7 Principales Corrientes Teóricas de La Antropología
7 Principales Corrientes Teóricas de La Antropología
7 Principales Corrientes Teóricas de La Antropología
Apunte de Ctedra 7
Apunte de Ctedra
Introduccin
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ante sus sentidos. Podramos usar esta aparente imagen de desinters por el otro, en
trminos humanos, para inferir cul poda ser el inters cientfico que el mismo despertara
en el pensamiento europeo dominante? Habra un propsito principalmente cientfico
desarrollado a partir de esta visin? Podemos suponer que no, al menos en forma directa.
Sin embargo, el extraamiento siempre estuvo latente, aun en las meras descripciones
que naturalizaban la presencia humana en el nuevo mundo. Muchas de esas preguntas iban
a ser respondidas por las jerarquas intelectuales de la iglesia cristiana y por los filsofos de la
ilustracin, siglos ms tarde. El interrogante central iba a consistir en establecer un nexo
entre esos seres nativos de Amrica y luego de Asia y frica (que por estar en un estado de
naturaleza fueron llamados salvajes) y la civilizacin de Europa1.
Ocurra que el pensamiento iluminista (contrario al misticismo dominante de la Edad
Media) entendi encontrar ese nexo con el origen tambin por un fin prctico y de su poca,
no por la mera intencin de reconstruir el pasado. Interesaba la reforma del mundo
feudal-medieval precapitalista de parte de una burguesa en ascenso que -por medio de la
ciencia- deba indagar por las causas del mundo y su dinmica, sobre todo de su futuro. Las
preguntas hechas desde el capital eran desafos a la ciencia, al razonamiento, a la posibilidad
de que el hombre y ya no los orculos y la providencia dieran respuestas.
La idea de progreso estaba vinculada a esa visin de un futuro signado por el desarrollo
inagotable de una tecnologa creciente, revolucionaria y que a su vez produca la necesidad de
reformas sociales y conocimientos que estuvieran acordes con nuevas necesidades de
transformacin del mundo material, e inclusive de los espritus (cultura decimos ahora) de la
fuerza de trabajo mediante la educacin universal.
Claro que a la vez se generaban fuerzas conservadoras. Pero lo principal es que el
contexto histrico impuls interrogantes que el Iluminismo hara que se plasmaran en las
corrientes tericas de las ciencias ya constituidas (Naturales) o en vas de hacerlo (entre ellas
la Antropologa) a partir de la consolidacin de la Modernidad.
En el conocimiento sobre el otro, como fundamentara Rousseau, el hombre civilizado
poda encontrar claves para su mejora y respuestas a muchos de sus problemas
contemporneos. Y esto se continuara como eje en el evolucionismo (y sus epgonos), en el
marxismo y en general en las posiciones dialcticas.
En el pasaje del capitalismo mercantil al industrial, la pregunta principal se ira a
corporizar en una necesidad de establecer con mayor detalle el cmo del proceso de
desenvolvimiento de la Humanidad hasta llegar a la civilizacin. Ese proceso llev el nombre
de evolucin y la corriente de pensamiento acorde fue precisamente el evolucionismo. Las
teorizaciones se entornaron alrededor del empuje y desarrollo de las ciencias naturales
durante el siglo XIX y el nfasis puesto -de acuerdo con los distintos autores- en la relacin
entre la evolucin o progreso de la tecnologa y de las instituciones. Pero en el subyacente
proceso real se situaba la explotacin extrema de la poblacin de las colonias como mano de
obra en estado de servidumbre, a la que tambin se involucraba en las especulaciones
evolucionistas conservadoras, que hablaban de inferioridad cultural o hasta racial, para
justificar su subordinacin.
A continuacin se ver el detalle de los aportes y discusiones acerca del funcionalismo y
1
Parte de esta respuesta fue considerarlos descendientes de la poblacin de los
orgenes, que no haba sido redimida, de acuerdo con los mitos de la poca. Los
indios americanos fueron vistos, entonces, como representantes de los
orgenes: ab-orgenes.
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J. Ghiglino
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Sistemas metafsicos abstractos que caracterizaron la filosofa del siglo XVII.
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Nos referimos al advenimiento del orden democrtico-burgus, dimensin
poltica del capitalismo industrial y al surgimiento de dos nuevas clases sociales:
el proletariado y la burguesa.
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La filosofa positiva postula una nocin de progreso que se asienta en el orden y
el control social, propuesta que se corresponde con la concepcin del sistema
social como un todo integrado, libre de conflictos y contradicciones. El
positivismo, como mtodo de aplicacin al estudio de los fenmenos sociales, se
limita bsicamente al dominio de lo manifiesto, la observacin y descripcin de lo
observado, la explicacin y la pretensin de predictibilidad son ejes centrales de
esta concepcin, en su versin ms genrica.
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verdad parcial, transitoria, sujeta a su negacin, de modo que las relaciones entre los
hombres y de los hombres con la naturaleza no se agotan en las formas en que se manifiestan,
sino en la posibilidad de trascenderlas. Retoma de modo general as el contenido crtico del
iluminismo. Por el contrario, el positivismo considera al orden fctico, a los hechos tal como
se dan, en trminos de verdad.
De las dos filosofas mencionadas, ser la positivista la que sostiene gran parte del
desarrollo de las ciencias sociales y las teoras consensualistas que predominan en las
mismas. Estas teoras conciben los sistemas sociales a partir del equilibrio y observan los
cambios como procesos que atentan contra el orden social. Con posterioridad surgirn, en el
campo mismo de estas ciencias, las teoras que conciben la dinmica social en trminos de
totalidades histricas atravesadas por contradicciones sociales. Estas nociones sern
re-significadas por la antropologa contempornea en los desarrollos crticos que se gestan
desde la disciplina misma, de frente a la ruptura del rgimen colonial hacia mediados del
siglo XX y que impactarn crucialmente en la Antropologa que haba surgido bajo la
impronta de la expansin colonial europea.
Razn y progreso
Los pensadores del siglo XVIII comparten, ms all de sus diferencias, la fe en la razn.
Ms que los pensadores de cualquier poca anterior, los hombres
del Iluminismo adheran firmemente a la conviccin de que la mente
puede aprehender el universo y subordinarlo a las necesidades humanas
(...) Utilizando los conceptos y las tcnicas de las ciencias fsicas,
emprendieron la tarea de crear un mundo nuevo basado en la razn y la
verdad (...) pero no la verdad como revelacin, tradicin o autoridad, sino
aquella cuyos pilares gemelos seran la razn y la observacin (...) Si la
ciencia haba revelado la accin de las leyes naturales en el mundo fsico,
quiz podan descubrirse leyes similares en el mundo social y cultural
(Zeitlin 1968: 13).
Todos los aspectos de la vida social -las instituciones polticas, religiosas, morales-
sern analizados a travs de un enfoque en el que se intenta aunar los mtodos deductivos e
inductivos, aquellos que provienen del racionalismo y del empirismo -dos vertientes
filosficas que recogen del siglo anterior- y en este intento radica uno de los aportes del
Iluminismo al conocimiento cientfico en su concepcin moderna.
El estudio de las instituciones vigentes arrojar como resultado una visin crtica de las
mismas. Concluyen las ms de las veces que son contrarias a la razn, por tanto contrarias a
la naturaleza humana y reclaman entonces un cambio, sea la sustitucin, sea la reforma de
las mismas. Esas instituciones, heredadas del medioevo, oprimen a los hombres y les
impiden la realizacin de sus potencialidades. Ser la razn, el conocimiento racional
antepuesto a las creencias irracionales, la va que posibilitar el camino hacia la
perfectibilidad ilimitada del espritu humano. Razn y progreso se entrelazan: el progreso
humano es posible mediante el avance de la razn y la razn se despliega en el progreso
indefinido de lo social-histrico. La confianza en la razn otorga a este movimiento un nfasis
optimista e ingenuo a su vez.
Los lmites del conocimiento racional, del conocimiento cientfico, del progreso
tcnico y tecnolgico, son de diversa ndole. Por eso la historia de los siglos subsiguientes y en
gran medida la crtica a la idea de progreso y evolucin social proveniente de las ciencias
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Iluminismo y Antropologa
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Esta metfora remite a la compleja nocin de estado de naturaleza u hombre
natural como una condicin hipottica, que puede, segn Rousseau contribuir al
conocimiento de la naturaleza real del hombre.
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El inicio del siglo XIX, en el que surgir la nueva ciencia antropolgica, encuentra a la
sociedad europea convulsionada por los efectos transformadores de los sucesos histricos
ocurridos en los ltimos aos del siglo anterior. Nos referimos a la revolucin francesa, por
un lado, y a la revolucin industrial, por el otro. Ambas marcaron el comienzo de un proceso
profundo en la esfera econmica, poltica y social de Europa, que cambiaron radicalmente la
forma de vida de las sociedades europeas en principio y del resto del mundo despus. El clero
y la nobleza perdieron gran parte de sus privilegios (tierras, ttulos, cargos hereditarios, etc.)
y la burguesa, que ya haba asumido el control econmico, se afirmaba polticamente en el
nuevo orden social.
Los grandes cambios son siempre resistidos y combatidos por aquellos sectores cuyas
prerrogativas son vulneradas. De esta manera, nos encontramos que en los primeros aos de
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El paradigma es la fuente de los mtodos, el campo de los problemas y de los
cnones para su solucin que son aceptados por cualquier comunidad cientfica
madura en cualquier tiempo dado (Khun T., en Krotz 1983: 34). Segn Kuhn,
las ciencias no progresan siguiendo un proceso uniforme por la aplicacin de un
hipottico mtodo cientfico. Se verifican, en cambio, dos fases diferentes de
desarrollo cientfico. En un primer momento, hay un amplio consenso en la
comunidad cientfica sobre cmo explotar los avances conseguidos en el pasado
ante los problemas existentes, crendose as soluciones universales que Kuhn
llamaba paradigmas. En un segundo momento, se buscan nuevas teoras y
herramientas de investigacin, conforme las anteriores dejan de funcionar con
eficacia. Si se demuestra que una teora es superior a las existentes entonces es
aceptada y se produce una revolucin cientfica. Tales rupturas revolucionarias
traen consigo un cambio de conceptos cientficos, problemas, soluciones y
mtodos, es decir, nuevos paradigmas.
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este siglo XIX, las antiguas clases dirigentes intentarn volver y restaurar, junto con el
principio de la legitimidad de sus privilegios, el respeto a los poderes absolutos, as como
tambin el sentido de la jerarqua y de la autoridad que detentaban antes de la revolucin
burguesa. En este intento por recuperar un tiempo perdido, las clases dominantes revestirn
al pasado de significaciones idlicas y lo revalorizarn a travs de las tradiciones. Este
movimiento encuentra tambin su expresin en la produccin intelectual y artstica de la
poca. Propone la recuperacin de los valores nacionales y de las tradiciones populares,
tomando el nombre de Romanticismo.
Esta mirada retrospectiva tambin se refleja en la bsqueda antropolgica. Ser el
punto de partida del folklore, disciplina que dentro del movimiento romntico se ocupar de
recuperar e incorporar al patrimonio cultural los valores nacionales y las costumbres
populares a la historia de las modernas naciones europeas. Pero estos ltimos intentos por
sostener los vestigios del antiguo rgimen quedarn barridos del escenario europeo por el
empuje de las nuevas fuerzas surgidas de la revolucin industrial. En este siglo surgir
pujante una burguesa apoyada en el soporte ideolgico del liberalismo. Por otro lado, nacer
una clase trabajadora que manifestar su conciencia de clase. Lo nuevo no es tanto la
existencia de una clase obrera, sino que la misma toma conciencia simultneamente de su
miseria y de su fuerza.
