Geografia y Geologia Del Ecuador

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 692

GEOGRAFA Y GEOLOGIA

DEL

ECUADOR
PUBLICADA l'Ot ORDEN DEL SPKEMO GOBIERNO
DE LA REPBLICA
POS

TEODORO WOLF,
PK. 'Hiii., ASTieuo m o m i m BE LA ESCUELA I-OLUTCSICA M imxo
GELOGO DEL KSTADO.

CON 12 LAMINAS AIOTIPICAS, 47 ILUSTRACIONES EN EL TEXTO


(
Y % CAUTAS.

LEIPZIG.
TIPOGRAFA D E F . A. BUOCKHAUS.

1892.
Lam. I.

Cov, * na fotografia. ' ^ ^ ^ ^ p m m L 0 | DEL UJQ NQRTEi


PKLOGO.

von la satisfaccin de haber concluido el mapa del Ecuador y


el libro destinado acompaarlo y explicarlo, se mezcla el senti-
miento amargo, de que la obra ha quedado muy atrs del ideal, que
se me haba presentado al principiar los estudios geogrficos de este
pais interesante. Pero la imperfeccin es una propiedad inherente
todas las obras humanas, especialmente las intelectuales, y con
este triste consuelo lanzo la presente al pblico, sin mas recomenda-
cin que la de mi buena voluntad de contribuir en algo al cono-
cimiento, del Ecuador, y de consiguiente su progeso. Si no hubiera
intervenido un contrato con el Gobierno, que me oblig concluir la
obra dentro de un trmino fijo, talvez habra seguido el concejo de
Horacio: nomm prematur in cmnim, y quiz ella no habra visto
jamas la luz pblica.
Sin el apoyo moral y material del Gobierno ecuatoriano me ha-
bra sido muy difcil hacer la publicacin del mapa y del libro, y
por esto me es grato manifestar pblicamente mi reconocimiento pro-
fundo para con dicho Gobierno, especialmente con los dos ltimos
Presidentes de la Repblica, los EE. Seores Doctores J. M. Plcido
Caamao y Antonio Flores, que contribuyeron eficazmente la con-
clusin de la obra. Y siendo esta talvez la ltima ocasin que se
VI PBliOGO.

me ofrezca de dirigirme al pueblo ecuatoriano, aprovecho de ella para


despedirme con la protesta de mi eterna gratitud por la generosa hos-
pitalidad, de que goc mas de veinte aos en su hermoso inolvi-
dable pais.

Dresde, el 15 de Julio de 1892.

T. Wolfc
TABLA DE MATEKIAS.
Introduccin.
V&g-
I. L A CARTA GBOaBAFICAV DEL ECUADOR . 1
II. POSICIN ASTBONMIOA DEL ECUADOB, LMITES Y EXTENSIN DEL ECUADOB.
Posiciones dudosas. Innovacin necesaria. Cuestin de lmites. Fronteras de
Colombia, Brasil y Per. Lmites por posiciones astronmicas.. Posicin
del Archipilago de Galpagos. rea de la' Eepibliea

Parte I. Topografa.
Generalidades 16
i
CAP. I. E L HAB -Y LAS COSTAS.
El Ocano Pacfico. Su temperatura. La corriente peruana. El Golfo de
Guayaquil y sus islas. Puna. Canal de Jambel. Canal del Morro.
Puntilla y ensenada de St s . Elena. Cabo de S. Lorenzo y baha de Manta.
Baha de Caraques y Cabo Pasado. Cojimes. Cabo de S. Francisco. Costa
de Esmeraldas y esteros de Pailn 18
CAP. II. LA BEBION CENTRAL ANDINA.
Seccin Ia. La regin fronteriza al Sur del nudo de Sabanilla.
Una sola Cordillera andina. Sus ramificaciones. Sistema fluvial del rio Chin-
chipe. Rio de Huancabamba . 26
Seccin 2 a . La regin entre el nudo de Sabanilla y el rio Jubones.
Nudo de Sabanilla. Cordillera/oriental. Su bifurcacin. Nudos de Caja-numa
y. Acayana Guagra-uma. La hoya de-Loja. El rio Zamora. Cor-
dillera de Chilla y Amboca. Rio de Macar. Sistema fluvial del Cata-
mayo. Sistema del rio Tmbez y la hoya de Zaruma . . . . 29
Seccin 3a. La regin entre el rio Jubones y el nudo del zuay.
Cordillera oriental. Nudo de Prtete y Tinajillas. Sistema fluvial y hoya del
Jubones. Valle de Yunguilla. Hoya de Cuenca. Nudo imperfecto de
Caar. Sistema del rio Paute. Nudo del Azuay.' Hoya de Caar y su
sistema fluvial ' ; 37
Seccin a. La regin entre el Azuay y el Chimboraeo y Sananecyas.
El Azuay y su conexin con la Cordillera real. Nudo de Tiocajas. Cordillera
occidental. Hoya de Alaus y sistema del rio Chanchan. Hoya de Rio-
vm TABLA DE MATEEIAS.

P&g.
bamba. Cordillera oriental. El Sangay, Altar, Tunguragua. Cordillera
occidental. El Chimborazo. Nudo de Sanancajas Igualata. Cerros de
Yaruques. Sistema del rio Chambo. Meseta de Riobamba. El valle
de Chimbo y la Cordillera lateral. Sistema fluvial del Chimbo. Valle
lateral de la Chima 54
Seccin 5 a . La regin entre Sanancajas y TiwpuUo.
Cordillera oriental. Cerros de Llanganate y Cerro Hermoso. Cordilleras de
Plaro y de Chalupas. M Quilindaa y rio Juntas. El Cotopaxi, Ru-
miahui y nudo de Tiupullo. Cerros de Chaupi. El Iliniza. Cordillera
occidental. Chimborazo y Carihuairazo. Abraspungo. Pualica. Cor-
dillera de Angamarea y Zumbagua. Casaguala. Cordillera de Guangaje,
Chugehilan y Sigchos. Valle del Toachi. El Quilotoa. Sistema del
rio Cutuchi y Patate. Rio y valle del Pastaza 71
Seccin 6a. La regin entre l Tiupullo y el Mojanda.
Cordillera occidental. El Corazn y el A^acazo. Rio y valle de Pilaton.
El Pichincha. Cerros de Calacal. Pululagua. Cordillera oriental. Coto-
paxi. Rumiahui. Sincholagua. Antisana. Guaman. Puntas. Pamba-
marca. Sara-ureu. Cayambe. El Mojanda y el Cajas. El Cusin.
Sistema fluvial del Guallabamba. El Ilal. La meseta de Quito. Rio
Pisque y hoya lateral de Cayambe 84
Seccin 7a. La regin entre el Mojanda y la frontera de Colombia.
Cordillera oriental y sus rios. La Cocha de San Pablo. La Cordillera
occidental. El Cotacachi. El Yana-urcu. Pramos de Pian y sus rami-
ficaciones. Pramos del Chiltazon y del ngel. El Chiles. Cerro negro
de Mayasquer. Cmbal. Azufral. Nudo de los Altos de Boliche de
Huaea. El Imbabura. Cordillera de Angochagua, Sistema fluvial
del rio Mira y la hoya de Ibarra. la hoya de Tulcan y el rio Carchi , 97

CAP. III. L A B E G I O N OCCIDENTAL.


%
Seccin 1 . La regin litoral desde Tymbee hasta Guayaquil,
Los rios desde el de Tmbez hasta el de Naranjal. Las diferentes zonas de
esta regin. El rio Guayas y su delta. Los rios de Taura y Boliche.
Cerros de Taura. Caracterstica de los terrenos de la regin 106
Seccin 2\ El sistema fluvial del rio Guayas.
Sus limites y extensin. Guayaquil. Rio de Bodegas. Rio Chimbo y de Yagua-
chi. Rio Bodegas superior. Rio de Caracol y Zapotal. Rio de Pueblo
viejo. Rio de Vinces y Quevedo. Rio de Baba. Sistema fluvial del Daule 124
Seccin 3 a . La regin litoral desde Puna hasta Esmeraldas.
Isla de Puna y pennsula de St". Elena. Esteros del Morro y del Salado.
Montaas. Rio Colonche. Regin de Manglar alto. La costa de Ma-
nab hasta Baha de Carques. Los rios de Portoviejo y de Chone.
Rios y esteros desde el Cabo Pasado hasta Esmeraldas 151
Seccin 4 a . El sistema fluvial del rio Esmeraldas y de los demos rios hasta la fron-
tera de Colombia.
Sistema del Esmeraldas. Montaas de esta regin. Sistema del rio Santiago
y sus montaas. El rio Mira y su delta. Rios litorales desde Esme-
raldas hasta el Mira. Conclusin 163

CAE. IV. BOSQUEJO BXDBOGBFIOO DE LA BEGION OBIENTAL.


El Maraon Amazonas. Los Pongos. Los rios de Uteubamba, Chuchunga
y Nieve. Los rios Potro, Chahuapanas y Aipena. El Huallaga y el
Ucayali. Rio de Santiago. El Morona. El Pastaza y rio Tigre.
El sistema del apo. Los rios de Putumayo y Yapur. Conclusin . . . 183
TABLA DE MATBBIAS. IX
Apndice la topografa. Vias de comunicacin.
Canales naturales. Caminos terrestres del litoral, de la regin oriental y del inte-
rior. Tipo de los caminos que van de la costa al interior. Ferrocarriles.
- Alturas 209

Parte II. Geologa.


Generalidades 221

CAP. I. FORMACIN BEL GNEIS Y DE.LAS ESQISTAS CRISTALINAS. -''


Su extensin. Descripcin petrogrfica. . Minerales accesorios. Lavaderos de
oro, su origen 226

CAP. II. LAS BOCAS GRANTICAS T SIENTICAS.


Granito, sienita, diorita. Su extensin, y descripcin petrogrfica 235

CAP. III. LA FORMACIN CRETCEA.


Generalidades. La formacin cretcea del litoral (turoniea). La formacin cretcea
en la hoya de Cuenca. Arenisca de Azogues. Wealden. La formacin cre-
tcea de la Cordillera occidental y su conexin con las rocas verdes 238*

CAP. IV. LAS ROCAS PORFDICAS T LAS ROCAS VERDES.


Prfidos. Porflritas. Dioritas. Su constitucin petrogrfica y los minerales acceso-
rios. Vetas y filones. Minas de oro, plata, cobre y otros metales. . . . 258

CAP. V. LA FORMACIN TERCIARIA.


Formacin terciaria marina del litoral. Su carcter petrogrfico. Sus fsiles. For-
macin lacustre de Loja, Malaeatos y Vilcabaniba. Sus fsiles. Lignita.
- Cal !' . 272

CAP. VI. LAS FORMACIONES CUATERNARIAS Y MODERNAS.


La formacin cuaternaria marina del litoral. Salinas. Petrleo. Azufre nativo.
Volcan fangoso y fuentes termales. Formacin fluvio-marina. Forma-
ciones fluviales y terrestres. Fuentes termales y minerales. Toba caliza.
Limonita. Sal. Los lavaderos de oro de la Cordillera oriental, de los ter-
renos porfdicos y de la provincia de Esmeraldas. Oro y platina 284

CAP. Vil. E L TERRENO VOLCNICO.


Su extensin. Composicin petrogrfica. Estructura de los volcanes. Su acti-
vidad. Revista de los volcantes principales del Ecuador. Edad de la for-
macin volcnica. Fsiles 310

APNDICE AL CAPTULO VIL TERREMOTOS Y TEMBLORES.


Temblores del litoral. Su explicacin. Temblores tectnicos. Revista de los terre-
motos principales desde el tiempo de la conquista : 374

Parte ILT. Meteorologa.


Generalidades. Vientos alisios y la corriente antartica del mar. Temperatura.
Presin atmosfrica. Humedad. Verano invierno. Vientos. Estaciones.
Lmite de la nieve perpetua. Clima del litoral y de la sierra 383
X TAB1A DE MATEBIAS.

Parte IV". Geografia "botnica"y zoolgica.


CAP. I. L A VEGETACIN BEL ECUADOR.

Regiones y zonas. Carta de vegetacin. La regin seca de la costa. Regin


* hmeda del litoral. Agricultura. Los "bosques hmedos de los Andes.
Regin interandina de los cereales. Agricultura. Regin andina de los
pramos 416

CAP. II. LA FUMA DEL ECUADOR.


Mamferos. Aves. Reptiles. Peces. Bvertebrados. Animales domesticados.
Ganadera. . . . . , 452

Parte V. El Archipilago de Galpagos.


Introduccin histrica. Topografa y Geologa. Formacin de las palagonitas.
Formacin de kts lavas baslticas. El clima. La vegetacin en las dife-
rentes zonas. La fauna indgena. Los animales introducidos. Considera-
ciones sobre la colonizacin de las islas 469

Apndice la geografa fsica del Ecuador.


RESUMEN DE LA GEOGRAFA HISTBICA, POLTICA Y CIVIL.
La Repblica del Ecuador. Resumen histrico. Instituciones polticas y civiles.
El Gobierno. Poblacin y razas. Religin. Instruccin pblico.
Industria y Comercio. Comunicacin. Monedas, pesos, medidas. Rentas
y deudas pblicas. Ejrcito, armas, pabelln. Revista territorial segn
provincias y cantones 497

Anotaciones y Suplementos. 563


ndice alfabtico. 658
LISTA DE LAS ILUSTRACIONES.
Lminas separadas.
I. Quito con el Panecillo Enfrente del ttulo.
II. El Chimhorazo, desde Totorillas de la pg. 65
III. El Cotopaxi, desde los cerros de Chaupi 81
IV. El Antisana, desde el Hato 89
V. El Pichincha, desde Poingas ., 97
VI. Guayaquil, desde la falda del cerro de Santa Ana . . ., 129
VIL Un Cacaotal, en el rio Daule 137
VIH. Vegetacin al pi de la Cordillera 417
IX. Vegetacin media altura de la Cordillera 441
X. Vegetacin del Pramo (Minas de Pilzhun) 449
XI. Paisaje de las islas de Galpagos (I. Indefatigable) . 481
XII. Indas de la provincia del Pichincha . 529

Ilustraciones del texto.


Fig. 1. El Cajas y el valle superior del rio Matadero pg. 45
2. La llanura de Cuenca. El Hospital ., 49
3. El valle de Gualaceo ;, 50
4. Trabajos del ferrocarril en el rio Chanehan 57
,i> 5. El Altar, visto del lado de Riobamba 59
,' 6. El Tunguragua, visto del lado sur 60
;{ :. Riobamba con el Chimborazo y el Carihuairazo . 62
: & El Chimborazo, visto desde el camino de San Andrs Mocha . . . 65
v
9. El Cotopaxi, desde los pramos del Antisana ., 76
10. El Iliniza, visto del lado sureste 78
11. El Casaguala 79
12. Latacunga 81
13. Arribato 83
14. El Rucu-Pichineha, visto del arenal del Guagua-Pichincha 86
15. El Smeholagua, visto desde los pramos del Antisana 88
16. El Cayambe 89
17. El Mojanda, del lado norte 90
LISTA DE LAS ILUSTRACIONES.

18. La plaza mayor de Quito pg. 93


19. El observatorio astronmico de Quito 94
20. El Cotaeachi, visto del lado de Ibarra 98
21. El Cmbal 100
22. El Imbabura, visto del lado occidental ,, 101
23. Un estero cerca de Guayaquil, en tiempo de marea baja 17
24. Explicacin de las vegas y barrancos . 122
25. Las Peas de Guayaquil y el cerro de Santa Ana 124
26. Los baos del Estero Salado . 127
27. Aguardara, cerca del Puente de Chimbo 132
28. Puente de Yaguachi 133
29. Parte inferior del pueblo de Vinces ,, 140
30. El rio Daule inferior' 149
31. La sabana cerca de Pascuales 150
32. El pueblo de Puna . 152
33. Baha de Carques 157
34. Baha y pueblo de San Francisco 162
35. El volcancito y las fuentes termales de San Vicente 291
36. Lavadero de oro en Collay 314
37. Explicacin de la estructura d los volcanes 337
38. Corte ideal de las regiones de vegetacin 441
89. Un crter de paagonita en la isla de Chatham "_ 473
40. La Punta de Cormorant en la isla Floreana : . . . ,, 474
41. Una corriente de lava basltica en Chatham 475
42. Indios de la provincia de Caar "*. . 530
43. Indios de apo 533
44. Cholos de la sierra 536
45. Plano de la ciudad de Quito. 550
46. Plano de la ciudad de Guayaquil 558
47. La articulacin de los Andes 582

Mapas.
I. Carta geolgica del Ecuador Al fin de la obra.
II. Carta de vegetacin del Ecuador ,, ,, ,,
INTKODTICCJON.
i.
La carta geogrfica del Ecuador.
Como el objeto principal y especial de la presente obra consiste en
acompaar, explicar y completar la carta geogrlica del pais, ser bueno
adelantar algunas palabras sobre el nacimiento de ella, sobre su valor rela-
tivo y sus pretensiones.
A nadie se ocultar, que las cartas antiguas que poseemos del territorio
ecuatoriano, por buenas y tiles que hayan sido en s tiempo, ya no satis-
facen las exigencias modernas;'1') y que es necesario hacer un paso ade-
lante, para no quedar demasiado atrs de las Repblicas vecinas al Sur y
al Norte, que desde algun tiempo han comprendido la misma necesidad de
reformas cartogrficas en sus territorios respectivos.*2^
Si la falta de un buen mapa se hace sentir en todas las clases de una
^sociedad culta, es doblemente dolorosa para el viagero cientfico y sobre
todo para el gelogo, que necesita como base indispensable para sus estu-
dios el conocimiento topogrfico tel terreno. Ocupado como estaba desde
veinte aos eu la exploracin geolgica del territorio ecuatoriano, comenc
subsanar esa falta con planos parciales de las localidades mas importantes
bajo la vista geolgica. Poco poco extend los estudios geogrficos sobre
cantones enteros y aun sobre provincias, y asi me naci la idea de formar
sucesivamente el mapa de toda la Repblica, lo menos de sus partes acce-
sibles, refundiendo mis propios estudios y nuevas observaciones con lo bueno
que encontr en los trabajos antiguos: idea, que persegu con constancia
durante los ltimos quince unos. No es esto el lugar de contar las mil difi-
cultades intrnsecas y extrnecas que se opusieron tamaa empresa y por
tiempos la paralizaron. Al fin alcanc un xito en parte satisfactorio, aunque
no se verificaron mis proyectos en toda su extensin. Me consuelo con que
?' magnis voluisse sot est! Algunos de los estudios concernientes se
publicaron en mis Viajes cientficos por la Repblica del Ecuador (1879),
WOLI', Eouador. }
o INTlt-OPlTOION.

otros he depositado en' el Mapa de las provincias del Guayas y de los Rios
(1882). Estos materiales ya publicados y todos los inditos (la mayor parte)
encontraron su aplicacin en el actual mapa grande de la Repblica, junto
con un gran acopio de datos genos y antiguos.
Do la historia del mapa se deduce claramente, que no todas sus partes
pueden tener el mismo valor intrnseco,- porque los diferentes materiales, de
que debia valerme forzosamente en su composicin, no pueden pretender el
mismo grado de exactidud y perfeccin. Hay muchas partes en el interior
y en la costa, basadas en triangulaciones exactas, propias y agenas; otras
que so fundan en mis apuntes y delincaciones hechas mediante la brjula
en los viajes, otras, en lin, que he tenido que trazar segn los mapas anti-
guos y por cuya precisin naturalmente no puedo asumir la misma garantia
y responsabilidad, por mas cauteloso que procedia en la eleccin de esos
materiales genos y antiguos.
Cartas tan exactas y minuciosas hasta en sus ltimos detalles, como
las poseen la mayor parte de los Estados de Europa, son el resultado de la
colaboracin de centenares de gegrafos, astrnomos, ingenieros, sociedades
cientilicas, Gobiernos ilustrados, y seria injusto medir con la medida com-
parativa de ellas las cartas de una Repblica sudamericana, que apenas sale
de los paales de su infancia poltica y tienta los primeros pasos en el vasto
campo de las ciencias modernas. Tales cartas quedarn todava por algun
tiempo un pium desiderium para los paises sudamericanos.
Un solo hombre no alcanzara en toda su vida construir un mapa del
Ecuador (mas dilatado que Francia el Imperio alemn), si quisiera basarlo
en sus propias mediciones geodsicas exactas y estudios topogrficos deta-
llados. Es indispensable que se valga de auxilios genos. Operaciones geo-
dsicas en varias partes de la Repblica, observaciones astronmicas de
diferentes sabios y hechas en diversas pocas, planos de innumerables loca-
lidades separadas, cartas martimas, itinerarios y descripciones geogrficas,
bosquejos y croquis mas menos completos, mapas antiguos de misioneros
y viajeros, dibujos de paisages y hasta fotografas, ngulos tomados con la
brjula en los viajes, observaciones baromtricas en todas las alturas etc. etc.
todos estos materiales tan heterogneos y veces de tan ambiguo valor,
tiene que amalgamar con prudente crtica y combinar con sus propios tra-
bajos en un solo conjunto, que en forma de una carta geogrfica represente
el estado actual de los conocimientos geogrficos del p a i s . w
Considero como un mrito principal de n carta el haber aclarado la
regin haja del Ecuador occidental entre el Ocano Pacfico y la Cordillera
de los Andes, desde el rio Tmbez hasta el rio Mira, regin demasiado
descuidada anteriormente. Desaparecieron los blancos extensos de la carta
LA CARTA GEOGRFICA DEL ECUADOR. < 3

de Maldonado y las montaas imaginarias, con que Villaviceneio quera llenar


estos vacos. Todas esas regiones extensas de las provincias del Oro, del
Guayas, de Los Ros, de Bolvar, de Esmeraldas, con excepcin de las partes
centrales deManab*), he visitado y estudiado personalmente, y el levanta-
miento de esta mitad del mapa sobre bases nuevas es casi exclusivamente
obra mia, como se ver comparndola con las cartas antiguas.
Las provincias interiores quedaron mejor trazadas en sus rasgos prin-
cipales desde los clebres trabajos de los Acadmicos franceses en el siglo
pasado. Sinembargo tambin en esta parte hubo que hacer correcciones
considerables, sobre todo en las regiones que caen fuera de la red de
triangulaciones de los Acadmicos, que ocupa solamente una zona angosta
entre las Cordilleras grandes desde Mira al N de fbarra hasta Tarqui al S
de Cuenca.
La tercera porcin del territorio ecuatoriano, allende la Cordillera orien-
tal, que podemos llamar la regin amaznica, porque todos sus ros se dirigen
al Amazonas, es la menos conocida. Nuestros conocimientos geogrficos de
la regin oriental se reducen algunas cartas antiguas, que los misioneros
levantaron en los dos siglos pasados, y los itinerarios de algunos viajeros
modernos, que se limitan al urso de unos pocos rios principales. Todo el
interior de esta regin vastsima es tierra incgnita, y pasarn muchas gene-
raciones hasta poder trazar un mapa medianamente exacto de ella. Lo que
un soTo gegrafo "actualmente puede contribuir esta obra, es bien peco.
Por la colaboracin de muchos y por expediciones cientficas se aumentarn
poco poco los materiales geogrficos, conforme que se abran sucesivamente
esos pases la civilizacin. Nunca ha entrado en el plan de mis estudios
propios la regin oriental, y solo he recojido cuantos materiales geogrficos
existen sobre ella, para poder bosquejarla con la exactitud posible. Me pa-
reci impropio presentar este bosquejo en la misma escala grande, en que
figura la parte estudiada de la Eepblica, siendo la pequea en que lo pongo,
mas que suficiente para exhibir todo lo que sabemos de la regin oriental.
En una situacin mucho mejor nos hallamos respecto las islas de
Galpagos. En primer lugar tenemos como fundamento muy bueno de su
mapa las cartas martimas del almirantazgo ingles, y en segundo lugar un
estudio de cinco meses durante dos viajes me permiti completar su geo-
grafia terrestre. Si en el mapa presento el Archipilago en escala reducida,
es porque la falta de rios y poblaciones hace la lectura muy sencilla, y la

. *) Deseaba dedicar los ltimos meses de mi permanencia e.n el Ecuador al perfec-


cionamiento del mapa de Manab, pero las bandas de montoneros, que entonces con sus
asesinatos teman sobresaltada toda la provinoia, frustraron mis buenos deseos.
4 INTRODUCCIN.

escala elegida (la mitad de la del mapa grande) p^mio representar per-
fectamente la configuracin orogrfica de las islas.
Por punto de salida para contar las Longitudes, he adoptado el meridiano
de Paris, indicando tambin, en segunda linea el de Greenwich. Quera en
esto conformarme las intimas cartas de Colombia "y del Per, aunque en
nuestros tiempos7 el meridiano de Greenwich tenga una aceptacin mas gene-
ral y casi universal entre"los navegantes, por referirse l la mayor parte
y las mejores cartas martimas del mundo*). Hoy dia felizmente se ha aban-
donado la costumbre (particularismo ridculo) de que cada pais, por pequeo
:% insignificante que sea, cuente con su propio meridiano, dificultando as el
estudi de los mapas todos los gegrafos que no sean nacionales. Cual-
quier gegrafo del mundo civilizado sabr sin dificultad, sobre qu punto
del globo terrestre debe buscar una ciudad, una provincia, indicndola por
las Longitudes de Pars de Greenwich, mientras que designndola con el
meridiano de Quito^no suceder as; primero tiene que buscar la diferencia
entre Quito y Pars Greenwich, y despus reducir la longitud de aquella
ciudad la universalmente conocida. Por lo dems no se concluir' este
siglo, sin. que desaparezcan todos los meridianos particulares y sin que ten-
gamos un meridiano comn y adoptado por tedas las naciones civilizadas,
llmese de Paris, de Greenwich de cualquier otro lugar (probablemente
no ser el de Quito). El Congreso internacional de gegrafos trabaja desde
algfm tiempo en pro de la aceptacin de un meridiano universal, y* en su
ltima reunin, ge tuvo lugar el ao pasado en Berna (Suiza), constituy
una comisin permanente, para que se ocupe seriamente de esta cuestin.
POK conclusin no ser por dems repetir, que mi carta no pretende ser
una obra perfecta y completa en todas sus partes, y que no ser el ltimo
de sus mritos el que sus imperfecciones estimularen los gegrafos veni-
deros, nacionales y estrangeros, corregirla y perfeccionarla mas y mas.
Me conformar con que tenga alguna utilidad prctica para el Gobierno, con
cuya- alta proteccin sale la luz, y para los particulares, ingenieros, mi-
neros, agricultores, comerciantes, industriales y viajeros. Para el gegrafo
de profesin puramente terico sealar un cierto estado de transicin,
marcar el estado de la geografia del pais fines del siglo XIX, como el
mapa de Maldonado lo marc mediados del siglo pasado. Espero que este
estado actual no quedar por tanto tiempo estacionario, como sucedi con
el de Maldonado, que en el siglo XX los adelantos en el conocimiento geo-

*) De consiguiente, todas las Longitudes indicadas en este libro (omitiendo el 0. de


Par.), se refieren al meridiano de Paris, salvo los casos en que se cita expresamente el
de Greenwich otro.
POSICIN ASTRONMICA, LMITES Y EXTENSIN DEL ECTTADOB. 5

grfico del pais sern mas rpidos, y que por esto mi mapa ser mas pronto
anticuado, porque esto significar progreso, lo nico que anhelo con mis
trabajos y al que deseo contribuir en todo tiempo.
Creo que estas aclaraciones previas indicarn suficientemente el punto
de vista, bajo el cual se debe juzgar mi carta geogrfica y la obra que la
acompaa. Deseo que la critica sea severa, pero la vez justa.

II.
Posicin astronmica, lmites y extensin del cuador.

La descripcin geogrfica de un pais comienza naturalmente con la in-


dicacin de la posicin astronmica, que ocupa sobre el globo terrestre, y
de su extensin territorial. Respecto ambos puntos el Ecuador corre la
suerte de todas las dems Kepblicas sudamericanas, es decir, de que no
son conocidas con exactitud ni en su posicin astronmica ni en su exten-
sin. Esta dificultad, con que el gegrafo tropieza desde el principio de
sus estudios, proviene no solamente de la incertidumbre y vaguedad de los
limites con los pases^ circunvecinos en todos sus detalles, sino tambin de
la-falto de un i&inero suficiente de posiciones astronmicas y de la poca
seguridad d las que existen actualmente. En cuanto al ltimo puntof^de
todos los pases sudamericanos el Ecuador tal vez se halla fen la condicin
peor, por que ni un solo punto de su territorio, incluso su Observatorio
astronmico en. Quito, est determinado astronmicamente con la exactitud
suficiente. Esta asercin puede parecer muy atrevida, y sinembargo es
exacta. El mejor fundamento que hasta ahora tenemos en las costas Paci-
ficas de Sudamrica para las cartas geogrficas son, sin duda alguna, las
posiciones astronmicas de las cartas martimas del Almirantazgo ingles; y
sinembargo estas posiciones han sufrido en los ltimos decenios correcciones
en parte considerables. Tales correcciones, ejecutadas al Sur y al Norte de
nuestra Eepblica, hasta ahora no se extendieron al territorio ecuatoriano.
En lo que toca al interior del pais la regin interandina, prevalecieron n
las geografas modernas los datos astronmicos de Humboldt. Pero estos
datos son en gran parte muy errneos, como se puede probar hasta la evi-
dencia, aun sin nuevas observaciones astronmicas y solo con mediciones
geodsicas. Los errores que encontramos en las Longitudes de Humboldt,
son de seis doce, y aun mas minutos de arco (2 4 leguas y mas), y son
demasiado considerables para poderlos conservar en adelante. Por esto me
he visto precisado colocar todo el interior de la Repblica mucho mas al
6 INTRODUCCIN.

Este de lo que se encontraba hasta ahora en los mapas, sin lisonjearme con
la esperanza de haber acertado en todos los puntos. Quito, la capital de
la Repblica se halla segn las observaciones de Reiss.y Stbel lo menos
12 minutos mas al Este de lo que supusimos hasta ahora, apoyados en la
autoridad de Humboldt. Alaus cae, segn mis propias observaciones y
mediciones, mas de 20 minutos hacia el oriente. Una transladacion hacia
l Este es necesaria, el grado que llega en cada caso particular, es todava
dudoso. Tiempo seria, que el .Qbservajorio astronmico de Quito, despus
de 20 aos de su existencia, contribuyera finalmente algo la aclaracin y
solucin de esta cuestin importante. No me he resuelto una alteracin
tan esencial en el mapa del pas sin motivos poderosos, y solo despus de
consultar los resultados de las observaciones astronmicas de los Seores
Reiss y Stbel me he tranquilizado del todo sobre la reforma, que me
sentia impujado forzosamente por mis estudios de los ltimos aos4*i- Hablo
aqu especialmente de la Longitud de los lugares, pues en las Latitudes no
reina tanta confusin incertidumbre. Su determinacin es mas fcil y mas
sencilla, por esto las diferencias que hay entre los diversos observadores,
no son tan grandes y comunmente se reducen segundos.
De lo que antecede, podemos deducir, qu valor tienen las posiciones
que encontramos en las geografas del pais (desde Velasco hasta Mera) ex-
presadas en grados, minutos y hasta en segundos, y se explicar porqu en
est libro soy muy parco con indicaciones astronmicas y casi siempre omito
los segundos (ojal que siempre pudiramos indicar los minutos siquiera
con aproximacin!).
Por punto de salida mas seguro debemos tomar por ahora la costa
ecuatoriana desde Tmbez hasta la Punta Mangles en la desembocadura del
rio Mira, primero para conformarnos con los mapas modernos de nuestros
vecinos de Colombia y del Per, y. segundo porque en este lado las correc-
ciones de las posiciones astronmicas, que se hagan con el tiempo en las
cartas martimas, sern insignificantes en comparacin de las que se veri-
ficarn en el interior, y probablemente vendrn ser uniformes por toda
la extensin de la costa, es decir, que ella toda se trasladar unos tantos
segundos mas al Este al Oeste, sin que cambie la configuracin que tiene
ahora. Pero antes de proceder la demarcacin astronmica de la Repblica
y al clculo de su rea, es necesario adelantar algunas palabras sobre
La cuestin de lmites. Esta materia sola llenara un grueso volumen,
si quisiramos agotarla. (5> Aqui me limito explicar los motivos de haber tra-
zado los linderos de tal modo como se hallan en mi mapa.
El Ecuador linda al Norte con Colombia, al Este con Brasil y al Sur
con el Per, hallndose al Oeste limitado por el Ocano Pacfico.
POSICIN ASTRONMICA, LIMITES Y EXTENSIN DEL ECUADOR. 7

Est vigente un tratado, que se celebr en 1856 entre las Bepblicas del
Ecuador y de Colombia, y cuyo articulo 26 dice: Mientras que por una con-
vencin especial se arregla de manera que mejor parezca, la demarcacin
de lmites territoriales entre las dos repblicas, ellas continan reconocin-
dose mutuamente los mismos, que conforme la ley colombiana de 25 de
junio de 1824 separaban los antiguos departamentos del Cauca y del
Ecuador.
Esta convencin. especial, de que habla el artculo, no se ha celebrado
hasta la fecha, y as es claro que en la fijacin del lindero con Colombia
solo puede y debe guiarnos la citada ley de 1824, el mapa de Restrepo,
que traza los linderos de los departamentos, que ahora forman el Ecuador,
conforme la misma ley.
Principia el lindero al Oeste en la boca de Ancn, que segn Restrepo
es la vez la boca meridional del Rio Mira, y delante de la cual est situada
una isla formando el Cabo Manglares (Punta Mangles de las cartas mo-
dernas). Prolongando la puntacion de la frontera de Restrepo en linea recta,
saldra precisamente en dicho Cabo la mar. El dibujo de la ensenada
de Ancn y sus partes colindantes hacia el Norte, es muy defectuoso en el
Atlas de Restrepo, y hasta que ser mejor estudiado el complicado delta del
rio Mira y designado definitivamente el brazo que debe servir de lmite, me
pareci conveniente salir en mi mapa de la Punta Mangles y seguir el brazo
del Mira, que se dirige al Este y que sin duda corresponde mejor al que
encontramos en Restrepo. En seguida el rio Mira mismo forma la fron-
tera hasta la boca del rio de San Juan, que falta en el mapa de Restrepo,
y por esto hace subir la linea divisoria demasiado arriba hacia el Este, casi
hasta el pueblo de Mira. Pero en el mapa de Codazzi, que est muy lejos
de perjudicar los derechos de Colombia, y quita al Ecuador cuanto puede,
encontramos la linea trazada al lado del rio de San Juan y subiendo los
pramos del Chiles. En efecto es el rio de San Juan el lindero que parece
conformarse la ley de 1824 y que corresponde tambin la posesin actual.
De las cabeceras de este rio pasa la frontera por las faldas setentrionales
del volcan de Chiles entre este y el Cumbal, y baja al Este encontrarse
con el rio de Carchi, al que sigue hasta mas all de Tulcan. En con-
tinuacin sube por un ramal la Cordillera oriental de los Andes, y vira
por su cresta hacia el Norte, para dirigirse, casi enfrente d Pasto, y
un poco al Norte de la gran laguna de San Pablo (la Cocha), con un
ngulo fuerte al Sureste, bajando por el ramal de la Cordillera que separa
el sistema fluvial del Putumayo del del rio Guarnes, hasta tocar con el
Putumayo mismo. Este ltimo rio constituye el lindero hasta la.boca del
8 INTBODUCCION.

rio de S. Miguel de Sucumbios*); de ah sube la linea al Norte hasta en-


contrarse con el Caquet Yapur en un punto que debe hallarse cerca de
la confluencia del rio Orteguasa ( de la Fragua?), en cuanto se puede
deducir del pequeo mapa de Restrepo, y finalmente sigue al gran Caquet
hasta la desembocadura del rio Apoporis, en la frontera del Brasil.
El lindero con el Brasil es sencillo y consiste en una linea recta, tirada desde
la boca del Apoporis en el Yapur hasta la boca del rio Yavar en el Amazo-
nas cerca de Tabatinga. Al lado sur del Amazonas el rio Yavar forma el
lindero con el Brasil desde su boca hasta cerca de la desembocadura del
rio Glvez. Este lindero no es conforme al tratado de San Ildefonso en 1777,
que celebraron las cortes de Espaa y Portugal, como supone Cevllos (Ees.
de la Hist. del Ecuador, I, pg. 8) y como se anota en el' ltimo mapa del
Ecuador de Flemming. Tambin el doctor Menten est equivocado diciendo:
Contina desde ese punto (el Salto grande del Coqueta) el lindero segn
Restrepo, siguiendo la orilla meridional del gran Caquet hasta dar con un
punto desde el cual el meridiano hacia el Sur sigue directamente la unin
del Yavar con el Maraon (Bol. del Obs. astr. 1879, N. 5, pg. 106). Precisa-
mente Kestrepo d en su carta de Colombia (tengo presente la edicin de
1827) el verdadero lindero conforme al tratado de San Ildefonso, haciendo
bajarlo de la boca del Apoporis por el rio Yapur hasta el primer canal,
que de este rio se dirige al Amazonas, y hacindolo subir por el Amazonas
hasta la boca de Yavar. H aqu el art. 11 del clebre tratado de San Ilde-
fonso: Bajar la linea (divisoria entre las posesiones espaolas y portuguesas)
por las aguas de estos dos rios Guapor y Mamor ya unidos con el nombre
de Madera, hasta el paraje situado en igual distancia del rio Maraon
Amazonas y de la boca del rio Mamor; y desde aquel paraje continuar
por una linea leste-oeste hasta encontrar con la ribera oriental del rio Yabar,
que entra en el Maraon por su ribera austral; y bajando por las aguas del
mismo Yabar hasta donde desemboca en l Maraon Amazonas, seguir
aguas abajo de este rio, que los Espaoles suelen llamar OreUana y los Indios
Guiena hasta la boca mas occidental del Yapur que desagua en l por la
margen septentrional.-!) Art. 12. Continuar la frontera subiendo aguas
arriba de dicha boca mas occidental del Yapur y por en medio de este rio
hasta aquel punto en que puedan quedar abiertos los establecimientos portu-
gueses de las orillas de dicho rio Yapur y del Negro, como tambin la comu-
nicacin canal de que se servan los mismos Portugueses entre estos dos rios

*) El rio del San Miguel desemboca sin duda alguna, y tambin segn la explora-
cin mas reciente de Mr. Crevaux, en el rio Putumayo, y no en el Aguarico (apo),
como creen algunos.
POSICIN ASTKONMICA, LMITES T EXTENSIN DEL ECT/AD0B. 9 -

al tiempo de celebrarse el tratado del lmites de 13 de enero de 1750 etc. etc.


El resto del tratado no nos toca directamente. Este tratado fu modificado
por el nuevo que se celebr en 1851 entre el Brasil y el Per, creyndose el
ltimo con derecho la mayor parte de la Eegion oriental que reclama el
Ecuador. Solamente en esta ocasin se fij definitivamente como lindero
una linea recta que pasa de la Boca del Yavar la del Apoporis, y una
comisin mixta de peruanos y brasileros fij en los aos de 1871 1874 los
mojones en el Amazonas, Putumayo y Yapur, conforme al contrato citado
(Raimondi, Per, III, pg. 481). Las posiciones astronmicas encontradas para
los tres puntos principales de la linea soja las siguientes;
Long. O. de Greeirw Lat Sur.

Mojon enfrente de la boca del Apoporisi 69\24'!55" T 31' 29"
Mojn las orillas del Putumayo 69 ^0',2)" 2o 58' 12"
Quebrada de S. Antonio, frontera en eli \
rio Amazonas ' 69 54' 00" 4 13'21"
Raimondi lamenta los resultados de lia convencin brasilero-peruana,
diciendo: Resulta pues, que los lmites entre el Per y el Brasil, fijados en
1851, son muy desfavorables para el Per, pues con la nueva linea divisoria
ha perdido la Repblica una extensin de territorio de 1800 leguas cuadra-
das, con dos grandes rios navegables, el Yapur y el Putumayo; y lo que
es peor, ha perdido el Per, con este Tratado, la puerta de entrada al Putu-
mayo, esto es, su boca para poder entrar y navegar toda la gran parte de
este rio, que todava le pertenece desde la nueva linea divisoria Gon el Bra-
sil hasta el punto en que dicho rio por sus saltos y cataratas no es nave-
gable. (Per, UI, pg. 216). La prdida que lamenta el seor Raimondi, pro-
piamente sufri el Ecuador, y l toc el arreglo de limites con el Brasil
en esa parte. Sinembargo creo que tenemos que respetar la linea trazada
por los Peruanos (de buena f, como suponemos), no por la fuerza de este
tratado, sino por otros motivos. Parece que despus del tratado de San
Ildefonso los portugueses extendieron su dominio mas hacia el Oeste y que
esta extensin de limites fu reconocida, siquiera tcitamente por el Gobierno
espaol; pues la linea divisoria entre Tabatinga y la boca del Apoporis ya
se halla en el mapa autgrafo de Velasco con la lectura: a-Parte de los nue-
vos dominios de Portugal; ademas se encuentra en la carta de Humboldt,
que en la cuestin de limites es una autoridad notable, habindola estu-
diado prolijamente segn las mejores fuentes. El Mapa peruano de 1826 y
las cartas modernas todas indican el lindero del mismo modo. De. consi-
guiente, si en mi pequeo mapa de la Regin oriental acompao la linea
divisoria con la lectura: Tratado entre el Per y el Brasil, el 23 de Oct.
de 1851, de ningua modo quiero aprobar el hecho de haberlo celebrado el
Per, sino indicar solamente que dicha linea, reconocida tcitamente mucho
10 INTEODUCCION.

antes por el Brasil y Colombia, fu trazada defmitamente en 1851 y deter-


minada posteriormente su posicin astronmica.
El lindero del Ecuador hacia el Sur, con la Repblica del Per es el mas
complicado y mas difcil de trazar. No dudo que las dos Kepblicas llega-
rn celebrar un tratado de lmites conveniente los intereses mutuos y
que la linea divisoria definitiva ser notablemente distinta de la que figura
en mi mapa. Pero entre tanto que se verifique ese arreglo, no puedo hacer
otra cosa sino poner los lmites segn las pretensiones del Ecuador, fundadas
en el Uti possidetis de 1810, y prescindiendo de la Cdula real de 1802,
cuyo valor y observancia niega el Ecuador.*) Para el trazo de este lindero
sirve el Atlas de Eestrepo (1827), la Carta general de Colombia por Hum-
boldt (1825), y un Mapa fsico y poltico del alto y bajo Per publicado
en 1826 por orden del Gobierno peruano. El primero y el ltimo son docu-
mentos oficiales, y Humboldt es en este punto una autoridad notable, porque
estudi la cuestin de lmites al principio de nuestro siglo y en las mismas
regiones amaznicas que visit, segn los mejores documentos y con el fin
particular de corregir los linderos de los mapas antiguos.
Segn Eestrepo y Humboldt l rio Tumbes mismo es el lindero entre
Colombia (Ecuador) y Per, desde su boca hasta la quebrada del Casadero,
que dista de aquella unas nueve leguas, y este parece ser el lindero de
derecho. Pero del mapa peruano citado se v que ya en 1826 existi otro
de hecho, que coincide casi con l que las dos naciones actualmente respetan,
aunque sea como interino, y que comienza en la boca de Capones, entra en
el estero de la Huaquilla hasta la boca del rio de Zarumilla, y sigue el curso
de este mismo rio hasta cerca de sus cabeceras. De ah cae con una linea
recta en direccin JJ-S al rio Tmbez, y sigue su curso al Oeste hasta la
Quebrada del Gasadero. El terreno comprendido entre el lindero primitivo
(del rio Tmbez) y el moderno (del rio Zarumilla) mide- unos 1332 Kilm.
( = 4 3 1 e g . Q ) . De la Quebrada de Casadero, que en verano queda seca, v
el lindero casi en linea recta al Sur, atravesando unas montaas bajas hasta
encontrarse con el origen de la Quebrada de los Rilares de las Pavas, que
es un pequeo tributario del rio de Alamor, Por el curso de la quebrada
y mas abajo del rio de Alamor llega al rio Catamayo cerca de la hacienda
de Solana, y vira rio arriba en direccin NE hasta la boca del rio Macar.
El ltimo rio constituye el lindero por todo su curso y hasta su origen en
la Quebrada Espinadla y sobre el nudo de Sabanilla. Por algun trecho la

*) Los peruanos afirman el valor y la observancia de dicha Cdula, y de aM la


diferencia enorme con que se presentan los lmites en los mapas peruanos modernos
(despus de 1830).
POSICIN ASTBONOMICA, EMITES T EXTENSIN DEL ECUADOB. 11

cresta de la Cordillera, que separa el sistema fluvial del rio Chinchipe del del
ri Quiroz, es tambin el lindero poltico; pero muy pronto, desde las cabe-
ceras del rio de Huancabamba, encontramos diferencias notables en los ma-
pas antiguos. Segn Restrepo sigue el lindero siempre sobre la misma Cor-
dillera principal, que separa la regin amaznica de la pacifica, hasta el
grado 6 de latitud Sur, desde donde vira al Este y baja al Amazonas.
Humboldt indica el mismo lindero hasta 5 o 30' Lat. S., pero de ahi baja de
la Cordillera al rio de Huancabamba y sigue el curso de este hasta el grado
6, de manera que incluye toda la hoya superior de Huancabamba en el
territorio colombiano (resp. ecuatoriano). Finalmente, la Carta peruana de
1826 rodea con su lindero la hoya superior del Huancabamba por el lado
oriental, incluyndola en el territorio peruano, pero despus desciende tam-
bin al rio de Huancabamba, tocndolo casi en el mismo lugar que Humboldt
y siguindolo hasta el punto en que vira al Este (punto que en la carta
peruana est mas al Norte que en la de Humboldt). La carta de Restrepo
es en sus partes australes demasiado defectuosa para poderla comparar con
'las otras dos, y por esto indicar el lindero desde el Huancabamba hasta el
Yavar segn estas, que en todo lo principal estn acordes, aunque difieren
veces en los detalles topogrficos. . En el punto indicado, en que vira el
rio de H. al Este, el lindero abandona su orilla y sigue todavia algunos
minutos al Sur hasta encontrarse con el rio Chota, que es un pequeo tri-
butario del Huancabamba. Cruzando este rio se dirige al oriente y toca
con el Maraon unas 5 leguas al Sur de la boca de Chamaya (que es la
misma que la del Huancabamba). Desde el Amazonas tira el lindero siempre
con la direccin general 0 - E , pero en un arco abierto, al rio de Huallaga
de tal modo que cruza los ros de Utcubamba y Ghuchunga, deja al Sur
todo el sistema fluvial del rio Mayo de Moyobamba, y coje cerca de Bal-
sapuerto el rio Paranapura, cuyo curso sigue hasta el Huallaga cerca de
Yurimaguas. Desde este punto cruza de 0 - E una regin montaosa hasta
encontrarse con el rio Ucayali en un punto que en el mapa peruano se llama
Playa de lps ahorcados. Despus de seguir el curso del Ucayali por el
trecho de unas 15 leguas, lo abandona y v en direccin NEE al rio Yavar
con que se encuentra cerca de la boca del rio Glvez. Y el Yavar forma
el lindero con el Brasil hasta su boca en el Amazonas, como hemos visto
mas arriba.
Determinados de tal modo los lmites de la tierra firme del Ecuador,
solo debemos agregar que el Archipilago de hs islas Galpagos forma parte
integrante de la Repblica, desde 1832.
Si queremos determinar mediante posiciones astronmicas los puntos
extremos y mas salientes del pas, notaremos las siguientes: De N al S se
12 INTBODOCCION.

extiende la Repblica en la costa desde la Punta Mangles, al N de la boca


de Ancn, en 81 23' Long. O de Par. y 1 37' Lat. N hasta la boca del estero
de Capones en 82 36' Long. O y 3 25' Lat. S. El punto mas saliente hacia
el Oeste es la Puntilla de Santa Elena en 83 20' Long. y 2 11' Lat. S. La
diferencia la distancia entre los dos extremos es de 5 2' Lat. En el lin-
dero setentrional notaremos como el punto mas saliente en la Cordillera, l
ngulo que hace al Este de Pasto, y que se halla aproximadamente en 79 25'
Long. y 1 10' Lat. N. Los dos puntos extremos del lindero oriental con-
tra el Brasil ya quedan indicados mas arriba. Repetir las posiciones con
la reduccin al meridiano de Paris: la boca del Apoporis se halla en 71 45' 4"
Long. y 1 31' 29" Lat. S. y l mojn en la Quebrada de S. Antonio cerca de
Tabanga en 72 14' 9" Long. y 4 13' 21" Lat. S. En la frontera meridional
con el Per se halla el punto mas austral del lindero, antes de cruzar el rio
Amazonas, aproximadamente en 81 15' Long. y 6 6' Lat. S.(Bb) La posicin
del Archipilago de Galpagos es la siguiente: Longitud: entre 91 41' y 94 50'
O de Pars (Extensin de E - 0 = 3 9'), Latitud: entre 0 39' N y 1 37' S
(Extensin de N - S = 2 6').

rea del terreno de la Repblica. Si el Ecuador reclamaria todo


el terreno que se cree con derecho, conforme los lmites indicados, el rea
de la Repblica comprendera aproximadamente 714,860 kilm. cuadrados
23,080 leguas cuadradas. H aqu los clculos parciales:
I. Tierra firme del Ecuador, incluyendo las
islas cercanas la costa 707 430 km. a = 22 840 leg. D
II. Mas de Galpagos 7480 ~ 240
714860 km.D = 23080 leg.cT
Be la tierra firme ocupa actualmente l Per:
V en Tmbez, la regin entre el rio Tmbez
y el rio de Zarumilla 1330 km.Q = 43 leg.Q
2 o en Jan, la regin entre la orilla derecha
del rio Chinchipe y la izquierda del Ma-
raon 8400 .== 271
3 o en Mainas, toda la regin al lado derecho
del rio Amazonas 107200 = 3461
Ademas pretende el Per toda la regin del
Oriente al lado izquierdo del Amazonas,
entre el rio Chinchipe y la frontera del
Brasil, hasta donde los rios son nave-
gables, es decir, hasta el pi de la Cor-
dillera oriental, regin que se calcula
aproximadamente en . . . . . . . . . . . . . 386500 12478
rea, total ocupada pretendida por el Per 503430 km. = 16253 leg. D
quiere decir mas de las dos terceras partes de la Repblica, cuya tierra firme quedaria
reducida 204000 km.Q =6587 leg.D!
No s de punto fijo, cuales sean los limites pretendidos por la Rep. de
POSICIN ASTRONMICA, LMITES Y EXTENSIN DEL ECUADOR. 13

Colombia (es imposible que sean los del mapa de Codazz), por esto no
pude calcular el terreno que quieren quitar al Ecuador.
Vase, pues, si el arreglo definitivo de los lmites es una cuestin
vital para el Ecuador!
Advierto, que el clculo de Villavicencio, que d la Kepblica 16000
y al Archipilago de Galpagos 800 leg. > clculo que ha pasado todas
las geografas modernas y los libros de enseanza del pais, carece de todo
fundamento, y seria falso aun en el caso supuesto, de que sus linderos fue-
sen aceptables.
PARTE I.
TOPOGRAFIA.
(Hidro- y Orografia.)
En la descripcin geogrfica de un pais la hidrografia y la orografia es
la parte mas importante y la par la mas difcil. Los catlogos montonos
de rios y montaas, como los rezan las antiguas geografas, no pueden dar
una idea de lo que es el pais. Si no queremos contentarnos con una enu-
meracin en orden jerrquico (Velasco, Villavicencio), si queremos dar una
descripcin del terreno, es preciso entrar en muchos y complicados detalles,
aunque sea con el riesgo de fastidiar al lector con repeticiones y con un
lenguaje poco variado. Aconsejo que se estudie esta parte del libro con el
mapa la vista, mtodo que se recomienda tambin para las otras partes.
Antes de entrar en esos detalles, echemos una ojeada general sobre el
terreno que debemos analizar.

Generalidades.
EL Ecuador est atravesado en su tercio occidental por el espinazo del
Continente Sudamericano, es decir por la gran Cordillera de los Andes. De
este fenmeno geolgico dependen todas sus condiciones orogrfieas, hidro-
grficas, climatolgicas, biolgicas y hasta las etnogrficas en gran parte.
Las montaas del Ecuador forman en su mayora partes integrantes de la
Cordillera principal estn lo menos en un conexo causal con el levanta-
miento de los Andes. El desarrollo de los sistemas fluviales depende directa-
mente de la configuracin de las montaas en su direccin y extensin. El
clima y las condiciones meteorolgicas del pais se hallan en intima depen-
dencia de las altas montaas y sin ellas serian inexplicables; lo mismo di-
gamos de las zonas vegetales y de la distribucin de la vida animal, que
su vez dependen del clima. Hasta la vida del hombre est en cierto grado
bajo el influjo de la Cordillera de los Andes. Ella estableci la separacin
GENERALIDADES. 15
tan notable entre las naciones salvajes indgenas, cuyo desarrollo era muy
distinto al occidente de los Andes del del lado oriental, y que solo en las
regiones altas y montaosas llegaron al grado de cultura y civilizacin, que
admiramos en las naciones andinas de la poca antigua. Asi observamos
que la Cordillera de los Andes es en efecto el prototipo fundamental, que
determina todo el carcter geogrfico del Ecuador. Los Andes son para el
Ecuador lo que los Alpes para la Suiza.*)
Los Andes dividen el Ecuador en tres regiones bien marcadas que se
distinguen perfectamente tanto en lo fsico, cunto en lo poltico y civil.
I o . E l Ecuador occidental, comprende los pases bajos entre la costa
y el pi de la Cordillera occidental.
2 o . E l Ecuador central alto, se compone de las provincias andinas,
situadas sobre las Cordilleras y sus faldas exteriores ambos lados.
3 o . E l Ecuador oriental, se extiende de las faldas inferiores de la Cor-
dillera oriental sobre las bajas regiones de la hoya amaznica.
Para determinar l rumbo general de los Andes, tomemos la Cordillera
oriental como la principal y la mas regular. Una linea recta, tirada desde
el nudo de Sabanilla crea de las cabeceras del rio Macar y del rio Chinchipe
hasta la cresta de la cordillera enfrente de Pasto, sigue la direccin S-N
con 20 al E.
Desde la frontera del Per hasta las ceranias de Loja encontramos una
sola Cordillera de los Andes, que viniendo del Departamento peruano de
Cajamaroa, es la continuacin directa de la Cordillera occidental del Per.
Ella separa los sistemas fluviales occidentales del rio de Piura y del rio
Achira de los orientales del rio de Huancabamba, del rio Chinchipe, y del
rio Zamora. En el nudo de Cajanuma, pocas leguas al Sur de Loja, la Cor-
dillera se bifurca, y distinguimos una cadena oriental, (la principal) y otra
occidental con la angosta altiplanicie de Loja en medio. Pero luego desa-
parece de nuevo la bifurcacin pronunciada, en las cercanas de Zaraguro y
en el complicado nudo de Guagra-uma, del cual salen algunas Cordilleras
irregulares al Oeste. Solo al otro lado del hondo valle del rio Jubones se
declara la bifurcacin mejor dicho el paralelismo de las dos Cordilleras
de un modo bien claro, y podemos perseguir las dos cadenas hasta, la fron-
tera de Colombia, aunque en algunas partes sus crestas estn cortadas pro-

*) En las otras Repblicas de la Sudamriea occidental observamos una dependencia


anloga de la Cordillera de los Andes, pero en ninguna es tan pronunciada y sencilla,
como en el Ecuador, sea que ademas de los Andes entren otras Cordilleras en su fbrica
geolgica, corno en Colombia y una parte del Per, sea que las condiciones climatolgicas
dependan de otros agentes mas poderosos (latitudes mas altas), como en Chile, que carece
tambin de la regin oriental.
16 PABTE I. TOPOGBAFIA.

fundamente por valles hondos y anchos, por los cuales desaguan los rios de
la regin interandina.
El gran valle longitudinal entre la Cordillera oriental y occidental no
es continuo sino dividido en unas extensas hoyas por los nudos transversales,
que enlazan en varios puntos las dos Cordilleras y se alzan alturas muy
considerables sobre las altiplanicies. De tales hoyas, que Humboldt llam
impropiamente altiplanicies pues no son planas sino muy quebradas y
montaosas , distinguimos lo menos seis mayores y varias secundarias
mas pequeas; las caracterizaremos mas tarde detenidamente. La altura
media de los Andes podemos poner en 3500 metros, y la altura media del
pais interandino habitado (de las altiplanicies) en 2500 metros sobre el
nivel del mar. Desde ahora dir que la distincin de dos Cordilleras princi-
pales no se funda solamente en su presencia exterior y puramente geogrfica,
sino igualmente en su constitucin geolgica, que en las dos es esencial-
mente diversa, como lo demostrar en su lugar. De ambas Cordilleras salen
ramales mas menos largos hacia el Occidente y Oriente, declinndose poco
poco las regiones Pacficas y Amaznicas.
La regin central del Ecuador presenta naturalmente un aspecto fsico
muy variado y los contrastes mas sorprendentes, como sucede en los pases
que llevan el carcter alpino. Llanos deliciosos, regados de riachuelos
mansos y sombreados de naranjos y mirtos, estn cruzados de valles y que-
bradas escarpadas, en cuyo fondo se precipitan los estrepitosos torrentes, y
cuyas laderas ridas apenas sostienen algunos espinos y tunas. Por gradas
se levantan los flancos de las Cordilleras desde las mesetas alegres con sus
trigales y maizales, hasta los yermos inhospitales de los pramos, y final-
mente hasta las elevadas cumbres de los volcanes, coronadas de nieve eterna.
Muy distinto es l carcter de la regin baja occidental. Esta zona, que
al Sur, desde Santa Rosa hasta Naranjal, por la entrada del Golfo de Guaya-
quil se estrecha dos tres leguas, toma desde la latitud de Guayaquil
un ensanche de 30 leguas y mas. No toda la regin es llana, pues, aunque
existen llanuras muy extensas, especialmente en el sistema fluvial del rio
Guayas, y en el curso inferior de otros rios grandes, es sinembargo el pais
generalmente montaoso. En primer lugar se prolongan muchos ramales de
los Andes con sus ltimas ramificaciones bajas hacia el occidente, y en
segundo lugar existen en las provincias del Guayas, de Manab y de Es-
meraldas varias montaas aisladas y cordilleras irregulares y bajas, que no
estn en directa conexin con los Andes. Las mas altas de estas cordilleras
y montaas no llegan 500 metros de altura y tienen formas suaves y re-
dondeadas, las colinas componen paisajes undulados. Lo que mas caracteriza
esta zona-, es la multitud de rios navegables, que en muchas regiones
GENERALIDADES. 17
cubiertas de bosques, son las nicas vias de comunicacin. Faltan las vistas
grandiosas y salvajes de las Cordilleras altas, y predominan los paisajes
amenos y los cuadros de vejetacion tropical.
La Megion oriental participa en mucho de la occidental. Es aun menos
montaosa y solo en la cercania del pi de los Andes. Mas abajo, desde
donde los rios grandes son navegables, forma una sola llanura inmensa,
interrumpida por pequeos trechos de suaves .undulaciones del terreno. Las
cordilleras altas que se hallan en los mapas antiguos, sobre todo en el de
Villavicencio, y aun en el novsimo de Raimondi, son imaginarias y en su
mayor parte no existen. Los grandes rios navegables y las selvas virgenes
que cubren cual un ocano vegetal toda esa regin, le imprimen su carcter
singular, que es majestuoso pero la vez sombrio y melanclico. Durante
semanas y aun por meses enteros el viajero no goza de un horizonte que
pase de pocas cuadras en contomo. El naturalista encontrar mucha variedad
en los vejetales y animales, pero el viajero ordinario se cansar muy pronto
de la eterna monotona de aquellas selvas de una exuberancia deprimente,
y dar al diablo su ponderada belleza. Agua y verdura: nada masa, como
dice Mr. de La Condamine. Paitan aqu los llanos abiertos con vejetacion
gramnea, que son tan caractersticos en una parte de Colombia y Venezuela;
toda la regin oriental del Ecuador cae en la zona vejetal de la hoya ama-
znica, que Humboldt distingui con el nombre de <iHylaea-> (de 5XY, selva
de iX^eic cubierto de rboles).

Woi?, Ecuador. 2
Captulo I.
El m a r y las costas.
El Ocano Pacfico, llamado por los antiguos las mas veces mar del
Sur, es en las costas ecuatorianas un mar muy tranquilo y justifica su
nombre. Huracanes y tornados son desconocidos, y aunque la mar veces
est picada muy brava, como dicen los costeos, esto no pasa de una
agitacin mediana, que tiene su origen en regiones lejanas, y nunca invuelve
peligro para las embarcaciones mayores. Tambin las nieblas, otro incon-
veniente para la navegacin segura, y tan frecuentes en latitudes mas altas,
son muy raras y poco densas en las costas del Ecuador. Los vientos pre-
dominantes son los que soplan del Sur al Norte; pero muchas veces, sobre
todo en invierno, reina una calma completa por largo tiempo.
La temperatura del mar varia de 23 C. 28 C , segn la regin en que
la medimos. La primera encontramos, por ejemplo, en el Golfo de Guayaquil,
afuera de la isla de Puna, y en la Puntilla de St s . Elena, y la segunda en
ja costa de Esmeraldas. Este fenmeno interesante se explica de la manera
siguiente.
Si nos fijamos en un mapa hidrogrfico, en que se hallan indicadas las
corrientes de los mares, veremos que la gran corriente llamada del Per
de Humboldt, que viniendo del mar antartico baa las costas de Chile y del
Per, abandona desde el Cabo Blanco (4 Lat. S) las costas y se dirige
hacia el Noroeste, pasando por el Archipilago de Galpagos. Las aguas
de esta corriente son considerablemente mas fras que las del ocano inter-
tropical libre de corrientes. Este ltimo, entre 5 45' Lat. N y 6 15' Lat. S
tiene comunmente 28y2 C , de 2 3 grados mas que la atmsfera ambiente.
Ahora bien, en otra ocasin he demostrado, que no toda la gran Corriente
Peruana declina desde el Cabo Blanco al NO, sino que all se bifurca,
siguiendo una rama de 100 millas de ancho la costa ecuatoriana hasta cerca
del Cabo Pasado en Manab en direccin S-N, y dirigindose la otra
principal y mas ancha directamente hacia NO las islas Galpagos. Esta
EL MAR T LAS COSTAS. 19
rama tiene la temperatura baja de 23 C. influye en consecuencia de ella
poderosamente en el clima y en la vejetacion de las costas del Guayas y
de Manabi, como veremos en su lugar. <6>
El accidente mas notable que presenta la costa ecuatoriana, es el Golfo
de Guayaquil, el golfo mas grande y mas hermoso desde Panam hasta Val-
paraso. Su forma es casi triangular y sus puntos extremos son el Cabo
Blanco al Sur, la Puntilla de St a . Elena al Norte, y la Isla de Puna al Este.
El Ecuador principia al Norte de la bahia ensenada de Tmbez, que forma
parte del golfo, con un grupo de islas bajas y cubiertas en gran parte de
Manglares, cuya forma y extensin en los mapas antiguos estn muy mal
trazadas. Las cuatro islas principales, contadas de Sur al Norte, son Payana
(propiamente son dos) Tembleque, Pongal y Janibeli. De la tierra firme estn
separadas por un estero hondo y ancho, que principia en la Boca de Capones,
lleva en seguida el nombre de Estero grande y sale con el de Estero de
Santa Bosa \t~Boca de Jambel. El Estero grande est sembrado de
islotes pequeos y se ramifica de un modo muy complicado, formando un
verdadero laberinto, en cuyo estudio los pescadores de aquellos sitios son
los nicos guias seguros. Una zona de dos millas nuticas de ancho y de
muy poca profundidad cie las islas hacia Oeste, y forma los peligrosos
Bajos de Payana, que en bajamar quedan descubiertos en gran extensin
impiden la entrada de embarcaciones mayores en los esteros que separan
las islas. Pero estos mismos bajos son clebres por sus ricos bancos de <
ostiones, que proveen el mercado de Guayaquil y de algunos pueblos
peruanos.
Enfrente de los bajos de Payana, en direccin NO, se halla el islote
rido y estril de Santa Clara del Muerto (por presentar la vista la
figura de un gigante amortajado y echado sobre el mar). Dista de la Punta-
Payana 14 y de la Punta Salinas en la Isla de Puna 12 millas nuticas, y
no es mas que la cresta angosta de una roca arenosa, de dos kilmetros
de largo, y coronada de un faro.
Desde la Punta de Jambel la costa meridional del golfo vira, rpida-
mente al Norte y toma poco poco la direccin del rio Guayas. La costa
stentrional, viniendo de la Puntilla de St a . Elena en direccin*'SE, forma
en la Punta. Arena, cerca del Morro, un ngulo brusco y toma igualmente
la direccin NNE, prolongndose por el Estero Salado hasta las cercanas
de Guayaquil. Cerremos el Golfo al N por una linea tirada de la boca.de
Naranjal (lado Este) hasta la del estero de Sabana grande (lado Oeste).
Desde esta linea sigue hacia arriba de un lado el delta del rio Guayas y
del otro l Estero Salado. En medio de esta parte del Golfo, encerrada
entre dicha linea y las Puntas de Jambel y de Arena, se halla situada la
2*
20 TOPOGRAFIA. CAPTULO I .

isla de Tuna,, la mas grande y mas importante que posee el Ecuador en


sus costas.
La isla de Pana mide en su extensin longitudinal (de Punta Mandinga
Punta Salinas) 30 millas nuticas ( = 55x/2 kilmetros), y en su ancho
mayor (entre Punta Trinchera y Boca de Cerezal) 14 millas nuticas
( 26 kilmetros). Su rea, incluyendo los esteros de Puna vieja, se
calcula en 919 kilmetros cuadr. 292/3 leguas cuadradas.
La parte del Golfo que baa el lado sureste de la isla, se llama Canal
de Jambel; mide entre la Punta Salinas y la de Jambeli 18 millas nuticas,
entre la Boca de Puna vieja y la de Tenguel 12, y entre la Punta Mandinga
y la Boca de Jagua 6 millas nuticas. El canal es algo peligroso para la
navegacin por los bancos de arena que se hallan lo largo de ambas
costas y cambian veces de extensin y de sitio; el mayor y mas peligroso
se llama el bajo de. Mala. Los buques mayores reciben para su entrada y
salida un prctico desde y hasta la Punta Arenas.
La costa entre la Boca de Jambeli y la de Naranjal no presenta nada
de particular, es baja y ceida de Manglares. Solo dir, que en la entrada
de Jambeli se escoji un paraje hondo y tranquilo para la abertura de un
puerto mayor, que se llama de Huaa (oficialmente) de Bolvar, poca
distancia de Mchala, capital de la provincia del Oro. La costa opuesta,
en la isla de Puna, es mas accidentada. En la parte Sur, que es baja,
, entran varios esteros de poca monta, pero mas al Norte, en la mitad de la
isla, se halla una regin enteramente anloga la que conocimos al Norte
de la bahia de Tmbez, y se compone de una red intricadsima de esteros,
que se comunica con el Golfo abierto por 5 bocas grandes. Toda esta re-
gin, que llamamos los esteros de Puna vieja, est cubierta de Manglares
y separa las dos mitades montaosas de la isla casi completamente; Tam-
bin este laberinto acutico figur por primera vez en mi carta de la prov.
del Guayas, pues los antiguos gegrafos no lo conocan, no crean ne-
cesario ponerlo en sus cartas. Las puntas principales de este lado son,
fuera de la de Salinas al S, la Punta Arenas, la Punta Espaola y la Punta
Mandinga, todas tres coronadas de faros.
Al canal de Jambel corresponde al NO de la isla el canal del Morro.
Su parte mas estrecha se halla entre la Punta Trinchera y la Punta Arena
del Morro, y mide solamente l a / 2 milla nut. de ancho. De la Punta
Trinchera sale un arrecife en direccin S-N, cuyas puntas sobresalen en
forma de islotes y se llaman Farallones. El paso por este estrecho es peli-
groso y lo evitan los buques mayores. Aqu se nota con la mayor evidencia,
que la isla de Puna estaba antiguamente unida con la tierra firme y que el
canal del Morro se abri en una poca geolgica moderna. Al Norte del
E L MAE Y LAS COSTAS. 21
paso citado el Golfo se ensancha de nuevo y circunda la isla de Pana con
un ancho de 4 7 millas nuticas, pero est lleno de bajos de arena y lodo.
La punta mas setentrional de la isla es la de Cascajal. La isla Verde, la
distancia de 2 millas de la costa setentrional de Puna, ya pertenece por su
formacin mas bien al delta del rio Guayas, de que hablaremos en otro
lugar. Por ahora agregaremos que el Uslero Salado es la continuacin di-
recta del Golfo y lleva las aguas puras del mar hasta las puertas de Guaya-
quil. Otra vez se repite ambos lados de su canal principal el fenmeno
de laberintos de canales, cuya descripcin es difcil y que mejor se estudian
sobre el mapa mismo. El ancho del Estero Salado es al principio muy
grande, midiendo entre la Punta Escalante y la Boca de Sabana grande
3 millas, hacia arriba se estrecha sucesivamente; sinembargo unas 2 leguas
abajo de Guayaquil tiene todava mas de un kilmetro. Su canal principal
es hondo y seguro y permite la entrada de buques grandes hasta cerca de
los Baos del Salado enfrente de Guayaquil.
Kegresemos la costa del Morro. Desde la Punta Arena, enfrente de
la de Trinchera, se dirige la costa del Golfo al Noroeste y se presenta hasta
la Puntilla de St a . Elena con un carcter uniforme, pues las Puntas de
Mambra, Ancn y Carnero son muy poco notables para variar el aspecto
general y la direccin. Todo este lado del Golfo no presenta ningn fon-
deadero bueno y seguro, est azotado continuamente por los vientos y olas
del Sur y se hace peligroso por los muchos arrecifes y bajos que se extienden
su largo en zona ancha, y son conocidos y temidos con el nombre de
Bajos de Chanduy. Antiguamente se llamaba todo este trecho la tCosta mala.
La Puntilla de St*. Elena que tiene la importancia y merece el nombre
de Cabo, es el punto mas saliente de la costa ecuatoriana, como he dicho
en otro lugar, en que tambin indiqu su Longitud y Latitud. Una lengua-
de tierra baja se extiende desde la villa de St a . Elena por 3 leguas hacia
el Oeste, estrechndose cerca de las Salinas y de la estacin telegrfica,
hasta el ancho de solo 2000 metros. Despus de la llanura de Salinas, que
se halla casi al nivel del mar, se levanta la tierra suavemente y en la punta
misma de la lengua se alza repentinamente un cerro escarpado la altura
de 129 metros. Se compone de capas horizontales de arenisca arcillosa, y
su plataforma ancha sirve de base un faro, que domina un horizonte vast-
simo. De la Puntilla Ik costa retrocede derepente al SEE con un arco suave,
formando la Bahia de 8t&. Elena, en cuyo fondo se halla el Tuerto de Balle-
nita, % legua distante de St a . Elena. El puerto, abierto los nortes,* presenta
poca comodidad al embarque y desembarque, aunque no es peligroso para
los buques mayores que fondean muy afuera.
La Bahia'de St a . Elena se cierra con la Punta Centinela, y de ah la
22 TOPOGRAFIA. CAPTULO I .

costa sigue un rumbo general de S-N hasta el Cabo de San Lorenzo.


Sinembargo la linea es bastante irregular y forma como dos senos grandes
al Sur y al Norte de la Punta de Salango. Ya antes de esta ltima encon-
tramos tres Puntas menores: la de Ayangue con un islote, l Pelado, 3 millas
de distancia al NO, la Punta de Montaita, un poco al Norte del - pueblo
de Manglar alto, y la Punta de Apampe con dos islitas inmediatas, que se
llaman los Ahorcados.
La Punta de Salango se halla situada bajo 83 14' Long. y 1 35' Lat. S.
Un canal de 1000 metros de ancho separa la Punta de la pequea isla Sa-
lango, atrs de la cual se lalla todava otro islote aun mas pequeo. Omitir
algunas islitas mas, que siguen al Norte de Salango, inmediatas la tierra
firme y sin importancia ninguna. Lo que debo apuntar es la ensenada de
Machalla y Callo, porque es un fondeadero bastante frecuentado de los
buques veleros, que reciben la tagua (marfil vegetal) de una parte de la
Provincia de Manab.
Casi enfrente de dicha ensenada y la distancia de 15 millas de la
tierra hacia Oeste, se levanta del mar la isla de la Plata. Mide 5V2 kilm.
de largo,. 2 kilm. de ancho, y 14 kilm. de rea. En los alrededores de
esta isla se encuentra la concha de perla, pero su pesca, iniciada en varias
pocas, ha dado hasta ahora resultados poco satisfactorios, y las empresas
se sostienen mas bien con el valor de las conchas (de la madreperla) y no
de las perlas mismas.
El Cabo de San Lorenzo, situado en 83 15' Long. y 1 3' Lat. Sur, forma
con la Punta de San Mateo, que se halla un poco mas al N, un promon-
torio no muy alto pero, ancho, dando margen la formacin de la Bahia de
Manta, que en todo es muy anloga la de St a . Elena. El seno de la costa
se extiende tambin de Oeste Este, y l Puerto de Manta participa de las
condiciones poco favorables del de la Ballenita. La Bahia se cierra con la
Punta de Jaramij, y en seguida la costa se dirige otra vez con algunas
sinuosidades al N. hasta el Cabo Pasado. La desviacin mas grande en este
trecho es ocasionada por la Bahia de Cardanes, que en forma de un rio
ancho se introduce unas 8 millas nuticas tierra adentro. El pueblo del
mismo nombre, que es cabecera de un cantn, se halla al principio de la
baWa sobre la orilla austral. La entrada la Bahia mide apenas 1 milla
de ancho; hacia adentro se ensancha por partes algo mas, pero en general
se parece mas bien un estero grande que no una bhia en el sentido
comn de la palabra. Si no fuera por un arrecife, que se extiende trans-
versalmente delante de su boca, cerrndola para los buques grandes, la bahia
de Carques seria el puerto mas hermoso y mas seguro de toda la costa
ecuatoriana, porque adentro tiene fondo y capacidad para los buques mas
EL MAR Y LAS COSTAS. 23
grandes del mundo. Pero ese impedimento obliga los vapores y otros bu-
ques grandes fondear afuera del arrecife mencionado, y este fondeadero
no v en zaga de los de Ballenita y de Manta en cuanto su incomodidad.
En el caso de que se realice algun dia el ferrocarril proyectado entre Quito
y Babia de Carques, y que en consecuencia la importacin y exportacin
del puerto tome un vuelo mayor, ser indispensable abrir un canal ancho y
hondo en aquel arrecife, operacin que no ser difcil ni demasiado costosa.
Pocas leguas al Norte de la Bahia encontramos el Cabo Pasado en
82 50' de Long. y 0 22' de Lat. Sur. Los antiguos historiadores (por ej.
P. Cieza de Len) lo llamaron Cabo de Passos yTiablan de indios Passos
en sus alrededores, de donde algunos infieren, que el Cabo recibi su nombre
de aquellos indios. Pero me parece que el nombre primitivo, dado por los
Espaoles, era el de Cabo pasado, es decir, el Cab primero que se en-
cuentra pasada la linea equinoccial, viniendo de Panam. Por abreviacin
se decia Cabo pasado y de la corrupcin del ltimo vocablo naci el Cabo
Pasao, como los pueblos de Engabao y Atravesao en el Canton de St a . Elena
se derivan de Engabado y Atravesado, y hasta hoy dia el pueblo costeo
en su dialecto suele omitir la d en los participios en . . . ado (por ej. pasao-
maana en lugar de pasado-maana). Con qu los indios Pasaos son los
que vivan cerca del Cabo Pasado. Asi se habla tambin de indios Esme-
raldas, indios Colorados, indios Trtolas etc. que por cierto en su lengua
no se llamaban as. Desde algunos aos existe un faro sobre este Cabo.
Desde el Cabo Pasado la costa toma el rumbo Noreste hasta la Punta
Pedernales, por un trecho de 85 millas nuticas. Las pequeas sinuosidades
de esta linea son ocasionadas por las Puntas Cabuyal, Venado (o Borracho)
Ballena ( Jama), Brava y Palmar, la ltima muy cerca al paso de la linea
equinoccial, y poca distancia de la Punta Pedernales, Despus de la *
pequea ensenada de Pedernales se dirige la costa con una curva suave al
Norte hasta las cercanas del Cabo de San Francisco. Pero la regularidad
de la curva se interrumpe en medio camino por el ancho Estero de Cojimies
y por tres islas. Aqu encontramos por primera vez, despus de la isla de
Puna, una extensa regin baja en la costa, que favorece la formacin de
esteros y manglares, como en varios lugares del Golfo de Guayaquil (Payana,
Puna, Estero Salado). En esta depresin notable se introduce el Estero de
Cojimies con una boca muy ancha (cerca de 3 millas) dividida en dos brazos
por la larga y angosta isla de Cojimies. Unas 6 millas tierra adentro se
ensancha en forma de una poza de un lago hermossimo, con 4 islitas en
el centro. Este, pailn de forma redonda irregular, tendr en su parte mas
ancha de 4 5 millas de dimetro y se prolonga hacia el Sur en un estero
mas angosto hasta las cercanas de Pedernales, dejando entre si y la costa
24 TOPOGRASIA. CAPTULO I.

del mar una cadenita de colinas arenosas, cuyo punto mas alto y mas
saliente? se llama Punta Sur ones. Delante de la Boca de Cojimies se ex-
tienden los inmensos bancos y bajos de Cojimies, que cierran la entrada al
manso ..y hondo estero interior para las embarcaciones mayores, y en todo
son iguales los bajos de Payana.
Del brazo setentrional del Estero de Cojimies, que tambin se llama
Boca de Daule, salen dos esteros mas pequeos formando la isla de Daule,
en que se halla el sitio del mismo nombre. Finalmante, al Norte de la Boca
de Daule entra otro estero, que se une con el de Prtete y circunda la isla
de Zapotal. Esta isla es mas importante que las dos anteriores y forma al
occidente la Punta Zapotal.*) Inmediatamente al Norte de la boca del Estero
( Kio) de Prtete sale un Promontorio bastante alto, la Punta Prtete, que
separa la regin baja de Cojimies de la otra igualmente baja de Muisne.
Pero en esta ltima la formacin de esteros es reducida escala mas pe-
quea y se manifiesta solo en La Manga y la boca ancha del rio Muisne.
Al Norte de la Punta Prtete comienza, con la ensenada de Mompiche,
la gran Bahia de San Francisco que se cierra con el cabo del mismo nombre.
La bahia, aunque no es un puerto muy bueno y seguro, sirve en ciertas
estaciones del ao las balleneras de fondeadero.
El Ceibo de San Francisco, situado en 82 28' de Long. y 0 o 40' de Lat.
Norte, forma con la Punta Galera, que se halla un poco mas al Norte, un
Promontorio ancho, muy parecido al de San Lorenzo; y desde abi la orilla
es franjeada de barrancos altos hasta muy cerca de la boca del rio Santiago.
Desde la Punta Galera la costa cambia considerablemente de rumbo, diri-
gindose al Este con una pequea declinacin al Norte. La primera Punta
notable es la de Sua, tras de la cual se halla la pequea ensenada de Sua
y Atacantes con un fondeadero poco frecuentado. Despus sigue la Punta
Gorda, y 5 millas mas adelante se abre la boca ancha del Rio Esmeraldas.
El Puerto de Esmeraldas tiene su analogia con el de Bahia de Carques,
por cuanto los vapores y buques grandes tienen que fondear muy afuera de
la boca del rio, y por cuanto que est cerrada por un arrecife banco
transversal. De la boca de Esmeraldas la orilla corre unas 4 millas al Este,
entonces sube al NE para formar la Punta Verde, y en seguida vuelve al
rumbo E, que conserva hasta el rio de Vainilla, donde acaban los barrancos
altos y comienza una inmensa llanura, que se extiende sin interrupcin hasta
mas all de la frontera de Colombia en el rio Mira.

*) Esta punta figura en los mapas antiguos con el nombre Punta Manglares, que
es desconocido entre los habitantes del pais, y ademas impropio, porque en en ella no
hay manglares.
E L MAE Y LAS COSTAS. 25
Desde el rio Vainilla sigue la playa del mar, sin accidente notable, en
direccin NE hasta la boca del rio Santiago cerca de la Tola; pero entre esta
boca y la del rio Mira encontramos una red complicadsima de esteros
islas rodeadas de manglares, que nos recuerda de nuevo las regiones de
Payana y del Estero Salado de Guayaquil. Las islas principales son la de
la Tola, enfrente del pueblo de este nombre, la de Sania Rosa y la de San
Pedro. Los esteros y canales que se ramifican atrs de las islas, comunican
por 3 4 bocas grandes con la mar; en algunos puntos se estrechan, en
otros se ensanchan considerablemente. Los' dos ensanches mas grandes se
llaman la Posa y l Pailn, y serian fondeaderos magnficos y seguros, si
la entrada ellos fuese mas fcil. En el estero mas setentrional, cuya boca
se llama de Pianguapi, entra el rio Mataje, y en el mas meridional desagua
todo el gran sistema fluvial del rio Santiago. Desde la Boca de Pianguapi
comienza el delta del Mira, y la costa vira al NO para formar la Punta
Mangles en la frontera de la Repblica.
El gran seno entre Punta Mangles y la boca del Santiago se llama la
Bahia de Ancn de Sardinas. Ella est llena de arrecifes y bajos, que riva-
lizan con los de Cojimies y de Payana y dificultan el acceso de los buques.
Como se v en el mapa primera vista, las islas de Payana, de Cojimies
y las de que acabamos de hablar, propiamente no son marinas, sino mas
bien fluviales, como las que se forman en los deltas de los rios con los
materiales (arena y lodo) arrastrados por estos ltimos. No importa, si estos
deltas sean formados de muchos rios pequeos de los brazos de un solo
rio grande. Y lo que confirma este modo de considerar esas regiones bajas,
es la circunstancia, de que su terreno superficial consta de aluviones mo-
dernas, y de que se hallan precisamente delante de ellas muchos arrecifes
y bajos de arena y lodo. La costa todava no est bien marcada y estable,
or se retira, ora avanza, y en las conquistas de la tierra los manglares,
como vanguardias, desempean un gran papel.
Del mar y de las islas de Galpagos trataremos en un captulo separado. <;)
Captulo II.
La regin central andina.
Seccin I a . La regin fronteriza al Sur del nudo de Sabanilla.

Principiemos nuestro estudio al Sur de la Repblica, en aquella parte en


que el gran Maraon, bajando del alto Per en direccin SSE-NNO, se
acerca hasta 43 leguas en linea recta al Ocano Pacfico (baha de Sechura),
para, virar en seguida con un arco gra,nde al Este. En esta regin se ha-
llaba el lindero de la antigua Presidencia de Quito, pocos minutos al Sur del
grado 6o Lat. austr. y de la boca del rio Huancabamba Ohamaya. Entre
el curso de este ltimo rio y los desiertos de Sechura se levanta la Cor-
dillera de los Andes y sigue un rumbo casi recto al Norte hasta cerca de
Loja, con una altura variable de 3000 3500 metros. En la Latitud Sur
de 6 grados sus vertientes occidentales estn completamente bajo el influjo
del clima seco de la costa peruana; sus flancos escarpados son ridos y fal-
tos de vegetacin vigorosa, los riachuelos que bajan al occidente, se pierden
pronto al pi de la Cordillera en los arenales de los departamentos de Lam-
bayeque y Piura. Desde el grado 5 o ya se hace notar mayor humedad, que
crece medida que avanzamos al Norte; los ros son mas numerosos y mas
caudalosos y se renen en el rio de Piura, el cual siguiendo el pi de un
largo ramal de la Cordillera principal, llega con bastante agua hasta la ciu-
dad de aquel nombre, aunque de ahi se pierde tambin en la arena, y solo
en inviernos fuertes alcanza la bahia de Sechura.*)
La rama occidental que acabo de mencionar, y que sale de la gran Cor-
dillera real enfrente de Huancabamba (5 Lat. S aproximadamente) corre
al principio al N y despus al O hasta las cercanas de Sullana en las

*) Si en estas consideraciones hablo de una parte limtrofe del Per, estoy muy
lejos de pretender que el Ecuador tenga algun derecho sobre ella; lo hago nicamente
para completar la descripcin fsica de los Andes, que luego entran en terreno ecuatoriano.
LA RE&ION CENTRAL ANDINA. 27
orillas del rio Achira, y separa el sistema fluvial del rio de Piura de los del
rio Quiroz y del rio Supir, que ya son tributarios del Achira.
El segundo ramal grande, que sale de la Cordillera principal hacia el
Oeste, nace un medio grado mas al Norte, en el nudo de Sabanilla y se
extiende entre el rio Quiroz y el rio Macar hasta muy cerca de las desem-
bocaduras de estos dos rios en el Achira, abajndose mucho en su ltimo
tercio, desde el pueblo de Suyo. Este ramal, que podemos llamar Cordillera
de Ayavaca, aunque cae en toda su extensin todava en terreno peruano,
ya es de mayor importancia para nosotros, porque en el ngulo setentriorial
formado con la Cordillera real, nace el rio Macar y la Quebrada de Espn-
dola, que es la frontera ecuatoriana. De este punto corre la linea divisoria
sobre la cresta misma d la Cordillera real hacia el Sur.(8>
Un poco mas al Sur del nudo de Sabanilla sale un ramal grande hacia
SSE, separando las cabeceras del rio Huancabamba del sistema fluvial del
Chinchipe. Este ramal baja al Sur hasta la cercana de Jan de Bracamo-
ros, y podramos llamarlo Cordillera de Huancabamba, porqu forma.con la
Cordillera real enfrente, el gran valle del rio de Huancabamba. Esta Cor-
dillera se bifurca en su primer tercio, emitiendo una rama secundaria al
Este hasta las orillas, del. rio Chinchipe, y en esta bifurcacin se halla la
hoya del rio Tabaconas, que en la carta de Maldonado y en casi todas las
antiguas, por un error notable se identifica con el rio de Huancabamba.
Varios estribos mas cortos, que salen tanto de los citados ramales grandes,
cuanto de la Cordillera real misma, hacia el E SE, separan los valles de
los tributarios del Chinchipe.
El largo mtdo de Sabanilla se extiende y se prolonga en direccin SSO-
NNE. De su vertiente occidental descienden, ademas de las cabeceras del
Macar, tambin las del rio Catamayo, estando separadas entre si por la
Cordillera de Santa Eosa, que arranca del Nudo al NNO y flanquea el valle
de Piscobamba. Otras ramas salen en direccin opuesta, al SSE, entre los
rios Chinchipe (Valladolid), Numbala, Ayaya y Loyola; y finalmente sigue
la gran' rama de la Cordillera de Cndor, que separa todo el sistema fluvial
del Chinchipe del otro no menos grande del rio de Zamora.
Antes de proseguir por la Cordillera real, volvamos describir los rios
de esta porcin mas meridional de la zona central.
E l rio Chinchipe nace en el ngulo que forma la Cordillera real con
la Cordillera de Cndor, sobre el nudo de Sabanilla. Al principio corre, con
el nombre de rio de Valladolid, de NNO al SSE. Cerca del pueblo de este
mismo nombre se rene con el rio Molina, que desciende del mismo nudo,
y unas dos leguas mas abajo recibe el primer tributario algo considerable,
que se llama rio Palanda y desemboca entre los sitios de Santa Ana y
28 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

Palanda. Este ltimo rio viene del lado O y nace sobre la Cordillera real
cerca de las cabeceras del rio Macar. Del mismo lado derecho entran los
dos rios pequeos de Cotoyacu y Yambanmna, y en seguida el mas grande
de Palanuma, que en su curso medio ha recibido el rio Sodacu del lado N.
Todos estos rios corren en valles separados por las ramas de la Cor-
dillera, de que hemos hablado mas arriba, y que se abaten medida que
se acercan la orilla del rio Chinchipe.
Un poco abajo de la boca del Palanuma entra del lado izquierdo el rio
Numbla, formado de varios rios pequeos, qu nacen como el rio de Valla-
dolid, en el nudo de Sabanilla y corren paralelos con l. Los principales
son l rio de Quebrada honda, el Ayaya y el rio de hoyla, separados por
sendas cordilleras longitudinales. Otro tributario del rio Numbala es el
Vergel, que viene de la Cordillera de Cndor y de un subramal de ella, que
se llama Cordillera de Vergel.
Engrosado el Chinchipe con el Numbala ya forma un rio de mucho cau-
dal y se declina mas y mas al Este. Muy inmediato la boca del Num-
bala entra el rio Pnchiz del mismo lado, y algo mas abajo del lado opuesto
l Isimanchi, poca distancia del pueblo de Zumba. Si proseguimos el ca-
mino del lado derecho, llegamos despus de cruzar algunas quebradas de
poca monta, en dos tres leguas (si el camino fuera recto y bueno) al rio
CncMs, que es bastante considerable y ademas importante por ser la fron-
tera pretendida de parte del Per. El Cnchis baja de la Cordillera real y
se llama en su parte superior tambin rio de los Gamalotales. Por l cruza
un camino de Zumba Huancabamba. Enfrente de su boca entra del lado
E la quebrada de Chito-yacu, en cuyas cabeceras no muy distantes del Chin-
chipe, se halla el pueblo de Chito. Dos horas mas adelante encontramos un
tributario mas grande, el rio de San Francisco, muy poco conocido, pero
cuyas cabeceras deben nacer en las ramificaciones inferiores de la Cordillera
de Cndor. En seguida entran en ambos lados del Chinchipe una multi-
dud de pequeos rios que no enumeraremos detalladamente. En sus valles
se encuentran varias haciendas y pequeos sitios, pero siempre ierta dis-
tancia y altura sobre las orillas del rio Chinchipe, que tienen la fama de
ser malsanas. El lado derecho es el mas importante, porque sobre l sigue
el camino real que conduce de Zumba (respectivamente de la provincia de
Loja) Jan de Bracamoros, por los pueblos de San Ignacio (5 Lat. S) y
Chirinos (5 15' Lat. S).
Entre tanto el Chinchipe ha tomado otra vez su rumbo primitivo al
SSE y recibido su ltimo tributario grande del lado izquierdo, que se llama
rio de Chirinos, de que no sabemos mas que del rio de San Francisco'.
Un poco mas al Sur de Chirinos, cerca de los sitios de Chinchipe y Juntas,
LA EEGIN CENTRAL O ANDINA. 29
entra del lado derecho el rio Tabaconas, que en las cartas antiguas, como
ya he dicho, fu confundido con el lio de Huancabamba. Nace en efecto
muy cerca la villa de este nombre, pero separado de ella por la Cordillera
de Huancabamba. Es decir, el sistema del rio Tabaconas, que se compone
de muchos riachuelos de poca monta, ocupa el espacio entre la Cordillera
de Huancabamba, que baja Jan, y el subramal de esta misma Cordillera
que baja Chirinos. Desde la boca, del Tabaconas el Chinchipe ya no
recibe ningn rio, se ensancha mucho y es navegable. Su boca se halla
segn Wertheman en 5 o 28' Lat. S. y 80 52' 12" Long. O de Pars..
E l rio de Huancabamba, que abajo y cerca de su boca se llama
tambin rio Chamaya, nace en la Latitud S de 5 grados (aproximadamente)
en aquel ngulo que forma la Cordillera principal con el ramal de Huanca-
bamba, y corre en el valle formado por estas dos cadenas, con un rumbo
general de N-S hasta la Latitud de 5 40'. De ah se dirige por un arco
abierto al SE, luego al E y finalmente al NE hasta su boca en el Maraon
cerca del pueblo de Chamaya, en 5 48' Lat. S. Sus tributarios de ambos
lados son numerosos, pero casi todos pequeos y cortos. En su tercio su-
perior se halla su orilla izquierda la villa de Huancabamba en 5 o 14' Lat. S
y 1953 metros de altura sobre el mar.
Entre la boca de Chamaya y la del Chinchipe entran al Maraon al-
gunos ros pequeos, de los cuales el de Jan es el mas considerable. Sobre
su orilla izquierda se halla, la distancia de pocas leguas del Maraon y
en la altura de 740 metros sobre el mar, la villa de Jan, que no es idntica
con el antiguo Jan de Bracamoros, cuyas ruinas estn cerca de la boca
del Chinchipe y no muy lejos de las ruinas de Tomependa.

Seccin II a . La regin entre el nudo de Sabanilla y el rio Jubones.

La regin en que entramos, comprende la parte mas importante de la


provincia de Loja y el cantn de Zaruma. La Cordillera real de los Andes
corre desde el nudo de Sabanilla con bastante regularidad de S al N hasta
los pramos de Zaraguro, y no presenta ninguna dificultad la explicacin;
pero todo el pais al occidente de la gran Cordillera tiene una composicin
orogrfica muy complicada irregular, y ser difcil considerar todas sus
montaas como simples ramales de la Cordillera principal; se presentan mas
bien como eslabones disyuntos de una cadena occidental.
Ya hemos dicho, que del nudo de Sabanilla sale al NO la Cordillera de
Santa Bosa, y al SE la Cordillera de Cndor. La primera es angosta, se
abaja pronto y tiene ramas cortas insignificantes; pero la segunda emite
30 TOPOGRAFIA. CAPTULO II.

varios ramales largos hacia NE entre los tributarios del rio de Zamora. Mas
al N nacen estos ramales divisorios en la Cordillera real misma, que en esta
parte (desde el Nudo de Sabanilla hasta la cortadura del rio de Zamora)
podemos llamar Cordillera de Zamora. Al otro lado del hondo valle trans-
versal del rio de Zamora sigue la Cordillera otra vez con el mismo rumbo
y sin interrupcin, por el Acayana Imbana hasta el Yana-urcu, el pequeo
valle transversal del rio Shingata (3 34'Lat. S). En este trecho sale, fuera
de algunas ramas menores que se dirigen al rio Zamora, una mas alta y
mas larga, separando el sistema fluvial de este ltimo rio del del rio
Bomboisa.
Desde 4P 8' Lat. S, pocas leguas al S de la ciudad de Loja, encontra-
mos una Cordillera occidental, que corre paralela la oriental hasta 4 o 44'
Lat. S un poco al N de San Leas. Esta Cordillera occidental, que tiene
24 minutos ocho leguas de largo, comienza con el Cerro Achira sobre Mala-
catos, sigue por Chonta-cruz, ViUonaco, las alturas de Sacama, de Cachipiro
y de Santiago hasta el Guagra-uma; ella es angosta y emite ramas cortas
ambos lados. Mientras que la Cordillera oriental se levanta 3500 y
mas de 4000 metros de altura, la occidental en su parte meridional apenas
alcanza la de 3000, y solo en su extremo norte, en el Guagra-uma, sube
4000 metros.
La Cordillera occidental est unida con la oriental por dos nudos trans-
versales, uno en el extremo sur, se llama Cajanuma y es bajo; el otro al
extremo norte podemos llamar el de Acayana de Guagra-uma, porque corre
'* desde el Acayana en la Cordillera oriental por el Hamos-ureu sobre San
Leas, hasta el Guagra-uma. Este nudo se compone de pramos extensos
y es muy alto. La regin comprendida entre las dos Cordilleras y los
dos nudos es el valle la h o y a de Loja.
Este valle longitudinal se divide en dos partes desiguales: La parte
setentrional, desde San Leas hasta el sitio de Salapa, es muy angosta,
porque las faldas interiores de las dos Cordilleras se acercan mucho; en
partes no es mas que una quebrada encajonada, que d paso al rio de Jun-
tas y al rio de Zamora, antes que se rena con aquel.' La parte meridional,
que es la hoya de Loja propiamente dicha, presenta una forma ovalada, se
extiende longitudinalmente desde el sitio de Salapa hasta el Cajanuma por
tres leguas, y transversalmente desde el Villonaco hasta el cerro de Yana-
cocha sobre Loja, por dos leguas escasas.
La hoya de Loja es la cuna del rio de Zamora, que abajo en la regin
amaznica se rene con el rio Paute y forma el caudaloso rio de Santiago.
t)e las faldas de ambas Cordilleras y de los nudos bajan riachuelos;
estos constituyen en la parte setentrional el rio de San Leas de Juntas,
LA EBGION CENTRAL ANDINA. 31,
que corre de N S. En la parte meridional mas ancha nace el rio de Mala-
catos sobre el nudo de Cajanuma y el rio de Zamora sobre la Cordillera
oriental; ambos se renen cerca de Loja y llevan de ah el nombre del l-
timo. En la hoya entra todava del lado E el riachuelo de Jipira r -y del lado
O el de Salapa. En seguida corre el Zamora, siempre con el rumbo S-^
N, en una quebrada honda y angosta, hasta encontrarse con el rio Juntas.
Unido con l se dirige casi en ngulo recto al E y rompe el dique de la
Cordillera oriental, para virar luego al Sureste. -~ Al otro lado de la Cor-
dillera real el Zamora recibe varios tributarios de ambos lados; del derecho
entran el Hacapanto, los ros de San Antonio y de San Francisco, el de.
Sabanilla y el Bambuscara, cerca de cuya desembocadura se halla el pueblo
de Zamora.*) Los os nombrados bajan de aquella parte de la CordOlera
oriental, que mas arriba he llamado Cordillera de Zamora, mientras que los
siguientes que entran del mismo lado derecho, traen su origen de la Cor-
dillera de Cndor, y son el Jambo, Timbara, Cumbaraga, Nambija, y otros
que ya pertenecen la baja regin oriental. Entre.los muchos ros que
engruesan el Zamora del lado izquierdo, nombraremos el Imbana unido con
el Rio negro, cuyas cabeceres se hallan en el nudo de Acayana y en la
montaa de Imbana. De un ramal largo de la Cordillera bajan el rio
Zurambela, l rio Janeiro (enfrente del pueblo de Zamora) y muy abajo el
rio Yanazambi, que parece ser uno de los tributarios mas poderosos del rio
Zamora. Keservmonos el resto de este rio para la descripcin de laU^.
gion oriental, y regresemos al valle de Loja.
La hoya interandina de Loja, la primera que encontramos en el Ecuador
viniendo del Sur, es la mas pequea y la vez la mas baja, puesto que
tiene solamente 2200 metros sobre el mar.<9> Casi en su centro se halla la
pequea capital de la provincia, Loja (2220 m.) sobre una reducida llanura
en el tringulo que forman los rios de Malacates y de Zamora en su reunin,
precisamente bajo 4 Lat. S. Fuera det ella la poblacin de la hoya se re-
duce los dos pueblos de Santiago y de San Leas (2655 m.) al extremo
norte, y algunos sitios pequeos cuales son el Valle, Salapa, Juntas y
otros. Con excepcin del pequeo llano en que se halla Loja, el terreno de
la hoya es bastante desigual y quebrado. La valla de la Cordillera oriental
es muy alta y pasa en algunos puntos de 4000 metros; por ella conduce
un camino spero Zanima. La valla meridional y la occidental son bajas.
El punto, nas alto del camino que pasa de Loja Malacatos por el Caja-
numa, tiene solo 2525 metros, el camino que conduce al valle de Catamayo

*) No es idntico con la. antigua villa de Zamora, euyas ruinas no se han enjgft'-
trado todava, pero que deben hallarse probablemente.. mas al N y la banda opuesta
del rio.
32 TOrOGftAFIA. CAPTULO II.

se halla al lado del Villonaco en 2786 metros; el Villonaco mismo no pasar


mucho de 3000.*) La altura de la Cordillera entre Sacama y la hacienda
de Taquil es de 2800 m. y de all crece hacia el Nor^e. El camino que
cruza el nudo entre San Leas y Zaraguro, tiene en su punto mas alto sobre
el Eamos-urcu 3259 m. de altura, y el Guagra-uma llega 4000 metros.
El nudo setentrial es muy ancho y comprende tambin los extensos
pramos al Sureste de Zaraguro, entre los cerros de Acayana Imbana, el
Kamos-urcu y el cerro de Pulla, un cono aislado y empinado sobre el pueblo
de Zaraguro. La altura de esta meseta es de 3151 metros en el punto donde
pasa el camino real al pi del Pulla y al lado de la pequea laguna de
Zaraguro, pero se levanta alturas mucho mas considerables. El pueblo
de Zaraguro ya se halla en el declive setentrional de la meseta, en la al-
tura de 2692 metros. Desde ah principia la gran hoya del rio Jubones.
Si ahora dirigimos la mirada sobre la parte occidental de la provincia
de Loja, llama nuestra atencin ante todo una Cordillera alta, que saliendo
del nudo de Guagra-uma se dirige con el nombre de Cordillera de Chilla al
NOO y se declina despus con el de Dumari al Sur, hasta las orillas del
rio Tmbez, abrazando como un gancho abierto el cantn de Zaruma en la
provincia del Oro. Otro ramal sale del mismo Guagra-uma en direccin
, SO con el nombre de Huaira-urcu, mas abajo Cordillera de Amboca, cuyas
ltimas ramificaciones llegan igualmente al rio Tmbez, de suerte que las
dos Cordillerasvmencionadas forman la amplia h o y a de Zaruma, que se abre
solo por el vaSferde Tmbez^entre Capiro y Congonam hacia el Oeste.
Del Guagra-uma y de la Cordillera de Chilla salen multitud de ramas
cortas al N bajando las orillas del rio Jubones.' En sus faldas inferiores
se hallan los pequeos pueblos de Mano, Yulug, Guanasang y Chilla. Varios
son los ramales que se dirigen al Sur y al centro de la hoya, separando
los valles y nos de Amboca, Salati, Luis, Amarillo etc.; pero la mas impor-
tante es la de Biscaya, que remata con el Sesmo sobre Zaruma y separa el
rio Amarillo del rio Calera y del de Minas nuevas. Despus siguen todava
las ramas de Sichacay y de Palto.
lia, Cordillera de Chilla tiene de 3500 4000 metros de altura, pero
desde el punto, en que vira al Sur (desde Chillacocha) empieza abatirse
considerablemente y se llama Cordillera de Dumari. Sobre Ayabamba se
ramifica; una rama baja con el nombre de Chilchiles entre el rio de Calera
y el de Pinas, y concluye con un cerro alto llamado Piedra blanca, sobre

*) El Villonaco debe su fama de ser una montaa muy alta tan solo su posicin
alijada sobre una eordiilera relativamente baja, es decir, su altura relativa, no la
absoluta sobre el nivel del mar. Colocado en la Cordillera oriental no llegaria la
cresta de ella.
LA REGIN CENTKAL ANDINA. 33

el rio Tmbez. Otra rama rodea el valle de Pinas hacia SO y se prolonga


al O en las montaas de Tagin, que separan el valle del rio Tmbez del
sistema del rio d Arenillas. Arriba de Ayabamba salen de la misma
Cordillera varios ramales largos al O y NO, uno entre el rio de Arenillas
y el de St a . Rosa, otro entre este ltimo y el rio de Calaguru. De los cer-
ros de Chillacocha y de Angostura, que son partes de la Cordillera de Chilla,
baja la rama de Calaguru hacia Santa Rosa y dos mas, formando el valle
del rio de Buenavista. En fin, la Cordillera de Chilla es un ncleo, de que
nacen muchas cordilleras secundarias y muchos rios.
La Cordillera de Huaira-urcu y Amboca tiene al principio la altura de
unos de 3500 metros, pero entre la Cuesta de Amboca y el pueblo de Cisne,
donde la cruza el camino real de Zaruma Loja, no tiene mas que 2540 y
en seguida baja aun mas, al mismo tiempo que se bifurca. Su prolongacin
recta v por Chihuango las orillas del rio Tmbez enfrente del cerro de
Piedra blanca. El otro ramal declina al SO, sobre Cisne, los altos de
San Bartolo. All se divide de nuevo, siguiendo la rama mas corta el curso
del Catamayo, desde Catacocha hasta el Huato, y la rama mas larga y prin-
cipal l direccin al Oeste por Conganam, Guachanam y hasta mas all
de Alamor, cerrando del lado meridional el largo valle del rio Tmbez. Pero
cerca de Guachanam sale otro ramal, la Cordillera de Clica, tirando al
SO, la orilla derecho del Catamayo. Entre el ramal de Catacocha y el
de Conganam y de Clica se halla el valle de Casanga, y entre el de Celia
y el de Alamor el valle superior del rio de Alamor.
La Cordillera de Alamor, que en el pueblo de este nombre tiene todava
1512 metros, se abate desde ah rpidamente y unas 6 leguas al SO, donde
la cruza el camino entre los sitios de Mangulco y Casadero, cerca de la
frontera peruana, no tiene mas que 500 metros de altura. Pero entrando
en los desiertos de Tmbez se levanta otra vez alturas muy considerables
(1000 1200 m.) y corre hacia la Punta Parifia, al Sur del Cabo Blanco,
con el nombre de Cordillera de Amotape de Brea. .
Resta decir cuatro palabras de las montaas que se hallan en el trin-
gulo formado por el rio de Macar, el rio Catamayo y la Cordillera de
Santa Rosa, que "baja del nudo de Sabanilla y remata en la cuesta de M-
tala. Estas montaas no estn en conexin directa con las Cordilleras altas
y se hallan separadas de los ramales principales de ellas por valles y rios.
Solo entre Mtala, Gonzanam y Nambacola se halla un pequeo nudo, que
las une con el ramal de St a . Rosa. Este nudo tiene encima de la cuesta
de Mtala, en donde lo cruza el camino real, la altura de 2669 metros y
parece ser el punto culminante de toda esa regin. Fuera de unos pficos
cerros aislados, como el cono empinado de Avaca cerca de Cariamanga, las
WOLF, Ecundor. 3
34 TOPOG-BAFIA. CAPTULO II.

montaas no presentan formas caractersticas, son redondeadas y el terreno


es undulado.
As como la orografia, tambin la hidrografa de la provincia de
Loja y del cantn de Zaruma (que bajo su aspecto fsico debemos reunir
con ella) es muy complicada. Ya conocemos la pequea hoya de Loja y
el sistema fluvial del Zamora. Tambin ya he dicho, que las principales
cabeceras del rio Macar (Quebrada de Espndola) nacen en el nudo de
Sabanilla y descienden hacia NO al valle de Calvas. All, al pi de la Cor-
dillera viene del lado N el rio Capilla y se rene con el Macar, que en
este sitio tambin se llama rio Calvas. El rio Capilla trae su origen y sus
pequeos tributarios de la Cordillera de S t \ Kosa. Desde el sitio de Calvas
el rio Macar corre de E O con pocas sinuosidades hasta su desemboca-
dura en el Catamayo enfrente del sitio de Potrerillo. De ambos lados recibe
pocos y pequeos riachuelos, que no merecen ser enumerados; algunos le
vienen de los pramos de la Cordillera de Ayavaca, la cual separa su sistema
del del rio Quiroz; y el lado derecho (de Cariamanga, Zozoranga, Macar)
es aun mas escaso de agua, contndose apenas tres cuatro riachuelos.
El curso del rio es rpido, pues del sitio de Calvas (1060 m.) hasta su boca
en el Catamayo (250 m.) tiene una caida de 810 metros en solo 12 leguas
de distancia en linea recta. Tres leguas distante de la boca y la orilla
derecha se halla el pueblo de Macar (430 m.), por donde pasa el camino
real de Loja Piura. No hay otro pueblo en la orilla misma del rio, pues
Sbiango, Zozoranga, Colaisaca, Cariamanga y Gonzanam, todos en el ca-
mino real de Loja, se hallan encima del valle de Macar Calvas, sobre las
alturas, que separan este sistema fluvial del del Catamayo.
E l rio Catamayo abraza una regin muy vasta con sus cabeceras,
desde el nudo de Sabanilla hasta el Guagra-uma. Todas las aguas que en
esta extensin bajan al Oeste, sea de la Cordillera real (hasta el Cajanuma)
sea de la Cordillera occidental de Loja, concurren formar un sistema flu-
vial muy singular. En la parte superior debemos distinguir dos venas prin-
cipales: una baja del Guagra-uma por un hondo valle longitudinal de N
S y se llama rio Guayabal; la otra que arriba se llama rio de Piscobamba
y mas abajo Catamayo, baja del nudo de Sabanilla de S N con alguna
declinacin al 0. Ambos rios se encuentran en direccin opuesta en el
centro del ancho valle de Catamayo, y unidos viran repentinamente en un
ngulo recto al Oeste.
s Comencemos con la vena principal, que es la meridional. Ella nace en
el ngulo agudo que forma la Cordillera real con la de Santa Rosa, no muy
lejos de las cabeceras del rio Chinchipe y de las del rio Macar, y corre
siempre al pi de esta ltima Cordillera hasta Mtala. Al principio el valle
LA EEQION CENTRAL ANDINA. 35
es angosto y recibe de su derecha las quebradas de Cachi-yacu, de Yangana
y de Masanamaca, que entra enfrente de la hacienda Palmira (1748 m.).
Desde ah vira el rio siguiendo siempre e l p i de la Cordillera de St a . Rosa,
al NO y separndose de la Cordillera real, para tomar mas abajo de Mala-
catos otra vez el rumbo N. Entre este arco, la Cordillera y el nudo de
Cajanuma se extiende la ancha hoya de Vilcbamba y Mlacatos, de forma
casi triangular. En esta regin que presenta mucha analoga con la hoya
de Loja, especialmente en su composicin geolgica, como veremos, el ter-
reno es suavemente undulado y relativamente bajo. Los ros que bajan de
la Cordillera alta tienen un desarrollo mayor que los antecedentes. El rio
Chumbo y el rio TJchina se renen cerca del pueblo de Vilcbamba (1753 m.)
en el centro de la hoya. El rio Mlacatos ocupa la parte setentrional del
valle y desciende del nudo de Cajanuma de N S, para virar al pi de los
cerros hacia Oeste, pasando al lado del pueblo de Mlacatos (1600 m.).*)
El rio Uchina se rene con el de Mlacatos media legua abajo del pueblo
y al pi del cerro metalfero de Santa Cruz; y otra media legua mas adelante
entran unidos en el rio de Catamayo. Los otros riachuelos que contribuyen
al lltimo, son insignificantes.
La vena setentrional del rio Catamayo nace, como queda dicho, en los
pramos del Guagra-uma y en las quebradas del Huaira-urcu. El valle se
forma por la prolongacin del ltimo (Amboca, altos de San Bartolo) de un
lado, y del otro por las ramificaciones de la Cordillera occidental, que con-
stituyen los cerros de Chuquiribamba. Al principio el rio toma su nombre
del sitio de Gualel (2658 m.) por nacer en sus cercanas, pero en su curso
medio inferior se llama rio de Guayabal. Del lado derecho recibe el rie-
cito de Cisne, que baja de las alturas de Amboca y pasa al lado del pueblo
de aquel nombre (2390 m.). De la izquierda su tributario principal es el
rio de la Toma, que nace en las inmediaciones del pueblo de Chuquiribamba
(2910 m.) y corre en un valle hondo y angosto hasta el sitio de La Toma
(1457 m.), donde entra en la llanura del valle de Catamayo.
La llanura de Catamayo es la mas extensa y podemos aadir la nica
que existe en toda la provincia de Loja, si exceptuamos el pequeo llano
en que se halla la ciudad de Loja. Su altura sobre el mar es de 1400 metros
y tiene un clima muy fuerte y malsano.
El rio Catamayo toma en l centro de la llanura, despus de haberse
unido con el Guayabal, el rumbo al SOO, que conserva cual mas cual menos

*) Se v que hay dos rios que llevan el nombre de Mlacatos. Ambos nacen en
el Cajanuma; el primero se dirige al Norte y se rene cerca de Loja con el rio Zamora,
y el segundo tira al Sur y luego al Oeste, para entrar en el Catamayo.
8*
36 TOPOGEAFIA. CAPTULO II.

hasta la frontera del Per; pero desde la confluencia del rio Macar cambia
su nombre en el de Achira y se dirige por, Sullana la bahia de Paita.
Dentro del terreno ecuatoriano el Catamayo recibe de la banda izquierda
los pequeos rios de Jerinoma, que baja de Nambacola, y de Bella Maria,
que nace cerca de Cariamanga. Algo mas considerable es su tributario
derecho, el rio Casanga, que viene del valle del mismo nombre, formado
entre las cordilleras de Catacocha y de Cangonam y Guachanam. Si
seguimos la orilla derecha del Catamayo hacia abajo, encontramos el sitio
de Potrerillo enfrente de la boca del Macar, y tres leguas mas abajo el
pueblo de Zapotillo, casi enfrente de la desembocadura del rio Quiroz, solo
180 metros sobre el nivel del mar. Dos leguas mas adelante nos encontra-
mos con el rio de Alamor, que por algunas leguas hacia arriba forma el
lindero con el Per. Este rio nace en las cercanas de Alamor y de Clica.
En su curso superior el rio de Alamor corre al O y luego al SO, pero en
la parte media inferior toma el rumbo al Sur. A unas dos leguas arriba
de su confluencia con ^.el Catamayo le entra del N un rio pequeo que se
conoce con el nombre de Quebrada de Pilares de las Pavas y tiene im-
portancia, en cuanto se considera como limite entre el Ecuador y el Per,
que de ah tira casi en linea recta de S-N al rio Tmbez.
Nos resta hacer la descripcin del s i s t e m a fluvial de la h o y a de
Zaruma. Ya quedan indicados sus contornos: la Cordillera de Chilla y
sus prolongaciones de un lado, y la Cordillera de Amboca y sus prolonga-
ciones del otro.
El rio Calera es el origen del rio Tmbez y corre en direccin N - S
hacia el centro de la hoya. Recibe al principio del lado derecho el rio Palto
y el rio Bono, y en su curso medio del lado izquierdo el rio de Muas nue-
vas de Sichacay de un valle hondo, intercalado entre los cerros de Biscaya
y los de Sichacay, que son ramas de la Cordillera de Chilla. De la misma
banda entra dos leguas mas abajo el ri Amarillo, que es un tributario con-
siderable y desciende del lado NE. Entre este rio y el de Minas nuevas
se levanta la Cordillera de Biscaya, una de las mas metalleras de toda la
Repblica, en cuyas faldas occidentales y meridionales se halla el clebre
distrito aurfero de Zaruma, ocupando el tringulo entre el rio Calera y el
rio Amarillo. La villa de Zaruma est casi en el centro de este distrito,
sobre una grada de la Cordillera la altura de 1200 metros.
Una legua mas al Sur de la desembocadura del rio Amarillo se halla
la del rio Pind formado de los tres rios Luis, Sla y Amhoca, que des-
cienden de la Cordillera en direccin SOO. Despus de la confluencia del
Pind con el Calera, el rio toma el nombre de Tmbez y declina con un
arco fuerte al Oeste, conservando esta direccin hasta la frontera del Per.
LA REGIN CENTRAL ANDINA. 37
Dicho arco rodea el pi oriental y meridional del alto cerro de Piedra blanca,
que se levanta casi aislado entre el valle de Tmbez y el de Pifias, el l-
timo al lado occidental. Solo hacia el N el cerro est comunicado por un
yugo angosto y bajo con la Cordillera de Chilchiles. El rio de Pinas
corre paralelo al rio Calera, de N S, pero es mas corto y nace en las
alturas de Dumari. Entra por el lado derecho en el Tiimbez al pi de la
Piedra blanca. En su curso medio se encuentra ol pueblo de Pinas, en la
altura de 1000 metros. Los dems rios que engruesan el Tmbez de este
mismo lado, son insignificantes; mencionaremos solo el de Moromoro, que
desciende de las alturas de Capiro.
En el lado izquierdo encontramos el pequeo sistema del rio Yaguachi,
entre los altos de Chihuango y de Chahuarbamba. Sus cabeceras nacen en
el ramal de montaas, qvie sale sobre Cisne de la Cordillera de Amboca y
tira hacia Catacocha. El rio desemboca algo mas abajo de la boca del rio
de Pinas. Los dems riachuelos que descienden de la Cordillera de Con-
gonam y Alamor al Tmbez son pequeos y sin importancia.
De las faldas occidentales de la Cordillera de Dumari nacen los rios de
Arenillas, de St*.Bosa, de Culaguru, rio Negro y rio de JBuenavista, de los
que hablaremos en otro lugar.

Seccin IIIa. La regin entre el rio Jubones,y el nudo del Azuay.


Esta regin abraza especialmente las provincias del Azuay y de Caar.
La Cordillera real oriental, que en la provincia de Loja segua el
rumbo S-N, comienza declinar sensiblemente al Este en la latitud de
Zaraguro, desde los cerros de Acayana Imbana. La hemos seguido en la
seccin anterior hasta el cerro de Yana-urcu, cuyo pi setentrional se
halla una escotadura profunda, que d paso al pequeo rio de Shingata. Este
valle transversal, que no se encuentra en ningn mapa antiguo, es intere-
sante, porque es el nico lugar desde el rio Zamora hasta el rio Paute, en
que la cresta de la Cordillera presenta una incisin, que sirve de desagua-
dero aguas interandinas hacia la regin amaznica. Al otro lado de la
quebrada de Shingata sigue la Cordillera sin interrupcin, describiendo un
arco suave al NE, hasta la parte que se llama Matunga y despus otra vez
al N, hasta el Alleuquiru las orillas del rio Paute.
En toda la extensin desde el nudo de Sabanilla hasta 'el Alleuquiru la
Cordillera oriental parece no pasar en ningn punto la altura de 4200 metros
y comunmente queda entre 3500 y 4000. Pero al otro lado del rio Paute
su continuacin se eleva alturas mayores, medida que se acerca al nudo
del Azuay. Este trecho entre el Paute y el Azuay he llamado en. mi eartita
38 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

de la provincia del Azuay (publicada en 1879) Cordillera nevada, porque


en los meses de Junio, Julio y Agosto siempre su cresta estaba blanqueando
de nieve hasta 300 y 400 metros hacia abajo, y es probable que algunos
picos conservan la nieve todo el ao. Los picos del Azuay, que llegan
4500 metros, la sazn no tenian nieve, y por comparacin hecha sobre
estos picos, y en mayor cercania sobre las montaas atrs de Pindilic, he
juzgado que aquella Cordillera nevada debe pasar la altura de 4500 metros
en varios puntos. En 2 20' Lat. S. la Cordillera real se confunde con el
nudo del Azuay, y aqu nos paramos por ahora.
Muchas son los ramales cortos y largos que salen de la Cordillera real
al oriente, pero hasta el dia son muy poco conocidos y estudiados. Por esto
me contentar con indicar los principales. Uno, que ya mas arriba he
citado, nace en el nudo de Acayana y se extiende entre el sistema fluvial
del Zamora y el rio Bomboisa. Otro sale de Shingata y separa el Valle del
Bomboisa del del rio San Isidro. Algunos mas cortos dividen las quebradas,
en que nacen las cabeceras del rio de Gualaquiza (rio Blanco, rio Rosario,
rio Dionisio), que es tributario del Zamora. Finalmente al N de Matanga
sigue uno mas considerable y mas largo que separa el sistema del Zamora
(resp. del Gualaquiza) del sistema del ro Paute. De la Cordillera nevada
arrancan tambin varias ramas cortas al Sur y Sureste, y una mas larga
que principia en el nudo del Azuay y divide los sistemas fluviales del Paute
y del rio Upano (Morona); pero nadie conoce sus nombres y ningn explo-
rador cientifico ha penetrado en esas montaas y selvas, que ya caen en la
regin oriental y bajo el dominio de los Jbaros salvajes.
Si volvemos la mirada al lado occidental de la Cordillera real, obser-
vamos, que desde las cercanas de Zaraguro hasta el nudo de Allparupashca
y Tinajillas se extiende delante de la cresta angosta una grada ancha, que
despus cae con laderas escarpadas los valles que entre Zaraguro y Na-
bon bajan la hoya del rio Jubones (arriba rio Len). Esta meseta ante-
grada de la Cordillera tiene una una legua y media de ancho y mas de
diez leguas de largo. Podramos llamarla tambin altiplanicie, porque en
efecto su terreno es por grandes trechos muy llano, se compone de pra-
mos suavemente undulados, la altura de 3000 3200 metros. Solo algunos
cerritos aislados se elevan algo mas, y la cresta de la Cordillera misma la
sobresale de 800 1000 metros. Los Incas llevaron sobre esta meseta fria
el camino real, que conduca de Cuzco Quito, para evitar el paso de tantos
valles y rios, que cruza el actual camino entre Cuenca y Loja. En varios
puntos, por ejemplo encima de la hacienda del Paso, entre ella y Shingata,
se v los restos de esa obra grandiosa del imperio incsico, una carretera
ancha, bien empedrada, en que hasta hoy dia la vegetacin del pramo
LA REGIN CENTRAL ANDINA. 39
poco puede arraigarse. En los altos pramos del Azuay se puede hacer la
misma observacin.
Sobre la meseta, de que tratamos ahora, nacen pequeos arroyuelos que
constituyen las cabeceras de los rios de Zaraguro, Oa, Udushapa, Tabla-
yacu, Charcay y Nabon, dirigindose todas al Oeste. Solo el rio de Shin-
gata, cuyas fuentes se precipitan de los aurferos peascos de Shingata, ha
tenido el capricho de correr hacia el Sur al pi de la cresta de la Cordillera,
hasta encontrar el abra al lado del Yana-urcu, por la cual busca la regin
oriental. Es muy probable que el Shingata sea el origen del rio Bomboisa,
aunque nadie ha seguido su curso allende la Cordillera.
Las ramas que salen de la meseta al Oeste, son cortas, corren entre
los rios nombrados arriba, y rematan todas en las orillas del rio Len (Ju-
bones superior). Pero cerca de las cabeceras del rio Nabon y aproximada-
mente en 3 207 Lat. S nace de la Cordillera un ramal grande que atraviesa
de E O toda la provincia de Cuenca, y constituye uno de los nudos in-
terandinos principales. Lo llamaremos nudo de Prtete y Tinajillas, porque
el nombre, que Humboldt le ha dado, nudo de Loja, no le corresponde de
ningn modo y seria mas propio para el nudo de Cajanuma el de cayana.
En mucho se parece esta cordillera transversal la de Chilla, pero mientras
que esta hacia el occidente se ramifica irregularmente, aquella se encuentra
en su trmino con una Cordillera occidental muy bien pronunciada. El
nudo es muy ancho al principio, donde nace casi insensiblemente de la gran
meseta que acabo de describir, presentndose como una prolongacin occi-
dental de ella, entre Jima y Nabon, donde se llama tambin Attparupashca.
Mayor undulacin irregularidad en su terreno se encuentra cruzndolo
entre Cumbe y Nabon por el camino real, que pasa por Marivia, Tinajillas
y Silvan. El punto mas alto de este camino alcanza en Tinajillas 3424 metros.
Desde Tinajillas el nudo se estrecha y se rebaja hacia el Oeste considerable-
mente, llegando en Prtete, entre el valle de Jirn y el de Tarqui, su
mayor depresin en solo 2757 metros de altura. Pero luego se ensancha y
se alza de nuevo sobre San Fernando la altura de 3800 y 4000 metros y
sigue as, hasta reunirse en Mullepungo con la Cordillera oriental, bajo
3 o 10'Lat. S.
Este gran nudo de Prtete y Tinajillas al N, la alta Cordillera de Chilla
al S, y la Cordillera real al fondo oriental limitan netamente el sistema
fluvial y la h o y a de Jubones. Una ojeada sobre el mapa convencer
al lector mejor que cualquier otra demostracin, de que esta regin puede
ser considerada como una verdadera hoya interandina, que solo por el abra
del rio Jubones entre Mullepungo y los cerros de Angostura comunica con
la regin litoral del Ecuador.
40 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

De los ramales meridionales que emite la cordillera transversal de Tina-


jillas y Prtete, es el mas importante el que sale de Tinajillas y baja con
los nombres de Silvan y Allpackaca hasta las orillas del Jubones. En su
parte media, donde la cruza el camino entre Gulac y la hacienda de Aya-
bamba, tiene 3227 metros de altura. Ella separa los valles del rio Len y
de Yunguilla del Rircay. Las otras, entre Prtete y Mullepungo, son
ramas mas cortas que se abaten pronto entre las quebradas de los rios.
La cabecera mas distante y por esto principal del rio Jubones es el
rio de Nabon, que nace en los pramos de Allparupashca y recibe los ria-
chuelos de Tinajillas y Silvan del lado derecho. Hasta este ltimo rio corre
de E 0 , pero entonces se dirige al Sur y toma el nombre de rio Lcon,
precipitndose en una quebrada honda lo largo del ramal de Silvan y
Allpachaca. Sus tributarios en este trecho le vienen todos del lado orien-
tal, de aquella antegrada de la Cordillera que ya conocemos, y son los
rios de Charcay, Tabla-yacu, Udushapa y Oa, muy encaados y separados
uno del otro por mesetas anchas y bien cultivadas. Sobre la primera ha-
llamos el pueblo de Nabon en 2765 metros de altura, sobre la segunda
Cochapata en 2996 metros, la falda de la cuarta Oa en 2552 metros.
Despus sigue una quinta meseta entre el rio de Oa y el de Zaraguro; pero
este ltimo rio ya recibe una parte de sus aguas del nudo de Guagra-uma
(por el rio Hondo) y entra del lado Sur al Jubones, precisamente en el gran
codo, que hace el rio Len cambiando su rumbo hacia Oeste y perdiendo
la vez su nombre.
Desde la boca del rio de Zaraguro conserva l rio Julones la direccin
E - 0 con poca inclinaccion al N, hasta el pueblo de Pasaje, donde entra
en los llanos del litoral. En este su curso medio recibe del lado derecho
el rio Rircay, que tiene alguna analogia con el rio Len, con el cual por
largo trecho corre paralelo de N S, allende el ramal de Allpachaca. El
Rircay nace de algunas lagunas sobre aquella parte alta del nudo de Pr-
tete, que se halla encima del pueblo de. San Fernando en 3800 metros de
altura. De su origen hasta su reunin con el rio de Jirn no hay mas que
tres leguas en linea recta, y en esta corta distancia tiene la caida de mas
de 2000 metros. San Fernando no est en la orilla misma del Rircay, sino
sobre una meseta encima del valle, la altura de 2783 metros. En su
cercana y sobre la misma meseta se halla el pequeo lago de Busa. El
primer tributario del Rircay es el rio de Jirn que desciende de Prtete y
pasa al lado del pueblo de Jirn (2162 m.). Su curso hasta la confluencia
con el Rircay es de N S, el mismo que en adelante conserva el Rircay
hasta su desembocadura. Los dems afluentes del lado izquierdo son insigni-
ficantes; tambin los del lado derecho son pequeos y nacen en las ltimas
LA BEGION CENTRAL ANDINA. 41

ramificaciones de la Cordillera secundaria, que saliendo del nudo grande,


baja al Sur, para rematar en el cerro de Shiric sobre el pueblo de Chahuar -
urco. Del lado oriental del Shiric baja el riachuelo de Llanicay, que reunido
con el rio Naranjo entra en el Rircay; del lado occidental desciende el rio
de Minas, que desemboca directamente en el Jubones, una legua y media
al Oeste de la boca del Rircay. La regin baja y casi triangular, limitada
de un lado por el Rircay desde su unin con el rio de,Jirn, del otro por
el rio Jubones, desde la boca del Rircay hasta la del rio de San Francisco,
y del tercero por las faldas del cerro Shiric, se llama:
Valle de Yunguilla. Este valle participa bajo muchos respectos, por
la aridez del suelo, por la escasa y singular vegetacin, por el aspecto y
la calidad geolgica de su terreno, por el calor y hasta por su insalubridad,
con la naturaleza del valle de Catamayo en la provincia de Loja. Solo que
el valle de Yunguilla el mas extenso, presenta mayor facilidad para el riego,
y por esto es mas cultivado que el de Catamayo. La poblacin de Yun-
guilla se concentr en el pueblo de GJiahuarurco, que est en un lugar
bastante alto y ventilado (1598 m.) y es algo menos expuesto al azote de
este valle, las fiebres intermitentes, que son endmicas en las haciendas
circunvecinas y mas bajas. Chahuarurco se fund recientemente en lugar
del antiguo pueblo de Caaribamba, cuyos restos se hallan la distancia
de media legua al NO, 630 metros encima del pueblo nuevo, en una-ex-
planada al pi del cerro de Shiric. Abajo, cerca de las orillas del Jubones
y del rio Minas se encuentran ruinas muy extensas de la poca incsica, y
se cree que en este sitio se hallaba la grande y afamada ciudad de Tome-
bamba, en que naci el Inca Huayna-Capac, y que mas tarde Atahuallpa
hizo arrasar en castigo de una rebelin de los Caaris.
Dos leguas abajo de la boca del rio Minas, entra al Jubones el vio de
San Francisco, que rivaliza con el Rircay en lo extenso de su sistema y en
cuanto su importancia. El tronco principal baja en direccin N - S de
los pramos altos del nudo de Prtete, donde este se rene con la Cordillera
occidental. Casi paralelos corren en su curso superior los tributarios de
ambos lados, es decir, el rio Masucay y el rio Cristal de lado izquierdo, y
el rio Pelincay del lado derecho del tronco. Entre todos estos ros bajan
cuchillas angostas y muy altas, dificultando mucho la comunicacin entre
estos valles. El rio Pelincay ya recibe algunos afluentes de la Cordillera
occidental, que en este extremo austral se llama Mullepungq., Tambin de
este lado noroeste bajan algunas cuchillas de montaas, y la mas interesante
es la, que se extiende entre el rio Pelincay y su tributario mas meridional.
Dos cerros cnicos coronan esta cuchilla en su parte inferior, el de Pucar
al N, con antiguas fortificaciones de los Incas Caaris, y el de Zhalu al
42 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

S (3268 met.), formando una silla perfecta, en que se halla el pequeo y


miserable pueblo de Pucar. Est en la altura de 3147 metros, su clima
es muy fri y rgido; cuando no est envuelto en nieblas y lluvias, las
rfagas de viento amenazan llevarse las casuchas de paja; sus producciones
son las de los pramos, es decir casi nulas, su porvenir ninguno. Sin duda
el pueblo era en la antigedad un punto estratgico de importancia, porque
hoy dia nadie pensaria fundarlo en aquel paraje, no faltando en las inmedia-
ciones sitios mil veces mejores. De Pucar pasa un camino fragoso sobre
el Mullepungo al valle de Tenguel y Balao. De los dems rios que
entran al Jubones por el lado derecho, nombrar solo el de Mullepungo, que
desciende directamente de la cordillera del mismo nombre.
Los tributarios del lado izquierdo bajan todos de la Cordillera de Chilla,
asi el rio Uchucay, que cerca del pueblecito de Mano desemboca enfrente
del rio Minas; en seguida el rio Yulug, cuya boca se halla cerca de la del
rio de San Francisco, abajo del pueblo de Yulug; despus los rios unidos
de Guanasung y Chilla, en cuyas orillas se hallan dos poblaciones de los
mismos nombres. Finalmente siguen las quebradas menos largas de Poto-
rillos, Guni, Quero y Casacay. Entre las bocas de los ltimos dos rios se
encuentran en un pequeo promontorio sobre las orillas del rio Jubones las
ruinas de una antigua fortaleza, Pitavia (205 met.), que yo considero como
la ltima avanzada de los Caaris contra las naciones costeas. Ella y la
fortaleza de Pucar custodibanla entrada al valle de Yunguilla. Una legua
abajo de Pitavia ya comienzan las llanuras de Pasaje y Mchala.
Ahora llegamos una de las hoyas mas hermosas y extensas del Ecuador
alto, la h o y a de Cuenca con el sistema fluvial del rio Paute, que
se extiende entre 3 ' 10' y 2" 35' Lat. Sur. Queda descrita la Cordillera
oriental y sus declives exteriores, hasta el nudo del Azuay. Igualmente
conocemos el nudo de Prtete y Tinajillas, que limita la hoya hacia el Sur.
La Cordillera occidental que la flanquea del lado oeste desde Mullepungo
hasta cerca de Caar, es algo mas complicada que la oriental, y aunque en
general corre paralela con esta, presenta sinembargo mas sinuosidades y
ramificaciones. Ambas cordilleras se,ensanchan mucho, pero no es difcil
reconocer siempre un crestn central, formado por los picos mas elevados.
Si medimos el ancho de la hoya de cresta cresta, encontramos 14 leguas
en trmino medio, pero su parte habitada y cultivable entre los pramos no
llega mas de la mitad.
De los ramales occidentales de la Cordillera oriental debemos mencionar
en primer lugar aquel, que sale de Matanga y llena en forma de un macizo
casi triangular toda la regin entre el rio Jima, el rio Pamar y el rio de
Sigsig. Es un conjunto irregular de pramos y cerros con una altura de
LA EEGION CENTRAL ANDINA. 43
3300 3700 metros, pero la cadena principal sigue lo largo del rio Sigsig
hacia NO. El segundo ramal grande se separa de la Cordillera real un
poco al Norte de Matanga y corre con la misma direccin como el anterior,
al N0 hasta la cercana de Chordeleg, pero con sus bifurcaciones y ramas
secundarias forma los valles de Sta. Brbara, de Ayon, de Alcacay y mas
abajo el de Shiu y de Guallmincay. Tambin las alturas sobre Sigsig y
las de Llingasha estn en comunicacin con el mediante el pequeo nudo
de Piedra blanca. Desde el ltimo punto hasta el Allcuquiru al Norte, en-
contramos una zona ancha de pramos delante de la cresta mas alta de la
Cordillera, la cual podemos comparar con la meseta de Shingata sobre Nabon.
La meseta se extiende con la altura de 3500 metros hasta las inmediaciones
del valle de Gualaceo y de Paute sobre Pan y Guachapala, de manera que
saliendo de uno de estos valles, se gasta un dia entero en el viaje por los
pramos, antes de llegar la Cordillera real. En la meseta nacen los ros
de Guallmincay, de San Francisco y de San Jos, cuyas valles cortan pro-
fundamente sus pendientes occidentales; pero la incisin mas considerable
es ocasionada por el valle de Collay, que baja de S N. Desde el lado
derecho de este valle hasta el Allcuquiru, los pramos descienden suavemente
las abrigadas playas del Paute cerca de Jordn y Santa Kita.
El nudo de Prtete y Tinajillas, que hacia el Sur se abate en formas
abruptas, desciende con mas suavidad la hoya de Cuenca. Entre Jima,
Marivia y Cumbe se levantan todava algunos cerros altos, como por
ejemplo el Gulashi, pero luego se pierden sus ramas en las mesetas de Ludo
y Quinjeo. Desde Cumbe hasta el paso del Prtete las pendientes setentrio-
nales del nudo se hacen mas y mas suaves y el trnsito del llano de Tarqui
hasta la altura del camino en Prtete es tan inperceptible, que uno viniendo
de este lado, difcilmente se persuade que ha subido uno de los nudos inte-
randinos principales, hasta que se le abre la vista al otro lado hacia el
hondo valle de Yunguilla.
La parte alta del nudo, entre Prtete y Mullepungo presenta la misma
particularidad de bajarse al- N por ondulaciones moderadas, pero siendo el
terreno de suyo muy alto, se mantiene en la regin de los pramos por una
gran extensin.
La Cordillera occidental se prolonga desde el punto, en que se une con
el nudo de Prtete, hacia el Sur y Suroeste hasta las orillas del Jubones,
como hemos visto mas arriba. Esta primera seccin se llama Mullepungo.
Al Norte mejor dicho Noreste sigue muy ancha, confundiendo sus pramos
con los del Prtete, y esta regin, en que se encuentran las cabeceras del
rio Yanuncay, se llama Chanchan. Un ramal, que sale de Chanchan y baja
entre .el Yanuncay y los. afluentes del Matadero, hasta las inmediaciones, del
44 TOPOGBAFIA. CAPTULO II.

pueblo de Baos, es conocido con el nombre de Saldados, por ella cruza el


camino que conduce de Cuenca al valle del rio Balao. Despus sigue aquella
parte de la Cordillera, que lleva el nombre de Cajas y mas adelante de Patul,
y que emite muchas ramas cortas al oriente entre las cabeceras del rio
Matadero, y una mas larga que separa los sistemas fluviales del Matadero
y del Machngara y remata sobre Sinincay. Desde Patul declina la Cor-
dillera considerablemente a! Este, recibiendo el nombre de Puruving y final-
mente el de Caucay en su extremo, donde est cortada por el valle del rio
Caar. En todo este trecho entre Patul y Caucay bajan varias ramas la
hoya, separando los valles de los rios Machngara, Surampalte, Burgai y de
sus tributarios pequeos. En la ltima de estos ramales, que se extiende
entre el rio de Deleg y el de Azogues, llama la atencin el cerro de Coji-
iambo por su aislada posicin y las formas escarpadas de sus peascos,
sobre la meseta de Cojitambo, entre los pueblos de Deleg y de Chuquipata.
Desde Cuenca se presenta como un pico agudo, desde Chuquipata como una
muralla larga. Su altura es de 3076 m., solo 14 m. inferior la del Gua-
gualshuma.
El lado occidental de esta Cordillera se halla aun mas cortado que el
oriental, por un sinnmero de quebradas y valles, que descienden desde las
eumbres de 4000 metros rpidamente hasta el nivel del mar, y como los
valles corresponden otras tantas lomas que los separan, tambin el nmero
de estas lomas ramas'de la Cordillera es muy grande, y podemos enumerar
solamente las principales, comenzando de nuevo en Mullepungo. El primer
ramal nace en Mullepungo con el cerro cnico que se llama Pan de azcar
y baja entre los rios Pagua y Tenguel, acabndose en el cerrito casi aislado
de Tengullo. Un segundo ramal sale del mismo Mullepungo, un poco mas
al Norte, y corre entre los valles del rio Tenguel y del rio Gala, rematando
en los cerros de- Coca en la hac, de Tenguel. Sobre esta loma baja el camino
fragoso, que conduce de Pucar Balao. La tercera rama principia en
Chanchan con el nombre de Berseta y separa el sistema del rio Gala del
mayor del- rio Balao. Del Cajas se extiende un macizo muy alto y-ancho
de pramos hacia el Oeste, hasta cerca de Molleturo, y de este macizo, que
en su diferentes partes-lleva diversos nombres, salen al Sur y al Norte varias
ramas cortas, entre las cuales nacen las cabeceras de los rios de Balao y
de Mihuir. Es'de notar, que todos los rios, que desde Mullepungo hasta el
macizo del Cajas bajan al occidente, desembocan directamente en el Golfo
de Guayaquil, mientras que los" que siguen, comenzando con el Mihuir, van _
engrosar el rio de Caar, que mas abajo se llama de Suya y finalmente
de NaranjaL Al Norte del Cajas siguen los Cerros de Patul que forman un
macizo parecido al que acabamos de describir, pero sus ramales principales
I A REGIN CENTRAL O 'ANDINA. 45
46 . TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

se dirigen al N y NO entre los valles de los ros Miliuir, Norcay, Pulucay,


Patul y Tisay. Finalmente siguen las ramas que bajan del Puruving hacia
Gualleturo las orillas del rio de Caar.
Ahora nos falta cerrar la hoya de Cuenca de la parte setentrional. El
nudo que aqu une las dos Cordilleras, no es tan regular como al Sur en el
Prtete. Sigamos su linea, que es la divisoria entre el sistema fluvial del
Paute y el del rio Caar, comenzando en Caucay al O de Caar. Aqu la
Cordillera se une por una silla baja con el cerro de Bueran (3806 m.) y
por otra silla, siempre en direccin O - E , con los cerros de Molobog. Esta
segunda ensillada, por la cual pasa el camino de Caar Biblian, tiene
3483 metros de altura. Los cerros de Molobog se dirigen derepente al Sur
hasta encima del pueblo de Biblian, donde cambian su rumbo en un ngulo
agudo al. NE, conservndolo mas menos hasta los cerros de Huayrapungo
y hasta los pramos del may. Cerca de aquel ngulo, donde la cruza el
camino de Azogues Caar, esta cordillera tiene su mayor depresin (3373 m.).
En seguida se alza mas y mas, llegando en Huayrapungo la altura de
mas de 4000 metros.
Como se v, este nudo es imperfecto, es decir, no se une directamente
con la Cordillera oriental, sino con el nudo del Azuay, de manera que podria
considerarse tambin como un ramal de ste, ramal que emite varios subra-
males hacia el Sur. De los ltimos el primero nace en Huairapungo con
el nombre de Pihhun, y llena con sus bifurcaciones (Chaning, Huaira-
caja etc.) toda la regin entre los os de Paute, de Azogues y de Dudas.
Otros dos ramales bajan al Sur hasta las orillas del Paute entre los ros
Dudas, Masar y Jubal. Atrs de este ltimo rio la hoya est cerrada
por la Cordillera nevada, es decir, por aquella parte de la Cordillera real,
que se extiende desde el Paute hasta el nudo del Azuay. Algunas ramas
cortas salen de ella en direccin SO, entre los rios de Jubal, del Pulpito y
rio Negro.
Todas las montaas de la hoya de Cuenca estn en alguna comuni-
cacin con las dos Cordilleras y los dos nudos, que la limitan, con excepcin
de una regin reducida entre los rios de Paute, Tarqui y Gualaceo Pamar.
Las montaas de esta regin central forman un grupo independiente y un
macizo irregular. Su punto culminante es el cerro Guagualzhuma sobre el
pueblo de Paccha, con la altura absoluta de 3090 metros. Fuera de este
cerro no se presentan formas caractersticas; el terreno es suavemente undu-
lado con. 200 300 metros de altura relativa sobre el plano de Cuenca; el
rio de Quinjeo, que divide este macizo en dos mitades y corre de S N,
es el nico rio considerable, que por la erosin excav un valle hondo entre
el Guagualzhuma y el pueblo de Jadan.
.LA REGIN CENTBAL ANDINA. 47
E l sistema fluvial del rio Paute se presenta sobre el mapa cual
un rbol de copa ancha, y la primera vista parece difcil decir, cual de
los ramos sea el principal y la continuacin directa del tronco. Sinembargo
debemos dar la preferencia al rio Matadero, por ser el mas largo, el medio
y el que guarda mejor la direccin general del Paute. Nace, pues, este rio
en la Cordillera occidental en las alturas del Cajas de algunas pequeas
lagunas; comienza su curso al SE por el valle pintoresco de Qunuas, lo
cambia desde Sayaus hasta Cuenca al E , y sigue despus al NEE, para
romper finalmente la Cordillera en direccin E. al lado del Allcuquiru. Aqu
haremos la observacin, que ningn otro rio de la Amrica meridional, de
los que dirigen su curso al ocano atlntico, nace en tanta proximidad del
mar pacfico, como el rio Paute; sus cabeceras no distan mas que unas
10 leguas, en linea recta, del Golfo de Guayaquil.
El rio Matadero recibe algunos pequeos afluentes de la misma Cor-
dillera occidental, de los cuales el rio de Surucuchu y el de Masan, ambos
del lado derecho, son los principales. Muy cerca de Cuenca le entra del
lado Sur el rio Yanuncay unido con el rio Tarqui. El primero baja de los
pramos de Chanchan y de Soldados en direccin NE, hasta el pueblo de
Baos, despus describe un semicrculo (N-NE-E) al rededor del aislado
cerro de Gishil y recobra su rumbo anterior hasta enfrente de Cuenca.
El rio Tarqui nace en el nudo de Prtete, baja al NE y se rene muy
pronto, en medio del plano de Tarqui, con el rio Cumbo, que viene de los
cerros de Marivia, de SE. En su curso medio el rio Tarqui serpentea
mansamente por la llanura perfecta de Tarqui, que se extiende 2 leguas de
S al N y mide 1i de legua de ancho. No tiene mas que 82 metros de
altura sobre la plaza de Cuenca. Al extremo setentrional de la llanura se
levanta de la orilla izquierda del rio un cerro cnico no muy alto, pero
memorable en la historia de las ciencias. Se llama el cerro de la pirmide,
por llevar en su cspide un monumento de esta forma, mas bien de la de
un obelisco. Aqu es donde en el siglo pasado los Acadmicos franceses
pusieron l trmino austral su clebre triangulacin y sus observaciones
astronmicas, que tenan por objeto resolver el problema de la verdadera
figura de la tierra. Al pi de este cerro de la pirmide el rio Tarqui vira
al NO y entra en la angostura de un valle tortuoso, cuyas laderas no son
muy altas pero escarpadas, y en que desembocan del lado izquierdo tres
quebradas con los rios de San Agustin (al pi de la pirmide), de Tutupali
y de Churcay, todos tres cortos y de poca monta. Pasado este valle toma
el rio su rumbo al Norte y entra en la llanura de Cuenca, recibiendo en
este trecho el riachuelo de Baos, que tiene la particularidad de nacer de
unas fuentes termales, de que hablaremos en otro lugar. En las inmedia-
48 TOPOGRAFIA. CAPITULO II.

cionea de San Roque, suburbio de Cuenca, se rene el Tarqui primero con


el Yanuncay inmediatamente despus con el Matadero, formando los tres
el rio Paute. Al lado de esta triple confluencia, y sobre la ribera izquierda
del rio Matadero est edificada la hermosa Capital de la provincia, en la
altura abs. de 2580 metros.
A muy corta distancia de Cuenca hallamos la boca del rio Machangada,
tributario considerable del rio Paute, cuyas cabeceras se encuentran en las
alturas de la Cordillera de Patul- y del ramal de amurelte. Entre sus
afluentes se cuenta el rio de la Compaa, del lado derecho.
El rio de Sidcay es insignificante en' comparacin con el Machngara,
pero el rio Azogues unido con el rio de Deleg es uno de los tributarios mas
grandes,del Paute de este lado izquierdo. El rio Deleg se forma del rio de
Surampaltc, que baja de las alturas de amurelte y del rio de Ramos-huaico,
que viene de un ramal del Puruving. Los dos se renen cerca del pueblo
de Deleg y viran hoia SE la boca del rio Azogues. El sistema de este
ltimo ocupa una regin extensa entre la Cordillera de Caucay y la de
Huairapungo, y debemos distinguir dos rios principales que lo constituyen:
l ro d Biblian y el rio Tabacay, cuya confluencia se halla muy cerca de
Azogues. El rio de Biblian su vez recibe, un poco arriba del pueblo de
este nombre, por tributario el rio de Burgai, que nace en la Cordillera occi-
dental sobre las alturas de Puruving y Cauoay. Todos los dems afluentes
del Azogues bajan del nudo de Caar y Huairapungo; asi el rio de Biblian
mismo, que desciende de N J3 entre un ramal del Bueran, llamado Bueste,
y los cerros de Molobog. El rio Tabacay nace con el nombre de Carihuaray
en los cerros de Huairapungo, y su afluente principal, el rio Nudptid viene
de los pramos de Pilzhun. Desemboca en el rio de Biblian al lado seten-
trional del alto cerro de Abuga, que se levanta inmediatamente sobre la villa
de Azogues.
Desde la boca del rio Azogues el Paute v franjeado de su lado seten-
trional por una cordillera bastante alta con pendientes escarpadas, desde
San Cristbal hasta encima de Huarainac, y no recibe en este trecho sino
algunos riachuelos cortos en la cercana de Paute; pero del Sur le entra
primero el rio de Quinjeo de Jadan, y despus el mucho mas grande de
Gualaceo Pamar. Este rio nace con el nombre de Jima en la Cordillera
oriental, corriendo en direccin de E - 0 hasta la cercana del pueblo de
Jima, y recibe en este su curso superior algunos afluentes del Sur, es decir
del nudo de Tinajillas (Allparupashca). En seguida vira en ngulo casi
recta al Norte y conserva este rumbo general hasta^ su desembocadura en
el rio Paute. Desde Jima hasta la boca del rio Sigsig se llama Pamar y
toma del lado izquierdo el rio liaranga, nico tributario occidental de algunax
LA REGIDN rnyWTTtAT, O ANDINA.
W O L , Bcnaoi.
50 TOtOGEFIA. CAPTULO II.

consideracin. Casi en la mitad del camino entre Jima y Gualaceo le en-


gruesa del lado derecho el rio de Sigsig. Este nace de varios riachuelos
en las alturas de Matanga y en el ramal, que baja por Piedra blanca hasta
las cercanas de Sigsig. Los rios Mlong, Minas, St*, Brbara y Ayon son
las cabeceras mas conocidas del rio Sigsig, por los lavaderos de oro que
se hallan sus orillas. El curso general de este rio es de NOO. En las
faldas setentrionales de Piedra blanca toma su origen el rio Alcacay, que
despus de correr por un pequeo trecho de E 0, vira al NO y baja con
el nombre de rio Shiu al de Gualaceo. Pues, es de notar, que el rio Pamar
desde la boca del de Sigsig generalmente se llama rio de Gualaceo.*) En

Fig. '3. El valle de Gualaceo.

continuacin tenemos el rio de- Guallmincay abajo de Chordeleg, y en fin


los dos rios de San Francisco y de San Jos, que desembocan casi en el
mismo punto enfrente de Gualaceo y muy corta distancia del rio Paute.
Estos ltimos tres rios nacen en los pramos que forman la antegrada de
la Cordillera real. Gualaceo, la bonita cabecera del cantn, no se halla en
la misma orilla del rio, sino cierta distancia y unos 20 metros sobre ella

*) Es una costumbre que se halla por toda la Sudamrica, de dar un mismo rio
distintos nombres en diversos trechos de su curso, costumbre poco conveniente, que ha
causado muchas equivocaciones y confusiones en las obras de geografia.
LA EBGI0N CENTBAL ANDINA. 51

(2320 m. de altura absoluta) en una explanada hermosa y en medio de un


vergel de rboles frutales.
Si seguimos desde la boca del rio de Gualaceo hacia abajo, encontra-
mos en el mismo lado el rio de Collay, que en direccin S-N baja de los
pramos de Maila y de Collay al pi de la Cordillera real; se llama tambin
rio de Pan, segn el pueblo de este nombre, que se halla bastante eleva-
cin sobre su ribera izquierda (2610 m.). Finalmente descienden unos pe-
queos rios de las faldas extensas del Allcuquiru, que desembocan en el rio
Paute cerca de los sitios de Jordn y de St a . Rita.
En el arco grande, que hace el rio Paute antes de romper el dique de
la Cordillera, le engruesan algunos ros considerables del lado norte, que
descienden en parte de Huairapungo y de los pramos del Azuay, en parte
de la Cordillera oriental. El primero es el rio Dudas, que tiene su origen
atrs del Pilzhun y Huairapungo, recibe en su curso superior algunos per
queos afluentes en el valle de Pindilic, y en el curso medio el rio de T-aftay
del lado occidental. En general guarda el rumbo de NO SE hasta su
entrada en el Paute. Los otros rios que siguen mas abajo, son casi inacce-
sibles y vienen de regiones inhabitadas. Para averiguar su curso, conviene
subir al cerro de Yanguang (3360 m.) que corona el ramal entre los rios
Dudas y Masar entre los pueblos de Pindilic y de Shoray. Este cerro do-
mina un horizonte inmenso, sobre todo hacia la Cordillera oriental y me ha
servido mucho para el trazo de esta seccin del mapa. Al Oeste divisamos
una gran parte de la hoya de Cuenca y casi nuestros pies los.valles de
Pindilic y de Taday con el rio Dudas, cuyo curso se destaca como sobre
un mapa. Al Este de nuestro mirador tenemos el curso del majestuoso Paute,
en cuya ribera derecha distinguimos el antiguo hospital de los lzaros, lla-
mado Jordn y la hacienda de St a . Rita, ltima avanzada de la civilizacin
hacia el Oriente. Abajo de este ltimo sitio el rio hace una grandsima
vuelta, describiendo tres partes de un crculo al rededor de un promontorio
del Allcuquiru, y derepente se lanza al Este por la breosa abra de la Cor-
dillera. Aqu se nota la extensin enorme del Allcuquiru y lo bizarro de
sus formas: una selva de picos, cuernos, agujones y dientes sobre su cresta.
A la verdad el nombre quichua que lleva, es el mas expresivo que se podia
darle, pues significa diente dentadura de perro. Lo que vemos al N y al
NE, es un mundo desconocido y desierto: cuatro cinco cordilleras ra-
males, que salen en parte de las alturas del Azuay y en parte de la Cor-
dillera principal, vienen espirar al rededor del gran semicrculo que
describe el rio Paute, y de los valles que separan estos cordones se pre-
cipitan otros tantos rios: el Masar, el Jubal, el del Pulpito y el rio Negro.
Atrs de todo esto y como el fondo del anfiteatro se divisa la Cordillera
4*
52 TOPOGRAFIA. CAPTULO IT.

real de los.Andes con su cresta erizada y nevada, y as mismo se distin-


guen de lejos al N y NO algunos picachos principales del Azuay.
Con esto concluimos la revista orogrfica hidrogrfica de la gran hoya
de Cuenca. Dirigamos ahora nuestra mirada la que sigue al Norte y que
ocupa una extensin mucho menor, la h o y a de Caar. Ella no llega
hasta la Cordillera oriental; est limitada al Norte y Este por el nudo del
Azuay y sus ramales, al Sur por el nudo de Bueran, y al Oeste por un
eslabn de la Cordillera occidental. El lmite al Sur y Este queda descrito;
es la cadena de montaas que comienza en Caucay al O de Caar, sigue
por el Bueran y los cerros de Molobog, y concluye en los de Huairapungo.
Solo de estos ltimos se prolonga un ramal algo considerable hacia el Oeste
la hoya de Caar, separando los rios de Huairapungo y de Silante. En
su extremo, cerca de la confluencia de los dos rios citados, se halla sobre
un promontorio la antigua fortaleza de los Incas Incapirca (363 rn.), cuyas
ruinas son uno de los monumentos mas interesantes del pais, que quedaron
del dominio incsico.
E l nudo del A z u a y es un deforme macizo de montaas, colocado
bajo 2 20' Lat. S en medio de la Cordillera oriental y de la occidental, como
una inmensa araa que extiende sus patas brazos todos lados. Algunos
de estos brazos, que se dirigen al Sur, ya conocemos, la Cordillera de Huaira-
pungo es el principal. Otro brazo ramal baja al SO, separando los valles
del rio Silante y del rio de Culebrillas, y extendindose hasta el pueblo de
Tambo. Del centro mismo del nudo, es decir de Quimsa- cruz (4307 m.) sale
el ramal que bajando primero en la misma direccin de SO y virando des-
pus al Oeste rene el Azuay directamente con la Cordillera occidental sobre
el pueblo de Suseal. De consiguiente este ramal es el mas esencial y la
prolongacin directa del nudo, porque separa la hoya de Caar de la de
Alaus. Lo que toca la Cordillera occidental entre las dos hoyas que acabo
de nombrar, no manifiesta mucha regularidad. Es mas baja que en la pro-
vincia de Guenca y en la de Biobamba, y carece de una cresta central y
bien marcada. Desde el punto en que se rene con el nudo del Azuay,
sobre el pueblo de Suseal, una rama baja al Oeste, franjeando el rio de
Caar, y otra se dirige al Norte para descender las orillas del rio Chan-
chan. De su lado occidental nacen los rios de Eircay y de Bulubulu (tri-
butarios del rio de Boliche), entre cuyas cabeceras tambin se abaten al-
gunas ramas cortas de la Cordillera. Por lo dems toda esa regin es
inhabitada y poco conocida.
El sistema fluvial de la pequea hoya de Caar es sencillo y corto.
Considerando como principio del rio de Caar el de Silante, podemos decir
que este rio en todo su curso hasta las llanuras de Naranjal guarda el
LA REGIN CENTRAL ANDINA. 53

rumbo general de E-O. El Sitante nace entre los ramales del Azuay que
llamamos de Huairapungo y de Paredones. Paralelo l corre el rio de
Huairapungo, pero algo mas al Sur, que manifiesta su origen por el nombre
mismo. Este ltimo no entra directamente al Silante, sino en el rio de
Molobog, que viene del Sur, de aquel tringulo que forma la cadena de los
cerros de Molobog sobre el pueblo de Biblian. Si cruzamos estos cerros,
viniendo de Azogues, entramos por una bajada suave y corta un valle
ancho de suelo. pantanoso, en que toma su origen el rio de Molobog. Una
legua, poco mas menos, sigue este valle anchuroso y casi horizontal, en-
tonces se estrecha derepente y tiene una caida precipitada. Peascos altos
y tajados de prfido se levantan ambos lados y dejan con dificultad paso
al rio y al camino, obligndolos hacer muchas tortuosidades. As sigue
el valle una legua, hasta la desembocadura del rio Huairapungo, que viene
del Este de un valle semejante. Entonces se abre el paisaje hacia la
meseta y el valle de Caar. El Molobog se rene una legua mas al Norte
con el Silante y los dos unidos reciben el nombre de Caar Hatun-Caar,
que conservan hasta mas' abajo de Gualleturo. Pasamos en silencio los
pequeos afluentes de la derecha izquierda, y nombraremos solo el tri-
butario considerable que entra al Caar entre los pueblecitos de Pungal y
Tambo, y que es el rio de Culebrillas. Sus fuentes se hallan en el centro
del Azuay, al Este de Quimsa-cruz, en el valle que forma el ramal principal
del nudo con el de Paredones. Tambin de Quimsa-cruz baja un pequeo
brazo del rio en direccin SO. Entre este brazo y el rio principal se halla
la mal afamada Pucaloma (4445 m.), una rama corta del Azuay, por cuya
cresta pas antiguamente el camino real y que fu muy temida de los via-
jeros, por estar comunmente nevada y azotada por un viento furioso. Al
pi de la cuesta de Pucaloma se rene el riachuelo de Quimsa-cruz con el
rio de Culebrillas, y en seguida serpentea con mil tortuosidades por un valle
angosto y pantanoso hasta entrar en una hermosa laguna, en cuya cercana
se hallan los Paredones, es decir, las ruinas de un tambo grande del tiempo
de los Incas,<i0) Despus de dejar la laguna, el rio sigue todava por largo
trecho la direccin al Oeste, par bajar finalmente entre Tambo y Pungal
al Hatun-Caar.*) '
Del lado setentrional del rio la hoya de Caar se cierra por la Cordillera
occidental cerca de Suscal, pero del lado Sur propiamente acaba con los
cerros de Caucay, es decir mas hacia el Este, porque los sitios de Malal,

*) En mi primera descripcin de la provincia del Azuay (Guayaquil 1879) he come-


tido el error de dejar el rio de Culebrillas dirigirse al rio Angas, tributario delChan-
chan, seducido por informaciones inexactas de algunos cazadores.
54 TOPOGRAFIA. CAPITULO I I .

Ger y el pueblo de Gualleturo ya se hallan al Oeste de la Cordillera occi-


dental. La dificultad de cerrar netamente la hoya hacia el lado oeste, pro-
viene de la irregularidad de la Cordillera entre el rio de Caar y el Chan-
chan, de que he hablado mas arriba, y en cuya consecuencia las crestas no
se corresponden directamente ambos lados del rio de Caar, como en otras
abras de la Cordillera. La cabecera del Canton, la villa de Ganar, no se
halla las orillas del rio grande, sino la distancia de media legua y
267 metros sobre l (3140 m. de altura absoluta), en una hondada de la
meseta entre dos riachuelos. Fuera de esta meseta entre el Bueran y el
rio, que es muy feraz y bien cultivada, la hoya tiene poco terreno plano.
A la otra banda del rio, es decir, al N, la meseta es angosta y solo en las
inmediaciones del pueblo del Tambo y de su anejo Pungal algo mas pro-
nunciada. Se levantan demasiado cercanos los cerros que forman como el
antemural la primera grada del gran Azuay.

Seccin IY*. La Regin entre el Azuay y el Chimborazo y Sanancajas.

En esta regin caen las provincias del Chimborazo y de Bolvar, con


las hoyas de Alaus, Kiobamba y Chimbo. Comencemos, como de costumbre,
con la descripcin de la Cordillera oriental real. Entre el valle transversal
del rio Paute (2o 40'Lat. S) y el de rio Pastaza (I o 25'Lat. S) sigue ella el
rumbo general de NNE; pero desd el nudo del Azuay (2o 20' Lat. S) prin-
cipia mostrar ciertas irregularidades, que hacen su estudio mas complicado
y difcil; sobre todo se ensancha mucho, y veces quedamos en duda, cuales
de los picos irregularmente agrupados formen la cresta central y principal.
Esta complicacin sigue por todo el resto de la Repblica hasta las fron-
teras de Colombia, y es debida un elemento trastornador que entra en la
constitucin geolgica de la Cordillera oriental. Desde el nudo de Sabanilla
hasta el Azuay la composicin de esta Cordillera era sencilla y hasta mon-
tona, ejerciendo las antiguas rocas cristalinas (granito, gneis, esquistas cri-
stalinas) su dominio indisputado; en consecuencia tambin las formas exte-
riores geogrficas de las montaas se sujetaron reglas bastante sencillas.
Pero luego que entra el elemento r evolucin ario del volcanismo, tambin
las configuraciones externas de las Cordilleras se modifican; los volcanes
levantan sus soberbios pero peligrosos edificios sobre las bases mas slidas
de las rocas antiguas, y cambian la fisonomia de las Cordilleras. El Azuay
es el primer nudo interandino volcnico, y todos los dems hacia el Norte
son de la misma naturaleza.
El Azuay comunica con la Cordillera oriental por un anchuroso macizo
de montaas, que se confunde insensiblemente con la Cordillera misma y
LA EESION CENTEAI ANDINA. 55

lleva diferentes nombres como: pramos de Yuluc, Zula, Totora, Ayapungo,


Mactalan, Yuntana, Osogocke, Colai, Hatillo etc. En esta regin alta y fria,
sembrada de lagunas, nacen varios rios importantes, que se dirigen en sen-
tidos opuestos al Sur y Norte, al Este y Oeste, y entre sus cabeceras co-
mienzan individualizarse los.ramales de montaas, que igualmente irradian
hacia todos los vientos. Hacia el oriente bajan las ramas que separan los
valles de los primeros afluentes del rio Upano de Macas; hacia el NNO
sale el ramal que forma los pramos sobre Alaus y Tixan hasta Atapo, y
que virando al O se. prolonga directamente por el nudo de Tiocajas hasta
la Cordillera occidental. El ramal que principia entre las cabeceras del rio
Ozogoche y las del rio Zuac, y que se dirige al NNE por las alturas del
Hatillo, es la linea divisoria entre las aguas del Pacfico y del Atlntico,
y debe ser considerada como la continuacin de la Cordillera real misma.
Esta Cordillera presenta en su curso ulterior hacia el Norte, hasta los
pramos del Quilimas, la particularidad de ser partida en dos cadenas para-
lelas por un valle longitudinal, en que nace el rio de Cebadas de Yasipang.
Pero antes de entrar en una explicacin ulterior de este fenmeno, volvamos
la mirada atrs.
El nudo transversal de Tiocajas entre Guamote y Tixan separa l valle de
Alaus de la gran hoya de Riobamba. Este valle debemos considerar como
una hoya interandina aparte, limitada al N por el nudo expresado, al Sur
y Este por el Azuay y sus ramales, y al Oeste por la Cordillera occidental.
La ltima, que entre el rio de Caar y el rio Chanchan era menos pronun-
ciada, comienza desarrollarse de nuevo con mucha regularidad al lado
derecho del Chanchan, sobre el pueblecito de Linje, y sigue sin interrupcin
con una cresta angosta y bien visible hasta el Chimborazo. En' su primer
parte, desde Linje por las alturas de Sinchan y San Nicols, hasta el cerro
de Calugin, es baja (3000 3300 m.) y su rumbo es al NE, pero despus
sigue directamente al N, siempre con el hondo valle de Chimbo al lado
occidental, y se levanta la altura media de 4300 metros. Solo la primera
parte franjea la hoya de Alaus; donde se verifica la declinacin al Norte,
cerca del cerro Daas, se halla la unin con el nudo de Tiocajas mediante
una meseta alta de pramos. Todas las ramas de la Cordillera occidental,
ora caigan al valle de Chimbo, ora la hoya de Alaus, son relativamente
cortas, lo mismo que las que vienen del nudo de Tiocajas y su prolongacin
al Este hasta el Azuay. Algo mas considerables son las que emite el nudo
del Azuay al valle del Chanchan, as por ejemplo, la que saliendo de Quimsa-
cruz vira sobre Pomallacta y Gonzol al Oeste, y otra que parte del mismo
punto en direccin Chunchi. Las otras ramas, que podemos, llamar de
Guabalcon, de Sulchan y de Angas, nacen del ramal principal del Azuay,
56 TOPOGRAFIA. CAPITULO II.

que baja por el lado derecho del rio Culebrillas hasta el pueblo de Suscal,
y separan los valles de los rios que llevan los mismos nombres.
E l sistema fluvial de la h o y a de Alaus no es muy extenso. El
rio Chanchan, que al principio se llama rio de Alaus, nace sobre la ancha
meseta de Tiocajas, en los pramos de Atapo, y desciende en la direccin
N - S con poca declinacin al 0 por el valle de Tixan hasta su confluencia
con el rio Zula, enfrente del pueblo de Sibambe. En este trecho superior
recibe potjos y pequeos afluentes del lado izquierdo y algunos mas grandes
del lado derecho, es decir de la Cordillera occidental. La villa de Alaus
se halla su lado izquierdo sobre una pequea meseta, que tiene 180 metros
sobre el rio y 2400 m. de altura absoluta.
El primer tributario grande, que recibe el rio de Alausi, el rio Zula, le
viene del lado este, de los pramos de Totoras y de Zula, y corre en un
valle muy hondo y angosto, de manera que los pueblos de Acliupallas, Po-
mallcta, Gonzol y Guasuntos, se hallan todos en alturas considerables sobre
sus riberas, en unas pequeas mesetas. De la caida muy fuerte, que tiene
tanto el rio de Alaus, cuanto el de Zula, podemos formarnos una idea, si
digo que sus fuentes se hallan en la altura de 4000 metros, y su confluencia
cerca de la hacienda de Bugnac en la de 1857 metros; bajan unos 2150 metros
en la distancia de 5 leguas (en linea recta) el primero, y de 4 leguas el
segundo. A corta distancia de la boca del rio Zula entra del lado opuesto
el pequeo ri de 8ibam.be, que nace sobre el pueblo del mismo nombre en
los cerros de Calugin, Milla y Allpachaca, que son partes de la Cordillera
occidental. La plaza del pueblo se halla en la altura de 2478 metros.
Desde enfrente de Sibambe el rio Chanchan vira mas y mas al Oeste
y recibe del lado sureste los rios de Guataxi, de Guablcon y de Angas,
que descienden del Azuay y de su prolongacin occidental, como queda dicho
mas arriba- Sobre la orilla derecha del primer rio se halla la hermosa
meseta de Ghunchi, cuyo pueblo en la altura de 2316 metros (500 m. sobre
el Chanchan) goza de un temperamento agradable. Entre las desem-
bocaduras de los rios Guataxi y Guablcon llama la atencin, por su posi-
cin aislada, un alto cerro volcnico, que se llama Guablcon y tambin
Puay. Su cspide caracterstica domina todo el valle del Chanchan, desde
arriba de Sibambe y es visible hasta en Guayaquil. Es un punto magnifico
para servir en operaciones geodsicas. El rio Angas es el ltimo tributario
de consideracin que recibe el Chanchan de la izquierda, y con el ramal
que baja por su banda meridional de la Cordillera de Chilchil, se cierra la
hoya de este lado. En el lado opuesto, y casi enfrente de la boca del rio
Angas,, se levanta la Cordillera de Linje, que es la valla occidental de la
hoya de Alaus.
'LA BEGION CENTRAL ANDINA, 57

Flg. 4. Trabajos del ferrocarril en el valle del Chaaban.


58 TOPOG-tAFIA. CAPTULO I I .

Si seguimos de Sibambe el valle del Chanchan por el lado derecho,


encontramos muchos rios, pero todos pequeos, porque la cercania de la
Cordillera no les permite un desarrollo grande. Los principales son el rio
de Pagma, que viene de las alturas de San Nicols, las quebradas de Tilanje,
Licay, Huigra, Sigsigpamba y el rio Chiguacay, el ltimo mas largo y oriundo
de los cerros de Sinchan. Este lado del valle de Chanchan tiene un inters
particular, porque por l ha de subir el primer ferrocarril andino del pais,
que desde algun tiempo est en construccin.
La h o y a de Biobamba est comprendida entre las dos Cordilleras
principales, el nudo de Tiocajas al S, y el de Sanancajas al N. La Cor-
dillera oriental corre desde su unin con el nudo del Azuay poco mas
menos al Norte hasta el sitio de Hatillo los cerros de Cuscungo. All se
encuentra con el valle transversal del rio Yasipang, y se bifurca, siguiendo
un ramal al otro lado del valle en la misma direccin S-N, entre el rio
Cebadas y el Yasipang hasta encima del pueblo de Pungal, y dando el
otro ramal una vuelta al E y NE al rededor del valle de Yasipang, para
tomar en seguida el rumbo al N y para unirse de nuevo con el ramal
primero en los pramos de Cbillin, De este modo nace un valle longitudinal,
paralelo al del rio Cebadas, pero en mayor altura y corriendo las aguas en
los dos valles en sentido opuesto. De los dos cordones el segundo, es
decir, el oriental es el divortium aquarum entre el ocano pacfico y el
atlntico, pues en sus vertientes exteriores se hallan las cabeceras de los
rios de Macas y Palora. Sinembargo la rama occidental es la que limita
hacia el E la hoya de Riobamba, porque el valle del rio Yasipang, lo mismo
que el del rio Ozogoche, propiamente no pertenecen la hoya, que comienza
solo desde Ishubamba, desde el lugar en que el nudo de Tiocajas topa con
la Cordillera oriental.
La rama occidental, la nica visible desde la hoya de Riobamba, co-
mienza, como ya queda dicho, en la confluencia de los rios Ozogoche y
Yasipang, y sigue con una altura de 3500 4000 metros hasta enfrente del
pueblo de Licto. ella pertenecen los pramos de Ishubamba y Cebadas,
y especialmente los extensos Pramos de Alao con el .Mirador del 8angay>
en Calcit-jpungo. Sobre los pueblos de Pungal y Chambo la Cordillera se
levanta alturas aun mas considerables en el Cbillin (4455 m.) y en el
Pramo de Quilimas (4711 m.). Pero aqui ya est unida con la rama oriental.
Esta ltima cadena comienza en los pramos de Cuscungo y lleva en seguida
diversos nombres poco conocidos (por ser toda la regin inhabitada). Emite
varias ramas cortas hacia el Yasipang y algunas mas largas al lado opuesto
hacia el rio de Puente hondo, que es la cabecera principal del rio TJpano
de Macas. El punto mas interesante en esta cadena es el llamado Nag-
LA REOHON CENTBAL ANDIKA. 59

sagpungo, por donde se puede pasar del valle de Yasipang (arriba Yaguar-
cocha) al valle del rio del volcan, en que se levanta el Sangay. Desde
Nagsagpungo sale al oriente una Cordillera que forma hacia SE y NE un
semicrculo al rededor del volcan de Sangay (5323 m.), el cual por lo visto
se levanta aislado atrs de la Cordillera oriental. En la ladera S de Nag-
sagpungo nace el rio de Puente hondo, y en su ladera N un afluente del
rio Palora. de suerte que la dicha cordillera semicircular y mas al oriente
las faldas del Sangay mismo, forman la divisin entre los sistemas fluviales
del rio de Macas (Morona) y del rio Pastaza (Palora).*) Si de Nagsag-
pungo seguimos al N la cresta de la Cordillera, entre el valle superior del
rio de Yaguar-cocha y el de un afluente del rio Palora, llegamos pronto al

Fig. 5. El Altar visto del lado e Riobamba.

Hatun-urcu, que forma la transicin los pramos de Cubillin, en donde


desaparece la bifurcacin de la Cordillera, siguiendo un solo tronco aunque
muy ancho, "hasta el valle del rio Pastaza.
Despus de los picachos nevados del Quimas (Cerro Leonang) siguen
al N los pramos de Fariurumi (cresta de la Cordillera) y su trmino el
Cerro Toldo (4462 m.), que se divisa perfectamente desde la llanura de
Eiobamba. Separado del ltimo por la ensillada del Fungo de Yuibug,
se levanta el majestuoso Cerro de Collanes Altar, la obra maestra
de la creacin volcnica, cuyo j>ico mas elevado llega la altura de

*) El primero y hasta ahora el nico, que ha estudiado detenidamente esta regin


interesante entre la hoya de Riohamha y el Sangay, es el infatigable explorador de los
pramos ecuatorianos, Dr. A. Stbel, quien me proporcion graciosamente los materiales
para el trazo de esta parte del mapa.
60 TOPOGBAFIA. CAPITULO I I .

5404 metros.*) Del Altar salen muchos ramales, de la Cordillera, algunos al


0 y NO, entre los ros de Tarau, de Penipe (rio Blanco) y de Puela, otros hacia
el oriente, y entre estas la principal es la del Condorasto, cuya prolongacin
entre los sistemas de los rios Palora y Llusin se llama Cordillera de Huamboya.
Al Norte siguen despus del Altar los Cerros negros, formando la cresta
de la Cordillera real, y despus los extensos pramos de Mima. De ellos
sale como un promontorio al NO el volcan de Tunguragua (5087 m.), y al
E un ramal que desciende pronto las orillas derechas del rio Pastaza. Al

Fig. 6. El Tunguragua, -visto lel lado snr. (Segn A. StObel.)

pi del Tunguragua principia la honda y larga abra, que atraviesa la Cor-


dillera oriental de O E, y por la cual desaguan las dos hoyas interandinas
de Eiobamha y de Latacunga.
El nudo de Tiocajas no presenta accidentes memorables. Todo es un
conjunto de pramos montonos con diferencias hipsomtricas que poco
resaltan al ojo, porque faltan cerros altos y picos agudos. Mientras que el
nudo cae rpidamente al valle de Alaus, sus pendientes del lado opuesto

*) Collanes no es palabra quichua, pero en la lenga aymar (de Bolivi) Callana


significa ^magnfico, sublime'. El nombre de Capac-urcu, con que Humboldt oy designar
el ,Altar', seria una traduccin de la primitiva significacin al quichua; pues ambas
palabras, Capae y Collana, coinciden perfectamente en su sentido, lo que no ser fortuito.
Tambin otros nombres geogrficos del Ecuador, que derivan indudablemente de una
antigedad muy remota, se encuentran en la regin lingstica del aymar. El nombre
de Capac-urcu es actualmente desconocido en el Ecuador. Dr. A. Stbel, Skizzen aus
Ecuador, p. 43.
LA BEGION CENTRAL O ANDINA. 61
hacia la hoya de Riobanba descienden suavemente al rio de Guamote y al
de Cebadas. Su altura es de 3485 metros en el punto mas alto del camino
entre Guamote y Tixan. El pueblo de Guamote se halla la altura de
2980 metros, de consiguiente el descenso llega solo 505 metros, mientras
que del mismo punto culminante hasta el rio de Alaus enfrente de la villa,
cuya distancia no es mucho mas grande, la diferencia lupsomtrica es de
1265 metros.' En este nudo tenemos un caso anlogo como en el nudo
de Prtete, es decir una cada rpida al Sur hasta grandes profundidades,
y un descenso suave al Norte, mantenindose el terreno por grandes distancias
en alturas considerables.*)
Tambin la Cordillera occidental desde el cerro Daas, donde se une
con el nudo de Tiocajas, hasta el arenal del Chimborazo, presenta la misma
particularidad, de que la cresta central se abate repentinamente al valle de
Chimbo, y muy despacio por pramos tendidos al oriente, hacia el valle superior
del rio de Guamote, la laguna de Colta y el rio de San Juan, de suerte que
lo largo de toda la cresta central de la Cordillera se tiende una ancha
zona de pramos, que en altura ceden poco los de Tiocajas. Los pueblos
de Guamote (2981 m.), Calumbe (3149 m.), Sicalpa con Caja lamba (3205 m.)
y San Juan, se hallan la orilla inferior de esta zona. La cresta misma
de la Cordillera tiene de 3800 4400 metros, y de las ensilladas por donde
pasan los tres caminos principales, se halla Kavaz-cruz en 3868, Puyal en
4308 y el Arenal del Chimborazo en 4281 metros.
En l'/2 Lat. S se alza sobre el ancho lomo de la Cordillera occidental
el Chimborazo 6310 metros de altura absoluta. Desde aqu el volcanismo
se apodera tambin de la Cordillera occidental, y la mole inmensa del Chim-
borazo y la de su vecino al N, del Carilmairazo, ocultan completamente bajo
sus mantos volcnicos la Cordillera antigua y primitiva. El Chimborazo,
aunque ya desde mucho tiempo no se considera como el cerro mas alto del
continente sudamericano, siempre es la divisa y el blasn del Ecuador, y
una de aquellas maravillas de la naturaleza, cuya contemplacin imprime
huellas indelebles en el espritu del hombre.**)

*) El nudo de Tiocajas es memorable en la historia del pas, porque sobre l se


libraron muchas batallas decisivas. Aqu es donde mediados del siglo XV el inca
conquistador Tupao-Yupanqui derrot Hualcopo Duchisela l Shiri de Quito, ocupando
despus todo el pais hasta Mocha. En el mismo punto venci el gran hijo de Tupac-
Yupanqui, el inca Huayna-Capae, al hijo de Hualcopo, Cacha-Duchisela unos 25 aos
mas tarde. En Tiocajas el conquistador Benalcazar obtuvo, despus de combates san-
grientos una victoria decisiva sobre Rumiahui en 1534, la que sigui la conquista
del reino. Para pasar otros sucesos en silencio, recuerdo finalmente la batalla de Galte,
en que la revolucin de Veintemilla prevaleci contra el Gobierno constitucional en 1876.
**) Los historiadores mas antiguos que tratan del Ecuador, no nombran el Chim-
borazo. Cieza de Len, el mas prolijo en materia de geografia, lo llama Urcolago
62 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

Entre el Chimborazo y el Tunguragua, que se halla oasi bajo la misma


latitud, se extiende un conjunto de cerros volcnicos formando un nudo
transversal, que solo al pi del Tunguragua queda separado de la Cordillera
oriental por el angosto valle del rio Chambo. Este es el nuda de Sanan^
cajas y de Igualta. El primer nombre llevan los pramos entre Mocha y
Chuquipoquio, una especie de ensillada entre Chimborazo Igualta con
3607 metros de altura. Al Este de la ensillada se levanta inmediatamente
el tendido cerro de Igualta (4452 m.), cuyas faldas meridionales limitan la

3?ig. 7. Riobamba con el Chimborazo y el Carihuairazo. (Segn A. Stbel.)

hoya de Eiobamba, mientras que las orientales se confunden con los pramos
de Itapo, Savaac y Mulmul, cuyas escarpas caen precipitadamente al valle
del Chambo, enfrente de Puela. El nudo se ensancha mucho en su parte
oriental, pues le pertenecen tambin los cerros de Llimpi, al N de los pramos
de Savaac, cuyas faldas llegan hasta el valle del rio Patate.
De este modo tenemos cerrada la hoya de Eiobamba por todos los lados,
con excepcin del angosto valle entre el promontorio del Tunguragua y el

(=Ureu-razu, cerro-nieve). En la Crnica del Per, cap. 43, hablando de la provincia


de los Purhuaes y despus de citar el Tinguragua en la cordillera del levante, pro-
sigue : A la parte del poniente est otra sierra nevada, y en ella no hay mucha poblacin,
que llaman Ureolazo. Cerca desta sierra se toma un camino que v salir la ciudad
de Santiago que llaman Guayaquil. Puede ser que el nombre Chimborazo fu usado
primero por los indios de la antigua provincia de Chimbo (pues su traduccin mas natural
es la de nieve de Chimbo), y que los d Riobamba lo llamaron Urcorazo: mas tarde
se habr generalizado el primero.
LA EEGIO CENTBAL ANDINA. 63
nudo descrito, que sirve de desaguadero. Pero en el centro de la hoya
independiente de las Cordilleras, se levanta un grupo de montaas que lla-
maremos con el doctor Stbel los cerros de Yaruquies, y cuyo punto culmi-
nante , el Chuyuj se eleva 3759 metros. Este grupo irregular y tambin
de naturaleza volcnica, ocupa el terreno entre la laguna de Colta, el rio
de Guamote, el de Chambo (Cebadas) y el de Chibunga; el camino que v
de Riobamba Guamote por Naute lo cruza en Salarun-loma la altura de
3603 metros. El cerro de Licto Tulabug (3324 m.) entre Punin y Licto
pertenece igualmente al mismo grupo.
La hidrografia de la hoya de Riobamba se reduce al sistema fluvial
del rio Chambo. Su curso general es de S N, pero tiene la particu-
laridad de que sus dos venas principales, el rio de Guamote y el de Ceba-
das, corren al principio por largo trecho en sentido opuesto, de N S. Los
gegrafos antiguos ignoraron el rio Yasipang, lo menos su curso superior,
y dejaron nacer el rio Chambo sobre los pramos de Zula con el nombre
de rio Ozogoche, de A'arias lagunas, que en aquella regin se encuentran en
gran nmero; sinembargo la primaca toca al Yasipang, por ser la vena
fluvial mas larga. Nace en los pramos de Cubillin y del Hatun-urcu, casi
en la latitud de Licto, y desciende al Sur por el valle que existe entr las
dos cadenas de la Cordillera oriental, como queda descrito' mas arriba. l
principio se llama rio de Yaguar-cocha por pasar por una laguna de este
nombre; se engruesa con varios riachuelos, que con mayor copia de agua
bajan del ramal occidental, de Nagsagpungo, Puca-urcu, Sacra-urcu etc., y
depues de un curso de mas de seis leguas vira al Oeste y toma el nombr
de Yasipang de un hato as llamado, para unirse luego con el Ozogoche que
afluye del Sur. En seguida el rio de Cebadas que as se llama desde la
confluencia expresada sigue por tres leguas largas al N sin recibir tri-
butarios de consideracin, pasando por la hacienda de Ishubamiba (3090 m.)
y el pueblecito de Cebadas (2904 m.). poco trecho de este ltimo se une
con el rio de Guamote, que viene del lado oeste, en la altura de 2836 metros,
y solo d aqu entra en la hoya de Riobamba.
El rio de Guamote se alimenta por un desaguadero subterrneo de la
laguna de Colta y nace poca distancia de la orilla sur de ella. La laguna
es una de las mas considerables del pais interandino y mide dos kilmetros
de largo y uno de ancho; pero lo alto de su posicin (3288 m.), lo rido de
las colinas adyacentes, la falta completa de vegetacin arbrea, hacen de
este paisaje uno de los cuadros mas tristes y melanclicos. Desde la
laguna de Colta l rio de Guamote corre tres leguas al Sur entre los pra-
mos de la Cordillera occidental y los cerros de Yaruquies. En este trecho
recibe algunos pequeos afluentes de ambos lados, entre otros el rio de
64 TOPOGBAFIA. CAPTULO I I .

Columbe y el de Pulincate. Despus se dirige al oriente y sigue este rumbo


hasta su desembocadura, por un espacio de otras tres leguas. Cerca del
pueblo de Guamote, que se halla la mitad de la distancia expresada, entra
del lado sur el rio Ghibu, que recoje sus aguas de varias fuentes sobre el dila-
tado nudo de Tiocajas, cerca de las haciendas de Palmira y Ucchaguatana.
Desde la confluencia del rio Guamote con el de Cebadas damos al rio
el nombre de Chambo, que conserva hasta su unin con el rio de Patate.
Como siempre corre lo largo del pi de la Cordillera oriental, todos sus
tributarios de este lado son cortos y correhtosos, descendiendo, en distan-
cias de pocas leguas, de alturas de 4000 y 4500 las de 2600 y 2200 metros.
Tales rios son el de Alao, oriundo de los pramos del mismo nombre, los de
JPungal y de Qumiac, nacidos en los pramos de Cubillin y deQuilimas, el
rio Blanco con el rio Tarau, que nace en las faldas del Altar y desemboca al
lado de Penipe, el ro de Vuela, que viene de los pramos de Utifiag y Minza.
El tributario mas grande del rio Chambo por la banda occidental es el
rio Chibunga, cuyas cabeceras se alimentan de la nieve del Chimborazo.
Nace en el valle de Totorillas y en la quebrada de Trasquilas, y baja por
el valle de San Juan en direccin SE hasta las cercanas de Calpi, en donde
recibe el rio de Sicalpa que viene de los pramos encima de Cajabamba.
Mas abajo toda la regin que trascurre, es falta de agua y el nico riachuelo
que merece una mencin, es el de Punin, que le viene del Sur y le entra
muy cerca su propia desembocadura en el Chambo. A sus orillas se hallan
los pueblos de Calpi, Lican, Yaruques, San Luis; pero la ciudad de Eio-
bamba, capital de la provincia, se encuentra media legua de distancia en
una meseta, 140 metros sobre su orilla izquierda, y en la altura absoluta de
2798 metros. Desde la boca del Chibunga el rio Chambo sigue por dos leguas
muy correntoso hasta la boca del rio de Guano, pasando en este trecho al
lado de los pueblos de Chambo y Qumiac, que quedan sobre su banda derecha.
El rio de Guano recoje sus aguas en los pramos del Chimborazo entre
Chuquipoquio y el rio de San Juan. Por largo trecho sus dos venas prin-
cipales quedan separadas por una loma, que representa una antigua cor-
riente de lava del Chimborazo, y viniendo de los pramos de Chuquipoquio
se extira hasta la cercana de Guano. El camino de Riobamba Mocha
cruza esta corriente de lava a l lado del pueblo de San Andrs (3076 m.).
Abajo del pueblo de Guano los dos brazos se renen y van derecho al rio
Chambo, que dista de ah una legua y media. Del lado norte recibe el rio
de Guano solo algunos riecitos de la Igulala, y el rio que baja del pueblo
de Ilapo Elen y desemboca casi enfrente de Cubijies, ya muy cerca de la
confluencia del rio Guano con el Chambo. Desde aqu hasta su unin con
el rio de Patate el de Chambo v flanqueado por el lado occidental de las
Lnm. II.

Segn una fotografia.


EL CHMBORAZO, VISTO DESDE TOTORHXAS,
LA EEGION CENTEAL O ANDINA. 65
escarpas altas que limitan-el ancho nudo interandino, cuya descripcin hemos
dado mas arriba, y no recibe aguas de importancia.
La meseta de Ribamba es la nica regin en esta gran hoya que
merece el nombre de llanura altiplanicie; se halla entre el rio Chambo y
los rios Chibunga y de Guano, y podemos calcular su rea en unas cuatro
leguas cuadradas, si no somos demasiado rigurosos con el concepto de lla-
nura. La situacin de la ciudad es libre y despejada y presenta quiz el
diorama mas singular del globo como dice Mr. Boussingault. Desde nin-
guna otra ciudad del interior se divisan tantos y tan imponentes cerros y
volcanes: al occidente se destacan el Chimborazo y el Carihuairazo, al oriente
el Tunguragua, el Altar, el Cubillin y otros. El vasto anfiteatro de nieve

I"ig. 8. 332 Chimborazo yisto del camirro de San Andrs a Mocha.

que circunscribe por donde quiera el horizonte de Ribamba, ofrece de con-


tinuo campo para las observaciones mas variadas. Pero la meseta misma
(la llanura de Tapi) y los alrededores de la ciudad, pertenecen las
regiones mas ridas y estriles del pais interandino, y sin el escaso riego
artificial serian un desierto completo. La arena movediza, batida por el
viento, invade los, campos y oscurece veces la atmsfera. La cabuya
(Agave americana), el lechero (Euphorbia Latasi), el sigsig (Arundo ntida),
la ehilca (Eupatorium chuca), tunas y espinos (Opuntia y Cactus, varias
especies) son las plantas caractersticas de esta regin, que resisten la
sequedad y oponen algun obstculo, no siempre eficaz, al movimiento de los
mdanos, pero no son capaces de quitar al paisaje su aspecto hiemal y
melanclico.
Volvamos la mirada sobre el mapa. Al occidente de las hoyas de Alaus
y de Ribamba observamos un hondo valle longitudinal, que se extiende
"WOLF, Ecuador. 5
66 TOPOGRAFIA. CAPTULO II.

lo largo de la Cordillera occidental, desde los cerros de Linje hasta mas all
del Chimborazo, y que de un lado est formado por esta misma Cordillera
y del otro por una cadena paralela, que atrs del Chimborazo se rene con
la primera. Tenemos aqu una bifurcacin de la Cordillera occidental y ella
constituye el valle de Chimbo, que lleva en todo y por todo el carcter
de una hoya interandina. Polticamente forma la mayor parte de la pro-
vincia de Bolvar.
La valla oriental de la hoya, es decir la Cordillera occidental de los
Andes, ya la conocemos, y solo aadir que las ramas que descienden de
su cresta al valle, todas son cortas, porque la gran cercana del rio Chimbo
no les permite mayor desarrollo. Desde l Chimborazo esta cordillera cam-
bia su carcter sencillo. As como al E el cerro prolonga su base ancha
en el nudo de Sanancajas, tambin hacia el O y NO se ensancha la Cor-
dillera la base del Chimborazo unas dos leguas, formando su pi una
meseta gigantesca en la altura de 3800 4200 metros. Y esta meseta sigue
muy larga hacia el Norte, para rodear del mismo modo el pi del Carhuai-
raso, de manera que los dos nevados se levantan aislados sobre las grandes
llanuras de los arenales y pramos. Las mrgenes de la meseta, cortadas
por muchas quebradas hondas, caen rpidamente hacia el Sur y Suroeste
al valle de Guaranda y de Salinas, hacia el Noroeste al rio de Simitug
y otros tributarios del rio de Zapotal. Casi media distancia entre los
pueblos de Salinas y Simitug el camino cruza la meseta en su prolongacin
mas occidental, al lado del cerro Chuquinac y en la altura de 4011 metros,
y aqu es donde nace la Cordillera lateral que franjea todo el valle de Chimbo
por el lado occidental en una extensin de 17 leguas, y que por brevedad
llamaremos Cordillera de Glmbo.
Esta Cordillera, geogrfica y geolgicamente considerada, no es un simple
ramal de la que se halla al otro lado del valle, sino una formacin tan in-
dividualizada como aquella, aunque no llega las mismas alturas. Es tam-
bin mas angosta; su cresta, siempre bien marcada, no se aleja mucho del
curso del rio Chimbo y no sufre ninguna interrupcin depresin notable.
Por la circunstancia expresada las ramas que caen al lado interior, es decir
al rio Chimbo, son insignificantes, pero las que emite al lado opuesto hacia
las llanuras de las provincias litorales, son tanto mas largas importantes.
La Cordillera de Chimbo principia al N, como hemos dicho, sobre la
meseta occidental del Chimborazo, en Chuquinac, con la altura de 4000 metros,
una legua al N del pueblo de Salinas. La primera cadena de cerros que
sale al SO, para virar luego al S, se llama Mullidiang y sobresale al plano
de Chuquinac apenas de 100 metros. De Mullidiang bajan hacia NO y O
las ramas que separan los valles de los tributarios del rio Zapotal, es decir
LA BEOlION CENTBAL ANDINA. 67

del Supib (arriba Chuquinac), Oncebi, Sibimbe, Limn, y que rematan en


los cerros cnicos de Sibimbe y Oncebi. Desde Mullidiang la cresta de.
la Cordillera, aunque siga el rumbo general N-S, no obstante se acomoda
las sinuosidades del rio de Salinas y de Chimbo; de vez en cuando la
sobresalen algunos picos aislados y agudos, como los cerros Pumin (3564),
Lanza, Bayo. Hasta el ltimo se mantiene en la regin de los pramos.
Pero mas al Sur, especialmente desde la parte que se llama Llullundungo
(casi enfrente de Guanujo), se deprime tanto, que del lado occidental la
vegetacin arbrea, y del lado oriental el cultivo de los cereales sube basta
las cimas; asi lo vemos en Corralpamba y Tutapala (3200 m.) y en las.
ramas que se conocen con los nombres de LluUuche, Iapa, Tanisagua y
Susanga (sobre San Jos de Chimbo). Desde Tutupala la Cordillera hace
un seno al Oeste, para virar en seguida por Pucar, Guarguar y Cochapamba
al Tambo del Gobierno. Cuatro caminos la cruzan en este trecho, comuni-
cando el valle de Chimbo con los valles occidentales. El primero que.v
al valle de San Antonio y Pozuelos, tiene en Pucar 3060 metros; el segundo
al valle, de Telembela, tiene en la altura sobre Guarguar (Pucar de Telem-
bela) 3022 metros; el tercero v de Chapacoto por la ensillada de Cocha-
pamba (3000 m. aproximadamente) al Tambo de Chunchi; y el cuarto es el
camino real de San Miguel Balsabamba, que en la portezuela del Tambo
del Gobierno tiene 3100 metros.
En el arco que la Cordillera describe desde Tutapala, salen muchos ra-
males al occidente entre las cabeceras de los ros de San Antonio y de
Telembela, pero dos son mas largos importantes: el que saliendo de Pu-
car separa los sistemas fluviales de los, dos ros nombrados, y. se alarga
hasta los cerros de Samanta en la llanura de Babahoyo; y el otro, que na-
ciendo sobre Chapacoto, baja entre los valles de Telembela y del rio Limn,
para expirar cerca de Pisagua en la misma llanura.
En las alturas sobre San Miguel y en la cercana del Tambo del Go-
bierno la Cordillera de Chimbo se bifurca: la rama principal se acerca de
nuevo al rio Chimbo con un giro al E, entre Tambo del Gobierno, los cer-
ros de Tangar y Pisco-urcu sobre Tumbuco; de ah acompaa el valle hasta
el punto en que entra en las llanuras. La rama occidental, que con la an-
terior forma el valle de la Chima, tira desde el Tambo del Gobierno directa-
mente al Sur por los cerros de Alczar y Aluzara y por las alturas dt
Bilovan; despus vira hacia el Oeste por Sandalan y emite varias ramifica-
ciones (Copalillo, Chagil grande, Chagil chiquito) al valle del rio Limn,
quedando su lado oriental y meridional el valle y el rio de la Chima.
En el cordn principal de la Cordillera de Chimbo, entre San Miguel
y Chillanes, la cresta ya no. llega la altura de.300Qmetros;.sus secciones
5*
68 TOPOGRAFIA. CAPTULO II.

llevan diferentes nombres, como Pisco-urcu, Capul-urcu, Achupallas, Quisa-


coto, Punzucama. Desde el ltimo punto describe un arco al rededor de la
pequea hoya de Chillones, pasando por los cerros Ghicagua, Pivitiang, Ja-
rungo, Yana-urcu con alturas de 2500 2700 metros. De este arco bajan
al Oeste muchas ramas los rios de la Chima y de Juntas, entre las cuales
llaman la atencin los cerros de Canaeambi por lo escarpado y pintoresco
de sus formas; ellos salen del Yana-urcu y franjean del lado sur el valle
del rio Salunguir. Desde Chillanes hasta Puente de Chimbo la Cordillera
ya no presenta ninguna particularidad notable. Se rebaja muy paulatina-
mente . la altura de 1000 metros y de esta cae en laderas mas escarpadas
la de 300 metros, rematando sobre Agua-clara y Puente de Chimbo.
E l sistema fluvial del rio Chimbo solo en el tercio superior de la
hoya tiene alguna expansin; mas abajo la gran cercana de las Cordilleras
no permiti un desarrollo largo de los afluentes. Las fuentes del rio Chimbo
se hallan al rededor de la gran mesa que rodea el Chimborazo al lado occi-
dental. Una vena principal, l rio Llangama de Guaranda viene de las
quebradas meridionales entre el Arenal y el cerro de Capadia. El camino
nuevo que v del Arenal del Chimborazo Guaranda cruza las tres quebra-
das principales; primero baja por la de Panza, una legua poco mas menos,
despus cruza tres ramales de montaas que se llaman Llangama, Quilitagua
y Quinoa-corral, y los dos rios que se hallan en medio. El rio de Panza
recibe algunos pequeos afluentes de aquel ramal de montaas, que desciende
del Arenal (cerro Panza) en direccin SO hacia Guaranda y que es muy
conocido por los viajantes, porque sobre l conduce el camino viejo y mas
trajinado del Arenal, por la Ensillada entre los cerros de Yacoto y Yana-
urcu, y por la afamada cuesta de Pongo-.
Desde la reunin de las tres quebradas principales el rio Llangama
corre al SSO hasta la confluencia con el rio de Salinas, que se verifica una
media legua al S de Guaranda. Las cabeceras del rio de Salinas, d la
segunda vena principal del Chimbo, se hallan en las pendientes occidentales
de la meseta del Chimborazo, entre el cerro Capacha y el de Chuquinac.
Todas aquellas quebradas corren al principio al O y declinan despus al SO.
Las fuentes mas lejanas nacen en los extensos y altos pramos encima del
pueblo de Salinas (3550 m.) y atrs de los cerros de Gabilan y Chuquinac.
Un poco abajo del pueblo, donde el rio vira por un arco al Sur, recibe del
lado norte el riachuelo Chinata y algunos mas que descienden de los cerros
de Mullidiang entre las lomas de Quindemunchu, Zalulata y Zanahuana.
El primer tributario del rio Salinas es el rio Guayama, que nace en aquellos
mismos pramos sobre Salinas y corre paralelo al rio principal, separado de
l por las lomas de Canduanda; desemboca en el sitio de Apaga. Los tres
LA REGIN CENTRAL ANDINA. 69

rios que siguen al Sur, Tarqui, Moya y Tusua, se renen en un solo tronco
antes de entrar en el rio Salinas enfrente del cerro Rayo. Desde este punto
ol rio de Salinas solo recoje afluentes pequeos de ambos lados; su sistema
est separado del del rio Llangama por el notable cerro de Sinchic y su
prolongacin al Sur (por Pucar, Chorro, Guanujo y los cerritos de Gua-
randa hasta el del Socabon). Guaranda, la capital de la provincia de
Bolivar, se halla situado entre los dos rios de Llangama y de Salinas, mas
cerca del primero que del lltimo, en la altura de 2668 metros, que corre-
sponde aproximadamente la de Ambato. Sinembargo su clima es mas
fro y mas riguroso que l de ltimo lugar, y se acerca mas al de Riobamba,
sin duda por la proximidad de los pramos del Chimborazo.
De la unin de los rios de Salinas y de Llangama nace el rio Chimbo,
que recibe inmediatamente un tributario notable del lado este, que se llama
rio Gradas. El recoje sus aguas en parte de la Cordillera de la Calera (al
Sur del Arenal del Chimborazo) y en parte de los cerros de Yacoto, que
separan su valle del del rio Panza y Llangama. su lado meridional se
encuentra un grupo de cerros que se llama CacMsagua y que por todo su
aspecto y su composicin geolgica se parecen los cerros de Yacoto la
banda setentrional., Los dos grupos se hallan separados solamente por la
profunda abra del rio Gradas en su curso medio. De los cerros de Cachi-
sagua bajan muchos riachuelos, que reunidos en el rio de Conventillo entran
al Chimbo un poco abajo de los peascos de Bumiguareu, que se levantan
de su orilla izquierda. Una legua y media abajo de la boca del rio Gra-
das, y casi enfrente de la villa cantonal de San Jos, encontramos la del
rio de San Lorenzo. Este nace en las faldas occidentales del Puyal con
, algunas venas gruesas entre las ramas de la Cordillera, y recibe muy cerca
de su desembocadura en el Chimbo el rio de Santiago, que nace mas al Sur
y no es tan largo; entre los dos se tiende la rama de Guapungoto y Guan-
tucloma, por la cual sube el camino real los pramos del Puyal y Rio-
bamba.
A ambos lados de la boca del rio de San Lorenzo se hallan dos pequeas
mesetas, en la meridional est el pueblo de Santiago (2548 m.) y en la seten-
trional el de San Lorenzo casi en la misma altura. Si seguimos el camino
por la misma banda oriental del rio Chimbo, cruzamos los riachuelos de
Patul, Londoma, Tutahuaso y los dos mas considerables de Cai y de Pallo.
Entre sus bocas se levantan sendos cerritos inmediatamente sobre el rio
Chimbo, que dan al paisaje un carcter singular; el mas notable es el cerro
de Cai entre las bocas del rio Cai y rio Pallo, con la altura absoluta de
2906 metros y de 600 metros sobre el rio Chimbo.
En las alturas en que nace el rio Pallo, arranca un largo ramal de la
70 TOPOGRAFIA.. CAPTULO II.

Cordillera principal, que baja en direccin SO al valle de Chimbo y d lugar


la formacin del valle y del rio de Pangor, que naciendo en los pramos
de Nvaz-cruz, desciende en la misma direccin, y mas abajo, despus de
recibir el pequeo rio de Panza, se dirige por una abra muy honda entre
Galpn y la rama de Panza con rumbo occidental al rio Chimbo.
Algunas leguas mas el Sur de Navaz-cruz y al Este de Pallatanga sale
otro cordn grande de la Cordillera occidental en direccin E - O , el cual,
llegando con su prolongacin que se llama Cordillera de "Pansa, la orilla
del Chimbo al lado meridional de la boca del rio de Pangor, vira derepente
con un ngulo recto al Sur y sigue orillando el rio Chimbo por el espacio
de mas de dos leguas. De este modo queda separado el valle de Pangor
del d Pallatanga, y el ltimo constituido en una pequea hoya lateral, para-
lela al valle de Chimbo y separada de l por aquella cordillera longitudinal
entre Panza y la hacienda de San Jorge. El rio que viene del valle de
Pallatanga se llama rio de Sardinas; se forma de algunos riachuelos que
bajando de las alturas de Panza se unen cerca del pueblo de Pallatanga
(1517 m.) con el rio de Coco, que es mas largo y desciende de la Cordillera
occidental. De este punto corre el rio de Sardinas casi recto de N S por
dos leguas hasta su confluencia con el rio Santiago, recibiendo en este trecho
el pequeo rio de Galub del lado izquierdo, y pasando por las haciendas i
de cafia Ingenio, Llanos, Bambacagua y San Nicols. El rio S a n t i a g o
nace en.la Cordillera de Daas y Allpachaca con dos ramas fuertes, bajando
por valles despoblados y poco conocidos. Su curso general es de E - O , y
en su confluencia con el rio de Sardinas obliga este al mismo rumbo, con
el cual tambin entra corto trecho en el rio Chimbo, una media legua
abajo de la hacienda de. San Jorge y en la altura de 800 metros.
El Chimbo cambia poco poco su rumbo, que entre San Jorge y la
boca del rio de Sardinas haba sido de SE, otra vez al SSO, y lo conserva
as hasta el Puente de Chimbo. Fuera de varios afluentes pequeos recibe
dos mas largos, que ambos nacen en los Cerros de Calugin, Margarita y
San Nicols (partes de la Cordillera occidental). "El primero es el rio de
San Pablo, compuesto de los rios de Sacramento y Pianpungo, y el segundo
el rio de Chllua-yacu, en cuyo valle superior se halla la pequea poblacin
de Gruallanag. Finalmente har mencin del rio de Yurac-yacu Rio Blanco,
que bajando de las alturas de Linje entra en el rio Chimbo precisamente
en el codo, que hace abajo del Puente para virar al Oeste.
La banda occidental del rio Chimbo, desde Guaranda hasta el Puente,
no es tan' rica en afluentes como la opuesta que accabamos de estudiar.
Pequeas quebradas hay un sinnmero, no las enumeraremos; el tributario
mas largo es el rio que podemos llamar de San Jos, cuyas cabeceras se
LA REGIN CENTKAL ANDINA. 71
hallan en las alturas sobre Chapacoto, especialmente en Cochapamba, y que
en su curso medio lleva el nombre de rio de Huaico, por pasar al lado de
una capilla clebre de este nombre. Poco antes de su confluencia con el
Chimbo recibe del lado izquierdo el rio Yanayacu, que viene de un pequeo
valle lateral en que est el pueblo de Asancoto. Entre los rios del Huaico
y de Yanayacu se encuentra sobre una loma angosta la villa cantonal de
San Jos de Chimbo en la altura de 2500 metros. Media legua al Sur se
halla en una meseta algo mas espaciosa otra villa cantonal, San Miguel de
Chimbo en 2469 metros de altura. Por San Miguel pasa un pequeo rio
que desciende del cerro de Caparrosa y recibe el riachuelo de Tumhucu in-
mediatamente antes de entrar en el rio Chimbo. Sigue un intervalo de
casi 5 leguas sin rio notable, hasta la boca del rio de Chulones del Hato,
y aun este rio es pequeo, que despus de recojer sus aguas de muchas
fuentes en la pequea y alta hoya de Chlanes (2365 m.), se precipita con
un curso breve al valle cercano del rio Chimbo. Mas abajo siguen las que-
bradas de Guacalgoto, de San Antonio (enfrente de San Jorge) y muchas
otras sin nombre y sin recomendaccion. El valle lateral de la Chima es
angosto y no presenta otro rio que el de mismo nombre, que en su curso
bastante recto de N S (paralelo al rio. Chimbo) se engruesa con muchos
afluentes pequeos de ambos lados. En el valle superior se encuentra la
banda izquierda el pueblo de San Pablo (de Atenas) en 2458 metros de al-
tura, y mas adelante en distancia de media legua de la orilla derecha, el
viejo y casi abandonado pueblecito de Silovan. Llegado el rio las playas
de Sicoo (2033 m.) hace un arco al Oeste y baja rpidamente entre los
cerros de Chlanes y de Sandalan al rio de Babahoyo.

Seccin Ya. La regin entre Sanancajas y Tiupullo.

De la gran hoya interandina de Latacunga y Ambato participan las


dos provincias del Tunguragua y de Len. Las condiciones hidrogrficas
y orogrcas son mas sencillas que en la regin anterior, en que reina por
largo trecho una verdadera trifurcacin de los Andes, en lugar de la bifur-
cacin ordinaria. Sinembargo, la complicacin de las dos Cordilleras prin-
cipales no se disminuye, al contrario parece aumentarse en la oriental. La
hoya se extiende desde 1 30'hasta 0 o 37' Lat. S, es decir unas 18 leguas,
siendo muy variable su ancho, si queremos medirlo de cresta cresta de
las cordilleras; en su parte inferior y media, es decir en la regin habitada
y habitable, tiene de .5 6 leguas de ancho, en trmino medio.
La parte de la Cordillera oriental desde el rio Pastaza hasta los pramos
de Chalupas al Este, de Latacunga, pertenece lo mas desconocido del
72 T0POGBAFIA. CAPITULO I I .

pais y preciso es confesarlo tambin los flacos de mi mapa. Esta


regin se comprende comunmente bajo el nombre de Cerros Cordillera
de los Llanganatessi de Llanganate. La nica expedicin cientfica, que
hasta, ahora ha penetrado este mundo desconocido, es la que verific el
seor doctor W . Eeiss en enero de 1873, en tiempo malsimo y bajo condi-
ciones poco favorables las observaciones geogrficas. No puedo hacer cosa
mejor que citar la descripcin que nos dio este viajero en su carta dirigida
S. E. el Presidente de la Repblica y fechada en Riobamba el 8 de julio
del mismo ao.
Los cerros que se levantan al Este de Plaro son la continuacin de
la cordillera que se extiende desde el Cotopaxi y Quilindaa hasta el rio
Pastaza, formando una serrania larga sin picachos sobresalientes y con un
declive corto hacia el occidente; mientras que en la direccin al oriente se
prolongan los ramales una distancia considerable, hasta morir en los llanos
de la gran hoya del Amazonas. Un nmero pequeo de quebradas, y todas
de poca consideracin, desciende al Oeste para reunirse con el rio Cutuche,
la nica excepcin hace el rio Guapante que recibe las aguas de muchos
pramos, tanto de la parte del Norte, cerca de Latacunga, como de la parte
del Sur, en la vecindad de Pillaro: mientras que muchsimos valles siguen
la direccin al oriente, llevando copiosas cantidades de agua que, reunin-
dose poco poco, forman las cabeceras de los rios Curaray y Bobonazo,
confluentes del apo y Pastaza. Tan antigua y ya tan destruida por la
erosin es esta cordillera, que no se encuentran sino unas cuchillas estrech-
simas entre los diferentes hondones que, llenados con lagunas y cinagas,
forman las cabeceras de los rios.*)
Subiendo desde Pillaro.las faldas occidentales de la serrana se llega
muy pronto al filo que separa las quebradas del Sur de las del Norte, y
siguiendo esta cuchilla, que corre del Geste al Este entre los valles pro-
fundos de Vagrahuaje, Cruzsacha, Ganacocha, y Pujin puede atravesarse
caballo todos estos cerros que son conocidos bajo el nombre de "Cordillera
de Plaro", hasta el valle de Jaramillo. . . .
Con tantos peones (30) siempre se camina despacio, y sinembargo que
hice llevar mis cargas en bestias hasta Jaramillo, gastamos tres dias y
medio para llegar un filo alto enfrente del nevado (del Cerro Hermoso),
caminando unas veces en las partes altas de los pramos, abriendo paso en
medio de los fucales tupidos; bajando otras veces al fondo de quebradas

*) Puede ser, que las cabeceras del rio Huapante en mi mapa se hallen colocadas
demasiado al Este, y demasiado cercanas al Cerro Hermoso, y que los orgenes del rio
Curaray y de algunos tributarios del apo caigan mas al poniente. Toda aquella regin
necesita todava un estudio topogrfico nas exacto. Wolf.
LA BEGION CENTEAi ANDINA. 73
profundas, trochando en los bosques raposos que cubren las faldas de los
cerros. Los caminos anchos de las dantas nos facilitaban mucho el trabajo,
pero el tiempo no nos era propicio, porque llova y nevaba todos los dias,
y las nubes nos ocultaban la vista de los cerros desde las 9 de la maana,
de tal manera que me vi obligado plantar mis toldas siempre muy tem-
prano, de miedo de perderme en este laberinto de quebradas y cerros; y no
obstante de todas mis precauciones no faltaba mucho que hubiramos pasado
al Norte del cerro sin verlo y buscndolo siempre mas al oriente.
Seis dias pasamos en la falda empinada de un filo de mica-esquista en
medio de un fucal casi impenetrable, envueltos en nubes, con lluvias y neva-
zones continuas, hasta lograr por unos pocos momentos la vista del cerro,
para tomar su altura. Concluido este trabajo visit con algunos peones la
parte occidental del Cerro Hermoso hasta el limite inferior de la nieve, para
cerciorarme de la naturaleza de las rocas que forman las peas de la
cspide.
La vista desde Toldofilo (asi llambamos las peas de nuestro cam-
pamento) abraza toda la cordillera oriental desde el Antisana y Cotopaxi
hasta el Sangay, y puedo asegurar que no solamente no existen estos picos
y volcanes que el seor Guzman ha pintado en su mapa; pero tambin que
ni hay rocas volcnicas en esta parte de la Cordillera: todas las bocas men-
cionadas en el mapa (Siete bocas etc.) son bocaminas y no bocas de vol-
canes. El Antisana y el Sangay son los dos cerros volcnicos mas avanzados
al oriente, y las erupciones que han tenido lugar en el espacio intermedio
solamente cubrieron las esquistas en una zona estrecha que se extiende desde
la cumbre hasta las altiplanicies encajonadas entre los dos ramales princi-
pales de la gran Cordillera. . . .
Los cerros formados por las esquistas son muy empinados y principal-
mente al Este del rio Topo cortados pico, con sus faldas desnudas,
mostrando las- planchas de las esquistas en posicin casi vertical y relum-
brando bajo los rayos del sol como plateadas causa de la mica. Pero
estas lomas erizadas no alcanzan mas de 4200 4300 metros de altura
y no sobresalen la cumbre de la Cordillera; solamente el Cerro Hermoso
se eleva mayor altura, merced su composicin geolgica diferente de
los otros cerros. La parte inferior de este nevado no se diferencia de las
lomas mencionadas; pero en lugar de acabar como estas, en un filo lleno
de picachos como una sierra, se ven encima de las esquistas verticales unas
peas negras, formadas por capas horizontales, y si ya la parte inferior parece
inaccesible, lo es deveras la cspide, que, al menos al lado del Oeste, se
presenta como una muralla, sobre la cual desciende una helera grande,
reunindose con las masas de nieve, que rodean el pi de las peas negras.
74 TOPOGEFIA. CAPTULO I I .

Las capas horizontales son unas esquistas calcreas y bituminosas, tan im-
pregnadas con piritas que donde quiera que se rompa la roca, se v relum-
brar el oro, como decian mis compaeros. Se redicen talvez las grandes
riquezas de los Llanganates depsitos de este mineral, que ya tanta plata
ha costado los mineros inexpertos del Ecuador.
He copiado este pasaje ntegro, porque es la nica descripcin cientfica
que poseemos de aquella regin, y la carta impresa del doctor Reiss es tan
rara, que pocas personas pueden leerla. Ademas d una idea cabal de los
grandes trabajos y penalidades que muchas veces debe pasar el gegrafo,
para.estudiar las regiones apartadas de los Andes, y se comprender, porqu
el mapa en varias partes todava ha de quedar mas menos defectuoso.
Lo que sacamos en limpio para nuestro objeto actual, es que atrs de
la Cordillera de Pillar o (la nica visible desde la hoya interandina) existe
ua regin extenssima y complicadsima de pramos, de que salen muchos
ramales hacia B y NB y tambin hacia el Sur al valle del rio Pastaza.
Parece que el ramal principal es el que saliendo de la Cordillera de Pillaro
en direccin SE, sigue por largo trecho al Este, paralelo al valle del rio
Pastaza, para abatirse con sus ltimas ramificaciones cerca de Canelos. De
las vertientes setentrionales de este ramal grande nacen las cabeceras del
rio Guraray, uno de los tributarios mas poderosos del rio apo. Los ramales
mas cortos, que bajan de la Cordillera de Pillaro directamente al Sur, entre
el valle del rio de Patate y el rio Verde primero, y que rematan enfrente
del Tunguragua, cierran la hoya del lado sureste.
La Cordillera de Pillaro comunica hacia el N y al otro "lado del rio
Huapante con los pramos de Chalupas, que sobre San Miguel y Latacunga
son muy anchos y siguen hasta el pi del Quilindaa. Podemos llamar esta
porcin de la Cordillera real la Cordillera de Chalupas. Inmediatamente al
otro lado de su crestn central nacen de un sinnmero de riachuelos, al-
gunos tributarios importantes del rio apo, como el rio Chalupas y el rio
Juntas, y entre sus sistemas valles se extienden los largos ramales de la
Cordillera hasta las orillas mismas del apo. En comparacin con ellos,
las ramas que caen hacia el occidente al valle de Latacunga, son cortas
insignificantes.
Ahora llegamos un punto de la Cordillera oriental, bajo 0o 45' Lat. S
aproximativamente, desde el cual nos hallamos embrollados en la investi-
gacin de la cresta central. Comienza aqu uno de los grupos volcnicos
mas grandes de la regin andina, que ha cambiado y ocultado completamente
la configuracin primitiva de la Cordillera, y la linea que hoy es la divisoria
de las aguas atlnticas y pacficas, seguramente no lo ha sido antes que
haban nacido el Cotopaxi, el Quilindaa, el Sincholagua y el Antisana, As,
LA REGIN CENTRAL 6 ANDINA. 75
por ejemplo, el Cotopaxi est sobre la linea divisoria y forma parte de ella,
mientras que geolgicamente hablando se halla al Oeste de la Cordillera
central y es un promontorio occidental de ella. Al contrario, el Quilindaa
se halla hoy dia muy al Este de la linea divisoria de las aguas, sinembargo
su posicin corresponde mucho mas al primitivo crestn central de la Cor-
dillera. La mayor parte de dicho grupo volcnico cae en la seccin si-
guiente del territorio andino, y por el momento extendemos nuestra descripcin
solo hasta el Cotopaxi, que forma la esquina noreste de la hoya de Latacunga.
Antes de llegar al Cotopaxi encontramos, si caminamos sobre la Cor-
dillera al N, nuestra derecha el Quilindaa, en apariencia sobre un ramal
oriental entre las cabeceras del rio Juntas y las del rio Ami que desciende
del Cotopaxi. Por su posicin algo oculta se lo ve rara vez y desde pocos
lugares de las hoyas habitadas, y por esto se oye hablar poco de este nevado,
que no obstante se presenta muy majestuoso y como un digno vecino del
Cotopaxi, desde los pramos del Valle-vicioso. Su altura es de 4919 metros.
Del Quilindaa sale al oriente un ramal muy alto mejor dicho una meseta
ancha de pramos, que en la Carrera nueva se eleva un crestn nevado,
que atraviesa casi todo el espacio entre el rio del Valle-vicioso y el rio
Juntas (que por otros se llama tambin rio Chalupas). Hay solo una
legua y media del pi del Quilindaa hasta el del Cotopaxi. En este camino
(en direccin al NO) pasamos por el cerro del Morro, que entre los dos
gigantes nevados se presenta como un enano, apesar de que su altura abs.
es de 4304 metros. El Morro ya se halla sobre la linea divisoria de las
aguas, y de su lado occidental nacen los afluentes del rio Alques. La
Tanta-loma conduce de este cerro directamente las faldas meridionales del
Cotopaxi, y representa en esta parte el crestn divisorio de la Cordillera.
El Cotopaxi ocupa entre los grandes cerros de la Eepblica ecuatoriana
el segundo lugar en altura, siendo solamente de 367 metro's mas bajo que
el Chimborazo, pero entre los volcanes activos de todo el globo terrestre el
primero; pues ninguno de los dems se eleva la considerable altura de
5943 metros, la que corresponde al Cotopaxi. Tambin en cuanto su im-
ponente presencia exterior y hermosura pintoresca, ninguno de los volcanes
del Ecuador le aventaja y poqusimos en el resto del mundo le igualan.*)
Por su avanzada y aislada posicin occidental en la Cordillera real, parece
levantarse directamente de la llanura de Latacunga, lo que d realce tambin
su altura relativa, como sucede otro tanto con el Tunguragua, que de
igual modo surge aislado del valle de Baos.

*) En mi Memoria sobre el Cotopaxi y su ltima erupcin, acaecida el 26 de junio


de 1877. Guayaquil 1878, se encuentra la topografa detallada del Cotopaxi y de sus
alrededores.
76 TOPOGBAMA. CAPITULO I I .

Mientras que el Cotopaxi con sus faldas occidentales desciende paula-


tinamente la llanura de Callo y de Mualo, que se halla en 3000 metros,
est rodeado al E y N de mesetas altas (3800 4000 m.) que se extienden
entre su base y las del Quilindaa, Sincholagua y Kumiahui, y se pro-
longan muclio hacia el oriente lo largo del Valle-vicioso. En las faldas
orientales del cerro (en sus huaicos) y en los paramos que lo rodean, nacen
los ros de Ami y de Tambo-yacu, representando las fuentes mas lejanas y
por esto principales del rio apo. Unidos los dos en el Valle-vicioso toman
el nombre de este ltimo, y mas abajo entra el rio que del Norte trae las
aguas del Antisana. Entre el rio del Valle-vicioso y el del Antisana corre
de O E la fria Cordillera de Cubijan Cublan con 4200 4300 metros
de altura.

Fig. 9. El Cotopaxi Tisto deEde los pramos del Antisana (lado N).

Al pi noroeste del Cotopaxi se halla la interesante meseta de Limpio-


pungo (3888 m.), con una pequea laguna, que v desapareciendo poco
poco con las frecuentes erupciones del volcan, llenndose de arena, ceniza,
piedra-pmez y otros materiales de eyeccin. De esta llanura las aguas
descienden hacia el Sur al valle de Latacunga y hacia el Norte al valle de
Chillo la hoya de Quito. Ella representa una ensillada entre el Cotopaxi
y el Kumiahui, y e s propiamente el principio del nudo de Tiupullo, porque
desde el arenal de Limpiopungo v una cordillera transversal directamente
al pi del Hiniza en la Cordillera occidental. Este cordn se llama en su
parte central Nudo de Tiupullo, y es en toda su extensin de naturaleza
volcnica. Se v que el volcan de Eumihui no se halla sobre la Cor-
dillera oriental, sino sobre el nudo de Tiupullo; tiene la altura de 4757 metros
y no llega la linea de la nieve perpetua. Este cerro es uno de los
LA EEGION CENTBAL ANDINA. 77

volcanes mas hermosos y caractersticos del pais, y su aspecto es imponente,


sobre todo del lado de Machachi, por donde ostenta su caldera crter,
que tiene 800 metros de profundidad. Pero como se halla entre los picos
nevados del Cotopaxi y del Iliniza, el viajero ordinario no le presta la aten-
cin, como cuando estuviese en otro lugar. Las aguas del Rumiahui van
todas al Norte, al sistema de la hoya de Quito.
Del pi suroeste de este volcan v una meseta alta y ancha al occidente
hasta el pi del Iliniza, y estos son los pramos de Tiupullo, los que cruza
la carretera entre el puente de Jambel (3190 m.) y el tambo de Santa Ana
(3150 m.). El punto mas alto del camino en Huinsha alcanza 3604 metros,
y en Chisinche uCrus de Tiupiloi> 3552 metros. As como al extremo
oriental del nudo hallamos el Rumiahui, sobre su extremo occidental en-
contramos, como avanzada del Iliniza, otro volcan, los Cerritos de Chaupi-.
Estn al N sobre Santa Ana. a Casi de todos lados se distinguen tres cs-
pides, que parecen formar una cordillera pequea; pero en verdad son estos
los puntos mas altos de las paredes de una caldera bastante grande, llamada
Hondn de San Diego, que desagua por el lado del Norte reunindose al rio
Curiquingue con las aguas que pasan por el puente de Jambel. Las erup-
ciones que ha hecho este cerro, han causado casi una reunin entre el Ru-
miahui y el Iliniza, rompiendo de esta manera la continuacin del valle
profundo, que se extenda entre las dos Cordilleras antiguas (Reiss), y as
se ha formado el nudo de Tiupullo. El mas alto de los Cerritos de Chaupi
se llama Pupunto y tiene 3997 metros de altura abs., el fondo del crter
(Hondn de San Diego) 3548, y la ensillada entre el Iliniza y los cerros de
Chaupi 3772 metros.
a El Ilinisa se compone de dos cerros distintos: el picacho del Norte
parece el mas antiguo, de manera que las erupciones de la cspide del Sur
han tapado en gran parte la falda sur de dicho picacho. De estas circun-
stancias resulta que entre los dos cerros se encuentra una ensillada que ahora
est llenada con las heleras que bajan de la cspide del Sur. Dicha en-
sillada es bastante ancha y como tiene una inclinacin del oriente al occi-
dente, obliga la helera bajar las cabeceras del Hondn de Cutucuchu
(Reiss). La cspide meridional tiene 5305 y la setentrional 5162 metros
de altura.
El Iliniza ocupa una posicin avanzada en la Cordillera occidental, an-
loga la del Cotopaxi en la oriental, con el cual rivaliza tambin en cuanto
su aspecto majestuoso imponente. Sus faldas orientales, surcadas de
quebradas hondas inaccesibles, caen rpidamente las planicies de Callo
y Machache, mientras que con las occidentales y las meridionales est sen-
tado sobre el ancho lomo de la Cordillera.
78 TOPOGRAFIA. CAPTULO II.

La Cordillera occidental que franjea la hoya de Ambato y Latacunga


comienza al Sur con el Chimborazo y el Carihuairaso. El primero queda
descrito mas arriba y el segundo se halla en condiciones topogrficas muy
parecidas. Sentado pocas leguas al N del Chimborazo, est unido con este
por una ancha y alta ensillada que se llama Abraspungo (4392 m.). El
Carihuairazo mide 5106 metros, 1204 menos que el Chimborazo; sinembargo,
merced las favorables condiciones en que se halla su falda occidental en
una extensin muy grande y superior al lmite inferior de la nieve, carga
una inmensa cantidad de nieve y hielo, que segn el doctor Stbel es mayor
que en ningn otro cerro de los Andes ecuatorianos.

2fig. 10. - El lliniza,'visto del lado sureBte.

Por el lado oriental del Carihuairazo se extienden los pramos hasta


Mocha (3284 m.) y la cercana de Tisaleo (3318 m.) y Patal (3191 m.)
en direccin Ambato. En estos pramos es notable una rama, que saliendo
del Carihuairazo baja al Este y remata en el cerro alto y aislado de Pualica
(3996 m.) sobre el pueblo de Mocha.
El pi occidental del Carihuairazo est rodeado de arenales parecidos
los del Chimborazo y unidos con ellos. Pero las aguas de estos arenales
se recojen poco poco en un valle que se dirige primero al N y despus
al NE, formando el rio de Ambato, de suerte que el Carihuairazo queda
separado de la antigua Cordillera occidental. Esta ltima se confunde atrs
del Chimborazo con aquella meseta alta, de que sale la Cordillera lateral de
Chimbo en Chuquinac; pero mas al N de este punto podemos distinguirla
bien entre las cabeceras del rio de Ambato y las del rio de Simitug; en
el paso de Buenavate tiene 4225 metros de altura. Por largo trecho sale
bien caracterizada hacia el Norte con el nombre de Cordillera de ngamarca
LA BEGION CENTBAL ANDINA. 79
y Zumhagua. Mientras que al poniente emite sus ramas con bastante regu-
laridad al rio de Angamarca, su lado oriental tiene una configuracin mas
complicada, debida los cerros volcnicos que se levantan por all entre
Pasa, Quizapincha y Cusubamba, y de los cuales el Casaguala y el Quis-
picasha son los principales. Las ramificaciones de estos cerros bajan hasta
el Sagoatoa enfrente de Ambato.
Bajo el I o Lat. S, en los altos pramos de Tigua, Zumbagua y Hatal,
la Cordillera es muy ancha y se bifurca: la rama principal sigue derecho
al Norte por los cerros de Guangaje Isinliv, para unirse con la base occi-
dental y meridional del Iliniza; la otra rama sale de la pampa de Hatal

Fig. 11. El Oaaaguala, (Segn 1. A. Martnez.)

en direccin NO y forma la Cordillera de Chugchan y Sigchos. Entre ambas


cordilleras, la ltimamente nombrada y la de Guangaje, se halla el valle del
rio Toachi, que se extiende de S N. Esta bifurcacin de la Cordillera
occidental presenta un caso anlogo al que conocimos en la Cordillera lateral
de Chimbo, solo en escala mas pequea y que la Cordillera de Sigchos lleva
mucho mas el carcter de un ramal que no de una cordillera independiente,
paralela la principal. De la Cordillera central de Guangaje bajan al-
gunas ramas cortas al valle del Toachi, otras mas largas y mas anchas,
pero sin particularidades notables, la hoya de Latacunga hacia Pujili, Sa-
quisil y Toacaso.
Desde el lugar de la bifurcacin de la Cordillera salen al poniente al-
gunos cordones de montaas altas y largas, uno entre el sistema del rio de
Angamarca y el del rio Pilal, y otro entre el ltimo rio y su tributario
mas grande,, el Quindigua, de suerte que ese nudo de .Zumbagua y Hatal
80 TOPOGEAFIA. CAPTULO II.

es un punto importante para la divisin de las aguas: sobre l nacen los


rios de Toachi, de Pilal y Quindigua, de Angamarca y de Pujil.
Casi al principio de la Cordillera de Chugchilan, su lado oriental, y
como levantndose del valle del rio Toachi, se halla el interesante cerro y
volcan de Quilotoa ( Quirotoa, que es lo mismo*)), que en su crter aloja
una laguna. Por su posicin, escondida no se lo v desde la altiplanicie de
Latacunga, y de ningn lado hace la impresin de un volcan, solo estudin-
dolo de cerca y sentado sobre el borde de su crter, se puede apreciarlo
dignamente y admirar sus dimensiones colosales. Su altura es de 4010 metros,
y la laguna se halla en la de 3570 m. Volveremos hablar de este volcan
en la parte geolgica.
E l sistema fluvial de la h o y a de Latacunga y Ambato es el del
rio Gutuchi, que mas abajo se llama de Patate. Nace en las faldas occiden-
tales del Cotopaxi y corre primero de E O hasta el cerrito de Gallo, crea
de Santa Ana de Tiupullo, desde cuyo punto se dirige al Sur por en medio
de una^xtensa llanura, que llega hasta las cercanas de Latacunga. Algunos
han credo y sostienen todava (P. Gonzlez Surez, Hist. gen. de la Rep.
del Ecuador, I, 95), que el cerrito de Callo sea obra artificial de los indios
antiguos, un tmulo un adoratorio. He examinado este cerrito por todos
los lados y no encontr ningn indicio, que justificara esta suposicin; al
contrario su terreno, en donde est abierto y accesible la observacin, hace
la impresin de ser natural, y apoyo la opinin del doctor Eeiss, quien dice:
Parece que el cerrito de Callo es la cspide de una reventazn parecida
la del Panecillo de Quito; pero ahora est casi enterrado. El cerrito
tiene 3200 metros de altura absoluta y 85 sobre el plano adyacente. La
llanura de Callo tiene unas 4 leguas de largo y 1 2 de ancho, se inclina
suavemente hacia el Sur, teniendo en su extremo setentrional 3100 y en el
meridional 2800 metros de altura. A consecuencia de las frecuentes erup-
ciones del Cotopaxi durante un siglo y medio, queda muy esterilizada y
presenta el aspecto de un desierto pedregoso. A su margen oriental se
hallan los pueblecitos de Mualo y Gusiguango, al borde occidental los de
Tanicuchi y Guaitacama.
El rio Cutuchi recibe del lado del Ihniza dos pequeos tributarios: el
Cuchi que le entra cerca de Callo, y el rio Blanco un poco mas al Sur

*) El seor doctor Cevallos (Res. de la Hist. del Ecuador, VI, 291) opina que el in-
dgena nombre propio debi ser Quiotoa, porque los indios no conocian el sonido de la
l sencilla, sino el de la doble 11. Pero mi me parece que el nombre no deriva del
quichua, sino como los nombres de la mayor parte de nuestros cerros de un idioma
mas antiguo y extinguido, tiempo hace, en que abunda la l sencilla, por ejemplo: Sincho-
lagua, Pululagua, Putzulagua, y tantos pueblos de la provincia de Len, como Pilal,
Mualo, Tagual etc. El Quilotoa recuerda el Sagoatoa cerca de Ambato.
Lam. III.

"*$&& W:
i:-.T?>V?

i** i
;: .

Segttn tro dibujo de A. Stbel.


EL COTOPAXI, YISTO DESDE LOS CERROS DE CHAPI.
L A BEGION CENTKAL ANDINA. 81
cerca de la hacienda Cinaga. Tambin del Cotopaxi bajan todava diversas
quebradas, formando los rios de Saquimalac, de San Diego y del Purgatorio,
los que unidos en un solo tronco pasan por Rumipampa al Cutuchi. El
rio de Aloques tiene un origen parecido en las quebradas huaicos que
bajan del Picacho del Cotopaxi, pero se engruesa tambin con algunos rios
que nacen de la Cordillera mas al Sur, como el Puma-ucu y el Tuluchi.
Una legua al N de Latacunga desemboca el Alques en el rio Cutuchi.

Wg. 12. Latacunga.

De Latacunga abajo hasta San Miguel siguen el Yana^yacu, Cunuc-yacu, el rio


IllucM y el Compadre-huaico, todos del lado izquierdo y tributarios cortos y de
poco caudal El nico de alguna consideracin de este lado es el rio Huapante,
que desemboca una legua .abajo de San Miguel, y que recoje sus aguas en
los pramos altos de la Cordillera oriental sobre Latacunga, San Miguel y
Plaro, pero cuyo curso est todava poco estudiado. Despus sigue el rio
de Pllaro, no muy largo, y algunas quebradas mas cortas cerca de Patate.
"Wclj Ecuador. ' 6
82 - TOPOGRAFIA.. CAPTULO II.

Del lado derecho de la Cordillera occidental recibe el Cutuchi fuera


de los rios ya nombrados (Cuilchi y Blanco) el rio Pimiacunchi, cuyas cabe-
ceras se hallan en parte {Razo-yacu) en las faldas meridionales del Iliniza,
y en parte [Yana-yacu) en los pramos que acompaan la Cordillera de
Guangaje. En su curso inferior el Pumacunchi corre por largo trecho paralelo
y muy prximo al Cutuchi, quedando entre los dos el llano angosto de Eumi-
pampa; pasa por el pueblo de San Felipe y desemboca media legua abajo
de Latacunga. Esta ciudad est en la altura de 2800 metros. Mas adelante
entra del mismo lado el rio de Pujil, que se forma en los pramos sobre el
pueblo del mismo nombre y el de Isinchi, de varios riachuelos, y no tiene un
curso muy largo. Lo mismo dgase del rio Naxichi, que de igual modo se recoje
en los pramos de Cusubamba y desemboca casi enfrente de San Miguel.
El tributario mas poderoso de todo el sistema fluvial del Cutuchi, y
casi tan importante como este mismo, es el rio de Ambato unido con el
Fanchalica; el primero nace en las faldas occidentales del Chimborazo y del
Carihuairazo, y el segundo de las faldas orientales de estos dos cerros.
El rio superior de Ambato separa el Carihuairazo de la Cordillera occidental
y recibe algunos afluentes considerables de esta misma, del lado de los
cerros de Casaguala y de Quispicasha. Su curso, al principio de S N,
declina poco poco al E , y sobre su orilla derecha se halla en una hoya
abrigada Ambato, la capital de la provincia del Tunguragua, en la altura de
2600 metros. El rio Fanchalica viene de los pramos de Sanancajas y
de Mocha. De sus afluentes nombraremos el rio Slazaca, que baja del
Carihuairazo y desemboca al lado del cerro Pualica, cerca de Mocha. El
pueblo mismo de Mocha, clebre en la antigedad incsica como punto
estratgico, y en todos tiempos como tambo importante para los viajeros,
queda alguna distancia de la orilla izquierda del Panchalica, sobre una
pequea meseta y en la altura de 3284 metros, que indica suficientemente
un clima rgido en el lmite de la zona cultivada y cultivable. Algunas
otras quebradas bajan de las faldas orientales del Carihuairazo y de los
pramos sobre Tisaleo, pero con muy pequeo caudal de agua, siendo en
general la regin entre Mocha y Ambato muy rida, arenosa y falta de
agua. Lo mismo se puede decir de la banda derecha del Panchalica, en
la cual solo el rio de Quero, que baja de la Igualata y de los pramos
circunvecinos, merece alguna mencin. Las otras quebradas son pequeas
y casi secas. Los dos rios de. Ambato y de Panchalica se renen poco
antes d su confluencia con el rio de Cutuchi, que aqu ya se llama rio de
Patate. Este corre en un valle muy hondo y de temperatura medio caliente
hacia,el Sur, hasta el pi del Tunguragua, en donde se encuentra con el
rio Chambo que viene del lado opuesto, de la hoya de Kiobamba.
LA BE&ION CENTRAL ANDINA. 83
El rio Pastaza, nacido de la unin de los dos ltimamente nombrados,
en la altura de 1800 metros, corta la Cordillera oriental de O E en un
hondo valle, que se extiende por unas 8 leguas entre los ramales que al
lado sur salen del Tunguragua y al lado norte de la Cordillera de los Llan-
ganates. Al principio el Pastaza se llama tambin rio de Agoymij hasta la
catarata grande de este nombre, que forma unas dos leguas abajo de su
nacimiento, es decir de la confluencia del Chambo. Aqu el rio, estrechado

g. 13. Ambato.

entre peascos negros, hace un salto de 60 metros con un ruido atronador


y presentando un espectculo muy grandioso, especialmente cuando se con-
templa del lado de abajo la inmensa cantidad de agua trasformada en espuma;
blanca. Este sitio pertenece los mas pintorescos .en los Andes, y su Delleza.
se realza tambin por la vegetacin hermossima, que aqui en la altura, de
solo 1544 metros, ya lleva todo el carcter tropical.
Todos los afluentes meridionales del rio Pastaza son insignificantes. Del.
6*
84 TOPOGRAFIA, CAPTULO II.

Tunguragua baja la quebrada de Vascun cerca del pueblo de Baos (1800 m.),
igualmente la Chorrera, un poco al Este del pueblo, que cae de la altura
de 150 metros, y cuyo pi brotan varias fuentes termales con una tem-
peratura de 22 54 C. Algo mas abajo y cerca de la chorrera de Agoyan
entra el rw Ulva, que nace tambin sobre el Tunguragua; despus siguen
las pequeas quebradas cortas, que bajan del ramal de la Cordillera que se
compone de rocas antiguas.
Mucho mas numerosos y mas considerables son los tributarios que el
Pastaza recibe del lado setentrional. Los ros de Lligua y de llluchi, en-
frente de Baos, son cortos, pero el que sigue, el rio Verde 1 es muy largo
y viene desde los pramos de la Cordillera de los Llanganates en los al-
rededores del Cerro Hermoso. Abajo de la chorrera de Agoyan se siguen
los rios Blanco, Verde 2, Machai, Mapoto, Margajitas, Topo (largo y grande),
Zuag, Chuloaya, Quilluc, Manga-yacu, Allpa-yacu y Corina. En seguida
(aproximadamente en la altura de 1000 metros) entra el Pastaza ya en las
llanuras de la regin oriental y recibe del lado derecho el rio Llusin Nieve,
que desciende del Altar, y del lado izquierdo el rio Pintuc ( Pind),' que
se cruza en el camino Canelos.
El valle del rio Pastaza es el ltimo, que corta la Cordillera oriental
en el territorio ecuatoriano, pues las dos hoyas que siguen al Norte, la de
Quito y la de Ibarra, ambas se desaguan por la Cordillera occidental al
ocano pacfico.

Seccin YI\ La regin entre el nudo de Tiupullo y el del Mojanda


y Cajas.
La regin en que vamos entrar, comprende la hoya de Quito y la
parte central y principal de la provincia del Pichincha. Se extiende entre
0 37' Lat. S y 0 8' Lat. N. La hoya de Quito, que aqu tomamos en el
sentido mas lato, se subdivide en varias partes, y le pertenecen los llanos
de Machache, el valle de Chillo, el de Tumbaco, el de Guallabamba etc.
La Cordillera occidental que limita la hoya entre el Iliniza y el Mojanda,
es angosta y baja (no pasa de 3000 metros), y solo los altos volcanes que
la coronan, le dan algun realce la vista. Dos leguas al N del Hiniza
y unido con l por la angosta ensillada de Atatinqui Cruz-loma, se levanta
el Corazn (cuyo nombre primitivo se ignora) 4816 metros. Es un cerro
hermoso con la cspide cubierta de nieve perpetua, pero se necesita de
mucha fantasa para encontrar en su configuracin el rgano del cuerpo
humano de que ha tomado su nombre. Sigue el Atacaso, que con 4539 metros
de altura no alcanza la regin de la nieve perpetua. El viajero que .pasa
LA EEGION CENTRAL ANDINA. 85
por la carretera, no v ni sospecha siquiera, que los cerros de Corazn y
Atacazo tienen calderas crteres muy grandes en sus cumbres, porqu
ellos se abren hacia el poniente. La caldera del Corazn es mas grande qu
la del Pichincha, y segn el doctor Reiss la mas grande en todo el Ecuador,
pues, tiene la profundidad de 1200 metros (la del Pichincha 770 m.). El
lomo de la Cordillera tiene entre el Corazn y el Atacazo, sobre el pueblo
de Aloag (en Guagrapamba) 3138 metros. Sobre este lomo y de las faldas
occidentales del Corazn y del Atacazo nacen las cabeceras de los rios de
San Lorenzo, de Yamhoya y de Sitante, que forman con otros tributarios el
de Paton, que de su vez desemboca en el rio Toachi. El valle del Pi-
latn es de un inters especial, en cuanto por l deber pasar el ferrocarril
proyectado de Bahia de Carques Quito; y en efecto el pasaje de la Cor-
dillera entre el Corazn y el Atacazo se presta mejor que ningn otro auna
fcil comunicacin de la regin interandina con la baja del occidente. Los
estribos occidentales de los dos cerros nombrados son bastante largos y
rematan cerca de las orillas del rio Toachi, mientras que los orientales son
muy cortos. Del Atacazo se prolonga uno algo mas al SE, concluyendo
con el cerrito volcnico que se llama la Viudita sobre Tambillo; y otro al
E, formando la cuesta de Santa Rosa (3086 m.) que separa los llanos de
Machacrie de los de Turubamba.
La depresin de la Cordillera entre el Atacazo y el Pichincha cerca de
Lloa, baja 3070 metros. Allende se levanta el Pichincha que no es un
cerro aislado, sino compuesto de varios cerros alineados en direccin SO-NE.
Distinguimos los principales con los nombres de Guagua-Pichincha y de
Bucu-Pichmcha.*), El primero se presenta de lejos como un cono truncado;
el punto mas alto del filo del crter tiene 4787 metros de altura y el picacho
que limita l crter al N, tiene 4755. La caldera es. muy espaciosa y tiene
la profundidad de 770 metros. El Bucu-Pichincha presenta la forma de
un picacho agudo y tiene la altura de 4737 metros. Ni l ni el Guagua-
Pichincha stan cubiertos de nieve perpetua. Alguna se conserva durante
todo el ao en ciertas quebradas, de donde la sacan los indios para venderla
en Quito. Entre el Guagua- y el Rucu-Pichincha se levantan varios pi-
cachos de 4500 4600 metros, como el cerro de Ladrillos, el Padre encan-
tado, el Pico de Paguampa y otros. A alguna distancia del Rucu-Pichincha
hacia el NE encontramos el ltimo pico notable, que se llama Ountur-
gmchana, con 4090 metros de altura, casi enfrente de Gupulo. Todos los

*) Es de advertir, que Humboldt en todas sus obras constantemente llama el Rueu-


Pichincha Guagua-P. y al revs. El Guagua-P. es el cerro con el crter activo, y el
Eucu-P. es el cono extinguido mas al Norte. De las obras de Hum'boldt este error ha
pasado a todas las geografas y geologas del mundo.
,86 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I .

cerros nombrados, inclusive los dos Pichinchas, "tienen por base el tendido
macizo comn, que de suyo es muy alto, y por sto las alturas relativas de
aquellos, es decir los que tienen sobre el macizo, no son muy considerables.
El Pichincha en toda su totalidad se' presenta como una cordillera de lomo
ancho, surcada por muchas quebradas hondas que forman entre s estribos
mas menos largos, y coronada de algunos picachos. Vase la lmina, qu
representa todo el Pichincha, con Quito su pi, y que es copiada de un
dibujo del seor doctor Stbel.
Las quebradas, que bajan del Guagua-Pichincha, se dirigen al valle de
Liba, lo que disminuye considerablemente el riesgo que correria la Capital
en el caso de una erupcin fuerte del Guagua-Pichincha. Las avenidas

K g . 14. El Enou-Pichincha visto del arenal del Guagua-Pichincha.

del volcan no podran llegar Quito, que est edificado al pi del Rucu-
Pichincha. El valle de Lloa est separado de la hoya de Quito (plano
de Turubamba) por una Cordillera baja, tambin volcnica, que saliendo de
un estribo del Rucu-Pichincha, enfrente del Panecillo, tira al Sur sobre los
pueblos de la Magdalena y de Chillgallo, hasta las faldas del Atacazo. El
punto mas alto de esta cordillera - es el cerro TJngui con 3606 metros de
altura, y en Huairapungo, donde la cruza el camino de Lloa, tiene 3284 met.
Las aguas del valle de Lloa se dirigen por el rio Cinto entre el Atacazo
y el Guagua-Pichincha las montaas del occidente, y forman con otros
ros que bajan n el mismo sentido del Pichincha (Mna-yacu, Namhillo,
Yana-yaeu, Piruasi) el rio de Mindo, mas abajo llamado rio Blanco".
I/A BEGION CENTBAL ANDINA. 87
El Panecillo (antiguamente Yavirac) es un cerrito que se levanta al Sur
de Quito 200 metros sobre la plaza mayor y forma parte integrante del
Pichincha, pues no es mas que la cspide de una antigua reventazn de
este volcan, cubierta de materiales volcnicos (eyecciones) mas modernos.
Al Norte del Pichincha sigue la Cordillera sin interrupcin por los cerros
de CalacaM hasta el Pululagua y hasta el profundo valle del rio de Gualla-
bamba. Aquellos cerros, que tambin son volcnicos, y de los cuales nom-
brar el cerro Mantingo (3527 m.) y el de Condorcocha (3681 m.), llevan este
nombre porque separan el valle de Calacal, que se extiende lo largo de
su pi occidental, de la meseta de Quito. En esta parte, entre el Pichincha
y el Pululagua, la Cordillera occidental se presenta muy baja, porque su
altura relativa sobre la meseta de Quito, de Cotocollao y de Pomasqui es
solo de 200 300 metros. El Pululagua mismo, enfrente de San Antonio,
no llama la atencin de lejos, porque su crter ancho y profundo no se halla
sobre un cerro alto, como acontece en los dems volcanes, sino como em-
butido en la cresta de la Cordillera. El filo del crter no llega en ninguna
parte 3000 metros y el punto mas alto tiene solamente 2940. \ Desde
el Pululagua la Cordillera se abate rpidamente unos 1200 metros al hondo
valle, que la corta de E 0 , dando paso al rio de Guallabamba. Al otro
lado nos encontramos con el nudo delMojanda. La Cordillera de Cala-
cali es angosta y no emite ramales ni al Este ni al Oeste. Los que salen
en el ltimo sentido, nacen del Eucu-Pichincha y del Pululagua, y bajan
entre los ros de Mindo, de Nanegal, de Alambi y del Guallabamba.
La Cordillera oriental de Quito es mucho mas complicada que la occi-
dental, y como os muy ancha y cubierta en todas partes de materiales vol-
cnicos, es sumamente difcil y en partes hasta imposible, encontrar la
primitiva cresta central, como ya he observado en otro lugar.
El Cotopaxi es el pilar, que forma la esquina noreste de la hoya de
Latacunga y la vez la sudeste de la de Quito, bajo 0o 38' Lat. S. A su
lado noroeste forma el Bumiahui el principio del nudo de Tiupullo. Los
pramos altos al pi oriental de este volcan se confunden con los que rodean
el pi setentrional del Cotopaxi, y estos su vez continan al Norte y Este
-hasta el pi del Sincholagua, que se levanta la distancia de dos leguas en
direccin NNE del Cotopaxi. La misma distancia mide entre el Bumiahui
y el Sincholagua, de manera que los tres volcanes forman las puntas de un
tringulo, rellenado de pramos extensos, en los cuales las aguas que descien-
den de los tres cerros, especialmente de las faldas setentrionales del Cotopaxi
y de las meridionales del Sincholagua, forman los riachuelos de Pedregal y
de Pita, que despus reunidos y conservando el segundo nombre,, descienden*,
al valle de Chillo. Tambin desde el lado setentrional del Eumifiahui se
TOPOGBAIIA. CAPITULO I I .

prolongan los pramos (de Pedregal) muy al Norte hasta los del Pasochoa,
que es un volcan en todo parecido al Rumiahui. Su caldera se abre
hacia el plano de Machache, como la de aquel, pero su altura llega solo
4255; metros. Al Norte se rebaja el pi del Pasochoa al valle de Chillo, y
al Este los pramos que le rodean, no llegan directamente al pi del Sincho-
lagua, quedando por en medio el valle de Pedregal (valle superior de Chillo),
que aqu ya es bastante hondo. De tal modo el Pasochoa queda aislado de
tres partes y mas separado de la Cordillera oriental que el Rumiahui, mien-
tras que el Sincholagua se presenta como en el borde occidental de la Cor-
dillera. El pico agudo de este ltimo cerro, siempre nevado, tiene la altura
de 4988 metros. Saliendo de su pi bajan al NO y N muchas quebradas y
entre ellas las lomas tendidas hacia el valle de Chillo y la quebrada de

. Fig. 15. E l Sincholagua visto desde los piramos del Antisana,

Guapa! y Antisanilla. Hacia el oriente siguen los mismos pramos, que le


rodean al Sur, extendindose por muchas leguas cuadradas y confundindose
con los del Cotopaxi y del Antisana, entre el rio del Valle-vicioso y el del
Antisana.
Al NEE y la distancia de 4 leguas del Sincholagua se levanta sobre
la margen oriental de la Cordillera el Antisana, uno de los volcanes mas her-
mosos del pais, la altura de 5756 metros. Su cspide cae bajo 0o 29' Lat. S.
En esta regin la Cordillera alcanza entre el dicho cerro y el valle de Chillo
mas de 3 leguas de ancho y se compone de un gran nmero de cerros en
parte muy considerables y todos de naturaleza volcnica; es un campo cl-
sico para el gelogo, y volveremos l en otra ocasin. La linea divisoria
de las aguas no pasa por el Antisana sino muy al Oeste de l, de manera
que todas las quebradas y ros que nacen en sus alrededores, pertenecen al
sistema del-rio apo. Podemos distinguir tres ros principales: todos los
L A R E S I O N CENTRAL ANDINA. 89
arroyos del lado occidental, inclusive el desaguadero de la laguna Micacocha
(3951 m.) se renen en el rio de Antisana, que corre primero al SO y des-
pus al SE, para unirse con el rio del Valle-vicioso y/no con 1 de Quijos
Maspa, como en el mapa de Humboldt y otrosEn el curso superior de
este rio y casi al pi del cerro se halla el Hato del Antisana en 4075 metros
de altura, talvez la vivienda mas alta de pais. -*- Las quebradas del lado
sur y sureste forman el rio Chuspichujpa (mas abajo Yana-yacu) que desem-
boca en el rio de Papallacta. Los dos sistemas fluviales estn separados
por los pramos y cerros de San Joaqun y de los Cimarrones. Finalmente
las muchas quebradas que bajan del lado norte y noreste del cerro, afluyen
tambin al rio de TapaUacta superior.

