Tolerancia y Derechos Humanos
Tolerancia y Derechos Humanos
Tolerancia y Derechos Humanos
INTRODUCCIN
Esta cita de Camps nos proporciona el punto de partida para abordar el tema de la
tolerancia, y su relacin incuestionable con los derechos humanos. Segn el contenido
propuesto por Camps, la tolerancia se nos presenta como virtud, con una doble
perspectiva: moral y poltica.
Como virtud moral, porque con la tolerancia se aceptan las diferencias culturales y de
opinin, las creencias y las formas de vida distintas a las propias, porque en cuestiones
morales, polticas y culturales, no se puede establecer una verdad nica y definitiva.
As, la tolerancia es la aceptacin consciente y positiva de las diferencias culturales,
polticas o morales (de grupos estables organizados o de personas individuales) porque
representan otras formas de pensamiento o de accin, sin que esto suponga una
renuncia a las propias convicciones ni ausencia de compromiso personal. 2
Como virtud poltica, porque hoy por hoy las sociedades democrticas mantienen en
gran medida sus sistemas de convivencia gracias a la consciente aceptacin del
pluralismo cultural de su propia realidad social, y ello es gracias al ejercicio de la
tolerancia.3
Del mismo modo, la tolerancia puede ser entendida desde un punto de vista negativo y
desde otro positivo. Negativo porque, si atendemos al significado del verbo tolerar,
ste lo hallamos en clave negativa: aguantar, soportar, resistir, sufrir, consentir,
permitir, etc. El acto de tolerancia presupone, primeramente, la existencia de razones
para no admitir una accin, una ideologa o una creencia. Sin embargo, tras sopesar o
ponderar otro tipo de razones, stas se sobreponen a las primeras, de manera que se
convierten en un motivo vlido para cambiar de actitud, y en definitiva, permitir,
tolerar, dicha accin, ideologa o creencia.
Positivo, porque la tolerancia conlleva una actitud caracterizada por el esfuerzo para
reconocer las diferencias y comprender al otro, es decir, reconocer su derecho a ser
distinto.4 Como afirma Michael Walzer, la tolerancia hace posible la diferencia; la
diferencia hace necesaria la tolerancia.5
Norberto Bobbio presenta el concepto de tolerancia tambin desde dos puntos de vista,
segn se atienda a su significado histrico, que hace referencia a los problemas de
convivencia entre distintas creencias, primero religiosas y despus polticas, o al
concepto de tolerancia ms actual, que se extiende al problema de la convivencia entre
minoras tnicas, lingsticas, raciales y, en general, de los que se llaman diferentes,
por ejemplo, los homosexuales, los dementes o los incapacitados.6
Para alcanzar este fin, la tolerancia desempear un papel indispensable, junto con los
derechos humanos, tanto en la teora (es decir, en la positivacin de las mismas) como
en la actitud o en la prctica (directamente relacionado con la interiorizacin y
conciencia de cada persona respecto de sus semejantes).
Como se dijo, la tolerancia es una categora histrica que responde a las necesidades
sociales y polticas de cada momento; los derechos humanos son un conjunto de
facultades e instituciones que, en cada momento histrico, concretan las exigencias de
la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las cuales deben ser reconocidas
positivamente por los ordenamientos jurdicos a nivel nacional e internacional,16 o
tambin pueden ser entendidos como un Conjunto de facultades, prerrogativas,
libertades y pretensiones de carcter civil, poltico, econmico, social y cultural,
incluidos los recursos y mecanismos de garanta de todas ellas, que se reconocen al
ser humano, considerado individual y colectivamente.17
2) Los valores de dignidad, libertad e igualdad humanas pueden considerarse los tres
ejes en torno a los cuales se ha centrado siempre la reivindicacin de los derechos
humanos; la tolerancia tambin busca reivindicar esos mismos valores, pues aunque
en principio pudiera parecer que se encuentra ms ligada con la libertad y la igualdad,
la tolerancia igualmente nos lleva a reconocer en el otro su propia dignidad.
Sin embargo, los derechos humanos poseen caractersticas propias que no comparten
con la tolerancia: son universales, absolutos, innegociables e inalienables. Son
universales porque son derechos de todos los seres humanos, independientemente de
su cultura, su poca histrica o cualquier otra diferencia.
