestro empeo es la
anlisis exacta de Eaimondi, que comunicamos aqu.
*) Estudio sobre algunas aguas minerales del Ecuador (Quito, 1876), pg. 36.
**) El error que existe en la anlisis de Quito, se explica por la advertencia que la acompaa:
Advirtindose durante la anlisis la presencia de bromo y yodo en el agua, y resultando la suma de
los ingredientes calculada bajo la suposicin de que el precipitado obtenido por el nitrato de plata
era solo clorido, notablemente inferior la cantidad del residuo de la epavoraoion: se volvi re-
petir la determinacin de todos los tres halgenos con la cantidad cortsima de agua que habia todava
sobrado.
634 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
a
I . Anlisis elemental. 2o. Clculo de las combinaciones.
ay:
En un litro de agua filtrada hay: En un litro de agua existe
Yodo gramos 0,07400 Yoduro de calcio. . . . gramos 0,08560
-Cromo 0,25594 Bromuro de calcio . . . 0,31992
Cloro 7,95166 "" Cloruro de calcio . . . 6,44547
Calcio 2,40000 Cloruro de sodio. . . . 5 5,87262
Sodio 2,39900 Cloruro de potasio . . . 0,53380
Potasio 0,27995 Cloruro de aluminio . . 0,01829
Aluminio 0,00373 A esto se agrega el dep-
sito obtenido en la fil-
tracin del agua:.
Carbonato de cal . . . 0,0450
Carbonato de magnesia 0,0057
0,0110
5) 0,0177
13,35515
2 9 . (Pg. 305.)
Sal de Ibarra. Salitre de Lataeunga. Sal d e Tomavela. En su
Memoria sobre las salinas yodferas de los Andes (Viajes cientficos los Andes ecua-
toriales, pg. 121) dice el seor Boussingault:
El terreno arenoso que rodea el Cotaeachi, se impregna de sal hasta la profun-
didad de algunas pulgadas. Esta arena se reeoje, se lava, y luego se amontona de
nuevo, hasta que la superficie se cubre otra vez de sal. Entonces se somete la misma
operacin, y as sucesivamente. Generalmente se cree en Mira, que la sal se forma es-
pontneamente por la accin atmosfrica. Fndanse en que solo la superficie del suelo
est salada, y en que la tierra lavada produce de nuevo sal, luego que se deja expuesta
al aire por algun tiempo, y en que, apesar de haber sido trabajadas largo tiempo estas
antiguas salinas, sus productos no disminuyen. Considero estas ideas generalmente ad-
mitidas como inexactas, y los hechos que sirven de fundamento para creer que la sal
se forma en virtud de accin atmosfrica, me parecen insuficientes del todo. Es cierto
que la superficie del suelo aparece muy salada, pero tambin lo es que basta una ex-
periencia muy sencilla, para reconocer que el terreno contiene cloruro de sodio hasta una
profundidad de 5 6 pulgadas, y no tengo duda que todo este terreno aluvial de Mira
est penetrado de una lijera cantidad de sal, y es muy natural, que causa de la pro-
piedad trepadora (grimpante) de las sustancias salinas, la sal suba cristalizar y se
concentre, por decirlo as, en la superficie del suelo en la parte mas cerca de la arena.
Por lo que hace la reproduccin de sal en las tierras ya lavadas, ella prueba nicamente
que estas tierras no fueron despojadas la primera vez de toda la sal que eontenian, como
es fcil manifestarlo examinando las arenas que acaban de lavarse, y de sacarse de las
pipas, especie de odres grandes que sirven de filtros. He insistido en la necesidad de
refutar la opinin adoptada sobre la formacin de la sal de mar en Mira, porque del otro
lado del Ecuador explican del mismo modo, fundndose sobre hechos igualmente mal ob-
servados, la formacin del nitrato de potasa, que se v en las llanuras que rodean la
villa de Lataeunga. Es en verdad difcil de explicar la formacin del nitrato de potasa,
de que est impregnado el suelo en estas llanuras, pero ciertamente no es menos extra-
ordinario ver esta arena de piedra pmez mezclada ntimamente al nitrato de potasa, que
encontrar, como sucede en Tarapaca en el Per, un criadero considerable de nitrato de
sosa en la arcilla un producto tan cargado de zoe, como lo es la sal amonaco que
sale de algunos volcanes. El terreno salfero de Mira ofrece la particularidad de ocupar
una extensin circunscripta en medio de la llanura inmensa de Cotaeachi, apesar de ser
el terreno que la rodea, absolutamente de la misma naturaleza.
Hall que la aluvin salada del Mira descansa sobre una traquita de pasta piro-
xnica y cristales de feldespato vidrioso, como puede observarse distintamente en el lveo
profundo del torrente de Ambi. Como de las traquitas del Purac y de Pasto manan
fuentes de agua salada yodfera, idntica la que produce en Mira, nada de aventurado
tendra la hiptesis, que atribuiria el origen de la sal de Mira fuentes saladas que na-
ceran en la roca traqutiea, que sirve de base al terreno aluvial que se beneficia. Al
SALINAS. 635
uso continuo de esta sal deben los habitantes de la provincia de los Pastos el privilegio
de carecer del coto, que la altura considerable (cerca de 3000 metros) de esta comarca,
llamada por M. de Humboldt el Thibet de la Amrica meridional, es endmico cuando
no se usa de la sal yodfera. En los alrededores de Quito comienzan ya verse cotos,
justamente en donde la sal de Mira se sustituye la de Punta Santa Elena. Esta sal,
que como todas las de mar, es yodfera, pierde esta cualidad luego que se trasporta
grandes distancias en el interior, porque las sales delicuescentes, que son precisamente
las que contienen el yodo, se eliminan en el trasporte. El terreno de Quito no carece
de salinas yodferas, pero el bajo precio de la sal de la mar del Sur no permite traba-
jarlas con provecho, y solo cuando el coto hace progresos muy rpidos, en que los en-
fermos hacen uso de la salina yodfera de Tomabela, cerca de Guaranda, que est si-
tuada justamente la base del Chimborazo.
Las salinas de Tomabela, de que habla el seor Boussingault, no son otras que
las del pueblo de Salinas (anejo de Simitug) al N de Guaranda. La sal extrada de las
fuentes saladas contiene en efecto yodo, pero en cantidades tan pequeas que en las an-
lisis ordinarias no puede determinarse. Por lo dems la composicin de esta sal es segn
el P. L. Dressel la siguiente:
Cloruro de sodio 88,0834
Cloruro de calcio 1,5408
Cloruro de magnesio 0,5326
Sulfato de sodio 3,3031
Sulfato de potasio . . . . . . 0,0013
Agua 7,2171
100,6783.
El mismo profesor d tambin otro clculo de la anlisis elemental, considerando la
magnesia como unida con cido sulfrico (sulfato de magnesia) y considera esta segunda
combinacin como la mas probable:
He calculado las sales que componen la sal de Tomavela, de dos maneras, por no
saber, qu temperatura se haya verificado la evaporacin. Pues, si esta se ejecut
en calor menor de 15, habr sulfato de magnesio y se ha de tomar la primera lista por
la expresin verdadera de la sal; mas si la temperatura era mayor de 15 los ingre-
dientes sern los de la segunda serie (con cloruro de magnesio). Siendo la temperatura
media de Salinas de solo 7,5 C, la primera suposicin tiene mayor probabilidad. (Es-
tudio sobre algunas aguas minerales del Ecuador, pg. 16.)
esto hay que advertir, que la evoparaeion se hace en Salinas sobre el fuego ar-
tificial, de consiguiente con una temperatura mucho mayor de 15 C. He medido la
temperatura de las fuentes principales de Salinas, y encontr:
Puente principal 14 C.
Cando grande 20
Chaupi-eando , 20
Cando de abajo 15
Sigsig-cando 11
Casa-huaieo-cando . , . . 11
Como en otro lugar he dicho, segn mi opinin nacen estas fuentes en el terreno
cretceo.
Otavalo. I. Fuente de Yana-yacu en San Juan-. Temp. 26,2 C. II, Fuente del
Salado, la orilla del rio Blanco entre Otavalo y CotacacH. Temp. 30,6 C.
I. II.
Sulfato de potasio . . . . 0,0047 0,0016
sodio 0,0026 0,0175
Cloruro de sodio 0,0383 0,6413
Bicarbonato de sodio . . . 0,5300 2,0404
calcio. . . 0,4537 0,8289
magnesio . 0,8697 1,6826
hierro . . 0,0358 0,0807
Fosfato de aluminio . . . 0,0015
Slice 0,0207 0,1812
1,9570 5,4742.
Quilo toa. Agua de la laguna en el crter. Temp. 16 C.
Sulfato de potasio 0,0479
calcio 0,5634
Cloruro de potasio 0,0068
sodio 3,4910
magnesio 2,0443
Bicarbonato de magnesio . . . . 0,5803
hierro 00275
Almina 0,0538
Slice 0,0918
6,9068.
Quisaya. Fuente en la quebrada Asnae-paecha cerca de la hacienda de Quisaya
superior. Temp. 18,7 C.
Sulfato de potasio 0,0081
sodio 0,2188
Cloruro de sodio 0,7010
Bicarbonato de sodio 0,1870
calcio 0,0810
magnesio . . . . 0,1084
hierro 0,0044
Almina 0,0112
Slice 0,0373
1,3572.
San Antonio. Una fuente al lado izquierdo del rio Pomasqui, con la temperatura
de 20 C. es poco mineralizada, conteniendo su agua solo 0,8889 gr. de sales. Es dbil-
mente ferruginoso-alcalina.
Santa Elena. Fuentes term. de San Vicente. Vase el anlisis en el Supl. No. 28.
Tumbaco. Fuente de Cunuc-yacu. Temp. 27 C. El agua pertenece las indife-
rentes termales, conteniendo solo 0,4357 sustancias minerales; es una agua potable tibia.
3 1 . (Pg. 307.)
A g u a s de la provincia d e l Guayas. Cuando en los aos de 1882 y 1883
me ocupaba con la cuestin Agua potable para Guayaquil, estudi muchas fuentes y
rios de la provincia. Entre otras cosas quera saber, si las aguas salobres de los rios
Puca, Colimes y Magro influyeran considerablemente en la potabilidad del rio Daule.
Recoj el agua de cada uno de los tres tributarios nombrados, y la del rio Daule en
diferentes puntos desde su unin con el rio Peripa hasta Petrillo. Creyendo que este estudio
no careciese de inters prctico, voy publicar las anlisis, que mi instancia ejecut
mi amigo A. Uaimondi, muy versado en esta materia, en su laboratorio en Lima. (V. p. 640.)