Sig. 16. El CayamW

Al Norte; del Antisana, pero algo mas hacia el poniente, y formando la


linea divisoria de las aguas siguen los cerros de Guaman, cuyo punto mas
alto, el Filo de los corrales, tiene 4447 metros de altura. Con un lomo
siempre muy ancho vira la Cordillera en direccin NE hacia el Cayambe,
presentando todava dos cerros volcnicos su lado occidental: el cerro de
Puntas (4462 m.) sobre el pueblo de Pifo, y el cerro de Parnbamarca
Frances-urcu (4093 m.) sobre el pueblo de Quinche. El primero es notable
por su hermoso crter, y el segundo, porque los Acadmicos franceses habian
erigido en su cspide una de sus seales trigonomtricas mas importantes.
El Cayambe est muy retirado al oriente y se halla al NE del Pamba-
marca. Pero antes de llegar l, debemos mencionar el Sara-urcu al Este
del Parnbamarca y al Sur del Cayambe, muy al borde oriental de la Cor-
dillera, sobre un ramal de ella. Tiene la altura de solo 4725 metros
90 TOPO&RAFIA. CAPTULO I I .

(segn E. Whymper) y est fuera de la regin volcnica, componindose de


las rocas antiguas de gneis y pizarra miccea.*)
El Cayambe se levanta bajo la linea equinoccial 5840 metros y ocupa el
tercer rango entre los cerros del pais. El aspecto de su cpula anchurosa, en-
vuelta en un inmenso manto de blanqusima nieve, es imponente y rivaliza con
la vista del Chimborazo. Su base oriental se pierde la altura de 4000 metros
en los pramos de la Cordillera, pero el pi occidental baja en formas suaves
y lomas tendidas hasta los pueblos de Cayambe (2864 m.) y Cangagua (3186 m.).
El Cayambe es el pilar de la esquina NE de la hoya de Quito y la vez el
ltimo cerro volcnico de la Cordillera oriental dentro del territorio ecuatoriano.
El nudo setentrional que cierra la hoya de Quito, est formado en primer

i g . 17. El .Mujaadi .lil Li-lo norte. (Oon el lago de San Pablo.)

lugar por el Mojanda, que se levanta inmediatamente del valle del rio de
Guallabamba, que rompe la Cordillera occidental, como hemos visto mas
arriba. El Mojanda es una montaa volcnica, que por su altura no pasa
de la regin de los pramos, y tiene una forma abovedada, muy tendida
de O E , parecindose en algo al Pichincha. Encima lleva una caldera
muy anchurosa, y al rededor de ella se agrupan varios picachos y cerros,
que llevan sus nombres propios. Los mas altos y notables son el Tana-
urcu (4272 m.), el Fuyafuya (4294 m.), el Golongal (4145 : m.). El camino

*) Hace 20 aos que queda comprobado por los gelogos competentes seores Reiss
y Stiibel, que el Sara-urcu no es volean; yo lo repet en varios escritos, y sinembargo
figura todava en las geografas mas modernas del pais (Catecismo de Geografia por
J. L. Mera 1884. Geografia del Ecuador por los Hermanos Cristianos 1888) entre los
volcanes, porque as se halla en Villavicencio.
LA KEGION CENTEAL ANDINA. 91
de Otavalo Mlchingu pasa por medio de la caldera al lado de las lagunas
de Guarmicocha (3727 m.) que desagua al Norte, y de Caricocha (3711 m.).
El punto mas alto de este camino por los pramos tristes y en mal tiempo
justamente temidos del Mojanda, llega enCascacunga la altura de 3874 metros.
El Mojanda est en sus faldas australes y setentrionales muy surcado
de quebradas, sin alimentar rios de consideracin. Impone por su altura
relativa (2600 m.) sobre el valle del Guallabamba, y tambin al lado norte
su elevacin sobre el lago de San Pablo (2697 m.) es todava muy con-
siderable (1600 m.).
Hacia el NE del Mojanda se encuentra la distancia de tres leguas
otro cerro volcnico, el Cusin (4012 m.), cuyo pi se confunde con las faldas
inferiores de aquel, formando de tal modo una ancha ensillada entre los dos,
que se conoce con el nombre de Cajas. Se v, que la formacin de este
nudo es completamente anloga la de los nudos de Tiupullo y de Sanan-
cajas. Por esta ensillada conduce el camino ordinario y mas cmodo de la
hoya de Quito- la de Ibarra, y en el punto mas alto, entre Tabacundo y
San Pablo, tiene la altura de 3099 metros. El pi oriental del Cusin pasa
al Este, siempre en alturas considerables, los pramos de Pesillo, y me-
diante estos al pi setentrional del Cayambe sobre la Cordillera oriental.
' Sistema fluvial de la h o y a de Quito. Ahora que conocemos la cir-
cunvalacin de nuestra hoya, descendamos estudiar el interior, describiendo
el sistema de rios que la riegan y las dems particularidades. El rio que
domina todo, es el de Guallabamba. Sus fuentes mas lejanas se nutren de
la nieve del Cotopaxi y del Iliniza. Mas arriba he descrito, como entre
el Cotopaxi, el Sincholagua y el Rumiahui se forman los rios de Pedregal
y de Pita, y como unidos descienden al valle de Chillo, dejando la izquierda
el Pasochoa y la derecha las faldas del Sincholagua. Solo despus de
haber pasado los ltimos dos cerros, se puede decir que el rio entra en la
hoya de Quito, porque las regiones altas que deja atrs, mas bien forman
parte de la Cordillera. Luego que entra el rio Pita en el valle de Chillo,
recibe del lado derecho el rio Guapal, que ha recojido todas las dems que-
bradas del Sincholagua que no habian entrado en el Pita superior, es decir
las del Noreste y del Norte. Unas pocas y pequeas quebradas recibe el
Guapal en su curso superior, donde se llama rio del Isco, tambin de los
cerros que separan el sistema fluvial del rio de Antisana (cerros de Chacana
y de Urcucuy). Este rio de Guapal tiene la propiedad de correr subterrneo
en su curso medio, fenmeno que se explica as: mediados del siglo pasado
tuvo lugar una fuerte erupcin de lava en una quebrada lateral del rio de
Guapal del Isco, y la corriente de lava rellen no solamente esta quebrada
lateral, sino tambin un gran trecho del valle principal, reprimiendo por
92 TOPOGBAFIA. CAPTULO II.

algun tiempo las aguas del riachuelo de la quebrada y del rio de Isco. Pero
pronto el agua se abri paso por debaja de la lava enfriada y muy porosa,
corriendo invisible hasta el fin de la corriente de lava, donde brota en
fuentes hermosas al pi de los peascos. Como seales de la represin, del
agua quedaron la laguna de Muerte -pungo arriba del crter de erupcin, y
algunas lagunas pequeas cerca de Antisanilla, donde entra el rio de Isco
en la corriente de lava. Esta ltima es conocida con el nombre de Reven-
tazn de Pinantura de Antisanilla-. El camin de la hacienda Pinantura
la de Yurac cruza la quebrada de Guapal en el punto, en que brota el
rio del pi de la corriente de lava.
El rio Pita sigue por algunas leguas con la direccin S-N en medio del
ancho valle de Chillo, recibiendo algunos riachuelos pequeos, entre ellos el
rio de San Rafael, que corre casi paralelo desde el pi del Pasochoa, y
desemboca abajo de Sangolqu. El primer rio de consideracin, que le
entra del lado izquierdo, cerca de Conocoto, es el rio de San Pedro, que
baja del valle de Machache. Con el nombre de rio Curiquingue recoje las
quebradas de las faldas orientales del Hiniza y algunas del nudo de Tiupullo,
y entra cerca del puente de Jambel en el plano de Machache (2900 m.).
Algunos pequeos afluentes recibe del Kumiahui y del Pasochoa, y otros
no mucho mas grandes del lado occidental, de las faldas del Corazn y del
Atacazo.
La llanura de Machache, de una legua de ancho, se extiende desde el
nudo de Tiupullo hasta el pueblo de Tambillo. All se estrecha el valle
entre la cuesta de St a . Rosa y las faldas del Pasochoa, y se ensancha otra
vez abajo de los pueblos de Uyumbieho y Amaguaa, llamndose entonces
valle de Ghillo. El rio de Machache cambia su nombre en l de San Pedro,
corre paralelo al de Pita y se rene con el cerca del pueblo de Conocoto.
Aqu el valle y la altiplanicie de Chillo tiene casi tres leguas de ancho y
la altura media de 2500 metros. De repente se levanta en la parte occiden-
tal del plano un cerro, el Halo, mientras que en su parte oriental sigue con
una inclinacin suave al Norte, pasando al vade de Tunibaco y Pifo, que de
nuevo se ensancha considerablemente como el de Chillo.
El Hal es formado por erupciones de lava y tiene una copa ancha,
de que salen lomas tendidas al Norte, Sur y Este; solo al Oeste cae rpida-
mente al rio de San Pedro, que se precipita por una angostura entre su
pi y las lomas que separan el valle de Chillo de la pequea .meseta de
Quito. El punto culminante del Ilal tiene 3161 metros de altura absoluta
y 600 sobre el valle de Chillo. su pi meridional se halla el pueblo de
Alangas (2587 m.) y al pi setentrional el de Tunibaco (2390 m.). En la
quebrada del rio de San Pedro, en la empinada falda occidental del Hal
LA REGIN CENTBAL ANDINA. 93
est el pueblo de Guangopolo de acceso difcil. En todos los alrededores
del Dalo brotan fuentes termales poco mineralizadas, comunmente algo ferru-
ginosas, lo que talvez sedujo Villavicenoio la creencia y asercin estraa,
de que la montaa es toda un mineral de fierro. (!)
Antes mencion la meseta de Quito en oposicin la altiplanicie de
Chillo, y en efecto debemos distinguirla como una parte especial de la
gran hoya de Quito. Desde la cuesta de Sta. Rosa, casi tres leguas al Sur
de Quito, hasta el valle del rio de Guallabamba, mas all de San Antonio,
5 leguas al N de Quito, se extiende lo largo de la Cordillera occidental
una meseta bastante plana con una suave inclinacin hacia el Norte. Su
ancho es variable, pero no pasa en ninguna parte de una media legua, y

i g . 18. La plaza mayor de Quito.

su altura sobre los valles de Chillo y de Tumbaco es de 300 400 metros.


Se presenta como una antegrada de la Cordillera, la margen oriental de la
meseta se levanta poco y suavemente sobre el plano y cae rpidamente
los valles antedichos de Chillo y Tumbaco. La parte mas austral de la
meseta es el plano de Tumbamba con la altura de 2900 metros. All se
renen algunos riachuelos que bajan de las faldas del Atacazo y del lado
de Chillogallo a formar el rio Machngara, el cual, al pasar por los afueras
de Quito, recibe tambin algunas quebradas del Pichincha. Despus se abre
paso al valle de Tumbaco por una quebrada honda sobre cuya ladera izquierda
se halla el pintoresco pueblo de Gupulo (2690 m.).
Precisamente en el lugar, en que se halla fundada la Capital de la Re-
pblica, la meseta no est bien desarrollada; las quebradas que bajan del
94 TOPOGRAFIA. CAPITULO H.

Pichincha, el cerro del Panecillo, el valle ya bastante hondo del Machn-


gara y al otro lado las lomas de Poingasi y Lumbis, todo contribuye
hacer el plano de Quito muy desigual y quebrado. Sin conocer el desar-
rollo histrico de la ciudad sobre la antigua capital de los Shiris y de los
Incas, seria difcil explicar los motivos de haberla fundado en un sitio nada
ventajoso al parecer, teniendo muy cerca los planos de Turubamba y de
Iaquito y no muy distantes los deliciosos y espaciosos valles de Chillo y
Tumbaco. La posicin astronmica de Quito cae bajo 0 o 13'34" Lat. S y
en la Longitud de ? Determnenla los astrnomos del observatorio

Fig. 19. El observatorio astronmico de Quito.

de Quito! Debe caer varios minutos mas al Este de lo que indica Hum-
boldt.*) La plaza mayor de Quito se halla la altura de 2850 metros y
la temperatura media del ao podemos fijar en 13l/3 C.**) De las ciudades
que se hallan en las hoyas interandinas y dan estas sus nombres, Quito
es la mas alta y la mas fria. La vejetaoion de sus alrededores es bastante
pobre y triste y corresponde un clima algo rgido; l ser sano y hasta
agradable para los que se han aclimatado, pero honrarlo con los eptetos
de delicioso, inmejorable, de primavera eterna etc. me parece exageracin,

*) Humboldt da 81 4' 38" 0 de Par. - Vase la anot. Nro. 4.


**) Segn el mtodo de Boussinglt.
LA EEGIOST CENTBAL ANDINA. 95-
perdonable los Quiteos, que en su Quito ven el Edn terrenal, pero no
un gegrafo imparcial, que debe ser parco con los superlativos de esta
clase, no prodigndolos segn la moda, sino segn el mrito. Volveremos
hablar del clima de Quito mas tarde; por ahora sigamos la descripcin
hidrogrfica.
Al Norte de la Capital la meseta se llama Iaquito, y ensanchndose
algo mas, pasa la llanura de Cotoclao (2802 m.). Desde aqu su caida
es mas fuerte y llega 300 metros en la distancia de 2 leguas, es decir
hasta Pomasqui (2507 m.), y a 100 mas, hasta la cercana de San Antonio
de Llullumbamba (2423 m.),, pueblo que se halla precisamente bajo la linea
equinoccial. Mas all de San Antonio se acaba esta meseta y el terreno cae
precipidadamente de unos 700 metros la orilla del rio Guallabamba.
El riego de la meseta es desde Quito muy escaso y el terreno, en oposicin
los llanos hmedos de Turubamba, bien seco y rido. Algunos riachuelos
se renen en la cercana de Cotocollao y de Pomasqui, formar uno que,
corriendo de S N por medio de la meseta, v caer al Guallabamba casi
enfrente de la hacienda de Alchipich. Toma su nombre de Cotocollao, Po-
masqui San Antonio, segn la localidad por donde pase casualmente.
Entre tanto el rio de San Pedro, pasado una vez el cerro de Dalo, entr
en el valle de Tumbaco, siempre siguiendo el pi de la antegrad de la
meseta que acabamos de describir, y dejando su derecha las espaciosas
llanuras de Tumbaco, Puembo, Yaruqu etc. De su lado izquierdo no recibe
ningn afluente desde el Machngara hasta el rio de San Antonio, pero del
lado derecho le engruesan algunos tributarios considerables, que conviene
conocer. Es en primer lugar el rio de Tumbaco, que en las cercanas de
Pintac recoje varias quebradas que bajan de las faldas de la Cordillera
oriental y otras nacidas en el valle de Chillo, y despus de rodear el pi
oriental del Dalo, se dirige al NO para desembocar en el rio de San Pedro,
dos leguas abajo de Tumbaco, que se halla alguna distancia de su orilla
izquierda. El rio Guambi es otro tributario muy parecido al anterior y
casi paralelo l. Tiene sus fuentes principales en la Cordillera de Gua-
rnan! y en los cerros que siguen al N hasta el de Puntas. Despus de
entrar en la llanura, pasa al lado de los pueblos de Pifo (2588 m.) y Puembo
(2484 m.), y se rene con el rio de San Pedro una legua y media abajo
de la boca del rio de Tumbaco. Inmediatamente antes recibe el rio de
Quinche Cartagena, que viene tambin de aquella parte de la Cordillera
oriental, que se halla entre el cerro de Puntas y el de Pambamarca. A
poca distancia de la orilla derecha del rio Guambi se hallan las pirmides
de Car aburo y Oyambaro, que fijan los extremos de la base principal que
sirvi en el siglo pasado los Acadmicos' franceses para" sus operaciones
96 TOPOGRAFIA. CAPTULO H.

geodsicas. La pirmide de Caraburo se halla la altura de 2368 metros


sobre el mar, y la de Oyambaro la de 2637 metros; la distancia entre
los dos extremos de la base mide 12,228 metros.*)
El rio de San Pedro, despus de recibir los de Tumbaco y Guambi,
ya lleva el nombre de rio de Guallabamba y lo conserva hasta unirse con
el Blanco, con que forma el rio de Esmeraldas. A veces se llama tambin
rio de Perucho en el trecho en que pasa por el pueblo de este nombre.
Despus del Guambi le entra del mismo lado derecho un rio pequeo que
nace en las faldas del cerro de Pambamarca y pasa por el pueblo de Gualla-
bamba, que se halla mas de media legua de distancia del rio grande de su
nombre. Situada en la altura de 2100 metros y gozando de la temperatura
media de 17y2-C. la llanura de Guallabamba es frtil y presenta una vegetacin
subtropical y un clima suave, pero la plaga de las fiebres intermitentes, que
all son endmicas, la hace temible impide su cultivo en mayor escala.
Un poco al N de Guallabamba y precisamente debajo de la linea equinoc-
cial encontramos el ltimo rio grande de la hoya de Quito, el rio Pisque.
Sus cabeceras abrazan el cerro Cayambe de tres lados y recojen las aguas
de la Cordillera oriental en gran extensin, desde el Pambamarca y Sara-
urcu hasta muy al Norte del Cayambe. El rio de Cangagua es la rama mas
meridional y mas larga, el rio Granobles es la mas setentrional, y entre las
dos baja el rio Cayambe directamente del cerro. Una legua abajo del
pueblo de Cayambe (2852 m.) se renen los tres en el rio Pisque, que en
seguida corre de E-0 en una quebrada muy honda y casi inaccesible, entre
negros peascos de lava, hasta su desembocadura "en el rio de Guallabamba.
Al lado setentrional del rio Pisque ya se levantan gradualmente las fal-
das del nudo transversal, compuesto del Mojanda, Cajas y Cusin. Sobre
estas faldas se hallan los pueblos de Mlchingu (2878 m.), Cochasqui, Tocachi
y Tdbacmdo (2889 m.).
Desde la boca del rio Pisque el Guallabamba vira mas y mas hacia el
occidente, hasta que mas all de Perucho su rumbo es casi de E O. Los
Pueblos ePullaro y Perucho (1830 m.), situados sobre pequeas mesetas,
unos 300 metros encima de la orilla derecha del rio, ya no pertenecen la
hoya de Quit y se hallan en la abra de la Cordillera occidental. En esta
abra, y por largo trecho de su curso ulterior, el rio de Guallabamba no
recibe sino afluentes pequeos y cortos, porque de ambos lados su valle
queda estrechado entre las ramas occidentales de la Cordillera: la de Intac
hacia el Norte y la de Cachillada hacia el Sur.

*) "Vase J. B. Menten: Sobre la expedicin de los Acadmicos franceses, en el


Programa de la se. Politen. de Quito. 1875.
Lam. V.

,,.. .'>:-
''^0'i^?

^k,s^~^"^&^^'i(ii^^i,' .

' ' V V 'V Jaras'"'''''''vi' V ' ^"'i'".-:->-' "-:/'".f'ii-;

Segn un dibujo da A Stbel.


EL PICHINCHA Y QUITO, DESDE LA LOMA DE POINGASI,
LA BEGION CENTRAL ANDINA. 97
De la descripcin orogrfica deducimos, que la hoya de Quito se com-
pone de las siguientes secciones: I o la llanura de Machache, 2o el valle de
Chillo, 3o el valle de Tumbaco y Guallbamba, 4o la meseta de Quito y de
Cotocollao, y 5o la hoya lateral de Cayambe.

Seccin VIIa. La regin entre el nudo del Mojanda y Cajas


y la frontera de Colombia.
Las provincias del Imbabura y del Carchi son las que ocupan esta
regin, y la primera coincide en gran parte con nuestra hoya de Ibarra.
La extensin desde el nudo de Cajas, en 0 51'Lat. N, mide 17 leguas en
linea recta, siendo la direccin de SO NE.
Con el cerro de Cayambe se concluy la larga serie de volcanes en la
Cordillera oriental) Desde all predominan otra vez, como al Sur del Azuay,
las antiguas rocas cristalinas, y la Cordillera, aunque todava muy alta y
muy ancha, sigue con formas mas suaves y tranquilas hasta allende la fron-
tera del Norte, observando en su rumbo una declinacin fuerte hacia el
levante. Pocos son los cerros que se levantan aislados sobre los dilatados
pramos y que llamen1 la atencin, como el Mirador al E de la Huaca. Ver-
dad es, que toda esta porcin de la Cordillera oriental entre 0 y 1 Lat. N,
es decir entre el Cayambe y el lago de San Pablo la Cocha sobre Pasto,
es muy poco estudiada, y parece que sus largos y altos ramales, que extiende
entre los numerosos rios de sus pendientes orientales, forman una regin
bien complicada. All nacen las cabeceras de los ros Azuela, Cfanes
(Aguarico), Ohunguer, San Miguel y Guarnes; pero los mapas antiguos
no, estn de aouerdo en cuanto al orden y la direccin de estos rios, y
como no me ha sido posible visitarlos y estudiarlos personalmente, me ab-
stengo d la descripcin detallada, basada nicamente en aquellos mapas
antiguos.
El fenmeno mas interesante, que se presenta en la Cordillera oriental,
s el gran lago de San Pablo la Cocha, que tambin se ha llamado Mar
dulce, pocas leguas al SE de Pasto. Aunque ocupado actualmente por los
Colombianos, cae todava dentro del terreno ecuatoriano, segn el lindero
de Kestrepo y la ley de 1824. La cresta de la Cordillera, que pasa entre
el valle de Pasto y la Cocha, y que forma el limite, es angosta y no parece
exceder mucho la altura de 3000 metros. La Cocha misma se halla en
una bifurcacin de la Cordillera, la altura de 2788 metros, segn Keiss y
Stbel, de consiguiente muy inferior la regin de los pramos, y algo
mas bajo que Quito. Es el lago mas grande de la regin andina, de unas
tres leguas de largo y un ancho variable de 1j a 1 legua. El desaguadero
"WOLF, Ecuador. "* 7
98 TOPOGBAJFIA. CAPTULO I I .

se halla en la punta sur y afluye al rio Guarnes, que su vez es un tri-


butario grande del rio JPutumayo.
La Cordillera occidental se levanta al N del valle del rio Guallabamba
alturas mayores, que en la provincia de Quito, y conserva su naturaleza
volcnica. Por los cerros de la Escalera y de Chanchagran est en alguna
conexin con los pramos del Mojanda, y por esta ensillada entre la Cor-
dillera y el nudo transversal pasa un camino muy malo, el camino de la
Escalera, de la hoya de Ibarra y Otavalo la de Quito. Hacia el N siguen
sobre la Cordillera varios grupos de cerros que se distinguen con los nombres
de sierra de Sigsicunga y sierra de Cambuyan, y cuyas alturas son de 3000
3500 metros. De estos cerros sale al Oeste un ramal largo que podemos

IMg. 20. E l Cotacachi visto del lado de Ibarra.

llamar Cordillera de Intac, porque separa el valle de Intac y del rio Lluri-
magua del del rio Guallabamba.
El cerro de CotacacM es el nico nevado que encontramos entre el valle
del Guallabamba y el del rio Mira. Es un volcan muy pintoresco con una
gran helera sobre la ladera oriental de su cspide, y su pico mas alto llega
4966 metros. Al pi sureste del cerro se halla la laguna de Cuicocha, que
presenta un antiguo crter de erupcin, lleno de agua y con dos islotes
(conos de erupcin) en medio. El nivel de la laguna se encuentra en
3081 metros de altura.
Unas dos leguas al N del Cotacachi se levanta sobre la misma Cor-
dillera otro cerro volcnico, el Yana-urcu, que lleva su nombre de cerro
negro con mucha razn, pues al lado de la nevada cspide de su vecino,
sus peascos negros se destacan con un contraste mas notable. La cspide
LA EEGION CENTRAL ANDINA. 99

del Yana-urcu tiene 4556 metros de altura. Propiamente este cerro ya


pertenece al Pramo de Pian, con cuyo nombre se designa la Cordillera
occidental al Norte del Cotacachi, hasta el punto en que principia reba-
jarse hacia el valle del rio Mira. Los pramos de Pian emiten varios
ramales no muy largos hacia el oriente, es decir la hoya de Ibarra, entre
los cuales bajan los rios que conoceremos despus. Hacia el poniente se
ensanchan bastante y de este lado salen algunas cordilleras considerables:
la de Toisan, que principiando atrs del Yana-urcu, entre las cabeceras del
rio Intac (Llurimagua) y del rio de Santiago, franjea en direccin al O el
valle del primero, y mas abajo el del rio Cayapas con el nombre de Cor-
dillera de Cayapas. La Cordillera de Lachas sale del Pramo de Pian un
poco al N del Yana-urcu, y se tira al Noroeste entre las cabeceras del rio
Santiago y del rio Lita y sobre las del rio Cachab. Finalmente, la Cor-
dillera de Chilluri es la rama que sigue, como continuacin mas recta de
la Cordillera, hacia NNO, entre el rio Mira y el rio Lita. Con esto ya
hemos nombrado tambin los rios principales que nacen sobre la Cordillera
y sus faldas occidentales: el rio Llurimagua del Cotacachi y Yana-urcu,; los
rios de Santiago j^Lita de los pramos de Pian.
La interrupcin que sufre la Cordillera por el valle del rio Mira es mas
considerable, que la ocasionada por el rio Guallabamba, es decir> que el valle
es mas ancho y la continuacin de la Cordillera al otro lado n c es tan
directa ni tan clara. Esto proviene especialmente de que el rio Mira o
corta la Cordillera de E O por una abra angosta, sino en direccin al- N
y NNCt con una hoya ancha, que es como la continuacin de la hoya de
Ibarra. Tambin la direccin de la Cordillera misma, que desde el rio de
Guallabamba hasta el Pramo de Pian ha sido de S N, se cambia en
seguida, como la de la Cordillera oriental, al NE.
Al lado derecho del rio Mira se manifiesta la Cordillera occidental de
nuevo en los pramos de Chiltason y del ngel, sin que pudiramos designar
precisamente las crestas centrales que correspondan la continuacin directa
de los pramos de Pian al otro lado. Sobreviene otra circunstancia, que
ofusca en algo el paralelismo de las Cordilleras en este lugar, y es la de
que de los pramos del ngel sale un alto y ancho nudo interandino de O
E hasta la Cordillera oriental. Solo al Norte de este nudo, y cerca de
la frontera de Colombia, se manifiesta de nuevo y con mas claridad el- crestn
central de la Cordillera occidental, entre las cabeceras de los grandes tri-
butarios del rio Mira y la hoya de Tulcan. Al mismo tiempo encontramos
all un interesante grupo de volcanes, el ltimo en la Cordillera occidental.
Los tres mas notables son el Chiles con 4780 metros, el Cmbal con
4790 metros y el Cerro Negro de Mayasquer con 4470 metros de altura; los
7*
100 TOPOGRAFIA. CAPTULO II.

dos primeros con nieve perpetua y grandes heleras, y el tercero sin ella.
.El Chiles, bajo 0o 52' Lat. N, pertenece todava al Ecuador, lo menos por
su mayor parte, porque la frontera pasa sobre sus faldas setentrionales; lo
mismo el Cerro Negro, que se halla muy prximo al lado oeste del Chiles.
El Cmbal que dista del ltimo solo unas dos leguas hacia el N, ya cae
allende la frontera de Colombia. Todos los tres volcanes se distinguen por
:sus profundas y espaciosas calderas crteres. Al N del Cmbal la
^Cordillera sigue con el nombre de Pramo de Colimba hasta la cercana del
Azufral de Tqueres, que solo tiene 4070 metros de altura, pero no es menos
-interesante que los precedentes.

Tig. 21. El Cmbal.

. " El nudo que al Sur del Chiles atraviesa de la Cordillera occidental


la oriental, podemos llamar de los Altos de Boliche, porque estos le consti-
tuyen en unin con los Pramos del ngel al poniente. Tambin se llama
nudo de la Huaca, por el pueblo de este nombre, que se halla en gran
altura (2952 m.) sobre su vertiente meridional, casi en la esquina que. forma
el nudo con la Cordillera oriental, cerca del cerro Mirador. Todo el nudo
es muy ancho y cae por su altura en la regin de los pramos. Su valla
es el limite setentrional de la hoya de Ibarra y la vez la linea divisoria
entre los sistemas fluviales del rio Mira y del rio Pata. Gradualmente se
.abate al profundo valle del rio Chota (Mira), mientras que al Norte, por la
altura del valle del rio Carchi, su descenso es corto y poco notable.
En el centro de la hoya de Ibarra se hallan varios cerros volcnicos
alineados de S N, formando de tal modo como dos Cordilleras secundarias
LA BEGION CENTBAL ANDINA. 101
y paralelas. La primera cadena comienza con el Cusin cerro de San Pablo,
que mas arriba conocimos como un miembro del nudo del Mojanda y Cajas,
y sigue al N con los picos volcnicos de Cuvilche (3882 m.), Gochaloma
(3494 m.), del Gunru (3338 m.) y otros, hasta concluir con el alto cerro de
Imbahtra. Este se levanta aislado por tres partes en la llanura, 4582 metros
(2357 m. sobre Ibarra). Sus laderas muy empinadas de color gris y pardo,
la corona de peascos negros, que en la cspide cien el crter, la falta
de nieve perpetua, le comunican un aspecto sombro y provocan una
comparacin con el pico nevado del Cotacachi que se halla casi enfrente
sobre la Cordillera occidental.

!Fig. 23. El ImbabnTa visto del lado occidental.

La segunda cadena de cerros volcnicos, que llamaremos Cordillera de


Angochagua, principia tambin sobre el nudo interandino del Cajas, pero al
Este del Cusin, en los pramos de Pesillo, donde estos pasan los de la
Cordillera oriental. De ah tira con una altura media de 3000 metros al
Norte, entre los rios Taguando y Chamachan, y remata sobre las orillas del
rio Chota y el pueblo de Ambuqui con el cerro de Pinllar (2708 m.). Las
Ventanillas sobre la laguna de Yaguarcocha tienen 3066, el Yurac-crus
grande 3577 metros de altura.
E l s i s t e m a fluvial del rio Mira superior se compone de los js
siguientes. El rio Blanco recoje primero todas las aguas que naoen sobre
las faldas setentrionales del Mojanda, sobre las orientales de las Cordilleras
de Chanchagran y Sigsicunga, y de la laguna de San Pablo. Todos estos
rieoitos, el Tungo-yacu (desaguadero del crter del Mojanda), el Tejar, el
Quichinche, el Peguche (desaguadero del lago de San Pablo) etc. se" renen
en la cercana de la villa de Otavalo (2581 m.), y el rio Blanco corre de
102 TOPOGRAFIA. CAPITULO n .

ah en direccin S-N. El lago de San Pablo, que ocupa la llanura entre el


Mojanda, el Cusin y el Imbabura, y cuyo nivel se halla en la altura de
2697 metros, es el lago mas grande y mas hermoso de las hoyas inter-
andinas del pais, con una media legua de dimetro. A poca distancia de
su orilla oriental se halla el pueblo de San Pablo (2726 m.).
Si seguimos de Otavalo el rio Blanco abajo, encontramos la distancia
de una legua sobre la banda izquierda el gran pueblo de Cotacachi, la
altura de 2453 metros y algo distante del rio. En las inmediaciones" de
Cotacachi brotan varias fuentes termales muy cargadas de cido carbnico
y bicarbonato de hierro y cal (ademas de otras sustancias). La fuente de
Yana-yacu del Tinte*) que es la mas conocida, tiene la temperatura de
27 0. El rio de Cuicocha, el Alambi y el Cari-yacu son los afluentes
principales, aunque pequeos, que recibe el rio Blanco de las faldas del
Cotacachi. Desde la boca del ltimo, cerca del pueblo de Ureuqui (2320 m.)
declina su rumbo al NE, y corto trecho se une con el rio Taguando que
viene del Sureste. Los dos unidos toman el nombre de rio Ambi, y este
cae unas dos leguas mas al Norte en el rio Chota.
El rio Taguando nace sobre los pramos de Pesillo y de Chuchicaranqui;
sus cabeceras se renen cerca del pueblo de Angochagua (2861 m..), y el
rio corre de S N entre el Imbabura y la Cordillera de Angochagua, hasta
Ibarra, que est sobre su orilla izquierda en 2225 metros de altura. Sus
afluentes son insignificantes y solo nombraremos el desaguadero del Yaguar-
cocha. Esta laguna de fama histrica,**) se halla una legua al N de Ibarra
sobre una pequea meseta y rodeada de colinas, la banda derecha del
Taguando, en la altura de 2253 metros. Desde Ibarra el Taguando vira
al NO, para unirse luego con el rio Blanco, como queda dicho.
Las llanuras que se hallan entre el rio Blanco y el rio Taguando, y que
forman la base anchurosa del Imbabura desde el lago de San Pablo hasta
Ibarra, son la parte mas plana de la hoya, la mas apta para la agricultura,
y por su temperamento la mas sana. Ademas de muchas haciendas encon-
tramos aqu los pueblos de Hatuntaqui (2407 m.), de San Antonio (2378 m.)
y de Carnqui; los primeros dos al N del Imbabura, el ltimo y la capital
de la provincia al NE de l. Ibarra goza de la. temperatura media de 16 C.
y&e un clima muy agradable.
Entre la Cordillera de Angochagua y la Cordillera real oriental nace

*) Se usa esta agua para teir de negro los hilos y tejidos de algodn, preparados
antes con el cocimiento del guarango (Prosopis sp.).
**) A las orillas del Yaguarcocha (= lago de sangre) el inca Huaina-Capac obtuvo
.jTui victoria decisiva sobre los indios Carnquis sublevados, y los hizo arrojar por miles
sus aguas, que se tiieron con la sangre de los sacrificados.
LA EEGION CENTBAL ANDINA. 103
el rio'Chota, llamado en su curso superior rio Chamachan. Corre paralelo
al Taguando de S N, y recibe del lado ste como primer tributario de
consideracin el rio Pisco. Desde la desembocadura del Pisco, en cuya cer-
cana se halla el pueblo de Pimampiro al lado izquierdo, el rio comienza
virar al NO y finalmente al O, formando en su confluencia con el Ambi un
ngulo recto. Solo esta parte inferior, desde Pimampiro se llama rio Chota,
y en esta seccin le entra su tributario mas importante, el rio Apaqui, el
cual, bajando en direccin al SO desde los Altos de Boliche, rodea el pi
meridional del nudo y recibe todas las aguas que de N S bajan de l,
respectivamente de las mesetas de Huaca (2952 m.), Tusa (2874 m.) y Puntal
(2672 m.).
Desde la confluencia del rio Apaqui, en donde se halla el casero de
Caldera (1600 m.) hasta la confluencia del rio Ambi en 1500 metros de
altura, se extiende el hondo y caliente valle de Chota, clebre por su fera-
cidad en los puntos que alcanza el riego artificial, por su vegetacin sub-
tropical, no menos que por su insalubridad, consecuencia de las fiebres
intermitentes endmicas. Aqu en el centro de la hoya, en el valle de Chota
y en la llanura de Salinas, que se halla como su continuacin al lado
izquierdo de la boca del Ambi, se manifiesta mejor el carcter singular de
una gran parte de esta provincia: un terreno sumamente quebrado, los rios
encaonados entre largas y arrugadas cuestas, por todas partes peascales
desnudos y tierras volcnicas del todo calvas escasamente revestidas de
espinares; en el fondo de los valles, en donde estos se ensanchan, los oasis
de los caaverales, cafetales, platanales y frutales.
El rio Chota recibe entre la boca del Apaqui y su unin con el rio
Ambi un afluente considerable, el rio de ngel de Mira, que le entra del lado
derecho (N) y le trae las aguas recojidas en los pramos del ngel, que
forman la parte occidental del nudo interandino y se extienden hasta las
faldas del Chiles y del Chiltazon. Lleva su nombre de los. dos pueblos que
se hallan sus orillas. El de Mira tiene celebridad en la historia geogrfica
del pais, porque hasta aqu los Acadmicos franceses extendieron sus tra-
bajos geodsicos en el siglo pasado.
Las aguas de todos los rios enumerados hasta ahora y reunidas por la
confluencia del Ambi con el Chota, reciben el nombre de rio Mira y lo con-
servan hasta su desembocadura en el ocano. Su curso es por algunas
leguas, hasta el pueblo de la Concepcin, hasta donde podemos extender
la hoya de Ibarra, de S N; despus, en su curso al traves de la Cor-
dillera, declina al NNO. Los afluentes que el rio Mira recibe del lado
derecho, de los pramos del ngel y del Chiltazon, todos son de poca cuanta;
algo mas largos son los del lado izquierdo, que bajan de . la Cordillera
104 TOPOGBAFIA. CAPTULO II.

occidental, como el rio de Salinas, que primero pasa al lado del pueblo de
Tumbaviro (2118 m.) y despus por l de Salinas (1639 m.) en la llanura
del mismo nombre; el rio de Palacara, que nace en los pramos de Pian
sobre el pueblo de Ghahuasqui (2408 ni.), el rio Amarillo, el Salado, el de
Jernimo, todos de aquellos mismos pramos. Mas cortos son los que
siguen al Norte y bajan de la rama de Chilluri, como los ros de Gullupi,
de San Pedro, de Buena- Vista, Chinamhi, Paramba y Cachi-yacu. Al lado
occidental del mismo ramal de Chilluri se halla el rio Lita, que es el mas
largo y caudaloso de este lado, y naciendo en los pramos de Pian corre
casi paralelo al rio Mira en su curso superior, en que pertenece la regin
andina. En su ltimo tercio y casi al pi de la Cordillera occidental vira
al N y NE, para unirse con el Mira en un punto, que ya no dista mucho
de los planos de la costa.
Al Norte del nudo d los Altos de Boliche encontramos la pequea
h o y a interandina de Tulcan, regada por las cabeceras del rio Guaitar,
que pertenece al gran sistema fluvial del rio Patia. La hoya est limitada
al Oeste por el volcan de Chiles, al Este por la Cordillera oriental sobre
Tulcan, y al Norte por los cerros de Ipiales. A causa de su alta posicin,
casi en la regin de los pramos, podramos comparar la pequea hoya de
Tulcan con la de Caar; su importancia consiste mas bien en la cria de
ganado "que no en la agricultura.
El rio Gmbal que viene del cerro del mismo nombre y de los pramos
de Colimba, pertenece todo la Repblica de Colombia; el rio Carchi, que
desciende del cerro Chiles y corre por medio de la hoya de O E , forma
el lindero del Ecuador con Colombia hasta cerca de Ipiales, donde se rene
con el Cmbal y con otros dos riachuelos*, el Chana y el rio Bobo, que bajan
de los Altos de Boliche. Encima de esta confluencia de los ros y no muy
lejos de la firontera, se halla Tulcan, la pequea capital de la provincia del
Carchi, la altura de 2977 metros y con un clima bastante rgido.

La regin andina interandina que acabamos de describir, es la mas


variada en cuanto sus condiciones orogrficas hidrogrficas. Difcil seria
caracterizarla en pocas palabras, porque para hacerlo, tendramos que hablar
fuera de la configuracin externa, tambin de la variedad del clima, de la
vegetacin y otros momentos, que sern objeto de consideraciones posteriores.
Sinembargo no quiero privarme del gusto de intercalar aqu un bello pasaje
concerniente, que debemos la pluma maestra del doctor P. P. Cevllos.
j^H aqu lo que escribe en su obra muchas veces citada (Resumen de la
Historia del Ecuador, VI, pg. 245) al pasar de la regin litoral la andina:
LA REGIN CENTRAL ANDINA. 105

Al describir esta segunda regin del territorio ecuatoriano, es de ver


que cambian las decoraciones y su aspecto de manera tan clara y distinta,
que mas bien parece que pasamos, no de una nacin otra, sino de un
continente otro, hablando con mayor acierto, de una zona otra. El
suelo, producciones y belleza de las provincias serraniegas son de diverso
tipo y coloridos, pues, si en las costeas la elevacin y cerramiento de los
siempre y por siempre floridos bosques, la anchura, mansedumbre y majestad
con que se deslizan los rios, y la maravillosa fertilidad de los campos for-
man un conjunto que la verdad asombra; en las de lo interior las tierras
descubiertas y caprichosamente vestidas de distintos colores, los montes de
nieve que van como esconderse entre los cielos, y los contrastes que pre-
sentan la altura de estos plateados conos con la oscura profundidad de sus
abismos, la furia de los torrentes y cascadas con la apacibilidad de las la-
gunas, los agrios y desnudos peascales con el verdor de los valles y pra-
deras, el dorado de las mieses por los contornos, la paja de los pramos
hombrendose con los caadulzales; constituyen panoramas embelezadores
para quien, saliendo del enmaraado laberinto.de las selvas, atraviesa los
desfiladeros y viene dar con el tambin laberinto montuoso de las altas
mesetas de los Andes.
Captulo III.
La regin occidental.
Sirva de introduccin este captulo, lo que he dicho del carcter
general de la regin occidental (pg. 16). En su descripcin sistemtica
procederemos de nuevo del Sur al Norte, y como no podemos fijar siempre
con toda exactidud sus limites con la regin andina, veces tendremos
que subir las faldas de la Cordillera, para buscar el origen de los ros lito-
rales, lo que importa poco, porque hicimos la distincin de las tres zonas
solo con el objeto de facilitar su estudio, sin negar las transiciones sucesivas
de una otra. En este captulo podemos generalmente prescindir de la
indicacin de las alturas de los lugares, que con tanta profusin he inser-
tado en el precedente; porque en el litoral las alturas absolutas, sobre el
nivel del mar, casi siempre son insignificantes. Notaremos sinembargo las
excepciones.

Seccin Ia. La regin litoral desde Tmbez hasta Guayaquil.


consecuencia de la gran ensenada, que hace el Golfo de Guayaquil
en la tierra firme del continente sudamericano, la Cordillera de los Andes
se acerca mucho al Ocano pacfico, de manera que entre el pi de ella
de sus ramales y el mar no queda mas que una llanura angosta. Solo desde
Tmbez al Sur, y desde Puna al Norte, donde la costa retrocede al occi-
dente, las llanuras litorales toman mas ensanche y mayor desarrollo.
El rio Tmbez pertence en su sistema superior la hoya interandina
de Zaruma. Despus de salir de las montaas altas, desde el sitio de
Puyango, en donde el valle comienza ensancharse y las cordilleras ambos
lados se retiran, sigue muy correntoso por despoblados, siempre al Oeste,
hasta el sitio peruano de Eicaplaya, donde hace un codo muy fuerte y vira
al Norte. En su curso inferior, que mide hasta Tmbez unas 5 leguas, el
rio es algo mas manso y navegable por canoas pequeas. Atraviesa un
LA REGIN OCCIDENTAL. 107
terreno suavemente undulado, y sobre sus orillas hay una serie de pequeos
sitios y haciendas de ganado. Esta regin (la recorr en Marzo, en la
estacin lluviosa, cuando estaba cubierta de una bonita vegetacin gramnea
y herbcea) me record vivamente las lomas entre Santa Lucia y Balsar
atrs de Colimes. Pero alejndose del rio Tmbez y penetrando mas al
Sur, pronto desaparece la lozana de la vegetacin y se manifiesta mas y
mas el carcter triste del desierto de Tmbez, que es el principio del gran
desierto peruano que acompaa la costa del Pacifico, con pocas interrup-
ciones, hasta Chile. La villa de Tmbez, capital de la provincia del mismo
nombre*), se halla sobre la orilla derecha del rio, unas 3 leguas arriba de
su desembocadura. Esta se verifica por tres brazos anchos entre espesos
manglares y no permite la entrada de embarcaciones mayores (vapores y
barcos), ya por el poco fondo de los canales, ya por los extensos bajos que
se hallan delante de la boca. La marea sube en el rio hasta muy cerca
del pueblo.
El rio de Zarumla, que desemboca en el estero de la Huaquilla y por
l en la Boca de Capones, al Sur de la isla Payana, es pequeo y nace entre
las ltimas ramificaciones bajas de la Cordillera de Tagin, oorre de S N
por un terreno parecido al que encontramos en el curso inferior del rio
Tmbez, y tiene su importancia por ser actualmente la linea divisoria entre
la jurisdiccin ecuatoriana y la peruana. A la ltima pertenece el pequeo
pueblo de Zarumla, que se halla no muy lejos de su desembocadura sobre
la orilla izquierda.
Si de Tmbez tomamos el camino mas recto Santa Eosa, que pasa
casi derecho de O E y cruza el rio de Zarumla en los sitios de Papayal
(peruano) y Chacras (ecuatoriano), la distancia desde el rio Tmbez hasta
el de Zarumilla es casi la misma, 4 leguas, que la que media entre este
ltimo y l pueblo y rio de Arenillas. Este ltimo rio nace tambin entre
los ramales occidentales de la Cordillera (los cerros de Tagin y la Cord.
de Sta. Eosa), pero es mas largo y algo mas considerable, que el de Zaru-
milla. Despus de pasar en su curso superior por una regin despoblada,
de E O, vira, al salir de las montaas, al N y recibe el nombre de rio
del Potrero; finalmente entra en el estero de Jumon y por l en el gran
estero de Pital.
Precisamente en el punto, en que abandona el rio la regin montaosa
y entra en la llanura, se halla el pueblo de Arenillas, que es el primero de

*) En el Per corresponde la Provincia al Canton ecuatoriano, y el Departa-


mento nuestra Provincia. As Tnibez es una provincia del departamento de Piura;
en el Ecuador diramos que es un cantn de la provincia de Piura,
108 TOPOGRAFA. CAPTULO III.

la jurisdiccin ecuatoriana. Al N y NO de este pueblo, es decir, entre los


ris de Zarmla y del Potrero, y entre las montaas y el estero grande
de Pital, se extiende una regin casi desierta de unas 12 leguas cuadradas,
en que distinguimos tres zonas paralelas: la primera, bastante angosta, es
la de los manglares lo largo del estero; la segunda, mucho mas ancha,,
consiste en salitrales, faltos de toda vegetacin (salitrales de Cayanca), que
en tiempo de los aguajes en gran parte se inundan; la tercera zona entre
la montaa ( el camino real) y los salitrales lleva el carcter de las pampas
ridas con una escasa vegetacin gramnea y algarrobos y espinos aislados.
En general podemos decir que toda la regin entre Tmbez y Arenillas
participa todava en mucho del clima rido de los desiertos peruanos, porque
en esta parte el litoral se halla todava bastante lejos de la Cordillera alta,
que es la que influye esencialmente en la humedad del clima. Solo desde
el rio de Arenillas, mejor dicho, desde St a . Kosa, en donde las montaas
altas ya se acercan mucho las orillas del Golfo, comienza desarrollarse
el clima hmedo, que es tan caracterstico esta zona litoral del Ecuador
hasta Naranjal.
El primer sistema fluvial algo desarrollado, que encontramos en la zona
litoral, es el del rio de Santa Rosa. El comprende los rios, que bajan
de las faldas occidentales de la Cordillera de Dumar y de una parte de la
de Chilla. Las dos ramas principales son el rio de $ \ Rosa propiamente
dicho y el rio de Buea-Vista. El primero es el mas conocido, porque
lo largo de l y en parte por su mismo cauce pasa el camino real de S t \
Eosa Zaruma y Loja. Mientras corre entre las montaas, su curso es de
E 0 , pero desde Pitapungo, donde entra en la llanura, vira al NO. Desde el
puerto de. St\ Rosa (llamado tambin puerto de Pital), dos leguas arriba de
su boca en el estero de Jambel, el rio toma la forma de estero, es decir,
est sujeto las alternativas de la marea y es navegable por chatas y pe-
queos vapores.
El rio de Buena- Vista nace sobre aquella parte de la Cordillera, que se
llama Chlacocha y Cerros de la Angostura, y baja en direccin NO hasta
el pueblo de Buena-Vista, en cuya cercana entra en los llanos. Luego vira
al 0 y SO, y d muchsimas vueltas, sobre todo en la ltima tparte de su
curso, en que atraviesa un terreno muy bajo y pantanoso. Su confluencia
con el rio de St a . Eosa se halla al lado del puerto de Pital. El rio de
Buea-Vista recibe del lado derecho solo el pequeo afluente del rio Raspa
en la cercana del pueblo, pero del lado izquierdo le entran dos tributarios
de mayor cuanta: el rio de Ckduguru, que viene de la Cordillera de Dumar,
como el de Santa Eosa, y corre paralelo con este, en el valle de Biron.
Desemboca en el rio de Buea-Vista muy cerca del puerto de Pital. El otro
LA E B Q I O N OCCIDENTAL. 109
es el Rio Negro, que nace mas al Norte y corre entre el rio de Buena-Vista
y l de Caluguru. Su desembocadura se efecta por varios canales que lo
entrelazan con las bocas de los dos rios nombrados, en un terreno pantanoso
que lleva el carcter de las tembladeras. Sobre el ramal de montaas,
que separa el valle del rio Negro del del rio Caluguru, se levantan dos cerros
cnicos muy caractersticos, que se llaman Caluguru grande y Caluguru chico.
El pico del primero me sirvi de punto fijo en el levantamiento del plano
del Canton de St a . Rosa. La Cabecera de cantn se halla la orilla izquierda
del rio de St a . Eosa, un kilmetro al Sur del puerto de Pital de la con-
fluencia del rio de Buea-Vista.
Donde el Estero de St a . Eosa entra en el estero grande de Jambel y
casi enfrente de la llamada Boca de Pital, entra del lado derecho el estero
de Gfuarumal, que mas arriba se llama rio de Motuche. Este rio, que se
cruza en el camino de Mchala Buea-Vista, es ahora insignificante {en
verano casi seco) y sirve de desaguadero unas tembladeras, que se hallan
entre los pueblos y rios de Buena-Vista y de Pasaje; pero en una poca no
muy remota parece haber sido el cauce del rio Jubones. Mas al Norte y
ya cerca de la Boca de Jambel entra por el mismo lado derecho el pequeo
y corto estero de Mchala, que apenas merecera una mencin, si no fuese
la principal via de comunicacin con la capital de la provincia del Oro, con
Mchala. Las chatas y los pequeos vapores penetran hasta el fin del estero,
donde se halla el Puerto de Pilo en una llanura salitrosa. De ah dista el
pueblo apenas una milla. Algunos esteritos mas, que hay desde la boca
de Jambel hasta la del Jubones, se puede ver en el mapa.
E l rio J u b o n e s nos interesa por ahora solo en su curso inferior (de
4 , 5 leguas), desde el pueblo de Pasaje; porque todo el resto cae en la
regin andina y queda descrito mas arriba. En su curso medio llevaba el
rumbo de E O, pero desde su salida de las montaas cerca de Pasaje,
vira al Noroeste y lleva el nombre caracterstico de El Bomjpido. Es
bastante correntoso hasta su desembocadura en el golfo de Guayaquil al lado
del pueblecito de Bajo alto, de manera que la navegacin se dificulta aun
para canoas de pieza, lo menos desde el sitio del Guabo por arriba. En
parte atraviesa terrenos muy bajos, dividindose en varios brazos y formando
tembladeras, por las cuales cruza un brazo al Norte hasta el rio Chaguana,
que es tributario del rio Pagua.
En todos los mapas antiguos del siglo pasado y tambin en l de Villa-
vicencio el Jubones desemboca al Sur de Mchala en el estero de Jambel,
mientras que hoy corre muy al Norte de este pueblo. Parece que el cambio
se verific fines del siglo pasado al principio del nuestro, y consisti
en que el Jubones se rompi un cauce nuevo inmediatamente abajo del pueblo
110 TOPOGRAFA. CAPTULO III.

de Pasaje, embaneando al mismo tiempo el antiguo, que se habr dirigido


al Suroeste. De aqu se explica su nombre nuevo de El Rompido. Como
las cartas antiguas son tan defectuosas, no puedo indicar con exactitud el
curso antiguo del Jubones; pero basta observar con alguna atencin aquella
regin sobre mi mapa nuevo, para aprobar la conjetura de que el antiguo
Jubones haya pasado por las tembladeras al SO de Pasaje y por el rio
Motuche, para desembocar en el actual estero del Guarumal. Probablemente
esta no fu la nica vez, que el Jubones cambi de curso; pues en las
pampas que se extienden entre Mchala, Pasaje y Buea-Vista, se encuentran
por todas partes antiguos cauces secos de rios, y el terreno se compone en
gran parte de arena muerta y de cascajo, como lo arrastran los rios durante
las crecientes. Y aun parece que el rio tenia en una poca dos bocas al
mismo tiempo, la actual del Rompido y la antigua por el Guarumal. Lo
deduzco de un paso, que se lee en la obrita otra vez citada de A. Baleato
del ao 1820 y que dice: En el lmite austral de la provincia est el rio
de la Sabanilla de los Jubones, que baja del distrito de Cuenca, y pasando
por el pueblo de Yulug, poca distancia se divide en dos brazos; el del N
forma el rio Jumar de Mchala, que desagua por la costa de este nombre;
y el del S es el rio de Zabanilla que desemboca por el salto Tmbez, en
los esteros de la costa de Payana. En consecuencia de frecuentes avenidas y
cambios fluviales esta regin se ha esterilizado por partes y hoy dia es escasa
de agua. Mchala mismo no goza de una posicin muy ventajosa al borde
de los salitrales y manglares, y padece de carencia de agua. Su regin cul-
tivable se halla lejos, hacia las orillas del Rompido y del rio de Buea-Vista.
Desde El Rompido hasta el rio de Naranjal sigue lo largo del Golfo
( del Canal de Jambel) una zona de 11 leguas de largo, que en todas sus
secciones es muy uniforme. Es aquella regin en que la Cordillera occi-
dental (entre Mullepungo y el Cajas) se acerca mas al mar que en ninguna
otra parte de la Repblica, y por esto su vista desde el golfo, desde la
vecina isla de Puna, pertenece a l a s mas grandiosas, deque se puede gozar,
presentndose ella con su altura absoluta de 4000 metros.*) La descripcin
de esta parte de la Cordillera encuentra el lector en la pg. 44, en donde
tambin he indicado los rios principales que bajan de ella al litoral, y cuyos

*) En la regin andina el observador, hallndose el mismo en alturas de 2000 metros


y mas, siempre aprecia tan solo las alturas relativas. As, por ejemplo, desde la hoya
de Cuenca, la misma Cordillera que admiramos desde Puna por su gran elevacin y con
tod*. su altura absoluta, se presenta solo con 1500 metros y hace poca impresin. El
CMmborazo que tiene mas de 6300 metros, nunca ostenta toda esta altura, sino grandes
distancias, desde las llanuras litorales, donde ya no hace impresin; en la cercana solo
lo vemos con 3500 lo mas con 4000 metros.
LA EGION OCCIDENTAL. 111
valles hacen las incisiones profundas en su mole gigantesca. Los pies de
los estribos de la Cordillera no se prolongan mucho en la llanura y todos
acaban la distancia de 3 4 leguas del golfo, con lo cual queda indicado
el ancho de esta zona perfectamente llana, cuyo largo es de once leguas,
como he dicho mas arriba.
Numerosos son los rios que riegan y fertilizan esta regin. El primero
al Norte del Jubones es el rio de Pagua, que en su curso medio recibe como
tributario el rio Machalera, y cerca de su boca el de Chagtiana. Todos los
terrenos adyacentes estos tres rios pertenecen la gran hacienda de Pagua.
Sigue el pequeo rio Siete, que no nace en la altura de la Cordillera
principal, sino entre sus ltimas ramificaciones que separan los rios de Pagua
y de Tenguel, arriba del cerrito cnico de Tenguelillo. Su curso regular se
pierde por algun trecho en las tembladeras de la costa, y solo entre los
manglares, cerca de su desembocadura, se deolara de nuevo un cauce re-
gular. Sigue el rio de Tenguel, que viene desde la cresta misma de la
Cordillera, naciendo del lago de Narivia, y desciende en direccin al NO
hasta su entrada los llanos. De ah sale por muchas tortuosidades hacia
el Oeste al mar. El rio de Gala se parece en mucho al de Tenguel, pero
tiene un curso mas recto de E 0. Al entrar en la llanura se.acerca hasta
pocas cuadras al rio de Tenguel (cerca del sitio de Gala de arriba), y aun
parece que en pocas antiguas los cauces de los dos rios se haban con-
fundido varias veces en ese lugar. Mas adelante vira por un arco grande
al Oeste. Todos los terrenos comprendidos entre los rios Gala y Siete y
atravesados por el Tenguel, hasta muy arriba en las faldas de la Cordillera,
pertenecen la hacienda de Tengtiel, que es una de las mas grandes y mas
valiosas de la Repblica.
A poca distancia del rio Gala sigue el de Balao, que en cuanto al caudal
y extensin de su sistema, es el mas grande. Los valles superiores y medios
de los rios de Pagua, Tenguel y Gala eran angostos y despoblados, pero el
valle del rio de Balao es mas anchuroso y poblado por haciendas y caseros
hasta cerca de los pramos. Por l conduce un camino bastante frecuentado
Cuenca. Las dos venas principales, de que se forma el rio de Balao, son
los rios de Angas y de Jerez. El primero nace sobre la parte de la Cor-
dillera que se llama Hatuc-loma, algo al S del Cajas, y el segundo en la
cercana del cerro Jeres, sobre Taruga/pamba que pertenece la ramal que
sale del Cajas hacia Molleturo. De este mismo lado bajan el rio de Canoa
y mas adelante el rio de Chacayacu, tambin tributarios de rio de Balao.
Los afluentes del lado izquierdo son numerosos pero pequeos, entre ellos
los rios de Huaca, de Baos, de St> Domingo, de Siri-yacu, de Tuquir.
Desde la boca del ltimo entra el rio Balao en la llanura y corre primero
112 TOPOGRAFIA. CAPITULO III.

por casi dos leguas (por Las Playasi>) dividido en muchos brazos pequeos
entrelazados, que frecuentamente cambian de curso. Solo desde el Sitio
Nuevo se recoje en un cauce mas estable y sigue muy tortuoso hasta afuera,
al golfo. Cerca de su boca y casi la margen de los manglares se halla
el pueblo de JBlao la orilla izquierda del rio. Hasta aqu suben con la
marea las chatas y los pequeos vapores.
Dos leguas al N de la Boca de Balao encontramos la de Jagua. Este
rio se parece en su curso inferior al de Balao, pero no es tan largo y viene
por un valle despoblado del ramal de la Cordillera, que se halla encima de
Molleturo. Ahora siguen hasta Naranjal una porcin de riachuelos cortos,
los de Lainin, del Carmen, de San Jacinto, de las Piedras, de Minas y de
Pucay, que todos nacen en las ltimas ramificaciones del ramal de Molleturo,
y atraviesan en su ltimo tercio una regin pantanosa, en que se bifurcan
y entrelazan varias veces antes de reunirse de nuevo cerca de los manglares
en los esteros de San Vicente, Balao chico y en el Estero viejo (Boca de
Caa-yacu). Con el rio de Naranjal de Suya se acaba la regin angosta
del litoral y en su boca tambin el golfo de Guayaquil, principiando ah el
delta del rio Guayas, y ensanchndose las llanuras hacia el oriente.
E l rio de Naranjal de Suya, que en su curso superior conocimos
con el nombre de Caar, entra en la llanura la distancia de ocho leguas
de su boca, algo mas arriba de la hacienda de Suya grande, de la boca
del rio Patul. De este punto corre al SOO, dejando su derecha (lado
Norte) grandes llanuras pantanosas, y recibiendo de su izquierda (lado Sur)
los afluentes descendientes de la Cordillera de Molleturo. Entre estos hay
que mencionar ante todo el rio Norcay, que nace sobre el Cajas de Cuenca,
baja por el valle de Contra-yerba y del Mihuir de E O, y vira cerca de
Molleturo al N. Despus siguen los pequeos rios de Gramatal, Pechiche
y de Chacayacu, que en su curso inferior participan de la propiedad de los
rios que conocimos al Sur de Naranjal, de ramificarse y entrelazarse varias
veces arriba de sus desembocaduras. El Chacayacu es el mas largo y mas
importante de ellos. El recoje las aguas del ramal de Yerba-buena, sobre
la cual sube el camino real de Cuenca (r. Shiri-yacu, r. Pescado, r. Chaca-
yacu) y sobre su brazo izquierdo se halla el pueblo de Naranjal, la distancia
de legua y media de su desembocadura en el rio grande de Suya de Na-
ranjal. Hasta esta boca el puerto de la Revesa sube la marea, y el rio
estero es navegable y accesible por los vapores fluviales.
Como la regin litoral entre Mchala y Naranjal constituye uno de los
distritos de cacao, mas importantes de la Repblica, conviene completar la
descripcin con algunos datos mas. - L a regin es tan uniforme, que basta
estudiarla lo largo de un rio, desde su boca hasta el pi de las montaas,
LA EEGION OCCIDENTAL. 113
para conocerla toda. Por tipo podria servir el rio de Tenguel el rio de
Gala. Distinguimos 4 zonas muy caractersticas, que se siguen de O E
en el orden siguiente: I o La zona de los manglares lo largo de la orilla
del Golfo, mide comunmente una milla de ancho y est sujeta las inun-
daciones ocasionadas por las mareas todos los dias, lo menos en tiempo
de los aguajes. En esta zona el rio d algunas vueltas largas y tiene la
forma de un estero mas menos ancho, que se vacia y se llena dos veces
en 24 horas. Con la creciente entran las embarcaciones, que no pasan del
tamao de las chatas. 2 o Sigue la zona de las sbanas y tembladeras
con un ancho variable de una tres millas. Ella no se presta todava la
agricultura, pero admirablemente la cria de ganado, pues el pasto natural es
abundante y exuberante. En tiempo de las lluvias (en invierno) se inunda
casi todo el terreno, y en varias partes las aguas quedan estancadas durante
todo el ao, formando las tembladeras. En esta zona el rio serpentea con
mil tortuosidades, cambiando con frecuencia de cauce, bifurcndose y veces
perdindose por trechos en los pantanos y tembladeras. 3 o La zona del
cultivo, la mas importante de todas, se extiende entre la sabana y el pi de
las montaas con un ancho de una tres leguas. Forma un plano casi in-
sensiblemente inclinado de E O, y se compone de un terreno algo arenoso
pero rico en tierra vejetal, que la entrada en los valles y al pi de las
montaas pasa al cascajoso, pero en general se presta especialmente la
agricultura. En el estado natural esta zona est cubierta de una vegetacin
arbrea muy variada y espesa, en la cual se encuentra mucho cacao sil-
vestre, indicando de antemano el cultivo, que el terreno parece como pre-
destinado. En efecto se renen en esta zona todas las condiciones favorables
al cultivo del cacao: un clima hmedo y caliente, un suelo lijeramente
arenoso cascajoso pero sustancioso. Sinembargo, los otros productos tr-
picos, especialmente el caf, el pltano y la caa no quedan en zaga del
cacao; en una palabra, es una de las regiones mas frtiles del pais y est
todava lejos de ser explotada en la extensin en que lo merece. Aqu el
rio corre por un cauce mas estable, es mas correntoso y hace menos vueltas,
ya no es navegable ni en canoas pequeas. Las inundaciones, si en invierno
veces suceden, son parciales y transitorias, el terreno, aunque en conse-
cuencia de la mucha humedad del clima regularmente fangoso, no es pan-
tanoso. 4 o La zona de las montaas comprende las faldas inferiores de
la Cordillera de sus ramales. Podemos extenderla hasta la altura de
unos mil metros, es decir, hasta donde se cultivan con ventaja los productos
de la tierra caliente; mas arriba ya pasa la regin andina. Esta zona
queda en el distrito de que hablamos, todava sin cultivo, si exceptuamos
el valle del rio Balao, en que se encuentran algunas haciendas en el lmite
Wow, Ecuador. 8
114 TOPOGBAEIA. CAPITULO III.

de l regin andina. Generalmente queda cubierta de las selvas vrgenes


con aqulla vegetacin trpica y majestuosa, que caracteriza el p i . y la
primera grada de los Andes. El ancho de esta zona es naturalmente muy
variable, segn las montaas se prolongan mas menos hacia la costa, y
segn se abaten rpidamente por lomas tendidas la llanura. Los ros
llevan el carcter de torrentes estrepitosos y arrastran con preferencia cas-
cajo grueso, esterilizando las playas lo largo de sus orillas, mientras que
'en la zona anterior fertilizan el terreno, depositando su largo los bancos
y vegas de arena y tierra vejetal, tan favorables al cultivo del cacao, cafe,
pltano, tabaco etc.
La regin que acabo de describir, es tambin sumamente instructiva
para el gelogo, que quiere.estudiar la formacin aluvial de las provincias
litorales, y volveremos ella en otro captulo.
Desde el rio de Naranjal hacia el Norte se cambia notablemente el
carcter de la regin litoral, las llanuras se ensanchan, las montaas se
retiran al Este. En lugar del Golfo de Guayaquil (Canal de Jambel) tene-
mos la izquierda l ri Guayas y su delta.
Echemos una ojeada sobre el mapa, y observaremos que el B i o Guayas
se presenta.como la continuacin del Golfo hacia el Norte. Desde l punta
-Sur de la isla de Mondragon, donde propiamente acaba el Golfo, hasta la
ciudad de Guayaquil se miden 10 leguas. Si tiramos una linea recta de
E O, desde la Revesa, adentro de la boca de Naranjal, hasta la boca" del
estero de Sabana grande, y si reunimos estos dos puntos con un tercero
que se halla enfrente de Guayaquil en medio rio, en el Cerrito,' sacare-
mos un tringulo, cuya base indicada mide tambin 10 leguas, como s
altura. Y este tringulo comprende aproximativamente el delta antiguo del
-rio Guayas, es decir, como existi en una poca geolgica no muy remota
y quiz todava en la moderna, cuando el Guayas comunicaba por la sabana
de Guayaquil, y por varios puntos mas abajo con el Estero Salado y sus
ramificaciones. La separacin completa que actualmente existe entre el
Salado y el Guayas, se ha efectuado por los aluviones del rio mismo, que
formaban poco poco la sabana, cegaban los canales de comunicacin y
embancaban toda la orilla derecha. Por este procedimiento muy natural,
que no es imaginario sino un hecho geolgicamente probado, el delta actual
del rio Guayas se halla reducido la mitad del tringulo, descrito arriba,
es decir, la porcin que cae al lado izquierdo del rio principal, y el Estero
Salado forma n sistema aparte.*)

*) Lo que el ri ha formado por aluvin, puede tambin destruir por la erosin,


como sabemos por mil ejemplos en los cauces de nuestros rios. No seria imposible que
L A S E S I N -OCCIDENTAL. 115
Inmediatamente arriba de Guayaquil el rio pasa una angostura entre el
cerro de Santa Ana y los cerros de Cabra, estrechndose en este lugar
1500 metros; pero luego y enfrente de la ciudad se ensancha mucho y se
divide en dos brazos que rodean la isla de Santay, cuyo largo es de. tina
legua. Unido de nuevo en un solo tronco,, corre casi recto de N S, pre-
sentando n su orilla derecha como nicos accidentes, notables, un pequeo
estero que rodea la isla de Masa, y mas abajo (5 leguas distante de Guaya-
quil) la pequea colina de Punta Piedra, que significa para los navegantes
la mitad del camino entre Guayaquil y Puna, y recuerda los Guayaquileos
un episodio triste de la historia moderna del pais (1865 Combate de Jam-
beli). Un poco arriba de Punta Piedra se separa el primer canal.grande
del delta la izquierda, que se llama canal de. Matorillos, y una legua mas
abajo sale en el mismo sentido el canal del Callejn, que es el camino de
las embarcaciones distinadas la boca de. Naranjal.. Entre los dos canales
expresados se extiende la angosta pero larga (2% leguas) isla de Matorillos^
Abajo de ella el brazo del rio, formado de los dos canales, s mas ancho
que el rio principal, del cual est separado por la gran isla de Mondragon,
que tiene casi una legua de ancho y 4 de largo.. Otra mas pequea, que
se llama Malabrigo, se halla en medio del brazo entre Mondragon y la boca
de Naranjal. Donde acaba la isla de Matorillos, sale al oriente l ancha.
boca de Taura, llamada asi, porque de ella se introduce hacia el N y paralelo'
al canal de Matorillos el estero de Taura. Pero otro estero no menos im-
portante, entra de la misma boca de Taura mas al Este y vira despus igual-
mente al N y NE con varias ramificaciones. Este es el estero de Ohurute
que est en comunicacin con el de Ghuruilo un brazo ancho, que desde
la boca de Naranjal sube tierra adentro hasta la de Taura, separando..de
tal modo de la tierra firme una isla grande. Siempre es muy difcil dar
una descripcin clara de los laberintos acuticos tan compliclos, y mucho
mejor se los estudia sobre el mapa.
La regin comprendida entre el rio Guayas (desde la boca de Naranjal
hasta Guayaquil) y la Cordillera occidental tiene el ancho de diez doce
leguas y es completamente llana, con excepcin de los cerros de Taura, que
luego conoceremos. Es muy poco habitada y poco cultivada, porque en su
mayor parte se compone de sabanas pantanosas inundadas (tembladeras),
que alo mas se prestan la ganadera, pero no la agricultura. La ltima
se halla reducida ciertos lugares alislados; donde el terreno la favorecera,
como hacia el pi de la Cordillera, falta la poblacin, y todo est cubierto

se restablezca en algun tiempo la Comunicacin entre los dos sistemas; pero el inters
de la ciudad de Guayaquil exige, que se la impida en cuanto sea posible..
8*
116 TOPOGBAFIA. CAPTULO I I I .

de monte, rico en maderas valiosas (montaas al Este de Taura y de Boliche,


montaas de Bulubulu).
El fondo oriental de esta regin forma la Cordillera entre el rio de
Caar y el de Chanchan, de que habl en otra parte. Dos rios de impor-
tancia nacen en sus faldas: el rio Mir cay, mas abajo llamado rio de Taura
y el rio de Bulubulu, que abajo se llama rio de Boliche. Los sistemas de
estos dos rios, que en su curso medio inferior comunican entre si, ocupan
casi toda la regin de que tratamos. Solo en la parte mas meridional
encontramos entre el rio de Naranjal y el de Taura el pequeo rio de Churute,
que nace en las tembladeras al Sur de los cerros de Taura y entra pronto
en el estero grande de Churute.
El rio Rircay baja de la Cordillera casi recto de E O por un angosto
valle, que corre paralelo al de Caar, y en cuya parte media se hallan
algunas haciendas, que sinembargo ya pertenecen la regin andina. Al
salir del valle y de las montaas, y al entrar en la llanura, vira al NO por
un espacio de 3 leguas, hasta el sitio de Guamapungo el cerrito de la
Huaquilla. En este trecho corre por varias venas entrelazadas, y una mas
separada que se llama de Chontapaniba vieja, parece indicar el cauce antiguo
del rio. En Guamapungo conserva un brazo la direccin al NO y v derecho
al rio de Bulubulu, que se halla a poca distancia y baja como el Rircay de
la Cordillera con el rumbo E - O , pero por un valle del todo despoblado.
Este brazo que une los dos rios, queda en ciertas pocas casi seco; el caudal
principal del Rircay, que desde aqu se llama rio de Taura, vira al pi del
cerrito de la Huaquilla al Oeste y corre por largo trecho casi paralelo al
rio de Boliche. Del lado izquierdo recibe el tributo del rio Coroso Gua-
rumo, que recoje las aguas de las montaas al pi de la Cordillera entre
el rio Suya y el rio Rircay. Desde el pueblo de Taura, que se halla sobre
su orilla, izquierda, cambia el rio poco poco su rumbo al Sur y entra en
el estero navegable, que sale la Boca de Taura. En su curso inferior
recibe el rio de Taura muchsimos afluentes pequeos de las sabanas y
tembladeras. Casi enfrente del pueblo entra un canal que le comunica con
el rio de Boliche, y que es navegable en pequeas canoas. Otro canal que
sale mas abajo del pueblo en el codo que hace el rio para entrar al estero
grande, es muy conocido bajo el nombre de la Zanja y comunica con el
rio.Guayas, desembocando abajo del sitio de Sono. Tambin se trafica por
este canal en canoas, y es la via de comunicacin mas corta entre Taura y
Guayaquil.
El rio de Boliche (as llamamos el Bulubulu desde el punto en que
recibe el mencionado brazo de Guamapungo) corre bastante recto de E O
hasta su desembocadura en el Guayas. Primero pasa entre las haciendas
LA BEGION OCCIDENTAL. 117
de Vainilla y de Guanbano, y despus llega al pueblo de Boliche, que se
halla sobre su borde derecho. Media legua abajo del pueblo se divide el
rio en varios brazos; el mas meridional se dirige Taura y es aquel canal
de comunicacin de que he hablado y que entra enfrente del pueblo. Los
dems brazos se pierden pronto en las extensas tembladeras, que se hallan
entre Boliche y el rio Guayas; sinembargo atravesando esos pantanos en
canoa, se puede seguir el rio principal por todas sus mil tortuosidades que
describe, ya ensanchndose como un lago, en que apenas se observa la

Fig. 23. Un estero cerca de Guayaquil, en tiempo de marea baja.

corriente, ya estrechndose en un angostsimo hilo de agua, hasta salir


finalmente con un cauce regular (desde el sitio del Sauce) al brazo del rio
Guayas, que baa el lado oriental de la isla de Santay.
Los dems riecitos que caen al rio Guayas en esta regin, como los
esteros de Zoraida, de Santay, de Cantagllo, de Sitio nuevo etc. son todos
insignificantes y nada mas que desaguaderos de las tembladeras.
Por primera vez encontramos entre Taura y el rio de Suya un grupo
de cerros del todo independientes de la Cordillera de los Andes. Son los
cerros de Taura de Churute, que desde Guayaquil se presentan como una
118 TOPOGEAFIA. CAPTULO III.

pequea cordillera. Distan del pi de la Cordillera grande unas tres leguas


y se levantan directamente y sin transicin de la sabana completamente
llana de Taura, mas cerca al rio Churute que al de Taura. El grupo consta
de 6 cerros cnicos, aislados, irregularmente agrupados, y de una pequea
cadena que se extiende algo mas que una legua de E 0. Los dos puntos
mas altos de esta cadena son el cerro Masvale y el de Batang; y de los
cerros aislados son los principales el Cimalon el Guabiio y el Perequet. Su
altura es de 300 400 metros. En las inmediaciones del pueblo de Taura
y al lado derecho del rio encontramos una cadenita baja (de 20 30 metros
de altura) de colinas, los cerritos de Taura, que no mereceran mencin,
como tampoco la Huaqula de Guamapungo citada mas arriba, si no llama-
sen la atencin en una llanura tan perfecta. Pero con estos dos puntos y
los cerros altos de Taura hemos enumerado todas las elevaciones de terreno
en la zona litoral desde Mchala hasta Guayaquil.
El delta del rio Guayas con sus islas de aluvin est cubierto de man-
glares. Pero mientras que en el Salado que contiene agua del mar casi
pura, el mangle acompaa los esteros y esteritos hasta sus ltimas rami-
ficaciones, en el rio Guayas sube este rbol solo hasta cerca de la isla de
Masa, es decir hasta donde el agua es muy salobre. Lo mismo se observa
en los esteros de Naranjal y Taura, en los que el mangle sube hasta el
punto, en que el agua salada de las mareas prevalece sobre el agua dulce
del rio.

He dicho mas arriba, que la regin entre el rio de Naranjal y el de


Boliche y podemos extenderla hasta el rio Chimbo , consta por su
mayor parte de llanuras incultas y terrenos pantanosos. Como tales terrenos
se repiten con frecuencia por toda la regin litoral del pais, conviene cono-
cer de una vez su naturaleza y clasificarlos juntamente con otros que
cada paso tendremos que nombrar en nuestra desoripcion. El costeo y
sobre todo el montuvio distingue manglares, salitrales, pampas, sbanas,
sartenejales, tembladeras, pozas, pajonales, esteros-(secos), playas, vegas, bancos,
lomas. Todas estas expresiones se refieren terrenos de aluvin y significan
ciertas modificaciones ciertos estados de desarrollo.
L o s manglares y salitrales se encuentran solo lo largo de la costa
del mar y de los esteros, que llevan agua marina. En cuanto la vegeta-
cin, representan dos extremos, pues en el manglar es spsisima, aunque
consta casi exclusivamente de los rboles y arbustos del mangle, y en el
salitral falta completamente. El manglar, que forma la orilla misma del
maj del estero, se inunda cada dia por las alternativas de las mareas
dianas; el salitral, que es una llanura atrs de los manglares, se aniega
LA REGIN OCCIDENTAL. 119
peridicamente en los tiempos de aguajes, y por la evaporacin del agua las
sales marinas quedan impregnando la tierra cubrindola con una costra
blanquecina. En muchos puntos, en que se hallan pozas naturales en el
salitral, quedando el agua estancada y sujeta una evaporacin continua,
se forman capas gruesas de sal gema, salinas naturales, en todo anlogas
las artificiales de Santa Elena; as por ejemplo en la punta sur de Puna,
en las islas de Payana, Tembleque, Pongal etc.
Pampa, nombre original de America, significa propiamente cualquier lla-
nura, pero se aplica en la costa con preferencia los llanos extensos con poca
ninguna vegetacin. As los salitrales tambin son pampas, lo mismo que las
sabanas abiertas. En fin, es un nombre mas bien genrico que no especfico.
L a s sabanas son llanuras cubiertas mas menos espesamente de una
vegetacin gramnea, comunmente con rboles aislados pequeos grupos
de rboles, veces tambin interrumpidas por bosques mas extensos. La
sabana puede inundarse en invierno, pero en verano queda siempre seca, y
en esta ltima estacin es cuando se forman l o s sartenejales, que son
una modificacin especial de la sabana. El suelo de la sabana es algo
arenoso puramente arcilloso; en el primer caso no se raja ( muy poco)
en tiempo de sequedad, y el csped de la vegetacin gramnea es espeso
igual; en el segundo caso forma en invierno un lodazal de los peores que
se puede imaginar. El lodo es una arcilla negruzca muy pesada y pegajosa,
que en verano se diseca completamente y se hace dura oomo piedra. Pero
al mismo tiempo que se diseca, el terreno se raja en todos sentidos por mil
hendiduras finas y anchas, y mas menos profundas, quedando finalmente
una superficie de irregulares y speros terrones. Cualquiera de mis lectores
habr observado este fenmeno en pequea escala al borde de un pantano
que se diseca, siquiera en una olla'de cola, que mucho tiempo estuvo sin
uso". Las partes de la sabana que s hallan en este, estado, reciben el
nombre singular de sarteneja sartenejales. Aqu la vejetacion es'rala, se
encuentran las gramas solo por mechas aisladas, y el resto son yerbas in-
tiles y hasta perjudiciales. al ganado. No hay cosa mas molesta para el
viajero, y mas daosa para el casco del caballo, que atravesar sartenejales
largos, en que el camino todava no est trillado. Por lo dems se forman
sartenejales no solamente en la sabana, sino tambin en los salitrales, cuando
el terreno de ellos s arcilloso en lugar d ser arenoso. En un paseo de
Guayaquil al Estero Salado se puede atravesar en media hora las cuatro
formaciones descritas hasta aqu: La sabana se presenta ya abierta, ya cort
los arbolitos caractersticos de los espinos; se atraviesa algunos sartenejales,
despus se llega a una zona angosta de salitrales y finalmente al manglaf,
que termina el paseo,"
120 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.

L a s t e m b l a d e r a s son sabanas anegadas durante todo el ao, que se


extienden veces sobre algunas leguas cuadradas. La vegetacin de ellas
es del todo distinta de la de la sabana. Tambin predominan las gramneas
y ciperceas, pero con formas gigantescas y mezcladas con un grandsimo
nmero de otras plantas palustres y acuticas. Los arboles son con pre-
ferencia sauces y alisos, y se encuentran especialmente los bordes de las
tembladeras; en las partes centrales faltan, se hallan aislados. l agua
cubre' el terreno desigualmente, llegando su profundidad de pocos cent-
metros algunos metros. Donde no pasa de i2 metro, es invisible desde
alguna/distancia, porque la vegetacin cubre todo; pero en los lugares mas
hondos hay solamente plantas nadadoras, se presentan lagunas extensas
del todo despejadas, as posas. El revs de las pozas son las islas, que de
vez en cundo se hallan esparcidas por las tembladeras, y consisten en que
el terreno se eleve de 1 metro sobre el nivel del agua. En estas islas en-
contramos la vegetacin y las dems condiciones de la sabana. En las
tembladeras de alguna extensin el agua rara vez queda del todo estancada,
porque son alimentadas por ros, que las atraviesan que se pierden en
ellas, y tienen sus desaguaderos. En verano el movimiento del agua es
poco notable, tanto mas en invierno, en que las corrientes son fuertes y las
aguas veces muy turbias. El lodo y la arena fina arrastrada por los rios
se deposita entre la vegetacin de las tembladeras, y por este procidimiento,
por lento que sea, el terreno bajo se alza continuamente, el pantano se
reduce cada ao, la tierra firme gana terreno, la tembladera se convierte
poco poco en sabana seca. Las tembladeras ofrecen al ganado un alimento
abundante, sobre todo en verano, cuando las sabanas cirunvecinas quedan
secas bajo los rayos abrasadores del sol. Son difcilmente accesibles al
estudio; pero ahora se presenta una ocasin magnfica de conocerlas con
toda comodidad, porque el ferrocarril entre Guayaquil y Yaguachi atraviesa
una regin tpica de tembladeras.
Las pozas y l o s pajonales no son mas que tembladeras en una
escala reducida. Se hallan con preferencia en el sistema superior del rio
Guayas, en los cantones de Vinces, de Baba, de Pueblo viejo, en la regin
del Cacao de arriba, cruzada por tantos rios. Estn situadas regularmente
entre los bancos de los rios donde el terreno es mas bajo y son los resi-
duos de las inundaciones anuales, que se verifican durante el invierno.
Cuando la poza est cubierta de una planta que se llama pajn y que tiene
hoyas anchas como el platanillo, pero mas pequeas, recibe tambin el
nombre de Pajn Pajonal, que de consiguiente es muy distinto del pa-
jonal de la sierra. Tambin las pozas se llenan poco poco, como las
tembladeras, por los depsitos de las aguas; se embancan. Y se puede
LA EEGION OCCIDENTAL. 121
accelerar este embaucamiento artificialmente, conducindoles en invierno por
un canal una gran cantidad de agua turbia y lodosa de un rio vecino. Las
pozas estn casi siempre en relacin con
L o s E s t e r o s , y muchas veces no son mas que unos ensanches muy
bajos de estos. De la palabra estero el costeo hace un uso mejor
dicho abuso muy extenso. Deriva del latn aestuarium, y segn el dic-
cionario espaol significa propiamente un brazo de la mar de un rio en
que se verifica diariamente el juego del flujo y reflujo de la marea. Sin-
embargo en todo el litoral se designa con ella tambin cualquier rio no
demasiado grande, aunque se halle lejos del mar, fuera del alcance de la
marea, y en las montaas interiores. Para el buen montuvio son rios solo
los del primer rango y sus tributarios grandes, todos los dems afluentes
no son rios, Seor, sino esteritos no mas como dir sonrindose de nuestra
ignorancia. Pero en la acceptacion en que tomamos la palabra en este
lugar, el Estero ni lleva agua siquiera, es el cauce seco y abandonado
de un rio antiguo. Tales esteros abundan en la regin baja y llana del
Ecuador occidental, en que los rios corren en cauces poco estables y los
cambian cada rato con facilidad. Algunos quedan secos todo el ao, otros
se llenan en invierno con las aguas de lluvia por una comunicacin tem-
poral con los rios, y estos son principalmente los proveedores de las Pozas
y Pajonales.
P l a y a s , v e g a s y bancos son efectos del agua corrida y se hallan de
consiguiente lo largo de los rios. Playas se llaman los planos casi al
nivel del agua, cubiertos de arena muerta en el curso inferior, y de cascajo
mas menos grueso en el curso superior y medio de los rios. Este material
es estril y sujeto cambios continuos, porque el rio, cada vez que crece,
inunda la playa, arrastra los materiales viejos y deposita nuevos. Hay rios
de cauces superficiales, que poseen playas muy anchas, y en tales lugares
se bifurcan y se ramifican con facilidad. Ya conocemos los ejemplos de los
rios de Balao y de Eircay. Vegas se forman solo en los rios que poseen
cauces algo hondos y corren con alguna fuerza. Son los depsitos de tierra
vegetal mezclada con lodo y arena fina, que se forman en el talud del cauce,
siempre al lado opuesto la corriente mas fuerte del rio.
Las vegas son terrenos movedizos, cambian con la corriente con fre-
cuencia de lugar, y se renuevan casi todos los aos durante el invierno,
cuando los rios estn llenos y arrastran mucho material en suspensin. A
la vega corresponde el barranco al lado opuesto del rio, es decir al lado de
la mayor corriente, que quita continuamente algo del talud del cauce y lo
convierte en un barranco casi vertical. La alternativa de vegas y barrancos
se puede observar especialmente en los rios que dan muchas vueltas, como
122 TOPOGHAFIA. CAPTULO III.

p. ej. el rio Daule. A cada vuelta corresponde su vega y su barranco. El


terreno de las vegas es sumamente feraz y desempea un gran papel en la
agricultura del pais, aunque se presta solo al cultivo de las plantas anuales,
como del tabaco, arroz, mais y de legumbres.

Uig. 24.

Los bancos son en comparacin con las vegas un fenmeno mucho


mas grandioso y aun mas importante para la agricultura. Sin los bancos
las provincias del Guayas y de Los Rios no serian lo que son, el emporio
del cacao y el centro de la agricultura ecuatoriana.
El material que compone los bancos es parecido al de las vegas; es
una tierra arenosa y muy sustanciosa, que deja las raices penetrar y expan-
derse con facilidad y retiene bien la humedad, pesar de no ser muy com-
pacta. Este terreno feraz que tambin se llama terreno de pan sembrar*,
forma la zona prxima al cauce del rio con un ancho variable de pocas
muchas cuadras, y es el producto de aluvin del rio mismo. El banco es
algo mas alto ( veces solo Va 1 metro) que las sabanas que siguen
sus espaldas, y tiene la tendencia de extenderse hacia ellas por los nuevos
aluviones, que le vienen sea del lado de la sabana, cuando se halla anegada,
sea del lado del rio, cuando este en ocasiones se trasborda inunda el banco
mismo. Este seguir creciendo en altura y ancho, hasta que las crecientes
del rio ya no llegan inundarlo. Pero tambin el principio y la primera
formacin de un banco no es difcil de comprender. Supongamos que un
rio se abra un nuevo cauce por una sabana baja. El rio correr casi al
nivel de la sabana en un cauce superficial; con la menor creciente inundar
todo el terreno adyacente, y los materiales mas pesados, la arena, se de-
positar en las inmediaciones de la orilla, mientras que las partculas finas
de arcilla, que el agua lleva en suspensin, formarn un depsito sumamente
delgado en la sabana mas adentro. Este procedimiento se repite con fre-
cuencia, y en pocos aos tendremos lo largo del rio un banco mas menos
ancho, que disminuye en espesor conforme se aleja del rio. Tendr tal vez
dos metros de altura, cuando la sabana no se levant todava d un cuarto
LA REGIN OCCIDENTAL. 123
de metro, ademas se compondr del material arenoso caracterstico del banco,
y la sabana recibi el lodo arcilloso propio de los sartenejales. Es claro
que tales bancos no pueden formarse en todas partes, sino solamente-en la
regin en que los rios llevan el material propsito, y donde favorecen las
condiciones topogrficas, que es comunmente en su curso medio. Como
los bancos rara vez pasan el ancho de 5 6 cuadras, el terreno frtil que
constituyen, seria muy reducido, si se encontrasen solo lo largo de los
rios actuales; pero se hallan tambin lo largo de todos los Esteros, es
decir de los rios antiguos y abandonados, y como el nmero de estos es
muy grande, los bancos cruzan todo el pais y se aumentan de ano en ao.
Muchas veces sirven para determinar el curso antiguo de un rio, aun cuando
el Estero haya desaparecido completamente desde mucho tiempo.
Las lomas son un fenmeno de otra categora y pertenecen una for-
macin geolgica algo mas antigua, que los trminos explicados hasta ahora,
los cuales todos se referan modificaciones de la misma formacin aluvial.
Aunque doma significa cualquier altura pequea prolongada con pendientes
cortos, en las provincias bajas se entiende con das lomas una regin espe-
cial, en oposicin las tembladeras y sabanas. Se podra decir que las
lomas son sabanas unduladas. En efecto, aunque la vegetacin es algo
distinta, sinembargo en el aspecto exterior, en su vegetacin gramnea, en
los arboles y grupos de rboles aislados se parecen las dos zonas, y en
orden econmico se complementan, pues las lomas sirven al ganado de.in-
vernadero. Cuando en la estacin lluviosa las tembladeras son inaccesibles,
cuando las sabanas se hallan anegadas, el ganado se retira las lomas y
encuentra un pasto excelente y abundante. Las lomas se extienden veces
sobre espacios grandes, en que las crestas de las ondas tienen aproximada-
mente la misma altura y los vallecitos intermedios a misma profundidad;
tambin se observa un cierto paralelismo en ellos como en las ondas del mar,
con que se puede comparar. El terreno es comunmente arenoso y hasta
cascajoso, por esto seco, y solo en invierno se forman riachuelos en los pe-
queos valles, cuyo borde se hallan bosqueeitos umbrosos. La altura de
las lomas es variable; en algunos parajes tiene solo de 4 8 metros, en otros
llega de 15 20 metros.
Las lomas son la primera grada en la escala hipsomtrica del pais y la
penltima en la geolgica, pues su formacin precedi inmediatamente la
aluvial, y se verific en la poca cuaternaria, probablemente como depsito
de un mar poco profundo.
Ya conocimos tales lomas en la cercana de Tmbez; pero en su de-
sarrollo tpico se puede estudiarlas ambos lados del rio Daule medio, por
ejemplo entre.Santa Lucia y Balzar, entre el rio Colimes y el de Puca.
124 TOPOGRAFIA. CAPTULO I I I .

Seccin IIa. El sistema fluvial del rio Guayaa


El sistema fluvial del rio Guayas es el mas extenso, el mas hermoso y
el mas importante de todo el Ecuador occidental, y podemos agregarlo sin
exageracin de toda la costa sudamericana, desde Panam hasta Valparaiso.
En la seccin anterior hemos conocido el curso inferior del Guayas y su
delta, ademas algunos tributarios que recibe en esta parte del lado de la
Cordillera. Ahora trataremos de su curs medio y superior, y de todos sus
afluentes que le engruesan desde la boca el rio Daule hacia arriba. Inmedia-
tamente abajo de esta hoca el ri se estrecha entre los cerros de Guayaquil

3?ig. 25, Las Peas de Guayaquil y el Cerro de Santa Ana.

y los de Cabra ( de Duran), como ya he dicho en otro lugar, y esta cadena


de cerros es la linea divisoria entre el sistema fluvial inferior y el medio,
entre las llanuras de ahajo y las de arriba. Esos cerritos, que al lado de
Duran y cerca de Guayaquil no llegan la altura de 100 metros, son el
principio de una Cordillera geolgica y geogrficamente muy importante;
continan al Oeste del Estero Salado en la Cordillera de Chongon y en la de
Colonche hasta el mar, levantndose alturas muy considerables de 600 y
800 metros. La alineacin de los cerros de E O se observa muy bien
cerca de Guayaquil. Al lado de Duran comienzan, una legua del rio adentro,
levantarse cinco cerritos aislados de la sabana y tembladera; despus se
renen varios en una cadenita, que llega hasta la orilla del rio (cerca de la
estacin del ferrocarril). Sigue la gran interrupcin del rio Guayas de
L A REGIN OCCIDENTAL. 125

1500 metros, en la cual se levanta solo la islita del KCerrito, como la


cspide de una colina subfluvial, que es un eslabn de la misma cadena.*)
A la orilla derecha se levantan escarpadas &las Peas al cerro de Santa
Ana, cuya falda meridional se acuesta la hermosa reina del Guayas en la
sombra de los palmares. Con el cerro de Santa Ana principia otra cadenita
que sigue en la extensin de una milla, por las alturas del Carmen, y acaba
en el cerro del Manicomio, que cae precipitado la sabana. Una ltima
interrupcin de 1000 metros de ancho, separa los cerritos de Guayaquil de
los del Estero Salado. Por esta angostura comunican las sabanas del Sur
con las del Norte, y por ella se introduce el Salado para subir con sus l-
timas ramificaciones hasta las cercanas de Mapasingue, una legua al Norte
de Guayaquil. Al Oeste del Estero Salado los cerros se levantan pronto
alturas mayores y la cadena se ensancha." A la distancia de 2 millas del
Salado encontramos todava una depresin fuerte, que sinembargo no llega
al nivel de la sabana. Por ella pasa el camino de S t \ Elena entre Puente
grande y Agua-piedra. Pero de ah se alza el ancho macizo de la Cordillera
de Chongon con el Cerro azul, y no se encuentran en adelante interrupciones
notables en la cresta central de la cadena, hasta la provincia de Manabi.
Conviene que desde ahora sigamos el curso ulterior de esta Cordillera,
que es l a m a s importante de todo el Ecuador occidental, y separa netamente
el sistema fluvial del Guayas de la regin que ser el tema de la seccin
siguiente. Aunque el rumbo general de la Cordillera es de E a , s
observa, sinembargo, desde Guayaquil la tendencia de una declinacin al
Norte, y esta tendencia es todava mas pronunciada desde el sitio de Juntas,
que se halla su pi meridional. Un poco mas all de este punto toma su
curso al NO, acercndose mas y mas al mar y alcanzando al mismo tiempo
su mayor elevacin. Aqu se llama Cordillera de Colonche, y al entrar en
la Provincia de Manabi sigue el rumbo de la costa misma, que es de S
N, hasta I o 25' Lat. S, poco mas menos. El valle ancho del Rio seco,
que viene de las llanuras de Jipijapa salir al mar, interrumpe su curso y
la separa de las montaas, que al otro lado del valle siguen hasta las cer-
canas d Monteoristi y Manta. Pero al Sur del valle del Rio seco se en-
cuentra la Cordillera con la de los cerros de Fajan y de Fuca, que tiran
de SO NE y separan la hoya de Jipijapa y del rio de Portoviejo de las
cabeceras de los ros Pajan y Puca, que. tributan al Daule. De tal modo se
presenta sobre el mapa como una sola cordillera, que principiando cerca de

*) El Cerrito. es la nica isla del rio Guayas, que no consta de aluviones modernos,
sino de pea viva, y es el resto de una antigua formacin geolgica. ,-Por esto subsistir,
por mas pequea que sea, aun cuando las otras (como la de Santa Rosa) desaparezcan
cambien de lugar.
126 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.

Guayaquil describe casi un semicrculo hacia el Oeste, cuya cuerda es el


rio Daule, y cuyo extremo setentrional se acerca mucho este rio (sin to-
carlo), enfrente de Balzar. Al Norte del rio Puca y de Balzar los cerros
divisorios entre el sistema del Daule y los ros de Manab se rebajan mucho
y pierden mas y mas su carcter de cordillera; sin dinstinguirse una pro-
nunciada cresta central, la linea divisoria sigue mas menos el rumbo
al N y NNB, y pasadas una vez las cabeceras del rio de Chone, se
tuerce con irregularidad hacia NB y E entre las del rio Daule y las de los
tributarios del rio Esmeraldas. En esta regin entre Chone y Santo Domingo
de los Colorados, no se puede hablar de una Cordillera divisoria. Todo
el pas se parece una meseta extenssima, en que los ros hicieron sus in-
cisiones, y que se inclina muy suavemente hacia el Oeste, hacia el Norte y
hacia el Sur, de manera que forma una bveda sumamente aplastada, sobre
la cual nacen las cabeceras de aquellos. El eje longitudinal de la bveda
corre de NEE S.OO; sus pendientes setentrionales y orientales pertenecen
al sistema del Esmeraldas, las meridionales al del rio Guayas, y hacia el
occidente nacen algunos rios litorales de Manab. . Sobre dicha bveda y
siguiendo la linea divisoria de las aguas, se ha proyectado el ferrocarril de
Bahia de Carques Quito, y se ha abierto una trocha provisoria. Para
circunscribir todo el sistema del rio Guayas, agregaremos que hacia el oriente
est limitado por la Cordillera alta desde el Azuay hasta el Quotoa y la
Cordillera de Chugchilan y Sigchos. l pertenecen tambin las hoyas
interandinas de Alaus y de Chimbo, que sinembargo estn fuera del campo
de nuestras consideraciones actuales. Solo al lado sur de la banda oriental
del Guayas nuestro sistema no tiene un lmite natural por todo su ancho,
porque desde el ltimo cerrito al E de Duran se confunde con la regin que
hemos tratado en la seccin anterior. Podemos limitarlo con una linea
imaginaria, que tiramos desde aquel cerrito entre el rio de Boliche y el de
Chimbo, respectivamente del Chanchan, hasta la Cordillera.
El sistema completo del Guayas (tomndolo desde la boca del rio Daule)
se extiende sobre una rea de 34500 km.D (=1114 leg. ) , de los cuales
pertenecen 25900 km.:Q (=836 leg. ) la regin litoral y 8600 km. D
(=278 leg. D) la regin andina.
A la entrada de la regin, que vamos describir sistemticamente, y
en el lmite entre el Guayas inferior y su sistema medio, se halla Guayaquil
su ribera derecha. Esta ciudad, que es la capital de la provincia del
Guayas y la capital comercial de toda la Repblica, ocupa una posicin
ventajossima en su calidad de Puerto principal del pais, cerca de la con-
fluencia de tantos rios navegables, y en un lugar que es accesible para los
vapores y barcas marinas de mayor calado. Los fundadores de Guayaquil
LA REGIN OCCIDENTAL. ' 127

acertaron admirablemente con la eleccin del sitio; mas arriba faltaba el


agua al puerto, mas abajo (p. ej. err Puna) estaba demasiado lejos de las
regiones mas ricas en productos agrcolas y de exportacin, se dificultaba
la comunicacin con ellas mediante pequeas embarcaciones, que ahora es
facilsima. Por su posicin astronmica he aceptado la que dan las cartas
martimas modernas en 82 11'33" Long. O de Paris, y 212'" Lat. Sur.
Keclinada con la parte setentrional, que se llama Ciudad vieja, la colina
de Santa Ana, se extiende Guayaquil lo largo del rio por 3y2 kilmetros,
y hacia la sabana su mayor ancho (por la calle del 9 de Octubre) mide un
kilmetro y medio. \ Aqu es donde el Estero Salado se acerca mas al rio

Fig. 26. Los Baos del Estera Salado.

Guayas, pues la distancia entre las orillas de los dos no es mas que de
2100 metros, y es probable que en tiempo no muy lejano la ciudad ocupar
todo este estrecho. El plano de Guayaquil, con excepcin de una pequea
parte de Ciudad vieja, se halla casi al nivel del mar y por esto el rio Guayas
y el Estero Salado estn sujetos las mareas tan fuertes, como la costa
misma del mar, y en tiempo de los aguajes l diferencia entre pleamar y
bajamar llega 4 metros. Esta es la razn, porque el rio lleva agua sa-
lobre, es decir muy mezclada con agua del mar, y no es potable sino en
tiempo del invierno, cuando las inmensas cantidades de agua dulce que
vienen del interior, vencen el impuje de las aguas saladas, y la mezcla se
verifica mas abajo cerca de Puna, la entrada en el golfo. Tambin se
explica, que los alrededores de Guayaquil, aunque xno carezcan de ameni-
dades, no se prestan mucho al cultivo sino de aquellas plantas, que echan
Lam. VI.

- A f - ^ .* - - ^ "*;
* t ^ v > - Jir~*.
~ia.

.'"^^^^

Cep. na fotografia.
GUAYAQUIL, VISTO DESDE LA FALDA DEL CERRO DE STANA.
128 TOPOGRAFIA. CAPTULO IIL

raices poco profundas prefieren un terreno salobre, como la palma de coco;


porque en consecuencia de las infiltraciones del rio y del Estero Salado el
terreno est impregnado de agua salobre, y esta brota en abundancia do-
quiera que se haga un hueco de uno dos metros de profundidad. Ademas
los terrenos de la sabana y de los cerros cascajosos de suyo no son feraces,
y la primera produce a lo mas un escaso pasto en invierno.
Aunque bien podemos hablar de un sistema superior del rio Guayas,
el rio.pierde su nombre arriba de Guayaquil desde la boca del Daule, y se
llama rio de Bodegas, segn la ciudad de este nombre que se halla en su
curso superior. Para proceder con orden en el redaje de rios, en que vamos
entrar, conviene enumerar los tributarios principales, de que cada uno
forma un sistema extenso aparte, y de consiguiente una subdivisin de esta
seccin. JElrio Dauh es el tributario mas importante y mas largo de todos,
y forma con el de Bodegas el rio Guayas. Sigue el rio de Yaguachi, que
no es otro que el Chimbo y entra del lado oriental al Bodegas, 5 leguas (en
linea recta) arriba de Guayaquil. En continuacin tenemos del lado derecho
eZ rio de Vinces y Quevedo con el laberinto de sus diferentes desemboca-
duras ; y finalmente el rio de Caracol y de Zapotal con todas sus dependen-
cias en su curso inferior, que no son menos enredadas, que las del rio an-
terior. Estos cuatro rios son los principales del sistema, y el Bodegas mismo
pierde desde su confluencia con el de Caracol su importancia, porque hacia
mas arriba lleva poco caudal y sus ramificaciones se-pierden pronto en los
valles occidentales de la Cordillera. Tambin los dems rios orientales entre
el Bodegas superior y el rio de Yaguachi son insignificantes.
Principiemos con la descripcin del tronco, que es el rio de Bodegas.
Su-direccin general entre Guayaquil y Babahoyo (que es lo mismo que
Bodegas) es de SO NE (corre naturalmente en direccin opuesta, porque
ahora subimos en el rio), sinembargo hace vueltas tan grandes y caprichosas,
que en.un primer viaje ser difieil orientarse. Asi, por ejemplo, navegamos
de Guayaquil 2. leguas al Norte hasta la punta de la isla de Mocol, en se-
guida 1% legua al Este, despus otra legua al Norte hasta la hacienda de
Palo largo, y finalmente I1/* legua al Este la boca de Yaguachi. Hasta
aqu el rio tiene de 2000 1500 metros de ancho, pero desde la boca de
Yaguachi se estrecha considerablemente, y nos dirigimos de nuevo recto al
N. A poca distancia el rio se bifurca, abrazando con los dos canales casi
de un mismo ancho la isla de Cuare, que tiene casi media legua de largo.
Arriba de Guare entra del lado derecho la boca de Caas, una de las bocas
del rio Vinces, y el rio hace una vuelta larga hacia Este al rededor de la
isla de la Vega, que est enfrente de Zamborondn; pero nosotros pasamos
de tuare, despus de una pequea virada al NE, derecho al Norte por el
LA REGIN OCCIDENTAL. 129
estero de CMnguere, cortando as aquella vuelta larga. Hace 50 aos, que
Chinguero era un esterito pequeo, por el cual traficaban las canoas con la
marea alta, ahora lo cruzan los vapores con facilidad, se ensancha diaria-
mente y ya constituye el cauce principal del rio, embancndose y cerrn-
dose mas y mas el antiguo cauce al rededor de la isla. A la vuelta del
estero de Chnguere estamos enfrente del pueblo de Zamborondn, la
distancia de 7 leguas (en linea recta) de Guayaquil. Los vapores hacen
este viaje, favor de la marea en 3 4 horas. Hasta aqu sube con las
mareas el agua salobre en verano; mas arriba el rio siempre lleva agua
dulce, y aunque la marea suba mas all de Bodegas, consiste solo en el re-
flujo de las aguas dulces. Esta circunstancia en unin con la diferencia del
terreno explica el cambio notable del paisaje, que observa el viajero al pasar
de Zamborondn. Este pueblo marca el limite de dos regiones distintas:
hacia abajo se extiende la de las sabanas con las haciendas de ganado, hacia
arriba sigue la de las vegas y de los bancos con las haciendas de cacao y
caf; la primera excluye la agricultura, la segunda la rene con la ganadera./
Entre Guayaquil y Zamborondn las orillas del rio quedan abiertas;
ambos lados se extienden las sabanas libres, que mas adentro pasan las
tembladeras; bancos de pan sembrar no se forman, porque el rio aqu no
lleva en suspensin los materiales necesarios, y cuando aniega las sabanas,
sus aguas turbias despositan solamente aquella lama fina, que endurecida se
parece la arcilla y constituye el terreno de las sabanas y de los sartene-
jales. Apesar de cierta monotona, esta regin no carece de perspectivas
pintorescas, sobre todo en invierno cuando la sabana se presenta cubierta
de una alfombra de verdor primoroso, y el ganado, que en verano prefiere
la cercana de las tembladeras, sale por millares las orillas del rio. Los
grupos de palmas de coco y los arboles sombros del Mango, que no faltan
en la cercana de las haciendas, completan el cuadro idlico y nos hacen
olvidar la pobreza relativa de la flora sabanera. La nica elevacin del
terreno que encontramos en las inmediaciones del rio, es el cerrito de Calen-
tura, que trae su nombre de una hacienda del mismo nombre, una legua
arriba de Guayaquil, y que es de la misma naturaleza que los cerros de
Cabra y de Guayaquil. Los afluentes que recibe el rio de Bodegas hasta
Zamborondn de ambos lados, son, exceptuando Jos rios de Yaguachi y de
Vinces, tan insignificantes, que no merece la pena enumerarlos. Aqu cabe
la expresin que son estertos no mas, porque todos son desaguaderos de
las sabanas y tembladeras, y estn sujetos la alternativa de las mareas.
Sigamos nuestro viaje de Zamborondn por arriba. El rio de Bodegas
se reduce pronto menos de la mitad de su ancho anterior, y la direccin
de NE es mas constante. Dejamos muy pronto nuestra izquierda, es decir
Woii, Ecuador. g
130 TOPOGEAFIA. CAPITULO i n .

en la orilla derecha del rio, la boca de otro brazo del rio Vinces, y pasamos
despus la pequea isla de Silva, que se halla en medio del rio. poco
trecho y l1^ legua arriba de Zamborondn, nos encontramos con una bifur-
cacin notable del rio que forma algunas islas grandes. El brazo que se
separa en direccin al Este, se llama Estero de Ghijo, y despus de rodear
dos islitas (la que se halla en la boca, se llama de Angulo) se divide de
nuevo, abrazando con sus dos canales la isla de Flores, que tiene dos leguas
de largo. Estos dos brazos con la isla intermedia se tienden de SO NE,
y despus de unirse de nuevo en la cercana de sitio de Jujan, v el Estero
al Norte para salir al rio de Bodegas en la Boca de las Peas, media legua
abajo de Babahoyo, cercando del tal modo la isla grande que no lleva nombre
propio. Todo el brazo del Chijo con sus ramas lleva bien el nombre de
estero, porque en efecto se parece mas tal que no un rio, quedando
casi seco en bajamar y llenndose solo durante la marea creciente. E n t r e
tanto navegamos por el rio principal, conservando todava el mismo rumbo
desde la boca de Chijo hasta la gran vuelta de Cabonda. De ah nos diri-
gimos con un codo muy fuerte al O y NO, hasta la Boca de Baba, en cuyo
sitio, y pocas cuadras mas arriba (boca del Arenal) desaguan las ltimas
venas del sistema del rio Vinces. Vuelve el rio su direccin antigua de
NE, y seguimos sin novedad hasta la cercana de Pimocha. Algunas cuadras
abajo de este pueblo se repite el mismo fenmeno que encontramos, cerca
de Zamborondn, de que el rio hace con su cauce antiguo medio embancado
una vuelta al Este al rededor de una isla, mientras que un brazo, antes pe-
queo, se ensanch y constituye actualmente el cauce principal.
El cauce antiguo se llama estero del Tejar, por salir al rio grande al
lado de la hacienda de este nombre, arriba de Pimocha. Muy cerca de la
punta inferior de la isla y al lado derecho del rio se halla el pequeo pueblo
de Pimocha sobre la boca del rio de Pueblo viejo, que pertenece al sistema
del rio de Zapotal, y antiguamente ha sido su vena principal, antes de que
el rio de Caracol se conquistase esta prerogativa. Pimocha dista de Zam-
borondn 4 leguas, y dos de Bodegas. Un poco arriba del pueblo el rio
tira al Este hasta mas all de la boca del Tejar, despus al Noreste hasta
la boca de las Peas, donde se rene con el estero de Chijo, y finalmente
hacemos una vuelta larga al N y NE para llegar Babahoyo Bodegas.
La regin entre Zamborondn y Bodegas se caracteriza por los bancos
lo largo del rio, que con su variada y exuberante vegetacin constituyen
un paisaje lindsimo, en que cambia continuamente la decoracin, conforme
qu avanzamos entre los cacaotales, cafetales, caaverales, vegas sembradas
de tabaco y arroz, y los frutales de toda clase al rededor de las numerosas
haciendas. Tampoco no faltan las sabanas abiertas, que de trecho en trecho
L A REGIN OCCIDENTAL. 131
interrumpen los bancos y llegan hasta las orillas del rio. Pues es de saber,
que los bancos componen una zona angosta, y que en todas partes se en-
cuentran su espalda las sabanas, especialmente al lado oriental, que
poca distancia del rio participa todava en mucho de la regin que dejamos
abajo de Zamborondn. La parte occidental, desde la boca de Baba por
arriba, est cruzada tambin mayores distancias del rio por los bancos,
que acompaan el redaje de rios y esteros secos, que por all se encuen-
tran. La regin es absolutamente plana; solo al NO de Zamborondn y
la distancia de media legua del pueblo, se levanta entre los dos brazos
principales del rio Vinces el cerro de Zamborondn, rodeado al O de tem-
bladeras y al E de sabanas. Es una montaa cnica, cuyo cspide encontr
en 268 metros de altura; sobre una prolongacin oriental de la base se
levanta otro cerrito que apenas llega la mitad de aquella altura. En un
pais montaoso un cerro de 268 metros no merecera mucha atencin, pero
por su aislamiento completo l de Zamborondn la llama en alto grado y
parece mucho mas elevado de lo que es. El pueblo le rodea con el nimbo
de tradiciones fabulosas, y para el gegrafo su cspide es una seal trigono-
mtrica magnifica visible en torno de 6 leguas, doblemente apreciada en
esas llanuras, en que veces es el nico punto que le facilita la orientacin.*)
Babhoyo Bodegas (propiamente Las Bodegas de Babahoyo) es la
capital de la provincia de Los Rios y el puerto principal para el interior.
Se halla situado 12 leguas al NE de Guayaquil, sobre la orilla izquierda
del rio de su nombre, enfrente de la boca del rio de Caracol. Una parte
de la poblacin, el pueblo viejo, se encuentra la orilla opuesta del rio,
entre el tringulo que forma este con el rio mencionado de Caracol, pero est
deqayendo de dia en dia, especialmente por ser su terreno muy bajo y en
invierno completamente anegado, de suerte, que en esta poca presenta el
aspecto de una poblacin lacustre un pueblo flotando en balsas sobre el
agua. Hasta aqu la marea se hace muy notable y los vapores fluviales de
Guayaquil suben favor de ella tambin en la estacin de sequedad; pero
mas all y por el rio de Caracol solo en invierno, cuando los rios se hallan
muy crecidos. En Bodegas principia el viaje por tierra de los que se diri-
gen las provincias interiores. Los vapores hacen el viaje de Guayaquil
Bodegas regularmente en ocho horas.
Conozcamos la regin entre el rio de Bodegas y la Cordillera occidental,
empezando con el rio Chimbo inferior y el (Manchan. La Cordillera es
desde aqu aquel ramal mejor dicho aquella cadena paralela la principal,

*) As p. ej. el cerro de Zamborondn me sirvi para extender una red de trian-


gulaciones desde Guayaquil hasta Bodegas, que de otro modo hubiese exigido operaciones
muy complicadas y largas.
9*
132 TOPOGRAFIA. CAPTULO HI.

que mas arriba hemos llamado Cordillera de Chimbo, por. formar el borde
occidental de la hoya del valle del mismo nombre. El valle de Chimbo
acaba en Puente de Chimbo, donde el rio abandona las montaas y su rumbo
N-S, entrando en los llanos con direccin al 0. En este lugar, al lado del
aislado cerrito de Cutuguai, que est enfrente de Agua-clara, el rio Chanchan,
que desagua la hoya interandina de Alaus, se acerca mucho al Chimbo, y
parece que antiguamente un brazo comunicaba en efecto con l, porque hasta
ahora la regin, que sigue hacia abajo entre los dos rios hasta su confluencia,
se llama La Isla. En general podemos decir, que el rio Chimbo y el rio

I?ig. 27. Agua-clara cerca del Puente de Chimbo. (Toma de agua para Guayaquil.)

Chanchan han cambiado con mucha frecuencia sus cauces en esta regin
entre el pi de la Cordillera y Yaguachi. Por todas partes encontramos los
antiguos esteros secos, y el terreno es especialmente en la parte superior,
es decir hasta donde, los ros arrastraron con facilidad los materiales gruesos,
muy cascajoso y por esto menos favorable la agricultura, aunque existen
tambin extensos bancos y llanos con buena tierra vejetal. Unas seis leguas
al Oeste de Puente, de Chimbo los rios Chimbo y Chanchan se renen, des-
pus de haber formado aquella larga lengua de tierra que se llama la Isla,
y que se compone de playas y llanuras de cascajo, cubiertas de una espesa
vejetacion de monte. Al Sur linda esta rejion con las montaas y el rio
de Bulubulu. Despus de su confluencia con el Chanchan sigue el rio
LA EEGUON OCCIDENTAL. 133

Chimbo todava unas dos leguas al Oeste en un cauce variable, mas bien
sin cauce, por playas extensas, con varios brazos enredados. En este punto
se acerca mucho al rio de Boliche enfrente de las haciendas de Vainilla y
Guanbano, y durante las cercientes del invierno el primero transmite una
parte de sus aguas al segundo. Poco poco los brazos del Chimbo se
recojen de nuevo en un cauce bien determinado, y el rio toma la direccin
constante al NO hasta su desembocadura en el ro de Bodegas. Al lado
de la hacienda de Chobo recibe el rio de Milagro y toma el nombre del
rio de Yaguachi. Desde aqu, tres leguas arriba de su boca, est sujeto
las mareas y es navegable, aunque los vapores suben en verano solo hasta

3Tig. 28. Puente de Yaguachi.

el pueblo de Yaguachi, que se halla media distancia entre Chobo y la


boca, sobre la orilla derecho del rio.\ Una legua abajo y una legua arriba
de este pueblo encontramos ambos lados del rio una zona angosta de
bancos, por lo dems atraviesa la regin de las sabanas. Un poco arriba
del pueblo de Yaguachi encontramos al lado sur la boca del rio antiguo de
Ohimho y podemos seguir el estero, que solo en invierno lleva agua, y corre
casi paralelo al rio actual, unas 4 leguas hacia arriba, hasta el punto en
que este cambia de rumbo. A la orilla izquierda de este estero y una legua
distante del pueblo nuevo, se hallan los pequeos restos de YaguacM viejo.
El rio de Milagro, aunque de poco caudal, tiene sus cabeceras muy
arriba en las montaas y al pi de la Cordillera. En su curso superior s
acerca mucho al rio Chimbo en la cercana del sitio de Barraganetal, y
134 TOPOGKAFIA. CAPTULO III.

parece que desde ahi en alguna poca remota ha servido de cauce al Chimbo
mismo, lo menos un brazo de l. As lo atestiguan los esteros secos
y cascajosos que cruzan entre los dos rios. Tambin en su curso inferior
el rio de Milagro se bifurca, una legua arriba del pueblo: un brazo (el prin-
cipal) v derecho hacia SOO la boca de Chobo, y otro, que se llama rio
de Chirijo, corre al 0 poca distancia del primero y casi paralelo l, y
se pierde finalmente en las pozas y tembladeras, que hay al N de Milagro
y de Yaguachi. Un poco abajo de la bifurcacin indicada entra al rio de
Milagro el de Vencia, que es de poca cuanta y recoje las aguas de varios,
riachuelos en la cercana del pueblo de Naranjito entre el rio Milagro y el
Chimbo. Media legua distante de la boca de Chobo est el floreciente pueblo
de Milagro sobre la ribera derecha del rio, rodeado de cafetales y frutales.
Todos los afluentes del rio de Bodegas y del Estero de Chijo desde la
boca de Yaguachi hasta el sitio de Jujan, son insignificantes y desaguaderos
de las sabanas, as por ejemplo los esteros de Corrales, de ausa, del Con-
vento etc. Solo cerca de la punta de la Isla de Mores entra al Estero de Chijo
un rio mas grande, el Limonal, que sinembargo lleva este nombre por pocas
cuadras adentro de su boca, porque ahi se forma de dos ramas grandes:
la setentrional es el rio de Chlvntomo, mas arriba Mi Manco, y la meridio-
n a l e l de Carrizal, Chagi chiquito. Ambos nacen en las faldas inferiores
de la Cordillera, y en su curso medio existen buenos bancos y algunas ha-
ciendas de cacao.
E l rio de Bodegas superior abraza con sus cabeceras toda la falda
occidental de la Cordillera, desde mas al Sur de Chillanes hasta la latitud
de Chapacoto. La rama principal nace cerca de los orgenes del rio Cbillin-
tomo y acompaa el pi de la Cordillera en direccin al NO hasta la con-
fluencia del rio de Limn, que baja de las alturas sobre San Miguel de
Chimbo y sobre Bilovan por el valle de Balsabamba. Pero antes, y unas
leguas mas arriba, recibe del lado de Chillanes el rio de Chima, cuyo curso
queda descrito en otro lugar. El sitio en que los dos rios se renen, se
llama Juntas, y por esto el rio superior de Bodegas Babahoyo lleva tam-
bin el nombre de rio Juntas. El ltimo tributario del rio de Bodegas
superior es el rio de Telembla, que nace en las alturas de Chapacoto y se
llama en su curso inferior (en las llanuras) Embarcadero. Desemboca cerca
del pueblecito de la Mona y enfrente de la hacienda de San Pablo. Est
enlazado con el rio de Limn por el pequeo Bio de Saboneta, que es de
formacin artificial, segn se dice, y derivado de aquel por un canal abierto
cerca de la hacienda de Playas. Toda esta regin entre Bodegas y el pi
de la Cordillera, en que se hallan los pequeos pueblos de Mona y Sabaneta,
es muy baja y en invierno anegada. En los valles superiores de los rios
LA BEGION OCCIDENTAL. 135
se hallan plantaciones de caf y caa de azcar, y los trapiches, es decir
molinos primitivos de la caa.
Si ahora regresamos de Bodegas Guayaquil, registrando los ros que
vienen del lado Norte, debemos nombrar en primer lugar el rio de Cara-
col y Zapotal. Este rio trae su origen de muy lejos, de la Cordillera de
Angamarca en la provincia de Len. Su sistema superior, que se compone
de los ros de Angamarca, de Pangua y del Piaato, pertenece la regin
andina y solo desde la confluencia, de los ltimos dos, es decir desde el
sitio de Juntas, entra en la regin baja y lleva el nombre de Rio de Juntas,
hasta el pequeo pueblo de Zapotal, que ya se halla en la llanura. Con-
siderando l rio de Angamarca como vena principal, podemos decir que el
rio corre desde su origen hasta Zapotal de NE SO; de ahi vira decidida-
mente al Sur, pero describe muchsimas vueltas grandes y pequeas hasta
su entrada en el rio de Bodegas. En el codo que hace en Zapotal, recibe
el Tnico tributario considerable del lado derecho, el rio de Clbi grande
unido con el Clbi chico, que vienen del Norte de una regin montaosa
entre Quevedo y la Cordillera. El rio de Lechugl, que entra 2 leguas abajo
de Zapotal y del mismo lado del rio de Quevedo, es pequeo. Desde su
confluencia con el Calab el rio Juntas cambia su nombre con l de Zapo-
tal, que conserva hasta Ventanas poco mas menos. En este trecho no
se aleja mucho del pi de las montaas, y los cerros de Onceb y Sibimbe,
ramales de la Cordillera alta, llegan hasta su orilla. Del lado oriental entran
sucesivamente el rio de AzumM, llamado mas arriba Supib, que trae su
origen de los cerros de Cuicoto y Chuquinac; el Onceb, oriundo de los cer-
ros de Mullidiang, que antes de desembocar en el Zapotal se bifurca y re-
cibe el riachuelo de Macagua; el rio de Sibimbe unido con el rio Limn,
que nace en los cerros al Oeste de Salinas. Los valles de los tres rios
nombrados quedan todava incultos en su mayor parte. Media legua abajo
de la boca del Sibimbe se halla el pueblo de Ventanas. Desde aqu el rio
se llama de Calar ama de Caracol segn los dos pueblos, que en seguida
pasa. Media legua abajo de Ventanas, al lado de la hacienda Ventanillas,
donde el rio forma un codo largo y fuerte hacia el Oeste, se halla pocas
cuadras atrs del banco derecho el origen del rio de Pueblo viejo que cono-
ceremos despus. Desde ahora conviene notar, que este ltimo rio es el
antiguo cauce del rio de Zapotal, y que en lugar del banco, entre las ha-
ciendas de Ventanillas y de Elvira, antiguamente existia una boca ancha y
bonda que daba paso casi todas las aguas del rio, siendo entonces el rio
de Catarama un estero insignificante. La dicha boca se ceg completamente
y se embanc algunas cuadras por adentro, mientras que el rio de Caracol
se llev todo el caudal de agua y se ensanch sucesivamente. La consecuencia
136 TOPOGBAPIA. CAPITULO III.

de este cambio fu, que el Pueblo viejo, cabecera del cantn, iba decayendo
de ao en ao, y que las orillas del rio nuevo, una legua larga al Este
de Pueblo viejo, se levantaba el hoy floreciente pueblo de Catarama; porque
con las aguas tambin el trfico y la navegacin se cambiaba de un rio al
otro. De Catarama Bodegas el rio sigue un rumbo general de N S,
no obstante las muchas tortuosidades que describe. Del lado derecho ya
no recibe ningn tributario, solo algunos esteros (de Corozal, de Manilla)
le comunican con otros, dependientes del rio de Pueblo viejo. Pero del lado
de la sierra le engruesan todava dos ros; el primero, no muy grande ni
muy largo, es el de Pijullo, que desciende del lado de las cabeceras del rio
Limn, de NE SO, y entrando en los llanos se dirige al O, como si en-
frente de Catarama quisiera unirse con el rio grande. Pero media legua
antes, en el sitio de Roblecito, vira de repente con un ngulo recto al Sur
y corre paralelo al rio de Catarama hasta el pueblo de Caracol, cuyo lado
desemboca. Este su curso inferior se llama rio Pita. El segundo tribu-
tario mas importante es el rio de Pomelos, cuyo sistema superior abraza
una regin bastante extensa y varios valles de la Cordillera, que domina al
Oeste la hoya de Guaranda. Los ros de las Tablas, de Salinas, de San
Antonio, de Cumbil, son los que forman el de Pozuelos; despus de entrar
en la regin baja, un poco mas arriba del pueblecito que lleva su nombre,
ya no recibe ningn afluente y corre en direccin SSO unirse con el rio
de Caracol por dos bocas, una al lado de la hacienda de Cachar y otra
muy inmediata a Babahoyo, enfrente del Salto.
El rio de Zapotal y Caracol pertenece en su curso superior, desde Zapo-
tal hasta Catarama, la regin de los bancos y del cacao, en el inferior,
de Catarama Bodegas, la regin de la sabana y de los pastos. En
canoas es navegable todo el ao hasta Zapotal, pero los vapores fluviales
pueden subir solo en invierno, con facilidad hasta Ventanas, mas arriba con
bastante dificultad por las fuertes correntadas. De Bodegas Caracol hay
tres leguas, de ah Catarama dos, de Catarama Ventanas otras dos y de
Ventana Zapotal unas cuatro. La regin entre Catarama y Bodegas, espe-
cialmente desde Caracol por abajo, entre el rio grande y el de Pozuelos, es
muy anegadiza, y Caracol corre la suerte de Bodegas, de parecer en invierno
una poblacin eregida en medio de mi lago. En verano las aguas se
retiran las tembladeras y pozas, y la sabana se cubre de un pasto
abundante.
En estas llanuras tan bajas llama mucho la atencin un cerrito enfrente
de Cachar al lado izquierdo del rio, que no tiene mas de unas 30 metros
de altura y consta de un solo peasco escarpado de sienita. Sale completa-
mente aislado, del plano pantanoso como un islote del mar, y lo habr sido
^
LA BEGION OCCIDENTAL. 137
en aquella poca en que las aguas del golfo de Guayaquil azotaron el pi
de la Cordillera y de los, cerros de Samama.
El rio de Pueblo viejo, cuyo origen singular cerca de la hacienda
de Ventanillas ya queda indicado, desemboca en el de Bodegas al lado del
pueblo de Pimocha, despus de un curso de unas 10 leguas con el rumbo
general de NNB SSO. Tambin l es muy tortuoso, como todos los rios
de la llanura, especialmente en su curso inferior. Desde Ventanillas hasta
Pueblo viejo (dos leguas) queda en verano completamente seco; mas abajo
lleva poca agua hasta el punto que sube la marea del rio grande (cerca
de Mapan), porque no recibe ningn tributario de consideracin. Del lado
derecho le entra el rio de Chapulo y el de Guarumo, ambos desaguaderos
de las sabanas, y del lado izquierdo se halla una multitud de bocas de
esteros, los cuales forman luego una red complicadsima entre el rio de
Pueblo viejo y el de Caracol. Las bocas y esteros principales de esta clase
son los del Corosal, de San Juan y St*. Bita, del Parindero, de Pita, entre-
lazados todos entre s y con otros de menor importancia. Muy difcil seria
describir ese redaje de esteros, sin el adminculo del mapa, el estudio de
este suplir la descripcin. Se v, que los esteros de esta regin no comuni-
can solo con los rios de Caracol y de Pueblo viejo, sino tambin directa-
mente con el rio grande de Bodegas en el trecho de Pimocha Babahoyo,
tales como el estero de la Virginia, y los de Limn y San Juan, que des-
embocan en un mismo punto arriba de Pimocha. Uno se halla tambin mas
abajo de Pimocha, enfrente de la pequea isla del Caimito y con el mismo
nombre. Sube salir al rio de Pueblo viejo cerca del sitio de Mapan.
La regin que acabamos de recorrer, pertenece las mas ricas del
litoral y de todo el pais, y es el centro del cultivo de cacao. Basta nom-
brar las haciendas de Ventanillas, de San Juan, de Juana de oro, de Sta. Rita,
del Convento, de Pechiche dulce, que todas pertenecen esta regin, con
muchsimas otras no menos feraces, aunque no tan grandes, para hacer
comprender su importancia los que estn al corriente del comercio de
cacao. Este distrito, con los cercanos de Baba, Vinces y Daule, produce el
cacao de arriba, que aventaja en calidad y precio al de abajo de Mchala
y Naranjal, y lleva su fama merecida los mercados de Europa. Las huer-
tas de cacao que siguen los bancos lo largo de los rios y esteros, forman
una red parecida l de estos mismos, y las mallas de la red estn ocupadas
por sabanas y pozas, rara ver por lomas.
El rio de Vinces, Palenque y Quevedo es uno, de los mas largos
de todo el sistema del Guayas. Sus fuentes mas lejanas en la cercana de
St. Domingo de los Colorados distan de su boca al lado de Zamborondn
unas 37 leguas. Solo una parte pequea"*de su sistema, el rio de Quevedo
138 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.

superior, el de Pilal, cae en la regin andina, el resto pertenece la


litoral baja; su curso general, incluso el del rio Palenque, es de N S
con una pequea declinacin al Oeste. Si examinamos su origen, podemos
estar dudosos, cual de sus dos venas principales ceder la primacia, al rio
Palenque al de Pilal; pero por su direccin y largura debemos darla al
primero.
JSl rio de Palenque nace aproximativamente en 0 15' Lat. S, muy cerca
de Santo Domingo de los Colorados, sobre aquella altiplanicie (de unos
500 metros de altura) que separa los sistemas del rio Esmeraldas, y del rio
Guayas y corre hasta el grado 1 de Lat. S, es decir hasta las cercanas
del pueblo de Quevedo, por montaas incultas y poco conocidas; solo los
caucheros trafican en ellas. Yo no he viajado personalmente por este rio,
pero segn las informaciones que he tomado sobre l, es en todo parecido
al rio Peripa y al Daule superior (Rio grande) que conozco bien. Sus
afluentes principales son el Lulu grande y el Lulu chico del lado oriental
de la sierra, y el rio Perica del lado occidental del rio Peripa. El Palenque
es navegable en canoas hasta el punto, que se llama puerto de lio, que no
dista mucho del pueblo indio de San Miguel, y este se halla unas dos leguas
al Sur del de St. Domingo de los Colorados; esto quiere decir, que el rio
es manso y navegable hasta muy cerca de su origen, propiedad que tiene
comn con las cabeceras del Daule y de los dems ros, que nacen sobre
la meseta de St. Domingo. En todos ellos consiste la dificultad de penetrar
hacia mas arriba solo en la escasez de agua, no en lo correntoso, como en
los rios que descienden de las montanos altas.
El rio de Pilal forma con el de Palenque casi un ngulo recto y
desciende de E O, por una espaciosa hoya, de la Cordillera alta de Zum-
bagua, que se halla al Oeste de Latacunga. Sus cabeceras nacen muy cerca
de las del rio Toachi, que v por el valle de Sigchos al N. Los tributarios
de este sistema abrazan las faldas occidentales de la Cordillera, desde los
cerros de Angamarca hasta los de Chugchilan y de Sigchos. De los prime-
ros (del lado SE) bajan los rios de Poembo y de Naranjal, y de los ltimos
(de NE) el tributario mas poderoso, que se llama rio Quindgua, cuya boca
se halla solo dos leguas al Este de la del Palenque, enfrente de la hacienda
de San Pablo. En la hoya superior, en que est el pueblo de Pilal, y que
pertenece la regin andina, le entran los rio de Tagual y de 'Tilipulo del
lado del volcan Quilotoa; y en su curso medio recibe el rio de Pilal una
porcin de afluentes pequeos del cordn de montaas, que bajan entre su
valle y el del Quindgua, tales como los rios Negrillo, Tilinche, Playa-Veles,
Alus y otros. El valle superior (parte andina) del rio Pilal est bastante
poblado por muchas haciendas, pero en la parte baja de productos de la
LA EBGION OCCIDENTAL. 139

tierra caliente escasea la poblacin. En este curso inferior el rio tambin


se llama comunmente de Quevedo. Es de notar, que el camino de herra-
dura (bastante malo), que conduce de Quevedo Latacunga, es el ltimo
que comunica el interior de la Eepblica con la regin litoral habitada; pues
todos los dems hacia el Norte, por las provincias del Pichmoha y del Im-
babura, llegan solo hasta ciertos puntos en las faldas occidentales de la
Cordillera, y de ah hasta la costa no existen sino caminos de pi malsi-
mos y muy poco traficados.
Desde la confluencia del rio Pilal con el de Palenque, que se verifica
cerca del sitio del Barro, una legua al N de Quevedo, toma el rio otro
carcter, que se manifiesta sobre todo por las muchsimas vueltas grandes
y pequeas y las extensas playas, que le acompaan y en los cuales suele
bifurcarse y ramificarse. La regin entre Quevedo y Vinces, ambos lados
del rio, es una combinacin de lomas y sabanas, predominando las primeras,
pero muchas veces cubiertas de monte, de manera que en algunos parajes
recuerdan la regin de la montaa en el rio Palenque, Peripa y Daule supe-
rior. En las inmediaciones del rio se hallan tambin largos trechos de
bancos sembrados de cacao y otros frutos. La serie no interrumpida de
hermosas haciendas y sitios ambas orillas atestiguan la feracidad del ter-
reno, y en este respecto el rio se parece al Daule entre Balzar y St a . Lucia.
El pueblo de Palenque, que se halla unas 8 leguas al Sur de Quevedo,
no est sobre la orilla del rio, sino la distancia de una milla de su ribera
occidental, en una pampa escasa de agua. Es un pueblo mucho mas viejo
que Vinces y Quevedo, y por esto antiguamente todo el rio se llam de
Palenque, nombre que se usa hasta hoy dia como sinnimo del rio Vinces
Quevedo. Todos los afluentes entre Quevedo y Vinces son pequeos,
constituyendo solamente desaguaderos de la regin baja de las sabanas y
lomas. Nombrar como principales los ros de Mocache, Perdido, Burgos y
Pise. Mas al Sur de. Palenque no se encuentran tributarios propiamente
dichos, sino una extensa red de ramificaciones del mismo rio, que presenta
mucha analoga con la que hemos conocido entre el rio de Caracol y el de
Pueblo viejo, desempeando el papel del ltimo los de Baba y del Arenal.
El pueblo de Vinces, cabecerca del cantn del mismo nombre, est situado
tres leguas al Sur de Palenque, la orilla oriental del rio que lo baa, y
presenta un aspecto muy pintoresco con el fondo de los oscuros cacaotales
y de las esbeltas palmas de coco. La historia de su fundacin est conec-
cionada con la hidrografia de esta regin, y por esto merece ser referida,
segn P. P. Cavallos (Hist. VI, pg. 241). Como una legua al Sur de Vinces
habia hasta mediados del siglo anterior un pueblo llamado San Lorenzo,
perteneciente la antigua Tenencia de Baba, y un villorrio, San Javier,
140 TOPOGBAIA. CAPTULO in.

anexo al anterior. Residia en este villorrio un sacerdote de apellido Vinces,


el cual, como dueo de la hacienda, dicha Balizar de Vinces, abri una buena
zanja por donde corre hoy el rio de tal apellido, con el objeto al parecer
de conservar un abrevadero para sus ganados. La zanja, lo flexible y llano
del suelo, y las crecientes de las aguas hicieron dentro de poco variar el
curso del rio, y formar el nuevo actual; de modo que a esa causa dej en
seco Baba, que antes se baaba con el de su nombre. Ora por lo dicho
por el gravsimo incendio que padeci San Lorenzo en 1764, ello es que
sus moradores se trasladaron al lugar que ahora ocupa Vinces, y el pueblo

Fig. 29: Parte inferior del Pueblo de Vinces.

tom por nombre el apellido de aquel sacerdote. De esta historia se


deduce claramente que la desembocadura principal del rio Vinces ha sido
hasta mediados del siglo pasado en l Boca de Baba, y que los actuales
rios de la Bocana y de la boca de Caas, arriba y abajo de Zamborondn*
han sido simples desaguaderos de las sabanas y tembladeras. Pero ademas
del rio seco de Baba, tambin otros esteros parecen haber servido suce-
sivamente de cauce principal al rio grande. As encontramos dos leguas
arriba de Vinces la boca del Chujampe y una legua mas abajo de ella (cerca
de Banepo) la del Bio Nuevo, que ambos alguna distancia se renen for-
mando el rio del Arenal, que es el mas oriental de toda esta red y corre
paralelo al de Baba, desembocando en el rio Bodegas con el nombre de rio
de Garrapata, pocas cuadras arriba de la Boca de Baba. Este rio recibe
L A E E G I O N OCCIDENTAL. 141
del lado de Pueblo viejo el estero de la Isla, que en invierno es navegable
y en verano casi seco. En el rio de Garrapata la marea del rio de Bode-
gas sube unas dos leguas, y por esto los pequeos vapores fluviales entran
con facilidad hasta el puerto del Arenal, de que el pueblo de Baba dista sola-
mente una milla al O.
La boca superior de entrada del ro de Baba se halla al lado norte
del pueblo de Vinces, y se dirige primero al SE; despus el estero vira al
Sur, corriendo paralelo al del Arenal y pasando por el sitio de Guare. El
agua se manifiesta en verano solo desde el pueblo de Baba por abajo, una
legua y media distante de su Boca. El pueblo, tambin cabecerca de un
cantn, se halla la orilla oriental, y una milla al Oeste del puerto del
Arenal, como queda dicho. Este rio est orillado de bancos, y por esto
cultivado de cacao, en toda su extensin; mientras que el del Arenal lo es
solo en su parte superior.
El tercer estero grande es el rio Macul que se separa del rio Vinces
por" la boca de Yunguilla una legua y media abajo del pueblo, en el sitio de
California, en direccin al SE, y corre despus paralelo al.de Baba, con
quien se rene pocas cuadras arriba de la Boca de Baba, enfrente de la.
hacienda Tinoco. En su curso superior atraviesa sabanas pantanosas y en
el inferior est acompaado de bancos bien cultivados. Algunos esteros
secundarios derivan de l, como arriba el Rio correnloso, y mas abajo el
ro "Roncador que desemboca directamente en el rio de Bodegas entre las
haciendas de Delicia y Cabonda, enfrente de la isla de Angulo de la boca
del estero de Chijo.
Tambin hacia el lado occidental salen desde la cercana de Vinces al-
gunos derrames las sabanas, como por ejemplo el Esteron, que entra cerca.,
de las Playas y en invierno comunica con el rio Bobo, el estero de Tintal,
que entra al lado de la hacienda Bebo y la rodea, para salir otra vez mas
abajo al rio grande. Pero la divisin en dos venas grandes se verifica un
poco abajo del pueblecito de Las Ramas; la una constituye el rio de la
Bocana y la otra el rio de las Avispas. El primero conserva el rumbo de
N S y el segundo vira al Oeste para volver luego otra vez la direccin
del Sur. Una legua mas abajo se acercan las dos ramas hasta pocas cua-
dras y aun comunican entre s por un estero. En esta angostura est situado
el pueblo del Salitre, que de consiguiente tiene dos puertos. Desde el Salitre
los dos rios se separan mas y mas, inclinndose el de la Bocana un poco
al Este y el de Avispas con un gran arco al SO y luego al Sur. En su
curso inferior, en que ya estn bajo el influjo de las mareas, ambos viran
al Este, especialmente el de las Avispas, dejando entre s el Cerro de Zam-
borondn. El rio de la Bocana se une con el de Bodegas una milla arriba
142 TOPOGBABIA. CAPITULO I I I .

del pueblo de Zamborondn y el de las Avispas una media legua abajo por
la Boca de las Caas, como he dicho en otro lugar. Tambin en el trecho,
de Salitre Zamborondn se verifican todava diferentes derrames por esteros
secundarios, tanto la regin interfluvial, cuanto hacia fuera. Entre los-
primeros nombrar el rio de Sabanla que corre casi paralelo al de las
Avispas, y entre los segundos un esteron que cruza al rio Pula, tributario
del Daule.
Los bancos llegan en el rio Vinces solo hasta la California; mas abajo
todo es un terreno muy bajo y anegadizo, y especialmente desde Salitre-
principian las tembladeras, que ocupan todo el espacio entre los rios de la
Bocana y de las Avispas y otros terrenos extensos al Este y Oeste, llegando-
hasta el rio Pula y el pi de los cerros de la Estacada y de Yolan. Desde
la cspide del cerro de Zamborondn se goza de una vista sumamente in-
teresante instructiva sobre toda aquella regin, que en invierno parece un :
mar mediterrneo, sembrado de islitas de sabana y de bosquecitos de sauces
aejos. En esta estacin se navega con facilidad por todas partes, aun fuera
de los cauces ordinarios de los rios, pero en verano, apesar de tanta abun-'
dancia de agua, la navegacin se dificulta. Si todos los derrames y esteros
que salen del rio desde Vinces hasta Zamborondn, quedaran reunidos en
un solo lecho, formaran un rio tan poderoso como el de Bodegas, que seria
navegable por vapores aun en la estacin mas seca; pero la consecuencia
de tanta ramificacin es, que ningn rio queda navegable'en verano; A lo
mas trafican pequeas canoas por los de la Bocana y de las Avispas, y mas,
arriba hasta Quevedo. En invierno los vapores suben comunmente hasta el
puerto de Palenque y veces hasta el sitio de Moquique. De ah mas ade-
lante el rio es muy correntoso.
De lo dicho se comprende que la regin descrita se presta solo la
ganadera y que el terreno cultivable es sumamente reducido. Sobreviene
el frecuente cambio de los rios en un terreno tan flojo, y de consiguiente
la instabilidad de los terrenos altos y bajos, que no anima la agricultura.
Bien puede ser, que la red de rios y esteros, como figura en mi mapa y cuyo
plano fu levantado en los aos de 1880 1884, dentro de 50 aos presente
un aspecto muy diferente; y esto vale tambin de otros parajes parecidos,
que hemos conocido anteriormente.
El rio Daule ya no es un tributario del rio Bodegas, sino que forma
con este el rio Guayas, y su sistema excede en extensin todos los, que
hemos estudiado hasta ahora. Este rio no recibe ni una gota de agua de
la sierra, y pertenece todo la regin baja, que llamamos la litoral. Su
largo podemos calcular en 43 leguas, sin tomar en cuenta las muchsimas
vueltas grandes y pequeas, que hace, y siguiendo solo su rumbo general,
LA BBGION OCCIDENTAL. 143
que es bastante recto de N S. Hacia el Este el sistema del rio Daule
linda con el del rio de Quevedo y Vinces, que acabamos de describir, y
respecto sus linderos occidentales me refiero la pgina 126, en que he
dado la resea de las montaas, que de este lado circundan todo el sistema
del Guayas, desde Guayaquil hasta las montaas de Manab. All he hablado
de una hinchazn del terreno una bveda muy aplanada, que atraviesa el
pais desde Chone hasta St. Domingo de los Colorados y separa los sistemas
del Guayas y del Esmeraldas. Pues bien, casi toda la vertiente austral de
esa llanura suavemente inclinada est ocupada por las cabeceras del rio
Daule, naciendo las mas orientales (del rio Peripa) cerca de St. Domingo
de los Colorados, muy inmediatas las del rio de Palenque, y las mas occi-
dentales (del rio Grande) cerca de Chone y cerca de las cabeceras del rio
de este mismo nombre. Las primeras corren al principio de E O y las
segundas de O al E, para tomar despus de reunirse el curso N-S. No
es por dems repetir en esta ocasin, que las antiguas geografas y cartas
andan en esta regin completamente erradas y que las cordilleras de las
Cruces, de Balzar, de Palenque, el Nudo de Sandomo etc. etc. (vase el
mapa de Villavicencio) no existen. Probablemente han comprendido mal
los que daban los informes, tomando las montaas en el sentido de cerros,
cuando no significaban mas que monte selvas. Cerros altos cordilleras
no existen en toda esta regin, en que he penetrado desde el lado sur y el
lado norte hasta cerca de la linea de vertientes, y la trocha que se abri
sobre ella desde Chone hasta St. Domingo, tampoco se ha encontrado con
alturas notables. Pero la mejor prueba de lo que digo, es el hecho que
todos los riachuelos de la regin son navegables en pequeas canoas hasta
cerca de su origen, lo que no sucede en las Cordilleras.
En el sistema superior distinguimos dos ros principales: el rio Grande,
que es la continuacin directa del rio de Balzar de Daule, y el ro Peripa.
Este ltimo nace en el plano de St. Domingo y corre de NE SO, casi
paralelo al rio Palenque, al que se parece en mucho. Dos leguas al Sur
de aquel pueblo pasa al lado del de San Miguel, y despus de recibir al-
gunos pequeos tributarios, como los ros de Geregere, de Pucalapi y el
Blanco, comienza ser navegable, en el puerto de Cpele. Hasta este punto,
cuya altura determin en 65 metros sobre el mar, he navegado sin dificultad
en la estacin mas seca; hacia arriba escasea el agua, y mejor se hace el
viaje San Miguel pi (en 1 dia) por la trocha que sale de Cpele. Del
puerto por abajo el Peripa recibe de ambos lados un sinnmero de pequeos
afluentes (esteritos) que pasar en silencio, para nombrar solo algunos ros
mas importantes. El primero es el rio Cocoya del lado derecho, que nace
en las inmediaciones del curso del rio Pupusa, tributario del rio Grande;
144 TOPOGEATA. CAPITULO I I I .

luego sigue poca distancia, pero al lado opuesto, el rio Cngoma, que es
casi tan grande como el Peripa mismo, y trae su origen tambin de muy
arriba, del lado del puerto de lio, que est en el rio Palenque. En su curso
superior el Cngoma se llama lio, y un afluente de l Sandeme. Despus
de un intervalo de dos leguas y media entra del occidente el rio Armadillo,
que igualmente es muy considerable, y recoje sus aguas en un terreno espa-
cioso que se extiende en el tringulo formado por el rio Grande y el Pupusa.
Una legua abajo de la boca del Armadillo hallamos al lado del oriente la
del rio Chaune, que viene de las cercanas del rio Palenque y de las cabe-
ceras del rio Perica, y tambin es navegable hasta muy adentro. Pasada
la boca de Chaune, el rio hace algunas vueltas muy grandes, regresando de
nuevo hacia el N; pero en seguida se dirige con muchas vueltas pequeas
al Sur. Los afluentes que siguen del lado derecho son el rio de Damas, el
Gualipe, el Pajarito y el de Guayabo; despus vienen del lado izquierdo el
rio Pocachi, el Quita-palanca, el Salap grande y el Salap chico, ambos nave-
gables; el rio Mono, el rio Achote y el Muricumba. Desde la boca del ltimo
el Peripa vira con dos codos muy grandes al Oeste y se rene con el rio
Grande en la Boca de Peripa, que dista de su origen 17 leguas en linea
recta, y siguiendo todas las vueltas, lo menos 30. El Peripa es manso y
carece de saltos, pero es muy montono, corriendo entre colinas poco ele-
vadas y cubiertas de una vejetacion espesa. Conocidas dos tres vueltas,
se conoce todo el rio.
El rio Grande nace 5 6 leguas al Este del pueblo de Chone y al
Norte de las cabeceras del rio Chone. Corre al principio por 6 leguas al
NE, lo largo de la linea divisoria del sistema del Jama, y luego vira re-
pentinamente al Sur, cuyo rumbo conserva hasta la Boca de Peripa. En
el arco que forma en esta virada, recibe tres tributarios grandes: primero
el rio de la Morena del lado NO, cuyas cabeceras se hallan entre las del
Jama y del Quinind; segundo el rio Vaina del lado NE, nacido entre las
fuentes del Quinind y las del Mache; y tercero el rio Pupusa, el mas largo,
que viene del Este y trae su origen del lado de San Miguel y de los primeros
afluentes del rio Peripa. La boca del Pupusa encontre 60 metros sobre
el nivel del mar. De este punto cruza un camino de pi (una trocha)
St. Domingo de los Colorados, siguiendo el lado setentrional del Pupusa.
Se hace el viaje en 1 l/i 2 das, caminando casi siempre por llanos, pues
las colinas se hallan solo en la cercana de los rios y son originadas por las
incisiones de estos.
Desde la boca del Pupusa hasta la Boca de Peripa, cuya distancia mide
diez leguas en linea recta, se hace el viaje por canoa en 12 horas completas
(sin demorarse en ninguna parte). El rio Grande tiene un lecho mas ancho
LA EEGION OCCIDENTAL. 145
que el Peripa; es mas correntoso (hay algunos saltos) y por esto mas recto
y menos tortuoso que este. Corre en un cauce de cangagua, encajonado
entre barrancos verticales de 5 8 metros de altura, y de trecho en trecho
se encuentran playas anchas. Por lo dems el terreno ambos lados se
presenta del mismo modo suavemente undulado, solo que las colinas me
parecieron generalmente mas bajas que en el rio Peripa.
Los afluentes que entran al rio Grande del lado oriental, es decir del
lado del Peripa, todos son cortos insignificantes (Pasaje, Guyalo, Cocop).
Algo mas desarrollados se hallan los tributarios occidentales; h aqu los
principales: rio Dolores, Mono, Estero limpio, Doblones, San Pedro (largo),
de Pancho alto, PescadUo. El ltimo es el mas grande y viene de las cer-
canas del Pueblo viejo de Chone; por l se cruza veces la provincia de
Manab. Media legua abajo sigue el rio de Barraganete que es mediano.
Los saltos principales se hallan: el primero entre los nos Dolores y Mono;
el segundo, llamado de Bodega, entre el ltimo y el Estero limpio; el ter-
cero, que se llama Beshalo, y que es el mas alto (11 metr.) y mas peligroso,
un poco arriba de la boca del rio de San Pedro.
Desde la confluencia del rio Grande con el Peripa hasta Colimes, el rio
se llama generalmente de Balzar, aunque seria mas propio llamarlo desde
aqu rio Daule. Por el espacio de 6 leguas, hasta la boca del Tigre, corre
SSO y vuelve despus al rumbo S hasta Balzar. Tambin en este trecho
los tributarios principales le vienen del lado occidental de la provincia de
Manab. El primero es el Conguillo, bastante largo, de NO de las cabe-
ceras del rio Chone; sigue el pequeo rio Tach, inmediatamente despus
el grande rio Comipaga, que trae su origen de las montaas de Junin. Me-
dianos son los afluentes de Bijagual, Solano, Chupacaldo y Cuchilla. Entonces
sigue el Tigre caudaloso y largo, cuyas fuentes han de buscarse en la cer-
cana de las del rio de Portoviejo. Desde el codo, que hace el Daule para
virar al S, ya no entra ningn rio de cuanta del lado occidental, hasta el
Puca abajo de Balzar. Los tributarios del lado izquierdo oriental son los
ros de Zapatilla y Zapata entre las bocas del Comipaga y del Bijagual, el
Jemu, abajo de cuya boca se pasa una correntada larga, llamada Jermu; el
rio del Salto, entre los sitios de Pasaje y Chichanda, y el Congo, el mas
largo y mas importante, que es navegable en canoas hasta muy arriba.
Todos los dems son esteros pequeos.
De la Boca de Peripa Balzar hay 10 leguas en linea recta, pero las
vueltas del rio describen lo menos 15. Se hace el viaje en canoa por
arriba en tres dias, navegando de 8 9 horas por dia; en el regreso se
gasta solo 12 14 horas. Una dos leguas arriba de Balzar principia la
montaa inhabitada y ella cubre toda la regin ambos lados del rio'. Es
"WOLF, Uouador. . 10
146 TOPOGBAFIA. CAPTULO III.

la misma montaa que se extiende sobre los sistemas fluviales superiores


del Palenque, del Peripa y del rio Grande, el mismo terreno suavemente un-
dulado, con colmas de 20 40 metros de altura, el cual, privado de su
espesa vegetacin arbrea, deberia presentarse muy parecido la regin de
las lomas, que encontramos mas abajo lo largo del curso medio de los rios.
Se observa, que la formacin del cauce del rio es la misma que en el rio
Grande, alternando playas y vegas con barrancos altos.
El pueblo de Salgar, situado la boca de la montaa, bajo 1 21' Lat. S,
se halla sobre el barranco d la orilla izquierda del rio, y marca el lmite
de una regin nueva. Desde aqu el rio y paisaje cambia de carcter; el
primero comienza su curso medio y con l una serie de vueltas tan capri-
chosas, como no se encuentran en ningn otro rio de igual caudal, el segundo
cambia cada rato del modo mas agradable y sorprendente, con la variacin
continua de playas, vegas, barrancos, lomas, bancos y sabanas. Una serie
rio interrumpida de haciendas y caseros ambas orillas convierten estas
en un jardn continuo de flores y frutas. Si deberia juzgar imparcialmente
de la belleza de los rios del Ecuador occidental, daria la primacia al rio
Daule, desde 'Balzar abajo, y al viajero que en pocos dias quisiera formarse
una idea de la provincia del Guayas, (que no puede adquirir en las cercanas
de Guayaquil), aconsejara hacer un viaje vapor en invierno por el rio
Daule hasta Balzar; podr decir, que ha visto uno de los pases mas pinto-
rescos de la zona tropical.
Esta regin interesante de que hablo, se extiende desde Balzar hasta
Daule, es decir 10 leguas en linea recta. La descripcin del lado izquierdo
oriental del rio es corta; los afluentes son tan insignificantes, que no
merecen una mencin especial. Desde enfrente de Colimes, que est casi
en medio entre Balzar y Daule, se encuentran atrs de la zona angosta de
bancos lo largo del rio, hacia arriba las lomas y hacia abajo las sabanas,
componiendo una zona de dos leguas de ancho, en trmino medio, entre el
rio de Daule y el Macul rio Bobo, que conoceremos mas luego. El pueblo
de St&. Luca se halla al mismo lado oriental del rio, como Balzar, tres le-
guas arriba de Daule.
Mas interesante y mas complicada es la banda occidental del rio, porque
all encontramos, ademas de varios afluentes pequeos, tres sistemas fluviales
bastante largos y desarrollados, que tributan al Daule. Pero antes de entrar
en su descripcin, debo advertir, que la zona prxima al rio, y hasta tres
leguas adentro, corresponde perfectamente la zona de lomas y sabanas de
la banda oriental.
Dos leguas abajo de Balzar se halla la boca del rio Pua. Sus cabe-
ceras' nacen sobre la pequea Cordillera, que corriendo de O E separa el
LA REGIN OCCIDENTAL. 147
sistema fluvial del rio de Portoviejo del del Guayas, y que es conocida con el
nombre de cerros de Fajan y de Fuca. La altura de esta cadena es de 200
300 metros. Al vertiente setentrional de la Cuesta de Puca, por donde
pasa el camino la provincia de Manabi, se hallan las fuentes del rio de
Lodana, muy cerca de las del Puca. El curso del rio es en la regin mon-
taosa de NO SE, y en este trecho recibe del lado izquierdo el rio Calvo
y del lado derecho los rios de Agua-fria y del Burro. Antes de dejar las
montaas vira con un arco abierto al N, y despus con un codo muy fuerte
al NE y E. En el dicho codo est situado el pequeo pueblo de Olmedo
la orilla derecha y enfrente de la boca del rio Fescado, que desciende tam-
bin de las montaas del lado NO. Desde Olmedo entra el Puca en la
regin de las lomas y la atraviesa hasta su boca, que dista del pueblo citado
unas 6 leguas; en su curso inferior recibe todava del lado norte el tributo
de los rios Chicompe y Fucon.
El rio de Colimes, que en su curso superior se llama rio de Fajan,
parece una imitacin exacta del rio Puca, en cuanto la direccin que
desoribe en su curso superior, en cuanto al codo que hace antes de entrar
la regin de las lomas, y en cuanto su curso inferior por estas lomas,
solo que su hoya superior es mas larga y mas extensa. Nace con sus tri-
butarios principales, que son los rios Misoaque, Fijo y Colimes, en los cerros
de Pajan y en el ngulo que forman estos con la Cordillera de Colonche.
En la confluencia del Colimes se halla el pueblo de Fajan, la altura de
103 metros sobre el mar. Los afluentes de SO, hacia mas abajo, son los
rios Panchal, Brocl, Agua-fria, de Zas Cruces y el Estero ciego; los del Norte
los rios Chico, Palma, fiigre y Sopan. Unas nueve leguas abajo de su naci-
miento el rio, que hasta ahora corria de NO SE, se v obligado por los
Cerros de Iguanas- virar al N por el espacio de una legua, para entrar
despus en la regin abierta de las lomas en direccin al E. En esa virada
al N se encuentra la banda izquierda el pequeo pueblo de Iguanas, la
entrada de las montaas, como Olmedo. Desde Iguanas el rio se llama
comunmente de Colimes, su curso por las lomas es igual al del Puca; los
rios de Mura y de las Caas son sus nicos afluentes del lado Norte. En su
boca y la orilla derecha se halla el pueblo de Colimes. La boca de Colimes
dista de la de Puca tres leguas en linea recta; en el espacio intermedio hemos
de notar el rio de la Jagua, que unido con el de las Piedras desemboca al
Daule en el sitio de Ferinao, no muy distante de Colimes; pero ambos son
rios cortos y en verano casi secos. Algo mas grande es el rio de Pial, cuya
boca se halla en la hacienda del mismo nombre, entre Santa Luca y Daule;
nace al pi de las montaas de Iguanas, cerca del Potrero dla Virgen, y
atraviesa con algunos pequeos afluentes la regin de las lomas y sabanas
10*
148 TOPOGKAFIA. CAPITULO I I I .

El tercer y ultimo sistema tributario del Daule, anlogo los del Co-
limes y del Puca, es el del Rio Magro, que desemboca una vuelta abajo del
pueblo de Daule y enfrente de la hacienda de St a . Ana. Su hoya superior
comprende la regin montaosa entre la Cordillera de Colonche y los cerros
de Iguanas, que son un cordn de montaas arrancado de aquella misma,
y colocado como linea divisoria entre las aguas del rio de Pajan y las del
rio Magro.*) Muchas son las quebradas que contribuyen formar este
sistema, pero la mayor parte quedan secas durante el verano, porque toda
esta regin ya no tiene la misma humedad, como las hoyas del Colimes y
del Puca.
El no de la Bolsa podemos considerar como la vena mas larga y mas
recta del Magro, que conserva el rumbo general de O E. En su curso
medio se llama rio Nuevo, de una quebrada del mismo nombre que le viene
del lado Oeste; y dos leguas mas abajo recibe el rio Bachillero, que baja
de SO, y cuya orilla derecha se encuentra el pueblo de Soledad. Solq
desde la boca del ltimo el rio lleva el nombre de Magro, es decir, en el
corto trecho en que atraviesa la sabana.
Los tres rios de Puca, Colimes y Magro son en verano muy escasos de
agua, pero en invierno son navegables en canoas y balsas hasta el principio
de las montaas (Olmedo, Iguanas, Rio nuevo). Entre otras propiedades
comunes todos tres, merece ser mencionada la de que en verano llevan
agua muy salobre,-. que no se. puede beber sin hacerse dao, y cuya causa
existe en el terreno de su proveniencia. En otro lugar dar las anlisis de
estas aguas.
El-curso inferior del rio Daule, entre el pueblo de este nombre y su
boca cerca de Guayaquil, se distingue del curso medio por la mayor anchura
del cauce, por ser las vueltas mas largas, y por la falta de bancos altos
lo largo de las orillas. Tambin el aspecto del paisaje se cambia notable-
mente, por los cerros que se levantan ambos lados. El pueblo de Daule,
cabecera del Canton, est situado 7 leguas al N de Guayaquil, la orilla
izquierda del rio, en 82" 17' Long. O y I o 51' Lat. S.**) Algo mas de dos
leguas, hasta Petrillo, el rio observa el rumbo N-S, y recibe en este trecho,
en el sitio de Nobol, el pequeo rio Bijagual del lado occidental. En Pe-
trillo hace un fuerte codo al Este, para bajar luego en direccin al SE hasta
el pueblecito de Pascuales. En ese codo entra del lado oriental el rio Pula,
que es un rio muy singular. Para encontrar su origen, debemos regresar

*) Los cerros de Iguanas tienen hacia su trmino, donde los cruza el camino de la
Cuesta del1 Potrero de la Virgen, solo 163 metr. de altura.
**) Resultado sacado por triangulacin, con referencia Guayaquil.
LL E E G I O N OCCIDENTAL. 149
las montaas entre los rios Palenque y Peripa. All nace con el nombre de
Macul y atraviesa primero la regin de las montaas, despus la de las
lomas y finalmente la de las sabanas, tenindose casi siempre igual di-
stancia del rio de Vinces y del Daule. Parece que no recibe ningn afluente
de consideracin, pero que est en alguna comunicacin con el rio Vinces
y con el de las Avispas por medio de las tembladeras. En su curso medio
se le conoce tambin con el nombre de rio Bobo, y finalmente se llama rio
Tula. Ignoro si este Macul estaba antiguamente en alguna relacin con el
otro Macul, que conocimos como un brazodel rio antiguo de Baba, lo que

Flg. 30. El Bto Daule inferior.

no seria sorprendente en una regin tan sujeta cambios continuos, como


es la cercana de Vinces.
Desde la boca de Pula hasta Guayaquil el Daule carece de afluentes;
en su lugar nos ocuparn las montaas que le franjean. Estos cerros no
son una parte accesoria de la Cordillera de Chongon, como primera vista
del mapa se podria creer, sino forman ur grupo propio geogrfica y geol-
gicamente separado: aquella e compone de. capas sedimentarias, este de
antiguas rocas eruptivas, parecindose en esto al cerro de Zamborondn.
Primero encontramos algunos cerritos bajos que se levantan aislados de la
llanura, como los del Martillo entre Daule y el Pula y los cerritos de Pe-
trillo; despus, abajo del Pula y del Nato, se forma ambos lados una
cadena continua con algunos picos mas elevados, que tienen de 150 300 me-
tros de altura. El cordn de la orilla izquierda se compone de los cerros
150 TOPOGBAMA. CAPTOLO ni.

de la Estacada, del cerro de Yolan, y de los cerros de Lajas; la orilla


derecha se halla el cordn del cerro de la Candelaria y de los cerros de
Pascuales. En el pueblecito de Pascuales el rio hace una virada muy larga
al Este hasta la Estancia vieja, y despus corre al Sur hasta su desem-
bocadura, acompaado todava de algunos cerritos ambos lados hasta
Batan, y finalmente de los llanos de la sabana. Entre las haciendas de
Batan de abajo y de San Antonio se acerca el rio Daule al de Bodegas,
enfrente de la isla de Mocol, tanto, que los separa una faja de tierra de
pocas cuadras de ancho.. . El rio de Daule es navegable en canoas hasta sus

2?ig. 31. lia sabana cerca de Pascuales.

cabeceras, como hemos visto;, por vapores fluviales lo es en todo tiempo


hasta Daule, y en invierno hasta la boca del Congo, dos leguas arriba de
Balzar. La marea sube hasta cerca de Colimes, pero el agua salobre en
verano solo hasta la boca del rio Pula.

Con la descripcin del rio Daule hemos concluido la de todo el sistema


fluvial del Guayas. Me he detenido mas largamente en esta seccin, no solo
por una cierta predileccin que profeso este pais, sino porque en efecto
constituye la mas hermosa y mas rica heredad del Ecuador, que hasta ahora
habia sido demasiado descuidada por los gegrafos antiguos, y que necesi-
taba una descripcin detallada.01'
LA EBGION OCCIDENTAL. 151

Seccin IIIa. La regin litoral desde Puna hasta Esmeraldas.


El Ecuador es un pais de contrastes; grandsimo es l que existe entre
la regin andina y la litoral, pero tambin en esta ltima encontramos di-
ferencias tan notables y sorprendentes bajo una misma latitud, que parece
que nos transladamos pases separados por miles de leguas. Que distinto
es el paisaje, si de Guayaquil p. ej. nos dirigimos pocas leguas al Este
al Norte, la regin que acabamos de describir, del otro que encontramos
al Oeste, en un viaje por el casi-desierto del Morro y de Sta. Elena! Sinem-
bargo, como todava no entramos en distinciones climatolgicas, y para no
aumentar el nmero de las subdivisiones, limitar la regin de nuestra con-
sideracin actual solo bajo la vista hidrogrfica, dndole una gran extensin
longitudinal, entre el ocano pacfico y los dos grandes sistemas fluviales del
rio Guayas y del rio Esmeraldas. Tiene 80 leguas de largo, llegando desde
3 Lat. S hasta I o Lat. N; su ancho es variable, entre 3 y 20 leguas, y los
ros, donde los hay, son generalmente cortos y de poco caudal.
Comenzando, como de costumbre, al Sur, y tomando por lmite oriental
de nuestra regin el rio Guayas y su prolongacin por el canal de Jambel,
encontramos primero un pais muy singular, cuyo carcter principal consiste
en la falta absoluta de agua dulce (fuera de los aguaceros del invierno).. Si
tiramos una linea recta de Guayaquil la boca del rio de Colonche, tenemos
separada esta regin del resto de la Eepblica, pues por todos los dems
lados est rodeada de agua salada, formando la gran pennsula del Morro
y de Sta. Elena, que con relacin aquel carcter se podria llamar un apn-
dice anormal del Ecuador. Al Sur de la linea indicada no nace ningn
riachuelo de agua dulce*), y debo advertir que los esteritos que figuran en
el mapa, todos son de agua salada y se llenan con la marea del mar del
Estero Salado. Lo mismo vale de la isla de Puna, que forma parte inte-
grante de esta regin. Para abastecer los habitantes y los animales, sirve
el agua d las cisternas, que tambin es bastante salobre, pero no perjudi-
cial, al contrario, una vez acostumbrado su uso, se lo prefiere al agua
completamente dulce, que entonces parece inspida.
La isla de Puna, cuya extensin y configuracin he descrito en otro
lugar (vase pg. 20), se compone en general de un terreno irregular^*%
mente undulado de poca elevacin; solo la costa sur y sureste se presenta
baja y completamente llana con extensos salitrales y manglares. Los ltimos
cubren tambin el laberinto de esteros, que dividen la isla en dos mitades.

*) Un trecho pequeo del rio de Ghongon cae al Sur de la linea.


152 TOOGBAFIA. CAPTULO I I I .

En la mitad setentrional se observa que el suelo se hincha mayores alturas


sobre una linea que tiramos de E O, entre las Puntas de Centinela y de
Trinchera. Los puntos culminantes son el cerro de Mala en la cercana de
la costa, al Sur de la Punta Espaola, y el cerro Yansun hacia el centro de
la isla. La mitad austral se distingue por una pequea cordillera longi-
tudinal, cuyo punto mas alto, el cerro de Zambo-Palo, se halla hacia el
extremo sur, y que termina al Norte con el bajo cordn de los cernios de
Puna vieja, cerca del sitio y estero del mismo nombre. Las condiciones
hidrogrficas y climatolgicas de Puna son desfavorables la agricultura,
y reducen su importancia la cria de ganado y la extraccin de las ma-
deras excelentes, que se encuentran en sus montaas. El nico pueblo de

Fig. 32. 1 puebla de Puu&.

la isla, el de Puna, est situado en el extremo noreste, al lado de la Punta


Mandinga, en 82 13' Long. O y 2 44' Lat. S. Dista de Guayaquil 11 leguas
( = 3 3 millas nuticas).
Allende el canal del Morro se repite en la tierra firme, en mayor escala,
la constitucin geogrfica y geolgica de Puna: esteros, salitrales y man-
glares en la cercana de la costa, hacia adentro un pais cruzado de lomas
en todo sentido, y cadenas grupos de cerros mas altos irregularmente
esparcidos sobre toda la pennsula. Esteros grandes se hallan solo la
costa oriental. Ademas del Estero Salado, cuyo canal principal he descrito
en la pgina 21, encontramos el grupo de los esteros del Morro y Ayalan
al NO de la isla de Puna. El primero se introduce hacia NO por cerca de
3 leguas, es decir mas all del pueblo de San Miguel, donde recibe tambin
LA BEGlION OCCIDENTAL. 153

el nombre de este. En un pequeo brazo occidental, que conserva el nombre


del Estero del Morro, se halla el Puerto, y una milla al SO el pueblo de
este nombre en una pampa rida. El estero de Ayalan, que tambin se llama
del Seibo, corre poca distancia al N del estero del Morro, paralelo pero
independiente de l; por lo dems es corto insignificante. El segtmdo
grupo comienza dos leguas mas al Norte, donde acaba el golfo de Guaya-
quil y principia el Estero Salado, y se extiende por 4 leguas al NO y N,
hasta el sitio de Ponga! El estero principal es el de Sabana grande, que
se ramifica varias veces y finalmente sale por dos bocas, la de Bajen y la
de Pongal, al Estero Salado. Ademas de muchas islitas cubiertas de man-
glares, forma dos islas grandes, la de Palo Santo y la de los Chalenes, en
que se hallan bosques con buenas maderas. As como el Morro, tampoco
el pueblo de Sabana grande no se halla al lado del estero, sino 2 millas de
su puerto, tierra adentro, en una pampa. Enfrente de los esteros de Sa-
bana grande y al lado oriental del Salado se halla aquel laberinto de esteros,
que seria difcil describir, y cuyo estudio se hace mejor sobre el mapa, como
he dicho en otra ocasin. Solo debo advertir, que n esas islas planas y
de terreno aluvial se encuentran de repente unos cerritos cascajosos, com-
pletamente aislados, de unos 10 20 metros de altura. La isla de San Ignacio
se compone toda de ellos, y esta cadenita es algo mas elevada; seria una
hacienda bonita si no careciese de agua dulce.
Si seguimos la orilla izquierda del Salado, de Pongal para arriba, en-
contramos las-bocas de varios esteros. El de Carrizal es corto, tanto mas
largo el de Chongon, cuya boca se llama Nalay, y que sube hasta las cer-
canas del pueblo y sirve de desaguadero al rio de Chongon. Este ltimo
nace en la Cordillera del mismo nombre y tiene un curso de unas 5 leguas
de NO SE, aunque en verano lleva muy poca agua y por largos trechos
queda completamente seco. El pueblo de Chongon, en algun, tiempo flore-
ciento y hoy reducido unas 10 casuchas, se halla algo distante del rio, al
lado de una pequea laguna y al pi de la Cordillera. El estero de San
Pedro es reducido y acaba en la pampa cerca del puerto de Chongon. El
de Sabana grande (distinto del que conocimos con el mismo nombre mas
arriba) es largo, y llega con sus ramificaciones al pi de la Cordillera de
Chongon, donde recibe algunas fuentes de agua dulce, como la de Aguasaira
y la de Plobamba. En iguales circunstancias se encuentra el estero de
Aguapiedra, cuya boca se halla al lado de la del ltimo. El camino de
Guayaquil Chongon pasa por las cabeceras de todos estos esteros.
Desde la boca del estero de Aguapiedra el Salado ya no se ramifica mas,
hasta los Baos de Guayaquil.
De los cerros de la pennsula del Morro y de St a . Elena nombrar solo
154 TOPOGBAPIA. CAPTULO m .

los principales., A la orilla misma del mar (costa SO) se hallan: el cerro
de Chopoya cerca del sitio de Playas y 2 leguas al 0 del Morro; el cerro
Verde la distancia de 2 leguas de aquel; los cerritos de las puntas Ancn
y Carnero al S de Sta. Elena, y finalmente la Puntilla de St*. Mena (130 m.),
tres leguas al O del pueblo. Entre el Morro y Chanduy se tiende, la
distancia de 2 leguas de la orilla del mar, una cadena de cerros de SE
NO; el largo de esta pequea cordillera ser.de 6 leguas y su altura de
200 250 metros. Las secciones llevan diferentes nombres, como cerros de
Acumbe, de Animas, de la Estancia. Separados de este cordn de cerros se
hallan los Altos de Chanduy, que al Este del pueblo del mismo nombre forman
una cadenita de S N; su punto mas alto es el cerro de San Pedro que
mide 298 metros de altura, y de su cspide s presenta una vista magnfica
sobre casi toda la pennsula. Algo mas al N, y en el centro de la regin,
principia al lado del sitio de Azcar la cadena de los cerros de Saya, que
tira al NO y concluye cerca de Colonche. Mas aislados se hallan el cerro
de la Cruz al E de Azcar, el cnico Chueuyunuri cerca de Atravesao, el
Asajmon al lado de los fuentes termales de San Vicente, y finalmente el'
grupo de los cerros de Sta. Elena, todos de poca elevacin.
Santa Mena, la cabecera del Canton, se halla la distancia de 2 millas
del puerto de Ballenita, en pampa rasa, la altura de 33 metros. Fuera
de los otros dos pueblos del Morro y de Chanduy, ya nombrados, la escasa
poblacin se reduce pequeos s^os, establecidos casi todos lo largo de
los tres caminos principales, que cruzan la pennsula. Uno conduce de Guaya-
quil Sta. Elena por Chongon, Juntas, Sube-y-baja, Azcar y San Vicente,
y mide (con sus vueltas) 20 leguas; otro v del Morro Sta. Elena por
Chanduy y tiene 15 leguas, cruzando los sitios de Playas, Engabao (del Morro),
Engunga, Tugaduaja, Chanduy, y Engabao (de Sta. Elena); el tercero, tam-
bin del Morro Sta. Elena, mide 18 leguas ,y hace la vuelta al N por San
Miguel Amen, dirigindose despus recto al O por Aguada, Billingota, Za-
potal, Atravesao y San Vicente. Por lo dems, como en esta regin no
existen los obstculos de una vegetacin espesa, ni de los rios, hay much-
simos caminos en toda direccin, y aun sin ellos se puede cruzarla con
facilidad.
Unas 5 leguas al N de Sta. Elena, donde acaba su baha, y la costa
toma el rumbo S-N, cambia poco poco el carcter del pais, consecuencia
de que la Cordillera de Colonche se acerca la costa y sirve de conden-
sador de las exhalaciones acuosas del mar. El primero que anuncia este
cambio, es el rio Jbita, llamado rio Nuevo en su parte superior, que trae
su origen de muy lejos, entre los cerros de Barranca y las faldas meridio-
nales de la Cordillera de Chongon. En verano corre el agua desde las
LA BEGION OCCIDENTAL. 155
cercanas del alto cerro Isera, que se levanta aislado la orilla izquierda del
rio, unas 4 leguas arriba de su boca; las quebradas superiores quedan secas
y traen su tributo solo durante el invierno. El curso general de este rio
es de E O; una legua arriba de su boca en el Estero Balsa est el pueblo
de Colonche, situado su banda derecha, y un poco abajo del pueblo recibe
del mismo lado su nico afluente de consideracin, el rio de la Pampa.
Las inmediaciones de Colonche y la costa hasta dos leguas mas al N, que-
dan todava bastante secas; pero entonces, y medida que la Cordillera se
acerca mas al mar, principia una zona hmeda, que se caracteriza por una
serie de rios y una vegetacin vigorosa de las montaas. Desde el sitio y
el rio de Valdivia los numerosos" ramales tendidos de la Cordillera de Co-
lonche llegan hasta la orilla del mar, y de todos los valles intermedios bajan
rios. La cercana de la cresta de la Cordillera y la direccin de los ramales
son las causas, de que todos estos rios sean cortos y corran de E O; los
principales son los de Valdivia, de Travesao, de Manglar alto, de Olon, de
Don Pancho, de Entrada y de Ayampe. En la desembocadura de. cada rio
se encuentra un pequeo sitio (de pocas casas) del mismo nombre, solo
Manglar alto tiene el rango de pueblo y parroquia. La distancia que media
entre el rio d Valdivia y la Punta de Ayampe es de 5 leguas. Pasando la
ltima, ya entramos en la provincia de Manab, y medida que la Cor-
dillera de Colonche v rebajndose, desaparece la humedad de las montaas,
la costa vuelve tomar (desde Salango) paulatinamente su carcter y aspecto
anterior, y lo conserva mas menos, aunque no tan pronunciado como en
el cantn de Sta. Elena, hasta la Baha de Carques.
Por la razn indicada en la anotacin de la pgina 3, acceleremos el
paso por la provincia de Manab. En la ensenada de Callo y Machalilla
desemboca el rio Seco de Jipijapa, cuyo nombre indica suficientemente su
propiedad, de no llevar agua en la estacin seca. Su valle pone trmino
la Cordillera de Colonche, y las montaas litorales que siguen hacia el
Norte hasta la Baha de Carques, no presentan cadenas largas, sino mas
bien grupos y macizos irregulares. El primer grupo observamos entre Jipi-
japa y Manta, rodeado al O y N por el mar, al S por el valle de Jipijapa
*'y al E por el del rio de Portoviejo. Esta porcin de tierra se presenta
por la salida del Cabo de San Lorenzo y de la Punta de San Mateo como
una pequea pennsula suavemente abovedada. En las cercanas de Jipijapa
llaman la atencin el cerro Bravo y el de San Vicente, y en el centro del
grupo descuella por su posicin aislada y su altura (443 m.) el cerro de
Montecristi, cuyo pi est el pueblo de este nombre, dos leguas al SE
del puerto de Manta. La parte setentrional se .compone del cordn de los
Cerros de Hoja. Al N de la Bahia de Manta encontramos el anchuroso
156 TOPOG-BAFIA. - " CAPTULO III.

vaDe del rio de Portoviejo, que separa el grupo de los cerros indicados de
otro muy parecido, pero menos alto, entre el rio nombrado y el de Chone
y de Tosagua. Este macizo se llama en los mapas antiguos Cerros de Bl-
samo. Ambos grupos caen en la regin seca, y por esto no encontramos,
desde Salango hasta la Baha de Carques, ningn rio notable, que nazca
en ella. El nico rio de Portoviejo, que desemboca en la ensenada de Chara-
pot, trae su origen y sus aguas de las montaas lejanas y hmedas, que
al Sur y al Este separan su sistema de los del rio Puca y del rio Daule.
Todos sus tributarios corren al principio' de E O y se renen en el tronco
principal, que se dirige de S N. El afluente mas austral es el rio de
Lodana, que viene de los cerros de Puca y desemboca en el rio principal
cerca del pueblo de St a . Ana, casi dos leguas al Sur de Portoviejo. La capi-
tal de la provincia de Manab, que d al rio su nombre, se halla su orilla
derecha, y la distancia de 5 leguas de su boca. Al lado de la ciudad el
rio hace un codo' fuerte al O para dirigirse luego de nuevo al N y sobre
este codo est el pueblo de Picoas. Una legua mas adelante desemboca
del lado derecho el Rio chico, bastante largo, pero de poco caudal, cuya
orilla se encuentra un pequeo pueblo del mismo nombre. En seguida pasa
el rio todava al lado de los dos pueblos considerables de Bocafuerte (antes
Pichota) y Charapot, ensanchando su cauce en playas extensas, y dividin-
dose veces en varios brazos. El rio de Portoviejo no es navegable, tanto
por la escasez de agua, cuanto por ser demasiado correntoso.
El rio de Chone, que desemboca en la baha de Carques, tiene sus
cabeceras en aquellas montaas, en que nacen tambin las del rio Grande
(Daule) y de sus tributarios principales (San Pedro, Pescadillo, Conguillo).
Al principio corre unas 5 leguas de E O, recibiendo de ambos lados
muchos afluentes pequeos; luego, pasado el pueblo de Chone, que antigua-
mente se hallaba en las montaas cerca de su origen, vira por 2 leguas al
SO, y finalmente otra vez al Oeste, conservando este rumbo apesar de las
muchas vueltas pequeas, hasta su desembocadura. Los tributarios prin-
cipales, que le entran del lado NE, son el rio Garrapata y el de San Lo-
renzo, llamado en su curso superior rio Colorado, el primero un poco arriba
y el segundo una legua abajo del pueblo de Chone. Entre los dos se abri
la trocha, que conduce de Chone St. Domingo de los Colorados, y que
algunos consideran como el precursor de un ferrocarril futuro. Del lado
sur recibe el rio Chone solo el tributo del rio Tosagua, A leguas arriba del
pueblo de Baha de Carques. Nace en las montaas de Calceta y Junin y
pasa por el pueblo de Tosagua. Un poco antes de entrar en el rio Chone,
recibe el de Capotillo, sobre cuyo curso superior se halla el pueblo de
Canuto.
IiA REGIN OCCIDENTAL.

Al Norte de la Baha de Ca- |


raques, y especialmente desde
el Cato Pasado, que dista solo
4 leguas, el pais cambia de ,
nuevo su aspecto y carcter, i-
que se manifiesta claramente -.''.'
sobre el mapa por la multi-
dud de pequeos rios, que
uno tras otro desembocan en
el Ocano. Es esta una seal *,,
de gran humedad, y en efecto, '..'-.-
las montaas hmedas y espe- ;;,
sas, que en las provincias del
Guayas y de Los Rios, y en '</_[
la porcin austral de ManaM fo
encontrbamos solo mucha
distancia de la costa y al pi
de las Cordilleras altas, desde H'-
ahora cubren todo el pais hasta -[]
las inmediaciones de la costa, l;:
aun cuando en su cercana ;
faltan montaas altas y en su :
lugar existen llanuras grandes.
La causa de este fenmeno,
que observamos desde el Cabo ,
Pasado hasta el rio Mira y p
por toda la costa occidental ;
de Colombia, no puede ser
local, como lo es cerca de
Manglar alto (la inmediacin
de la Cordillera de Colonche); ri-
la causa es mas profunda, y
consiste en un cambio notable ;.
de la temperatura del Ocano,
como demostrar en otro ca-
ptulo, que trata de las condi-
ciones climatolgicas del pais.. v
Las montaas d la regin,
en que- vamos entrar, son ;
generalmente montonas, y los &
158 TOPOGEAIA. CAPTULO III.

cerros- rara vez se distinguen por formas caractersticas; cordilleras de alguna


elevacin notable faltan completamente. Esto se explica de la gran mono-
tona de las formaciones geolgicas. Originalmente el pais se componia de
planicies de 100, 200, lo mas 300 metros de altura sobre el nivel del mar
y suavemente inclinadas en diverso sentido. Las aguas que corran sobre
ellas, hicieron sus incisiones y excavaron por la erosin continua los valles,
de manera que las montaas actuales no son mas que las partes de las
planicies primitivas, que hasta ahora han resistido la erosin. As se
explica, que todas las montaas tienen casi la misma altura; las mas altas,
que ahora forman la linea divisoria de los sistemas fluviales, indican la
regin mas elevada de las planicies originales. Donde los rios se hallan
muy cercanos uno otro, las montaas intermedias presentan crestas agu-
das; donde estn mas separados, las montaas tienen la forma de lomas
anchas se extienden entre los valles unas pequeas altiplanicies, restos de
la planicie primitiva general. Tal es, por ejemplo, la regin, que con la
anchura de muchas leguas se extiende desde el Cabo Pasado hasta las orillas
del rio Toachi cerca de St. Domingo, y que llam mas arriba una planicie
suavemente abovedada, sobre cuyas vertientes australes nacen los tributarios
del Daule, mientras que de los setentrionales descienden los del rio Esme^
radas. Tal es tambin toda la regin del sistema superior de los rios
Daule, Peripa y Palenque, y finalmente todo el litoral setentrional de la
Eepblica, desde el Cabo Pasado, con los extensos sistemas del'rio Esme-
raldas y del rio Santiago. Otra propiedad de esta regin, que sinembrgo
no tiene nada que ver con la orografia hidrografia, es la de ser casi in-
habitada (aunque seria muy habitable). La escasa poblacin se ha concen-
trado en algunos pueblos lo largo de la costa, todo el interior es despo-
blado, y de consiguiente falto de caminos; circunstancia que contribuye
mucho dificultar el estudio del pais. Por ahora seguimos el estudio de
los pequeos rios litorales, reservndonos el del sistema de Esmeraldas para
la seccin siguiente.
Dos leguas al N de la Baha de Carques desemboca el rio lirismo.
Naciendo en las cercanas de Chone, se dirige con un curso de unas 7 leguas
casi recto de E O. Aunque de ordinario de poco caudal, crece este rio
en tiempo de las lluvias mucho, hasta ponerse intransitable; y esto vale de
todos los rios siguientes. En la pequea ensenada que forma el Cabo
Pasado su lado sur, y en cuyo seno se halla el pueblo de Canoa, desem-
bocan dos rios en el mismo punto, al lado setentrional del dicho pueblo: el
rio de Canoa y el rio Tahuchila, el primero viene del Este con un curso de
4 leguas, y el segundo, casi del mismo largo y engrosado por el rio Muchacho,
del NE. Una milla al S de Canoa entra al mar el pequeo rio de la Puntilla.
LA REGIN OCCIDENTAL. 159
Este y el rio Briseo tienen la particularidad de llevar en tiempo de verano
una agua salobre, que no es potable, como los ros Puoa, Colimes y Magro.
6 leguas al N del Cabo Pasado y al lado de la Punta Ballena ( Jama)
encontramos la boca del rio Jama, que es tan extenso como el rio Chone.
Sus cabeceras se hallan cerca de las del rio Daule y del rio de la Morena,
unas diez leguas al E de su boca; arriba se conoce con el nombre de rio
Convento. De sus numerosos tributarios mencionar los rios Plaache, Ca-
lache y Venado, todos tres del N, y del lado opuesto el rio Mariano, que es
el mas grande de todos, y cae en el Jama una legua arriba de su boca.
El rio Mariano trae su origen del lado de los afluentes del rio Chone y de
las cabeceras del Briseo y cuenta tambin con un nmero considerable de
pequeos afluentes, como Mocora, Piquigua, Canque, Bigtia.
Un sistema fluvial muy parecido al de Jama es el del rio Cuaque, cuya
boca se encuentra 5 leguas mas al N, muy cerca de la Punta Pedernales.
Entre las dos bocas se hallan los rios de Don Juan, Camarn, Tbuga, Pal-
mar y algunos otros, todos pequeos y sin importancia. El Cuaque nace
en las montaas del mismo nombre, en las cercanas de algunos tributarios
del rio Quinind. Su curso superior se dirige de NE SO, y l inferior,
desde el pi del cerro Pata de Pajar, que es el punto culminante de la
regin, al occidente. Una legua antes de entrar al mar, recibe del lado sur
el no de San Jos, que es casi tan grande como el Cuaque mismo, y pare-
cido a este en su curso y dems condiciones. Al N de la Punta Peder-
nales entra en la pequea ensenada, dominada por el pueblo de Pedernales,
el riachuelo de Tachina, y despus principian las montaas retirarse de
la costa, formando un gran semicrculo alrededor de los esteros de Cojimes
y de Prtete.*)
Al Este de Pedernales se arrancan los cerros de Cojimies (que tambin
se llaman deViti, de Beche, de Mache, segn los rios que nacen en ellos)
de los de Cuaque, y se dirigen primero al NE y despus al N, separando
siempre el sistema del Esmeraldas de los rios litorales. Sobre las cabeceras
del rio Cojimies sale un ramal llamado montaas de Mompiche al Oeste hasta
la Punta de Prtete, cerrando de tal modo la hoya de Cojimies; pero la
linea de vertientes principal sigue hacia el N y NO, rodeando tambin la
hoya de Muisne, y se une con los cerros de Atacmes, para espirar final-
mente sobre el pueblo de Esmeraldas. En el centro de la primera hoya
de la llanura comprendida entre la mar y el semicrculo de montaas, se

*) Una descripcin orogrfica hidrogrfica muy minuciosa de la regin que sigue,


y de toda la provincia de Esmeraldas, se encuentra en mi Memoria sobre la Geografia
y Geologia de la Prov. de Esmeraldas (Guayaquil 1879);" fruto de un viaje y estudio
largo ejecutado en 1877. .. .
160 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.

halla el Estero de Gojimies de que he dado noticia en la descripcin de la


costa (pag. 23), y que es el receptcido comn para muchos nos en su con-
torno. Tiene mas bien el aspecto de un gran lago que de un estero, y
algunas islas contribuyen hermosearlo. Si los bajos delante de las dos
bocas no impidiesen la entrada de los navios, y no dificultasen aun la de
las embarcaciones menores, ese lago seria el puerto mas lindo, mas seguro
y mas tranquilo en toda la costa del Ecuador. La observacin de que las
llanuras que le rodean, ofrecen el terreno mas feraz invitan al cultivo de
los productos mas nobles de la tierra caliente (cacao, caf, caa de azcar,
tabaco etc.) y que las selvas estn llenas de maderas finas, de resinas, bl-
samos, y otros productos vejetales, hace mas sensible aquella circunstancia
de que se dificulte tanto la entrada.
Del trmino sur del lago sale un brazo angosto en forma de un rio en
la direccin meridional, serpeando primero por la llanura introducindose
finalmente entre las colinas que se hallan poca distancia del pueblo de
Pedernales. All se acerca la costa hasta pocas cuadras y est separado
de ella solamente por una loma baja. Todo este brazo contiene agua salada
y es un verdadero estero con mareas regulares, que ofrece una via de co-
municacin muy cmoda y segura las canoas, que trafican entre los sitios
en la boca de Cojimies y Pedernales. En este brazo desembocan por el
lado derecho los rios de Viti (unido con el Morocumbo), de Marcos y de
Cheve. Rodeando el lago de este mismo lado encontramos luego las bocas
del rio Beche, del Mache y del Gojimies, que es el mas grande de todo el
sistema y recibe los tributarios de Tigua, Pambilar y Balsar. Despus si-
guen todava los ris de Bilsa, de Slima, de. Daule y de Maldonado, que
ya vienen de las montaas de Mompiche. El rio de Maldonado no desem-
boca directamente en el estero grande, sino en un brazo que circunda la
isla de Daule. Todos los afluentes, que el estero de Cojimies recibe de
su izquierda, nacen en la llanura, que se extiende entre l y la costa del
mar; son cortos y pequeos y se llaman: Cadial, Jejenal, Palancanal, Garzal,
Zorreal y Cedral.
Independiente del estero de Cojimies se halla otro brazo del mar al
Norte de l, que circunda en forma de una herradura la isla de Zapotal.
La mitad meridional de este arco que se rene al lado del sitio de Zapotal
con la gran Boca de Daule, no es tan ancha, como la mitad setentrional,
que se llama el estero de Prtete y tiene su boca al lado de la Punta del
mismo nombre. Sobre el arco de la herradura el estero forma una poza
grande con varias islas, y en ella recibe los riachuelos de Gasa vieja,
de Prtete y de Naranja, que descienden de las cercanas alturas de
Mompiche.
IiA REGIN OCCIDENTAL. 161
Al Norte del cordn angosto de las montaas de Mompiche, cuya ele-
vacin no pasar de 100 metros, se extiende la llanura y hoya de Muisne,
anloga la de Cojimes. Hacia E est limitada, como ya queda dicho, por
la continuacin de las montaas de Cojimies, y hacia N por las de Atacmes
y de San Francisco. En el limite meridional desemboca en una pequea
ensenada el insignificante rio de Mompiche, franjeado de las montaas de su
nombre. A la orilla de su boca se hallan algunas casitas, representando el
antiguo pueblo de Mompiche.
l rio Muisne tiene un sistema bastante desarrollado. Nace en las
montaas de Bambe, que franjean el rio de este nombre (tributario del "Viche),
y desciende muy pronto las llanuras, que comienzan extenderse desde
su primer afluente izquierdo, que es el rio Cauto, la distancia de cinco
leguas de la costa. A la derecha el terreno montaoso llega algo mas abajo,
hasta el afluente que llaman Sangre de toro. El curso del Muisne describe
mil tortuosidades y vueltas grandes desde el Cauto hasta su boca, aunque
se observa que su rumbo general es de E O. la distancia de tres le-
guas arriba del pueblo, que est situado en la playa de la mar, el rio recibe
del lado sur un tributario casi tan caudaloso como el mismo, y es el rio
Sucio, que le viene de las montaas de Cojimies. En el mismo lado en-
contramos mas abajo el pequeo rio Gabina, y un poco arriba del sitio de
Mocoral el rio Partidero, que es mas grande, y se parece al Sucio. Hasta
Mocoral, que es un grupo de casas, sube la marea y de ah hacia abajo el
rio es un verdadero estero, muy ancho, con aguas casi estancadas, y bor-
deado de inmensos manglares. Media legua arriba del pueblo de Muisne
emite un brazo hacia el Sur, que se llama la Manga y llega casi al Mom-
piche, comunicando por dos esteros con la mar. Los tributarios de la de-
recha son en el curso superior los rios de Agua clara (del lado del Tiaone),
Sangre de toro, Yarumal, y abajo el rio de Tortuga enfrente de la Manga,
y el rio Bilsa enfrente del pueblo mismo. Este ltimo es el mas largo y
tiene varios afluentes. He navegado el Muisne hasta mas arriba de la
boca de Cauto; en toda esta extensin es sumamente manso y de poca cada;
su lecho es de arena y barro, y en ninguna parte lleva guijarros gruesos,
que nunca faltan en el curso superior de rios algo correntosos. Del mismo
modo todos sus tributarios sn mansos y navegables, pero se dice que en
el verano escasea el agua. La regin baja, que ocupa el sistema fluvial
del Muisne, solamente en su parte inferior es completamente plana; desde
Mocoral y el rio Partidero hacia arriba se hallan de trecho en trecho al-
gunos cerritos y colinas bajas, ora las orillas mismas, ora retiradas de
ellas, pero su elevacin es tan insignificante, que no pueden quitar al paisaje
el carcter de llanura.
"Wor, Ecuador. \\
162 TOPOGEATA. CAPTULO. III.

.. . ^ La..costa,.desde el Cabo, de San Francisco hasta Atacmes. es montaosa,


presentndose como un macizo irregular cortado por muchas quebradas. " En
la ensenada que se halla al. Sur del Cabo, desembocan los rios de Bunche
y d San Francisco, .cuyo rumbo general es de NE SO, y que por sus
muchas vueltas parecen mas largos de,lo que. son; una legua para arriba son
navegables en canoas. El pueblo rde>Sa%i Francisco ocupa una posicin muy
pintoresca, sobre una'loma al lado oriental de la desembocadura" de su rio.
En el semicrculo que describe el Cabo con la Punta Galera, entran al
mar una serie d, riecitos 'insignificantes, como el de Tngora, el-,Caimito,

Quingue, Pltanos, Galera, Camarones. Algo mas considerable, y dpi largo,


del de San Francisco es el rio Tonchige, mientras que el e Same es otra
vez reducido, Finalmente se abre la llanura y pequea hoya-, de Atacmes,
cuatro leguas al Sur de Esmeraldas., ocupada por los riqjs- de Atacmes y
de Sua. r" *
El rio de Atacmes es uno de los que parecen muy largos por sus nume-,
rosas vueltas y revueltas, aunque en realidad nacen distancia de pocas
leguas de la costa. En todo su curso las orillas izquierdas estn; franjeadas,
por una baja cordillera, que le separa del valle del rio Sua, mientras que
las orillas derechas en los dos tercios inferiores se explayan mas y mas..
Solamente de este lado derecho recibe algunos afluentes: el rio Cupiba, el
Slima yelTaseche; la boca del ltimo se ramifica en un terreno pantanoso
como un delta, mejor dicho se pierde completamente en los. manglares,
ii
LA BEGION- OCCIDENTAL.. 163l
que Bordean todo el curso inferior- del rio- Atacmes hasta el pueblo. El-
rio de Sua es algo mas corto .que el Atacmes, corre paralelo este y pa-
rece que quiere imitarlo en todo, solo que su valle es angosto hasta su. des-
embocadura, que se halla aliado d la, Puna de Suat.xm cuarto de legua,
al Oeste de la boca del Atacmes.,
Media legua al N de Atacmes pasamos la desembocadura del rio Tomr
sujpa, que serpentea como dormido por la llanura. Luego se acercan las
montaas de nuevo la costa, formando una cresta angosta entre el mar
y el rio Tiaone hasta Esmeraldas. En este trecho bajan solo tres riachuelos
muy cortos, el Chvele, Cliva y Balao, perdindose n la playa del mar
sin desembocaduras marcadas.

Seccin IVa. El sistema fluvial del rio Esmeraldas y de IQS dems rios
hasta la frontera de Colombia.
El artculo presente comprende la mayor parte de la provincia de.Esr.
merldas, mas exacto, todo el Ecuador occidental entre la, Cordillera'de;
los Andes y, el Ocano, desde 0 lO* Lat. S hasta el rio. Mira,, con excepcin,
de la pequea zona "litoral, cuya descripcin hemos agregado; al artculo pre~.
cedente. El sistema fluvial mas grande de esta regin presenta algunas
analogas exteriores con el del rio Guayas, solo que corre en sentido opuesto;
sinembargo, el carcter general del pais es muy distinto, consecuencia de,
las condiciones climatolgicas y de la falta de poblacin. El viajero; se cree.
trasladado las regiones amaznicas. ;
La provincia de Esmeraldas es una verdadera joya de la Repblica del.
Ecuador, es una hermosa esmeralda, pero no. .labrada, no tallada por la in-
geniosa mano del hombre, sino, tal como la form la naturaleza misma; es
una piedra preciosa en su estado natural, cuya belleza encanta al naturalista,
pero el arte humano le ha de dar todava su brillo y valor superior.-
.Las,provincias litorales del Ecuador (Esmeraldas, Manab y Guayas)
gozan de una estapion lluviosa, y consecuencia de ella se distinguen ven-
tajosamente por su vegetacin vigorosa, de las ridas y desoladas costas
del Per. Sinembargo, en la provincia del Guayas y en una gran, poroion
de la de Manab, la'vegetacin'pierde durante la estacin "seca, que, llama-,
mos .verano, su lozana y su verdor, los .rboles botan sus hojas y las llanuras
se desecan bajo los rayos abrasadores del sol." " No sucede as en la pro-
vincia de Esmeraldas: una atmsfera mas hmeda conserva durante todo.el.
ao la vegetacin casi,en el mismo-estado, uri;verdor eterno embellece las
llanuras.y las montaas, las-majestuosas selvas con sus corpulentos rboles,
con sus esbeltas palmas, con sus miles de enredaderas y.parsitas, .extienden.
11*
164 TOPORAFIA. CAPTULO i n .

su sombra desde las faldas de la Cordillera de los Andes, por las espaciosas
planicies hasta las playas del Ocano Pacfico.
La provincia de Esmeraldas rivaliza en cuanto al clima, maderas finas
y dems productos vejetales, la feracidad del suelo, y los lavaderos de
oro, con la provincia del Oriente en los afluentes del rio Amazonas; pero
aventaja ella inmensamente por la vecindad del ocano, y porque sus pro-
ductos destinados la exportacin no tienen que pasar por terrenos ajenos.
No es de admirar, que los pases allende los Andes, en el interior del
vasto continente sudamericano, en donde todo trfico se dificulta muchsimo,
quedasen hasta el dia despoblados incultos; pero con sorpresa podramos
indagar las causas, porqu encontramos la hermosa provincia de Esmeraldas
en un estado no mucho mas adelantado, por no decir igual. Por qu una
provincia tan hermosa no cuenta mas que unos pocos pueblecitos miserables
en l'costa, del mar? por qu en la inmensa rea de mas de cuatrocientas
leguas cuadradas, predestinada, por decirlo asi, para la agricultura, re-
suena el bramido del tigre en lugar del mujido del ganado? por qu el
indio salvaje anda vagando todava con flecha y bodoquera por la soledad
de los bosques, como 300 aos atrs, mientras que casi su vista los va-
pores surcan las olas del mar? por qu ni la codicia siquiera podia atraer
los blancos para poblar las riberas aurferas de los ros?*)
No nos dejemos llevar por ahora un campo ajeno, y sigamos nuestro
estudio hidrogrfico unido siempre con el orogrfico. Hay dos grandes
sistemas fluviales, cuyas ramificaciones llevan el elemento vivificador por
casi toda la provincia, silckrsolamente una angosta zona litoral, la que no
participa de estos dos sistemas, y que recibe el riego de los pequeos y no
muy largos rios de la costa. El sistema, que ocupa la mayor parte de
la mitad meridional de la provincia, es el del rio Esmeraldas, y el otro, que
se extiende sobre la mitad setentrional, llamaremos el del rio Santiago.
E l sistema fluvial del rio Esmeraldas **) es el mas largo de todo
el Ecuador occidental, aunque no tan extenso como el del rio Guayas.
De la descripcin de la regin andina nos recordaremos, que sus cabeceras

*) Vase mi Memoria sobre Esmeraldas, Introduccin, en donde he contestado


estas preguntas.
**) El nombre castellano del rio esmeraldas naturalmente no es el primitivo; los
indios antiguos lo llamaron Chinto. Uno de los cerros mas elevados a l a orilla izquierda
del rio Esmeraldas, entre las bocas del Viche y Tavuehe, casi enfrente del sitio de Ma-
gua, se llama hasta hoy dia cerro Chmta. Recuerdo tambin, que una de las cabeceras
del rio Blanco, que baja de Lloa y de las faldas del Pichincha, lleva el nombre de Cinto.
En el mapa que acompaa la obra de Humboldt Viaje las regiones equinocciales,
l Esmeraldas se llama rio Tonda; pero ignoro las razones, que el ilustre viajero tenia
para darle este nombre.
LA EEGION OCCIDENTAL. 165
se hallan en los nevados del Cayambe, Antisana, Sincholagua, Cotopaxi,
Iliniza, Atacazo y Pichincha, que recoje las aguas de toda la provincia del
Pichincha y de toda la Cordillera occidental comprendida entre el Quilotoa
y el Cotacachi. Se entiende, que innumerables ros y riachuelos han de
contribuir para recojer las aguas de una rea tan extensa en las ramas
gruesas y caudalosas, que por su reunin constituyen el verdadero rio Es-
meraldas. Pero por ahora no tomamos en consideracin especial los cursos
superiores de esos ros, sino tan solo en cuanto tocan la regin baja.
Si hacemos un cmputo, como lo hicimos para el sistema del Guayas, en-
contramos que el del Esmeraldas ocupa una rea de 21060 kilmetros
( = 6 8 0 leg. ) . De ellos caen en la regin andina 11860 kilmetros
( = 3 8 3 leg. D ) , y en la litoral solo 9200 kilmetros Q ( = 2 9 7 leg. Q ) , lo
que demuestra aqu una razn inversa, siendo en el sistema del Guayas la
porcin litoral mucho mas grande que la andina.
Limitndonos la regin baja tendremos que hablar del rio de Gualla-
bamba, del Blanco y del rio de Esmeraldas propiamente dicho, que nace de
la reunin;de los dos primeros.
El rio de G-ullbamba es sin duda la rama principal de este sistema
fluvial, por ser el mas largo de todos. Despus de haberse engrosado con
todas las aguas del gran callejn interandino de la provincia del Pichincha,
rompe la Cordillera occidental de los Andes, unas 4 leguas al Norte de Quito,
encajonado entre inmensas murallas en el valle hondsimo de Pullaro, P e -
rucho y Niebl. ^OEn todo el trecho que recorre desde la abra de la Cordillera
hasta su entrada en la regin baja de Esmeraldas, sus orillas son casi
inaccesibles por lo escarpado de las laderas de las montaas, y su caida es
tan rpida irregular, que imposibilita, del todo el trfico por agua en canoas.
En este su curso medio recibe del lado derecho el rio Uurimagua, que baja
de las faldas occidentales del Cotacachi por el valle de Intac, y que es poco
conocido. Del lado izquierdo le engruesan tres afluentes notables; primero
el rio AlamU, que nace en las montanas de Nono y se engruesa con los
rios de Calacal, Nanegal y Guatea; despus el rio de Tambillo unido con
el de Bolaniguas, que traen su origen de las cercanas del rio Mindo y riegan
una regin montaosa completamente desierta; finalmente el rio Pitsara, que
con sus afluentes se halla en condiciones idnticas, es decir, poco menos
que ignoradas.
El Guallabamba es muy dificultoso para la navegacin, aun en su curso
inferior. Lo he subido en canoas desde su desembocadura hasta donde es
posible, es decir un poco mas all del rio de Agua clara, que es.un pequeo
tributario de su lado derecho; y esto en las circunstancias mas .favorables,
cuando el cauce del rio se hallaba medianamente lleno, pues, segn me han
166 TOPOGRAFIA. '^ CAPTULO III.

asegurado los prcticos, que me acompaaron, la escasez de agua en verano


es un obstculo no menos grande que las crecientes fuertes del invierno.
Gastamos dos dias en subir hasta dicho punto, que en lnea recta no dista
mas que 4 leguas de la boca. Solamente los bogas mas diestros y peritos
se atreven -hacer este viaje,'que no carece de peligros; en varios puntos
- es. necesario tirar la canoa con sogas por entre peascos grandes,, que oca-
sionan saltos espumantes y remolinos pavorosos; y la bajada es aun' mas
-peligrosa, porque cada rato hay que evitar, que la canoa, volando con la
-rapidez d una flecha, no se estrelle contra los escollos. *- El rio corre en
una hoya muy ancha, dando muchas y grandes vueltas y formando nume-
rosos islotes de cascajo grueso. A ambos lados la hoya est ceida de bajas
colinas, mejor .dicho de una grada de 10 20 metros de altura, sobre la
cual todo el pais parece llano. Los tributarios de esta regin son pequeos
insignificantes; nombrar'el rio Boncatigre y l Quachala del lado izquierdo
y l rio Venadera y el de Agua clara del derecho. No he navegado otro
rio en la provincia de Esmeraldas, que tuviera una caida tan fuerte en una
distancia tan pequea, es decir de 65 metros. Ademas de ser un rio tan
indomable, el Guallabmba inferior no tiene orillas halageas, que pudiesen
atraer pobladores. Me pareci, que notaba una gran monotonia y pobreza
.relativa en la vegetacin y zoologa, asi como en la configuracin de esta
hoya, sin duda por haber estado acostumbrado desde muchas semanas
mirar las escenas mas grandiosas y pintorescas de la naturaleza. No dudo,
que las riberas del Guallabmba, en las montaas mas arriba, cambiarn
agradablemente su aspecto. En la porcin, de que he hablado, guarda el
rumbo general de SEE N0O, y cerca de su desembocadura de S NO.
El rio Blanco toma su origen en las faldas occidentales del Guagua-
Pichincha y en el valle de Lloa con los rios de Cinto, de Salahoyo (del lado
del Atacazo) y del Nina-yacu rio del volcan. Estos se renen con el rio
Mindo, que se forma del Pircuasi y del Yana-yacu en las faldas del Ruc-
Pichincha, y de muchos otros afluentes. l pueblecito de Mindo se" halla
en la altura de 1264 metros. Dos leguas abajo d.Mindo, donde el rio
ya toma el nombre de Blanco, este corre por un gran treoho'l Oeste, para
virar en seguida otra vez su rumbo general de S E ' NO, hasta su con-
fluencia con el Toachi. En la mitad de este curso recibe del lado: izquierdo
un tributario considerable con el nombre de Yambe, de cuyo origen y for*-
macion no sabemos nada d seguro. Segn las cartas antiguas sus cabe-
ceras principales se hallan en las cercanas del antiguo (y desaparecido)
pueblo de Cocanigus.
El rio Toachi es el tributario mas poderoso y el competidor del rio
Blanco. Nace en los alrededores del -Qilotoa y entre las Cordilleras de
LA BEGIO OeOIIJriTii. 167
Guangaje y Chugchilan, y baja por el valle deSigehos siempre" con la di-
reccin S-N, hasta su reunin con el rio de Pilaton, recibiendo en este camino
algunos afluentes notables del lado del Iliniza y del Corazn: 4 EL' rio 'd
:Pilaton viene del Este, de las alturas' d Aloag y Cazacoto, y obliga al
Toacbi en el punto de -sw confluencia cambiar tambin si} curso al Oeste;
En el arco grande,, que hace el Toacbi para recobrar su rumbo anterior al
N, recibe del lado sur los anuentes de AUuriguen, Llia, Tguasa, Tahti
imhana, y despus, desde la latitud d StV Domingo, se dirige paulatinamente
alNNO, sin recibir otros tributarios de cuanta, hasta su desembocadura en el
rio Blanco. l encuentro de los dos rios grandes ya s verifica en la regin
baja, y de ah corre el Blanco, no dir manso y apacible, pero siquiera menos
feroz que el Guailabamba, de SE NO; pero tres leguas arriba de su unin
con el Guailabamba, cambia esta direccin en la de N-S, inclinndose un
poco al NE. Precisamente en donde describe est ngulo obtuso, recibe un
tributario muy respetable de su lado izquierdo, qu es el rio Quinind, rio
tan caudaloso, largo importante, que quisiera darle el mismo rango'en el
sistema y formacin del Esmeraldas, que al Guailabamba y al Blanco, y por
esto hablar de l despus separadamente.
La hoya del rio Blanco, en cuanto toca la regin baja, se parece mucho
a del Guailabamba, solo que es aun mas anchurosa, las colinas gradas
laterales ,son bajas y faltan'por grandes'espacios "completamente, de modo
que la hoya s pierde en inmensas llanuras, sobre todo desde la boca del
Quinind hasta la del rio Caoni. En tales llanuras, que debemos imaginarnos
como suavemente inclinadas hacia el Noroeste, se ensancha el lecho del rio
muchsimo, s separa en brazos, dejando entre ellos los acostumbrados is-
lotes de cascajo con escasa vejetacion>
Numerosos son los tributarios, que recibe el rio Blanco- abajo de su
confluencia con el Toaehi, pero pocos de importancia. Entre estos ltimos
tenemos que nombrar el rio Gaoni, que.desde su origen se tiene'por todo
sti curso (unas 8 leguas) en las cercanas del rio Blanco y paralelo l,
Una legua arriba de su boca recibe el rio Silanchi, qu es muy parecido al
Caoni, aunque no tan largo. Ambos son navegables hasta dos leguas arriba
de la .desembocadura en el Blanco. Ala orilla izquierda del Silanchi, en
la confluencia del pequeo, rio. Chigip, se halla c< elpuerto de Quito de
SancM-D y la orilla derecha del Caoni se encuentra otro puerto, algo
mas distante del rio Blanco que el primero. En estos puertos- no hay
casa, ni rancho, ni otra seal de existencia de hombres, y no quieren decir
mas que dos puntos, en qu se desembarcan los viajeros, que hacen su viaje
de Esmeraldas., Quito .por las montaas de Mindo-, naturalmente pi y
sufriendo durante ocho dias todas las incomodidades y plagas -de la- njon-
] 68 T0P0GEAFIA. CAPTULO III.

taa. El camino que sale del puerto de Silanchi, es algo mas largo, pero
se rene pronto con el que viene del puerto de Caoni. Por lo dems hay
todava un tercer puerto en la orilla derecha del rio Blanco mismo, media
legua ahajo de la hoca del Caoni, en el lugar que se llama la Lagartera.
El camino, que parte de ah (hoy dia poco traficado) se rene con el camino
general en el puerto de Silanchi.
Otro, tributario considerable, el rio Inca ( Inga), corre engrosar el
rio Blanco del mismo lado derecho, dos leguas abajo de la boca del Caoni.
Trae su origen de muy lejos, de las cabeceras del Caoni, y recibe en su
curso inferior, unas dos leguas arriba de su boca, los ros Sbalo y Nutria;
el primero viene de N, de las cercanas del rio Pitsara, y el segundo recoje
sus aguas al Oeste, en las inmediaciones del rio Guallabamba. Cerca de la
boca de estos dos afluentes pasa un camino antiguo, que se separa en las
cabeceras del Caoni del camino ordinario, para bajar lo largo del Inca al
puerto de Guachala en el rio Guallabamba. Inmediatamente antes de
entrar al rio Blanco, el Inca recibe todava el pequeo rio Ipi de su lado
izquierdo. Frente la boca se halla la pequea isla del Inca, sin otra par-
ticularidad que la de haber campeado en ella por algunos dias el Seor
Bouguer en el siglo pasado, para ejecutar varias mediciones y observaciones.
El resto de los afluentes del rio Blanco del lado derecho son pequeos
y basta enumerarlos: Chipo, Guana, San Jos, Guispe, Barro viejo y Malim-
pia. Del lado izquierdo vienen: el Chambo, enfrente del Inca, l Ceola y
el JPasamachin. Excepto el Quinind, de que hablaremos luego, ninguno de
esta orilla izquierda es importante hasta l rio Cupa, que desemboca media
legua arriba de la confluencia del Guallabamba, y en su curso inferior corre
por un buen trecho casi paralelo al Blanco.
El rio Quinind puede considerarse como el tercer ramo principal del
Esmeraldas. El y sus tributarios principales nacen sobre aquellas planicies
entre St. Domingo y Chone, de que habl en varias ocasiones. De sus
cabeceras se cruza fcilmente las del rio Daule. Este rio conserva en
toda su extensin, en que pude explorarlo, es decir, desde su boca hasta
muy cerca de su origen, un carcter igual y uniforme, pero bastante distinto
de aquel del Guallabamba y del Blanco. Su hoya es mas angosta y algo
mas ahondada, siendo las alturas que ie acompaan ambos lados, general-
mente de 30 40 metros. Sus aguas son apacibles y se prestan muy bien
, la navegacin. La vejetaoion, que embellece sus orillas, es majestuosa y
la vez amena, las selvas son ricas en maderas finas y en caucho, y
esta ltima circunstancia se debe el que el Quinind, antes apenas conocido
por su nombre, hoy da es uno de los rios mas explorados y explotados de
la provincia.
LA BEGION OCCIDENTAL. 169

Las mismas semejantes ventajas que las que acabo de celebrar en el


Quinind, ofrecen sus tributarios mayores, que son navegables hasta las in-
mediaciones de sus fuentes. El Quinind nace entre las cabeceras del rio
de la Morena y del rio Vaina (tributarios del Daule), y su curso es bastante
recto de S N. Los afluentes principales son del lado izquierdo el rio de
Tltano, que baja de las montaas de Jama, el Bogla, oriundo de las al-
turas de Cuaque, y el Arenapga, que viene de los vertientes orientales de
las montaas de Cojimes. Del lado derecho se engruesa el Quinind, dos
leguas arriba de su boca, con el rio Mache, que es casi tan poderoso como
el mismo. Por l se navega hasta las inmediaciones de St. Domingo, donde
nace uno de sus afluentes con el nombre de rio Chila. Otros, que forman
su sistema superior, son los ros de Agua-sucia, de Suma y del Infiernito;
mas abajo recibe de la izquierda el rio Conga, y de la derecha los ros
Sbalo y Cucaracha. Paso en silencio los muchsimos afluentes pequeos
de ambos lados. E l Quinind se sumerge en el Blanco tres leguas arriba
de la confluencia del Guallabamba.
El ro Esmeraldas. El Guallabamba y el Blanco pierden sus nombres
en el punto de su reunin, y sus aguas reunidas reciben el del Esmeraldas
y le conservan hasta el mar. En esta distancia que no mide mas que
12 leguas por el aire, sigue el rio, apesar de las muchas y caprichosas
vueltas, la direccin general de SSE a NNO. Es muy correntoso hasta su
desembocadura y por esto no se presta la navegacin por vapor, aunque
el caudal de agua sena mas que suficiente en un lecho de menor caida.
Las canoas gastan en invierno en la subida desde el pueblo de Esmeraldas
hasta la boca del Guallabamba muchas veces seis siete das, y efectan
su bajada en otras tantas horas. En cuanto la fuerte corriente del agua
y respecto los muchos islotes cascajosos, que frecuentemente cambian de
posicin y tamao, el Esmeraldas se parece mucho al rio Blanco, pero el
paisaje sus lados lleva un carcter enteramente distinto. Desde su naci-
miento entra en un pais muy montaoso; el valle la hoya del rio es rela-
tivamente angosta, porque las altas montaas, que la acompaan hasta el
mar, se levantan por lo regular de las mismas orillas, y en pocos puntos
las dejan explayarse. Si las montaas llamo altas, no quiero decir que
su altura absoluta sea muy considerable, pues creo que en ninguno de estos
cerros excede de 300 metros, pero es cierto que son las mas altas de la
provincia, y que en un pais bajo, como lo es ella, siempre presentan una
vista imponente, sobre todo cuando se levantan aislados. .
Por esta razn, de que el Esmeraldas en su curso inferior serpentea
encajonado entre cerros altos, se distingue de todos los dems rios grandes
de la costa de la Repblica. Y si por lo quebrado del terreno y por la
170 TOPOGRAFIA. CAPTULO III.

escasez de llanuras extensas tal vez las orillas de este rio no serian tan
sumamente favorables la agricultura, como otras regiones d la provincia,
se puede decir que en recompensa de esta falta ninguno rivaliza con l en
cuanto la grandeza y belleza del paisaje; las perspectivas,, que se abren
en 'las vueltas de este rio, son variadsimas y veces encantadoras, dignas
de ocupar el pincel'd un Claude Lorrain.
Al pasar la descripcin de los tributarios del rio Esmeraldas hay que
decir, que la mayor parte de ellos, aunque casi todos son navegables en su
tercio inferior, son pequeos y- cortos; una excepcin hacen el Sade y el
Canind la derecha, y el Viche y Tiaone la izquierda. Consideremos
primero el lado derecho, empezando arriba en la boca del Guallabamba.
Media legua abaj de ella encontramos la desembocadura del rio Gole, que
es manso y viene todava de la regin bastante baja y llana que se extiende
lo largo del Guallabamba. A poca distancia se halla la confluencia del
caudaloso Canind, que tiene un curso largo y correntoso, naciendo en las
montaas que separan este sistema fluvial de aquel del rio Cayapas. De
sus cabeceras cruzan los caucheros con facilidad las del rio nzole y del
rio Grande. A su orilla derecha se levanta la primera rama de cerros altos.
Por atrs de estos cerros corre el rio Sade casi paralelo al Canind, y des-^
emboca fia media legua abaj de este ltimo. Toma su origen no muy
lejos del del rio nzole y en su curso inferior se halla encajonado en un
valle profundo,' formado por los cerros de Canind al Sur y los de Sade al
Norte. Atrs de las montaas de Sade se encuentra un terreno pantanoso
con una laguna grande, que tambin lleva el nombre de Sade. Con seguri-
dad pude averiguar, que el rio Sade no nace de este lago, como suponen
los mapas antiguos, y que antes est separado de l por unos cerros. Muy
probable es la opinin de los que afirman que este lago tiene su desage
natural hacia el nzole. Desde las montaas de Sade se tiende una cordillera
longitudinal sin interrupcin hasta la Punta de Esmeraldas en la orilla del
mar. Sigue el mismo rumbo que el rio principal, acompandole la dis-
tancia de dos tres leguas de su orilla, y formando la linea divisoria entre
sus aguas y las del rio Verde. Todos los afluentes pequeos, que recibe el
Esmeraldas desde el Sade hasta el mar por su lado derecho, nacen en dicha
^cordillera longitudinal, y se precipitan por los valles que forman las ramas
laterales de ella. Se siguen en este orden: Tarijpa, Sasa, Chura, Chancana,
Uve, Male, Magua, Cquiva, Chchwa,' Chinea, Chula, Tile, Mutile, Daule,
Tachina. Los pobladores de las orillas del Esmeraldas se han concentrado
con preferencia en las desembocaduras de estos rios, porque en ellas la
hoya general suele ensancharse; en algunas se encuentran grupos de 10
15 casas.
1A KEGION OCCIDENTAL. 171
En semejantes condiciones se hallan los afluentes del lado izquierdo del
rio, solamente que ei sistema montaoso es algo mas irregular y complicado,
que la cordillera longitudinal no est tan pronunciada, sino interrumpida
por las hoyas del Viche y del Tiaone. Las montaas estn en conexin con
las de Atacamos, de Muisne y de Cojimes, que forman la divisoria entre
nuestro sistema fluvial y los ros litorales. En este lado la primera cadena
de montaas altas se encuentra algo mas arriba que en el lado opuesto, es
decir [enfrente de la boca del Guallabamba, la orilla del rio Cupa. De ah
hasta la boca del Viche siguen los afluentes de Chilero, Barquito, Calvario,
Maruhe, Quiebre, Chiva y Yinsade. Y desde el rio Viche hasta el Tiaone
desembocan el Tasona,. Tavuche, Taigua, Chige, Timbre, Tatica, Saige y
Vinche.
l rio Viche desemboca en el Esmeraldas casi en la mitad de su curso,
la distancia de 7 leguas de la costa. Es bastante caudaloso y navegable
por canoas dos dias hacia arriba, hasta la confluencia del rio Bamb. Su
hoya, en el tercio inferior bastante ancha, v estrechndose mas arriba,
imita en cierto modo la hoya del Esmeraldas, por supuesto en proporciones
mas modestas. Las montaas por ambos lados son altas y algunos cerros
he calculado en 350 metros. El Viche nace n las montaas de Cojimes,
no muy distante de la costa de Manab, y lo mismo sucede con sus tribu-
tarios superiores, que son l Fircusta y el JBambe. De las cabeceras de estos
ros los caucheros cruzan muchas veces los rios litorales de Cojimes y
al rio Muisne. ', Ademas de los afluentes que acabo de nombrar, el Viche
recibe tambin en su curso muy serpeado por su costado derecho los rios
de Cuve, Tachin y Caple, y por su izquierda l Chique enfrente del Cuve,
y l LaTbe cerca de su desembocadura. En algun tiempo se ha sacado
mucho caucho de los bosques de Viche, y para este articulo es el tributario
mas importante del Esmeraldas, despus del Quinind.
Finalmente diremos cuatro palabras del rio .Tiaone, que es el ltimo de
los tributarios izquierdos que recibe el Esmeraldas, legua y media arriba de
su estuario. Mucho se parece este rio al Viche, en cuanto la configura-
cin de su hoya, abajo anchurosa y arriba muy angosta, en cuanto su
curso muy culebreado, y en cuanto los valles' laterales que le dan los
afluentes; pero se distingue de l ventajosamente por estar sus orillas muy
pobladas y bien cultivadas en los dos tercios inferiores. En efecto, el Tiaone
s l rio mas cultivado de toda la provincia, y el que con preferencia provee
la poblacin' de Esmeraldas con los primeros y mas necesarios artculos de
la vida; Sus orillas inferiores parecen una huerta continua, en cada vuelta
tiene el viajero la vista una hacienda, un grupo de casas casas aisladas.
El rio es navegable hasta muy cerca de su origen,- que tiene en las montaas
172 TOPOGRAFIA. OAPTUI/O III.

que franjean el ro Muisne superior. Desde la reunin con el rio Huele,


supremo afluente del lado derecho, corre el Tiaone casi paralelo al Esmeral-
das, una cordillera longitudinal divide la hoya de este de la suya, y de esa
cordillera le vienen los afluentes de TashiU, Mompilche, Susuncama y mul-
titud de otros pequeos. Los tributarios del lado izquierdo se precipitan de
las alturas de Atacmes, y los principales son el Taripe, Muracumbe y Ta-
viasa. Una legua arriba de su desembocadura el Tiaone cambia su curso
de S-N en el de 0-E, formando casi un ngulo recto consigo mismo y tam-
bin con el rio de Esmeraldas, en que se confunde. Apesar de que antes
he elogiado el Tiaone como el rio mas cultivado y poblado,, no puedo negar
que para el'naturalista tiene'muy poco inters. La vejetacion natural y
primitiva, que tiene tantos atractivos para el botnico, se ha destruido en
gran parte, y con ella empobreci la zoologa. En el curso superior, en
donde la vejetacion primitiva se ha conservado, es sumamente montona, y
las pequeas pero innumerables vueltas del rio muy encajonado, cansan la
vista con una perspectiva limitada y siempre igual.
Enfrente de la boca del Tiaone se ensancha considerablemente el cauce
del rio de Esmeraldas, despus de haber dado su ltima vuelta grande, en
cuyo recodo se halla el Pueblo viejn la antigua villa de Esmeraldas en
una posicin muy pintoresca, pero segn se dice, menos ventilada y por esto
menos sana que la de la. poblacin nueva (hoy ha quedado reducido al
estado de un sitio insignificante). Esta parte ancha del rio, en la extensin
de dos leguas tierra adentro, podemos llamar su estuario, y est lleno de
islas, de las que algunas son bastante grandes y en parte cultivadas. El
rio de Esmeraldas no tiene un delta en su desembocadura y cae con una
gran rapidez y fuerza la mar, de suerte que las fluctuaciones regulares
de esta, sea las mareas, se hacen casi imperceptibles en su booa, y no
suben mas que media legua. A la navegacin por vapor se opondran
aqu dificultades invencibles, y con harta dificultad suben las embarcaciones
mayores hasta la capital de la provincia, aunque dista menos de media legua
de la boca del rio.
Con esto parece que queda dilucidado suficientemente el sistema fluvial
del Esmeraldas y tambin el sistema de montaas que est relacionado con
l. Para concluir este prrafo con una consideracin general, dir que es
un fenmeno muy singular interesante para el gegrafo y gelogo, el que
los grandes ros que forman este sistema, saber el Guallabamba y el
Blanco, al pi de la Cordillera grande entran en llanuras muy eoctensas, que
llevan casi los mismos caracteres que las llanuras litorales, para recorrer
en seguida otra regin montaosa hasta la costa del mar. No conozco otro
ejemplo en la Eepblica, de que se hallaran llanuras tan explayadas y tan
LA BBGION OCCIDENTAL. 173
bajas tanta distancia de la costa y separadas de las llanuras martimas
por un sistema de montaas altas, cuales son las que acompaan el curso
del Esmeraldas. Todos los dems rios grandes del pais, que bajan de la
Cordillera occidental de los Andes al Pacfico, efectan su descenso de tal
modo, que despus de haber salido de las montaas, que se abaten en sus
orillas por gradacin, entran directamente en las llanuras bajas, que los
acompaan hasta su desembocadura, sin tener necesidad de romper otro
sistema de montaas. As lo observamos en el rio Mira, en el Santiago, en
los rios que forman el sistema del Guayas (Daule, Bodegas y Yaguachi), en
el de Naranjal, en el Jubones y el de Tmbez. Sorprendido se siente en
efecto el viajero, que sube por el rio Esmeraldas, cuando derepente, despus
de haber pasado la boca del Quinind, se abre su vista un horizonte in-
menso y una llanura casi ilimitada, porque antes hubiera esperado que los
cerros, que le haban acompaado abajo, se alzaran mas y mas, y que esta-
ran en comunicacin directa con los de la Cordillera de los Andes. Mas
grande debera ser la sorpresa para el que bajara la primera vez por el rio
Blanco, y que despus de haber cruzado la gran llanura, tomndola por una
seal de la cercana del mar, viera levantarse de Tepente las altas montaas
de Canind y las del lado opuesto, que parecen cerrar completamente la
gran cuenca, de manera que al principio no se divisa la abra que d paso
al rio Esmeraldas. Para las partes medias de esa llanura, en donde se halla
mejor pronunciada, es decir entre los rios Ccola y Chamba, result de las
observaciones baromtricas la altura de 70 metros sobre el mar. De ah se
divisan e&MEas despejados muy bien. las cspides del Pichincha y otros
picos altos de la Cordillera.
El sistema del rio Santiago.
Una mirada sobre el mapa nos manifestar la gran diferencia que hay
entre este sistema y el del rio Esmeraldas. Este ltimo podemos comparar
con un rbol corpulento, cuyo tronco se levanta una gran altura antes de
dividirse en los ramos, que forman su anchurosa copa, mientras que el rio
Santiago se asemeja un arbusto, que desde sus raices se parte en cuatro
cinco ramos de igual grueso. Ademas, el segundo tiene un delta espa-
cioso, que falta al primero.
El sistema del Santiago se compone de cuatro rios caudalosos impor-
tantes, con numerossimos tributarios menores, saber de los rios Bogot,
Cachab, Santiago y Cayapas. Los dos primeros se renen con el- tercero*'
cerca del pueblo de La Concepcin, la distancia de seis leguas (en linea
recta) de la costa del mar, y el ltimo, el mas grande de todos, unas 2 le-
guas mas abajo, donde principia el delta del Santiago.
El rio Santiago y el Cayapas forman en su confluencia, un ngulo recto,
W4' TOPOGRAFIA. , CAPITULO i n .

viniendo el primero del Este y el segundo del Sur; y esta ltima direccin
de S N y NO siguen los brazos del delta, desembocando el principal de
ellos, que conserva el nombre de_ Santiago, cerca del pueblo d La Tola,
y enlazndose los dems con los esteros de La Poza y del Pailn mas al
Norte. Las islas isletas que por los aluviones del rio se han formado
entre los esteros, y que siguen formndose en ellos diariamente, son nume-
rosas, pero la mas grande y mas poblada es la de La Tola con los sitios
de Buena vista, La Poza y Limones,. Desde la desembocadura del Caya-
pas hasta la mar el rio recibe todava algunos afluentes del lado suroeste,
entre ellos el rio Tigre, el Garrapata, y finalmente el de la Vaquera en el
sitio de este nombre, casi en la playa de la mar.
Los esteros de ste delta son anchos, profundos y muy mansos, siendo
casi el nico movimiento de las aguas, que se percibe, el que ocasionan las
alternativas de la marea. El brazo principal, sobre todo, presenta un aspecto
majestuoso y se prestaria la navegacin con pequeos vapores, no menos
que el rio Guayas. La vejetacion que cie la ria y las islas, es lindsima:
aqu no existe aquella monotona de los manglares, que en otras partes, por
ejemplo en una gran parte en lo inferior del,Guayas, muy pronto cansa la
vista; los sombros rboles del Sapotillo con sus grandes y.aromticas flores,
muchas trepadoras y-enredaderas, los bambudales y ante todo los grupos
.de una pequea y graciossima palma (del gnero Euterpe) llamada Pal-
micha, que parece ser propia a esasllanuras bajas, forman las partes mas
vistosas de estos bosques casi impenetrables.-
Conozcamos en primer lugar c rio'de Cayapas, subiendo desde la de-
sembocadura hacia su origen. Es el rio mas oaudaloso, mas manso y mas
favorable la navegacin por vapor y naturalmente: tambin, por. botes y
canoas. Hasta mas arriba del pueblo de Cayapas conserva casi 1 mismo
ancho, que tiene en su desembocadura, es decir entre 100 y 150 metros
aproximadamente, y una profundidad considerable. La marea. sube hasta el
rio Herradura (un dia y medio de viaje en canoa, desde La Tola), y "sola-
mente mas arriba de la boca del rio de Sapayo grande se encuentran algunos
puntos algo correntsos, los cuales, sinembargo, no ofrecen. grandes dificul-
tades los diestros bogas indgenas, de manera que se sube en tres das
con comodidad hasta las: ltimas y mas retiradas habitaciones d.e,los; indios,
que se hallan una legua arriba de la boca del rio Barbudo. Pero desde este
|hinto la navegacin se hace mas difcil y peligrosa y muy pronto imposible,;
porque el rio viene precipitndose por saltos y cascadas entre tajados peas-
cos, que forman angosturas pavorosas y quebradas oscuras. Es decir,-que;
aqu hemos llegado los pies d los ramales laterales de los Andes. .
Para enumerar' los tributarios principales del rio Cayapas, volvamos
LA B(E&IOf OCCIDENTAL, 175
su 4esembocadura. Media legua arriba d ella recibe del lado Oeste el rio
Pagota, cuyas cabeceras se hallan cerca de las de los rios litorales de La-
garto y Lagartillo. En sus orillas se ven las ltimas chacras de los blancos
y mestizos. Media'legua (en lnea recta) mas adelante ya encontramos las
primeras casas de los indios Cayapas en la desembocadura del rio Ornle,
que es el mas importante de los que engruesan el de Cayapas de su lado
izquierdo. En la confluencia de los dos; rios es difcil decir la primera
vista, cual de ellos lleve mas agua, porque son casi del mismo ancho y la
corriente es~ tan imperceptible, que parecen.aguas de un lago y no.de un
rio. Todo el Onzole est muy poblado de indios, y se puede ..subirlo en
canoas palanqueando unos 6 8dias. Sus tributarios principales del lado
izquierdo son: Ancha-yaca, Tangar, Iscuand chico, Iscuand grande, Zan-
cudo, Gualjpicito, Gualjpi grande; y del lado derecho los rios de Agua clara
y de Pamhil, el primero un poco abajo, y el segundo algo arriba del Gualpi.
Su nacimiento tiene el Onzole en un terreno pantanoso en las cercanas de
la Laguna de Sade, en las alturas que separan el sistema fluvial del rio Es-
meraldas, de este del Santiago.''Varias, personas conocedoras.de sas selvas:
me han asegurado, que la laguna de Sade no. desagua por el rio Sade al
de Esmeraldas, como suponen los mapas antiguos, sino por el Onzole al lado
opuesto. <12)
Saliendo de la boca del Onzole se llega despus de tres vueltas al pueblo
de Espritu Santo de Cayapas, es decir un grupo de veinte casas aban-
donadas*), en la orilla izquierda del rio; y un poco mas arriba viene del
mismo lado el no Chivatlo, que est en comunicacin con el. Onzole y d
una prueba do la perfecta llanura del terreno. De ahi el rio Cayapas forma
un gran arco hacia el Este, en cuyo. pice recibe el primer tributario de
consideracin de este lado derecho, saber el rio Herradura, En el punto
en que vuelve k tomar su primera y ordinaria direccin, se le incorpora por
la izquierda el rio Camarones, navegable un dia hacia arriba.
Hasta este punto toda la regin, desde la Tola, es una llanura perfecta,
en, que no se divisa la menor elevacin; las orillas del rio tienen uno tres.
metros de altura (segn la marea es alta; baja) y se componen de capas
horizontales de una arcilla rojiza amarilla, que est, cubierta de una; capa
negra de tierra vejetal, que manifiesta una feracidad prodijiosa. Pero desde
el rio Camarones, un poco antes comienza el terreno elevarse,en formas
muy suaves y moderadas; las riberas son mas altas, yeces tajadas *

*) stas casas sirven de habitacin solamente durante las fiestas de los indios, unos
pocos dias cada ao; durante todo el resto-del ao el pueblo queda abandonado,- y las
familias viven esparcidas por los bosques las orillas de los rios.
176 TOPOGBAFIA. CAPITULO III.

verticalmente, y se componen abajo de areniscas y conglomeratos. El paisse


cubre de colinas de 30 70 metros de altura; la vejetacion, en que las pal-
mas de diferentes especies se distinguen en primer lugar, es la mas hermosa
que puede imaginarse, los corpulentos y sombrosos Chiperos forman con
sus ramos pendientes lo largo de ambas orillas unas bvedas frescas y
tan altas, que las canoas trafican con facilidad debajo de ellas. De vez en
cuando se encuentra una casa de indios, rodeada de platanales, y sus habi-
tantes, casi desnudos, echados delante de ella, gozando del dolce far niente.
Todo el rio presenta cada rato las vistas y escenas mas pintorescas y
riega un verdadero paraso.
Otra circunstancia hay que notar aqu, aunque sea de paso, porque mas
tarde volver hablar de ella, saber, que el rio de Cayapas y sus tribu-
tarios comienzan ser aurferos, en donde empieza la regin montaosa. Asi
lo es, por ejemplo, el primer rio que encontramos arriba del Camarones al
lado derecho y que se llama Sapayito. Es navegable hasta cerca de su
nacimiento de tres ros pequeos, de donde conduce un camino por tierra
al rio Santiago. Sigue el pequeo rio Tlemb inmediatamente el mas con-
siderable de Sapayo grande con buenos lavaderos, ambos del lado derecho.
Al izquierdo merece una mencin el rio Mafa por ser rico en oro, y el Bio
grande por ser uno de los mas caudalosos. Este ltimo se parece mucho
al Onzole y es igualmente muy poblado de indios, se puede subirlo en ca-
noas unos cinco dias hacia sus cabeceras, que tiene en las alturas que se-
paran el rio de Guallabamba del sistema que es objeto de nuestra actual
consideracin. Media legua arriba de la boca del Eio grande se halla sobre
la orilla derecha del Cayapas el segundo pueblecito de indios (seis casas
abandonadas) que se llama San Miguel de Cayapas; y finalmente, despus
de dos vueltas encontramos el rio Barbudo, ltimo tributario del Cayapas
que recibe dentro de los limites de la provincia de Esmeraldas. Por este
rio Barbudo se llega en un dia al llamado Salteadero, de donde principia un
camino malo de pi (traficado solamente por los indios) el cual, cruzando
al rio Santiago, conduce los pramos de Pifian, y respectivamente Ibarra.
El origen del rio Cayapas se halla en la Cordillera de su nombre y en
la de Toisan, entre el rio de Intac y el de Santiago; pero su curso superior
es casi desconocido, como tambin el de sus tributarios, del Barbudo y del
rio Grande.
Como he dicho arriba, el rio de Cayapas sale estrepitoso y por saltos
de una abra al pi de la Cordillera, pero ya antes de llegar al pueblo de San
Miguel, es manso, en consecuencia de la poqusima caida, que tiene su lecho
de ah hasta la desembocadura. En efecto, la diferencia del estado baro-
mtrico que he observado en La Tola y en San Miguel, es tan insignificante,
L A BEGION OCCIDENTAL. 177
que por el clculo no resultan mas que 27 metros de elevacin para este
ltimo pueblo. A causa de las innumerables y veces muy largas vueltas
y revueltas, que el rio describe por todo su curso, las distancias de un lugar
al otro, calculndolas segn el tiempo de la navegacin, parecen mucho mas
grandes de lo que son en realidad reducidas lineas rectas. As el pueblo
inferior de Cayapas no dista mas de 5 leguas, y San Miguel unas 9 leguas
de La Tola.
Un carcter bastante distinto lleva l rio de Santiago. Es correntoso
por casi todo su curso, y lleno de saltos, ora muy angosto y hondo, ora
sumamente ancho y lleno de islotes cascajosos; sus orillas son comunmente
escarpadas y en muchos lugares inaccesibles; arriba de La Concepcin no
es navegable sino por canoas pequeas, y la navegacin no carece de peli-
gros, lo menos en la estacin lluviosa.
Desde la boca del rio Cayapas se sube en direccin al Este hasta l
pueblo de La Concepcin. En este trecho (2 leguas en lnea recta) el rio es
todava muy ancho, hondo y bastante manso; la marea sube hasta muy cerca
del pueblo mencionado, es decir hasta la desembocadura del rio Bogot, y
hasta este mismo punto mi parecer el rio Santiago seria navegable por
pequeos vapores. La Concepcin ocupa una posicin muy singular, pero
pintoresca en una colina tendida entre el Bogot y el Santiago. Keservn-
donos la descripcin del primero para despus, sigamos el curso del segundo.
Las vueltas del rio Santiago son muy grandes y caprichosas, siendo su
rumbo general desde La Concepcin hasta el sitio de La Angostura al Sur,
en seguida hasta Playa de oro al Este, y en adelante al Sureste. El curso
superior del Santiago es todava desconocido. Dos leguas arriba de Playa
de oro, cerca del sitio de Angostura (superior*), sale espumando de una
quebrada oscura, cuyas paredes perpendiculares tendrn cien metros de al-
tura, y atrs de esta puerta inaccesible se levantan poca distancia y
entrambos lados del valle unos cerros altos (los calculo en 600 800 metros),
sin duda los ramales de la gran Cordillera occidental de los Andes. Ni por
agua ni por tierra se puede seguir el cauce del rio hacia mas arriba, y los
indios Cayapas, que viven en sus orillas superiores, trafican y comunican
con las dems familias de su tribu por tierra y por los rios Sapayo grande
y Barbudo; nunca bajan por el rio Santiago, que en sus partes medias
inferiores es habitado exclusivamente de la raza negra.
Los tributarios, que. el Santiago recibe en todo su curso conocido hasta-
La Concepcin, son insignificantes, excepto el rio VimU, que desemboca un

*) Hay dos rios y dos sitios de este nombre, uno mas abajo y otro mas arriba del
pueblo de Playa de oro..
WOLF, Ecuador. 12
178 TOPOGRAFIA. ' CAPTULO III.

cuarto de legua arriba del dicho pueblo en el lado derecho del rio principal.
Es navegable hasta el pueblo de Uimb, y los bancos de cascajo, que com-
ponen sus orillas, son aurferos, como todo el terreno lo largo del rio San-
tiago. De Uimb hay un camino por tierra al pueblo de Playa de oro, que
no dista mas de dos leguas.
El rio de Cachab, que una media legua al Norte de La Concepcin se
rene con el de Bogot, para incorporarse junto con l al rio de Santiago,
participa bajo mucho respect de la naturaleza de este ltimo, porque es
igualmente correntoso, lleno de escollos y peligroso la navegacin, que
solamente se practica en pequeas canoas. Algunas veces es tan seco, que
se debe arrastrar las canoas por grandes trechos por las playas de arena y
cascajo, otras veces el cauce no cabe las aguas que vienen con una rapidez
y fuerza extraordinaria, que impide todo trfico. Tal vez no existe en la
provincia de Esmeraldas otro rio de tan malas condiciones para la nave-
gacin.
Las colinas que acompaan el Cachab ambos lados hasta el pueblo
del mismo nombre, y probablemente hasta muy cerca de su origen, son
bajas, y en ningn lugar parecen exceder la altura de 60 metros. Nace en
las montaas entre el rio Santiago y el rio Lita (tributario del Mira), al pi
de la Cordillera alta de Lachas, y sigue en su curso sumamente tortuoso la
direccin general de SE NO. Los tributarios que recibe de la derecha
izquierda, son numerosos, pero de poca importancia; los principales se en-
cuentran indicados en el mapa. Todo el rio es aurfero. Del pueblo de
Cachab parte un camino de pi la provincia de.Imbabura, que sigue
desde la desembocadura del rio Lita en el Mira, las orillas de este ltimo,
y es en la actualidad el mas traficado entre la costa setentrional de la Ee-
pblica y la sierra. El pueblo de Cachab sobre la orilla derecha del rio
consta de una capilla y 4 casas abandonadas; toda la poblacin (exclusiva-
mente negra) vive esparcida en las orillas inferiores, y el sitio mas poblado
es el de San Jos, una legua abajo del llamado pueblo.
Si el rio de Cachab he comparado con el de Santiago, con la mismf
razn puedo decir, que l rio de Bogot se parece en mucho al de Cayapas.
Pues, el Bogot, serpeando por una regin completamente baja y llana, es
muy manso, de una profundidad suficiente igual hasta muy arriba, casi
hasta la confluencia del rio Tululbi: condiciones que favorecen la nave-
gacin en canoas, botes y aun en lanchas mayores.
Las cabeceras del rio Bogot se hallan en la cercana de las del rio
Mataje, en las selvas que se extienden hacia el rio Mira en la frontera de
la Repblica, Corre del Este al Oeste hasta el sitio de Carondelet, recibiendo
en este trecho algunos tributarios de poca monta, como el Guanudal, el
LA REGIN OCCIDENTAL. 179

Papayal y el Carainito. A poca distancia de Carondelet. se engruesa con


l rio TululU, que le trae del Norte un caudal de agua tal vez mas con-
siderable que el propio. Y d este punto de confluencia, que se llama Boca
de Carn, cambia el Bogot su curso al Suroeste y despus al Sur, hasta
La Concepcin, en donde desemboca en el Santiago, despus de haberse
unido un poco antes con el Cachab. -^ El Tululb es navegable hasta mas
arriba del cerro de la Campana, en donde recibe el rio Palahi. El dicho
cerro, que se levanta l orilla derecha del rio, apenas merece el nombre
de colina, pues no tendr mas de 40 50 metros de altura, y en cualquiera
regin montaosa no llamara la atencin, pero en un pais tan completa-
mente llano es un fenmeno curioso. Por lo dems se compone de la misma
arenisca blanda, que suele formar los bancos inferiores en las orillas de los
ros. El Bogot lleva oro solamente en su curso superior, desde la Boca
de Carn. . . . * '
Las montaas del sistema fluvial del Santiago son, como en varias oca-
siones he dicho, generalmente bajas, y solamente hacia el pi de la serrana
se levantan alturas mas considerables. Estos cerros son como las ante-
gradas de la Cordillera occidental, mas bien de los grandes ramales late-
rales de ella (Cordillera de Toisan, de Cayapas, de Lachas), que se dirigen
de Sureste Noroeste. Los ros-que nacen en las. faldas superiores dla
Cordillera grande, como el Santiago y el Cayapas, tienen que seguir forzosa-
mente aquel mismo rumb-general, encaados en los profundos valles entre
los dichos ramales. Pero poco despus de entrar en la provincia de Esme-
raldas, donde las proyecciones de la Cordillera se rebajan rpidamente, se
pierde aquel paralelismo y rumbo pronunciado de los ros y montaas, for-
mando ests como aquellos una Td bastante irregular.
As como en la regin. superior los rios son condicionados por las mon-
taas, en la inferior, al reves r las ^montaas se acomodan en su rumbo, en
sus ramificaciones y dems, condiciones los cursos de los rios, y aun su
origen lo deben ellos, es decir, la eroision de las aguas que excavaron
los valles en un terreno antiguamente casi llano. Las colnas encadena-
das (no merecen el nombre de cordilleras), que forman las lineas divisorias
entre los valles del Cachabi, del Santiago, del Cayapas y entre los de los
tributarios principales, se presentan en todas partes, casi de la misma altura
y muy iguales; no hay cadenas puntos aislados que sobresalgan pre-
dominen, los .dems. La elevacin relativa de todas, esas alturas, quiero
decir, sbrelos rios de su vecindad,, se sostiene por lo .regulan entre los
lmites de 30 60 metros, siendo,naturalmente la elevacin absoluta, sobre,
el nivel del mar, mas grande hacia el pi de. los Andes, que hacia las
llanuras martimas. Las. formas: exteriores . de las'colinas son suaves y
12*
180 TOP0GBAFIA. CAPTULO III.

redondeadas; solamente lo largo de los rios se encuentran laderas, escar-


padas y aun peascos verticales, en donde el agua tuvo que cortar ns
capas de terrenos mas duros. Mi modo de mirar esas montaas, solamente
como resultado de la erosin de las aguas en un terreno antiguamente casi
plano y suavemente inclinado, desde el pi de los Andes hacia las llanuras
martimas, se funda esencialmente en su constitucin geolgica.

Pocas palabras debo agregar sobre el rio Mira inferior, que forma el
lindero con la Kepblica de Colombia. Hemos estudiado en otra seccin su
sistema superior hasta la desembocadura del rio Lita y la del rio de San
Juan. Desde la ltima se inclina mas y mas al Oeste, aunque sea por
vueltas irregulares, hasta tomar finalmente, desde la boca del rio Guisa
Cuaiquer (del lado colombiano) el rumbo bastante recto de B O. la
distancia de algunas leguas del mar comienza formar un espacioso delta
mediante varios brazos, cuyo mas recto sale la Punta Mangles, mientras
que otros se dirigen al N la baha de Tumbaco, y otros al S la ense-
nada de Pianguapi. Los tributarios, que el rio Mira recibe desde la boca
del Lita del lado ecuatoriano, son pequeos y se derivan de las llanuras,
en que nacen tambin los rios de Bogot, Tululb y Mataje. Tales son el
Cuchab, el Cancha-yacu, el Canumb y el Puesjpues.

