Análisis Dinámicas de Violencia
Análisis Dinámicas de Violencia
Análisis Dinámicas de Violencia
Incluye bibliografa
Coleccin Reportes Tcnicos de Investigacin ISBN: 978-607-7953-80-7
Serie ICSA, Vol. 1 ISBN: 978-607-7953-87-6
D.R. 2011 Sonia Bass Zavala, Martha Estela Prez Garca, Jaime Ramrez Muoz
La edicin, diseo y produccin editorial de este documento estuvo
a cargo de la Direccin General de Difusin Cultural y Divulgacin Cientfica,
a travs de la Subdireccin de Publicaciones
Presentacin
I. El desarrollo urbano
en Ciudad Jurez
Mapa 1. Grado promedio de escolaridad por AGEB, 2005 12
Cuadro 1. Distribucin de la poblacin
de Ciudad Jurez (1930-1970) 14
Cuadro 2. Distribucin de la poblacin
de Ciudad Jurez (1980-2005) 15
Mapa 2. La zona poniente de Ciudad Jurez 16
II. La mujer
en el marco de la violencia integral
La violencia contra las mujeres 19
Tipos de violencia familiar 23
III. Percepciones femeninas
de la violencia en el poniente
de Ciudad Jurez
V. Conclusiones
Bibliografa 37
Resumen
L
a violencia contra la mujer y la familia, es un fenmeno complejo profun-
damente arraigado en las relaciones basadas en la diferencia de gnero, la
sexualidad y las estructuras sociales. Cualquier estrategia para erradicarla,
deber considerar las creencias culturales que la perpetan, adems de apo-
yarse en la aplicacin de conocimientos y recursos combinados de todos los niveles de
gobierno y la sociedad civil.
Hasta hace poco tiempo, la violencia hacia el sexo femenino se consideraba un
asunto privado o cuestin exclusiva de la familia. No obstante, en los ltimos aos
ha habido un cambio en el pensamiento, que ha llevado a considerarla como un pro-
blema social y de salud pblica. Debido a la importancia que en la actualidad se le
da a la defensa de los derechos humanos, se observa con inters y necesidad la inter-
vencin de organismos pblicos y privados, junto con organismos de la sociedad civil
(OSC), para hacer posible la ejecucin de programas tendientes a evaluar, atender,
disminuir y prevenir la problemtica de la violencia en contra de la mujer.
La problemtica se ve reflejada en Ciudad Jurez, en tanto que la ciudad ha te-
nido una dinmica de crecimiento demogrfico acelerado, lo que ha propiciado que
el desarrollo social no corresponda a las demandas de un conglomerado con ms de
un milln trescientos mil habitantes. En sta se manifiestan situaciones de pobreza
urbana, donde si bien pueden acceder a ciertos satisfactores, que excluyen a una gran
mayora, sufren de una baja calidad de vida en materia de infraestructura y equi-
pamiento urbano, espacios pblicos y de bienestar social; adems, fenmenos como
la violencia, el pandillerismo, las drogas y la inseguridad, se han apoderado de los
espacios habitables y los han convertido en seres vulnerables.
La frontera juarense es uno de los 67 municipios del estado de Chihuahua, al norte
de la Repblica Mexicana y frontera con Estados Unidos, separada por el Ro Bravo.
Es la ciudad ms poblada del estado de Chihuahua, con 1 313 338 habitantes. El 41%
de la poblacin del estado, vive en esta ciudad, siendo as el municipio ms poblado al
norte de Mxico (INEGI, 2006).
Adems, es considerada una de las fronteras ms importantes del mundo y, hasta
7
8 antes de la crisis mundial de 2008, una de las ciudades ms prsperas de Mxico.
Ante esta situacin, la mejora econmica de la entidad ha experimentado una recu-
peracin en suma pausada, y es que depende en demasa de la industria maquiladora
y su desarrollo, mismo que tiene gran relacin con la economa estadounidense por el
capital extranjero predominante en esta industria.