El resurgimiento religioso, el conservadurismo poltico y el nacionalismo romntico de
las primeras dcadas, retardaron pero no detuvieron el surgimiento de las ciencias del
hombre. A lo largo de este siglo los continuos avances en la fsica, la qumica y la tcnica
aplicadas a la industria, el comercio y la guerra, trasmitieron confianza en el progreso y
jerarquizaron el mtodo cientfico. La ciencia decimonnica sostena una cosmovisin que
informaba sobre un mundo regular, ordenado y observable, con modificaciones graduales en
el tiempo y en el espacio, cuyos fenmenos y funcionamiento se explicaban por la ley de la
causalidad.
El positivismo, fundado por Augusto Comte, estableci una nueva forma de
aproximarse a los fenmenos sociales: emprica, experimental e inductiva. Pero qu
significaba positivo? Comte deca que positivo significaba lo real frente a lo fantstico. Lo real
era lo dado por la experiencia; tambin significaba lo til frente a lo ocioso, lo preciso frente a
lo indefinido, lo constructivo frente a lo destructivo y, por ltimo, lo relativo frente a lo
absoluto, ya que era conocimiento de los fenmenos y no de las esencias. De ah que postul
que la mente humana deba renunciar a todo empeo por conocer la esencia misma de las
cosas y contentarse con la verdad derivada de la observacin y la experimentacin. Planteaba
la improcedencia de la especulacin en torno al comportamiento del hombre, conceba a la
Sociologa como una ciencia natural a la que denomin fsica social, en la cual se fundan
todas las ciencias orgnicas e inorgnicas y que no poda reducirse a los principios de
ninguna de ellas, en particular.
Como dijimos, la ciencia se apoyaba en una metodologa general de tipo inductivista,
para la cual los hechos singulares son conocidos por la observacin y la experimentacin. Por
va inductiva se pueden llegar a establecer leyes que no explican los fenmenos sino que
describen las regularidades observables en los mismos. La ciencia, para el positivismo, tiene
un carcter instrumental; es valiosa porque sirve a la tcnica y a la industria.
En el marco de esta concepcin, y con miras a comprender el auge de la explicacin
evolucionista tanto en el mbito de las ciencias de la naturaleza como en las del hombre, no
podemos dejar de mencionar a Charles Darwin y Herbert Spencer. Ambos fueron
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La Antropologa y el evolucionismo
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Malthus, Thomas (1766-1834), economista ingls, profesor de Economa
Poltica y pastor protestante. Su principal estudio, fue el Essay on the Principles
of Population (1798), trata el problema de la superpoblacin desde un punto de
vista pesimista. Sostena que los recursos se reproducan aritmticamente,
mientras que la poblacin lo haca de manera geomtrica. Este desequilibrio
producira miseria y hambruna inexorablemente.
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Los principales representantes del evolucionismo fueron Lewis Morgan y Edward Tylor.
Considerados fundadores de la Antropologa, se propusieron responder cientficamente a
varias preguntas: por qu las sociedades humanas eran tan diferentes?, por qu algunos
pueblos estaban tan atrasados? cmo se producan los cambios?
El conocimiento de otras formas de vida y la rpida transformacin de las mismas en el
plano econmico, poltico, social, etc. a consecuencia de la revolucin industrial,
constituyeron desafos tericos para la incipiente teora antropolgica. Los pensadores de la
poca se enfrentaron por un lado a un mundo contemporneo donde la diversidad cultural se
haca empricamente constatable, y por otro, esas diferentes formas de vida no eran estticas
ni inmutables, sino que podan cambiar y transformarse al contacto con otras.
Como fuente de reflexin antropolgica estas sociedades demostraban, en virtud de las
circunstancias socio-histricas, que el cambio social era inherente a ellas y por lo tanto se
constitua en un interrogante a ser explicado. El evolucionismo como primera teora cientfica
contest a la pregunta sobre las semejanzas y diferencias de los hombres a travs del
concepto de progreso, explicando la historia como un proceso natural.
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Hasta ese momento la explicacin sobre el Hombre, haba estado escindida. En tanto
cuerpo era objeto de la anatoma, la fisiologa; en tanto espritu perteneca al campo de la
filosofa y la religin. El evolucionismo propuso entonces el estudio del Hombre como una
totalidad, donde cada una de sus partes poda entenderse bajo el siguiente criterio: el hombre
como especie era el resultado de la evolucin biolgica, como el resto de los seres vivos. Era
un eslabn ms en una cadena de organismos, pero un organismo que se completaba con un
atributo particular: la cultura, que se desarrollaba a travs del tiempo en diferentes grados de
evolucin o progreso, la evolucin cultural.
Si bien la concepcin del hombre como un ser dual -biolgico y cultural- no era nueva,
el gran aporte que enfrentaba las posturas teolgicas y filosficas vigentes era, por un lado, la
concepcin del hombre como un animal y, por otro, la aseveracin de que su parte espiritual
era la consecuencia de su parte natural.
Los modernos investigadores de las ciencias de la naturaleza
inorgnica son los primeros que reconocen, ya sea dentro de sus campos
limitados de trabajo como fuera de l, la unidad de la naturaleza, la
rigidez de sus leyes, el concreto orden de causa y efecto, merced a lo cual
cada hecho depende del anterior y acta sobre el que lo suceder. (...)
Ahora bien, al llegar a los procesos superiores del sentimiento y la accin
del hombre, del pensamiento y del lenguaje, del conocimiento y el arte, se
da una transformacin en el torno de la opinin que prevalece. Por lo
general no estamos preparados para aceptar que el estudio de la vida
humana se considere una rama de las ciencias naturales (...) Ninguno
negar que las causas naturales y concretas determinan en gran medida
la accin humana (Tylor 1977:126-27).
Ambas partes de la dualidad humana, la naturaleza y la cultura, eran entendidas por los
evolucionistas como una continuidad. Para Tylor la cultura comenzaba en el hombre cuando
la naturaleza haba concluido su obra. La cultura era el producto de las transformaciones de
la naturaleza en el tiempo. Pero se trataba de un producto radicalmente distinto de cualquier
otro que la naturaleza hubiese generado en su evolucin. La cultura era un producto
superior, dependiente de las propiedades de la mente humana. Por lo tanto, el estudio de la
cultura poda realizarse bajo las mismas premisas que el mbito natural.
Y la teora evolucionista parta de tres premisas sobre el hombre:
la unidad psicobiolgica de la especie humana: todos los hombres pertenecen
a una sola especie, Homo Sapiens,
el hombre es un ser bidimensional: el hombre es al mismo tiempo un ser
biolgico y un ser cultural y,
toda la humanidad desarrolla una sola cultura, con diferencias de grado.
En efecto, el evolucionismo concibe la existencia de una sola cultura. La cultura
humana es una sola y los diversos pueblos o formas de vida conocidos, representan
momentos, en una escala de progreso donde cada escaln en ascenso constituye un grado
mayor de cultura.
La cultura humana pasa por diferentes estadios de desarrollo que van de lo simple a lo
complejo. En este sentido, la humanidad desde su origen y en su devenir histrico va
ascendiendo desde un estadio de simplicidad total a otros de complejidad creciente. Todas las
sociedades se originaron con una cultura muy primitiva, salvaje, y llegaron a un estadio con
una cultura ms compleja, ms rica, ms variada. A medida que los hombres fueron
generando descubrimientos e inventando elementos para hacer frente al medio que los
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rodeaba, fueron progresando. Por lo tanto el evolucionismo postula una ley universal sobre el
progreso humano y de esta manera explica las diferencias y semejanzas entre los hombres y
la llam ley del progreso universal.
Esta ley es considerada impulsora del cambio. La idea de progreso que subyace a este
razonamiento considera que el progreso humano es lineal porque existe un nico camino
posible a recorrer. Adems, es acumulativo, porque el conocimiento genera otros nuevos. Es
inevitable porque ms tarde o ms temprano hay que transitarlo. Y es unidireccional, porque
tiende a anular las diferencias. Todos, hipotticamente, se dirigen hacia la misma meta.
La idea de progreso del siglo XVIII haba sido el motor de la transformacin de la razn
humana. Un siglo ms tarde, en el marco del desarrollo cientfico, estas ideas continuaron y
se profundizaron, convirtiendo al progreso en una ley de la naturaleza. As, la diversidad
humana desplegada en el espacio y en el tiempo, represent el avance de la humanidad hacia
una mayor complejidad. Describieron el avance en etapas, elaborando una visin coherente
de los diferentes estadios por los que transcurri la cultura de la humanidad en su paso del
salvajismo a la barbarie y de la barbarie a la civilizacin.
El progreso, que los evolucionistas definan como natural e inevitable, pona en
evidencia que entre el hombre occidental y el primitivo no exista nada que impidiera que
stos ltimos evolucionaran hasta llegar a estadios superiores, tarde o temprano. En esta
teora, las diferencias culturales eran slo cuestin de tiempo. Si consideramos que la cultura
se trasmite por aprendizaje, el contacto entre pueblos con distintos grados de evolucin poda
acelerar el proceso de evolucin cultural, evitando de esta manera que los que se encontraban
ms abajo en la escala, recorrieran todo el camino. De esta manera, la incipiente
Antropologa aparecera bendiciendo cientficamente las transformaciones que la expansin
colonial impona en las sociedades dominadas.
La reconstruccin histrica que propuso el evolucionismo abarcaba a la humanidad
toda: histricamente, desde su origen hasta la actualidad y espacialmente, desde el norte al
sur y del este al oeste del planeta. Sin embargo, se operaron algunas reducciones: no
estudiaron todas las sociedades, sino solamente las no-occidentales y no se ocuparon de
todos los aspectos de la cultura sino que dieron prioridad a algunos de ellos: las creencias en
Tylor y las instituciones en Morgan.
El mtodo
Los datos para el estudio de la cultura procedan en general de dos fuentes: los
conocimientos cada vez ms amplios sobre la prehistoria de Europa, restablecida por la
investigacin arqueolgica, y la creciente informacin merced a los viajeros, funcionarios y
misioneros, acerca de las costumbres y creencias de los pueblos no occidentales. Estas
circunstancias planteaban un intrigante problema: la relacin de los salvajes con las
grandes civilizaciones de Europa y Amrica. Las excavaciones arqueolgicas no revelaban el
status original de la civilizacin, sino por el contrario, que la civilizacin europea tena sus
fuentes en culturas semejantes a la de los pueblos primitivos contemporneos.
Tanto Morgan como Tylor reunieron cantidad y variedad de datos. Cmo organizaron
y sistematizaron los datos culturales? Lo hicieron aplicando el mtodo comparativo. Se
propusieron llenar las lagunas existentes en los conocimientos disponibles de la historia
universal. La base del mtodo era el supuesto de que los diferentes sistemas socioculturales
que podan observarse en el presente tenan cierto grado de semejanza con las diversas
culturas desaparecidas. Mostraban como ejemplo que la vida de ciertas sociedades
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contemporneas era semejante a lo que debera haber sido la vida durante el Paleoltico
(piedra tallada). A otros grupos los asimilaban a la cultura tpicamente neoltica (piedra
pulida). Morgan entenda esta prolongacin del pasado en el presente:
vale la pena sealar que las instituciones domsticas de los
brbaros, e inclusive de los antepasados salvajes del hombre, aparecen
todava con tanta amplitud en algunas partes de la familia humana que, si
excluimos el perodo estrictamente primitivo, las diferentes etapas de este
progreso se hallan bastante bien conservadas. (...) Los antepasados
remotos de las naciones arias, se supone, pasaron una experiencia
anloga a la de tribus brbaras o salvajes que nos son contemporneas
(Morgan 1977: 70-71).