Ahora tenemos que regresar por la costa, desde la boca del Mira hasta
la del Esmeraldas, para conocer los pequeos r i o s litorales de esta regin,
que desembocan directamente en la mar, y son independientes de los gran-
des sistemas, que acabamos de describir. Por cortos que sean estos rios,
no obstante son casi todos. navegables por canoas en su tercio inferior, al-
gunos favor de la marea, que sube en las desembocaduras, otros porque
llevan aguas casi estancadas y dormidas. Muy pocos se precipitan tan cor-
rentosos la mar, que imposibiliten del todo la navegacin.
Desde la boca del rio Santiago se extienden las llanuras martimas muy
anchas hasta' la del rio Mira, y en esta regin baja y cubierta en gran parte
d manglares, se ha formado aquel laberinto de esteros, que debemos con-
siderar como una especie de delta. Varios ros, que recojen sus aguas en
aquellas mismas llanuras, desembocan en esos brazos del mar. El mas con-
siderable, y mas largo de ellos es el rio Mataje, que se desagua en la en-
senada de Pianguapi. Despus siguen hacia el Sur los rios Carao, Molina,
JPnadero, San Antonio y San Loremo, perdindose este ltimo en el gran
estero del Pailn al lado del pueblo de San Lorenzo.
: [ Al Sur del pueblo de La Tola, qu est situado al lado meridional de
la boca del rio Santiago, se extiende la llanura todava por unas tres leguas
LA EBGION OCCIDENTAL. 181
entre la playa del mar y el rio Pagota (tributario del Cayapas) basta el
ro Vainillita. El centro de esta gran llanura es muy pantanoso y se con-
vierte en invierno en un verdadero lago, habitado por millares de aves acu^
ticas y palustres. Difcil es conjeturar, por qu estos pantanos los habi-
tantes hayan dado el nombre de La Ciudad-. De ellos nace l rio Maja-
gual, y es muy probable que los dos pequeos que siguen media legua mas
adelante, l rio Molina y l Bompido, traigan su origen de unas ramifica-
ciones de aquel mismo pantano.
Tres leguas al Sur de La Tola observamos un cambio pronunciado en
la costa del mar. Su direccin, que hasta aqu era de NE . SO, se con-
vierte derepente en la de E O, y esta se conserva hasta Rio Verde. En
este mismo ngulo entrante que forma la costa, comienza el terreno levan-
tarse, al principio en ondulaciones muy suaves, y luego en colinas mas altas.
Se puede decir, que desde este punto hasta el Cabo de San Francisco toda
la costa en la extensin de casi 25 leguas est formada de una sola escarpa
largusima interrumpida solamente por las angostas abras y barrancas de
los rios. Entre esta escarpa y el mar se tiende la playa de arena, que sirve
de camino durante la marea baja; veces es muy angosta y en muchos
puntos falta por completo, embistiendo entonces las oleadas directamente
contraa muralla de peascos, y lanzando la espuma alturas .considerables.
La elevacin de este primer talud escarpado vara entre 20 y 100 metros^
y por detras de l siguen las bajas montaas la tierra, adentro, levantndose
rara vez alturas mas grandes que las que acabo de indicar. Los rios y
riachuelos, que nacen en este terreno la distancia de dos cuatro leguas
de la costa, han excavado valles angostos, y aqu se puede observar de
nuevo, que la erosin de las aguas ha desnivelado un terreno, que antigua-
mente ha sido mas igual y mas llano, formando una especie de meseta sobre
la mar. Los pequeos rios, que contribuyen de dicho, modo la formacin
de un terreno quebrado, se siguen del Norte al Sur en este orden: rio de
VainiUita, de Vainillas, de Lagartlo, de Lagarto, de Ostiones, de Mates. Entre
los de Lagartlo y Lagarto se levanta un cerro bastante alto, distante legua
y media de la mar, cuyo nombre no pude averiguar.
Despus de cruzar el rio de Mates y de doblar la Punta Verde por un
camino malsimo, encontramos una pequea ensenada que representa la boca
del ro Verde. Este es el rio mas importante de los litorales entre, B ! Es-
meraldas y el Santiago. Solamente cerca de la desembocadura es ancho y
manso; ya dos leguas mas arriba su curso comienza ser correotoso y as
sigue hasta su origen, aunque se puede subir en canoas con alguna dificul-
tad y palanqueando unos dos dias, sin adelantar mucho en este tiempo,
causa de las muchsimas y largas vueltas. Yo pude subir solamente la
182 TOPOGEAPIA. CAPTULO III.

distancia de unas cuatro leguas (en linea recta) de la costa, y hasta ah


todos los afluentes de ambos lados son pequeos; mas arriba el rio recibe,
segn mis averiguaciones, algunos mas grandes, acercndose los de la de-
recha a l r i o Onzole y los de la izquierda l Esmeraldas. Estos ltimos no
pueden ser muy largos, pues del rio Verde superior se cruza en un dia por
tierra al Esmeraldas. Las hoyas de ambos corren casi paralelas y estn
separadas solamente por la cordillera longitudinal, que comienza con las
montaas de Sade y termina en la Punta de Esmeraldas. La regin en
que nace el rio Verde, pertenece las mas desconocidas de la provincia.
Algunos me han asegurado, que este rio toma su origen cerca del Gualla-
bamba, y esto no puede ser, pues as debera' cruzar los rios de Sade y de
Canind. Creo que las cabeceras del Sade, las del Onzole y la laguna de
Sade ocupan en mi mapa aproximadamente su verdadera posicin, y as las
cabeceras del rio Verde han de buscarse al Noroeste de la laguna de Sade,
entre el Onzole y e l Esmeraldas, mas menos en el mismo lugar que les
he designado en el mapa. El pueblo de Rio Verde se halla al lado seten-
trional de la boca del rio.
Desde la Punta Verde hasta la de Esmeraldas el rumbo de la costa
declina al Suroeste, sin cambiar su carcter fsico. Los pequeos ros lito-
rales, que desembocan en este trecho, son los de Cabuyal, de Colope y de
Camarones: ; ' '

Al concluir l a ' descripcin hidro- y orogrfica del Ecuador occidental,


podemos resumirla en pocas palabras, diciendo, que es un pais dotado de
todas las condiciones favorables, que se puede desear en las regiones inter-
tropicales. Llanuras fertilizadas por los aluviones de los TOS/, y montaas
de moderada elevacin; costas secas de un clima excelente, y selvas hme-
das con una majestuosa vegetacin; pampas inmensas con pasto natural
para la ganadera, y terrenos de pan sembrar en abundancia para los mas
nobles productos de la agricultura tropical; y todo el pas cruzado por un
soberbio sistema hidrogrfico, navegable hasta en sus venas mas pequeas.
todo esto sobreviene un clima relativamente sano, como lo demostrar en
su lugar. Sin la menor exageracin se puede afirmar, que el Ecuador
occidental es el pais mas favorecido por la naturaleza, en toda la costa
pacfica de l a Amrica del Sur.
Captulo IV.
Bosquejo hidrogrfico de la regin oriental.
Hasta aqu las descripciones se fundaron esencialmente en mis propias
observaciones y estudios; en este captulo debo limitarme un resumen de
trabajos ajenos y en gran parte antiguos: /(relata refero !j> Vase lo que he
dicho sobre esta parte de mi mapa en la pgina 3.
El estudio de la regin amaznica debe principar con l del rio Ma-
raon Amazonas mismo.*) -^ Donde bajo el grado 6 de Lat. S cruza
el lindero del antiguo remo de Quito, tiene el curso de SSE NNO, hasta
enfrente de Jan (nuevo) bajo 5 36' Lat S. En este trecho recibe del lado
oeste el rio de Huancabamba Chamaya. En seguida hace un codo y sigue
el rumbo al NE. En dicho codo, al lado del pueblo de Bellavista, el nivel
del rio tiene-441 metros sobre el nivel del mar. 2 Va leguas abajo de Bella-
vista se le incorpora de la derecha el rio de Utcubamba, y solo media legua
mas adelante, de la izquierda, el poderoso Chinchipe**), bajando el Maraon
en el espacio de 3leguas 80 metros, lo que da una idea dla gran rapidez
impetuosidad en su curso superior. Esta se manifiesta tambin por una
serie de saltos y correntads, que se siguen desde la boca del Chinchipe
hasta Borja, abajo de la boca del rio Santiago. .Las correntads-se hallan
encajonadas entre los altos barrancos y cerros de las orillas, que estrechan
el cauce del rio, de manera, que se forman la vez verdaderas angosturas
y estrechos, que en la lengua del pais se llamndolos,/ El primer Fongo
y el mas largo es el de Retena ( Bentema, segn algunos), que se en-
cuentra despus de haber pasado la boca del Chinchipe... Nadie se haba

*) Muchos distinguen entre Maraon y Amazonas, dando el primer nombr al ri


en su curso superior hasta la boca del rio Huallaga, y reservando el segundo al curso
medio inferior desde el Huallaga hasta Para.
**) Respecto las posiciones astronmicas de los lugares principales, que conoceremos
lo largo del Maraon y .Amazonas, me refiero las Anotaciones, y .Suplementos
Nmero 5h.
184 TOPOGEAFIA. CAPTUiO IT.

atrevido pasar en canoa balsa este pongo, ni los que siguen hasta la
boca del rio Chuchunga ( Imasa), hasta el ao de 1870, en que el atrevido
ingeniero A. Wertheman con pocos compaeros se propuso y realiz con
felicidad, aunque con gran peligro de su vida, la exploracin de todos los
pongos del alto Maraon.*) Todo el trecho del Maraon comprendido entre
el Pongo de Retema y la desembocadura del rio Chuchunga, cuya distancia
mide 35 millas, no forma sino un solo Pongo con 38 saltos malos pasos,
de los que algunos son formados por grandes peas caidas de los cerros,
otros por el curso anguloso del rio, y los tres ltimos por verdaderas cas-
cadas. La diferencia hipsomtrica entre la boca del Utcubamba y la del
Chuchunga es de 124 metros. ft<En este trecho del rio iban los atrevidos
expedicionarios de menor a mayor peligro; veces arrastrados con espan-
tosa velocidad, otras veces retenidos como en una trampa por los remolinos,
haciendo los mas inauditos esfuerzos para salir, tambin arrojados contra
las peas con tal fuerza, que solo la gran solidez de las balsas los pudo
salvar.
Despus de una larga serie de peligrosos malos pasos, sin un solo
momento para retemplar el entusiasmo, que los haba dirigido tan teme-,
raria empresa, llegaron los expedicionarios una parte del rio, adonde la
corriente era muy suave; pero esta engaosa mansedumbre era la del len
dormido, y que pocos instantes despus despierta dando un feroz rugido;
as nuestros valerosos expedicionarios, un minuto despus, en medio de la
corriente relativamente tranquila, oian el ruido producido por el agua, que
se precipitaba como por una cascada. La corriente poco poco aumenta;
la estrecha garganta por la que corre el rio, se angosta mas y mas, tomando
el aspecto de una inmensa y profunda rajadura de 30 metros de ancho, cuyas
paredes verticales amenazan derrumbarse; el ruido del agua, medida que
se adelanta, se convierte en horrible estruendo; el rio todo de golpe desa-
parece de la vista, y derepente se encuentran las balsas en el borde de un
precipicio, del fondo del cual se levanta un denso vapor debido al agua pul-
verizada con el choque de esta en su cada; vapor que ocultando el peligro,
lo hace aparecer mas grande. Por fin, toda la masa de agua de este gran
rio, corriendo vertiginosamente, se precipita en una cascada de 4 5 metros
de altura; pero por su misma espantosa velocidad, forma al caer como una
gran curva, y la balsa que lleva el arrojado explorador, es lanzada por la
fuerza centrifuga tangencial, y cae felizmente de plano al pi de la cascada.
As puede decirse, que la estremada oorriente del agua fu su sal-

*) Yase la descripcin de esta expedicin memorable en Eaimondi, Per, IH,


pg. 415-425.
IiA E E G I O N OBTENTAL. 185
vaoion; pues si esta corriente no fuese tan fuerte, la balsa habra seguido
el movimiento del agua y hubiera caido de punta, ocasionando un seguro
naufragio; de esto se deduce, que el mejor modo de salvar este paso tan
peligroso, es el de dirigir la balsa precisamente al medio de la corriente,
donde esta es mas impetuosa. Desgraciado el que creyendo disminuir el
peligro, quisiese tomar la orilla; pues, de seguro caera en uno de los remo-
linos, que se forman al pi de la cascada en ambos lados; remolinos, que
con un espantoso movimiento giratorio se abren como un embudo, listos
para tragar la vctima, que cae en sus cercanas.
Al llegar abajo, como el agua cae perpendicularmente, pierde toda su
velocidad en el sentido de la corriente; de modo, que la balsa qued casi
un minuto en medio de un horrible oleaje, que amenazaba arrastrar los
bogas, los que por intervalos desaparecan debajo del agua.
Esta terrible cascada es conocida por los infieles con el nombre de
Mayasi, y es seguida por otras dos menos peligrosas, las que pas el Seor
Wertheman con toda felicidad. (Raimondi 1. c.)
La serie de pasos peligrosos acaba cerca de la Quebrada de Huayashanga,
que desemboca del lado izquierdo. Desde este punto los cerros, que acom-
paan las orillas, se hacen mas bajos, el rio se ensancha, y luego sigue un
terreno llano, formado por el valle del rio Chuchunga. Aqu es donde se
embarc M. de La Oondamine en el siglo pasado. Hasta el Pongo del
Manseriche el terreno en general es bastante llano y solo de vez en cuando
se adelantan pequeos cordones de colinas hacia el rio, formando unos Pongos
relativamente poco peligrosos, que son los que ha descrito M. de La Con-
damine.*)
Dos leguas abajo de la boca de Chuchunga se pasa el Tongo de OumU-
nam de tah, que es formado por una pea flor de agua, que reduce
el ancho del rio la mitad, esto es 40 metros. Cuatro leguas mas abajo,
y pasada la boca del rio Choropasa, se encuentra el gran Bemolino de Es-
currebraga, que los indgenas llaman Hauquichaqui. Desde aqu los cerros
se aproximan de nuevo al rio, y unas 2 leguas mas adelante estrechan su
cauce 55 metros, formando el Pongo de Guaracayo. Este ltimo, as como
los de Cumbinam y de Escurrebraga, parecen casi insignificantes, compa-
rados con los peligrosos Pongos de Retema y Mayas. Pasada la an-
gostura de Guaracayo, los cerros poco poco desaparecen, y se entra en
una inmensa pampa, que parece la vista ser limitada por el horizonte. En

*) La descripcin interesantsima se halla en el Extracto del Diario de observa-


ciones hechas en el viaje de la provincia de Quito al Para por el rio de las Amazonas etc.
por Mr, de La Condamine (Amsterdam 1745), pg. 1524,
186 TOPOGRAFIA. CAPITULO IV.

el rio se hallan diseminadas un sinnmero de islas, que lo dividen en much-


simos brazos; la corriente ya no pasa de 3 millas, y las mrgenes son bajas
y cubiertas de bosques impenetrables.
El rio Marafon habia seguido desde la boca del Chinchipe el rumbo
general al NE, si abstraimos de un codo muy largo, que hace al N entre
los Pongos de Eetema y la cascada de Mayas; pero pasado el Pongo de
Guaraeayo, se dirige al NEE hasta las cercanas de la boca del rio San-
tiago, y en seguida, pasando por el Pongo del Mnseriche, se inclina tanto
al oriente, que podemos sealar su rumbo con O-E.
El Tonga de Mnseriche es la puerta del alto Maraon, muy mentada
en las geografas antiguas y modernas. Se halla entre la boca del rio San-
tiago y la destruida poblacin de Bof ja. Este Pongo, que apenas tiene una
legua de largo, corta la ltima cadena de montanas, que atraviesa la hoya
del Amazonas. Siempre era muy temido por los viajeros; sinembargo, des-
pus de haber vencido los horribles malos pasos de Retema, se lo pasa
sosegadamente y sin temor ninguno, al decir del Seor Wertheman. Este
mismo explorador intrpido resolvi, pocos meses antes del viaje mencionado
por el Maraon superior, el problema de la navegbilidad del Pongo de
Mnseriche por vapor, en el sentido negativo. Formando parte de una Co-
misin peruana, subi en el vapor apo desde Iquitos sin dificultad hasta
la entrada del Pongo. Un poco abajo del sitio, en que en otra poca habia
existido la ciudad de Borja, fundada n 1619 y destruida por los salvajes
varias veces, el rio corre unido en un solo lecho, con la velocidad de 4 mi-
llas, y su ancho es todava de 300 metros. Los cerros se acercan mas y
mas las orillas del rio y forman una verdadera encaada con barrancos
altos. Arriba de Borja el canal es un corte perfecto, dado la Cordillera
transversal, una profundidad de 600 metros; la corriente aumenta de 6
hasta 12 millas, pero esta velocidad resulta mayor por la reaccin, cuando
en las vueltas forzadas y puntas salientes de pea viva, choca y tiene que
variar de direccin, lo que da lugar fuertes remolinos. La encaada
continua estrechndose, hasta tener solo unos 30 metros de ancho; las pa-
redes laterales de pea se van elevando, y por una ilusin ptica parecen
juntarse en su prt superior; por otra parte, la poca luz, que penetra hasta
el fondo de esta angosta garganta, comunica al paisaje el aspecto mas
estrafio. El vapor apo lleg hasta la parte media del Pongo, donde las
paredes son mas elevadas y. su ancho solo de 30 metros, cuando se veia
por delante una gran muralla de pea, como si el rio terminase en aquel
paraje. Este es el punto mas peligroso para la navegacin, pues parece,
que all existen dos corrientes fuertes, que obran en sentido contrario, dando
lugar un fuerte remolino. Con increbles trabajos venci el .vapor este
LA EGlION OKIENTAL. 187
mal paso, pero sali muy averiado de la lucha con el indomable elemento
y con los peascos; sinembargo hizo un ltimo esfuerzo y subi por el canal,
que deja la gran piedra la derecha. Al ver la clebre pea, que era como
un fantasma para el paso del Pongo, quedar mas abajo, creyeron los explo-
radores haber vencido las dificultades y poder avanzar hasta el fin de la
encaada; pero se engaaron. Una milla arriba del peasco, aunque el
Maraon se presenta mas ancho, la corriente se halla mas fuerte que nunca,
llegando su velocidad 12 millas, la que apesar de todos los esfuerzos no
pudo vencerse. Una exploracin del rio por canoa hacia mas arriba, con-
venci al Comandante del vapor y al Seor Wertheman, que de ninguna
manera el vapor apo podria superar aquella correntada, diciendo el l-
timo, que solo un vapor hecho ad Jioc, talvez la venciera. El apo regres
con un andar de 15 millas al paraje de Borja, no sin peligro de estrellarse
contra las peas, y habiendo experimentado un grande movimiento y reci-
bido varias oleadas en la proa.
El asunto' tiene tanto inters general y prctico, que no ser por denlas,
citar aqu las palabras, en que el Comandante del vapor apo, Seor M. Car-
bajal, resume el resultado de la exploracin del Pongo.
El paso del Pongo de Manserieh, que hemos superado, no es ni ser
nunca una via cmoda y segura, pues, aun en el caso d ser el vapor de
suficiente fuerza de mquina y buen gobierno, tendr siempre un paso for-
zado en que correr peligro. La piedra, que segn opinin general es el
nico obstculo para la navegacin vapor, es el menor de los que hemos
encontrado n todo el Pongo, de modo que, hacindola volar, no solo no se
llenara el fin de facilitar la navegacin, sino que se la entorpecera, llenando
de pedrones el testo del canal, que felizmente es limpio. . Para que este paso
sea franco, hay que dar todo el cerro un. corte de arriba abajo, fin de
destruir las puntas que estorban el curso de las aguas, y esta operacin
ademas de ser casi imposible, tiene que verificarse llenndose de piedras el
canal actual, lo que estorbara hasta el paso de las canoas. No basta que
una canoa salve el Pongo, para decir que lo pueda hacer un vapor, pues
aquella v siempre por la orilla, de piedra en piedra, y no tiene que vencer
la fuerza de la corriente del medio, como la vence un vapor, ni podria ha-
cerlo, pues no hay canoa que surque sobre 7 millas de corriente.*)
El ingeniero Wertheman manifest la misma opinin. Calcul la dife-
rencia del nivel del agua entre Borja y la piedra en medio de la encaada,
en 28 pies, lo que, para la distancia d solo 2 millas, es bastante, para
explicar lo dificultoso del trnsito. -

*) taimondi, Per, UI, pg. 414.


188 TOPOGEAFIA. CAPITULO I V .

Del resto de las observaciones de esta expedicin se deduce, que en el


Maraon se puede navegar, sin peligro alguno, al menos por 9 meses del
ao, y con vapores fluviales bastante grandes, desde Iquitos hasta Borja; y
los otros tres meses (de sequa) hasta Calentura (cerca de la boca del Mo-
rona), pudindose en estos 3 meses subir hasta Borja con pequeos vapores.
De consiguiente Borja es el puerto mas occidental y mas alto del rio Ama-
zonas; su altura sobre el mar es de 174 metros.
Desde Borja hasta Nauta, cerca de la boca del Ucayali, cuya distancia
mide 4 grados de Long. 80 leguas, el Maraon sigue el rumbo general
de O E , pues los dos lugares se hallan casi bajo la misma latitud; pero
en la primera mitad de este trecho, es decir, hasta la boca del Huallaga,
se inclina un poco al Sur, y en la segunda mitad, un poco al N, hallndose
esa boca (del Huallaga) un medio grado mas al Sur, que Borja y Nauta.
El cauce del rio, que ya no est limitado por cerros ni barrancos altos, es
de una anchura sumamente variable, porque comunmente est dividido en
varios brazos, y el rio se presenta como sembrado de un sinnmero de islas
grandes y pequeas. Casi iguales distancias (de 13 leguas) encontra-
mos desde el Pongo de Manseriohe las bocas de los tres rios grandes de
Morona, de Pastaza y de Huallaga, las primeras dos del lado setentrional,
la ltima del lado meridional del Maraon. En el trecho entre las bocas
del Huallaga y del Ucayali, solo el rio Tigre, que entra en el ltimo tercio,
de la izquierda, es de mayor importancia.
Desde mucho tiempo existia y aun existe una disputa entre los gegra-
fos, si el Maraon el Ucayali debe ser considerado como rio madre del
Amazonas, siendo el curso del ltimo mucho mas largo, que el del primero,
y pareciendo su boca mas ancha que la de este. El Seor A. Kaimondi
resolvi la cuestin por un nuevo mtodo muy ingenioso en favor del Ma-
raon, demostrando que este lleva un caudal de agua muy superior al del
rio Ucayali. <13>
El Maraon vira en la confluencia del Ucayali, como obligado por la
fuerza de este su competidor, al Noreste, hasta la boca del rio apo, en
donde el ltimo hace valer su influencia, declinando el curso del rio princi-
pal de nuevo al Este. En este trecho, que mide unas 30 leguas, el rio, ya
engrosado por tributarios tan poderosos, se ensancha mas y mas, y crece
el nmero y tamao de sus islas. Enfrente del pueblo de Omaguas, en
donde el rio est mas recojido, el Seor de La Condamine midi su ancho
en 765 metros, y no hall fondo mas de cien brazas de profundidad. El
tributario mas importante es el rio Nanay, que entra de la izquierda, y en
cuya desembocadura se halla la poblacin de Iquitos, emporio del comercio
en el Amazonas superior, enfrente de una gran isla del mismo nombre y
LA BEGION ORIENTAL. 189
la altura de 106 metros sobre el nivel del mar. Iquitos dista de la boca
del apo todava 14 leguas, y el sistema fluvial se hace en este trecho com-
plicadsimo, merced un gran nmero de islas y canales, cuyo redaje no
era posible expresar con la escala pequea, en que se halla trazada mi car-
tita de la regin del oriente."
En la boca del rio apo midi M. de La Condamine el ancho de los
dos brazos principales del Maraon, que rodean la isla de Lagartos, y cal-
cul su ancho total en 1840 metros, el de la boca del apo mismo aproxi-
mativamente entre 1170 y 1250 metros.*) Desde el apo hasta la frontera
del Brasil ya no desemboca ningn rio grande. El Amazonas sigue hasta
Loreto, por el espacio de 50 leguas, el curso general de NOO SEE, des-
viando de este rumbo solo en el arco grande al N, sobre el cual se halla
el pueblo de Pebcis.
Mas abajo de Pebas empiezan las islas grandes, antiguamente habita-
das por los Omaguas. All llega el rio tanta anchura, que uno de sus
brazos veces pasa de 2000 varas. Esta dilatada extensin d lugar que
el viento levante olas y excite tempestades; lo menos se les d aquel
nombre, y en efecto las del Maraon son una imagen de las de.la mar.
(M. de la Condamine.)
Un poco antes de llegar Loreto, el rio tira al SSE, hasta la boca del
Yavar, donde se halla la frontera del Brasil. Este ltimo trecho mide
15 leguas y es sumamente complicado, por el laberinto de brazos islas, de
que se compone. En la misma confluencia del Yavar vira el rio al NE,
y 25 leguas mas all al E, hacia la boca del Iza Putumayo.

Tal es el curso del rio Maraon Amazonas, en cuanto baa los ter-
renos ecuatorianos. Agregaremos algo sobre los pases que se extienden
su derecha izquierda. En otro lugar (pg. 11) he indicado los lmites
que tenia el antiguo reino de Quito y que el Ecuador considera como los
de su Repblica, mientras que no se celebre un arreglo definitivo con el
Per. Esta linea, cortando el Maraon unas 5 leguas al Sur de la boca de
Chamaya (Huancabamba), y en seguida los ros Utcubamba, Chuchunga,
Huallaga y Ucayali, y terminando por el curso del Yavar en la boca de este
mismo rio, incluye con el curso del Amazonas una regin de 107,200 kilm.'n

*) Ciertamente, rios con el ancho de 1800 y de 1200 metros son muy respetables;
sinenibargQ me parece que los -viajeros, que juzgan solo al ojo, exageran veces sus
descripciones de aquel mar dulce, sin lmites aparentes etc. en las Trocas del Pastaza,
del Morona d del apo. Recuerdo mis lectores, que tamMen el rio Guayas enfrente
de Guayaquil tiene mas de 2000 metros y todava muy arriba, cerca de Los Calis, mas
de 1400 metros d ancho.
190 TOPOGBAIA. CAPITULO IV.

( = 3461 leg.D)- La porcin occidental de este vasto territorio perteneca


al antiguo Gobierno de Jan, y la oriental al antiguo Gobierno de Mainas;
hoy dia es ocupado por los Peruanos, que desde Chachapoyas y Moyobamba
avanzan poco poco hasta las orillas del Maraon, por entre los tribus de
salvajes, que todava les disputan los pasos. Preciso es confesar, que
todos los conocimientos modernos (de los ltimos 50 aos), que tenemos de
aquellas regiones apartadas, no solamente en la banda meridional, sino tam-
bin en la setentrional del Amazonas, y de sus tributarios principales, los
debemos los exploradores peruanos, a estrangeros bajo la proteccin
del Per. El Ecuador no ha hecho nada, para, no digo adelantar, sino para
conocer y conservar lo que cree suyo. La historia y descripcin de aque-
llas exploraciones peruanas, ejecutadas ya con objeto cientfico, ya con
fines prcticos de colonizacin, se encuentra en la gran obra de A. Kamondi,
Pera, especialmente en el tomo LTI.
Kecorramos a la lijera la regin al lado derecho meridional del Ma-
raon. Desde Jan hasta el Pongo de Manseriche encontramos tres rios
mayores, los de tcttbamba (llamado tambin de Chachapoyas), de Chuchunga
y el rio Nieva. De los primeros dos solo el curso inferior cae en nuestra
regin, el ltimo en toda su extensin. E l rio Utcubamba corre de SE
NO; desde Jamaica su confluencia con e l r i o de San Carlos, es nave-
gable en canoas y balsas, y sus orillas son habitadas y cultivadas hasta
Bagua, unas 5 leguas arriba de su boca. Del rio Maraon esta separado
por un ramal de montaas que desciende desde las cercanas de Cha-
chapoyas al. NO, y que se rebaja mas y mas conforme va acercndose
al Maraon. La boca del Utcubamba se halla casi enfrente de la del
Chinchipe.'
E l rio Chuchunga nace en las montaas bastante altas (hasta 3000 m.)
de Olleros, entre Chachapoyas y Moyobamba, y es bien conocido en sus
cabeceras y curso superior, donde se llama rio de Yambrasbamba, mientras
que su mitad inferior es poco accesible, causa de los infieles, que viven
en sus orillas. Cuatro leguas arriba de su boca se halla el .Embarcadero-,
el sitio, en que en el siglo pasado se embarcaban los viajeros de Jan al
Amazonas, evitando el paso por los Pongos de Retema. M. de La Conda-
mine describe este viaje de cuatro dias, por un camino malsimo, entr Jan y
el Embarcadero, y como dice, que antes de llegar al ltimo punto, deba
atrevesar el Chuchunga cuatro veces mula, podemos deducir, que este rio
no ser navegable mas arriba de 4 5 leguas de su boca. Hoy dia ese
viaje por tierra seria muy peligroso, porque los infieles que actualmente
viven en aquella regin, parecen ser feroces y nada amigos de los blan-
cos, segn la relacin del Seor Werthman y de .otros expedicionarios
LA KBGION OEIENTAL. 191
peruanos.*) Tambin entre el rio Chuchunga y el Utcubamba Baja una
cordillera con sus ramificaciones hasta las cercanas del Maraon, pero no
sabemos nada de sus detalles; entre sus ramales nacen los pequeos rios
( quebradas) de Chingariso, Cungorso y Yambmna.
l Este del rio Chuchunga, cuyo curso, lo menos en sus generali-
dades, es conocido, sigue una vasta regin completamente desconocida,
hasta allende la cordillera, que desde las cercanas de Moyobamba baja al
Norte, y corta el valle del Amazonas en el Pongo de Manseriohe. Esta
hoya grande est ocupada por el sistema fluvial del rio Nieva, que conoce-
mos solo en la cercana de su boca, hasta la confluencia de su primer tri-
butario, el rio Cristalino, ala distancia de unas 3 leguas del Maraon. Hasta
este punto el rio es navegable.
La Cordillera indicada, que est cortada por el Pongo de Manseriohe,
es el ltimo ramal de las montaas peruanas, que llega hasta las orillas del
Amazonas. Nos faltan datos positivos de su altura en las. diferentes.partes
de su curso; sinembargo parece, que en las cercanas del Maraon ya no
es muy alto (se habla de alturas de 600 metros en las orillas del Pongo)
y creo que al Norte del rio se rebaja mas, y aun se pierde en las llanuras,
entre los rios Santiago y Morona. No puedo participar de la opinin de
los que consideran este ramal como la verdadera Cordillera oriental.de los
Andes, y que la renen con los Andes ecuatorianos mediante una cordillera
alta, que trazan en sus mapas desde el Pongo de Manseriohe, entre los rios
Santiago y Morona.**) Una tal cordillera alta, que suba al N hasta el Azuay,
no existe, y la Cordillera oriental de las provincias del Chimborazo, de
Caar, del Azuay y de Loja, se abate distancias relativamente cortas de
su cresta, la regin llana, en que se encuentran los grandes y navegables
rios Morona, Paute, Zamora y Santiago. Los conocedores de estos rios
nunca hablan de cordilleras altas, que separasen sus sistemas, eri.su curso
medio inferior, solo hablan de las llanuras en apariencia interminables.
La regin al Este de la ltima cordillera, hasta el curso inferior del
Huallaga es relativamente bien conocida, merced los estudios prolijos del
Seor A. Wertheman. Poseemos una carta preciosa de.ella, fundada en
muchas posiciones astronmicas, y. publicada en los anales de la Sociedad
geogr.de Berlin.***) Los primeros dos rios, que encontramos, bajando el
Maraon desde el Pongo de Manseriohe, el Ontiaga y el Apaga, son cortos

*) En 1870 asesinaron los individuos de una comisin, que hahia salido de Cha-
chapoyas , para encontrarse con el Seor Wertheman en el lugar de Cachiyacu, cuando
hizo su famosa exploracin de los Pongos del alto Maraon.
**) Se encuentra esta cordillera tambin en la carta novsima de Raimondi.
***) Zeitschrift d. Ges. f. Erdk., Bd. XV.
192 TOPOGKAFIA. CAPITULO IV.

y pequeos. El rio de Potro es de mayor significacin. Ademas de la vena


de este nombre, hay otras dos, el Yana-yacu y el Aichi-yacu, la ltima tal
vez mas grande que el Potro mismo. Todas tres nacen en la cordillera
baja, descrita mas arriba, y se renen corta distancia de la boca del rio
Potro enfrente de la isla del mismo nombre. Los tres ros son navegables
hasta el pi de las montaas. Sigue el rio de Cahuapanas, cuyo sistema
en todo es parecido al del Potro, siendo sinembargo mas extenso. El rio
principal se forma cerca del pueblo de Cahuapanas, de muchsimas quebra-
das al pi de las montaas, corriendo al principio casi al O, despus por
muchas tortuosidades al N, y finalmente en su curso inferior al NEE. Su
tributario principal es el rio Slay, cuyas cabeceras se hallan en las mis-
mas montaas, que las del Cahuapana, cerca del pueblo de Chayavitas. Se
renen los dos unas 3 leguas arriba de la confluencia del Cahuapanas con
el Maraon, que tiene lugar un poco abajo del pueblo de Barranca. El
rio Aipena, cuyo sistema ocupa el resto de la regin, tiene un curso muy
singular. Nace en los llanos.casi desconocidos entre los rios Maraon, Slay
(Cahuapanas), Paranapura y Huallaga, y tiene un curso general de O E,
paralelo al Maraon. El curso superior del Aipena es de S N, hasta el
lago de Papayacu, que se halla a poca distancia del Maraon, casi enfrente
de la isla del Baradero y de la boca del Pastaza; pasado este lago, se dirige
al Este. Por dos canales caos comunica con el brazo del Maraon,
que rodea la isla del Baradero, uno sale del lago nombrado, y el otro del
rio mismo, un poco despus de su salida del lago. Los numerosos afluentes
del Aipena no son grandes, y las cabeceras de uno de ellos, casi en el
centro de aquellas llanuras dilatadas, se halla el antiguo pueblo de Jeberos,
muy nombrado en la historia de las misiones. El Aipena desemboca en el
Huallaga, una legua adentro de su confluencia con el Maraon.
E l rio Huallaga perteneci al antiguo reino de Quito hasta el pueblo
de Yurimaguas, que dista de su boca en linea recta unas 18 leguas. La
direccin general del rio es de NE SO, hasta muy cerca del pueblo nom-
brado, en donde hace un gran codo al Oeste y luego al Este; mas all sigue
por arriba al SE. En todo este trecho no recibe ningn tributario grande,
sino el Aipena, de que acabo de hablar. Es navegable por vapores fluvia-
les, y los de Iquitos han establecido una carrera regular entre aquel puerto
y Yurimaguas. Unas 4 leguas adentro de la boca del Huallaga, y una
legua de distancia de su orilla derecha, se halla el pueblo de La Laguna,
que hasta fines del siglo pasado ha sido un centro importantsimo de las
misiones de Mainas.
Al lado de la poblacin de Yurimaguas entra al Huallaga, del lado
occidental, el rio Paranapura, que tiene algun inters, por haber formado
LA EEGION OBIENTAL. 193
por mucho tiempo la frontera del antiguo Mainas. Sus cabeceras se en-
cuentran en la cercana de las del rio Sillay (tributario del Cahuapanas),
y su curso se dirige de NOO SEE.
En su parte media recibe el tributario mas grande, el Cachi-yacu, del
lado sur, sobre cuyas riberas se halla el pueblo de Balsapuerto, del cual
conduce un camino Moyobamba.
Desde Yurimaguas cruz el antiguo lindero en direccin oriental al
Ucayali y al Yavar. Lo que toca la regin vastsima entre este lindero,
el Maraon y el Yavar, no conocemos mas, que el curso de dichos rios;
el interior es hoy tierra incgnita. El Ucayali observa mas menos el
mismo rumbo, que el Huallaga, es decir, de SO a NE, mientras que el Ya-
var se inclina mas al E, corriendo en su curso inferior casi paralelo al
Amazonas y dejando una zona estrecha entre los dos.

Volvamos la banda setentrional del Maraon y hagamos una resea


de sus tributarios principales. Como de los rios del antiguo Gobierno de
Jan, del Huancbamba, del Tbaconas y del Chinchipe, he tratado en el
artculo sobre la regin andina fronteriza (pg. 27), nos toca por ahora solo
el pais al Este de la boca del Chinchipe. All encontramos hasta la boca
del rio Santiago una serie de rios quebradas, que parecen descender
de las ltimas ramificaciones de la Cordillera de Cndor, que separa el
sistema fluvial del Chinchipe del del Santiago. Pero, para decir la verdad,
no se sabe nada de cierto ni de su origen, ni de su curso ulterior, porque
vienen de una regin inaccesible y habitada por los Jbaros. Algunos de
estos afluentes, al concluir del caudal considerable de agua, que llevan en
sus desembocaduras, y que los hace navegables, parecen ser largos im-
portantes; tales son los rios de Huayashanga, Shimutasa, Choropasa y
Paracuso.
Del rio de Santiago, que los infieles habitantes en sus orillas llaman
Canusayacu, aunque en su curso inferior no es mucho mejor, conocido que
las Quebradas nombradas, sabemos algo mas respecto su. origen y su
curso superior. Hemos conocido sus dos venas principales, el rio Paute y
el rio Zamora, en las hoyas andinas de Cuenca y.de Loja. Despus de
su paso por la Cordillera oriental, el rio Paute sigue su curso general de
NNO SSE, lo menos hasta el grado 4 de Lat. S, donde se rene con el
Zamora. El curso de este ltimo se dirige desde la Cordillera al SE, al
entrar en los llanos al Este, y mas luego por un buen trecho, al Norte,
hasta encontrarse con el rio de Gualaquiza, desde. cuya boca vira otra vez
al SE, para unirse con el Paute.
Aquel codo al Norte deducimos de la descripcin clara del Dr.Luis Cordero,
Wow, Sonador. 13
194 TOPOGBAFIA. CAPTULO IV.

que en un opsculo sumamente interesante*) nos dio datos preciosos sobre


el rio de Gualaquiza y sus tributarios. En estos datos se funda el trazo de
los rios respectivos en mi mapa de la Regin oriental. Dice el expresado
autor, que el caudaloso Zamora al unirse con el Gualaquiza ( Bomboiza)
viene del Sur. Las aguas que bajan de la Cordillera alta, entre los sistemas
de los rios Paute y Zamora, forman el del rio Gualaquiza, que es el tribu-
tario mas grande del Zamora. Sus cabeceras se bailan en las faldas orien-
tales de Matanga (de la Cordillera de Sigsig), y son conocidas con los
nombres de rio de San Dionisio, rio Blanco, Tigrepungo y otros. La hoya
superior es sumamente escarpada y encajonada entre cerros altos; en ella
se hallan algunos establecimientos pequeos, como Granadillas, Chiginde y
Rosario, el ltimo ya con carcter de pueblo. El rumbo general, que sigue
el rio y el valle, es de NO SE. Pasado el pueblo de Rosario recibe el
rio, que en su curso superior comunmente se llama tambin de Rosario, un
afluente considerable del lado occidental, el rio de San Isidro, y mas luego
del Este el de San Jos. A la distancia de unas 10 leguas de la Cordillera
comienza el valle explayarse en la hoya de Gualaquiza, que se puede con-
siderar como el principio de las grandes llanuras orientales. La altura del
hoy destruido pueblo de Gualaquiza sobre el mar no puede ser considerable,
segn los productos tropicales, que se encuentran, y segn su temperatura
que varia de 20 26 C. Unas dos leguas abajo de Gualaquiza, el rio de
este nombre se junta con el Bomboiza, que talvez por su largura y su cau-
dal debera ser considerado como rio madre de este sistema. Tiene su or-
gen en la Cordillera alta al E de Nabon, y creo que su fuente mas lejana
es el rio de Shingata, como lo he explicado en otro lugar. Segn el doctor
Cordero, el Bomboiza sobrepuja en el lugar de su confluencia con el Guala-
quiza, al rio Paute, comparado con el caudal que tiene este en el pueblo
de su nombre. Desde la boca del Bomboiza habr unas 5 leguas hasta la
confluencia del rio con el Zamora, y en este trayecto le engruesa todava
el rio Copiambiza, procedente tambin de la Cordillera oriental de los Andes.
Se nombran todava varios otros tributarios del Zamora y del Santiago,
como "" " nbiza, el Iranaza, el JBereniza; pero no sabemos nada de cierto
n, y los mapas antiguos difieren mucho en este punto, como
anto al curso general del rio Santiago. Este parece que poco
berse formado del Zamora y del Paute, sigue el rumbo al
*s se sabe, que con este desemboca en el Maraon al prin-
el Pongo de Manseriche. Al lado de la desembocadura
tiempo la ciudad de Santiago, de la cual hoy dia apenas

x Gualaquiza, por Dr. Luis Cordero. Cuenca 1875.


LA BBGION OBIBNTAL. 195
se encuentran algunos vestigios, habiendo corrido la misma suerte, que la
ciudad de Borja, por las incursiones de los brbaros. El rio de Santiago
debe ser navegable hasta su origen de las dos venas principales.
E l rio Morona. Al General Victor Proao (ecuatoriano) se deben los
primeros datos importantes sobre el sistema superior de este rio, y un itine-
rario desde Macas hasta su desembocadura en el Maraon, en el ao de
1861. Seis aos mas tarde, en Julio de 1867, subi el primer vapor por el
rio, con el mismo Seor Proao y una Comisin peruana bordo. En 1874
penetr otra comisin bajo la direccin del Seor B. Arana, con los vapores
apo y Mayro hasta el punto, en que el Morona se forma de los rios
Cusulima y Mangosisa.*) En las relaciones de estas expediciones he fun-
dado el trazo del Morona en el mapa. Es lstima, que ni el Seor Proao,
ni las expediciones peruanas acompaaron sus explicaciones con un plano,
croquis siquiera, que hubiese facilitado su entendimiento. Segn Proao
no seria el rio de Macas el Upano el origen verdadero del Morona, sino
el rio Miazal, cuyas cabeceras se hallan al NE del Sangay y hacia las
del rio Palora. El Miazal se engruesa con el rio Mutiacahi del mismo lado
NO, y toma el nombre de Mangosisa. En este ltimo entran del lado izquierdo
los rios Mura y Siduchi, y del lado derecho el rio Masa que nace cerca de
Macas. Pasada la boca del rio Siduchi, y antes de llegar la del Pusaga
(del mismo lado), se deja la banda derecha del rio, la boca del Cusulima
( Cusuima). Este rio en mi concepto es el mismo que el rio de Macas
Upano, que con el Mangosisa forma el Morona. Encuentro en el itinerario
del Seor Proao una proposicin estraa, con que no puedo convenir. Dice,
que el Morona tiene su origen en una ramificacin oriental de los Andes
del lado NE del Upano, no como han credo todos los gegrafos hasta el
dia, que nacia en el Tubal, en el centro de los Andes, hacia la parte meri-
dional del Ecuador, ni en el Sangay, volcan situado pocas leguas al N del
Yubal; pues es el Upano que toma sus aguas en esos dos puntos y mas
abajo, recibiendo otros tributarios, que vienen desde el departamento del
Azuay, forma el rio Santiago, que desemboca en el Maraon cerca del Pongo
de Manseriche. Esto quiere decir, que el Upano ( rio de Macas) v
unirse con el Paute y Zamora. Bien puede ser que el rio madre del Mo-
rona superior sea el rio Miazal, pero el que el Upano no contribuya igual-
mente su formacin, y que pertenezca al sistema del Santiago, no es mas
que una asercin, una opinin particular, mas bien una conjetura del
Seor Proao. No la funda ni en autoridades informes fidedignos, ni en

*) La relacin de las tres expediciones s encuentra en Raiinondi, Per, t. III,


pg. 281, 369 y 518.
13*
196 TOPOGBAMA. CAPTULO IT.

propias exploraciones. El autor de esta idea no ha seguido el curso del


Upano mas abajo de Macas; lo ha dejado cerca de dicho pueblo y cruzado
por tierra al Miazal, donde se embarc. ha pasado por la boca del Upano
sin percibirla (tal vez de noche) la boca del Upano es la misma que la
del Cusulima. Sostengo la coherencia del Upano con el Morona, hasta que
se pruebe por un viaje directo lo menos con argumentos plausibles, su
pertenencia al sistema del Paute y Santiago. Con una asercin conjetura
no se echa abajo la constante tradicin de algunos siglos, de que el Upano
es el Morona superior, especialmente cuando se trata de una regin, que no
siempre ha sido tan desconocida como hoy. En aquel tiempo, en que todo
ese pais estaba cubierto de florecientes Misiones, en que en lugar del actual
puebleeito de Macas existi la ciudad de Sevilla de Oro (y Logroo en el
rio Paute), como sus habitantes pudieron ignorar el curso de su rio prin-
cipal?*) Es de sentir que la expedicin del ao 1867 no pudo avanzar con
el vapor hasta la confluencia del Cusulima, para decidir una cuestin tan
interesante; lleg solo hasta las cercanas de la boca del Tuyo, que se halla
algunas leguas abajo de la del Cusulima. Segn los datos obtenidos por
el Seor Vargas, capitn del vapor, el rio Morona es formado por dos ramas
principales, que son los rios Miazal y Cusulini Cangaimi. No ser
este rio el mismo que el Cusulima? Si no es el Cusulima de mi mapa,
puede referirse otro rio, que el Seor Proao llama Cusulime y cuya boca
en el Miazal ( Mangosisa) se halla entre las del Mutiacahi y del Mura.
Dicho autor habla de l como de un afluente considerable, y celebra su
potica confluencia. Tambin este rio podria ser el Upano, que en tal
caso observara abajo de Macas un curso mas inclinado al Este, desde su
unin con el Apatenoma. La comisin de 1874, que subi con sus vapores
hasta la confluencia de los rios Mangosisa y Cusulima y aun penetr algunas
millas en cada uno de ellos, tampoco no resolvi la cuestin, porque no
determin el punto de la confluencia, ni indica los tributarios, que siguen
mas abajo, de manera que no sabemos si se trata del Cusulima inferior
del Cusulime (superior) de Proao. Del itinerario y de las distancias indi-
cadas se podria creer, que llegaron este ltimo, porque segn los infieles,
el pueblo de Macas ya no distaba mas que 6 leguas al occidente. En este
caso el Upano debera desembocar en el Mangosisa algo mas arriba que en
mi mapa.
El Upano toma su origen sobre la Cordillera alta al NE del Azuay,

*) El Seor Raimondi dice: Respetando su opinin (la del Seor Proao), yo oreo que
el rio Miazal, donde se embarc el Seor Proao, es un brazo del Morona, y el Upano es
otro brazo, pues me parece imposible, que este ltimo rio pueda formar el Santiago, el
que nace mas al S y corre por una hoya enteramente distinta. Per, IH, pg. 283, anot.
LA REGIN ORIENTAL. 197
donde nacen tambin el rio de Zula, que v al Oeste, y el rio Ozogoche,
que desciende hacia N la hoya de Riobamba. En su curso superior se
llama rio de Zuac, por el pueblo de este nombre, que se halla su orilla
derecha en la altura de 2688 metros. Una legua abajo de Zuac recibe del
lado setentrional un tributario grande, que se llama rio de Fuente hondo, y
que baja de las inmediaciones del Sangay. Otro afluente, el rio Sangay,
viene del mismo lado y desemboca casi en la mitad del camino entre Zuac
y Macas, cerca del sitio de Paira (1617 m.), mientras que del lado opuesto
entra un poco mas abajo el rio Avenico, que nace algo mas al Sur de las
fuentes del rio Zuac, en los pramos de Yubal, Yuluc y Quinoaloma.
El pueblo de Macas se halla en una llanura, poca distancia de la orilla
derecha del rio, que aqui ya se llama Upano, en la altura de 1051 metros
sobre el mar. Hasta aqu el rio sigui un rumbo general de NOO
SEE, pero su curso ulterior hasta la confluencia con el Miazal Mangosisa
es desconocido. Solo sabemos que en este trecho recibe el rio Apatenoma,
de la Cordillera, que baja del Azuay en direccin al SE, separando los
sistemas del Paute y del Morona. Desde la confluencia del Cusulima entra
el Morona en los llanos, y sigue su curso general al SE hasta su desem-
bocadura en el Maraon. Del lado derecho recibe los pequeos afluentes
de Tuyo y de Al, y muy abajo los ros Mayunaga y Amaya; del lado
izquierdo le engruesan los rios Pusaga (todava en la regin montaosa),
Chiguasa, Puchaga y Apianga, de los cuales conocemos solamente las bocas.
El Morona es navegable vapor (segn el Seor Arana) unas 100 leguas,
que se reducen 44, cuando se mide la distancia en linea recta, porque el
rio es sumamente tortuoso. En los rios Miazal y Cusulima solo se puede
traficar en canoas pequeas.
El rio Pastaza. Hemos estudiado esta gran arteria del pais en sus
orgenes, hablando de las hoyas interandinas de Riobamba y de Latacunga.
Sabemos, que nace de los rios Chambo y Patate, y que rompe la Cordillera
al lado setentrional del Tunguragua. Tambin he indicado sus afluentes
hasta el punto, en que entra en los llanos orientales. En el trazo del curso
ulterior y del Bobonaza, que es su tributario mas importante, he seguido el
plano, que Don Pedro Maldonado levant durante su viaje al Amazonas en
el siglo pasado, por ser hasta ahora el mejor, para no decir nico de este
rio. Las expediciones modernas han descuidado demasiado el rio Pastaza.
Las correras del P. Fray M. Castrucci, que subi en los aos de 1845
1848 por los tribus salvajes hasta Andoas y los pueblos en el rio Bobonaza,
cerca de Canelos, no han dado resultados geogrficos nuevos.*)

*) Raimondi, Per, III, pg. 198.


198 TOPOGBAFIA. CAPITULO IV.

Una sola vez, en 1873, penetr el vapor peruano ccMayro por la boca
de este rio, algunas leguas adentro, pero con resultados poco satisfactorios.
El capitn del vapor, Mr. Butt, dice: El Pastaza es tan ancho que el Ma-
raon, pero su cauce est lleno de bajos, que en la estacin de la vaciante
de los rios hace impracticable la navegacin hasta de canoas. Las aguas
suben y bajan con mucha rapidez, y el vapor se var muchas veces durante
la surcada, por cuya razn mand anclar hice sondear al traves del rio
y hacia adelante. Hecha esta operacin regres al anochecer la boca del
rio, habindose varado tambin varias veces en esta bajada. Con justo
recelo critica el Seor Eaimondi este fallo, diciendo: He citado literalmente,
lo que dice el Seor Butt, relativo al Pastaza, pues me parece inverosmil
el juicio tan desfavorable que emite sobre su navegabilidad; al saber, que
este rio tiene un curso mas largo y mayor cantidad de agua, que el Morona
y el Tigre, y ademas, que ha sido navegado en toda estacin del ao por
canoas, recorriendo en otra poca este rio el correo quincenal, que venia
de la poblacin de Andoas. Con estos datos realmente parece imposible,
que el "Mayro", que es una simple lancha de vapor, no haya podido surcar
el Pastaza en la poca de mayor creciente.*)
Como el Seor Pedro Maldonado cruz del Pastaza (del rio Pntuc)
Canelos, y se embarc en el Bobonaza, no pudo levantar el plano del pri-
mero hasta la oonfluencia del segundo, y lo traz aproximativamente con
un rumbo de NOO SEE, casi paralelo al Bobonaza. Sabemos solo, que
el Pastaza en este trecho desconocido recibe el tributo del rio Palora, que
desciende de las faldas orientales de la Cordillera, que se extiende desde el
Altar hasta el Sangay.
El rio Bobonaza nace de varios arroyuelos, muy cerca del pueblo de
Canelos, que dista del rio Pastaza (boca del rio Pntuc) en linea recta solo
unas 4 5 leguas hacia NNE. La circunstancia de ser navegable en
canoas desde su origen, lo manso y lo sumamente tortuoso de su curso,
comprueba que serpentea por una regin muy llana. Su curso general es
de NNO SSE; en su tercio superior, hasta el pueblo indio de Sara-yacu,
recibe muchsimos pequeos afluentes de ambos lados, que son demasiado
insignificantes para nombrarlos uno por uno. Canelos dista de Sara-yacu
en linea recta unas 9 leguas, y de este pueblo hasta la boca del Bobonaza
habr unas 18 20. En el curso inferior los tributarios son menos nume-
rosos, y como principales encontramos indicados los rios de Butunu y de
Puca-yacu, ambos del lado norte. Algunas leguas antes de entrar al Pas-
taza, el Bobonaza vira al Sur, y en el lado oriental de su confluencia se

*) Raimondi, Per, Uf, pg. 474.


BA EBGION OBTENTAIJ. 199
halla el pequeo puehlo de Andoas, que en la historia de las Misiones de-
sempe un papel mas importante, que en nuestros dias.
Desde Andoas, que debe hallarse aproximadamente bajo 2 o 15' Lat. S,
el rio Pastaza sigue el rumbo al Sur, inclinndose un poco ya al oriente ya
al occidente; la Longitud de su boca estar unos 25 minutos mas al Este,
que la de Andoas. 15 leguas abajo de la confluencia con el Bobonaza,
entra del lado derecho el rio Pinches en cuya boca se halla un pueblo mise-
rable (de indios) del mismo nombre. Despus de otro intervalo de 10 le-
guas, recibe del mismo lado tres rios, distantes muy poco une? del otro, es
decir, el Loho-yacu, el Huasaga y el Sugachi. Cerca de la boca del segundo,
que segn Maldonado es muy largo y navegable grandes distancias, des-
emboca del lado opuesto el rio Manocaro. Mas abajo ya no se conoce
tributarios grandes del Pastaza en la banda derecha, pero en su lugar se
hallan algunas lagunas y lagos considerables-, no muy distantes del rio y
comunicados con l mediante unos caos; asi la laguna llamada de tres le-
guas, y el lago mucho mayor de Bimaehumac, que segn Maldonado tiene
8 leguas de largo, y segn algunos comunica no solamente con el Pastaza,
sino tambin con el Morona, mediante un brazo del rio Apianga. Abajo
de la boca del Rimachumac encontramos eii la banda oriental del Pastaza
el afluente de Huarama, y finalmente, un poco adentro de su confluencia con
el Maraon, el rio Mahuaca, que segn la carta de Maldonado es un tribu-
tario muy grande y parece igual al Bobonaza.
Entre el Pastaza y el Tigre se encuentran algunos afluentes menores
del Maraon, de los cuales no conocemos mas que sus bocas, y por esto
bastar enumerar los principales en el orden de O E. El rio Nucuray,
muy cerca de la boca del Huallaga, parece bastante largo, lo mismo el rio
Chambira, que unido con el rio Boamainas, desemboca cerca del sitio llamado
Vaca marina. De menor caudal parece ser el rio Parinari, que entra al
Maraon casi enfrente del sitio y puerto del mismo nombre.
E l rio Tigre cuenta entre los tributarios grandes del Amazonas, aun-
que su caudal no puede compararse con el del Pastaza del apo. En
el ao de 1873 subi el vapor Mayro, bajo la direccin del Mr. Butt, por
las aguas del rio Tigre en tres dias 104 millas (35 leguas), y pareci este
capitn, que habra navegado con facilidad unas 12 15 millas mas, si no-
se hubiese visto obligado regresar por falta de vveres. Segn la misma
fuente, el Tigre es ancho y profundo en toda estacin del,ao, y sus ori-
llas son muy ricas en producciones vegetales. Del largo curso medio de
este rio no sabemos nada, y del superior solo, que se forma de algunos
rios que nacen en los llanos entre los rios Bobonaza y Curaray (afluente
de apo), especialmente del Callana y del Piquene, siendo el segundo el
200 TOPOGRAFA. CAPTULO I V .

rio madre. La boca del Tigre se halla 14 leguas al Oeste de la del


Ucayali.
En el arco grande, que hace el Maraon al N despus de unirse con
el Ucayali, encontramos, cerca del pueblo de Iquitos, la desembocadura del
rio N a n a y . Este rio tiene un curso y una posicin enteramente distinta
de la que le sealan los mapas antiguos. Nace en las cercanas del Tigre
inferior, y corre en su mayor extensin de O E , mas abajo al NE, casi
paralelo al Amazonas. Tambin este, rio ha sido navegado por el vapor
Mayro y el capitn Butt, por 195 millas, hasta cerca de su origen.*)
El carcter del Nanay, que todo pertenece la regin amaznica mas baja,
es muy distinto del de los rios, que bajan de las Cordilleras. Ademas de
ser muy serpenteado, es muy manso, su cauce ya se estrecha, ya se en-
sancha, y veces se parece una serie de lagunas encadenadas. El caudal
de agua, que tiene el rio Nanay, segn el Seor Butt, es debido los der-
rames de una vasta regin, cuyos numerosos lagos y arroyos van juntando
sus aguas, dando de este modo origen al rio. Apesar de tanta abundancia
de agua estancada en sus cercanas, las orillas mismas del Nanay son elevadas,
y su clima es muy sano, siendo casi desconocidas las fiebres intermitentes
y otras enfermedades.
El rio Itaya se halla entre el Maraon y el Nanay, corriendo paralelo
al ltimo de SO NE, y desembocando al lado sur de Iquitos. En su curso,
origen y formacin se parece mucho al Nanay, aunque no es tan largo y de
menor caudal; pero sus orillas son bajas y anegadizas. El vapor no pudo
penetrar sino unas 38 millas, a causa de las muchas palizadas que obstruyen
el cauce.
Trece leguas al Este de Iquitos llegamos la boca del rio apo. Este
rio clebre es el primero de todos los tributarios del Amazonas, que se des-
cubri, es la via por la cual cruz el primer Espaol el continente sud-
americano. La siempre memorable expedicin de Gonzalo Pizarro en 1541,
de Quito al pais de Canelos (apo), y la navegacin del apo por Orellana,
compaero de Pizarro, como continuacin de aquella expedicin, condujo al
descubrimiento del Maraon y Amazonas. Por mucho tiempo el apo pas
por el rio mas largo y rio madre de todo el sistema fluvial del Amazonas.
En tiempo de las misiones, en los siglos pasados, se hicieron innumerables
viajes por este rio, y tambin en nuestro siglo muchos viajeros clebres
{como Osculati en 1848, Orton en 1867) bajaron por l en sus viajes de
Quito al Amazonas. En 1875 surc el primer vapor (Mayro), al mando
del Seor E. Eaygada las aguas del apo, y lleg hasta la confluencia del

*) Raimondi 1, o. pg. 471.


LA EEGION ORIENTAL. 201
rio Curaray, distante de la boca de aquel unas 216 millas (calculando el
camino del vapor por todas las vueltas); otros vapores siguieron mas tarde.
Se v, que el apo como fcil via de comunicacin es conocido desde mucho
tiempo.(14) Apesar de todo esto, geogrficamente no es mejor conocido, que
los rios que hemos descrito hasta ahora; no poseemos de su curso un plano
medianamente exacto, mucho, menos de sus afluentes grandes, por ejemplo
del Curaray. Tambin de su sistema superior, no podemos dar mas que
las generalidades. Este ltimo abraza las faldas orientales de la Cordillera
grande, desde la altura de Tulcan hasta el Cerro Hermoso las montaas
de Llanganate, con las tres venas principales: apo, Coca y Aguarico.
El apo nace de los riachuelos, que bajan de los volcanes Antisana,
Sincholagua, Cotopaxi y Quilindaa, y forman por sus primeras reuniones
los rios ya mas considerables de Antisana^ de Valle-vicioso, de Juntas y de
Chalupas. Algo mas al Sur del ltimo, desde los pramos de Chalupas hasta
los de Llanganate, descienden algunos otros rios menos conocidos; pero todos
ellos, formando una especie de abanico, se renen finalmente al pi de la
Cordillera alta, en el tronco general del apo, cuyo rumbo en seguida es
de NOO SEE, y al entrar en los llanos, al E directamente. Toda la re-
gin superior del rio, hasta la primera poblacin al pi de la serrana, es
decir hasta el pueblo de apo, es muy spera, cubierta de montaa espesa
hasta los pramos, y despoblada. Solo desde apo se puede navegar por
el rio en canoas, con alguna comodidad, pues hacia mas arriba es demasiado
impetuoso. De apo hasta la confluencia del Coca, en cuyo trecho el rio
sigue de O E, y puede haber unas 20 leguas en linea recta, recibe de su
lado setentrional tres afluentes grandes, el rio HoTUn, el Suno y el Paya-
mino, fuera de muchos pequeos. Del lado meridional entran el Ansupi, un
poco arriba de apo, que viene de la sierra, el Arayuno, y una porcin de
menor cuanta. Ademas del pueblo de apo, se hallan lo largo de su curso
los siguientes, todos sobre la orilla izquierda: Aguano, Napotoa, Santa Rosa
(el principal) y Suno.
El rio Coca es el competidor del apo, y aun de un curso mas largo
que este; se forma de dos venas principales, el Coca propiamente dicho y el
rio Maspa. El primero nace atrs del Cayambe y del Saraurcu, y baja entre
algunos ramales de la Cordillera por una regin spera y montaosa, pero
desconocida, hasta la confluencia del Maspa. El ltimo toma su origen
en los pramos, que se extienden desde el Antisana por el Guamani hasta
las cercanas del Saraurcu. Su fuente mas lejana es el rio de Oyacachi, que
naciendo arriba del pueblo de este nombre, al Este del Pambamarca, corre
de N E lo largo de la Cordillera real (de Guamani), hasta el pueblo de
Papallacta, al pi NE del Antisana. Ah recibe el riachuelo de Papallacta
202 TOPO&RAFIA. CAPTULO IV.

que desciende del lado oeste de las alturas del Tambo, y toma el nombre
propio de Papallacta, dirigiendo al mismo tiempo su curso al SEE. En el
trecho que media entre Papallacta y el (destruido) pueblecito de Maspa, que
tendr unas 5 leguas, recibe el rio de Papallacta cuatro. tributarios con-
siderables, el Manca, el Ghalpi chico, el Ghalpi grande y el Huarmiapac, que
todos vienen del Norte, de las cabeceras del Coca y del ramal de montaas,
que le separan del Papallacta. Del lado opuesto, es decir del Sur, entran
algunos rios cortos, que descienden de las faldas del Antisana y de la Cor-
dillera de los Cimarrones, como el Tana-yacu, Turac-yacu y Verde-yacu.
Ta antes de llegar al sitio de Maspa, el rio que ahora toma este mismo
nombre, cambia su rumbo al NEE, y lo conserva con algunas variaciones
hasta su confluencia con el Coca, en las cercanas de Baeza. El camino
ordinario, que conduce de Quito apo (Archidona y las otras misiones),
y que ha orillado el rio hasta Maspa, le abandona en este sitio y sigue
tierra adentro por su banda derecha, cruzando entre otros rios pequeos
tambin el rio de Quijos, que es uno de los tributarios derechos mas gran-
des del rio Maspa, y viene de la nevada Cordillera de los Cimarrones. Otro
afluente del mismo lado, y aun mas importante, es el rio Cosanga, de igual
origen que el Quijos, y paralelo este en su curso superior. En su parte
media corre casi al Este hasta las playas de San Javier, al pi de cerro
de Guacamayo, en donde vira con un ngulo recto al N, para incorporarse
al rio Maspa. Este ltimo trecho, desde las dichas playas de San Javier,
en que le cruza el camino de Archidona, hasta la desembocadura, mide
5 leguas en linea recta. En el tringulo que forma el Cosanga con el rio
Maspa, pero la distancia de una legua de ambos rios, se hallan las ruinas
de la antigua ciudad de Baesa (hoy dia un tambo).
Despus de haberse formado el rio Coca un poco mas all de la con-
fluencia del Cosanga, se dirige al Este, lo largo de la Cordillera alta de
Guagra-urcu que le orilla del lado derecho, separando su hoya de la del
apo. Corre en este sentido unas 15 leguas, hasta el antiguo lugarejo de
San Rafael, entonces vira poco poco al SEE, y luego al SE, hasta su
confluencia con el apo, enfrente del pueblecito de Coca, fundado en 1848
por el Seor M. Villavicencio.
Si contemplamos el sistema fluvial superior del apo en el mapa, vere-
mos que el rio Maspa y Coca representan un gran arco, cuya cuerda forma
el apo mismo. El terreno intermedio entre los dos rios constituy, en
tiempo del coloniaje, las dos provincias de Quijos y de vila, y en nuestros
dias forma las misiones del apo, tomando en cuenta solo el pais al Este
del rio Cosanga, porque la porcin occidental, los declives de la Cordillera,
son depoblados. Est regada aquella regin por los tributarios del apo,
LA EEGION OETENTAL. 203

nombrados mas arriba, los rios Holln, Suno y Payamino. De este hermoso
pais, tanto tiempo conocido, muchas veces visitado por viajeros (botnicos,
zologos), y de tanta importancia para el Ecuador, todava no poseemos
ninguna descripcin topogrfica, ningn plano exacto, que pudiera darnos
una idea cabal de l. Segn todo parece ser una regin montaosa, en
parte con cordilleras altas y frias, pero nada sabemos de su altura relativa
absoluta, mucho menos de su constitucin geognstica y mineralgica.
Es lstima, que el Seor Dr. M. Villavicencio, que tanto tiempo vivi en el
apo, que recorri todos los pueblos, rios y parajes, que con tanto afn re-
coji datos y noticias sobre la vegetacin y los habitantes del pais, quien
debemos una descripcin larga y muy interesante de la Eegion del Oriente
(tal vez la parte mejor de su Geografia), no pudo sinembargo darnos una
buena y clara, descripcin topogrfica, mucho menos un plano exacto un
croquis siquiera de las partes recorridas. Le falt completamente el sentido
talento topogrfico, como lo comprueba su mapa. Puede ser, que existan
la mayor parte de los rios y riachuelos, que nos indica, pero ciertamente
no as como los pint en el mapa. Con su desgraciada mana de convertir
todos los rios en tirabuzones, casi del mismo largo y grueso, no solo afea
su carta, sino que la hace confusa imposible. Las dos cartas de las pro-
vincias de Quijos y de vila, que Humboldt copi de los itinerarios del
siglo pasado, difieren muchsimo y en puntos esenciales del mapa de Villa-
vicencio, aumentando de tal modo la confusin incertidumbre, aunque su
estudio inspira mucho mas confianza. Siendo as, me veo reducido de nuevo
generalidades.
El rio Holln es el mas occidental de los tres tributarios del apo, que
riegan el territorio de que acabo de hablar. Nace en las faldas del cerro
Guacamayo, que separa sus cabeceras del curso inferior del rio Cosanga, y
sigue primeramente un curso de O E, bajo el nombre de rio Jwndache.
Despus de un curso de 5 leguas se dirige al SE y Sur, y con este rumbo
cae en el apo, algunas leguas abajo del pueblo de este nombre. Todos
sus afluentes le vienen del lado Oeste, y los principales son los rios Misa-
gtti y Tena. El primero es notable, porque en su curso medio y orilla
izquierda se halla Archidona, que actualmente es el centro de las misiones
del apo.*) El segundo que corre poca distancia del apo y paralelo con
este, se forma del Tena y del Tao, cerca de cuya confluencia estaba anti-
guamente el pueblo de Tena. Segn Villavicencio siguen los rios de
Tutumo y de Guambumo, que desembocan en el apo, cerca de Aguano el

*) Orton d este pueblo la altura de 2000 pies ( = 610 metros) sobre el mar, y la
temperatura media de 25 O.; al pueblo de apo d un. grado mas, y 442 metros.
204 TOPOGBAFIA. CAPTULO TV.

primero, y cerca de Napotoa el segundo; pero ambos parecen insignificantes


y faltan en los mapas antiguos, no ser, que el Puzuno sea el Pucuno
Pucano, que sinembargo en estos tiene una posicin muy distinta, como
afluyente del Suno.
El rio Suno es el segundo tributario mayor. Trae su origen de la Cor-
dillera del Guagra-urcu y del cerro Sumaco, y tiene un rumbo general de
NO SE. En sus cabeceras se halla el pueblo de San Jos, las faldas
de dicha cordillera, y con un temperamento fri, segn se dice; en su curso
superior el pueblo de Avila, y en su parte media el de Loreto, no muy
distantes uno del otro. En la banda occidental del Suno existe una multi-
dud de rios, en cuya nomenclatura y posicin reina la confusin mas com-
pleta; algunos, y entre ellos Villavicencio, los consideran como tributarios
del Suno; otros (p. ej. la carta de Humboldt) los renen en .un rio entera-
mente distinto, que desembocaria en el apo algo mas arriba que el Suno.
Intil.seria describirlos (segn qu autoridad?) mientras que no sean estu-
diados. Sabemos que en esta regin confusa se hallan los pueblos de Cota-
pino y de. la Concepcin.
En una situacin anloga nos hallamos respecto al rio Payamino, de
que sabemos solo, que nace en las mismas montaas, en que toma su origen
el Suno, y que en su curso medio inferior corre cerca y paralelo al Coca.
Todos los detalles faltan, estn en contradiccin segn los diferentes
autores. Lo mismo dgase de los afluentes menores del apo entre el Suno
y el Payamino. Si esto nos sucede en la regin mejor conocida del apo,
qu ser, dejando el pais de los cristianos y entrando en el de los infieles
y brbaros, que comienza en la desembocadura del rio Coca?
El rio apo, unido con el Coca (en 260 m. sobre el mar), sigue el
rumbo general de este ltimo, es decir al SE, hasta su boca, inclinndose
sinembargo en su curso medio inferior mas al E que al S. En el trecho
de unas 26 leguas, que hay hasta la confluencia del Aguarico, recibe varios
tributarios, especialmente del lado oeste, sin nombres fijos bien autoriza-
dos. Pero el Aguarico es tan largo y tan poderoso, como el apo mismo.
Sus cabeceras mas lejanas encontramos en la Cordillera alta enfrente de
Tulcan, y hasta la latitud del Cayambe. All nacen los rios de Chunquer,
de Cfanes, de Condu, de Du y de Azuela, que todos contribuyen formar
el Aguarico. Este mismo, que lleva su nombre desde la confluencia del
Chunquer con el Cfanes, tiene un curso parecido y en parte paralelo al del
rio Coca, y en la cercana de San Rafael, desde donde el Coca vira mas al
Sur, se aproxima al ltimo hasta pocas leguas. En el curso inferior, donde
ya se inclina hacia el apo, le engruesan algunos rios bastante considerables,
como el Cwyabeno y el Zancudo de la izquierda, el Hena y el Cavina-yacu
LA REGIN OBIENTAL. 205

de la derecha. Sobre la confluencia del Aguarico con el apo (178 m.) se


hall, la orilla oriental de este, el antiguo y hoy destruido pueblo de San
Pedro. Quince leguas mas abajo encontramos la boca del rio Curaray
(152 m.), cuya posicin y distancia del Maraon he indicado mas arriba.
Del Ouraray sabemos, que nace en la Cordillera de los Llanganates, que
entre el Bobonaza y el Arayuno (tributario del apo) recibe, con otros afluen-
tes, los rios Nusino, Soluno y Villano, que corre sobre las cabeceras del rio
Tigre, en direccin al SEE, y que desemboca en el apo; nada mas. Este
rio es bastante caudaloso y parece ser navegable vapor hasta muy arriba.
El vapor Mayro entr por su ancha boca y naveg por un trecho de dos
millas, hallando un fondo de tres cuatro brazas.
En cuanto al rio apo, el no presenta ninguna dificultad la navega-
cin vapor, hasta la boca del Curaray y probablemente hasta mucho mas
arriba, lo menos hasta la boca del Aguarico.*) De los tributarios del
apo inferior no conocemos mas que los nombres, como del Curi-yau, de
Yutapiscos y del Masan al lado derecho, del Zani-yacu y del Paygtias al
lado opuesto.

Desde la boca del rio apo hasta la frontera con el Brasil no hay nin-
gn rio de importancia mayor; entre los afluentes pequeos podemos designar
los de Ambi-yacu, que desemboca al lado del pueblo de Pebas, y el Macuari,
entre Pebas y Loreto.
Nos resta hacer la breve descripcin de dos rios grandes, cuya desem-
bocadura en el Amazonas cae en 'el Brasil, y cuyos territorios adyacentes
son reclamados en gran parte por la Repblica de Colombia, aunque de
derecho le pertenezcan solo las hoyas superiores en las faldas de la Cor-
dillera. Hablo del Putumayo y del Japur.**) Advierto que en el trazo de
estos rios he seguido la carta de Colombia por Codazzi, porque me pareci
que merece alguna confianza, lo menos en cuanto los afluentes supe-
riores, que el Seor Codazzi ha estudiado personalmente. En las partes
cercanas la frontera brasilera consult la carta del Per por Raimondi.
En cuanto los trabajos del Seor Crevaux, que levant en 1879 los planos
del Putumayo y del Yapur, vase lo que digo en el nmero 3 de las Ano-
taciones y Suplementos.

*) El apo es navegable para vapores de poco calado hasta Stn. Eosa, dice Orton
(The Andes and the Amazon, New-York 1876, p. 179); pero talvez no en todo tiempo,
porque otro observador (Herndon, Keport, p. 229) nos cuenta, que el apo est lleno de
beos de arena, y 20 das arriba de su boca ( cerca de la confluencia del Ouraray) la
gente se ech al agua, para jalar las canoas.
**) El Per tambin reclama el Putumayo hasta el punto, en que comienza ser
navegable.
206 TOFOGBAFIA. CAPITULO IY.

E l rio P u t u m a y o , llamado en su curso inferior y por los Brasileros


rio Isa, nace en una hoya de la Cordillera oriental, enfrente y poca dis-
tancia de Pasto, y desciende las regiones bajas de NOO SEE. Sepa-
rada de l por un ramal de la Cordillera, encontramos la hoya del rio
Guarnes, que nace en el lago de San Pablo la Cocha, corta distancia
de las fuentes del Putumayo. La primera hoya pertenece Colombia, y la
segunda al Ecuador, siendo el cordn intermedio de montaas la linea divisoria.
Un poco mas al Sur tenemos la hoya del rio de San Miguel de Sucmbios,
que ocupa su lugar entre las del Guarnes y del Cfanes (Aguarico), encajonada
igualmente entre ramales altos de la Cordillera. Todos estos rios corren para-
lelos en su curso superior, y solo despus de salir de las breas escarpadas
de los cerros, se inclinan el rio Guarnes primero, y mas abajo el de San Miguel,
mas al Este, para encontrarse con el Putumayo. El lindero con Colombia
sigue, despus de encontrarse cerca de la boca del Guarnes con el Putumayo,
la orilla de este, hasta la desembocadura del rio de San Miguel Sucmbios,
y cruza de ahi en linea recta al rio Yapur Caquet, en la confluencia del rio
Ortegasa. De consiguiente, desde esta linea al Este y Sureste toda la hoya del
Putumayo y la banda derecha del Yapur pertenecen por derecho al Ecuador.
En el ao de 1874 se organiz en Colombia una Compaa, para la
explotacin de los productos naturales del Caquet, y sabindose que este
rio no es navegable en toda su extensin, consecuencia de unos saltos,
que se hallan en su curso medio, comision al Seor EafaelBeyes, para
que recorriese todo el curso del Putumayo, con el objeto de ver, s este
rio se presta la navegacin por medio de vapores. Baj este seor el
Putumayo en canoas y se convenci de antemano de su navegabilidad
vapor. En Noviembre de 1875 se hallaban tres vapores listos para navegar
el Putumayo, hasta donde fuese posible. Estos consistan en una lancha de
vapor, que el Gobierno del Brasil puso la disposicin de la Comisin, un
vapor de carga, el Santa Cruz, y el vapor Tundama, de la propiedad
de la compaa del Caquet. La lancha vapor al mando del joven ingles
Mr. Alfredo Simpson*) abri la marcha, adelantndose con el objeto de
preparar el combustible para los vapores mas grandes, que siguieron mas
tarde por intervalos de algunos dias. El Seor Simpson lleg con su lancha
de vapor sin novedad hasta muy cerca de la confluencia del Putumayo con
el rio de San Miguel, donde comenz escasear el agua y hacerse el rio
mas correntoso. En 1877 public en Londres una relacin interesante de
su viaje de exploracin (tambin de su viaje de Guayaquil hasta apo, por

*) Conocido en el Comercio de Guayaquil, donde residi varios aos. Se encontr


casualmente con la Comisin exploradora en su viaje de Guayaquil Para.
LA KEGION OBIENTAL. 207

Canelos.*) Pero para la geografia la expedicin qued sin resultados im-


portantes, porque no se levantaron planos, ni se hicieron observaciones
astronmicas, para determinar los lugares, ni otras mediciones exactas. El
resultado prctico obtenido es el, de que el Putumayo es navegable vapor,
hasta muy cerca del pi de los Andes.
De las descripciones y del plano del Seor Creveaux se deduce, que el
rio Putumayo es sumamente tortuoso, siguiendo un rumbo general de NOO
SEE, hasta la frontera con el Brasil. En cuanto sus afluentes reina
todavia una gran incertidumbre, porque cada viajero y cada mapa los indica
con otros nombres. Ademas, de la mayor parte no se conoce mas que sus
bocas. Interesante es el rio Caucaya, que afluye del lado izquierdo, algunas
leguas abajo de la boca del San Miguel, porque navegando por l, y haciendo
una corta travesia por tierra al rio Senclla, se llega por este ltimo con
facilidad al Caquet.
Pocas palabras diremos del rio Yapur, que en el terreno colombiano se
llama Caquet, porque su hoya superior no toca nosotros, y del resto de su
curso solo la banda derecha. Podria repetir casi todo lo que he dicho del Putu-
mayo, con quien tiene mucha semejanza y corre casi paralelo, solo que no pa-
rece ser navegable vapor, sino hasta la mitad de su curso. Sus afluentes
son muy numerosos, pero valga de ellos lo que he dicho de los del Putumayo.
Aqu repito lo que he dicho en otros lugares, que las .Cordilleras- de
Putumayo, de Caquet y otras que se pintan en los mapas,**) extendiendo
los ramales de la Cordillera oriental hasta las orillas del Amazonas, y de
'que se habla tambin tratando de los lmites entre Ecuador y Colombia, no
existen. Los estribos orientales de la Cordillera acaban y se pierden en los
llanos, muy corta distancia de los Andes (en el apo se proyectan algo
mas, pero solo hasta la confluencia del Coca). A mas de 40 leguas de
distancia de la cresta de la Cordillera oriental no se encuentra ninguna cor-
dillera, ninguna montaa de elevacin considerable. Por la sencilla razn
de no existir las Cordilleras de Yapur y de Putumayo, jamas podrn
ser el lmite entre las dos Repblicas. El nico lindero natural ser l
Yapur l Putumayo, porque trazarlo entre los dos, entre el ltimo y
el apo, en un pais tan llano, por una linea de vertientes entre las cabe-
ceras de los tributarios, seria sumamente difcil y hoy imposible, siendo as

*) Prooeedings of the Boyal Geographieal Soeiety, Vol. XXI, No. VI.


**) En el mapa de Villaviceneio ya nada puede sorprender, ni la red de cordilleras
sobre toda la Provincia oriental, que es tan estraa, como la de sus rios; pero hasta el
Seor Baimondi, en su magnfico mapa del Per, dej seducirse y recibi de mapas
antiguos unas cordilleras largsimas entre los rios apo y Putumayo, lo largo del
Curaray etc.
208 TOPOGBATA. CAPTULO I V .

que no conocemos esos afluentes. Aun en el caso de poseer un plano deta-


llado de toda la regin, saldra sin duda un lindero, trazado por la linea
de vertientes, sumamente tortuoso y nada natural.

La tarea de trazar un bosquejo de la Regin del Oriente, con materiales


tan insuficientes, es muy ardua y desagradable para el gegrafo, de manera
que mas de una vez se siente tentado poner el punto final, y hacer una
raya larga. Si esto le sucede con la descripcin puramente hidrogrfica y
orogrfica, se siente todava mas embarazado, cuando quiere componer un
cuadro general y caracterstico de esta regin. Hacerlo en pocos renglones,
parece imposible, porque considerando la inmensa extensin del pais, es de
suponer, que el carcter vara bastante, segn las regiones y zonas; otro
debe ser al pi de la Cordillera oriental, otro en el curso medio de los ros,
y otro en la zona anegadiza del curso inferior y lo lo largo del rio Ama-
zonas. Nadie nos ha dado todava la caracterstica clara y compendiosa de
esas zonas y variaciones locales. Por supuesto, no podemos exigir descrip-
ciones completas, para esto se necesitara un tomo, lo menos, de botnica,
otro de zoologa, y otro de etnografia, no hablando de la topografia, y esto
pasara los lmites de una geografia; sinembargo si leemos y estudiamos las
descripciones de los viajeros y existen muchsimas debemos sentar,
que son demasiado pobres en datos realmente aprovechables, apesar de que
agotan el tesoro de expresiones hiperblicas, para celebrar la vegetacin
exuberante y las riquezas inmensas del pais, aadiendo la lista estereo-
tpica de algunas docenas de maderas y productos vejetales, que se repite
en todas ellas. Si pudiramos hacer una deduccin segura de tales relaciones,
deberamos creer, que toda la Provincia del Oriente es un pais sumamente
montono, una selva sin lmite, y de la misma composicin en todas partes.
La descripcin de esta selva es comunmente concebida en trminos tan
generales, que puede cuadrar tambin las selvas de Esmeradas y de Ma-
nab (si exceptuamos uno que otro rbol). En fin, yo confieso, que apesar
de haber leido la mayor parte de los libros que tratan de la regin del
Oriente, no puedo formarme una idea clara de ella de sus caracteres di-
stintivos, y como no la he recorrido personalmente, no puedo aventurarme
recopilar un artculo largo, que nada de nuevo contribuiria su mejor
conocimiento. Una sola avertencia me permito enunciar, antes de concluir.
No dudo, que una gran parte de esta regin sea muy feraz y propsito para
el cultivo de productos tropicales, pero debemos cuidarnos de no generalizar
las observaciones locales y extender el juicio favorable sobre todo el pais
sin distincin, como lo hacen algunos propagandistas del Oriente y de su
LA REGIN OEIENTAL. 209

colonizacin, mas entusiastas que prudentes, que tundan en sus suposiciones


problemticas clculos muy atrevidos y hasta imposibles, y edifican castillos
en el aire. De la mayor parte de este territorio no conocemos mas que las
orillas de los rios, que en verdad tienen veces bancos magnficos; pero
cual ser el vastsimo pais intermedio? cual su suelo? cual la tierra despus
de haberla desnudada de su vegetacin primitiva, algunos aos despus
de haberla explotado? De muy pocas localidades, y en escala muy reducida,
tenemos la experiencia. Si leemos de las inmensas reas inundadas, ane-
gadas anualmente, durante muchos meses, que no solamente se hallan en
una zona ancha lo largo del Maraon, sino tambin lo largo y poca
distancia del curso medio de sus tributarios principales, no debemos con-
cluir, que una porcin muy grande de este territorio ser incultivable y casi
inhabitable? Muchas otras consideraciones se podria agregar, no para dis-
minuir el mrito de esta bella porcin de la Eepblica, sino tan solo para
refrenar un poco la fantasa exaltada. En lugar de cansarnos con exclama-
ciones sobre las maravillas de la regin oriental, de lamentar su estado de
atraso y abandono, de pintar el paraso, en que se habr convertido en
tantos y tantos siglos, mejor y mas til seria, estudiarla primeramente con
calma, bajo la vista cientfica y prctica la vez, y ante todo conservar
lo que todava no han quitado los vecinos del Norte y del Sur.(16>

Apndice la topografa.
Vias de comunicacin.
Aunque el captulo sobre las vias de comunicacin propiamente no per-
tenezca la geografa fsica, sino la civil, no puedo prescindir de insertar
aqu un pequeo artculo sobre esta materia, como un apndice de la hidro-
grafa y orografa del pais. Pues, en el Ecuador los caminos, con escasas
excepciones, son tan poco artificiales, que podemos casi considerarlos como
un fenmeno natural, ntimamente enlazado con la topografia.
. Las vias de comunicacin son acuticas terrestres. De las primeras,
que se llaman canales, el Ecuador no posee ni una sola artificial; felizmente
abundan los canales naturales rios navegables en las regiones bajas del
oriente y del occidente, como lo he demostrado en la descripcin hidro-
grfica que precede. Vendr el tiempo, en que se sentir la necesidad de
abrir tambin canales artificiales, que comuniquen los rios principales sus
WOLT, Ecuador. 14
210 TOPOGRAFIA. AENDICE.

tributarios entre si; y entonces habr gran facilidad para estas obras, espe-
cialmente en toda la regin litoral, que est bajo el influjo de las'mareas,
y esta regin favorable es muy vasta En la descripcin hidrogrfica he
indicado los rios, que son navegables vapor, y los que lo son por canoa.
La regin andina interandina carece enteramente de rios navegables,
porque el desnivel y la aspereza del suelo es tan grande, que ni la natura-
leza, ni los esfuerzos humanos pueden remover los obstculos que se oponen
la navegabilidad. De la regin transandina oriental he dicho lo ne-
cesario en el captulo precedente. All, si prescindimos de algunas sendas
malsimas, que conducen por la Cordillera oriental a las cabeceras al curso
superior de los rios apo, Gnelos, Macas, Gualaquiza, los rios son las
nicas viasf de comunicacin, y el viajero, que deja la canqa para cruzar el
pais por tierra, siempre debe hacerse un camino una trocha ad hoc, con
hacha y machete, camino que desaparece en pocas semanas, tan pronto como
la huella que deja su pi en el cieno. Solo de la regin occidental
litoral diremos, todava algunas palabras. En una gran parte de esta regin
el vapor, la chata, la balsa, el bote, la canoa de todo tamao, reemplaza el
caballo y las recuas de burros y muas de la sierra. Se explica, que aqu
hay.pocos caminos por tierra, y su mal estado es hasta cierto punto per-
donable, lo menos en donde hay la facilidad de la via por agua. Una
regular canoa manejada por un hombre dos, reemplaza una gran recua
de muas. Lstima es, qu estas magnficas vias acuticas naturales son
tan descuidadas, como las terrestres en la serrana; aquellas no necesitan
menos de conservacin y reparacin, que estas. Cuanto podria extenderse
la red de rios navegables, limpindolos debidamente de las palizadas, for-
madas comunmente en invierno, dando mas profundidad otros, y removiendo
los bajos y bancos de arena, ensanchando en unos y estrechando en otros
sus riberas! Pero esto demanda trabajo y gastos, y los pueblos se contentan
todava con aprovecharse de las vias fluviales, como las d la naturaleza.
La flotilla regular de vapores fluviales de Guayaquil, que cruza el sistema
del rio Guayas por sus venas principales (rios de St a . Rosa, Mchala, Balao,
Naranjal, Yaguachi, Bodegas, Baba, Vinces, Daule), y que en invierno penetra
hasta el pi de la Cordillera alta, podria ensanchar mucho el campo de su
actividad y ganancia, si con la proteccin del Gobierno. cuidara mas la
buena conservacin de los rios, la canalizacin de otros, la abertura de pe-
queos canales, para abreviarlas distancias etc. Para llamar la atencin
un solo punto (entre tantos que podria enumerar): No seria de muchsima
utilidad, regularizar el curso del rio Vinces, conduciendo el caudal de su
agua, que ahora se derrama por tantos esteros, por un solo cauce estable,
sea por la Bocana, sea por la Boca de Avispas, para hacer este rio
VAS D E COMUNICACIN. 211
accesible los vapores durante todo el ao? Eecuerdo que en los aos de
1883 y 1884 Guayaquil estaba alarmado con el peligro de que el ro Guayas
rompiese, abajo de la ciudad, un cauce al Estero Salado, y se hicieron bajo
la iniciativa del Seor D. Pedro Garbo algunos estudios y trabajos para evitar
el acontecimiento. Tambin soy de la opinin, que un tal cambio notable
no se. debe dejar verificarse por un capricho del rio Guayas, pero no con-
vendra abrir en ese estrecho un canal artificial, ..con una hiena exclusa 6
compuerta en las. orillas del Guayas? El magnifico Estero Salado, que hoy
dia no sirve de nada, tendra entonces mucho valor y seria una via de cormrni->
cacion mas segura, mas tranquila y mas cmoda que el Guayas mismo, sobre
todo. en invierno, cuando las eorrentadas en el ltimo son temibles. Con
la exclusa se evitara suficientemente la mezola de las aguas, que temen los
habitantes de Guayaquil. Y bajo la vista estratgica: no seria, en ciertas
circunstancias de rnuehisima importancia, que un buque de guerra pueda
cruzar en un cuarto de hora del rio al Estero Salado? La abertura, de este
canal no presentara absolutamente ninguna dificultad tcnica, y el gasto
mas fuerte exigira una buena exclusa en las orillas del Guayas. No es mas
que una idea que lanzo aqu, y que me vino cada vez que desde el cerro
de St". Ana contemplaba el magnfico panorama de Guayaquil y d sus al-
rededores.
Los caminos terrestres del litoral son generalmente, por las condiciones
naturales del clima, en la estacin, seca buenos, y en la estacin lluviosa no.
malos sino psimos y muchas, veces intransitables, consecuencia de las
inundaciones. En verano basta abrir una trocha por el monte, para tener
un camino bueno, porque durante seis meses no llueve, y no hay que vencer
las asperezas de montaas altas.. Pero en el invierno, y en las partes en
que llueve todo.el ao, al pi de la Cordillera, los caminos son talvez peores
que en la sierra, porque las aguas se estancan en un terreno sin declive,
el camino se convierte en una cinaga hedionda y sin fondo, faltando casi
siempre el cascajo el sustrato slido, que en la sierra se encuentra
menudo. No me cabe duda, que en muchas partes del litoral la construccin
y conservacin de una carretera slida, que sirva tambin en invierno, seria
mas difcil y mas costosa, que la de un ferrocarril de segundo orden.
En las provincias bien pobladas, como en las del Guayas, de. Los Rios,
y en la parte meridional de la de Manabi-, todos los pueblos y haciendas,
estn unidas entre si por caminos de herradura, que en verano nada dejan
de desear, sino veces mayor cuidado en tenerlos. abiertos y libres del
ramaje en las partes montuosas. Pero.en las regiones, en que no hay una
poblacin estable, como en las montaas interiores de Manabi y. al Norte
de Balzar y Quevedo, as como en toda la provincia de Esmeraldas, los
14*
212 TOPOGRAFIA. APNDICE.

caminos de herradura faltan completamente. El nico camino, que encon-


tramos al Norte de Baha de Carques, es l que sigue la costa del mar,
comunicando los pocos pueblos y sitios martimos. Este camino es bueno,
donde es natural, es decir, donde consiste en la playa arenosa del mar (du-
rante la marea baja), pero es abominable, donde es artificial, y donde con-
duce por los deshechos, es decir, donde se aleja por trechos de la playa,
para evitar algunos pasos malos, que se hallan comunmente al pi de las
puntas, que caen perpendicularmente al mar, sin dejar lugar la formacin
de playas. Los costeos usan poco esta via natural, tan acostumbrados
estn hacer su trfico en chatas, botes y canoas, tanto por el mar, cuanto
por los esteros y ros. Todo el interior montaoso de este pais carece
de caminos, pues aunque los caucheros, otros traficantes, abren de vez en
cuando una trocha senda de pi, esta se cierra en pocas semanas por
una vejetacion indomable. El que quiere penetrar all con bestias, aunque
sea por algunas cuadras, provase con hacha y machete y mucha paciencia.
Pasando los caminos de la regin andina interandina, podemos decir,
que no hay mas que un camino bueno, que es la carretera, desde Quito
hasta Sibambe, obra que se debe al patriotismo y la energa del Presi-
dente Garcia Moreno. Ojal que no se hubiese abandonado jamas el proyecto
primitivo de prolongar la carretera hasta Milagro hasta Yaguachi! Con
la idea de comunicar mas pronto el litoral con la carretera de Sibambe,
mediante un ferrocarril, qued el pais sin una y otro. Me atrevo enunciar
la asercin en apariencia paradoja, que, si se hubiese concluido primero la
carretera, y despus comenzado el ferrocarril, este ultimo hoy estaria mas
adelantado de lo que es, despus de 20 aos de trabajo. Respecto los
dems caminos dice el Seor P. P. Cevallos (VI, pg. 77): ((Propiamente no
ha habido caminos sino en las provincias lugares, en que la naturaleza
de los terrenos se ha prestado para su conservacin, sin necesidad del auxilio
del hombre. As el camino ordinario y principal, que atraviesa de N S
toda la Kepblica, desde el Carchi hasta Zumba y Macar, aunque bueno
en las provincias del Pichincha, Len, Tunguragua y Chimborazo, como
generalmente lo son tambin los de sus contornos inmediatos; en las dems
solo puede llamarse regular .en la temporada de sequa, y no malo sino p-
simo en la de aguas. Los caminos trasversales, que tenemos para diri-
girnos la provincia de Oriente las occidentales, son caminos para
cabras, principalmente para llegar la primera, hay que andar pi por
varios dias ser llevado espaldas de cargueros y expuesto veces
quedarse las mrgenes del rio rios, que de sbito crecen y se ponen
intransitables.
Los caminos del Oriente, mejor dicho, los que conducen al Oriente,
VAS DE COMUNICACIN. 213

han sido descritos muchas veces por los viajeros, tambin por Vlavicencio.
Su nmero se reduce cinco: I o el de la provincia del Pichincha por Pa-
pallacta, para los pueblos del "apo, el mas trillado de todos; 2o el de la
provincia del Tunguragua, por Baos, hasta Canelos, el mas aparente, segn
parece, para mejorarlo, pues no pasa por la regin alta de los pramos;
3 o el de la provincia del Chimborazo hasta Macas; 4 o el de la del Azuay,
por Sigsig Gualaquiza, y 5 o el de la de Loja, que v por Vcabamba y
el nudo de Sabanilla, para descender lo largo del rio Chinchipe Zumba
y Chito y hasta Jan. Algunos agregan un camino de Imbabura Pun y
el rio Cfanes (Aguarico), y otro de Latacunga por las faldas del Cotopaxi
al apo; pero ambos no son hoy traficados.
La comunicacin del callejn interandino con las provincias litorales es
mala y casi nula en la porcin setentrional de la Eepblica, es decir, en
las provincias de Imbabura y Pichincha de un lado, y las de Esmeraldas y
Manab del otro. El camino llamado de Carondeled, que conduce de Ibarra
al Pailn, es de, herradura y regular hasta las ltimas haciendas del valle
del rio Mira, hasta la cercania de la desembocadura del rio Lita. De ah
se trafica por una casualidad pi al Pailn Cachab. Los caminos de
pi, que hubo en algunas pocas de Otavalo y de Quito Esmeraldas, es
decir, los embarcaderos del Guallabamba, de Caoni y de Silanchi, estn
cerrados y casi olvidados. El camino de Manab, saber, el de Quito
Baha de Carques por St. Domingo, todava no llega este ltimo pueblo,
por el resto conduce una trocha recien abierta, que pronto se cerrar y que-
dar sin objeto, si no se realiza el proyecto de ferrocarril.
Hay algunos caminos de herradura muy malos, que cruzan la Cordillera
occidental, pero acaban en las faldas exteriores de ella, y no llegan al litoral.
Tales son los que conducen por Cotaeachi y por Perucho Intac, los que
van de Quito por Cotocollao Niebl, Nono, Nanegal, Mindo, por Lloa
algunas haciendas atrs del Pichincha, de Latacunga Sigchos etc.
La falta de caminos en la parte setentrional del pais se explica fcil-
mente por la ausencia de poblacin. Es imposible, que entre los cuatro
pueblos martimos y el pais interandino se desarrolle un comercio tan vivo
y fructuoso, que recompense un viaje largo y penoso al traves de una regin
tan spera y ancha, que separa los pueblos, que costee la construccin
de caminos. En efecto qu puede enviar la sierra los pueblos de Esme-
raldas, que estos no reciban mas cmodamente y mas barrato por otra via?
Los pocos artculos de consumo, que ellos necesitan en un ao, se podria
llevar por un buen camino en una semana. Y vice versa: qu artculos
podran importar los pueblos de Esmeraldas en los del interior, que estos
no reciban menos trabajo y costo por otras vas? De consiguiente el
214 TOPOGRAFIA. APNDICE.

comercio interior solo no mejorar los caminos en esta parte, porque la


perspectiva no es halagea." Si la abertura de caminos y de algunos puer-
tos mayores en la costa, atraera el comercio exterior (exportacin impor-
tacin), es otra cuestin di tinta, que no puedo decidir, porque se necesi-
tara un gran acopio de datos estadsticos, sobre la productibilidad y el
consumo de aquellas' provincias, datos que en realidad nos faltan.
La confirmacin de lo que acabo de exponer, encontramos en el hecho,
de que desde el punto, en que las provincias litorales son bien pobladas,
se desarolla un comercio vivo entre ellas y las serraniegas, y en conse-
cuencia hay muchos caminos de herradura, que las ponen en comunicacin.
Indicar los principales, que casi todos he recorrido personalmente. El pri-
mero sube por el valle de Quevedo y Plalo Latacunga. Por la hoya del
rio Zapotal y Juntas entran los caminos de Angamarca y de Simitug, que
conducen Latacunga, Ambato y Guaranda. De Babahoyo parten muchos
caminos la sierra: uno, que se llama de San Antonio, v por Cachar,
sigue el rio de Pozuelos, y sube por las haciendas de Pacana y San An-
tonio Pucar y Guaranda. Otro, el mas trillado y mas antiguo, es el,
que va por Sabaneta Balsabamba y conduce Guaranda, por San Miguel,
por San Sebastian, por Chapacoto. Ademas se deriva de l en Balsa-
bamba el camino antiguo, que v por San Jorge al valle de la (Jhima. Otro
camino sigue desde Babahoyo el rio de Bodegas arriba hasta las Juntas,
y sube por el valle del rio Limn Chillanes. Como el valle de Chimbo,
segn mi modo de ver, pertenece ya la regin andina, no hablo aqu de
los caminos que conducen de la provincia de Bolvar la del Chimborazo.
Desde Puente de Chimbo (estacin del Ferrocarril) parten los caminos,
que van por el valle de Chimbo Guaranda, y por valles laterales Sibambe
(por Cayandeled por Sacramento), Linje, Pallatanga, y por Pangor. a
Cajabamba, otro v por el valle del Chanchan Sibambe. Por el valle del
Bircay sube un camino de Boliche Taura Suscal y Caar. Otro, mas
frecuentado, conduce Caar de Naranjal por el valle del rio Suya y por
Gualleturo. Un ramal de este camino sube por el valle del rio Patul la
Cordillera de este nombre y Cuenca. El camino real de Cuenca deja
desde Naranjal el valle principal, y sube por el de Chacayacu Yerbabuena
y Molleturo, y en seguida por el valle del Mihuir al Cajas y Cuenca.
Otro camino conduce Cuenca por el valle del rio Balao, cruzando la Cor-
dillera mas al Sur del Cajas. Por el:valle del rio Tenguel se puede pasar
la Cordillera en Mullepungo y llegar Pucar en la hoya del rio Jubones.
A la misma hoya conduce el camino de Mchala y Pasaje, que sigue el rio
Jubones hasta el vall de Yunguilla. Un poco mas al Sur encontramos el
camino de St a . Bsa Zaruma y Loja, y finalmente hay dos caminos que
VAS DE COMUNICACIN. 215
van de Tmbez los cantones de Clica y Catacocha, uno por Puyango y
otro por el Casadero.
Todos estos caminos enumerados, y algunos mas de menor importancia,
se parecen en muchos puntos, y conociendo uno dos, se tiene una idea
general de todos. H aqu e l t i p o de ellos: p e la llanura entra el camino
en uno de los valles, que se extienden entre los ramales occidentales de la
Cordillera. El valle al principio es ancho, el levantamiento del terreno suave,
el rio bastante manso. Poco poco el piso del camino, antes arenoso y
lodoso, se presenta por trechos con cascajo mas menos grueso, el rio lleva
guijarros mayores, las montaas se acercan al curso del rio, y con esto
entramos en la regin hmeda, en que llueve casi todo el ao, lo menos
todas las noches. Aqui principian los trabajos: el valle es angosto, la gra-
dacin del terreno raerte, por escalones se sube las mesetas angostas que
ambos lados del rio se siguen una sobre otra, y se componen de cascajo
mezclado con enormes pedrones; en medio y cortndolas verticlmente, se
precipita el rio estrepitoso por saltos y cascadas, entre los negros peascos
sembrados en su cauce. El viajero ya se entierra con su cabalgadura en
lodazales hediondos y llenos de sustancias ptridas, ya corre peligro de
resbalar y de caer en el precipicio de una quebrada, de quedarse clavado
en una angostura de las rocas que cubren el camino y entre las cuales las
bestias, torcindose y jalando, apenas pueden pasar su propio cuerpo. En
donde las rocas escarpadas de las montaas llegan hasta la orilla del rio,
el camino le cruza, sigue por largos trechos dentro del agua, donde es
posible, y estos pasajes por el rio, que no siempre carecen de peligro, se
repiten en algunos de tales caminos (p. ej. en el de St a . Eosa) diez veinte
veces en pocas horas, pues se prefiere la via acutica las horribles subi-
das y bajadas por las cuchillas lo largo del rio. todas estas lindezas
del camino se agrega lo cerrado y tupido de una vejetacion demasiado exu-
berante; abajo las raices enredan los pies de las bestias, y los arboles cados
las obligan saltos mortales rodeos largos; de arriba amenazan al ginete
las mil clases de enredaderas, bejucos, espinos, ramas pendientes, rboles
inclinados; y por aadidura todo est goteando de humedad, porque rara
vez los rayos del sol penetran en estas selvas hmedas, y no hay tiempo
para evaporar tanta agua, que cae cada noche de nuevo. Un silenci pro-
fundo reina en estos bosques primevos, solo de vez en cuando interrumpido
por el bramido de los monos, .la algarada disonante de los loros;, el grito
de un arriero, que de lejos anuncia la llegada de una recua de burros;
es un consuelo. Eara vez un viento fresco mueve la atmsfera clida y
estancada; el cuerpo y el espritu del hombre languece, y deseando salir
cuanto antes .de este valle sombro, reniega las bellezas decantadas de la
216 TOPOGRAFIA. APNDICE.

vegetacin tropical, que oprime su corazn, y apura sus pasos hacia


arriba.
Baados en sudor trepan hombres y animales las primeras gradas de
la Cordillera. En la altura de 600 800 metros, comunmente en un punto
de reunin de algunos valles y ros, el camino, abandonando el fondo del
valle, toma la ladera de un estribo de la Cordillera alta, y sube en forma
de zigzag sobre su cuchilla cresta, que es la linea divisoria entre dos
valles, hasta la cima de la Cordillera, hasta el lmite superior de la vege-
tacin arbrea, en donde las montaas alcanzan una altura tan considerable.
Pero con este cambio de sistema no se mejora el camino. En primer lugar
comienza aqu la verdadera cuesta, es decir la subida empinadsima, que
dura muchas horas y rara vez es interrumpida por una meseta corta; la
caida del camino es, apesar de las muchas vueltas y girones, demasiado
fuerte, y casi siempre el ngulo de inclinacin excede el mximo, que se
suele dar los caminos de herradura. En segundo lugar, y esto es lo
peor, esas laderas inferiores de la Cordillera y de sus ramales se com-
ponen de un terreno malsimo, que es el producto de una descomposicin
rpida, qumica y mecnica, de las rocas constituyentes. En esta zona de
humedad eterna los prfidos y las dioritas, que forman el esqueleto de las
montaas, se hallan trasformados en la superficie y hasta la profundidad
de algunos metros, en una arcilla roja amarilla, que con el agua de las
lluvias se vuelve sumamente resbalosa, y mas luego se trasforma en lodo
hondo y casi intransitable. Aqu.llegan los camellones, aunque no faltan
en los llanos ni en la montaa superior, al mayor grado de perfeccin,
mejor dicho, de perversin, y completan en mal tiempo la desesperacin del
viajero.*) Los camellones son una cosa esencial inseparable de un camino
la sierra, y consisten en unas lomas de tierra, paralelas sendas zanjas
transversales, que se forman con la pisada de las bestias. Muchas veces
ests zanjas tienen dos tres pies de profundidad y estn llenas de agua
y lodo. Cuando son hondas, los animales descansan con la barriga, y el
ginete con los pies, sobre la loma, y cuesta trabajo zafarse de tal posicin,
en que falta un piso seguro. Los camellones se siguen veces por muchas
cuadras, y cuando se hallan en una cuesta empinada, y por aadidura llenos
de piedras rodadas, el viaje se convierte en una serie no interrumpida de
cadas, resbalones, tropezadas, revolcadas, de que. hombres, animales y
cargas salen literalmente cubiertos de lodo. Imposible pintar la escena in-
fernal, que se desarolla, cuando en tales lugares se encuentran varias recuas

*) Ejemplos caractersticos: la cuesta de St a . Rosa con <da escalera, el camino de


Cuenca en el empedrado y en Chalapud, la cuesta de Balsabamba con el torneado etc.
VAS DE COMUNICACIN. 217
de burros y muas, unas subiendo y otras descendiendo. Los arrieros se
quitan el ropaje hasta la ltima pieza, cayendo y resbalndose ellos mismos,
buscan como precaver la caida de sus animales de carga, los sacan de los
huecos, los impujan, los levantan con sogas, los animan con gritos, impre-
caciones y golpes de palo, y con todo no siempre pueden evitar, que en
parajes angostos se forme un ovillo inextricable de gentes y bestias, de lodo
y carga, de raices y espinos. Entonces el machete corta el nudo gordiano, se
suelta la carga, se la saca un lugar seguro, despus se salvan los ani-
males, no siempre todos, porque uno que otro sucumbe las fatigas y queda
muerto moribundo entre los camellones, otros salen tan estropeados, que
para el resto del viaje quedan intiles. Tales escenas se repiten diaria-
mente en tiempo de invierno; pero tambin en verano rara vez se seca la
regin inferior de las montaas hasta el grado, que el camino echa polvo,
como dicen los arrieros, cuando es algo regular.
Por lo comn tendremos el camino malo hasta la altura de unos 2000 me-
tros. En esta elevacin el terreno suele ser mas slido y mas seco, y tam-
bin la temperatura es mas agradable; con verdadero placer recibimos el
vientecito que sopla de las alturas, y respiramos el ambiente balsmico del
bosque, que ha cambiado de carcter. Quedan atrs los gigantescos pero
sombros rboles de la regin inferior, con su follaje impenetrable; la selva,
aunque todava tupida, se compone de otras formas mas bajas, pero ele-
gantes y muy variadas, entre las cuales se distinguen especialmente los
graciosos helchos arbreos; solo las palmas de cera levantan sus esbeltas
columnas y coronas muy alto sobre las colinas de verdor.
En la altura de 2000 3000 metros el bosque ostenta la mayor riqueza
de ores hermosas y raras, y contribuye mucho la expansin, que se apo-
dera espontneamente del nimo del viajero, siempre que un tiempo bueno
le favorezca, y el camino quede seco. Porque en caso contrario le espera
en estas alturas, y especialmente en el limite de la vegetacin arbrea, y
al entrar la regin del pramo de los pajonales, una molestia nueva.
Kara vez el camino es llano: sigue subiendo por cuestas empinadas,
hace travesas por las laderas de las montaas, y entonces tambin se
compone de subidas y bajadas rpidas. El terreno superficial es una tierra
negra muy compacta, que con la menor lluvia se pone resbaladiza, como
jabn. Difcil es decir, si la subida la bajada es mas peligrosa, el viajero
novel teme mas la segunda, el experimentado la primera. En una subida
peligrosa el animal, que resbala por atrs, fcilmente cae por la espalda
sobre el ginete, un precipicio, que no puede evitar porque no lo v; en
la bajada, al contrario, puede evitar el peligro, y resbala con una seguridad
admirable, juntando las manos y medio sentado sobre las patas. El ginete
218 TOPOGEAEIA. APNDICE.

que tiene una bestia medianamente ejercitada en estos caminos, no puede


hacer' cosa'mejor, sino entregarse al instinto de ella. veces con un solo
resbaln baja 20 30 metros en linea recta siguiendo los giros del ca-
mino." En otros puntos tendremos que escalar peascos tajados, por sendas
de dos pies de ancho, en que un solo paso malo de la bestia nos lanzara
. un abismo horrible. Y as se siguen las peripecias del camino sin inter-
rupcin, hasta llegar la carretera uno de los caminos interandinos
principales. En algunos puntos (p. ej. entre Balsabamba y el valle de
Chimbo) el camino' no llega la regin de los pramos, y el trnsito se
verifica dentro de la zona de vegetacin arbrea; en otros (p. ej. n el ca-
mino de Naranjal Cuenca) tenemos que subir unos 1000 1500 metros
mas por los pajonales, para cruzar finalmente por un portezuelo, muchas
veces nevado, a l a regin interandina. En ests alturas el camin presenta
nuevas dificultades, enlazadas con la naturaleza de los pramos, de que
hablar en otro lugar.
La descripcin que precede, cuadra poco mas menos todos los ca-
minos, que conducen del litoral las provincias interiores, y tambin
muchos de los interandinos. Ya se v que el Doctor Cevallos no exagera,
cuando los llama caminos para cabras, ni Villavicehcio, diciendo que en
el Eouador no tenemos lo que realmente merece el nombre de caminos.
No veo l necesidad d enumerar aqu todos los caminos del interior,
ni mucho menos la de describirlos uno por uno.*) Igualmente creo intil,
repetir las lamentaciones sobre su mal estado y recordar al Gobierno la
urgente necesidad de mejorarlos; porque estoy seguro, de que el Gobierno
reconoce esta necesidad como todos los particulares, y preciso es confesar,
que en los ltimos tiempos ha gastado sumas muy crecidas en la compos-
tura de los caminos mas" importantes. Pero no debemos olvidar, que la
construccin y la conservacin de los caminos en el Ecuador es mas difcil
y mas oostos, que por ejemplo en el Per occidental, en Chile en cual-
quier pais extratropical^ consecuencia'de las inmensas dificultades, que
stas obras opone una naturaleza indomable, la aspereza del terreno, y las
condiciones singulares del. clima.
Lo mismo se puede afirmar de la construccin de un ferrocarril andino,
que tanto necesita el Ecuador, para poner en regular comunicacin las pro-
vincias del interior con las del'litoral. Ms fcil ser horadar los.granitos
y las andesitas de la Cordillera alta,' que consolidar la linea en. el terreno
deleznable y movedizo en las faldas inferiores de ella, como ya lo ha pro-
bado el trabajo entre Puente de Chimbo y Sibambe. Algunos han credo,

*) La descripcin de. los principales vase en Villavieencio, Geografa, p.. 135.


VAS DE COMUNICACIN. 219
que se debera abondonar la ruta por el valle del Chanchan y tomar la por
el valle de Chimbo. Pero las dificultades sern poco mas menos las mis-
mas; se encontrarn tambin en las provincias de Manab y Esmeraldas para
ferrocarriles futuros, y en general por todo el declive occidental d los Andes.
La mayor dificultad no consiste en la configuracin topogrfica superficial,
sino en la naturaleza interior de las rocas, y en las condiciones climatolgicas.
La obra gigantesca del ferrocarril de Oroya en Per era relativamente mas
fcil, que la comenzada entre Puente de Chimbo y Sibambe, porque se traba-
jaba en terreno slido. Quitemos al Ecuador su vejetacion y su humedad,
demos las montanas el clima rido del Per, y pronto tendremos el mismo
terreno slido; la descomposicin de las rocas cesar, se manifestar por
otro modo menos perjudicial. No hago esta observacin para desalentar, sino
para estimular. Las dificultades son grandes y pueden retardar la obra; pero
no son invenciblss y se vencern. El ferrocarril es una obra sumamente
til para el Ecuador, es necesaria, por consiguiente se har. Garcia Moreno
tiene el mrito de haberla ideado y comenzado, hace 20 aos; mas mrito
y mas gloria tendr el Gobierno, que la lleve cabo, venciendo tantas
dificultades que aquel patriota no pudo preveer.
El ferrocarril del Sur, es decir, l que debe unir la capital de la Re-
pblica con Guayaquil, est concluido en su primera seccin, desde la estacin
de Duran, que est enfrente y la vista de Guayaquil, hasta Puente de
Chimbo, al pi de la Cordillera occidental. La segunda seccin, que es la
mas dific y comprende el ascenso de la Cordillera por el valle del Chanchan
hasta Sibambe, en la cercana de Alaus, est en construccin, hace algunos
aos. La tercera seccin, que debe seguir por el callejn interandino hasta
Quito, no ha pasado todava del estado de proyecto. No hay duda, que esta
linea, elegida para el primer ferrocarril del pais, es la mas natural y la mas
ventajosa bajo muchos respetos. Pone en contacto inmediato cuatro pro-
vincias interandinas (Pichincha, Len, Tunguragua y Chimborazo) con el
puerto principal de la Repblica, y con la provincia inas poblada del litoral.
Con su prolongacin al Norte, las provincias de Imbabura y de Carchi, y
con un ramal, derivado en el cantn de Alaus hacia el Sur, las provincias
de Caar, Azuay y Loja, se completar mas tarde la comunicacin de todas
las hoyas interandinas. Ninguna otra linea serviria tan perfectamente al
inters general del pais, como la proyectada (y en parte ejecutada) de Quito
Guayaquil. Siempre he sido de la opinin, que el Gobierno debera por
ahora concentrar todas sus fuerzas morales y materiales en la conclusin de
esta obra magna, y no debilitarlas entrando en otros proyectos mas menos
particularistas, que por ahora son irrealizables intiles. Algunos ponen
toda la felicidad (soeada) de su provincia en la comunicacin de ella por
220 TOPOGBAFIA. APNDICE.

ferrocarril con un puerto del mar, aunque se halle en el desierto de Pailn


(vase pg. 25), y no piensan en la utilidad y necesidad talvez mas urgente,
de ponerse en comunicacin con las otras provincias del interior. Mucho
mas ventajosa seria esta ltima, p. ej. para las provincias de Imbabara y de
Carchi, que un camino al Pailn. Es un gran error creer, que hasta que
el Gobierno declare un punto en la costa como puerto mayor y haga un
camino l, para atraer de un golpe el comercio exterior interior este
punto, y una inmigracin numerosa un pais hasta ahora desierto. Un
sueo utpico es, creer que con tal que se pongan los rieles de un ferro-
carril al traves de los bosques primevos de Esmeraldas y de Santo Domingo
de los Colorados, se levantarn como por encanto pueblos y ciudades lo
largo de la linea. A menudo s alega el ejemplo de Norteamrica, y ninguno
mas impropio se podria aducir, porque falta completamente la analogia; la
Sudamrica (tropical) no es Norteamrica, y los Ecuatorianos no son Yankees!
Mucho, muchsimo se podria escribir sobre este tema porsupuesto sin
convencer los utopistas exagerados del Ecuador , pero ya me he dejado
alejar demasiado del objeto propio de mi libro, es decir de la geografia
fscia del pais.
He credo de muchsima utilidad agregar este artculo sobre los ca-
minos, y en general la topografia del pais, una lista extensa de alturas.
La pongo entre los Suplementos, y espero que ser recibida con agrado de
los hombres de ciencia, topgrafos, ingenieros civiles y militares, viageros,
y de todos los que necesitan ocuparse terica prcticamente con las con-
diciones hipsomtricas del Ecuador. (*6>
PARTE H.

G-EOLOGIA.
Generalidades.
La configuracin exterior del globo terrqueo en su totalidad y en sus
partes, no es otra cosa, sino el resultado final de una infinita serie de
sucesos geolgicos, de su desarrollo sucesivo. La geologia es la ver-
dadera llave para la inteligencia de la geografa de un pais, y ambas cien-
cias estn en ntima correlacin. Pero como el estudio geolgico sale
siempre de las condiciones exteriores y superficiales de un pais, la topo-
grafia es tambin una base de la geologa; esta base hemos echado en los
captulos precedentes.
La descripcin topogrfica de un pais est al alcance de todos, que
poseen una instruccin mediana; no as la desoripcion geolgica, cuya in-
teligencia supone en el lector conocimientos especiales en mineraloga, qu-
mica y otros ramos auxiliares, y ante todo la familiaridad con los principios
fundamentales de la geologa general. Una geologa completa del pais
ocuparia un tomo especial, y traspasara los limites de esta obra. Lo que
por ahora me propongo es, trazar un bosquejo general de las condiciones
geolgicas del Ecuador, y sacar algunas consecuencias prcticas de su estudio.
El uso de muchas palabras tcnicas y especficas ser inevitable en esta
parte; para facilitar su inteligencia los lectores, que no han hecho un
estudio especial de la geologa, he credo til, colocar entre los Suplementos
un corto resumen de las nociones mas generales de la geologa, en cuanto
tocan al Ecuador/17* Algunas discusiones demasiado particulares, que pueden
interesar solo al gelogo de profesin, relegaremos las anotaciones y
suplementos.
222 GEOLOGIA.

En cuanto la car tita geolgica, que acompaa esta parte de la obra,


observar, que la pequea escala, en que est trazada, no permite una distin-
cin mas detallada de los terrenos, ni la indicacin de las subdivisiones de
las rocas, pero llena su objeto de facilitar la inteligencia de la descripcin.
Es la primera carta geolgica del Ecuador, y se funda en casi todas sus
partes en mis propias observaciones. Donde estas no alcanzan, las he su-
plido con datos genos, extendiendo un terreno, hasta donde segn la con-
figuracin topogrfica y otros indicios, probablemente alcanza. No hay duda,
que este primer ensayo es todava imperfecto, y sufrir varias modificaciones
y correcciones, sobre todo en las partes menos conocidas del pais, y en
aquellas en que no pude concluir mis estudios geognsticos^?> Pero una
vez se debe hacer el principio, y cualquier otro se hallar con las mismas,
y talvez con mayores dificultades, que yo.
La historia de la geologa en el Ecuador es corta. A mediados del siglo
pasado, cuando los Acadmicos franceses Condamine y Bouguer, y los ofi-
ciales espaoles Ulloa y Jorge Juan, hicieron sus estudios, y fines del mismo
siglo, cuando escribi Velasco, la ciencia geolgica yaca todava en los
paales, y por esto no encontramos cosas notables en sus escritos, sino al-
gunas noticias interesantes sobre los volcanes ecuatorianos, pero con expli-
caciones veces muy desgraciadas. A. Humboldt era el primero, que
vino estudiar el pais, provisto de suficientes conocimientos geognsticos,
y sus. trabajos lo hicieron conocer los gelogos de Europa. Pero en los
pocos meses, que pas en el Ecuador (1802), no pudo abrazar, sino una pe-
quea parte de l, y sus estudios casi se limitaron algunos volcanes del
pais interandino. Su primer sucesor era Mr. Boussingault (1831), de que
podemos decir lo mismo que de Humboldt. No se puede negar, que las
descripciones de los dos sabios nombrados, especialmente del primero, ejer-
can una atraccin especial sobr los gelogos, y todos los que vinieron al
Ecuador, se dirigan al pais clsico del volcanismo, es decir la regin an-
dina entre Tulcan y el Azuay, siguiendo las huellas de Humboldt. En
1856 H. Karsten public sus estudios geognsticos, hechos en Colombia y en
un viaje por el Ecuador interandino hasta la provincia del Tunguragua. En
una edicin posterior (1886) extendi la descripcin tambin sobre la mitad
meridional del Ecuador, fundndose especialmente en los estudios, que yo entre
tanto habia publicado.*) Algunos aos mas tarde M. Wagner visit el. pais,
limitndose de nuevo la regin interandina desde Ibarra hasta Riobamba.**)

*) H, Karsten, Die geognostisahen Verhaltnisse Neugranada's (Wien 185G). H.


Karsten, Geologie de l'aneienne Colombie Bolivarienne (Berln 1886).
**) M.' Wagner, Naturwissenschaftliche Reisen im tropisehen ' Amerika (Stutt-'
gart 1870).
GENEBALIDAHES. 223

Todo el resto del pais alto, desde el Azuay al Sur, y todo el litoral que-
daba tan desconocido, como antes. El estudio petrogrfico se limit
algunas pocas anlisis qumicas de rocas volcnicas, colectadas por los
viajeros nombrados, por otros que, sin ser gelogos, solo de paso pres-
taron alguna atencin al terreno. Entonces llegaron en 1870 los seores
W. Reiss y A. Stbel, que despus de haber estudiado los volcanes de
Colombia, se propusieron examinar toda la regin volcnica del Ecuador
sistemticamente, segn un plano muy vasto, y coronaron su obra des-
pus de cuatro aos de un trabajo mprobo. Conocidos son en el mundo
cientfico los estudios de estos dos gelogos, aunque por desgracia su gran
obra principal todava no est concluida. Sus colecciones mineralgicas
y geognsticas, que cuentan millares de muestras, son lo mas completo,
que existe en ramo de volcanologa. Aunque el objeto especial de dichos
viajeros era el terreno volcnico, no descuidaban el resto de las forma-
ciones geolgicas, en cuanto cayeran en el rayo de sus excursiones y
viajes, especialmente sus conexiones con las rocas volcnicas. Pero la
mitad meridional y toda-la parte occidental de la Eepblica, quedaba
siempre desconocida.
Al mismo tiempo (1870), que los doctores Reiss y Stbel, comenc yo
mis estudios geolgicos del pais, al principio en escala modesta y reducida,
porque la enseanza de las ciencias en Quito me dejaba poco tiempo para
viajes y excursiones. Solo desde el ao de 1875, despus de haber renun-
ciado la ctedra, y sido nombrado gelogo del Estado, pude emprender el
estudio sistemtico de las provincias. Se comprender, que con preferencia
me he dedicado al estudio de aquellas partes de la Repblica, que hasta
entonces haban sido descuidadas completamente, como las provincias de
Loja, del Azuay, y todas las litorales. Aqu todo estaba por hacer; encontr
un campo inculto.
Fuera de los indicados, no se han ejecutado otros trabajos geol-
gicos de importancia en el Ecuador, durante los ltimos dos decenios. Han
pasado algunos viajeros cientficos, pero sin hacer estudios originales. Solo
un gelogo polaco, el Seor J. v. Siemiradski, que en 1883 hizo algunas
excursiones Alaus y al valle del rio Pastaza, public en un folleto in-
teresante los resultados de sus observaciones y las anlisis de algunas
rocas andestieas.*) Ademas se hicieron otras anlisis de rocas ecuato-
rianas, en varios laboratorios qumicos de Europa, que sinembargo. solo
tienen inters para el petrgrafo especialista. H aqu toda la historia

*) 3. v. Siemiradski, Ein Beitrag zur Kenntniss der typisehen Andesitgesteine


(Dorpat 1885).
224 GEOLOGIA.

de los estudios geolgicos en el Ecuador, que contiene la vez las fuentes


de que pude valerme.

La Cordillera oriental de los Andes ecuatorianos nos presenta las rocas


mas antiguas de la costra terrquea conocida, la costa y el pais occidental,
las formaciones sedimentarias mas modernas, y el pais interandino, con la
Cordillera occidental, una mezcla complicada de rocas plutnicas y volcni-
cas, predominando en la mitad austral las primeras, y en la setentrional las
segundas. Esto se puede establecer en general, sin que una zona excluya
del todo las formaciones de las otras.
De las formaciones geolgicas, que se llaman estratificadas (tambin
neptnicas, acuosas, sedimentarias) se han reconocido en el Ecuador las
siguientes:
I o . La formacin de g n e i s y esquistas cristalinas. Perodo
arcaico.
IIo. La formacin cretcea. Perodo mesozoico.
IIIo. La formacin terciaria. Periodo Jcenozico.
IVo. L a formacin cuaternaria diluvial, l , , ,
o \ Periodo moderno.
V . L a formacin aluvial moderna. j
Se v, que falta de la escala geolgica general (vase Suplem. N. 20)
un nmero considerable de formaciones, as todas las del perodo paleozoico
(la silrica, devnica, corbonifera y prmica), y las dos primeras (la trisica
y la jursica) del perodo mesozoico.
Al lado de las formaciones sedimentarias, intercaladas entre ellas, se
encuentra una serie de rocas, que se presentan en macizos irregulares, di-
ques, vetas y filones, y que manifiestan un origen distinto del de las pri-
meras. Comunmente se llaman rocas plutnicas y volcnicas. El origen
gneo de las ltimas no es dudoso, mientras que respecto las primeras,
lo menos las mas antiguas (granticas), los gelogos no estn de acuerdo.
Esta obra no es la palestra, en que podramos lidiar en pro en contra de
una otra opinin terica, y ventilar una de las cuestiones mas difciles de
la geologa. Retenemos el antiguo nombre para el grupo de las rocas plu-
tnicas, sin afirmar con esto, que todas ellas tengan el mismo origen de un
magma gneo-fluido, que se bailen en su estado primitivo; porque admito
para muchas una metamorfosis posterior muy profunda. La edad relativa
de las rocas plutnicas y volcnicas se determina segn la de las forma-
ciones sedimentarias, con las cuales se hallan en relacin. De su edad re-
lativa resultar tambin el orden natural, en que trataremos de ellas. : En
el Ecuador podemos distinguir tres grupos grandes: >
GENEEIiIDADBS. . 225

Ia. Las rocas granticas y sienticas, que se hallan ntimamente


conexionadas con la formacin del gneis y de las esquistas cristalinas.
IIo. Las rocas verdes y las porfdicas de toda clase, que estn
en relacin con la formacin cretcea, y son, lo menos en su mayor parte,
de un origen mesozoico.
IIIo. Las rocas volcnicas, que caracterizan especialmente los ter-
renos cuaternarios y modernos, aunque algunas de ellas parecen datar de
la poca terciaria.
Trataremos de cada uno de estos tres grupos despus de las forma-
ciones sedimentarias, que acompaa.

WOL, Eouador. 15
Captulo I. I\! ,; \
Formacin del gneis y de las esquistas cristalinas.
El fundamento geognstico de los Andes ecuatoriales consta de antiguas
rocas pizarrosas de una textura cristalina, que solemos llamar gneis y es-
quistas ( pizarras) micceas, arcillosas, amfiblicas, clorticas, talcosas etc.
segn el mineral, que predomina en su composicin. Estas rocas son estrati-
ficadas y consideradas como de origen neptnico, aunque la forma y los
caracteres petrogrficos, con que se presentan actualmente, talvez no son
primitivos y originales, sino efectos del metamorfismo qumico, verificado en
el transcurso de tiempos indefinidos. En la cronologa geolgica dichas
rocas ocupan el lugar nfimo, es decir, pertenecen las formaciones acuosas
mas antiguas, que con los nombres de la lorenciana y hurnica reunimos en
el perodo arcaico.
El gneis y las esquistas cristalinas no ocuparon desde el principio la
posicin, en que las observamos hoy, antes debemos atribuir su levantamiento
hasta las alturas actuales unos procedimientos geolgicos muy posteriores
y relativamente modernos; pues podemos evidenciar con argumentos indis-
putables, que el levantamiento principal de los Andes se verific despus de
la formacin cretcea, durante el perodo terciario, y esto es, geolgicamente
hablando, moderno. Este fenmeno, en apariencia paradojo, de que los le-
vantamientos de las cordilleras mas altas datan de tiempos no muy remotos,
no es aislado, y se observa igualmente en el mundo antiguo, como, por
ejemplo, en el Cucaso y en los Alpes.
Como el armazn fundamental de los Andes estaba sujeto a todas las
revoluciones sucesivas del globo, desde el perodo arcaico hasta nuestros das,
es muy natural, que sufri mil alteraciones tanto en su constitucin interior
qumica, cuanto en su estructura exterior arquitectura. Sobre todo son
las rocas eruptivas las que, atravesando las estratificadas, no dejaron de
influir poderosamente en su yacimiento, y de hacerlo muy complicado. Ade-
mas las formaciones acuosas, que subsiguieron las primitivas, las ocultaron
FOBMACION DEL GNEIS. 227
en gran parte por su sobreposicion, de manera que su extensin geogrfica
en la superficie no es tan grande, como se podria esperar, y en las llanuras
occidentales conozco muy pocas localidades, al pi de la Cordillera, en que
se descubre este fundamento mas antiguo del pais.
Si estudiamos la extensin superficial del terreno de gneis y pizarras
cristalinas sobre el mapa geognstico, veremos, que compone toda la Cor-
dillera oriental y sus faldas exteriores orientales, desde la frontera del
Per, sobre Huancabamba, hasta el lindero con Colombia. En la provincia
de Loja est sumamente desarrollado, y baja tambin por las faldas occi-
dentales de la Cordillera real, hasta los valles interandinos profundos. Segn
el seor E. "Wtt de Loja, toda la hoya superior del rio Chinchipe y de sus
tributarios, desde el nudo de Sabanilla, hasta Zumba y Chito, consta de
gneis y granito, estando el ltimo en intima conexin con el primero. El
mismo terreno encontr dicho seor en las montaas, que forman la gran
hoya del rio Zamora al oriente de Loja, hasta cerca de las llanuras ama-
znicas. Al Oeste de Loja y de la Cordillera real se hallan algunas, como
islas de gneis y esquista, rodeadas del terreno porfdico; as en la Cuesta
de Amboca, en el camino entre Loja y Zaruma, y en las montaas de Capiro,
entre el lado derecho del rio Tmbez y el pueblo de Pinas, que se componen
en parte de un gneis tpico. Avanzando hacia el Norte, por las provincias
del Azuay y de Caar, ya se limita el gneis y terreno esquistoso la Cor-
dillera oriental misma, sus laderas interiores estn por algunas partes cu-
biertas de rocas volcnicas modernas. Por la provincia del Chimborazo se
retira nuestra formacin todava mas al Este, porque la cresta y el lomo
ancho de la Cordillera misma queda en gran parte cubierto de materiales
volcnicos (del Sangay, Cubillin, Altar, Tunguragua). Sinembargo en el
valle del rio Chambo se descubre por aqu y por all en las faldas in-
feriores de la Cordillera, en prueba de que sigue siempre debajo.de los
materiales volcnicos. Al Norte del valle del rio Pastaza est muy des-
arrollada en. la Cordillera de los Llanganates; pero desde aqu, hasta la pro-
vincia del Imbabura, ya no aparece en ningn punto del lado interior (occi-
dental) de la gran Cordillera, porque la cubierta de las lavas y tobas ande-
sticas es demasiado espesa. Desde la Cordillera de Chalupas sobre Lata-
cunga, hasta el Cayambe, ya se debe pasar la cresta de la Cordillera real,
para encontrar el gneis y las esquistas cristalinas, la linea, que las limita,
pasa por los vertientes orientales bastante distancia del Quilindaa, Coto-
paxi, Sincholagua, Antisana, Guarnan! y Cayambe. El Saraurcu cae al Este
de la linea y consta de esquista miccea. No conozco bien las condiciones
geognsticas al N del Cayambe; pero considerando, que all no se levantan
volcanes sobre la Cordillera, podemos suponer con fundamento, que el gneis
15*
228 GEOLOGA. CAPTULO I.

y las pizarras cristalinas s acercarn de nuevo la hoya interandina de


Ibarra, y probablemente se extendern tambin sobre los vertientes occiden-
tales de la Cordillera, hasta el nudo de los Altos de Boliche.
Desde la provincia de Lj hasta Colombia no conozco ningn punto
en la Cordillera occidental, en sus faldas, en que se descubriese una roca,
que podramos adjudicar la formacin del gneis y de las pizarras antiguas.
Pero al pi occidental de esta serrana se encuentran la entrada de algu-
nos valles, en las partes mas hondas,' y casi al nivel de las llanuras. As
en el rio Arenillas y en los ros cerca de St a . Rosa, en el valle del Jubones
cerca de Pasaje, y en el rio Balao, donde sale de la Cordillera. Ademas
mencionar la presencia de granito y de sienita en medio de la regin plana
cerca de Pascuales en el rio Daule inferior, y cerca de la hacienda de Cachari
(al NB de Bodegas). Granito y sienita, aunque no pertenezcan las rocas
estratificadas, se hallan en el Ecuador tan enlazadas con el gneis y las
esquistas, que con seguridad podemos deducir, que estas ltimas se hallarn
poca profundidad, debajo del terreno aluvial; conclusin que nos conduce
tambin su presencia en.las localidades antes citadas, casi al nivel de las llanuras.

Bajo la denominacin general de esquistas cristalinas comprendemos


muchas especies de rocas de ua estructura pizarrosa, y cuyos componentes
son cristales fragmentos cristalinos de varios minerales. Las partculas
componentes: se distinguen con la vista libre, entonces la roca es macro-
oristalina, solo con ayuda de una lente del microscopio, entonces es
microcristalina. A estas rocas pertenece ante todo el gneis, que no es mas,
que un granito esquistoso, componindose de los mismos elementos que este,
decir, de cuarzo, feldespato y mica. Las esquistas se distinguen, segn
el elemento predominante, en esquistas pizarras micceas, clorticas, tai-
cosas, anfiblicas, grafiticas, arcillosas etc. E n t r e . l a s esquistas verdaderas
se encuentran estratos subordinados de otros materiales, que ya no caen
bajo aquel nombre, como es p. ej. la cuarcita y arenisca cuarzosa. Todas
estas variedades se hallan en el Ecuador ya separadas segn localidades,
ya en capas alternativas y muy variadas, en un mismo lugar. En el ltimo
caso se observa, que las variedades pasan veces insensiblemente una en
otra, as, por ejemplo, del gneis sale la pizarra miccea, esta se hace mas y
mas fina, hasta que nazca la arcillosa; reemplazndose sucesivamente la
mica por clorita y talco, salen las untuosas pizarras clorticas y talcosas.
Interesantes son las esquistas grafiticas. El grafito ( la plombagina), que
es carbono puro, se halla en muchas de esas pizarras en pequeas cantida-
des, tenindolas de un color gris de plomo. En algunas partes, especial-
mente de la provincia de Loja, reemplaza complemente la mica, y predomina
FOEMACION DEL GNEIS. 229
tanto, que las piedras se parecen una mezcla de arcilla endurecida y gra-
fito; entonces la 'pizarra, gris oscura casi negra, tizna como lpiz. De tal
modo se encuentra p. ej. en la quebrada de lgrimas en Salapa al N de
toja, y en el Kamos-urcu cerca de San Leas. Mas ricas en grafito son
algunas pizarras al pi de la Cordillera oriental en la provincia del Chim-
borazo. Sobre l pueblo de Penipe, en el valle del rio Blanco, son muy
desarrolladas, y all encontr en las pizarras oscuras algunas capas delgadas
y nodulos que constan de grafito casi puro. Lstima, que esta sustancia
valiosa no se halla en masas algo considerables en su estado puro, pues las
capas llegan solo 5 10 milmetros de espesor, luego que son mas gruesas,
se mezcla tanta sustancia arcillosa con el grafito, que ya no sirve para usos
industriales. Sinembargo no seria imposible, que se encuentre con el tiempo,
y cuando el terreno est mas descubierto y accesible, una que otra capa mas
espesa de este mineral til.
. En la misma localidad de Penipe se halla en el terreno, de que Habla-
mos, otra sustancia de un inters aun mas grande, la uUa. En una quebrada
al SE del pueblo, llamada Pnicuchu, abrieron el terreno en busca de minas,
la profundidad de algunos metros, de manera que en el corte vertical se
manifiesta bien la serie de capas sobrepuestas. Se observa tres bancos de
ulla, separados entre s por capas de pizarra de dos tres metros de espesor.
El banco superior tiene unos 60 centmetros de potencia, pero la ulla s de
una calidad inferior y muy arcillosa; el segundo tiene de 30 50 centmetros,
y ofrece un combustibe mejor, as como el tercero, que llega casi un
metro de potencia. Los bancos buzan hacia el interior de la montaa (al
E) con 25 grados; pero parece, que precisamente en esta localidad, el terreno
ha sufrido fuertes dislocaciones. El carbn pertenece la clase que se llama
antracita, y que es propio las formaciones mas antiguas. Fsiles im-
presiones de plantas, que pudieran indicarnos su edad relativa, no se han
encontrado hasta ahora en este terreno carbonfero, ni en otras capas de las
pizarras cristalinas del Ecuador. Sinembargo la presencia de antracita, que
segn la opinin general de los gelogos solo puede derivarse de organis-
mos, demuestra que el nombre del perodj^cjajc_Q ( = sin vida), con que
se llamaba antiguamente, y en que cae la formacin del gneis y de las pi-
zarras cristalinas, no es del todo exacto, como tambin se ha comprobado
en otros pases, en que se han encontrado varios restos de animales en las
esquistas cristalinas. En lugar de azoico se usa hoy dia la palabra
arnaco.(19) -- - .. - -
El reconocimiento superficial del terreno de Penipe no es suficiente, para
decidir, si el carbn, ser en algun tiempo explotable no. Para esto se
necesitan trabajos de exploracin seria, y sondeaduras.
230 &EOLOGA. CAPTULO I.

Observamos que el rumbo general de las capas estratos del terreno


esquistoso es el de los Andes mismos, saber, de Norte Sur. Pero hay
innumerables excepciones y aberraciones locales de esta regla, sobre todo
en la cercana de las rocas eruptivas, en donde la determinacin se imposi-
bilita simplemente, sin duda por los estorbos, que ellas han ocasionado en
el yacimiento de las capas. Tambin es de notar, que la estratificacin falsa
transversal comunmente se halla mejor desarrollada que la vedadera, cir-
cunstancia que dificulta mucho, el uso de la brjula geolgica y del cim-
metro. El husamiento, sea la incKnacion de las capas hacia el horizonte,
se deja expresar aun mucho menos en trminos generales. Lo que se puede
decir es, que las capas se hallan comunmente erigidas con un ngulo fuerte
y de mas de 45 grados. En muchsimos lugares se presentan verticales
(ng. 90) y hay veces, que se observa el fenmeno que designamos en la
geologa con el nombre de estratificacin inversa. Estos fenmenos no sor-
prenden al observador, que toma en consideracin, que en los Andes tuvo
lugar uno de los levantamientos mas considerables, que se conocen en todo
el globo. Cualquiera que haya sido la fuerza levantadora, lo cierto es que
las capas ya consolidadas no pudieron alzarse a sus alturas actuales, sin la
perturbacin mas completa en su yacimiento originalmente horizontal y re-
gular, y sin producirse todos los mil accidentes consecutivos un tal levan-
tamiento. Por lo dems no es preciso suponer, que este se haya verificado
la vez y un mismo tiempo, antes bien parece que ha sucedido poco
poco en diversas pocas, aunque los levantamientos principales y ltimos
parecen coincidir con el perodo terciario.
Una de las consecuencias necesarias de los levantamientos grandes y
sucesivos es la formacin de un sinnmero de grietas y hendiduras mas
menos anchas en las rocas en cuestin, y la consecuencia ulterior son las
vetas y venas de cuarzo, de espato calizo y de algunas sustancias metlicas;
pues sabido es, que tales vetas no son otra cosa que hendiduras, que se han
rellenado de dichos minerales, comunmente por via acuosa, es decir, por la
precipitacin qumica de los elementos', que las aguas, circulando por las
rocas, llevan en solucin.
La mayor parte de las vetas blancas, que observamos en las esquistas,
son de cuarzo (slice pura), comunmente sin otros minerales asociados, tan
solo con un poco de xido de hierro de manganeso. En menor nmero
se hallan las venas de espato colimo, siempre muy delgadas incapaces de
la explotacin, tales como en la cuesta que sube del valle de Catamayo al
Villonaco. En esta localidad encontr, sobre todo en los limites con el
terreno porfdico, frecuentemente venas de caolina, tierra de porcelana, que
es un producto secundario y de descomposicin de rocas feldespticas. Muy
FORMACIN DEL GNEIS. 231
bien se explica la presencia de esta sustancia en medio de las squistas,
aunque no se deriva de ellas mismas por secrecin lateral, como la slice y
la cal. Son pues las venas de caolina en efecto venas de prfido, que
llen las hendiduras de la esquista, y se ha descompuesto completamente.
En la misma localidad encontramos, como en prueba de lo dicho, algunas
vetas gruesas y diques de prfido, en que la metamorfosis en caolina no se
ha efectuado todava, sino en la zona inmediata la esquista.
Tambin hago mencin de un metal de hierro, que no es muy comn
y se encuentra en dos lugares del cantn de Loja en la pizarra miccea: en
el valle superior de Piscobamba y en la cercana del Villonaco. Hablo de
la pirotina pirita magntica, que de la pirita amarilla comn (soroche) se
distingue por un color mas subido que se inclina al amarillo del bronce
de la tumbaga, y por ser atrada por el imn,.como el hierro magntico
la magnetita. Se compone de 60,5% de hierro y de 39,5 % de azufre y no
tiene uso en la industria, sino para la fabricacin de vitriolo. Media legua
al Sur de la hacienda de Palmira, en Piscobamba, se encuentran en una
quebrada, llamada Ucha-huaico, grandes trozos de pirotina, que derivan de
una yeta 3/4 metros ancha en la pizarra miccea. Actualmente esta veta es
invisible por un derrumbo, que sucedi en la ladera derecha de la quebrada
y la cubri. Los pedazos que vienen del Villonaco cerca de Loja, no se
distinguen en nada de los de Piscobamba. Examin el metal, por si acaso
era aurfero, como lo es veces la pirita comn, pero el resultado del an-
lisis fu negativo; tampoco contiene los elementos de cobalto y nikel.*)
Entre los minerales accesorios de nuestro terreno es la magnetita el
hierro magntico el mas frecuente, pero no en masas grandes y coherentes,
sino esparcido en partculas y cristalitos aislados. Kara vez: falta del todo
en un gneis en una esquista. Tambin la pirita comn, el hierro
sulfuroso, es un fenmeno bastante ordinario. Algunas veces he encontrado
la arsenopirita, pirita arsnica!. En la Cordillera de Zamora, al Este de
Loja, se halla en las vetas de cuarzo, asociada con muy poco de plata. Se
distingue de las dems piritas por un color blanco de plata, y por el olor des-
agradable de ajo (olor arsnica!}, que se dispide al quemarla sobre el carbn.,
El grenate se encuentra con alguna frecuencia en el gneis y las esquistas
micceas, pero en cristalitos pequeos sin mrito. Segn: el Seor "Witt es
muy comn en todos los gneises y pizarras micceas (tambin en los gra-
nitos) de la Cordillera de Zamora, hasta el valle superior del rio CMnchipe,

*) Las pirotinas norte-americanas, que contienen cobalto y nikel, forman un.nuevo


y muy lucrativo ramo de la minera moderna. En donde se encuentra la pirotina, siempre
merece la pena examinarla por los dichos dos elementos, pues aunque los contenga en
pequea cantidad, costea los trabajos de la explotacin.
232 GEOLOGA. CAPTULO I.

Anfibola y turmalina forman manchas y masas cristalinas en la cuarcita y


en algunas esquistas, particularmente en la antiblica.
Lo que llama la atencin de cualquier observador, es el sinnmero de
venas, vetas, nodulos y rones de cuarzo n este terreno, que no faltan en
ninguna parte, pero en algunos lugares forman una verdadera red, y all
no se encontrar fcilmente un pedazo de un metro cuadrado, que no pre-
sente dos tres venas del dicho mineral. Comunmente son delgadas, de
dos lineas dos pulgadas de dimetro, pero las hay tambin de un pi
un metro de espesor. Estas venas y vetas cruzan y cortan la roca, as como
si mismas, en todos sentidos; en la descomposicin del terreno resisten mas,
que otros minerales, merced su gran dureza y su inataeabilidad para
con la mayor parte de las influencias qumicas, y as encontramos la super-
ficie del suelo sembrada de piedras mas menos grandes de cuarzo de color
blanco agrisado.
Causa admiracin la pobreza relativa de estas vetas en un terreno pri-
mitivo y en rocas cristalinas, pues los minerales accesorios se reducen casi
los que he indicado para las esquistas mismas, faltando aun el grente.
De vez en cuando se encuentra en las oquedades de la piedra un grupo de
cristal de foca, pero con cristales pequeos, tambin algunos ndudos de
caolina de un Mdrosilicato de almina (amorfo), productos de descompo-
sicin de las sustancias feldespticas de las rocas. No se descubre ningn
metal precioso en las vetas de cuarzo. En Gualaceo me aseguraron, que muy
atrs de la Cordillera oriental han encontrado un filn de cuarzo aurfero;
no pude llegar a ese punto por la mala estacin, y por consiguiente debo
suspender mi juicio respecto de este pretendido descubrimiento; pero todo
el cuarzo que yo he visto, ni tenia el aspecto singular, que suele presentar
el cuarzo aurfero y que' rara vez engaa al prctico.
En plata las vetas parecen ser tan pobres como en oro; lo menos en
la actualidad no se conoce en el Ecuador ninguna mina d plata, que arme
en este terreno primario. En la provincia de Loja se hallan algunas antiguas
labores en las esquists, pero parece que han sido abiertas en busca d oro
y no de plata.<20' En la provincia del Chimborazo goza la Cordillera del
Oondorasto, atrs del Altar, de la fama de ser rica en minerales de plata.
El doctor Stbel no pudo descubrir'ningn rastro de plata en aquellas vetas
de cuarzo. <21) En la provincia del Tuguragu son los cerros de los Llanga-
nats, que la tradicin seala como metalferos y ricos en cobre, plata y
oro. El hecho es, que nadie de los vivientes ha sacado ni un gramo de
dichos minerales, y dicen, que los deroteros qu dejaron los muertos, no se
puede comprender. El doctor Reiss estudi aquella regin cientficamente,
y no encontr ningn indicio de minas, pero si tantas piritas (sulfuro de
FORMACIN DEL GNEIS. 233
fierro) que donde quiera que se rompa la roca, se v relumbrar el oro^
como decan mis compaeros. Se reducen tlvez las grandes riquezas de
los Llanganates depsitos de este mineral, que y tanta plata ha costado
los mineros inexpertos del Ecuador.*) En el ao de 1873 fui mandado
al valle de Oyacaehi, atrs de la Cordillera oriental (entre el Saraurcu y el
Antisana), para examinar una pretendida mina de plata. Despus de trabajar
varios dias en aquella regin inhospitalaria, me convenc de que all no hay
plata, y que el aspecto exterior de algunas rocas micceas habia engaado
la gente. Ademas result-, que el denunciante era un- embustero, que en
Quito haba presentado un mineral rico de plata, proveniente de Mjico
del Per, diciendo que de l constaba su mina en Oyacaehi.
No obstante la pobreza de las vetas de cuarzo, la Cordillera oriental es
MW importante distrito aurfero de la Repblica, por los lavaderos de oro que
tienen en ella su origen.
Casi todos los rios, que nacen en el terreno de las esqistas cristalinas
de la Cordillera orienta^ llevan oro en mayor menor cantidad. La mayor
parte de estos rios se hallan naturalmente en los vertientes orientales de la
Cordillera, desde la provincia de Loja hasta la de Imbbura, porque en este
lado las esquistas llegan su mayor desarrollo; en el lado opuesto (occi-
dental) hay que buscar lavaderos solo en las provincias, en que el terreno
esquistoso se extiende hacia las hoyas andinas, sin que se encuentren' siempre,
porque no en todas partes el terreno es tan rico, como en la provincia de
Cuenca.**)
No hay duda, que el oro de los lavaderos trae su origen del terreno
esquistoso mismo, porque los' rios lo llevan en mayor cantidad y en part-
culas mas gruesos, mientras atraviesan este terreno, y luego que entran
en otras formaciones geognsticas, se disminuye este metal, arrastrado de
lejos, mas y mas, hasta que se pierda completamente." Asi los tributarios
del apo, del Santiago y de otros rios grandes, son aurferos en su curso
superior, mientras no se alejan demasiado de la Cordillera; en su curso
medio inferior son estriles. Tambin en los rios aurferos de la provincia
del Azuay el oro se ha depositado lo largo de su curso superior, dentro
del terreno esquistoso, y por esto ni el rio de Gualaceo ni el Paute, que
reciben todos los rios aurferos, tienen bastante oro, que recompense el tra-
bajo de lavarlo.
la primera vista se pudiera creer, que el oro de los lavaderos pro-

*) Carta del Dr. "W. Eeiss S. B. el Presidente de la Repblica, sobre sus viajes
las montaas del S de la capital (Quito 1873), pg. 13.
**) En las partes ecidentales del pais los lavaderos se derivan del terreno porfdico.
234 GEOLOGA. CAPTULO I.

venga con preferencia de las venas y vetas de cuarzo, pero me parece que
debemos abandonar esta opinin, que al principio de mis estudios era tam-
bin la ma; pues como he dicho arriba, ni una vez he observado un granillo
de oro en las vetas, y en los miles y railes de pedazos de cuarzo, que romp
en los lavaderos mismos y en otros puntos, y que examin con escrupulosidad
con la lente, no descubr ni una chispa del metal precioso. Algunos pedazos
que me parecieron sospechosos, llev y los analic qumicamente, pero con
el mismo resultado negativo. En vista de estos hechos no me queda duda
ninguna, de que l oro se halla diseminado en las esquistas cristalinas y que
de ellas llega su yacimiento secundario en los lavaderos, por la descompo-
sicin qumica y mecnica de las rocas. Parece excusado advertir aqu,
que el oro no se cra ni se ha criado jamas en los lavaderos, sino que en
ellos siempre es un mineral, que proviene de otro lugar, comunmente de
lejos, como los dems materiales que componen el lavadero, que por esto
mismo reciben el nombre de terreno de acarreo.
En otro lugar hemos descrito el mtodo sencillo, con que se forman los
lavaderos, cmo los ros atacan y lavan continuamente los terrenos, cmo
las sustancias pesadas se acumulan en sus lechos, mientras que las livianas
son llevadas, cmo en un terreno muy pobre en oro pueden formarse pla-
ceres ricos etc. (Vase el Suplemento No. 23.) Poco se necesita para
comprender el mecanismo de la naturaleza, solo que no debemos escatimarle
el tiempo, pero este abunda, pues cuantos siglos hace, que los ros trabajan
sin intermisin! miremos los valles hondos, que han excavado por la erosin
sucesiva en esas cordilleras extensas de gneis y esquistas cristalinas!
No sigamos mas adelante con la explicacin de los lavaderos. Su for-
macin no cae en el perodo primario, de que tratamos aqu, sino en uno
mucho mas posterior, es decir, en el cuaternario y moderno. Por ahora
basta conocer el origen del oro, que contienen; este origen nos obliga
suponer, que el gneis y las esquistas cristalinas en varias partes de la Re-
pblica contienen bastante oro, aunque no lo descubrimos en sus venas y vetas.
Captulo II.
Las rocas granticas y sieniticas.
El verdadero granito tiene en el Ecuador una extensin bastante redu-
cida. Conozco solamente dos regiones, en que forma macizos continuos y
algo considerables, ambas en la provincia de Loja. Fuera de estas dos
localidades se baila veces en bancos vetas no muy gruesas, entre los
gneises y las esquistas micceas, como ya be dicbo en el capitulo anterior;
pero en estos casos es veces difcil decidir, si el granito no sea un gneis
mal desarrollado, es decir, que no manifiesta bien su estructura caracterstica
(pizarrosa y ondulada). Tales intercalaciones irregulares de granito en el
gneis se encuentran con preferencia en la Cordillera oriental de toda la
provincia de Loja; mas al Norte no faltan tampoco, pero son mas raras.
Algo mas frecuente que el granito, se halla la sienita, pero en iguales
circunstancias, y siempre en porciones pequeas; nunca la he observado en
macizos extensos. Como el granito con el gneis, as la sienita est en rela-
cin con las esquistas anfiblicas, y sin duda esta relacin no es casual,
sino gentica: la mica caracteriza el granito y el gneis, as como la anfibola
(hornblenda) la sienita y las esquistas anfiblicas.
La diorita se encuentra en la provincia de Loja asociada al granito y
la sienita, atravesando en forma de vetas los macizos del primero. Puede
ser que en estos puntos sea muy antigua y pertenezca al periodo arcaico,
aunque esas vetas tambin pudieran tener un origen posterior. Sinembargo
la mayor parte de las dioritas ecuatorianas son seguramente de una edad
mucho mas moderna, su desarrollo principal coincide con la poca cretcea,
y algunas talvez no se formaron sino en la terciaria.

El primer matiso grantico se halla en la hoya de Loja, intercalado entre


las dos cordilleras de esquistas cristalinas; se puede estudiarlo en el camino
de Loja Zaraguro. Desde la estancia de Cachipirca hasta las cercanas
236 GEOLOGA. CAPTULO II;

de San Leas se observa, ambos lados del hondo valle del rio Juntas,
altas montaas de granito, que se extienden hasta muy al N, hacia el
Guagra-uma, donde desaparecen debajo del terreno porfdico. Diques
gruesos y vetas del mismo granito se hallan en el descenso del Villonaco
al valle del Catamayo, en la direccin la hacienda de Juanes, en donde
atraviesa las esquistas cristalinas casi en el limite con el terreno porfdico.
El granito de Juntas puede llamarse tpico en cuanto su constitucin
mineralgica, textura y dems propiedades fsicas y qumicas. Es de grano
basto, de manera que con facilidad se distinguen los tres minerales consti-
tutivos: cuarzo, feldespato (ortoclas) y mica. El primero es algo agrisado,
el segundo blanco, amarillento encarnado, y la ltima negra con lustre
nacarino. El feldespato suele predominar sobre el cuarzo y la mica, y de
consiguiente determina tambin el color de la roca compuesta en general.
La mica parece ser la de potasa (muscovita) y no de magnesia, apesar de
su color oscuro. Minerales accesorios o he observado en esta roca, pero
no dudo, que se descubrira uno que otro, al dedicar este terreno gran-
tico extenso un estudio petrogrfico mas detenido.
En las faldas de las montaas y las laderas tajadas de los valles se
v una gran multitud de vetas y venas de diferentes clases, que cruzan y
atraviesan "el macizo de granito, siguiendo en general l rumbo S E - N O
tambin S-N. Una parte de estas vetas, que tienen el ancho de pocas lneas
hasta el de muchos metros, son de naturaleza grantica, es decir, constan
ellas mismas de granito, que se distingue y se destaca del granito principal
por un color mas claro' mas oscuro, por un grano mas fino mas grueso;
son pues vetas de "granito en el granito. Otras vetas y diques muy gruesos
(hasta 100 metros de ancho y mas) pertenecen las rocas porfdicas, sobre
todo la diorita, componindose su material esencialmente de anfibola verde-
negra y una plagioclasa blanca (feldespato triclnico, probablemente oligo-
clasa). Algunas venas delgadas son de una textura tan compacta y cripto-
cristalina, que. no permiten una determinacin petrogrfica exacta (son tam-
bin de la clase de las rocas verdes), especialmente cuando ya sufrieron
una metamorfosis y descomposicin completa. Unas se convirtieron en una
sustancia blanda terrosa, otras s transformaron en serpentina, transforma-
cin que se observa tambin en las mrgenes (salbandas) de las vetas y
diques gruesos, donde estn en contacto con el granito.
Entre las vetas granticas hay algunas, cuyos minerales componentes
son de un tamao tan grande, que la roca debe llamarse pegmatita. Con
este nombre designamos l granito, cuando los individuos minerales en lugar
de' ofrecer una mezcla igual de pequeos granos, tienen un dimetro de
algunas pulgadas y veces de algunos pies. En la pegmatita de Juntas
LAS BOCAS GEANIT1CAS. 237

los individuos de cuarzo son muy irregulares y presentan manchas del ta-
mao de un puo, los del feldespato son mas grandes, hasta el de una
cabeza, y hay vetas gruesas que son feldespato casi puro; la mica es rara
y solamente de vez en cuando se v un grupo de hojas.
'i El granito se descompone fcilmente en la superficie, pero el producto
de la descomposicin no es aquel barro rojizo, que en el terreno porfdico
daa los caminos, sino una arena blanca y hermosa, que hace los caminos
duros y secos. Cada viajero notar lo bueno del camino desde Cachi-pirca
hasta San Leas, y lamentar el cambio triste al entrar otra vez, cerca de
este pueblo, en los camellones y callejones acostumbrados. En caso de que
se piense algun dia en hacer un buen camino de.Loja la provincia de
Cuenca (y ojal se verifique pronto el deseo general!) el trecho por el ter-
reno grantico ser el mas fcil, por el buen material de construccin, y
porque no hay peligro que se dae pronto el camino hecho de l.

El macizo grantico de Samanarnaea, en el valle del rio Calvas, es muy


parecido al de Juntas, solamente que la observacin es mas fcil, por la
escasez falta completa de vejetacion, y que la variedad de rocas es aun
mas grande. Para el petrgrafo las inmediaciones de Samanarnaea son
interesantes; no conozco otro lugar en la provincia de Loja, que en un terreno
tan reducido presente igual variedad de rocas y de accidentes geotectnicos.
El granito tiene la misma composioion mineralgica que el de Juntas,
pero es de un aspecto mas fresco y menos descompuesto, sin duda, porque
la accin destructora de la atmsfera no es tan enrgica en el clima seco,
como en el hmedo. La multitud de vetas y diques de otras variedades de
granito, pegmatita, diorita y otras especies de rocas verdes es aun mas con-
siderable que en Juntas, y ademas se observan otras de sienita, felsita y por-
firita. Muy lejos nos llevaria la descripcin detallada de todas esas variedades.

La sienita se halla en el terreno del gneis y de las esquistas siempre


desempeando un papel subordinado, como ya queda dicho mas arriba. Ais-
lada y rodeada de otros terrenos mas modernos,la encontramos en unos
pocos puntos de la hoya de Riobamba, p. ej. al pi oriental de los cerros
deYaruquies, y despus en dos localidades del litoral, es decir, las orillas
del rio Daule en Pascuales, y en un cerrito aislado al Este de la hacienda
Cachar, oerca de Bodegas. La del litoral es una sienita tpica; en la del valle
del rio Balao, cerca de la boca del rio Pita, que se halla asociada las esquistas
cristalinas, una parte de la anfibola est reemplazada por mica negra.
Captulo HE.
La formacin cretcea.
En el Ecuador no se ha descubierto hasta ahora ningn terreno del -"
perodo paleozoico, ni de las dos primeras formaciones del perodo mesozoico.
Paitan seis de las formaciones mas importantes de la escala geogentica,
saber, la silrica, devnica, carbonfera, prmica, trisica y jursica, que
representan un perodo de largisima duracin. Donde quiera que se puede
observar el contacto dlas rocas arcaicas con otras, se nota, que descansan
sobre aquellas unas capas modernas, desde las cretceas para arriba. Pero
como en Colombia y Per se conocen algunos puntos, que constan de ter-
renos jursicos, y aun mas antiguos, no seria imposible, que los mismos se
hallen en el Ecuador en mayores profundidades y cubiertos de los estratos
modernos, que con el tiempo se descubran en algunos puntos de la Cor-
dillera, que hasta ahora no han sido estudiados. Sinembargo la formacin
cretcea del litoral, cerca de Guayaquil, parece descansar directamente sobre
las esquistas cristalinas y el granito, segn las muestras que sac de la
profundidad la sonda, con que se quiso abrir un pozo artesiano al pi del
cerro de Santa Ana (en Guayaquil), y tambin segn la observacin hecha
cerca de Pascuales en el rio Daule inferior, donde la sienita se halla cubierta
de capas cretceas.
Las rocas que componen el terreno arcaico (gneis y esquistas cristalinas)
son fciles de conocer y presentan en todas partes el mismo aspecto petro-
grfico; no as las que adjudico los terrenos cretceos. Preciso es con-
fesar, que la limitacin de esta formacin queda en muchos puntos mal
segura, por ser imposible, determinar la edad de ciertos estratos, cuando ni
el yacimiento, ni algunos fsiles caractersticos nos sacan de la duda. El
diagnstico mas seguro de las formaciones sedimentarias, los -fsiles, falta
en el Ecuador casi del todo. No dudo, que existirn en muchos puntos,
pero para encontrarlos, se necesita abrir el terreno por canteras, cortes ver-
ticales en la construccin de caminos y ferrocarriles etc. Tales puntos son
LA FOEMACION CEETCEA. 239
sumamente raros en el Ecuador, especialmente en terrenos sedimentarios, y
as es una gran casualidad y fortuna, encontrar una que otra concha mal
conservada. En el mayor nmero de casos nos vemos reducidos clasificar
las rocas segn su hbito petrogrfico y su yacimiento, segn la analoga
y comparacin con semejantes rocas en otros pases. Por la misma falta
de fsiles ha sido hasta ahora del todo imposible determinar, qu sub-
divisin de la formacin cretcea pertenezcan nuestros terrenos, si la in-
ferior, media superior. La fcies, el hbito exterior, es en el litoral
bastante distinta de la de las rocas cretceas de la sierra, pero como falta
un contacto directo entre ellas (y los fsiles), es difcil decir, cual sea la
seccin mas antigua. Debemos limitarnos hablar de la formacin cretcea
en comn, y estar contentos si acertamos siempre en esta determinacin
general.
Hechas estas reservas y restricciones, vamos conocer la extensin
superficial del terreno cretceo en el Ecuador.
En el litoral consta la Cordillera de Chongon y Colonche de la forma-
cin cretcea, y se puede estudiarla bien en las inmediaciones de Guayaquil.
Esta cordillera comienza al lado este del rio con los cerritos de Duran
(cerro de las cabras), que faldean el ferrocarril de Yaguachi; la continuacin
subfluvial del mismo terreno se manifiesta en la isla del Cerrito; despus
se eleva los cerros de Sta. Ana, del panten y del manicomio, y al otro
lado de la interrupcin del Estero Salado, los cerros de este nombre (del
Salado). Desde este punto comienza la cordillera elevarse mayores
alturas y ensancharse mucho entre la pennsula del Morro y de Sta. Elena
y la hoya del rio Magro, como lo describimos en la parte topogrfica de
esta obra. No conozco toda la extensin de esta formacin en la pro-
vincia de Manab, pero me parece, que lo menos una parte de las mon-
taas, que se presentan como la continuacin de la Cordillera de Colonche,
debemos adjudicar ella, especialmente el cordn, en que se hallan el cerro
Bravo y el otirro de San Vicente con sus rocas eruptivas.
No hay duda que la formacin cretcea se extiende grandes distan-
cias debajo del terreno aluvial y cuaternario de la provincia del Guayas;
pues como los cerritos de Duran, hay algunos otros, que salen de la llanura
aluvial en forma de islas. estos pertenecen los cerritos de Taura, entre
el pueblo de este nombre y el rio Guayas, el cerrito de la Calentura, un
poco al N de los de Duran, el cerrito de" Mapasingue, y algunos cerca de
Pascuales. Todos ellos presentan la misma clase de rocas, como los cerros
de Guayaquil. Hacia el Sur desaparece la formacin cretcea debajo de
las formaciones modernas, hasta que al Sur del rio Tmbez se descubre de
nuevo con los mismos caracteres, como entre Guayaquil y Chongon. El
240 GEOLOGA.^ CAPTULO. HI.

camino que conduce de Alamor en la provincia de Loja Tmbez por el


Casadero, cruza este terreno, cuyas quebradas secas me recordaron viva-
mente las que se pasa entre Juntas y Soledad, cruzando la Cordillera de
Chongon.
En las hoyas interandinas la formacin no tiene una extensin muy
grande,, sin duda por estar cubierta en muchas partes por las capas vol-
cnicas. La hoya de Cuenca es la nica, en que se halla bien desarrollada,
especialmente en forma de la arenisca de Azguez, como veremos.
Dudoso queda, si las cuarcitas y areniscas cuarzosas, que en la hoya de
Riobamba en algunos puntos se descubren debajo de las masas volcnicas,
pertenezcan la formacin cretcea n. En atencin de que en su cer-
cana tambin salen luz algunas sienitas, que son mas propias la Cor-
dillera oriental que la occidental, se podria agregar aquellas rocas cuar-
zosas al terreno arcaico de las esquistas cristalinas, en que forman muchas
veces estratos subordinados, hasta que se compruebe su pertenencia al ter-
reno cretceo.
A un desarrollo muy grande llega nuestra formacin en la Cordillera
occidental, que se compone en gran parte de ella, en unin de varias rocas
porfdicas. Pero aqu presenta un carcter tan singular, que me he visto
obligado distinguirla en la carta geolgica con una seal especial, indi-
cando su ntima relacin con dichas rocas porfdicas. Vemos, que una zona
de este terreno ambiguo acompaa toda la Cordillera por sus vertientes
occidentales, y que ocupa tambin la hoya de Chimbo y una parte del
sistema fluvial del rio Catamayo.
Finalmente debo mencionar, que en pocos puntos de las faldas inferiores
y exteriores de la Cordillera oriental se encontraron rocas que talvez se debe
clasificar entre los terrenos cretceos.( lo menos entre los mesozoicos).
. As encontr el doctor Stbel en el rio Topo, valle del rio Pastaza, una
pizarra blanda y negra con impresiones de escamas de peces, que no se
podr atribuir al perodo arcaico. El doctor Eeiss pudo constatar, que la
cspide del Cerro hermoso, en cuyo contorno predominan el gneis y las
esquistas micceas, se compone de una piedra caliza estratificada y muy
bituminosa, que tambin parece pertenecer una formacin posterior la
de las esquistas. Tambin en la regin del apo parece emergir en al-
gunos puntos un terreno mesozoico, cubriendo las esquistas cristalinas, y
cubierto de las capas de aluvin moderno. As cita Orton*) una pizarra
oscura, con la inclinacin al Este, en el cauce del rio cerca del pueblo de
apo. Pero agrega, que mas al Oeste todas las faldas dlos Andes constan

*) J. Orton, The Andes and the Aniazon (New-York 1876), pg. 199.
LA FORMACIN CEETCBA. 241
de esquista miccea. Villavicencio habla solo de las espesas capas de alu-
vin, que cubren toda la regin del apo al Este de las esquistas crista-
linas. De todos modos, si existe el terreno cretceo en uno que otro punto,
no forma una zona tan continua como en la Cordillera occidental. Mas
desarrollado se halla, segn parece, en la hoya amaznica superior, cerca
de la hoca del Chinchipe, .en Bagua, en el Pongo de Manseriche, y hacia
Moyobamba en el Per.
En seguida trataremos separadamente dlas tres fcies distintas, que
la formacin cretcea presenta en el Ecuador, en el litoral, en la hoya de
Cuenca, y por la Cordillera occidental.

A. 3Ja formacin cretcea del litoral.


Prodominan capas y bancos de caliza, caliza silicea, pizarra silcea,
slex, cuarcita, areniscas amarillas y verdes (glauconticas) y arcillas, alterr
nando dichas rocas, comunmente en estratos delgados, muchas veces de un
modo muy variado. Un gran numero de estas variedades se puede estudiar
en las canteras de Guayaquil (en las Peas atrs de la cervecera, cerca
del Manicomio, en el Salado), de Chongon, de Pascuales, de Duran etc.
La piedra caliza rara vez es tan pura, que sirva para quemar cal; sinem-
bargo se encontraron algunos bancos buenos en Pascuales y cerca de Chon-
gon. Casi siempre la caliza est impregnada de slice, y esta se aumenta
tanto, que finalmente sale una pizarra silicea, que contiene poca cal. A esta
ltima clase pertenecen todas las piedras de color blanco, amarillento y gris,
que se sacan "de las canteras de Guayaquil y del Salado. He analizado
muchas variedades, que me dieron de 5 40 por ciento de cal. En las lajas
ordinarias, que sirven en Guayaquil de material de construccin, para
empedrar calles, y que componen tambin una gran parte del cascajo del
cerro, encontr:
Cal (oarbonato de cal). . . . 38,10
Otras sustancias solubles (carbonates y silicatos) 29,17
Sustancias insolubles en cido elorh. (arena y arcilla) 32,73
100,00
Otras lajas se componen de slice casi pura.
La hermosa piedra blanca y amarillenta de textura semicristalina, que
se saca desde algunos aos ac de las canteras entre Chongon y Guayaquil,
para empedrar el Malecn, y que se halla en bancos de mucho espesor, se
disuelve casi del todo en cido clorhdrico, y se compone de cal bastante
pura.
No es imposible, que entre las calizas silceas se encuentren algunos
estratos, que presentan la slice y arcilla en proporciones tan favorables,
que se debe considerarlas como cal hidrulica.
Wow, Ecuador. 16
242 GEOLOGA. CAPTULO III.

Hay variedades de caliza silcea muy oscuras y basta negras. Este


color proviene de la impregnacin de sustancias bituminosas, y desaparece
comunmente, cuando se quema las piedras.
Las capas de arenisca, que alternan con las calcreas y silceas, se
puede observar bien en las Peas, al N de Guayaquil. Su color es casi
siempre oscurso, inclinndose al verdoso al parduzco. Ademas de los
granos de cuarzo, su componente principal, se observa muchos de glau-
conita, aquel silicato de fierro, que comunica la arenisca su color verdoso,
cuando el mineral es fresco, y pardo rojizo, cuando es descompuesto y en
parte trasformado en bidrxido de fierro. Los granos de la arenisca son
por lo regular pequeos, pero veces su tamao llega al de arvejas de
nueces, de manera que las piedras pasan ser un verdadero conglomerato
con cemento de slice. Segn mis observaciones, las areniscas se encuen-
tran especialmente en los estratos inferiores y las calizas en los superiores
de la formacin. En la superficie de los cerros las areniscas se descom-
ponen muy pronto y se vuelven desmoronadizas, pero en mayores profundi-
dades son sumamente compactas. Tuve la siguiente ocasin rara de estu-
diar las ltimas.
Har unos quince aos, que se trabaj con mucho silencio y con un
entusiasmo digno de mejor xito, en el desentierro de una pretendida
huaca. Estando ya muy adelantada, la excavacin, sin resultado ninguno,
los empresarios quisieron oir mi opinin en el asunto, y me llevaron al
monte por sendas extraviadas y cerradas, que nunca hubiese encontrado
despus; pero juzgo que el sitio se halla una media hora poco mas menos,
al Oeste de Mapasingue, en direccin al Cerro azul (en la Cordillera de
Chongon). Me hall sobre un terreno suavemente ondulado, que en la super-
ficie no present nada de particular. De repente nos hallamos delante de un
hueco muy grande de 6 metros de dimetro y de 10 metros de profundidad,
excavado en la pea viva fuerza de la plvora. Me admir de un trabajo
tan serio y costoso, ejecutado en corto tiempo, pero no pude comprender,
qu motivo habia seducido los empresarios, buscar en este sitio una
huaca. Parece que algunos cantos irregulares de la piedra negra cerca
de la superficie, eran suficientes, para hacer soar un visionario con teso-
ros enterrados de los antiguos indios. Durante la excavacin observaban,
que la roca negra seguia tambin en la profundidad como cuarteada, y esta
estructura natural tomaban por sea de una obra ciclpica artificial; remo-
vieron uno de estos cantos enormes (algunos tienen un metro cbico) tras
de otro, esperando siempre que tras de alguno se abriese una bveda llena
de tesoros! Despus de mi visita el trabajo se suspendi. Un metro debajo
de la superficie descompuesta comienza la roca slida, que es una arenisca
LA FORMACIN CRETCEA. 243

silicificada sumamente dura, de un color negro-verdoso negro-pardo. El


grano de esta arenisca es tan fino, que se parece una roca homognea,
p. ej. una caliza negra, tambin ciertas rocas verdes afaniticas.
Como ya he dicho, se halla en bancos gruesos con hendiduras irregulares,
de manera que no pude determinar con seguridad su buzamiento y rumbo,
porque faltan los indicios de estratificacin. A la profundidad de 10 metros
la roca era la misma como arriba, y no daba seales de acabarse pronto
hacia abajo. Ademas de las grietas grandes, que separan los pedrones y
estn llenas de una arcilla fina, la roca est cruzada de centenares de venas
y filones blancos de espato calizo y de brucita.

El yacimiento de los terrenos cretceos es muy irregular. Nunca se


encuentran las capas en su posicin primitiva, es decir horizontal, sino ele-
vadas inclinadas bajo diversos ngulos; enfrente de los Baos del Salado
estn casi verticales. En muchos puntos sufrieron durante el levantamiento
torsiones violentas, presentndose ahora como onduladas, plegadas y con
fallas (dislocaciones). Este fenmeno se observa muy bien en las canteras
de Guayaquil, entre el Panten y el Manicomio. El buzamiento, la incli-
nacin, se verific las mas veces hacia O, sinembargo conozco varias locali-
dades, en que las capas buzan al E y al N. El rumbo general es el de la
Cordillera misma, de SEE NO O.

Fsiles se han encontrado hasta ahora en una sola localidad, cerca de


Guayaquil. He visto y todava poseo unas lajas calcreo-silceas, que estn
llenas de impresiones y restos de conchas. En las calles de Guayaquil con
empedrado viejo se observa de vez en cuando tales lajas, y una parte del
muro oriental del panten (hacia la esquina sur) es construida de ellas. En
vano he buscado en todas las canteras cerca de Guayaquil el lugar de pro-
veniencia de estas piedras tan ricas en fsiles. Parece que la cantera, de
donde fueron sacadas, ya no est en trabajo, que la capa que las contenia
se ha agotado. Los restos mas frecuentes perteneoen al genero de conchas,
que se llama Inoceramus, y que caracteriza precisamente la formacin cre-
tcea en todo el mundo. La mayor parte de las conchas se hallan tan
aplastadas y desfiguradas, que es casi imposible determinarlas. En algunos
individuos algo mejor conservados he credo reconocer el Inoceramus Boe-
meri Karst, y el I.plicatus d'Orb., que ambos se encuentran tambin en los
terrenos cretceos de Colombia. Los ejemplares, en que se funda mi clasi-
ficacin, deben hallarse en el museo de Quito. Las muestras, que ltima-
mente he trado Europa, fueron examinadas en Dresde por el profesor
Geinitz, talvez el mejor conocedor de los fsiles cretceos. Segn l la
especie de conchas, que las piedras contienen en gran cantidad, no se
16*
244 GEOLOGA. CAPTULO III.

distingue del Inoceramus latus Sow.,*) que se halla en muchos terrenos cre-
tceos de Europa y caracteriza especialmente las capas tiirnicas superiores.
Con esto deberamos colocar la formacin del litoral entre los terrenos me-
dios de la poca cretcea.
En minerales accesorios nuestro terreno cretceo es pobre. Venas de
cuarzo y espato calizo se hallan con frecuencia. La glauconita, que forma
parte integrante de muchas areniscas, se encuentra tambin en masas mas
grandes, en forma de rones y nodulos, y ha dado margen equivocaciones, -
porque su color verde se parece veoes al de ciertos minerales de cobre.
Un mineral, que es raro en todas partes del mundo, se encuentra en
nuestro terreno con tanta frecuencia, que se podria llamar caracterstico
para l. Este mineral es la Brucita, un hidrato de magnesia, y se halla
esparcido tanto en las calizas silceas, cuanto en las areniscas, formando
venas delgadas, y comunmente acompaado de espato calizo. Del ltimo,
con que tiene comn el color blanco, se distingue por su menor dureza,
por su lustre nacarino, y por no disolverse en los cidos con efervescencia,
sino tranquilamente. Se halla en hojitas y lminas delgadas, en masas
compactas, y rara vez en ristalitos bien formados. En todas las canteras
de Guayaquil es frecuente. De minerales metlicos he observado sola-
mente la pirita de fierro, que se halla diseminada en algunas rocas cuarzo-
sas, especialmente en la cercana de las chontas y otras rocas verdes, que
se hallan intercaladas en el terreno cretceo, y las que conoceremos mas
tarde. Como tales piedras piritosas me fueron entregadas muchas veces
para examinarlas por oro, debo declarar, que nunca pude descubrir un rastro
de oro, ni en estas piedras, ni en otras del terreno cretceo, y hace tiempo
que las decantadas minas de la Cordillera de Chongon para mi pertenecen
las fbulas y cuentos de viejas. Del mercurio de las Peas hablar en
otro lugar.

B. La formacin cretcea de la hoya de Cuenca.


Esta formacin se halla descrita en mi primera Memoria sobre la pro-
vincia del Azuay (1879) bajo el nombre de .Arenisca de Azogues-. Aunque
no dudaba de su edad mesozoica, me faltaban sinembargo argumentos geo-
lgicos, que hubiesen justificado su colocacin en una de las tres grandes
formaciones. Posteriormente he tenido ocasin de estudiar el desarrollo sin-
gular del terreno cretceo en muchos puntos de la Cordillera occidental y
encontr tantas analogas entre sus areniscas y la de Azogues, que me vi pre-
cisado tomar tambin la ltima por un miembro, una fcies de la gran

*) Vase: H. B. Geinitz, Eltohalgebirge, H, p. 45. Tab. XIII,fig.4, 5.


LA FOBMAOION CRETCEA. 245

formacin cretcea. A esto se agrega ahora el argumento paleontolgico,


cmo demostrar mas abajo. <22> Con todo esto podemos retener el nombre
primitivo que he dado al terreno, por hallarse desarrollado de un modo
caracterstico en el cantn de Azogues.*)
La arenisca de Azogues ocupa la gran hoya interandina de Cuenca en
su mitad setentrional, y sigue tambin por la parte meridional en la pro-
fundidad, pero all est cubierta del terreno cuaternario y de los materiales
volcnicos, manifestndose solo en quebradas hondas; de manera que sus
lmites, como se presentan en la superficie, podemos circunscribir de este
modo: al Sur y Este del rio Matadero y Paute forma una banda angosta
lo largo del rio, desde Paccha hasta mas abajo de la desembocadura del
rio de Collay, la cual est interrumpida cerca de Gualaceo por materiales
volcnicos. La parte al Oeste y Norte del Paute comienza en las cercanas
de Cuenca, descubrindose en todos los valles debajo de una cubierta super-
ficial de tobas volcnicas, y desde el rio de Azogues libre de ella. Sigue
al Este hasta Huarainac y Taday, lindando all con las esquistas y despus
con los prfidos, faldeando al N el Pilzhun, los cerros encima de Biblian,
el Bueste, y finalmente al O los ramales de la Cordillera occidental encima
de Surampalte, Santa Rosa y Sinincay.
Esta es la extensin del terreno en la hoya de Cuenca y Azogues. Pero
las areniscas se extienden mas al N la pequea hoya de Caar y hasta
el pi del Azuay. All segn Reiss**) se ven descubiertas en lomas y
quebradas hasta 3600 y 3800 metros de altura. He credo al principio, que
las rocas arenosas en esa regin alta, p. ej. aquellas en que est edificado
el castillo del Inca-pirca, y excavado el Inca-chungana, eran de distinta edad
y origen, que nuestra arenisca de Azogues, porque encontr tantos fragmen-
tos de rocas plutnicas en ellas. Pero despus de conocer mejor las idn-
ticas areniscas y conglomeratos de la Cordillera occidental, no veo razn de
separarlas clasificarlas en otra formacin; solo hay que advertir, que lle-
van mas bien el carcter de la tercera fcies, de que hablaremos mas abajo,
que la de la arenisca genuina de Azogues.
Dos clases principales de rocas componen la formacin de Azogues:
areniscas y arcillas pizarrosas, todas las dems son subordinadas. Las

*) Es costumbre antigua de los gelogos, tomar el nombre de un terreno de la


localidad, en que se ha estudiado por primera vez, en que se halla desarrollado de un
modo caracterstico, sobre todo cuando presenta una fcies especial. As conocemos p. ej.
la arenisca de los Vosges,la arenisca de Fontainebleau, la creta de Mastricht etc.
en el mismo sentido de miembros de una formacin, en que tomamos ahora la arenisca
de Azogues. .
**) Carta del Doctor W. Reiss S. E. el Presidente de la Rep. sobre sus viajes
las montaas del Sur de la Capital (Quita 1873),-pg. 15.
246 GEOLOGA. CAPTULO III.

areniscas y arcillas van alternando de tal modo, que ya estas ya aquellas


predominan, observndose en general, que en las capas inferiores las pri-
meras, y en las superiores las segundas son las mas desarrolladas. As por
ejemplo, las areniscas llegan en el valle del rio Paute, desde Huarainac
hasta el rio de Azogues, una potencia enorme, mientras que en las cer-
canas de Azogues y de Dleg se tiene ocasin de estudiar con preferencia
los mas delgados estratos de las arcillas pizarrozas y margosas.

La arenisca cuarzosa es comunmente de grano medio, rara vez muy fino,


bastante dura y tiene una fragmentacin irregular. En varios lugares se
observa el fenmeno que no es comn en las rocas sedimentarias y que
llamamos la fragmentacin globosa esferoidal. En este caso se vn en la
arenisca, sobre todo en su superficie descompuesta, unos globos grandes de
1 4 pies en dimetro, diseminados tambin acumulados de suerte que
se tocan mutuamente. Constan de la misma arenisca, solo que contienen
bastante xido de hierro, que les comunica un color rojizo pardo. En la
arenisca fresca se distinguen solamente por este color, pero cuando la roca
se descompone la influencia atmosfrica, se observa muy bien su textura
globosa, deshojndose fracturndose en capas concntricas. Sin duda es
el xido de hierro el que ocasiona esta textura particular, y debemos con-
siderar los globos como una especie de concreciones de este metal, en que
entran los dems elementos de la arenisca. No seria difcil alegar de la
mineraloga y geologa varios casos anlogos. El fenmeno de que hablo,
est muy patente cerca del puente de Paute y en el camino de Cuenca
Paccha cerca del rio. Hay lugares en que la arenisca es de un grano
muy basto, y en algunos puntos se halla desarrollada en forma de conglo-
mrate, teniendo sus elementos componentes el tamao de un huevo de
paloma hasta el de un puo.
La arcilla pizarrosa se puede considerar como un barro muy fino en-
durecido. Su color es variado, pero casi siempre claro, amarillento, gris,
azulejo, solamente cuando se halla impregnada de sustancias bituminosas,
se oscurece mas menos. Su textura es perfectamente pizarrea, veces
hojosa, y su fracturacion tabular. Es de una consistencia blanda, y por
esto muy expuesta la descomposicon; con las aguas de la lluvia vuelve,
lo menos en la superficie, su estado primitivo, por decirlo asi, convir-
tindose en un barro finsimo y muy resbaloso, que algunos caminos pen-
dientes hace casi intransitables. La arcilla pizarrosa nunca forma capas
tan gruesas como la arenisca, antes se observa que sus estratos suelen ser
muy delgados, cambiando cada rato de color, de finura, de consistencia etc.
y alternando muchsimas veces con estratos intercalados de arenisca fina.
LA FORMACIN CRETCEA. 247

Las arcillas pizarrosas pasan veoes verdaderas margas, recibiendo -una


cierta cantidad de cal.
La formacin de la arenisca de Azogues, cuyas rocas constitutivas esen-
ciales acabamos de describir, no se halla en ningn lugar en su posicin
primitiva horizontal, sino siempre dislocada y erigida fuertemente. El buza-
miento de las capas se verifioa generalmente hacia Oeste, bajo un ngulo
de 45 80 grados (rara vez menos) y su rumbo es exactamente S-N. Por
esta dislocacin tan grande es difcil calcular la potencia total de la forma-
cin; creo que de ningn modo ser inferior de 500 600 metros, pero bien
pudiera ser mucho mayor.
Aquel buzamiento y rumbo general de la formacin, aunque no sea su
posicin primitiva, debemos sinembargo considerarlo como normal en su
estado actual, y es efecto de una de las grandes causas, que han ocasionado
el levantamiento de los Andes. Muy bien hemos de distinguir de este fe-
nmeno general algunos accidentes particulares, que observamos en el terreno,
reconociendo para ellos unas causas locales y posteriores al primer levanta-
miento. Asi las erupciones volcnicas cerca de Gualaceo, en las alturas
encima de San Cristbal y en el cerro de Cojitambo han producido algunas
perturbaciones en las capas de la arsenisca y arcilla pizarrosa, aunque estas
son insignificantes. Mas interesantes son ciertos hundimientos y derrumbos
en la cercana de Paccha y al pi sureste del Cojitambo, que de ningn
modo son de naturaleza volcnica, como creen comunmente los habitantes
de Cuenca. Entre el pueblo de Paccha y el cerro de Guagualzhuma se v
la loma que se extiende de este ltimo hacia el Valle, como cortada en dos
partes; una mitad qued en su posicin, y la otra, que mira al rio Matadero,
se hundi de unos 100 metros. En la pared tajada que se form por el
hundimiento, se observa que el terreno fundamental es la formacin de
Azogues y que este est cubierto de muchos metros de conglomeratos y
tobas volcnicas, que naturalmente como capas sobrepuestas participan del
hundimiento general; y as es, que la parte derrumbada del terreno presenta
una mezcla y un verdadero caos de piedras y trozos grandes de terrenos
de muy distinta naturaleza. Las causas del hundimiento no han de buscarse
en el terreno volcnico superficial*), sino en la profundidad de la formacin
de Azogues. Para comprender esto con mas facilidad, consideremos primero
un fenmeno mas pequeo en la quebrada del riachuelo, que se cruza antes
de subir Paccha, viniendo de Cuenca. All nos hallamos en medio de las

*) El Guagualzhuma mismo no es un volcan apagado, como afirma Villavicencio,


sino consta de areniscas y arcillas pizarrosas, y solamente su copa se halla cubierta de
conglomeratos volcnicos, como las colinas adyacentes.
248 GEOLOGA. CAPTULO I I I .

arcillas pizarrosas; estas son de color oscuro, impregnadas de sustancias


bituminosas y de varias sales, como nos convenceremos por el sabor; tambin
se percibe el desarrollo de algunos gases, sobre todo del hidrosulfrico.
Todo indica un estado de profunda alteracin y descomposicin de estas
rocas, y una transformacin metamorfosis enrgica de sus elementos con-
stitutivos; aqu observamos eflorescencias superficiales de vitriolo de hierro
y de otras sales, all se deposita el ocre en una agua sucia y hedionda,
all cruzan venas y vetas de yeso cristalizado y de alabastro las capas de
la arcilla; y en ltima consecuencia de todo esto siguen hundimientos y
derrumbos por todas partes en la orilla del rio y en su cauce mismo. Todas
las sustancias solubles, que son el resultado de aquella metamorfosis, especial-
mente las sales de toda clase, son llevadas por la lijiviacion de las aguas,
que circulan por entre las capas terrestres; se disminuye el volumen de la
roca, se asienta con todas las capas sobrepuestas, y como las sustancias,
capaces de la metamorfosis y de la lijiviacion, no se encuentran en todas
partes en igual cantidad, como la accin en un lugar es mas enrgica que
en otro etc., es inevitable que el hundimiento sea designal, y que se veri-
fique un desorden y trastorno completo en el yacimiento de las capas.
Pues bien, lo que observamos de una manera palpaple en ese pequeo rio,
sucede en escala grande debajo del terreno hundido entre Paccha y Curitaqui.
Arriba, al pi del cerro tajado, no es fcil hacer la observacin, porque toda
la superficie est cubierta de piedras rodadas; pero recorriendo las quebradas
algo mas abajo, se descubren cada paso las arcillas bituminosas, las
eflorescencias de los sulfatos, grandes cristales y placas de yeso (que tam-
bin es un sulfato y producto de descomposicin), una tierra amarilla que
parece azufre en polvo, pero es una especie de ocre, en fin todas las seales
que explican suficientemente un hundimiento secular en estos parajes. El
derrumbo nunca se verific instantneamente en toda su extensin, y lo que
vemos hoy dia, es el resultado de tiempos inmensurables; sin duda alguna
seguir hundindose el terreno, mientras que hay sustancias en las capas,
que son capaces de la transformacin, y mientras que duran las causas del
metamorfismo. En varios puntos de los sitios entre el Guagualzhuma y el
rio Matadero se v con facilidad los efectos de un hundimiento semejante
en tiempos anteriores; pero all el terreno se ha tranquilizado, digamos as,
la superficie terrestre ya se ha igualado y as se borran mas y mas las
seales exteriores. Lo mismo succedi en los alrededores del Cojitambo, en
donde las pruebas de un antiguo hundimiento secular en todo el lado sureste
son indisputables. El cerro mismo es una roca volcnica, que se levanta
en medio de la arenisca de Azogues. Cuando se hundieron las capas de la
formacin sedimentaria su lado, perdi su apoyo y se desgaj una gran
LA FOBMAOION CRETCEA. 249
parte de su cumbre, de manera que ahora se presenta como una muralla
tajada de este lado. Los pedazos de andesita se acumularon en su mayor
parte al pi del cerro, y algunos rodaron sobre las faldas del terreno adya-
cente, encontrndose ahora esparcidos por los campos y hasta el pueblo
de Chuquipata.
Entre las sustancias subordinadas de la arsenisca de Azogues debo
nombrar en primer lugar las bituminosas, que en varios puntos, como ya
queda dicho, impregnan las capas, pero tambin se presentan en forma mas
pura y en masas individualizadas, en cuyo caso varias veces se ha pensado
en explotar y utilizarlas. El asfalto no es raro en la arenisca y fcilmente
se d conocer por el color pardo que comunica la roca impregnada de
l y por su olor que despide al frotar calentar las piedras. En la arenisca,
que atraviesa el camino de Cuenca Paccha entre l Matadero y el rroyuelo
de Paccha, tales capas bituminosas llegan al espesor de algunos metros,
per el asfalto puro se ha recojido solamente en venas muy delgadas, y la
capa mas ancha que he encontrado, era solamente de un centmetro. Si el
asfalto no es explotable en este lugar, que es el mas rico, mucho menos lo
es en otras localidades, donde el material puro es aun menos abundante,
como, por ejemplo, en las quebradas del Sur y Sureste del Cojitambo.
Una sustancia enteramente distinta, aunque le den tambin el nombre
de asfalto, se encuentra al pi setentrional del mencionado cerro de Cojitambo.
Ella tiene mas bien el aspecto exterior de la ulla de la antracita, y se
presenta en capas delgadas, alternando con las de la arcilla pizarrosa, que
en este lugar es negra. La capa mas gruesa que he visto, era de cuatro
ocho centmetros. El mineral es negro como azabache, y tiene lustre fuerte
sobre la fractura, que es concoidea, se deja cortar con el cuchillo, pero es
algo agrio, saltando fcilmente en pedacitqs pequeos, por cuanto se deja
tambin pulverizar. Tenindola la llama de una vela, arde con facilidad
despidiendo mucho humo y un olor bituminoso no muy desagradable; se
ablanda mucho en el calor, sin fundirse del todo, desarrolla en la retorta
una gran cantidad de gas y deja un residuo esponjoso y lijero de carbn
fijo de cok. En sus propiedades qumicas se acerca un carbn de piedra
de Inglaterra, que se llama bituminita (Boghead-coal), digamos mas bien,
que es una sustancia intermedia entre el asfalto y la ulla, que talvez podria
considerarse como una propia especie mineral. Seria un combustible magn-
fico, y sobre todo un excellente material para la fabricacin de gas de alum-
brado, pero la cantidad en que* se encuentra en la citada localidad, no es
tal, que d esperanza de una explotacin ventajosa. Me han hablado de otra
especie de carbn, que debiera encontrarse en la cercana de Chuquipata y en
mayor abundancia, pero no encontr la localidad, y nadie pudo mostrrmela.
250 G-EOLO&A. CAPTULO III.

Cerca de San Nicols, entre Deleg y Cojitambo, se observa entre los


estratos, casi verticalmente levantados, una capa de una composicin muy
particular. La capa tiene un metro poco mas menos de espesor y sigue
con gran regularidad entre las de la arcilla pizarrosa y arenisca de S N,
descubierta la distancia de mas de una media legua. Consta de un mineral
blanco, algo amarillento, del aspecto de ciertas calizas compactas, y en su
masa homognea se observan muchsimos granitos y fragmentos cristalinos
de cuarzo tan puro como cristal de roca. Toda la masa de la capa se halla
cuarteada con mucha regularidad en pedazos cbicos, de manera que se pre-
senta en los lados, que sobresalen el terreno adyacente, como un muro de
pequeos ladrillos. El examen mineralgico y qumico de esta sustancia me
dio el resultado sorprendente de constar de slice casi pura. Tiene todas
las propiedades de la slice amorfa y debe considerarse como una variedad
del palo, que contiene granos de slice cristalizada (cuarzo). En el interior
de la capa la slice es compacta, muy dura y de aspecto fresco, pero hacia
los lados se vuelve terrosa, y sobre todo en un lado se encuentra una su-
stancia en apariencia muy distinta, formando una zona de casi un pi de
espesor en algunos puntos. Es una tierra deleznable, de tacto algo jabonoso,
cuando est hmeda, y de un hermoso color rosado; pero del anlisis result
tambin slice, y se puede observar todos los trnsitos de esta tierra floja
hasta la piedra dura en el centro de la capa. Los granos de cuarzo en este
caso no se deshacen como la slice amorfa, y as se hallan sueltos en la
tierra, y lavndola pueden separarse fcilmente.
Sobre los planos de fractura y en las hendiduras de esta roca silcea,
se encuentra otro mineral interesante en forma de planchas delgadas, y como
incrustando las piedras. Es de un color oscuro entre negro y pardo-gris,
casi del aspecto singular de la cera fsil; por ser muy blando se deja cortar
y raspar como jabn y es del mismo tacto untuoso como este; sobre la
fractura natural es mate, pero recibe lustre en la cortadura. Se pega la
lengua, pero no mucho; humedecido se deja sobar entre los dedos eomo
cera, y ponindolo en un vaso con mucha agua, se- hace mas jabonoso y
resbaloso que el jabn mismo, sin deshacerse, como el bol, y sin dar una
masa plstica como la arcilla. Expuesto al fuego en el matraz d mucha
agua; al soplete se vuelve blanco amarillo y se funde con alguna dificul-
tad, uindose de azul con el nitrato de cobalto. En el cido clorhdrico
no se disuelve, pero s en gran parte en el sulfrico. Segn todas estas
propiedades y reacciones el mineral es un hidrosicato de almina y magnesia,
parecido la saponita la piotina. No es de una aplicacin prctica,
como tampoco toda la capa silcea, en que se encuentra. Al pi del cerro
de Cojitambo he visto el mismo mineral en las grietas y rajaduras de la
LA FOitMACION CRETCEA.' 251

arenisca, y all me aseguraron algunos campesinos, que esta sustancia arde


y que se hacen velas de ella, confundindola sin duda con el asfalto.
La formacin de la arenisca de Azogues no es rica en sustancias me-
tlicas; oro y plata no contiene, y lo que dicen, que en una pequea que-
brada al pi meridional del Gojitambo se han encontrado granos de oro, me
parece improbable y una fbula, que no tiene mas fundamento que el nombre,
que los indgenas dan esa quebrada. Quien sabe, por qu la llaman Curi-
yacu, rio de oro, pues ni la arenisca, ni la andesita del cerro contienen este
metal. En la arenisca de Azogues arman las antiguas minas de mercurio
en el cerro de Huaizhun cerca de San Marcos (anejo de Azogues). Las ga-
leras son grandes y muy bien trabajadas, y no se puede dudar de que en
un tiempo las minas deban ser buenas, pues tales labores grandiosas no se
hace por nada; tanto mas admirable es, que actualmente no se puede des-
cubrir ni un rastro de mercurio en ellas, y parece que se han agotado comple-
tamente. No sabemos, en qu estado antiguamente se ha explotado el metal,
si en su estado nativo si en forma de sulfuro, que es el cinabrio. Me
parece, que debemos suponer lo primero, sobre todo que se dice, que los
campesinos en los alrededores encuentran veces azogue lquido en el suelo;
y ademas, si hubiese existido una veta de cinabrio, era casi imposible, que
ahora no se descubra ni un indicio de ella en las paredes en el tumbado
de los socabones. De muchsimos puntos he sacado muestras para analizar-
las con exactitud; en todas partes encontr las piedras muy impregnadas de
xido de hierro y de cal, y algunas veces presentan el color casi tan rojo
como el cinabrio; sinembargo no dieron las reacciones caractersticas del
mercurio. Mucho menos pude descubrir siquiera una gotita de azogue nativo,
y as juzgo, que la empresa de los que piensan en renovar los trabajos en
esta mina, seria lo menos de xito muy dudoso. Para saber, si la mina
en la profundidad vuelva ser explotable, se necesitaran excavaciones cos-
tosas, cuales yo no pude hacer. Advierto que el seor doctor Eeiss, que
tambin visit y examin esta mina, lleg al mismo resultado negativo como
yo. Algunas personas me han asegurado, que las muestras de la misma
mina, que fueron analizadas en Lima, dieron 1i por ciento de mercurio*)

*) El Seor Karsten, quien no pierde ocasin de contradecirme, y de hacer sos-


pechosas mis observaciones (desde que me atrev atacar en 1873 sus disparatadas teoras
volcanolgicas), dice que yo por error he tomado las galeras subterrneas de Huaizhun
(que l nunca ha visto) por minas; las llama antiguas canteras, de donde talvez se ha
sacado materiales de construccin (!) (H. Karsten, Gologie de l'ancienne Colpmhie Boli-
varienne, pg. 45). Como si yo no podria distinguir una cantera de los antiguos tra-
bajos de minera, tan caractersticos, que los espaoles han ejecutado en los siglos pa-
sados en las provincias delAzuay y de Loja (Zarama), y de que he visitado muchsimos!
Porqu el Seor Karsten rechaza aqu la tradicin constante, apoyada esta vez por la
252 GEOLOGA. CAPTULO H I .

No hay duda, que el azogue, que de vez en cuando se recoje en las in-
mediaciones de la villa, en el terreno superficial, proviene de la arenisca,
porque no hay otra formacin en la cercana.
Una vez que hablo del mercurio, aadir, que Azogues no es la nica
localidad, en que se encuentra en terrenos cretceos. En las Peas de Guaya-
quil, al pi del cerro de Sta. Ana, y casi al nivel del rio Guayas, se ha
recojido en varias ocasiones este metal en forma de pequeas gotas, lo
mismo que en algunos puntos de la orilla del rio Daule, al N de Guayaquil,
en terreno aluvial. El origen de este mercurio nativo queda aqu tan proble-
mtico como en'Azogues, pues en las rocas mismas de las Peas, de la
cercana del Daule, nunca pude descubrir un rastro de este metal. En
1881 tuve ocasin de examinar una piedra singular, proveniente del valle de
San Antonio (rio de Pozuelos), al Oeste de la Cordillera de Guaranda. Era
una especie de prfido totalmente descompuesto, de manera que se podia
desmoronarlo con los dedos. Todas las oquedades pequeas y grietas finas
de esta piedra estaban llenas de gotitas casi microscpicas de mercurio (las
mas grandes se podia distinguir con la lente), y cuando se lavaba el polvo
obtenido por la trituracin de la piedra, result una canutad tan grande de
mercurio, que" llegaba 30% de la masa. Hice un viaje expreso para exa-
minar la localidad de este hallazgo. La piedra se encontr cerca de la
hacienda Pacana, en el terreno aluvial diluvial, que en forma de colinas
bajas acompaa el rio ambos lados, y se compone de una arcilla arenosa,
mezclada con toda clase de piedras rodadas, del tamao de una nuez hasta
el de una cabeza. He visto el hueco en la pared de la grada aluvial, de
que fu sacada la piedra, y encontr muchos pedazos de prfidos descom-
puestos, que se parecan en todo la piedra examinada, menos en la pre-
sencia de mercurio; ni en las piedras, ni en el terreno' mismo pude des-
cubrirlo. Lo curioso es, que en el mismo lugar atraviesa una antigua galeria
angosta (tnel) y medio derrumbada la colina aluvial. Con qu objeto fu
abierta? - No cabe duda qu todas esas piedras rodadas del terreno aluvial
y diluvial provienen de las faldas de la Cordillera occidental, en cuanto per-
tenecen al sistema fluvial del rio de Pozuelos. La Cordillera se compone
aqu de areniscas y pizarras cretceas con intercaladas rocas eruptivas (por-
fintas, rocas verdes). Pero de qu parte del valle, de qu quebrada
lateral vino aquella piedra con mercurio, casi hasta la puerta inferior del

existencia de las minas antiguas, cuando con tanta facilidad cita las tradiciones y lo que
le contaron los naturales del pais, siempre que se trata de apoyar sus propias opiniones,
por mas contrarias que sean una observacin exacta? Tambin le parece improbable,
que l mercurio de Azogues provenga de la arenisca. Porqu? acaso solamente porque
mi me pareci probable?
IiA FOEMACION OBETACEA. 253
valle? Ser difcil encontrar el lugar de su origen, talvez la capa el
filn de que deriva, ya est destruido completamente. Sinembarg'o, me pa-
reci bien llamar la atencin de los gelogos y mineros venideros sobre
este valle y sobre el hecho curioso, que acabo de referir, especialmente
porque algunos aos mas tarde el ingeniero Seor van Ischot, encontr el
mercurio en la arena del mismo rio de Pozuelos, algunas leguas mas abajo
de Pacana, en forma de globulitos sumamente pequeos, y juntamente con
un poco de oro. De este fenmeno, igualmente muy curioso, de un lavadero
de mercurio y oro, trataremos mas tarde, hablando de los lavaderos del
terreno diluvial. De todos modos debemos suponer, que en ambos casos el
merurio de este valle deriva en ltima instancia de un terreno cretceo.
Distinto debe ser el origen del mercurio, que se halla, de igual modo
asociado con oro, en los lavaderos de Collay en la Cordillera de Cuenca.
Aqu no puede derivarse sino del terreno de las esquistas cristalinas, como
el oro. La misma proveniencia atribuyo al mercurio, que se halla en la
llanura aluvial, en que est edificada la ciudad de Loja.
Volviendo la formacin de la arenisca de Azogues, debo decir, que
fuera del mercurio no contiene otros minerales metlicos. Pues algunas
minas de plata, que fueron trabajadas antiguamente en esa regin, arman
en rocas porfdicas y diorticas, que atraviesan las areniscas, y no pertenecen
por su naturaleza las formaciones sedimentarias, aunque nacieron talvez
en el mismo perodo mesozcio.
Para la determinacin de la edad geolgica de la Arenisca de Azogues
era de mucha importancia el hallazgo feliz de fsiles en la cercana de Paccha.
Encontr en el cauce del riachuelo de Paccha algunos trozos grandes de una
ropa, que se compone toda de conchas, apenas cementadas por una sustancia
calcreo-ferruginosa. Desgraciadamente no pude encontrar la roca m situ,
pero no cabe duda, de que forma formaba una capa subordinada en las
areniscas de esa regin. Entregu las muestras al Profesor H. B. Geinitz en
Dresde, para examinarlas, y l reconoci desde luego la gran semejanza y
analoga, que presentan estos fsiles con los de la formacin del Wealden
de Europa. Con seguridad se determinaron los gneros de Oyrent (2
3 especies), Oylas y Paludina (acuminata?); y las especies se parecen tanto
algunas europeas, que talvez son idnticas con ellas. Si agregamos esta
analoga paleontolgica las otras, que se manifiestan en el carcter petro-
grfico, especialmente la presencia del carbn y asfalto, no podemos dudar,
de que aqu tenemos una formacin paralela y contempornea al Wealden
europeo, es decir, la nfima y mas antigua seccin de la formacin cretcea.*)

*) Algunos gelogos consideran el Wealden como la grada superior de la forma-


cin jursica, como una formacin intermedia entre la jursica y cretcea.
254 GEOLOGA. CAPTULO -III.

C. La formacin cretcea de la Cordillera occidental.


Esta fcies es la mas anmala y mas difcil de estudiar, no solamente
porque el terreno se halla en regiones muy cubiertas de vegetacin y de
difcil acceso, sino tambin por su combinacin singular con las rocas erup-
tivas. Aunque encontramos tambin estratos de areniscas, margas parecidas
las de la hoya de Cuenca, y pizarras oscuras de naturaleza arcillosa, pre-
dominan sinembargo los conglomeratos gruesos y las rocas Irecciformes. En
estas rocas, que llegan veces una potencia enorme, se observa muy
bien, que las rocas eruptivas del' periodo mesozoico han subministrado el
material principal para su formacin; pues los fragmentos de los conglome-
ratos y brecchas, ya redondeados, ya angulosos, constan de diorita, diabasa,
prfido, porfirita, cuarzo, arenisca, pizarra, todo en mezcla estraa, y ce-
mentado porua sustancia silcea ferruginosa. Los bancos gruesos mani-
fiestan la estratificacin imperfectamente, y estn fracturados irregularmente
en cantos enormes. En muchos puntos tienen la semejanza mas grande con
conglomeratos y brecchas volcnicas y solo por un examen muy detenido
se puede distinguirlos de estas ltimas. Se ver que entre los fragmentos
tan variados faltan las andesitas verdaderas y las lavas modernas, aunque
se hallen en la inmediacin de los volcanes, circunstancia que prueba su
mayor edad. Una seal distintiva exterior consiste en que por lo regular
estos conglomeratos y brecchas, cuyos fragmentos casi siempre se hallan
mas menos descompuestos, presentan un color verdoso (verde-gris, verde-
negro, verde-pardo, siempre de un verde-sucio), debido un mineral clortico
glaucontico. Esta seal, aunque.muy frecuente, no es infalible, pues
conozco tambin conglomeratos volcnicos verdosos, y otros cretceos sin
este color. Si buscamos en la petrografa una analoga para los conglo-
meratos descritos, la encontraremos en aquellas rocas singulares, que se
llaman Nagelfluhe, y que pertenecen los terrenos terciarios de Europa. No
hay duda, que en el aspecto exterior se encuentra una semejanza muy grande;
pero considerando las relaciones, en que nuestros conglomeratos estn con
las diabasas, porfiritas y otras rocas eruptivas, quisiera compararlas mas bien
con ciertos terrenos de las formaciones prmica y trisica, especialmente de
la primera. As como la arenisca prmica dysica (Bothliegendes) naci
de los prfidos de aquella poca, de igual.modo una gran parte de los con-
glomeratos y brecchas cretceas del Ecuador, trae su origen directa in-
directamente de las rocas eruptivas del periodo cretceo. Las Rocas verdes
(tomando la palabra en su sentido mas lato) atraviesan el terreno cretceo
de la Cordillera y de sus ramales en puntos innumerables, tanto sobre las
crestas, cuanto en las faldas, ya cubriendo terrenos extensos, ya en forma
LA FORMACIN CRETCEA. 255
de cpulas, diques, vetas aisladas, ya intercalndose en forma de estratos
entre las areniscas sedimentarias. En muchos casos no sabemos, si una roca
es un prfido descompuesto, una toba porfdica, una arenisca nacida de
partculas porfdicas. Otras veces las areniscas finas de color verde-osuro
son tan compactas y semicristalinas (metamorfizadas?), que apenas podemos
distinguirlas de una diorita diabasa verdadera. Lo que mas confunde, son
las muchas insensibles transiciones de todas estas rocas elsticas y cris-
talinas. Observamos p. ej. un peasco de diabasa porfirita no dudosa,
la distancia de 10 metros contiene tantos fragmentos angulosos, que debe-
mos llamarla una breccha de aquella roca, y otros 10 metros mas all en-
contraremos un conglomrate evidentemente sedimentario, una arenisca
estratificada, pero siempre con pequeos fragmentos de aquella diabasa
porfirita; en ningn punto hallaremos las tres clases de rocas bien limitadas,
el trnsito es casi imperceptible. Si tales dificultades se presentan en
puntos descubiertos y accesibles la observacin, en otros lugares que estn
cubiertos por una vegetacin tropical, y en que podemos observar lo mas
la superficie descompuesta, se aumentan tal grado, que una exacta deter-
minacin y limitacin de las formaciones es enteramente imposible. Des-
graciadamente la. mayor parte de la Cordillera occidental se halla en este
ltimo caso. Por esto no es por dems repetir, que mi carta geolgica in-
dica de un modo bastante vago la extensin de los prfidos y rocas verdes
de la sierra. El color, que las representa en el mapa, contina veces sobre
grandes reas, en donde tienen la preponderancia, sin que se excluya del
todo la presencia de algunos estratos sedimentarios de aquellas rocas am-
biguas de la formacin cretcea.
, Una regin bastante favorable al estudio de las rocas en cuestin, por
ser algo despejada de la vejetacion, es el valle de Chimbo, especialmente
sus laderas orientales, desde l Chimborazo hasta Pallatanga, y aun hasta
Puente de Chimbo. Los conglomeratos potentes se encuentran muy desar-
rollados al pi suroeste del Chimborazo; todos los cerros entre Guaranda y
el Arenal, por donde cruza el camino antiguo, constan de ellos, especial-
mente los cerros de Yacoto y de Yana-urcu, cerca de la Ensillada, despus
los peascos tajados de Panza, abajo de la ltima subida al Arenal, y los
cerros que componen la loma de la Cordillera occidental al Sur del Chim-
borazo, hasta el Puyal y Pangor. All se hallan los dichos conglomeratos
veces con capas alternantes de pizarras oscuras y cuarcitas, en alturas
de 4000 4400 metros sobre el mar. la misma formacin, como los
cerros de Yacoto, pertenecen los muy parecidos de Cachillacta, entre l rio
Gradas y el de San Lorenzo; la observ igualmente en todas partes, fal-
deando la Cordillera entre Santiago y Cai, y despus en los cerros, que
256 GEOLOGA. . CAPTULO n i .

rodean el valle de Pallatanga. Mas al Sur la vegetacin es muy espesa,


sinembargo los conglomeratos salen luz en varios puntos de los caminos,
que de Puente de Chimbo suben Sibambe y Linje. Una ocasin
magnifica para el estudio de la formacin cretcea y sus relaciones con las
rocas verdes presentarn los muchos cortes, que los trabajos del ferrocarril
de Puente de Chimbo Sibambe han de abrir, especialmente desde San
Roque para arriba (Huigra, Lican, Pagma etc.). All abundan las rocas am-
biguas y las transiciones de las cristalinas las sedimentarias. En las
laderas occidentales de la Cordillera de Chimbo la observacin se dificulta
por la vegetacin, pero no faltan trechos, en que se observa la formacin
y las Rocas verdes intercaladas, lo largo de los caminos, que del litoral
conducen al valle de Chimbo. Lo mismo digase de los caminos que suben
de la costa las provincias de Caar, Azuay y Loja. Respecto la ex-
tensin, que en el mapa doy sta formacin en la hoya del rio de Cata-
mayo, y en el tringulo entre este rio y el de Macar (regin de Cariamanga),
debo advertir que no es bien segura, y que puede ser, que algunos terrenos
de aquella regin pertenezcan la formacin terciaria, pues ciertas capas
se parecen mucho las, que se hallan en la hoya terciaria de Malacates y
Vilcabamba. Cierto es, que la prolongacin occidental de la Cordillera de
Alamor es terreno cretceo, y que entre los sitios de Tambillo, Mangulco y
Casadero lleva el carcter de la fcies litoral, oomo en la Cordillera de
Chongon. El estudio geognstico de los cantones de Calvas y Paltas queda
todvia muy incompleto; solo de paso pude hacer algunas observaciones,
por razones que he explicado en mi Memoria sobre la provincia de Loja
(pg. 11).
En cuanto los accidentes tectnicos de este terreno podemos decir,
que las capas siempre se hallan muy levantadas hacia el eje de la Cor-
dillera, buzando al Oeste con ngulos de 15 80 grados. Ya queda dicho,
que en muchsimos puntos se hallan atravesadas por diques, vetas, filones
y macizos grandes de las rocas porfdicas de toda clase. Ademas de ellas,
se encuentran muy frecuentes, como fenmenos secundarios y consecuencias
del metamorfismo y de la descomposicin, vetas de cuarzo, espato calizo, y
otras sustancias mas raras. Capas bituminosas, que destilan un poco de
petrleo, se descubren en la cercana de Calacal, al NO de Quito y del
Pichincha, otras capas pizarrosas, igualmente muy bitumiosas, se han en-
contrado las faldas occidentales del Atacazo y del Corazn. Al Oeste del
Oiimborazo salen las fuentes cargadas de sal, al lado del pueblo de Salinas
(al JF de Guaranda), sin duda alguna de este mismo terreno cretceo, y son
un indicio de la presencia de sal gema en, las profundidades; pues, las
capas de conglomeratos volcnicos de aquella regin de Salinas son muy
LA tfOBMACION CRETCEA. 257
superficiales, y poca distancia se descubren en las quebradas los estratos
antiguos. Si en algunas localidades se ha descubierto un poco de oro (en
lavaderos) y rastros de otros minerales metlicos, estos derivan sin duda de
las rocas porfidicas del terreno, que con sus fragmentos han contribuido
la formacin de los estratos sedimentarios.
No faltan del todo los indicios de restos orgnicos, pero hasta ahora no
se ha encontrado ninguno, que permitiese una determinacin segura de la
especie del gnero, y que nos sacase de la incertitumbre respecto la
edad relativa del terreno. En las pizarras bituminosas se observa de vez
en cuando escamas de peces y fragmentos de conchas. El seor Eeiss en-
contr impresiones de conchas en las areniscas entre Caar y Azogues en
el rio Molobog, pero son mal conservadas indeterminables. Hasta que un
hallazgo feliz de fsiles mejor conservados nos saque de las dudas, debemos
limitarnos decir que el terreno en cuestin, seguii toda la aparencia petro-
grfica y estratigrfica, pertenece la formacin cretcea, y que probable-
mente es coetneo con la arenisca de Azogues, es decir que representa en
su mayor parte la grada inferior entre las secciones de dicha formacin. La
ereccin de las capas y su levantamiento hasta las alturas enormes en qu
las encontramos hoy dia, es naturalmente un fenmeno posterior, y pudo
suceder fines del perodo mesozoico y coincidir en parte con el terciario/

WOLF, Ecuador. 17
Captulo IV.
Las rocas porfdicas y las rocas verdes.
En el captulo precedente hemos tenido ocasin de hablar de las muchas
relaciones, en que se hallan los terrenos cretceos con las rocas porfdicas
y rocas verdes, y hemos sacado la consecuencia, que una gran parte de las
ltimas son coetneas con los primeros, lo que no excluye, que algunas
hayan existido antes de la poca cretcea, y algunas nacido despus de ella.
De todos modos encuentran aqu su lugar mas natural, si queremos seguir
en nuestras consideraciones geolgicas un cierto orden cronolgico.
Antes de entrar en la materia, debo declarar, que esta reunin, que
hago de rocas tan distintas en un solo grupo, bajo la vista puramente petro-
grfica seria inadmisible, pero en esta obra es excusable y hasta cierto punto
necesaria, por las razones siguientes: I o . Aunque tenemos entre estas rocas
algunas muy tpicas, como por ejemplo prfidos cuarzosos, y dioritas macro-
cristalinas y porfirodeas, resta sinembargo la mayora de ellas, que presentan
una estructura tan rnicrocristalina y afantica, que su determinacin exacta
no se puede hacer, sino mediante las anlisis qumicas y un estudio micro-
scpico; ambos mtodos no se han empleado todava, sino en casos muy
raros, y en el Ecuador faltan todava institutos, en que tales estudios dif-
ciles podran ejecutarse. 2. Unas especies pasan por innumerables transi-
ciones y tan insensiblemente en otras, que por ahora es imposible fijar los
lmites netos de cada una. 3o. Muchas de estas rocas se hallan en la super-
ficie (que solo es accesible) y bastante profundad tan descompuestas y
metamorfizadas, que no podemos reconocer su estado primitivo. Bajo tales
circunstancias la distincin de ciertas variedades bien reconocidas, mediante
distintos colores en el mapa, en medio de otras rocas verdes, que caso
son solamente formas afanticas de aquellas, tal vez hubiera aumentado la
confusin, y pareci mas conveniente, sealar todas esas rocas, por ahora,
con un mismo color.
LAS BOCAS POKEDCAS. 259

' El teatro principal de las rocas porfdicas y verdes se halla en las pro-
vincias meridionales de la Eepblica, en las del Azuay, de Loja y del Oro,
y por esto la mayor parte de los ejemplos por alegar tomaremos de all.
En la mitad setentrional del pais quedan muy ocultadas debajo de los ter-
renos volcnicos, y en las faldas exteriores de la Cordillera occidental son
poco estudiadas. Pero el que se encuentran tambin en esta ltima zona
muy desarrolladas, y con gran variedad petrogrfica, lo comprueban las
muchsimas piedras rodadas y arrastradas por los ros occidentales. En todos
los valles de las faldas occidentales de los Andes predominan los guijarros
de prfidos, porfiritas, dioritas y diabasas, mezclados con los de naturaleza
volcnica, que derivan de las cumbres mas altas. Del terreno cretceo,
destruido por la erosin de los rios, se conservaron entre los guijarros solo
los materiales muy duros, como el cuarzo de las vetas, las pizarras silceas
y areniscas muy duras, mientras que las margas, areniscas flojas y pizarras
blandas fueron reducidas polvo y arena. Si uno estudiara solamente el
terreno de acarreo en los valles inferiores, sin penetrar mas arriba las
faldas superiores, podria concluir de la abundancia de las rocas porfdicas
y verdes, que toda la Cordillera se componga casi exclusivamente de ellas.
El prfido propiamente dicho, que entre los arquitectos se conoce con
el nombre de prfido rojo y entre los gelogos tiene el de prfido cuar-
zoso, compone la mayor parte del cantn de Zaruma, en donde llega tener
una importancia prctica muy grande, por cuanto las vetas de cuarzo aurfero
arman en l. Tambin en el valle de Catamayo, con sus laderas ridas y
desprovistas de vegetacin, se encuentran hermosas variedades del prfido
rojo. Con desarrollo tpico se halla en el valle de Yunguilla (prov. del Azuay),
y en ningn lugar se puede estudiarlo mejor, que en el puente de Aya-
bamba, donde el rio Eircay ha surcado una abra profunda en la pea viva.
Este prfido de Ayabamba forma una de las rocas mas hermosas de la Ee-
pblica, y bien labrado y pulido podria rivalizar con los soberbios prfidos
empleados en los edificios de la antigua Eoma. Sus elementos constitutivos
se dan conocer primera vista; en una pasta criptocristalina, de un color
rojo rosado, se destacan los cristales y fragmentos de cuarzo, feldespato
(ortoclasa), mica negra y anfibola. Esta hermosa piedra, que poca pro-
fundidad debajo de la superficie es muy compacta y fresca, merece ser uti-
lizada en obras arquitectnicas.
Las porfiritas, que se distinguen de los prfidos propios por contener
otra especie de feldespato, es decir, la plagioclasa en lugar de la ortoclasa,
se encuentran en muchos lugares y muy bien desarrolladas en el nudo de
Tinajillas. En el descenso de este ltimo punto la quebrada de Shia,
valle superior del rio Len, se puade colectar muchas variedades. En una
17*
260 GEOLOGA. CAPTULO IV.

masa fundamental que es rojiza, gris, amarillenta verdosa y la vista


parece homognea, se observan los fragmentos cristalinos de plagioclasa y
comunmente de cuarzo, rara vez de mica y anfibola. La mayor parte de
las porfiritas son cuarzosas; pero las hay tambin sin cuarzo visible, y en-
tonces se parecen tanto ciertas rocas volcnicas (andesitas), que es difcil
distinguirlas, especialmente cuando no se puede estudiarlas in situ y en
su yacimiento natural, sino solo en piedras rodadas y mezcladas con ver-
daderas andesitas, como sucede en algunos puntos de la provincia del
Azuay.
La variedad hialina del prfido, que se llama Piedra-pez (Pechstein,
Retinita) es un vidrio natural, siendo para el prfido lo que es la obsidiana
y perlita para la andesita, se ha encontrado en el cerro de Molobog, en el
camino entre Caar y Azogues, y fu mencionada tambin por el doctor
Reiss en su carta varias veces citada.
La diorita es talvez la roca verde mas divulgada en el Ecuador. Se
halla en todas las variedades, desde la macrocristahna y porfiroidea, hasta
la criptocristalina y afantiea, siendo en el caso ltimo imposible de distin-
guirla de la diabasa, sin el examen qumico y microscpico. En la pro-,
vinoia de Loja y en el cantn de Zaruma la he encontrado en varios puntos
al lado de los prfidos, intercalada ellos,,pero me parece, que hacia el
Norte, donde los verdaderos prfidos se hacen mas raros, la diorita es mas
frecuente; as en la provincia del Azuay, donde compone la mayor parte de
la Cordillera occidental.
Para el estudio de la diorita ningn lugar se adapta mejor que la car-
retera de Cuenca Guayaquil, desde Sayausi hasta Quinoas. La roca se
conoce con suma facilidad,. cuando se presenta en su variedad tpica; se.
compone de plagioclasa (oligoclasa) blanca y anfibola verde-negra, la ltima
en prismas veces bastante largos; stos dos minerales caractersticos se
asocia frecuentemente el cuarzo. En todo el camino de Naranjal (respec-
tivamente desde Chacayaeu) Cuenca se encuentran rocas diorticas, pero
n la superficie son tan descompuestas, que uno debe, ser minerlogo bien
ejercitado para reconocerlas. En la carretera hubo necesidad, de cortar las
peas y de romper grandes pedrones mediante la plvora, y de este modo
los peones prepararon al gelogo, por decirlo as, una coleccin rica, en que
puede estudiar todas las variedades de la diorita y los accidentes, que ofrece
esta roca, mejor que en cualquier gabinete de mineraloga. En este mismo
lugar se ofrecen al estudi las rocas fragmentarias clsticas, que suelen
acompaar las dioritas. Pues es de saber, que los antiguos prfidos, por-
firitas y dioritas presentan sus analogas con las rocas modernas volcnicas,
en cuanto que de los materiales fragmentados y triturados se formaron tobas,
LAS BOCAS PORFDICAS. 261
conglomeratos, brecehas etc. Como estas rocas, que podemos llamar secun-
darias regeneradas, son menos duras y compactas que las primitivas de
que derivan, sus minerales son mas expuestos a la descomposicin, y esta
se anuncia en las porfdicas con un color rojizo (xido de hierro), y en las
diorticas con.un color verdoso (silicato de hierro). Muy hermosas son las
brecehas diorticas, que se encuentran en la carretera de Qunoas, y los frag-
mentos angulosos de diferente tamao y forma y de varios matices, cemen-
tados por una toba fina, parecen veces una obra mosaica; tambin son
bastante duras para que pudieran servir de materiales arquitectnicos y ha-
ran un efecto magnfico en la pilstrada de un edificio. Otras tobas del
mismo lugar se componen de un material mas fino y homogneo, y se pa-
recen mas bien ciertas areniscas duras. Algunas de un color gris-verdoso
me recordaron vivamente las piedras, de que se ha edificado el castillo de
Inca-pirca, y que pertenecen la misma clase de las tobas diorticas; son
muy ricas en cuarzo y casi tan duras que la diorita misma. Se v que los
Incas eran buenos arquitectos, hasta en la eleccin del material de con-
struccin, que traan de lejos, pues no se encuentra en las cercanas de Inca-
pirca, aunque no dudo, que la cantera se descubrir algun da en los cerros
de Molobog de Huairapungo. La roca que compone el cerritq de Inca-
pirca y en que se halla excavado el Inca-chungana, contiene tambin muchos
materiales diorticos y puede considerarse como una toba arenosa estratifi-
cada, que probablemente es un miembro de aquella formacin.cretcea am-
bigua, que caracteriza la Cordillera occidental, como hemos visto mas arriba.
En el litoral se hallan las dioritas ya al pi de la Cordillera, represen-
tando las ltimas proyecciones de ella, ya en forma de cpulas aisladas en
las llanuras, ya interrumpiendo las capas cretceas. En la provincia del
Guayas constan de rocas diorticas los cerros de Taura (Masvale, Batang,
Cimalon, Perequet, Guabito), el aislado cerro de Zamborondn, los cerros al
lado izquierdo del rio Daule, entre la Candelaria y Pula, con el cerro de
Yolan, el de la Estacada y otros, los cerritos de Petrillo y del Martillo en-
frente; finalmente varias cpulas en el terreno cretceo de la Cordillera de
Chongon y de Juntas.
En la provincia de Manab se hallan en el terreno cretceo al Oeste de
Jipijapa, especialmente en el Cerro bravo, y en el de San Vicente, las dioritas
y las tobas y conglomeratos diorticos con un desarrollo muy singular, que
recuerda vivamente las formaciones volcnicas. Cuando en 1871' visit j>or
primera vez este terreno y entr en el hondo vall del rio Seco al pi del
Cerro bravo, me cre trasladado una de las quebradas en las faldas de
nuestros volcanes andinos. Las altas paredes de ambos lados se componen
de conglomeratos y brecehas, que se parecen las tobas volcnicas con
262 GEOLOGA. CAPTULO IV.

pedazos de andesitas y lavas de toda clase; las tobas forman un manto


grueso casi hasta la cspide del cerro, y las tres puntas mas altas de este
constituyen un hondn, una especie de crter abierto hacia O. Para hacer
mas completa la analoga, brotan, no muy lejos del cerro, en la quebrada
de Choctete, unas fuentes cargadas de cido sulfhdrico, y muy parecidas
las termales del Cotacachi. En la quebrada del rio seco, y al pi mismo
del Cerro bravo, se encuentran fragmentos enormes de toba caliza, llena de
restos orgnicos, que atestiguan, que aqu todava en la poca cuaternaria
salieron fuentes cargadas de carbonato de cal. A esto se agrega, que las
variedades de piedras, examinadas en el lugar mismo, no contenan cuarzo,
lo menos no lo dejaban conocer la vista libre, y que muchas de ellas
tenan el aspecto exterior de ciertas andesitas. Seducido por todas estas
apariencias, tom en efecto aquellos cerros de Jipijapa por antiguos volcanes
andesticos y manifest esta opinin en una relacin, que escrib inmediata-
mente despus del viaje. Pero*un examen mas detenido de los materiales
llevados Quito, me convenci posteriormente de mi error, que revoqu en
algunas publicaciones posteriores. <2S> La mayor parte de las muestras re-
sult de naturaleza diortica, lo menos como perteneciente las rocas
verdes, y algunas son verdaderas dioritas porfirodeas, aunque en todas el
cuarzo es muy raro y solo accesorio.
Es muy probable, que despus del anlisis qumica y microscpica, varias
de las afanitas del litoral y de la sierra, que ahora llamamos dioritas, re-
sultarn ser diahasas y melfidos. As ya sucedi con la roca negra, que se
halla en la chorrera de Agua-clara, cerca de Puente de Chimbo, intercalada
en el terreno cretceo de la Cordillera occidental. Segn Siemiradski*), que
la analiz, es una roca que tiene algunas propiedades de la diabasa, otras
del basalto, mientras que su hbito exterior recuerda ciertos melfidos an-
tiguos; l la llama mesbasalto. El feldespato se parece la plagioclasa de
las dioritas, pero segn la composicin qumica es probablemente anortita;
los otros componentes son augita, anfibola, olivina y magnetita. En venas
delgadas se halla la serpentina (un producto del metamorfismo) y como
mineral accesorio he observado la pirita en bastante cantidad. Este ltimo
mineral, que parece no haberse encontrado en la muestra analizada por Sie-
miradski, porque no lo menciona, es interesante, por ser muy caracterstico
para todas las rocas verdes del litoral. Presentando la roca de Agua-clara
'i)gs propiedades de las antiguas rocas verdes, que de las volcnicas, y per-
teneciendo segn su yacimiento la poca cretcea, el seor Siemiradski tam-
bin en su cartita debia sealarla entre las primeras y no con entre las ltimas.

*) Ein Beitrag zur Kenntmss der typischen Andesitgesteine (Dorpat 1885), pg. 6.
LAS BOCAS PORFDICAS. 263

El estudio terico de las rocas porfdicas y verdes del Ecuador es muy


interesante para el petrgrafo y le abre un campo muy vasto; pero en la
prctica tienen mayor inters aquellos accidentes y productos, que el petr-
grafo llamara secundarios y subordinados. Si exceptuamos las piedras de
cantera de construccin, ninguno de los minerales tiles que encontramos
en las rocas porfdicas, pertenece la constitucin primitiva de ellas, siendo
todos unos productos secundarios, que derivan de la descomposicin qumica
y del metamorfismo de los constitutivos primarios, minerales accesorios,
que se han formado posteriormente en las vetas y filones metalferos.
Los minerales principales, que entran en la composicin de las rocas
porfdicas son: varios feldespatos, anfibla, augita, mica, magnetita (hierro
magntico) y veces cuarso. Exceptuando los ltimos dos, los dems son
silicatos, que se constituyen de slice, almina, xido de hierro, cal, mag-,
nesia, potasa, soda y agua. Ahora bien, en la descomposicin qumica de
las rocas, respectivamente de sus minerales constitutivos, que se verifica
especialmente con ayuda del agua y del cido carbnico, que contienen las
combinaciones de slice, se transforman en las de cido carbnico, en otras
palabras, los silicatos en carbonates; silicato de cal, magnesia, potasa etc.
se convierte en carbonato de cal, magnesia, potasa etc. El xido de hierro
queda libre y el silicato de almina, recibiendo una determinada cantidad
de agua, es la arcilla. Cuando esta descomposicin sucede en la superficie
terrestre, los carbonatos sern llevados por las aguas (en forma de bicar-
bonatos disolubles), y queda como ltimo resultado y resto solamente la
arcilla con el xido de hierro. H aqu la explicacin cientfica del origen
de la arcilla roja, que encontramos en todas las montaas del territorio de
los prfidos, en donde no falta la humedad, y que es la causa principal de
que los caminos con las lluvias se ponen tan malos, como he dicho en otro
lugar. El procedimiento de la descomposicin puede modificarse de mil
.modos, bajo circunstancias influjos locales; as encontramos veces en
lugar del carbonato de cal el sulfato, que es yeso, en lugar del carbonato
de magnesia, se ha formado tambin su silicato etc. El punto principal para
la inteligencia del metamorfismo es, que los elementos que constituyen los
minerales primitivos, salen de su combinacin qumica, capaoes de entrar
en varias nuevas combinaciones, que son enteramente distintas de las pri-
meras. Lo que antes estaba reunido y fijado en un solo mineral, se presenta
dividido y aislado; y muchas veces las sustancias, que quedan intiles^en
sus primeras combinaciones, se nos hacen provechosas en las segundas.
Como hemos dicho, el resultado final de la descomposicin de los pr-
fidos en la superficie terrestre, suele ser un depsito de arcilla (caolina,
cuando es muy pura). Pero en la profundidad y en el interior de las rocas
264 GEOLOGA. CAPTULO IV.

el procedimiento se modifica algo, en cuanto los carbonatos y dems sus-


tancias no sern llevadas por las aguas, y al contrario quedan esparcidas
por la masa, formarn vetas y venas, cuando se presentan grietas y hen-
diduras otras cavidades, en donde pueden precipitarse. As se explica el
sinnmero de vetas de distintas clases en este terreno, y tambin l mayora
de las venas de cuarzo (slice), que pertenecen a esta categora; pues aun-
que las rocas son generalmente bsicas, no conteniendo en su estado, fresco
mucha slice libre, siembargo en la metamorfosis de los silicatos esta se
suelta, y la que no entra en nuevas combinaciones, queda suprflua y sirve
para rellenar las grietas de las rocas.
Hay que advertir, que la transformacin superficial n arcilla se verifica
solamente en los lugares hmedos, como en las montaas cubiertas de bos-
ques del cantn de Zaruma, y en las alturas en: que llueve frecuentemente.
En lugares muy secos, como en los valles de Yungula, Catamayo, de Ca-
sanga, de Calvas etc., aunque el terreno se compone de las mismas rocas,
no se observa esta arcilla, solamente por excepcin. La descomposicin
se manifiesta all de otra manera, resquebrajndose y deshacindose las rocas
en fragmentos y pedacitos irregulares, cascajo y arena (conform lo hemos
visto tambin en el granito de Juntas). Esta diferencia notable en la des-
composicin de un mismo terreno se observa muy bien subiendo, por ejem-
plo, del valle de Calvas a las alturas de Cariamanga del de Catamayo
Catacocha; medida que aumenta la humedad, y por consiguiente la veje-
tacion, v desapareciendo la arena y el cascajo seco, y v aumentndose la
arcilla y el lodo n los caminos.
Entre los minerales tiles de este terreno nombraremos en primer lugar
la caolina tierra de porcelana, que debe su origen igualmente la des-
composicin qumica de los minerales, sobre todo de los feldespatos, y tiene
tanta afinidad con la arcilla comn, que podemos llamarla arcilla qumica-
mente pura y libre de xido de hierro y de cal. La caolina abunda en la.
provincia de Loja y se conoce all bajo el nombre de oreda simplemente
tierra blanca. Por lo comn son las vetas de prfido, que atraviesan el
prfido mismo las esquists antiguas, las que se han transformado en cao-
lina; as por ejemplo, en el camino de La Toma al Villonaco, en Sacama
entre Loja y Juntas, cerca de Zaraguro etc. El material mas puro, blanco
como nieve, que puede rivalizar con la mejor caolina de la China, se halla
en la falda del cerro Chalalapo, '/i legua al Sur de la hacienda Palmira en
el valle de Piscobamba, en un macizo de prfido descompuesto. El depsito
es abundante y daria sin duda una porcelana fina y superior. Las varie-
dades mas impuras (y hay todas las transiciones hasta- la arcilla ordinaria)
podran ser empleadas en la fabricacin de ladrillos refractarios, y cuanto
LAS BOCAS PORFDICAS. 265
mas Mancas y libres de xido de hierro, tanto menos sern fusibles y tanto
mas refractarias. Nodulos de caolina muy pura y pseudomrfosis segn
feldespato se encuentran en algunas vetas de cuarzo, como tambin en la
mina Portovelo corea de Zaruma.
Algunas sustancias mas raras, pero mineralgicamente interesantes (y
todas ellas son productos de descomposicin de los prfidos), mencionaremos
aqu en continuacin de la caolina. Cerca de Gonzanam el prfido aloja
rones y venas de un hidrosilicato de magnesia y almina, que segn todas
sus propiedades fsicas y reacciones qumicas pertenece la saponita pio^
tina (jabn mineral). La sustancia es amorfa, muy blanda (dureza=l), blanca
algo agrisada, de tacto untuoso como jabn, y se pega la lengua. Al
soplete se funde con alguna dificultad en un vidrio poroso, en el matraz d
mucha agua y se enegrece. No se disuelve en el cido clorhdrico, pero se
descompone en el sulfrico. La saponita es un mineral bastante raro; en
Inglaterra se usa como ingrediente en la fabricacin de porcelana. '
En la misma regin de Gonzanam se encuentran vetas de hol, que por
sus propiedades fsicas tiene mucha analoga con el mineral precedente,. pero
es un hidrosilicato de almina y hierro, y se distingue fcilmente de. la sa-r
ponita por su color pardo de castaa. Echndolo en agua se deshace con
chisporroteo en pedacitos pequeos.
Otro mineral no frecuente se halla en Verde-rumi, cerca de Paccha,
cantn Zaruma, que primera vista habia tomado por esteatita, pero los
exactos ensayos mineralgicos comprobaron que es la llamada aglmatlita,
mas bien una variedad compacta de la pirflita., Este mineral es de un
color hermoso verde-manzana verde-esmeralda, con manchas y venas de
color gris y algo encarnado; es transluciente, blando (dureza 2, de yeso),
de tacto suave y algo untuoso; su textura es criptoeristalina, en apariencia
amorfa, y con una buena lente se v, que se compone de hojitas y fibras
muy finas, que tienen lustre de ncar. En el matraz d bastante agua, y
al soplete se vuelve blanco sin fundirse; en el cido clorhdrico no se di-
suelve, ni se descolora. Qumicamente es un hidrosilicato de almina, como
la caolina, pero con mas de slice y menos de agua. Los habitantes creen
que es una mina de esmeralda.(esmeralda tierna). El uso, que se.podria
hacer de ella, es para fabricar pequeas estatuas, vasos y utensilios desadorno,
como los chinos usan la aglmatlita y.otras piedras blandas y de hermosos
colores. Pertenece mas bien las curiosidades mineralgicas,, as'como el
mineral que sigue:
La xotila, que imita con su estructura fibrosa y tambin con su color
pardo perfectamente la madera fsil. Se encuentra en planohitas y tablitas
delgadas, rellenando las grietas de un prfido cobrizo cerca de la hacienda
266 GEOLOGA. CAPTULO IV.

Juanes en el valle de Catamayo, del que tendremos que hablar mas tarde.
Es un hidrosilicato de magnesia y hierro, que sin duda debe su origen
la descomposicin de la anfibola.
Este ltimo mineral, la anfibola, se halla tambin en su estado fresco
en masas considerables, componiendo algunas vetas en Palto cerca de Paccha.
Es la variedad que se llama tremolita, y est asociada con hierro magntico
y cuarzo. Increble es, como la gente puede tomar esta sustancia pesada
infusible por el verdadero carbn de piedra, y aun mas incomprensible, como
algunos mineros pudieron fundar sus esperanzas en esas minas de carbn
de Palto. En toda la provincia de Loja no hay carbn de piedra, fuera
de la poca Hgnita de que hablaremos mas tarde.
Vetas de carbonato y sulfato de cal (piedra caliza y yeso) pertenecen
los fenmenos mas frecuentes en este terreno y son, como las de cuarzo,
productos inmediatos de la metamorfosis qumica de los prfidos. No rara
vez se hallan pedazos de cal y yeso esparcidos en la arcilla y en la arena
y cascajo que cubren las rocas; pero basta remover estos materiales y se
descubrirn en la pea viva descompuesta las venas, de que derivan aquellos
fragmentos. Rara vez las vetas son tan abundantes, que costeen el trabajo
de la explotacin, y como el fenmeno es demasiado comn, no citaremos
muchas localidades especiales. Solo un lugar merece una atencin especial.
Al NO de Quito, y al Oeste del Pululagua, donde en la cercana de Calacal
acaban las rocas volcnicas y comienza el terreno cretceo, atravesado por
rocas verdes, se halla en una de estas ltimas una veta muy ancha de ala-
bastro (yeso granoso-cristalino) que desde tiempos inmemorables se explota
en pequeas cantidades para quemar yeso y venderlo en Quito. He visto
trozos grandes, blancos como nieve y enteramente puros, que se parecen al
marmol de Carrara (pero son mucho mas blandos), y bien podran emplearse
tambin para pequeas obras de estatuaria.*)
Muy interesantes son las vetas de baritina (sulfato de baria) que encontr
en dos localidades, una en el cantn de Zaruma, y otra en la provincia de
Caar. En el cerrito de Zarum-ureu cerca de Zaruma, que consta de prfido
descompuesto, se v en la falda oriental una veta, que se distingue de otras
de esta regin por su posicin horizontal y por su composicin anormal.
El mineral, que la forma, es espato de barita baritina, teida exteriormente
de rojo por el perxido de hierro, que la acompaa. Por el gran peso espe-
cifico (4,5) que es propio este mineral, lo tomaron algunos mineros in-

*) Los alabastros de Cuenca y de otras localidades, pertenecen las tobas calizas


de estructura granoso-cristalina, de consiguiente son carbonato de cal. El alabastro ver-
dadero siempre es sulfato de cal (yeso).
LAS BOCAS PORFDICAS. 267
expertos por una sustancia metlica, hablando unos de una mina de mercurio,
otras de arsnico etc. La veta no contiene ningn metal, fuera del xido
de fierro ya mencionado, que en algunos puntos toma un color rojo tan
subido, que se parece algo al cinabrio. La baritina es cristalizada, y forma
los cristales grandes que le son propios. De la disposicin entrecruzada de
los cristales nace una masa reticular y celular, cuyos mallas estn llenas de
ocre (xido de hierro terroso). La veta tiene la potencia de tres cuartos de
un metro, y sigue la direccin horizontal. Puede ser, que esta excepcin
de la regla sea solo aparente, y que por una fuerte dislocacin del terreno
la posicin originalmente vertical se haya cambiada en la horizontal. Precisa-
mente en aquellas faldas del Zarum-urcu se observan varias seales de grandes
derrumbos; por lo dems' la veta es visible por una extensin muy pequea.
El origen de la baritina del terreno porfdico es difcil de explicar, porque
los prfidos no contienen el sulfato de baria en cantidades perceptibles.
La segunda localidad, en que se encuentra la baritina, es el cerro de
'Pilzhun al NE de Azogues. Este es un cerro alto y muy extenso, en cuyas
faldas opuestas nacen las cabeceras del rio Tabacay y del de Taday. Entre
las rocas porfdicas que le componen, predominan las dioriticas, pero muy
descompuestas en la superficie. En varios puntos se observa, que unas
cuchillas crestas sobresalen como murallas de 1 3 metros de ancho, la
superficie descompuesta, y atraviesan el cerro de S N, otras de E O.
Estas son vetas de prfido silicifcado y de cuarzo y baritina, que resisten
mejor las influencias atmosfricas, que destruyen la roca adyacente. La
masa principal de estas vetas se compone de cuarzo, pero veces estn
llenas de nodulos y rones de una sustancia blanca y friable, que es caolina
y el residuo de pedazos de prfido ( diorita) metamorfizado. La baritina
acompaa el cuarzo en hilos y masas reticulares, y prevalece en algunas
vetas sobre l. Los filones de Pilzhun se distinguen del de Zarum-urcu no
solamente por la presencia de cuarzo, sino tambin y especialmente por ser
ricos en minerales metlicos, piritas, y combinaciones de cobre y plata con
antimonio y arsnico (Tetraedrita, Fahlerz). Vase sobre estas minas el
Suplemento No. 24
Entre los minerales accesorios y no-metlicos de las rocas porfdicas,
merece todavia una mencin el grenate, aunque lo encontr solo en una lo-
calidad, no muy lejos y al Oeste del Pilzhun, en el rio Tabacay. Este rio
corre en su curso inferior por la arenisca de Azogues, pero sus cabeceras
nacen en el terreno porfdico, y por esto lleva en su curso superior sola-
mente guijarros y pedrones de prfido, porfirita y diorita, arrastrados por el
rio de Nudpud y el Carihuaray. Poco antes de llegar al punto de reunin
de estos dos ros, que forman el Tabacay, se pasa un pequeo riachuelo,
268 GEOLOGA. CAPTULO IV.

que se precipita de una quebrada de la ladera occidental del valle, y lleva


en su arena unas piedritas rojas muy brillantes. Son cristalitos bien des-
arrollados que desde luego y especialmente con ayuda de la lente,, dan
conocer el. dodecaedro, forma caracterstica del grenate, y el grado de la
dureza as como todo el examen mineralgico prueba, que en efecto es este
mineral y no rub, como muchos han credo. Es la variedad del grenat
que se llama piropo, de un color rojo oscuro de sangre, pero los cristalitos
son tan pequeos, que su dimetro apenas -alcanza un milmetro y.comun-
mente menos, de manera que no son de algun valor ni mrito. El origen
de este granate ha d buscarse en las rocas porfdicas descompuestas de la
altura, de "qu viene l arroyuelo; en ellas forma un mineral accesorio, que
se conserva, como tambin el cuarzo, n la descomposicin general que sufren
los dems constitutivos, y despus llega por el mismo mecanismo del agua
la arena del rio, como el oro los lavaderos. Estos grenates recuerdan
los mas grandes, que se hallan en el rio Mayo en la provincia de Pasto,
asociados con rubes.y zafiros, pues all se derivan del mismo modo de un
prfido descompuesto en las orillas del rio.
Los minerales de que hemos hablado hasta ahora, pertenecen la clase
de los no-metlicos. Por su origen anlogo aadiremos ellos l hierra.
Algunos silicatos constitutivos de los prfidos contienen algo de hierro, y
la magnetita ..(hierro magntico) que nunca falta, es un compuesto de su pro-
txido y perxido. Ademas . la pirita (sulfuro de hierro) es un mineral
accesorio tan frecuente en estas rocas, qu rarsimas son las piedras, que
no presenten algunas partculas de ella, mientras no estn demasiado des-
compuestas. De todos estos minerales se forma durante la metamorfosis de
las rocas l perxido hidratado de hierro , en casos mas raros, el perxido
anhidro. El primero se presenta ya en forma cristalina compacta (limonita.).,
ya en el estado terroso (ocre), y es ha sustancia ubiquitaria, por decirlo as,
que las arcillas, al cuarzo y los dems minerales de las vetas, y en fin
todo el terreno comunica el color amarillo rojizo, rojo oscuro, y pardo, ade-
mas d formar, por s solo vetas y depsitos gruesos. Pero, aunque o faltan
lugares, en donde el hierro se encuentra en cantidades explotables, sinemr
bargo por razones demasiado patentes no hay que esperar que la industria
minera se dirigir jamas este metal, que podria explotarse eii varios otros
puntos de la Bepblica bajo circunstancias mucho mas favorables. La trans-
formacin del sulfuro de hierro en el perxido es un hecho geolgico, y
puede observarse en todos sus estados sucesivos, hasta la psudomrfosis
completa. En este procedimiento se suelta el azufre y entra inmediatamente
en nuevas combinaciones qumicas con otros elementos,, las cuales pueden
explicarnos algunos fenmenos. As sabemos pues, de donde proviene l
LAS BOCAS PORFDICAS. 269
cido sulfrico, que ocasiona la formacin del sulfato de cal (yeso), y tambin
la de la caparrosa (sulfato de hierro), que eflorece de vez en cuando en las
rocas descompuestas. Igualmente podemos derivar, sin temor de padecer
una equivocacin, el hidrgeno sulfurado de algunas fuentes de.la misma
descomposicin de la pirita. H aqui un solo ejemplo: media legua al Sur
de Ayabamba, en el valle del riachuelo de Ayabamba, no lejos del lugar de
la confluencia de este con el rio Bono, se halla una fuente termal. En todas
sus inmediaciones se percibe el fuerte y desagradable olor de hidrgeno sul-
furado, y el sabor del agua indica que est cargada de l y de cido car-
bnico. La temperatura del agua es en el punto de su salida de 3572 cent-
grados. Esta fuente nace de una veta de cuarzo en un prfido descompuesto,
que est llena de pirita y contiene un poco de oro, como casi todas las vetas
de aquella regin.
Los minerales descritos hasta ahora, traen su origen del terreno porf-
dico mismo, siendo partes esenciales accesorias de l, derivando lo
menos de ellas por una simple transformacin qumica que llamamos meta-
morfosis. . Las sustancias de que trataremos en seguida, son mas bien ajenas
est terreno y heterogneas, y geolgicamente consideradas deben llamarse
puramente accidentales, aunque en el campo de la prctica son muy princi-
pales. Para no perdernos en el laberinto de las teoras cientficas respecto
su origen, no hablaremos ahora del cmo y cuando dichas sustancias han
llegado su actual yacimiento y posicin, y nos ocuparemos de ellas como
dadas, y segn sus actuales relaciones. Esta categora se constituye de
sustancias metlicas, saber de los diferentes minerales de oro, plata, pla-
tina, cobre, plomo, zirik, antimonio y arsnico.
'El oro se halla en estado nativo, y solamente ligado con plata; otros
minerales de oro no se conocen en nuestro terreno porfdico. La plata se
encuentra rara vez en estado nativo, y entonces comunmente ligada al oro;
las mas veces se halla en forma de sulfuro de plata en la galena (sulfuro
de plomo), y en combinacin con cobre, antimonio y arsnico, constituyendo
la tetraedrita (Fahlerz, cobre gris). El cobre ofrece la mayor variedad de
minerales, hallndose nativo, en forma de xido, sulfuro, cloruro, carbonato,
y en la tetraedrita. El plomo se presenta con mas frecuencia en forma de
sulfuro de plomo, (galena), rara vez en la del carbonato y como cloro-carbo-
natado. Bel zinh encontr hasta ahora solamente el sulfuro (la blenda).
Finalmente el antimonio y arsnico entran en la composicin de la tetrae-
drita, como ya queda dicho; pero ambos metales no son frecuentes en
nuestras minas. La platina no se ha observado todava en el terreno
porfdico mismo, sino solo en los lavaderos de oro de la provincia d Es-
meraldas. Pero como el material de estos lavaderos se deriva de la Cor-
270 GEOLOGA. CAPTULO IV.

dillera occidental, tan rica en rocas verdes y profdicas* la platina debe


hallarse en ellas de algun modo, como el oro.
Los metales enumerados se hallan en vetas y filones. (casi siempre con
cuarzo), que atraviesan los terrenos porfdicos. El rumbo general de las
vetas es con pocas excepciones el de S N, quiere decir, que siguen el
rumbo general de las Cordilleras principales de los Andes, aun cuando se
hallan en ramales nudos transversales, cuyos ejes tienen otro rumbo.
Muchos de los filones son verticales, pero regularmente se hallan con una
inclinacin de pocos muchos grados al Este (rara vez al Oeste). Su espe-
sor potencia liega de algunos centmetros 3 4 metros. Las vetas y
Alones se llaman minas, cuando contienen, uno que otro metal en cantidades
explotables. Segn nuestro conocimiento de las minas del terreno porfdico,
solo las de oro y de plata son de importancia prctica en las circunstancias
actuales del Ecuador; el cobre se puede explotar, cuando est asociado con
oro y plata; los dems metales, menos valiosos, por ahora no se prestan
una explotacin ventajosa, ya porque los depsitos, descubiertos hasta ahora,
son poco abundantes, ya por la dificultad y lo costoso de la explotacin,
que en dichas circunstancias actuales del pas (especialmente por la falta
de buenas vias de comunicacin) no recompensaria los gastos. Creo haber
observado, que el oro se halla con preferencia en el terreno de los prfidos
verdaderos (prfido cuarzoso), y la plata prefiere las rocas verdes y diorti-
cas; asi p. ej. arman en el primero las mejores minas de oro de Zaruma, y
en las segundas todas las minas antiguas de plata en las provincias de
Caar y del Azuay, entre ellas la afamada de Pilzhun, y varias otras de la
provincia de Loja.
Es sumamente difcil, mejor dicho, por ahora imposible, dar una des-
cripcin algo completa de las minas del Ecuador. No se puede estudiar y
describir las minas, sino cuando ya estn abiertas y por algun tiempo en
explotacin, es decir, cuando por pozos y galeras subterrneas son acce-
sibles al estudio mineralgico, qumico y estatigrfico. Esta condicin falta
en las minas del Ecuador, que con pocas excepciones no conocemos, sino
por sus afloramientos en la superficie, por los derrumbados y aguados
trabajos de siglos pasados. Cuando en 1876 comenc el estudio de las minas,
ni una sola en toda la Repblica estaba en explotacin, y los trabajos de
exploracin hechos en unas pocas, eran superficiales y del todo insuficientes.
Verdad es, que desde entonces ac se han hecho estudios serios y formales
en algunos puntos de las provincias meridionales, que aclararon mucho la
situacin, y aun entraron algunas minas en el estado de explotacin. Pero
con todo esto, las observaciones y resultados son todava muy locales, para
sacar de ellos deducciones generales. Para referir esos estudios deberamos
LAS BOCAS POEPDICAS. 271
entrar en las particularidades de cada mina examinada, lo que excedera los
limites de la parte general de esta obra; pero siendo ellos del otro lado de
mucho inters para los mineros y hombres de ciencia, me he decidido
ofrecerles en los Suplementos una serie de observaciones importantes.<s4>
No cabe duda, que los distritos mineros mas importantes se hallan en
la mitad meridional de la Bepblica, al S del Azuay, siendo las minas muy
raras en la parte setentrional, por la misma razn indicada mas arriba, por
la cual las rocas porfdicas y verdes aqui tienen menor extensin superficial
(estn cubiertas por el terreno volcnico). Se habla de antiguas minas de
plata (y de oro y cobre?) en las cercanas de Simitug, Sigchos, Tagual,
Angamarca, Macuchi etc., pero no las conocemos, nadie las ha estudiado en
este siglo. Por ahora los distritos mas importantes son el aurfero de Za-
ruma, y el argentfero de Pilzhun en la provincia de Cafiar.
Capitula V.
La formacin terciaria.
Los terrenos terciarios encontramos en el Ecuador desarrollados de dos
modos distintos: en las provincias litorales constan de capas sedimentarias
marinas, y en algunas hoyas del pais interandino de depsitos de agua dulce,
de capas lacustres. Estas dos clases de terrenos se diferencian mucho
entre si, y debemos tratarlas separadamente.

