Interrelaciones Identidades Culturales
Interrelaciones Identidades Culturales
Interrelaciones Identidades Culturales
e Identidades Culturales
en el Cercano Oriente Antiguo
Editado por
Roxana Flammini
Juan Manuel Tebes
Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas
Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas
Interrelaciones
e Identidades Culturales
en el Cercano Oriente Antiguo
Interrelaciones
e Identidades Culturales
en el Cercano Oriente Antiguo
Editado por
Roxana Flammini
Juan Manuel Tebes
Roxana Flammini
Instituto Multidisciplinario de
Historia y Ciencias Humanas,
CONICET
Centro de Estudios de Historia del
Antiguo Oriente, UCA
Saavedra 15 5
Buenos Aires C1083ACA Argentina
[email protected]
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES
E IDENTIDADES CULTURALES EN EL CERCANO
ORIENTE ANTIGUO
Resumen
1
Kohl 2011: 8485.
2
Leidwanger et al. 2014.
3
Hall et al. 2011: 233279.
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
4
Wallerstein 1974.
5
Hall et al. 2011; Harding 2013.
6
Kohl 2011: 85.
7
Sobre la teora de la dependencia, cf. Gunder Frank, 1967. La teora de la
dependencia est relacionada pero no debe ser confundida con la TSM; vase Tebes
2013b.
8
Wallerstein 2004: 11.
12
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
9
Wallerstein 1974: 348; 2007.
10
Un resumen de la recepcin de la teora puede hallarse en Harding 2013.
11
Hall et al. 2011: 266.
12
Cf. Knappett 2013: 5. La mayor parte de sus crticas son apropiadas o al menos
pueden ser discutidas (el enfoque zonal sobre el espacio regional y la posibilidad
de analizar dinmicas intra-sociales), aunque algunas crticas hacen referencia a las
observaciones tpicas sobre supuestos de centro-periferia (i.e. la perspectiva dirigida
por el centro).
13
Schneider 1977.
13
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
14
Chase-Dunn y Hall 1997: 36.
15
Allen 1997, periferias disputadas.
16
Hall et al. 2011: 354.
17
Kardulias 2001.
18
Allen 1997.
19
Hall et al. 2011: 237.
20
Puede hallarse un excursus sobre teoras, perspectivas, escuelas de pensamiento
y paradigmas en Hall et al. 2011: 238240.
14
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
21
Kardulias 2009: 56.
22
Chase-Dunn y Hall 1997: 147.
23
Chase-Dunn y Hall 1993: 851.
24
Sobre los lmites de los sistemas-mundo, cf. Chase-Dunn y Hall 1997: 1719;
Hall et al. 2011: 242.
25
Chase-Dunn y Jorgenson 2003: 5.
15
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
16
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
30
Kipp y Schortman 1989: 373; Earle 1991: 7.
31
Higginbotham 1996; Flammini 2010.
32
Wiener 1984.
33
Tebes 2013a: 107108.
34
Hall 2001: 92; Hall et al. 2011: 265; Parkinson 2002: 391.
17
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
35
Tebes 2004: 5576.
36
Tebes 2013a: 3951.
37
E.g., Tebes 2014.
38
Flammini 2011.
18
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
19
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
20
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
21
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
Agradecimientos
La obra es resultado del trabajo conjunto de un grupo de investi-
gacin con sede en el Instituto Interdisciplinario de Historia y Ciencias
Humanas (IMHICIHU) del Consejo Nacional de Investigaciones Cien-
tficas y Tcnicas (CONICET) de Argentina y de otros investigadores
que se sumaron en el camino. El proyecto, titulado Centro y Periferia
en el Cercano Oriente Antiguo: dinmicas intersocietarias de relacin
en el mundoniltico, levantino y del Mediterrneo Oriental (IV al I
milenio a.C.), estuvo financiado por la Agencia Nacional de Promocin
Cientfica y Tecnolgica (Proyecto PICT Races 20110552). Agra-
decemos al Lic. Francisco Cntola por el impecable trabajo de edicin
realizado en todo el libro.
Bibliografa
Allen, M. 1997. Contested Peripheries: Philistia in the Neo-Assyrian
World-System. Tesis doctoral, University of California, Los Angeles.
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Earle, T.K. (ed.). 1991. Chiefdoms: Power, Economy, and Ideology. Cam-
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22
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
23
ROXANA FLAMMINI - JUAN MANUEL TEBES
24
UNA INTRODUCCIN A LAS INTERRELACIONES E IDENTIDADES CULTURALES
Tebes, J.M. 2013b. Artculo de resea: Todo tiempo pasado fue mejor?:
Tres estudios sobre comercio y desarrollo y su impacto en la historia
econmica de la Antigedad. En: Antiguo Oriente 11, pp. 167182.
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Acta Instituti Atheniensis Regni Sueciae, series in 4o. Estocolmo,
Paul strm Forlag, pp. 1726.
25
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES
DE SISTEMAS-MUNDO DE LA EDAD DEL BRONCE EN
ASIA OCCIDENTAL Y EL MEDITERRNEO
Philippe Beaujard
Resumen
Esta contribucin tiene dos objetivos principales. Por un lado, ofrecer nue-
vas perspectivas sobre los conceptos de sistemas-mundo y sobre las transferen-
cias de riqueza mediante la reconsideracin de la nocin de valor de intercam-
bio. Por el otro, arrojar luz sobre las evoluciones de posibles sistemas-mundo
de la Edad del Bronce en Asia occidental y el Mediterrneo. El nacimiento
de estados en regiones beneficiadas por ventajas geogrficas y demogrficas
particulares (Mesopotamia, Susiana, Egipto y ms tarde el valle del Indo) fue
acompaado por una espectacular expansin de las redes de intercambio, con
intercambio de bienes pero tambin de conocimientos, creencias y valores. Esto
condujo a la integracin de regiones interconectadas de Asia occidental y el
Mediterrneo oriental en espacios unificados y estratificados donde distintos
eventos y desarrollos ocurrieron de manera interdependiente. Esta contribucin
intenta ilustrar las trayectorias de sistemas-mundo significativos y sus trans-
formaciones durante toda la Edad del Bronce, junto al surgimiento progresivo
de conexiones con Asia oriental.
1
Cf. Diamond 2000.
2
Cf. Boserup 1965.
3
El concepto de sistema-mundo fue formulado originalmente por I. Wallerstein para la
era moderna, pero muchos investigadores lo han utilizado para perodos antiguos, cuando el
capitalismo, sin embargo, no exista (cf. Ekholm y Friedman 1993 [1982]; Rowlands, Larsen
y Kristiansen 1987; Kohl 1987; Edens y Kohl 1993; Algaze 1993; 2001; Frank y Gills 1993;
Sherratt 1993b; 1994; Chase-Dunn y Hall 1997; Kristiansen 1998; Ekholm-Friedman 2000;
2005; Frank y Thompson 2005; Kristiansen y Larsson 2005; Gills y Thompson 2006; Beaujard
2009; 2010; 2013).
4
Morin 1990.
5
Hago referencia a una esfera de interaccin cuando los intercambios dentro de un rea
no producen una divisin del trabajo transregional significativa (contrariamente a un sistema-
mundo). Dos zonas (una esfera de interaccin y un sistema-mundo, o dos sistemas-mundo)
pueden superponerse esto significa que hay intercambios entre ellas sin que ambas
constituyan necesariamente una sola unidad, como puede verse en mis mapas. Adems, los
lmites entre zonas (dentro de un sistema-mundo, o entre un sistema-mundo y sus mrgenes
[Sherratt 1993a]) no estn tan claramente definidos como los mapas sugieren. No deberamos
28
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
ver a los centros, semi-periferias y periferias como categoras diferenciadas e inmutables, sino
considerar una continuidad de jerarquas (cambiantes) dentro de un sistema.
6
En mi opinin, los centros son los diferentes ncleos de un sistema-mundo. Frank y
Gills (1993: 145) hablan de una serie de hegemonas interconectadas en varios perodos
dentro del antiguo sistema mundo (sin guin).
7
Semi-periferias: reas intermedias entre los centros y periferias generalmente explotadas.
Muchos investigadores que hacen referencia a la perspectiva de sistemas-mundo mencionan
solamente las relaciones centro/periferia, e ignoran el rol fundamental de las semi-periferias
(por ejemplo G.J. Stein 1999). La perspectiva de sistemas-mundo no es un modelo centro/
periferia, y no es un modelo de dependencia. Sobre la importancia de las semi-periferias, cf.
Arrighi 1994: 23; Chase-Dunn y Hall 1997: 28.
8
A. Sherratt (1993a) se refiri a reas vigorizadas por la intervencin o influencia del
centro.
29
PHILIPPE BEAUJARD
9
Sobre las transferencias de riqueza y el surgimiento del valor en el intercambio,
Beaujard (2013): aunque frecuentemente pasa desapercibido, el poder ideolgico jug un rol
esencial en estos procesos.
10
La afirmacin de G. Stein sobre el carcter secundario del intercambio de larga distan-
cia como una regla y en particular para las sociedades de Anatolia parece discutible. Este
tipo de intercambio se dio junto a transformaciones sociales, como fue demostrado en el sitio
de Arslantepe, con la adopcin de smbolos de poder de Uruk (contra Stein 1999: 107110),
la expansin de la cra de ovejas para la produccin de lana y el crecimiento de las actividades
metalrgicas.
11
Esto tambin fue remarcado por A.G. Frank y W.R. Thompson (2006). Originada en
Anatolia, la metalurgia del cobre se difundi hacia Mesopotamia, luego a Irn y al valle del
Indo en el V milenio a.C., alcanzando el sureste de Europa en el IV milenio a.C. La difusin
de la metalurgia, que provea herramientas y armas, jug un rol crucial en la formacin de
estados.
12
Sherratt 1993a.
13
Sin embargo, vase Hall 2006: 96, 107.
30
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
14
Schneider 1977; Bentley 1996.
15
Ward 2006. Esto no significa que no hubieran barcos de altura antes de ese perodo.
Sabemos que poblaciones del Levante llevaban ganado, cerdos y ovejas/cabras a Chipre en el
IX milenio a.C. Haba un comercio activo en el Golfo Prsico durante el perodo de Ubaid (V
milenio), que involucraba a comunidades de Mesopotamia y Arabia.
16
Debido a que se necesitaba ms movilidad en perodos de aridizacin, el carro se
difundi ms ampliamente en las estepas a fines del IV milenio y de nuevo hacia 2800/2700
a.C., con la innovacin de la rueda con radios a fines del II milenio y la adopcin del uso del
caballo a fines del II y comienzos del I milenio a.C. Los intercambios crecientes en perodos
econmicamente favorables tambin provocaron innovaciones, tales como la domesticacin de
asnos, camellos y caballos.
31
calido y hmedo aridizacin humedad en monzones dbiles
en Mesopotamia, Anatolia Mesopotamia,
Egipto y la India Mesopotamia Egipto y la India
EGIPTO
Predinstico Dinastas I y II Reino Antiguo | Reino Medio Reino Nuevo
IRN
Protoelamita
INDIA
Civilizacin del Indo
calentamiento global enfriamiento global Abreviaturas: C: China - E: Egipto - M: Mesopotamia - NM: Norte de Mesopotamia
17
Las relaciones de produccin y las relaciones de intercambio estn ms ntimamente
relacionadas de lo que se plantea en la perspectiva marxista tradicional o en la perspectiva
liberal de mercado.
18
A. Sherratt 2000: 121.
19
Stein 1999: 62.
33
PHILIPPE BEAUJARD
20
E.g. Gasche et al. 1998; Warburton 2007; Reade 2008.
21
Antes de esto, el perodo hacia ca. 4200 a.C. fue testigo del fin de la expansin de
Ubaid en Asia occidental y el colapso de la cultura de Varna (Bulgaria). Un ciclo de 1000
aos es claramente aparente, as como un ciclo de 500 aos. Dergachev y van Geel (2004), sin
embargo, sealan la existencia de ciclos climticos de 2400 y 1500 aos. Puede observarse, sin
embargo, que las reducciones de temperatura que ocurrieron en diferentes perodos indujeron
varios cambios en las regiones en cuestin (aridizacin, o ms humedad); adems, cada socie-
dad reaccion de un modo diferente a las transformaciones medioambientales.
22
Sobre la relacin entre sistema y medioambiente, Morin 2005: 31.
34
cambio climtico
(principalmente deterioro
disminucin en el rendimiento de las en centros)
inversiones
descentralizacin del capital
disminucin en inversiones en industria
y comercio
competencia
degradacin disminucin en la
guerras
guerras, medioambiental produccin agrcola
conflictos internos
crecimiento de los
estados y del
sector privado presin
crecimiento de la creciente divisin desigualdades demogrfica
transferencia de del trabajo sociales
riqueza
centro/periferia
p disminucin en la disminucin en el disminucin en la
innovacin innovaciones urbanizacin comercio industria
tecnolgica ideolgicas e
institucionales
estancamiento o retroceso tecnolgico
disminucin de la complejidad social
crecimiento crecimiento crecimiento crisis en la legitimidad de las elites
industrial en el comercio urbano hambrunas, disminucin de la
migraciones
g
plagas conflictos internos t
transferencia
f i de
d riqueza
i
guerras centro/periferia
contraccin o
crecimiento crecimiento en la innovacin en desintegracin de
demogrfico produccin agrcola agricultura los estados y del sector privado
y
pastoralismo
23
Frank y Thompson 2006.
24
Algaze 1993; 2001; Yoffee 1995. Aqu, me parece que es necesario integrar el concepto
de semi-periferia para poder abordar el norte de Mesopotamia y Anatolia oriental.
25
El hallazgo de fibras de algodn en Dhuweila (Jordania) (datadas entre 4400 y 3000
a.C.) revela la importacin de textiles probablemente desde la regin del Indo. Tambin se han
descubierto restos de fibras de algodn en la cultura de Maikop (36003200 a.C.) (Shishlina,
Orfinskaya y Golikov 2003).
36
Asia occidental y Egipto, 36003100 a.C
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
+
Maikop Velikent +
+ Leila-depe
Arslantepe + Hassek Hyk Namazga Tepe
+
Hamoukar + Altyn Tepe
Hacinebi
Brak Nnive Godin
Biblos Habuba Kabira + Sialk
Nippur
Choga Mish Shar-i Sokhta
Buto + Uruk Susa +
+ Anshan
Maadi SUMER Ur
EGIPTO Konar Sandal
Nagada DILMUN
al-Hasa +
Hieracmpolis
+
Elefantina Yabrin
ciudades + sitios
villes con enclave
sitios
+ de Uruk
autres sites
colonia de Uruk
systmes-mondes
sistema-mundo (1)
sphres d'interaction
esfera de interaccin
routes
rutas maritimes
martimas
P. Beaujard 0 500 Km routes
rutas terrestres
terrestres
como una sola fase de expansin y decadencia, sino al menos como dos
fases distintas (M. Rothman incluso propone tres fases de expansin26).
Me parece difcil considerar a Egipto como parte del sistema de Uruk.
Hacia el norte, con la bsqueda de metales, el sistema se extendi hacia
el Cucaso (cultura de Maikop) y se puso en contacto con las estepas de
000'00"
Asia central (Sarazm)27. Hacia el oeste, es posible percibir con claridad
las interconexiones entre Anatolia, los Balcanes y las estepas en el curso
de la Edad del Bronce Temprano28.
26
Rothman 2001.
27
Kohl 2002: 160.
28
Sherratt 1997; Rassamakin 2002: 52.
37
2000'00"
PHILIPPE BEAUJARD
1.12. The Eurasian and African world-systems 3100-2700 B.C. 2000'00"
000'00"
15
13 +
5 ++
4
6 12 14
3 4
1 16
10
7 SUMER 2 17
ciudades + sitios EGIPTO 11
DILMUN
+ 18
1 Uruk 11 Konar Sandal 8 +
2 Ur 12 Sialk MAGAN
3 Khafajeh 13 Namazga Tepe
4 Nnive 14 Altyn Tepe
5 Tell Brak 15 Sarazm
6 Biblos 16 Rahman Dehri sistema-mundo
7 Memphis 17 Harappa semi-periferia
8 This 18 Kot Diji esfera de interaccin
9 al-Hasa rutas martimas
10 Anshan P. Beaujard 0 1000 Km rutas terrestres
29
Vase Butzer 1995: 133, fig. 2, 136; Thompson et al. 2002; Staubwasser y Weiss
2006: 379; Fuller 2006: 9. Probablemente hubo un descenso global de la temperatura y un
debilitamiento del monzn en el Ocano ndico, con un retroceso hacia el sur de la zona de
convergencia intertropical (ZCIT). Desde el IV milenio a.C., Omn represent el lmite de
las lluvias del monzn de verano.
38
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
30
Kohl 2007.
31
Es significativo que Tarso (Cilicia) y Troya parecen haber usado la unidad de peso de
Mesopotamia (8.33 g) en la primera parte del III milenio a.C., si bien la unidad siria (9.4 g)
era la ms usual, como sucedi luego en el mundo egeo (Rahmstorf 2006: 2425). El anlisis
isotpico de los artefactos de bronce estaado hallados en Troya, Beiktepe, Thermi, Poliochni
y otros sitios en la primera mitad del III milenio a.C. muestran el origen centro-asitico (y
no anatlico) de los metales utilizados (Pernicka et al. 2003: 163165). Sobre el comercio en
este perodo, cf. Edens 1992; Edens y Kohl 1993; Possehl 1996; 2002; Potts 1997; Cleuziou
2003; Ratnagar 2004.
32
Todava debe confirmarse la identificacin de bano de Ceiln, Diospyros ebenum J.
Knig, en la tumba de Neferirkara (Dinasta V), un rbol nativo de la India y Sri Lanka (de
Vartavan y Asensi Amors 1997: 106; Meeks 2002: 280), as como el hallazgo de madera de
Mangifera en el barco funerario de Keops (Nour et al. 1960; Asensi Amors 2003: 181). El
lapislzuli descubierto en el templo de la reina Hetepheres I (siglo XXVI a.C.) podra haber
llegado a travs del norte de Mesopotamia y el Levante.
