CyH021. El Índole Personal Del Trabajo Humano @melendo PDF
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MELENDO
LA INDOLE PERSONAL
DEL TRABAJO HUMANO
C U A D E R N O S
EMPRESA Y HUMANISMO
I N S T I T U T O
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TOMAS MELENDO LA INDOLE PERSONAL DEL TRABAJO HUMANO
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO N 21
INDICE
gencia tcnica, que en sus propios dominios ve tamos, en concreto, las consecuencias de optar 4
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO N 21
abrirse ante s una senda ilimitada2: prueba por una u otra de las concepciones anterior-
evidente -puesto que la tcnica triunfa y el mente a que hemos aludido, a la hora de fun-
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hombre se hunde con ella- de que este modo damentar tericamente la dignidad del
de entender el trabajo no es el ms adecuado trabajo.
a la dignidad humana. Acudir a la visin moderna equivale, como
c) Por el contrario, el hombre adquiere en el acabamos de ver, a introducirse en un callejn
pensamiento cristiano una suprema nobleza sin salida: para la modernidad el hombre pre-
como imagen del absoluto; y el trabajo, parti- tende ser definido plenamente en funcin del
cipando de esa calidad constitutiva, pero sin trabajo -homo faber-, pero, al cabo, hombre y
arrogarse funciones que no le corresponden, trabajo terminan en el derrumbadero.
acaba por conseguir una grandeza terica y Qu sucedera si optramos por la solucin
prctica que, fuera de esa visin del mundo, de Aristteles? La cuestin merece ser estu-
jams haba obtenido. Subrayada la categora diada con algo ms de detenimiento. En
personal del hombre, la dignificacin del primer trmino, es obvio que no podemos
trabajo se deduce casi como un corolario. apelar al Aristteles histrico: a aquel que
Resulta, por tanto, evidente que es la defi- defiende el carcter natural de la esclavitud y
la naturaleza intrnsecamente degradante de
nitiva y justificada magnificacin terica de la
las labores manuales. Habr que acudir, por el
persona lo que, en radical instancia, va a per-
contrario, a la enorme fecundidad de los prin-
mitir el encumbramiento del trabajo: el
cipios aristotlicos, ampliando y modificando
trabajo ser mejor o peor conceptuado a tenor con ellos la virtualidad de lo que expresamente
del valor que se atribuya a su sujeto. afirma su autor. Y este enriquecimiento
interno puede llevarse a cabo, en relacin al
1. Es la teora lo que hace digno al tema que nos ocupa, de dos formas fundamen-
tales.
trabajo?
a) La primera consistira en ensanchar la
Que la cuestin es como venimos afirmando nocin aristotlica de trabajo. Como sabemos,
resultar an ms patente en cuanto advir- para Aristteles el trabajo tena que ver esen-
realiza en la vida terica, como en la tcnico- expresin comn trabajo intelectual, pues la 6
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cepcin aristotlica del trabajo y de su contra- est en una buena sntesis de trabajo y con-
posicin al ocio como espacio para la teora. templacin8. Donde, repito, es evidente el
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Dependencia que resulta todava ms clara papel ennoblecedor de la teora.
cuando intentamos responder, de la mano de
b) En el segundo caso, puesto que no puede
estos autores7, a la pregunta que ha originado
haber convivencia entre trabajo y contem-
las presentes disquisiciones: en qu sentido, o
por qu instancia, puede resultar dignificado placin, pues aqul ha sido definido en contra-
el trabajo? Y la respuesta, si nos mantenemos posicin a sta, lo que engrandece al trabajo
en las coordenadas aristotlicas, es evidente: ser su subordinacin a la actividad contem-
en la medida en que se encuentre relacionado plativa. En consecuencia, habr que poner de
con la teora, con la contemplacin. Aqu no manifiesto -pues, efectivamente, sta se dala
existen ya diferencias entre el primer y el supeditacin del trabajo a la contemplacin:
segundo modo de enriquecer el plantea- no existe trabajo, labor ni tarea que (...) no
miento de Aristteles. penda del momento contemplativo directa,
indirecta o muy indirectamente. Es, pues, la
a) En el primer caso, el trabajo que forma contemplacin como acto y el ocio como
parte de la vida terica (dejamos de lado, por estado la causa y a la vez el fin del trabajo 9.