A. La formacin terciaria marina.


Esta puede llamarse la formacin fundamental de las provincias de Es-
meraldas y Manab, puesto que las mas antiguas, que probablemente existen
en mayores profundidades, se ocultan nuestra vista; solo la cretcea se
observa en la superficie en la parte meridional de la provincia de Manab.
La demarcacin del terreno terciario en el mapa geognstico se dificulta
mucho, porque los materiales, que lo componen, apenas se distinguen de los
de la formacin cuaternaria marina. Cuando faltan los fsiles caractersti-
cos y esto es lo mas comn , y cuando no encontramos las capas con
yacimiento discordante debajo de las sobrepuestas modernas, algunas veces
la distincin es imposible. Por esto sea advertido, que talvez algunos de
los terrenos, que en el mapa he sealado como terciarios, resultarn, con
un estudio ulterior, ser cuaternarios, y al revs, que algunas capas, que
hoy considero como cuaternarias, sern terciarias. He aplicado el color ter-
ciario aquellas regiones, donde con mas frecuencia encontr en los valles
y barrancos de los rios las capas marinas con fuerte inclinacin, aunque las
lomas intermedias se hallan muchas veces en la superficie cubiertas de ca-
pas evidentemente mas modernas.
En la costa de la provincia del Guayas (cantn de Sta. Elena) existe la
formacin terciaria debajo de la cuaternaria, y se descubre solamente en
pocos puntos bajos, la orilla del mar y en algunas quebradas hondas.
LA FORMACIN TEBCIAEIA. 273
As, por ejemplo, cerca de la Punta de Cangrejo, al NE de la baha de
St\ Elena, se observan las cabezas extremidades de capas areniscas
levantadas casi verticalmente. Como las capas cuaternarias cubren estas
cabezas en posicin discordante, casi horizontal, se sigue que dichas arenis-
cas pertenecen una poca anterior, puesto que al tiempo en que se depo-
sitaron las cuaternarias, ya se hallaban en el estado levantado. La arenisca
de que hablamos, es mas compacta y dura, que la cuaternaria, y v alter-
nando con arcillas arenosas de un color gris azulado, igualmente con unas
capas muy delgadas de sustancias bituminosas (lignita). No pude encontrar
ningn fsil, que me hubiera aclarado la posicin y. la edad geolgica de
estas capas. Las adjudico la formacin terciaria, porque llevan un carcter
petrogrfico muy distinto del de la formacin cretcea del litoral, y en todo
recuerdan los terrenos terciarios.
Las mismas capas descritas se encuentran unas 4 leguas al E de Sta.
Elena, en el fondo de una quebrada ancha, en que surgen las fuentes ter-
males y el volcancito de San Vicente, que conocermos mas tarde.
Ademas me inclino creer, que ciertas capas arenosas fuertemente inclinadas,
que se hallan hacia el pi de la Cordillera de Colonche, pertenezcan al mismo
sistema terciario.
Un campo mejor para su estudio nos ofrece la provincia de Esmeraldas.
Doquiera que las aguas han removido la tierra vejeta! de las laderas de las
montaas, y donde los ros han surcado los terrenos aluviales hasta cierta
profundidad, siempre se descubre la misma formacin marina, con los mismos
caracteres petrogrficos, desde la costa marina hasta los pies de los Andes,
desde el nivel del mar hasta la altura de mas de 300 metros. Todas las
mpntafias y todas las colinas se componen de ella, aunque en su superficie
muchas veces estn cubiertas de capas mas recientes; y la formacin marina
desempea este mismo papel por una gran parte de la provincia de Manab
hacia el Sur. Su estudio se facilita mas en las cercanas de la costa, en
donde las posteriores formaciones fluviales se hallan moos desarrolladas, y
en donde se encuentran con mas frecuencia perfiles instructivos en las bar-
rancas profundas.
El carcter petrogrfico de esta formacin es bastante sencillo y mon-
tono, y donde se manifiesta mas variado, los cambios se refieren casi siempre
al desarrollo fsico y exterior de los materiales, y no su composicin qu-
mica. Podemos establecer dos clases de rocas constituyentes: areniscas y
arcillas pizarrosas. Aunque ambas se distinguen muy bien en su desarrollo
tpico, existen sinembargo tantas formas intermedias y transiciones, que seria
imposible fijar con exactitud sus lmites; pues las areniscas se vuelven
veces muy arcillosas y margosas, y las arcillas su vez arenosas.
Wou, Ecuador, ]jj
274 GEOLOGA. CAPTULO V.

Las areniscas son generalmente muy cuarzosas, de grano grueso, y en


este caso muy duras; veces se convierten en verdaderos onglomeratos,
llegando las partes constituyentes al tamao de una nuez d un puo. En
el caso contrario, es decir, cuando el grano es muy fino, las areniscas son
comunmente arcillosas y margosas, ora duras, ora blandas, y se dejan hen-
der como las pizarras, en lajas mas menos delgadas. El color de las
areniscas vara desde el gris claro hasta el pardo oscuro, y depende no
solamente del color de los granos, sino tambin del del cemento, que los
conglutina, y que muchas veces es ferruginoso.
Las arcillas suelen tener un color mas claro que las areniscas, y en la
costa se ven aveces capas casi blancas; sinembargo algunas se encuentran
tan impregnadas del hidrxido de fierro, que se vuelven rojas y pardas. Su
material no se distingue qumicamente del de las areniscas, solo que las
partculas constitutivas son sumamente finas y casi imperceptibles. Si las
areniscas podemos llamar arena cementada, las arcillas son barro endure-
cido. Entrando en la composicin de la arcilla mucha arena fina, salen esas
formas intermedias, que con igual razn podemos llamar arenisca arcillosa
arcilla arenosa, y que son sumamente frecuentes.*)
Estas dos clases de rocas, las areniscas y las arcillas pizarrosas, acom-
paan al gelogo con desesperada monotona por todas partes, y es muy
raro que se observe entre ellas otro material subordinado y accidental, ex-
cepto el yeso, que es frecuente en las barrancas de la costa, en donde suele
llenar las hendiduras que atraviesan las capas. Cuando estas, por la accin
de las aguas y de la atmsfera, se descomponen y se disuelven en la super-
ficie, las placas de yeso cristalino y trasparente se encuentran diseminadas
en las laderas y en las playas del mar. Pero en ningn lugar se halla el
yeso en cantidad suficiente, que consienta pensar en su explotacin; pues
las venas son aisladas, irregulares y comunmente no tienen mas que algu-
nas lineas una pulgada de espesor.
En algunos lugares las capas de esta formacin son bituminosas, lo que
se manifiesta por un color negrusco, y en la cercana de tales localidades
se encuentran en la arenisca arcilla algunos troncos de rboles carboniza-
dos, es decir, transformados en lignita. Aislados se encuentran estos troncos
en muchsimos lugares, por ejemplo, inmediatamente arriba de Esmeraldas,
en el primer cerro, al lado izquierdo del rio, donde casi al nivel del agua se
halla un hermoso perfil de la formacin marina. Pero despsitos mayores

*) Las piedras de esta clase, que tienen un grano fino igual, que no son dema-
siado duras ni demasiado blandas, sirvieron con preferencia los indios antiguos del
litoral para sus pequeas esculturas (figuras de dolos, hombres, animales, y varios uten-
silios), como, lo comprueban los hallazgos en las huaeas.
L A FORMACIN TEJBCIAEIA. 275
y explotables de lignita no he encontrado. La acumulacin mas considerable
de tales palos carbonizados, que he visto, existe cerca de Pedernales, un
poco al Norte de la Punta Surones, en la barranca de la costa; pero ni en
esta localidad el material es explotable, porque la lignita no forma capas
continuas y regulares de algun espesor, sino manchas irregulares y pequeas.
La presencia de palos carbonizados en la formacin marina no tiene nada
de extraordinario. Todos los que han viajado en las playas del mar, habrn
visto los muchos palos, que las olas botan la orilla, sobre todo en las
ensenadas. Algunos se pudren y se deshacen, pero otros se entierran en la
arena y se conservan, merced la lenta transformacin quimica que sufren,
y que es una verdadera combustin carbonizacin. No falta sino que la
arena suelta se consolide por la intervencin de un cimiento, para tener una
arenisca moderna con lignita, que no se distingue de la antigua, de que
tratamos ahora.
Un accidente, que mas bien se refiere la forma exterior que la con-
stitucin qumica del material, consiste en enormes rones, que unas veces
se encuentran aislados, otras y las mas veces acumulados en ciertos estra-
tos de la formacin marina. Estas concreciones son grandes, midiendo
comunmente uno dos metros de dimetro; su forma es elptica, algo
aplastada, su estructura y fragmentacin concntrica. La sustancia d que
se componen, es idntica con la que las rodea, es decir, una arenisca arci-
llosa y margosa; pero lo curioso es, que el material de los estratos que
contienen muchos rones, suele ser muy fofo y suelto, como si todo el
cimiento hubiese servido solamente para formar esas concreciones duras. El
ncleo y el centro de ellas no tiene otra composicin que las cortezas exte-
riores , y es difie decir, cual haya sido el primer motivo de la atraccin
concntrica de esta formacin particular. El cimiento es muy ferruginoso,
lo que se manifiesta por el color, sobre todo cuando los rones principian
descomponerse. Este fenmeno se puede observar en escala grande en
la costa entre Esmeraldas y Atacmes, especialmente en la Punta Gorda,
en donde se halla un estrato horizontal de 3 metros de potencia con much-
simas y muy grandes concreciones, unos 20 pies sobre la playa. Un perfil
casi igual al de la Punta Gorda encontr en el valle del Esmeraldas, en la
cercana de la boca del Guallabamba.
La estratificacin de la formacin marina se puede estudiar mejor en un
viaje lo largo de la costa, pues desde el rio de Vainillas al Norte, hasta
el Cabo Pasado, tenemos la izquierda un perfil casi vertical de 7 hasta
100 metros de altura, que solamente por las quebradas de los rios litorales
se halla interrumpido. Se observa primero, que las capas de las areniscas y
de las arcillas se repiten indistintamente en todos los horizontes, alternando
1R*
276 GEOLOafA. CAPTULO V.

infinitas veces estas con aquellas, ya en bancos gruesos, ya en fajas del-


gadsimas, sin regla alguna. El yacimiento de las capas es generalmente
horizontal, sobre todo en las regiones bajas, y cuando se hallan inclinadas,
buzan casi siempre hacia el Oeste con un ngulo moderado (de 10 30 gra-
dos); muy raras son las excepciones, en que el buzamiento es mas rpido.
S-educido por ciertas consideraciones tericas se podria creer, que la incli-
nacin ser tanto mas fuerte, cuanto mas alto es el terreno y cuanto mas
se acerca al pi de la gran Cordillera de los Andes; sinembargo la expe-
riencia y observacin directa no ha confirmado esta suposicin, pues en los
valles superiores de los rios las dislocaciones no son mas frecuentes que en
la costa, y en el punto mas lejano, en que pude observar la formacin ma-
rina, es decir, en los lechos del Silanchi y del Caoni, encontr las capas
enteramente horizontales, as como tambin en el Cachab superior y en el
Quinind. La mayor parte de los rios han excavado sus cauces, lo menos
en sus cursos superiores, en esta formacin; pero como las diferentes capas
no son de la misma dureza y no* oponen la misma resistencia la erosin
del agua, la excavacin procede con desigualdad en los diferentes puntos,
y de aqu se derivan los muchos raudales y saltos que caracterizan la mayor
parte de los rios de la provincia. Con el mismo principio se explican las
lajas en las playas del mar, en la zona que est expuesta las alternativas
de las mareas, esas lajas que son el obstculo mas grande para los viajan-
tes caballo, cuando no estn cubiertas de arena, porque son sumamente
resbalosas consecuencia de la mucosidad que las plantas y animales ma-
rinos depositan sobre ellas.
No conocemos la potencia total de la formacin marina, porque en nin-
gn lugar se descubre la base de ella y no sabemos qu profundidades
baja. En algunos perfiles altos de capas horizontales he calculado la po-.
tencia en mas de 100 metros; pero atendida la altura considerable de al-
gunas montaas que se componen de esta formacin, debemos suponer, que
su potencia total en trmino medio no podr tener menos de 200 metros, y
probablemente tiene mucho mas.
Bel carcter paleontolgico tengo poco que decir por la gran escasez de
fsiles, lo que es tanto mas sensible, cuanto que de l depende en primer
lugar la determinacin de la edad geolgica de una formacin. Muy rara
vez se encuentra en las areniscas una concha, un caracol otro Testo ani-
mal, y aun entonces en un estado tan fragmentario y tan mal conservado,
que no es posible determinar las especies. Las arcillas esquistosas parecen
ser todava mas escasas de fsiles. Sinembargo, por imperfectos que sean
los restos encontrados, se puede evidenciar con ellos, que toda esta formacin
es marina, que se ha depositado en el fondo de un mar. En una sola
LA FOBMACION TEBOIABIA. 277
locahdad encontr los fsiles mas frecuentes y mejor conservados, y este
lugar se halla al lado del pueblecillo de Uimb, unas siete leguas distante
de la costa, y 30 metros sobre el actual nivel del mar. All debajo de los
bancos diluviales aurferos sigue la arenisca marina con yacimiento discor-
dante y algo inclinado, es de un grano muy fino y contiene muchas hojitas
de mica, su color es gris claro tirando al verdoso, y su consistenoia es tan
blanda que deja cortarse con el cuchillo y triturarse entre los dedos. En
esta arenisca los conquilios marinos han conservado perfectamente toda su
forma, pero han perdido sus colores y en gran parte su consistencia, halln-
dose como calcinados y muy quebradizos, excepto las conchas del gnero
Anomia, que tienen todava su primitiva dureza y hasta el lustre nacarino.
El modo, como las conchas se hallan acumuladas en esa capa de arenisca,
no deja duda ninguna, de que aqu tenemos el depsito de una orilla pe-
quea ensenada del antiguo ocano terciario. Millares de pequeos fragmentos
se hallan apenas cimentadas por un poco de arena, individuos enteros,
sobre todo de las conchas mayores, son raros, exactamente como lo obser-
vamos en las acumulaciones de conchas, que botan las olas del ocano actual,
en las playas.
H aqu los gneros principales, que pude determinar en la arenisca
de Uimb:
Turritella Vermetus Leda
Natica Dentaliiim Mactra
Fusus Anomia Tellina
Tritonium Ghama Gardim
Feopsis Arca Solen,
TurboniUa Corbula.

Dientes de tiburones, muy bien conservados, que encontr entre los frag-
mentos de las conchas, son hasta ahora los nicos restos de animales verte-
brados en esta formacin.
Si atribuyo la formacin marina al perodo terciario, me apoya primero
en su estratificacin, que en todas partes, en que las capas se hallan in-
clinadas, es discordante con la del terreno cuaternario diluvial que la cubre.
La formacin terciaria no solamente se habia levantado, sino en gran parte
destruido por la erosin de las aguas, cuando vinieron las capas cuaternarias
depositarse sobre ella. A este argumento estratigrfico, que de suyo
no es convincente ( la formacin siempre podria ser mas antigua ),
accede el argumento paleontolgico. Con toda seguridad puedo decir, que
los fsiles no llevan el carcter mesozcico, es decir, que la formacin no
puede pertencer una de las que preceden al perodo terciario, por ejemplo,
278 GEOLOGA. CAPTULO V.

la cretcea. No con la misma seguridad quisiera afirmar que la fauna de


Uimbi no pueda pertenecer tampoco al perodo cuaternario mas antiguo.
Para est asercin no tena hasta ahora mas que argumentos de probabilidad.
No hay duda, que cualquier gelogo, que est algo familiarizado con los
fsiles de los terrenos terciarios de Europa, primera vista dir, que los de
Uimbi presentan una fcies terciara; pero sabido es tambin, cuan difcil es
clasificar un terreno terciario, cuyos fsiles pertenecen casi exclusivamente
las clases inferiores del reino animal, habiendo sido los organismos in-
feriores y marinos en aquella poca remota en gran parte los mismos que
ahora ( lo menos los gneros). Para hacer un estudio profundo de los
fsiles de Uimbi, me faltaban en el Ecuador los recursos, de decir, las obras
espeoiales de paleontologa y las grandes colecciones, que subministren el
material de comparacin. Comparndolos con las actuales especies del Ocano
Pacfico, he notado algunas diferencias algun cambio de los organismos
marinos desde la sedimentacin de la arenisca marina hasta nuestros tiempos;
pues, precisamente las especies mas frecuentes en Uimbi, una Turritla
grande y una Leda muy pequea (ambas se puede recojer por centenares),
as como tambin una hermosa especie de Arca, no encontr entre los mo-
luscos vivos de nuestras costas. <5)
Aunque segn esta fcies general, la que se une el argumento estrati-
grfico, es casi seguro, que nuestra formacin pertenezca los terrenos
terciarios, es sinembargo hasta la fecha del todo imposible, paralelizarla con
otras de la misma edad y de otros pases, distinguir en ella iertas sub-
divisiones y horizontes geognsticos. En el caso de que se .descubriesen
muchas otras localidades ricas en fsiles, podramos abrigar la esperanza de
llegar un conocimiento mas perfecto de esta formacin, y aun as habra
que vencer grandsimas dificultades, porque sin duda alguna las formaciones
terciarias en la Amrica tropical contienen otros fsiles muy distintos de los
de las correspondientes en Europa, y as siempre nos faltarn los trminos
de comparacin y de paralelizacion.

B . La formacin terciaria lacustre.


En el pais interandino reconoc los terrenos terciarios con seguridad solo
en la provincia de Loja. Puede ser y es probable, que tambin en otras
hoyas se hayan depositado algunos, pero quedan cubiertos por aluviones
modernos y especialmente por los materiales volcnicos.*) La extensin

*) As sospecho, que existe un terreno terciario en la hoya del rio Len, entre Nabon
y Oa, cubierto superficialmente de materiales volcnicos. En la cuesta de Tabla-yacu
se descubren capas de arcillas pizarrosas con impresiones de hojas de plantas, que se
parecen mucho las que encontr en Loja.
LA FORMACIN TERCIARIA, 279
limitada, su posicin topogrfica, su carcter petrogrfico y paleontolgico,
dan conocer que los estratos se han formado debajo de agua dulce, en
unos lagos independientes del mar. Uno de estos lagos ocupaba todo el
ancho valle de Loja, y otro mas grande se extenda al Sur del nudo de
Cajanuma, sobre los tres valles actuales de Malacatos, Vilcabamba y Pisco-
bamba. El primero estaba rodeado exclusivamente de terrenos antiguos de
las esquistas cristalinas, el segundo al lado oriental por un semicrculo de
las mismas rocas, y al occidental por otro de rocas porfdicas y verdes. . Se
entiende, que en aquella poca los valles estaban cerrados en su contorno
y si tenan algun desage, este ocupaba un nivel superior al actual; quiero
decir, que las abras del rio Zamora cerca de Salapa, y del Catamayo abajo
de Malacatos, fueron'excavadas por las aguas hasta su profundidad actual,
mucho despus de la estratificacin de las capas terciarias..
E n el v a l l e de Loja se compone el terreno terciario de dos clases
principales de rocas, que sinembargo se presentan cada cual en muchas
variedades.
La primera clase comprende las rocas de naturaleza arcillosa, que comunr
mente son pizarrosas y hasta hojosas, pero de una textura mucho mas suelta
que las esquistas antiguas. Tambin por el color se distinguen de estas
ltimas, ademas de no ser cristalinas sino elsticas pelitioas. Su color es
siempre claro, blanco, amarillento algo agrisado, y solamente en la cer-
cana de capas bituminosas y de carbn se vuelven mas oscuras. Segn
su composicin qumica son, como queda dicho, con preferencia arcillosas,
unas veces casi sin vestigio de cal,, otras tan impregnadas de esta sustancia,
que llega 60 y.70 por c , y hay capas delgadas intermedias de piedra
caliza casi pura. Otro tanto sucede con la slice, que entra en la compo-
sicin de estas rocas ya sola, ya juntamente con la cal. Con la slice comun-
mente v aumentando la dureza y solidez de las lajas, y hay algunas que
son pedernal casi puro. En la distancia de pocas. cuadras de la ciudad
de Loja, al otro lado del rio Zamora se observa magnficamente estas. capas
de que hablamos, en una posicin casi vertical, y aqu se descubren entre
las placas delgadas de la pizarra algunos restos orgnicos fsiles. Son
impresiones de hojas de plantas dicotiledneas, que..me dieron las primeras
luces sobre la edad del terreno en cuestin.*86) Con seguridad; deducimos
de estos restos vejetales, que las capas se han formado despus, del perodo
secundario, y que no pueden pertenecer, por ejemplo,, . la formacin cretcea
otra mas antigua. De argumentos de estratificacin deduzco, que. son mas
antiguas que las formaciones cuaternarias, y as resulta y queda sentada su
edad terciana. Ya antes de conocer los. argumentos geolgicos para la, clasi-
ficacin de este terreno, su aspecto general, su .fisonoma, por decirlo as,
280 GEOLOGA. CAPTULO V.

me haba anunciado este resultado y me habia recordado varios terrenos


terciarios anlogos de Europa.
La segunda clase de rocas terciarias se form de materiales mas gruesos
y comprende las areniscas y conglomralos. El cemento que rene y d co-
hesin las partes constitutivas, es generalmente arcilloso, rara vez silceo
calizo, y hay veces que falta por completo, presentndose entonces capas
de arena suelta y de guijarros. Examinando con atencin estos materiales
se v, que provienen todos de las cordilleras vecinas, del terreno de las es-
quistas cristalinas, y de las vetas de cuarzo que las cruzan. La estratifi-
cacin de las areniscas y conglomeratos es en bancos gruesos y hay lugares
en donde estos llegan al espesor considerable de 50 y 60 metros, as por ejemplo,
en las colinas que cien al lado oeste la ciudad de Loja. En tales lugares,
y sobre todo cuando las capas se presentan mas menos horizontales, se
podria tomarlas por otro terreno mas moderno que el terciario, talvez por
el cuaternario diluvial; pero un estudio mas detenido en varias localidades
nos ensea su verdadera naturaleza y edad geolgica. Son pues ests rocas
contemporneas con las pizarrosas, que describimos arriba como de naturaleza
arcillosa y margosa; se encuentran en todos los niveles del terreno terciario,
aunque "en los superiores suelen ser mas frecuentes y de mayor potencia; y
en donde las areniscas y los conglomeratos van alternando con las rocas
de la primera clase, se echa de ver, que su yacimiento es enteramente
concordante, es decir, que siguen siempre el mismo rumbo y buzamiento
que estas.
Para dar en pocas palabras la explicacin sencilla de este fenmeno, dire-
mos, que en la poca terciaria, cuando un lago grande ocupaba todo el valle.
de Loja, en la extensin actual del terreno terciario, los rios que bajaban
de las cordilleras circunvecinas, llevaban los materiales ya muy finos y en
suspensin, ya en forma de arena y guijarros (en las avenidas mayores),
precisamente como sucede hoy dia con los rios de las montaas. En el
primer caso las partculas casi miscroscpicas, flotando en el agua del lago,
se depositaban en capas horizontales y delgadas de arcilla, marga, slice etc.
que consolidndose daban margen aquellas lajas y placas regulares. En
el segundo caso se formaban bancos de arena y acumulaciones locales de
guijarros, sobre todo en las desembocaduras de los rios y quebradas, y estos
materiales tambin llegaban consolidarse, interviniendo un cemento qumico,
como cal y slice, mecnico como arcilla. Tal explicacin no es hipot-
tica, sino muy natural, y conforme lo que observamos aun todos los das
en los rios, lagos y costas del mar.
Si el lago de Loja se hubiese desaguado tranquilamente, abrindose las
aguas el paso por el actual rio de Zamora por una erosin lenta y sucesiva
LA FORMACIN TERCIARIA. 281

en el terreno de las esquistas antiguas, entre Salapa y Juntas, encontra-


ramos aora las capas terciarias todava en su posicin primitiva, es decir
mas menos horizontales, y la denudacin continuada de las aguas solamente
nos habra descubierto algunos perfiles verticales, pero poco hondos, en los
cauces de los ros y en algunas quebradas; en otros trminos, tendramos
en el valle de Loja una llanura nivelada por el lago antiguo, y solamente
surcada por algunos riachuelos. Pero no sucedi as, antes al revs encon-
tramos el terreno terciario completamente dislocado y revuelto, y este es el
argumento principal de que en una poca relativamente moderna, talvez al
fin del periodo terciario, en los Andes acontecieron movimientos grandes.
Entonces se alzaron ambas Cordilleras, la oriental y la occidental, sus alturas
actuales, y levantaron consigo las capas terciarias depositadas entre ellas.
Sin que se pudiese indicar un rumbo buzamiento constante de dichas
capas, podemos sinembargo decir, que el primero generalmente es de E
O, luego en el sentido perpendicular al de las Cordilleras principales, y que
el segundo suele ser tanto mas fuerte, cuanto mas nos alejamos del centro
del valle hacia sus laderas. Esto por regla general, que no obstante sufre
muchas excepciones. As, por ejemplo, en las inmediaciones de Loja obser-
vamos unas capas verttcalmente erigidas y otras casi horizontales; y en esta
ltima posicin vemos tambin algunos trozos del terreno terciario, que
sufrieron un levantamiento lo menos de 500 metros.
En el valle de Malacatos, Vilcabamba y Piscobamba las condi-
ciones petrogrficas y estratigrficas del terreno terciario son tan iguales
anlogas las del valle de Loja, que no es menester detenernos mucho en
su descripcin, y bastarn pocas advertencias. Todo se encuentra all en
escala mas grande, y aunque todas las capas se habrn depositado sin duda
en un solo lago extenso, con l levantamiento se formaron tres valles sepa- -
rados, levantndose entre ellos dos pequeas cordilleras trasversales, que se
componen de las mismas capas terciarias, una entre los valles actuales de
Malacates y Vilcabamba, y otro entre los de Vilcabamba y Piscobamba.
Una diferencia notable consiste en que, mientras en el valle de Loja no
se encuentra ningn fragmento de una roca eruptiva, al contrario en el
terreno terciario, de que hablamos ahora, materiales eruptivos desempean
un gran papel, en cuanto contribuyeron esencialmente la formacin de las
capas, sobre todo de las de arenisca y conglomeratos. Pues, juntamente con
los fragmentos de las antiguas esquistas (que vinieron del lado este), y
mezclados con ellos, observamos otros de prfidos, dioritas, porfiritas etc.,.
cuyo origen no puede quedar dudoso, ciendo al Oeste montaas enteras, de
dichas rocas el terreno terciario y respectivamente el lago antiguo. Seme-
jante mezcla de materiales sedimentarios y eruptivos se nota especialmente
282 GEOLOGA. CAPTULO V.

en la porcin occidental del territorio terciario, y es interesante observar,


cmo predomina la primera, la segunda clase de fragmentos, segn nos
acercamos las cordilleras de las esquistas las montaas porfdicas.
A veces se oye afirmar, que Loja es un pais muy rico en carbn de
piedra, y es una equivocacin vulgar, pues no existe verdadero carbn de
piedra ulla en toda aquella provincia. Lo que hay en varios puntos del
terreno terciario, es algo de lignito,, que en efecto pertenece tambin los
carbones fsiles en un sentido lato, pero es un combustible muy inferior y
distinto de la ulla, ni aplicable los mismos usos que esta. Ya en lo exterior
se distingue fcilmente de la ulla, siendo de un color pardo, de una textura
menos compacta, muchas veces leosa y hojosa. De las impurezas frecuentes
que la acompaan, nombraremos la arcilla, que la hace terrosa y desmoro-
nadiza, cristalitos y hojitas de yeso, azufre, sulfuro de hierro (pirita rmbica
que se llama marcasita), que al contacto de la atmsfera hmeda se des-
compone pronto, formando vitriolo caparrosa, la cual desde luego se mani-
fiesta por el sabor astringente. Todas estas propiedades y accidentes de la
lignita estn patentes en las capas que se hallan muy cerca de la ciudad
de Loja, al otro lado del rio Zamora. All se observa tambin la arcilla
gris azuleja que suelo acompaar, las mantas de este combustible tambin
en otros pases. El carbn fsil de otras localidades del contn de Loja,
como por ejemplo el de Malacatos, no se distingue en nada del que acaba-
mos de describir. 131 us de'la lignita.es actualmente muy reducido, y creo
que no se extendera mucho mas. La emplean especialmente para quemar
cal; para el uso domstico, en lugar de la lefia, no servir, lo menos con
la usual construccin de los hogares, por el olor desagradable que suele
despedir. Ensayos ulteriores debern ensear, si esta lignita acaso se pre-
stara la fabricacin de gas de alumbrado, la destilacin de kerosina;
pero lo dudo mucho.
Vamos conocer los dems minerales tiles del terreno terciario. Las
placas y lajas de naturaleza arcillosa, sobre todo cuando son calizas silceas,
que describimos al principi", sirven de materiales de construccin y para
empedrar y embaldosar las calles, aunque para este ltimo objeto se debera
excojer solamente las placas de una composicin muy igual y uniforme,
porque si no, se gastan en unos puntos mas pronto que en otros, se forman
huecos, y en fin el embaldosado se vuelve psimo, de lo que cada uno puede
convencerse suficientemente en las calles de Loja. Las piedras frescas y
recien sacadas de la cantera sn blandas y fciles para labrar, pero tienen
la propiedad de endurecerse mucho al contacto de la atmsfera. Un lugar
muy propsito para estudiar estos materiales segn toda su variedad, y
en donde las canteras presentan-algunos perfiles interesantes tambin para
LA FOEMACION TEKCIABIA. 283
el estudio geolgico, es la colina llamada el Plateado cerca de Loja, en
donde se han encontrado tambin algunos fsiles.
Algunas venas de yeso son demasiado insignificantes, para que mereciesen
atencin, y los terrenos porfdicos de la provincia lo contienen mas puro y
en mas cantidad.
La cal es de mayor importancia, y casi toda la que se consume en Loja,
proviene de las capas terciarias calizas de las inmediaciones. Como he dicho
arriba, algunas capas arcillosas estn muy impregnadas de cal y otras mas
delgadas intercaladas se componen de cal casi pura. Buscando estas ltimas
y separando con mas cuidado las placas arcillosas, que propiamente son
margas, se conseguira una cal de calidad muy superior la que se usa
actualmente, al no tener el debido esmero en la separacin del material bueno
y malo. La cal mas fina se obtendra quemando la toba caliza del terreno
cuaternario.
Captulo VI.
Las formaciones cuaternarias y modernas,
diluviales y aluviales.
Resumo en un solo capitulo las formaciones de dos pocas, de la cuater-
naria y de la moderna actual, porque una separacin neta de ellas no es
practicable sino en pocas localidades reducidas. Comunmente los depsitos
de aluvin moderno son la directa continuacin de los cuaternarios, sin
cambio notable, ni en el material, ni en el yacimiento, y en estos casos seria
un arbitrariedad fijar el limite entre ellos, si esto no nos obligan los restos
fsiles que encierran, caso sumamente raro en el Ecuador. De nuevo
debemos distinguir depsitos marinos y aluviones terrestres y fluviales; los
primeros se Kmitan al litoral, y tienen bastante extensin superficial; los
segundos se hallan en todas las zonas de la Repblica, pero son locales, re-
ducindose comunmente los valles y llanos poco extensos. No hay valle,
en que no se encuentren tales depsitos en el cauce del rio lo largo de
l, sinembargo las fajas suelen ser tan angostas, que en la escala pequea
del mapa geognsco no se podia sealarlas, sin ofuscar la perspicuidad.
Basta advertir, que debemos suponerlas lo largo de todos los rios. Otra
observacin har desde ahora, y es que todo el terreno, que en el mapa se
distingue como volcnico, es contemporneo y paralelo la formaciones
cuaternarias y modernas, y muchos materiales volcnicos no son mas que
aluviones fluviales y lacustres. Pero en atencin su proveniencia y co-
nexin con las rocas eruptivas, convenia separarlos de los aluviones ordinarios.

A. La formacin cuaternaria marina.


En 1874 he publicado la primera descripcin de este terreno*), despus
de haberlo estudiado en el cantn de Santa Elena, donde se halla desar-
rollado de un modo tpico. Del mismo modo se encuentra en una gran parte

*) Eelaeion de un viaje geognstico por la provincia del Guayas (Quito 1874).


LAS FOBMACIONES CUATERNABIAS. 285
de la provincia de Manab, donde en muchos lugares se distingue difcil-
mente del terciario; despus en la isla de Puna, y al Sur del Golfo de Guaya-
quil, en la provincia de Tmbez. En la gran hoya del Guayas queda cubierto
por los aluviones mas modernos que forman las llanuras; su presencia se
manifiesta sinembargo en algunas colinas bajas, que salen de repente como
islotes en medio de los planos, p. ej. los cerritos de la isla de San Ignacio,
entre los canales del Estero Salado, la colina de Punta Piedra al lado del
rio Guayas. Hacia el Norte, donde acaban las llanuras bajas y comienza
la regin de las lomas (cerca de Colimes, Vinces, Pueblo viejo), los aluviones
modernos se limitan fajas angostas lo largo de los rios (que en el mapa
geognstico no se distinguen), y llanos pequeos en medio de las lomas.
El resto se compone de un terreno cuaternario, enteramente anlogo al de
la pennsula de St\ Elena, solo con la diferencia, que aqu por la mayor
humedad del clima est cubierto de vegetacin. Las capas, que componen
este terreno, se observan bien en los barrancos altos de los rios que lo cor-
tan, por ejemplo en el rio Daule, desde Colimes hasta Balsar y mas arriba.
En primer lugar se v, que la ondulacin, que caracteriza la regin de las
lomas, es solamente superficial y que los estratos del terreno son del todo
casi horizontales, es decir en su posicin primitiva. Segundo se nota, que
capas de arena, arenisca floja y conglomeratos estn alternando oon otras
de creda, arcilla, pizarra arcillosa blanda, bastante dura (cangagua*).
Los mismos bancos horizontales de arenisca y cangagua he observado por
todo el sistema superior del rio Daule, hasta las cabeceras del rio Peripa y
del rio Grande, y lo mismo por el sistema superior del rio Quinind. Aqu
en ninguna parte se descubre aquella arenisca marina antigua de capas le-
vantadas, que describ en la provincia de Esmeraldas, y que creo ser ter-
ciaria. Ya en la parte hidrogrfica he dicho, que toda esa regin entre el
Palenque y rio Grande (Balzar) se presentaria como la de las lomas, si
estuviese desprovista de la espesa vegetacin arbrea, que ahora la cubre.
Pues bien,* la misma identidad se observa en su composicin geognstica,
y creo que debemos considerar toda como una formacin marina cuaternaria,
igual y contempornea la de la costa. Superficialmente se extiende tam-
bin sobre una parte de aquel terreno, que en las provincias de Manab y
Esmeraldas he sealado como terciario.
Para el estudio de esta formacin marina es muy propsito el cantn
de Sta. Elena, y en general todo el litoral hasta el Morro. Si, viniendo del
Norte, salimos del terreno cretceo (cerca de Juntas), de repente se cambia

*) La cangagua del litoral es muy distinta, en cuanto su naturaleza y origen, de


la cangagua de la sierra, que conoceremos despus.
286 GEOLOGA. CAPTULO YI.

el carcter del terreno de una manera notable, y este cambio se d conocer


tambin en la vegetacin. Por muchas seales entiende el gelogo, que
entra en una formacin relativamente muy moderna., El terreno que pisamos,
consta de capas casi horizontales, rara vez algo inclinadas, de areniscas y
arenas sueltas. De vez en cuando se v, que con dichas capas van alter-
nando otros estratos mas delgados de arcilla y de un material blanco y fino,
muy parecido algunas tobas volcnicas (cangagua), el cual sineinbargo
es de naturaleza caliza y deriva su origen de la trituracin de conchas y
de otras restos marinos. Este carcter petrogrfico sumamente montono
nos persigue por toda la pennsula, y se repite tambin en otros lugares de
la costa. Segn la fisonoma exterior del paisaje, se podria esperar primera
vista una variedad mas grande de las rocas constitutivas; pues los alrede-
dores de S t \ Elena son bastante desiguales y quebrados, la regin hacia el
N, que linda con el terreno cretceo, se puede llamar montaosa, de la ancha
planicie litoral se levanta una cordillera por lo menos de 10 leguas de largo,
desde Zapotal hasta las cercanas del Morro; ademas se levantan entre dicha
cordillera y la costa, muy inmediatos al mar, dos grupos aislados de mon-
taas altas, los cerros de Chanduy y el Cerro verde. Ahora bien, apesar
de esta variedad en el relieve del pais, sinembargo no varan las rocas: todas
las montaas estn compuestas de la misma arenisca, desde su pi hasta
la cumbre; lo mas vara un poco el grano, presentndose mas fino mas
basto, y vez hay en que la arenisca se convierte en un verdadero conglo-
mrate, compuesto de guijarros gruesos, como en los peascos bajos pero
pintorescos del Morro, cuya cspide mas alta se eleva solamente 60 metros
sobre el mar. Es de notar, que las capas areniscas se hallan tambin sobre
las montaas altas en la posicin horizontal, y no sufrieron ningn trastorno
en su estratificacin. Donde se hallan inclinadas, encontraremos causas lo-
cales (p. ej. derrumbos) en la cercana, y el fenmeno se presenta tambin
en los lugares bajas de la costa, por ejemplo cerca de Ballenita. La arenisca
de las montaas altas por lo comn es algo mas compacta, que la de las
llanuras, pero todo este material geognstco pertenece la misma formacin
cuaternaria.
En muchsimos lugares, sobre todo en las inmediaciones de St a . Elena,
las capas se hallan llenas de restos de organismos marinos. La mayor
parte parece pertenecer especies actuales y son bastante frescos un poco
calcinados. En las cercanas de St a . Elena se encuentran, no rara vez, en
las capas superficiales los grandes huesos y las muelas del Mastodonte y
de otros animales extinguidos de la poca cuaternaria, que han dado margen
la fbula de los gigantes de la costa de St. Elena. Algunos restos se
han encontrado tambin entre St a . Luca y Balzar. El Mastodonte es el
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 287
Mastodon Ahdim, idntico con el, que se halla en las tobas volcnicas
del pais interandino. Lo mismo creo, que el caballo de la costa, cuyas mue-
las se hallan juntas con los restos del Mastodonte, sea el mismo que el
cuaternario de la sierra, llamado por "Wagner y Branco Equns Andium. Aqui
tenemos la rara ocasin de poder paralelizr dos terrenos lejanos y muy
distintos en cuanto al material y origen: ciertas tobas volcnicas de la
sierra, y las capas marinas de la costa. Ambos se han formado en la
misma poca geolgica, porque encierran los mismos animales extinguidos
cuaternarios. .
La isla de Puna geolgicamente pertenece la pennsula del Morro y
de S t \ Elena, porque tiene la misma composicin y estructura geognstic,
y es la continuacin de la tierra firme, que probablemente despus del primer
levantamiento estaba en conexin directa con ella, no existiendo entonces
el estrecho canal del Morro.
La formacin cuaternaria marina en algunos lugares, especialmente en
las planicies poco elevadas sobre el nivel del mar, es rica en sal y hetun.
Cuando el fondo marino se levanta y se convierte en tierra firme, este
terreno nuevo es salfero salobre por mucho empo, es decir, hasta que
las sales solubles poco poco sean extradas y llevadas por los precipitados
atmosfricos, por fuentes y ros. El terreno de la pennsula del Morro y de
St a . Elena es geolgicamente hablando muy moderno, es la porcin del Ecua-
dor mas nueva, que como ltima se levant del seno del ocano. Si por
all lloviese tanto, como en los declives de los Andes, aquel terreno ya se
hubiera dulcificado, es decir, purificado de las sales, hace tiempo; pero sabe-
mos, que en aquella regin llueve muy poco, que carece completamente de
rios, y fuentes permanentes. As es, que la lijiviacion del suelo s verifica
con suma lentidud, como en los desiertos del frica, del Asia, en las
regiones litorales del Per y de Chile; las sales marinas permanecen en el
suelo. De aqu el fenmeno, que en todo l distrito de la formacin cua-
ternaria de la costa el agua de las cisternas y pozos, que sirve al uso de
hombres y animales, es amargo-salada salobre, como se dice all. En
muchos lugares, sobre todo en algunas llanuras bajas y hoyas llanas, la
tierra es mas rica en sales que en otros, sea que all despus del levanta-
miento del pais se evaporaban lagunas de agua marina, sea que en dichos
puntos durante los inviernos el agua salobre se recoje y poco poco por
la evaporacin hace aumentar la cantidad de sal. Estos lugares se dan
conocer por las eflorescencias blancas de sal en la superficie, por la falta
completa d vegetacin, por ciertas plantas martimas, propias los ter-
renos salinos. Tales llanuras se encuentran algunas muy cerca de StB. Elena,
pero la mas extensa, en. la cual se trabajan las salinas, se halla ouatro leguas
288 GEOLOGA. CAPTULO VI.

mas l Oeste, hacia la Puntilla; pocos metros sobre el nivel del mar se
extiende de una costa otra de aquella angosta lengua de tierra. Es como
un inmenso desierto de arena, cuya superficie tiene una vislumbre gris-
blanquizca, producida por las eflorescencias de sales; desierto que no pro-
duce sino algunos arbustos espinosos. En medio de la llanura se abren los
pozos, es decir hoyos cuadrados oblongos (hasta 20 metros de largo y
10 de ancho), que tienen de 1 2 metros de profundidad, y en que el agua
filtrada concentra por evaporacin su contenido de sal. Cuando sobre el
fondo se ha depositado una costra mas menos gruesa de sal cristalizada,
se la saca en pedazos grandes (piedras), en forma granosa, segn la con-
sistencia que ha adquerido.
Se comprende, que en estos pozos, aunque se abren en un terreno cua-
ternario, no se saca la sal de esa poca antigua, sino la que se renueve
constantemente por la actual infiltracin y evaporacin del agua marina.
Tales pozos se podran abrir en muchsimos lugares de la costa ecuatoriana,
aun en las llanuras martimas post-cuaternarias y muy modernas; y en
efecto existen pozos y salinas naturales, en que la sal se deposita del mismo
modo, como en los pozos artificiales de St a . Elena, por ejemplo, en la parte
meridional y baja de Puna, en las islas de Payana y Tembleque etc. Pero
siendo la venta de sal monopolio del Gobierno, no se permite la explotacin
de las otras salinas, fuera de las de la Puntilla de S t \ Elena.*)
En muchos puntos del terreno cuaternario se encuentran indicios de
sustancias bituminosas, pero en ninguna parte se hallan en tanta cantidad,
como en la lengua de tierra desde St a . Elena hasta la llamada Puntilla,
donde se recoje el betn liquido petrleo crudo (cop). Es una cuestin
difcil y hasta ahora todava no aclarada, si este petrleo de las capas cua-
ternarias se haya formado en ellas mismas, si se halle en su yacimiento
primitivo, si derive de un terreno mas antiguo, por ejemplo del terciario,
que se encuentra en la profundidad, tambin impregnado de sustancias bitu-
minosas, como hemos visto mas arriba, hablando de la Punta Centinela y
de las fuentes termales de San Vicente. En atencin de que las ultimas
llevan tambin petrleo en pequea cantidad, y de que el petrleo de Mn-
cora en la vecina provincia peruana de Tmbez se encuentra en mayores
profundidades y asociado con capas potentes de lignita, me inclino creer,
que el petrleo de S t \ Elena proviene de la formacin terciaria. Sinembargo
ahora las capas explotables se hallan en el terreno cuaternario indisputable,
pues precisamente en ellas se presentan las muelas y los huesos de los

*) Sobre las Salinas y su explotacin, vase mi Viajo geogn. por la prov. del
Guayas, pg. 13.
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 289
mastodontes (Mastodon Andium) y de otros mamferos de la poca cuaternaria.
Las sondeaduras practicadas en St a . Elena hasta grandes profundidades, no
han manifestado, ni petrleo, ni lignita.
La capa impregnada de cop (petrleo crudo) en algunos puntos es
enteramente superficial, y se manifiesta en este caso aun de lejos por el color
negro; en otros lugares est cubierta de una capa delgada de detrito marino.
La capa bituminosa en un principio sin duda fu mas continua que ahora;
en muchos lugares fu llevada por las aguas, en otros fu despedazada y
surcada por quebradas hondas. Doquiera que se pueda observar un perfil
del terreno, se v que la capa negra y fofa descansa sobre otra muy com-
pacta y dura de una especie de arenisca, que es impermeable y no deja
filtrar el petrleo, y esta circunstancia se debe la conservacin de aquella
sustancia en la capa bituminosa. La prctica ha enseado, que al hacer
los pozos para recojer el cop, no se puede perforar este fundamento duro,
-sin que se pierda en la profundidad.
La capa rica en petrleo se extiende casi horizontal, es de un espesor
variable, teniendo por trmino medio un metro, poco mas menos, y consta
de una sustancia terrosa pardo-negruzca, que est completamente impregnada
de agua salada y de petrleo, como una esponja, dejndose exprimir como
esta misma. Para reojer el petrleo se hacen zanjas pozos redondos poco
profundos (hasta la capa impermeable), de cuyas paredes v goteando jun-
tamente con el agua salada, formando luego una capa superficial sobre el
agua. Solo en un lugar, poca distancia del lado occidental de St a . Elena,
brota del suelo una como pequea fuente, y aqu es donde (precisamente
por esta razn) se practic la sondeadura. Sinembargo esta fuente tampoco
no viene de la profundidad, sino de una colina cercana, en donde por casuali-
dad las capas estn un poco inclinadas y en cuyo pi rematan, de suerte
que all se ha formado un pequeo pantano de agua y petrleo, que vienen
de la colina; y este pantano nutre la dicha fuente.
El petrleo fresco, como sale de la tierra, es perfectamente lquido, de'
un color verde oscuro en la luz refleja, y pardo en la luz trasmitida, en una
palabra, tiene todas las propiedades fsicas del petrleo natural genuino;
pero como contiene una gran cantidad de sustancias voltiles, expuesto al
aire libre y al calor del sol, se espesa muy pronto y se convierte en betn
viscoso; mas tarde espesndose mas y mas, en brea mineral (pez mineral),
y finalmente en una sustancia slida parecida al asfalto. Hasta ahora el
petrleo de St a . Elena fu recojido especialmente para la extraccin'de brea,'
mediante un fuerte cocimiento, y en este caso poco importa que se hayan
volatilizado muchas sustancias; pero si debera servir para otros usos, p. ej.
en la fabricacin del gas de alumbrado, - para la destilacin de petrleo
WOL, Kouador. 19
290 GEOLOGA. CAPTULO VI.

refinado (kerosina), convendra usarlo en el estado mas fresco posible, y


evitar la evaporacin espontnea en los pozos. Para ambas fabricaciones
indicadas el cop de St a . Elena se presta muy bien, como se puede ver de
los ensayos practicados. <2)
Cuando dirigia la fbrica de gas en Guayaquil, hice algunos ensayos
en escala mayor con resultados satisfactorios, consiguiendo un gas de luz
muy blanca. Me he convencido de que el cop de St a . Elena podr reemplazar
ventajosamente el uso del caro carbn de canel de Escocia, sirvindose
para su destilacin de retortas especiales.

Despus del petrleo merecen una mencin especial las capas de azufre
nativo, que se hallan en algunos puntos del terreno cuaternario, y precisa-
mente en la cercana de las capas bituminosas del cantn de St a . Elena.
Pero parece, que la formacin del azufre sigue tambin en la poca actual,
porque se encuentra muy poca profundidad en las pampas salitrosas, que
se hallan casi al nivel del mar, y se inundan en los tiempos del aguaje.
Una pampa muy extensa de esta clase encontramos, por ejemplo, al Sur de
St a . Elena y al Oeste de la Punta Carnero; es un salitral, es decir, el ter-
reno consiste hasta un medio metro de profundidad de un terreno muy fofo
(arena sumamente fina y polvo), completamente impregnado de las sales del
mar,- que en la superficie forman una cubierta de eflorescencias blancas.
Debajo de la capa superficial salitrosa encontramos la profundidad de ljs
1 metro,otra mas compacta, que llega tambin 1 2 metros de espesor
y consta de azufre cristalizado mezclado con. arena fina polvo. La masa
no es muy dura y se deja triturar con facilidad, contiene muchas hendi-
duras y oquedades llenas de cristalitos amarillos de azufre, y con la lente
quemando el azufre, se nota que la piedra consta solo de la misma arena
fina del salitral, cementada por el azufre. La cantidad del ltimo he deter-
minado en varias muestras en 64 hasta 70%, Hasta ahora el azufre de
la costa se explota en muy pequeas cantidades, es decir, que los habitantes
del cantn de St a . Elena sacan de vez en cuando algunas arrobas, que nece-
sitan para la industria d los sombreros de paja.. En el interior del pais.
conocemos el azufre como un producto de sublimacin de los volcanes (p. ej.
del Pichincha). En la costa no hay que pensar en un origen volcnico del
azufre; su presencia entre las capas salitrosas no puede explicarse sino por
una reduccin de los sulfatos del mar mediante sustancias orgnicas en
descomposicin. Estas ltimas nunca faltan en las playas del mar y en las
llanuras peridicamente inundadas.
En las costas del Per se encuentra el azufre en iguales circunstancias.
De la costa de Sechura he visto muestras, que se distinguen de las de
LAS FORMACIONES-CUATERNARIAS. 291
a
St . Elena solo por ser mas compactas y por el grano de la arena mas
basto; se parecen mas bien las areniscas cuaternarias, pero el cimiento
es azufre puro y llega 51/0. Aseguran que en l costa de Sechura se
encuentra este, azufre en grandes cantidades; no conozco su yacimiento,
pero segn el aspecto y la dureza de las piedras parece su formacin algo
mas antigua (cuaternaria), que en Sta. Elena.

En el cantn de Sta. Elena existe un fenmeno muy singular, de que


trataremos mejor en este lugar, aunque no tenga s origen en la formacin
cuaternaria misma, de que est rodeado, sino en un terreno mas antiguo,

Eig. 35. El volcancito y las fuentes termales de San Vicente.

que se sustrae nuestra observacin directa. Hablo de las fuentes termales.


y del volcancito volcan fangoso de San Vicente,*) que se hallan unas 4 leguas
al Este de Sta. Elena, no muy lejos del camino de Guayaquil, que qued al
lado austral, 75 metros sobre el nivel del mar.
En una quebrada poco honda pero muy ancha, que baja del lado del
cerro de.Asajmon, el suelo est formado por las capas casi verticales de
arenisca terciaria, completamente como en la playa del mar cerca de Can-
grejo, alternando tambin aqu las areniscas con otras capas de arcilla azu-
leja y en parte bituminosa. De estas capas surgen en medio de la quebrada
tres grandes borbollones de agua, dos calientes (38o40 C.) y uno tibio
(32 C.) y ademas una multitud de fuentes mas pequeas. Hacia la margen

*) Los volcanes fangosos se llaman tambin Maccihibas (en Sicilia) o Salses (en
Mdena).
19*
292 GEOLOGA. CAPTULO V I .

setentrional del plano, que forma el fondo de la quebrada, corta distancia


de las fuentes, se halla el volcancito. Es un cono muy truncado, que
tendr dos metros de altura y seis de dimetro en su parte inferior. Consta
de fango endurecido y se puede subir sin peligro su margen inferior. En
el centro de la pequea meseta se halla el crter principal, un embudo de
1 metro de ancho y lleno de lodo, del cual brotan sin intermisin grandes
burbujas de gas, ocasionando un ruido sordo gutural. Al rededor del crter
la planicie fangosa est cubierta de muchsimos' pequeos conos, solo de
5 30 centmetros de altura, cada cual con su pequeo crter terminal, que
arroja lodo y gases con un sonido silbante. Pueden compararse estos eoni-
tos encima del cono principal con los conos y crteres de erupcin (laterales)
de los volcanes verdaderos. El fango arrojado es muy salado y en la super-
ficie cristaliza la sal bajo la influencia de los rayos del sol. Colocados sobre
la margen del cono, percibimos'un olor fuerte de petrleo, y en efecto se
deposita esta sustancia en bastante cantidad al rededor de los respiraderos
de gas, comunicando al fango arcilloso, que al principio es gris claro, un
color pardo. Igualmente se siente un olor dbil hidrgeno sulfurado.
Azufre nativo terroso se ha depositado en corta cantidad en el fango, y
ademas en algunos puntos mucho hidrxido (ocre) de hierro. De los pror
ductos depositados deducimos,, que los gases principales que se desprenden,
sern: el cido' carbnico, el gas sulfhdrico y el hidrocarbrico, los mismos
pues, que se han observado en los volcancitos fangosos de otros paises.
Las cercanas fuentes termales estn en ntima conexin con el volcan
de fango, y en el fondo son efecto del mismo fenmeno, solo que en lugar
de un poco de lodo arcilloso arrojan en gran cantidad agua limpia. El des-
prendimiento de gases en las fuentes es tan considerable, aun mas enr-
gico, que en el volcancito; tambin aqu se percibe el olor de petrleo y de
hidrgeno sulfurado, y hay igualmente sedimentos de ocre, de sal, de azufre,
de nafta; pero estos productos con mayor facilidad son llevados por el agua
y no pueden acumularse en gran cantidad.
El agua cristalina de las fuentes est muy cargada de sales, mucho
mas que el agua del mar, conteniendo en un litro mas de 13 gramos de
sales fijas. Predominan los cloruros de sodio, potasio y calcio, y despus sigue
el hromuro y yoduro de calcio en cantidades muy considerables. (28) Tanta
riqueza de sales en el agua indica la existencia de un gran depsito de estas
sustancias en la profundidad. Un hecho curioso es el de que en el agua
salada y caliente (40 C.) de las fuentes viven centenares de pescaditos
muy pequeos, y el talud del cono caliente del volcancito est vestido
espesamente de una planta cipercea singular, que no observ en otro
lugar de esa regin. En cuanto los pescaditos, recuerdo que las fuentes
LAS FORMACIONES CUATEBNABIAS. 293
se hallan la distancia de 3 leguas del mar y en la altura de 75 metros
sobre su nivel.
Las fuentes termales de San Vicente tan ricamente mineralizadas tienen
alta importancia para medicaciones hidrolgicas, especialmente por la canti-
dad considerable de yodo y bromo que contienen. Lstima, que los mdi-
cos del pais son tan indiferentes con este ramo de la medicina, y que en
general no estudian los recursos que les brinda el suelo nativo!
Aadiremos algunas palabras sobre la naturaleza del volcancito y de las
fuentes que le acompaan, diciendo ante todo, que de ningn modo est en re-
lacin con los verdaderos volcanes ignivomos. La semejanza se limita nica-
mente al aspecto exterior, y por lo propio los gelogos cuentan estos volcancitos
de lodo entre los fenmenos sudo-volcnicos. Su origen se deriva de la des-
composicin subterrnea de sustancias orgnicas, lo mismo que el de las
fuentes de gas (hidrocarbrico, sulfhdrio, carbnico). Los gases exhalados
son los productos de destilacin de restos vegetales tambin animales,
que debajo de la tierra sufren una lenta combustin qumica carboniza-
cin. La exhalacin de los gases generalmente v acompaada del derra-
mamiento de hidrocarburos liquidos (nafta y petrleo). De vez en cuando
se aumenta el desarrollo de gases tanto, que se producen explosiones y
erupciones violentas, las cuales lanzan al aire agua, lodo y piedras, hasta
la altura de 30 metros, y ocasionan un ruido fuerte, semejante al trueno.
Tales perodos de excitacin extraordinaria son raros; sinembargo se han
verificado ms de una vez en el volcancito de St a . Elena, segn me asegu-
raron los habitantes de San Vicente, que haban odo los truenos subterr-
neos la distancia de mas de 2 leguas. Difcil es decir, si el origen de
nuestro volcancito haya de buscarse en el terreno terciario, mas bien en
una formacin mas antigua y mas profunda (cretcea?); atendiendo la
temperatura alta de las fuentes termales, parece mas probable lo segundo.
En una llanura que dista de St a . Elena una legua hacia el Norte, no
muy lejos de la Punta Centinela, me mostraron dos montones de tierra ar-
cillosa, que al decir de algunos testigos oculares, fueron volcancitos no
mucho tiempo hace. Se dice, que tambin cerca de Zaruma existieron en
algun.tiempo; pero despus de haber estudiado en varias ocasiones el ter-
reno del cantn de Zaruma, dudo mucho que haya sido el mismo fenmeno.
El volcancito fangoso de S t \ Elena es el nico, que se conoce hasta
ahora en la costa occidental de Sudamrica; en la costa setentrional se los
encuentra cerca de Cartagena y en la isla de Trinidad. Tambin en el
mundo antiguo el fenmeno no es muy frecuente; se lo cita de Sicilia, M-
dena, Irlanda, de la Crimea, de las regiones del Cucaso y del Mar Caspio,
y finalmente de la isla de Java. No carece de inters cientfico el que
294 GEOLOGA. CAPTULO VI,

todas las regiones enumeradas con volcancitos de lodo presentan tantas


analogas en su constitucin geolgica: formaciones modernas, riqueza de
sal y petrleo, comunmente un carcter exterior de desiertos y una posicin
no lejos del mar, sobre todo en islas y pennsulas.

B. La formacin fluvio-marina.
Con este nombre designaremos los aluviones cuaternarios y modernos,
que se han depositado en los deltas y lo largo de los cursos inferiores de
grandes rios, por accin simultnea de los ltimos y del mar. Exteriormente
se caracterizan los terrenos de esta formacin por su llanura perfecta y por
la. ninguna muy pequea elevacin sobre el nivel del mar durante la
marea alta. Esta es la regin preferida de las sabanas, sartenejas, tembla-
deras, que describimos en la parte topogrfica de esta obra. Hasta hoy dia
la mayor parte de ella est dentro del alcance de la marea, como se v en
la carta geognstica, en que qued en blanco; hacia adentro est limitada
casi siempre por las capas mas elevadas de la formacin cuaternaria marina
(por las lomas) por la diluvial fluvitil al pi de la sierra.
Encontramos el terreno fluvio-marino muy desarrollado en los deltas
del rio Mira y del rio Santiago, al rededor de los esteros de Pailn, despus
en escala menor en las hoyas del rio Muisne y de Cojimes; pero su exten-
sin importancia mas grande llega en el sistema del rio Guayas y al rede-
dor del Golfo de Guayaquil, hasta Tmbez, y en esta regin vamos estu-
diarla un poco mas de cerca. La formacin de la gran llanura aluvial
probablemente comenz ya en la poca cuaternaria hacia fines de ella,
pero continuaba por toda la poca moderna y sin duda seguir desarrolln-
dose mas y mas en los siglos venideros. Herodoto llam las frtiles llanu-
ras del Egipto inferior un regalo del Nilo; con la misma razn podemos
decir, que los llanos de las provincias del Guayas y de Los Rios son un
regalo del rio Guayas y de sus tributarios.
El Golfo de Guayaquil se extendi fines de la poca cuaternaria mucho
mas tierra adentro que ahora, occupando toda la planicie aluvial. Podemos
reconstruir su forma antigua, dndole exactamente la extensin, que en nuestro
mapa geogristico ocupa el terreno aluvial (sin color). En medio del golfo
se levantaban algunas islas de rocas verdes (cerros de Petrillo, de Yolan,
de Zamborondn, de Taura), de rocas cretceas (como los cerros de la
Cabra etc.). El rio de Daule desembocaba cerca de Colimes, el de Vinces
cerca del pueblo de este nombre, el de Zapotal cerca de Catarama, y los rios
que bajan de la Cordillera occidental, al pi mismo de ella. Las orillas de
este golfo antiguo habrn presentado el mismo aspecto como el golfo que
conocemos ahora en su forma reducida, es decir, estaban rodeadas de manglares
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 295
y sujetas las inundaciones peridicas de las mareas. Para comprender
el modo sencillo, como poco poco se pudo rellenar toda aquella bahia
extensa y formarse en su lugar las llanuras, basta observar con atencin,
lo que sucede diariamente en el delta actual del rio.
Como sabemos, todos los ros, que entran en el mar (en nuestro caso
especial el rio Guayas), llevan una inmensa cantidad de materiales en sus-
pensin, arrastrndolos sobre el fondo de su cauce. Donde los rios entran
con una cada fuerte directamente en un mar profundo, con costas escarpadas
y embestidas por el oleaje del mar, como sucede con el rio de Esmeraldas,
los materiales arrastrados se depositan en el fondo del ocano y son llevados
grandes distancias; no contribuyen nada muy poco al aumento de la
tierra firme. No sucede asi en los rios con deltas de caida suave, cuando
desembocan en bahas tranquilas. Aunque una parte del material llegue
afuera al ocano, y se pierda en su inmensidad, otra y muy considerable
queda depositada en medio de las anchas desembocaduras de corriente suave,
lo largo de las orillas, retrocediendo varias veces hacia la tierra, y pene-
trando con las mareas altas en todos los esteros, en que se deposita en forma
de una lama fina, retenida por la vejetacion de la orilla, especialmente entre
las raices de los mangles. H aqui la grandsima importancia de los manglares
como conservadores y aumentadores de la tierra! Los bancos de arena y
lama en medio del rio, y tambin cerca de las orillas, cambian frecuente-
mente de sitio, mientras quedan descubiertos de vegetacin; pero luego que
los mangles se apoderan de ellos, se hacen mas estables y aumentan en
altura y circunferencia. Tales bancos cubiertos de manglares son, por ejemplo,
las islas de Matorillos, de Mondragon, isla Verde y otras del golfo y rio.
El manglar en todas partes tiende ganar terreno, y aunque algunas veces
es vencido en la lucha con las olas y correntadas fuertes, en general se
puede decir que avanza. El progreso de los manglares y de la tierra ganada
es seguro pero lento, y en pocos aos no se manifestar sino la obser-
vacin y comparacin muy exacta. Cuando examin la costa del golfo, entre
el rio de Naranjal y Jambeli, con el gran mapa martimo en la mano, que
los oficiales ingleses haban levantado del golfo unos 40 aos antes, observ
varios cambios notables, que no pueden explicarse por una inexactidud de
aquel mapa minucioso, sino por cambios del terreno, que se haban realizado
durante la poca trascurrida. Estos cambios consisten casi siempre en el
avance de la tierra firme y de los bajos en la cercana de las bocas de los
rios hacia el golfo. Si tuviramos planos exactos del golfo de los primeros
aos de la Conquista, podramos notar, sin duda, un aumento muy notable
de la tierra, efectuado en tres siglos. Esto no impide, que en uno otro
punto desaparezca un manglar un pedazo de terreno muy expuesto las
296 GEOLOGA. CAPTULO V I .

olas corrientes, que tambin cambian de rumbo; pero en general se debe


decir, que la tierra crece y avanza contra el mar.
Los mangles son verdaderos anfibios vegetales, y prosperan solo mientras
que duran las condiciones favorables de su existencia. Desempeado su
papel, que consiste en ganar tierra, desaparecen y ceden el terreno otras
formas vegetales mas terrestres. Entrando en cualquiera de los numerosos
esteros de la costa, podemos estudiar el interesante procedimiento de esta
conquista pacifica. En la margen exterior del manglar observamos la gene-
racin nueva de los rboles, que por el mayor espacio de tiempo estan
cubiertos de agua hasta la altura de las primeras ramificaciones, descubrin-
dose sus raices estribiformes solo en la marea muy baja, durante pocas
.horas del dia. La lama entre las raices es blanda y movediza, pero v
espesndose mas y mas, por la sedimentacin del lodo en el agua tranquila.
Un poco mas adentro, donde naturalmente el agua queda todavia mas libre
del movimiento fuerte del rio, los depsitos ya son mas altos y mejor con-
solidados, solo las raices principales sobresalen el lodo y estriban los rboles,
el terreno queda descubierto desde la media vaciante, y de consiguiente
durante muchas horas cada dia; una que otra planta cipercea, un helcho
palustre, ocupa los puntos mas altos del terreno todavia muy blando. A
medida que avanzamos hacia adentro, aumenta la vegetacin herbcea y
graminea, el terreno gana en solidez y altura, estamos en el manglar viejo,
en que las raices de los arboles estn aun mas enterrados, otros rboles,
que no temen la humedad, especialmente las Avicenias y algunas palmitas
(la palmicha) se mezclan con los mangles, igualmente algunos arbustos y
lianas. La vegetacin baja de las gramineas, ciperceas y helchos ya es
muy espesa y sirve como un filtro, reteniendo entre sus hojas y raices las
partculas de lodo que el agua lleva en suspensin. De este modo crece el
suelo rpidamente en esta zona, aunque se inunda solamente durante las
horas de la marea mas alta y en tiempo del aguaje. Se observa, que los
mangles ya no se hallan en su elemento; hacia la espalda del manglar no
nacen rboles nuevos y los viejos mueren y caen al suelo.
Atrs del manglar, su espalda, el desarrollo ulterior del terreno se
verifica de dos modos, segn nos hallamas en una regin hmeda y rica en
rios de agua dulce, en una regin seca. En el primer caso, que podemos
estudiar en los manglares de la costa desde el rio de Naranjal hasta el de
Pagua (Balao, Gala, Tenguel), pasa el manglar directamente una sabana
hmeda y anegadiza, en verdaderas tembladeras. Aqu las inundaciones
de los rios contribuyen del mismo modo al alzamiento sucesivo del terreno,
como las del agua salobre en el manglar. Parece excusado repetir, lo que
he dicho en otro lugar (pag. 119) de la formacin de las tembladeras, sabanas,
LAS FORMACIONES CTJATEENARIAS. 297

bancos etc. En esos lugares hmedos el manglar muere hacia la espalda,


no solamente por el alzamiento y la consolidacin del terreno, sino tambin
por la abundancia de agua dulce de la sabana tembladera, que avanza
contra l.
En regiones secas, que encontramos, por ejemplo, al rededor de los
manglares del Estero Salado, en la isla de Puna etc., el manglar se forma
del mismo modo ya indicado, pero muere la espalda por la sequedad, es
decir, cuando el terreno ya es tan alto, que las inundaciones diarias de la
marea no lo alcanzan mas. Atrs del manglar se forma una llanura abierta,
que solo se cubre de agua durante los aguajes mensuales, depositando en
estas ocasiones una arena fina un lodo salado los salitrales. Por lo
salobre de la tierra crecen aqu pocas especies de plantas, propias este
terreno. Aunque aqu la sedimentacin de las sustancias suspensas en el
agua, se verifica con mucha lentidud, es sinembargo un hecho comprobado,
y la sabana cubierta de vegetacin gramnea avanza contra los salitrales,
conforme que estas se alzan hacia su margen. Otra circunstancia contribuye
que en los lugares citados la sedimentacin, y en consecuencia el adelanto
de los manglares, suceda con mayor lentidud. Desde la poca, en que el
Estero Salado queda incomunicado con el rio Guayas, lleva una agua muy
pura y pocas sustancias en suspensin. Es natural que un depsito de esta
agua no llega la centsima parte del del agua turbia del rio Guayas y
del golfo.
La lijiviacion dulcificacin del terreno salobre, depositado por los
manglares, invadido despus por la sabana, se verifica mas pronto en las
regiones hmedas, con las inundaciones de los ros de agua dulce, que en
las regiones secas, donde la naturaleza dispone solamente de las lluvias del
invierno. Sinembargo se efecta lentamente, lo menos hasta cierta pro-
fundidad, como lo observamos en la sabana de Guayaquil y en el centro de
las islas de mangles del Estero Salado.
Una prueba evidente de lo que he dicho del avance de los manglares
y de la tierra, suministran las raices y troncos de mangles que algunas veces
encontramos no solamente en los salitrales sino a distancia de muchas cuadras
de la actual espalda del manglar, en medio de la sabana, donde hoy no
podran crecer. El manglar roba el terreno al rio y al mar, el salitral la
tembladera lo quita al manglar, la sabana se forma de esta de aquel, se
alza mas y mas y se embanca. H aqu el procedimiento que se verifica
sin intermisin al rededor de. todo el golfo de Guayaquil, ya en mayor ya
en menor escala, y por el cual se ha formado en el curso de los siglos toda
la llanura aluvial del litoral. En la cartita geolgica he indicado la actual
zona de los manglares; esta zona se hallaba fines de la poca cuaternaria
298 GEOLOGIA. CAPTULO VI.

en los lmites, que mas arriba he indicado para el antiguo golfo, al pi de


la Cordillera y de la regin de las lomas.
Todo el material fino y grueso, que arrastran nuestros rios, se deriva
en ltima instancia de las montaas del interior, aunque en parte proviene
tambin del terreno aluvial ya depositado. En su camino largo, que los rios
hoy dia tienen que hacer por las llanuras, para alcanzar el golfo, ya pierden
mucho de este material, depositndolo lo largo de su curso, esparcin-
dolo sobre las sabanas inundadas, de manera que solo una parte y la mas
fina llega al golfo; y aun de esta parte una fraccin pequea se deposita
definitivamente en los manglares. De esto se explica que la formacin de
terreno nuevo actualmente sucede con lentitud, y que antiguamente, mas
arriba debia ser mucho mas enrgica. Entonces tambin los guijarros y la
arena gruesa, que ahora se depositan al pi de la sierra, entraban en el
golfo y se depositaban en capas espesas, alternando con las de arcilla y
creda fina, de manera que las llanuras podan avanzar con rapidez relativa,
especialmente en direccin del curso de los rios principales. Cuanto mas
se alargaba el curso de un rio por la llanura creada por el mismo, tanto
mas finos eran los materiales que llegaban al golfo, y este resultado necesario
y tan natural encontramos en efecto confirmado por el estudio de las capas
aluviales: En la cercana del golfo actual se halla solo arena muy fina
lama arcillosa, cuanto mas nos alejamos de l y nos acercamos las orillas
del golfo antiguo, al pi de las montaas, tanto mas grueso es el material,
que compone las llanuras.
En los llanos recin formados y muy bajos, el curso de los rios no
habr sido tan estable como ahora, con frecuencia habrn cambiado de
direccin, y canales y esteros habrn existido n gran cantidad. Hay todava
algunas regiones bajas, en que hasta nuestros das reina esta inconstancia,
y en que solo por el embancamiento ulterior de las orillas los rios llegarn
regularizarse. A medida que el golfo antiguo se iba rellenando y ser
reemplazado por la llanura, se formaba tambin paulatinamente el actual
sistema del rio Guayas, cuyos tributarios antiguamente tenan sus desembo-
caduras separadas. En un estado ya bastante adelantado desembocaban las
aguas en el golfo por las dos aberturas que existen entre los cerritos del
Salado y de Guayaquil, y entre estos y los de Duran. La primera se cerr
y la corriente principal tom la direccin del actual rio Guayas, el cual,
llevando mayor parte del material en suspensin, poda embancar sus
orillas con mas rapidez que el canal cegado al Oeste, que constituye ahora
el Estero Salado. La separacin del Guayas y del Salado se hacia mas
completa, medida que el primero avanzaba su boca hacia mas afuera
mejor dicho hacia mas adentro del golfo. La razn porque el embanca-
LAS FKMACIONES CUATERNARIAS. 299

miento se verifica muy despacio en del Estero Salado, queda explicada


mas arriba.
La historia de la formacin aluvial del Guayas es un pequeo episodio
del largo desarrollo geogentico del Ecuador. No es un juego de fantasia,
sino un hecho geolgico comprobado por argumentos de induccin y ab-
strados de la observacin directa. Ojal, que la historia de las pocas mas
antiguas fuese tan clara y segura, como la de este perodo mas moderno!
La formacin aluvial debia principiar fines de la poca cuaternaria, cuando
esta ocupaba poco mas menos su posicin actual; duraba por la poca
reciente moderna, con cuyo nombre designamos la, en que ya no se
hallan organismos extinguidos y la creacin tenia el aspecto actual; y
seguir todava por mucho tiempo. Por supuesto no podemos indicar un
cierto nmero de aos, que duraba la formacin aluvial, para llegar su
estado actual; la geologa no mide sus pocas con la escala mezquina de
la historia humana, sino con la medida del Creador, para quien los miles
millones de aos son como un dia. Y cual ser el resultado final de
ese proceso geolgico continuado? Sin duda es la disminucin sucesiva del
golfo de Guayaquil y de sus esteros, la regularizacion de los rios y la
extensin de la llanura aluvial. Si sigue el perodo actual con su desarrollo
tranquilo y regular por largo tiempo, llegar la poca geolgica, en que
habr desaparecido el golfo de Guayaquil, con todos sus esteros, en que la
isla de Puna con su mitad setentrional hasta el estrecho canal del Morro
estar unida con la tierra firme, en que la costa desde Naranjal hasta Tmbez
se habr ensanchado tanto que entre ella y la isla de Puna quedar solo el
estrecho paso para el rio Guayas, en que la desembocadura de este se hallar
cerca del islote de St a . Clara, en que el Ecuador habr ganado por aluvin
natural tinos 7000 kilmetros cuadrados. Es probable que el gnero humano
no existia todava en la Amrica del Sur, cuando principiaba la formacin
aluvial. Alcanzar ver ese estado de su adelanto, como acabo de pin-
tarlo? La poca que necesitamos para producirlo, no ser inferior la que
trascurri desde su principio, y talvez mas larga, porque el desarrollo se
verifica ahora con mas lentitud, por las razones indicadas.
Las mismas observaciones que hemos hecho en los llanos de la provincia
del Guayas, podemos hacer, en menor escala, en la hoya del estero de.Co-
jimies, en la del rio Muisne, y en la regin baja entre el rio de Santiago
y el rio Mira, en fin en todas partes, en que la costa est ceida de manglares.
Estos ltimos son la mejor defensa de una costa contra el mar. Doquiera
que las olas tengan acceso libre un terreno, lo comen poco poco por
mas duro que sea. Toda costa que consta de barrancos, retrocede, y la que
est cubierta de manglares, avanza.
300 GEOLOGA. CAPTULO V I .

Si la formacin aluvial de la costa hemos llamado fluvio-marina, se


comprende, que este nombre le cuadra solo durante el tiempo, en que el
mar toma' parte en ella por las mareas, es decir, mientras que se verifica la
sedimentacin entre los manglares en su cercana. Su desarrollo ulterior,
tierra adentro, el relleno de las tembladeras, el crecimiento de las sabanas,
la formacin de los bancos lo largo de los rios etc. son fenmenos debidos
nicamente la accin de los rios, es decir, que la formacin es entonces
puramente fluvial.
La composicin petrogrfica de esta formacin es sumamente montona
igual en todas partes, como ya podemos deducir de la descripcin que
precede. Toda ella se compone de capas horizontales de barro endurecido
y de arena, mezclada mas menos de tierra vegetal. Hacia el curso superior
de los rios, donde ya se acercan la Cordillera, se encuentran tambin los
estratos de arena gruesa y de guijarros (cascajo), alternando con otros de
material mas fino. En los parajes, en que tales capas son muy potentes y
se hallan cerca de la superficie, el terreno es estril, y se presta mal la
agricultura.
Minerales subordinados de alguna importancia apenas se encuentran en
la formacin fluvio-marina. Algunas gotas de mercurio, que manan de vez
en cuando de sus capas las orillas del rio Daule cerca de Guayaquil, pro-
venien evidentemente de la cercana formacin cretcea de los cerros. Una
sustancia muy singular, que se halla en pedazos irregulares en las capas
aluviales cerca de Daule, podria ser explotada y utilizada, si formara masas
mas grandes depsitos continuos. Pero por desgracia su yacimiento es
irregular, hallndose diseminada en la profundidad de 2 3 metros en pe-
dazos del tamao de un puo de una cabeza. Pertenece las resinas
fsiles y tiene el aspecto de una cera impura. La fractura recien hecha
tiene un color amarillo, pero se oscurece y se ennegrece con el tiempo. La
sustancia es blanda y se deja rayar con la ua; en el calor se ablanda
mucho, y con 70 G. comienza derretirse. A la llama arde como una
resina, desarrollando un olor singular pero no desagradable; frotndola des-
pide un olor bituminoso. En alcohol, ter, benzol y trementina, se disuelve
en parte, quedando un residuo insoluble, lo que hace sospechar, que no
tenemos una sustancia mineral sencilla, sino compuesta. Por todas estas
propiedades se acerca nuestro mineral al que Johnston analiz en 1838 y
que llam Guay aguilita*), por hallarse cerca de Guayaquil. El calcul su
composicin en:

*) Johnston, Pb.il. Mag. XIII, 329.1838. Vase tambin: Dana, Mineralogy, ed. 5 a
(New-York 1882), pg. 745. Johnston y Dana escriben equivocadamente Guyacuiillite
en lugar de Guayaquilite.
LAS FORMACIONES CUATEENARIAS. 301
C2 : H : 0 2 = 40:52 : 6 = Carbono . . . 76,665-
Hidrgeno . . 8,174
Oxgeno . . . 15,161
100,000 - Peso espec-1,092.

Para ver, si el mineral de Daule es la misma Guayaquilita de Johnston,


lo hice analizar ltimamente en Dresde por el profesor Dr. Filsinger. El
resultado es:
Carbono 69,01
Hidrgeno 8,98
Oxgeno 20,15
Sustancia mineral extraa. . . . 1,86
100,00 Peso espec. 1,1005.

Aunque este anlisis, ejecutada con todo esmero, difiere bastante de la


de Johnston, mejor dicho de su clculo terico, no encuentro dificultad
de identificar nuestro mineral de Daule con la Guayaquilita, porque no se
trata de un mineral simple, de composicin quimica constante, sino de un
mineral compuesto de dos tres resinas diferentes. As se explica, que la
composicin de un pedazo puede diferir de la de otro.
Segn el modo, como los rones de Guayaquilita se presentan disemi-
nados en el terreno aluvial, no es probable que existan depsitos grandes
y explotables.

C. L a s formaciones fluviales y terrestres (diluvial y aluvial).


No hay que perder tiempo con una larga descripcin y explicacin de
los depsitos fluviales de nuestra poca y de la que precedi inmediatamente.,
En parte hemos tocado este tema en el prafo anterior, y por lo dems el
fenmeno est patente todos los que quieren observarlo. Desde la poca,
en que el pais hbia adquirido su configuracin actual (en sus rasgos prin-
cipales), en que existan las Cordilleras de los Andes y dems montanas
altas, digamos desde fines de la poca terciaria, comenzaban las aguas, ya
en forma de los precipitados atmosfricos, ya reunidas en rios, su obra
destructora, por via mecnica y por via quimica, descomponiendo la super-
ficie de las rocas, y llevando las partculas otras partes. La accin del
agua no es solamente destructora, sino tambin regeneradora; porque lo que
quita, de un lugar, deposita en otro, su tendencia es nivelar poco poco
toda la superficie terrestre, y sin duda lograra en algun tiempo su objeto,
si rio existiesen otros agentes geolgicos (p. ej. los volcnicos), que se oponen
esa nivelacin, y siempre de nuevo subministran materiales que el agua
puede atacar. No hay una ladera de montaa, no hay un valle, no hay
quebrada, en que no pudisemos estudiar el mecanismo de la destruccin
y regeneracin; hasta el indio comprende, que las piedras rodadas, que
302 GEOLOGA. CAPTULO VI.

componen los terrados y las mesetas de un valle, derivan de las montaas


circunvecinas. Todos estos depsitos en el interior del pais son contem-
porneos con los marinos y fluvio-marinos de la costa, y tambin con la
mayor parte de los productos volcnicos interandinos. Los llamamos dilu-
viales, cuando se encuentran en ellos restos de animales extinguidos (cuater-
narios) cuando por su yacimiento deducimos una edad grande; y aluviales
modernos, cuando parecen haberse formado en tiempos de nuestra poca
actual, sin que pudiramos fijar limites seguros, porque sin duda no existi
entre las dos pocas ningn tiempo de interrupcin de inactividad. En
la carta geolgica comunmente no se ha indicado la zona angosta del terreno
diluvial y aluvial en los valles, solo lo largo del pi de la Cordillera occi-
dental y en algunas llanuras mas extensas, como en la de Cuenca y en la
de Catamayo, est sealada.
Esta formacin tiene, ademas de su inters terico para la geologia, y
de su importancia prctica para la agricultura, otro especial para la minera-
loga y la mineria. Encontramos en ella varios minerales tiles y ante todo
comprende el terreno de los lavaderos.
Existe en el Ecuador un gran nmero de fuentes minerales (se llaman
tambin termales, cuando tienen una temperatura elevada), que depositan al
rededor de sus bocas durante la evaporacin del agua y el desprendimiento
de los gases, especialmente del carbnico, varios minerales en forma terrosa
compacta y cristalizada. Las sustancias mas comunes son el carbonato
de cal y el xido de hierro. El origen de estas fuentes se encuentra siempre
en formaciones mas antiguas, pero sus depsitos pertenecen la formacin
actual y diluvial. Citaremos uno de los ejemplos mas hermosos de la llanura
diluvial y aluvial de Cuenca.
En Baos, dos leguas al SO de Cuenca, salen las fuentes termales sobre
unas cinco seis grietas de la tierra, cuya direccin est indicada'por las
colinas de caliza, que se han formado sobre ellas. Estas grietas no corren
paralelas y se cruzan en distintos ngulos; las principales ocupan un pe-
queo plano al Este del pueblo. El agua de las fuentes, que tendr la
temperatura de unos 60 C , est muy cargada de bicarbonato de cal, y des-
prend mucho cido carbnico libre, con un poco de gas hidrosulfrico. Luego
que sale al aire libre, deposita el carbonato de cal en forma de incrusta-
ciones y de toba, al rededor de la boca de la fuente y lo largo de su
curso, y as nace una colina de piedra caliza por la sobreposicion sucesiva
de muchsimas capas concntricas, que se distinguen muchas veces por dife-
rentes colores, alternando capas blancas, amarillas, rojas etc., las ltimas
debidas al xido de hierro que se deposita junto con la cal. Como el con-
ducto y las bocas de las fuentes se obstruyen poco poco por la misma
IJAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 303

cal, estas cambian frecuentemente de lugar, prorumpiendo sobre la misma


grieta terrestre en los lugares de la menor resistencia. Actualmente existen
cuatro cinco fuentes caudalosas en Baos, siendo los manantiales pequeos
innumerables; las colinas de toba caliza que han formado, tienen de 4
8 metros de altura y hasta 200 de largo, siendo su ancho en la base de
unos 10 y en la cima solamente de 2 metros. Fuera de estas colinas, que
se presentan precisamente como las vallas de una fortificacin, en toda la
cercana del pueblo el suelo est cubierto de una costra mas menos gruesa
de caliza incrustante. Las capas superficiales y mas modernas de la toba
son muy porosas y esponjosas (por esto lijeras), como la piedra pmez y
no sirven ni para quemar cal, ni para material de construccin, mientras
que las capas inferiores y mas antiguas ya se han consolidado por el peso
de las capas sobrepuestas y por la filtracin continua del agua, que sigue
depositando las partculas de cal en los poros de la toba y la convierte poco
poco en una masa dura y cristalino-granosa, que entonces no se distingue
en nada del mrmol del Tejar, Las variedades muy compactas y duras
de las tobas se conocen en Cuenca con el nombre de wrnoes, y pueden
llamarse asi, entendiendo con este nombre todas las especies cristalino-
granosas de caliza. A lo menos tienen la textura fnero-cristalina las tobas
calizas mas antiguas del Tejar entre Cuenca y Sayausi, las que se encuen-
tran entre Cuenca y Sinincay y las de Prtete; otras son mas sueltas y
fofas, conservando el carcter propio de las tobas tufos, como las de
Baos, de Qunoas y de Guapan cerca de Azogues. Un estudio superficial,
de las rocas de Tejar basta para convencerse de que este mrmol no es otra
cosa que una toba antigua muy bien consolidada y endurecida, y de que las
colinas en que se encuentran las canteras, son el producto de fuentes, pre-
cisamente como las de Baos. Otro tanto dgase del mrmol blanco del
Prtete, que es el mas hermoso de todos y tiene veces el aspecto de ala-
bastro. Las fuentes han desaparecido de estos lugares. Las tobas de Qu-
noas y de Azogues no son tan compactas y se parecen las de Baos.
En varios puntos de las inmediaciones de Azogues se encuentran pequeos
depsitos de caliza incrustante, como por ejemplo, cerca de San Marcos,
pero los principales se hallan en el anejo de Guapan, donde se repite exac-
tamente el fenmeno de Baos, solo que las colinas no se han formado con
tanta regularidad. La fuente principal al lado de la capilla tiene la tem-
peratura de unos 30 C, no se percibe el olor caracterstico del gas hidro-
sulfrico, pero el agua est cargada de cloruro de sodio (sal comn), distin-
guindose de tal modo de las aguas de Baos, con las cuales conviene en
el contenido de cido carbnico y bicarbonato de cal. Estas fuentes nacen
de la. arenisca de Azogues, las de Baos superficialmente del terreno euater-
304 GEOLOGA. CAPTULO V I .

nario, las tobass caliza de Prtete y de Qunoas (en el valle superior del
Matadero, al lado derecho del rio, V4 de legua abajo del tambo) descansan
directamente sobre los prfidos, y los antiguos mrmoles del Tejar y de
Piacar se hallan, como las tobas de Baos, en el terreno cuaternario. No
hay que perder muchas palabras sobre el uso y la aplicacin de estas tobas
calizas, que es generalmente conocida; los mrmoles de Cuenca y Prtete
subministran un excelente material de construccin y se adaptan muy bien
para adornos arquitectnicos; es d desear que su uso se generace mas y
mas. Las variedades ordinarias sirven para quemar cal; son la .lieamancha-
de los indios.
Iguales mrmoles y tobas calizas se encuentran en la provincia de
Loja. A la distancia de 2 leguas al N de Loja hay un depsito de este
mineral de bastante espesor y mas fino que el mrmol de Pifo, y es de
desear que se haga mas uso de esta hermosa piedra, que cuando pulida se
acerca en su aspecto al alabastro. La grande ara en la Catedral de Loja y
la pila bautismal en la iglesia de San Agustn son labradas de ella, y sirven
de prueba para observar, cuan bien se presta tales y semejantes obras.
En las provincias interandinas del Norte se hallan los mrmoles y tobas
entre sobre el terreno volcnico moderno, pero su origen es el mismo; en
algunos puntos las fuentes existen todava, en otros han desaparecido. No
podemos enumerar todas las localidades, pero repetiremos que el clebre
marmol de Pifo en la provincia del Pichincha pertenece tambin la misma
formacin. En el litoral tales fuentes y depsitos calcreos son mas raros,
sinembargo no faltan del todo, como ya he citado un ejemplo de la que-
brada del rio Seco cerca de Jipijapa.
Otra sustancia que se deposita en las fuentes del mismo modo, como
la cal, y aun con mas frecuencia, aunque no en cantidades tan considerables,
es el hidrxido de fierro el ocre, que se llama limonita, cuando es muy
compacto. Se distinguen estos depsitos por su color amarillo rojo, y los
encontramos en pequea cantidad alrededor de todas las fuentes, que des-
piden cido carbnico, y que se llaman acdulas aciduladas. Por lo re-
gular la cantidad de ocre depositado es tan pequea, que no merece aten-
cin; pero hay lugares pantanosos, en que se forman capas espesas de
limonita, el llamado hierro palustre pantanoso, en masas tan extensas que
son explotables, puesto que este mineral de hierro es un magnfico material
de fundicin. El primer depsito de esta clase, que tuve ocasin de estudiar,
se halla en la serrana de Sigsicunga al Oeste de Otavalo. Cerca de la
hacienda de Sigsicunga se encuentra un espacioso vall circular, cuyas
laderas constan de potentes tobas volcnicas; el fondo plano es un pantano
cubierto de vegetacin gramnea, en que brotan muchas- fuentes cargadas
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 305

de cido carbnico y de carbonato de fierro, depositndose' el ltimo tras-


formado en ocre, despus del desprendimiento del primero.
Esta formacin ya debe durar mucho tiempo, .porque en todo aquel
paraje se encuentra debajo de la tierra vejetal, que tiene l.i 1 metro de
espesor, una capa de limonita hierro palustre de mucha potencia. En otras
regiones se hallan capas anlogas de hierro, que sin duda alguna tienen el
mismo origen, aunque hoy dia las fuentes hayan desaparecido; asi, por ejemplo,
en las inmediaciones de Cuenca, y hasta en el subsuelo de la ciudad misma.
El que las fuentes termales no depositan alrededor de sus bocas las
sales que son disolubles en el agua, se explica fcilmente, porque son lle-
vadas por el rio y por las lluvias. Asi, por ejemplo, las fuentes muy saladas
de Salinas, al Norte de Guaranda, forman solamente espesas capas de toba
caliza, pero no de sal, y lo mismo sucede con las fuentes saladas de Guapan
cerca de Azogues. Sinembargo encontramos en algunas llanuras del interior
eflorescencias de sales en las capas superficiales y de formacin muy moderna
actual, cuyo origen queda todava dudoso. Podran ser los residuos de
las impregnaciones de fuentes, que han desaparecido, pero tambin podran
formarse y regenerarse continuamente por la descomposicin de los mine-
rales del suelo. Pasando en silencio muchos parajes muy.circunscritos,
mencionar solo las dos llanuras, en que el fenmeno se manifiesta en mayor
escala, la de Salinas en la provincia de Imbabura y la de Lataeunga. La primera
brinda la sal de comercio algunas provincias, y en la segunda se extrae el
salitre, que abasteci por mucho tiempo una fbrica de plvora en Lataeunga.
En ambos casos los sales son superficiales y se r'ecojen en forma de eflores-
cencias. Mr. Boussingault es de la opinin que derivan de antiguas fuentes. <29>
Ya que tratamos de los depsitos de algunas fuentes en el terreno diluvial
y aluvial, mencionaremos tambin las otras aguas minerales del pais, aunque
veces no dejan rastros visibles de su contenido en.la superficie terrestre.
Es un error vulgar, considerar todas las fuentes: termales como fenmenos
volcnicos, lo menos como conexionadas con tales. Puede ser que algunas,
qu nacen en la proximidad de volcanes activos, deban su temperatura ele-
vada y su fuerte mineralizacion la influencia ; directa. del foco volcnico,
que se halla en su cercana, pero por lo regular estn independientes de la
actividad volcnica, y por esto nacen en toda clase de terrenos y formaciones
geolgicas. Su temperatura comunmente (no siempre) elevada deben la
profundidad de que nacen*), y su mineralizacion procesos qumicos, que

*) Sabido es qxie la temperatura natural de la tierra v aumentndose',. conforme se


baja la profundidad. Comunmente se admite que. cada 33 metros la temperatura erece
do 1 C. El agua circulando on las capas terrestres, toma la temperatura de estas, sogun
la profundidad.
Wotl, Ecuador. 20
306 GEOLOGA. CAPTULO VI.

se verifican en aquellas profundidades con los minerales de las rocas, bajo


una fuerte presin. Por lo dems convendra distinguir entre aguas minerales
y aguas termales. El ltimo nombre conviene solo las fuentes, cuya tem-
peratura es considerablemente mas alta, que la media del lugar en que
brotan. Aunque la mayor parte de las aguas minerales son la vez ter-
males, no faltan, sinembargo, termales con agua muy pura y nada mineralizada,
y al revs aguas minerales muy ricas, con la temperatura ordinaria del pais.
El Ecuador es muy rico en aguas termales y minerales de toda clase,
especialmente en las regiones andinas interandinas; pero el uso que se hace
de ellas es casi nulo. Sabido es, cuantos progresos ha hecho en el mundo
civilizado la hidrologa medicinal, cuan preciosos remedios poseemos en ciertas
aguas minerales para ciertas enfermedades. Pues, el Ecuador posee tales aguas
en abundancia, pero sus mdicos no las conocen, dejan su aplicacin la gente
pobre ignorante, y las tratan con el mismo desprecio como los remedios
vegetales del pais. Estos no se hallan en las farmacopeas de Europa, ergo:
no valen; nuestras aguas no se recomiendan en los peridicos, como las de
Vichy, Karlsbad, Selters etc., ergo: vengan estas, cuesten lo que cuestan!'
Pero: no conocemos las aguas del Ecuador, ni sus virtudes medicinales.
Pues, su propia culpa es; porque no las estudian las hacen estudiar?
Ademas la disculpa no vale; existe desde 1876 un mangnfico trabajo sobre
las aguas minerales del Ecuador por L. Dressel S, J., debidamente apreciado
en Europa, pero olvidado ignorado por los ecuatorianos, aunque se im-
primi en Quito. Esta obrta meritoria contiene las anlisis cientficas de 28
aguas minerales, entre ellas las mas afamadas del pais, y una discusin sobre
su aplicacin teraputica. Entre las aguas analisadas tenemos:
I o . Aguas alcalinas, por ejemplo, las fuentes de Machachi, de la hacienda
Chimborazo.
2o* Aguas ferruginosas, p. ej. Alangas, Badcung cerca de Baos, Te-
salia cerca de Machachi, Pomasqui, Yana-yacu cerca de Co-
tacachi.
o
3 . Aguas aciduladas, p. ej. Hervidero de Tesalia cerca de Machachi.
4 o . Aguas de sal de Glauber, p. ej. Fuente de la Virgen de Agua Santa
en Baos.
. Aguas amargas, p. ej. algunas fuentes en Baos (Cangrejo, Badcung).
6o. Aguas saladas, p. ej. termales de San Vicente en el cantn de St a .
Elena, fuentes de Tomavela cerca de Salinas al N de Gua-
randa.
Ia. Aguas sulfuradas, p. ej. Cachihuaico en la hac. Chimborazo, Quisaya.
8 a . Aguas termales indiferentes, p. ej. Cunuo-yacu cerca de Tumbaco.
No se puede recomendar bastante, sobre todo los mdicos del pais, el
LAS. FORMACIONES CUATERNARIAS. 307

estudio, del librito del T. L. Dressel; pero como se ha hecho muy raro y
no est al alcance de todos, he credo muy til insertar entre los suple-
mentos de esta obra las anlisis principales que contiene, con las obser-
vaciones mas interesantes/ 3 0 '
Todas las aguas naturales, excepto la de lluvia, contienen una cierta
cantidad de sustancias minerales en solucin; de consiguiente el distintivo
entre aguas comunes y aguas minerales no consiste en que estas tengan
sustancias minerales y aquellas no. Agua mineral se llama la, que tiene
una cantidad notablemente mayor de sustancias disueltas, que las aguas
potables ordinarias. Difcil es. establecer un limite fijo, aunque se dice
generalmente, que el agua potable no debe contener mas de 0,5 gr. de
sustancias fijas por litro. Depende mucho de la naturaleza de las sales,
siendo unas mas nocivas que otras. Lo que mas perjudica es la presencia
de sustancias orgnicas (ya en disolucin, ya en forma de micro-organismos,
como bacterios y algas), cuya cantidad jamas debera pasar de 0,05 gr. por
litro, si se trata de sustancias disueltas, y reducirse cero respecto las
sustancias organizadas. En nuestras costas, que carecen de rios, se bebe
el agua salobre de los pozos, en que las sales pasan de un gramo por litro,
sin perjuicio notable en la salud. Hay tambin algunos rios considerables
en el litoral que en verano llevan una agua tan salobre, que no se puede
bebera, as p. ej. en la provincia de Manabi el riecito de la Puntilla y el
rio Briseo, en la provincia del Guayas los rios de Puca, Colimes y Magro,
tributarios del Daule. Interesante es tambin el hecho, de que todos los
rios de la provincia del Guayas contienen manganeso y varios de ellos tambin
fosfatos de cal y magnesia en bastante cantidad, sustancias que no se hallan
de ordinario en las aguas potables, pero que tampoco no son perjudiciales;
al contrario una pequea cantidad de fosfato de cal es muy provechosa al
organismo humano. <sl>

Despus de la digresin sobre las aguas minerales y potables volvamos


al terreno diluvial y aluvial, para tratar todava de uno de sus accidentes mas
importantes, de los lavaderos- Por dems es repetir, que los metales de los
lavaderos no se crian en el terreno diluvial y aluvial, sino que se derivan
de terrenos antiguos preexistentes, del mismo modo que la arena, los gui-
jarros, la arcilla con que se hallan asociados. Por esto las capas diluviales
y aluviales dependen en cuanto su composicin petrogrfica y mineralgica,
y en cuanto los metales que llevan, siempre de la naturaleza de los terrenos,
de que han nacido por la destruccin mecnica,, no conteniendo otros ele-
mentos que estos, aunque agrupados de distinta manera y veces concen^
20*
308 GEOLOGA. CAPTULO VI.

trados. Otro ser el terreno diluvial en la regin de las esquistas cristalinas,


otro en la de los prfidos. De la concentracin de los metales en el
terreno d acarreo, vase lo que hemos dicho en la pgina 234 tratando de
las formaciones arcaicas. Aqu nos incumbe conocer los lavaderos princi-
pales des pas.
Lavaderos de la Cordillera oriental de de las esquistas cristalinas.
Parece que la Cordillera oriental de los Andes en toda su extensin, y en
cuanto se compone de las antiguas esquistos, es aurfera, en unos puntos
mas, en otros menos. Los mejores lavaderos y explotados desde la anti-
gedad, se hallan en la provincia del Asuay desde el Allcuquiru hasta el
Yana-urcu en los confines de la provincia de Loja. Ahora se los conoce
solamente en las vertientes occidentales de la Cordillera real, pero no hay
motivo para no suponerlos tambin en las faldas orientales, en las cabeceras
de varios tributarios del rio Paute. Atendido el origen y la formacin
de los lavaderos ( del terreno de acarreo), no sorprende encontrarlos siempre
lo largo del curso de los ros, y en ninguna otra parte. Las excepciones
de esta regla existen solamente en apariencia, pues entonces siempre en-
contraremos las seales indisputables del antiguo cauce de un rio, de que
por cualquier causa local habr desaparecido el caudal de agua. Tampoco
los lavaderos no siempre se hallan Inmediatamente sobre las riberas del rio,
antes los veremos muchas veces, bastante arriba en las laderas de los valles
(Collay, Ayon), indican entonces el nivel antiguo de las aguas, cuando el
rio todava no habia profundizado tanto el valle.
Nada mas fcil, que conocer el terreno de acarreo en los valles y las
quebradas de la Cordillera oriental; el gelogo ejercitado lo distingue ya
de lejos por la configuracin superficial del terreno, y puede designar de
este modo su extensin; pero tambin cualquier otro hombre lo encontrar
con facilidad, buscndolo sobre todo, en donde los valles angostos, despus
de una cada rpida, se ensanchan algo y tienen un declive mas suave. Una
seal casi segura es, cuando en tales parajes el terreno los lados del rio
en alguna distancia de el se levanta como por gradas por pequeas
mesetas. Eemuvase' en los lados de estas gradas el csped y la tierra
vejetal con. la barreta pala, y muy pronto aparecern bancos de piedras
y de guijarros rodados, mezclados con arena y arcilla, que la primera
vista declaran ser terreno de acarreo de las aguas. Otra cuestin es, si
dichos bancos siempre contengan oro.
Aunque el carcter general y exterior de los lavaderos en todas partes
de. la Cordillera es bastante igual, existen sinembargo diferencias interiores,
por decirlo as, saber en cuanto al grosor de los materiales y e cuanto
su composicin mineralgica, y tales diferencias se refieren no solamente
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 809

diversas localidades, sino tambin los diversos bancos del mismo lugar.
Hay algunos depsitos, que constan de arena mezclada con arcilla, con pocos
y pequeos guijarros, otros se puede decir que son acumulaciones de grandes
pedrones apenas aglutinados entre s por un poco de arcilla arenosa, otros
en fin se componen por la mitad de arcilla, arena y cascajo y por la otra
mitad de piedras redondas del tamao de un puo al d una cabeza, y estos,
en tesis general, parecen ser los mas favorables. El origen de estas diferen-
cias es demasiado natural y no necesita explicacin alguna; basta observar
un poco, como los rios en la actualidad forman los bancos de arena y gui-
jarros en su cauce los bordes de l.
En algunos lugares existen solo dos tres bancos, en otros su nmero
es credo, y van alternando con los materiales gruesos los de arena y arcilla.
Su potencia espesor es' sumamente variable; los bay de muchos metros
(en Collay), mientras que algunos estratos intermedios apenas tendrn algunas
pulgadas. Muy frecuentes y regulares son bancos de 1 2 metros. Siempre
son horizontales, nivelando las pequeas desigualdades del terreno primitivo
sobre que descansan, y solamente cuando la inclinacin de este es muy
suave, suelen seguirla. Pero nunca se observan grandes dislocaciones, fallas,
saltos y otros accidentes, que son seales de levantamientos y hundimientos
en las antiguas pocas geolgicas. De esta circunstancia sola se puede in-
ferir, que los lavaderos son una formacin moderna, que data de un tiempo
posterior al levantamiento de las montaas; y en efecto pertenecen, compu-
tando segn la cronologa geolgica, la ltima poca, que se llama cua-
ternaria diluvial, en conformidad de casi todos los lavaderos de oro en el
mundo antiguo y nuevo.
Para saber si un lavadero un banco determinado de l es aurfero
no,, no hay ninguna seal exterior segura. Creo que todos tienen algo de
oro, cuando se los ensaya con la debida exactitud. Pero es natural que se
quiera saber, cuales sean los bancos, mas ricos. Por mucho que me he
fijado en todas las circunstancias y hasta en las mas minuciosas, no encontr
un distintivo cientfico seguro, que indique desde luego la riqueza pobreza
relativa de los lavaderos, por- la naturaleza de los minerales componentes.
Ni la presencia de mucho poco cuarzo, ni la preponderancia de est
otra clase de esquista, ni la abundancia de hierro magntico (arenilla), ni
la de la pirita, parecen influir en la riqueza del lavadero. Tambin he oido
de algunos mineros, que toman por una buena seal una cierta tierra blanca
jabonosa, que en rones se encuentra entre los pedrones de los bancos,
y que en la determinacin mineralgica result ser un hidrosilicato de
almina y magnesia (saponita). En los lavaderos de Nabon parece que pre-
cisamente en los bancos aurferos abunda este mineral, pero en otras locali-
310 GEOLOGA. CAPTULO VI.

dades la seal se ha mostrado engaosa, presentndose los estratos con


mucha saponita, pohres y casi estriles. Lo que he observado en general,
es que bancos de materiales muy finos (arena y arcilla), sobre todo cuando
son de alguna potencia, suelen ser tan pobres que podemos calificarlos de
estriles. Sin contender que esta regla no sufra ninguna excepcin, creo
que el hecho se explica de una manera satisfactoria, diciendo que aquellos
materiales finos se han depositado en los ros, cuando el agua no ^corria
con tanta fuerza, que podia llevar el oro, mientras que los depsitos de los
guijarros y piedras gruesas son los resultados de las grandes avenidas, en
que las aguas podian arrastrar tambin las pepas pesadas de oro. De aqu,
que estas se hallan comunmente entre los grandes pedrones de los lavade-
ros. Pero, en ltima instancia, para saber que un banco es rico en oro,
no hay otro medio que hacer ensayos directos, es decir, que lavar en uno
y otro punto; y estos ensayos no deberan ser superficiales y la lijera,
no contentndose si resultan algunas chispas de oro en la batea, cuando se
trata de establecer un trabajo serio en un lugar, y cuando en estos ensayos
se deben fundar los clculos que se hacen sobre los resultados y ganancias
futuras de la empresa.*)
Aunque todos los rios de la Cordillera oriental son aurferos, en donde
corren por el terreno esquistoso, no por esto en todas las localidades se
costeara el trabajo de explotacin, sea que el terreno de acarreo los lados
de los rios no es bastante extenso, sea que es demasiado pobre. Tales lava-
deros pobres se encuentran, por ejemplo, en las cabeceras del rio de Gua-
laceo al Este de Jima, en las del rio Alcacay y rio Shiu, en el curso superior
de los rios Guallmincay y de San Francisco. Los puntos principales se
han descubierto desde la antigedad por la experiencia, y se llaman lavaderos
de Shingata, de Malanga, de Ayon y Santa Brbara y de Collay.
En la Cordillera de Nahon ocupa el terreno de acarreo un espacio mas
extenso, que en algun otro punto, y sigue casi sin interrupcin unas dos
leguas el curso del rio Shingata, desde su principio hasta al lado del Yana-
urcu, donde rompe la Cordillera. El ancho de esta zona en ambas riberas
es muy variable, segn el valle se ensancha se estrecha, aqu tiene pocos
metros, all tres, cuatro cuadras. En el curso superior, donde propiamente
el rio Shingata se forma de tres cuatro torrentes, que se precipitan de
encima de los peascos altos de la Cordillera, encontramos una llanura,
rodeada inmediatamente de altas montaas, en la cual el terreno de acarreo

*) En mis viajes no pude dedicarme ensayos exploraciones en gran escala, que


necesitan mucho tiempo y mucha plata. El ingeniero Ch. van Isschot ejecut en 1890,
comisionado por la o Compaa Exploradora de Guayaquil, tales trabajos serios en los
lavaderos de Collay.
LAS FORMACIONES CATEBNAWAS. 311

llega su mayor desarrollo. No dudo que aqu existi antes un lago, en


el que los materiales arrastrados por los ros, se han depositado, hasta que
poco poco se llen. En este lugar se han encontrado en varios tiempos
bancos muy ricos en oro, y las excavaciones antiguas, que se ven en todas
partes, manifiestan bastantemente la importancia de este sitio. Todava
queda intacto un terreno espacioso. Mas abajo, en todo el curso del rio se
observa tambin de vez en cuando los grandes huecos, que hicieron los an-
tiguos espaoles, y probablemente ya mucho antes los indios.
Casi en la mitad entre el Yana-urcu y el sitio de Shingata, donde en
tiempo no lejano el doctor.Izquierdo de Cuenca trabajaba con algunos peo-
nes, los lavaderos al lado derecho del rio llevan el nombre de Bestin. Se
v las mismas excavaciones antiguas, como arriba, y en la cercana los
cimientos de una casa, que sin duda los empresarios haban edificado para
su mayor comodidad en estos parajes tan rgidos (Bestin se halla en la
altura de 3000 metros). Aqu los bancos son muy regulares, no tan gruesos
como en' Shingata, pero extensos y en gran parte intactos. El trabajo en
Shingata y Bestin es menos difcil y menos peligroso, que en Ayon y Collay,
porque el sitio de los lavaderos es mas plano.
Los prcticos que me acompaaron en este sitio y que por algun tiempo
han lavado en Bestin, aseguraron que entre cuatro no sacan mas de un
castellano de oro ( = 4,6 gramos) por dia. Esto seria bien poco, aun aten-
diendo al modo rudo imperfecto de los trabajos. En mi presencia hice
lavar en la batea cosa de Vio metro cbico de arena y cascajo; un hombre
gast en este trabajo una media hora y sac 0,260 gr. de oro, lo que daria
por el metro cbico 2,6 gramos. Pero antes de hacer estudios mas extensos
sobre la potencia de estos bancos y su riqueza relativa en muchos puntos,
no se puede formar un juicio cabal de la rentabilidad de una empresa en
gran escala.
El oro de Shingata y Bestin se halla comunmente en polvo muy fino,
casi como la arenilla, y rara vez se v una hojita mas ancha, aunque me
han asegurado, que mas arriba en los lavaderos se han encontrado pepitas
mas gruesas. Su color es de un amarillo muy subido, inclinndose al rojizo.
He analizado el de Bestin y encuentro:

Oro 89,49
Plata 10,38
Un rastro de cobre y dems impurezas 00,13
100,00

De consiguiente este oro es de buena ley, teniendo 21 % quilates.


En Ayon y Santa Brbara los lavaderos se hallan en valles muy an-
gostos, que no les permitieron una gran extensin horizontal, y por esto se
312 GEOLOGA. CAPTULO VI.

encuentran en las laderas muy pendientes, y los bancos son de bastante


potencia. Como estn rodeados por todas partes de cordilleras altsimas en
la prxima inmediacin, y los riachuelos, que forman el rio de Ayon, nacen
muy cerca en las alturas, es evidente, que los materiales de los lavaderos
y por consiguiente tambin el oro, no pueden venir de lejos, sino casi del
mismo sitio. Por esto las piedras en los bancos son veces tan enormes,
son menos despedazadas y menos redondeadas por las aguas. El trabajo
en estos lavaderos es algo difcil y hasta peligroso, cuando no se: hace con
mucha precaucin, y si en cualquier otro lugar, con mucha mas razn en
este, convendra dirigir los trabajos segn un plan determinado, para no
arruinar los lavaderos lo menos dificultar sumamente los trabajos poste-
riores. En estos sitios tan quebrados y tajados es de suma importancia
tener el debido cuidado, de que siempre se pueda llevar un arroyo de agua
una pequea acequia al lugar del trabajo.
El oro de Ayon se halla en granos bastos del tamao de la municin
que llaman mostacilla, en trmino medio, encontrndose naturalmente tam-
bin granillos mas pequeos y pepas mas grandes, las de un medio de
un castellano no son muy raros. La forma de los granos es irregular,
comunmente aplastada, la superficie algo spera y poco lustrosa. Su color
es oscuro y mas rojizo que el del oro de Shingata. Qumicamente se
compone : de
Oro. 84,27
Plata 14,71
Cobre y dems impurezas . . . . 1,02
100,00
de lo que se calcula, que tiene un poco mas de 20 quilates.
Los lavaderos de Matanga se hallan poca distancia al Sur de los de
Ayon, pero en mayor altura (son los mas altos de todos los que conozco
en la Cordillera oriental). La configuracin exterior del terreno recuerda
los lavaderos de Shingata, pues los bancos se extienden horizontales en un
ensanche del valle, en que dos ros se renen en el de Minas. Se observa
los indicios de algunas antiguas excavaciones, pero la mayor parte del ter-
reno de acarreo queda todava intacto. En este lugar hay la ventaja no
despreciable, de que es mas accesible y tiene un camino de herradura hasta
sus inmediaciones. El oro se parece en su aspecto y en sus calidades al
de Ayon.
En 1890 el seor van Isschot ensay los bancos de Matanga y encontr
2,06 gramos de oro en un metro cbico, en trmino medio. El terreno de
acarreo le pareci bastante superficial y de poca extensin horizontal, dise-
minado por las orillas del rio.
En el rio de San Francisco, enfrente de Gualaceo, los lavaderos ocupan
LAS KORMACIOHKS CUATEBNAEIAS. 313

un territorio reducido. El oro no es tan abundante, como en Ayon y Shin-


gata, pero se distingue por un color muy oscuro y es casi de 22 quilates,
pues de la prueba que he sacado, result:

Oro 91,05
Plata 7,73
Cobro impurezas 1,22
100,00

Colluy parece haber sido la mina de oro mas afamada de la provincia


en la antigedad india, como lo atestinguan las labores grandes, en que
todavia se encuentran algunas veces las herramientas de cobre y de chonta,
que usaban los antiguos. En ningn otro lugar he visto el terreno de acar-
reo llegar una potencia tan considerable, y tambin los bancos que lo
componen, son generalmente muy gruesos. Estos materiales inmensos se
han acumulado en el punto en que tres torrentes, que se precipitan de las
alturas de la Cordillera, se renen al pi de los dos cerros de Cari-Collay
y Guarmi-Collay, conforme la regla general, que he indicado mas arriba,
diciendo que los lavaderos se forman con preferencia en las explanadas de
los valles, en que estos pierden su inclinacin rpida. Bajo este punto de
vista hay analogia con los lavaderos de Shingata y de Matanga, pero los
de Collay se diferencian, por hallarse en una encaada mas honda y mas
angosta (casi como los de Ayon) y por lo que el rio ha surcado una que-
brada muy profunda en el terreno de acarreo mismo, de suerte, que el tra-
bajo aqu seria mas difcil y se asemejara al de Ayon y de Santa Brbara.
La ventaja que tienen estas minas es la de estar en un clima mas abrigado,
pues se hallan solamente en la altura de 2,720 metros, que es menor que
la de los pueblos de Baos y de Sinincay cerca de Cuenca, aunque la tem-
peratura ser algo mas rgida que en dichos pueblos, por la proximidad de
los pramos. Mucho se ha trabajado en este lugar, no hay duda, y en
algunos puntos se han daado los bancos aurferos por grandes derrumbos;
pero queda todava trabajo para muchas generaciones. Los bancos mas
ricos estn veces cubiertos de otros menos ricos estriles y de mucha
potencia. En este caso los antiguos indios, en lugar de tumbar todo el ter-
reno estril, socavaron galeras subterrneas, de las cuales se conservan
todava algunas.
El Seor van Isschot hizo en 1890 estudios largos sobre el terreno
aurfero de Collay, su extensin, potencia y riqueza en- oro. El distingue
tres zonas pocas de la formacin, alcanzando en cada una las capas de
acarreo la potencia de 6 12 metros, segn la localidad. La zona inferior
es la mas trabajada por los antiguos, en ella se encuentran las galeras
abandonadas y aguadas.
314 ' GEOLOGA. CAPTULO VI.

Los minerales mas notables que observ en el producto de concentra-


cin por lavado de las arenas, son: pirita de hierro, hierro magntico, gre-
nates muy pequeos, anfibola y turmalina verde. De metales preciosos:
Oro en estado nativo, de color amarillo subido, veces negruzco, en granos
aplastados redondeados, en hojitas hilos menudos, siendo mayores sus
dimensiones y la proporcin en que se hallan, medida que se aproxima
al yaciente, es decir al terreno esquistoso. El oro falta en las capas de
arcilla y de arenas finas. Amalgama de oro, presentndose en las mismas
dimensiones y condiciones que el oro. En algunos granos se observa, que
estos han conservado en parte su color de oro y estado puro, y en parte
son amalgamadas, habiendo sido insuficiente la proporcin de mercurio para
la amalgamacin total. Tambin se halla l amalgama semilqido pella,
en Ja que predomina el mercurio. Mercurio metlico. Diseminado en toda
la masa del terreno de acarreo en pequeas proporciones, se halla entera-
mente pulverizado al estado de globulitos casi microscpicos y cubierto de
una capa de xido, que le impide juntarse, siendo para ello menester emplear
la accin de un enrgico reductor.
Respecto la proveniencia del oro del terreno de las esquistas crista-
linas el Seor van Isschot est de acuerdo con mi explicacin dada mas
arriba. El mercurio debe tener el mismo origen. En cuanto al amalgama,
dice que su formacin es posterior la formacin aluvial, y ha tenido lugar
en los mismos bancos al contacto de ambos metales. La primera parte de
esta asercin es sumamente probable, pero respecto la segunda, se podria
preguntar si el mercurio no se habr aleado en parte con el oro durante
las operaciones del lavado?
La presencia de mercurio en estos lavaderos es un fenmeno sumamente
interesante, que el mismo Seor van Isschot observ mas tarde tambin en
un lavadero de la provincia de Los Rios.
Citaremos algunos resultados de los ensayos.

Por metro cbico:


Mercurio Oro
fin un banco superior de la 3 S formacin se hall. . . . . . 0,522 gr. 0,130 gr.
En un banco inferior de la 2 a formacin se hall en un corte 0,760 0,563
id. id. en otro corte - 0,575 0,335

Concluye el Seor van Isschot diciendo: Apesar de la pobreza rela-


tiva de los bancos aurferos de Collay, consideramos que su explotacin
podria ser ventajosa, si se pudiera ejecutar el lavado en gran escala. Pero
en esto consiste una gran dificultad por razn de las condiciones topogrficas
de Collay.
^

t4
>
w
o
w
o
O
5
tel

o
q
5.
HI
tel
I;>

Fig. 36. Lavaderos de oro en Collay. (Trabajos de exploracin de Mr.van Lschot.)


316 GEOLOGA. CAPTULO VI.

El oro de Collay se parece en el exterior al de Ayon, y es como lodo


el oro de esta cordillera de buena ley, puesto que tiene 193/3 quilates, segn
la composicin:
Oro 82,16
Plata 17,24
Cobre impurezas 0,60
100,00
No soy de la opinin de algunos, que creen que los lavaderos de oro,
y en general las minas de oro del pas se hallen agotadas. Lo que falta
para hacerlas productivas, como en la antigedad, es el espritu emprendedor
y la constancia.*32^

El lavadero de oro de Samanamaca en la provincia de Loja pertenece


tambin los de la Cordillera oriental, por la proveniencia de su oro. El
rio Calvas, que es el Macar superior, ha excavado un valle angosto en las
rocas porfdicas y granticas; solo en algunos puntos el valle se ensancha
formando pequeas llanuras, y all es donde se han depositado capas dilu-
viales y> aluviales de un espesor considerable. Tales planos existen, por
ejemplo, en el sitio que se llama Calvas, donde cruza el camino de Caria-
manga Ayavaca el ro, y mas abajo cerca de la'hacienda de Samanamaca.
Las capas aluviales consisten de guijarros y arena mas menos gruesa,
y son de una potencia variable de pocos muchos metros. No todo el
aluvin es aurfero, pues las capas gruesas superiores parecen ser muy pobres
faltas de oro, y solamente una capa delgada de las inferiores contiene el
metal' precioso en bastante cantidad. Esta capa no tiene mas que un pi
de espesor y es algo arcillosa, es decir, los guijarros y elementos arenosos
se hallan cementados por una arcilla gris azuleja. Estudios ulteriores y
ensayos en gran escala ensearn, si el terreno aurfero se halle en cantidad
suficiente, y si haya facilidad de atraer el agua necesaria para el lavado,
para pensar en una empresa de explotacin.
El pro de Samanamaca tiene la forma de hojitas y lentejas desde el
tamao apenas visible hasta el de 6 milmetros de dimetro. Es de un color
amarillo subido y se compone de
Oro . . 93,56
Plato. 06,25
- -.-"-^--- ---Resto -.-.- . .- . . 00,19
100,00.

De consiguiente este oro tiene 22 '/2 quilates y es de superior calidad.


Es mucho mas fino que el de Zaruma y se acerca en su composicin al oro
de la Cordillera oriental del Azuay, por esto no hay duda, que proviene del
IJAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 317

terreno de las esquistas cristalinas, que componen la Cordillera (nudo de


Sabanilla) en las cabeceras del rio Calvas.

Los lavaderos de oro de las vertientes orientales de la gran Cordillera casi


no conocemos, sino por tradicin. Algunos han sido visitados en nuestros
tiempos en excursiones pasajeras por uno que otro minero, as p. ej. los del
rio Zamora y los del rio Chinchipe por el Seor E. "Witt de Loja. Los del
rio apo y de algunos de sus afluentes son explotados en escala muy pe-
quea por los indios del apo. Sinembargo, con los depsitos principales,
que en el siglo 16 enriquecieron los conquistadores del pais y la corona de
Espaa, y que dieron margen la fundacin de las ciudades hoy destruidas
de Logroo, Valladolid, Sevilla de oro y otras, no se ha dado de nuevo. No
hay duda, que la mayor parte de las inmensas cantidades de oro, que se
ha sacado de las provincias del Oriente, provenan de lavaderos, y no de
vetas aurferas. Los rios del Oriente son aurferos solo en su curso supe-
rior, cercano la Cordillera, es decir, hasta donde arrastran los guijarros y
la arena gruesa; luego que comienza la arena fina, desaparece el oro,' lo que
es muy natural en atencin del mecanismo con que se forman los depsitos
aurferos.*)

L o s lavaderos oriundos de terrenos porfdicos y dioriticos.


Casi todos los rios, que nacen en dichos terrenos los atraviesan en una
parte de su curso, llevan un poco de oro, de lo que debemos concluir que
los prfidos y rocas verdes generalmente son aurferas. Sinembargo en pocos
lugares se costeara el trabajo de lavar el oro, sea que los bancos aluviales
tengan poca extensin, sea que el oro se halle en ellos en un estado casi
invisible, en partculas microscpicas. Solo en los distritos que son tambin
ricos en filones metlicos, como el de Zaruma, los lavaderos prometen una
cosecha mas abundante, porque en estos lugares las vetas de cuarzo aur-
fero han dado un buen contingente los lavaderos.
El oro de toc|a, la hoya de Zaruma, arrastrado por los rios, se concentra
finalmente en los aluviones del rio de Tmbez, desde la unin del Calera
con el rio Amarillo, hasta el sitio de Puyango, donde el rio abandona la
regin montaosa y entra en el terreno cuaternario. Desde los primeros
tiempos de la conquista hasta nuestros dias se ha sacado un poco de oro

*)'Villavioencio d en su Geografa (pg. 383) algunas buenas observaciones sobre


los lavaderos de apo, que comprueban de nuevo el origen del oro del terreno esquistoso
de la Cordillera. Su juicio es en este punto muy correcto y excepcionalmet sano, re-
duciendo las minas del Llanganate lavaderos.
318 GEOLOGA. CAPTULO VI.

en esta regin aluvial, pero los trabajos se ejecutaban con irregularidad y


en muy pequea escala, limitndose las arenas superficiales del rio. Solo
desde 1885 algunos mineros estudiaron los bancos aurferos con mas aten-
cin y comprendieron su gran importancia. Denunciaron y recibieron en
propiedad el terreno aluvial ambos lados del rio, desde su formacin de
los rios Calera y Amarillo, hasta la boca del rio Yaguachi, terreno que mide
unos 16 kilmetros de longitud por 2 de latitud sea una rea de 32 millones
de metros cuadrados. Falta todavia hacer los estudios y las excavaciones,
para reconocer la potencia de los bancos y para apreciar su riqueza po-
breza relativa en diferentes puntos. El seor Saenz Tejada, suponiendo un
promedio de dos metros de espesor de bancos explotables, y un valor de
oro contenido en un metro cbico de 3 sucres, calcula que el terreno de-
nunciado podria contener una cantidad de oro equivalente unos 200 millones
de sucres.*)
El oro de los lavaderos de Zaruma es como tambin el de las vetas
de una ley baja y su color de un amarillo muy claro, blanquizco.
El' anlisis me dio:
Oro . . . :. 72,93
Plata 26,34
Un indicio de cobre y otras impurezas . . . 00,73
100,00.
Considerando el cobre y las dems impurezas como accidentales, este
oro de Zaruma se compone tericamente de
3 tomos de oro 73,4) . A a
3 S
1 tomo de plata 26,6 < '
100,0
y es de 17x/2 quilates. Por esta composicin se acerca las variedades de
oro de Marmato, Titirib, Guano y de algunas otras localidades de Colombia,
analizadas por Boussingault.**)
Por toda la Cordillera occidental se encuentran en la regin de las rocas
verdes algunos riachuelos aurferos. As p. ej. encontr algunas chispas de
oro en una quebrada, que baja del cerro de Calaguru y entra en el rio del
mismo nombre cerca de Biron, algunas leguas al E de Santa Rosa. Oro
se encontr en los rios que bajan de la Cordillera entre Alaus y el valle del
rio Chimbo. Algunos afirman haberlo encontrado tambin en la poza que
forma la cascada del rio de Agita-clara, cerca del Puente de Chimbo; pero

*) T. G. Saenz de Tejada, El distrito aurfero do Zaruma. En La. Nacin de


Guayaquil, Enero 1891.
**) Viajes los Andes eeuat. Memoria sobre la composicin del oro nativo de las
diferentes minas de la Nueva Granada, pg. 43.
LAS FOBMCIONES CTTATERNABIAS. 319
yo encontr en las arenas de ella solo las partculas de pirita. El ro de
Pozuelos lleva oro en su arena cerca de la hacienda de la Clementina; y
aqu descubri el seor van Isschot el mercurio y amalgama asociado al oro,
como en los lavaderos de Collay, con una circunstancia muy notable. El
rio lleva oro y amalgama solo desde el punto, en que recibe las quebradas
de los cerros diorticos de Samanta, que se hallan su lado meridional;
hacia mas arriba se encuentra solo el mercurio en las arenas, sin oro. Esto
comprueba evidentemente, que el mercurio deriva de la Cordillera alta y el
oro del ramal bajo de Samama. Vase tambin lo que he dicho de un ha-
llazgo muy singular de mercurio en el mismo valle, cerca de la hacienda
Pacana, en el capitulo que trata de la formacin cretcea, pg. 252.
En este lugar debo mencionar tambin el mercurio que se encuentra en
el terreno aluvial, en que est edificada la ciudad de Loja> Al abrir zanjas,
pozos, cimientos para edificios, se recojen veces gotitas de azogue en
mayor menor cantidad, sin que se diese conocer una regularidad en la
distribucin de este metal por las capas de acarreo; el hallazgo de mercurio
es una mera casualidad. Es difcil conjeturar algo sobre el origen de este
mercurio, que aqu sin duda alguna se halla en su yacimiento secundario.
Ni el terreno de las esquistas, ni el terreno terciario circunvecino contienen
actualmente indicios de metales de mercurio, y es probable, que el criadero
primario est destruido desde mucho tiempo.
Todos los lavaderos nombrados ltimamente, son pobres y muy redu-
cidos; mayor extensin importancia llegan en la provincia de Esmeraldas,
y sobre ellos debemos extendernos algo mas largo, tomando por fundamento
mi Memoria sobre la geografa y geologa de la provincia de Esmeraldas
(Guayaquil 1879).

Lavaderos de la Provincia de Esmeraldas. Es necesario ade-


lantar algunas palabras sobre el terreno cuaternario diluvial de esta pro-
vincia en general.
En el perodo cuaternario diluvial ya existia toda la parte montaosa
de la provincia como tierra firme, mientras que las llanuras quedaban to-
dava cubiertas por el mar, hasta que poco poco el fondo marino se alz
igualmente en aquellas partes, por los continuos aluviones de los ros. As
es que dichas llanuras estn cubiertas de capas aluviales muy modernas, y
el terreno diluvial se halla desarrollado tierra adentro, en los valles y en las
cuencas de las montaas terciarias, y sobre todo al pi de la gran Cor-
dillera, donde los altos ramales ya se abaten notablemente y el curso de las
aguas comienza ser menos rpido.
El carcter petrogrfico del terreno diluvial es el mismo que en todas
320 GEOLOGA. CAPTULO VI.

partes: conglomeratos, arenas y arcillas constituyen los bancos. Examinando


bien los materiales constituyentes, se observa que no son mas que fragmentos
mas menos gruesos de las mismas rocas, que componen la Cordillera occi-
dental de los Andes, con excepcin de las rocas volcnicas, que en nuestra
poca actual coronan dicha cordillera. Esta ltima circunstancia no deja de
ser importante para la historia geolgica del pais. Las especies principales
que se observa en los conglomeratos son: dioritas porfirodeas muy hermosas,
dioritas compactas, microcristalinas y afanticas, diabasas, sienitas, anfibolitas,
prfidos cuarzosos, porfiritas en gran variedad, cuarcitas y pedazos de cuarzo
cristalino, que se derivan de vetas. ^
Algunos bancos se componen de materiales casi sueltos, en otros se
hallan cementados los guijarros y las arenas, regularmente por un cemento
ferruginoso (hidrxido de hierro), y en este caso forman rocas muy duras.
La extensin superficial de la formacin diluvial en la provincia de Es-
meraldas es muy grande, ocupa una zona ancha, que se extiende lo largo
de la gran Cordillera andina, ntrelos pies de ella y las llanuras martimas.
Sinembargo, no forma una capa continua sobre la dicha zona: en las regiones
de montaas altas est reducida los valles del terreno terciario, y en las
regiones bajas se halla en parte cubierta por aluviones mas modernos. En
el ltimo caso se descubre el terreno diluvial debajo del aluvial en los cortes
y perfiles verticales lo largo de los rios. La potencia de la formacin
diluvial vara mucho, pero v disminuyndose medida que nos alejamos
del pi de la Cordillera y nos acercamos la costa; en la zona litoral de
un ancho de 6 7 leguas apenas se encuentran vestigios de ella, y en los
cortos rios litorales parece faltar tambin; ellos cortan directamente la are-
nisca terciaria, y los aluviones lo largo de sus orillas parecen ser todos
muy modernos.
Se puede decir, que la formacin diluvial ocupa los dos grandes sistemas
fluviales de la provincia, el del rio Esmeraldas y el del rio Santiago, desde
la distancia de 6 7 leguas de sus desembocaduras hasta el principio de
las faldas de la Cordillera, hallndose mas desarrollada en el segundo sis-
tema, que en el primero.
Las capas diluviales se encuentran en muy distintas alturas sobre el
nivel del mar y sobre el de los rios adyacentes. As por ejemplo, en una
gran parte del rio Esmeraldas, en el Silanchi y Caoni, en el Quinind, en
el Bogot superior, en el medio curso del Cachab, se hallan casi al nivel
de los rios; en las minas del rio Sapayito, en Uimb en el Santiago arriba
de Playa de oro, en el Cachab superior y otros puntos, se hallan de 6
25 metros sobre los rios. En fin, la distribucin y el yacimiento de las capas
es tal, que no puede explicarse con los actuales cursos de los rios. Aunque
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 321

en la poca diluvial la parte montaosa de la provincia ya habr tenido un


aspecto parecido al actual en sus rasgos principales, debemos sinembargo
suponer I o que muchos valles todava no fueron tan profundos, y 2 o que
los cursos de algunos rios principales siguieron otro rumbo en aquella poca.
As, por ejemplo, es imposible que el rio de Santiago hubiese depositado las
capas diluviales encima de Uinib, que se hallan la altura de 22 metros
sobre su nivel y la distancia de dos leguas, en un angosto valle lateral;
el rio de Uimb no pudo depositarlas tampoco, porque en todo su curso no
toca terrenos diorticos, que hubiesen podido subministrar el material. En
las mismas condiciones encontramos el terreno diluvial en las minas de Sa-
payito (tributario del Cayapas). En el rio de Gachab y en el de Bogot
(superior) se hallan muy desarrolladas las capas diluviales, pero ni uno ni
otro de los dos rios pudo depositarlas, por la misma razn que indiqu para
el Uimb, pues tampoco no nacen en las montaas dioriticas. Es preciso
suponer que las aguas que hajan de la Cordillera, y que hoy dia se dirigen
por el rio Mira hacia el N y NO, en la poca diluvial se precipitaban direc-
tamente hacia el Oeste, por las regiones que actualmente ocupan los sistemas
fluviales del Cachab y Bogot.
Un caso anlogo y muy interesante se observa en la provincia de Ma-
nab, en el sistema superior del rio Daule. Las condiciones hidrogrficas
de esa regin son actualmente tales, que ni una gota de agua, mucho menos
piedras rodadas y arena podria llegar de la Cordillera occidental las ca-
beceras de los rios Palenque, Peripa, rio Grande, ni las del rio Quinind,
porque en medio est el valle y rio de Toachi, que recibe todos esos ma-
teriales y los lleva directamente al rio Esmarldas. Y sinembargo las capas
diluviales que se hallan lo largo del curso superior de dichos rios y sus
tributarios, se componen de los mismos materiales como en el sistema del
rio Santiago, es decir, que derivan sin duda alguna de la Cordillera grande,
y no pudieron ser depositados sino por aguas que descendieron de esta
ltima. En los aluviones superiores de esta regin y en las playas de sus
rios se encuentran tambin muchas piedras volcnicas (andesitas y lavas
andesticas), redondeadas por el trasporte en las aguas. Todo esto com-
prueba, que los sistemas hidrogrficos del litoral han sufrido cambios bastante
notables en una poca geolgica muy moderna, probablemente durante la
segunda mitad de la formacin cuaternaria.
Como todas las pocas geolgicas, tambin la cuaternaria ha sido muy
larga, y los terrenos de ella se distinguen comunmente con los nombres
del cuaternario inferior y superior, , lo que es lo mismo, diluvial in-
ferior y superior. En la provincia de Esmeraldas seria difcil hacer esta
divisin, ya por la falta completa de fsiles caractersticos, ya por no en-
Wor, Eouador. 21
322 GEOLOGA. CAPTULO VI.

contrarse diferencias esenciales en la estratificacin. En general me parece,


que esas capas, de que hablamos, pertenecen al terreno diluvial inferior
mas antiguo.
Esta opinin se apoya I o en los.cambios considerables, que desde su
formacin ha sufrido el sistema hidrogrfico de la provincia, y 2o en la
circunstancia interesante, de que en este terreno diluvial faltan completa-
mente fragmentos de rocas volcnicas. Si consideramos por una parte esta
circunstancia, y por otra la inmensa cantidad de piedras volcnicas en los
aluviones modernos, que arrastran todos los rios, que tienen su origen arriba
en la Cordillera volcnica, como el Guallabamba, el riojBlanco y sus tribu-
tarios etc., debemos suponer que en los tiempos, en que se depositaron las
capas diluviales, no existieron todavia volcanes, lo menos sobre la Cor-
dillera occidendal. Es muy probable, que nuestros volcanes son relativa-
mente modernos. No quisiera negar simplemente, que en la poca terciaria
ya nacieron algunos de ellos, aunque no conozco ningn argumento, que nos
obligase suponerlo; pero me parece seguro, que la actividad principal de
los volcanes andinos coincidi con la poca cuaternaria. Como esta poca
fu largusima, bien puede ser, que la formacin de los volcanes sucediera
en la segunda mitad de ella, y que los terrenos diluviales de la provincia
de Esmeraldas daten de la primera y mas antigua mitad, en que no existan
todava los volcanes de la Cordillera occidental, lo menos no en su exten-
sin actual, y en que tampoco la provincia de Quito todava no se desaguaba
por la gran abra de la Cordillera cerca de Perucho y Pullaro. Pues, si
entonces hubiesen existido los volcanes de Cotacachi, Mojanda, Pululagua,
Pichincha, Atacazo, Corazn etc., seria del todo inexplicable, por qu los
rios diluviales, que atacaron tan enrgicamente todas las rocas antiguas
(dioritas, prfidos, porfiritas etc.) de la Cordillera, formando de sus frag-
mentos esas capas de conglomeratos, arenas y arcillas, y surcando los valles
profundos, por qu, digo, no hubieran trado siquiera algunos pedazos de
rocas volcnicas, como sucede ahora. Seguramente la Cordillera occidental
se compuso en aquellos tiempos solamente de las rocas de la formacin
cretcea y de los prfidos y rocas verdes intercaladas. Mi opinin, que co-
loca el terreno diluvial de la provincia de Esmeraldas en el perodo cuaternario
antiguo, encuentra un apoyo nuevo en la formacin singular de tobas volc-
nicas en la hoya del rio Esmeraldas, que conoceremos en su lugar.
Despus de esta discusin cientfica del terreno diluvial, vamos
tratar de su importancia prctica, que consiste en sus lavaderos de oro
y platina.
Aunque se puede decir, que el terreno diluvial de la provincia de Es-
meraldas en toda su extensin es aurfero, observamos sinembargo, que en
IAS FORMACIONES CATEBNAKIAS. 323
el sistema del rio Esmeraldas es menos rico, que en el del rio Santiago, ya
por estar menos desarrollado, ya por hallarse cubierto de aluviones modernos
muy espesos, y en partes destruido. A las orillas del Esmeraldas mismo,
aunque de trecho en trecho se descubren los bancos diluviales, casi al nivel
del agua, no encontr ninguna localidad, en que se pudiera comenzar un
trabajo con alguna esperanza de buen xito.' Algo mas favorables son las
condiciones en el rio Blanco superior (desde el rio Inga) y en algunos de
sus tributarios, como en el Caoni y Silanchi, porque los bancos all son mas
accesibles y mejor desarrollados. Constan de los eonglomeratos descritos
arriba, que son muy ferruginosos y duros; sinembargo, los ensayos no dieron
resultados satisfactorios. Algunos granillos de oro, que he sacado con harto
trabajo, me sirvieron nicamente para comprobar la presencia de este metal,
y no fueron suficientes para hacer siquiera n exacto anlisis de l; Creo
que no seria oportuno por ahora, seguir esos pequeos rastros de oro en
localidades, que por ser muy retiradas inhabitadas, dificultaran muchsimo
las empresas, mientras que tantos otros puntos de la provincia ofrecen mas
ventajas. Igual opinin tengo respecto al terreno diluvial en las orillas del
Quinind inferior y medio, que en todo es parecido al del rio Blanco, lo
menos en cuanto pertenece la provincia de Esmeraldas. Podria ser, que
mas arriba hacia sus cabeceras, que tiene en las montaas de los Colorados
de Santo Domingo, fuese mas aurfero. As me consta por personas fide-
dignas, que un negro viejo ha vendido algunas veces oro, que lavaba en el
rio Negrito, que es un pequeo tributario del Quinind y desemboca mas
arriba del rio de Pltano, en la provincia de Manab.*)
La riqueza mineral de la provincia siempre ha de buscarse en la porcin
seteritrional, ocupada por el sistema fluvial del rio Santiago. All el terreno
diluvial se halla desarrollado con mas igualdad y potencia, es mas accesible
la explotacin y mas rico en oro. Todos los cuatro ros principales, que
componen este sistema (Cayapas, Santiago, Cachab, Bogot) son aurferos,
lo menos en sus cursos superiores, desde los puntos en que se descubren
las capas diluviales; pues estas en las planicies bajas faltan, estn cu-
biertas de espesos aluviones.
Una particularidad notable de estos lavaderos es la, que al lado del oro
contienen la platina con sus compaeros inseparables, es decir, con los me-
tales de osmio, iridio, paladio y rodio. Parece que todo el terreno aurfero
del distrito participa de esta propiedad. A veces la cantidad de la platina

*) Tambin en las cabeceras del rio Daule, que no distan muojiode las del Quinind,
se encontr un poco de OTO en los pequeos afluentes cerca de la boca del rio Pupusa.
Confieso que no pude descubrir el oro durante mi viaje por esa regin, por mas que la-
vaba en el terreno diluvial, que por lo dems all es muy reducido.-
21*
324 GEOLOGA. CAPTULO VI.

es tan insignificante, que no merece mucha atencin en la prctica; sinem-


bargo hay lugares, en que se halla en una proporcin mas considerable, y
en que puede formar, al lado del oro, un objeto principal de la explotacin.
El descubrimiento de Ja platina en los lavaderos de oro en la provincia de
Esmeraldas no me sorprendi mucho, puesto que en las minas de la vecina
Colombia, es decir en Barbacoas y Choc, este metal es conocido tiempo
hace, y forma un articulo de explotacin y comercio; y siempre he con-
siderado nuestro terreno aurfero como la directa continuacin del distrito
minero colombiano, las orillas del Patia y de sus tributarios; opinin,
que se confirma tambin por las anlisis del oro y de la platina, que estn
conformes con las que se han practicado de los mismos metales de Bar-
bacoas. 183 ' j>
Muchsimos son los lugares de nuestro distrito, en que se puede lavar
oro, y es preciso limitarnos la enumeracin de los principales, que una
larga experiencia, los ensayos recien hechos han demostrado como mas
ricos y favorables. Comencemos con el rio de Cayapas. Los bancos aur-
feros principales se hallan en los dos afluentes de la derecha, Sapayo grande
y Sapayito, y en el cauce del rio principal no se descubren, sino desde la
boca del rio Mafa (lado izquierdo) hasta mas arriba del pueblo de San Miguel
de los Cayapas. En la desembocadura del rio Mafa los bancos tienen uno
dos metros de potencia, se hallan casi al nivel del rio y se componen de
los materiales ordinarios, es decir, de guijarros de las rocas diorticas y
porfirticas, cementados por una arcilla ferruginosa. Los ensayos me dieron
un resultado satisfactorio, y creo que en este lugar un trabajo bien estable-
cido rendiria buenos intereses. Iguales son los bancos mas arriba en el
rio principal ambas orillas, ya mas ya menos gruesos y todos intactos.
En ningn, lugar encontr las seales de antiguas excavaciones en este
rio, lo que me hizo creer, que los indios Cayapas nunca han explotado
estas minas, y si es verdad lo que dice Velasco, que antiguamente se ha
sacado algun oro del rio San Miguel (que es el mismo Cayapas), probable-
mente era el oro que se halla en la arena aluvial de su lecho, derivndose
de los bancos diluviales, que el rio destruye poco poco mediante la erosin.
Cierto es, que los indios hoy dia no lavan oro, ni permiten otros lavarlo,
y por esto debia hacer mis ensayos escondido de ellos; eran imperfectos, no
hay duda, pero suficientes para convencerme de que el rio Cayapas no es
menos rico en oro, que el Santiago el Cachab, llevando sobre estos la ven-
taja de que sus terrenos todavia estn intactos.
En el rio Sapayito superior las condiciones exteriores son mas favo-
rables, que en el Cayapas mismo, porque parece que los indios consideran
aquella regin ya como fuera de su territorio, a lo menos no estorban al-
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 325

gunas familias negras, que all se ocupan en los lavaderos. Los bancos
principales en dicho rio se hallan unas tres leguas arriba de su desemboca-
dura, no muy distantes del lugar, en que se forma de tres riachuelos, y en
que parte el camino de pi que conduce Playa de Oro. En ambas orillas
se presentan las potentes capas diluviales, la altura de algunos metros
sobre el nivel del rio; son conglomeratos con mucha arcilla ferruginosa. El
oro que se saca de alli, es generalmente de grano medio fino, pero tam-
bin he visto pedazos de media pulgada de dimetro; es de buena ley, como
todo el oro de este distrito y como lo veremos mas abajo. Los lavaderos
de Sapayito son los mas ricos en platina, de todos los que he conocido y
examinado. La platina se encuentra en granitos, laminitas y hojitas, como
el oro, pero regularmente menos gruesas; su color es gris de acero. Como
no me era posible hacer los ensayos en escala tan grande, que yo mismo
hubiese lavado suficiente metal, para determinar con exactitud la proporcin
en que se halla el oro y la platina, compr de los negros algun oro lavado,
para hacer un clculo aproximado; y de 315 centigramos he separado 55 centi-
gramos de platina en granos finos; quiere decir que el oro de Sapayito, como
se vende, contiene en cien partes

Oro (con plata). . 82,5


Platina 17,46,

y esto hay que tomar en consideracin en los negocios, porque el valor de


la platina es solamente un tercio del del oro, cinco veces el de la plata.
Estoy seguro, de que en las minas hay mucho mas platina de la que se
expresa en aquella proporcin, porque los negros que lavan oro, la separan
y la botan como intil, no conociendo su valor. Si no obstante encontra-
mos todava 17 por ciento en el oro lavado, esta puede llamarse una mera
casualidad, un descuido de los negros, porque teniendo la platina casi el
mismo peso especifico que el oro, es difcil separar ambos metales mecnica-
mente por el rudo mtodo de lavar, que siguen en aquellas regiones, y as
queda bastante platina entre el polvo fino del oro. De esta manera se ex-
plica tambin, porque no se hallan granos gruesos de platina en este oro
del comercio, pues los lavadores separan y botan estos granos. Kesulta
igualmente, que el contenido de platina varia mucho, segn se compra el
oro de un trabajador que lava bien, de otro que lava mal. Asi, por ejemplo,
el oro que consegu en Playa de Oro, ya contenia menos platina, aunque el
terreno es el mismo que en Sapayito, y en el de Uimbi encontr solamente
pocos granos menudos. En el ltimo lugar me aseguraron, que hay bas-
tante de ese oro prieto, pero que lo botan. Creo que la platina lavndola
toda con el oro, no bajar de 25 por ciento en estas. localidades, y de
326 GEOLOGA. CAPTULO VI.

todos modos conviene no desatenderla en una empresa futura, sino bene-


ficiarla, como lo merece el metal, que ocupa el segundo lugar entre los
preciosos.
Anlogos y aun mejores, segn dicen, son los lavaderos en el rio de
Sapayo grande, que no he visitado personalmente, porque se hallan en el
territorio de los indios Cayapas, que no permiten explorarlos.
En el rio Santiago el terreno diluvial es sumamente desarrollado, y los
bancos mas potentes se hallan ambas orillas desde el sitio de Angostura,
hasta mas arriba-de la boca del rio Angostura superior. Generalmente se
encuentran en mayores alturas sobre el nivel del rio, que en el Cayapas,
hasta en la de -30 y 40 metros. Como en varios puntos son trabajados, se
puede estudiar bien sus perfiles verticales, se observa, que los gruesos bancos
aurferos de conglomerato (3 15 metros) descansan directamente sobre la
arenisca marina y estn cubiertos de una espesa capa de arcilla arenosa,
sobre la cual en algunos lugares sigue otro banco de conglomerato mas
moderno y sin oro, y finalmente una capa de tierra vegetal. Los elementos
de los conglomeratos aurferos son con preferencia las piedras redondeadas
de rocas verdes, de sienita y pocas de cuarzo blanco, cementadas todas por
la arcilla ferruginosa. Los bancos delgados se componen de una mezcla
bastante igual en todas sus partes, pero en los de 8 15 metros de potencia
se observan varias capas, en que los guijarros tienen diferente tamao, y
solamente las capas inferiores son ricas en oro, mientras que las superiores
no costean el trabajo de lavar, lo menos segn los mtodos usados hasta
ahora. La arcilla roja que cubre los bancos aurferos, es estril, pero en
varios puntos encierra muchos troncos de rboles trasformados en lignita.
El oro de las cercanas del pueblo de Playa de Oro, tiene exactamente
el mismo aspecto, como el de las minas de Sapayito (que no distan mas
que dos leguas), solo que contiene menos platina, probablemente por las
razones indicadas arriba. La platina de una prueba, que compr, no pas
de 11 por ciento.
En el rio Uinib, tributario del Santiago, las condiciones exteriores de
los bancos aurferos son tan iguales las que acabo de describir, que no es
necesario repetirlas. Pero en el oro not alguna diferencia, encerrando las
pepitas y hojitas mayores muchas impurezas mecnicas, es decir arenilla
(hierro' magntico) y granos de cuarzo. Por lo dems el oro tiene la misma
composicin qumica. Las minas principales se hallan en la cercana del
pueblo.
El rio Cachabi no es menos rico en terreno aurfero, que el Santiago.
En el rio inferior y medio, hasta San Jos, los bancos diluviales se hallan
casi al nivel del agua muy poca elevacin, y se componen de conglo-
LAS FOBMACIONES CTJATEBNABIAS. 327
meratos ferruginosos sumamente duros, por cuanto los negros no los trabajan,
y se contentan con lavar el oro en la arena aluvial del rio, que la erosin
del agua saca de aquellos bancos. Mas arriba, cerca del pueblo de Cachabi,
los bancos aurferos se hallan en mayores alturas y veces bastante retirados
de las orillas del rio, y presentan en todo las mismas condiciones, que los
de Playa de Oro.
El rio Bogot posee bancos diluviales aurferos solamente en su curso
superior, hacia sus cabeceras. Los que he visto, no son muy potentes ni
muy ricos en oro; pero en Carondelet me han asegurado, que muy arriba
en un sitio que llaman Meniate, las minas son buenas, y que un pen saca
4 6 pesos diarios. Sospecho que esa noticia es bastante exagerada* si n,
los lavaderos del Bogot serian los mejores de todo el distrito, porque en
ningn otro rio los negros sacan esta ganancia, lavando con su mtodo
acostumbrado, fuera de los casos excepcionales, cuando encuentran pepas
muy gruesas. Mas abajo de Carondelet desaparece el terreno diluvial, y
el rio lleva solamente un poco de oro en la arena aluvial, que no costea los
trabajos de lavar.
Resta por conocer l ley composicin qumica del oro de la provincia de
Esmeraldas. Lo he analizado de seis localidades, y los resultados se hallan
expresados en el cuadro siguiente, que no necesita de explicacin ulterior.
Solo advierto que la platina y metales asociados fueron separados mecni-
camente del material destinado para el anlisis, excojiendo con cuidado todas
las partculas visibles de ellos. Respecto la gran desigualdad de las cifras
que indican la platina en los diferentes lugares, remito la explicacin dada
mas arriba. En el tercer rengln indican los nmeros los residuos, que
quedaron despus de la disolucin del oro en agua regia, y las pequeas
prdidas. Los primeros constan en su mayor parte de arena cuarzosa, y
las segundas pertenece principalmente una pequea cantidad de cobre,
que no falta en ningn oro; pero era tan insignificante, que bien pude desa-
tenderla en la calculacin del oro argentfero. Tambin advierto que casi
siempre, despus de precipitar el oro metlico de su clorido (mediante el
cido oxlico), se descubre en el lquido filtrado un rastro de platina. Podria
ser, que el oro, aunque siempre lo he excojido con mucho cuidado, todava
hubiese retenido algunas partculas de platina mecnicamente mezcladas;
pero igualmente podria ser, que el oro contenga un poco de platina qumica-
mente ligada, y esto me parece mas verosmil. Sinembargo, esta es una
cuestin puramente terica, que podemos desatender en la prctica. El oro
de Esmeraldas es de buena ley, teniendo 21 quilates.
328 GEOLOGA. CAPTULO VI.

Bio Playa de
Bio Oro Bio Bio Bio
Localidad: Cayapas (R. San- .
(Mafa) Sapayo Uimb Cachb Bogot
tiago)

Oro argentfero 98,26 81,17 87,05 92,99 96,68 97,84


Platina y metales asociados 17,46 10,91 3,15 1,19
Arena y otras impurezas . 1,74 1,37 2,04 3,86 2,13 2,16

El oro argentfero contiene:


Oro puro . . . 87,39 85,71 86,98 86,88 85,68 86,73
Plata aleada. . 12,61 14,29 13,02 13,12 14,32 13,27

Quilates: 21 20% 21 21 aovi. 21

El anlisis completo de la platina y de los metales, que suelen acom-


paarla en mezcla mecnica y combinacin qumica (paladio, iridosmio,
osmio, iridio, rodio), es una operacin difcil y bastante circunstanciada. No
pude hacerla hasta en sus ltimos detalles en mi pequeo laboratorio de
Guayaquil; pero las determinaciones principales, que hice, sern suficientes
para los fines particulares de esta obra. La prueba analizada fu de los
lavaderos de Sapayito, y const de granos finos, de los que algunos fueron
atrados por el imn y otros n. La arena y arenilla (hierro magntico)
fueron separadas con escrupulosidad, antes de pesar la prueba, y por esto
result su cantidad en el anlisis tan pequea, siendo naturalmente mucho
mayor en el material bruto, que se vende por los lavadores. La cantidad
unida del paladio, iridio y rodio fu calculada indirectamente de la prdida,
todas las dems sustancias son determinadas directemente por su peso.
Platina 84,95
Paladio 1
Rodio l 4,64
Porcin soluble en agua Iridio J
regia concentrada. Hierro . . . . . . . 6,94
Oro. . . 1,12
Cobre)
Plata rastros

Besiduo insoluble.
Osmiridio 1,54
Arena 0,81
100,00
Aunque no dudo, que los lavaderos de la provincia de Esmeraldas sean
explotables con ventaja en varios puntos, no podra indicar estos con seguridad,
porque al establecimiento de una explotacin en gran escala, deben preceder
trabajos de exploracin muy detallados y costosos, que yo no podia ni deba
ejecutar en mis viajes cientficos. Naturalmente no se pensar en seguir el
LAS FORMACIONES CUATERNARIAS. 329
sistema antiguo de lavar el oro en bateas, como lo practican hasta hoy dia
los negros de aquellas comarcas, sino en la explotacin mediante mquinas.
Habr que estudiar en cada punto particular, no solamente la riqueza de
las capas aurferas, sino tambin la clase de maquinaria, que se debe aplicar,
en atencin de la cantidad de agua disponible etc. etc. Una sociedad for-
mada en Guayaquil llam en 1891 algunos ingenieros nortamericanos, para
que practiquen estas diligencias en algunos de los rios aurferos de Esmeraldas,
especialmente en el Cachabi. Ignoro los resultados de esta expedicin.

Para concluir el articulo ya muy largo sobre los lavaderos de Esmeraldas,


aadir la advertencia, que las piedras preciosas, llamadas esmeraldas, que
segn la tradicin han dado el nombre la provincia, no se hallan en el terreno
de acarreo, ni en otra formacin de estas regiones. Sospecho que esa tra-
dicin tiene su origen en una equivocacin muy antigua. (S4>
Captulo VLT.
El terreno volcnico.
Los volcanes del Ecuador le han dado su fama universal entre los ge-
logos del mundo. Ellos eran el terror de los indios, la admiracin de los
conquistadores, el estudio de los naturalistas y la plaga de los habitantes
de sus alrededores. Si escribiera esta geologa solo para los gelogos de
profesin, el capitulo sobre el terreno volcnico debera ser el mas largo,
porque no hay duda, que esta materia pertenece las, que excitan la curio-
sidad humana en el grado mas alto y ofrecen al estudio un aliciente parti-
cular; ademas el Ecuador es el pais clsico para la volcanologia, el que se
presta mas que ningn otro la solucin de varias cuestiones tericas y
disputadas entre los sabios. A. de Humboldt era el primero, que compren-
di esta importancia, y no sin razn eligieron dos de los volcanlogos mas
eminentes de nuestros tiempos, los doctores Reiss y Stbel, los volcanes del
Ecuador por objeto de sus estudios durante cuatro aos (1870 -1874).
Del otro lado debemos confesar, que este mismo terreno en el campo de la
prctica, geologa aplicada, especialmente para el minero, es el menos
interesante, porque no solamente no contiene metales explotables, sino que
nos cubre ua gran parte de los terrenos antiguos, que pueden contener vetas
metlicas y las contienen en efecto, como lo prueban las provincias inter-
andinas, libres de la cubierta de productos volcnicos.

Extensin del terreno volcnico.


El terreno volcnico se extiende en el Ecuador desde la frontera de
Colombia cerca del grado I o de Lat. N, hasta los confines de la provincia
de Loja con la del Azuay entre Ofia y. Zaraguro, bajo 3o 35' Lat. S, quiere
decir, sobre mas de 4 grados y medio de latitud, que son 90 leguas. Hacia
el Norte contina el mismo terreno por la Repblica de Colombia, con los
volcanes de Cmbal, de Tqueres y de Pasto. Desde la frontera hasta el
Eli TERRENO VOLCNICO. 331
Azuay forma una cubierta continua en el callejn interandino, por las pro-
vincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Len, Tunguragua, Chimborazo y
Caar. Su lmite hacia el Oeste es la Cordillera occidental, en cuyas faldas
exteriores desaparece pronto y en alturas considerables; desde el Chimborazo
al Sur no traspasa la cresta de la Cordillera, y hay puntos en que ni al-
canza ella. En los dos valles principales que cortan la Cordillera occi-
dental, en el del Mira y en el del rio Guallabamba, se prolonga el terreno
volcnico algo mas al poniente, pero solo en forma de tobas y conglomera-
tos, como terreno de acarreo. A esta clase pertenecen tambin las tobas
y brecchas singulares, que encontramos en l valle del rio Esmeraldas, hasta
muy cerca al mar. Los materiales que las componen, derivan del pais inter-
andino y se hallan en un yacimiento secundario. Hacia el levante el ter-
reno volcnico ocupa la Cordillera oriental desde el Cayambe hasta el San-
gay, cubriendo todas sus laderas interiores occidentales y su cresta central,
hasta el valle del rio Pastaza. En la provincia del Chimborazo, desde el
Tunguragua, la cubierta ya no es tan continua y se limita los arededores
de los centros de las erupciones principales, es decir, los del Tunguragua,
del Altar y del Sangay. En todas partes de este trecho se observa en los
valles y quebradas debajo de las tobas volcnicas la antigua formacin de
las esquistas cristalinas, y ella misma forma tambin la superficie alguna
distancia de dichos volcanes, llegando hasta el valle del rio Chambo.
Del Sangay al Sur toda la Cordillera oriental queda libre de los efectos del
volcanismo, y este se restringi al algunos puntos del pais interandino.
El Azuay es el principal de estos puntos; su centro y sus faldas occi-
dentales presentan materiales volcnicos y ellos estn en coneccion, lo
menos superficial, con los de la hoya de Alaus. Hacia el Sur se extienden
hasta mas all de Caar. En la hoya de Cuenca ocupa el terreno vol-
cnico superficial una extensin bastante grande, aunque faltan los volcanes
activos, as como en el grupo del Azuay; se encuentran solamente andesitas
antiguas, pero ningunas lavas modernas. Esta observacin vale tambin
respecto al ltimo grupo, que encontramos en la hoya superior del rio Ju-
bones, lo largo del rio Len, entre Nabon y Oa. Este.pequeo grupo
con rocas muy singulares, est completamente separado del de Cuenca por
el ancho nudo de Tinajillas. En la provincia de Loja no encontr ningn
vestigio del volcanismo; este renace solo muchos grados de Latitud mas
al Sur, -en el alto Per.
Fuera de la regin andina del Ecuador parece existir un pequeo ter-
reno volcnico, talvez un solo volcan aislado, en la provincia del Oriente,
en la hoya superior del rio apo; pero ningn gelogo lo ha estudiado
todava, y solo puedo referir lo que se dice. Hasta la posicin de este
332 GEOLOGA. CAPTULO VIL

volcan no es muy segura; unos lo llaman Guacamayo, otros Sumaco. Segn


algunas cartas geogrficas con estos nombres se distinguen dos cerros, segn
otras serian sinnimos del mismo cerro. En la carta de Humboldt el Gua-
camayo es un cerro aislado, por cuyas faldas pasa el camino de Baeza
Archidona, entre el rio Cosanga y las cabeceras del rio Holln, que nace
en esta montaa. En el mapa de Villavicencio se halla en este lugar una
Cordillera de Guacamayo y el volcan de Sumaco se encuentra grandsima
distancia hacia NE al lado del pueblo de San Jos y cerca de las cabeceras
del rio Suno. Sinembarg, en su Geografa (pg. 402) habla del ltimo como
de una parte de la primera: San Jos es la poblacin mas avanzada al
interior; est situada las faldas del Sumaco en una gran altura, de lo que
viene ser en extremo fra su temperatura, lo que se nota mas, cuando se
sube de los hondos valles de Avila y Loreto la Cordillera de Guacamayos
cuyas faldas existe. Villavicencio d al Sumaco la altura de 3660 varas
( 3060 metros), pero sin indicar lafuente de que la tom, y como las de-
ms alturas dadas por este autor casi siempre son muy errneas, no pode-
mos confiar en la indicada. P. F. Cevallos, en su Resumen de la Historia
del Ecuador VI, pg. 363, dice: La cordillera desprendida del costado
oriental del An tisana, conocida con el nombre de Guacamayos, v de O
E, separando primero los grandes rios que componen el Coca de los tribu-
tarios del apo en sus alturas. Despus, dividindose hacia los orgenes
de los rios Misigalli y Holln, tira el un ramal de N S hasta abatirse
entre Archidona y Tena, y el otro de SO NE, pasados los desfiladeros del
Rui-urcu, formar el montesuelo Sumaco, volcan en cuya cumbre se distingue
una gran abertura. Vsele veces con cierta neblina que mas bien parece
humo, por lo transparente de ella; se le oye bramar con alguna frecuencia
y se le atribuyen los cortos temblores de tierra que sienten los pueblos in-
mediatos. El seor Cevallos se olvid decirnos, quien ha visto en la cumbre
la gran abertura el crter y el humo. Es singular, que ninguno
de los viajeros cientficos, que han pasado por las faldas del Sumaco del
Guacamayo, se ocurri la idea de recojer algunas muestras de las rocas,
que componen el cerr, con cuyo estudio se habra resuelto el problema, si
es terreno volcnico no. El seor Orton, uno de los mejores'naturalistas
que visitaron la regin del apo, se limita en su descripcin del paso por
el Guacamayo, decirnos en una anotacin: Humboldt habla de l como
de un volcan activo, ,ouyas detonaciones se oye casi diariamente*. Nosotros
no omos nada. Es posible que se refiere al Guaman.*) Lo ltimo no me
parece probable, porque Humboldt crey en la existencia del volcan de

*) Orton, The Andes and the Amazon, pg. 190.


EL TERRENO VOLCNICO. 333
Guacamayo en la regin del apo, y ]o designa especialmente en su mapa.
Por lo dems hablan de este mismo volcan ya los historiadores primitivos
del pais, pocos aos despus de la conquista. As Garcilaso de la Vega y
Agustn de Zarate, describiendo la expedicin de Gonzalo Pizarro al pais de
Canelos en 1541, y despus de referir el terremoto, que los aventureros ex-
perimentaron en la provincia de Quijos, dicen, que llegaron despus un
pueblo llamado Zumaco, el cual se hallaba las faldas de un alto volcan.
A Velasco, que ignoraba tal volcan, la relacin pareci sospechosa y por
esto escribi en lugar de alto volcan, solamente altsimo monte. Pero
los espaoles ya haban visto entonces bastantes volcanes, para poder
distinguirlos-de otras montaas comunes. Probablemente este alto volcan
es el mismo que se llama hoy da Guacamayo (y tambin Sumaco), y que
se distingue, si el dia es claro, desde los pramos prximos al Antisana.
Puede ser, que del mismo provino la lluvia de ceniza, que el 7 de Diciembre
de 1843 asust toda la provincia de Quito, y que se atribuy equivocada-
mente al Sara-urcu (que no es volcan), porque vino del oriente por encima
de este cerro.
He reunido aqu todo lo que sabemos de este volean problemtico de
la provincia del Oriente, para no volver l en este captulo, porque, como
ya he dicho, ignoramos completamente su composicin geolgica.
Finalmente debo mencionar una acumulacin de materiales volcnicos
muy singular, que en 1881 descubr en un punto, en que menos lo hubiese
esperado, en la isla de Puna. El punto es muy reducido y se encuentra en
la costa oriental de la isla, una milla al Oeste de la hacienda de Punta
Espaola, pocas cuadras distante de la casa del cerro, donde se acaba la
playa de la ensenada y principia la orilla ser escarpada. En este sitio se
hallan peascos de una lava andestica, igual las lavas de los volcanes
andinos. La roca consta de grandes pedazos de lava compacta y en parte
porosa, cementados manera de un conglomerato, mejor dicho de una
breccha, por un material volcnico mas suelto. Es imposible suponer, que
los grandes pedazos de lava, con esquinas y cantos no redondeados, hubie-
sen sido arrastrados por las aguas y venido de grandes distancias. De la
sierra llegan los materiales de acarreo hasta la isla de Puna solo en forma
de arena muy fina y de lama, y en todo el litoral no existe ninguna regin
volcnica, de que podran derivarse esas lavas de Puna. Todo el modo de
presentarse ellas nos obliga admitir, que en el lugar mismo ha sucedido
una erupcin volcnica, probablemente submarina en la poca cuaternaria,
A fines de esta poca salieron las rocas volcnicas del mar al mismo tiempo
que se levant la isla de Puna y toda la costa cuaternaria del Morro y de
Santa Elena. En su nivel actual aquellas rocas quedan inferiores al terreno
334 GEOLOGA. CAPTULO VH.

cuaternario adyacente, y sobresalen solamente por unos 20 metros el nivel


del golfo.*)

Composicin petrogrfica del terreno volcnico.


En cuanto al aspecto fsico debemos distinguir dos grupos principales
de terrenos volcnicos: I o los primitivos, compactos, que se han formado en el
lugar mismo, en que se hallan actualmente, de un magma semilquido
pastoso, que sali del interior de la tierra en gran cantidad y se consolid
al mismo tiempo que se enfri. A este grupo pertenecen las rocas maci-
zas de andesita, que componen el esqueleto de la mayor parte de nuestros
volcanes, y todas las lavas que forman masas continuas (corrientes de lava).
2 o los fragmentarios clsticos, que se componen de pedazos grandes y
pequeos del mismo material volcnico, que los anteriores, pero que en su
posicin actual, formando capas y bancos gruesos, se hallan en yacimiento
secundario y veces terciario, habiendo sufrido una translacin del lugar
de su nacimiento, y despus de su fracturacion. Una parte de este, material
clstico se origina de las andesitas y lavas, compactas, por la descomposicin
y destruccin parcial de ellas, y por la subsiguiente accin del agua, que
lo arrastra y lo deposita del mismo modo, como el terreno de acarreo oriundo
de otras formaciones. Pero la mayor parte se deriva directamente de los
volcanes, que lo lanzan durante sus erupciones del crter al aire, y lo depo-
sitan de este modo en sus alrededores y veces en distancias considerables.
A esta clase pertenecen los fragmentos de lava y andesita, proyectados por
el volcan en forma de bombas, los pedazos de piedra-pmez, que no es mas
que una lava esponjosa, 3a arena y la ceniza volcnica, nacida por la tritu-
racin y la pulverizacin de materiales lquidos y slidos contenidos en el
crter y en el canal de erupcin. Las cantidades del material clstico
fragmentario, que arrojan los volcanes, son veces fabulosas, y constituyen
en el Ecuador alto la masa principal del terreno volcnico, cubriendo en
forma de brecchas, de tobas gruesas y finas, de arena pumicea etc. las rocas
antiguas y tambin las andesitas y lavas primitivas con estratos,-que miden
centenares de metros de espesor. A la segunda clase de las rocas vol-
cnicas fragmentarias pertenece tambin la cangagua, aquella toba fina de
color blanco amarillento, que cubre con un manto mas menos grueso
las faldas de las montaas bajas y los llanos de las hoyas, siguiendo las
undulaciones del terreno. No se presenta como un sedimento ordinario de
agua, m podemos derivarla directamente de cenizas volcnicas, llovidas del

*) Todo el Archipilago de los Galpagos se compone de terrenos volcnicos, pero


de l trataremos despus aparte!
EL TERRENO VOLCNICO. 335
aire, porque esta ltima suposicin se opondra su uniformidad en espesor
y material, y su gran extensin por todo el pais volcnico, casi siempre en
la superficie. La cangagua parece ser el producto de la sucesiva descom-
posicin de las andesitas, lavas y tobas, cuyas partculas sumamente finas,
llevadas por las aguas de las lluvias y especialmente por los vientos, se de-
positan en las desigualdades de la superficie terrestre, retenidas tambin por
la vegetacin gramnea y herbcea.*) As como en las laderas inferiores
de las montaas, en otras regiones, que subministran por la descomposicin
sustancias arcillosas, se forman las capas de la arcilla que se llama Loss,
del mismo modo nace por una accin sbarea, de los materiales andesticos
la cangagua. Podemos aadir otra analoga entre las dos formaciones: asi
como en Europa el Loss aloja los huesos de los grandes mamferos
antediluvianos (Mamut, Kinoceronte etc.), tambin la cangagua del Ecuador
alto es la formacin, en que se encuentra la mayor parte de los huesos
de mamferos extinguidos de la poca cuaternaria (Mastodonte, Protau-
chenia etc.).
En el estado seco la cangagua se deja reducir en un polvo fino como
harina, pero mojada se vuleve muy tenaz y el agua penetra con dificultad;
la superficie se pone resbalosa como jabn, y los caminos, que pasan por
cangagua en terreno inclinado, son los mas peligrosos en tiempo de lluvias.
Aunque la cangagua por lo regular es superficial, no faltan sinembargo
capas mas antiguas entre y debajo de las otras tobas, indicando probable-
mente unas largas pocas de tranquilidad en los lugares respectivos.
Segn la composicin mineralgica y qumica todos los materiales vol-
cnicos del Ecuador alto pertenecen al grupo de las rocas andestticas, que
traen su nombre precisamente de los Andes, y se caracterizan por la pre-
sencia de la andesina, una especie de feldespato. En los tiempos de Hum-
boldt y de Boussingault se llamaban todava traquita, hasta que Abich
demostr, que el feldespato (plagioclasa) de las rocas volcnicas de Sud-
amrica es otro que el de las traquitas ordinarias, denominndolo andesina.
Mas tarde se llam andesita todas las traquitas, en que predomina la an-
desina una plagioclasa parecida, en lugar de la sanidina, que es el distin-
tivo para las traquitas verdaderas. Anteriormente se hablaba tambin de
basalto y lavas baslticas en.el Ecuador, apoyndose en el color oscuro
y casi negro de ciertas rocas. Aunque es cierto, que las traquitas y
andesitas se distinguen comunmente por colores mas claros, no faltan

*) La capa de cangagua parece formarse con lentitud, y por esto se halla eon pre-
ferencia en el terreno volcnico antiguo; no he visto que cubra las tobas volcnicas muy
modernas al rededor de los volcanes activos, p. ej. del- Cotopaxi.
336 GEOLOGA, CAPTULO VII.

excepciones, y para las lavas negras del Ecuador est comprobado que
pertenecen la familia de la andesita.*)
Los minerales esenciales, que entran en la composicin mineralgica de
la andesita y de sus lavas son: andesina otra plagioclasa anloga, anflola,
augita, hiperstcna, magnetita, 'mica negra (biotita) y cuarzo. No todos entran en
todas las variedades, al contrario, estas distinguimos segn la presencia el
predominio de uno otro. Asi se habla de andesitas anfiblicas, augticas, mi-
cceas, cuarzosas. El primer mineral, la plagioclasa andesina, no falta
jamas, lo mismo que la magnetita, aunque veces en partculas micro-
scpicas; la augita, anfibola y mica se encuentran la vez, se reem-
plazan mutuamente; ademas entra en ciertas variedades la Mperstena en
lugar de la augita (andesita hiperstnica). La ltima clase, que llamamos
andesita y lava cuarzosa cuarcfera, es la mas interesante para el petr-
grafo, aunque no es tan comn, como las dems. Entre los minerales
accesorios de las andesitas se halla con alguna frecuencia la livina y
veces la sanidina; en las oquedades y hendiduras de las rocas se han for-
mado tambin otros mas raros, sea por la segregacin primitiva, como la
tridimita, sea por la descomposicin posterior, como palo, espato calizo,
yeso, pirita etc. etc.(S5>
La distincin entre andesitas y lavas andesticas es algo artificial, y no
se funda tanto en diferencias mineralgicas qumicas, cuanto en el aspecto
exterior. Ambas son eruptivas, ambas de naturaleza volcnica; pero con el
primer nombre se acostumbra designar aquellas rocas, que se presentan en
masas muy grandes ( veces montaas enteras), con una estructura igual,
comunmente porfirodea, en que los minerales constituyentes llegan un
tamao regular, y que se considera como nacidas en la poca cuaternaria
terciaria bajo condiciones algo diferentes de las observadas en los volcanes
modernos. Lavas andesticas se llaman aquellas variedades, que ocupan
terrenos mas circunscritos, en forma de corrientes mas menos largas,
de cubiertas de poco espesor, en directa conexin con volcanes activos
extinguidos; su estructura suele ser mas porosa, microcistalina y veces
homognea (cuando la vista libre no se distingue ninguno de los mine-
rales constituyentes, como en la obsidiana); para ellas la estructura esco-
ricea es muy caracterstica, sobre todo en las partes superiores de las cor-
rientes. Las lavas andesticas son productos volcnicos de la poca geolgica
moderna, y las vemos salir de los crteres en el estado lquido pastoso,
para consolidarse luego en las faldas al pi de los volcanes.

*) Las islas de Galpagos, al contrario, se componen exclusivamente de lavas basl-


ticas, como veremos en su lugar.
E L T E R R E N O VOLCNICO. 337;

Nada se puede objetar contra el uso distintivo de los dos conceptos


explicados en general, solo debemos advertir, que ninguno de los caracteres
indicados es exclusivo para una clase de rocas, ni la estructura, ni el yaci-
miento, ni la edad, y en cuanto su composicin mineralgica y qumica,
ya queda dicho que son idnticas. En las pequeas muestras, que se guar-
dan en las colecciones geolgicas, depende muchas veces nicamente de la
opinin sujetiva del colector, que conoce su yacimiento y proveniencia, si
quiere llamarlas andesita lava andesitica.
Hay lavas muy modernas, que son tan macrooristalinas y claras, como
las andesitas antiguas, y al revs se hallan entre las ltimas unas varie-
dades tan oscuras y microcristalinas, como las. lavas mas recientes. Tam-
bin se encuentran verdaderas escorias entre los productos volcnicos mas
antiguos del pais.

Estructura de los volcanes.


En el Ecuador la distincin entre andesitas y lavas es talvez mas difcil,
que en otros paises, porque andesitas tpicas se hallan formando el esqueleto
de verdaderos volcanes estratificados compuestos, que mas tarde dieron

Fig. 37. Corte ideal a) por un volcan homogneo, b) por un volcan compuesto estratificado.'

luz lavas escoriceas no menos tpicas, y en este caso aquellas no son mas
que las lavas antiguas del mismo volcan. Las genuins traquitas y ande-
sitas constituyen en otras partes del mundo montaas homogneas, que for-
man un solo macizo uniforme, y que nunca han tenido un crter en su
cspide; sus cpulas se presentan como el efecto de- una sola efusin gran-
diosa, con la cual se cerr para siempre la comunicacin con el interior de
o-*
la tierra. Tales montaas de material volcnico se ha convenido en llamar
volcanes homogneos,, en oposicin los estratificados compuestos, que son
el resultado de muchas erupciones sucesivas, acumulndose alternativamente
bancos de lava ( andesita), arena volcnica, ceniza etc., y que manifiestan
un crter en su cspide, aunque veces en un estado ruinoso.
Si examinamos una cpula de basalto, traquita, andesita (un volcan
homogneo), encontraremos en todas las partes accesibles la observacin
W o n , Ecuador. 22
338 GEOLOGA. CAPTULO VII.

la misma roca, sin notables variaciones locales, en dos tres pedazos tendre-
mos representado su uniforme desarrollo petrogrfico. No sucede as con
los volcanes compuestos de los Andes ecuatorianos: con facilidad colectare-
mos en la falda de un solo volcan 30 40 variedades, que se distinguen
por el grano, por el color, por la porosidad, en fin por sus caracteres petro-
grficos exteriores, tanto, que no es posible derivarlas todas de un solo acto
de erupcin de una masa andestica coherente. No conozco ninguno de
nuestros volcanes grandes, en que no se pudiera observar este fenmeno,
no solamente en las lavas modernas, sino tambin en las andesitas antiguas
y fundamentales de ellos. Si trepamos de sus bases las cspides, si los
rodeamos en cualquier altura, encontraremos casi en todas las crestas y en
los diferentes bancos sobrepuestos, distintas variedades de andesitas, separa-
das veces por un espacio de pocos metros. Esta me parece ser una
prueba clara, de que los cerros se han edificado por erupciones sucesivas,
por la acumulacin de muchos bancos de lava andesitica, y no por una
erupcin sola, que hubiese dado de una vez todo el material enorme de que
se componen, A esta clase de los volcanes compuestos pertenecen no sola-
mente los activos, como el Cotopaxi, el Tunguragua, el Sangay, sino tam-
bin los extinguidos, que en su mayor parte conservan todava sus crteres
calderas, como el Altar, el Carihuairazo, el Rumifiahui, el Antisana y tantos
otros, en que ya no se dejan distinguir las formas exteriores del crter,
como en el Chimborazo, en el Iliniza, en el Cayambe etc. Acusaria una
gran ignorancia en materia de geologa, negar al Chimborazo, por ejemplo,
la naturaleza volcnica, porque en la actualidad no ostenta un crter abierto;
se compone de las mismas andesitas y lavas andesticas, como el Cotopaxi,
el Antisana y otros, y en su base oriental no faltan corrientes de lava
escoricea bastante modernas. El crter est lleno de nieve se ha
destruido de otro modo, por derrumbos y descomposicin de las rocas que lo
haban formado. No hay motivo ninguno de suponer para este cerro otro modo
de formacin, que para los dems de la misma composicin y estructura.
Como anticuadas podemos considerar las opiniones fundadas en estudios
superficiales, de que las montaas andesticas del Ecuador sean homogneas
y cerradas, como las cpulas traquticas (domes) de la Auvernia en Fran-
cia, de los cerros Euganeos en la Italia superior, y de que sus volcanes
modernos no arrojen corrientes de lava, sino tan solo materiales de tritura-
cin (bombas, arena, ceniza), vapores acuosos y gases. Un estudio detenido
saca resultados muy distintos.
No quiero negar, que en el Ecuador falten por completo los volcanes
homogneos,- al contrario me inclino tomar por tales algunas montaas
pequeas, como, por ejemplo, el cerro de Cojitambo, que cerca de Azogues
EL TEEEENO VOLCNICO. 339
se levanta aislado de la arenisca cretcea, formando un macizo bastante
homogneo de andesita anfiblica, igualmente el cerro tendido entre Udu-
shapa y Ofia, que es un macizo de andesita cuarcfera. Sinembargo, nuestros
cerros principales, y precisamente las cpulas y domos campaniformes, en
que Humboldt fund su hiptesis de levantamiento, eomo el Chimborazo, el
Cayambe etc. son volcanes compuestos, acumulados sucesivamente, y no
levantados de un golpe, sea en estado pastoso, sea en estado ya consolidado.
Despus de la gran erupcin del Cotopaxi el 26 de junio de 1877 dediqu
algunas semanas al estudio de este volcan.*) Las muchas quebradas y
huaicos, que en todo su contorno forman abras profundas y un sinnmero
de cortes verticales, veces de mas de 100 metros de altura, ofrecen una
ocasin excelente para estudiar la estructura del volcan. Esta es sencilla
complicada, segn el punto de vista, de que queramos considerarla. Es
sencilla, componindose todo el cerro en todos los lugares accesibles la
observacin, exclusivamente de los mismos y semejantes materiales, que
tambin han sido los productos de las erupciones histricas; del otro lado
es complicada, presentndose dichos materiales infinitamente variados en su
desarrollo fsico y en su yacimiento, en sus relaciones estratigrficas, desde
la arena pumcea mas fina hasta la andesita mas compacta, desde las capas
delgadsimas de ceniza hasta los gruesos bancos de andesita y corrientes de
lava. Precisamente durante esa erupcin de 1877 las inmensas avenidas
acuosas, que se precipitaron por las quebradas, lavaron bien las altas paredes
de ellas, preparando de este modo para el observador unos perfiles muy
hermosos instructivos en la escala mas grande. Por mas profundas que
sean estas quebradas, no se descubren jamas, ni aun en su fondo, aquellas
masas grandes y homogneas de andesita, cuales supone la teora del le-
vantamiento de las montaas andesticas. El material compacto y coherente
del Cotopaxi consta solo de bancos de lava de potencia variable, los que
siempre manifiestan en su superficie las seales evidentes de haberse encon-
trado en estado de liquides y de haberse consolidado en su sitio actual, en
otra palabra, de no ser sino verdaderas corrientes de laya, que mas tarde
fueron cubiertas y enterradas por productos volcnicos mas modernos. Estos
bancos suelen ser en la superficie de una textura porosa y escoricea, que
pasa poco poco hacia abajo la compacta y mas cristalina; en donde
falta la cubierta de escorias, se hallan los indicios de una destruccin posterior
de ella. El espesor de los bancos se acomoda al declive del terreno y al
grado primitivo de liquidez de la lava.

*) Memoria sobre el Cotopaxi y su ltima erupcin; con una lmina y una carta
topogrfica (Guayaquil 1878).
22*
340 GEOHJG'A. - CAPTULO VII.

Rara vez se siguen dos tres bancos de lava inmediatamente uno sobre
otro, antes suelen alternar con algunas capas d materiales eruptivos sueltos.
Estos son bastante variados, constando ora de grandes terrones y trozos de
lava escoricea, ora de blanqusima arena pumcea, ora de rapilli mas
oscuros, ora de ceniza volcnica convertida n toba, ora de una mezcla con-
fusa de todas estas sustancias. Hay ocasiones, que se encuentran capas
intercaladas comunmente irregulares de escombros, que encierran pedazos
angulosos de lava de toda clase y tamao. Tales capas son el resultado
de derrumbamientos y de avenidas acuosas durante las erupciones antiguas,
y quiso la suerte que precisamente en la espantosa catstrofe del 2G de
Junio de 1877, se pudiese observar en grande escala la formacin y acu-
mulacin de tales escombros. Tambin en los materiales sueltos, los que
alternando con las lavas compactas componen la mole del Cotopaxi, se v
claramente, como su yacimiento siempre se conforma al talud y la con-
figuracin del terreno en que se han despositado. Los pocos casos excepcio-
nales, en que las capas de toba y los bancos de lava no se presentan en su
posicin primitiva, sino con "mayor inclinacin como levantados vertical-
mente, dejan explicarse fcilmente por unos derrumbos locales, como suelen
acontecer durante todas las erupciones y son ocasionados con mas frecuencia
por la erosin del agua en las quebradas, sobre todo debajo de la lnea de
la nieve perpetua. No se encuentra ningn vestigio y ninguna prueba de un
levantamiento del Cotopaxi de algunas partes de l en el estado ya consoli-
dado. Con mucha razn desaparecen mas y mas de los libros modernos de
geologa los crteres y volcanes de levantamiento, que se han buscado
por algun tiempo en todas las regiones volcnicas. Por las innumerables y
muy exactas observaciones, que los gelogos de nuestra edad hacen en todas
las partes del mundo, nos vemos precisados restringir lmites muy
estrechos los levantamientos de partes slidas de la costra terrestre por las
fuerzas volcnicas, y atribuir la mayora de los volanos un origen mas
sencillo, saber porcuna simple acumulacin de los materiales arrojados ya
lquidos, ya slidos, al rededor de la boca del canal que conduce al foco vol-
cnico, del crter, en trminos mas cortos: por grandes y repetidas erupciones
en el trascurso de los siglos.
La hiptesis de Mr. Boussingault, que quiere explicar la formacin de
los Volcanes ecuatorianos por un levantamiento de enormes fragmentos
angulares amontonados confusamente*), no encuentra en el Cotopaxi ningn

*) Mr. Boussingault necesitaba de esta hiptesis para tener un fundamento de la


otra, que establece mespeeto al origen-de los terremotos. Parcem que' la- mayor parte
de los terremotos tiene su origen en los derrumbamientos subterrneos de las montaas,
E L TERRENO VOLCNICO. 341
apoyo, sino mas bien su refutacin directa, y me atrevo afirmar, que lo
mismo se podra demostrar tratndose de los dems volcanes activos y
extinguidos del Ecuador, pues los conozco casi todos. Sea lo que fuere del
levantamiento de la Cordillera andina en general, l no toca los altos
volcanes que la coronan, y stos en un tiempo posterior no se han levantado
sino acumulado sobre ella.
ntimamente enlazado con la hiptesis de Boussingault y, segn parece,
nacido de ella, anda otro error, sostenido con mas porfa por este mismo
viajero, y es el que los volcanes andinos nunca hubiesen arrojado lava ver-
dadera comentes de lava gneo-fluida.*) Tambin este error encuentra
su refutacin directa en el Cotopaxi. Ya queda dicho, que los bancos de
lava, cuyos cortes verticales se presentan en las laderas de las quebradas
entre las capas de toba, no son sino antiguas corrientes de lava; pero ahora,
dejando estas aparte, hablaremos solamente de las corrientes superficiales
de un aspecto muy fresco y en parte de un origen histrico, que en todo
el contorno del Cotopaxi se hallan en sus faldas y en su base ancha. Su
nmero pasa de 20, si tambin se toman en cuenta las que ya se han cu-
bierto en su parte superior de escombros y en la inferior de una escasa
vegetacin. Dice el seor Reiss: Todas estas corrientes de lava son de
una naturaleza tan igual, que la descripcin de una deja trasladarse todas
las dems, aadiendo algunas diferencias insignificantes relacionadas con las
del terreno. La gran corriente, que se ramifica encima del Manzana-y

es decir en el hundimiento interior de la Cordillera de los Andes, el cual es consecuencia


natural de su levantamiento, que, segn yo lo concibo, no se efectu estando fundidas
semiderretidas las materias que la constituyen, pues por el contrario todo hace creer que
este levantamiento no sucedi sino cuando ya las rocas estaban slidas, porque la masa
traqutica que forma cerca deFEcuador la base de las cordilleras, se compone de enormes
fragmentos angulares amontonados confusamente. Viajes cientficos los Andes ecua-
toriales, por M. Boussingault, traducidos por L Acosta (Paris 1849), pg. 56.
*) En algunos puntos, como en el Tunguragua, esta roca (la traquita) parti y
levant los lechos de esquisto arcilloso al salir la superficie de la tierra en un estado
fragmentario, impelida por las fuerzas subterrneas, en otras obr del mismo modo que-
brantando el mica-esquisto cuarzoso, como en el Antisana, pero en ninguna se hllala
roca eruptiva derramada sobre la roca superficial, como habra acontecido y actualmente
sucede cuando aquella ha salido en un estado blando. Mr. Boussingault, en el lugar
citado.
Es casi incomprensible, cmo este ilustre viajero pudo desconocer completamente
la naturaleza de las hermosas corrientes de lava en el Tunguragua y Antisana, que son
de las mas tpicas en el mundo y ya reconocidas como tales por Humboldt. Pero sabido
es, que veces una preocupacin, una idea errnea absorven tanto toda la atencin de
los observadores, aun de los mas clebres, que en todos los fenmenos buscan argu-
mentos en pro de su hiptesis, y as sufre la objeetividad pura de la observacin. Quin
no comprende, que la existencia de corrientes de lava, nuevas y antiguas, en nuestros
volcanes, debia ser.peligrosa las hiptesis de Boussingault? .
342 GEOLOGA. CAPTULO VII.

Puca-huaico fu descrita con exactitud por el citado observador y la atribuye


con mucha probabilidad la erupcin del ao de 1853. Ella le sirvi de
camino en su ascensin al Cotopaxi hasta la cercana del crter. No todas las
corrientes llegan hacia arriba una altura tan grande; por lo comn parecen
nacer al pi del cono, no muy arriba de los limites de la nieve, en donde
el declive de la montaa comienza suavizarse, Digo que lo parecen, pues
algunas de ellas se pierden en su parte superior paulatinamente debajo le
espesas capas de arena y ceniza y finalmente debajo del grueso manto de
nieve; en este caso es muy probable, que la cuchilla loma nevada, que
se extiende como la continuacin directa de la corriente hacia las partes
superiores del cerro, no es otra cosa que la misma corriente de lava cubierta.
Pero aun en el caso de que una corriente parece nacer como de sbito de
una acumulacin abultada en la ladera en la base del volcan, no por esto
podemos tomarla por efecto de una erupcin lateral, sin las pruebas mas
evidentes de un crter lateral, y creo al contrario, que todas esas corrientes
han tomado su salida por el crter principal y grande, que el Cotopaxi tiene
en su cspide. El seor doctor Stbel ha comprobado con argumentos irre-
cusables, que la grande corriente de lava, que hacia fines del siglo pasado
sali al parecer de la base del Tunguragua, tuvo en realidad su origen en
el crter de la cumbre de este volcan, que la lava gnea se precipit por sus
empinadas faldas, dejando en tal cual punto algunos trozos, y que solamente en
la profundidad se abult y se encamin lentamente, formando de tal manera
aquella larga y ancha valla, que hoy se llama Juivi grande.*) Una opinin
igual manifiesta el mismo observador respecto la corriente de 1853, que
parece principiar debajo de la cspide del Cotopaxi. En mi viaje y ascensin
al Cotopaxi, despus de una de sus mas formidables erupciones, he visto
cosas, que confirman de un modo esplndido la opinin del doctor Stbel y
me inclinan extender la misma explicacin la mayora de los casos, en
que las corrientes de lava en los volcanes muy empinados, y particularmente
en el Cotopaxi, parecen nacer en la media altura en la base del cerro.
Las corrientes de lava frescas, que en sus laderas tajadas y en su super-
ficie estn cubiertas de grandes irregulares trozos de lava escoricea, se
llaman en el lenguaje del pueblo de la sierra reventazones, y con mas
frecuencia volcanes, y reciben su nombre propio por lo regular de los
huaicos y quebradas, por las cules entre las cuales descienden del cerro.
As tenemos en el Cotopaxi un Yanasache-volcan, Tauripamba-volcan,

*) Durante la erupcin del Tunguragua en 1886 se formaron del mismo modo


explicado, algunas corrientes de lava muy grandes al pi del cerro, despus de haberse
precipitado del crter, casi sin dejar rastro en las faldas superiores.
EL TEBRENO VOLCNICO. 343

Chirimachay-volcan, Hornohuaico-volcan etc. Una de las mas hermosas in-


structivas es sin duda la corriente de Yanasache, que segn su aspecto muy
fresco parece datar de los tiempos histricos, aunque no me ha sido posible
averiguar el tiempo cierto de su formacin. En todo se parece la cor-
riente de Manzanahuaico, descrita por el seor Reiss, pero no se extiende
hacia arriba tanta altura, sino tan solo hasta el limite de la nieve (4680 me-
tros), en donde se oculta debajo de ceniza y arena. En su trmino inferior
(4070 metros), donde se ensancha mucho y se bifurca, la han destrozado y
destruido las ltimas avenidas de agua y lodo. Otro tanto sucedi con las
dems corrientes situadas.en quebradas hondas; abiertas sus entraas mani-
fiestan componerse, debajo de una costra glebosa y escoricea, de andesita
compacta y mas cristalina, que no rara vez se halla dividida en prismas
gruesos y pilares poligonales (fragmentacin prismtica). El Yanasache-
volcan descansa sobre una corriente mas antigua y mucho mas grande,
que para mejor decir . debera llamarse un dilatado campo lago de lava,
que cie la llanura de Limpiopungo hacia el Cotopaxi y se extiende al SO,
hasta muy cerca del Millihuaico. Pero esta lava se deriva sin duda de una
erupcin prehistrica, puesto que la superficie est muy descompuesta y cu-
bierta de vejetacion gramnea en sus partes inferiores y de arenales gruesos
en las superiores. Las corrientes modernas y frescas son tan caracteri-
<$adas y de un desarrollo tan tpico, que no es preciso ser gelogo para re-
conocerlas con facilidad. Generalmente bajan por una de las quebradas
hondas forman lomas sumamente speras entre dos quebradas vecinas; se
extienden en sentido longitudinal ya mas ya menos largas por los arenales
suavemente inclinados la base del volcan, segn la pasta de la lava era
mas liquida mas espesa.
No puede ser mi intencin hablar de todas las corrientes de lava en
particular, lo dicho bastar para demostrar, cual sea la parte que ellas toman
en la constitucin geognstica del Cotopaxi. En mi Memoria ya citada, de
que he tomado estos apuntes, describ tambin las corrientes mas recientes,
que en 1877 bajaron del crter por las faldas del volcan y que pude ob-
servar todava en su estado caliente.
He elejido por ejemplo el Cotopaxi, pero del mismo modo podia demos-
trar numerosas corrientes de lava moderna en los alrededores del Antisana,
en que se halla entre otras la clebre reventazn de Antisanilla corriente
de Pinantura; al pi del Tunguragua. Ahora bien, el mismo fenmeno de
corrientes de lava escoricea observamos de igual modo en las cspides, en
las faldas, y los pies de los volcanes extinguidos, con la sola diferencia
de que en ellos se hallan mas ocultas, sea por la vegetacin que cubre su
superficie descompuesta, sea por los estratos de las tobas volcnicas, que
344 GEOLOGA. CAPTULO VII.

las taparon posteriormente. Y no solamente en las inmediaciones de los


cerros, sino grandes distancias de ellos, y en medio de las hoyas interan-
dinas, encontramos en abundancia tales erupciones de lava escoricea, inter-
caladas entre las tobas en bancos veces muy gruesos, como tambin la
lava de Antisanilla hizo en el siglo pasado su erupcin muy lejos del An-
tisana. Para alegar ejemplos, debera citar todo el pais interandino en cuanto
es volcnico, pues apenas habr un valle un quebrada algo honda con
un alto perfil de tobas, en que no se pudiese reconocer uno algunos bancos
de lava, y esto desde los estratos mas hondos y antiguos hasta los mas
modernos. Asi en el valle del rio Chota, en el del Taguando cerca del
Yaguar-cocha, en el del rio Pisque y del rio de Guallabamba. El cerro
Ilal no es mas que una acumulacin de lavas escoriceas, el producto
de una serie de comentes de lava, sobrepuestas una otra. La carretera
del Sur presenta muchsimos ejemplos; recuerdo solo los hermosos cortes en
las corrientes de lava cerca de Mocha y por los pramos del Chimborazo.
Desde el pi del ltimo y principiando cerca de la hacienda de Chuquipo-
quio, baja una corriente inmensa por San Andrs hasta el pueblo de Guano',
otras iguales siguen mas al Sur. Y as resulta, que todo el pais desde el
Cmbal y Chiles hasta el Azuay no es mas que un mixtum compositum de
capas alternativas de lavas, andesitas y tobas, predominando las primera^
en los cerros y sus alrededores, como es natural, y las ltimas en los es-
pacios intermedios.
Las observaciones que hizo Mr. Whymper en las cspides del Chimborazo,
Antisana, Cayambe, Cotacachi y otros cerros altos, que antes de l nadie
habia subido, destruyen completamente la antigua hiptesis del levantamiento
de las andesitas y de las enormes masas homogneas de nuestros cerros.*)
Asi, por ejemplo, encontr la cspide del Chimborazo compuesta de las
mismas capas alternativas de andesitas compactas y lavas escoriceas, como
las describ del Cotopaxi, y hasta en los dibujos y lminas, que adornan su
obra, se reconoce esos bancos y la naturaleza de un volcan compuesto. La
muestra, que recoji en el peasco mas alto descubierto de nieve, en la al-
tura de 5920 metros, es una .lava escoricea. El aspecto de los ltimos
peascos, que se hallan debajo de la cspide, y que salen de la helera como
arrecifes, desoribe de este modo: La frente de estos precipicios presenta un
gran nmero de fajas paralelas (casi horizontales en la serie inferior de las
rocas, y torcidas en la superior) que tienen colores vivos, y en las raras

*) Edward Whymper, Travels amongst the great Andes of the Bquator (London
1892). Las muestras geognsticas colectadas por Mr. Whymper fueron determinadas
y descritas por el profesor T. G. Bonney (en una serie de artculos, en Proceedings
of the Eoyal Soc. 1884).
EL TERKEN0 VOLCNICO. 345

ocasiones, en que los arrecifes son iluminados por el sol, ofrecen una vista
alegre y atractiva. Los supremos estratos d la serie superior son negros,
alternando con fajas cenicientas, de un color gris-claro pasando al rojo os-
curo; despus negros cambindose en listas amarillas; de nuevo cenicientas
con transicin al rojo oscuro; y la base grises, alternando con estratos
delgados de varios colores demasiado numerosos para recapitularlos. La
serie del arrecife inferior comienza arriba con un banco gris-rojizo tan espeso
que llega hasta la mitad de la pared; entonces viene un estrato ceniciento,
seguido de una faja negra y otras coloradas; finalmente termina en la base
con una capa de unos 200 pies de espesor y de un color rojo oscuro..
Con excepcin de las rocas nfimas de la serie inferior, es imposible
procurarse muestras de estos estratos in situ, siendo las paredes casi ver-
ticales, pero se puede conseguir las de todas esas capas de la serie superior
(arrancadas durante las cadas de hielo) en la superficie de la ,helera de
Dbris', y se encuentra que son exclusivamente productos volcnicos, princi-
palmente lavas andestticas. Entre estos fragmentos sobre la helera encontr
azufre nativo (1. c. pg. 338).
Un poco mas arriba dice Mr. Whymper: De los volcanes extinguidos,
el Cayambe, el Antisana y el Chimborazo son los mas importantes. Hay
corrientes de lava sobre los flancos de todas tres montaas, y no puedo dudar
de que tenian crteres de un considerable tamao, aunque ahora no son
visibles etc. Aqu hace la anotacin siguiente: En la cuestin de las
corrientes de lava difiero de Boussingault, quien afirma, que no se puede
ver ninguna en los volcanes de la America tropical; y despus de citar
las palabras de l*), agrega: Difcilmente puedo comprender esto, habiendo
visitado Boussingault el Cotopaxi y la hacienda de Antisana.
Pero basta de polmica; con excepcin del seor Karsten<36) apenas habr
un gelogo moderno, que despus de visitar y estudiar los volcanes del
Ecuador, les niegue las corrientes de lava, antiguas histricas.

Actividad de l o s volcanes.
De lo que hemos dicho de la estructura del terreno volcnico en su
totalidad y en cada cerro particular, podemos deducir, que la actividad de
los volcanes en todos los tiempos, desde la poca de su primer nacimiento,

*) La masse du Chiniborazo est forme par I'accumulation de dbris trachytiqttes,


amonoels sans aucun ordre. Ces fragmens trachytiques, d'im volume sotrvent enorme,
ont t soulevs l'tat solide; leurs angles sont toujours tranchans; ren n'indique qu'il
y ait en fusin ou inme un simple tat de molless. Nulle part, dans aucune des vol-
cans de Vgiwteur, on n'bserve ren qui puisse faire prsumer une coitle de laves; An
nales de.Chimie et de Physiqne, t. .58, 2* si\, pg. 175 (Paris 1.835). . . . . .
346 GEOLOGA. CAPTULO VII.

habr sido en el fondo igual. La nica diferencia que podemos admitir,


consiste en que al principio las corrientes y bancos de lava (andesita) pa-
recen haberse formado en mayor escala y con mas potencia, mientras que
despus y en nuestros dias predomina en las erupciones la eyeccin de
materiales fracturados.
Vuelvo advertir, que la diferencia entre lava y andesita es mas bien
aparente que real, y si la ltima se presenta con una estructura mas crista-
lina (casi holocristalina), esto puede provenir de diferentes causas. Habin-
dose verificado la efusin de la andesita antigua en masas mas considerables,
el enfriamiento sucedi mas despacio, y pudieron formarse cristales mas
grandes en el magma lquido pastoso. As observamos tambin en las
corrientes mas modernas, que la textura de la lava es mucho mas cristalina
y compacta en el centro, en las capas inferiores, que en la superficie es-
coricea y porosa, enfriada con rapidez. No debemos olvidar, que las an-
tiguas corrientes de andesita rara vez podemos observar en su estado primitivo
y en toda su extensin. Hay casos en que se ha conservado la superficie,
y entonces es escoricea, como la lava moderna*); pero por lo regular los
bancos potentes, que encontramos en las crestas de los cerros, en las
laderas de las quebradas, nos presentan solo las partes interiores y por esto
mas cristalinas de las corrientes antiguas; las exteriores quedan ocultas de-
bajo las tobas, fueron destruidas por la descomposicin qumica y mecnica
por el influjo de los atmosferilios, como sucede en las cspides de los cerros.
Despus de haber estudiado la gran erupcin del Cotopaxi en 1877 en
todos sus fenmenos y fases, recapitul mis observaciones en las palabras
siguientes: Esta erupcin coloca el Cotopaxi en la lista de los volcanes or-
dinarios, con una actividad, aunque grandiosa, pero en el fondo muy sen-
cilla: erupcin de arena y ceniza, efusin de lava gnea, repetidas erupciones
de ceniza, y finalmente, exhalacin mas enrgica de gases volcnicos h
aqu todo lo esencial! Las avenidas acuosas son n fenmeno secundario,
en consecuencia del derrame de la lava sobre masas de hielo y nieve. (Mi
Memoria citada, pg. 48.) Esta es la historia sucinta no solamente de aquella
erupcin memorable del Cotopaxi, sino tambin la de todas las dems erup-
ciones del mismo y de los otros volcanes del pais, desde la pcoca cuater-
naria hasta nuestros dias. El Sangay lo ensea todos los dias; el Tungu-
ragua lo ha comprobado con su erupcin formidable de 1886 y las sub-
siguientes, que en todo eran parecidas las del Cotopaxi; un examen crtico

*) Las muy antiguas y muy cristalinas andesitas cuarzosas de Achupallas y Huaira-


pungo, cerca de Antisanilla, que tienen la textura macro-porflrodea y son andesitas t-
picas, pasan, no obstante, en la superficie de los bancos verdaderas escorias.
EL TEBEBNO VOLCNICO. 347

de las relaciones histricas sobre las erupciones de los ltimos tres siglos
demuestra lo mismo, y el resto nos dice el estudio geognstico del pais y
de sus volcanes apagados.
Los actos de una erupcin no se siguen siempre en el mismo orden y
hay veces, que uno otro falta completamente. Asi puede suceder, que se
verifica solamente una efusin copiosa de lava, sin el aparato formidable de
las eyecciones de bombas, arena y ceniza. Este caso es raro en nuestra
poca, pero me parece haber sucedido en la formacin de la gran corriente
de lava de Pinantura, mediados del siglo pasado. Mas frecuente es el
caso contrario, de que un volcan arroje una gran cantidad de materiales
triturados, vapores y gases, sin que efluya la lava en corrientes continuas,
especialmente cuando la erupcin se verifica por el crter central en la
cspide.

No puede ser el objeto de este libro, describir minuciosamente los dife-


rentes actos de las erupciones, su mecanismo, sus efectos, y la variedad de
sus productos; debo remitir al lector tratados especiales sobre volcano-
loga, y las Memorias que se han publicado sobre las erupciones de nues-
tros volcanes.*) Pero no puedo prescindir de tocar algunos puntos eontro-
versos, que por mucho tiempo dieron los volcanes ecuatorianos una apa-
riencia de extraordinario y excepcional.
Ya queda refutada la asercin, de que no se encuentren corrientes de
\i\& en los volcanes ecuatorianos. Otra preocupacin cundi entre los
gelogos por la autoridad de Humboldt, es decir, que estos mismos volcanes
no exhalaran cloro ni cido clorhdrico, sino en su lugar grandes cantidades
de .cido carbnico, y comunmente algo de cido hidrosulfrico y sulfuroso.
Boussingault afirma lo mismo y niega igualmente el cloro nuestros vol-
canes. Pero se debe advertir, que estos sabios hicieron sus observaciones
en/mnarolas de volcanes extinguidos en completa tanquilidad (en solfataras).
Emprend mi viaje al Cotopaxi en 1877 con la esperanza de encontrar gases
sulfurosos en su cspide, especialmente cuando en sus faldas inferiores y
medias habia percebido varias veces el olor caracterstico de ellos. Cual
no era mi sorpresa, cuando acercndome al crter, esos gases desaparecieron
completamente, y en su lugar salieron de todas las rajaduras y grietas
del cerro inmensas cantidades de gas clorhdrico? La exhalacin era tan
fuerte, que con dificultad pude acercarme las hendiduras con el termmetro,
para medir su temperatura, porque el cido atacaba enrgicamente los r-

*) Muchas descripciones se encuentran en mi Crnica de los fenmenos volcnicos


y terremotos en el Ecuador (Quito 1873); ademas en mi Memoria sobre el Cotopaxi
ya citada.
348 GEOLOGA. CAPTULO VII.

ganos de respiracin y hasta los vestidos. En tiempo de calma perfecta tai-


vez no hubiese resistido mucho tiempo la influencia de estos vapores, y
su presencia en el crter era una de las razones, por qu no pude pensar
en bajar el. A veces el gas era tan punzante, que me pareci que al lado
del cido clorhdrico se desprenda tambin cloro libre. La temperatura
de las fumarolas no era igual en todas partes: unas tenan solamente 96,
otras 150, otras 160 C. de calor. La lava de las paredes y de las raja-
duras, por donde sala el cido clorhdrico, estaba completamente descom-
puesta incrustada de una sustancia blanca, amarilla anaranjada, que se
distingua grande distancia. Del anlisis de las muestras recojidas resulta,
que en las fmrolas no existia otro cido sino el clorhdrico, y en particular
hay que notar la completa falta de azufre, cido sulfuroso hidrosulfrico-
Debemos suponer que estos ltimos gases, cuyos olores haba percebido mas
abajo en el cerro, salan en las faldas inferiores y medias de unas grietas,
que casualmente no he descubierto, talvez por hallarse en lugares inacce-
sibles. Seguro es, que no se desprendan de la lava caliente, pues ella des-
peda solamente vapores de agua pura, mezclados con aire atmosfrico.
Acido carbnico no he observado en esta ocasin, lo menos no se mani-
festaba en una cantidad perceptible.
Era esta la primera vez, que en un volcan sud-americano se ha obser
vado de una manera tan directa y en escala tan grande la exhalacin del
cido clorhdrico. Cuando el doctor Reiss en Noviembre de 1872 visit el
crter del Cotopaxi, el volcan se hallaba en perfecta tranquilidad desde
muchos aos; l no encontr sino fumarolas con vapores calientes (68 C ) ,
que despedan un olor fuerte de cido sulfuroso; sinembargo ya en aquella
ocasin se descubri el cloro por via analtica en el laboratorio qumico de
Quito, pues en los productos de los fumarolas se encontraron junto con un
sulfato (yeso) tambin algunos cloruros. Tambin l fierro oligisto, que el
mismo observador haba encontrado en el Antisana y yo en el crter extin-
guido del Imbabura, es una prueba indirecta para la presencia del cloro en
nuestros volcanes (pues, se forma del cloruro de hierro). Pero la erupcin
del Cotopaxi en 1877 aclar de repente la cuestin por completo, y confirm
de un modo esplndido" las observaciones de Deville en el Vesuvio y la
teoria de Bunsen, segn la cual seria inexacto decir, que unos volcanes
exhalan cido carbnico, otros clorhdrico, otros hidrosulfrico etc., siendo
as, que todos los volcanes pueden dar todas estas sustancias segn l estado
de actividad en que se excuentran. El cloro seala el estado de la actividad
mas intensa, durante inmediatamente despus de las erupciones; el gas
sulfuroso hidrosulfrico se despide con preferencia, cuando los volcanes
estn tranquilos, comienzan, apagarse (estado de las solfataras); y en
EL TERRENO VOLCNICO. 349
las regiones de los volcanes completamente extinguidos predominan las ex-
halaciones del cido carbnico (estado de mofetas). Hay todavia mas,
pues el Cotopaxi quiso tambin corroborar aquella opinin de Deville, segn
la cual los gases de las fumarolas varan segn a distancia del crter cen-
tral;: en la cspide del Cotopaxi y en la inmediacin de la boca central no
habia mas, que cloro y cido clorhdrico, en las faldas medias inferiores
se sentan las exhalaciones de los gases de azufre. No deja de ser
interesante, que el Barn de Thielmann, que visit cuatro meses mas tarde
el crter del Cotopaxi, subiendo por el mismo camino, que yo haba indicado,
encontr la actividad de las fumarolas ya muy reducida, y percibi sobre
el borde del crter solo el olor del cido hidrosulfrico y sulfuroso.*) L a
causa fundamental de esta variabilidad de las exhalaciones gaseosas es to-
dava desconocida.

Otro error, muy divulgado entre los habitantes del pas, y tambin entre
los gelogos hasta poco hace, consiste en la creencia, de que los volcanes
sudamericanos arrojen, durante sus erupciones, grandes cantidades de lodo
caliente por sus bocas. Es especialmente el historiador P. Velasco, quien
dearroll esta idea errnea, alegando en su favor muchos ejemplos; y de
nuevo es Humboldt, quien la generaliz, adoptando con poca crtica las re-
laciones de Velasco y de ciertas personas, que las avenidas de lodo
atribuyeron un origen, que en realidad no tienen ni pueden tener. Velasco
cuenta del Imbabura, que ha hecho varias erupciones medianas de agua,
tan llena de este peje (de preadillas), que apestan las llanuras de Ibarra,
con los bancos que quedan de aquel peje muerto; y yo me he visto en
peligro de morir ahogado en una de estas erupciones, en la parte media del
monte.**) Este acontecimiento debia tener lugar en 1765 1766, cuando
Velasco estaba estacionado en el colegio de Ibarra. Segn Humboldt***) el
Imbabura habra hecho en 1691 una gran erupcin de lodo, con tantas
preadillas, que pudrindose habran apestado el aire y ocasionado fiebres
malignas entre los habitantes de los alrededores de aquel volcam Esta
relacin no se funda en documentos escritos, sino tan solo en una comuni-
cacin verbal por Juan de Larrea (mas de 100 aos despus del suceso!).
Wagner ha demostrado lo inverosmil y lo imposible de tales erupciones
de lodo con peces, de la boca de un volcan.'f') Es seguro, que el crter
del Imbabura en los tiempos histricos jamas ha hecho una erupcin, ni de

*) M. von Thielmann, Vier Wege durch Amerika (Leipzig. 1879), pg. 458.
**). Velasco, Hist. del reino de Quito, I, 11..
***) Humboldt, Ansicnten der Natur, II, p. 276, y Kosmos, V, p. 32.
t) M. Wagner, Naturw. Reisen im trp. Amerika (Stuttgart 1870), pg. 411421.
350 GEOLOGA. CAPTULO VII.

fuego. El interior del crter, que visit en 1871, hace la impresin de un


volcan extinguido muchos siglos hace. Est abierto por una profunda abra
hacia el oriente; un lago no pudo formarse en l, y si hubiese existido en
algun tiempo, no pudo contener prefiadillas, que no viven en esta altura de
mas de 4000 metros; ademas el lodo debia vaciarse por el lado opuesto al
que se supone como teatro de las inundaciones lodosas con prefiadillas. "En
los lagos subterrneos, de que algunos quisieron derivar las inundaciones y
las prefiadillas, no podemos creer, hasta que se compruebe su existencia en
nuestros volcanes. Lo que se observa en el Imbabura no rara vez y sobre
todo durante un terremoto, son derrumbos y resbalamientos de sus faldas
muy pendientes. Si la tierra, arena y las piedras se mezclan con el agua
de los ros, en los cuales viven las prefiadillas, entonces, s, pueden formarse
avenidas de lodo, que sofoquen y arrastren muchos de esos pejecitos. Tales
avenidas se verificaron tambin durante el gran terremoto de 1868, en el
Imbabura y en el Cotacachi, en donde sus vestigios quedaban visibles por
muchos aos. El que las prefiadillas, cuya frecuencia por lo dems no es
tan grande como se supone, y que desaparecen casi del todo en la masa
inmensa del lodo, ocasionaron, al pudrirse, fiebres malignas otras enferme-
dades, me parece de todo punto increble.
No es raro, que el pueblo denomine los derrumbos en las montaas
erupciones reventazones, as p. ej. en Otavalo se habl frecuente-
mente de la erupcin del Cotacachi en el ao de 1868, que no fu mas,
que un gran derrumbo; de aqu, que algunos viajeros estranjeros, no
familiarizados con aquel lenguaje del pueblo, al oir hablar de esas reventa-
zones, se imaginaron erupciones verdaderamente volcnicas de los crteres
mismos.
Tambin durante el gran terremoto, que el 20 de junio de 1698 destruy
la ciudad de Ambato, bajaron, segn los documentos de aquella poca, de
los pramos, que rodean el Carihuairazo, grandes cantidades de un lodo muy
hediondo, no de uno sino de muchos lugares, por las quebradas y los cauces
de los ros. Los muchos riachuelos, de los cuales cada uno hizo muchos
estragos, se reunieron en el de Ambato, y este, no pudiendo contener en su
cauce la inmensa masa de lodo, la derram sobre ambas orillas, sepultando
una gran parte de las frescas ruinas de Ambato. Los documentos antiguos
no hablan de prefiadillas en esta ocasin, aunque no dudo, que muchos de
estos animalitos habrn perecido en aquellas aguas fangosas; pero Humboldt
afirma, que lodo y peces cubrieron todos los campos al rededor de Ambato.
Esta ser probablemente una de las noticias, que Humboldt apunt segn
las antiguas tradiciones de los indios. Se atribuy el terremoto al hundi-
miento del Carihuairazo, y se deriv la vez las avenidas de agua y lodo
ETJ TERRENO VOLCNICO. 351
del interior de esta montaa. En otra ocasin*) he demostrado, que aquel
hundimiento, asi como el del Altar, es una fbula geolgica, igualmente, que
los derrumbos en el Carihuairazo eran las consecuencias y no las causas del
terremoto. Las avenidas de agua y lodo sucedidas poco tiempo despus del
terremoto, no pudieron salir de la caldera de aquel volcan extinguido, porque
en este caso hubiesen tomado otro camino, hacia Mocha; talvez podemos
explicarlas diciendo, que algunas lagunas de los pramos del Carihuairazo
se vaciaron por grietas de cualquier modo.
^ Un origen parecido, como este lodo, habr tenido la moya de Pelileo
y de otros lugares, cuya naturaleza desconoci Humboldt completamente.
La palabra de moya, introducida en la geologa para designar un lodo en-
durecido de origen volcnico (por verdaderas erupciones) tiene que des-
aparecer de los libros, porque en el sentido de Humboldt no existe.
Derivar las avenidas de lodo de unos lagos en los crteres apagados,
de reservatorios subterrneos, por unas rajaduras ocasionadas durante los
terremotos, aunque no es sostenible, sinembargo en teora no es tan absurdo,
como la otra creencia, sostenida igualmente por Humboldt, de que tambin
los volcanes activos, como el Cotopaxi, vomiten el lodo muy caliente (lava
acuosa, la moya) y con preadillas muy poco alteradas por el calor, de sus
bocas ignvomas. En una ocasin, en que Humboldt habla del diseo,
que l mismo dio del Cotopaxi, y el cual, de paso sea dicho, corresponde
muy poco la realidad, dice: La altura del humo que despide el crter,
no est figurada arbitrariamente en el diseo. Para calcularlo, me he con-
formado con el cmputo hecho por Mr. de La Condamine, que juzg, que
las llamas en 1738 se elevaron mas de 900 metros sobre el vrtice del
voltan. Entonces fu, cuando el Cotopaxi arroj, como otros volcanes del
reino de Quito, inmensa cantidad de aguas cargadas de hidrgeno sulfurado
y de arcilla carburada, mezclada con azufre y peces muy poco alterados por
el calor, y que forman una especie nueva del gnero Pimelodus (P. Cyclo-
pum).**) Humboldt no presenci ni una sola erupcin volcnica en el
Ecuador, de otro modo hubiera sido imposible, que escribiese estas palabras.
Hoy dia sabemos, que el Cotopaxi arroja, de su crter, en lugar de aquella
mezcla extraa, lava verdadera, y que las avenidas de lodo tienen un origen
muy distinto, pero bien natural.
Ya en 1873, en su carta muchas veces citada (pg. 9), el Seor Reiss
explic de una manera correcta la formacin de las avenidas de lodo,

*) Crnica de los fenmenos volcn, y terrem. en el Ecuador, pg. 30.


**) Humboldt, Essai sur la gographie des plantes et TaMeau physique de l'Amrique,
I, pg. 142.
352 GEOLOGA. - CAPTULO VII.

diciendo: . . . . y las avenidas de lodo eran causadas por la nieve derretida


por el calor de la misma lava. El agua producida repentinamente en gran-
des cantidades, debia causar destrucciones en las partes empinadas del cerro,
y mezclada con ceniza y piedras bajar como lodo las planicies en el pi
del cerro. Pedrones todavia candentes de la lava fueron llevados por estas
avenidas; as que el rio Cutuchi pareci, todava cerca de Callo, un rio de
fuego; y se asegura, que piedras calientes han llegado hasta Latacunga. As
como en esta reventazn (de 1853) sucedi en todas las otras: las avenidas,
que son el terror de^ los habitantes del pi del cerro, son causadas siempre
por corrientes de lava, que bajan candentes sobre la nieve de las faldas, y
nunca por reventazones de agua; tampoco se derrite la nieve de todo el
cerro por el calor interior, como generalmente se cree; porque, si alguna
vez hubiera sucedido esto, se encontraran avenidas en todas las quebradas;
mas no sucede as, y las avenidas se encuentran solamente en las quebra-
das que bajan de una de las muchas corrientes modernas de lava, que hay
en la circunferencia del Cotopaxi. Si algunas veces parece negro todo el
cerro, no proviene de la falta de nieve, sino de la ceniza negra, que ha
cado encima de esta.
De igual modo expliqu en mi Crnica de los fenmenos volcnicos en
el Ecuador, publicada en 1873 (pg. 38), las avenidas de lodo, de que hablan
los historiadores y documentos antiguos, apoyndome en gran parte en las
descripciones mismas, por ejemplo, en la de Velasco, que d con ocasin de
la erupcin del Cotopaxi en 1744. <87> Pero la explicacin verdadera de esas
avenidas, que hasta entonces habamos deducido ya de las antiguas descrip-
ciones, ya del estudio de los volcanes, y de sus corrientes de lava, se con-
firm de una manera directa y esplndida durante la gran erupcin del
Cotopaxi en 1877, que tuve la fortuna de estudiar en sus efectos inmediatos.'
Largo seria insertar aqu todas las observaciones concernientes; algunas se
encuentran citadas en los Suplementos (88J, y por lo dems remito al lector
mi opsculo, varias veces citado, sobre el Cotopaxi. Conclu entonces mis
estudios diciendo: Podemos considerar la cuestin del origen de las avenidas
de agua y lodo, como definitivamente resuelta.- Lo que hemos observado,
en el Cotopaxi, habr sucedido y sucede, sin duda alguna, en todos los
volcanes, cubiertos de nieve, cuando durante sus erupciones arrojan corrien-
tes de lava gneo-fiida.

A l g u n a s noticias particulares sobre l o s volcanes y grupos de


v o l c a n e s m a s interesantes.
Sobre cada uno. de nuestros volcanes grandes se podra escribir una
monografa voluminosa, si se quisiera completar su descripcin bajo todos
. EL TERRENO VSIiCMCO. 353
los puntos de vista, topogrfica, petrogrfica, gentica etc. Aqu debemos
contentarnos con algunos apuntes lijeros. Suponemos el conocimiento de
su posicin topogrfica general, porque ya queda indicada en la parte pi-*
mera de este obra. ' . - .
Comencemos esta vez al Norte, en la frontera de Colombia, donde en-
contramos el Cmbal y el Chiles (pg. 99). Ambos volcanes se hallan
actualmente en el estado de tranquilidad, pero no quisiera afirmar, que estn
apagados del todo y para siempre. Tienen calderas espaciosas. Aunque no
sabemos nada de erupciones histricas (la historia es. en-Amrica tan corta!),
las corrientes de lava.bastante frescas a sus pies atestiguan, que su activi-
dad lleg una poca muy moderna y pst-euaternaria. Ademas, el Cmbal
conserva todava la actividad dbil de las solfataras, exhalando de su.crter
vapores acuosos, impregnados de azufre (cido sulfuroso?),, y depositando
azufre nativo al rededor de las bocas, como el Pichincha. Los gases son
calientes, y el azufre se enciende muchas veces espontneamente. Ademas
sale cido carbnico y gas hidrosulfrico. (Boussingault.) Este grupo de
volcanes, que pertenece tambin el Azitfral.de Tqueres, y e l vecino occi-
dental del Chiles, el Cerro negro de Mayasqer,. y que cae.por su mayor
parte en el territorio colombiano, se distingue por sus andesiias. y Javas
cuarzosas, que estudi por primera vez R. Kch, en las colecciones; de_Reiss
y Stbel.*) ..!:...:
El grupo del Cotacachiy del Yana-urcu (pg. 98), con el Pramo
de Pian al Norte, y los cerros de Cambugan, Sigsieunga y de Chancha-
gran al Sur, se compone de volcanes extinguidos, hace mucho tiempo. En
el Cotacachi apenas se descubre la.forma de un crter en sil cspide; pero
su pi austral est el hermoso crter de Cuycocha, hoy convertido en: una
laguna de agua cristalina, con dos islotes, que representan acumulaciones
de lava conos de erupcin. El primero y hasta ahora el nico, que isubi
al Cotacachi, es el Seor Whymper, que alcanz la cspide mas alta el
24 de. Abril de 1880.**) Los alrededores de este volcan se distinguen por
muchas fuentes termales. . .
Gtro grupo de volcanes completamente extinguidos y muy antiguos, es
el interandino del Imbabura y Mjanda, con los miembros intermedios
delCunru, Cuvilche y Cusin (pg. 101). Todo lo que se cuenta de erupcio-
nes histricas del Imbabura, se reduce la mala interpretacin de. otros
fenmenos. Su hermosa caldera es bien conservada, y. tambin los crteres
de los dems cerros nombrados son reconocibles. No s, si alguien ha

*) N. Jahrb. f. Mineralogie etc., 1886, pg, 39...


**) Whymper, Obra oit., pg. 262.
"Wou, Ecuador. 23
354 GEOLOGA. CAPTULO VII.

trepado hasta l cima de los peascos negros, que cien el crter del Imba-
bura (imposible no es, especialmente desde el interior del crter). Pero es
relativamente fcil, subir y entrar la caldera, del lado oeste, por donde
est abierta. Reiss y Stbel y yo mismo la hemos visitado. En general
se puede decir, que ninguno de los cerros ecuatorianos al Norte de la linea
equinoccial ha manifestado una actividad volcnica en tiempos histricos.
La base meridional y occidental del Mojanda es interesante para el petr-
grafo: aqu descubrimos por primera vez, cerca del pueblo de Pullaro, las
hermosas andesitas cuarcferas, que despus se encontraron en varias otras
localidades. El Mojanda es un volcan algo complicado, cuya cspide se
compone de varios cerros, que cien una caldera muy espaciosa con dos
lagunas.
Tan antiguos, como los del grupo anterior, son los volcanes que se
siguen en la Cordillera occidental al Sur del Mojanda, por el Pululagua y
los cerros de Calacal, hasta el Rucu-Pichincha. El Pululagua se distingue
por las hermosas variedades de andesita que componen s esqueleto y por
su vastsimo crter, que est abierto hacia el occidente, en direccin
Niebl. El camino que conduce esta hacienda, pasa por el fondo del
crter mismo.
E l Pichincha (pg. 85) es el primer volcan de actividad histrica, y
la vez el nico en la Cordillera occidental. Hoy est dormido, pero no
apagado del todo, y no hace muchos aos que dio seales de despertarse
de nuevo. Es probable, que al tiempo de la conquista se hallaba en un
estado semejante de tranquilidad. Por primera vez asust los habitantes
de Quito, 32 aos despus de la fundacin de esta ciudad, con una erup-
cin fuerte, el 17 y 18 de Octubre de 1566, y el 16 de Noviembre del mismo
ao. El 8 de Setiembre de 1575 se repiti el mismo acontecimiento con
mas fuerza, y otra vez el 14 de junio y desde el 11 hasta el 14 de julio de
1582. Este ltimo ao falta en mi Crnica, as como en todos los histo-
riadores antiguos, y sinembargo la fecha es segura, segn un documento
descubierto y publicado ltimamente por el seor Jimnez de la Espada, en
Madrid, 1888. <S9) Despus de una actividad enrgica de 16 aos, el Pichincha
se tranquiliz y no molest los Quiteos durante 78 aos. Pero entonces,
el 27 de Octubre de 1660, se despert de repente hizo la erupcin mas
espantosa, que recuerda la historia. Existen en Quito muchos documentos
autnticos sobre este acontecimiento, y segn ellos lo describ en mi Crnica.*)

*) Respecto toda la actividad histrica de nuestros volcanes, de la cual por ahora


puedo dar solamente un resumen muy sucinto, remito al lector, que quisiera informarse
de los detalles, mi Crnica de los fenmenos volcnicos y terremotos en el Ecuador,
varias veces citada.
EL TERRENO Y O L C I N I C O . 355
Es uno de los fenmenos volcnicos mas grandes, que presenta la historia
del Ecuador; y como si el Pichincha hubiese agotado con esta erupcin
todas sus fuerzas, recay en un letargo profundo, sin levantarse desde en-
tonces una actividad algo considerable. El crter se halla en el estado
de solfatara, exhalando vapores acuosos y. gases sulfurosos; algunas veces
se levanta una columna de humo mas densa sobre la cspide del volcan, y
es probable, que tambin en nuestro siglo hizo algunas erupciones dbiles,
que pasaron casi desapercebidas en la Capital, como, por ejemplo, hacia el
ao de 1830 (segn B. Hall), y el 10 de Marzo de 1881. De las relaciones
antiguas podemos deducir, que las erupciones del Pichincha consistan espe-
cialmente en eyecciones de materiales triturados, como son ceniza, arena,
lapilli, piedra pmez, bombas de toda clase y fragmentos de lava y an-
desita. Corrientes de lava fresca (histrica), no conocemos en este volcan,
lo menos no en sus lados orientales y meridionales. Si existen algunas,
deben buscarse en las faldas occidentales casi inaccesibles, hacia donde el
crter est abierto. Es claro, que aqu hablamos solo del Guagua-Pichincha,
que es el nico activo; pues el Kucu-Pichincha y los dems picos en sus
alrededores pertenecen los volcanes prehistricos y muy antiguos, en que
apenas se puede distinguir conjeturar la forma de los crteres primitivos.
La subida ambos Pichinchas es fcil, y la ascensin al borde del crter
ya pertenece los paseos de los Quiteos, se la hace caballo hasta el pi
del ltimo y mas empinado cono, que mide solo 400 metros de altura y que
se sube pi sin dificultad.*) Pero tambin la bajada al crter, que tiene
la profundidad de 770 metros, no es una empresa tan ardua y arrojada, como
se la pinta algunas veces, y fu ejecutada por varios exploradores cientfieos.
Los primeros que bajaron al crter del Pichincha en 1845, fueron el ingeniero
S. Wisse y el seor Garcia Moreno; en 1857 el ltimo repiti la descensin
con el joven Jameson; en 1862 un pintor norte-americano, seor C. Farrand,
pas una semana en el crter, para sacar vistas; en 1867 el Seor Orton**)
pernoct en este abismo; en el ao de 1870 los doctores Eeiss y Stbel cam-
pearon muchos dias con una numerosa comitiva en la caldera, y pocas se-
manas despus pas tambin un dia y una noche en el fondo del crter,
acompaado de un solo indio. No s, si despus otros han verificado la
bajada, pero se puede hacerla sin gran riesgo, cuando el tiempo es favorable.
Los volcanes, que siguen al Sur del Pichincha, el Atacaso, el Corazn
y el Ilinisa, asi como los interandinos, Hal, Pasochoa y Bumihui, por

*) El primer europeo, que impulsado por la curiosidad, subi al crter, fu Toribio


de Otiguera, pocos dias despus de la gran erupcin de 1582. Vea los Suplementos,
Nro. 39.
**) Orton, The Andes and the Amazon, pg. 139.
23*
356 GEOLOGA. CAPTULO VII.

interesantes que sean para el gelogo, no tienen n inters tan alt para el
pblico, por estar apagados (pg. 89). Los dos primeros y los dos ltimos
se distinguen por sus grandes y hermosas calderas, todas accesibles y abiertas
hacia el lado del poniente. A las cspides del Atacazo, Hal, Pasochoa y
Rumifiahui se puede subir con facilidad, no as las del Corazn y del
Iliniza; en aquel lleg Mr.' Whymper hasta la cima (en Febrero de 1880),
en este no la alcanz, y tenia que desistir de su empresa en la altura de
5200 metros. (Obra cit. pg. 132.)
Si pasamos los volcanes que cien al lado oriental la gran hoya de
Quito, encontramos primero el majestuoso Cayambe, que conserva ya desde
muchos siglos su tranquilidad interior debajo de su plateada cpula, y hasta
la forma del crter est borrada (pg. 89). En la cumbre se distinguen
tres picos redondeados y alineados en direccin N-S; el mas alto tiene
5840 metros, y fu trepado por Whymper en Abril de 1880. (Obra cit.
pg. 232.) '
1 Sur del Cayambe, y pasado el cerro de Pambamarca, principia con
el Guarnan! el interesante grupo del Antisana (pg. 88). El Antisana
tiene una actividad histrica, y no podemos considerarlo como apagado del
todo, aunque actualmente apenas se manifesta una dbil accin en la caldera
misma. Las erupciones de lava modernas se verificaron al pi y en los al-
rededores del cerro. En 1871 el doctor Stbel lleg hasta el ltimo peasco
negro, que sale de la nieve, muy cerca de la cspide del cerro. Pero 10 aos
nts el seor M. Jimnez de la Espada, miembro de una comisin cientfica
espaola, habia trepado hasta la cima, segn el testimonio del urcu-cama
(mayordomo indio) del hato d Antisana, quien de abajo observ la ascen-
sin y le vio sentado arriba como un gallinazo. El seor Whymper logr
subir hasta la cspide en Marzo de 1880 (1. c. pg. 190). Pero es singular
que ste viajero no pudo reconocer la caldera de este volcan, que es muy
espaciosa, y en que se puede entrar del lado este. Humboldt cita (refi-
rindose Condamin) erupciones del Antisana en los aos de 1590 y al
principo del siglo pasado, probablemente 1728; ademas afirma, que en 1801
se veia durante muchos das levantarse una negra columna de humo, desde
una acumulacin de pedrones negros, qu se hallaba debajo de la cspide
setentrional del. cerro. Tres grandes corrientes de lava al pi occidental
del Antisana, que en apariencia nacen cerca del lmite de la nieve perpetua,
y d que la mas larga llega hasta el hato de Antisana, presentan un aspecto
tan fresco, que no pueden haber pasado muchos siglos desde su erupcin.
Pero dos otras, "que salieron mayor distancia del cono central, y la margen
de la extensa meseta, datan del siglo pasado. Una es muy conocida bajo
el nombre de la reventazn de Pinantura de Antisanilla, y la otra es
EL TBEBENO VOLCNICO. 357

la de Potrerillos, encima de Papallacta. La primera naci en un valle al


lado de la hacienda d Antisanilla, y rellen una gran parte de la Quebrada
Guapal, haciendo un camino de unos 6 kilmetros, y bajando en este trecho
mas de 1000 metros. La superficie y los taludes de esta corriente estn
cubiertos de grandes pedrones de lava escoricea, todava muy fresca y de
un color pardo-rojizo, de manera que es difcil andar sobre ellos. Segn
un documento, encontrado en Quito, la hacienda de Yurac cedi a la de
Pinantura, hacia el ao de 1760, una parte de su terreno, situado en la banda
meridional del valle, porque el ganado ya no pudo atravesarlo causa de
esta reventazn. De este hecho podemos concluir que la erupcin tuvo
lugar mediados del siglo pasado. La corriente de Papallacta (Potre-
rillos), en todo muy parecida la de Antisanilla, naci segn el doctor Reiss
en 1773.*)
Ademas del inters, que el Antisana tiene como volcan histrico, ofrece
su grupo (en sentido mas lato) otro especial para el gelogo, por la gran
variedad de sus rocas. La extensa base del Antisana, que forma una meseta
ancha desde el Guamani hasta las faldas del Sineholagua, al Este de los
valles de Tumbaco y Chillo, se compone esencialmente de antiguas andesitas
cuarzosas, con una textura macro-porfirodea, veces en unin con la es-
coricea; son ests rocas muy parecidas las de Pullaro y Perucho' al pi
del Mojanda. En la regin indicada, que est cubierta de antiguos crteres
de erupcin y de otros cerros, que ya perdieron la forma de crteres, las en-
contr, por ejemplo, en el Guamani mismo (donde contienen tambin olivina),
en el Guachifili, Tablarumi, Chacana, Franees-Loma, Urcucuy, Huairapungo,
Achupallas. En el ltimo cerro, sobre la hacienda de Yurac, se hallan con
un desarrollo tpico. Al examinar las lavas modernas del Antisana, encontr
el cuarzo tambin en varias de ellas, y especialmente en las dos corrientes
histricas de Antisanilla y Potrerillos en gran abundancia, no como mineral
accesorio en pedacitos aislados, sino cmo un elemento constituyente esen-
cial; son lavas cuarzosas. Este hallazgo importante ensanch nuestro cono-
cimiento petrogrfico de las rocas volcnicas; porque, hasta poco hace, era
admitido como un axioma, el que las lavas de los volcanes modernos nunca
sean cuarzosas cuarcferas.. No dudo, que el estudi ulterior, especialmente
el microscpico, descubrir todava otras lavas de esta clase, no solamente
en la regin del Antisana, sino tambin en otros volcanes ecuatorianos.**)

*) oEine fossile Saugethierfauna von Punin, pg, 14. . Como dice, que la corriente
de 1773 descansa en su parte inferior sobre la esquista miccea, no puede ser otra, que
la de Potrerillos; porque todas las dems corren sobre terreno volcnico.
**) Wolf, Ueber das Vorkommen von Quarz-^jidesit im Hochland von Quite. Neues
Jahr.buch fr Mineralogie, 1874. _ , .
358 GEOLOGA. CAPTULO Vil.

No menos interesantes son las corrientes de lava, que se componen de


materiales hialinos y semi-hialinos, es decir, de obsidiana, perlita y piedra
pmez, y que se encuentran en la misma regin. Los bancos ya constan
de obsidiana perlita pura, ya de las dos mezcladas, y la piedra pmez
(lava espumosa) se halla comunmente en las capas superiores, en la super-
ficie. La obsidiana mas hermosa se encuentra en el Guaman, en el cerro
que se llama Filocorrales; una muy potente y larga corriente de perlita (en
parte mezclada con obsidiana) se puede estudiar en el Tabln de Itulcachi,
lo largo del camino que conduce Papallacta. Otra localidad se encuentra
mas al Sur, en el cerro, cuyo pi se halla el hato del Isco y mas arriba
en el Urcucuy, por donde pasa el camino al hato del Antisana. All existe
en el pramo una gran corriente de obsidiana, llena de nodulos de perlita,
y pasando en la superficie en piedra pmez muy liviana y torcida en formas
caprichosas. As es el Antisana para el petrgrafo talvez el volcan mas
interesante de todo el Ecuador alto.
La obsidiana del Guaman sirvi en la antigedad los indios para la
fabricacin de muchos instrumentos y utensilios (como la usaron tambin
los indios de Mjico). En todo el pais interandino se encuentran puntas de
flechas, cuchillos y fragmentos de este mineral, que los indios llaman aya-
collqui, es decir, plata de los muertos. Pero su uso se extendi por el comercio
tambin sobre las provincias del litoral. En las orillas del Daule, especial-
mente cerca de Balzar, se encuentran multidad de las mismas flechas de
obsidiana, como en Quito, en la inmediacin de Colonche encontr un pequeo
espejo redondo de este mineral, y el ara de la iglesia de Chongon est
labrada de una piedra, que se hall en la montaa cercana y en que reconoci
la primera vista la obsidiana mas hermosa del Antisana (respectivamente
del Guaman).
Progresando con nuestra revista en la Cordillera oriental, no nos deten-
gamos con los vecinos del Cotopaxi al Norte y al Sur, con el Sincholagua
y con el Quindaa; porque ambos pertenecen los Volcanes extinguidos
y no presentan cosas de nteres general. A la cspide del Sincholagua subi
Whymper en Febrero de 1880 (1. c. pg. 160).
E l Cotopaxi reclama mayor atencin, porque es, sin duda alguna, el
volcan mas temible y mas peligroso de todo el Ecuador. Ya en otras oca-
siones he hablado bastante de este cerro, de su constitucin y de su activi-
dad; por ahora nos resta dar la historia sucinta de la ltima, que comprende
un perodo de tres siglos y medio.
El Cotopaxi era el primer volcan, cuyas desastrosas operaciones experi-
mentaron los conquistadores al entrar en el antiguo reino de Quito. Sinem-
bargo, su primera erupcin, en el ao de 1534, les fu provechosa, en cuanto
EL TEBEEN0 VOLCNICO. __ 359

amedrent y desalent los Indios en la resistencia, que oponan lo


Espaoles, pues aquellos creyeron ver en este fenmeno una manifestacin
de la naturaleza en contra de su causa. Hay razones graves para creer,
que esta erupcin aconteci en el mes de junio julio del ao citado, y que
de ella misma provino la lluvia de ceniza, mencionada con frecuencia por
los historiadores de la conquista, que molestaba inquietaba durante dos
tres dias al pequeo ejrcito de Alvarado, cuando ya habia llegado al pi
de la Cordillera occidental. Despus de este suceso descansaba el Cotopaxi
mas de 200 aos, hasta que el 15 de junio de 1742 despert de repente de
su letargo con una fuerza extraordinaria, y fu durante 26 aos el terror y
azote de los distritos de Latacunga y Quito. En esta triste poca comenz
la devastacin y el empobrecimiento de la actual provincia de Len Lata-
cunga, que en tiempos anteriores habia sido una de las mas hermosas y
frtiles, y hay que temer que mientras no se apague por completo ese terrible
volcan, la desolacin se extienda mas y mas, como las ltimas erupciones
han confirmado este temor de la manera mas funesta. Tambin algunas de
las frescas corrientes de lava, de que he hablado en otro lugar, datan de
esta misma poca. Segn las antiguas relaciones, que existen en los archivos,
se parecen todas las erupciones unas otras tanto, que no es necesario
describirlas una por una. El primer acto consista regularmente en una
enorme lluvia de arena y ceniza, se seguan las grandes avenidas de agua
y lodo, ocasionadas por el derrame de la lava gnea, las que precipitndose
las llanuras y valles, arrebataban y devastaban cuanto encontraban su
paso, y finalmente continuaba el Cotopaxi todava algunos dias echando
nubes de humo y ceniza, hasta que volva sosegarse. H aqu las fechas
de las siete erupciones principales de esta poca:
Ao de 1742, 15 de junio.
1742, 9 de diciembre.
1743, 27 de setiembre hasta el 4 de octubre.
1744, 30 31 de noviembre.
1744, 2 de diciembre.
1766, 10 de febrero.
1768, 4 de abril.

Como una circunstancia notable hay que advertir, que ninguna erupcin
del Cotopaxi fu acompaada de un terremoto^ solamente el 2 y el 4 de abril
de 1768 se sintieron, como precursores de la erupcin, algunos temblores en
las cercanas del volcan.
Despus de la horrorosa catstrofe de 1768 repos el Cotopaxi unos
35 aos, .y entr el 4 de enero de 1803 en una actividad transitoria y segn
parece no muy intensiva. Humboldt oy entonces las detonaciones, que
acompaaron la erupcin, en el golfo de Guayaquil, cuando comenzaba su
360 .GEOLOGA. CAPTULO VIL

viaje Lima. Sobre las erupciones de este siglo faltan casi completa-
mente documentos manuscritos impresos, y es cosa bien ardua y poco
segura averiguar por la tradicin, no digo los pormenores, pero siquiera las
fechas de las erupciones. Ningn escritor ecuatoriano se ha tomado el tra-
bajo de ocuparse un poco con esta materia tan interesante, y casi todo lo
que se sabe de la historia moderna del Cotopaxi, lo debemos unos viajeros
extrangeros, que casualmente se hallaron en el pais, cundo acontecieron las
erupciones. Tales erupciones poco conocidas sucedieron: en abril de 1845
(Humb. Cosmos IV, segn Ida Pfeiffer) y en 1851 (Villavicencio) 1852
(Wagner). D la del 13 a 15 de setiembre de 1853 se sabe algo mas, mer-
ced la descripcin que de ella hizo H. Karsten, viajero alemn, que la
presenci en Latacunga; fu muy considerable y di una grande corriente
de lava, descrita por el seor Reiss. De menor importancia parecen haber
sido las erupciones de 1855 y de 1856. Desde entonces se observ con
frecuencia, que el Cotopaxi lanzaba, los aires espesas nubes de vapor y
humo, tambin se ennegreca veces su nevada cumbre, de ceniza y otros
materiales arrojados, y aun no es improbable, que derramaba un poco de
lava iiquscente en los aos de 1863 (segn el doctor Stbel) y de 1866
(16, 18, 21 de setiembre); pero lo cierto es, que no hizo ninguna erupcin
grande hasta el ao de 1877.
Desde esta erupcin memorable, que describ largamente, el volcan no
se tranquiliz nunca del todo, hasta nuestros dias. Hizo varias erupciones
considerables, que solo despus de la de 1877 parecieron menos importantes;
asi durante los aos d 1878 y 1879, y una muy fuerte el 3 de Julio de
1880. Desde que el Tguragua entr en nuevo estado de accin, la del
Cotopaxi parece ser menos enrgica.
No faltaron viajeros, desde el siglo pasado, que tentarm la ascensin al
Cotopaxi, pero siempre sin el xito deseado, hasta que los seores Reiss y
Stbel en 1872 la realizaron y sentaron sus pies sobre el borde occidental
del crter.*) El 9 de Setiembre 1877, poco tiempo despus de la gran
erupcin, subimos yo y el seor Alejandro Sandoval de Latacunga la
cspide norte del cerro; y cuatro meses mas tarde, el 15 de Enero de 1878

*) En paseos ordinarios, en que cada noche se quisiera regresar los pueblos


las haciendas (como hicieron Humboldt, Boussingault etc.), no se puede hacer la ascensin
al Cotopaxi, ni los dems nevados, porque las distancias son mas largas de lo que
parecen de lejos. La mala insuficiente preparacin de los viajes, la poca experiencia,,
y el poco tiempo, que se han tomado, ha sido la causa principal, de que anteriormente
las empresas de ascensin han fracasado, hasta el punto de haberse arraigado entre los
habitantes del Ecuador alto la conviccin, de ser imposible trepar la cspide del Coto-
paxi del Chimborzo. Las muchas ascensiones citadas en este captulo, y sobre td
las de Whymper, han echado abajo esa conviccin errnea,. .' .
EL TEKEENO VOLCNICO. 361

sigui el barn de Thielmann nuestras huellas, con el mismo xito feliz. El


Seor Whymper quiso hacer mas que sus antecesores, y pas en Febrero
de 1880 una noche sobre el borde del crter (1. c. 145).
E l Quilotoa es un volcan extinguido en la Cordillera occidental de-
Latacunga, las cabeceras del rio Toachi (pg. 80). No tiene el prestigio
hacinador como el Cotopaxi, pues no llega la regin de las nieves, ni
tiene un crter visible de lejos. Si lo menciono entre los volcanes notables,
es para quitarle la sombra misteriosa, en que la tradicin lo ha envuelto.
El Quilotoa encierra, como el Mojnd, y como el Cuycocha al pi del Cota-
cachi, una laguna considerable en su crter, pero con agua salada, que segn
Dressel contiene 3V2/u ^e clorur de sodio y 2/0 de cloruro de magnesio
(vea el Suplem. No. 30), y es algo tibia, es decir, conserva.la temperatura
de 16 C , mientras que la media de este paraje no puede pasar de 8 C.
Velasco menciona por primera vez para el ao de 1725 unos fenmenos muy
particulares en este lago, que despus se han repetido, segn se dice. Afirma,
que el agua subi 70 varas y cubri la isla, que hbia existido antes, y que
arroj llamas de fuego de en medio de las aguas (Vel. I, pg. 12). Ya
Mr. de La Condamine habian contado cosas semejantes, pero l se mostr
muy incrdulo, tomando la noticia por un cuento de los indios (Voy., pg. 62).
No quisiera rechazar todo cmo fbula, y creo que la relacion.de Velasco
tiene por fundamento algun fenmeno fsico; pero sin d u d a M . Wagner
exagera demasiado la importancia del acontecimiento, interpretando las pa-
labras de Velasco en sentido de una gran erupcin volcnica: aLa isla, que
se cubri de agua, de repente se convirti en un crter, arrojando escorias
3
encendidas y vapores (Reisen im trop. Am., pg. 455). Si consideramos,
que Velasco conoci muy bien lo que es una erupcin volcnica, y que en
su pluma por lo regular los sucesos volcnicos se aumentan y se exageran,
debemos concluir de sus palabras sencillas, que el referido suceso en el
Quilotoa fu de poca importancia.
Ei 1751 se hall el Marques de Maenza, propietario de la hacienda
Cinaga cerca de Latacunga, en Paris inform Mr. de la Condamine, de que
en Diciembre de 1740 ardi de nuevo el lago del Quilotoa. Las llamas habran
quemado todos los arbustos alrededor del lago y matado el ganado, que paca
en sus cercanas. En trminos semejantes s expresa Velasco, qu aqu pa-
rece seguir .Condamine; solamente que segn l apareci de nuevo la isla
hundida, que se quemaron hasta las rocas, y que se esterilizaron los campos.
Es singular, que Condamine, quien en Diciembre de 1740 se hall en las
cercanas del Quilotoa, recibi esta noticia solo 11 aos despus en Paris.
Wagner de nuevo d este acontecimiento un colorido mas interesante,
diciendo: Una segunda erupcin fuerte de aquella isla sucedi en 1740.
362 GEOLOGA. CAPTULO VII.

Todo el lago apareci en una iluminacin maravillosa de llamas, como refiere


el historiador citado (Velasco); pero sin duda fu solamente el reflejo de los
proyectiles encendidos, el que ilumin el lago (1. c. pg. 455).
Las escasas noticias citadas, que tienen algo de misterioso, no son
propsito para dilucidar la naturaleza del fenmeno en cuestin, que, segn
es fama, se repiti varias veces despus, por ejemplo en 1859. El doctor
W. Reiss es el primer gelogo, que en 1872 estudi detenidamente este vol-
can, y quien debemos las primeras noticias exactas. Segn l no se ob-
serva ningn indicio de una actividad histrica del Quilotoa; el desprendi-
miento de burbujas de gas en el agua es el nico resto dbil de su actividad
prehistrica y muy antigua. Debemos este observador una descripcin
detallada del Quilotoa, de la formacin de su crter y del lago, as como
la explicacin sencilla y natural de los fenmenos mencionados, pero des-
provistos de toda exageracin.*) En mi Crnica (pg. 34) he adoptado
las explicaciones del seor Reiss, que ya me habia comunicado en una carta
particular. El crter tiene paredes muy escarpadas de mas de 300 metros
de altura y el fondo est ocupado por el lago. Al lado oeste de su borde
baja una loma menos pendiente hasta el agua, formando una pequea penin- ^
sula. Esta prominencia es el efecto de un gran derrumbo, y se extendi
algun dia mucho mas que ahora por el lago adentro, de manera que caban
all algunas chozas y podia pacer el ganado. Pero el agua, que penetra
con facilidad la toba volcnica, y el oleaje, aunque dbil, sinembargo con-
tinuo del lago profundo, desmoronaron y socabaron poco poco el terreno
derrumbado, y as la pennsula se disminuy cada dia mas y se redujo
finalmente al resto pequeo, que aun se conserva. Fcil es, que de estos
sucesos naciera el cuento de la isla y hacienda hundida, porque el pueblo
siempre se inclina atribuir los efectos de los lentos procedimientos natu-
rales unas causas violentas instantneas. El gas que se desprende
del lago, es el cido carbnico, con un olor dbil de hidrgeno sulfurado.
Este gas no se enciende ni arde; para suponer otros gases en otros tiempos,
nos falta el fundamento. Pero el seor Reiss se inclina negar la existencia
de llamas, y explica el fenmeno de la manera siguiente. Cuando por pocas
v aumentndose el desprendimiento de gas, el agua parece hervir y se tifie
de amarillo por el lodo removido. Por la gran cantidad de cido carbnico,
los animales en la cercana tienen que padecer y hasta morir veces; los
arbustos en las orillas se secarn y aparecern como quemados. El pueblo
no podr explicarse estos fenmenos sin suponer la existencia de fuego, que
haga hervir el agua y ennegrecer los animales y las plantas.

*) Carta del doctor Reiss, muchas veces citada, pg. 8.