39
000'00"
2000'0
2000'0
4000'0
6000'0
8000'0
PHILIPPE BEAUJARD
1.13. The Eurasian and African world-systems 2700-2200 B.C.
29
+
28+
9 7 + 10
17
5 18 27
8 +
6 16 30
ciudades + sitios 15 +
1 Kish 16 Tureng Tepe 4 1
2 14 20 23
2 Lagash 17 Namazga Tepe SUMER ELAM
19 ARAT TA? 22
3 Ur 18 Altyn Tepe 11 3
4 Mari 19 Konar Sandal EGIPTO MARHASHI? 24
DILMUN
5 Tell Brak 20 Shar-i Sokhta 12 MELUHHA
13 ` MAGAN 25
6 Biblos 21 Alaca Hyk
7 Troya 22 Harappa 26
8 Thermi 23 Rahman Dheri
9 Poliochni 24 Mohenjo-daro
10 Alaca Hyk 25 Dholavira sistema-mundo
11 Memphis 26 Lothal centro
semi-periferia
12 Tebas 27 Shortughai
28 Velika Gruda esfera de interaccin
13 Elefantina
29 Kargaly rutas martimas
14 Suse 0 1000 Km rutas terrestres
15 Sialk 30 Burzahom P. Beaujard
4000'00"
Fig. 5. Los sistemas-mundo de Eurasia y frica, 27002200 a.C.
2000'00"
4000'00"
6000'00"
8000'00"
000'00"
33
Harrower 2008. Deben confirmarse los datos.
34
Los factores internos y externos estn esencialmente entrelazados para cada perodo.
Su combinacin es una parte integral del movimiento y la lgica del sistema.
35
En este texto utilizo la cronologa media para Mesopotamia. Vase, sin embargo,
Warburton (2007), quien sita al imperio acadio hacia 21902050 a.C., y Ur III hacia 2019
1911 a.C. Esta cronologa ultra-baja (segn Gasche et al. 1998) en parte rompe las correlacio-
nes establecidas entre las variaciones climticas y algunos colapsos polticos (el Reino Antiguo
egipcio, hacia ca. 2180 a.C., y el imperio acadio), pero se proponen otras correlaciones: el final
40
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
durante ese perodo, y tuvo un impacto sobre todas las redes de Irn y
el Indo36 . La agitacin de este perodo indujo una reestructuracin del
sistema-mundo Mesopotamia-Indo. Su ncleo de Asia occidental se
contrajo, y las rutas este-oeste iranias fueron en gran parte abandonadas,
pero un comercio martimo activo floreci en el Golfo Prsico durante el
imperio de Ur III, hasta el colapso de la civilizacin del Indo en el siglo
XX a.C. Al mismo tiempo, los intercambios se intensificaron entre el
complejo Bactria-Margiana por un lado, y el valle del Indo y el Golfo
Prsico por otro (Fig. 6)37.
Incluso si la precariedad de las interconexiones puede haber hecho
a algunos sistemas ms inestables con respecto a perodos posteriores, el
sistema Mesopotamia-Indo y el sistema egipcio muestran una perma-
nencia notable. No estoy seguro de que las brechas tecnolgicas fueran
demasiado pequeas y los medios de transporte demasiado primitivos
para permitir la construccin de dependencias entre y al interior de las
sociedades. Debemos considerar aqu las brechas institucionales, y el
poder ideolgico de los centros. Tambin se argument que las tcnicas
eran fcilmente transmitidas, de modo tal que limitaban la instalacin de
relaciones de dependencia de larga duracin38. Centros, semi-periferias
y periferias en realidad compartan ciertas tcnicas, pero no todas. A.
Sherratt39 observa correctamente que las tcnicas vinculadas a un entorno
urbano (por ejemplo la produccin de cermica en torno) y las tcnicas
complejas de orfebrera tales como la granulacin y la filigrana no se
difundieron desde el Mediterrneo Oriental hacia Europa en la Edad
del Bronce. La fabricacin de abalorios grabados tambin se mantuvo
localizada en la civilizacin del Indo. La captura y deportacin de ar-
tesanos fue practicada en forma sistemtica por los poderes dominantes
de Ur III coincidira con el colapso de la cultura del Indo. El nfasis puesto sobre el evento
climtico de 2200 a.C. no explica por qu la cultura del Indo no parece haber sido afectada
por este evento. Tambin es cierto que el florecimiento concomitante de Ur III, Bahrein y la
cultura del Indo (hasta 1900 a.C.) tiene sentido perfectamente.
36
Hiebert 1994.
37
El perodo del imperio de Ur III corresponde a una recuperacin global aunque
limitada en un perodo de decadencia (22001900 a.C.). Aqu no coincido con Frank y
Thompson, quienes consideran un solo ciclo desde 2600 hasta 1900 a.C. Sobre el perodo de
Ur III, vase Lamberg-Karlovsky 1996; y Steinkeller 2002.
38
Kohl 1987.
39
Sherratt 1994.
41
2000'00
2000'00
4000'00
6000'00
8000'00
000'00"
PHILIPPE BEAUJARD
1.14. The Eurasian and African world-systems 2100-1950 B.C.
P. Beaujard
+ + 31
30
9 19 21
6
5 18
ciudades + sitios 7 1620
1 Ur 17 Qalat al-Bahrayn 8 3
2 Lagash 18 Tureng Tepe
4 2 ELAM 23 25
10 SUMER 14 ARAT TA? 24+
3 Eshnunna 19 Gonur 15
11 1 22 29
4 Mari 20 Dashly EGIPTO MARHASHI? 26
17
5 Nineveh 21 Sapalli 12 MELUHHA
DILMUN 27
6 Urkish 22 Konar Sandal 13 ` MAGAN
7 Ugarit 23 Shar-i Sokhta 28
8 Biblos 24 Harappa
9 Troya 25 Rahman Dheri
32
10 Memphis 26 Mohenjo-daro + sistema-mundo
11 Herakleopolis 27 Dholavira centro
12 Tebas 28 Lothal semi-periferia
13 Elefantina 29 Mahorana
esfera de interaccin
14 Susa 30 Kargaly
15 Anshan 31 rutas martimas
Sintashta
16 Sialk 32 Hammat al-Qa 0 1000 Km rutas terrestres
climticos entre 2200 y 1900 a.C. Con respecto al rea del Atlntico Norte, vase Bond et al.
(1997); para frica oriental, Thompson et al. (2002). Wang et al. (2005) identifican una fase
42
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
de monzones asiticos dbiles y de larga duracin aproximadamente entre 2400 y 1900 a.C.,
correlacionada con un debilitamiento de la actividad solar (cf. tambin An et al. 2005).
41
No sabemos, de hecho, quin fue responsable de estas destrucciones. De cualquier
modo, las influencias dominantes en el mundo egeo durante el perodo 24002200 a.C. pro-
vienen de Anatolia occidental. La idea de invasiones anatlicas en esta regin fue descartada
recientemente (vase Broodbank 2000). Sin embargo, podemos ver el surgimiento de asen-
tamientos fortificados antes de 2200 a.C., y su violento abandono, que sugiere una intensa
competencia y violencia en toda la regin. Es probable una vez ms que una combinacin de
factores externos e internos haya provocado el colapso.
42
Primas 2002; Kristiansen y Larsson 2005: 112, 119.
43
OShea 1992.
44
Kristiansen 2007.
45
Sherratt 2006.
46
Crawford 1998: 61.
43
PHILIPPE BEAUJARD
47
Este fenmeno de centros con varios ncleos (en este caso Asia occidental) no es es-
pecfico de los perodos antiguos; puede encontrarse frecuentemente en la India comenzando
desde fines del I milenio a.C.
48
Egipto estaba en contacto con regiones de Sudn, mientras que las sociedades de la
costa del Mar Rojo construyeron intercambios cuya importancia puede que an hoy sea subes-
timada. Las rutas de plantas cultivadas de frica a la India en la primera mitad del II milenio
muestran la existencia de redes de larga distancia que involucraban al sur de Arabia, el Cuerno
de frica y Guyarat (Fuller 2006: 39, 50, 53; Boivin y Fuller 2009: 155). El ganado de la India
probablemente lleg a frica en este perodo (Boivin y Fuller 2009).
49
Amiet 1986; Lyonnet y Kohl 2008. La escasez de bronces estaados en el complejo
Bactria-Margiana es sorprendente (Lyonnet y Kohl 2008: 39).
50
Estos contactos se dieron junto al desarrollo de Europa central, marcado por el auge
de las actividades metalrgicas y el surgimiento de asentamientos fortificados ya en el siglo
44
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
Fases de Fases de
crecimiento desaparicin
Nagada IIc-d 35003300/3200 ?
Nagada III, Dinasta 0 3300/32003100 ?
Perodo Tinita 31002700 ?
Reino Antiguo, y Primer Perodo
27002200 22002030
Intermedio
Reino Medio, y Segundo Perodo
20301750 17501560
Intermedio
2000'00"
2000'00"
4000'00"
6000'00"
8000'00"
000'00"
P. Beaujard
+ + 34
23 33 Culturas de
+ + 22
Andrnovo
+ 24
19
9 32
25+ +21 11
8
ASIRIA
12 7 31
ciudades + sitios 20 10 BABILONIA 4
1 Isin 15 Tebas 13 3 ELAM
2 Larsa 16 Elefantin a 14 12 5
3 Susa 17 Buhen E
4 1SialkIsin 18 Kerma 15 6
2 Larsa DILMUN
5 Anshan 19 Troya 16 ` 29
6 3QalatAssur 20 Cnosos 17 28
4al-Bahrayn
Tell Brak 21 18 +
Micenas 30
7 5AssurMari 22 Spissky Stvrtok 26
8 6Tell Ebla
Brak 23 Nitriansky Hradok + 27
9 7Kanesh
Babylone24 Monkodonja sistema-mundo
10 8MariSuse 25 El Argar 30 Kaothe centro
11 Alepo 26 Mahal Teglinos 31 Dashly semi-periferia
9 Sialk
12 Ugarit Subr 32 Djarkutan esfera de interaccin
10 Anshan 27
13 Babilonia 28 Dwarka 33 Kargaly rutas martimas
14 Licht 29 Lothal 34 Sintashta 0 1000 Km rutas terrestres
4000'00"
6000'00"
8000'00"
000'00"
45
PHILIPPE BEAUJARD
XVIII a.C., pero principalmente en los siglos XVII y XVI a.C. (Barca, Spisk tvrtok, Ni-
triansky Hrdok en la regin de los Crpatos) (Kristiansen y Larsson 2005: 162). Adems, el
sitio fortificado de Monkodonja, en Istria, sobre la costa adritica, podra dar testimonio de la
expansin creto-egea hacia el oeste.
51
Una vez ms aqu, la adopcin de la cronologa ultra-baja rompera en parte estas co-
rrelaciones. El Reino Medio egipcio termina en 1759 durante el perodo de temperatura ms
baja, pero el imperio de Hammurabi florecera en la ltima parte de este perodo (16961654)
(los textos disponibles, sin embargo, no reflejan este contexto desfavorable). El Reino Nuevo
egipcio surgira al mismo tiempo que el imperio hitita, hacia ca. 1550 a.C., con la cada de
Babilonia transcurriendo en 1490 a.C. Si se adoptase esta cronologa ultra-baja, deberamos
entonces preguntarnos si los efectos de los perodos de temperatura ms baja no han sido exa-
gerados o muy apresuradamente generalizados (y fueron datados correctamente?). Pero un
riesgo opuesto sera subestimar la dependencia de los estados antiguos sobre su base econmica
y su precariedad en el contexto de cambios climticos.
52
Cf. Schettler et al. 2006 para Asia oriental.
53
Cf. tambin Chernykh 1992: 305. La dominacin de los hicsos en Egipto, sin embar-
go, permiti el surgimiento de nuevos contactos y la introduccin de innovaciones. Tambin
condujo a la invencin de una escritura alfabtica que pronto se difundira y se desarrollara
en Palestina (Lemaire 2007).
54
Sobre Dilmun, cf. Crawford 1998: 153.
55
Es significativo el desarrollo de una escritura chipro-minoica desde el siglo XV.
46
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
56
El estao de Asia central quizs haya tenido ms dificultad para llegar a Asia occidental
y el Mediterrneo hacia el fin del siglo XVIII a.C., haciendo que los poderes de esta regin
buscaran otras fuentes de abastecimiento, primero en la Toscana, en la Pennsula Ibrica, en
los Montes Metlicos (Europa central) y quizs en Cornualles. El surgimiento de la extrac-
cin de estao en Cornualles fue una respuesta a la demanda en expansin de este metal. Un
desplazamiento en las redes de intercambio que atravesaban los Crpatos, en parte debido a
movimientos poblacionales, podra haber sido otro factor en el cambio hacia el oeste de las
redes de intercambio que comenz en 1500 a.C. (el perodo en el cual los micnicos tomaron el
control sobre Creta, hacia 1450 a.C.) (Kristiansen y Larsson 2005: 127128). Para A. Sherratt
(1994), este cambio en los intercambios muestra que haba competencia entre varias redes,
particularmente entre una ruta del der y otra que conectaba los Alpes septentrionales con
Jutlandia. C.F.E. Pare (2000: 29) cree que el incremento de la produccin y los intercambios
a partir de 1600 a.C. condujo a la ruptura del sistema de control de las elites locales, y a una
transformacin de las relaciones sociales a escala continental. La incidencia de un clima ms
fresco y ms hmedo tambin podra haber jugado un rol en las transformaciones sociales de
Europa en esta poca (Kristiansen 1998: 377378).
57
Parece ser que los dromedarios ya haban sido domesticados en Tihama a comienzos
del II milenio a.C., y utilizados para el transporte en la primera mitad del II milenio a.C.
(Fattovich 1997: 278). Hacia 1400 a.C., tropas rabes montando camellos intervinieron contra
fuerzas mesopotmicas.
47
2000'0
000'00
2000'0
4000'0
6000'0
8000'0
PHILIPPE BEAUJARD
1.16. The Afro-Eurasian world-system 1600-1200 B.C.
+
28
Subr
25
++ 26
9 1
27+
11
24 10 HATTI I
23 8 6MITTAN 2ASIRIA
ciudades + sitios 22 7 3 4 ELAM
1 Hattusha 16 Elepfantina
2 Assur 17 Buhen 12 13 BABILONIA 5 29
+
3 Babilonia 18 Kerma 14
4 Susa 19 Subr EGIPTO 15
5 Tchoga Zanbil 20 Hawagir 16 ` 30+
6 17
Ugarit 21 Matara +
7 Tiro 22 Zawyet 18 31
8 Enkomi umm el-Rakham
9 Troya 23 Tapso 21+ + 20
19 sistema-mundo
10 Mileto 24 Antigori +
11 Micenas 25 Frattesina centro
12 Memphis 26 Monkodonja semi-periferia
13 Pi-Ramss 27 Vivara 29 Pirak esfera de interaccin
14 Aketatn 28 Kargaly 30 Rangpur rutas martimas
15 Tebas 31 Daimabad 0 1000 Km rutas terrestres P. Beaujard
dico por un lado, y el Golfo Prsico y el Mar Rojo por otro58. Debemos
sealar que en el siglo XIII a.C. haba cidros y pimienta en Chipre59 y en
Egipto60, respectivamente. En Europa, la expansin de la produccin y
los intercambios dentro de la esfera europea y entre esta y el sistema-
mundo pronostic las futuras transformaciones de la Edad del Hierro.
58
En la segunda parte del II milenio, el Mar Rojo se convirti en una slida regin de
intercambio, mientras que el Golfo Prsico solo jug un rol limitado en el sistema-mundo de
la Edad del Bronce Tardo. La mayora de los hallazgos de plantas africanas en la India se
dieron durante ese perodo (Boivin y Fuller 2009). El pollo indio era conocido en Egipto en
la poca de Tutmosis III.
59
Hjelmqvist 1979; Amigues 2005: 366.
60
Se hall pimienta en la momia de Ramss II (Lichtenberg y Thuilliez 1981). Es intere-
sante notar que hubo una difusin del uso de incienso en el Mediterrneo en el siglo XII a.C.,
probablemente desde Egipto y el Levante (Sherratt 2003: 51).
48
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
61
Kohl 2007: 255.
62
Hudson 1996.
63
Un mercado limitado para la tierra haba existido desde mediados del III milenio a.C.,
excepto (quizs) en el reino de Ur en el siglo XXI a.C. (cf. Gelb, Steinkeller y Whiting 1991:
25; Silver 1995: 126; 2007: 96; Hudson 1996: 33ff.; Potts 1997: 164, 181). A mediados del III
milenio a.C., la propiedad privada de la tierra corresponda primero a los miembros de la elite;
las familias extendidas probablemente controlaban la mayor parte de la tierra que no era pbli-
ca. Pero observamos aqu la venta de tierra privada o la venta de un derecho de uso de la tierra?
49
PHILIPPE BEAUJARD
64
J.N. Postgate (1992: 218), M. Van de Mieroop (1992: 105) y S. Ratnagar (2001) ven un
cambio crucial entre el III y el II milenio a.C., caracterizado por un crecimiento en el sector
privado y el surgimiento de fuerzas de mercado.
65
Los textos de Kanesh expresan claramente la bsqueda de ganancias por parte de em-
prendedores privados, el uso productivo de depsitos de plata, el uso de notas de crdito, etc.
(cf. Veenhof 1997; 1999; Silver 2007: 101).
66
Glassner 2002: 148.
67
Norel 2004: 85. Segn Norel, quizs haya existido un mercado limitado de tierras, pero
parece difcil hablar de un verdadero mercado de trabajo (Norel 2004: 84). Cf., sin embargo,
M. Silver 1995: 132ff.; 2007: 9798, para el mercado de trabajo servil as como el de trabajo
libre; tambin Glassner 2001: 62, 69 n. 3, sobre el perodo de Ur III.
50
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
68
E.g. Warburton 1997.
69
Masetti-Rouault 2008.
70
Cf. por ejemplo los mercaderes en Ugarit: Silver 1995: 169 y Michel 2001a; 2001b.
Algunos investigadores han argumentado, sin embargo, que el surgimiento de estados fuertes
dificult en parte el desarrollo del sector privado.