Las diversas instituciones se ubicaban en una secuencia de progreso creciente. La
construccin de ese orden era bsicamente una operacin lgica, deductiva, cuyos supuestos
implcitos eran:
1. que las formas ms simples son las ms antiguas,
2. las ms complejas son las ms modernas y
3. las ms simples originaron a las ms complejas.
Dice Tylor:
confiando en los principios generales del pensamiento y la accin
del hombre como gua para ordenar del modo correcto los hechos. Y an
cuando la crnica explique o guarde silencio al respecto, comparando un
arco con una ballesta nadie dudar que la segunda ha sido una evolucin
del instrumento ms simple (Tylor 1977: 142-143).
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los hombres inventaron las herramientas de piedra, luego el arco y la flecha, luego la ballesta,
etc. Pero como el hombre es un ser social, su evolucin no poda explicarse solamente desde
las cosas materiales, las instituciones estuvieron presentes desde el principio en estado
germinal.
Tomaremos como base la extensa sucesin de invenciones y
descubrimientos que jalonan el camino del progreso humano y,
fundamentalmente, las instituciones domsticas que representan el
desarrollo de ciertas ideas y sentimientos. Si remontamos las distintas
lneas del progreso hasta las edades primitivas del gnero humano,
discriminando una de otra, en el orden en que aparecieron -inventos y
descubrimientos por un lado, e instituciones por el otro-, podemos
comprender que los primeros mantienen entre s una relacin progresiva,
y las segundas, una relacin de desenvolvimiento. En tanto que los
inventos y descubrimientos se han relacionado ms o menos directamente,
las instituciones se han desarrollado de acuerdo con unos pocos principios
primarios de pensamiento (Morgan 1977: 66).
Una de las instituciones de las que se ocup fue la familia. Sostena que la evolucin de
la familia haba comenzado en el salvajismo inferior bajo la forma del estado de
promiscuidad sexual entre los miembros de la horda primitiva. Luego evolucionaba hacia la
familia consangunea (forma hipottica de familia en el matrimonio de los hermanos y las
hermanas en lnea directa o colateral), luego la familia punala (sobre la base del
matrimonio de varias hermanas con un grupo de hombres que no estn necesariamente
emparentados entre s y viceversa), despus la sindismica o por pareja (una forma de
transicin entre el matrimonio de grupo y la monogamia). Ms tarde la familia patriarcal
(poda en algunos casos ser polignica -varias mujeres-, con origen en matrimonios
colectivos) y por ltimo la familia mongama en la civilizacin moderna. Esta ltima forma
de familia es, en este esquema evolutivo, el grado mximo de desarrollo de la institucin.
Aos ms tarde, investigaciones antropolgicas de la poca clsica de nuestra
disciplina, pondran en duda la existencia de esta sucesin creada por Morgan. De los tantos
trabajos de campo llevados a cabo por antroplogos posteriores, resultaron numerosos los
ejemplos etnogrficos de familia mongama en sociedades cuyas caractersticas distaban de
las que Morgan hubiese ubicado en la Civilizacin.
Cabe destacar que para este autor la evolucin de la humanidad no se detendra en la
civilizacin, sino que sta era una poca transitoria que llevara, por la ley del progreso, al
nacimiento de un estadio superior donde prevalecieran formas ms justas e igualitarias de
vida, razn por la cual fue tomado por Carlos Marx y Federico Engels como fuente del
establecimiento de las bases de la sociedad comunista, tanto en el principio de la evolucin
humana como en su proyeccin futura.
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124).
Define a la cultura con maysculas y en singular. Es la cultura de todos los hombres en
tanto miembros de la especie humana. La cultura como atributo exclusivo de lo humano que
se adquiere a travs del aprendizaje social. Para l la Antropologa es la ciencia de la cultura
porque sta puede ser investigada segn principios generales, (...) es un objeto apropiado
para el estudio de las leyes de pensamiento y la accin del hombre (Tylor 1977: 125).
Sostiene que en gran medida el comportamiento humano obedece a causas naturales y
concretas, por lo tanto todo lo que la cultura tiene de uniformidad entre los hombres debe
atribuirse a causas uniformes. El supuesto que habla sobre la unidad psicobiolgica de la
especie garantiza que los hombres generen iguales respuestas ante las mismas condiciones. Y
todo lo que la cultura presenta de diverso, debe considerarse como manifestacin de distintos
grados de evolucin o desarrollo.
Su esquema evolutivo sigue el mismo modelo de salvajismo, barbarie y civilizacin, sin
subdivisiones al estilo de Morgan. Puso especial inters en demostrar la evolucin en el
campo de la religin. La misma se habra originado en el animismo (creencia en que los
objetos de la naturaleza tienen alma) luego habran surgido los sistemas politestas (creencia
en varias deidades) y finalmente, en la civilizacin aparece el monotesmo (creencia en un
solo dios), versin culminante de la religiosidad humana. Considera a la civilizacin como el
momento mximo del desarrollo cultural humano y al imperio britnico su mejor ejemplo.
Tylor elabor el concepto de supervivencias para explicar aquellos fenmenos
culturales originados en pocas pasadas y que seguan vigentes en la sociedad europea del
siglo XIX. Es decir que se consideraba que no haban evolucionado como se esperaba en
consonancia con el resto de la cultura y los tiempos. El autor las define as:
se trata de procesos, costumbres, opiniones, etc., que la fuerza de la
costumbre ha transportado a una situacin de la sociedad distinta de
aquella en que tuvieron su expresin original y, de este modo, persisten
como pruebas y ejemplos de la antigua situacin cultural, partiendo de la
cual se ha llegado a la nueva (Tylor 1977: 142).
Como muestra de supervivencias, cita una anciana trabajando en un telar a mano, cuyo
uso es de una poca anterior a la introduccin de la lanzadera volante. El uso del arco y la
flecha en competencias deportivas o los botones en las mangas de los sacos, constituyen otros
ejemplos.
Reflexiones finales
El evolucionismo ser criticado por las corrientes antropolgicas del siglo XX. El
funcionalismo, el particularismo histrico, el estructuralismo entre otros, se opondrn
fuertemente a sus propuestas desde las nuevas perspectivas.
Una crtica compartida es la que plantea que la reconstruccin histrica que elabor el
evolucionismo es conjetural, ya que ese modelo que parta del salvajismo hasta la civilizacin,
no encuentra correlato en la realidad. La diversidad de pueblos histricos y contemporneos
existentes son ejemplos de transformaciones en distintas direcciones, de creaciones
culturales independientes y tambin de intercambio y aprendizaje en momentos de contacto.
La sucesin invariable de los estadios propuestos y la caracterizacin de los mismos fue
ampliamente refutada por las investigaciones de campo en el siglo XX. Sus crticos aseguran
que otro punto dbil es considerar que la humanidad evoluciona en bloque. Esto significa
pensar que en determinado momento histrico toda la tecnologa, la religin, la organizacin
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Introduccin
M. Mancusi
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Particularismo histrico
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M. Mancusi
Franz Boas (1858-1942) fue la figura principal del llamado particularismo histrico,
desarrollado en EEUU. Su influencia y la de sus discpulos fue indiscutible en la antropologa
norteamericana del siglo XX. Boas naci en Alemania. All se form como gegrafo,
matemtico y fsico. Al establecerse en los Estados Unidos, orient su atencin hacia la
antropologa, desarrollando una intensa actividad como investigador, profesor, editor,
conferenciante, fundador y presidente de importantes asociaciones y revistas especializadas.
Sus discpulos de la Universidad de Columbia, donde ense hasta 1941, desarrollaron sus
investigaciones en las principales universidades norteamericanas. []
Para Boas, los objetivos de nuestra ciencia eran de gran amplitud, nada menos que el
estudio de la historia de la sociedad humana en su conjunto. Los dos problemas
fundamentales que deba resolver eran el porqu de las diferencias entre las distintas tribus
y naciones del mundo y cmo haban llegado a desarrollarse dichas diferencias (Boas
1964:269). Fue uno de los principales crticos de la transferencia del modelo biolgico al
mundo humano propia del pensamiento evolucionista, para explicar el funcionamiento de la
sociedad. As, la cultura singular de los evolucionistas se convirti en las culturas en plural.
Con esto se afianz el concepto antropolgico de cultura y se sentaron las bases del
relativismo cultural.
Los evolucionistas daban por hecho que los mismos fenmenos eran resultado siempre
de idnticas causas e intentaban, como vimos, agrupar las diversas culturas en una serie de
estadios fijos y ordenados. Ya en 1910 Boas haba desechado la posibilidad de encontrar
uniformidades de desarrollo que afectaran a conjuntos completos de instituciones, como
proponan los evolucionistas. Encontramos en sus escritos la conviccin creciente, a partir de
la prueba de los datos etnogrficos recogidos por l y otros antroplogos, que la bsqueda de
regularidades estaba condenada al fracaso. En cambio subray la probabilidad de que la
presencia de instituciones similares por todo el mundo reflejara, algo inherente a la mente
humana:
No quiero implicar que no existan leyes generales de desarrollo.
Antes al contrario, el que se presenten analoga en regiones tan alejadas
demuestra que el espritu humano tiende a alcanzar los mismos resultados
no solo cuando las circunstancias son similares, sino tambin cuando son
diversas (Boas [1910], en Harris 1985: 242).
Las invenciones, el orden social, la vida intelectual y social podan tambin, segn Boas
desarrollarse en forma independiente: Hay pueblos, como los australianos, cuya cultura
material es absolutamente pobre, pero que tienen una organizacin social enormemente
compleja (Harris 1985: 242). Y otra de las cuestiones que abord el particularismo histrico
fue la relacin entre individuo y sociedad. Aqu el inters se centr en la importancia del
proceso de socializacin y el rol del lenguaje en la incorporacin de pautas y valores de cada
cultura, que se incorporan en forma inconciente y tienen una fuerte carga emocional.
Si bien Boas no formul una teora sistemtica de la cultura, sus presupuestos bsicos
fueron expresados en toda su obra. Defendi una visin histrica, segn la cual todas las
culturas estaban constituidas por complejos de rasgos, producto de condiciones ambientales,
factores psicolgicos y relaciones histricas. l y sus discpulos realizaron estudios sobre la
distribucin espacial de mitos, cuentos populares, recopilaciones realizadas en sus idiomas
originales. Esta necesidad de investigaciones histricas particulares se apoyaba en la
afirmacin de que cada cultura tiene una historia nica. En una etapa ms avanzada de estas
62
62
Funcionalismo
M. Mancusi
La figura de Malinowski
62
8
Kula es un tipo de intercambio ntertribal alrededor de un amplio crculo cerrado
de islas cercanas a la costa oriental de Nueva Guinea. A travs de estas islas
circulaban objetos rituales de gran valor para esas comunidades (collares y
brazaletes de concha).
9
Para esta concepcin, las necesidades que satisface la cultura en una sociedad
son individuales, no sociales.
62
10
H. Spencer (18201903) fue el primero en utilizar el trmino funcin para
explicar la realidad social al hacer una analoga entre el individuo y las clulas del
organismo, ambos integrantes de un todo (la sociedad y el organismo) que
tienen la funcin de mantener la armona de ese todo. Despus el concepto seria
desarrollado por Emile Durkheim.
62
Aspectos terico-metodolgicos
62
62
Estructural-funcionalismo
M. Mancusi y M. E. Vitello
Estructura y funcin
62
Al igual que Durkheim, Radcliffe-Brown apel con frecuencia a las analogas biolgicas.
Interpret a la sociedad como un organismo cuyos distintos elementos constitutivos
contribuyen todos a la vida del conjunto y se ocup fundamentalmente del estudio de las
relaciones sociales.
Los conceptos de mayor trascendencia en su obra son los de estructura y funcin.
Concibe a los fenmenos sociales como una clase diferente de fenmenos naturales
susceptibles de ser observados empricamente. Y al antroplogo social le concierne, segn l,
investigar las formas de asociacin entre los seres humanos que generan esos fenmenos.