el momento, el obrar moral) ser digno por s
mismo; y el que no constituya parte de ella -las Todo lo cual me parece exacto y penetrante,
actividades tcnico-artsticas resultar encum- y trasciende -partiendo de l- lo expresamente
brado en la misma medida en que en l inter- afirmado por Aristteles. Sin embargo, quizs
venga la teora o, en su caso, en la proporcin el planteamiento10 no sea del todo suficiente,
en que se subordine a ella. En consecuencia, si por cuanto, aristotlicamente, mantiene el
pretendemos salvar la dignidad del trabajo, problema y su solucin dentro de unas coorde-
habr que sostener que en todo tipo de acti- nadas en las que, fundamentalmente, se hacen
vidad, en cualquiera de las tres sealadas intervenir a dos factores: la teora, dignifi-
(teora, praxis moral y arte-tcnica), se ven cadora del hombre, y el trabajo (la piesis),
implicadas las otras dos; o tambin, referido ennoblecedor de la obra. De modo que el
mismo Ser que lo ha hecho libre- el trmino al considerado siempre como un cierto fin en s 11
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las excepciones que sean de] caso -y que 3. La dignidad del obrar humano 14
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Dando un paso ms, cabra sostener que el en el ser impregnar de humanidad todo 15
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ser recibe una cualificacin originaria y pri- cuanto el hombre es y realiza,- y, consecuente-
mordial por el hecho de pertenecer a un mente, tambin al trabajo, sea ste fundamen-
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determinado tipo de realidades: rosas, pjaros, talmente intelectual o bsicamente fsico.
hombres...; y que, lograda esa cualificacin pri- Para acabar de comprender esto ltimo -la
maria (por su recepcin en la esencia sus- idntica dignidad personal de cuanto el
tancial, habra que afirmar, acudiendo a una hombre realiza- tal vez bastara con apelar a la
terminologa correcta), en virtud de su propia composicin sustancial de alma y cuerpo, a la
condicin de acto o energa primordial, tiende ndole de espritu encarnado propia de la
a expandirse, a fructificar en cualidades y ope- persona humana . sera suficiente recordar el
raciones, y a empapar con su propia tona- carcter intimsimo de la unin de estos dos
lidad ontolgica a todas y cada una de las coprincipios -cuerpo y alma- y aludir a la mul-
perfecciones (cualidades, facultades, accin, titud de influjos que la experiencia cotidiana,
acabamos de decir) de la realidad a la que la medicina y, quizs especialmente, la psi-
constituye: pues, en ltima y definitiva ins- quiatra, ponen de manifiesto. Con todo, y
tancia, todas ellas son efectivamente y, en con- como venimos observando, la condicin pro-
secuencia, son lo que son por participar del piamente humana y personal de cuanto en el
acto de ser o energa primordial de cada hombre anida slo quedar definitivamente
ente20. fundamentada si seguimos examinando la
Si aplicamos lo visto al caso del hombre, naturaleza de] acto de ser personal, raz de la
habra que mantener que todo lo que encon- dignidad y unidad intimsimas de cada
tramos en cada uno de los representantes de hombre.
nuestra especie ha de calificarse como humano Ciertamente, en el compuesto humano, el
por participar o derivarse de la virtualidad ori- cuerpo y el alma se ligan de una manera tan
ginaria de un ser humano (de un ser, diramos estrecha que, por decirlo as, cada uno pasa a
de nuevo, hablando con propiedad, que de su participar de las caractersticas propias del
respectiva esencia sustancial ha obtenido para otro: el alma se encarna, quedando
siempre semejante cualificacin). Dicha cua- marcada por su unin al cuerpo, y ste
lidad bsica -la condicin de humano, anclada adquiere su peculiar grandeza, su particular y
ntimo y constitutivo del artfice: su ser per- las perfecciones del sujeto- permite hacer 18
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sonal. La cita -fecundsima para la interpre- intervenir con todo derecho al otro gran
tacin de las actividades artstico-tcnicas y mbito de operaciones inmanentes, en parte
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para establecer las condiciones objetivas que descuidado, en lo que afecta a nuestro pro-
respetan el carcter estrictamente personal del blema, por Aristteles. Me refiero a los
trabajo humano- merece ser traducida ntegra dominios de la voluntad, de la libertad, del
y literalmente: nuestro ser -dice Santo Toms- amor, que acabarn de explicar la inefable dis-
es un cierto acto, Nuestro ser es vivir y, en con- tincin del trabajo humano.