71
Kristiansen y Larsson 2005: 104.
72
Tambin enfatizado por Ekholm-Friedman (2005: 6971); y Friedman (2005: 98).
73
Li 2003: 15. El trigo de grano pequeo apareci en China oriental entre 2600 y 1900
a.C., quizs originado en Pakistn (Crawford 2006: 79).
51
PHILIPPE BEAUJARD
74
Li 2003: 28.
75
Este objeto (un cuchillo) no puede haberse originado en la cultura Afansievo, que solo
desarroll la metalurgia del cobre. Su datacin fue cuestionada.
76
Sharif y Thapar 1992: 135, 148; cf. Possehl 1999: 544, 552.
77
Fuller 2006: 38.
78
Fuller, ibid., Spengler et al. 2014
79
Kuzmina 2008.
80
Frachetti 2002: 162.
52
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
53
PHILIPPE BEAUJARD
84
Kuzmina 2007: 253ff.
85
Kuzmina 2008: 90.
86
Haba caballos al sur del Lago Baikal y en Mongolia central hacia mediados del II
milenio a.C. (Honeychurch y Amartuvshin 2006: 259), y poco despus aparecieron en el valle
del Ro Amarillo.
87
Ekholm-Friedman 2005: 73.
88
S. Sherratt 2000: 90.
54
10000'00"
12000'00"
14000'00"
2000'00"
2000'00"
4000'00"
6000'00"
8000'00"
000'00"
EVOLUCIONES Y DELIMITACIONES TEMPORALES DE SISTEMAS-MUNDO
1.18. Eurasia and Africa at the end of the 3rd millennium and in the first third of the 2nd millennium B.C.
P. Beaujard 0 1000 Km
SE
IM
A-
TU
RB
OKUNEV y luego
IN
SINTASHTA
O
CULTURA DE LAS CATACUMBAS y luego ALAKUL FEDOROVO
SRUBNAYA FEDOROVO
24
33
TAZABAGYAB 25 28
` 8 ZAMAN-BABA 26
6 VAKSH SIBA 35
16 QIJIA 29
9 4 17
10 27 30
7 5 2 20 31
ciudades sitios 11 3 34
1 Ur 15 Kerma 1 18 19 21 32
12 22
2 Susa 16 Gonur 13
3 Anshan 17 Dashly 14 23
PHUNG NGUYEN
4 Assur 18 Konar Sandal 15
5 Babilonia 19 Mohenjo-daro ` `
6 Kanesh 20 Harappa
7 Mari 21 Ganweriwala
8 Troya 22 Dholavira 29 Taosi
9 Ugarit 23 Lothal 30 Xinzhai
10 Cnosos 24 Hami 31 Erlitou
11 Licht 25 Loulan 32 Panlongcheng sistema-mundo esfera de interaccin
12 Tebas 26 Yuanyangchi 33 Xiajiadian centro semi periferia
13 Elefantina 27 Qijia 34 Gucheng ALAKUL cultura movimientos de poblaciones
14 Buhen 28 Zhukaigou 35 Shimao rutas martimas rutas terrestres
Fig. 9. Eurasia y frica a fines del III milenio y en el primer tercio del II
2000'00"
FEDOROVO
milenio a.C.
1.19. Eurasia and Africa 1600-1200 B.C.
4000'00"
6000'00"
8000'00"
10000'00"
12000'00"
14000'00"
29 Anyang 33 Chenggu 37 Kwo Lo Wan
30 Taixicun 34 Sanxingdui 38 Ban Chiang
55
PHILIPPE BEAUJARD
Agradecimientos
Esta es una versin actualizada y corregida del artculo publicado
en T.C. Wilkinson, S. Sherratt, y J. Bennet (eds.), Interweaving Worlds:
Systemic Interactions in Eurasia, 7th to 1st Millennia BC. Oxford, Oxbow,
2011. El autor agradece a Oxbow el permiso para reproducir este ma-
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89
Sherratt 2003.
90
En contraposicin a esta visin, S. Sherratt considera la adopcin gradual de usos
utilitarios para el hierro como el resultado de procesos econmicos ya en curso en el siglo XIII
a.C.: una mayor cantidad de bronce en el Mediterrneo oriental en este siglo habra inducido
una devaluacin relativa de este metal, y una valorizacin simblica del hierro (Sherratt
2003: 40, 44).
91
Beaujard 2010.
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69
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y
PERIFERIA EN EL SUR DEL LEVANTE DURANTE
EL CALCOLTICO: EL CEMENTERIO DE PALMAIM
(ISRAEL) COMO ESTUDIO DE CASO
Amir Gorzalczany
Resumen
Introduccin
El perodo Calcoltico, conocido tambin como la Edad del Cobre,
constituye una fase de transformacin entre los perodos prehistricos
y la Edad el Bronce Temprano en el Levante. En el sur del Levante
este perodo est datado en el V y el IV milenios a.C. Si bien debe su
nombre a los comienzos de la utilizacin de los primeros metales por el
hombre (Calcoltico, gr., jalks=cobre; gr., lthos=piedra),
se caracteriza tambin por la ocurrencia de complejos procesos de trans-
formacin, no menos importantes, como la aparicin y difusin de la
metalurgia. Entre estos cambios podran citarse la estratificacin social,
la aparicin o incremento del intercambio, la produccin intensiva, la
artesana como especializacin incluyendo la utilizacin de recursos
metalrgicos tecnolgicos como la tcnica de cera perdida (Cire perdue,
lost wax casting)1, y cambios en las formas de ocupacin del territorio.
A nivel de la produccin, se observa un amplio aprovechamiento del
ganado y sus derivados, como la explotacin de productos lcteos y lana.
Todos estos procesos, sobre los cuales no abundaremos aqu, fueron am-
pliamente estudiados2, especialmente en lo relativo a la cultura material.
La conjuncin de los procesos citados provoc durante el V milenio
a.C. la emergencia de las primeras e incipientes sociedades complejas en
el Mediterrneo Oriental y el Levante.
Una de las caractersticas de este tipo de sociedades es la apari-
cin de los primeros cementerios disociados, esto es, enterramientos
efectuados en sitios dedicados exclusivamente a tal prctica, ubicados
generalmente en las cercanas de los poblados, a diferencia de perodos
anteriores en los cuales los enterramientos se efectuaban en las viviendas,
1
Noble 1975.
2
Por ejemplo, para la industria cermica vase Mallon, Koeppel y Neuville 1934;
Commenge-Pellerin 1987; 1990; Commenge 2005; 2006; Ussishkin 1980; Oren y Gilead
1981; para el anlisis residual de cermica vase Namdar et al. 2009; para la petrografa vase
Goren 1995; para la industria metalrgica vase Levy 1995; 2007; para mtodos de subsistencia
y estrategias de explotacin y adaptacin al hbitat vase Levy y Alon 1987; Goren y Gilead
1986; para la cultura funeraria vase Nativ 2010; 2014; para un estudio del universo cultural y
espiritual del perodo vase Gilead 2002; para los anlisis culturales vase Gilead 1981; 1985;
1993; 1995; para una discusin cronolgica acerca del principio y el final del perodo vase
Gilead 2011; en cada uno de ellos hay abundantes referencias.
72
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
3
Para la definicin de ciencia normativa y paradigma cientfico vase Kuhn 1970.
4
Gorzalczany 2006a; 2007.
5
Vase por ejemplo Wallerstein 2007: 236, y comparar Wallerstein 1992; 1994; 1998.
73
AMIR GORZALCZANY
6
Mallon, Koeppel y Neuville 1934.
7
Por ejemplo Commenge-Pellerin 1987; 1990.
74
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
a) Enterramientos en cuevas
El primer tipo consiste en enterramientos dentro de cuevas (natura-
les, excavadas o una combinacin de ambas, ya que a veces se percibe la
modificacin de una caverna previamente existente)10. El enterramiento
8
Por ejemplo vase Van den Brink 2000; 2006; Van den Brink y Commenge 2008: 2;
Smith et al. 2006: 337, 352, Pl. 8.2.
9
Para un resumen acerca de formas de inhumacin en el perodo Calcoltico en Israel y
sus aledaos y un estudio sistemtico de los cementerios vase, Nativ 2010; 2014.
10
Vase p. ej. De Miroschedji 2000: Fig. 3; van den Brink 1998; 2005; van den Brink y
Gophna 2005: 177178.
75
AMIR GORZALCZANY
11
Vase Zagerson y Smith 2002: 64; Le Mort y Rabinovich 2002: 6879; 1994: 9395;
Oren y Scheftelowitz 1998: 80. Para la exposicin a aves carroeras en Nueva Guinea o sar-
cocanibalismo vase Conklin 1995. Para entierros secundarios en las fuente rabnicas judas
vase Rubin 1994.
12
Poyil 2009; Metcalf 1981; Chnier 2009; Schroeder 2001; David, Crouch y Zoppi
2005.
76
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
13
P. ej. Gophna y Lifshitz 1980: 8; Pl. 1, y comparar con el material de la Cueva del
Tesoro (Meaarat HaMatmon) en Naal Mishmar (Bar-Adon 1971: 121; N 177).
14
Para una lista (no absolutamente completa) de entierros Calcolticos en cuevas en Israel
vase Van den Brink 1998. Una lista ms actualizada se puede hallar en Van den Brink 2005.
15
Ory 1946; Kaplan 1963.
16
Sukenik 1937.
17
Sussman y Ben-Arieh 1966.
18
Perrot 1961.
19
Kaplan y Ritter-Kaplan 1993.
20
Gophna y Lifshitz 1980.
21
Tsuk y Gopher 1993; Gopher y Tsuk 1996; 1997.
22
Milevski y Shevo 1999.
23
Perrot 1967; Perrot y Ladiray 1980.
24
Perrot 1992: 101; Fig. III, 4: 1.F
25
Paley y Porath 1979; Porath 1982; Porath, Dar y Applebaum 1985: 238239.
26
Porath 2006.
27
Yannai y Yunis 2003; Yannai y Porath 2006. Este cementerio constituye un ejemplo
de los yacimientos descubiertos a raz del robo de antigedades. En este caso la Unidad de
Prevencin de Robos Arqueolgicos de la IAA consigui detener a los perpetradores del dao
al patrimonio, los cuales fueron posteriormente sometidos a juicio.
77
AMIR GORZALCZANY
28
Yannai 2007; Fig. 1: 1415, as como un osario completo que se desintegr al ser exca-
vado y no pudo ser registrado.
29
Fabian 2012.
30
Gal, Smithline y Shalem 1997; 1999.
31
Con el nombre de karst (que proviene de una zona en Eslovenia, donde el fenmeno se
defini por primera vez) se denomina en geomorfologa a una forma de relieve originada por
disolucin qumica de determinadas rocas, compuestas por minerales solubles en el agua (que
se filtra a travs de fisuras, grietas, galeras y chimeneas en la roca) y al hacerlo se carga de gas
y resabios de piedra caliza disuelta en forma de bicarbonato clcico. Al llegar a una cavidad ms
grande que las fisuras por las que ha pasado, el agua puede evaporarse lentamente y las sales
disueltas y liberadas pueden cristalizarse, por ejemplo, al gotear lentamente desde el techo de
una caverna hacia el suelo, formando estalactitas en el techo, estalagmitas en el suelo o ambas,
formando columnas y variadas formaciones rocosas de formas caprichosas.
78
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
32
Levy y Alon 19813; 1982; 1985, 1987a; b.
33
Stekelis 1935.
34
Goren y Gilead 1986; Gilead y Goren 1986; Goren y Fabian 2002: 6.
35
Anati 1983: 42; 1985: 43; 1986: 47.
36
Beith-Arieh 1980: 4849; Figs. 45.
37
Beith-Arieh 1980: 50; Fig. 6.
79
AMIR GORZALCZANY
38
Haiman 1982; 1983; Rosen 1993.
39
Sobre la prospeccin arqueolgica de superficie en las zonas altas del Negev vase, por
ejemplo, Haiman 1989; Ronen 2014; Sion 2014; Cohen 1999: 1631.
40
Cohen 1999: 1631; 3334; 47*49*. La mayora de estos sitios fueron descubiertos
durante la Prospeccin Arqueolgica de Emergencia, llevada a cabo en zona del Negev durante
las ltimas dcadas del siglo pasado.
41
Cohen 1999: 48*.
42
Bar-Yosef et al. 1977; 1983.
80
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
El cementerio de Kissufim
Lo que podra definirse como una cuarta variante de forma de en-
terramiento, sin paralelos conocidos hasta la fecha, fue descubierta en el
sitio Kvish Kissufim (heb. Ruta de Kissufim), situado en las planicies
caracterizadas por tierras carbonatadas sedimentarias elicas de tipo
loess45 en la zona del Negev occidental46.
El sitio, descubierto accidentalmente durante la pavimentacin del
camino de acceso al kibbutz del mismo nombre, se encuentra en el punto
43
Cohen 1999: 34.
44
Bar-Yosef et al. 1983.
45
Millar Master 2001: 3536; Porat 19861987; Gilead y Goren 1989: 7; Fig. 2; Goren
1996.
46
Goren y Fabian 2002.
81
AMIR GORZALCZANY
47
Smith, Bar-Yossef y Sillen 1984; Smith 1989.
48
Mallon, Koeppel y Neuville 1934.
49
Nagar y Eshed 2001: 32.
50
Perrot 1955: 173.
82
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
51
Smith et al. 2006: 328335.
52
Gorzalczany 2006a; 2006b; 2007; Gorzalczany en prensa. La excavacin se llev a
cabo bajo el nmero de licencia A-4350/2005. El autor agradece profundamente a todos los
colegas que generosamente compartieron con l sus conocimientos sobre el perodo Calcoltico,
especialmente E.C.M. van den Brink, Y. Goren, E. Braun, A. Nativ, G. Gestoso Singer, I.
Milevski, R. Gophna, P. Fabian, y U. Avner, quienes ofrecieron valiosas observaciones. Su-
mamente valiosas fueron las observaciones de I. Gilead.
53
Gophna 1974: 46; Braun et al. 2001: 6365.
54
Gophna 1968; Gophna y Lifshitz 1980.
55
Braun 1991; 1997; 2000a; 2006b.
83
AMIR GORZALCZANY
56
Gorzalczany et al. 2012.
57
Schuldenrein 1986: 650; Sneh, Bartov y Rosensaft 1998.
58
Durante las dcadas de 19501970 una serie de exploraciones revelaron la existencia
de algunos sitios Neolticos en los aledaos. Parte de ellos fueron excavados durante los aos
19891990 (Gopher, Friedman y Burian 1991; 1994; 2005). Hacia el sur se encuentra localiza-
do el sitio de Yavne Yam (Fischer 1991; Dothan 1952). Unos 600 m hacia el oeste se encuentra
84
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
el sitio Epipaleoltico y EBI de Givat Ha-Esev, que fue explorado (Gophna 1974: 46; Braun,
van den Brink, Gophna y Goren 2001: 6365) y excavado (Sigal Golan, sin publicar, licencia
A-4330/2004, y com. pers.). Unos 500 m al sudeste se encuentra la cantera de Palmaim
(Braun, van den Brink, Gophna y Goren 2001: 673; Braun 1991; 1997; 2000a; b). Un ce-
menterio Calcoltico constituido por once cuevas fue tambin excavado en ese sitio (Gophna y
Lifshitz 1980). Un sitio del Bronce Temprano I (EBI) fue descubierto en las cercanas (Reich
y Levy 1990) as como tumbas de la Edad del Hierro y del Perodo Persa (Singer-Avitz y Levy
1994, y vase tambin 1992a; b). Un extenso cementerio del Bronce Medio IIa-b (MBIIa-b) fue
excavado en las dunas vecinas de Rishon Le-iyyon (Levy 1995; 2005; Kletter y Levy 2015),
y la famosa fortaleza de la Edad del Hierro de Mead ashavyahu (Naveh 1960; 1962; 2005;
Naaman 2005; Fantalkin 2005) se encuentra 3 km hacia el sur. Hacia el norte y visible desde
la excavacin se observa el yacimiento de Tel Yaoz, donde fue excavado un sitio de los perodos
Helenstico y Persa (Tal, Fischer y Roll 2005; Kletter, Ziffer y Segal 2001; Segal, Kletter y Zi-
ffer 2006; Ziffer, Kletter y Segal 2006). Durante los ltimos aos, y debido al gran desarrollo
y la necesidad de obras de construccin en la zona, varios sitios de los perodos Helenstico y
Persa fueron explorados en las cercanas, por ejemplo en las dunas que rodean a la ciudad de
Yavne (Gorzalczany y Barcan 2006; Gorzalczany, Barkan y Iechie 2010), las dunas de Rishon
Le-iyyon que se encuentran en franco proceso de retroceso y desaparicin (Tal 2005; Levy,
Peilstcker y Ginzburg 2004: 94; Peilstcker 1999; 2000; en prensa) y la nueva zona industrial
de Gan Soreq (Ad y Degot 2006; Ad 2008) que creci a cuenta del terreno ganado a las dunas.
59
Unidad de medida de superficie de origen otomano, an en uso en Siria, Israel, Jorda-
nia, el Lbano y territorios de la Autoridad Palestina. Tradicionalmente, equivale a la superficie
que puede ser arada por una yunta de bueyes en un da.
60
Y comparar Goren y Fabian 2002: 5.
85
AMIR GORZALCZANY
61
Como ser Yavne-Yam (Fischer 1991; 2005), Tel Yaoz (Segal, Kletter y Ziffer 2006;
Ziffer, Kletter y Segal 2006; Dothan 1952), Gan Soreq (Ad y Dagot 2006; Ad 2008) o las
dunas de arena de Rishon Le-iyyon (Tal 2005).
62
Issar 1998: 116; Bar-Mathews, Ayalon y Kaufman 1998: 210211.
86
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
87
AMIR GORZALCZANY
soplaban desde el mar. Por lo tanto, las tumbas, si bien pobres en ajuares
funerarios, quedaron ocultas y protegidas. Este factor pudo haber evitado
su profanacin.