I. Rio grande (Balzar), arriba de su confluencia con el rio Peripa. Rio de agua
cristalina, correntoso. Junio 1882.
IiAYAfEEOS DE OBO. 639
II. .RO Peripa, algunas cuadras arriba de su unin con el rio Grande. Agua crista-
lina, correntosa. Junio 1882.
III. Rio de Balsar (Daule), enfrente de Balzar. Junio 1882.
IV. Rio Puca, cerca su desembocadura en el Daule. El rio estaba la sazn muy
seco, solo canoas pequeas traficaban en l. Junio 1882.
V. Rio Daule, unido con el rio Puca, media legua arriba de Colimes. Junio 1882.
VI. Rio de Colimes, algunas cuadras arriba de su boca. Estado del rio como el del
Puca. Junio 1882.
VII. Rio Daule, unido con el de Colimes, un poco arriba de Daule. Junio 1882.
VIII. Rio Magro. La boca misma estaba completamente seca; algunas cuadras mas
adentro se encontr el agua estancada en pozos. Junio 1882.
IX. Rio nuevo, tributario principal del rio Magro, cerca del sitio de Zaruma. El rio
llevaba poca agua. Junio 1882.
X. Rio Daule, cerca de Potrillo (en el ato). Diciembre 1881.
XI. Rio de Boliche, despus de atravesar las tembladeras y sabanas. Diciembre 1881.
En la tabla (p. 640) las cifras expresan el contenido de las sustancias en gramos por litro.
3 2 . (Pg. 316.)
Lavaderos de la provincia del Azuay. H aqu lo que eserib en 1876
sobre el empobrecimiento aparente de las minas de oro:
Se oye veces la queja de que los lavaderos se han agotado, y de que ya no son
tan ricos como en los tiempos de los indios y de los espaoles. Esta queja y sta opi-
nin est mal fundada, y lo cierto es solamente, que se ha acabado el espritu emprende-
dor y la constancia de los antiguos. Quin ha establecido en los ltimos decenios
un trabajo regular en los lavaderos, con la gente necesaria, en bastante extensin, con
los auxilios y recursos convenientes, y ademas eon la constancia debida? Nadie! Si
los antiguos sacaban mucho oro de los lavaderos, era porque trabajaban, y no porque
esos eran mas ricos; y podra decirse lo mismo respecto las dems minas. Muchas
veces oia preguntar: de donde tenan los indios su oro? donde existen existieron las
minas tan ricas, que dieron esas cantidades de oro caso se habrn agotado perdido ?
Yo no reparo en opinar, que la mayor parte del oro, que se encontr en Cojitambo, en
Chordeleg y en otras huacas, y que los conquistadores encontraron entre los indgenas
de esta provincia, provenia de los lavaderos de Nabon, Sigsig y Collay, sin suponer que
estos entonces hubiesen sido mucho mas ricos que ahora, y sin recurrir la hiptesis y
las fbulas de las ,minas tapadas' etc. Reflexionemos un poco y desaparecer lo extra-
ordinario de la antigua riqueza de los indios. El oro no sali en aquellos tiempos del
pais en forma de moneda, como hoy dia, quedaba comunmente en la misma provincia
lo menos en la corte del monarca, y servia casi exclusivamente para los adornos.
Ahora bien, aunque cada ao se sacaba una pequea cantidad del metal precioso de la
tierra, debia aumentarse muy pronto en el transcurso del tiempo, y en las cantidades
crecidas, que encontraron los conquistadores, debemos ver el resultado de una larga
poca. Ademas el Inca podia disponer arbitrariamente sobre un nmero cualquiera de
trabajadores que le obedecian con gana y alegra, y aunque cada uno diariamente no la-
vase mas oro que los indios actuales de Sigsig, muy pronto un ejrcito de indios podia
reunirlo por arrobas. La circunstancia de que enterraban tanto oro con los muertos (en
los lugares donde lo tenan) comprueba tan solo, que paTa ellos el oro no tenia el mismo
valor que para nosotros, no era mas que un adorno, y entre ellos este sacrificio no era
mayor que cuando ahora enterramos al difunto con un hermoso vestido. Supongamos,
que los indios de Sigsig durante algunos aos todo el oro, que sacan en Ayon y Santa
Brbara, en lugar de convertirlo en plata y pan, lo guarden y lo usen solamente entre
si como los antiguos, en forma de adornos y pequeos utensilios etc., en poco tiempo
parecern tan ricos como los antiguos habitantes de Chordeleg. Y si todo el oro, que
desde la conquista dieron los lavaderos, hubiese quedado en el pais, qu cantidad fabu-
losa existiria ahora, sin que haya que suponer, que las minas y los lavaderos eran mas
ricos! En fin, con todo esto no quiero mas que sostener mi opinin, de que los lava-
deros de oro en la Cordillera oriental probablemente no eran mas ricos en la antigedad
que ahora, y que no estn agotados, excepto naturalmente los lugares escarbados, que
por dems no hacen ni la mitad de todo el terreno aurfero,
Aguas de la provincia del Guayas. (V. pg. 638.)
Apo-
Carbo- Carbo- Oxido Oxido erenato Sulfato Sulfato Cloruro Cloruro Fosfato
de Materia
Nro. nato de nato de de de hierro' de de de de de Slice Suma
man- orgnica
cal magnesia hierro ganeso y man- cal magnesia sodio potasio cal
ganeso
x
) Sulfato de soda 0,0200. - ) Cloruro de magnesio 0,0042. 3) Cloruro de calcio 0,0308. 4) Sulfuro de. hierro 0,0015,
3
sulfuro de manganeso 0,0101, sulfuro de calcio 0,0219, sulfuro de magnesio 0,0112. Estos sulfurs se hallan sueltos en el agua, favor
del cido carbnico libre, como los carbonates de cal y magnesia. 5) Cloruro de magnesio 0,0479. 6) En las anlisis X y XI la cal,
magnesia, el hierro y manganeso son calculados como bicarbonatos. ") Ademas Fosfato de magnesia 0,0203. s) Ademas Fosfato de
magnesia 0,0269.
PLATINA. ESMERALDAS. 641
3 3 . (Pg. 324)
P l a t i n a . La platina fu descubierta en el siglo pasado en Sudamrica. La
primera noticia sobre ella lleg Europa en 1736 por el matemtico espaol Antonio de
Ulloa, que la encontr en la arena aurfera del rio Pinto en Choc. El qumico ingls
Watson analiz en 1750 esos granos blancos del rio Pinto, y descubri en ellos un nuevo
metal. Por lo dems, los metalurgistas sudamericanos ya se habian fijado antes en est
sustancia y le haban dado el nombre de Platina del Pinto (diminutivo de plata); pero
no conocian ninguna de sus propiedades, excepto el gran peso especfico, la crean entera-
mente intil y aun la botaban los rios mas hondos, para evitar la adulteracin del oro.
Los antiguos indios de la costa, mucho antes de la conquista, no solamente conocieron
la platina, sino la emplearon en las aleaciones con oro y plata. Solamente desde el
tercer decenio de nuestro siglo se ha generalizado el uso de la platina, sobre todo en las
fbricas y laboratorios qumicos, en que ya se hizo indispensable. La platina es mucho
mas rara que el oro, y la produccin anual de todo el mundo no pasar de 50 quintales,
los que la Rusia sola (montes Urales) contribuye con unos 40 y la Amrica del Sur
(el Brasil y Colombia) con unos 5 quintales.
3 4 . (Pg. 329.)
Esmeraldas. No se puede poner en duda lo que todos los antiguos historia-
dores refieren sobre las muchas y grandes esmeraldas, que se encontraron entre las tribus
indgenas de estas regiones litorales, como tambin en el tesoro de los incas. As, por
ejemplo, todos estn conformes en contar que los soldados de Alvarado, cuando pasaban
en 1534 de la costa al interior, recibieron mucho oro y muchas esmeraldas de los habi-
tantes del pais. El historiador Velasco supone, que esto sucedi en el rio Esmeraldas,
no duda que esas piedras fueron productos de la misma comarca, y cree que desde
entonces el rio recibi el nombre que tiene ahora. Mas, est comprobado por documentos
indisputables*), que el pequeo ejrcito de Alvarado nunca pis el territorio de la actual
provincia de Esmeraldas, que se desembarc en la baha de Carques, se diriji de ah
Daule y Chionana (hoy hacienda de Chonana), cruzando la provincia de Manab, y
despus sali por despoblados montes y por los pramos nevados de Casalagua al gran
camino de los incas, cerca de Ambato. De consiguiente, aquellas esmeraldas fueron de
los habitantes de las actuales provincias de Manab, Guayas y Los Bios. Pero as como
nadie dir que las esmeraldas que se encontraron entre los habitantes de Quito, fueron
sacadas en aquella misma provincia del terreno volcnico (que no puede contenerlas),
tampoco no se puede afirmar que en las provincias litorales haya minas de esmeraldas,
apoyndose nicamente en que los habitantes posean tales piedras. No quiero negar,
que ciertas rocas antiguas (esquistosas) de la cordillera oriental pudieran alojar esme-
raldas, pero no existe singuna prueba de que hasta ahora el terreno ecuatoriano hubiese
dado una sola de estas piedras preciosas. Todo cuanto se afirma de minas de esme-
raldas, se reduce suposiciones y conjeturas sin fundamento positivo: se dice, se cree,
se supone, pero nadie comprueba, y finalmente se corta el nudo gordiano con las minas
tapadas y ocultadas por los indios. En toda la provincia de Esmeraldas (y lo que
dir, se refiere igualmente las dems provincias litorales) no existe ninguna formacin,
ninguna roca, que pudiese contener minas de esmeraldas. La nica posibilidad, que puede
imaginarme, seria que tales piedras se encontraren, como el oro corrido, en el terreno
de acarreo, es decir, arrastradas y tradas de lejos y de otras formaciones. Pero en primer
lugar, los rios de esos sistemas fluviales no atraviesan, ni en su curso superior, forma-
ciones que pudisemos considerar como criaderos de esmeraldas; y segundo porqu ni
una sola vez se encuentra una esmeralda en el terreno de acarreo, en el cascajo de los
rios, en los lavaderos de oro? Ciertamente, en este caso no seria posible tapar
ocultar las minas, siendo el terreno tan superficial y extenso, como tampoco no se podria
tapar los lavaderos de oro.
Para- mi la mayor parte de las esmeraldas que tenan los indgenas de este pais,
provenan de las minas de Colombia, donde se explotan hasta el da; algunas fueron intro-
*) Vase: ApunteB para la Historia de Quito, por P. Herrera (Quito 1874), pig. 22.