Asimismo, Ciudad Jurez no slo se ha visto afectada en los ltimos dos aos por
la crisis econmica mundial, pues la ola de violencia que la azota desde 2008, atri-
buida a la disputa del territorio por parte del narcotrfico y, ante ello, el combate al
crimen organizado por parte del gobierno federal como una ofensiva, ha dejado ms
de 2600 muertes tan slo en 2009, as como una gran cantidad de negocios de diverso
giro cerrados, por ser vctimas de extorsin, secuestro, daos materiales o, en su caso,
temor. Obteniendo 20 609 empleos perdidos durante 2009, de un total de 20 842 en
el estado de Chihuahua, de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social, posicio-
nando a esta frontera como la mayor en prdida laboral del estado.
Por otro lado, en lo que se refiere a escolaridad, el municipio de Jurez tena, de
acuerdo al II Conteo de Poblacin y Vivienda 2005, la cuarta posicin a nivel nacional
con un grado promedio de escolaridad de 8.60 (mapa 1), por debajo del Distrito Fede-
ral, Nuevo Len, Coahuila y Sonora.
El objetivo central de este informe, es presentar el uso del espacio en el poniente de
Ciudad Jurez, con el propsito de conocer cmo se entrelaza la problemtica social,
que se deriva del uso de la vivienda precaria, la dinmica de la violencia generada
por los espacios reducidos, as como por la nula generacin de interaccin social en el
espacio pblico.
Palabras clave:
Ciudad Jurez, violencia, mujeres.
Usuarios potenciales:
Acadmicos y OSC.
Reconocimientos:
Agradecemos al Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), por el financia-
miento otorgado para la realizacin de este estudio, as como a los alumnos Marisol
Valds Valds y Ral Holgun vila, por su valiosa participacin.
L
a violencia contra la mujer y la familia, es un fenmeno complejo profun-
damente arraigado en las relaciones basadas en la diferencia de gnero, la
sexualidad y las estructuras sociales. Cualquier estrategia para erradicarla,
deber considerar las creencias culturales que la perpetan, adems de apo-
yarse en la aplicacin de conocimientos y recursos combinados de todos los niveles de
gobierno y la sociedad civil.
Hasta hace poco tiempo, la violencia hacia el sexo femenino se consideraba un
asunto privado o cuestin exclusiva de la familia. No obstante, en los ltimos aos
ha habido un cambio en el pensamiento, que ha llevado a considerarla como un pro-
blema social y de salud pblica. Debido a la importancia que en la actualidad se le
da a la defensa de los derechos humanos, se observa con inters y necesidad la inter-
vencin de organismos pblicos y privados, junto con organismos de la sociedad civil
(OSC), para hacer posible la ejecucin de programas tendientes a evaluar, atender,
disminuir y prevenir la problemtica de la violencia en contra de la mujer.
El objetivo central de este informe, es presentar el uso del espacio en el poniente de
Ciudad Jurez, con el propsito de conocer cmo se entrelaza la problemtica social,
que se deriva del uso de la vivienda precaria, la dinmica de la violencia generada
por los espacios reducidos, as como por la nula generacin de interaccin social en el
espacio pblico.
9
Resumen
I. El desarrollo urbano
en Ciudad Jurez
C
iudad Jurez presenta una dinmica de crecimiento demogrfico acelerado,
lo que ha propiciado que el desarrollo social no corresponda a las demandas
de un conglomerado con ms de un milln trescientos mil habitantes. En
sta se manifiestan situaciones de pobreza urbana, donde si bien pueden
acceder a ciertos satisfactores, que excluyen a una gran mayora, sufren de una baja
calidad de vida en materia de infraestructura y equipamiento urbano, espacios p-
blicos y de bienestar social; adems, fenmenos como la violencia, el pandillerismo,
las drogas y la inseguridad, se han apoderado de los espacios habitables y los han
convertido en seres vulnerables.
La frontera juarense es uno de los 67 municipios del estado de Chihuahua, al norte
de la Repblica Mexicana y frontera con Estados Unidos, separada por el Ro Bravo.