EL TEREENO VOLCNICO. 363

Las rocas andesticas, que toman parte en la arquitectura del Quilotoa,


pertenecen las mas hermosas y mas variadas del Ecuador alto, y ofrecen
al petrgrafo un campo muy vasto.
Para concluir con los volcanes de la Cordillera occidental, diremos to-
dava cuatro palabras del Cariliuairazo y del Chimborazo. Ambos son
volcanes prehistricos, el primero con una caldera muy grande, el segundo
sin ella, pero con grandes y largas corrientes de lava su pi oriental
(pg. 61 y 62). Lo que cuenta Velasco de la antigua grandeza del Cari-
huairazo, competidor en la desmedida elevacin del Chimborazo, de manera,
que no se podia distinguir, cual fuese mas alto, es una fbula y un juego
de fantasia, que se funda probablemente en la figura exterior del cerro, y
que recuerda la misma fbula respecto al Altar, el cual en efecto tiene una
forma muy parecida. La figura actual de ambos volcanes es la primitiva,
como qued despus de su ltima erupcin, y de ningn modo ocasionada
por hundimientos; las calderas de los volcanes se han formado por las
muchas erupciones y explosiones. La cspide, del Carhairazo visit
Mr. Whymper en Junio de 1880; la cumbre del Chimborazo, de que habl
en otra ocasin, subi dos veces, en Enero y en Julio de 1880.
E l T u n g u r a g u a , este competidor moderno del Cotopaxi, se halla en-
frente del Chimborazo, en la Cordillera oriental (pg. 60). Las hermosas
corrientes de lava antiguas y modernas, su pi, fueron visitadas por todos
los gelogos, que han venido al Ecuador, desde Humboldt, que aqui por
primera vez observ el contacto directo de la lava con las esquistas crista-
linas, cerca de la chorrera de Agoyan. Apesar de algunas tradiciones de
erupciones fines del siglo pasado, nos habamos acostumbrado considerar
el Tunguragua como volcan extinguido, por la gran tranquilidad, en que
reposaba desde mucho tiempo, hasta que la espantosa erupcin de 1886 nos
sac de nuestra seguridad. En mi Crnica pude reunir muy pocas
noticias' sobre la actividad histrica de este volcan. Condamine cita la
erupcin mas antigua para el ao de 1641 (tfers 1641), segn lo que le
acont un indio viejsimo de la provincia de Riobamba, que tenia mas de
100 aos y se recordaba de varios pormenores de ese acontecimiento. Des-
pus faltan noticias por mas de un siglo. Una erupcin muy fuerte, durante
la cual se form la interesante corriente del Juivi grande, se verific en
1773, segn un documento, que enoontr en Quito, algun tiempo despus
de la publicacin de mi Crnica, en la cual, por consiguiente, falta este
ao.*) Desde entonces echaba el Tunguragua con frecuencia de su boca

*) Es el .borrador de una carta autgrafa, que el Presidente de Quito dirigi al Conde


de Aranda, y que literalmente dice as: . .
364 GEOLOGA. CAPTULO Vil.

espesas columnas de humo y vapores, as en 1776, cuando se las veia desde


Canelos. Wagner pone una gran erupcin en el ao de 1777, sin indicar
su fuente, y cree que de esta podra derivarse la corriente de lava de Juivi
grande. Del mismo dictamen es Karsten, el cual, sinembargo, deja, nacer
esta lava por un levantamiento del suelo, en estado slido (lo que est
refutado por Reiss y Stbel). Mas probable me parece, que aquella lava ya
corri en 1773, y la erupcin de 77 no est bien probada. Pero con mayor
fundamento podemos admitir una erupcin fuerte durante el ao de 1781;
porque en una relacin de la Municipalidad de Riobamba, que existe todava
en el archivo de la Presidencia de Quito, se dice, que desde el ao de
1781, en que l Tunguragua haba hecha una reventazn, cesaron los temblo-
res. sta es la ltima noticia que tenemos de este volcan. Qued sin
seales de vida durante mas de un siglo. Pero el 11 de Enero de 1886
despert repentinamente de su sueo con gran furia, y devast horrible-
mente el valle de Baos y todos sus alrededores. El Seor Augusto N. Mar-
tnez describi esta erupcin en algunos artculos, publicados en La Nacin
de Guayaquil en el ao citado. En lo esencial no se distingui de las gran-
des erupciones del Gotopaxi, y de nuevo dio al suelo con la teora de Karsten
y con la opinin, de que los volcanes modernos del Ecuador no arrojen lava
lquida. Pues, las cantidades de lava, que en esta ocasin salieron, durante
algunos meses, del crter del Tunguragua, son fabulosas, formaron corrientes
inmensas, que. en todo son parecidas las de Juivi y otras antiguas, y
obstruyeron los cauces de los ros de Patate y Chambo, reprimiendo sus
aguas en un lago extenso, que solo pudo desaguarse despacio, medida
que se formaba el nuevo cauce en la lava, mediante la erosin del agua.<40>

. Exc mo . S or . .
Seor
Habiendo aeahecido la erupcin del Volcan de Tunguragua conformidable
terror de los habitadores, y considerable estrago de Ganado, y Mieses en una
larga extensin de Pais, me ha parecido conveniente imponer la. Superioridad
de V. E. por medio de la adjunta Relacin, y dos representaciones del Volcan y
. Pais perjudicado que acompao, en el que han sido comprehendidas algunas
Haciendas de Temporalidades.
Dios g e . VE. mus. a". Quito 13 de Julio de 1773.
J. D.
El Presidente de Quito D tt . Jph. Diguja incluie VEx. la Relacin, y dos
representaciones de la erupcin del Volcan de Tunguragua.
Exom(>. S r . Conde de Aranda. .-. ...
Gran lstima es, que se ha perdido la relacin, de que habla la carta, porque sin
duda contenia muchos pormenores interesantes, como la, que el mismo Presidente Joseph
Diguja hbia dirigido al rei.de Espaa, sobre la erupcin del Cotopaxi en 1768, y cuya
copia se encuentra en el apndice de mi Crnica, pg. 58.
Eli TEBENO VOLCNICO. 365
Erupciones mas pequeas se verificaron en los aos subsiguientes, y no
sabemos todava, cundo el volcan recaer en su letarga. El primero que
subi al crter del Tunguragua, es el doctor Stbel, quien lo estudi en
Febrero de 1873, y observ un desprendimiento muy dbil de vapores vol-
cnicos en la pared del Norte. Pocos meses despus sigui Mr. Farrand,
un pintor y fotgrafo norteamericano, las huellas del Dr. Stbel, y pas una
noche sentado sobre el borde del crter, esperando el buen tiempo de la
madrugada para sacar vistas fotogrficas. Diez aos mas tarde, en Diciembre
de 1883, tambin el seor A. N. Martnez, acompaado de su hermano y un
amigo, sentaron sus plantas sobre el borde del crter.
Solo unas cuatro leguas al S del Tunguragua encontramos el Altar
cerro de Collanes (pg. 59). Es un volcan muy antiguo, en cuya cercana
no se descubren indicios de una actividad moderna. Humboldt afirma (en
la parte IV a del Kosmos), que entre los indgenas de la provincia de Rio-
bamba se ha conservado la tradicin general, de que 14 aos antes de la
invasin del inca Huayna-Capac (cerca de 1460) la cumbre del Altar se
habia hundido consecuencia de unas erupciones setnales. Actualmente
no existe tal tradicin; ninguno de los historiadores antiguos, ni Velasco,
tan familiarizado con las tradiciones de los indios, la menciona, y parece,
que Humboldt confi con demasiada credulidad en las palabras de un solo
individuo, del indio Zefla en Riobamba. (Vase toda esta historia en M. Wagner,
Reisen im trop. Am., pg. 486.) Los autores modernos, entre ellos Villavi-
cencio, tomaron dicha tradicin de Humboldt, de manera que propiamente
l es el autor de ella. La suposicin, de que el Altar haya sido antigua-
mente un cerro cnico de la altura del Chimborazo, y de que haya recibido
su forma actual por un derrumbamiento en tiempos histricos, carece de
fundamento cientfico; ella contradice las observaciones, qu se puede hacer
en el cerro mismo, as como las deducciones que sacamos de la analoga
con cerros volcnicos semejantes. (A. Stbel, Skizzen aus Ecuador, pg. 44).
E l S a n g a y es el volcan mas meridional del Ecuador con actividad
moderna, y la vez es \mo de los volcanes mas activos del mundo. Feliz-
mente se halla tan retirado de la regin poblada, que no causa mucho dao
los habitantes (pg.. 59).
Segn Mr. de La Condamine comenz su actividad moderna en .el ao
de 1728. Sin duda hizo ya antes sus erupciones, pero desde e] ao citado
hasta nuestros dias no ha interrumpido jamas del todo su actividad, antes
bien la ha aumentado en ciertas pocas, como, por ejemplo, en el ao de
1739, en que Condamine le observ desde el pramo de'Zula: Todo el monte
pareci arder, as como el crter mismo.. Sobre el cono se derram un rio
de azufre y betn encendido y se form s cauce por medio de la nieve,
366 GEOLO&A. CAPTULO VII.

de la cual la cumbre siempre est cubierta (Voy., pg. 77). Parece ex-
cusado decir, que dicho rio no se form de azufre ni de betn, sino de lava
enrojecida. Desde 4 aos, y hasta hoy dia, se derrama sin intermisin
una lava encandesente por la falda oriental del Sangay, dice el doctor Reiss
en 1874, en su carta polmica contra H. Karsten.*) En Diciembre de 1849
se hall el ingeniero S. Wisse en la cercana del Sangay, y.cont en una
hora 267 explosiones fuertes. Los bramidos del volcan se oyen con frecuencia
en Guayaquil, y la ceniza que lanza al aire, veces llega caer en el ocano
pacifico (como la del Cotopaxi y del Tunguragua).

Desde el Azuay al Sur, el terreno volcnico es muy antiguo, y se ne-


cesita ser gelogo, para reconocerlo; las formas exteriores de las montaas
no lo recuerdan, solo la existencia de andesitas y lavas muy antiguas lo
manifiesta. El doctor Reiss es el primero, que habla de tobas volcnicas
superficiales cerca de Cuenca**), y yo descubr en mi viaje de 1876 las an-
desitas y sus tobas hasta el limite de la provincia de Loja. Siendo estos
descubrimientos tan modernos y todava poco conocidos por los gelogos,
dir algo sobre los grupos principales de ese terreno volcnico. Podemos
distinguir tres grupos; el primero es el del Azuay, ocupando el centro del
nudo de este nombre, y extendindose al S sobre la provincia de Caar
hasta el Bueste. Al segundo grupo podemos dar el nombre de Gualaceo,
por hallarse muy desarrollado en el valle del rio de Gualaceo, hasta las
cercanas de Jima,. pero se extiende al Oeste hasta el rio Tarqui. Los
materiales volcnicos superficiales cerca de Cuenca, Sidcay, Deleg etc. pueden
derivarse del primer grupo del segundo. El tercero comienza al Sur del
nudo de Tinajillas, en el rio de Nabon, y llena los valles del rio Len y de
sus tributarios hasta mas all de Oa.
E l grupo del A z u a y . El camino real de Quito Cuenca atraviesa
el centro del nudo del Azuay. Cerca de Achupallas se observa en los valles
el terreno fundamental, las esquists primitivas, y una media legua arriba
del pueblo, siguiendo el rio Azuay, se tiene la ocasin bastante rara de es-
tudiar el contacto inmediato de la andesita eruptiva con aquellas rocas estra-
tificadas. Desde all desaparecen las esquistas y quedan cubiertas de la roca
volcnica, pues todo ese mundo de cerros, picos y cuchillas, hasta los Pare-
dones, constan de andesita, es decir de lava antigua, en otras palabras: son
volcanes extinguidos. Al Oeste el Azuay est bordeado de rocas verdes
y de la formacin cretcea, pero algunos cerros volcnicos avanzan hasta

*) Zeitschrift der deutsehen geologischen Gesellschaft, XXVI, pg. 923.


**) Carta- S. B. el Presid. de la Bep., 1873, pg. 15.
EL TEBRENO VOLCNICO. 367
las orillas del rio Chanchan, como el cono del Guabalcon Puay. Hacia
el Este el terreno volcnico queda limitado por las esquistas cristalinas de
la Cordillera oriental.
Desde los Paredones comienzan ocultarse las andesitas debajo de las
tobas y los conglomeratos volcnicos, que llegan un desarrollo enorme en
la meseta de Caar; como se v con particularidad en el valle que el rio
grande ha excavado en ellos. Las ultimas lavas macizas sobresalen en forma
de crestas y pequeos picos de los conglomeratos enfrente de Caar cerca
de los pueblos de Sigsid y Tambo. El Bueran, al Sur de Caar, se com-
pone hasta su cumbre (3806 metros) solamente de conglomeratos gruesos y
estos se extienden hasta el Bueste. Me parece que al Sur del rio de Caar
no se verificaron erupciones de lava, sino que all los materiales volcnicos
cubren solamente en capas gruesas el terreno cretceo y porfdico, que se
descubre hacia el oriente desde inca-pirca, Huaira-pungo y Molobog, para
reunirse directamente con las squistas cristalinas de la Cordillera oriental.
La variedad petrogrfica de las andesitas del Azuay es grande, sobre
todo en los conglomeratos en que encontramos una coleccin de muestras
que derivan de puntos diferentes y distantes. En lo esencial no se distin-
guen de las andesitas de la provincia de Quito; predominan las variedades
de una textura microcristaina y de color oscuro, pero tampoco faltan las
maerocristalinas, y cerros enteros se componen de ellas, por ejemplo los que
estn al lado de Quimsa-cruz. La variedad esponjosa, que se llama piedra
pmez, no es rara en las tobas y brcchas, pero la obsidiana parece faltar.
E l grupo de Gualaceo. Las erupciones principales de este grupo
tuvieron lugar en el valle del rio Gualaceo, desde el Paute hasta la desem-
bocadura del rio Shiu. All se encuentran cada paso las lavas antiguas,
que sobresalen en forma de bancos de cuchillas las tobas y brcchas.
Igualmente encontr la pea viva de andesita en los pramos entre Jima y
Sigsig en una altura considerable. En el valle del rio Paute se observa
bien la sobreposicion de la formacin volcnica sobre la de la arenisca de
Azogues, y al Norte del dicho rio, entre Paute y San Cristbal, existe un
pequeo grupo d vetas y diques de lava andesitica, que rompieron aquella
formacin sedimentaria, as como tambin el cerro de Cojitambo, que todo
se compone de una andesita muy hermosa y se levanta aislado en medio
de la arenisca, sin alterar mucho el rumb general de las capas de ella.
Fuera de estos puntos no encontr la andesita in situ, pero sus tobas y
conglomeratos tienen una extensin mucho mas grande: en la Cordillera
oriental de Sigsig suben hasta los pramos y al Oeste se extienden por
Quinjeo las cercanas de Cumbe, rodean los planos de Tarqui, componen
los cerros de Turi y Valle, y cubren, lo menos superficialmente, los de
368 GEOLOGA. CAPTULO VII.

Paccha y an la cumbre del Guagualzhuma. Tambin al Norte de Cuenca


las capas de materiales volcnicos formaron antiguamente una cubierta super-
ficial sobre la arenisca de Azogues hasta Deleg, pero los ros que vienen
del Oeste, el Machngara, el de Sidcay y el de Deleg, destruyeron esta
cubierta en gran parte, excavando sus cauces hasta la profundidad de la
arenisca; y as es que se han conservado solamente algunos trozos del ter-
reno volcnico sobre las lomas que separan los valles de dichos ros. Esta
observacin se puede hacer mejor en el camino de Cuenca Deleg, que
cruza todos esos valles y lomas: sobre estas se pisa los conglomeratos vol-
cnicos (muy desarrollados en Habzhun), y en aquellos las capas levantadas
de la arenisca d Azogues.
En cuanto las variedades de la andesita se puede decir que son las
mismas que en el grupo del Azuay. El cerro de Cojitambo presenta una
variedad tpica y hermosa de la andesita anfiblica: en la masa fundamental
microcristalina de un color gris claro se distinguen perfectamente bien los
cristalitos de anfibola, mica negra y los fragmentos mas grandes de la
plagioclasa (andesina) blanca; con la aguja magntica se comprueba tambin
la presencia de la magnetita, que no falta en casi ninguna variedad.
E l grupo de N a b o n y Oa. Como hemos dicho mas arriba, se ex-
tiende sobre los valles del rio Len y de sus tributarios desde el de Nabon
hasta el de Oha. Al Este sube hasta los pramos del terreno esquistoso y
l Oeste se limita al lado derecho del rio Len con una zona angosta que
faldea las montaas porfdicas de Allpachaca. Predominan en este territorio
las rocas - clsticas, tobas y conglomeratos. Algunas tobas se hallan muy
impregnadas de hidrxido de hierro, que les comunica un color rojo y las
d conocer en mucha distancia; fenmeno que se observa tambin en el
grupo de Gulaceo, en las cercanas de Quinjeo. Por esta cubierta gruesa *
de tobas y conglomeratos se han ocultado bstante los lugares de erupcin
de andesita y lava, y es algo difcil descubrirlos. La mejor ocasin para
observar las rocas vivas se ofrece" en las laderas escarpadas del valle del
rio Len en el lado izquierdo, por ejemplo en la bajada de Nabon al dicho
rio, pero son generalmente muy descompuestas -
Tambin cerca de Udushapa y Oa existen montaas de pea viva, pero
estas necesitan una explicacin especial, porque presentan una de las rocas
mas interesantes bajo la vista cientfica, es decir la andesita cuarzosa. De
ella se compone la pequea cordillera mas bien una sola montaa tendida
entre Oa y el ri de Udushapa, igualmente la montaa entre este mismo
rio y el de Tablayacu. El camino real pasa por ambas localidades, y fuera
de ellas' no he visto esta foca particular en toda la provincia, y puedo aadir
ni en toda la Repblica; pues las andesitas cuarzosas de la provincia de
EL TERRENO VOLCNICO. 369
Quito se han desarrollado de una manera distinta. En efecto, el aspecto
exterior de la roca es tan singular, que es capaz de engaar cualquiera,
y por mucho tiempo la tom por una roca grantica muy alterada y descom-
puesta. En la superficie es desmoronadiza y se parece las areniscas cuar-
zosas, pero tambin en alguna profundidad es todava bastante blanda, de
manera que es difcil aderezar con el martillo muestras regulares. El detenido
examen mineralgico dio los resultados siguientes: la roca consta casi por la
mitad de cuarzo cristalino en granos y fragmentos de 1 4 milmetros de di-
metro ; estos granos son por lo comn irregularmente angulosos redondeados,
pero examinando bien los aislados, que se hallan por millares en la superficie
descompuesta del terreno en el camino y en las pequeas quebradas, se v
muchos que son cristalitos bastante perfectos y presentan el dihexaedro,
como el cuarzo de ciertos prfidos (fenmeno que se observa igualmente en
la" andesita cuarzosa de Perucho y Pullaro). El cuarzo es sin color, pel-
cido como cristal de roca, algo ahumado, no descompuesto. El segundo
mineral constitutivo es un feldespato triclnico, la andesina, en pequeos
fragmentos cristalinos, de aspecto bastante fresco, pero de contornos algo
confusos y no bien limitados; rara vez es pelcido como vidrio, comunmente
blanco y turbio; su cantidad apenas llegar la mitad de la del cuarzo.
Fuera de estos dos no se v otro mineral individualizado, ni mica, ni anfibola,
ni magnetita, y todo el resto de la roca consta de una masa fina porosa que se
parece la piedra pmez, y forma como un cemento para el cuarzo y feldespato.
Un accidente secundario de esta roca merece ser mencionado, y es el
que en sus grietas y hendiduras se han formado vetas de palo de V2 hasta
G pulgadas de ancho. Estas vetas son frecuentes en el camino de Udushapa
'Oa, mientras que no las observ en el lado opuesto del rio Udushapa.
El palo es bastante hermoso y de diferentes colores, en algunas vetas se
acerca al palo fino, en otras al palo de fuego. La presencia del palo en
estas vetas es una seal segura, de que la andesita cuarzosa ya no se en-
cuentra en su estado fresco, sino en el de la metamorfosis, en que se forman
estas secreciones de slice amorfa costa de los minerales constitutivos.
Dudo que en otra parte del mundo se haya encontrado una roca vol-
cnica tan rica en cuarzo, como la andesita cuarzosa d Oa. Algo parecida
ella, pero no con tanto cuarzo, es una andesita cuarzosa muy porosa,
una piedra pmez, que el doctor Stbel encontr en Bolivi, cerca del Sajama,
en el camino que conduce de Tomarape a Carahuara, y que descrita
por IY. Rudolph.*)

*) Beitrag zur Petrographie der Anden von Per und Bolivi. En: Mineral. u.
Petrogr. Mittheil. von Tschermak. IX, pg. 309.
Wow, Ecuador. 24
370 GEOLOGA. CAPTULO VII.

Por su posicin singular 'y excepcional en>;la costa, debo decir todava
cuatro palabras de las tobas volcnicas de Esmeraldas. He dicho
anteriormente, que los materiales volcnicos del pais andino acaban muy
arriba en las faldas exteriores de la Cordillera occidental, y que en general
no ejercieron ninguna influencia en el desarrollo de las regiones litorales.
La presencia de esas tobas en Esmeraldas al principio parece muy estrafia,
sinembargo deja explicarse de un modo natural y sencillo.
La formacin est limitada al sistema del rio Esmeraldas, y se halla
como intercalada entre la diluvial y la aluvial, pero donde falta la primera,
descansa directamente sobre la arenisca marina. Consta de una toba volcnica
muy compacta y dura, de color blanquizco ceniciento, mezclada con rapilli,
piedra pmez y pedazos mayores y menores de andesita y lavas andesticas.
En muchos lugares estos fragmentos angulosos predominan tanto, que la
toba merece mas bien el nombre de una breccha volcnica. Algunas piedras
diorticas, que tambin se hallan en la toba, se distinguen desde luego por
su figura redondeada, y no cabe duda, que estos guijarros se derivan de las
capas diluviales, que durante la invasin de las masas volcnicas fueron en
parte destruidas.
Toda la anchurosa hoya del rio Esmeraldas se llen de toba volcnica;
esta descendi del callejn interandino de Quito por el valle del Guallabamba,
rebos al cauce del rio Blanco hasta la boca del Quinind, y se introdujo
en todos los valles laterales, algunas leguas adentro. Sinembargo, parece
que no lleg hasta el mar, pues unas tres cuatro leguas arriba de la
villa de Esmeraldas se pierden sus vestigios, y el valle del rio. Tiaone qued
libre de la invasin, lo que no hubiera sucedido, si la corriente hubiese
llegado hasta abajo. El valle del Viche, mucho mas angosto que el del
Tiaone, se llen de la toba en la extensin de dos leguas, hasta la desem-
bocadura del Caple. En la confluencia del Guallabamba con el Blanco la
toba alcanza l potencia de 30 metros, en otros lugares, sobre todo en que-
bradas angostas, en que rebos, es aun mas considerable. Pero la erosin
del agua ya destruy de nuevo enormes masas de la toba, excavando los
valles hasta su profundidad anterior y aun algunos metros mas en la arenisca
marina. As, por ejemplo, quedaron en el valle del rio Viche solamente
trozos aislados de la toba como colgados en los flancos la altura de 10 y
15 metros. Las condiciones topogrficas de la regin antes del aconteci-
miento, deban ser mas menos iguales las de hoy, es decir, ya existieron
las mismas montaas y los mismos ros, y estos ltimos haban excavado
sus cauces casi la profundidad actual. Cuando sucedi la gran avenida
volcnica y la toba obstruy la angosta abra, por la cual el Guallabamba
unido con el Blanco se dirije al mar, las aguas de esos rios grandes quedaron
EL TEBBBNO VOLCNICO. 371
por algun tiempo represadas inundaron las extensas llanuras, que existen
entre las montaas de Canind y el pi de los Andes. Poco poco el agua
se abri de nuevo el paso por el antiguo valle, royendo la toba ya endurecida,
y las. llanuras se desaguaron. A esta erosin debemos los altos y hermosos
perfiles del terreno, que en las angosturas del valle forman el cajn del rio.
La toba volcnica no manifiesta ningn indicio de estratificacin de
sedimentacin sucesiva, al contrario, todo se presenta como el producto de
una sola avenida, y como el resultado de un solo acontecimiento grande.
Talvez no seria muy aventurada la conjetura, de que la catstrofe est en
conexin directa con la abertura violenta de la cordillera occidental por el
valle de Perucho, con la cual todas las aguas de la provincia del Pichincha
se precipitaron hacia este lado, formando el actual rio Guallabamba. Esta
opinin lo menos est muy conforme con el hecho bien observado, de que
el terreno cuaternario debajo de la toba no encierra ningn producto vol-
cnico, mientras que todas las capas encima de ella, mas modernas, abundan
en lavas y andesitas rodadas; pues esto, me parece, quiere decir, que sola-
mente desde la formacin de la toba volcnica existe una comunicacin
directa del sistema fluvial del Esmeraldas con el callejn interandino, ocu-
pado por materiales volcnicos. La catstrofe sucedi en la segunda mitad
hacia el fin de la poca cuaternaria.
En el rio Blanco, mas arriba de la boca del Quinind, se observan tam-
bin de vez en cuando algunos trozos considerables de una breccha volc-
nica, la cual, sinembargo, se destingue primera vista de la del rio Gualla-
bamba, que acabo de describir. .Son aglomeraciones de trozos de lava oscura
y de rapilli, y parecen provenir del Pichincha. Cerca de la desembocadura
del rio de San Jos los bancos de esta breccha forman un islote y un salto
del rio Blanco; por lo dems el fenmeno es insignificante en comparacin
con las tobas del Guallabamba, y tambin parece mas reciente.

La edad de la formacin volcnica.


En varias ocasiones he dicho que el terreno volcnico del Ecuador es
contemporneo con los sedimentarios de la poca cuaternaria y moderna.
No conocemos ni un solo lugar, en que materiales andesiticas (primitivas
clsticas) se hallasen intercaladas las capas terciarias debajo de ellas.
Es verdad, que este argumento no es del todo concluyente; porque en el
pais interandina volcnico tampoco no conocemos capas terciarias debajo
de los materiales andesiticos*), y las del litoral estn muy lejos de la sierra

*) Solo en la hoya del rio Len, entre Nabon y Oa, las pizarras margosas de Tabla-
yacu, con impresiones de plantas dicotiledneas, que se encuentran debajo de antiguos
conglomeratos volcnicos, pertenecen talves la formacin terciaria.
24*
372 GEOLO&A. CAPTULO VII.

y no llegaron en contacto con los volcanes. Siempre es curioso y digno


de atencin, que el terreno terciario de la costa, en que se hallan tantos
fragmentos de dioritas y porfiritas de la Cordillera occidental, nunca
encierran pedazos de andesita ni lava andesitica. Y esto vale tambin
de las capas cuaternarias diluviales inferiores, solo las superiores y
las aluviales contienen esos .materiales recientes en-abundancia, no solo
al pi de la Cordillera, sino en los cauces de los rios hasta la orilla del
Ocano.
Los huesos de animales extinguidos, que se hallan en las tobas volc-
nicas de la sierra, atestiguan la edad cuaternaria de las capas en que se
encuentran. Fsiles terciarios jamas se han descubierto en ellas. Los mam-
feros cuaternarios se han encontrado hasta ahora con mas frecuencia en las
capas superiores de las tobas (en la cangagua), porque estas son mas acce-
sibles la observacin; pero no faltan mas abajo, como en la quebrada de
Chalang, cerca de Punin (prov. Chimborazo), donde he hallan en gran cantidad
en las capas nfimas de aquella regin, que descansan directamente sobre
una formacin antigua no volcnica. Cierto es, que no podemos probar, que
esta capa de Punin pertenezca las volcnicas mas antiguas de todo el
pais, porque al tiempo de su formacin ya pudieron existir mas antiguas en
otras partes, como bien observa el doctor Reiss, pero tampoco se puede eviden-
ciar que sea tan moderna como la cangagua, p. ej. de Alangas, solo porque en-
cierra la misma fauna. Alguna duracin habr tenido la edad del mastodonte,
y no veo un inconveniente porqu no puedan encontrarse sus restos la
vez en las capas inferiores y superiores del terreno cuaternario en el Ecuador
alto. Nunca he negado, al contrario afirmado en varias ocasiones*), que
talvez pero solo talvez, no teniendo pruebas la erupcin de las andesitas
la actividad volcnica haya comenzado en la poca terciaria, fines de
ella; pero insist siempre, en que la actividad principal se desarroll en la
cuaternaria y sigui por la moderna. Y as creo estar enteramente de acuerdo
con el doctor Reiss, que en el fondo no dice otra cosa, cuando, en atencin
los efectos enormes que produjo la erosin del agua en los terrenos vol-
cnicos y que suponen un largo perodo de accin, concluye diciendo, que
uno se inclina suponer, que tambin aqu en el Ecuador la actividad
volcnica remonte talvez (moglicherweise) hasta el tiempo terciario**).
En la impugnacin de la teora de Karsten, que coloca la actividad principal
de los volcanes en la poca teriaria, y atribuye al terreno volcnico un origen

*) N. Jahrb. f. Min., 1875, pg. 157.


**) Palaent. Abhandl. v. Dames u. Kaiser. I. Heft 2. Ueber eine fossile Saugethier-
faurta von Punin, pg. 13.
EL TERRENO VOLCNICO. 373

submarino, el Seor Reiss es muy enrgico y hace desvanecer los argumentos


de aquel observador superfical.*)
Los huesos de mamferos cuaternarios se han encontrado en varios puntos;
as en la cercana de los pueblos de Malchingu, Cotocollao y Alangas, en
los alrededores del Imbabura, y al pi oriental del Chimborazo; pero el lugar
mas interesante y mas rico es la quebrada de Chalang cerca de Punin, citada
mas arriba. De ella saqu en 1871 tantos huesos, que pude llevar dos cajones
grandes al museo de Quito, donde deben existir todava. Eeconoci entre
ellos el Mastodon Andium, un caballo extinguido (Equus Quitensis m.),
dos especies de venado (Cervus Chimborazi y C. Riobambensis m.), y
un armadillo muy grande, que llam Dasypus magnus (lo menos dos veces
mas grande, que el armadillo actual). Del ltimo, as como del caballo,
encontr esqueletos casi completos; pero por lo comn los huesos se hallan
disyuntos y esparcidos por la toba. Una descripcin de esta fauna interesante
comenzada y ya muy adelantada, qued inconclusa por mi separacin de
la universidad de Quito. Despus visitaron la localidad de Chalang los
seores Reiss y Stbel y colectaron tambin un material abundante, que
sirvi al seor W. Branco para su trabajo sobre Una fauna de mamferos
fsiles de Punin cerca deRiobamba en el Ecuador (Berln 1883)**). Branco
encontr en esta coleccin los huesos y muelas de -Mastodon Andium Cuv.;
los del caballo, que llama con Wagner nEquus Andium y que es el mismo
que mi E. Quitensis; los de un animal parecido la llama, que dio el
nombre de .Protauchenia Beissi; los de varias especies de venado, para
cuya clasificacin exacta el material no era suficiente; y finalmente el crneo
de un carnvoro extinguido (entre hiena y tigre) con colmillos formidables,
que se acerca mucho al .Machairodus neogaeus Burm. Restos del armadillo
grande (Dasypus) no se hallaron en la coleccin (yo tambin encontr un
solo esqueleto), pero los de otro animal grande de la misma clase de los
Edentados, que es talvez idntico con Mylodon rolusttis Ow. Este ltimo
animal no se encontr en Punin, sino cerca de la hacienda. de Sta. Rita en
el rio Daule.
Entre los huesos predominan los del caballo diluvial (muy distinto del
actual), y era la primera ocasin, en que se pudo estudiar un caballo fsil
de Sudamrica en todas las partes del esqueleto. Muelas se haban encontrado
en varias partes de Sudamrica, y en ellas se haban fundado unas 7 especies
distintas, pero sin razn, como Branco lo ha comprobado. El Equus An-
dium es hasta ahora la nica especie bien estudiado y segura. Es

*) Zeitschr. d. deutseh. geol. Ges. XXVI, 1874, pg. 925.


**) Palaeontol. Abhandl. 1. c.
374 GEOLOGA. CAPTULO VII.

sumamente interesante, que el gnero del caballo, que en la poca cuaternaria


haba poblado por millares este continente, se extingui completamente con
los dems animales cuaternarios. Pues sabido es, que el caballo actual, as
como el burro, ha sido introducido por los conquistadores del siglo 16.
De un estudio comparativo de otras faunas cuaternarias de Europa y
de Sudamrica, el seor Branco saca los resultados: I o que la de Punin es
equivalente y contempornea con la de Tarija en Bolivi y con la inferior
de las Pampas argentinas; 2 a que estas tres faunas americanas son equi-
valentes (no contemporneas) con las pliocenas superiores de Europa; y
3 o que es muy probable, que las faunas americanas indicadas no son con-
temporneas con las pliocenas de Europa, sino con las pleistocenas, es decir,
que son cuaternarias. Esta ltima deduccin no solo me parece probable,
sino segura en cuanto al Ecuador, si considero el modo del yacimiento de
esos restos (de Mastodon, Equus Andium, Mylodon) en las capas del litoral,
que son indudablemente cuaternarias.

Apndice al Captulo VIIo.


Terremotos y temblores.
Tratados sobre la teora de los terremotos, su origen, causas y efectos,
han de buscarse en los compendios de geologa general. Aqu trataremos
este tema con toda brevedad, y solo con relacin las observaciones hechas
en el Ecuador. No he hablado de los terremotos en el capitulo que pre-
cede, en conexin con los volcanes activos del pais, porque, en efecto, no
puedo encontrar aquella conexin directa entre los dos fenmenos, cual
suponen muchos gelogos y la mayor parte de los habitantes del pais; y
ademas no todos los terremotos tienen un origen volcnico.
Cuando en 1873 en mi a Crnica de los fenmenos volcnicos y terre-
motos del Ecuador trat de volcanes y terremotos la vez, lo hice precisa-
mente para averiguar, si exista una intima correlacin entre ellos no, pero
no para afirmarla de antemano. Me he convencido de que todo lo que se
asegura con este respecto, atribuyendo un terremoto tal cual volcan
determinado, no pasa de meras conjeturas sin fundamento slido. Ninguno
de los grandes terremotos histricos coincidi con una fuerte erupcin vol-
cnica ni la precedi. A este hecho curioso ya llam la atencin hablando
de las erupciones del Cotopaxi. lo mas se sienten en la cercana de un
volcan activo temblores dbiles. Se me dir, que precisamente as debe ser
APNDICE. TERREMOTOS. &75
segn la teora, defendida tambin por Humboldt, de que los volcanes son
vlvulas de seguridad, que impiden los terremotos cuando estn abiertas;
y se citan algunos ejemplos, de que los temblores en una regin cesaron,
despus que un volcan vecino entr en estado de actividad. La teora es
bonita y parece plausible primera vista, pero no pasa de ser una hiptesis,
que falta probar. En cuanto los pocos ejemplos alegados, pueden ser
meras casualidades, en un pais, en que temblores y erupciones son fen-
menos tan frecuentes, que seria estrao, si no se sucedieran de vez en cuando
en el orden, en que se los desea para corroborar aquella hiptesis.
Estoy muy lejos de negar la naturaleza volcnica de muchos terremotos,
es decir, admito para muchos una misma causa fundamental en el interior
de la tierra, como para los volcanes; pero creo que no estn en aquella
correlacin directa. La gran frecuencia de los terremotos y temblores en
los distritos volcnicos en todo el mundo, casi nos obliga suponer, que en
tales regiones existen con preferencia las condiciones que favorecen el naci-
miento de ellos. Pero tambin aqu no es necesario, que siempre sean cau-
sados por explosiones subterrneas de gases volcnicos; pues nada se opone
que nazcan de vez en cuando consecuencia de derrumbos grandes en
el interior de la costra terrestre, como en pases no volcnicos, en que este
origen de los terremotos est comprobado con bastante evidencia, por ejem-
plo, en los Alpes de la Suiza. En este caso el volcanismo podra ser la
causa indirecta de los temblores, predisponiendo el terreno de un modo
mecnico qumico para los terremotos.
La observacin y experiencia de muchos aos en las provincias litorales
del Ecuador me han convencido, de que los frecuentes temblores en la costa,
sobre todo en ciertas estaciones, no estn en relacin con los de la sierra,
y que en general no tienen nada que ver con el volcanismo. Cuando en
Marzo de 1889 todo el litoral ecuatoriano estaba muy asustado con los fre-
cuentes y fuertes temblores de aquella poca, y la gente temia un cataclismo
general, tuve ocasin de emitir mi opinin sobre las causas generadoras de
estos fenmenos, en un artculo, que se public en los peridicos de Guaya-
quil.*) Indiqu la diferencia entre los temblores volcnicos y los tectnicos,
diciendo que los ltimos se llaman as, por tener su origen en ciertos cam-
bios, que sufre el globo terrqueo en la arquitectura de su costra, especial-
mente por resbalamientos, hundimientos y otras dislocaciones de las capas
sedimentarias, por derrumbos de cavernas subterrneas etc. En muchos
casos es imposible decir, qu clase pertenezca un temblor, porque los
efectos superficiales en ambos casos sern casi los mismos, y ademas pueden

*) Vase, por ejemplo, El Globo del 27 de Marzo de 1889.


376 GEOLOOA. CAPTULO V I I .

coincidir las dos clases, pudiendo por ejemplo un pequeo choque volcnico
ocasionar una serie de temblores tectnicos muy fuertes, cuando encuentra
en una regin las capas predispuestas dislocaciones. Sinembargo hay
veces, en que queda poca duda respecto la naturaleza y las causas de un
temblor, y en la costa ecuatoriana nos hallamos por lo regular enfrente de
movimientos y temblores puramente tectnicos. En los captulos 5 o y 6o
conocimos la constitucin geolgica de las provincias del Guayas, de Manab
y de Esmeraldas, y nos recordaremos, que se componen con preferencia de
capas terciarias y cuaternarias (ademas de las aluviales superficiales), en
parte horizontales, y en parte eregidas fuertemente. No repetiremos su
descripcin. Una circunstancia muy importante para el caso es la, que
ambas formaciones contienen una gran cantidad de sustancias sujetas
alteraciones mecnicas y qumicas. Las arcillas se ablandan con facilidad
por los precipitados atmosfricos; la cal, el yeso, las sales, las sustancias
bituminosas son en parte disolubles, en parte sujetas considerables trans-
formaciones qumicas, que no quedan indiferentes para el volumen, la densi-
dad, la coherencia de las capas, en que se verifican, antes al contrario traen
consigo forzosamente alteraciones tectnicas muy considerables, las cuales
pasarn desapercebidas, si suceden lentamente (movimientos seculares), pero
nos asustarn cuando acontecen instantneamente y con violencia. He de-
mostrado en otro lugar, que el terreno de la pennsula de St a . Elena y del
Morro as como el de otras regiones de la costa, est todava impregnado
de sales. La lijiviacion dulcificacin del terreno no puede verificarse, sin
que se reduzca el volumen de las capas salitrosas. El que la disolucin y
ablacin de las sales suceda tambin, y en gran escala, en mayores pro-
fundidades, lo atestiguan, por ejemplo, las fuentes termales de San Vicente,
en el cantn de St a . Elena. Si calculamos la cantidad de agua de esas
fuentes en solo un litro por segundo (en verdad producen mucho mas) y
tomamos por otra base los 13% gramos de sales por un litro, que d el
anlisis, sacamos el resultado, de que en este punto se extraen anualmente, con
31V2 millones de metros cbicos de agua, unos 8500000 quintales de sal de un
terreno relativamente reducido. Este ejemplo puede darnos una idea de las
enormes cantidades de sustancias solubles que desaparecen anualmente de las
capas cretceas, terciarias y cuaternarias en toda la extensin de sus forma-
ciones. Pues, no se puede dudar de que la lijiviacion se verifique con mayor
menor energa en las profundidades, hasta donde las capas tienen una idntica
constitucin mineralgica, aunque los productos de este trabajo qumico y
mecnico no siempre salgan la superficie, como en las fuentes citadas, sino
que en su mayor parte sean llevadas por corrientes y filtraciones subterrneas.
Ahora bien, las sustancias disolubles no pueden desaparecer sin dejar
APNDICE. TERREMOTOS. 377

vacos en las capas respectivas, sea que estas se hagan porosas, si aquellas
se hallaban diseminadas, sea que se formen cavedades mayores, si las sales
se haban hallado en masas compactas en capas continuas. En el estado
normal de las cosas, la descomposicin y lijiviacion lenta de las capas ser
acompaada de una compresin igualmente lenta y sucesiva de ellas por el
terreno sobrepuesto por su propio peso, y el hundimiento consecutivo del
suelo ser imperceptible por mucho tiempo. Pero si por causas accidentales
la descomposicin se verifica con mucha desigualdad en diferentes lugares
cercanos, con mayor energa, por ejemplo, durante fuertes y continuas lluvias,
que proporcionan una abundancia del medio disolvente, entonces los vacos
y cavedades se forman con mayor rapidez y en mayor escala, el movimiento
del suelo, desigual en diferentes lugares, se hace perceptible en la super-
ficie, sea por resbalamientos suaves, sea por choques repentinos, que hacen
temblar la tierra grandes distancias. Tales hundimientos parciales y
locales no pueden verificarse sin fractura de las capas, en que se verifican,
y sin la formacin de grietas. Si la fractura sucede en grandes profundi-
dades, las grietas no se manifiestan en la superficie, sobre todo cuando esta
se compone de los materiales sueltos de arena tierra vegetal; pero si la
dislocacin se verifica en capas superficiales, las hendiduras son notables,
y por ellas brota veces agua y lodo, consecuencia de la presin, que
los estratos superficiales ejercen sobre las capas inferiores ablandadas. Este
mismo lodo comunmente hediondo (por el hidrgeno sulfurado que contiene)
es una prueba nueva de enrgicas alteraciones qumicas y mecnicas, que
sufre el terreno en la profundidad.
A todos estos movimientos ayuda poderosamente el ablandamiento me-
cnico de las capas arcillosas, consecuencia de filtraciones copiosas, espe-
cialmente en aquellas comarcas en que el yacimiento de esas capas no es
horizontal sino oblicuo. Si unas capas duras, por ejemplo, de arenisca, van
alternando con otras de arcilla, si estas ltimas por la filtracin del agua
se ablandan, si ademas se hallan suficientemente inclinadas, como sucede
en muchsimos lugares de la costa, entonces las primeras (duras) fcilmente
se resbalan sobre las segundas, ocasionando derrumbos mas menos ex-
tensos en las montaas. Es este un fenmeno muy frecuente, y un caso
curioso sucedi en 1871 en la costa de Manabi, entre el Cabo Pasado y
Pedernales, que describ en su tiempo. Cuando los resbalamientos y der-
rumbos son superficiales, como en el caso citado, el sacudimiento de la tierra
no se sentir, sino en la proximidad del acontecimiento. Pero si suceden
en mayores profundidades, el choque se comunicar las capas adyacentes
y se propagar en forma de un temblor fuerte grandes distancias; el efecto
ser casi el mismo, como si proviniese-de una explosin volcnica.
378 GEOLOGA. CAPTULO VII.

Los levantamientos del suelo, que aveces se observan en tales ocasiones,


son una consecuencia de los hundimientos. En la costa las capas ter-
ciarias de los barrancos altos buzan con 20 30 grados de inclinacin hasta
el mar y se pierden en la playa debajo de las capas horizontales, 'que actual-
mente deposita el mar su pi y sobre ellas mismas. Al resbalarse aquellas
la profundidad, ejercen una presin inmensa sobre las capas modernas
sobrepuestas y las empujan hacia arriba, ocasionando en la costa el origen
de islas pennsulas, y cuando el" fenmeno suceda tierra adentro, el de
colinas, cuya elevacin estar en proporcin con el hundimiento de las capas
resbaladas. En 1871 los islotes que se levantaron en la costa de Manab
consecuencia de derrumbos, llegaron la altura de 10 y de 30 metros. En
1889 se anunciaron nuevos levantamientos de la misma costa de Manab,
y no dudo que hayan tenido un origen anlogo. Se v, que todos estos
movimientos no tienen nada que ver con el volcanismo, aunque sus efectos
superficiales se parezcan veces los de los terremotos volcnicos.
Si despus de esta exposicin general volvemos los temblores, que en
Marzo de 1889 inquietaron el litoral con tanta frecuencia, veremos que varias
observaciones corroboran la opinin, de que son fenmenos tectnicos y no
volcnicos. La estacin lluviosa, que en aquel ao atraves todo el litoral
desde Diciembre hasta Marzo, era sumamente rigurosa, y la inmensa can-
tidad de las lluvias habr contribuido poderosamente la lijiviacion qumica
y al ablandamiento mecnico de las capas; (igual cosa sucedi en 1871).
Los temblores de Marzo se han limitado al litoral y se han sentido con
mayor fuerza precisamente en las regiones, en que las formaciones cuater-
narias y terciarias llegan su mayor desarrollo, es decir, en el cantn de
St s . Elena y en la provincia de Manab, mientras que el interior de la Re-
pblica no manifest ninguna conmocin. El choque principal del terremoto
no se experiment en todo el litoral al mismo tiempo, ni siquiera al mismo
dia; en Guayaquil y en St a . Elena el 2 de Marzo las 11 de la noche, en
Manab el 7 de Marzo la una de la noche. Aqu no se puede hablar de
un centro comn, que casi siempre hay en los grandes terremotos volcnicos;-
al contrario los frecuentes temblores de la primera quincena de Marzo sa-
lieron de diferentes puntos, fueron locales, en cuanto la extensin y la
sucesin cronolgica. Y esto se explica perfectamente con la teora expuesta.
Un movimiento local, por pequeo que fuese, pudo ocasionar una serie de
temblores en una regin, cuyas capas terrestres en diferentes lugares se
hallaban predispuestas dislocaciones violentas, derrumbes, resbalamien-
tos etc. Un choque fuerte que conmueve una comarca entera (p. ej. el 2 de
Marzo en St a . Elena) puede mover por las ondulaciones terrestres las capas
de otra comarca mas lejana (p. ej. Manab), en que por el derrumbe de unas
APNDICE. TEKHEMOTOS. 379

capas mal apoyadas se origina un choque igual mas fuerte que el primero,
y con un nuevo centro de temblores. Como rara vez un complejo de
capas, una vez en movimiento, se asienta y se acomoda bien con el primer
golpe, es natural, que por intervalos sigan movimientos y temblores secun-
darios, comunmente menos violentos que el primero, hasta que poco poco
se establezca el equilibrio en las capas dislocadas. As sucedi en Marzo
do 1889, durante algunos dias despus del tiempo de mayor conmocin; los
ltimos retoques se manifestaban por oscilaciones apenas perceptibles.
Iguales observaciones he hecho en 1888 y en otros aos, que se distinguieron
por la frecuencia de los temblores. Con esta teora se explica tambin de
algun modo el hecho, que los movimientos de tierra se observan en el litoral
con mayor frecuencia hacia fines del invierno, especialmente cuando este ha
sido muy fuerte; otra correlacin meteorolgica, por ejemplo, con el estado
del barmetro, no pude descubrir.
No quiero extender la teora, que acabo de exponer, y que en mi opinin
tiene su aplicacin para los fenmenos sesmicos del litoral, los terremotos
y temblores de todo el pais, especialmente de la regin volcnica. Dejo en
tela de juicio el si los terremotos del interior todos sean volcnicos, si
algunos tambin mejor se atribuyeran movimientos tectnicos. Pero sea
lo que fuera de su naturaleza en cada caso particular, los temblores son
fenmenos tan naturales y necesarios, como las tempestades del aire, que
se forman y se descargan, cuando la atmsfera est cargada de electricidad.
No podemos impedirlos, ni evitar sus efectos, ni predecirlos siquiera (qu
ha sido de las predicciones del clebre Falb?); y preciso es confesar con
ingenuidad, que de la geologa de los gelogos no hay que esperar pro-
nsticos seguros, ni mucho menos remedios contra los temblores, como cree
todava alguna gente sencilla.
La historia de los terremotos principales, que han azotado el Ecuador desde
los tiempos de la conquista, se encuentra en mi o Crnica muchas veces ci-
tada. Aqu nos limitaremos un resumen brevsimo en orden cronolgico.
1541. En la primavera de este ao sucedi un terremoto muy fuerte
en la provincia de Quijos y en las cercanas del Antisana, que asust gran-
demente Gonzalo Pizarro y sus compaeros, que se hallaban la sazn
en camino al pais de Canelos (regin del apo).
1587. Primera destruccin parcial de Quito por terremoto. El Domingo
postrero de Agosto 28 del mes, las 8 de la noche fu aquel espantoso
temblor de tierra, que asol hartas casas con muertes desastradas as en
esta ciudad, como veinte leguas en contorno, y en Otavalo se vino toda la
casa plomo, donde mat al Capitn Alonzo de Cabrera etc. (Manuscrito
de M. Snchez Solmiron, den de la Catedral de Quito, 1645.)
380 GEOLOGA. CAPTULO VII.

1638. En este ao se sintieron en Quito temblores tan fuertes y fre-


cuentes, que el 12 de Setiembre el Cabildo tuvo bien elegir Santa Teresa
patrona especial de la ciudad contra esta plaga. (Libro de Cabildo.)
1645. Primera destruccin parcial de Riobamba. Al principio de este
ao se sintieron muchos temblores en Quito y en Riobamba; en Febrero
hubo en la ltima ciudad un sacudimiento tan fuerte, que en toda la co-
marca hizo muchos estragos, deterior los edificios de la ciudad y sepult
muchos habitantes debajo de los escombros.
1651. A fines de este ao los temblores fueron en Quito tan fuertes,
que e 15 de Diciembre resolvi el Cabildo traer en procesin la imagen de
N. Seora de Guadalupe (de Gupulo), como era costumbre en tiempos de
grandes calamidades. (Lib. de Cab.)
1656. Siguieron los temblores fuertes en Quito, y se eligi otro pa-
trono contra ellos, esta vez San Miguel Arcngel. (Lib. de Cab.)
1660. Despus de la gran erupcin del Pichincha, que aconteci el 27
de Octubre, se derrumb un pedazo considerable del Sincholagua del lado
occidentalj y al desgajarse aquel pedazo de monte de Sincholagua, caus
en Quito el mas terrible temblor de tierra de todos que padeci aquellos
dias tan aflijida ciudad. (Rodrguez, Maraon pg. 235.) Difcil es decir,
si el derrumbo ocasion el terremoto al revs.
1661 y 1662. Durante todos estos dos aos no cesaron los temblores
en Quito, y deterioraron mucho algunas iglesias y otros edificios. Algunos
eran verdaderos terremotos y la memoria del de 23 de Nov. de 1662 se con-
serv por una inscripcin en la fachada de la iglesia de San Agustn, que
existe todava.
1678. El 5 de Enero hubo en Quito un terremoto tan fuerte, que se
temi la ruina de los edificios. (Lib. de Cab.)
1687. El 22 de Nov. Gran terremoto en Atnbato, Latacunga y Pelileo.
l hecho es seguro, pero faltan pormenores.
1698. 20 de Junio. Terremoto espantoso en las provincias de Ambato,
Riobamba y Latacunga, en que se destruy completamente la ciudad de
Ambato y varios pueblos. Segn una Cdula real, existente todava, mu-
rieron en Latacunga 2000, en Ambato cerca de 3000, y en los pueblos cer-
canos Ambato y Latacunga 1500 personas (Velasco d la cifra exagerada
de 22000). Riobamba sufri menos en esta ocasin.
1703. Terremoto en Latacunga, que caus bastantes estragos, aunque
no tan grandes, como el de cinco aos antes. (Cedulario en el arch. de
Latacunga.)
1736. El 5 de Diciembre hubo un terremoto en la provincia de Lata-
cunga, con el cual la ciudad sufri menos, que algunos pueblos circun-
APNDICE. TERREMOTOS. 381

vecinos. As se hundieron las iglesias de Pujil, Toacaso y SaquisiM. (Ced.


de Lat.)
1741. Para este ao indican Condamine y Bouguer varios temblores en
las provincias de Quito y de Cuenca, que ellos mismos observaron. Pero
parece, que fueron de los que suceden casi en todos los aos, y que no
podemos enumerar aqu.
1749. El 20 de Enero padeci Loja un terremoto fuerte, segn Velasco
(III, pg. 100). No conocemos los pormenores del suceso; y es el nico
terremoto, que la historia antigua indica para la provincia de Loja, que
nunca parece haber estado muy expuesta temblores.
1755. El 26 de Abril experiment la provincia de Quito un terremoto,
de que hacen mencin dos Cdulas reales y varios historiadores. Muchos
edificios de la ciudad se hundieron se inutilizaron, y dos aos no bastaron
para reparar los detrimentos. Parece que este terremoto es el mas con-
siderable, que hasta entonces habia acaecido en Quito.
1757. El 22 de Febrero un terremoto espantoso arruin la ciudad de
Latacunga. Todas las iglesias y casi todas las casas vinieron al suelo.
Sinembargo, el nmero de muertos segn Velasco no pas de 400 (Villa-
vicencio convierte esta cifra en 4000). Continuaron los temblores en la pro-
vincia de Latacunga por seis meses. El terremoto fu bastante circunscrito,
no extendindose hasta Quito.
1786. Desde Abril hasta Junio se sintieron en Riobamba muchos y
fuertes temblores (se contaron mas de 110 sacudimientos), que deterioraron
mucho los edificios. (Eelac. de la Municip. de Riobamba.)
1797. El 4 de Febrero. Gran terremoto y ruina completa de Riobamba.
Humboldt, que visit las ruinas unos 5 aos despus, recoji muchos detalles
sobre el acontecimiento, que sinembargo no todos son fidedignos. Asi por
ejemplo asegura, que en esta ocasin perecieron 40000 personas, nmero
que segn documentos autnticos de aquel tiempo, que pude examinar, se
reduce cinco seis mil. 6000 es el tanteo mas alto para toda la provincia
de Riobamba, pero solamente 2036 muertos (877 para la ciudad de Riobamba)
se hallan en la lista oficial, que existe en el archivo de la Presidencia de
Quito, y que lleva la fecha de 10 de Octubre de 1797.
El catlogo de temblores y terremotos, que hice para nuestro siglo, y
que ya no entr en mi Crnica antigua, es muy largo, porque poseemos
apuntes mas minuciosos para algunos lugares; sinembargo pasar en silencio
todos los temblores y mencionar solo los pocos terremotos grandes, como
en los siglos pasados.
1802. Un terremoto regular se experiment en Latacunga, pero sin
estragos notables.
382 GEOLOGA. CAPTULO VII.

1803. Riobamba (nuevo) fu inquietado por tantos y tan fuertes tem-


blores, que los habitantes pensaron en abandonar la ciudad recien fundada.
1840. Este ao era muy inquieto, y se contaron muchsimos temblores
en todo el pais interandino, desde Pasto hasta el Azuay, algunos tan fuertes,
que ya merecieron el nombre de terremotos, como, por ejemplo, el del 9 de
Octubre en Patate y Pelileo. Tambin para los aos de 1843 y 1856 se
registran temblores muy violentos.
1859. El 22 de Marzo arruin un terremoto la ciudad de Quito. Es
el mas fuerte de este siglo en la provincia del Pichincha. En esta ocasin
perdieron casi todas las iglesias de Quito sus torres y muchos edificios vi-
nieron al suelo; el nmero de muertos no fu considerable.
1868. El 15 de Agosto sucedi el terremoto de Tulcn, que ocasion
en los pueblos de la actual provincia de Carchi grandes estragos y la pr-
dida de muchas vidas, y era como el precursor de un acontecimiento mucho
mas fatal.
El 16 de Agosto, la Vfe de la noche, sigui al terremoto del dia pre-
cedente la horrorosa catstrofe, que asol toda la provincia de Imbabura.
La capital Ibarra, Otavalo y varios pueblos florecientes se convirtieron en
un minuto en montones de escombros, y millares de seres humanos que-
daron aplastados debajo de las ruinas. Desde el terremoto de Riobamba
en 1797, la historia del pais no conoce un cataclismo igual, y en cuanto
las vctimas humanas, este ltimo, sin duda, fu mucho mas funesto, que
aquel. No existe un censo exacto de los muertos; Garcia Moreno, que en
aquella ocasin organiz y dirigi la comisin salvadora, calcul el nmero
de los cadveres entre 15000 y 20000. En comparacin con este acon-
tecimiento todos los temblores, que el pais ha experimentado desde 1868,
parecen insignificantes, y ninguno lleg al grado de violencia que podramos
darle el nombre de terremoto en el sentido, en que se usa esta palabra
en el pais.
En este resumen no hemos enumerado los terremotos acaecidos en la
costa ecuatoriana, porque los historiadores no los mencionan, sin duda, por-
que all no hacen muchos estragos, consecuencia de la fbrica singular
de las casas de madera; tampoco no existen archivos en Guayaquil y otras
ciudades del litoral, en que pudiramos buscar tales sucesos de los siglos pa-
sados. Por lo dems parece cierto, que el litoral del Ecuador siempre ha sido
el teatro de frecuentes temblores, pero rarsima vez de un terremoto grande.
F.A..RiTE I I I .

METOBOLOGA.
(Clima y estaciones.)

Hallndose el Ecuador comprendido entre el 2o grado de Lat. N y el


6 de Lat. S, de consiguiente atravesado por la linea equinoccial, pertenece
en toda su extensin la zona trpica, es un pais tropical en superlativo.
Apesar de esto, habr pocos paises en el mundo, que presenten igual varie-
dad de climas y de condiciones meteorolgicas. Con razn se dice, que el
Ecuador rene en un espacio relativamente pequeo, todos los climas y
todas las zonas terrestres, desde la trrida hasta la glacial. Desde luego
salta . la vista, que esta variedad grande no se explica por la posicin
astronmica, es decir por la latitud, en que se hallan las diferentes partes
del pais, porque algunos grados al Norte al Sur de la linea, de suyo pro-
duciran, caeteris paribus, una diferencia climatolgica tan exigua, que pasara
desapercebida en los organismos, como lo observamos, en efecto, en las
grandes llanuras amaznicas ambos lados de la linea, que se hallan en
unas mismas condiciones fsicas. En el Ecuador todas las variaciones de
la temperatura, de la humedad, del clima en general, son consecuencias de
agentes locales.*) El primer papel desempea su configuracin orogrfica,
el segundo, menos poderoso, la naturaleza del mar, que baa sus costas.
Para comprender y explicar nuestros climas, es necesario conocer aquellos
agentes y su modo de obrar. Me tendr dentro de los lmites de la breve-
dad posible; sinembargo no podr evitar, que ensanchemos la vista al prin-
cipio un poco fuera de los lmites de nuestra Repblica.

*) Digo agentes locales, en oposicin los generales, que son comunes -todos los
paises trpicos; los primeros anulan modifican los segundos.
384 METEOROLOGA.

Por todo Sudamrica se distingue un clima oriental y un clima occiden-


tal, el primero al Este y el segundo al Oeste de la alta Cordillera de los
Andes. En ninguna parte el contraste es mas sorprendente que en el Per
y Chile setentrional. Esta diferencia, que se observa desde Colombia hasta
Chile, se explica de la circunstancia, de que solo las vertientes orientales
de los Andes estn expuestas a la accin de los v i e n t o s alisios, que
siempre soplan del Este, y cargados de vapores acuosos (que traen de mares
lejanos) condensan y descargan las nubes en las faldas de la Cordillera,
mientras que al lado opuesto occidental de las montaas no se observa
este influjo. La resistencia mecnica, que opone el dique de los Andes al
movimiento general de la atmsfera, los vientos alisios, interrumpin-
dolos desvindolos los estratos atmosfricos mas altos, es tan grande,
que los navegantes los reencuentran solo grandes distancias de las costas
del Pacfico. lo largo de la costa misma, reinan vientos del Sur y del
Norte, paralelos la cadena de los Andes, y otros agentes muy distintos
de los del lado oriental. La gran elevacin de los Andes, que sustrae la
regin occidental la accin de los vientos alisios y la humedad que
llevan, explica suficientemente, que debe haber una diferencia climatolgica
en los lados opuestos, pero no explica todo. Porqu existe en la zona occi-
dental al Norte de la linea equinoccial una estacin lluviosa, y falta desde
el 4 o Lat. S hacia el Sur? porqu llueve en el Ecuador-mucho, y en el Per
jamas? H aqu un problema plantado desde mucho tiempo, y cuya solu-
cin satisfactoria se ha dado solo en los ltimos decenios.*)
La vegetacin arbrea, tan hermosa y abundante en el Ecuador, acaba
un poco mas al Sur de Tmbez cerca del Cabo Blanco (4o Lat. S), pre-
cisamente donde la costa peruana vira al Sureste, y no vuelve aparecer
sino al Sur de Valparaso en Chile (33 Lat. S), en donde principian aquellos
bosques espesos, que corresponden al clima hmedo de Valdivia y Chiloe.
Todo el espacio extenso de 29 grados de latitud, entre el Cabo Blanco y
Valparaso, carece de bosques consecuencia de la arridez del clima; y esta
arridez determina el carcter singular de la naturaleza y de las producciones
del Per, de Bolvia y de Chile. Muchos creen, que en esta regin no
llueve porque no hay vegetacin; pero si preguntamos porqu no hay
vegetacin? no encontramos otro motivo plausible, sino porque no llueve,
y as nos movemos en un crculo vicioso. No negando una influencia limi-
tada y local de los bosques sobre la frecuencia escasez de las lluvias, es,
sinembargo, el motivo indicado la asercin que la falta de bosques no
seria la consecuencia sino la causa de la falta de lluvia, inadmisible, cuando

*) Vase Griesebach, Die Vegetation der Erde (Leipzig, 1872), t. II, 241.
VIENTOS. r' CORRIENTE ANTARTICA. 385

se trata de desiertos inmensos, como la Sahara en frica, el Gobi en Asia,


los del Per y Chile, cuya existencia evidentemente depende de las grandes
corrientes de la atmsfera y del mar. El primero que se ocup con el
interesante problema del desierto peruano, y que busc ua explicacin
cientfica, era Bouguer mediados del siglo pasado; pero, por mas inte-
resante que sea su exposicin y sus observaciones sobre la formacin de la
lluvia en general, no pudo indicar otra causa fundamental de la falta de
ella, sino la falta de bosques. A mediados de nuestro siglo Raimondi*) se
ocup con la cuestin. Dice, que en el Per (occidental) los movimientos
de la atmsfera impiden la formacin de nubes, y que faltan los vientos
hmedos lluviosos, que deberan chocar verticalmente contra la Cordillera,
para causar precipitados atmosfricos. Pero observando, que en el Ecuador
soplan los mismos vientos, busca otra causa de la sequedad del litoral pe-
ruano, y cree haberla encontrado en la naturaleza arenosa de su terreno,
sobre cuya superficie calentada los vapores acuosos no pudiesen conden-
sarse. De consiguiente, la causa fundamental seria segn Raimondi tam-
bin la falta de vegetacin. A su explicacin podemos objetar, que el
litoral ecuatoriano, no obstante su densa vegetacin, se calienta mucho
mas que el litoral peruano, sin que este calor impida la condensacin de
los vapores. Ademas, en ninguna parte del mundo la 'formacin de los
desiertos depende de las propiedades fsicas del suelo. En otros con-
tinentes tienen su causa fundamental en los vientos disecantes que no
permiten la condensacin de los vapores; pero en nuestro caso el ocano,
la fuente inagotable de humedad atmosfrica, baa directamente el litoral
rido. El vapor existe, pero no se condensa, solamente en nieblas y garas
durante el invierno.
Para que se formen nubes de los vientos cargados de vapor, que soplan
del mar, es preciso que lleguen en contacto con cuerpos mas fros, y tales
cuerpos se presentan por lo regular en las montanas litorales tambin en
cordilleras altas algo retiradas. Pero en el Per la temperatura de la tierra
firme, hasta alturas considerables, es mas alta, que la del mar que baa la
costa. Humboldt encontr en Noviembre de 1802 la temperatura del mar
en Callao de 15,5 C. y la del aire de 23 C, de consiguiente de 7,5 C.
mas alta.**) H aqu la grande importancia de la corriente antartica
peruana (llamada tambin corriente de Humboldt), que continuamente trae

*) Raimondi, on Paz Soldn, Geografa del Per, pg, 150, 595.


**) Humboldt era el primero que estudi la temperatura baja y la direccin de la
corriente del mar quo baa las costas del Per, y que reconoci un influjo marcado de
ella sobre la temperatura baja del litoral; pero no sac las ltimas consecuencias de su
descubrimiento, no explicando la arridez del clima directamente de la corriente antartica.
Wow, Ecuador. 25
386 METEOROLOGA.

aguas frias de las latitudes altas, y ejerce su accin enfriante sobre las
ridas costas del Per. Aqu el mar mismo es el cuerpo mas fri, en el
cual los vapores acuosos se condensan, y que sustrae los vientos del mar
su humedad, no dejando llevarla hasta las montaas. Y la prueba mas
evidente de la exactitud de nuestra explicacin es el hecho, que la fra cor-
riente antartica baa el continente en la misma extensin, en que su clima
litoral es rido. Corriendo un poco al Oeste de Valparaso, toca cerca de
Coquimbo (30 Lat. S) el litoral de Chile y acompaa la costa hasta el
Cabo Blanco (4o Lat. S), es decir hasta la latitud, en que comienzan las
lluvias tropicales. Desde el Cabo Blanco la corriente vira (no toda, pero en
su mayor parte, como veremos) al NO y O, y pasa por las islas de Gal-
pagos, cuyo clima presenta mucha analoga con el peruano. En el Ecua-
dor, sobre todo en su mitad setentrional, desde el Cabo Pasado, y por la
costa de Colombia tenemos el caso inverso: el mar es mas caliente (de 28
29 C.) que la tierra, y por esto puedo llover, y llueve en efecto mas de
lo necesario. La precipitacin de los vapores acuosos sobre el mar fro
no es fcil de observar, porque no se efecta por gotas como en los cuer-
pos slidos; sinembargo existe sobre la superficie fra y debe verificarse en
forma de un roco imperceptible. Por su temperatura baja la corriente
antartica obra como una superficie que atrae y colecta los vapores acuosos,
no solo d la atmsfera sobrepuesta, sino tambin de la del litoral vecino.
Solamente cuando en invierno disminuye el calor solar en la tierra, y cuando
en consecuencia de vientos refrescantes se traspasa el punto de saturacin
del vapor, se forman las lijeras garas en la costa, y algunos precipitados
mas fuertes en las faldas superiores de la Cordillera occidental. Esta hume-
dad pasajera no es suficiente para producir una vegetacin vigorosa y
arbrea; lo mas se cubren las faldas de las montaas y las colinas con
un verdor lijero de algunas gramas y yerbas, que desaparece muy pronto.
Cuanto mayor es la diferencia entre la temperatura del mar y del aire
en tierra, tanto mas despejado y puro se tiende el firmamento sobre estas
costas. Por esto la estacin de las garas coincide con el invierno del
hemisferio austral (Mayo hasta Setiembre), cuando el sol se aleja del zenit,
y las dos temperaturas extremas se acercan y se ponen en equilibrio.
Lo que produce en la costa el invierno, es decir, la baja de la temperatura
de la atmsfera, se efecta tambin por la elevacin del terreno, y como
este agente no depende de la estacin del ao, encontramos nubes y lluvias
en las Cordilleras altas tambin en verano; y precisamente entonces, cuando
en la costa reina la temperatura mas alta y el cielo queda mas puro, en la
Cordillera fria se desencadenan las tempestades mas fuertes y mas frecuentes.
Sinembargo, siendo vtambien en la regin superior el vapor de la atmsfera
COERIENTE ANTARTICA. 387
casi tan escaso como en la inferior, el producto de los precipitados tampoco
no es suficiente, para dar la vegetacin mas vigor; el aspecto triste del
pais queda el mismo, aunque se hallen algunos rboles raquticos y aislados
en alturas muy grandes (4000 m.); y en donde faltan los contrastes de picos
altos, gargantas y valles trasversales, que favorecen la formacin de nubes,
como sucede en las altiplanicies de Atacama, el desierto se extiende tambin
sobre las regiones mas altas. Y as es, que solo allende la corriente antar-
tica, desde el grado 4o de Lat. S, encontramos en el Ecuador, bajo el influjo
de las regulares lluvias solsticiales, una vegetacin arbrea muy robusta en
el mismo nivel alto, en que en el Per apenas encontramos uno que otro
rbol raqutico. La influencia del mar en el clima litoral es tan grande,
que sin hesitacin afirmo: extended la corriente antartica con su tempera-
tura baja, hasta el golfo de Panam y pronto se convertir la costa del
Ecuador y Colombia en un desierto parecido al peruano; y al revs: dad
las costas peruanas el mar trpico con su temperatura normal, y pronto se
cambiar el aspecto de su litoral y Cordillera occidental, cubrindose con
una vegetacin vigorosa, en consecuencia de las lluvias solsticiales regu-
lares. Pero basta de generalidades, y volvamos al clima del Ecuador,
cuyas particularidades ahora comprenderemos mejor.
Antes de entrar en la materia, debo adelantar una advertencia. En todo
el Ecuador no existe ninguna estacin meteorolgica, fuera de la de Quito,
anexa al observatorio astronmico, que funciona (con algunas interrupciones)
desde unos 18 20 aos. Pero ni las observaciones de Quito se han publi-
cado con regularidad, y poseo solo las comprendidas entre Octubre de 1878
y Marzo de 1881.*) Cuando se pensaba alguna vez fundar estaciones en
otras ciudades, siempre falt un observador idneo, el inters cientfico,
la constancia. Casi todas las observaciones cientficas sobre el clima del
Ecuador debemos los viajeros extranjeros (Condamine, Bouguer, Ulloa,
Humboldt, Boussingault, Wisse, Reiss y Stbel etc.). Pero el viajero rara
vez puede quedarse por mucho tiempo en la misma localidad, sus observa-
ciones abrazan el espacio de pocas horas, de pocos dias, lo mas de al-
gunas semanas, y asi quedan aisladas. Lo mismo puedo decir de mis pro-
pias observaciones, que hice en todos mis viajes y que son innumerables,
pero tambin aisladas. Hasta en Guayaquil, mi residencia ordinaria, rara
vez las observaciones meteorolgicas se extendieron sin interrupcin mas
de un mes. La falta de material estadstico impide entrar en discusiones

*) Publiedas en el Boletn del Observatorio astronmico por J. B. Menten. Un


Boletn meteorolgico, que contiene las observaciones hechas en el Colegio nacional
de Quito en 1863 y 1864 y fu publicado en 1865, queda sin valor por los errores garran
fales de que adolece.
25*
388 . " MTEOBOIOGA.

largas y en comparaciones, y nos obliga limitarnos observaciones y


descripciones bastante generales.

La temperatura es el primer coeficiente del clima. En un pais, cuyas


diferencias hipsomtricas se mueven entre 0 y 6310 metros sobre el mar,
forzosamente debe ser muy variada, y es necesario que hablemos separada-
mente de las zonas y regiones. Principiemos esta vez con la regin occi~
dental entre el mar y la Cordillera occidental.
Esta regin, en cuanto no se levanta mas de 150 metros, tiene la
temperatura media de 28 C ; sus extremos son 19 C. y 35 C. Esto hablando
en general y en circunstancias normales. Pero encontramos excepciones
locales y podemos explicarlas. La excepcin mas notable es sin . duda la
temperatura fresca de la costa, desde Puna hasta Manabi. Coincide la zona
fresca exactamente con aquella regin rida de la pennsula del Morro y de
Sta. Elena y de una parte de Manabi, que describ en la parte orogrfica
(pg. 151)., como un apndice abnorme del Ecuador. La causa verdadera
de este fenmeno descubr en 1875 durante un viaje las islas de Gal-
pagos*), y consiste en la temperatura baja del mar lo largo de la costa
ecuatoriana hasta la cercana del Cabo Pasado. He demostrado, que no toda
la corriente antartica abandona en el Cabo Blanco la costa peruana, y que
un brazo angosto (de 100 millas de ancho) sigue por el golfo de Guayaquil
y lo largo de la costa de Sta. Elena y de Manabi hasta allende el grado
I o de Lat. S. En el golfo de Guayaquil y en toda la costa hasta la exten-
sin indicada la temperatura del mar es de 23 C, mientras que la tem-
peratura regular, del. ocano mas al Norte (en la costa de Esmeraldas) y al
Oeste de la corriente fria es de 28 C, es decir 5 C. mas alta. Si
recordamos lo que he dicho de la accin refrigerante y disecante de la gran
corriente antartica sobre la costa del Per, fcilmente nos explicaremos una
accin anloga de una ramificacin de aquella corriente sobre la costa ecua-
toriana, y el clima fresco y seco de nuestro litoral, en cuanto est baado
por ella.**) Digo una accin anloga, pues una semajanza perfecta no
podemos esperar, porque 1 la temperatura de nuestra corriente ya no es
tan baja como en el Per, y el equilibrio con la temperatura terrestre se
establece con mas facilidad; 2o nuestra rama es muy angosta en compara-
cin con la corriente principal, y su accin se limita una zona angosta

*) Vase el captulo sobre el mar y las costas, y el Suplemento N: 6.


**) Las fajas .hmedas entre Mchala y Naranjal y entre Colonche y Salango forman
una excepcin, porque estn bajo el influjo directo de las altas cordilleras en su in-
mediacin.
TEMPEKATUEA. 389
del litoral, no llegando hasta la Cordillera alta; y 3 o sospecho que en ciertos
meses (Enero hasta Mayo) el ramal ecuatoriano se desvia mas pronto de la
costa, obligado por una contra-corriente de N S, que trae naturalmente
las aguas clidas de la costa setentrional. Sobre el ltimo punto no pude
concluir mis observaciones, pero segn las pocas que tengo hechas, lo creo
muy probable.
La temperatura media de la costa'de Chanduy, de St*. Elena y de Manta
calculo en 23 24 C, pero medida que nos alejamos del mar, crece
pronto. En Vun ser de 25 C. (aqu ya influye el agua mas caliente del
rio Guayas), y en Guayaquil, la temperatura media del ao es de 27 C.
Saco este resultado final de una larga serie de observaciones que hice
durante muchos aos y en todas las pocas del ao. El mes de Abril,
cuando ya se ha quebrado el rigor del invierno caluroso, pero todava no
reinan los vientos frescos del Oeste, se acerca mas que ningn otro al tr-
mino medio de 27 C. Asi por ejemplo en 1882, de que poseo una serie
muy completa de observaciones diarias (4 cada dia) result para Abril la
temperatura media de 26,98 C ; mnimo del mes 21,10 C , y mximo 31 C.
A los meses mas fros (Junio, Julio, Agosto) doy 251/2 26 C. y los
mas calientes (Diciembre, Enero, Febrero) 28 2872 C. En Guayaquil
nunca he visto bajar el termmetro mas que 19 C. y esto rarsima vez,
entre las 5 y 6 de la maana, comunmente se sostiene sobre 20 C ; y del
otro lado no he observado un calor mas alto que 35 C , pero aun en la
estacin calurosa sube rara vez y solo por pocas horas 33 34 0.*) El
mximo diario se observa en Guayaquil siempre entre las 3 y 4 de la tarde,
y el mnimo entre las 5 y 6 de la maana. El agua del rio Guayas en-
frente de Guayaquil tiene comunmente 27 C. en verano y 28 C. en invierno.
Guayaquil est todava bajo el influjo de la temperatura moderada del mar,
y este se manifiesta especialmente por las brisas frescas, que recibe durante
el verano y que son conocidas con el nombre de vientos de Chanduy,
porque soplan del lado del pueblo que lleva el mismo nombre. Estos vien-
tos son frios, porque vienen del mar fri, no porque se enfriasen al pasar
sobre la Cordillera alta de Chanduy como algunos han credo. Los cerros
poco elevados de Chanduy no contribuyen nada este enfriamiento, al contrario
son mas calientes que aquellos vientos, y por esto no condensan su vapor.
Si de Guayaquil avanzamos mas al N y NE en las llanuras del sistema
fluvial del Guayas, se aumenta todava el calor la temperatura media hasta

*) Algunas personas veces me aseguraron que han observado temperaturas mas


altas. Pero una observacin exacta no se puede hacer con un termmetro cualquiera,
que no sea corregido, y ademas no en cualquier lugar, sujeto talvez influencias locales.
Suprfluo parece agregar, que todas las temperaturas se refieren la sombra.
390 METEOBOLOGA.

28 y 28y 2 C , sobre todo en aquellas partes, en que escasea la vegetacin


arbrea. Asi, por ejemplo, Daule es mas caliente que Guayaquil, porque all
ya no se hace sentir el influjo del mar; lo mismo Babahoyo, donde sinem-
bargo ya se manifiesta mayor humedad por una vegetacin mas espesa y
la cercana de la Cordillera alta, cirunstancias que modifican el temperamento.
En la costa de Esmeraldas hacemos la observacin contraria la que
precede. Un mar de 28 G. baa la tierra, y los lugares mas calurosos con
una temperatura media de 27 y 28 C , encontramos en la cercana de la
costa. Luego que nos internamos en los bosques y nos alejamos del mar,
la temperatura disminuye y baja 26 y 25 grados C. Aqu la disminucin
es debida la gran humedad de aquella vegetacin vigorosa, que cubre todo
el pais, mejor dicho la evaporacin continua de esa humedad, que nece-
sariamente deprime el grado del color atmosfrico.
En cuanto la temperatura media, que reina sobre las montaas del
litoral (que por lo dems no son muy elevados) no poseo datos. Ninguna
poblacin se halla sobre ellas, y cuando los caminos las cruzan, y el via-
jero las sube con el objeto de estudiar su constitucin geolgica, de paso
hace una dos observaciones del termmetro, al tiempo que observa el
barmetro, para culcular las alturas. De tales observaciones pasajeras no
se saca nada para la temperatura media.
Muy escasos son tambin los datos termomtricos, que poseemos de las
faldas exteriores d la Cordillera alta, hasta la altura de 1500 2000 metros,
por la misma razn, que acabo de indicar para las montaas litorales. La
zona entre 200 2000 metros es muy despoblada, y fuera de los tambos
lo largo de los caminos malos, que conducen la sierra, rara vez se halla
una habitacin. Establecer una escala termomtrica exacta segn las
alturas, es imposible, porque, aunque la elevacin del terreno influya en
primer lugar en la disminucin de la temperatura, sinembargo tantos agen-
tes locales modifican su graduacin, que en dos lugares de una misma altura
la temperatura media puede variar de 3 4 grados.
La escala que correspondera en general mas la realidad, sera la de
1 C. de temperatura por 200 metros de elevacin. Comenzando con 26 C.
en las llanuras al pi de la Cordillera, llegaramos en la altura de 4000 metros
la temperatura media de 6 C ; y la escala seria la siguiente:
Altura. Temp. media. Altura. Temp. media. Altura. Temp. media.
0 met, . 26 C. 1400 met. 19 C. 2800 met. 12 C
200 25 1600 33 18 3000 11
400 24 1800 33 17 3200 10
600 23 2000 35 16 3400 9
800 22 2200 55 15 3600 8
1000 21 2400 55 14 3800 7
1200 ,. 20 2600 33 13 4000 6
TEMPERATURA. 391
La interpolacin se hace, poniendo para cado 20 metros de diferencia,
Vio.de grado; por ejemplo 2522 m. = 13,4 C.
Hay muchos lugares, en que la temperatura observada coincide del todo,
muy aproximativamente con la de la escala terica, por ejemplo:
Altura. Temp. observada. Temp. segn la escala.
Hacienda Chaupi (Tiupullo) 3365 m. 9,2. 9,2
Tabln (Guaman) 3380 9,2 9,1
Frutillas (al NO del Pichincha) 3133 10,2 10,3
Alao (prov. del Chimborazo) 3097 10,5 10,5
Una coincidencia completa, hasta la fraccin decimal, rara vez se en-
contrar, 1 porque las temperaturas medias, de que dispongo, casi todas son
tomadas por el mtodo de Boussingault, y por esto solamente aproximativas,
y 2 porque es imposible, calcular y eliminar todo influjo de circunstancias
lcales, que pueden modificar la temperatura normal.
He observado,. que la escala funciona con mas regularidad en alturas
grandes, sobre 3000 metros, en la regin de los pramos, en donde hay
pocos influjos locales; y cuando encontramos un exceso de calor, casi siempre
veremos, que el lugar de observacin se halla en un sitio muy abrigado
(como generalmente los hatos). Donde la temperatura observada quede in-
ferior la calculada con la escala, se manifestar por lo regular un exceso
de humedad; este caso es frecuente, por ejemplo, en los bosques occiden-
tales entre las provincias del Pichincha y de Manabi. El caso contrario,
de que la temperatura observada es de 1 2 grados mas alta, que la terica,
es mas frecuente, y en el callejn interandino casi la regla, porque alli la
sequedad del clima, la escasez de vegetacin y mil circunstancias locales
contribuyen aumentar la temperatura media. Algunos' ejemplos nos ex-
plicarn mejor estas diferencias. La hacienda de St\ Ins (valle del Pastaza)
se halla 1244 m. de altura y la de Mindo (atrs del Pichincha) 1264 m.,
estas alturas correspondera, segn la escala, la temperatura de 19,7 C ;
sinembargo encontramos en ambos lugares la de 18,3 C. ( = 1,4 menos),
pero ambos se hallan en regiones sumamente hmedas, el primero en la
Cordillera oriental y el segundo en los bosques de la Cordillera occidental.
En la altura de 2800 metros se hallan entre otros lugares Eiobamba,
Latacunga y Calacal; la temperatura normal seria de 12 C, pero Eiobamba
tiene la de 13,7 C. y Latacunga la de 14,2 ( = 1,7 y 2,2 dems), porque
ambas ciudades estn rodeadas de llanuras ridas, en que la insolacin es
muy fuerte. Solo Calacali se acerca mucho, con un exceso de solo 0,4,
pero este pueblo se halla fuera del callejn interandino y la entrada de
la regin hmeda del occidente. Igualmente: la altura de 3000 metros,
que corresponde la temperatura de 11 C., se hallan Angamarca, Gua-
mote y Mualo, el primero con 11,2, el segundo con 12,2 y el tercero con
392 METEOKOLOGA.

13,0 C. Angamarca se halla en la condicin de Calacal, y corresponde bien


la temperatura normal; Guamote se halla en el callejn interandino, pero
rodeado de pramos fros, la temperatura excede la normal solo de 1,2";
Mualo se halla en el caso de Latacunga y est rodeado de arenales secos,
por esto encontramos un exceso de 2 C.<41)
Con un poco de prctica y conociendo bien las circunstancias locales
de un sitio, podemos derivar de su altura con bastante acierto su tempera-
tura media, como me consta por experiencia, y al revs, conociendo la ltima,
se deriva aproximativamente la primera. Para la determinacin de la tem-
peratura media de un lugar sirve mejor el mtodo introducido por Boussin-
gault, que en media hora conduce un resultado casi tan seguro, como
largas series de observaciones durante meses y aos.(42>
Con las exposiciones que preceden ya hemos llegado la regin interan-
dina, que en cuanto.al temperamento presenta la mayor variedad, y tambin
las mas anomalas, consecuencias de lo quebrado irregular de su terreno.
Las hoyas interandinas, situadas entre alturas de 1800 3300 metros, gozan
de una temperatura media de 18 C. 10 C. La primera encontramos en
muchas partes de las hoyas de Ibarra, de Loja y de Zaruma, que son las
mas bajas, pero tambin en algunos valles de las hoyas que tienen mayor
altura media, como en los valles de Guallabamba y de Yunguilla. La segunda
(de 10 C.) es propia los pueblos y parajes prximos los pramos. Entre
los dos extremos se halla la mayor parte de las poblaciones interandinas,
con la altura media de 2200 2800 metros y con la temperatura de 16
13 C. Rarsima vez y solo en el lmite superior de esta zona (2800 m.) el
termmetro baja de noche 0 .
Las localidades, que tienen un temperamento medio mas bajo que 10 C ,
pertenecen la regin de los pramos y no permiten la cultura de los cereales;
el termmetro deciende con frecuencia uno algunos grados abajo de 0 C.
Humboldt admite para los pramos en general la altura media de 3500
metros y la temperatura media de 8,5 C , la que coincide exactamente con
nuestra escala. En el Ecuador se encuentran algunas plantas encima de la
linea de la nieve perpetua, en las laderas de los peascos; sinembargo pode-
mos decir, que la vegetacin compacta del pramo acaba en la altura de
4200 metros con una temperatura media de 4 5 C ; de ah principian
los arenales con algunos representantes aislados de la flora.
Las localidades, de que poseemos datos aproximadamente exactos de su
temperatura media, no son muy numerosas en el Ecuador, por esto dar en
los Suplementos una lista completa de ellas.'43)
Las variaciones diarias (extremos entre mximo y mnimo) son mas
grandes en las regiones altas que en las bajas, y mayores en lugares secos
TEMPERATURA. 393

en la estacin seca, que en lugares hmedos y al tiempo de las lluvias.


En la costa, por ejemplo en Guayaquil, casi nunca pasa la variacin diaria
de 8 grados, mientras que en las hoyas interandinas, por ejemplo en Quito,
llega .18 grados.*)
La variacin mensual (diferencia de la temperatura media en el mes
mas fro y el mas caliente) es en todas nuestras regiones muy pequea, de
lo que resulta que el clima, en cuanto la temperatura media, es bastante
igual en todo el ao. En Guayaquil los meses fros difieren de los calientes
en 3 grados; en regiones hmedas del litoral (p. ej. Esmeraldas) la diferencia
ser aun menor. En la sierra llega la diferencia entre el mes mas fro y
el mas caliente apenas 2 grados.
Mayor todava resulta la igualdad, si comparamos un ao con otro. Las
pequeas diferencias resultarn mas bien de la imperfeccin del mtodo de
observacin, que de un cambio real. Sinembargo,. podemos preguntar, si
no exista una variacin secular, por decirlo as, de la temperatura media
de un lugar, saber, que suba baje durante un periodo largo? Para de-
cidir esta cuestin interesante, sera necesario poseer observaciones exactas,
que se extiendan muchas localidades y un siglo siquiera. Desgraciada-
mente nos faltan tales observaciones. Solo para Quito tenemos un mayor
nmero de datos, y estos son' precisamente los que m han inducido poner
aquella pregunta. H aqu los hechos: Los Acadmicos franceses, Conda-
mine y Bouguer, y los espaoles Ulloa y Jorge Juan hicieron en el siglo
pasado muchas observaciones termom tricas, pero sin mtodo, de manera
que no podemos deducir de ellas la temperatura media de entonces. A
Humboldt, que en 1802 se detuvo algunos meses en Quito, debemos las
primeras observaciones metdicas. l d la temperatura media de Quito en
15,6 C. Mr. Boussingault se hall en 1831 en esta ciudad, y se ocup con
mucha prolijidad con esta cuestin, porque recoji entonces los materiales
para comprobar la exactitud de su nuevo mtodo recien inventado. En la
tabla sinptica d para Quito la temperatura media de 15,2 C ; pero en
otro lugar**) dice: Las observaciones termomtricas hechas en Quito con
excelentes instrumentos (cuya exactitud me consta) y con el mayor cuidado
por los coroneles Hall y Salaza, establecidos en aquella ciudad, le dan una
temperatura media de 15,55. El termmetro se observaba al nacer el sol
y dos horas despus de medioda.

*) Los extremos diarios no lian de confundirse con los extremos que se observan
durante un mes entero durante un ao. Estos extremos son naturalmente mucho mas
notables, y llegan, por ejemplo, en Guayaquil 16 grados (19 C. 35 C).
**) Mr. Boussingault, Viajes cientficos los Andes ecuatoriales. Trad. por J. Acosta
(Paris 1849), pg. 186.
394 METEOEOLOaA.

Observaciones de Hall. Observaciones de Salaza.


Temp. media Temp. media.
1825. Julio . . . . 16,5 1827. Julio . 13,7
Agosto . . 16,7 Agosto 15,5
Octubre . . 15,1 Setiembre 16,2
1826. Febrero . . 15,9 Octubre . 15,8
Marzo. . . 15,7 Noviembre 15,0
Abril , . . 15,5 Diciembre 16,9
Mayo . . . 15,4 1828. Enero. 14,4
Junio . . . 14,1 Febrero 15,9
Agosto . . 16-,0 Marzo. 15,8
Setiembre . . 16,4 Abril . 15,7
Octubre . . . 15,7 Mayo . 16,4
Noviembre . . 15,7 Junio . 15,9
Diciembre . . 14,8
1827. Enero. . . . 15,3
Febrero . . . 16,5
Marzo . . . 15,2
Abril . . . 15,2
Estando en Quito, M. Salaza mis instancias continu sus observa-
ciones, introduciendo el termmetro un pi de profundidad en la tierra de
una sala baja, y su resultado es consignado en el adjunto cuadro:
Termmetro.
Meses. Fechas. alas 7 man. las 11. las 2 tarde. las 4 tarde.
Setiembre 1831. . . 26 15,5" 15,5 15,5 15,5
27 15,5 15,5 15,3 15,5
28 15,3 15,5 15,5 15,5
29 15,5 15,5 15,5 15,5
30 15,5 15,5 15,5 15,5
, , 1 15,3 15,5 15,5 15,5
2 15,5 15,3 15,5 15,5
3 15,4 15,5 15,4 15,5
4 15,5 15,5 15,5 15,5
5 15,5 .15,4 15,5 15,5
6 15,5 15,5 15,5 15,5 .
7 15,4 15,5 15,5 15,5

Parece que estas observaciones no dejan nada de desear, en cuanto


la exactitud y la concordancia de los resultados obtenidos por dos mtodos
muy distintos; es tan perfecta, que con razn Mr. Boussingault la considera
como una prueba nueva y muy concluyente en favor de su mtodo. Pero
en los aos de 1870 1874 los bien conocidos viajeros gelogos Reiss y
Stbel, que en varias ocasiones y por muchos meses fijaron su residencia
en Quito, obtuvieron con el mismo mtodo de Boussingault un resultado muy
distinto, es decir, la temperatura media de 13,2 C. Tratndose de natura-
listas tan experimentados, no podemos dudar de la exactitud de la obser-
vacin, ni de la de los instrumentos usados; y la mejor prueba es, que las
observaciones hechas en el observatorio de Quito, que comprenden el espacio
TEMPERATURA. 395
de 2 aos (Octubre 1878Marzo 1881) y fueron ejecutadas por un mtodo
muy distinto, al aire libre, dan un resultado, que se acerca muchsimo al
precedente, es decir 13,5 C, como se v de la tabla siguiente.*)
Termmetro en Quito.

Ao: 1878--1879 1879--1880 1880--1881


Trmino Trmino Trmino Trmino Trmino Trmino
medio del medio de medio del medio de medio del medio de
Meses mx. y min. 3 observ. mx. y min. 3 observ. mx. y mn. 3 observ.
diario diarias diario diarias diario diarias

Oettfcre . . . 14,03 C. 13,88 C. 13,47 C. 12,65 C. 13,18 C. 12,79 C.


Noviembre . 13,86 13,65 13,80 13,23 13,61 13,42
Diciembre . . 13,44 .13,28 14,19 13,44 13,43 13,28
Enero. . 13,19 12,95 15,10 14,37 13,38 13,40
Febrero 13,60 13,89 13,74 14,14 12,61 13,08
Marzo. 12,83 12,86 13,94 13,90 13,47 13,66
Abril . 12,84 12,92 14,00 13,41
Mayo . 14,13 13,46 14,55 13,71
Junio . 13,79 12,68 14,46 13,82 -.
Julio . 13,02 12,46 14,57 13,54
Agosto 13,91 13,18 13,20 13,03
Setiembre 13,74 13,05 13,79 13,22
Trmino med.
anual 13,53 13,19 14,07 13,63 13,26 . 13,27 .
Trmino medio general: 13,47 C. ( = 13,5 C).

Si no podemos suponer, que en los aos de 1825 183 todos los term-
metros de Hall, Salaza y Boussingault eran defectuosos, indicando dos grados
mas de lo que deban, que lo eran en los aos de 1870 1881 todos los de
Reiss, de Stbel y del observatorio astronmico de Quito en sentido inverso, no
veo otro modo de explicar la diferencia notable de dos grados, sino admitiendo
que en efecto la temperatura media de Quito haya disminuido en esa cantidad
desde los primeros decenios de nuestro siglo. Es lstima, que no tenemos ob-
servaciones tan exactas y largas tambin de otros lugares; sinembargo, en al-
gunos, en que se hicieron de paso, notamos diferencias anlogas, por ejemplo:
Reiss y Stbel. Boussingault.
(1870-1874) (1831)
Ibarra. . . . . 16,0 C. 17,2 C.
Ambato . . . . 15,3 16,1
Latacunga. . . 14,2 15,5
Riobamba . . . 13,7 16,4
Humboldt.
(1802)
Cuenca . . . . 14,6 15,6.

*) Vase tambin el Boletn del Observ. astr. de Quito, 18781881. Tablas sinp-
ticas al fin de todos los nmeros.
396 METEOROLOGA.

Me pareci bueno, llamar la atencin de los fsicos venideros sobre un


tema tan interesante; pero antes que se confirme el hecho por observaciones
ulteriores, parece del todo intil discutir las causas posibles probables,
que podran ocasionar aquella disminucin de la temperatura media en algunos
puntos de la regin andina.

De la presin atmosfrica, del estado del barmetro solo diremos


pocas palabras, porque en el Ecuador parece depender nicamente de la
altura; en otros trminos: el estado del barmetro en una altura dada es
estable, y la variacin diaria es regular independiente de los cambios
atmosfricos. Esta ley, cuya explicacin dejemos los fsicos, se conoce
desde mucho tiempo, y es tan segura, que con pocas observaciones hechas
durante algunos dias, se puede determinar muy aproximativamente la posicin
media del barmetro, en cualquier lugar del pais. Igualmente la variacin
horaria marcha con tanta regularidad, que habindola observado por algun
tiempo, se puede calcular el estado medio de barmetro cualquier hora de
dia de noche, aadiendo quitando un tanto, segn la tabla horaria, que
uno se construya. La monotona del movimiento diario es tan grande, que
se necesita paciencia y constancia, para extender las observaciones a algunos
meses aos, repitindolas cada dia 3 4 veces, y haciendo despus para
cada observacin las correcciones necesarias (por la temperatura del instru-
mento, la capilaridad del tubo, la latitud geogrfica del lugar), cuando ya
de antemano casi se puede predecir el resultado.
Solo para dos lugares de la Kepblica tenemos series largas y constantes
de observaciones: para Quito las del observatorio astr., hechas con las dems
observaciones meteorolgicas, y para Guayaquil, en donde el seor Mali-
nowski y yo en 1882 nos dedicamos algunos meses al estudio del estado
baromtrico, con un buen instrumento de Fortn.
Del conjunto de las observaciones resulta para el estado medio del
barmetro corregido y reducido cero:>
en Quito (2850 in. alt. abs.) en Guayaquil (7 m. sobre el mar)
647,00 milmetros 757,15 milmetros*)
La amplitud diaria, es decir, la diferencia entre el mximo y el mnimo
del dia, suele ser en Guayaquil de 4 milmetros; en Quito parece ser menos

*) Este resultado difiere en menos de un milmetro del terico, que calcul Kaemtz.
Segn este meteorologista clebre, se puede admitir, que el trmino medio de la presin
atmosfrica al nivel del mar y bajo el ecuador terrestre, es de 758 milmetros. M.
Wagner d para Guayaquil (en Diciembre y Enero), la presin media de 762,00, la que
sin duda es demasiado alta. A caso era este el estado del barmetro no reducido? El
mi daba sin las correcciones necesarias 761,46, lo que convendra bien con l resultado
de Wagner.
'ESTACIONES, 397
fuerte. El mximo se observa entre las 8 y 9 de la maana, el mnimo cerca
de las 4 de la tarde, y el estado medio entre las 12 y la 1 de la tarde. De noche
hay una oscilacin semejante, pero los extremos no son tan fuertes como de
dia. Si comparamos el estado medio del barmetro de los diferentes dias,
de los meses, de perodos mas largos, las diferencias no pasan de dos mil-
metros, tenindose regularmente dentro de lmites todava mas estrechos.*)
De lo que acabo de exponer sobre la estabilidad y regularidad de la
presin atmosfrica del estado del barmetro, sacamos dos consecuencias:
1 que en el Ecuador este instrumento no sirve para indicar el cambio del
tiempo (de lluvia sequedad etc.), como en los pases fuera de los trpicos,
y 2o que en el Ecuador el barmetro es un instrumento magnfico para el
clculo de las alturas, porque conociendo su marcha regular en la costa y
en las montaas, que no se estorba por los influjos atmosfricos, se puede
hacer el clculo sin observaciones correspondientes en lugares distintos, las
que se necesitan en pases extra-tropicales.

El segundo coeficiente poderoso del clima es al lado de la temperatura


la humedad relativa de una regin. Ella est en intima conexin con
los vientos reinantes, de manera que debemos tratar al mismo tiempo de
estos dos agentes, que ocasionan en el Ecuador tambin la alternativa de
las estaciones, que llamamos verano invierno. Conservo aqu estas dos
palabras en el sentido, en que los ecuatorianos las usan, aunque no coincidan
con el verano invierno astronmico. En el resto del mundo verano se
llama la estacin del calor, invierno la del fro, pero en el Ecuador (y
oreo que tambin en una parte de Colombia) es al revs, el verano es la
estacin mas fresca, y no quiere decir otra cosa sino estacin seca, in-
vierno es el tiempo mas caluroso, y quiere decir que llueve. Esta adver-
tencia es necesaria para evitar confusiones.
Sobre la teora general de los vientos y de las lluvias puede instruirse
el lector en los libros especiales que tratan de la meteorologa**); aqu ex-
pondr solo lo que sabemos por experiencia respecto al Ecuador, y esto ser
bien poco, faltndonos para discusiones detalladas el material estadstico.
Solo en Quito se hicieron observaciones regulares del estado, higromtricp
de la atmsfera, de la cantidad de las lluvias, de la evaporacin, de la direccin
y fuerza de los vientos. . .

*) En las zonas extra-tropicales cambios de 20 30 milmetros, que se verifican


bruscamente dentro de pocas horas y sin regularidad, son fenmenos muy frecuentes.
**) Algunos artculos interesantes,sobre este tema encontrar tambin en el Boletn
del Observatorio astron. de Quito, 18791881, . , .
'398 METEOBOLOGA.

Todas las regiones del Ecuador gozan de una estacin seca y de otra
hmeda, de verano y de invierno, pero el reparto y la fuerza de ellos es
muy distinto/ Reteniendo siempre la divisin natural del pais en tres zonas,
la baja oriental, la baja occidental, y la alta intermedia la andina, encon-
tramos desde luego la diferencia notable, que en la primera es verano, cuando
en las otras dos es invierno y al revs. El dique de la Cordillera oriental
forma la linea de divisin. Ademas de las tres zonas principales tenemos
dos angostas intermedias, en que las estaciones no se hallan bien pronun-
ciadas, y en que llueve casi todo el ao. Estas dos zonas intermedias son
los declives inferiores de las Cordilleras hasta la altura de unos 1500 metros,
ambos lados de los Andes; ellas participan en un grado muy dbil del
verano de la zona baja adyacente, pero con tanta mayor fuerza de su in-
vierno. La causa de que toda la regin interandina participa del verano
invierno de. la occidental y no de la oriental, consiste en que la Cor-
dillera oriental es mas alta y mas ancha que la occidental, y no presenta
tantas gargantas como esta. El influjo de la estacin oriental se limita
los pramos altos de la Cordillera real, y se extiende rara vez por los declives
interiores hasta el fondo de los valles; solo en dos brechas grandes, es decir,
en la garganta del rio Paute y en la del rio Pastaza, avanza algo mas, como
lo he observado, en la primera hasta el pueblo de Pan, y en la segunda
hasta el de Baos. En este ltimo se puede ver, cmo el clima oriental
lucha con el andino occidental, los dos se disputan la preponderancia.
En las regiones amaznicas las estaciones son bastante variables y
veces opuestas, segn se encuentran mayor menor distancia de los
Andes. As, por ejemplo, el Bras desde la boca del rio Negro hacia el Este,
goza de estaciones enteramente distintas, que la hoya del Amazonas desde
dicha boca del rio Negro hasta el pi de los Andes. Las causas de tales
diferencias parecen ser bastante complicadas y todava no bien aclaradas.*)
En cuanto la regin oriental pertenece al Ecuador, podemos decir que se
distinguen dos perodos hmedos (aunque ningn mes quede exento de
lluvias), que estn en cierta relacin con los solsticios. La estacin lluviosa
principal dura desde fines de Febrero hasta mediados de Junio, la mas dbil
desde mediados de Octubre hasta principios de Enero. La primera ocasiona
la crecida del Amazonas hasta su estado mas alto, la segunda una crecida
tres veces menor.**) Esta descripcin cuadra las partes mas bajas y mas
cercanas al Marafion y Amazonas, y los cursos inferiores de los tributarios
grandes. Pero en las hoyas superiores de ellos, y en mayor cercana de los

*) Griesebach, Bie Vegetation der Etde, II, pg. 376.


N
*) Bates, The Naturalist on the River Amazon.
ESTACIONES. 399
Andes, as como sobre la Cordillera oriental misma, la distribucin de las
estaciones es distinta. Aqu tenemos una sola estacin seca de verano
desde Noviembre hasta Abril. Esta es la poca mas favorable los natura-
listas, para hacer excursiones la Cordillera real y los bosques orientales.
Hablando Villavicencio del clima de apo dice: Los planos de este pais
son tan hmedos como la cordillera, y se puede asegurar, que la poca de
las lluvias dura todo el ao; no obstante desde Noviembre hasta Abril el
cielo est mas despejado y las lluvias son menos frecuentes. (Geogr. del
Ecuador, pg. 347.) En cuanto los vientos reinantes, dice el mismo autor:
En la parte oriental corre el viento N bastante dbil, contrariado por los
vientos S, que soplan en invierno; pero sucede con bastante frecuencia que,
bajando nivel los vientos de levante, toman una fuerza extraordinaria y
forman tempestades de viento, que deriban en su marcha los rboles mas
corpulentos, dejando desmontado un largo callejn, y algunas veces llevn-
dose los ranchos y sembrados que encuentran al paso; este mismo viento
trae las nubes cargadas de agua del Amazonas y de los bosques circun-
vecinos, para precipitarlas en el descenso oriental de los Andes (1. c. pg.
134). Tales huracanes, como los describe Villavicencio, suceden en la regin
occidental con suma rareza; durante los 20 aos de mi permanecencia en
el Ecuador he observado uno solo en Marzo de 1877, y segn los viejos de
la costa, el fenmeno se repite lo mas cada 30 40 aos.
Muy distintas se manifiestan las dos estaciones del ao en el Ecuador
occidental. En general podemos decir, que es verano desde mediados de
Mayo hasta mediados de Diciembre, y el resto del ao es invierno, no
obstante que en algunos aos la entrada la salida de las aguas, es
decir, el principio de las estaciones, se adelanta se retarda algunas semanas.
Se v, que nuestra estacin seca y fresca coincide con el invierno (astro-
nmico) del hemisferio austral, que extiende su accin hasta las partes
meridionales del Ecuador, manifestndose por unas garas comunmente d-
biles y mas frecuentes en la cercana de la costa (garas de San Juan,
lgrimas de San Pedro). Este influjo del clima peruano, por decirlo
as, se acenta en algunas partes de la costa, donde la cercana de las
montaas favorece la condensacin de los vapores tanto, que se puede decir,
que en verano llueve (gara) mas que en invierno, as por ejemplo, en la
regin entre Mchala y Naranjal, en las montaas de Manglar alto, y en
algunas partes de Manab. Hacia el centro de la regin, p. ej. en Guayaquil,
sobre todo en las partes que no tienen una vegetacin arbrea demasiado
espesa, como las sabanas y lomas, muy rara vez llueve en verano, aunque
el cielo veces por semanas quede cubierto de nubes. Pero cuanto mas
nos acercamos al pi de la Cordillera, tanto mas corto es el verano., tanto
400 METEOBOLOGA.

mas pronto comienza el invierno y tanto mas tarde se retira. Finalmente


en la zona de 800 1500 metros de altura apenas se puede hablar de una
estacin seca, lo nico que se nota es, que en los meses de Junio hasta
Noviembre de dia no llueve con tanta frecuencia, como en los dems, aunque
tambin en esa poca mas seca rara vez pasa una noche sin lluvia gama.
Se puede decir, que el invierno principia en las faldas de la Cordillera y
avanza poco poco al Oeste hacia la costa, y su retirada se efecta en
sentido inverso, igualmente despacio. Por esto en la costa (Morro, Chanduy,
St a . Elena, una parte de Manab) principia el invierno muy tarde (en Febrero)
y se retira despus de 6 semanas, en que caen cuatro seis aguaceros muy
fuertes y algunas lluvias dbiles; hay aos en que falta casi por completo.
Vase lo que he dicho mas arriba de la influencia de la corriente antartica
del mar y de su rama, que baa las costas del Ecuador hasta Manab. *)
El viento que reina en el litoral durante el verano, es el de S y SO. Regular-
mente empieza soplar al mediodia y dura hasta las cinco de la maana
siguiente. Afuera en la costa sopla por la madrugada y las primeras horas
del dia el terral, un viento dbil y contrario al anterior, es decir, de E
O. En invierno la direccin de los vientos es contraria; entonces soplan
de N y NO, cargados de vapores acuosos que se levantan de un mar tibio
y de los bosques espesos del litoral setentrional.**) Pero los vientos del
invierno son mucho mas dbiles que los del verano, y los estratos inferiores
'de la atmsfera quedan veces por muchos dias como estancados. Este
estado higromtrico es el que hace el calor del invierno tan molestoso, aunque
de suyo no llega grados mucho mas altos que en verano. Huracanes
son casi desconocidos en el Ecuador occidental, sinembargo he alegado mas
arriba una excepcin sumamente rara, en el ao de 1877. En este caso sus
destrucciones en la vegetacin arbrea son tanto mas grandes, cuanto los
rboles no estn prevenidos contra un tal acontecimiento, como en otros

*) Villavieencio teme, que el Ecuador occidental se convierta poco poco en un


desierto: De algunos aos esta parte se observa, que en los pases litorales v des-
apareciendo lentamente la estacin de las lluvias, y de presumir es, que llegar el dia,
en que las costas del Ecuador sean tan secas y estriles, como lo son las del Per. La
causa de este fenmeno es, sin duda, la variacin de la oblicuidad de la elptica, la cual,
siendo cada dia menor, v haciendo desaparecer poco poco la diferencia de las esta-
ciones. (Geogr., pg. 133.) Este temor es infundado, como lo demuestra la experiencia
de los ltimos decenios, en que hemos tenido inviernos muy fuertes. La razn alegada
no merece refutacin. Mientras que no cambien las corrientes del mar su curso, se
conservar en la costa ecuatoriana el estado actual respecto las estaciones.
**) Incomprensible y falssimo os lo que dice Villavieencio de estos vientos: En el
litoral en invierno sopla el viento breas. Este es generalmente helado por venir rozn-
dose con las nieves de las alturas (!). Este mismo viento, que viene desde las Antillas (!),
corre en direccin NNO etc.
. ESTACIONES. 401
pases, en que desde su j uventud se arraigan mucho mas en la lucha perpetua
con los vientos.
En la mitad setentrional del litoral, especialmente, en la provincia de
Esmeraldas, las estaciones sufren alguna modificacin, en cuanto tambin
durante el verano hay mas humedad y llueve con mas frecuencia. La causa
de esta modificacin h de buscarse en el estado del mar, que difiere bastante
en su temperatura del que baa la mitad austral, como lo he demostrado
en otro lugar.
En el litoral la atmsfera est muy cargada de electricidad en tiempo
del invierno, y se desencadenan tempestades muy fuertes. Sinembargo, en
este punto se nota mucha variedad. Hay inviernos en que casi todos los
dias se forma una algunas tempestades, con descargas tremendas de rayos
y truenos (como p. ej. en 1888 y 1889), y otros en que faltan completamente
(p. ej. 1890) son muy raras (p. ej. 1891).*) Por lo regular la tempestad
se forma desde las cuatro de la tarde y comienza descargar las 5 6
con aguaceros torrenciales, que duran una dos horas; despus sigue una
lluvia menos fuerte hasta la maana siguiente. Tambin cuando no hay
tempestades (con rayos y truenos), es este el tiempo y la marcha de los
aguaceros fuertes, y creo que su formacin es la misma, aunque falten las
descargas elctricas, porque en todo lo dems llevan el carcter de verda-
deras tempestades. En general se puede decir, que no hay tanta regulari-
dad en la marcha de las estaciones, como los libros tericos las describen
para los pases tropicales, ni hay aquellos aguaceros sin intermisin durante
6 meses, que imaginan los extrangeros que pintan algunos viajeros poco
concienzudos. Verdad es, que hay aos, en que llueve durante algunas
semanas con muy cortas interrupciones (p. ej. 1891), pero estos son casos
excepcionales; mas frecuentes son las excepciones contrarias, que en medio'
invierno cesan las lluvias completamente durante algunas semanas. Pero
la regla es, que llueve las mas veces de noche y que los dias son serenos,
que algunos dias lluviosos siguen otros tantos despejados. Ya he
dicho mas arriba, que la entrada y salida del invierno es irregular, y los
ecuatorianos recordarn el ao de 1877, en que el verano dur apenas dos
meses, acabando el invierno muy tarde y entrando de nuevo en el mes de
Setiembre .con toda fuerza, de manera que entonces se habl generalmente
de los tres inviernos seguidos. As se podra aumentar el nmero de

*) Siendo muy frecuentes los casos, que el rayo eaiga en los edificios (de madera)
de Guayaquil, no conozco ni uno, en que hubiese ocasionado un incendio, mientras que
en Europa esto es casi la regla, siempre que encuentre materias combustibles. Confieso
que no puedo explicarme esta diferencia.
WOLF, Ecuador. 26
402 METEOBOLOGA.

excepciones, que hacen vacilar la decantada regularidad de las estaciones


tropicales.
Pasando la regin andina, encontramos, no obstante la coincidencia
de las estaciones con las litorales, algunas particularidades que las distin-
guen. Propiamente se debera admitir dos estaciones lluviosas, una larga
y otra corta, y lo mismo un verano grande y otro chico. Pero podemos
tambin considerar las estaciones cortas como pequeas interrupciones de
las largas, que de vez en cuando faltan casi completamente; y asi fijamos
el verano desde Junio hasta Noviembre, y el invierno desde el ltimo trmino
hasta fines de Mayo. La interrupcin del verano por el inviernlo de
Octubre acaece despus del equinoccio de Setiembre, y la interrupcin del
invierno por el veranillo de Natividad despus del solsticio de Diciembre.
Por la mayor variedad de la configuracin del terreno y de las circunstan-
cias locales, sufren las estaciones en la sierra mayores y mas frecuentes
excepciones, que en el litoral. As se puede decir, que en la regin inter-'
andina ningn mes es completamente libre de lluvias, y precisamente en
verano se experimentan en las cimas y mesas altas de los Andes fuertes
granizadas y nevadas. Al mismo tiempo se sienten en los lugares, cuya
altura excede de 2800 metros, las temibles heladas, que destruyen veces
los sembrados tiernos. Las tempestades que en la sierra se desarollan
comunmente entre la 1 y las 3 de la tarde, son mas frecuentes en verano
que en invierno, y especialmente al tiempo del equinoccio de Setiembre
(cordonazos de San Francisco), que corresponde al invierno chico. En
este tiempo segn Ulloa:
Los das son regularmente apacibles hasta la una dos de la tarde,
mantenindose el cielo alegre, el sol hermoso y toda la atmsfera despejada;
pero desde esta hora empiezan levantarse vapores, se entolda el cielo con
renegridas nubes, las que se convierten en tempestades furiosas de relm-
pagos, truenos y rayos, que hacen estremecer los cerros vecinos, y por
ltimo, se precipitan las nubes deshacindose en tan copiosa lluvia, que las
calles se convierten en rios, y las plazas en lagunas, no obstante su pen-
diente. As se suele mantener hasta que, estando el sol inmediato ter-
minar su carrera, vuelve serenarse el tiempo y descubrirse el cielo con
la misma apacibilidad que antes.
Esta descripcin cuadra perfectamente las tempestades de Quito, pero
el fenmeno se restringe casi la poca indicada, y el proverbio de que
en Quito llueve trece meses en el ao es muy exagerado, como lo com-
prueban los cuadros sinpticos, que acompaan el Boletn del Obs. astr.,
H aqu un extracto de ellos:
ESTACIONES. 403-

Cantidad de lluvia en Quito.

Ao: 18781879 1879-1880 18801881

Cantidad Di as Tem- Cantidad Dias Tem- Cantidad Dias Tem-


Meses de de pes- de de pes- de de pes-
lluvia lluvia tades lluvia lluvia tades lluvia lluvia tades
m. m. m.
Oot.. . 0,1356 11 8 0,0881 18 16 0,0878 " 19 16
Nov. . 0,0823 5 5 0,1349 17 ' 9 0,0666 10 8
Dio.. . 0,0538 6 5 0,0859 16 7 0,0984 21 14
Enero . 0,0943 18 10 0,0694 11 8 0,0698 12 7
Febr. . 0,0668 8 8 0,1195 17 5 0,0648 14 10
Marzo. 0,0630 17 14 0,1512 23 14 0,1075 11 3
Abril . 0,1945 28 21 0,1138 22 17
Mayo . 0,1312 19 18 0,0975 22 12
Junio . 0,0630 11 11 0,0198 9 3
Julio . 0,0328 7 4 0,0066 5 3
Agosto 0,0460 8 3 0,0853 14 10
Set.. . 0,0470 9 4 0,0478 10 4
Suma . 1,0103 147 111 1,0198 184 108 0,4949 87 58

Este cuadro solo nos instruye de la cantidad de lluvia en Quito, pero


de ningn modo podramos generalizarlo para todo el pais interandino, por-
que las diferencias entre los lugares, veces muy vecinos, son enormes,
segn su posicin y los vientos reinantes.
As como se interrumpe el verano por el inviernlo de Octubre, tambin
el invierno cesa con sus rigores por algunas semanas fines de Diciembre.
Esta poca del veranillo del Nio es sin duda el tiempo mas hermoso en la
sierra, porque la vegetacin se ha desarrollado con vigor con las lluvias
precedentes desde Octubre, y la temperatura es entonces mas suave y mas
igual; es el Mayo mes de flores para las hoyas interandinas.
Se dice, que los vientos dominantes del callejn interandino, entre 2000
y 3000 metros de altura, soplan del Sur. Segn Villaviceneio la direccin
seria algunas veces en invierno la contraria. Pero de los cuadros sinpticos
del Boletn del Observatorio astronmico se deduce otra ley, lo menos
para la hoya de Quito. Por la maana sopla el viento sin excepcin alguna
de S N, y por la tarde casi con la misma regularidad de N S, (mas
veces) de NE SO. Durante la noche reina mayor irregularidad. En
los lugares de posiciones excepcionales, especialmente cuando se hallan en
las inmediaciones de los pramos, de nevados, de las gargantas profundas
de la Cordillera, los vientos y sus cambios son distintos, pero no podemos
entrar en la descripcin de los casos particulares.
Lo mismo debo advertir, que en la regin alta (sobre 3500 m.) de los
pramos y nevados los vientos obedecen otras leyes que en el callejn
26*
404' MBTEOKOLOeA.

interandino. En la Cordillera oriental estn bajo el influjo de las corrientes


de levante (vientos alisios), y en la occidental bajo el influjo de las cor-
rientes de poniente. Pero la formacin de lluvia y granizo, y en general
todo el clima del pramo depende de circunstancias locales particulares, que
describe muy bien el Seor Doctor A. Stbel.*) El carcter fundamental
del pramo .consiste en la rigidez inconstancia del clima, especialmente
en la alternativa brusca y frecuente de los extremos. Aunque.la palabra
epramo tiene un significado topogrfico, el pueblo tambin la toma en
sentido metafrico para expresar el estado meteorolgico muy singular, que
caracteriza aquella zona alta. Si el serrano dice el tiempo est parameando,
debemos imaginarnos un tiempo que corresponde mas menos al Abril de
la Europa central, pero de la peor clase, cuando en cortos intervalos y bajo
la vislumbre de momentneos rayos solares la lluvia, la nieve el granizo
se precipitan agitados por un viento furioso. En particular se entiende
con la palabra paramear una formacin especifica de la niebla. Sentado
sobre el pramo se v con frecuencia el paisaje al rededor como envuelto
en un velo uniforme de neblina, pero de transparencia suficiente, para
distinguir al traves los contornos de las montaas, especialmente de sus
partes superiores, distancias considerables. Se presentan entonces todos
los objetos, tambin los menos lejanos, cmo peascos, animales, arbustos,
con un aumento fantstico; el viento mas fuerte no es capaz de romper la
tela de la neblina, que en apariencia queda inmvil. Esta inmovilidad
de la niebla se explica de su origen. Pues no consta de nubes, que el
viento hubiese trado de lejos, al contrario se forma in loco, dentro de la
zona misma del pramo. Se verifica una segregacin de la humedad en
forma de burbujitas, ocasionada por la equilibracion de la temperatura de
los vientos dominantes. Esta reproduccin de las burbujitas contina sin
interrupoion, mientras que al mismo tiempo y en la misma razn se disuel-
ven las masas de l niebla hacia su periferia. Este fenmeno local se ob-
serva con preferencia en los meses, en que el cielo sobre las hoyas bajas
queda las mas veces despejado, es decir en tiempo de verano. Desde puntos
mas bajos se puede observar con frecuencia este juego de la formacin y
disolucin de la niebla, la ondulacin de las nieblas, iluminadas por el sol,
sobre el lomo de las Cordilleras bajo el influjo del viento. Pero muchas veces
sucede, que algunas partes d la niebla, separadas y agitadas por el viento,
descienden por las laderas de las montaas hasta las llanuras anchas del valle.
Estas lloviznas, acompaadas del sl mas esplndido, se llaman ,paramitos'.
Tambin en otras pocas del ao las lomas de las Cordilleras y sus

*) iiSkizzen aus Ecuador, pg. 28. />


CLIMA ANDINO. 405
cumbres altas quedan comunmente tapadas; pero entonces la cubierta consta
mas bien de nubes verdaderas, las cuales acumuladas espesamente parecen
descansar sobre las montaas, sitindolas, por decirlo as, con obstinacia,
voltendose lijeramente alrededor de ellas.
En verano el ascenso los pramos y nevados no carece de peligro.
Entonces el viento aumenta su fuerza muchas Veces hasta el grado del
huracn, de manera que la paja silbando se dobla al suelo y parece expuesta
ser arrancada. En vano se busca abrigo en un hondn atrs de una
pea, pues el viento parece soplar y rabiar de todas direcciones, sin mitigar
su furia por un momento. El termmetro seala talvez todava algunos
grados sobre cero. Sinembargo, la sensacin del fri, ocasionada por este
viento en unin de la humedad de la niebla, es tan fuerte que penetra hasta
la mdula de los huesos, y debilita la energa de la voluntad. Para aumen-
tar su tormento, el viajero en tales circunstancias debe renunciar al calor
del fuego y al abrigo del toldo. . ' . '
El lmite de la nieve perpetua no se halla en todos los nevados del
Ecuador en la misma altura, porque no depende nicamente de la elevacin
de un lugar sobre el nivel del mar y de su latitud geogrfica, sino tambin
de circunstancias locales, especialmente de la sequedad del clima. Esto es
tan seguro, que la linea de nieve vara en un mismo cerro, segn la posicin
del lado al E , O, N S. En Per y Bolivi, donde por la mayor latitud
podramos esperar, que la linea de nieve se halle mas baja, que en el Ecua-
dor, la encontramos al contrario en mayores alturas, en consecuencia del
clima rido de esas altiplanicies. Esta linea corresponde siempre la altura,
en que la cantidad de nieve que cae anualmente, se equilibra con la que
en el mismo tiempo se disuelve en gotas vapores. Asi se comprende, que
su altura no depende nicamente de la temperatura media, sino tambin de
la sequedad del aire.
Si desatendemos algunos puntos aislados y muy reducidos sobre las
crestas mas altas de la Cordillera oriental, en que se conserva la nieve du-
rante todo el ao, contamos en el Ecuador 16 cerros nevados:
En la Cordillera occidental: En la Cordillera oriental:
Altura: Altura:
Cayambe . . . . * . 5840 met.
Cotaeaehi . . . . 4966 Saraurcu 4725
. . 4816 Antisana 5756
. . 5305 Sincholagua . . . . 4988
Carihuairazo . . . 5106 Cotopaxi . . . . . . 5943
Chimborazo . . . 6310 Quilindaa . . . . 4919
Cerro hermoso. . . 4576
Tunguragua. . . . 5087
Altar 5404
Sangay . . . . . . 5323
406 METEOROLOGA.

Con excepcin del Saraurcu y del Cerro hermoso, todos son volcanes
activos extinguidos; y de todos, con excepcin del Sangay, tenemos ob-
servaciones respecto la altura de la linea de la nieve perpetua, gracias los
trabajos improbos de los doctores Reiss y Stbel.*) Tambin Ulloa, Bouguer,
Humboldt, Boussingault y Wagner se han ocupado con el tema, pero sus ob-
servaciones se limitaron pocos cerros, y por esto los resultados generales
que sacan de ellas, difieren bastante; generalmente colocan la linea dema-
siado alta. Si de las observaciones de Reiss y Stbel sacamos los trminos
medios, encontramos para el limite de la nieve perpetua en la Cordillera occi-
dental la altura de 4742 met. (14 localidades), y en la Cordillera oriental la
de 4564 met. (19 localidades), lo que dara en general 4653 metros.**)
De la linea de la nieve perpetua debemos distinguir la otra, que de-
cienden las heleras de los nevados. Ellas son un fenmeno local, y bajan
por su movimiento particular regiones que quedan muy inferiores la
cubierta general de nieve. Asi por ejemplo, en el Antisana la nieve eterna
comienza con 4700 metros, pero la helera de su crter baja 4216 metros.
Las once heleras observadas en la Cordillera occidental, bajan en trmino
medio 4542 met., y las nueve, medidas en la Cordillera oriental, 4295 met.
(la que baja mas de todas, es una del Cayambe, llegando 4134 met.,
despus sigue la del Saraurcu, cuyo pi se halla en 4176 metros).
De las cifras indicadas se deduce, que tanto la linea de la nieve per-
petua, cuanto la de las heleras sube en la Cordillera occidental mucho mas
que en la oriental, y en la ltima observamos las bajas mas fuertes en los
cerros, que estn muy expuestos al clima hmedo, como en el Cerro her-
moso y en el Saraurcu. En el primero baja la linea de nieve 4242 y en
el segundo 4364 metros. La linea de nieve mas alta encontramos en el
Chimborazo, cuyo clima es muy seco; se halla entre 4800 y 5000 metros.
El influjo del clima hmedo se manifiesta tambin por el hecho, que general-
mente la linea sube en el lado del cerro, que mira al callejn interandino
(seco), y baja en el lado opuesto que cae hacia los declives exteriores (hme-
dos) de los Andes; as p. ej. en el Cotopaxi sube en el lado oeste 4700 y
en el lado este solo 4500 metros.

Hasta aqu hemos tratado de los componentes principales del clima

i .

*) fie los dems volcanes altos del Ecuador, el Pichincha, el Rumiahui y el Im-
babura conservan la nieve solo algunos meses del ao.
**) G. Schwarze calcul en su trabajo Die Pirngrenze in Amerika (Wissensehaftl.
Jahresberieht d. Ver. f. Erdk. z. Leipzig, 1890) la altura de la linea de la nieve perpetua
en el Ecuador en 4750 metros. Pero l mezcl con las alturas de Reiss y Stbel, tam-
bin las de los observadores antiguos, que en general son exageradas, como ya he dicho.
CLIMA OCCIDENTAL. .407

de los climas ecuatorianos; resta decir algunas palabras de la accin, que


los agentes ejercen en su conjunto sobre el hombre. No hay duda, que
todos los climas del Ecuador son buenos y los mejores que pueden imagi-
narse para los organismos indigenas del pais, por la ley de acomodacin,
, como dirn otros, porque ellos son creados expresamente para estos climas.
Pero aqui preguntamos, si estos mismos climas son tambin favorables la
existencia de los hombres, sobre todo de los, que habiendo nacido y adole-
cido en otros pases, deben acomodarse las nuevas condiciones climato-
lgicas. Si abstraemos del clima inhospitalario de los pramos altos, que
en efecto, aunque no puede llamarse malsano, es muy desagradable, y no
conviene al hombre en circunstancias normales, en que busca cierta como-
didad, caen en tela de juicio el clima del pais interandino y el de las re-
giones bajas, especialmente de las occidentales.
Es muy difcil escribir sobre este tema con pura objetividad impar-
cialidad, porque en el juzgamiento del clima influye involuntariamente la
constitucin corporal del observador: uno puede parecer insoportable el
calor el fri, que al otro parece nada desagradable; uno sufre por la hume-
dad, otro mas bien por la sequedad de la atmsfera; y hasta el bienestar
intelectual y la disposicin moral influye en nuestro juicio: uno est incli-
nado celebrar hasta el clima del lugar, en que naci y vive contento,
cuyos moradores le agradan, en que marchan bien sus negocios estu-
dios etc.; al contrario, una enfermedad talvez del todo independiente del
clima, la falta de amigos, el fracazo de un negocio, veces basta para
detestar el mejor clima del mundo. Si hojeamos los libros de los via-
jeros, que han visitado el Ecuador, encontramos respecto al clima las opi-
niones mas variadas y contradictorias. Pero los viajantes pasajeros, que
demasiadas veces dejan dominarse por impresiones momentneas, no son
jueces competentes en la materia. El clima de Guayaquil, por ejemplo, se
conoce en Europa casi exclusivamente por la relacin de tales viajeros, que
llegan de paises frescos, talvez en medio invierno, ya prevenidos por la
mala fama, de que goza esta ciudad inmerecidamente, pasan una dos
noches con la plaga de los mosquitos en un cuarto sucio de una casa po-
sada, huyen cuanto antes la sierra otros paises, y escriben, que Guaya-
quil es un infierno. Hacen un viaje "rpido la sierra, encuentran por
casualidad los caminos secos y buenos, gozan del mejor tiempo y de vistas
magnficas, son bien recibidos por sus amigos en Quito, y hacen una excur-
sin Chillo Gupulo, y ya est comprobado, que el clima de la sierra
es el mejor del mundo, Quito es un paraso terrenal, los jardines hesprides
no valen un comino en comparacin de esta primavera eterna. Si uno que
otro encuentra algunos peros en este clima, no.se atreve manifestarlos,
408 METEOBOLOGA.

se le hace callar, porque Humboldt, el gran Humboldt lo ha celebrado


Magister dixit\ Sinembargo, no faltan viajeros que manifestaron con
franqueza una opinin contraria; as Ulloa en el siglo pasado, el Barn
de Thielmann en el nuestro, y algunos mas, que no se hallaban nada edifica-
dos por el clima de Quito. Tambin en los escritores nacionales, que en
su mayor parte son hijos de la sierra, se encuentra una preocupacin en
favor del clima andino y en mengua del del litoral. Celebrar el clima de
Quito y difamar el de Guayaquil lleg ser de moda. Creo, que ni Quito
es un paraso, ni Guayaquil un infierno, y vamos proceder con la impar-
cialidad posible. He vivido 4 aos en Quito y 16 en Guayaquil, y he hecho
muchsimos viajes en todas las zonas y regiones de la Repblica, de manera
que puedo hablar con mas experiencia, que la mayor parte de los viajeros
y aun de los ecuatorianos mismos; ademas no tengo el menor motivo de
preferir una regin otra; todas estn ahora lejos de mi, y todas conservo
un recuerdo grato.
Ante todo siempre debemos tener presente en nuestras apreciaciones
que se trata de un pais y clima intertropical; compararlo con el de pases
extra-tropicales es intil y conduce conclusiones errneas. As p. ej. seria
del todo falso, comparar las ciudades del interior con las de Norteamrica
de Europa, que tengan la misma temperatura media, p. ej. Quito y Cuenca
con Constantinopla y Marsella. De este modo coincidiria tambin el clima
de nuestros pramos (8o 9o) con los de las ciudades mas hermosas y de
las regiones vincolas de la Europa central, y el del hato del Antisana con
el de Cristiania, que en verano seala la temperatura media de 15,6 C.
Palermo en Sicilia tiene la temperatura media de Baos (Tunguragua), pero
en Diciembre la de Quito y en Agosto la de Guayaquil. La constancia
la muy pequea variacin de la temperatura media de todos los meses
caracteriza precisamente el clima tropical, sea en el Jitoral, sea en las ma-
yores alturas.
No hay clima que no tenga sus inconvenientes. Algunos de estos vicios
son inherentes todos los climas extra-tropicales y otros todos los tro-
picales en conjunto; no se puede eliminarlos, y llamamos buenos aquellos
climas, que presentan el menor numero el menor grado de esos incon-
venientes propios de su clase. Si consideramos la cuestin bajo este
punto de vista, y debemos considerarla as, entonces podemos decir sin
exageracin, que habr pocos pases trpicos en l mundo, que tengan un clima
tan bueno y sano como l Ecuador; y ntese bien, que extiendo mi asercin
tambin al litoral ecuatoriano. Puntos malsanos hay muy pocos en com-
paracin con la inmensa extensin del territorio, y ellos se hallan tanto en
el litoral como en el interior.
CLIMA OCCIDENTAL. 409
Si comenzamos la revista con la costa, encontramos all un clima muy
sano, fresco y agradable, mitigado por la mar, y. en los pueblos costaneros
las enfermedades talvez son mas raras, que en los mejores lugares de la
sierra. La longevidad es un fenmeno ordinario y la regla. Y esto vale
no solamente para las regiones muy secas, como Puna, Chanduy, Morro,
Sta. Elena, Colonche, Manta y otros pueblos de Manab, que son tan sanas
como las costas peruanas, sino tambin para regiones mas hmedas y ca-
lientes, como la desde Mchala Naranjal, la de Manglar alto, y la provincia
de Esmeraldas, como lo he comprobado en mi Memoria sobre la ltima. Es
verdad que en algunas localidades hmedas, p. ej. en el valle del rio Es-
meraldas, *no faltan calenturas y fiebres intermitentes, pero no. suelen ser de
un carcter pernicioso, ni son endmicas. La humedad de suyo no empeora
el estado sanitario, porque all las aguas no quedan estancadas, ni expuestas
los rayos abrasadores del sol, que produzcan miasmas mortferos y con-
viertan los pantanos en focos de infeccin. El invierno en la costa influye
poco nada en el-estado sanitario de la poblacin. He observado, que los
manglares y los pantanos de agua marina atrs de ellos lo largo del
mar, no ejercen un influjo malo en la salubridad del clima.
Avanzando de la costa hacia el Este, llegamos las llanuras centrales
de la regin litoral, y en primer lugar Guayaquil y el sistema fluvial del
Guayas. En toda la estacin seca el clima, no obstante una temperatura
mas alta que en la costa, es bueno y sano y hasta agradable. La mortandad
no es mayor que en la sierra en los pases extra-tropicales. Las listas de
los entierros mensuales no prueban nada respecto la mortandad entre los
habitantes regulares de Guayaquil; porque una cuota muy fuerte toca los
transentes que llegan ya enfermos la ciudad, y otra cuota no menos con-
siderable la gente del campo, que comunmente viene la ciudad en busca
del mdico, cuando ya est desahuciada. En el invierno se cambia muy
poco el estado sanitario en el campo y en los pueblos pequeos, solo en las
ciudades y en pueblos grandes, sobre todo en los de trnsito (Bodegas,
Yaguachi), se observa un aumento de las enfermedades, circunstancia que
comprueba, que la causa principal de ellas no h de buscarse en el clima
mismo, sino en el estado particular en que se hallan estas localidades, y en
el modo de vivir en ellas. Concedo, que el calor y en algunos puntos la
abundancia de mosquitos en invierno no hacen agradable el clima, pero esta
molestia de suya no lo hace malo y malsano, como tampoco no lo hace el
fri desagradable de Mocha y dems pueblos paramales con sus pulgas y
otros insectitos mas asquerosos (en la gente baja). En el campo las inunda-
ciones del invierno y la existencia de los pantanos, pozas y tembladeras
extensas durante todo el ao, no hacen el clima mortfero, ni siquera
410 METEOBOLOGA.

malsano, con la evaporacin del agua; pero en Guayaquil y en los pueblos


se forman por el descuido del hombre los charcos mas inmundos, llenos de
sustancias vegetales y animales ptridas, que exhalan olores y miasmas
pestferos. El que en invierno ha visitado los afueras de aquella ciudad y
sus calles algo apartadas, se admirar que no muera mas gente, que al-
gunos puedan quedar vivos en medio de estos muladares; solo se puede
atribuirlo la bondad del clima. Se explica, que la entrada y la salida
del invierno las enfermedades son mas frecuentes, porque entonces aquellos
charcos inmundos son mas espesos y la evaporacin miasmtica mas enrgica.
Cuando una inundacin diluvial limpia algun tanto las calles, y los agua-
ceros torrenciales diluyen las masas inmundas tanto, que prevalece la eva-
poracin puramente acuosa, las enfermedades se disminuyen cesan; de
consiguiente no es la humedad sino el desaseo, lo que hace el clima malsano.
A esto se agrega, que el desaseo se introduce tambin en las casas parti-
culares, especialmente en los patios y en las habitaciones de la plebe. Ade-
mas existe el mayor descuido en la observacin de las reglas higincias mas
triviales, que exige un clima tropical y muy caliente. Sobre todo la gente
pobre del interior, que abunda en Guayaquil, creen que en este lugar pueden
seguir impunamente las mismas costumbres que en la sierra, y es natural
que las enfermedades se ceben con preferencia en ellos. Pero en lugar de
acusar su propio desduido, se atribuye todos los males al clima. Este nunca
se acomodar los caprichos del hombre, el hombre debe acomodarse al
clima; as es en todo el mundo. Lo que he dicho de Guayaquil, vale de
Bodegas y otras poblaciones grandes en circunstancias iguales. Estoy ntima-
mente convencido, de que Guayaquil con la empedracion y canalizacin de
sus calles, y con la observancia de un sistema higinico racional, podria ser
una de las ciudades mas sanas de los pases intertropicales. El principio
est hecho, y en los ltimos dos decenios la ciudad ha progresado mucho en
este sentido. La mayor parte queda por hacer, pero no hay que desmayar, y
solo cuando la obra se concluya, Guayaquil ser tambin respecto de su
estado higinico lo que pretenden sus poetas, la perla del Pacfico, y
gozar de un clima tan bueno y sano, como cuando constaba de pocas ca-
suchas en las faldas del cerro de St a . Ana.
Aun en el estado actual, que muchsimo deja de desear, Guayaquil no
es tan malsano como se cree generalmente. El nmero del enfermedades
es menor que en las ciudades de Europa, y varias, que en estas son muy
frecuentes, faltan en el Ecuador, sn sumamente raras. Unas pocas, propias
todos los pases tropicales, nunca podremos eliminar, y el que por miedo
de ellas no se atreve venir Guayaquil, no podra visitar ningn pais
tropical. La fiebre amarilla, la enfermedad mas temible, lo menos la
CLIMA OCCIDENTAL. 411

mas temida, no es endmica en el Ecuador segn mi opinin. Se puede


decir que es limitada la ciudad de Guayaquil, y aqu, cuando se manifest
de vez en cuando con mayor fuerza, casi siempre se pudo demostrar su
inmigracin del lado norte (de Panam). No se engendra jamas en el campo,
en los pueblos, ni en la mayor cercana de Guayaquil; cuando uno muere
en el campo de fiebre amarilla, con seguridad se podr demostrar, que la
ha trado de la ciudad, y la enfermedad no se propaga. Solo cuando en-
cuentra un campo muy favorable, como p. ej. en Bodegas entre la gente
serraniega, se sostiene algunas veces por poco tiempo. En Guayaquil mismo
hubo aos, en que no se contaba ni un solo caso de fiebre amarilla, y es
casi seguro, que no reaparecera, si no fuese importada siempre de nuevo.
Un sistema mas severo de ouarentena y mejoras higinicas locales sustaern
este enemigo mas y mas el campo de operacin. Por lo dems, los estragos
que esta enfermedad hace en Guayaquil, exceptuando una dos pocas
histricas, no son comparables ni de lejos con los, que el clera morbus y
otras epidemias hacen en las grandes ciudades de Europa, que no obstante
esto, gozan de un buen clima. En general se puede decir, y la experiencia
lo demuestra, que los extranjeros (y mucho mas los hijos del pais mismo)
en Guayaquil no corren mas riesgo por su vida y salud, que en cualquier
otro pais, con tal que lleven una vida arreglada y acomodada las circun-
stancias del clima tropical. Siempre me he admirado del gran, nmero de
personas, que pasan el ao 90 de su vida, y creo que es mayor que en las
ciudades de Europa, en proporcin con el nmero de habitantes.
Se dice, que el clima del litoral (especialmente de Guayaquil) conduce
la languidez y pereza corporal y mental, que impide un trabajo formal.
Esta es otra preocupacin que no tiene apoyo en la experiencia. Es verdad
que los recien llegados sufren con el calor, y les parece que no podran
aguantar el trabajo por mucho tiempo. Pero esto se cambia pronto con la
aclimatacin y la costumbre. El hecho es, que el pueblo de Guayaquil es
tan robusto como el de cualquiera ciudad de la sierra, pero mas trabajador.
Muchas veces he visto y oido que los interioranos, que por primera vez
visitan Guayaquil, se admiran de la gran actividad, que aqu se despliega
por todas partes, no solamente en el pueblo bajo, sino tambin entre las
clases superiores, especialmente en el comercio, que exige un trabajo inte-
lectual mprobo. En ninguna ciudad del Ecuador se trabaja tanto, como en
Guayaquil, y si del nmero de flojos y ociosos se pudiera inducir un clima
malo, este debera hallarse en la sierra y no en Guayaquil.
Me he detenido un poco en la vindicacin del clima de Guayaquil, porque
me parece muy injusta la mala fama, de que goza, no solamente en el extran-
j e r o , sino tambin en el interior de la Eepblica misma. Sin desconocer sus
412 METBOBOLOGA.

desventajas y qu clima no tiene las suyas? he buscado reducirlas


la medida justa, guiado por una experiencia larga. Es de sentir, que en el
Ecuador no tenemos datos estatisticos seguros sobre las enfermedades y la
mortandad en las diferentes ciudades del pais ( lo menos no se encuentran
publicados); un estudio estadstico confirmar en algun tiempo mis aserciones.
Estoy lejos de creer afirmar, que' en el Ecuador no haya locajiidades
con un clima malsano y de suyo peligroso para la existencia del. hombre.
Estas localidades encuentro especialmente en la zona hmeda, que se extiende
al pi de la Cordillera y en sus faldas inferiores entre 200 y 1000 metros
de altura, poco mas menos. Esta regin es casi despoblada; solo en los
valles, por donde suben los caminos del litoral la sierra, se hallan algunas
viviendas y trapiches. Todo est cubierto de una vegetacin gigantesca y
espesa, pocos son los dias del ao, en que no llueva, lo menos de noche,
la humedad es excesiva, rara vez penetra un rayo solar en la oscuridad del
bosque, mas rara vez mueve un viento dbil la atmsfera estancada y caliente.
Este clima enerva pronto el cuerpo y el espritu, y la mayor parte de los
hombres que estn obligados vivir mucho tiempo en esta regin, se parecen
esqueletos caminantes, consumidos por la disenteria, fiebre, languidez
indolencia. Aqu la naturaleza con una mano brinda sus dones mas ricos,
y con la otra quita la sulud y la vida. Puede ser, que por el desmonte en
gran escala se mejoren con el tiempo las condiciones climatolgicas (algun
cambio favorable se cree haber observado por esta causa en la estacin
ferrocarrilera d Puente de Chimbo); pero entretanto estos valles profundos
pertenecen los lugares mas malsanos del pais. Se engendran con facilidad
la disenteria, las fiebres intermitentes de mal carcter, la fiebre perniciosa,
la ictericia, la hepatitis, y otras enfermedades, sobre todo en los individuos
que se suyo estn predispuestos ellas.
Una vez que hablamos de los climas malos, nombremos tambin los del
pais interandino. All las localidades malsanas son muy raras y se limitan
casi algunos valles profundos de un clima seco y ardiente. Los mas
conocidos y temidos son los valles de Catamayo (Prov. Loja), de YunguiMa
(Prov. Azuay), de Gucdlabamba (Prov. Pichincha) y de Chota (Prov. Imbabura).
Su altura se halla entre 1200 y 2000 metros y su temperatura media entre
17 y 20 C. Los caracteres comunes consisten en la sequedad de la atms-
fera y en la aridez del suelo, en cuya consecuencia la vegetacin es escasa
y la arbrea falta (con excepcin de los pocos rboles cultivados). Las
llanuras arenosas, y mucho mas las laderas desnudas y cascajosas de las
montaas circunvecinas, se calientan de dia bajo los rayos de un sol abra-
sador tanto, que el termmetro sube (en la sombra) 28 y 30 C , mientras
que de noche puede bajar 6 7 C. Aunque el cambio brusco de la
CLIMA INTEBANDINO. 413.
temperatura.puede contribuir algo la insalubridad de estos valles, sinem-
bargo, me parece que no ser la nica causa; la verdadera no se ha aclarado
todava, y sera un objeto digno de estudios serios para los mdicos del pais.
Ni los blancos ni los indios resisten por mucho tiempo los continuos
ataques de las calenturas y fiebres malignas, que son endmicas en estos
valles; y aun los habitantes negros mulatos, que son peones de las
haciendas, sufren inmensamente bajo la influencia perniciosa del clima. Las
personas algo predispuestas veces vuelven con calenturas muy obstinaces,
despus de haber pasado una sola noche en uno de esos valles, y aun despus
de haberlo cruzado en un viaje rpido. El viajero, que debe pasar por estas
localidades demorarse algunos dias en ellas, har bien de usar de la
quinina como remedio preventivo. Segn mi propia experiencia es un preser-
vativo excelente, tomado en muy pequeas cantidades que son inofensivas
(una pildora cada maana); pues una vez inficionado de la ehre terciana
otra, tendra que tragar la quinina en cantidades enormes, sin estar seguro
de curarse dentro de algunos meses.
Fuera de los valles nombrados y algunos mas, que participan del carcter
y de la insalubridad de ellos, pero en menor grado, el resto del pais inter-
andino goza de un clima muy sano y en muchos puntos tambin agradable.
No hay enfermedades propias esta regin*), y las comunes d todos los
pases rara vez toman el carcter epidmico (con excepcin talvez de la
viruela). Las fiebres propias los pases calientes son sumamente raras, y
la tisis n todas sus formas falta completamente. La sierra sirve de curatorio
los tsicos de la costa, pero solo cuando la enfermedad se halla en su
primer estado, hay esperanza de una curacin completa; al contrario, cuando
est' muy avanzada, los enfermos mueren tanto mas pronto en el aire atenuado
de la sierra, veces ya en el camino. Las enfermedades mas frecuentes,
que estn en alguna* conexin con el clima, son los resfros, flucciones, ca-
tarros, reumatismos, y ellas, en unin con el fri muy sensible de noche y por
la madrugada, hacen el clima desagradable en los lugares, cuya temperatura
media baja de 15" C, sobre todo para los que llevan una vida sedentaria.
Puede ser, que los que han nacido permanecido muchos aos en Quito,
Riobamba, Cuenca, otros pueblos de una temperatura media de 13 14 C,
encuentren su temperamento agradable la costumbre hace mucho, como
lo vemos tambin en pases calientes , pero la mayor parte de los viajeros
y conocedores de la sierra, sern de otra opinin. En el Ecuador el clima

*) La enfermedad mas tremenda incurable, que en los pueblos de la sierra se


encuentra con alguna frecuencia, es la lepra elefanca; pero se propaga nicamente
por el contagio y no tiene su origen en el clima, aunque este podria talvez favorecer su
desarrollo.
414 METEOBOLOGA.

debe tener la temperatura de 16 18 C. para ser agradable (no hablo ahora


de la salubridad, sino de las sensaciones agradables). Lugares que gozan
de este clima suave y verdaderamente delicioso, son, por ejemplo, Ibarra,
algunos puntos en los valles de Tumbaco y Chillo, Baos (al pi del Tungu-
ragua), el valle de Gualaceo, Paute, Loja, Malacatos y otros hacia el lmite
superior del guineo y de las palmas.
Muchos celebran como una ventaja especial del clima interandino su
constancia invariabilidad, la primavera eterna. Tambin con esta moda
no puedo conformarme. Lo eterno no cuadra las cosas temporales; el
hombre, mientras que demora en esta tierra, busca la variedad y el cambio,
y se cansa y se fastidia pronto de todo lo que nunca se acaba. Parece
que los escritores que celebran la primavera ( otoo, segn Hassaurek)
eterna, nunca han experimentado las delicias inherentes al cambio de
las 4 estaciones. Para mi el clima de la sierra seria mucho mas agradable,
si no fuese tan sumamente montono. Pero fe gustibus non est dispu-
taniumh
Concluyamos repitiendo el principio de este prafo y diciendo, que el
clima de todo el Ecuador es para un clima tropical muy bueno y sano, con
excepcin de pocas y restringidas localidades.
PARTE IV.

GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA.


Asunto de la historia natural es, describir las plantas y los animales
de un pais sistemticamente, en obras especiales, que se llamndolos y
faunas. El Ecuador no posee todava tales obras descriptivas, que diesen
conocer las grandes riquezas, que encierra su territorio en los reinos vegetal
y animal, y pasar mucho tiempo, hasta que se pueda escribirlas de un modo
algo completo. Esto es un inconveniente grande para la geografa botnica
y zoolgica, que supone esas obras el conocimiento de la flora y fauna,
y se ocupa solamente con la distribucin de las plantas y de los animales
en las diferentes regiones de un pais. Sinembargo, por mas incompleto, que
sea en sus detalles el material botnico y zoolgico, que est nuestra dis-
posicin, siempre es suficiente, para trazar grandes rasgos el cuadro de
la creacin orgnica del Ecuador.
Captulo I.
La Vegetacin del Ecuador.
Es muy natural, que un pas, que se extiende sobre pocos grados de
latitud arabos lados de la linea equinoccial, presente en su vegetacin un
carcter esencialmente tropical. Cuando se dice, que el Ecuador posee todas
las zonas vegetales del mundo, esta asercin se debe tomar cum grano
salis y bajo reserva; pues, aun en las regiones mas altas, cercanas la
nieve perpetua, en donde la .vegetacin tiene un aspecto hiemal y casi boreal,
las formas y tipos principales que componen la flora, siempre se acercan mas
la flora subtrpica que ala rtica; una cierta semejanza con la ltima es
exterior y superficial, y la interior se manifiesta solo en pocas formas.
Las divisiones y subdivisiones de la vegetacin se puede hacer bajo tres
puntos de vista: I o segn reinos provincias geogrficas (as se habla de una
flora de la Europa central, de la Sudamrica tropical, de Australia, de una
flora antartica etc.); 2o segn las formaciones fisonmicas (por ejemplo, flora
de las sabanas, ora de los bosques siempre verdes, flora de los pramos etc.);
3o segn los grupos naturales de las plantas (por ejemplo, grupo de las Palmas,
de las Coniferas, de las plantas mirtceas, laurneas etc.).
Bajo la vista geogrfica el Ecuador pertenece dos reinos florsticos,
al de la Sudamrica tropical, que se extiende al traves del Continente, desde
mas all del istmo de Panam, hasta el grado 32 de Latitud sur, poco mas
menos (en el lado del atlntico), y al reino subtrpo de los Andes,
la flora andina, que se puede unir con la flora subtropical de la Sudamrica
austral. En el Ecuador el segundo reino se halla como una isla, rodeada
del primero, en las alturas que exceden de 2000'metros. Desde Tmbez al
Sur, la flora tropical (en el sentido de un reino especial) se halla solo
las vertientes orientales de la Cordillera de los Andes, las occidentales
pertenecen por todo el Per la flora subtrpica austral y la andina.
Los reinos se dividen en provincias. El reino tropical se divide en el
Ecuador en la provincia occidental, cuya flora es esencialmente la misma
Lam. VIII.

& * * - * * -".'

Segn A. Berg.
VEGETACIN AL PI DE LA CORDILLERA.
LA VE&ETACION DEL ECUADOR. 417

que la del istmo de Panam y del Choc, y se extiende hasta Tmbez, y


en la provincia oriental amaznica, cuya flora participa en mucho con la
del Brasil (la Hylaea de Humboldt). Entre estas dos provincias grandes
y bajas se extienden longitudinalmente los Andes, con la flora subtropical
en sus faldas y la andina en sus montaas altas, formando dos provincias
del segundo reino.
La divisin geogrfica que precede, tiene su valor especialmente para el
botnico de profesin y para consideraciones tericas; pero para nuestro
objeto mas prctico, es preferible una divisin segn las formaciones fiso-
nmicas, y ella sirve tambin de base la Carta de vegetacin que
acompaa esta obra. He distinguido cinco regiones zonas principales:
I o la regin rida de la costa, en que la mayor parte de los rboles pierde
sus hojas durante la estacin del verano (de sequa); 2 o la regin hmeda
de las montaas bajas y del litoral, en que la mayor parte de los rboles
conserva sus hojas durante todo el ao, aunque existe una estacin seca,
pero no tan larga ni tan escasa de agua, como en la regin primera; 3o la
regin de los bosques siempre hmedos y siempre verdes en las faldas exteriores
de las Cordilleras altas, desde sus pies hasta el lmite de la vegetacin
arbrea. Esta zona se compone en las partes inferiores de una flora tropical,
y en las superiores de la subtropical, pasando poco poco la andina;
4 o la regin interandina de los cereales, que ocupa las hoyas interandinas,
y cuya flora primitiva subandina y subtropical, se halla muy alterada y
en parte destruida por la accin del hombre; 5 o la regin andina de los
pramos, que se extiende desde el limite de la vegetacin arbrea hasta l
de la nieve perpetua, y cuya flora consta con preferencia de formas andinas.
' Encima de la regin de los pramos sigue todava otra, muy circunscrita
y limitada los nevados de la Cordillera, que ya no contamos entre las
zonas de vejetacion, porque carece de ella; es la regin de la nieve eterna.
Parece casi suprfluo advertir, que ninguna de las zonas indicadas pasa
repentinamente la siguiente, sino que el cambio de la flora se verifica
poco poco, como el cambio del clima de las regiones, del cual depende
aquel en primera instancia.

Io. La regin seca de la costa.


En el captulo precedente hemos tratado de las condiciones climato-
lgicas del litoral y de las casi excepcionales de una parte de la costa.
Inviernos cortos y veces escasos de agua, y veranos muy largos y secos
caracterizan esta zona; la costa desde Puna hasta Santa Elena y la de
Manta est todava bajo el influjo del clima peruano, mejor dicho, de la
corriente antartica del mar. La zona seca se extiende desde Tmbez hasta
WOMF, Ecuador. 27
418 GEOGBAJFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.

la baha de Carques, y es interrumpida solamente por la faja hmeda entre


Mchala y Naranjal y por la otra entre Ayangue y Salango, cuya dependencia
de las montaas altas queda comprobada. En la hoya del rio Guayas se
extiende bastante tierra adentro por las sabanas y lomas. Lo que
caracteriza la regin seca, es la interrupcin larga del perodo de vegetacin,
que sufren las plantas durante el verano, y en cuya consecuencia pierden
sus hojas. Los pocos rboles y arbustos que conservan el follaje, estn
provistos de hojas gruesas y coriceas, que impiden la evaporacin del jugo
en lo posible y resisten la sequedad. Solo las plantas, que crecen las
orillas de los rios (y pertenecen mas bien la zona hmeda) que con-
stituyen las formaciones acuticas (la flora palustre de las tembladeras, la
flora de los manglares), hacen una excepcin.
Inspeccionando mas de cerca las formaciones vegetales de la regin, en-
contramos dos, que no se limitan ella, y que se hallan las orillas de
todos los mares tropicales, caigan en regiones secas hmedas, estas son
los manglares y las plantas haltas. De los manglares, de su origen, su .
extensin y su desaparicin he hablado difusamente en otro lugar (pg. 295).
Aqu repetir solamente, que se componen de muy pocas especies de rboles,
entre los cuales predomina el Mangle ordinario (Bhieophora Mangle), y talvez
una que otra especie mas del mismo gnero. En los manglares viejos y
especialmente hacia sus espaldas, se mezclan tambin algunos otros rboles,
como el Mangle prieto (Avicennia ntida, tomentosa), Cotiocarpus, Lagun-*
cularia etc! El Mangle es uno de los rboles mas tiles del litoral
ecuatoriano; sus troncos, que se elevan hasta 10 metros, dan una madera
muy pesada y dura, que se aprecia en la construccin de casas y en las
obras acuticas (puentes, diques etc.); forma tambin un artculo considerable
de exportacin.
La formacin de las halfilas, es decir, de aquellas plantas que crecen
solamente en un terreno muy salobre, tienen en el Ecuador poca extensin
y poca importancia. Se hallan en la orilla del mar, y en los salitrales atrs
de los manglares. Son por su mayor parte plantas herbceas que componen
esta formacin, Chenopoium, Salsola, Portulaca, Ipomoea pes caprae etc., y
algunos arbustos espinosos. A la margen de los salitrales se encuentra
con frecuencia el rbol venenoso del Manzanillo (Hippomane Mancinella) con
frutas hermosas en forma de prequefias manzanas. Como la mayor parte
de las Euforbiceas, contiene una leche venenosa; pero se exagera su
venenosidad diciendo, que hasta su aliento mata; en las islas de Galpagos
he dormido dos noches debajo de un rbol de Manzanilla sin perjuicio de
mi salud.
Tambin la Palma de coco (Cocos nucfera) es una planta halfila, que
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. ' 419

prefiere la cercana del mar con un terreno salitroso cualquier otro, y


sabido es, que tierra adentro (se halla hasta el pi de la Cordillera) se la
cultiva abonndola con sal, lo menos en los primeros aos. En la costa
se halla en su elemento y en su pais propio, pues los botnicos son; ahora
de la opinin, que esta palma, repartida actualmente por toda la zona
tropical del mundo, tiene su patria original en las costas de la Amrica
central y meridional (desde Mjico hasta Ecuador). Nada dir de la utilidad
de la Palma de coco, que es generalmente conocida, pero estrafia ver, que
no se cultiva en-mayor escala. En la costa de las provincias del Guayas,
de Manab y de Esmeraldas, hay pampas arenosas muy extensas, que no
se prestan ningn otro cultivo, pero en las cuales se podria sembrar con
poco costo millares de palmas de coco, que dentro de 10 aos rendiran
intereses crecidos. Porqu no se podra exportar del Ecuador la copra
(las nueces machucadas del coco), como de las islas de Polinesia?
La pennsula del Morro y de Santa Elena,.y el cantn de Manta se
componen en gran parte de pampas y colinas pedregosas, con una formacin
flora escasa, pero singular, que recuerda los desiertos y casi-desiertos del
Per setentrional, mientras que los bosques, que interrumpen las pampas y
cubren los cerros, ya se componen de las mismas formas, como los de las
sabanas y las colinas del cantn de Guayaquil. Lo que imprime su carcter
singular aquellas pampas, son los grandes Espinos y Tunas -(Cactus,
Ojpuntia) y los Algarrobos con sus parientes (varias especies de Prosopis y
Mimosa). Los rboles se encuentran aislados en pequeos grupos. El
algarrobo y cascol subministran una madera casi incorruptible, muy apre-
ciada para las partes inferiores dlos edificios, donde penetra la humedad;
ademas dan un combustible excelente; sus hojas y frutas sirven tambin de
pasto al ganado. Entre los algarrobos se encuentra de vez en cuando un
Palo santo (una Terbintcea), un Guasango, tambin de buena madera.
Propia esta regin es la Orchilla (Eoccella sp.), un liquen d color ceni-
ciento blanquizco, que crece en las piedras y sobre los troncos y ramos
de los arbustos. En tiempos anteriores fu rocojida y exportada en alguna
cantidad, para la fabricacin de colores; pero sucumbi en la concurrencia
de los modernos colores de anilina. La vegetacin gramnea y herbcea
es muy escasa, aunque, el botnico encontrar varias especies propias este
distrito. .
La mayor parte de la regin seca del litoral est ocupada por la for-
macin flora sabanera, comprendiendo con este nombre no solamente la
de la sabana abierta, sino tambin la de los bosques con follaje anual.
Las sabanas abiertas no son muy numerosas ni muy extensas, y no
pueden compararse de ningn modo con las de Venezuela, por ejemplo,
27*
420 GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

del Brasil. En mucho se parecen las pampas de la costa, que acabo de


caracterizar, pero tienen una vegetacin graminea mas densa y mas variada,
las Ccteas son raras y se reducen pequeas especies epfitas trepaderas,
como la Pitaya (Cereus pitahaya); los algarrobos se asocian muchos otros
rboles y arbustos, que se encuentran tambin en los bosques cerrados.
Los bosques de esta regin no pueden competir, en cuanto lo gigantesco
de las formas, con las selvas vrgenes de la regin hmeda en los pies y
faldas de los Andes, y en verano presentan en su desnudez un aspecto
nada tropical; sinembargo, no carecen de formas interesantes, y especial-
mente brindan maderas excelentes. A esta formacin pertenecen, por
ejemplo, los bosques de Puna, los de Chongon y todos entre Guayaquil y
Santa Elena, los de los cerritos de Guayaquil, del Estero Salado, de Duran,
lo largo del rio Daule hasta Colimes, lo largo del rio de Bodegas hasta
Boca de Baba etc. etc. Para principiar con las formas mas caractersticas
y la vez con los gigantes de estos bosques, debo nombrar en primer lugar
los corpulentos Ceibos (Bombax Ceiba y JEriodendrum), cuya lana vejetal se
recoje para usos domsticos industriales, y cuyas grandes flores amarillas
anuncian fines de la estacin seca la proximidad de las lluvias. Flores
vistosas (coloradas) despliegan tambin, y casi al mismo tiempo, algunas
especies de Erythrina, que pertenece el Potorillo Palo prieto, tan frecuente
en los potreros y en la sabana. De las maderas finas son las principales:
el Guayacan (Guajacum ojicinale), la Madera negra, el Pechiche (Vitex
gigantea), el bano (Caesalpinia sp.), el Roble (Tecoma Jacaranda?),
Mgueroa, Laurel, Matasarna, Quiebra-hacha etc. Todas estas maderas, y
algunas mas, llegan en esta regin su mejor desarrollo, aunque pasan
tambin la regin mas hmeda; cuanto mas seco el clima, tanto mejor es
la madera, y por esto se aprecia, por ejemplo, mas el Guayacan de Puna,
que el que viene de la Cordillera de Chongon. Entre los rboles resinosos
de esta regin se halla el Blsamo del Per (Myrospermum peruiferum), que
encontr con frecuencia en las cercanas de Arenillas, cantn de Sta. Rosa.
Entre los pocos rboles siempre verdes de esta flora nombraremos
algunas especies de Anona, como A. murieata (Guanbano), A. uliginosa (A.
de lagarto), que prefiere las orillas de los rios y esteros, A. bonplandiana y
otras; despus el Barbasco (Jacquinia armillaris), un arbolito muy elegante
con hojas punzantes, flores muy aromticas, y frutas venenosas, que usan
veces los pescadores en la pesca. El Basbasco se encuentra tambin
aislado en las sabanas entre los algarrabos y mimosas. El Tamarindo
(Tamarindus occidentalis), aunque nativo de Sudamrica, me parece encon-
trase solo cultivado en el litoral ecuatoriano, siempre en la cercana de las
poblaciones, pero es sin duda uno de los rboles mas grandes y mas
LA VEGETACIN DEL ECUADOB. 421
hermosos de la regin seca; reemplaza los tilos y olmos seculares de los
pueblos de Europa.
Pasando de los rboles grandes del monte los arbustos y frtices, en-
contramos una gran variedad de Euforbiceas (varias especies de Crotn),
Rhamneas (Bhamnus guayaquihnsis, Zisyphus thyrsifiora etc.), Malvceas
(Malva, Sida, Hibiscus, Gossypium Algodn silvestre), Bttnericeas,
Rubiceas, Leguminosas y Mimosas. A la margen de los bosques y en la
sabana se halla el Cerezo, que es una Malpighia, y muy distinto del cerezo
de Europa, varias especies de Ail (Indigofera), la Lantana Cmara, la
Adormidera venenosa (Echites hirtiflora), que pertenece las Apocinceas,
as como tambin el Suche silvestre de flores amarillas (Thevetia nereifolia)*)
la Stemmadenia mollis y el Haemadictyon tomentellum, todas frecuentes en la
cercana de Guayaquil. No debemos olvidar los Ciruelos colorados y
amarillos (Spondias purpurea y ltea), que son muy caractersticos para esta
regin, aunque casi siempre cultivados y, segn se cree, introducidos de
las Antillas, como varias otras especies de Jobo. Para cercas vivas o na-
cederas no hay otro rbol mejor en la regin seca, que el Ciruelo y el
Jobo, quienes se asocia veces el Jaboncillo (Sapindus saponaria), cuyas
frutas reemplazan de algun modo el jabn.
En plena conformidad con la sequedad del clima est la falta casi com-
pleta de los helchos, y la escasez de las plantas parsitas y epfitas. Dos
tres pequeas especies de los primeros se encuentran en invierno en los
bosques. De las parsitas llaman la atencin las Lorantceas, algunas con
flores vistosas, que cubren veces los rboles, especialmente de las sabanas,
en tanta abundancia, que los matan. Las especies mas comunes son
Oryctanthus ruficaulis, Psitacanthus mexicanus y Phtyrusa Magdlenae. Entre
las epfitas predominan las pequeas especies de Bromelia y TiUandsia, y
la mas comn y mas conocida es la Barba salvaje (TiUandsia usneoides),
que se recoje veces para usarla como la lana del Ceibo. La interesante
familia de las Orqudeas epfitas est representada por pocas especies, que
resisten la larga sequa y huyen de las regiones hmedas, as la flor de
Natividad (Epidendrum asperum), la flor de San Francisco (Epidendrum sp.),
la Mariposa (Oncidium Papilio), dos tres otras especies de Oncidium con
flores amarillas en racimos largos, la pequea Lockkartia serra, y la espln-
dida Cattleya mxima, que se encuentra en varias zonas, hasta la altura de
1500 metros.

*) El Suche colorado, amarillo y blanco de los jardines, que tiene hojas mas anchas,
pertenece la misma familia, y es la Plumera rubra y bicolor de los botnicos. No
es silvestre, sino.introducido de las regiones orientales de Sudamrica, pero le conviene
muy bien el clima seco del litoral.
422 GEOGBAFIA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.

Las lianas (bejucos) y enredaderas no faltan en nuestra regin seca,


pero son distintas de las de la regin hmeda, y pierden tambin sus hojas
en el verano. La mayor parte son plantas endebles, y muchas anuales, de
las familias de las Convolvulceas, Passifloras, Menisprmeas, Cucurbitceas,
Apocyneas y Papilionceas; las pocas leosas pertenecen con preferencia
la familia de las Bignoniceas.
La regin seca del litoral se distingue de todas las dems zonas vege-
tales del Ecuador por ser la nica, en que se verifica peridicamente un
cambio tan completo y visible en la vegetacin, que podemos compararlo
con la renovacin primaveral de la flora en los pases extra-tropicales.
Durante los ltimos meses del ao la sequedad del aire y del suelo llega
su extremo, el calor aumenta, la sabana est abrasada por los rayos del
sol, el bosque queda sin hojas, muchos animales (los anfibios) caen en letargo
y no se mueven de sus escondrijos, hasta el hombre gime bajo la presin
que grava sobre toda la naturaleza. A fines de Diciembre principios
de Enero s condensan las nubes mas y mas, de vez en cuando se v y se
oye por la tarde descargas elctricas en direccin la sierra; las amenazas
siguen. por algun tiempo, pero finalmente cae el primer aguacero resfrescante,
y el hombre y los animales respiran con verdadero placer el ambiente
hmedo. Dos tres lluvias abundantes bastan para cambiar el aspecto del
paisaje como por encanto. En pocos dias se cubre la sabana de una al-
fombra de verdor primoroso, el bosque no le v en zaga y despliega su rico
follaje y sus flores olorosas, los animales salen de sus escondrijos, insectos
vistosos cruzan el aire, los pjaros cantan alegres y piensan en fundar
nuevos hogares, toda la naturaleza orgnica celebra la fiesta anual de su
resurreccin. En ninguna poca del ao el paseo al campo y al monte es
tan agradable,, cmo en estos das de primavera, despus de los primeros
aguaceros; la mayor parte de los rboles y arbustos se hallan con flores y
muchas de ellas exhalan olores embriagantes. Entonces es de ver, como
dentro de pocas semanas el bosque, antes tan transparente, se espesa, como
las enredaderas trepan con una rapidez admirable sobre los arbustos y hasta
las copas de los rboles, cubriendo veces con una red inextribable grandes
superficies, de manera que muy pronto el bosque es tan impenetrable como
el de las regiones hmedas. Aqu la vegetacin es tanto mas rpida y
enrgica, cuanto mayor es el calor que se asocia la'humedad. Es in-
creble, cunto avanza en el corto periodo de 4 5 meses, hasta fines de
Mayo. Pues, en este mes en Junio la mayor parte de las plantas ya
comienzan reposar, en Julio y Agosto botan sus hojas, en Setiembre el
bosque presenta su aspecto hiemal y la sabana parece un desierto amarillo,
y todo recae en el estado de letargo.
LA VEGETACIN DEL ECADOB. 423

En la descripcin de la regin seca hemos omitido muchos rboles, que se


hallan lo largo de los rios cultivados, porque no son propios esta
zona y se sostienen mas bien por la humedad de las orillas en un terreno
muy reducido, por el cuidado del hombre, como algunos rboles frutales
(p. ej. los Guabos, el Sapan, la Guadua, algunos Pltanos, el Mango etc.).
Mejor trataremos de estos en la seccin siguiente. Una separacin com-
pleta no se deja establecer, porque la naturaleza misma no la quiso hacer,
como ya queda dicho mas arriba. Aqu el objeto principal es, enumerar
aquellas formas que imprimen la regin su carcter especial, no las acci-
dentales.
Una formacin flora palustre y acutica colocaremos mejor aqui,
aunque se halla tambin con caracteres casi idnticos en la siguiente regin
hmeda, porque en la seca se encuentra muy desarrollada en las tembladeras.
Es muy interesante para el botnico, pero en la prctica tiene poca im-
portancia, sino en cuanto sirve al ganado de pasto en el tiempo de la mayor
sequedad de las sabanas y lomas.
En las lagunas y pozas de agua estancada son las plantas nadadoras *
principales: la Lechuga del rio (Fistia olcordata), la Lentejilla (Lemna sp.),
la Salvinia hispida, la Trapa natans, la Maravilla (Nymphaea sp,), que des-
pide un olor muy singular, algo parecido al del ter sulfrico, y que es
conocida en Guayaquil como juguete de los muchachos. Del agua se le-
vantan, de uno tres metros, muchas especies de Juncos y la Typha tru-
xillensis, el Oyperus giganteus, articulatus y nodosus, muchsimas otras
Cyperceas y Gramneas, mezcladas con Alismceas, Lythrrias, Oenothreas,
Hydrochardeas, Helchos palustres, Amarylldeas (Amancay) etc. etc.
De los pocos rboles y frtices es el mas comn el Sauce (Salix Hwm-
boldtiana), que por lo dems se halla en muchas regiones y hasta la altura de
2800 metros. Tambin el Laurel de cera (Myrica poliearpa) ha penetrado
de los valles subandinos las tembladeras de los llanos.

2 o . La regin hmeda del litoral.


La regin en que vamos entrar, se distingue de la anterior por un
grado mas alto de humedad atmosfrica, que se manifiesta directamente en
la vegetacin. Los inviernos principian mas temprano y acaban mas tarde,
que en la costa seca; durante los meses de verano las frecuentes garas y
un roco abundante de noche reemplazan en gran parte la evaporacin
diurna. Aunque existe un intersticio marcado en la vegetacin de muchas
plantas, no se hace muy notable por el aspecto exterior, porque casi todas
conservan sus hojas, el bosque es siempre verde y tupido, en fin la zona
lleva el carcter tropical puro: es la patria del Cacao, de la Palma real, del
424 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

Bijao, del Cadi (Tagua), de la Vainilla, del Matapalo, del Guramo, de la


Guadua, del Palo de balsa. Estos pocos nombres indicarn al ecuatoriano,
algun tanto familiarizado con la vegetacin de su pais, lo que entiendo con
la regin hmeda del litoral. Ella tiene una gran extensin superficial. En
la parte setentrional de la Repblica, desde el Cabo Pasado, llega hasta el
mar, en la meridional linda al occidente con la zona seca, introducindose
en ella, donde montaas altas favorecen la humedad necesaria; hacia el
oriente se confunde, al pi de la Cordillera alta, con la regin siempre
hmeda de las faldas inferiores de ella. Su desarrollo tpico se estudia
mejor en las partes centrales, porque hacia las mrgenes recibe muchos
elementos de las zonas adyacentes, sea de la seca del lado oeste, sea de la
andina tropical del lado este.
Casi toda esta regin, con excepcin de la pequea parte cultivada, est
cubierta de bosques; las sabanas naturales son muy reducidas, y aun mas
las tembladeras y pozas. De las ltimas ya no hablaremos, porque su flora
es casi idntica con la que conocimos en la seccin anterior. Las sabanas,
* si, tienen aqu un carcter distinto que en la regin seca, porque las Gra-
mneas y Cyperceas siempre verdes son otras especies que all, comun-
mente de formas gigantescas. Como ejemplos recuerdo las pampas en los
cantones de Baba, Babahoyo y Pueblo viejo. Domina en estas pampas el
gamalote de varias especies (Paspalum fasciculatum y Pnicum sp.), que es
un buen pasto, especialmente para el ganado caballar, y forma verdaderos
bosques gramneos, por decirlo as, casi impenetrables y de 2 3 metros
de altura. Pampas con gramas bajas son casi siempre artificiales (potreros)
y difciles de conservar, por la invasin del gamalote. En lugar del al-
garrobo de la regin seca, tenemos aqu otros arbolitos y frtices espinosos,
especialmente las Mimosas (algunas de ellas sensitivas), y varias Papilion-
ceas y Caesalpinias, como el Abejn (Cassia sp.), Piperceas, Compuestas
arbreas, y muchos arboles espordicos de diferentes familias, por ejemplo,
un GoeMospermum, la Crataeva tapioides etc. La margen de estas sabanas,
donde se verifica el trnsito al bosque, es una muralla viva impenetrable,
de 5 6 metros de altura, que se compone de un redaje tupidsimo de
Carrizo, Caa brava, Cortaderas, Espinos (Mimosa), Platanillo, Ua de gato,
Pica-pica (Mucuna pruriens), y enredaderas de toda clase. Solo abriendo
tneles con el machete se puede penetrar en estas fortalezas naturales. Las
mismas semejantes murallas acompaan las riberas de los rios y las
mrgenes de los esteros secos; en los ltimos, que solo en invierno llevan
agua, ocupan veces todo el ancho del cauce. Esta formacin, que pode-
mos llamar la riberea, corresponde perfectamente al Igapo de la hoya
amaznica y del Brasil.
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 425
La formacin y flora del bosque es tan variada y complicada, que debe-
mos restringirnos la eleccin de pocos representantes, advirtiendo que es
.tanto mas rica, cuanto mas nos aceramos al pi de la Cordillera, y cuanto
mas hmedo es el distrito. Comencemos con las palmas y demos la pre-
ferencia la Palma real (Cocos hutyracea), que sin duda es la reina de
nuestras palmas y de la montaa en general. Se levanta la altura del
Coco, pero su tronco es mas recto y mas grueso y su copa mas llena y
mas anchurosa. No se encuentra en todas partes, pero una vez que elige
un distrito, es social y predomina grandes distancias sobre todos los dems
rboles del bosque; as, por ejemplo, en el interior de la provincia de Es-
meraldas, las orillas del Quinind. En la misma regin y en muchas
otras partes se halla el Pambil (Iriartea sp.), que es una palma mucho mas
pequea, que la real, pero muy elegante, con un tronco esbelto y un follaje
parecido al de las chontas, solo mas ancho. Los troncos se usan mucho
en la construccin de las casas de montaa (p. ej. entre los indios Cayapas),
ya enteros para el enmaderado, ya picadas en forma de tablas para pisos
y paredes, de manera que reemplaza muy bien la caa guadua, y es mas
duradera que esta. Despus siguen varias, especies mas pequeas, que se
llaman Chontas y Chontillas, algunas con espinas (Badris sp.), otras sin
ellas (Euterpe sp.). Espinas muy largas tiene la Mocora, cuyas hojas se
usan para tejer sombreros y hamacas. La Chontaruru (Guililma speciosa),
del tamao del Pambil de una Chonta espinosa, se distingue por sus
hermossimas frutas comestibles, parecidas al albaricoque y agrupadas en
grandes racimos pendientes de 50 hasta 70. Es de mucho uso entre los
indios Cayapas en los meses de Marzo y Abril, cuando carga las frutas
maduras. Estas se comen cocidas y tienen el aspecto de la yema del huevo
cocido y el gusto de una papa harinosa; el ncleo sabe al del coco. Dos
plantas tilsimas y muy caractersticas de esta regin, el Cadi y la Toquilla,
se acercan en su aspecto exterior mucho las palmas, aunque pertenezcan
otra familia (Cyolanthceas). Del primero (JPhytlephas macrocarpa) se
usan las hojas gigantescas, el cadi, para el techado de las casas en los
pueblos y en el campo, y las frutas, que se llaman tagua, corozo marfil
vegetal, forman un importante artculo de exportacin. Aunque la patria
propia del Cadi son las colinas de la -regin baja, sube sinembargo en al-
gunos valles andinos hasta la altura de 800 metros. La Toquilla (Catlu-
dovica palmata), que se parece una palmita sin tronco, cuyas hojas en
forma de abanico se levantan directamente del suelo sobre un pecolo largo,
subministra la paja de sombreros, y se encuentra en gran abundancia en
toda la regin baja y hmeda. Tambin la Palma mulata (Cycas sp.),
que desarrolla sus hojas en espiral, como los helchos, se parece una
426 GEOGHAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

palma graciosa de tronco bajo, y es propria la regin de que hablamos,


prefiriendo las colinas no demasiado hmedas.
Maderas hay muchas y muy buenas en estos bosques, pero conmnente
ya no son tan duras incorruptibles, como las de la zona seca, y aun
aquellas especies, que de esta avanzan la regin hmeda, por ejemplo el
Guayacan, el Roble etc., pierden en calidad. El Pechiche es todavia fre-
cuente, lo mismo que el Laurel, la Caafistola (Cassia fistula), el Guachapel
y varias Caesalpinias, el Amarillo, el Moral, el Cedro (Cedrla odor ata),
varios Guayabos (Fsidium sp.) con otras Mirtceas, el Palo de balsa
(Ochroma piscatoria), cuya madera, mas liviana que el corcho, es tan suma-
mente til para la construccin de las balsas. Otros rboles se estiman
menos por su madera, que por sus frutas otras cualidades tiles, como
los gigantescos Matapalos (Ficus dendrocida), que dan buena sombra los
cacaotales, lo mismo que varias especies de Guabos (Inga sp.) que la vez
dan frutas agradables, como el Guabo de bejuco, G. de machete, G. de mono;
el Sapan, el igito, el Guasmo, el Guramo (Cecropia pltata), que podemos
llamar la zizaa del monte, ei Higueron (Ficus sp..), que busca las orillas
de los ros y es lechoso, como tambin el Palo de vaca (Galactodendron sp.).
Varios otros rboles dan leche, pero pobre en caucho, con excepcin del
Caucho legtimo Jeve, que es indgena en estas montaas, y se encontr
antes en cantidades grandes. Ahora, en consecuencia del sistema irracional
de explotacin del articulo valioso, los rboles de Caucho son muy raros, y
solo en regiones muy retiradas se encuentran todava en ejemplares corpu-
lentos y asociados en manchas. Sabido es, que el caucho jeve proviene
de rboles de diferentes especies y aun de diferentes familias. El rbol de
Caucho que tenemos en el Ecuador occidental, es muy distinto del de la
regin amaznica; el ltimo es la Siphonia elstica (fam. Euphorbiceas), y
el primero pertenece segn su flores y frutas la familia de las Urticceas,
siendo pariente del Higueron y del Palo de leche, probablemente la Castloa
elstica, que crece tambin en la Amrica central. La Tamajagua ( Dama-
jagua) es un rbol corpulento, de cuya corteza interior los indios Cayapas
hacen mucho uso; bien preparada se parece un pao tupido y sirve ya
para vestido ya para esteras de cama. Entre los frutales cultivados debemos
todava, nombrar el Aguacate (Persea gratissima), el Mamey de Cartagena
(Mammea americana), Mamey colorado (Achras mammosa), el Nspero (Achras
Sapoia), el Sapote (Matisia cordata), el Caimito (ChrysophyUum Caimito),
el Mango (Mangifera indica) introducido de la India oriental, y el rbol de
pan (Artocarpus incisa) proveniente de la Polinesia. Las Naranjas y los
Limones (Citrus sp.), aunque se dan todava en alturas de 2500 metros, son,,
sinembargo, mas propios la zona caliente y se encuentran como natura-
LA VEGETACIN DEL ECUADOB, 427

* lizados en los bosques, de manera que algunos creen que existi, lo menos
el limonero, ya antes de la conquista en la Amrica del Sur. A la familia
de los Guayabos pertenece tambin la aromtica Pomarosa (Jambosa vul-
garis). En la cercana de las casas encontramos con frecuencia entre el
Laurel (Nerium ohander), el Grenate (Pnica. Granatum) y el Jasmin del
Cabo (Gardenia fragrans), que todos son introducidos, un arbusto americano
muy hermoso, que se distingue por la estructura singular de su fruta
comestible, teniendo el ncleo fuera y encima d'e'la carne, y que se llama
Maraon (Anacardium occidentale). Un arbolito muy caracterstico de esta
regin es tambin el Mate (Crescentia Chijete), cuyas frutas grandes, vaciadas
de la pulpa, en las familias del campo sirven de vasijas de toda clase, y
hacen en unin con las calabazas, una concurrencia tremenda los alfareros.
A los botnicos aconsejo, que registren siempre bien los rboles de mate,
. porque su corteza spera tiene la propiedad de atraer de un modo especial
las plantas parsitas y epfitas; comunmente encontrarn sobre ellos una
colonia interesante de Bromeliceas y Orqudeas. En la cercana de las
casas del campo falta rara vez un rbol de Achiote (JBixa oreUana), cuya
fruta colorada reemplaza muy imperfectamente el azafrn en las comidas.
Igualmente se cultiva mucho la Papaya (Carica papaya) con frutas grandes
y sabrosas. La silvestre, que abunda en los bosques, tiene frutas mas
pequeas. Estamos en el pais del Cacao. Queda dudoso, si el Cacao
legtimo (Thebroma cacao), que en el Ecuador se cultiva en gran escala,
sea indgena de aqu, introducido de la Amrica central. Porque el mucho
cacao silvestre, que se encuentra en nuestras montaas, y que no se
distingue' del cultivado', podra provenir de antiguas y abandonadas planta-
ciones, en parte ser diseminado por monos, ardillas y otros animales. Pero
lo cierto es, que el Ecuador bajo, por sus condiciones naturales conviene
este rbol como pocos pases del mundo, y adems poseemos algunas
especies indudablemente silvestres indgenas, como el Cacao blanco
(Thebroma bicolor) y el Muricumbe. Otras plantas, que contribuyen
esencialmente al carcter singular de la flora y del paisaje, son las Bam-
busceas y las Musceas, en su estado silvestre no menos que en el culti-
vado. La Caa de Guayaquil, y especialmente la Caa brava (Guadua
latifolia y G. angustifolia) forman manchas extensas en los bosques (los
caaverales), porque son plantas sociales, que no admiten fcilmente otros
rboles. Estos gigantes de las Gramneas admiran no menos por lo grueso
y alto de sus tallos (hasta 30 metros), que por lo gracioso y elegante de
su follaje. Siendo tan tiles en los pases tropicales y casi indispensables
en la vida del campo, se cultivan tambin en la cercana de las haciendas,
y los grupos aislados lo largo de los ros en medio de las sabanas y
428 GE0&KAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.

potreros contribuyen mucho hermosear el paisaje. La Caa de Guaya-


quil es un artculo importante de exportacin para toda la costa rida del
Pacifico, hasta Chile. Parientes mas humildes de las Guaduas son los
Carrizos de diversas especies (Saccharum contractum, Gynerium saccharoides
etc.) que llegan la altura de' 7 metros, y prefieren tambin las orillas de
los rios y terrenos inundados en invierno, excluyendo entonces tambin
todas las dems plantas de su sociedad grandes distancias. El Pltano
y el Guineo (Musa paradisiaca y M. sapientum) se hallan hoy dia, cultivados
en muchas variedades, por todos los pases tropicales del mundo. En los
bosques del Ecuador occidental (y creo que tambin en la hoya amaznica)
se han naturalizado completamente y se encuentran platanales veces en
medio de la montaa, donde no hay ni vestigio de antiguas habitaciones,
ni tradicin de su introduccin, as, por ejemplo, en el interior de toda la
provincia de Esmeraldas. No faltan, quienes opinan, que el pltano, si no
es indigna de la Amrica tropical, lo menos habia sido introducido y cono-
cido antes de la conquista europea; pero otros y la mayor parte de los
botnicos lo dudan, y de algun peso me parece en esta cuestin el dictamen
de Oviedo y Valdez, que pocos aos despus de la conquista, en 1535,
escribi: Estos pltanos los hay en todo tiempo del ao, pero no son por
su origen naturales de aquellas partes, porque de Espaa fueron llevados
los primeros, y hanse multiplicado tanto, que es cosa de maravilla ver la
abundancia que hay de ellos en las islas y en Tierra-firme. Un pariente
prximo del Pltano, una Urania muy hermosa, con hojas grandsimas, se
encuentra en el bosque hmedo'al pi de la Cordillera, pero no en todas
partes; tanto mas comn es el Bijao (Heliconia bihai y H. latispaha), de la
misma familia, cuyas hojas sirven para techados y para preservar las cargas
contra la humedad de la montaa. El Platanillo y otras Marantceas y
Zingiberceas de hojas anchas, acompaan en todas partes el bijao y forman
una gran parte de la flora terrestre del bosque. La flora area de esta
regin es igualmente riqusima, especialmente en Helchos, Piperceas,
Aroideas, Bromeliceas y Orqudeas, que cubren los troncos y las ramas de
los rboles hasta las copas mas elevadas. Largas saldran las listas, si
quisiramos enumerar las especies de cada una de las familias nombradas;
solo dir que esta es la patria de varias Orqudeas valiosas, por ejemplo, de
las Stanhpeas (3 4 especies), de Catasetum, de Cycnoches, de varias Maxi-
larias, de la magnfica Sobrlea rosea, de dos Gongoras, de una nueva y
esplndida especie de Coryanthes (en Ventanillas), de la olorosa Pescatoria
Eoeslii, de la Aspasia epidendroides (comn sobre los rboles de Cacao), de
la Brassia y de una infinidad de especies pequeas menos conspicuas.
Tambin es esta- la patria de la Vainilla, la tnica Orqudea trepadora, en
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 429
dos especies: la Vainilla fina (Vanilla aromtica) con hojas angostas y
vainas largas y delgadas, y la Vainilla ordinaria (Vanilla planifolia) con
hojas mas anchas y vainas gruesas y cortas. La segunda especie es la
mas comn y se halla, por ejemplo, en gran cantidad entre Barraganetal y
Puente de Chimho (en Vuelta del ro). La Vainilla nos lleva las dems
enredaderas y lianas, que en esta regin son comunmente leosas y se
llaman bejucos. Las especies son numerosas (especialmente Bignoniceas),
y algunas se recejen en cantidades, porque reemplazan en muchas ocasiones
las sogas, los clavos y aun las cadenas de fierro (en la formacin de cer-
cas y balsas, y en la construccin de las casas del campo). La Zarza-
parilla (Smax officinalis) tambin es un bejuco endeble y crece en abun-
dancia en nuestras montaas; cuenta entre las plantas medicinales, y sus
raices se exportan en alguna cantidad. Sube la zarzaparilla de la zona
baja hasta la subtropical andina. Hay muchas otras plantas medicinales
en la regin, de que tratamos, como el Guaco (Mikania guaco), la Katania
(Krameria Mandria) y otras, pero se hace poco uso de ellas sino entre la
gente del campo.
Plantas cultivadas. En la zona seca del litoral apenas se puede
hablar de agricultura; el cultivo se limita algunos rboles frutales, unas
pocas hortalizas y legumbres durante el invierno en los jardines, pequeos
platanales, y talvez uno que otro potrero lo largo del rio; la sequedad de
los largos veranos hace el suelo ingrato para todas las plantas, que no sean
hechas para este clima. Tanto mayor es la feracidad en toda la regin
hmeda, y costo de poco trabajo se puede hacer plantaciones de todos los
productos de la zona tropical. Esta regin constituye la verdadera inago-
table riqueza del Ecuador.
La agricultura de los pases tropicales difiere mucho de la de otros
pases; el arado es desconocido; aqu el hacha y el machete (un cuchillo
largo y ancho con la punta encorvada) son los principales y casi los nicos
instrumentos. Para hacer cualquiera plantacin (potrero, cafetal, cacaotal etc.)
se desmonta el bosque un antiguo rastrojal, que en dos aos se convierte
en monte espeso. En la selva virgen el primer trabajo es de zocolar, es
decir, se corta todos los arbustos, enredaderas y rboles pequeos, dejando en
pi solo los grandes; se amontona el ramaje, y despus de que se ha se-
cado, se lo quema. Entonces se procede tumbar los rboles gruesos, y
despus de haber separado los troncos de buena madera, que uno quiera
aprovechar, se reduce el resto y el ramaje tambin ceniza. Las raices
quedan en el suelo y se pudren poco poco, as como tambin muchos
troncos gruesos, que no se han quemado del todo. Con esto el terreno ya
est listo, y sin otra preparacin se procede al sembrado, haciendo huecos
430 GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

en el suelo con el machete, para las mechas de paja, si se trata de un po-


trero, para las semillas de cacao, de arroz, de mais etc. para los retoos
del pltano, de la caa de azcar, de la yuca otras plantas. En adelante
todo el trabajo consiste en tener limpia la plantacin, rozando de vez en
cuando con el machete; porque si esto se descuida, en pocos meses todo el
trabajo anterior est perdido. No se conoce el abono; cuando un terreno
con los aos parece agotado, se lo abandona y se hace un nuevo desmonte.
El rastrojal se convierte en pocos aos en monte espeso, lo mismo cual-
quier desmonte, en que no se ha sembrado. Y es curioso observar, que
la flora silvestre, que se apodera de un terreno abandonado, al principio no
es la misma, que existi antes, sino otra singular, que todava despus de
20 30 aos deja distinguir en la montaa los lugares, en que hubo en
algun tiempo desmontes. Fuera de algunas plantas terrestres, que retoan
inmediatamente cuando no se roza un terreno, como el Bijao, el Carrizo, el
Platanillo etc. nace un bosque de Guarumos, de Papayas, de algunos arbo-
litos de Syngynesias, de Nigito Sapan, de Piperceas y otras plantas,
que en el bosque adyacente faltan son muy subordinadas. Es increble,
con qu rapidez se levanta esta flora nueva, disputando una especie el terreno
las otras, y todas al bosque viejo, que por esto avanza con sus rboles
propios muy despacio contra el desmonte.
El ganado vacuno y yeguar pace en los pastos naturales del monte,
de las sabanas, tembladeras y lomas, es tenido en potreros cercados.
Estos son naturales artificiales. Para formar los primeros, se cerca unas
tantas cuadras,de la sabana y se quita de vez en cuando con el machete
los arbustos, espinos y especialmente las plantas nocivas, para que las gramas,
entre las cuales el Gamalote ocupa el primer lugar, puedan desarrollarse
libremente. Se deja algunos rboles grandes aislados en grupos, para que
sirvan al ganado de sombra. Para formar potreros artificiales, se usa actual-
mente casi sin excepcin l Janeiro, un Paspalum introducido del Brasil, que
prospera admirablemente y se ha naturalizado. En Manab se siembra tam-
bin el Cauca, llamado as por ser introducido del Estado de Colombia del
mismo nombre; pero es grueso y se parece mas al Gamalote, mientras que
el Janeiro es rastrero y muy tierno. Para formar un potrero de Janeiro,
mejor se hace un desmonte nuevo, desprovisto de vegetacin gramnea, por-
que en las sabanas de Gamalote la lucha del Janeiro con las gramas ind-
genas es desigual y generalmente sucumbe. En muy pequea escala se
siembra hasta ahora la Paja de la Trgen, que es una grama rastrera y
baja, formando un csped muy tupido, y muy propia para revestir terrenos
cascajosos en la cercana de los ros, igualmente para las pequeas mangas,
en los alrededores de las haciendas, en que se suele mantener los caballos de
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. ' 431
silla; porque ademas de ser de agrado las bestias, sirve de verdadero
adorno las haciendas, parecindose mas que ninguna otra grama las
pequeas especies, que se usan para los cspedes de los jardines y alamedas.
La Caa de azcar (Saeeharum officinarum), aunque se cultiva en al-
gunos valles andinos hasta la altura de 2000 metros, es, sinembargo, mas
propia la regin baja, donde se desarrolla dentro de pocos meses en di-
mensiones enormes. Su cultivo ha tomado un gran incremento durante los
ltimos decenios. Antes se usaba la Caa solamente para la destilacin del
aguardiente y la fabricacin de raspadura; pero hoy dia ya tenemos varios
grandes ingenios de azcar, cuyos productos no solo abastecen el mercado
del pais, sino que comienzan ser exportados, y en caso de salir lucidos
en la lucha internacional, se abrir un campo vasto a la industria azucarera
del Ecuador, porque son inmensos los terrenos, propios al cultivo de la Caa,
en todas las provincias litorales; hasta ahora se limita pocos puntos de
las provincias del Guayas y de Los Rios, quedando intactos los bosques de
Manab y de Esmeraldas.
El Arros (Orysa sativa), aunque se d bien en muchas partes, se cul-
tiva en pequea escala, sea en desmontes nuevos que se hacen en las llanuras
hmedas, sea en las vegas lo largo de los rios. La mayor parte proviene
de las cercanias de Milagro, pero no es suficiente ni de lejos, para abastecer
el mercado de Guayaquil, mucho menos todo el pais. Casi lo mismo vale
del cultivo del Mais (Zea mais), cuya cultura es parecida la del Arroz.
En el campo cada uno siembra la cantidad, que necesita para su propio uso;
como articulo de comercio sirve mejor el mais de la sierra.
El Tabaco (Nicotiana sp.) se cultiva con preferencia en las vegas de
los- rios en los llanos frtiles en su cercana. Es de muy buena calidad,
pero poco conocido en el exterior, porque el pais produce apenas lo nece-
sario para el propio consumo. Las mejores clases son las de Daule, de Es-
meraldas y de Santa Rosa, distinguindose el tabaco de Daule por su fuerza,
y el de Esmeraldas por su aroma agradable. El primero, debidamente bene-
ficiado y bien labrado, puede rivalizar con el tabaco de la Habana, del cual
desciende en linea recta; pues los labradores tienen el cuidado de traer de
vez en cuando semillas frescas de la isla de Cuba, para conservar la raza pura.
De las plantas anuales, que se cultivan, y que constituyen plantaciones
mas menos pasajeras, nombraremos todava los Zapallos, Calabazas, Me-
lones, Sandias, Jiquimas (Pachyrhims tuberosus), Camotes (Convolvulus batatas),
Frijoles y Ajes de varias clases, Tomates (Lycopcrsicum esculentum) y otras
legumbres. La Tuca (Manihot Aipi) es un artioulo indispensable en la co-
cina del litoral, y se cultiva tambin en gran escala para la fabricacin del
almidn. La Pina (Ananassa sativa) es abundante y de excelente calidad;
432 GEOGRAFA BOTNICA X ZOOLGICA. CAPTULO I .

se exporta en cantidades al Per. La Badea es otra fruta delicada, se puede


decir que es una Granadilla del tamao de una cabeza, y proviene de la
Passifiora quadrangularis, que enreda las barbacoas. La mayor parte de
los rboles frutales ya hemos nombrado mas arriba; ellos podemos agregar
todavia el Grenate (Pnica granatum) de origen europeo. Pero es imposible
enumerar todos los vegetales tiles de esta regin riqusima; solo las plan-
taciones grandes dedicaremos todavia algunos renglones.
Los Platanales -cubren veces muchas cuadras, y proveen no solamente
los distritos en que crecen, sino tambin la sierra, la costa rida del Ecuador
y el litoral peruano, donde se exportan en cantidades enormes. El Pltano
es el pan cotidiano del pueblo; se lo come verde (cocido asado), pintn,
es decir medio maduro (asado), maduro (frito y crudo). En el primer estado
sabe al pan, en el ltimo una fruta delicada; pero para comerlo crudo, se
prefiere las especies aromticas, como el Pltano de seda, las muchas
especies de Guineo igualmente aromticas. El cultivo del Pltano y Guineo
es sumamente fcil y sencillo; una vez sembrado, no necesita ningn cui-
dado, basta por un tiempo indefinido cosechar los racimos, que se dan todo
el ao, retoando continuamente nuevas matas en lugar de las cortadas. El
Pltano pertenece con la Guadua aquellas plantas providenciales, con que
regala la zona tropical sus hijos mimados, para favorecer su pereza na-
tural. Qu seria de este pais sin pltano y caa! El exterminio de los
platanales y bambudales equivaldria una revolucin social.
El Caf (Coffea arbica) es tambin un producto casi ubiquitario de los
paises tropicales y subtropicales del mundo. En el Ecuador se cultiva hasta
la altura de unos 1500 metros, pero solo en la zona baja las plantaciones
tienen mayores extensiones y es un artculo de exportacin. Siendo el Caf
ecuatoriano de muy buena calidad (mejor que, por ejemplo, el Gaf del
Brasil), merecera ser cultivado y exportado en mayores cantidades.
El cultivo y la exportacin del Algodn (Gossypium sp.) se ha disminuido
en el Ecuador desde algun tiempo ac, aunque no falterian terrenos muy
adecuados, especialmente en las regiones no demasiado hmedas, en los
lmites con la regin seca. La causa de este retroceso consiste talvez en
la falta de brazos para la cosecha, que es algo circunstanciada, falta que
tambin en la cosecha del caf se hace sentir muchas veces.
Las pocas y pequeas plantaciones de Caucho se puede llamar unos
ensayos, de cuyos resultados no se puede juzgar todava, porque son de-
masiado nuevas. El Caucho es un rbol que crece muy despacio. De todos
modos es digno de celebrarse la idea de precaver mediante nuevas planta-
ciones el exterminio completo de este rbol tan valioso. En Manab he
visto tambin plantaciones de Tagua (Cadi), pero creo que no se extendern
LA YESETAOION D E L ECtXADOK. 433
mucho, desde que el precio de este articulo ha bajado bastante. Por lo
dems no hay que temer, que la Tagua desaparezca de nuestras montaas,
porque para recojer esta fruta no se tumba ni se daa el rbol, como sucede
con la Cascarilla y con el Caucho.
Para el ltimo me he reservado l Cacao, el producto mas noble, mas
valioso y mas abundante de la agricultura ecuatoriana. Su cultivo v en
aumento de ao en ao, y su cosecha es el barmetro para el comercio de
Guayaquil, quiere decir, de todo el pais. En la carta de vegetacin he in-
dicado los principales distritos cacaoteros, y se v, cuan reducido es todava
el terreno cultivado, en comparacin con toda la regin que favorece su
cultivo.
En el Ecuador hay dos modos de levantar cacaotales, de los cuales el
primero es muy sencillo. En donde se encuentra mucho cacao silvestre en
el monte, se corta todos los dems rboles y arbustos, dejando slo algunos
rboles altos y coposos para sombrear el cacao, y el cacaotal est hecho;
no falta mas que rozarlo todos los aos y cosecharlo. Estas plantaciones
naturales, en que los rboles de cacao se hallan diseminados irregularmente,
ya muy aislados, ya en grupos, se llaman almacigles, en oposicin las
huertas regulares, que resultan del segundo modo. Se levantan estas ltimas,
preparando un terreno apto, especialmente en los bancos, por el desmonte
acostumbrado, dejando en pi, si los hay, algunos rboles de sombra. Se
siembra los arboles en orden quincuncial, haciendo los huecos la distancia
de 2 3 varas, y metiendo en cado uno 4 5 semillas frescas de cacao, que
no tardan en nacer. Al mismo tiempo se siembra entre las series regulares
las plantas, que deben servir de sombra las tiernas plantas del cacao, que
no aguantan el sol. En los primeros dos aos el mais la yuca llenan
este objeto; pero las mas veces se forman platanales, que quedan hasta que
el cacao tenga 2 3 metros de altura, veces hasta que comience cargar,
que es en el sexto sptimo ao. Hasta entonces tambin los arbolitos de
sombra (Guabo, Potorillo, que se llama tambin Palo prieto, Guachapel),
que se ha sembrado desde el principio ciertas distancias, han tomado
cuerpo, y proporcionan la sombra necesaria para poder tumbar los pltanos.
A este tiempo la huerta moza pasa ser huerta cargadora, y lo queda
hasta un tiempo indefinido. Pues, aunque el rbol de Cacao muera despus
de 60 80 aos, siempre brotan cerca de las raices tantos retoos, que son
mas que suficientes, para reemplazar las matas viejas, que se debe cortar,
que caen por si mismas. El nico cuidado que recibe la huerta cargadora
en adelante, es el de rozarla, lo menos una vez por ao (comunmente en
la estacin del verano), y en esta ocasin se cortan tambin los muchos
retoos intiles y algunas ramas suprfluas, as como las plantas parsitas
W O L P , Ecuador. 28
434' GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

y epfitas, cuando amenazan de sofocar el rbol. Aunque el Cacao cargue


todo el afio flores y frutas, coincide,' sinembargo, la enflorecencia principal
con la entrada del invierno (Diciembre), y la cosecha principal con los meses
de Marzo y Abril. Las cosechas parciales, que se repiten cada mes, se
llaman rebuscos, y son veces, sobre todo en Noviembre y Diciembre,
muy abundantes. La fruta tumbada, de forma de un meln oblongo, se
abre en la huerta misma, los granos con la pulpa adherente se llevan en
las agollas (sacos de cuero) las haciendas, donde se los seca sobre los
tendales con mucho cuidado, para llevarlos en seguida al mercado de
Guayaquil, donde se apodera de ellos el comercio internacional/44
Las cosechas de Cacao son muy desiguales irregulares, repitindose
las muy buenas solo cada 5 6 aos. No hay duda, que las condiciones
climatolgicas del afio, sobre todo el reparto desigual de la humedad, influye
mucho, como en todas partes del mundo; sinembargo, podemos preguntar,
si no seria posible, mejorar las cosechas por un cultivo racional, es decir,
contribuir artificialmente, para que las cosechas opimas se repitan con mas
frecuencia, y que las malas sean menos malas. En todo el mundo se cultiva
los rboles frutales, se los abona, se los poda, se les d acceso libre del
aire y de la luz, se los limpia de insectos nocivos, en fin se estudia por
ensayos el mejor modo de criarlos, para ponerlos en las mejores condiciones
de su existencia, y son grandiosos los triunfos, que ha conseguido la arbori-
cultura. En el Ecuador no se practica nada de esto muy poco, creyendo
que la naturaleza, que ya hace tanto, debera hacer todo. Es una feliz
casualidad, que en el momento, en que escribo estos renglones, llega mis
manos una reciente publicacin del ilustrado profesor de botnica en
Quito, P. Luis Sodiro, sobre el cultivo del cacao y en particular sobre
la enfermedad de la mancha.*) Aunque no puedo estar de acuerdo con
el autor, respecto la causa prxima de la enfermedad, que l busca en la
falta de la suficiente cantidad de sustancias nitrogenadas en el suelo, pues
todava me parece probable, que proviene de un organismo parastico (sea
animal, sea vegetal); sinembargo los resultados, que saca de sus estudios
respecto al cultivo del Cacao en general, coinciden en el fondo con mis
propias ideas, que expuse mis amigos agricultores de Guayaquil desde
muchos aos, y que se dejan resumir en las palabras: luz y aire, por esto
mayor distancia entre los rboles; poda, para evitar el desperdicio de la
savia y concentrarla las frutas; y abono, sobre todo con sustancias nitro-

*) Observaciones sobre la enfermedad del Cacao, llamada la mancha, y medios


. para preservarla. El folleto fu reproducido en La Nacin de Guayaquil, No. 3781, el
18 de Pebr. de 1892.
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 435
genadas, para restablecer al suelo exhausto sus fuerzas. Para conseguir
resultados satisfactorios, no basta, que se haga uno que otro ensayo super-
ficial, que talvez ni se hace con las debidas precauciones; una estacin
agronmica, fundada en la regin del Cacao, sea por iniciativa de parti-
culares, sea por la del Gobierno, y en que se instituyan los ensayos en gran
escala y por muchos .aos, uniendo la ciencia con la prctica, daria sin duda
alguna resultados muy importantes.

3 o . Los bosques hmedos de los Andes.


A esta regin he dado en la carta de vegetacin un extensin vertical
muy grande en las faldas exteriores de las Cordilleras, desde el pi de ellas
en 200 300 metros, hasta cerca de 3000 metros de altura. Bajo l punto
de vista puramente cientfico botnico, esto no es admisible, pues las
plantas del lmite inferior son enteramente distintas de las del limite superior,
y debemos distinguir lo menos dos zonas, una tropical y. otra subtropical
templada, y aun podramos subdividir cada una en fajas. La zona tropical,
que podemos llamar la de las palmas y helchos arbreos, llega la altura
de 1600 metros, y la subtropical desde este trmino al de 3000 metros aproxi-
mativamente. De esto ya podemos deducir, que nuestra regin tendr una
flora muy mista, pues, ademas de confundirse las dos zonas nombradas, la
inferior tropical recibe muchsimas formas de la regin hmeda de los
llanos, y en la superior subtropical entran multitud de formas subandinas
interandinas. Lo que tienen comn las dos zonas, es la abundancia de
humedad durante todo el ao, porque en ellas se condensan las nubes, que
viniendo del Oeste Este, chocan verticalmente con las Cordilleras. Aqu
apenas se puede hablar de verano invierno, porque el ltimo reina todo
el ao, especialmente en la baja, y en la superior las nieblas densas reemplazan
en verano los aguaceros del invierno.
Si comenzamos la revista en las partes inferiores, encontraremos que
hasta la altura de 1000 metros predominan todava las Palmas, las Seita-
mneas, y las Musceas, aunque en otras especies, que en la regin prece-
dente. Entre los rboles grandes se lucen las Clusiceas. Se aumenta mas
y mas la cantidad de las plantas epfitas, entre las cuales las Aroideas se
distinguen por lo gigantesco y grotesco, y los Helchos por lo tierno y ele-
gante del follaje. Las Orqudeas no son tan frecuentes, lo menos no
llaman la atencin, porque, faltndoles la luz y el aire fresco en la sombra
densa del bosque, buscan las copas mas altas de los rboles, y as quedan
inaccesibles y casi siempre invisibles. Las maderas tiles en parte son las
mismas como en los llanos, pero parece que no son ni tan buenas ni tan
variadas como en estas, porque, como ya he dicho mas arriba, la demasiada
28*
436 GEOGBATA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

humedad no es favorable la calidad de las maderas. Por lo dems se


aprovecha muy poco de los productos vegetales de esta zona inhabitada, ya
por la dificultad del trabajo en esas montaas, ya por la gran distancia de
los lugares en que se podria venderlos; as es que ella est cubierta completa-
mente de la montaa primeva y virgen.
Aunque se encuentren unos pocos Helchos arbreos en.los llanos y
debajo de 300 metros, su desarrollo principal cae en la faja superior de la
zona tropical, entre 800 y 1600 metros, donde predominan tanto por el
nmero de especies, cuanto por el de individuos. Con esto estoy lejos de
fijar los Helchos arbreos el lmite superior en 1600 metros, como lo
hace Humboldt; al contrario sabemos, que el gran sabio en este punto se
ha equivocado mucho, como lo ha demostrado Sodiro*) por muchos ejemplos.
En la altura de 2600 y 2800 metros son todava muy comunes, y se usa
sus troncos para estantes de las casas en las montaas; en el Corazn crece
la JDicksonia Sellowiana (arbrea) en 3470 metros; yo encontr rboles de
Helchos de 6 metros de altura en la Cordillera oriental de Cuenca en
3403 metros.**)
medida que subimos en la montaa, las Palmas y otras formas pura-
mente tropicales se hacen mas raras y ceden el lugar otras, que se ha
convenido en llamar subtropicales, porque prefieren un clima mas mitigado
con la temperatura de 18 14 C. La faja media, en que la flora sub-
tropical llega su desarrollo tpico, y que se halla entre 2000 y 2600 metros,
es la de las Cinchonas de la Cascarrilla. Pero con esta faja zona sucede
otro tanto, que con la de los Helchos arbreos: se ha observado Cinchonas
hasta la altura de 2900 y en la de 600 metros; y Mr. R. Spruce, quien en los
aos de 1858 1861 estudi las Quinas (Cascarrillas) de nuestros Andes
occidentales, fija el lmite de la Cascarilla roja (Ginehona succirubra), que
es la mejor, entre 610 y 1520 metros, lo que coincidiria todava con nuestra
regin tropical caliente.
Las Cinchonas son rboles propios de los Andes sudamericanos, y crecen
ambos lados de las Cordilleras, desde Colombia hasta Bolivi.***) El Ecua-
dor posee el mayor nmero de especies y entre ellas la mas valiosa, la C.
succirubra, que es la Cascarilla roja genuina. Introducida la Cascarilla
en Europa desde 1640, no se conoci el rbol, que la produce, hasta que en

*) Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana (Programa de la Escuela Politcnica,


Quito 1874), pg. 21.
**) Rel. de un viaje geogn. por la Prov. del Azuay (Guayaquil 1879), pg. 24.
***) La Cascarilla Quinquina del Brasil y de las Antillas, proviene de otros rboles
(Bemija y Exostemma) de la misma imilia, pero no de las mismas propiedades medi-
cinales.
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 437

1738 el clebre Mr. de La Condamine lo describi por primera vez, y en su


honor Humboldt y Bonpland lo llamaron Cichona Conduminea; es la especie
mas antigua, que creci en abundancia en las montaas de la provincia de
Loja, especialmente en el valle superior del rio de Piscobamba cerca del
pueblo de Yangana (montaas de Uritosinga). En la misma provincia se
hallan, ademas de la citada, la C. pubescens (llamada Quina ahumada), la
C. rotundifolia, la C. lucmnaefolia (llamada Hoja de Lucma). Despus se
descubrieron diferentes Quinas en todas la provincias interioranas, al lado
occidental, como al oriental de las Cordilleras. La C. succirvhra y la C.
magnifolia (Cascarilla macho) parecen acompaar las montaas occidentales,
desde el valle del rio de Caar hasta la provincia de Imbabura. La que se
llama Cascarilla cuchicara y se encuentra especialmente sobre el valle del
rio Chanchan, es solo una variedad de la C. succirubra ( talvez de la Con-
daminea), y la Pata de Gallinazo tampoco no parece distinguirse esencial-
mente de ella en sus caracteres botnicos.
Sabido es, que la Cascarilla forma uno de los artculos de exportacin
mas importantes del Ecuador. Pero sucedi con esta corteza preciosa lo
mismo que con el Caucho, es decir, que los rboles de quina se han destruido
casi completamente, y con ellos se ha agotado una fuente. de riqueza del
pais. Nadie ha pensado en resembrar nuevos rboles*), y ahora es difcil
encontrar uno que otro tronco aejo de la Cascarilla roja. La exportacin
se halla reducida pequeas cantidades y las clases inferiores. La quinina,
este artculo tan indispensable en las farmacopeas modernas, muy pronto
faltara en el mundo, si otras naciones no hubiesen sido mas prvidas
introducido el cultivo racional de las Cinchonas. Los Holandeses las llevaron
en 1852 sus posesiones en la isla de Java, y en 1861 fueron llevadas las
primeras semillas y 637 plantitas de la Cascarilla roja, sacadas de las mon-
taas de Guaranda, la India oriental. Hoy existen en esos pases y en
la isla de Ceilan plantaciones con muchos millones de rboles en estado
de produccin, y constituyen riquezas nacionales. Cuando en 1860 Mr.
Spruce, comisionado por el Gobierno ingles, compr en Guaranda la licencia
de sacar semillas con 400 pesos (al principio se quera regalarlas como cosa
sin valor), muchos se rean del gringo esplnico; ojal que entonces los
ecuatorianos hubiesen imitado los gringos! ojal, que siquiera ahora pen-
saran en sembrar y cultivar las mejores clases de las Quinas, que en su
suelo nativo sin duda prosperaran todava mejor y con menos trabajo, que
en aquellas regiones apartadas del Asia!

*) Jamas se ha observado el decreto del Gobierno (publicado el 1 de Mayo de 1861)


que manda, que los cascarilleros por cada rbol cortado siembren en su lugar seis nuevos.
438 GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

Las Ginchonas son demasiado raras, para imprimer la zona, que lleva
su nombre, uii carcter especial, como lo hacen en la zona inferior, por
ejemplo, las Palmas las Musceas; y en general seria difcil, caracterizar
las zonas superiores con una dos clases de plantas; es mas bien el con-
junto de muchas, el que las distingue. A medida que nos levantamos en
las montaas, los rboles pierden en altura y grosor, el bosque toma otro
aspecto menos tupido y menos sombro, las lianas bejucos se hacen ms
raros, pero las epfitas y los musgos adornan en gran nmero y variedad
los troncos y ramas. En la altura de 2000 3000 metros el bosque es
mucho mas rico en flores, que mas abajo; hay una multitud de arbolitos
y arbustos, que ya con su elegante follaje, ya con sus magnficas flores
hermosean las orillas de los caminos, las faldas empinadas de los cerros,
por ejemplo, las Puchsias (F. longiflora, silvestris, ampliata); las Miconias,
las Buddleias, las Syngynesias y Solanceas arborescentes (Vernonia, Senecio,
Mikania, Eupatorium; Solanum, Cestrum), las Mutisias, y entre las yerbas
bajas las esplndidas Gesnerceas (Gloxinia, Achimenes) y Lobeliceas
(SipJiocampylus). Entre las muchsimas Orqudeas epfitas hay formas muy
hermosas y valiosas, especialmente de los gneros Odontoglossum (0. ramo-
sissimum, cirrhosum etc.), Masdevallia (M. chimaeraf rosea, angulata etc.)
Mesospinidium, Epidendrum, Maxlaria y Lycoste. Entre las maderas
tiles de esta regin subtropical se distinguen las finas y duras de diferentes
especies de Arrayan (Eugenia Myrtus Arrayan y otras), Notable es tambin
un rbol grande, que se llama Ajo (Cordia alUodora), que indica con su
nombre el olor singular que despide. He dicho mas arriba, que las Palmas
escasean y estn representadas por algunas especies pequeas de Chontas.
Tanto ms llama la atencin la hermossima Palma de cera, que es propia
la regin alta de 2500 metros. Sus troncos esbeltos se levantan 30
35 metros y sobresalen el bosque circunvecino. No se encuentra en todas
partes, pero en algunos distritos es social (como la Palma real de la regin
baja). Me parece que hay varias especies de Palma de cera, unas muy
altas del gnero Ceroxylon (C. andicolum ferrugineum), y otras mas bajas, que
pertenecen talvez la Oreodoxa frgida. La ltima forma bosques extensos en
las montaas de Chillaes; all se llama Tambal, y se usa como el Pambil
del litoral. En la familia de las Bambusceas, las Guaduas del litoral estn
reemplazadas por las Chsqueas, que no presentan formas tan giganteas, pero,
siendo plantas sociales, tambin componen matorrales impenetrables y cubren
veces grandes trechos en las faldas de los cerros. Por lo dems algunas
especies de Chsqueas suben en la regin paramal hasta la altura de 4000 me-
tros. Los tallos slidos pero livianos de las Chsqueas sirven para muchos
objetos, para los cuales en la regin baja se emplea la Guadua y el Carrizo.
LA VEGETACIN DEL ECUADOB. 439

Llegando la altura de 3000 metros, en unos punios un poco mas abajo,


en otros algo mas arriba, observamos, que la flora subtropical ya se mezcla
mucho con los elementos de la subandina. La vegetacin arbrea se haoe
mas baja y mas rala, y cede finalmente, en la ceja de la montaa el
terreno la de los arbustos y frtices de Thibaudia, Escallonia, Drimys,
Barnadesia y otros, que conoceremos despus.
Por mas rica y variada que sea la regin de los bosques exteriores de
los Andes, que acabamos de recorrer desde los llanos hasta cerca de los
pramos, es sin embargo muy pobre en plantas de cultivo, que le fuesen
propias. Ya he dicho en otro lugar, que la regin es muy_ poco poblada.
En los valles andinos, en que se hallan viviendas humanas, se cultivan los
productos de la tierra caliente y de los llanos, hasta donde sea posible, asi
el caf, la caa de azcar, el pltano y guineo, y algunos mas en pequea
escala. Lo mismo vale de los rboles frutales, de los cuales prosperan mejor
la naranja y el limn. Mas arriba, donde ya no se dan los productos tropi-
cales, comienza el cultivo de las plantas que son propias la regin inter-
andina de los cereales; de manera que la intermedia intertropical queda sin
agricultura especifica. De los rboles frutales quisiera agregar esta regin
la Chirimoya (Anona Cherimolia), aunque se cultiva tambin en los llanos
(p. ej. en la isla de Puna), y en la regin interandina. En estado silvestre
y formando bosques enteros encontr la Chirimoya en las montaas de la
provincia de Loja, por ejemplo, entre Loja y Malacatos, en la altura de 1800
2000 metros. Pero en general se puede decir, que la regin de esas mon-
taas es mucho mas pobre en frutas comestibles silvestres, que la de los
llanos tropicales y la interandina; ser un paraso para los botnicos, pero
no para la pobre gente, que debe vivir en ella.

Ahora deberamos pasar al lado oriental de los Andes, y describir la


misma regin tropical y subtropical, que cubre las faldas orientales d la
Cordillera real desde 300 3000 metros de altura. Pero aqu no nos exten-
deremos mucho, porque el hbito la fisonoma de la vegetacin es esencial-
mente la misma, que al lado occidental, distinguindose las mismas zonas
y fajas. Muchas especies son idnticas pertenecen lo menos al mismo
gnero. Cierto es, que hay tambin algunas formas, que son propias la
regin oriental y faltan la occidental, como, por ejemplo, el rbol de Canela
(Canda alba); pero, conociendo por propia experiencia muy poco de esa
flora del oriente, no me atrevo exponer sus diferencias caractersticas. Falta
todava el estudio cientfico de ella, y las listas de plantas orientales, que
dan Velasco y Villavicencio, no sirven de nada, porque no indican los nombres
botnicos (los indgenas varan mucho segn las regiones), ni las zonas, ni
440 GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

las alturas en. que se hallan; as quedan para la geografa botnica sin valor.
El seor Orton insert su obra varias veces citada (The Andes and tlie
Amazons), algunos captulos muy interesantes sobre la flora de la hoya
amaznica, pero se refiere mas bien las partes medias inferiores de ella
(del Brasil), que al Maraon superior y los declives orientales de los
Andes, que nos interesan en primer lugar. Sinembargo indicar algunas
plantas notables. Al lado occidental de los Andes no conozco ninguna palma
de hojas en forma de abanico (como la Toquilla), pero en el lado oriental
se encuentran varias especies de ellas, sobre todo las Mauritias; la M.
flexuosa sube en el apo y dems tributarios del Maraon hasta la altura
de 1000 metros hacia el pi de la Cordillera. Las palmas de hojas pluma-
das son muy abundantes, entre otras la que se llama Ghambira. La Palma
de cera del Maraon es la Copemicia cerfera; pero en las montaas sobre
Canelos crece tambin la legtima Palma de cera, el Ceroxylon andicolum.
La lana de algunos Eriodendros gigantescos reemplaza la de los Ceibos de
nuestra regin litoral. El Mahagoni legtimo del Brasil (Swietenia tnaha-
goni) sube hasta la regin del apo y se encuentra al lado del Cedro (Ce-
drela odor ata), cuya madera le parece en algo. Algunos rboles de
diferentes gneros dan una goma parecida la Gutta-percha de la India
oriental. El Caucho proviene aqu de la Siphonia elstica (en las vertientes
occidentales de la Castilloa elstica), el Copal de una especie gigantesca de
Hymenaea, y el blsamo de Copaiba de varias especies de Gopaifera. El
aceite de Sasafras proviene probablemente del Laurus Pucheri, y el Sangre
de drago del Crotn sanguifluum, que crece tambin en las provincias occi-
dentales. Una planta sumamente venenosa es la Strychnos toxifera, de
que los indios preparan el veneno para sus flechas, el Urari, que es pro-
bablemente distinto de Curare del Orinoco.*) Una planta muy narctica
es tambin la Aya-huasa (Banisteria eaapi), cuya infusin toman los indios
salvajes para producir un estado singular de embriaguez, en que suelen
tener las visiones mas extraas. Parece procudir un efecto semejante al del
opio. Mas provechosa es la Guayusa (Ilex sp.), que reemplaza el t, y se
parece mucho al Mate de Paraguai. De las montaas de Canelos sacan
los indios la plaza de Baos y de Riobamba una fruta deliciosa, que se
llama Granadilla de Quijos (Passiflor a sp.), que es la mejor de cuantas
Granadillas crecen en nuestro territorio. Las dems frutas peculiares del
Oriente son poco conocidas, porque no vienen nuestros mercados.

- *) Los indios Cayapas envenenan sus flechas con el cocimiento de un Solanum, que
tavez no se distingue del S. melancholieum (el Venenillo), y se parece en algo al Sola-
num qutense (Naranjilla).
Lam. IX.

Segn A. Berg.
YEGETAON A MEDIA ALTURA DE LA CORDILLERA,
.LA VEGETACIN DEL ECUADOK. 441

4 o . La regin interandina de los cereales (subandina).


Con este nombre designamos aquella regin vegetal, que se extiende
entre las dos Cordilleras altas de los Andes sobre las hoyas interandinas en
la altura de 2000 3400 metros y que se distingue especialmente por el
cultivo de los cereales. Se v que, en cuanto las alturas, no se sigue
directamente la subtropical hmeda de las faldas exteriores de la Cordillera;
est mas bien intercalada lateralmente entre ella y la regin andina. En
las vertientes interiores de las Cordilleras baja hasta 1800 metros y se
mezcla con la subtropical, donde esta puede entrar por los valles trans-
versales de los rios (Catamayo, Jubones, Chimbo y Chanchan, Pastaza,
Guallabamba, Mira). En las vertientes exteriores suben los bosques hmedos,
como hemos visto, hasta mas de 3000 metros, y solo de all (desde la ceja
de la montaa) se mezclan con ellos las formas de la flora interandina
subandina, formando una faja de unos 400 metros, hasta la altura de 3400,
y rodeando los cerros de todos los lados.

l?ig. 39. Corte ideal de las regiones de vegetaoion.


2. Llanos. 3. Montaas tropicales y subtropicales de los Andes. 4. Regin interandina (subandina).
5. Regin andina. 6. Nieve perpetua.

El limite superior de la regin subandina podemos fijar en la altura


indicada de 3400 metros, que coincide casi con aquel, hasta el cual se puede
cultivar la cebada.
El clima del pais interandino es muy diferente del de las regiones, que
hemos considerado hasta ahora, se distingue por un temperamento templado
y hasta fri, y sobre todo por la mayor sequedad. Al clima se adapta
naturalmente la vegetacin, y en efecto, desaparecen de ella casi todas las
formas, que nos recuerden la zona intertropical; su aspecto complexivo es
montono y triste. A esto contribuye mucho la escasez falta casi com-
pleta de bosques; la vegetacin arbrea,'que posea sin duda en su estado
natural, se ha reducido campias rasas y dehesas. El monte se ha
refugiado algunas quebradas inaccesibles de los valles y de los pramos,
y aun en estos lugares merece mas bien el nombre de matorral que no de
selva. La poblacin humana se ha concentrado desde tiempos remotos en
442 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

las hoyas andinas, y ella ha alterado la fisonoma de la vegetacin, especial-


mente desde el tiempo de la conquista europea, cuando comenz el cultivo
de los cereales en gran escala; pero, para decir la verdad, aqui la ingerencia
del hombre no ha ennoblecido y amenizado la naturaleza, como en otros
pases agrcolas, aqu generalmente la ha daado y esterilizado con su
miserable sistema de agricultura.
Como tipo de nuestra regin podemos considerar los planos de las hoyas
de Riobamba, Latacunga, Quito, que se hallan en la altura de unos 2800 me-
tros,, con una temperatura media de 13 14 C. Pero baja en algunos valles
(Catamayo, Yunguilla, Guallabamba, Chota) hasta 1500 metros con 17
18 C. de temperatura, sin cambiar esencialmente el carcter del aspecto
exterior, si exceptuamos algunos caaverales y cafetales, uno que otro
rbol frutal; al contrario, la gran sequedad que reina en estos valles, hace
el contraste con la regin hmeda en las montaas exteriores en la misma
altura ( tanto mas notable. Pero ya examinemos la flora un poco mas
de cerca.
Lo caracterstico de la flora interandina ha de buscarse especialmente
en los arbustos, frtices y yerbas, desempeando los rboles un papel muy
subordinado; sinembargo comenzaremos con ellos.
El Capul (Prunus salicifolius) seala con tanta seguridad la sierra, como
la Palma de coco la cercana del mar. No dudo, que sea indgena, pero
comunmente se halla cultivado en los campos, huertas, y al rededor de las
cabanas de los indios. Su porte recuerda el cerezo de Europa, con el cual
se iguala tambin por su madera fina, pero no por su fruta, que es bastante
acerba, y se puede comer solo en un pais, en que otras frutas mejores
escasean. El Sauce (Salix Humboldtiana), que encontramos en las tem-
bladeras del litoral, crece tambin lo largo de los arroyos y de las acequias
de la sierra. Mas frecuente es todava l Aliso (Betula acuminat), que en
el rio Pastaza baja hasta cerca de los llanos de Pntuc (1000 m.). Al-
gunos rboles frutales se cultivan en las haciendas de los valles abrigados,
conio de Chillo y Tumbaco, de Gruallabamba Ibarra, de las provincias del
Azuay y de Loja. En estas huertas prospera el Naranjo, Limn, la Vid, el
Peral, Durazno, Albaricoque, Membrillo, la Chirimoya, el Mirto y Arrayan,
algunas especies de Guabo (Inga sp.) y el Tete (Juglans sp.). Este ltimo
rbol,, que d una madera fina, como la Juglans regia de Europa, parece ser
indgena, aunque nunca lo he encontrado en el estado silvestre; Orton lo
considera como propio de los Andes ecuatorianos y peruanos, y dice que es
una especie de Juglans todava no descrita. Por su fruta se acerca mucho
algunas especies norteamericanas (J. nigra, cinrea).
Entre los arbustos de la regin interandina predominan indudablemente
LA VEGETACIN BEL ECUADOE. 443
as Cbilcas y sus congneros (Bacharis y Eupatrium sp.), n general las
Syngynesias Compuestas. n gran variedad se puede estudiarlas "en las
cercas vivas, que separan los campos, y comunmente se encontrarn entre
ellas tambin otros arbolitos caractersticos de esta regin, como el Guantuc
(Datura sangunea)*), el Lechoso (Euphorbia Latazi), el Saco (Gestrum),
algunas Miconias, la Balea Mutisi, uno que otro Solanum arboreoente, y
talvez un Chamburo (Carica igitata), que es la Papaya de la sierra, y se
cultiva mucho en las haciendas y cerca de las casas de los indios. Cuanto
mas seca y rida es la regin, con tanto mayor frecuencia se presentan los
Espinos (Cereus septum, que es el mayor, y otras especies menores), las
Tunas (Opuntia tuna), las Cabuyas (Agave americana y Fourcroya sp. que
es la Cabuya blanca). Las ltimas son de mucha utilidad, reemplazando
sus tallos livianos, cuando secos, en parte las caas del litoral, y sub-
ministrando sus hojas la valiosa fibra de la pita. Las dos especies de Ca-
buya se usa para formar cercas vivas impenetrables, veces en unin de
los Espinos y Tunas, pero se cultivan tambin en matas aisladas sobre
campos arenosos, que no producen otra cosa. Las Cabuyas y las Ccteas
son las formas mas grotescas de la flora interandina. En algunos planos
estriles (p. ej. entre Latacunga y Ambato) y sobre todo en las laderas rir
das de los valles profundos (Catamayo, Yunguilla, Guallabamba etc.) prospera
el rbol resinoso del Molle (Schinus mollis), una de las formas mas elegantes
de esta regin. Pero su lado y en esas mismas laderas abruptas, crecen
otros arbustos y yerbas, que son como emblemas de la sequedad y del
desierto. Aqu se repite de cierto modo la flora de la costa rida, solo en
otras especies. Para citar un solo ejemplo, nombrar la bajada de San An-
tonio al puente de Alchipichi en el valle de Guallabamba, que ser conocida
por muchos de mis lectores. Algunos arbustos cenicientos de Crotn, algunas
Mimosas, por aqu por all un raqutico algarrobo (Prosopis hrrida), de
cuyas ramas se cuelgan las barbas largas de las Tillandsias, agitadas por
un viento seco y caliente como el siroco de la Sahara. H aqu esta flora
tristsima, cuyo solo aspecto es capaz de provocar la sed y el cansancio.
Muy distinto y mas ameno es el aspecto de la flora, si de las altiplani-
cies subimos en las montaas hacia el lmite superior de la regin, es decir,
hacia el principio de los pramos, por ejemplo en las faldas del Pichincha
sobre Quito. Entre 3000 y 3400 metros de elevacin los bosquecillos se
componen de los arbustos siempre floridos de la Barnadesia spinosa, Mico-
nia guitensis, Thibaudia acuminata, Fuchsia ampliata, Vallea stipularis, Es-

*) El Floripondio (Datura arbrea) se cultiva tambin en las huertas, pero silvestre


se encuentra en zonas mas bajas y calientes, tambin eii el litoral. . .
444 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

cllonia myrtilloides, Gaulthieria Pichinchensis, Siphocampylus giganteas, varias


Gynoxis, Baccharis y Eupatorium, Mutisia Pichinchensis, Ribes parviflorum,
Rubus glaucus, stipularis, glabratus etc. etc. En algunas partes predominan
las Chsqueas sobre los arbustos nombrados. Estos bosquecitos represen-
tan talvez con mas fidelidad la flora interandina primitiva, que las planicies
cultivadas, en que fu en gran parte destruida. Ellos se encuentran igual-
mente, en las mismas alturas, los lados exteriores de los cerros, donde
descienden poco poco la regin hmeda, como queda dicho mas arriba.
Tambin la flora herbcea es bastante rica, llamando la atencin las
elegantes Calceolarias, que pertenecen las formas mas caractersticas de
la regin (C. serrata, kyssopifolia, amplexicaule, crenaia, son las mas comu-
nes, pero hay muchas otras, mas raras) *); las Salvias con sus corolas azules
y coloradas (S. macrostachya, quitensis, tortuosa, phoenicea etc.); las Gardo-
guias; la Argemone mexicana, especialmente en los campos ridos; algunas
especies de Hypericum, que parecen preferir el terreno de la cangagua; los
gneros Chenopodium, Plantago, Rubia, Senecio, Gnaphalium, Solanum, Vale-
riana, una multidud de Gramneas, entre las cuales descuella el gnero
Paspalum en los potreros, y el Sigsig (Armdo ntida), la margen de las
pampas arenosas y en las faldas de los cerros. Una planta muy singular
y la vez muy comn, que sube hasta los pramos, es la Bromelicea lla-
mada Achupalla (Pouretia pyramidata), cuyos troncos negros y escamosos
serpean como culebras y enormes gusanos por las laderas, formando mator-
rales espesos. En su cercana y en parajes semejantes se encontrarn tam-
bin los pequeos frtices de la Morfina (Vaccinium mortinia) con frutos
comestibles, y del Chanche (Corlara thymiflia), cuyas uvillas dan una tinta
muy buena. Entre las frutas espontneas de la regin debemos nombrar
tambin la agradable Naranjilla (Solanum qutense) y el Taxo (Taxonia
mixta). El ltimo se encuentra silvestre y ademas cultivado en las huertas
en algunas variedades; su fruta es agradable, pero inferior la de su pr-
xima pariente, la Granadilla. Por sus hermossimas flores escarlatas la
Taxonia manicata es un adorno especial del valle de Guaranda y Chimbo,
donde crece en abundancia enredando los arbustos en los bordes de los
caminos. Fuera de los taxos, la regin es bastante pobre en enredaderas,
y ellas se limitan casi algunas plantas herbceas.
Los Helchos desempean un papel muy subordinado; aunque hay nume-
rosas especies, no influyen en la fisonomia general de la flora, como en las

*) Las Calceolarias se encuentran en todo el pais interandino, hasta Colombia, y no


comprendo, como Humboldt pudo afirmar, que faltan desde Quito y el Pichincha hacia
el Norte. (Ans. d. Nat., II, pg. 194.)
LA VEGETACIN DEL ECUADOB. 445

zonas hmedas; son pequeos y adaptados al clima seco, con excepcin de


algunos arbreos, que se hallan en regiones muy altas, y sobre todo en las
vertientes exteriores de las Cordilleras, donde reina mas humedad atmos-
frica. La cosmopolita Peris aquilina forma veces matorrales extensos.*)
Igual carcter seco llevan las epfitas, aunque entre las Orqudeas hay todava
algunas muy notables y graciosas. El Oncidium nubigenum cubre los arbo-
litos raquticos hasta los lmites superiores de nuestra regin.
Los rboles frutales ya quedan indicados, igualmente algunas otras fru-
tas cultivadas en las huertas. A estas debemos agregar el Pepino (Solanum
muricatum) y la Frutilla (Fragaria chiloensis?), que prospera especialmente
en las cercanas de Ambato. Todas las hortalizas europeas se dan muy
bien, como las Lechugas, Cebollas, Ajos, Coles, Rbanos, Nabos, Remolachas,
Zanahorias (Daucus carota) etc., al lado de las indgenas, entre las cuales
se cuenta la Arracacha esculenta (Zanahoria del pais), y varias especies de
Calabazas. Es de notar, que en los jardines prosperan tambin la mayor
parte de las flores de adorno de Europa, que en el litoral ardiente mueren
quedan raquticas, como las Violetas (Viola odorata), los Pensamientos
(Viola tricolor grandiflora), los Claveles (Dianthus caryo'phyllus) y otras.
La agricultura de la regin interandina tiene un aspecto europeo. Ya
no hablaremos de las pequeas plantaciones de caa de azcar, de caf y
de pltano, que se introducen por los profundos valles interandinos de la
zona subtropical, sino tan solo de aquellas, que prosperan en el olima sub-
andino. Fuera de los potreros naturales, el pasto general de la sierra es
la Alfalfa (Medicago sativa), que se cultiva en todas partes, donde hay que
mantener caballos y muas. Tiene felizmente esta planta tilsima, de origen
europeo, una extensin vertical muy grande, desde los valles ardientes, (con
riego artificial) hasta cerca de los pramos. El que ha viajado en el Ecua-
dor alto, sabr apreciarla, pues antes puede pasar una semana sin pan, que
un dia sin alfalfa (para sus bestias, por supuesto). En caso de necesidad
las hojas de mais son el sustituto de la alfalfa.
De los cereales europeos se cultiva en el Ecuador solamente el Trigo
(Triticum sp.) y la Cebada (Hordeum sativum), mientras que el Centeno y
la Avena son casi desconocidos. El Trigo d bien hasta la altura de 3000,
y la Cebada todava en la de 3400 metros. Ambos productos apenas abas-
tecen las provincias del interior, las litorales reciben la harina de California
y de Chile. El cultivo del Mais (Zea mais) es bastante general, pero
solo en las partes frtiles y abrigadas de la regin produce bien, mientras
que en las altiplanicies ridas, por ejemplo, de Riobmba, Ambato, Lata-

'*) Be igual modo la encontr en las pampas altas de las islas de Galpagos.
446 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO I.

cunga, queda mezquino y es muy tardo. El niais forma hoy dia, como en
la remota antigedad, uno de los alimentos principales de la poblacin in-
diana. La mazorca tierna cocida, que es el choclo, viene tambin la mesa
de los ricos; el mais tostado cocido (el mote) es el fiambre ordinario de
la gente pobre en la sierra, y reemplaza el pan, como en la costa el pl-
tano tostado. Una inmensa cantidad de mais se usa en la fabricacin de
la chicha, que llaman de jora, esa bebida predilecta de los indios, que les
reemplaza la cerveza y el vino. El tratamiento del mais es casi el mismo
que el de la cebada en la fabricacin de la cerveza, y la chicha tiene varias
propiedades de la ltima,, menos el sabor que es distinto. Al lado del
mais, la Quitina (Chenopodium quinua) era el grano principal de los indios
antiguos. Hoy dia su cultivo est muy reducido por el uso de los otros
cereales, y casi limitado las regiones superiores, prximas los pramos.
En los mismos parajes fros prosperan tres plantas con raices tuberculosas,
tambin cultivadas desde la antigedad india, la Oca (Oxalis crenata), el
Mlloco (Uucus tyherosus) y la Mashtta (Tropaeolum tuberosum). Todas tres
no llegan, ni de lejos, la importancia de la Papa (Solanum tttherosm),
esta panacea universal, que en el Ecuador alto desempea el mismo papel
importante como en otros pases del mundo, que permiten su cultivo. La
papa es para la sierra, lo que el pltano para el litoral. Prospera desde, la
cercana de los pramos hasta los valles con un temperamento medio de
18 grados, pero no desciende los llanos mas calientes. Se dice, que Chile
es la patria de la papa, pero se ha encontrado tambin en algunos puntos
de las Cordilleras ecuatorianas en estado silvestre. Su cultivo data de la
remota antigedad india, 16 menos en el imperio de los incas. La papa
y el mais son los dos productos mas valiosos, que el mundo nuevo dio al
antiguo, en recompensa de los cereales europeos. De legumbres se cul-
tivan en cantidades algo considerables, la Arveja (Pisum sativum), la Lenteja
(Ervum lens), el Garbanzo (Cicer arietinum), Habas (Vicia faba) y Frijoles
(Phaselus vulgaris, nanus, mltiflorus); con excepcin de los ltimos, las
dems son introducidas de Europa.
La Vid produce bien en algunos valles abrigados, y hace unos. 15 aos,
que en los valles de Tumbaco y de Patate se ha comenzado con bastante
entusiasmo sembrar algunas vias, al parecer con buenos resultados. Sin-
embargo este cultivo qued limitado pocas haciendas y no ha tomado
mayor incremento.
En las consideraciones generales sobre la agricultura de la regin inter-
andina, siento no poder estar de acuerdo con algunos escritores, que pintan
este pais como uno de los mas frtiles del mundo. El Ecuador interandino
produce lo que necesita, y en atencin su poblacin rala, mas de lo que
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 447

necesita; tambin es cierto, que puede extender todava su agricultura con-


siderablemente. Pero con esto est todava lejos de contar entre los pases
agrcolas mas productivos, es decir, entre los que pueden exportar su abun-
dancia en gran escala; para esto U falta el terruo. En la carta de vege-
tacin se observa, que la regin interandina, que he llamado la de los
cereales, de suyo es bastante reducida; pero mas de la mitad de ella es in-
cultivable, sea por lo alto y fri, sea por lo escarpado y quebrado, sea por
lo estril del terreno. Casi la mitad de esta regin consta de pramos, y
qu queda? un pais quebradsimo, cascajoso, arenoso en general, y frtil
solo por partes. Estas partes son, en comparacin con el todo, muy redu-
cidas, y comparables con los oasis del desierto. Rara vez se encontrar un
terreno apto de algunos kilmetros cuadrados continuos. El que llama las
altiplanicies de Eiobamba, de Ambato (con excepcin del valle mismo), de
Lataeunga, de Quito, frtiles, no ha visto jamas en su vida un pais
frtil, se engaa si mismo y otros. Quien puede negar, que hay
terrenos magnficos, por ejemplo, en una parte de la provincia de Imbabura,
en los valles de Tumbaco, Chillo, Machachi, en las provincias de Cuenca y
de Loja, en que un clima suave, un riego suficiente y un suelo feraz dan
cosechas abundantes, en que las haciendas, rodeadas de mirtos y naranjos
y otros rboles frutales, constituyen sitios deliciosos? Pero tales localidades
forman por desgracia casi las excepciones, y seria un gran error generalizar
esta feracidad para todo el pais interandino. Para probar la gran fertilidad
de las provincias del interior, se suele enumerar una lista larga de productos
vegetales, que se encuentran all. Pero si todos ellos crecen en ciertos
puntos de la sierra, caso est probado, que se puede cultivarlos en gran
escala? En un pais, en que no hay invierno (es decir, una estacin de fri
intenso), es natural que debe haber mayor variedad de productos agrcolas,
que en pases boreales, por esto todava no se puede decir que es mas
feraz. No hay duda, que el estado primitivo de la agricultura que es
poco mas menos el mismo, que han introducido los conquistadores espa-
oles, hace tres siglos y medio, contribuye mucho los. resultados mezqui-
nos, que se consigue actualmente' (siempre exceptuando algunas localidades
privilegiadas), y que un sistema mas racional de la labranza, el empleo de
abonos convenientes, y la regularizacion del riego artificial, podran producir
un cambio muy notable, y duplicar triplicar el rendimiento del suelo; pero
un impedimiento grande consiste tambin en la naturaleza del suelo, y en
la escasez de terrenos verdaderamente ricos, lo menos en las provincias
centrales desde el Azuay hacia el Norte. La cangagua, por ejemplo, que
cubre terrenos inmensos, y ciertas otras tobas volcnicas, jamas sern fa-
vorables la agricultura. Si el Ecuador alto fuese tan poblado como la
448 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

Europa central, el suelo no podria alimentar la poblacin con sus productos


agrcolas, mucho menos proveer las dems provincias. Es posible y aun
probable, que mi opinin se halle en oposicin con la de muchos ecuatoria-
nos, que esperan que con el impulso de un ferrocarril andino el interior se
convertir en un pais esencialmente agrcola y exportador de cereales. Creo
que las esperanzas en este punto son exageradas, y que la utilidad de la
via frrea se manifestar por otros efectos; mas bien quisiera pronosticar
para el Ecuador alto un gran desarrollo de la ganadera, la cual se prestan
muy bien sus extensos terrenos incultos incultivables, especialmente en la
regin de los pramos. Con mi opinin sobre la feracidad limitada del suelo
interandino no estoy enteramente aislado, observadores exactos imparciales
se han expresado en el mismo sentido.(46) Para mi el centro de gravedad<
de la agricultura ecuatoriana ha de buscarse en las provincias litorales (mas
tarde talvez tambin en las orientales) y no en las interandinas.

5 o . La regin andina, de los pramos.


La extensin de esta ltima regin vegetal es grandsima; pues ocupa
los anchos lomos de las dos Cordilleras grandes, los nudos interandinos, y
muchas montaas intermedias mas menos aisladas, que exceden la al-
tura de 3000 3400 metros* Sus condiciones climatolgicas singulares he
expuesto en otro lugar, y no falta mas, que completar el cuadro con algu-
nos detalles botnicos. Sus lmites verticales podemos poner entre 3400 y
4600 metros de altura; su flora se desarrolla poco poco de la subandina
y se pierde finalmente entre las nieves eternas de los cerros mas altos.
En el lmite superior de los bosquecitos subandinos, descritos en la
seccin precedente, desaparecen poco poco ciertos gneros de arbustos, y
aun familias enteras, como las Mirtceas, Melastomceas, Mirsineas, Piper-
ceas, Araliceas etc., y en su lugar se presentan otras plantas, que con toda
seguridad anuncian el pramo y una altura de mas de 3400 metros, por
ejemplo, la Chuquiragua (Chuquiragua microphylla insignis, aunque la ltima
baja algo mas), Calceolaria ericoides, Valeriana rgida, Wemeria disticha,
Poteniia andina. La paja del Ishu (Stipa Ichu) ya principia en la zona
subandina, pero solo en esta regin superior llega su dominio indisputado.
Con algunos de sus congneros (Andropogon, Paspalum etc.) forma los pa-
jonales, que con desesperada monotona cubren centenares de leguas en las
, Cordilleras de los Andes. Las Gramneas, y especialmente la Stipa Ichu,
constituyen el elemento esencial de la flora andina, y le imprimen su carc-
ter singular; las dems plantas alpinas casi desaparecen entre los altos
y densos .mechones de la paja, y solo hacia el lmite de la nieve, donde
aquellos se hacen mas ralos y bajos, pueden desarrollarse con mayor libertad.
Lam. X.

v'.&
*4>
ESj?

HE-

Cop. una fotografia.


VEGETACIN DEL PARAMO. (MINAS D PILZHUN.)
LA VEGETACIN DEL ECUADOR. 449
Apesar le mucha semejanza y analoga entre los elementos botnicos de
la flora andina y de la alpina de Europa, existe sinembargo una diferen-
cia inmensa en el aspecto complexivo general de las dos, y bajo este
punto de vista la flora alpina lleva la ventaja indisputable. H aqui, como
se expresa el mejor conocedor de la flora ecuatoriana, que en tiempos ante-
riores ha estudiado tambin la alpina: El aspecto de los pajonales est
muy lejos de poderse comparar con el tan profundamente simptico, alegre
y amensimo de los Alpes. En ellos se puede decir que la naturaleza se
despierta casi improvisamente del profundo letargo invernal, y rebosa de
nueva vida. El espectador casi no d crdito sus propios ojos al ver
cambiada de repente y como por incanto la faz de aquellos parajes, poco
antes tan esculida y triste, en otra tan alegre y risuea. Parece que
los suaves calores de Mayo y de Junio la vida se reviste all de todo lo mas
hermoso y brillante, como para el tiempo de sus fiestas, sabiendo los dias
de luto y desolaoion que le han de llegar mas tarde. El rigor invernal de
esas regiones destruye enteramente sus tallos jugosos inmaduros, y as es
que en primavera la nueva vegetacin puede mostrarse con todo el fausto
de'sus tiernos retoos, no ofuscados por los restos esculidos de la pasada.
Por el contrario, en los pajonales de los Andes el perodo mas largo de
vegetacin permite los tallos consolidarse mas,.y muertos resisten mas
las causas destructoras, esperando del tiempo, lo que no puede sobre ellos
la inclemencia demasiado mitigada de las estaciones, y entre tanto ofuscan
y afean con sus despojos fnebres el brillo de las recientes generaciones.*)
Este es el efecto necesario de la primavera eterna! expresin del todo
inadecuada tanto para el clima, cuanto para la vegetacin. En el pramo
no hay ni primavera, ni otoo, ni verano, ni invierno, solo hay eternamente
lo mismo. Dos terceras partes de las hojas de la paja siempre estn secas
con un color parduzco amarillento, las nuevas de un verde azulejo pro-
ducen con aquellas ese manto aceitunado, que se llama pajonal y cubre
todas las montaas. Un desierto completo no hace en el viajero las im-
presiones tan tristes y melanclicas, como el yermo de los pajonales. . .
Aqui tratamos solamente de la fisonoma general del pramo y d sus
rasgos caractersticos; pero debemos agregar, que la flora d esta regin,
inalizada por el botnico de profesin, no deja de ser muy interesante;
Provoca espontneamente una comparacin con las floras rticas y alpinas,
con las cuales presenta tanta analoga, y excita al pensador a considera-
ciones profundas sobre la migracin de los vegetales, sobre el endemismo,

*) P. L. Sodiro, Apimtes sobre la vegetacin ecuatoriana. Progr. de la Esc. Polit,


de Quito, 1874 . - '-
WoiiT, Ecuador. 29
450 GEOGBAEA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I.

el origen de las especies y otras cuestiones semejantes, cuya discusin nos


alejara demasiado de nuestro objeto. Algunas particularidades de la flora
andina encontrar el lector en los Suplementos. (*>
Bajo el punto de vista econmico los pramos son un pais de pasto, y
como tal tienen una importancia muy grande para el Ecuador. La rvueza
de muchas haciendas consiste nicamente en tantas leguas de pramo,
mejor, dicho, en tantos miles de cabezas de ganado vacuno, caballar y ove-
juno, que pacen en esos pramos; y el pobre indio, que talvez no posee
una gleba de terreno en propiedad, mantiene sus animales en el pramo
comunero; de suerte que la existencia de millares de animales y de cente-
nares de propietarios est intimamente conexionada con esta suprema y fra
regin de los Andes.
La vegetacin arbrea y fruticosa cesa generalmente con la altura de
3500 metros, sinembargo, en algunas quebradas abrigadas sube algo mas.
En el Antisana se hallan matorrales espessimos de 2 metros de altura de
la Chasquea aristata en mas de 4000 metros, y los tortuosos rboles de
Qunua (Polylepis sp.) forman en el Chimborazo (camino de Guaranda) 'y
en otros cerros, bosquecillos en la altura de 4200 metros; pero siempre son
fenmenos aislados. Algunas plantas fruticosas y leosas que se hallan
hasta cerca de la nieve perpetua, apenas se levantan del suelo sobre las
yerbas bajas en su cercana, y por esto no hacen la impresin de arbustos,
as, por ejemplo, Baccharis alpina y humifusa, Hedyotis ericoides, la Gaul-
thieria, Rubus nubigenus, Chuquiraga microphylla y otros. En 4500 metros
de elevacin, poco mas menos, la paja del pramo y en general las gramas
ya no son tan tupidas, se hallan en mechas aisladas y esparcidas y desa-
parecen finalmente casi por completo, de suerte que la faja suprema se
compone con preferencia de otras yerbas andinas, algunas con flores grandes
y vistosas, y. la flora toma un aspecto mucho mas alegre y mas parecido
al de la flora alpina. Como en un jardn botnico, y separados por caminos
y plazuelas arenosas, se encuentran vistosos grupos de Gentianas, Acaenas,
Malvastros, Valerianas, las lanuginosas especies de Culcitium (frailejones) y
el grotesco Lupinus alopecuroides (Gonda, cola de caballo). Las Wernerias
y una pequea Umbellifera, Pcctophytum, forman cspedes denssimos al-
mohadillas de un verdor primoroso, entre ellas se levantan los colorados y
cilindricos tallos del Lycopodium crassum y L. eryihraeum (Tarugo-cacho),
as como las enrolladas hojas de un helcho singular (Jamesonia cinnamomea).
-r- En. 4600 metros de altura la vegetacin herbcea ya es muy rala, y los
arenales se cubren por grandes trechos con liqenes cenicientos blanque-
cinos (Stereocaulon $p.). Sinembargo no faltan del todo las fanergamas,
y algunas, como el Culcitium nivale y rufescens, la Valeriana alypfolia, la
LA VEGETACIN DEL ECUADOE. 451
PerncUya angustifolia, trepan entre las manchas de nieve hasta alturas, que
exceden de la linea ordinaria de la nieve perpetua. Pero aqu pongamos
el punto final nuestra revista sumaria de la vegetacin ecuatoriana.

La distancia desde la palma de Coco hasta los liqenes del Chimborazo


es corta; subiendo del Golfo de Guayaquil al Cajas de Cuenca, podemos
recorrer todas las zonas, desde la ardiente del litoral hasta la andina superior,
en un solo dia; pero,, qu inmensa variedad, qu riqueza sorprendente de
esta vegetacin, acumulada en un pequeo espacio! Pocos pases habr en
el mundo, que abran la ciencia botnica y la especulacin humana un
campo tan vasto y grato, como el Ecuador. (*7J
Captulo n .
La Fauna del Ecuador.
En cuanto la fauna descriptiva del pais nos hallamos talvez en peores
condiciones, que con la flora, pues existen muy pocos trabajos especialistas
sobre ella, y estos incompletos. Las observaciones sobre la distribucin
geogrfica de los animales no son tan obvias, como las que se refieren-
la vegetacin, y en mis Aajes pude dispensar solo de paso alguna atencin
esta materia. Por estos motivos nuestra revista zoolgica ser bastante
corta, y en lugar de hacerla por regiones y zonas, he preferido seguir el
orden sistemtico del reino animal, haciendo algunas observaciones de las
clases principales que lo constituyen.
I. Mamferos.
o
I . Los monos, limitados las zonas calientes, se encuentran con mas
frecuencia y mayor variedad en la regin oriental (amaznica) que en la
occidental. Los mas comunes son los Micos de dos tres especies (Cbus),
que veces causan un dao considerable en los maisales y cacaotales y
por esto son perseguidos. Mas grandes son los Monos negros (Mycetes),
que por la madrugada y al ponerse el sol acostumbran congregarse en las
copas mas altas de los rboles, veces en la cercana de las haciendas, y
cantar en coro con sus voces estentreas, que hacen resonar la selva en
contorno. Otro mono frecuente en los bosques occidentales es el Brazo-
largo (teles), con extremidades muy largas y solo cuatro dedos en las
manos; su carne es buena para comer. De las regiones del apo se trae
algunos monitos muy graciosos (ClWhrix, Midas, Hapale sp.), que se do-
mestican con facilidad, pero generalmente mueren pronto en un clima, que
no sea igual al de sus bosques hmedos y calientes. En el Ecuador viven
cerca de 40 especies de monos.
2o. Murcilagos hay en abundancia y en cuatro cinco especies; s"on
mas propios las regiones calientes que las frias. Aunque son animales
LA FAUNA DEL ECUADOB. 453
tiles por devorar una multitud de insectos nocivos, son sinembargo'hus-
pedes malquistos y molestosos, cuando eligen por centenares los techados
de las casas, como sucede en el litoral. Una especie grande (Phyllostoma)
visita de noche los rebaos de ganado y sangra los animales, con preferencia
los. mulares. Una sola sangra no importa mucho, pero cuando se repite
cada noche, debilita y arruina los animales. Hay pocas, en que este mur-
cilago se aumenta tanto, que llega ser una plaga terrible y una amenaza
seria para las haciendas de ganado, como sucedi, por ejemplo, har unos
diez aos, en la isla de Puna. -.,!..
3o. Los Carnvoros forman un contingente respetable de la fauna ecua-
toriana. De la familia felina tenemos cinco seis especies. El Yaguar
tigre americano (Flis <mca) es propio de la regin caliente de toda la
Amrica tropical y es la fiera mas grande y mas temible de este continente.
Rara vez acomete al hombre sin ser provocado herido, pero en las ha-
ciendas de ganado veces hace destrozos entre los terneros y potros. No
es raro en nuestras montaas, y con frecuencia se puede observar sus pisa-
das frescas en el suelo, oir su bramido, y sinembargo rarsima vez el
viajero tiene ocasin de verlo; en veinte aos y en mis muchsimos viajes
solo dos tigres se me presentaron, en distancias considerables y por un
momento. El Puma len americano (Flis concolor) es algo mas pe-
queo que el Yaguar y menos peligroso. Se halla desde el litoral hasta la
zona superior de los pramos. Su caza no es peligrosa, y los indios de
Papallacta he visto eojerlo con el lazo. Al lado de las dos especies grandes,
tenemos las pequeas que se llaman Tigrillos (Flis pardalis, tigrina, ma-
croura), que en el campo son los peores enemigos de las gallineras, dispu-
tando las presas los zorros; tambin roban otros animales domsticos, por
ejemplo, puercos. En el litoral he visto con alguna frecuencia un Gato montes,
de color gris y del tamao de un gato grande, muy parecido Flis Gatus
de Europa y probablemente una especie nueva, es decir, todava no descrita.
La familia canina est representada por.una hermosa especie de Zorro,
que en el pais se llama lobo*) (Canis Jmrae) y que.vive en las regiones
altas, especialmente en los pramos. En toda su forma y en sus costumbres
se parece mucho al zorro europeo (Canis vuljoes). Amrica tenia al tiempo
de la conquista sus propias especies de perros, pero ninguna se halla en
el Ecuador en estado silvestre; las razas domesticadas que tenanlos indios,
estn hoy dia tan cruzadas con las europeas, que ya no se puede hablar
de perros indgenas.

