Qué Es El Análisis Experimental de La Conducta
Qué Es El Análisis Experimental de La Conducta
Qué Es El Análisis Experimental de La Conducta
LA VARIABLE DEPENDIENTE
La probabilidad de que una porcin dada de conducta ocurra en un momento
determinado es un dato natural de una ciencia de la conducta. El anlisis
experimental trata esa probabilidad en trminos de la frecuencia o la tasa de
respuestas. De la misma manera que la probabilidad, la tasa de respuestas sera
un concepto sin significado si no fuera posible especificar la topografa de la
respuesta de tal modo que puedan contarse los casos diferentes de una operante.
Generalmente, la especificacin se hace con ayuda de una parte del aparato el
operandum que registra las ocurrencias de una respuesta. En la prctica, las
respuestas as definidas muestran gran uniformidad conforme el organismo se
mueve en un marco de referencia limitado por su propia anatoma y por el am-
biente inmediato. Por lo comn los cambios en la tasa se registran y se
inspeccionan en el omnipresente registro acumulativo, aunque cada vez ms se
usan en mayor medida las distribuciones de tiempos entre respuestas y los
anlisis de las tasas y de los cambios de tasa por computadoras en lnea2 con el
1
Tomado del Journal of the Experimental Analysis of Behavior, mayo de 1966, 9 (3), pgs. 213-218. Derechos reservados
en
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1966 por Society for the Experimental Analysis of Behavior, Inc. Reimpreso con permiso.
Parece ser un trmino intraducible. [N. del T.]
Notas introductorias presentadas en un simposio sobre la Aplicacin del condicionamiento operante, reunin anual de la Asociacin Psicolgica
Norteamericana, Los ngeles, 6 de septiembre de 1964. La preparacin de este manuscrito ha sido financiada por la subvencin K6-MH-21775 del
Instituto Nacional de Salud Mental del Servicio de Salud Pblica.
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aparato experimental. El nfasis que se le da a la tasa de ocurrencia de los casos
repetidos de una operante permite que el anlisis experimental de la conducta se
distinga de los tipos de psicologa que proceden de una o ms de las maneras
siguientes:
1. La conducta se toma meramente como signo o sntoma de actividades
internas, mentales o fisiolgicas, que se consideran la materia de estudio ms
importante. La tasa de respuestas es significativa slo porque nos permite seguir
un proceso (como el aprendizaje o la maduracin) o determinar un estado o
condicin (como una tendencia excitatoria o el estado de alerta o de vigilia) o
detectar la energa psquica existente o la fuerza de una pulsin o de una
emocin, y as sucesivamente. No se espera que la conducta observada tenga un
orden porque es slo una ejecucin bastante turbulenta, a partir de la cual
supuestamente se han de inferir la existencia de estados y procesos ms estables
con ayuda de procedimientos estadsticos. Estas prcticas se han opuesto a que
se haga una especificacin exacta de la conduca, y los datos que con ellas se han
obtenido rara vez son tiles para evaluar la probabilidad de respuesta como tal.
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respuesta, lo que muchas veces se llama impropiamente latencia o tiempo de
reaccin, son las medidas populares. Cuando cambian ante el reforzamiento
diferencial, son pertinentes para un anlisis experimental, pero no sirven para
esclarecer la probabilidad. Menos tiles an son otras medidas comunes, como
el tiempo necesario para terminar una tarea recorrer un laberinto, resolver un
problema o tachar todas las letras de un tipo dado en una pgina o el nmero
de errores cometidos o los ensayos necesarios para alcanzar un criterio. La
cantidad recordada, un aspecto de la conducta en el que hizo hincapi por
primera vez Ebbinghas, ha renovado su popularidad en los ltimos tiempos. Tal
vez el experimentador quiera saber, por ejemplo, cmo un grupo de respuestas
cae bajo el control del conjunto de estmulos correspondiente, pero en lugar de
seguir el cambio de probabilidad, mide el nmero de respuestas emitidas
correctamente en la evocacin en un momento posterior.
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una declaracin del sujeto acerca de lo que hara en un grupo de circunstancias
dadas, o su estimacin de sus oportunidades de xito, o su impresin acerca de
un conjunto predominante de contingencias de reforzamiento, o su evaluacin
de la magnitud de las variables corrientes. La observacin de la conducta no debe
embrollarse de esta manera, porque un sujeto es incapaz de describir
correctamente la probabilidad con la cual responde y menos las variables que
afectan esa probabilidad. Si pudiera hacerlo, podra dibujar un registro
acumulativo adecuado para un conjunto dado de circunstancias, pero ste no
parece ser el caso.