WoliP, Ecuador. 41
642 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
ducidas talvez por los Incas del Sur, cuyo origen ignoramos. Existen muchas pruebas
de que los antiguos indios mantenian un vivo comercio y cambio de productos entre sus
tribus, y veces con las muy remotas. As se encuentran en las huaeas de ciertas re-
giones objetos de oro, aunque este metal no se halle en torno de cien leguas; y de igual
modo pudieron introducirse piedras preciosas de un pas lejano otro, en que el terreno
no las daba. Los indios de nuestras costas recibieron de los de Quito la obsidiana, una
especie de vidrio natural de los volcanes, que en quichua llaman aya-collqui (plata de
los muertos); por qu no pudieron recibir de tribus del Norte las esmeraldas? Es
muy natural, que los primeros conquistadores, al encontrar muchas esmeraldas en Manab,
supusieron que eran productos de esta misma regin, y cuando, al averiguar por su
origen, los indios les indicaron un pais mas al Norte (Colombia), talvez ellos entendieron
equivocadamente la provincia mas cercana y la llamaron la de Esmeraldas, con cuyo
nombre se ha quedado hasta ahora, aunque despus la experiencia no haya confirmado tal
suposicin. Posteriormente se inventaron, como suele suceder en casos semejantes, las
tradiciones para dar una explicacin plausible al nombre. Pero sea lo que fuese del
origen de este nombre, lo cierto es que hasta hace poco ha dado margen conjeturas
infundadas, no existiendo como no existen all minas de esmeraldas.
En la parte hidrogrfica de esta obra he demostrado que el rio de Esmeraldas se
llamaba en la antigedad india rio Chinto.
3 5 . (Pg. 336.)
Composicin mineralgica y qumica d e las andesitas. No siendo po-
sible entrar en esta obra general en estudios petrogrficos detallados, voy indicar los
trabajos especiales, que existen sobre la constitucin petrogrfica y qumica de las rocas
volcnicas del Ecuador, para que los interesados puedan consultarlos. Si cito con prefe-
rencia trabajos alemanes, no es por parcialidad, sino porque con pocas excepciones fueron
petrgrafos alemanes los que se ocuparon con estas rocas.
Abich, H., Ueber die Natur und den Zusammenhang der vulkanisehen Bildungen.
Braunsehweig 1841. En esta obra se encuentran las primeras anlisis de
rocas ecuatorianas, colectadas especialmente por Humboldt. Abich estudi las
andesitas del Chimborazo, Cotopaxi, Pichincha, Tunguragua, Piedra-pmez de
Lataeunga etc.
Artop, G-. J. A., Ueber augithaltige Trachyte der Anden. Gottingen 1872.
Bath, Q. vom, Einige Gsteme aus dem Hochland von Quito. Ndrrh. Ges. f. Nat.
u. Heilk. 1873. Anlisis de los feldespatos del Mojanda, Pululagua y
Pichincha.
Both, /., Ueber die Obsidian- und Perlitstrome des Guaman en Ecuador. Monatsbr.
d. Kgl. Ak. d. Wiss. zu Berlin. 1874.
Bath, Q. vom, Beitrage zur Petrographie. I. Ueber einige Andesgesteine. Zeitschr.
d. deutsch. Geol. Ges. 1875. Estudios sobre los feldespatos de las ande-
sitas ecuatorianas (de las colecciones deWolf).
Gmbel, C. W., Nachtrage zu den Mittheilungen ber die Wassergesteine von Uru-
guay, und ber einige sd- und mittelamerikanische sog. Andesite. Sitz. d.
math.-phys. Classe d. Kgl. byr. Ak. d. Wiss. 1881.
Bonney, T. G-., Notes on the microscopio structure of some rocks from the Andes of
Ecuador, eollected by E. Whymper. Proc. Roy. Soc. 1884.
uyovi, J. M., Les roches des Cordillres. Paris 1884. Especialmente segn las
colecciones de Boussingault
Siemiradski, <T., Ein Beitrag zur Kenntniss der typisehen Andesitgesteine. Dorpat
1885. Tambin se halla en: N. Jahrb. f. Min. 1886.
Beiss, W., und A. Stbel, Reisen in Siidamerika. De esta gran obra acaban de
salir la luz:
Geologische Studien in der Bepublik Colombia. I. Petrographie. I o . Die vulea-
nischen Gesteine, bearbeitet von Bichar Kch. Berln 1892. De esta
parte tocan al Ecuador solo el Chiles y el Cerro negro de Mayasquer.
Das Hochgbirge der Bepublik Ecuador. I. Petrographische Untersuchungen.
I o . West-Cordillere. Die Gesteine vom Pululagua bis Guagua-Pichincha, be-
arbeitet von Richard Herz. Berlin 1892.
AVENIDAS DB LODO. 643
3 6 . (Pg. 345.)
JET. Karsten, Die geognostisehen Verhaltnisse Neu-Granada's. Wien 1856. Go-
logie de l'aneienne Colombie Bolivarienne, Venezuela, NouveEe-Grenade et
Ecuador. Berlin 1886.
El profesor de botnica, doctor H. Karsten, sostiene en su segundo trabajo, que no
es mas que el primero algo ampliado con materiales genos, con mas porfa sus ideas
volcanolgicas. Refutarle de nuevo, seria trabajo perdido, lo menos respecto l.
La polmica sobre las corrientes de lava se encuentra en Zeitschrift der deutsehen geo-
logischen Gesettsehaft 1872, pg. 102 (carta deWolf); 1873, pg. 568 (carta de Karsten);
el mismo ao, pg. 605 (carta, de Eeiss); 1874, pg. 907 (caria de Reiss). La carta ltima-
mente citada es la mas importante, cuyos argumentos el seor Karsten jamas ha refu-
tado ni desvirtuado.
3 7 . (Pg. 352.)
A v e n i d a s de l o d o . De dnde, podemos preguntar, esas inmensas masas de
agua y lodo en las erupciones? Es este un problema, que ya en tiempos anteriores
ocup varios escritores, y hasta hoy dia ocupa muchos gelogos que han intentado
resolverlo de diversos modos. En Velasco se encuentra un pasaje concerniente esta
cuestin, el cual merece ser citado entero, porque este historiador pareee uno de los pri-
meros, que se opuso la opinin hasta ahora muy general en la Amrica, as como en
la Europa, de que de vez en cuando toda'la cubierta de nieve de un volcan en pocas
horas pueda convertirse en agua por el calor interior de la montaa. Es verdad, que
Velasco exponiendo su propia teoria, cae en otro error, talvez aun mas grande. Dice as:
La portentosa increble inundacin de agua, que arroj (el Cotopaxi) continuamente
toda la noche, creyeron los principios que fuese de toda la nieve deshecha con haberse
caldeado el monte, porque se dej ver al otro dia todo limpio de ella. Discurso no de
filsofos sino de algunos ignorantes; pues, ni toda la nieve deshecha era capaz de hacer
una milsima parte de las aguas que arroj, ni estas se hubieran derramado por una sola
parte como lo hicieron, sino en circunferencia por todas. Salieron del error, cuando sobre-
viniendo las aguas, se lav el monte de la ceniza y arena que lo cubran, y descubri
toda su nieve empedernida, excepcin de la gran calle que abri desde la boca en la
cumbre hasta su pi. Era este cauce abierto muy profundo, y ancho mas de una legua,
el cual no se visti de nieve en algunos aos, eomo lo observ yo mismo, andndolo hasta
cerca de la mitad.
Hablando de una erupcin posterior, vuelve Velasco al mismo tema, para proferir
finalmente su propia opinin; Es cierto, que apesar de ser uno de los mayores y mas
elevados montes americanos, no seria capaz de contener una centsima parte del agua
que arroj en una sola erupcin; y es tambin cierto, que todo su hielo deshecho no
podria causar este efecto. Yo fui y ser siempre del dictamen, de que aquellas fueron
aguas del mar atradas por los anchurosos conductos subterrneos, con poca filtracin,
segn lo muestran el color y gusto; y que la causa de esta atraccin violenta no es otra
que la rarefaccin del aire en la oquedad del monte. Poca filosofa se requiere para com-
prender este mecanismo de la naturaleza etc. pero una f grande! podramos exclamar.
Velasco, explica muy bien el desaparecimiento de la nieve en toda la montaa por una
cubierta de ceniza y rapilli Las cenizas por lo comn no son llevadas por las
lluvias, como supone V., sino antes bien sepultadas debajo de la nieve, como lo han no-
tado algunos observadores perspicaces. Si V. ademas es del dictamen que toda la nieve
y hielo del Cotopaxi no bastara para causar inundaciones tan grandes, en esto est muy
equivocado. La call profunda y ancha que describe Velasco, sin duda no era otra cosa,
que una corriente de lava, que excav su cauce en la nieve y en el hielo, y la cual no
se visti de nieve en algunos aos, porque el calor se conserv tanto tiempo en su
interior. Ahora bien, reduzcamos la anchura de la corriente indicada por Velasco (su-
poniendo que sea exagerada), la mitad, pongamos para el largo de su camino por la
nieve 6000 pies, y para las capas fundidas de hielo y nieve solamente el espesor de 30 pies,
en ese caso la corriente de lava debia producir una cantidad de agua que pudo inundar
un terreno extenso, y reunindose en el angosto cauce de un rio, aun arrebatar un buen
41*
644 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
trozo de Latacunga. Con todo esto no hemos tomado en cuenta el que dicha agua puede
convertirse en una avenida de lodo mucho mas voluminosa, mezclndose con el agua las
cenizas, arenas, rapilli, escorias, trozos de rocas y de hielo en gran cantidad, como en
efecto ha sucedido mas de una vez. Qu seria de la provincia de Latacunga, si toda la
masa de hielo y nieve que cubre el Cotopaxi. se fundiera en una sola noche! Crnica
de los fen. volc. y terrem. en el Ecuador (Quito 1873), pg. 38.
3 8 . (Pg. 352.)
Avenidas de a g u a y lodo. Extracto de mi o Memoria sobre l Cotopaxi y su
ltima erupcin, acaecida el 26 de junio de 1877. (Guayaquil 1878), pg. 2126 y 2933.