Una de las caractersticas ms llamativas del cementerio es el mar-
cado contraste entre el excelente estado de preservacin de las tumbas
y el evidente esfuerzo invertido en la planificacin, y por otro lado la
notoria escasez, e incluso pobreza, de restos osteolgicos y especialmente
de bienes de prestigio. Los restos humanos se reducen a fragmentos de
hueso, en su mayora inidentificables, y a algunos dientes63. Con respecto
a la cermica, si bien representativa de la fase Ghassuliense del Calcol-
tico, es numricamente escasa, a lo que se suma un muy mal estado de
conservacin. Muchos de los hallazgos se recuperaron en tal estado de
fragilidad que fue necesario relevarlos in situ, ya que cualquier intento
de trasladarlos significara su desintegracin. En general, las condiciones
ambientales en la zona que rodea al sitio son ampliamente desfavorables
a la preservacin del material arqueolgico y orgnico. Los altos ndi-
ces de humedad, salinidad y minerales abrasivos transportados por los
fuertes vientos son los culpables, en gran medida, de la baja calidad de
conservacin de los hallazgos. Por lo tanto no se puede descartar que el
conjunto de material hallado se encuentra seriamente subrepresentado,
especialmente la coleccin de material osteolgico y posiblemente tam-
bin el cermico, sobre todo en los tipos ms delicados.
63
Los restos osteolgicos fueron examinados por Yosi Nagar, director del Departamento
de Antropologa Fsica del IAA.
88
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
Tumbas rectangulares
Se excavaron un total de ocho cmaras completamente rectangulares
o rectangulares con esquinas semicirculares. Sus ejes longitudinales esta-
ban orientados, generalmente, en direccin noroeste-sudeste, a excepcin
de dos tumbas (L223 y L237) cuyos ejes se hallaban levemente desvia-
dos en relacin a los anteriores en direccin nor-noroeste. Las medidas
64
Abott y Dance 1982; Karmon 1999: 270.
65
Gorzalczany et al. 2012: Fig. 11.
89
AMIR GORZALCZANY
66
Porath 1987: 4142.
67
Brovarsky 2006.
90
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
68
Dreyer 1998: Tafel 6 a-d.
91
AMIR GORZALCZANY
69
Stekelis 1961: 61; Fig. 11; crculo de piedras N9.
92
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
bierto por los restos del derrumbe del techo. Debajo del piso fue hallada
tambin una vasija de cermica usada como forma de entierro. Un detalle
llamativo es que, al ser desmantelada la pared que delimitaba la tumba
con el objeto de reconstruirla en una posicin alternativa para fines de
preservacin y exhibicin, fue hallado en uso secundario un pequeo
osario de piedra (infantil?), reciclado como material de construccin.
Entre las dos estructuras circulares fue descubierto un compartimiento
rectangular (0.55 0.7 m) construido en piedra, y que pudo haber servi-
do como lugar de entierro o bien como receptculo de ofrendas.
Las tumbas circulares menores fueron descubiertas en nmero de
ocho, seis de ellas bien preservadas, y dos cuya forma pudo ser recons-
truida. En general son similares a las mayores, y ostentan los mismos
atributos, como estelas y formas de entierro.
Tambin se excav una serie de tumbas circulares de menores di-
mensiones. Se trata de estructuras de 1 m de dimetro y menores. En
general, stas se encontraron en relacin con tumbas circulares mayores,
y da la impresin que fueron agregadas ms tarde, como una suerte de
pequeo satlite que acompaaba a la tumba mayor. Esta conclusin se
deduce del hecho de que, mientras las tumbas mayores se encuentran
basadas en la roca, las menores solo estn ubicadas sobre la arena que se
acumul desde la construccin de las primeras hasta la ereccin de las
segundas. Evidentemente un perodo no determinado de tiempo trans-
curri ente ambos acontecimientos y es dable suponer que en caso de
tratarse de tumbas familiares, se realiz un intento de incorporar nuevos
fallecidos al mbito mortuorio familiar por medio de la inhumacin en
las proximidades.
Otras dos categoras de tumbas fueron discernidas durante las exca-
vaciones, tumbas de formas combinadas y tumbas pobremente preser-
vadas, de forma incierta o que no pudo ser establecida fehacientemente.
93
AMIR GORZALCZANY
70
Gorzalczany et al. 2012: Figs. 1418.
94
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
71
Nativ 2010: 103111; 2014: 8894.
95
AMIR GORZALCZANY
72
Golani y Nagar 2011: 8691.
73
Golani y Nagar 2011: 95.
74
Stekelis 1935: 53.
75
Mallon, Koeppel y Neuville 1934: 153154.
76
Mallon, Koeppel y Neuville 1934: 154; mapa p.148.
77
Gorzalczany en prensa.
96
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
dems caractersticas del sitio, como los osarios de piedra y las estelas en
las tumbas y fuera de ellas.
La cermica
El conjunto es pequeo, si bien ampliamente representativo del pe-
rodo. Consiste solo de cermica tosca, hallada por lo general en un mal
estado de preservacin. Casi no hay rastros de decoracin en la superficie
de las vasijas, excepto dos casos de pintura roja a lo largo de los bordes
de cuencos de tipo corneta (cornet), sumamente caractersticos de la
cultura. Esto contrasta visiblemente con conjuntos de sitios similares, en
los cuales el porcentaje de vasijas decoradas alcanza el 75%78.
Cuencos: Fueron recuperados tres especmenes, representados solo
por sus bases y parte de las paredes. Posiblemente se trate de los tpicos
cuencos denominados cuencos en forma de V (V-shaped bowls), preva-
lecientes durante el perodo que nos ocupa. Se pueden hallar paralelos
en casi todos los sitios explorados, y por nombrar solo algunos podemos
citar Bene Beraq79, Tel Esdar80, Shaar Ephraim81, En Gedi82, Kvish
Kissufim (heb. ruta de Kissufim)83, Abu Maar84, Bir e-afadi85,
E-aiyiba86 y Maabarot87. Cuencos similares fueron hallados en el
cementerio contiguo de las cuevas de Palmaim88. Este conjunto ubicuo
fue ampliamente debatido, y fueron propuestos numerosos usos para l,
como por ejemplo para servir bebidas89, para extraer lquidos o slidos
de grandes jarras90, o incluso como luminarias91. Tambin se especul
78
Commenge-Pellerin 1987: 46; Gilead y Goren 1995: 186187.
79
Ory 1946: Fig. 2:34, Kaplan 1963: Fig. 9: 1113.
80
Kochavi 1969: Fig. 17: 110.
81
Oren y Scheftelowitz 1998: Fig. 27: 13.
82
Ussishkin 1980: Fig. 8: 18.
83
Goren 2002: 21; Fig. 4.1: 17.
84
Commnege-Pellerin 1987: Fig. 17: 18.
85
Commenge-Pellerin 1990: Fig. 18.
86
Yannai y Porath 2006: Fig. 8: 28.
87
Porath 2006: Fig. 6: 18.
88
Gophna y Lifshitz 1980: Fig. 4: 24.
89
Gilead y Goren 1995: 153.
90
Commenge-Pellerin 1987: 49.
91
de Contenson 1956: 173.
97
AMIR GORZALCZANY
92
Goren y Fabian 2002: 21.
93
Kislev y Melamed 2002; Tab. 9.1.
94
Commenge-Pellerin 1990: Fig. 53: 111.
95
Goren 2002: Fig. 4.4: 4.
96
Commenge-Pellerin 1987: Fig. 34: 1, 3, 911.
97
Gilead y Goren 1995: Fig. 4.15: 56.
98
Ory 1946: Fig. 2: 12; Kaplan 1963: Fig. 9: 45.
99
Commenge-Pellerin 1987: Figs. 27: 1:10; 28: 110; 49: 5.
100
Commenge-Pellerin 1987: Fig. 48: 1.
101
Commenge-Pellerin 1990: Figs. 38: 13; 610; 39: 17; 40: 17.
102
Levy y Menahem 1987: Figs. 12: 11; 12: 12.
103
Ussishkin 1980: Fig. 10: 4.
104
Commenge 2006: 420, Pls. 10: 1317.
105
Kochavi 1969: Fig. 18: 19.
106
Goren y Fabian 2002: 2527; Fig. 4.3: 4.
107
Beit Arieh 1980: Fig. 7: 813.
108
Yannai y Porath 2006: Fig. 6: 3.
109
Gilead y Goren 1995: 171175; Fig. 4.14.
98
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
110
Gilead y Goren 1995: 158, Fig. 4.8: 13.
111
Garfinkel 1999: 219221; Gilead y Goren 1995: 158.
112
Macalister 1912: CXLIII.12.
113
Ussishkin 1980: 20; Fig. 7.1028.
114
Commenge-Pellerin 1990: 21; 95, Fig. 36.16; 1011.
115
Porath 198990.
116
Commenge-Pellerin 1987: Fig. 22: 45.
117
Mallon, Koeppel y Neuville 1934: 112, Planches 4748; North 1961: Pl. XI. 8647.
118
Dothan 1959; Figs. 10: 613; 16: 1124.
119
Commenge 2005: 53; Figs. 6.1: 2; 6.4.
120
Commenge 2006: 417418, Pl. 10.4.
121
Macdonald 1932: Pl. XXXV.
122
Gilead y Goren 1995: 158163, Fig. 4.9.
123
Evershed, Heron y Goad 1990.
124
Namdar et al. 2009.
99
AMIR GORZALCZANY
Azor, que llegan a 0.25 m125. Los osarios pueden ser divididos en varios
tipos.
El primero tiene forma ligeramente ovalada, debido a sus paredes
convexas, y recuerda un huevo o un barril ligeramente aplastado. Sin
embargo, la base y la cobertura son planas. En seis casos fueron hallados
con la tapa in situ. Se encontr un ejemplar de menor tamao (para
infantes?) de 0.42 0.20 0.30 0.25 m cuya base es plana y de un
espesor de 0.06 m que revel un uso secundario como piedra de cons-
truccin de una de las tumbas circulares.
El segundo tipo podra clasificarse como piriforme, ya que su forma
que tiende a reducirse y a angostarse en uno de los extremos se asemeja
a una pera o a una gota de agua. Este tipo particular, del cual no se co-
nocen paralelos en sitio alguno, est representado en Palmaim (Norte)
por dos especmenes. Un solo caso de osario de cermica fue registrado
en el cementerio.
Los osarios de piedra no son ajenos al conjunto de artefactos de la
cultura Ghassuliense. Ejemplos manufacturados en kurkar fueron recu-
perados en Givatayim126, Bene Beraq127, y Kvish Kissufim128. En sitios
ms alejados de la costa, otros tipos de piedra fueron utilizados para
producir osarios, mayormente rocas calizas de distinta fragilidad. Tal es
el caso en Qula-Mazor (Oeste)129, Ben Shemen130 o orbat Qarqar131.
Las estelas
Durante la expedicin de 2005 se hallaron 51 estelas de piedra
(heb. massebot); otras ms fueron descubiertas durante la expedicin
complementaria en 2011. Algunas estaban ubicadas en las paredes de las
tumbas, o bien erguidas libremente entre ellas. En algunos casos estaban
cadas entre las estructuras funerarias, y en otros estaban depositadas
125
Comparar con Perrot 1961: Fig. 41: 16.
126
Sussman y Ben-Arieh 1966: 2932; fig. 5.
127
Ory 1946: 57; Fig. 5.
128
Goren y Fabian 2002: 6; Fig. 2.4; Fabian y Goren 2002: 47; Fig. 6.5.
129
Milevski y Shevo 1999: 40*; Fig. 77.
130
Perrot 1967: Pl. XI.2; Pl. XII.1; Perrot y Ladiray 1980: 28.
131
Fabian 2012.
100
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
132
Gorzalczany et al. 2012: Fig. 9.
133
van den Brink y Gophna 1997: 85; Rowan 2005: 116; Fig. 9.20.
134
van den Brink 2005: 183.
135
Dagan 1992: 54*; Fabian 2012.
136
Avner 1984; 1993; 2001; 2002.
137
Burrows 1934; Avi-Yonah 1950; Albright 1957; Broshi 1968.
138
Elliot 1977: 23.
101
AMIR GORZALCZANY
139
Por ejemplo Sussman y Ben-Arieh 1966: 35; Kaplan 1963: 302; Fig. 2; Pl. 32.B; Fabian
y Goren 2002: 4446).
140
Sussman y Ben Arieh 1966: Fig. 7.
141
Kaplan 1963: 302303; Pl. 32b; Ory 1946: 57; Fig. 5.
142
Perrot y Ladiray 1967: 48*; Fig. 1; 1980: 76; Figs. 117; 134: 3.
143
Alon y Levy 1989: 182184; Rowan et al. 2006: Fig. 12.34.
144
Nahshoni et al. 2002: 16*; Fig. 9.
145
Perrot y Ladiray 1980: 77.5.
146
van den Brink 2005: 183.
147
Fabian y Goren 2002: 4446.
148
van den Brink y Gophna 1989: 71; Fig. 132 en p. 108*; Rowan 2005: 116; Figs. 9.19;
9.20; van den Brink 2005: 182183.
149
Gorzalczany en prensa.
150
Avner 2002: 96; Tab. 11.
151
Mellaart 1967: 104.
102
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
Discusin y conclusiones
El cementerio Calcoltico de Palmaim (Norte) presenta una serie
de caractersticas que lo vuelven nico en su tipo. Claramente datado en
la fase tarda (Ghassuliense) del perodo, su planificacin y construccin
son notoriamente reminiscentes de necrpolis similares ubicadas en
las zonas ridas y perifricas. Su inesperada ubicacin en el corazn
de la zona sub-tropical del sur del Levante lo hace aparecer como una
excepcin. No slo ese hecho, sino que otros factores llaman rpida-
mente nuestra atencin. Un hecho remarcable es la pobreza del ajuar
funerario, que es difcil de explicar. Debe descartarse, como vimos, el
robo de tumbas, as como la fragilidad de la cermica y las condiciones
ambientales. Especialmente llamativo es el resultado de la comparacin
con el otro cementerio contemporneo (vase ms arriba), ubicado en las
cercanas152. Osarios de piedra y cermica son comunes a ambos, aunque
en cantidades y relaciones muy diferentes entre ambos tipos. Si bien la
escasez del ajuar funerario en nuestro cementerio hace difcil la compara-
cin, es evidente que el cementerio situado en las cuevas es notoriamente
ms rico en cantidad, variedad y calidad de ofrendas.
Una posible explicacin sera que las diferencias no representan en-
tidades distintas sino ms bien una brecha temporal. En otras palabras,
cada cementerio representara una fase cultural distinta, cuya diferencia
cronolgica sera tan pequea (tal vez unas pocas generaciones) que no
sera percibida por la resolucin a la que somos capaces de llegar con la
tipologa actual, por ejemplo, de la cermica. Propuestas similares se
han hecho para explicar fenmenos similares en Azor y Ben Shemen153.
Una segunda explicacin, igualmente plausible, es que ambos ce-
menterios son contemporneos, pero cada uno especializado en una
forma particular de entierro, lo que podra significar rangos o estatus so-
ciales diferenciados, expresados por el tipo de enterramiento y la calidad
y cantidad del ajuar. Si esto es as, tal vez debamos buscar la explicacin
para la variabilidad en formas de inhumacin (cuevas vs. estructuras)
en una sociedad estratificada, no igualitaria, en la cual los individuos
152
Gophna y Lifshitz 1980.
153
Perrot y Ladiray 1980: 73; 117118.
103
AMIR GORZALCZANY
154
Comparar Gilead 2002: 113120.
155
Algaze y Fessler 2001: 13.
156
Levy y Alon 1982.
157
Levy 1995; Levy y Alon 1982; 1987.
158
Gilead 1980: 147*149*.
159
Clarke 1968: 252253; Gilead 1988: 146*; 1989: 390392; 1995: 473476; 2011.
104
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
105
AMIR GORZALCZANY
Agradecimientos
Agradezco a Edwin C. M. van den Brink, Ram Gophna, Yuval
Goren, Eliot Braun, Ianir Milevski, Peter Fabian, Naama Scheftelowitz,
Dina Shalem, Asaf Nativ y Uzi Avner. Sus conocimientos y experien-
cia en el perodo Calcoltico del sur del Levante fueron generosamente
compartidos. Mi gratitud especial para Isaac Gilead que ofreci valiosos
comentarios a lo largo de todo el proceso de investigacin.
165
Y comparar Gorzalczany y Sharvit 2010: 106109.
106
RECONSIDERANDO EL PARADIGMA CENTRO Y PERIFERIA
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AMIR GORZALCZANY
108
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DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-
LEVANTINO:
DE LOS MLTIPLES CENTROS EN COMPETENCIA A
LA GUERRA POR LA SUPREMACA (C. 1800-1530 A.C.)
Roxana Flammini
Resumen
1
Flammini 2014.
2
Herbich y Forstner-Mller 2013: 258272.
3
Redford 1997: 14 n. 69.
4
El rol de las redes no institucionales y las materias primas de bajo valor son con
frecuencia ignoradas en el rea de estudios egiptolgicos, cf. Moreno Garca 2014:
249252.
5
Sherratt y Sherratt 1991: 354363; Shaw 2003: 323.
6
Renfrew 1986: 1; Hall, Kardulias y Chase-Dunn 2011: 234.
126
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
7
Sherratt y Sherratt 1991: 358.
8
Plourde 2009: 266.
9
Simmel 1978 [1907]: 73.
10
Peregrine 1999: 39.
11
Graziano sostiene que en las sociedades con claras diferenciaciones sociales
pero sin instituciones legalmente constituidas que ejerzan coercin, las prcticas
ligadas a la entrega de regalos implican una accin contractual entre el dador y el
receptor. Cf. Graziano 1975: 2527; y tambin Schneider 1977.
12
Sobre este tema especfico, cf. Helms 1993; tambin Warburton 1997: 5759.
127
ROXANA FLAMMINI
128
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
18
Este autor iguala el concepto de sistema-mundo al de civilizacin (Wilkin-
son 2004: 82), dando al sistema-mundo/civilizacin que denomina Central un lugar
relevante en la historia mundial, dado que hubo una pluralidad de civilizaciones/sis-
temas mundo en el planeta hasta fines del siglo XIX o principios del siglo XX. Ahora
hay un solo sobreviviente, la civilizacin Central, cuya red se expandi a escala global
y absorbi todas las dems. Cf. Wilkinson 1995: 261.