Estas formas de asociacin entre ellos ponen en evidencia una compleja red de relaciones
sociales. Como consecuencia, define a la estructura social como el conjunto de las relaciones
sociales existentes en un momento dado, que vinculan a determinados seres humanos entre
s. []
La estructura social representa lo que el autor da en llamar la morfologa de la
sociedad, es decir, si pensamos en un organismo complejo como es el cuerpo humano, la
estructura es la que tiene el papel de organizar el funcionamiento de los rganos.
Al concepto de funcin lo asemeja a la fisiologa de la sociedad. Si consideramos
cualquier parte del proceso vital, como la respiracin, la digestin, etc., su funcin es la
contribucin que hace a la vida del organismo como un todo. Tal como el concepto es usado
aqu indica una actividad y esta actividad tiene una funcin (bid.: 204). Para el uso que da
Radcliffe-Brown a la palabra funcin, la vida de un organismo se concibe como el
funcionamiento de su estructura. Mediante la continuidad de este funcionamiento se
preserva la continuidad de la estructura.
Pasando de la vida orgnica a la social cmo podramos reflejar esta argumentacin?
Si tomamos como ejemplo una tribu australiana, como las que estudi el autor, en sus
trminos podemos reconocer la existencia de una estructura social. Los individuos, que
representan las unidades esenciales, estn conectados por una serie definida de relaciones
sociales dentro de un todo integrado. Y si bien los individuos cambian por diversas razones
-migracin, muerte, etc.- la estructura de la vida social se mantiene, contina, gracias a un
proceso compuesto por las actividades e interacciones de los individuos y de los grupos
sociales en los que estn organizados. Si la vida social de la comunidad se define como el
funcionamiento de la estructura social, la funcin de cualquier actividad social recurrente,
como el castigo de un crimen o una ceremonia funeraria, es mantener la continuidad
estructural. En esta teora ambos conceptos, estructura y funcin, son interdependientes.
Radcliffe-Brown recoge la definicin de funcin de Durkheim, rechazando las
definiciones de funcin que no se relacionen con la estructura social. Para el britnico, la
funcin tiene que ver con la contribucin que una institucin hace al mantenimiento de la
estructura social; mientras que en Malinowski sta se relacionaba con la satisfaccin de
necesidades psicobiolgicas individuales.
El estructural funcionalismo se interesa por el estudio de las sociedades entendindolas
como sistemas sociales totales que pueden ser descriptos a partir de tres aspectos
diferenciables:
a. La estructura social, es decir los dispositivos por los que se mantiene una vida social
ordenada.
b. El aspecto ecolgico, el modo en que el sistema se adapta a su entorno fsico.
c. El aspecto cultural, los mecanismos por los que el individuo adquiere hbitos y las
caractersticas mentales que le capacitan para la participacin de la vida social
62
11
Potlach: institucin de los indios de la costa noroeste de Amrica del Norte que
consista en la distribucin de bienes abiertamente competitiva, ya que
comprometa a los participantes a superarse mediante regalos o repartos y/o
destruccin de objetos valiosos con el fin de demostrar prestigio y humillar al
oponente.
62
62
Estructuralismo
J. Ghiglino
Estructuralismo y Antropologa
12
Lvi-Strauss utiliza tanto el trmino etnologa como antropologa para referirse
a la antropologa social (en Francia lo usual es la palabra Etnologa para el
estudio general y comparativo y Etnografa para los anlisis empricos).
62
13
Fonema es un complejo de elementos acsticos que sirven para distinguir un
sonido de un idioma (Winick 1969:278), independientemente de su posicin.
Los fonemas suelen coincidir con las letras de una lengua.
62
14
Freud postula una teora del aparato psquico segn la cual la instancia del
inconsciente no se rige por principios lgicos, como la instancia conciente. El
modo de ser del inconsciente son las representaciones, pulsiones, afectos. Dir
Freud: el inconsciente es deseo y solo deseo. Es, adems, una teora sobre la
conformacin del psiquismo en los sujetos, no extrapolable a las instituciones.
62
El modelo de anlisis
62
Consideraciones crticas
62
M. Mancusi y M. E. Vitello
Las corrientes tericas que hemos presentado configuran el momento clsico de los
estudios antropolgicos. Si bien nuestro camino nos llev a relevar diferentes corrientes de
pensamiento, queremos sealar algunas caractersticas que comparten todas estas escuelas.
El mundo primitivo ofreca un gran laboratorio y la comparacin entre las diferentes
sociedades y culturas permitira aprender sobre la naturaleza del hombre, sobre sus
posibilidades y limitaciones. El estudio de pueblos alejados de Occidente, de pequea escala,
revelara determinados procesos bsicos con mayor claridad y definicin que los estudios que
se pudieran hacer en sociedades complejas.
El siglo XIX denot un marcado inters por encontrar los orgenes de las instituciones
sociales (la familia, el parentesco, el derecho, la propiedad privada, etc.) y los antroplogos
evolucionistas hallaron las respuestas en su teora sobre las distintas etapas que toda la
humanidad haba recorrido hasta llegar a la civilizacin. Es a partir de la influencia del
pensamiento de Durkheim que en la antropologa las causas histricas son puestas entre
parntesis, y los antroplogos clsicos se abocan a relevar in situ, con rigor cientfico y gran
nivel de detalle, todas las formas de existencia tal cual se presentaban ante sus ojos.
La unidad de anlisis, la pequea comunidad nativa, deba ser abordada analizando la
totalidad de las relaciones sociales. Esta exigencia de totalidad era especfica de la
antropologa dentro de las ciencias sociales y se vinculaba con las particularidades de su
objeto de estudio y con su metodologa. Mientras para Malinowski el concepto totalizador
era la cultura de un pueblo en particular, para Radclife Brown ser la sociedad o la estructura
social y para Lvi-Strauss ser la bsqueda de la estructura subyacente.
La fuerza de los antroplogos del siglo XX residi en que sus generalizaciones se
15
(...) los hombres se comunican por medio de smbolos y signos; para la
antropologa, que es una conversacin del hombre con el hombre, todo es
smbolo y signo que se afirma como intermediario entre dos objetos
(Lvi-Strauss: 1958 XXIX).
62
basaron en la observacin directa de los procesos de interaccin social entre las poblaciones
objeto de su estudio. Estaban convencidos, adems, que el anlisis de culturas distantes y
muy diferentes a la propia reportaba una nueva perspectiva y garantizaba una objetividad
mayor con respecto a la cultura estudiada; esto no se podra conseguir de otra manera.
Debemos sealar tambin que la antropologa no slo aport un conocimiento global y
contextualizado de los modos de vida ms diversos sino que al intentar combatir el
etnocentrismo, aplic el relativismo cultural. Con ello se busc poner de manifiesto que cada
prctica, nocin, costumbre slo tena sentido en su propio contexto cultural. Esta mirada
represent una contribucin importantsima en la investigacin social, pues relativiz el
lugar de la sociedad occidental como parmetro de anlisis. La contrapartida fue que la
antropologa present una visin atomizada de la diversidad, donde cada cultura se
constituy en una totalidad en s misma. El nfasis puesto en el anlisis de la lgica interna
de los sistemas sociales y culturales hizo perder de vista su subordinacin a las distintas
potencias coloniales. Y el lugar que los mismos ocupaban en un proceso histrico planetario.
La deshistorizacin present a la diversidad como algo dado, eterno, unvoco en su
significacin histrica (Guber 1991: 47). Recordemos que las sociedades abordadas por la
antropologa clsica integraban dominios coloniales europeos o eran parte de territorios que
los EEUU haban subordinado en su expansin. Por esta razn los antroplogos clsicos
describieron a estas sociedades como si estuvieran ms o menos aisladas y fuesen
autosuficientes, homogneas e integradas.
A. Gravano
La antropologa de la descolonizacin
62
vinculaciones con la totalidad histrica. Todas abordaron la crisis acerca de dnde terminaba
y empezaba el campo de anlisis antropolgico y cul era su unidad, su recorte y su especfico
nivel de abstraccin terica.
El descubrimiento de la situacin colonial, del subdesarrollo
socioeconmico, del etnocidio, etc. conmovieron en forma profunda a la
Antropologa, conduciendo por lo menos a una parte de los antroplogos a
replantearse los objetivos, significado y sentido de su quehacer profesional
(...) Debe asumirse que la toma de conciencia de estos procesos no slo
afect moral e ideolgicamente a la Antropologa, sino que cuestion sus
resultados acadmicos, dado que es a partir de este momento que los
antroplogos, y por supuesto otros cientficos sociales, comenzaron a
dudar sobre su propia produccin no slo en trminos de la legitimidad de
sus interpretaciones tericas sino en trminos de la informacin obtenida
en el trabajo de campo (Menndez 2000:2).
Los estudios antropolgicos clsicos se haban desarrollado y hoy se siguen
desarrollando, an con este mismo modelo- en pases lejanos respecto a los llamados
centrales, ms propiamente dominantes. En los primeros tiempos, se haba constatado una
mayor coincidencia entre el objeto de estudio de la disciplina (la otredad cultural) y el
referente emprico: esos pueblos lejanos. Pero a medida que esos mbitos fueron
occidentalizndose, la Antropologa tuvo que dejar de lado ciertas maneras de concebir a las
sociedades de esos pases tal como dictaba el prototipo de la vida aldeana: aislada,
homognea, integrada en s misma, en equilibrio, autocontenida, esttica, al estilo folk. A la
vez, los pueblos que servan para construir el objeto de estudio de los antroplogos se
dispersaron por todo el mundo, cambiando el paisaje de las grandes metrpolis capitalistas.
El objeto de estudio se complicaba para esa mirada clsica que defina a la Antropologa
por un lado con un sentido amplio y totalizador (estudio del hombre) y a la vez la reduca a
ser la ciencia de los pueblos primitivos. Este se plante como uno de los dilemas cruciales
de la antropologa social y cultural, que pretenda abarcar la totalidad de la Humanidad pero
dejaba de lado las realidades ms conspicuas del hombre contemporneo. A mediados de los
sesenta hasta se lleg a hablar de la muerte de la Antropologa, por la desaparicin de
qu estudiar. Todo esto se pone en evidencia con el proceso histrico global de mediados de
siglo, de descolonizacin y crisis.
Antropologa en o antropologa de
Una variante consisti en ver de qu manera se iban modificando los estilos de vida
propios y tradicionales de los pueblos colonizados, arrollados por el proceso de
modernizacin (urbanizacin y en algunos casos industrializacin). Aqu es donde se plante
la disyuntiva de pretender seguir encontrando en el mbito moderno de las ex colonias a
aquellas comunidades que ms se parecieran a las que tradicionalmente estudiaban los
antroplogos.
A esta opcin terica y emprica se la llam hacer antropologa en, ya que intentaba
encontrar su objeto en el mbito moderno, complejo, industrial, a las comunidades tnicas
distintas, de migrantes, pobres, en suma: los Otros en la Modernidad, por eso se sintetiz
en la frase antropologa en la ciudad, y el desafo fue seguir concibiendo a esas
comunidades como aisladas, internamente homogneas y sin estar atravesadas por los
conflictos de la sociedad donde se encontraban inmersas. Es una posicin que parte de la
62
16
Segn Guldin, (1985:71), es una frase de Eames & Goode (1977).
17
Ver Bourdieu, Chamboredon & Passeron (1985:51-81).