La efusin repentina de una enorme cantidad de lava candente sobre el cono del
volcan cubierto de espesas capas de hielo y nieve, no pudo verificarse, sin que se derri-
tiese una gran parte de esas capas. En un mismo momento se producan en todo-el con-
torno del Cotopaxi grandes cantidades de agua, que como torrentes cataratas se pre-
cipitaban de sus empinadas faldas. Pocos puntos en las partes medias inferiores del
nevado quedaron exentos del contacto de la lava, y de consiguiente no tomaban parte en
la formacin de las avenidas. Pero tambin en los dems lugares el derretimiento de la
nieve fu muy desigual, segn la cantidad de la lava que la tocaba, y segn que esta
se excurria ligeramente en los declives muy pendientes, se demoraba en un terreno
menos inclinado En el ltimo caso excavaba muy anchas y profundas calles en la
nieve, y as produca los grandes torrentes de agua. La observacin me ha demostrado
claramente, que las avenidas en cada quebrada estn en razn directa con la magnitud
de las calles surcadas en el hielo, y ademas, que la calle su vez guarda proporcin
con la masa de lava gnea, que por ella se ha escurrido. Esta observacin es de im-
portancia para la explicacin del origen de las avenidas. Solamente una dos quebradas
pequeas en el lado noreste del Cotopaxi quedaron en esta ocasin libres de las avenidas,
todas las dems participaron de la inundacin, y en grado mas alto las que se dirigen
directamente al Oeste y al Este. Las aguas duplicaron su volumen y fuerza por las
sustancias slidas que recibieron, cuales son peascos y trozos de hielo, pedazos de la
lava nueva, piedra-pmez, escorias menores, arena, ceniza etc.
La quebrada de Manzanahuaico tiene en su parte inferior la profundidad de unos
cien y el ancho de unos sesenta metros, y apesar de este espacioso cauce no cabia la
avenida inmensa de lodo y piedras que se precipit por l; se desbord de la quebrada,
una parte se lanz al Pucahuaieo, atravesando la loma interpuesta, otra parte llen toda
la quebrada de Manzanahuaico hasta el Chanehungahuaico, del que venia una avenida
semejante, y sinembargo sobr material para inundar todo el arenal, que baja los llanos
de Planchas, en la extensin de una legua cuadrada. El Manzanahuaico es solamente una
de las ocho nueve quebradas grandes, que bajan las llanuras de Latacunga, y que
han contribuido en proporciones semejantes la inundacin general. En las regiones
superiores la mayor paste de las quebradas, aunque angostas, tenan profundidad bastante,
para contener las avenidas, pero donde entraban en las llanuras suavemente inclinadas
y las riberas eran bajas), se difundan desenfrenadamente sobre campos, potreros, hacien-
das, carreteras, destruyendo y arrasando todo cuanto encontraban en su impetuoso curso.
La vasta planicie entre Callo y Latacunga ofreca el aspecto de un gran lago conmovido
por una borrasca hasta en su nfimo fondo (Sigue la descripcin de la extensin
de la avenida.) Este lodo no podia extenderse tanto en sentido lateral, ya por la incon-
cebible rapidez con que avanzaba, ya por la breve duracin del acontecimiento, y as
corra, manera de las corrientes de lava, limitado lateralmente como de una muralla
de un alto dique. Segn las averiguaciones del tiempo en que la avenida llegaba dife-
rentes lugares, se puede calcular, que desde su entrada en las llanuras de Callo y Mualo,
por trmino medio recorria 10 metros por segundo. Tres horas despus de su llegada
Mualo ya destruy el puente por el rio Pastaza al pi del Tunguragua, que dista del
pueblo nombrado unas 20 leguas (Sigue la descripcin, como la avenida inund la
ciudad de Latacunga y de los daos eausados.)
Muy parecida, aunque no tan funesta fu la avenida que del Cotopaxi se dirigi al
Norte. Verdad es, que por las quebradas del lado norte y noreste bajaron cantidades de
agua, lodo y piedras tan considerables y aun mas grandes, que por las del lado de Lata-
cunga, pero la mayor parte de los materiales y los mas gruesos se depositaron en la
AVENIDAS DE IODO. 645
altura de los pramos, en las llanuras de Limpiopungo, de Saltopamba y del Mutadero
(Sigue la descripcin de los daos causados en el valle de Chillo.)
Las avenidas del lado oriental no pudieron causar estragos tan grandes por hallarse
encajonadas desde su principio en valles angostos y hondos. Despus de su reunin en
el Vallevicioso se encaminaron por las solitarias selvas del Oriente, y muy ahajo se en-
contraron con el pueblo de apo. All perecieron unos veinte indios, y muchas casas y
las chacras de los indgenas fueron arrebatadas.
Muy diferentes y en parte contradictorias son las noticias que he reeojido sobre
las calidades que tenian las avenidas de agua y lodo durante su movimiento. Unos afir-
man que eran fras, otros que eran muy calientes, los primeros alegan en su favor los
muchos trozos de hielo llevados la distancia de 10 leguas, los ltimos al contrario pa-
los y rboles carbonizados. Unos dicen que el agua no tenia ni sabor ni olor particular,
otros que era muy hedionda. Creo que, fuera de los rboles carbonizados, todas las dems
observaciones pueden ser exactas, segn el lugar en que se hicieron. Lo que yo mismo
he observado en los depsitos de lodo y escombros en diferentes puntos, y lo que deduzco
de mis observaciones, es lo siguiente. En todos los lugares, que se hallan encima de los
lmites de la vegetacin, los depsitos no contienen ninguna sustancia orgnica, compo-
nindose ellos exclusivamente de los materiales que se encuentran en las faldas del vol-
can, especialmente de los grandes trozos de las destruidas corrientes y bancos de lava
de diversa edad, ademas de lava nueva, de piedra pmez, de arena etc. Solamente desde
los puntos, en que las avenidas entran en las regiones cubiertas, de vejetaeion, se mez-
clan con los depsitos restos orgnicos y tierra vejetal, al principio en escasa cantidad,
despus en proporciones mas grandes, y con particularidad en los parajes en que la ave-
nida removi un terreno pantanoso, como, por ejemplo, en varios puntos de la llanura
entre Callo y Lataeunga. Las sustancias hediondas (despidiendo hidrgeno sulfurado) no
provenan del Cotopaxi, sino de los pantanos que la avenida cruzaba y removia en su
curso. Si en algunos lugares .el agua el lodo eran muy calientes, se explica este fen-
meno por una acumulacin local de calientes trozos de lava nueva, los cuales por su
porosidad y por el aire muy caliente en sus poros eran relativamente livianos y por esto
se depositaron (como la espuma) con preferencia lo largo de las mrgenes de la ave-
nida, mientras que los peascos de las lavas antiguas, compactas y pesadas se han es-
parcido con mas igualdad sobre todo el campo del aluvin. Sinembargo, en general el
lodo no pudo haber sido muy caliente, pues en primer lugar la avenida llevaba una
enorme cantidad de trozos de hielo, que al derretirse la enfriaban continuamente. Ade-
mas las personas que fueron arrebatadas por la comente y escaparon con vida, aseguran
mas bien, que el agua que les impela era cuando mas lijeramente tibia. Por lo que toca
los palos carbonizados, puedo decir que los pedazos que yo he visto, se hallaban en
un estado parecido al de la turba de la lignita, y es indudable que provienen de un
pantano de una cinaga en que mucho antes habian sufrido paulatinamente esa trans-
formacin. Muchas plantas arrancadas de raices volvieron retoar en el lugar de su
deposicin, sobre todo la cabuya (Agave americana); es as pues, que ellas no pudieron
ser escaldadas ni mucho menos haber flotado en una masa lodosa que fuese capaz de
carbonizar rboles!.
y arena caliente y los dems proyectiles que llovan sobre todas las partes del volcan,
pudieron derretir un poco de nieve en la superficie, pero esto era insignificante y sucedi
en parte muchos dias antes de la erupcin principal (desde Abril), sin que por esto se
hubiese notado una creciente de los rios. Cuando finalmente aconteci la efusin de lava
gnea, esta se precipit, disolvindose en grandes terrones y pedazos, por todas las fal-
das del cerro; sinembargo, en donde resbalaba con rapidez sobre la capa de eeniza ya
depositada, no tenia tiempo de derretir la" nieve debajo de ella. Como ya queda expuesto
mas arriba, las grandes masas de ella se recojian en las quebradas y en los hondones y
all excavaban anchas y profundas calles. Ademas debemos tener en cuenta que las ave-
nidas no se producan nicamente por el calor de la lava, sino que el agua misma, que
se habia formado al principio, desde luego penetrando en las hendiduras y grietas del
hielo desgajaba grandes pedazos de l y de esta manera ayudaba poderosamente la aecion
del fuego. Solamente as se explica la posibilidad de que grandes trozos de hielo pudieran
ser arrastrados la distancia de ocho y diez leguas. En donde algunos terrones aislados
de lava de un metro de dimetro quedaban y se enfriaban sobre la capa de arena, no
eran capaces de derretir la nieve debajo de ella mas de medio metro, de profundidad,
que es la misma que tienen los hoyos en que los terrones se hallan "ahondados. En
donde el cerro no se encuentra surcado de las calles ya muchas veces mencionadas, of-
rece, tambin encima de la linea de las nieves perpetuas, el aspecto oscuro de los are-
nales inferiores merced la cubierta de arena y ceniza, y primera vista el viajero
apenas podria creer, que est sobre bancos de hielo de 40 metros de potencia. Cuando
despus de algun tiempo el Cotopaxi se cubra de nuevo de nieve permanente, se con-
servar la capa de arena entre las de hielo, como un monumento duradero de la erupcin
del 26 de junio.
En Latacunga era opinin general, que el Cotopaxi habia perdido toda su nieve
hielo, y sinembargo la gente ereia que no era suficiente para causar la avenida acuosa
y lodosa, y que el volcan debia haber arrojado necesariamente agua por su boca. Muy
distinta se formaba nuestra opinin y conviccin durante nuestro viaje al Cotopaxi. No
entrar en una larga discusin, en la cuestin del origen de las avenidas, me ceir ten
solo pocas advertencias.