19
Wilkinson 2004: 8384. La secuencia propuesta vara desde las concentra-
ciones de poder ms dispersas a las ms concentradas, del siguiente modo: No-polar
(Nonpolar, la ms descentralizada, con varios mini-estados y sin grandes poderes);
Multipolar, Tripolar, Bipolar (cerca del extremo descentralizado, se evidencian con-
figuraciones con dos, tres o ms grandes poderes); Unipolar (no-hegemnica, con un
nico gran poder, con falta de influencia para alcanzar su potencial, descansa en una
coleccin de Estados dbiles, aunque no-dominados y no-tributarios); Hegemnica
(o unipolaridad con hegemona, donde un nico gran poder o super-poder, con in-
fluencia para alcanzar su potencial, supervisa un nmero de Estados oprimidos pero
que mantienen autonoma interna); Universal (estado/imperio. Extremo centraliza-
do, donde un Estado abarca todo el sistema). Siguiendo la periodizacin tradicional
egipcia, la secuencia de la configuracin del poder en Egipto durante gran parte del
II milenio a.C., se presenta segn Wilkinson del siguiente modo: Unipolar (mediados
Din. XI - temprana Din. XII); Hegemnica (Sesostris I Amenemhat II); Universal
(Sesostris III Amenemhat III); Hegemnica (hasta mediados Din. XIII); Unipo-
lar (Din. XIII); Bipolar (Din. XIII/Din. XV Hicsos); Unipolar (Din. XV Hicsos);
Tripolar (Din. XV Hicsos, Din. XVII Tebas, Kush); Unipolar (Din. XVIII). Si bien
la secuencia de Wilkinson no evidencia las complejidades que se advierten en los
procesos, la propuesta es til en tanto es un intento de sistematizar las fluctuaciones
polticas de un Estado durante un perodo prolongado.
129
ROXANA FLAMMINI
20
Por cierto, conclusiones como las culturas nubias no eran entidades extticas
sino que cambiaban y se desarrollaban en respuesta a influencias y contactos externos
(Forstner-Mller y Rose 2012: 8) revelan el impacto de lo que en otras palabras se
define como el carcter sistmico de un sistema-mundo. En relacin con los estudios
de la antigua Uruk desde una perspectiva de sistemas-mundo y las crticas que recibi
esta perspectiva, cf. Algaze 1993; Stein 1999.
21
Esta regin no estaba exclusivamente vinculada con la red de frica nororiental,
pero el alcance de este anlisis se basa en las relaciones con esta ltima. Cf. tambin
Forstner-Mller y Kopetzky 2009: 1174.
22
Cf. Flammini 2011: 207. A. Gunder Frank y B. Gills (1992) propusieron la
existencia de un sistema-mundo global y unificado que se inici hace 5000 aos y
contina en desarrollo en nuestros das.
23
Dado que el sistema-mundo es la unidad de anlisis, prefiero evitar el uso de
una clasificacin a travs de los perodos histricos tradicionales. De todos modos,
puede establecerse una correlacin con ellos, que a grandes rasgos se corresponde
con el Segundo Perodo Intermedio en Egipto (c. 18001530 a.C., Dinastas XIII a
XVII, cf. Grimal 1988: 226; Ryholt 1997: 184); el Bronce Medio levantino (BMIIII
o BMIIAC, c. 19001530 a.C., cf. Bietak 2002); y el perodo Kerma Clsico (KC,
c. 17501550 a.C., cf. Bonnet 1991: 113). Incluyo a la Dinasta XIII en el Segundo
Perodo Intermedio en su totalidad (Grimal 1988: 226; Ryholt 1997: 184).
130
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
24
Reino Medio en Egipto, c. 20001800 a.C.
Las reas vinculantes pertenecen al rea centro, pero sta ltima operaba en ellas de
25
131
ROXANA FLAMMINI
26
La expansin o reduccin de la escala espacial de un sistema-mundo se deno-
mina pulsacin. Cf. Chase-Dunn y Hall 1995: 116.
27
Kohl (1987: 16) caracteriza a un sistema-mundo regionalizado como un
patchwork de regiones-centro geogrficamente diversas y superpuestas, o foci de de-
sarrollo cultural, cada una de los cuales explota, en primer lugar, su hinterland propio
e inmediato.
28
La aproximacin comparativa a los sistemas-mundo distingue entre diferen-
ciacin centro-periferia, en la cual hay una importante interaccin entre sociedades que
poseen diversos grados de densidad de poblacin, y jerarquizacin centro-periferia en
la cual algunas sociedades ejercen dominacin o explotacin de otras. No se supone
que todos los sistemas-mundo posean relaciones centro-periferia. Por el contrario, esto
es una pregunta de investigacin que debe determinarse en cada caso. Cf. Chase-
Dunn et al. 2003. Considero que la diferenciacin centro-periferia puede existir sin
dominacin, teniendo en cuenta que pueden detectarse asimetras en diversas esferas
de interaccin. La fase denominada jerarqua centro-periferia del sistema-mundo
Niltico-Levantino (c. 15001200 a.C.) implica la dominacin de las periferias por
parte del centro.
29
Chase-Dunn y Hall 1997: 40.
132
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
133
ROXANA FLAMMINI
37
Ryholt (1997: 75) sostiene un comienzo paralelo para las Dinastas XIII y
XIV, mientras otros mantienen que la emergencia de la Dinasta XIV tuvo lugar ms
134
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
tarde, a mediados de la Dinasta XIII (cf. von Beckerath 1964: 72; Grajetzki 2006:
73; Bietak 2010: 140 fig. 1).
38
Moeller y Marouard 2011. Para las impresiones de sello de Khayan en contex-
tos relacionados con los inicios de la Dinasta XV en Tell el-Daba, rea R/III, cf.
Forstner-Mller y Rose 2012; Reali 2012.
39
Varios de los nombres de los gobernantes y tesoreros de la Dinasta XIV son de
origen semtico occidental, algunos egipcios y solo uno, nubio (Ryholt 1997: 99102).
40
Ryholt 1997: 104. M. Bietak (1997: 90) considera que la Dinasta XIV era
contempornea de la Dinasta XIII tarda.
41
Ryholt 1997.
135
ROXANA FLAMMINI
42
Bietak 2010.
43
Moeller y Marouard 2011: 109.
44
Bietak 1997: 94; Colin 2005: 44.
45
Moreno Garca 2009: 12; Colin 2005: 4445; Bietak 2010.
136
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
137
ROXANA FLAMMINI
52
Flammini 2013.
53
Goldwasser 2006.
54
Quirke 2007; Shirley 2013.
55
Arnold 2010.
56
Bourriau 2010. Se evidencian cambios en el material cermico en el cementerio
de Dra Abu el-Naga, donde se identificaron dos fases: una, donde el estilo local coe-
xista asociado a un estilo caracterstico de la Dinasta XII; la otra, donde se evidencia
un cambio completo en las formas y en la produccin de cermica (Dinasta XVII),
cf. Seiler 2010.
138
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
La dinasta de Abidos
Mientras la Dinasta XV estaba bien establecida en el Delta orien-
tal, y transformaba a Avaris en un centro relevante, la situacin en el
Alto Egipto sigui su propio camino hacia una mayor fragmentacin
poltica, que parecera haberse incrementado c. 1650 a.C. Varios centros
independientes emergieron en el sur y entraron en competencia entre
s. Esta situacin es novedosa en tanto quiebra la idea de una situacin
homognea, encarnada en las tres entidades sociopolticas representadas
por los gobernantes hicsos, los tebanos y los nubios, que de hecho se
corporizar recin a finales del proceso. As, la dinmica de este ltimo
est lejos de semejante homogeneidad.
La existencia de una dinasta independiente en Abidos fue propuesta
hace tiempo, primero por D. Franke y luego por K. Ryholt, basndose en
la informacin provista por el Papiro de Turn, que registra un grupo de
gobernantes luego de la sumatoria de la Dinasta XVI, con los siguientes
prenomina: Woser[]ra (dos gobernantes); []hebra (dos gobernantes);
[]webenra57 , mientras que otros once nombres se perdieron58.
El reciente hallazgo de la tumba de un rey llamado Woseribra
Senebkay en Abidos Sur, dio un nuevo mpetu a tal hiptesis sobre la
existencia de una dinasta independiente en Abidos, probablemente
contempornea de la Dinasta XVI tebana (c. 16501600 a.C.). Ese
gobernante adopt ttulos de la realeza egipcia (Seor de las Dos Tierras
y Rey del Alto y del Bajo Egipto (o Rey Dual)), y quizs era uno de los dos
reyes de la dinasta de Abidos que se mencionan en el Papiro de Turn59.
Otro rasgo relevante del hallazgo es la reutilizacin de parte de un
enterramiento real ms antiguo. Aun cuando la tumba fuera saqueada
en tiempos ms tempranos, J. Wegner revel que Senebkay reutiliz
para realizar su cofre canpico diversos elementos que provenan del
enterratorio del primer rey de la Dinasta XIII, Sobekhotep I (tumba
57
Ryholt 1997: 165.
58
Franke 1988: 259; Ryholt 1997: 163166. Ryholt (1997: 165) sugiere que esta
dinasta podra haber gobernado desde Abidos o Tinis.
59
Sobre los hallazgos recientes y la identificacin de la tumba S10 como la de
Sobekhotep I, cf. Wegner 2014: 40.
139
ROXANA FLAMMINI
S10), entre ellos las tablas de cedro que procedan de su atad60. A pesar
que esta informacin no es suficiente para extraer mayores conclusiones,
estos rasgos probablemente revelan no slo la bsqueda de legitimidad
por parte de Senebkay sino tambin el aislamiento de esta lite expresa-
do en las dificultades para obtener bienes de prestigio, como la preciada
madera de cedro.
140
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
64
Manassa 2012: 144. La excavacin fue llevada a cabo por el Yale Egyptological
Institute in Egypt. Cf. <http://www.yale.edu/egyptology/ummmawagir.html>.
65
Cf. Frster 2013: 322 y bibliografa all citada.
66
Sobre la ruta de Girga, cf. Darnell y Darnell 2009; sobre los oasis (en especial
Dakhla) desde el final de la fase disruptiva en adelante, cf. Marchand y Tallet 1999.
67
Frster 2013.
141
ROXANA FLAMMINI
El rea tebana
En relacin con las caractersticas particulares del centro tebano,
ste permaneci con un carcter e identidad ligados al Alto Egipto a la
vez que se desarrollaban ciertos rasgos locales. A inicios de la Dinasta
XIII, la administracin egipcia estaba encabezada por un visir, mien-
tras que se evidenciaron algunos cambios en las escalas ms bajas de la
administracin. Los funcionarios de ms alto rango formaron influyen-
tes familias cuyos oficios eran hereditarios. Durante la fase tarda del
periodo, los ttulos militares y religiosos se volvieron ms prominentes,
mientras que los templos fueron adquiriendo un rol central, as como lo
hicieron individuos que no estaban directamente vinculados con la corte,
adoptando ttulos de rango68. Del mismo modo, el uso extendido del
ttulo portador del sello real podra exponer la descentralizacin del
poder69. La cultura material revela un empobrecimiento en los recursos:
los atades eran hechos de madera de sicomoro, de origen local, en lugar
de la prestigiosa madera de cedro importada del Levante; la cermica
adquiri formas locales y estaba hecha en arcilla local, mientras que la
marga C procedente del Bajo Egipto no est registrada, un hecho que
puede explicarse por el aislamiento del centro tebano de las rutas de
intercambio70.
Otros aspectos de la sociedad tebana apuntan al regionalismo. Cier-
tos usos colectivos de las reas clticas pueden ser interpretados como
la manifestacin del establecimiento de una mayor cohesin de los lazos
68
Moreno Garca 2009: 910.
69
Grajetzki 2010: 309.
70
Bourriau 2003: 193.
142
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
71
Elementos como provisiones mgicas, cf. Seiler 2010: 40.
72
Polz 2006: 246.
73
Hafsaas-Tsakos 2009: 64.
143
ROXANA FLAMMINI
74
Smith 2003.
75
Trk 2009: 107.
76
Davies 2003.
77
Trk 2009: 110.
78
Smith 2003: 83.
144
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
Balance y perspectivas
Ciertamente, la presencia intrusiva de los hicsos en territorio egipcio
dej muchas y diferentes huellas, al punto de ser considerados un punto
de referencia ineludible por los mismos egipcios. La victoria de los teba-
nos cerr varias tendencias de largo plazo en el desarrollo del sistema-
mundo y abri otras, mientras llev las prcticas relativas a la relacin
con las periferias a otro nivel. Por lo tanto, a pesar de que el colapso del
estado unificado y la emergencia de gobernantes locales que luchaban
entre ellos para concentrar poder y controlar las rutas de intercambio no
fueron una excepcin en la larga historia del estado egipcio80, la aparicin
de una dinasta independiente con un clara y diferenciada identidad en
el Delta oriental fue un evento significativo, a punto tal de ser rememo-
rado por las generaciones subsiguientes81. El aislamiento correlativo al
que fue sometida el rea tebana tambin ejerci su impacto y, si bien no
es factible dimensionarlos completamente, podemos afirmar que tales
fenmenos ejercieron una influencia duradera en las esferas ideolgica,
econmica, social y poltica. De hecho, delinearon un umbral que per-
turb los paradigmas bsicos de la cosmovisin egipcia: por primera vez,
el temido caos (isfet) fue capaz de ingresar en el mbito del orden (maat)
bajo la forma de una dinasta extranjera, que adopt parte de los rasgos
tradicionales de la realeza egipcia y reclam su derecho a reinar sobre
todo el territorio. Pero tambin permiti el ingreso de nuevas tecnologas
que jugaron un rol relevante en el avance del nuevamente reunificado es-
79
Bonnet y Valbelle 2010.
80
Moreno Garca 2010.
81
Sobre el tema del trauma, cf. Assmann 1997: 28.
145
ROXANA FLAMMINI
tado egipcio sobre otras regiones: la cra de caballos, los carros de guerra,
las nuevas armas (como por ejemplo el arco compuesto y la cimitarra)82 y
la tecnologa del bronce estaado. Durante la fase subsiguiente, de reor-
denamiento y expansin, se evidenci una nueva forma de organizar el
ejrcito egipcio83. Del mismo modo, el avance sobre Nubia y el Levante
revela innovaciones en relacin con el control de la provisin de bienes y
mano de obra: los templos comenzaron a jugar un rol extremadamente
relevante en la vida social y poltica y se conform una nueva ideologa
de la realeza84. Esta nueva fase fue calificada como el Estado maduro
egipcio85, y usualmente se le aplica la calificacin de imperio para des-
cribir el carcter expansivo del centro.
Adems, el reordenamiento y la unificacin del centro bajo el control
del ncleo tebano implicaron la restauracin del flujo de bienes desde el
noreste de frica al Levante y viceversa. En este sentido, la guerra oper
como prctica restaurativa: es factible que la competencia entre centros
por el control de las redes de intercambio derivara en la imposibilidad
de mantener el flujo de bienes norte-sur (de frica a Asia y viceversa)
una vez que el ncleo tebano superara su aislamiento y comenzara la
expansin hacia el oeste (los oasis) y al sur (Buhen, Baja Nubia). El corte
de las principales vas de intercambio norte-sur derivara en un conflicto
armado de proporciones, y se resolvera una vez que un nuevo ordena-
miento tuviera lugar.
Durante la Dinasta XVIII, los principales ncleos se establecieron
primero en la ya mencionada Tebas, pero tambin en Menfis y en Avaris,
ahora bajo control egipcio. El rea centro expandi su control sobre las
antiguas periferias y an ms all, pero ejerciendo tal control de modo
diferente: a travs de una extensiva intervencin territorial, poltica y
econmica en Nubia, y a travs de la subordinacin de los gobernantes
locales en el Levante.
En trminos especficos de sistemas-mundo, la situacin mut de
una diferenciacin centro-periferia durante la primera parte del II
82
Bietak 2010: 170.
83
Spalinger 2005: 7078.
84
Popko 2013.
85
Kemp 2006 [1989]: 247.
146
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
Conclusiones
Luego de un prolongado proceso de integracin (c. 2000-1800 a.C.),
un proceso disruptivo tuvo lugar en el rea centro del sistema-mundo
Niltico-Levantino a partir de c. 1800 a.C., lo que afect al sistema
como un todo. La fragmentacin poltica se inici con una probable
coexistencia entre la Dinasta XIII en Itjtawy y la XIV en Tell el Daba/
Avaris, de modo pacfico y complementario. Tal fragmentacin se incre-
ment a partir de c. 1650 a.C., cuando a los ncleos ubicados en el Delta
oriental (Avaris) y en Nubia (Kerma) se sumaron varios centros indepen-
dientes en el Alto Egipto. Todos estos actores entraron en competencia
sobre el eje niltico. Ms tarde tuvo lugar un proceso de convergencia,
probablemente por la expansin del centro tebano sobre las regiones
circundantes, para finalmente reducir la fragmentacin a las tres bien
conocidas entidades sociopolticas centradas en Avaris, Tebas y Kerma.
Emergieron tambin otros fenmenos relacionados: el regionalismo cul-
tural que probablemente permaneci subsumido cuando el poder cen-
tral era fuerte y unificado y diferentes identidades de lite. La tensin
extrema generada por la competencia entre esos centros independientes
probablemente llev a la interrupcin de los intercambios tanto sobre el
eje del Ro Nilo como sobre las rutas alternativas de los oasis durante
la fase final del periodo disruptivo. De este modo, la guerra no solo fue
una consecuencia de tal proceso sino una manera de reestablecer el flujo
de bienes, por medio de la normalizacin de las rutas que conectaban
territorios y sociedades desde Nubia al Levante. De este modo, las hos-
tilidades cerraron el periodo disruptivo y permitieron la reunificacin del
centro, subsumiendo la fragmentacin poltica y el regionalismo cultural.