18
Ver el llamado modelo antropolgico clsico, enunciado por el argentino
62
62
De la homeostasis al conflicto
62
base que el cambio provena slo del lado occidental y que las sociedades tribales eran
estticas. Kenneth Little, al estudiar el renacer de las asociaciones voluntarias de ayuda
mutua sobre la base de los lazos tribales y tnicos, concluy que, en realidad, se reivindicaban
uniones tribales que en las aldeas nunca se haban dado, slo que en la ciudad resultaban
estratgicamente necesarias para sobrevivir. Haba que considerarlas, por consiguiente, no
como supervivencias tradicionales, sino formas nuevas de organizacin, que esgriman su
etnicidad como herramienta.
Ver los procesos de transformacin implicaba, entonces, observar cmo estos grupos se
organizaban para sobrellevar las situaciones de conflicto y, adems, cuestionar si la
homeostasis en que se los supona viviendo tribalmente no era el resultado de una visin
falsa.
Al darse estos debates en el seno de los estudios africanistas de los antroplogos de la
llamada Escuela de Manchester, del Instituto Rhodes-Livingstone, se abri una perspectiva
que asumi como base no slo una crtica a la visin clsica, sino la teora del conflicto, con
influencias marxistas, que entenda que lo que haba que estudiar era la situacin de
totalidad, que abarcaba tanto las sociedades nativas cuanto tambin sus relaciones de
asimetra y dominio de parte de la accin de los colonizadores, incluyendo, por supuesto, a
los antroplogos y sus modelos.
El principal exponente fue el sudafricano por nacimiento y oxfordiano por formacin
Max Glukman, que hizo hincapi en englobar, dentro de los estudios antropolgicos, a la
etna blanca, sin reducir la mirada a la sociedad nativa, y aplicando una mirada histrica,
que pona el acento en los procesos de poder y conflicto interno y no de mero desarrollo de
una cultura tpica. Redefini, entonces, actos que los antroplogos clsicos haban catalogado
como venganzas de sangre y, por lo tanto, significaban simples autorregulaciones del
sistema, como rebeliones contra el poder establecido. Consider los rituales no slo como
expresiones de cohesin y afirmacin de valores sino como una muestra de las luchas por
imponer valores de parte de los grupos con intereses internos contrapuestos dentro de las
sociedades.
Su estudio del Reino Zul demostr que, en todo caso, el equilibrio es el resultado de un
estado de las oposiciones antagnicas de intereses y no una yuxtaposicin de valores
culturales diversos. Cuando estudi los sistemas de parentesco, incluso, los defini dentro de
los trminos de la puja por el control social. La organizacin del control social -afirm- es
igual de complicada en las islas del Mar del Sur que en Londres. La cohesin social depende
de las divisiones y conflictos dentro de las sociedades, en grupos opuestos que luego
entrecruzan sus miembros mediante los lazos parentales. Explica as la exogamia (alianzas
matrimoniales entre miembros de distintos grupos, clanes o tribus) por el principio de
cooperacin entre grupos opuestos y hostiles. El matrimonio se representa simblicamente
como un acto de hostilidad convenido socialmente (Gluckman 1956). Parecera que, en
toda sociedad, deca Gluckman, los grupos tienen una tendencia inherente a segmentarse y
a reunirse luego en alianzas transversales, que los ritos y smbolos ayudan a establecer.
Reivindica una nota caracterstica del objeto antropolgico de todas las pocas, a la que
agrega una visin dialctica: es la mirada sobre la sociedad y los procesos desde dentro y no a
partir de una posicin de super-visin externa, propia de otros objetos disciplinares. Por
ejemplo, cuando estudia los sistemas de lealtades entre los prncipes zul, sostiene que las
guerras entre ellos sobrevienen para preservar el sistema monrquico. Son necesarias para
preservar la unidad del reino, dado que las facciones luchaban para mantener la monarqua
y no para eliminarla (op.cit.), esto es: como contrarios en unidad.
62
Aportes marxistas
19
A esta referenciacin con estudios de autores inspirados en una perspectiva
dialctica dentro mismo de las escuelas de potencias coloniales (como es el caso
de Francia y Gran Bretaa), debemos agregar la crisis autocrtica producida para
la misma poca (mediados de los sesenta) por antroplogos norteamericanos,
sobre todo a raz de la invasin a Vietnam, reflejados sintticamente en el
Current Anthropology de 1968. El hecho es que se ponen en cuestin proyectos
como el Camelot, en los cuales no pocos antroplogos eran contratados
directamente por el Pentgono y sus agencias para establecer control sobre la
poblacin civil de pases del Tercer Mundo. Un especialista militar as espetaba en
Tailandia al New York Times: la antigua frmula para triunfar contra la
subversin era la utilizacin de diez soldados por cada guerrillero... la frmula
actual es de diez antroplogos por cada guerrillero (Berreman 1968: Is
Anthropology alive?; citado por Garbulsky 1972: 5).
62
interrogantes acerca de los cambios en la Historia y los modos mediante los cuales los seres
humanos se relacionan con ellos. Y la concepcin de esos cambios no deja de estar urgida de
lo que el marxismo ha levantado como emblema desde sus fundadores: la necesidad de toma
de partido y compromiso del investigador, del analista, del observador activo de la realidad.
Por eso, no es de extraar que entronque con la matriz iluminista que colocaba al
progreso humano como un eje de los debates y de la accin del pensador. Carlos Marx y
Federico Engels llevaron este asunto a constituirse en una de sus notas distintivas: los
hombres han venido interpretando el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Y
en esa transformacin, que no se desarrollar en forma inercial ni natural, es la accin
voluntaria, conciente y organizada de los hombres la que determinar su curso. Slo que esos
cambios no se desarrollarn fuera de relaciones estructurales que actan con independencia
de la conciencia que los hombres tengan de ellas.
Lo que nos sita ante un desafo permanente, dentro del cual la ciencia, la filosofa, el
pensamiento humano, juega un rol determinado y determinante, instituido e instituyente,
protagnico y a la vez guionizado por una Historia que los hombres deben indagar en su
totalidad de expresiones, espaciales y temporales, en profundidad y en sus contradicciones
internas.
Estas son las razones por las cuales el marxismo no ha podido quedar ajeno al
desarrollo terico de la Antropologa, a pesar de que en algunos mbitos acadmicos ni
siquiera fue nombrado (menos ledo) por muchas dcadas. Sin embargo, Marx y Engels estn
relacionados con nuestra disciplina desde sus inicios.
La obra de Lewis Morgan influy en Marx por su intento de ver la historia de la
Humanidad como el resultado de la superacin evolutiva de contradicciones, en trminos de
una dialctica que inclua el desarrollo de fuerzas productivas materiales y las relaciones que
los hombres de cada momento establecan entre s en trminos de poder y mutua
dependencia, no estando para nada despojado de la idea de progreso y transformacin.
Pero Marx -si bien tom como referentes histricos a todos los modos de produccin- se
ocup centralmente de la realidad del capitalismo industrial y no de las sociedades a las que
se abocara la Antropologa. Por eso su influencia en el pensamiento de los antroplogos
consisti bsicamente en la proyeccin de su mtodo de anlisis, el materialismo histrico,
cimentado en su perspectiva dialctico-materialista.
En su modelo, un componente central es el papel jugado por la produccin social como
base (estructura) para la comprensin del fenmeno humano, desde lo econmico hasta lo
cultural (super-estructura).
...los hombres -afirm Marx-, en la produccin social que llevan a
cabo, entran en relaciones definidas que son indispensables e
independientes de su voluntad; esas relaciones de produccin
corresponden a una etapa definida del desarrollo de sus fuerzas
materiales de produccin. La suma de esas relaciones de produccin
constituye la estructura econmica de la sociedad, es decir, el fundamento
real sobre el cual se erigen superestructuras legales y polticas y al cual
corresponden formas definidas de conciencia social. El modo de
produccin en la vida material determina el carcter general de los
procesos sociales, polticos y espirituales de la vida. No es la conciencia de
los hombres la que determina su existencia sino, al contrario, su existencia
la que determina su conciencia (Marx: Prlogo de la Contribucin a la
crtica de la Economa Poltica).
62
20
En efecto, de acuerdo con la norteamericana Sherry Ortner, durante los aos
sesenta del siglo XX las convulsiones sociales despertaron en Occidente grandes
cuestionamientos acadmicos en todas las disciplinas y en Antropologa tom la
forma de denuncia de los lazos histricos con el colonialismo y el imperialismo.
Pero esto apenas ara la superficie -dice-: el asunto se traslad rpidamente a
la cuestin ms profunda de nuestros marcos tericos y especialmente al grado
62
62
determinado estadio, har que surjan las civilizaciones antiguas, a partir de la apropiacin
del excedente de produccin de alimentos por parte de clases que se constituirn en
dominantes. Se producir la concentracin en palacios y aparecern los grmenes de las
primeras ciudades, comnmente alrededor de centros ceremoniales.
El surgimiento de clases ociosas, incapaces de auto-sustentarse mediante la actividad
productiva directa y, por lo tanto, interesadas en explotar el trabajo de los productores
directos (agricultores, pastores, artesanos), hizo menester la institucionalizacin del dominio
poltico (estado), militar (ejrcito) e ideolgico (religiones estatales). La acumulacin
apropiada de ese excedente por clases minoritarias y cada vez ms poderosas luego hizo
necesaria la expansin y la conquista. La arqueologa (Childe) sigui demostrando que las
tesis engelsianas y morganianas se verificaban, acerca de la realidad de hace 5000 aos. La
apropiacin del excedente y la explotacin del plusvalor, se poda proyectar como principio
para explicar tambin las realidades contemporneas capitalistas.
El contexto de necesidad de explicar la evolucin humana en trminos de progreso,
como superacin de contradicciones en cada estadio histrico, hizo que el marxismo
caracterizara procesos de explotacin dentro de un desarrollo cuantitativamente mayor de las
fuerzas productivas como no slo necesarios sino progresistas desde el punto de vista de la
superacin de las taras de modos de produccin perimidos21.
As, la ciudad del capitalismo industrial, aun con sus posteriormente engrosados
cordones de pobres a su alrededor, que componan los ejrcitos industriales de reserva, no
dejaban de ponderarse como escenarios propicios para la superacin de las contradicciones
entre el rgimen feudal absolutista, pre-moderno y autoritario, y los aires de la libertad de
la ciudad moderna, escenario de la democracia formal burguesa y el contrato como forma
jurdica bsica, del que el trabajo asalariado resultaba ser un efecto revolucionario respecto al
antiguo rgimen.
El principio de superacin de las contradicciones fue el que ms llev a cabo esta
vertiente reconstructivista marxista, de cuo evolucionista, fiel a la intencin de dar
respuesta al dilema rousseauniano del progreso, reivindicado y concebido no como algo
inevitable sino slo alcanzable con la lucha de contrarios (feudal vs. capitalista y capitalista
vs. socialista).
Pero parte de esos dilemas del mundo moderno lo daba la constatacin de que cuando
21
Todos los progresos de la sociedad humana, a partir del momento en que se
remonta sobre la fase primitiva, comienzan con el da en que el trabajo de la
familia crea ms productos de los que son necesarios para su sustento, con el da
en que una parte del trabajo puede invertirse, no ya en producir simples medios
de vida, sino en crear medios de produccin... Esta es la base de todo el
progreso social, poltico e intelectual. (Engels: Anti Dhring; 201). Este progreso
es concebido desde el marxismo en contraposicin a los otros modos de
produccin, sobre la base de la libertad a la que necesariamente el hombre se
dirige si logra romper los lazos que lo atan a la sociedad de clases. Por lo tanto,
desde esta corriente de pensamiento se ponder al capitalismo como ms
progresista en el parangn con la servidumbre y el esclavismo previos. Esto
explica el anti etnocentrismo del propio Marx, an reivindicando el
evolucionismo: La pretendida evolucin histrica reposa en el hecho de que la
ltima formacin social considera las formas pasadas como otras tantas etapas
hacia ella misma, y en el hecho de que las concibe siempre de manera unilateral
(Marx: Formaciones econmicas precapitalistas; 58).