La tarea del anlisis experimental es descubrir todas las variables de las cuales
es funcin la probabilidad de la respuesta. No es un trabajo fcil, pero al menos
es explcito. Distingue en muchos puntos el anlisis experimental de la conducta
do otros enfoques.
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reaccin al color; pero sta es una intrusin en los datos que no est garantizada.)
Conjeturar qu es lo que ve un organismo cundo se le muestra un estmulo y
suponer que lo que se conjetura es lo que se le presenta, sera abandonar todo lo
que la fsica ofrece al especificar los acontecimientos ambientales. Con esto no
se niega la importancia de ciertos problemas clsicos. Con frecuencia es difcil
especificar los estmulos en trminos fsicos. En ocasiones parece que estmulos
distintos tienen el mismo efecto y que el mismo estmulo tiene efectos diferentes
en diversas condiciones; pero la solucin no es recurrir a la respuesta del expe-
rimentador a fin de lograr algn tipo do constancia. Del mismo modo, tambin
es objetable cualquier referencia a los parmetros relacionados con la
complejidad do una tarca" o a las propiedades frustrantes o generadoras de
ansiedad de una situacin, en donde el sujeto o el experimentador fungen como
indicadores de la complejidad o de la emocin.
2. En los campos clsicos de la motivacin y la emocin se encuentran
otras variables independientes. El analista experimental no manipula estados
internos como tales. No maneja el hambre, sino la ingestin de comida; no el
miedo como pulsin adquirida, sino los estmulos aversivos; no la ansiedad, sino
los estmulos preaversivos. Administra una droga, no los efectos fisiolgicos de
sta. Toma como variable a la edad del organismo, no a algn nivel de
maduracin.! Usa a veces una variable dependiente colateral, pero no corno
medida. Tiene derecho a usar el peso del cuerpo, por ejemplo, en lugar de una
historia de privacin, no una medida del hambre.
3. Las llamadas contingencias de reforzamiento son una caracterstica
importante de las variables independientes que se estudian en el anlisis
experimental. Conocemos unas cuantas contingencias, como el con-
dicionamiento, la extincin y la demora del reforzamiento. Tambin son
conocidas contingencias un tanto ms complejas, como las que causan la
discriminacin del estmulo y la diferenciacin de la respuesta; pero muchos
psiclogos no se dan cuenta de la complejidad de las contingencias cuyo estudio
es ahora comn. Adems de los programas de reforzamiento ordinarios, ahora
se sabe que el reforzamiento puede ser contingente sobre la tasa de respuestas,
la proporcin de cambio en la tasa o los patrones especficos de cambios de tasa
descubiertos gracias a los anlisis hechos por las computadoras puestas en lnea
con el aparato experimental. Las contingencias pueden comprender varios
estmulos y respuestas interrelacionados de varias maneras. Se necesita gran
habilidad para disear programas de contingencias instruccionales que pongan a
la conducta bajo el control de contingencias terminales complejas de este tipo.
En verdad muchas veces es pasada por alto la importancia de la programacin;
por ejemplo, decir que un organismo dado o que un organismo de una cierta edad
no es capaz de resolver un tipo especfico de problema, carece de significacin
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mientras el que habla no haya especificado los programas que emple en tanto
no considere la posibilidad de disear otros mejores.
Describir un conjunto de contingencias al dar instrucciones a un sujeto,
no sustituye de ninguna manera el hecho de exponer a dicho sujeto a tales
contingencias, especialmente cuando es necesario programarlas. Las
instrucciones tienen efectos, por supuesto, y esto depende en parte de la historia
verbal del sujeto, pero la conducta de un individuo al cual un experimentador le
ha explicado cmo funciona una pieza de un aparato, no se parecer,
necesariamente, a la conducta que ha cado bajo el control de las contingencias
terminales establecidas por ese aparato.
Las contingencias de reforzamiento han sido analizadas formalmente en
las teoras de la probabilidad, de la toma de decisiones y de juegos, pero muchas
veces el terico estar imposibilitado para saber, aparte de la observacin de su
propia conducta, qu efectos tendr un conjunto dado de contingencias o qu
tipo de programa se necesitar para hacerlo efectivo. Ciertas suposiciones, por
ejemplo, la de que un organismo se va a comportar racionalmente, se usan a
veces en lugar de observaciones para completar un enunciado de contingencias.
Los enunciados formales de las contingencias, como las instrucciones, tienen sus
efectos, y si se les detalla lo suficiente, pueden proporcionar reglas que
funcionan como estmulos previos para controlar la conducta; de esta manera se
produce una similitud entre la conducta de seguimiento de una regla y la
conducta que se produce gracias a una exposicin prolongada a las propias
contingencias. Sin embargo, los dos casos deben distinguirse claramente.