147
ROXANA FLAMMINI
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148
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
149
ROXANA FLAMMINI
150
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
151
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153
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154
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
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156
DISRUPCIN EN EL SISTEMA-MUNDO NILTICO-LEVANTINO
157
AMOR Y ORO: DISCURSO INTERCULTURAL E
IDENTIDADES DE UNA DIOSA ITINERANTE EN LAS
CARTAS DE EL AMARNA
Resumen
El presente trabajo analiza la relacin existente entre los envos de oro, las
alianzas interestatales, y el concepto de amor en el discurso intercultural en
las Cartas de El Amarna. El archivo diplomtico amarniano registra el inter-
cambio de regalos entre grandes reyes en ocasiones especiales, tales como una
coronacin, un jubileo, una alianza, o un matrimonio interdinstico. En parti-
cular, este artculo examina los envos de oro en conexin con los matrimonios
interdinsticos entre los reinos de Mitanni, Babilonia y Egipto, en el marco
de los lazos de hermandad, amistad y amor entre grandes reyes. Adems del
oro involucrado en el intercambio de regalos entre las cortes durante las nego-
ciaciones de matrimonios interdinsticos, se realizaron envos de estatuas de
oro de reyes extranjeros, de las hijas de grandes reyes (enviadas como futuras
esposas), y de dioses y diosas. En la correspondencia acadia se encuentran
expresiones, tales como la abundancia de oro, el patrn de intercambio
del amor, los lazos de hermandad, y los hechos de los ancestros, usadas
como medios de persuasin e ideologa poltica, y que revelan varios intereses
que habran influido notablemente en las relaciones interestatales durante el
Perodo de El Amarna.
Palabras clave: Amor Oro Intercambio Matrimonios
Introduccin
Durante los reinados de Amenofis III y Akenatn (siglo XIV a.C.)
las formas de intercambio fueron ms complejas que las empleadas du-
rante los reinados anteriores. En los contactos interestatales, los grandes
reyes regularon sus interacciones en un sistema de intercambio de regalos
motivado polticamente. Los contactos polticos y las transacciones al-
GRACIELA GESTOSO SINGER
160
AMOR Y ORO
1
Podany 2010: 89, 148149, 157.
2
Liverani 1990: 197198; Zaccagnini 2000: 144.
161
GRACIELA GESTOSO SINGER
EA 17: 2129. Cf. EA 20, 18; EA 21, 112; EA 23, 112; EA 24, 12; EA 27, 13;
4
EA 28, 14.
162
AMOR Y ORO
enva (de regreso) a los [3] hombres, a fin de que pueda vivir y proteger la ciudad
para el rey.5
5
EA 123: 2228. Cf. EA 121: 6164; EA 158: 3638.
6
EA 19, 916; EA 26, 3233; EA 27, 12, 3740; Liverani 1990: 220, n. 13.
7
EA 19: 6869; cf. EA 27: 18.
8
EA 19: 5961.
9
EA 19: 8085.
163
GRACIELA GESTOSO SINGER
164
AMOR Y ORO
13
Westbrook 2000.
14
EA 17: 910, 2129.
15
EA 19: 3438. Cf. Podany 2010: 195.
165
GRACIELA GESTOSO SINGER
16
EA 41: 1620.
17
EA 19: 5962; EA 20: 4659; EA 27: 4551, 104109; EA 29: 143147; cf. Zaccagnini
1995: 6667.
18
EA 9: 1213; cf. Westbrook 2000.
19
Liverani 1990: 214215.
166
AMOR Y ORO
A fin de obtener oro egipcio, los grandes reyes deben solicitarlo con
el pretexto de su necesidad para un propsito especfico. Los reyes de
Babilonia (tales como Kadashman-Enlil y Burnaburiash) solicitan oro
20
El trmino hipergamia denota el acto por el cual un grupo se rehsa a dar a sus hijas en
matrimonio, mientras que toma las mujeres de otros grupos.
21
Avruch 2000: 156157, 163164. Cf. Pintore 1978: 1113.
22
Liverani 1990: 212.
23
EA 9: 713.
167
GRACIELA GESTOSO SINGER
24
EA 4: 40; EA 5: 13, 15, 19; EA 7: 63; EA 9: 1516; EA 11: 30.
25
EA 4: 4150.
168
AMOR Y ORO
26
EA 1: 2642.
27
Liverani 1990: 275277.
28
EA 11: 1822.
169
GRACIELA GESTOSO SINGER
llegue, mi hermano debera reunir a toda la tierra, y que todas las otras tierras
y los dignatarios y todos los enviados estn presentes29.
Durante las negociaciones, el tratamiento de la hija de un prncipe
local (tal como el gobernante de Ammiya) y de la hija de un gran rey
(tal como el rey de Mitanni) es diferente, pero despus de sus llegadas
a la corte egipcia, la presentacin de ambas mujeres ante la audiencia
interna es la misma. El arribo de la mujer levantina es descripto de la
siguiente manera: El tributo (inw) de los jefes del Retenu (Siria): la hija de
un jefe, (con) adornos de plata, oro, lapislzuli genuino, y 30 servidores que
le pertenecan (a ella), y el texto sigue con la lista del tributo regular30. El
arribo de la princesa mitannia es presentado de la siguiente manera: La
Gran Esposa real Tiy, Que viva! El nombre de su padre es Yuya; el nombre de
su madre es Tuya. Maravillas que fueron llevadas a su Majestad: la hija del
jefe (wr) de Naharina, Shuttarna, Gilukhepa, y 317 mujeres de su harn31.
El oro es una parte importante en la lista de regalos de boda envia-
dos desde Egipto para el rey de Babilonia en el marco de los matrimo-
nios interdinsticos32. Las negociaciones entre Egipto y Babilonia por el
nuevo matrimonio incluyen: 1200 minas, x shekels de oro, enviados por
Akenatn a Burnaburiash II, como regalos nupciales por su matrimonio
con una princesa babilnica33.
EA 13 y 14 incluyen los regalos intercambiados entre las casas rei-
nantes en Egipto y Babilonia. La primera carta contiene probablemente
el inventario de la dote enviada por Burnaburiash, pero en su estado de
conservacin no puede ser totalmente reconstruida e interpretada. EA 14
fue enviada por un faran, llamado [Napkhuru]ri-ia, y describe la lista
de regalos (segn Moran, el inventario de regalos egipcios) enviados
probablemente por Akenatn a Burnaburiash, el rey de Babilonia, en
ocasin de su casamiento con una princesa babilnica. Entre los regalos
mencionados se destacan:
29
EA 24 III 20: 2126; Meier 2000: 172.
30
Los Anales de Tuthmosis III, en Urk., IV, 668: 17669: 3.
31
El Escarabajo de matrimonio de Amenofis III, en Urk. IV, 1738: 234.
32
Zaccagnini 1985: 593605.
33
En los inventarios de regalos, en EA 14, II: 34; cf. Zaccagnini 2000: 150.
170
AMOR Y ORO
Oro, lingotes de vidrio, piedras (preciosas), collares de oro, vasijas de oro con
aceite, joyas de oro y plata, 19 anillos de oro, 13 cuencos de oro, una estatua de oro
de la esposa del rey, una estatua de oro de la hija del rey, 4 carros de oro, 2 camas
y 6 tronos de oro, () el total del oro es: 1200 minas, x shekels de oro, () el total
de la plata es: 292 [minas], y 3 shekels [de plata] (), el total del bronce es: 8[60
m]inas , 20 sh[eke]ls, () y 1092 piezas de lino, aceite dulce, bano, y marfil.34
Tal vez, el rey de Mitanni recibi una suma elevada de oro por su
hermana (EA 17) o por su hija (EA 22), segn est registrado en la EA
16, enviada por el rey asirio: Cuando el rey de Hanigalbat (Mitanni) es-
cribi a tu padre (Amenofis III) en Egipto, ste le envi 20 talentos de oro
(ls. 2225). Desafortunadamente, en este caso, no se han encontrado
registros de los regalos enviados por el faran.
En el caso del rey de Mitanni, las Cartas de El Amarna registran la
lista de regalos enviados por Tushratta al faran, como parte de la dote
de la novia. En el ao 10 del reinado de Amenofis III, el rey de Mitan-
ni envi a la princesa Kelukhepa como futura esposa del faran35. La
princesa es mencionada en cartas posteriores, cuando Tushratta informa
a Amenofis III su deseo de renovar y reafirmar las relaciones polticas
entre ambos estados (EA 17: 5, 41). De acuerdo a estas cartas, Tushratta
envi regalos de salutacin al faran y a Kelukhepa:
Ahora, envo a mi hermano como regalo de salutacin 1 copa de oro con
incrustaciones de lapislzuli genuino; 1 collar maninnu con 20 piezas de lapis-
lzuli genuino y 19 piezas de oro, con una pieza central de lapislzuli genuino,
engarzada en oro; 1 collar maninnu con 42 piedras khulalu, 40 piezas de oro con
la forma de la piedra arzallu (ac. sukhi Itar)36 , con una pieza central de piedra
khulalu genuina, engarzada en oro; 10 yuntas de caballos; 10 carros de madera
con sus accesorios; y 30 mujeres y hombres ().37 Yo (Tushratta) envo como regalo
34
Cochavi-Rainey 1999: 823; Rainey 2015: 112113.
35
Gilukhepa, en Urk. IV, 1738: 234.
36
Lit. la planta de la cama de Shaushga, i.e. el rbol huluppu, probablemente un tipo de
sauce. El poema Inanna y el rbol Huluppu brinda una explicacin mtica de cmo el trono
y la cama usada en el matrimonio sagrado fueron elaborados con la madera de este rbol
sagrado (Frayne 2001:129143). Por su parte, Rainey (2015: 147) traduce el siguiente pasaje
como 40 piezas de oro con la forma del tringulo pbico de Shaushga.
37
EA 19: 8085; cf. EA 20: 8084; EA 21: 3341.
171
GRACIELA GESTOSO SINGER
38
EA 17: 4145; Cochavi-Rainey 1999: 5153.
39
EA 45; Bryan 2000: 83.
40
EA 22 IV: 4349. Moran (1992: 57, 61, n. 56) lee NG.BA.ME SAL.U.ME para
los regalos de boda, enviados por Tushratta al faran, mientras que Pintore (1978: 19, 149, n.
53) prefiere el trmino terkhatu, en el sentido de dote. Cf. EA 24 II 14: 6061; EA 25 IV:
6567; Cochavi-Rainey 1999: 53.
41
Podany 2010: 195.
172
AMOR Y ORO
Estatuas de oro
Durante las negociaciones de matrimonios interdinsticos, adems
del oro involucrado en los intercambios de regalos, se realizaron envos
de estatuas de oro de reyes extranjeros, de las hijas de estos reyes, y de
dioses y diosas.
Estatuas de oro de reyes extranjeros y de sus hijas, entregadas como
futuras esposas al faran, fueron enviadas desde la corte egipcia. Las
Cartas de El Amarna indican que Amenofis III prometi a Tushratta
de Mitanni dos estatuas de oro puro. En EA 26, enviada a la Reina Tiy,
el rey de Mitanni enfatiza el amor por su hermano, Amenofis III, el di-
funto esposo de la reina, y le informa que enviar 10 veces ms amor (ls.
3035) a su hijo, Akenatn. A cambio, solicita a Akenatn dos estatuas
de oro slido, aunque el faran envi estatuas de madera, cubiertas con
una fina lmina de oro:
Le he pedido a tu esposo el envo de dos estatuas de oro slido, diciendo: Que
mi hermano me enve, como regalo de salutacin, estatuas de oro slido ()!
Pero, ahora, tu hijo (Akenatn) ha (enviado) estatuas de madera cubiertas con
una fina lmina de oro.43
42
Meier 2000: 171.
43
EA 26: 3545.
173
GRACIELA GESTOSO SINGER
44
EA 27: 1924.
45
EA 24 III 25: 7678, 9091, 97.
46
EA 29: 5054, 182189.
174
AMOR Y ORO
debera enviar tales cosas (o estatuas). [Cual]quier cosa que necesites de Egipto es
tan abundante como el polvo, [y] cualquiera puede dar a cualquiera tantas cosas,
[que] estn ms all de cualquier clculo. Entonces dije, No puedo decir ante
ustedes, como sola decir: Mi [hermano], el rey de Egipto, me ama mucho ().47
EA 20: 4659.
47
175
GRACIELA GESTOSO SINGER
51
Oliva 1999: 5456. Cf. Gestoso Singer 2015.
52
EA 23: 1332.
53
Khne 1973: 37, nn. 176177; Moran 1992: 62, n. 2.
54
EA 21: 1323.
176
AMOR Y ORO
Despus de estas ltimas lneas (EA 21: 3132), se aprecian tres lneas
en egipcio, escritas en tinta negra, con la siguiente inscripcin hiertica:
Ao 36, 4to mes del invierno, da 1. El que (i.e. el rey) estaba en la villa sur de la
Casa de los Jubileos55, que indica la fecha de la recepcin de la carta en el ao
36 del reinado de Amenofis III, despus de su casamiento con Tadukhepa.
Adems, se sabe que sta no fue la primera visita de la diosa, ya que ella
visit Egipto en ocasin del matrimonio de Amenofis III con Kelukhepa56,
la primera princesa mitannia, durante el ao 10 de su reinado. Este hecho es
confirmado por EA 23: En los tiempos de mi padre (Shuttarna), ella (Shaus-
hka) habit all (en Egipto) y fue honrada por ellos () (ls. 1820). Las visitas
de la diosa o los viajes de su estatua al menos en dos oportunidades
estuvieron relacionados con las solemnidades asociadas con los matrimonios
interdinsticos entre Mitanni y Egipto57.
En esta carta se usa la expresin todos los dioses sin realizar nin-
guna distincin entre los dioses hurreos y los dioses egipcios. Adems,
sta confirma que estos dioses brindarn mucho amor a los corazones de
ambos reyes. Amor no es slo una expresin de afecto, sino tambin
un trmino que refleja las buenas relaciones entre ambas partes, unidas
por lazos de hermandad, amor y amistad; materializado en la expresin:
55
Moran 1992: 62, n. 6.
56
EA 19: 6. Cf. EA 17; Oliva 1999.
57
Gestoso Singer 2015.
58
EA 24 I: 7478, II: 6872, III: 98107.
177
GRACIELA GESTOSO SINGER
Conclusiones
Oro, marfil y bano fueron enviados desde Egipto a pases extran-
jeros a cambio de cobre, plata, cedro, lapislzuli, joyas, caballos, prin-
cesas extranjeras, mujeres y hombres (sirvientes) y especialistas. Egipto
y Anatolia dominaron las fuentes de abastecimiento de dos metales
importantes, tales como el oro y la plata, respectivamente, dejando el
control del cobre y estao a otros estados. El sistema econmico egipcio
control todas las exportaciones de Nubia, colocando grandes cantidades
59
Smith 2010: 6365.
60
Gestoso Singer 2015.
178
AMOR Y ORO
61
Warburton 2001: 135146.
179
GRACIELA GESTOSO SINGER
Agradecimientos
Debo expresar mi agradecimiento a Roxana Flammini y Juan Ma-
nuel Tebes por la invitacin a participar en este libro. Algunas de las
ideas incluidas en este ensayo fueron presentadas en el XI Congreso
Internacional de Egiptologa realizado en Florencia (Italia) del 23 al 30
de Agosto del 2015.
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180
AMOR Y ORO
181
GRACIELA GESTOSO SINGER
182
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL
PAISAJE HITITA:
CONSIDERACIONES A PARTIR DE LOS TEXTOS
ihiul- y lingai-
(
Romina Della Casa
Resumen
Introduccin
Durante el segundo milenio a.C. el Cercano Oriente antiguo se
caracteriz por la presencia de reinos que, al dominar vastos territorios,
competan entre s por la hegemona de entidades polticas menores
ubicadas en sus respectivas periferias. Como resultado de este escenario
geopoltico, los textos del perodo refieren a un complejo sistema de
relaciones interregionales compuesto por gobernantes que se autodeno-
minaban gran rey, y se vinculaban con otros lideres de igual status me-
diante la utilizacin del trmino hermano, as como con gobernantes
de menor rango, a los cuales denominaban como rey1.
En efecto, un amplio porcentaje de la documentacin que refleja
este tipo de vnculos entre gobernantes de la Mesopotamia, de Anatolia
y de Egipto durante la Edad del Bronce proviene de los archivos encon-
trados en la capital hitita, attua, ubicada en Anatolia central (actual
1
Beckman 2006: 280282.
ROMINA DELLA CASA
184
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
culo del rey, pero constitua el juramento del vasallo2 . Esta afirmacin
se encontrara apoyada, por ejemplo, por el prrafo 16 (A iii 7383) del
Tratado entre Muwattalli II de atti y Alakandu de Wilua, donde el
rey hitita indica que el pacto deba ser ledo ante el rey de Wilua tres
veces al ao, y que las palabras en la tablilla no eran recprocas, sino que
procedan de atti3.
Sin embargo, A. Altman desafi esta aproximacin al postular que
el rey de atti, al menos en algunas oportunidades, tambin estaba
atado al juramento. Segn Altman, esto puede observarse en el Tratado
entre uppiluliuma I de atti y uqqana de ayaa (CTH 42), don-
de uppiluliuma le indica al rey subordinado que, si uqqana efecta
cualquier mal, el rey de atti sera libre de ese juramento delante de los
dioses4. Asimismo, existen varios ejemplos, como menciona E. Devecchi
(e.g. CTH 28, CTH 42, CTH 68, CTH 106) donde tambin se observa
que el rey de atti prestaba juramento5 e.g. si los hombres de Pah[uwa]
transgreden [el juramento divino] y [] Su Majest[ad] sea li[berado] del ju-
ramento divino!6 .
Ahora bien, si dejamos de lado estos aspectos del debate, y nos de-
tenemos por un momento en las caractersticas comunes que poseen los
tratados, encontraremos que en general estos cuentan con un prembulo;
una introduccin histrica (o prlogo histrico); una serie de disposiciones
donde se estipulan las responsabilidades del rey subordinado; una sec-
cin que detalla dnde debe ubicarse la tablilla del pacto y cmo debe
ser leda, y una lista de deidades testigo a la cual le siguen las maldiciones y
las bendicionesi.e. maldiciones que el rey de menor rango deba recitar7.