62
62
de los pases del Tercer Mundo sino tambin desde sus mismas estructuras internas
capitalistas.
Su mrito mayor fue precisamente incluir a las culturas campesinas, que estudiaron en
forma intensa y concebidas dentro de sistemas de intercambio y dependencia econmica ms
amplios y no como comunidades aisladas, lo que los coloc en la lnea de reivindicacin de la
dimensin histrica de los anlisis antropolgicos. Se les critic, su nfasis en categoras
econmicas ms que polticas, lo que les impidi dar cuenta de que las sociedades
campesinas no slo estaban penetradas por el imperialismo, sino que tambin
desarrollaban alternativas productivas no capitalistas de importancia, de acuerdo con las
decisiones de los actores en cada situacin22.
Esto nos lleva al debate sobre la preminencia de los sistemas o estructuras que rigen las
acciones y conductas sociales, independientemente de la voluntad de los hombres, o si son las
representaciones del mundo que se hacen los actores las que permiten producir los
acontecimientos que jalonan la historia humana. Un debate que se viene alternando en el
dilogo entre las distintas corrientes de pensamiento terico y que es propio de todas las
ciencias sociales.
Algunos -en nuestra disciplina- lo han rotulado como la tensin entre estructura y
cultura. Independientemente del sentido que se le d a ambos conceptos, efectivamente uno
apunta a un ordenamiento de componentes y el otro a una constelacin de significados.
Porque tanto para la antropologa britnica (Radcliffe-Brown, Malinowski) cuanto para la
francesa (Lvi-Strauss) y el marxismo, estructura implica pensar en un ordenamiento de
algo, aunque sea de contenidos diversos. Pueden ser relaciones entre roles e individuos
(Radcliffe-Brown), jerarquas de valores y reglas (Malinowski), relaciones semnticas o
lgicas (Lvi-Strauss) o fuerzas y relaciones productivas (Marx). Pero el trmino estructura
apunta en todos los casos a un orden externo a las decisiones voluntarias o individuales de los
actores, que en todos los casos estaran (de acuerdo con estas corrientes de pensamiento)
determinados o condicionados, actuando de acuerdo con esas estructuras.
Este eje de debate sobre la determinacin estructural por un lado y las decisiones de los
22
Lo mismo se dio respecto a la teora de la dependencia aplicada a las grandes
ciudades latinoamericanas. La existencia en ellas de una masa marginal (segn
el rtulo del argentino Jos Nun) de poblacin, habitante de villas miseria, fue
explicada primero por la teora de la modernizacin, que sostena que era un
estado transitorio de los migrantes, que en un tiempo relativo se integraran a
la vida en la ciudad. Luego, dada la persistencia de estos sectores habitando
estos asentamientos, marginados de los recursos y servicios de los centros
urbanos, la teora de la dependencia atribuy el fenmeno a los procesos
estructurales que ataban a nuestros pases -y, por ende, a sus ciudades- a los
mandatos del imperialismo. Pero ninguna daba cuenta de cmo sobrevivan los
marginados (al decir de la chilena Larissa Lomnitz) en estas relaciones de
marginalidad y pobreza. El hiper-deductivismo de la teora encontraba as su
crisis, por lo que se hizo necesario virar la mirada hacia los enfoques que
tomaran en cuenta las acciones y representaciones de los actores (mediante
trabajos de campo intensivos, en forma inductiva) tanto como sus
determinaciones estructurales (Walton 1984; Gravano 2006).
62
23
En esto, adems de su perfil netamente antropolgico, se vio influenciada por
la corriente de historiadores que tenan en cuenta la cultura, de las escuelas
historiogrficas inglesa y francesa (Thompson, Hobsbawm, Hoggart; Le Goff,
62
Especficamente la cultura fue considerada por ellos como parte de la ideologa, desde el
punto de vista de su papel en la reproduccin social: legitimando el orden social,
mediatizando contradicciones bsicas y mistificando las fuentes de la explotacin y
desigualdad de los sistemas sociales.
Una de las virtudes reconocidas del marxismo estructural fue que en sus investigaciones
incluyeron las relaciones materiales y las representaciones ideolgicas en su unidad de
procesos reales, tanto sociales como econmicos y polticos. En tanto otros marxistas
enfatizaban casi exclusivamente las relaciones de la organizacin poltico-econmica, los
estructurales eran, despus de todo, -segn acenta Ortner- antroplogos, entrenados para
prestar atencin al parentesco, la descendencia, el matrimonio, el intercambio, la
organizacin domstica, las creencias, los ritos, etc., e incluyeron en consecuencia estos
elementos en su consideracin de las relaciones estructurales24.
La ejemplificacin de una aplicacin de este enfoque, puede estar dada por el ensayo en
el que Godelier sintetiza sus conclusiones de extensos e intensos estudios sobre los Baruya de
Nueva Guinea, como modelo de subordinacion econmica, poltica y cultural de una sociedad
primitiva a Occidente. Describe Godelier el proceso histrico vivido por este grupo tribal, al
que define como
una sociedad local compuesta de un conjunto de grupos de
parentesco, unidos por los mismos principios de organizacin de la
sociedad y los mismos modos de pensar, vinculados entre s a travs de
matrimonios repetidos y asociados en la defensa y explotacin de recursos
dentro de un territorio comn (Godelier 1990).
Parte de la descripcin de la estructura econmica de los Baruya (basada sobre la
agricultura extensiva por el sistema de roza y quema, algo de agricultura de riego, cra de
cerdos, caza y comercio de sal), su tecnologa (piedra, hueso, madera), su organizacin social
(grupos de parentesco) y valores de su cultura (creencia en la animacin de astros -sol, tierra,
luna-, animales, espritus de la selva y las cavernas y de los muertos), junto a la constatacin
de sus contradicciones y heterogeneidad internas (guerras interclnicas, sumisin femenina)
y las relaciones de dependencia con el contexto (intercambio de sal).
Intercala la mostracin de la estructura con la cultura, tal como en forma total se
presentan al proceso histrico que articula y como lo recab en campo. Se incluye l mismo
en la descripcin del proceso de occidentalizacin, lejos de naturalizarlo. Inclusive relata un
episodio en el que el administrador colonial militar le requiere que le brinde informacin
sobre lderes guerreros baruya, a lo que l se niega en nombre del secreto profesional, lo que
Rud, Duby).
24
Por su parte, Emmanuel Terray, en su obra El marxismo ante las sociedades
primitivas (Terray 1971) inspirada en la perspectiva estructural de Louis
Althusser, reivindica a exponentes de la Escuela de Manchester, como Peter
Worsley y sus estudios sobre los movimientos mesinicos y al mismo Gluckman.
Se destaca asimismo la obra de Claude Meillassoux, en su anlisis de la sociedad
de linajes y segmentarias (las clsicamente estudiadas por los antroplogos), con
su nfasis en ver los procesos productivo-econmicos como imbricados en unidad
entre fuerzas productivas y relaciones de produccin en relacin con las formas
de cooperacin, las relaciones de parentesco y las representaciones
ideolgico-culturales.
62
pone de relieve el compromiso del antroplogo con ciertos y elegidos actores. Su dimensin
de la totalidad histrica, entonces, incluye su propia presencia en la construccin del objeto
de estudio.
Por eso destaca la relacin de dominio occidental y subordinacin poltica y cultural del
grupo estudiado, dando cuenta asimismo del grupo dominante conquistador del pueblo
Baruya. Pero lo describe como un proceso dinmico, en el que distingue etapas y que produce
cambios en la economa, las creencias y la cultura baruya, hasta el extremo de mostrar cmo
la propia identidad se constituye en muchos aspectos a travs del proceso de
occidentalizacin mismo.
No basta para Godelier la verificacin de que algunos hombres de la tribu fueron en
algn momento conchabados como trabajadores asalariados, o que en otro momento
comenzaron a comerciar la carne de cerdo, que de objeto de don pas a ser mercanca, sino
que hace hincapi en las consecuencias de este proceso en el control de los baruya sobre su
propio destino: los Baruya ya no dominan la evolucin de su propia sociedad (op.cit.).
Tampoco se conforma Godelier con constatar que el cristianismo importado por la
conquista occidental produjo la erosin general y el desmantelamiento de la cultura ms
ntima de los Baruya, sino que este resultado emerge del dominio cultural y estructural, en
los smbolos, las prcticas y la materialidad de la economa tribal.
Y la relacin de imbricacin entre estructura material, identidad tnica y cultura queda
ponderada cuando se describe ese reclamo de reivindicacin de su propia cultura como modo
de resistir al dominio neo-colonial: algunos baruya haban hecho estudios y se haban
convertido en polica, enfermero, maestro; volvieron y notaron lo que consideraron una
prdida de las costumbres ancestrales; uno de ellos lleg a proclamar que haca falta una
fuerza con la cual resistir a la vida de las ciudades, a la ausencia de trabajo o de dinero, que
era necesario apoyarse mutuamente y -relata Godelier- grit: Tenemos que sacar nuestras
fuerzas de nuestras costumbres, apoyarnos sobre lo que los blancos llaman culture (en
idioma ingls).
Se nos ocurre que la descripcin realizada por Godelier bien podra aprobar y superar
un eventual examen desde las corrientes tericas interpretativistas de la cultura y los
smbolos, que veremos a continuacin (y que plantean no pocas cuestiones de rico debate
actual con el marxismo estructural).
Otros de los exponentes del marxismo estructural fueron criticados por haber reducido
el concepto de cultura a lo ideolgico ya que, de esta manera, acentuaban demasiado el efecto
mistificador y muchos de sus anlisis terminaron mostrando cmo la cultura, slo mantena
el statu quo, con lo que se semejaron a los funcionalistas que pretendan superar. Produjeron,
en suma, en su momento una til revulsin en el uso de categoras de anlisis que slo haban
sido tomadas desde posiciones mecanicistas, si bien a su enfoque le falt una recomposicin
aun ms dialctica, de modo de explicar cmo la cultura tambin es parte de la
transformacin histrica, como testifica y describe densamente Godelier.
En realidad, la cuestin de fondo sigue siendo si la base de la determinacin de los actos
sociales humanos puede ser explicada fuera de la relacin de totalidad estructural histrica
universal y, a la vez, si puede comprendrsela25 soslayando los sentidos que los actores en
situaciones concretas dan a esas acciones y a su propia historia.
25
La relacin entre explicacin y comprensin no es balad, ya que implica una
cuestin clave en las ciencias sociales (vase Hintikka, J.; Macintyre, A.; Winch,
P. & otros 1980).
62
26
As presenta Clifford Geertz la ponderacin de la cultura: Por mucho que
concentremos nuestra atencin sobre los hechos supuestamente duros de la
existencia social -quin posee los medios de produccin, quin tiene las armas,
los informes o los peridicos-, los hechos supuestamente blandos de la existencia
qu piensa la gente de la vida humana, cmo piensan que se debera vivir, en
qu basan sus creencias, qu legitima el castigo, en qu se sustenta la
62
Esto quiere decir que, tanto los estructuralistas materialistas se inclinaron a recuperar
la dimensin simblica cuanto que los etngrafos simbolistas fueron presionados para
imbricar sus universos de estudio dentro de totalidades histricas que tuvieran en cuenta las
estructuras materiales, los sistemas de poder y las contradicciones econmicas bsicas de
cada sociedad.