Es la ciudad ms poblada del estado de Chihuahua, con 1 313 338 habitantes. El 41%
de la poblacin del estado, vive en esta ciudad, siendo as el municipio ms poblado al
norte de Mxico (INEGI, 2006).
Adems, es considerada una de las fronteras ms importantes del mundo y, hasta
antes de la crisis mundial de 2008, una de las ciudades ms prsperas de Mxico.
Ante esta situacin, la mejora econmica de la entidad ha experimentado una recu-
peracin en suma pausada, y es que depende en demasa de la industria maquiladora
y su desarrollo, mismo que tiene gran relacin con la economa estadounidense por el
capital extranjero predominante en esta industria.
Asimismo, Ciudad Jurez no slo se ha visto afectada en los ltimos dos aos por
la crisis econmica mundial, pues la ola de violencia que la azota desde 2008, atri-
buida a la disputa del territorio por parte del narcotrfico y, ante ello, el combate al
crimen organizado por parte del gobierno federal como una ofensiva, ha dejado ms
de 2600 muertes tan slo en 2009, as como una gran cantidad de negocios de diverso
giro cerrados, por ser vctimas de extorsin, secuestro, daos materiales o, en su caso,
temor. Obteniendo 20 609 empleos perdidos durante 2009, de un total de 20 842 en
11
12 el estado de Chihuahua, de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social, posicio-
nando a esta frontera como la mayor en prdida laboral del estado.
Por otro lado, en lo que se refiere a escolaridad, el municipio de Jurez tena, de
acuerdo al II Conteo de Poblacin y Vivienda 2005, la cuarta posicin a nivel nacional
con un grado promedio de escolaridad de 8.60 (mapa 1), por debajo del Distrito Fede-
ral, Nuevo Len, Coahuila y Sonora.
Limite Internacional
Ro Bravo
Vialidad
Grado promedio de escolaridad
3.00 - 6.00
6.01 - 9.00
9.01 - 12.00
12.01 - 14.75
1 En 1965 concluy el Programa Bracero, pero el antecedente de deportaciones masivas se tiene desde 1954, cuando
la operacin Wetback detuvo un milln 75 mil 168 trabajadores ilegales, de los cuales 25 mil fueron deportados por
Ciudad Jurez en menos de una semana (Garca, 1993).
2 Se pretenda que el programa maquilador de empresas extranjeras, fuera un estmulo para la industria nacional.
3 En 1966, se establecieron las dos primeras fbricas extranjeras denominadas AC Nielsen y Acapulco Fashion. Las
empresas que requeran poca inversin y mucho trabajo, se quedaban del lado mexicano, mientras que aquellas en
las que se deba instalar maquinaria y no necesitaban muchos operarios, se establecan en el lado norteamericano.
Por cada puesto en El Paso, Texas, en Ciudad Jurez se abran de tres a cuatro vacantes. El plan result tan exitoso
en generacin de empleos, que para 1970 haba 22 maquiladoras con poco ms de 3 mil trabajadores; hacia 1976 el
nmero de plantas lleg a 89, con alrededor de 27 mil trabajadores; en 1977, aument a ms de 30 mil empleos; y
para 1980, con 141 empresas, se contrat a 37 mil personas. En esa dcada, ms de la mitad de la poblacin econmi-
camente activa trabajaba en la maquiladora y la ciudad se convirti en el principal punto ensamblador de productos
exportados a Estados Unidos (Gonzlez, 2002).
4 Se peda que fueran mujeres jvenes entre 25 a 30 aos, solteras, sin hijos y con la primaria terminada (Almada,
1995).