*) En el Ecuador se llaman zorros animales de distintas familias, los Didelphys


y los Mephits; el nico zorro verdadero llaman loto . .
454 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO II.

Mas numerosa que la canina, es la familia ursina en nuestro pais. Un


Oso de regular porte (Ursus albifrons) se halla en la zona subtropical y
sube hasta los pramos. En la regin baja vive el Cuchuche (Nasua so-
cialis), que es estimado por su carne y se domestica fcilmente, como un
perro. A las orillas de los ros se encuentra el Procyon cancrivorus, que se
parece mas bien un perro que al oso, y se alimenta especialmente de
cangrejos y camarones. Un animalito muy gracioso de esta misma familia
es el Cercoleptes caudivolvlus. En su figura y por el modo de vivir en los
rboles, se acerca los monos; lleva una vida nocturna y duerme durante
todo el dia, enrollado en s larga y lanuda cola. Vive solamente al pi de
la"Cordillera occidental, donde hace algun dao en los cacaotales. En
Guayaquil se lo v veces domesticado, y se llama Cusumbe.
A la familia de los tejones pertenecen los zorros de la sierra (Mephitis vit-
tata), animales de bonito pellejo, que se defienden contra sus perseguidores,
arrojndoles un liquido sumamente hediondo, preparado en glndulas especiales.
El objeto que llega en contacto con esta materia, conserva el olor nauseabundo
por muchos meses. Algunas especies de Comadrejas son comunes en las
huertas del litoral, y una hermosa Nutria vive en los ros de la pesca.
4 o . Marsupiales hay pocos en el Ecuador. Una especie (Didlphys) es
generalmente conocida, sobre todo en el litoral, donde se llama Zorro.
Vive en las casas manera de las ratas, las cuales se parece en algo,
especialmente en el rabo; pero se distingue por parir sus hijos en un estado
embrional y por criarlos en una bolsa que carga en el vientre.
5. Los Roedores son muy numerosos; al lado de los mas pequeos (los
ratoncitos), poseemos uno de los mas grandes del mundo, que es la Guanta
(Celogcnys paca) con una carne exquisita. Vive en la regin tropical y
subtropical, como su pariente prxima, la Guatusa (Dasyprocta Aguti). l
Gi (Gavia Cobaya) es mas cosmopolita, y se propaga con la misma rapidez
en la cobacha del litoral como en la choza del pramo, pero se halla solo
en el estado domesticado. Su carne' no es menos sabrosa que la de la
Guatusa, y Cui asado con papas y salsa de man, forma uno de los mejores
platos de la sierra. Conejos (Lepus sp.) se encuentran desde el litoral hasta
la zona paramal, pero no s si pertenecen una sola varias especies.
Ardillas (Sciurus sp.) son muy comunes en los bosques, y en las huertas
de cacao forman veces una verdadera plaga, por cuyo exterminio se paga
premios los peones. No enumeraremos las muchas especies pequeas,
que se comprende comunmente con el nombre genrico de ratones, solo ob-
servaremos, que algunas, que son plagas domsticas, como el ratoncito
ordinajrio (Mus museulus) y las ratas (Mus rattus y M. decumanus) son de
origen europeo introducidas casualmente por los buques. De la extra-
LA FAUNA DEL ECUADOR, 455

vagante familia del Puerco-espii tenemos una especie, bastante rara, de Cerco-
labes, que vive sobre los rboles y se agarra con el rabo como los monos.
6o. Entre los Edentados contamos nuestras dos especies de Perezosos,
Perico ligero, una con dos uas en las manos (Cholopus didactylus) y
otra con tres (Bradypus tridactylus); ambas se encuentran con frecuencia
en las selvas del litoral. En la misma regin y en la subtropical se hallan
los Armadillos (Dasypus sp.) que en lugar de cerdas llevan capachos slidos
por cubierta, y los Osos hormigueros (Myrmecophaga jubata) con sus hocicos
extremadamente largos y bocas muy chicas. Segn las muchas pieles, que
se venden en Guayaquil, se debe suponer, que el oso hormiguero es -un
animal frecuente en el litoral.
7o. De los Multngulos, cuyo representante principal era en la poca
cuaternaria el Mastodonte de los Andes (Mastodon Andium), nos quedaron
dos especies de Tapiro (Danta, Gran bestia). Este animal singular, que
parece compuesto del burro, del elefante y del puerco, es el mamfero in-
dgena mas grande del continente sudamericano, del porte de un burro. La
especie mas comn, casi pelada, como el elefante, es el Tapirus americanas,
y vive en la regin amaznica, siempre en la cercana de los rios y pan-
tanos. Nunca la encontr al lado occidental de los Andes. La segunda
especie, algo mas pequea y de piel lanuda, es el Tapirus vlosus, y se
encuentra en los pramos del Ecuador alto. La carne del Tapiro se come.
A la misma clase de los Multngulos pertenecen tambin, fuera del puerco
domesticado, dos puercos indgenas y silvestres, que se llaman Jabal y
Saino (Dicotyles labiatas y D. torqttatus). Se distinguen por una glndula
llena de una sustancia hedionda, que llevan sobre el lomo y que algunos
toman equivocadamente por un segundo ombligo. Andan en manadas y
ocasionan mucho dao en las plantaciones de las provincias litorales. El
Saino se domestica fcilmente, y la carne de ambas especies es sabrosa.
8o. La clase de los Solidngttlos se extingui en Sudamrica en la poca
cuaternaria, y sus dos representantes actuales, el Caballo (Equus cabllus)
y el Burro (Equus asinus) son introducidos de Europa.
9o. Los Buminantes indgenas tampoco no son numerosos. La Llama
(Auchema lama) probablemente ya no he halla en ningn punto del Ecuador
alto en el estado silvestre, y tambin su cria no tiene la misma importancia
como en el Per y en Bolivi. Solo en las provincias del Chimborazo, del
Tunguragua y de Len se encuentra en manadas algo considerables. De
los Venados son los mas comunes el Cervus cMlensis (llamado tambin anii-
sanensis) en las regiones altas, especialmente en los pramos, y el Cervus
virginianus en todo el litoral. Todos los dems Iluminantes del Ecuador,
como la cabra, la oveja, la res, son introducidos de Europa.
456 GEOGBAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO II.

10. De las Focas el Lobo marino (Otaria jbata) visita por una casua-
lidad nuestras costas, mientras que en las islas d Galpagos es muy comn.
All se encuentra tambin otra especie algo mas rara y mas pequea, el
Lobo de doble pelo (Arctoeephalus australis Otaria falMandica). A los
animales de esta clase convienen mas bien los mares de agua fra.
11. Los Cetceos son igualmente propios las zonas rticas, y en los
mares tropicales se hallan muy pocas especies. La Ballena austral (Balaena
australis antrctica), distinta de la de Groenlandia, es frecuente en el
Archipilago de Galpagos y objeto de una pesca lucrativa. En ciertas
pocas, especialmente cuando tiene cria, visita tambin las aguas tibias de
la costa ecuatoriana. De los Delfines el mas conocido y mas comn es
el Bufeo, este payaso del mar, que acompaa los buques en grandes manadas,
y divierte los pasajeros con sus saltos caprichosos. Probablemente es la
misma especie (Delphinus delphis), que vive tambin en el Atlntico y en
el Mediterrneo, y que desempea un papel en la mitologa griega y romana.
Un Cetceo muy interesante, que vive no solamente en el mar, sino tam r
bien en el agua dulce del Maraon y de sus grandes tributarios (rio apo etc.)
es la Vaca marina (Manatus americanus), de que se aprovecha la carne y
la grasa.

II. Aves.
Si la Amrica del Sur no puede competir con los otros continentes en
el nmero y la magnitud de los mamferos, en la clase de las aves los
aventaja mucho. Estableciendo una proporcin entre la extensin territorial
y el nmero de aves, que contiene cada una de las Repblicas sudameri-
canas, resulta que el Ecuador es el pais mas rico en esta clase, lo que es
una consecuencia de su posicin geogrfica y de la gran variedad de su
territorio.
I o . Aves de rapia. El rey de las aves americanas es l Cndor (Vtdtur
Sarcorhamphus gryphus), que domina la Cordillera de los Andes desde el
estrecho de Magallanes hasta el istmo de Panam. En el Ecuador es muy
frecuente, sobre todo desde el Azuay hasta Colombia, en la cercana de
nuestros grandes nevados. El macho adulto mide tres metros con las alas
extendidas. Mientras que el Cndor en latitudes mayores (Chile) visita la
costa del mar, en el Ecuador nunca abandona la regin fria; pero s, se levanta
veces mas de 6000 metros, girando sobre las cimas nevadas de los
volcanes. En las provincias . del litoral se encuentra una especie mas pe-
quea de buitre, que llaman Rey de los gallinazos (Vultur Sarcorhamphus
papa), que tiene un plumaje mas vistoso que el Cndor y la cabeza colorada
con listas azules. Los buitres mas comunes son los Gallinazos, especial-
LA FAUNA DEL BCUADOE. 457
mente el de .cabeza negra (Cathartes atratus foetens), que no deja de ser
til, por devorar cuantas inmundicias encuentra en la cercana de las vi-
viendas humanas, sobre todo animales muertos que comienzan podrirse.
Cumple mejor con su oficio que muchos empresarios del aseo pblico, y con
razn goza del privilegio de inmunidad. Con el anterior, pero no con tanta
frecuencia,, se encuentra el Gallinazo de cabeza colorada (GartJiates mira),
de las mismas costumbres. Ambas especies suben hasta la zona fria, pero
parecen preferir la caliente. guilas verdaderas no hay en Sudamrica,
pero tenemos una serie de Raleones (Falco sp.) grandes y pequeos, especial-
mente en la sierra, y de Curiquingues (Plyborus sp.), que por su cara des-
nuda se parecen todava en algo los buitres. Se dice, que el curiquingue
era l ave sagrada de los Incas. Tambin la Valdivia del litoral pertenece
la familia de los Halcones y se distingue ventajosamente de sus parientes,
por perseguir, en lugar de los pajaritos inocentes, las culebras venenosas y
otros reptiles. Con su canto lastimero, que deja oir de noche en el bosque
solitario, ha dado ocasin que la gente la tome por un mal agero, como
las lechuzas. La lechuza mas grande que tenemos, es el Buho (Bubo sp),
que vive solitario en las selvas del litoral y en las cuevas de los pramos,
donde los indios le llaman cuscungo. Talvez se deben distinguir varias
especies. De la lechuzas pequeas, la mas ordinaria, que se halla en todas
las regiones, es la Strix flatnmea, lo menos no puedo distinguirla de esta, que
vive en toda la Europa,'frica y Asia. En las costas secas de St8. Elena
y de Manab se encuentra una pequea lechuza que llama la atencin, por
vivir en cuevas pequeas, que ella misma escarba en la tierra, como un
conejo un armadillo. Lleva una vida diurna, contraria la de sus her-
manas, pues durante todo el dia y en el sol mas fuerte est sentada delante
de la puerta de su cueva, como una centinela, persigue los pjaros como
un halcn. Esta es la Strix cunicularia, que se halla por toda la Sud-
amrica en parajes semejantes, por ejemplo, en las pampas de Buenos-Aires.
2o. Entre las Aves trepadoras pongamos en primera linea los Papagayos
de toda clase, que son tan numerosos y variados en nuestro pais, desde los
grandes y vistosos Guacamayos Aras (Ara ararauna, A. hyacinthinus etc.),
hasta los graciosos Pericos y Periquitos (Psittacula sp.). En medio estn
los Loros (Psiitacus sp.) de distintas clases con el Ckericles ( Chelicres),
que es el ave_ mas dcil del mundo. Toda esta familia existe solamente en
las regiones mas calientes, algunas especies suben ala subtropical; tambin
en este punto, como en otros tantos, los Papagayos dejan compararse con
los monos. Las dems familias de las trepadoras se distinguen igual-
mente por un plumaje muy vistoso, por ejemplo, las especies de Trogon, que
no ceden al pavo real, y los Tucanes, Predicadores, Diostedes (Eham-
458 GEOGKAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPITULO II.

pliastos y Pteroylossus sp.) que la vez imponen por sus picos enormes.
Los Carpinteros (Piis y Picumnus sp.) ya son de facciones mas modestas;
poseemos unas 5 6 especies en todas las zonas. Finalmente nombrar el
Garrapafero (Crotophaga ani y C. svlcirostris), que hace al ganado el servicio
de limpiarlo de las larvas de insectos, y por esto se encuentra siempre en
los potreros. La pequea familia de los Martines Pescadores (Alcedo y
Cerylc sp.) cuenta algunos miembros interesantes las orillas de nuestros
ros y esteros.
3 o . El orden de los Pjaros (Passcrcs) Cantores es muy grande, y
cada una de sus familias numerossima, de manera, que aqu ya no podemos
detallar las especies, ni los gneros. A este orden pertenecen los Tordos,
Mirlos, Cttcubes, Caciques, Colimbos, Chirotes, Olleros, Brujos, Sicckas, Plata-
neros, Cotingas, Chages, sulits, Jilgueros, Gorriones, Solitarios, Gallos de
pea, Picaflores Quindes, Golondrinas, Bujos etc. etc. (el nmero de las
especies pasar de 400). En los pjaros ecuatorianos (y de Sudamrica
en general) se observa, que hay entre ellos relativamente muy pocos can-
tores, es decir, que agraden con un canto melodioso. Esta circunstancia
llama la atencin de todos los viajeros, que vienen de pases fros templa-
dos, donde los pjaros cantan mucho mas y mejor. Los bosques tropicales
quedan silenciosos, y no manifiestan la animacin, que podria esperarse de
la multitud de sus habitantes alados. Como en recompensa de esta falta
ostenta la mayor parte de ellos un plumaje esplndido y encantador. Los
colores mas vivos, muchas veces con visos metlicos, se combinan del modo
mas caprichoso y variado, para producir efectos sorprendentes. Unos se
visten de escarlato puro de verde y azul, otros andan en traje mas austero
de terciopelo negro con adornos amarillos,, otros de siete colores como arle-
quines; estos ponen todo su lujo en la cola, aquellos en la^crestilla de la
cabeza, y los mas elegantes y chicos (los colibres) llevan collares de zafiros,
topacios y rubes. Otra circunstancia es digna de reparo: cuanto mas caliente
es el pas, tanto mas vivo y hermoso es el plumaje. La misma observacin
se hace tambin en otras clases des animales, especialmente en los insectos.
Los pjaros mas hermosos provienen de la regin tropical y subtropical; en
la subandina interandina el vestido ya es mas modesto, todava con tal
cual adorno sencillo, y en la andina de los pramos se visten generalmente
de un ceniciento pardo uniforme, en plena armona con.los pajonales
tristes. De esta regla general hacen una excepcin los Picaflores Quindes,
que precisamente en la regin subandina y andina despliegan todo su brillo,
siendo en la zona litoral representados por pocas y menos brillantes especies.
En las speras breas de los Andes cruzan sin descanso con vuelo rapi-
dsimo, el aire, lanzando como chispas elctricas de varios colores, estn
LA FAUNA DEL ECUADOK. 459
cernindose sobre las flores de las Fuchsias, Barnadesias, Thbaudias, para
chupar, no la miel de ellas, sino los insectitos que se esconden en las
corolas. Cerca de la nieve perpetua encontramos hermossimos Quindes
(Oreotrochilus Pichincha, 0. Chimbarano etc.) zumbando alrededor de la
Chuquiragua y de otras flores andinas.
4o. De las Aves columbinas tenemos una escala perfecta de unas 20
especies desde la Torcasa, que es del tamao de' la paloma domstica, hasta
la Trtola mas pequea del porte de un gorrin (Columba passerina). Todas
las especies son una eaza buena, y algunas s amanzan en jaulas, como la
paloma de la Cruz, el Cucul, las Trtolas.
5. Aves gallinceas hay de muchas especies. Muy comunes y conoci-
dos son los Faisanes del monte y las Pacharracas (Penlopesp. Crax sp.);
mas grande pero mas raro es el Pauj (Urax pauxi). Bajo el nombre de
Perdices se comprenden diferentes especies, y aun diferentes gneros, en las
regiones litorales y andinas (Attagis, Crypturs). Todas las gallinceas son
perseguidas por su buena carne.
6o. Las Aves zancudas viven siempre en la cercana de las aguas, las
orillas del mar y de los ros, y especialmente en los pantanos y lagunas.
Del gran numero, que forman este orden, nombraremos las Garzas, de las
cuales la blanca (rdea egretta) es la mas comn, y la A. candidissima la
mas elegante; las garzas de cuellos mas cortos, de porte'mediano y plumaje
oscuro, llaman en el litoral Guacos. El Clanclon (Mycteria americana), es
parecido la cigea, y se encuentra en las pozas y tembladeras del
litoral; es la zancuda mas grande de Sudamrica; los Flamengos (Phoeni-
copterus) visitan por casualidad nuestras costas, pero anidan en las islas de
Galpagos. Los Cangrejeros (Ibis sp.) abundan en los manglares y esteros
de la costa, y son buena caza. Otras especies de Ibis viven en las regiones
pantanosas del interior, y su parentela pertenece tambin la Bandurria
de los pramos (Theristicus caudatus). Grande es la variedad entre las zan-
cudas menores, Gallinetas y Zarapicos (Rallus, Gllinago, Flica, GaUina,
Trivga etc.), de las cuales algunas son aves migratorias, como el Veranero,
que en verano viene por millares los pramos. esta familia pertenece
tambin la Parra jazana, que se distingue por las espuelas en el codo de
las alas, y se encuentra por la mayor parte de Sudamrica.
7o. Aves palmpedas nadadoras. En este orden cuenta un gran nmero
de aves marinas,; como el Alcatras (Pelecanus), el Piquero (Sula), la Tijereta
Fragata (Tachypetes aquila), las Gaviotas (Larus, Lestris, Procellaria), y
las graciosas Golondrinas del mar (Sterna sp.). En las islas de Galpagos
se encuentra tambin el Albatros (Diomedea chlororhynchos) y el Pingin
Pjaro-nio (Aptenodytes.sp.). El. Alcatraz, la Tijereta y el Cuervo de
460 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA, CAPTULO II.

agua (Garbo sp.) suben en los grandes rios litorales hasta al pi de la Cor-
dillera; y algunas especies de Gaviotas viven tambin en las lagunas del
interior y hasta en los pramos. Pero las palmpedas mas propias del agua
dulce son los Patos y Fatulos, de los cuales poseemos diferentes especies,
entre ellas la Anas moschata, en estado silvestre y domesticado.

I I I . Anfibios R e p t i l e s .
Viven en abundancia en las zonas calientes, algunos se encuentran en
la regin subandina, y muy pocos (batraquios) suben la andina. En
las costas del mar se pescan las dos especies grandes de Tortugas, que se
encuentran en todo el Pacfico entre Amrica y Asia, es decir, Ghelonia
Mydas y Gh. inibricata, la primera especialmente por la carne, y la segunda
por su concha valiosa, que d el carey. Las especies terrestres y palustres
todas son mas pequeas, excepto el Galpago (Testudo leplmntopus), que
no vive en el Continente, sino en las islas de su nombre. En el litoral
distinguimos las TortuguiUas (Chetys sp.) y las Icoteas (Trionyx?), las lti-
mas viven mas en el monte que en el agua, y se mueven con mayor
lijereza que sus congneros. En el Maraon y sus grandes tributarios
(apo, Pastaza etc.) se encuentran por millares las tortugas, que se llaman
Charapas (Podocnemis, varias especies), y que son un gran recurso para los
habitantes de aquellas regiones, ya por su sabrosa carne, ya por el aceite
que se saca de sus huevos, y que se usa como manteca.
Para el orden de los Saurios tenemos un magnfico representante en
nuestro Lagarto, que vive por millares en los rios del litoral, especialmente
en el sistema del rio Guayas, y alcanza el largo de 6 metros. Sabido es
que la mayor parte de las especies americanas d Caimanes y Aligadores
son genricamente distintas del Cocodrilo del frica, constituyendo el gnero
Alligator. Pero de un estudio anatmico exacto, practicado en los lagartos
del rio Guayas y del rio Tmbez, result, que ellos sn verdaderos Coco-
drilos, y se los ha llamado Crocodilos occidentalis.*) Despus de los largartos
siguen en tamao las Iguanas, de 3 5 pies de largo. La Iguana tuber-
culata es muy comn las orillas de los rios litorales, y su carne es tan
sabrosa, que el montuvio la llama chistosamente gallina del monte. No
es raro encontrar en el bosque el Basilisco (Anolis sp.) de un color verde
muy hermoso y del porte de una pequea iguana. La gente tiene miedo
de este animal, as como de algunos otros de esta familia, porque los supone
venenosos, pero sin razn; pues ni el Basilisco lo es, ni las largartijas y
los camaleones del monte, ni la Salamanquesa de las casas, ni mucho menos

*) En el Orinoco vive el Crocodus acatus, y en Mjico el Orocodilm rhombifcr.


LA PTINA D E L ECUDOE. 461
las graciosas lagartijas negras con puntos azules y amarillos (Amciva vul-
garis), que tambin andan en las viviendas humanas. La Salamanquesa
(Platydaciylus sp.) trasuda un humor fuerte de las glndulas de sus dedos,
que le ayuda andar en las paredes; por lo dems es un animalito inofen-
sivo y hasta til, porque devora una multitud de insectos nocivos. No se
conoce ningn reptil con patas y prpados, que sea venenoso (las culebras
carecen de los miembros nombrados).
El orden de los Ofidios de las Serpientes es desgradiadamente en el
Ecuador muy numeroso, y constituye para las regiones calientes una de las
plagas mas grandes. La familia de las Boas, que comprende los magnates
de las culebras, no es venenosa. A ella pertenecen en las regiones ama-r
znicas la Boa constrictor y la Boa murina scytle; aquella vive en la
tierra y mide 5 metros, esta, llamada Anaconda y Marha-yacu, se halla
comunmente en el agua y llega hasta 7 metros de largo. Muchas fbulas
se cuentan de las Boas, y sobre todo de la acutica; la primera nunca
acomete al hombre, y la segunda rarsima vez, ambas le huyen, como
generalmente todas las culebras, cuando no se las irrita. Al lado occidental
tenemos otras especies de Boas, algo menores, como la Sobrecama y la
Tigre.*) Del todo inofensiva es la familia de las Colubrinas (Cluber sp.),
que pertenecen las caseras y las bobas, que hay tambin en la sierra,
as como algunas Corales (Erythrlampus). Con las ltimas hay qu andar
eon cuidado, porque por sus colores hermosos (anillos negros y colorados)
difcilmente se distinguen de las Corales venenosas (Elaps sp.), que son
miembros de otra familia. De un lindo color verde es la que llaman Papa-
gayo (Dryophis sp.) y que anda mucho por los rboles; pero tambin es
venenosa, como todas las siguientes, la Estrella, la Cascabel, la Equis.
Todava no se ha estudiado bien las vboras del Ecuador, pero me parece,
que con el nombre de Equis se comprende varias especies grandes y pe-
queas y todas muy venenosas. Algunas, como la Equis de rabo de hueso
y la Cascabel son Crotalus, otras pertenecen los gneros Lachesis y Tri-
gonocephalus. Una culebra venenosa, la Pelamys bicolor, vive en el mar,
y se halla con alguna frecuencia en la costa de Santa Elena.
Concluye la clase de anfibios con el orden de los Batraquios, saber,
de las ranas y sapos, de que poco tenemos que decir, si no querimos entrar
en su descripcin particular. Para la geografa zoolgica tienen. algun
inters, por ser los anfibios, que suben la regin andina, pues el grito
nocturno de los sapos nos persigue desde las calles inundadas de Guayaquil

-' ' *) Algunos dan" el nombre de Tigre tambin lina especie grande de Equis
(Lachesis), y ella es naturalmente muy venenosa.
462 GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO I I .

basta los pramos del Chimborazo, por supuesto con variaciones, porque los
sapos serranos son distintos de los costeos. Una pequea rana, que vive
cerca de Totorillas en mas de 4100 metros de altura, y que Mr, Boulenger
ha llamado Hylodes Whymperi, es probablemente el anfibio, que alcanza la
mayor altura en el Ecuador y talvez en todo el continente sudamericano.

V. Peces.
En esta clase la diferencia entre la sierra y el litoral es aun mas
notable que en los anfibios; pues, en la regin interandina subandina vive
una sola especie pequea, la Preadla (Pimelodus cyclopum), y la andina,
mas de 3000 metros, no sube ninguna, mientras que en las regiones
calientes las especies de peces son numerossimas. No puedo fijar exacta-
mente el lmite, hasta donde suben algunos pescaditos de la zona inferior
por los ros en los valles subandinos, pero creo que ninguno pasa el de
2000 metros. De ah hasta 3000 metros vive solamente la Preadla, que
es propia la sierra, y por mas variada que sea en tamao y figura, con-
stituye una sola especie, como Putnam y Day lo han demostrado.*) Jamas
se ha comprobado, que la Prefiadilla viva tambin en aguas subterrneas,
ni ^que carezca de la vista. No volveremos aqui al mito geolgico, que le
vali su nombre de Pimelodus Cyclopum (vase pg. 349).
En las provincias litorales el pescado forma uno de los alimentos prin-
cipales y mejores de la problacion. Hay pejes que viven solo en el mar
en los esteros de agua salada, otros que se encuentran solo en agua dulce,
y otros que prefieren el agua salobre viven indistintamente en la salada
y en la dulce. En el ltimo caso, en que se hallan, por ejemplo, la Corbina,
el Rbalo, la Lisa, Jos individuos que se pescan en agua marina, son mucho
mas sabrosos que los del agua dulce. Es muy notable, que algunos de los
pejes grandes del mar, como el Tiburn y el Pes-espada, suben en los rios
hasta las montaas. De la ltima especie se cojieron en Daule y en Bo-
degas algunos, cuyas espadas, mejor dicho sierras, midieron mas de un
metro de largo; yo mismo encontr uno mediano en el rio Peripa, 20 leguas
arriba de Balzar. Sabido es, cuanto abunda la cria del Tiburn en el rio
Guayas, donde se llama Cazn de leche y se come. Ademas de los nom-
brados se venden en la plaza de Guayaquil los siguientes: Ciego, Barbudo,
Bagre, Dama, Vieja, Bocachico, Lenguado, Sbalo y otros mas raros, no
hablando de las muchas clases que se cojen afuera en la costa del mar y
en las islas de Galpagos, que son riqusimas en pescado exquisito. Hasta

*) E. Whymper, Trav. am. the great Andes f the' Equator; pg. 25155; y el
Apndice suplementario de la misma olora, pg. 137.
LA FAUNA DEL ECUADOR. 463

ahora .no se ha hecho, un estudio cientfico de los peces del Ecuador occi-
dental; el zologo que algun dia lo emprenda, tendr una cosecha abun-
dante y encontrar probablemente muchas especies nuevas. Mas rica en
peces es todava la regin del Oriente, donde el Maraon comunica su
abundancia los tributarios grandes, Segn Agassiz el Amazonas alberga
mas especies de peces, que ningn otro rio del mundo.

V. Animales Evertebrados.
Cuanto mas bajamos en la escala zoolgica, tanto mas numerosas son
las clases y los rdenes, y si quisiramos entrar en la revista de todas las
familias, esto seria para no acabar nunca.
Io. La clase de los insectos por si sola es tan grande, que su de-
scripcin llenara un tomo grueso. El Ecuador rene de todos los rdenes
los representantes mas grandes y brillantes, pero al mismo tiempo los mas
nocivos y venenosos. De ellos vale lo que hemos advertido respecto los
pjaros y reptiles: cuanto mas caliente es la regin, tanto mas grandes,
frecuentes y hermosos son los insectos; en las zonas altas y fras llevan
vestidos mas modestos y se acercan sus parientes de los paises extra-
tropicales. Muy pocas especies viven en todas las zonas, y la mayor parte
tienen una extensin vertical muy limitada, como ciertas plantas, de manera
que el observador puede formarse con tales especies localizadas una escala
hipsomtrica bastante exacta, sobre todo si agrega algunas plantas carac-
tersticas, que se hallan siempre juntas con ellas. Una determinada distri-
bucin geogrfica se manifiesta en todos los rdenes de insectos, pero en
ninguno es mas fcil de observar que en l de los Lepidpteros diurnos
(Mariposas). De mas de 500 especies, que poco poco recoj en mis viajes
(sin contrar las nocturnas y crepuscularias), unas dos docenas me servan
como de barmetro, y me divertia adivinando de su aparicin las alturas
aproximativas en que me hallaba. En algunos aos ciertas especies de
mariposas se aumantan tanto que llegan ser una verdadera plaga parala
agricultura, no en su estado perfecto sino en el de larva. As observ en
Febrero de 1883 una migracin de mariposas en la costa de Manab, cerca
del Cabo Pasado. Durante mas de ocho dias pasaron nubes de mariposas
desde las 7 de la maana hasta las 5 de la tarde del Sur al Norte; de
noche descansaron sobre la tierra, poniendo al mismo tiempo sus huevillos.
De estos no tardaron de salir las pequeas orugas, que en pocos dias con-
virtieron los potreros, especialmente los de Janeiro, en pampa rasa, inva-
dieron hasta las plantaciones de caa de azcar. Los enjambres se com-
pusieron solo de dos especies, de una mariposa grande blanca (Pieris sp.),
4P>4 GEOGEAFA BOTNICA Y ZOOL&ICA. CAPITULO II.

que siempre es comn, y de la Libytliaea Carinenta, que en otros aos no


es frecuente.
Del orden de los Colepteros (Escarabajos) tambin hay algunos muy
nocivos, como, por ejemplo, la Calandra palmanim, cuya larva grande y
gruesa como un dedo, llamada gusano de las palmas, destruye los palmares
de coco, comiendo la mdula tierna debajo de los cogollos. Otros llaman
la atencin por lo gigantesco estrao de sus formas, como el Dynastes
Hercules, con sus formidables tenazas, cuyo cuerpo mide 5 pulgadas; otros
por lo brillante de sus alas, de que los salvajes hacen adornos primorosos,
p. ej. Buprestis gigantea; otros por la suave luz fosforecente que despiden
de noche, como los Cucuyes y las Candelillas. Se conocen en el mundo mas
de 90,000 especies de Colepteros, y de ellos existen en el Ecuador lo
menos 8000.
El orden de los Hymenpteros se distingue mas bien por el gran nmero de
individuos que por el de especies. Al lado de algunas muy molestosas, como
son las Avispas, Moquiaas, Cubos, Abejones etc. tenemos tambin algunas
tiles, es decir, varias especies de Abejas silvestres, que dan buena cera y
buena miel. Se puede criarlas cerca de las casas en colmenas, como las
abejas domsticas de Europa. Son algo mas pequeas que estas, y llevan
la ventaja de que pican rara vez y no tan duro. Al mismo orden pertene-
cen las Hormigas. Poco numerosas en la sierra, llegan ser una plaga
grande en las regiones calientes, desde las especies pequeas (locas) que
invaden las casas, hasta las grandes (cargaderas) que devastan los jardines
y los campos. Sinembargo, hacindoles justicia debemos decir, que estos
ejrcitos de hormigas limpian las casas y destruyen una multitud de ani-
males nocivos mucho mas grandes que ellas mismas, y si conociramos bien
su vida y sus costumbres, talvez resultaria ser mayor la utilidad que el
dao que ocasionan.
Los Dpteros constituyen el orden mas odioso de los insectos, lo menos
segn nuestro corto entendimiento; pues aqu se renen cuantos bichos nos
quitan el sueo y la tranquilidad: Tbanos, Moscas, Zancudos, Jejenes, Manta-
blancas, Mosquitos de toda clase, y por aadidura Pulgas y Niguas. La plaga
de los mosquitos se considera comunmente, no sin razn, por los viajeros
y los indgenas como una de las plagas mas grandes y mas insoportables
de las regiones tropicales. Sinembargo se debe decir, que el Ecuador bajo
este punto de vista no pertenece los pases peores del mundo. La mayor
parte de los mosquitos molestosos ya desaparecen la altura de 300
400 metros, en la regin subtropical son muy raros, y en la interandina
faltan completamente. En las costas frescas de St a . Elena y de Manab
escasean igualmente, de manera que la plaga queda reducida casi la
LA EAUNA DEL ECADK. /' . 465

regin baja y hmeda. Los manglares, las tembladeras y las montaas; en


la estacin de las lluvias, son los sitios mas expuestos y. verdaderamente
temibles. Aqu no sirve otra cosa sino paciencia y resignacin de dia, y
un buen mosquitero de noche. <..." .
El pequeo orden de los Neurpteros contiene animalitos innocuos y
hasta tiles, como las graciosas Liblulas (vulgarmente Chapuletas), que
cazan mosquitos. Solo los Termitas Comejenes (Termes sp.) son fatales.
En tamao y forma parecen las hormigas y viven tambin sociales como
estas. la entrada del invierno dejan los insectos recien desarrollados sus
escondrijos, y por las tardes y noches cruzan por millardes la atmsfera
formando enjambres densos y molestando la gente en las casas. Despus
de pocas horas de fandango botan sus alas, y huyendo en adelante de la
luz, se eseonden entre los muebles, libros,.ropa etc. y comienzan.luego su
oficio funesto de corroer y destruir todo cuanto encuentran, desde la madera
mas dura hasta el papel de seda. Los Comejenes son los enemigos mortales
de los biblifilos, de los anticuarios, de los archvanos y escribanos, de los
coleccionistas; ellos son la causa principal, de que en todo; l litoral no
existen archivos antiguos ni documentos histricos. En poco tiempo pueden
destruir el mueblaje lujoso de una. casa, y. aun la casa entera, minando y
excavando todas las maderas de tal modo, que quedafinalmente"un pellejo
delgadsimo superficial, que cede la presin de un dedo. -^ En la destruc-
cin de la ropa el comejn tiene algunos asociados, especialmente la.Polilla,
con cuyo nombre se designa las larvas de una pequea mariposa nocturna
(Tinea sp.), y tambin, sobre todo en el litoral, otro aimalito, parecido
un pejecito muy chico, con escamitas lustrosas, que es el Lepisma, y ya
pertenece al orden siguiente. .-...'
Los Ortpteros mas notables podemos dividir en saltadores y corredores.
los primeros pertenecen las muchas especies de Langostos (Caballitos) y
Grillos.. Aquellas llegan veces en el litoral y en algunas partes templa-
das de la regin interandina ser una plaga temible para la agricultura.
Pero felizmente las invasiones de la langosta no se repite con tanta frecuen-
cia, como en algunas partes del frica y de la Europa meridional. De
Cucarrchas tenemos varias especies indgenas. La grande, que ocasiona
tanta molestia en las casas, es la Periplaneta americana, que desempea
exactamente el mismo papel que la P? orientlis en las Indias orientales.
Ambas especies fueron introducidas por los buques en Europa, y s'. aclima-
taron por desgracia muy bien. A los ortpteros corredores pertenecen al-
gunos insectos del monte con formas muy extravagantes, algunos con alas,
como el Phyllium que parece una hoja seca, y las especies de Mantis.y:
Empusa; otros sin alas, Bacteria y Phasma, parecindose palitos delgados
WOLP, Ecuador. 30
466 GEOGEAFA BOTNICA Y -ZOOLGICA. CAPITULO II.

con seis patas largas. Una especie, bastante comn en el litoral, llega
6 pulgadas de largo.
Los Hempteros forman el ltimo y mas asqueroso orden de los insectos.
Los Chinches y Piojos no son animales simpticos, y aunque entre los pri-
meros, hay algunas especies grandes en el monte, y de brillantes colores,
siempre ofenden el olfato, mientras que halagan la vista. Tenemos en
el.Ecuador, en aguas estancadas, la aCucarracha de agua, Nepa granis,
que es el Hemptero mas grande del mundo, y mide 4 pulgadas de
largo. En cuanto los piojos, sus variedades y costumbres mejor no
menearlo!
2o. La clase de los Aracnoideos comprende, ademas de las Araas,
los Alacranes. De los ltimos hay varias especies (Scorpio y Buthus sp.)
grandes y pequeas; su picadura generalmente no es mas dolorosa, ni mas
peligrosa, que la de una avispa grande, y el mejor remedio es el amoniaco
(lcali). Se ha observado, que los alacranes suelen ser tanto mas veneno-
sos, cuanto mas seca es la regin en que viven, por esto son mas temidos
los de Puna y de la costa. Entre las araas hay muy pocas venenosas;
solo las grandes especies de Mygale, que viven en el monte, son de temer,
y su mordedura puede ser fatal. La M. avicularia tiene un cuerpo peludo
de lx/2, y brazos de 2l2 pulgadas, y se dice que mata y chupa hasta pe-
queos pjaros. Otras especies no mucho mas pequeas viven en huecos
de la tierra en parajes secos, tambin en las provincias del interior.
Finalmente mencionar un animalito muy molesto de esta clase, que en al-
gunas partes del litoral se llama Clemba y en otras Coloradillq (Trombi-
dium sp.). Vive originalmente en las plantas del monte y pasa los ani-
males y la gente, ocasionando en las pantorillas y piernas una comezn
terrible, porque se introduce debajo la piel, minndola como un gusanillo.
Se remedia esta plaga con frotaciones de alcohol de limn de amoniaco.
Parientes mas grandes de la Oelemba son las Garrapatas (Amblyomma
americanum), que igualmente pasan de las plantas silvestres los animales
y hombres. Una especie abunda en las islas de Galpagos (isla de Albe-
marle), donde atormenta esos reptiles grandes, cubriendo veces literalmente
toda su piel; y los aceiteros, que se ocupan en la caza de los galpagos,
despus de cada jornada tienen qu emplear una hora en quitarse las garra-
patas, que han pasado sus cuerpos.
3o. La clase de los Crustceos es muy numerosa en la costa y en
el agua salada, viviendo en la dulce muy pocos representantes pequeos.
Aqu tenemos los sabrosos Cangrejos,. Jaibas y Camarones de. varias especies,
y las grandes Langostas del mar (Palinurus frantalis), que abundan especial-
mente en las islas de Galpagos. La playa, del mar es el sitio, donde se
LA FAUNA DEL ECUADOR. 467

puede estudiar la gran variedad y las costumbres curiosas de estos anima-


les astutos.
Inmenso es el campo, que ofrece el Ecuador y su mar al zologo en
las clases inferiores de animales, es decir, de los Vermes, Moluscos, Eadia-
tos, Plipos y Protozoos. Pero ni superficialmente podemos tratarlas una
por lina. Solo aadiremos, que el hombre aprovecha tambin de algunos
de esos mariscos inferiores, especialmente de los Moluscos. Al lado de
buenos Ostiones, que abundan en la costa y en los manglares, se comen
varias otras Bivalvas, como la Almeja, la Pata de burro y algunas mas; de
los Cefalpodos se aprecia el Pulpo y el Calamar (Sepia y Loligo sp.), y de
los caracoles terrestres se come veces el Churo grande (Bulimus Popu-
lairianus), que vive en las montaas del litoral y de la regin subtropical
hasta 1800 metros de altura, y es la especie mas grande del pais. En
la costa de Manab se encuentra la Concha de perla, pero su pesca hasta
ahora no ha sido muy lucrativa. <4S>

Animales domesticados.
La fauna indgena del Ecuador se ha modificado por la intervencin
del hombre, especialmente con la introduccin de un gran nmero de ani-
males domsticos, desde los tiempos de la conquista. Los indios antiguos
criaron solamente las llamas, como animales de carga, los cuyes por la carne,
y en pequea escala algunas aves; ademas tenan el perro, este fiel com-
paero del hombre en todas las zonas de la tierra. Hoy posee el Ecuador,
como toda la Amrica del Sur, los siguientes animales introducidos de
Europa: el caballo y el asno, con sus bastardos los mulares, el ganado va-
cuno, el carnero, la cabra, el cerdo, nuevas razas del perro,, el gato, la gallina,
el pavo real, el pavo ordinario, la paloma, el pato y el ganso. La ltima
ave y algunas otras mas raras, se encuentran por casualidad, y mas bien
como objetos de curiosidad, como tambin algunos pjaros de canto.
Todos los animales nombrados se encuentran tanto en las regiones bajas
y calientes, como en las altas y fras; pero mientras que el ganado yeguar
y vacuno, as como el cerdo, parece indiferente con el clima, el carnero
prefiere las alturas del interior y sufre mucho en los llanos, y la cabra
prspera mejor en las costas secas del litoral.
De la ganadera ecuatoriana se debe decir casi lo mismo que de la
agricultura: se halla en un estado muy primitivo, y si apesar de esto d
buenos resultados, es una seal de que este pais se presta de suyo muy
bien la cria de ganado. En la cria de caballos de silla se observa toda-
va algun cuidado para conservar mejorar las razas, pero casi ninguno en
la eleccin de los toros y carneros. La lana criada en los pramos es de
30*
468 ' GEOGRAFA BOTNICA Y ZOOLGICA. CAPTULO II.

calidad inferior, pero no hay duda, que con la introduccin de las razas de
merinos podria adquirir mucho mas valor. Los pastos son excelentes y la
leche de las vacas magnfica, pero los quesos que se hacen de ella, son con
pocas excepciones de muy mediana, para no decir de mala calidad, y esto
depende nicamente del modo de prepararlos. La fabricacin de queso ne-
cesita de una reforma completa; con un material tan bueno el interior debe-
ra producir quesos iguales los chilenos.
Una gran remora para la mayor extensin de la cria de ganado existe
en la dificultad del trasporte de los animales la costa. Por mas gordos
que salgan de los potreros de Quito y Machachi, llegan estropeados y enfla-
quecidos los puertos de embarque, despus de un penoso viaje de quince
dias. En este punto el ferrocarril andino podr producir efectos magnficos,
y mediante l el Ecuador entrar en competencia con otros pases exporta-
dores de ganado, pues puede producir diez veces mas de lo que necesita
para el consumo interior.
PARTE V.
EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.
Los Espaoles descubrieron las islas de Galpagos en el siglo XVI, pero
como estaban despobladas, no hicieron mucho caso de ellas. Fueron, visi-
tadas frecuentamente por filibusteros y balleneros, y nadie pens en coloni-
zarlas hasta el ao de 1832. El. 12 de Febrero de este ao el Gobierno
ecuatoriano, por iniciativa del General. Jos Villamil, tom posesin formal
de las islas, y ejerci desde entonces su jurisdiccin sobre ellas pacifica-
mente y sin interrupcin. Villamil comenz con mucho entusiasmo colo-
nizar la isla de San Carlos (Charles Island), que llam en honor del General
Flores Isla Floreara, y Darwin encontr al tiempo de su viaje, en Se-
tiembre de 1835, en esta isla un pequeo pueblo con 200. 300 almas. Pero
tiempo hace que de esta colonia ya no existen ni rastros, y su decadencia
rpida se atribuye en primer lugar la circunstancia, de que el Gobierno
hizo de las islas de Galpagos un lugar de deportacin para los criminales,
por lo cual la existencia de la gente honrada pronto se hizo imposible.
Posteriormente las islas quedaban, como antes, solo el objeto de especula-
ciones transitorias,. como del negocio de la orchilla, de la pesca de lobos y
ballenas etc. Los seores Jos Valdizan y Manuel Cobos, los principales
comerciantes de orchilla, fundaron hacia el ao 1870 dos pequeas hacien-
das, el primero en Floreana y el segundo en Chatham. Aquella recay la
nada, despus de la desastrosa muerte de su dueo en 1878, pero esta tom
mas incremento, desde que el seor Cobos en 1879 llev unos cien traba-
jadores y comenz entablar grandes plantos de caa de azcar, que pros-
pera en aquel clima admirablemente. En 1885 tambin el Congreso Nacional
del Ecuador se ocup con las islas de Galpagos, las agreg la provincia
del Guayas, y estableci autoridades con residencia fija en la isla de Chatham,
de manera que la colonia ya vive bajo un rgimen mas ordenado que antes,
y promete seguir el camino de prosperidad.
470 EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.

Se puede decir, que en el mundo cientfico fueron introducidas estas islas


por Darwin, cuyas noticias de su flora, fauna y geologa llamaron en alto
grado la atencin de los naturalistas. Quien no lee con inters sus des-
cripciones de aquellas islas volcnicas, en que miles de crteres se han acu-
mulado en un espacio relativamente pequeo, de los interesantes gneros de
plantas y animales, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo,
y de que algunos recuerdan las antiguas pocas geolgicas? Varios natura-
listas han visitado despus de Darwin las islas de Galpagos, lo menos
una que otra de ellas, pero una exploracin sistemtica de todas y bajo todos
los puntos de vista cientficos, falta, todava. Yo he tenido la fortuna de
conocerlas casi todas en dos viajes que emprend en 1875 (AgostoNo-
viembre) y en 1878 (MayoJulio), de manera que puedo hacer la descrip-
cin segn mis propias observaciones.
Topografa y geologa.
El Archipilago de los Galpagos se halla nueve grados, de 500
600 millas nuticas al Oeste de las costas ecuatorianas, y est atravesado por
la linea equinoccial. La masa, principal de las islas y las cinco mayores,
es decir Alternarle, Indefatigable, Narborough, James y Chatham, se hallan
entre dicha linea y el primer grado de latitud austral; solo las tres pequeas
de Abingdon, Bindloe y Toiver caen al Norte de la linea, y dos no mucho
mas grandes, Charles (Moreana) y Hood, al Sur del primer grado austral.
Comunmente se cuentan trece islas, aadiendo las que acabo de nom-
brar, las de Barrington, Ditncan y Jervis. Ademas existen numerosos is-
lotes menores rodeando las islas grandes, y dos de ellos, llamados Wenman
y (Mpepper, se hallan 27 leguas al NO de Abingdon (ya no son visibles en
mi mapa).
El dimetro longitudinal del Archipilago, desde Chatham hasta Nar-
borough, mide 53 leguas, y el latitudinal desde Floreana hasta Abingdon,
41 leguas; de manera que estas islas se hallan esparcidas sobre una rea
del Ocano Pacfico de mas de 2000 leguas cuadradas; sinembargo, reunidas
todas en un solo cuerpo formaran apenas 240 leguas cuadradas de tierra
firme. Se v, cuan exagerado era el clculo de los que daban al archipi-
lago 800 leguas cuadradas de tierra. Albemarle mide 138 leguas cuadradas,
Indefatigable 33, Narborough 21, James (Santiago) 18Va, Chatham 14, Flo-
reana 4 V3, y todas las dems islas islotes juntos unas 11 leguas cuadradas.*)
Uno de los ltimos Congresos Nacionales del Ecuador ha cambiado los
nombres de las islas, que se encuentran en los mapas martimos, renovando

*) Vase tambin pg. 12 y 13.


TOPOGRAFA Y GEOLOGA. 471
en parte los antiguos, que los espaoles les haban dado. He agregado en
mi mapa esta nomenclatura, pero aqu en el texto, para ser comprendido
mejor, he preferido usar de los nombres (ya ingleses, ya castellanos) que
mas se usan, tambin entre los ecuatorianos.

En otra ocasin*) he demostrado, que el Archipilago de los Galpagos


se halla situado en la gran corriente antartica, llamada de Per de Hum-
boldt, que abandona en el Cabo Blanco la costa y pasa al NO. A conse-
cuencia de esta posicin las corrientes del mar entre las islas y en su ve-
cindad son muy fuertes y siguen constantamente la direccin de SE NO,
con pocas excepciones locales, que se explican por la configuracin de las
islas y pueden considerarse como remolinos. Dichas corrientes son un gran
obstculo para la navegacin vela, especialmente en los meses de calma
(Enero hasta fines de Mayo), y para marineros menos familiarizados con
esta regin. Hay ejemplos de que un buque gast 30 40 dias para cruzar
de una isla otra vecina, cuando falta el viento, mientras qu en otras
ocasiones y con viento favorable hace el viaje en pocas horas. Recuerdo,
que en un viaje con el Seor Valdizan gastamos en 1878 cinco dias en
doblar la Punta norte de Albemarle, lo que se hace con viento favorable en
una hora. Buques y lanchas vapor son los vehculos mas propsito,
tanto para la comunicacin con la costa, cuanto para la de las islas entre
si. No es necesario que los vapores sean muy grandes, porque la mar es
regularmente mansa, raras son las ocasiones, en que no se pudiera cruzarla
en botes abiertos.
Una consecuencia natural de la direccin de las corrientes del mar y
de los vientos reinantes de SE NO, es que todas las costas orientales de
las islas son escarpadas, peascosas, llenas de arrecifes, y casi inaccesibles
para los buques, y que los puertos seguros y bahas mansas se encuentran
al lado opuesto, es decir, al occidental. Esto se observa en todas las islas
mayores, principalmente en Ghatham, Eloreana, Santiago y Albemarle. Sor-
prende agradablemente, cuando un buque entra del mar agitado, por ejemplo,
al puerto de Post-office-Bay en Floreana, que parece una taza de leche, y
es sin duda el mejor y mas hermoso puerto en todo el Archipilago.

Estas islas ofrecen uno de los ejemplos mas hermosos de una formacin
exclusivamente volcnica. No se han formado por el despedazamiento de
un terreno mas extenso, ni por separacin del continente sudamericano, ni por
levantamiento del fondo marino, sino simplemente por acumulacin sucesiva

*) Vase pg. 18, y el Supl. No. 6.


472 EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.

de materiales eruptivos, sea por erupciones volcnicas, que al principio


eran submarinas y mas tarde s efectuaron encima del nivel del mar.<48
En ninguna parte se descubre un vestigio de terrenos fundamentales levan^
tados, ni argumentos para suponer grandes hundimientos levantamientos.
Casi todas las islas manifiestan hasta la evidencia, que se agrandaron desde
un punto Central, comunmente un crter principal, por derramamiento de
lava, extendiendo su periferia hacia todos los lados la vez, en un sen-
tido con preferencia, y creciendo al mismo tiempo en altura. Poco poco
se formaron muchos crteres laterales y secundarios al lado del central y
principal. Este procedimiento se manifiesta con mucha claridad en la isla
de Indefatigable (Chaves) y todavia mejor en la de Narborough, cuyo enorme
crter central aun no est apagado del todo. En otros casos dos islas, for-
madas del modo explicado, se reunieron en una por confluencia de sus costas,
la cual recibi de esta manera una figura oblonga. Esto sucedi con se-
guridad en las islas de Albemarle y Chatham, en que las mitades meridio-
nales estn separadas de las setentrionales por istmos bajos. su vez la
mitad norte de Albemarle se form de tres islas, cada una con un enorme
crter central. En el mapa se puede distinguir muy bien estas condiciones
orogrficas tan singulares de las islas, que estn ntimamente relacionadas
con su origen volcnico.
Geolgicamente hablando, las islas de Galpagos son de una formacin
bastante/moderna, y su edad seguramente no recula ms all de la poca
terciaria, siendo muchas partes todava mas modernas y pertenecientes la
formacin geolgica actual. Darwin no exagera diciendo, que hay mas de
2000 crteres volcnicos en las islas, pero casi todas se hallan extinguidos.
Solo en la parte occidental del Archipilago, en Albemarle y Narborough se
manifestaba en tiempos histricos de vez en cuando la actividad volbnica
por erupciones. Los crteres centrales se elevan hasta la altura de 1400 me-
tros, mientras que los laterales y secundarios veces alcanzan solo la de
30 50 metros. Algunos parajes estn sembrados de estos ltimos, como
la piel de uno que ha tenido las viruelas, y presentan el aspecto mas sin-
gular y grotesco que la fantasia puede imaginar: centenares de fraguas ci-
clpicas edificadas'de enormes trozos de la lava mas spera y negra; entre
las rocas quemadas tal cual tronco corpulento de un espino de una tuna;
por aqu un monstruo de galpago, qu mueve sus miembros deformes con
un flema admirable, por all un grupo de las feas y extraas iguanas ma-
rinas, que s asolean.. Todo en esta naturaleza es extravagante y raro, pero
las partes inorgnicas y orgnicas del cuadro estn en perfecta armona entre
si, y veces recuerdan vivamente los paisajes antediluvianos, cuales los
gelogos suelen pintar en sus descripciones,de.los fsiles.
TOPOGRAFA Y GEOLOGA. 473
La formacin volcnica del Archipilago no est en ninguna relacin
con la mucho mas grandiosa, que bajo la misma latitud, pero doce grados
mas al Este, forma los Andes de Quito. Las dos se distinguen completa-
mente por sus caracteres petrogrficos: la ltima consta de materiales an-
desticas, como hemos visto en su lugar, y las islas de Galpagos se com-
ponen en su totalidad de rocas baslticas.
Se puede distinguir una formacin mas antigua y otra mas moderna..
La primera consta de tobas y areniscas volcnicas, que se llaman Palago-
nitas, y se limita la regin baja de las islas. -" Hasta el lego en geologa
notar; al acercarse las islas, una diferencia en el aspecto exterior de las
montaas: de en medio de los campos de lava negra, que se extienden
lo largo de las costas, se levantan cerros con la forma de herradura media-

luna, y de colores claros, que ya de lejos dan conocer una especi d


estratificacin. Al examinarlos de cerca, resultan ser crteres de toba vol-
cnica fragmentos de ellos. Muy tpicos se presentan tals cerros sobre
^ . . .
la mitad setentrional de Chatham; ademas se encuentran al lado norte y
este de la isla Floreana, donde componen la Punta de Cormorant y los is-
lotes Ederby, GaldwU y Gardner; en varios puntos d las costas de Inde-
fatigable y de Santiago; pero en la escala mas grande en la costa occidental
de Albemarle, especialmente en la ensenada de Tagus, enfrente de Narborough,
y en l Cabo de Berkeley. No se puede dudar de que los puntos aislados
de la formacin de tobas palagonticas estn en conexin entre si debajo de
la cubierta de lavas recientes, debajo del mar. Ella es el fundamento
mas antiguo de las islas, hoy dia visible en pocos puntos y en parte des-
truido por la accin del mar.
Aunque en general se puede decir, que la formacin de las palagonitas
474 E L A R C H I P I L A G O D E GALPAGOS.

era la precursora de la formacin moderna de las lavas baslticas, no por


esto su conexin es tan ntima, que los antiguos crteres de toba hubiesen
servido de camino las erupciones modernas. Al contrario, estas se han
verificado en apariencia del todo independientes. Conozco solamente dos
puntos, en que conos de erupcin de lava escoricea se encuentran en los
crteres antiguos de toba; uno es la Punta de Cormorant en la isla de
Floreana, y el otro se halla en una punta del Cabo de Berkeley en Albe-
marle. Pero en ambas localidades hay tantos filones de lava y puntos de
erupcin, que seria de admirar si no hubiese caido uno que otro dentro de
un crter antiguo. Hay algunos cuyo interior est inundado por lava es-
coricea, as en Chatham (vase la figura 39) y cerca de la ensenada de
Tagus; pero se observa, que esta lava no sali de los crteres, sino que

Fig. 40. Jja Punta de Cormorant en la isla Floreana, vista de NO.

entr en ellos por aberturas laterales, desde los campos extensos de lava
que los rodean.
Por mas interesante que sea la formacin antigua de las palagonitas
para el gelogo, hallndose en escala tan reducida tiene poco inters en el
campo de la prctica. La inmensa mayora del terreno del Archipilago se
compone de la formacin segunda moderna de las tovas baslticas. Ver-
dad es, que el terreno de la zona inferior de las islas presenta un aspecto
muy diferente del de la zona superior; pero la observacin exacta y algunas
reflexiones sencillas nos convencen, de que toda la diferencia aparente y
exterior es debida nicamente las diferentes condiciones climatolgicas en
que se hallan las dos zonas verticales. En la regin rida, en que la in-
fluencia destructora de la atmsfera por la falta de humedad es casi nula
lo menos muy insignificante, las rocas quedan por millares de aos tan
frescas intactas, como en el dia de su erupcin. De aqu esos inmensos
TOPOGBAFA T GEOLOGA. 475
campos de lava negra con la superficie sumamente spera y de naturaleza
vidriosa y escoricea, que dificulta tanto la comunicacin entre los lugares
mas cercanos, hasta hacerla veces imposible; de aqu esos centenares d
pequeos crteres de erupcin, que conservan los picos, agujas y dems
formas caprichosas de sus bordes tan frescas, como si ayer hubiesen nacido,
y que recuerdan los volcanes de la luna, cuyos contornos afilados suelen
explicarse tambin por la falta de influjos atmosfricos sobre aquel astro.
Pero en la zona superior los mismos materiales volcnicos se descomponen
rpidamente por la gran humedad que reina all merced las continuas
nieblas, garas y lluvias. Los contornos irregulares y speros de los vol-
canes se redondean, los crteres se borran y se rellenan, de la lava basl-
tica se forma por la descomposicin qumica una tierra arcillosa rojiza, la

Flg. 41. Una corriente de lava basltica oon grandes ampollas reventadas. Isla de Ch&tham, lado NO

cual, mezclada con los restos podridos de la vegetacin, d un terreno ex-


celente para los pastos naturales y capaz del cultivo. La vegetacin misma
contribuye en la regin superior la pronta descomposicin de las rocas
por la influencia qumica y mecnica de sus raices sobre ellas. Algunas
veces he seguido el camino de corrientes de lava muy largas, que de la
regin superior llegan la inferior, y pude convencerme hasta la evidencia,
de que nicamente la humedad produce la diferencia del suelo en las dos
zonas: sobre la misma corriente de lava se podra cultivar un jardn arriba,
y abajo se trepa con dificultad sobre sus frescos pedregones. Observando
las islas de lejos, se v que de los volcanes altos salen, como radios de un
centro, largas y anchas fajas negras- hacia las playas del mar; estas son
las corrientes de lava. Todas son frescas en sus partes inferiores, pero
muchas parecen perderse hacia arriba, porque all ya estn cubiertas de
476 E L AECHIPILAGO DE GALPAGOS.

vegetacin, y las que siguen con la misma frescura hasta la cumbre del
volcan, son seguramente muy modernas, de manera que la humedad todava
no tenia bastante tiempo para atacar y descomponerlas. En efecto, se en-
cuentran tales corrientes frescas especialmente en Albemarle y en Narborough,
donde hay todava volcanes activos. Cuando en la zona inferior encontra-
mos una lava en estado de descomposicin (que por lo dems nunca es tan
perfecta como en la superior), podemos concluir qu es antigusima y de
las primitivas de las islas.

En relacin directa con la formacin volcnica de las islas est la


escase de agua dulce en ellas. La lava porosa y llena de grietas traga
inmediatamente los precipitados atmosfricos en la zona inferior, y solo en
la superior, en donde se ha transformado en una tierra arcillosa, las aguas
superficiales pueden recojerse en lagunas y pantanos correr en riachuelos.
Ninguna de las islas tiene un rio verdadero, que merezca este nombre. Un
arroyo muy corto (de pocas cuadras), que he visto en Floreana cerca de la
antigua hacienda, y otro en la parte superior de Chatham son insignificantes
y se secan, cuando en un ao escasean las lluvias. Lo mismo sucede con
las pequeas lagunas de las altiplanicies, de manera que en ciertas pocas
de sequa el ganado padece mucho por la escasez de agua.
En la regin baja y rida se conocen muy pocos y escasos manantiales,
que tienen su origen subterrneo en la zona alta; ademas hay algunos pozos
hechos en as cercanas de las orillas del mar, que subministran una agua
nly salobre. El inconveniente de la escasez de agua dulce se podria
remediar haciendo albarradas espaciosas en la regin alta, donde la natu-
raleza del terreno y su configuracin lo permiten, y aumentando los pozos
en la regin baja y media. Los ya conocidos se podria ensanchar y pro-
fundizar, otros nuevos se debera buscar y abrir en lugares convenientes,
donde segn los principios de la geologa hay esperanza de encontrarlos.
De la descripcin geolgica de. las islas ya se puede deducir, que en
ellas no hay que buscar tesoros minerales; pues las regiones volcnicas en
todo el mundo son escasas en minerales explotables. Debo contradecir
expresamente los rumores, de que existan all depsitos de carbn de
piedra y hasta metales. Mi segundo viaje tenia el objeto particular de bus-
car el guano de las islas, de que se hablaba tanto en aquella poca (1878).
En ninguna de las islas encontr guano, ni fosfatos, y no me sorprendi
ste resultado negativo, que habia esperado de antemano, en atencin del
clima y de las fuertes lluvias de invierno. En la costa occidental de Cha-
tham se halla una formacin pequea y superficial de carbonato de cal
(piedra caliza), que en los ltimos tiempos fu objeto de. explotacin; pues
EL CLIMA. 477

el mineral quemado d una cal regular, que se exporta Guayaquil. Sal


marina hay mucha en las islas y se podra explotar las salinas naturales y
las artificiales que se abriesen en las playas del mar, si este artculo no
fuera tan abundante en nuestras costas continentales. De todos modos se
podr aprovechar de la sal de las islas en la industria de la pesquera,
cuando esta tome mayor incremento, como es de desearlo.

E l clima.
El clima de las islas de Galpagos es uno de los mas sanos y agradables
del mundo. No volver en este lugar tratar del gran influjo que ejerce
la corriente antartica del mar sobre el clima de las costas de Chile y del
Per y aun de las costas meridionales del Ecuador en los cantones de
Santa Elena y de Montecristi. Si esta influencia en los lugares ltimamente
nombrados es todava tan notable, apesar de la preponderancia de un fuerte
clima continental, cuan poderosa no ser en unas islas ocenicas, rodeadas
de todas partes del elemento refrigerante?
Dos causas bajan la temperatura en las islas de Galpagos: la primera
es general y comn todas las islas ocenicas, es decir su posicin aislada
en medio de una inmensa superficie de agua. Un clima insular siempre es
mas mitigado que un clima continental bajo la misma latitud. En los pases
polares el mar sube la temperatura de las islas, y en las regiones inter-
tropicales refresca su clima. Pero en nuestro Archipilago sobreviene la
segunda causa puramente local; es decir, su posicin en medio de una gran
corriente de aguas fras.
El mar de las islas tiene la temperatura de 23 C.*), y la atmsfera
sobre el mar la de 21 23, en trmino medio la de 22 C , quiere decir,
un grado menos que el agua. La misma temperatura de 22 C. es la media
de las regiones bajas de las islas, hasta unos 100 metros de altura aproxi-
mativamente. Verdad es, que en tierra la variacin diaria del termmetro
es mas considerable que sobre el mar, siendo los dias mas calurosos y las -
noches mas fras. En la casa de Valdizan, que se hallaba en la isla
Floreana la altura de 133 metros, hice durante muchos dias una serie de
observaciones termomtricas, y result para esta localidad la temperatura
media de solo 20 C. En la hacienda del mismo seor, que se hallaba mas
arriba en una altiplanicie, la altura de 277 metros, el termmetro variaba
entre 18 y 19 grados. El agua del manantial al lado de la casa inferior
(133 met.) tiene 18 C. de temperatura, que manifiesta su origen de los

*) Solo al Oeste de Albemarle y oerea de Narborough encontr la temperatura de


22 C, y en la baha de St*. Isabel (Elizabeth Bay) med la de 21 C.
478 ETJ A B C H I P I I A O O D E GALPAGOS.

cerros altos de la isla. En la hacienda de la isla de Chatham que se halla


~la altura de 288 metros, observ durante 10 di as una temperatura media
de 19 grados; en las pampas de la misma isla, que tienen entre 300 y 400
metros de altura, reina la temperatura media de 18 C , y sobre el cerro de
San Joaqun, que es el punto mas alto de la isla de Chatham, con la altura
de 712 metros, vi bajar el termmetro, medioda, hasta 14 C. (fuerte
viento monzn de SE, niebla densa en la copa del cerro).
Las observaciones termomtricas, que hice en todas las islas y en
diferentes alturas, son demasiado aisladas, para poder deducir de ellas con
toda exactidud la temperatura media de los lugares respectivos, pero estn
acordes con las indicadas y creo que no me equivocar mucho, atribuyendo
la zona litoral de las islas (de 0 200 m. de alt.) la temperatura media
de 21 22 C , y la regin montaosa (de 200 1000 m. de alt.) la de
20 17 C. Ciertamente, atendiendo la posicin geogrfica de estas
islas debajo de la linea equinoccial, se debe decir, que su temperatura es
muy baja, y ademas se observa que decrece pronto con la altura, disminuyn-
dose cada 100 metros de elevacin de 1 2 grados, segn las circun-
stancias locales mas menos rpidamente.
Despus de la temperatura, es la humedad relativa de la atmsfera, en
conexin con el cambio de las estaciones seca y hmeda, la que determina
el carcter de un clima en las regiones tropicales. Respecto este punto,
desde luego tenemos que distinguir en las islas de Galpagos dos zonas bien
marcadas: una baja y seca, y otra alta y hmeda. Esta notable diferencia
es la consecuencia de las condiciones fsicas y climatolgicas muy parti-
culares que reinan en las islas, y por las cuales en las regiones bajas no
se forman precipitados atmosfricos sino rara vez y en corta cantidad, entre
tanto que abundan en las regiones altas.
La zona seca se extiende entre el nivel del mar y la altura de 220
metros, poco ms menos, y ocupa la mayor parte del terreno del Archi-
pilago: solamente las islas ms grandes de Albemarle, Indefatigable, Ja-
mes, Chatham y Ploreana poseen montaas y altiplanicies, que llegan las
alturas, en que reina el clima hmedo. El invierno, la estacin lluviosa,
cae en las islas al mismo tiempo que en nuestras costas, desde Febrero
hasta principios de Junio; pero suele ser ms irregular, ms corto y ms
escaso de agua, y aun hay aos, en los que falta completamente. Este es
el nico tiempo en que algunos aguaceros humedecen el rido terreno de la
regin baja, y en que la escasa vegetacin de ella puede proveer sus rga-
nos de la humedad necesaria; pues la porosidad de las rocas volcnicas,
que forman casi exclusivamente esta regin, deja filtrar el agua de las
lluvias en muy poco tiempo, impide la formacin de manantiales y de
LA VEGETACIN. 479
lagunas. Estas se encuentran solamente en la regin alta, en que las lluvias
del invierno son ms copiosas y un terreno arcilloso favorece su formacin
en muchos lugares. Ademas se puede decir que en esa zona alta llueve
ms en el verano que en el invierno, pues entonces las garas son continuas
y muy fuertes. En el mes de Agosto no pasaba un dia, en Floreana, sin
cuatro cinco garas, y eran tan fuertes en la altiplanicie (270 metr.), que
el camino la hacienda se daaba considerablemente y estaba lleno de lodo.
Rara vez bajaban estas lluvias hasta la casa del seor Valdizan (133 metr.),
eran muy pasajeras y cinco minutos despus el suelo estaba tan seco como
antes.*) Ms abajo, hacia la playa del mar, no caia gota. Durante todo
el tiempo, de nuestro viaje, desde Agosto hasta Noviembre, las montaas de
todas las islas altas estaban continuamente envueltas en nubes y nieblas;
en alto-Chatham no hemos visto el sol en 10 dias y hemos sufrido mucho
por las continuas lluvias, mientras que en la mitad setentrional de esta islaj
que pertenece la regin baja, no caia ni una gota de agua.
El viento (monzn) sopla casi siempre del Sureste, y como trae los
vapores acuosos que se condensan en las montaas mas altas, este lado de
las islas es el mas hmedo, y la zona hmeda suele extenderse en l hasta
40 y 70 metros mas abajo que en el opuesto.

La vegetacin.
Las plantas de un pais cualquiera estn en ntima relacin con.su clima.
As sucede tambin en las islas de Galpagos. La vegetacin es totalmente
distinta en las dos zonas verticales que hemos distinguido, y no es preciso
ser botnico, para advertir desde luego esta diferencia esencial entre las
plantas de la zona baja y seca y las de la regin alta y hmeda; apenas
se encontrar una docena de especies vegetales (indgenas), que sean co-
munes ambas zonas. La diferencia hipsomtrica entre ellas es tan in-
significante, como hemos visto, que por ella sola, por la temperatura
disminuida, n puede explicarse un cambio tan completo en la vegetacin;
pero la falta la abundancia de humedad es, s, una circunstancia suma-
mente poderosa. Con algunos rasgos ligeros caracterizaremos las dos zonas,
sin entrar en muchas particularidades botnicas.
JEn la tona inferior (0200 metr.) la vegetacin cubre el suelo imper-
fectamente; por todas partes se descubren las speras lavas de color negro,
pardo rojizo entre los raquticos arbustos, que reemplazan la vegetacin

*) En varias noches claras, que precedieron al plenilunio, observaba durante las


garas el fenmeno del arco-iris (lunar) con una rara perfeccin y hermosura; pero de
los siete colores solamente el amarillo, verde y rosado se distinguian bien.
480 E L A R C H I P I L A G O B E GALPAGOS.

arbrea. Todos esos arbustos se distinguen por la escasez de su follaje, y


las hojas son menudas y tienen, como tambin las ramas, un color ceni-
ciento blanquizco; sus flores pequeas no son nada vistosas. Al principio
se podria creer, que los arbustos haban perdido sus hojas por la sequedad
del verano, como sucede en-los bosques de nuestras costas, pero no es as;
inspeccionndolos bien, se observa que la mayor parte de ellos no solamente
poseen hojas, sino tambin flores, y en el invierno no cambian mucho de
aspecto. Esta menudencia y escasez de los rganos vegetativos pertenece
su carcter esencial y es una prvida acomodacin al clima rido, en que
las.plantas no pueden prodigar la sabia en grandes y suculentas1 hojas.
Una Lantana, dos tres especies de Crotn, otras tantas de Euphorbia y
algunas Syngymsias: h aqu los representantes principales de esta pobre
flora. Entre los arbutetos se levanta por aqu y por all un Algarrobo un
Palo santo 20 30 pies. La misma altura alcanzan los Espinos (Creus)
y las Tunas (Opuntia), que prefieren los lugares ms secos y estriles, en
donde ningn otro vegetal podra sustentarse, coronando muchas veces las
caprichosas y erizadas, mrgenes de los crteres. La vegetacin herbcea
no es menos pobre, y se reduce algunos mechones de paja seca (Gram-
neas y Cypereeas) y una que. otra, yerbecita malograda. Pero hay extensos
parajes (p. ej. en Albemarle de muchas leguas cuadradas) completamente
desiertos, en que el suelo se presenta como pavimentado de enormes pedrones
de layaj.y no se descubre ninguna planta, except algunos Espinos aislados,
que sin duda atraen la humedad de la atmsfera, pues no se; comprende,
cmo- podran recibirla suficientemente por sus races, clavadas entre las
rajaduras de la lava desnuda, que durante el dia en los soles se calienta
como un horno. Los suculentos troncos y ramas de los citados Espinos son
verdaderos depsitos de agua en estos desiertos; sus hermosas frutas colora-
das son muy agradables, mientras que las de las Tunas son inspidas; pero
mas que una vez apagu la sed con el jugo de sus hojas tiernas- La
Orchilla (un liquen del gnero Rocella), que en estas islas por muchos aos
formaba el artculo de exportacin mas interesante, se encuentra exclusiva-
mente en la. regin inferior de que hablamos, hasta 100 metros de altura.
Este vegetal crece con preferencia en las rocas y en los arbustos, que estn
expuestos los vientos marinos, y se puede decir, qu vive del- aliento del
ocano.'
En la altura d 200 metros la vegetacin conserva todava el carcter
general que acabamos de describir, hacindose solamente algo mas robusta
y espesa; los Espinos y las Tunas desaparecen poco poco, y algunas
otras plantas ocupan su lugar; los rboles del Algarrobo y del Palo santo
son ms altos; y de sus ramos cuelgan las largas barbas de la Usnea (una
LA VEGETACIN. 481
especie de liquen), indicando un grado ms alto de humedad atmosfrica.
Esta Usnea se distingue por su frecuencia y su color blanco grandes
distancias, y caracteriza muy bien la angosta sona de transicin entre la
seca y hmeda, que podemos poner entre 200 y 240 metros de altura.
Encima de ella se cambia de repente y como por encanto todo el aspecto
de la vegetacin.
En la regin superior el suelo hmedo est cubierto de un csped siempre
verde de gramas y otras yerbas, los bosques ofrecen bastante variedad de
rboles y arbustos, igualmente de un hermoso y eterno verdor. Eos rboles
iio son muy altos ni corpulentos, pero si coposos; los mas frecuentes y
mas interesantes pertenece una Guayabita (Psidium), cuyas frutas, del tamao
de una cereza, son comestibles aunque algo agrias; dos especies de -Lechoso-
(Syngynesias) de una talla muy esbelta y lozana, de cuyos troncos destila
una resina un blsamo muy recomendado en las cortaduras y otras heri-
das; ademas un rbol muy interesante de la familia de las Sanguisorbceas,
que recuerda las Polylepis de la regin andina del Continente. No enumera-
remos ms especies, y diremos solamente, que cualquiera que conzcala
flora ecuatoriana, advertir la gran analoga que presenta esta vegetacin
con la de los bosques en los pramos, analoga que resalta todava ms
los ojos al contemplar los musgos y liqenes que cubren los troncos y ra-
mos de los rboles, y los helchos. De estos ltimos he recogido seis
especies, que se encuentran tambin en las faldas del Pichincha. El bo-
tnico, se podra creer ms bien en la altura de 3000 que en la de 300
metros. Tambin las pampas extensas, cubiertas de paja gruesa, que en las
islas se encuentran de 600 700 metros de elevacin, recuerdan bajo muchos
respectos los pajonales y pramos de los Andes.
No se oculta al observador atento, que la flora de las islas de Gal-
pagos lleva en general el tipo americano, tanto respecto la afinidad bot-
nica de los gneros y de las especies, cuanto en su hbito exterior. Las
particularidades que la distinguen primera vista de la flora del Continente,
consisten en la pequenez de los rganos foliceos, en la falta de hermosas
flores, en la escasez de epfitas y parsitas, y en la ausencia de las lianas
y enredaderas. La hermosura de los bosques sudamericanos consiste en
gran parte en el primeroso y gigantesco follaje de las Monocotyledneas,
por ejemplo, de las Palmas, Musceas, Zingiberceas, Arodeas etc.; todas
estas familias faltan. Relativamente al punto segundo puedo asegurar, que
en todo el Archipilago no he encontrado ninguna flor, que por su hermo-
sura forma particular llamara la atencin. Las epfitas, adorno especial
de nuestros bosques, estn representadas por dos Bromeliceas y dos Or-
qudeas insignificantes. Cierto es, que aun los pramos del Continente
Wor, Sonador. 31
482 EL ABCHIMLAGO DE GALPAGOS.

presentan mayor nmero de formas tropicales, que esas islas, y que la


primera impresin que se recibe ala llegada y contemplndolas desde alguna
distancia, es la de un pas extra-tropical, para no decir rtico. Y esta par-
ticularidad no se explica suficientemente por el clima solo, sobretodo, si
aadimos, que la mayor parte de las plantas fanergamas son endmicas
propias de este Archipilago, es decir, que no se encuentran en ningn otro
pais del mundo. Estamos todava lejos de conocer todas las.plantas, de las
islas de Galpagos. Mis colecciones bastante completas, contenan mas de.
400 especies. Anteriormente se han ocupado con esta flora J. Hooker y
Anderson; este ltimo cuenta en las 5 islas mayores 374 plantas vasculares,
y de ellas mas de la mitad, es decir, 190 son endmicas propias al Archi-
pilago. Las no endmicas son inmigradas del Continente, pues se encuentran
todas tambin en las costas ecuatorianas y colombianas entre Guayaquil y
Panam. Lo curioso es, que cada isla tiene sus especies endmicas propias,
que no pasan las otras, por mas cercanas que se hallen. Es el mismo
fenmeno que se observa en algunas clases de animales.
En donde quiera que el suelo no es demasiado pedregoso, y que no le
falta la humedad necesaria, es muy feraz y se presta al cultivo de los pro-
ductos mas variados. Es lstima, que estas condiciones favorables se hallan
en regiones tan reducidas, y que la rida zona inferior carece completa-
mente de ellas. Propiamente solo la zona mas arriba de .250 metros se
presta la horticultura y agricultura, y toda la inferior se debe calificar
como incultivable.
Hoy dia se cultiva solamente una parte del alto Chatham, en que existe
la hacienda del seor M. Cobos, 288 metros d elevacin. En tiempo de
mis viajes floreci tambin la pequea hacienda del seor J. Valdizan en la
isla Floreana, la altura de 277 metros, que he visitado varias veces y que
provey en aquella poca el campamento de lo$ rchilleros. Algunas cuadras
de tierra se hallaban cercadas con cercas vivas y espesas de limones, para
defenderlas contra el ganado cimarrn de la isla, y caminos limpios las
dividan en cuarteles regulares, como un jardn. Me sorprendi la gran
fertilidad de este terreno y la facilidad, con que se haban aclimatado los
vegetales de las zonas templadas al lado de los de la zona clida. Con
muchas plantas se experimentaba entonces en pequea escala, otras ya se
cultivaban en grande. Al lado de la caa de azcar mas hermosa, al lado
de la yuca y del camote, produca la papa sus tubrculos tan grandes y
harinosos como en la sierra; entre matas de algodn y ail se ostentaban
grandes cabezas de lechuga y col; rbanos, zanahorias, betarragas, al-
cachofas crecan en la sombra de los pltanos y guineos africanos; la vid
se enredaba en las ramas del aguacate; magnficos naranjos y limones
IOS ANIMALES. 483"

estaban cargados de doradas frutas; en ninguna parte del mundo he visto


higueras mas hermosas; ya se levantaban tambin algunas palmas recien
introducidas. En una palabra, de cada planta cultivada se podia decir, que
se hallaba en su propio suelo y clima. Ah, si las islas en toda su ex-
tensin fuesen tan favorecidas por la naturaleza, como en este punto privi-
legiado, en que se hallaba la hacienda, podran transformarse en un verdadero-
paraso terrenal! Pero, por desgracia el terreno cultivable del Archipilago
es reducido. Despus de la desgraciada muerte de mi amigo Valdizan*), la
hacienda y toda la isla fu abandonada. En Chatham la gente se dedicaba
al tiempo de mi viaje con preferencia con la cria de ganado; pero las con-
diciones en que se halla el terreno de la hacienda, son anlogas las de
Ploreana, y creo que ser igualmente feraz. Hoy dia el propietario de la
hacienda se dedica especialmente al cultivo de la caa de azcar en gran
escala, para la cual el terreno y el clima parecen .se inmejorables.

Los animales.
La fauna indgena de las islas de Galpagos es tan pobre, talvez
mas pobre que la flora, y esto se explica por la ntima correlacin en que
se hallan los dos reinos, el vegetal y el animal. Creo que esta circun-
stancia debemos atribuir, que las plantas y los animales recien introducidos
se aclimatan y se propagan con tanta facilidad, porque no tienen que luchar
por su existencia y casi no encuentran enemigos. Parece que la naturaleza
en estas islas relativamente nuevas todava no haya ocupado todos los
lugares con especies endmicas, y estos lugares desocupados llenan los
gneros importados, sin que sea necesario que los endmicos les cedan. Si
comparamos las antiguas relaciones de viajes, y aun la de Darwin, con el
status quo actual, encontramos que ciertos animales se han hecho mas raros,
que han desaparecido en algunas islas, por ejemplo, los grandes galpagos,
que al Archipilago dieron el nombre. Pero tales cambios hay que atribuir
la directa influencia destructora del hombre.
Cuando llam la fauna de las islas pobre, me referia tan solo los
animales terrestres, pues la fauna del mar es riqusima como en pocos re-
giones del mundo. Jamas he visto tanta abundancia de pejes de distintas
clases, y algunos muy delicados, de langostas y de toda clase de mariscos.
Abundan las gigantescas tortugas del mar (Chlonia Mydas), y la pesca de
la ballena es tan ventajosa y mas fcil que en los mares rticos, por lo
cual nunca faltan buques balleneros en la cercana de las islas. De otra

*) Fu asesinado alevosamente en Julio de 1878 por sus propios peones, tres dias
despus de mi salida de Floreana.
31*
484 EL AKCHIPlLAGO DE GALPAGOS.

pesca abundante son objetos los lobos marinos, de los cuales hay dos
especies: una, Otaria jubat, alcanza el tamao de un toro y es muy fre-
cuente en todas las islas islotes; la otra, Otaria falklandica ( Arctoce-
phalus austrlis, que es lo mismo), es mas pequea, llegando solo al tamao
de 5 6.pies, pero su piel es mas fina y mas apreciada. Esta ltima se
halla especialmente en la mitad norte del Archipilago, no encontrndose
en las islas australes sino por una gran casualidad. La pesca de perlas
hasta ahora no ha dado resultados satisfactorios, sea que las conchas de
perla, de las que he visto algunas muy hermosas, son demasiado raras, sea
que no se ha dado tadavia con el buen mtodo de pescarlas.
Volvamos del mar la tierra. No habr una regin del mundo de
igual extensin como el Archipilago, que sea tan pobre en mamferos in-
dgenas. Hasta ahora no se conoce sino uno solo, un pequeo roedor del
tamao de una rata (Oryzomys galapagoensis). Esta nica especie indigena
es la vez endmica, es decir, limitada las islas; por lo dems hoy dia
ya es sumamente rara. Ratas y ratones se han propagado demasiado,
desde que el hombre visita las islas, pero son importados por los buques.
Las aves de las islas son muy numerosas, tanto en gneros y especies,
cuanto en individuos. Las acuticas y las que viven las orillas del mar
de mariscos, son con pocas excepciones las mismas que en las costas del
continente y ofrecen poco inters. En algunas isletas bajas sus nidos
cubren literalmente el suelo y los excrementos de los millones formaran
sin duda considerables depsitos de guano, si en las islas no lloviera por
muchos aos. Pero las lluvias anuales del invierno hacen intiles los es-
fuerzos y buenas intenciones de estos pjaros. En la isla mas austral, en
Hood, se encuentra el magnate de las aves acuticas, el Albatros Pjaro
carnero (Diomedea chlororhynchvs), que habita el Cabo de Hornos y viene
hasta nuestras regiones tropicales siguiendo la corriente antartica. De la
abundancia de esta ave en Hood podremos formarnos una idea, si digo, que
en una ocasin un campamento de 60 orchilleros, escasos de vveres, se
mantenan durante algunas semanas casi exclusivamente de los huevos
del Albatros, aunque cada hembra no pono mas que uno por ao. Otro
husped de Jas regiones australes y frias en las islas de nuestro Archi-
pilago , es el curioso Pjaro nio Pingin (Aptenodytes sp.), que tiene
alas sin plumas y las usa como los peces las aletas.
De un alto inters zoolgico son los pjaros terrestres, porque ellos son
en su mayor parte endmicos, y se repite aqu el fenmeno observado en
las plantas, de que cada isla mayor tiene sus especies propias y exclusivas.
No hay pjaros de colores brillantes y vivos, todos llevan un hbito modesto
y no pueden ocultar su analoga con los de las costas del continente, de
LOS ANIMALES. 485

los cuales probablemente derivan por una transformacin y acomodacin


sucesiva. La coleccin de Darwin contenia 26 especies de aves terrestres;
dice: con excepcin de una, todas eran nuevas y desconocidas, habitan
exclusivamente estas islas y ninguna otra parte del mundo. Mi propia
coleccin contenia mas de 30 especies (ademas unas 20 de acuticas y
zancudas) y estoy seguro de que todava no estaba completa. Aqu debo
mencionar un fenmeno, que llama la atencin de cuantos visitan las islas
de los Galpagos. Todos los pjaros terrestres sn sumamente mansos y
no temen al hombre, su peor enemigo. El colector casi no necesita de la
escopeta y puede cojerlos con una varita y veces con la mano (muchos
he cojido con una red como las mariposas). Por lo dems se observa, que
los pjaros de las islas de Floreana y de Chatham, las mas frecuentadas
por el hombre, ya son mas ariscos, que los de las islas poco visitadas, como
Albemarle. En esta ltima mat varios halcones grandes con un bastn,
mientras se acercaron robarme los pjaros chicos que habia colocado
mi lado para prepararlos. Un Cucube (Mimus) se sent sobre mi sombrero
y sobre mis hombros. De las trtolas no es difcil de procurarse-en poco
tiempo un almuerzo mediante un bastoncito. Las aves acuticas y litorales,
que no son endmicas, son tan ariscas y difciles de cojer, como las de las
costas del continente. Parece que las aves se acostumbran con dificultad
y muy despacio temer y huir al hombre por instinto; pero una vez
adquirido este instinto, queda hereditario y lo conservan por muchas gene-
raciones. Las aves terrestres de las islas son perseguidas con frecuencia
ya por algunos siglos, y sinembargo tadava no han ganado mucho en
prudencia, mientras que al revs las acuticas son todava tan cautelosas
como sus antepasados emigrados del continente, aunque de la generacin
actual la mayor parte nunca ha visto la tierr firme y en muchas islas
nunca un hombre. En el Archipilago se puede deducir casi con se-
guridad, si un pjaro es endmico no, segn se manifiesta manso arisco.
La clase mas interesante de animales, que viven en estas islas, son los
reptiles, y para no repetirlo cada vez, dir que todos son endmicos; las
tortugas terrestres, llamados galpagos, las iguanas, las lagartijas, las cule-
bras, todas son propias al Archipilago. Justo es, que comenzamos con
aquel animal, que las islas dio su nombre, con el Galpago (Testudo le-
phantopus). Al tiempo del descubrimiento de las islas se hall en abun-
dancia en todas ellas, pero hoy dia escasea mucho en algunas y en otras
ha desaparecido completamente, como, por ejemplo, e Floreana. El
hombre lo persigue por el excelente aceite que se saca de la grasa, asi
como por la carne y los huevos que proporcionan un alimento agradable y
sano. En Albemarle he vivido tres semanas casi exclusivamente de la carne
486 EL AECHIPILAGO DE GALPAGOS.

de galpago, preparada de distintas maneras, y de panquecas hechas de


sus huevos, sin fastidiarme de esta comida. En las islas pequeas y bajas
los galpagos viven con preferencia de los tallos y ramas de las tunas y
espinos, pero en las islas grandes, que poseen la regin alta y hmeda,
prefieren esta y pacen en las altiplanicies y pampas gramosas, veces
reunidos en manadas grandes, como el ganado. Tales manadas encontr
en las altas regiones de la parte austral de Albemarle, que es la isla mas
rica en galpagos y la mas visitada por los aceiteros. Las pampas estn
cruzadas en toda direccin por caminos anchos, hechos por estos animales
y tan trillados que parecen caminos de herradura abiertos por el hombre.
Cuando se sigue los caminos principales, cada rato se encuentra un in-
dividuo que v viene, y con seguridad la senda conduce un bebedero,
una lagunita un pequeo manantial. Como los bebederos son muy raros,
sucede que los caminos reales convergen ellos desde grandes distancias
en contorno. El bebedero est cmumente sitiado por 15 20 galpagos.
Este animal bebe solamente cada 3 4 meses, pero entonces con exceso,
metiendo toda la cabeza en el agua y sorbindola con las narices. Un viaje
al bebedero desde las pampas superiores cuesta al galpago tres cuatro
semanas; he observado algunos, que durante un dia no hicieron mas que
60 metros de camino. No pueden huir ni defenderse; cuando un hombre se
acerca, se retiran bajo sus conchas, quedando inmobles aun al herirlos y
matarlos. Los individuos, que en los buques-llegan Guayaquil, son pe-
queos, pesando de algunas arrobas dos quintales lo mas. Pero en las
montaas altas y retiradas se encuentran galpagos enormes y aejos (se
dice que viven mas de cien aos), que pesan hasta seis quintales, cuyo tras-
porte en esas islas sin caminos y largas distancias seria sumamente difcil
y hasta imposible. Los- galpagos de las islas del Norte, sobre todo de
Abingdon y Bindloe, son algo distintos de los del Sur, y puede ser que sean
varias especies zoolgicas.*) Con la colonizacin del Archipilago estos
animales indefensos tendran que desaparecer rpidamente, no ser que se
tomen medidas para su conservacin y explotacin racional, prohibiendo, por
ejemplo, matar los individuos jvenes que no hayan llegado cierto tamao.
Ademas de muchas lar garujos pequeas (Tropidurus sp.), viven en las
islas dos grandes especies de iguanas. Se les d este nombre por la seme-
janza exterior que presentan con las iguanas del continente, pero por sus
caracteres zoolgicos se distinguen esencialmente de ellas, formando el nuevo
gnero Amblyrhynchus. La que vive en el mar, es la mas interesante, por-

*) Los trabajos del seor Dr. G. Baur, que el ao pasado (de 1891) colect con
mucho cuidado los. galpagos de las diferentes islas, para estudiarlos, aclarar este punto.
LOS ANIMALES. 487
que en la creacin actual del mundo es el nico representante de los saurios
marinos, es como el ltimo resto de aquellos gigantescos saurios, que en
las pocas primitivas de nuestro planeta desempearon un papel tan impor-
tante. La iguana del mar, Amblyrhynchus cristatus, es un animal de aspecto
feo y repugnante, que recuerda mas bien la salamandra que la largartija.
Las mas grandes que he visto, tenan 4 pies de largo; su color es por ar-
riba pardo-negruzco, y por debajo entre rojizo y amarillento. Viven en las
costas de todas las islas, donde prefieren los escollos mas speros. Su ali-
mento son algas marinas que pacen en el fondo del mar, pero con frecuen-
cia salen fuera y se asolean con los miembros tendidos sobre las rocas
de la lava. Su carne no se come y el hombre las aborrece, no utilizando
nada de ellas, lo que no sucede con la iguana terrestre cuya carne y huevos
son tan delicados y apetecidos como los del galpago. Esta segunda
especie (Amblyrhynchus subcristatus) es tambin muy fea, su color es mas
claro y su tamao mas pequeo que el de la iguana marina. Nunca v al
agua, y vive en la regin rida en cuevas, que busca entre los pedrones
speros de las lavas, que excava con sus uas en donde el suelo es mas
blando. Se nutre de las hojas de varios arbustos. Ademas de su carne se
utiliza el aceite sacado de la grasa, y este se recomienda como un remedio
muy eficaz contra las almorranas.
He colectado cuatro especies de culebras en cuatro islas distintas y
parece que cada isla mayor tiene su especie propia; pero ninguna, de ellas
es venenosa. El orden de los batraquios (ranas y sapos) falta completa-
mente en nuestro Archipilago.
La clase de los insectos se halla muy mal representada, y en esta sec-
cin la fauna es sumamente pobre. pesar de buscar y colectar con mucho
afn, no pude reunir mas que 4 especies de mariposas diurnas, y unos 16
de colepteros (escarabajos), que todos son pequeos y nada vistosos. La
misma pobreza se observa en los dpteros, hempteros himenopteros. No
falta la plaga de las cucarrachas, grillos y otros bichos, pero estos son im-
portados por los buques, como tambin algunas araas, aunque de las lti-
mas se encuentran varias especies indgenas. Zancudos y -mosquitos hay
muy pocos, pero en su lugar se multiplica en ciertas pocas una especie
de mosca grande con tanta abundancia, que llega ser una plaga suma-
mente fastidiosa. La observ especialmente donde se mata muchos galpa-
gos reses cimarronas, cuya carne queda abandonada la pudredumbre.
Un pequeo alacrn parece ser indgena y propio las islas, pues lo en-
contr por donde quiera debajo de las piedras, aun en los islotes mas desier-
tos y nunca habitados; lo mismo vale de un cientopies muy grande con
tenazas enormes, cuya mordedura es muy venenosa. Llega un pi de
488 EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.

largo y se parece la ScoUpendra gigantea; sus escondrijos preferidos se


hallan, en las grietas de. la lava, y con mas frecuencia se encuentra en Cha-
tham. El alacrn y el cientopies grande parecen ser los nicos animales
venenosos de las islas, que el hombre tiene motivo de recelar.
Los caracoles terrestres del Archipilago son todos pequeos, pero no
menos interesantes que las otras clases, por su distribucin geogrfica. Mi
amigo, el seor P. Keibisch, se ocupa actualmente con la monografia de los
moluscos terrestres de las islas, basada en mis colecciones. Antes fueron
conocidas solo 17 especies,, yo he colectado 33, y entre ellas resultaron 23
nuevas, de manera que hoy llegan las especies conocidas 40.

Desde la primera tentativa de colonizacin por el General J. Villamil,


la fauna de las islas ha recibido un incremento por muchos animales intro-
ducidos y hoy dia perfectamente aclimatados. Pareee que al tiempo del
viaje de Darwin (1835) los animales domsticos todava no se haban espar-
cido y naturalizado en las islas, porque este observador exacto no hubiese
pasado en silencio sobre un hecho tan interesante, al que vamos dedicar
algunos renglones. Completamente naturalizados y en estado silvestre viven
en el Archipilago los animales siguientes:, lares, la cabra, el asno, el perro,
el gato y la gallina. Hablar de estos animales como los encontr al
tiempo de mis viajes (1875 y 1878), ignorando lo que se haya cambiado en
este respecto en los ltimos aos.'
El ganado vacuno viva en grandes manadas en las altiplanicies y mon-
taas de Floreana y de Chatham, y desde pocos aos ac se haban encon-
trado algunas cabezas en las montaas de Albemarle' (austral), sin que se
supiese, cmo haban llegado all. En Floreana he calculado su nmero
aproximado en 800 900, en Chatham entre 2000 y 3000 cabezas. Es una
raza hermosa y grande, cuyos toros muchas veces embisten y persiguen al
hombre. En Chatham se habia comenzado domesticar de nuevo algunas
vacas, y formar potreros. Por lo dems, bastaba cojer los terneros y
tenerlos encerrados en el corral, las vacas, que durante el da suben las
pampas, fraternizando con el ganado cimarrn, vuelven de noche los cor-
rales y se dejan ordear sin dificultad. Al ganado cimarrn se tiraba con
balas, aprovechando la piel y de la carne tan solo cuanto se necesitaba para
la poca gente de las haciendas de Floreana y de Chatham. Tambin los
buques balleneros y otros que tocaban en las islas, hacan sus provisiones
del mismo modo. Hoy, segn se dice, el ganado se halla casi extinguido
en Floreana y muy reducido en Chatham.
En 1875 hubo en Floreana algunos caballos cimarrones, pero el seor
Valdizan los coji y los domestic todos. -
DEDUCCIONES Y CONCLUSIN. 489
Abundantes eran en la poca de mis viajes los burros silvestres en
Floreana, Chatham, Indefatigable, Santiago y Albemarle. Los orchilleros y
aceiteros cojian muchos y los domesticaban con facilidad.
Las cairas han disminuido mucho, apesar de que el clima y terreno
parece muy propsito para ellas. He visto una pequea manada en Flo-
reana, otra en Chatham y algunas aisladas en la estril isla de Barrington.
Se cree, y con razn, que los perros silvestres acaban con ellas.
Puercos cimarrones hay en todas las islas mayores, pero mas numero-
sos son en Santiago (James I.). Se dice, que su caza no carece de peligro
y que embisten al hombre por manadas. Unos pocos que he visto ya
domesticados, no se diferenciaban de la raza ordinaria de la costa.
Igualmente repartido se halla el perro, viviendo en familias pequeos
grupos. Aunque pertenezca una raza grande y robusta, es bastante cor
barde, no -acomete al hombre, huyndole mas bien, y se domestica pronto.
Pero se dice que hace estragos entre los terneros del ganado cimarrn.
Todos los gatos silvestres, que he visto en Floreana y en Chatham, eran
negros, lo que me llam tanto mas la atencin, cuanto que este color es su-
mamente raro en los gatos de Guayaquil y de toda la costa. Son animales
hermosos y grandes, que viven en las cuevas de la lava mas spera cerca
de las orillas del mar. Supongo que se mantienen con preferencia con los
mariscos de la playa; por lo dems, las ratas y ratones importados y los
mansos pjaros terrestres les subministran un alimento abundante.
Gallinas se encontraron hasta ahora solamente en las montaas y bos-
ques mas retirados de la isla Floreana.
Todos estos animales domsticos, que acabo de enumerar, prosperan,
entregados al estado de libertad y silvestre, perfectamente, merced la
ausencia de enemigos y la benignidad del clima, que tambin favorece
la salud de los hombres; pues enfermedades endmicas son desconocidas en
el Archipilago.

Deducciones y conclusin.
De las descripciones que preceden, el lector se habr formado una idea
bastante clara de las islas de Galpagos. He bosquejado este cuadro con
la fidelidad, que solo permite la observacin propia. Con imparcialidad he
referido las condiciones ventajosas, en que se halla el Archipilago, y no he
ocultado las desfavorables. Cada uno podr sacar de mis exposiciones las
deducciones prcticas que quisiera, segn el punto de vista en que se colo-
que. Si yo mismo en seguida agrego algunas indicaciones, lo hago especial-
mente porque desde algunos aos ac se ha movido de nuevo la cuestin
de la colonizacin del Archipilago en mayor escala. Pero, como luego entran
490 EL AltCHIPILAGO DE GALPAGOS.

en la discusin las apreciaciones personales sujetivas, como veces


tenemos que abandonar-el campo slido de los hechos puros -indiscu-
tibles, y avanzar-al campo resbaladizo de las conjeturas y suposiciones,
-es muy natural, que los renglones siguientes no pretenden sino un valor
relativo, como expresin de mis propias ideas sobre un asunto de tanta
importancia.
No hay duda, que el Archipilago de Galpagos ocupa en el mapa ter-
restre una posicin muy ventajosa, como nico grupo grande de islas entre
el continente sudamericano y Polinesia, as como entre la Amrica del Norte
y la del Sur. Esta ventaja de su posicin geogrfica llegar su mayor
importancia con la abertura del Canal de Panam, cuya realizacin es solo
una cuestin de tiempo. La corriente principal del comercio entre Norte-
amrica y Europa de un lado, y Polinesia y Australia del otro, pasar por
el istmo de Panam, y el mar de las islas de Galpagos y ellas mismas se
hallarn en una de las mas frecuentadas encrucijadas de los mares; hoy dia
tan aisladas y solitarias, estarn entonces en una comunicacin rpida y
continua con todo ej mundo. Por lo dems, desde ahora mismo la comuni-
cacin con la costa del continente es fcil y rpida, si se introduce algunos
vapores de servicio, que harn el viaje en dos tres dias.
Al aliciente de una ventajosa posicin geogrfica se aade para los
colonos el otro de un clima inmejorable. Seria difcil encontrar en otra
parte del mundo bajo la linea equinoccial un clima mas mitigado, mas sano
y mas agradable, libre de los extremos de un clima continental, y libre de
casi todas las plagas. Enfermedades endmicas no se conocen all, y no
dudo que estas islas con el tiempo, cuando tengan una poblacin mas
numerosa y cuando la comunicacin con la costa ser mas rpida y regular,
formarn un lugar de reconvalescencia muy frecuentado por los habitantes
del continente.

Ahora podemos preguntar: cuales son las perspectivas de los inmi-


grantes? cual su porvenir? con qu se ocuparn? No soy de la opinin
de los que ponen la agricultura como primer y casi nico objeto de la
colonizacin. He demostrado, que toda la regin baja y rida por la natura-
leza de su terreno es del todo incultivable, pero esto quiere decir, que lo
son nueve" dcimas de su territorio, lo menos. Hay islas considerables,
por ejemplo, Hood, Barrington, Bindloe, que no participan de la regin
hmeda y frtil, por ser demasiado bajas. La gran isla de Narborough,
aunque posee un altsimo volcan central, es toda incultivable, por razones
especiales, que han de buscarse en lo moderno de sus lavas. Sol en cinco
islas encontramos algun terreno de cultivo K que.se presta la agricultura
DEDUCCIONES Y CONCLUSIN. 491
y la cria de ganado: en Floreana no ocupa mucho mas de una legua
cuadrada; en la mitad meridional de Chatham unas tres leguas cuadradas,
toda la mitad setentrional es baja y estril; en Indefatigable (Chaves) y
Santiago (James) otras tantas, y en la isla de Albemarle, que se extiende
sobre 138 leguas cuadradas, se halla solamente en las montaas del Sur
algun terreno capaz de cultivo, cuya rea se puede calcular en 6 7 leguas
cuadradas, todo el resto de la isla se parece la de Narborough. Creo que
de las 240 leguas cuadradas, que constituyen el terreno del Archipilago,
apenas 20 sern cultivables. Ahora pregunto: es posible, que en estas
islas se sustente una numerosa poblacin solo de sus productos indgenas
y de la agricultura? Floreana y Chatham son las islas mas conocidas y
favorables, en cuya colonizacin se ha pensado algunas veces. Concedida
una gran feracidad del terreno, cmo puede prosperar y extenderse una
poblacin aunque sea de 400 500 habitantes sobre una legua cuadrada de
terreno, en medio de un desierto, si quiere vivir solo de la agricultura y de
la cria de ganado? cuan miserables y estrechos sern las condiciones
de los propietarios? cual su porvenir? En Floreana cabe muy bien una
hacienda, en Chatham tal vez dos tres, lo mismo en las otras islas con
terreno cultivable; pero pensar en una numerosa inmigracin de agricultores,
seria en mi concepto un sueo utpico. El colono, que viene de tierras
lejanas en busca de una nueva patria, talvez acompaado de su familia, no
se contentar con trabajar como pen en una hacienda, l buscar su for-
tuna y una posicin que le d esperanza de conseguirla. Donde en las
islas hay el terreno cultivable necesario, para darlo numerosos agricultores
libres y propietarios, cada uno un lote suficiente, no solo para el sustento
de'su familia, sino para producir algo sobrante que podria exportar? Temo
que muchos ecuatorianos tengan una idea muy errnea de la colonizacin
agrcola de las islas, creyendo que consista en que algunos seores ricos se
apoderen del terreno cultivable de una isla, establezcan all sus haciendas
y las manejen como rgulos independientes con una numerosa peonada,
segn el maldito sistema de los peones conciertos, que apenas se distingue
de la esclavitud. Dudo, que con este sistema habr muchos colonos voLn*
tarios. Para llevar esta.vida de privacin y sin esperanza, los peones no
necesitan desterrarse las islas, la encuentran mejor en las haciendas de
la tierra firme, en que escasean los brazos. Y creer, que venga una in-
migracin ext'rangera, para servir algunos hacendados de las islas de
peones, seria el colmo de sencillez, para no decir otra cosa.
No dudo, que las islas podran producir lo necesario para el sustento
de una regular poblacin colonia. Para esto. o es necesario que todos
sean agricultores, al contrario, conviene que un nmero reducido se dedique
492 EL ARCHIPILAGO DE GALPAGOS.

este ramo, para poder sacar el provecho conveniente, vendiendo lo sobrante


de las cosechas los dems habitantes ocupados en otras faenas. Otro
tanto se podria decir de la ganadera, que regularmente est anexa la
agricultura propiamente dicha. De lo que expuse mas arriba de las plantas
cultivadas, fcilmente se puede deducir, cules serian los productos que
se presta el terreno con preferencia. Creo que se hara con buen resul-
tado ensayos con Ja vinicultura en la zona media de las islas (en la altura
de 100 200 metros), donde la vid, al parecer, en el terreno pedregoso
deba prosperar mejor, que en la zona alta y hmeda. Un buen resultado
se conseguira tambin con la cria de ganado lanar y cabruno, y con el
ltimo se aprovechara tambin de algun modo la regin baja y rida,
que las cabras, al revs del ganado vacuno, prefieren las altiplanicies
hmedas.
La horticultura promete en las islas grandes ventajas, y como no nece-
sita de terrenos tan extensos, como la agricultura, mucha gente podra ocu-
parse con ella. Con una comunicacin regular vapor con la costa, los
productos de las huertas encontraran en Guayaquil un buen mercado, llegn-
donos mas frescos que los del Per, que actualmente compramos precios
muy subidos. Muchos de ellos se vendern en los buques, que tocan y
tocarn mas tarde con mayor frecuencia en el Archipilago.
No hablo de la pesca de ballenas y lobos marinos, porque con ella suelen
ocuparse buques especiales de todas las naciones y en todos los mares; pero
la pesquera ordinaria en las costas de las islas podria elevarse una ver-
dadera importancia y ser una fuente de riqueza para los colonos; ella puede
dar ocupacin una poblacin numerosa. Ya he hablado de la abundancia
y variedad de los pejes en el Archipilago, y de la facilidad de conseguir
la saT necesaria para preparar y consrvalos.
Largo seria enumerar todas las industrias subordinadas que dan lugar
las islas, por ejemplo, recojer la orchilla que se reproduce cada 4 5 aos,
sacar el aceite de galpagos iguanas terrestres, y otras que se deducen
de mis descripciones anteriores. Es claro, que una colonia regular nece-
sita fomentar en su seno tambin toda clase de oficios, como carpinteros,
herreros, zapateros, sastres etc., y ademas un nmero adecuado de comer-
ciantes, pero estos sern los primeros que acuden, en donde quiera que se
formen nuevas poblaciones.
Lo que dar la Colonia un realce especial y contribuir mucho su
prosperidad, es la circunstancia de que e el Archipilago se formar, sin
duda alguna, despus de la abertura del Canal de Panam ( de cualquier
otro) una importante estacin naval para buques veleros y vapores de todas
las naciones, con depsitos de carbn, almacenes de vveres y todo cuanto
DEDUCCIONES Y CONCLUSIN. 493

se relaciona con este servicio. A cuanta gente una tal estacin dar lucrosa
ocupacin! Ser un nuevo aliciente para el comercio y la especulacin. El
puerto mas cmodo para una estacin naval seria el de Post-office-Bay en
la isla Floreana, porque es el mas seguro y mas hermoso del Archipilago
y bastante capaz para recibir un nmero considerable de buques.
En las islas de Galpagos puede prosperar y florecer una Colonia nume-
rosa, si se procede con tino en la eleccin de los colonos, no admitiendo sino
gente honrada y laboriosa, y si el Gobierno de la Repblica dicta sabias
leyes especiales, adaptadas las circunstancias particulares del territorio,
favoreciendo los inmigrantes con generosas concesiones y excenciones.
APNDICE
LA

GEOGRAFA FSICA DEL ECUADOR.


APNDICE.
Resumen de la geografa histrica, poltica y civil
del Ecuador.
ste apndice debia formar el segundo tomo de la geografa general;
pero como las materias, que lo constituyen, eran siempre un objeto muy
subalterno de mis estudios, el tomo habra salido demasiado desproporcionado
en cuanto la extensin y su valor intrnseco. No podria presentar ex-
tensos estudios originales, sino tan solo un trabajo de compilacin. Escri-
tores nacionales han tratado y tratarn la geografa histrica, poltica y
civil del pas con conocimientos mas profundos y con mas acierto. Eecuerdo
el tomo VI de la nueva edicin del Resumen de la Historia del Ecuador,
por el doctor P. F. Cevallos. Guayaquil 1889. Eecuerdo tambin la magn-
fica obra del doctor F. Gonsles Suares, .Historia general de la Repblica del
Ecuadot, que est en prensa (el primer tomo sali en Quito en 1890), y
que sin duda tratar la parte histrica de la geografia con la vasta erudi-
cin que caracteriza al autor. Si apesar de esto me resolv escribir un
Resumen, lo hice especialmente para los extrangeros, que no tienen la
mano las fuentes nacionales no las conocen, y que, sinembargo, desean
adquirir tambin algunas nociones generales de la constitucin poltica del
pas, cuya geografa fsica talvez ha excitado su curiosidad.

La Repblica del Ecuador, como entidad poltica independiente y


nocin geogrfica, existe solamente 62 aos, es decir, desde Mayo de 1830,
cuando se separ de la gran Repblica de Colombia, imitando el ejemplo
de Venezuela.
El nombre mismo del Ecuador, tan significativo y propio para un pais
situado ambos lados de la linea equinoccial del ecuador terrestre, es
muy moderno, y aparece por primera vez en la divisin territorial de la
"WOLF, Ecuador. 32
498 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

gran Colombia. El a Departamento del Ecuador* comprenda las actuales


provincias del interior desde Tulcan hasta el Azuay, una parte de la de
Esmeraldas y otra del Oriente (apo, Qanelos, Macas). En la constitucin
de la nueva Repblica de 1830 se acept y se extendi este nombre todo
el territorio que la constituye actualmente.

Resumen histrico.
Sabido es, que el tiempo histrico en ambas Amricas es muy corto,
comparndolo con el del mundo antiguo, no precisamente porque el gnero
humano se hubiese repartido mucho mas tarde sobre Amrica, que sobre
los continentes antiguos, sino especialmente, porque todas las naciones ameri-
canas carecan de una escritura, que con precisin hubiese trasmitido los
hechos y las fechas histricas. Si uno que otro pueblo usaba de jeroglfi-
cos, estos por ahora no nos sirven de nada, porque faltan quienes nos inter-
preten su significacin. As es que en Amrica con 400 aos atrs comien-
zan los tiempos prehistricos; las tradiciones mas menos probables llegan,
aun entre las naciones mas adelantadas, como entre los Mejicanos y Perua-
nos, apenas hasta el ao 1000 de nuestra era, y todo lo que es mas antiguo,
pertenece al mito y la fbula.
Otra dificultad se presenta al historiador y gegrafo en el territorio
americano, y consiste en la increble desmembracin de la raza humana,
que invadi este continente, y para la cual buscaramos en vano un ejemplo
entre las dems razas humanas. Conservando la raza americana un tipo
general en cuanto los caracteres antropolgicos principales, y aun en
cuanto la construccin gramatical de s lengua, se ha dividido casi hasta
al infinito en sus caracteres secundarios, en sus costumbres, y sobre todo
en sus idiomas, formando innumerables pequeas tribus y rara vez naciones
algo mas numerosas. As como el indio salvaje es antisocial, tambin lo
son las tribus, inclinndose siempre mas la separacin que la reunin,
cuando no las obliga una fuerza superior una civilizacin mas adelantada
unirse hasta cierto grado. Esta particularidad de la raza americana ofrece
los historiadores, lingistas, antroplogos, etngrafos y gegrafos obst-
culos casi insuperables, y estamos todava lejos del alumbramiento satis-
factorio de la historia antigua. Conjeturas ingeniosas hiptesis mas
menos atrevidas sobre las migraciones de las naciones americanas, sobre sus
afinidades y ramificaciones genealgicas, reemplazarn todava por mucho
tiempo, y quiz para siempre, los datos histricos.
Tambin encontramos el pas del Ecuador desde el principio de su
emersin de la oscuridad prehistrica, cubierto de un sinnmero de tribus
RESUMEN HISTalCO. 499

y naciones con diferentes grados de cultura, con diferentes costumbres, con


diferentes idiomas; y si quisiramos pudiramos construir un mapa geo-
grfico del Ecuador de aquella poga remota, en el cual todos los reinados
cacicazgos figuraran eq^ distintos colores, saldra mas abigarrado que la
botarga del arlequin. Velasco, el historiador y gegrafo principal del reino
de Quito, de cuya fuente han tomado casi todos los modernos, nos d un
cuadro de esas naciones y tribus primitivas, y Viavicencio lo ha copiado,
desfigurando indebidamente y mucho mas que Velasco los nombres antiguos,
cambiando todas las o e n n y todas las e en i.*) Velasco distingue na-
ciones estados independientes y como partes componentes de ellos tri-
bus provincias principales. No voy reproducir todo el cuadro extenso,
sino tan solo la lista de los estados independientes, porque su catlogo
de las tribus provincias no es otra cosa que la enumeracin de los
pueblos que existen existieron en cada estado. Sigo aqu la ortografa
de Velasco y solo cambio el orden, comenzando al Norte en la actual pro-
vincia de Carchi y siguiendo hasta los confines de la provincia de Loja con
el Per, con omisin de las tribus que hoy dia pertenecen esta ltima
Repblica, como las de Huancabamba, Paita, Piura y otras.

A. Naciones estados del Ecuador alto.


Huaca, } . Latacunga, grande (15 trib.).
Dehuaca, \ T r e s ftados Pecl*os sm tribus Angamarm^ m e d i a n o ( C o l o r n d o s y Yungas).
Tusa, J o con muy pequeas. Hambato, pequeo (4 trib,
Pimampiro, mediano (4 tribus). Mocha, mediano (5 trib.).
Inibay (despus Caranqui), grande (8 trib.). Puruh, grande (30 trib.).
Otavalo, grande (7 trib.). Chimbo, mediano (5 trib.).
Cayambi, grande (3 trib. y muchas extin- Tiquizambi (hoy TLxan), pequeo (3 trib.).
guidas). Lausi Alaus, mediano (8 trib.).
Poritaco, \ Tres pequeos, inmediatos Caar, grande (25 trib.).
Colahuaso, > Quito, con pocas tribus ex- Paltas, pequeo (3 trib.).
lngachi, J tinguidas y esparcidas. Zarza, grande (13 trib.).
Quito, grande (34 trib.).

B. Naciones estados de las costas martimas.


Tumbez, ) , . , , Guancavcas, grande (17 trib.).
, .; \ dos pequeos confederados. , i MAA_-U\
r
Mayavtlca, ) -i Manta, grande (10 trib.).
Pceos, j _ Cara, grande (8 trib.).
Mchala,
J otros dos pequeos. Tacames Atacantes (13 trib.).
Lapuna, en la isla de este nombre. ,
En otro lugar (tom. III, pg. 175) Velasco d una .Tabla alfabtica de
las naciones de Quito, aumentando todava el nmero de tribus de algunas
naciones, sobre todo de las costeas, y aadiendo las enumeradas las
*) Yelasco, Hist. del reino de Quito, n , j?g. 25. Villavieencio, Geografa de la
Rep. del Ecuador, pg. 203-210.
32*
500 GEOGRAFA POLTICA X CIVID.

naciones, que al oriente de la g r a n Cordillera formaban los cinco gobiernos


del Quito impropio, y son las siguientes:

Janes, con 10 tribus. Macas, con 8 tribus.


Pacamores, con 12 tribus. Quijos Canelos, con 12 tribus.
Yaguarzongos, con 12 tribus. Cfanes, con 5 tribus.
Jibaros, con 13 tribus. Sucumbios, con 5 tribus.
Huamboyas, con 2 tribus. Momas, con 5 tribus.

Finalmente, en la .Tabla de las naciones indianas de las misiones del


Maraom (tom. III, pg. 251) enumera 43 naciones con unas 130 tribus, y
unas 20 naciones algo dudosas, advirtiendo, que cada nacin hablaba su
idioma propio y las tribus distintos dialectos. Con esto tendramos, segn
Velasco, en el Ecuador antiguo mas de 100 naciones indgenas con otras
tantas lenguas, y mas de 430 tribus (fuera de las desconocidas) con sus
variados dialectos. Un verdadero Babel! un caos etnolgico y lingstico!
una confusin geogrfica sin igual!
Ahora bien, si sujetamos las tablas etnogrficas y geogrficas del his-
toriador del reino de Quito un examen riguroso, no podemos menos que
dudar de su exactitud. Abstraigamos de los catlogos de las naciones
del Oriente, que evidentemente no nos dan ni pueden dar el estado de la
poblacin en la poca primitiva, que nos ocupa en este momento. Ellos se
han formado en su mayor parte de las relaciones de los misioneros del
siglo XVI y XVII, y no valen ni para nuestra poca actual, ni para una
mas antigua, siendo as que esas naciones salvajes, en gran parte nmadas,
de un dia al otro cambian sus asientos, unas desaparecen y otras nuevas
ocupan su lugar, en fin nada de estable hay entre ellas. Consideremos
algo mas de cerca el primer cuadro que segn Velasco representa la distri-
bucin geogrfica de las tribus en la antigedad, quiere decir, antes de la
dominacin de los Caras, lo menos antes de la de los Incas.
Es de sentir que Velasco no nos indica las fuentes, de que ha tomado
esas noticias de la geografia antigua, para poder distinguir lo que hay de
positivo de lo que l aadi de su propia fantasa, la cual en su Historia
dio riendas sueltas demasiadas veces, como se sabe. Los historiadores pri-
mitivos de las Indias, aun los mas prolijos en la etnografa y la geografa,
como por ejemplo, Cieza de Len, son muy parcos insuficientes en esta
materia,. probablemente porque ya en su tiempo era imposible sacar la
luz algo de seguro, de lo que se quejan ellos mismos repetidas veces, di-
ciendo que las tradiciones de los indios eran muchas veces contradictorias
y llenas de fbulas.
. Es mas que probable, que antes de la poca de los Incas no se hablaba
el quichua en ninguna parte del Ecuador actual, porque lo que dice Velasco,
EBSMEN HISTEICO. 501

que los Caras introdujeron un dialecto del quichua en Quito, no pasa de ser
una conjetura mal fundada. Pero dado el caso de que la conjetura de
Velasco tenga su valor, siempre quedan las dems naciones exclusas del
uso de este idioma, hablando ellas sus idiomas propios segn el mismo
autor. Como es entonces, que entre los nombres geogrficos antiguos en-
contramos tantos de origen quichua y algunos hasta de. origen espaol?
Tenan estas tribus pueblos otros nombres en la antigedad, son fun-
dados posteriormente por los incas en tiempo de los espaoles? Ambos
casos pueden tener lugar, solo nos falta saber, cuando es aplicable uno y
otro. Velasco mismo dice, que muchos pueblos han cambiado su nombre
antiguo, tomando el de un Santo, y del otro lado es probable, que bajo la
dominacin activa de los incas se hicieron muchas nuevas fundaciones con
nombres quichuas, mientras que algunos pueblos antiguos habrn desapare-
cido. En fin, el catlogo de Velasco se reduce casi la enumeracin de
los pueblos, que existan en el tiempo de la conquista espaola, y en su
mayor parte todava en tiempo del mencionado escritor, fines del siglo
pasado, pero de ningn modo nos d una idea exacta de la poblacin del
pais en los tiempos de los Quitus Caras. Es probable, que cada pueblo
formaba una nacin una tribu? Esto seria llevar al extremo la diso-
ciacin americana ya de suya muy grande.
Algunos pueblos tribus figuran dos veces en el mencionado catlogo,
ya bajo distintos nombres en la misma nacin, ya bajo el mismo nombre
en distintas naciones. Los Tocachis se nombran una vez en la nacin de
Cayambi, y otra en la de Otavalo; Poritaco es segn el primer cuadro un
estado independiente, asi como Dehuaca y Tusa, pero segn el otro catlogo
estos tres pueblas serian tribus de la nacin Huaoa; Mindo, Nono, Gualea
se hallan una vez entre las tribus de Quito, y otra vez entre las d Esme-
raldas ( de Atacmes, segn la lista primera); en un lugar (TU, pg. 175)
eleva los Caranquis una nacin propia con 8 tribus, igual casi los Caras,
y en otro (I, pg. 8) dice que los Caranquis eran una pequea colonia de
los Caras de Quito, que no duraba mucho. Tales y muchas otras lijerezas
prueban, que Velasco procedi con bastante arbitrariedad y que su clasifica-
cin etnolgica no tiene fundamentos slidos.
Eespecto la ortografa de los nombres, el Padre Velasco los escribe
generalmente bien, dejando la o antigua en todos los que no derivan del
quichua. El dice, que esos nombres se pronunciaron antiguamente con' u,
distinguindose los Quitus de todas las naciones del mundo por la carencia
de la letra o, y que esta fu introducida por los caras. Pero cmo pode-
mos conocer la pronunciacin del idioma quiteo, extinguido hace mas de
800 aos? Del otro lado dice, que los Caras hablaban un dialecto del
502 GEOGKAFIA POLTICA T CIVIL.

quichua, pero en este caso no tenan motivo de cambiar la u en o, porque


precisamente en la lengua quichua y sus dialectos la letra o es sumamente
rara y falta casi por completo, predominando casi siempre la u. Sinem-
bargo estamos seguros, que ni los Quitus carecan de la o, ni los Caras
hablaban quichua, y que, si hay adulteracin en los nombres, es en el
sentido contrario, saber, que el quichua de los incas convirti algunas
o en u. ' '
Villavieencio no anda menos equivocado, cuando cree que las muchas
y las e en lugar de i, fuesen introducidas despus de la conquista espaola,
y cuando atribuye la frecuencia de la u no al primitivo idioma de Quito,
sino al quichua", siguiendo por lo dems la opinin de Velasco, y diciendo
que los Caras hablaban un dialecto de este idioma (Geogr. pg. 166 y 211).
Conforme esta idea quiere dar su cuadro de las naciones ecuatorianas
un colorido mas antiguo, eliminando todas las o y e y reemplazndolas con
u i. Pero por este celo de purista cae en un error notable. Que tras-
forme en buena hora en quichua los pueblos de la nacin Qui tu, aunque no
me parece corriente; pero con qu derecho procede del mismo modo con
las naciones, que jamas conocieron el quichua, y que segn el autor mismo
hablaban sus lenguas propias, por ejemplo, todas las martimas? porque no
deja estos pueblos los nombres que ellos mismos se han dado? porqu
llam los: de Ghongon Colonche, Charapoto: Chungunis, Gulunchis, Okara-
JPMS etc.? quien reconoce n .Utballusv Otavalo? Pero la exageracin
raya al ridculo, cuando convierte hasta la terminacin castellana (del plural)
de es en is: Chugunis, Azguis, Pungalais etc.
Me he detenido talvez demiado con ests observaciones sobre una materia
lingstica; pero es preciso que finalmente desaparezca un error todava muy
divulgado*), es decir, la creencia de que todo el Ecuador su mayor parte
hubiese participado de la cultura, de las costumbres y del idioma de la
nacin quichua, cuando al contrario solamente las provincias del interior
recibieron este barniz durante una poca corta, poco antes de la Conquista
espaola, un barniz que no borra y apenas tapa ligeramente el cuadro

*) Notables escritores modernos pecan con el afn de restituir los nombres antiguos,
porque no distinguen entre los nombres quichuas genuinos y los otros que no lo son.
As, por ejemplo, es falso escribir Tungurab.ua Sinchulahua, en lugar de Tunguragua,
Sincholagu etc., porque los nombres geogrficos en . . . ragua y . . . lagua, que se hallan
por toda la Sudamrica y parecen ser antigusimos, nada tienen que ver con el quichua.
Pero ni me parece conveniente, cambiar los nombres acomodados al castellano y ya in-
troducidos en la geografa poltica y civil del pais. Cmo podremos escribir, por ejem-
plo, Huallapampa en lugar de Guallabamba? qu seria de nuestra geografa, si quisi-
ramos eliminar todas las o, e, b, d, g, f, 1, en fin las letras de que carece el quichua?
entonces introduzcamos tambin las de que carece el castellano y que posee el quichua
(unas 10 consonantes nuevas!).
EESMEN HISTRICO. 503
geogrfico-etnolgico antiguo del pais. El quichua se generaliz mucho mas
por los espaoles despus de la conquista, que antes por los incas.
La construccin de un cuadro etnogrfico completo de la poca primi-
tiva es imposible. No sabemos, y probablemente nunca sabremos punto
fijo, cuantas eran las naciones, que poblaban entonces el territorio ecuato-
riano, ni cmo se llamaban, ni qu lenguas hablaban, ni donde tenan sus
asientos principales. Cierto es solamente, que eran muchas y muy distintas;
y de algunas podemos conjeturar aproximativamente su antigua extensin
geogrfica, siguiendo sus vestigios ya por un minucioso estudio arqueolgico,
ya por comparaciones lingsticas de los ltimos restos de las lenguas ex-
tinguidas. Tales restos se encuentran en las denominaciones geogrficas
de los cerros, ros, sitios y pueblos, separando, por supuesto, con sana cri-
tica o moderno (quichua y castellano) del mas antiguo. En efecto, no hay
duda, que esas denominaciones en ciertas regiones, sobre todo cuando la
nacin y su lengua tenan bastante extensin, llevan un sello nacional, que
ningn cambio posterior, ninguna conquista pudo borrar. Los nombres geo-
grficos de los indios siempre son muy significativos, componindose de
vocablos verdaderos del idioma, y una lista de ellos es la nica prueba del
idioma extinguido, que podemos procurarnos. Que distinta fisonoma lin-
gistica llevan, para citar pocos ejemplos, los siguientes grupos de nombres
geogrficos, que corresponden distintas naciones antiguas!

Al Sur de Lo ja: Gonzanam, Guaohanam, Conganam, Samanamaca,


(Palta y Zarza) Masanamaca, Colaisaca, Numbiaranga, Zozoranga, Nam-
bacola, ngara, Macara, Carianranga etc.
Por Cuenca y Caar; Ayancay, Sinincay, Sitincay, Sidcay, Yanuncay, Ma-
sucay, Tabacay, Kircay, Charcay, Pelincay, Collay,
Taday, Burgay, Deleg, Ohordeleg, Guapdondeleg, Sede-
leg, Pindilic, Molobog, Molong, Pilzhun, Yanguang,
Nudpud etc.
Por Bibamba: Licto, Lican, Calpi, Sicalpa, Chambo, Quimiac, Penipe,
(Puruh) Guamote, Columbe, Pulucate, Galte, Puela, Puyal, Punin,
Pangor Cacha, Cunduana, Tulabug, ulabug, Yuibug,
Chuyuj, Catuj, Salaran etc.
Por Latacunga: Saquisil, Isinliv, Pujil, Mualo, Pual, Hatal, Pilal,
' Tagual, Quilual, Tanicuchi, Cutuchi, Salachi, Naxichi,
Illuchi etc.
Por Quito: Cansacoto, Conocoto, Cotocollao, Calacal, Sangolqu,
Yaruqu, Alangasi, Pomasqui, Aloas, Aloac, Lloa, Gu-
pulo, Pintac, Pifo, Puembo Cumbay etc.
504 GEOGBAFIA POLTICA Y CIVIL.

Por Pasto: Cuaiquer, Yaguanquer, Mayasquer, Pupusquer, Piquer,


Chunquer, Tqueres, Ipiales, Pupiales, Imues, Supuyes,
Funes, lies, Males etc.
Cayapas y Colorados: Cachab, Uimb, Tululbi, Palabi, Canumb, Tulp, Te-
lemb, Guallup, Panguap, Calab, Gualpi etc.
Por Esmeraldas: Tachina, Tachira, Tavuche, Tachigua, Tabuga, Taripe,
(hasta el Cabo Pasado) Taviasa, Chura, Chiva, Chinea, Chula, Cquiva, Sasa,
Magua, Bigu, Piquigua, Uve, Cuve, Sade, Vinsade,
Saige, Viche, Vinche, Mache, Beche, Chique, Quingue,
Quinind, Canind, Tiaone etc.
El lector que se interese en esta clase de comparaciones, podr formarse
otros grupos provinciales con ayuda del mapa.
Aunque no sabemos, hasta qu punto los escritores espaoles hayan
cambiado la pronunciacin primitiva de los nombres, qued sinembargo la
diferencia geogrfica entre ellos tan marcada, que no se oculta ningn
observador. He agregado el grupo de la provincia de los Pastos, aunque
hoy dia pertenezca en su mayor parte la Repblica de Colombia, porque
presenta un buen ejemplo de una antigua demarcacin geogrfica. Los
dos ltimos grupos contienen solamente nombres de rios, porque en esas
regiones no existen pueblos; pero contribuyen igualmente nuestro pro-
psito. En mi viaje por la provincia de Esmeraldas aprend algo del idioma
de los Cayapas y conoci, que la terminacin tan frecuente en b p signi-
fica agua y rio, que de consiguiente corresponde exactamente la termina-
cin quichua en yacu. Cuando mas tarde encontr la misma terminacin
de los rios en otras regiones, sospech, que en ellas vivan tribus con el
idioma cayapas con dialectos de l. En efecto, result que.el idioma casi
extinguido de los indios de los Colorados de Santo Domingo y de San Miguel
no es mas que un dialecto del cayapas, y es casi seguro, que el mismo
idioma se hablaba antiguamente en Angamarca y por una gran extensin
en las faldas de la Cordillera occidental hasta el rio Patia en Colombia, es
decir, hasta donde encontramos los mismos anlogos nombres geogrficos.
Ser muy aventurado suponer, que entre los antiguos Caaris la sDaba cay
desempeaba el mismo papel, como la de p entre los Cayapas y la palabra
yacu entre los Quichuas? Muchos de los nombres tan singulares que se
hallan desde la hoya de Esmeraldas hasta el Cabo Pasado pude interpretar
del idioma antiguo de los indios de esa regin, que hoy dia ya no hablan
ni entienden sino muy pocos indios viejos en el Esmeraldas superior, y que
dentro de una generacin mas pertenecer los idiomas extinguids.(60).
Sea, pues, lo que fuese del nmero y de las condiciones de las primi-
tivas naciones del Ecuador, parece que hasta el siglo X de nuestra era
BBSMEN HISTBICO. 505
ninguna de ellas ha desempeado un papel grande en la historia del pais,
ni ejercido una influencia preponderante sobre las dems. En general, las
naciones que vivan en el clima mitigado de las regiones altas interandinas,
como los Imbayas, Quitus, Puruhaes y Caaris eran mas civilizadas, de
costumbres mas suaves menos brbaras, que las de las costas martimas
de un clima ardiente, que las tribus salvajes y errantes allende la Cor-
dillera oriental. :
La nacin de los Quitus no se distinguia en la antigedad de las dems
que la rodeaban, ni por un espritu emprendedor conquistador, ni por una
civilizacin mas adelantada. Perteneca, s, las mas numerosas, pero es
probable que otrasj por ejemplo, la de los antiguos Caaris, les aventajaban
en muchas cosas, si hemos de juzgar del estudio comparativo de los hallaz-
gos arqueolgicos.*) Para que Quito fuera el centro de atraccin de los
estados vecinos, y para plantar el fundamento de su futura grandeza, nece-
sitaba de un impulso externo, y este impulso le vino con la conquista de
los Caras.

Entre las naciones de la costa martima se distingui ua de todas, las


dems por muchas seales: la nacin de Cara. Si las otras se consideraban
como indgenas desde tiempos inmemoriales, esta fu extrangera, venida por
el mar en una poca no muy lejana, talvez corriendo el siglo VI VII de
nuestra era; fu belicosa, conquistadora, y en toda su cultura muy superior
las tribus brbaras, sobre cuyas tierras se extendi poco poco. El primer
teatro de los Caras, despus de su llegada, fu Manab, desde la Baha de
Carques hasta Manta, y se dice que la orilla de aquella fundaron una
ciudad. Mas, l historia de sus hazaas, migraciones y conquistas en la
costa queda envuelta en la mas completa oscuridad, y se dice solamente,
que poco poco abandonaron completamente las costas de Manab, exten-
dindose hacia el Norte por Atacmes y Esmeraldas, internndose por los
ros hasta las cercanas de Quito. Como el motivo mas plausible de estas
constantes migraciones presentan Velasco y otros historiadores la circun-
stancia de haber sido malsana aquella primera comarca. Pero no podemos
convenir en esto, porque precisamente emigraron de las costas muy sanas
los bosques hmedos y malsanos; antes nos parece que se debe buscar
el motivo en el mismo carcter de la raza, que se presenta nmada, instable,
aventurera, conquistadora. Tampoco sabemos, si toda la nacin particip
en esas migraciones, solamente una parte, quedando el resto en Manab
en sus primeras fundaciones. Velasco afirma, que otras tribus circunvecinas

*) Vase: F. Gomales Surem, Estudio histrico sobre los Caaris (Quito 1878).
506 tffiOGBAFA OIiTICA Y CIVIL.

ocuparon mas tarde el territoris abandonado y se llamaron tambin Caras


(impropiamente). Pero los rastros mas seguros han de buscarse en los
nombres geogrficos que restan. Ante's de haberlos encontrado en la ar-
queologa y la lingstica comparativa, no -ser posible sealar el camino
que los Caras han tomado para llegar Quito. Aunque Velasco dice, que
subieron por el valle del rio Esmeraldas, esto no pasa de ser una conjetura,
y cmo le creeremos' cuando anda tan equivocado en la descripcin de la
ruta que siguieron los Espaoles (Alvarado con su ejrcito) desde la costa
al interior, cinco siglos mas tarde, hacindoles tambin subir de Esmeraldas
Quito.
Hacia el ao mil encontramos los Caras en la posesin de la provincia
del reino de Quito, y desde entonces se destaca ste entre la muchedumbre
catica de las dems tribus, como el ncleo resplandeciente de una estrella
nebulosa, que v creciendo y condensndose costa de las informes masas
csmicas que le rodean. Verdad es, que nos faltan datos seguros y fechas
cronolgicas positivas de los primeros tres siglos de este reino nuevo re-
formado, hasta el ao de 1300. Los reyes de Quito llevaban el ttulo general
de Caran-Shiri, los nombres propios de los primeros 10 11 se han perdido,
y se sabe solamente, que poco poco extendieron su dominio sobre un es-
pacio considerable, es decir, sobre todas las regiones interandinas desde los
actuales lmites de Colombia (provincia de los Pastos) hasta los confines de
la provincia de Puruh (Riobamba) en las cercanas de Mocha.
Las tradiciones de la ltima y mas esplndida poca de los Shiris, que
duraba unos 150 aos, comenzando con la conquista pacfica de la gran pro-
vincia de Puruh, ganan mas y mas de seguridad y precisin, y podemos
decir, que la historia y geografa poltica del Ecuador comienza propiamente
con esta poca.
Con el undcimo Shiri se extingui la linea masculina de Cara. Segn
la ley la hija nica que tenia, no podia heredar el reino, y para perpetuar
su dinasta, el Shiri tenia que derogar y derog en efecto la ley antigua,
estableciendo la nueva, de que por falta de hijos varones y sobrinos de parte
de la hermana, pudiese heredar la hija, reinando juntamente con aquel prin-
cipe, que ella libremente eligiese por esposo y sucesor. Esta innovacin
fu bien acojida por las provincias y los estados confederados, y poco des-
pus se cas la princesa Toa con Duchisela, hijo mayor del rgulo de Purhu.
El anciano Shiri de Quito logr de esta manera una doble ventaja: primero
asegur el trono su posteridad, y segundo engrandeci el reino con la im-
portante y belicosa provincia de Purhu, que hasta entonces hbia resistido
todas las tentativas de una conquista violenta.
En efecto, muerto el undcimo Shiri, por el ao .1300, subieron .al trono
BBSMEN HISTBICO. 507

su hija Toa y su esposo Duchisela 12" Shiri. Este rein pacificamente 70


aos, segn es fama, pues muri en la edad avanzada de mas de 100 aos.
Bajo l y bajo el reinado no menos pacfico de su hijo y sucesor Autachi
Duchisela 13 Shiri, que segn la tradicin duraha 60 aos, se dilat el reino
de Quito hacia el Sur mas all de los actuales limites del Ecuador, hasta
Huancabamba, Piura y Paita, por medio de confederaciones y pactos de
alianza. Los Caaris, los Paltas y Zarzas, y aun algunos estados martimos
se incorporaron voluntarios en el gran reino. Puede ser, que los estados
pequeos buscaran en esta adhesin una seguridad y un apoyo contra los
Incas del Per, contra aquellos poderosos conquistadores del Sur, cuya fama
en esa poca ya se habia extendido sobre una gran parte del Continente
sudamericano, alarmando las pequeas naciones independientes, que tenan
que arimarse las mas poderosas, si queran conservar su libertad. Pues
el sistema de conquista de los Shiris era muy distinto del de los Incas.
Mientras que estos ltimos seguan el sistema de centralizacin y se con-
solidaban introduciendo en todas partes su religin, sus leyes, costumbres
y hasta su idioma, poniendo en las provincias conquistadas autoridades civiles
y militares de su nacin; se contentaron los primeros regularmente con un
simple pacto de alianza, con un mdico tributo, con una confederacin, en
que cada estado quedaba con sus gobernadores nativos, con sus idiomas y
costumbres particulares. Este ltimo sistema, que ciertamente era mas
acomodado al carcter poco social de los americanos, y que por su suavedad
hacia mas felices las naciones en tiempo de paz, no dejaba de presentar sus
grandes inconvenientes en tiempo de una guerra extranjera, como ya el su-
cesor de Autachi, su hijo Hulcopo Duchisela 14 Shiri tuvo que experimentar.
Este subi al trono por 1430 y rein 33 aos, pero solamente los primeros
20 con felicidad.
Unos 150 aos todo el dilatado reino de Quito habia gozado de una
paz octaviara. Su extensin geogrfica era casi la misma que tiene el Ecua-
dor moderno, si desatendemos las regiones ultra-andinas (orientales), que
hoy no tienen mucho mas importancia histrico-poltica que en aquella poca
remota. Las naciones al Oeste de los Andes se hallaban en parte aliadas
al gran reino, en parte tenidas en el debido respecto. Esta monarqua era
la nica en Sudamrica, que rivalizaba con la de los Incas peruanos en
cuanto su extensin, el nmero de sus habitantes y el grado de su civi-
lizacin.
Investigar, de qu modo los Shiris llegaron al alto grado de cultura,
en que los hallaron los Incas, cuanto de ella han trado desde otras regiones
lejanas, cuanto han adquirido en virtud de su propio desarollo, y cuanto
.han adoptado de las naciones conquistadas confederadas circunvecinas, es
508 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

un trabajo arduo y es mas bien objeto de la historia y arqueologa, que de


la geografa, por cuanto no entraremos en el campo de la discusin. Solo
diremos, que no nos parece necesario, buscar las causas en un poderoso in-
flujo externo, y que la civilizacin de los Shiris nos parece una adquisicin
propia de la nacin. Los Caras aventajaban en mucho las otras naciones
indgenas al tiempo de su llegada. Superiores en la forma de gobierno, asi
como en las artes de la guerra y de la paz, eran de un carcter noble, y
de un genio abierto y bien dispuesto. Siempre en movimiento, siempre bus-
cando como mejorar las condiciones materiales de su existencia y como
aumentar su bienestar, y favorecidos por una serie no interrumpida de buenos
sucesos, no pudo faltar que tambin el desarollo intelectual y espiritual se-
guia en una medida proporcionada. Conquistado una vez el pequeo reino
de Quito, cayeron los Caras como un fermento en la inerte masa de esas
tribus antiguas de las altiplanicies, y encontraban en la misin de conquistar
y civilizarlas un nuevo aliciente para su rpido desarrollo ulterior, que desde
entonces se verific en una proporcin geomtrica, ayudado por nuevas cir-
cunstancias favorables, entre las cuales ciertamente no hay que olvidar el
poderoso influjo de un clima benigno y sano, de un cielo sereno, y de un
suelo que invitaba la agricultura y asientos estables. Las condiciones
fsicas y morales en que se hallaban los Shiris durante mas de 400 aos,
eran muy anlogas las que favorecan el desarollo de los Incas en el Per
durante la misma poca, y por esto no hay que admirarse mucho, que el
resultado final, es decir, las dos monarquas al tiempo de su mayor grandeza,
presentan tantas analogas. No es necesario recorrer para una explicacin
satisfactoria la infundada hiptesis de un origen comn y de un paren-
tesco muy cercano de las dos naciones Cara y Quichua.

Durante la segunda mitad del reino de Hulcopo Duchisla, la estrella


de los Shiris comenz eclipsarse. Los Incas del Per, mas ambiciosos
todava que los Shiris de Quito, no miraban con indiferencia la floreciente
monarqua vecina, y pensaban rectificar sus fronteras hacia el Norte. El
primero que realiz esta idea, fue Tupac-Yupanqui, 12 Inca, hacia el ao
de 1450.
Desde luego se manifest el flaco del sistema de gobierno que llevaban
los Shiris y la falta de centralizacin. Las provincias al Sur del Azuay,
que fueron conquistadas sin efusin de sangre y tan solo por pactos de
alianza y amistad, se perdieron del mismo modo y en brevsimo tiempo;
pues el inters y el vnculo que las ligaba con Quito, era demasiado dbil,
para oponer un obstculo serio las armas victoriosas del Inca mejor
RESUMEN 'HISTRICO. 509
dicho sus promesas seductoras,, con que solia intimar la sujecin las
naciones.
La primera noticia de la invasin peruana lleg al Shiri juntamente con
la de la defeccin y prdida de las provincias fronterizas y de varias mar-
timas, que espontneamente haban enviado embajadores Huancabamba,
ofreciendo al Inca s amistad y alianza, el que mand inmediatamente sus
gobernadores, capitanes y sacerdotes, para instruir los pueblos novicios y
darles la nueva forma de gobierno. Sigui el Inca con espantosa rapidez
su marcha triunfal por las grandes provincias de Zarza, Paltas y Caar, y
no se detuvo sino al pi meridional del Azuay, es decir, delante de la puerta
del antiguo patrimonio de los Shiris. Hannibl ante porlas!
Para explicarnos el suceso rpido en esta primera, as como en las pos-
teriores conquistas de los Incas, no debemos olvidar, que ellos contaban con
un elemento mas, con el fanatismo religioso. Hijos del Sol, eran los en-
viados del cielo para dilatar sobre la tierra el culto de su padre, el Sol,
fuego y sangre si fuese necesario. Su religin y gobierno era el Islam de
Amrica, y ellos eran mas que el profeta Mahoma, pues eran descendientes
de Dios, eran Dioses-hombres; desobedecer y ofender ellos, era ofender
la Deidad misma.
El susto del rey de Quito era grande. Se hallaba sin armas y material
de guerra, sin ejrcito aguerrido, sin ninguna preparacin para un caso tan
inesperado, y de consiguiente no pensaba en reconquistar lo perdido, sino
solamente en defender lo que le quedaba. Tupac-Yupanqui se detuvo cerca
de 2 aos en la provincia de Caar, levantando en todas partes palacios,
templos y fortalezas para asegurar sus conquistas y tener un nuevo centro
de operaciones, y completando su ejrcito con las reclutas de las nuevas
provincias, sobre todo de los Canaris; porque haba comprendido, que la
guerra cambiar de especie al otro lado del Azuay, en los antiguos dominios
de los Shiris y con vasallos fieles ellos.
La demora del Inca dio lugar Hualcopo para fortificarse de su parte
en la provincia de Puruh y en los pequeos estados de Tiquizambi y Alausi,
que al Sur de ella se extendieron hasta el pi setentrional del Azuay. Des-
pus que Tupac-Yupanqui habia pasado con su ejrcito esta montaa, Hual-
copo le disput con el suyo el paso, rechazando con indignacin las pro-
puestas de paz y amistad de parte "del Inca. Sinembargo nada le vali su
valor personal, nada la tenaz resistencia de sus tropas bajo la inteligente
direccin del general en jefe Epiclachima, hermano del Shiri, contra la mayor
experiencia y contra la mejor disciplina de las tropas veteranas del Inca.
Despus de varias refriegas sangrientas se perdieron los estados de Alausi
y Tiquizambi, y los de Quito se retiraron los dilatados pramos del nudo
510 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

de Tiocjas entre Tixan y Guamote, para prepararse una batalla general


y decisiva. Esta se libr despus de tres meses de escaramuzas diarias al
rededor de las fortificaciones, que poco poco se haban rendido, fu por
largo tiempo sostenida y sangrienta, pero con la muerte del valiente Epic-
lachima y de 16 mil de los suyos, se decidi la victoria por el Inca.
Hualcopo, derrotado completamente, se retir Liribamba, capital de
Puruh, y no encontrando all el apoyo y refuerzo necesario, sigui con las
tropas deshechas su derrotero hasta Mocha, dejando toda la provincia de
Puruh en las manos del victorioso Tupac-Yupanqui. En la fortaleza de
Mocha se detuvo, por hallarse en un punto estratgico muy ventajoso y por
haber llegado los refuerzos de Quito. Reorganiz su ejrcito ponindolo bajo
el comando de Calieuchima, hijo del general Epiclachima y sobrino del rey,
que era un joven muy experto y aun superior en todo su padre. Pre-
parado de este modo concibi nuevas esperanzas y rechaz de nuevo y con
mas energia las reiteradas promesas y propuestas de Tupac-Yupanqui, que
venia en seguimiento del Shiri. Por mucho tiempo se siguieron los ataques
bien dispuestos, pero siempre fueron rechazados con valor y con gran pr-
dida de los peruanos. Finalmente Tupac-Yupanqui, viendo sus tropas diez-
marse cada dia, y conociendo las dificultades por ahora insuperables de ex-
pugnar la fortaleza, levant el sitio y se content con asegurar la posesin
de las provincias ya conquistadas, construyendo, segn su costumbre, al-
gunas fortalezas en los lugares mas propsito, asentando en ellas una gran
parte d sus veteranos, y poniendo nuevos gobernadores y dems autoridades.
Hecho todo esto se volvi, corriendo el ao de 1460, triunfante y lleno de
gloria al Cuzco, capital de su imperio.*) Hualcopo no sobrevivi mucho
sus desgracias y agobiado de pesadumbre muri unos 3 aos despus.
Por los sucesos histricos, que acabamos de referir en resumen brev-
simo, el aspecto geogrfico-poltico del reino de Quito se habia cambiado
completamente en menos de 10 aos. Este gran reino perdi mas de la
mitad de su territorio y fu reducido los lmites que tenia en 1300, antes
de la unin con Puruh y antes que el abuelo de Hualcopo lo hubiera en-
grandecido. Todo el Ecuador meridional desde Mocha, y casi todas las pro-
vincias occidentales (martimas) se han convertido en provincias del imperio
incsico. La reconquista de Puruh que sucedi 3 aos despus de la reti-
rada de Tupac-Yupanqui, como veremos, fu de poca duracinj y siempre
se puede decir, que este clebre Inca dio la herida mortal la dinasta de
los Shiris, y que su hijo Huayna-Capac solamente acab la obra por un
ltimo golpe.
*) Segn algunos historiadores, como Balboa, Cieza de Len y Montesinos, Tupac-
Yupanqui habia llegado hasta Quito, y regresado de all.
RESUMEN" HISTRICO. 511
Muerto Iualcopo en el ao de 1463, fu coronado su primognito Cacha
Duchisela 15 y ltimo Shiri de Quito. Desde luego emprendi la reivindi-
cacin de los estados, que su padre habia perdido, y la fortuna le favoreci
de manera, que en poco tiempo se hizo dueo de la provincia de Puruh y
de los dos estados anexos de Tiquizambi y Alaus, arrasando las fortalezas
del Inca y pasando cuchillo todas sus tropas. As llev de nuevo los
lmites de su reino al pi del Azuay, pero no logr nunca extenderlos al
otro lado de esta montaa, porque todos sus esfuerzos de reconquistar los
Caaris fueron intiles. Pues estos, fieles y decididos por el gobierno de
los Incas, le pusieron obstinada resistencia por largos aos, hasta que obli-
gado por las bajas continuas de sus tropas y por la notable decadencia de
su salud, finalmente desisti de su empresa.

El Inca Tupac-Yupanqui, aunque muy irritado por las acciones crueles


de Cacha y por la prdida de las provincias que habia credo bien asegura-
das, no pudo realizar sus deseos de venganza, porque la muerte se. lo im-
pidi. Pero su hijo y sucesor Huaina-Cajoac, llamado por sus contemporneos
el Grande y el Conquistador, hered las ideas de su padre, y prepar desde
luego cuantos elementos eran necesarios para una guerra magna contra el
reino de Quito, decidido de acabar con la dinasta de los Shiris.
Sali del Cuzco por el ao de 1475 y vino por el camino de la Cor-
dillera hasta la provincia de Huancabamba. De all bajo Tnibez y co-
menz la conquista en gran parte pacifica de las naciones martimas del
Ecuador, que hasta entonces haban quedado independientes flojamente
aliadas sea con el imperio incsico durante la primera conquista de su padre,
sea con el reino de Quito. Pocas veces tenia que proceder con severidad,
como con los isleos de Puna, consecuencia de una negra y alevosa trai-
cin de su rgulo Tufribal, que cost al Inca lo mas florido de su ejrcito.
Huaina-Capac, irritado justamente, resolvi escarmentar las naciones circun-
vecinas con un castigo ejemplar, y arras la isla sangre y fuego, no per-
donando sino las mujeres y los nios. Otro ejemplo de su zelo esta-
bleci en una tribu de Manab, que por sus costumbres sumamente corrom-
pidas y por sus vicios abominables (sodomticos) era el escndalo de las
dems. El Inca crey que no debia quedar ni la memoria de ella, y se
cumpli su orden de matar cuantos la componan. Por lo dems redujo
amistosamente y con delicada maa casi todas las tribus desde el rio de
Guayaquil hasta Cuaques y Colima en el Norte de la actual provincia de
Manab. Regresando al camino de la Cordillera quiso de paso conquistar
* > : ,

* * '

512 GEOGEAF POLTICA Y CIVIL.

la provincia de los Pacamores, que habitaban las selvas de Jan y confina-


ban con la provincia de Huancabamba. Pero cuando conoci, que esta
gente era muy aguerrida y destrsima en el manejo de las armas, y que
.esta conquista le costaria mucho tiempo y mucha sangre, desisti por en-
tonces de su plan y cambiando de rumbo tom el camino para Tomebamba
en la provincia de Caar.
Afirman algunos historiadores, que Huaina-Capac habia nacido en Tome-
baniba durante la primera expedicin de su padre en esta provincia. Sea
de esto lo que fuera, cierto es, que siempre mostr una decidida y singular
preferencia esta ciudad, la que durante su larga demora en ella embelleci
con ricos templos y suntuosos edificios. Pero en estas pacficas tareas no
se olvid un momento del objeto principal de su venida, que era la guerra
contra el rey de Quito. Conforme al sistema incsico hizo construir en
varios puntos de la provincia de Caar nuevas fortalezas, mejorando y
extendiendo la vez las que ya existan, y as lleg las fronteras de los
estados de su enemigo principal, en las alturas del Azuay.
Entre tanto la salud de Cacha Duchisla iba dia dia en decadencia,
y estaba en desproporcin lamentable con el vigor de su espritu y con su
carcter soberbio, que le llevaba al campo de batalla. Aunque l personal-
mente daba todas las importantes disposiciones y se, consideraba como
director supremo de la guerra, dejaba sinembargo al general Calicuchima la
organizacin del ejrcito, la fortificacin de los puntos mas importantes y
la ejecucin directa de sus rdenes. Las vanguardias de los Puruhes
estaban las orillas del rio de Achupallas, que desciende de las cumbres
del Azuay, y detenan por largo tiempo los pasos del Inca en esas incmo-
das y nevadas alturas. Finalmente abrieron los Caaris, muy baqueanos en
aquellos pramos, el camino, despus de vencer los Puruhes en una
sangrienta batalla. Sin otra resistencia seria se posesionaron los peruanos
de Alaus y Tiquizambi, y siguieron su marcha hasta Tiocjas, en donde
lidiaron aos antes los padres de los actuales contendientes. Volvi darse
en estos pramos tristes por segunda vez el combate entre las dos naciones
rivales y con el mismo fatal xito para el partido del Shiri. Derrotado
completamente Cacha, se retir su fortaleza de Mocha, como lo habia
hecho su padre Hualcopo, pero mas desgraciado todava que est, ya no
podia oponerse los pasos victoriosos de Huaina-Capac. Despus de haber
perdido casi todo su ejrcito, no tanto por la muerte cuanto por la traicin
y desercin, y vindose abandonado de la mayor parte de sus vasallos,
abraz el dictamen de los caciques de Otavalo, Cayambe y Carnqui, que
le aconsejaron, que abandonando las provincias de Mocha, Ambato, Lata-
cunga y Quito, las cuales parecan sobornadas y mal seguras, pasase de
BESTJMEN HISTBICO. 513

largo las provincias setentrionales, donde le seria fcil reclutar soldados


fieles, y donde le defenderan hasta el ltimo suspiro. Cacha traslad su
cuartel general Cochasqu y comenz fortificarse.*) El Inca le sigui,
se apoder con harta dificultad y, segn parece, solamente por la traicin
de los Cochasques, de las fortificaciones y poco despus de Guallabamba,
obligando Cacha y los suyos retirarse hasta Otavalo. Pero desde en-
tonces los Carnquis que siempre eran los vasallos mas fieles del Shiri,
pelearon con tanto denuedo y valor, que muy pronto comenzaron pasar
de la defensiva la ofensiva, y que el Inca, escapando de un peligro emi-
nente en un ataque, se vio precisado levantar el sitio de la fortaleza de
los- Carnquis, y suspender la conquista. Mand construir una fortaleza
en Pesillo y volvi atrs hasta Tomebaniba, para hacer venir del Cuzco y
las dems provincias del imperio nuevas tropas, con que reparar sus prdidas.
El Inca se detuvo bastante tiempo en Tomebamba, festejando sus
tropas con todo gnero de agazajos. Tambin tuvo que suprimir en su
origen la sublevacin de una parte descontenta de su ejrcito, y cuando
finalmente llegaron los refuerzos pedidos del Cuzco, se alist sin demora
la nueva campaa. Pues ya habia recibido la noticia, de que los Carnquis
haban asaltado la fortaleza de Pesillo y acabado con cuantos la guarnecan.
Destac inmediatamente su hermano Auqui-Toma con un grueso cuerpo
de tropas, mientras que el mismo seguia mas despacio con el resto del
ejrcito.
uqui-Toma no encontr resistencia ninguna hasta dar con la inex-
pugnable fortaleza de los Carnquis en Otavalo, pero en el primer ataque
serio perdi desgraciadamente su vida con muchos de su gente. Con la
muerte de su jefe se desalentaron los Cuzqueos, mientras que los Carn-
quis concibieron nuevas esperanzas y aumentaron los bros hasta poner
sus enemigos en completa derrota. Huaina-Capac se aflrji mucho con la
noticia de este nuevo desastre y sobre todo de la muerte de su hermano,
hizo cuanto pudo para reparar las prdidas, resuelto castigar los
Carnquis, los mas constantes' y dignos de sus enemigos.
Con la llegada del Inca se renovaron los ataques la fortaleza de los
Carnquis, muchos dias sin resultado. Finalmente venci la astucia al valor;
pues Huaina-Capac, fingiendo despus de un nuevo asalto la huida, se retir
bastante de la fortaleza y los Carnquis salieron de ella pensando solamente
en la persecucin del enemigo. Entre tanto unas tropas peruanas hbilmente

*) Segn Velasco el Shiri se hubiese retirado inmediatamente la llanura de


Hatuntaqui y dado pocos dias despus la batalla decisiva, en que perdi la vida. Nos-
otros -seguiremos desde aqu con Cevallos otros autores, que parecen mas fidedignos.
Wou, Ecuador. 33
514 GEOG-BAFA POLTICA Y CIVIL.

emboscadas se apoderaron de la fortaleza descuidada casi sin obstculo, y


pasaron sangre y fuego los pocos que haban quedado. Los Carnquis
al ver sus espaldas el incendio de su fortaleza, y comprendiendo tarde la
estratagema del Inca, que luego volvi cara con los suyos, perdieron com-
pletamente su valor y se abatieron tanto, que para los peruanos fu fcil
acabar con casi todos. Solo un famoso capitn, que se llamaba Pntae, se
escap del furor de los vencedores y logr refugiarse con un millar de
hombres en las montaas al Sureste del valle de Chillo (en la actual parro-
quia de Pntae), en donde caus todava por mucho tiempo graves daos
las tropas de Huaina-Capac, aun despus de la esplndida victoria de
Hatuntaqui.
A Cacha ya no qued otro refujio que la afamada fortaleza de Hatunta-
qui, ltima esperanza de los pueblos, que aun se mantenan fieles. Al rede-
dor de ella concentr todas sus tropas, y despreciando el consejo de reti-
rarse al centro de las fortificaciones, se hizo llevar en silla el dia de com-
bate, en el puesto de mayor peligro.
El Inca dirigi al Shiri la ltima invitaccion, de que se sometiese, para
evitar el derramamiento de tanta sangre. Cacha le contest lo que siempre,
diciendo que l no buscaba, la guerra y no haca sino defenderse, y que por
esto prefera morir antes que someterse. Eecibida esta contestacin dio el
Inca la orden del combate y la de no tener misericordia con ningn ene-
migo. Las primeras escaramuzas duraron muchos das, hasta que al fin
vinieron una batalla general, que se mantuvo mucho tiempo muy obstinada
y aun pareca inclinarse la victoria al Shiri; mas, despus que ste haba
cado de su silla mortalmente herido con una lanza, que atraves su cuerpo,
decay tambin el nimo y valor de sus vasallos. Rindieron pues las armas,
pero con una especie de protesta, aclamando por Shiri, en el mismo campo
de batalla, Paccha, nica hija y heredera del rey difunto. No obstante se
debe decir, que con la batalla de Hatuntaqui se acab la dinasta de los
Shiris y el reino de Quito, formando su territorio en adelante una parte del
gran imperio de los Incas. En la llanura de 'Hatuntaqui, que habia servido
de campo de batalla, el viajero moderno admira como un enorme mausoleo
los muchos tmulos (tolas) de diferente tamao,. bajo los cuales yacen los
restos del soberbio reino de Quito.
Inmediatamente despus de la batalla de Hatuntaqui, Huayna-Capac se
cas con Paccha, la hija del difunto Shiri, y por esta accin poltica con-
tent de algun modo los Quiteos y pacific, despus de la supresin de
una rebelln de los Carnquis, todo el pais. Sent sus reales en Quito,
introdujo en las provincias conquistadas la religin, la lengua y las institu-
ciones polticas y civiles de los Incas. Se celebra en este gran monarca
BESMESf HISTRICO. 515
su justicia, discrecin y tolerancia, con que supo amalgamar los dos pueblos,
el vencido y el vencedor, como si hubieran sido hermanos. Despus de un
reinado feliz y largo (de 38 aos, segn se dice) muri fines del ao de
1525, y su cadver fu llevado Cuzco.

El esplendor de los Incas habia llegado su cumbre; su imperio abraz


los territorios de las actuales Repblicas de Chile, Bolivi, Per y Ecuador.
Pero, suerte de todas las cosas humanas, que apenas llegadas . su cul-
minacin, comienzan declinar , Huaina-Capac mismo, el fundador del
soberbio edificio de la gran monarqua, puso en su testamento el germen de
su destruccin. Sintiendo acercarse el fin de sus dias, dividi el imperio
entr sus dos hijos, legando Huscar, el primognito, el Per con todas
las partes meridionales hasta Chile, y Atahuallpa su hijo que tenia de
Paccha, el antiguo reino de Quito, como lo haban poseido sus abuelos
maternos (los Shiris). Con esta divisin se restableci el Ecuador, casi con
sus lmites actuales, en una entidad poltica independiente; pero al mismo
tiempo comenz la cuestin de lmites entre el Per y el Ecuador, que
para ambas partes litigantes tenia consecuencias tan fatales, excitando una
guerra entre los hermanos, que debilitaba sus fuerzas y ayudaba poderosa-
mente la conquista espaola, de Sudamrica. Huscar y Atahuallpa se dis-
putaban las actuales provincias de Caar, Cuenca y Loja; el primero con-
sideraba el nudo del Azuay como lindero entre los dos imperios, y el segundo
reclamaba todo el terreno, que haban poseido sus antepasados maternos,
hasta Paita. La suerte favoreci Atahuallpa, y ya se hall en Cuzco,
considerndose como nico dueo de los dos reinos nuevamente unidos,
cuando un suceso inesperado acab con toda su gloria y cambi la faz
poltica de Sudamrica. El golpe atrevido de un aventurero espaol con-
virti la. monarqua incsica en una colonia europea. Conocida es la historia
de la Conquista del Per por Pizarro, de la prisin y muerte de Atahuallpa
y de las guerras fratricidas entre los primeros Conquistadores. Me limitar
en este brevsimo resumen los sucesos que se refieren la transformacin
y al desarrollo sucesivo de las tierras, que componen la moderna Repblica
del Ecuador.

Los verdaderos conquistadores del Ecuador son Diego de Almagro ,y


Sebastian de Benalezar, por orden y autorizacin de Francisco Pizarro, los
cuales durante el ao de 1534 penetraron desde San Miguel de Piur "por
las provincias de Loja, Cuenca y las dems, del pais alto, hasta Quito,
33*
516 GEOGBAFA POLTICA Y CIVIL.

librando varias batallas sangrientas innumerables combates menores con


los indios, que obstinadamente les disputaban el paso, bajo la direccin de
algunos capitanes antiguos de Atahuallpa. Solo con la muerte de estos
caudillos valientes y con la toma de Quito el 6 de Diciembre de 1534 se
concluy la guerra y qued subyugado los espaoles el antiguo reino de
Quito, casi en la misma extensin, en que Atahuallpa lo habia heredado de
Huaina-Capac. Almagro regres desde Biobamba al Per, y Benalczar,
despus de consolidar la fundacin de la nueva ciudad de Quito, emprendi
desde luego la conquista d las provincias de Quillacinga (Pasto) y del
Cauca, mientras que otros capitanes por sus rdenes fundaron poblaciones
en la costa desde Esmeraldas hasta Guayaquil, y trataron de ir al descubri-
miento y conquista de Canelos y apo, aunque con xito menos feliz.
Despus de que Benalczar en Abril de 1538 se habia ido definitiva-
mente en busca de su soado Dorado de Cundinamarca, nombr Francisco
Pizarro su hermano Gonzalo .gobernador y capitn general de Quito, Quilla-
cinga, Popayan y de todo cuanto se descubriese por aquel lado, cometiendo
con este nombramiento una gran injusticia contra Benalczar, quien poco
antes habia dado prometido lo mismo. - Gonzalo Pizarro se hizo notable
por su desgraciada expedicin al pais de los Quijos, que sinembargo tuvo
por resultado el descubrimiento del rio apo, de otros rios caudalosos de
la regin oriental, y la memorable primera navegacin del rio Amazonas
por Orellana, desertor de Pizarro, en 1542.
Ya durante su ausencia en Quijos, Gonzalo Pizarro fu destituido de su
Gobierno. El 26 de Junio de 1541 muri su hermano Francisco, gobernador
general del Per, asesinado en la ciudad de Lima. El 26 de Setiembre del
mismo ao Vaca de Castro present al Cabildo de Quito sus credenciales
del rey de Espaa, como gobernador general del Per, y como tal nombr
por su teniente en el reino de Quito Fernando Sarmiento, dejando y con-
firmando al mismo tiempo Benalczar en su Gobierno de Popayan. Muy
poco dur la dominacin de Vaca de Castro, el rey mand en su lugar
Blasco Nuez Vela con el titulo de Virey del Per y Presidente de su Eeal
Audiencia. Con su llegada (1544) comienza la serie larga de los Vireyes
del Per y el rgimen colonial de Espaa, segn las leyes especiales llama-
das de las Indias.

Todas las colonias espaolas denominadas .Tierra firme, Nuevo reino de


Granada, Nuevo reino de Castilla, Nuevo reino de Toledo, Tucuman, Paraguay
y Buenos Aires fueron rejidas hasta el ao de 1717 por un solo virey, que
residia en Lima, capital del Nuevo reino de Castilla. Este dilatado vireinato
se componia de las Audiencias de Panam, Caracas, Santaf, Quito, Lima,
BESUMEN HISTBICO. 517
Cusco, Charcas, Santiago y Buenos Aires. Lo que hoy forma la Repblica
del Ecuador fu constituido en 1564 con el nombre Presidencia de Quito,
que llamaban tambin Reino de Quito, pero su jurisdiccin se extenda en-
tonces mucho mayor espacio que en la actualidad. Su primer Presidente
fu Don Fernando de Santillan, oidor de la real audiencia de Lima. Junta-
mente con la Presidencia fu establecida la Eeal Audiencia, la cual, sinem-
bargo, lleg suprimirse, como la de Panam, con motivo de la ereccin del
vireinato* del Nuevo reino de Granada, que tuvo lugar el 27 de Mayo de 1717.
Sea para moderar el poder de los vireyes, sea para facilitar la adminis-
tracin de tan dilatados reinos, determin el monarca de Espaa erigir el
segundo vireinato, que acabamos de nombrar, dndole por capital Santaf
(hoy Bogot). A l perteneci en adelante la Presidencia de Quito. Por
motivos no bien claros se suprimi el nuevo vireinato en 1723, volviendo
concentrarse el gobierno superior en el de Lima y restablecindose tambin
la Eeal Audiencia de Quito. Pero las mismas razones que motivaron la
primera separacin n 1717, imperaron de nuevo con mayor fuerza, y en 1739
se restableci definitivamente el vireinato del Nuevo reino de Granada, con-
servando esta vez tambin la Eeal Audiencia de Quito.
La Presidencia de Quito comprenda en aquella poca, segn la Beeo-
pilacioii de Indias, por el Norte, Pasto, Popayan, Cali, Buga, Chapandica
y Guarchicona, extendindose por la costa setentrional hasta el Puerto de
Buenaventura inclusivamente; por el Sur hasta Paita, tambin con inclusin
de este puerto, y por el interior hasta Jan; por el Este, los pueblos de
Canelos y Quijos con los dems que se descubriesen por el mismo lado.
Estos descubrimientos hechos especialmente por los misioneros de Quito,
pasaron de la desembocadura del Yavar en el Amazonas. La Presidencia
contenia siete Gobiernos menores bajo su dependencia: Popayan, Guayaquil,
Cuenca, Macas, Quijos, Jan de Bracamoros yMinas; cinco corregimientos:
Ibarra, Otavalo, Latacunga, Eiobamba, Chimbo y Loja; y las tenencias de
Ambato y Barbacoas. Al Gobierno de Cuenca pertenecia la tenencia de
Alausi, y al de Guayaquil las de Babahoyo, Baba, Daule, Portoviejo, Santa
Elena, Puna, Naranjal y Yaguachi.
El Gobierno eclesistico se dividi en Sudamrica en tres iglesias metro-
politanas, que fueron las del Nuevo reino de Granada, Per y Charcas.
Quito, que en lo poltico y militar estaba bajo el virey de Santaf, en lo
eclesistico dependa del metropolitano de Lima. De las dems iglesias dentro
de la Presidencia, unas se hallaban bajo el mismo gobierno del arzobispo
de Lima, y otras bajo el de Santaf.
Con la indicada divisin poltica qued el Eeino de Quito hasta el prin-
cipio de nuestro siglo, y la historia del largo perodo de unos 250 aos tiene
518 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

para la geografa muy poco ningn inters. Lleg finalmente el tiempo


d la independencia y con l se verificaron cambios geogrficos muy no-
tables. Despus del fracaso de la primera revolucin en Quito, iniciada el
10 de Agosto de 1809, se siguieron muchas "otras tentativas de proclamar
la independencia sin resultados duraderos," hasta que finalmente el 9 de Oc-
tubre de 1820 .Guayaquil obtuvo su'libertad definitiva." El ao siguiente
comenz el general venezolano Antonio Jos de Sucre su campaa contra
,las. tropas realistas de la sierra, y el 22 de Mayo d 1822 obtuvo una vic-
toria decisiva en la batalla del Pichincha, llamada as, porque fu librada
sobre las faldas de este volcan, la vista de la capital. Dos dias despus
firm Aimerich, ltimo Presidente espaol de Quito, una capitulacin, con
la cual qued sellada la independencia de todo el antiguo reino de Quito,
a los 288 aos,, despus que Benalczar lo sujet al dominio de Espaa.
La Presidencia de Quito acept la constitucin de Colombia y se incorpor
a esta gran Repblica. Simn Bolvar, el Libertador, vino en este mismo
ao. de 1822 Quito, y pas Guayaquil, donde necesit todo el influjo, de
su autoridad para .que este departamento se adheriera la Repblica de Co-
lombia, y no al Per, como deseaban muchos de sus habitantes. La incor-
poracin de las provincias de Cuenca y Loja se realiz por los mismos dias
sin dificultad; y as la bandera de Colombia flameaba desde las bocas del
Orinoco, en el Atlntico, hasta la desembocadura del Tmbez en el Pacfico,
comprendiendo esta repblica poco mas . menos la misma extensin terri-
torial, como el antiguo vireinato de Santaf.
La gran "Repblica de Colombia no dur mas que ocho aos, sin poder
consolidarse ni tranquilizarse por un solo ao; pues, no bien concluida la
guerra de la independencia, comenzaron las guerras civiles y las disensiones
de los pueblos libertados. Por una acta firmada en Caracas el 24 de No-
viembre de 1829, Venezuela se declar independiente del Gobierno central
y sancion la ereccin de la nueva Repblica en el Congreso constituyente
el 6 de Mayo de 1830. Casi al mismo tiempo, por acta del 13 de Mayo, se
resolvi en Quito la separacin del Ecuador, acta, la cual se adhirieron
luego Guayaquil, Cuenca y los dems pueblos. El primer Congreso con-
stituyente se reuni el 14 de Agosto de 1830 en la ciudad de Biobamba, y
eligi por primer Presidente de la Repblica al General Juan Jos Flores.
Las ciudades de Pasto, Buenaventura y Popayan, que siempre haban
dependido de la Presidencia de Quito, se. incorporaron desde el principio y
voluntariamente al. Estado del Ecuador, y todas las provincias del Cauca
fueron representadas por sus disputados en el primer Congreso constitucional
d esta Repblica en 1831. Pero Colombia no quiso reconocer esta incor-
paracio y reclam todas las provincias del antiguo Gobierno de Popayan,
BBSTJMBN HIST0B1C0. 519
sin oir las resoluciones libres de los pueblos, ni las observaciones juiciosas
y moderadas del Gobierno ecuatoriano. La guerra que se suscit por esta
cuestin, sali fatal para el Ecuador, consecuencia de la traicin del General
Lpez en Popayan y del Coronel Saenz en Pasto. El 8 de Diciembre de
1831 se firm en la ciudad ltimamente nombrada un tratado de paz, en
que se j el rio Carchi como lmite divisorio entre las dos Eepblicas, con
arreglo alo dispuesto por el artculo 22 de la ley colombiana de 25 de Junio
de 1824. El arreglo definitivo de lmites est pendiente hasta hoy dia, por-
que una de las bases con que el Congreso de 1832 acord el tratado, fu
la de salvar los derechos del Ecuador. Asi lo aprob el Gobierno ecuato-
riano y as lo acept el de Nueva Granada.
Fuera de la referida cuestin de lmites al Norte y de algunas tenta-
tivas frustradas de arreglar los linderos con el Per, la historia del Ecuador,
que ahora cuenta 62 aos, no ofrece ningn inters geogrfico.
La Eepblica ha tenido:
10 Constituciones:
La de Riobamba 18301835. La de Guayaquil 18521859.
Ambato 18351843. Quito 18611869.
Quito 18431845. Quito 18691876.
Cuenca 18451850. Ambato 18771883.
Quito 1850, pocos meses. Quito 1883, vigente.

16 Presidencias constitucionales:
Juan Jos Plores 18301834. Jernimo Carrin 18651867.
Vicente Kooafuerte 18351839. Javier Espinosa 18681869.
J. Jos Flores (2S vez) 18391844. G. Gareia Moreno (2a vez) 1869-1875.
V. Bamon Roca 18451849. Antonio Borrero 18751876.
Diego Noboa 1851, pocos meses. Ignacio Veintemilla 18781882.
J. M. Urvina 18521856. J. M. Plcido Caamao 18831888.
Francisco Robles 18561859. Antonio Flores 18881892.
Gabriel Garca Moreno 1861 1865. Luis Cordero, desde Junio de 1892.

Instituciones polticas y civiles.


El Gobierno del Ecuador es republicano democrtico; en otros tr-
minos, es popular, representativo, electivo, alternativo y responsable. El Poder
Supremo est dividido en legislativo, ejecutivo y judicial.
El Poder Legislativo consiste en el Congreso, compuesto de las dos
Cmaras del Senado y de los Diputados, sin diferenciarse las dos por.pre-
rogativas, sino tan solo por la diversidad de algunas cortas atribuciones que
les corresponden separadamente. El Congreso se rene, segn la ley de
1887, cada dos aos en Junio y sus sesiones duran dos meses. Puede
reunirse extraordinariamente. cuando . el Poder Ejecutivo lo convoca, para
520 GEOGKJPA POLTICA X CIVIIi.

ocuparse puramente en los asuntos para los cuales ha sido convocado. La


Cmara del Senado se compone de 30 Senadores, dos por cada provincia, y
la de Diputados de uno por cada 30000 habitantes (por ahora son 35 Dipu-
tados). Senadores y Diputados son eligidos directamente por los ciudadanos
no inhabilitados; los primeros duran cuatro aos y los ltimos solo dos en
BUS funciones, pero unos y otros pueden ser reelegidos indefinidamente.
Para ser Sendador se requiere que el nombrado sea ecuatoriano en ejercicio
de la ciudadana y tenga 35 aos de edad; para ser Diputado basta la
primera condicin. Los miembros del Congreso durante el desempeo de
su cargo no pueden aceptar ningn empleo del Poder Ejecutivo, y los em-
pleados de libre nombramiento del Poder Ejecutivo no pueden ser elegidos
Senadores ni Diputados,
El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la Repblica, por falta
de este por el Vicepresidente, y falta de ambos por el ltimo Presidente
de la Cmara del Senado por l de la de Diputados, -r- Presidente y
Vicepresidente son elegidos por votacin directa y secreta de todos los ciu-
dadanos habilitados, y corresponde al Congreso hacer el escrutinio de los
votos y declarar al que haya obtenido la mayora absoluta relativa. En
caso de igualdad de votos, lo decide la mayora absoluta de los del Con-
greso por votacin secreta, y en el de haber empate en el Congreso, se
recorre la suerte. El Presidente y el Vicepresidente son elegidos por
cuatro aos y deben ser ecuatorianos por nacimiento, ciudadanos en ejerci-
cio, y de 35 aos de edad; no pueden ser reelegidos sino despus de dos
perodos (8 aos); y tampoco durante estos mismos, puede el que ha sido
Presidente, ser nombrado Vicepresidente viee versa, ni sus prximos
parientes.
El Presidente, para el ejercicio de sus atribuciones y despacho de los
negocios pblicos, ehge libremente cuatro Ministros Secretarios de Estado,
uno para los negocios del interior, obras publicas y relaciones exteriores,
otro para los del culto, instruccin pblica, justicia, beneficencia y estadstica,
otro para los de hacienda y crdito pblico, y otro para los de guerra y
marina. Los Ministros duran, si el Presidente lo tiene bien, cuatro aos
en sus funciones.
Hay tambin un Consejo de Estado, que se compone del Vicepresidente
de la Repblica, los Ministros Secretarios, el Ministro'Fiscal d la Corte
Suprema, dos Senadores, un Diputado, un eclesistico y tres ciudadanos
que renan los requisitos para ser Senadores. Los siete ltimos son nom-
brados por el Congreso.
El Presidente de la Repblica tiene, entre otras facultades, la de per-
donar, rebajar conmutar, con ciertas limitaciones prescritas por la ley,
GOBIEKNO. 521

las penas impuestas los condenados por crmenes delitos, previo informe
del tribunal y previo acuerdo del Consejo de Estado. El Presidente no
puede violar las garantas determinadas por la Constitucin, detener el curso
de los procedimientos judiciales, atentar contra la independencia de los jue-
ces, impedir coarctar las elecciones, disolver el Congreso ni suspender
sus sesiones, ejercer el Poder Ejecutivo cuando se ausente de la Capital
hasta mas de cinco kilmetros, ni admitir extrangeros en el ejrcito como
jefes oficiales sin permiso del Congreso. Es responsable por traicin
conspiracin contra la Repblica y por infringir la Constitucin atentar
contra los otros Poderes; por negar la sancin las leyes y decretos expe-
didos por el Congreso; por ejercer facultades extraordinarias sin permiso
del Congreso del Consejo de Estado; por provocar una guerra injusta;
por quitar el sueldo los empleados pblicos.
En los mismos casos, como el Presidente, estn responsables sus Mi-
nistros Secretarios, y ademas: por infraccin de ley, soborno, concusin y
malversacin de los caudales pblicos; por autorizar decretos resoluciones
del Presidente, expedidos sin el acuerdo del Consejo de Estado, cuando la
Constitucin lo prescribe; por retardar la ejecucin de estos decretos no
haber velado sobre su cumplimiento. No les exoneran ni las rdenes verbales
escritas del Presidente. Cualquier ciudadano puede acusar al Presidente
y sus Ministros ante el Congreso, si han infringido la Constitucin las
leyes, y el Congreso est en el deber de oir la acusacin, juzgar y fallar.
En el caso de una invasin exterior de una conmocin interior, el
Congreso, por su falta el Consejo de Estado puede revestir al Presidente
con facultades extraordinarias. Ellas se limitan al tiempo, lugar y objetos
indispensables, para restablecer el orden pblico, y del uso que el Presidente
hiciere de ellas, tiene que dar cuenta al prximo Congreso durante los pri-
meros ocho dias de su congregacin. Tales facultades extraordinarias son,
por ejemplo, aumentar el ejrcito y la marina; anticipar el cobro de las
contribuciones de un ao; negociar emprstitos de acuerdo con el Consejo
de Estado; trasladar otro punt la Capital de la Repblica; confinar
expatriar los indiciados de favorecer una guerra internacional una revolu-
cin interior; disponer de los caudales pblicos etc. etc. Corresponde al
Congreso, cuando este no est reunido, al Consejo de Estado, retirar las
facultades extraordinarias inmediatamente como cesare el peligro, que motiv
su concesin.
El Poder Judicial se ejerce I o por una Corte Suprema, residente en
Quito y compuesta de seis Ministros jueces y de un Ministro fiscal; 2 o por
un Tribunal de Cuentas, compuesto de cuatro miembros, residentes tambin
en Quito, 3 o por seis Cortes Superiores, en las ciudades de Quito, Riobamba,
522 GEOGRAFA POLTICA Y CIYIL.

Cuenca, Loja, Guayaquil y Porto viejo; 4o por tribunales de segunda y ter-


cera instancia para las causas mercantiles, establecidos en Guayaquil, y por
jueces consulares de comercio en Quito, Riobamba, Cuenca, Guayaquil y
Montecristi; 5 o por Jueces letrados en cada una de las capitales de pro-
vincia; 6o por Alcaldes Municipales en todas las cabeceras de cantn; 7? por
Jueces civiles en todas las parroquias. Ademas hay juzgados eclesisticos,
ejercidos por los Obispos sus Provisores, y por los Vicarios de cantn.
Existen Tribunales de Jurados en Ibarra, Quito, Ltacunga, mbato,
Riobamba, Cuenca, Loja y Guayaquil, para que conozcan de las causas cri-
minales, que la ley pone bajo su competencia.
Hay tres Cortes Marciales, en Quito, Cuenca y Guayaquil, y se forman
de cierto nmero d Jefes que funcionan en calidad de Ministros jueces.
El Consejo de guerra se compone de cinco Vocales y un Fiscal.
El Congreso nombra por mayora absoluta de votos los Ministros de la
Corte Suprema, los del Tribunal de Cuentas y los de los Cortes Superiores;
la Corte Suprema elije los Jueces letrados propuesta de los Cortes Supe-
riores; los Alcaldes municipales y Jueces parroquiales son nombrados por
los Cabildos cantonales, y los miembros de estos elegidos por votacin
popular.
Para el rgimen y la gobernacin interior, las provincias estn rejidas
por Gobernadores (nombrados por el Presidente de la Repblica), los can-
tones por Jefes polticos, y las parroquias por Tenientes polticos. En
cada provincia hay un Intendente de Polica, y en cada cantn uno mas
Comisarios. "

La Constitucin del Ecuador se puede llamar buena y liberal en el mejor


sentido de la palabra, Ecuatorianos son los nacidos en el Ecuador de
padres ecuatorianos y los que nacidos en territorio extranjero de ecuatoria-
nos, vienen residir en la Repblica; los extrangeros que adquieren carta
de naturalizacin, y los nacidos en el Ecuador por padres extrangeros, si
residieren en l. Para gozar de los derechos de ciudadano, se necesita tener
21 aos de edad ser casado, saber leer y escribir y no haber perdido los
derechos de ciudadana. Nadie nace esclavo en la Repblica (desde el
ao de 1854, en que fu abolida la esclavitud), y aun el que fuere esclavo,
queda libre al pisar el pas. Hay completa igualdad ante la ley; todos
los ciudadanos pueden elegir y ser elegidos para los destinos pblicos, con
tal que tengan las aptitudes que requieren las leyes; est garantizada la
libertad de cambiar de domicilio, la de adquirir, conservar y manejar cuales-
quiera clase de bienes, el derecho de expresar el pensamiento libremente de
palabra por escrito, siempre que se. respete la religin, moral y decencia,
CONSTITUCIN. POBLACIN. 523

el de asociarse para cualquier objeto lcito, el de conservar su buena repu-


tacin, mientras que el individuo no sea juzgado y condenado por su juez
propio por algun delito crimen. Son inviolables los hogares y la corre-
spondencia epistolar; estn vedadas las penas de azotes y de confiscacin
de bienes, la fundacin de mayorazgos otras vinculaciones y el que haya
bienes que no puedan enajenarse. Tienen derecho los ecuatorianos no ser
reclutados por fuerza, no ser desterrados, elevar peticiones cualquier
autoridad, no ser distrados de sus jueces naturales, y muchos otros
que se enumeran en todas las constituciones republicanas. Eespecto la
pena de muerte, la Constitucin de 1884 estableci que no se impondr
pena de muerte por crmenes polticos ni por crimines comunes, exceptuados
el asesinato y el parricidio, mitigando con esto considerablemente la ley
anterior mas severa. Pero las tristes experiencias que hizo el Gobierno
durante las sublevaciones de los montoneros en los aos subsiguientes, obli-
garon los legisladores de 1887 derogar ese artculo, sustituyndolo con
los trminos siguientes: No habr pea de muerte por los delitos pura-
mente polticos, excepto el de los que, armados y organizados como mili-
tares, alteren por la fuerza el orden constitucional. No son delitos polticos,
aunque se amparen con un fin poltico, la traicin la patria, el parricidio,
el asesinato, el incendio, el saqueo, la piratera, ni los de los militares en
servicio activo.
Los extranjeros, gozan de las mismas garantas que los ecuatorianos,
con tal que se sujeten la Constitucin y las leyes de la Kepblica.

Poblacin y Razas. El Ecuador tiene algo mas de un milln de


habitantes. No existe un censo exacto, ni para las poblaciones principales
del pais, y respecto las dilatadas regiones del Oriente ser imposible
hacerlo todava por mucho tiempo. El seor doctor P. F. Cevallos, quien ha
recojido con prolijidad todos los datos posibles, y examinado todas las Me-
morias, que los Ministros han presentado los Congresos desde 1830 hasta
1887, indica los guarismos siguientes:*)
Prov. C a r c h i . . . 36000 Prov. Loja 66500
i) Imbabura . 68000 Bolvar . . . . 43000
Pichincha . 205000 Oro 32600
Len . . . 109600 Guayas . . 98100
Tunguragua 103000 ROS . . . . 32800
Chimborzo 122300 Manab . . 64100
Caar . . . 64000 Esmeraldas 14600
Azuay. . . 132400 Oriente . . 80000
S u m a total: 1272000 habitantes.
*) Como siempre son clculos aprximaUvos, nos hemos permitido redondear un poco
las cifras. Vase P. F. Cevallos, Resumen de la Historia del Ecuador (Guayaquil 1889),
VI, pg. 32.
524 GBO&BAA POLTICA Y CIVIL.

Si quitamos de esta cifra los indios salvajes de la Regin oriental, cuyo


nmero es del todo incierto (Villavicencio los calcula en 200000), restan
para el Ecuador civilizado 1192000 habitantes. Entre ellos se distinguen:
Blancos, descendientes de europeos, Indios puros, Negros puros, Mestizos
(blancos X indios), Cholos (mestizos X blancos), Mulatos (blancos X ne-
gros), Zambos (indios X negros). Con el ltimo nombre de zambos se
designa n el litoral tambin la mezcla de blancos y mulatos, como en
general el pueblo en sus expresiones no sigue estrictamente esa clasificacin
antropolgica.
En la distribucin de los habitantes entre las diferentes razas, proceden
los autores con mucha arbitrariedad. Villavicencio cuenta 601219 Blancos
descendientes de europeos, 462400 Indios descendientes de los conquistados,
7831 Negros sin mezcla y 36592 de raza mezclada de la blanca, negra
india. A esto observa el Seor Hassaurek (que por cuatro aos era Ministro
Norteamericano en Quito y es un buen observador) que el Seor Villavi-
cencio anda seguramente muy equivocado en sus clculos, y que se habra
acercado mas la realidad, si hubiese asignado la raza mezclada 600000
y la blanca 30000. Estos son dos extremos. El Seor Len Mera (Cate-
cismo de geografa) dice: Puede computarse una tercera parte (de la pobla-
cin total) de raza pura americana; menos de otra tercera parte de raza
espaola europea; y mas del ltimo tercio de la mestiza. La africana
puede decirse que apenas est representada en la Nacin por un 0,08 sobre
todo el nmero de habitantes. Segn esto resultaran unos 424000 indios,
400000 blancos y 448000 mestizos y africanos; aunque para los dos ltimos'
guarismos el Seor Mera con su amenos y mas nos deja bastante liber-
tad. Sin aducir las opiniones de otros escritores nacionales y extrangeros,
citar la del doctor P. F. Cevallos (Resumen, VI, pg. 81), que se acerca mas
mi propia conviccin en este asunto. Hablando en rigor, no hay en la
Repblica otra raza que la perteneciente cuantos conservan puro su origen
primitivo, y tal pureza, de cierto, solo se halla entre los indios, y no tam-
poco en todos sino en la generalidad de ellos. Fuera de estos, solo halla-
mos mestizos procedentes de blancos y bronceados, de blancos y negros,
mas menos cruzados de origen mas menos antiguo, que perpetan la
nueva clase mestiza, mejorndola, segn predominan los blancos, los bron-
ceados los negros. Bolvar, en su discurso que dirigi al primer Congreso
de Colombia, dijo: ,Tengamos presente, que nuestro pueblo no es el europeo
ni el americano del Norte: mas bien es un compuesto de frica y Amrica,
que una emanacin de Europa' etc. Acaso Bolvar se explic as, porque
en los primeros das de la independencia dominaban todava las pasiones;
lo cierto es, sinembargo, que en Amrica, por lo general, prepondera la clase
POBLACIN. BAZAS. 525

mestiza, y que, sinembargo, se ha estableoido en sus pueblos una aristocracia


de raza, formada de procedencias europeas. Aunque parezca algo exage-
rada la opinin del seor Cevallos, apoyada con la de Bolvar, siempre es
cierto, que el nmero de los ecuatorianos de raza blanca pura es muy redu-
cido; entre los habitantes de los pueblos y del campo apenas llegar una
centsima parte, pero en las ciudades mayores, como Quito, Cuenca, Guaya-
quil, podemos calcularlo en la octava parte de la poblacin.

La raza negra pura desaparece mas y mas, desde la-abolicin de la


esclavitud en 1854; en su lugar aumenta el nmero de mulatos y zambos.
Solo en algunos distritos apartados de la provincia de Esmeraldas existen
todavia pueblos, que se componen casi exclusivamente de negros puros,
como los describ en mi Memoria sobre aquella provincia (pg. 49). Son
los que se formaron especialmente de los esclavos emancipados de las hacien-
das de Imbabura, las orillas de los ros de Santiago, Cachab, Uinib etc.,
en regiones, en que no hay mucha ocasin de cruzamiento con blancos, y
sus vecinos prximos, los indios Cayapas, abhorrecen la raza negra mas
que la blanca.

La raza mas interesante para el gegrafo y etngrafo es, sin duda, la


indgena de los indios, que todava en gran parte se conserva pura, y consti-
tuye talvez la mitad de la poblacin total del Ecuador. Como en la anti-
gedad , tambin en nuestros tiempos se distinguen diversas tribus y fami-
lias, ya por su facciones exteriores, ya por sus costumbres idiomas. As,
por ejemplo, los indios interandinos son muy distintos de los de la costa y
de los de la regin oriental.
No cabe duda, que en los tiempos de la conquista espaola existia una
numerossima poblacin indgena en todo el litoral, entre las faldas de la
Cordillera occidental y la costa del Pacifico. Esto se deduce de las tradi-
ciones, de la historia escrita y de las antigedades que se sacan de las
huacas desde Tmbez hasta Tumaco. No hay pruebas suficientes para
decir, que todos estos indios occidentales pertenecan una sola nacin
grande; lo contrario parece mas probable, y seguro es, que se diferenciaban
en muchas tribus y familias, que se distinguian entre s por el diferente
grado de civilizacin y por variados idiomas. En general parece, que los
indios inmediatos la costa eran mas civilizados, que los que vivan en el
interior de las montaas, las faldas de la Cordillera. Por los ltimos In-
cas y en las guerras con los espaoles esos pueblos litorales fueron diez-
mados varias veces, y algunas tribus fueron exterminadas completamente.
526 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

El resto dbil ya no form una masa compacta, como los indios del interior,
y se confundi pronto entre los blancos y negros de los pueblos recien
fundados. Aun los indios del campo, que en algunas partes de la costa,
como, por ejemplo, en los sitios de la pennsula del Morro y de St a . Elena
y en la provincia de Manab, son todava algo numerosos, han perdido sus
idiomas y sus costumbres, hace mucho tiempo, de manera que hoy dia seria
imposible reconocer entre ellos las tribus originales. La misma suerte cupo
los indios de la provincia de Loja, con excepcin de la parte mas seten-
trional (Canton de Zaraguro). Solo en la provincia litoral de Esmeraldas,
que desde el principio qued mas libre de la invasin espaola, y hasta hoy
dia es la menos poblada por blancos, se pudieron conservar algunos restos
de los indios indgenas casi intactos, y conservando sus costumbres y su
idioma. Estos son los indios Cayapas, que hice conocer por primera vez
en mi Memoria sobre la provincia de Esmeraldas. Viven esparcidos las
orillas del rio Cayapas, del Onzole, del rio Grande y de otros tributarios del
Cayapas; su nmero no pasar mucho de 2000 cabezas. Son de estatura
mediana, de constitucin robusta, de color cobrizo claro, que tira al ama-
rillo, de cabellera larga y de fisonoma nada desagradable. Se pintan las
caras, brazos, piernas, pechos etc. de listas rojas, azules y negras; el ber-
melln parece gustarles mas, lo preparan de la fruta del achiote, y he visto
algunos individuos que haban untado todo el cuerpo con este cosmtico
singular. Llevan una vida parecida la de los indios orientales (del apo);
viven con preferencia de la caza y pesca, siembran platanales y yucales, y
de los animales domsticos crian solo cerdos, perros y gallinas. Usan la
bodoquera y flecha ( veces envenenada), aunque algunos ya conocen tam-
bin la escopeta; sus utensilios domsticos son muy primitivos. Su vestido
ordinario se reduce una especie de calzoncillo corto en los hombres y
una faja ancha en las mujeres, que les cubre el cuerpo desde el ombligo
hasta las rodillas. Usan para el vestido y la cama el librillo de un rbol
llamado Tamajagua, pero tambin el lienzo y liencillo, que cambian en La
Tola en San Lorenzo por algunos objetos de la industria (canaletes,
canoas, canastillas), por productos .naturales (cauch, achiote, frutas). Sus
habitaciones, hechas de pambil, son generalmente espaciosas y aseadas.
Antisociales, como la raza americana en general, no se renen en pueblos,
sino una dos veces por ao, para celebrar sus fiestas^ sus casas se hallan
muy esparcidas por el monte. No les gusta ponerse en contacto con los
blancos y mucho menos con los negros, solo en caso de alguna necesidad
salen los pueblos de la costa, quedndose en ellos el tiempo absoluta-
mente necesario para concluir sus negocios. De este modo se han conser-
vado hasta el dia puros y de cierto modo independientes, reconociendo solo
POBLACIN. BAZAS. 527
la autoridad de su propio cacique, que llaman gobernador, el cual recono-
cido por el Gobernador de Esmeraldas, forma el vnculo poltico muy flojo,
que les rene con los dems habitantes de la provincia. Estos indios, ape-
sar de parecer taciturnos, antisociales y desconfiados, son de una ndole
suave y dcil, son afables y hospitalarios con los viajeros que no les mo-
lestan, y con un pequeo regalo se puede conseguir todo de ellos. A los
blancos de La Tola he oido celebrar su honradez, y dicen que el robo es
desconocido entre ellos. Siempre recuerdo con gusto los dias que he via-
jado entre ellos. Los Cayapas tambin son cristianos; el cura de Kio
Verde les visita comunmente una vez al ao, para bautizar los nios y para
bendecir los nuevos matrimonios; mucho mas no podr extenderse su
oficio sin el conocimiento del idioma. Estos indios aprenden con dificultad
la lengua castellana; aunque todos los hombres adultos entiendan algunas
palabras, pocos saben hablar, y las mujeres prohiben aprender la lengua
de los blancos. Entre s se sirven exclusivamente d su propio idioma, que
es muy distinto del quichua, que se habla en la sierra. La lengua.de los
Cayapas tiene un alto inters para los lingistas, por ser el ltimo en el
Ecuador occidental, que se ha conservado puro y no adulterado con pala-
bras castellanas y quichuas. He reunido un pequeo vocabulario de ella,
y hasta ahora no pude descubrir ninguna semejanza parentela prxima
con otras lenguas sudamericanas conocidas, sino con l a , que los indios
Colorados de Santo Domingo, hoy dia enteramente separados de los Caya-
pas, han hablado y hablan todava. Esta no es mas que un dialecto del
idioma Cayapas, segn una lista de palabras, que el Seor A. N. Martnez
tuvo la bondad de recojer y de remitirme, y segn un pequeo vocabulario
de los Colorados, publicado por E. Seler, quien lo habia recibido del seor
Obispo Thiel (hoy en Costa Eica, ; antes en el Ecuador).*) Para demostrar
el parentesco entre el idioma de los Cayapas y el de los Colorados, y la
gran diferencia del de los indios Esmeraldas, de que hablar en seguida,
sirva la siguiente lista comparativa de algunas palabras, en la. cual la pro-
nunciacin h de arreglarse al alfabeto castellano.

*) Original-Mittheilungen aus der Ethnologischen Abtheilung der koniglichen Museen


zu Berlin, Erster Jahrgangj Heft I. (Berln, 1885.)
528 GEOGKAFA POLTICA Y CIVIL.

Indios Indios Indios


Castellano
Cayapas Colorados Esmeraldas

Homlbre ombrla, ombre unlla ilo


Mujer supla sna tiauna, tiona
Padre apa apa tete
Madre yna, mam aya api, paup(s)
Hijo igna, nao nao ilimi(us)
Hija nam tini(us)
Hermano ignalfala(?) ac yr(s)
Hermana enzque soque na(s)
Cabeza mishbca mishu murpa
Cabella aeha apishu rarpo, raraps
Ojo capca cac, caca mla
Nariz quyo qufu reaus
Boea flbqui flquforo basa, viltos
Pecho tembpu cu mutans
Barriga ajea peclo cobins, cobrir
Brazo pjpej tqui tadis, dra
Mano temshu teda dsa
Pierna npa ned, bosta mutas
Pi nejca nebop taha, tahas
Tierra tu to dula
Aire, viento shua qushi quisra
Fuego ningoma ni muchte
Agua Pi Pi vi, uvi
Rio pi, pijle, avmpi Pi
Lluvia sha shua, shuptana una, una
Cielo yquido mutbele
Sol pjta y mucla
Luna pupjta pe hme, june
Estrella maera macara, tzab muchbla
Dia ehtuish ma mupne
Noche quepto quep drra
Piedra shpuga shu mucama
rbol shi shida, shitu tcte
Casa y y quima
Anzuelo vngula ber raquvili
Bodoquera pichra pichra soportne
Canoa cle cle dila
Uno man, main manga bashni
Dos pallo paluy
Tres pma paiman
Cuatro talpllo humba lulo
Se han olvidado
Cinco manda manta
l los numerales y
Seis mndish main
mndish pallo desde seis usan cuentan con los
Siete
mndish pma 1 de los numerales castellanos.
Ocho
Nueve mndish talpllo quichuas, algo
Diez palta J alterados

Del idioma de los indios Esmeraldas, de que hasta ahora nadie se habia
ocupado, pude reunir mas de 450 palabras y frases, que prximamente sern
Lam. XII.
t - -v v -

3 ?.

<7op. < na fotografia.

INDIOS DE LA PROVINCIA DEL PICHINCHA.


BAZAS. 529

estudiadas por un lingista competente, para ver, si se descubra algun paren-


tesco una analoga con otra lengua americana. Se puede decir, que esta
lengua ya pertenece las muertas; pues en el ao de 1877 el Seor J. M.
Pallares en Esmeraldas, quien debo el favor de haber corrido para m las
diligencias de recojer los materiales, tenia harta dificultad de encontrar al-
gunos indios viejos, que todava entendieron y hablaron el idioma; tiempo
era de salvar siquiera algunos dbiles restos de l. De las denominaciones
geogrficas podemos deducir, que esta lengua, que ltimamente se restringia
la hoya media del Esmeraldas, antiguamente se hablaba hasta el Cabo
Pasado, y talvez hasta mas al Sur.

Los indios del interior son muy distintos de los de la costa, y se dife-
rencian de estos, ademas de las facciones exteriores, tambin por su idioma.
Forman una poblacin compacta, y se puede decir la predominante, en las
provincias interandinas,' desde la de Imbabura hasta el cantn de Zaraguro
en la provincia de Loja. Como actualmente todos hablan el quichua, se les
rene por lo comn bajo el nombre muy impropio de raza quichua; pues,
de ella no tienen mas que el idioma y ciertas costumbres, que se han gene-
ralizado despus de la conquista de los Incas. Son los descendientes de los
.antiguos subditos del reino de los Shiris, mezclados, esto si, oon algunos
colonos (mitimaes) que los Incas han introducido del Per, Como he dicho
en otro lugar (pg. 502), los monarcas peruanos, durante los 40 50 aos
de su dominacin, no pudieron borrar la antigua diferencia entre las naciones,
ni generalizar siquiera su idioma; y esto es tan cierto, que pocos aos des-
pus de la conquista espaola se haba perdido casi la influencia peruana.
En, la segunda mitad del siglo XVI no era posible catequizar estos indios
en quichua, porque muchos pueblos no "lo entendan, y el primer snodo
diocesano, celebrado en Quito en 1583, dispuso que se compusieran cate-
cismos en las lenguas maternas de los indios, porque no entendan la lengua
del inca. Design las personas aptas, que deban escribir estos catecis-
mos en la lengua de Caar, de Puruhay, de los Pastos, de Quillacinga y
otras. En aquel tiempo era un mrito especial para ser agraciado con bene-
ficios parroquiales el entender y hablar, ademas de la lengua general del
inca, la lengua materna de los Caaris, de los Puruhaes etc.*) El quichua
fu generalizado poco poco por los europeos, especialmente por los hacen-
dados y misioneros, quienes obligaron sus peones y feligreses aprender
el idioma general, siendo para estos mas fcil aprender una, que para aquellos

*) Vase P. Gonzloz Surez, Hist. gen. de la Rep. del Ecuador (Quito 1890), tom. I, .
pg. 170.
WOLF, Ecuador. g4
53G G E O G E A F A " POLTICA Y CIVIL.

tres cuatro lenguas americanas diferentes. De este modo, es decir, por


los misioneros se extendi el quichua tambin sobre las regiones del apo,
de Canelos y hasta las misiones de Minas. Se ha logrado el objeto en
cuanto las provincias interandinas, en que hoy dia se habla solo el quichua,
sin que hubiese quedado un rastro de las lenguas antiguas, con excepcin
de algunas palabras geogrficas. Apesar de todo esto y no obstante las
grandes mudanzas que hubo durante tres siglos, no es difcil reconocer to<-
dava diferencias notables entre los habitantes de las diversas provincias, y
hasta de ciertos pueblos en su carcter fsico y-moral. El indio imbabureo

Fig. 42. Indios de la provincia de Caar.

se distingue primera vista del quiteo, este del latacungueo, riobambefio,


azuayo, zaragureo etc.
Los indios de la sierra son de color cobrizo, pelo terso, largo y lustroso,
barba ninguna muy escasa, de ojos negros y generalmente chicos, pmulos
prominentes y por esto de cara ancha, de nariz bien formada, boca grande,
dientes blancos y parejos, pechos y espaldas anchas, estatura mediana
baja,-y pie bastante pequeo. Su temperamento es flemtico, el carcter
melanclico, desidioso, taciturno y muy desconfiado. Son fuertes y vigo-
rosos, para llevar cargas muy pesadas sus lomos, y ligeros infatigables
para vencer pi largas jornadas, pero tambin son dbiles y lerdos para
otros trabajos y ejercicios. En su estado actual son tan cobardes que se
dejan dominar hasta de los mas despreciables de las otras razas. Solo
BAZAS. 531
cuando estn ebrios, cambian de. aspecto, pues entonces se hacen habladores
y jactanciosos, y antes se dejan matar que ceder lo que no quieren. El
vestido ordinario del indio consiste en calzoncillos cortos de lienzo, una
camisa, un poncho de lana, y en un sombrero viejo de fieltro. Las mujeres
visten el anaco, es decir, un pao que les cubre el cuerpo desde la cintura
hasta abajo de las rodillas, ademas otro pao que tapa el pecho y la es-
palda, dejando libres los brazos, y finalmente una especie de manta la
macana,'que envuelve toda la mitad superior del cuerpo y sirve tambin
para cargar sus hijos tiernos (guaguas) cualquier otra cosa. Estos vesti-
dos mujeriles asi como el poncho de los hombres son de un pao grueso,
fabricado en el pais mismo.. Los indios del campo viven en chozas pe-
queas de paja de paja y tierra, cuya nica pieza carece de toda como-
didad y contiene, ademas de algunas pieles de oveja que sirven de cama
toda la familia y cuatro cinco perros, unos pocos utensilios culinarios
de los mas rudimentarios.
La condicin actual de los indios es por demaa humilde y abyecta; la
raza ha degenerado desde los tiempos de la conquista; el roce con los blancos
no ha mejorado, sino empeorado su carcter, menos por su propia culpa que
por la de. aqullos. Para comprender esto, seria necesario. describir las in-
justicias, atropellos, inhumanidades, esclavitud, que. han sufrido durante tres
siglos de parte de sus opresores. No es posible extendernos sobre la ma-
teria, y remitimos al lector especialmente la obra interesante de los es-
paoles Juan y Ulloa Noticias secretas, en que han taohado la conducta
de sus compatriotas con imparcialidad y franqueza, y mejor que cualquier
otro escritor nacional extrangero, No podemos tratar de los indios, dioen,
sin quedar el nimo conmovido, ni es posible detenerse en el asunto sin
dejar de llorar con lstima la miserable, infeliz y desventurada suerte de
una nacin, que sin otro delito que el de la simplicidad, ni mas motivo que
el de una ignorancia natural, han venido ser esclavos y de una esclavitud
tan oprobiosa, que comparativamente pueden llamarse dichosos aquellos afri-
canos, quienes la fuerza y razn de colonias han condenado la opresin
servil; la suerte de estos es invidiada con justa razn por aquellos, que se
llaman libres, y que los reyes han recomendado tanto para que sean mirados
como tales, pues es mucho peor su estado de sujecin y miseria, que la de
aquellos,*) La opresin de los indios ha dado margen algunas suble-
vaciones serias de ellos en el siglo pasado y tambin en el nuestro, que

*) Extractos largos y muy interesantes do osta obra se encuentran en la de P. F.


Cevaos, tom. II, pg. 6882. Sobre las costumbres de los indios vase el mismo autor,
tom. VI, p'g. 139-160.
34*
532 GEOGBAFA POLTICA X CIVIL.

fueron suprimidas con harta dificultad, y solo merced la mala organizacin


de las muchedumbres. No hay duda, que la condicin de los pobres indios
ha mejorado un poco en nuestro siglo, especialmente desde el establecimiento
de la Repblica, lmenos en cuanto los indios libres; sinembargo, estn
todavia muy lejos de ocupar la posicin, que tienen derecho y que les
sealan tambin las leyes del Estado. Desgraciadamente las benficas dis-
posiciones del Gobierno no se observan mejor, que en tiempo del coloniaje
las de los monarcas espaoles, y los indios conciertos, que en el interior
forman talvez la porcin mas grande de su raza, todavia gimen bajo el yugo
de una verdadera esclavitud (aunque se evita este nombre), que no se di-
ferencia de la que nos describe Ulloa. Dice el seor Villavicencio (Geogr.
pg. 167): Si se atiende al estado de abyeccin en que viven estos des-
graciados; si se les v desde la mas tierna infancia servir de cuidadores de
rebaos, ya la accin del sol abrasador de los trpicos, ya la intem-
perie, de dia y noche, del fri glacial de los pramos, aadiendo esto que
viven casi desnudos, no se extraar que los indios conciertos, tanto los
pastores como los labradores, hayan sufrido tan notable transformacin.

Los indios de la Regin oriental son del todo distintos de los que aca-
bamos de describir, y el seor Villavicencio no deba unir los del apo y
de Canelos con la familia de los Quitus, solo porque hablan el quichua
(Geogr. pg. 168); pues, como he dicho en otro lugar, han recibido este
idioma muy tarde por los misioneros. Si quisiramos enumerar todas las
naciones, tribus y familias de salvajes, que viven dentro de los limites del
Ecuador, la lista saldra larga; pero una descripcin etnogrfica de ellas
seria imposible, porque de su mayor parte sabemos muy poco. Diremos
solo algunas palabras de las que viven mas cercanas la Cordillera oriental.
Muchas de las naciones del oriente fueron catequizadas por los misio-
neros de los siglos XVII y XVILT, pero con la decadencia de las misiones,
especialmente con la expulsin de los jesutas, fines del siglo pasado, re-
cayeron en la idolatra y en el salvajismo. Solo en la regin del apo y
en Canelos se conservan hasta hoy dia las misiones; los habitantes son
cristianos y salen veces los pueblos interandinos (Quito, Eiobamba). Son
de un carcter suave y humilde, y se puede decir que carecen de vicios
mayores, con excepcin de la embriaguez, el achaque general de la raza
india. Fuera de las creencias religiosas, se distinguen los indios del apo
muy poco nada de las tribus infieles, en cuanto sus costumbres y usos.
La mejor y mas detallada descripcin de ellos, as como de los dems pueblos
de la regin oriental, se encuentra en la Geografa de Villavicencio (pg. 169,
350), de cuya fuente ha tomado tambin el seor Cevallos (VI, pg, 160174).
BAZAS. 533
De todas las naciones infieles del Ecuador, la de los Jbaros es la mas
numerosa, la mas civilizada (si cabe la expresin para salvajes), pero al
mismo tiempo la mas aguerrida y temible, que parece guardar un odio inex-
tinguible la raza blanca, el cual no carece de fundamento. Los espaoles
haban logrado reducirles y fundaron ciudades populosas en su territorio,

3?Ig. 43. ludios de apo.

como Logroo, Mendoza, Sevilla de Oro, Huamboya. La opresin y la in-


. saciable sed de oro de los colonos, especialmente del gobernador de Macas,
irrit los indos tal punto, que en 1599 se levantaron en masa, acau-
dillados por el cacique Quimba, arrasaron las dichas ciudades y mataron
cuantos blancos se hallaban en ellas, llevndose solo las mujeres jvenes
la esolavitud. Desde entonces fu imposible reconquistarlos ni por fuerza
ni por medio de misiones. Los Jbaros, divididos en numerosas tribus,
534 GEOGBAFA POLTICA Y CIVIL.

que toman sus nombres de los rios cuyas orillas viven, ocupan el terreno
muy extenso al pi de la Cordillera oriental desde el rio Chinchipe hasta
el rio Pastaza. En lo fsico se distinguen por un cuerpo esbelto y bien
musculado, ojos' negros muy animados, con una mirada imponente, faz er-
guida, frente despejada,, nariz aguilea, labios delgados, dientes ebrneos;
algunos son bastante blancos y barbados, lo que se atribuye la mezcla
con las prisioneras blancas de 1599. Los Jbaros son muy racionales,
amantes de su libertad incapaces de tolerar ningn yugo; belicosos, va-
lientes, sumamente giles y de una destreza admirable para el manejo de
la lanza y escudo. Son muy vengativos y como se hallan por sus institu-
ciones en la imprescindible necesidad de vengar la muerte de un pariente
con otra muerte, no acaban jamas las guerras intestinas entre las tribus y
familias; solo en una guerra estrangera se renen todos y pelean como her-
manos contra el enemigo comn. Viven en poligamia, en casas muy es-
paciosas, aseadas, y fortificadas contra el asalto de los enemigos. Se visten
mejor y con mas lujo que las. otras naciones del Oriente; cultivan hilan
el algodn, y no carecen de todo de la agricultura industria, aunque la
ocupacin principal de los hombres consiste en la caza. Algunas tribus
menos feroces, que estn en contacto con los indios de apo y Canelos y
con la poblacin de Macas, mantienen algun comercio con los blancos; pero
el asalto y la destruccin de los entables y de la misin de Gualaquiza,
acaecida unos veinte aos ac, ensena que se debe andar con mucha cautela
con estos Tiuspedes. Es probable que los diferentes idiomas, que hablan
las tribus jbaras, sean solo dialectos de una misma lengua madre, que to-
dava es muy poco conocida. De las pocas palabras de los Jbaros de
Gualaquiza, que debo al favor del seor doctor Luis Cordero, no se puede
deducir otra cosa sino que su idioma es muy distinto de todos los dems,
que.se conocen en esta Eepblica.
Entre:los rios Pastaza y apo viven los Zparos. Segn Villavicencio,
que les ha tratado de cerca, serian los indios mas dispuestos aceptar la
civilizacin de los blancos. Dice, que la nacin, apesar de no ser muy
numerosa, se divide en muchas tribus, que hablan un solo idioma, muy nasal.
El viajero italiano Osculati recoji un vocabulario bastante copioso de l.*)
Lo que llama la atencin en esta lengua, es el gran nmero de vocablos
que pasan de tres slabas; para decir siete, es preciso pronunciar la palabra
compuesta haimucumaraqui-caramaitaca-nucuaqui, quiere decir, tres pares y
uno. Para operaciones matemticas esta lengua evidentemente est perdida,

*) Explorazione delle fegiotd equatoriali lungo il apo ed itume delle.Amazzoni etc.


da Gafetano Osculati (Milano 1850).
BAZAS. 535
por felicidad su sistema numeral no pasa de siete, todo nmero mas alto es
cuma, saber, mucho. Los Zparos son dciles y poco feroces, adictos
los blancos, hospitalarios y serviciales. Siempre risueos y festivos, acojen
al viajero con bondad y le acompaan en sus navegaciones. Con los cris-
tianos del apo estn en relaciones amistosas y de comercio. En el grado
de cultura el Zparo es inferior al Jbaro, pues lleva una vida nmada, es
perezoso y no cultiva la tierra ni usa vestidos de tela. Es de cuerpo me-
diano, pero robusto y muy gil, de cara redonda, ojos chicos algo oblicuos,
nariz chata y ancha, labios gruesos. El color es cobrizo claro, pero algunos
lo tienen casi blanco, especialmente las mujeres, que pinta el seor Villa-
vicencio de fisonoma agradable, expresiva y risuea, y como muy cariosas
y liberales con los forasteros. Segn este autor los Zparos son los nicos
indios que no son celosos.
Al Norte del apo, en las cabeceras del Aguarico y al oriente del
Caymbe viven las tribus de los indios Cfanes. con su propia lengua y sus
propias costumbres. Esta nacin, tan temible, en otros tiempos, v dis-
minuyendo en nmero y extinguindose poco poco.- .Desde el ao de 1611,
en que los Cfanes sacudieron el yug de los espaoles y de los misioneros
(pocos aos despus de la sublevacin d los Jbaros), qued arruinado el
gobierno de Mocoa y Sucumbios, y hoy dia se sabe muy poco de ellos.
Entre los indios salvajes, que viven mayor distancia de la Cordillera
oriental, nombra Villavicencio entre otros los Anguteros las orillas del
Aguarico inferior, y despus ambos lados del apo medio inferior los
Encahellados, Orejones y Avijaros.

< Volvamos al pais interandino y digamos todava cuatro palabras de las


castas mestizas. Estas carecen de fisonoma ndoles particulares, y parti-
cipan mas menos del aspecto y carcter de sus padres, segn su origen
y cruzamientos. As el hijo de un blanco y de una india se acercar mas
la raza americana, que el hijo que un blanco tiene en una mestiza. De
los cruzamientos de la raza americana y europea salen, despus de tres
cuatro generaciones, y no habiendo nueva mezcla de sangre india, formas
perfectas y hermosas, que poco se distinguen de las europeas puras, y lo
mismo se puede decir de los cruzamientos de blancos y negros, si no en
cuanto al color, lo menos en cuanto los contornos'perfectos del"cuerpo.
Resultados menos felices dan los cruzamientos de la raza negra con la india;
la prole se sostiene por mas tiempo aferrada las toscas formas de la
primera, aunque los zambos son generalmente de una robustez y fortaleza
admirable. Ya hemos advertido mas arriba, que en la sierra acostumbran
llamar los mestizos y sus descendientes cholos, y en el litoral los
536 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

mulatos y sus descendientes zambos. Estas castas cruzadas ocupan en


la jerarquia social una posicin media entre los indios negros y los blan-
cos, pero los matices de la posicin social son tan variados como los de la
piel, y no siempre es el color de esta el que determina aquella; el resplan-
dor del oro y de la. plata hace veces la retina muy insensible indiferente
para con todos los dems colores.

Extrangeros hay muy pocos en el Ecuador. No existen colonias com-


pactas de ellos, como, por ejemplo, en "Chile en la Repblica argentina.
Creo que su nmero no pasar de 6000. De ellos la inmensa mayora son

Tig. ii. Cholos de la sierra.

sudamericanos, especialmente peruanos y colombianos, que por su parentesco


desaparecen casi entre los ecuatorianos. De todas las dems nacionalidades
del mundo, inclusive unos 300 chinos, se contarn apenas 120, que se
hallan con preferencia en el litoral, sobre todo en el puerto de Guayaquil.

j' Cuando se considera la gran heterogenidad de la poblacin ecuatoriana,


se comprende que es muy difcil, componer un cuadro general de las costum-
bres pblicas y dar un fallo justo sobre su estado social, aun para los escri-
tores nacionales y los que han vivido largos aos en el pais. Lo concepto
imposible para los viajeros, que cruzan rpidamente el Ecuador, casi sin
llegar en contacto con sus habitantes, con excepcin de algunos arrieros,
sin conocer veces la lengua del pais; y sinembargo, en l exterior se
conoce el Ecuador, en cuanto su estado social, casi solo por las relaciones
CONDICIONES SOCIALES. 537

de tales viajeros. Cuantos disparates, cuantas injusticias contienen estos


libros! Unos pintan sus hazaas y aventuras de tal modo, que el lector
debe creer que el hroe ha vivido entre antropfagos; otros generalizan
ciertas costumbres malas ridiculas de la plehe de manera que se debera
suponer, que en el Ecuador no existe ninguna sociedad culta; otros ridicu-
lizan las costumbres solo porque no son las mismas que las de su pas, sin
reparar, que examinadas de cerca son talvez mucho mejores. Cuantas cosas
chocan al principio, que mas tarde gustan y parecen muy naturales! Oh,
la ignorancia que reina en Europa respecto los paises sudamericanos en
general y al Ecuador en particular, es talvez mas grande, que la del pueblo
americano respecto los Estados de Europa! Considerando el asunto
bajo el punto de vista filosfico, se puede afirmar, que los pueblos sud-
americanos viven mas conformes la naturaleza humana, y por esto mas
felices, que la mayor parte de las naciones super-civilizadas de Europa.
Todos los puehlos del mundo tienen sus vicios y sus virtudes morales y
sociales; quien sabe, qu lado se inclinaria el fiel de la balanza, si contra-
pesaramos las de un continente con las del otro?
La sociedad culta del Ecuador, que pertenece la raza blanca y una
gran parte de la mestiza, conserva los hbitos y las costumbres generales
de toda la raza hispano-americana, en las cuales no se oculta la descen-
dencia de la raza espaola. Los vestidos, alimentos, gustos, son mas
menos los mismos que los de todos los pueblos cultos, y en los salones de
la sociedad alta de Quito y Guayaquil el extrangero encontrar poca dife-
rencia de los de las ciudades grandes europeas, y si la hay, es para sor-
prenderle agradablemente, pues esta cortesia (hasta el exceso), tanta fran-
queza y amabilidad con que reciben al forastero, no es comn en los paises
del mundo viejo. Muchas personas de las mejores familias han recibido su
educacin, lo menos viajado por algunos aos, en el extrangero, hablan
varias lenguas, y llevan ideas nada mezquinas. Es verdad, que las
masas grandes del pueblo falta todava la educacin social. Pero en el
fondo el pueblo ecuatoriano es de una ndole buena, dcil, comunicativa.
En su carcter se nota mucha inconstancia y debilidad, es poco cumplido
con sus promesas y anda con poca escrupulosidad en decir la verdad. Cri-
mines atroces, como el asesinato, son muy raros entre el pueblo, pero abun-
dan vicios menores, especialmente la aficin las bebidas alcohlicas (que
muchas veces pasa de menor). Habr pocos paises en el mundo, en que
se pueda viajar con mayor seguridad, excepto los tiempos de conmociones
polticas, y lo que todos los viajeros deja agradecidos, es la hospitalidad
sin igual, que se encuentra en todo el Ecuador, en la cabana del pobre cholo
no menos, que en la hacienda del rico propietario. Uno de los achaques
538 GEOGRAFA POLTICA Y CIVID.

mas graves del pueblo ecuatoriano, y se puede aadir casi de todas las
naciones sudamericanas, es la pasin poltica. Cuando ella se excita, se
cambia su carcter, se desenfrenan todas las dems pasiones y hasta el
fanatismo religioso, que se siente ocultamente inclinado. Aunque las
revoluciones en el Ecuador regularmente no hayan sido tan cruentas como
en muchas otras Repblicas, han, sinembargo, retardado su desarrollo y pro-
greso. Solo cuando los pueblos se sanen de esta enfermedad crnica, se
cambiar la faz poltica nada halagea de este Continente.
En el presente Resumen debemos tenernos dentro de lmites muy estre-
chos, y no es posible ensanchar mas la descripcin del estado social de la pobla-
cin ecuatoriana, mucho menos entrar en la descripcin y crtica de todas sus
costumbres pblicas. Same permitido recomendar los ecuatorianos la
lectura de un captulo sobre .Costumbres publicas, que. encuentran en la
obra de P. F. Cevallos, muchas veces citada,- tom. VI, pg. 112. Este escritor
patriota critica y condena con tanta severidad ciertas costumbres y vicios
inveterados, como y no me atrevera hacerlo. Ciertas verdades se aceptan
con menos enfado de la boca pluma de un paisano que de la de un
extrangero. Sinembargo, para conocerse mejor, cada nacin debera desear
verse de vez en cuando en el espejo de las otras, es decir, saber cmo la
miran las otras naciones. Y as recomiendo los ecuatorianos y todos
mis lectores el interesante libro de Hassaurek .Cuatro aos entre los Hispano*
americanos^, que en mi concepto con inas imparcialidad y con mas acierto
ha escrito sobre el estado civil y social del Ecuador, que ningn otro extran-
gero. l pinta con preferencia el interior de la Repblica, donde ha vivido
cuatro aos (como Ministro Residente de los Estados Unidos de Norte-
amrica), y lo pinta tal cual es (prescindiendo de unas pocas inexactitudes
involuntarias); no exagera en donde tiene que censurar, y elogia cuanto
encuentra digno de encomio. Cada pgina revela una deferencia particular
para con el pais, y en muchas ocasiones el autor busca como disculpar los
defectos, encontrando s origen en causas independientes de la actual pobla-
cin del Ecuador.*)

*) Four years among Spanish-Americans, by F. Hassaurek, Late United States Mi-


nister Resident to xe RepuMic of Ecuador. New York 1867. Est traducido tambin
en alemn, Dresden, 1887. El autor, conociendo el flaco de los ecuatorianos, que
cualquier extrangero que no les lisonjea en todo, suelen tachar de ingrato, dice en el
prefacio: Temo, que muchos de mis buenos amigos que dej ,en el Ecuador, no estarn
de acuerdo con ciertos prafos de este libro, considerndolos como un retorno odioso
su hospitalidad. Pero, para obrar el bien, se debe decir la verdad..... Nada he adu-
lado, pero tampoco nada he desfigurado de mala f. Tengo aficin estos pases, y el
recuerdo de mis amigos que dej all, siempre ser caro mi corazn. Si este, libro
pretende tener algun valor, debia pintar la Amrica del Sur tal como la encontre 5 y no
tal pomo hubiese deseado encontrarla.;
BELIGION. 539

La R e l i g i n del Ecuador es la catlica, apostlica, romana, con ex-


clusin de toda otra. El artculo de la Constitucin que asi lo declara,
dice Cevallos, se ha fundado en la unidad religiosa de todos nuestros
pueblos, donde no se conocen nacionales que pertenezcan otras comu-
niones. Debidamente considerado un fundamento de tanto, peso, habra sido
absurda la libertad de cultos, por mas que ya est generalizada casi en
todas las naciones, y habra sido, sobre todo, crear un nuevo elemento de
discordia con que mantener firme el espritu revolucionario de los dados
la poltica.
En efecto, pinsese como quiera de la libertad de cultos en abstracto,
en la prctica el Ecuador, bajo las circunstancias actuales, no la necesita.
Los xtrangeros disidentes no son molestados por nadie, y ademas se hallan
en tan reducida proporcin (no pasarn de 300), que no sienten todava la
necesidad de reunirse en comunidades religiosas con sus fueros respectivos
con la tolerancia oficial del Gobierno. Guando llegare el caso, estamos
seguros de que el Ecuador en la materia de tolerancia libertad de cultos
no quedar, no podr quedarse atrs de las otras naciones civilizadas, en
que reina esa libertad consecuencia necesaria de lo heterogneo y misto
de su poblacin. Observamos, que en los ltimos tiempos ya se celebran
en el pais con alguna frecuencia matrimonios mistos, sin que se obligue
la parte extrangera disidente pasar la religin catlica y hacerse bau-
tizar de nuevo (!), como sucedi antes. El pueblo del Ecuador tiene en el
extrangero la fama de ser intolerante y fantico. No s, porqu se hace esta
excepcin, pues, no lo es ni mas ni menos que todas las naciones hispano-
americanas. Talvez se lo deduce.de la circunstancia, de que actualmente
una1 gran parte de la instruccin pblica y educacin est en manos del
clero y de las monjas. Intolerantes y fanticos hay en todos los pueblos
y en todas las comunidades religiosas, especialmente en la clase, inculta de
la sociedad ( que pertenecen tambin ciertos curas de aldea), y as los
habr tambin en el Ecuador. Pero tildar la sociedad culta del Ecuador
de intolerante, seria una calumnia. Pensemos como filsofos ,y seamos
justos: no podemos esperar ni exigir, que un ecuatoriano catlico de convic-
cin sea tolerante. con los. dogmas de un judio de un protestante, basta
que lo sea con la persona disidente, y no trasfiera el odium teolgicum
de la creencia, en sus ojos falsa, al creyente. Es singular, que el fana-
tismo del pueblo no suele dirigirse contra los xtrangeros disidentes, sino
contra sus propios hermanos catlicos, que llama herejes y atestas, cuando
pertenecen al partido poltico liberal y no piensan en todo como los con-
servadores. La mezcla de la religin con la poltica hace las revoluciones
mas temibles y mas odiosas.
640 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

Las relaciones oficiales entre la Iglesia y el Estado son arregladas por


un Concordato, celebrado con la Curia romana en 1862 y renovado con al-
gunas modificaciones en 1881. El Poder eclesistico se halla distribuido
entre la Arquidicesis de Quito y las Dicesis de Ibarra, Eiobamba, Cuenca,
Loja, Guayaquil y Portoviejo. El culto de la Iglesia se sostenia hasta
poco hace, con parte del producto de los diezmos que gravaban sobre la
agricultura, conforme al Concordato; pero en 1890 se celebr con la Santa
Sede un convenio adicional al Concordato, segn el cual la gabela odiosa
del diezmo fu conmutada en la otra mas equitativa de la contribucin
territorial del tres por mil, que el Estado garantiza la Iglesia.
El clero de la Repblica no es muy numeroso y no suficiente para
proveer de curas todas las parroquias, mucho menos las misiones del
oriente. De rdenes y congregaciones religiosas existen en elpais los Do-
minicanos, Franciscanos, Agustinos, Mercenarios, Jesutas, Redentoristas,
Lazaristas, Salesianos, Oblatos y Hermanos Cristianos. Monjas de vida con-
templativa existen solo en la sierra, y las hay en los monasterios que se llaman
la Concepcin, Carmen de las Descalzas, Santa Clara, Santa Catalina y
Encarnacin. Congregaciones de vida activa son las de las Hermanas de
la Caridad, HH. de los Sagrados Corazones, HH. de la Providencia, HH. del
Buen Pastor, HH. de la Beata Mariana de Jess y las Betlemitas.

Instruccin pblica. En Quito existe la Universidad central, y en


Guayaquil y Cuenca hay dos Universidades ^Corporaciones universitarias
menos completas. Segn la vigente ley orgnica de instruccin pblica
se tienen establecidas las Facultades siguientes: la de Filosofa y Literatura,
en que se ensea religin, latinidad, geografa, historia, aritmtica, retrica,
filosofa racional, el francs *); la de Jurisprudencia, con los ramos de derecho
civil, el prctico ecuatoriano, el penal, el cannico, el internacional, economa
poltica, ciencia administrativa;.la de Medicina y Farmacia, que comprende
los cursos de anatomia, fisiologa, higiene pblica y privada, patologa gene-
ral, teraputica, clnica, materia mdica, ciruga, obstetricia, medicina legal
y farmacia; la de Ciencias, que abraza las matemticas puras y aplicadas
(agrimensura, ingeniatura etc.), fsica, qumica, geologia, mineraloga, botnica
y zoologa. La facultad de Ciencias, que hoy dia se llama Instituto de Cien-
cias, naci de la Escuela Politcnica, fundada en 1870 con profesores euro-
peos y trasformada despus del regreso de estos en 1875. Hoy es regentada,

.*) Ya se v, que esta Facultad de filosofa no corresponde lo que en las Uni-


versidades europeas se entiende con el mismo nombre. Las materias de enseanza son
las de un Colegio Gimnasio.
INSTRUCCIN PBLICA. 541

como las dems facultades, por profesores nacionales. Como anexo ella
podemos considerar el Observatorio astronmico de Quito con un director
extrangero. La teologa se ensea en los Seminarios, destinados especial-
mente la educacin del clero. Hay tres en la arquidicesis de Quito y
uno en cada una de las dicesis sufragneas. Ademas de la teologia dog-
mtica y moral se ensea en los Seminarios humanidades, retrica, filosofa,
latn, (en algunos griego y francs), historia profana y eclesistica, mate-
mticasj geografa, fsica, Hturga, msica religiosa. Exceptuando las cien-
cias eclesisticas, las dems entran tambin en el plan de estudio de los
Colegios Nacionales, de los cuales se cuentan ocho, en Quito, Ibarra, Lata-
cunga, Ambato, Riobamba, Cuenca, Loja y Guayaquil. Colegios de seo-
ritas existen en Quito, Guayaquil, Cuenca, Latacunga y Loja, regentados
por Hermanas de Congregaciones religiosas, y arreglados la enseanza,
que acostumbran estas Hermanas en sus colegios en todas las partes del
mundo.
La enseanza primaria est hoy dia muy generalizada en el Ecuador,
y en este punto ya no queda atrs de las otras naciones americanas, lo
menos en cuanto al nmero de las escuelas pblicas. Tengamos presente,
que el Ecuador no tiene mucho mas de un milln de habitantes, de los cuales
casi la mitad son indios puros. En unas 350 parroquias, que comprende el
territorio ecuatoriano, existen ahora cerca de 500 escuelas primarias con
mas de 60000 discpulos. En 1867 se contaban solo 16400 escolares (la
inmensa mayora del sexo masculino), en 1875 hubo 31800; durante la dicta-
tura de Veintemilla baj este nmero, 29000, porque muchos maestros
abandonaron las escuelas por la falta de paga de sueldos por lo mezquino
de> sus rentas, que no alcanzaban ni para el diario alimento. En las dos
presidencias subsiguientes ese perodo de abatimiento se ha duplicado el
nmero de escuelas y escolares, y este es un mrito, que no pueden dispu-
tarles ni sus enemigos mas aferados. La enseanza primaria es en las
ciudades y poblaciones mayores muy completa, y abraza los mismos ramos
que en las dems naciones civilizadas; en los pueblos pequeos es natural-
mente mas sencilla y se restringe lo necesario, porque no es tan fcil
encontrar 500 maestros y maestras idneas, en un pais en que no existe
ninguna escuela normal. Ahora que el Gobierno ha logrado erigir esouelas
hasta en los ltimos rincones de la Repblica, su cuidado principal debera
dirigirse la educacin de buenos maestros y mejorar la suerte de ellos.
Para hablar con franqueza, es preciso, decir, que la enseanza se resiente
todava de la falta de mtodo. De qu sirve que vayan la escuela tantos
y tantos miles de nios y nias, cuando faltan maestros y maestras que
merezcan este nombre? Hay naturalmente muchsimas excepciones honrosas,
542 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

y hablamos de la generalidad. Pero qu hombre de talento y. capacidad


se dedicar con entusiasmo al laborioso oficio de maestro por un sueldo
mensual de 25 30 sucres? y cmo se puede exigir de un profesor de
Colegio de Universidad, que se dedique exclusivamente sus estudios y
la enseanza, como debera ser, cuando no gana mas de 40 80 sucres
mensuales? si no es rico de familia no ejerce otra profesin, muere de
hambre en su ctedra. Porqu los escolares de los Hermanos Cristianos
son los mas aprovechados ? Por el mtodo de enseanza, pues estos maestros
son educados ad hoc, y se dedican exclusivamente su profesin, no teniendo
la necesidad de lidiar por su subsistencia corporal. Para levantar la instruc-
cin pblica, especialmente la primaria, un grado mas alto de perfeccin,
influir poderosamente aumentar los sueldos de los maestros y profesores, y
ante todo la instalacin de una algunas escuelas normales para su edu-
cacin. En ambos puntos sirve de luminoso ejemplo la Repblica de Chile.

Los ecuatorianos son mas adictos las bellas letras que los estudios
serios; la Repblica ha producido algunos poetas y literatos notables,.pero
ningn fsico, qumico, gegrafo, naturalista, en fin, ninguno que sobresalga
en las ciencias exactas, que necesitan largos estudios y mucha paciencia.
Por la misma razn, de trabajar mas con la fantasa y el corazn, que con
el entendimiento y la cabeza, son muy aficionados la msica y la pin-
tura y escultura, y para estas artes manifiestan mucho talento. Hay obras
muy notables que llaman tambin la atencin en el exterior, y son tanto
mas apreciables, cuando consideramos, que son producciones de autodidactas,
los cuales no han conocido otra escuela que el taller de su maestro, ni otras
colecciones artsticas, que talvez los grabados de un peridico. Desde algun
tiempo ac existe en Quito una Escuela de artes y oficios, dirigida por
maestros europeos y costeada por el Gobierno, en la cual se ensean car-
pintera, herrera, zapatera, sastrera y otros oficios mecnicos, no porque
no hubiese habido antes estos oficios, sino para introducir en ellos las
modernas invenciones y mejoramientos..

Industria y Comercio. De la industria agrcola y de la ganadera


anexa ella ya no volveremos hablar, las observaciones concernientes
encuentra el lector en los captulos que tratan de la vegetacin y fauna del
Ecuador, respectivamente de las plantas cultivadas y de los animales domesti-
cados. Para informarse del estado embrionario de la industria minera, le
remitimos aquellos prafos de la geologa ecuatoriana, en que hemos ha-
blado de las minas del pais. La industria que depende directamente de
INDUSTRIA Y COMERCIO. 543

la agricultura, es la azucarera, que sobre todo en las provincias del litoral


ha tomado gran incremento y se ejerce con mquinas de vapor, mientras
que en los valles del interior, en los trapiches, los propietarios se - sirven de
ruedas hidrulicas, todava de bueyes, para la molienda de las caas de
azcar. Por desgracia en estos trapiches prevalece la fabricacin del aguar-
diente sobre la de azcar y raspaduras. Los antiguos y pesados molinos
de trigo van ser sustituidos poco poco por otros de sistemas modernos,
con lo cual se mejorar sin duda la calidad de la harina y del pan. La
ciudad en que las mquinas de vapor se han introducido en mayor nmero
y para varias industrias, es naturalmente Guayaquil, que tambin es la nica
ciudad que posee una fbrica de gas y una fbrica de hielo; ademas existen
all fundiciones de fierro, talleres de mecnicos, mquinas de aserrar ma-
deras, de moler cacao, chocolateras etc. Pero tambin al interior se han
introducido en los ltimos tiempos grandes mquinas vapor para hilar y
para tejidos de algodn y lana; pues, la industria txl est bien desarro-
llada en las provincias de Imbbura, Pichincha y Azuay, desde el telar en
la cabana del indio, hasta la suntuosa y costosa maquinaria la europea
en los grandes obrajes. Se fabrican liencillos, ponchos, frazadas, mantas,
fajas, chales de algodn y lana, bayetas finas y ordinarias, casimires y otros
tejidos de lana, jergas.y jerguetas> sacos y costales, encauchados etc.
La industria del tejido de sombreros de paja es una fuente de prosperidad para
la. provincia de Manab y el Canton de Santa Elena. Los clebres som-
breros de Panam solo pasan por Panam en su viaje las Antillas y
Europa, pero provienen del Ecuador, y los mas finos de Jipijapa y Monte-
cristi. Los sombreros de la provincia del Azuay son ordinarios. Tambin
las hermosas hamacas de paja de Mocora se tejen en las provincias litorales.
En el interior las mujeres fabrican muy buenos encajes y bordados de seda,
lana y algodn; de all vienen tambin petates, canastas, tapetes, alpargatas
y sogas de cabuya, cueros crudos y curtidos. En varias provincias se de-
dican tambin la fabricacin de quesos, jamones, dulces delicados, jabones,
loza ordinaria, juguetes finos de corozo (Quito), y otras industrias menos
importantes y en pequea escala. Hay algunas cerveceras en el interior y
una en Guayaquil, cuyos: productos, sinembargo, son capaces de un mejora-
miento considerable. De los productos naturales que se extraen recojen
del reino animal y vegetal, como caucho, tagua, cascarilla, etc. hemos tra-
tado en otro lugar.

El comercio exterior de la Repblica se efecta por los puertos de


Guayaquil, Ballenita, Manta, Baha de Carques y Esmeraldas, y ademas
por los puertos secos aduanillas de Tulcan y de Macar en las fronteras
544 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

de Colombia y del Per. Por dems largo y sin objeto sera dar el padrn
de todos los artculos que se importan y exportan. De los primeros el
Ecuador recibe de las naciones xtrangeras muchos de primera necesidad,
que no produce el pais no en cantidad suficiente, como harina, arroz etc.,
pero especialmente todas las mercaderas que constituyen la comodidad y
el lujo de la vida humana. Entre los artculos de exportacin cuentan en
primer lugar las producciones naturales y agrcolas, y en segundo las fabriles
industriales. En el orden de importancia del valor anual de las canti-
dades exportadas, los principales se siguen de este modo: Cacao, Sombreros,
Cascarilla, Caucho, Caf, Cueros y Suelas, Maderas y Caa, Frutas, especial-
mente Pinas y Pltanos, Azcar blanco, Zarza, Algodn. El cacao descuella
entre todos en cantidad y valor, y sin este artculo el comercio extrangero
seria por dems reducido y mezquino. Vase el Suplemento Nro. 44, en que
se encuentra una tabla comparativa, que demuestra el desarrollo continu
del cultivo y comercio de cacao.
Es sumamente difcil, cuando no imposible, avaluar el movimiento comer-
cial del Ecuador. Por falta de otros datos estadsticos es preciso recurrir
los que subministran las aduanas del pais y deducir de ellos el valor de
los artculos importados y exportados. Pero los resultados obtenidos de este
modo apenas se pueden llamar aprximativas por varias razones: I o en las
facturas se avalan los efectos muchas veces segn el capricho de los im-
portadores, 2o en las listas de las aduanas no se apunta el valor de los
objetos que se introducen libres de derecho, 3 o no figuran en estas listas
los contrabandos, que apesar de la vigilancia del Gobierno son numerosos.
As el Seor P. F. Cevallos d para el valor de los objetos introducidos y
exportados en el ao de 1887 los guarismos siguientes:

Importacin: S. 6312293 Exportacin: S. 10108478;

pero el mismo advierte, que el valor de la importacin debe ser mucho


mayor, por las razones indicadas, especialmente por la ltima.
Casi todo el comercio exterior se hace por el puerto de Guayaquil, los
dems son de una significacin muy subordinada. En Guayaquil tocan cada
semana lo menos dos de los vapores de las dos Compaas (inglesa y
americana) que hacen el servicio regular de correo en la costa occidental
de Sudamrica; ademas entran muchos vapores destinados nicamente
llevar carga, y buques de vela de todo calado y tamao. As, por ejemplo,
en el ao de 1890 entraron en el puerto de Guayaquil 198 vapores y
47 buques de vela, no contando los nacionales, que hacen el servicio de
cabotaje en la costa ecuatoriana. El comercio mas vivo, lo menos en
cuanto los artculos principales de exportacin importacin, se hace
COMUNICACIN. MJEDIDAS. KENTAS. 545

con Inglaterra, Francia, Alemania, Espaa y los Estados Unidos de Norte-


amrica.
El comercio interior es lento y de poca ninguna importancia, pues
se halla reducido al cambio recproco de sus producciones naturales y al
de sus artefactos, mas no por mayor, sino limitado las necesidades del
consumo (Cevallos). Excusado ser explayarnos sobre este tema poco
interesante.

Comunicacin. De las vias de comunicacin hemos tratado en el


apndice la Topografa (pg. 209). Aadiremos ahora, que existe un ser-
vicio de correos regular entre todas las ciudades del pais, y que el Ecuador
se adhiri temprano la Union postal universal. Ademas estn en comuni-
cacin telegrfica todas las capitales de las provincias y muchas otras pobla-
ciones importantes. El cable pone el pais en comunicacin rpida con todo
el mundo civilizado. El telfono est establecido en algunas ciudades, pero
en la de Guayaquil su uso se ha generalizado tanto como en las grandes
ciudades de Europa.

Monedas, p e s o s , medidas. Circulan en la Eepblica monedas de


varias naciones, con tal que sean de buena ley y correspondan la nacional.
La unidad de esta es el sucre de 90 milsimos de fino. Se divide el sucre
en 100 centavos, que estn representados en monedas de cobre y nquel.
Las otras monedas de plata son: el medio sucre de 50 centavos, la peseta
de 20, el real de 10 y el medio de 5 centavos. Monedas de oro nacionales
no hay todava. Se hace un uso muy extenso de los billetes de banco, que
felizmente siempre supieron conservar su crdito y lleno valor.
En los pesos y medidas est introducido oficialmente el sistema decimal
(francs), aunque el pueblo se sirva todava con frecuencia del sistema an-
tiguo espaol y colonial, que seria largo explicar en este lugar.

Rentas y deuda pblica. Las rentas anuales de la Nacin se puede


calcular en la actualidad en 5 millones de sucres aproximativamente, no
habiendo ascendido antes del ao de 1884 nunca mas de 2x/2 millones.
Este aumento tan notable se debe atribuir en primer lugar al mejorado sis-
tema aduanero desde la poca indicada. Pues, es de saber que la fuente
principal de las rentas pblicas se encuentra en la aduana de Guayaquil,
mejor dicho, en los derechos impuestos la importacin. En comparacin
con esta vena de riqueza todas las dems son secundarias, y consisten en
los productos de la alcabala que causan las ventas de bienes raices; en el
cobro del tres por mil que grava (en lugar del diezmo abrogado) sobre los
W o u , Eonador. 35
646 GEOGRAFA POLTICA Y CIVIL.

predios rurales; en los derechos de anotacin y registro en varias tran-


sacciones comerciales y judiciales; en el estanco de las aguardientes, de la
plvora y de la sal; en la venta de papel sellado y en los productos de
varios otros ramos de menor monta. Las Municipalidades tienen sus
rentas especiales, que por lo dems no son pinges, si exceptuamos la de
Guayaquil, en que ascienden unos 160000 sucres, es decir mas de la
tercera parte de la suma en que se puede avaluar las entradas de todas las
municipalidades de la Repblica (370000 sucres). Estas rentas provienen
de varios impuestos llamados municipales, de la contribucin subsidiaria, de
las multas de polica y del arrendamiento de los bienes raices de los
municipios.
La deuda interior del Estado, procedente de prstamos de dinero, de
sueldos, pensiones, subvenciones que no se han pagado, de billetes de cr-
dito pblico que estn por amortizarse etc. no es muy exagerada y no pasar
mucho de 3 millones de sucres. Mas grave es la deuda extrangera, que
ahora ascender con los intereses vencidos mas de 11 millones de sucres.
Esta deuda viene de la contraida cuando el Ecuador formaba la tercera
parte de la antigua Colombia; por el arreglo celebrado con las otras dos
partes (Nueva Granada y Venezuela) toc al Ecuador reconocer las~21a/s uni-
dades del monto total que deba Colombia. El seor.Dr. A. Flores, ltimo
Presidente de la Repblica, entr en negociaciones con el representante de
los Tenedores de Bonos ecuatorianos, con el fin de llegar un arreglo de-
finitivo y satisfactorio sobre la amortizacin cancelacin de la deuda, y
es de desear que este fin se consiga pronto, para afianzar mas y mas el
crdito moral y econmico del pais.

Ejrcito, Armas y Pabelln. El ejrcito se compone de infantera,


caballera y artillera. La primera cuenta en tiempo de paz cuatro batallones,
de cuatro compaas cada uno, la segunda se compone de dos regimientos
de tres escuadrones, y la tercera de tres brigadas, cada cual con cuatro
bateras, si es de plaza, y con dos, si es de campaa. Una compaa tiene
80 soldados, un escuadrn 78 y una batera 114, fuera de la oficialidad.
En tiempo de guerra se aumenta el ejrcito conforme la ley. La guardia
nacional se compone de cuantos ecuatorianos son hbiles para tomar las
armas y se divide en activa y pasiva. De la primera se sacan los reem-
plazos para el ejrcito permanente, y en tiempo de guerra puede ser llamada
al servicio activo formando los cuerpos veteranos. Se compone de sesenta
y un batallones de infantera y de siete regimientos de caballera. La guardia
nacional pasiva no se ha organizado nunca, sino en tiempo de un conflicto
REVISTA T E B R I T O M A I J . 547

y transitoriamente. La Marina consta de tres pequeos vapores armados


en guerra, con caones de Krupp y Armstrong.
Las Armas de la Repblica estn representadas por un escudo, con un
sol en la mitad superior, cortando en partes iguales un segmento del zo-
daco; en la inferior y la izquierda hay un monte, que da origen un rio,
en cuyas aquas voltejea un vapor. Sobre el escudo est sentado un cndor
con alas desplegadas, y el todo reposa sobre un has de armas, de cuyos
lados se desprenden banderas y ramas de palma y laurel.
El Tabelin ecuatoriano es el mismo de la antigua Colombia, en cuanto
se compone de tres fajas transversales al asta; la primera, algo mas ancha
que las siguientes, amarilla, la del centro azul y la ltima .colorada. Al
centro lleva el escudo de armas y sobre l tantas estrellas, cuantas son las
provincias de la Repblica.

Revista territorial.
Seguiremos el orden que se ha observado en el decreto de la Conven-
cional Nacional, dado en Quito el 17 de Abril de 1884. El clculo del
rea de las provincias puede ser solo aprximativo porque la ley d la di-
visin territorial no segn lmites fsicos, sino segn parroquias, cuya ex-
tensin veces es desconocida por sus mismos habitantes. Ademas, en las
provincias andinas, que se extienden hasta allende la Cordillera oriental, la
he calculado solamente hasta las faldas exteriores d esta ltima, porque la
ley no indica con precisin sus Hnderos orientales. Lo mismo debemos decir
de las cifras, que indican el nmero de habitantes en las provincias y pob-
laciones; todas se basan en avalos y no en un censo exacto, que falta
absolutamente.

I. Provincia del Carchi.


rea 3872 Mlm.Q ( = 125 leg. D)- Habitantes 36000. Parroquias 10.
Linda al N con la Repblica de Colombia (Rio Carchi y rio de San Juan,
tributario del Mira), al S y SO con la provincia de Imbabura por los ros
Chota y Mira, y al E con las montaas del oriente en las cabeceras del rio
Cfanes y Aguarico. Toda la provincia es muy montaosa y atrevesada
por el alto y ancho nudo que se forma de los Altos de Boliche (nudo de
la Huaca) y los Pramos del ngel. Rios principales, fuera de los nom-
brados en los limites: Rio Apaqui y rio del ngel de Mira. Recursos
principales: cra de ganado en los excelentes pastos de la regin alta, cultivo
de los cereales en las partes templadas, y el de la caa y de productos
35*
548 GEOGRAFA. POLTICA Y CIVIL.

subtropicales en las calientes del Chota. Poca industria, poco comercio y


casi solo de trnsito (entre Pasto y Quito). Arriera.
Canton nico de Tulcan. Cabecera del mismo nombre, de poco casero, con unos
4000 habitantes, la distancia de unas dos millas de la orilla derecha del rio Carchi;
con una casa consistorial y una aduanilla. Parroquias: Los pueblos de Huaca, Tusa,
Puntal, Mira, ngel, Piquer, S. Isidro, La Concepcin, todos son pequeos y sin parti-
cularidades notables; solo Mira tiene fama histrica, por formar el trmino setentrional
de los trabajos geodsicos de los Acadmicos franceses en el siglo anterior.

II. Provincia de Imbabura.


rea 6256 kilm. (=2021eg.Q)- Habitantes 68000. Parroquias 20.
Confina al N con la del Carchi, al S con la del Pichincha, al O con la de
Esmeraldas y al E con la del Oriente. Su territorio muy quebrado com-
prende la mayor parte de la hoya interandina de Ibarra y las cordilleras
que la cien. Montaas notables: Imbabura, Cusin, Mojanda (en parte), Cota-
cachi, Yana-urcu, Cerros de Angochagua. Lagunas de San Pablo y de
Yaguarcocha. Rios principales: Blanco (Ambi), Taguando, Chamachan, Pisco,
Chota, Mira. En las vertientes occidentales de la Cordillera, rio Lita, Lluri-
magua y cabeceras del rio Santiago. Recursos principales: Agricultura
(cereales, caa de azcar, algodn), ganadera, industria textil, extraccin
de sal. Comercio bastante vivo con' Pasto y Quito.
Canton de Ibarra. Ibarra, capital de provincia y cabecera de cantn, es una bonita
ciudad, fundada en 1606 y llamada en memoria del Presidente de entonces, D. Miguel
Ibarra. Tiene cosa de 5000 habitantes, calles y edificios regulares, y est rodeada de
hermosas huertas. Es residencia de un obispo; tiene conventos de Sto. Domingo, S. Fran-
cisco, S. Agustn, de la Merced con sus respectivas iglesias, una catedral y algunos
templos mas, un convento de monjas del Carmen, un Colegio de las HH. de la Provi-
dencia. Un Seminario episcopal, al lado del hermoso templo de la Compaa hoy destruido;
un Hospital muy bueno y otros edificios pblicos del Gobierno y del Ayuntamiento. La
ciudad fu destruida completamente por el gran terremoto en 1868, pero se halla restable-
cida casi en todas sus partes. Parroquias: En Ibarra el Sagrario. Salinas en una
llanura rida y malsana, notable por el comercio de sal. Tumbaviro, rodeado de algodo-
nales y frutales. Urcuqu, cuyos habitantes se dan especialmente la fabricacin de
obras de calderera. Cahuasqu, San Antonio, Hatuntqui, pueblo grande con una raza
de indios muy laboriosos, Caranqui, presumida cuna de Atahuallpa, Ambuqui, Pimampiro
y Angochagua, todos tres pueblos pequeos y miserables, y finalmente Carolina, uno de
los sitios que se hallan las orillas del Mira la entrada de los bosques occidentales.
Canton de Otavalo. Cabecera: Otavalo, en tiempos anteriores una villa bonita con
buenos edificios, hoy reedificado medianamente sobre las ruinas, que ocasion el terre-
moto de 1868, no tendr mas de 4000 habitantes. Tiene un clima agradable y sano y
alrededores amenos. Tiene algunos obrajes de lana y algodn. Parroquias: En Otavalo
la Matriz (Jordn) y San Luis. San Pablo la orilla oriental del lago de su nombre,
y San Rafael de la laguna, sin recomendacin.
Canton de Cotacachi. Cabecera: Cotacachi, al pi del volcan des mismo nombre,
es un pueblo grande y talvez mas populoso que Otavalo. Sus habitantes son muy in-
dustriosos y dados la manufactura de tejidos. Otros parroquias: San Francisco, Imantac
Intac, el ltimo es un poeblo miserable en las montaas occidentales.
REVISTA TERRITORIAL. 549

III. Provincia del Pichincha.

rea. 16106 kilm. Q (==520 leg.Q). Habitantes 205000. Parroquias 48.