Cuando un organismo se pone bajo el control de contingencias complejas, no
necesariamente est aplicando la regla que las describe.
El poder cada vez mayor del anlisis experimental ha hecho posible
examinar los efectos de contingencias complejas a las que segn se supona
tradicionalmente, el organismo slo se ajusta cuando pone en ejercicio ciertos
procesos cognoscitivos. A veces resulta claro que a falta de mejor informacin
sobre la forma como la conducta fue generada por las contingencias, se
inventaron estos procesos simplemente para tener a la mano una explicacin. No
habiendo podido el experimentador relacionar la conducta con las contingencias,
se vio obligado a concluir que el organismo de alguna manera haba hecho eso
mentalmente. Hacer caso omiso de supuestos procesos cognoscitivos de este tipo
es perfectamente lcito. Otros procesos, sin embargo, pueden ser una especie de
versin internalizada de conducta precursora, la cual es mantenida por sus
efectos al elevar al mximo el reforzamiento de las respuestas subsiguientes. La
conducta precursora es materia de estudio del anlisis experimental. Por lo
general se estudia en sus formas manifiestas, aunque eventualmente puede pasar
al nivel cubierto. En cualquier caso, se define como conducta que afecta a la
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conducta ms que como actividad mental.
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construyendo sobre su pasado. Las formulaciones y las tcnicas mejoradas han
llevado a obtener datos reproducibles de mayor precisin y de una gama mucho
ms amplia, pero hasta ahora no se han rechazado abiertamente los trabajos
anteriores. (Por una razn, los datos no se han vuelto intiles en virtud de que se
haya descartado la teora que estaban destinados, a probar.) Echando una mirada
en retrospectiva, parece haber habido pocas exploraciones hechas al azar o sin
objetivos. Un campo como el anlisis sistemtico de las contingencias de
reforzamiento, por ejemplo, no necesita de una teora. En nuestro estudio sobre
las contingencias de reforzamiento, Ferster y yo procedimos de una manera
bastante baconiana, llenando una tabla de las posibilidades producidas por las
combinaciones de relojes, contadores y velocmetros, de secuencias fijas y varia-
bles, etc. La mayor parte de las contingencias que se examinan en las teoras de
la probabilidad, de la toma de decisiones y de juegos se producen de una manera
semejante; la teora, si es que hay alguna, se relaciona con lo que los
organismos van a hacer bajo las contingencias analizadas. El anlisis
experimental de la conducta prescinde de teoras de este tipo, procediendo ms
bien a hacer averiguaciones.
Adems de la manipulacin sistemtica de las contingencias, la inter-
pretacin de los asuntos humanos es una fuente rica en sugerencias para hacer
experimentos. Es cierto que las condiciones que se encuentran en algn
episodio de la vida diaria tienen realmente los efectos observados cuando se
controlan con ms exactitud? Puede demostrarse que una cierta historia de
reforzamiento es la causante de una ejecucin actual? Qu cambios de
contingencias tendrn resultados diferentes y tal vez ms aceptables?, etc. Las
conjeturas y los presentimientos con los que el experimentador procede a
responder a ese tipo de preguntas no son las hiptesis formales del mtodo
cientfico; son simplemente enunciados tentativos para los cuales se buscan
apoyos adicionales. Quiz el filsofo de la ciencia todava quiera reconstruir la
conducta de tal manera que encaje en un modelo hipottico-deductivo, pero los
esfuerzos que se hacen en esa direccin son cada vez menores, especialmente si
la formulacin alternativa de la conducta del hombre que piensa se vislumbra
como uno de los logros ms distantes del anlisis experimental (Skinner, 1957).
La investigacin que acrecienta un cuerpo de datos establecido o que
simplifica una formulacin efectiva es menos dramtica que la que derriba
hiptesis o confirma grandes teoras, pero tiene sus compensaciones. Para los
que se inclinan por esa dase de investigacin no quedan de ninguna manera
descartadas las actividades tericas, aun cuando los que reflexionan sobre los
mtodos cientficos generalmente dudan en aceptar la posicin adoptada con
frecuencia en el anlisis experimental. Lejos de probar hiptesis, se puede tratar
de simplificar uniformidades; por ejemplo, es factible crear una teora acerca do
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por qu los programas de reforzamiento tienen los efectos que tienen, buscando
ciertas relaciones simplificadas entre las muchas ejecuciones que producen los
diferentes programas. Ferster y yo aventuramos algunas conjeturas informales
siguiendo estos lineamientos, argumentando la importancia de las condiciones
que prevalecen en el momento preciso del reforzamiento, pero es indudable que
es posible y deseable hacer una teora mejor en este sentido.