Ao Poblacin
1930 43 138
1940 55 024
1950 131 000
1960 277 000
1970 424 000
5 Para 1971, Ciudad Jurez se convirti en la ciudad del estado de Chihuahua con la mayor cantidad de habitantes:
tena un total de 436 054 personas y le seguan Chihuahua con 363 850 y Cuauhtmoc con 65 160. Segn datos
gubernamentales, la poblacin de todo el estado era entonces de 1 730 012 habitantes. Este fenmeno tambin se
derivaba del alto ndice de nacimientos, que era superior al promedio mundial; por ejemplo, en un solo mes se tuvi-
eron alrededor de 256 nacimientos. El Mexicano, 13 de febrero de 1971, p. 1A.
Ao Poblacin
1980 590 809
1990 798 499
2000 1 208 498
2005 1 301 452
Fuente: XI y XII Censos Generales de Poblacin y Vivienda 1990 y 2000, y II Conteo 2005;
Plan Director de Desarrollo Urbano de Ciudad Jurez 1989 y 2003.
E
l primer inters en la comprensin de la violencia contra las mujeres, es en-
tenderlo como un problema social y de salud, que afecta a todas las perso-
nas y a las mujeres nos sita en un plano de vulnerabilidad, que puede con-
vertirnos en vctimas. La violencia contra las mujeres, hay que entenderla
y combatirla como violencia estructural, que se materializa en cualquier aspecto de
la vida y se transmite (y transmitimos) mediante los mecanismos de socializacin
(Gmez Terrn et al., 2006).
Las mujeres, alienadas de s mismas, son, sobre todo, cuerpo, soporte fsico de
agresiones. Los medios de comunicacin y la publicidad, representan un papel activo
en la generacin y mantenimiento de este tipo de violencia, mediante la cosificacin
de las mujeres; el ocultamiento de la violencia ejercida contra las mujeres; la justifi-
cacin de las agresiones, relacionndolas con la pasin o los celos; la fragmentacin
de los cuerpos; el sometimiento a cnones de belleza dainos para la salud, etctera
(Gmez Terrn et al., 2006).
La violencia simblica es el estrato ms profundo en el que se sustenta la violencia
de gnero, por ser menos visible, el de mayor calado y el que se funde con nuestra
psique, para ir conformando nuestras identidades. La violencia cultural, invisibili-
za a las mujeres en la historia de la humanidad, en las aportaciones al desarrollo
econmico y poltico, los avances tecnolgicos, la comunidad cientfica, la cultura, la
educacin y las relaciones humanas (Gmez Terrn et al., 2006).
Explicar la violencia simblica (Bourdieu, 2000), es imprescindible para la com-
prensin de la violencia contra las mujeres. Definida por el socilogo francs Pierre
Bourdieu como la dominacin masculina, que hace de la mujer un objeto simblico,
cuyo ser es un ser-percibido, tiene el efecto de colocar a las mujeres en un estado per-
manente de inseguridad corporal o, mejor dicho, de alineacin simblica. Dotadas de
19
20 un ser que es una apariencia, estn tcitamente conminadas a manifestar una espe-
cie de disponibilidad (sexuada y, eventualmente, sexual) con respecto a los hombres.
El gnero es el resultado de un proceso de construccin social, mediante el que se
adjudican simblicamente las expectativas y valores que cada cultura atribuye a sus
varones y mujeres. La diferencia entre sexos, no es la razn de la opresin. No nos ha-
llamos ante una forma de violencia causal o individual ejercida en el mbito privado,
sino que es consecuencia de una situacin de discriminacin intemporal, que tiene su
origen en su estructura social de naturaleza patriarcal.
Cualquier tipo de violencia, se basa en las relaciones de desigualdad y el abuso de
la construccin simblica, que estructura el orden social y el mundo relacional con
base en identidades femeninas y masculinas, las cuales se construyen desde los roles
adjudicados a cada sexo, que proceden del orden patriarcal, y en los que se establecen
normas de dominio para los hombres y de subordinacin para las mujeres. La violen-
cia existe porque no slo existen diferencias, sino desigualdades. No son diferencias
interpersonales que enriquecen el conjunto de la sociedad: son roles asignados cultu-
ralmente, que son prescriptos, excluyentes y antagnicos (Gmez Terrn et al., 2006).