Linda al N con la provincia de Imbabura, al S con la de Len, al O con las
de Esmeraldas y Manab, y al E con la Eegion oriental. Se extiende sobre
la gran hoya interandina de Quito con las cordilleras adyacentes. Al occi-
dente se prolonga hasta la confluencia del rio Peripa con el rio Daule y
hasta muy cerca de la unin de los ros Guallabamba y Blanco. Es muy
montaosa y posee solo en el centro algunas llanuras bastante reducidas.
Montaas principales: Pichincha, Pululagua, Atacazo, Corazn; Rumiahui,
Pasochoa, Sincholagua, Antisana, Guaman, Puntas, Pambamarca, Sara-urcu,
Cayambe, Mojanda (en parte). Rios: el Guallabamba con todos sus tribu-
tarios interandinos, todo el sistema del rio Blanco y la mayor porcin del
del rio Toachi. Rio Peripa y Palenque. Recursos principales: Agricultura
y ganadera; comercio activo con las dems provincias; arriera; industria
tejera y otras en menor escala.

Canton de Quito. Quito, la antigua capital de los Shiris Incas, es hoydia la


capital de la Repblica, la de la provincia y la cabecera del cantn. Su posicin topo-
grfica vase en la pgina 94 y en el plano adjunto. El aspecto de la ciudad, vista
desde las faldas del Pichincha, de la cumbre del Panecillo, de las lomas de Poingas
y Lumbis (vase la lmina que representa el Pichincha con la ciudad), de las que se
levantan al Norte (vase la lmina copiada de una fotografa), es pintoresco y recuerda
las ciudades de tercer, orden de Europa. Sus calles son, apesar de lo quebrado del
terreno, casi todas muy rectas, y las principales bien anchas y empedradas. Los templos,
especialmente los de los conventos, constituyen el principal ornato de la ciudad, aunque
no se puede llamarlos monumentos de gran valor arquitectnico, con excepcin talvez
del de la Compaa, que es el mejor y mas lujoso de todos, en el estilo particular, que
muestran casi todas las iglesias antiguas de esta orden y que se ha llamado el de los
jesutas. Lstima, que la mayor parte de los templos han perdido sus torres en el gran
terremoto de 1859. Quito tiene muchos y espaciosos conventos, as los muy antiguos
de San Francisco, de Santo Domingo,' de La Merced, de San Agustn, de la Concepcin,
del Carmen antiguo y moderno, de Santa Catalina, de Santa Clara etc., despus los
Celegios y casas de las rdenes y congregaciones modernas; un hermoso palacio arzo-
bispal, tres hospitales, un manicomio, una easa de hurfanos y otras de beneficencia y
caridad. De los dems edificios pblicos nombraremos el Palacio de Gobierno en la plaza
mayor, la Municipalidad, un magnfico Panptico para los condenados reclusin, el casi
palacio de la Escuela de artes y oficios (antes Protectorado), el palacio de justicia, el
Seminario mayor en los afueras de la ciudad, el hermoso Observatorio astronmico,
rodeado de la Alameda, un slido y grande teatro concluido no hace mucho, la Univer-
sidad y el Instituto de ciencias, con los laboratorios y museos de historia natural en el
antiguo colegio de los jesutas. En el mismo existe la Biblioteca Nacional bastante rica,
especialmente en obras antiguas. En las calles principales se ostentan tambin muy
hermosas algunas casas particulares. Las muchas plazas y plazuelas de la ciudad estn
provistas casi todas de pilas de agua y eri la plaza mayor se halla un hermoso jardn;
la de San Francisco sirve de mercado, y la de Santo Domingo est reservada para la
estatua de Sucre. Difcilmente se comprender en el extrangero, que para la capital
de la Repblica no existe todava ningn censo medianamente exacto. Enorme es la
diferencia de las cifras, que los autores dan para el nmero de los habitantes. Villa-
vieencio suea con 80 000 y tambin el seor Mera anda sin duda muy equivocado
EETISTA TERRITORIAL. 551
diciendo que la poblacin pasa de 70000 almas. En 1735 Ulloa la avalu entre 50000
y 60000; al principio de nuestro siglo Caldas la calcul entre 35O0O y 40000; el censo
levantado en 1862 dio solamente 35000, el de 1871 1872 ni tantos; el doctor Stubel no
calcul mas que 25000 30000. De todos modos me parece que Hassaurek tiene razn
diciendo, que el nmero de los habitantes de Quito no pasa de 40000; en cuanto quede
inferior esta cifra, no lo sabemos. Me parece que Quito actualmente tiene menos que
al tiempo del coloniaje, de ningn modo ha crecido en este siglo.
Parroquias: 8 en Quito y suburbios: Sagrario, St. Brbara, San Blas, Sta. Prisco.,
San Marcos, San Boque, San Sebastian, Chimbacalle. Las rurales son: Magdalena y
Chillogallo con los buenos pastos de Turubamba; Lloa al pi del Guagua-Pichincha,
Conocoto, Sangolqu, Alangasi, Amaguaa y Pntac, todos en el hermoso valle de Chillo,
Gujnilo, poca distancia de Quito, contin hernioso templo; Cwmbay, Tumbaco, Puembo,
Pifo, Yaruqw, en el anchuroso valle de Tumbaco; Quinche con el clebre santuario de
la Virgen del Quinche; Gullabamba de mala fama por su temperamento caliente y
malsano; al N de Quito: Gotocollao, Pomasqui, Calacal, Zmbisa, San Antonio de
Llullumbamba, Pullaro y Perucho, San Jos de Minas; en las montaas occidentales:
Nanegal, Gualea, Mindo y Nono; en la entrada las montaas del apo: Papallacta, al
pi del Antisana.
Canton de Cayambe. Cabecera del mismo nombre, al pi occidental del gigantesco
volcan Cayambe, con unos 3000 habitantes. Parroquias: Malchingu, Tocachi y Taba-
cundo, todos tres las faldas inferiores del Mojanda, y Cangagua poca distancia de
Cayambe.
Canton de Mejia. Cabecera: Machahi en la hermosa llanura de su nombre, con
magnficos potreros. Parroquias: ademas de la Matriz, el pueblo de Tambula al pi de
la cuesta de St*. Rosa, formado por el trajin de los viajantes, Aloag y Aloasi al pi del
cerro Corazn, Uyumbicho hacia el valle de Chillo, y Sto. Domingo' de los Colorados,
metido en las montaas occidentales.

IV. Provincia de Len.


rea 6722 kilm. D (=218 leg.Q). Habitantes 109600. Parroquias 26.
Colinda al N con la del Pichincha, al S con las del Tunguragua y de Bo-
lvar, al O con la de Los Rios y al E con la Eegion del oriente. Es en
todas partes muy montaosa y comprende la porcin setentrional de la gran
hoya interandina que hemos llamado de Latacunga. Sus montaas princi-
pales son el Cotopaxi, Quilindaa, Iliniza y Quilotoa; su rio principal el
Cutuchi; al occidente caen en su territorio los sistemas superiores de los
rios Toachi, de Pilal (Quevedo) y de Angamarca, al oriental las cabeceras
del rio apo. Recursos principales: Agricultura y ganadera, manufactura
de tejidos, comercio y arriera, trapiches en los calientes.
Canton de Latacunga. Latacunga es la capital de provincia y cabecera de can-
tn; es una ciudad regular de unos 12,000 habitantes y con casas construidas en su
mayor parte de piedra pmez, lo que le d un aspecto algo triste. Tiene 5 iglesias, un
Colegio particular, fundado por un Latacungueo patriota, el seor Vicente Len, en cuya
memoria la provincia recibi su nombre, un Colegio de nias, buena casa Municipal, un
Hospital. La ciudad se halla en una posicin bastante expuesta, pues, las avenidas lodosas,
que suelen acompaar las erupciones del Cotopaxi, en varias ocasiones la han destruido
parcialmente. Parroquias: la Matriz y San Sebastian; Mualo en una llanura arenosa
al pi del Cotopaxi, San Felipe con las interesantes canteras de piedra pmez; Ataques,
552 GEOGRAFA EOLTICA Y CIVIL.

San Miguel, pueblo grande con tierras frtiles, Guaiiaaama, S'aquisil, Taniouchi, Toacaso,
San Juan de Pastocae, Ousubamba y Pansaleo (Mulalillo); metido en el valle occidental
del Toachi se halla Sigchos.
Canton de Pujil. Cabecera del mismo nombre, sin recomendacin especial, corta
distancia de Lataeunga. Las otras parroquias del cantn constan de pueblos miserables
sitios de poco casero, metidos algunos en las montaas occidentales: San Vicente,
San Juan, Poal, IsinUv, Guangaje, Chugchan, Pal, Tingo, Zumbagua, Angamarca,
Pangua.

V. P r o v i n c i a del Tunguragua.

rea 4367 kilm.D ( = 1 4 1 leg.D)- Habitantes 103000. Parroquias 24.


Tiene por lmites al N la de Len, al S la del Chimborazo, al O la de Bo-
lvar y al B los bosques orientales. Su terreno en todo montaoso com-
prende la parte meridional de la hoya de Lataeunga; el Carihuairazo, Casa-
guala, Cerro hermoso y el formidable Tunguragua son sus montaas mas
notables, y sus rios principales el de Ambato, el Panchalico, el Patate y el
Pastaza. Recursos principales: Agricultura y ganadera, vinicultura, arriera,
varias industrias en pequea escala, y comercio.

Canton de Ambato. Ambato, capital de la provincia y cabecera del cantn, con


unos 8000 habitantes; tiene 4 iglesias, un Hospital, una regular casa de Gobierno y otra
Municipal; un Seminario y un Colegio nacional. La feria de todos les lunes es muy
concurrida. El clima de Ambato es abrigado y suave; la ciudad est rodeada de her-
mosas huertas y quintas. Otras parroquias: Izamba, S. Bartolom, Quisapincha, Pasa,
Pagin en los desfiladeros del Carihuairazo, Santa Bosa, Tisaleo, Quero, Totoras, Pi-
caigua, Mocha, afamado en la antigedad india y hoy un importante pueblo dedicado
la arriera, Guachi y Atocha, la ltima muy cerca de Ambato, las orillas de su rio.
Canton de Pelileo. Cabecera: Pelileo, pueblo bonito y grande con cerca de
3000 habitantes. Otras parroquias: Chumaqui, Bumichaca, Ghiamhal, Cotal, todas pe-
queas, Patate, grande, de clima muy mitigado y sano, con vinicultura, Baos al pi del
Tunguragua, con fuentes termales, caaverales y platanales.
Canton de Pillare Cabecera: PUlaro, un pueblo de bastante casero con unos
3000 habitantes, en la falda occidental de la Cordillera oriental. Fuera de Pllaro el pe-
queo cantn tiene solamente las dos parroquias mezquinas de San Miguelito y San,
Andrs (Yachil), asentadas la misma falda de la Cordillera.

VI. P r o v i n c i a del Chimborazo.

rea 7743 kilm.D ( = 2 5 0 leg.D)- Habitantes 122000. Parroquias 37.


Sus linderos son al N la del Tunguragua, al S la de Caar, al O la de Bo-
lvar y al E la del Oriente. Es montaosa, como todas las provincias inter-
andinas, con la llanura de Riobamba en medio. Comprende la gran hoya
de Riobamba y la mas pequea de Alaus. Sus montaas principales se
llaman: Chimborazo, Igualata, Altar, Cubillin, Sangay. Sus rios forman el
sistema del rio Chambo, tributario del Pastaza y el sistema superior del rio
Chanchan. Recursos principales: Agricultura, ganadera, comercio, extraccin
de quinas, arriera.
REVISTA TERRITORIAL. 553
Canton de Riobamba. Riobamba, capital de la provincia y cabecera del cantn,
tiene 12000 habitantes aproximadamente. Est edificado en medio de una llanura arenosa,
con calles rectas y anchas, y casas bajas. Ademas de la Catedral posee 6 iglesias, entre
ellas la nueva y muy hermosa de San Alfonso. Los otros edificios pblicos no tienen
mrito. Es residencia de un obispo, tiene un Seminario, un Colegio nacional. Excepto
el dia de la feria semanal, que es muy concurrida, hay poca animacin en las calles y
la ciudad presenta un aspecto bastante triste. Riobamba existe en el lugar actual solo
90 aos, antes del terremoto de 1799 se hallaba en el sitio que ahora ocupan los pueblos
de Cajabamba y Sicalpa. Parroquias: La Matriz, San Luis, Chambo, Punin, LActo, Pun-
gal, Cebadas, Lican, San Juan, Calpi, todos pueblos sin recomendacin especial; Yani-
qties con el anejo de Cacha, que parece haber sido la residencia de los antiguos rgulos
de Purhu.
Canton de Guano. Cabecera: Guano con una poblacin muy industriosa, dada
especialmente la manufactura de hilar, tejer y tinturar; puede tener entre 4000 y
5000 habitantes. Las otras parroquias son: Hosario, San Andrs, Gubijies, Qumiac,
Penipe, Pula, Guanango llapo, rodeado de pramos fros.
Canton de Colta. Cabecera: Villa de la Union, nombre oficial, pero poco usado,
para los dos pueblos unidos de Cajabamba y Sicalpa, que tienen la particularidad de
estar asentados sobre las ruinas del Riobamba viejo. Una legua al S se halla la laguna
de Colta, una de las mas grandes del pais interandino. Otras parroquias del cantn:
Columbe, Guamote, Palmira, todas tres rodeadas de pramos, Pangor las vertientes
occidentales de la Cordillera, y Pattatanga con productos tropicales, en un pequeo valle
lateral y paralelo al del rio Chimbo.
Canton de Alaus. Este cantn ocupa el sistema fluvial y la hoya del rio de
Alaus, llamado mas abajo rio Chanehan. Cabecera: Alaus, una villa de cerca de
4000 habitantes, con un clima suave y sano, y en una posicin pintoresca. Parroquias:
La Matriz, Tixan, con minas de alumbre y azufre, Guasuntos, Achupallas, Pomallaeta,
Gonzol, Chimchi con un clima suave la falda occidental del Azuay, y Sibambe, notable
como trmino del ferrocarril que actualmente est en construccin.
Canton de Sangay. El terreno de este cantn se extiende sobre las vertientes
orientales de la Cordillera, real, sin lmites fijos hacia el Este. Cabecera: Macas, un
pequeo pueblo sobre las orillas del rio Upano, 1000 metros de altura abs. La otra
parroquia se llama Zuan y se encuentra mas arriba en las faldas de la Cordillera.
Ademas pertenecen este cantn las misiones de Alapicos, Barahona, Mendena, Guam-
binina, y todas las tribus y terrenos comprendidos en el antiguo gobierno de Macas.
(Convencin Nae. de 1884). No sera mas acertado, agregar estos territorios (misiones
hoydia no existen) la Provincia Regin del Oriente, como los de apo, Canelos y
Zamora?

VII. Provincia de Bolvar.


rea 3004 kilm. D (=97 leg. ) . Habitantes 43000. Parroquias 18.
Linda al N con la provincia de Len, al S con la del Guayas, al O con la
de Los Ros y al E con la del Chimborazo. Su territorio comprende lo que
en la topografia hemos llamado hoya valle de Chimbo con una parte de
las Cordilleras adyacentes. Es toda muy montaosa, sin tener montaas de
nombradla; su nico rio de importancia es el de Chimbo. Recursos prin-
cipales: Agricultura y ganadera, extraccin de quinas y algo de sal, comercio
de trnsito y especialmente la arriera.
Canton de Guaranda, Guaranda, capital de provincia y cabecera de cantn, es
una villa bonita con vinos 4000 habitantes, la mayor parte dados la arriera. Tiene
554 GEOGRAFA EOLTICA T CIVIL.

bastante importancia desde la antigedad por estar situado ventajosamente sobre el


camino principal, que rene la sierra con el litoral. Existen unas cuatro casas posadas
regulares para la comodidad de los viajeros. Los edificios pblicos son muy modestos.
Hay un Colegio de nios y otro de nias. Otras parroquias: Gruanujo, Salinas, con
fuentes saladas, Simiatue, Santaf, Yacoto, San Lorenzo.
Canton de Chimbo. Cabecera: San Jos con una poblacin de 2000 almas aproxi-
madamente y sin recomendacin especial. Al cantn pertenecen ademas las parroquias
de Asancoto, Chapacoto, Telembela y San Antonio, las dos ltimas metidas en los bosques
occidentales, con trapiches.
Canton de San Miguel. Cabecera: San Miguel, parecido en todo San Jos de
Chimbo. Las otras parroquias son: Santiago, la banda izquierda del rio Chimbo, y
la derecha: San Pablo (de Atenas), Bilovan, ChiUanes; finalmente al pi de la Cordillera
occidental y en el camino de Bodegas, se halla Bulsabamba.

VIII. Provincia de Caar.


rea 3933 kilm.Q ( = 127 leg. ) . Habitantes 64000. Parroquias 12.
Confina por el N oon la del CMmborazo, por el S con la del Azuay, al O
con la del Guayas y al E con los bosques orientales. Es sumamente mon-
taosa y comprende la pequea hoya interandina de Caar. Sus montaas
principales dependen del gran nudo del Azuay y en parte de la Cordillera
occidental. El rio central es el de Caar, ademas le toca el sistema del
rio de Azogues y algunos otros tributarios del Paute. Recursos principales:
Agricultura y ganadera, algo de minera (Pilzhun).
Canton de Azogues. Azogues es la capital de la provincia y del cantn, y tiene
cerca de 4000 habitantes. La villa es de regular casero. En.su cercana se hallan las
antiguas minas de azogue, que le han dado el nombre, pero parecen agotadas. Parroquias:
La Matriz, Biblian, Today, Pindie, Deleg, San Miguel, Chuquvpata y Oojitambo, clebre
por la multitud de huaeas que se han encontrado en su cercana.
Canton de Caar. La Cabecera del mismo nombre, casi tan populosa como Azogues,
es de temperamento mas fri (11 C.) pero rodeado de terrenos feraces. la distancia
de 2 leguas al E se hallan los hermosos restos de un castillo del tiempo de los incas,
llamado Inca-pirca. Fuera de la -Matriz el cantn cuenta solo con las tres pequeas
parroquias de Suscal, Tambo y Gualleturo.

IX. Provincia del Azuay.


rea 10034 kilm.Q ( = 324 leg-D). Habitantes 132400. Parroquias 44.
Colinda al N con la de Caar, al S con la de Loja, al SO con la del Oro,
al O con la del Guayas y al E con la del Oriente. Ocupa lo principal de
las hoyas interandinas de Cuenca y del Jubones, con las cordilleras que las
rodean, y est regada por los ros que forman el Paute hasta el Allcuquiru,
y por muchos que entran al Jubones, tambin por las cabeceras de algunos
ros occidentales. Recursos principales: Agricultura, ganadera, comercio,
algo de minera (lavaderos de oro), industria de tejer sombreros, extraccin
de Quinas. ;-*
REVISTA TEBBITOUAL. 555
Canton de Cuenca. Cuenca, capital de la provincia y del cantn, ocupa el segundo
lugar entre las ciudades del interior y el tercero entre las de la Repblica. Su poblacin
se puede calcular en 20,000 25,000. Sus alrededores son mas cultivados y mas amenos
que los de Quito, y su temperamento mejor (mas de I o C. mas alto). La ciudad hace
una impresin agradable, aunque no posee edificios pblicos ni privados notables de
valor arquitectnico. Es residencia de un Obispo. Tiene, fuera de la Catedral, 7 iglesias,
todas anexas conventos; un Seminario, lin Colegio Nacional, una Universidad (incom-
pleta), un Colegio de nias, un grande y hermoso Lazareto, un Hospital, una Casa de
hurfanos, una Casa de temperancia para los beodos. En la plaza mayor hay una fuente
y un jardn. Parroquias urbanas: Sagrario, San Blas, San Sebastian, San Boque, Chi-
quintad; rurales: Sayaus con canteras de mrmol, Baos con fuentes termales, Tari,
Cumbe, Valle, Quinjeo, Sta. Ana, Paccha, Nulte, Llacao, Sta. Bosa, Sidcay, Sinincay,
Molleturo, el ltimo pueblo se halla allende la Cordillera occidental, en el camino
Naranjal.
Canton de Gualaceo. Cabecera: Gualaceo, situado en un valle delicioso, poca
distancia de la desembocadura del rio de su nombre en el Paute, puede tener 3000 habi-
tantes, y es una villa bonita con un clima muy agradable y rodeada de frutales. Las
dems parroquias del cantn se llaman: San Juan, Jadan, Pan y Chordeleg, la ltima
afamada, por haberse encontrado en ella varias huacas ricas y de alto inters arqueolgico.
Canton de Paute. Cabecera: Paute, con un clima y una situacin anloga la
de Gualaceo, las orillas del rio que lleva su nombre, tiene una poblacin bastante re-
ducida y no ofrece otra cosa digna de ser apuntada. Cuenta el cantn con las parroquias
de San Cristbal, Guachapla, Huarainac y Palmas.
Canton de Jirn. Este cantn abraza la porcin de la provincia, que cae al Sur
del nudo de Tinajillas y Prtete. Su cabecera es Jirn, un pueblo que no tiene otra re-
comendacin, que la de haberse celebrado en l los tratados de 1829 entre Colombia y
Per, despus de la batalla de Tarqui. Las dems parroquias agregadas al cantn se
llaman: San Fernando, Asuncin, Chahuarurcu (Caaribamba), Pucar, Zhaglli, Nabon,
Cochapata y Oa.
Canton de Gualaquiza. Mejor se llamara de Sigsig, que de un sitio abandonado
en los bosques orientales. Cabecera: Sigsig, con lavaderos de oro en su jurisdiccin, es
un pueblo de temperamento fri, habitado con preferencia de indios. Otras parroquias:
Jima, igualmente fri, Ludo y S. Bartolom con un clima mas abrigado, y Bosario y
Qualaquiza metidas en las selvas orientales y con la mala- vecindad de los Jbaros. A
este cantn agrega la Convencin Nac. los dems territorios orientales pertenecientes
la provincia delAzuay. Pero cuales son estos terrenos? Dudo que haya una nacin
en el mundo, en que se hace la divisin territorial de un modo tan vago, como en el
Ecuador.

X. Provincia de Loja.
rea 9600 kilm.n (310 leg. ) . En este clculo del rea entra so-
lamente la poroion de la provincia, que se halla al Oeste de la Cordillera
real. Otras tantas leguas, y talvez mas habr al Este en la hoya del Za-
mora y al Sureste en la del rio Chinchipe. El avalo de esta provincia se
podr hacer solo despus de un arreglo definitivo de los limites con el Per.
Habitantes 66000. Parroquias 29. Sus linderos son al N la provincia del
Azuay, al O la del Oro, al S y E la Repblica del Per y la Regin oriental.
Su terreno es montaoso, pero sumamente variado, comprendiendo regiones
muy frias, otras de clima templado y otras muy calientes. Los rios prin-
cipales son: en el centro el Catamayo con todos sus tributarios, al oriente
556 GEOGBAFA POLTICA Y CIVIL.

el rio Zamora, y al Sur el Chinchipe. Recursos principales: Agricultura y


ganadera, especialmente cria de mulares, extraccin de quinas, comercio.
Canton, de Loja. Loja, capital de la provincia y cabecera del cantn, tiene el
aspecto de una pequea villa con regular casero, pero falta de edificios notables. Al-
gunos le dan 10,000 habitantes, pero creo que la cifra es muy exagerada. Su clima es
suave y bastante sano. Es residencia de un obispo, tiene ademas de la Catedral i iglesias
de conventos, un hospital, un Seminario y un Colegio. Parroquias: Sagrario, San Se-
bastian, Valle, Chuquiribamba, Santiago, San Pedro, Gonaanam, la Pan, Malacatos (que
no se encuentra en la lista oficial de la Convencin), Vilcabamba; en el curso superior
del rio Chinchipe: Vaadolid, Chito y Zumba.
Canton de Zaraguro. Cabecera: Zaraguro, pueblo grande al pi del cerro de Pulla,
con una poblacin robusta y laboriosa de indios, que casi todos se visten de negro.
Pertenecen al cantn las parroquias de Paquishapa, San Pablo de Tenta y Mano.
Canton de Faltas. Cabecera: Catacocha, sobre la cordillera que separa los valles
del Catamayo y del Casanga, oon un temperamento suave, parecido al de Loja. Parro-
quias: Chahuarbamba, Cangonam, Guachanam.
Canton de Clica. Cabecera: Clica, de bastante actividad y comercio y con una
clebre feria anual (de San Pedro). Las otras parroquias agregadas al cantn son Alamor
y Zapotillo.
Canton de Calvas. Cabecera: Cariamanga, un pueblo grande al pi del cerro de
Avaca, que parece haber sido en la antigedad la capital de la provincia de Zarza. Hoy
no presenta nada de particular. Otras parroquias: Amalusa, Colaisaea, Zosoranga y
Macar. El ltimo pueblo se halla las orillas del rio de su nombre y es el trmino
sur del camino real, que atraviesa la Repblica longitudinalmente desde Tulean en la
frontera de Colombia. Aqu se halla la aduanilla establecida en el limite con el Per.

XI. Provincia del Oro.

rea 6060 kilm-D ( = 1 9 6 leg.D). Habitantes 32600. Parroquias 15.


Tiene por limites al N las provincias del Guayas y del Azuay, al S y E la
de Loja y al O el Ocano y el Per. La mitad oriental de su terreno "es
montaosa comprendiendo la hoya de Zaruma, y la mitad occidental consta
en gran parte de llanuras litorales, cruzadas de esteros y del rio Jubones.
Kecursos principales: industria minera en el pais alto, azucarera en los valles
templados, y agricultura (cacao) en el litoral; en la costa pesquera, extrac-
cin de madera; comerci.
Canton de Hchala. Mchala es la capital de la provincia y la cabecera de can-
tn. No se distingue por otra cosa notable de los dems pueblos de la costa. Tiene una
poblacin de cerca de 3200 almas. Clima ardiente pero no malsano. Otras parroquias
del cantn: Guabo, Pasaje y Buena Vista. Estos tres son los pueblos que producen el
cacao de Mchala, pues en las inmediaciones arenosas y cascajosas de la villa no crece.
Canton de Santa Rosa. Cabecera: Santa Hosa, un pueblo parecido Mchala y
sin particularidades notables, sino la de ser el puerto para los viajeros y cargas desti-
nadas al Canton de Zaruma y la provincia de Loja. Por esto se observa mas anima-
cin en Santa Rosa que en Mchala. Su poblacin no pasa mucho de 2500. Otras parro-
quias: Arenillas de regular casero y los sitios de Jambel y Chacras, el ltimo en la
actual frontera del Per la orilla derecha del rio de Zarumilla.
Canton de Zaruma. Cabecera: Zaruma, que en lo material tiene poco mrito, os
de importancia como centro del distrito minero mas rico de la Repblica. Es el nico
REVISTA TERRITORIAL. 557
pueblo en que la industria minera se ha arraigado desde mucho tiempo, tomando mas y
mas incremento en nuestros tiempos. Los alrededores de la villa son sumamente
quebrados, el clima es agradable y sano. En Zaruma residen muchos extrangeros,
atrados por las minas de oro. Su poblacin puede ascender 1000 almas. Otras parro-
quias: Malvas, Pinas, Ayaba-nba, Paccha, Guanasan y Vishagiiia.

X I I . Provincia del Guayas.


rea 21278 kilm. Q (=6871eg.Q). Habitantes 98100. Parroquias 25.
Linda al N con la provincia de Manalb, al E con las de Los Ros, de Caar
y del Azuay, al S con la del Oro y al O con el Golfo de Guayaquil y el
Ocano Pacifico. Sus terrenos son planos suavemente undulados, inter-
rumpidos por aqu y por all por cerros aislados agrupados, pero no
muy altos. La nica cordillera algo considerable es la de Chongon y Co-
lonche. Est cruzada por el complicado sistema fluvial del Guayas inferior
y medio y por el Daule hasta donde este se forma de la reunin del rio
Grande y del Peripa. Eecursos principales: Agricultura y ganadera, comercio
muy activo con el exterior interior, industria azucarera y muchas otras,
extraccin de maderas y de otros productos vegetales, industria de tejer
sombreros finos de paja, pesquera, navegacin. Es la provincia que tiene
los recursos mas ricos y mas variados.
Canton de Guayaquil. Guayaquil, la capital de la provincia y cabecera del cantn,
es sin disputa alguna la principal y mas importante ciudad del pais, bajo todo respecto.
Quito le aventaja solo por ser capital de la Kepblica y residencia del Supremo Gobierno.
El censo levantado en 1890, el cual, si no en todo perfecto, es sinembargo el mas exacto
de cuantos se han practicado hasta ahora, arroj la cifra de 44,772 habitantes, de los
cuales 4378 eran extrangeros. Atendiendo al continuo y rpido aumento de la poblacin,
no exageramos fijndola para el presente ao de 1892 en el nmero redondo de 45,000.
As como la poblacin en los ltimos 20 aos casi se ha duplicado, tambin el casero
de'la ciudad se ha extendido sobre mas que el doble de su recinto primitivo, lo que se
observa comparando, por ejemplo, el plano que se halla en la Geografa de Villavieencio
con el actual. El cambio y mejoramiento de Guayaquil es tan considerable, que l que
ha visto la ciudad unos 25 aos atrs, hoy su regreso apenas la conocer; es una gran
ciudad en formacin, y ser dentro de poco, especialmente concluidas algun dia las obras
grandes de canalizacin y agua potable, una de las mejores de Sudamriea. Las calles
de Guayaquil son rectas y anchas, las principales bien empedradas. Los edificios todos
son de madera y la mayor parte de dos, algunos de tres pisos (contando el entresuelo
por piso); aunque no tienen valor arquitectnico, no carecen por esto de mrito. El ex-
trangero que por primera vez mira estas fachadas de las iglesias, de los edificios pblicos
y de las hermosas casas particulares con sus balcones y ricamente adornadas, apenas
puede convencerse de que todo esto es hecho de madera, por carpinteros que nunca
han estudiado tericamente la arquitectura, y con los instrumentos mas sencillos del
mundo. El gremio de los carpinteros de Guayaquil es digno de todo elogio por sus
aptitudes y su laboriosidad. Fuera de la Catedral que tiene dos torres elegantes y una
hermosa fachada, cuenta Guayaquil con 7 iglesias mas, todas muy regulares. Hay un
lujoso palacio de Gobierno, recien construido, una muy espaciosa aduana las orillas
del rio, el casi-palaeio de la Comandancia general, anexo al cuartel de la artillera, el
palacio del Obispo, el Seminario, el gran Colegio de San Vicente, en que se halla tam-
bin la (incompleta) Universidad, el Colegio de los Hermanos Cristianos, un hermoso
1 Za, Catedral 17 Col&jto JVaccnal' 26 Colegio d& vias
18 Teatro 27 Ai Zar
3 San. Agustn* 18 Jfipdjmno Hff- Cristianos
t San, Jos 20 Manicomio 28 I*liz,aj S& la, Vtetoria
5 SaroTranctsco 21 Panten catUco ^
5*X. Mermd. 22 protestante. iV
Jl l U U i L-3L

^^qqhLr
6 io< Concedan
7 S1? Domingo
B 7>i/zza d&XoUvur
n^nx-
f) u e Roca'fuerte
10 " (i? 7a- CoriMpciarii -Jt-JlJ1LJi-jg^ r y~,^^^X\^^>c^a^3t^a gpsn\rsp
11 Gel/crrut-eion.
12 Municipalidad cn^
13 HospUai
\% Aduana,
]Dnnanai
15 Comxvuancta, gen.
16 Talado del Obispo

AsJ1-Jr |f K ' -=r- l'

QQQS

Xscla," JQO goo '300 %^^^oo==


REVISTA TEEEITOillAL. 559

Colegio de seoritas regentado por las HH. de los Sagrados Corazones, un gran Hospital
civil administrado por las HH. de Caridad, otro militar igualmente grande media altura
del cerro de St a Ana, el espacioso Manicomio Vlez en los afueras de la ciudad, la casa
de Beneficencia de Seoras, un bonito, teatro. Las dems casas pblicas son menos
notables. Hay una gran fbrica de gas, calculada para un aumento considerable de la
poblacin, una fbrica de hielo, otra de cerveza, otras de chocolate, fundiciones de hierro,
talleres de mecnicos etc., un Astillero, en que se construyen buques de vapor y de vela.
Como lugar de recreo podemos considerar los espaciosos Baos del Estero Salado, un
kilmetro al O de la ciudad. Tambin el hermoso y ancho Malecn, que orilla la ria en
la extensin de casi 2 kilmetros, sirve de paseo, especialmente en las frescas noches de
verano, cuando soplan las brisas de Chanduy. En la plaza mayor se levanta sobre un
pedestal de mrmol la estatua ecuestre de Bolvar, y la de Eocafuerte est adornada con
la estatua pedestre del gran patriota cuyo nombre lleva la plaza (antes de San Fran-
cisco). Prximamente Guayaquil honrar con otra estatua (que est por concluirse) la
memoria de su mejor poeta, Olmedo. Como puerto principal de la Repblica, visitado
continuamente por buques de todas las naciones navegantes, y como emporio del comercio
ecuatoriano, la ciudad naturalmente lleva una vida muy distinta de la de las ciudades
del interior; todo respira animacin y alegra, y se han implantado muchas costumbres
cosmopolitas en la sociedad culta y hasta en el pueblo bajo. Se halla recorrida en todas
las direcciones por lineas de Carros Urbanos (tramvas) igualmente cruzada por alambres
de telfonos. En estos dos puntos Guayaquil no se queda en zaga de las grandes ciu-
dades de Europa, en comparacin del numero de sus habitantes.
Parroquias urbanas: Sagrario, Concepcin, San Alejo; rurales: Chongon, reducido
pocas oasuehas, Tama, Zamborondn, Morro, Puna, Jimis Mara, Naranjal y Blao, las
dos ltimas en un importante distrito cacaotero.
Canton, de Yaguachi. Cabecera: YaguacM (nuevo), llamado tambin Pueblo nuevo,
clebre por la fiesta de San Jacinto y las romeras este Santo, y por nada mas.
Otras parroquias: Milagro, un floreciente pueblo, en medio de magnficos cafetales, y c-
lebre por sus pinas, que son las mejores del pais, Yaguachi viejo, Naranjito, y el Carmen,
ltimamente fundado en la estacin ferrocarrilera de Puente de Chimbo.
Canton de Daule. Cabecera: Daule, sobre la orilla del rio de su nombre, es un
pueblo bastante grande, de un clima ardiente pero sano, produce las mejores naranjas y
buen tabaco. Otros parroquias: Santa Lucia, Colimes, Balear, con mejor tabaco que
Daule, Soledad, Las Bomas.
Canton de Santa Elena. Cabecera: St\ Hiena, pueblo regular, aunque hoy no tan
floreciente como en tiempos pasados, goza de un temperamento muy sano por estar cerca
del mar, y es lugar de reconvalecencia; sostiene un comercio activo con sombreros de
paja; elabora las sales de la Puntilla que abastecen toda la Repblica; trabaja en los
pozos de cop. Terreno rido y escaso de agua. Las dems parroquias son: Chanduy,
Colonche y Manglar alto.

HE. Provincia de Los Kios.


rea 5947 kilm.Q ( = 192 leg.Q). Habitantes 32800. Parroquias 15.
Confina al N con las de Len y Pichincha, al E con la de Bolvar y al S
y O con la del Guayas. Su terreno es plano y cruzado por numerosos rios
(de donde le vine su nombre), todos ellos tributarios del Guayas rio de
Bodegas. Eecursos principales: Agricultura, especialmente el cultivo de
cacao, cria de ganado, particularmente del yeguar, extraccin de maderas,
comercio activo con el interior.
560 GEOGKAFA POLTICA CIVIL.

Canton de Babahoyo. Capital de la provincia y cabecera del cantn: Babahoyo,


llamado eomunmente Bodegas, tiene, como pueblo de trnsito, una poblacin fluctuante,
pero por lo regular no pasar de 3000 almas. La mayor parte se hallan en la parte
nueva de la ciudad (si se puede darle este nombre) que est edificada sobro los barrancos
altos del lado izquierdo del rio con casas de mejor construccin que las de la parte an-
tigua, que se halla jal lado derecho en un terreno anegadizo. Tiene dos iglesias, y una
regular casa de Gobierno; los dems edificios pblicos no merecen la atencin. En
verano se nota alguna animacin en las calles y en el comercio por los muchos viajeros,
que diaramente pasan al interior vienen de all; pues Bodegas es el puerto fluvial en
la ruta principal entre Quito y Guayaquil. Las otras parroquias del cantn son insig-
nificantes: Pimooha, Caracol y Saboneta.
Canton de Baba. Cabecera: Baba, un pueblo de bastante casero, rodeado de
huertas de cacao, pero sin otras particularidades. Menos todava, tenemos que decir de
las otras dos parroquias del cantn, que se llaman Guare Isla de Bejucal, que on lo
fsico no son mas que pequeos sitios de pocas casas.
Canton de Pueblo viejo. La Cabecera del mismo nombre, tambin rodeado de
cacaotales, no es mejor que Baba, y v decayendo mas y mas, en la misma escala que
est levantndose la poblacin de Catarama en mejor posicin. Se hallan agregadas al
cantn las parroquias de Zapotal, Ventanas, Catarama y San Juan.
Los dos cantones que preceden, y tambin una parte del que sigue, forman el distrito
cacaotero mas importante de la Repblica y producen el afamado Cacao de arriba. Los
pueblos, es verdad, presentan un aspecto miserable, pero las haciendas son valiosas, y
muchas de ellas manifiestan tambin en lo exterior la opulencia.
Canton de Vinces. Cabecera: Vinces, en posicin pintoresca las orillas del rio
que lleva el mismo nombre, y con el fondo de las palmeras y cacaotales, es poco mas
menos del mismo tamao que Baba y Pueblo viejo, y sin otro movimiento que el de
la industria eacaotera y algo de comercio por el rio. Parroquias: Palenque en pampa
rasa, y Quevedo metido en las montaas.

XIV. Provincia de Manab.


rea 20442 kilm. Q (=660 leg.D)- Habitantes 64100. Parroquias 22.
Colinda al N con la de Esmeraldas, al S con la del Guayas, al E con la
misma y con la del Pichincha, y al O con el Ocano. Su terreno es media-
namente montaoso, pero sin cerros altos. Carece de rios caudalosos, los
principales son el de Portoviejo, el Chone, el Jama, el Cuaque; en las mon-
taas interiores participa tambin de los sistemas fluviales del Daule y Qui-
nind. Eecursos principales: industria del tijido de sombreros finos de paja,
extraccin de maderas, de tagua y caucho, algo de agricultura y comercio.
Esta provincia de dilatados terrenos, pero de escasa poblacin, tiene 6 cantones,
mas que ninguna otra, ni las mas populosas. Y lo singular es, que las cabeceras de
estos seis cantones se hallan acumuladas en un pequeo espacio, distando una de la otra
solo unas pocas leguas. Las parroquias se hallan distribuidas del modo mas caprichoso.
Asi, por ejemplo, Charapot que est inmediato la cabecera de Rocafuerte, pertenece
Montecristi, que dista cinco veces mas; Chone debera agregarse por su posicin natural
Carques y no Rocafuerte etc. Tres cantones serian mas que suficientes.
Canton de Portoviejo. Capital de la provincia y cabecera del cantn: Portoviejo,
una ciudad, de cerca de 5000 habitantes, que por su aspecto de pueblo apenas merece
tal nombre. Es. sinembargo, residencia de un Obispo y tiene un Seminario. Fuera do
la Matriz pertenecen al cantn las parroquias de Riochico y Picoas.
BEVISTA .TEBEITOEIAL. 561

Canton de Montecristi. Cabecera: Montecristi, al pi del cerro del mismo nombre,


eon unos 2000 habitantes, y sin recomendacin particular. Se. adjudicaron al cantn las
parroquias de Manta (puerto habilitado) y de Charapot.
Canton de Jipijapa. Cabecera: Jipijapa, el pueblo mas grande y mas importante
de toda la provincia, con 6000 habitantes, conocido por. la industria de tejido de som-
breros de paja toquilla (los afamados sombreros de Jipijapa) y por el comercio anexo
la dicha industria. Agrganse al cantn las parroquias de Pagan, Julaiiy, Machalla
y Salango, los ltimos tres son sitios de pocas casas.
Canton de Santa Ana. La Cabecera del mismo nombre, que es un pequeo pueblo,
y Olmedo, otro mas pequeo, constituyen todo el cantn, cuya existencia difcilmente se
comprende. " .
Canton de Soauerfce. Cabecera: Bocafuerte (antes Pichota), pequeo, pero de
bonito aspecto y de buen clima. Parroquias: Tosagua, Chone, Calceta y Junin, pueblos
muy retirados hacia el interior de las montaas.'
Canton de Sucre. Cabecera: Baha de Carques la orilla de la hermosa ense-
nada de su nombre, con un casero no muy numeroso pero de buena construccin y
bonito aspecto. Otras parroquias: Canoa y Pedernales.

XV. Provincia de Esmeraldas.


rea 14155 kilm. D (=457 leg.D). Habitantes 14600. Parroquias 8.
Est limitada al N por la Repblica de Colombia, al E por las provincias
de Imbabura y de Pichincha, al S por la de Manabi y al O por el Ocano.
Su territorio es montaoso, pero careciendo de cerros altos; todo est cu-
bierto de montaas espesas. Sus ros principales son el de Esmeraldas con
sus tributarios, todos los del sistema del Santiago y el rio Verde. Recursos
principales: extraccin de caucho, de maderas finas y de otros productos
vegetales, lavaderos de oro, un poco de comercio y agricultura en pequea
escala.
Canton nico de Esmeraldas. Capital de la provincia y cabecera del cantn: Es-
meraldas, un pequeo pueblo de unos 600 habitantes, no tiene otra importancia que la de
ser un puerto habilitado, pero con poco movimiento comercial. Las otras parroquias son
tambin muy pequeos: Atacmes, San Francisco, Muisne (con Mompiehe), Mi Verde,
La Tola (eon Cayapas), Concepcin, San Lorenzo.

XVI. La Regin oriental.


Las cifras que podramos indicar para el rea y los habitantes, as como
los linderos serian demasiado vagos, para que merezcan ser colocados aqu.
Lo concerniente se encuentra en la parte topogrfica de esta obra. La divi-
sin poltica de esta regin es todava muy imperfecta, y lo ser, mientras
que no se arreglen definitivamente los lmites con las naciones vecinas.
Entre tanto no podemos hacer otra cosa que citar el artculo respectivo de
la Convencin Nacional de 1884.
Territorios de apo, Canelos y Zamora. Bl territorio de apo encierra los pueblos
de apo, Archidona, Tena, guano, Napotoa, St a Rosa, Simo, Coca, Payamino, Avila,
"WOI.P, Ecuador. gg
562 GEOGBAFA POLTICA Y CIVIL.

Loreto, Concepcin, Cotapino, S. Kafael, S.Miguel de Aguarico, las tenencias de Sinchi-


chieta , Asumy, Maran y dems tribus y territorios, que componan el antiguo Gobierno
de Quijos hasta el Amazonas. El territorio de Canelos se compone de los pueblos de
Canelos, Zarayaeu, Pacayacu, Lliquino, Andoas, las tribus de Zparos y Jbaros, los
dems que componan las misiones de Canelos y los territorios adyacentes del reino de
Quito, cuyos lmites deben fijarse conforme los tratados.

XVII. El Archipilago de Galpagos.


rea 7430 kilm.Q (=240 leg.Q). Poblacin fluctuante; permanente
solo en la isla de Chatham, con unas 200 almas. Eespecto todas las dems
particularidades, vase la parte Va de la obra, que es dedicada este Archi-
pilago interesante.
ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

36*
_ Y \ ^ 1. (Pgina 1.) Y Y" Y -
Mapas del Ecuador. Por atora citaremos solo aquellas cartas geogrficas que
comprenden todo el territorio de la Repblica, y que han sido publicadas.- -'-
El mapa mas antiguo y algo detallado, que poseemos del territorio de la actual
Repblica del Ecuador, es el del Padre Samuel Fritz, jesuita alemn, que , fines del
siglo XVII viajaba mucho por las misiones del Maraon, haciendo en todas partes ob-
servaciones geogrficas sobre aquellas regiones. Reeojiendo sus trabajos propios y los
de sus antecesores, compuso el mapa de una gran parte de Sudamrica, comprendida .
entre el grado 2 de L a t N hasta el 12 de Lat. S, y entre las costas del Pacfico y la boca
del rio Amazonas, con el objeto especial de aclarar el curso de este ltimo rio y de sus
fuentes principales. Este mapa fu impreso en Quito en 1707, y se public una copia
en el tomo 2 de la edicin francesa de las Cartas edificantes y curiosas, escritas de
las misiones estrangeras y de levante, por algunos ^misioneros de la Compaa-de Jess.
Este copia, que tengo presente, lleva ei ttulo:V Cours du fleuve Maragnon; autrement
dit des Amazones par le P. Santel Fritz, Missinnaire de la Gompagnie de Jess, y es
ejecutada en la escala d 1:150000001 Es admirable, como este ilustrado Misionero
pudo hacer lo que hizo con los insignificantes y desperfectos instrumentos, que tenia
su disposicin, y en las difciles circunstancias, : en que se hallaba durante sus viajes.
Mr. de La Condamine, quien examin el diario'de viaje del P. Fritz, depositado en los
archivos del Colegio de Quito, dice: No se necesita mas que leer su diario, del cual
tengo una copia, par convencerse de que este Misionero, enfermo cuando baj por 1 rio
para buscar auxilios al Pary molesto y vigilado su regreso, no podia ciertamente hacer
las observaciones necesarias, para que su' mapa saliese tan exacto como era posible. Por
otra parte, sin pndulo y sin anteojo no ha podido determinar ninguna longitud; y no
tenia para' las latitudes sino un pequeo semicrculo de madera, d tres pulgadas de
radio. Con tan pocas comodidades, es sorprendente que haya podido hacer una obra tan
digna de estimacin. Con mas facilidades que dicho Padre, yo siento que mi mapa est
tan lejos d la perfeccin."

Las ltimas palabras del sabio francs nos conducen al- segundo mapa, que tene-
mos sobre l Ecuador, y que es del mismo Mr. de La Condamine. -Est trazado en una
escala algo mayor (1:11500000) que el del Padre Fritz, pero con el mismo objeto espe-
cial, de precisar el' curso del rio Amazonas desde Jan de Braeamoros hasta s boca,
aunque se extiende hasta el Pacfico entre los grados 6 Lat. S'y 5 Lat. N. Esta carta
qu lleva el ttulo: (fiarte du cours du Maragnon ou de la grande rivire des Amazones,
d'as'sa pariie navigable depuisJaen de Braeamoros jusqu' son emVouehure, et qui com-
prend la Provinee de Quito et la Gte de la Guiane depuis le Cap de Nord jusqu' ISsse-
qub'e; leve en i 743. e 744~|^ assujettie auxObservations Astronmiques par Mr. de
La Condamine de KAC^des{Sy)>, acompaa apExtracto del Diarioae_-ohser-vaeiones
hechas en el^difcfedft-ta-Eroviiinia de Quito a!JPar_jr>T ti) riri de Jas Amazonas e t c .
"destinado por "ser-ledo n la Asamblea pblica de la Academia real de las" Ciencias -
Paris. o r Mr. de La Cojidamine. Traducido del francs en castellano. AmsterdamJ.-245Y
Este librit en pequeoS" y de - 21'pginas es sumamente raro y- poco-conocido.- -^
566 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.

Pocos aos despus del pequeo mapa, de que acabo de hablar, sali luz el grande
de Maldonado, que con buena razn se podria llamar tambin de Condamine, obra fun-
damental para la geografa moderna del Ecuador, que lleva el ttulo siguiente: Carta-
de la Provincia de Quito y de sus adyacentes. Obra postuma de Don Pedro Maldonado,
Gentilhombre de la Camera de S. Mag. y Gobernador de la Provincia de Esmeraldas.
Hecha sobre las observaciones astronmicas y geogrficas de los Acadmicos reales de
las ciencias de Paris y de las GuardasGja^ de Cdiz, y tambin de los RE. PP. Misio-
neros de Mainas. En que la costa desde la boca de Esmeraldas hasta Tumbaco, con la
Derrota de Quito al Maraon por una senda de pi de Baos Canelos, y el curso de
los rios Bobonaza y Pastaza van delineados sobre las propias demarcaciones del difunto
autor. Por el S. D'Anville, Gegrafo de 8. Mag, ChrisiHla de la Acad. Imp. de Peters-
burg. Sacada la luz por D. G. D. Z. C. Paris MDCCL. La escala es de 1:856154
aproximativamente, en cuanto se puede deducirla de una copia del mapa.
El mapa de Maldonado no difiere del de La Condamine, excepto que en el ltimo
Se encuentra todo el sistema de tringulos que ha servido los Acadmicos franceses
para medir un arco de meridiano debajo del ecuador. La identidad de los dos mapas
resulta tambin, si comparamos el ttulo del de Maldonado, citado arriba, ,con la explica-
cin, que d Condamine sobre el suyo, en el Journal du voyage l'Equateur, y la
cual citaremos, porque nos d la vez una idea del distinto valor de las diferentes partes
del mapa.
O a Mi nueva carta de la provincia de Quito abraza cerca de 7 grados en latitud y
erca de 4 grados en longitud. Toda la parte que corresponde los tringulos de nuestro
meridiano, y est comprendida entre las dos Cordilleras, desde medio grado al Norte del
ecuador hasta tres grados al Sur del mismo, est copiada del mapa levantado por M. Ver-
guin, y esta es la parte mas detallada. El mapa de la costa, que abraza casi un grado
en latitud entre el cabo de San Lorenzo y el rio Jama, fu levantado por M. Bouguer y
por m, cuando desembarcamos en Manta en el ao de 1736. Lo he copiado del mapa
que mand la Academia el mismo ao. Todo el resto de la nueva carta se ha sacado
I o . De mis propias observaciones en mis diferentes viajes particulares las pro-
vincias de Esmeraldas, Guayaquil, Loja, Zaruma, Piura, Paita, Jan, Borja etc.
o 2o. De lo que ya dije haber tomado de D. Pedro Maldonado, en cuanto la parte
setentrional de la costa, que arregl conforme los levantamientos, caminos y distancias
desde la embocadura del Bio verde hasta la del rio Mira. Lo mismo hice respecto al
curso de los rios de Santiago de la Tola, del Bobonaza y del Pastaza, que M. Maldonado
habia recorrido. El curso de los dos ltimos se ha dibujado segn las observaciones de
Maldonado, por M. d'Anville.
3 o . De diferentes memorias informaciones que he reunido de todas partes, y las
que debo principalmente al E. P. Magnin, Jesuta de Friburgo, antes misionero, despus
cura de Borja, hoy profesor de derecho cannico en Quito y miembro correspondiente de
la Academia. A l le debo todos los pormenores que contiene la carta del oriente de
las cordilleras; pero he rectificado todas las posiciones con una determinacin exacta de
los vrtices de las montaas de la cordillera oriental, de donde los rios toman su curso
hasta el de las Amazonas. Los pormenores del apo y de sus afluentes se han tomado
de un dibujo hecho por el Padre Pablo Maroni, Jesuta italiano, otro misionero de Mainas.
El golfo de Guayaquil ha sido tomado de un plano levantado con mucho cuidado y que
recib de un hbil piloto francs, oriundo de Cdiz.
La parte de la costa, desde el cabo San Lorenzo hasta la punta de Santa Elena,
he tomado de rutas antiguas y cartas manuscritas por falta de mejores datos. Con todos
estos materiales, que di M. Maldonado, este hizo arreglar por M. d'Anville un mapa
espaol de la provincia de Quito en cuatro hojas, aadiendo sus propios trabajos. Los
pormenores de la regin noreste del pais son en parte de M. Bouguer quien tom la
vuelta ese camino, y en parte de un interesante diario del teniente coronel Don Miguel
de Satistvan. ;;
De la precedente explicacin de Mr. de La Condamine se deduce, que la parte mas
meritoria y de duradero valor de su mapa (y del de Maldonado) se halla en la zona inter-
andina desde Mira hasta Tarqui, por razn de la triangulacin, que le sirvi de base.
Las dems partes en conjunto no tienen tanto valor, y comparadas entre s son tan
heterogneas, que es difcil avaluarlas en globo.
La carta de Maldonado se hizo muy rara, y en toda la Repblica del Ecuador no
existen mas que uno dos ejemplares de ella. Ser por esto, que Maldonado queda casi
MAPAS DEL ECUADOB. 567
olvidado de sus mismos paisanos y no ser intil repetir aqu lo que escrib en mi
Memoria sobre la provincia de Esmeraldas en 1879, tributando un homenaje la me-
moria de este gran hombre.
Naci Dore Pedro Vicente Maldonado en Riobamba hacia el ao de 1710 hizo sus
primeros estudios en el colegio de Quito, sobresaliendo especialmente en las ciencias
matemticas, bajo la direccin de su hermano mayor, Don Jos Maldonado, cannigo de
la Catedral de Quito y gemetra y astrnomo no vulgar segn Mr. de La Condamine.
Desde luego que se habia encargado de la gobernacin de Atacmes, concibi grandes
planes ideas concernientes su nuevo gobierno. Primeramente pens establecer nuevas
poblaciones cada cinco leguas en el camino que abri, para la comodidad de los trafi-
cantes y para la conservacin de la obra en buen estado. Su idea principal fu construir
la capital del gobierno en San Mateo de Esmeraldas sobre la desembocadura del rio de
este nombre. En el mismo lugar quiso establecer un astillero y este fin hizo construir
en Londres y trasladar Guayaquil los instrumentos necesarios. Con el fin de evitar
injustas vejaciones y prohibiciones de parte de la corte de Madrid, que en otras ocasiones
habian frustrado las buenas intenciones de los empresarios, y para pedir la confirmacin
del gobierno conferido por la real Audiencia de Quito, se encontr en la necesidad de
pasar personalmente Espaa, y verific su viaje por el Maraon en compaa del seor
de La Condamine. Felipe V le recibi con benevolencia, le dio por cdula real de 1746,
el gobierno de Atacmes y Esmeraldas por dos vidas, le adjudic tambin el confinante
gobierno de Cara, que se hallaba entonces en total abandono, y le adorn finalmente con
el ttulo de Gentil hombre de Cmara de Su Majestad. Pero Maldonado no era el
hombre que se dejaba impresionar por la vida ociosa de la corte de Madrid; tenia aspira-
ciones mas nobles y no perdia de vista su objeto principal, al que pareci haber dedicado
su vida y todas sus fuerzas intelectuales.
. Mr. de La Condamine dice, que la pasin de Don Pedro Maldonado por instruirse
abrazaba todo gnero de ciencias y que su facilidad en concebir suplia la imposibilidad
en que habia estado de cultivarlas todas desde su primera infancia. Siguiendo pues su
natural inclinacin, vol de Madrid Paris, estudi con afn todo cuanto pudiera serle
til mas tarde en su querida patria, asisti con frecuencia las sesiones de la Academia
de Ciencias, recorri los Paises Bajos en 1747, relacionndose en todas partes con los
sabios mas afamados, y se traslad Londres en Agosto de 1748. All fu nombrado
individuo de la Sociedad Real, pero poco tiempo despus le acometieron una fiebre ardiente
y una afeccin del pecho tan violentas, que sucumbi ellas el 17 de Noviembre del
mismo ao, en la flor de su vida. Lamentaron su prdida los miembros de ese ilustre
Cuerpo, los miembros de la Academia de Ciencias en Paris, y todos cuantos le habian
conocido. Las memorias escritas por Maldonado y sus apuntamientos sobre la historia
natural, fueron recojidas y llevadas Madrid por el embajador de Espaa en Francia,
pero parece que all quedaron sepultados en el polvo de los archivos; por lo menos no
hay noticia de que se hubiesen publicado. Con mucha razn dice Caldas, hablando de
Maldonado: Jamas lloraremos dignamente la prdida de este hombre grande, que pro-
yectaba nuestra felicidad. Si conocemos una parte de sus acciones, lo debemos una
pluma extrangera (la de La Condamine). Ingratos, casi hemos olvidado su memoria!
Las mas clebres academias de Europa han pronunciado sus elogios, y sus compatriotas
apenas le conocen. El Quiteo se afana por pasar la posteridad el nombre de un juez,
que le compuso una calle, y ha olvidado erijir un monumento al hombre mas grande
que ha producido ese suelo,*)
El monumento mas duradero, que Maldonado mismo se ha erigido y que vale mas
que una estatua, es su mapa grande del reino de Quito, que ha servido de fundamento
todos los trabajos posteriores y sobre el cual Humbodt form un alto concepto, elo-
gindolo como uno de los mejores, que en su tiempo existieron de paises no-europeos.

Garta general de Colombia. La foja 22 del gran Atlas geogrfico y fsico del
Nuevo Continente por A. de Mwriboldt contiene la Carta general de Colombia (grabada
en Paris en 1825), en la escala de 1:7675862. No contribuye mucho d nuevo la
geografa fsica del Ecuador; pues en las regiones, que comprenden nuestra actual Re-
pblica, sigui Condamine y Maldonado, salvo la correccin de algunas posiciones

*) Vase tamlaien el Ensayo sobre la historia de la literatura ecuatoriana, por el doctor


Patio Herrera (Quito, 1860).
568 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

astronmicas. Sinembargo es de importancia, por cuanto Humboldt indica con "mucha


exactitud los limites de Colombia con el Per, como existieron en su tiempo.

Mapa fsico y poltico del alto y bajo Pera. Con este ttulo se puhlie en 1826
en Paris una carta muy interesante en dos secciones, cuya setentrional abraza tambin
una parte de la actual Repblica del Ecuador. Est grabada con esmero y hasta con
elegancia, en la escala de 1^3403670. Debajo del ttulo se lela Nota siguiente: Este
mapa est corregido con presencia de las observaciones itinerarios de los oficiales
facultativos, que han acompaado los ejrcitos en sus diferentes operaciones, cuyos
trabajos se reunieron consecuencia de los ltimos acontecimientos, por orden del
Gobierno. Ao de 1826. En la composicin de este mapa.se nota la influencia del
trabajo de Humboldt, publicado un ao antes. Pero su importancia especial para el
Ecuador consiste en que seala los mismos lmites entre Per y Colombi, como Hum-
boldt. Ee un documento claro de que el Gobierno peruano, lo menos hasta el ao de
1826 no pensaba en despojar Colombia de las provincias de Jan y de. Mainas y de
muchos otros terrenos. La invencin de la observancia de Ja Cdula real de 1802 es
bastante moderna. cualquier observador imparcial ocurre la pregunta: porqu el
Per no disput esos terrenos desde el principio ? y porqu se convenci de la observancia
de la clebre Cdula real muchos aos mas tarde, despus de haber ocupado poco poco
el territorio ecuatoriano?

De la Carta de Colombia por Jos Manuel Bestrepo, publicada en Paris en 1827, en


la escala de Jj5600000 (el Atlas contiene los departamentos en la de 1:2700000) pode-
mos decir lo mismo que de la de Humboldt, es decir, que contiene pocos datos fsicos
nuevos, pero es de importancia en la cuestin de lmites.
El Ecuador formaba entonces parte de la gran Repblica de Colombia, con los tres
departamentos de Guayaquil, del Ecuador y del Azuay. Respecto esta seccin de la
carta el mismo Restrepo dice: En los departamentos de la antigua presidencia de Quito
se ha copiado el mapa de Don Pedro Maldonado, que se considera bien exacto. Aunque
el mapa de Restrepo no contenga nuevos materiales geogrficos en esta parte, es sinem-
bargo para nosotros de mucha importancia, por sealar las divisiones polticas de la
Repblica, en departamentos y provincias, arregladas la ltima ley de 25 de Junio de
1824, dada por el Congreso. Ley, que invoca el Ecuador con justa razn en el arreglo
de sus lmites con la Colombia moderna, y que he observado tambin en el trazo de la
linea divisoria sobre mi mapa.

Despus de su independencia (1830) el Ecuador sigui sin carta propia hasta el ao


de 1858, en que sali luz la Carta corogrfiea de la Repblica del Ecuador, por el
Dr. Manuel Vlaviceneio, destinada servir de complemento la obra de Geografa del
Ecuador, publicada del mismo autor. Lit. imp. de F. Mayer y Cp., Nueva-York. Es^
caa 1:1350000 (aprxim.). "~"
El mapa de Vlaviceneio es bien conocido en el pais, y fu censurado en varias
ocasiones por nacionales y extranjeros. Puedo limitarme pocas observaciones, pues el
juicio crtico sobre este trabajo es unnime. Loable era el deseo de dar al pais una
carta nueva, despus de haberse escaseado el mapa de Maldonado, y el seor Vlavi-
ceneio hubiera prestado un gran servicio al Ecuador y la ciencia geogrfica, si hubiese
recopilado los materiales existentes en su poca, es decir, si su carta estuviese delineada
en vista de las cartas de Don Pedro Maldonado, el Barn de Humboldt, Mr. Wisse, la de
las sondas de las costas por M. Fritz Roy y H. Kellet, como dice el ttulo, y si hubiese
dejado aparte las particulares del autor. En efecto, Viavicencio no supo aprovecharse
de aquellos materiales. Desfigur completamente las costas ecuatorianas y hasta las
partes mejor conocidas del interior. La provincia del Oriente es un mamarracho fan-
tstico, y en donde quiera que quiso corregir el mapa de Maldonado, lo sembr d errores
enormes. Esta carta no habra merecido ninguna atencin, si desgraciadamente no hubiese
sido la nica, que el Ecuador hasta nuestros dias ha posedo para la instruccin pblica.
Vlaviceneio no era el hombre llamado reformar el mapa del Ecuador, porque no
poseia ni los principios mas elementales de geografa, y el seor R. Sprce no exagera
diciendo: Parece que el autor no tiene idea, clara entre Norte y Sur, Este y Oeste,,
puesto que emplea muchas veces uno de stos trminos en lugar del opuesto. En el mapa
muestra el autor su ignorancia de los primeros principios de geografa'por la numeracin
MAPAS DEL ECTJADGE. 569

errnea de los minutos de longitud y-latitud; y los nombres estn muchas 'veces tan"
equivocados en sus posiciones, como si los hubiera escrito sobre pedazos de papel y reci-
bido sobre l mapa despus de lanzarlos al .aire, fijando as su posicin respectiva. -(Re-
port on the expedition to procure seeds and plants of the Oinchona succirubra or red.
bark tree, by Richard Spruee Esq. London 1861.) Vase tambin el Bol. del Obs. astr.*
de Quito," 1879, p'g. 44.' Wolf, Viajes cient, por la Rep. del Ecuador (Guayaquil 1879),
III, pg. 9-

Pasaron 26 aos sin publicarse otra carta general de la Repblica. Entonces, por
escasearse ya mucho la de Villavieencio, sali el Mapa del Ecuador por Santiago M.j
Basurco, en 1884. Grabado impreso por G. "W. y C. B, Colton y Co., Nueva-York..
Escala 1:1000000. Dice una nota, que este mapa ha sido trazado en vista de los tra-
bajos de los doctores Villavieencio, Wolf y los particulares del autor. Estos ltimos no
pueden ser considerables, porque el seor Basurco compuso su carta en Guayaquil,
pocas semanas despus de su llegada del Per y sin conocer el pais. Aprovech de mis
trabajos publicados hasta entonces, en cuanto caban sobre el mapa de Villavieencio. Es
lstima, que el seor Basurco no haya consultado otros materiales antiguos, en parte
muy buenos, por ejemplo, las cartas martimas del Almirantazgo ingles. As su obra no
es mas que una copia de Villavieencio en escala algo mas grande, quien pudo reem-
plazar, si no hubiese cometido un error en la divisin poltica, poniendo una gran- parte
de la provincia del Orient, que el Ecuador se cree con todo derecho, como terreno
disputado por el Per y Ecuador, razn, por la cual el Gobierno ecuatoriano prohibi la
introduccin de este mapa en las escuelas del pais.

Otra carta del Ecuador, con el mismo fundamento de Villavieencio, publicaron los
Hermanos de las Escuelas Cristianas, poco tiempo despus. No la tengo la mano y por
esto no puedo indicar la escala, ni la casa editora de Paris. Poco mas menos tiene el
tamao de la carta de Basurco. Parece que este mapa est destinado la enseanza de
sus alumnos en las clases inferiores, pues, sin entrar en detalles, d en dibujo tosco solo
los rasgos principales de la configuracin geogrfica de la Repblica y la divisin pol-
tica. Est viciado de los errores de Villavieencio, y no tiene mrito cientfico,' como
tampoco la anterior de Basurco.

Finalmente debo hablar del mapa mas reciente de la Repblica, que en el ao pa-
sado de 1891 se public en Berln, en el instituto geogrfico de Otto Herkt, y lleva el
ttulo: Mapa general del Ecuador por Bernardo Flemming. Escala 1:1800000. La
ejecucin tcnica de esta carta es mejor que la de todas las precedentes, aunque el dibujo
de las montaas deja mucho que desear. Sti mrito principal consiste en haber abando-
nado el camino trinado d copiar Villavieencio, regresando el autor mas bien Maldo-
nado, en donde no pudo conseguir mejores materiales modernos. La costa y las islas
de Galpagos estn trazadas conforme las cartas martimas inglesas, las provincias de
Esmeraldas, Manab (en parte), Guayas, Los Rios, Bolvar, Oro, Loja, Cuenca y Caar;
son copiadas de mis cartas ya publicadas, y el resto del mapa se funda-principalmente
en Maldonado, lo menos no se nota mucho influjo de otros materiales modernos, aunque
existieron, por ejemplo, para la regin amaznica, que sali muy pobre y en parte
errnea. El viejo plano de Guayaquil debia ser reemplazado por el nuevo, que existe
impreso desde 1887. * En la lista de los materiales, que sirvieron la compilacin del
mapa, el autor cita nombres, que no han contribuido nada la geografa del pais. Se
cita tambin si mismo, pero en vano he buscado algo de nuevo que se pudiera atribuir
l, no ser la indicacin de tres ferrocarriles proyectados. En el proyecto de Pailn
se.nota la circunstancia singular, de que el ferrocarril, saliendo de San Lorenzo no pasa
hasta Ibarra, sino que acaba en Paramba, hacienda del seor Flemming. Poco importa,
porque el proyecto no se realizar tan pronto. Parece que sus autores nunca han pen-
sado en la dificultad de habilitar el puerto de Pailn; Este puerto es inaccesible para
buques mayores, y la abertura de un. canal seguro por los bajos extensos de la Baha de
Sardinas de Ancn, y otros trabajos preparativos costaran talvez mas que todo el ferro-
carril desde Sari Lorenzo Ibarra; Los lmites de la Repblica traz el seor Flem-
ming arbitrariamente, no siendo ahora el rio Amazonas el lindero entre Ecuador y Per,
ni la hhe suya la que divide e] Ecuador y Colombia. -El lindero con el Brasil no est
conform al tratado de San Ildefonso en-1777-, como dice la lectura,- sino- al que el Per
570 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.

celebr con el Brasil en 1851, considerndose dueo del terreno ecuatoriano. Es lstima
que el seor Plemming no excojiera con mejor crtica el material que le sirvi. As
figuran, por ejemplo, en su mapa unos sitios insignificantes ( veces casas aisladas), que
yo bien pude colocar en mi carta grande de la provincia del Guayas, pero que no caben
en la suya de escala pequea, mientras que faltan del otro lado poblaciones considerables,
por ejemplo, Manglar alto en la costa y muchsimas en la sierra. Valdivia, un sitio de
cuatro casuchas miserables, figura con la seal de cabecera de cantn. Otro tanto vale
respecto los rios y dems particularidades. Me abstengo de una crtica completa del
mapa, porque no conozco el objeto especial, que con su composicin y publicacin se
propuso el autor. En la escala pequea en que se halla, no puede servir bien ni la
instruccin pblica, ni al viajero cientfico, ni al Gobierno, ni otros fines particulares.

V 2. (Pg. i.)
Mapas de Colomlbia y del P e r . Las Repblicas de Colombia y del Per
deben sus mejores mapas generales dos italianos clebres, Codazzi y Raimondi.
Carta geogrfica de los Estados Unidos de Colombia, antigua Nueva Granada, con-
struida de orden del Gobierno general, con arreglo de los trabajos corogrficos del Ge-
neral A. Codazzi, y otros documentos oficiales, por Manuel Ponce de Len, ingeniero,
miembro de la Soc. geogr. de Paris, y Manuel Maria Paz. Bogot 1864. Grabada en
Paris, en la escala de 1:1350000. Todo el mrito de esta carta recae sobre Codazzi,
quien al morir dej los materiales listos para la publicacin. Segn el testimonio de
viajeros competentes es bien exacta y muy buena en todas las regiones, en donde Co-
dazzi mismo ha trabajado; en otras, en que debia sevirse de materiales ajenos y antiguos
se resiente naturalmente de los errores imperfecciones de estos, as, por ejemplo, en la
regin limtrofe del Ecuador, que copi de Villavieencio. Al ecuatoriano debe sor-
prender el lindero que en este mapa se seala para las dos Repblicas, y que de ningn
modo est conforme al Atlas de Restrepo, ni la ley de 1824, sobre todo en la parte
oriental. Sube este lindero cerca de Tulcan la Cordillera oriental y vira sobre la cresta
de ella al Sur hasta el Cayambe; en seguida baja por el rio Coca y el rio apo hasta
la desembocadura de este en el Amazonas. Frescos quedamos! Colombia baja al Sur
hasta el apo, Per sube al Norte, reclamando los terrenos del apo y Putumayo hasta
el Yapur, disputndose las dos Repblicas un inmenso terreno ecuatoriano1.

Mapa del Per, por A. Baimondi.v El gran naturalista, que el Per con justo
orgullo puede considerar como uno de los suyos, ha trabajado 40 aos, desde 1850 hasta su
muerte en 1890, al lado de sus estudios sobre botnica, zoologa y mineraloga, tambin en
el perfeccionamiento del mapa de esta Repblica. Recoji tantos materiales geogrficos, que
ya pudo pensar en la construccin de una carta general del Per en gran escala y sobre
bases slidas. Bajo la proteccin y costo del Gobierno han salido en los ltimos
3 aos (hasta Mayo de este ao de 1892) 13 secciones, de las 34 que deben formar la
carta completa. Ojal, que con la muerte prematura del seor A. Raimondi no se para-
lice esta gran obra, la cual honra su autor y al Gobierno peruano, y que los mate-
riales inditos caigan en manos competentes, para que la conclusin corresponda al prin-
cipio! La escala de este mapa es de 1:500000, y la ejecucin tcnica correcta y
esmerada. Grabado y Imp. por Erhard P rcs , Calle Denfert-Rochereau 35bi8, Paris. Las
secciones publicadas comprenden la parte mas setentrional del Per, de suerte que pude
aprovecharme de ellas para el trazo de las regiones limtrofes al Ecuador, con el expreso
permiso del autor.
Naturalmente indica el mapa de Raimondi los linderos con el Ecuador segn las
pretensiones del Per. He oido algunas personas emitir la opinin, de que el seor
Raimondi hubiese escrito sobre los lmites solo en servicio delPer, sin verdadera con-
viccin. Contra esta sospecha protesto en nombre de mi malogrado amigo, quien
conoc bastante, para poder afirmar que era incapaz de un procedimiento equvoco. En
primer lugar es claro, que como gegrafo del Per debia indicar en el mapa los lmites
que el Gobierno peruano considera como legtimos, aun en el caso de que personalmente
hubiese seguido otra opinin, porque pudo prescindir de la cuestin del derecho, como
yo lo hago con los linderos del Ecuador. Los pongo como el Gobierno ecuatoriano los
desea; videant cnsules! Pero hay mas; el seor Raimondi vivi y muri con la
MATEBIALES GEOOBAPICOS. 571
conviccin, de que la Cdula real de 1802 fu obedecida, y en esta conviccin debia
poner los limites del Per as como los puso. Con Colombia la cuestin es muy distinta;
ella no asiste ni la sombra de derecho para la pretensin de extenderse hasta el
Cayambe y el rio apo. Esta pretensin es simplemente absurda.

V 3 . (Pg. 2.)
M a t e r i a l e s u s a d o s . Aunque no es posible, enumerar aqu todos los materiales
ajenos, de que me he servido en mis estudios y en la composicin del mapa, ni mucho
menos indicar todos los casos especiales, en que influan, es sinembargo necesario y un
debeT de gratitud y justicia, dar una revista de los principales. Por supuesto cuentan
entre ellos en primer lugar las cartas geogrficas de la Bepi'ibliea, que he citado en la
primera anotacin, y entre las cuales la carta de Maldonado sobrepuja las dems en
importancia cientfica.
De cartas parciales, que tratan solamente una parte de la Repblica, debo men-
cionar la de la Triangulacin ejecutada por los Acadmicos franceses, que forma el funda-
mento de la carta geogrfica de la regin interandina desde Mira hasta Tarqui. Este
documento importantsimo se halla en la obra de Mr. de La Condamine: Mesure des
trois premiers degrs dxi mridien. Mientras que Condamine d solamente el esqueleto
de los tringulos, Mr. Bouguer, en su obra La figure de la terre, lo acompaa con los
detalles topogrficos. Tambin D. Jorge Juan lo insert en sus Observaciones atron-
micas y fsicas hechas de orden de su Majestad en los reinos del Per. Finalmente se
halla una copia mal dibujada en el programa de la Escuela Politcnica de Quito en 1875,
en la Relacin sobre la expedicin de los Acadmicos franceses por J. B. Menten. .
Una carta de Don Atanasio Guzman, cuya copia reducida Mr. R. Spruce public
en Londres en 1862, apenas podemos enumerar entre los materiales geogrficos, porque
es del todo inservible. Representa, pretende representar las montaas de Llanganate,
el rio Patate desde Latacunga, una parte delPastaza, y la parte superior del rio Curaray
Si nos fijamos en las partes bien conocidas y en lo poco que sabemos de cierto sobre
las montaas de Llanganate, resulta que el dibujo de Guzman es completamente falso, y
que este seor no tenia la menor idea de cartografa. Si en efecto existiesen algunos
de tantos rios, lagunas, cerros etc. que pinta detalladamente, no sabramos donde colo-
carlos, pues de seguro no pueden ocupar las posiciones, en que se hallan sobre el mapa.
En Quito he visto el manuscrito de la Historia del Reino de Quito por el Padre
Velasco, acompaada de la Carta general de las provincias del Quito propio, de las orien-
tales adjuntas, y de las Misiones del Maraon, apo, Pastaza, Guattaga y Ucayale,
delineada segn las mexores cartas modernas y observaciones de los Acadmicos y Misio-
neros, por el Presb0. D. Juan de Velasco, para servir su Historia del Reino de Quito.
Ao de 1789. La escala es de 1:4600000, aproximativamente, en cuanto se puede de-
ducir del dibujo algo desigual de los grados. En el prefacio la tercera parte de su
Historia, dice el Padre Velasco, que ha formada su carta segn las cuatro mejores, que
son las de los SS. Maldonado y Condamine, y de los PP. Fritz y Magnin, solo aadiendo
tal cual cosa de propia observacin. Este documento interesante debe existir todava
en la Biblioteca Nacional de Quito con el manuscrito de la obra, y merece ser conser-
vado como documento histrico para la cartografa del pais, as como su Historia, por
mas errores que contenga, siempre conservar el mrito inters de haber sido la pri-
mera de su gnero, que ha servido de fundamento las obras posteriores de Villavi-
cencio, Cevallos etc.
Existe una Carta esfrica, que comprende la costa occidental de Amrica, desde
7 grados de Latitud sur hasta 9 grados de Latitud norte, levantada de orden del Rey
N. S., en 1791 por varios oficiales de su real armada. Presentada S. M. por mano del
Exmo. D. Antonio Coronel, Secretario del listado etc. Ao de 1800. Escala 1:2200000
(segn puedo deducir de una copia que tengo presente). Este mapa, poco conocido, es
muy interesante, por presentar por primera vez la verdadera configuracin de la costa
ecuatoriana, de la isla de Puna, del Golfo de Guayaquil, y de los esteros que desembocan
en l. En efecto, ya difiere muy poco de las cartas'martimas inglesas posterioxes, re-
specto las posiciones relativas, aunque en cuanto las absolutas (Ljmg. de 'GreenwlV
la diferencia es todava considerable y llega de 7 10 minutos. --v
El Atlas geogrfico y fsico del Nuevo Continente de Eumboldt contiene algunos
572' ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

mapas parciales muy interesantes. As la.hoja 10 representa la v_Garta de~ la provincia


de Quijos, arreglada sobre las memorias itinerarios de los Gobernadores de Quijos y-
d Avila, y- en su parte mas occidental segn las observaciones astronmicas y geodsicas
de Alej. de Humboldt.. La hoja 11 nos d el t Bosquejo di una carta-de la provincia
de Avila,, trazado segn los itinerarios del Gobernador Don Miguel Hernndez Bello,
y segn una carta manuscrita de Don Apolinario Diaz de la Fuente, gegrafo de la
Comisin real de lmites al Maraon, por A., de Humboldt. Ambas cartas se hallan en
la escala grande de 1:500000, y Humboldt las dibuj en Quito en 1802. A la primera
vista se conoce, que tienen diferente mrito, lo que se expresa tambin por-el ttulo;
pues la segunda (prov. de Avila) es solo un bosquejo, que contiene pocos detalles,
mientras que la primera (prov. de Quijos) se funda en trabajos mas serios, no solamente
en las partes cercanas al Antisana, donde Humboldt mismo trabaj, sino tambin mas
abajo y en el centro de la provincia. Llama la atencin el trazo de un camino, que
actualmente ya no existe, pero que era mas corto,que el camino por Papallacta. Este
camino dej el Antisana la izquierda. Del Hato y de la Micacocha se dirigi aquella
parte de la Cordillera oriental, que se llama Cimarronas de San Joaqun, y despus de
atravesarla, eoji luego las cabeceras del. rio Cosanga, siguindolo por el lado izquierdo
hasta un punto que se llama ngel de la Guardia. Aqu cruza el rio y lo acompaa
la derecha hasta los Planos de San Javier, donde al pi del cerro de Guacamayo
se rene con el otro camino, que vine de Papallacta por Maspa y Baeza. El camino in-
dicado es mucho mas corto que el actual y evita el paso de muchsimos rios. Tambin
bajo otros puntos de vista este mapa es importante y merecera ser reproducido, porque
el Atlas de Humboldt,. en que se encuentra, solo se halla en las bibliotecas mas grandes
de Europa y no es accesible todos. En el mismo Atlas encontramos dos otros planos
de Humboldt, concernientes al Ecuador: uno (hoja26) del Antisana y sus alrededores, y
el otro (hoja 27) del Pichincha y sus cercanas.. Ambos se fundan en las mediciones
geodsicas del gran explorador del Nuevo Continente..
En el quinto decenio de nuestro siglo el ingeniero francs Sebastian Wisse hizo, al
lado de sus trabajos prcticos, unos estudios importantsimos sobre la geografa del pais,
y comenz componer una carta con el fundamento del de Maldonado, en la escala de
1:700000. Es gran lstima, que el seor Wisse no pudo concluir su trabajo antes de
su muerte. Sus manuscritos quedan perdidos para el Ecuador, porque todos fueron remi-
tidos Francia. El seor doctor Menten tuvo la fortuna de conseguir, medante el seor
A. Gehin en Quito, una copia de la carta manuscrita de Wisse, y me ha proporcionado
la copia de una parta de esta copia. Las regiones que el seor Wisse fund en sus pro-
pios estudias itinerarios, son bien trazadas, como pude convencerme en varias ocasiones.
Al seor doctor A. Destruge debo un Plano grande (130 x 50 Ctm.) probablemente
autgrafo levantado en i846 por Sebastian Wisse en la escala de 1:210000, que com-
prende sus viajes de Latacunga Sigchos, de Latacunga por Pilal Quevedo, por el
rio de este nombre Palenque, de ah Balzar, de Balzar por el rio Puea Olmedo
Portoviejo, Charapot, Baha de Carques y Chnes. En todas partes se trasluce el
observador perspicaz y escrupuloso, y se conoce el talento topogrfico aun en las partes,
que traz solo la vista, sin instrumentos. Lo mismo he observado en su plano del rio
Esmeraldas, que coincide casi en todos los detalles con el mi levantado en 1877.
En 1847 public el Almirantazgo ingles las cartas martimas relativas las costas
ecuatorianas, levantadas en 1836 por los capitanes Fitzroy y Kellet. En varias ediciones
posteriores se agregaron las correcciones, que de vez en cuando se hacen necesarias,
por ejemplo, de la declinacin magntica etc. Elogiar estas magnficas cartas, seria
bien suprfluo, su mrito est reconocido en todo el mundo; solo dir que para los pases
sudamericanos son de doble valor, porque forman tambin para las partas terrestres el
mejor o casi el nico fundamento slido, siendo tan escasas y tan dudosas las posiciones
astronmicas,.que poseemos de. los lugares del interior de este continente. Por dems
es decir, que. aprovech abundantemente de estos, planos preciosos, haciendo solo las
correcciones necesarias en los lugares, en que desde el tiempo de su levantamiento se
haban verificado algunos cambios notables, como en el delta y en la desembocadura del
rio Guayas y en el Golfo de Guayaquil.
Tengo presente una Carta topogrfica de la provincia de Imbabura, sin indicacin
del.autor, ni del ao, ni .del lugar en que se hizo la litografa. Dice una nota, que la
escala es de 1:427346. Su publicacin cae de todos modps despus de 1852, pues se
halla : indicada Ja batalla de-..Cajas, que aconteci en este ao. A primera vista se conoce,
MATEBrAIiES'.GEOGBI'-ICOS.. ** /S73

'qu este mapa' no se'funda en estudis topogrficos originales, pues-contieno, errores-muy


gordos' an en las regiones mejor conocidas; pero del otro lado tampoco no es una simple
copia de otra carta conocida. Me parece que el autor tuvo presente la carta de Maldo-
nado,' que quera corregir la simple memoria, con lo cual acert en unos pocos puntos,
dandola en los mas. Se debe negarle un mrito cientfico.
- Mr. B. Spruce acompa su Memoria sobre la regin de la Cascarilla roja {London
1861) con n pequeo mapa de los lugares explorados, en el cual corrige muchos errores
del de Villavicncio, que tom por base, por falta de otro.
Mr. J. Wilson levant, en escala muy grande, el plano de los'terrenos,-que la
Compaa inglesa limitada del Ecuador posee en Pailn, entre el rio Santiago y el rio
Mataj. Esto plano, cuya exactitud pude examinar en varios puntos,-me sirvi para el
trazo de aquella regin y del laberinto de esteros en la" baha del Aneon de Sardinas, al
- Norte de La Tola.
El seor doctor Pedro Fermin Cevllos, que escribi el mejor Resumen de la
Historia del Ecuador, que poseemos hasta ahora, se ocup tambin por muchos aos y
con mucho inters de la geografa del pais, recojiendo materiales para un mapa. Con
tal objeto dibuj sobre hojas aisladas las provincias de la Repblica, con el fundamento
del mapa de Maldonado, corrigiendo y completndolo con sus propias observaciones y
con las de los gegrafos modernos. El seor doctor Cevallos tuvo la amabilidad de
poner todo este material valioso mi disposicin. Agradecindole su fineza y desinters,
debo declarar que me prest un gran servicio, en cuanto sus planos me. sacaban en
muchas ocasiones de la duda y me servan para completar en muchos puntos las pro-
vincias del interior.
Desde 1868 el ingeniero sniso AJWjetiheman se habia ocupado por algunos aos de
estudios geogrficos muy serios en las regiones del Amazonas superior, entre los rios
Marao, Ucayali y Huallaga, y en 1873 present al Supremo Gobierno del Per los
planos y la Memoria respectiva estos, trabajos.. Mas tarde el seor Wertheman public
en la Sociedad geogrfica de Berln un resumen de los resultados'de sus importantes
estudios, acompaado de un mapa en la escala de 1:600000 (Zeitsehr. d. Ges. f. Erdk.,
Bd. XV). Esta carta, basada en una multitud de observaciones astronmicas exactas, y
ejecutada con gran esmero, es lo mejor que-poseemos sobre la regin del Amazonas
superior, y me gui en el trazo de la porcin respectiva de mi cartita de La Regin
oriental del Ecuador. Tambin Raimondi elogia mucho los trabajos de Wertheman,
como lo merecen. (A. Raimondi, Per, III, pg. 476.)
Algunos pianitos, que public el seor B. Flemming sobre una parte dla provincia
de Imbabura y de la costa de Esmeraldas, son copiados de las cartas martimas inglesas
y-de Villavicncio (aunque dice que son hechos segn sus propios ejoquis) y carecen
de inters cientfico.
En el ao de 1871 1872 los ingenieros Bogers y.Milet trazon nn. plano para el
camino de Manab, desde las faldas del Atacazo hasta Baha de Carques.. Pude consul-
tar una copia del- plano.
- En los ltimos aos el ingeniero Gualberto Prez hizo estudios y mediciones mas
prolijas por el mismo camino y especialmente por la trocha que se abri, para el ferro-
carril proyectado entre Santo Domingo de los Colorados y e l pueblo de Chone.'. Elplano
del seor Prez se halla litografiado y fu debidamente aprovechado en- mi mapa.
Es natural, que para las regiones, que atraviesa el ferrocarril del Sur, desde
Guayaquil hasta Sibambe, consult los estudios de los ingenieros, que siempre con gene-
rosidad pusieron sus planos mi disposicin. . .
331 seor Capitn Boss en Esmeraldas, muy conocedor de. las montaas "de Manab,
' mermando croquis muy interesantes, que levant, brjula en mano, en sus frecuentes ex-
cursiones por los-rios de Jama, Cuaque y otros en la regin del caucho.
Muy agradecido quedo tambin al seor Ernesto Witt enLoja, quien me remiti en
varias ocasiones sus itinerarios y croquis, levantados con la brjula.en las. regiones
menos conocidas de aquella provincia, por ejemplo, en el curso. superior de .los rios Ghin-
- chipe y Zamora, por la Cordillera oriental y en otras partes.
El seor Crevaux -levant en 1879 elplano del curso.delos rios Putumayoy Tapwr
desde sus desembocaduras en el Amazonas hasta el pi .de-la Cordillera cerca de.Mocoa.
331 plano fu publicado en 1881 por: la Sociedad geogrfica-de Paris, pero no -lleg mi
notici'hasta unas pocas semanas hace,: cundo ya estaba grabada mi carta de-la. Regin
oriental del Ecuador, de manera que ya no pude aprovechar de este trabajo. . Al; estudiar
574 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

el plano de Crevaux, resulta que difiere bastante en la parte inferior de la carta de


Kaimondi y en la superior de la carta de Codazzi. El primero dispuso en el trazo de
aquella regin entre Tabatinga y la desembocadura del Apoporis en el Yapur, de los
trabajos minuciosos de las comisiones hidrogrficas brasileras y peruanas, que fijaron los
linderos entre los dos pases, y el segundo (Codazzi) viaj por largo tiempo en la regin
de Mocoa por agua y por tierra, mientras que el seor Crevaux levant su plano de los
dos rios solo con la brjula y sentado en la canoa. Este ltimo modo de viajar y tra-
bajar, veces el nico posible, es magnfico y d buenos resultados, en donde se trata
de pequeas distancias entre puntos, cuya posicin es conocida, pero cuando se trata de
distancias sumamente largas, como en los rios mencionados, el levantamiento con la
brjula sola es mal seguro, las pequeas desviaciones se suman y pueden llegar ser
enormes, y lo mismo vale del clculo de las distancias. El punto final del viaje del
seor Crevaux, al pi de la Cordillera, se halla casi un grado (20 leguas) demasiado al
Oeste, y Mocoa caera en la cercana de Pasto. No dudo, que los detalles del plano, es
decir, el dibujo de las muchas vueltas y revueltas generalmente ser exacto, pero sus
posiciones absolutas y las distancias sern dudosas, hasta que observaciones atronmicas
en diferentes partes de los rios permitan su reduccin verdadera. Hechas una vez tales
observaciones, el plano de Crevaux ser importantsimo.
Finalmente debo mencionar varios materiales geogrficos inditos de los seores doc-
tores Beiss y Stiibel, quienes mi regreso Europa con la mayor generosidad pusieron
mi disposicin cuanto podia contribuir al perfeccionamiento de mi carta. Muchas veces
tendr ocasin de referirme estos celebres viajeros y mejores conocedores de la regin
andina y volcnica del Ecuador, y me limito por ahora darles un testimonio pblico
d mi agradecimiento.
Con esto he enumerado todo el material cartogrfico sobre el Ecuador, que lleg
mi noticia y de que pude aprovecharme. De la earta geolgica hablar en otro lugar.
Los libros, que tratan de la geografa y geologa del Ecuador, sern citados en el
discurso de esta obra.

V 4. (Pg. 6.)
P o s i c i o n e s astronmicas. Supongamos por un momento las posiciones de
Humboldt para Guayaquil en Long. 82 18' 10" O. de Par.,
y para Alaus en Long. . 81 20f 38"
tendremos la diferencia de 0 57' 32"
Ahora bien, segn los planos exactos y las mediciones directas del ferrocarril, la
diferencia de Longitud entre Guayaquil y Puente de Chimbo es lo menos de 0 46' 53",
y segn mis triangulaciones hechas en 1880 entre Alaus y Puente de Chimbo, igual-
mente segn los planos de los ingenieros del ferrocarril, levantados en los ltimos aos
entre Puente de Chimbo y Sibambe, la diferencia de Longitud entre Alaus y Puente de
Chimbo por lo menos es de 0 24/ 37"; de consiguiente la distancia de Guayaquil Alaus
es 1 11' 30". Probablemente la distancia es algo mayor, porque he tomado para am-
bos trechos el mnimo de los clculos. Aun as resulta, que la diferencia distancia
dada por Humboldt es casi de 14 minutos (0 13' 58") demasiado pequea. Pero Hum-
boldt est equivocado tambin respecto la Longitud de Guayaquil, ponindola de casi
7 minutos demasiado al Oeste. Si adoptemos, como debemos adoptar la Longitud de
Guayaquil segn las cartas martimas en 82 11' 33" (Humboldt la pone en 82 18' 10"),
el espacio entre esta ciudad y Alaus (segn H.) se reducira .51 minutos, y la dife-
rencia calculada arriba en 14 minutos, se aumenta 20%. Es decir, que Alaus cae en
efecto de unos 20 Va minutos ms al Este de lo que indica Humboldt.
Este resultado sorprendente me confirm en la desconfianza que tenia desde mucho
antes en las posiciones astronmicas de Humboldt; pues en varias otras ocasiones me
sucedi, que mis medidas y clculos no caban en el espacio entre la costa y la Cor-
dillera, que debia suponer segn esa autoridad; solo que no siempre era tan fcil de
demostrar el error y su grado. Si examinamos las observaciones que Humboldt hizo
en la eo'sta sudamericana, resulta que ellas difieren bastante de las que encontramos en
las modernas cartas martimas del Almirantazgo ingles, y el error cae, con pocas ex-
cepciones, casi siempre al mismo lado, es decir, sus posiciones se hallan al Oeste de las
inglesas, as por ejemplo:
POSICIONES ASTEONMICAS. 575
Punta Aguja de 4' 10"
Punta Paria de 4' 39"
Cabo Blanco de. 3' 16"
Guayaquil de . . 6' 37"
Callao de . . . . 5' 21" (segn Fleuriais).
Por esto es de suponer, que los errores de Humboldt en el interior del pas caern
en el mismo sentido, al lado oeste. En efecto, Wertheman encontr, que Humboldt puso
la boca del rio Chinchipe en el Amazonas de 4' 25" demasiado al occidente. El mismo
ingeniero determin la Longitud de Cajamarea con el mayor esmero por mas de cien
observaciones circunmeridianas y otras tantas distancias lunares, y encontr esta ciudad
de 6' 35" mas al Este que Humboldt. Raimondi adopt en su mapa del Per, como era
natural, en la costa las cartas martimas modernas, y en la regin amaznica las posi-
. ciones e Wertheman, por lo cual cae tambin todo el Per sententrional unos 4% mi-
nutos mas al Este que antes; pero cometi la inconsecuencia de conservar para la regin
intermedia entre la costa y el Amazonas, las posiciones de Humboldt, en Ayavaea y
Huaneabamba (por falta de otras), mientras que hace una correccin de 4 minutos para
Loja, refirindolo la Longitud de Tomependa indicada por Wertheman. Otro tanto, me
parece, debia hacer con Ayavaea y con Huaneabamba, especialmente cuando la ltima
villa se halla tan cerca Tomependa. En las partes del Ecuador, en que nos faltan
todava los datos necesarios para hacer la correccin exacta, como en la provincia de
Loja y una gran parte de la del Azuay, podemos entre tanto suponer un error lo
menos tan grande como en la costa de Guayaquil, y trasladar esa regin interandina
de 6 7 minutos al oriente. Si no lo hiciramos, nos sucedera lo que entre Guayaquil
y Alaus, es decir nos faltaria tierra entre el Golfo de Guayaquil y Cuenca, para trazar
la topografa de esa regin. Con las exactas observaciones astronmicas triangulaciones
este espacio se ensanchar probablemente algo mas, pues en la parte setentrional de la
Repblica los errores de Humboldt llegan mucho mas de 7 minutos.
Parece que Codazzi se encontr con el mapa de Colombia en los mismos apuros que
Raimondi y yo, pues en la provincia de Pasto se nota que con la costa traslad tambin
una gran parte del interior al Este.
Los seores DD rea Reiss y Stbel tuvieron la bondad de comunicarme algunos re-
sultados de sus observaciones astronmicas, calculadas por el astrnomo Dr. Peter en
Leipzig. Ellos encontraron Bogot de 14' 15", Pasto de 6' 15" y Quito de 16' 44" mas
al Este que Humboldt. Para Quito el doctor Peter, sacando el promedio de las observa-
ciones de Stbel, Humboldt y Ulloa, ha calculado la Longitud de 80 51' 45" O. Paris
( = V% 44" mas oriental que Humboldt), la que he adoptado en mi mapa hasta que ob-
servaciones ulteriores y ejecutadas por mucho tiempo nos den un resultado seguro y
definitivo.
Para demostrar, cuanta es la inseguridad en que nos hallamos respecto las
Longitudes del pais, pongo en seguida los datos que poseemos para las dos ciudades prin-
cipales, Quito y Guayaquil:,
\Quito) Long. O de Parts.
Segn Jorge Juan a) 80 4 5 ' C /
b) 80 40' 251'
La Condamine a) 80 30"JS
) 81 2 2 ^
Velasco 80 47' 15"
Humboldt 81 4' 38"
Stbel 80 47' 54"
Peter 80 51' 54"
Guayaquil.
Segn los Acadmios franceses . . . . 82 27' 38"
Humboldt 82 18' 10"
Inman 82 16' 9"
Rapper 82 12* 16"
Arrowsmith 82 10' 9"
Carta del Almirantazgo ingles . 82 11' 33"
Wisse 82 21' 38"
Villavicencio 82 27' _Q
SIS ANOTACIONES-.Y SOTIiBMBHTOS.

Si as estamos con la Capital y, eon el Puerto, principal del pais, qu ser de las
posiciones de lugares menos importantes? quien creeremos? qu autoridad invocaremos?
qu confianza pondremos en aisladas observaciones astronmicas de los viajeros por mas
competentes que sean? En vista de tanta confusin y tan poca seguridad debemos
consentir con Raimondi, cuando dice: /He llegado perder completamente la f en todas
las observaciones de longitud, que no sean'hechas por astrnomos eminentes que hayan
permanecido algun tiempo en el lugar.
Con efecto: qu confianza podrn merecer unas observaciones de longitud tomadas
de paso, cuando vemos las enormes diferencias que dan distintos y hbiles observadores
en la longitud de un mismo punto? As tomando, por ejemplo, la longitud de la ciudad
de Arequipa, determinada por tres observadores, los seores Curson, Pentland, que la
observ en dos ocasiones, y D. Mateo Paz-Soldan, tenemos los siguientes resultados:
Curson (1812) Arequipa . . . 73 0' 13" Long. O do Paris
> : . Pentland (1827) ., . . . 74 14' 12"
id. (1837) ,. . . . 73" 55' 36 .
Paz-Soldan . . . 74 21' 0"
H aqu pues, que entre las longitudes tomadas por los citados observadores hay
una diferencia de 1" 20' 47", que equivale 803/4 millas marinas casi 27 leguas. Ahora
pregunto yo: Ser posible, saliendo de un punto conocido de la costa de Islay,.por
ejemplo, llevando un itinerario con un poco de cuidado, cometer tamao error en 30 le-
guas de camino?
Aun haciendo abstraccin de las observaciones de los seores Curson y Paz-Soldan,
que son los dos extremos, y comparando las dos hechas por el seor Pentland, vemos
una diferencia de 18' 36", esto es un poco mas de 6 leguas geogrficas, error que ser
imposible cometer llevando un itinerario desde la orilla del mar hasta Arequipa; puesto
que para recorrer al paso llano de una bestia la distancia de 6 leguas geogrficas, se
necesitan unas 4 horas; y bastaria observar un reloj al momento de salir y la llegada,.
para pereebir el equvoco. Si s tiene el cuidado de medir antes el camino, que recorre
una bestia al paso llano en un tiempo dado, como he hecho yo con todas las que he em-
pleado, y anotar as mismo todas las variaciones de direccin del camino, es casi im-
posible en una distancia como la que media entre Islay y Arequipa, cometer el error de
una legua;. . .:. V
. i . aun la posicin geogrfica del primer puerto d l a Repblica, esto es la lon-
gitud de Callao, es discutible, pesar de haber sido determinada por clebres obser-
vadores .-. . . "
. . . las dos ltimas y mas recientes observaciones (deMoesta y Fleuriais) difieren
casi 5' millas geogrficas de la de Humboldt y un poco mas de 4 de las que dan Du-
perrey y Fitz Roy. Cual ser la mas exacta? . . . desgraciadamente se tiene demasiada
confianza en las engaadoras cifras que llevan el signo de grados, minutos y segundos
( ' "), que se ven sembradas con profusin en varios libros. (Raimondi, Per, I, pg. 65). |
He citado este pasaje de Raimondi, para que se vea, que en todas partes de Sud- '
americ el gegrafo se encuentra con las mismas dificultades por ahora insuperables,
con que tropezamos en el Ecuador. Que campo tan vasto para un observatorio astro-
nmico , que en primer lugar parece llamado allanar las dificultades y proporcionar
al topgrafo los datos concernientes las posiciones principales! Ojal que tuviramos
siquiera 15 20 puntos bien determinados y situados distancias convenientes en la ex-
tensin longitudinal del pais sobre la Cordillera. occidental entre ella y la oriental!
Con estos puntos seguros y con los que tenemos en la costa, un gegrafo prctico y
bien ejercitado podria construir un mapa muy exacto sin mas materiales astronmicos,
y apoyndose en sus triangulaciones.y dems operaciones geodsicas, y en sus itinera-
rios. Yo, desprovisto de los instrumentos y aun de los conocimientos astronmicos
necesarios para observaciones difciles, como es la de la longitud, insist hace muchos
aos en la importancia de que se ejecute este trabajo de determinar aquellos puntos
cardinales por parte del Observatorio astronmico de Quito, pero en vano. l ao
antepasado volv interesar al director del observatorio en el asunto, exponindole mis
dudas bien fundadas respecto las Longitudes de Humboldt. Me prometi hacer la re-
visin de la longitud de Quito mediante las observaciones con estrellas, y tambin se
ofreci determinar la diferencia de longitud entre Quito y Guayaquil mediante obser-
vaciones correspondientes en ambos lugares y l'telgrafo (mtodo fcil, muy seguro y
LMITES. 577

usado en nuestros tiempos). Me entusiasm con la esperanza de qu se efecte siquiera


esta ltima determinacin. Pero despus de tener todo .preparado en Guayaquil para las
observaciones correspondientes y cuando le escrib al seor director, que el cronmetro,
el teodolito y el telgrafo (merced al ofrecimiento del seor Gobernador) estaban listos,
y que se sirva sealar el dia de la observacin, qued sin contestacin y emprend
mi viaje Europa eon un nuevo desengao. Hasta la fecha (despus de un ao y medio)
tampoco no tuvo bien comunicarme los resultados de sus observaciones eon las es-
trellas; por lo dems ahora vendran tarde, porque el mapa ya se halla impreso. Per-
dneme el lector esta exposicin, que no hago por odiosidad resentimiento ( que no
tengo motivo), sino tan solo para que se sepa que atenerse, por si acaso mi mapa ser
examinado y criticado por los astrnomos en sus fundamentos astronmicos. Sin duda
el Observatorio astronmico de Quito, aunque ya existe unos 20'aos, no se halla todava
en la posibilidad de ejecutar las observaciones que deseaba. Me contento con haber ini-
ciado una reforma en el mapa, que tard temprano se llevar cabo, con sin la
cooperacin del Observatorio astronmico de Quito.

V 5 . (Pg. 6.)
Cuestin d e lmites. Consltese; Pedro Moncayo, Colombia y el Brasil; Co-
lombia y el Per. Cuestin de lmites. Valparaiso 1862.
M. Villamcencio; Apndice la Geografa del Ecuador y defensa de los terrenos
baldos. Con una carta de. lmites. Valparaiso 1860.
J. B. Menten, en el Boletn del Observatorio astronmico de Quito, 1878. Nro. 5,
pg. 99.
P. F. Cevallos, esmen de la Historia del Ecuador, 1889. VI, 176179.
A. Baimondi, Per (Lima 1879), HE, pg. 2 trata difusamente de la clebre Cdula
real de 1802, de cuya observancia no-observancia depende, como se sabe, el Z7
pgssidetis, que debia arreglar los lmites de las nuevas Repblicas al tiempo de su in-
dependencia. Raimondi aboga naturalmente en favor del Per, queriendo comprobar, que
la Cdula real fu obedecida, y en el mismo tomo (pg. 390) inserta un pequeo mapa,
en que seala el lindero entre el Ecuador y el Per conforme dicha Cdula. En la
presente obra, que tiene por objeto la geografa fsica del Ecuador, he evitado de entrar
en la discusin de esta grave cuestin histrica, que necesita largos y profundos estudios.
He trazado los lmites de la Repblica segn las indicaciones del Gobierno.
Como es mas que probable, que las tres Repblicas de Per, Ecuador y Colombia
llegarn arreglar sus linderos de un modo amigable, cediendo algo de las preten-
siones, que cada una se cree con derecho, y hacindose mutuas concesiones, segn la
conveniencia de cada pais, me permito hacer una observacin general. En el estudio de
los lmites naturales, que se han de fijar y que en muchos puntos sern diferentes de
los antiguos artificiales, se debe tomar en consideracin, que en regiones montaosas es
preferible una linea divisoria, que pase por las crestas de las montaas y colinas que
separan un sistema fluvial de otro, y no por los rios mismos, porque es conveniente que
toda la hoya de un sistema fluvial (pequeo) un valle pertenezca un solo pais. Las
altas montaas separan las naciones mucho mejor que los pequeos rios. Otra cosa
distinta es, cuando se trata de rios muy grandes y navegables, como el Amazonas y los
dems rios grandes del Oriente, que son lmites muy naturales y sirven ala vez de vias
de comunicacin dos naciones limtrofes. En pases muy llanos, faltos de montaas,
y sobre todo cuando estn cubiertos de selvas y son poco poblados, tambin unos rios
mas pequeos pueden servir de linderos polticos. As, por ejemplo, en la regin an-
dina, entre Tmbez y el valle del Amazonas, la frontera del Eeuador y Per debera
pasar por las crestas de las cordilleras altas y sus ramales (por el ndivortium aquarum)
mejor que por rios, mientras que mas abajo el Amazonas seria un lindero magnfico.
Igualmente el Putumayo el Yapur serian linderos mucho mas naturales, que una Cor-
dillera de Putumayo entre ambos, la cual, de paso sea dicho, no existe. Por supuesto,
en donde ya por mucho tiempo se ha adoptado rios pequeos por linderos (rio Carchi,
rio Macar etc.), el cambio seria difcil, y mi indicacin se refiere especialmente las
regiones, en que se fijarn los linderos de nuevo con alteracin de los actuales, con
mutuas concesiones. Disputar al vecino un pedaeito de terreno en la vasta inculta
regin del Oriente, por mas incmoda que fuese en lo futuro su administracin poltica
WOLS, Ecuador. gf
578 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

y civil, no es patriotismo sensato; este se manifiesta mejor por el arreglo de lmites


naturales y convenientes al desarrollo del pais, aun dejando al vecino porciones mayores
de tierra, si l las necesita si puede cultivar y civilizarlas con mas facilidad. Solo
con miras elevadas de los Plenipotenciarios y de las comisiones topogrficas, las tres
Repblicas tendrn lmites naturales y por esto estables.

V 5 \ (Pg. 12.)
Posiciones astronmicas en el rio Amazonas. Como talve? en un arreglo
definitivo del lindero peruano-ecuatoriano el rio Amazonas desempear un gran papel,
no estar dems insertar aqu una serie de posiciones astronmicas, determinadas lo
largo de su curso por el ingeniero Seor A. Wertheman, sea que algun dia sealaren
la misma frontera definitiva, sea que sirvieren de puntos fijos para determinar con mas
facilidad otros en su cercana. Entre' las observaciones astronmicas hechas por varios
viajeros y por comisiones peruanas, he eligido las del Seor Wertheman, porque segn
mi parecer, y tambin en la opinin de Raimondi, son las mas exactas y fidedignas.
' (Vase A. Raimond, Per, III, 477 y 577).
Lugar. Lat. Sur. Long. O de Par. Altura.
Boca del rio Utcubamba. . . . . . 5o 3C 20" 80 53' 34" 369 met.
Chinchipe 5 28 0 80 52 14 .
Quebrada Huayashanga 5 10 58 80 44 44 249
Boe del rio Chuchunga (Imasa). . 5 5 0 80 38 59 245
Isla Pati-Huashani 4 42 0 80 21 49
Borja (ruinas) 4 28 30 79 50 49 ----- 174
Boca del rio Apaga. 4 45 40 79 27 49
' Morona 4 46 .30 79 20 54
Potro 4 52 40 79 12 29 '
Pueblo de Barranca 4. 49 25 78 59 29 132
S. Antonio . 4 53 55 78 47 54 -
" Boca del rio Pastaza 4 53 40 78 42 49
Baradero de S. Antonio 4 59 30 ^ 78 37 64
Isla Cedro (punta oeste) . . . . . 4 59 21 78 5 14
Boca del rio Huallaga 5 6 20 77 55 1
Pueblo de Fontivera 4 54 36 77 46 29
Urarinas 4 49 5 77 30 44
Vaca-marina 4 33 0 77 7 16
Puerto nuevo de Parinari 4 42 0 76 40 59
Nauta (fondeadero) 4 31 30 75 52 49
Boca del rio Uoayali 4 30 0 75 47 29 112
Puerto de Iquitos 3 44 20 75 31 34 107
Boca del rio apo 3 19 30 75 0 39
Puerto de Pebas 3 19 30 74 9 9
Mauea-Llacta . 3 44 18 73 45 39
Loreto . 3 49 30 72 32 24
Boca del rio Yavar. . .' 4 22 27 72 19 57

V 6. (Pg. 19.)
Vase: T. Wolf, Apuntes sobre el clima de las islas Galpagos. Bol. del Obs. astr.
de Quito 1879, Nro. 3, pg. 49. -\- Copiar el paso siguiente, que nos interesa en este
J
lugar; '
En Agosto, al tiempo de nuestra partida, el agua de la ria de Guayaquil tenia la
temperatura de 27 C, enfrente de la ciudad; 10 millas mas abajo, al lado de la isla Mon-'
dragn, 25; cinco millas mas adelante, enfrente del pueblo de Puna, 24; y cerca de
Punta Arena, al trmino austral de la isla de Puna, 23" centgrados. El agua del rio
se enfria medida que v mezclndose con el agua del mar. En toda la travesa, desde
CORRIENTE ANTARTICA. COSTA. 579
Puna hasta el puerto de Santa Elena, se conservaba la temperatura del agua constante,
es decir de 23 C, Despus de salir de dicho puerto, el termmetro indic siempre la
misma temperatura del mar, durante todo el primer dia de la navegacin. Pero el se-
gundo da, el 7 de Agosto, las doce, cuando nos hallamos bajo 1 10'Lat. S y 85 6' Long.
O de Paris, 110 millas nuticas distantes de la costa, la temperatura del agua subi
24; las cuatro de la tarde 24y2, y las nueve de la noche 25 C. La otra ma-
ana las 6, el agua tenia ya 26 centgrados, y esta temperatura conservaba haste el
9 de Agosto, cuando ya estuvimos cerca de las islas (el cielo cubierto no permiti en
este dia la determinacin exacta de nuestra posicin). Al medio dia de esta fecha baj
la temperatura del agua de 26 25, y las 6 de la tarde en el momento en que di-
visamos por primera vez los pieos mas altos de la isla Chatham (calculamos la distancia
40 millas) fu de 24 C. Durante la noche un fuerte temporal desvi nuestro buque
de su rumbo, y nos llev hacia el Sur. Amanecimos al lado de la isla Hood (la mas
austral del Archipilago), y observamos que la temperatura del agua era de 23, exacta-
mente como en la costa de Santa Elena. Esta temperatura se mantenia constante entre
todas las islas, desde Chatham hasta Albemarle. Pero atrs de esta ltima, es decir, en
su costa occidental, especialmente en la baha de Santa Isabel, baj 21 centgrados.
Advertimos que las observaciones hechas en Noviembre, durante nuestro regreso Guaya-
quil, concuerdan exactamente con las que acabamos de copiar de nuestro itinerario.
Ademas nos resta decir, que en la costa de Santa Elena, y hasta 100 millas hacia Oeste,
la corriente de las aguas se encamina directamente de S N, y que desde all, mas al
Oeste, corre de SE NO. En el Archipilago mismo las comentes con el rumbo in-
dicado son tan fuertes, que veces hacen peligrosa la navegacin, lo menos forman
uno de los mayores obstculos en tiempos de calma.
De nuestras observaciones se sigue:
I o . Que en las costas de la provincia del Guayas (y probablemente tambin en
las de Manab hasta el Cabo Pasado) el mar tiene la misma temperatura baja, de 23 C,
que en el Archipilago de los Galpagos, en donde se la atribuye la corriente antartica;
2o. Que estas dos corrientes de agua fria estn separadas entre si por una zona
ancha del mar, cuyas aguas tienen una temperatura mas elevada en 3 grados, es decir
de 26 C ;
3o. Que el trnsito de las zonas frias la zona caliente no es tan repentino, como
se ha observado en los lmites de otras corrientes del ocano, sino que se veriflea poco
poco;
4o. Que las dos zonas frias tienen una temperatura inferior en 1/* centgrados
la que corresponde los mares situados bajo la linea equinoccial, y que la zona mas
caliente, que las separa, tampoco llega tener la temperatura normal de 28y2 C ;
5o. Que la corriente, que pasa por el Archipilago de los Galpagos, parece mas
fria (de 21 C.) en sus partes occidentales, que baan las costas de Narborough y de
Albemarle. Sinembargo, como no nos era posible, extender nuestras observaciones mas
all de la Longitud de Narborough, y como las que hicimos al Oeste de Albemarle son
pocas (pero constantemente con el mismo resultado), no queremos sostener que esta quinta
deduccin sea absolutamente exacta, aunque no podramos excogitar una causa local, que
nos explicase la temperatura tan baja en la baha de Santa Isabel (Elizabeth-Bay).' j

V 7. -Pg. 25.)
L a Costa. Como la costa es la regin del Ecuador, en que poseemos'una serie
de puntos astronmicamente bien determinados, dar la lista de los principales desde
Tmbez hasta Tumbac, apoyndome especialmente en los datos y mapas del Almiran-
tazgo ingles.
Lugar. Lat. Sw. Long. O de Pars.
Punta Malpelo en la boca del rio Tmbez . . 3 31' 82 49*
Punta de la isla Payana 3 24 82 36
Punta norte de la isla Jambel 3 14 82 20
Boca de Pagua 3 4 82 11
Boca de Naranjal 2 38 82 4 ' '
Punta sur de la isla Mondragon . . . . . . . 2i' ' 82 9
Pueblo de Puna 2 44 82 13
37*
580 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

Lugar. Lat. Sur. - Long. i0 de Paris.


Punta Arenas en la isla de Puna 3 2' 82 25'
Punta Salinas 3 4 82 34
Faro en la isla de Santa Clara 3 11 82 44
Punte del Morro (cerca de Data) . . .. . . . . 2 45 82 33
Chanduy (pueblo) . . 2 25 83 2
Puntilla de Santa Elena. . . . . . . . . . . 2 11 83 20
Puerto de Ballenita . . 2 11 83 12
Punta de Ayangue 1 59 83 6
Manglar alto . , . . . . : 1 51 83 4
Punta Ayampe 1 41 83 9
Punta Salango (aguada) 1 35 83 11
Punta de Callo . 1 21 83 6
Punte SE de la isla de la Plata . . . . . . . 1 19 83 21
Cabo de San Lorenzo 1 3 83 15
Punta de San Mateo . 0 56 83 11
Puerta de Manta 0 56 83 3
Punta de Jaramij , . . 0 54 83 0
Punta de Charapot . . . . . . . . 0 44 . 82 51
Punta Bellaca, al lado de la Baha de Carques 0 34 82 45
Cabo Pasado 0 21 82 50
Punta Ballena (de Jama) 0 10 82. 40
Lat. Norte.
Punta Pedernales 0 5' 82 27<
Boca de Cojimes 0 22 82 23
Punta Prtete . . 0 29 82 25
.Cabo de San Francisco 0 40 82 28
Punta Galera 0 51 82 25
Atacmes 0 53 82 12
Punta Gorda 0 59 82 6
Esmeraldas (villa) . . 0 59 82 2
Punta Verde . 1 6 81 46
La Tola (pueblo) 1 12 81 26
Pianguapi (sitio) 1 26 81 16
Punta Mangles . 1 37 81 23
Tumaco (pueblo colombiano) . 1 49 81 5

De los historiadores primitivos, que nos dejaron descripciones geogrficas del an-:
tiguo Per, el mas prolijo y exacto es Pedro Cieza de Leo. Es el primero, que d una
descripcin detallada de la coste del Ecuador, en su Crnica del Per (Sevilla 1553),
especialmente en los captulos III y IV. Es admirable, como los espaoles solo 20 aos
despus de su primera llegada estas costas, ya tenan noticias tan exactas de ellas.
Existe una obrita interesantsima, pero poco conocida, la Monografa de Ghiayaquil,
escrita por Andrs Baleato, en Lima, el ao de 1820; reimpresa costo de la Munici-
palidad de Guayaquil en 1887, instancia del que entonces fu su Presidente, Seor Dr.
Francisco Campos. Esta Monografa trata de la provincia y sus productos en general,
pero parece escrita propsito para los navegantes de la costa y del rio Guayas, pues
contiene una descripcin minuciossima de toda la costa y sus islas, del golfo y del rio
de Guayaquil, indicando los bajos, las mareas, los vientos, y cuanto puede interesar
un piloto. Esta parte hidrogrfica, que comprende mas de la mitad de la obrita, es muy
recomendable, mientras que las otras partes, recopiladas sin orden, no tienen mucho valor.

\ 8. (Pg. 27.)
En la nueva carta de Raimondi corre la linea divisoria desde el Macar casi rec-
tamente al Este, para encontrarse con el rio Crichis, tributario del Chinehipe. Pero en
esta parte de su mapa, y en todo el sistema superior del Chinehipe, que pertenece al
ARTICULACIN DE LOS ANDES. 581
Ecuador, y que sin duda traz segn materiales antiguos insuficientes, l autor parece
estar equivocado. Es imposible, que el rio Cnchis nazca mas al Norte de las cabeceras
del Macar, como en el mapa citado.

V 9. (Pg. 31.)
Lia articulacin d e los A n d e s . Humboldt distingue solamente cinco hoyas
altiplanicies: las de Cuenca, de Lataettnga, de Quito, de los Pastos y de Almaguer.
De la ltima el Ecuador participa muy poco en las cercanas de Tulcan de las cabe-
ceras del rio Guaitar, la porcin mayor de ella pertenece Colombia.
La divisin de Humboldt no me parece muy natural. En primer lugar omite la
hoya de Loja. Segn l la bifurcacin de los Andes comienza solo en 3 15' Lat. S, es.
decir en el nudo de Prtete y Tinajillas, que muy impropiamente llama nudo de Loja.
Pero basta una ojeada sobre la carta geogrfica para convencernos, de que la bifurca-
cin empieza mucho mas al Sur, en el nudo de Cajanuma (4o 6' Lat. S) y que podemos
considerar el valle de Loja como una hoya interandina con el mismo derecho, como la
de Cuenca, aunque su ancho sea mas reducido. Ademas, si las montaas al Oeste de
Loja, es decir, las cordilleras de Chilla, Dumar, Amboea, Catacocha y otras, pueden ser
consideradas como los eslabones de una cadena disyunta, no andaremos muy equivocados
al tomar tambin los valles del rio Jubones y del rio Tmbez superior (regin de Zaruma):
por dos hoyas interandinas.
La divisin de Humboldt omite las dos pequeas, pero bien pronunciadas hoyas de
Caar y de Alaus; la grande de Riobamba rene con la de Latacunga, aunque est per-
fectamente separada de ella por el nudo de Sanancajas Igualata. No importa que haya
una comunicacin entre las dos por el angosto valle del rio Chambo y del rio Patate
cerca de Baos; pues todas las hoyas interandinas tienen tales desaguaderos. Humboldt
omite tambin la hoya de Ibarra, y en su lugar pone ola altiplanicie de los Pastos que
yo considero, segn parece con mas razn, como un nudo muy extenso, los Altos de
Boliche. Ademas el valle de Guaranda y Chimbo lleva en todo y por todo el carcter
de los valles y hoyas interandinas, de manera que no podemos separarlo de la zona cen-
tral andina.
Me ha parecido til representar en el dibujo adjunto (vase la pgina siguiente)
la verdadera articulacin de los Andes ecuatorianos, porque con este trazo sencillo de las
cordilleras principales resalta mejor los ojos, que en el mapa grande, donde se oculta
debajo de mil particularidades accesorios.

V 1 0 . (Pg. 53.)
O b r a s d e los I n c a s . No me parece suprfluo, repetir en este lugar, lo que
escrib en mi Memoria sobre la provincia del Azuay (Viajes cientficos. H. Prov. del
Azuay, pg. 31):
t, ,Asi como muchas veces se ha desconocido la verdadera importancia de las anti-
gedades, sobre todo de los artefactos que se han sacado de las huacas, tampoco no han
faltado quienes (siguiendo el ejemplo del Padre Velasco) exageraban mucho el elogio de
algunos restos de edificios y vias artificiales, viendo en cada trozo de muralla un palacio,
una fortaleza, un templo soberbio, y hasta jardines en una cinaga y totoral de los
pramos. El castillo y la fortaleza de Inca-pirca, s, es cosa digna de verse y el monu-
mento de la antigedad india mas hermoso y mejor conservado de cuantos he visto en
la Repblica. Pero los Paredones ciertamente no han sido ni fortaleza, ni palacio ni la-,
berinto, sino un tambo para los viajeros de una construccin muy ordinaria y tosca aunque
de mucha extensin. Tampoco pude ver maravillas en la calzada de los Incas, y suscribo
y confirmo las palabras del seor doctor Reiss:*)- El piso del camino en esta parte est
formado por la superficie irregular de las lavas antiguas y no hay ni vestigios de empe-
drado de cimiento de cal y betn. Grande ingeniosa es la obra ejecutada por los
indios; pero no comprendo, cmo se ha podido comparar los mas bellos caminos de los

*) Carta del doctor "W. Reiss & S. E. el Presidente de la Repblica, sobre sus viajes las
montaas del Sur de la capital (Quito 1873), pg. 19.
PROVINCIAS GUAYAS Y ESMERALDAS. 583
romanos. Muy propsito me vienen tambin los reglones que preceden inmediata-
m e n t e : La laguna y el rio Culebrillas, cuyo lado estn los Paredones, se han tomado
tambin como obras de los Incas, y este es un error: no son artificiales. Lagunas se
forman muy continuamente en los valles de las serranas volcnicas que ya estn bas-
tante destruidas por la accin de las aguas, y las muchas vueltas y revueltas que d el
riachuelo, son una consecuencia de su curso manso en un llano cenagoso. H aqu,
qu se reducen los jardines celebrados mas que los de las Hesprides! Y en efecto, es
incomprensible, cmo se podia atribuir los Incas un gusto tan malo mas bien un
capricho tan loco de pasearse y de baarse en la altura de casi 4000 metros, en un paraje,
donde no r a r a vez caen nevadas fuertes y donde Eolo, el dios de los vientos, parece tener
su almacn principal. No dudo, que los Incas se habrn apresurado en sus viajes
pasar lo mas pronto posible el nudo del Azuay, como nosotros, pero en mal tiempo en-
contraban amparo y abrigo en el tambo g r a n d e , ventaja que nosotros no tenemos en
medio de la civilizacin moderna y en el siglo del progreso.

V 11. (Pg- 150.) '"


L a obrita mas interesante, que poseemos de la provincia de Guayaquil, siempre es
la Monografa de Baleato-, del ao de 1820, de que habl en la Anotacin Nro. 7.
E n 1879 el Soor Don Pedro Carbo hizo reimprimir en Guayaquil el Compendio
histrico de la Provincia, partidos, ciudades, astilleros, rios y puerto de Guayaquil, en
las costas del mar del Sur, por Don Dionisio de Alsedo y Herrera, Presidente que fu
de la Real Audiencia de Quito, Gobernador y Oapan General de las Provincias de sti
Distrito, Madrid, 1741. Esta obrita (de unas 100 pginas) tiene mas bien un valor
histrico que geogrfico, y el plano que lo acompaa es un objeto de pura curiosidad.
E n 1877 el seor Dr. Francisco Campos public u n Viaje por la provincia de
Guayaquil. E l viaje (imaginario) es descrito en forma novelesca y contiene noticias
histricas, estadsticas y algunas geogrficas. Las ltimas no siempre son exactas, por-
que al viaje al itinerario sirvi de fundamento el antiguo mapa de Villavicencio, por
falta de otro.
E n 1882 he publicado en Lima mi primer Mapa de tas provincias del Guayas y de
Los Rios, en la misma escala g r a n d e , en que sale ahora el mapa general de la Re-
pblica. Pero en aquel tiempo de revoluciones qued indita la Memoria que debia
acompaarlo.

V 12. (Pg. 175.)


Lagos no h a y en la provincia de Esmeraldas, fuera del de Sade, que mas bien
merece el nombre de laguna y pantano. El seor Villavicencio pinta en su mapa entre
el rio de Esmeraldas y el de Cayapas u n lago de Trtolas de 3VS leguas de dimetro,
uno de sus lados se v u n rio de Trtolas y al otro una cordillera de Trtolas, y en
sus alrededores viven los indios Trtolas. Como de todo esto no se encuentra nada en
mi mapa nuevo, debo hacer la explicacin de estas omisiones. No quiero negar absoluta-
mente, que talvez en un tiempo haya existido una tribu de indgenas, que los espaoles
llamaron indios yumbos Trtolas, pero cierto es que en l a actualidad, y mucho
tiempo h a c e , han dejado de existir.*) En cuanto al l a g o , rio y cordillera del mismo
nombre, es seguro que no han existido jamas en esos l u g a r e s , p u e s , siendo fenmenos
topogrficos, serian permanentes; lo menos en tiempos histricos aquella regin no ha
sufrido ningn cambio geogrfico. Buscando el origen del error, creo haber encontrado
una explicacin, despus de haber leido lo que dice Villavicencio (siguiendo Velasco)
en la pgina 244 de su Geografa:

*) Tampoco existen los yambos Molguas al Norte de La Tola. La nica tribu que ae ha
conservado en su estado primitivo y silvestre, la de los Cayapas, la omiti el seor Villavicencio
en su mapa. Este autor ha observado en todo su mapa y especialmente en la regin oriental, la
misma costumbre de copiar de las cartas antiguas de los misioneros una multitud de pueblos y tri-
bus indgenas que han desaparecido lo menos cambiado de lugar. Esto est bien en una geo-
grafa antigua y en un mapa histrico, pero no cabe en un mapa que pretende representar la geografa
moderna del Ecuador, donio ocasiona solamente confusiones.
584 ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .

En el Gobierno de Atacmes, la mejor poblacin que hubo, fu San Miguel,, sobre


la ribera de su nombre. Sus minas de fino oro atrajeron mucha gente espaola, varias
familias nobles, y mucha plebe, que hacan gran comercio. Los indios Trtolas, que no
fueron conquistados y eran algo brbaros, habitaban las cabeceras del rio San Miguel,
sin comercio ni comunicacin; en el tiempo menos pensado estos Trtolas se armaron
y dieron un asalto casi sbito la poblacin: las familias de respeto se aseguraron de
las barcas que tenia el rio y huyeron precipitadamente; los otros, parte se refujiaron en
los bosques y siguieron el rio, y el resto, que por asegurar sus intereses se qued en
la poblacin, fu sacrificado manos de los brbaros, que redujeron la poblacin ceni-
zas. D Esta n es mas que una copia algo abreviada de la relacin, que hace Velasco
en su Historia del reino de Quito, parte III, pg. 108.
El error proviene sin duda en gran parte de la mala costumbre sudamericana, de
dar al mismo rio diferentes nombres en diferentes lugares de su curso. El rio de San
Miguel, que en el mapa de Villavicencio corre paralelo al Cayapas y desemboca al Sur
de La Tola, no es otro que el Cayapas mismo, nombrado antiguamente (y ahora rara
vez) rio de San Miguel en su curso superior, en donde haste hoy dia existe el pueblo
de San Miguel de Cayapas. Esta conjetura es tanto mas verosmil, cuando el mencionado
gegrafo deja desembocar en su San Miguel un rio Sapallos y un rio Onzoles, teniendo
en efecto el Cayapas, como hemos visto en su lugar, entre sus tributarios los rios Sapayo
grande, Sapayito y nzole, y cuando dice que el rio de San Miguel tenia minas de
fino oro, lo que igualmente corresponde al Cayapas superior. Para zafarse de una difi-
cultad inventa otro rio Onzoles, como afluente de su verdadero Cayapas. Tambin el
lago de Trtolas deja explicarse, y creo que es idntico con la laguna de Sade. Se
sabia talvez por las relaciones de los indios, que el nzole nace en la cercana de una
laguna grande, pero nadie conjeturaba que esta laguna era la misma que se conoca
arriba de la hoya del rio Esmeraldas con el nombre de la de Sade, y as nacieron dos
en lugar de una. En efecto en el dicho mapa el Onzoles (inferior) toma su origen muy
cerca del lago de Trtolas, y he demostrado, que la laguna de Sade desagua al
nzole y no al rio Sade. De esta exposicin se v, que los objetos geogrficos (lago,
rio, cordillera de Trtolas), de los que he afirmado que no existen en realidad, no eran,
sinembargo, del todo imaginarios, y se puede decir que el error provino de una confusin
de noticias topogrficas vagas imperfectas, adquiridas por tradiciones y descripciones
de los indgenas y no por intuicin propia de los objetos. Algo sospechoso me parece
el que la tribu de los indios Trtolas nunca se nombra, ni en la Geografa de Villavi-
cencio, ni en la Historia de Velasco, entre los numerosas tribus que poblaron el antiguo
Gobierno de Atacmes (respectivamente Esmeraldas), sino como de paso en esa nica
ocasin, en que cuentan la destruccin del pueblo de San Miguel; y mucho me inclino
creer, que los indios Trtolas eran los mismos Cayapas, talvez los mas retirados de la
tribu y por esto mas brbaros, porque se dice que habitaron las cabeceras del rio San
Miguel, que no puede ser otro que el rio Cayapas con su tributario el rio Grande, en
cuyas riberas hasta ahora vive una poblacin numerosa de indios Cayapas. Pero tales
investigaciones y conjeturas pertenecientes la historia, ya traspasan los lmites de mi
descripcin geogrfica, y basta haber hecho la correccin del mapa en un punto tan
sustancial. /

V l 3 . (Pg. 188.)
Para resolver l problema: cual de los dos rios que forman el Amasnos, se pueda
reputar como el rio madre? el seor A. Raimondi sali de los principios siguientes.*)
Si el agua de un rio fuese enteramente pura, esto es, si no tuviese la menor can-
tidad de sales en disolucin, y si se reuniese con otro, cuya agua contenga, por ejemplo,
100 miligramos de sales materias fijas por cada litro; es natural que el agua del rio
formado por la reunin de los dos, contendr una porcin de sales menor de 100 mil-
gramoepor cada litro, por la mezcla de agua pura del otro rio. Si los dos rios contienen
igual cantidad de agua, el agua del rio formado por su reunin tendr 50 miligramos
por litro, pero en el caso de que uno sea mas caudaloso que el otro, el agua que resulta

*) Per, n i , pg. 577584.


MAEAON X TJCAXALI. 585
de su reunin, tendr mas de 50 miligramos de sales, si el rio mas grande es el que
contenia 100 miligramos, y al revs, tendr menos de 50 miligramos de sales por litro,
si el rio mas grande era el de agua pura. Ahora supongamos, que la evaporacin de
un litro de agua del rio reunido nos d 80 miligramos de sustancias fijas, entonces
sacaremos por un clculo sencillo, que la cantidad del agua del rio puro se halla con
la del rio cargado de sales en la proporcin de 0,25:1; en otros trminos, que el segundo
lleva cuatro veces mas agua que el primero. Este principio vale tambin en los casos,
en que los dos rios, que se renen, contengan una cierta cantidad de sales; pues es un
caso anlogo, como en una mezcla de dos ligas de cobre y plata, con diferente ley de
este ltimo metal, pudindose deducir por la ley de plata de la masa total la proporcin
relativa de las dos ligas empleadas. Por lo dems parece suprfluo advertir, que en
la determinacin de sustancias fijas deben entrar solo las sales solubles, no las materias
terrosas que los rios llevan en suspensin, y las cuales se debe separar por filtracin,
antes de evaporar el agua, cuyas sustancias fijas se buscan.
Al seor Raimondi se le ocurri este mtodo ingenioso de determinar la cantidad
de agua de un confluente, cuando analiz las aguas del Ueayali y del Amazonas, que el
seor Dr. Reiss le habia remitido desde el Para. Encontr en el agua del Ueayali
220 miligramos de materias fijas por litro, y en la del Amazonas solo 130 miligramos.
Desde luego dedujo de este hecho, que el otro brazo del Amazonas, es decir, el Maraon,
debia tener una proporcin de sales todava menor que la del mismo Amazonas, y que
la cantidad de agua que lleva el Maraon, debia ser seguramente muy superior la del
Ueayali, para que mezclndose con la de este rio, hiciese disminuir de una manera tan
notable la proporcin de materias fijas.
Deseando el seor Raimondi comprobar por la prctica la exactidud de su mtodo,
hizo traer las aguas de los rios Ueayali y Maraon un poco arriba de s confluencia, y
del Amazonas abajo de la boca del Ueayali, y obtuvo el resultado siguiente:
Materias fijas contenidas en un litro: / i
Agua del U e a y a l i . . . . gramos 0,160
Maraon . . ; 0,045
Amazonas... 0,065.
Estos resultados, aunque den una proporcin de materias fijas muy distintas de las
obtenidas anteriormente, confirman la deduccin general, es decir, que el rio Maraon
trae un caudal de agua muy superior al del rio Ueayali. De las cifras indicadas resulta,
que la cantidad de agua del Ueayali es la del Maraon como 1:4,75, que el Maraon
en la poca en que se recoji el agua, llevaba una cantidad del agua casi 5 veces mayor
que la del Ueayali. Las diferencias se explican por las distintas estaciones, en que las
aguas fueron recojidas. El Dr. Reiss recoji el agua del Amazonas en Setiembre*, cuando
el rio estaba escaso de agua, y el seor Herrera, quien mand el material para los se-
gundos ensayos, principios de Junio, cuando estaba crecido. Pero como el Seor ltima-
mente nombrado ho habia reeojido el agua del Amazonas un poco abajo de la confluencia
del Ueayali con el Maraon, sino enfrente del pueblo de Iqitos, en donde ya pudo mani-
festarse la influencia de otros tributarios, encarg el seor Raimondi de nuevo al Seor
Wertheman, que le remitiera pruebas de los tres rios, recojidas en lugares mas apa-
rentes. En estos nuevos ensayos result la proporcin de las materias fijas en un litro,
come sigue:
Agua del U e a y a l i . . . . gramos 0,140.
Maraon . . . 0,080
Amazonas. . . 0,096.
De estas cifras se saca, que el agua del Ueayali, al reunirse con la del Maraon,
para formar el Amazonas, en la poca en que el seor Wertheman recoji las muestras
(Noviembre), se hallaba en la proporcin relativamente la del Maraon como 1:2,75,
que el Maraon llevaba una cantidad de agua casi tres veces mayor que el Ueayali.
El Seor Raimondi concluye este artculo diciendo:
De lo dicho se viene en conocimiento: I o que el agua del Ueayali es mas cargada
de sales que la del Maraon; y 2o que, apesar de que la cantidad relativa de agua de
estos dos rios puede variar, segn que uno otro est mas crecido, el Maraon lleva
siempre una mayor cantidad de agua que el Ueayali; y con justa razn se ha considerado
por la mayor parte de los gegrafos como el rio madre del Amazonas, apesar de que el
Ueayali tiene su origen mas lejano.
586 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

Este mtodo se podria aplicar en el Ecuador, por ejemplo, para saber, cual sea el
rio madre del Esmeraldas, el Guallabamba el Blanco, cual sea la vena principal del
rio Dule, si el Peripa el rio Grande etc.; pero no sirve en los ros que estn sujetos
las mareas, por ejemplo, para fijar las relaciones entre el rio Bodegas, Daule y Guayas.

\ 1 4 . (Pg. 201.)
Rio apo. Es incomprensible, como el Seor Charles Wiener, que hizo en 1879
1880 un viaje de Quito al Amazonas por el antiguo y bien conocido camino de Papa-
llacta y por - el apo, pudo reclamarse el mrito de haber descubierto una nueva via
comercial para Sudamrica, y pintar este su viaje como una aventura sin igual, que
hasta entonces nadie habia realizado. Bajo el epgrafe Desoubrimiento de una nueva
via comercial para Sudamrica por l Prof. Charles Wiener, public el perodo Export
el 15 de Marzo de 1881 un artculo, sacado.de otro peridico francs L'Exploration,
que no solamente en Francia, sino tambin en otros paises llam mucho la atencin. Los
comerciantes se alarmaban, los gegrafos, mas familiarizados con la historia de los
descubrimientos en Sudamrica, se reian del descubrimiento del Seor Wiener. H
aqu un solo paso de este artculo:
Aid de ces braves compagnons, Mr. Charles Wiener, arriv le 6 octobre au Para
l'embouchure de l'Amazone, avait en six mois men bonne fin un travail qui w'avait
jamis t entrepris. II avait parcouru et mesur l'Amrique meridionale dans sa plus
grande largeur; il avait complet 1'immense voie commerciale naturelle trace par le
plus grand fleuv du monde. Entreprenant sur le apo une expdition que les gens du
pays jugeaient entirement impraticable, il a hiss avant tout autre le drapeau franais
sur ees eaux, dnt la prise de possession idale tait jusqu'alors inscrite seulement dans
les chartes et constitutions poltiques. L'Exploration, tom. XI, Nro. 213 (17 Pebr. 1881),
pg. 409.
El seor Wiener ignoraba todos los hechos relativos al apo, que he indicado con
toda brevedad (pg. 200), supona en sus lectores una ignorancia grande. El Dr. A. Stbel
ha criticado debidamente el artculo citado en otro, que se public en Petermann's Mlt-
theilungen, el mismo ao de 1881.

\> 1 5 . (Pg. 209.)


P r o v i n c i a del Oriente. De los autores nacionales, que han tratado este tema,
el mas recomendable es el seor M. Vfflavieencio. Su artculo sobre la provincia del
Oriente (Geografa, pg. 344) es de lo mejor que contiene su libro. Aunque adolece tam-
bin de cierta vaguedad y falta de precisin en los datos geogrficos, hay sinembargo
muchas observaciones buenas, que arrojan una vislumbre sobre la variedad de los ter-
renos y su carcter general. Copiar algunos de los pasos mas interesantes; por supuesto
sin asumir la responsabilidad por todo lo que dice el autor.
La Cordillera de los Andes forma la elevada barrera de la provincia oriental por
el Oeste: su descenso es rpido y profundo; est cubierto de arbustos y chaparros im-
penetrables, los cuales van convirtindose en una vejetacion mas gigantesca proporcin
que desciende. Aqu y all se v pendientes descarnadas de piedra viva, donde las
plantas no han podido arraigarse, cavidades causadas por los derrumbes que precaria-
mente presentan precipicios desnudos de toda vegetacin, per que en poco tiempo vuel-
ven cubrirse de arbustos y malezas. Por el descenso de esta cordillera se precipitan
los torrentes mas menos caudalosos, que manan desde la cima y forman quebradas
profundas en un lecho de pechones monstruosos; en estos mismos quebradones se en-
cuentra cascadas elevadsimas, cuyos contornos son inaccesibles para el hombre. El des-
censo oriental, pues, presenta el aspecto de un mundo que se ha desplomado, dejando un
hacinamiento de picachos elevados, crestas, precipicios y grietas profundas, todo cubierto
de un verdor eterno, bajo un clima hmedo, qu mide gradualmente todas las tempera-
turas, desde la templada que est en la cima, hasta el calor agradable que se siente en
sus faldas.
Desde las faldas de la Cordillera, la vista del viajero descubre un plano que forma
lmite con el horizonte, interrumpido alguna vez por sistemas de cordilleras poco elevadas,
PROVINCIA DEL OBIBNTE. . 587

por cintas de plata que serpentean en la llanura: por lo dems, su aspecto es el de


un mar de esmeralda, formado por las copas siempre verdes de los robustos rboles que
constituyen un bosque no interrumpido. Es verdad, que este sublime panorama pocas
veces se presenta la vista del viajero, pues, con frecuencia hay una neblina baja, que
posa sobre la superficie de los bosques; cuando no, so descubre montaas que ocultan
al observador grandes extensiones del terreno.
Los planos de este pais son tan hmedos como la cordillera, y se puede asegurar,
que la poca de las lluvias dura todo el ao: no obstante, desde Noviembre hasta Abril
el cielo est mas despejado y las lluvias son menos frecuentes. Durante estos meses se
hace con mas facilidad la entrada los bosques orientales, ya por la causa que acaba-
mos de decir, ya porque los rios caudalosos, que cortan el camino, estn menos crecidos
y es mas fcil vadearlos. Parecer extrao, que en este tiempo estn menos crecidos
los rios que vienen de la Cordillera, siendo as que en ella es la poca del invierno, y
que los aguaceros son mas frecuentes durante esta estacin en la cima de los Andes;
pero recurdese lo que ya se ha dicho con respecto esto, al hablar de los caminos del
Quijos, y se hallar la razn. En efecto, durante el verano la escarcha, las nevadas y
el granizo cubren con frecuencia las extensas mesetas de los Andes, y su deshielo pro-
duce la gran cantidad de agua, que hace salir de madre los torrentes orientales.
Hemos dicho tambin, que en estas llanuras se desencadenan algunas veces los
vientos que vienen desde el Amazonas, con tanta furia como en el mar de las Antillas,
y que arrancan de raiz los rboles mas robustos, dejando tras de s una aneha calle que
marea su direccin. En cuanto al clima, v subiendo su temperatura gradualmente desde
el pi de la Cordillera hasta las orillas del Amazonas, en donde se siente el mximum
de calor. De este fenmeno resulta otro no menos importante, y es que los mismos
frutos maduran sucesivamente, viniendo primero la sazn de los que estn cerca del
Amazonas, y por gradas van madurando tanto mas tarde, cuanto mas dista el pais de
las orillas del gran rio; de forma que cuando los rboles de las faldas de la Cordillera
han dado ya su tributo los animales, el Amazonas les convida con una nueva cosecha.
Esto mismo produce no solo la vida nmade de los animales, sino aun la de los sal-
vajes: aquellos van sucesivamente recorriendo el pais proporcin que maduran los
frutos, y los salvajes siguen la misma marcha para proporcionarse igualmente frutos
y cacera. Los animales que no pueden subir hasta las elevadas ramas para proporcio-
narse el alimento, siguen sinembargo la comitiva, porque cuando el viento no sacuda los
rboles y haga desprender los frutos, las bandadas de aves, las ardillas y las tropas
de monos dejan caer gran cantidad de frutos, que sirven de pasto los animales que
rastrean....
El terreno oriental es formado por una capa de aluvin antiguo de dos tres varas
de espesor, con otra capa superficial de aluvin moderno con mas de media vara de sus-
tancias vejetales descompuestas: si esto se aade la humedad del suelo y el influjo
del clima, fcil es deducir la fuerza vegetativa de estos terrenos. Los rios que le ser-
pentean , corren con bastante precipitacin hasta cierta distancia de la Cordillera sobre
un lecho de piedras y guijarros; pero proporcin que se separan de la Cordillera, son
cada vez mas pequeas las piedras, hasta que en cierto lmite, cuando la corriente es
mas dormida, el lecho es de arena, y sus riberas dejan igualmente playas arenosas. Este
lmite dista unas treinta y cinco leguas de la Cordillera, y en l debemos notar algunas
cosas especiales, pues sirve de lnea de demarcacin para distinguir la naturaleza del
terreno, variacin de vejetacion, distincin de playas, prdida de aluvin antiguo y clase
de civilizacin de habitantes. "y
Ya hemos dicho que desde las faldas de la Cordillera la vegetacin es cfqr-pulenta,
el terreno de aluvin de antigua formacin con capa de vegetal, y que los rios corren
con alguna rapidez en un lecho de piedras; falta solo aadir, que en ella viven los in-
dios catequizados que se llaman cristianos, y que as mismo este es el limite del terreno
que contiene lavaderos de oro. Desde aqu, esto es 35 leguas lejos de la Cordillera,
hasta el Maraon, el terreno es de aluvin moderno, la vegetacin es mas gigantesca,
el lecho de los rios y playas es de arena, los lavaderos de oro desaparecen, el curso de'
los rios es mas remanso, las charapas (tortugas) depositan en sus playas grandes can-
tidades de huevos, y la pesca y cacera son mas abundantes. De este lmite para abajo
es donde con mas freouencia vagan los salvajes del Oriente,
. 588 ANOTACIONES T SUPLEMENTOS.

V 1 6 . (Pag. 220.)
Alturas arregladas segn los caminos principales de la Repblica.
Las listes siguientes son tomadas, por una parte de los catlogos de los seores
DDr. Reiss y Stbel ( = RS) publicados en 187173 en Quito, y por otra de los itinerarios
del autor ( = W ) . A los primeros pertenecen todas las alturas del pais andino desde el
rio Carchi hasta el Azuay, y al segundo las del resto de la Repblica; cuando entran
otros observadores, se lo indicar. Las alturas de los seores Reiss y Stbel se fundan
exclusivamente en observaciones exactas del barmetro de mercurio (las mediciones tri-
gonomtricas de los cerros mas altos no entran en estas listas). Para evitar confusiones
posteriores debo advertir, que las listas, extractadas con anuencia de los autores, talvez
sufrirn pequeas modificaciones despus de la ltima revisin d los clculos, que ac-
tualmente estn preparando para su obra grande. Ellos mismos adelantaron su pub-
licacin primera la nota siguiente: Como este trabajo se considera de carcter provi-
sional, se reserva para mas tarde hacer rectificaciones, que sern insignificantes. En
cuanto mis propias observaciones, debo advertir, que son hechas en su mayor parte
con barmetros aneroides, los cuales, por mas buenos que sean, nunca permiten la misma
exactidud que el barmetro de mercurio. Por un estudio largo y minucioso de mis in-
strumentos llegu conocerlos suficientemente, para hacer las correcciones necesarias,
y por la comparacin continua con el barmetro de mercurio y con los puntos bien de-
terminados mediante l, creo haber conseguido el grado de exactidud que permiten los
aneroides.
Las alturas se expresan siempre en metros sobre el nivel del mar.

I. Camino real por el callejn interandino desde el rio Carchi


hasta el Macar.
Nombre del lugar. Altura. Nombre del lugar. Altura.
Kumichaca de Ipiales 2757 Alto de Cajas . 3099
Tulcan, plaza . . ' . ' . . ' . 2977 Tambo de la Compaa, Tupigachi . 2800
Pramo de Boliche, punto mas alto del Tabacundo. . 2889
. camino 3405 Cachipamba 2860
Orejuela, casero 2929 - Puente del rio Pisque . . . . . . . 2086
Huaca, plaza 2952 Gullabamba, pueblo . . . . . . . 2106
Tuza, plaza . . 2874 Puente de Guaillabamba . . . . . . 1881
Llanos de Tuza en el camino de Ru~ Carapungo, pueblo 2664
miehaca. . 2800 Tabln de la cuesta, CMnguiltina . . 2635
Pistu, San Blas de Puntal . . . . . 2672 -Quito : .. 2850
Alto de Pucar, punto mas alto del Puente del Maehngara 2776
camino 3122 Calzado '. '. 2840
Filo del Valle del Chota . . . . . . 3044 Arcadia, hacienda 2954
Loma de Tulcan, casas . 2546 ^Puente de Guaman 3050
El Tuno, casas 2395 Cutuclagua . . 3055
- Puente del Chota 1532 Santa Rosa, altura del camino entre
Las casas" del Chota 1550 Quito y Machaehi ' 3086
Aluburo 2548 Tambillo 2802
Yaguarcocha . . . . . . . . . . . 2253 Machaehi, tambo 2935
Rio Taguando, puente nuevo de Ibarra 2145 Puente de Jambel . 3190
Ibarra, plaza 2225 Quebrada Union 3472
La Esperanza, plaza . . . . . . . . 2344- Huinzha, altura del camino enTiupullo 3604
- Juanguarin 2382 Chisinche, cruz de Tiupullo. . . . . 3552
San Antonio, camino real para San Santa Ana, tambo 3150
Pablo .2378 Pi del Cerrito de Callo, carretera . 3123
Human, camino real para San Pablo 2632 Puente del Rio Cuilch. . . . . . . 3069
Peguche, hacienda 2556 Blanco . . . . . . . 2984
Laguna de San Pablo 2697 Rumipamba, hacienda 2848
San Pablo, plaza . 2726 Latacunga, plaza 2801
ALTURAS DEL PAS. 589
Nombre del lugar. Altura. Nombre del lugar. Altura.
Rio Illuehi, puente de la Concordia . 2730 Paso por el rio Deleg (R.) . . . . .2623
San Miguel de Latacunga, pueblo. . 2700 Altura en Habshun (R.) . . . . . .2818
Rio Cutuchi, puente de Pansaleo . . 2668 Sideay (R.) 2582
Puearumi, hacienda 2745 Puente de Machngara ( R . ) . . . . . 2493
Unamunchu, altura del camino entre Cuenca, plaza (R.) 2581
Latacunga y Ambato . 2792 . (En adelante, segn W.)
Rio de Ambato, puente de Liria . . 2509 Confluencia del Narancay con elTarqui 2587
Ambato, plaza . 2608 jj i? Tutupali 2646
Puente de Palagua. . 3040 Llano de Tarqui al pi del cerro de
Mocha, pueblo . 3284 la pirmide 2658
Sahaneajas, altura del camino . . . 3607 Cumbe, plaza 2704
Tambo de Chuquibaquio (pocos metros Altura de la Cuesta de Cumbe . . . 3080
encima de la carretera) 3604 Marivia, tambo 3163
Plano de Luisa 3265 Altura del camino en Tinajillas. . . 3424
Rio San Jos, puente . . . . . . . . 3114 Quebrada de Shia, paso por el rio
Cajabamba (Riobamba yiejo) . . . . 3205 Silvan 2783
Laguna de Colta, capilla Balbaneda . 3288 Yuquish, sitio . . . 2875
Altura del camino entre Cajabamba y Nahon, plaza 2765
Guamote . . 3332 Rio Chareay, paso 2599
San Martin, hacienda . . . . . . . . . 3163 Quebrada de Llapqui 2634
olumbe, pueblo, el puente 3149 Coehapata, plaza. . , 2696
Guamote, pueblo . . .. 2981 Quebr. de Tablayacu,. 2495
Puente de Chibu, carretera 3114 Udushapa, hacienda . . . . , , 2312
Incapamba, ruinas de los Incas . . . 3201 Puente de Udushapa 2273
Cuneunbamba . . . . . . . 3252 Altura del camino entre Udushapa y
Rio Pumachaca, paso. . 3158 Ona. . .2637
Hacanang,.principiodelabajadaTixan 3342 Oa, plaza 2452
Tixan,. pueblo 2925 Zaraguro, plaza . ' . . . . ' 2692
Alaus, pueblo 2390' Camino al lado de la laguna de Pulla 3151
Confluencia de los Rios Zula y Chan- Cuesta sbrela Quebrada honda 1
chan (eaa de azcar) . . . . . . 1857 lado de la cruz . . . " . . . . . 3052
Bugnac, hacienda 1987 Quebrada'honda, paso por el rio . 2862
Gonzol (W.) 2828 Ramos -urcu, camino al lado de la
San Pablo, eapilla (W.) . . . . . . 3120 boca-mina. 3259
Pomallacta (W.) . . . . . . . . . . 2937 San Lucas, plaza . 2655
Achupallas (R.) 3317 Tambo de Juntas 2212
Quimsa-cruz, punto mas alto del ca- Estancia de Caehipirea . . . . . . . 2549
mino nuevo en el Azuay.(R.) . . 4347 Cajatambo . I . : . . . . : ; , " . . 2803
Puca-loma, punto mas alto del camino Sacam, altura del camino . . . . . 2797
antiguo (R.) 4445 Loja, plaza 2220
Puente Espantla (R.) 3947 Altura del camino al lado del Villo-
Paredones, ruinas (R.) 4051 naco . ; . . . ' . . . . . . . . 2786
Travesa de Paredones (R.) 4084 Hacienda Juanes. . ." 1614
Puente por el rio Caar (R.) . . . . 2833 Altura del camino entr Mtala y
Caar,, villa (R.) 3176 Gonzaam . . . . . . . . . . 2669
Altura del camino del Bueste entre Gonzaham, plaza 2243
Caar y Biblian (W.) . . ' . . . 3483 Cariamaiiga, plaza . . . , . . ." . , 2165
Burgai, hacienda (W.) . 2815 Macar '. . . . . . . '. 430
Deleg (R.) 2678

II. Yarios caminos del pais interandino.


Camino real desde, el rio Chota por Nombre del lugar. Altura.
Salinas, Cotacachi y Pramo de Salinas, plaza 1639
Mojanda Quito. (RS.) Puente del Cabuyal en el rio Ambi. 1803
Nombr.e del lugar Altura. Cabuyal, casas. 2017
Puente, de Santa Rosa en el valle del Ibarra, plaza 2225
rio Chota 1520 San Antonio, plaza 2378
590 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.

Nombre del lugar. Altura. Nombre del lugar. Altura.


Hatuntaqui, plaza 2407 Quebrada seca, Rumihuaico en el ca-
Rio Ambi, paso . entre Hatuntaqui y mino real 2665
Cotacaehi 2297 La Magdalena, hacienda 2703
Cotacaehi, plaza 2453 San Francisco-cocha. Pi del cerro
Rio Blanco en la hacienda de Peru- Cunru 2835
gachi 2558 Zuleta Cuehiearanqui, hacienda . . 2866
Otvalo, plaza 2581 Cangagual 3131
Desaguadero de Guarmieocha en el Peslo, hacienda 3156
pramo de Mojanda 3721 Hacienda de Muyurcu 3054
Carieocha en el pramo de Mojanda. 3711 Rio Granobles,.paso cerca de la ha-
Cascacunga . . . 3874 cienda de San Jos 2771
Malchingu, plaza 2878 Cayambe, pueblo 2852
Principio de la bajada de Malchingu Puente de Guachal 2728
Alchipich 2650 Hacienda de Guachal 2801
Alchipich, hacienda 2101 Pambamarea, altura mayor del camino 3642
Puente de Alchipich > rio Guailla- Quinche, plaza 2664
bamba . . . . ' " 1719 Quebrada Uravia, paso de arriba . . 2594
San Antonio de Llullumbamba . . . 2423 de abajo y ha-
Pomasqui, plaza 2507 cienda . . 2224
Rio Chitahuaieo, .camino real . . . . 2616 Plan de Chilpe 2432
Rio Cotocollao 2689 Iguiaro, hacienda 2689
Cotoeollao, plaza 2802 Yaruqu, plaza 2585
Quito , 2850 Rio Guambi, paso 2328
Puembo, plaza 2484
De Salinas Quito por la Escalera. Rio Chichi, paso . 2267
(RS.) Tumbaco, plaza .' . 2390
Rio San Pedro, soeabon 2301
Salinas, plaza 1638 Cumbay 2400
Hacienda del Pogyo 1702 Puente de Gupulo 2545
Tumbaviro, plaza 2118 Gupulo, iglesia 2690
San Carlos, hacienda 1981 Quito 2850
Quebrada de Pigurichuela 1802
Urcuqu, plaza 2320
El Tabln del molino 2623 S e Quito Mindo y regreso por
El Hospital, hacienda . . . . . . . 2460 Lloa. (RS.)
Rio Cari-yacu, paso del Hospital . . 2317 Quito , 2850
Rio Alambi, paso entre Peribuela Cotocollao 2802
Imant 2200 Cunuc-corral 3571
Imanta, plaza 2422 Tablahuasi 3645
Yaria-yaeu, en el paso Cotacaehi . 2256 Frutillas 3133
Cotacaehi, plaza 2453 Rio Verdecuehu 2761
Perugachi, hacienda 2645 El Puxe 3024
Camino sobre la Pea b l a n c a . . . . 3189 Punta de Playa, rio Purasi . . . . . 2193
Ensillada de la Escalera 3196 Mindo, hac. de San Vicente 1264
Pi de la Escalera 2754 Rio Mindo cerca de San Vicente . . 1226
Paso del rio Taurichupa . . . . . . 2403 Llano de Nambillo, loma entre el Rio
Cdehapamba, primera casa . . . . . 2382 Mindo y el Rio Blanco 1366
Paso del rio' Cub ; . . . . . ' . . 1762 Rio Blanco 1163
Tintal,' hacienda . . . . . . . . . . 2075 Reunin del Rio Blanco con el Rio
Perucho, plaza 1830 del Volcan, pi del Pichincha. . 2078
Puente de Perucho, rio Guaillabamba 1565 Reunin del Rio Blanco con el Rio
Tanlagua, hacienda . , 2559 del Cinto 2225
San Antonio de Llullumbamba . . . 2423 Loma de los Osos 2582
Quito 2850 Chinqu. . . . . . . . . . . . . . . 2759
Rio del Cinto en Palmira 2667
S e Ibarra Quito por Cayambe. Capillapamba n Lloa . . . . . . . 3070
(RS.) Huairapungo 3284
Ibarra, plaza . 2225 Quito 2850
Cacho, casero 2516
ALTURAS DEL PAS. 591
Be Quito al camino de Manab. (RS.) Nombre del lugar. Altura.
Nombre del lugar. Altura. Portada.de Huinzha 3621
Quito.. 2850 La Moya, hacienda. . . . . . . . . 3338
Tambillo 2802 Quebrada Chisoehe, paso 3119
Aloag, pueblo 2922 Chisal, hacienda 3043.
Paguangalli, punto mas alto del ca- Quebrada Chisal 2943
mino . 3469 Paso de Pucar 3281
El Pungu, lmite superior de los he- Rio Toachi, puente 2497
lechos arborescentes 3279 Sigchos, plaza . 2928.
Ligue 2860
Garretas, mquina de cortar tablas . 2477 Be Lataeunga Angamarca. (RS.)
Rio Silante 2150 Pujil, pueblo 3061
Rio San Lorenzo, puente de Naranjal 1787 Isinchi, hacienda. . 3045
Canzacoto, casas 2005 Lmite superior de la cebada en Tunlin 3732
Rio Yamboya, puente 1849 Mulacorral, hato . 3774
Lmite superior de los platanillos. . 1630 Curiquingue-pampa. . 4049
San Florencio, hacienda 1459 Muru-urcu, cspide. 4317
Rio Calulo. 1291 Filo de Michacal 4345
Pi del Cerro Guanaza, fin del camino Hondn de Michacal 3919
en Setiembre 1873 1245 Filo Tixan 4496
Hondn de Pigua. .4075
Be Quito Papallacta. (RS.) Principio de las peas de rocas no-
Quito 2850 volcnicas 4074
Tumbaco 2390 Angamarca, pueblo 2998
Itulcaehi hac 2668
el tabln 3097 Be Ambato Angamarca. (RS.)
Paso por el Guaman 4173 Ambato 2608
Tambo de Papallacta 3505 Santa Rosa, pueblo 3099
Laguna de Papallacta 3341 Patal, pueblo 3191
Iglesia . 3156 Quebrada Chibuleo, paso 3246
Pilahuin, hacienda 3406
B e Quito al Antisana. (RS.) Quebrada Pueachaella, paso 3239
Poingas 3104 Rio Minas, paso 3283
Conocoto 2594 Chiquicagua, hacienda 3419
Rio de San Pedro, puente 2512 Rio Yatzaputzan, paso 3596
Quebrada Incaehaca, paso 2602 Altura del camino entre Llangagua y
Chngala, 2708 Ambato . . '. 3868
Chngala, hacienda , 2785 Loma Yatzaputzan . 3780
San Jos de Guamoburo 2812 Rio Puea-yaeu, puente 3360
Pntac, pueblo 2900 Llangagua, hacienda 3398
Corral de Yanacompaa 3090 Peas de cuarcita encima de Llan-
Canalpata 3173 gagua 3638
Quebrada Guapal, paso 3047 Pusuhuaico 3866
Pinantura, hacienda 3142 Lozan perfecto, paso 4381
Mauea-estancia 3262 Vaquera de Lozan 3889
Santo Domingo, principio del pajonal 3499 Altura del camino entre Zarripo y
Puerta d Guaman 3549 Milni -.. . . . . . . 3951
Secas, casitas 3465 Corral de Chini . . 3545.
El Isco, hacienda 3459 Confluencia de los Rios Panza y Guam-
Maucarodeo-pampa 4007 bea 2829
Guaman de Maucarodeo 4115 Angamarca 2998
Hatue-pampa 4066
Antisana, hato 4075 Be Riobamba al Valle del
Pastaza. (RS.)
De Latacunga Sigchos. (RS.) Riobamba, plaza 2798
Lataeunga 2801 Elen, rio de Guano, paso de abajo . 2540
Toacaso, pueblo 3261 Cuesta de Chijang 2910
Razuyacu y Cutupilalo, haciendas. . 3382 Puente de Penipe 2364
Llanos de Curiquingue '. 3551 Penipe, pueblo 2470
592 ANOTACIONES X S U P L E M E N T O S .

Nombre del lugar. Altura. Nombre del lugar. Altura.


Puente de.Puela 2293 Puluate, capilla 3337
Puela, pueblo 2396 Tanqui, hacienda. . . . 3202
Ghontapampa, hacienda. . . . . . . 2278 Guamote, pueblo . 2981
Juivi grande, hacienda 2053
Camino sobre las piedras de la reven- De Riobamba Fallatanga. (RS.)
tazn de Juivi 2069 Riobamba 2798
Juivi chiquito, hacienda 1933 Cajabamba 3205
Baos, pueblo . . 1800 Navas-cruz, paso de la Cordillera. . 3868
San Vicente, hacienda . 1736 Guangopulo, hacienda 3603
Quebrada Ulva, puente . . 1700 Pangor, pueblo 3115
Agoyanj puente nuevo del rio Pastaza 1668 Yerba-buena, hacienda 2672
Agoyan, hacienda . . . 1640 Quebrada del Cardinal, paso . . . . 2335
Rioblneo, puente . ', 1519 Quebrada de Panza, paso 2185
Antombos, hacienda 1588 Panza, casita 2589
Antombos, trapiche en la playa . . 1457 Pallatanga 1522
Rioverd grande, hacienda 1497
Maehai, hacienda. 1521 De Riobamba Chimbo.
El Mirador . . . 1533
Mapoto, hacienda 1237 Riobamba 2798
Santa Ins, hacienda . . . . . . . .1244 Cajabamba 3205
Rio Topo, paso cerca' del punto de Guallal, hacienda 3570
reunin con el rio Pastaza . . . 1226 Huacpalag, loma . . . 4059
Rio Zuiag, paso . . . . . . . . . 1230 Chorrera, en el pramo de Gua-
Rio Chuloaya, pas '. . . . . . 1243 llal 3807
Tambo de Casha-ureu, pi oeste del Tres cruces de Puyal, punto mas alto
cerro Abitgu. . 1305 del camino 4308
Rio Quilluc, pi-este del cerro-Abi- Parea, paso por el rio (W.) 3663
tagua 1098 Quebrada Chaqui-yacu (W.) . . . . 3497
Allpayacu, vado 1057 Loma de mortios, principio del pajo-
Principio de los llanos inclinados de nal (W.) . 3317
Aluvin . . . . . . . . . . . .1206 Guantuc-loma, cspide (W.) . . . . 3270
Jibara del Pntuc, chacras de los In- Guapungoto tambo (W.) . .... . . . 2830
dios Jibaros . -. . . 981 Santiago pueblo (W.) 2548
Paso del rio Chimbo (\V.) 2345
San Jos de Chimbo (RS.) 2499
De Riobamba Macas. (RS.)
Riobamba . 2798 De Mocha O-uaranda. (RS.)
San Luis 2653 Mocha. 3284
Puca-yacu, paso cerca de Punin . . 2710 Tambo de Chuquiboquio . . . . . . 3604
Tunebi, hacienda 2705 Tambo de Culebrillas (pi sureste del
Chuyucuchu, casero 2778 Chimborazo) 3663
Lucero-loma 2353 Valle de Trasquilas, paso 3775
Confluencia del Cebadas con el Gua- Tambo de Totorlas 3910
mote . . '. . 2836 El Arenal, punto mas alto del camino 4281
Cebadas, pueblo . 2904
Ichaag hato 3100 a. El camino antiguo.
Ishubamba, hacienda . . . . . . . . 3090 Panza, pi del Arenal, reunin de los
Atillo, casero . . 3452 dos caminos 4124
Paso de la Cordillera'. '. . . .. . r . . 3548 La Ensillada, tamb . . . . . . . . 3745
?unac, pueblo 2688 Yana-rcu, tambo . 3680
Paira, casero . . . ; 1617 Chibueu, parte inferior . . . . . . . 3244
Macas, pueblo . 1051 El Pungo, hacienda 3002
Casipamba, casero . . . . . . . . . 2794
De Riobamba Guamote. (RS.) Rio Llangama, puente de Guaranda. 2538
Guaranda, fonda de la Maravilla . . 2668
Riobamba . 2798
San Luis 2653 b. MI camino nuevo.
Tunchi de Boslang, hacienda 2775 Panza, pi del Arenal 4124
Naute, casero 3279 Quebrada Panza, paso . . . . . . . 3323
Salarun-loma 3603 Loma Llangama ... . . 3460
ALTURAS D E L P A S . 593
Nombre del lugar. A,ltura. Nombre del lugar. Altura.
Rio Llangama, paso 3008 Pisco-urcu. . . . . . . . 2907
Chini'bamba' ./._..' 3298 Panten de la Chinia 2587
Quebrada Quinoaor'ral, paso . . . . 3084 San Pablo (Atenas) (W.) 2458
Quinoacorral, hacienda 3184 Playas de Sicoto . . . . . . . . . . 2033
Tambo del Pucar, Llillucu. . . . . 3024 Puyuehuray 2528
Guanujo, pueblo . . . ' . ' . 2923 Urcu-erral (W.) 2414
Guaranda 2668 Chillanes : 2344

De Guaranda Simitug. (RS.) De laus Caar por Chunchi.


(RS.)
Guaranda 2668 Alaus 2930
Guanujo 2923 Bugnac, hacienda .' 1987
Tambo de Pucar .. 3024 Tolte, casero (W.) 2350
Sinchic, hacienda . . 3237 Lluquillay, casero (W.) 2180
Rio Moya, paso 3235 Chunchi . . . . > . 2273
Salinas, pueblo 3549 Guataxi, hacienda ; 1902
Loma de .Chuquinac 4011 Rio Guabalcon. 1885
Rayobamba 3821 Pacchabamba 2277
Simitug 3238 Ayapanti , 2681
Hoyax, hato. 2829
Be Guaranda Chillanes. (RS.) Shieal, hato 3037
Guaranda 2668 Punto mas alto entre Lamai y Guai-
Puente del Socabon 2675 llaganga 3444
San Jos de Chimbo 2499 Tambo, pueblo 2975
San Miguel de Chimbo . . . . . . 2469 Rio Caar, paso 2833
Tumbucu 2429 Caar 3176

III. Algunos caminos del litoral la sierra. (W.)


De Bodegas Guaranda por Nombre del lugar. Altura.
Pozuelos. Balsabamba 708
Nombre del lugar. Altura. San Cristbal,, tambo . . . . . . . . 1075
Bodegas 5 Putzo, tambo 1151
Pozuelos, pueblo 146 Tambo-loma 1866
Pacana (San Rafael), hacienda . . . 475 Las Palmas, tambo. 2193
Agua santa, hacienda 795 Ensillada de Gualashay 2599
Confluencia de los rios de San An- Chuchi, tambo . . . 2967
tonio y Cumbil 877 Tambo del Gobierno 3100
San Antonio, casas superiores del sitio, San Miguel de Chimbo 2469
lmite de los platanales.- . . . . 1478 San Jos de Chimbo 2499
Yana-allpa, casita al pi de la cuesta Guaranda . 2668
de Cascajal 2277 De Puente de Chimbo . Alaus.
Tambo de PucaT 3060
Altura del eamnio en Tutapala . . . 3200 Puente de Chimbo, estacin del ferro-
Verdepampa, hacienda 2898 carril . 345
Pimbulo, hacienda 2805 San Palbo, hacienda 636
lllapa, hacienda 2705 Juntas, confl. del Piampungo con el
Santa P, casero 2693 rio del Sacramento ^ 745
Puente del Socabon . . . . . . . . 2575 Placer, hacienda 961
Guaranda 2668 Cayandeled, hacienda. . . . . . . . 1377
Chahuarpata, dormida . . . . . . . 1833
Tribulpata, dormida 2194
De Bodegas Chimbo por Balsa- Las Chorreras. . . . 2818
bamba. Margarita, paso de la Cordillera . .3131
Bodegas aprx. 5 Rumipungo, paso de la Cordillera. . 3080
Sabaneta 10 Allpachaca, hacienda. , 3059
Playas 30 Paso de la Cordillera sobre Allpachaca 3136
Limn de abajo 119 Paso por el rio de Alaus 2248
Limn de arriba 163 Alaus, villa 2390
WoiiT, Ecuador. 38
594 ANOT-AONES Y : SUPLEMENTOS.

De Naranjal Cuenca. Nombre del lugar. " Altura.


Nombre del lugar. Altura, Sayaus, pueblo 2757
Naranjal aprx. 20 Cuenca, phwa . . . . . . . .' . . '.' 2581
El Entable .'" 137
Chaca-yaeu, pi de la cuesta . . . . 477 De Santa- Rosa Zaruma y Xoja.
Yerba-buena, tambo . . . . . . . . 2776 Santa Rosa aprx. 10
Altura del camino en Canelapata . . 3094 Guayabo, casa .' . . . . . . . . . . 192
Llamaeaneha, tambo . . . . . . . . . 3081 La Chonta, pi de la Cuesta . . . . 515
Altura de la.cuesta sobre Molleturo. 2894 Tambo grande . . . . . . . . . ... . 1412
Molleturo, plaza . 2557 Ayabamba. \ :' . . . V . V'V". . .1536
Yunguilla-huaico, tambo 2735 Zaruma, plaza . 1200
Husi-huaico, tambo . . 3167 Cuesta de Amboca 2544
Contra-yerba, hacienda . 3592 Cisne, pueblo 2390
Cajas, paso de la Cordille.ra. . . . .. 4135 Valle del Catamayo, paso del camino . :'
Qrnas, tambo 3631 por el rio de la Toma . . . . . 1457
Puente d Lhilluehs. . . . . . . . . 3253 Altura del camino aliado delYillonaeo 2786
TSurucuhu,' hacienda .' . . . . . .',... 3.022 li'oja 2220

V 17. (Pg. 221.) ...-=-KO -.i:..!.-

Clasificacin petrogrfica de las rocas.


I . R o c a s cristalinas*:llamadas tambin protgenos primitivas.
1. Bocas cristalinas simples.
7 . , a. Socas hiodeas: Sal gema, Espato fluor. Criolita, -r Caliza, Dolomita, Marga.
Ml\ t i Yeso, Anhidrita,'Fosforita,"Barita. ''"''"
b. Rocas- silceas:' Cuarcita', Bsquisia silcea, Jaspe^.palo, .y;* otras variedades
del cuarzo cristalino y amorfo. ... .
c. Silicatos. Hay algunos, que por s solos y sin mezcla de otros.minerales
/ . componen rocas, pero siempre subordinadas, as: Augita,'MalacIita, Anfibola,
Epidota etc. A esta.clase pertenecen tambin la Serpentina, - la Bsquista
talcosa y la clortica. '; ' " ' , ' .
d. Mocas metlicas: Hierro oligista, Limonita, Hierro eoltico y pisoltico,'Espato
de hierro, Magnetita. ' ' . .
e.. Mocas de origen orgnico (carbnicas): Antracita, Ulla, E'ignita, Turba, As-
falto,, Guano. . : . . . . . . , : . . -

.2. Bocas cristalinas compuestas.


A. Pe ^estructura/graniilQsa y porflrodea. V' . -
. -.- a. Con ortoclasa: Granito, Sienita, Prfido rojo (cuarzoso), P. felstico.. Piedra-
pez. Traquita, Liparita, Riolit., una parte de la Obsidiana, Perlita y
Piedra-pmez. .* * '
;. b.Con oligoelasa: Diorite, Porfirita, Tielfido. Andesita, Daeita (Andesita
cuarzosa), una parte de la Obsidiana,-Perlita y Piedra-pmez.
e. Con anortita (rara vez labradorita): 'Dia.basa., Hiperstenita, Gabbr, Prfido
augtico. Dolerita, Basalto. : ' - ':
d. Con nefelina y leucita: Nefelinita, L'eueitfdo. . . .
B. De estructura esquistosa. ,-- : ;..--: ;..- .^.-'.- i; ;v
Gneis, Granulita, Esquistas micceas y arcillosas. ...../

I . B o c a s clsticas (fragmentaras),!:
I o . Conglomralos, JBreechs, Tobas, que pueden derivarse de todas las rocas
precedentes, neptnicas, plutnieaS y volcnicas,- y reciben sus nombres espe-
- ceos segn los materiales que las: componen. ...
C J J A S J U I C A C I O N GEOLGICA.' '595
2o, Areniscas y pizarras sedimentarias, que. se repiten con muchas variedades
en todas las formaciones geolgicas.
8o. Arcillas y otras rocas lunticas, como Caolina, que derivan especialmente
; de. la descomposicin de las.Silicatos.

Escala completa de las formaciones sedim&ntarias.


..'...' I. P e r o d o arcaico.
Form. lorenciana. Primeros vestigios de animales y plantas marinas.
Form. hurnica. Radiatos, Crinodeos, Anlidos.
II. P e r o d o paleozoico.
F. silrica. Predominan los Graptlits'y Trilobites. Aparecen los Braqupodos y
los primeros peces. . . . . . , . . - .
F. devnica. Predominan los Braqupodos (Spiriftr, Calcel, iStringocephalus etc.),
Crales' (Calamopra. Cythphyllum), Goiiiatites. Aparecen las pri-
meras plantas terrestres.
F. carbonfera. En loa estratos inferiores (Caliz^ carbonfera yCulm) muchos Crinodeos
y Corales. Tosdhmj'a, Pertomria; Peces ganodes. ii las! divi-
siones superiores con capas de ulla predominan las plantas terrestres,
todas eriptgamas: Calamites, sterpphylHtes', 'nlaria., Helchos,
Sigillaria, Lepidodendron. Primeros Anfibios Insectos.
F. dysica. Braqupodos (Spirifer, Productus), Pectn. Peces (Plaeonscus), Saurios
(prmica) (Archaegosaurs, Amblypferus). Helchos, Coniferas, Walehia..

III. P e r o d o mesozoico.
F. trisica. a. inferior (Arenisca abigarrada). Terebratula, Ceratites. Labirintodontes
I (Chirotherium)., Equjsetum, Coniferas, Voltzia heterophylla.
ib. media (Caliza conchfera).. Notosaurus mirabiljs, Enerinus, Terebratula
1 vulgaris. ,
; '.'' je. superior (Keuper). Mastodonsaurus. Peces: Ceratodus, Semionotus.- Pri-
mer mamfero: Mierolestes antiquus, Equisetum, Zamias, Coniferas.
F. jursica, a. Oolita inferior (Lias). Saurios: Ichthyosaurus eomunis, Plesiosaurus,
(eoltica) Mystriosaurus, Teleosaurus. Peces ganodeos. lioliga, Ammonites, Pen-
tacrinus. Cycadineas, Coniferas,
b. Oolita media. Saurios, Mamferos marsupiales. Peces placoideos; Tere-
bratula, Ostrea, Trigonia. Helchos, Zamias, Coniferas, . . .
o... Oolita superior olanea. Corales y Espongios, Equinodermos, Crinodeos.
Trigonia, Diceras, Ammonites. Pterodaetylus, Geosaurus, Chelidonides,
Emys, Archaeopterix,., Cycadineas. -. . ;...-,
F, cretcea. a.: Forfn. ipealdioa.. Peces: ; Lepidotus., Sphaerodus, Saurios: Iguanodn,
Pholidosaurus. Moluscos lacustres y fluviales: Uni, Gyrena, "Cyelas,
Pisidium, Corbula, Paludina, Melania, Nerita, Limnaeus, Planorbis, Gy-
pris etc. Cycadineas, Helchos,
b. Neocomio, c. Oault, d. Greda clorica (Turnico y Cenomnico), e. Credo,
blanca (Sennico). Poraminferos y Corales, Equinodermos en abundancia,
Hippurites y Caprotina, los ltimos Belemnites y Ammonites. Baculites,
_ ? ^Hamite^,i^^ghi.tes. : Reces eioladeQS y^ctenodeos. Saurios terrestres,
;-. , roodilus , Iguanodn, Mosasaurus, Mamferos inferiores.: . Primeras
'. . plantas dicotiledneas. .Palmas, Cycadineas, Coniferas..;
. . . i y . P e r o d o kiozoico.
F tertiaria. . Eoceno. Molusco casi todos extinguidos. Numlites. Algunos mam-
.... feros: Palaeothexium,.Lophidon, Arctocyon. Plora tropical en Europa.
Palmas.-Amentceas. :> .. . : . :
b. Oligoeeno. Moluscos en su mayor; parte extinguidos, pero muchos
gneros vivos.. Halianassa.. Mamferos:. Anoplotherium, Lophidon,
Marsupiales. Aves. Crocodilus. Emys ' :
38*
596 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

c. Mioceno. Muchos moluscos marinos vivos. Peces extinguidos. Mo-


luscos terrestres extinguidos. Dinotherium. Hippotherium. Plora
subtropical en Europa. Palmas, Coniferas.
d. Plioeno. Abundancia de Moluscos y zofitos en gran parte pertene-
cientes especies vivas. Mamferos todos extinguidos. Elephas
meridionalis, Mastodon angustidens.
F. cuaternaria, inferior y superior. Moluscos casi todos de especies vivas. Cetceos.
(diluvial) Mamferos extinguidos y vivos: Mamut, Mastodon giganteum y Andium,
Equus, Megatherium, Glyptodon, Ursus, Pelis, Hyaena, Bos, Cervus etc.
Restos del hombre.
I", moderna. Plora y fauna actual.

' V 18. (Pg. 222.)


Existen algunas cartas geolgicas, que comprenden toda la Amrica del Sur, pero
en escalas tan pequeas, que son casi inservibles para el estudio de un pais particular.
A estas pertenece, por ejemplo, la antigua de Foetterle, que comprende el continente
sudamericano entre los grados 5 de Lat. N y 35 de Lat. S, y que lleva el ttulo: Golpe
de vista geolgico do Brazil e de algumas outras partes centraes de America do Sul, por
Pr. Ppetterle. Vienna 1864. La ltima y mejor carta geolgica de Sudamrica es la,
que el profesor. Steinmann trabaj el ao pasado (1891) para la nueva edicin del Atlas
fsico de Berghaus (Nro 14), la cual est basada en los trabajos geognstieos, que se
ejecutaron en los ltimos decenios. Pero desgraciadamente se halla en una escala aun
mas pequea, que la anterior, es decir, en la de 1:30000000.
H. Karsten public en 1866 una arta geognstiea de las Repblicas de Venezuela,
Colombia y Ecuador en pequea escala. Pero esta carta es, con excepcin, talvez, de
pocos puntos que el autor mismo ha visitado, un mero juego de fantasa, lo menos en
las partes que tocan al Ecuador. La mejor prueba de esta asercin es, que el misnro en
1886 elabor una segunda edicin, enteramente distinta de la primera, no segn sus
propias observaciones (pues nunca volvi Amrica), sino segn las publicaciones que
varios gelogos hicieron posteriormente. El Ecuador queda corregido segn algunas
-observaciones de Reiss y Stbel, y toda la mited meridional segn mis Memorias sobre
las provincias respectivas. Pero aun en esta forma nueva el mapa de Karsten queda
muy defectuoso y en gran parte imaginario. Vase: H. Karsten, Die geognostisehen
Verhaeltnisse Neugranadas. Wien 1856. Id., Gologie de l'aneienne Colombie Boli-
varienne. Berln 1886.
Tambin la cartita geolgica, que acompaa el folleto de J. Siemiradski (ih Bei-
trag zur Kenntniss der typischen Andesitgesteine. Dorpat 1885) se funda esencialmente
en mis cartas y trabajos sobre las provincias del Azuay y del Guayas; pero contiene
modificaciones, eon que no puedo convenir, y precisamente en regiones, que ni el seor
Siemiradski ni otro gelogo entre tanto ha visitado. As, por ejemplo, no comprendo,
cmo pudo rellenar la hoya de Cuenca con terrenos terciarios, ni cmo pudo sealar
la formacin cretcea en Puna y en los cerros de Chanduy. Estos y otros errores copi
Karsten de Siemiradski.

V 1 9 . (Pg. 229.)
Los gelogos distinguen dos clases de gneis y esquistos cristalinas. La primera
clase comprende los gneises y esquistas mas antiguas las primitivas, que estn en
mucha relacin gentica con los granitos y sienitas, y son verdaderamente azoicas, es
decir, sin vestigio de organismos. Algunos pretenden, que estas rocas constituyen la
primitiva costra de la tierra. La segunda clase se compone de gneises y esquistas
cristalinas menos antiguas, que se atribuye un origen neptnico (depsitos del mar),
aunque se admita, que en su mayor parte no se hallan en el estado original, sino en el
metamrfico. En estas rocas de la segunda clase se encuentran de vez en cuando los
restos de organismos (nfimas clases zoolgicas) y de antracita, que tambin es de origen
orgnico. Para ellas se establecieron en el sistema geolgico las formaciones lorenciana
y hurnica (muy desarrolladas en Norteamrica), que de consiguiente se deben separar
MINAS. 597
de los terrenos azoicos, llamndolos ahora arcaicos. Por lo dems se hallan gneises y
esquistas metamrficas tambin, aunque rara vez, en los terrenos paleozoicos y hasta en
los mesozoicos. La distincin puramente petrogrfica de los gneises y esquistas de las
dos clases es muy difcil y muchas veces imposible. En el Ecuador nos faltan completa-
mente los fsiles, como queda dicho, pero la presencia de la antracita y la gran abun-
dancia de grafito me hacen suponer, que la mayor parte de nuestros gneises y esquistas
cristalinas pertenecen al grupo de las formaciones lorenciana y hurnica, lo menos
las esquistas metamrficas. Digo la mayor parte, porque no quisiera excluir del
todo la primera clase, sobre todo en las regiones en que el gneis se encuentra enlazado
con el granito, como en la provincia de Loja. La ventilacin de esta cuestin es dema-
siado terica, para caber en nuestro resumen de la geologa ecuatoriana.

V 20. (Pg. 232.)


Minas antiguas en el terreno esquistoso.
Una legua al Este de Loja, atrs de los ,cerritos del Calvario', en el sitio que
llaman ,Estancia de los palacios', se hallan antiguas labores de minas, y no existe nin-
guna tradicin sobre el cundo con qu objeto fueron explotadas. Las labores son
muy considerables y no cabe duda que en un tiempo rindieron buenos intereses. En las
galeras subterrneas, que segn las entradas deben ser espaciosas, no se puede entrar
muy adentro, porque estn aguadas y por consiguiente no conocemos su extensin. Pero
al lado de las bocas s halla una labor grande , cielo abierto', excepcin rara en las
antiguas minas del pais; hicieron un corte vertical que atraviesa el terreno en la, direc-
cin SO-NE y tiene unos 10 metros de alto y 2 de ancho. La planta de esta galera
abierta es muy pendiente hacia la salida, siguiendo mas menos el talud mismo de la
montaa en que arma.
Tambin bajo este respecto es una excepcin en las antiguas labores de esta pro-
vincia, que casi siempre entran inclinndose hacia abajo, razn por la cual casi todas
estn aguadas. Por el diferente sistema de trabajo y por la antigedad indisputable de
estas labores podria ser que lo menos una parte de ellas data del tiempo de los Incas.
Ahora bien, examinando la naturaleza de los minerales que componen las cajas de dichas
minas, el pendiente y las cabezas de las galeras, no se observa con la vista libre nin-
guna sustancia metlica, fuera de la arsenopirita de que acabo de hablar arriba. Se v
que el objeto de la explotacin sin duda eran las venas de cuarzo, que all cruzan en
abundancia y en todos sentidos las esquistas arcillosas, y en las labores principales se
echa de ver que algunas de las vetas tienen uno dos metros de ancho. El cuarzo es
muy compacto, rara vez blanco y puro, comunmente gris, amarillento, rojizo, pardo, en
fin de colores sucios, y en apariencia no presenta nada de particular. No me qued la
menor duda de que estas minas han sido trabajadas por el oro, y que el cuarzo es el
que aloja este metal precioso en partculas microscpicas invisibles, las que solamente
por ensayos qumicos se descubren, como sucede en otros distritos aurferos y tambin
en Zaruina. De las muestras, que he sacado de diferentes puntos de las galeras y que
he traido con el fin de analizarlas, algunas no contenan ningn rastro de metal precioso,
otras tres me dieron diferentes resultados:
Muestra primera: Oro 0. Un indicio de plata.
segunda: 00002.
tercera: 00046.
Suponiendo que una veta de cuarzo tuviera en trmino medio la composicin de
la tercera muestra, rendiria % onzas por cajn. Unas vetas sern mas pobres, pero
fcilmente podria ser, que se encuentren otras mas ricas. El indicio de plata (sin oro)
que me dio la primera muestra, proviene sin duda de un poco de arsenopirita que no
dej separarse completamente del cuarzo y que es argentfera, como he dicho arriba.
Lo que las rocas de la cordillera oriental de Loja son aurferas es indudable, y la
prueba'mas evidente tenemos en los lavaderos de oro del rio Zamora y de sus tributa-
rios. Ademas la cordillera oriental de Loja es la directa continuacin de la de Cuenca
que es muy aurfera hasta el lindero de la provincia cerca de Zaraguro. No podemos
atribuir al oro de estos lavaderos otro origen que el de las rocas cuarzosas de la cordillera,
598 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

d<e donde lo arrastran aquellos ros. Pero.no debemos olvidar, que veces unos lava-
deros pueden ser muy buenos y ricos,- y las rocas y vetas, de las que traen su origen,
al mismo tiempo tan pobres que no costearan los trabajos de su explotacin. En los
rios se recoj y se concentra en un lugar reducido el oro que antes haba estado espars
cido por una rea grande,- tal vez de muchas leguas cuadradas. Los rios son las mqui--
nas de la naturaleza que hacen lo mismo en grande que el hombre en escala muy redu-
cida con sus mquinas artificiales: primero despedazan y muelen los terrenos aurferos
y despus lavan los materiales reducidos polvo y arena, depositndolas segn su peso
especfico en los placeres', El hombre tiene solamente que seguir el mismo-sistema
natural y perfeccionarlo, para que goce de estos /placeres'.
Hay todava otro lugar en el terreno antiguo de gneis y de pizarras cristalinas;
en que se han trabajado minas de oro, es decir en Masanamaca, al Este del valle de
Piscobamba. All existen unas quince bocas de antiguas minas, y no hace mas de 40 aos
que las ltimas fueron abandonadas. Como al tiempo de mi viaje Piscobamba el in-
vierno me prohibi hacer la inspeccin d esas minas de Masanamaca, quise procurarme
lo menos materiales suficientes del interior de .ellas, para hacer las anlisis del cuarzo,
pero los vaquanos de aquella regin, que fueron encargados con esta comisin, no pu-
dieron mas bien no quisieron hacer el viaje las montaas, y as no pude formarme
un concepto adecuado.de la riqueza pobreza de. dichas minas, .L
Hemos dicho, que en. Salapa^ pocas leguas, al Norte de Loja se acaba el terreno
de las esquistas. Mas exacto seria decir, que desde: all hasta la.provincia de Cuenca
est cubierto de rocas eruptivas en la cordillera occidental. Solamente en un lugar queda
descubierto y forma como un islote, semejante al que encontramos entre Amboca y Cisne,
pero mas pequeo, Este lugar es el Bamos-urcu cerca de San Leas, por cuya cima
conduce el camino Zaraguro. All se pueden observar todas las variedades posibles
d esquistas, ante todo las micceas,.y tambin las grafiticas. Ademas se presentan
muchsimas vetas d cuarzo blanco y algunas de: prfido descompuesto. Corre la,.fama,
que elEamos-urcu es muy rico en plata, sin duda por la abundancia de mica que;: brilla
mucho; yo no pude descubrir ninguna sustancia metlica fuera de un poco de soroche
(pirita de hierro) j y la montaa no tiene nada de particular. En la altura del camino
se v una boca-mina medio derrumbada sobre vetas de. cuarzo. Parece que abrieron
esta boca, que apenas tiene dos metros de profundidad, mas bien por hacer un ensayo;
y qii la abandonaron, cuando experimentaban lo infructuoso de sus trabajos. Puede ser,
que el cuarzo contenga un poquito de oro, pero plata se buscar en vano en aquel lugar.
(Wolf, Viajes cientficos, I, Provincia de. Loja, pg. 2022.) , . . '
. " . ' ' v -i S cKr ' '/'. \-. .

V 2 1 . (Pg,232.)
El Condrasto- ha atrado varias veces, por la fama de su riqueza de metales,
tanto ecuatorianos como- extranjeros; pero todos los trabajos penosos siempre han sido
enteramente vanos. Las peas desnudas que llevan aquel nombre, forman una parte de
la base del Altar, y se componen de rocas antiguas (mica esquista), en las cuales no
fuera una imposibilidad encontrar vetas metalferas. Yo expreso esta circunstancia espe-
cialmente, porqu en los, mas de los puntos que: corren con la fama de ser minas muy
ricas, se ha buscado el oro y la plata en las rocas volcnicas (lava), contrariando la
experiencia, aparte de las reglas de la ciencia. Cuando he.mencionado* que fuera posible
encontrar vetas metalferas en la roca del Condrasto, estoy lejos de decir que haya; por
el contrario tengo que manifestar, que las vetas de cuarzo solo, como las que he obser-
vado en el Condrasto, se hallan en todas partes muy frecuentemente, y no es indicio
alguno para los metales. La nieve todava ocultaba los puntos del trabajo principal, que
estn situados en un rincn estrecho, de modo que no he podido ver todas las vetas,
pero basta saber para formarse un juicio del trabajo desesperado; que con frecuencia han
picado la dursima pea en otra parte. Se v muy. bien,, que la empresa ha sido dirigida
por-personas poeo instruidas en. la materia, cuyo nico inters ha sido aprovechar del
ansia ciega de los empresarios, prolongando un trabajo finjido que les daba una' miserable
ganancia. La localidad ha sido indudablemente la mas desfavorable, que se hubiera
xcojido en todo el mundo para hacer el ensay de una mina. No quiero creer, como
me han referido, que muchos de los infelices conciertos, trados del arado y de la manada
d^ovejas, hayan muerto con el trabajo forzado y desacostumbrado de minas, pero s,, es
FOBM ACIN GBETCEA. DIOBITA. 599;
probable que algunos de estos pobres indios hayan, sido vctimas de tal crueldad, que en
verdad: hace poco honor los dueos.
Carta d e l D r . A. S.bel S. E. el Presidente de la Repblica sobre sus viajes
las montabas Chimborazo, iAtar etc. (Quito 1873), pg. 5. .

2 2 . (Pg. 245.)
A r e n i s c a d e A z o g u e s . ltimamente he visto, que tambin Humboldt (Kleinere
Sehriften, pg. 131) se inclina la opinin de que las areniscas de Cuenca pertenezcan la
formacin cretcea. Las cita como de paso entre los terrenos sedimentarios de Colombia
y del Per, que el mismo y todos los autores antiguos habian considerado como miem-
bros de formaciones mas antiguas (carbonfera, prmica, trisica), y que sinembargo por
los fsiles entonces (en los aos de 1840 1850) recien encontrados y determinados por
Leop. de Btich, se debia agregar a l a formacin cretcea, Segn los fsiles hasta ahora
examinados, dice.L.. de Buch, parece comprobado, que todas las formaciones sedimen-
tarias de los Andes desde el Mjico setentrionai hasta el Cuzco y muy abajo r l hemi-
sferio .austral, pertenecen al grupo de los terrenos cretceos. En este grupo cuentan las
ullas cerca de Zipaquira, de Taus, del Cerro de los Tunjos, y de Chipo cerca de-Canoas
en la ^.Kiplanicie de Bogot; la sal gema y los yesos de;la Mina de Bute en Zipaquira,
los potentes estratos de arenisca de Cuenca, las pizarras de Vilieta que alternari'coii'ca-
lizas , las montaas calcreas de Gualgayoc y Chota, que estn atravesadas por ricos
filones argentferos, de Montan y Guambos, donde en la; altura de 12000 pies sobre el
mai; se encontraron Amonites de 14 pulgadas de dimetro, Isocardias y Exogyrapotygong,;
finalmente la enigmtica formacin peruana de cuarzitas (probablemente Quadrsand-
stein) del Pramo de Yanaguanga y de toda la vertiente occidental de los Andes entre
amas, Magdalena y Chala etc. etc.

2 3 . (Pg. 262.)
Vase: Neues Jahrbueh fr Mineralogie, 1874; Wolf, Geognostische Mittheilungen
aus Ecuador, 2 Geogn. Skizze der Provinz Guayaquil; donde digo, que en la provincia
de Manab se hallan hermosas dioritas porfiroideas, mientras que su lado otras: rocas
(verdes) se aproximan mucho las andesitas eureferas del pais andino, componiendo
con sus tobas volcanes formales. Mi amigo, Sr. J. Siemiradski, cita en su obrita (pg. g)
una; comunicacin verbal mia sobre esos antiguos s volcanes de Manab, en la cual in-
sist de nuevo en la naturaleza dioritica de las rocas y su conexin con la formacin;
cretcea. Estos dos motivos me parecen suficientes para sealar aquellas rocas en, el
mapa con el color de las rocas verdes, apesar de las semejanzas exteriores con* los
volcanes modernos. Soy de la opinin, que en los Andes las rocas verdes y las porfiri-
tas son eruptivas y que fueron los precursores de las andesitas y lavas andesticas. No
sabemos de punto fijo, en qu poca acabaron las primeras y comenzaron las segundas.
El nacimiento de rocas eruptivas antiguas habr sido acompaado de fenmenos muy
parecidos ,los que observamos en las formaciones volcnicas. Si queremos distinguir
las dos clases de rocas con dos colores distintos, no nos queda otro medio, de hacerlo
sino por su carcter petrogrfico, en los lugares en que el yacimiento mismo no nos
revela su edad relativa con toda seguridad. Si colocamos las dioritas de Jipijapa' entre
los terrenos volcnicos, ; no veo motivo porque no lo hagamos con otras rocas verdes;
que, por ejemplo, se levantan aisladas de las llanuras aluviales, siendo as que la forma
exterior de la montaa es muy accidental y no decide nada respecto la edad. En el
mismo caso nos hallamos respecto al.melfldo mesobasalto de Agua-clara, de que hablo
en la pgina 262, y que segn su composicin mineralgica (tambin por la presencia
de la serpentina y de la pirita) y segn su yacimiento, es sin duda anterior las ande-
sitas y rocas eruptivas modernas. El seor Siemiradski indica en su obrita y- cartita
geognstica todava otra roca volcnica, algunas.leguas mas arriba de Agua-clara en
el valle del rio Chimbo, cerca de la hacienda de San Pablo. La describe como un con-
glomrate una breeeha muy singular de un color gris-verdoso, cuyos elementos se
Hallan cementados por un mineral parecido Lia, piedra crnea (Hornstein, que es una
variedad de cuarzo), y que contiene en gran cantidad un imneral clortico de, un. color
600 ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .

verde. Conozco la localidad y la roca, pero yo la he considerado como perteneciente


aquellas rocas ambiguas de la formacin cretcea, que describ en otro lugar. Actual-
mente no tengo la mano muestras de la roca en cuestin, para decidirme en favor de
la opinin del Seor Siemiradski. La descripcin que d de la composicin microscpica,
no me convence del todo, y el anlisis qumico aun menos, porque puede cuadrar igual-
mente rocas eruptivas antiguas. Con esta duda solo queria excitar un nuevo examen
de la roca interesante, no negando la posibilidad de que sea una breccha volcnica mo-
derna. Conozco una lava andestica genuina mucho mayor distancia de los volcanes
andinos, en un punto muy reducido de la isla de Puna.

2 4 . (Pg. 271.)
Minas de los terrenos porfdicos. Sobre muchos pormenores de estas
minas puede consultarse el lector interesado en las relaciones siguientes:
T. Woilf, Viajes cientficos por la Bepblica del Ecuador. I. La provincia de Loja. II, La
provincia del Azuay. Guayaquil 1879.
T. Wolf, Informe sobre las minas de Zaruma, dirigido S. E. el Presidente de la Re-
pblica. Publicado en La Nacin de Guayaquil, el 3 de Agosto de 1886.
F. G-. Saenz de Tejada, El distrito aurfero de Zaruma. Publicado en forma de folletn
en La Nacin de Guayaquil, Enero 1891.
Como las publicaciones citadas no son accesibles todos, y las que se hacen en
peridicos, se pierden con facilidad, daremos algunos, extractos de ellas, juntamente con
otras observaciones todava no publicadas. Son materiales sueltos, que pueden servir
para estudios ulteriores y para la historia de la minera ecuatoriana. Ademas me parece
de importancia, que el conocimiento de nuestras minas se difunda mas y mas no sola-
mente en los crculos estrechos de las empresas nacionales, sino tambin en el exterior.
lia historia de las minas de Zaruma resume el Seor Tejada en los prafos
siguientes:
Durante la poca del coloniaje, y desde los primeros aos de la conquista de los
espaoles, con el espritu aventurero y emprendedor y con la admirable constancia que
en aquella poca supieron desplegar, as con su afn por descubrir y explotar las minas
del Nuevo Mundo, no podan olvidar esta labor en el Ecuador.
As vemos que, remontando el rio Tmbez, y siguiendo el origen de las arenas
aurferas que en sus cabeceras arrastra dicho rio, llega el Capitn Mercadillo al actual
Distrito Aurfero de Zaruma; y en 1549, cincuenta y siete aos despus de la partida
de Colon del puerto de Palos descubrir el continente americano, funda la villa de
Zaruma y el Real de Minas de ese nombre. El mismo ao penetran los espaoles en
los bosques orientales de Loja, fundan la famosa ciudad de Zamora, una de las mas bellas
y populosas del antiguo Reino de Quito; y en sus cercanas establecen otros dos Reales
de Minas, el de Cangasa y el de Yacuambi. Ocho aos antes, en 1541, haban ya ex-
plotado las mismas comarcas mas al Sur, en las selvas vrgenes del Oriente; y hallando
tambin ricas minas y lavaderos de oro, hicieron las fundaciones de las ciudades de Valla-
dolid y de Loyola en las riberas del Chinchipe, estableciendo el clebre Real de Minas
de San Jos en sus inmediaciones.
Siguieron adelante sus exploraciones aquellos audaees mineros; y los vemos ya,
poco tiempo despus, en 1552, introducidos en las regiones orientales al E de Cuenca y
Riobamba, fundando las importantes poblaciones de Logroo del Oro y Sevilla del Oro
en las mrgenes del Paute y del Upano respectivamente.
Tal fu la fama de las riquezas, que empezaron extraer en seguida de aquella
California del siglo XVI, que afluy de todas partes estos privilegiados lugares una
numerosa inmigracin, siendo de notar la circunstancia de que muchos en el Per, aban-
donando sus minas, vinieron establecerse y explotar los nuevos Reales descubiertos
en el Ecuador; llegando las ciudades mencionadas un alto grado de prosperidad, extrao
en aquella poca y en el corto tiempo trascurrido.
La codicia de las autoridades espaolas de aquellas comarcas, principalmente la del
Gobernador de Macas residente en Sevilla del Oro, fu la causa de la repentina ruina
de esos florecientes paises. El ao 1599 los indios Jbaros, acaudillados por Quiruba,
concertaron un plan de insurreccin, tan secreta y hbilmente conducido, que destruyeron
MINAS DK ZARUMA. 601
hasta los cimientos las ciudades de Logroo y de Sevilla del Oro, pasando cuchillo
sus moradores y dando muerte al codicioso Gobernador. La sublevacin cundi hasta
Zamora y Valladolid, cuyos habitantes atemorizados huyeron la aproximacin de los
indios.
La corona de Espaa perdi as los florecientes gobiernos de Macas y Yahuarzongo;
y aquella catstrofe fu la causa de que desaparecieran los importantes Reales Asientos
de Minas, que tan brillante porvenir ofrecan, los 47 aos de su fundacin, cuando
comenzaban prosperar de un modo inesperado. Desde entonces se encuentran aquellas
vgenes comarcas abandonadas y en estado salvage, hasta que el espritu industrial, con
los grandes elementos modernos, vaya despertarlas de su letargo, y poner en circu-
lacin las riquezas que encierran hoy improductivas y muertas.
Despus de la eaida de dichos gobiernos, la explotacin de minas en el Ecuador
qued concretada los placeres lavaderos de la Provincia de Esmeraldas, y los pilones
de cuarzo de Zaruma. El Alcalde Mayor de las Minas de San Jos qued con el nombre
de Alcalde Mayor de las Minas de Zaruma.
La explotacin en este lugar no fu sinembargo tan activa como debiera. La ca-
rencia de los elementos necesarios para la extrceion y beneficio de los cuarzos aurferos,
y la falta de los suficientes conocimientos metalrgicos en aquella poca, en la cual des-
preciaban los minerales sulfurados, por no poder beneficiarlos por amalgamacin, por-
que crean que las piritas no contenan oro, siendo as que dichos minerales sobre
todo cierta hondura, son mas abundantes y ricos, hizo que en Zaruma la explota-
cin de las minas no adquiriera el debido desarrollo. Las trabajaban sin plan ni mtodo
alguno; y careciendo de los poderosos auxilios de la mecnica moderna para el desage
y ventilacin de las minas y para la extraccin y beneficio de los minerales, al llegar
cierta profundidad se les dificultaba la explotacin, tocaban con el agua interior con
la regin de los minerales sulfurados, y abandonaban la mina; yendo excavar la super-
ficie de otro filn, hasta que volvan tropezar con los mismos inconvenientes. El bene-
ficio de los cuarzos aurferos no poda ser tampoco mas ristico y primitivo; debiendo
contentarse con moler unos pocos quintales por dia, y perdiendo ademas gran parte del
oro contenido en el mineral. Admira que, apesar de tantos obstculos, se dedicasen
sinembargo al laboreo de sus minas, y que Zaruma, que hoy no cuenta en el casco de
la poblacin mas de 700 800 habitantes, llegara tener de 5000 6000 en aquella
poca^ sin otra industria que la minera y la produccin de oro.*)
A principios de este siglo fu enviado el Bachiller Loayza estudiar las Minas de
Zaruma. Pas en 1815 al Gobierno de Espaa su informe, en el cual hace grandes elo-
gios de las riquezas aurferas de este Distrito, y aconseja el establecimiento de un Banco
de Avos para la compra del oro por el Estado, y para proporcionar los mineros los
adelantos y recursos indispensables para sus trabajos.
La mina que, segn la tradicin, fu mas activamente explotada en aquella poca,
y de la que se extrajeron grandes cantidades de oro, fu la celebrada Sesmo, junto
la misma poblacin de Zarua. Se cuentan cosas increbles, por lo evidentemente exa-
gerado, de las riquezas de ese filn. Hoy esta mina se encuentra llena de agua y aban-
donada, esperando su rehabilitacin.
Al Norte de la anterior fueron tambin muy trabajadas las minas, conocidas hoy
con el nombre de Leonor y Los Amoquillados, y que parecen ser la continuacin de
la misma Sesmo. Tienen un extenso laboreo de mas de 500 metros en longitud.
Desde Zaruma hacia el rio Amarillo baja una cadena de cerros conocida con el
nombre de El Castillo, en la que se trabajan tambin varias minas. Se vn todava
las ruinas de muchos molinos, situados unos debajo de otros en toda la falda, de modo
que las aguas del uno servan para el otro. Los mismos vestigios se encuentran en la
quebrada llamada de Vizcaya^, una hora de distancia al Norte de Zaruma. En este
lugar se han descubierto trabajos antiguos en la mina Toscon Blanco, en la Bomba
de Vizcaya y en la que hoy se llama Inmaculada; todas ellas ricas en oro segn la
tradicin. No lejos de estas existi asimismo segn noticias una importante mina lla-
mada del Derrumbe, que no ha podido ser descubierta hasta ahora. Lo mismo sucede

*) Ya en tiempo de M. de La Condamine, que visit Zaruma en Mayo de 1743, las minas Be


hallaban en decadencia. Dice: La villa de Zaruma debi alguna celebridad, en algun tiempo, a sus
minas de oro bajo con mezcla de plomo y plata, pero mny dcil al martillo, y al presente casi del
todo abandonadas (Extracto de diario etc., pg. 8). TVolf.
602- ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .

con otra mina- tambin famosa, El Doblado, que se dice estaba situada en El Tabln,
al Sur del Eio, Amarillo. Cerca de ese sitio se han hallado los trabajos antiguos de la
mina Favorita, muy importante por la alta ley-de sus cuarzos. Al Norte de esta siguen
las labores aterradas y abandonadas de otra clebre mina, La Cusipamba, y continua-
cin en sus cercanas La Tostada, La Bichilinga, La Jorpe, la Mina grande
Portovelo hoy trabajada, por una Compaa Inglesa; y. La Quebrada, muy interesante
y digna de atencin por su rico mineral.
Extendise por ltimo-4a explotacin en aquella poca hasta tener lugar al,Norte
de Zaruma en el sitio conocido desde entonces con el nombre d Minas Nuevas, donde
la Compaa Exploradora- ha descubierto ltimamente los trabajos antiguos sobre el
importante filn Zancudo.
Estos datos demuestran que, aunque no. adquiri la minera un gran desarrollo en
este:fiistrito, fueron sinenibargo bastante explotadas las minas, y que daban una regu-
lar produccin de oro.' .--'. .. . .
Despus de la guerra de la Independencia 1* industria, minera en Zaruma qued
:
postrada; y fu enlanguideciendo de dia en di, hasta que la explotacin de sus minas
qued solo como un recuerdo histrico.
En 1876 el Gobierno del Eeuador encomend al Dr.T.Wolf, Gelogo del Estado, la
misioii de examinar la Provincia de Loja' y de pasar un informe sobre sus estudios y
observaciones. Fu -publicado dicho informe con el ttulo de Viaje Geognstico por. la
Provincia de Loja. Su ilustrado autor, despus de hacer una descripcin del'Distrito de
Zaruma, de las minas que visit, aunque todas ellas abandonadas entonces, y del resul-
tado de'algunos de sti ensayos, dice en un prrafo final, sintetizando sus observaciones:
Zaruma desempear algun dia un gran papel en la industria minera. Pero considerando
su situacin actual, difcil es pronosticar cuando se realizarn tales esperanzas. Espritu
emprendedor, capitales suficientes, ingenieros inteligentes: h aqu tres requisitos in-
dispensables para que la minera tome vuelo y sea benfica para el pais. '
El pronstico del Dr, Wolf est realizndose. De entonces ac han visitado el Dis-
trito de Zaruma varios ingenieros y mineros inteligentes, todos los cuales sin excepcin,
han informado favorablemente; confirmando las-apreciaciones del Dr. Wolf. Se han
formado tambin, algunas Compaas para explorar y explotar las minas de .aquella regin;
y si no han obtenido todas desde el primer momento un feliz xito, esto ha sido debido,
no falta de riqueza de las yetas que han empezado trabajar, sirio causas extrnsecas,
y defectos de administracin y direccin quesera largo puntualizar, y de las que nos
ocuparemos en otro captulo al hacerla historia de la forniacionymareha.de esas com-
paas. En el dia, aprovechando las lecciones de la experiencia, van corrigindose
aquellos defeetosy desapareciendo aquellas causas; de modo que no se harn esperar
los buenos resultados de las explotaciones, emprendidas.
La hora de la rehabilitacin de Zaruma ha sonado ya; y no dudamos de que muy
pronto su nombre ser conocido y apreciado como se merece en el mundo minero,: y ci-
tado como uno d, los centros mas importantes entre los productores del metal precioso.

D e la naturaleza de las minas aurferas d e Zaruma deduce el Seor Tejada,


segn las observaciones hechas por diferentes exploradores, lo. siguiente:
.Inmediatamente debajo del humus tierra vegetal que cubre el suelo, se encuentra
el terreno que en el pais se conoce vulgarmente con el nombre de toscon. Es una masa
oxidada y arcillosa, de coloracin variable, generalmente azulada rojiza, atravesada de
hilos y venas; blanda cerca de la superficie, arranendose fcilmente con el pico, pero
que, medida que se acerca el prfido no alterado, v endurecindose en profundidad
hasta necesitar ya de la plvora para su. arranque. El toscon no es otra cosa que el
prfido completamente descompuesto,
: La capa de toscon, segn puede verse en los cortes de algunos trabajos de minas,
suele- llegar hasta la profundidad de unos 20 25 metros, de la que rara vez pasa. En
esa zona, superficial es donde existen la mayor parte de las explotaciones antiguas, in-
dudablemente por su menor dureza; y casi nunca han pasado de esa hondura.
Los filones, del Distrito de Zaruma arman todos, como hemos dicho, en la roca por-
fdica.' En otros, distritos, mineros los afloramientos crestones d las vetas asoman sobre
la:superficie alargas distancias, dando al terreno un aspecto y relieve particular y carac-
terstico. No sucede as en Zaruma, donde parece que la mayor j a r t e de los afloramientos
MINAS DE "-ZAHUMA.". . 603

han sido layados y arrastrados por las aguas; Ademas, la capa de tierra y de toscon,
as como la vegetacin abundante, hacen que no se descubran. primera vista, sino muy
rara vez, los afloramientos. >.
Sinembargo las vetas de Zaruma son potentes y bien formadas, verdaderos filones
de abertura -eruptivos, que corren con toda regularidad; algunos en vina longitud de
varios kilmetros. '-'
Su anchura potencia es variable: unas solo tienen de 50 60 centmetros, min*
tras que la potencia de otras llega tres y cuatro metros. Puede establecerse un metro
como promedio general d su anchurav
- Su rumbo, casi fijo y m u y poco ondulado, es de Sur Norte magntico; con pe-
queas desviaciones de algunos grados al Oeste.
.': Suv recuesto buzamiento vara considerablemente; muy poco notable en algunas
que bajan casi verticalmente, llega en otras inclinarse hasta 45 grados y".osi siempre
al Este. Se nota tambin una marcada tendencia enderezarse , acercndose en profun-
didad la' vertical.
Todos estos filones tienen mas menos los mismos caracteres'y el mismo rumbo
con un paralelismo muy marcado, pdiendo por lo tanto afirmarse que es un solo sistema
d" vetas. No se conoce hasta ahora crucero alguno que produzca fallas> diques, ni; dis-
locaciones, que podran afectar la continuidad y marcha regular de los filones.
Bl campo de fractura no ha podido aun determinarse de tm modo exacto; pero se
extiende por lo menos, segn los. reconocimientos hechos hasta el dia, mas-de seis le-
guas de Sur Norte, desde el Tabln, al Sur .dLrio.,AmaFllo hasta Hs,laderas dePaecha
al Norte-de Minas Nuevas; y de Este Oeste no menos de cuatro leguas desde las faldas
de> Roma y margen izquierda del Amarillo hasta las vertientes de la cordillera de Chil-
chiles en la orilla derecha del Caler; abrazando as toda la. regin comprendida entre
esos dos caudalosos rios, cuyas respectivas cuencas hidrogrficas^ estn divididas por las
cadenas de Vizcaya y de Sichaeay; que van. al NE unirse con'la alta'cordillera de
Chilla,, . ; . : : ; . ' ' :." :' ?. '...- I /
Formando una zona central de Sur Norte en est regin, han sido reconocidos
los filones de cuarzo aurfero desde el Tabln, Siguiendo por el Castillo, Zaruma, el Cal-
vario, Yuquillas, Vizcaya, Malvas, Botoneros, Muluncay, Arcapamba.y Minas Nuevas;
Algo al Oriente corren las vetas por Sansn, Roma, Sinsao, Paefty-Urcu y Porato-Urcu
hacia las altas cimas de la cordillera;, y 1 Occidente corren igualmente por el Salto
hasta Ayabamba; y por Zarum-Urcu, Laritaca y Buza hasta Paecha.
Las exploraciones posteriores extendern indudablemente mucho esos lmites; y
creemos que este importante campo de fractura seguir prolongndose,, al Norte hacala
falda setentrional de, la cordillera de Chilla en su descenso hacia el rio Jubones; y al
Sur hacia Cateeocha, pueblo situada,en-la Provincia de Loja; mas de 70 kilmetros al
medioda de Zaruma, donde se ha'reconocido ya la existencia de varios filonesi
Numerossimas son las vetas aurferas de Zaruma, y tan cercanas entre s, que
muchas veces solo estn separadas por una distancia de tres cuatro metros; no siendo
raro encontrar cuatro eineo filones de mas de un metro de potencia cada uno,, bien for-
mados.y de regular ley de oro, en una anchura de terreno, de solo cien metros.
La matriz rellenamiento de todas estas vetas es el cuarzo. Siendo todas de un
mismo, sistema >y de idntica formacin, presentan grandes analogas entre, s; as es que
el aspecto del cuarzo es muy parecido en todas ellas, sin que por lo general se distinga
sin,por suitfayor . ienor grado.de mineralizaeion.
D grano sacaroideo fino; de eolor veces blanco, otras algo rosado . moradp.ro-
jizo, y en ocasiones, con manchas negruzcas, azuladas verdosas; compacto y de fractura
concoidea, frgil y d aspecto poroso y celular; sin rastro solamente con una; corta
cantidad de piritas y oxidaciones, cargado de sulfurs, por ltimo profundamente oxi-
dado'y descompuesto; el cuarzo de las vetas, de este.Distrito es siempre mas menos
aurfero. Generalmente no;se distingue el oro la simple vista, y no obstante, arroja el
mineral una alta ley al ensayeji-ypem en ocasiones el oro aparece visible, bien en. medio
de las.' oxidaciones, bien en puntillas de color subido en la.misma masa del cuarzo;
Por.lo cojun,! el- cuarzo rtP^-se presenta completamente sulfurado desde la super-
ficie.,;,'Sinembargo> hemos., podido, observar una excepcin notable este respecto,.. En
las minas. Peralbillo y Nudo al,Sur del Distrito, en la Bomba de Vizcaya hacia la
parte central del mismo, y en la Zancudo al Norte, hemos notado los mismos carac-
teres y la. misma composicin mineralgica, presentndose en.todas estas minas el cuarzo
604 ANOTACIONBS\ SUPLEMENTOS.

desde la superficie contra lo que sucede en las dems sumamente cargado de sul-
furs; con pirita de hierro, pirita de cobre, galena y algo de blenda, y con una regular
ley de oro, plata, cobre y plomo.
En vista de estas circunstancias nos atrevemos aventurar la hiptesis de que
puede ser el mismo filn el reconocido en esas diversas minas. Pero siendo tan grande
la distancia (como 20 kilmetros de S N) desde la Peralbillo la Zancudo, solo
detenidos trabajos ulteriores podran comprobar nuestra hiptesis.
Dos son las zonas regiones bien caracterizadas que los filones aurferos presentan
por lo general; y dos igualmente las especies minerales en ellas contenidas y que cor-
responden cada zona respectivamente; l regin descompuesta con minerales blandos y
oxidados; y la zona regin firme con minerales duros y sulfurados. Estas dos especies
suelen denominarse vulgarmente metates de color podridos los primeros; y metales de
bronce piritosos los segundos.
Las dos clases se encuentran en las mismas vetas; la primera en la parte super-
ficial de estas, y la segunda cierta hondura variable. Esto se explica fcilmente;
porque el mineral, que en la profundidad es un sulfuro combinacin del metal con el
azufre en las partes prximas la superficie se ha ido modificando poco poco por
la prolongada accin de los agentes atmosfricos y de las lluvias en particular; y ha
pasado al estado de xido, carbonato, sulfato etc.; presentando un depsito de color ocre,
rojizo negruzco, y descompuesto, escoriceo terroso. A los minerales, que presentan
estos caracteres por efecto de la descomposicin, llaman generalmente en Chile, en M-
jico y en el. Per, colorados, pacos, negrillos y aladriUados.
En la profundidad se encuentra ya el cuarzo no descompuesto, y casi siempre con
mineralizacion abundante; impregnado de piritas de hierro y de cobre, de galena con algo
de blenda y algunas veces de compuestos arsenieales antimoniales; constituyendo los
minerales rebeldes, conocidos con los nombres de sulfurs, arseniuros y antimdniuros.
La riqueza en los minerales sulfurados es, por regla general, mas' constante que en los
oxidados, y continan ya sin modificarse y con la misma composicin media hasta las
mas grandes profundidades; de donde ha tenido origen sin duda la creencia de que en
muchos filones la riqueza aumenta medida que se desciende mayor hondura. Estos
caracteres que son comunes todas las vetas, se presentan igualmente en las de Zaruma.
En la regin oxidada s encuentra el filn descompuesto y es donde, por lo general
(en las vetas ricas se entiende), se presenta el oro visible en forma de pequeos granos,
hilos, lminas y dendritas; y aun el oro, que no puede distinguirse la simple vista, se
encuentra tambin al estado nativo y libre. El oro aparece mas comunmente en las
cavidades revestidas de xido de hierro, y est aleado con una cierta proporcin de plata;
pero el valor de esta no forma sino una mnima parte del valor del mineral. Dicha alea-
cin tiene por lo general tres tomos de oro por uno de plata, sea 18 quilates. El
mas comn de los minerales oxidados es un mineral de hidrxido de hierro con criadero
de cuarzo y hojillas de oro; bien un cuarzo poroso, escoriceo celular, de poco peso,
mezclado con una arcilla ocrcea, amarilla rojiza, y con pequeos granitos de oro. Se
observa que, en general, un cuarzo compacto, denso, macizo, con poco hierro, es estril
forma minerales muy pobres; mientras que un cuarzo heterogneo, poroso y mezclado
con mucho xido hidrxido de hierro, contiene mas oro. Por muy oxidado que sea el
cuarzo, siempre contiene, aunque invisibles, cierta eantidad de piritas menudas, como
puede verse lavando una regular cantidad. Hay tambin para estos minerales oxidados
una regla prctica que la experiencia confirma: siempre que en ellos pase la ley de cinco
onzas de oro por tonelada, debe el cuarzo tener oro la vista; y esto se comprende, por-
que el oro en esta clase de cuarzos se halla en granitos, diseminados muy desigualmente.
En la regin sulfurada, situada cierta hondura variable inmediatamente despus
de la anterior, el cuarzo es duro y compacto, de fractura concoidea, generalmente con
manchas de un color oscuro, azulado verdoso, y con mas menos proporcin de piritas
de hierro, que, como en todos los distritos aurferos del mundo, son las mas abundantes;
de chalcopirita (sulfuro doble de cobre y hierro); de galena (sfuro de plomo); y veces
de blenda (sulfuro de zinc). En stos minerales el oro existe, invisible casi siempre
aun con la lente, y" finamente diseminado, ya en estado libre en la misma masa de los
sulfurs segn suele estarlo en el cuarzo, ya en un estado de combinacin especial con
los mismos y que todava no ha podido ser bien determinada ya por ltimo diseminado
en partculas microscpicas en el mismo cuarzo.
Estos sulfurs tienen ademas una proporcin variable de plata; parte aleada con el
MINAS DE ZABTTMA. 605
oro como en los minerales oxidados; parte independiente; y parte, en fin, combinada con
los otros metales en sus compuestos sulfurados.
En todos los distritos aurferos los minerales sulfurados piritosos son los mas
abundantes; y en general forman el objeto principal de la explotacin de los filones de
oro. No se exoepta de esta regla el Distrito de Zaruma, en donde raras son las vetas
en que corta profundidad no aparezcan las piritas en mayor menor cantidad.
Ad-vertiremos en este lugar que un cuarzo blanco, duro, compacto, sin sulfurs ni
oxidaciones, que no tiene ni ha tenido mineralizacion alguna, es por lo general comple-
tamente estril; de lo cual parece deducirse que las piritas de hierro y de cobre y
creemos que las ltimas principalmente han sido el vehculo del oro al formarse este
en las vetas; y que la emersin del metal precioso se verific conjuntamente con la de
esos minerales. Se nota en la regin sulfurada de las vetas de Zaruma una ntima re-
lacin entre la proporcin de oro y la de cobre, aumentando disminuyendo la ley de
oro medida que aumenta disminuye tambin la proporcin de cobre contenido en el
mineral.
Para concluir, llamaremos la atencin sobre dos hechos que hemos podido observar,
examinando detenidamente varios de los filones de Zaruma: I o . que estos cambian brus-
camente de riqueza en direccin, concentrndose el oro en ciertos tramos de longitud
variable, pero cuya riqueza contina en profundidad, formando as verdaderas columnas
ricas, en las cuales suele alcanzarse una muy elevada ley de oro al ensaye; 2 o . que, aun
en esas mismas columnas tramos, se observa que se ha concentrado de preferencia el
metal preeioso en la parte de la veta que toca con la caja del Este, sea hacia el techo,
ocupando esa zona rica la mitad mas menos de todo el ancho del filn.
Para dar una idea aproximada de la extraordinaria riqueza, que encierran algunos
de esos tramos columnas en las vetas de Zaruma, anotamos continuacin los resul-
tados de algunos ensayes hechos sobre mineral extrado de ellos:

Onzas por tonelada


Nombres de las Minas
Oro Plata

Mina La Quebrada. Tramo rico. Cuarzos blancos, con manchas


negruzcas y pirita muy menuda; con puntillas de oro la vista 39 47
La misma clase de cuarzos, sin oro la vista 5 12
Mina Telfono de Paeay-Urcu. Cuarzos oxidados, blandos, con
mucho xido hidrato de hierro, y con bastante oro la vista
en hilitos y granos , 3a 21
Los mismos cuarzos, sin oro la vista. 5 4
id. id. id. id. . . . 1 4 3
id. id. id. id. 2 l'/f

Mina Zancudo del grupo Fnix. Cuarzos duros, con manchas


verdosas, con algo de pirita de hierro y galena, y con mucha
pirita de cobre. Sin rastro de oro la vista 19% 40

La misma clase de cuarzo; otro ensaye 25 47


id. id. anlisis de Mr. Drouin en Paris . 19% 26%
id. id. otra anlisis del mismo 22 40%
id. id. id. id. 317. 42%
Mina Favorita. Cuarzos porosos, blandos y de poco peso, con
xido de manganeso; sin oro la vista 4

Mina Inmaculada. Cuarzos duros, con pocas oxidaciones, y con


piritas de hierro y cobre; sin oro la vista 3%

Los cuarzos de la mina Zancudo, que provienen de trabajos recientes en galeras


situadas 100 pies verticales de profundidad, contienen ademas de 5 6% de cobre.
Los ensayes de los cuarzos de esta mina, que dejamos anotados, son dignos de llamar
6@6 ANOTACIONESKY , SUPLEMENTOS.

la atencin por, 1&circunstancia de atrojar una: ley tan elevada, sin tener'absolutamente
oro visible ni aun con la lente. ..--
. ' Las cifras del cuadro precedente son por s tan elocuentes, que nos ahorran todo
oomentario; y bastan para probar la gran importancia de las vetas aurferas de. .Zaruma.
No por esto se crea que pretendemos que los resultados de essx ensayes se tomen
como un trmino medio del producto de los cuarzos en la explotacin industrial en gran
escala, l o s hemos presentado como datos, que sirven para formarse una idea de.la ri-
queza de los filones mencionados, en los tramos de donde proceden dichos minerales.
Podemos, sinembargo, asegurar, sin temor de equivocarnos, que,el promedio,.del
cuarzo;."que;se extraiga de dichos tramos columnas, no bajar en.su rendimiento de
cuatro onzas de oro por tonelada; y esto si se toma en cuenta que una de esas co7
lumnas ricas; continuando en profundidad y corriendo, un trecho de 30 .a 40 metros en
direccin, puede abastecer una gran explotacin durante largos aos constituye; in-
dudablemente una riqueza inmensa, y significa grandes ganancias para las>Compaas
que emprendan su explotacin con tino, mtodo y constancia, y con los capitales y re-
cursos suficientes.
Nos parece tambin,, que .en las minas citadas, aun fuera de sus columnas tramos
rieos, el producto medio no bajar de una y media, dos onzas de oro por tonelada,
segu lo prueban los-numerosos ensayes que se han hecho. JSn la ..explotacin de la
mina Portovelp por la Compaa Inglesa Zaruma Gold, los cuarzos del -filn Abun-
dancia, beneficiados n un molino de 20 pisones, arrojan un producto de.muy-cerca de
una onza por tonelada; advirtiendo que dicha Compaa solo saca el oro libre, pues no
usa concentradoras para salvar el oro de los sulfurs, que se v en los tailings re-
labes por la falta de, dichos aparatos; y que ademas no trabaja sobre un tramo recono-
cido como rico, sino tumbando sistemticamente toda la veta en longitud y profundidad.
Resumiendo nuestras observaciones con respecto las ; vetas de Zaruma, podemos
establecer l a s conclusiones siguientes:
"1*:""Bn'ciertos sitios, en la superficie, estos-filones presentan-transitoriamente con-
centraciones ricas en oro en el crestn oxidado, como h a sucedido en Paeay-Urcu; pero
es raro. Generalmente esas concentraciones no' se encuentran, por haber sido extraidas
sin duda por los antiguos espaoles y . l o s afloramientos no se descubren son est-
riles m u y pobres, -i-- . . ....-Vi ": : ";. -.:.. -.ti.
, 2 a . E n la zona que.sigue en profundidad, .sea.en el toscqtt, las-yetas s e presentan
descompuestas, con las. cajas deshechas roias y con,cuarzo pobre,y poco mineralizado.
3 a . Pasada esa zona, que generalmente no alcanza 20 metros de hondura, se llega
l a regin firme, el filn arma entr cajas slidas y duras, y v ,adqiere y a s verdadera
riqueza, sea que el cuarzo; contine oxidado, sea que aparezcan los minerales sulfurados.
' 4 a . Existen en las vetas ciertos .tramos columnas mas ricas, que el r e s t , - y que
se prolongan algun trecho en direccin, continuando em profundidad indefinidamente.
- 5 a . E l mineral de mas alta l e y parece existir de preferencia hci la caja del
Este formando u n a faja mas rica que ocupa como l a mitad de. l anchura de toda la veta.
6 a . L a anchura normal de l a s vetas es de u n metro; facilitndose a s la apertura
de galeras, sin necesidad de'extrer desmontes roca stril; y Jrrmitindojuna'ex-
traccin econmica y abundante d e cuarzo aurfero. - -
' 7 a . L a l e y en metales preciosos sube a u n a "cifra elevada en ciertas vetas y en a l -
gunos tramos rieos, cuyo laboreo puede dejar enormes utilidades; y aun fuera de ellos
la explotacin ser siempre m u y provechosa, s i se emplea .el capital necesario", u n a di-
reccin inteligente, y apropiados aparatos para e l benefici,
i 8 a . medida qu se baj en profundidad, parecen, abundar ms los minerales sul-
furados; y a l aumentar estos, sobr todo la pirita de cobre, aumenta tambin en propor-
cin l a l e y de oro. , .. . ,,- ,
'.-9 a . E l oro libre de ests vetas n pasa d e .15- 18 quilates. Adems de a plata
contenida en esta aleacin, todos los cuarzos de Z a r u m a contienen u n a fuerte proporcin
de plata independiente, que puede fijarse por trmino. medio en dos partes desplata por
una .'de oro. ' ; . . , . ' - ' . ' '. . . .
10 a . L a s vetas de Zaruma son numerossimas y forman u n solo sistema, sin que
se conozca crucero alguno, n i por lo tanto fallas dislocaciones; y continan sin alte-
rarse-hasta las mas grandes profundidades. --".
11 a . Por ltimo, el Distrito Aurfero de Zaruma es u n campo minero importantsimo',
qu m e r c e l a mas seria atencin, y . q u e por s u s ventajosas y excepcionales condiciones
MINAS DE ZABTJMA. 607
est llamado ser el asiento de poderosas' Compaas Mineras, que dedicadas la pro-
duccin del oro, acarrearn, juntamente con su propia prosperidad, el bienestar y el
adelanto del.pais entero.

Las m i n a s principales. Despus de la descripcin general, que acabo de co-


piar, el seor Saenz Tejada entra en la particular de las minas principales, qu hasta
ahora fueron estudiadas mas detenidamente.-De este captulo largo sacaremos sollos
trozos mas importantes, dejando aparte las relaciones puramente histricas particulares.
Mina Telfono d e Pacay-Urcu. El ao 1881 el propietario del terreno, donde
hoy se encuentra dicha mina, hall por casualidad en una quebrada, en medio de un
espeso bosque, un montn de cuarzo, casi completamente cubierto por la tierra y la vege-
tacin exuberante del lugar. Examinando el cuarzo atentamente encontr que contena
gran cantidad de oro la vista.
Dio parte de su hallazgo algunos amigos; y estos con l formaron una Sociedad,
despus de denunciar la mina, para trabajar el fon que supusieron exista all. En poco
tiempo extrajeron 18 toneladas de cuarzo, todo l con oro la vista, y que manifestaba
una inmensa riqueza. Se repartieron profusamente pedazos de aquel rico cuarzo; y el
entusiasmo del descubrimiento lleg su colmo. El seor Gustavo Wilezynski, empleado
superior entonces de la Compaa Inglesa, se entendi con los propietarios, con los cuales
hizo un eontrato, por el que se le daba el plazo de un ao para negociar la mina en el
extrangero; y en caso de negociarla se comprometa dar los propietarios la suma de
100000 por la compra de su mina. Desde entonces los dueos consideraron dividida
su propiedad en cien mil partes con el valor nominal de 1; y formaron la Sociedad
llamada La Merced de Pacay-Urcu, cuyo Gerente fu nombrado el seor Ramon Rio-
frio. Por conducto del mismo seor Wilezynski enviaron Londres 7% toneladas del cuarzo
extaido,. que arroj la enorme ley media de 36 onzas troy (1 kilogramo) de oro por tonelada.
; Desgraciadamente se agot el montn de cuarzo, y se vio que no haba veta alguna
en aquel lugar. Las gestiones del seor Wilezynski en Londres no pudieron, en conse-
cuencia, tener xito; espir el ao, y no habiendo resultado alguno, ni pareciendo tam-
poco, la veta, de donde poda provenir aquel rico mineral, decay el entusiasmo del
principi. . :,.
En los aos de 1883, 1888 y 1888 los propietarios ejecutaron algunos trabajos de
exploracin bajo la direccin del. Gerente de la Compaa, el seor R. Biofrio, para en-
contrar la veta rica de que podia derivarse aquel montn de cuarzo aurfero, pero sin
resultados satisfactorios. . .
El Sr. Eiofrio se constituy entonces, en Noviembre de 1889, en el lugar, y emple
un sistema distinto, que lo llev al descubrimiento de Ja tan buscada veta. Sac de la
quebrada de Muluncay una acequia de agua, construy un depsito en la parte superior
del terreno pesquisado, y por medio de compuertas, lanz el agua con violencia para que
arrastrara por la quebrada la parte superior del iSuelo. Apareci entonces la cabeza del
ilon. Lo atac en seguida con una galera de 9 metros, cuyo extremo le dio un primer
corte. Sigui otros nueve metros : al lado d la veta, la que dio en esa distancia otros
dos cortes. ;:
En aquella poca se hallaban en Zaruma, ocupados con trabajos de exploracin, dos
inteligentes ingenieros franceses, los seores S. Anearani y R.Tenr que reconocieron
los trabajos del seor Riofrio en Pacay-urcu, y el primero dio un informe muy halageo,
de que tomamos lo siguiente:
El rumbo de la veta es Sur Norte con 2o 3 o al Oeste.
Su buzamiento, apenas mareado, es al Oeste.
Su potencia es de 1,10 m. 1,20 m, S rellenamiento, del muro al tech, sea
de Este Oeste, se compone I o . en una anchura de 20 25 centmetros, de cuarzo
cariado y Asurado, de color negruzco, gris de hierro, rojizo y amarillento, causa de la
presencia de diversos xidos de hierro en cantidad notable. Las cavidades de que est
traspasado, estn en. parte llenas de xido de hierro rojo amarillo, y con numerosas
chispas de oro de formas distintas: filamentos, pajitas y granos, fcilmente discernibles
la simple vista. Las chispas de oro son numerosas en las fisuras del cuarzo, as
como en las partes compactas de ste, como se puede reconocer al quebrarlo. Esta pri-
mera zona es, pues, muy rica ^ 2. De 50 60 centmetros de cuarzo mas compacto,
tambin de color oscuro; pero en el cual se encuentran menos cavidades de xido de
hierro y est menos Asurado. Sinembargo, despus de quebrar algunos pedazos, se llega,
608 ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .

con la ayuda de la lente, notar la presencia del oro en la misma masa del cuarzo, que
es en esta segunda zona mas cristalino. 3 o . Finalmente, d 30 40 centmetros, for-
mando una mezcla de venas de cuarzo aurfero de algunos centmetros, y de roca porf-
dica piritosa intercalada entre dichas venas. Esta tercera zona termina el filn por el
costado Oeste, no de un modo muy neto; pues los hilos de cuarzo se pierden en la roca,
impidiendo que la caja sea bien marcada.
Refirindose luego la ley de oro de estos minerales, contina diciendo el seor
Ancarani:
No pudimos en nuestras visitas la mina tomar muestras que representaran la
riqueza inedia de los diferentes cortes; pero los datos siguientes bastan para hacer com-
prender que estamos en presencia de una columna de mineral excesivamente rico.
Cuando nuestra primera visita la mina, el primer corte no habia aun atravesado
el filn, y los otros dos cortes no existan todava. El vaco del corte tenia la forma de
un nicho de 1,60 m. de alto, 1 m. de ancho y 1 m. de profundidad; esto es un volumen
correspondiente un peso de 4200 kilos de cuarzo. El mineral extraido se haba divi-
dido en dos clases, rico y pobre; y este ltimo abandonado la entrada de la mina, donde
lo hemos visto.
El mineral rico, cuidadosamente separado y exeojido, con un peso de 30 arrobas,
sea 750 libras, sin contar las numerosas piedras ricas, dadas como muestras los
interesados y amigos, fu pulverizado y amalgamado por el seor Riofrio en Loja; y
produjo 13 y2 onzas espaolas de oro de 20 quilates.
Pesando la libra espaola 4G0 gramos y equivaliendo 16 onzas espaolas, resulta
de lo que precede:
Que 345 hilos de mineral, proveniente de la separacin apartado do 4200 kilos de
cuarzo del corte, han dado en un tratamiente industrial muy primitivo = oro 323 gramos,
y plata G5 gramos; lo que corresponde una ley por tonelada de 936 gramos de oro y
188 gramos de plata; y qu admitiendo que las 13V2 onzas de oro, producidas por el
tratamiento de las 30 arrobas, sea todo el metal precioso que contenian los 4200 kilos
de cuarzo del corte (lo que no es admisible, puesto que hemos despus ensayado el resto
como lo diremos mas adelante), aun en ose caso la ley media sera todava de setenta
y siete gramos de oro y quince de plata, sea dos y media onzas de oro y media onza de
plata por tonelada, ley ya muy satisfactoria.
Los anteriores datos se refieren al mineral rico con oro la vista. Veamos ahora
los resultados de los ensayes del seor Ancarani sobre los cuarzos pobres do segunda
clase; esto es, sobre los que no tienen oro la vista, y que haban quedado en la puerta
de la mina Telfono.
Muestras do cuarzo sin oro la vista procedentes de los tres cortes:
Onzas por tonelada
Oro Plata
a) del corte Nro. I o . . . . . 5 3y8
b) del id. Io 2Vj 2
o
c) del id. 2 V 1
d) del id. 3 4 3
Estos resultados son de lo mas satisfactorios, pues representan la ley de los mine-
rales mas pobres.
Podemos deducir de todo lo que antecede, que en el filn ,Telfono' debe existir
una columna de mineral aurfero muy rico, de una extensin horizontal bastante grande;
y que la explotacin de esta columna, as como la de una parte importante del mismo
filn, podr hacerse del modo mas econmico, gracias las muy ventajosas condiciones
de la localidad....
Hace mas luego el seor Ancarani sus clculos sobre el costo probable de la ex-
ploracin definitiva de esta mina y tambin sobre el de una explotacin futura. Citaremos
sus palabras respecto al ltimo punto, porque tienen un inters general y el clculo puede
servir en casos anlogos.
Terminaremos esta nota diciendo que actualmente es imposible calcular los bene-
ficios que se pueden esperar de una futura explotacin de esta mina. La exploracin,
haciendo conocer la verdadera ley media de los cuarzos, permitir solamente hacer ese
clculo. Sinembargo, tenemos yn un dato precioso, el precio de costo mximum por tone-
lada extrada y beneficiada.
MINAS E ZAHUMA. G09

En efecto, existe ya en el Distrito de Zaruma una mina en explotacin regular


desde hace algunos aos; la mina ,Portovelo', perteneciente uia Compaa Inglesa.
Su mineral es tambin cuarzo aurfero con muy poca cantidad de piritas y otros sulfurs,
y es beneficiado en un molino de 20 pisones, como probablemente deber ser el de la
mina ,Telfono'. Pero la extraccin y el desage se hace por un pozo provisto de un
motor hidrulico; mientras que en la Telfono estas dos operaciones se harn simplemente
por galeras.
Ahora bien; gracias datos de lo mas precisos, sabemos que en Portovelo el gasto
total por tonelada de mineral, comprendidos gastos de extraccin, de beneficio, gastos
generales de explotacin y de administracin, no llega 50 francos. Podemos, pues, desde
ahora afirmar, que para la mina ,Telfono' la suma total de estos gastos ser sensible-
mente inferior 50 francos, y que en ningn caso, por lo tanto, absorvern del oro pro-
ducido, sino quince gramos (media onza) cuando mas, por tonelada.
Los seores Ancarani y Tenr hicieron un contrato con el Sr. Riofrio para la ex-
ploracin formal de la mina, y el segundo de dichos Seores se fu Paris gestionar
la formacin de una sociedad con este objeto. En la circular que el seor Tenr se
apresur pasar - sus amigos en aquella capital, manifiesta las mismas opiniones que
el seor Ancarani. En Agosto de 1890 se form en Paris la Compaa de Exploracin
de las Minas de oro de Paeay-urcu con un capital efectivo de 150000 francos. Tenr
regres en Octubre Zaruma y sin prdida de tiempo puso trabajo en la mina Tel-
fono . Como principios de 1891 sal del Ecuador, no puedo referir de los resultados
ulteriores.

Grupo de m i n a s de la Compaa Minera Nacional Fnix. De este


grupo muy interesante, el seor S. Tejada d las noticias siguientes:
Est situado tres horas de distancia al N de Zaruma, en el barrio llamado Minas *
Nuevas, nombre puesto al lugar por los espaoles cuando, prosiguiendo estos sus ex-
ploraciones, descubrieron y trabajaron las vetas de dicha regin.
Conservbase la tradicin de antiguas explotaciones en ese sitio, pero las minas eran
desconocidas; hasta que el ao de 1887 fueron descubiertas en la exploracin que del
Distrito de Zaruma hicieron el laborioso ingeniero seor van Isschot y el autor de estos
Apuntes, por cuenta de la Compaa Exploradora, de Guayaquil. A consecuencia de
este descubrimiento la Compaa obtuvo la propiedad de ese importante grupo, con el
hombre de Concesin Fnix .
Esta se compone de ocho minas: Cristina, Mercedes, Francesa, Zancudo,
Caridad, Fnix, Leonor y California; todas ellas unidas y tocndose en sus linderos.
La extensin superficial de la Concesin es de unos 2000 metros de longitud por
unos 360 de latitud; sea como de 720000 metros cuadrados, siendo la duracin de esta
propiedad indefinida.
El clima es mas agradable y sano an que en Zaruma, por su mayor altura y por
su .mejor situacin en las faldas occidentales de la cordillera de Sichacay. La tempera-
tura media es de 19 20 centgrados. La altura absoluta sobre el nivel del mar es de
1400 metros.
Tiene la Concesin abundantes aguas de su propiedad para el movimiento de m-
quinas tanto de extraccin como de beneficio y para el uso de las perforadoras, evitando
as los crecidos gastos del empleo del vapor. Las aguas del rio Huairapungo al NE,
y las del rio Calera al O, ambos muy cercanos, pueden mover mas de 200 pisones.
En el mismo lugar hay extensos bosques vrgenes con madera de toda clase y di-
mensiones, abundando el cedro, tan adecuado por su incorruptibilidad para los trabajos
subterrneos de las minas y para construcciones. Dichos bosques pueden ademas sumi-
nistrar por muchos aos combustible barato para las necesidades de la explotacin y para
el beneficio de los minerales. Abundan asimismo tierras refractarias y mantos de cal en
las inmediaciones.
Dentro de la Concesin corren varios filones paralelos y muy corta distancia entre
s. Los que han sido mas reconocidos son Zancudo, Cristina, Caridad y Fnix,
con trabajos de exploracin de bastante importancia.
En la mina Zancudo se abri un pozo vertical de 100 pies de profundidad. su
remate se dio una estocada como de 40 pies que cort la veta en virgen.
Se hizo este pozo, porque los trabajos antiguos habian sido reconocidos mas al Sur
WoiiP, Ecuador. 39
610 ANOTACIONES-Y SUPLEMENTOS.

una profundidad de 60 pies, donde forman una galera de 80 pies-mas menos de


longitud sobre la veta, constituyendo un primer nivel. . /
A los 100 pies de hondura ha sido abierto el segundo nivel, partiendo del plan del
pozo, en una galera corrida sobre la veta, de una extensin de unos 60 pies al Sur y
que se v actualmente prolongar otros 60 pies mas.
En el piso de esta galera, y sobre la misma veta, se est perforando un segundo
pozo de 30 40 pies, para correr un tercer nivel esa profundidad, sea 140 pies
de hondura.
La veta arma en la roca porfdica, entre cajas de lo mas tersas, slidas y firmes,
coa una anchura potencia de 6-pies mas menos. Su rumbo es Sur Norte, con una
ligera desviacin al Oeste; y recuesta inclinndose algunos grados al Este.
El rellenamiento . matriz os un cuarzo duro, compacto, blanco con algunas manchas
verdosas, sumamente mineralizado, con pirita de hierro, mucha chalcopirita pirita cob-
riza, y bastante galena, con algo de blenda; formando estos sulfurs venas hilos en la
masa del cuarzo aurfero.
Se han verificado numerosos ensayes de toda la veta en sus diversos'sitios traba-
jados, tomando el cuarzo de todo el ancho del filn sin separar nada, para formar as
verdaderos comunes.
Los resultados han sido siempre satisfactorios.
En los trabajos antiguos (nivel I o ), repetidos ensayes dieron de dos cuatro onzas
de oro, y cinco diez de plata por tonelada.
El pozo se labr al Norte de estos trabajos antiguos; su remate se cort la veta
por una estocada en un tramo algo mas pobre; y sinembargo los numerosos ensayes
hechos dieron el promedio siguiente: l'/j onzas de oro y 5 de plata por tonelada, con
4 5% de cobre y 7 8/o de plomo.
Al continuar la galera al Sur (nivel 2o), sta ha entrado debajo de los trabajos
antiguos, sin recorrer todava toda la longitud correspondiente estos. Se ha encontrado
en ese lugar una columna de mineral muy rico de bastante extensin (todava nc- conocida
en su totalidad, pues falta prolongar la galera); y que contina en profundidad. La an-.
chura de la veta es la misma; el cuarzo es mas duro, y las cajas mas firmes; la galena,
la blenda y la pirita de hierro disminuyen notablemente, aumentando en cambio el cuarzo
y la pirita de cobre. Varias muestras tomadas del frontn en dicha galera del 2 o nivel,
y ensayadas en Paris por Mr. Drouin, han dado:
a) Oro 19'/2 onzas por tonelada.
Plata . . . . 26%
b) Oro . . . . . 22
Plata . . . . 40'/ 3
e) Oro 21%
Plata . . . . 42%
Fueron tambin ensayados dichos cuarzos en Zaruma y en Guayaquil, y dierori:
Ensaye en Zaruma Oro . . . 19 % onzas por tonelada.
en Zaruma Oro . . . 25
en Guayaquil Oro . . . 18
en Guayaquil Oro . . . 17 %
con una proporcin de 8 10% de cobre.
Es de admirar este resultado," verdaderamente inesperado y halagador; porque esos
cuarzos no contenan, como los de Pacay Urcu, oro la vista, sin poder divisarse rastro
del metal precioso ni aun con la lente; por lo cual no fueron tomados como cuarzos ex-
cepeionalmente ricos, ni podan tampoco haber sido excogidos, desde que no tenan ningn
indicio exterior de su riqueza.
Puede desde ahora asegurarse que en ese trecho columna del filn Zancudo, el
mineral no bajar en su comn de cinco ornas de oro y diez de plata por tonelada, con
<!% <%e colre; y que hay mineral de esa clase para una explotacin de muchos aos.
El costo total segn hemos anotado en la descripcin de la Telfono no pasa
en Zaruma de media onza de oro por tonelada.
La prdida total en el beneficio no llega 20% sobre la ley del ensaye; siempre
que se' establezca el mas adecuado sistema de beneficio, con los aparatos y material de.
tratamiento necesario; y que se ponga la explotacin y beneficio en manos de personas
hbiles y expertas.
MINAS D E ZAKXTMA..' 611
La produccin, en el estado actual dlas minas, puede muy bien alcanzar -50 tone-
ladas diarias; y podra aumentarse, segn el nmero de trabajadores y segn el capital
que se quisiera emplear. La extraccin puede calcularse, una vez formados los bancos,
en una tonelada de cuarzo, por cada operario minero en trabajo sobre la veta.
El filn Caridad corre 75 pies mas menos al Oeste de Zancudo,' y el filn Cris-
tina unos 150 pies al Este. El filn Fnix corre como 180 pies al Este de Cristina.
' Los caracteres y formacin de estas vetas son anlogos los de Zancudo. Prin-
cipalmente el filn Cristina, en el que se ha labrado una galera en direccin, sobre la
yeta, de 120 pies de longitud, la cual est prolongndose 80 pies mas, tiene un mineral
absolutamente idntico al de Zancudo, con la misma ley de oro, plata, cobre y plomo,
y tambin con la misma anchura de seis pies entre cajas sumamente duras y firmes.
En un punto bajo de la Concesin est siguindose un socavn O E, que ha cor-
tado los filones Caridad y Zancudo, y qu, prolongado otros cien metros, cortar las
vetas Cristina y Fnix en gran profundidad.
Fcilmente puede comprenderse que los cuatro filones mencionados pueden ser ex-
plotados simultneamente por la misma Administracin, y beneficiados sus cuarzos en el
mismo molino, por su gran proximidad recproca.
Por la misma razn, y por los trabajos ya hechos, la reserva de mineral para lo
futuro est del todo asegurada; pudiendo afirmarse que la produccin, del mineral ya re-
conocido reembolsar totalmente el capital que se empleo en establecer la explotacin,
de modo que este no corre el menor riesgo; y que, dadas la potencia de las. vetas explo-
radas, la regularidad de su marcha, la composicin mineralgica de sus cuarzos y su
ley, as como la extensin de la Concesin, su explotacin ser provechosa y constante
por muchas generaciones.
Siguen clculos sobre el beneficio probable bajo ciertas suposiciones, concejos res-
pecto al modo de explotacin,.y otras consideraciones que interesan solo los socios de
la Compaa. -

Minas de la Compaa Exploradora. Despus de haber vendido la


Compaa Fnix su grupo de Minas Nuevas, que acabamos de describir, ha quedado la
Compaa Exploradora con la propiedad de otros dos grupos de minas, el de Muluncay
y el de Malvas.
El grupo de Muluncay se halla muy ventajosamente situado, pues lo atraviesa el rio
de ese.nombre, con caudal suficiente de agua en toda estacin para mover nna poderosa
maquinaria. Este rio forma una quebrada promda, que corre do.Este Oeste; de modo
que los filones de que se compone el grupo, y cuyo rumbo es aproximadamente de Sur
Norte, cortan casi en ngulo recto el rio y la quebrada, y suben por las dos pendientes
laderas de esta, por ambos lados. Esta conformacin topogrfica permite verificar .con
la mayor comodidad, rapidez y economa, importantes trabajos de exploracin sobre las
vetas; y en el caso de una explotacin las facilidades de trabajo aumentaran notable-
mente. Baste decir que la boca de una galera iniciada sobre el filn Amrica en la
mina Borgoa de este grupo, est en la misma orilla del rio, y que, elevndose el ter-
reno en unagpendiente de mucho mas de 45 grados, dicha galera, poco que se pro-
longara, tomaria gran cuerpo de cerro y una regular profundidad.
Las minas de que se compone este grupo situado hora y media de distancia
al N de Zaruma son seis: Amrica, Borgoa y San Antonio sobre el mismo filn,
y algo mas al Este, Carmen, Rosario y Santa Luca.
La extensin superficial de la Concesin Muluncay es como de 600000 metros
cuadrados.
La mina, que creemos merece una atencin especial, es la.Sania Luca. El filn
tiene como 1,60 m. de.anchura; y su cuarzo est completamente oxidado, podrido y pul-
verulento, de fractura esquillosa y muy blando y deleznable. Algunas muestras ais-
ladas de esta veta han dado al ensaye hasta .5 onzas de oro, con solo 2% onzas de plata
por tonelada. Pero, tomado un comn de varias toneladas, la ley obtenida fu insigni-
ficante; lo que. demuestra que el oro est muy desigualmente repartido.
Sinembargo, aquella ley elevada, y la circunstancia de crearse que esta veta sea
la continuacin de la Telfono de Pacay-Ureu al Norte, son motivos suficientes para
que emprendan los propietarios una exploracin formal sobre ella; pues los trabajos
hechos son de poca importancia, y es muy probable que un detenido reconocimiento dara
buenos resultados. Por su proximidad al rio, por su anchura y por la calidad de sus
39*
612 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

cuarzos, que por su blandura ofreceran una extraccin abundante y barata y tendran
un beneficio fcil y econmico, una ley de menos de una onza de oro por tonelada bas-
taria para una explotacin provechosa.
Otra de las vetas interesantes de este grupo es la Amrica. Este filn, tanto en
la mina Borgoa, como en las dos opuestas laderas de la quebrada, ha manifestado in-
dicios favorables; pues se han hallado cuarzos con algun oro visible en sus afloramientos.
Sinembargo, puede decirse que este interesante filn apenas ha sido reconocido, siendo
de poca consideracin los trabajos hechos con ese objeto. La veta tiene como metro y
medio de potencia con un cuarzo aurfero de buen aspecto; est muy bien formada, y
corre con toda regularidad larga distancia (mas de 2000 metros);
La veta Carmen est poco mas menos en las mismas condiciones que la Amrica.
La veta Bosarioa no la juzgamos muy digna de atencin, y creemos que no merece
que se gaste tiempo y dinero en su reconocimiento.
En resumen, el grupo de Muluneay necesita de una exploracin detenida, que no
dudamos alcanzara un buen xito, sobre todo en los filones Amrica y Santa Luca;
en cuyo caso, su situacin excepeionalmente ventajosa hara de este grupo uno de los
mas importantes del Distrito.
Lo que hemos dicho de este grupo puede aplicarse igualmente al otro que posee
algo mas al Sur la Compaa Exploradora; el de Malvas.
Este se encuentra situado en el cerro de La Jara, en las cabeceras de la quebrada
del Guijarro, al N de Vizcaya, y una hora distante de Zaruma.
Se compone de cuatro minas: Primavera, Porvenir, Exploradora y Clemencia;
todas ellas con labores antiguas, algunas bastante extensas. Para poder formar una idea
de la importancia de estas minas, es de todo punto indispensable verificar antes sobre
ellas algunos trabajos de reconocimiento.
El grupo. Fnix en Minas Nuevas fu objeto de una seria exploracin de parte de
la Compaa Exploradora; la cual, comprendiendo su importancia, concentr en l de
preferencia sus labores. Sobre sus otros dos grupos de Muluneay y de Malvas labr
los pozos de ordenanza para tomar su posesin legal, y despus se redujo efectuar pe-
queos trabajos, de modo que no pudo hacer sino un estudio ligero de sus vetas, dejando
para mas adelante y para mejor ocasin, conducir el formal reconocimiento que necesitan.