[] Uno de los casos de estudio ms destacados fue el de los movimientos mesinicos,
que tuvieron un desencadenamiento ntidamente anti-opresivo en numerosas partes, en los
que jugaron un papel clave las representaciones mgicas que los pueblos emblematizaban
para sus viajes y luchas desiguales. Estos movimientos milenaristas simbolizaban las
resistencias contra el colonialismo por medio de visiones shamnicas, por las que los pueblos
se lanzaban a combates en los que enfrentaban a las balas con arco y flecha, en el
convencimiento de que triunfaran por efecto de sus poderes mgicos, tomando de la cultura
ancestral elementos mticos que le servan de asidero. Y en su gran mayora terminaron en
masacres y genocidios, como el del Chaco argentino en los aos veinte. Que algunos
antroplogos se dedicaran a estudiarlos tambin se englob en la corriente de estudios sobre
los procesos de luchas anticoloniales.
La pregunta que podemos hacer es por qu, en determinado momento del desarrollo
terico de la Antropologa, tienen auge enfoques que ponen el acento en la interpretacin de
las representaciones simblicas ms que otras categoras?
Una tendencia siempre emerge como resultado de un impulso anterior o como reaccin
a otras orientaciones. Es indiscutible, en este sentido, que los estudios sobre religiones y
mitos, y su comn reaccin respecto a ciertos enfoques positivistas que ponan exclusivo
nfasis en lo econmico, lo ambiental, lo tecnolgico o lo poltico, coadyuvaron para el
surgimiento especfico del llamado interpretativismo.
El foco de esta tendencia se va a poner en la interpretacin de las manifestaciones
simblicas de acuerdo con los sentidos y significados que los actores dan a sus actos, con lo
que entronca con la corriente de estudios micos, inaugurados por el particularismo. Y van a
terminar -con una gama amplia de metodologas- explicando en general las brechas o
diferencias de sentido entre las distintas culturas, o sectores sociales dentro de las mismas
culturas.
Veremos a continuacin algunas de las versiones emblemticas de la antropologa de
los smbolos.
Interpretaciones de interpretaciones
62
(interpretador) de textos del francs Paul Ricoeur, los estudios de casos simblico-rituales de
la escuela de Manchester y la teora fenomenolgica (aquella caracterizada por describir los
fenmenos desde el interior de ellos).
Para Geertz las culturas sern textos que deben ser interpretados, pero sin intentar ver
las cosas como el nativo, pues esto sera imposible epistemolgicamente hablando, sino
adquiriendo una posicin intermedia en cada situacin, para poder as apreciar en qu
trminos la gente de un determinado lugar se ve y se representa frente a s misma y frente a
los dems. La tarea que plantea es la de una traduccin de textos lejanos culturas de
Occidente, destinada al conocimiento de la audiencia occidental y acadmica.
Su aporte terico ms importante fue establecer que la cultura no es algo cerrado,
sustancial, super-orgnico, metido en la cabeza de la gente, sino que est corporizada en
smbolos pblicos, tangibles, a travs de los cuales los miembros de una sociedad comunican
su visin del mundo, sus orientaciones de valor y sus identidades. Los hombres viven en una
cultura porque viven interpretando permanentemente el mundo mediante interpretaciones
de interpretaciones, mediante guios, acuerdos tcitos, prejuicios y actitudes teidas de
contenido simblico que transmiten mucho ms que lo que dicen que trasmiten.
La cultura es una urdimbre de smbolos y su anlisis ha de ser, no una ciencia
experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones
... expresiones sociales que son enigmticas en la superficie (Geertz 1988:20) y, por lo
tanto, deben ser continuamente descifradas.
Para Geertz vivir entre smbolos implica vivir como despellejando continuamente una
cebolla, nunca est la verdad absoluta al final del recorrido porque siempre lo que hay es
smbolo, de smbolos, y slo cabe la interpretacin metafrica de las culturas como si fueran
textos, que dicen y no dicen, que develan y ocultan, en una densificacin de significados
que el antroplogo slo podr ayudar a convertir en discurso comprensible mediante su
propio discurso, mediante su propia re-textualizacin.
En una ria de gallos (estudio clsico de Geertz en Bali, Nueva Guinea), por ejemplo, lo
que se dirime es un sistema simblico de poder, de jerarquas, de valores sobre el machismo y
las formas de leer la realidad cotidiana, puesta en accin por esos actores que participan del
intrincado sistema de apuestas y del ritual de la ria en s.
Este tratamiento de la cultura como descripcin densa (opuesta a la descripcin fina,
que da cuenta de la realidad objetiva, externa a los actores), empalma con las ms ambiciosas
intenciones del post-modernismo relativista y por eso en parte se explica el xito de Geertz
fuera del mbito acadmico antropolgico. Mediante los smbolos, entonces, los pueblos,
segn Geertz, dan sentido a sus vidas, interpretndolas y re-interpretndolas como verdades
para esa cultura.
El eje de la antropologa geertziana ha sido la cuestin de cmo los smbolos conforman
las maneras en que los actores sociales ven, sienten y piensan acerca del mundo o, en otras
palabras, cmo los smbolos operan como vehculos de cultura y de estar en el mundo, de
acuerdo con las creencias.
Lo verosmil adquiere, de esta manera, ms valor que los contenidos respecto a una
verdad externa. Por eso se refuerza con l la necesidad de tener registro de la perspectiva del
actor, como especificidad antropolgica y el papel del antroplogo como registrador que
adquiere autoridad (de ah su frase: el antroplogo como autor), en la medida que es
testigo de ese desenvolverse permanente de la cultura, mediante su estar ah, en el campo,
como testigo de lo concreto y particular de ese hecho cultural, en una trama de significaciones
superpuestas.
62
Y rompe Geertz con la cosificacin que realizaba la antropologa en, cuando establece
que el lugar de estudio no es el objeto de estudio: aunque analicen la vida en las aldeas, los
antroplogos no estudian aldeas como entes fsicos, sino como mbitos de significacin
para quienes las habitan.
La cultura, para l, no es un sistema ordenado abstractamente que deriva su lgica de
ciertos principios estructurales ocultos, como pretende el estructuralismo de Levi-Strauss, o
de smbolos especiales que proveen las claves de su coherencia (como establecen las
posturas homeostticas).
La lgica y las relaciones que se dan entre los elementos de una cultura se derivan ms
bien de la organizacin de la accin de esa gente interpretando sus situaciones para actuar
coherentemente dentro de ellas.
Los actores no actan de acuerdo con un conocimiento previo y la aplicacin posterior
de normas -como afirma el modelo funcionalista-, sino que al interpretar lo que hacen es
inventar normas que terminan justificando y dando coherencia a sus acciones.
Sin embargo, se le seala a Geertz no haber desarrollado una teora de la accin o de la
prctica como tal, porque se conform con desovillar la madeja de esas densidades
entendidas como vehculos (los smbolos) que eran los que para l podan -en todo caso-
estar determinados histricamente y daban lugar a los contenidos de las representaciones de
la gente.
Pero su proyeccin no fue ms que lo que l mismo llam efectos de discurso,
interpretacin de interpretaciones..., en una remisin infinita de smbolo en smbolo, sin
obligarse a preguntar por las contradicciones y una visin histrica, ni por la trascendencia
de las transformaciones reales, quiz la razn fundamental de que -independientemente de
sus aportes metodolgicos-, su perspectiva haya abonado a la proyeccin de las posiciones
post-modernas27.
27
Nos referimos al post-modernismo, en este caso, como el rechazo de la
necesidad de tener en cuenta los llamados grandes relatos histricos, o visiones
totalistas (clave de los grandes movimientos de pensamiento modernos, como el
marxismo), en las que importan las races causales y determinantes de los
procesos histricos y sus potencialidades de transformacin social.
62
la estructura semntica de los smbolos con que se pone en prctica el rito. Cada tipo de
ritual puede ser considerado como una configuracin de smbolos, una especie de
pentagrama en el que los smbolos seran las notas (Turner 1980:53). El smbolo es la
unidad mnima del rito, una marca, un mojn, algo que conecta lo desconocido con lo
conocido, que se utiliza para revelar o hacer visible un significado.
El rbol musoli adquiere, por ejemplo, el valor de ser utilizado para entramar las
prcticas rituales: como elemento propiciador de la caza de antlopes, ya que stos se acercan
a comer sus brotes y son atrapados, pero para el pueblo ndembu esto se produce porque el
rbol hace la caza visible, del mismo modo que propicia la fertilidad de las mujeres porque
el rbol mismo es smbolo de hacer visibles a los nios, al decir de los ndembu. Tambin el
rbol se usa para extraer los malos sentimientos, logrando el alivio de los pacientes que los
albergan, as como se considera que pone al descubierto lo que es personal y privado, en el
rito de la confesin pblica alrededor del mismo rbol, relacionando la prctica con la salud y
la fertilidad femenina.
Asimismo, Turner describe, desde la interpretacin de sus entrevistados, el rito
alrededor del rbol mudyi o rbol de la leche: cuando se le extrae la corteza segrega un ltex
lechoso, razn por la cual es un smbolo de los pechos y de la leche; ellos interpretan entonces
que el rbol significa una madre con su hijo, equivalente social de la relacin principal entre
los ndembu que es la descendencia por va materna. El rbol de la leche es el lugar de las
madres y la blancura de la leche simboliza el estado de pureza de los que fueron iniciados a la
vida adulta debajo del rbol, del aprendizaje y principalmente de aprender a ser madre. La
multivocidad de significados que aparecen en las entrevistas con los participantes de los
rituales, se unifica cuando se los observa en la prctica ritual, ya que el smbolo es tratado
como una unidad.
Turner concibe el rito como condensador de la cultura ndembu en una selva de
smbolos, ya que representa la destilacin de muchas costumbres (op.cit.:56),
bsicamente en lo que llama smbolos dominantes (el rbol de la leche es uno de ellos) y se
plasma en una amplia multivocidad y polisemia (muchos significados o voces de distintos
actores en simultneo). A la vez, posibilita la representacin econmica de aspectos clave
de la cultura y de las creencias.
La consecuencia principal del tratamiento que Turner da a las prcticas mediante
smbolos es que sacan a la luz la emocin y expresan deseos, que ayudan a que los actores
sobrelleven situaciones de conflicto y oposicin entre grupos, como el que se da en estas
sociedades matrilineales con los varones. Normalmente los hombres llevan a sus esposas a
vivir con ellos y entregan a sus hermanas a los hogares de sus maridos; pero el mandato de la
descendencia dice que a todo hombre lo sucede el hijo de su hermana (no sus propios hijos,
como en la sociedad occidental), cosa que los hombres no aceptan de buen grado.
Por lo tanto, se da una tensin permanente entre los distintos hogares de residencia y
tanto los matrimonios como las aldeas son inherentemente inestables y en constante
lucha, dice Turner, apoyado en la teora del conflicto de su maestro Glukman. Una de las
formas de afrontar y operar con estas contradicciones es precisamente el ritual.
Los antroplogos que siguieron el modelo de Turner agregaron al campo de la
antropologa simblica una dimensin importante que es la pragmtica de los smbolos, el
valor de su uso, los efectos que los smbolos tienen en el conjunto social, la cuestin de cmo
los smbolos realizan verdaderamente aquello que los antroplogos simblicos sostienen que
hacen: operar como fuerzas activas en el proceso social, lo que nos aleja de las posiciones que
ven a los smbolos y los rituales como meros procedimientos para reproducir la cultura.
62
Con base en estos y otros autores se desarrolla, entre fines de los setenta y principios de
los noventa el autodenominado momento experimental de la Antropologa. Sus defensores
y sistematizadores ms conspicuos son Marcus y Fischer y dos de los ejemplos ms
ilustrativos son la obra de Paul Willis y Michael Taussig. Tambin, por supuesto, reconocen
los antecedentes en la obra de los africanistas de la descolonizacin, tanto por su adhesin a
la teora del conflicto y a la corriente marxista de la economa poltica cuanto por su atencin
a la interpretacin comprensiva del horizonte simblico de la vida de los pueblos. En
realidad, se autodefine el intento como tendiente a la armonizacin de economa poltica y
preocupaciones comprensivas en antropologa (Marcus & Fischer:133).