El carcter absoluto de los derechos humanos significa que, en caso de conflicto, stos
prevalecern sobre el resto de derechos. El que sean innegociables se refiere a que en
ningn caso estos derechos podrn ser puestos en discusin, en ninguna circunstancia,
aunque sea sta de carcter excepcional.20 Entendemos por inalienabilidad aquella
cualidad de un derecho en virtud de la cual su titular no puede realizar sobre l ningn
tipo de actos de disposicin; es decir, que en virtud de la inalienabilidad, el titular del
derecho no puede hacer imposible para s mismo el ejercicio de ste.21
Esto lleva necesariamente a que una educacin en derechos humanos sea una
educacin democrtica; pero adems de ser una educacin democrtica, debera ser
una educacin en democracia, como referente necesario para la prctica de los
derechos humanos.30
Con esto no queremos decir que los medios ya existentes que protegen los derechos
humanos tanto en Mxico como en Espaa, ya sea en el mbito jurisdiccional
(tribunales y jueces) como en el no jurisdiccional (instituciones de ombudsman), no
sean operativos (que lo son) y no estn efectuando la labor que les es propia, pero
tampoco podemos dejar de apuntar una realidad: los medios muchas veces se nos
presentan como insuficientes para reponer al ciudadano en sus derechos.
Dicho de otro modo: las deficiencias en el sistema judicial mexicano obedecen tanto a
aspectos de carcter institucional como a factores de carcter social. Los primeros se
refieren a los problemas internos de los poderes judiciales que les impiden lograr
eficacia y alta calidad en los servicios que prestan (el problema de la doble jurisdiccin
y el alto costo que supone para los ciudadanos el acudir a la va judicial); el segundo
est relacionado directamente con el contexto social mexicano, atendiendo a los
factores de analfabetismo, pobreza, etc., unido igualmente al primer elemento.31
La tarea que realiza la Comisin Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) desde
1990 es muy conocida por todos, y en nuestra opinin su existencia en Mxico ha
favorecido en gran medida una mejora sustancial en la proteccin de los derechos
humanos.
Otra de las funciones, importantsima a nuestro juicio, de la educacin por y para los
derechos humanos es que no es una actividad que termine en s misma, sino que est
proyectada para generar otras acciones, mltiples y en mbitos tambin mltiples, que
hagan realidad la existencia viva del Estado de derecho.36 Nos estamos refiriendo a la
funcin preventiva que realizar este tipo de educacin respecto a las futuras
violaciones de derechos humanos.
Desde el momento en que una persona tome conciencia de que es sujeto de derechos
y conozca el contenido de esos derechos que le son inherentes, tendr en sus manos la
posibilidad de hacer frente, as como de reaccionar, a las violaciones o intromisiones
que sufra en su persona, haciendo valer sus derechos, y contribuyendo a que cada da,
con su actitud, se refuerce la cultura de los derechos humanos. Pero para llegar a la
afirmacin de estos derechos en las conciencias de los individuos y de los pueblos, el
proceso pasa, de manera inevitable, por la educacin.
Sobra decir que la educacin en los derechos humanos es una responsabilidad de los
gobiernos, as como tambin lo es de cada individuo y de las instituciones. La
responsabilidad de los gobiernos radica en que nadie puede servir los intereses del
pueblo si no entiende y apoya los derechos humanos.37
Para concluir, slo aadiremos que es necesario educar a los jvenes, principalmente,
porque son el futuro, en un ambiente de tolerancia para que aprendan a vivir en
tolerancia, palabra que va ms all de la armona social como utopa, sino que se
convierte en una estrategia y en una poltica real de desarrollo humano.38
3 Ibid., p. 88.
7 Jos Ramn Juniz Maya, XXI Retos para un siglo con derechos humanos, Valencia,
Espaa, Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2001, p. 43. [ Links ]
9 Manuel Garca Pelayo, Idea de la poltica y otros escritos, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1983, pp. 187 y ss. [ Links ]
11 Ibid., p. 300.
12 John Locke, Ensayo sobre la tolerancia, trad. de Carlos Mellizo, Madrid, Alianza
Editorial, 1999, pp. 53-54. [ Links ]
14 Idem.
27 Comisin Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Elementos del debate actual
de la educacin para la tolerancia y la interculturalidad, Mxico, CNDH, 2000, pp. 7-11.
[ Links ]
33 Enrique Arrieta Silva, Hacia la autonoma plena de los derechos humanos como
disciplina jurdica, Mxico, Derechos Humanos, Memoria del IV Congreso Nacional de
Derecho Constitucional, t. III, Instituto de Investigaciones Jurdicas, UNAM, 2001, pp.
47 y ss. [ Links ]
34 Es cierto que existen ofertas acadmicas relacionadas con los derechos humanos
fuera de lo que son actualmente los planes de estudio de las facultades de derecho,
pero no creemos que ser en estas facultades en donde exista una mayor oferta de
asignaturas referentes al tema de proteccin y problemtica de los derechos humanos.
Vase Plan de Estudios de la Universidad de Valencia, as como de la Universidad
Politcnica de Valencia. www.uv.es y www.upv.es.
35 Vase la lista de las facultades que integran en sus materias algunas relacionadas
con derechos humanos, en el artculo de Enrique Arrieta Silva, op. cit., p. 52.
36 Jos Bonifacio Barba, Educacin para los derechos humanos, Mxico, Fondo de
Cultura Econmica, 1997, p. 122 [ Links ]