La violencia contra las mujeres, nace de un sistema de relaciones de gnero an-
clado en la organizacin social y la cultura, que a lo largo de la historia ha postulado
que los hombres son superiores a las mujeres, tienen diferentes cualidades y han de
ejercer distintos roles. Estos roles estereotipados, asignaban la dominacin, el poder
y el control a los hombres, y la sumisin, la dependencia, la aceptacin indiscutible de
la autoridad masculina y la obediencia, a las mujeres (Ruiz-Jarabo y Blanco, 2005).
En este contexto, se toleraba socialmente que los hombres utilizaran la violencia
en el interior de la familia, para afianzar su autoridad. La educacin y socializacin
de hombres y mujeres, tena como objetivo desarrollar las cualidades y potencialida-
des necesarias para mantener ese orden establecido. La educacin de las mujeres, iba
dirigida a estar atenta a las necesidades afectivas de la familia y satisfacerlas; cui-
dar, agradar, estar siempre disponible; sacrificio y abnegacin; la renuncia personal;
el olvido de nosotras mismas (Ruiz-Jarabo y Blanco, 2005).
La formulacin de teoras en torno a la violencia de gnero, ha ido avanzando gra-
dualmente. Un primer aporte, que es necesario recuperar, se refiere a la nocin de
que la dominacin masculina y la violencia de gnero forman parte de un continuo,
sin cortes claros. Dnde termina la desigualdad de gnero y donde comienza la violen-
cia, es una cuestin siempre difcil de dilucidar, pues en ltima instancia las diversas
formas de discriminacin de gnero, tambin podran ser tenidas como formas de
violencia contra las mujeres.
Sabemos que la categora hace referencia a un sistema social de dominacin de los
hombres sobre las mujeres. Algunas autoras han propuesto que la violencia contra
las mujeres, es una de las estructuras bsicas que componen al patriarcado. Desde
esta perspectiva, se postula que la violencia de gnero es constitutiva del orden social
(Castro, 2004).
La violencia fsica es considerada como toda lesin fsica o corporal, que deja
huellas o marcas visibles; incluye: golpes, bofetadas, empujones, entre otros.
La violencia psicolgica es el hostigamiento verbal entre los miembros de la fa-
milia, a travs de insultos, crticas permanentes, descrditos, humillaciones, si-
lencios, entre otros; es la capacidad de destruccin con el gesto, la palabra y el
acto. sta no deja huellas visibles inmediatas, pero sus implicaciones son ms
trascendentes.
La violencia econmica es la que representa la limitacin del dinero como me-
dida de control, hasta llegar a controlar a una persona por medio de objetos con
cierto valor emocional.
La violencia sexual, se considera como tal cuando existe la imposicin de actos
de orden sexual por parte de un miembro contra la voluntad de otro. Incluye la
violacin marital. Es vctima tambin de abuso social en su propio hogar cuando
ocurren robos, violacin fsica o criminalidad, mutilacin genital, etctera.
La violencia social es la imposicin o prohibicin de establecer o continuar las
relaciones con las diferentes redes sociales, como las de: parentesco, amigos,
compadres, vecinos o instituciones, y forma parte de la psicolgica (Ramrez So-
lrzano, 2002).
C
omo se ha visto, Ciudad Jurez ha mantenido un crecimiento constante por
ser una ciudad con un alto ndice de migracin. De tal forma que en esta urbe,
se disea, se reconstruye y se enfrenta al espacio pblico desde dimensiones
conformadas por las distintas identidades e interrelaciones que confluyen.
Principalmente los cuerpos femeninos mantienen vivencias muy especiales, al estar con-
trolados por las polticas sociales y los procesos culturales que se construyen en ste.
La situacin de inseguridad, la violencia y las condiciones precarias de los espacios
de interaccin social en esta ciudad, han generado un fenmeno de desarraigo hacia
el espacio pblico por parte de sus habitantes, y, de manera especial, se experimenta
esta situacin en el poniente de la ciudad.