Primeramente se tasa en menos la cantidad de hielo que cubre el Cotopaxi y que
por lo regular se conoce solamente de grandes distancias (cuntas personas han subido
hasta ahora al cerro no uno sino diferentes puntos, para hacer el estudio exacto de
este objeto tan esencial en la cuestin que tratamos ?); ademas muchas veces no se toma
en cuenta, que mas de la mitad de las avenidas no consta de agua, sino de materiales
slidos recibidos por ella; finalmente se olvida, que el aluvin no duraba mas que una
hora (segn los habitantes de Pedregal solamente una.media hora). Las ,calles' en la
nieve, examinadas de cerca, s presentan como un fenmeno tan grandioso, que ni un
momento se puede dudar de que ellas solas deban proporcionar agua mas que suficiente
para formar las avenidas inundaciones; y considerando su gran nmero y sus dimen-
siones colosales, hay\oue admirar mas bien, que sus efectos en los valles no hayan sido
mas grandes, y se explica esto solamente por la circunstancia de que tan inmensas masas
de arena, piedras y espombros quedaran depositadas en las altas regiones la base del
volcan; circunstancia que sin duda se debe la conservacin de Latacunga y de muchas
haciendas en Chillo. El Padre Sodiro ha demostrado matemticamente, que la tercera
parte de la nieve que cubri el Cotopaxi, bastaba para ocasionar las avenidas acuosas
del 26 de Junio. Las suposiciones, en que debia fundar su clculo, son en parte hipot-
ticas y no muy seguras, pero casi todas hechas en su desfavor, especialmente parece
tambin l suponer la cantidad del hielo menos considerable de lo que es en realidad.
Estoy seguro que cualquiera, por mas eseptico que sea en esta materia, estudiando con
nosotros el cerro en la cercana y por todos sus lados, convendra en que el hielo que
llenaba antes aquellas calles, bastaba sobradamente para causar por su derretimiento casi
instantneo las avenidas y sus efectos, y en que las masas de hielo que se han conser-
vado todava, serian suficientes para ocasionar lo menos diez inundaciones iguales la
del 26 de junio.
Despus de esta exposicin, enteramente conforme los resultados de otros obser-
vadores modernos, parece que la anticuada opinin hiptesis, segn la cual las avenidas
lodosas, la ,Moya' de Humboldi, se hubiesen derramado del crter de unas rajaduras
laterales del cerro, ya no necesita de una refutacin ulterior. Felizmente en esta ocasin
no hubo disputa sobre las rajaduras' en el cerro, ni entre el pueblo ignorante, porque
ERUPCIONES VOLCNICAS. 647
esta vez no quedaron largas y coherentes corrientes de lava en las faldas del volcan, que
en otras ocasiones daban margen al cuento del ,cerro rajado de arriba bajo'. Segura-
mente del crter mismo no sali ni una sola gota de agua lquida. La nieve, que all
podia haberse acumulado, debia despedirse en forma a% vapor ya desde la primera erup-
cin de ceniza en Abril. Aun menos concebible seria la idea de que las aguas hubiesen
provenido de la profundidad del canal de erupcin; pues todos los fenmenos, que prece-
dieron la erupcin, que la acompaaron y la siguieron, atestiguan un elevadsimo grado
de calor (al menos de 2,000 C.) en el foco volcnico y en el canal de erupcin, de ma-
nera que seria del todo incomprensible, cmo el agua lquida, aun en una mezcla pastosa,
pudiera llegar de la profundidad sobre los bordes del crter, sin convertirse instantnea-
mente en vapor y gas, como en efecto sucede con los vapores acuosos lanzados junta-
mente con la ceniza en una cantidad fabulosa.*)
Cuando se tiene ocasin de estudiar las avenidas del Cotopaxi frescas inmediata-
mente despus de una erupcin, entonces su origen y desarrollo y todos los fenmenos
que las acompaan parecen, tan sencillos y naturales, que uno se admira, cmo pudieron
divulgarse opiniones tan singulares y fantsticas sobre ellas. En mil ocasiones he visto,
que en (manto los fenmenos naturales el vulgo, rechazando las explicaciones naturales
y sencillas, siempre cree y cuenta con mas facilidad lo mas increble y lo mas estrafio,
sobre todo cuando ,1o dice el Padre Velasco'. Pero tiempo es que lo menos las perso-
nas que se dan por ilustradas, se acuerden que las ciencias fsicas y naturales no han
quedado estacionarias en mas de un siglo, y que tampoco la autoridad de Humboldt, in-
vocada hasta el abuso tantas veces, no es infalible. Tambie desde el viaje de Humboldt
han transcurrido unos 80 aos; cada hombre por grande/que sea, participa en algo de
los errores y preocupaciones de su tiempo, y se sabe que/Humboldt desgraciadamente ha
eternizado mas que -una fbula de Velasco y que ha recibido en sus obras con nimia
credulidad varios ,cuentos' de los indgenas.**) Muy seguro estoy, de que Humboldt, si
hubiese tenido ocasin de presenciar como testigo ocular una erupcin del Cotopaxi la
formacin de una. avenida acuosa, nunca habra caido en la idea y explicacin desgra-
ciada de la ,Moya', de las Reventazones con Preadillas' y todo lo que est conexionado
con ellas; ya se habra dejado mucho antes de llamar al Cotopaxi un ,volcan de agua'
y de derivar el lodo de su crter.
De nuevo debemos ceder al seor doctor Eeiss el honor y mrito de haber acla-
rado por primera vez la cuestin sobre el origen de las avenidas. Lo que l en el Coto-
paxi sac mas bien por conjeturas y combinaciones acertadas que por observaciones
directas, se ha confirmado por la erupcin del 26 de junio de la manera mas esplndida.
Podemos considerar la cuestin del origen de las avenidas de agua y lodo, como definitiva-
mente resueltas
3 9 . (Pg. 364.)
Erupcin d e l P i c h i n c h a e n 1 5 8 2 . De esta erupcin no existe ningn do-
cumento, segn parece, en la Repblica del Ecuador, ni la mencionan los historiadores.
La noticia debemos al seor Marcos Jimnez de la Espada, quien en el Boletn de la
Sociedad geogrfica de Madrid, tom. XXTV (1888) public un artculo bajo el epgrafe
Una ascensin al Pichincha en 1582. Este artculo muy interesante contiene noticias
biogrficas sobre Toribio de Ortiguera y un extracto de su obra indita, intitulada: Jor-
nada del rio Maraon, con todo lo aeaeseido en ella y otras cosas notables dignas de
ser sabidas, acaescidas en las Indias occidentales del Per, dirigida al felicsimo D. Fe-
lipe 3 o , Prncipe Nuestro Seor. El manuscrito es firmado en Sevilla no mucho des-
pus del ao 1585, en que su autor regres de las Indias Espaa.
Dicho T. de Ortiguera form parte de una comisin exploradora, que subi al crter
del Pichincha en los das 28 y 29 de Julio del mismo ao de 1582, pocos dias despus
*) Muy bien se puede concebir la existencia de agua liquida en grandes profundidades junta-
mente con materiales fundidos, bajoteimmensa presin ae muchas atmsferas; pero al subir esas sustan-
cias por el oonduoto al crter, oesa mas y mas la presin, y finalmente llegan al punto en que
repentinamente toda el agua se convierte en vapor, y su fuerza irresistible se atribuye en gran
parte la trituracin de la ceniza y su violenta expulsin.
**) No soy yo el nico ni el primero, quien denota estas faltas del gran viajero; tiempoliace
que otros escritores maB competentes las lamentaban, no obstante la reverencia que le tributan con
mucha razn.
648 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.
4 0 . (Pg. 364.)
Erupcin del Timg-urag-ua e n 1 8 8 6 . Extracto de una carta del seor A.
N. Martnez, publicada en La Nacin de Guayaquil, el 17 de Marzo de 1886 (Nro. 1939).
La cantidad de lava que arroja diariamente el Tunguragua es verdaderamente fa-
bulosa; al chocar con el contrafuerte, del que habl en mi primer artculo, la mayor
parte sigue la via de Chonta-pamba: lo contrario de lo que suceda al principio. Esta
yia tiene tambin su ramificacin: el un brazo cae, siguiendo una linea recta sobre el
rio, al antiguo puente de Cusua, y rellena los planos que estn sobre el barranco, llama-
dos, segn creo, ,Chaea-ucu'; el otro, formando una curva algo extensa desde el punto
de bifurcacin, v a depositarse en las llanuras de la hacienda de Chonta-pamba.
Desde el 25 del pasado hasta el I o de ste, esta via estaba ocupada por una cor-
riente continua, establecida desde el crter. Este cordn de fuego, digmoslo as, de da
era visible por el rastro reguero de vapores, y de noche por su iluminacin.
La lava corre muy despacio por los declivios del monte, pues aunque es verdad
que emplea solo de cinco siete segundos en caer plomo del filo del crter al punto
de bifurcacin, de aqu hasta Chonta-pamba tarda de veinte treinta y cinco minutos.
Esto lo observ el 12 del pasado en varias erupciones que se sucedieron por la noche.
Tres han sido las emisiones de lava mas grandes que he observado, y para cuya
descripcin me faltan colores bastante vivos, que pudieran dar ligera idea de lo que
fueron. Espectculos grandiosos, que no se borrarn jamas de mi memoria! Acaecie-
ron, la una, el 12 del pasado, las 7 y 20 de la noche; y las otras el 28, las 4 y 30
de la tarde y las 9 de la noche.
Algo como llamas que se levantaron mucha altura, fu el presagio de aquellas
erupciones. Las bombas se formaron en cantidad incalculable, y eran lanzadas con in-
creble rapidez, cruzando el espacio en todas sus direcciones; despus caan en forma de
lluvia en todas las faldas del cono.
La lava despus de cien detonaciones se derram cubriendo la cima del cerro, vi-
sible desde el valle de Patate, con un bao incandescente, que al bajar formaba ros de
fuego, que serpenteando iban perderse en las grietas profundas que surcan la mole
del gigante.
El mirador del Tunguragua por excelencia, es el punto denominado la ,Chonta':
clebre ya entre los innumerables turistas y viajeros que han visitado el volcan y los
lagos formados por la lava en los ros Patate y Chambo.
4 1 . (Pg. 392.)
' Escala termomtrica de H u m b o l d t y Boussingault. Humboldt, quien
sigue Boussingault, admite para la zona ecuatorial (entre los seis primeros grados de
Latitud) la disminucin de 1 JB. por cada 90 toesas de elevacin, lo que corresponde
1 C. por 219 metros. Segn esta frmula climatrica la escala seria,la siguiente:
Altura. Temp. media. Altura. Temp. media. Altura. Temp. media.
0 met. . . 26 C. 1533 met. . . . 19 C. 3066 met. . . 12 C.