Entre las diferentes partes que componen estos documentos, sin
lugar a dudas la que ha suscitado mayor controversia es la introduccin
histrica. En efecto, parte central de la discusin consiste en determinar
hasta qu punto la seccin ms historiogrfica de estas tablillas remite
2
Beckman 1992: 2.
3
Beckman 1996: 86.
4
Altman 2003: 178179.
5
No se observa ni en las instrucciones ni en otro tipo de documentos de carcter interno
que el rey tambin prestase juramento. Vase Devecchi 2015: 168, nota 3.
6
Devecchi 2015: 16, la traduccin es propia. Vase tambin Devecchi 2013.
7
Beckman 1996: 23.
185
ROMINA DELLA CASA
8
Singer 2014: 898.
186
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
Si bien resulta claro que tanto el prestigio como el inters son as-
pectos clave para la existencia de una elite gobernante as como tantos
otros, este abordaje pareciera anteponer la prctica poltica a la cultura
y a la tradicin; es decir, a la mentalidad misma de la cual surgi la elite
9
Vase Klinger 2001: 275.
10
Devecchi 2008b: 148, la traduccin es propia.
11
Liverani 2003: 33.
12
Liverani 2003: 33, el nfasis es propio.
187
ROMINA DELLA CASA
13
Altman 2004a: 51.
14
Altman 2004a: 40.
15
Altman 2004a: 40.
16
Devecchi 2008b: 149151; 365ss.
188
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
17
Singer 2014: 912; la traduccin es propia.
18
Singer 2014: 912913.
19
Devecchi 2008b: 151. Cf. Beckman 1995: 530.
189
ROMINA DELLA CASA
20
Miller 2013: 132, 2011: 1.
21
Miller 2011: 12.
22
Beckman 2006: 283; la traduccin es propia.
190
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
23
Para una discusin sobre una correcta traduccin de BL MADGALTI / auwariyas
isas, vase Miller 2013: 212.
24
Liverani 2003: 49.
25
Liverani 2001: 49.
26
Para una reinterpretacin de esta perspectiva, vase Della Casa 2010.
191
ROMINA DELLA CASA
27
Los tratados con Taruntaa pues permiten detectar caractersticas del paisaje y
de los territorios en forma ms concreta que la de otros pactos hititas; el Tratado entre
uppiluliuma I y Niqmaddu II de Ugarit donde aparece una alusin excepcional a las mon-
taas y a las tierras de Ugarit dentro de las disposiciones relativas a los fugitivos [4 B obv.
2123 ] as como la introduccin histrica al Tratado entre uppiluliuma I y attiwaza de
Mittani, donde se nombran un monte y un ro [1 obv. 116 ].
192
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
37 A iv 5455
ME-KU-NU A. I.A-KU-NU UR[U DIDLI.I.A-KU-N]U
GI
SAR.GETIN-KU-NU KILA I.A-KU-NU GUD I.A-
KU-N]U28
vuestras casas, vuestras tierras, vues[tras ciudad]es ?, vuestros viedos,
vuestras eras, vuestro ganado
21 A iv 3435
KUR.KUR ME-KA URUDIDLI.I.A-[KA] GI
SAR.GETIN-KA
KILA-KA A. 30
tus tierras, [tus] ciudades, tu viedo, tu era (y) tierra(s)
22 A iv 43
URU DIDLI.I.A-K A KILA-K A GI
SAR.GETIN-K [A
A.31
28
Cf. translit. Kitchen y Lawrence 2012: 456457.
29
Cf. Kitchen y Lawrence 2012: 502.
30
Cf. translit. Kitchen y Lawrence 2012: 562.
31
Cf. translit. Kitchen y Lawrence 2012: 562.
193
ROMINA DELLA CASA
10 A 7
KUR-KA -KA KILA-KA GI
KIRI6-KA A.A
tu tierra, tu casa, tu era, tu jardn (de rboles frutales) (y) tierra(s)
11 A 10
KUR-KA -KA KILA-KA GI
KIRI6-KA A.A
tu tierra, tu casa, tu era, tu jardn (de rboles frutales) (y) tierra(s)32
32
Vase translit. Kitchen y Lawrence 2012: 3142.
33
Vase CTH 261.I 29; Miller 2013: 226226.
194
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
Conclusin
Luego de considerar aspectos del debate actual sobre los tratados,
y de subrayar que la complejidad misma de estos textos radica en la
dualidad del cuerpo poltico hitita (caracterizado por la presencia de dos
mundos imbricados), notamos que un correcto anlisis de stos conlleva
la articulacin de una metodologa que las aborde en su conjunto, para
34
Cf. Beckman 1996: 25, 5556, 59, 65, 87.
35
Cf. Della Casa 2014.
195
ROMINA DELLA CASA
Agradecimientos
Agradezco a Jared L. Miller por abrirme un espacio de dilogo para
evaluar las temticas aqu desarrolladas, as como a Stefano de Martino
por sus sugerencias. Agradezco finalmente a Roxana Flammini y Juan
Manuel Tebes por su ayuda en la revisin final del artculo, y asumo
toda responsabilidad sobre los errores que puedan surgir, as como por
las interpretaciones efectuadas en el mismo.
Bibliografa
Altman, A. 2004a. The Role of the Historical Prologue in the Hittite
Vassal Treaties: An Early Experiment in Securing Treaty Compli-
ance. En: Journal of the History of International Law 6, pp. 4364.
196
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
197
ROMINA DELLA CASA
198
DIMENSIN SIMBLICA DE LOS TERRITORIOS Y DEL PAISAJE HITITA
199
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA
NEOPALACIAL (CA. 17001500 A.C.):
HACIA LA CONSTRUCCIN DE UNA IDENTIDAD
DE ELITE
Introduccin
El perodo Neopalacial1 es uno de los momentos histricos ms
estudiados de la historia de la isla de Creta en la Edad del Bronce. En
esta etapa, los denominados palacios minoicos fueron reconstruidos y
ampliados, se consolid y expandi el uso de la escritura Lineal A y el
sistema de pesos y medidas, se complejizaron los motivos iconogrficos
representados en sellos y frescos, se controlaron los espacios de culto y
se difundi una amplia variedad de caractersticas culturales en toda la
cuenca del Mediterrneo oriental, especialmente en la zona meridional
del mar Egeo. Como seala Adams, la cultura minoica alcanza un alto
grado de monumentalidad constituyendo una especie de Edad de Oro2.
Bsicamente, los datos que poseemos proceden del anlisis realizado
sobre los objetos materiales, que en su gran mayora provienen de las ex-
cavaciones arqueolgicas que se han sucedido desde principios del siglo
XX 3; a la vez que, complementariamente, arquelogos, antroplogos e
historiadores han generado diferentes modelos interpretativos ante la
necesidad de explicar la dinmica poltica, econmica y social. Sin em-
bargo, la diversidad de esquemas tericos dificulta la conformacin de
consensos entre los investigadores.
En este trabajo nos proponemos investigar un aspecto que parece
presentarse como constante en la historia de Creta en el citado pero-
do. Nos referimos, particularmente, a la existencia de grupos de elite
diseminados en las distintas regiones de la isla. Incluso, ms all de los
diferentes marcos tericos, los acadmicos concuerdan en que las expre-
siones culturales que mencionbamos ms arriba parecen encontrar su
razn de ser en las intenciones que tenan las elites en expresar su poder.
1
Como veremos a lo largo del trabajo, las cuestiones cronolgicas de la isla de Creta
despiertan controversias con una extensa bibliografa. Dado que no es factible aqu resolver
esas cuestiones, optamos por sostener la denominada cronologa media. As, al utilizar el
trmino Neopalacial (tambin conocido como perodo de los Segundos Palacios) nos esta-
mos refiriendo a la cronologa relativa propia de la isla de Creta que se ubicara en la Edad del
Bronce Medio (ca. 20001600 a.C.). Vase Shelmerdine 2008: 314, Dickinson 1994: 922
como lecturas introductorias y Wiener 2015: 131143 para un resumen de las complicaciones
existentes para calibrar las dataciones de este perodo.
2
Adams 2006: 2627.
3
Rehak y Younger 2008: 140. Los autores agregan que muchos de los objetos que posee-
mos fueron conservados por las destrucciones acontecidas al final de este perodo.
202
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
4
Schoep (2010: 219) resalta la importancia de los trabajos de Evans hasta prcticamente
la actualidad.
5
Driessen (19891990: 4) menciona algunos investigadores que siguen las ideas centrales
de Evans.
6
Evans 19211935.
7
Starr 1955, Rubin 1993: 1435. Es importante mencionar que aos antes Schliemann
haba descubierto las ruinas de Troya utilizando casi exclusivamente los relatos homricos, por
lo cual la utilizacin de fuentes clsicas como base de las excavaciones arqueolgicas estaban
en auge a finales del siglo XIX y principios del XX.
203
JORGE CANO MORENO
sino que tambin habra extendido su dominio sobre otras regiones del
Mar Mediterrneo8.
Sin embargo, las tesis de esta postura resultan dbiles y, para nu-
merosos investigadores, errneas. Muchos de los anlisis que se han ido
sucediendo apuntan a ver en Creta una complejidad poltica mayor. Estas
posturas introducen nuevos elementos interpretativos que enriquecen
nuestro conocimiento sobre la sociedad del perodo Neopalacial y que
consideramos necesarios para estudiar la relacin de los grupos de elite
entre s.
Para los fines prcticos de este trabajo, nuestro punto de partida
consiste en analizar la posibilidad de un ordenamiento jerrquico dife-
rente entre los palacios de la isla. Como mencionamos, la postura de
Evans y de sus seguidores se orienta a ver un clara hegemona de Cnosos
por sobre los restantes centros de Creta. Las bases argumentativas se
sostienen, en general, sobre tres pilares: el tamao y la suntuosidad del
palacio de Cnosos, la homogeneidad cultural dentro de la isla de Creta
y la expansin (imperial?) de la sociedad minoica en la zona meridional
del Mar Egeo.
Respecto al primer argumento, es innegable que el palacio de
Cnosos es el de mayor tamao que se encuentra en Creta9, no slo en
este perodo, sino tambin en los anteriores10. Adems, la regin adya-
cente a Cnosos es la ms amplia y la ms populosa11, lo que lleva a que
se lo considere un centro hegemnico de primer orden que controlaba
a centros de segundo y tercer orden12, esto es, los restantes palacios
y las denominadas villas. Asimismo, es llamativa la suntuosidad del
palacio de Cnosos13; en l podemos observar conjuntos habitacionales,
almacenes, espacios de culto, archivos, talleres, cuencos rituales, mam-
8
Tambin es posible ver en esta visin una clara influencia del imperio britnico en la
poca victoriana y las intenciones de Evans de crear una civilizacin europea opuesta a las
civilizaciones orientales. Vase Schoep (2006) y ms precisamente Schoep (2010) donde
analiza minuciosamente el origen de muchos de los trminos creados por Evans.
9
Niemeier 1994: 87; Adams (2006: 8) lo cuantifica en unos 12.000 mt2.
10
McEnroe 2011: 6977.
11
Whitelaw 2001: 27.
12
Rehak y Younger 2008: 178.
13
Letensson 2014: 56.
204
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
205
JORGE CANO MORENO
206
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
207
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208
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
209
JORGE CANO MORENO
210
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
211
JORGE CANO MORENO
56
Christakis 2011: 202. Cfr. Walberg 1995: 158.
57
Branigan 2001: 48.
58
Christakis 2011: 198.
59
Moody 1987: 240.
60
Haggis 1999: 5356 y 70. Tambin Moody 1987: 236.
61
Michailidou 1999: 101.
62
Branigan: 1983: 2426.
212
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
63
Sakellarakis y Panagiotopoulos 2006: 6263. Rehak y Younger 1998: 105.
64
Betancourt y Marinatos 1997: 9092.
65
Rehak y Younger 1998: 104106.
66
Nixon 1987: 96.
67
Sakellarakis y Panagiotopoulos 2006: 65.
68
Preziosi y Hitchcock 2000: 64.
69
Moody 1987: 238.
70
Vase Schoep 2007: 71.
71
Hamilakis 1996: 18, 25.
213
JORGE CANO MORENO
72
Logue 2004: 152.
73
Murphy 2010: 116.
74
Schoep 2002: 106.
75
Whitakker 2001: 357358.
76
Faro 2008: 34.
214
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
77
Zouzoula 2007: 213. Igualmente, debemos agregar la gran importancia que tuvieron
los santuarios de altura en la religin minoica desde los perodos anteriores hasta el perodo
Neopalacial y que los configur como un espacio sagrado altamente significativo.
78
Moody 1987: 239.
79
Hamilakis 1996: 4849.
80
Hamilakis 1996; 1999.
81
Borgna 2004: 259; Christakis 2010: 52.
215
JORGE CANO MORENO
82
Hamilakis 1999: 40; Sherratt y Sherratt 1991: 354.
83
Hamilakis 1999: 40; Cromarty 2007: 18.
84
var der Veen 2003: 413414. Respecto a este abordaje terico debemos realizar una
salvedad. La autora sostiene que el uso cuantitativo de alimentos en festines corresponde a
sociedades simples en donde la desigualdad no se encuentra institucionalizada. En el caso de
las sociedades complejas, la utilizacin de alimentos se corresponde con el valor cualitativo
que cada sociedad le otorga. En la cultura minoica es posible encontrar que la desigualdad est
institucionalizada en varios aspectos y, a la vez, la utilizacin de los alimentos en festines se da
de forma cuantitativa. Desde nuestra perspectiva, el aspecto cualitativo de los alimentos propio
de las sociedades complejas se encuentra en su utilizacin simblica en contextos religiosos y
no en su valor social per se. Por esta razn, no consideramos pertinente dividir a las sociedades
antiguas entre simples y complejas tomando los parmetros que utiliza la autora.
85
Haggis 1999: 73.
86
Jones 2001; Moody 1987: 236; Gesell 2004: 132.
87
Blomberg y Henriksson 1996. Como sostuvo con nfasis MacGillivray 2004: 331;
Platon 2010: 254255.
88
Marinatos 1995; Gessel 1983: 95. Segn Immerwahr (1983: 149) estas representaciones
no deben ser entendidas como pertenecientes a una sociedad matriarcal, sino que slo prevale-
cen la divinidades femeninas por sobre las masculinas. Cfr. Downing 1985.
89
Kyriakidis 2005.
216
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
90
Banou 2007; Hooker 1983: 138.
91
Zeimbeki 2004: 352.
92
Driessen 2001b: 361.
93
Peatfield 1983: 274.
94
Faro 2008: 124127. Cf. Adams 2004.
95
Moody 1987: 238.
96
Rehak 1997: 172.
97
Jones 1999: 3638; Koehl 2001: 238.
217
JORGE CANO MORENO
98
Kyriakidis 2005: 117.
99
Jones 1999: 37.
218
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
100
Gkiasta 2010: 8687.
101
Plourde 2009: 271273.
102
Schoep 2007: 70.
219
JORGE CANO MORENO
103
Gates 2004: 40, 3132.
104
Driessen 2015.
105
Immerwahr 1983: 143.
106
Marinatos 1995: 4143.
220
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
107
Crowley 1995: 483.
108
Vase Younger (1992) para un resumen de estas representaciones.
109
Crowley 1995: 483491.
110
Rehak y Younger 1998: 111.
111
Hitchcock 2011: 85.
112
Rehak 1997: 164.
113
Logue 2004: 153; Chapin y Shaw 2006: 88.
114
Logue 2004: 170.
221
JORGE CANO MORENO
115
Murphy 2010: 117.
116
Galanakis 2005: 79.
117
En cuanto a este trmino, lo empleamos en el sentido que le dio Foucault (1978) res-
pecto a las estrategias que se generan sin un claro estratega (estrategias annimas). stas son
el fruto de una serie de mecanismos que se entrelazan para ser utilizados en ciertos contextos
en donde hay un grupo de elite (clase dominante, en palabras del autor) pero sin que nadie
en particular las haya planificado. Vase tambin Foucault 2001.
118
Koehl 1995: 22.
119
Galanakis 2005: 77.
120
Zouzoula 2007: 157.
121
La identificacin del gnero de las figuras resulta cada vez ms controvertida en los
estudios minoicos dado que no quedan claras las pautas de identificacin sexual si es que la
hubo. Vase Field 2007.
222
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
122
Shaw 1978: 430.
223
JORGE CANO MORENO
Fig. 2. Detalle del Fresco Floral, tomado de Chapin 2004: 55. Reprodu-
cido con permiso de la autora.
123
Herva 2006.
124
Chapin 2004: 5559.
224
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
225
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125
Pavuk 2002: 579.
226
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
Conclusiones
Durante el recorrido realizado en este trabajo hemos demostrado
que los diversos grupos de elite en la isla constituyeron una identidad
propia relacionada con la administracin del culto y de las prcticas re-
ligiosas. En este sentido, consideramos que el mundo sobrenatural pudo
brindarle los elementos necesarios para mantener la cohesin y la des-
igualdad social durante el perodo Neopalacial, a travs de representacio-
nes artsticas de diferente ndole, edificaciones, cermica y otros bienes
de prestigio que directa o indirectamente expresan la estrecha relacin
entre las elites y el mundo sobrenatural. Lo novedoso es el contexto en
el cual debe ubicarse esta informacin. Desde el punto de vista poltico
consideramos que no es posible afirmar que la isla de Creta haya sido una
unidad poltica centralizada bajo la figura de un monarca con sede en el
palacio de Cnosos. Uno a uno, hemos mostrado como muchos de esos
argumentos se deben a la continuidad de algunas ideas inauguradas por
Evans que, hijo de su tiempo, constituy una imagen de Creta plagada
de interpretaciones decimonnicas. Por otro lado, hemos intentado ex-
poner que los continuadores de las teoras de Evans basan muchas de sus
posturas sobre bases dbiles y arqueolgicamente refutables.