Willis titula su trabajo Aprendiendo a trabajar, con un sentido amplio de lo que
significa la accin de trabajar junto a la construccin de la identidad como trabajador, de
acuerdo con el lugar que la sociedad industrial (Inglaterra) destina a los hijos de los obreros,
de manera que se reproduzcan como tales y se disciplinen no slo social sino
fundamentalmente en trminos de la adquisicin de prcticas y representaciones
caractersticas: que aprendan su cultura, la que les asigna el sistema y a su vez ellos
construyen cotidianamente, como hijos de obreros.
Los escenarios de este aprendizaje informal son no slo la escuela sino la calle y, luego,
la fbrica. En la escuela es donde se preparan para trabajar y ser de clase obrera. Eso,
esgrime Willis, en s representa una contradiccin, pues la educacin universal dice
propender a que su capacitacin les posibilite su ascenso social. Mediante un registro
etnogrfico sutil, pormenorizado, que explora en el lenguaje cotidiano, en las prcticas,
bromas y conductas regulares y contingentes, el antroplogo da cuenta de la sorprendente
captacin que estos jvenes hacen de la oculta racionalidad del sistema capitalista. Incluso, se
muestra cmo el movimiento de resistencia al sistema autoritario de la escuela,
manifestado por la indisciplina, se convierte en s mismo en el obstculo para la movilidad
social ascendente, uno de cuyos indicadores es la desercin. Esa resistencia se convierte
irnicamente en un componente bsico de su propia reproduccin como clase obrera.
Podemos vincular las diabluras escolares de hijos de obreros ingleses (en la etnografa
de Willis) con la adoracin al diablo de las representaciones simblicas (cultura) de los
campesinos de los cordones andinos sudamericanos (en la etnografa de Taussig), hilados por
las relaciones estructurales capitalistas, unos en un contexto central y otros en uno
dependiente, pero capitalismo al fin.
Taussig estudia las creencias y ritos sobre el diablo en campesinos colombianos del valle
del Cauca y mineros bolivianos del estao, como reacciones a la integracin de sus modos
tradicionales de produccin a un sistema capitalista monetario y de trabajo proletario
asalariado. Se manifiesta una imagen indgena del proceso capitalista y al mercado como
maligno.
La creencia en s es que el propietario que acumula dinero y ha contratado personal
campesino sin tierra ha hecho un pacto secreto con el diablo y la tierra de donde provienen
sus ganancias est, en consecuencia, condenada a perder fertilidad y el mismo dueo tendr,
tarde o temprano, una muerte muy dolorosa si no realiza el acuerdo.
Esos pactos slo tienen vigencia en los lugares con las relaciones capitalistas y salariales
desarrolladas, en vnculos con los centros mundiales de comercio. No ocurre lo mismo en las
tierras que son propiedad de los campesinos que las trabajan.
62
Algo similar ocurre con los mineros de estao, en Bolivia, con el culto al To de la mina.
El To gobierna las riquezas minerales y es venerado pblicamente. Resultara ser un
mediador entre las relaciones precapitalistas y la explotacin capitalista ms reciente.
Requiere que se le ofrenden llamas, se le hagan splicas, en suma: se le apacige a cambio
de mantener la prosperidad del yacimiento. Implica una forma de control externo al de los
propios actores y sus componentes simblicos provienen de etapas coloniales, donde se lo
representaba como inquisidor espaol. En la actualidad su imagen es la de un gringo
cowboy.
Nos hace recordar a la creencia vigente an hoy en los ingenios tucumanos llamada El
Familiar y que consiste en el pacto que realiza con el diablo el dueo del ingenio, para cuyo
cumplimiento debe entregar cada tanto un trabajador, que es devorado por el monstruo
que habita una cueva o hasta una bodega de la finca. Durante la dictadura 76-83, era comn
que los tucumanos atribuyeran las desapariciones de trabajadores producidas por el Ejrcito
a El Familiar...
As narra Taussig sus casos:
En dos reas rurales de Amrica del Sur muy separadas entre s, a
medida que los campesinos cultivadores pasan a ser asalariados sin
tierras, invocan al diablo como parte del proceso de mantener o
incrementar la produccin. Sin embargo, cuando se trata de campesinos
que trabajan su tierra segn sus propias costumbres, esto no sucede. Es
solamente cuando se los proletariza que el diablo cobra tal trascendencia
... Mientras que la imaginera de Dios o de los espritus de la fertilidad de
la naturaleza dominan el rasgo distintivo del trabajo dentro del modo de
produccin campesino, el diablo y el mal sazonan las metafsicas del modo
de produccin capitalista de estas dos regiones. (Taussig 1993:30).
Es evidente la no relacin de correspondencia directa y literal de los significados de la
creencia con la situacin estructural (asalariados sin tierra) de estos actores. La hiptesis de
Taussig establece que
las creencias ... evolucionan a partir de un conflicto en el mundo del
significado, de una cultura que lucha creativamente para organizar
nuevas experiencias con una visin coherente que se vivifica con
implicaciones para actuar en el mundo. Las creencias mgicas -agrega el
autor- son reveladoras y fascinantes, no porque sean instrumentos de
utilidad mal concebidos, sino porque son ecos poticos de la cadencia que
gua el curso recndito del mundo... (y para) cambiar sus destinos
(op.cit.:32).
Reniega a continuacin del concepto de funcin (utilitaria) para ponderar el concepto
de metfora -tan caro a los enfoques hermenutico-interpretativos que re-introdujo Geertz
en la Antropologa reciente-:
toda explicacin que use la funcin o las consecuencias nos dir
poco o nada sobre las metforas y los motivos que las culturas han
elaborado en respuesta a su nueva condicin social (op.cit.:33).
Entonces, se hace Taussig la pregunta por el porqu, adems de por el cmo, tal cual
nuestro sealamiento acerca de las limitaciones del modelo de la antropologa clsica
funcionalista. Lo hace desde una estrategia inductiva y concreta y no desde el deductivismo
del modelo macro de la economa poltica.
Su pregunta apunta a la comprensividad del proceso y no a la explicacin del sistema
62
impersonal nicamente:
qu comprensin crtica puede otorgrsele al hecho de que los
contratos con el diablo se den nicamente cuando existen condiciones de
trabajo proletario y no dentro del modo de produccin campesino?
(op.cit.:34).
Es ms: Taussig parangona las explicaciones tericas funcionalistas con los propios
principios justificativos del capitalismo, que es el de la utilidad. Pero
en vez de reducir las creencias en el diablo al deseo de ganancias
materiales, ... por qu no verlas como son, en toda su intensidad y con
todos sus detalles, como la respuesta de la gente frente a lo que consideran
una forma maligna y destructiva de ordenar la vida econmica?
(op.cit.:35).
Encuentra una semejanza entre lo que Marx llam fetichismo de la mercanca (como
proceso netamente cultural, al edificarse en torno a metforas de la vida real) y las creencias
en el diablo: el fetichismo denota la atribucin de vida, autonoma, poder y hasta
dominacin, a objeto de otra forma inanimados (op.cit.:53). El principio de esas
representaciones del diablo tiene un significado histrico, entonces: impugnar el sistema
capitalista que quita el control de sus propias condiciones de trabajo a los campesinos.
Manifiesta la convivencia de dos modos de produccin, uno donde los campesinos s ejercen
ese control y el diablo no necesita aparecer para cumplir ese papel y el otro, donde no
controlan ni el material de trabajo ni la organizacin del mismo.
La creencia en el diablo no es, en consecuencia, una rmora superviviente, como podra
suponer el evolucionismo romntico de un Tylor, ni un prstamo indgena -como diran los
difusionistas-, ni una institucin que cumple una funcin integrativa (al estilo funcionalista),
sino un sentido histrico entroncado en las contradicciones y conflictos de fondo de esas
sociedades.
Esta produccin se sigue inscribiendo en el contraste y debate de la matriz entre
modernidad y mundo tradicional como objeto clsico de la Antropologa. Pero ya no desde las
posiciones culturalistas homeostticas y ahistricas. Representa la intencin de explicar la
brecha entre el hiper-desarrollo capitalista moderno y las sociedades tradicionales,
mediante la renovacin de los enfoques histricos, totales, de economa poltica, desde la
teora de la dependencia, partiendo de los conflictos internos de las sociedades y la
contradiccin principal del sistema de explotacin mundial.
28
Eduardo Grner da como fecha y lugar de inicio la Inglaterra de 1956,
62
disciplinas y con paradojas vigentes, ricas y riesgosas. De los aportes fundacionales de sus
pioneros es posible aprender a leer procesos histricos inditos y formas de anlisis tambin
inditas. No conforman hoy un cuerpo de conocimientos sistemticos ni tericamente
homogneos, pero s un movimiento con presencia intelectual indudable. No son solamente
estudios de la cultura, del arte y las comunicaciones, sino de la realidad social, poltica e
histrica entendidas como un proceso cultural.
Son enfoques que toman de la perspectiva antropolgica la visin de la realidad como
proceso cultural y el relativismo como eje crtico; de la semitica y el anlisis de discurso la
importancia de las tramas de significaciones; de la historia social la ponderacin de lo
colectivo por sobre lo individual, lo notorio y lo institucional; del anlisis literario la
importancia de las representaciones y lo cualitativo, y bsicamente se proclaman como un
desafo abierto desde el pensamiento no rgido hacia el anlisis de la realidad concebida en
trminos de procesos ms flexibles. []
Pero la flexibilidad llega a apartarse de abordajes tericos que tengan en cuenta lo
estructural: el imperialismo, la dominacin, el neocolonialismo. La teora de la dependencia
cede ante un modelo en el que prevalece la idea de articulacin y la circulacin de flujos
significantes. Por eso los Estudios Culturales confluyen en parte con las perspectivas
post-modernas, a las que la globalizacin pareci, muy pronto, brindar asidero para
concepciones con acento en lo hbrido, lo lquido, lo flu, en suma: la liviandad de las
indeterminaciones. Muchos se traducen en banalidades tautolgicas, sobre todo cuando no se
referencian en estudios de campo slidos.
[] Algunos representantes del interpretativismo y de los estudios culturales que
exageran las respuestas tericas de vuelo de perdiz, porque las confunden con la pequea
escala de los estudios empricos y desprecian las grandes preguntas sobre la transformacin
(cmo tomar el poder, cmo se tom o ejerci el poder en casos concretos), abonan al desafo
pendiente de la contribucin cientfica a las estrategias populares. Y esto est vinculado
estrechamente a la recuperacin de la dimensin histrica, dada por los enfoques marxistas
proyectados hacia los estudios antropolgicos.
Algunos de estos debates pendientes son los que estn dando pie a la necesaria unidad
de los estudios interpretativos y estructurales. Por eso tambin es preciso recuperar las
mismas fuentes post-estructuralistas y contextualistas y los aportes de los primeros analistas
de los Estudios Culturales, a partir de la crtica al positivismo y en pos de la reconstruccin de
los sentidos.
El trmino post-estructuralismo se suele utilizar para sealar posiciones de crtica a
quienes explican las acciones humanas como exclusivo resultado del cumplimiento de reglas
estructuradas, en desmedro de los contextos de significacin y dramas construidos,
improvisados y vividos por los actores.
No es casual, entonces, que incluso exponiendo slo cuatro aportes de antropologa
comprensiva o interpretativismo, hayamos visto que plantean el foco en la produccin
62
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29
Ver captulos sobre teoras clsicas el tratamiento de la descripcin etnogrfica
y sobre el trabajo de campo antropolgico.
30
En investigaciones concretas hemos dado cuenta de esta posicin (Gravano
1986, 1991 y 2004).
62
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