secuencia, obrar, puesto que no existe vida que
De todos es conocido que para Aristteles el
no se exprese en operaciones. Por otro lado, el
mbito ms noble de la actividad humana se
que realiza actualmente algo es en cierta
encuentra representado por la vida teortica,
manera la obra que lleva a cabo, pues el acto
del que mueve y el acto del que obra se y que esa vida -en la que el hombre encuentra
encuentran en lo movido y en lo realizado. Y su felicidad- no apela expresamente al amor.
por eso los artesanos, los poetas y los benefac- La razn de esta exclusin es relativamente
tores aman su propia obra, porque aman su sencilla. La felicidad debe concebirse como un
propio ser. Ya que es natural que cada uno cierto trmino o acabamiento, como una cul-
ame su ser23. minacin. Y aunque no es verdad que en
Aristteles la voluntad y los apetitos sensibles
En consecuencia, y se entienda como se hayan de considerarse como exclusivamente
entienda -como predominantemente inte- tendenciales, puesto que tan propio del amor -
lectual o predominantemente fsico, o como en su sentido ms amplio y aristotlico- es
una proporcionada sntesis de ambos tipos de tender a lo que est ausente como gozarse en
operacin-, el trabajo queda dignificado direc- el bien presente, s que es cierto que una y
tamente, si se me permite la expresin, en otros -voluntad y apetitos- en rigor no
cuanto participa del acto de ser personal del poseen sus respectivos objetos, por cuanto
trabajador. esta capacidad pertenece ms bien al mbito
Adems, el recurso al acto de ser -que, como cognoscitivo. Y as, en los dominios intelec-
vimos, debe calificarse como la energa onto- tuales, aun cuando sea la voluntad la que
lgica fundamental de la que participan todas goce, es propiamente la inteligencia la que
personal. Pero, segn lo analizado hace un y del incremento de esa eminencia que cada 22
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momento, esa dignidad se encuentra de algn uno consiga a travs del amor. Pero como la
modo desdoblada en los dos elementos a que vala constitutiva es idntica para cualquier
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acabamos de referirnos: el acto personal de ser persona -y sta es la segunda observacin que
y el amor. En consecuencia, la vala de la propia pretendamos hacer-, el valor de un trabajo
tarea proceder originaria y fundamental- vendr medido, exclusivamente, en funcin
mente de la ndole personal de quien lo pone del amor que ponga al realizarlo quien lo
por obra, y complementaria o conclusivamente ejecuta. Desde este punto de vista, y estamos
del amor con que lo realice. Mas nunca, esto es en estricta deduccin filosfica, el trabajo pro-
obvio, de o que segn los moldes al uso podra fesional de un primer ministro puede ser
calificarse como categora o valor intrnseco rebasado, en lo que a categora se refiere, por
del trabajo, con independencia del sujeto que el de una modesta vendedora de chucheras; el
lo lleva a trmino. La discriminacin definitiva de un sesudo profesor universitario, por el de
de cuanto tiene que ver con las personas radica la empleada que realiza la limpieza de su des-
-siempre!- en el amor. pacho... o viceversa: el rango del trabajo del
Todava un par de observaciones, antes de ministro y el del catedrtico pueden superar en
concluir. Decamos hace un momento que el mucho al de esas otras personas, en funcin -
incremento de la dignidad personal tiene exclusiva!- del amor que pongan en reali-
como nica causa el amor. De ello se deduce, zarlo. Extremando la paradoja: la importancia
sobre la base de la idntica dignidad consti- objetiva de un trabajo, para el bien de quien
tutiva de las personas, que a ms amor, a mejor lo realiza y para el de la humanidad en su con-
amor, ms dignidad personal. Pero tambin es junto, es funcin estricta del amor con que esa
evidente, segn lo dicho, que a ms amor, tarea se lleva a trmino.
mejor trabajo. Con lo que queda confirmada
la idea capital que venimos subrayando a lo
largo de casi todo este escrito, y que reprodu-
jimos en el prrafo anterior: la vala del trabajo
deriva de la dignidad personal: de la exce-
lencia constitutiva, igual en todas las personas,
dores de la actual valoracin del trabajo, en en la elaboracin completa realizada por sus
autores.