219 . . 25 1752 . 18 3285 5 11
438 24 1971 . 17 3504 10
657 23 2190 16 3723 S 9
876 22 2409 - 15 3942 5> 8
1095 21 2628 ,. . 14 4161 )S 7
1314 . . 20 2847 . . . 13 4380 6
TBMPERATUKA MEDIA. * 649
Me he tomado el trabajo, de comparar todas las temperaturas inedias, que cono-
cemos en el Ecuador en diferentes alturas, con esta escala, y encontr que la nuestra
(1 C. por 200 metros) en general coincide mejor con las observaciones. En la regin
media (20003000 metros de altura) talvez la de Humboldt y Boussingault sirve algo
mejor, pero para las alturas hasta 1000 y sobre 3000 metros es menos exacta que aquella-
Si debiera establecer la escala tan solo para la regin hmeda hasta 1000 metros, tomaria
la frmula de 1 C. por 150 metros, que correspondera mejor. Por lo dems, Hum-
boldt mismo ya reconoci, que no se podia establecer una escala general y vlida para
todas las zonas hipsomtricas y que no existe una progresin estrictamente aritmtica.
En las Cordilleras de los Andes se v y este es un fenmeno muy curioso que
la disminucin de la temperatura se retarda entre 1000 y 3000 metros, especialmente
entre 1000 y 2500 metros de altura, y despus se acelera desde 3000 hasta 4000 metros. . . .
Deben atribuirse estos fenmenos nicamente la configuracin de los Andes, son la
consecuencia de la acumulacin de las nubes en el ocano atmosfrico? (Klein. Schr.,
Stuttgart 1853, pg. 305).
4 2 . (Pg. 392.)
M t o d o de Boussingault. Vase la Memoria sobre la profundidad, la
cual se halla bajo la tierra la capa de temperatura invariable entre los trpicos, que
se encuentra en los Viajes cientficos los Andes ecuatoriales, por M. Boussingault
(Paris 1849, pg. 181).
La superficie de la tierra est bajo el influjo del sol, calentando sus rayos el suelo
hasta cierta profundidad; pues la temperatura de l a t i e r r a j ^ j o esta influencia, se cambia
de continuo segn la intensidad de los rayos. Los perodos de este cambio se distinguen
en unos diarios y unos anuales, saber, del mnimo de la temperatura de la noche al
mximo del dia, y del mximo fri del invierno al mximo calor del verano. La vici-
situd de estos perodos decrece hacia lo interior de la tierra, desapareciendo finalmente
en la profundidad.
En las zonas trpicas cada diferencia desaparece ya en la corta profundidad de
23 pies bajo la superficie, mientras que en las regiones templadas y fras, allende los
trpicos, las vicisitudes diarias desaparecen en la profundidad de 47 pies y las anuales
en la de 4080 pies. Pues la profundidad de esta regin capa llamada variable, de-
pende de la altura polar latitud, ademas do la diferente conductibilidad de las rocas, y
de la diferencia termomtrica entre las estaciones extremas. Cuanto mayor es esta dife-
rencia, tanto mayor profundidad se requiere, para mantener constante el termmetro.
El calor as como el fri najan muy despacio en las capas de la tierra, en tanto
que, por ejemplo, en la zona templada el mximum del calor del esto (Julio) no llega
la profundidad de 70 pies, sino en el mes de Diciembre, y el mnimum de la tempe-
ratura del invierno (Enero) no tiene lugar sino en el de Junio. Debajo de esta capa no
se siente ningn influjo del sol, y por esta razn las capas mas profundas se les d
el nombre de capas de temperatura invariable constante, por no sufrir el termmetro
ninguna alteracin. Este instrumento indica la temperatura media de un lugar en aquel
punto en que comienza ser constante. He aqu un mtodo muy fcil de medir la tem-
peratura media de cualquier lugar en toda la Repblica del Ecuador, sea en la costa
ardiente de Guayaquil, sea en las mesetas altas y frias de la regin andina. En todos
los pases, que estn situados entre el grado 10 del Norte y el 10 del Sur entrambos
lados de la linea, basta observar el termmetro enterrado la profundidad de un pi,
en un lugar cubierto. En las diversas horas y diferentes estaciones la temperatura cam-
biar apenas de 2/10 de un grado, y dentro de los mismos limites ser idntica con la
temperatura media, del aire en el lugar respectivo. Como el seor Boussingault era
el primero, que comprobaba y practicaba este mtodo en gran escala en la Amrica
tropical, se le dio el nombre de mtodo de Boussingault.
4 3 . (Pg. 392.)
Temperatura media del ao de algunos puntos de la Repblica, tomada segn
el mtodo de Boussingault, y expresada en grados del termmetro centgrado. Segn los
doctores Beiss y Stbel.
650 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.
4 4 . (Pg. 434.)
Cacao. Para formarse una idea del aumento sucesivo del cultivo de cacao y de
la desigualdad de las cosechas, sirva la tabla siguiente, que hemos sacado de la aBem'sta
del Mercado de Guayaquil, de la casa de Martin Beinberg y Co.
Entradas de todas clases de Cacao Guayaquil durante los ltimos 52 aos.
Ao. Ao. Quintales.
1840 142669 1866 225077
1841 114102 1867 197260
1842 67090 1868 212355
1843 154634 1869 173492
1844 85741 1870 233144
1845 97290 1871 172422
1846 112020 1872 187238
1847 120736 1873. 245969
1848. . . . . . . . . . . 210074 1874 247493
1849 142347 1875 . 103500
1850. . . . 110660 1876 220993
1851 95670 1877 205307
1852 139655 1878 . 103309
1853 132430 187~9 : 315341
1854. . . 109921 1880 338802
1855 . . . . . 150897 1881 223082
1856 133736 1882. 189046
1857 147659 1883 150145
1858 198187 1884. . 180100
1859 136187 1885 . . 244588
1860. . 167617 1886 384760
1861 186781 1887 334170
1862 160261 1888 276721
1863 164011 1889 246373
1864 114506 1890. 363917
1865 142671 1891. . , 210806
4 5 . (Pg. 448.)
R e g i n interandina. Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana, por L. Sodiro
(Quito 1874), pgi 26.
La zona subandina no presenta el mismo nteres que las anteriores, ya sea con
respecto la riqueza y variedad, ya se considere .el aspecto fisonmico de su vege-
tacin. Esta carece al mismo tiempo de las proporciones aventajadas y lozanas, que se
admiran en la de las inferiores y de las formas elegantes que se presentan en la superior.
Su aspecto complexivo es montono, innoble y triste. Es, por decirlo as, una zona de
transicin de la tropical la alpina, y como tal participa mas bien resulta de lo menos
*) Las mas veces indica H. la temperatura de 14,4 C. el segundo dato (15,6) se halla en
las tablas isotrmioas, que acompaan su obra Kleinere iSchriften (tab. IV, Nro. 384).
P l i O B A ECUATOBIANA. 663
interesante y halageo as de la una como de la otra. De la primera recibe los ele-
mentos raquticos y casi abortivos, de la segunda las formas mas groseras y casi mon-
struosas. Este estado proviene de un doble orden de causas: las naturales y las que
llamaremos accidentales arbitrarias. Pertenece las primeras su considerable altura,
ya que asignndole como Lmite inferior la elevacin de la altiplanicie, que se extiende
entre Riobamba y Quito, esta seria de 2800 m., elevacin que excede el lmite inferior
de las nieves permanentes en la cadena de los Alpes.*) En consecuencia de esto la
temperatura media es de 14 C. poco mas, demasiado dbil para fomentar en las pre-
sentes circunstancias una vegetacin mas vigorosa. Ademas por haber sido esta (como
lo es aun al presente) la zona mas'habitada, se la despoj poco poco de la vegetacin
arbrea que entes posea, se la redujo campias y dehesas. Los vestigios de esto
se manifiestan en todas partes, y se debe atribuir la circunstancia de que los dueos
se descuidaron de recompensar el suelo de las sucesivas prdidas sufridas, el que ago-
tndose en l paulatinamente los elementos productivos, se haya vuelto intil para el
cultivo, por lo que finalmente se lo abandon del todo en muchos puntos de esta vasta
llanura. De este modo s originaron esas pampas estriles, cubiertas de pocas gramas,
que vemos entre Ambato y Latacunga, cuyo producto apenas basta para alimentar los
rebaos lanares que vagan por ellas. Adese tambin, que el terreno pumceo de este
paraje, parto infeliz del vecino Cotopaxi, con la misma facilidad con que absorbe el agua
llovediza, la evapora, siendo al mismo tiempo poqusimo apropiado para determinar el
TOCIO nocturno, y la toba volcnica Cangagua compacta, que constituye lo dems de
esta zona, la deja fluir toda, quedando en ambos casos el suelo siempre rido infecundo.
Solamente una densa vegetacin arbrea ( falta de un esmerado cultivo) podria obviar
estos inconvenientes, que se origenan de la naturaleza del suelo, impidiendo la evapora-
cin demasiado activa y subministrando al suelo nuevos elementos orgnicos etc., pero
una vez destruida esta, no hay que extraar, que toda esta grande llanura se halla en
tal estado. Hay, sinembargo, algunos puntos que es preciso exceptuar de estas gene-
ralidades. Los valles de Chillo, Turubamba y Machachi, provistos de mejor terreno y
abundantes de agua, poseen quintas apreciables por su fertilidad en Mais, Trigo y otros
cereales, que forman el principal recurso de la capital, y excelentes potreros que alimentan
numerosos rebaos de ganado vacuno, cuyas aventajadas proporciones dejan entrever los
felices resultados, que se podra conseguir, si se pusiera el debido cuidado en la mejora
de las razas. Los alrededores de Ambato, cuya fertilidad ha sido mejor fomentada por
la agricultura, forman el jardn de nuestros Andes y como el oasis de la altiplanicie de
Quito. All prospera el Naranjo, la Vid, el Peral y el Durazno, que son casi los iwiicos
rboles frutales aclimatados en en suelo ecuatoriano.
4 6 . (Pg. 450.)
L a flora a n d i n a . Extracto de los Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana
por L. Sodiro (Quito 1874), pg. 3138.
Ademas de la identidad de los grupos concuerdan entre si las dos regiones (alpina
y andina) en la analoga de las formas, de la que se deriva la del aspecto complxivo
de la vegetacin. Esto se podria deducir aun de la sola consideracin del gran nmero
de grupos naturales que, como queda dicho, son comunes las dos regiones. Para citar
algun ejemplo, casi todas las especies de lchemla tienen el mismo aspecto que las de
los Alpes; el Gewm mageLnicum, el Bubus nubigenus y el glabratus, las varias especies
de Bartsia etc. imitan fielmente sus respectivos congneres europeos. Las Acaenas por
el contrario recuerdan las Agrimonias y las Dryas; la Calceolaria y el Hedyotis ericoides
las Ericas y la Calluna; la Permttya los Empetrum y la Andrmeda; la G-atthieria los
Aretostaphylos. Los Sauces alpinos, que faltan en nuestros Andes, estn sustituidos por
la Baccharis alpina y humifusa y por la Mhlenbekia vuleanica. Las Wemerias, la
Plantago rgida y fragosa, el Pectophytum etc. imitan en los Andes las elegantes almo-
hadillas que forman en los Alpes varias especies de Saxfraga; las Brabas y las Are-
narias las de sus congneres. De estas y otras muchas comparaciones, que podramos
hacer, queda manifiesto, que la analoga de la vegetacin entre dos territorios tan diversos
y lejanos no se limita solamente los grupos, sino que se extiende tambin al hbito
*) Se v, que Sodiro estrecha esta zona algo mas que yo, hacia sus lmites Inferiores. W.