En esta zona, se tiene una problemtica diversa por ser una extensin amplia. Se
observa que la mayora de las casas-habitacin, son de autoconstruccin. Las colonias
ms cercanas al centro de la ciudad, ubicadas al norponiente, son las ms desarrolladas
con relacin a la introduccin de la infraestructura y equipamiento urbano; en cambio,
las que se ubican en el surponiente, son las ms excluidas del desarrollo de la ciudad.
El hacinamiento, la falta de acceso a los servicios bsicos o la baja calidad de los
mismos, la pobreza estructural, as como la lejana de la zona con el resto de la ciu-
dad, que implica transporte urbano deficiente, falta de hospitales, escuelas, centros
comerciales, centros comunitarios y el nulo mantenimiento de parques y jardines,
son los principales problemas a los que se enfrentan los habitantes del poniente de
Ciudad Jurez.
Las mujeres de la zona experimentan y sobreviven a estas problemticas de manera
especfica. Como sabemos, son las que interaccionan directamente con los fenmenos
que se derivan del espacio pblico, ya que realizan su cotidianidad en una conexin
25
26 con ste. Por lo que no se puede prescindir en el anlisis de este tema, ni evitar conocer
cmo se construyen las relaciones de las mujeres en el espacio pblico y privado, espe-
cialmente bajo situaciones precarias, que desembocan en una serie de problemticas
urbanas como es la segregacin y exclusin social, que estn conformadas bajo esque-
mas diferenciados de clase y divisiones profundas de espacios y contextos.
La formulacin e implementacin de las polticas urbanas, debe promover el uso so-
cialmente justo, con equidad, entre los gneros. Igualmente, se debe promover el de-
sarrollo de indicadores urbanos de gnero, que permitan conocer la calidad de vida en
la ciudad y sus necesidades: vivienda digna; acceso al suelo, a los servicios pblicos, al
transporte; empleo y calidad ambiental, cuyas carencias afectan tambin a las mujeres.
El anlisis de los espacios urbanos, permite conocer la calidad de vida que desarro-
llan las mujeres al interior de los hogares. Las carencias que tienen, y sobre todo las
vivencias en sus espacios cotidianos, se caracterizan por la convivencia en construc-
ciones precarias y limitadas en el espacio fsico.
Los terrenos reducidos provocan hacinamiento y no permiten generar una convi-
vencia sana. La falta de espacios adecuados para el esparcimiento y/o momentos de
intimidad, aunado a la ausencia de estructuras exteriores en buen estado, como par-
ques, jardines y/o centros deportivos, generan malestar entre los integrantes de las
familias, quienes no encuentran cmo liberar la tensin de la jornada laboral, escolar
o de trabajo domstico.
Pero, de qu hablamos cuando se refiere sobre el gnero, las mujeres y sus condi-
cionamientos culturales? El sistema sexo-gnero, es una representacin corprea que
se integra por diversos elementos, como son: los smbolos culturales, la organizacin
social de las relaciones, el sistema de parentesco y la identidad subjetiva, los cuales
se ven reflejados en doctrinas religiosas, educativas, cientficas, legales, as como en
la poltica (Lagarde, 1999; Scott, 1997); es decir, el gnero es un sistema organizado
de procesos que disean los esquemas, bajo los cuales nos dirigimos social, poltica y
culturalmente los hombres y las mujeres. Por un lado, marcan estratgicamente las
formas en que deberamos funcionar ambos, y por otro, aplican coerciones si se rom-
pen las representaciones culturales definidas para las unas y los otros. A este conjunto
de comportamientos, se denomina rol de gnero.
Sin embargo, a la condicin femenina se le agregan otras categoras que se entre-
cruzan, como es su situacin de clase, la cual hace a las mujeres distintas, debido a que
cada una, segn su posicin en la jerarqua econmica, tiene un capital social que la
distingue y la marca, puesto que una gran parte de las prcticas, posiciones y formas
de vida de los/las sujetos, estn determinadas por la posicin social. Dicha perspectiva
le brinda o le limita posibilidades de accin y de decisin. Le ofrece o le restringe las
posibilidades de generar una concientizacin sobre su situacin para enfrentar al otro,
de modo que le facilita o le dificulta las formas de superacin de este contexto de domi-
nacin.