Las metforas y las analogas tomadas de otras ciencias se usan poco al
representar las relaciones descubiertas por el anlisis experimental do la
conducta. Los informes rara vez contienen expresiones como codificar, leer lo
que hay en el almacn, circuitos reverberantes, canales sobrecarga- dos, poner
barreras, presin, flujo, drenaje, redes, centros, grupos de clulas. Se usan poco
los mapas y los esquemas, como la cochinilla de Tolman, los campos y vectores
de Lewin, o los diagramas en bloque que representan a los organismos como
mquinas adaptativas. La ventaja de representar los procesos sin usar metforas,
mapas o estructuras hipotticas proviene de que uno no es llevado a engao por
un sentido espurio del orden o del rigor. Freud, al principio de su carrera, escribi
a Fliess que haba puesto a la psicologa sobre una base neurolgica firme. La
teora le permita ver todos los detalles de la neurosis hasta el mismo
condicionamiento de la conciencia (citado en Fine, 1962). Su carta haca
hincapi en el nmero y la estructura con trminos tomados de la neurologa, la
biologa y la fsica. Hablaba de los tres sistemas de neuronas, los estados de
cantidad libres y sujetos, los procesos primarios y secundarios, la tendencia
principal y la tendencia de acomodo del sistema nervioso, las dos reglas
biolgicas de la atencin y la defensa. Trminos como los anteriores fomentan
la euforia, y Freud era vulnerable a ella; en su primer informe tena gran
entusiasmo. Un mes despus, haba abandonado la teora. Tuvo la perspicacia
de decir a Fliess que en retrospectiva le pareca una especie de aberracin.
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curva uniforme que muestra un cambio do probabilidad de la respuesta como
funcin de una variable controlada es una cosa segura, y no hay necesidad de
preocuparse por eso conformo se buscan otras. Los defectos y las excepciones
se explicarn con el tiempo. Esta estrategia encuentra un apoyo en la historia de
las primeras crticas contra La Conducta De Los Organismos. Se deca que ese
libro no trataba de los organismos, sino de las ratas, y de grupos de ratas
realmente muy pequeos. Cmo so podra asegurar que otras ratas, dejemos de
lado los animales de otras especies, se comportaran de la misma manera? Como
reforzadores so usaba slo comida y agua, y era notable la falta de reforzadores
sociales. Los estmulos, luces y timbres, eran toscos y mal controlados. Deberan
haberse usado dos palancas para que los datos esclarecieran la conducta en un
punto de eleccin. Y, despus de todo, cmo podamos asegurar que la rata no
apretaba la palanca simplemente porque no tena nada ms que hacer? Se ha
respondido a todas estas crticas con el paso del tiempo, sin ningn esfuerzo,
simplemente como parte del desarrollo normal del anlisis.
La paciencia con respecto a las partes inexploradas de un campo es es-
pecialmente importante en la ciencia de la conducta porque, como componente
de nuestra propia materia de estudio, nos pueden abrumar los hechos que quedan
sin explicar. Las ilusiones sutiles, los trucos de la memoria, los relmpagos que
resuelven problemas, todos estos son fenmenos fascinantes, pero puede ser que
dentro del marco de la ciencia de la conducta las explicaciones genuinas, que
son distintas de los principios verbales, leyes, o hiptesis neurolgicas, estn
fuera de nuestro alcance en el momento presente. Insistir en que la ciencia de la
conducta en el estado en que actualmente se encuentra d una explicacin
rigurosa de fenmenos como stos, es como si se pidiera al Gilbert de 1600 que
explicara un amplificador magntico o al Faraday de 1840 que explicara la
superconductividad. Los primeros fsicos cientficos gozaron de la simpli-
ficacin natural de sus materias de estudio. Muchos de los fenmenos ms sutiles
habran de llegar a existir solamente a travs de los avances tcnicos que se
produjeron en las propias ciencias. Otros, aunque existan en la naturaleza, no se
reconocan como parte de sus campos. El cientfico de la conducta no goza de
esa proteccin natural, se enfrenta a toda la gama de los fenmenos que estudia.
Por eso debe decidir de manera ms explcita enfrascarse primero en las cosas
ms simples y pasar a las difciles solamente cuando el poder de su anlisis se lo
permita.
Una distincin final. Generalmente los que se dedican al anlisis expe-
rimental de la conducta se hacen notar por su entusiasmo. En un artculo reciente,
Bixenstine (1964) atribuye un optimismo injustificable en toda la ciencia de la
conducta a la posicin metodolgica que toman los analistas experimentales. Tal
vez esto sea sobrestimar su influencia. De cualquier modo, Bixenstine seala la
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causa errnea; sugiere que ese optimismo surge del hecho de liberarse de la
ansiedad que produce la construccin de teoras. Hay una explicacin ms
evidente: el anlisis funciona.
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