654 ANOTACIONES X S U P L E M E N T O S .
exterior y al conjunto del organismo vegetativo, que parece mas sensible que el repro-
ductivo al influjo de las causas exteriores. Lo mas digno de consideracin es que la
analoga de esta organisacion se encuentra tan frecuentemente en grupos tan diversos,
como son las Compuestas y las Salicneas, las Violaras y las Saxfragas, las Lobelias
(Lisipoma montioides y reniforme) y las Primulceas (Soldanella) etc., plantas que por
estas mutuas relaciones se llaman ,especies sustituyentes'.
A los breves rasgos, con que hemos procurado manifestar la analoga entre la
vegetacin de nuestros Andes y la de los Alpes europeos, no ser intil aadir tambin
algunos detalles, qu hagan comprender las diferencias, que existen entre las mismas
regiones. Es cosa digna de consideracin el ver que de los cuatro elementos, que la
vegetacin de los Alpes debe principalmente su elegancia y hermosura, saber, las
Banuneulceas, las Cariofilneas, las Saxfragas y las Primulceas, haya tanta escasez
en nuestros Andes. De las primeras el solo gnero Banunculus est aqu suficientemente
representado por el E. perumanus y Ouzmani (que son las especies mas elegantes) y
algunas otras, pero estas no bastan para equilibrar el B. alpestris, Thora, parnassiae-
folius y tantos otros de los Alpes. Ademas las elegantes Anemones, los Thalietros, los
Acnitos, las Aquilegias etc. quedan casi sin correspondientes en nuestros pramos. Los
gneros andinos de las Cariofilneas son particularmente tres: El Melandrium, que se
limita la sola especie thysanodes y se puede contraponer alguna Lychais; la Arenaria
y el Gerastium son aqu bastante numerosos y algunas de sus especies son acaso mas
originales interesantes que las europeas, pero nada tenemos que oponer los Diantos,
a las Suenes, las Gipsfilas, tantas otras Alsneas de all. Las muchas especies de
Saxfraga de las rocas y de los riachuelos de los Alpes, se ven aqu representadas ni-
camente por dos variedades de la Saxfraga eaespitosa, a) andicola, f3) brachyphylla y
por la S. Boussingaultii; pero esta ltima no se ha encontrado hasta el dia mas que en
el Ohimborazo. De las Primulceas no se conocen todava en nuestro pais mas que dos
especies de Gentunculu-s y una de AnagaEis, probablemente introducida, en las regiones
inferiores; en la andina una sola Androsace todava dudosa. Las elegantes Prmulas,
las Soldanelas, las IAsimquias nos son completamente desconocidas. Mejor represen-
tadas son las Personadas y las Gendneas. Verdad es que de las Pedicularis hay una
sola especie y aun esta rarsima; una as mismo de Vernica, la cual ni siquiera le es
propia, pero estas podemos oponer las Oursias tan elegantes por sus flores purpreas
como por sus hojas; las Sibthorpias, las Castillejos, y especialmente el grupo tan rico
como original y elegante de las Calceolarias. Ademas el ncleo de esta familia prefiere
las localidades algo mas templadas. De las Gencianas tenemos ya como 20 especies,
casi todas andinas. El importante grupo de las Compuestas se presenta bajo formas mas
interesantes en los Andes que en los Alpes. El gnero Mutisia cuenta especies que no
tienen en toda esta familia, no ser en las Dahlias, otras que las puedan aventajar en
hermosura, y alguna de estas llega hasta penetrar en los lmites que nosostros hemos
sealado la flora andina. Las Baccharis, poco apreciables bajo este punto de vista, se
sealan por su polimorfismo y por el aspecto singular, especialmente de algun grupo
andino. Basta mencionar el de la B. thyoides y genistelloides. Las Wernerias son de
las mas elegantes y aun de las mas atrevidas, pues penetran hasta la regin que Hum-
boldt llamara ,de los Liqenes'. La Andromachia (Liabum) acaulis y el Senecio nubi-
genws y pimpineaefottus recuerdan la rnica y los Dornicos de los Alpes, mientras
que otras especies de este ltimo gnero, como tambin las Chuquiraguas se distinguen
ya por la hermosura de sus flores, ya por su aspecto singular. Los dulcidos, tan afines
al Senecio, forman un grupo muy interesante de nuestros Andes. Sus grandes flores y
su vello denso y sedoso les imprimen un aspecto muy caracterstico y original. El
Gnaphalium Leontopodium los representa en algun modo en los Alpes bajo formas pig-
'.meas. El Culmtium rufescens y el C. nivale, al mismo tiempo que son los mas inter-
esantes entre sus congneres de nuestros cerros, se distinguen tambin por la enorme
altura que suben. La Espeletia, gnero todava mas singular que el anterior, es pro-
pio de la Nueva Granada y de Bolivi, llegando del-'lado del Norte hasta los ltimos
cerros que separan nuestro territorio del de Colombia. El Astragalus geminiflorus es la
nica especie, que representa en nuestros cerros as sus congneres como las Oxytropis
de los Alpes y de los Pireneos. Por otra parte se hace sensible el crecido nmero de
nuestros Lupinos, de que carecen los Alpes, distinguindose entre ellos el Lupinus alo-
pecuroides, tan original por su racimo casi radical, grueso 34 centmetros y largo
hasta 7075 centmetros, todo cubierto, como tambin las hojas, de un largo vello blanco
ELOBA ECUATOBIAHA, 655
sedoso. Las Mlveeas prefieren decididamente los climas calientes y huyen de los frios.
Solamente tres cuatro especies llegan hasta la altura de Quito: por consiguiente causa
mucha admiracin hallar en la cumbre del Rueu-Pichincha, en la elevacin de 4737 m.,
juntamente con la Calandrina acaulis el Malvasirum (Sida) pichinehenae, en donde parecen
colocados para alegrar, la primera con sus flores rosadas, la segunda con azules, al via-
jero anhelante y agobiado por el trabajo de tan difcil subida. All mismo crece tambin
la Valeriana alypiflia, que representa las Globularias de los Alpes.
4 7 . (Pg. 451.)
F l o r a ecuatoriana.' Las plantas colectadas por Humboldi y Bonpland se en-
cuentran descritas en: Humboldt, Bonpland, Kunth, Nova genera et species plantarum
Orhis Novi etc., 7 tomos, 18151825. Las descripciones de los vegetales que descubrieron
los viajeros posteriores, se hallan esparcidas en varias obras botnicas, espeoialmente
en las peridicas. La primera tentativa de escribir una flora del Ecuador, hizo W. Jame-
son, un mdico ingles, que vivi, si recuerdo bien, mas de 30 aos en Quito hizo gran-
des colecciones de plantas. De su Synopsis plantarum, aequatoriensium salieron en
1865 dos pequeos tomos (Ranunculceas hasta Labiatas), cortndose la obra precisa-
mente con la misma familia, con la cual se agot la fuente de Jameson, es decir, la
obra de que habia compilado la suya, copiando literalmente las diagnosis latinas. De
su propia cosecha encontramos muy poco en este libro; hasta las observaciones gene-
rales, que hace sobre las familias, son traducciones de obras europeas y se refieren
especialmente plantas que no existen en el Ecuador, de las indgenas se busca en vano
observaciones originales. Muchas de las plantas mas comunes, que habr visto con fre-
cuencia en las cercanas de Quito y que existen en su propio herbario, faltan en su flora,
porque no las encontr en su autor usado. Jameson era un colector entusiasta, pero de
ningn modo un botnico cientfico. Mand sus colecciones Inglaterra, donde los bot-
nicos, especialmente Hooker, las determinaron y descubrieron las nuevas especies que
contenan. Parece que J. mismo no sabia determinar una especie con seguridad, mucho
menos describir una nueva.
Observaciones muy interesantes sobre la flora del Ecuador encontramos en la obrita
de M. Spruce: Report on the expedition to procure seeds and plants of the Cinchona suc-
cintbra or Bed Bark tree. London 1861.
Desde 1870 se ocupa_ con la flora ecuatoriana el actual profesor de botnica en
Quito, P. Luis Sodiro. El seria el hombre llamado escribir la flora del Ecuador,
apoyndose en sus largos estudios y grandes colecciones. Creemos que se lleva con
este pensamiento y tenemos noticia de que actualmente est elaborando la primera parte
de la obra, que comprender las plantas eriptgamas vasculares. Publicaciones menores
del mismo autor son:
Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana. Quito 1874.
Nuevas especies de Helchos de los Andes de Quito (colectadas por Sodiro y descritas
por J. G. Baker). En el Bol. del Obs. astr. de Quito 1879.
Una excursin botnica. Quito 1881.
Recensi Cryptogamarum vascularium provinciae quitensis. Quito 1883.
Observaciones sobre, los pastos y las plantas forrajieras. Quito 1888.
Gramneas ecuatorianas de la provincia de Quito. Ao de?
Con las Orqudeas ecuatorianas se ocup especialmente el infatigable viajero
F. C. Lehmann. Una parte de sus colecciones lleg manos del profesor Reichenbaeh
en Hamburgo y fu descrita en: Henrici 6. Reichenbaeh fil. Otia botnica Hamburgensia.
I. rchideae F. C. Lehmannianae ecuadorenses. Ao de 1877. (?)
La obra del seor E. Whymper, varias veces citada Travels am- the Great Andes of
the Equator (London 1882), contiene notas interesantes sobre la vegetacin andina, bajo
el punto de vista de su distribucin geogrfica. Se encuentran las listas de. las plantas,
que fueron colectadas alrededor de los volcanes grandes que visit ol autor. Las colec-
ciones fueron examinadas y determinadas en el British Museum bajo la direccin de
Mr. W. Carruthers.