En las mujeres, este condicionamiento es responsable de moldear su nivel de opre-
sin social y destinarlas a padecer de distintas formas por transitar socialmente con
6 La marginalidad es la manera indirecta, fragmentaria e inestable de insercin, a que segmentos de la poblacin son
sometidos. Ciertos sectores son afectados por las tendencias que el modo de produccin capitalista asume como domi-
nantes; por consecuencia, esos segmentos pasan a ocupar el nivel ms sometido del orden social (Quijano, 1973).
E
l aspecto nodal de la relacin vivienda precaria, violencia y mujeres, se refleja
en la informacin obtenida con las preguntas relacionadas a la relacin de
pareja y ciertas actividades al interior de la familia. En el caso de cmo se ve
la mujer, su trabajo y lo que dice el esposo (o pareja), es decir, si se molesta
porque trabaje, slo el 19% indic que su esposo o pareja s se molesta porque trabaje
y tenga que desplazarse fuera de su casa. El 81% seal no tener problemas de salir
a trabajar y que su pareja no se molesta. No obstante, el 19% es un quinto del grupo
de mujeres entrevistadas, lo que dice que la cifra no es baja, lo cual es un indicativo de
las limitaciones que viven algunas mujeres, de relacionarse libremente con su entorno;
incluso, poder apoyar al ingreso familiar.
Su pareja se molesta
si trabaja fuera de la casa?
Sexo Total
S No
Cantidad 0 19 19
Hombres
% 0% 100% 100%
Cantidad 46 195 241
Mujeres
% 19% 81% 100%
Cantidad 46 195 260
Total
% 11.2% 88.8% 100%
31
32
Su pareja se molesta
si se relaciona con familiares?
Sexo Total
S No
Cantidad 1 17 18
Hombres
% .6% 99.4% 100%
Cantidad 24 218 242
Mujeres
% 9.9% 90.1% 100%
Cantidad 25 235 260
Total
% 9.6% 90.4% 100%
Con respecto a que si su pareja se molesta porque se relacione con sus amigos, es
un patrn similar al cuadro anterior, donde el 11.3% de las mujeres indica que a sus
parejas les desagrada o se molestan porque establezcan algn tipo de vnculo con sus
amistades. Ambas preguntas denotan cierto tipo de agresin por parte de la pareja, al
no permitirles contacto con familiares o amigos.
Su pareja se molesta
si convive con amigos?
Sexo Total
S No
Cantidad 1 17 18
Hombres
% .6% 99.4% 100%
Cantidad 27 212 239
Mujeres
% 11.3% 88.7% 100%
Cantidad 28 229 257
Total
% 4.2% 95.8% 100%
Violencia familiar
hacia las mujeres?
Sexo Total
S No
Cantidad 6 9 15
Hombres
% 40% 60% 100%
Cantidad 84 168 252
Mujeres
% 33.4% 66.6% 100%
Cantidad 90 177 267
Total
% 33.7% 66.3% 100%
En los tipos de maltrato hacia ellas, de acuerdo a los hombres, el 50% seala que
en sus familias han sido dolores corporales y moretones, respectivamente, pero no
indicaron sangrados o la necesidad de ir al mdico. En cuanto a las mujeres, el 30.9%
indica que en su hogar materno han padecido de dolores corporales; 45.5%, moreto-
nes; 5.1%, sangrados; 1.7%, necesidad de ir al mdico; y 15.3%, no especifica. Si bien
las mujeres son ms explcitas en el tipo de maltrato que han visto en sus familias,
ellos afirmaron que en sus familias ha habido algn tipo de maltrato familiar.