Las elites de la isla tuvieron que configurar su poder negociando su
hegemona a nivel regional y local. Esta competencia puede ser un factor
clave para explicar que en un contexto regionalmente heterogneo haya
una cierta homogeneidad producto de la emulacin de los smbolos de
poder127. Esta emulacin y competitividad provocaron que las elites se
encargaran de adquirir los bienes necesarios para mantenerse en el poder.
Ante esto generaron redes redistributivas que no tenan la capacidad de
movilizar una gran cantidad de bienes como los estados del Cercano
Oriente, sino que tuvieron un objetivo ms limitado al concentrarse en
126
Arnold y Counts: 2010.
127
Gkiasta 2010: 99.
227
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Bibliografa
Adams, E. 2004. Power and Ritual in Neopalatial Crete: a Regional
Comparison. En: Word Archaeology Vol. 36/1, pp. 2642.
Adams, E. 2006. Social Strategies and Spatial Dynamics in Neopala-
tial Crete: An Analysis of the North-Central Area. En: American
Journal of Archaeology 110/1, pp. 136.
Arnold, B. y D. Counts. 2010. The Many Mask of the Master of
the Animals. En: D. Counts y B. Arnold. The Master of Animals
in Old World Iconography. Budapest, Archaeolingua Alaptvny, pp.
924.
Banou, E. 2007. Minoans Horns of Consecration Revisited: A Sym-
bol of Worship in Palatial and Post-Palatial Crete?. En: Mediter-
ranean Archaeology and Archaeometry 8/1, pp. 2747.
Blomberg, M. y G. Henriksson. 1996. Minos Enneoros. Archaeo-
astronomical light on the priestly role of the king in Crete. En: P.
Hellstrm y B. Alroth (eds.), Religion and Power in the Ancient
Greek world. Proceedings of the Uppsala symposium 1993. Boreas.Up-
psala Studies in Ancient Mediterranean and Near Eastern Civilizations
24, pp. 2739.
228
POLTICA, ECONOMA Y RELIGIN EN CRETA NEOPALACIAL
229
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230
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237
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238
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
Y LOS ORGENES DEL CULTO DE YAHV
Resumen
I. La hiptesis madianita-quenita
A pesar de los ms de cien aos de historiografa bblica, el lugar
donde se origin el culto a Yahv no est totalmente resuelto. Yahv
no perteneca originalmente al panten de los dioses levantinos, y los
intentos por localizar el culto a Yahv en la epigrafa semtica demos-
traron ser poco convincentes1. Una de las formulaciones acadmicas que
se mantuvo con el paso del tiempo es la llamada hiptesis madianita-
quenita, la idea de que las races pre-israelitas del yahvismo se remontan
a las tribus que vivan en el cinturn rido ubicado al sur y sureste de
Palestina el Negev, sur de Transjordania (el antiguo Edom) y el norte
del Hejaz (el antiguo Madin). La hiptesis, formulada por primera vez
en 1862, tiene una larga tradicin en los estudios bblicos y hasta estos
das sigue siendo una de las explicaciones ms autorizadas para la gnesis
del culto a Yahv2.
Esta hiptesis se basa principalmente en la interpretacin de algunos
pasajes bblicos. Una serie de textos bblicos relata la estada de Moiss
en la tierra de Madin y su relacin con su yerno, Jetro, sacerdote de
Madin (x 2:1622). Fue en el desierto de Madin que el ngel de
Yahv se le apareci en Horeb, el monte de Dios, y donde el nombre
divino fue revelado por primera vez (x 3:16). Aunque Jetro exclam
bendito sea Yahv y le ofreci sacrificios (x 18:1012), no se mencio-
na para nada que Jetro haya sido sacerdote de Yahv y Yahv el dios de
Madin. De hecho el asunto es an ms complicado, debido a que Jetro
es identificado en otros lugares como un quenita (Jue 1:16; 4:11), otro
grupo del sur vagamente relacionado con los madianitas y amalecitas
(Jue 6:3; 1 Sam 15:56) que parece haberse asentado en el norte del Ne-
gev y que estaba estrechamente relacionado con algunos clanes de Jud3.
Un segundo grupo de textos, algunos poticos y probablemente arcaicos,
asocia a Yahv con lugares ubicados al sur o sureste de Palestina. En el
Cantar de Dbora, se dice que Yahv parti de Seir, y avanz por los
campos de Edom (Jue 5:4); Seir y Edom aparecen, en este y en otros
1
van der Toorn 1999: 910911.
2
No hay lugar aqu para hacer un estudio completo de esta hiptesis; para ello, vase
Blenkinsopp 2008: 131133.
3
Halpern 1992: 18; Blenkinsopp 2008: 133136.
240
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
4
Axelsson 1987: 4865; Blenkinsopp 2008: 136139.
5
E.g. van der Toorn 1996: 282286.
241
JUAN MANUEL TEBES
242
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
Avner 2001: 35. La traduccin me pertenece. Avner atribuye este patrn distributivo a
6
la preferencia por el uso de piedras erguidas entre los pueblos nomdicos del desierto; aunque
Nicolle (2011: 183185) sugiere que esto tiene que ver con el mayor grado de conservacin
de las estructuras megalticas en reas no-agrcolas, como el Levante meridional rido y la
Pennsula de Arabia.
243
JUAN MANUEL TEBES
7
Avner 1984: 115119; 2001; 2002: 6592; Hess 2007: 198202; Tebes 2016b.
8
Mettinger 1995: 5779, 168174.
9
Para lo siguiente, vase Avner 1984; 2002: 92121; Hess 2007: 200.
244
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
10
Haiman 1992. Para los montculos de Arabia occidental, vase Magee 2014: 149.
11
Haiman 1992: 3841. Los arquelogos han adoptado el trmino bblico bamah (pl.
bamot), usualmente traducido como lugar alto, como un trmino tcnico, pero existen dis-
crepancias sobre cmo definirlo y qu caractersticas arqueolgicas atribuirle. Por lo tanto,
nuestra utilizacin del trmino lugar alto no debe confundirse con el trmino en hebreo;
vase Nakhai 1994; Tebes 2016a.
12
Para el arte rupestre del Negev, vase especialmente Anati 1999; Eisenberg-Degen y
Rosen 2013; Eisenberg-Degen y Nash 2014. Para la Pennsula Arbiga: Anati 19681974;
Khan 1993; Nayeem 2000; Bednarik y Khan 2005; Olsen 2013.
245
JUAN MANUEL TEBES
13
Eisenberg-Degen y Rosen 2013: 245246; Eisenberg-Degen 2012.
14
E.g. Benoist 2007; Benoist, Pillaut, y Shorupka 2012.
15
Tebes 2014.
246
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
16
Figueras 1995.
17
Ward 2008: 220261.
247
JUAN MANUEL TEBES
ba por lo general limitado a los centros urbanos, con poca o casi nula
presencia en las zonas desrticas. Se han estudiado decenas de piedras
erguidas del Negev que datan de los perodos Bizantino e Islmico tem-
prano, tales como los que se encuentran en Har Saggi, en la altiplanicie
meridional del Negev18. Los santuarios de patio abierto continuaron su
popularidad entre la poblacin local, pero lo sorprendente es que tam-
bin fueron incorporados en las prcticas cristianas e islmicas, como lo
demuestra la iglesia de patio abierto encontrada en Beer Ora, al norte
de Eilat, estructura a la que se aadi un mihrab (el nicho en la pared
que indica la quibla, la direccin de La Meca), por lo que aparentemente
sirvi a ambas religiones19. Tambin se encontraron montculos en sitios
marginales en la altiplanicie y el sur del Negev, datados en los perodos
Romano, Bizantino e Islmico temprano20.
Despus de la conquista militar de Palestina por el Califato Islmico
en la dcada de 630 d.C., la nueva lite gobernante dirigi sus esfuerzos
a islamizar las periferias ridas. Sin embargo, el proceso de conversin
durante el perodo Islmico temprano (mediados del siglo VII al VIII
d.C.) fue lento y siempre parcialmente exitoso, un proceso de dos facetas
mejor ilustrado por la rpida construccin de mezquitas en las zonas
residenciales de las ciudades del Negev y la resistencia paralela de los
tradicionales santuarios al aire libre en los pramos del desierto. A la ya
sealada continuada popularidad de las piedras erguidas y los montculos
en el perodo Islmico temprano tambin debe sealarse el uso soste-
nido de los santuarios de patio abierto, ahora en forma de mezquitas21.
En algunos de estos sitios es posible ver una transicin desde el uso de
santuarios paganos con piedras erguidas en el interior, a mezquitas de
patio abierto con piedras erguidas indicando la quibla, y finalmente la
adicin del mihrab22.
18
Avner 1984: 117118; 2002: 83 n. 22, 91; Avni 2007: 128; Haiman 1995: 32, 35, 37.
19
Avner 1984: 124; 2002: 111.
20
Haiman 1992: 27, 42; 1995: 44.
21
Avni 1994: 8491.
22
Avni 2007: 130134; Haiman 1995: 37.
248
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
249
JUAN MANUEL TEBES
250
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
23
Tebes 2008: 1676; 2013: 3940.
24
Giveon 1971: 255258; Ward 1972. El muy conocido Papiro Anastasi VI (lneas
5456), registra a tribus Shasu de Edom (mhwt 3w idm) migrando al Delta en pocas de
sequas; vase ANET, 259; Giveon 1971: 132133.
251
JUAN MANUEL TEBES
25
Lista de Soleb: No. 2; Lista de Amara (Oeste): Nos. 1, 5. Vase Giveon 1971: 27, 76.
Vase la discusin en Ahituv 1984: 121122; Kitchen 1992: 26.
26
Blenkinsopp 2008: 140.
27
Lista de Karnak: Nos. 7: qr, 8: qr, 11: q[m?]p(t), 13: qnrm, 21: qr ybn; lista de
Medinet Habu: Nos. 85: qtbr(n), 89: qnrm, 100: q[b?]pt, 102: qr, 103: qr. Vase Simons
1937: 158, 168, 169; Knauf 1999: 675.
28
Oded 1971.
252
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
29
Rothenberg 1972: 112119.
30
Avner 2002: 106107.
31
Kertesz 1976.
253
JUAN MANUEL TEBES
254
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
una tercera corta etapa de ocupacin a finales del siglo XII a.C., cuando
el santuario fue reorganizado y muchas de sus piezas arquitectnicas
reutilizadas para diferentes propsitos. Ningn rastro de ocupacin
egipcia sobrevivi de este ltimo perodo, a la vez que muchos de los
elementos egipcios fueron encontrados en uso secundario a lo largo de
la pared sur, especialmente una fila de piedras erguidas que incorpo-
raron altares egipcios reciclados y un pilar cuadrangular con la cara de
Hathor en cada lado (probablemente mutilado en esta fase). De acuerdo
con el arquelogo del sitio, durante esta fase el templo fue utilizado por
poblaciones de origen arbigo noroccidental, los madianitas. Se encon-
traron restos de talleres metalrgicos en el interior del templo, datados
en la segunda y tercera etapas, lo que sugiere que aqu se llevaron cabo
actividades rituales asociadas con el uso del fuego. No hay evidencia de
techado en las fases egipcias, y se supone que la roca del acantilado serva
como proteccin; en la etapa de ocupacin madianita el santuario fue
probablemente cubierto por una tienda, como lo demuestran los bultos
plegados de pao de lana que se encontraron dentro y fuera de las pa-
redes, y dos hoyos de poste revestidos de piedra en el medio del patio36.
Las diversas representaciones de la diosa Hathor descubiertas dentro y
alrededor del santuario dejan en claro que la estructura estaba dedicada
a dicha deidad; un objeto de fayenza tena inscrito su nombre y el ttulo
Seora de la turquesa37. De acuerdo con recientes reevaluaciones de la
estratigrafa del sitio, el naos egipcio fue construido junto a un santuario
local ya existente (que consista de un massebot, altar, cuencas y canal de
drenaje), que funcion antes, durante y mucho despus de la presencia
egipcia38.
Recientemente se excav otra estructura cltica egipcianizante,
esta vez en Tayma, en el norte del Hejaz. Es una pequea estructura
rectangular con varias habitaciones anchas, con una datacin tentativa
en los siglos XIIX a.C.; estaba rodeada por una hilera de pilastras, de-
jando un gran espacio abierto, identificado como un temenos. Aunque
los arquelogos sugieren un parecido con los edificios egipcios o griegos
36
Rothenberg 1972: 125179; 1988.
37
Schulman 1988: 143144.
38
Avner 2014: 116122; Hess 2007: 202.
255
JUAN MANUEL TEBES
39
Hausleiter 2012: 314317.
40
Rothenberg 1972: 119124; Yekutieli 2016.
41
Tebes 2013: 8286.
256
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
42
Tebes 2014.
43
Tebes 2014: 190191.
257
JUAN MANUEL TEBES
44
Tebes 2013: 1012.
45
Fritz y Kempinski 1983: 4041; Tebes 2013: 55, 6465.
46
Herzog 2002: 4972.
47
Aharaoni 1974.
258
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
259
JUAN MANUEL TEBES
260
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
261
JUAN MANUEL TEBES
60
Maraqten 1996.
61
Hausleiter 2012: 304314.
62
Finkelstein 1995: 149152.
63
Cohen y Yisrael 1995: 2527; Ben-Arieh 2011.
64
Tebes 2013: 64, 78.
262
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
65
Beit-Arieh 1995: 926.
66
Beck 1995; Ben-Arieh 2011.
67
Eisenberg-Degen 2012.
263
JUAN MANUEL TEBES
68
Mettinger 1993: 115134, 175191.
69
Miller 2000: 1617.
264
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
tras que son raros los huesos de animales cazados70. Esto, sin embargo,
contrasta vivamente con la preponderancia en los petroglifos de la Edad
del Bronce Temprano/Hierro de las tierras altas centrales del Negev de
escenas de caza en las que el animal perseguido es la cabra monts. Por
lo tanto, el significado de este arte rupestre no debe ser visto como un
reflejo de acontecimientos histricos especficos, sino que probablemente
expresaba metforas mentales ms profundas, como el control y la des-
truccin humana del mundo natural de los animales71.
Las descripciones de Yahv como una deidad guerrera dispuesta
a defender a su pueblo (por ejemplo 1 Sam 7:10; Sal 18:2945; 89) y
su epteto Yahv Zebaoth72 son probablemente ecos lejanos de sus
orgenes como una deidad tribal relacionada con el mundo de la caza
y la guerra y, posiblemente, una de las causas de su competencia con el
dios cananeo Baal como dioses guerreros73. Estas imgenes estn rela-
cionadas con la representacin de Yahv como un dios de la tormenta
celestial, sobre todo en los pasajes bblicos que apuntan a su santuario del
sur (Deut 33:2; Jue 5:45; Sal 68:8; Hab 3:3)74. Ciertamente, no es una
coincidencia que la deidad ms dominante en la iconografa levantino
meridional de la Edad del Hierro IIA sea el motivo del Seor de los
avestruces, compuesto de una figura humana de pie entre dos avestru-
ces, con las manos levantadas, que aparece en escarabajos, amuletos y
cermica de ese perodo75. Qos, una deidad mucho menos conocida, con
toda probabilidad tuvo caractersticas similares, a juzgar por su timo
rabe (qaus, arco) y los atributos marciales y animales que aparecen en
las estatuas y los dones votivos encontrados en Qitmit y Hazeva (inclu-
yendo, no sorprendentemente, muchas figuras de barro con forma de
avestruces), apuntando a su identificacin como un dios de la guerra y
seor de las bestias76.
70
Horwitz 2005.
71
Eisenberg-Degen y Rosen 2013: 245246.
72
Miller 2000: 711.
73
Cf. Smith 2002: 47, 79.
74
Smith 2002: 8081.
75
Keel y Uehlinger 1998: figs. 162ad, 195a.
76
Knauf 1999: 675676.
265
JUAN MANUEL TEBES
266
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
267
JUAN MANUEL TEBES
****
Sawyer 1986.
84
Vase Amzallag 2009. Una teora relacionada, aunque distinta, sugiere que Yahv era
85
originalmente un dios de los volcanes venerado en las montaas del norte del Hejaz; vase
Dunn 2014. Aunque la imaginera volcnica en la Biblia hebrea es muy evidente, no hay
evidencias arqueolgicas o pictricas que conecten la adoracin de Yahv con el volcanismo.
268
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
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89
van der Toorn 1996: 281286.
90
Cf. Smith 2002: 153155.
270
LA MATERIALIDAD DE LOS CULTOS DEL DESIERTO
Bibliografa
Aharoni, Y. 1974. The Horned Altar of Beer-Sheba. En: Biblical
Archaeologist 37, pp. 223.
91
Bartlett 1977; Tebes 2011; 2013: 146151.
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JUAN MANUEL TEBES
280
A
ms de 40 aos de su nacimiento, las apro-
ximaciones desde los sistemas-mundo y los
enfoques de los vnculos centro-periferia
proveen an un marco adecuado para el anlisis
de interrelaciones polticas, econmicas y cultura-
les de toda ndole, tanto en la modernidad como
en el mundo antiguo. Aunque esta teora fue ini-
cialmente postulada para explicar la emergencia
del capitalismo en el mundo moderno, revisiones
posteriores aglutinadas bajo el rtulo de anlisis de
sistemas-mundo incorporaron el estudio de las sociedades pre-modernas,
y muy especialmente de las interrelaciones e identidades culturales emer-
gentes en ellas. En este libro, un grupo de investigacin interdisciplinario
examina diversos estudios de caso de las sociedades del antiguo Cercano
Oriente, desde Egipto y el Levante hasta Anatolia y Creta, desde el 4to al
1er milenio a.C., enfocndose en las relaciones interregionales a diversas
escalas y en cmo afectaron la vida cotidiana de los pueblos implicados en
ellas. El libro contribuye, por un lado, a responder de modo original pre-
guntas histricas significativas sobre las interrelaciones y las identidades
culturales que emergieron en momentos clave de la historia del antiguo
Cercano Oriente (Cundo se originaron? Qu elementos se transfirie-
ron? Cmo influyeron en las comunidades contemporneas? Cules son
las particularidades de tales identidades?) y, por el otro, al debate mucho
ms amplio acerca del papel desempeado por los intercambio en el desa-
rrollo de la complejidad social en las sociedades pre-modernas.