656 ANOTACIONES SUPLEMENTOS*
4 8 . (Pg. 467!}
F a u n a e c u a t o r i a n a . Muy pocos trabajos especiales existen sobre la fauna
del Ecuador. W. C. Hewitson describi las mariposas, que el coleccionista Buckley, bien
conocido en el Ecuador, recoji en sus viajes: Descr. of new spec. of Lepid. coll. lij
Buckley in Ecuador. 4 parts, London 18691870. G. Weymer y P. Maassen descri-
bieron las especies-' colectadas por el doctor A. Stubel. Esta coleccin tiene un inters
especial para la geografa zoolgica, porque las especies se hallan agrupadas segn las
regiones en que se encuentran. El trabajo de los nombrados entomologistas forma una
parte de la gran obra W. Reiss und- A- Stubel, Reisen in Sd-Amerika, y lleva el
ttulo: Lepidopteren, gesammelt auf einer Seise dwrch Colombia, Ecuador, Per, Brasien,
Argentinin nd Bolivien, in- den Jahren 18681877, non A. Stubel." Berln 1890. Los
Colepterosnuevos del Ecuador, - colectados- por el mismo viajero, Dr. A. Stubel, fueron
descritos por' Th. Kirsch en Brlinef Entomolog. Zeitschr:, Bd. 27 und 28 (188).
La inica clase de animales, de que poseemos monografas completas, son los Mo-
luscos terrestres y fluviales del Ecuador. La primera es del Dr. C. Miller: Die Binnen-
mollusken vori Ecuador, que se encuentra en Malakologische Bltter,"XXVI, 1879.
La segunda monografa mas completa se encuentra en el Bttetin de la Soet
zoologique de France, t. XII, 1887, bajo el epgrafe: Faune malacologique de la E-
publique de Vquateur, par uguste Gousin. El auto, que vive desde largos aos en
el Ecuador, ha descubierto muchas especies nuevas. En el mismo tomo y ao del
Bulletin se halla un suplemento al trabajo del Seor Cousin: Mollusques nouveaux de
la Rpublique de Vquateur, par le Docteur F. Jousseaume, en el cual se describen las
especies ltimamente descubiertas y remitidas por Mr. Cousin. Se puede decir, que estos
dos folletos contienen todo cuanto se conoce hasta ahora de la fauna malacolgica (ter-
restre y fluvial) del Ecuador.
Sobre las aves del Ecuador consltese Proceedings of the. Zoological Socieiy of
'London, 'F-ehv. 3, 1885: On birds frpm Ecuador. Es un artculo sumamente interesante
escrito en francs: TroisiSnie lisie des (Hseaux recuelis par M. Stolzmann dans Vqua-
teur. Par L. Tczanowski ei Gomie 3. v. Berlepsch.
Interesantes noticias, ilustradas por magnficos grabados, sobre la fauna andina, se
hallan en l tomo suplementario de la obra de Whymper: Supplementary Appendix to
Trovis amongst the Greatndes of the Equator, byE. Whymper (London 1891). Zo-
logos de renombre, como Bates, Salvin, Day, Miers, Boulenger y otros se han dedicado
la determinacin d las colecciones de Whymper y la descripcin de las especies
nuevai
4 9 . (Pg- 472.)
O r i g e n d e las Islas d e ' G a l p a g o s . En este punto no estoy de acuerdo con
el seor Dr. G. Baur, ltimo viajero cientfico que en 1891 visit el Archipilago^ El
supone que las islas se formaron por la sumersin de una parte del Continente ameri-
cano, representando ahora las montaas mas altas de esta porcin sumergida. No se
apoya en ningn argumento geolgico para su hiptesis y dice solamente, que ella no
se opone nada de parte de la geologa. Del otro lado afirma, que necesita de esta hip-
tesis para explicarse el origen y la distribucin de los actuales organismos en las islas
segn la teora darwiniana, porque de otro modo (por inmigracin) no seria posible ex-
plicarla. De parte de la geologa, que el seor Baur parece haber descuidado en su
viaje, talvez se podr hacer mas objeciones de lo que piensa, y las har su tiempo.
Ademas me parece que con su hiptesis (de una separacin y sumersin sucesiva de las
islas) la explicacin del origen y de la distribucin de las epecis, admitiendo con l
un desarrollo natural segn, la teora de descensin, no se-facilita, y talvez se dificulta
mas la ! de ciertos fenmenos. Hasta ahora he leido solo una serie de artculos, que el
seor Dr. Baur hizo publicar en Beilage zur AUgemeinen Zeitung de Munic, 1892.
Nro. 3235 bajo el ttulo Ein Besuch der Oalpgos-Insln. Esta lectura no me ha
convencido de la probabilidad de su hiptesis! No encontr ningn hecho nuevo, que yo
mismo no hubiese observado en mis viajes y en parte descrito del mismo modo como
el seor Baur, en una relacin (fragmentaria) de viaje, publicada en Heidelberg 1879, en
Sammlung von Vortrageni, herausgegeben von W. Frommel und Fr. Pfaff, bajo el mismo
ETTOGBATA. 657
epgrafe Ein Besuch der Galpagos-Inseln. Pero me abstengo de una discusin deta-
llada, hasta haber visto en su obra mas completa, que est preparando, la argumenta-
cin cientfica de sus afirmaciones y de su hiptesis geolgica.
5 0 . (Pag- 504.)
Hubiera deseado insertar en esta obra, despus de la Geografa botnica y-zool-
gica, una parte etnogrfica. Muchos son los materiales que he recojido, especialmente
sobre los antiguos habitantes de las provincias litorales. Pero el corto tiempo que me
quedaba para redactar este libro, no me permiti la elaboracin de esos materiales, y
as quedan reservados parg otra ocasin. Llamo la atencin de los etngrafos la
obra varias veces citada de F. Gonzlez Surez,- Historia general de la Repblica del
JScuador, cuyo primer tomo (Quito 1890) trata de los tiempos prehistricos, y que con-
tiene casi todo lo que sabemos hasta ahora sobre la poca mas remota, segn los es-
critores antiguos. El autor no es un compilador de cosechas agenas; al contrario, hizo
muchos estudios interesantes y originales y descubri varios documentos nuevos. En
1878 public un importante Estudio histrico sobre los Caari>, con 5 lminas, y actual-
mente est preparando un Atlas arqueolgico, que formar l complemento del primer
tomo de su obra.
WoiiF, Ecuador. 42
NDICE ALFABTICO.
Abreviaciones: e.=cerro, cerros, montaa; cord.=cordillera; est. = estero; h.=hacienda;
i.=isla; r.=rio; p.=puehlo; s.=sitio; v. = volcan.
Cojimies, i. est. 23; bajos 24; cerros y est. Corrientes de lava 341, 475, 648.
159, 160. Cosanga, r. 202.
Cojitambo, c. 45, 367. Costa del Ecuador 18.
Col, r. 170. Costa mala 21.
Colimba, pramo 100. Cotaoachi, c. v. 98, 353; p.102, 548;
Colimes, p. r. 146, 147. tes 637.
Colonche, cord. 124, 125; p. 155. Cotapino, p. 204.
Colonizacin de los Galpagos 489. Cotocollao, p. 95.
Colope, r. 182. Cotopaxi, c. v. 75, 78, 341, 351, 358, 643
Colorado, r. 156. Coto-yacu 28.
Colorados de St. Domingo 527. Cousin, A. 656.
Colta, lag. 63; cant. 553. Crevaux, Dr. J. 573.
Columbe, p. 61. Cristal, r. 41.
Collanes, c. v. 59, 60, 365. Crustceos 466.
Collay, r. 61; lavad. 308, 313. Cuaque, r. 159.
Comercio 542. Cubijan, cord. 76.
Comipaga, r. 145. Cubillan, cord. 76.
Compadre-huaico, r. 81. Cubillin, c. 58.
Compaa, r. 48. Cucarracha, r. 169.
Comunicacin 545. Cuchab, r. 180.
Concepcin, p. 177. 204. Cuchilla, r. 145.
Condamine, de La 361, 363, 365, 565. Cuenca, hoya 42; ciudad 48, 555.
Cndor, cord. 27. Cuicocha, lag. 98, 353; r. 102.
Condorasto, c. 60, 232. Cuilchi, r. 80.
Condor-cocha, c. 87. Culebrillas, r. 53.
Condu, r. 204. Culpepper, i. 470.
Conga, r. 169. Cumba, r. 162.
Congo, r. 145.. Cmbal, e. v. 99, 100, 353; r. 104
Cngoma, r. 144. Cumbaraga, r. 31.
Conguillo, r. 145. Cumbe, r. p. 47. v
-
Conquista del Ecuador 515. Cumbil, r._ 136.
Constitucin del Ecuador 519, 522. Cumbinam, pongo 185.
Convento, r. 159. Cuni, r. 42.
Conventillo, r. 69. Cunru, o. 100.
Copalillo, c. 67. Cunturguachana, c. 85.
Cop 28a Cunue-yacu 81.
Copiambiza, r. 194. Cquiva, r. 170.
Corazn, c. v. 84. Curaray, r. 74, 205.
Cordero, Dr. L. 193, 194. Curi-yacu 205.
Cordillera de los Andes 15, 26, 581. Curiquingue, r. 92.
oriental 29, 37, 42,54, 58, 71,87, 97,227. Cuscungo, e. 57.
occidental 30, 43, 52, 55, 61, 78, 84, 98. Cusiguango, p. 80
de Alamor 33. Cusin, c. 91.
-- de Amboea 32, 33. Cusulima, r. 195.
de Amotape 33. Cusulime, r. 196.
de Angamarca 78. Cutuchi, r. 80.
de Angochagua 101. Cutuguai, c. 132.
de Ayavaca 27. Cuve, r. 171.
. d Biscaya 32, 36. Cuvilche, c. 100.
de Clica 33. Cuyabeno, r. lag. 204.
de Cndor 27. Cyclas 253.
de Chula 32. Cyrena 253.
de Dumar 32.
de Huaira-ureu 33.
de Huamboya 60. Chacana, c. 357.
de Huancabamba 27. Chaca-yacu 112.
de Intac 98. Chacras, s. 107.
de Pllaro 74. Chaguana, r. 111.
de St. Eosa 27. Chagil, c. 67.
de Zamora 30. Chanuar-urco, p. 41.
nevada 38. Chahuasqui, p. 104.
Corina, r. 84. Chalenes, i. 153.
Cormorant, punta 474. Chalui, r. 202.
Coronel, . 671. Chalupas, cord., r. 74.
Corozal, est. 137. Challua-yacu, r. 70.
Corozo, r. 116. Chamachan, r. 103.
Correntoso, r. 141. Chamaya, r. 29.
Corriente antartica 385, 471, 578. Chambira, r. 199,
662 NDICE ALFABTICO.