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Cuadernos Empresa y Humanismo, N 19. All
fundamento tambin la afirmacin con la que 11. Cfr. el trabajo citado en la nota 1.
he abierto el presente escrito.
12. Recojo en este punto algunas ideas
2. G. Cottier, Questions de la modernit, expuestas en T. Melendo, La cuestin de la
FAC, Pars 1985, pp. 208-209. dignidad humana, en Boletn de la Real
3. R. Alvira, Reivindicacin de la voluntad, Sociedad Econmica Matritense de Amigos del
Pas, 10-11 (nov. 1988), pp. 20-28, y en T.
EUNSA, Pamplona 1988.
Melendo, Fecundacin in vitro y dignidad
4. A. Caturelli, Metafsica del trabajo, humana, Casals, Barcelona 1987.
Huemul, Buenos Aires 1982, pp. 30 Y 49. 13. Kant, Metaphysik der Sitten,
5. ibidem, pp. 63, 68, 50. Tugendlehre, 38.
6. J. Pieper, El ocio y la vida intelectual, 14. Pico della Mirandola, Discurso sobre la
Rialp, Madrid 1962, pp. 308. dignidad del hombre, Opera Omnia, edit.
lehan Petit, Pars 15 17, sp.
7. Ni que decir tiene que las alusiones a
Alvira, Caturelli o Pieper tienen slo una 15. Santo Toms de Aquino, S. Th. I-II, prl.
funcin didctica, que de ninguna manera pre- 16. C. Cardona, Metafsica del Bien y del
tende descalificar sus teoras, recogidas aqu mal, EUNSA, Pamplona, 1987, cap. 3; especial-
de forma simplificada. Sus soluciones, como es mente, pp. 88 ss.
obvio, van mucho ms all de lo expuesto en 17. S. Kierkegaard, Diario IX A 80.
el texto, y contienen sugerencias preciosas en
orden a lo que desarrollar en el resto de este 18. Ibidem, X A 426.
escrito. 19. Lo que aqu expongo en trminos slo
parcialmente tcnicos, puede estudiarse ms
8. R. Alvira, op. cit., pp. 108-109. profundamente en Santo Toms. Cfr., por
9. A. Caturelli, op. cit., pp. 69 y 72. ejemplo, De Potentia, q.7, a.2 ad 9; q.3, a.7 c;
S. Th. 1, q.3, a. 4 c; q.4, a. 1 ad 3; q5, a. 1 c; q. 8, (2) 1979, pp. 35 ss; y V. Frankl, La idea psico- 24
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a. 1 c; q. 105, a.5 c; I-II, q, 10, a. 1 ad 1; CC., c. lgica del hombre, Rialp, Madrid 1965, p. 107,
28; In I Sent, d. 17, q 1, a.2 ad 3; In I De Anima,
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23. Santo Toms de Aquino, In IX Ethic., lect.
a.6 ad 2.
7, n. 1846.
20. Utilizando una expresin ms tcnica:
24. L. Polo, `Tener y dar, en Estudios sobre
por una especie de sobreexceso energtico
que deriva de su misma ndole de acto, el ser la encclica Laborem exercens, cit. p. 223.
trasciende el mbito sustancial y reviste con su 25. Santo Toms de Aquino, Lect. in Epist ad
propio rango hasta las manifestaciones acci- Galatas, n. 332.
dentales ms remotas, a las que alcanza con su 26. Idem, S. Th. I, q5, a.4 ad 3.
poder constitutivo: pues, en efecto, el ser de
los accidentes es el mismo que el de sus respec- 27. Idern, citado (sin referencia) por C. Fabro
tivas sustancias. en la Introduzione a S. Kierkegaard, Gli atti
dell amore, Rusconi, Miln 1983, p. 19.
21. Cfr, Santo Toms de Aquino, In II Sent.,
d. 17, q.2, a.2 ad 5. 28. C. Cardona, op. cit., p. 101.
22. Cfr., al respecto R. Sancho, Las posibili- 29. A. Milln-Puelles, Sobre el hombre y la
dades del amor conyugal, EUNSA, Pamplona sociedad, Ria1p. Madrid, 1976, p. 100.