Mina d e lia Quebrada. Entre las mas ricas minas de Zaruma, sta ocupa
uno de los primeros lugares, como fcilmente se comprender por la descripcin que
vamos hacer de ella.
Conservnbase en Zaruma tradiciones de trabajos verificados principios de este
siglo en dicha veta. Decase que era un tanto angosta; pero que haba quedado en sus
planes el cuarzo salpicado de oro visible, y con una muy alta ley. Dichos trabajos an-
tiguos estaban aterrados y aguados, y eran por lo tanto inaccesibles.
Sabedor de estas tradiciones el seor Joaqun A. Gonzlez, minero chileno muy
prctico y experimentado, y que haca algun tiempo resida en Zaruma, se asoci con
el ingeniero seor E. C. Dougherty, y en 1883 adquirieron la propiedad#ie esta mina.
Despus de mil ezfuerzos lograron desaguar y limpiar las antiguas labores, en las que
pudieron penetrar, encontrando confirmadas las tradiciones de que hemos hecho mencin.
Aunque no muy ancha la veta, se present esta bien formada, entre cajas firmes,
y con un cuarzo cristalino, duro, casi sin oxidaciones, blanco, azucarado, con algunas
manchas de color oscuro negruzco provenientes de una mineralizaeion no bien definida,
y con bastantes granitos y puntillas de oro la vista.
Ante este satisfactorio resultado, sacaron los propietarios algunos qunteles de mi-
neral, que remitieron Guayaquil, para que los ensayara el Dr. Wolf. H aqu el cer-
tificado de ensaye, dirigido al seor Dougherty.
He analizado el mineral de la mina que U. posee en Zaruma, y me apresuro
darle el resultado de la anlisis.
El cuarzo aurfero de esta veta es bastante puro, y fuera del oro diseminado en
partculas casi microscpicas, no presenta la vista libre otro metal sino un poco de
pirita amarilla. El imn extrae del polvo una que otra partcula de hierro magntico.
Las manchas oscuras en el cuarzo blanco, que son las partes mas ricas en oro y tambin
las mas abundantes en pirita, traen su color de un mineral negro-verdoso gris de
naturaleza no metlica.
MINAS DE ZARUMA. 613
La veta no contiene ningn metal de plata; es puramente una mina de oro, y la
plata que resulta de la anlisis hay que atribuirla la liga del oro.*)
nJEl oro es bien, visible en casi todas las piedras para un ojo ejercitado, que no lo
confundir con la pirita.
Despus de procurar un verdadero comn de un saco de piedras (de un quintal
poco mas menos), sin excojer las mejores y sin separar las malas, he obtenido:
Oro argentfero: 0,04% (= 0,0004 en un gramo), 13,905 onzas por tonelada,
41,715 onzas por eajon {60 quint).
Esta es una riqueza extraordinaria en un filn de cuarzo aurfero, y no puedo
menos de felicitar U. por el descubrimiento y la adquisicin de esta mina valiossima,
deseando la vez que la veta siga por mucho tiempo y gran distancia con la misma
ley que manifiesta ahora. Soy de U. atto. S. S. Teodoro Wlf.n
Careciendo los seores Dougherty y Gonzlez de los recursos suficientes para pro-
seguir la explotacin de la importante veta descubierta, y mucho menos para ponerla en
explotacin con todos los elementos necesarios, proyectaron establecer, con el menor gasto
posible, una arrastra para el beneficio de los cuarzos aurferos, fin de poder con sus
productos llevar adelante el reconocimiento y apertura de la mina. La arrastra fu de
lo mas imperfecta y de poder insuficiente para pulverizar debidamente los duros cuarzos
de La Quebrada; faltaron los recursos mas indispensables y el trabajo de la arrastra
fu abandonado.
Sinembargo, durante ese tiempo habian seguido la veta en cierta extensin, aunque
corta, y pudieron continuar manteniendo su desage, hasta que en Mayo de 1886 tuvo
lugar la segunda visita del Dr. Wolf al mineral de Zaruma, enviado por el Supremo Go-
bierno inspeccionar aquel Distrito. Examin el ilustrado gelogo la mina de La Que-
brada, de la que extrajo l personalmente algunos cuarzos para ensayarlos.
Copiamos a continuacin la carta que con ese motivo dirigi al Seor T. C. Wright,
que haba tomado gran inters para que dicha mina se levantara y se pusiera en fruto.
Guayaquil, Agosto I o de 1886. Seor D. Tomas Carlos Wright. Presente.
Muy seor mi: Usted me pide mi opinin respecto la mina de ,La Quebrada'
cerca de Zaruma, y voy manifestrsela con toda franqueza.
Siempre he credo que ,La Quebrada' merece una atencin especial, y que per-
tenece las mejores vetas aurferas de Zaruma; y en mi ltimo viaje me convenc de
nuevo de su importancia. En mi informe oficial he mencionado esta mina en trminos
favorables, pero como de paso; pues no era el objeto de ese informe hablar extensamente
de cada mina en particular; pero ahora me extender algo mas sobre la materia.
La mina de ,La Quebrada' se halla en la zona central del distrito minero de Za-
ruma, que se extiende del ,Sesmo' al lado de la villa de Zaruma hacia la ,Portovelo',
en la ladera del estribo de la cordillera que llaman ,el Castillo' y que aloja tantas minas
antiguas de gran fama. Es muy probable que est en alguna relacin con la veta ,Por-
tovelo' con la del,Sesmo'; pues se halla casi en el mismo meridiano, y sigue poco mas
menos el mismo rumbo como estas.
La mina consiste en un filn de cuarzo aurfero bien pronunciado, aunque angosto.
Por la ley muy subida de oro, algunos creyeron que era bolsn aislado que no seguiria
con constancia; pero basta examinar con atencin el mineral para convencerse de que
este cuarzo aurfero es de una verdadera veta, y muy distinto del cuarzo de los bolsones.
Ademas, la inspeccin ocular de la veta no deja duda ninguna de su naturaleza. No
solo las vetas anchas son vetas, sino tambin las angostas cuando se presentan con los
caracteres de ellas; y hay muchos ejemplos de que vetillas muy angostas siguen con
gran constancia largas distancias. No niego que una veta, sea ancha, sea angosta,
puede cortarse, trastornarse y hasta perderse completamente; pero este riesgo no es
mayor en la ,La Quebrada' que en cualquier otra veta, por ejemplo, en la ,Portovelo'.
Hasta ahora todos los auspicios son favorables en la mina de Jja Quebrada'. La
veta que el seor Dougherty ha seguido con constancia en una exteneion considerable,

*) ijNosotros siaembargo creemos que en IOB minerales sulfurados de las vetas aurferas de
Z&vuma, la plata, ademas de la contenida en la aleacin con el oro, existe parte en estado indepen-
diente, y parte combinada con otros metales en sus compuestos sulfurados. Los ensayes hechos
posteriormente Bobre los cuarzos de ,La Quebrada' lo prueban tamhien. Estoy de acuerdo con
esta observacin del seor S. Tejada, Wolf,
614 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

sigue con regularidad, y en vez de estrecharse, se ha ensanchado (de un pi tres pies


de ancho) sin perder su ley de oro; el mineral no ha cambiado en su carcter fsico y
qumico. -
Es verdad que seria de desear que cuanto antes se reconozca la veta en algunos
puntos mas, sea por piques, sea por galeras horizontales, trabajo que no podr costar
mucho; pero de todos modos hay que ponerse al trabajo inmediatamente, una vez que
la mina est casi en el estado de explotacin. Si alguna mina de Zaruma merece ser
trabajada, es la de ,La Quebrada'. El riesgo que corre el capital en las minas de cual-
quiera clase, se reduce aqu al mnimo, y si los trabajos se ejecutan con inteligencia y
con una economa prudente, el buen resultado no puede faltar.)
El mineral de la mina est suficientemente ensayado dentro y fuera del pais para
juzgar de su naturaleza. Es un cuarzo compacto con pequeas cantidades de piritas y
con oro la vista, ademas del oro microscpicamente diseminado.
Cuando el seor E. C. Dougherty trajo por primera vez unos seis sacos de este
mineral Guayaquil, analic el comn de ellos, que me dio i 4 onzas de oro por tone-
lada. Era este un material excogido, y se cree que la veta en trmino medio no dar
mas que 8 onzas, que todava es una ley extraordinaria.
Cuando el 26 de Mayo ltimo visit la mina, tom personalmente algunas muestras
del frontn de la veta, y las analic por curiosidad. Saqu, el oro por amalgamacin*),
imitando en cuanto era posible el procedimiento que se emplea en grande, el cual por
supuesto d un resultado menos exacto que el anlisis qumico completo y siempre menos
oro que este ltimo, y obtuve de 180 gramos de las muestras pulverizadas 189 miligramos
de oro, que corresponde la ley enorme de 38,2ti onzas por tonelada.
Tambin analic la liga de oro y plata como sale de la amalgama, para conocer
su ley; y encontr en cien partes:
Oro 72,41
Plata . . ; . . . . . 27,59
100,00
De consiguiente el oro de ,La Quebrada' es de 17V2 quilates.
Seria imprudente basar los clculos sobre el rendimiento de.la mina en las anlisis
de muestras excogidas; pero creo que con seguridad puede Usted poner como base de
ellos la ley de cinco ornas por tonelada al mnimo, y as la mina pertenece todava las
mas ricas que se conocen en el mundo.
Su explotacin es sencilla, y lo que se necesita para ponerla en fruto es un sen-
cillo y pequeo aparato de amalgamacin, que no necesita un capital tan grande que sea
necesario buscarlo fuera del pais.
Aunque hasta ahora me he negado constantemente tomar parte directa en las
minas de Zaruma, ser el primero que tomara acciones en la mina de , La Quebrada', si
veo que la Compaa v formndose de un modo serio y seguro, tanta es mi confianza en
el buen resultado de la empresa. De todos modos cuente Usted con mi cooperacin inte*
lectual en una obra que, no dudar, ser de mucha importancia para el adelanto de la
industria minera en el pais.
Autorizo Usted para que de esta carta haga el uso que le convenga. Con
sentimientos de respeto etc. T. Wolf.
En vista de esta carta, que tanto por los datos en ella consignados, como por"la
reputacin de su autor, no puede ser mas interesante, se procedi en el acto, en 26 de
Noviembre de 1886 formar en Guayaquil la Compaa de la Mina de Oro de La Que-
brada, en cuya formacin tom especial empeo el seor Wright.
Apesar de elevarse el capital nominal de esta Compaa 240000 sucres, el capital
disponible en dinero efectivo fu solo de 40000; pues las acciones se distribuyeron en
esta forma:
los propietarios y dueos de barras . . . . . . . . . . . 8. 180000 '
A los suscritores por valor de su erogacin en efectivo . . . 40000
los mismos, prima de 50% 20000
S. 240000.

*) No hafciendo verificad el doctor Wolf este ensaye por copelacin, separando despus y pe-
sando iodo el oro qumicamente puro contenido en el mineral, tanto en estado libre como en los sl:
MINAS BE ZAHUMA. 615
Creyse sin duda que la suma de S. 40000 en efectivo bastara para reconocer debi-
damente la mina, instalar un molino de cinco pisones eon sus accesorios, y establecer la
explotacin con una produccin eonstante y provechosa.
H ah, en nuestro concepto, el error de origen, que ha sido, entre otras, la causa
principal de que la rica mina de o La Quebrada no haya seguido desarrollndose prspe-
ramente, y que antes bien haya quedado paralizada; en vez de ser, como podia y debia
serlo, una de las primeras y mas importantes minas en actual produccin en Zaruma.
Cuando .vemos que la exploracin de las minas del grupo Fnix ha costado ya
muy cerca de S. 60000; que en l apertura solamente de la mina Portovelo dla Com-
paa Inglesa se han invertido sumas aun mucho mas considerables; que para solo el
reconocimiento de la veta Telfono de Pacay-Ureu, cuyas condiciones de trabajo son
muy favorables, se ha presupuestado la suma de 150000 francos, sea S. 39000; se com-
prende fcilmente qu un capital de S. 40000 para abrir la mina de La Quebrada, traer
instalar una maquinaria y establecer una explotacin en forma, tenia que ser del todo
insuficiente.
Los resultados lo han demostrado as.
Apenas constituida la Sociedad, y nombrado su Gerente el seor Daugherty, parti
ste para Estados Unidos por cuenta de la Compaa. Llev consigo algunos quintales
del comn del cuarzo de La Quebrada, para hacerlo examinar detenidamente en aquel
pais; y para, en vista de su composicin mineralgica y de los resultados que arrojara
su beneficio, elegir la maquinaria mas adecuada. Fu esta medida muy acertada y debe
ser imitada en casos anlogos; porque, siendo el material de tratamiento el rengln mas
costoso entre los gastos de una explotacin y el asunto que deba ser estudiado mas cuida-
dosamente, es preciso tomar todas las medidas fin de que sea acertadamente excogido
el apropiado para el beneficio de los cuarzos, que despus deba producir la mina.
Efectuse el examen y tratamiento de dicho comn de minerales en la oficina me-
talrgica especial de W. Me. Dermott, que al efecto tiene en 2 Wall Street la gran casa
constructora Fraser y Chalmers de Nueva York. El resultado fu muy satisfactorio. El
cuarzo dio al ensaye 4n/a onzas de oro y 10 de plata por tonelada.
En el certificado de W. Me. Dermott dando cuenta de estos resultados, se califica
los cuarzos de La Quebrada como muy ricos; y se aconseja el siguiente mtodo de
tratamiento, que dio prcticamente en la oficina de Wall Street tan buen rendimiento:
trituracin y pulverizacin del cuarzo en pisones; amalgamacin en planchas de cobre;
y concentracin de la pirita rica en Frue Vanners, para exportar el producto de esta
concentracin, beneficiarlo y extraer el oro en el lugar, por medio de otro procedimiento
ulterior (cloruraeion, fusin etc.), segn fuera mas conveniente; habiendo arrojado la
cloruraeion en la prueba muy buen resultado.
Siguiendo los consejos anteriores, y consultando el exiguo capital de la.Compaa,
compr el seor Dougherty una maquinaria, aunque pequea, bastante completa para el
beneficio de los cuarzos aurferos de La Quebrada; compuesta de una batera de cinco
pisones del peso de 600libras cada uno; planchas interiores; cribas metlicas de 40 mesh,
sea de 1600 agujeros por pulgada cuadrada; el correspondiente quebrador (criuher) y
alimentador automtico; planchas exteriores de cobre de 4 pies de ancho por 8 pies de
largo para la amalgamacin; dos concentradoras Frue Vanners (de Fraser y Chalmers)
para recoger los sulfurs ricos; y una bomba de gran poder para sostener el desage
de la mina; todo ello movido por una turbina Leffel de 10 pulgadas con su tubera
correspondiente, que solo ocupa un espacio de nueve pies cuadrados, y que, con la eaida
de agua eon que se cuenta, desarrolla una fuerza de 36 caballos, suficiente para mover
cuadruplo nmero de pisones'.
Se trajo esta maquinaria en secciones para su mas fcil trasporte en muas; y con
el seor Dougherty fu Zaruma en Julio de 1887 armarla el inteligente y laborioso
mecnico Mr. A. Mann, el cual, en poco tiempo, y apesar de las dificultades con que se
lucha en Zaruma, la dej instalada en Enero de 1888. y en .aptitud de funcionar per-
fectamente.
Al mismo tiempo se levantaron en el molino las construcciones necesarias con techos

faros; resulta que solo sac el oro nativo Ubre (free goiS), y que no obtuvo el que, contenido en la
pirita, no es amaigamable, siendo as, que abunda en el cuarzo de nla Quebrada, como se ha probado
en otros ensayes. La verdadera ley de oro debi ser, pues, muy superior la que el doctor Wolf
seala, como l mismo lo observa. . . . -.
616 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

de zinc; y se edific adems una casa para la residencia del Gerente y dems empleados,
para almacenes, laboratorio etc.
Comenzse tambin al lado mismo del molino la perforacin de un pique pozo in-
clinado, unos 25 metros de distancia al Norte del tramo rico, descubierto en los tra-
bajos antiguos; el cual baj una profundidad de 36 metros. En l y los 26 metros
se principi formar un primer nivel; y adems se corri una galera de O B en una
extensin de 38 metros; con cuya estocada se cortaron otras dos vetas prximas, launa
Jos 24 metros, y la segunda, muy interesante, los 36 metros. Trabajse tambin en
la composicin y apertura de una larga acequia para traer las aguas de la quebrada de
Muluncay.
Desgraciadamente, pero como era muy natural, el capital de S. 40000 no pudo al-
canzar cubrir tanto gasto y trabajo tanto; se pas de esa suma, contrayendo por con-
siguiente la Compaa algunas deudas; y aunque la maquinaria"estaba lista para el tra-
bajo, la mina no haba sido convenientemente abierta y reconocida; no haba niveles
corridos, ni bancos formados para la extraccin; y para hacer la situacin mas crtica, el
tramo rico visitado por el doctor Wolf, inaccesible entonces por estar escombrado y aguado,
y en el cual se habia comprobado la existencia de cuarzos con oro la vista y de ele-
vadsima ley de oro, quedaba como 20 metros de distancia al Sur; cuando de haber
sido alcanzado y tomado en mano desde el principio, hubiera con su produccin de oro
salvado el difcil estado de la Compaa.
Hubo que emplear el ltimo recurso, y echar al molino los cuarzos extrados del
pozo; que por desgracia eran de una ley muy inferior. Agregse esto que, por la
misma estrechez de recursos, no pudo traerse de Estados Unidos, como se habia proyec-
tado, un amalgamador (mittmari) prctico; y la falta de este hizo que el beneficio no fuera
debidamente conducido, y que las prdidas en todo sentido fueran considerables.
En Mayo de 1888 principi trabajar el molino; y h aqu los resultados obtenidos:
Se molieron como 350 toneladas de cuarzo. El producto de oro en barra, resultado de
la amalgamacin, fu de 150 onzas. Es de advertir que este oro fu casi en su totalidad
recogido solo de las planchas interiores de la batera, y apenas una parte insignificante
se obtuvo de las exteriores; cuando es sabido que en estas se recoge aproximadamente
otra cantidad de oro igual la contenida en las planchas interiores. Esto basta para
comprender la fuerte prdida que hubo de metal precioso.
La prdida de mercurio ascendi 185 libras, siendo as que no debia haber pasado
de 150 onzas; porque la prdida mxima en esta clase de beneficios no debe exceder de
una onza de azogue por onza de oro producido.
Los sulfurs concentrados fueron remitidos Preiberg (Sajonia) en cantidad de
)l quintales, y su ley no pas de cuatro onzas de oro por tonelada; lo cual no puede
explicarse, dada la ley de estos cuarzos aunque pobres, sino atribuyndolo que no se
manejaron los Frue Vanners convenientemente.
La enorme, inusitada indebida prdida de mercurio, que, al ser arrastrado por el
agua, se llev consigo, como era natural, gran cantidad de oro; y la imperfecta concen-
tracin de las piritas, que se fueron tambin en el agua, explican suficientemente el fra-
caso que de otro modo y con un amalgamador experimentado no hubiera tenido lugar,
aun beneficiando los cuarzos pobres que se extraan, mientras se hubiera alcanzado el rico
tramo que estaba prximo.
El costo de la exportacin de los sulfurs desde Zaruma Freiberg no baja de cien
sucres por tonelada, de modo que su envo dejaba una fuerte prdida. La molienda se
paraliz en Noviembre de 1888.
Los fondos de la Compaa se haban agotado; y se habian contrado deudas,, por
haberse gastado de S. 15 000 S. 20000 mas del capital.
El Directorio, conociendo las causas que habian acarreado la crtica situacin de la
Compaa, y que, como acabamos de ver, no eran debidas falta de riqueza de la mina
sino principalmente la deficiencia del capital, procur allegar recursos para seguir vigo-
rosamente el trabajo comenzado; sobre todo cuando lo mas difcil se haba ya vencido;
la maquinaria estaba instalada y funcionando; los trabajos interiores de la mina adelan-
tados; el almacn provisto de las existencias y materiales necesarios; y solo se necesitaba
un pequeo esfuerzo mas para llegar al anhelado xito, y la realizacin de las espe-
ranzas, que las cartas del doctor Wolf y el ensaye de Nueva York haban justamente
inspirado.
Intil tentativa. La mayora de los accionistas ni se reunieron, ni procuraron
MINAS DE ZAHUMA. 617
conocer siquiera Jas causas que haban producido la crisis por la que atravesaba la Com-
paa, demostrando una culpable indiferencia, que reflua en su propio dao; y que solo
puede explicarse por la falta casi general de conocimientos en el pais para empresas
mineras de esta ndole, que han sido realmente una verdadera novedad introducida de ,
poco tiempo esta parte. Siempre es difcil abrir nuevas sendas; y como la industria
minera empieza recientemente dar seales de vida en el Ecuador, es natural que sus
primeros pasos sean vacilantes y tmidos. Un poco mas de energa y de constancia, y
algo menos de indiferencia de parte de los accionistas, y la mina de La Quebrada
estaria hoy en fruto, con una constante y normal produccin de oro, y dando buenos
dividendos los interesados. La marcha prspera de esta mina hubiera ademas influido
poderosamente para dar crdito y renombre al Mineral de Zaruma; y entonces no hubiera
sido difcil la formacin sucesiva de otras Compaas, asi como la oferta de capitales para
la explotacin de los numerosos filones de aquel Distrito; echando as raices en el pais
la .industria minera con el xito obtenido.
Nada de esto sucedi desgraciadamente. Agotado el capital, la Compaa no arbitr
recursos para proseguir sus labores.
Resultado: en la actualidad la mina est llena de agua; la maquinaria, que tanto
trabajo cost, se est destruyendo con el abandono; y el tramo rico de la veta, con
cuarzos que, ensayados por el doctor Wolf, dieron, segn hemos visto, treinta y nueve
onzos de oro libre por tonelada, se encuentra pocos metros de distancia al Sur de las
actuales galeras, aguardando el instante en que, costa de un pequeo capital, se llegue
l, para entregar entonces las riquezas que encierra, y que han sido ya reconocidas y
palpadas antes.*)

Mina Favorita. Esta importante mina se halla situada como una horade
distancia al Sur de Zaruma, en la margen izquierda del rio Amarillo, y en el sitio cono-
cido con el nombre de el Tabln.
Las mismas causas que llevaron al descubrimiento de La Quebrada fueron tam-
bin las que influyeron para emprender trabajos en esta veta.
Existia la tradicin de haber sido explotada hasta los ltimos tiempos la mina con
grandes provechos; y se aseguraba que en los planes de los trabajos antiguos habia
quedado el filn con una gran anchura, y con un cuarzo de fcil extraccin y beneficio,
con oro la vista en cantidad.
No se descubra afloramiento alguno, ni podian distinguirse los trabajos antiguos.
Conocase, sinembargo, el lugar donde habia existido la explotacin; y guiados por estos
datos, los propietarios abrieron en 1886 un pozo vertical, para alcanzar los planos de las
antiguas labores.
Baj el pozo hasta la profundidad de 50 metros; y no encontrando la veta, se dio
esa hondura una estocada al Oeste, que la cort poca distancia, cayendo precisamente -
en medio de los trabajos antiguos que se buscaban.
Las galeras antiguas, tortuosas y mal hechas, como lo son todas las de aquella
poca, se hallaban escombradas por la poca solidez del terreno y continuaban todava
mayor profundidad.
Pdose, aunque con dificultad, recorrer algun trecho de la veta al Norte, y se ob-
serv que eran ciertas las tradiciones de que hemos hablado. Aunque todava no se
llegaba los planes, se notaba que no podian estos hallarse mucha mayor hondura;
y aun en los trabajos superiores descubiertos, la veta se presentaba eon un excelente
aspecto.
El rumbo de esta es Sur Norte magntico, casi fijo. Su buzamiento no tiene, al
parecer, inclinacin alguna; la veta est, por decirlo as, clavada y baja verticalmente.
Su anchura es de 1,50 m. 1,60 m.
El cuarzo se presenta en las mejores condiciones para una extraccin econmica y
abundante; pues para su arranque apenas se necesita del empleo de la dinamita; y esto
confirma lo que la tradicin asegura, de que se extraa el mineral de esta veta usando

*) ltimamente he sabido, que la mina de La Quebrada eon su maquinaria ha pagado por


una especie de arrendamiento la Compaa Exploradora de Guayaquil. Me ha parecido bien
copiar del seor S. Tejada toda la historia; verdica de esta mina, para hacer conocer las causas de
BU decadencia; porque estoy todava convencido de que justificar algun dia las esperanzas fundadas
en ella. W.
618 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

para ello solamente palos aguzados de chonta (madera dura). EL cuarzo es cristalino,
frgil, de poco peso, muy cariado y con sus cavidades teidas abundantemente de polvo
negro, proveniente del xido de manganeso. Parte del cuarzo tiene tambin oxidaciones
de hierro y presenta alguna chispas, puntillas y granos de oro la vista, bien entre las
oxidaciones, bien en la misma masa del cuarzo.
Hecho este descubrimiento, y aunque faltaba bajar mayor hondura para llegar
los. antiguos planes, se suspendi el reconocimiento para conseguir fondos con el objeto
de continuar la exploracin, de emprender trabajos de formal explotacin de la mina.
Comenzaron las gestiones para ello; pero pas el tiempo, y mientras tanto el pozo, no
atendido ni reparado convenientemente, se destruy en parte por haberse podrido algunas
de sus maderas.
Apesar de este contratiempo se habia logrado reconocer la veta, y habia sido en-
contrada rica como se esperaba. Los varios ensayes, que se habia hecho de los cuar-
zos de esta mina, arrojaban los siguientes resultados:
Por tonelada.
a) Cuarzo con oro la vista . . . . Oro 11 onzas.
b) Cuarzo sin oro la vista . . . . 4
9
v
55 55 55 55 55 55 55 55
1V
55 55 55 55 55 55 ' * 55 *~ / 2 55 /
' 2
55 55 55 55 55 55 - 55 ^ 55

En el viaje que el autor de estos Apuntes hizo ltimamente Zaruma en Agosto


de 1890 apesar de que en poca anterior visit los trabajos de reconocimiento que
hemos mencionado, y que en este, ocasin eran inaccesibles por la destruccin del pozo
tom del montn de cuarzos que existan abandonados en cancha, una muestra para anali-
zarla por curiosidad. El cuarzo no presentaba absolutamente oro la vista, y sinembargo
dio tres ornas de oro por tonelada.
Nuestra opinin es que la mina Favorita es una de las mas importantes del Distrito
de Zaruma; y creemos que, muy poco costo, puede rehabilitarse el pozo y bajar unos
20 25 metros mas, para alcanzar los planes y tomar la veta en virgen.-
La alta ley de oro obtenida ya en los trabajos hechos, y que es un indicio de la
que puede obtenerse una vez llegados los famosos planes antiguos; la anchura y cali-
dad de la veta, que permite una extraccin enorme de mineral eon poco gasto; la proxi-
midad al rio' Amarillo, situado solo 400 metros al Norte, y cuyo caudal de agua puede
mover la mas poderosa maquinaria; y por ltimo la facilidad del beneficio, puesto que
el or contenido se halla en su mayor parte al estado nativo y Ubre, sin sulfurs ni otros
compuestos rebeldes, pudiendo tratarse el mineral por simple amalgamacin directa; todo
ello hace que esta mina aunque no se encontraran los planes tan ricos de que la
tradicin habla, y solo diera el cuarzo en su beneficio, como es indudable, un producto
normal de l1/* 2 onzas de oro por tonelada sea una de las mas ricas del Distrito,
y de las que tienen delante de s un brillante porvenir.

Mina Cantabria. Entre la Portovelo y la Sesmo, algo al Este de la


Peralbillo y de La Quebrada, en la ladera conocida eon el nombre de el Castillo, se
J
encuentra la mina Cantabria.
Fu explotada por los antiguos espaoles, y los trabajos de estos sobre la veta
alcanzan una profundidad como de 30 metros.
El filn tiene mas de un metro de anchura, su rumbo es de Sur Norte, y buza
con algunos grados al Este, como casi todas las vetas del Distrito. Arma en la regin
descompuesta del prfido; el cuarzo est completamente oxidado y podrido, frgil, de
fractura esquillosa, de color amarillo-rojizo, sin rastro de piritas otros sulfurs, y de
abundante y fcil extraccin.
la vista no presenta oro, el cual est diseminado ,en partculas imperceptibles en
toda la masa del cuarzo; pero todo l al estado nativo y libre, como puede verse lavn-
dolo con cuidado, pues eon esta operacin deja una ceja de oro menudo, perfectamente
visible.
La ley de la aleacin es de 18 19 quilates. ' .
Los ensayes hechos sobre los cuarzos de esta veta han dado, un promedio d 1 y
media 2 onzas de oro por tonelada. ' " . ' . , .
MINAS DE ZAHUMA. 619
Por las ventajas de su situacin, por la extraccin barata y abundante de cuarzo
que ofrece, y por la facilidad de su beneficio por oro libre, la mina Cantabria es tam-
bin muy digna de atencin entre las importantes que tiene el Distrito; y creemos que
su explotacin en gran escala dejara buenas utilidades.

M i n a s d e Vizcaya. lia Inmaculada. En los alrededores de la que-


brada de "Vizcaya, existen varias minas antiguas abandonadas. Este lugar, situado
media hora escasa al Norte de Zaruma, es interesante, por las tradiciones que aun se
conservan de explotaciones antiguas; lo cual se confirma por los vestigios de algunos
molinos para beneficiar oro que se encuentran en aquella regin.
Ademas de la Bomba de Vizcaya, perteneciente a l a Compaa inglesa, que no
se trabaja, y de la que nos ocuparemos mas adelante, hay otras minas bastante trabaja-
das por los antiguos. Los filones, despus de atravesar la quebrada de Vizcaya, suben
por las faldas de los cerros de La Sara y de Yuquillas, y corren luego largas distan-
cias cerca de los lugares llamados Las Chinchas y el Derrumbo de Malvas, en
cuyos sitios, segn la tradicin, existieron dos ricas minas, que hasta hoy no han podido
ser halladas.
El rumbo es en todas ellas igual al de las dems; Sur Norte con pequeas des-
viaciones.
La falta de reconocimientos detenidos ha impedido hasta ahora poder determinar la
importancia de estas vetas.
Sinembargo hay una entre ellas que merece mencionarse: La Inmaculada. Esta
mina fu bastante explotada por los antiguos, y tiene en su corrida varios trabajos de
significacin, separados por trechos de 80 100 metros y con alguna profundidad, sobre
la veta misma.
En uno de ellos, que ha llegado una hondura como de 25 metros verticales, el
filn se presenta en buenas condiciones. Su anchura media es de 1,50 m.; las cajas estn
rotas por no haber alcanzado aun la regin firme. El cuarzo es bastante compacto y
duro, de color blanco con ciertas manchas oscuras, en parte con ligeras oxidaciones de
color amarillo ocre, y en parte con piritas de hierro y cobre, presentndose en algunas
piedras oxidadas el oro libre la simple Dista en granitos y puntillas.
La ley de oro de sus minerales sin oro la vista ha llegado en varios ensayes
tres y cuatro onzas por tonelada; y creemos que el promedio general no bajar de una
y media dos ornas.
La. situacin de esta veta, que permite una explotacin fcil por medio de galeras
en direccin, principiadas desde el exterior sobre el filn en la falda del cerro diferentes
niveles, su potencia, la alta ley de sus minerales, que en parte contienen oro libre la
vista, y por ltimo, la circunstancia de haber sido bastante explotada por los antiguos,
nos hacen considerar tambin la mina Immaculada entre las importantes del Distrito.

Grupo de la Trinidad. Este se compone de las minas Salvadora, Leo-


nor y Amoquillados, que corren de Sur Norte en ese orden, una inmediatamente
despus de otra, continuacin de la clebre Sesmo, teniendo algo mas al Norte la
Telfono de Pacay-Urcu.
Los trabajos hechos por los antiguos sobre estas minas llaman la atencin por lo
extenso del laboreo. Cierto es que este forma un solo nivel bastante prximo la super-
ficie ; pero se prolonga en una galera que tiene como 500 metros de longitud.
La veta tiene una potencia de unos dos metros; y el cuarzo es blanco, aveces algo
rosado con algunas oxidaciones y poca pirita. Por su aspecto exterior se asemeja bas-
tante al de la Sesmo y al de la Pacay-Urcu.
No hemos tenido ocasin de practicar ensayes de este mineral; ni sabemos tampoco
que otros los hayan efectuado. Si el resultado que arrojaran fuera favorable, podria est
filn ser fcilmente atacado por medio de un corto socabon de atravieso E O, trazado
desde el punto mas bajo de una quebrada que hay muy cerca al Este.

Minas diversas. Con excepcin de las de la Compaa inglesa, que vamos


describir en el prrafo siguiente, hemos ya pasado revista las principales minas del
Distrito de Zaruma. .
620 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

Hay ademas algunas otras, cuya descripcin hemos omitido, porque generalmente
no se han hecho sobre ellas las debidas exploraciones para descubrir en cierto trecho el
filn. Tales son, por ejemplo, La Fraternidad la margen izquierda del rio Amarillo,
y que parece ser la prolongacin de la Portovelo al Sur; la Nudo, de regular ley de
plata al decir de algunos; la Soroche y la Peralbillo de cuarzos sulfurados; la Taura,
la Banco, la Gobernadora, y algunas otras mas que no recordamos.
No se crea que hemos citado todas las minas de Zaruma, porque la tarea sera muy
larga y enojosa. Pasan de 500 las denunciadas en los ltimos aos en el Distrito, sin
que en realidad haya trabajos de explotacin mas que en la Portovelo de la Compaa
inglesa, y de reconocimiento en las que hemos dejado anotadas.
Esta fiebre de denunciar minas, para no trabajarlas ni reconocerlas siquiera, ha
desaparecido felizmente con la acertada ley reformatoria de 1887, que impuso la contri-
bucin semestral de diez sucres por mina, como requisito indispensable para conservar
su propiedad. Apesar de no estar reglamentado como debiera el pago de dicho impuesto,
ha bastado sinembargo, para que desaparezca la aficin denunciar por docenas las
minas; y ha hecho que muchos las abandonen, dejando as libre el campo los que ten-
gan recursos suficientes para llevar adelante el trabajo de una mina. Si les era gravoso
el pago de veinte sucres anuales por cada mina cmo era posible que emprendieran labor
alguna en las vetas, que por solo el placer de llamarse sus propietarios, denunciaban sin ""
provecho alguno ni para la industria minera, ni para el pais?

Minas de la Compaa inglesa Zaruma Gtold. Esta Compaa es la nica


que en la actualidad explota formalmente una mina de su propiedad, la de Portovelo, con
resultados satisfactorios. Mucho se puede aprender de la historia de esta Compaa, que
comprueba de nuevo, que el fracaso de las compaas mineras en Zaruma no proviene
de causas intrisecas, es decir, de la pobreza de los minerales, sino nicamente de las
extrnsecas, sobre todo de la administracin. En un pais en que la industria minera
yace en los paales, merece ser conocida esta historia, que referiremos segn el seor
Saenz Tejada.
Mediante las gestiones que el seor M. P. Muoz hizo en Londres formse la
,Great Zaruma Gold Mining Ca. Limited', con un capital de 250000.
Las minas negociadas por el seor Muoz fueron Sesmo, Portovelo Mina Grande,
Jorupe, Bomba de Vizcaya, Bomba de Pacchapamba, Toscon Blanco y Curipamba. Tenian
estas minas gran fama de haber sido explotadas en tiempos antiguos con buen xito;
pero cuando las compr la Compaa inglesa ningn detenido reconocimiento se habia hecho
sobre ellas que pudiera comprobar su riqueza. Y lo que es mas de extraar, se llev
cabo en Londres la negociacin, sin que nadie viniera antes examinar dichas minas,
y guindose tan solo de referencias mas menos exageradas. No debe, pues, admirar
que un negocio, iniciado y formado en tales condiciones, encontrara muy pronto desen-
gaos, en vez de alcanzar desde sus principios buenos resultados.
Se form la Compaa en 1880 en Londres sin mas preliminares y sin los necesa-
rios estudios y reconocimientos previos. Se envi para la direccin de los trabajos con
amplias facultades, y en calidad de Gerente, al ingeniero hngaro Mr. Raimundo de
Peiger.
Al encontrar que las minas adquiridas por la Compaa no tenian el menor trabajo
de reconocimiento, sin poderse por lo tanto apreciar su importancia, lo natural era pro-
ceder metdicamente y con la mayor economa posible la exploracin detenida de cada
una de ellas, para, en vista de los resultados, emprender formales explotaciones sobre
una varias de dichas minas, eligiendo de preferencia las que ofrecieran mayores pro-
babilidades de una remuneracin al capital de la Compaa. Abiertas as y ampliamente
reconocidas una mas minas de manera que existiera visible cantidad suficiente de cuarzo
de buena ley para abastecer una explotacin provechosa de muchos aos, se hubiera
podido proceder sin riesgo alguno traer instalar maquinarias de beneficio; el laboreo
de las minas hubiera podido emprenderse en gran escala con la seguridad del buen xito;
y con el fuerte capital de la Compaa se hubiera hecho frente todos los gastos nece-
sarios hasta que principiara una vasta produccin.
Pero no se procedi as. Las mias no fueron reconocidas seriamente; y en vez
de ese trabajo indispensable, que debia ser base de los dems, se estudi el trazo para
la apertura de un ferrocarril; se comenz construir una carretera desde Zaruma
MiNAS DE ZARUMA. 621
Santa Kosa hacindose solo unos pocos kilmetros y gastando como S. 150000; se trajo
de Estados Unidos una gran maquinaria de beneficio, que costo mas de S. 240000 y que
hasta ahora est abandonada en el puerto de Santa Rosa, porque en vez de haber venido
en secciones para ser trasportada en muas, sus piezas solo pueden ser. conducidas por
ferrocarril; existia ademas en Zaruma un gran cuerpo de empleados, cuando no habia
aun mina alguna en explotacin; los gastos generales y de administracin eran de lo
mas exagerados y dispendiosos; y, en una palabra, el capital de la Compaa Inglesa se
agot lastimosamente sin tener una sola de sus minas abierta y reconocida siquiera.
Sobrevino la revolucin contra la dictadura de Veintemilla, y Mr. de Peiger, olvi-
dando la neutralidad que debia observar, se incorpor alas filas de los restauradores en
Loja, presentndose al General Salazar comandando una columna equipada sus expensas
y que tom su nombre. Al frente de ella hizo la campaa hasta que hall la muerte
en el asalto y toma de Quito el 10 de Enero.
La Compaa inglesa con todos estos sucesos pas, como era natural, una poca
de crisis.
En vista de lo ocurrido envi como Gerente Mr. Nicholls. Al llegar este Za-
ruma, y al ver que ningn trabajo formal habia'en realidad sobre las minas, viendo que
el capital se habia r ya perdido infructosamente, aconsej al Directorio la liquidacin, in-
formando del modo mas desfavorable, y fundndose principalmente en que, despus de
tanto gasto, no veia ninguna mina abierta y preparada para una explotacin.
La Compaa, con recomendable constancia, lejos de aceptar el consejo, orden
Mr. Nicholls que procediera explorar las minas que le parecieran de mas esperanzas.
El Gerente entonces acometi vigorosamente, aunque con la mayor prudencia y economa,
la explotacin de la Sesmo y de la Portovelo, abriendo un pozo vertical de recono-
cimiento en cada una de dichas minas.
No pas mucho tiempo sin que alcanzara cortar en profundidad la veta Porto-
velo, hallndola con regular anchura y buena ley de oro en un nivel inferior los tra-
bajos antiguos. Suspendi entonces la exploracin de la Sesmo, y aun quit la madera
empleada en esta mina, lo que ocasion la destruccin del pozo; y concentr su atencin
y todas sus labores en el filn alcanzado y reconocido en Portovelo.
Arrojando este buenos resultados, pas en seguida Mr. Nicholls Londres con-
ferenciar con el Directorio.
Faltaban fondos. Necesitbase seguir los trabajos de la mina, levantar una maqui-
naria y proceder la explotacin en forma. La Compaa levant un emprstito de
30000 y la maquinaria vino. Regres Mr. Nicholls, instal el molino con 20 pisones
en cuatro bateras con todos los accecorios para moler de 20 30 toneladas diarias, co-
loc bombas y los necesarios aparatos de extraccin, y la explotacin comenz, envin-
dose por fin, despus de tantos contratiempos, la primera remesa de oro Londres
en 1886.
Se tropezaba con otro inconveniente, la escasez de operarios; y ademas, el filn se
estrechaba y bajaba de ley al Norte; al Sur se encontraba corta distancia el rio Ama-
rillo y el lmite de la pertenencia, por lo que Mr. Nicholls baj profundidad las labores;
sin caminar ni reconocer en direccin la veta.
La Compaa inglesa habia logrado conjurar un tanto la crisis; pero no la habia
vencido. Su porvenir no estaba asegurado. Mr. Nicholls se desalent en presencia de
tantas contrariedades y comunic sus impresiones al Directorio. Este envi entonces
Zaruma al distinguido ingeniero de minas Mr. Thomas Provis para que examinara los
trabajos y diera su opinin sobre el futuro de la Compaa.
Su informe ofreci conclusiones tan favorables, que se decidi en Londres la con-
tinuacin de los trabajos. Pero para ello fu preeiso arbitrar recursos, y no hubo mas
remedio que trasformar la primitiva compaa en otra con el nombre de o Zaruma Gold
Mining Ca. Limited . \
Se retir Mr. Nicholls y vino en su lugar como Gerente Mr. Kirby. Por consejo
de Mr. Provis se habia suspendido el beneficio de los cuarzos y paralizado el molino,
concretando todos los trabajos y dedicando toda su atencin un reconocimiento mas
completo de la veta en direccin y en profundidad, el cual empez dar buenos resultados.
su llegada Londres, indic Mr. Nicholls al Directorio la conveniencia de reparar
con nueva enmaderacin el pozo principal, que sin esto corria mucho peligro. Consultado
por el Directorio Mr. Kirby al respecto, contest que el riesgo no era inminente y que
la reparacin podria efectuarse mas tarde.
622 ANOTACIONES Y S U P L E M E N T O S .

No anduvo en ello muy acertado el nuevo Gerente; porque no pas mucho tiempo
sin que. sucediera lo previsto por Mr. NichoUs. El pozo principal se hundi', destruyn-
dose la- bomba y dems aparatos; y produciendo este accidente nueva perturbacin en la
marcha d la Compaa.
Mr. Kirby sali en el acto para Londres. Mientras tanto el Directorio llam nueva-
mente, Mr. NichoUs y le envi Zaruma con amplias instrucciones y facultades para
proceder como creyera mas conveniente en vista de la situacin. Lleg este Zaruma
inclinado su nimo de nuevo aconsejar la liquidacin de la Compaa. Trajo una bomba
de gran poder, y por un pozo auxiliar que tenia la mina, pudo desaguar y desescombrar
esta, penetrando las labores de reconocimiento dejadas por Mr. Kirby. No contento
con el aspecto y condiciones del filn Portovelo, dio una estocada al Este, y la dis-
tancia de solo seis metros tuvo la felicidad.de cortar el filn Abundancia, con una
potencia anchura de cuatro metros, con cuarzos oxidados, de fcil beneficio y de una
ley de mas de una onza de oro por tonelada. Dise en seguida principio la extrac-
cin y beneficio del mineral de ese filn con muy buenos resultados. El molino principi
nuevamente andar y la molienda de cuarzos producir buenas remesas de. oro.
Concluido su contrato regres Mr.. NichoUs Europa y qued provisionalmente
Mr. Pope encargado de la Gerencia. La mina continu siendo reconocida y la molienda
seguia dando constante produccin.
El Directorio envi entonces como Gerente Mr. John Bryant que habia adquirido
gran prctica en esta clase de trabajos, por haber estado encargado de. explotaciones
anlogas en el Brasil y en otros puntos.
Llegado el nuevo Gerente Zaruma en Enero de 1889, y apenas hecho cargo de
la. administracin, introdujo varias reformas muy convenientes, arregl el molino y sin
descuidar la extraccin y beneficio, impuls los trabajos de reconocimiento del filn Abun-
dancia en profundidad, y sobre todo en direccin hacia el Norte con galeras abiertas
en diferentes niveles. Este reconocimiento ha dado excelentes resultados, y ha servido
para probar la continuidad de la veta sin alteracin en largos trechos,. y. para formar
gruesos bancos con grandes reservas de mineral ya reconocido y preparado para la
extraccin, de ley.eonocida, y que puede abastecer una larga y provechosa explotacin.
- : El porvenir de esta Compaa est asegurado, por haber hecho al fin Mr. Bryant
lo que desde un principio debi hacerse, cuando se contaba integramente con el fuerte
capital de la Compaa.
.. La mina Portovelo, en la veta de este nombre y en la Abundancia, tiene mine-
ral para, alimentar mas de sesenta.pisones constantemente; esto es, puede extraer y bene-
ficiar como 80 toneladas diarias. El costo total, incluyendo todo gasto, no excede de
media onza de oro por tonelada. El producto medio actual de los cuarzos es de una
onza de oro por tonelada; de modo que, trabajando la maquinaria con 60 pisones y bene-
ficiando 80 toneladas por dia, con ese costo y esa ley, la ganancia lquida llegar unas
40 onzas de oro diarias, esto es doce mil onzas, sean doscientos cuarenta mil sucres
al ao.
Sabemos que no tardarn en aadirse los 40 pisones los 20 que hay en la actuali-
dad, y que para ello se espera nicamente que avancen mas los trabajos de reconoci-
miento, y que se construya el camino entre Zaruma y Santa Rosa por la garganta de
Pinas, de modo que puedan conducirse cargas pesadas.
Los clculos anteriores se refieren solamente la explotacin^de la mina Porto-
velo. Si se advierte ademas, que la Zaruma Gold posee otras seis minas, entre
eUas la clebre Sesmo, las cuales aunque su importancia no puede aun. determinarse
por no haber sido reconocidas en lo absoluto son cual mas interesantes, y sin duda
alguna tarde temprano, se pondrn en fruto, se comprender fcilmente que esa Com-
paa tiene ante s un ancho campo de. explotacin y un brillante porvenir; y, si hasta
ahora sus acciones han estado depreciadas, es debido nica y exclusivamente las causas
que dejamos enumeradas, y que felizmente en la actuaUdad han desaparecido. Lstima
grande, que el capital de la Compaa no hubiera sido empleado con el debido discerni-
miento! Otra muy distinta seria su situacin en Zaruma, los provechos de sus accionis-
tas y su crdito en Europa!

.; Sobre el progreso del Mineral de Zaruma en los ltimos aos, el seor S. Tejada
d esta resea: .-.-.
Para que pueda apreciarse al primer golpe de vista el progreso que ha tenido el
MINAS D E ZA'EIM. 623
Mineral de Zaruma en estos ltimos aos, y se abrace de una ojeada y-en conjunto su.
marcha, nos ha parecido conveniente poner continuacin el siguiente cuadro de fechas
con los sucesos mas importantes relacionados con los trabajos de sus minas.
1876. Primer viage del Dr. T. Wolf, Gelogo del Estado, la provincia de Loja
por cuenta del Gobierno; y su visita Zaruma. .
'1878. Primeras exploraciones y denuncios en Zaruma por los seores M. F. Muoz,
Joaquin A. Gonzlez, P. Garmendia etc. '
1879. Publicacin del folleto del Dr. Wolf: Viaje gebgnstie por la provincia
de Loja.
1880. Formacin en Londres de la Compaa minera Gfeat Zaruma Gold Mining
C. Venida de Mr. Raymundo de Peiger como Gerente! Primeros trabajos.
1881. Hallazgo de un montn de cuarzos saplicados de oro en la quebrada de Paeay-
Urcu. Pesquisas infructuosas por una Sociedad Jojana para descubrir el iilon de donde
hubiera podido provenir tan rico mineral.
Grandes gastos y despilfarras del capital de la Compaa inglesa.
1882. Mr. de Peiger, sin previamente abrir.las minas y dedicarse su exploracin,
gasta mas de S. lOOOOO en procurar construir una carretera de Zaruma la costa, que
no lleg terminarse. Trae de Estados Unidos una gran maquinaria, que cost mas
de S. 250000, y que queda intil y abandonada en Santa Rosa, por no poder sertras-7
pordada al Mineral.
. Revolucin en el Ecuador contra la dictadura de Veintemilla. El General- Salazar
al frente de los restauradores invade Loja, y Mr. de Peiger se incorpora, comandando
tina columna, sus filas, abandonando el trabajo de la Compaa inglesa.
1883. Trgica muerte de Mr. de Peiger en el asalto y toma de Quito el 10 de
Enero. Venida de Mr. Nicholls como Gerente. Apesar de hallarse casi agotado el
capital de. la Compaa, emprende vigorosamente la exploracin de la Sesmo y de-la
Portovelo.
1884. Se descubren los planos de la Portovelo; se concentran en esta mina los
trabajos; y se abandona la exploracin de la Sesmo. Viage de Mr. Nicholls Lon-
dres dar cuenta al Directorio de los resultados obtenidos.
1885. Regreso de Mr. Nicholls. La Compaa inglesa, agotado su capital, arbitra
recursos con un emprstito, envia una maquinaria de 20 pisones, que se instala en Por-
tovelo, y se activan los trabajos. Se denuncian los lavaderos del rio Grande.
1886. Primera remesa de oro. El ingeniero Mr. Provis viene Zaruma inspec-
cionar las minas, enviado por la Compaa inglesa. Su favorable informe respecto su
porvenir.
El Gobierno envia tambin al Distrito al Dr. Wolf, el cual informa as mismo favo-
rablemente sobre el mineral zarumeo.
Primer viage Zaruma del autor de estos Apuntes, quien proyecta la formacin
de la Compaa Exploradora.
El Dr. "Wolf dirige su brillante informe sobre la mina de La Quebrada. --Forma-
cin de esta Compaa.
Trabajos de -exploracin en la mina Favorita. Se eonstituye en Guayaquil la
Compaa Exploradora; y se llama del Per aV ingeniero Sr. Carlos van Isschot. -
1887. Viene del Per, con cateadores del Distrito Mineral de Hnalgayoe, el Sr.
van Isschot. Reconocimiento y exploracin del mineral de Zaruma por el Sr. van Isschot
y por el autor- de estos Apuntes, por cuenta de la Compaa Exploradora. Descubri-
miento de la mina Zancudo.
Retrase Mr. Nicholls y viene reemplazarle Mr. Kirby.; La Great Zaruma
liquida, y se trasforma en la Compaa Zaruma Gold.
Construccin del molino de La Quebrada con cinco pisones y dos concentra-
doras Frue. -..:.. . :
1888. Marcha del seor C. van Isschot Europa por cuenta de la Compaa Ex-
ploradora. Sus gestiones en unin del doctor A. L. Yerovi en Paris y en Londres.
Molienda en La Quebrada, y su paralizacin por falta de capital.
Derrmbase el pozo principal de la mina Portovelo. Nueva crisis en la Compaa
inglesa. Retrase Mr. Kirby y la Compaa envia d nuevo Mr. Nicholls.;
1889. Mr. Nicholls penetra en los trabajos derrumbados. Profundiza el nuevo pozo
y corta la veta Abundancia. Principia otra'vez la molienda en la Compaa inglesa
624 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

con buen xito. Retrase Mr. Nicholls y queda provisionalmente Mr. Pope con la geren-
cia. Remesas de oro. \ .^
Frmase en Paris el contrato de la Sociedad de Estudios entre la Compaa Ex-
ploradora y el Banco Franco-Egipcio. " .
Venida de Mr. Ancarani y de Mr. Tenr. "*&'
1890. Regresa Europa Mr. Pope y llega Mr. Bryant actual Gerente de la 6Jbm-
paa inglesa. Acertado impulso con la nueva administracin los trabajos de la mina
Portovelo. Nuevos reconocimientos con resultados favorables sobre la yeta Abundan-
cia por Mr. Bryant. Buenas remesas mensuales de oro. El porvenir fe la Compaa
inglesa queda asegurado.
Descubrimiento de la veta Telfono en Pacay-Urcu por el seor Ramon Riofrio,
con gran riqueza. Hacen la negociacin de esta mina los seores Ancarani y Tenr.
Viaje de este Europa.
El Banco francs desiste, y se disuelve la Sociedad de Estudios. Marcha del
seor Ancarani Europa. Regreso de Mr. Tenr, despus de formar en Paris la Com-
paa de Exploracin de las minas de oro de Pacay-Urcu.
Principia el reconocimiento de la veta Telfono.
Visita del Gobernador de la Provincia del Oro, seor Cordero, al Distrito Mineral.
Viaje del autor de estos Apuntes Zaruma, causa de la disolucin de la Socie-
dad de Estudios; y descubrimiento de cuarzos sumamente ricos en oro en la mina
Zancudo.
Formacin de la Compaa Minera Nacional Fnix en Guayaquil; la cual compra
la Exploradora el grupo de que forma parte la mina Zancudo.

La precedente resea manifiesta el desarrollo que ha tenido el Mineral de Zaruma.


Muy lento y difcil ha sido este indudablemente y lleno de alternativas, pero desde el
ao 1880, en que se formaba la primera Compaa en Londres, la situacin ha cambiado
en sentido favorable. Los diez aos trascurridos han sido, puede decirse, el perodo de
gestacin de nuestra industria minera.
En la actualidad, y consecuencia de los trabajos de reconocimiento, que sobre este
Distrito se han venido verificando, puede afirmarse que Zaruma es un -campo minero
importantsimo; no es posible dudar ya de su riqueza aurfera y es evidente que los
capitales que se inviertan juiciosamente en su explotacin obtendrn grandes utilidades.
Pero para que estos capitales acudan, es preciso antes poner de manifiesto las ven-
tajas que reportarn; y esto solo puede lograrse haciendo que sea debidamente apreciado
en todos los grandes centros mineros el Distrito de Zaruma, cuyo nombre no es cono-
cido hasta ahora sino por los quebrantos sufridos por la Compaa inglesa.
Sin la dispendiosa administracin Peiger no hubiera esto tenido lugar. Dicha Com-
paa, con el fuerte capital de que dispuso en un principio, si hubiera sido invertido con
prudencia, se hallara hoy en una situacin de lo mas prspera, explotando provechosa-
mente, no solo la Portovelo, sino varias otras de las ricas minas que posee; y produ-
ciendo grandes cantidades de oro.
Y no puede esto.ponerse en duda; pues vemos que apesar de haberse derrochado
del modo mas lastimoso todo su capital, sin llegar ningn resultado cuando despus
se tom otra senda y se principiaron verificar reconocimientos previos en las minas,
instalando la maquinaria al tener ya suficiente mineral reconocido, la Compaa inglesa,
sin capital y allegando fondos por medio de un emprstito, ha logrado levantarse; y,
gracias su energa y constancia, ha podido llegar la situacin actual, en que, como
hemos visto, la explotacin de la miua Portovelo est dejando buenas utilidades. Ha
asegurado tambin su porvenir, puesto que los reconocimientos hechos en la mina for-
mando bancos de extraccin, han puesto la vista mineral de buena ley, suficiente para
abastecer largos aos de explotacin. Al mismo tiempo que ese mineral se extrae y
beneficia, se prosigue el reconocimiento y la formacin de bancos; de modo que la pro-
duccin durar indefinidamente por la gran extensin de las pertenencias.
Sabemos que la Compaa v aumentar m breve su maquinaria, elevando .60
el nmero de sus pisones; lo que triplicar la produccin actual y por consiguiente las
utilidades. Si esto se agrega que la citada Compaa posee en el Distrito otras seis
importantes minas, puede fcilmente comprenderse el anchuroso campo de explotacin
que tiene y el gran porvenir que se le presenta.
Cuan distinta hubiera sido la actual situacin de Zaruma si desde un principio se
MINAS DE COBRE. 625

hubiera seguido esta prudente conducta, y si el capital de la Compaa inglesa hubiera


sido invertido convenientemente!

M i n a s d e c o b r e . En muchas minas de Zaruma existe el cobre en cantidades


tan considerables, que al lado de oro y plata dar un rendimiento nada despreciable. En
la mina Zancudo se halla en la proporcin de 4 5 poreiento. Ya antes que se abri
esta mina, habia analizado (en 1876) un mineral proveniente del mismo sitio que me dio:
Oro 0,005
Plata 0,007
Cobre 1,507
Plomo 3,145
Zink 2,795.
Una muestra rica y excojida de la mina .Bomba de Biscaya indio:
Oro 0,006
Pate 0,004
Cobre 6,747
Plomo . 2,354
Zink 2,056.
En la mina Chorrera de Biseaya, que se halla poca distancia sobre la primera,
y cuyo filn consta de algunas venas paralelas de cuarzo aurfero y piritifero, encontr,
ademas de la Chalcosina, la Atacamita. Este ltimo mineral, que recibi su nombre de
Atacama en Chile, donde se encuentra frecuentemente en las minas de cobre, es de mucho
inters y hallndose en mayor eantdad seria un material excelente para beneficiarlo,
pues es una combinacin qumica de cloruro y xido de cobre, y como tal tiene 59,4 porc.
de cobre puro. Por su aspecto exterior, sobre todo por su hermoso color verde, fcil-
mente puede confundirse con el carbonato (malaquita). En algunos puntos las paredes
de la galera se hallan incrustadas de una costra verde verde-azul que tiene algunas
lineas de espesor y es un precipitado de las aguas que proveniendo de las grietas de la
caja, estn goteando en las paredes (producto de la secrecin lateral). El anlisis de
esta sustancia dio:
Atacamita soluble en los cidos . . . . 58,3
Siee amorfa indisoluble 41,7
100,0 '
Muy interesante es la mina de Jorupe, cerca de Zaruma, que queda todava intacta,
pues los antiguos no hicieron mas que desnudar la veta y excavarla de pocos metros,
despus la abandonaron sin que se sepa las razones. No conocemos todo el ancho del
filn, pero segn lo que se puede ver, los minerales explotables tienen, lo menos, 3
4 metros de potencia. La veta es vertical y sigue el rumbo S-N; se compone de muchas
fajas zonas paralelas, cuyo espesor varia de 1 pulgada hasta 1 pi. La mitad ocupa
un filn de cuarzo blanco que contiene bastante cobre nativo en chapas delgadas y
formas dendrticas; ambos lados siguen fajas de chalcosina, pirita, blenda de zink,
galena, alternando siempre con otras de cuarzo. Hacia los astiales salbandas, los sul-
furs de los metales se hallan descompuestos y predomina sobre todo el vitriolo de cobre
con un poco de carbonato de cobre (malaquita), ambos minerales con un color verde muy
vivo. Como los metales estn distribuidos con tanta desigualdad por la ganga, una an-
lisis que no se haga con grandes cantidades, no puede dar resultados exactos sobre las
relaciones cuantitativas de los metales. Las anlisis cualitativas verificadas con pequeas
pruebas demostraron, que unas zonas contienen oro y otras no, y que la galena contiene
muy poco de plata. El metal mas abundante es el zink, igualmente con indicios de plata,
y el cobre se halla en una cantidad que segn mi parecer bien costeara la explotacin.
La mina goza de la fama de ser muy rica en plata,.pero creo sin fundamento; pues,
minerales de plata no se vn ni con la vista libre ni con la lente; y la poca plata que
resulta de las anlisis, hay que atribuirla al oro que siempre la contiene, la galena.
Muy singular es el modo, como el cobre se presenta en el prfido cobrizo de Juanes.
Cerca de la hacienda Juanes en el valle de Catamayo, en un sitio que se llama San
Miguel, existe un prfido mas cobrizo que en algun otro punto. Pedacitos de cuprita
(cobre rojo) que contienen tambin un poco de malaquita verde, se encuentran disemi-
nados en la superficie y dieron margen un denuneip de la mina y algunos trabajos.
WOIP, Eouadox. 40
626 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

preparatorios, mas bien la busca del metal (pues en la provincia de Loja es costumbre
denunciar minas que todava estn por descubrirse). El que dirigi los trabajos, des-
conoci evidentemente la naturaleza de aquel terreno, as como la de los minerales qu
lo componen, buscando en una mina de cobre ojtra que no existe, y todo su procedimiento
manifiesta la mas completa ignorancia en geologa y minera. El terreno de aquel lugar
no se halla revuelto como l crey, sino en su yacimiento primitivo, pero en la super-
ficie est tan descompuesto, que no es fcil reconocerlo, y los restos mas duros en la
masa desmoronadiza fcilmente pueden tomarse por piedras que derivan de otro lugar.
Los pedacitos de cuprita no son una seal de que existe una veta mas gruesa de este
metal en la profundidad y se explican del mismo modo como los pedazos de yeso que
se encuentran diseminados en la superficie de aquella misma regin. Como he dicho en
otro lugar, derivan de las venas en las rocas, que por la denudacin sucesiva sobresalen
en la superficie y se rompen despus. La explicacin de la mina de Juanes es simple-
mente como sigue: Toda la masa del prfido est impregnada de protxido de cobre; en
las grietas finas y otras cavidades se recoji y se concentr este xido en mayor can-
tidad juntamente con cuarzo, formando las venas delgadas de 2 8 lineas de espesor.
Durante la descomposicin de la roca, el xido de cobre se transforma en carbonato verde,
de manera que las piedras aparecen como salpicadas de este color, y tambin las venas
del xido estn sujetas esta metamorfosis en sus partes exteriores, que por esto se
presentan verdes. Nada justifica la suposicin de que existe en la profundidad una veta
mas gruesa del metal, esta seria una mera casualidad, y considerando las condiciones
locales me parece improbable. Las venas delgadas siguen en todas direcciones y por
lo comn no mucha profundidad, unas acaban, otras comienzan sin regla alguna, como
es muy conforme la naturaleza de las grietas que las han ocasionado. De consiguiente,
toda la masa del prfido constituye la mina, y en caso de que se pensara en su explo-
tacin, se debera aprovechar de todo el material, inclusive las venas de cuprita.
La cuprita (Cu2 O) es.un excelente metal que da 88,8 porc. de cobre, y la mala-
quita, que nace de ella, rinde 58 porc. Como estos minerales en las venas se hallan
mezclados con cuarzo en diversas proporciones, naturalmente las anlisis de los peda-
citos dan resultados diferentes; en un cas encontr 20 y en otro 37 porc. de slice, con-
stando el resto de xido y un poco de carbonato de cobre. Para conocer la cantidad de
metal, que contiene el criadero general, hice moler unas tres arrobas del prfido des-
compuesto, sacado de un punto, donde no contiene venas de xido. Este polvo bien mez-
clado debia dar un resultado seguro, porque representa toda la masa del prfido. El
anlisis dio 1,72% de cobre.
Esto es mucho para un criadero general (que no es filn) y la cifra saldra mayor, si
entraran en el anlisis tambin las venas sobredichas; sinembargo, como son bastante es-
casas, creo que el contenido de cobre no pasara mucho de 2 por ciento. Por ahora la ex-
traccin del cobre del material molido por via hmeda y mediante los cidos saldra dema-
siado costosa en este pais, y un beneficio metalrgico por via seca, es decir, por fundicin,
tropezara talvez aun con mayores dificultades. Se reservar la mina para lo futuro.

En la cercana de Cataeocha, hacia el Catamayo, hay tambin prfidos cobrizos, y


en ellos parecen existir algunas vetas mas anchas de metales de cobre, que prometen
grandes ventajas, si son constantes. Muestras de estas minas, que he visto en Loja, se
componen esencialmente de sulfuro, un poco de xido y cloruro verde de cobre; otras
contienen tambin malaquita. Por razones explicadas en mi Memoria, no puedo decir
mas de las minas de esta regin, que no dejaran de tener inters importancia; pero
en Cataeocha pareci la minera monopolizada en tiempo de mi viaje, por un tal doctor
Pea, Venezolano, uno de los mas grandes charlatanes y embusteros que han visitado
la provincia de Loja!

Galena de Malacatos. La galena (sulfuro de plomo) es un metal subordinado


en varias minas de Zaruma, como hemos visto: pero cerca de Malacatos compone filones
propios y se halla en mayor abundancia. El cerro de Santa Cruz y sus inmediaciones,
en donde se encuentran tales vetas, puede considerarse como un distrito metalfero aparte.
No es tanto el plomo que d la importancia este distrito, cuanto la plata, que v acom-
paando el plomo y por la cual antiguamente fueron explotadas algunas minas de aquella
regin. La mina principal se halla en la falda NE del cerro de Santa Cruz, unos 30 me-
tros sobre el rio que baa su pi. La galera que se introduce en la montaa en la
MINAS DE PLATA. 627
direccin SO con una fuerte inclinacin hacia abajo, tendr 15 metros de largo, y des-
pus sigue agua que prohibe entrar mas adentro y es la causa, segn se dice, porqu
la mina fu abandonada. En la parte accesible de la labor no se v nada de una veta
principal, lo mas una que otra partcula de galena, y mientras la mina no sea desaguada,
es imposible venir las claras respecto del rumbo, buzamiento, espesor y dems rela-
ciones de la veta. Entre tanto debemos atenernos los materiales que se encuentran
delante de la boca, y que sin duda fueron echados por ser intiles demasiado pobres.
Del estudio de estos pedazos deducimos que la ganga del filn es cuarzo, y el metal
predominante galena. Ademas se presenta el plomo en el estado cloro-carbonatado, que
es el mineral Kerasina, y se halla en muy pocos lugares del mundo. El cuarzo v
acompaado de un poco de espato-fluor, y es tambin la primera vez, que he visto este
mineral en el Ecuador. Pirita y blenda de zink estn diseminadas en corta canti-
dad. Minerales propios de plata no se descubren, y no dudo que este metal, que era el
objeto de la explotacin, est contenido en la galena. La que he analizado, <H sola-
mente 0,0035 %, que es poco, pero puede ser que la galena del filn principal sea mas
rica. No mereci la pena gastar mucho tiempo en analizar muchas de estas piedras,
de las que no sabemos nada respecto de su yacimiento en el filn mismo; tales anlisis
serian casi intiles.
Algo mas arriba en el cerro se descubri otra veta de cuarzo y galena, que no
parece estar en comunicacin con la inferior, porque en ella falta el espato-fluor y la
blenda, y todo el aspecto del mineral es algo diferente. La galena se encuentra en bas-
tante cantidad, aunque distribuida con alguna irregularidad en venas, nodulos y rones.
Este metal rindi tan solo 0,0027 % de plata.
En otros pases tales minas siempre serian explotables, pero dejo al clculo de los
prcticos resolver la cuestin, si se podria trabajarlas con ventaja en un pas tan falto
de todos recursos, como lo es la provincia de Loja.

Minas d e plata de las provincias d e Caar y del Azuay. Las minas


mas importantes se hallan en el cerro de Pzhun, cuya descripcin he dado en la p-
gina 267. En mi viaje que en 1876 he practicado por las provincias nombradas, llam
la atencin sobre este Mineral, que en aquella ocasin pude examinar solo superficial-
mente, estando aguadas las galeras antiguas. Analic algunas muestras argentferas,
encontradas delante las bocas-minas. Naturalmente eran pobres (0,00190,0020 de plata),
y aunque hubiesen sido muy ricas, no se pudo deducir nada respecto la riqueza de
los filones subterrneos, antes de practicar trabajos serios de exploracin. Tales trabajos
se han realizado en los ltimos aos y con el mejor xito. En un artculo, publicado
en La Nacin de Guayaquil el 18 de Febrero de 1891 leemos lo siguiente:
En la exploracin que por cuenta de un Sindicato emprendi el seor C. van
Issehot en el antiguo departamento del Azuay, pudo, al llegar la ciudad de Cuenca,
con el apoyo de los seores doctor Antonio Borrero, ex-Presidente de la Repblica, y
el notable estadista doctor Luis Cordero, hallar documentos fehacientes que probaban la
riqueza de los minerales de plata explotadas en tiempo de los espaoles en Azogues y
sus inmediaciones. No solo encontr los denuncios hechos de distintas minas, sino los
certificados de Tesorera por los cuales est probado que los minerales extrados, parti-
cularmente de Pzhun, tenan una ley bastante elevada de plata.
Con estos datos, procedi el experto minero visitar todos los lugares indicados
en los documentos, y le llam en particular la atencin el cerro del Pilzhun, en donde
durante la poca colonial se han hecho trabajos solo en superficie para la extraccin de
los minerales oxidados.
En el peridico oficial correspondiente al ao 1835, consta el envo la casa de
moneda de mas de 7000 marcos de plata, para su acuacin, lo que motiv que el Con-
greso de la Repblica sancionara una ley especial, librrima en cuanto al favor dado al
desarrollo de la industria minera en esa porcin de la Repblica; pues se ordenaba en
ella, no solo que no se cobrara contribucin ninguna sobre las minas y que se propor-
cionaran precio de costo la sal y la plvora necesarias para esa industria, .sino tam-
hien, que las Municipalidades Cantonales, con sus fondos propios, construyeran caminos
para facilitar el transporte de los materiales de explotacin y los minerales. En esa ley
se autoriza ademas al Ejecutivo paia la creacin de Bancos de avos, se previene que
las maquinarias, herramientas y dems tiles indispensables la minera podrn impor-
40*
628 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

tarse libres de derechos de aduana y se declara exentos las caballeras y peones mineros
de toda requisa servicio militar.
Por lo dicho se v, que presidia los destinos de la Repblica un hombre como
Rocafuerte, tan ilustrado como progesista, tan patriota como prctico en su manera de serlo.
Se ha cumplido esa ley? N.
Ah est el Azuay con sus ricas minas, pobre, ,misrrimo sobre la abundancia de
riqueza' y son los hijos de otras Provincias y los extranjeros avecindados en la Costa,
los que han ido remover las entraas del Pilzhun, aun sin poder contar ya con los
apoyos de la citada ley, para estudiar si es posible la explotacin de esos veneros de
riqueza.
El seor van Issehot present el 22 de Enero de 1891 al Sindicato de Exploracin
una Belacion de los trabajos de exploracin ejecutados en.la mina Esperanza (Pzhm),
en cuya consecuencia el Sindicato resolvi constituirse definitivamente en Compaa an-
nima, elevando el capital de esta la suma de 60000 sucres, fin de establecer una ex-
ploracin en la mayor escala posible.
En su informe describe el seor van Issehot los trabajos antiguos que encontr con
una extensin de 173 metros, los nuevos que se han hecho para descubrir los .filones ricos,
y los que estn por hacerse para poner la mina en el estado de una explotacin en gran
escala; despus sigue:
El nmero considerable de filones ya paralelos y ya cruceros, la ley de los mine-
"rales alcanzados en la exploracin del filn Esperanza y la potencia de este; la enorme
mineralizacion de las rocas adyacentes al filn; en fin, el conjunto de datos que hemos
adquirido, nos prueba de la manera mas evidente, que nos hallamos en presencia de un
asiento mineral sumamente rico, cuya explotacin debe reportar inmensas utilidades.
En los asientos minerales de la vecina Repblica del Per, Hualgayoc, Chota,
Recuay, Huallanca y Huaraz, la ley general de las minas no pasa de 25 marcos por
cajn, siendo en el Cerro de Paseo considerada como muy buena la de 12 marcos por
cajn sea 1 kilo por tonelada.
El mineral de Pilzhun se presenta con caracteres idnticos los de la famosa mina
,Pulacayo' de Huanchaea, en Bolivi, tanto en sus criaderos como en su especie mineral.
La Compaa de Huanchaea, cuyo capital de explotacin se elev ltimamente 600000
bolivianos, ocupa hoy 1500 operarios y obtiene anualmente 5 6 millones de bolivianos
de ganancia lquida; ha construido para .la exportacin de sus minerales una via frrea
de 460 kilmetros; y sinembargo, la ley de sus minerales no puede considerarse como
de las mas elevadas; siendo solo de 115 marcos por cajn.
En una galera auxiliar, que van Issehot abri al Este del filn principal de la
mina, encontr un hilo de metal, separado del filn, y el mineral extrado le dio el re-
sultado siguiente:
. 39% Kilos de plata por tonelada sean 474 marcos por cajn (de 60 quint.) y ade-
mas 11 grms. de oro por ton.
Mi' amigo van Issehot tuvo la amabilidad de poner mi disposicin su libro de
apuntes con el permiso de hacer uso de ellos para mis publicaciones. Aprovechando de
este permiso generoso, voy extractar algunos pasos interesantes. De Pilzhun dice:
En el reconocimiento superficial, que hice del cerro de Pilzhun, he notado la
existencia de 23 filones, ouyos afloramientos son visibles en varios trechos. Hall 18 minas,
algunas con socavones de desage, pero todas ellas se hallan en mal estado, aguadas y
aterradas. v. I. observ dos sistemas de vetas, el uno con direccin S-N y el otro
con la de E-O, con idntica composicin mineralgica. Hasta ahora no puede decir, cual
sea el sistema cruzado mas antiguo. Hablando del filn denunciado y explorado (de
la mina Esperanza) prosigue:
Este filn, cuya direccin S-N se puede seguir en una extensin que no baja de
300 metros, tanto por sus efloramientos, como por las numerosas catas abiertas en l,
se compone en su mayor parte de una roca cuarzosa en la que se observan pequeas
manchas de caolina. El cuarzo se halla atravezado y veces completamente reempla-
zado por hilos de baritina, la que se encuentra en hermosos cristales en las oquedades
y grietas de la roca. En unos puntos domina el sulfato de barita, en otros el cuarzo,
ambos acompaados de pirita de hierro arsenical en cristales menudos. El mineral de
plata, que creo ser un cobre gris (Fahlerz) se halla especialmente acompaada la bari-
tina y diseminado en manchas y pegaduras de color gris de hierro, tomado de azulejo
(el Pavonado de los mineros del Per y Bolivi).
MINAS DE PLATA. 629
Los minerales en la parte superior del filn han participado de la descomposicin
que ha sufrido la diorita; esta se ha trasformado en arcilla; los minerales se han oxi-
dado; la pirita se ha trasformado en xido de hierro, que comunica todo el filn el
color de ocre, que caracteriza los minerales conocidos en Sud-Amrica con el nombre
de ,pacos' y .colorados'. Esta descomposicin y estos caracteres no se observan igual-
mente en todos los filones, y la zona de oxidacin en la profundidad parece estar en
relacin directa de la cantidad de materias minerales contenidas en el filn.
Eesultado de los ensayes de este filn:

Oro. Plata.
gramos kilos
por ton. por ton. %

Cuarzo compacto con manchas de eaolina y pirita de hierro,


sin partculas visibles de eobre gris . . . . . . . . 8 0,500
Id. otra muestra 10 1,200
Hilos de baritina cristalizada con manchas de cobre gris
y pirita 10 5,000 5
Id. id. otra muestra 10 5,850 V.
10 7,600 7
El seor van Isschot me regal algunas muestras, sacadas del filn principal, que
son muy ricas en cobre gris (tetraedrita). Para conocer la composicin qumica de este
mineral saqu un pedazo de una mancha que pareci bastante pura, y lo hiee analizar
en el laboratorio qumico del doetor Mlsinger en Dresde. Resulta ser un Fahlerz (eobre
gris) arsnico-antimonial, que contiene:
2,15 "o de plata,
11,00 % cobre.
Hay que advertir, que en el mineral enteramente puro, la proporcin de plata y
cobre seria algo mayor, porque de la sustancia analizada qued todava un residuo con-
siderable de cuarzo y baritina, que se hallaban ntimamente mezclados con el cobre gris.
Del anlisis resulta que una tonelada de este cobre gris, separado de la ganga, daria
lo menos 22 kilogr. de plata y 110 hilogr. de eobre! Oro no se ha encontrado en el
cobre gris, aunque expresamente se ha ensayado por l. El que se encontr en otros en-
sayos, debe resultar del cuarzo y de la pirita del filn.
Desde mi regreso Europa no pude seguir la marcha de la exploracin ulterior de
esta mina interesante; pero de algunos peridicos de Guayaquil me he informado, de
que la esperanza de los empresarios no les ha engaado, que los resultados siguen ser
halageos y que la mina est en fruto. Los minerales ricos se exportan directa-
mente Preiberg (Sajonia), para beneficiarlos en el afamado establecimiento metalrgico
de Muldenhtten.

En Cuenca encontr el seor van Isschot un antiguo documento del ao de 1805,


que contiene el denuncio de la mina de Zhuya, y en que se afirma que esta mina ya
fu explotada principios del siglo pasado. En sus apuntes dice el seor van Isschot:
La mina de Zlraya est situada en el anejo del mismo nombre una distancia de
5 leguas (al O) de Caar, entre las haciendas de Malal y Ger. El filn que fu explotado,
arma en una diorita compacta y corre con rumbo N 80 0, y su potencia parece ser de
0,8Q 1 metro. Los antiguos trabajos de esta mina parecen haber tenido bastante
desarrollo, al juzgar por la gran cantidad de desmontes que aun quedan en varios puntos
en la falda del cerro, pesar del gran nmero de aos trascurridos desde el abandono
del trabajo. Varias minas fueron abiertas sobre el mismo filn, y un corte galera
destinada al desage fu iniciada unos 60 metros debajo de la mina principal.
Hall las minas enteramente obstruidas, unas por derrumbos del terreno superior,
otras por el desplome de la caja izquierda de la veta, la que sobresale afuera del terreno
una altura de 12 metros, y en fin la mina principal aterrada, segn noticias, de
propsito.
630 ANOTACIONES T SUPLEMENTOS.

Dediqu especial cuidado en conseguir muestras del mineral escarbando en los


desmontes, y no pude hallar sino una pequea muestra de-cuarzo con manchas de un
mineral de plata y cobre (cobre gris), acompaadas de pirita y galena menuda de grano
muy fino.
A distancia de unos 300 metros de la mina y en terrenos hoy sembrados, se hallaba
en otro tiempo la oficina de beneficio. Haciendo excavar en diferentes puntos, pude re-
construir la disposicin de la oficina, el sitio que ocupaba el molino, el horno para la
tuesta del mineral, el patio y en fin el depsito de los relaves minerales beneficiados.
En el sitio del horno y debajo de una capa de tierra vegetal de 0,80 m. 1 m.
hall una pequea capa de mineral, del cual recoj muestra para el ensaye. Del depsito
de los relaves recoj varias muestras, formando un comn del total.
Resultado del ensaye:
Kilos de plata por ton.
1. Muestra del mineral hallado en los desmontes 2,833
o
2 . Mineral calcinado, hallado en el sitio del horno 2,000
3 o . Comn de los relaves (mineral beneficiado) 1,333
Del examen de los desmontes'y de los ensayes se puede deducir: I o que el mi-
neral de Zhuya se componia principalmente de cuarzo con galena, blenda y de un cobre
gris antimonial mas menos rico en plata. 2 o que siendo estas especies minerales
rebeldes la amalgamacin, el tratamiento del mineral por este procedimiento debe haber
producido en las mejores condiciones de beneficio el 70 75 % del contenido en plata en
el mineral, siendo as que puede calcularse la ley de las menas extradas y beneficiadas
con un tenor aproximado de 5 6 kilogramos por tonelada.

Mina d e Ger. En el mismo cerro de Zhuya, en su falda Oeste y terreno de


la hacienda de Ger, existe gran cantidad de desmontes prximos una mina que hall
enteramente sollanada y aterrada. Ni en los desmontes, ni en la cancha y sus alrede-
dores, he podido conseguir una sola muestra de mineraL En las oficinas, cuyo sitio est
hoy cubierto de un monte espeso, pude descubrir los pozos de decantacin y lavado del
mineral amalgamado, y en ellos, debajo de la tierra vegetal, una pequea capa de relave.
El comn de estas tierras ensayado, dio por resultado 2,333 kilos de plata por tonelada.
Teniendo en cuenta la situacin de esta mina, la ley de los relaves y la impor-
tancia que parece haber tenido la oficina, debemos suponer, que la mina de Ger producia
minerales muy parecidos los de la mina de Zhuya. Todo tiende probar que el mi-
neral alcanz una ley de plata bastante crecida. La rehabilitacin de estas minas
pedira un capital considerable, atendiendo al estado ruinoso en que se hallan.

Miiia d e Malal. En la hacienda de Malal adquir noticias acerca de la


existencia de antiguas minas en las alturas de la cordillera, una legua de distancia
aproximadamente de la casa Hacienda de Malal. No pudiendo ir personalmente visitar
las citadas minas, hice traer muestras sacadas del desmonte. El ensayo fu practicado
sobre una muestra de mineral compuesto de cuarzo poroso con limonita rellenando las
grietas; mineral ,paco'. Hesult: ley de plata: kilos 1,700 por tonelada.

Minas d e Sayaus. En los altos cerros que dominan el pueblo de Sayaus


(al O de Cuenca) se emprendieron principios del siglo pasado algunos trabajos de ex-
plotacin en unos filones de cuarzo, que arman en la diorita, de que se compone el cerro.
Visitamos las antiguas labores y ensayamos los minerales .extrados. Constan de una
roca cuarzosa con pirita de hierro muy menuda. No se halla visible ninguna especie de
mineral de plata. Resultado del ensaye: 1,200 kilos de plata por tonelada.

H" aqu un resumen casi completo de lo que hasta ahora sabemos de las minas
metlicas del Ecuador. De los lavaderos trataremos en otro lugar.

2 5 . (Pg. 278.)
Fsiles d e Uimbi. Entre tanto que la parte general de esta obra estaba en
prensa, el seor G. Sehaeko en Berln estudiaba prolijamente y con el microscopio, el
FSILES TEBOIABIOS. 631
material que he traido de Uimb, y que le habia entregado como un excelente cono-
cedor de la fauna terciaria, especialmente de los foraminferos y otros animales inferiores.
Como hasta ahora conocemos tan pocos terrenos terciarios de Sudamerica, he creido de
inters general para los paleontlogos, insertar en este lugar los resultados principales
obtenidos por el seor Schacko, esperando que el mismo publicar mas tarde un trabajo
mas extenso sobre la materia, describiendo y bautizando las especies nuevas. Con fecha
9 de Junio de 1892 me comunica de Berln, que hasta ahora ha descubierto en la arenisca
terciaria (plioeena) de Uimb las formas siguientes:
Forana inlfera. Y ademas algunas formas dudosas,
Fam. Miliolidae. que hasta ahora no pudieron clasificarse.
1. Quinqueloculina venusta Karr., lo me-
nos muy parecida esta especie. Bryozoa.
Fam. Textilaridae. 1. Memhranipora munita Mars.
2. Textilaria flium P. & Jones., parecida 2. Eschara legans d'Orb.
una forma que vive todava cerca de
Panam. Mollusca.
3. T. agglutinans d'Orb. Lamellibranchiata,
Fam. Buliminae. 1. rea (Seapharca) concinna Sow. A lo
4. Bulimina punctata d'Orb., existe tam- menos se parece mucho esta especie,
bin viva en el Ocano Pacfico. que vive actualmente en la costa occi-
dental de Costarica.
5. Virgulina Schreibersi Czjz., en algunos
2. Crenella (Limopsis) sp.? parecida
caracteres se acerca la V. squamosa
la Limopsis retifera Semp. que es
d'Orb.
miocena.
6. Bolivina nobilis Hantk. 3. Astarte sp.?
Fam. Lagenidae. 4. Hemicardium sp. ? parecido al H. plani-
7. Lagena Vittardeboatta d'Orb. (form. re- costatum.
ciente y miocena). 5. Leda ornata d'Orb. Se dice que
8.' Nodosaria sp.? (fragmentaria). existe tambin viva en el Pacfico cerca
9. Gristllaria n. sp. cercana C. inter- de Paita.
medio. 6. Leda sp.? Se parece Leda crenifera
Fam. Folymorphininae. Sow.
10. Uvigerina raricostata d'Orb. 7. Gorbula sp.? muy parecida C. Pata-
Fam. Globigerinidae. gnica d'Orb.
8. Venus sp. (muy fragmentaria).
11. Globigerina bnlloides d'Orb. (tambin 9. Lucira sp., sumamente pequea.
reciente).
12. G. triloba Reuss (tambin miocena). Gasteropoda.
13. Orbulina universa d'Orb. 10. Orepidula, probablemente idntica con
Fam. Kotalinae. la Orepidula peruviana d'Orb.
14. Diseorbina rosacea d'Orb. 11. GeritMum vulgatum Brug.
15. Flanorbulina vulgaris d'Orb. 12. Nassa? Talvez es un nuevo gnero,
16. Truncatulina lobata W. J. porque por ciertos caracteres se aleja
de todos los conocidos.
Fam. Numulinidae. 13. Scalaria mitraeformis (?) Sow.
17. Nonionin communis d'Orb. 14. Turbonia ornata d'Orb.
18. N. auris d'Orb. 15. Pleurotoma oxytropis Sow., lo menos
Fam. Numulitidae. muy parecida esta especie.
19. Amphistegina Haueri d'Orb. 16. Turritella n. sp. Esta especie nueva
es muy grande y hermosa, y se en-
Ostracoda. cuentra en numerosos ejemplares.
1. Cytherella cingulata Brady. 17. T. Archimedis Brong.Var.
2. C. compressa Mnst. 18. Natica sp, muy pequea y elegante.
3. C. nodosa Brady. 19. Dentalium hexagonum Gld.
4. Cytherella n. sp. Ademas fragmentos de especies gran-
5. Cythere modiclaris Ks. des de Cardium, Cancellaria y Ostrea.
6. O. Jonesii Baird. var.
7. C. polytrema Brady. Verteforata.
8. C. Alderi Brady. Otolitos y vrtebras de diferentes espe-
9. Cytheropteron n. sp. cies de peces. Dientes de tiburones.
632 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

Estas son mas de .50 especies de animales, encontradas en tres pedacitos de arenisca,
que unidos miden apenas un decmetro cbico. La edad terciaria de la arenisca de Uimb
queda fuera de toda duda, y el seor Sehacko la adjudica las divisiones superiores,
es decir, a l a formacin pliocena, la cual, sinembargo, no corresponde en sus formas
orgnicas con la pliocena de Europa. La fauna fsil de Uimb est en prxima relacin
con la actual del Ocano Pacfico; y as debia ser, as era de esperar.

2 6 . (Pg. 279.)
P l a n t a s t e r c i a r i a s d e Lo.} a. Mientras que la flora terciaria de Europa ya es
bastante conocida, no sabemos casi nada de la correspondiente de Sudanirica. Muy
pocos son los restos vegetales que se han encontrado en capas terciarias de este conti-
nente y que llegaron los museos de Europa. El primer y nico trabajo serio se pu-
blic el ao pasado, sobre la flora terciaria de Chile por el seor H. Engelhardt de
Dresde: Ueber, Tertirpftanzen von Che (Frankfurt a. M. 1891). Describi 100 especies
y dibuj las principales sobre 14 tablas. Casi todas provienen del terreno terciario (con
lignitas) de Coronel y Lota, algunas de Punta Arenas en el estrecho de Magallanes, y
fueron colectadas por el Dr. Oehsenius. A mi regreso del Ecuador ense al seor
Engelhardt mis plantas terciarias de Loja (colectadas en parte por mi mismo, en parte
por mi amigo, el conocido botnico F. G. Lehmann), y en el momento se ofreci estu-
diar y describirlas. Pero siendo mi coleccin muy pequea (unas 20 planchitas), me
dirig al seor Ernesto Witt en Loja, suplicndole me mandara mas material de las
localidades que l conoca (me haba acompaado en mi viaje por la provincia de Loja
en 1876). Este buen amigo correspondi mis expectaciones y remiti ltimamente dos
cajones con impresiones de vegetales sobre las planchas de la marga arcillosa de Loja,
todas en excelente estado de conservacin. El seor H. Engelhardt se puso luego al
trabajo, y pronto tendremos una monografia de la flora terciaria de Loja, ilustrada por
tablas litografiadas. Este ser el segundo trabajo sobre la flora fsil de Sudamrica, y
Loja alcanzar una fama paleontolgica, que nunca ha soado. Antes de que se concluya
el trabajo, no podemos sacar deducciones generales, pero desde ahora ya se revela y se
confirma la circunstancia singular, observada en la flora terciaria de Chile, de que en
Sudamrica la vegetacin no ha sufrido un cambio tan radical desde la poca terciara
ac, como en Europa. All muchas especies terciarias parecen ser idnticas con las
actuales, aqu apenas se encontrar una que otra. La causa de este fenmeno consiste
probablemente en que el -clima sudamericano no ha sufrido un cambio tan completo
durante la poca indicada, como el de Europa, que en la poca terciaria era todava sub-
tropical y hoy s templado y en parte subrtico.
Algunas de las planchas, mandadas por el seor Witt, estn llenas de las impre-
siones de pequeos caracoles lacustres, que pertenecen dos especies del gnero Pyrgula,
y que forman tambin una novedad zoolgica para Sudamrica, en donde este gnero
hasta ahora no se habia descubierto.

2 7 . (Pg. 290.)
Petrleo d e S t \ Elena. En 1873 llev algunas botellas <le este petrleo
Quito, donde fu examinado por el profesor y director del laboratorio qumico, P. L. Dressel.
La sustancia bruta se separa por la destilacin en dos porciones: una perfectamente
lquida, transparente y casi sin color poco amarillenta, que tiene todas las propiedades
del petrleo refinado del comercio, excepto el olor, que es algo mas fuerte y desagra-
dable; y otra espesa, que por destilacin continuada d cantidades abundantes de un
excelente gas de alumbrado, mucho mejor que el que se saca de la ulla. La cantidad
de ambos productos vara segn el mtodo de la preparacin. Verificndose la destila-
cin en retortas de vidrio, no ha sido posible sacar mas que 12% de petrleo refinado,
por espesarse tanto el contenido en la retorta, que esta se rompera infaliblemente al
continuar la operacin. Pero valindose de retortas de hierro colado de otro metal, y
dando mucho mas calor, de 100 centmetros cbicos del material bruto pasaron primero
al recipiente 5%, y luego empez un desprendimiento abundantsimo de gas de alum-
brado, que es muy rico en carbono y por lo propio de mucho poder luminoso, y que
AGUAS M I N E R A L E S . 633
consta esencialmente de etileno (gas olefico C2H4) y de acetileno (C2H2); pero al mismo
tiempo continu la destilacin de otra parte del lquido ya no tan puro como en la por-
cin primera. Obtuvironse en esta segunda parte de la destilacin 59 centmetros cbi-
cos de petrleo y 5925 centmetros cbicos de gas de alumbrado. Cuando se expone
el petrleo natural inmediatamente un fuego fuerte en retortas de hierro, se logra
menos de destilado lquido, pero mas de gas. As dieron 100 centmetros cbicos en un
segundo experimento 19 centmetros cbicos de destilado claro, antes de principiar el
desarrollo de gas, pero solamente 24 centmetros cbicos de otra porcin lquida. En
la retorta de hierro se encuentra siempre despus de la destilacin un corto residuo de
carbn amorfo. Es de advertir, que el petrleo natural, examinado en estos ensayos,
seguramente ya no contenia toda la cantidad de aceites voltiles, con que fluye de la
tierra; pues fu reeojido de un pequeo pozo, en donde estaba expuesto por mucho tiempo
al aire libre. Los nmeros arriba indicados para el destilado claro y transparente se
aumentaran notablemente al someter la destilacin la sustancia enteramente fresca,
cuando aun no ha estado expuesta mucho tiempo al contacto del aire libre.

2 8 . (Pg. 292.)
A g u a s termales d e San Vicente. En 1876 analiz el profesor P. L. Dressel
en Quito una botella de esta agua, que yo habia trado de 8t s . Elena, constatando por.
primera vez su composicin singular y la presencia de yodo y bromo.*) l d la an-
lisis siguiente:
Un litro contiene:
Cloruro de potasio gramos 0,6781
Cloruro de sodio 4,7881
Cloruro de calcio 4,2175
Bromuro de sodio 3,2479
Bromuro de calcio 0,7265
Yoduro de calcio 0,0861
Bicarbonato de hierro . . . . 0,0168
Cloruro de aluminio 0,0215
Slice 0,0233
13,8058.
La cantidad de bromuro indicada en esta anlisis, era sorprendente y movi en 1881
al seor E. Malinowski y mi hacer algunos estudios serios, para ver, si era posible
pensar en la extraccin industrial de los yoduros y bromuros de esas fuentes. "Volv
Santa Elena para estudiar mas detenidamente las fuentes, su caudal de agua y otras
circunstancias, y llev Guayaquil 4 barriles de agua, con que hicimos ensayos en gran
escala, notando desde luego, que el bromo no se hallaba en tanta cantidad como la an-
lisis indicaba.**) Pero no pudiendo practicar en Guayaquil (por falta de un buen labora-
torio) una anlisis completa y exacta, rogamos al seor A. Eaimondi en Lima que haga
este trabajo, quien lo ejecut escrupulosamente y con una gran cantidad de agua que
mandamos. Nuestro trabajo qued sin resultado prctico, porque en aquella misma
poca habia bajado el valor comercial de los yoduros y bromuros muchsimo, por haberse
hallado en grandes cantidades en algunas salinas de Alemania y en el salitre de Chile,
de manera que una empresa establecida en Santa Elena bajo circunstancias difciles, no
podia entrar en competencia, aunque la cantidad de bromuro segn las nuevas anlisis
quedaba todava bastante considerable. El resultado cientfico de nuestro empeo es la
anlisis exacta de Eaimondi, que comunicamos aqu.

*) Estudio sobre algunas aguas minerales del Ecuador (Quito, 1876), pg. 36.
**) El error que existe en la anlisis de Quito, se explica por la advertencia que la acompaa:
Advirtindose durante la anlisis la presencia de bromo y yodo en el agua, y resultando la suma de
los ingredientes calculada bajo la suposicin de que el precipitado obtenido por el nitrato de plata
era solo clorido, notablemente inferior la cantidad del residuo de la epavoraoion: se volvi re-
petir la determinacin de todos los tres halgenos con la cantidad cortsima de agua que habia todava
sobrado.
634 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

a
I . Anlisis elemental. 2o. Clculo de las combinaciones.
ay:
En un litro de agua filtrada hay: En un litro de agua existe
Yodo gramos 0,07400 Yoduro de calcio. . . . gramos 0,08560
-Cromo 0,25594 Bromuro de calcio . . . 0,31992
Cloro 7,95166 "" Cloruro de calcio . . . 6,44547
Calcio 2,40000 Cloruro de sodio. . . . 5 5,87262
Sodio 2,39900 Cloruro de potasio . . . 0,53380
Potasio 0,27995 Cloruro de aluminio . . 0,01829
Aluminio 0,00373 A esto se agrega el dep-
sito obtenido en la fil-
tracin del agua:.
Carbonato de cal . . . 0,0450
Carbonato de magnesia 0,0057
0,0110
5) 0,0177
13,35515

2 9 . (Pg. 305.)
Sal de Ibarra. Salitre de Lataeunga. Sal d e Tomavela. En su
Memoria sobre las salinas yodferas de los Andes (Viajes cientficos los Andes ecua-
toriales, pg. 121) dice el seor Boussingault:
El terreno arenoso que rodea el Cotaeachi, se impregna de sal hasta la profun-
didad de algunas pulgadas. Esta arena se reeoje, se lava, y luego se amontona de
nuevo, hasta que la superficie se cubre otra vez de sal. Entonces se somete la misma
operacin, y as sucesivamente. Generalmente se cree en Mira, que la sal se forma es-
pontneamente por la accin atmosfrica. Fndanse en que solo la superficie del suelo
est salada, y en que la tierra lavada produce de nuevo sal, luego que se deja expuesta
al aire por algun tiempo, y en que, apesar de haber sido trabajadas largo tiempo estas
antiguas salinas, sus productos no disminuyen. Considero estas ideas generalmente ad-
mitidas como inexactas, y los hechos que sirven de fundamento para creer que la sal
se forma en virtud de accin atmosfrica, me parecen insuficientes del todo. Es cierto
que la superficie del suelo aparece muy salada, pero tambin lo es que basta una ex-
periencia muy sencilla, para reconocer que el terreno contiene cloruro de sodio hasta una
profundidad de 5 6 pulgadas, y no tengo duda que todo este terreno aluvial de Mira
est penetrado de una lijera cantidad de sal, y es muy natural, que causa de la pro-
piedad trepadora (grimpante) de las sustancias salinas, la sal suba cristalizar y se
concentre, por decirlo as, en la superficie del suelo en la parte mas cerca de la arena.
Por lo que hace la reproduccin de sal en las tierras ya lavadas, ella prueba nicamente
que estas tierras no fueron despojadas la primera vez de toda la sal que eontenian, como
es fcil manifestarlo examinando las arenas que acaban de lavarse, y de sacarse de las
pipas, especie de odres grandes que sirven de filtros. He insistido en la necesidad de
refutar la opinin adoptada sobre la formacin de la sal de mar en Mira, porque del otro
lado del Ecuador explican del mismo modo, fundndose sobre hechos igualmente mal ob-
servados, la formacin del nitrato de potasa, que se v en las llanuras que rodean la
villa de Lataeunga. Es en verdad difcil de explicar la formacin del nitrato de potasa,
de que est impregnado el suelo en estas llanuras, pero ciertamente no es menos extra-
ordinario ver esta arena de piedra pmez mezclada ntimamente al nitrato de potasa, que
encontrar, como sucede en Tarapaca en el Per, un criadero considerable de nitrato de
sosa en la arcilla un producto tan cargado de zoe, como lo es la sal amonaco que
sale de algunos volcanes. El terreno salfero de Mira ofrece la particularidad de ocupar
una extensin circunscripta en medio de la llanura inmensa de Cotaeachi, apesar de ser
el terreno que la rodea, absolutamente de la misma naturaleza.
Hall que la aluvin salada del Mira descansa sobre una traquita de pasta piro-
xnica y cristales de feldespato vidrioso, como puede observarse distintamente en el lveo
profundo del torrente de Ambi. Como de las traquitas del Purac y de Pasto manan
fuentes de agua salada yodfera, idntica la que produce en Mira, nada de aventurado
tendra la hiptesis, que atribuiria el origen de la sal de Mira fuentes saladas que na-
ceran en la roca traqutiea, que sirve de base al terreno aluvial que se beneficia. Al
SALINAS. 635
uso continuo de esta sal deben los habitantes de la provincia de los Pastos el privilegio
de carecer del coto, que la altura considerable (cerca de 3000 metros) de esta comarca,
llamada por M. de Humboldt el Thibet de la Amrica meridional, es endmico cuando
no se usa de la sal yodfera. En los alrededores de Quito comienzan ya verse cotos,
justamente en donde la sal de Mira se sustituye la de Punta Santa Elena. Esta sal,
que como todas las de mar, es yodfera, pierde esta cualidad luego que se trasporta
grandes distancias en el interior, porque las sales delicuescentes, que son precisamente
las que contienen el yodo, se eliminan en el trasporte. El terreno de Quito no carece
de salinas yodferas, pero el bajo precio de la sal de la mar del Sur no permite traba-
jarlas con provecho, y solo cuando el coto hace progresos muy rpidos, en que los en-
fermos hacen uso de la salina yodfera de Tomabela, cerca de Guaranda, que est si-
tuada justamente la base del Chimborazo.

Las salinas de Tomabela, de que habla el seor Boussingault, no son otras que
las del pueblo de Salinas (anejo de Simitug) al N de Guaranda. La sal extrada de las
fuentes saladas contiene en efecto yodo, pero en cantidades tan pequeas que en las an-
lisis ordinarias no puede determinarse. Por lo dems la composicin de esta sal es segn
el P. L. Dressel la siguiente:
Cloruro de sodio 88,0834
Cloruro de calcio 1,5408
Cloruro de magnesio 0,5326
Sulfato de sodio 3,3031
Sulfato de potasio . . . . . . 0,0013
Agua 7,2171
100,6783.
El mismo profesor d tambin otro clculo de la anlisis elemental, considerando la
magnesia como unida con cido sulfrico (sulfato de magnesia) y considera esta segunda
combinacin como la mas probable:
He calculado las sales que componen la sal de Tomavela, de dos maneras, por no
saber, qu temperatura se haya verificado la evaporacin. Pues, si esta se ejecut
en calor menor de 15, habr sulfato de magnesio y se ha de tomar la primera lista por
la expresin verdadera de la sal; mas si la temperatura era mayor de 15 los ingre-
dientes sern los de la segunda serie (con cloruro de magnesio). Siendo la temperatura
media de Salinas de solo 7,5 C, la primera suposicin tiene mayor probabilidad. (Es-
tudio sobre algunas aguas minerales del Ecuador, pg. 16.)
esto hay que advertir, que la evoparaeion se hace en Salinas sobre el fuego ar-
tificial, de consiguiente con una temperatura mucho mayor de 15 C. He medido la
temperatura de las fuentes principales de Salinas, y encontr:
Puente principal 14 C.
Cando grande 20
Chaupi-eando , 20
Cando de abajo 15
Sigsig-cando 11
Casa-huaieo-cando . , . . 11
Como en otro lugar he dicho, segn mi opinin nacen estas fuentes en el terreno
cretceo.

gO. (Pg. 307.)


A g u a s m i n e r a l e s . Extracto del Estudio sobre algunas aguas minerales del
Ecuador, por Luis Dressel 8. J. Quito 1876.
Nota. La cantidad de las sustancias se expresa en gramos, contenidos en un litro
de agua. Se guarda el orden alfabtico como en la obrita citada.
A l a n g a s . Al pi del cerro volcnico de Hal. Agua de sabor agradable, tem-
peratura de la fuente 35 C.
636 ANOTACIONES-T SUPLEMENTOS.

Cloruro de potasio 0,0006


sodio 0,0067
Bicarbonato de sodio 0,8122
calcio 0,1765
magnesio . . . 0,3164
hierro 0,0233
Almina 0,0075
Slice 0,2025
1,5457.
B a o s . Al pi del Tunguragua. Hay varias fuentes de diferente temperatura y
de diferente composicin.
I o . Fuente de la Virgen de Agua Santa, al extremo SO del pueblo; nace de una
pequea cueva de la roca volcnica, con la temperatura de 54y2 C. y con un despren-
dimiento fuerte de cido carbnico. B l a g u a tiene reaccin alcalina y un sabor salobre.
Sulfato de potasio 0,0273
sodio 2,5670
Cloruro de sodio 0,7188
Bicarbonato de sodio 0,8183
calcio 0,8164
magnesio. . . . 2,5466
hierro 0,0466
Almina . 0,0090
Slice. ; . . . . . 0,1900
7,4400.
2 o . El Salado de Badcung. El agua de la fuente tiene un sabor tinta (ferru-
ginoso), y la temperatura de 35y2 C.
Sulfato de potasio 0,0337
Cloruro de sodio 0,0008
Bicarbonato de sodio 0,8223
calcio . . . . . 0,1350
magnesio. . . . 0,2618
hierro 0,1157
Almina . . '. . 0,0118
Slice 0,0853
1,4664.
3 o . Una fuente en el vae superior de Badcung. Temp. 44 C.
Sulfato de potasio 0,0061
sodio 1,1174
calcio . . . . . . . . 1,4168
magnesio . . . . . . 2,1987
Cloruro- de m a g n e s i o . . . . . . 0,0084
Bicarbonato de magnesio . . . . 1,4709
Almina y xido de hierro . . . 0,0207
Slice . . . 0,0128
6,2518.
CMmborazo. Al pi sureste' de este cerro y en terreno de la hacienda del mismo
nombre se hallan dos fuentes minerales de distinta composicin qumica. La temperatura
de ambas fuentes es de 17 C.
I o . Fuente superior (alcalina). 2 o . Fuente inferior (Cachi-huaico).
Cloruro de potasio 0,0005 Sulfato de potasio 0,0065
sodio 0,7064 . sodio 0,0222
Bicarbonato de sodio 2,5405 Cloruro de sodio 0,0332
calcio 0,6754 Bicarbonato de sodio 1,8954
magnesio 0,2266 . . calcio . . . . . . 0,2699
hierro 0,0199 magnesio . . . . . 0,0165
Fosfato de aluminio 0,0027 Almina hierro rastros
Sflice 0,0360 Siee . 0,0470
4,2080 2,2907.
AGUAS. MINERALES. 637
C o t a c a c h i . Fuente de Yana-yacu, con una temperatura de 19,3 C. (segn Dressel;
yo la encontr en 27 C).
Sulfato de potasio 0,0048
sodio 0,0236
Cloruro de sodio 0,0394
Bicarbonato de sodio . . . . . . 0,4219
calcio . . . . ; 1,0821
magnesio. . . . 0,8544
hierro 0,1463
Fosfato de aluminio rastros
Slice 0,1613
2,7338..
Machachi. En la.cercana de este pueblo existen muchas fuertes minerales, es-
pecialmente las orillas del rio de San Pedro. De estas fueron alalizadas 4 de la ha-
cienda Calera y dos de la hacienda Tesalia.
I o . Fuentes e la hacienda Calera. 1. Bao de la Marquesa, temperatura de 26,2 C.;
II. Fuente de Juan. Temp. 25,6 C ; I I I Fuente del Salado superior. Temp. 20,7 C ;
IV. Fuente del Salado inferior.. Temp. 23 C.
I. H. DI. IV.
Sulfato de potasio 0,0850 0,0010 0,0013 0,0007
sodio 0,0852 0,0289 0,0735 0,0665
Cloruro de sodio : 0,9454 0,2236 0,6227 0,5092
Bicarbonato de sodio. . . . . .2,7234 3,3987 2,2746 1,4664
calcio . . . . . 0,4872 0,5388 0,3793 0,5629
magnesio . . . 0,9486 1,5823 1,1684 1,0037
hierro rastros 0,0054 rastros rastros
Slice . . . . . . . . . . 0,1130 -"
5,2748 5,8917 4,5198 3,6094.
2i Fuentes de la hacienda Tesalia. I. El hervidero de Timpuc. Temp. 22 C.
II. Fuente ferruginosa. Temp. 24,3 C.
I. II.
Sulfato de potasio . . . 0*0035
sodio . . . . . 0,0623
Cloruro de potasio . . . . 0,0080
sodio 0,3144
Bicarbonato de potasio . . . . 0,0013
. sodio . . . 0,3010 0,4556
calcio. . . 0,2556 0,1475
magnesio . 1,7071 0,8979
hierro. . . - 0,0311
Fosfato de aluminio . . . 0,0455 0,0053
Slice 0,0210 0,0750
2,7104 1,6217.
l o n o . I. Fuente de la quebrada Caparrosa. Temp. 28,7 C. II. Fuente del
Potrero. Temp. 25 C.
I. H.
Sulfato de potasio . 0,0226
sodio . , . 0,0007
Cloruro de potasio . . 0,0052
sodio . . 0,9042 0,6304
Bicarbonato de sodio 0,4894 0,5300
calcio 1,4067 0,8203
,, magnesio 0,6885 0,4518
hierro 0,0773 0,0336
Fosfato de aluminio rastros 0,0090
Slice . .; 0,1570 0,1320
3,7283 2,6304.
638 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

Otavalo. I. Fuente de Yana-yacu en San Juan-. Temp. 26,2 C. II, Fuente del
Salado, la orilla del rio Blanco entre Otavalo y CotacacH. Temp. 30,6 C.
I. II.
Sulfato de potasio . . . . 0,0047 0,0016
sodio 0,0026 0,0175
Cloruro de sodio 0,0383 0,6413
Bicarbonato de sodio . . . 0,5300 2,0404
calcio. . . 0,4537 0,8289
magnesio . 0,8697 1,6826
hierro . . 0,0358 0,0807
Fosfato de aluminio . . . 0,0015
Slice 0,0207 0,1812
1,9570 5,4742.
Quilo toa. Agua de la laguna en el crter. Temp. 16 C.
Sulfato de potasio 0,0479
calcio 0,5634
Cloruro de potasio 0,0068
sodio 3,4910
magnesio 2,0443
Bicarbonato de magnesio . . . . 0,5803
hierro 00275
Almina 0,0538
Slice 0,0918
6,9068.
Quisaya. Fuente en la quebrada Asnae-paecha cerca de la hacienda de Quisaya
superior. Temp. 18,7 C.
Sulfato de potasio 0,0081
sodio 0,2188
Cloruro de sodio 0,7010
Bicarbonato de sodio 0,1870
calcio 0,0810
magnesio . . . . 0,1084
hierro 0,0044
Almina 0,0112
Slice 0,0373
1,3572.
San Antonio. Una fuente al lado izquierdo del rio Pomasqui, con la temperatura
de 20 C. es poco mineralizada, conteniendo su agua solo 0,8889 gr. de sales. Es dbil-
mente ferruginoso-alcalina.
Santa Elena. Fuentes term. de San Vicente. Vase el anlisis en el Supl. No. 28.
Tumbaco. Fuente de Cunuc-yacu. Temp. 27 C. El agua pertenece las indife-
rentes termales, conteniendo solo 0,4357 sustancias minerales; es una agua potable tibia.

3 1 . (Pg. 307.)
A g u a s de la provincia d e l Guayas. Cuando en los aos de 1882 y 1883
me ocupaba con la cuestin Agua potable para Guayaquil, estudi muchas fuentes y
rios de la provincia. Entre otras cosas quera saber, si las aguas salobres de los rios
Puca, Colimes y Magro influyeran considerablemente en la potabilidad del rio Daule.
Recoj el agua de cada uno de los tres tributarios nombrados, y la del rio Daule en
diferentes puntos desde su unin con el rio Peripa hasta Petrillo. Creyendo que este estudio
no careciese de inters prctico, voy publicar las anlisis, que mi instancia ejecut
mi amigo A. Uaimondi, muy versado en esta materia, en su laboratorio en Lima. (V. p. 640.)
I. Rio grande (Balzar), arriba de su confluencia con el rio Peripa. Rio de agua
cristalina, correntoso. Junio 1882.
IiAYAfEEOS DE OBO. 639
II. .RO Peripa, algunas cuadras arriba de su unin con el rio Grande. Agua crista-
lina, correntosa. Junio 1882.
III. Rio de Balsar (Daule), enfrente de Balzar. Junio 1882.
IV. Rio Puca, cerca su desembocadura en el Daule. El rio estaba la sazn muy
seco, solo canoas pequeas traficaban en l. Junio 1882.
V. Rio Daule, unido con el rio Puca, media legua arriba de Colimes. Junio 1882.
VI. Rio de Colimes, algunas cuadras arriba de su boca. Estado del rio como el del
Puca. Junio 1882.
VII. Rio Daule, unido con el de Colimes, un poco arriba de Daule. Junio 1882.
VIII. Rio Magro. La boca misma estaba completamente seca; algunas cuadras mas
adentro se encontr el agua estancada en pozos. Junio 1882.
IX. Rio nuevo, tributario principal del rio Magro, cerca del sitio de Zaruma. El rio
llevaba poca agua. Junio 1882.
X. Rio Daule, cerca de Potrillo (en el ato). Diciembre 1881.
XI. Rio de Boliche, despus de atravesar las tembladeras y sabanas. Diciembre 1881.
En la tabla (p. 640) las cifras expresan el contenido de las sustancias en gramos por litro.

3 2 . (Pg. 316.)
Lavaderos de la provincia del Azuay. H aqu lo que eserib en 1876
sobre el empobrecimiento aparente de las minas de oro:
Se oye veces la queja de que los lavaderos se han agotado, y de que ya no son
tan ricos como en los tiempos de los indios y de los espaoles. Esta queja y sta opi-
nin est mal fundada, y lo cierto es solamente, que se ha acabado el espritu emprende-
dor y la constancia de los antiguos. Quin ha establecido en los ltimos decenios
un trabajo regular en los lavaderos, con la gente necesaria, en bastante extensin, con
los auxilios y recursos convenientes, y ademas eon la constancia debida? Nadie! Si
los antiguos sacaban mucho oro de los lavaderos, era porque trabajaban, y no porque
esos eran mas ricos; y podra decirse lo mismo respecto las dems minas. Muchas
veces oia preguntar: de donde tenan los indios su oro? donde existen existieron las
minas tan ricas, que dieron esas cantidades de oro caso se habrn agotado perdido ?
Yo no reparo en opinar, que la mayor parte del oro, que se encontr en Cojitambo, en
Chordeleg y en otras huacas, y que los conquistadores encontraron entre los indgenas
de esta provincia, provenia de los lavaderos de Nabon, Sigsig y Collay, sin suponer que
estos entonces hubiesen sido mucho mas ricos que ahora, y sin recurrir la hiptesis y
las fbulas de las ,minas tapadas' etc. Reflexionemos un poco y desaparecer lo extra-
ordinario de la antigua riqueza de los indios. El oro no sali en aquellos tiempos del
pais en forma de moneda, como hoy dia, quedaba comunmente en la misma provincia
lo menos en la corte del monarca, y servia casi exclusivamente para los adornos.
Ahora bien, aunque cada ao se sacaba una pequea cantidad del metal precioso de la
tierra, debia aumentarse muy pronto en el transcurso del tiempo, y en las cantidades
crecidas, que encontraron los conquistadores, debemos ver el resultado de una larga
poca. Ademas el Inca podia disponer arbitrariamente sobre un nmero cualquiera de
trabajadores que le obedecian con gana y alegra, y aunque cada uno diariamente no la-
vase mas oro que los indios actuales de Sigsig, muy pronto un ejrcito de indios podia
reunirlo por arrobas. La circunstancia de que enterraban tanto oro con los muertos (en
los lugares donde lo tenan) comprueba tan solo, que paTa ellos el oro no tenia el mismo
valor que para nosotros, no era mas que un adorno, y entre ellos este sacrificio no era
mayor que cuando ahora enterramos al difunto con un hermoso vestido. Supongamos,
que los indios de Sigsig durante algunos aos todo el oro, que sacan en Ayon y Santa
Brbara, en lugar de convertirlo en plata y pan, lo guarden y lo usen solamente entre
si como los antiguos, en forma de adornos y pequeos utensilios etc., en poco tiempo
parecern tan ricos como los antiguos habitantes de Chordeleg. Y si todo el oro, que
desde la conquista dieron los lavaderos, hubiese quedado en el pais, qu cantidad fabu-
losa existiria ahora, sin que haya que suponer, que las minas y los lavaderos eran mas
ricos! En fin, con todo esto no quiero mas que sostener mi opinin, de que los lava-
deros de oro en la Cordillera oriental probablemente no eran mas ricos en la antigedad
que ahora, y que no estn agotados, excepto naturalmente los lugares escarbados, que
por dems no hacen ni la mitad de todo el terreno aurfero,
Aguas de la provincia del Guayas. (V. pg. 638.)

Apo-
Carbo- Carbo- Oxido Oxido erenato Sulfato Sulfato Cloruro Cloruro Fosfato
de Materia
Nro. nato de nato de de de hierro' de de de de de Slice Suma
man- orgnica
cal magnesia hierro ganeso y man- cal magnesia sodio potasio cal
ganeso

I. 0,0200 0,0186 0,0290 0,0200 0,0090 ' 0,0966


n. 0,0123 0,0008 0,0115 0,0102 - ' - 0,0070 - 0,0418
m. 0,0050 0,0040 0,0020 0,0050 0,0298 - trazas 0,0100 - 0,0563
IV. 0,0620 0,0034 0,0040 0,0040 0,0816 0,0864 0,0183 - 0,0050 0,0500 0,3147
V. 0,0100 0,0060 0,0090 0,0135 0,0422 0,0035 0,0080 0,0922
VI. 0,1300 0,0320 0,0100 0,0090 f - 0,1429 ) 0,0300 ' 0,0229 0,0070 0,0200 0,4238
a 0,0018 0,0017 0,0090 0,0557
vn. 0,0080 0,0055 0,0040 0,0030 0,0145 ) 0,0040 -
3
vm. 0,0060 0,0020 0,0020 - 0,0641 - ) 0,0050 - 0,1099
IX. 4 s
0,0650 0,0151 0,0058 ) ) 0,0045 - 0,1830
X. 0,0100 0,0079 0,0015 0,0098 1 0,0037 - 0,0091 0,0018 0,0343') 0,0020 0,0757 0,1761
XI. 0,0110 0,0050 6) 0,0221 0,0180 0,0023 0,03818) 0,0021 0,0700 0,1955
1

x
) Sulfato de soda 0,0200. - ) Cloruro de magnesio 0,0042. 3) Cloruro de calcio 0,0308. 4) Sulfuro de. hierro 0,0015,
3

sulfuro de manganeso 0,0101, sulfuro de calcio 0,0219, sulfuro de magnesio 0,0112. Estos sulfurs se hallan sueltos en el agua, favor
del cido carbnico libre, como los carbonates de cal y magnesia. 5) Cloruro de magnesio 0,0479. 6) En las anlisis X y XI la cal,
magnesia, el hierro y manganeso son calculados como bicarbonatos. ") Ademas Fosfato de magnesia 0,0203. s) Ademas Fosfato de
magnesia 0,0269.
PLATINA. ESMERALDAS. 641
3 3 . (Pg. 324)
P l a t i n a . La platina fu descubierta en el siglo pasado en Sudamrica. La
primera noticia sobre ella lleg Europa en 1736 por el matemtico espaol Antonio de
Ulloa, que la encontr en la arena aurfera del rio Pinto en Choc. El qumico ingls
Watson analiz en 1750 esos granos blancos del rio Pinto, y descubri en ellos un nuevo
metal. Por lo dems, los metalurgistas sudamericanos ya se habian fijado antes en est
sustancia y le haban dado el nombre de Platina del Pinto (diminutivo de plata); pero
no conocian ninguna de sus propiedades, excepto el gran peso especfico, la crean entera-
mente intil y aun la botaban los rios mas hondos, para evitar la adulteracin del oro.
Los antiguos indios de la costa, mucho antes de la conquista, no solamente conocieron
la platina, sino la emplearon en las aleaciones con oro y plata. Solamente desde el
tercer decenio de nuestro siglo se ha generalizado el uso de la platina, sobre todo en las
fbricas y laboratorios qumicos, en que ya se hizo indispensable. La platina es mucho
mas rara que el oro, y la produccin anual de todo el mundo no pasar de 50 quintales,
los que la Rusia sola (montes Urales) contribuye con unos 40 y la Amrica del Sur
(el Brasil y Colombia) con unos 5 quintales.

3 4 . (Pg. 329.)
Esmeraldas. No se puede poner en duda lo que todos los antiguos historia-
dores refieren sobre las muchas y grandes esmeraldas, que se encontraron entre las tribus
indgenas de estas regiones litorales, como tambin en el tesoro de los incas. As, por
ejemplo, todos estn conformes en contar que los soldados de Alvarado, cuando pasaban
en 1534 de la costa al interior, recibieron mucho oro y muchas esmeraldas de los habi-
tantes del pais. El historiador Velasco supone, que esto sucedi en el rio Esmeraldas,
no duda que esas piedras fueron productos de la misma comarca, y cree que desde
entonces el rio recibi el nombre que tiene ahora. Mas, est comprobado por documentos
indisputables*), que el pequeo ejrcito de Alvarado nunca pis el territorio de la actual
provincia de Esmeraldas, que se desembarc en la baha de Carques, se diriji de ah
Daule y Chionana (hoy hacienda de Chonana), cruzando la provincia de Manab, y
despus sali por despoblados montes y por los pramos nevados de Casalagua al gran
camino de los incas, cerca de Ambato. De consiguiente, aquellas esmeraldas fueron de
los habitantes de las actuales provincias de Manab, Guayas y Los Bios. Pero as como
nadie dir que las esmeraldas que se encontraron entre los habitantes de Quito, fueron
sacadas en aquella misma provincia del terreno volcnico (que no puede contenerlas),
tampoco no se puede afirmar que en las provincias litorales haya minas de esmeraldas,
apoyndose nicamente en que los habitantes posean tales piedras. No quiero negar,
que ciertas rocas antiguas (esquistosas) de la cordillera oriental pudieran alojar esme-
raldas, pero no existe singuna prueba de que hasta ahora el terreno ecuatoriano hubiese
dado una sola de estas piedras preciosas. Todo cuanto se afirma de minas de esme-
raldas, se reduce suposiciones y conjeturas sin fundamento positivo: se dice, se cree,
se supone, pero nadie comprueba, y finalmente se corta el nudo gordiano con las minas
tapadas y ocultadas por los indios. En toda la provincia de Esmeraldas (y lo que
dir, se refiere igualmente las dems provincias litorales) no existe ninguna formacin,
ninguna roca, que pudiese contener minas de esmeraldas. La nica posibilidad, que puede
imaginarme, seria que tales piedras se encontraren, como el oro corrido, en el terreno
de acarreo, es decir, arrastradas y tradas de lejos y de otras formaciones. Pero en primer
lugar, los rios de esos sistemas fluviales no atraviesan, ni en su curso superior, forma-
ciones que pudisemos considerar como criaderos de esmeraldas; y segundo porqu ni
una sola vez se encuentra una esmeralda en el terreno de acarreo, en el cascajo de los
rios, en los lavaderos de oro? Ciertamente, en este caso no seria posible tapar
ocultar las minas, siendo el terreno tan superficial y extenso, como tampoco no se podria
tapar los lavaderos de oro.
Para- mi la mayor parte de las esmeraldas que tenan los indgenas de este pais,
provenan de las minas de Colombia, donde se explotan hasta el da; algunas fueron intro-

*) Vase: ApunteB para la Historia de Quito, por P. Herrera (Quito 1874), pig. 22.
WoliP, Ecuador. 41
642 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

ducidas talvez por los Incas del Sur, cuyo origen ignoramos. Existen muchas pruebas
de que los antiguos indios mantenian un vivo comercio y cambio de productos entre sus
tribus, y veces con las muy remotas. As se encuentran en las huaeas de ciertas re-
giones objetos de oro, aunque este metal no se halle en torno de cien leguas; y de igual
modo pudieron introducirse piedras preciosas de un pas lejano otro, en que el terreno
no las daba. Los indios de nuestras costas recibieron de los de Quito la obsidiana, una
especie de vidrio natural de los volcanes, que en quichua llaman aya-collqui (plata de
los muertos); por qu no pudieron recibir de tribus del Norte las esmeraldas? Es
muy natural, que los primeros conquistadores, al encontrar muchas esmeraldas en Manab,
supusieron que eran productos de esta misma regin, y cuando, al averiguar por su
origen, los indios les indicaron un pais mas al Norte (Colombia), talvez ellos entendieron
equivocadamente la provincia mas cercana y la llamaron la de Esmeraldas, con cuyo
nombre se ha quedado hasta ahora, aunque despus la experiencia no haya confirmado tal
suposicin. Posteriormente se inventaron, como suele suceder en casos semejantes, las
tradiciones para dar una explicacin plausible al nombre. Pero sea lo que fuese del
origen de este nombre, lo cierto es que hasta hace poco ha dado margen conjeturas
infundadas, no existiendo como no existen all minas de esmeraldas.
En la parte hidrogrfica de esta obra he demostrado que el rio de Esmeraldas se
llamaba en la antigedad india rio Chinto.

3 5 . (Pg. 336.)
Composicin mineralgica y qumica d e las andesitas. No siendo po-
sible entrar en esta obra general en estudios petrogrficos detallados, voy indicar los
trabajos especiales, que existen sobre la constitucin petrogrfica y qumica de las rocas
volcnicas del Ecuador, para que los interesados puedan consultarlos. Si cito con prefe-
rencia trabajos alemanes, no es por parcialidad, sino porque con pocas excepciones fueron
petrgrafos alemanes los que se ocuparon con estas rocas.
Abich, H., Ueber die Natur und den Zusammenhang der vulkanisehen Bildungen.
Braunsehweig 1841. En esta obra se encuentran las primeras anlisis de
rocas ecuatorianas, colectadas especialmente por Humboldt. Abich estudi las
andesitas del Chimborazo, Cotopaxi, Pichincha, Tunguragua, Piedra-pmez de
Lataeunga etc.
Artop, G-. J. A., Ueber augithaltige Trachyte der Anden. Gottingen 1872.
Bath, Q. vom, Einige Gsteme aus dem Hochland von Quito. Ndrrh. Ges. f. Nat.
u. Heilk. 1873. Anlisis de los feldespatos del Mojanda, Pululagua y
Pichincha.
Both, /., Ueber die Obsidian- und Perlitstrome des Guaman en Ecuador. Monatsbr.
d. Kgl. Ak. d. Wiss. zu Berlin. 1874.
Bath, Q. vom, Beitrage zur Petrographie. I. Ueber einige Andesgesteine. Zeitschr.
d. deutsch. Geol. Ges. 1875. Estudios sobre los feldespatos de las ande-
sitas ecuatorianas (de las colecciones deWolf).
Gmbel, C. W., Nachtrage zu den Mittheilungen ber die Wassergesteine von Uru-
guay, und ber einige sd- und mittelamerikanische sog. Andesite. Sitz. d.
math.-phys. Classe d. Kgl. byr. Ak. d. Wiss. 1881.
Bonney, T. G-., Notes on the microscopio structure of some rocks from the Andes of
Ecuador, eollected by E. Whymper. Proc. Roy. Soc. 1884.
uyovi, J. M., Les roches des Cordillres. Paris 1884. Especialmente segn las
colecciones de Boussingault
Siemiradski, <T., Ein Beitrag zur Kenntniss der typisehen Andesitgesteine. Dorpat
1885. Tambin se halla en: N. Jahrb. f. Min. 1886.
Beiss, W., und A. Stbel, Reisen in Siidamerika. De esta gran obra acaban de
salir la luz:
Geologische Studien in der Bepublik Colombia. I. Petrographie. I o . Die vulea-
nischen Gesteine, bearbeitet von Bichar Kch. Berln 1892. De esta
parte tocan al Ecuador solo el Chiles y el Cerro negro de Mayasquer.
Das Hochgbirge der Bepublik Ecuador. I. Petrographische Untersuchungen.
I o . West-Cordillere. Die Gesteine vom Pululagua bis Guagua-Pichincha, be-
arbeitet von Richard Herz. Berlin 1892.
AVENIDAS DB LODO. 643

3 6 . (Pg. 345.)
JET. Karsten, Die geognostisehen Verhaltnisse Neu-Granada's. Wien 1856. Go-
logie de l'aneienne Colombie Bolivarienne, Venezuela, NouveEe-Grenade et
Ecuador. Berlin 1886.
El profesor de botnica, doctor H. Karsten, sostiene en su segundo trabajo, que no
es mas que el primero algo ampliado con materiales genos, con mas porfa sus ideas
volcanolgicas. Refutarle de nuevo, seria trabajo perdido, lo menos respecto l.
La polmica sobre las corrientes de lava se encuentra en Zeitschrift der deutsehen geo-
logischen Gesettsehaft 1872, pg. 102 (carta deWolf); 1873, pg. 568 (carta de Karsten);
el mismo ao, pg. 605 (carta, de Eeiss); 1874, pg. 907 (caria de Reiss). La carta ltima-
mente citada es la mas importante, cuyos argumentos el seor Karsten jamas ha refu-
tado ni desvirtuado.

3 7 . (Pg. 352.)
A v e n i d a s de l o d o . De dnde, podemos preguntar, esas inmensas masas de
agua y lodo en las erupciones? Es este un problema, que ya en tiempos anteriores
ocup varios escritores, y hasta hoy dia ocupa muchos gelogos que han intentado
resolverlo de diversos modos. En Velasco se encuentra un pasaje concerniente esta
cuestin, el cual merece ser citado entero, porque este historiador pareee uno de los pri-
meros, que se opuso la opinin hasta ahora muy general en la Amrica, as como en
la Europa, de que de vez en cuando toda'la cubierta de nieve de un volcan en pocas
horas pueda convertirse en agua por el calor interior de la montaa. Es verdad, que
Velasco exponiendo su propia teoria, cae en otro error, talvez aun mas grande. Dice as:
La portentosa increble inundacin de agua, que arroj (el Cotopaxi) continuamente
toda la noche, creyeron los principios que fuese de toda la nieve deshecha con haberse
caldeado el monte, porque se dej ver al otro dia todo limpio de ella. Discurso no de
filsofos sino de algunos ignorantes; pues, ni toda la nieve deshecha era capaz de hacer
una milsima parte de las aguas que arroj, ni estas se hubieran derramado por una sola
parte como lo hicieron, sino en circunferencia por todas. Salieron del error, cuando sobre-
viniendo las aguas, se lav el monte de la ceniza y arena que lo cubran, y descubri
toda su nieve empedernida, excepcin de la gran calle que abri desde la boca en la
cumbre hasta su pi. Era este cauce abierto muy profundo, y ancho mas de una legua,
el cual no se visti de nieve en algunos aos, eomo lo observ yo mismo, andndolo hasta
cerca de la mitad.
Hablando de una erupcin posterior, vuelve Velasco al mismo tema, para proferir
finalmente su propia opinin; Es cierto, que apesar de ser uno de los mayores y mas
elevados montes americanos, no seria capaz de contener una centsima parte del agua
que arroj en una sola erupcin; y es tambin cierto, que todo su hielo deshecho no
podria causar este efecto. Yo fui y ser siempre del dictamen, de que aquellas fueron
aguas del mar atradas por los anchurosos conductos subterrneos, con poca filtracin,
segn lo muestran el color y gusto; y que la causa de esta atraccin violenta no es otra
que la rarefaccin del aire en la oquedad del monte. Poca filosofa se requiere para com-
prender este mecanismo de la naturaleza etc. pero una f grande! podramos exclamar.
Velasco, explica muy bien el desaparecimiento de la nieve en toda la montaa por una
cubierta de ceniza y rapilli Las cenizas por lo comn no son llevadas por las
lluvias, como supone V., sino antes bien sepultadas debajo de la nieve, como lo han no-
tado algunos observadores perspicaces. Si V. ademas es del dictamen que toda la nieve
y hielo del Cotopaxi no bastara para causar inundaciones tan grandes, en esto est muy
equivocado. La call profunda y ancha que describe Velasco, sin duda no era otra cosa,
que una corriente de lava, que excav su cauce en la nieve y en el hielo, y la cual no
se visti de nieve en algunos aos, porque el calor se conserv tanto tiempo en su
interior. Ahora bien, reduzcamos la anchura de la corriente indicada por Velasco (su-
poniendo que sea exagerada), la mitad, pongamos para el largo de su camino por la
nieve 6000 pies, y para las capas fundidas de hielo y nieve solamente el espesor de 30 pies,
en ese caso la corriente de lava debia producir una cantidad de agua que pudo inundar
un terreno extenso, y reunindose en el angosto cauce de un rio, aun arrebatar un buen
41*
644 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

trozo de Latacunga. Con todo esto no hemos tomado en cuenta el que dicha agua puede
convertirse en una avenida de lodo mucho mas voluminosa, mezclndose con el agua las
cenizas, arenas, rapilli, escorias, trozos de rocas y de hielo en gran cantidad, como en
efecto ha sucedido mas de una vez. Qu seria de la provincia de Latacunga, si toda la
masa de hielo y nieve que cubre el Cotopaxi. se fundiera en una sola noche! Crnica
de los fen. volc. y terrem. en el Ecuador (Quito 1873), pg. 38.

3 8 . (Pg. 352.)
Avenidas de a g u a y lodo. Extracto de mi o Memoria sobre l Cotopaxi y su
ltima erupcin, acaecida el 26 de junio de 1877. (Guayaquil 1878), pg. 2126 y 2933.
La efusin repentina de una enorme cantidad de lava candente sobre el cono del
volcan cubierto de espesas capas de hielo y nieve, no pudo verificarse, sin que se derri-
tiese una gran parte de esas capas. En un mismo momento se producan en todo-el con-
torno del Cotopaxi grandes cantidades de agua, que como torrentes cataratas se pre-
cipitaban de sus empinadas faldas. Pocos puntos en las partes medias inferiores del
nevado quedaron exentos del contacto de la lava, y de consiguiente no tomaban parte en
la formacin de las avenidas. Pero tambin en los dems lugares el derretimiento de la
nieve fu muy desigual, segn la cantidad de la lava que la tocaba, y segn que esta
se excurria ligeramente en los declives muy pendientes, se demoraba en un terreno
menos inclinado En el ltimo caso excavaba muy anchas y profundas calles en la
nieve, y as produca los grandes torrentes de agua. La observacin me ha demostrado
claramente, que las avenidas en cada quebrada estn en razn directa con la magnitud
de las calles surcadas en el hielo, y ademas, que la calle su vez guarda proporcin
con la masa de lava gnea, que por ella se ha escurrido. Esta observacin es de im-
portancia para la explicacin del origen de las avenidas. Solamente una dos quebradas
pequeas en el lado noreste del Cotopaxi quedaron en esta ocasin libres de las avenidas,
todas las dems participaron de la inundacin, y en grado mas alto las que se dirigen
directamente al Oeste y al Este. Las aguas duplicaron su volumen y fuerza por las
sustancias slidas que recibieron, cuales son peascos y trozos de hielo, pedazos de la
lava nueva, piedra-pmez, escorias menores, arena, ceniza etc.
La quebrada de Manzanahuaico tiene en su parte inferior la profundidad de unos
cien y el ancho de unos sesenta metros, y apesar de este espacioso cauce no cabia la
avenida inmensa de lodo y piedras que se precipit por l; se desbord de la quebrada,
una parte se lanz al Pucahuaieo, atravesando la loma interpuesta, otra parte llen toda
la quebrada de Manzanahuaico hasta el Chanehungahuaico, del que venia una avenida
semejante, y sinembargo sobr material para inundar todo el arenal, que baja los llanos
de Planchas, en la extensin de una legua cuadrada. El Manzanahuaico es solamente una
de las ocho nueve quebradas grandes, que bajan las llanuras de Latacunga, y que
han contribuido en proporciones semejantes la inundacin general. En las regiones
superiores la mayor paste de las quebradas, aunque angostas, tenan profundidad bastante,
para contener las avenidas, pero donde entraban en las llanuras suavemente inclinadas
y las riberas eran bajas), se difundan desenfrenadamente sobre campos, potreros, hacien-
das, carreteras, destruyendo y arrasando todo cuanto encontraban en su impetuoso curso.
La vasta planicie entre Callo y Latacunga ofreca el aspecto de un gran lago conmovido
por una borrasca hasta en su nfimo fondo (Sigue la descripcin de la extensin
de la avenida.) Este lodo no podia extenderse tanto en sentido lateral, ya por la incon-
cebible rapidez con que avanzaba, ya por la breve duracin del acontecimiento, y as
corra, manera de las corrientes de lava, limitado lateralmente como de una muralla
de un alto dique. Segn las averiguaciones del tiempo en que la avenida llegaba dife-
rentes lugares, se puede calcular, que desde su entrada en las llanuras de Callo y Mualo,
por trmino medio recorria 10 metros por segundo. Tres horas despus de su llegada
Mualo ya destruy el puente por el rio Pastaza al pi del Tunguragua, que dista del
pueblo nombrado unas 20 leguas (Sigue la descripcin, como la avenida inund la
ciudad de Latacunga y de los daos eausados.)
Muy parecida, aunque no tan funesta fu la avenida que del Cotopaxi se dirigi al
Norte. Verdad es, que por las quebradas del lado norte y noreste bajaron cantidades de
agua, lodo y piedras tan considerables y aun mas grandes, que por las del lado de Lata-
cunga, pero la mayor parte de los materiales y los mas gruesos se depositaron en la
AVENIDAS DE IODO. 645
altura de los pramos, en las llanuras de Limpiopungo, de Saltopamba y del Mutadero
(Sigue la descripcin de los daos causados en el valle de Chillo.)
Las avenidas del lado oriental no pudieron causar estragos tan grandes por hallarse
encajonadas desde su principio en valles angostos y hondos. Despus de su reunin en
el Vallevicioso se encaminaron por las solitarias selvas del Oriente, y muy ahajo se en-
contraron con el pueblo de apo. All perecieron unos veinte indios, y muchas casas y
las chacras de los indgenas fueron arrebatadas.
Muy diferentes y en parte contradictorias son las noticias que he reeojido sobre
las calidades que tenian las avenidas de agua y lodo durante su movimiento. Unos afir-
man que eran fras, otros que eran muy calientes, los primeros alegan en su favor los
muchos trozos de hielo llevados la distancia de 10 leguas, los ltimos al contrario pa-
los y rboles carbonizados. Unos dicen que el agua no tenia ni sabor ni olor particular,
otros que era muy hedionda. Creo que, fuera de los rboles carbonizados, todas las dems
observaciones pueden ser exactas, segn el lugar en que se hicieron. Lo que yo mismo
he observado en los depsitos de lodo y escombros en diferentes puntos, y lo que deduzco
de mis observaciones, es lo siguiente. En todos los lugares, que se hallan encima de los
lmites de la vegetacin, los depsitos no contienen ninguna sustancia orgnica, compo-
nindose ellos exclusivamente de los materiales que se encuentran en las faldas del vol-
can, especialmente de los grandes trozos de las destruidas corrientes y bancos de lava
de diversa edad, ademas de lava nueva, de piedra pmez, de arena etc. Solamente desde
los puntos, en que las avenidas entran en las regiones cubiertas, de vejetaeion, se mez-
clan con los depsitos restos orgnicos y tierra vejetal, al principio en escasa cantidad,
despus en proporciones mas grandes, y con particularidad en los parajes en que la ave-
nida removi un terreno pantanoso, como, por ejemplo, en varios puntos de la llanura
entre Callo y Lataeunga. Las sustancias hediondas (despidiendo hidrgeno sulfurado) no
provenan del Cotopaxi, sino de los pantanos que la avenida cruzaba y removia en su
curso. Si en algunos lugares .el agua el lodo eran muy calientes, se explica este fen-
meno por una acumulacin local de calientes trozos de lava nueva, los cuales por su
porosidad y por el aire muy caliente en sus poros eran relativamente livianos y por esto
se depositaron (como la espuma) con preferencia lo largo de las mrgenes de la ave-
nida, mientras que los peascos de las lavas antiguas, compactas y pesadas se han es-
parcido con mas igualdad sobre todo el campo del aluvin. Sinembargo, en general el
lodo no pudo haber sido muy caliente, pues en primer lugar la avenida llevaba una
enorme cantidad de trozos de hielo, que al derretirse la enfriaban continuamente. Ade-
mas las personas que fueron arrebatadas por la comente y escaparon con vida, aseguran
mas bien, que el agua que les impela era cuando mas lijeramente tibia. Por lo que toca
los palos carbonizados, puedo decir que los pedazos que yo he visto, se hallaban en
un estado parecido al de la turba de la lignita, y es indudable que provienen de un
pantano de una cinaga en que mucho antes habian sufrido paulatinamente esa trans-
formacin. Muchas plantas arrancadas de raices volvieron retoar en el lugar de su
deposicin, sobre todo la cabuya (Agave americana); es as pues, que ellas no pudieron
ser escaldadas ni mucho menos haber flotado en una masa lodosa que fuese capaz de
carbonizar rboles!.

En nuestro campamento (en Planchas) la arena volcnica, ceniza y rapilli meda


un medio metro poco mas menos, pero ya en el lmite de las nieves tenia esta capa,
que cubri todo el cerro uniformemente, mas de un metro, y hacia mas arriba su espesor
iba aumentndose rpidamente, saliendo al mismo tiempo la arena cada vez mas gruesa
y convirtindose los rapilli' en trozos grandes de lava escoricea y porosa. Pues bien,
debajo de esta capa de proyectiles volcnicos se encubra el antiguo manto de hielo del
volcan. Solamente en las calles anchas, excavadas por la lava gnea, se ha derretido la
nieve y el hielo granuloso, y aun en ellas, segn parece, no siempre hasta la pea viva.
Las paredes laterales de estas calles presentan perfiles verticales de hielo de 10 15 me-
tros. Pero- como dichas calles se hallan medio rellenadas de pedazos de lava, de arena
y ceniza, de trozos de hielo recien derrumbados, en fin, de escombros de toda clase,
aquellas cifras no dan el verdadero espesor del hielo.. En algunos puntos favorables de
observacin al lado este del volcan, calculamos su potencia en 40 y 50 metros.
Muy pronto quedamos convencidos de que las calles encima de las quebradas pro-
porcionaron las grandes cantidades de agua que formaron las avenidas, y de que las
dems partes del cerro no contribuyeron ellas sino muy poco. Verdades que la ceniza
646 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

y arena caliente y los dems proyectiles que llovan sobre todas las partes del volcan,
pudieron derretir un poco de nieve en la superficie, pero esto era insignificante y sucedi
en parte muchos dias antes de la erupcin principal (desde Abril), sin que por esto se
hubiese notado una creciente de los rios. Cuando finalmente aconteci la efusin de lava
gnea, esta se precipit, disolvindose en grandes terrones y pedazos, por todas las fal-
das del cerro; sinembargo, en donde resbalaba con rapidez sobre la capa de eeniza ya
depositada, no tenia tiempo de derretir la" nieve debajo de ella. Como ya queda expuesto
mas arriba, las grandes masas de ella se recojian en las quebradas y en los hondones y
all excavaban anchas y profundas calles. Ademas debemos tener en cuenta que las ave-
nidas no se producan nicamente por el calor de la lava, sino que el agua misma, que
se habia formado al principio, desde luego penetrando en las hendiduras y grietas del
hielo desgajaba grandes pedazos de l y de esta manera ayudaba poderosamente la aecion
del fuego. Solamente as se explica la posibilidad de que grandes trozos de hielo pudieran
ser arrastrados la distancia de ocho y diez leguas. En donde algunos terrones aislados
de lava de un metro de dimetro quedaban y se enfriaban sobre la capa de arena, no
eran capaces de derretir la nieve debajo de ella mas de medio metro, de profundidad,
que es la misma que tienen los hoyos en que los terrones se hallan "ahondados. En
donde el cerro no se encuentra surcado de las calles ya muchas veces mencionadas, of-
rece, tambin encima de la linea de las nieves perpetuas, el aspecto oscuro de los are-
nales inferiores merced la cubierta de arena y ceniza, y primera vista el viajero
apenas podria creer, que est sobre bancos de hielo de 40 metros de potencia. Cuando
despus de algun tiempo el Cotopaxi se cubra de nuevo de nieve permanente, se con-
servar la capa de arena entre las de hielo, como un monumento duradero de la erupcin
del 26 de junio.
En Latacunga era opinin general, que el Cotopaxi habia perdido toda su nieve
hielo, y sinembargo la gente ereia que no era suficiente para causar la avenida acuosa
y lodosa, y que el volcan debia haber arrojado necesariamente agua por su boca. Muy
distinta se formaba nuestra opinin y conviccin durante nuestro viaje al Cotopaxi. No
entrar en una larga discusin, en la cuestin del origen de las avenidas, me ceir ten
solo pocas advertencias.
Primeramente se tasa en menos la cantidad de hielo que cubre el Cotopaxi y que
por lo regular se conoce solamente de grandes distancias (cuntas personas han subido
hasta ahora al cerro no uno sino diferentes puntos, para hacer el estudio exacto de
este objeto tan esencial en la cuestin que tratamos ?); ademas muchas veces no se toma
en cuenta, que mas de la mitad de las avenidas no consta de agua, sino de materiales
slidos recibidos por ella; finalmente se olvida, que el aluvin no duraba mas que una
hora (segn los habitantes de Pedregal solamente una.media hora). Las ,calles' en la
nieve, examinadas de cerca, s presentan como un fenmeno tan grandioso, que ni un
momento se puede dudar de que ellas solas deban proporcionar agua mas que suficiente
para formar las avenidas inundaciones; y considerando su gran nmero y sus dimen-
siones colosales, hay\oue admirar mas bien, que sus efectos en los valles no hayan sido
mas grandes, y se explica esto solamente por la circunstancia de que tan inmensas masas
de arena, piedras y espombros quedaran depositadas en las altas regiones la base del
volcan; circunstancia que sin duda se debe la conservacin de Latacunga y de muchas
haciendas en Chillo. El Padre Sodiro ha demostrado matemticamente, que la tercera
parte de la nieve que cubri el Cotopaxi, bastaba para ocasionar las avenidas acuosas
del 26 de Junio. Las suposiciones, en que debia fundar su clculo, son en parte hipot-
ticas y no muy seguras, pero casi todas hechas en su desfavor, especialmente parece
tambin l suponer la cantidad del hielo menos considerable de lo que es en realidad.
Estoy seguro que cualquiera, por mas eseptico que sea en esta materia, estudiando con
nosotros el cerro en la cercana y por todos sus lados, convendra en que el hielo que
llenaba antes aquellas calles, bastaba sobradamente para causar por su derretimiento casi
instantneo las avenidas y sus efectos, y en que las masas de hielo que se han conser-
vado todava, serian suficientes para ocasionar lo menos diez inundaciones iguales la
del 26 de junio.
Despus de esta exposicin, enteramente conforme los resultados de otros obser-
vadores modernos, parece que la anticuada opinin hiptesis, segn la cual las avenidas
lodosas, la ,Moya' de Humboldi, se hubiesen derramado del crter de unas rajaduras
laterales del cerro, ya no necesita de una refutacin ulterior. Felizmente en esta ocasin
no hubo disputa sobre las rajaduras' en el cerro, ni entre el pueblo ignorante, porque
ERUPCIONES VOLCNICAS. 647
esta vez no quedaron largas y coherentes corrientes de lava en las faldas del volcan, que
en otras ocasiones daban margen al cuento del ,cerro rajado de arriba bajo'. Segura-
mente del crter mismo no sali ni una sola gota de agua lquida. La nieve, que all
podia haberse acumulado, debia despedirse en forma a% vapor ya desde la primera erup-
cin de ceniza en Abril. Aun menos concebible seria la idea de que las aguas hubiesen
provenido de la profundidad del canal de erupcin; pues todos los fenmenos, que prece-
dieron la erupcin, que la acompaaron y la siguieron, atestiguan un elevadsimo grado
de calor (al menos de 2,000 C.) en el foco volcnico y en el canal de erupcin, de ma-
nera que seria del todo incomprensible, cmo el agua lquida, aun en una mezcla pastosa,
pudiera llegar de la profundidad sobre los bordes del crter, sin convertirse instantnea-
mente en vapor y gas, como en efecto sucede con los vapores acuosos lanzados junta-
mente con la ceniza en una cantidad fabulosa.*)
Cuando se tiene ocasin de estudiar las avenidas del Cotopaxi frescas inmediata-
mente despus de una erupcin, entonces su origen y desarrollo y todos los fenmenos
que las acompaan parecen, tan sencillos y naturales, que uno se admira, cmo pudieron
divulgarse opiniones tan singulares y fantsticas sobre ellas. En mil ocasiones he visto,
que en (manto los fenmenos naturales el vulgo, rechazando las explicaciones naturales
y sencillas, siempre cree y cuenta con mas facilidad lo mas increble y lo mas estrafio,
sobre todo cuando ,1o dice el Padre Velasco'. Pero tiempo es que lo menos las perso-
nas que se dan por ilustradas, se acuerden que las ciencias fsicas y naturales no han
quedado estacionarias en mas de un siglo, y que tampoco la autoridad de Humboldt, in-
vocada hasta el abuso tantas veces, no es infalible. Tambie desde el viaje de Humboldt
han transcurrido unos 80 aos; cada hombre por grande/que sea, participa en algo de
los errores y preocupaciones de su tiempo, y se sabe que/Humboldt desgraciadamente ha
eternizado mas que -una fbula de Velasco y que ha recibido en sus obras con nimia
credulidad varios ,cuentos' de los indgenas.**) Muy seguro estoy, de que Humboldt, si
hubiese tenido ocasin de presenciar como testigo ocular una erupcin del Cotopaxi la
formacin de una. avenida acuosa, nunca habra caido en la idea y explicacin desgra-
ciada de la ,Moya', de las Reventazones con Preadillas' y todo lo que est conexionado
con ellas; ya se habra dejado mucho antes de llamar al Cotopaxi un ,volcan de agua'
y de derivar el lodo de su crter.
De nuevo debemos ceder al seor doctor Eeiss el honor y mrito de haber acla-
rado por primera vez la cuestin sobre el origen de las avenidas. Lo que l en el Coto-
paxi sac mas bien por conjeturas y combinaciones acertadas que por observaciones
directas, se ha confirmado por la erupcin del 26 de junio de la manera mas esplndida.
Podemos considerar la cuestin del origen de las avenidas de agua y lodo, como definitiva-
mente resueltas

3 9 . (Pg. 364.)
Erupcin d e l P i c h i n c h a e n 1 5 8 2 . De esta erupcin no existe ningn do-
cumento, segn parece, en la Repblica del Ecuador, ni la mencionan los historiadores.
La noticia debemos al seor Marcos Jimnez de la Espada, quien en el Boletn de la
Sociedad geogrfica de Madrid, tom. XXTV (1888) public un artculo bajo el epgrafe
Una ascensin al Pichincha en 1582. Este artculo muy interesante contiene noticias
biogrficas sobre Toribio de Ortiguera y un extracto de su obra indita, intitulada: Jor-
nada del rio Maraon, con todo lo aeaeseido en ella y otras cosas notables dignas de
ser sabidas, acaescidas en las Indias occidentales del Per, dirigida al felicsimo D. Fe-
lipe 3 o , Prncipe Nuestro Seor. El manuscrito es firmado en Sevilla no mucho des-
pus del ao 1585, en que su autor regres de las Indias Espaa.
Dicho T. de Ortiguera form parte de una comisin exploradora, que subi al crter
del Pichincha en los das 28 y 29 de Julio del mismo ao de 1582, pocos dias despus
*) Muy bien se puede concebir la existencia de agua liquida en grandes profundidades junta-
mente con materiales fundidos, bajoteimmensa presin ae muchas atmsferas; pero al subir esas sustan-
cias por el oonduoto al crter, oesa mas y mas la presin, y finalmente llegan al punto en que
repentinamente toda el agua se convierte en vapor, y su fuerza irresistible se atribuye en gran
parte la trituracin de la ceniza y su violenta expulsin.
**) No soy yo el nico ni el primero, quien denota estas faltas del gran viajero; tiempoliace
que otros escritores maB competentes las lamentaban, no obstante la reverencia que le tributan con
mucha razn.
648 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.

de la erupcin. La relacin, que O. d de esta excursin, forma un agradable contraste


con la del doctor J. Romero, escrita en 1660, y la cual he publicado en el apndice de
mi o Crnica. Ortiguera es un observador perspicaz y describe en su precioso documento
el Pichincha y su crter con una sencillez y precisin, que no acostumbramos encon-
trar en los escritores de aquella poca. Lo curioso es, que el crter del volcan y su
fondo present en 1582 exactamente las mismas formas y accidentes que hoy, como los
describen los gelogos, que en nuestro siglo han bajado al crter. De consiguiente, las
erupciones posteriores, inclusa la mas grande de 1660, no han alterado esencialmente la
forma de la boca volcnica.

4 0 . (Pg. 364.)
Erupcin del Timg-urag-ua e n 1 8 8 6 . Extracto de una carta del seor A.
N. Martnez, publicada en La Nacin de Guayaquil, el 17 de Marzo de 1886 (Nro. 1939).
La cantidad de lava que arroja diariamente el Tunguragua es verdaderamente fa-
bulosa; al chocar con el contrafuerte, del que habl en mi primer artculo, la mayor
parte sigue la via de Chonta-pamba: lo contrario de lo que suceda al principio. Esta
yia tiene tambin su ramificacin: el un brazo cae, siguiendo una linea recta sobre el
rio, al antiguo puente de Cusua, y rellena los planos que estn sobre el barranco, llama-
dos, segn creo, ,Chaea-ucu'; el otro, formando una curva algo extensa desde el punto
de bifurcacin, v a depositarse en las llanuras de la hacienda de Chonta-pamba.
Desde el 25 del pasado hasta el I o de ste, esta via estaba ocupada por una cor-
riente continua, establecida desde el crter. Este cordn de fuego, digmoslo as, de da
era visible por el rastro reguero de vapores, y de noche por su iluminacin.
La lava corre muy despacio por los declivios del monte, pues aunque es verdad
que emplea solo de cinco siete segundos en caer plomo del filo del crter al punto
de bifurcacin, de aqu hasta Chonta-pamba tarda de veinte treinta y cinco minutos.
Esto lo observ el 12 del pasado en varias erupciones que se sucedieron por la noche.
Tres han sido las emisiones de lava mas grandes que he observado, y para cuya
descripcin me faltan colores bastante vivos, que pudieran dar ligera idea de lo que
fueron. Espectculos grandiosos, que no se borrarn jamas de mi memoria! Acaecie-
ron, la una, el 12 del pasado, las 7 y 20 de la noche; y las otras el 28, las 4 y 30
de la tarde y las 9 de la noche.
Algo como llamas que se levantaron mucha altura, fu el presagio de aquellas
erupciones. Las bombas se formaron en cantidad incalculable, y eran lanzadas con in-
creble rapidez, cruzando el espacio en todas sus direcciones; despus caan en forma de
lluvia en todas las faldas del cono.
La lava despus de cien detonaciones se derram cubriendo la cima del cerro, vi-
sible desde el valle de Patate, con un bao incandescente, que al bajar formaba ros de
fuego, que serpenteando iban perderse en las grietas profundas que surcan la mole
del gigante.
El mirador del Tunguragua por excelencia, es el punto denominado la ,Chonta':
clebre ya entre los innumerables turistas y viajeros que han visitado el volcan y los
lagos formados por la lava en los ros Patate y Chambo.

4 1 . (Pg. 392.)
' Escala termomtrica de H u m b o l d t y Boussingault. Humboldt, quien
sigue Boussingault, admite para la zona ecuatorial (entre los seis primeros grados de
Latitud) la disminucin de 1 JB. por cada 90 toesas de elevacin, lo que corresponde
1 C. por 219 metros. Segn esta frmula climatrica la escala seria,la siguiente:
Altura. Temp. media. Altura. Temp. media. Altura. Temp. media.
0 met. . . 26 C. 1533 met. . . . 19 C. 3066 met. . . 12 C.
219 . . 25 1752 . 18 3285 5 11
438 24 1971 . 17 3504 10
657 23 2190 16 3723 S 9
876 22 2409 - 15 3942 5> 8
1095 21 2628 ,. . 14 4161 )S 7
1314 . . 20 2847 . . . 13 4380 6
TBMPERATUKA MEDIA. * 649
Me he tomado el trabajo, de comparar todas las temperaturas inedias, que cono-
cemos en el Ecuador en diferentes alturas, con esta escala, y encontr que la nuestra
(1 C. por 200 metros) en general coincide mejor con las observaciones. En la regin
media (20003000 metros de altura) talvez la de Humboldt y Boussingault sirve algo
mejor, pero para las alturas hasta 1000 y sobre 3000 metros es menos exacta que aquella-
Si debiera establecer la escala tan solo para la regin hmeda hasta 1000 metros, tomaria
la frmula de 1 C. por 150 metros, que correspondera mejor. Por lo dems, Hum-
boldt mismo ya reconoci, que no se podia establecer una escala general y vlida para
todas las zonas hipsomtricas y que no existe una progresin estrictamente aritmtica.
En las Cordilleras de los Andes se v y este es un fenmeno muy curioso que
la disminucin de la temperatura se retarda entre 1000 y 3000 metros, especialmente
entre 1000 y 2500 metros de altura, y despus se acelera desde 3000 hasta 4000 metros. . . .
Deben atribuirse estos fenmenos nicamente la configuracin de los Andes, son la
consecuencia de la acumulacin de las nubes en el ocano atmosfrico? (Klein. Schr.,
Stuttgart 1853, pg. 305).

4 2 . (Pg. 392.)
M t o d o de Boussingault. Vase la Memoria sobre la profundidad, la
cual se halla bajo la tierra la capa de temperatura invariable entre los trpicos, que
se encuentra en los Viajes cientficos los Andes ecuatoriales, por M. Boussingault
(Paris 1849, pg. 181).
La superficie de la tierra est bajo el influjo del sol, calentando sus rayos el suelo
hasta cierta profundidad; pues la temperatura de l a t i e r r a j ^ j o esta influencia, se cambia
de continuo segn la intensidad de los rayos. Los perodos de este cambio se distinguen
en unos diarios y unos anuales, saber, del mnimo de la temperatura de la noche al
mximo del dia, y del mximo fri del invierno al mximo calor del verano. La vici-
situd de estos perodos decrece hacia lo interior de la tierra, desapareciendo finalmente
en la profundidad.
En las zonas trpicas cada diferencia desaparece ya en la corta profundidad de
23 pies bajo la superficie, mientras que en las regiones templadas y fras, allende los
trpicos, las vicisitudes diarias desaparecen en la profundidad de 47 pies y las anuales
en la de 4080 pies. Pues la profundidad de esta regin capa llamada variable, de-
pende de la altura polar latitud, ademas do la diferente conductibilidad de las rocas, y
de la diferencia termomtrica entre las estaciones extremas. Cuanto mayor es esta dife-
rencia, tanto mayor profundidad se requiere, para mantener constante el termmetro.
El calor as como el fri najan muy despacio en las capas de la tierra, en tanto
que, por ejemplo, en la zona templada el mximum del calor del esto (Julio) no llega
la profundidad de 70 pies, sino en el mes de Diciembre, y el mnimum de la tempe-
ratura del invierno (Enero) no tiene lugar sino en el de Junio. Debajo de esta capa no
se siente ningn influjo del sol, y por esta razn las capas mas profundas se les d
el nombre de capas de temperatura invariable constante, por no sufrir el termmetro
ninguna alteracin. Este instrumento indica la temperatura media de un lugar en aquel
punto en que comienza ser constante. He aqu un mtodo muy fcil de medir la tem-
peratura media de cualquier lugar en toda la Repblica del Ecuador, sea en la costa
ardiente de Guayaquil, sea en las mesetas altas y frias de la regin andina. En todos
los pases, que estn situados entre el grado 10 del Norte y el 10 del Sur entrambos
lados de la linea, basta observar el termmetro enterrado la profundidad de un pi,
en un lugar cubierto. En las diversas horas y diferentes estaciones la temperatura cam-
biar apenas de 2/10 de un grado, y dentro de los mismos limites ser idntica con la
temperatura media, del aire en el lugar respectivo. Como el seor Boussingault era
el primero, que comprobaba y practicaba este mtodo en gran escala en la Amrica
tropical, se le dio el nombre de mtodo de Boussingault.

4 3 . (Pg. 392.)
Temperatura media del ao de algunos puntos de la Repblica, tomada segn
el mtodo de Boussingault, y expresada en grados del termmetro centgrado. Segn los
doctores Beiss y Stbel.
650 ANOTACIONES Y SUPLEMENTOS.

1. Ciudades. 3. Haciendas y caseros.


Tem
Nombre del lugar. Pfr- AUuras
Nombre del lugar. Tem er
P - AUur aS
l
media, en metros.
inedia, enmetros.
Quito, prov. del Pichincha 13,2 2850 Alao, hac, cerca de Pungal 10,5 3097
Esperanza, Ibarra, prov. de Alchipich, hae., pi del Mo-
Imhahura 16,0 2344 janda 16,6 2101
Latacunga, prov. de Len . 14,2 2801 Ana (Santa) de Tiupullo,
Ambato, del Tun- tambo 12,2 3150
guragua 15,3 2608 Atillo, hac, cerca de Mocha 9,0 3314
Riobamba, prov. del Chim- Caguaji, hac, valle del rio
borazo 13,7 2798 Chambo 15,0 2302
Cuenca, prov. del Azuay . 14,6 2581 Chntag, hac, cerca de Pifo 13,8 2569
Chapalay, hac, cerca de
3. Pueblos. Riobamba 10,8 3191
Achupallas, camino del Chaupi, hac, pi del Iliniza 9,2. 3365
Azuay 10,8 3317 Chisal, hac, al Oeste del
Aloac, pi del Corazn . . 10,8 2922 Iliniza 11,7 3043
Angamarca, rio Guambea, Chuquiboquio, hac.,pi orien-
prov. de Len . . . . 11,2 2998 tal del Chimborazo . . 10,1 3345
Antonio (San) de Llullum- Cocha (La), hac, pi del
bamba, al norte de Quito 16,0 2423 Hal . . . 15,0 2562
Azogues, prov. de Caar . 15,5 2533 Cochabamba, casero, cerca
Baos, vane del rio Pastaza 17,5 1800 de Perucho 15,0 2382
Biblian, prov. de Caar . . 14,5 2639 Cuehicaranqui Zuleta, hac,
Cajabamba (Riobamba viejo) 10,8 3205 prov. de Imbabura . . 13,4 2879
Calaeal, al norte de Quito 12,2 2792 Curiburu, casas, cerca de
Caar, prov. de Caar . . 11,2 3176 Guachal 10,0 3273
Cebadas, cerca de Riobamba 13,7 2904 Elias (San), hac, pi sur del
ChugchHan, pi delQuilotoa, Cotopaxi 9,7 3165
valle del rio Toaehi. . 11,2 3247 Florencio (San), hac, camino
Chunchi, pi occidental del de Manab 17,1 1459
Azuay 15,7 2273 Frutillas, casas, falda norte
Cotacachi, prov. de Imbabura 15,2 2453 del Pichincha. . . . . 10,2 3133
Guaillabamba, al norte de Garretas, casas, camino de
Quito . 17,6 2106 Manab 12,2 2477
Guamote, prov. del Chim- Guachal, h a c , cerca de
borazo 12,2 2981 Cayambe. . . . . . . 13,7 2801
Lloa, Capillabamba, pi Guaillabamba, h a c , cerca
oriental del Pichincha. l:U> 3070 de Riobamba 11,5 2957
Mualo, pi sur del Cotopaxi^l,0 .3056 Guallal, casero, al Oeste
Pangor, pramo del Puyl 9,9 3115 de Coltacocha . . . . 8,9 3550
Pallatanga, lado occid. del Igiaro, h a c , cerca del
pramo'del Puyal. . . 17,4 1522 Quinche 12,2 2689
Papallacta, camino apo 9,0 3156 Inca (El), hac, cerca de
Perucho, pi del Mojanda . 19,0 1830 Puembo . 12,8 2868
Pllai-o, prov. del Tunguxagua 14,0 2817 Ins (Santa), hac, en el valle
Pntac, pi de la Cordillera del rio Pastaza . . . . 18,3 1244
oriental 13,0 2900 Ingenio, hac, cerca de Ca-
Puembo, al NE de Quito . 16,8 2484 - huasqu 19,2 2094
Quinche, pi del Pamba- Ishubamba, hac, cerca de
marca 14,2 2664 Cebadas 10,8 3090
Salinas, prov. de Imbabura 19,7 1638 Itagua, casas, en el Pulul-
Salinas, cerca de Guaranda, agua ( ' 12,8 2944
prov. de Bolvar . . . 7,5 3549 Jorge (San), hac, valle del
Sigchos, valle del rio Toaehi 13,0 2928 rio Chimbo 18,6 1043
Simitug, prov. de Bolvar 10,0 3238 Lloa, San Jos, h a c , pi
Tixan, prov. del Chimborazo 12,3 2925 sureste del Pichincha . 12,3 2703
Tuza, de Imbabura . 12,5 2874 Magdalena, hac, cerca de
Urcuqu, pi del pramo del Ibarra 13,2 2703
Pian . . . . . . . . 16,8 2320 Muido, hac de San Vicente 18,3 1264
TEMPEBATUEA MEDIA. 651
, T i del
Nombre j 7 lugar.
i Temper.
j. Alturas Nombre del lugar. Tem er
P ' Altwr as
,
" mema, en metros. media, en metros.
Monjas, h a c , Coltacocha . 10,8 3288 Dormida (La), chozas al pi
Orejuela, casero, cerca de sur del Cayambe . . . 8,0 3581
Tuza 11,4 2929 Hornoloma, ovejera, pi
Paluquillo, hac, cerca de norte del Cotopaxi . . . 7,0 3784
Pifo 11,8 2970 Isco (El), Antisana . . . . 9,2 3459
Pedregal, h a c , pi del Ru- Leigua, ovejera, Cordillera
miahui 8,0 3531 al Oeste del Chimborazo 4,9 4007
Peguohe, hao., cerca de Ota- S Llavepungo, hato, pi norte
valo ntf 2556 del Cotopaxi 8,0 3430
Perugachi, h a c , cerca de Mulacorral, hato, cerca de
Otavalo 14,2 2645 Pujil (lmite superior
Pesillo, h a c , pi del Ca- de la cebada) 7,7 3774
yambe 10,7 3156 Muyumcuchu Baos, hato,
Pilahuin, h a c , pi norte del Sur del Cotopaxi . . . 7,4 3596
Carihuairazo 10,5 3406 Papallacta, hato y tambo . 6,9 3505
Pinantura, h a c , pi del Sin- Quiehucajas, hato, Pamba-
eholagua. 10,0 3142 marea . 8,9 3560
Pitaa, h a c , faldas occiden- Bumipungo, choza, pi este
tales del Guaman . . 8,8 3360 del Quilindaa . . . . 7,1 * 3608
Playa (La), h a c , pramo Savaag, hato, pi del Igu-
del Azuay 11,6 3044 late 7,6 3448
Pucar de Reyes, hato, p- Sesgpn, tambo, pi sur del
ramo de Pifian 8,2 3331 Chimborazo. . . . . . . . 8,0 3520
Pucar (Tambo de) Llu- Totorillas, tambo, camino
llueho, cerca de Gua- real del Chimborazo. . 6,5 3910
randa 11,8 3024 Vallevicioso, hato. . . . . 8,0 3608
Pululagua, hac, al N de Yasipang, choza, camino al
Quito 14,3 2508 Sangay , 7,4 8*358
Tabln de Chiriboga, hac,
faldas del Guaman . . 9,2 3380 Los bosques del oriente.
Tambillo, tambo entre Quito La Jibara del Pntuc, cerca
y Machachi 13,8 2802 de Canelos 20,4 981
Tigua, h a c , cabeceras del El suelo del bosque. . . . 19*5 1017
rio Toachi 11,0 3466
Tilieuchu, h a c , pi del Ata-
cazo . . . . 12,3 3152
Tubicachi, hac, pi del Mo- Algunas observaciones antiguas de
janda 13,4 . 2800 Humboldt, Boussingault y Hall.
Tuno (El), casas, cuesta del Te
f?- Altura. Observ.
rio Chota 18,0 2395 mema.
Zobol, hac, pi sur del Chim- Alausi 15 C. 2430 m. Humb.
borazo 9,8 Ambato
3278 16,1 2679 Bouss.
Zula, h a c , cerca de Achu- Antisana, hato . . . 4,4 4072 Humb.
pallas 7,9 Antisana, nevado . . 1,7 5460
3558 Bouss.
Baos, pi del Tun-
guragua . . . 16,7 1909
4. Hatos, tambos y puntos inhabitados. Callo, ruinas, hac.,pi
(Sin agricultura.) del Cotopaxi . . 12,2 3160
Nombre del lugar.
a
Tew er
f " AUwr Cuenca 15,6 2632 Humb.
media, en metros. Esmeraldas 27,6 0 Hall.
Antisana, hato 5,1 4075 Guaranda 15,0 2722
Antisanilla, hato, vaquera 7,7 8797 Guayaquil 26,0 0 Bouss.
Chalupas, hato, pi sur del Ibarra 17,2 2276
Quilindaa 6,9 3664 Latacunga 15,5 2861
Corredormachai, cueva, fren- Lmite de la nieve
te al Saraurcu . . . . 7,0 3895 perpetua en ge-
Cunucyacu, ovejeras, pi neral . . . . . . 1,6 4800 Humb.
norte del Carihuairazo. 7,8 3670 Loja. . . . . . . . 18,0 2090
652 ANOTACIONES X SUPLEMENTOS.

Nombre del lugar. e


?' Altura, Qbserv. Nombre del lugar. Temp. Altura. Observ.
mea. nied:
Pramos en general 8,5 3500 Humb. Tomependa, boca del
Pasto (Colombia) . . 14,7 2616 Bouss,. Chinchipe . . . 25,8 390 Humb.
Pinantura, hacienda. 11,1 3155 Tulean, provincia de
Quito 15,2 2910 Carchi 12,9 3019 Bouss.
Id. . . . . . . . . g . ^ 2 9 0 8 Humb. Tumaco (Colombia) . 26,1 0
Tusa, prov. de Carchi 11.0 2943
Riobamba 16,4 2870 Bouss.

4 4 . (Pg. 434.)
Cacao. Para formarse una idea del aumento sucesivo del cultivo de cacao y de
la desigualdad de las cosechas, sirva la tabla siguiente, que hemos sacado de la aBem'sta
del Mercado de Guayaquil, de la casa de Martin Beinberg y Co.
Entradas de todas clases de Cacao Guayaquil durante los ltimos 52 aos.
Ao. Ao. Quintales.
1840 142669 1866 225077
1841 114102 1867 197260
1842 67090 1868 212355
1843 154634 1869 173492
1844 85741 1870 233144
1845 97290 1871 172422
1846 112020 1872 187238
1847 120736 1873. 245969
1848. . . . . . . . . . . 210074 1874 247493
1849 142347 1875 . 103500
1850. . . . 110660 1876 220993
1851 95670 1877 205307
1852 139655 1878 . 103309
1853 132430 187~9 : 315341
1854. . . 109921 1880 338802
1855 . . . . . 150897 1881 223082
1856 133736 1882. 189046
1857 147659 1883 150145
1858 198187 1884. . 180100
1859 136187 1885 . . 244588
1860. . 167617 1886 384760
1861 186781 1887 334170
1862 160261 1888 276721
1863 164011 1889 246373
1864 114506 1890. 363917
1865 142671 1891. . , 210806

4 5 . (Pg. 448.)
R e g i n interandina. Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana, por L. Sodiro
(Quito 1874), pgi 26.
La zona subandina no presenta el mismo nteres que las anteriores, ya sea con
respecto la riqueza y variedad, ya se considere .el aspecto fisonmico de su vege-
tacin. Esta carece al mismo tiempo de las proporciones aventajadas y lozanas, que se
admiran en la de las inferiores y de las formas elegantes que se presentan en la superior.
Su aspecto complexivo es montono, innoble y triste. Es, por decirlo as, una zona de
transicin de la tropical la alpina, y como tal participa mas bien resulta de lo menos
*) Las mas veces indica H. la temperatura de 14,4 C. el segundo dato (15,6) se halla en
las tablas isotrmioas, que acompaan su obra Kleinere iSchriften (tab. IV, Nro. 384).
P l i O B A ECUATOBIANA. 663
interesante y halageo as de la una como de la otra. De la primera recibe los ele-
mentos raquticos y casi abortivos, de la segunda las formas mas groseras y casi mon-
struosas. Este estado proviene de un doble orden de causas: las naturales y las que
llamaremos accidentales arbitrarias. Pertenece las primeras su considerable altura,
ya que asignndole como Lmite inferior la elevacin de la altiplanicie, que se extiende
entre Riobamba y Quito, esta seria de 2800 m., elevacin que excede el lmite inferior
de las nieves permanentes en la cadena de los Alpes.*) En consecuencia de esto la
temperatura media es de 14 C. poco mas, demasiado dbil para fomentar en las pre-
sentes circunstancias una vegetacin mas vigorosa. Ademas por haber sido esta (como
lo es aun al presente) la zona mas'habitada, se la despoj poco poco de la vegetacin
arbrea que entes posea, se la redujo campias y dehesas. Los vestigios de esto
se manifiestan en todas partes, y se debe atribuir la circunstancia de que los dueos
se descuidaron de recompensar el suelo de las sucesivas prdidas sufridas, el que ago-
tndose en l paulatinamente los elementos productivos, se haya vuelto intil para el
cultivo, por lo que finalmente se lo abandon del todo en muchos puntos de esta vasta
llanura. De este modo s originaron esas pampas estriles, cubiertas de pocas gramas,
que vemos entre Ambato y Latacunga, cuyo producto apenas basta para alimentar los
rebaos lanares que vagan por ellas. Adese tambin, que el terreno pumceo de este
paraje, parto infeliz del vecino Cotopaxi, con la misma facilidad con que absorbe el agua
llovediza, la evapora, siendo al mismo tiempo poqusimo apropiado para determinar el
TOCIO nocturno, y la toba volcnica Cangagua compacta, que constituye lo dems de
esta zona, la deja fluir toda, quedando en ambos casos el suelo siempre rido infecundo.
Solamente una densa vegetacin arbrea ( falta de un esmerado cultivo) podria obviar
estos inconvenientes, que se origenan de la naturaleza del suelo, impidiendo la evapora-
cin demasiado activa y subministrando al suelo nuevos elementos orgnicos etc., pero
una vez destruida esta, no hay que extraar, que toda esta grande llanura se halla en
tal estado. Hay, sinembargo, algunos puntos que es preciso exceptuar de estas gene-
ralidades. Los valles de Chillo, Turubamba y Machachi, provistos de mejor terreno y
abundantes de agua, poseen quintas apreciables por su fertilidad en Mais, Trigo y otros
cereales, que forman el principal recurso de la capital, y excelentes potreros que alimentan
numerosos rebaos de ganado vacuno, cuyas aventajadas proporciones dejan entrever los
felices resultados, que se podra conseguir, si se pusiera el debido cuidado en la mejora
de las razas. Los alrededores de Ambato, cuya fertilidad ha sido mejor fomentada por
la agricultura, forman el jardn de nuestros Andes y como el oasis de la altiplanicie de
Quito. All prospera el Naranjo, la Vid, el Peral y el Durazno, que son casi los iwiicos
rboles frutales aclimatados en en suelo ecuatoriano.

4 6 . (Pg. 450.)
L a flora a n d i n a . Extracto de los Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana
por L. Sodiro (Quito 1874), pg. 3138.
Ademas de la identidad de los grupos concuerdan entre si las dos regiones (alpina
y andina) en la analoga de las formas, de la que se deriva la del aspecto complxivo
de la vegetacin. Esto se podria deducir aun de la sola consideracin del gran nmero
de grupos naturales que, como queda dicho, son comunes las dos regiones. Para citar
algun ejemplo, casi todas las especies de lchemla tienen el mismo aspecto que las de
los Alpes; el Gewm mageLnicum, el Bubus nubigenus y el glabratus, las varias especies
de Bartsia etc. imitan fielmente sus respectivos congneres europeos. Las Acaenas por
el contrario recuerdan las Agrimonias y las Dryas; la Calceolaria y el Hedyotis ericoides
las Ericas y la Calluna; la Permttya los Empetrum y la Andrmeda; la G-atthieria los
Aretostaphylos. Los Sauces alpinos, que faltan en nuestros Andes, estn sustituidos por
la Baccharis alpina y humifusa y por la Mhlenbekia vuleanica. Las Wemerias, la
Plantago rgida y fragosa, el Pectophytum etc. imitan en los Andes las elegantes almo-
hadillas que forman en los Alpes varias especies de Saxfraga; las Brabas y las Are-
narias las de sus congneres. De estas y otras muchas comparaciones, que podramos
hacer, queda manifiesto, que la analoga de la vegetacin entre dos territorios tan diversos
y lejanos no se limita solamente los grupos, sino que se extiende tambin al hbito

*) Se v, que Sodiro estrecha esta zona algo mas que yo, hacia sus lmites Inferiores. W.
654 ANOTACIONES X S U P L E M E N T O S .

exterior y al conjunto del organismo vegetativo, que parece mas sensible que el repro-
ductivo al influjo de las causas exteriores. Lo mas digno de consideracin es que la
analoga de esta organisacion se encuentra tan frecuentemente en grupos tan diversos,
como son las Compuestas y las Salicneas, las Violaras y las Saxfragas, las Lobelias
(Lisipoma montioides y reniforme) y las Primulceas (Soldanella) etc., plantas que por
estas mutuas relaciones se llaman ,especies sustituyentes'.
A los breves rasgos, con que hemos procurado manifestar la analoga entre la
vegetacin de nuestros Andes y la de los Alpes europeos, no ser intil aadir tambin
algunos detalles, qu hagan comprender las diferencias, que existen entre las mismas
regiones. Es cosa digna de consideracin el ver que de los cuatro elementos, que la
vegetacin de los Alpes debe principalmente su elegancia y hermosura, saber, las
Banuneulceas, las Cariofilneas, las Saxfragas y las Primulceas, haya tanta escasez
en nuestros Andes. De las primeras el solo gnero Banunculus est aqu suficientemente
representado por el E. perumanus y Ouzmani (que son las especies mas elegantes) y
algunas otras, pero estas no bastan para equilibrar el B. alpestris, Thora, parnassiae-
folius y tantos otros de los Alpes. Ademas las elegantes Anemones, los Thalietros, los
Acnitos, las Aquilegias etc. quedan casi sin correspondientes en nuestros pramos. Los
gneros andinos de las Cariofilneas son particularmente tres: El Melandrium, que se
limita la sola especie thysanodes y se puede contraponer alguna Lychais; la Arenaria
y el Gerastium son aqu bastante numerosos y algunas de sus especies son acaso mas
originales interesantes que las europeas, pero nada tenemos que oponer los Diantos,
a las Suenes, las Gipsfilas, tantas otras Alsneas de all. Las muchas especies de
Saxfraga de las rocas y de los riachuelos de los Alpes, se ven aqu representadas ni-
camente por dos variedades de la Saxfraga eaespitosa, a) andicola, f3) brachyphylla y
por la S. Boussingaultii; pero esta ltima no se ha encontrado hasta el dia mas que en
el Ohimborazo. De las Primulceas no se conocen todava en nuestro pais mas que dos
especies de Gentunculu-s y una de AnagaEis, probablemente introducida, en las regiones
inferiores; en la andina una sola Androsace todava dudosa. Las elegantes Prmulas,
las Soldanelas, las IAsimquias nos son completamente desconocidas. Mejor represen-
tadas son las Personadas y las Gendneas. Verdad es que de las Pedicularis hay una
sola especie y aun esta rarsima; una as mismo de Vernica, la cual ni siquiera le es
propia, pero estas podemos oponer las Oursias tan elegantes por sus flores purpreas
como por sus hojas; las Sibthorpias, las Castillejos, y especialmente el grupo tan rico
como original y elegante de las Calceolarias. Ademas el ncleo de esta familia prefiere
las localidades algo mas templadas. De las Gencianas tenemos ya como 20 especies,
casi todas andinas. El importante grupo de las Compuestas se presenta bajo formas mas
interesantes en los Andes que en los Alpes. El gnero Mutisia cuenta especies que no
tienen en toda esta familia, no ser en las Dahlias, otras que las puedan aventajar en
hermosura, y alguna de estas llega hasta penetrar en los lmites que nosostros hemos
sealado la flora andina. Las Baccharis, poco apreciables bajo este punto de vista, se
sealan por su polimorfismo y por el aspecto singular, especialmente de algun grupo
andino. Basta mencionar el de la B. thyoides y genistelloides. Las Wernerias son de
las mas elegantes y aun de las mas atrevidas, pues penetran hasta la regin que Hum-
boldt llamara ,de los Liqenes'. La Andromachia (Liabum) acaulis y el Senecio nubi-
genws y pimpineaefottus recuerdan la rnica y los Dornicos de los Alpes, mientras
que otras especies de este ltimo gnero, como tambin las Chuquiraguas se distinguen
ya por la hermosura de sus flores, ya por su aspecto singular. Los dulcidos, tan afines
al Senecio, forman un grupo muy interesante de nuestros Andes. Sus grandes flores y
su vello denso y sedoso les imprimen un aspecto muy caracterstico y original. El
Gnaphalium Leontopodium los representa en algun modo en los Alpes bajo formas pig-
'.meas. El Culmtium rufescens y el C. nivale, al mismo tiempo que son los mas inter-
esantes entre sus congneres de nuestros cerros, se distinguen tambin por la enorme
altura que suben. La Espeletia, gnero todava mas singular que el anterior, es pro-
pio de la Nueva Granada y de Bolivi, llegando del-'lado del Norte hasta los ltimos
cerros que separan nuestro territorio del de Colombia. El Astragalus geminiflorus es la
nica especie, que representa en nuestros cerros as sus congneres como las Oxytropis
de los Alpes y de los Pireneos. Por otra parte se hace sensible el crecido nmero de
nuestros Lupinos, de que carecen los Alpes, distinguindose entre ellos el Lupinus alo-
pecuroides, tan original por su racimo casi radical, grueso 34 centmetros y largo
hasta 7075 centmetros, todo cubierto, como tambin las hojas, de un largo vello blanco
ELOBA ECUATOBIAHA, 655
sedoso. Las Mlveeas prefieren decididamente los climas calientes y huyen de los frios.
Solamente tres cuatro especies llegan hasta la altura de Quito: por consiguiente causa
mucha admiracin hallar en la cumbre del Rueu-Pichincha, en la elevacin de 4737 m.,
juntamente con la Calandrina acaulis el Malvasirum (Sida) pichinehenae, en donde parecen
colocados para alegrar, la primera con sus flores rosadas, la segunda con azules, al via-
jero anhelante y agobiado por el trabajo de tan difcil subida. All mismo crece tambin
la Valeriana alypiflia, que representa las Globularias de los Alpes.

4 7 . (Pg. 451.)
F l o r a ecuatoriana.' Las plantas colectadas por Humboldi y Bonpland se en-
cuentran descritas en: Humboldt, Bonpland, Kunth, Nova genera et species plantarum
Orhis Novi etc., 7 tomos, 18151825. Las descripciones de los vegetales que descubrieron
los viajeros posteriores, se hallan esparcidas en varias obras botnicas, espeoialmente
en las peridicas. La primera tentativa de escribir una flora del Ecuador, hizo W. Jame-
son, un mdico ingles, que vivi, si recuerdo bien, mas de 30 aos en Quito hizo gran-
des colecciones de plantas. De su Synopsis plantarum, aequatoriensium salieron en
1865 dos pequeos tomos (Ranunculceas hasta Labiatas), cortndose la obra precisa-
mente con la misma familia, con la cual se agot la fuente de Jameson, es decir, la
obra de que habia compilado la suya, copiando literalmente las diagnosis latinas. De
su propia cosecha encontramos muy poco en este libro; hasta las observaciones gene-
rales, que hace sobre las familias, son traducciones de obras europeas y se refieren
especialmente plantas que no existen en el Ecuador, de las indgenas se busca en vano
observaciones originales. Muchas de las plantas mas comunes, que habr visto con fre-
cuencia en las cercanas de Quito y que existen en su propio herbario, faltan en su flora,
porque no las encontr en su autor usado. Jameson era un colector entusiasta, pero de
ningn modo un botnico cientfico. Mand sus colecciones Inglaterra, donde los bot-
nicos, especialmente Hooker, las determinaron y descubrieron las nuevas especies que
contenan. Parece que J. mismo no sabia determinar una especie con seguridad, mucho
menos describir una nueva.
Observaciones muy interesantes sobre la flora del Ecuador encontramos en la obrita
de M. Spruce: Report on the expedition to procure seeds and plants of the Cinchona suc-
cintbra or Bed Bark tree. London 1861.
Desde 1870 se ocupa_ con la flora ecuatoriana el actual profesor de botnica en
Quito, P. Luis Sodiro. El seria el hombre llamado escribir la flora del Ecuador,
apoyndose en sus largos estudios y grandes colecciones. Creemos que se lleva con
este pensamiento y tenemos noticia de que actualmente est elaborando la primera parte
de la obra, que comprender las plantas eriptgamas vasculares. Publicaciones menores
del mismo autor son:
Apuntes sobre la vegetacin ecuatoriana. Quito 1874.
Nuevas especies de Helchos de los Andes de Quito (colectadas por Sodiro y descritas
por J. G. Baker). En el Bol. del Obs. astr. de Quito 1879.
Una excursin botnica. Quito 1881.
Recensi Cryptogamarum vascularium provinciae quitensis. Quito 1883.
Observaciones sobre, los pastos y las plantas forrajieras. Quito 1888.
Gramneas ecuatorianas de la provincia de Quito. Ao de?
Con las Orqudeas ecuatorianas se ocup especialmente el infatigable viajero
F. C. Lehmann. Una parte de sus colecciones lleg manos del profesor Reichenbaeh
en Hamburgo y fu descrita en: Henrici 6. Reichenbaeh fil. Otia botnica Hamburgensia.
I. rchideae F. C. Lehmannianae ecuadorenses. Ao de 1877. (?)
La obra del seor E. Whymper, varias veces citada Travels am- the Great Andes of
the Equator (London 1882), contiene notas interesantes sobre la vegetacin andina, bajo
el punto de vista de su distribucin geogrfica. Se encuentran las listas de. las plantas,
que fueron colectadas alrededor de los volcanes grandes que visit ol autor. Las colec-
ciones fueron examinadas y determinadas en el British Museum bajo la direccin de
Mr. W. Carruthers.
656 ANOTACIONES SUPLEMENTOS*

4 8 . (Pg. 467!}
F a u n a e c u a t o r i a n a . Muy pocos trabajos especiales existen sobre la fauna
del Ecuador. W. C. Hewitson describi las mariposas, que el coleccionista Buckley, bien
conocido en el Ecuador, recoji en sus viajes: Descr. of new spec. of Lepid. coll. lij
Buckley in Ecuador. 4 parts, London 18691870. G. Weymer y P. Maassen descri-
bieron las especies-' colectadas por el doctor A. Stubel. Esta coleccin tiene un inters
especial para la geografa zoolgica, porque las especies se hallan agrupadas segn las
regiones en que se encuentran. El trabajo de los nombrados entomologistas forma una
parte de la gran obra W. Reiss und- A- Stubel, Reisen in Sd-Amerika, y lleva el
ttulo: Lepidopteren, gesammelt auf einer Seise dwrch Colombia, Ecuador, Per, Brasien,
Argentinin nd Bolivien, in- den Jahren 18681877, non A. Stubel." Berln 1890. Los
Colepterosnuevos del Ecuador, - colectados- por el mismo viajero, Dr. A. Stubel, fueron
descritos por' Th. Kirsch en Brlinef Entomolog. Zeitschr:, Bd. 27 und 28 (188).
La inica clase de animales, de que poseemos monografas completas, son los Mo-
luscos terrestres y fluviales del Ecuador. La primera es del Dr. C. Miller: Die Binnen-
mollusken vori Ecuador, que se encuentra en Malakologische Bltter,"XXVI, 1879.
La segunda monografa mas completa se encuentra en el Bttetin de la Soet
zoologique de France, t. XII, 1887, bajo el epgrafe: Faune malacologique de la E-
publique de Vquateur, par uguste Gousin. El auto, que vive desde largos aos en
el Ecuador, ha descubierto muchas especies nuevas. En el mismo tomo y ao del
Bulletin se halla un suplemento al trabajo del Seor Cousin: Mollusques nouveaux de
la Rpublique de Vquateur, par le Docteur F. Jousseaume, en el cual se describen las
especies ltimamente descubiertas y remitidas por Mr. Cousin. Se puede decir, que estos
dos folletos contienen todo cuanto se conoce hasta ahora de la fauna malacolgica (ter-
restre y fluvial) del Ecuador.
Sobre las aves del Ecuador consltese Proceedings of the. Zoological Socieiy of
'London, 'F-ehv. 3, 1885: On birds frpm Ecuador. Es un artculo sumamente interesante
escrito en francs: TroisiSnie lisie des (Hseaux recuelis par M. Stolzmann dans Vqua-
teur. Par L. Tczanowski ei Gomie 3. v. Berlepsch.
Interesantes noticias, ilustradas por magnficos grabados, sobre la fauna andina, se
hallan en l tomo suplementario de la obra de Whymper: Supplementary Appendix to
Trovis amongst the Greatndes of the Equator, byE. Whymper (London 1891). Zo-
logos de renombre, como Bates, Salvin, Day, Miers, Boulenger y otros se han dedicado
la determinacin d las colecciones de Whymper y la descripcin de las especies
nuevai

4 9 . (Pg- 472.)
O r i g e n d e las Islas d e ' G a l p a g o s . En este punto no estoy de acuerdo con
el seor Dr. G. Baur, ltimo viajero cientfico que en 1891 visit el Archipilago^ El
supone que las islas se formaron por la sumersin de una parte del Continente ameri-
cano, representando ahora las montaas mas altas de esta porcin sumergida. No se
apoya en ningn argumento geolgico para su hiptesis y dice solamente, que ella no
se opone nada de parte de la geologa. Del otro lado afirma, que necesita de esta hip-
tesis para explicarse el origen y la distribucin de los actuales organismos en las islas
segn la teora darwiniana, porque de otro modo (por inmigracin) no seria posible ex-
plicarla. De parte de la geologa, que el seor Baur parece haber descuidado en su
viaje, talvez se podr hacer mas objeciones de lo que piensa, y las har su tiempo.
Ademas me parece que con su hiptesis (de una separacin y sumersin sucesiva de las
islas) la explicacin del origen y de la distribucin de las epecis, admitiendo con l
un desarrollo natural segn, la teora de descensin, no se-facilita, y talvez se dificulta
mas la ! de ciertos fenmenos. Hasta ahora he leido solo una serie de artculos, que el
seor Dr. Baur hizo publicar en Beilage zur AUgemeinen Zeitung de Munic, 1892.
Nro. 3235 bajo el ttulo Ein Besuch der Oalpgos-Insln. Esta lectura no me ha
convencido de la probabilidad de su hiptesis! No encontr ningn hecho nuevo, que yo
mismo no hubiese observado en mis viajes y en parte descrito del mismo modo como
el seor Baur, en una relacin (fragmentaria) de viaje, publicada en Heidelberg 1879, en
Sammlung von Vortrageni, herausgegeben von W. Frommel und Fr. Pfaff, bajo el mismo
ETTOGBATA. 657
epgrafe Ein Besuch der Galpagos-Inseln. Pero me abstengo de una discusin deta-
llada, hasta haber visto en su obra mas completa, que est preparando, la argumenta-
cin cientfica de sus afirmaciones y de su hiptesis geolgica.

5 0 . (Pag- 504.)
Hubiera deseado insertar en esta obra, despus de la Geografa botnica y-zool-
gica, una parte etnogrfica. Muchos son los materiales que he recojido, especialmente
sobre los antiguos habitantes de las provincias litorales. Pero el corto tiempo que me
quedaba para redactar este libro, no me permiti la elaboracin de esos materiales, y
as quedan reservados parg otra ocasin. Llamo la atencin de los etngrafos la
obra varias veces citada de F. Gonzlez Surez,- Historia general de la Repblica del
JScuador, cuyo primer tomo (Quito 1890) trata de los tiempos prehistricos, y que con-
tiene casi todo lo que sabemos hasta ahora sobre la poca mas remota, segn los es-
critores antiguos. El autor no es un compilador de cosechas agenas; al contrario, hizo
muchos estudios interesantes y originales y descubri varios documentos nuevos. En
1878 public un importante Estudio histrico sobre los Caari>, con 5 lminas, y actual-
mente est preparando un Atlas arqueolgico, que formar l complemento del primer
tomo de su obra.

WoiiF, Ecuador. 42
NDICE ALFABTICO.
Abreviaciones: e.=cerro, cerros, montaa; cord.=cordillera; est. = estero; h.=hacienda;
i.=isla; r.=rio; p.=puehlo; s.=sitio; v. = volcan.

Abich, M. 335, 642. Allpa-yacu 84.


Abingdon, i. 470. Alluriquen r. 167.
Abraspungo 78. Amalgama 315, 319.
Abuga, c. 48. Amarillo, r. 36, 104.
Acadmicos franceses 571. Amaya, r. 197.
Acayana, c. y nudo 30. Amazonas, r. 183189, 584.
Acumbe, c. 154. Ambato, villa, r. 82, 83, 502.
Achira, c. 30; r. 36. Ambi, r. 102.
Achote, r. 144. Ambi-yaeu, 205.
Achupallas, p. 56; c. 68. Amboca, cord., r. 32, 33, 36.
Agalmatolita 265. Ami, r. 76.
Agoyan, r. y chorrera 83. Amotape, cord. 33.
Agricultura del litoral, 429; de la sierra 445. Aricar ami 3. 607.
Agua-clara, r. 133, 161. 166. 175. Ancn, punta 21, 154.
Agua-fria, r. 147. Ancn de Sardinas, baha 25.
Aguas minerales y termales 305306, 635 Anoha-yacu 175.
638. Andesina 335.
Aguas de la prov. del Guayas 307, 638, 640. Andesita 335, 368, 642.
Aguano, p. 201. Andoas, p. 199.
Aguapiedra, fuentes 153. Anfibios 460.
Aguarico, r. 204. Angamarca, cord. 78.
Aguasaira, fuentes 153. Angas, r. 56, 111.
Agua-sucia, r. 169. ngel, par. 99; r. p. 103.
Ahorcados, i. 22. Angochagua, cord., p. 101, 102.
Aichi-yacu 192. Angostura, c. 33; r. 177.
Aipena, r. 192. Animales domst. 467.
Ala, r. 197. nimas, e. 154.
Alamor, r. p. 36; eord. 33. Anotaciones y suplementos 563.
Alamb r. 102, 165. Ansupi, r. 201.
Alangas p. 92; fuentes 635. Antimonio 269.
Alao r. 64; pramo 58. Antisana, e. v. 88, 356; r. y hato 89.
Alaus, valle, r. p. 56, 553. Antisanilla, h. 92; lava de, 92, 357.
Albemarle, i. 470. Antracita 229.
Alcaeay, r. 50. Apaga, r. 68, 191.
Alczar, c. 67. Apatenoma, r. 197.
Algodn 432. Apianga, r. 197.
Alsedo y Herrera, I). 583. Araenodeos 466.
Alus r. 138. Arayuno, r. 201.
Aluzana, c. 67. Arcilla pizarrosa 246, 273.
Alleuquiru, c. 37, 51. Archidona, p. 203.
Allpachaca, s. 40, 56. Archipilago de Galpagos 468, 562.
NDICE ALFABTICO- 659

rea del Ecuador 12. Barquito, r. 171.


Arenal, r. 140; puerto 141. Barraganete, r. 145.
Arenal del Chimborazo 61. Barrington, i. 470.
Arenillas, p. r. 107. Barro viejo, r. 168.
Arenisca de Azogues 244, 599. Bascung, Badcung = Vascun.
cretcea 442. Basureo, 8. 569.
terciaria 273. Batang, c. 118.
Armadillo, r. 144. Baur, Dr. G. 656.
Armas, escudo de, 547. Bebo, h. 141.
Arroz 431. Beehe, r. 160.
Arsnico 269. Bella Maria, r., s. 36.
Arsenopirita 231. Bereniza, r. 194.
Articulacin de los Andes 581. Berseta, cord. 44.
Artop,.G. J. A. 642. Biblian, p. r. 48.
Asajmon, e. 154. Bigu, r. 159.
Asaneoto, p. 71. Bijagual, r. 145, 148.
Asfalto 249. Bilovan, p. r. 67, 71.
Atacmes, ens. 24; hoya, r., p. 162. Bilsa, r. 160, 161.
Atacamita 625. Bindloe, i. 470.
Atacazo, c. v. 84. Biscaya, cord. 32, 36; minas de 625.
Atacuari, r. 205. Blanco, r. 64. - 80. - 84. - 101, 166.
Atatinqui, ensillada 84. Bobo, r. 105, 149.
Avaca, c. 33. Bobonaza, r. 198.
Avenieo, r. 197. Boca de Baba 130.
Avenidas de agua y lodo, 349, 643, 644. Boca de Caas 142.
Aves 456, 656. Boca de Carn 179.
vila, p. 204. Boca de las Peas 130.'
Avispas, r. 141. Bocana, r. 141.
Ayarcollqui 358. Bodegas, r. 128, 134; villa 131, 560.
Ayalan, est. 153. Bogot, r. 178; lavad. 327.
Ayampe, punta 22; r., s. 155. Bolaniguas, r. 165.
Ayangue, punta 22. Boletn del Obs. astr. 387, 395, 403.
Ayavaea, cord. 27. Boliche, r. p. 116, 117.
Ayaya, r. 28. Bolvar, prov. 553.
Ayon, r. 50; lavad. 308. Bolsa, r. 148.
Azogue = Mercurio, Bomboiza, r. 194.
Azogues, villa 48, 554. Bormey, T. G. 642.
Azuay, nudo 46, 52, 54, 55; terr. volc. < Bono, r. 36.
A. 366; prov. 554. Borracho, punta 23.
Azuela, r. 204. Bouguer, M. 385.
Azufral de Tqueres 100. BovssingauU, M. 65, 222, 340, 393, 648.
Azufre 290. Branco, Dr. W. 373.
Azumb, r. 135. Brava, punta 23.
Bravo, cerro 155.
Briseo, r. 158.
Baba, r. p. 141; cant. 560. Brocel, r. 147.
Babahoyo, r. 128, 134; villa 131, 660. Brucita 244.
Bachillero, r. 148. Bueh, Leop. v. 599.
Baeza, s. 202. Buenavate, paso 78.
Babia de Carques 157, 561. Bueran, c. 46.
Bajen, est. 153. Bueste, cuesta 48.
Bajo alto, p. 109. Bulubulu, r. 116.
Balao, r. p. 111, 112. Bunehe, r. s. 162.
Balao chico, r. 112. Burgai, p. r. 48.
Baleato, A. 580. Burgos, r. 139.
Blsamo c. de, 156. Burro, r. 147.
Balsapuerto, p. 193. Busa, lag. 40.
Balzar, r. 145, 160; p. 146.
Ballena, punta 23.
Ballenita, puerto 21. Cabonda, vuelta de 130.
Bambe, r. 171. Cabra, e. 124.
Bambuscara, r. 31. Cabuyal, punta 23; r. 182.
Bancos 122. Cacao 427, 433, 652.
Baos (Tung.) p. 84; fuentes 635. Cachab, r. 178; lavad. 326.
(Cuenca) 302. Cachar, h. c. 136.
Barbudo, r. 176. Caehiilacta, cord. 96.
Baritina 267. Caehipiro, s. 30.
Barmetro 396. Caehisagua, e. 69.
42*
660 NDICE

Cachi-yaeu, 104. 193. Carques, baha 22 157.


Caf 432. Caras, nacin 505.
Cahuapanas, r. 192. Carchi, r. 104; prov. 547.
Caimito, i. est. r. 137, 162. Cariamang, p. 656.
Cajabamba, p. 61, 553. Caricocha, lag. 91.
Cajanuma, nudo 80. Carihuairazo, c. v. 61, 62, 78, 363.
Cajas, eord. 44, 45. nudo 91. Carihuaray, r. 48.
Calab, r. 135. Cari-yacu 102.
Calaeal, cerros de 87 ; r . 165. Carmen, r. 112.
Calache, r. 159. Carnvoros 453.
Calaguru, c. r. 33, 108, 109. Carnero, punta 21, 154.
Calcitpungo, c. 58. Carondelet, s. 178.
Caldera, s. 103. Carrera nueva, eord. 75.
Calentura, cerrito 129. Carrizal, est. 153.
Calera, r. 36. Cartagena, r. 95.
California, s. 141. Cartas geolgicas 596.
Caliza 241, 282. . Casaeay, r. 42.
Calugin, c. 56. Casaguala, c. 79. . .
Calvario, r. 171. Casanga, r. valle 33, 36.
Calvas, r.'s. 34; eant. 556. Gascacunga, pramo 91.
Callana, r. 199. Cascajal, punta 21.
Callejn, estall. Cascarilla 486.
Callo, ensen. 22. Catacoch, cant. 556.
Callo, c. 80. Catamayo, r>- valle 34, 35.
Camarn, r. 159. Catarama, r. p. 135, 136.
Camarones, r. 162. 175. 182. Caucay, cerros 44.
Cambuyan, eord. 98. Caucaya, r. 207.
Camino real de los Incas 38, 581. Caucho 426.
Caminos del litoral 211. Cavina-yacu 204.
de la sierra 212, 588. Cayambe, c. v. 89, 90, 356; r. 96; p. 90, 551.
Campana, c. 179.. Cayanca, salitral 108.
Campos, Dr. Fr. 383. Cayapas, eord. 99; r. 174176; indios 583.
Canales 209. Cebadas, p. r. 63.
Canazambi, c. 68. Clica, eord. 33; cant. 556.
Cancha-yacu 180. Centinela, punta 21.
Cnehis, r. 28. Cerrito, i. 125.
Candelaria, cerros de 150. Cerro Azul 125.
Canduanda, c. 68. Bravo 155.
Cangagua, p. r. 90, 96. Hermoso 73.
Terreno 334. Negro de Mayasquer, v. 99, 353.
Cangorisa, r. 191. Cerros de Hoja 155.
Canind, r. 170Y Cetceos 456.
Canoa, r. 111. p. 158. Cevcdlos, Dr. P. F. 80, 104, 139, 497, 573.
Cahque, r. 159. Gieza de Len, P. 61, 580.
Cantagallo, est. 117. Cimalon, c. 118.
Canumb, r. 180. Cimarrones, c. 89.
Canuto, p. 156. Chichonas 436.
Caa de azcar 431. Cinto, r. 166.
Caar, r. 52; villa y prov. 54, 554. Cisne, p. 35.
Caaribamba, p. 41. ' Clero del Ecuador 540.
Caa-yacu 112. Clima del Ecuador 363, 407.
Cai, r. c. 69. del litoral 407.
Cauto, r. 161. de los bosques hmedos 422.
Caolina 232, 264. interandino 412.
Cabni, r. puerto 167. de los Galpagos 477.
Capadia, e. 68. Cobre 269, 625, 629.
Cpele, puerto 143. Coca, r. 201.
Capilla, r. 34. Cocaniguas, p. 166.
Capiro, o. 37. Coco, r. 70.
Caple, r. 171. Ccola, r. 168.
Capones, est. 19. Coeoya, r. 143.
Capotillo, r. 156. Cocha, lag. 97.
Capul-urcu 68. Cochaloma, e. 100.
Caquet, r. 207. Cochapamba 67.
Caraburo, s. 95. Cochapata, p. 40.
Caracol, r. 135. Cochasqui, p. 96.
Carnqui, p. 102. Codazzi, A. 570.
Carao, r. 180. Cfanes, r. 204;' indios 535.
NDICE ALFABTICO.

Cojimies, i. est. 23; bajos 24; cerros y est. Corrientes de lava 341, 475, 648.
159, 160. Cosanga, r. 202.
Cojitambo, c. 45, 367. Costa del Ecuador 18.
Col, r. 170. Costa mala 21.
Colimba, pramo 100. Cotaoachi, c. v. 98, 353; p.102, 548;
Colimes, p. r. 146, 147. tes 637.
Colonche, cord. 124, 125; p. 155. Cotapino, p. 204.
Colonizacin de los Galpagos 489. Cotocollao, p. 95.
Colope, r. 182. Cotopaxi, c. v. 75, 78, 341, 351, 358, 643
Colorado, r. 156. Coto-yacu 28.
Colorados de St. Domingo 527. Cousin, A. 656.
Colta, lag. 63; cant. 553. Crevaux, Dr. J. 573.
Columbe, p. 61. Cristal, r. 41.
Collanes, c. v. 59, 60, 365. Crustceos 466.
Collay, r. 61; lavad. 308, 313. Cuaque, r. 159.
Comercio 542. Cubijan, cord. 76.
Comipaga, r. 145. Cubillan, cord. 76.
Compadre-huaico, r. 81. Cubillin, c. 58.
Compaa, r. 48. Cucarracha, r. 169.
Comunicacin 545. Cuchab, r. 180.
Concepcin, p. 177. 204. Cuchilla, r. 145.
Condamine, de La 361, 363, 365, 565. Cuenca, hoya 42; ciudad 48, 555.
Cndor, cord. 27. Cuicocha, lag. 98, 353; r. 102.
Condorasto, c. 60, 232. Cuilchi, r. 80.
Condor-cocha, c. 87. Culebrillas, r. 53.
Condu, r. 204. Culpepper, i. 470.
Conga, r. 169. Cumba, r. 162.
Congo, r. 145.. Cmbal, e. v. 99, 100, 353; r. 104
Cngoma, r. 144. Cumbaraga, r. 31.
Conguillo, r. 145. Cumbe, r. p. 47. v
-
Conquista del Ecuador 515. Cumbil, r._ 136.
Constitucin del Ecuador 519, 522. Cumbinam, pongo 185.
Convento, r. 159. Cuni, r. 42.
Conventillo, r. 69. Cunru, o. 100.
Copalillo, c. 67. Cunturguachana, c. 85.
Cop 28a Cunue-yacu 81.
Copiambiza, r. 194. Cquiva, r. 170.
Corazn, c. v. 84. Curaray, r. 74, 205.
Cordero, Dr. L. 193, 194. Curi-yacu 205.
Cordillera de los Andes 15, 26, 581. Curiquingue, r. 92.
oriental 29, 37, 42,54, 58, 71,87, 97,227. Cuscungo, e. 57.
occidental 30, 43, 52, 55, 61, 78, 84, 98. Cusiguango, p. 80
de Alamor 33. Cusin, c. 91.
-- de Amboea 32, 33. Cusulima, r. 195.
de Amotape 33. Cusulime, r. 196.
de Angamarca 78. Cutuchi, r. 80.
de Angochagua 101. Cutuguai, c. 132.
de Ayavaca 27. Cuve, r. 171.
. d Biscaya 32, 36. Cuvilche, c. 100.
de Clica 33. Cuyabeno, r. lag. 204.
de Cndor 27. Cyclas 253.
de Chula 32. Cyrena 253.
de Dumar 32.
de Huaira-ureu 33.
de Huamboya 60. Chacana, c. 357.
de Huancabamba 27. Chaca-yacu 112.
de Intac 98. Chacras, s. 107.
de Pllaro 74. Chaguana, r. 111.
de St. Eosa 27. Chagil, c. 67.
de Zamora 30. Chanuar-urco, p. 41.
nevada 38. Chahuasqui, p. 104.
Corina, r. 84. Chalenes, i. 153.
Cormorant, punta 474. Chalui, r. 202.
Coronel, . 671. Chalupas, cord., r. 74.
Corozal, est. 137. Challua-yacu, r. 70.
Corozo, r. 116. Chamachan, r. 103.
Correntoso, r. 141. Chamaya, r. 29.
Corriente antartica 385, 471, 578. Chambira, r. 199,
662 NDICE ALFABTICO.

Chambo, r. 63, 168. Chunchi, p. 56. tambo 67.


Chana, r. 104. Chunquer, r. 204.
Chancana, r. 170. Chupacaldo, r. 145.
Chanchagran, cord. 98. Chuquinac, c. 66, 68.
Chanchan, cord. 43. r. y valle 56. 131. Chuquiribamba, p. 35.
Chanduy, bajos 2; Altos de, p. 154. Chura, r. 170.
Chapaooto, p. 71. Churcay, r. 47.
Chapulo, r. 137. Churute, est. 115; c. 117.
Charapot, p. 156. Churutillo, est. 115.
Charcay, r. 40. Chuspichupa, r. 89.
Charles, i. 470. Chuyuj, c. 63.
Chatham, i. 470.
Chatuie, r. 144.
Chaupi, c. 77. Damas, r. 144.
Cheve, r. 160. Daas, c. 55.
Chibu, r. 64. Daule, i., est. 24. - r. 142,148,149,170; aguas
Chibunga, r. 64. del 638640; cant., p. 559.
Chicagua, c. 68. Deleg, p. r. 48.
Chchiva, r. 170. Deuda pblica 545.
Chiguacay, r. 58. Diabasa 262.
Chiguasa, r. 197. Diguja, J. 364.
Chige, r. 171. Diorita 235, 260, 599.
Chihuango, s. 33. Doblones, r. 145.
Chijo, est. 180. Dgola, r. 169.
Chila, r. 169. Dolores, r. 145.
Chilchiles, cord. 32. Don Juan, r. 159.
Chiles, c. v. 99, 353. Don Pancho, r. s. 155.
Chiltazon, c. 99. Bressel, P. L. 306, 632, 633, 635.
Chilla, cord. 32; p. 42. Dudas, r. 51.
Chillaeocha, cord. 33. Du, r. 204.
Chillanes, hoya, p. 68. Dumar, cord. 32.
Chillintomo, r. 134. Duncan, i. 470.
Chulo, valle 92.
Chilluri, cord. 99.
Chima, vaUe, r. 67, 71, 134. Edentados 455.
Chimbo, valle, cord. r. 66, 68, 131; cant. Ejrcito del Ecuador 546.
5. 554. Elefancia 413.
Chimborazo, o. v. 61, 65, 344, 363; prov. Embarcadero, r. 134.
552; fuentes 636. Englhardt, S. 632.
Chinambi, r. 104. Ensillada, tambo 68.
Chinea, r. 170. Entrada, r. s. 155.
Chinchine, r. 27. Erupciones de lodo 349, 643, 644.
Chingariso, r. 191. volcnicas 345.
Chinguere, est. 129. Escala geogentica 595.
Chipero, r. 171. Escalera, cord. 98.
Chipo, r. 168. Escudo de armas 547.
Chique, r. 171. Escurrebraga, remolino 185.
Chirijo, r. 134. Esmeralda, piedra 329, 641.
Chirinos, p. r. 28. Esmeraldas, puerto, r. 24, 164, 169; prov.
Chisinche, nudo 77. 163, 561.
Chito, p. 28. viejo 172.
Chito-yacu 28. Esquistas cristalinas 226, 596.
Chiva, r. 171. Estacada, c. 150.
Chvatillo, r. 175. Estaciones 397.
Chobo, h. 134. Estancia vieja, 150. c. de 154.
Cholos 535. Estero limpio 145.
Chone, p. r. 156. Salado 21, 126, 153.
Chongon, cord. 124, 125; est. r. 153. viejo 112.
Chonta-cruz, c. 30. Esteron, r. 141.
Chopoya, c. 154. Exportacin 544.
Chota, r. valle 103. Extrangeros 536.
Chueuyunuri, c. 154.
Chuchunga, r. 190.
Chugehilan, cord. 79. Fahlerz 267.
Chuiampe, r. 140. Farallones, i. 20.
Chula, r. 170. Farrand, O. 355, 365.
Chuloaga, r. 84. Fartarumi, e. 59.
Chumbo, r. 35, Fauna del. Ecuador 452, 656.
AIJF ABTICO. 663

Fauna de los Galpagos 483. Gramatal, r. 112.


Ferrocarriles 218. Granito 235.
Fiebre amarilla 410. Granobles, r. 96.
Filo-corrales, e. 89, a58. Grenate 231, 267.
Fiieroy & Kettet 572. Guabalcon, r. c. 56.
Flemming, B. 569, 573. Guabito, c. 118.
Flora del Ecuador 416, 655. Guabo, p. 109.
de los Galpagos 479. Guacagoto, quebr. 71.
andina 448, 653. Guacamayo, c. 202; v. 332.
costanera 417. Guachal, r. 166.
interandina 441, 652. Guachifili, c. 357.
oriental 439. Guagra-uma, e. y nudo. 30.
palustre 423. ' Guagra-urcu, cord. 202.
sabanera 419. Guagualshuma, c. 46, 247.
subtropical 423. Guaitaeama, p. 80.
tropical 435. Guaitar, r. 104.
Floreana, i. 470. Gualaceo, r. 48, 50; p. 50, 555; terr. volc.
Flores, i. 130. de 367.
Focas 456, 484. Gualaquiza, r. 194; cant. 555.
Foetterle, Fr. 596. Gualea, r. 165.
Formaciones geolgicas del Ecuador 224. Gualel, r. s. 35.
en general 595. Gualipe, r. 144.
aluvial 284, 301. Gualpi, r. 175.
cretcea 239, 599. Guallabamba, r. 91, 96, 165, p. 96.
cuaternaria 284. Guallanac, p. 70.
del gneis 226. Guallmincay, r. 50.
de los prfidos 268. Guallupi, r. 104.
del Wealden 253. Guamam, c. 89,. 358. <
diluvial 284, 301. Guamapungo, s. 116.
fluvio-marina 294. Guambi, r. 95.
terciaria 272. Guarnes, r. 206.
volcnica 310. Guamote, p. r. 61, 63.
Fsiles cuaternarios 286, 373. Guana, r. 168.
terciarios 277, 279, 630, 632. Guanbano, h. 117.
Frances-urcu, c. 89. Guanasang, p. 42.
Frite, P. S. 565. Guangaje, cord. 79.
Fuentes minerales y termales 269, 293, 3C i, Guangopolo, p. 93.
306, 633, 635. Guantue-loma, e. 69.
Fuyafuya, c. 90. Guano, p. r. 64.
Guapal, r. 91.
Guapan, fuentes de 303.
Gabilan, c. 68. Guapante (Huapante) r. 72.
Gabina, r. 161. Gupulo, p. 93.
Gala, r. 111. Guapungoto, c. 69.
Galpagos, Archip. de los .3, 12, 469, !, Guaracayo, pongo 185.
656. Guaranda, villa 68, 69, 553.
Galena 626. Guare, i. 128.
Galera, punta 24; r. 162. Guarguar, s. 67.
Galb, r. 70. Guarmicoeha, lag. 91.
Gamalotales, r. 28. Guarumal, est. 109.
Garda Moreno, G. 355. Guramo, r. 116.137.
Garrapata, r. 140. 156. Guasuntos, p. 56.
Gases volcnicos 347. Guataxi, r. 56.
Geints, Dr. E. B. 244, 253. Guayabal, r. 34.
Geografa botnica y zoolgica 415. Guayabo, r. 144.
poltica y civil 497. Guayama, r. 68.
Geologa del Ecuador 221. Guayaquil, cerritos de 124; ciudad 126, 557,
de los Galpagos 470. clima de 409.
Ger, minas de 630. Guayaquilita 300.
Gneis 226, 596. Guayas, su delta 114, r. 115; sist. fluv. 124,
Gobierno del Ecuador 519. 126; - prov. 557, 583.
Golfo de Guayaquil 19. Geregere,. r. 143.
Golongal, c. 90. Guispe, r. 168.
Gonzlez Suares, Dr. F. 80, 497, 656. Gulasbi, c. 43.
Gonzol, p. 56. Gmbel, C. W., 642.
Gorda, punta 24. Guarnan, A., 571.
Gradas, r. 69.
Grafito 228.
664 NDICE ALFABTICO.

Halfltas, 418. Iaquito, plano 94.


Hall, B. 394. Ipi, r. 168.
Hatun-Caar, r. 53. Iquitos, p. 188.
Hatuntqui, p. 102. Irambiza, r. 194.
Hato, r. h. 71. Iranaza, r. 194.
Hauquichaqui, pongo 185. Isco, r. 91. .
Heleras 406. Iscuand, r. 175.
Hena r. 204. Ishubamba, h. 63.
Herradura, r. 175. Isera, c. 155.
Herz, Dr. B. 642. Isimanchi, r. 28.
Hewitson, W. C. 656. Isinliv, cord 79.
Hierro palustre 304. Isschot, O. van 627630.
Hiperstena 336. Itaya, r. 200.
Historia del Ecuador 498. Itapo, pramo, p. 62.
Holln, r. 203. Iza, r. 206.
Hondn de San Diego 77.
Hood, i. 470.
Huaca, nudo de la 100, 103; r. 111. Jabita, r. 154.
Huaeapanto, r. 31. Jan de Bracamoros 28, 29.
Huaico, r. cap. 71. Jagua, r. 112. 147.
Huaila, puerto 20. Jama, r. 159.
Huaira-pungo, r. c. 53, 357. Jambel, i.; est., canal 19, 20.
Huaira-urcu, c. 32. Jambo. r. 31.
Huallaga, r. 192. James, i. 470.
Huamboya, cord. 60. Jameson, W. 655.
Huancabamba, cord. 27; r. p. 29. Janeiro, r. 31.
Huapante (Guapante), r. 72. Japan, r. 147.
Huaquia, e. 116, 118. Jaramij, punta 22.
Huarama, r. 199. Jarungo, c. 68.
Huarmiapac, r. 202. Jeberos, p. 192.
Huasaga, r. 199. Jerez, r. c. 111.
Huele, r. 172. Jerinoma, r. 36.
Huigra, quebr. h. 58. Jervis, i. 470.
Huinsha, altura 77. Jima, p. r. 48.
Bumboldt, A. v. 5, 9, 10,-85, 222, 349, 365,
Jimnez de la Espada, M. 354, 356, 647.
385, 567, 572, 574, 581, 599. 648. Jipijapa, cant. p. 561.
Humedad y lluvia 397. Jirn, p. r. 40, 555.
Huracanes 399, 400. Jordn, lazareto 51.
Jorupe, mina 625.
Jousseaume, Dr. F. 656.
Ibarra, hoya de 97; villa 102, 548; terre- Jubal, r. 51.
moto de 382. Jubones, hoya, r. 39, 109, 110.
Igualata, c. y nudo 62. Juivi grande 363. >
Iguanas, p. 147; cerros de 148. Jujan, s. 130.
Ilal, e. 92, 344. Juinon, est. 107.
Iliniza, c. v. 77. Jundache, r. 203.
lio, puerto 138, r. 144. Juntas, r. 30. - 74. 134. - 135.
Hlapa, c. 67. - Granito de 236.
IUuchi, r. 81. 84.
Imbabura, c. v. 101, 349, 353; prov. 548.
Imbana, c. 30, r. 31, 167. Karsten, Dr. H. 222, 251, 364, 372, 596, 643.
Importacin 544. Kirsch, Th. 656.
Inca, r. i. 168. Keh, Dr. B. 353, 642.
Incapirca, ruinas 52.
Incas 509; obras de los 581.
Indefatigable, i. 470. lachas, cord. 99.
Independencia del Ecuador 518. Ladrillos, cerro de 85,
Industria 542. Lagartera, puerto 168.
Indios Cayapas 526, 583. Lagartillo, r. 181.
del interior 529. Lagarto, r. s. 181.
del litoral 525. Lamin, r. 112.
del oriente 532. La Laguna, p. 192.
de Esmeraldas 528. Lalbe, r. 171.
Infiernito, r. 169. Lanza, c. 67.
Inoceramus 243. Latacunga, 81, 82, 551.
Insectos 463, 656. Lava, comentes de 64, 341, 474, 648.
Instituciones polit, y civiles 519. cuarcfera, 357.
Instruccin publica 540. basltica 473.
N D I C E AL]FABTICO. 665

Lavaderos de oro 233, 308, 319, 639. Mala], minas de 630.


Leohugal, r. 135. Malehingu, p. 96.
Lhmann, F. C. 655. Maldonado, r. 160.
Lelia, r. 167. Maldonado, P. 198, 566.
Len, r. 40; prov. 551. Male, r. 170.
Leonang, c. 59. Malimpia, r. 168.
Licay, quebr., h. 58. Mambra, punta 21.
Lieto, c. de 63. Mamferos 452.
Lignita 282. Manab, prov. 560.
Lmite de la nieve perpeta 405. Manga, est. 24, 161.
Lmites del Ecuador 6, 577. Manga-yaeu 84.
con Colombia 7. Manglar-alto, r. p. 155.
con Brasil 8. Manglares 118, 418.
con Per 10, 577, 580. Mangles, punta 25.
Limonal, r. 134. Mangosisa, r. 195:
Limonita 304. '" Manocaro, r. 199.
Limpiopungo, meseta y lag. 76. Manseriche, pongo 186.
Linje, p. 65. Manta, baha y puerto 22.
Lita, r. 99, 104. Mantingo, c. 87.
Lodana, p. 156. Mapas geogrficos del Ecuador 1, 565.
Loia, hoya de 30, 31; ciudad 31, 555, 556; geolgicos 222, 596.
formacin geolgica de 279. del Per 570.
Lojas, h. e. 150. de Colombia 570.
Lolo-yaeu 199. Mapoto, r. h. 84.
Lomas 123. Maraon, r. 183, 189, 584.
Londoma, r. 69. Marcos, r. 160.
Lreto, p. 204. Margajitas, r. 84.
Los Eios, prov. de 559. Mariano, r. 159.
Loyola, r. 28. Mrmol, 303.
Luis, r. 36. Marsupiales 454.
Lulu, r. 138. Martnez, A. N. 364, 648.
Marube, r. 171.
Masa, i. 115.
Llangame, r. 58. Masan, r. 47.
Llanganate, cord. 72. Masanamaca, r. 35; minas de 598.
Llanicay, r. 41. Masar, r. 51.
Lligua, r. 84. Maspa, r. 202. _
Llimpi, c. 62. Masucay, r. 41.
Llingasha, c. 43. Matadero, r. 47.
Lloa, valle 86. Mataje, r. 180.
Llulluehe, c. 67. Matanga, r. 37; lavad. 312.
Llulltmdungo, c. 67. Mates, r. 181.
Llurimagua, r. 99, 165. Matorlos, i. 115.
Llusin, r. 84. Manea, r. 202.
Lluvia, cantidad de 403. Mayas, pongo 185.
Mayunaga, r. 197.
Mazan, r. 205.
Maassen, P. 656. Medidas 545.
Macagua, r. 125. Mejia, cantn de 551.
Macar, r. p. 34, 556. Melando 262, 599.
Macas, p. r. 195, 197, 553. Menten, J. B. 387, 571, 572, 577. Vase
Maeul, r. 141. 149. tambin el Boletn del Obs. astr.
Machaehi, p. 92, 551; fuentes 637. Mercurio 251, 252, 315, 319.
Machai, r. h. 84. Mesobasalto 262, 599.
Mchala, est. p. 109, 110; cant. 556. Mestizos 535.
Machai era, r. 111. Meteorologa 383.
Machalilla, ensen. 22. Miazal,,r. 185.
Machngara, r. 48, 93. Micacocha, lag. 89.
Mache, r. 160, 169. Mihuir, r. 112.
Mafa, r. 676; lavad. 324. Milagro, r. p. 133, 134.
Magnetita 268. MiOer, Dr. C. 656.
Magro, r. 148. Milla, e. 56.
Magua, r. 170. Minas, 270; de Loja 597; de Zaruma 600.
Manuaca, r. 199. Minas, r. 41. 51. - 112.
Majagual, r. 181. Minas nuevas, r. 36.
Mala, bajos 20; c. 151. Mindo, r. p. 86, 166.
Malahrigo, i. 115. Minza, pramo 60.
Malaeatos, r. 31. 35. Mira, r. 101, 103, 180; p. 103.
666 NDICE ALFABTICO.

Mirador, c. 97. Nina-yacu 166.


Misagalli, r. 203. Nono, fuentes 637.
Misoaque, r. 147. Norcay, r. 112.
Mocache, r. 139. Nueuray. r. 199.
Mocol, i. 128. Nudpud, r. 48.
Mooora, r. 159. Numbala, r. 28.
Mocoral, s. 161. Nusino, r. 205.
Mocha, p. 78, 82. Nutria, r. 168.
Mojanda nudo, c. v. 90, 353.
Molina, r. 27. - 180, 181.
Molobog c. r. 46, 53. Obsidiana 358.
Molong, r. 50.
Moluscos, 467, 656. Ocano Pacfico 18.
Molleturo, p. 112. Olivina 336.
Mompiohe, ensen. 24; r. 161; c. 159. Olmedo, p. 147.
Mompilche, r. 172. Olon. r. s. 155.
Moncayo, P . 577. Onceb, r. 135.
Mondragon, i. 115. Qnuaga, r. 191.
Monedas 545. Onzole, r. 175.
Mono, r. 144. 145. Qa, p. r. 40; terr. volc. de 368
Monos 452. palo 369.
Montaita, punta 22. Oro 233, 269, 308, 318, 327.
Montecristi, c. p. 155, 561. Oro, prov.'del 556.
Morena, r. 144. Ortiguera, T. de 647.
Morocumbo, r. 160. Orton, J. 355.
Moromoro, r. 37. Ostiones, r. 181.
Morona, r. 195. Otavalo, villa 101, 548; fuentes 638.
Morro, c. 75; canal 152; est. 152; pennsula Oyacachi, r. p. 201, 233.
y p. 151, 153. Oyambaro, s. 95.
Motuehe, r. 109. Ozogoche, r. 63.
Moya, r. 69.
Muchacho, r. 158.
Muertepungo, lag. 92. Pabelln del Ecuador 457.
Muerto, el, i. 19. *, Pacay-urcu, minas de 607.
Muisne, p. r. 161. Padre encantado, c. 85.
Mualo, p. 80. Pagma, r. h. 58.
Mulmul, c. 62. Pagota, r. 175.
Multngulos 455. Pagua, r. h. 58, 111.
Mullepungo, cord. 41, 43, r. 42. Paguampa, c. 85.
Mullidiang, cord. 66. Pafln, est. 25.
Mura, r. 147. 195. Paira, s. 197.
Muraeumbe, r. 172. Pajan, cord. 125; r. p. 147.
Murcilagos 452. Pajarito, r. 144.
Mutiacah, r. 195. Pajonales 120.
Mutile, r. 170. Palab, r. 179.
Palagonita 473.
Palalache, r. 159.
Habn, p. r. 40. Palanda, r. 27.
Naciones indgenas 499. Palanuma, r. 28.
Nagsagpungo, c. 58. Palenque, r. 137, 138; p. 139.
Nambija, r. 31. Palmar, punta 23; r. 159.
Nanay, r. 200. Palmas 425.
Nanegal, r. 165. Palmira, h. 35.
apo, r. p. 200, 203, 204, 586. Palobamba, fuentes 153.
Napotoa, p. 201. Palo santo, i. de 153.
Naranjal, r. 112, 138; p. 112. Paltas, cant. 556.
Naranjito, p. 134. Palto, c. 32; r. 36.
Naranjo, r. 41. Paludina 253.
Narborough, i. 470. Pallatanga, hoya, p. 70.
Narivifia, lag. 111. Pallo, r. 69.
Nvaz-eruz, paso 61. Pamar, r. 48.
Naxichi, r. 82. Pambamarca, c. 89.
Negrillo, r. 138. Pambil, r. 175.
Negro, r. 31. - 51. - 109. Pambar, r. 160.
Nevados 405. Pampa, r. de la 155.
Nieva, r. 191. Pampas 119.
Nieve, r. 84. Pan, r. p. 51.
Nieve perpetua 405, Pan de azcar, c. 44.
NDICE ALFABTICO. 667

Panadero, r. 180. Pimampiro, p. 103.


Panchal, r. 147. Pimelodus Cyclopum 349.
Panehaliea, r. 82. Pimoeha, p. 130.
Panecillo, c. 87. Pinantura, h., corr. de lava 92.
Pangor, r. 70. Pinches, r. 199.
Pao, r. 203. Pindilic, p. 51.
Panza, c. 68; cord. 70. Pind, r. 36.
Papallacta, r. p. 89, 201. Pinllar, c. 101. .
Papa-yaeu, lago, 192. Pntuc, r. 84.
Paramba, r. 104. Pial, r. 147.
Pramos, condio. meteorol. 403. Pian, pramos 99.
Paranapura, r. 192. Pianpungo, r. 70.
Paredones, ruinas 53. Pinas, r. p. 37.
Parinari, x. 199. Piotina 265.
Parindero, est. 137. Piquene, r. 199.
Partidero, r. 161. Piquigua, r. 159.
Pasado, cabo 23. Pircuasi, r. 166.
Pasamachin, r. 168. Pireusta, r. 171.
Pascuales, s. 148. Pirita 231, 268.
Pasochoa, e. 88. Pirofilita 265.
Pastaza, r. 83, 197. Pirotina 231.
Pata de pjaro, e. 159. Pisco, r. 103.
Patal, p. 78. Piscobamba, valle, r. 34.
Patate, r. 82. Pisco-ureu, c. 67, 68.
Pata, r. 104. Pise, r. 139.
Patul, c. 44; r. 69 Pisque, r. 96.
Paute, r. 47; p. 555. Pita, r. 91. - 136. - est. 137.
Pavas, quebr. de las 36. Pital, est. 107.
Payaguas, r. 205. Pitavia, ruinas 42.
Payammo, r. 204. Pitsara, r. 165.
Payana, i. 19. Pivitiang, cord. 68. )
Peces 462. Plantas cultivadas 429.
Pechiche, r. 112. Plata 269; minas de 627.
Pedernales, punta 22; p. 159. Plata, i. de la 22.
Pedregal, r. 91. Pltano (planta) 428, 432.
Peguehe, r. 101. Pltano, r. 169.
Pelado, i. 22. Pltanos, r. 162.
Pelileo, p. cant. 502. Platina 269, 323, 327, 641.
Pelineay, r. 41. Playa de Oro, p. 177,
Peas de Guayaquil 124, 125. Playas 120.
Perdido, r. 139. Playa-Vlez 138.
Perequet, e. 148. Plomo 269.
Perica, r. 138. Poblacin del Ecuador 523.
Perinao, s. 147. Pocachi, r. 144.
Peripa, r. 143. Poembo, r. 138.
Perlta 358. Pomallaota, p. 56.
Perucho, r. p. 96. Pomasqui, p. 95.
Pescadillo, r. 145. Pongal, i. 19, 153.
Pescado, r. 147. Pongos del Maraon, 183188.
Pesos 645. Prfido, 259; cobrizo 625.
Potrillo, s. 148. Porfirita 259.
Petrleo 256, 288, 632. Prtete, est. punta, r. 24,160. nudo 39, 43.
Pianguapi, ensen., est. 25. Portoviejo, r. 156, ciudad 560.
PicoiSfli "D 156 Posiciones astronmicas 5, 574, 578, 579.
Pichincha, c. v. 85, 86, 354, 647; prov. 649. Potorillos, r. 42.
Pichota, p. 156. Potrerillo, s. 36.
Piedra blanca, o. 32, 37. cord. 43. Potrerillos, lava de 357.
Piedra-pez 259. Potrero, r. 107. _
Piedras, r. 112. 147. Potrero de la Virgen 147.
Pifo, valle, p. 95. Potreros 430.
Pijio, r. 147. Potro, r. 192.
Pijullo, r. 136. Poza, est. 25.
Pilal, r. p. 138. Pozas 120.
Pilares, quebr. 36. Pozuelos, r. p. 136.
Pilaton, valle, r. 85, 167, Preadlas 349.
Pilo, puerto 109. Presidencia de Quito 517.
Pilzhun, c. 46; minas de 267, 627. Presidentes de la Rep. 519, 520.
Plaro, cord. de 72, 74; p. cant, 502, Presin atmosfrica 396,
668 NDICE

Proao, V. 195. Quita-palanca, r. 144.


Puca, cord. de 125; r. 146. Quito 93, 94, 395, 549.
Pucalapi, r. 143. Quitus, nacin 505.
Pucaloma 53.
Pucar, c. p. 41, 42. 67.
Puoay, r. 112. Maimondi, A. 9, 385, 570, 576, 584, 633, 638
Pucon, r. 147. Ramas, p. 141.
Puchaga, r. 197. Ramos-huaico, r. 48.
Pueblo viejo, r. 135, 137; cant. 560. Ramos-urcu 32; minas de 598.
Puela, r, p. 64. Rancho alto, r. 145.
Pullaro, p. 96. Raranga, r. 48.
Pembo, p. 95. Raspa, r. 108.
Puente de Chimbo 132. Bath, G. vom 642.
Puente hondo, r. de 58, 197. Rayo, o. 67.
Puespues, r. 180. Razas del Ecuador 524.
Pujili, p. r. 82; oant. 552. Razu-yacu 82.
Pula, r. 148, 149. Regiones del Ecuador, 15, 398.
Pulpito, c. r. 51. - botnicas 417.
Pululagua, c. v. 87, 354. - central 16, 26, 402, 412.
Pulla, c. 32. - litoral 16, 106, 399, 407.
Pumacunchi r. 82. - oriental 17, 183, 398, 561, 586.
Puma-ucu, r. 81. Reino de Quito 517.
Pumin, c. 67. Beiss, Dr. W. 72, 77, 80, 342, 348, 362, 372,
Puna, i. p. 20, 151; terr. volc. 333. 581.
vieja, est. 20; c. 151. Beiss Stbel 222, 355, 360, 394, 406, 574,
Pnchs, r. 28. 575, 588, 642.
Pungal, r. p. 54, 64. Religin del Ecuador 539.
Pungo-yacu 101. Rentes del Estado 545.
Punm, p. r. 64; fsiles de 373. Reptiles 460.
Punta Piedra 115. Repblica del Ecuador 497, 518.
Puntal, p. 103. Bestrepo, M. 7, 568.
Puntas, c. v. 89. Resumen histrico 498.
Puntilla de Sta. Elena, 21, 154. Retema, pongo 183.
Puntilla, r. de la 158. Reventazones 350.
Punzucama, c. 68. Revesa, puerto 112.
Pualica, e. 78. Revista territorial 547.
Puay, c. 56, Rimachumac, lag. 199.'
Pupusa, r. 144. Rio Chico 156.
Puruving, cord. 44. - Grande 144, 176.
Pusaga, r. 195, - Nuevo 148.
Putumayo, r. 206. - Seco 155.
Puyal, pramo, paso, 61. - Verde, p. r. 181, 182.
Puyango, s. 107. Riobamba, hoya 58; meseta 65; ciudad 64,553.
Biofrio, B. 607.
Rircay, r. 40, 116.
Quebrada honda, r. 28. Roamainas, r. 199.
Quero, r. 42. 82. Rocafuerte, p. 156; cant. 561.
Quevedo, r. p. 137, 139. Rocas, su clasifc. petrogr. 594.
Quichinche, r. 101. Rocas verdes 258.
Quiebre, r. 171. Roedores 454.
Quijos, r. 202. Bogers & Millet 573.
Quilimas, c. 58. Rompido, r. 109, 110, 181.
Quilindaa, c. v. 75, 358. Roncador, r. 141.
Quilitagua, c. 68. Ronca-tigre, r. 166.
Quilotoa, c. v. 80, 361; agua del 638. Boss, W.1S.
Qullue, r. 84. Both, Dr. J. 642.
Qumiac, p. r. 64. Rumiguarcu, e. 9.
Quimsa-cruz 52. Ruminantes 455.
Quindemunehu, e. 68. Rumiahui, c. v. 77, 87.
Quindigua, r. 138.
Quingue, r. 162.
Quinuid, r. 167, 168. Sbalo, r. 168. 169.
Quinjeo, r. 48. . Sabana grande, est. p. 153.
Quinoa-corral 68. Sabanas 119.
Quirotoa = Quilotoa. Sabaneta, r. 134.
Quisacoto, c. 68, 79. Sabanilla, nudo 27; r. 31, 142.
Quisaya, b.., fuentes 638. Sacama, s. 30.
Quispieasha, e. 79. Sacramento, r. 70.
NDICE ALFABTICO. 669
Sade, r., lag., c. 170. Santay, i. 115; est. 117.
Saenz de Tejada, T. G. 600. Santiago, r. 25; p. 31. r. p. 69, 70. sist.
Sagoatoa, c. 79. fluv. 173, 177. - 193. - Lavad. 326.
Saige, r. 171. Santo Domingo, r. 111.
Salado, r. 104; esi = Estero Salado. de los Colorados 138.
Salahoyo, r. 166. Sapayito, r. 176; lavad. 324.
Salango, i., punta 22. Sapayo grande, r. 176.
Salapa, s. 31. Sara-urcu, e. 89.
Salapi, r. 144. Sardinas, r. 70.
Salarun-loma 63. Sartenejales 119.
Salat, r. 36. Sasa, r. 170.
Solaza, M. 394. Savaao, p. 62.
Salazaea, r. 82. Saya, e. 154.
Slima, r. 162. Sayaus, minas de 630.
Salinas (minas) 287, 305, 634. Schacko, <?. 630.
Salinas, p. r. 104. 136. Sehwarze, O. 406.
Salitrales 118. Seibo, est. 153.
Salitre, p. 141. . . Sesmo, c. 32.
mina de 305, 634. Shingata, r. 37, 39; lavad. 311.
Salto, r. 145. Shiric, e. 41.
Samama, c. 67. Shiris 506.
Samanamaoa, h. 237; lavad. 316. Shiu, r. 50.
Same, r. 162. Shoray, s. 51.
San Agustn, r. 47. Sibambe, r. p. 56.
Andrs, p. 64. Sibimbe, r. 135.
Antonio, r. 31. 136. 180; p. 102; de Sicalpa, p. 61, 553; r. 64.
Llullumb. 95. i Sicoto, r. s. 71.
Fernando, p. 40. Sichaoay, c. 32; r. 36.
Francisco, cabo y baha 24, 162. r. Sideay, r. 48.
28, 31. - 41. - 50. Siduchi, r. 195. . .
Ignacio, p. 28. i. 153. SiemiradsH, J. de 222, 596,-1599r 642.
Isidro, r. 194. Sienita 235.
Jacinto, r. 112. Siete, r. 111. . .
Joaqun, e. 89, Sigchos, cord. de 79.
Jorge, h. 70. Sigsig, r. 50, p. 555.
Jos, r. 50. - 70. 168; p. 204; villa Sigsicunga, cord. 98.
71, 554. Sigsigbamba, r. 58.
Juan, p. 61. Silanchi, r. 167.
Lorenzo, cabo 22. p. r. 69,180. r. 85. Silante, r. 53. 85.
-156. Slice amorfa 250.
Leas, r. p. 30, 81. Suva, i. 130.
Mateo, punta 22. Silvan, cerros 40.
Miguel de Cayapas 176. Sillay, r. 192.
de Chimbo 71, 554. Simpson, A. 206.
de Lataeunga 552. Sinobic, c. 69.
de los Colorados 138. Sineholagua, c. v. 87, 88, 358.
de Sueumbios 206. Siri-yaeu 111.
del Morro 152. Sitio nuevo 112. . .
Pablo, lag. p. 91, 102; r. 70, 71. - lag. 97. Sodacu, r. 28.
Pedro, i. 25. - est. 123. r. 92,95. 104. Sodiro, P. L. 449, 652-655.
- 145. - c. 154. Solano, r. 145.
Rafael, r. 92. Soldados, cord. 43.
Vicente, est. 112. c. 155. Soledad, p. 148.
Sanancajas, nudo 62, 71. Soluno, r. 205.
Sandeme, r. 144. Spruce, B. 573, 655.
Sandovl, A. 361. Steinmann, Dr. G. 596.
Sangay, c. v. 59, 365; r. 197; cant. 553. Stolmann, M. 656.
Sangre de toro, r. 161. Sthl, Dr. A. 59, 60, 342, 365, 404, 666.
Santa Ana, p. 156; eant. 561. Sucre, eant. 561.
Brbara, r. 50. Sueumbios, r. 206.
Clara, i. 19. Sugachi, r. 199.
Cruz, c. 35. Suma, r. 169.
Elena, Puntilla de 21, 154; baha de 21; Sumaco, c. 204, 332.
villa 154, 559. Suno, r. 204.
Luca, p. 146. Supib, r. 135.
Bita, h. 51; est. 137. Surampalte, r. 48.
Rosa, est. 19; i. 26; cord. 27; r. p. 108. Surones, punta 24.
201; cant. 556. Surucuchu, r. 47.
670 NDICE ALFABTICO.

Susanga, c. 67. Tinajillas, nudo 39, 43.


Suscal, p. 52. . Tinoco, h. 141.
Susuncama, r. 172. Tintal, r. 141.
Suya, r. 112. Tiocajas, nudo 55, 60.
Suya grande, h. 112. Tisaleo, p. 78.
Tiupullo, nudo 71, 76, 77.
ToacM, valle, r. 79, 166.
Tabaeay, r. 48. Toba volcnica 334, 370.
Tabaco 431. Tocachi, p. 96.
Tabaconas, r. 29. Toisan, eord. 99.
Tabaeundo, p. 96. Tola, i. 25.
Tablarumi, c. 357. Toldo, c. 59.
Tablas, r. 136. Toma, s. 35.
Tabla-yacu 40. Tomebamba 41.
Tabuchila, r. 158. Tomsupe, r. 163.
Tabuga, r. 159. Tonchige, r. 162.
Taczanowski, Dr. L. 656. Tngora, r. 162.
Tach, r. 145. Topo, r. 84.
Tachina, r. 159, 170. Topografa del Ecuador 14.
Taday, r. p. 51. de los Galpagos 470.
Tagual, r. 138. Trtolas, r., eord., indios 583.
Taguando, r. 102. Tortuga, r', 161.
Taguasa, r. 167. Tosagua, r. p. 156.
Tagin, c. 33, 107. Tower, i. 470.
Taigua, r. 171. Travesao, r. s. 155.
Tambillo, r. 165. Tremolita 266.
Tambo, p. 54. Tribus indgenas 499.
del Gobierno 67. Trinchera, punta 20.
Tambo-yaeu 76. Tulcan hoya, p. 104; cant. 548.
Tangara, c. 67. Tulabug, c. 63.
Tangar, r. 175. Tuluehi, r. 81.
Tanicuchi, p. 80. Tululb, r. 179.
Tanisagua, s. 67. Tumbaco, valle, r. p. 92, 95; fuentes 638.
Tanti, r. 167. Tumbaviro, p. 104.
Tarau, r. 64. Tmbez, r. p. 106, 107.
Taripa, r. 170. Tumbucu, r. s. 71.
Taripe, r. 172. Tunguragua, c. v. 60, 363, 648; prov. 552.
Tarqui, r. 47, 69; pirmide de 47. Tuquir, r. 111.
Taseehe, r. 162. Turubamba, plano de 93.
Tashile, r. 172., Tusa, p. 103.
Tasona,.r. 171. Tusua, r. 69.
Taiiea, r. 171. Tutahuaso, r. 69.
Taura, est. r. p. 115,116; cerros de 117,118. Tutapala, s. 67.
Taviasa, r. 172. Tutapali, r. 47.
Tavuche, r. 171. Tuyo, r. 179.
Tejar, r. 101.
Telembela, r. 67, 134.
Telemb, r. 176. Ueayali, r. 193, 584.
Tembladeras 120. Uchina, r. 35.
Tembleque, i. 19. Uchucay, r. 42.
Temblores 374. Udushapa, r. 40.
Temperatura media 388, 648652. Uimb, r. p. 177, 178; fsiles de 277, 630;
Tempestades 401. lavad. 326.
Tena, r. p. 203. Ulva, r. 84.
Tenguel, r. h. 111., Ulla 249.
Tenguelillo, c. 44, 111. TTttoa, A. de 402.
Terremotos 374. Ungui, c. 86.
Tetraedrita 267. Union, villa de la 553.
Thiehnann, M. v. 361. Upano, r. 58, 195, 196.
Tiaone, r. 171. Urcucuy, c. 358.
Tigre, r. 145. 147. - 199. Urcuqui, p. 102.
Tigua, r. 160. Utah, pongo 185.
Tilanje, r. h. 58. Utcubamba, r. 190.
Tile, r. 170. Uve, r. 170.
Tilinehe, r. 138.
Tilipulo, r. 138.
Timbara, r. 31. Yaina, r. 144.
Timbre, r. 171. Vainilla, h. 117.
NDICE ALFABTICO. 671

Vainillas, r. 181. Yaguareocha, r. de 63. lag. 102.


Vainillita, r. 181. Yambanuma, r. 28.
Valdivia, r. s. 155. Yambe, r. 166.
Valladolid, r. 27. Yamboya, r. 85.
Valle, s. 31. Yambrana, r. 191.
Variacin termomtriea 392. Yana-ureu, c. 30, 37. - 68. 90. 98.
'baromtrica 396. Yana-yacu, r. 81, 82. - 102. - 166. - 192. -
Vascun, quebr. 84. 202.
Vega, i. 128. Yanazambi, r. 31.
Vegas 121, 122. Yangana, r. p. 35.
Vegetacin del Ecuador 416. Yanguang, c. 51.
de los Galpagos 479. Yansun, c. 151.
Velasco, P. J. 9, 349, 361, 499, 571, 643. Yanuneay, r. 47.
Venadera, r. 166. Yapur, r. 207.
Venado, punta 23. r. 159. Yarumal, r. 161.
Vencia, h. r. 124. Yaruques, cord. 63.
Ventanas, p. 135. Yasipang, r. 63.
Ventanillas, h. 135. 101. Yavar, r. 193.
Verde, i. 21. punta 24. r. 84. e. 154. Yavirac, o. 87.
Verde-yaeu 202. Yerba-buena, tambo 112.
Vergel, r. cord. 28. Yolan, c. 150.
Vias de comunicacin 209. Yuibug, paso 59.
Viche, r. 171. Yulug, p. r. 42.
Vientos alisios 384. Yungula, valle 41. boca de 141.
Vileabamba, p. 35. Yurac-eruz, c. 101.
Villano, r. 205. Yurac-yaeu 202.
riameeneio, Dr. M. 13, 399, 400,. 499, 568, Yurimaguas, p. 192.
577, 583, 586. Yutapiseos, r. 205.
Villonaco, c. 30, 32,
Vinces, r. p. 137, 139, 140, 560.
Vinche, i. 17. Zalulata, c. 68.
Vinsade, r. 171. Zamborondn, p. c. 129, 131.
Viti, r. 160. Zambo-palo, c. 151.
Viudita, c. 85. Zamora, cord., r. p. 30, 31.
Viscaya, Vizcaya =- Biseaya. Zanahuana, c. 68.
Volcancito de lodo 291. Zancudo, r. 175. - 204.
Volcanes 337, 345. Zani-yaeu 205.
de los Galpagos 473. Zanja, est. 116.
Zapata, r. 145.
Zapatilla, r. 145.
Wagner, Br. M. 222, 361, 364. Zapotal, est. i. 24. r. 135.
Wealden, form. geol. 253. Zapotillo, p. 36.
Wenman, i. 470. Zaraguro, r. 40; p. 32, 566.
Werthemann, A. 184, 191, 573, 578. Zaruma, hoya de 32, 36; villa 36; cant. 556.
Weymer, &. 656. ZarumiHa, r. p. 107.
Whymper, H. 344, 353, 356, 361, 363, 655, Zarum-urou, c. 266.
656. Zhalu, e. 41.
Wiener, Prof. Gh. 586. Zhuya, minas 629.
Wson, J. 573. Zink 269.
Wisse, S. 355, 366, 572. Zoraida, est. 117.
Witt, E. 573, 632. Zumba, p. 28.
Zumbagua, cord. 79.
TacotOj e. 68. Zuac, r. 84.
Yaguachi, r. p. 133; cant. 559. r. 37. Zurambela, r. 31.
Yaguachi viejo, 133. uyovic, J. M. 642.

También podría gustarte