L
as mujeres de Ciudad Jurez, tienen percepciones distintas que los hombres
sobre el espacio pblico. Para ellas, son ms inseguras las calles, al sentirse
vulnerables de sufrir algn tipo de ataque; en cambio, los varones, aunque
hablaron de la inseguridad como un problema en su contexto, suelen utilizar
con ms confianza los espacios, lo cual no slo se deriva de una sensacin de peligro,
o del miedo a sufrir alguna agresin, sino que tambin surge del trasfondo cultural
que las destina al espacio privado, debido a su rol, y suele excluirlas de los espacios
pblicos, hacindolas sentir incmodas, ya que stos no fueron hechos supuestamen-
te para ellas; mientras que, por otro lado, este mismo trasfondo cultural, otorga la
dominacin plena al mundo masculino del uso de la ciudad.
Esto provoca un aislamiento social y la desaparicin de redes de interaccin vecinal,
es decir, las mujeres y sus familias se recluyen en el espacio privado, y ah realizan su
vida diaria y parte de lo que debera ser su vida en el espacio pblico. Esta situacin
destruye las interacciones familiares y comunales, porque crea alteraciones en la coti-
dianidad, provocando cuadros de estrs y violencia por el aislamiento en espacios tan
pequeos, como suelen ser las viviendas en el poniente. Por otro lado, la comunidad
se disipa, porque las mujeres acostumbradas a establecer redes en los espacios donde
conviven, ven alteradas sus formas de hacer relaciones y resolver sus problemas en
conjunto. Los espacios simblicos de poder, se destruyen y no se construyen nuevos,
por lo que los grupos sociales pierden influencia en las decisiones que les aquejan.
Qu hacer ante esta situacin? El trabajo en conjunto del gobierno-comunidad,
sin duda, es importante, pero mientras no se resuelva el problema de la pobreza es-
tructural que se refleja en la falta de oportunidades, no habr una solucin viable.
Entonces, cmo empezar? La implementacin de modelos de gestin vecinal, es im-
prescindible para corregir esta situacin. Todo esto bajo un esquema de compromiso-
responsabilidad: los gobiernos ante sus obligaciones y la comunidad como responsa-
ble de demandar, bajo una visin real, sus necesidades en el espacio pblico, para
que ste realmente funcione y vuelva a su compromiso original: generar libertades de
accin y de decisin.
35
36 Es sustancial privilegiar la visin de gnero, es decir, el diseo de estrategias crea-
das desde la condicin de ser mujer, bajo el compromiso de mejorar las experiencias
femeninas en el espacio pblico, para que ellas vuelvan a la ciudad; que la reconozcan
como una parte importante de su vida, para que implemente prcticas ciudadanas
con pleno derecho a la libertad, la seguridad y la accin social.
Adems, se observ que ante la demanda de espacios para albergar a una pobla-
cin en crecimiento, stos han resultado insuficientes para alojar a los habitantes
locales y a los recin llegados en bsqueda de un rea para asentarse.
Han sido las mujeres las que habitualmente han experimentado de cerca esta pro-
blemtica, al ser ellas las que desarrollan su vida cotidiana en sus hogares, viviendo
de modo cercano las carencias que se derivan de la base estructural de nuestra socie-
dad, que contempla aspectos como el econmico, poltico, educativo, cultural y social
en el pas, y de manera especial en la frontera norte, situacin que las priva de una
vida digna y se vuelve una constante entre los habitantes en general, y las mujeres
en particular, de los estratos populares, que coexisten con el espacio pblico de ma-
nera diferenciada, excluyndolos de la oportunidad de compartir como los estratos
medios altos y altos, de espacios ya no pblicos sino privados, al vivir en fracciona-
mientos cerrados: la ciudad dentro de la ciudad, siendo la seguridad del entorno el
eje central de la vida de las mujeres y hombres que pueden pagar por ella.
El mall desplaza a la plaza pblica, transform ndola en un espacio privado de
esparcimiento, que segrega el uso del espacio pblico y lo distancia, de acuerdo al
estrato social a que pertenezca.
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